Album De Paleografia

  • Uploaded by: luis rios
  • 0
  • 0
  • January 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Album De Paleografia as PDF for free.

More details

  • Words: 23,573
  • Pages: 48
Loading documents preview...
~~f~{-~") ~- ~- ·;'· . -~

,,~:~~~;,:.:;

·:

::--"<:-:-__-;- "• 'T : ~--·

.

:. "

- ~_.'i~ -~_;:_

:_

.·1

··ALBUM

·:

..

·.de

''(~;:

. :ti:- .

.:·:·

AGUSTIN l\1ILLARES CARLO · JO.SE IGNACIO l\1A:N'TECON '

los.siglo~ XVLy

XVII

. . ....

I

·. .· '

.- I

lntroducCi61u

/

i

-

.

' . I

_"1·'

CAPITULO

III

1. La escritura en Espana durante las siglos XV, XVI y XVIJ: sus caracteres. - 2. La materia escriptoria: el papel. - 3. Tintas e instrumentos graficos.

I. Desde la segunda initad del siglo XIV - mas 0 menos a partir del reinado de Pedro I ( 1350-1369) ....:_, la cursiva g6tica, tanto. en las dacumentas regios coma en las privados, redonde6 y estrech6 sus caracteres, dando forma curva a sus rasgueos y aumentando los enlaces. 1 La reina dona Isabel, en una "Carta arancel" a la que Juego volveremos a referirnas, design6 la cursiva de sus documentos con el nomb:re de "cortesana",:_denominaci6n que puede, por extension, aplicarse a la escritura de los documentos }eales y a la de muches particulares a partir de la segunda mitad de la centuria dec-imocuarta. Dur6 la escritura cortes-s:na en la cancilleria real hasta ya entrado el siglo xvr, pero, o alternada con la italica, que mas adelante se define y en la que se notan reminiscencias mas o menos grandes de la letra tradicio!).al, o dejandose influir por aquella, Io mismo en el trazado de algunas letras que en su direcci6n. Por lo que respecta _a los documentos ·notariales, a los que contienen actuaciones · de caracter judicial, actas municipales y otros analogas, puede decirse que durante todo el siglo XVI hallamos en ellos ora la escritura cortesana pura, con sus ligados ca.i:-acteristicos y SU sistema ahreviativo, ora .la m.isma letra, influida mas 0 rnenos por la escritura italica, que en Aragon y Cataluii.a habia ya recorrido largo camino, ora la llamada procesal, con manifiesta tendencia a predominar sobre las atras. Esta ultima escritura es, en realidad,. una degeneraci6n de la cortesana. La figura de las !etras en una y Otra es .esencialmente la misma y anfilogas SUS abreviaturas, pero la prirnera se ve desde luego que es mas tendida e incorrecta, de mayor tamaiio, mas abundante en enlaces y.mas irregular en la separaci6n de las palabras. Abarcadas en su tonjunto, pueden las variedades de dicha escritura reducirse a un comun denomiriador. Su grado de .cursividad, por otra parte, no es siempre el mismo. Unas veces esta mas cerca de la cortesana; otras se muestra ya francamente en ella el traz;ado arbitrario y libre, gue es una de sus mas sobresalientes caracteristicas. La complica- · ci6n alcanzada por. la procesal a comienzos del siglo xvi era lo suficientemente grande coma para que la Reina Cat6lica dictase meclidas encam.inadas a: reinediarla. Dichas disposiciones se hallan en una "Carta arancel", f echada en Alcala de Hen ares a 3 de marzo de 1503 y dirigiaa a los escribanos de Concejo, y en otra de 7 de junio del mismo ano y orde~anza correspondiente, y en ellas se manda "que se pague a diez maravedis cada hoja de pliego entero, escrita fielmente de buena letra cortesana y . apretada e no procesada; de manera que las planas sean llenas, en que cada plana haya, a lo rnenos, treinta e cinco rengfones e_ quince partes en cada rengl6n''. En la prictica tales rnedidas no lograron eficacia, por Io cornun. Los cscribanas. siglo xvr y de camienzos del xvn 'siguieron usando en general la escritura pro1

Vease la lam. IX. de 26 de junio de 1398, y el comcntario correspondiente. 41

I

I I

i

l

1' 11

4-2

P ALEOGRAFIA

HIS PAN OA MERICAN A

el

cesal con preferencia a la cortesana y empeorandola progresivarnente hasta extremo de suscitar las quejas de Santa Teresa, en sus Cartas, y de Cervantes, quien por . ·boca de Don Quijote recomendaba a Sancho que no diera a copiar a un escribano cierta misiva ende~ezada a Dulcinea, para que no fuera en "aquella letra procesada que no la entendera Satanas". · La separaci6n irregular de ·las palabras, el continuo ligado de la escritura, la poca fijeza en materia de abreviaturas, la confusion resultante de la imperfecta figura de ]a5 letra<>, algunas de las cuales, como b, c, e, l y s, presentaban con frecuencia trazado semejante, y la profusion de rasgueos inutiles, son caracteres que hacen de la procesal del siglo xvr una escritura de dificil interpretaci6n. Ya no~ hemos referido anteriormente a la escritura italica, de la que no solo se hall?-n -ejemplos en Castilla en el primer tercio de la centuria decimosexta, sino indudables influencias suyas en el .trazado y ligado de la escritura espai"1ola tradicional. Tratase de una modalidad caligrafica clara, regular, con inclinaci6n a la derecha, union a la i:nanera actual de lac a la letra siguiente en los grupos ca, ce, co, er, ct, cu, casi desprovista de nexos, y con abultarniento y curvadura a la diestra de las letras b, d, l, h. Sus mas antiguos ejemplos se clan en los breves pontificios del siglo xv. En Jos diplomas regios cataJanoaragoneses de la misma epoca SC percibe SU evidente .. jnflujo, yen los particulares procedentes del mismo territorio y del reino de Navarra .de las postrimerias de la citada centuria y en toda la siguiente, junto a la e5critura · cursiva, no tan complicada como Ia castellana, se emple6 la italica, tambien Hamada "hastarda" o "bastardilla". En Castilla misma, como ya hemos observado anteriormente, no faltan ejemplos, Io rnismo de documentos reales que partiCulares, cuya escritura, salvo reminiscencias de la tradiciona}, se parece en SU conjunto sorprendentemente a la italica. Por otra parte, la escritura a que nos venimos refiriendo, no solo suplanto en muchos documentos notariales, judiciales, etc., a la procesal 0 influy6 sobre esta, simplificandola y haciendola mas inteligible, sino que penetr6, gracias sobre todo al esfuerzo de los caligrafos, en la regia cancilleria, se la adopt6 frecuentemente para la transcripci6n de los libros y se extendi6 entre las clases cultas (fig. 52). Sin embargo, no puede dejarse de reconocer que esas mismas clases a que aluclimos no escaparon en las postrimerias del siglo xv y en el transcurso del XVI a la corrupci6n predominante en materia de escribir. 2 Sobre todo entre los miembros de la nobleza fue muy comun en esta epoca un .tipo de letra puntiagudo, grande y enredado que presenta muchas veces serias dificultades de interpretaci6n. 3 ,

: Bastara a este prop6sito exarninar alg{in aut6grafo de Fernando el Cat6lico, come uno, muy interesante, conservado en el Archivo de Villanueva y Geltni, o la ca.rta de su mujer doii.a Isabel a.su suegro Juan II de· Navarra (fig. 53), o bien las lineas aut6grafas de la misrna reina que figuran al pie· de una cedula suya dirigida a Gomez Manrique, corregidor de Toledo, desde Valladolid, a 19 de enero de 1481 (Faes. en Terreros, Paleograffa espaiiola [Madrid, 1755], lam. 1). · · . • J'.antas,. que el famoso obispo de Mondonedo fray Antonio de Guevara (c. 1480-1545), dice dirigiendose en 15 de septiembre O.e 1523 a don Pedro Giron .en una r:le sus Epistolas fa. miliai:es . (I, 5) : "Las letras de vuestra rnano escritas no se para que se cierran y menos para que se. sellan: pot9ue h·abl!l-Ddo la .verdad, por segura tengo yo a vuestra .carta abierta que no a vuestra plata cerrada, pues a lo uno no le bastan candados y a· lo otro le· sobran los sellos. .di ·a: ·1eer vuestra carta a Pedro Coronel para ver si venia en hebraico; dila al maestro Pre:ii;amo para que me dijese si estaba en caldeo; rnostrela a Harneth Abducarin, para ver si venia en arabigo; disela tambien al Siculo, para que viese aquel estilo si era griego; enviesela al maestro Ayala, para i;a~er si era cosa de ast~ologia, y finalmente la mostre a: los alemanes, fla. men cos, italianos, ingleses, escocianos y franceses, los cuales todos me dicen que, o ·es carta de burlas o escritura encantada." El texto 1ntegro puede verse en· el articulo de Felipe M·ateu Llopis, "Decadencia de la escritura en el siglo xvr'', public.ado t>n Emeritn (Madrid ) , XIII .( 1945), pp. 99-102 ..

mas

Yo

DE LOS SIGLOS

xvr

y XVII

43

Los continuados trabajos de los ca1igrafos promovieron. en el siglo XVII una re.'. [onna en virtud de la cual desapareci6 el uso de la escritura cortesana y de la redonda, '- y quedaron reducidas las clases de letras empleadas para la redacci6n de documentos y codices - excluyendo Ia supervivencia de Ia .e scritura g6tica en los libros corales, breviaries, misales, etc., y de la redonda en las ejecutorias y concesiones de noblezaa dos: fa it.ilica y la prncesal. Esta ultima sigui6se usando por· los escribanos, empeorandose aun mas por la costumbre que adquirieron de establecer un ligado continua, no levantando la pluma del papel, costurnbre que or1gin6 la _letra que llaman las pale6grafos espafioles "encadenada" o "d-e·cadenilla", y que no es sino la procesal con sucesi6n no interrurnpida de sus trazos. Solarnente en Ia segunda mitad de! siglo xvrr,_ el uso de la lefra bastarda, ctiyas ventajas estaban universalmente reconocidas, se impuso para los instrumentos publicos, decayendo poco a poco el de la ·procesal, hasta desaparecer, en terminos generales, a fines de la centuria indicada. · I

En el comentario a las laminas VII (1289), VIII (1324), IX (1398) y XI ( 1455) hemos reunido una serie de observaciones referentes a las forn1as de las letras, nexos y abreviaturas propias de la escritura de Castilla y Le6n, desde los promedios del siglo xm, fecha, como hemos visto, de la aparici6n definida de la cursiva, hasta igual epo~ de }a Centuria decimoquinta. Al estudiar ahora esos mismos elementos el't la escritura de las siglos XVI y A.,..vn, es indispensable tener en cuenta dichas observaciones, porque los fen6menos graficos que vamos a examinar no son, eii su mayoria, sino evoluci6n, par lo· comun con tendencia mas cursiva, de otros preexistentes. Digamos, en primer tennino, que Ja escritura de los siglos XVI y xvn ofrece con frecuencia una mezcla de caracteres maylisculos .Y minusculos, como se echara de ver con la simple inspecci6n de los cuadros I, II, III y IV. En ellos no hemos pretendido registrar todas las variedades graficas que los documentos de las epocas indicadas presentan, sino tan s6lo los que, dentro de nuestra finalidad preponderantemente practica, nos han parecido mas interesantes y significativos. La compilaci6n y ordenaci6n de estcis cuadros ha exigido de nuestra pa.rte no pequeno esfuerzo, y por lo mismo que el analisis a que vamos a proceder sera minucioso, no hemos juzgado necesario descender a prolijas observaciones en el comentario a las restantes laminas, sino · remitir a las formas de letras, nexos y abreviaturas en aquellos representadas. A. Generalmente en posici6n inicial, suele afectar la forma, que ya comparece en el siglo anterior, 4 resultante de dos curvas c6ncavas unidas por su parte superior (I, 5-9; II, 2, 6), a veces con pronunciada inc1inaci6n a la izguierda (I, 10); en otras posiciones se pres~nta frecuentemente abierta por su base (I, 11-13; II, 1, 3, 14,.

Entre los Dialogos o Colloquia, nombre con que comunmente se designa la Dialogistica linguae latinae exercitatio de Juan Luis Vives (1492-1540), figura uno dedicado a la escri- · tU:ra (scriptio) , con curiosas noticias acerca de la· empleada en tiempo de su· au tor, de la ensefianza de la .misma., de los instrumentos graficos y papel mas utilizados, etc. Del estudio que de este texto ha hecho Mateu Llopis (art. cit., pp. 103-115) resulta que Vives no solo censur6 las que eJ llama escarbaduras de gallirias "del vulgo de nuestra nobleza" ,. sino .que ponder6 las excelencias de la buena, leva y formul6 interesantes preceptos caligraficos con anterioridad al A rte de escribir de Juan de Iciar (nacido en 1522 o 1523) y a la aparici6n (Roma, 1540) del Libro nuovo di imparare q scribere tuUe .sorti di ~ettere antiche e moderne de Juan · Bautista Palatino. ~

Lam. XI.

44

PALEOGRAFL'>.

HISPANOAMERICANA

28, 30, 98, 99, 102, 103, etc.). Figura muy caracteristica es la que vemos en I, 3 y ~n algunos nexos (II, 4, 16, 29, 32, _34, 36, 37, 38, 100, 109, 136, 137, 289, 292, 314, 315, 339-341, 342; 343, 344, etc.). Continuando la tradici6n anter.ior, 5 a sobrepuesta, con valor por lo comun abteviativo, reviste forma parecida a una signia griega cuyo trazo horizontal muchas veces se prolonga y une a la letra siguiente (II, 287~ 292). El nexo a-n ofrece, a veces, especialmente en Ja palabra ante, la forma que se ve en II, 12-14. Sohre las que pre5enta el nexo a-r (II, 17-21, 289, 292, 343, 344), vease luego, al tratar de la '~ B. 0 es de tipo minusculo, semejante a l actual de imprenta, o curva a la derecha SU trazo alto para formar Uil ojo; el primero es . el mas antiguo ; 6 ambos pueden aparecer, como ocurria en el .siglo ·anterior, 7 en un mismo documento; en otros solo se halla·el segundo, 8 que acaba por generalizarse. c. Su trazado tipico en la escritura cursiva va de abajo arriba y de izquierda a derecha (!I, 29, 30, 34, 36, 37, 38, 41-43, 65-67, 79-82, 87, 88, 90-95). La union a la moderna con la letra siguiente (II, 39, 40, 45, 64, 77, 96) es debida a influencia de la escritura italica. Seiialemos una for-ma de c caracteristica del siglo XVI (I, 17), de la que no faltan ejemplos en el anterior. Observense los distintos nexos de c-h (II, 48-63) y ~-r (II, 87-91). La cedilla, como en los siglos precedentes, 9 es unas veces _ cart~ (II, 42, 47, 65-67) y otras (II, 41, 43, 46, 68-74) comienza en la parte inferior de i.a curvandose -a la izquierda y dirigiendose luego hacia arriba para rodear parte de la palabra en que se encuentra; en -algunqs casos (II, 44, 45) aparece colocada, no debajo de la c, sino de la letra siguiente. · n. La forma llamada uncial ( o) persiste, a veces, j unto a la prop_iamente cursiva, de cu ya -aparici6n hemos ha!:>lado anteriormente, pero con predominio manifiesto de esta ultima. -Onese a la letra siguiente prolongando en sentido horizontal o hacia abajo su trazo volteado (II, 98-155). · E. Las formas I, 28-44 aparecen en posici6n inicial y son propias tambien de Ia conjunci6n copulativa e. Las dos ultimas son muy parecidas a la a mayuscula, de la cual difieren en que su segundo trazo es recto y perpendicular a la linea del rengl6n, · y en que la union de SUS dos ra.sgos forma arriba un angulo agudo. Las formas I, 4551 son exclusivamente propias de la conjunci6n rnencionada. De las cuatro prim.eras hay ejemplos en el siglo anterior. 10 En posici6n inicial y en nexo con n, s, la e es un trazo curvo (II, 158-160, 169, 170, 176) o recto (II, 185-188, 190, 196). Al unirse a c, d, q, s anter.iores, suele quedar reducida a un pequefio trazo horizontal (II, 41, 114-116, 120, 121, 348, 353-356); tambien son caracteristicos los nexos f-e (II, 201), r (maytiscula)-e (II, 321, 322) y e-n: en este ultimo, la segunda de sus letras no llega a trazarse enteramente, sino que descendiendo mas 0 rnenos por debajo de la linea del reng16n, se curva a 1a izquierda y se prolonga hacia arriba horizontalmente (II, 161-168); d~be cuidarse de no confundir _este nexo con la letra q, a la cual con frecuencia s·e_asemeja. Acerca del nexo e-r (II, 180-182), vease luego, a prnposito'de la segunda de sus letras. F. Para la silaba fir· (y, a veces, fer, for) encontramos los signos II, 206-211, en los cuales se reconocen la i, ( e, o) trazada muy cursivamente, y la v.irgula con valor de r, de que luego_ trataremos.

c,

• Lams. IX y XI. • Lam. VIII. Lam. IX. s

As[ acontcce en la lamina XI.

• Lams. VIII-IX. 0 ' Llm. XI. ;".:\

1-

DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

;~

·;.;.

....

~

, !'--· ,...

c. Seiialamos corno t'.ipicas algunas fo1mas (I, 60, 61, 66, 67; II, 223, 225, 26, 227, 233, 234, 235, 237). H. Conserva esta letra su iigura primitiva, como la actual de imprenta, o encor-va a la derecha su trazo alto para forma_r - un ojo; la segunda acaba por. generalizarse. J unto a fonnas semejantes a las modernas (I, 68, 70, 75), la cursiva ~- de la epoca que nos ocupa us6 otras varias que pueden considerarse como caracteris.' ticas (I, 69, 71-74; II, 238-244). _ r, J,-K, L, M, N. Estas letras no requieren comentario especial; la primera en nexo_ con letra anterior prolonga su ca1do y lo curva a la izquierda, dirigiendolo luego hacia arriba para rodear parte de la palabra en que figura (II, 257, 258, 261. 262, 263). De la l puede decirse lo mismo que de b, h. Ya hemos tratado de la forma de n en nexo con a y e anteriores. - o. Precedela un semicirculo que, o queda aislado de la letra (I, 86), o se traza arrancando de su parte alta (I, 87, 88). En ciertos nexos la o queda reducida a una especie de apfodice de la letra anterior (II, 227, 241, 297, 326, 374, 375, 376, 411-415, etc.). Para las varias formas del nexo o-r, vease lo que luego dirernos al tratar de la r. · . P. Junto a su forma minuscula (I, 89, 90), se usan las cursivas, que revisten dos figuraS';·principales: una, hecha. de un solo golpe y abierta por su parte superior, que se gene'raliza desde el siglo-xrv 11 (I, 91-96; .•II, 287, 290, 293, 295-303, 306, 307) y otra parecida a una phi griega (I, 97-103; II, 288, 289, 292, 294, 304, 305, 308). . Q. Prolonga en nexo su caido y lo vuelve hacia la izquierda (II; 309-313) al igual que ocurre con la i y con otras letras, como h, m, n, y. R. El uso de la forma mayuscula de esta letra con valor de doble r es frecuentisimo (I, 111-116; II, 320-322, 324, 326, 327). En medio yen fin de dicci6n, puede aiectar, desde fas postrimerias del siglo xrv, 12 la fonna de un rasguillo curvo o virgula, · que, por lo com4n, arranca de la parte alta de las vocales y de la y (a-r: II, 18-21, 35, 109, 289, 292, 343, 344, 394; e-r: II, 47, 180, 181, 239, 358-361; i-r: II, 207-211; o-r: II, 274-278, 299, 300r; en el caso de e-r no es infrecuente la omisi6n de la vocal delante de! rasguillo, que adquiere asi, como en el . siglo anterior, valor abreviativo. s, z. Por razones de metodo trataremos juntamente de estas dos letras. Muchos manuscritos y documentos cursives de los siglos Xiv al XVI usan las larga ({), en posici6n inicial y medi111, y u con valor de z. Como en los escritos en cuesti6n la s siempre es larga en el interior de la palabra, es evidente que toda u, en tales casos y en dicha posici6n, equivaldra a z y por tal la hemos transcrito. Pero hay otros manuscritos, especialmente de las postrimer!as del siglo XIV y del siguiente 13 que clan a la s intermedia la fonna u y -usan esta, o al mismo tiempo _que f> o exclusivamente. La . z, que tambien adopt_a la misma forrna a, se distingue unas veces des e_n tener el trazo superior algo mas prolonga:do (II, 138), o en alglin otro detalle, y otras se confunde con ella. E_n posici6n final, Ia distinci6n de u=s -y u=z es posible en unos casos y en otros no. En la transcripci6n cn~emos que podria adoptarse el criteria de representar por z las a con valor de z, lo mismo dentro que en fin de palabra. Hay, por {1ltimo, manuscritos y documentos CUrsivos que escriben la Jetra Z COD SU forma pro. pia, y usan, ademas, u (igual p c:!iferenciada en alg{m detalle de a-=s ) con el mismo n Lam. IX. '-' Lams. IX, X y XI. · " Lams. X y XI.

../ ..-;.

.;:-

:~···

45

46

PALEOGRAFi;.

HISPANOAl\IERICAN A

valor y con el de .r, siendo aplicable en tiles casos identico criterio. 14 Al transcribir nuestras Iaminas se ha reproducido escrupl\losarnente Ia representaci6n de estos sonidos, en la cual se observa verdadera anarqufa, debida seguramente a influencia del "seseo" en la pronunciaci6n.. T. En ciertos nexos, particularrnente con la o, reviste uha forma que con facilidad. s~ confunde con c (II, 415) ; otro tan to suele ocurrir cuahdo va seguida de. r (JI,. 428, 430, 432); desprovista,. a veces, de su . rasguillo horizontal, queda re.ducida, como hernos vista al tratar de la e, a un simple trazo vertical (II, 438). En la escritura de! siglo XVII dicho trazo se apoya en la ll.nea del rengl6n, sobresaliendo la letri por encirna de las demas (I, 131). · u. Tiene, sobre todo en la procesal encadenada, un trazado semejante al ·de la n {II, 95, 97, 220, 236, 255, 311-313, 339, 386, 388, 444). v, x, Y. Estas letras no se prestan a observaciones especiales. z. .. v ease lo dicho a prop6sito de la s.

2. El papel, fabricado preferentemente con trapos o substancias vegetales fibrosas, fue introducido en Europa por los arabes, quienes aprendieron de los chinos,1 5 hacia media dos de! s.iglo vrri, 16 la tecnica de su elaboraci6n. > La menci6n mas antigua conocida dd papel, aplicado a fines libraries, se halla en el fratado Adversus Iudaeos de Pedro el--Venerable, abad de Cluny (1112-1150), el

-1

'i i'

· lI

.. l l

'' Acerca de esta cuesti6n escribe R. Menendez Pidal, en Romania, XXX ( 190 I), pp. 434440, que la variedad de s es la principal dificultad que presentan los manuscntos espaii.oles, y reduce a cuatro grupos los casos que pueden presentarse: "l) Los buenos manuscritos del siglo XIII ofrecen una I inicial o medial, una s final y una z; el mismo sistema que prevaleci6 siempre entre los escribientes mas esmerados, hasta imponerse en los primeros siglos de la imprenta. Con el · ernpleo de letra. cursiva se perturbo · esta sencillez de las siguientes man eras: 2) En el siglo xrv .la z se escribe cada ve:i: mas semejante a la s, pero sieinpre distinta de ella por tener en lugar de la curva superior de la s un trazo horizontal, ligeramente prolongado de derecha a izquierda; asi estan escritos los privilegios de Alfonso XI, con igual sistema de f, s., z que los de! siglo XIII, salvo esta figura de la z, que los escritores modernos transcriben por s, pero que nunca se debe confundir . con ella, ni jamas se escribe con {. 3) Fucra de los privilegios, en la letra mis cursiva de albalaes, la cuesti6n se complica; de una parte, la diferencia entre s y z se hace apenas perceptible, pues el trazo superior pierde su prolongaci6n izquierda, de modo que la z viene a quedar con la forma. de una sigma griega final ( s) ; de otra parte, Ia s t 0 ma una segunda forma cursiva igual a Ia u griega, que se usa tambien en algunos manuscritos juntamente con Ia f en medio de palabra; y la s=z toma tambien la forma de (j que solo se distingue de la u=s en tener el trazo superior algo mas prolongado ... Los manuscritos menos cursivos no usan la u=s, ni la s en medio de palabra, sino sola la f con forma mas o menos de erilace, de modo que en medio de palabra toda (j o s equivale a z, aupque por la rapidez de los enlaces su rasgo horizontal este casi suprimido [Vease Nazarenus, fig. 50, lin. · l; fizo, ibid., lin. 2; lazeria, 11.n. 6) ... Los codices de letra no cursiva continuan la tradicion de los privilegios de Alfonso XI, con la sola diferencia de dar a la z la figura de s [aunque no siempre; vease rraz6n, fig. 50, Iln. 4] ... 4) La confusion· de s y z, que hasta ahora es meramente grafica, hija del rasgueo de la pluma, lo fue tambien de la pronunciaci6n seseante, que aunque no atestiguada por los· gramaticos hasta el siglo XVI ••• , existi6 naturalmentc rnucho antes ... " Sobre este interesante probiema veanse los textos reproducidos y las observaciones formuladas por Francisco Lopez Estrada,° Embajada a Tamorlan. Estudio y edici6n de un manuscrito del siglo XV (Madrid, 1943), pp. xcvr-cx. 10 Estos conocian el papel desde el siglo 1 de la Era Cristiana. 16 Fecha de la conquista de Samarcanda. Los musulmanes introdujeror1 la fabricaci6n de la materia que nos ocupa en Bagdad, Egipto, Siria y otras comarcas. La existencia de dos clases de papel, una .o riental y otra oc;ciqental, es segura. Un rnetodo para difercnciarlas ha sido e..-::puesto por Jean Irigoin, "Les premiers manuscrits grecs ecrits en papier et le probleme du bombycin", en Scriptorium, IV "(1950), pp. 194-204. El manuscrito arabe mis antiguo en papel (Leyden, Codex Warner, 298) esta fechada en 866. Aunque en Occidente abre la serie de los manwcritos en papel con fecha segura, un mandato de la condesa Adelaida de Sicilia ( 1109, en griego . y arabe) ' se trata de un producto de fabricaci6n oriental.

mas

·'

301w f.int- 601146(

I

ftC]r ..c la fuu1.~ · ~·~

-~

-_. l

. ct Zttct,;~~1 V\n fuvatryo-)· "1lcG qziti--an rra~n .:·:':·.-.3 •

.

.

v

i

QJ- Vl1\) ~1Hto tnatl)t.1

1

~ir-~, 'ouofl ttf1}1c;inzetuoo-~ muV ..

1

)j_

J vci

i_

culaG rotttf5 ~ o\1 tcticntoe.~~ltrab'-i Cl.lCtttll fUllmctUOtJ

3 _.

- - - -·---·-··

---·-~~



. FIGURA

50

Pedro de Veragiic, Tratado de la doctri11a. -Ms. Escori:il, IV-6-21.- Publicado por F. jancr · en Bibliotcca de Au tores Espanoles. L VII (· l 864), pp. 3 73-3 78, y R. Foulche-Delbosc en Revue Hispanique, XIV ( 1905). pp. 565-597. - Cfr. M. Menendez Pelayo, Antologia de la poesfa lirica espanola, III (Madrid, 1912), p. cxxxvn.

n Dixo sant Bernabt'."~: n Yo creo la rrernisy6n

peniten<_;ia

que Dios fara por su passy6n a los gue daran rraz6n

n Dixo. san to Mathia:

n Todos rresc;uc;itaremos en las carnes que oy tenernos y por cuenta pasaremos

.../

)

muy estrecha.

(','~:---:~··o;). ·'A ' t./ : :. '

l

'

i

·

. .. p .

.

.. . ' .

()

f.

.

~

·.

.

.

. .

. .·

;· .:.· ·.·

. . :-

·w·. ··~·- ~ . -_{if;:~?;.~

:1-

l . ·.Y:.~!:.1Sf Q. .~ . · ·~ ·.· r . .1. -*'" 4i ""' . Pl"fl" · · I'~'" ·· . il ·I"-::.., · ·""'"~" .

/:.·,,/f-

.I

~··

~ hA:'(J.i'•,t-,/~') ~·jC ~' ;:;::i_,. .· 1·11 , ' \,,. J.»•6'j"7___r11

• ..

',

-. .

I

.

.

.'.:._

l.l\"

~

.

.

. ·:

·.

. · ·:. .• ·• . t .

'f

._ .' .





:;~.

v*'.~i'f~c:'\ _. .·...

.· ".

;.;'!!' •:

• f Jti~

. . ~......

: '·£,;,,f,J ·:t~k

'

,~-~~ ~ ~~ 1·~q6 , ...\t~ F


' ; .,.~~~~Cl"t ~:'."'.:'~ ~(t<~ ~~.~

I. ,

~~~ ~ ~~ ~~,,~~ S\J'~[!f-1 I~i~~~~~~~~~~~''f.b~f:§· ' " . . ' '. I : . . .: . ·... . . 2~ii~-. ~ ' . . -., (. ~u ..Jl. •.

-·i--

~') f\·:

~~A..~

"..

I

,'. •t ..' .... '·

"-"!i.i>;'it;-·,··:,'

~::--:- .• :1··'.'\'!~1

~~~ ~ :tl fl~..aA/}"& ~~.¢A.~ ~.. ~~~· r~ ~ ~Jq'-\"'l:t ~p·~i~ ~-> t~f '.'...\·:;:·~:

~

~ J

<~ fll i



~

(!

FIGURA

Ii

•"'lo -~~ffi'fi¥~I •

,.

.•

'

r,.

.(

51

Madrid, Bibliotcca de Palac io, 2,i.4-. - Juan Ruiz, arciprcste de I-Iita, Li bro de buen amor. Manuscrito .d e Salamanca (S), asi llamado por hab er pertenecido hasta 1807 al Colegio Mayor de Sa n Bartolome de di cha ciudad. Lo copi6 hacia 1417 Affonso de Paradinas, que m as tarde fut! obisp6 de Ciuclad Rodrigo y fallcci6 en Roma ( 1395- H·85) . Cfr.- A Millarcs Carlo, Literatura espaiiola hasta fines del siglo XV (MC-xi co, 1950) , p . 135 . Las lineas., quc rcproclucidos corrcspondcn al comienzo .de! tcxto ( edic. J. Du earn in [foulousc, 1901], p. I). ·

Ihesus Nazarenus rrex Iucleoruni. j(Esta es oraci6n que el ac;ip1:~stc fizo a Dios quanclo comern~6 cstc libro suyo. I Senor Dios que a los joclios, pueblo de perclic;i6n, sacaste de cabtiuo de! poclcr de Fa[ra6n], I a Daniel sacaste clel poc;o de Babil6n, saca a rni co}·taclo de csta mala presi6n. I Seiior, ti'.1 clistc gracia a Ester la rrcyna, ante el rrcy Asucro ouo tu gracia cligna : / Scilor, dame tu gmcia e tu rnen;ecl ayna; s{icarnc de esta lazc:ria c de es ta presi6n. j Senor, t(1 que sacaste al profccta clel lago, de pocler de gentiles sacastc a Santiago, a santa Marina libreste del .vientrc del drago, !ibra a mi, Dios rn!o, de es ta prcsi6n do y[ ago J. ·

I

Lin. 6: Des/mes de "ayna", "sacast", lathado.

~·'4~ t~/~4Wr

fie . .r:J.co/l/71tnLLJ JcL

~~ f'«-~t~r vd~1-;n 'Fa #t:J"'i.t/'n.ha . ;;;i- £UJandi ce r.r4.!Un.u· liom1.1UJ PLr.dl.t1n:z..-'

-f~m u :~fj~nenv va,su;.

T77t!6

t:r v.1dUJ

Ulf ru/uJuc.a:/ ..rfwfru ~~ 4ffl:1cn~r'J7/

k.tu.auJ~m

IAUJ

.1/z..-.fr;df~ ad'"~

tunda/

P 1n..a:::uoza4..r an1mAr tUUf'ih111 um:

tttha

JIJU ".zah77 .SfudU U-

T

d./fi,u,tzl' Jn "ui.n

d7 vrcc~1uca.i" a 1na:"acar ~.rUO m£ar J~ -L/:.e~r. Su z::.U,f;,.t--:S~ lfZ.,:zfez· ;ntJ.Tado · .J./u4d. _ctdk1uar Jumc ,£;£jC/1.ra..17a;:yr-cz_ zrr;J;,u~ aL LJ1.m4UL.?J~ U1~~au ~n~·c~~. '{~ jq4J(:,Uqvvc/r#ln....

f.LU·1fj-~. ~~ ac~·crfrakn.Ub · .mr°n.U ad r.e.-/'/.un .

pa::L.m Cl

sfuaia ~/ ~

de Ju~

d

c~4u~~

u

1;u£,Zrlu) ~zt.j..1,._.

a':./;µ~ dja.uAUjUUf'h:z e.riu <.,/.



'

.

1na'PanL4 1''Cf_i'IJJ4'f~.z.a adc-dn.wucn..z.4 er FIGURA

52

Oaxaca, Biblioteca Publica de! Estado. - Fray Bartolome de Las Casas, De unico vocntionis modo. Siglo XVI.- Fr. Bartolome de Las Casas. Del unico morlo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religion. Advcrtencia preliminar y edici6n y anotaci6n de! tcxto latino por Agustin J\fillares Carlo. Introducci6n por Lewis Hanke. Version espaiiola por . Aten6genes Santamaria (Mexico, 1942), p. 46, lins. 2-12.

~ 49. Idem probatur sic: Non minus sed I magis prcclica tor \·cl doctor, qui officium ha- I bet docendi ~t trahcndi homines ad rectam I ficlcm ct religioncm vcram. mod(') et ind us- I triaerethoricae stud ere de bet diligenterq u e ob- I scruare precepta eius in praedicando, ad commo- i ucndos et inducendos animos audientium, quam j rethor siue orator studct et obseruat in oran- I dci, vt commoueat ct inducat audientes ad ca quae I intendit. Sed rethor siue orator in orando I stuclet ct obseruat sum[m]e diligcnter precepta I rethoricae ad com[m}ouendum et inducendum au- [ dicntes et cetera. Ergo praedicator vel doctor, I qui officium habet docendi et trahencli ho- I mines ad rectam fidem· et religionem veram, I studere debet modo et industriae rethoricac I ac suminc diligenter obseruare precepta eius J in docendo vel praedicando ad commouendo et. ..

. ~/._



FIGURA

53

Madrid, Bibliotec:r Nacional. Secci6n de Manuseritos, Vitrinas: - Fragmento de una car ta aut6grafa de. la reina Cat6lica,_sin fecha. -A[ntonio] P[az] y M[clia], "Carta de Isabel la Cat6lica a su suegro D . Juan II de Navarra", en Re1•i.1ta de Archivos, Bibliotecas y Museos (Madrid), XI (1904). p. 441 (con facs. ) .

. . . no lo q1a> foere justo. Ya sabe uurstra seii.orya J c6mo e suplycado muchas uezes sobre el I despacho de las florynes de Chacon y c~'irclcnas I y mi teso1'ero, y agora suplyco, sy meri;:ed I ct~ t1pestra senorya tengo de rre<;cbyr, sea csta, I que se Ios quyera luego manclar sytuar en J las comunycbdcs de Calatayucl y Daroca e aunque sea cosa graue de azer, qur en (~stas tengo yo de rrcc;c:by11 mcn;cd que pbr my se fagan, queen las que poco trabajo ay, por J quyenquyera se azen, y c;erca -de estas cosas yo able con el bachyller de Lylio, al qual uuestra senorya quyera dar f e J co mo a my. J De uuestra seiiorya J obydyente fija, que las ma- J nos de aquella besa, J f. la prin<;esa y rreyna. £. [R1tbrica]. J

J

J J

J

cual, hab1ando de las varias clases de libros "quales quotidie in usu legendi habemm", cita Ios formadcis "ex rasuris veterum pannorum". Llevada a Espana esta materia escriptoria por el pueblo arabe, no parece haberse usado cntre los cristianos antes de los siglos XIII y xrv sino excepcionalmente, ni haberse extendido por toda Europa para la confecci6n de los libros hasta la segunda mitad de la ultiiua de las centurias m~ncionadas. En el correr deJ siglo xm com.enz6 su uso para la redacci6n de documentos en Espaiia. La cancilleria de Jaime I el Conquistador (1213-1276) lo emple6 algunas veces, y esta materia · exhiben los registros, iniciados durante el mismo reinado (en 1257). De Alfonso X el Sabio, por Io que respecta a Castiila y Leon, son los mas antiguos documentos en papel, substancia que, en un principio aplicada a los "mandat.os", fue en reinados posteriores extendiendose a o~ras clases de documentos, como el albala, la carta misiva, la cedula y la provision, quedando el pergamin~ casi limitado a Ios privilegios rodados, las cartas de confirmaci6n y privilegio, ejecutorias, etc. El papel europeo fue introducido en America por los conquistadores, y a partir del siglo xvr parece haberselo fabricado ya en las tierras del nuevo continente, por lo menos en Mexico.17 "Los espaii.oles quc colonizaron nuestro pais de.-;de el siglo xvr, no realizaban acto alguno - inclusive el primordial de tomar posesi6n de la tierra - sin que un escribano o testigo dejara constancia del rnismo. Asi han pasado a Ia posteridad las noticias de la conquista, las fundaciones de cim:lades, la organizaci6n de la Iglesia, el comertio, la navegaci6n, la vida de los indios y tantos otros rasgos de I~ coloniza~ cion. Los papeles del periodo espafiol quedaron en numero considerable en las palacios de gobierno de las que fueron Indias del Mar Oceano, en las. sedes de las audiencias, trocadas mas tarde en tribunaies de justicia. de las republicas hispanoarriericanas, en los ayuntamientos, catedrales, conventos y ·aur{ en los municipios de los indios. Esto sin olvidar Ia masa impresionante que se acumul6, por envios de todo el continente, en los ricos archives de Ia Metr6poli durante tres siglos." 18 Un elernento importante que debe tenerse en cuenta en el examen del papel son las ."filig:r:'¥J.as" o inarcas de fabrica, las cuales proporcionan, desde el punto de vista crotfol6gico, un valioso "tenninus a quo" para juzgar de Ia epoca y autenticidad de un c6digo o documento. El papel con filigrana, de origen italiano, no se introdujo en Espana hasta el siglo xrv.19

3. ·La tinta negra fue la comunmente usada para la escritura de las documentoi de la epoca que estudiarnos. Los dement.os que entraban en SU composici6n eran,' 11 Cfr. Hans Lenz y F: Gomez. de Orozco, La i~dustria del papel en Mexico. Bosquejo - historico (Mexico, 1940), p. 36 . " Silvio Zavala, "Un tesoro de cultura regiomontan.a", en Homenaje a don Francisco Gamoneda (Mexico, Imprenta · Universitaria, 1946), pp. 563-564. . . 10 Obra fundamental para su estudio es la de C. M. Briquet, Les fi.ligranes. Dictionnai.r~ . hi.storiqiie des marques. du papier des leur apparition vers 1282 jusqu'en 1600~ avec 3,9 figures drms le tcxte et I 61I2 facsimiles de filigranes. Geneve, 1907, 4 vols. :Para Espana pueden consultarse los dos trabajos siguientes de F. de Bofarull y Sans: La heraldi.ca en la fili.grana del · papel. M emori.a leida en la sesi6n ordinari.a celebrada por la Real Academia de Buenas Letras en el dia 26 de ma·yo de 1899 (Barcelona, 1901 ), y Los.animales en las marcas del papel (Barcelona, 1941). De este aspecto de la tecnica de la materia escriptoria quc nos cicupa en ejernplares mexicanos trata el breve estudio de Ramon Mena, Filigranas o marcas transparentes en papeles de Nueva Espana del siglo XVI (Mexico, 1926) (Monografias Bibliograficas Mexicanas, num. 5). Veanse tambien las laminas .finales de la obra de Lenz y Gomez de Orozco, citada anteriormente, 'que rcproduccn filigranas de la misma epoca y pa!s pertenecientes a la colecci6n de Carlos. R. Linga.

•'

PALEOGRJ1.FL.I\

48

HISPANOAMERICANA·

principalmente, la nuez de agallas y. el sulfato de hierro. Las tintas de otros coi'ores rojo, amarillo, verde, de oro, plata, etc., quedaron reservadas a la iluminaci6n

d~

codices, ejecutorias, etc. . Con excepci6n de los libros de coro, en los cuales la rnagnitud de las letras exigia el empleo de la cana, puede afirmarse que en la Espana cristiana de los 20 siglos vu al XVII se us6 la J?lum~ de ave para el trazado de la escritura.

~ Munoz Rivero Nociones de dipiomatica espaiiola, p. 49. J. Destrez, "L'outillage des copistes du xme et du 'xrve siecle", en Aus der Geisteswelt des Mittelalters (Munster, 1935), pp. 19-34, da cuenta de los instruroentos encontrados por el en los rnanuscritos de cstas centurias .

./

CAPITULO

IV

I. Estudio de las sistemas abreviativos usados en Los siglos XV, XV I y XVIJ. • 2. Signos abreviativos. - 3. Modos especiales de abreuiar. -.- 4. Suspension. 5. Contraccion

I. El creciente predominio de la escritura cursiva en toda clase _de documentos a. partir de la segunda mi tad del siglo xv, que se acentua singularrnente en la siguiente centuria, determina las caracteristicas del sistema abreviativo utilizado por los escribanos y amanuenses de las siglos XVI y xvrr. Cada tipo de letra tiene su propia sis.tema de abreviaci6n derivado de los principas .;generales que informan su estilo, de una parte, y de atra, de la funci6n esentjal de las abreviaturas. Destinadas estas, fundamentalmente, a conseguir una mayqr celeridad y una considerable e·ccmomia de espacia, · es una ley constante en la historia de la escritura que su importancia disminuye cuando en aquella se llega a los mas avanzados tipas cursives, donde la economia de espacio se obtiene por la abundancia de las n"exos, confusion de rasgos, enlace de las palabras, etc. De aqui que se prodiguen en la escritura carolingia (siglos x:t-xn), caracterizada par la independencia de las letras, belleza de sus rasgos, producto de la rnorosidad de su trazado y cansf'c.uente supresi6n de nexos, y disminuya su importancia, dentro de la escritura espa6ola, a partir de! siglo xrtr, llegando a desaparecer practicamente con la letra encadenada, para \ralver a surgir en el sigla xvm al reforillarse la letra y adoptarse el tipo italico o letra bastardilla. Si al examinar, en los capitulos precedentes, las caracteristicas rnarfol6gicas de los modos de escribir en el periodo comprendido entre los 1500 y los 1700 hemos llegado a la.conclusi6n de que la libertad y variedad del trazado de la escritura hacen dificil precisar y sistematizar sus formas constantes, no es de extraiiar que, a primeravista, suceda Io mismo en el examen de las abreviaturas mas cornunes, en un periodo en que la complicaci6n de la escritura y la tendenc.ia a aumentar el redondeamiento y ligado de su estructura, daban margen sobrado para que ·10s modos abreviativos, lejos de responder tipos estrictarnente uniformes, dependieran de la libre iniciativa de quien redactaba el documento en un tipo de letra que se supeditaba a la rapidez del trazado. La profusion de nexos, la imperfecta separaci6n de las palabi:as, la extraordinaria abundancia de rasgos inutiles y el descuido en el trazado de las letras produce Ia impresi6n de que . todas las palabras estan abreviadas, cuando la realidad es que la mayor parte no estan compendiadas y que debe darse caricter preferente a la observaci6n de las uniones de las letras - nexos - y al estudio de sus forrna:s, objeto del capitulo precedente. Serra, sin embargo, err6neo e incoi:recto que estas consideraciones nos llevaran a adoptar el cr:iterio de que las _a breviaturas, en la etapa comprendida entre los ~iglos XVI y xvrr, no obedecen a 'deterrninadas reglas y gue en ellas no se utilizan, con mayor 0 menor uniformidad, form.as y signos abreviativos, sino que son debidas al criteria casual de[ amanuense, en cuyo Caso resuJtarfa imposible hacer un estudio

a

49

50

PALEOGRAFJA

HISPANOAMERICANA

sistematico de las rnismas, quedindonos, como {mica tarea, la de recopilar.1as qur, fueran apareciendo en los diferentes documentos observados.. A pesar de la enom1e variedad y de Ia libertad de escribanos y amanuenses, en Ia redaccion de documentos pueden pbservarse m_odos constantes de abreviar cuyo _origen ·se encuentra en la misma letra de Ia que se deriva Ia llamada procesal, es decir, en el sistema abreviativo propio de la letra cortesana, a traves de la cual "pasan a Jos siglos XVI y siguientes modos de abreviar de vieja tradici6n en la Paleografia espafi.ola. De e11o se origina que el atento estudio de los documentos del siglo xv _constituya una guia imprescindible para sistematizar los procedimientos abreviativos utilizados en la epoca de nuestro interes, teniendo siempre en cuenta que en ella se entrecrtizan diversas influencias y, singularmente, las procedentes del avance de la letra italica. · Dentro de este proceso se advierte que, asi ~omo a principios del siglo xvr hay un· mayor apego i las formas tradicionales, a medida que adelanta esa centuria se va perdiendo el significado propio de las signos primitivos y se Hega a cornbinadones en que se .emplean sin precision, como puede comprobarse por la analogia de los empleados para la abreviaci6n de pre, per, par (Cfr. III, 45, 49, 58). Lo mismo sucede en el empleo de las vocales sobrepuestas, que originalrriente tuvierol'.1 un significado _ • e:pecial de abreviaci6n y que a partir del siglo xvr se utilizan p·ara contribuir a la cur.;, sividad de Ta escritura o se cbnvierten en rasgos dificilmente identificables, coma ob·\ - servarernos en el analisis de los signo,s- de par (II, 39-4 7) y qua (III, 6 7-71). · Es mas, el _caracter cursivo dominante ha dado origen a qtie .ciertas palabras adopten con notable unifonnidad una grafia especial en que ya resulta dificil seii.alar las letras que las componen y las que han sido suprimidas, dando lugar asi al mantenimiento de form.as especiales de abreviaci6n, tales como escriuanos o escribanos (IV, 195, 201-216), carta (IV, 71-81), etc. Simultaneamente la abreviaci6n suspensiva, propia de la escritura cuidada, pierde SU intereS ante la facilidad que el caracter ligado de la procesal presta a ]a supresi6n de letras, singularmente a las vocales ante s o r finales. -· Esto nos lleva a establecer como caracteristicas del sistema de abreviar en los siglos XVI y XVII: 1i:> Necesidad de resolver las problemas de la lectura por el analisis _de las nexos antes de considerar abreviada una palabra. 2" Gran varied ad en los modos de abreviar, ya -que a veces aparece la misma palabra con grafias distintas aun dentro del mismo documento. 3" Uso de modos, practicamente constantes, de abreviaci6n de ciertas sllabas - lo mismo en posici6n inicial que media o final. 4" Penn_anencia del empleo de signos especiales de abreviaci6n. - 5" Uso de vocales sobrepuestas sin valor abreviativo. 6'1- Maneras especiales de escribir algunas palabras en las gue practicamente han desaparecido las caracteristicas de las letras que las integran. 711- Predominio de las foimas por contracci6n, en muchas de las cuales se suprime una sola letra; y 811- Importancia decreciente de las abreviaturas a partir' de los comienzos del siglo XVII. Con arreglo a estas caracteristicas, el sistema abreviativo puede repartirse en los grupos siguiente's: ' _

I. Signos abreviativos. _ II. M odos especi.ales de abreviar.

DE LO S SlGLO.S. .XV). Y XY.ll

III. Ab;eviaturas par suspension o ap6cope. IV. Abreviaturas par contraccion a sincopa. . Consideramos como . signos abreviativos los rasgos que indican, con caracter general; que una palabra esta abreviada~ rasgos. que tienen un valor constante de abreyjaci6n o que representan uniformeroente una determinada silaba.. · For modos especiales de abreviar entendemos aquellos que representan una sola palabra que por la evolucion de su trazado ha llegado a tener una forma "sui generis". La abreviaci6n por suspension o apocope consiste en suprimir los elementos finales de. una palabra, y encuadramos· dentro de los tipos de contraccion o sincopa los que aparecen elidiendo letras intermedias, pero conservando, por Io menos, la primera y ultima. Conteniendo eleinentos de estos dos tipos veremos la form~· mixta en que se suprilnen letras intermedias y la final o un grupo de letras finales.

2.

SIGNOS AllREVIATIVOS

. ... , Los signos abreviativos o bien tienen caracter generico o bien se circunscriben a una sola letra o a una combinaci6n de ellas. En el primer caso se consideran como signos geny_r,ales de abreviaci6n y en el segundo como signos especiales.

Signas gen,..~rales

! 'i.'l ..... ·-

Se limitan al punto y a Ja linea. El primero, quc en las documentos medievales ten!a valor general y especial de modo si-multaneo, a partir del siglo xv se utiliza casi exclusivaroente como signo general de abreviaci6n, bien acompanando. a las siglas (III, 1), bi en en la terminaci6n de la palabra abreviada y generalmente en la linea baja del rengl6n (IV, 34, 61, 82, 93, -112, 201, 208, 232, 234, 314, 319, 320', 386, 388, 399, 401, 418, 470, 545, 554, 586, 604, 652, 652); aunque algunas veces aparece sabre la linea superior de! mismo, debajo de la o las letras sobrepuestas o de los trazos de los nexos_. (IV, 136, 414, 623, 652). Algunas veces mantiene su significado de signo general al sobteponerse a una palabra (III, 3; IV, 392) y en deterrninadas ocasiones, especialmen.te cuando indica la duplicaci6n de la n, o su conversion en el sonido ii., aparece completando el significado de abreviaci6n de una raya curva y c6ncava sobre la palabra o sllab;i abreviada. El punto carno signo general de abreviaci6n, en cualquiera de las formas anteriormente resenadas, fue practicamente descanocido en la escritura tipicamente encadenada, apareciendo con cierta regularidad en los documentos escritos en letra cortesana y, con mayor frecuencia, a partir de la adopci6n de la italica, conservandose en nuestros dias como {mica signo general de abreviaci6n. . . · La linea, bien sea recta, -ct.irva mixta, co~tinua siendo, como en epocas anteriores, el signo que con mayor gen.e ralidad indica gue una palabra esta abreviaaa; · aunque la superabundancia de rasgos inutiles en la forriia procesal de la escritu~ :hace gue aparezca, tambien, sabre palabras integrarnente escritas. Es utilizado en todos los generos de abreviaci6n, es decir, lo mismo en las abreviaturas por suspension . qt1e en las que se adopta cualguiera de las forrnas de contracci6n o mixtas. · La Hnea recta ( manera, III,A) es inenas empleacla que la curva· o mixta' y'~pa­ rece preferenternente en los escritos mas cuidados, coma sori. Ios traslados de.Ios docU--· mentos notariales entregados a las partes y. en algunos protedentes las· caht:ille·'

o

de

.. .

.

__ .. _-··

~>

':""

-'l::l"•.tT l'~l"\TO

Di!

!illr._J~a

~~-. --'I:!~ ti~:,:.

52

:PALEOGRAFIA

HI SPANOAMERIC.A..NA

rlas, aunque a medida que estos van siendo influidos por la letra itilica preqomina tambien en ellos la linea curva. La tendencia a redondear todos Ios rasgos determina el predominio de las fonnas curvas, que, cuando abarcan toda la palabra, tieneri una cierta inclinaci6n a declinar hacia su derecha, corno en alctilde (!Ii, 6) que Jlega a producir el tipo que senalamos en la palabra dicha (III~ 5). · · Como una forrna intermedia entre las lineas recta y curva aparece el signo general constitu!do par una especie de bucle o rizo cuyo desenvolvimiento es una clara demostraci6n de que los signos abreviativos de nuestra epoca proceden de los utilizados en tiempos anteriores. El signo a que nos referimos es el senalado con el numero 8 de nuestro cuadro num. III (Cfr. IV, 118, 219, 246, 271, 336, 522, 645, · 647, 700), del que puede considerarse un lejano antecedente la fonna del signo general que aparece en algunos documentos del siglo xm, y que· quizas pas6 luego a ser el signo de er, tal como lo vemos en la palabra primeros (IV, 522); . otras es simplemente una letra sobrepuesta (Madrid, III, 9), y par fin perdi6 su significado especial llegando a ser un signo general que evoluciona perdiendo su primera caractedstica, como vemos en los nurneros 10, 11 y 12 del cuadro rn'.im. III. . Esta tendericia cursiva a que antes nos hemos referido produce Ia evoiuci6n de la 11nea, convirtiendola en un rasgo envolvente, coma en la palabra nuestro (III, 7), forma envolvente queen dzcho y esci,iuano (III, 16 y 17 respectivamente; IV, 39, 72, 78, 155, 156) se consigue prolongando de derecha a izquierda el rasgo gue, al buscar el enlace con las letras sobrepuestas, rodea la palabra abreviada. En determinadas ocasiones este envolvimiento no procede 'de un rasgo de enlace, ni de un trazo ajeno a las Ietras que componen la palabra abreviada, sfoo que es la expresi6n de la cedilla larga ·que rnarca la supresi6n de la c, como puede verse en la palabra meryed (III, 18). . · En otras el signo. de abreviaci6n consiste en prolongar los rasgos propios de una letra sobrepuesta, como en la t de Magestad (III, 15). o bien Ios superiores de una letra, ya a la derecha, ya a la izquierda, como en nombre (III, 19; IV, 26, 102, 243, 471 , etc.), o los de la primera letra de la palabra inmediata, como en non vala (III, 20). Como hemos vista en los ejemplos propuestos, es frecuente SU empleo en sustituci6n de las letras 1i- y m, unas veces con el signo general aplicado a toda la palabra y otras a la sllaba abreviada, como en encontrado (III, 13), Espana (III, 14) . Este sistema se aplica, en esta epoca, preferentemente, a las abreviaturas por sincopa, tales como jurisdicci6n (III, 21) y rrentaren (III, 22) , adoptando muchas veces la forma especial de la prolongaci6n sobre ella misma de la letra final ( seglin, III, 23 ) ; en este sentido e.s rnuy caracteristica la forma que adopta Ia palabra nin (III, 24). El signo general de abreviaci6n va perdicndo importancia a parti;· del ultimo tercio del siglo xvr, como puede comprobarse en las comentarios a nuestras laminas · de esta epoca, apreciandose que SU empleo Se reduce a mcdida- que adquiere mas valor la forma de abreviaci6n por contracci6n con las letras finales o mediales sobrepuestas y manteniendose, aunque no siernpre, en las formas de suspension y en la contracci6n en que todas las letras conservadas se escriben en la caja del reng16n. Signos espe.ciales {

.>

Asi como el signo genera) es una simple indicaci6n de que la palabra a gue afecta esti abreviada, el signo especial tiene un determinado valor y suple una letra o una agrnpaci6n de letras.

DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

53

Tuvieron una gran importancia en epocas anteriores. Derivados de las notae i11ris y ~nJazadas estas con Jas notas tironianas, Se prolonga SU empleo en la escritura medieval y su estud io tiene una gran importancia para el co.nocimiento de la escntura libraria y documental. Su empleo se reduce enormemente a partir del siglo xv, pero sigue vigente Io mismo en esta centuria que en las siguientes. Como ya hemos dicho anterionnente, Ia espontaneidad en el trazado de la escritura procesal determina Ia existencia de una gran variedad en este tipo de formas abreviativas. Por lo tanto, es inutil buscar una absoluta conforrnidad en el uso de los signos de abreviaci6n, aunque se puede llegar a encontrar una norma hasta cierto punto uniforrne, ya que es evidente que en la ensefianza de la estritura se daban reglas para abreviar que luego quedaban sometidas en parte a Ia libre iniciativa del arna- . nuense. Para confirmar e.5ta tesis bastari recordar la existencia de las cartillas descritas por el Conde de la Viiiaza en su Biblioteca hist6rica de .la filologf.a castellana (Madrid, 1893) con los numeros 401 y 402, ambas del aiio de 1534, y en la segunda de las cuales, que, seg6.n el autor citado, puede considerarse como una segunda edid6n de la primera, se dice en el titulo Cartilla y arte breue y bien compendioso para enseiiar a deletrear y leer perfectamente y con much a f acilidad y con todas o las mas abreviaturas que se pudieron hallar... Pa~ facilitar su estudio, y aun reconoci)'!ndo que el sistema no es estrictamente preciso, .; vamos a separar en esta secci6n de nuestro estudio los signos abreviativos propiamente dichos, por un lado, y los "modoS"'de abreviar" determinadas partes de las palabras, generalmente su terminaci6n, que adquieren lma forma muy caracteristica, de otro. Entre los primeros encontramos: bcr (III, 25 ; IV, 58 y 59). Este signo no lo hemos vista utilizado sino en principio di?. palabra y practicamente reducido su ernpleo a las palabras Bernaldino o Bernardo. · con (III, 27-29; IV, 95, 97, 98, 109, 110). Este signo aparece ya con valor de com, con, cum a partir del siglo XII y se mantiene en las siguientes, como puede verse en Millares, Paleograf£q, lam. XLVI (concedo, 2, 4; confirmo, 2, 4; compositionem, compositionis, 2, 3; conuentus, 2; continetur, 3; etc.) y en nuestra lamina I, concedo1 4·; confirmo, 8, etc., y fue usado indistintamente ·en latin y en romance. Dada la semejanza de sus rasgos con la letra q, puede confundirse con ella, singularmente cuando dicha letra se presenta en posici6n inicial. Este signo se utiliza exclu. sivamente en principio de palabra. ver (III, 31-33; IV, 47-49, 268, 372, 708, 716). Algunas veces representa tarnbien el giupo var. Esta constituido por un trazo oblicuo que, partiendo de la parte superior de la caja del rengl6n; cruza el primer rasgo de la letra v, cunrandose hacia la derecha. Este trazo, ·que inicialmente quedaba netamente separado de los dos. brazos de la v, posteriormente se enlaza con ellos: Puede encontrarse al principio, al medio y al final de palabra; Este signo es de aparici6n tardia, siglo xv, como puede verse en nuestra lamina XI (aver, 7,. 20; verdadero, 18), y no tiene ninguna relaci6n con la evoluci6n del nexo e-r ·(II, 180-182). · . . vir (III, 34-35; IV, 725, 726). Este signo es analogo al anterior; pero al iniciarse el trazo transversal marca un rasgo hacia la izquierda y en sentido descendente que lo caracteriza. Puede encontrarse en las mismas posiciones que el de ver. ser (III, 36-37; IV, 656..658, 662). Como vemos en las figuras del cuadro III, adopta este signo dos formas diferentes. En la primera (III, 36), del mismo grupo que Jos signos de ver y vir, se cruza tambien de derecha a izquierda el rasgo caido de Ia

·I

PALEOGRAFIA

HISPANOAM:ERICA..N'A

.s larga.. Tiene valor de sir y se emplea normalrnente en principio de palabra: Como procedente del nexo e-r, de manera mas clara que los anteriores, tiene una apari.ci6n mas t~rnprana, coma puede verse en documento_ de 1285 (Millares Carlo, Paleograffo, lam. LXXII [servicio, 2, ·3]) y en nuestra lam. IX (sirnades:, · 12). A. partir de la segunda mitad del siglo XVI es mas empleada la segunda fonna (III, 37L que no es sino Ia aplicaci6n del nexo a que antes no_s hemos referido a la s corta. cha (III, 38; IV, 137-138). Este signo tiene una significaci6n variable y constituye un ejemplo de la falta de fijeza en el uso del sistema abreviativo propio de Ia epoca que estudiamos, ya que en la misma forma se presenta OT (IV, 409). "Esta constituido por Ia union de las letras c y o, suprimiendo la- h. Practicamente no lo hemos visto sino en la palabra derecho, pues en dicho (IV, 160-171), de manera uniforrne, la letra que se suprime es la c, conservandose la h, que en la palabra en quc se· emplea este signo desaparece. Muchas veces tiene su. valor propio de co, coma puede verse en las abreviaturas registradas en el cuadro IV_ con los numeros 255, 363-365, '545, 546, 548, y a veces, cuando se presenta mas abierto, el de cu. No podemos considerar _c orno · signos especiales de abrevi~ci6n· las Iormas que _··en principio, medio o final de palabra adoptan Ios grupos ar (II, 17-21; IV, 50, 51, "71, 346), er (II, 180-182; IV, 248, '6 75), ir (II, 206-211, 253, 44-8; IV, 660, 661), "':· ;or (II, 274-278; IV, 113, 648) y urJque si tuvieron tal caracter en epocas anteriores, .•. qt.iedaron Juego reducidos a una forrna caracteristica de nexos, por lo que nos r~mitirrios a Io expuesto en el capitulo anterior. Lo rnismo puede 9ecirse de las te1minaciones es.•. os y us, que son el resultado del nexo de las vocales e, o y u con la letra s,· como puede verse en el cuad-ro II, 185-189, 280-283, yen IV, 61, 62, 64, 247, 262, 266, 286, 319, etc. Por igual raz6n no considerarnos signo abreviativo especial la caracteristica grafia del nexo e-n (II, 161-168). Entre los modos de abreviar determinadas partes de una pa1abra vamos a estudiar aquellos que, a nuestro juicio, tienen mayor importancia par repetirse de una manera mas constante:. par (III, 39-47). En las dlferentes forrnas que reproducimos podemos apreciar }a evoluciOrt de este signo abreviativo partiendo de SU forma mas clasica hacia otras de tendencia pronund~damente ci:rsiva. Asi, en las figuras III, 39, ~1, 42; 44, y IV, 417-419, 421, 422, 430, 431, 432, 433, vemos que se mantiene la forma tipica de este signo en los documentos latinos desde el siglo XII y que ·s e conti..r1ua posteriormente, • coma puede cornprobarse en la lamina IX (parte, 11), de una raya horizontal, perpendicular al rasgo caido de la p por debajo de la caja del rengl6n, perdiendo progresivamente su horizontalidad al buscar el enlace con la letra sigu.iente, que es generalmente la a final de la palabra para, como vemos en III, 44, y IV, 420, 432, 436). Siguiendo esta tendencia, el signo va pasando por formas diferentes (III, 45; IV, 423, 424, 428, 429, 435, 437, 438, 441, 442) y adopta la figura envolvente de derecha a izquierda para t:onseguir el enlace con las letras posteriores hasta llegar a representar a la letra a, que antes elimiriaba (III, 46; IV, 425, 439), en forma de ojo o bucle, en el mismo trazado envolvente y a la izquierda de su linea, sigtiiendo la misma evoluci6n que mas·adelante veremos al estudiar el signo de qua. Algunas veces la forma envol-. vente esta t6talmente desligada del rasgo inferior de la p (III, 40). '· per (III, 48-49;-5IV, 455-458). De forma y evoluci6n analogas a las del signo par~· pero sin que se incorpore, en Tunglin momento, la e que se suprime en la forma de _bucle a que antes hemos hecho referencia. Este signo tiene tambien valor de pre, ccimo puede obseI"Varse en los nurrieros 480, 482, 505 aeI cuadro IV. Es rnuy raro '.

--

r DE LOS SIGLO S X VI Y X VII

55

. cnconfrar en · la escritura procesal · la primera forma del signo anterior, es -decir, · la raya horizontal, atravesando el rasgo inferior de la p, con significado de per. par (III, 50, 51; IV, 4 72-475). Este signo puede considerarse integrado por la .: adici6n a Ia p del nexo or anteriormente estudiado. La observaci6n del numero 472 ,- de nuestro cuadro IV permite apreciar, con toda daridad, su origen. _ --. pre (III, 52-59). Iniciado corrio los anteriores par una raya horizontal que atraE: viesa el rasgo inferior de lap (III, 52 ; IV, 498, 505), que es Ia menos usual; en i· 1a forma mas corriente (III, 56-58; IV, 483, 489, 491, 492, 494, 495, 497) es el ' resultado de Ia- tendencia -a enlazar el rasgo ca!do de Ia p con una primitiva e sobre/ puesta que se presenta enlazada con la parte superior de la p (III, 53-55; IV, 484, -488; 503) ; posteriormente pierde la complicaci6n de rasgos y vuelve a la forma a que antes nos hemos referido· (III, 59; IV, 494). Creemos _interesante senalar la gran analogfa de este signo con la grafia de. trespaso que registramos en el cuadro IV, con el m'.unero 707. Este signo toma, a veces, la forma· cara~ter.istica del de per, seglin hemos indicado anteriormente. pri (III, 60-62; IV, 513-516, 519, 521). La form.a normal quc adopta es la recogid_a en los numeros 61.""62 del cuadro III, cons!ituida por lap del tipo cursivo y un ' trazo que recuerda la i sobrcpuesta, que adopta el, trazado del signo general de abreviaci6n. Sin eµibargo; no es infrecuente la disposicl.6n 60 del cuadro III clasicamente cursiva y dentro de la tendencia a la complicaCi6n de rasgos propia de la letra procesal. . pro (III, 63-66; IV, 523-525, 536-540, 542-544). Se presenta con la o sobrepuesta aislada (III, 65; IV, 523, 536-540) y con esta letra enlazada, por medio de un rasgo envolvente, con el ca.ldo de la p, quedando la o mas o rnenos abierta (III, 63-64; IV, 524-525); su empleo es mas frecuente en .la primera de las formas analizadas. Algunas veces la o no se sobrepone y queda en la misma caja del rengl6n (III, 66), singularmentj:: cuando representa la palabra pro. qua. En las cinco figuras del cuadro III, nfu:neros 67-71, se presenta la evoluci6n de este signo abreviativo. Inicialmente la a sobrepuesta, que representaba el valor de la u elidida, apareda bien sola, bien enlazada con la letra siguiente (III, 67 y 68, respectivamente) . Posteriormente, siguiendo el proceso ya vis to en la. evoluci6n de otros signos, al buscar el enlace con _la a sobrepuesta surge el rasgo, prolongando el trazo inferior de la q que absorbe la a, representandola por un ojo o bucle y, como ya hemos vista en el signo de par, no en la parte superior, siho a la izquierda, que envuelve la letra para fonnar un nexo con la consonante siguiente (III, 69; IV, 556, 560, 568, 569 ) . :i?or la misma evoluci6n de este proceso cursivo el rasgo se va simplifi.:. cando, perdiendose la caracterizaci6n de la a absorbida en el bucle, y convirtiendose ~n una simple flexi6n de la linea envolvente (III, 70; IV, 555, 558, 559, 562, 572) y llegando en los documentos mas modernos a perderse todo rasgo que recuerde la a prirnitiva (III, 71 ; IV, 557, ·573). Este signo es la derivaci6n de una forma antigua de abreviar a base de letras sobrepuestas, conio puede observarse en las laminas I · (aqua, 2; quam, 3), VII (quales, 2; quando, 9) y IX (quantos, 1; gualquier, 14, etc. ), y que en el siglo xv se presenta ya en la forma III, 69, como puede comprobarse en nuestra lamina XI ( quantos, 6; ·qual, 9) . .<jue. Esta palabra o silaba se encuentra casi-siempre, excepto en los documentos de letra encadenada, abreviada, y' el' signo que la representa procede de la union o enlace, en la misma forma ·envolvente de. los signos anteriores, del rasgo inferior de la q con el signo general de abreviaci6n · (III, 73, ·74; IV, 574-583 ) . Inicialmente el signo general y la q quedaban aislados y esta grafia se mantiene en los siglos xvi

56

PALEOGRAFIA HISPANOAMERIC.-'>.NA

y xvn (III, 72). Tamhien puede observarse la fon:na que sefialamos en los m'.imeros 75, 76 del citado cuadro III. Es muy frecuente que se presente con la linea envolvente en nexo, por la parte superior de su trazado, con· ]a primera letra de la palabra siguiente (III, 77, 78; IV, 579-583), singuJa,.rmente ante l y s, en cuyo caso se suprimen ias vocales intermedias. qui. De forina ana.Ioga al anterior, pero marcando muchas veces la
3.

MODOS ESPECIALES DE ABREVIAR

Las letras sobrepuestas con caricter abreviati.vo tienen una vieja tradici6n, ya que aparecen utilizadas en las notae iU1:is. Posteriormente adquieren una gran importancia, al introdudrse en Espana la escritura carolingia, y su aplicaci6n en la escritura libraria y documcntal latina se extendi6 profusarnente. En un principio, una o dos letras sobrepuestas determinaban con otra a la que serv.ian de exponente el valor de una palabra; pero, posterionnente, aquellas estaban

DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

n

1 ..;

las

de varias de letras iniciales de la palabra, y mas adelante; -singurmente en Ios documentos en romance, las Jetras sobrepuestas aparecen en las 1Jabas centrales, llegando en esta situaci6n a la cpoca de nuestro interes. Sabre SU empleo en Ia epoca inmediatamente anterior, siglos XIV y xv, nos remiinos a los comentarios de las lfuninas IX y XI. A p~rtir del siglo xv disminuye consierableni.ente su uso, aunque quedan muchos vestigios de su antiguo predorninio. el analisis de los signos abreviativos, a que se refieren los parrafos anteriores, ya hernos visto c6mo casi .todos proceden de las maneras especiales de enlazar la letra base del signo con Ia vocal sobrepuesta . . - Este modo de abreviar se contrae a aquellas letras que, sobrepuestas, tienen iernpre, constantemente, un mismo valor de representaci6ri de otra u otras supriinidas; por ello debemos advertir que, dado el sisterna propio de la esc1:itura procesal, no basta que una letra o un grupo de letras se encueritren escritas sobre la caja de! ' ~engl6n para que puedan considerarse con valor abreviativo, ya que, como verernos ·al tratar de las abreviaturas por contracci6n, se ernplea el procedimiento de escribir vocales o agrupaciones de letras sobre la palabra, sin que tengan otro \ralor que el suyo propio, para inarcar la contracci6n del resto de Ia palabra, sustituyendo asi al. : signo general. · Otras veces las letras sobrepuestas carecen ineluso de la significaci6n a que nos ac.abarnos de~referir. En este sentido es muy caractcristica la forma 94 de! cuadro III. . Singularmente la a se escribe en posici6n superior al resto de la palabra, ligada - a la letra siguiente, cuanto esta es l, so r (IV, 2, 35, 67, 122, 129, 146, 710, etc~). Cuando se presenta en ·esta forma, la a no tiene ninglin valor abreviativo. Tambien se presenta igual que las demas vocales, sobr~puesta, sin enlace alguno y especialmente al final de la palabra. De acuerdo con estas observaciones, deben considerarse como abreviaturas par letras sobrepuestas exclusivamente las vocales que tienen un valor fijo segun la letra a la que si.rVen de exp~nente. Tienen estas Ios siguientes valores: de u, cuando las letras a, e, i Io estan sobre g y q; de ar, er, ir, ur o ra, re, ri, ru, sobre la:s letras c, g, p y t (IV, 36, 406, 408, 410, 523., 536-540, 572). Como ya hemos indicado anteriormente, reuhimos en este grupo aqt1ellas formas graficas que· representan pafabras a las que la evoluci6n cursiva de la letra procesal ha dado caracter1sticas especiales y sobre fas cuales entendemos conviene fijar la atenci6n, ya queen su lectura no es facil distinguir los trazos propios de las letras que las componen.' En epocas anteriores de la escritura espanola se encuentran determinados signos para representar ciertas palabras, como, por ejemplo, maravedf y media, que consistfan para la primera (maraved£) en un punto con un pequeno trazo horizontal sobre- · puesto que, mas adela~te, se convierte en dos trazos horizontales y paraleios, y para medio en una raya horizontal con un pequeno semicirculo vuelto hacia arriba y colocado sabre la raya. Estos signos, muy corrientes en la escritura de Espana, no aparecen practicamente en los documentos coloniales. Debernos aclarar que no consideramos cotno signos propiamente dichos los modos abreviativos de que a continuaci6n damos cuenta. Se trata de grafias en las cuales, primitivamente, se .han util~zado los signos y sistemas normales, pero que por ser palabras de gran empleo en la -redacci6n de documentos, los amanuenses las reproducian a base de SUS rasgos mas caracteristicos, perdiendose considerabJemente la ]dea de los nexos, signos y trazos de las letras. ~rnpanadas

58

PALEOGRAFIA

HISPANOAMERICANA

En e.<>te sentido creemos conveniente llamar palabras: (IV, carta y cartas · escri.b ano .0 escriuano (IV, (IV, etcetera (IV, fecha (IV, fecho (IV, quilates (IV, testigos tomin y tomines (IV;

la atenci6n sobre las siguientes

72-81) 205-219) 227-230) 240, 241) 242-243)

588) 686-691) 704-706)

.

y sabre la abreviaci6n de ciertos apellidos:

Fernande (CT) z. Gonzale (CT) z Hernande( CT) z Rodrigue (CT) z Sanche(CT)z

(IV, (IV, (IV, (IV, (IV,

245) 266) 285) 627-629) 632-633)

En esta epoca se sigue mantenienda el moda tradicianal, procedente de las agrupaciones monogramaticas de etapas anteriores, de escribir Christo, lhesu Christo, Christ6bal o Christoual y Christ6val, asi como christi'ano; seg{tn puede verse en el cuadro IV, nlimeros 115-122, 288-290. Es corriente, especialniente en los registros notariales o protacolos, que la palabra cruz, bien sea fonnando parte de un apellido o de una frase, sea sustituida par su figura grafica. ·

4. Como ya hemos indicado anterionnente, entendemas par abreviaturas por suspension o ap6cope aquellas en que se suprimen la letra o letras finales de las palabras, indicindase esta suspension par media de uno de los signos generales de . abreviao6n o por media de una letra sobrepuesta con o sin valor abreviativo. Este sistema, muy usual en los documentos latinoespaiioles a partir de la introducci6n de la letra carolingia, se conserva posteriormente, pero su estudio no presenta dificultad alguna, pues en la mayoria de las casos se suprime unicamente la ultima letra, generalmente una vocal o la letra n, camo en ante, jurisdic;i6n, pagan, etc. Dentro de este tipo de abreviaturas podemos considerar a las siglas, que constituyen lasuspensi6n completa, por representar a una palabra por su letra inicial exclusivamente, suprimiendo las restantes. · · . Este sistema de abreviar entra .en franca decadencia a partir del sigla x:rv, y en los que corresponden a nuestro estudio queda practicamente reducido a los tratamientos de cortesfa. La fonna mas similar la sigla consiste en la abreviaci6n de una palabra por su letra inicial, escrit?-, normalmente, en la caja del rengl6n, y otra, generalmente la fin~l, aunque puede ser una intermedia, colocada coma exponente; pero ese sist~ma debe ser consid~rado coma una de las formas de supresi6n par sincopa a con' tracci6n. Las formas iua'~ ·corrientes en las tratamientos son:

a

A.

·A. L. R. P. de V. M. C. de J.

Alteza A los reales pies de vuestra Majestad

Companfa de Jesus

DE LOS · SIGLOS XVI Y XVII

C . S. R.:M. D.

D. D.0.M. M. M.M:s.

M; P.S. N.S. N. S. I. C.

P. P. R. R. R.M..· R.P.

s. s.

s:n. M. S.M.

w. M.

.s. s.

S.S. V.M. V. P. V. S.

Cat61ica Sacra Real Majestad Don Doctor· Deo Optimo 1-faximo Madre Muy Magnifico· Senor Muy Poderoso Senor Nuestro Senor N uestro Senoi:: Ihesu Christo Padre Poderoso Reverendo Reverencia Reverenda Madre· Reverendo Padre Senor Seiioria Su Divina Majestad Su Majestad _ S1.1 Merced Su Santidad Su Senoria· Vuestra Merced Vuestra: Patemidad Vuestra Senori.a

El plural se expresa por la duplicaci6n de la letra: D.D.=Doctores; M.M.=11aclres; P.P. =Padres; R.R. = Reverendos, Reverencias; S.S.= Seiiores, Senorias; S.S M.M.= Sus Majestades. Aunque generalmente las siglas estan escritas ep rnaylisculas, se utilizan tambien las minusculas y casi siempre van antecedidas'y seguidas de ~ punto (III, 1; IV, 653). Apa.recen con mas frecuencia en los documentos escritos en letra cortesana, bien pura, bien influenciada por la italica. · Cuando la susperisi6n se reduce ·a la letra final suele marcarse con cualquiera de las formas del signo general, unas veces sobre toda la palabra y otras sobre las ultimas letras escritas (III, 21, 22; IV, 224, 377, etc.), o por medio de una letra sobrepuesta, aunque otras veces no se senala par ninguna de las dos forrnas antedichas.

5. Segun sabcmos, consideramos coma abreviaturas por contracci6n aquellas en que se suprimen alguna o algunas de las letras interrnedias de las palabras abre\riadas, conservando siempre las iniciales y finales. Este tipo de abreviaci6n es .el predominante en la escritura cursiva procesal, predominando aquellas en que se sobrepone a la palabra una letra o una agrupaci6n de letras. Las abreviaciones de este tipo podemos clasificarlas en los grupos sigui~ntes: Contracci6n completa, que 'algunos autores consideran como siglas, en que la palabra esta representada por la letra inicial, escrita en la caja del rengl6n, y la final sobrepuesta bien encima de la letra primera o a su derecha, como en A 0 =Alonso ; . b0 =bueno; da=doiia (IV, 180); R 0 =Rodrigo (IV, 625, 626); P0 =Pedro (IV, 451-

. ..

.. __- . •. '':°' _,

60

PA:LEOGRA.FIA H l SPA.NOAMERICANA

453); R 4 =Reverencia (IV, 619); ne=nambre (IV, 380-384); m 0 =mano (IV, 334), y otras. Al~nas veces la letra final no esta sobrepuesta, sino inscrita en la rnisma caja del rengl6n, como en Pedro (IV, 451); Perez (IV, 455); peso (IV, 460, 461) ; me reed (IV, 359, 360) . · En las abreviaturas de este tipo se observa, casi uniformemente, que su plural pasa a forrnar parte del grupo de contracci6n con letras intermedias sobrepuestas, escribiendose la inicial y la s final en la caja del rengl6n y la ultima del singular como exponente entre las citadas. Asi puede verse err a 0 s=anos (IV, 29-33); g°s=granos (IV, 268); p 0 s=pesos (IV, 463-467); vOs=vecinos (IV, 713-715). Contracci6n expresada por un grupo de letras iniciales, en el que puede existir tambien sl:ncopa de algunas letras, y la letra o un grup6 final de letras sobrepuestas, como en Abdia=Abdiencia (XV, 1); alga=alguna (IV, 19); Al0 =Aionso (IV; 22-24); fte=fuente (IV, 257); Brme=Bartolome (IV, 52), y otros muches, ya que es la forma mas comun de abreviar en este per1odo. Contracci6n en la que aparece como exponente una o varias de las letras mediales, casi siempre Ia penultima, manteniendose el grupo inicial y la letra final en la caja· del rengl6n. Dentro de este grupo estin incluidas la mayor parte -de las formas . del plural. Asi aparecen, entre muchas, abreviadas las palabras: bu 0 s=buenos (IV, 64); gr2l=general (IV, 259); genal=general (IV, 260); juram0 s=juramentos (IV, 301) ·. . Pot ultimo, aquellas en que todas las letras conservadas est::'in escritas en la caja del rengl6n, haciendose constar la contracci6n por medio del signo general de abreviaci6n. Este caso es frecuentfsimo en finales en s, r, l, t y d, y tarr,ibien cuando una vocal antecede a estas letras en el medio de la palabra abreviada. ( Cfr. ante, IV, 26; contento, IV, 102; derecho, IV, 132, 133, etc.) Finalmerite, existe un grupo especial en el que se mezclan los dos sistemas anteriores, el de suspension y el de contracci6n, ya que se contrae en el grupo inicial y se eliminan las letras fina.les, y que se presenta conservando todas las ktras en la caja del

·-

t

rengl6n o con una intem1edia sobrepuesta, corno en alcalde (IV, 6-9); m=magestad (IV, 320); magt=rnagestad (IV, 322); magtt=rnagesttades (IV, 324); parte (IV, 432, 433) ~ etc. A continuaci6n presentamos un cuadro con los signos abreviativos, generales y especiales, mas usados y otro con las abreviaturas mas caracteristicas. -Acompanamos tambien una relaci6n de abrev~aturas en la que hemos suprimido aquellas en las que solo falta una letra.

ABREVIATURAS MAS FRECUENTES, POR ORDEN ALFABETICO DE LETRAS CONSERVADAS

Amen. A ab ad ab ab bad abb abc;ia, ab<;ia abda, abda, abda ]Abdien,ia abdia, abdia abs }absoluc~61J abson, abs 0 n 0 abundamiento abundami acrec:;:entami0 }acrec;en tamien to acrec;entamit 0

acresc:;:en tami 0 acresc;en tami10 acreste, acrestc · admion, admi 0 n admi 0 n . admon, adm 0 n afto ag"

agt°, agto Agn, Agn a1a

}acres~entamien to acresc.iente

) administraci6n afecto }agosto Agustin anima

j.

61

DE LOS SlGLOS XVI Y XVIl

}~ kab caba aicabas

}alcabala

alcal· ;]cald alt;arni 0 ',.\lej 0 Alexo, Alex0 alf"rz, a1fen:

}alcalde.

~"Al~ Alfon,

Alfon, Alfon · alga : algal, algal algas, algas alg° , algs algua alguas, alguas ;did Al 0 Aluo, Alu0 Alvo, Alv0 alld all de all des allds allid amonest0 n an ana, ana Ant Arit 0 ao aos, a 0 s apca, apca apc 0 , apco apc0 s apc;:ebimi 0 apc;ibimi 0 aplica, aplica aplico, aplico apon, apon ap 0 vechado ap 0 vechar appca, appca appco, appco arrbal arror arr0 s arrendami 0 arzbpo arzo, arz 0

arzobpal asst 0 , assto asto, ast0 Asump 0 n Asumpt0 n At0 aua arn;ia, au<;ia auda, aud auclia, audia aueg° aueg°n avda, avda avdia, avdia aus10 ayuntami 0 ayuntamito

Alonso Alteza

alcabalas

al<;amiento Alejandro • Alexandro alferez · }

Alfonso alguna alguacil algunas alguno algunas y algunos alguna algunas alcaide Alonso Aluaro Alvaro } · a:lcalde

} alcaldes. alcaide amonestaci6n ante antifona }Antonio ano anos apost6lica apost6lico apost6licos aper<;ebimien to aper<;ibimien to apost6lica apost6lico apelaci6n aprovechaclo aprovechar apost6lica apost6lico arrabal arrendador arrendadores arrendamien t~ 1arzobispo

_;

arzobispal assiento asiento Asumpci6n Asumpti6n Antonio ausenc1a

) au di en <;ia }aueriguaci6n }avdiencia ausilio . }ayuntamiento

ba buena Bapta, Bapta, Bapta Baptista baqta, baqta . baqueta Ban:fie, Barme Bartolome barr barrera buen as . bas botijas bas · bast }bastant~ baste, .baste _bastantes bastes Bautista . Bauta 0 benefio, benefi } beneficio. benef0 ben° Bernardo Ber'1° Bernardino Berno Bemaldino Bernalno bi en es bes, bes bachiller bhlr, bhlr billa bia bienes · bies, bieg bl an ca blca blancas blcas bl an co blco blancos ·· blC05 blr, blr . } bachiller bllr buestra merced b rod Bartolome Bme, _Bme Beatisimo Bmo, Brno buen a bna, bna buenas bnas bueno bno, bn° buenos bn°s bachiller br

l'ALEOGRAFIA

62

Bre Bro:"' bs bs bte bto bua buas, bu as bu0 bu 0 s Bustamtc

H ISP AN OAll.iERICAN A

cau" <_;edua <;ess0 n <;ibd <_;inq

}Bartolome baras bi en es beinte ·beato buena buenas bueno buenos Bustamante

ca cab0 cab 0 s, cab 0 ' cal0 cam a; cama cam0 carn° cano-0 .;:, cani0 can° .canr0 , canr0 cantd, cantd can t 0 , can to capa, capa ca pan capan capn cap0 tappan cappan cappt capt casl0 . Casta castd · Castia casti0 cast0 : cat ca ta cateda cated 0 catedr0 ca th" cath ca cathedr 0 cathedc0 caFas, ca thras catrdos caua11°· cauall 0 s caui0 cau0

<;in ta, <;inqta <;inqta <_;in qua <;iud <;ivd dgo, clg" elema clem~a

carta cabildo cabildos .cabildo camara caminando carrnno

}can6nigo cantero canti dad cantero .. capilla capellan ~

tcapitan cap1tulo cappitan capellan cappici.n capi tin castillo Castilla castidad Castilla }castillo carta lcatedra

latedrati~o cathedra } cathedratico catedras, . cathed ras catedciticos cauaifos> cauallero·s cauildci cauallo

----·- - - --

clicos, clic0 s c" co co coll~i0

..,,

com c:omon coms0 n compa compia comp0 comp0 n compos, cmnp 0 s cona conbic Corn;ep0 n condo confe congreg0 n cono<_;imi 0 cono<;imto cono~i 0

con°r conos<_;imi 0 conpa con pia conplimte conplimte conplimi0 conpli.mi 10 cons0 conta contdo contdo conthe conthed 0 cont0 cont0 cont0 ' con tr" conut0

cauallerro c;edula c;essi6n c;ibdad

)'inquenta ciudad <;ivdad clerigo

}ciemen~ia clerigos_ concejo consejo con colla<;i6n }comuni6n comisi6n }compafi.ia compafi.ero eomparaci6n compaiieros contra conbiene Con<;epci6n contenido conforme congregaci6n

lcono~imien

to·

con tad or C:onos<_;irriiento }conpania } conplidamente }conplimiento consejo contra contado contenido

Jconthenido contrato con ten to contador contrario conuento

DE LOS SIGLOS XVI

.Y ..)l:.V.!T

6".)-

. -

'>

corr (;on·d•

'correg"r ; orr 0 'c ; corr0 r _; corrte :\ pos, cp 0 s . cpos, cpos cps

, cuadas curnpdo curnplimi0 cumplimt0 · curnppdo cunplimi0 cunplimi10

· corrcgidor corregida

l

corregidm corriente cuerpos

}compaiieros cuadras cumplido

Jcumpliroiento cumpplido } cunplimient~

Chancellia

Chancelleria

da db 0 defendimi 0 def endimit0 deliga demda dern;as, dcn<;as derco, der'°0 derc0 s def° der0 s desqto dgo, dg" dgo, dg" dha dhas dho dhos dhoso difa, difa die dize difficu}d dificuld dif 0 dif 0 s diliga, dilig" diligena
dona debd.o }aefendimiento deligencia demanda: denun~ias

derecho derechos derecho derechos desquento domingo Diego di cha dichas dicho dichos dichoso difinitiva diciembre diziembre difficultad dificultad difunto "difuntos }ruligencia dinero dineros Diego diputados distancia diuina diuino

dizbre clizdo, dizdO dizC dizie dn, dn dr..:a, dn" docta doct°, docto documto dom0 don° d0 r d0 s d 0 s. cloz"s dr dra, dr drco dreco, dre= dro, cir'

diziembre diziendo }diziembre don donna doctrina

}docume~to domingo donaci6n doctor ducados · closcientos dozientos derecho derecha · jderecho

-

eclesiastica ecca, ecca 0 cclesiastico ecco, ecc eclastica, eclastica eclesiastica eclastico, eclastic0 eclesiastico cglcsia · eglia, eglia ejecutoria ejecta Emperador Empdor eminentisimo ernmo enmendado enmdo, enmd0 enpediroi0 }cnpedimiento enpedimito enpla~i 0 enpla~amit0

enr0 entd 0 ent0 entrgd0 entr0 , enF0 escpto escrbo escrpto escJ"Ptura . eseta espal, espal espalmt", espalmte esqlmo esmo esruo, esru 0 estd 0 estc est0 estui3

er

exacon, exa=n

}enpla~amiento enero enterado entero entregado ·entero escripto escribano escripto escriptura escritura especial . especialmente esquilrrto }escriuano es tan do estante estado estuviera excelencia exacci6n

~ -.c~OGlUi:r

cxc ex ca

ex com, excom ex 0 ex 0 exon exon expon fa, fa feb 0 fera, fera Ferd a Ferdz Ferndo

FeG' ffa, ffa ffo, ff<> ff r ff ran= . ffreo fha, .fha . fho, .Jh0 fielmte firm on for fr fra, fra Franco, Franco Fre0 frda Frdo frcu Frez

Fmco Frrd 0 fte fua ful 0 fund on, fund 0 n fuo furo

Ga, Ga gal, gal Gar gde

ge genal, genal genalmente genalroente, gena}mte Gerd 0 Germa G·erma

· excomuni6n excelencia excomuni6n execuci6n excepci6n execuci6n excomuni6n explitaci6n feria f ebrero feria Fernandea Fernandez Fernando FernandeG" fecha fecho ffray } Ffrancisco fecha fecho fielmente firrnaron form a fray feria }Francisco firm ad a Fernando Fernandeu Fernandez Francisco· Ferrando fuente fuera fulano .fundaci6n ·fuero fuero Garcia general Garcia }guarde. general

.l

generalmente Gerardo·'·

}cer6nima

J.A.

..::::i:.J..::t.L

.- ~J.\.._,~ ..-.... ~- .. - - · - -

.

Germo, Germ 0 Gcs, Gc
co

go rron b rror b goer Go
gouernaes gouern°n gouor . govor Gra, Gr gra, gr
Grda grdar ...., grdo grdDS Greg° ·crma Grm<> gror gr0 s grra, grra Grre, Grre gue, gue hacid<> hazda

Geronimo GonzaleaGonzalez general gloria general Gonzalo grano gobernaci6n } gobernador Gonzalec;_ gouernaciones gouernaci6n. gouernador govern ad or Garcfa gracia general gracias G1;anada guardar grado grados Gregorio Ger6nima Geronimo gobernador granos guerra Gutierre guarde hacienda hazienda hebrero henero Hernando herederos hermana hermano Hernandeu Hernandez hermana hermano

hebr° henr0 Herd<> hered 0 s herna herno Hernecr, Hern cu Hernez, Hern"z her her0 herramias } herramientas herramitas Heu Hernandeu Hez Hernandez. hista historia ha hermana ho hermano. home hombre hordenami 0 s }hordenamientos hordenamitos

'

.I I

I I

I

DE LOS SJGLOS XVI

Hrres

hordinario Herrnandeu Herrnandez Herrnandecr has ta · ·iglesia ·

Ihu I!def 0 ilmo, ilmo ille, iW illmo, illmo

Ihesu Ildefonso Ilustrisimo Illustre } Illustrisimo

impal, irnpal impl, imp1 inform<>n infor°n

Jimperial J

mo

ino in°s inpal, inp 3 l inqos inqres inquires inst 3 intende invent0 izq 3 Jerom3 Jerm0

Jhs Joh Jno Jph juiO judo

Jm. · f orroac10n ·' indio indios inperial

·

l

inquis.id;res

instancia intendente inventario izquierda Jeronima Jeronimo Jestis

Johan Joan Joseph juicio jurado 0

juram •· juramto, juramto ]jmaniento jurmo juri0 n } jurisdicci6n jur°n juro, jur0 }juramento jurto, jurto 3 justicia just justicias justag

la

libra

las !do lic;3 Iicdo

Iibras

li~endo

1ic0

licenciado li~encia

l

lir;enciado

. livertades lixitirnos licencia

livtades lixmos !nia

Lo

. }Lorenzo.

Lo~­

ls, 1 Lz Jzdo

5

iga • 1 (e . . lm t · jcralrnte, iga m : igua en e . igla, igla ... · } iglesia •. • 1·a ::·· igna, ig.1 · Igno Ignacio

65

y xvn

· · libras Lopez ·· · : : ·~ .. : : lizenciado

llen°

. llenero

m

.muy ·Maria media mernona materia . •magnlfico · .·!nagnificos . magnifico senor ·Magestad Magestades Magdalena Magestad Magesttad manera ·

Ma ma ma, ma ma mag<'0 mag<'0 ' , magc0 s

mag-co sor magd · magdes Magna ~gt

Magtt man a mandarni 0 mandamito ma 0 mardo mare m 3s matrimi 0 maymo mca

Meo m~d

md mda, mda rode

mde md 0 , n1do mdo, rndo mds me D1e

rn~

me Meda mema mer merdes

11exco mgt

Mi mia miC;da, micda

} mandirniento mano marcado maestre medias matrirnonio mayordomo mercader Mf.'Cico

}merced manda man de madre ~an dado mand6 mercedes maese madre 111ente maestre

Medina mernona maestre rnercedes Mexico .Magestad Martin }misericordia

G6 Migl Min min° mio, mi 0 mi or rniss"' Mn mnda mndas :Mn ea J\1nez mnic0 mo mo mo mo mo Mo mo · mon rnonasto rrionesrio ·monestr0 :Mor: mor m0s m0s m 0s mra inr"s, mr"' n1rd, mrd mre mre mr 0 •, mr 0 s mrs mt mta

mtd mtc

mt? mtro

mtr0

Ma Mz

na na nac;:imi 0 nac;imi 10 nas nas n;asc;:imi0 nasc;:imito natal, n atal Ile

ne

PALEO GR.A.FIA

HISPANOAlliEJUC.ANA

Miguel 1'.fartin rn1nero mandam.ien to mamr IlllSS:i.ones

Martin -moneda monedas Martineu

Martinez magnifico mandamiento ministio medio maestro modo

Mexico mario moneda

l monasterio, Jmonesterio Melchor may~r

mandamos mandamientos menos memoria mercaderias merced mercader maestre maestros maravedis majestad monta mitad monte mandamiento maestro ministro · Martinea Martinez negra nueva

}nacimient:o · nuestras necesa.nas }nas~imien to natural

nombre novie:i:nbre

....

ne<;esd ne<;0 nega negas neg<> neg° neg<>s neg<>s ness0 ngud ning" ning<> no no no noe no ta notablem" notda no tia noti0 n not 0 not 0 not:<m nouibrc noui0 s, noui 05 novibrc novi 0 s, novi 0 ' novta, novta nra nro nt0 ntr0 nua num 0 nva nz ob obdo, obd 0 obidi" . obidite obie, obi" oblig° oblig<> oblig<m obl0 n ob 0 obipdo obip 0 oca octa, octa ofco: ofcs

offio

r1 e <;esidad

n e<;esario negra negras n egocio negro negoc10s negros necess:irio n~ngund

n;nguna nmguno nocturne negro numero nombre noticia potablemente notificada noticia notificaci6n notario notifico notificaci6n nouiembre nomc10s noviembre nov1c10s noventa nuestra nuestro . }notario nueva nUm.ero nueva Nunez obispo obispado

fobidiente J

obi ere obligado ) obligaci6n

obispado obispo }octava · oficio oficiales officio

·-- - · D.E LOS Sl(!LOS

·afo, ofo

ofs Q]da, Oida : ordcnami0 : ordenamito ote · otorgarni ,; otorgamito otrgte otu 0 0

j.

pa, pa pa pagdo Pahco pal, pal pare pare par° pasam0 pbro, pbro pbydo · · pcipal, pcpal psc pcura pd, pd pd pdo, pdo Pe pedimi 0 pedimi 10 pe m 0 pes pes Pea pcz peon peton pfos, pf0 s Phe

pl, pl plicos, plicos plis . pmo, prn° pnia, pnia ·pnte, pnte P 0 , Po po po po podr podros pos poson

oficio oficiales Olanda.· } ordenamiento

Y

} otorg~uento otorgante otubre . para penas pagado Pacheco principal parece pariente. pareci6 pasamanos . presbhero . probeydo principal Pascual procura padre paternidad .pardo padre } pedimiento padre maestro padres pares PereaPerez }petici6n

post0 , post0 post0 ppi~, ppia

postigo postrero

ppr1~

propna porque prim era principal procurador procuradores pregunta preguntas

Pa ,i.

67

,xvn·

pq pra, p~ pral, p~l, pral · prco prdr' prega pregas pregd0 preg° . preg° pregta pregtas presh prese, pres 0 presena preson presto pr~e, prestc preui0 _ previ0 prg° pria, pria p~a, pria prxa primos, prim0 s priD princip0 priu0 priv° pr° pro proal, proal prorn° pr°n. pron° proua, proua prou3 prouia, prouia prouial prouica proui1 prov3 provial prov°r prsa

otubre

profesos Phelipe provincial publicos provincialis primero penitencia presente Pedro, Pero pero peso plazo ' poderoso poderosos pesos posesi6n

x·vr

vo

psona .psonal, psnal psonalmte, pson3 lmte

propi~

} preguntad; pregonero pregunta preguntas presbitero present~

presenc1a presentaci6n presento presente preuilegio previlegio pregonero pro pi a patria pr~mera pr~eros

pnmero principalisimo priuilegio p~vilegio

pnmero procurador provincial prometi6 provision pronunci6 prouanza _} prouincia prouincial prouincia prou~nc~al

provmc1a · prov~ncial

prov1sor persona Perea poderoso persona personal

.1 personalmente __

~· -.

68

PALEOGRAFIA HISPANOAM:ERlGANA

pstado

pt.a

pte,

pte ·

pte pto, pt0 pton, pt0 n puca puc~

pueyo . puidenia puo puo puon

prestado : :; ·pertenencia parte presidente pleito petici6n publica, p{1blico prouey6 prouidencia _ puerto pueblo publicaci6n ~erez

Pz

q . ':: .. :_ ;-;~ "__,que qarta, qar1" - -,' -· ._, •.· quarta q 2 tos · quantos qdas · quadras .qdno .·}. quaderno qdo ·qd 0 · quando ql · que el ql · qual qles quintales qlcs quales qls , quilates . qndo quando qnto, qnt 0 qu~nto qra qmera qro, qr<> quatro qt.a · · quenta qtas, qta5 quentas qtas quartas qto quarto qto quatro qto quanto qtro, qtr0 quatro quat:r<>s · · quatrocientos 0

qui 0s

quit s qu 0 s qut0 ra 0 rauorni 0 rauornito rbi, rbi rda, Rda rdo, Rdo Rd 0 rdo, rd0 rd 0 re, re _. _ rei:;idena ·

I

quinientos .

quanta ·rreal - raz6n

·.--}_~aonamiento ---- ·recibi .- ·: ··_ "Reverenda ··Reverendo RQdrigo recibido · · . ratificado · · recibi re~idertcia

.: -

---

redo, redo reg" re1°n remte, remte rem0 - - · · - · · ren° ren° 0 renu0 reqran requerimi 0 requerimito ri::querimi 0 s res res resdo, resd 0 respda reste rezvdo~ rezvdo rez 0 rl, r1 rma, rm", rma rrno, rm 0 , rmo ro .

Ro ro Rodd Rodz ror I.or l.oS

R0 u R0 z r5

sa, sa Sa

sacramto sal 0 sal 0 . Salu 0 , Salu 0 r Salv0 , Salv0 r Santg" Sant0 · sargto ·sbre

recibido _registro re1aci6n remate remedio renuncio renunciaci6n renuncio requieran

}requerimiento requerimientos _renglones

raices rescibido respond a · _residen tc . }rezivid~ real. reverend 1sima reverendisimo · registro Rodrigo recibi6

Rodrigue er Rodriguez relator rector recibidos

Rodriguecr Rodriguez real es raices Rodrigueo·renta Rodriguez Senora Seiioria sacramento salario saldo Saluador Salvador

}santiago sargento septiembre

secre0

secretr° secretro segda, segda seg" seis0

jsecretario segunda segundo seiscien tos

69

DB LOS SlGLOS X\11 Y XVll

eflc;1a. ·cniado 'sen ta 5cntia ·scp 0 _- scptc , 5eptre -serui 0 ' 5ervi0

: 5es, sea ·.· ses, ses, ses -scst=' sete Seuia, Seuia sig" sigte Sn

smo 50

solame solamt0 sonbr0 or 5

spc spre, spr0 sr, sr sra, sra SS mo

st

sta, sta sto supa supca sup co supor

supp a sustitu0 n syge Tdo tdo te

tc tempal, tempal tes, tes tesam 10 testimi0 testio, testi0 tgos, tg0 s thente thesr0 tie tit0 To

. sentenc;ia sentenciado

to Told 0 t 0 pelo

}sentencia

t0S

tpo, tp tr3

0

)•epbemb<e

. ·. sermc10

tra

servicio Sanchecr· .senores sesenti s~tiembre

Seuilla

tr

!

} siguiente san santisimo suso }solamente sonbrero senor septiembre s1empre senor senora santisirno santo santa santo }suplica. suplico superior supplica . sustituci6n syguiente Toledo tornado tepuzque teniente temporal tomines testamento { testimo~o testigos theniente . thesorero tiene · titulo · Toledo

trd

0

trrn° tm0 , trno tr0 tr° tr° po trs trS

ts, t 5 tsr 0 tstam0 tsimi 0 tuuia tuv~

v ya

v" ya

vad, vad, vad Valid yC ye

vec;i0 vec;0 vec;0 s via vica0 vic0 vic;o vier° vi 0 visdor . yO yO y05

v0 s vra, vr, yra vren vros, vr0 s, vr 06

v. sa

vta, vta vte vyte yzO

vz 0 s

testimonio Toledo terciopelo testigos ti em po . tercia tercera tierra traslado

}tennino trigo tercio terciopelo terceras tierras to mines tesorero testamento testimonio tuuiera tu vi era vuestro, vuestros vara villa vuestra verdad Valladolid v1ere veinte }ve<;ino vec;mos villa }vicario v1<;mo v1caiio vecino visitador vec1no vuestro·· vuestros vecinos vuestra v1eren vuestros Vuestra Senoria venta veinte veynte vezino vezinos

"i·

. ,

~

~-

i,: l

1:

i

I

II

1l I·

! t

;

t

i

l i

II I

PALEOGRAFIA

70

xo X 0 bal X 0 ual, X 0 val xpanar

x

0

Ch..---isto Christ6bal Christou al' Christ6val christianar

ua1

yga, Yga ygaJm 1" ygla, Ygla yglia, Yglia Ygno Yhu Yldef0

Yg1esi.a ygualrnente

1

Yg1esia Ygnacio Yhesu Yldefonso

.1

HlSPANOA!IIERICANA

Ylmo, Y1m 0 ylle, yUC ympl Ynd" Ynd"s ynform 0 " yno yn°s ynpal ynqos ynsta, ynsP ynvent"

y1ustrisimo yllustre . ymperial Yndia Yndi.as ynformaci6n ynd]o yndios ynperial 'fnquisidores ynstancia ynve..1.tario

. I

. ~ .-- ~-:.._

- - - - - --

-

I : •

i

''

·i l CAPITULO

v

J. Los signos numerales. - 2. La numeraci6n romana en Zos documerito.r · espaiioles. ~ 3. Uso de los numeros arabigos.

I. Los signos numerales emplcados durante los siglos xvr y xvn ·son de dos cla-. romanos y arabigos. Aunque, como mis adelante veremos, las cifras o nurneros arabigos fueron conoidos y empleados en Espana desde el siglo x,1 predomin6 el uso de la numeraci6n :0111 ana hasta fines del siglo xvn y principios del xvur. · El padre Juan de Ortega, de la Orderi de Predicadores, asi lo reconoce explicitamente al desig-Qar 2 con el nombre de 'q uenta castellana a la representada con nlime1os romanos, ~t;mtrapcmiendola a la quenta de guoosmos o en· numeros aribigos y declarar que, en su Aritmetica, .las cinco reglas "van declaradas por quenta caste·!lana, porque con mas brevedad se alcance la de guarismos", lo que inclica el pred0ininio de la primera sobre la segunda, que tambicn se confinna par un autor de la inisma epoca, Juan Gutierrez, que en SU Arte breve '.F . muy provechoso de cuenta astellana y a.rismetica (1539) 3 parte del supuesto, como dice Merino,4 de quc 1ab£a ignorancia en los guarismos, "cuando al lado de cada cuenta arabe pone otra ,, omana . Esta tradici6n de designar con el nombre de quenta castellana a la representada on numeros romanos, llega hasta el siglo xvrrr. El padre Terrerns 5 dice: "En casi todas las Obras Mathematicas manuscritas se usan las mismas cifras; pero eri todos los demas instrumentos, y libros, y aun en las cuentas, se usaron los numeros castellanos, l~asta despues de los Reyes Cath6licos. Estos n{Lmeros Castellanos, q~e aun duran en algunas oficinas reales de 1'1adrid, y eclesiasticas de Toledo, en substancia son Ios Romanos poco desfigurados." ' Vease infra, p. 78 . .· ' Nos referirnos a su obra, Tratado subtilfssimo de Arisme tic a y de Geomctrfo, de la que cita Nicolas Antonio, Bibliotheca hispana nova, I, 750, Ia cdici6n sevillana de Juan .Cromberger; fechada en 1537, noticia recogida por Ios bibli6grafos posteriores, coma Escudero Pcrosso, Tipografia .hispalense (Madrid, 1894), p. 192, num. 384, y F. Picatoste, Apuntes para -1111a biblioteca cientffica espanola (Madrid, 1891), p. 229, nllrr;. 5 79. EI ejcmplar de esta .obra aprovechado en el preserite estudio esta en Ia '.Biblioteca Nacional de Madrid (R-2727) y tiene la fecha de 1534; es ·obra del mismo impresor sevillano, pero entendemos que no debc ser la primera edici6n si se atiende a las palabras agora nueuam.ente corregido y emendado que aparecen en el colof6n. · · · . • Impreso en Toledo por Fernando de · Santa .Catalina, en 1539 (Cfr. Perez Pastor,·La 1mprenta en Toledo [Madrid, 1887), pp. 76-77, num. 184; y Picatoste, op. cit., pp. 139-140, num. 362). El primero de estos bibli6grafos hace notar que "las operaciones aritmeticas, se hacen simultanearnente en cuerita castellana y de guarisrno, o sea con numeros romanos y arabigos". De otra edici6n (Zaragoza, 1564). hay ejempiar en la Biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York ( Cfr. Clara .Louis'a Penney, List of books printed before 1601 in the Library of the Hispanic Society of A111erica [New York, 1929), p. 118). • Eswela .. ., p. 298 . . • Paleogrnphia espafiola, p. 302. 71

i

I

I

I

72

PALEOGRAFIA

HISPANOAMERlCANA

2. El conocido sistcma numeral rcmano consiste en representar 16s valores numericos ( 5, 10, 50, 100, 500 y 1000, por medio de las siete letras del alfabeto latino I, V, X, L, C, D, 1'1, respectivamente.~ Es preciso advertir, para la mejor interpretaci6n cle este tipo de grafias: 1) ·que es general el USO de ffillllSCUlas y cursivas en lugar de ]as mayusculas;.2) que ]a reg]a en virtud de la cual no podian repetirsc las letras numericas I, X, C mas de tres veces, estuvo en desuso desde la misma epoca romana y quc otro tanto puede apreciarse en los siglos xm al xvn; 3) que es relativarnente frccucnte utilizar para la representaci6n del numero 500 la forma compuesta por una letra I y una C invertida -- IO-:--, asi como el numero 1000, por la letra I entre dos C, la segunda invertida - cro - ; 4) que no es dificil ~contrar, para significar multiplos de 1000, el uso de formas como las siguientes: IIM, 2000; IIIJ\1, 3000, etc. Por IO que respecta a su uso entre las centurias xm y xvrr, conviene hacer una disti~ci6n entre las documentos de caracter real y Jos particulares. Alfonso X, en la Partida III, titulo 19, ley 7'\ 7 prohibi6, asi a los escribanos de la Corte del Rey corno a los de ciudades y villas, poner '\ma letra par nombre de home o de muger, asi como A. por Alfonso, nin en Ios nombres de los logares, nin en cuenta de haber, nin de ~. otra cosa, asi como. C por ciento: esa mesma guarda deben haber en la era·que posieren en la carta", aiiadiendo que "qualquier de los escribanos que d'otra guisa fiziere que non valdrie, et el menoscabo que la parte recebiese por est.a raz6n serfa tenudo . , de lo pechar". En las documentos emanados de la cancillerfa regia durante la cpoca que nos ocupa, parece haberse cumplido casi constantemente la disposici6n legal refe-· rida, escribiendose por entero las cantidades y las fechas. l'!o obstante, en algunos de aquellos, especialmente mandatos en papel, inclusive de! propio Alfonso X, no es infrecuente hallar las letras.numerales romanas en la clausula cronol6gica, 8 habiendose seguido la misma practica en las cartas misivas y en las cidulas reales. En Ios documentos de caracter privado, y especialmente en las cuentas y tasaciones, siguieron usandose los nurnerales romanos de formas cada vez mas cursivas. He aqui las observaciones acerca del particular formuladas por Munoz Rivero: D "La I se us6 con la forma minilscula en los documentos castellanos. Cuando se · escribian en ellos dos, tres o cuatro «ies», la ultima solia prolongarse en figura de jota. La V, tambien en forma de minuscula, solia tener el brazo izquierdo de mayor tamaiio que el derecho. Las XX estaban trazadas sin levantar la pluma y con su perfil final muy prolongado y encorvado, Io cual les daba forma de «ce» ... :io La L adopt6 las dos formas mayuscula y minuscula, para indicar el numeral 50. La minuscula fue mas usual.· La C era muy angulosa. Cuando se enlazaban dos o mas, las ultimas solian presentar figuras de «ies», hallandose sobrepuesto a ellas el trazado de la «c», que se prolongaba desmesuradarnente ( Cfr. fig. 54, num. 1). La D se presentaba con las dos figuras, mayilscula y minliscula. Ambas se usaban indistint~ente. La M apenas estuvo en uso en estos documentos, especialmente desde el siglo XVI, er; que se generaliz6 el uso de] calder6n, signo que colocado a continuaci6n de una cantidad, servia ·para multiplicarla por mil." Munoz Rivero solo presenta una forma de • Acerca de! origen de los numerales M, b, C, L, X, V, vease S. K. Lowe, Palcographical ouide for Spanish manuscripts, fifteenth-seventeenth centuries. New Orleans Middle American Research Institute. The Tulane Univers!ty of Louisiana, 194:1, pp. 3-4 (Phil~logical and Documentary Studies, vol. II, n• 1). · 1 Edici6n de la Real Academia de la Historia, II (Madrid, 1807), p, .637 . • V ease nuestr9- I~. VIL 9 Manual de Paleograffa diplomatica, pp. 102-104. 0 ' Dado lo trabado . de! trazo de las X, y para evitar cquivocaciones, puede aconsejarse el contar los puntos de intersecci6n de dichas letras, que seran tantos como las letras mismas ( Cfr. R . Menendez Pidal, en Re vista de Paleovafin espaiiola., V [ 1918], p. 3).

DE LOS SIGLOS X VI Y X VH

J.

alder6n (Cfr, fig. 54, num. 2); p ero, como observ6 justamente Morel-Fa tio, 11 existe tra (ib£d., num. 3)' adoptada en los impresos, mas estrecha y mas larga_que la rirnera y con una barra o trazo horizontal que unc s·us dos brazos. Para realizar operaciones aritmeticas con cantidadcs escritas con numerales de ~ ta especie, se procede del mismo moclo que en el sistema decirnal, prescindiendo -~e ]as letras romanas de valor interinedio . entre las diversas unidades de dicho istema,' no admitiendose mas unidades que las representadas por las cifras I ( unidaes), X (decenas), C_ (centenas) y M (millares), debiendo considerarse los nume·ales intermedios, V , L y D, respectivamente como cinco I, cinco X y cinco C. Para explicar· las fo~·mas de realizar estas operaciones vamos a reproducir el istema dado por el padre Ortega en su obra citada. Las operaciones elementaies: surnar, restar, muitiplicar y dividir, las convierte en "cinco reglas de sumar y restar y multiplicar y medio partir y partir por cntero",. tst;iblecicndo en la division - "partir" - dos formas: "media partir", o sea "cuando ]os companeros son menos de diez", y "partir par entero'', cuarido fa operaci6n se hace con "1 y 2 y 3 letras y otras mucbas". SUMA. Senala.la diferencia entre sumas de uria "especie" y de diversa "especie", ·esto es, las de n{tmeros incomplejos y complejos denominados, respectivamente. Esta.blece, por lo gue respecta a Ia .moneda, que en Castilla normalmente se reducian · todas las cantitlades a maravedises y que por lo tanto todas las sumas podian consir derarse en el ·.:primer grupo, Io que no sucedia, s,ggun el autor que seguirnos, en Aragon. · · ' Partiendo de csa base, considera corno ti picas "sumas de diversa especie", las . de unidades de peso, en que las cifras representan adam1es, onzas, libras, arrobas, '·quintales; y las de medida: ochavillos, cuartillos, ceiemines, almuclcs, fanegas, cahices, cargas, etc. Como ejemplo de suma de monedas, o cantidadcs de una espec1e, incluye .la siguiente operaci6n -: Vll .

quentos

dccc d

Iiiii bciii xxv

VJ

'J

CCC

xx

b1 dee xl tJ cc cc xxx

r}

d cc cc

lxx

J ill VUJ 11 Ill

x

11

vii

7 854 321 563 743 25 438 6 572 403

12 7

En primer lugar debemos observar que en el tercer s"umando, empezando por ~: abajo, cccc . iii, igual a 403, el autor indica Ia carencia de unidades cleceri.ales

; per rnedio de un pun to, que asimila al cero arabigo, para facilitar las operaciones :_ que explica. 13 En la explicaci6n de esi:a suma dice que hay que iniciar la operac10n desde la primera linea .de la derecha de la parte de abajo, ·es decir, de la columna de las : imidades, porq~e en el ejemplo vemos que se disponen las cantidades en columnas · independientes que representan las unidades (.primera_a la derecha), decenas (segun" En Ribliotheq11.e de L'iJ:cole des Charles, XLII (1881 ), p." 78. " Dice asi el padre Ortega: '.'Es .de c.o nsiderar que assi como · tenernos en la qu-en ta de gua.. rismos nueve lctras sin la o que es zero, que ass! mesmo tenemos en la quenta castellana 1·eynte y siete letras, con un punto mas, d gual punto no vale nada, ni significa nada ..., y ass! · este pun to que agora nuevarnerite - pongo en la quenta castellana no es para mas de dar a entender las cinco reglas de suma:r y restar y multiplicar y medio partir y partir por entero por 1:t quenta castellana." ·

-,

PALEOGRAFJA

HJSPANOA M£RlCANA

da), ccntenas ( tercera), millares ( cuarta, con el signo cl el caldero1l a que antes nos hemos referido) y unidades de mill6n, "quentos" ( quinta). Par lo tanto, se procede sumando las siete ·unidades, hacia arriba, con las dos, que dan nueve, etc.; Ia suma de toda la columna o "grado" . es 26, que se representan en la suma por vj.; en la columna primera de Ia derecha, y se .inicia Ia suma cle las decenas adicionando las dos x:X, decenas resultantes. de las unidades, con la primera, que aparece en la columna de estas unidades, 1.ma x, procediendose de la misma manera en esta y las restantes columnas. La suma sera.": viii 0 quentos ccccl

-J

ccccxc vj, o sea 8 450 496

· Pasa despues a exponer ejemplos de pruebas de sumas, que no interesan a nuestro estudio, y da luego una muestra de suma de cantidades de peso y medida. Aunque el autor no indica ejemplos de sumas con monedas. de denominacioncs diversas, pueden aplicarse a ellas las reglas de red.ucci6n que se dan en este ejcmplo, tal como hemos hecho en. nuesfra lamina xxrx, en que se suman cantidades representadas por pesos, tomines y granos. Como regla general debe tenerse en cuenta el valor relativo de cada una de las dive1·sas unidades que se manejan, para no poner · en Ia suma sino lo que reste de esa rrusma unidad y pasar a la siguiente columna '' las cantidades que representen unidades de tipo superior. ·· · Asi, en el ejemplo que damos a J;.Ontinuaci6n es preciso tener en· cuenta que las cantidades representan quintales, arrobas, libras, onzas y adarmes, cuyo valor relativo es el siguiente: un quintal pesa 100 libras ·o cuatro arrobas; una arroba, 25 libras; una libra, 16 onzas, y una onza, 16 adarmes. Un fulano debe. de be Otro Otro de be

J Vlll

gui~tales ll arrobas JX libras vu onzas v adannes quintal Ill arrobas xn Ii bras 1111 onzas lX ad arm es quintales J arroba lllJ Ii bras VI onzas vu adarmes

Total

Xlll

quintales

Ill

Ill

arrobas J

libra

ll

onzas v

adannes

Explicaci6n: Se empieza a sumar desde el primer numero y menor de Ia ultima columna de la derecha, que corresponde a la unidad menor, los adarmes, que clan 5, mas 9, mas 7=21 adarmes; como cada 16 adarmes vale l onza, sobran 5 adarmes~ que son los que figuran en el total; llevamos 1 . onza, que sumada a las 17 de correspondiente columna, clan 18 onzas; estas reducidas. a libras-cada libra son 16 onzas - arrojan un total de 2 onzas, las cuales se escriben en la correspondientc . columna de Ia suma, y la libra resultante se suma con las cantidades que representan las Iibras; reducido a arrobas el resultado, o sea 26, queda 1 libra, que se anota, y la arroba resultante de la suma de las libras se incorpora a las arrobas, que asi clan la cantidad de 7 y, por lo tanto, 1 quintal y 3 arrobas - ya gue el quintal supone 4 arrobas - ; se anotan, cpmo anterioi"mente, las 3 arrobas en la columna correspondiente y el quintal se suma con los quin-tales, lo que nos da un total de 13 quintales, 3 arrobas, 1 Iibra, 2 onzas y 5 adarmes. Lo mismo sucede en monedas, en las que hay que tener en cuenta que el peso, la moneda mas empleada en Ios documentos hispanoamericanos de Ia epoca, vale g tomines y cada tomin 12 granos; otro tan to ocurre con las medidas, en las que, normalmente, el cahiz vale 12 fanegas (en otros puntos 12 almudes) ; la carga, 4 fanegas; la fanega, 2 almudes; el ahnud, 6 celemines; el celemin, 4 cuartillos, y el cuartillo, 2 octavillos. ' ": REsTA. Para la resta pone. el autor citado dos ejemplos, uno de moneda y otro de unidades de peso y medida. Rn el primero utiliza la moneda coma ejemplo de resta de unidades de "la

la

DE LOS .SIGLO S XVI Y X\'ll

J~11 jsnJa csµccie' ', para lo cual convierte en rnaravedises las moucchs de yue sc tra ia.

El

ejemplo es el sigliiente: v 111

Jl

Resto:

L

cuentos cuentos

de
cu en to

de. v . \}

quintales quintal

lll 11

j XC

arrobas arrobas

quintal



~

id

iii j- 5 601 034 llJ 3 995 043

. xxx . xl

dcccc lxxxx

J

xv Ii bras libras

Vlll Xll

onzas onzas

libras

xi~

onzas

XVI

X..'l{lJI

1 605 99(

111 11

adarmcs adarmes adarrne

que explica de la siguiente manera: . " ... de los 3 adarmes quien saca 2 resta 1, el qua] pondre bajo, en su grado y passar al segundo grado, diziendose: de ocho onc;as, sacar 12 no puede ser; y porque el genera que se le sigue son libras, decirse ha.: de 12 onzas para una libra faltan 4 y 8 que estan en el renglon de arriba son 12 Qµ<_;:aS; baxarse enfrente de SU llnea, y lleuaremos 1 libra, diziendo: 1 y 16 soh 17; qui en las saca de 15 que estan en el recibo, no pueden salir mas de 17 Iibras; para 1 arroba faltan s; y 15 de recibo son 23, las cu ales se baxaran, y lleuaremos 1 arroba, y 2 que estan en el gasto son 3; quien las saca de 3 de[!] recibo, no queda nada. Bajarse ha una cifra, y passaremos adelante sin lleuar ninguna cosa y diremos: de 2 quintales, que estan en el recibo, sacar 1 de gasto, resta 1 y piaticada la dicha regla se hace de alcance [resultado] 1 q-l1intal y 23 libras y 12 ori~as y 1 adarme." Como puede verse, al sustraendo se le denomiria "gasto" y al resto o residua "alcance" y, en la operaci6n, deben reducirse, continuamente, las unidades inferiores a las superiores, llamandose a cada una de estas unidades "grado". MuLTIPLiCACION. Dedica Ortega el capitulo rv de su obra a esta operaci6n, consignando, en primer luga1~, tablas de multiplicar, con los numeros romanos, que no presentan variaci6n alguna con las correspondientes en arabigos. Los elementos de la operaci6n se denominan "mutiplicante" y "multiplicador". Ejemplo: Multiplicante

d

Multiplicador

iii~c

Total:

c

·l

cc xi

Vlll

varas

VJ

maravedis

Vlll

206 3048

101600

\:) de

iiii~ de xl

508

VllJ

10464-8

La operaci6n debe m1c1arse multiplicando la primera cilra de la derecha del multiplicador, prirnero por 8 (igual a 48), consignandose en el primer resultado "baxo de la raya de la unidad" el ocho, conservandose "en la memoria" las cuatro decenas; despues se sigue multiplicando por las restantes cantidades de! "ni.ultipiicante", quc en este caso es el pun to, que coµiq, sabemos es equivalente al cero y par lo tanto da como resultado cero, o sea ninguna decena, por lo que se escriben las cuatro decenas - xl - que sobran de las unidades y que se llevan "en la memoria", en la "ra ya de las decenas", y se rnultiplicara el 6 por la letra siguiente, o sea la cl, que representa

f- -', ?" ,;,. ;

.~

76

PALEOGRAFIA

HISPA:NOAMERICANA

cinco ccntenas, lo que nos da 30 centenas o sea tres rniHares y ninguna ce11tena, por Jo que se ·pone en la "raya" de las centenas el pun to, que representa cero, y se anotan tres miilares. Entonces se pasa a la segunda letra, que en este caso es punto, por lo cual en el lugar correspondiente a las decenas, en este caso bajo los signos numera. ~es xl, se pone ·un punto y se pasa al otro "grade>'', multiplicando la tercera letra "que es dos", pcirque representa, por medio de las dos c, 2 centenas, y anotamos 16 centenas, o sea 6 centenas, seiscientos - de - ; que anotaremos en su grade correspondiente, debajo del punto del rengl6n anterior, y luego continuaremos multiplicando por la letra siguiente, que es pun toy por el numeral ultimo - d - , o sea 5 centenas, · ·q ue nos dara. el resultado correspondiente. Por lo tan to, lo fundamental para efectuar estas operaciones es correr los resultados a las ·casillas o "grados" gue les corresponden, coma unidades, decenas, centenas y millares, dentro de la operaci6n. · DIVISION. Como hemos inclicado anteriormente, considera el autor dos tipos de division: "partir por media", gue estudia en el capitulo v de su obi-a, y "partir por 1 y 2 y 3 letras y otras muchas, la gual reg1a se llama partir por entero". Al d.ividendo se le denomina "suma partidera", "que es aguella suma que partire.mos o queremos partir"; al divisor se le llama "partidor", "que son los compane. ros", y el cociente se designa con el nornbre de "la partida", ·Jo mismo en i.m genera .• que en otro de las divisiones, o reglas de partir. -- . La primera division o "partir ~r medio" da las reglas para dividir por numeros . de una sola cifra: de! 2 al 9, y la segunda del 11 en adelante. La disposici6n es la siguiente: se colocan las letras numerales que representan el dividendo a lo largo, y debajo de ellas se traza una llnea':

d :

viii

tJ . l

v1

·sos 056;

a la izquierda se pone el divisor o "partidor"; en este caso, que el mismo au tor presenta, el divisor es 9, de modo que la opera.ci6n se iniciaba asi:

lX

d

. Vlll

t:}

I.

VJ

508 056;

a continuaci6n se "comienza a partir poi' la prirnera letra de la mano izquierda", o sea se calcula cuantas veces cabe el di\risor, o sea ix 9, en d, o sea cinco centenas de millar; como no cabe, debe ponerse punto debajo de la d, o sea las centenas de

• millar y partir la d mas fa cifra siguiente, o sea cero, representado por un punto, . por el 9 (50 : : 9), que nos dara 5 decenas de millar, gue se colocad. n debajo de la linea trazada bajo el dividendo en el "grado" correspondiente a las decenas de millar. Como quedan cinco decenas de millar, estas se colocaran encima del divisor en el lugar correspondiente y se dividira 58 por el divisor 9, que dara. 6 de cociente y 4 unidades de millq..r sobrantes, que se colocaran, la cifra correspondiente al cociente debajo de la linea· del divi.dendo y las cuatro unidades sobrantes en el rengl6n si..iperior al divisor, continuandose la operaci6n ·hasta ago tar las cifras. Al terminar esta la forma que presenta es la siguiente: 1llj (00) lX

.I

I

d

'd

cccc

viii 'r) ·v1

1d

Vl (DODO) VJ

cccc

(D) ( o'3o)

.'54 406 503 056

56 45c;-- -·--

en la que las letras numerales y cifras que estan en el rengl6n inmediato a la raya representan el dividendo ( 0 ) ; las que se encuentran a su izguierda ( 00 ), el divisor;

77

- DE LOS S lG L O S XVI Y X \'11

las que cs tan debajo de la raya, el cociente ( 000 ) , y la s quc estan encirna del di\'1.sor, ' Jos res-tos de las divisiones parciales ( 0000 ) , Una operaci6n en la que el dividendo fuera ccccxc vi d 1x vi (496 566)- y el divisor 8, daria un. cociente lx: ii . - tx:x . (62 070) y se desarrollarfa en esta forma.:

Vlll

x cc cc xc lx

"'d Vl

d d

\-}

'J

11

Vl

lx 1x:x

Vl

10 506

496 566 62 070

La segunda clase de divisiones, o sea con divisor de varias cifras, del numero 11 en adelante, se dispon1a colocando el dividendo, o suma partidera, y debajo de el dos rayas, con espacio suficiente para que cupiera el cociente o "parte que cupo", y debajo de las dos rayas el divisor o "partidor", de tal manera que la primera letra a la izquierda de este "partidor" o divisor queda directarnente debajo de la primera . de! dividendo o su~a partidera, en la forma siguiente: -

tl

..

:.-

,_ .)•·.

Suma partidera ( dividendo)
o

ii Suma partidera Suma que cupo El partidor

"'

xxx

xl

Vl 1111

VJ

tl ti 't}

xxx xl CCC lxxx lllJ d lxxx dee 1 J

- CCC

0030 2340 6384

34580 751 #

78

PALEOGRAFlA

HISPANOAMERlCANA

L.

; .·

3. No cntra en los limites de nuestro trabajo ocupamos· de los origcncs Lie i,, numeraci6n llamada arabiga, que si bien foe conocida en Europa par mediaci6n clel pueblo arabe, procede en realidad de la India. La esencia del sistema numerativo que nos acupa cs cl ccro ( zifra, en {irabe) , que, si bien en si no tiene valor, sirve para dar a los demas n{1meros, aparte del suyo µropio, otro relativo de posici6n. EI sistema, incompleto par faltar el cero, fue conocido en Espana ya desde el siglo x. En efecto, en los codices conciliares de El Escorial d I 2 y d I 1, conocidos con los nombres de Vigilanus ( escrito en 976) y Albeldensis ( terminado en 993), SC di bu jan las figuras de los . numerales arabes, de] 1 al 9 (Cfr. fig. 55), p1·ecedidas de estas palabras alusivas a su origcn indio: "Scire debemus in Indos subtilissimum ingenium habcre, et ceteras gentes eis in arithmetica et geornetrica et ceteris liberalibus- disciplinis concedere, et hoc manifestum est in navem figuris quibus designant unumquemque gradum cuiuslibct gradus, quarum haec snnt form;:ic".H · El cero no aparece usado has ta el siglo xn, pcro rnras \'Cces: el c6clicc de la · Cr6nica de Hugo de Ratisbona, conservado en la Bibliotcca Real de Munich y escrito entre-1174 y 1197, cs de las pacos manuscritos latinos ariginales de la centuria rricncionada que contiencn· cl sistema campleto. 1 ;, Durante los siglas xm yXTV aument6 su conocimiento, pcro su uso, par lo general, qued6 limitado a las obras matem;l.ticas. Eri.' Espana los vemos empleados en Iosj'ragmentos numhicos de las Taul~i Alfonsies 16 y en algun atro caso aislado. En la Peninsula Iberica persisti6 la numeraci6n romana, designada con el nombre de castellana, siquiera haya bastantes ejemplos de la arabiga, llamada de guarismos. Del siglo .siguiente puede dccirse otro tanto. La forma de los numeros arabigos no vari6 mucho en el transcursa de los siglos. En el cuadro de la figura 56 17 puede seguirse su evoluci6n entre los sig-Ios xrr y xv. Las ma yores diferencias respecto de los actuales sc hallan en las nt'1meros 2 = 7, 4=8, 5=<;: y 7=A. El 2 moderno se hizo general en el sigla XIV niediante la :idici6n de un rasgo horizontal en su pie; el 7 vari6 su posici6n en el siglo xv. La f01ma maderna del 4 data del m~smo siglo, y la del 5 se generaliz6 en el siguiente.

la

4 ' El primero que llam6 atenci6n accrca de estas cifras -fue P. Ewald, "Palaeographisches . aus Spanien'', en Neues Archiu, VIII, p. 357, con facs\mil. Otro, de los folios enteros, puedc nrse en Burnam, Palaeographia Iberica, lams. XX.III y X..."<:IV. ,. Un facsimil de pocas l:ineas en los lYfommzenta German£ae Historica, XVII, tab. 2. " Reproducidos en la ed. de los Libros- del Saber de Astronomfa, de Rico y Sino bas, t. JV (Madrid, 1886). " Tornado de Prou, Mnnuel de Raleographie lntine et franr-aise, 3' ed. (Paris, 1910 ), p. 289.

.

l

.:' 'I

·'.

CAPITULO

VIII

Normas de transcripci6n y publicaci6n de .documentosNo existe un c1:iterio general y unifom1crnente aceptado para la transcripci6n y publicaci6n de los documentos pertenecientes al periodo estudiado. Del examen de las colecciones documentales, de los apendices del mismo caracter a las obras de historia narrati.va o de_los instrumentos publicados en las revistas, se llega a la conclusion de que, la mayoria de las veces, no se aplica a estas .transcripciones el rigor acostumbrado en la edici6n de fuentes documentales correspondientes a perfodos anteriores. y sin embargo, estos; como todos los demas documentos hist6ricos, para s~i· utilizados como fuente segura de conocimiento, deben ser presentados al investig±dor en tal forma que reproduzcan exadarnente su contenido y con las caracteristicas ferrnales propias de SU epoca. 1 ,.., . Es ev~dente que la gian cantidad de documentos existentes sobre este perioclo y su mayor uniformidad hacen inutil adoptar algunas de las pr~scripciones obligatorias para la edici6n de diplomas anteriores al siglo xv, ya que no es normal encontrar en ellos espcciales caracteristicas, instrumentales o de contcnido, que obliguen a individualizarlos rigurosamente; pero es necesario evitar cse descuido anteriormentc sefi.alado, transcribiendolos y editandolos en fonna que permitan al investigagor un analisis exacto de la fuente gue se les ofrece y un aprovechamiento facil y correcto de los datos gue el documento aporta . . . De acuerdo con lo expuesto, el criterio a seguir en cada caso estara determinado por el caracter del manuscrito. En primer lugar debe distinguirse, fundamental-m·erite~- cnfrcfa·- edici6n de textos Iiterarios o l}i?t91J.<::os y . la de documentos propiamente dichos, es decir, los que se refiercn a actos juridicos normales dela administraci6n publica o de los particulares, los que registran operaciones comerciales o estadisticas e, inclusive, los escritos epistolares que no tengan, por su autor o contenido, valor literario. · . En el primer caso, o sea en la transcripci6n y eclici6n de textos literarios o hist6ricos, debe procederse siempre a hacer una descripci6n externa de! manuscrito que comprendera todas SUS caracteristicas !.!f~teriale_s: materia escriptoria; tamafio, en centimetros, de! folio y de la ~jfl. de la escritura; numero de folios; descripci6n de la foliaci6n empleada y de sus alteraciones si las hay; estado de coriservaci6n de! man uscrito; variaci_ones en los tipos de letra; encuadernaci6n, si la tiene: enurneraci6n de! n{1mero de cuademos que lo integran. Es preciso, tambien, indicar, exactamente, su localizaci6n, y hacer constar el archivo o biblioteca en que se encuentra y de d6nde procede, su signatura y si esta registrado o no en los catalogos publicados. Debe precisarse, ademas, si se considera inedito o ha visto la luz anteriormente, y en este oltimo caso hacer la correspondiente referencia o referencias bibliograficas. Debe consignarse, asimismo, si el manuscrito es aut6grafo o copia, y detenni'

-"

Prueba Jo afirmado la escasa bibliografia existente sobre esta materia. Cfr. Normas de transcripci6n '' edici6n de textos. )' documentos. Madrid, 1944 ( Consejo Superior de Investigaciones Cientificas. Esc:uela de Estudios Medievales), pp. 3-4 .. ,

1

96

: . nar con el mayor rigor posible su fecha, .bi en par las da.tos c...'prcsus de! mismo documenta, por refcrcncias quc pucdan obtenersc de su contexto, por sus caracteres foro por naticias obtenidas de atros textos o males - ti pa de letra, papel, etc. documentos relacionados con el que se publica. Es de la mayor importancia, en estos casos, senalar si en ei manuscrito existen notas,_ co1!1entarios o interpolaciones que no carrespandart al autor, identificando, a ser posible, al· comentarista y .la fecha, eI"-;-que ·aqlieHos foeron. .redactados. . En el caso de que existan varias copias conocidas del mismo manuscrito, deben resenarse con fodicaci6n de procedencia. y recension bibliografica, si hubiesen sido editadas. Convierie tener en cuenta que la correcta, cuidadosa y precisa exposic10n de· todos estos datos sobre manuscritos de este tipo,. tiene un interes directa para el investigador, porque ellos le pennitid.n juzgar· de la aufenticidad del instrumento puesto a su disposici6n, ya que podra apreciar si la forma externa del mismo coincide o corresponcle al contenido de la fuente y de SU jerarqufa clentro de una familia 0 grupo de fuentes. 2 · f .. En. cti.anto a su disposici6n formal, debe respetarse siempre la estructura organica del original, manteniendo su division en partes, libros, capitulos, parrafos, etc., no suprimiendo jamas las apostillas marginales, que deberan darse como tales, ni los resumenes que,:_rnuchas veces encabezan los diferentes apartados de los textos; es mas, cuando el texto no este dividido en partes, capitulo~ etc., o lo este insuficientemente, puede realizarlo o completarlo el editor, haciendolo asi mas asequible al lector, siempre que lo haga constar por medio de corchetes - parentesis cuadrados [] - ; es recomendablc gue, ademas, estas aportaciones se caractericen por cl cmpfoo de tipos de imprenta c;:E~r:cr~tcs a las norrnales en cl texto. · Cansideramos ajc11o a nucstro prop6sito rcfcrirnos a la forma y · sisterna de! .~Jiarat6~ cr1.ticocL- anft.Iisis de fucntcs, colacioncs de textos, notas, .indices, rcfcrcncias intei:rias, etc: - propio de csta clase de cdiciones. Respccto a las ri01:mas especifica.~
j! .

!:

:I I

'I

I

!

98

PALEOGRAFJA HTS P ANOAJ\1 ER! CAN .-\

Sin anirno de establecer rcglas gcneraks, vamos a exponer las que hemos scguido en Ia transcripci6n de las 15.minas de] presente trabajo, que estan basadas en la adaptaci6n de las norm.as estrictas adoptadas, generalmente, para las docurrientos mas antiguos, a las caracter!sticas de las fuentes documentales de los siglos xvr y xvrr, y en el sistema empleado por los autores de rna) or prestigio. · Como norma general deben respetarse, en lo posible, las peculiaridades propias del rnanuscrito, espccialmente las que puedan tener importancia lexicagrafica, aspecto este de gran interes en las docurnentos hispanoamcricanos, ya que pe"rmite el estudio de la evoluci6n del castellano en America. Debe conservarse la ortografia, salvo en el caso de que, en una edici6n no ·paleografica, pueda dar lugar a una lectura equivocada que cambie el sentido cle la frase. En tal caso, es recomendable siempre dar .en nota la grafia original. A este respecto hemes seguido las siguientes reglas: 1. En los documentos o palabras latin2.s, · 1a e caudada la hemos representado por f- En el ·caso de que no se disponga de este tipo pucde transcribitse ae. 2. La i con valor vocalico se transcribe por i .. sin adoptar nunca la i larga o la j, ya que las formas de i larga o j no tienen correspondencia fonetica definida. 3: La r o s Jargas se transcriben torno r o s corrientes. 4::- En las ediciones propiamente paleogcificas pl1ecle rnantenerse, como lo hacemos n9sotros, principalmente con fines didicticos, la u con valor consonantico de v, y . la v cbn valor vocilico de ·u. En ediciones c~rrientes consideramos que pueden transcribirse con su vaJo.r fonetico, cualquiera que sea Ia forma en que aparezcan en el manuscrito. 5. Mantenernos, por la misma raz6n expuesta en el parrafo anterior, la y con valor de i - hab·ya, par habia - ; pero puede transcribirse por i. 6. En general; en transcripciones no paleogrificas, las consonantes dobles, en principio de palabra, pueden reducirse a sencillas. Dado el caracter de nuestra edici6n, se mantienen en la transcripci6n estas consonantes clobles en principio de palabra. La R mayuscnla en medio ·de una palabra debe transcribirse siernpre por rr, quc cs cl valor quc ticne en fa ortografia de fos- siglos xvr y xvrr. Lo mismo entendernos quc debe haccrsc cuando aparcce la R mayuscula al principio de palabras comunes. 7. Respecto a las formas de la z, que se estudian en el capitulo correspondiente a las letras aisladas, 3 se han transcrito constantemente .por z, que es su valor ortografico . 8. B ernos consider.ado que el signo general de abreviaci6n - raya, virgula, arco - sobre la n no debe transcribirse, a parti_r del siglo x v, como doble n - nn sino par ii., ya que tenia este valor y asi se representaba en las obras ·i mpresas de la epoca. 9. Los signos de la copulati,:,a '.J ' las transcribimos por e o por y, de acuerdo con la redacci6n general de! documento. En los .documentos latinos se transcribe por et. 10. En 1os nornbres propios debe conservarse rnuy estrictamente la ortografia. 11 . Aunque nosotros mantenemos las irregularidacles en el uso · de la h en los documentos utilizados en las laminas, creemos gue en ediciones no paleograficas puede regularizarse, especialmente en deterrninadas formas, como auia, av;1a, que suelen h acer dificil la Jectura. 12. En los casos, tan tipicbs y frecuentes, de contracci6n de la prepos1c1on de con la palabra siguiente. iniciada por vocal;' generah:nente. pronombre - deste, del; 1

.* ~

·?._ -,~-

-(

,. :i_

. ~~

3

Vi d. pp. 45-46.

DE LOS SIGLOS XVI

y·xvn

dello) etc. - - , sc ha rcstablccido la e ·de la preposici6n - de ello, de -este, de cstancia - . Solo cxceptuamos la contraccion de la rcfcrida prcposici6n y el articulo cl, gue transcribimos) invariableinente, a la moderna. Iclcntica norma hemos scguido r:n Jos. casos de fusion de que, conjunci6n o_ p1'onombrc rclativo, con _la palabra siguientc de inicial vod.lica ( que este) que el). Tambifo en los numerosos ejcmplos en · que un vocable iniciado con vocal pi"erde esta al juntarse a. la preposici6n en, se restituye Ia vocal en cuesti6n. 13. Si las· contracciones afectan a nombres propios, se respctan cuf_lndo pasan a constituir una nueva fonna del apellido~ p. ej.: Dauila. Se cxticncle la costumbrc de separarlos de las particulas por media _de un apostrofe, p. ej.: Dfc: Daux, Dfrz ~~

.

14. Las mayfuculas y las minusculas las hcrnos cmpleado a la moderna. Los nombres de lugar adjetivados deben transcribirsc con may{1scula en documcntos o frases latinas y en min{1scula cuando aparezcan en castcilano. Asi debe tr:rnscribirse: A1exicanu.s y mcxicano, Los titulos, cargos, digniclades, em pleos, atributos de _ las personas los hemos franscrito sicmpre con minuscula. 15. $e ha modificado siempre la arbitraria separaci6n de las palabras, separando las .·.q,ue aparecen uniclas indebidarnente y agrupando las letras ·o sllabas de una misma· palabra que se mucstren separadas. Son, a nuestro juicio, jnadmisiblcs · Jecturas cdrno: de nu5s par demas; de P enden{ias por dependcnrias: convos por con uos; sea por se a; etc. 16. · Se ha prescindido en absoluto de la arbitraria punt.uacion antigua, nrny rara, por lo clcm{1s, en los docrnncntos .dcl per!odo cstucli
" ... a esta. <_;iudad el cual dho cabdo. junto como dho se lo agrade<;i6 p. fueron el capn. don fdo. de Tdo. pimentel thene. de gr. y el capn. po.ga. aRedondo alcde. hordinario y el lied. luis del peso e Juo. de barrientos e po. de ... ;,~ • Ejempio de · hasta quc pun to se "dificulta la inteligencia cle un texto por la falta de puntuaci6n, puede verse en la edici6n de las "Ordenanzas hechas por el Virrey don Antonio de Mendoc;a sobre las mirias de la Nueua Espana, ano de M.D.L.'', publicadas por Arthur S. Aiton, en Revista de Historia de, Arphica (Mexico), 14 (junio de 1942), pp. 73-95 . 5 Constituciones de la Unive1·sidad de Cordoba. Cordoba (Rep. Arg.), 1944, p. 5. • La norma que censurarnos cs la prcdominante en las publicaciones argcntinas de caracter hist6rico. Es tambicn la adoptada per algunos editores nortearncricanos, por ejernplo Carlos E. Castaneda y Jack Autrey Dabbs, en la transcripci6n de los titulos original es de su Guide · to the Latin American Manuscripts in the Universit)' of Texas Library· (Cambridge, Mass.,

100

PALEOGRAFlA HlSPANOAMERJCANA

Otros autores colocan entre corchetes las letras implicitas en las abreviatura5, 7 pro~ poco recomendabie por estar, coma mas adelante verernos, dichos signos reservados, casi unanimemente, a encerrar las frases, palabras o partes de palabras que, sin representaci6n grafica alguna ~error de copia, destrucci6n de parte del documen_to, etc. - faltan en el texto. · 19. La restituci6n de las letras abreviadas plantea, en algunos casos, verdaderas dificultades, par no poder deducirse su significado de las reglas generales de abreviaci6n y del estudio de SUS formas mas t1picas y norrnales. En este caso debe proturarse buscar en el mismo documento, o en otro de la misma serie, la palabra abreviada, con una abreviatura mas legible o escrita en su forma completa. En el caso de no hallarla' se puede adoptar - asi lo hacemos nosotros invariablemente - la ortografia moderna. Pueden seguirse, sin inconveniente alguno, las formas mas corrientes en la epoca, lugar y tipo del documento estudiado. 20. Las grafias Xptus y sus derivados las hemos transcrito uniformemente por Christus. 21. El Chrismon sc transcribe por Christus, en cursiva y entre parentes.is: ( Christus). 22 . . La indicac.i6n de existir la rubrica a continuaci6n de! nombre de! otorgante, clel escr.ibano o dcl testigo, la inclicamos de esta forma: Joan Pfrcz (Rubrica). En el cucrpo de h transcripci6n no .incluimos sino lo quc constituyc rcalmente el documento. ·Las indicaciones sobrc taChaduras, intcrpolaciones, suplementos, anornalias, etc., las reservarnos para las notas. Para facilitar la consul ta ,hemos indicado el final de cada llnca por rnedio de una raya I sobre Ia cual un' exponente indica el nllm.ero quc le corrcsponde en el folio original. Las- lecturas dudosas debe_n darse como tales, colocando a continuaci6n de la version dada un interrogante entre parehtesis- sendern ( ?) y dando, en nota, la corresponciien_te aclaraci6n. Las lagunas originadas por manchas que cubran la palabra o la frase, roturas del papel o pergamino, claros dejados en el documento por el amanuense, caso muy frecuente en los protocolos notariales, y que no puedan suplirse por el pale6grafo, se pueden seiialar por rnedio de puntos suspensivos encerrados entre parcntesis cuadrados; poi· ejemplo: "e rrenurn;io a [ ..... ]". Cuando las letras, palabras o frases scan sustituidas por el transcriptor, se encuadran, tambien, entre corchetes: Gu ti[ errez], en ten[ dieren]. Cuando el documento tenga varios folios o se reproduzca el anverso y el reverso del mismo, s~ iniciara la transcripci6n con la indicaci6n del n{imero del folio y la letra r ( recto,·anverso) o v (verso, vuelto, reverso). Si esta escrito en dos columnas se hara la indicaci6n j1rimera columna o segunda columna, segun corresponda. Las palabras corrompidas se mantendr_a n ta! como apare.... en en el . texto, pero se advertira en nota SU forma autentica y SU significado. Cuando convenga Hamar la atenci6n sabre una de estas formas puede ·utilizarse la palabra sic, colocandola a c~nfinuacion de aquella a que afecte y ·entre parentesis . . ~edirniento

1939), y R. L. Butler, A check List.of Manuscripts in the E. Ayer _Colectio11 (Chicago, The Nf:wberry Library, 1937). ' Asi lo hace Sergio Mendez Arceo, "Doc:umentos ineditos· para ilustrar los origenes de lo> · obispados Carolense (1519), Tierra Florida (1520) y Yucatan (1561)", en Revista de Historia de America (Mexico), 9 (agosto de 1940), pp. 31-62.

Related Documents

Album De Paleografia
January 2021 0
Manual De Paleografia
March 2021 0
Album De Experimentos
January 2021 0
Album Logopedic
January 2021 1

More Documents from ""

January 2021 0
Album De Paleografia
January 2021 0
Informe Iso Amaya.docx
January 2021 0
January 2021 0