Celos De Pareja

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DEFINICION Los celos son una respuesta emocional compleja que puede ser altamente perturbadora, surge cuando una las personas percibe una amenaza hacia algo que considera de su propiedad. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada nos reste atención en favor de otra. También se conoce así, al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona. Los celos son una emoción que surge por querer poseer en exclusiva a la persona amada. El miedo a la pérdida, real o no, se planea como una amenaza.

La necesidad de poseer Normalmente asociamos este sentimiento a las relaciones de pareja, pero también puede darse entre hermanos, compañeros de clase… Los celos y la envidia, tienen el mismo motivo: la necesidad de poseer. El celoso manifiesta su miedo a perder su posesión, es decir, considera que es suyo y no quiere que nadie se lo quite. El envidioso en cambio quiere lo que no tiene.

Diferencia entre celos “normales” y patológicos Los celos sanos consisten en una preocupación por la posible pérdida de una persona amada o malestar por la relación real o imaginada que esa persona tiene con alguien más, pueden considerárseles normales, ya que son frecuentes entre la población y no constituyen un trastorno psicopatológico. Quienes sienten este tipo de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado íntima con nadie. Esto a veces causa algunos problemas en la pareja, pero no son demasiado serios ni producen un malestar intenso a ninguno de los miembros. Los celos son no patológicos, cuando existiendo

motivo racional para sentirlos, la reacción emocional no hace perder la capacidad de entender y dirigir acciones. Los celos patológicos se pueden considerar como una enfermedad porque son aquellos que, siendo infundados o incluso fundados, llegan a obsesionar de tal manera al que los padece que repercuten negativamente en sus sentimientos y en su comportamiento. Están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión, y suelen ser destructivos para la relación. La diferencia entre ambos tipos de celos está en que en vez de preferir y desear que su pareja esté sólo con él o ella, las personas con celos patológicos, están exigiendo o demandando que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse emocionalmente con otras personas, sea esta relación del tipo que sea.

Perfil del celoso Los celos mal llevados al extremo constituyen una patología fuertemente autodestructiva; el sujeto que los padece vive en un estado de infelicidad constante, entre sus miedos y sospechas de engaño, muchas veces completamente infundados y prácticamente no acepta otra condición de verdad que no sean las evidencias que confirman su inseguridad en la relación. Los celos patológicos pueden manifestarse indistintamente en hombres o mujeres. Por eso el celoso es una persona posesiva, que quiere disponer de su pareja como si fuera un objeto. Existe una dependencia afectiva muy profunda: el celoso no se imagina solo; necesita del otro para vivir, y de tal manera esta necesidad se le vuelve obsesiva y la idea de abandono o de verse en soledad llega a convertirse para él en una pesadilla que no le deja vivir, es una idea tan repetitiva y sumamente disfuncional que puede llevar al extremo a la persona que al ver su relación en peligro puede llegar a cometer actos tan desesperados como el homicidio.

Los celos pueden venir causados por problemas de autoestima o incluso en menor medida de visión distorsionada de la realidad. Algunas características de las personas con celos patológicos son los temores obsesivos, y ansiosos; tienden a buscar las pruebas de la existencia de un posible engaño y rechazan todos los argumentos racionales de todas las personas cercanas, la ansiedad puede aparecer por miedo ante la posibilidad de perder lo deseado. Otra característica fundamental se presenta en cuanto a su forma de pensar, la amenaza y la inseguridad son constantes en sus propios atributos. Generalmente tienen sentimientos de ira, mal humor, temor, baja autoestima e inestabilidad. En cuanto a su forma de actuar son personas impulsivas y envidiosas, padecen irritabilidad e intolerancia por la incapacidad de frenar los

pensamientos

negativos

que

pueden

llegar

a

ocasionarles

perturbaciones, no sólo psicológicas, sino fisiológicas como alteraciones en el sueño. El celoso tiene la idea, totalmente equivocada, de que puede tener la posesión de la otra persona, que puede poseerla y controlarla, al igual que hace con sus bienes.

12 claves para identificar un celoso patológico 1.

Desconfía continuamente hasta de su propia sombra, siente un gran

odio por los compañeros o compañeras de trabajo de su pareja. 2.

Odia a las amigas o a los amigos de su pareja.

3.

Revisa constantemente los objetos personales de su pareja, teléfono

móvil, cartera, libreta de teléfonos, perfiles en las redes sociales y agendas de trabajo. 4.

Tiene una autoestima muy baja y una inseguridad tremenda y falta de

confianza en sí mismo.

5.

Es una persona altamente dominante que desea controlar todo lo que

está a su alrededor. 6.

Sus celos se fundan en lo que se imagina y no en una evidencia real.

7.

Duerme pocas horas pensando en que su pareja les está siendo infiel

y cuando su pareja duerme se levanta sin hacer ruído con el afán de buscar alguna evidencia que confirme sus sospechas. 8.

Sufre mucho cuando su pareja entra al baño y tarda en salir o cuando

ésta sale de viaje, se va al trabajo o a estudiar. 9.

No tolera que su pareja no conteste al móvil en cualquier momento

del día. Se imagina a su pareja en la cama haciendo el amor con otro. 10.

Revisa cuidadosamente la ropa de su pareja y la huele tratando de

encontrar el aroma de un perfume desconocido. 11.

Revisa el coche de su pareja tratando de comprobar que está en lo

cierto y que su pareja efectivamente le es infiel. 12.

Focaliza su atención excesivamente en los rivales atractivos.

Ideas y pensamientos del celoso patológico: 

No puedo soportar que mi pareja no me quiera tanto como yo a

ella/él. 

Mi pareja me pertenece y por ende solo debe demostrarme afecto y

amor a mi. 

Si mi pareja me deja, nunca encontraré a nadie a quien amar y seré

infeliz toda mi vida porque no puedo ser feliz sin una pareja. 

Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán de mí y pensarán que

soy un idiota total, y eso no podría soportarlo. 

Si mi pareja no es mía no será de nadie.

Comportamientos frecuentes: 

Revisa las llamadas de su teléfono móvil o su e-mail.



Exiges que se le relate cada movimiento que realizó en el día.



Llama a su pareja cada diez minutos a ver qué está haciendo.



Controla cada salida con sus amigas(os).



Sufre ansiedad ante el retraso o tardanza al llegar a casa, a una cita,

etcétera. 

Esta pensando siempre en el engaño y la infidelidad obsesionado con

ello y no permitiendo una vida plena y feliz. 

Se compara constantemente con las personas que rodean a su

pareja: en el aspecto físico, en la personalidad, en el carácter o en otros aspectos. 

Se niega a salir con su pareja y otras personas, una falta de confianza

tal que termina en convertirles en personas altamente acomplejadas e inseguras que sufren solo con pensar que su pareja puede notar las cualidades de otras personas tales como sus hermanos o amigos.

INVESTIGACION (Alejandro Castro Solano) Clásicamente se consideró a los celos como emociones negativas en respuesta a la infidelidad de la persona amada, tanto en situaciones reales como imaginadas. Este tipo de celos son comúnmente llamados reactivos en los cuales una persona da una respuesta negativa frente a la infidelidad de su pareja. También existen los celos ansiosos en los cuales una persona imagina a su ser amado con un hombre u otra mujer y la mente del celoso comienza a generar una y otra vez imágenes reiteradas e irrefrenables de cómo su ser amado está con otra persona. En los dos casos comentados que son los que a diario vemos tanto en novelas, en la televisión o en el cine, se trata de celos que se manifiestan como emociones negativas cuando la infidelidad ya ocurrió. Este tipo de celos involucran el miedo, la

sospecha, la desconfianza, la ansiedad y la rabia. Sin embargo, existen otro tipo de celos que podríamos llamar preventivos en los cuales una persona se pone celosa de forma anticipada frente a la aparición de una tercera persona que muestra algún signo de interés en su pareja. En este caso el mecanismo de los celos se activa frente a alguna característica particular que tenga la tercera persona involucrada, a la que bien podríamos llamar rival. No todas las personas se ponen celosas frente a los mismos rivales. En otras palabras, no cualquiera constituye una amenaza para la estabilidad de nuestra pareja. Pensemos por un momento en como tiene que ser el tercero/a que muestra interés en nuestra pareja para que nos pongamos celosos? ¿Tiene que ser atractivo/a, carismático/a, tener un buen auto, dinero, lindos hombros, lindas piernas, saber hablar bien, ser amable? ¿Importa realmente el físico o las características psicológicas? Cada uno sabrá que responder frente a estas preguntas...Seguramente si Ud. Es mujer responderá en alguna medida que lo que siente como más amenazante es una persona con atractivo físico y si es hombre seguramente responda que aquello que lo pone más celoso en realidad tiene más que ver con un hombre que tenga alto estatus social, poder, dinero o alguna característica similar...Los celos en estos casos actúan como una estrategia preventiva que utiliza la pareja para mantener la cohesión interna y evitar una posible infidelidad y en el peor de los casos el alejamiento de la persona amada. En este caso los celos ya no son solo emociones básicas sino una cuestión mucho más compleja. Se trata de un entramado de emociones, motivaciones y estrategias que utilizamos para poder conservar la estabilidad de nuestras relaciones románticas.

En el marco de este modelo teórico comentado que tiene sus raíces en la moderna Psicología evolucionista realizamos investigaciones en conjunto con la Universidad de Groningen (Holanda), la Universidad de Valencia (España) y la Universidad de Palermo (Argentina). La pregunta que guiaba estas investigaciones era si las características del rival que provocan celos son las mismas en los diferentes países. Contrariamente a la búsqueda de

las diferencias en función de la cultura nos centramos en la búsqueda de los componentes humanos universales. Teníamos en mente que existen marcadas diferencias por género tanto para varones como para las mujeres. BramBuunk y sus colaboradores en Holanda pudieron identificar cinco características básicas de los rivales que provocan celos: el atractivo físico, la dominancia social, la dominancia física, el estatus social y las conductas seductoras.

En términos generales los varones holandeses se veían

amenazados cuando el tercero en cuestión tenía más estatus social y mayor dominancia

social

y/o

física.

En

cambio

las

mujeres

holandesas

experimentaron celos cuando fueron confrontadas con un rival que tenía un mayor atractivo físico y en segundo lugar conductas más seductoras. Nuestro equipo de investigación intentó confirmar estos mismos hallazgos en población latina dada que las características de los holandeses son bastante diferentes de los iberoamericanos. Tanto en Valencia como en Buenos Aires pudimos constatar que las características de los rivales que provocaban celos estaban en relación con dos características psicológicas (poder y dominancia social y características comunales) y con dos físicas (dominancia física y atractivo físico). Los hallazgos son relativamente similares a los holandeses pero con algunas diferencias. Encontramos que los varones argentinos y españoles se sienten amenazados cuando un rival tiene mayor poder y dominancia social y al mismo tiempo tiene características relacionadas con la afabilidad, el buen trato y el carisma. Estas características no aparecieron como amenazantes para los varones holandeses. Las mujeres argentinas y españolas en cambio se vieron amenazadas cuando fueron confrontadas con rivales físicamente atractivas y que al igual que los varones eran más afables, cariñosas y de mejor trato, características que no aparecieron en las holandesas. En síntesis, existen características universales que provocan celos tanto para varones como para las mujeres pero estas diferencias están filtradas por la cultura en la que las personas están insertas. Podríamos aquí hablar de culturas afectivamente más “frías” y otras más “calientes”. Los latinos como representantes de estas ultimas privilegian el sentido del humor, la

sensibilidad interpersonal, el poder escuchar y el ser más atento, características menos comunes en culturas de otras latitudes. ¿Porque aparecen siempre las mismas características en culturas y escenarios tan diversos? ¿Porque contrariamente a lo que se piensa los celos no son adquiridos y no tienen que ver con una adquisición cultural de forma estricta sino con mecanismos que fueron exitosos en las relaciones interpersonales de nuestros antepasados en el desarrollo de la evolución humana. Si hoy somos celosos, es porque en el pasado ancestral los celos ayudaron a mantener a las parejas unidas y al mismo tiempo es porque las personas de un modo u otro siempre fueron infieles.

DIFERENCIAS DE GÉNERO Con respecto a las diferencias de género se ha concluido que, por lo general,

en

las

mujeres,

se

manifiestan

mediante

un

comportamiento histérico y depresivo (amenazas de suicidio), con un componente de culpabilidad intenso (debido a que se trata de comprender dónde han fallado, qué han hecho mal, atribuyéndose a ella misma, buena parte de la culpa de lo que sucedió), mientras que los hombres reaccionan a través de síntomas paranoicos y obsesivos (incluso actitudes agresivas). A parte de la diferenciación de género y de la tipología de los celos, hay que tener presente que éstos también pueden ir acompañados o están predispuestos y/o dependen de rasgos de personalidad. Como siempre, en estos asuntos no se puede generalizar en términos absolutos, ya que no sólo depende de un solo factor, sino que converge la maduración psicológica y la personalidad.

CELOS PATOLOGICOS EN LA PAREJA La celotipia para la psicología forma parte de los trastornos delirantes, es decir la persona cree ciegamente en una idea falsa (que su pareja lo engaña), sin tener ningún argumento lógico o prueba en la realidad que lo demuestre. Estas personas desarrollan sentimientos de celos tan intensos que son el centro de su vida, de su forma de actuar y pensar. Descuidan sus familias, su trabajo, sus estudios y su relación de pareja con tal de confirmar su idea delirante, de buscar “su verdad”. Generalmente, las personas que padecen celotipia suelen discutir con su pareja al intentar comprobar la infidelidad imaginada, piensan demasiado y en todo momento en su delirio, tanto que se obsesionan con la idea de que les están siendo infiel, pueden llegar a coartar la libertad de movimiento de su pareja, seguirla, agredirla o investigar al supuesto amante. Suele ser un trastorno crónico del tipo persecutorio, la persona vive en una especie de paranoia, donde todas las cosas que ve y escucha las interpreta a favor a su creencia delirante de que le están siendo infiel. No se abre a la duda, piensa que jamás se equivoca, su sospecha de infidelidad se confirma a cada momento. Para el celopatico todo sirve de prueba que pone en evidencia el engaño de que es víctima. Y aquí un punto importante, la persona se siente la víctima de la situación cuando en realidad es él quien es el agresor, no asume su responsabilidad en sus ideas fuera de control, no se da cuenta que está enfermo. Una manera de tratar la celotipia es por medio de psicoterapia, el primer paso hacia la recuperación consiste en aceptar que se está enfermo y que se requiere de ayuda, la persona tiene que asumir el sufrimiento que se causa a sí mismo, a su pareja y a los demás. Generalmente las personas celotípicas son personas que no saben amar de manera adulta, son muy dependientes afectivamente y tienen una enorme falta de auto estima. En el fondo de sí mismo, el celoso oculta una persona débil, dependiente, insegura, falto de autonomía. Es un niño que no soporta

la idea del abandono, la idea de que lo dejen solo. Su auto estima es tan baja que siente inconscientemente que todos los demás son más importantes que él, que en cualquier momento lo pueden cambiar por otra persona, porque él no vale. Esa misma inseguridad hace que el celoso se aferre al objeto de su amor con toda su fuerza, pasando por alto la independencia de la otra persona, no sabe amar porque en realidad no le interesa la felicidad del otro, sino solamente que no lo abandone. Una persona con una buena autoestima no siente celos, cree en sí misma y en su propio valor, sabe que el amor no se retiene, sino que se cultiva a través de la confianza, la entrega y la apretura hacia el otro. Se respeta a sí misma y por ende respeta a su pareja. Cree en la dignidad del ser humano, se ama a sí mismo y es así como puede amar despegadamente a los demás. Los celos son uno de los problemas de pareja, más comunes y destructivos, pero estos no solo influyen a la relación entre las dos personas involucradas sino que también afectan a el entorno social y familiar del que estas son parte y siempre de manera negativa. En el Ecuador encontramos una incidencia mucho mayor de celos de pareja, usualmente orientados de un hombre hacia una mujer, vemos como esto ha originado que dentro del país existan tasas muy altas de violencia intrafamiliar, debido a la ideología y cultura ecuatoriana las mujeres se ven violentadas por sus parejas. Los celos cuando superan una dosis razonable, destruyen la pareja. Por ejemplo, es razonable que nos podamos sentir celosos cuando una persona de nuestro mismo sexo habla regularmente con nuestra pareja. Pero a la larga

los

celos

pueden

llegar a

destruir la

relación: la amenaza

constante, sentir que se está observando cada comportamiento, hará, tarde o temprano, que la pareja cambie su forma de comportarse, que se destruya la posibilidad de diálogo y, finalmente, el miedo a perder al otro acaba llevando la relación a su fin. En general, los celos causan mucha angustia e infelicidad, incluso hasta provocar una respuesta física de agresión desmedida terminando, en la

reclusión (secuestro), en el asesinato o agresión física. Este nivel de celos es muy difícil de curar y las personas que lo padecen tienen grandes posibilidades de llegar a situaciones extremas si no se someten a un especialista. Existen países como España que han tomado medidas en el asunto debido a la gran cantidad de casos de violencia de género causada por los celos. La cura está basada en la recuperación de la confianza en la relación de pareja y de la seguridad de sí mismo reconociendo el espacio vital que toda pareja debe tener y que no debe ser invadido por el otro.

AFECTACION SOCIAL Y FAMILIAR Violencia de género Según estadísticas del INEC más del 60% de las mujeres en el Ecuador mayores de 15 años ha sido víctima de violencia de género, dentro de la que se incluye violencia física, psicológica, sexual y patrimonial; el 90% de las mujeres casadas o unidas que han sufrido violencia no se ha separado de su pareja. De las mujeres que han sufrido violencia el 76% ha sido por parte de su pareja o ex parejas, 87,3% de ellas ha vivido violencia física y el 76,3% violencia psicológica, la que menos sufren es la patrimonial con el 28,9%. Una de cada cuatro mujeres ha vivido violencia sexual, el tipo de violencia más común es la psicológica con el 53,9%. Según el estado civil, 8 de cada 10 mujeres divorciadas han vivido algún tipo de violencia de género, seguido por las separadas con el 78%. Vemos que las mujeres solteras registran la menor tasa de agresión. La causa más común de todas estas agresiones son los celos de sus parejas, que se ven incrementados y justificados por la cultura machista y agresiva en la que nos desenvolvemos, a un hombre se lo felicita por la conducta libertina por la que se castiga a la mujer. No existe razón para permitir este nivel de discriminación y maltrato inducido por los celos, justificados o no jamás se puede llegar a justificar la violencia y las repercusiones que tienen en la familia, principalmente los hijos de las

víctimas y en algunos casos de sus victimarios. Los celos por si solos no son un problema, el problema se origina en la violencia que se deriva de ellos y en la incapacidad y desinterés social para corregir esta conducta. Se debe comenzar por educar a la población y evitar que se repitan los patrones familiares que dieron lugar a este problema. En líneas generales, la respuesta sería que no. Los estudios realizados prueban que la forma de sufrir celos es diferente en los hombres que en las mujeres: los

hombres

sufren

celos

sexuales

y

las

mujeres

celos

emocionales. Es decir, para ellos lo más duro es que su pareja se acueste con otras personas. Para ellas, sin embargo, la idea insoportable es la de que su pareja se enamore de alguien.

Prevenir los celos La prevención de los celos está relacionada con el aprendizaje durante la infancia de los valores de la tolerancia, el respeto y el reconocimiento de los derechos

del

otro. Además,

también

pueden

prevenirlos

una buena

comunicación en la pareja. Una vez desarrollados los celos, la terapia psicológica puede ser muy útil si es que no hay una patología subyacente que tratar primordialmente. Es un problema tiene solución, si somos capaces de aceptar que no podemos tener el control sobre todo y más aun sobre la otra persona. No es fácil, y ciertamente el celoso es una persona que sufre muchísimo, pero es un problema que se puede superar. En terapia se utilizan recursos lógicos para dar orden a los hechos, datos y proposiciones acerca del fenómeno de estudio, estos recursos son la comparación de diferentes psicopatologías que llevan a padecerlos, la descripción de una relación de pareja y de los celos, desde la cual se realiza una distinción de lo normal y lo patológico en ellos.

Superar los celos con terapia Para dejar atrás los celos, primero hay que darse cuenta de que se padecen. Parece tarea fácil, pero reconocer el “sin sentido” de algo cuando se ha elaborado durante años es muy difícil. Hay que intentar descubrir en qué momentos uno se comporta de manera celosa. Anotar lo que se hace, lo que se siente y lo que se piensa en esos momentos ayudará a entender y razonar mejor su origen. Por supuesto, hay que hablarlo abiertamente con la pareja. Quizás los celos tengan fundamento, pero quizás no sea así, si se analizan pensamientos, sentimientos y conductas, es probable que puedan hallarse muchos errores de interpretación. Es mejor dedicar las energías a fortalecer y no a destruir la relación. Es necesario mejorar el diálogo, el respeto y la confianza. Para conseguir todo esto, lo mejor es planificar nuevas actividades juntos buscando una solución. Para la solución del caso, desde una perspectiva cognitivo conductual, se elabora una estrategia de intervención multimodal (exposición, prevención de respuesta, reestructuración cognitiva, control de la ira, etcétera), con la que se pretenden conseguir unos objetivos, múltiples y esenciales para la reversión del trastorno. Entre otros:

1.

Eliminar la ansiedad ante la pérdida de la relación o el engaño.

2.

Buscar los motivos reales de los celos; su origen, desarrollo y

mantenimiento. 3.

Eliminar la agresividad contra uno mismo, contra la pareja y

allegados, incluidos objetos. 4.

Analizar la idea de pareja y fidelidad/traición. Ideas, prejuicios, modos

de actuar, sensación de soledad, control, miedos… 5.

Reducir los pensamientos referentes a la posible infidelidad.

6.

Eliminar

evitación/escape.

los

rituales

de

control

y

cualquier

conducta

de

7.

Obtener un nuevo modo de vida, habilidades de comunicación eficaz

y positiva, disfrutar del tiempo sin la presencia de la pareja mediante actividades gratificantes y ampliar las relaciones sociales. 8.

Aprender habilidades asertivas.

Referencias: 

Adolphs, R. (2009). Social Brain: Neural basis of social knowledge. Annual Review ofPsychology, 60, 693-716



Allen, J., Chambers, A., & Towers, D. (2007). The many metrics of cardiac chronotropy: A pragmatic primer and a brief comparison of metrics. Biological Psychology, 74(2),



243-262.



Emotional Responding.Review of General Psychology, 10(3), 229–240



Appelhans, B. M., &Luecken, L. J. (2006). Heart Rate Variability as an Index of Regulated



Araneda, R., Cova, F., Rincón, P., & Valdivia, M. (2008). Propiedades Psicométricas del Inventario de Depresión de Beck-II en Adolescentes Chilenos. Terapia Psicológica,26(1), 59-69.



http://www.psicologiaamayaterron.com/celos-patologicos



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