Artesano Bonus

  • Uploaded by: Jeimy Montes
  • 0
  • 0
  • March 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Artesano Bonus as PDF for free.

More details

  • Words: 8,463
  • Pages: 17
Loading documents preview...
B0NUS 1

VOL. I LA BIBLIA ES BELLA BONUS: BIBLOS Fue la primera ciudad Fenicia, actualmente en el Líbano. Dicen que Biblos fue fundada por Cronos (el dios del tiempo). Supongo que no. Pero, eso sí, fue fundada hace cinco mil años. Es la ciudad más antigua de la historia que haya estado habitada ininterrumpidamente. Su nombre actual viene del griego, como tantas palabras importantes, y significa “libro”. Era una ciudad mercantil de la antigüedad, y lo que más exportaban desde ella era papiro. La primera Biblia se realizó con el material de Biblos. Una ciudad que sigue habitada. Antes de nuestros actuales libros, se usaban los rollos, o estuches, lo que antiguamente se llamaban “teucos”. De ahí, nuestra palabra pentateuco, cinco rollos. La cultura, las relaciones comerciales, de contaduría, legales, el arte de la escritura… se escribía en papiro. Y eso valía mucho, así que no podías escribir cualquier cosa. Para poder transmitir fielmente lo que querías decir debías medir tus palabras, no dejar nada al azar. Nada sobraba, todo era importante. Se trabajaba con esmero cada letra que se escribía, y el margen de error debía ser mínimo. Con el teclado de mi ordenador puedo corregir todo lo que quiera. No te darás cuenta, pero lo acabo de hacer. En la era de lo inmediato vale todo, en aquella época no. Escribir era un arte, escribieses sobre lo que escribieses, y había que tener sumo cuidado.La Biblia es una obra de arte que se escribió con sumo cuidado. No la veamos como un manual de instrucciones solamente, aunque también nos instruye. Tampoco como un libro caído del cielo, dictado palabra por palabra, donde la creatividad humana no tiene cabida. Sí, fue escrita por Él, pero no a pesar de nosotros, sino a través de nosotros. Y esta es nuestra herencia. Es el “canon”, la regla para medir todo lo demás. Pero no es limitante, sino ejemplar e inspiradora para, de alguna manera, seguir escribiendo con nuestro arte y creatividad. El “canon” está cerrado, así debe ser, pero la boca de Dios no. Menos mal. Las manos de Dios son hoy las nuestras, nuestras ideas pueden venir en un sentido profundo, de Él. La Biblia está llena de Verdad; Jesús dijo: Yo soy la Verdad. La Biblia está llena de Jesús, pero como toda buena obra artística, hay que saber interpretarla, escuchando al artista que la creó. Nuestra “ciudad”, la Iglesia, lleva miles de años habitada, aún hoy. Y seguimos construyendo sobre los planos que nos dejaron. De vez en cuando haciendo alguna reforma, pero de acuerdo al arquitecto. Porque somos artesanos, leamos “el libro que dio forma al mundo”, como dijo el autor Vishal Mangalwadi. Quizá hoy podamos seguir dando forma a nuestro mundo. Llenándolo de gracia y de Verdad, llenándolo de Jesús. Pero a la manera de Jesús. Para ello, no nos queda otra que profundizar en esa obra artística que llamamos Biblia, muchos libros, y descubrir en sus historias la nuestra; en su salvación, la nuestra; en su espíritu, el nuestro. La belleza de estos textos es digna de imitar. Es un libro artesanal, “vintage”, pero espectacular. Se han dicho muchas cosas de ella. Lo que yo quiero decirte ahora es que la Biblia es Bella.

TALLER DE ARTESANOS

(preguntas de reflexión para grupos pequeños): ¿Cómo afecta a tu visión de la Biblia cuando te acercas a ella como un conjunto de obras de arte? ¿Qué conclusiones extraes de la imagen de Dios que muestra la narrativa del Génesis? ¿Cómo crees que afectó la historia del Éxodo a la identidad de Israel como pueblo? ¿Cómo describirías el ministerio profético hoy?¿Tiene algo que ver con el arte?¿De qué maneras? ¿Que podemos aprender de la poesía bíblica?¿Qué características tiene? ¿Es compatible la espiritualidad con le estudio filosófico?¿Porqué? ¿Qué sensaciones tienes cuando te acercas a Jesús a través de los cuatro evangelios? ¿Que te llama la atención de las cartas del Nuevo Testamento? ¿Qué perspectiva tienes ahora del Apocalipsis?

2

VOL. II COLLAGE BONUS: KINTSUGI No hay área de la vida humana que no esté rota de alguna manera: nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza, nuestra comprensión y capacidad para conocer. Y nuestra relación con el arte y las ciencias, con las redes sociales, no son una excepción. Por eso somos llamados a restaurar, dando por hecho la intuición que todos tenemos de que “las cosas no están como deberían estar” y asumir nuestra responsabilidad, es decir, nuestra libertad. Libertad para crear desde la materia prima de este mundo roto. Pero amado por Dios. El Kintsugi (del japonés: carpintería de oro) es una técnica que se desarrolló en Japón para reparar grietas de objetos de cerámica con resina mezclada con polvo de oro, plata o platino. Los resultados eran obras aún más bonitas que las originales, con esas grietas doradas que les daban un toque aún más bello a las finas piezas originales. Era una técnica muy compleja y laboriosa que requería de las manos de un artesano especialista.Esta técnica era tan valorada desde finales del siglo XV que algunos incluso rompían a propósito las obras para repararlas con Kintsugi y darles un “valor añadido”. Tanto así que se daba la circunstancia de que piezas antiguas reparadas con esta metodología eran mejor pagadas que las que nunca se rompieron… El perdón es la fina capa dorada que Dios usa para repararnos. Su amor nos rescata y nos da un valor añadido, a un vaso roto como yo, obra de un alfarero que ama su creación. ¿Por qué no intentar disimular la ruptura con algo menos vistoso que el oro? ¿Por qué no repararla para que parezca como si nunca se hubiera roto? Porque la filosofía que hay detrás es que esas rupturas y la restauración que han recibido forman parte de la historia vital de esa obra y deben mostrarse, incorporarse a la creación y embellecer el objeto teniendo en cuenta su transformación. Dios se ha propuesto restaurar, reconciliar la creación consigo mismo. Lo hizo desde Jesús en la cruz, pero lo sigue haciendo ahora a través de nosotros. Artesanos de la vida que no somos llamados a romper “vasos frágiles”, ni a apagar el pábilo que humea, sino a acercarnos a las heridas de este mundo y elaborar obras de arte. Este es el arte que Jesús nos encomendó como comunidad, es nuestra artesanía, lo que nos “inspiró”: “Luego sopló sobre ellos y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo. A los que ustedes les perdonen sus pecados, les serán per-donados; a los que ustedes no se los perdonen, no les serán perdonados”1. Tenemos una esperanza que nos da valor, capaz de reparar vidas aunque estén hechas añicos. El precio de alguien rescatado, reconciliado, es más que cualquier metal precioso. En su reino no habrá nadie que no haya sido perdonado, es decir, restaurado, con manos artesanas. Tal vez por eso las calles que caminaremos en su nueva creación serán de oro.

TALLER DE ARTESANOS:

¿Cómo definirías el arte que te rodea y que observas diariamente?¿Qué características tiene? ¿Crees que el arte está roto?¿En qué medida o en qué sentido?¿por qué? En cuánto a las características de Schaeffer para acercarnos a una obra de arte, ¿Cuál de ellas crees que es la más importante?¿por qué? Imagina cualquier obra de arte, pictórica, musical, cinematográfica, arquitectónica… ¿Podrías identificar sus características? En tus propias creaciones, ¿Crees que estás cuidando cada uno de estos aspec-tos?¿Cómo? Como Iglesia, actualmente, ¿cuál crees que es la característica que más estamos descui-dando?¿Qué podríamos hacer para subsanarlo? ¿Qué piensas del “síndrome de la snitch dorada”?¿ocurre hoy en nuestro medio? ¿Qué propuestas podemos TRAER a la realidad como Iglesia? ¿Qué piensas de nuestra gestión de las redes sociales?¿Qué errores podemos estar co-metiendo en ese medio?¿Crees que hay una manera piadosa de estar en ellas?¿cómo?

1- Juan 20:22-23 [énfasis del autor]

3

VOL. III PERFORMANCE, ARTE EN VIVO BONUS: EL DEDO EN LA ARENA El único instante que podemos vivir es el presente. Y, como tal, un presente siempre es un regalo. Solo a través del presente, del regalo del ahora, ocurre todo. Solo podemos crear en el presente. Solo ahora la creatividad y la fe pueden hacerse “presentes”. Demasiadas veces nos escapamos hacia adelante, o hacia atrás, trayendo ansiedades, culpas, heridas, olvidando que lo único real es el presente. Por eso Dios es el “Yo soy”, el que acontece en este preciso momento. Mi mente artista vuela, vuela lejos de mí demasiadas veces, y se enreda en cosas que no existen. Y las dejo en el limbo de las ideas, donde jamás verán la luz. Jesús es concreto. Él vivió el presente de manera intensa. Uno de esos momentos presentes fue la única ocasión en la que, según queda registrado, Jesús escribió algo. Algo de lo que no quedó constancia. Fue arte solo para ese momento. Para aquel presente. El Maestro de maestros, para una vez que escribe, lo hace en el suelo de arena, minutos después alguien pudo pasear por encima y borrarlo. Esta es la historia: “... le dijeron a Jesús: —Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices? Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo. Y, como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: —Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo. Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí. Entonces él se incorporó y le preguntó: —Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena? —Nadie, Señor. —Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar”2. Esta narración es un meteorito dentro del evangelio de Juan. Si sacases este texto del evangelio y leyeses de corrido lo que queda, verías a Jesús en una discusión anterior con fariseos acusándole y a Nicodemo, un fariseo simpatizante de Jesús, defendiéndole y, justo después, todo un conflicto acerca de la validez del testimonio de Jesús. (Si te interesa, deberías leer desde Juan 7:45-52 y seguir desde el 8:12 en adelante). Y como caído del cielo aparece este relato que se entromete en la narración. Porque es tan subversivo, auténtico y provocador que se ganó por derecho propio el estar en ese lugar. La escena es sencilla de ver: un grupo de fariseos lleva ante Jesús en el templo a una mujer sorprendida en adulterio. Como era costumbre, para avergonzarla estaba desnuda de cintura para arriba. Se había convertido en un espectáculo. A nadie le importaba dónde estaba el hombre con el que había adulterado. La pregunta hecha a Jesús —”… ¿Tú qué dices?”— es capciosa, para así, conteste lo que conteste, condene o no a la mujer, poder acusarle igual. Es una trampa. Para reaccionar bien en estas situaciones hace falta creatividad. Aprendamos del Maestro artesano. Entonces, Jesús se inclina, quizá se arrodilla o se pone de cuclillas, y comienza a escribir con el dedo en el suelo de arena. Es muy consciente de ese momento. Cada gesto, cada palabra es determinante. Y no dice nada, solo baja la mirada hacia el suelo. Como era su costumbre, como hará con sus discípulos, se pone por debajo, ministerio. Quizá era el único hombre que no estaba mirando a aquella mujer. De hecho, se inclinó. Todos se pusieron nerviosos, y seguían preguntándole u observando con curiosidad lo que estaba escribiendo. Yo hubiera sido uno de ellos. ¿Qué escribía? No lo sabemos. La primera vez que Dios aparece escribiendo con su dedo en la Escritura es en Éxodo 31:18 y lo hizo sobre piedra; estaba escribiendo la Ley, los diez mandamientos. La segunda, en una pared: un mensaje para Belsasar, rey de Babilonia, en Daniel 5, un juicio acerca de que su reinado llegaría a su fin. Piedra, pared, arena. 2 - Juan 8:4-11 NVI

4

La Ley, el juicio, … De repente, se puso en pie en medio de aquellos acosadores y les dijo aquella famosa frase: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. El segundo en lanzar la piedra no debía cumplir la condición, solo el primero. Y allí había alguien que la cumplía. Pero el Único que podía lanzar la primera piedra volvió a inclinarse y a seguir escribiendo en la arena como un niño que juega en la playa haciendo castillos. Estaba haciendo una obra maestra. Se fueron yendo, del mayor al menor (siempre pensé que es una cuestión matemática, a más años más pecados acumulados) y Jesús se quedó solo con la mujer. Él seguía inclinado frente a ella. Se incorporó: - Mujer, ¿dónde están?, ¿ninguno te condena? - No. Nadie… Señor. - Tampoco yo. Ahora vete, y no vuelvas a pecar. La Ley, el juicio, La gracia. La gracia es escandalosa (del griego skandalon: piedra de tropiezo) para muchos que se acercan. Parecía magia, se habían ido todos. Jesús no tenía por qué responder frontalmente a todas las cuestiones morales que le planteaban, a veces eran trampas. Debemos aprender a leer el presente y saber vivirlo y “actuar”, en el mejor sentido de la palabra, de acuerdo a Él. Nosotros, como Iglesia, debemos responder a las trampas que a veces la sociedad nos plantea sin necesidad de responder lo que quieren oír. ¿Qué piensa la Iglesia de esa conducta de la gente?, ¿de esta decisión política?, ¿de este tipo de personas? Y nosotros, en lugar de hacer como Jesús, inclinarnos, hacer arte, responder leyendo el corazón y las intenciones de las preguntas, respondemos de maneras simplonas, sin tener en cuenta el presente ni a la persona que tenemos en frente y que está siendo juzgada, cuyo futuro está en nuestras manos. Que el Señor nos dé perspicacia, astucia, para responder al presente. No sabemos lo que Jesús creó aquel día en la arena. Pero sí sabemos su repercusión social. Y eso es lo importante. También sabemos que mientras su dedo escribía, los fariseos se pusieron a pensar en la Ley, y el juicio cayó sobre ellos. Y la gracia se encontró con la acusada. El dedo de Dios, sus manos, son manos de gracia, como la mano que vemos extendida en la capilla Sixtina de Miguel Ángel que roza con el dedo de Adán. El regalo inmerecido, el presente que jamás imaginó encontrarse llegó a aquella mujer. Jesús lo imaginó por ella. Para su presente. Poco después, el escrito en la arena desapareció por los pasos de los transeúntes. No todas las obras de arte perduran en el tiempo. No es necesario si cumplen su función en el “ahora”. Pero el epicentro que generó aquel toque suave de Dios en la tierra fue como un meteorito cuyas ondas expansivas siguen repercutiendo hasta hoy y siguen inspirando a corazones para seguir creando como Él. Resuenan sus palabras demoledoras: Tampoco yo.

TALLER DE ARTESANOS: ¿Qué significa para ti que la vida de Jesús fue un performance? ¿Qué diferencias encuentras en la actitud del “ministerio” frente a la de “magisterio” según el capítulo? ¿Qué aprendemos de los símbolos que nos dejó Jesús para ser Iglesia? ¿Cómo aplicarías lo que Jesús hizo con la toalla en tu acercamiento al arte o en el desarrollo de tus obras artísticas? ¿Qué funciones tiene el arte, si tomamos como ejemplo la vida de Jesús? ¿Qué aprendemos de la forma de comunicar de Jesús?¿cómo podríamos aplicarlo a nuestra realidad?

5

VOL. IV ÉTICA Y ESTÉTICA BONUS: (ALHAMD LILAH) Hace años pasé unas semanas en la India, conviviendo con familias misioneras. Me habían enviado para conocer de primera mano realidades culturales ajenas a la mía e inspirarme para componer canciones. Suena raro y a la vez romántico, mi vida no es siempre así, no me suele pasar, pero aquella vez sí. La primera ciudad que pude conocer nada más llegar fue Hyderabad, al sur del país. Una megaciudad dominada en gran parte por el islam. Al día siguiente de llegar, con un jet lag que todavía me tenía mareado y después de veinte horas viajando, me llevaron temprano en la mañana a mi primer encuentro cultural. O choque cultural, como lo quieras ver. Después de recorrer algunas calles angostas cruzándome con personas demasiado tapadas para el calor que hacía, entré con algo de recelo al salón donde el misionero con el que viajaba me indicó. Subimos unas escaleras hasta la primera planta de un edificio con una pequeña puerta de madera. Al entrar, vi que la estancia estaba decorada con motivos que yo juzgaba como islámicos: ninguna imagen, todos símbolos abstractos con ese toque árabe tan característico y evocador. Era una sala totalmente diáfana. Sin una silla. Y había unas veinticinco personas. Las mujeres estaban sentadas, con velo, en la parte trasera de la habitación, apoyadas en la pared; los hombres, también en el suelo, ocupaban las primeras filas y el centro. Las alfombras llenaban la sala, y la única luz que había era la que entraba por las pequeñas tres ventanas con celosías que generaban preciosas formas de luces y sombras en las alfombras. No podía hablar con nadie, no entiendo ni hindi ni urdú (el idioma que hablan los musulmanes en muchos lugares de India). Y no sabía dónde me estaba metiendo. Me recibieron con una sonrisa y me tranquilicé un poco. Me indicaron que me sentara en el suelo frente a un libro con letras árabes abierto más o menos por la mitad. El salón estaba inundado con esos libros. Soy la persona con menos flexibilidad del mundo, a la altura de C3PO, así que sentarme en el suelo es todo un espectáculo. Quería sentarme atrás con las mujeres, la pared hubiese sido una ayuda. No entendía nada, y me sentía observado. De repente, un hombre, que supuse que era el responsable de todo aquello (porque era el que tenía la barba más larga y quien tomó la palabra), se puso de pie y comenzó a recitar algo. Cuando terminaba una frase todos decían: Alhamd Lilah (con una hache sonora y gutural). Lo repitieron como unas tres veces. Pensé que el misionero con el que iba me había traído a una mezquita o algo así para tener una visión de lo que ocurría allí y que, de alguna manera, era amigo de aquellos musulmanes a los que no les importaba que un cristiano les visitase. Suelen ser gente hospitalaria, me dije para mis adentros. Después de unas oraciones, me pidieron que ¡cantara algo! Por alguna razón, allí tenían una guitarra desafinada. Me la dieron y, confiando en que allí nadie entendía español, canté una canción mía titulada Pastor de los perdidos. Supongo que, por la estética de la canción, lo novedoso y lejano de una estructura melódica occidental y al ser una forma peculiar de cantar para ellos, se les veía sinceramente interesados, incluso reflexivos, o casi, no sé, emocionados. Al terminar, el misionero me dijo que iba a explicar el contenido de la canción. Cuando terminó de hablar, el responsable de la reunión me pidió que la volviera a cantar, mientras todos cerraban los ojos. Terminé cantando un par más de canciones con la guitarra desafinada (creo recordar que le faltaba una cuerda). Y todos exclamaron: Alhamd Lilah. Le pregunté a mi amigo qué significaba aquella frase. Y me dijo: “Alabado sea Dios”. ¿Qué Dios?, le pregunté. El único Dios, nuestro Dios, el Padre. Entonces me explicó que estábamos en la reunión de una iglesia en un barrio de mayoría musulmana y que, para que el choque cultural no fuera tan duro, habían contextualizado la reunión y las formas para que un musulmán pudiera sentirse cómodo y lo más cercano posible a su cultura. Allí se predicaba la Palabra de Dios, pero la estética había cambiado.

6

Aquello que recitó el responsable barbudo al principio era el Salmo 113, y los libros que había esparcidos por el suelo eran Biblias. Los hermanos y hermanas, al terminar la reunión, me abrazaron y me agradecieron por compartir con ellos ese tiempo; comimos juntos y nos comunicamos con un inglés torpe, sobre todo por mi parte. Después pensé que esta reunión se parecía mucho más a las reuniones de la iglesia primitiva del siglo I que las nuestras de occidente. Porque todos contextualizamos. El evangelio siempre está contextualizado. Siempre está vestido para la ocasión. El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, hizo su tienda con nosotros. Él sigue viajando a través de nuestros desiertos y encarnando Su esperanza en todas las culturas. Es el artesano del alma, de las comunidades y de las etnias. Toda tribu, lengua y nación. El misionero quería enseñarme una lección que jamás se me olvidará. El evangelio no tiene barreras, la Palabra de Dios no está presa, su propuesta, su ética, puede alcanzar a cualquiera, pero somos nosotros los que debemos encarnar su mensaje, para que su justicia fluya como un río. Desde entonces, llevo barba. ¡Alhamd Lilah!

TALLER DE ARTESANOS: ¿Qué conclusiones sacamos del hecho de que Pablo use autores paganos en sus discursos? ¿Cuál crees que es el mejor acercamiento a la cultura según los criterios de Niebuhr? ¿Qué crees que habría en el lienzo que vio Pedro, si bajara hoy? ¿Qué significa “lo que Dios limpió, no lo llames tú común”? ¿Puedes ver la ley del péndulo a tu alrededor?¿Puedes poner algún ejemplo? ¿Qué diferencias hay entre arte y propaganda? Define “contextualización”. ¿Dónde estaría el límite?

7

VOL. V LA MÚSICA DEL HERMANO JUAN BONUS: VIOLÍN Y DISCIPLINA “Solamente debes practicar diligentemente, y te irá muy bien. Tú tienes cinco dedos en cada mano tan saludables como los míos”. J.S. Bach Estuve durante diez años estudiando violín en el conservatorio. En realidad, esa es mi profesión: soy violinista. Y Bach es repertorio obligado. El concierto en Mi mayor para violín es extraordinario. Y me costó aprenderlo. Las partituras de Bach para violín son unas de las piezas más sentidas, evocadoras, sublimes y desgarradoras que puedes escuchar. Aún quiero aprender a tocarlas bien. Aquellos años no fueron un paseo en barca, pero el esfuerzo valió la pena. No sé por qué decidí estudiar violín. Al principio es un instrumento muy desagradecido, antipático. Los cuatro primeros años era un suplicio escucharme; mis padres me querían mucho y soportaban los chirridos que conseguía extraer de aquel primer violín de diez mil pesetas (unos sesenta dólares). Empecé a tocar en la iglesia para practicar. Gracias a Dios, mi violín casi no sonaba y no estaba amplificado, así que todo quedaba entre Dios y yo, mientras aprendía a poner los dedos en su sitio. Quise dejarlo muchas veces, tirar la toalla, pero la gente que me rodeaba me animaba a continuar. Poco a poco fui mejorando, a base de escalas, arpegios, ejercicios de técnica, y sacrificando muchas horas no dedicadas a la Nintendo. Y yo pensaba que estaba aprendiendo a tocar el violín, pero en realidad estaba apren-diendo algo mucho más importante. Disciplina. Y ahora es cuando te caigo mal. Pero espera, mi violín al principio también me caía mal. ¿Quieres ser un artesano?, ¿un artista? Para serlo, antes debemos ser discípulos. Y es imposible ser un discípulo sin disciplinas. “Señor enséñanos a orar…3” Y el Señor no les dio consejos, les dijo, “háganlo así: Padre nuestro…” Oró, directamente lo puso en práctica. Se aprende a orar orando. Enséñame a tocar el violín… Álex 1:1 Y no me dieron consejos, me dijeron: “Hazlo así: …” Lo puse en práctica. Se aprende a tocar tocando. Se aprende a componer componiendo. Se aprende a ser creativo creando. No puedes decir que eres una persona creativa si no has creado nada. Bueno, lo puedes decir, pero nadie te creerá. La Biblia, para enseñarnos que Dios es Creador, no nos explica en qué consiste ser creativo, simplemente nos dice desde el principio que Él creó. ¿Eres creativo? ¿Qué has creado? La disciplina forma parte del proceso creativo, sin ella, no es posible una creación duradera. Es a través de la disciplina que todo lo importante se consigue en esta vida. “La cultura del esfuerzo” no está de moda hoy en día, pero ya se les pasará. En esta época de lo in-mediato, lo instantáneo, hemos creído la falacia de que la inspiración, la creación, el arte, también es inmediato, olvidando que el proceso es necesario y deseable. Bach lo vivió de esa manera. Para él hubiera sido imposible improvisar sin las horas y horas de escalas previas que debía estudiar. Pregúntale a cualquier músico de Jazz. La práctica hace al maestro, la práctica artesana. La práctica, no la teoría. Igual que en la fe, la práctica hace al maestro o, como decía Santiago: la fe sin obras está muerta. Muchos otros han hablado de ella y sus beneficios: Daniel Golstein nos dice: “Creo que la autodisciplina es como un músculo. Cuanto más se ejercita, más fuerte se vuelve”. O con un toque de humor, Jeff Fisher: “La disciplina es hacer lo que realmente no quieres hacer para poder hacer lo que realmente quieres hacer”. 3 - Lucas 11:1

8

Me gusta, algo más poético, el filósofo Mortimer J. Adler: “La verdadera libertad es imposible sin una mente liberada por la disciplina”. O si quieres alguien más cercano a nuestra cosmovisión siempre puedes decir algo de John C. Maxwell: “Nunca cambiarás tu vida hasta que no cambies algo que haces todos los días”. Él, tan pragmático como siempre. Y si de lo que se trata es de hacer los sueños realidad, y te gusta ese lenguaje, pues Jesse Owens te dice: “Todos tenemos sueños. Pero, para convertir los sueños en realidad, se necesita una gran cantidad de determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo”. Elige la que quieras, pero no te quedes quieto viendo las musarañas. Aunque a mí la que me inspira es la de Bach: tengo cinco dedos en cada mano, y un cuerpo, una mente, tengo el Espíritu Santo, como Jesús; si sigo practicando diligentemente, me irá muy bien. No hay atajos, hay caminos.

TALLER DE ARTESANOS:

¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la vida del hermano Juan? ¿Qué aprendemos de cómo firmaba sus obras “SDG”? ¿Cuál crees que es el legado más importante que ha dejado el hermano Juan? “Amando a uno, amas a muchos” ¿Qué aprendemos de la relación de Juan con Ana? ¿Qué significa que estamos a tiempo completo? ¿Cómo aplicas la disciplina en tu vida como artista?

9

VOL. VI COMUNIDAD CREATIVA BONUS: IMITADORES “Sed imitadores míos, así como yo lo soy de Cristo”. 1 corintios 11:1 (RVR95) “El discipulado no es un sistema de conformidad, sino un proceso de desatar el potencial creativo de cada persona”. Erwin R. McManus En un gremio una de las tareas de los aprendices es imitar el estilo de su maestro como parte del aprendizaje y del crecimiento natural de un artista. Pero la meta no es simplemente reproducir exactamente igual las pinturas de otro. Todo estudiante de Bellas Artes sabe que copiar lo cuadros hace mucho bien a la técnica y que, para adquirir las habilidades necesarias para enfrentar en el futuro un lienzo en blanco, es necesario pasar por ahí. Pero no es el fin. Los maestros no deberían ser el techo, sino la plataforma de la que parten sus discípulos, la tierra en la que germinan nuevos proyectos creativos. En la película El Gran Showman, se nos cuenta el origen del circo en el sigo XIX. P. T. Barnum (interpretado por Hugh Jackman), un emprendedor nato, va fichando gente extraordinaria que eran parias de la sociedad, pero con talentos únicos: una mujer barbuda que canta como los ángeles, un hombre extremadamente bajito, otro con sobrepeso, bailarines, acróbatas… Nunca nadie había hecho algo parecido. Los entrena en el mundo de las artes escénicas y forma un equipo de trabajo fantástico. Todos diferentes y con expresiones artísticas distintas, pero unidos por una misma causa. Barnum les anima para formar una comunidad creativa y consigue sacar de ellos todo su potencial. Al principio sufren el rechazo social, son una nueva propuesta artística y con gente de la que nadie esperaría nada (cualquier parecido con la Iglesia es pura coincidencia). Pero finalmente, juntos construyen un objeto cultural, “el circo”, que ha dado alegría a millones de niños durante más de cien años. Repetitio est mater studiorum, la repetición es la madre del aprendizaje, es cierto, pero no podemos limitarnos a imitar, y seguir lo estándar, aunque por algo se empieza. Como comunidad creativa debemos aspirar a algo más que a reproducir el modo superficial con el que hacemos las cosas. Reducir el discipulado a producir una nueva generación con el mismo pensamiento que el anterior, y las mismas iniciativas, es un pecado capital. Enseñando simplemente “qué pensar”, y no “a pensar”, le hacemos un flaco favor a la Iglesia del futuro inmediato en un intento de ¡limitar al Espíritu Santo!, que sigue inspirando generación tras generación. Si tomamos esta visión reduccionista del discipulado como una fábrica de “miniyós” y la implementamos en nuestras iglesias veremos sus resultados en nuestra realidad actual: Pensamiento único, donde nuestros jóvenes solo repiten como loros verdades doctrinales sin haberlas meditado ni interiorizado, generando un ejército que no sabe cómo sabe lo que sabe. Que ha construido su fe sobre las arenas movedizas de la obediencia externa o la tendencia del momento, sin entender cómo hemos llegado hasta aquí. Y esto se nota a nivel estético. Muchas de nuestras comunidades de fe comparten hasta una única forma de vestir. No me refiero solo a los ya de sobra señalados traje y corbata, un chiste que ya ha pasado de moda, sino a nuevas expresiones de iglesia en las que se ha sustituido una religiosidad por otra: mismo seguimiento de unas reglas externas que siguen siendo tan superficiales como las anteriores, pero encima disfrazadas de rompedoras e innovadoras. “Relevantes”, es la palabra que repiten hasta la saciedad. Una estética superficial distinta, pero las mismas problemáticas. Cristianos en serie, sin ningún ánimo de evolución de pensamiento. Sin diversidad, sin gracia multiforme. Sin espíritu creativo. Y el mundo sigue avanzando. Anclarse en el pasado, aunque sea un pasado reciente, sigue siendo anclarse en el pasado. Esto también 10

se percibe, como mencioné en volúmenes anteriores, en las nuevas liturgias y formas de hablar, como la simpática sustitución del “amén”, por el “wow” y el “yeah” en medio de los sermones, y otras onomatopeyas y demás monosílabos anglófonos. Y esto, aunque ridículo, es lo de menos. Deberíamos fomentar el pensamiento como fruto de una espiritualidad viva, como invitación de Jesús a la creatividad. Los cristianos deberíamos ser los que más cuestionamos la realidad, deberíamos hacer las mejores preguntas, como Jesús. No seguir esta línea y hacer cambios simplemente exteriores, es hipotecar la Iglesia. Jesús nos dejó su Espíritu, no su acento galileo, ni su barba. Debíamos seguir sus pisadas, pero no ponernos sus sandalias. Entonces, ¿cuál es la intención de Pablo cuando habla de ser imitadores de Él? Siempre que leía este versículo me parecía un poco pretencioso por su parte, ¿no? En realidad no. En el contexto inmediatamente anterior, Pablo nos habla de la actitud que debemos tener para no abusar de nuestra libertad, sino que debemos hacerlo todo para el beneficio de otros, siendo sensibles también a sus conciencias, y sabiendo decidir bien nuestra conducta no por absolutos sino amando a los demás. Una actitud misional, ha-ciendo “lo que conviene”, “lo que edifica”, “buscando el bien del otro”. En eso, imitémosle. Pero no digamos más cosas de las que Pablo nos quería decir. Jesús se rodeó de discípulos muy diversos y con talentos y dones diferentes, personali-dades únicas, también con miedos y heridas, limitaciones y preguntas. Pero les dejó que probaran, que se equivocasen, que crecieran y evolucionaran, que convirtieran sus defectos en virtudes. Supo sacar de ellos “la imagen de Dios” que llevaban dentro, se convirtieron en una comunidad creativa, en predicadores, misioneros, apóstoles, pescadores de hombres, líderes de comunidades, escritores, profetas, maestros, filósofos… Y si lo hizo con esos doce, créeme, puede también con nosotros. En una comunidad creativa, no se trata de hacer que todas las personas pasen por el mismo aro, como los leones del circo, obligando a todos a pasar por los programas de la misma forma, al mismo tiempo y con los mismos resultados. No. La Iglesia, como comunidad creativa y creadora, facilita las herramientas para que cada uno de los miembros encuentre su lugar, su llamado, de acuerdo a cómo Dios le ha diseñado a él, no como a la Iglesia le gustaría. Lo mejor que la comunidad creativa puede hacer es descubrir lo que Dios ha depositado en cada uno de los que forman parte del gremio, no imponer los criterios desde afuera, sea cual sea la moda del momento. En El Gran Showman, Barnum solo descubrió lo que ellos ya tenían dentro. Eran extre-madamente diferentes, pero les unía la aceptación incondicional de unos a otros y la misión en común: traer alegría al mundo que les rodeaba, incluso a aquellos que les odiaban. Este musical colorido se ganó la nominación a los Oscar como mejor canción original 2018: This is me (Este soy yo). No lo podría decir más claro.

TALLER DE ARTESANOS:

¿Cuál crees que es la idea central de este volumen? ¿es posible ser un artista “llanero solitario”?¿Cómo? “Dios es comunidad” ¿Qué principios extraemos de esta frase? ¿Qué aplicación práctica tiene el hecho de sabernos un don para los demás? ¿Qué características debe tener una comunidad para ser creativa? De arte para la Iglesia a arte desde la Iglesia. ¿Qué piensas de esta frase?¿Crees que es posible?¿cómo? ¿Cómo definirías la palabra discipulado?¿Cómo lo desarrollas en tu vida y en la de los demás? ¿Cómo podemos hacer de nuestra comunidad, una comunidad creativa? ¿Qué lugar ocupa la oración en tu vida como artista?

11

VOL. VII NARRATIVAS BONUS: MISSIO DEI (LA MISIÓN DE DIOS) Solo hay dos tipos de personas: los misioneros y los que son misión. El concepto teológico de que Dios está en misión y nos invita a ella está en boga. Y me alegro, es extrema-damente necesario. La narrativa del Dios que está buscando lo que se había perdido sigue más vigente hoy que nunca. En un mundo donde las iglesias son como centros comerciales o lugares de consumo, necesitamos recordar que somos una comunidad misional, que nuestro lugar y hábitat natural está ahí afuera, en las puertas del Hades. Que no podemos quedarnos satisfechos con mirar hacia dentro y ver que todo está bien. El conformismo, para los que hemos sido enviados por Jesús, está terminantemente prohibido. Porque no se trata tanto de que Dios tiene una misión para su Iglesia, sino de que Dios tiene una Iglesia para su misión. Es decir, la misión es el contexto para la Iglesia, no al revés. Es en la narrativa de la misión donde se sitúa la Iglesia, y ésta cobra sentido. Igual que nuestras vidas. E igualmente para los artistas. Hans Rookmaker tiene una máxima: “El arte no necesita justificación”. Y es verdad, no tenemos que excusar el arte, no hace falta que todo lo que hagamos sea “cristiano”, ya me entiendes, con un propósito evangelizador. Pero aun teniendo eso en cuenta, no podemos negar que somos misioneros, peregrinos, que aún no estamos en casa, y se nos ha encomendado una misión. Una misión que no tiene el arte, pero sí los artistas. Una misión que no tiene la ciencia, pero sí los científicos. Porque el evangelio no es solamente conversión, es buena noticia para toda la creación, es una misión integral. Un artista tiene la misión de descubrir la belleza en la creación, en toda, que señala hacia Dios. Un científico tiene la misión de descubrir la verdad en la creación, en toda. Así como los filósofos, los psicólogos y sociólogos. Leen el mismo libro, pero lo interpretan de formas distintas. Un libro, la creación, que ha sido puesto ahí para acercarnos a Dios, es una parábola que no todos entienden, pero si tienes oídos par oír, puedes oír la voz de Dios a través de ese libro. La metanarrativa de la creación vista dese este ángulo, y la que propone la Escritura, coinciden. Por eso el cristianismo es la historia más potente que existe, su poder explicativo encaja con la realidad, y la comprende, la ilumina. Por eso somos la luz del mundo. Porque seguir a Jesús hoy, es seguirle hacia el mundo. Porque es allí donde Él tiene puestos sus ojos ahora. Porque todo cristiano es un misionero. Cristiano es una palabra que, por el uso, se ha estropeado. Tiene una raíz griega, pero eso ya ha dejado de sorprenderte hace unos cuantos capítulos. Cristo es la traducción al griego de la palabra mesías: enviado, ungido. Así que, si somos cristianos, pequeños cristos, somos, por tanto, pequeños mesías, en-viados, ungidos para una misión. El arte no necesita justificación, pero las personas sí la necesitan. Necesitan el perdón de Dios, esa historia extraordinaria de reconciliación que puede reparar al ser humano. Así que, vayamos, la gran comisión nos espera. Si nadie te ha enviado, yo te envío, si es lo que necesitas. Demasiadas veces no se nos ha dado el permiso para ir, para cumplir con nuestra misión. La misión de descubrir la narrativa de que no somos autosuficientes, que necesitamos ser salvados, ser rescatados, porque en Jesús hay esperanza. Inundemos el planeta de memes que apunten a esta realidad, hagámoslo con humildad y con creatividad, como lo hacía Jesús. También con determinación, y con una visión amplia. Llenemos de parábolas la vida, para que muchos puedan habitarlas y comprender el mundo desde esa narrativa. Contemos las mejores historias, esa es nuestra misión, con toda expresión artística. Des-cubramos las verdades de Dios, reconozcamos al Creador en cada descubrimiento científico. Todo apunta hacia Él. Somos misioneros, enviados en el nombre de Jesús a “hacer historia”, a “hacer historias”. A mover a la gente de una narrativa de muerte y desesperación, a la narrativa de la vida eterna. La metanarrativa que aglutina a todo lo demás. Para ello debemos invitar a la gente a la Metanoia, el arrepentimiento, el cambio de paradigma 12

desde lo profundo. Es una misión imposible sin la ayuda de Su Espíritu, el mayor contador de historias. Los artesanos seguimos trabajando, hemos sido enviados a “co-laborar” con Dios en su misión. El mundo está buscando ayuda. Nosotros somos la respuesta de Dios a esa bús-queda. La narrativa aún no ha terminado. Se sigue escribiendo. “Por eso la Escritura dice: ‘Todo aquel que busque la ayuda del Señor será salvo’. Pero ¿cómo van a buscar la ayuda de alguien en quien no creen? ¿Y cómo van a creer en alguien de quien no hay oído hablar? ¿Y cómo van a oír de él si no se les habla? ¿Y quién puede hablarles si no lo envía nadie?”4.

TALLER DE ARTESANOS:

¿Cómo definirías la palabra “mundo” según este volumen? ¿De qué maneras hemos demonizado el cosmos? ¿Por qué son importantes las metanarrativas para una sociedad?¿Cómo nos afectan? ¿Cómo afectan las metanarrativas al arte y el arte a las metanarrativas? ¿Qué aporta la metanarrativa de la gracia que no aportan otras? ¿Cómo podemos aplicar la teoría de los memes a nuestro arte y misión? ¿Cuál crees que es el secreto de las parábolas como detonantes de cultura?

4 - Romanos 10:13-15

13

VOL. VIII: IMAGINACIÓN Y FE BONUS: TORRES Y ESTACIONES “Creo en el cristianismo así como creo que el sol ha salido. No sólo porque lo veo, sino porque gracias a que lo veo puedo ver todo lo demás”. C. S. Lewis El año pasado visité la ciudad de Birmingham, Inglaterra, donde Tolkien pasó su infancia. Cerca de su casa, el número 25 de la calle Stirling, pude ver una torre que tenía cierto aire siniestro y, si mirabas un poco más allá, veías otra torre por encima del resto de edificios. Parecía que se comunicaban la una con la otra, con el eterno fondo gris del cielo. Algunos estudiosos dicen que esa fue la semilla para crear Las dos torres, de El Señor de los anillos; una de ellas era la guarida de Saruman desde donde se comunica con la Torre Oscura de Sauron en Mordor. Representaban la conexión del mal en la Tierra Media. La materia prima de la creatividad y la imaginación está en lo que vivimos y en cómo lo vivimos. La fuente de nuestra inspiración determina lo que terminamos plasmando en nuestro arte. Nuestras experiencias y, sobre todo, la interpretación que hacemos sobre ellas, pueden marcar el sentido, el rumbo de nuestras obras. Me encanta viajar en tren, es mi modo de transporte favorito. La estación de tren de alta velocidad en mi ciudad se llama Joaquín Sorolla, en honor al pintor valenciano padre del “luminismo impresionista”. Antes, aquella estación se llamaba Jesús. Ver el paisaje, a veces soleado, otras veces nevado o lluvioso, a través de la ventana mientras viajo hacia mi destino con un buen libro en la mano me resulta bucólico, evocador, inspirador. Los cuadros de Sorolla son así también. Los puedes disfrutar en muchos museos, como el MoMA de Nueva York o el museo de El Prado en Madrid, y siempre están bañados de luz. Su estilo es impresionista. Si no te alejas lo suficiente y pones tu mirada solo en una sección del cuadro, parecen trazos sin sentido, feos, sin ningún tipo de expresión, ni tema. Sin la perspectiva correcta parece hasta torpe. Oscuro. Pero si aprendes a mirar la totalidad, descubres que es un cuadro que ¡irradia luz! Es un milagro, aparecen playas, mares, barcos, gentes, el sol, reflejos, campo, sábanas, todo con luz propia. Pero hay que verlo completo. Es sorprendente que con tres colores primarios, azul, amarillo y rojo (actualmente revisado: cian, amarillo y magenta), se pueda crear la sensación de luz en un cuadro, con tantos matices, texturas, colores, sombras, volumen, perspectiva y sentido. Cada vez que subo al tren en la estación Joaquín Sorolla (que, como dije, antes se llamaba Jesús), recuerdo que debo aprender a ver el cuadro de mi vida completo. Y así veré, detrás de esos trazos sin sentido, luz. C.S Lewis fue muy conocido como apologeta, dando explicación a la pregunta siempre planteada: ¿si Dios existe, por qué hay sufrimiento? Escribió un libro, El problema del dolor, donde daba respuesta filosófica a esta pregunta. Cuando daba conferencias sobre este tema, todos terminaban aplaudiéndolo. Su sentido común y capacidad de análisis habían resuelto el enigma, la cuadratura del círculo. No había pregunta sin respuesta. Tema cerrado. Al pasar los años, se enamoró de una escritora estadounidense, Joy Gresham. Y se casaron el 23 de abril de 1956. Lewis afirmaba disfrutar a sus sesenta años lo que otros hombres disfrutaban a los veinte. Eran muy felices. Ese mismo año, Joy comenzó a sentir molestias en la pierna y después de algunas pruebas médicas le diagnosticaron un cáncer óseo. La enfermedad les dio algunos tiempos de descanso, mejoras esporádicas, recuperaciones casi milagrosas. Pero sucumbió a la misma el 13 de julio de 1960. C.S Lewis estaba destrozado. Y escribió un libro: Una pena en observación. Y ahí es cuando el filósofo se queda a un lado y vemos a un marido que expone su pena, su realidad, de nuevo con preguntas acerca de la fe, la voluntad de Dios y su silencio. Ya no es un ensayo acerca del dolor, sino de alguien al que le duele, pero que sigue su camino hacia Dios. Porque el dolor exige explicación, pero el que lo sufre necesita consuelo, no explicaciones. 14

En esos momentos es muy difícil ver el cuadro completo, solo se ven trazos imperfectos, feos, oscuros. No somos capaces de ver luz. Pero es en medio de las dudas, las preguntas y las inseguridades, donde podemos tener fe. Donde podemos confiar. Estar seguro de todo te impide tener fe. No necesitas fe si lo tienes todo claro. No necesitas imaginación si todo es previsible, si todo está siempre “claro”. La Biblia nos enseña tres virtudes teologales, tres colores primarios para pintar nuestra vida y ver detrás de ella luz. Ver a Dios. Fe, esperanza y amor. Confianza, futuro y entrega. Creer, esperar, compartir. Desde estas virtudes podemos ver el mundo “tal como es”. El cristianismo, Jesús, nos ayuda a ver el mundo, lo ilumina, es el marco del cuadro completo. La estación de la que parte nuestro viaje para ver el paisaje, sea como sea. El camino, la verdad, la vida. Esta perspectiva bíblica, estas virtudes teologales, son la epistemología (del griego -ya lo echabas de menos, reconócelo- ἐπιστήμη, epistḗmē, “conocimiento”, y λόγος, lógos, “estudio”), la manera de conocer verdaderamente, cómo comprender el mundo “realmente”, aunque muchas veces no tenga “sentido”. Y la más importante es el amor. El amor también requiere fe e imaginación. Solo amando podemos conocer verdaderamente a la gente. Y a Dios. Y a nosotros. Creyendo y con esperanza. Aún en medio de trazos incomprensibles. La luz está detrás de todo. Las dos torres son parte de la vida. Representan la maldad, el sufrimiento, lo oscuro, pero Tolkien las enmarca en el medio de otras dos historias que la ubican en el cuadro completo: La comunidad del anillo y el final, El retorno del rey. Lewis, a pesar de todo, continuó su camino de fe, y su vida, testimonio y talento siguen resonando hasta hoy. Es mi autor favorito. Su cuadro estaba lleno de luz, de Dios. De imaginación y fe. “Tres virtudes hay que ahora permanecen: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más ex-celente de ellas es el amor”5.

TALLER DE ARTESANOS: ¿Cuál es la relación entre la imaginación y al fe?¿Cómo se conectan? ¿Qué aprendemos de la historia de amistad de CS Lewis y JRR Tolkien? ¿Cómo se asocia la imaginación a la espiritualidad y nuestro arte? ¿Cómo puedes aplicar el pilpul a tu vida diaria y a tu aprendizaje? ¿Qué otras historias conoces que apuntan al evangelio como “El Señor de los anillos?

5 - 1 Corintios 13:13

15

VOL IX: EL ARTE DE LA CIENCIA Y LA JUSTICIA BONUS: UNI-VERSO “Con la primera mirada que el hombre echó al mundo, descubrió la variedad, la diversi-dad, la multiplicidad de los fenómenos. Esta mirada se ilumina por la ciencia —la ciencia que acerca al hombre a Dios— y la simplicidad y el brillo de unidad en todas las cosas”. Luis Pasteur “El universo no sería gran cosa si no fuera hogar de la gente a la que amas”. Stephen Hawking Hoy, 14 de marzo de 2018, mientras escribo estas líneas, los medios de comunicación nos informan de que ha fallecido Stephen Hawking, científico manifiestamente ateo pero que, a pesar de sus muchas limitaciones físicas causadas por la enfermedad de la ELA, pudo hacer grandes aportaciones a la ciencia y por lo tanto al mundo. Ese don extraordinario de ver el universo, a mi juicio, se lo había dado Dios. Quizá no supimos transmitir la narrativa que necesitaba. En muchas de sus frases a veces se vislumbra una espiritualidad con la que todos luchamos a pesar de todo. Porque todo lo creado apunta hacia Dios, todas las estrellas y planetas, todos los continentes, África incluida. Todas las culturas, todas las ciencias y las artes; todas las sociedades y las etnias, tienen un único sentido. Todos los seres vivos, todas las personas. Nuestro Dios no es un Dios tapa-agujeros, sino que está en todo y en todos. Tiene sentido, y como lo tiene, da sentido a todo. La palabra universo viene del latín (unus, único y versus, girado o convertido). Es, por tanto, lo que es uno, pero está en movimiento, gira, se convierte, se transforma. Es estático y dinámico a la vez, materia y energía, como toda buena obra artística. Eso me dijo mi profesor de historia de la música del conservatorio, que el buen arte era estático y dinámico, melodía y armonía, ritmo y pausa, sonido y silencio, rompedor y continuista, tenso y relajado. Muy Hegeliano supongo. Universo. Y en él vivimos. Dios es uno. Está en la oración más importante de los hebreos, la Shema. Pero sabemos que Dios es dinámico; es, como decía San Agustín, una comunidad de amor y que crea por amor. Y de ahí venimos. Y por eso nuestro universo es así. Y nosotros también. Y las relaciones también. Hemos sido creados para leer el universo, para interpretarlo, y para continuar escribiendo. Porque todavía tiene páginas en blanco donde podemos escribir o quizá ilustrar. O, quién sabe, hacer papiroflexia. Dios un día hará papiroflexia con el universo. Apocalipsis 6:14 dice que lo enrollará como un pergamino. Nuestra esperanza reside en que podemos conocer al autor del libro y, desde su perspectiva, su metanarrativa, entender desde la portada hasta la última página. Hasta que aparezca la palabra: FIN. Universo. Hay muchas cosas que se pueden hacer con un libro. Pero, sobre todo, un libro es, bási-camente, comunicación, una obra de arte de la comunicación. Me encanta estar rodeado de libros, de comunicación. Vivamos en este universo comunicativo que Dios ha creado y del que formamos parte. Un verso fascinante que está en constante movimiento, pero que nos ayuda a situarnos. Que habla de un creador que ES amor y que es comunicación, verbo. Desde las galaxias más lejanas, que aún no podemos observar, hasta los átomos y las partículas subatómicas, todo le pertenece. Y lo ha llenado todo de belleza, justicia y verdad, es decir, de Su Gloria. “…toda la Tierra está llena de su gloria”6.

6 - Isaías 6:3

16

Absolutamente todo. Absolutamente todos. Finalmente, todo el universo será La Ciudad de Dios. Hasta Stephen reconocía que este universo no sería gran cosa si no hubiese amor, es decir, gente a la que amas. Así pues, Galileo Galilei nos bendice desde su estudio y se despide de nosotros: “Que disfrutes por muchos años de aquellas buenas bendiciones, que te son enviadas a ti, no de las estrellas, sino de Dios, el Creador y Gobernador de las estrellas”. Galileo Galilei

TALLER DE ARTESANOS: ¿Cuál crees que es la idea central de este volumen? ¿Que principios extraemos de la idea de “los dos libros”? ¿cómo podemos aplicar la creatividad al campo de la ciencia? ¿Qué hay de espiritual en la ciencia? “Cree para comprender”, “comprende para creer”, ¿Qué opinas de esta frase de San Agustín? ¿Cómo podemos aplicar la creatividad y la espiritualidad a la justicia y la política? ¿Qué aprendemos de William Wilberforce? ¿Cómo se puede conectar el arte y la justicia social? ¿Qué consecuencias tiene que la universidad sea el resultado de una cosmovisión cris-tiana del mundo?

17

Related Documents

Artesano Bonus
March 2021 0
Bonus:: Resep
January 2021 1
Artesano: Richard Sennett
January 2021 2
Legacy Bonus
January 2021 2
Etkb Bonus A.pdf
February 2021 0
Bonus Act 1965
March 2021 0

More Documents from "api-27133856"

Artesano Bonus
March 2021 0
March 2021 0
Telecomunicaciones
February 2021 1