Anormalidades De La Memoria

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS ESCUELA DE MEDICINA CATEDRA DE PSIQUIATRIA ANORMALIDADES DE LA MEMORIA

INTEGRANTES Cesar David López Guilcapi Diana Marcela Paz Andrade Cinthia Gabriela Pilligua Nuñez

DOCENTE Dra. María Garcia Moncayo

GRUPO #15 SUBGRUPO 3

SEXTO SEMESTRE

PERIODO 07-MAYO-2019 a 3 SEPTIEMBRE -2019

GUAYAQUIL-ECUADOR

ANORMALIDADES DE LA MEMORIA La memoria, es la capacidad para retener y hacer uso posterior de una experiencia, condición necesaria para desarrollar una vida independiente y productiva. La mayoría de las personas al envejecer, se quejan de una mayor frecuencia de olvidos cotidianos. Este trastorno de la memoria relacionado con la edad, es muy frecuente· sin embargo, los problemas de la memoria con significación patológica son menos comunes. La demencia afecta al 10% de las personas mayores de 65 años y 20 - 50% de las que tienen más de 85 años. Los trastornos de la memoria, y otras alteraciones cognitivas y conductuales asociadas a la demencia, constituyen una seria amenaza para la estabilidad familiar y social. Los trastornos de la memoria, son serios cuando afectan las actividades diarias, o sea cuando el paciente tiene problemas recordando cómo hacer cosas que ha hecho muchas veces anteriormente. La demencia, es un síndrome caracterizado por la presencia de un deterioro de la memoria y de otras áreas de la actividad cognitiva (al menos una). El síndrome demencial puede ser causado por muchas enfermedades. CLASIFICACIÓN Es clásica la división de las alteraciones amnésicas en los grupos principales, según que la anormalidad se relacione con el acto de la fijación del dato (memoria anterógrada) o con el de la evocación del mismo (memoria retrógrada). El primer grupo comprende sólo la amnesia y la hipomnesia de fijación. El segundo incluye anormalidades de dos géneros: cuantitativas y cualitativas. La clínica demuestra que con frecuencia se unen desórdenes de la fijación y la evocación en el mismo sujeto y por la misma causa. Esto lo ilustra de manera casi experimental el efecto del electrochoque en algunos pacientes. Por otra parte, en algunos casos los desórdenes negativos (amnesia e hipomnesia) que aparentemente son de la memoria de fijación, pueden ser o son exclusivamente de la evocación.

2. AMNESIA E HIPOMNESIA ANTERÓGRADAS La falta de fijación de los acontecimientos rara vez es total, constituyendo amnesia absoluta. Generalmente es parcial, incluso en las enfermedades en que se ha

reconocido la más típica amnesia de fijación. Además, Ia.defíciencia. depende siempre exclusivamente de déficit de la memoria misma. En efecto, salvo casos de memoria privilegiada Que todo lo «engrafia» automáticamente, la experiencia nos enseña que para grabar en la mente un acontecimiento, a menudo es menester que éste nos interese, que concentremos en él nuestra atención, que intervenga el designio .voluntario de adquirir el dato. El caso clásico de la amnesia de fijación es el de la psicosis polineurítica de Korsakoff. Aquí aparentemente el enfermo no puede registrar en su mente ningún acontecimiento, ni el más reciente; además manifiesta amnesia de evocación. Una atención cuidadosa del paciente, ejercitándolo en repetir series de palabras o de actos revela, sin embargo, que el sujeto conserva cierta capacidad de aprendizaje. Las mismas confabulaciones de estos enfermos -fantasías que suplen los recuerdos a veces prueban indirectamente que han tomado nota de ciertos hechos. Por último, Siega! ha observado que después de la curación los sujetos suelen recordar incluso hechos acontecidos durante la enfermedad y que aparentemente no retenían en la memoria. En consecuencia, en la misma psicosis de Korsakoff la capacidad de fijación no está completamente abolida. En el diálogo con una enferma del hospital, que tiene el síndrome de Korsakoff, son patentes la amnesia de fijación y las confabulaciones. Es de mañana, y se le pregunta si ha almorzado. -«Sí, ya he almorzado,» -¿Qué es lo que le han dado de almorzar? -«Pan y comida.» -¿Qué clase de comida? -«No me acuerdo.» -¿Dónde está su esposo? ~- «No, señor. Él viene muy tarde de su trabajo» En los traumatismos cráneo-encefálicos, lo mismo que en ciertos estados patológicos agudos del cerebro, como un ictus apoplético o epiléptico, se produce la amnesia de fijación. En unos casos ésta se debe a la profunda perturbación de la estructura o de las funciones cerebrales, sola o acompañada de anublamiento o pérdida de la conciencia. En otras condiciones patológicas la lesión o la intoxicación del cerebro disminuyen temporal o progresivamente la capacidad de fijación. Esto

se observa en clínica psiquiátrica particularmente entre los epilépticos y los dementes de diversas clases. Aun en tales enfermos no es legítimo considerar como uniforme el deterioro de la memoria anterógrada. Ilustrativo a este respecto es el caso de un epiléptico con evidente y progresiva decadencia de la memoria de fijación y evocación. No fija ni los hechos más significativos, como la visita de los familiares que acaba de recibir con alegría; en cambio para los números tiene buena memoria. En una de sus visitas la esposa le indicó el número (de cinco cifras) de su nuevo teléfono; lo apuntó en tres días sucesivos en tres papeles diferentes, por no recordar haberlo escrito el día o los días anteriores. Un tiempo después llamó a su esposa con el número indicado, y le respondieron que estaba equivocado. Al día siguiente había olvidado por completo el incidente e indicó de memoria y con precisión el número. Este mismo enfermo nos permitió observar la conservación del recuerdo abstracto en ausencia del dato concreto. Tuvo una discordia con otro paciente, por lo cual el enfermero le reprendió. Al encontrarse pocos momentos después con este paciente, lo trató como de ordinario, revelando así que había olvidado la riña. Pero más tarde, cuando el enfermero decía a un tercer enfermo que no debía provocar disputas, nuestro paciente, que escuchó esto, se encaró con el enfermero protestando: «A mí nadie me viene con indirectas, pues soy muy hombre.»

3. ANORMALIDADES CUANTITATNAS DE LA MEMORIA DE EVOCACIÓN Según hemos indicado, la memoria de evocación puede desviarse de lo normal sea en lo que respecta al grado, sea en lo que atañe a la calidad de la función. Así tenemos dos géneros de desórdenes: los cuantitativos y los cualitativos. Los desórdenes cuantitativos del recuerdo son de dos especies: por aumento o facilidad excesiva, y por defecto o pérdida del poder de rememoración.

1'1. La hipermnesia es el aumento extraordinario de la capacidad de recordar. En algunos individuos es una aptitud innata, que puede ir unida a un talento especial, a una capacidad intelectual mediocre o deficiente.

Tiene peculiar interés el último caso. En la literatura psiquiátrica se consignan no pocos casos de oligofrénicos con memoria prodigiosa señaladamente para los números. Uno de los más impresionantes es el de Inaudi, que a los 6 años causaba admiración por sus cálculos mentales, y a los 12 fue estudiado por Broca, cuandotodavía no había aprendido a leer. Su memoria era mediana, salvo para los números: podía repetir fácilmente, al revés y al derecho, 30 números con sólo oírlos una vez, habiendo llegado en una ocasión a repetir 400 números. -Maudsley refiere el caso de un imbécil que después de leer el periódico cerraba los ojos y lo repetía íntegro. -Bleuler conoció el caso de otro imbécil que después de oír un sermón lo repetía textualmente sin comprender su sentido. Los calculadores prodigiosos también suelen encontrarse entre los oligofrénicos, aptos tanto para las operaciones matemáticas, cuanto para la determinación de los días del calendario. Weygandt y Ey han reunido, respectivamente, curiosas observaciones de varios autores. Lafora ha estudiado minuciosamente el caso de una débil mental con epilepsia postencefalítica, que en un instante (2 a 5 segundos las más de las veces) resolvía cualquier problema respecto al día de diversos años, evidenciando que el cálculo del calendario se funda en la habilidad para ejecutar operaciones de memoria mecánica sobre datos simples. Hay una· forma de hipennnesia que se debe, más que a una capacidad innata, a una disposición momentánea para recordar con vivacidad conocimientos o acontecimientos aparentemente olvidados. Esto se observa, aunque muy rara vez, en sujetos epilépticos durante el estado crepuscular y en histéricos con diversas perturbaciones de la conciencia. Se produce también en el estado hipnótico y en el narcoanálisis, incluso en individuos normales, así como en enfermos con lesiones bulbares o cerebrales y en pacientes bajo la acción de tóxicos y del choque terapéutico. Semejante hipermnesia momentánea se· produce igualmente en enfermos con fiebre y en sujetos en trance de muerte por causa de un proceso patológico o de un accidente. Tal es la ecmnesia, que hace revivir en un instante trozos del pasado

personal, a veces una recapitulación de casi toda la vida. A menudo se trata de una visión parecida al delirio, que el sujeto generalmente recuerda después. No se puede negar que se trata de un fenómeno de exaltación del poder mnemónico, pues, como en el caso del epiléptico de Zahn (citado por K. Schneider), que rezaba a la perfección oraciones en latín durante el estado crepuscular y apenas si tenía idea de saberlas fuera de esa condición, algunos sujetos en el trance de la ecmnesia recuerdan hechos de los que habían perdido por completo el recuerdo. Sin embargo, rara vez la ecmnesia consiste en un acto de simple rememoración. Es mayormente un estado en el cual trozos del pasado se reactualizan como hechos presentes. Por esta circunstancia Delay considera la ecmnesia como delirio y alucinación del pasado, un acto en que la mayoría «constituida» es tomada por la memoria «constituyente ». Ey la considera entre las paramnesias, como una confusión del presente y el pasado. Este criterio nos parece justificado para la mayoría de los casos, pero no para todos; pues a veces el sujeto rememora fielmente su pasado sin el carácter de una representación alucinatoria o delirante. Así resulta del relato de personas que no merecen fe, las cuales han vivido esta experiencia en el peligro de ahogarse o de perecer en el choque de un vehículo.

2º. La amnesia y la hipomnesia de evocación consisten, respectivamente, en la pérdida total o parcial del recuerdo de hechos y conocimientos que en su momento fueron fijados o engrafíados. Semejante déficit puede comprometer una existencia grande o pequeña de lo vivido o un contenido determinado de recuerdos; puede variar o no en el tiempo; puede, en fin, ser provocado por diversas condiciones. Por eso clasificamos sus manifestaciones según su extensión, su evolución y su causa.

a) El déficit de la memoria de evocación en lo que respecta a la extensión y al contenido presenta tres variedades: masivo, lacunar y sistemático.

a) La amnesia masiva compromete grandes porciones del pasado, incluso todo el pasado. Cuando no se trata de esto último, que es rarísimo, el sujeto olvida los acontecimientos de un tiempo largo, incluso de varios años, a partir de un momento

dado, p. e., el de un grave traumatismo. Todas las adquisiciones de la memoria se esfuman hacia atrás, es la verdadera amnesia retrógrada. El olvido a veces es tan completo, que el sujeto incluso tiene incapacidad para recordar quién es, cómo se llama. Generalmente esto es muy pasajero; después de poco tiempo el paciente se orienta acerca de su persona, pero puede persistir durante algún tiempo el olvido de su pasado inmediato, creyéndose varios años más joven.

B) La amnesia lacunar comprende solo trozos limitados del pasado. El sujeto recuerda lo anterior y lo posterior a un periodo o a cada uno de los periodos afectados por la amnesia.

C). La amnesia sistemática o selectiva entraña el olvido de determinados datos relacionados entre ellos, aunque pertenecientes a diversas épocas de la vida del sujeto. Es como si el contenido del recuerdo se borrara de la conciencia de acuerdo con una tendencia determinante específica. Así, un paciente que ha perdido a su padre en circunstancias trágicas, no sólo ha olvidado aparentemente el hecho, sino que ni pregunta por él ni por la causa del luto de la familia.

b) Según la evolución del desorden amnésico, tenemos las formas siguientes de amnesia: reversible, definitiva y progresiva.  La amnesia o hipomnesia reversible, la más corriente, es de duración variable, de acuerdo con la causa y otros factores; lo mismo respecto al proceso de su desaparición, gradual o brusco, según aclararemos después. El hecho es que el déficit total o parcial de la memoria es susceptible de desaparecer por completo.  En la forma definitiva o irreversible, una vez constituida, persiste la mengua. A veces se produce una restitución gradual y parcial, quedando estable un resto del defecto. Es característico en este proceso el hecho de que se recobran los recuerdos más antiguos antes que los relativamente más

recientes. No es prudente considerar que la amnesia definitiva implique forzosamente la destrucción de los engramas o condiciones materiales del recuerdo en el cerebro (o en el alma según Bergson), pues como veremos después, aparentes amnesias definitivas desaparecen con los nuevos recursos de la terapéutica.  La amnesia o hipomnesia progresiva se agrava con el tiempo tanto en lo que respecta al grado de la deficiencia del recuerdo cuanto en lo que atañe a la extensión del pasado personal afectada. En esto último también las adquisiciones más recientes son las que primero se pierden. Tal es la llamada ley de Ribot. Es innegable que los recuerdos están tanto más sólidamente arraigados en la organización cerebral cuanto mayor es su antigüedad. La amnesia progresiva es típica de la demencia, especialmente de la senil y presenil, y de la arterioesclerósica. El deterioro intelectual y el empobrecimiento progresivo de la memoria .

Un paralítico general mostró una amnesia tan considerable que incluso no recordaba si había usado dentadura postiza (se le había roto durante la enfermedad); no sabía siquiera cuántos hermanos tenía y cómo se llamaban. Este déficit persistió hasta después de la malarioterapia. Un tratamiento prolongado con estricnina a dosis progresiva, hasta el límite de la tolerancia, permitió al sujeto recordar definitivamente el goce pleno de su memoria. c) De acuerdo con la causa, la amnesia es orgánica o psicógena. Esta división no significa que en cada caso concreto intervenga sólo un orden de determinación: o físico o psíquico. La experiencia enseña que a menudo se unen ambas condiciones. Así, Verjaal ha mostrado de manera concluyente que hasta en los traumatismos cráneo-encefálicos graves intervienen a veces aunque moderadamente, en la constitución de la amnesia. Parfitt y Gall, por su parte, insisten en que no debe sobrevalorarse la amnesia como síntoma psicógeno, debiendo considerarse

siempre la predisposición orgánica y constitucional. En esto, como en todo, el médico debe analizar el caso individual desde todos los puntos de vista  La amnesia orgánica es causada por traumatismos craneoencefálicos y por lesiones infecciosas, vasculares, degenerativas o tóxicas, pudiendo ser masiva o Lacunar y evolucionar en una de las tres formas indicadas. Cuando la amnesia orgánica es reversible, la recuperación de la memoria es gradual. En la traumática, cuando la conmoción o contusión cerebral es inmediata mente seguida de un intervalo de pérdida de la conciencia, puede ofrecer uno de los dos tipos siguientes: o el paciente es incapaz de recordar no sólo lo acontecido mientras careció de conciencia (amnesia cóngrada) sino los hechos que habían ocurrido en el tiempo anterior al accidente (amnesia retrógrada); o el paciente, no habiendo recobrado plena lucidez hasta un tiempo después, que excepcionalmente dura días, es incapaz de adquirir noción de lo acontecido en ese lapso (amnesia post-traumática anterógrada).

Amnesias parciales o limitadas a acontecimientos de un período o de diversos episodios se observan con frecuencia especialmente en la intoxicación con óxido de carbono y después de los síncopes, de los ataques epilépticos, del electrochoque y de intentos de suicido con fuertes dosis de drogas. El electrochoque ofrece muy variadas manifestaciones amnésicas, no sólo en el momento consecutivo a cada choque, sino posteriormente a la terminación de la cura. Hemos observado casos en los cuales se produce un olvido completo incluso de gentes muy conocidas y de asuntos personales importantes. En ellos la recuperación se realiza gradualmente con la información que reciben respecto de cada persona y asunto. Hafner encuentra síntomas de amnesia retrógrada persistentes después de dos años en 11 de sus 26 casos. Según nuestra experiencia, esta proporción es demasiado grande: persistencia tan prolongada la hemos verificado excepcionalmente. La discrepancia depende sin duda de la frecuencia, la

intensidad y el número de los choques, así como de la edad de los pacientes y el tipo de enfermedad (en los maníacos, p. e., casi no se producen fallas de la memoria). Por otra parte, Delay, von Baeyer y otros investigadores refieren como muy frecuente la amnesia retrógrada que abarca la psicosis aguda; Bodamer llega a considerarla irreversible. Esto tampoco concuerda con nuestra observación: sólo la hemos verificado en casos raros; en algunos otros es aparente, de modo que con un interrogatorio minucioso y excepcionalmente con un narcoanálisis prolongado, se pone de manifiesto el recuerdo de la enfermedad, disimulado más que olvidado .  La amnesia psicógena o neurósica es motivada, y en lo que respecta a su extensión, puede ser masiva, lacunar o sistemática; por su naturaleza es reversible, aunque permanezca latente por tiempo indefinido. Cuando desaparece, generalmente desaparece por completo y de golpe. Aparte las preocupaciones, las situaciones difíciles, la conveniencia utilitaria y las emociones intensas, sobre todo el temor y la angustia, son los factores que más favorecen la disociación automática del recuerdo. La intervención de estos últimos factores psicológicos explica que, por ejemplo en una fuga histérica el sujeto pierda el recuerdo, tanto de sus actos y de los lugares que recorre, cuanto de lo relativo a su identidad personal. La amnesia es entonces una defensa para evitar el retomo de las emociones penosas anexas a los acontecimientos semiogenéticos. Esta defensa a menudo es consciente o semiconsciente, como parece demostrarlo la eficacia de la persuasión, que según Parfitt y Gall, es el tratamiento de elección. Un ejemplo instructivo de amnesia psicógena es el de un paciente de temperamento impresionable, que a raíz de una catástrofe en que estuvo a punto de perder la vida, su carácter sufrió un cambio notable, con depresión del ánimo, que duró algunos años. El hecho actual es que en un accidente automovilístico murió su hijo más querido, en cuya compañía viajaba. El paciente sufrió, según informe médico, una conmoción cerebral con pérdida pasajera de la conciencia y fractura de uno de los

miembros. Quedó durante los primeros días en un estado de agitación psicomotriz acompañado de perturbación de la conciencia, con algunos raros momentos lúcidos, en que inquiría por la familia con cierto temor y sin profundizar mayormente, salvo una vez que preguntó si su hijo había sido hospítalízado, llorando en seguida. Parece que recibía información contradictoria. A los quince días del accidente, hablando- con un familiar, éste se refirió a los hijos del paciente, quien no recordaba cuántos tenía ni cómo se llamaban. Es de advertir que desde el principio eludía referirse al accidente. Al examinarlo nosotros, tres semanas después del accidente, verificamos amnesia completa acerca del accidente, y sistemática en relación con los hijos Cuando le preguntamos por la causa de su permanencia en cama, se refirió a la fractura, la que atribuía a un accidente automovilístico que sufrió años antes (efectivo, pero que no tuvo mayores consecuencias). Su estado mental era de indiferencia, dando por momentos la impresión de puerilismo y de asomos de pseudodemencia. Nada se conseguía en vigilia para vencer la amnesia, por lo cual fue sometido a narcoanálisis. En la primera sesión reconoció que había sufrido un accidente, afirmando que en él no perdió el conocimiento; se negó a admitir la desgracia ocurrida. En la segunda sesión estuvo casi todo el tiempo en estado oniroide; habló del hijo como si estuviera vivo y lo hubiese visto recientemente; no aceptó la historia verdadera, alegando que no la creía, y que si así fuese, se vengaría. En la tercera sesión declaró que no quería que le diesen las noticias referentes a su hijo: «Prefiero seguir como he estado» Pero después, en vigilia, distinguía ya los dos accidentes, el de años antes y el último, aunque se resistía a evocarlo

ANORMALIDADES CUALITATIVAS DE LA MEMORIA DE EVOCACIÓN

Los desórdenes de este género se caracterizan por la circunstancia de que el sujeto toma como recuerdos los que no son tales o como impresión nueva lo que realmente tiene antecedentes mnésicos. Aquí falla fundamentalmente tanto el reconocimiento, basado en la calidad de conocido, cuanto la localización del recuerdo. Las formas principales son la, alomnesia y la paramnesia.

1. La alomnesia o ilusión del recuerdo consiste en rememorar equivocadamente, alterando sin saberlo el contenido del recuerdo. Como en la ilusión de la percepción, aquí hay dato objetivo, pero no se recuerda cómo fue, sino de otro modo. Esto cae dentro de las alteraciones normales del recuerdo. En psiquiatría interesan las alomnesias unidas al pensamiento delusional: a los acontecimientos recordados el paciente les atribuye una significación diferente de la que tuvieron.

Ejemplo de lo último: Un esquizofrénico reputa que el castigo que en una ocasión [antes de enfermar] recibió de su padre no se debió a los desmanes que había cometido, sino a que su padre le pegó por no ser su padre y proceder él [el enfermo] de otra familia.

2. La paramnesia o alud nación del recuerdo acerca de cuya definición hay gran desacuerdo entre los autores- consiste, a nuestro entender, en la perversión del acto objetivante de la conciencia, de modo que el sujeto confunde lo nuevo con lo conocido y viceversa. Podemos distinguir tres variedades entre los fenómenos frecuentes: paramnesia fantástica, falso reconocimiento y el desconocimiento de las personas conocidas.

a) Paramnesia fantástica (mejor que «deliro de la memoría») es el desorden caracterizado

porque el sujeto experimenta como si fuese un recuerdo,

determinado producto de su imaginación: está cierto de que lo que se le ocurre ha acontecido realmente. Es difícil deslindar claramente este desorden de la delusión imaginativa; sin embargo, en la paramnesia fantástica la convicción no tiene el carácter de inconmovible y el énfasis está en la calidad pretérita del hecho más que en el contenido mismo; además la manifestación cambia de contenido, pudiendo ser éste de poca importancia para el sujeto.

Un antiguo esquizofrénico paranoide con frecuencia nos pide que llamemos al cónsul o al ministro de tal o. cual nación, a quien cree haber conocido. que llamemos al administrador del Edificio Tacna para que le aporte dinero de esa su propiedad. Nos asegura que en el libro que hay [?] en nuestro escritorio consta.

b) El falso reconocimiento es una paramnesia que se actualiza con ciertas percepciones: el sujeto atribuye al objeto la cualidad de conocido. Se diferencia de lo ya visto y los fenómenos análogos porque en el falso reconocimiento hay la certeza de ser realmente conocido lo que se percibe, y no la impresión de conocido unida a la certeza de que se refiere por primera vez. Además el falso reconocimiento se refiere a personas, objetos o acontecimientos aislados, no al conjunto de la situación. Se presenta en la esquizofrenia y en otros estados morbosos, señaladamente cuando en éstas hay alguna perturbación de la conciencia. En la esquizofrenia lo hemos observado más frecuentemente entre las mujeres, y suele ser el último síntoma que desaparece con el tratamiento.

Es de observación relativamente frecuente que enfermos mentales tomen como persona conocida a una que ven por primera vez, o crean que el médico o determinados enfermos sean sus amigos o parientes. Una expresión típica es esta frase de una carta: «Te das cuenta que fulano de tal había estado vivo, pero con el nombre del doctor N. N. [está] algo cambiado,»

c) El fenómeno inverso al falso reconocimiento de las personas, o sea, el desconocimiento de los conocidos, según Pauleikhoff, se observa sólo entre enfermos esquizofrénicos. Una de nuestras esquizofrénicas crónicas cree que los médicos que la visitan no son los mismos, sino distintos; el apellido es igual pero las personas son otras, ciertamente que tienen parecido entre ellas, pero no son idénticas. Considera que especialmente uno de los médicos tiene hijos también médicos, a los que envía en su lugar.

PRUEBAS PARA LA MEMORIA DE FIJACIÓN

En algunos casos es útil apreciar cuantitativamente el rendimiento de la memoria de fijación, tanto para conocer la intensidad de su desmedro condiciona. Al efecto hay diversos sistemas de pruebas. Nosotros aplicamos el ejercicio de aprendizaje de sílabas sin sentido, preparando convenientemente al sujeto. Empleamos diez sílabas que leemos diez veces, pidiendo al enfermo después de terminada cada lectura que repita la serie. Entre una y otra prueba se le hace leer o se le conversa durante un minuto. El resultado se consigna en un diagrama conforme al sistema de coordenadas, en el cual el eje de las abscisas corresponde a las veces que se repiten las sílabas y el de las ordenadas a las sílabas retenidas cada vez. Las sílabas son: lan, der, fos, gri, pru, bel, tac, sol, vir, juch. Federico Sal y Rosas ha determinado los valores medios de este sistema de pruebas aplicándolo a 139 personas normales la mayor parte jóvenes. En los sujetos hasta de 25 años de edad la retención máxima es de 8.56 por término medio; entre los de 26 a 30 años es de 8.36; y en los de más de 30 años, 7.52. Esto significa que el individuo normal retiene después de 10 lecturas, por lo menos 7 de las 10 sílabas. Sal y Rosas ha determinado además otros valores y otras variantes de nuestras pruebas, que son dignos de consideración.

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