David Oubina: El Silencio Y Sus Bordes

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oubiña

DAVID OUBIÑA david

sus bordes David tas

Oubiña analiza un conjunto de na-

y cinematográficas que le permiten pensar el con-

ímo en tanto movimiento, desplazamiento o aproximalo extranjero

y lo extraño. Se trata de textos y filmes an irrefrenable magnetismo por el límite, que fueron >,

atípicos, anómalos, exasperados o provocativos, rea-

ntina hacia fines de la década de

momento no

1960 y principios

^a

elección de dicho

le

manera exacerbada, esa ambición que

es casual; es cuanatraviesa la

abismo y entonces hallar su punSarlo sostiene en su prólogo: “Partiendo de un

astrar el lenguaje al íatriz

itario (el extremo), las

un discurso

n con

las

listintos

Oubiña avanza sobre

teórico que, tanto

las obras para

como

las obras, se

vanguardias del siglo xx”.

medios expresivos, bajo diferentes formas y de cada autor, ciertas

ctos diversos sobre la poética

o Cozarinsky, Alberto Fischerman, Osvaldo Lamborí

bordes

Saer comparten la tendencia hacia lo perturbador de reaccionan de

)

modo

diferente ante su contacto.

De

luminoso e innovador ensayo, Oubiña afirma que su sus

ionar sobre la obra no desde su realización, sino desde le

Y

y

fue puesta en cuestión, desde el extremo en que se fue ajusticiada.

Desde

el

punto en que se ha ido lio

PQ 7611

0935 2011

El silencio y sus bordes MODOS DE LO EXTREMO EN LA LITERATURA Y EL CINE

MAIN FIRME

David Oubiña (Buenos Aires, 1964) es doctor

en Letras por la Universidad de Buenos Aires.

Ha sido profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de esa universidad y profesor visitante

en la University of London, en la University

of Bergen, en la

New York University y en la En la actualidad dic-

University of Berkeley.

en la Universidad del Cine y en la York University en Buenos Aires. Es

ta clases

New

investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y del Instituto

de Literatura Hispanoamericana de

la

Universidad de Buenos Aires.

Ha sido colaborador en las revistas Punto de

El amante y Babel, entre otras, e integra el consejo de dirección de Las ranas vista,

ensayo y traducción) y el comité editode Cahiers du cinema España. En 2006

(artes,

rial

obtuvo la beca Guggenheim.

Ha

sido guionista de las películas Esas

cuatro notas (2004), Música nocturna (2006) y Secuestro y muerte (2010). Ha compilado los

volúmenes El cine de Hugo Santiago (2002) y Jean~Luc Godard: el pensamiento del cine (2003). Entre sus libros se cuentan: Filmolog(a.

Ensayos con

el cine

(2000, Primer premio

de ensayo del Fondo Nacional de Estudio

crítico sobre

La ciénaga

Lucrecia Martel (2007) y

las Artes);

Entrevista

a

Una juguetería filosó-

fica. Cinc, cronafotogrqfiá y arte digital (2009).

Tierra Firme

EL SILENCIO Y SUS BORDES

DAVID OUBINA

EL SILENCIO Y SUS BORDES Modos de

lo

extremo

en la literatura y

el

cine

Prólogo de Beatriz Sarlo

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MÉXICO Argentina - Brasil - Colombia - Chile - España Estados Unidos de América - Guatemala - Perú - Venezuela -

Primera edición, 2011

índice David Oubiña El silencio

tura y el

y sus bordes modos de lo extremo en la litera/ David Oubma con prólogo de Beatriz Sarlo. Aires Fondo de Cultura Económica 2011. 21x14 cm. - (Tierra fírme) :

eme

;

~

:

392

p.

;

ISBN 978-950-557-866-5 2.

prolog.

II.

Cine Argentino.

I.

Beatriz Sarlo

Titulo.

CDD A860 Agradecimientos

Un

viaje,

por Beatriz Sarlo

Introducción

I.

Armado de

tapa:

Juan Balaguer Imagen de tapa: Horizonte, de Jorge Macchi, 1995 (fotografía de Rodrigo Rojas)

S

P

e' c El S^vador 5665;

Cultura Económica de Argentina,

1414 Buenos Aires, Argentina [email protected] / www.fce.com.ar Carr. Picacho Ajusco 227; 14738 México D.F.

S.A.

63

Cronofotografías literarias

II.

El happening pesimista

123

III.

Metodología de la dispersión

201

IV.

C/wfreakshow

269

V.

El luminoso fracaso

331

347

Bibliografía

377

Filmografía

381

índice de nombres.

ISBN: 978-950-557-866-5

Comentarios y sugerencias: [email protected] Fotocopiar libros está penado por la

ley.

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión o_digital, en forma idéntica, extractada o modificada, en español o en cualquier otro idioma sm autorización expresa de la editorial. '

Impreso en Argentina - Printed in Argentina Hecho el depósito que marca la ley 1 1 .723

7

Para Adriana.

Amanhcí será

um

lindo día.

Agradecimientos

Escribí El silencio y sus bordes entre 1998 y 2003. Ese mismo año, lo presenté como tesis de doctorado en la Facultad

de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. La defensa tuvo lugar en 2005. No he introducido ningún cambio sustantivo en su desarrollo conceptual ni en su redacción porque, ya en ese momento, tenía la forma del libro que quería publicar. El primer agradecimiento es para Beatriz Sarlo,

mi

direc-

que mantuvimos durante nunca nadie me había leído con

tora de tesis. Las conversaciones

esos años fueron

una fiesta:

tanto interés, tanta dedicación

avance de mi

y tanto

respeto. Frente a cada

investigación, Beatriz se entusiasmaba

quien espera ansiosa novela por entregas.

el

No

nuevo capítulo de una sé

cómo

como

palpitante

hacía para leer tan rápido

haber nada y tan bien, pero lo cierto es que nunca parecía a las poborradores: más urgente que la evaluación de mis cas horas, invariablemente, los tenía de vuelta,

comentados

pasión y el compromiso con que se involucró para que yo pudiera completar de la mejor manera posible la tesis que quería hacer

de manera exhaustiva. La

lucidez, la nobleza, la

acotado espacio de una investigación doctoral. El trabajo con ella fue el momento más dichoso de mi forma-

exceden

el

ción académica.

n

12

Molloy hizo que mi estancia de investigación en la convirtiera en una experiencia maravie inolvidable. La escritora venerada, la crítica refinada, la

Sylvia

New York University se llosa

mejor que yo mismo; por y ella conoce lo que escribo consejos. Florencia eso he intentado no olvidar ninguno de sus fieGarramuño y Alvaro Fernández Bravo han sido mis amigos

a escribir

profesora brillante fue protectora

les

dejó aprender de ella

to

En Nueva

tra.

York,

como un hada madrina y me con sutileza, como una verdadera maes-

y

gracias a

doctorado. Sylvia ha sido

una

ella,

decidí inscribirme en el

referencia ineludible,

un modelo

a seguir; pero quisiera homenajear, sobre todo, su perseverancia

en

los rituales

Desde que defensor

de

lo

la amistad.

conozco, Rafael

y mi promotor más

a escribir en Bl artículos: era la

ha sido mi mayor Yo recién empezaba

Filippelli

persistente.

ccmcititc cuando se me acercó para elogiar mis primera vez que alguien cuyo trabajo admiraba

me trataba como un par. Esa vez fui muy tímido para confesarque sus textos en Punto de Vista eran el mejor ejemplo de lo que debía ser un ensayo sobre cine: entre el saber práctico le

y

la elaboración teórica.

juntos,

hemos

escrito

Ha

varios filmes.

sido

En todos estos años, hemos dado clase a cuatro manos y hemos colaborado en

un

intercambio desigual, sin duda, por-

que sólo puedo advertir lo mucho que yo he aprendido sobre cine. Su aporte en los capítulos sobre Fischerman sobre Co-

y

zarinsky fue particularmente valioso porque

vechar su experiencia personal tanto convertirla

en material de

me permitió apro-

como su capacidad

para

reflexión.

Vi Pierrot años:

le fou con Jorge Macchi cuando teníamos trece no entendimos nada, pero salimos fascinados de la sala

Leopoldo Lugones. Eso nos volvió inseparables. Jorge ha estado siempre a la vuelta de la esquina. Invariablemente, al rastrear el

origen de alguna obsesión en este libro, descubro que su remonta a aprendizajes que hemos atravesado

inspiración se juntos. María

Negroni ha sido mi interlocutora más constante,

leal e incorruptible.

En muchos

pasajes, este trabajo

ecos de ese diálogo interminable. Sus textos

13

AGRADECIMIENTOS

EL SILENCIO Y SUS BORDES

guarda

los

me han enseñado

Y

primeros años de facultad, hace tan-

y entrañables desde los tiempo. Lo que sé sobre

he pensado con ellos. sido un punto lo demás también. Sus investigaciones han me alegra constatar que este libro ha mejora referencia

de

literatura lo

y

reconocimiento do luego de sus comentarios y sugerencias. El cuenta de la que testimonia alguna nota al pie no alcanza a dar leído La importancia que tienen para mí. Pero sé que si hubiera experiencia opaca

mi libro habrían

en

el

momento

oportuno,

muchas cosas de

sido diferentes.

conmigo infinidad de lectuSiempre sabe qué ras y ha sido una fuente inagotable de ideas. Natalia Brizuela ha compartido

preguntas hacerle a advertir lo

un texto.

que un work

Posee

un envidiable

talento para

necesita y, a partir de

in

sinuar nuevas direcciones.

Hugo

allí,

in-

Santiago asistió al desarrollo

comienzo. Sus llamadas periódicas acercaron entusiasmo (infaltables, afectuosas, expansivas), me confianza en las consejo; pero, ante todo, me contagiaron su

de mi investigación desde

el

y bondades del resultado, con esa

fe ciega

a la que sólo se atre-

primera ven los grandes amigos. Guillermo Saavedra me dio la ha ceno oportunidad en la revista Babel y, desde entonces, Gabriela sado de reincidir tenazmente. Esteban Rubinstein y lo que uno Santiago me enseñaron la importancia de disfrutar

De múltiples maneras he aprendido en el diálogo con mis Schwarzbaum y amigos Marcos Herrera, Carlos Tobal, Pablo

hace.

Hermán Faigenbaum. Y también con esos compañeros de estuClaudia Torre y dio que acabaron graduándose como amigos: Nápoli. Alejandro Weber, Pablo Ansolabehere y Adriana Di traGracias a Bernardo Kononovich, que sabe escuchar y ducir.

A José Antonio Martínez Suárez,

maestro pero nunca ha dejado de

que no pretende

serlo.

ser

un

A los cuidados de Ada-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

14

AGRADECIMIENTOS

Duarte. Gracias a Alejandro Santángelo, a Eduardo Crespi,

lia

a Alberto Amante y Elena Laplana, a Antonio Amante y Sara Vespa por el apoyo incondicional, siempre. Andrés Levinson y

María del Carmen Vieites

me

en la búsqueda de archivos

ayudaron con

eficacia

y esmero

fotográficos. Sylvia Saítta compartió

conmigo su experiencia y me aconsejó abundantemente. Miguel Dalmaroni puso sus conocimientos saerianos al servicio de mi texto y me devolvió una lectura tan inteligente como minuciosa. Raúl Ulescas y Damián Tabarovsky fueron lectores entusiastas del manuscrito. Les agradezco su estímulo

y sus re-

comendaciones.

Muchas

tiempo que trabajé en

durante

el

las artes

combinadas

II,

en

la

la cátedra

fueron

un modelo de

de Literatura en

Facultad de Filosofía

inteligencia

fundamentales para pensar

y

Letras de

y erudición que

resultaron

las relaciones entre cine

y

literatu-

A él y a mis compañeros de cátedra, Héctor Kohen, Armando

ra.

Capalbo y Raúl Ulescas, debo agradecerles que hicieran posible espacio donde articular la docencia y la investigación. Tam-

un

bién a los miembros de la cátedra de Guión II, en la Universidad del cine,

que saben recrear la pasión de pensar en

las películas

y de enseñar a hacer películas: Rafael Filippelli, Hernán Hevia, Inés de Oliveira Cézar, Fernanda Ramondo, Malena Solarz,

Manuel

y el

Ferrari,

Marina Califano, Laura

Nicolás Zukerfeld.

A

lo largo

Spiner, Matías Piñeiro

de estos años, fue importante

intercambio con algunos colegas que se han convertido en

compañeros de

ruta:

William

Kriger, Ana Laura Rubén Plataneo y Sergio Wolf.

Diana Paladino, Clara

Lusnich, Mariano Mestman,

Rowe y John Kraniauskas me

ofrecieron

consejos durante los meses que pasé en Londres. fue

En Nueva York, Robert Stam me acogió como si yo fueun perseguido político y mi tesis, un documento secreto que

Bergen. ra

debía ser protegido. Ismail Xavier representa, para mí,

el

modelo

mas admirable de lo que debe ser un investigador sobre cine en Latinoamérica. También es un amigo generoso: desde aquella primera vez en Nueva Orleans, él ha insistido con invitaciones para que expusiera los avances de mi trabajo y yo he intentado, aplicadamente, tomar nota de sus comentarios. A Ricardo Piglia quiero agradecerle un memorable seminario sobre Saer, Puig y Walsh que fue tan inspirador como lo ha sido su conversación en cada una de las ocasiones en que nos hemos encontrado.

A

y evolucionaron

Universidad de Buenos Aires. Las clases de Eduardo Grüner

la

'

hipótesis de este libro surgieron

15

amparo y

Hugo Santiago

mi guía aquileano en París. Daniel Balderston en lowa. Alva-

ro Ramírez Ospina vino a buscarme hasta aquí para llevarme a

Otilia Arantes, la instigación

ñones, la hospitalidad. za.

A Francine

y el

impulso.

A Arcadio Díaz

Qui-

A Manuel Antín, la empecinada confian-

Masiello, todas sus atenciones

y su

sentido del

humor. Edgardo Cozaiinsky me ungió como depositario de sus materiales sin preguntar nunca qué iba a hacer con ellos. Noé Jitrik

me amparó en el Instituto de Literatura

Hispanoamericana. Schvartzman y los miembros de nuestro grupo UBACyx me mostraron cómo trabajan los investigadores

Julio

rigurosos. Alberto

Elena

y Santos Zunzunegui me han apoyado y me han alentado

incansablemente. Santos hizo, además, una lectura iluminadora de mi tesis que expandió los resultados de mi trabajo hacia direcciones impensadas.

Tuve la oportunidad de presentar los progresos de mi investigaaon en diversos congresos conferencias: en la Univery sidad de San Andrés, en la Tulane University, en la Universidad Nacional de Rosario, en la Universidad Autónoma de México enlaAsociaciónArgentinadeEstudiosdeCineyAudiovisual,enlá

New York University, en

Sarah Lawrence College en la Uniy me permitieron discutir y reelaborar mis hipótesis. Asimismo, publiqué primeras versiones o formulaciones parciales de algunos el

versity of Berkeley. Esas invitaciones

capítulos

revistas

y

libros colectivos.

en

distintas

Quiero agradecer por eso a Natalia

EL SILENCIO

16

Y SUS BORDES AGRADECIMIENTOS

Brizuela

y Juan Pablo Dabove; a Miguel Dalmaroni y Geraldine

porque mi padre me los mostró por primera vez. Ellos están en el origen más remoto más íntimo de este texto. He y compartido mi vida con Adriana Amante desde que empecé a feridos

Rogers; a Uta Felten e Isabel Maurer Queipo; a Saúl Sosnowski, Florencia

Garramuño y Alvaro Fernández Bravo; a Julio

Prieto;

a Liliana Reales, Julio Premat y Juan Carlos Mondragón; a María Negroni y Raúl Antelo; a los miembros del Boletín del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria de la Universidad Nacional

de Rosario y a mis compañeros de la revista Las ranas. Gracias a las becas de la Comisión Fulbright, el Fondo Nacional de las Artes

y

el British

Council pude pasar valiosos pe-

ríodos dedicados a la investigación en la

y en

me

el

Birkbeck College.

Una beca de

la

New York University Fundación Antorchas

permitió dedicar dos años a la escritura de la

tesis.

Estoy

haberme formado en la universidad pública y me gusta pensar que la tesis fue la consecuencia de ese itinerario orgulloso de

de estudios. Oscar Traversa, Mario Presas y Eduardo Grüner, los jurados que evaluaron el resultado, hicieron comentarios

y enriquecedores. En Fondo de Cultura Económica, Mariana Rey ha sido una editora minuciosa, criteriosa y preciincisivos

sa.

Les agradezco, a ella

han dedicado

al

Si este libro

cias

y a Diego Manzano,

el

cuidado que

le

manuscrito.

abandonó

el

cajón de los inéditos ha sido gra-

a Alejandro Archain, poeta y amigo, que quiso publicarlo Y finalmente lo logró. Por eso mi agrade-

en dos oportunidades. cimiento es doble.

Más que eso. Porque Alejandro hizo que todo

Porque fue eficiente y respetuoso, pero también cálido y entusiasta. Porque se alegró, como si fuera suyo, de que

pareciera

el libro

fácil.

finalmente existiera. Después de tantos años escribien-

do y leyendo juntos, la mayor felicidad es que El silencio y sus bordes insista, en hacemos transitar un camino compartido. Mis padres, Frida y Jorge, y mi hermana

Silvina

me llevaron

mano hacia los libros y hacia las películas, como si se tratara de un legado familiar: en la biblioteca de casa encontré de

la

siempre lo que quería leer y supe cuáles eran mis cineastas pre-

17

estudiar Letras

y a escribir sobre cine. Fuimos juntos a todas las a todas las cinematecas. Adriana ha y sido mi crítica más severa pero, también, la más amorosa. Y aunque eso bastaría para que me sintiese afortunado, mi mayor privilegio conlibrerías

siste

en despertar todos

trega a su trabajo con

el

los días al lado

de alguien que se en-

mayor placer y el mayor rigor. Nuestro

Tomás nació poco después de que yo empezara a escribir y nuestra hija Paula poco antes de la defensa. No podría decir que este libro me quitó tiempo que debería hijo

la tesis

haberles dedi-

cado porque nunca me hicieron sentir que

el trabajo

y el juego modos incompatibles del deseo. Desde Frida (que no alcanzó a leerlo) hasta Paula y Tomás (que todavía no lo han leído), me gusta pensar que El silencio fueran

y

sus bordes forma parte de

un

continuo,

como

si

cadena de transmisión que encuentra su sentido en incesante de energía desde una orilla hasta la otra.

fuera el

una

traslado

Un

viaje

Beatriz Sarlo

Fui testigo de este libro casi desde

ña había entrevisto cine

la literatura,

el

el principio.

David Oubi-

"extremo" en su propia experiencia del

como

si algo desde allí lo llamara para ser pensado porque, precisamente, había sido escrito o filmado de un modo que parecía impedirlo. Nuestras conversaciones

y

un espacio contradictorio y desafiante ocupado por obras que decían: no es posible. Citábamos libros y películas, en desorden, las incorporábamos o las expulsábarodeaban, entonces,

%

mos de una se abrían,

lista

porque no eran suficientemente extremas y lugar, a la lectura. Lo que Oubiña buscaba

en algún

era la negatividad de obras vueltas hacia otra parte, descon-

sideradas

y hurañas. Discursos

planteaban

las

mayores

intratables que, por lo tanto,

dificultades.

Recuerdo que nuestras conversaciones, a veces, se parecían más a un inventario o a una lista de admisiones reguladas por de severidad inflexible; los títulos entraban salían de y una especie de parnaso de marginales y convictos. Buscábamos criterios

ejemplos de extremismo, incluso antes de saber cómo Oubiña iba a tratar con esos materiales que, por definición, si eran extremos, presentaban

un lado

inabordable.

i

Podría decirse que estas escenas organizan un comienzo cargado de promesas pero también de desvíos, retrocesos y pérdidas.

No

tuvimos, durante bastante tiempo, la seguridad 19

UN VIAJE

EL SILENCIO Y SUS BORDES

20

de que

Probablemente

proyecto fuera posible, porque Oubiña corría los ries-

el

gos de quien recorre

un

espacio dinamitado,

donde

el

presente

éste fuera

que en

la

el

mayor

21

dificultad de

un comienzo como

espacio extremo se superponen ideologías

muestra sus ruinas. Fracturado y a veces inconcluso, el extremo indica un futuro que lo abandona o ni siquiera lo incluye. Sin

definidas por su belicosidad

embargo, Oubiña estaba convencido (como lo demuestra este

para cumplir esa destrucción. El extremismo vive de esa para-

libro)

de

y algunos cineastas regresaban marcados por una experiencia que probablemente no

de que algunos escritores

allí

repetirían pero

que

vuelto posible lo

los había

Las escenas de

comienzo son pequeños

que tratan de explicar

las

que recuerdo, no era

las obras

la literaria

que

le

como

un

surgió

relatos

de géne-

libro, este libro.

la discusión teórica lo

En

que predomi-

o cinematográfica. Oubiña discurría sobre

parecían extremas y

doja. El

una

hacerlo

al

el

extremo es finís

libro,

No

(el

todas esas obras llega-

por supuesto, en primer lu-

gar porque algunas de ellas simplemente

no cumplían con las que se

exigencias de total radicalidad; pero todas permitieron discutiera

qué significaba ser "extremo" en términos estéticos

Oubiña porque

que

movimiento fue empírico no porque David

comenzara despojado de perspectivas teóricas sino la

exploración sin

mapas produjo

la

trama indispen-

sable de obras y de filmes que, cada uno a su manera, probó que era posible avanzar hacia el extremo porque allí estaba

una

textualidad literaria

y una discursividad cinematográfica un nivel más alto, más

que permitirían pensar ese concepto en detallado rico, to?",

lo

pone

y preciso. Las lejanas escenas de

donde Oubiña

se

este

frente a la

como si lo observara desde un

y deseado, buscado y omitido, siempre peligroso, siempre hermético, siempre a la espera de la interpretación y rechazándola siempre.

xx no

Alain Badiou.^

En

es

más que

la visibilidad

comienzo empí-

varios capítulos de la historia

un trasfoncomo huella o como en un límite, es sólo

do presente y

mismo tiempo

al

pentimento. Pero, en

un

eso,

obra,

espejo (con frecuencia hecho pedazos) que muestra

otras cosas rirse

omitido,

el siglo xx, la

únicamente para

cuando

estar

en condiciones de autorrefe-

se refiere a ellas.

se a sí

mismo) y

sin hacer siempre

obras marcan

el territorio

hacia afuera.

No



gesto explícito, ciertas

de una tendencia expansiva del arte

hacia afuera de lo que es considerado

para vincularse con la afuera de

un

puede odiar-

o

arte,

la

moral, sino hacia

mismo con un movimiento que

recorre la exten-

política, la religión

sión de su propio territorio, sin pasar a otro, deteniéndose en

sus puntos

más

lejanos: in partíbus infidelium. Allí la obra

puede sino encontrarse a



misma y pensar lo que

ella es.

preguntaba "¿tengo realmente un obje-

sostuvieron la construcción que es este libro mismo.

de su

del arte, el acto por el cual la obra llega a ser ofrece

Lejos del narcisismo (por el contrario, ese arte el

que Oubiña

afuera imposible

e ideológicos. Dije

este libro verá

extremo es una interioridad

concepto se

hacia estallar reconociendo

sus fragmentos en distintas obras.

el

una radicalidad que

acto", escribe

ron a formar parte de este

que

nada, indica su funcionamiento,

de una palabra hiperconnotada pero todavía no definida

y

Quien lea

parte del continente.

"La obra de arte del siglo

la

punto último, pero todavía

terrae, el

sostiene la convicción de

iba precisando. El movimiento, curiosamente empírico, partía

Extremo, así con mayúscula)

y su deseo de absoluto negativo;

suelo que las sostiene, pero necesitan de ese suelo

el

del sistema estético. Por

que hicieron después.

sis

naba sino

cambiado para siempre o había

destruyen

*

Alain Badiou, El

siglo^

Buenos

Aires, Manantial, 2005, p. 199.

no

22

EL SILENCIO

Oubiña llama extremo a te teórico

este arte. El adjetivo es el pivo-

de su argumento, porque extremo no designa algo

exterior a lo estético, sino la extensión tico antes

UN VIAJE

Y SUS BORDES

de dejar de

serlo. El

extremo

máxima de es, así,

anterior a la

su límite: Sade

como

pero que chocan contra

extremo del iluminismo y de

el

novela

la

sentimental).

extremo es

El

migos. Colocado

que

lo

tivos

territorio

allí,

de aventureros, de

el arte

no

infieles,

de ene-

sólo habla sobre el peligro sino

experimenta; lejos del centro donde los géneros narra-

construyen edificios seguros, donde cada cosa tiene

lugar, los

extremos son espacios inciertos porque

las

un

obras que

exploran trazan los primeros itinerarios al mismo tiempo que los recorren con instrumentos que se han vuelto impreci-

los

sos al pasar a esa atmósfera lejana

y

lo

ya conocido,

arriesgada

los espacios

y pura:

extremos muestran una cualidad

sobrante de la repetición, la narración-

allí el

basura no tiene poder. Puede ser usada o desechada porque en el

extremo, así como

el

conocimiento está en suspensión y toda

seguridad se ha debilitado, también ha sucedido esto con

y el gusto. En el extremo se experimenta la ilegalidad. Oubiña afirma que en los extremos caduca toda ilusión

Son

potlach.

De algún modo,

la idea

disolvente de cierto sentido

difundida

(y,

como muchas

la hipótesis

arte del siglo xx,

impregna

común el cine,

Oubiña expone

la literatura,

culto.

ideas atractivas por

su facilidad, inmediatamente aceptada) de que

como

las for-

mas de un encuentro que no da como resultado la traducción de un lenguaje a otro (se mantiene lejos de esos señalamientos que indican en la crítica un grado alto de extrañeza con el cine o la literatura, una relación que entiende mal uno de los dos discursos o ambos). Oubiña arma una red de obras que, tanto en el cine como en la literatura, no se parecen por sus procedimientos sino por SU estética: la descripción, por ejemplo,

de ciertos filmes, destruyendo sico,

tiempo de

modo

lo

que se apodera

que podrían tener de cine es la

detenido, que recuerda aquello que, en el

clásico, solía llamarse descripción.

y

el

Con

recursos diferen-

cine exploran las dimensiones de

se resiste a la narración,

pone en cuestión

el

ne

un tiempo

deslizamiento

de lo sucesivo y düata el instante, como si el antes y se volvieran simultáneos en un plano espacial.

Oubiña no

clá-

de Saer) donde

que acostumbraba a llamarse narración es devo-

un instante

tes, la literatura

que

lo

y también de algunas escrituras (como

rado por

las

reglas

un

Este libro es

Contra

el

antifamiliar.

La literatura y el cine producen toneladas de obras-basura. Desde el punto de vista de estas repeticiones de lo hecho y de

la del gasto.

de Oubiña es también una hipótesis extrema.

lo esté-

desaparición completa de aquellos rasgos que acordamos al arte (rasgos variables históricamente,

Oubiña, a

23

el

después

se dedica a establecer relaciones obvias. Tie-

capacidad de entender igualmente bien

el cine y la no descubre en uno y otra los previsibles aires de que se dan en el nivel de los contenidos o en el uso

la rara

literatura;

de plenitud. Las obras no permiten una salida restitutiva que,

familia,

de atrás hacia delante,

metafórico de los térruinos "técnicos". Evita con inteligencia

lió la

le

asegure

al lector

que su lectura va-

pena. La aventura estética en los extremos excluye esa

conclusión tranquilizadora. Imposible saber

porque está interdicta trabajo casi

No

la idea

y producción de

siempre denuncian,

pertenecen a

"valió la

pena"

misma de un intercambio

entre

si

el

comparatismo ingenuo que encuentra analogías simplemente

porque

y

intercambio de trabajo por sentido.

lejos,

la lógica del

intercambio sino,

como

lo señala

cierto cine

Sabe lo suficiente logía

sentido. Las obras extremas recusan,

el

la

y

cierta literatura

como para

apaciguar

son contemporáneos. el

demonio de

la ana-

y buscar los contactos, si es que se dan contactos, más en las zonas extremas donde un autor como Saer repite

fragmentación de

la cronofotografía,

o

un cineasta como Co-

zarinsky filma porque

Y donde inestable la

ha leído perfectamente a Henry James.

esos contactos

los efectos

de

UN VIAJE

EL SILENCIO Y SUS BORDES

24

de cerrar

no

existen,

un argumento.

donde todo no

se vincula

contemporaneidad y se

Oubiña no

filmes

casi

como

precisamente lo contrario: trata

bestias salvajes o

como

las huellas

Se mantiene en el extremo

con todo;

Las cuatro obras consideradas en este libro ("La mayor" de Saer, The Players vs. Ángeles caídos, de Fischerman, Puntos

misma

evita las trampas

que no está

suspensivos, de

época.

Precisamente, la idea de época, de autor el libro

y los

y hace

de esas bestias.

resiste a unir aquello

unido aunque pertenezca a la

de manera problemática en

los inventa a

(gesto académico) los textos

25

y de obra juegan

de Oubiña, que podría ser

también leído como una discusión sobre

la frágü

unidad que

estos conceptos postulan. Esa plataforma de formas, temas,

Co zarinsky.

El fiord, de Lamborghini)

han plan-

teado grandes dificultades a la

crítica. Oubiña no se limita a que encara una tarea más difícil: demostrar que han dinamitado el camino por el que se ha llegado a ellas. Sin embargo, no todos los puentes están cortados

relevar esas dificultades, sino

imágenes y repeticiones que llamamos "obra" muestra, examinada en los extremos, que lo que alguien ha escrito o filmado

porque, con sus contorsiones sus imposibilidades, esas obras y

durante décadas puede haber pasado (no siempre,

tor,

riamente) por

un momento de

peligro

no necesa-

que puso en cuestión la

siempre precaria continuidad que ordena

un conjunto de

tex-

un mismo nombre de autor. El texto o el filme extremos testimonian ese momento de riesgo donde ni siquiera se hace una máxima apuesta estética sino que adviene un patos o filmes bajo

radójico retiro de la obra hacia afuera.

Aquel a quien llamamos

como un loco, fuera de sí mismo; llega a un extremo de sí. O, como Osvaldo Lamborghini, escribe casi toda su obra en ese extremo. Al tocar ese punto más exterior, autor se coloca también,

la

obra misma enfurece, se vuelve agresiva, eventualmente in-

En este punto exterior la obra realiza hasta el fin moderno del arte, resistiendo victoriosamente cual-

comprensible. el

destino

quier régimen de lectura.

una de

las

Como

la

Lulu de Wedekind, a cada

preguntas, contesta: "No lo

también forman parte de un corpus, de ese cuerpo llamado Auque ponen en cuestión pero no terminan de destruir. Ese

cuerpo debe ser pensado nuevamente. De vimiento sería demasiado

mo-

obras extremas vivirían en

una soledad que confirmaría su propio designio en una especie de normalidad negativa. Por el contrario, Oubiña reconoce la a-normalidad y, al mismo tiempo, reinscribe una obra extrema en

el territorio

de

un

autor.

concepto de extremo permite pensar una obra de autor desde otra parte. En lugar de ser el non plus ultra, es, de algún El

modo,

el

punto desde

que se regresa. Este movimiento de la al corpus de una obra, Oubiña lo realiza magissobre todo, no sigue el camino fácil indicado por el

obra extrema tralmente.

Y

no hay Autor y que por lo tanto la emergencia de una obra extrema nos libera de pensar lo que sigue después de la

idea de que

ella.

sé".

fácil: las

lo contrario, el

Con responsabilidad intelectual y

se plantea

problemas

destreza

crítica,

Oubiña

Su

y no abre puertas abiertas. Por eso mismo, la lectura de Saer, Cozarinsky, Fischerman y Lam-

"método" tiene también algo de extremo. Perfora los textos y los filmes, los rodea obsesivamente, los lee desde los costados

borghim compromete todo el corpus de autor avanza ideas y que no conciernen sólo a la obra extrema.

Por este lado,

menos

el libro

previsibles, los

yísticos.

Elude

un

de Oubiña es una reflexión

estética.

pone en relación con otros textos ensa-

trabajo de aplicación de teorías a las obras

Mucho de lo de Oubiña, de

la

difíciles

alcanzado tiene que ver con la potencia

crítica

que voy a señalar unos pocos ejemplos referidos

UN VIAJE

EL SILENCIO Y SUS BORDES

26

a su capacidad descriptiva y a su talento para las definiciones. Llama a la escritura de Saer, "gerundial": "sustraída a la sucesión" es lo

que dura, no

lo

en suspensión" Por

que transcurre,

eso, "La

una recomposición de ciones, extensiones

y

las

lo

que vibra y se "mantiene

mayor" toca

el

extremo

al

negarse a

formas narrativas, asignándoles fun-

que habitual-

jerarquías diferentes a las

mente aseguran la transmisión de un relato, incluso de un relato moderno. Sobre

la politicidad

de

la

obra de Fischerman escribe:

"Su contenido radical es su formalismo radical" escenifica el

una

drama

estético

y poKtico de

e insubordinaciones, fracasos de

tir

esta frase

y fracasos de

una hegemonía

la estética

en

el

campo

política sobre

poKtico.

A par-

de las intersecciones heterotópicas en Puntos suspensivos, de

Cozarinsky,

allí

donde toda continuidad

los restos culturales

una

como mojones de

cultura, a sus tics sociales

y a

está quebrada, señala

la

pertenencia crítica a

sus grandes Kbros. Descu-

bre la lógica deleuziana del texto de Lamborghini: "La oposición

como inclusión, la confrontación como mezcla, la sucomo acumulación. Todo lo que acontece se amontona.

funciona cesión

Una cosa arriba de

la otra: 'después' significa 'encima'"

Así opera la imaginación tos

y

estos filmes

más

inscribirlos fácilmente

mula ubicua de

la

allá

en

crítica.

canónicas que cierran

como

si la

el

fragmento o en

No

la fór-

recurre a soluciones ya

literatura o el cine fueran el

partiendo de

un concepto

avanza sobre

las obras

como

la teoría.

casi solitario

para construir con las obras, se

vanguardias del siglo xx.

han regiscampo de reco-

problema una vez que

nocimiento de lo que ya se sabe por

rico que, tanto

estos tex-

imposibüidad de seguir narrando (buena

para todo, es decir: para casi nada).

trado,

Oubiña piensa

de una línea horizontal que podría

la estética del

diferencia de las obras extremas, cuyos autores aban-

donan o

reiteran, insistiendo

alcanzado,

allí

donde

el

Oubiña de Lamborghini,

en

el

punto más lejano que han

lenguaje es herrumbre, este libro traza su

como

escribe

camino y lo recorre

de ida y vuelta. Regresa de esos territorios salvajes donde podría haberse perdido o, aun peor, podría haberse mimetizado.

Toca se

el

extremo y retrocede para poder verlo: en esa distancia escritura, esa distancia que hace posible que la

funda su

crítica se re-presente la obra.

los setenta; sintetiza

de malos entendidos, subordinaciones

historia intelectual

la estética

Con

A

27

(el

lo

Por

el contrario,

extremo), Oubiña

ellas

un discurso teó-

ubica en relación con

las

Finalmente, otro recuerdo de este trayecto. Al principio, hace

algunos años, Oubiña parecía estar singularmente tranquilo y que lo acompañaba o más bien trataba de seguirlo, duda-

yo,

ba entre admirar su osadía poco estentórea o

atribuirla a una Cuando los capítulos fueron comencé a pensar que la duda era una falta de

inconsciencia de las dificultades. escribiéndose

confianza no en sus condiciones intelectuales sino en las mías. El libro

confirma que, por lo menos en

vocada y que lo que fue un viaje promesa pese a todos los peligros.

esto,

no estaba equi-

casi aventurero

cumplió su

Introducción

El fantasma del silencio "La definición de aquello en que el arte pueda consistir -escribió Adorno- siempre estará predeterrninada por aquello que alguna vez fue, pero sólo adquiere legitimidad por aquello que ha

llegado a ser

y más aún por aquello que quiere

ser y quizá pueImpulsado hacia adelante, se lanza hacia aquello que desconoce y que lo transformará indefectiblemente. Adorno dirá

da

ser."^

que

el arte sólo existe

en relación con

lo

que no es

arte

y

que,

por lo tanto, su ley de desarrollo es su propia ley de formación.

Una vez planteados sus presupuestos, no puede los,

empujarlos hacia

el

extremo,

al

sino radicalizar-

encuentro de ese horizonte

ajeno donde se pondrá en cuestión a



mismo: donde consegui-

rá renovarse, o acabará por extraviarse. El adjetivo latino "extremus"ts ter"

o

"exterus"

Así entendido,

turan

en ese

que el

una forma superlativa de

al destierro

y

de otro

país".

las cosas se

aven-

significa "extranjero, extraño,

extremo es ese punto donde

se arriesgan al desconocimiento

linde, lo propio se

asoma a la

"ex-

de

sí. Allí,

extranjería. Las narraciones

de lo extremo son, entonces, rra incógnita:

las que traen noticias sobre esa téno por haber estado allí (ese exterior es inexperi-

mentable) sino por haberlo intuido en los avatares del

^

Theodor Adorno, Teoría

estética,

Barcelona, Orbis, 1983, pp.

29

arte.

1

1

y

Los

12.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

30

INTRODUCCIÓN

y los textos extremos son aquellos que, desde el interior del lenguaje, apuntan a ese exterior donde ya no habría lenguaje; insinúan en la concavidad de sus formas ese vacío que nunfilmes

nombrar pero que permanentemente convocan y No es una representación del límite sino una experien-

comenzar bajo

el

imperio de

do indelebles que quedan

un

allí

estética es

asedian.

una afirmación de soberanía

medios de

extremo separa

Si el

que ya no

sumar

el

lo es,

lo

que

la representación).

su funcionalidad estética

pasaje sino,

más

bien,

y cine de aquello no consiste en con-

es literatura

en incumplirlo. Ese exterior

por definición, inaccesible y sólo cabe aproximarse a diante rodeos. Como la flecha que dispara el arquero en ría

de Zenón,

más

bien,

en

la destrucción"^

La destrucción

es la infancia de la obra. ¿Cuáles son las huellas

ca alcanzan a

cia del límite (con los

31

no demasia-

donde hubo algo? La creación no se sostiene sobre

triunfo provisorio, porque

sino que coloca la obra en un emplazamiento asediado por el fantasma de un silencio con el que debe negociar permanentemente. Es lo que dice Claudio

Parmiggiani, cuya obra analiza Didi-Huberman:

es,

él

me-

a

la

apo-

son silenciosas

la

narración extrema jamás llega a destino; opera,

el

hiato infinitesimal del acercamiento (siempre

la

las

palabras y a los sonidos, prefiero las imágenes porque

palabra ni

al

[...]

El alfabeto de la pintura

pensamiento

lógico. El arte

no pertenece

ni a

no precisa ninguna

una interrogación que quiere permanecer Empezar a hablar de su propio trabajo significa co-

interrogación; es

en progresión y nunca completo) que su movimiento ha generado. Si es un fracaso, se trata -por cierto- de un fracaso

como

tal.

menzar a

callarse

porque

la

obra es una iniciación

al silencio.^

‘luminoso. La pulsión de ruptura consiste en forzar los postula-

dos de

hasta

la institución estética

un

límite

más

allá del cual

todo desiderátum acabaría en naufragio. Rozar, sin detenerse, ese instante preciso

pero

En

al

en que

la

obra encontraría su justificación

precio de sentenciar su imposibilidad en tanto obra.

ese sentido, las narraciones de lo

que cumplir de manera exacerbada

moderno:

extremo no hacen más

las

ambiciones de

un

arte

llevar el lenguaje al límite para probar su resistencia,

arrastrarlo hasta ese confín

donde

se

abisma y encuentra su

punto ciego. Donde convoca inevitablemente

al silencio.

A fines

de

la

década de 1960 y principios de

la

de 1970 se es-

criben y se filman en Argentina varios textos películas que, a y pesar de sus notorias diferencias, comparten una exacerbación estilística radical y un magnetismo irrefrenable por el límite. Es una circunstancia paradójica: como si, en el mismo instante en que se expone, la obra se resistiera a todo intercambio se emy pecinara en un movimiento aparentemente estéril, sin proge-

nie, sin

descendencia. Lo cierto es que, incomprensible o soez o exasperado o dinamitado, el espacio textual el espacio fflmico

y

Quizás, entonces, la obra (toda obra) funciona en los bordes

No es tanto una presencia que viene a desplazar un espacio pleno sino, más bien, la morada siempre precaria, inestable, perecedera que un de ese silencio.

o a erradicar ese vacío para instalar

trazo al filo

ha logrado sustraer de

un

Como una

construcción

abismo. Didi-Huberman sostiene que, "a

do, las cosas del arte la vida.

al silencio.

comienzan a contrapelo de

La vida comienza por

un

nacimiento,

las

menu-

cosas de

una obra puede

Georges Didi-Huberman, Génie du non-lieu. Air, poussiére, einpreinte, 2001, p. 1. Todas las traducciones de citas cuyas referencias se encuentran en otras lenguas me pertenecen. 3 Citado en thid., p. 45. En este texto, Didi-Huberman analiza la serie de obras de Claudio Parmiggiani agmpadas bajo el título Delocazione: la obra es, aUí, un lugar en movimiento. "Delocazione no quiere decir ausencia de lugar, sino su desplazamiento productor de paradojas. No el rechazo smo la puesta en movimiento del lugar, de manera de ponerlo a trabajar a narrar” y ^

hantise, París, Minuit,

(ibid, p. 34).

INTRODUCCIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

32

que denomino narraciones extremas no son excepciones

han vuelto lugares inhabitables. El fiord (1967), de Osvaldo Lamborghini; The Players vs. Ángeles caídos (1968), de Alberto

las

Fischerman; Puntos suspensivos (1971), de Edgardo Cozarinsky

racterísticas

y "La mayor" (1972), de Juan José Saer, son algunas de esas obras.^ No son las únicas: sería posible verificar esa pulsión

bería aislarse

se

radicalizada

en otras producciones contemporáneas

rastrear su continuidad antes

o después. Philippe

e,

incluso,

Sollers,

por

ejemplo, alude a textos-límite para caracterizar esos estilos irreductibles. Allí entran aquellos textos

que han

de reconocer

un

texto

como

texto")

y que han

sido forzados

a alinearse: "Lo que contestamos es la historia lineal, la cual

siempre ha sojuzgado

un

el

texto a

una verdad que, bajo de tema y verdad reprime

sentido,

sentido,

una representación, un

en sus textos-límite" ^ Pero •construir

una

el

tema,

las categorías teológicas el

enorme

de

trabajo de la obra

propósito declarado de Sollers es

teoría de las excepciones. Contrariamente,

uno

de los objetivos de El silencio y sus bordes será demostrar que

en

sino sólo instancias privilegiadas

medio.

Si el

las

que observar

las ca-

un cierto pacto de escritura/lectura que no decomo propiedad de un grupo, un momento o un

de

conjunto de obras es heterogéneo,

es interdisciplinaria,

si

los autores

si la

perspectiva

no pertenecen a un movi-

miento o a una corriente, eso se debe a que mi propósito fue estudiar los alcances de ese Estrategias de ruptura

sido objeto de

censura por parte de las ideologías de la linealidad ("incapaces

33

componente extremo.

-de dinamitación, más bien-, gestos

sin retorno: la destrucción arrogante de la sintaxis audiovisual, la intertextualidad explosiva, la

causalidad dramática en ruinas

(en Cozarinsky); el relato hiperbólico, la puntuación criminal, las

perversiones léxicas, las asociaciones fónicas contra natura,

la sintaxis

jadeante y violenta (en Lamborghini); la negatividad el gusto por la discontinuidad y la asincronía,

experimental, el

cruce de registros, la deriva del relato (en Fischerman); la

morosidad obsesiva y recurrente, la dilatación de la frase que ahoga toda narración, la exasperación del detalle, la hermética abstracción del enunciado, la voracidad inapresable del len-

^

El fiord, publicado

en 1969 por Chinatown, había sido

escrito entre

1966 y 1967; "La mayor" es de 1972 y fue incluido en el libro homónimo, publicado en 1976 por Planeta; el rodaje de The Players vs. Ángeles caídos se inició en 1968 y la película fue estrenada en 1969; Puntos suspensivos se realizó entre

1970 y 1971 pero no llegó a estrenarse,

y revolución (Jacques Henric pregunta a Philippe Sollers)", en Redacción de Tel Quel, Teoría de conjunto, Barcelona, Seix Barral, 1971, p. 86. Sollers desarrolla esa concepción de "textos-límite" -que recibe en línea directa de Blanchot y Bataüle- en La escritura y la experiencia de los limites (Caracas, Monte Ávila, 1992). Los casos que analiza 5

Jacques Henric, "Escritura

(Dante, Sade, Mallarmé, Artaud, Bataille, Lautréamont) son obras

teórica-formal" manifiestan

que "por

una capacidad

su coeficiente de impugnación excepcional para poner en crisis la totalidad del espacio de

la escritura y un lenguaje, sino, cada vez, destrucEn una dirección similar, que tiende a la

sus condiciones de legibilidad: "No es

ción de un lenguaje" (ibid, p. 17). separación y al aislamiento de esa dimensión estética extrema, se orienta el trabajo de Marjorie Perloff, Radical Artífice. Wríting Poetry in the Age ofMedia, Chicago, University of Chicago Press, 1991, y el de Martin Walsh, The

Brechtian Aspect of Radical Cinema, Londres, British Film Institute, 1981.

guaje (en Saer). La literatura y

el

plus ultra de la estética. ¿En qué estos discursos

sentido en vía,

cine

cine apuntan aquí a

medida

un non

es posible extraer de

una teoría sobre los procesos de producción del y en

literatura?

Indudablemente

se trata, toda-

de narraciones; pero aquello que cuentan -sus estructuras

de sentido- se halla en los bordes de toda narración, sobre Iñnite

mente

más

allá del

cual ya

refractarias a

no

un

sería posible contar. Aparente-

toda interpretación (que es

el

modo más

desesperado de convocar a la interpretación), en estas narraciones de lo extremo aparece de manera espectacular

el

esfuerzo

que implica conferir un sentido. Si las poéticas y los pactos interpretativos dominantes tienden a borrar ese esfuerzo en beneficio de lo comprensible, aquí,

en cambio,

el

sentido es lo que se cuela apretadamente entre las

EL SILENCIO Y SUS BORDES

34

fisuras

INTRODUCCIÓN

de una superficie donde todo, permanentemente, ame-

naza con ausentarse. La obra, entonces, no es

un

No

abiejia.

es

receptáculo maleable cuya intencionalidad se realiza en la

multiplicidad de lecturas.

No hay una vocación de

apertura que

promueve interpretaciones sino una incompletud que

la lectura necesita forzar.

La obra está

ahí,

no

definitiva

abierta sino

expuesta (clausurada pero arrojada) a toda mirada.

No

habría

que buscar su productividad en esa vocación de apertura que permite (autoriza) diferentes lecturas sino, precisamente, en su resistencia a ser leída. Si

un confín- en es

porque

rada,

ellos

hay un punto de

partida

-además de

ilegible y,

un

más devastadora con aquello que

se filma

y se

escribe.

de hecho, explotaré a veces ese vínculo; pero sería

campo de acción de

error reducirlo al

esas categorías.

tos (cierta negatividad, cierta resistencia, cierta hostilidad a lo

comunicable), enuncian diferentes hipótesis sobre

el

modo en

representación estética. Frente a lo excesivo o

que funciona

la

lo ilegible, lo

extremo

como se lo entenderá aquí- es una menos deterrninada por los contextos

-tal

noción más abarcadora,

de recepción y desvinculada de una confrontación funcional entre pares de opuestos. Si

en los textos y filmes extremos esa aparente singularidad

aparece

como

rasgo central y definitorio de la representación, la exacerbación de una dimensión expresiva

es porque supone

que en los modos dominantes tiende a

ser relegada o acotada.

¿Pero en qué medida lo extremo se diferencia de lo excesivo

Lo ILEGIBLE, LO EXCESIVO, LO EXTREMO

A

pesar de que todos estos térrninos coinciden en algunos aspec-

estos textos

y filmes exasperados o hipertélicos, reclaman una relación más opaca, más desespe-

35

de

lo ilegible?

¿Qué define

el

exceso o

la ilegibilidad

de

y

un dis-

curso? Dice Stephen Heath, a propósito de la potencia excesiva El silencio y sus bordes

poner en conexión ciertos tex-

y filmes que fueron recibidos como producciones atípicas o anómalas, como gestos exasperados o meras provocaciones.

que

las películas narrativas

tienden a excluir:

tos

Como si fueran mutaciones -en sentido genético- improductivas o poco funcionales para

muy

a

menudo

el

sistema estético. Frente a

las interpretaciones

han operado por

ellos,

separa-

más que por integración: eligieron definirlos rápidamente como inclasificables en lugar de interrogarse sobre si debían ción

modificar sus propios protocolos de lectura para incorporarlos. El libro explicita ese aspecto

tura al

de los relatos en cine y en literaque he denominado extremo y que suele relegarse al

plano de el

las

excepciones.

En

este sentido, es preciso distinguir

concepto de narración extrema respecto de otras nociones

vecinas

ficción trabaja para producir la contradicción,

esa

peKcula; de ningún fflmico, el

quisito de su producción"

como de

resultado de

ellas

agota

el

de

la

sistema textual -el proceso es precisamente el re-

Es decir que los filmes se organizan

una batalla

entre dos fuerzas opuestas:

tiende hacia la unidad de la obra

posible percibir las relaciones de los

una estructura

allanar

es sólo el producto

movimiento relacional- que ^

película de

una homogeneidad, para

homogeneidad

modo

"Si la

y,

una

por lo tanto, hace

componentes dentro de

narrativa; la otra se coloca por afuera de esas

y consiste, básicamente, en el eximagen que nunca puede ser dominada

fuerzas homogeneizadoras

cedente material de

la

del todo por las estructuras narrativas.

como diría Foucault) con las puede confundirse o superponerse. Lo ex-

(o "categorías parientes",

que, eventualmente,

tremo puede manifestarse bajo

las

formas de lo excesivo o lo

^

Stephen Heath, "Film, System, Narrative", en Qiiestions of Cinema, In-

dianápolis, Indiana University Press, 1981, p. 133.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

36

INTRODUCCIÓN

Percibir el sistema textual del film, aproximarse a

sulta posible

si

sólo re-

se coloca la película sobre este doble escena-

sobre la elaboración de su orden y del material que ese

rio,

orden contiene, sobre

el relato

producción. El análisis

debe

producido y



misma- de

con

tratar

para convertirse, exactamente, en

en

él,

la

los términos

de su

este trabajo del film

muerte -la perturbación

cualquier cine dado?

Es importante destacar, en este planteo, la consideración de la

obra (un filme,

son -a

partir

Thomp-

de Heath- denomina "exceso". El excedente no

por lo tanto, un agregado sino una dimensión siempre

es,

En primer lugar,

un

lado, las

cional al relato

comienza a girar sobre su propio

un protagonismo

casi insolente, liberándose

lugar, lo

ser

más

los

elementos co-

bien, de la tensión entre

ambos:

lineal

al

cine clásico de Holljrwood que, emblemática-

mente, se esfuerza por minimizar

el

exceso mediante una

mo-

tivación extremadamente minuciosa. Otros films ajenos a esta

tradición

no siempre intentan proporcionar una motivación

aparente para todo lo que sucede en

el film y,

que

puede reponerse

historia.

eje

de

y adquiere

las

ataduras

Por lo tanto, en se-

se considera excesivo es todo lo

que no

de una narración

clásica,

medido según

y motivada. Se

vío (para

Heath alude

y

la narración,

con esta noción de exceso es que termina convalidando aquello que parecería poner en cuestión: el exceso sobreviene cuando un elemento que debería ser fun-

puede

hesionantes o del exceso sino,

planteada la

es preciso despejar.

formales. El problema

gundo

no debería ocuparse exclusivamente de

como queda

del otro lado, la tendencia dispersiva de ciertos elementos

Thompson,

análisis, dice

entre

unidad como

la

fuerzas unificantes de

nónica pero que, precisamente por eso, no deja de acechar de

tal

una lucha

subsiste aquí la vieja dicotomía entre forma

impuestas por la tiranía de una

El trabajo

resultado de

cuestión, supone dos inconvenientes que

presente que tiende a ser reprimida en la representación ca-

desde sus márgenes. '

el siste-

el

tensionan tanto hacia

hacia la dispersión. Sin embargo,

y a lo discontinuo, y que se resiste a comparecer ante ma ordenado de la representación, es lo que Kristin

un texto) como

fuerzas opuestas que la

contenido: de

Esa textura visual que tiende a lo disperso, a lo heterogéneo,

37

los códigos

trata

como

de una dimensión reprimida que

dispersión (para Heath) o

Thompson) pero que, precisamente por

como

eso,

des-

no deja

de considerar las estructuras unificadoras

y homogeneizantes

como una especie de

a priori ontológico.^

del sistema narrativo

Todo

exceso aspira a ser

puro exceso

y, sin

embargo, su propio

movimiento excesivo no puede sino afirmar

la persistencia

de

aquello que excede.

por lo tanto,

hacen que sus elementos potencialmente excesivos resulten

más

7

notorios.^

Stephen Heath, Kristin

sen

(ed.),

op, cit, p. 143.

Thompson, "The Concept of Cinematic

Nairative, Apparatus, Ideology.

Columbia University

A Film

Press, 1986, p. 131.

Excess", en Philip RosTheory Reader, Nueva York,

^ También, aunque por otros motivos, resulta altamente problemática la noción de exceso que propone Jean Baudrillard. En Las estrategias fatales (Barcelona, Anagrama, 1994) plantea una impugnación de la dialéctica y proclama una revolución que no residiría en una superación (Aufhebung) sino en una potencialización (Steigening). Se trata de una "proliferación al inñnito", una "escalada a los extremos", "una obscenidad que es la finalidad inmanente de las cosas y su razón insensata". En Baudrillard, el extremo es un agregado, una sobrecarga, un abultamiento, una mera amplificación de lo dado que, en cierto sentido, lo deja intocado. Un manierismo.

38

EL SILENCIO Y SUS BORDES Si el

texto

y

el

filme excesivos desbordan la interpretación,

los relatos ilegibles,

netre. "Noli

me

INTRODUCCIÓN

por su parte, tienden a impedir que

ella

pe-

legere"es la interdicción órfica del texto: prohi-

bición débil que invita a ser transgredida.

Maurice Blanchot-,

el lector

Como Orfeo -escribe

debe desobedecer

la ley del texto,

debe atravesar ese límite infranqueable que lo repele pero que,

mismo tiempo, precisa y estimula la transgresión.

al

entonces, la ilegibilidad

fine,

¿Qué dede un texto o de un füme? No se

de la imposibilidad Usa y llana de leerlo puesto que, al fin cabo, no deja de ser una trama que se expone a la recep-

trata

y

al

ción para ser construida. Pero así

como

la

negativa del texto

está para ser violada, la transgresión del lector

nunca suprime

por completo esa interdicción. Siempre hay algo que

Lo

ilegible,

por

lo tanto, caracteriza la

do. Si es posible pensar es

porque

en textos

legibles

deben

Más que ninguna

otra

forma de

representación, las narraciones (y esto incluye tanto las formas

organizan un mundo. Lo que aparece fuertemente hostigado en los relatos ilegibles es

todo

como una

imposición. Hay, indudablemente,

las cinematográficas)

está bien dicho.

Y hay,

asimismo, textos

Mal hablados porque confunden caótica de Babel,

y dejan escapar

todo,

y filmes mal hablados. como en la topografía

el sentido.

Barthes: "todo tex-

un arte de Plena Literatuque es plena, como un armario doméstico donde

los sentidos están alineados, apilados,

texto

nada

economizados (en

este

se pierde: el sentido recupera todo)".**

Pero, ¿es posible afirmar

propio del texto?

Si la

que lo ilegible constituye un rasgo

absoluta transparencia es

modo que, más acá de sus márgenes, lo üegible siempre denuncia una incapacidad

to ante la üegibüidad es el de la locura; de

de

la lectura.

Puesto que todo texto está para ser

leído,

siem-

de leer sino precisamente en lo contrario: siempre se termina leyendo.

He

ahí lo que Jonathan Culler ha denominado la pa-

radoja fundamental de la literatura:

nos sentimos atraídos por es algo diferente

que recorta zonas de inclusión y exclusión en lo leído; y así como en el texto legible todo parece en su la lectura

abona

la

convicción de que no debería

está. El texto ilegible está

fuera de lugar.

de

la

la literataura

porque evidentemente

comunicación ordinaria

Véase Maurice Blanchot, L'espace littéraire, París, GaUimard, 1955, especialmente "Le regard d'Orphée" y "Ure" [trad. esp.: El espacio literario,

[...]

No

obstante,

impulso a asimUar esa fuerza y esa permanencia o a dejar que la organización formal surta efecto en nosotros exige conel

vertir la Eteratura

en una comunicación, reducir su

recurrir a convenciones suplementarias

Barcelona, Paidós, 2004].

arte del

to clásico (legible) es implícitamente ra: literatura

una moral de

como

un

bien decir (del bendecir): aquello que debe ser dicho porque

esa ilusión de plenitud construida por lo legible. Siempre existe

estar escrito tal

leer es,

también, lo que debe ser leído: la autorización funciona ante

pre puede ser leído. El problema no radica en la imposibüidad

Representar es organizar.

lugar, el texto üegible

Habrá que reparar en

Lo que se puede

mente su opuesto perfecto. El único relato rendido por comple-

En ellos se pone de manifiesto esa necesidad -aunque a veces inadvertida- de toda narración

como

lectura.

la lectura,

ser salvados del sinsentido

por construir sentidos.

Uterarias

de ley y

uno de los bordes ilusorios de toda interpretación, lo üegible es indudable-

la lectura.

generalizada

común

no

ñegibles

de

bien: es colocado fuera de lugar.

la etimología

resiste.

del sinsenti-

y textos

los primeros prescindan del esfuerzo

sino porque los segundos

por

amenaza

O más

39

decirlo

así,

que

le

rareza,

y

permitan, por

hablarnos. La diferencia que parecía la fuente del

" Roland Barthes,

S/Z, Madrid, Siglo xxi, 1980, p. 169.

valor se convierte en

una

distancia que

diante la actividad de la lectura

El exceso

nen la

y

y de

hay que

salvar

me-

la interpretación.

son nociones

la ilegibilidad

clasificatorias:

propo-

un tipo de textos. Circunscriben una adjetivan y la fijan como excepción. Pero de

caracterización de

singularidad, la

la crítica de arte reproduce sobre una parte de su misma operación que la cultura suele aplicar al arte en general: le da un lugar de excepción que, por eso mismo, queda relegado a un margen. Bajo la presunción de lo singular

modo,

ese

objeto la

y se excluye lo que perturba a las convenciones. Lo extremo -que puede adoptar rasgos ilegibles o excesivospretende identificar, en cambio, un modo de producción de sentido en la literatura y en el cine (o al menos en cierta literatura y en cierto cine). Si bien mi reflexión se concentra en unos pocos textos y filmes, su propósito no es confinarse a se neutreiliza

esos casos particulares a los otros textos

y

con

filmes

los

con

que

que se

dialoga, sino

la intención

el cueil

cente- ha adquirido su

tener de extremo.

No

un filme hermético que

el

Lo

No leer "La mayor" como un re-

en él aquello que la literatura puede

ver The Players

sino identificar

vs,

allí

Ángeles caídos

los

modos

como

radicales

en

cine produce sentido. ilegible

constituirse

o lo excesivo son cualidades que aspiran a

como

esencias pero que, a la vez,

parámetros altamente inestables. Presumen del carácter resistente (lo ilegible) o

en tanto atributos de

^2

proceso

toda plenitud -que nunca es ino-

brillo.

lato excesivo sino rastrear

el

un

cierto tipo

dependen de

un sustancialismo

desbordante

(lo

excesivo)

de texto o füme; sin em-

Jonathan Culler, La poética estructuralista. El estnicturalismo, la linde la literatura, Barcelona, Anagrama, 1978, p. 192.

güística y él estudio

bargo, es evidente que se trata de rasgos impuestos por los diferentes contextos de recepción. Por lo tanto, eso que apa-

intrínsecamente distintivo es una asignación exte-

rece

como

rior

continuamente mudable.

estas descripciones: afirman

Allí radica lo contradictorio

que frente a narraciones

de

legibles

o mesuradas hay otras que simplemente no lo son, cuando -en verdad- se trata de certezas transitorias proyectadas por la interpretación.

Un texto

o

filme dejan de ser ilegibles o

un

excesivos en la medida en que se modifican las condiciones, los pactos y los contextos de recepción. Ese ordenamiento por

pares de opuestos tiende a reducir

compartimentos estancos, de de

la

el circuito

modo tal que

el

de

las

obras a

reconocumento

singularidad viene acompañado por una condena

al ais-

lamiento. Porque lo que se señala en esa peculiaridad üegible o excesiva es una diferencia respecto de la norma: un desvío,

una anomalía, una

A

dirige

de construir una

alquimia invertida de la representación: desandar de metamorfosis por

41

INTRODUCCIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

40

no

extravagancia.

diferencia de lo ilegible o de lo excesivo, lo extremo

No es posible oponer lo extremo a lo no mismo modo en que se enfrenta lo üegible con

tiene opuesto.

extremo del lo legible

que

lo

o lo excesivo con lo armónico, simplemente por-

extremo no circunscribe

un

polo sino que define

una

que derrapan se condonde cine y la literatura hacia ese punto imposible

orientación. Lo extremo es la pendiente por la el

sumarían y se consumirían irremediablemente. Lo extremo, entonces, sólo se opone a lo que ya no es literatura y ya no es cine. Se trata de una cualidad absoluta porque no supone una confrontación hacia

el interior

de

la estética sino el estableci-

miento de una distancia con aquello que está por afuera y más cierallá. En este sentido, no es una sustancia (propia de un

una asignación (impuesta por determinado horizonte de lectura); es, en todo caso, una clave omnipresente que amplifica las relaciones entre producción y

to grupo de textos o fümes) ni

recepción.

Una perspectiva estética que expande en vez de

acó-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

42

tar

y que

irradia

un tipo de

en vez de

No revela la un contexto de

singularizar.

narraciones ni denuncia

sino que define la actividad

misma de

glas, los límites (dentro del

hacer entrar en línea

recepción,

alinear

la

mesura,

las re-

la línea

que

él

ha traza-

suelo para indicar los límites de la ciudad: lo mata,

el

digamos, por inmoderado.

con (según)

No hay ciudad sin frontera, es cierto;

pero en las cindadelas del arte ese límite reclama continuamen-

ellas el resto

también para los textos y los filmes que parecen incluso, para los que se pretenden absolutamente

dos. Esto es así

ignorarlo

e,

transparentes. Ya se dijo: lo extremo

una diferencia categorial el contrario,

mente, de lo contrario:

la

que está afuera de

mayor ajenidad o

la

los límites), extremus

más pura

alteridad sino

sobre la cosa para aludir a su parte

más

no designa

que

se vuelve

En su modo no indica la mayor distancia respecto de la cosa sino que califica un segmento de su interior (la orilla última de la cosa y no lo que está más allá). Lo extremo es un borde de la estética pero afecta a la expuesta.

superlativo, el adjetivo se vuelca sobre su contrario:

totalidad:

un límite que imanta al conjunto y que, por lo

actualiza de artística.

manera

tanto,

radical los rasgos básicos de la expresión

Habría que pensar, entonces,

la

noción de extremo

mente

narraciones extremas

radicalizada

Y

aun en

la

búsqueda permanezca inacabada (en

en que atraviesan esa barrera

y extraños,

es cierto, pero

se

el

momento

vuelven exteriores, extranjeros

ya no serían textos ni

este sentido, la práctica literaria

y

la práctica

se realizan siempre sub spede extremi.

filmes).

la

y lo transparente. Por y el filme extremos

texto

atípico.

No

que aparente-

se trata de catalogar

transparentes sino, precisa-

pretensión de leer en la perspectiva

los textos

y

los filmes

más

es esa resistencia (nunca su complacencia) lo

interpretaciones futuras.

en lo

otro.

No oponer uno

Habría que recordar

las

transparentes.

que funda

las

a otro sino ver lo uno

formulaciones de Cage, para

quien no hay distinción entre ruidos y sonidos musicales: Puesto que

la teoría

de

la

música convencional

es

un con-

junto de leyes que conciernen exclusivamente a los sonidos "musicales"

y que no tienen nada que decir sobre los ruidos, comienzo que lo que se necesitaba era

ruido. Al hacer esa

que

modo

No hay

de lo extremo demuestra que es posible hallar una dimensión

decir hacia la exterioridad, lo extranjero, lo extraño.

sario

el

y narraciones

ha sido

o menor medida, todo texto y todo filme procuran esa ajenidad, aunque para sostenerse como textos o como filmes sea nece-

tiene opuesto.

otras formas de significación

se sustraen a este

no en tanto posición sino como movimiento: desplazamiento incesante o aproximación siempre en curso hacia lo exterus, es

En mayor

no

entre lo extremo

en su exacerbación,

riosamente, mientras que exterus alude a la cualidad de lo ex(lo

las narraciones.

cisamente porque se resiste es posible seguir asignando senti-

pueden iluminar

tranjero

de

comunicar su sentido. Pero, pre-

resiste a

puesto en cuestión: fustigado desde su propio interior, presionado y violentado puertas adentro, no es una frontera que se invade sino un borde en permanente expansión. Cute ser

43

representaciones extremas, se trata de

las

Algo en la obra se

modus). Rómulo, por ejemplo, mata

hermano Remo porque no respeta

do sobre

esencia de

la representación.

La moderación es mantenerse dentro de a su

INTRODUCCIÓN

claro desde el

una música basada en

el

ruido,

en

la

ausencia de leyes del

música anárquica, podíamos luego

en su interpretación aun

incluir

los llamados sonidos musicales.

Lo que llamo narraciones de lo extremo son puntos de flexión

en

los

in-

que pueden apreciarse de manera espectacu-

En

cinematográfica

En vez de encauzar o

John Cage, M. Writings 67-72, Middletown, Wesleyan University Press, 1972, pp. xiii-xiv.

lanzada los modos de circulación

estética.

una obra extrema no

trabajo sobre

45

INTRODUCCIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

44

Y en

este punto, el

difiere del trabajo sobre lo

es descripta por Benjamin: el

un

ángel con

el

pasado, que observa atónito las ruinas de

extremo en cualquier otra obra. La investigación no preten-

que quisiera detenerse a componer lo que

de convalidar

zado, pero que es arrastrado hacia

la categoría

de anormalidad o excepcionalidad

aplicada a ciertas narraciones sino proyectarla

de todo texto y de todo filme.

No

es,

entonces, que

progreso.

Y puesto que

hay textos

construir

un conocimiento de

y filmes que se extralimitan (que se propasan, que se abusan); más bien, hay textos y filmes que, al llevar todo hacia el límite, parecerían cumplir con los protocolos del cine y de la literaun comienzo y no la última

tura. Esa radicalidad podría ser

frontera. Si ese

y no

extremismo

la sustancia

el cine),

de toda narración

de algunas narraciones singulares, entonces

es posible insinuar

pensar desde

es el horizonte

allí la

encontrar

allí

una teoría general de

literatura allí

un

la representación,

y el cine (toda la literatura y todo modos de

espacio para entender los

se sabe

futuro por

la crisis,

un

estriba la potencia radical del arte

arte que,

como un

catástrofe

el

ha

y

destro-

huracán del

saber en

amenazado por su propia caducidad.

vamente

un

el

una

la historia

esa ruptura es irrevocable, será preciso

potencia

como

rostro vuelto hacia

piloto de tormentas,

en

no

vilo,

que

Allí, significati-

la

modernidad:

intente avanzar

contra la corriente sino que aprenda a guiarse a través de

ella,

intensificando los vectores de su curso.

La modernidad, en

efecto, parecería

surcada por esa voca-

ción de lo extremo. Esa búsqueda radical supone

la tradición.

una

crítica

y un rechazo

violento de

contemporáneo respecto a

la tradición,

intransigente del pasado,

un

desafío

Dice Adorno:

producción del sentido. La situación del

aunque El

dogma MODERNO

con

ella,

goría El

se le

arte

tache muchas veces de haber perdido contacto

está condicionada por el

misma de

tradición

[...]

cambio sufrido por

la cate-

[La experiencia de lo nuevo] no

punto de partida será considerar esa noción de extremo

como un

horizonte discursivo de la modernidad.

En

esa pers-

extrema no haría otra cosa que manifestar de forma exacerbada los juegos de tensiones que subyacen a ese pectiva, la obra

momento en que toda promesa de transformación

implica,

asimismo, una amenaza radical de desmoronamiento. La

moEngels, es como un mago que no logra dorninar las potencias infernales que ha desatado con sus sortilegios. La historia ha ingresado a un territorio de desequidernidad, explican

Marx y

librio e inestabilidad,

de pérdidas irreparables y de ilusiones

redentoras aunque a menudo inasibles. Esa contradicción esa y

vocación extrema son

las

que aparecen condensadas de maneNovus de Klee tal como

ra inmejorable en la figura del Angelus

14 La descripción del cuadro de Paul Klee ocupa la Tesis ix de "Sobre el concepto de historia" (incluido en Walter Benjamin, La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, Santiago de Chile, arcis-lom, 1996). Sobre el potencial revolucionario de la modernidad para Benjamin, Susan Buck-Morss anota: "En la era premoderna, el sentido simbólico colectivo era transmitido conscientemente mediante la narración de la tradición que guiaba a las nuevas generaciones para salir del sueño de la infancia [...] En contraste, la ruptura de la tradición libera a los poderes simbólicos de

sus ataduras conservadoras para la tarea social de transformación, es decir, para la ruptura de esas condiciones sociales de dominación que, consistentemente, han sido la fuente de la tradición. Por eso Benjamin insistía:

'debemos despertar del mundo de nuestros padres'" (Susan Buck-Morss, The Dialectics of Seeing. Walter Benjamin and the Arcades Project, Cambridge, The MIT Press, 1997, pp. 278 y 279 [trad. esp.: Dialéctica de la mirada. Walter Benjamin y el proyecto de los Pasajes, Madrid, Antonio Machado, 1996]).

46

EL SILENCIO niega lo que siempre el arte anterior,

cir,

Y SUS BORDES

han negado

INTRODUCCIÓN

los estilos artísticos, es de-

sino la tradición en cuanto

más que

una continuidad no dialéctica. de nivelar dos momentos cuya dimen-

intentar disolverlas dentro de

sión histórica está

modo de

marcada por la discontinuidad; más

unir presente

y pasado debería

la

bien, el

dejar de manifiesto

aquello que antes permanecía sin solucionar. Al

romper con

emana de una tradición, la obra es disparada en un vértigo de experimentación con formas

autoridad que

hacia adelante diferentes

que

la enfrentan a la

novedad y a

lo desconocido.

Ese despliegue de la experimentación permanentemente

renovada es inestabilidad

un movimiento dominado por

las

nociones de

y de ajenidad. Aquí, claramente, el extremus no una línea divisoria; es un impulso migratorio,

es

un punto

la

ausencia de arraigo, el tránsito incansable hacia el margen

y más

allá.*®

siempre

un

ni

De modo que

trabajo sobre los

representar lo real,

el arte

es

búsqueda de la novedad es límites. En este sentido, más que esa

una

Según la expresión de Paul Klee: ble, sino

que hace

visible".

vía de acceso a la realidad.

"el arte

Y a propósito

Calinescu: "La tarea del artista consiste al

de

la

social"

Lo extremo

es esa frontera

donde

materia se

la

transmuta y deviene otra cosa. Pero entonces no hay cambio profundo o radical sin que la consumación muestre su rever-

tal.'^

Para Adorno, se debe poner de relieve las diferencias

Por lo tanto, no se trata

dad

47

no reproduce

so destructivo: el punto

donde

la

obra alcanza su autorreali-

zación sería también

momento

paradójico de su aniquila-

miento en tanto obra. La experiencia de

modernidad viene

la

determinada por una vorágine de procesos transformadores económicos, tecnológicos, culturales- en

-sociales, poKticos,

que

la resistencia

y

la

negociación son arrastradas por

nueva

vivencia de la inestabilidad es lo

laire ("lo transitorio, lo fugitivo, lo

un flujo

que supone esa

contradictorio e incesante. El desgarramiento

que percibían Baude-

contingente") o Cézanne

("hay que apurarse a ver: las cosas están desapareciendo") lo

que Mashall Berman denomina, a

entre la solidez sólido

que se

y lo

partir

de Marx,

hace referencia tanto

todo está impregnado de su contrario

al

como a

se

ese

movimiento

dialéctico sin fin, lo

talarse, se convierte

¿Cómo procesa

hecho de que la materia.

extremo es

la

un más allá. Tan pronto como en un nuevo punto de partida.

siempre renovada de

de Baudelaire, escribe

y

tensión

la energía vital

desprende en los cambios de estado de

que

la

evanescente de la sensibilidad moderna: el

volatiliza

lo visi-

en un trabajo

el

el arte

En

promesa logra ins-

esa experiencia de la modernidad?

similar

¿Debe cumplir una función consoladora o debe sostener, de

alquimia que obtiene oro del barro o -si traducimos

manera no reconciliada, las disonancias de esa tensión? ¿En qué medida el arte alcanza a cumplir una función emancipadora y

esta metáfora típicamente baudeleriana-

oculta detrás de los contrastes

en revelar

más horrorosos de

la poesía

moderni-

en qué medida debe abandonar su autonomía para lograrlo?

Theodor Adorno, Teoría estética, op. cit, p. 36. Raymond Williams ha explicado la importancia de una base social cosmopolita y metropolitana para la dinámica de la modernidad. La modernidad está dominada por el vector del desplazamiento y, en este sentido, es sinónimo de migración. Véase Raymond Williams, La política del modernismo. Contra los nuevos conformistas, Buenos Aires, Manantial, 1997, sobre todo "¿Cuándo fue el Modernismo?" y "La política de la vanguardia".

Matei Calinescu, Five Faces of Modemity. Modemism, Avant-Garde, Decadence, Kitsch, Posttnodemism, Durham, Duke University Press, 1987, p. 54 [trad. esp.: Cinco caras de la modernidad. Modernismo, vanguardia, decadencia, kitsch, posmodemismo, Madrid, Tecnos, 2002]. La cita de Klee

la

tomada de Mario Presas, "Paul Klee: años de estudio y peregrinación", en La verdad de la ficción, Buenos Aires, Almagesto, 1997, p. 53 (las cursiestá

vas

me pertenecen).

EL SILENCIO Y SUS BORDES

INTRODUCCIÓN

polémica entre Adorno y Benjamín durante la década de 1930 gira alrededor de esta cuestión central: mientras uno

extremo supondrá una progresiva pérdida de especificidad de

48

Toda

ve en

la

la

autonomía un punto posible de resistencia

gués, el otro le otorga

una función

bio, asocia las técnicas

^ ¡qs

al arte

bur-

función

mi

signar su autonomía

un

proceso

Silvia Sigal:

efectos de este libro, la

crítica del arte. Si las

obras que consituyen

el

objeto de

reflexión pertenecen al acotado período de fines de la dé-

cada de 1960 y comienzos de la de 1970 es porque allí se pone en escena el momento en que esa tensión (que sostiene tanto el

pensamiento de Benjamín como

y amenaza con

disolverse

cualidad de alborada

el

de Adorno) se radicaliza

en polos antagónicos. Por su doble

y de clausura a la

vez, esos años resultan

particularmente apropiados para analizar las

y estéticos, que terminarán por reen beneficio de la práctica política. Según

los discursos intelectuales

en cam-

de reproductibilidad con

A lo largo de la década, ese movimiento

político.

social retrógrada y,

toma de partido por una u otra posición resulta menos importante que rescatar la voluntad extrema que las anima. Ambas, politización y autonomía, aparecen como modos enfrentados de exacerbar la de politización.is

como

cultural

49

el

funcionamiento de

Estrictamente hablando, los primeros años de expansión del espacio cultural

no estuvieron dominados por

obra comprometida,

si

por

tal se

idea de la

entiende una determinación

de los principios culturales por lo ideológico. tanto distinguirla de

la

Y conviene por lo

un segundo momento, inaugurado por

Cordobazo, que se caracterizó, en cambio, por del "todo es política"

Durante esa primera

fase,

el

el

predominio

naturalmente,

o más que en épocas anteriocomo santo y seña de una co-

lo político está presente (y tanto

pero lo está esencialmente,

res)

munidad. Era más un modo de identificación y reconocimiento de los

artistas

que un

criterio clasificatorio

de

las obras.^^

narraciones extremas.

Los años sesenta

imponen un cambio de

aceleramiento que articula

un proceso de

velocidad,

un

radicalización, tanto

misma dirección. adoptadas por cada uno difieren en

Las reflexiones de Oscar Terán avanzan en la

Aunque muchos

las perspectivas

aspectos (principalmente: la historia intelectual fren-

Walter Benjamín, "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" en Discursos interrumpidos Buenos Aires, Taurus, 1989; y Theodor Adorno, "Sobre el carácter fetichista de la música y la regresión de la audición" en Disonancias. Música en el mundo dirigido, Madrid, Rialp, 1966 (donde se adelantan muchas de las ideas que Adorno desarrollará más adelante junto a Max Horkheimer en Dialéctica del Uuminismo). Sobre los diferentes aspectos del debate, véanse Walter Benjamín, The Correspondence of Walter Benjamm (1910-1940), Chicago, The University of Chicago Press, 1994; y Theodor Adorno, Sobre Walter Benjamin, Madrid, Cátedra, 1995. También pueden consultarse Susan Buck-Morss, Origeit de la dialéctica negativa. Theodor Adorno, Walter Benjamin y el Instituto de Frankfurt, México, Siglo xxi, 1981; Martin Jay, La imaginación dialéctica. Historia de la Escuela de Frankfurt y el Instituto de Investigación Social (1923-1950), Buenos Aires, Taurus, 1991; y Peter Bürger, Theory of the Avant-Garde, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1994 [trad. esp.:

te al análisis sociológico),

Teoria de la vanguardia, Barcelona, Península, 1997].

Buenos

i,

que recién hacia

fines

ambos coinciden en

la hipótesis

de

de la década esa intensa politización del

imaginario intelectual y de las prácticas artísticas derivaría en las opciones violentas que marcarán los años setenta. Terán lo explícita

en un diálogo con

Sigal dice rio

para

como

Sigal:

que en esta primera mitad de

las violencias posteriores

posibilidad.

Yo

Silvia Sigal, Intelectuales

diría

los sesenta el escena-

estaba instalado pero sólo

que buena parte de

y poder en

Aires, Siglo xxi, 2002, p. 160.

Argentina.

lo

que

La década

escribí

del sesenta,

INTRODUCCIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

50

estuvo animado por la pregunta sobre

si

los discursos

condu-

cían inexorablemente a la serie de catástrofes posteriores

He tratado de argumentar largamente rio estaba instalado, los

partir

que,

si

que

los intelectuales

mente enunciado, en

los

un conjunto de

Refiriéndose a esa espiral que, a fines de la década de 1960,

Creíamos que

años anteriores.^o

Una cualidad omnipresente. No es tanto

la literatura

y

las artes plásticaspolítica, sino

el

(o

no

sociedad

fueron arrastradas por

la política

allí

el

como mero tiva

porque se hallaban tan

por esa intensidad extrema.

cuando retrospectivamente ese

sajes, sino

torbellino de la

Y aun

viraje hacia la militancia

y

forma vanguardia de por

el arte

de izquierda.

armada pueda considerarse como una consecuencia previsible, no es un móvil excluyente. Se trata, sin duda, de un

no poníamos

mensajero,

que tenía que ser una confluencia

la ideología,

men-

dialéctica, crea-

la actitud

ideológicamente

revolucionaria.22

para nuevos enunciados; pero

como un

los

hornos (Femando Solanas, 1968) podía afirmarse

filme revolucionario

que exploraba formas nuevas si

eso resultaba evidente, tam-

sin fisuras entre vanguardia

Y

si,

ciertamente, la pérdida

como un destino ineludible, al mismo que decir que una fracción de la esfera cultural

de autonomía aparece

tiempo habría

de

transmitir

y creadora de una nueva situación formal. Situación que

en un sometimiento tiene su origen en una convergencia:

una compenetración

vanguardia tomar

el arte al servicio

La hora de

y radicalismo político.

la

como mera forma de

fénomeno de mayor amplitud, un principio general que domina a todas las manifestaciones del período. Lo que derivará

estética

era la que corres-

era porque quería transformaciones en la

de indagación experimental, con

violencia

ilusión de



uno quería transforma-

se daría a partir de la conjunción de la actitud de vanguardia,

la

la

Si

Nuestra intención era desde

[...]

la ideología,

es sólo)

la

la ideología

ciones en

cine -al igual que la música, el teatro o

que desembocaron

marcadas como

el artista

Juan Pablo Renzi explica:

habían enunciado, pero sola-

Cabe deducir, entonces, que esa pulsión extrema es un signo de la época que no depende exclusivamente del compromiso que

un límite y un abismo,

arroja a las vanguardias hacia plástico

pondía a

político.

radicalización de sus

propios presupuestos.21

bien ese escena-

acontecimientos que se suceden a

de 1966 son los que vienen a realizar

profecías

[...]

un proceso de

lamente se ha operado

51

llega a subordinarse a los designios políticos

porque parale-

Sobre

complejas relaciones entre radicalismo político y vanguarAndrea Giunta, Vanguardia, internacionalismo y 'política. Arte argentino en los años sesenta, Buenos Aires, Paidós, 2001; Ana Longoni y Mariano Mestman, Del Di Telia a "Tucumán arde". Vanguardia artística y política en el 68 argentino, Buenos Aires, las

dia estética durante los años sesenta, véanse

por Asalto, 2000; Claudia Cilman, Entre la pluma y él fusil. Debates dilemas del escritor revolucionario en América Latina, Buenos Aires, Siglo XXI, 2003; y aaw. Cultura y política en los años 60, Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Ciño Cermani, Facultad de Ciencias Sociales y Oficina de El Cielo

lo

Silvia Sigal

y Oscar

Teráii, "Los intelectuales frente

a

la política",

en

Vista, núm. 42, abril de 1992, p. 45. Véase también Oscar Terán, años sesentas. La formación de la nueva izquierda intelectual ai la Argentina, 1956-1966, Buenos Aires, Puntosur, 1991. Otra caracterización de esa "progresiva pérdida de especificidad de los discursos intelectuales" puede encontrarse en la selección de documentos y en el estudio preliminar de Beatriz Sarlo a La batalla de las ideas (1943-1973), Buenos Aires,

Punto de Ntiestros

Ariel,

2001.

y

Publicaciones del cbc/uba, 1997.

Cuillermo Fantoni, Arte, vanguardia y política en los años 60. ConverBuenos Aires, El Cielo por Asalto, 1998, pp. 58 y 59. Véase también María Teresa Cramuglio, "Estética y política" en Punto de Vista, núm. 26, abril de 1986. saciones con Juan Pablo Renzi,

INTRODUCCIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

52

bién era cierto que The Players

vs.

Ángeles caídos podía recla-

marse revolucionario precisamente porque era guardista.

Y

así

un

como Rodolfo Walsh extremaba

filme van-

la literatura

de denuncia que había practicado en Operación masacre o en El caso Satanowsky y abandonaba la institución literaria para

una literatura clandestina, mismo modo Saer podía rescatar el valor crítico de "La ma-

interrogarse por las posibilidades de del

yor" precisamente por su voluntad de

capacidad retórica para exacerbar los

y poner en

hasta

el

modos de

fondo, por su

representación

el

al

del arte por la política o al sometimien-

abandono

to del arte a la política, el golpe militar de 1976

que ocupó ilusión de

la

segunda mitad de

la

una teleología en cuyo

la transgresión estética

y la

y

la dictadura

década quebraron cualquier

vértice vendrían a fusionarse

revolución

política.

En los ténninos

establecidos por la doctrina de la seguridad nacional,

diálogo posible con aquello que planteara los

ser

márgenes represivos de

un

no había

disenso:

según

la dictadura, la transgresión deja

de

extremo se

un borde para instalarse en la clandestinidad. El en un extremismo, extremismo es sinónimo de sub-

convierte

cuestión la totalidad del discurso literario.

Los diversos análisis sobre

'

ir

frecuencia

53

período suelen coincidir en

versión,

y toda subversión -ya

Esa puesta en

se sabe- debía ser aniquilada.^"^

dogma moderno supone una

clau-

que a fines de la década de 1960 y comienzos de la de 1970 la profundización de las relaciones entre arte y política había alcanzado un punto culminante, que, por eso mismo, también

la

anunciaba su agotamiento. Hay ahí una instancia de clausura. No un comienzo sino un final. Un momento de inflexión.

mente sus posiciones, lograría sostener indefinidamente su impulso transgresivo hasta alcanzar la utopía de una emancipa-

Hasta ese entonces, podría decirse que

ción por

propio de la

el

radicalismo estético

modernidad se había vinculado con ima ideolo-

gía revolucionaria mediante distintas formas de oposición

y de

intensificación de ese vínculo condujo con

transgresión.23

La categoría de oposición asociada a la modernidad ha sido extensamente señalada. A partir de la definición de Raymond Williams (véase Cultura, Sociología de la comunicación y del arte, Barcelona, Paidós, 1982, 23

p. 65),

Edward Said

caracteriza su propia práctica literaria

como

University Press, 1983, p.

Lo extremo, de

tal

como

lo transgresivo.

lo

29

and

the Critic,

del

un límite (y desnuda, también, sus limitaciones): un arte de oposición que, al exacerbar progresiva-

sura. Allí toca

apuesta a

el arte. Si

en

el

extremo

el

experimentalismo estético

aún podía sostener en tensión un vínculo complejo con cierta idea de transgresión política, al avanzar más allá no podrá rea los reclamos de la militancia. Los textos y los filmes que analizo aquí (así como muchas otras expresiones del pe-

sistirse

ríodo)

son piezas fundamentales no porque se destaquen en su

singularidad, sino porque resaltan las claves de ese recorrido

hacia

opposi-

Cambridge, Harvard mundo, el texto y el critico, Barcelona, Debate, 2004]) mientras que, desde una tradición teórica diferente, David Bordwell denomina oppositional program a los ataques del modernismo de los años sesenta contra el cine mainstream ("The Return of Modernism: Noel Burch and the Oppositional Program", en On the History ofFilm Style, Cambridge, Harvard University Press, 1997). Hal Foster, por su parte, caracteriza las operaciones de la modernidad como estrategias de transgresión ("For a Concept of the Political in Contemporary Art", en Recodings. Art, Spectacle, Cidtural Politics, Nueva York, The New Press, 1998). tional criticism (The World, the Text

crisis

allí,

un confín que

en ese borde,

sólo admite el repliegue o el salto al vacío:

es posible observar de

manera

privilegiada el

[trad. esp.: El

entiendo aquí, es una función de

lo oposicional

y

24 Para un panorama de las relaciones entre cine y política durante los años setenta, véase Sergio Wolf, "El cine del Proceso: una estética de la muerte" en Sergio Wolf (comp.). Cine argentino. La otra historia, Buenos Aires, Letra Buena, 1992. Sobre el vínculo entre literatura y política, véanse AAW, Ficción y política. La narrativa argentina durante el Proceso militar, Buenos Aires, Alianza, 1987; José Luis de Diego, ¿Qtiién de nosotros escribirá el Facundo? Intelectuales y escritores en Argentina (1970-1986), La Plata, Al Margen, 2003; y Beatriz Sarlo, "Literatura y política", en Punto de Vista,

núm.

19,

diciembre de 1983.

INTRODUCCIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

54

instante dubitativo

en que

la

obra oscila entre sacar provecho

tanto a

como

ticismo

de SUS propias limitaciones o consumirse gloriosamente

un bonzo.

y

el

resistencia",

Andreas Huyssen ha

caracterizado

Las artes contemporáneas -en

que se denominen a



el

con precisión ese

sentido

más

corte:

amplio, ya sea

mismas posmodernistas o que recha-

cen esa etiqueta- no pueden ser consideradas simplemente

como

un '"posmodemismo

otra fase

en

la

secuencia de los movimientos modernis-

década de

y vanguardistas que comenzaron en París en 1850 y 1860 y que sostuvieron su convicción de progreso la

tas

55

afirmativo" definido por el eclec-

conservadurismo como a un "posmodernismo de

en que

las posiciones

de negatividad y de

crítica

podrían ser redefinidas en términos no vanguardistas y no modemistas.26 En cualquier caso (como reacción o como reacti-

un movimiento de

vación), se trata de

mente podría constatarse en

la

aquí considerados. Es que, así

repliegue que eventual-

obra posterior de los autores

como

el

extremo se construye

sobre su propio magnetismo, su perspectiva revela te

tan fascinante

y vanguardismo hasta la década de 1960. En este niposmodernismo no puede ser considerado meramente

como

un horizon-

perturbador.

cultural vel, el

Magnetismo del borde

como una secuela del modernismo, como el último escalón de la nunca acabada revuelta del modernismo contra sí

Las narraciones literarias

mismo. La sensibilidad posmoderna de nuestro tiempo es

pa este libro escenifican ese

I

ferente del el

di-

modernismo y del vanguardismo precisamente por

hecho de que plantea del modo más fundamental

tión de la tradición cultural

problema tanto estético como

y de

la

conservación

la

cues-

como un

político.^^

se exploran los diversos

a ese borde trata

dad posmodema, en cambio, ya no habría un movimiento de ruptura y exploración, sino un movimiento de recuperación y reciclaje que no operaría sobre la oposición dicotómica sino

un campo de

preservación

25

tensión entre tradición e innovación, entre

y renovación. Según Huyssen, eso ha dado lugar

Andreas Huyssen, After the Great Divide. Modemism, Mass Culture,

Postínodemism, Bloomington, Indiana University Press, 1986, p. 216 [trad. esp.: Después de la gran división. Modernismo, cultura de masas, posmodernismo, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2002].

se

aproxima Si

bien se

de obras que comparten una misma franja temporal, los

no remiten a un grupo, a un movimiento o a Mi intención no es describir el panorama estéti-

corriente.

co de una época o agrupar obras que comparten la problemá-

25

Sobre este punto,

me ha

table trabajo de Florencia

desencanto,

Buenos

de recurrir a

sobre

modos en que cada autor

reacciona frente a su contacto.

casos analizados

una La tradición cultural y la conservación eran, precisamente, aquello que la modernidad atacaba de frente. Para la sensibili-

y cómo

y cinematográficas de las que se oculímite. En los capítulos que siguen

las

Aires,

resultado particularmente revelador

el

no-

Garramuño, La experiencia opaca. Literatura y Fondo de Cultura Económica, 2009. Allí, en vez

usuales ideas sobre la continuidad o

el corte tajante

entre

modernidad y posmodernidad, se prefiere -a partir de los postulados de Paolo Vimo- la noción de desencanto. No es tanto una negación como un abandono del horizonte de la modernidad: "Desencanto sugiere no necesariamente muerte o inacción sino desconfianza, desilusión, desengaño, y hasta desesperanza o desaliento. No aboga por ningún nuevo paradigma ni celebra la Uegada de una utopía eufórica: simplemente constata que, ante la modernización que continúa su ritmo irrefrenable, la cultura parece encontrar en aquélla ya no un motivo de celebración sino una profunda desilusión y desengaño" (ihid, p. 56).

INTRODUCCIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

56

tica propia

de una generación: los autores elegidos pertenecen

a diferentes tradiciones, a diferentes grupos guajes.

acotar

La trama que recorre este

problema de

allí el

lo

que vincula a estos autores

libro es

y

a diferentes len-

de otro

tipo:

extremo en cine y en es

una

común.

filmes es

que

Si

en

blematiza

En

el

avance más

el

ella-

en relación con

y que han llevado sus

crisis,

el

estatuto

mismo de

lo extremo. Los textos

y

el

los

pro-

obra de cada autor y -a través de y con el cine. Si he apostado

la literatura

a la heterogeneidad de casos es porque permiten interrogar

el

tema desde diferentes ángulos: ese momento extremo aparece, así,

en

tintas

medios expresivos

distintos

(cine, literatura),

bajo dis-

formas (exasperación, oscilación, discontinuidad, límite)

y produce

distintos efectos sobre la poética

sistencia, alternancia,

de cada autor

(in-

mutación, suspensión). Sin pretensión de

y -aun conservando

ser exhaustivo

aferrándose a ella sostiene: narrar

pero, a la vez,

un

En

"La mayor",

se toca, casi,

la arbitrariedad

de toda

como

si

fuera

un

a

deside-

el

con esa inhabilidad

la historia prioii.

En

en

sin

y

el

cues-

embargo

esa paradoja se

amenazando con despojarse de toda narración

apoyando

el

trabajo poético del lenguaje sobre

esqueleto narrativo de gran precisión. (Habría que mencio-

nar aquí la ambición de Saer por escribir una novela en verso,

diluyendo

allá.

la

rátum de infinitud narrativa

un

este sentido, El silencio y sus bordes intenta hacerse car-

blema en relación con '

ahí la proliferación.

del relato para narrar. Los relatos de Saer se nutren

son representativos porque permiten plantear

filmes

y,

amenazara siempre con

tionamiento de los relatos, olvidando

punto de no retomo también pro-

go de diferentes modalidades de

De

relato

una mo-

representación ha sido puesto en cuestión. Allí se debaten:

en ese momento en que

los sucesos.

si el

a la vez, nunca bastara para dar cuenta de

horizon-

algo comparten los diferentes textos

se trata de relatos

volverse infinito

lógica expresiva o

experimentaciones hasta un punto donde la

Lo

literatura.

dalidad enunciativa que permite recortarlos sobre te discursivo

pretende

Como

tra la representación.

57

las fronteras entre

tiempo recordar que, no sin

ambas modalidades. Y

ironía,

al

mismo

su libro de poemas se

titula

El arte de narrar) Significativamente, en el esfuerzo representacional de la escritura, la narración adquiere la

vuelve cada vez

llega al límite

más

irreductible.

En

que antes (Unidad de

nada nunca

(1980).

lugar, 1967; Cicatrices, 1969)

Lo imborrable, 1993)

a esa condición; tor

ese proceso, "La mayor"

de una experimentación desarticuladora que

cluye El limonero real (1974) y Nadie

(Glosa, 1985;

una densidad que

al contrario,

la

in-

No

es

o después

obra de Saer resulte ajena

ese singular

mecanismo produc-

de ficciones resulta constitutivo de su poética. Pero en "La

mayor" aparece llevado hasta

el

borde más peligroso en que se

consumaría la imposibilidad de todo texto:

la

narración se abis-

de autores y de obras procura abordar una problemática teórica desde sus variaciones y sus tensiones

ma allí en el agujero negro de lo ininteligible, se vuelve casi una

confirmación de hipótesis mediante una

exasperación de su propio procedimiento y regresará de allí mediante variaciones, expansiones o intensificaciones que siempre

selección-, este

gmpo

en lugar de buscar

la

selección de exponentes

homogéneos que

sólo reiterarían

mo-

En Juan José la

Saer lo extremo surge

como una

gresión, recurrencia, variación, dilatación perceptiva, licuación el

lenguaje: la de Saer es

En

ratificación

propia escritura. Puntuación exasperada, di-

de lo referencial en

la página. Saer llega

a ese umbral por

presuponen ese borde como un dispositivo de condensación.

dulaciones de lo mismo.

vehemente de

mancha informe sobre

una poética con-

la

opera prima de Alberto Fischerman pueden recono-

cerse algunas estrategias asociadas a las vanguardias. Pero aquí la

ruptura no es sólo

ve hacia

el interior

un

de

la

corte

con

lo anterior sino

que

se vuel-

propia obra y la organiza en dos líneas

58

EL SILENCIO

paralelas.

Con The Players

vs.

Y SUS BORDES

INTRODUCCIÓN

Ángeles caídos, Fischerman inau-

gura una línea de su obra ligada ostensiblemente a

la experi-

mentación, que se continúa en La pieza de Franz. Sonata en Si

menor de Franz LiszL. y otras cosas ( 1 973)

y,

más tarde, en Gom-

espacio,

el

desmontaje es aquí

le

preocupan

produce sobre materiales preformados.

Como

da enciclopedia borgeana,

si

fueran dos cineastas diferentes, ese Fischerman expe-

abier-

único principio constructivo y es

el

evidente que al filme sólo

partes de

marco de una narración

objetos destrozados sobre el ta. El

un compuesto de

browicz o la seducción (representado por sus discípulos) (1985).

rimental

la

los efectos

que eso

Como en una absur-

acumulación de elementos hete-

un mismo conjunto no

y underground, casi secreto, se opone al Fischerman que narra de un modo convencional en "Los pocülos" (episodio

róclitos dentro

de Las sorpresas, 1975),

quier idea de unidad. Ese límite que alcanza tempranamente

Buenos

riosa

ensaya

en La (1987)

"El

Aires, 1981)

un acercamiento

hambre" (episodio de De

al grotesco, la caricatura

clínica del Dr. Cureta (1986)

ya

la

y

lo

o Las puertitas del

popular

Sr.

López

comedia romántica en Ya no hay hombres (1991).

e ideológicas que se alternan

la fílmografía

estilísticas

y confrontan permanentemente:

las polarizaciones entre arte e industria

en

la miste-

o Los dios de junio (1984), e incluso

Es posible entonces advertir dos poéticas, dos Imeas

*'

elementos reunidos en

59

aparecen con claridad

de Fischerman y su tensión es fundamental. la otra, manteniéndola en una zona de

Cada una desmiente a

En ese ida y vuelta, su obra experimental no debecomo la verdadera obra, reprimida o abortada por la industria. Más bien, todo funciona como si cada línea permaneciera intocada por la contraria y, al mismo tiempo, la precisara como un pivote, como una digresión necesaria en el propio desarrollo. Nunca es posible rastrear huellas de una en la otra y,

de

es,

también,

sobre

el

un

callejón sin salida, la conquista de

que explora y clausura una zona que luego margen de sus preocupaciones. Es, por lo tanto, una

línea estética sino

quedará

al

operación de despojo,

de construirse

como

de Fischerman (más

allá

de que su obra experimental es

la úni-

ca sobre la que vale la pena reflexionar). El polo experimental precisa la existencia de su contraparte

vocadora.

Como

como una amenaza pro-

negatividad. Negación

no es aquí supresión

sino autoafirmación.

trata

de

puede pensarse como un ensamblaje a la manera de ciertas obras decir,

una construcción de

un

como un borde respecto del cual Cozarinsky sólo podrá disEn La guerra de un solo hombre (La Guerre d'un seul homme, 1981), Boulevards del crepúsculo (BoulevardS du cré-

tanciarse.

puscule, 1992), Citizen Langlois (1994) o

Fantasmas de Tánger

(Fantómes de Tánger, 1997), las relaciones de confrontación

y

de encuentro entre materiales heterogéneos se han encauzado

en

el

sentido de

ya no se

trata

una

de

un

reflexión

que ahora

cortocircuito lógico

narración convencional, sino de

una

circula fluidamente:

en

el

espacio de la

escritura asociativa

pone todo libremente en relación pero organizando

Puntos suspensivos, la primera película de Edgardo Cozarinsky,

pop de Robert Rauschenberg. Es

ajuste de cuentas del cineasta antes

un lugar del que las películas futuras se alejarán En este sentido, constituye tanto una ruptura

que se

auténtico rostro

un

cineasta. Por eso su filmografía tiene

doble comienzo; con este fúme y luego de este filme. Si Puntos suspensivos puede pensarse como im punto de partida es por-

inevitablemente.

el

espacio

que resultará imposible cualquier construcción. Con

ría leerse

embargo, ninguna puede pensarse como

un

su primera película, Cozarinsky no pretende tanto definir una

irresolución.

sin

intenta justificarse

en un común denominador, sino que procura arrumar cual-

te

que

lo diferen-

para descubrir aUí una coherencia hasta entonces oculta.

En Elfiord, el primer relato de Osvaldo Lamborghini, podría que está ya toda su obra. ¿Cómo escribir de modo que

decirse

EL SILENCIO

60

INTRODUCCIÓN

Y SUS BORDES

toda la obra quepa en un manifiesto? No tanto porque los textos se inscriban dentro trategia

de ese género, sino porque adoptan su

y su modulación: porque

es

es-

pero sobre todo porque expresa

ser gerundial:

una obra en tránsito, que procura mantenerse y en suspenso. Ya sea la proliferación

incompleta, en tensión

imparable de Tadeys (1985),

como

hacia su borde

En todos

una literatura de combate,

una intención de ruptura y una vocación programática que se prolongan como promesa permanente de comienzo en cada nuevo texto. Una forma de sí,

En Lamborghini,

la indecisión escrituraria

"Por un capítulo primero" (en Las hijas de Hegel

1

de

982); ya sea La

el

como

la

tanto inversión de "El niño proletario" (en Sebregondi retrocede, 1973).

No

se trata del paso previo a lo

definitiva, sino

que luego tomará forma

de una forma definitiva que se sostiene en

ferimiento constante.

Más que

instalarse sobre

el di-

un límite, Lam-

borghini se desplaza incesantemente entre los polos; pero no se trata

de una oscilación sino de

por la planicie de

como un lugar y

un movimiento zigzagueante

un continuo. Trabaja sobre la indiferenciación

atópico donde las series paralelas tartamudean

se fracturan para mostrar lo otro

obscenidades, los neologismos, los lugares

el

de

sí:

nivelación entre las

lunfardo, el lenguaje vulgar,

comunes, la oralidad, la

escritura, la erudición.

Toda

un

centro.

punto de partida ha sido

el análisis

trama de un problema que se

definiría

en (atravesando)

conjunto y que, en este sentido, es tanto su resultado fundamento. El silencio y sus bordes se plantea como vuelta entre esa problemática

pretensión de elaborar

allá,

y esos casos

el

como su un ida y

particulares

con

una conceptualización que exceda

la

este

común de estas narraciones es el punto un movimiento que siempre pretendería ir más

de clausura de

Papi Trueco" (en El Pibe Barulo) en

se tratara de

capacidad de atraer todo

de textos y filmes singulares que se proyectan sobre el conuna obra. Pero lo que me ha interesado leer allí es

marco. El horizonte

vs.

la

junto de

causa justa (1983) en tanto variación de El Pibe Barulo (1983),

Trompada

si

los casos, el

como

"Joe

extremo tiene

61

esa instancia en la que el lenguaje se acerca al borde de su

destrucción en tanto lenguaje. Es lo tanto clavete gesto (o

un instante

que permite analizar

semejante gasto, en

el

el

paradójico

-y por

significado de semejan-

sentido que le da Bataille)

no

sólo sobre los mecanismos de una obra sino también sobre los modos de funcionamiento de la literatura y del cine. En su misma exasperación, estos textos y estos filmes reponen las aristas de una pregunta que en otros momentos, regidos por una mayor fluidez, parece diluirse: ¿cuánto cuesta una escritura? Es decir: ¿cuál es el esfuerzo de construcción quiere?, pero

que

re-

también ¿cuánto se debe dejar de lado para lograr

una doble faz y, por lo tanto, siempre imuna interdependencia. La mezcla se convierte así en una síntesis, una monstruosa síntesis que, en su misma indiferenciación, resulta tan ajena a uno como

un estilo? ¿En qué medida tocar el borde implica un cambio de rumbo o una insistencia sobre el juego del límite? Me interesa reflexionar sobre la obra no desde su realización, sino desde el

a otro polo. Alegoría política de El fiord que, a su vez, anula

que se

división es aquí sólo plica

una

alianza necesaria o

todos los tópicos de

La causa justa

la alegoría política,

o literalidad brutal de

que, forzosamente, debe desmentirse a



mis-

ma. La máxima connotación y la denotación pura establecen un continuo de extremo delirio, un delirüm tremens literario.

punto en

se

le

el

que fue puesta en cuestión, desde

hizo justicia y fue ajusticiada. Desde

ha ido demasiado

lejos.

el

el

extremo en

punto en que

I.

Cronofotografías literarias

El presente implacable

Una de las cualidades más notables en la literatura de Juan José Saer es su profundo análisis de la percepción. Al detener fragy

mentar

el flujo del acontecer,

sus textos se concentran en

una

particular fenomenología del

movimiento y del tiempo. Pero más que avanzar hasta un punto máximo de descomposición en que los fenómenos supuestamente entregarían su esencia, la

potencia de esta escritura consiste en encontrar

entre cada fragmento insignificante I

O más

pasadizo

y uno en lo otro. La parte y el todo, la subjetivimundo, el instante y la memoria. ¿Cómo alcanzar el

bien: lo

f

dad y

el

la totalidad inabarcable.

el

firmamento del cosmos por

el

camino de

lo

irremediablemente

En "La mayor" un relato fechado en 1972, esa ambición radical que no renuncia ni a la nimiedad ni al conjunto es

particular?

arrastrada hacia los extremos de la literatura.

La obra de Saer puede reclamar, de pleno derecho, su pertenencia a la gran tradición de la literatura moderna. Si por

un lado reconoce su genealogía en la narración decimonónica, por otro lado es consciente de la distancia insalvable que las separa. Dice el escritor: "Proust, Joyce, Kafka, Musil son los que

realmente transformaron la noción

misma de narración. La no-

vela clásica del siglo xix desaparece por completo con raizados

como estaban en

63

É

ellos.

En-

esa tradición, se inscribieron en ella

EL SILENCIO Y SUS BORDES

64

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

de la mejor manera posible: modificándola".^

En

ese singular

sistema de relevos que parece organizar la historia del arte, la

¿Cuál es cine? ¿En

la relación

qué

que

la literatura

65

moderna

con

establece

introducir en sus filmes procedimientos narrativos a través del

¿Qué toman de los filmes? Fuertemente marcada por las innovaciones modernas en el estatuto de la narración, la obra de Saer no ha escapado al influjo magnético de lo cinema-

montaje, su defensa era: "¿Acaso Dickens no escribe así? La

tográfico.

narración decimonónica -abandonada por la literatura- pasó al cine.

A comienzos

de

siglo,

cuando

Griffith era criticado

por

di-

ferencia no es tan grande: yo hago novelas en cuadros" ^ Al mismo tiempo, y comenzando por la propia literatura moderna, las

de

nuevas técnicas del cine pronto invadieron

las artes tradicionales

el territorio

para establecer una zona de contami-

nación e intercambio. Sergei Eisenstein, por ejemplo, llamó Ulises "la Biblia del

des de hallar el

una

nuevo

cine"

y

se fascinó

con

al

las posibilida-

técnica cinematográfica que lograra traducir

recurso literario del fluir de la conciencia, mientras que, por

su parte, Joyce comentaba que Walter Ruttman o

el

realizador

soviético eran los candidatos ideales para llevar su novela a la pantalla.^

La escena del escritor negociando con

el

nuevo

invento sus técnicas novelísticas hace evidente que, en algún

momento, de alguna u otra manera, toda siglo XX ha lindado con el cinematógrafo.

la

gran literatura del

el

es lo

la

que

tipo de películas piensan los escritores?

los textos

La importancia del cine en su formación literaria y en

composición de sus novelas ha sido reconocida tanto por

críticos

como por

plo, señala

que

el

los

propio autor. Graciela Montaldo, por ejem-

la estructura

de El limonero real evoca

la organi-

zación narrativa de Hace un año en Marienbad (L'année derniére

á Marienbad, Alain Resnais, 196 1), y Raúl Beceyro sin orillas como si fuera

se refiere a los efectos

analiza El río

un filme documental. Por su parte,

Saer

de cierto cine moderno en la arquitectura

de sus relatos: "En mi primera novela. La vuelta completa, hay ele-

mentos probablemente sacados de algimos films de Antonioni".'^ El carácter la

organizador de

la

construcción del espacio,

acciones, el

mirada, los cambios de perspectiva, el

slow motion,

el

desmontaje de

manejo del flashback, el fuera de campo o

chamiento de los tiempos muertos son técnicas que

el

las

aprove-

el escritor

aprende del cine y que -sobre todo en los textos escritos a fines de los sesenta y principios de los setenta- le sirven para cuestionar la linealidad narrativa y la estética realista. Al mismo tiempo,

1

bre",

Guillermo Saavedra, "Juan José Saer: el arte de narrar la incertidumen La curiosidad impertinente. Entrevistas con narradores argentinos,

Rosario, Beatriz Viterbo, 1993, p. 178.

La anécdota es reproducida por Juan Miguel Company, El trazo de la letra en la imagen. Texto literario y texto fñmico, Madrid, Cátedra, 1987, p. 19. Eso es, por otra parte, lo que sostiene Ricardo Piglia: "Esa máquina de hacer ficción que es el cine depende del relato tradicional. La novela del siglo diecinueve está hoy en el cine. El que quiere narrar como narraba 2

Balzac o Zola, que haga cine", véase Ricardo Piglia, Crítica y ficción, Buenos

sin

embargo, sus novelas resultan completamente refractarias

a los

modos

cinematográficos

y trabajan a

partir

de

un tipo de

representación irremediablemente distinta. Se podría decir que Saer usa ciertas técnicas cinematográficas para separarse del relato literario clásico y,

en ese movimiento, construye una nueva

forma de especificidad

literaria.

Aires, Siglo xx, 1990, p. 42. 3 En 1909, Joyce (que aún no era Joyce: sólo tenía en su haber el libro de poemas Música de cámara, 1907) abrió en Dublín el Cinematograph Volta, la primera sala de cine de Irlanda. Aunque es un dato anecdótico, no deja de ser significativo ya que ilustra la auténtica fascinación que los artistas

experimentaron ante

la

aparición de las imágenes en movimiento.

Las referencias pertenecen a Graciela Montaldo, Juan José Saer: El limonero real, Buenos Aires, Hachette, 1986, p. 58; Raúl Beceyro, "Sobre

y el cine" en Punto de Vista, núm. 43, agosto de 1992, p. 28; y David Oubiña y Alejandro Ricagno, "Glosa a la hora de la siesta. Entrevista con Juan José Saer", en El Amante, núm. 34, diciembre de 1994, p. 24. Saer

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS EL SILENCIO

66

en este punto,

Sobre este aspecto, algunas críticas han señalado la influencia del

que tar

Nouveau Román con tanta insistencia como la empleó en desmentir ese vínculo, para resca-

el escritor

-en su lugar-

la

más probable herencia

del "objetivismo"

de Antonio Di Benedetto o la "concreción abstracta" de Juan L, Ortiz.5

más

Pero

allá del debate, interesa

aquí señalar una

convergencia sobre ciertos funcionamientos compartidos en relación con el cine. Alain Robbe- Grille t defiende el lugar central

que adquiere

Román e

la descripción

en

las

obras del Nouveau

indica sus diferencias con respecto a la función que

desempeñaba en las grandes novelas del siglo xix. El de la nueva modalidad, dice Robbe-Grillet, no está en descripta sino en el este sentido,

si

movimiento mismo de

bien es cierto que

el

interés la cosa

la descripción.

cine ejerce

una gran

En

fas-

cinación sobre los novelistas modernos, no es la capacidad objetiva de la '

en

el

cámara

lo

que

terreno de lo subjetivo

ilustrar

un

los atrae, sino sus posibilidades

y

lo imaginario.

No

se trata de

trozo de realidad sino de reflexionar sobre

ella.

Y

una

fuerte

nos Aires, Ariel, 1997). Por su parte, tanto Noé Jitrik como Herbert Benítez Pezzolano inscriben la estirpe objetivista del escritor junto a las obras de Antonio di Benedetto o de Alberto Vanasco antes que bajo la influencia del Nouveau Román. Véanse Noé Jitrik, "Entre el corte y la continuidad. Hacia una escritura crítica", en Revista Iberoamericana, núm. 102-103, enero-junio de 1978, y Herbert Benítez Pezzolano, "Encrucijadas de la objetividad", en Elsa Drucaroff (dir.). La narración gana la partida, tomo 11 de la Historia critica de la literatura argentina, dirigida por Noé Jitrik, Buenos Aires, Emecé, 2002. Sobre el vínculo entre la literatura de Saer y el "regionalismo no regionalista" de Juan L. Ortiz, véase Beatriz Sarlo, "La duda y el pentimento", en Punto de Vista, núm. 56, diciembre de 1999; y para un análisis de la zona saeriana como reformulación del regionalismo, Enrique Foffani y Adriana Mancini, "Más allá del regionalismo: la transformación del paisaje", en Elsa Drucaroff (dir.), op. cit, y Martín Prieto, "Escrituras de la 'zona'", en Susana Celia (dir.). La irrupción de la crítica, tomo 10 de la Historia critica de la literatura argentina, dirigida por Noé Jitrik, Buenos Aires, Emecé, 1999.

comunicación entre

y cine resulta fluida porque el tratamiento de la nueva imagen fílmica, como el de la descripción novelesca, ha logrado no dejar ver lo que muestra. En "Tiempo y descripción en el relato de hoy", la

literatura

a propósito de Hace un año en Marienbad, Robbe-Grillet

ma:

"El

universo en

el

que

afir-

se desarrolla toda la película es, de

un perpetuo presente que hace imposible todo recurso a la memoria. Es un mundo sin pasado que se basta a sí mismo en cada instante y que se desvanece manera

luego". relato

característica, el

de

Su conclusión implica también a

moderno,

que

diríase

el

la literatura:

destruye

al

tiempo,

y

el

"En

el

tiempo se halla cortado de su

temporalidad. Ya no corre. Ya no realiza nada

tiempo sabotea

ción se atasca, se contradice, se

[...]

El espacio

al

espacio. La descrip-

muerde

la cola. El instante

niega la continuidad".^ Esa hipertrofia descriptiva, ese vínculo

no

ilustrativo

con lo

real,

suspensión temporal, es del cine coincide

con

esa idea de abstracción espacial decir, ese

y de

uso "no cinematográfico"

ciertos procedimientos característicos

de la literatura de Saer. Al partir de premisas similares -aun

cuando Saer hace

impugnación a las teorizaciones de la escuela francesa en "Notas sobre el Nouveau Román" (El concepto de ficción, Bue5

67

Y SUS BORDES

se desarrollen por

se arriba a

un uso

caminos diferentes-, también aquí

singular de la descripción que captura los

objetos o los gestos en

el

instante

y en

aparecen antes de ser investidos de volverle al

mundo

la superficie (tal

un

como

significado) para de-

su carácter insólito.

^ Alain Robbe-Grillet, "Tiempo y descripción en el relato de hoy", en Por una novela nueva, Barcelona, Seix Barral, 1964, pp. 170 y 173, respectivamente. Sobre estos aspectos, véanse André Gardies, "Nouveau Román et cinéma: une expérience décisive", en Jean Ricardou y Fraiií^oise van

Rossum-Guyon

(comps.),

Nouveau Román:

hier,

aujourd'hui,

t.

i:

Problé-

mes généraux, París, Union Générale d'Éditions, 1972; Stephen Heath, The Nouveau Román: A Study in the Practice of Writing Filadelfia, Temple University Press, 1972, o los textos de Roland Barthes sobre Michel Butor y Alain Robbe-Grillet incluidos en su libro Ensayos críticos, Barcelona, Seix Barral, 1983.

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

EL SILENCIO Y SUS BORDES

68

En la primera hoja, en

mayor" abre un espacio privilegiado para pensar las estrategias de una literatura obsesionada por (o condenada "La

al)

puro presente/ En una noche

-cuyo nombre nunca te

de invierno,

el

la otra,

y separadas entre

PARANATELLERS

mismo volumen), sabemos que que

es él

O

PARANASO

ese narra-

quien cuelga "en

la

y más abajo una inscripción en minúsculas:

pared

antología comentada del litoral

amarillenta, sobre el sofá cama, al costado de la biblioteca, la

reproducción del

Campo

"La mayor". ^ Durante la

de trigo de

noche que ocupa

blemente la intención del narrador

comentada

"antología

los cuervos"

del litoral"

ha sido

que

de los argumentos del

este relato, proba-

trabajar sobre

una

lleva el título provisorio

refugiado en ta

en cuyo

el

libro:

Angel Leto, que se ha

departamento de Tomatis, encuentra

interior

una

carátula

duda

(p. 1

16).^

que se ve en

de Paranatellon. Sabemos que esa carpeta verde contiene las páginas mecanografiadas de una recopilación sobre literatura .litoraleña porque esa misma carpeta es mencionada en "Amigos", otro

la carpe-

entre posibles títulos

y

Pero,

no

en

rigor,

llega a

durante

la

noche que

poner manos a

tarea por esa noche.

En cualquier

relata "La

O

la obra.

tal

mayor" Tomatis

vez ha concluido su

caso: eso

ya ha sucedido o

bien es lo que no sucederá. Se trata de una trama virtual, aquello

que

el relato

podría haber sido

insidiosa, la duda.

Tomatis recuerda

si

no

se hubiera interpuesto,

Porque mientras moja la célebre

la galletita

una

serie

de lugar. De

modo

de preguntas sobre

mundo y la

Aires,

Centro Editor de América La-

tina, 1982, p. 154 (en adelante, las referencias a este libro se indican con el número de página a continuación de cada cita). La misma reproduc-

Gogh y el mismo cuarto en la terraza habían sido presentados en “Transgresión" (en el primer volumen de cuentos) y reaparecerán, por ejemplo, en Lo imborrable, cuando Tomatis -divorciado por tercera vezregrese a la casa de su madre.

ción de Van

para dejar la taza vacía, comer

un poco de

al

un continuo

de dudas e incertidumbres. Mientras desciende hasta Esa modulación extrema que la literatura alcanza en “La mayor" ha La mayor, de Juan José Saer", en Punto de Vista, núm. 3, julio de 1978; y por Daniel Freidenberg, '‘La mayor, de Juan José Saer", en Clarín, 14 de marzo de 1999, suple-

el

sensación de

que, a cambio de su amnesia,

personaje le ha sido dada la capacidad de rumiar

7

el té,

escena proustiana y se pregunta

posibilidad de recordar dispara

estar fuera

sido señalada con precisión por Ricardo Piglia, “Sobre

en

por qué ninguna reniiniscencia acude a su encuentro. Esa im-

tiempo, la memoria, la extrañeza del

especifica su contenido:

mento "Cultura y Nación" 8 Juan José Saer, La mayor, Buenos

la disposi-

ción siguiente:

y su habitación. Gracias a una mención hecha la costa reseca" (uno de los argumentos que el

una debajo de

por varios espacios, con

pasar en "En

dor es Tomatis. Allí se dice

I



PARANATELLON

Saer incluye en

había tres pala-

bras escritas a máquina, con letras mayúsculas,

narrador

menciona- describe minuciosamen-

se

la carpeta,

sus acciones mientras se desplaza entre la cocina de su

casa, la terraza al

fría

de

el interior

69

la

cocina

carne y luego subir

a desvestirse para acostarse en su cama, Tomatis va hilvanan-

^ Los apuntes literarios para la antología y la lámina de Van Gogh son puntos de condensación simbólica. El cuadro, más que una imagen, es percibido como un conjunto de manchas informes y en dispersión; la antología -que debería ser una memoria literaria, un intento de síntesis representativa-, es encontrada por Angel Leto, años después, inacabada y en suspenso. Resultan pistas significativas en un texto en el que los datos de la realidad escapan a la forma, la clasifícación, la cohesión y la totalidad.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

70

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS do sus acciones, sus sensaciones, sus reflexiones. Así, ese

mer núcleo acerca de

la imposibilidad

que van saliendo

al

ducción de Van Gogh,

en

las estrellas el cigarrillo

la carpeta

las luces

el cielo,

que

suman

titilan

la

invierno,

la silla

un ómnibus de

en

las casas vecinas, el diario,

campanada de un

reloj

sábanas heladas.

estudiantes,

una

fotografía,

un

narración; son sólo

manchones

sola, del

pantano,

mancha

la

flota,

amarilla

desintegrándose,

36).

(p.

un

del pasado sin

Tomatis ha deambulado a la espera de

un llamado o un mensa-

una señal que nunca llega. Un anclaje. Pero el mundo es una y ajena a la que él no se acopla más que en

je,

exterioridad oscura

calidad de extranjero. Se podría decir que

ne a

al



el

encuentro del personaje. Lo ha dejado

mismo en un presente

mundo nunca viesolo,

abandonado

implacable.

café,

una bufanda amarilla (seguramente convocada por el amarillo de Van Gogh). Nada más. Un recuerdo, pero ¿recuerdo de qué? En todo caso, eso que se recupera no puede articularse

como

que debiera nacer

¿en qué mundo, o en qué mundos?

a su

y las Entonces, cuando todo queda a oscuras, un recuerdo tímido parece querer asomarse. Más que un recuerdo es una imagen, una instantánea de la memoria: una calle soleada en lejano,

la

la antología, la repro-

dos fotografías borrosas en

que su mano enciende,

su ropa sobre

con

que sube, ahora,

nuevos motivos

paso del narrador y que se

ronda de pensamientos:

fanda amarilla, de

de recordar se expande

a través de repeticiones e intercalaciones de

71

pri-

sig-

La LÓGICA DEL DESMORONAMIENTO Frente

un

al

modelo

clásico de linealidad narrativa, Saer postula

relato circular, recursivo, fragmentario e inconexo.

No una

de avance, que desarrolle una sucesión de aconte-

nificado preciso. Es tan grande la distancia entre el recuerdo

literatura

y aquello que el recuerdo debería recordar que la memoria no hace más que convalidarlos como entidades diferentes, separadas y desconocidas entre sí. Al cabo de tanto esfuer-

cimientos dentro de la estructura progresiva de

momentos no logran comunicarse: se consumen y se desvanecen. Concluye el relato con una serie de negaciones

Nadie nada nunca, Beatriz Sarlo afirma que Saer postula "una

zo, esos

sino,

más

da a

la

bien,

una

literatura gerundial,

una

historia,

en suspensión,

prolongación casi infinita del instante.

A

aferra-

propósito de

teoría del presente":

y anulaciones: Lo que en La

tado subiendo, en ese momento, a los labios, no

sería,

en

el

en rea-

sor

recuerdo, ninguna taza,

no,

nadie, amargo, indiferente, por

no hay, en

el

recuerdo de ese

café,

que

le

perspectiva

que

espuma dorada, que no ha ocupado, en ninguna parte, y nunca, ningún lugar, ni pasado, después de haber sido to-

mado por

una

un conjunto de

proporcionan [...]

los leves

el

espe-

desplazamientos de

El espesor resulta, también, de las

se escribe, de

peri-

subjetividad negada, son los esta-

dos del presente, que deja de ser lineal para adquirir

y el café, ningún café, ninguna cantidad de líquido negro, humeante, cubierto de

lidad,

novela se cuenta, más que

pecias o la historia de

por otra parte, de café que, se supondría, habría es-

taza,

la

formas en

manera cada vez más expandida,

el

mismo

estado del presente.

ninguna garganta:

ningún

café,

y

la

bu-

^0

Beatriz Sarlo, "Narrar la percepción", en Punto de Vista,

viembre de 1980,

p. 34.

núm.

10,

no-

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS guíente,

En efecto, lo que esa novela

quisiera capturar, lo

que en general

toda la literatura de Saer asedia a través de expansiones

modo en que

bios de perspectiva, es el

tancia sostenida- su obsesión por el presente. El del adverbio

como

uso recurrente

no

un encadenamiento

se percibe

Al

mismo

de ta

las

determinar de manera natural

acciones en su inmediatez. Pero, en este punto, resul-

muy

significativo el singular

frase

Estoy parado en la terraza.

el aire azul,

penumbra azul, en la

en

altura,

en

la terraza,

luna

el cielo, está la

estoy sentado frente a la mesa, la taza vacía a

manos apoyadas sobre

estoy levantando, estoy

luces

fijas

que

la carpeta

yendo por

brillan,

verde

la terraza

y en la Ahora

Y

sentado en

un costado de

[...]

al

Y ahora me

El texto procura

un

en círculo alrededor, desde

registro puntual de las acciones,

dictara, indicándole al

el

hueco de

sando

los

como

tal

el

el sillón

así

un

las peripecias

de su trama,

extraño efecto de disyunción o de

que, cuando

un

gesto se continúa en

borrar", el otro relato del libro,

presente y

mismo

¿Estoy todavía estando, y no al

el sillón?

¿Estoy todavía estando

y estoy todavía estando parado inmóvil

así, el silencio,

y estoy todavía estando atrave-

al abrir la puerta, vaga,

remota, la campa-

nada, mientras estoy estando, inmóvil, parado, mirando en dirección al frío negro, en el hueco de la puerta, entre la

¿en qué

mundo?

(p.

el si-

Como

si

24).

quisiera acentuar su efecto de permanencia

car su soberanía en la ocupación de

una

hay

el

mismo

anclaje

insistencia similar sobre ese adverbio.

A pe-

sar de sus diferencias temáticas, estructurales y estilísticas, ambos textos ponen en escena -no casualmente- el mismo trabajo distante sobre la percepción y la misma relación extrañada entre una subjetividad y el mundo.

un

y remar-

lugar, la repetición a

través del gerundio confiere a la fijeza del verbo estar

No

buto de resonancia.

lo

al

conjugarse en

el

el

un

atri-

pone en movimiento, sino que

hace vibrar y lo mantiene en acciones que despliega

En "A medio

el sillón.

al

espacio entre el sillón y la puerta, y estoy todavía

estando oyendo,

si

prolonga los momentos, aislándolos y sustrayénsucesión: la descripción de las acciones se expande

modo

habitación y

habitación y la terraza? ¿Estoy? ¿Estoy todavía estando? Y si estoy, y estoy todavía estando, estoy y estoy todavía estando

la narración

máximo y genera

la puerta, entre la

cuerpo qué movimientos debe hacer en

cada caso. Más que avanzar sobre

el

un

lado del sillón con el eco de los crujidos que han roto,

por decir

ahora negra, en-

el cielo (p. 12).^^

obsesivo en

que Saer

estar,

estoy todavía estando, pero no

mismo tiempo, sentado en

[...]

techos y las ventanas y las terrazas que se han borrado, viendo la luna dura, fría, redonda, que brilla, sin destellar, en

hiato; de

uso del verbo

pleonasmo:

tiempo, sentado en

al

descripción

conjuga en presente continuo reduplicándolo por medio de

un modo de escansión del texpretendiera delimitar en cada momento la

Ahora estoy avanzando, en

dolos a la

la

temporal ahora es

si la

tre las

un

tiempo, esa elección del adverbio para enmarcar

la frase parecería

inmediatez de aquello que describe:

las

progresivo sino

cambio leve en ese estado de suspensión permanente.

y cam-

un instante,

transcurre

cómo flota el presente en la experiencia, cómo reverbera fugazmente en una mirada: cómo "narrar la percepción" En "La mayor", el relato pone en evidencia -con una cons-

to,

73

EL SILENCIO Y SUS BORDES

72

lo

suspensión. Incluso las diferentes

personaje adquieren

un efecto de eco

imposible presente continuo que resulta

de esa insistencia en

el

auxiliar estar: "estoy estando sentado";

"estoy estando oyendo"; "estoy estando parado".

De

esta

mane-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

74

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS ra, el

texto se interroga continuamente sobre la permanencia

y temporal de un cuerpo en movimiento, y sobre que pueda imprimir en las cosas.

espacial rastros

¿Qué del cine la

es lo que, concretamente, la literatura de Saer

en el nivel de

fragmentación y

finen el

mecanismo

una proyección debe capturar allí

resulta

que

He

detención.

toma

ahí las técnicas que de-

del registro cinematográfico. Para lograr

fluida del

las

movimiento y del tiempo,

el

cine

acciones parcelándolas y congelándolas.

los

cuerdo, de sabor: nada.^^

los procedimientos? Se podría responder:

la

momentos de

registro

cámara y proyector a

tar la

la vez.)

nada, lo que se dice nada. Ahora no hay nada, ni rastro, ni re-

los

De

y de proyección son

opuestos y complementarios. (Significativamente, el aparato ideado por los Lumiére contenía en sí mismo esa duplicidad: era

75

Digamos que para proyec-

continuidad es preciso pasar por lo discontinuo. En "La

mayor" (como en El limonero real o en Nadie nada nunca),

la

percepción funciona por fragmentación: para procesar la gran

Capturar

el

movimiento a través de

la

fragmentación supone

descomponerlo en una sucesión de momentos inmóviles. Frente al flujo del

mundo en permanente

un segmento y lo

detiene.

cambio,

la

narración aísla

En Nadie nada nunca. Pichón Caray

lee La filosofía en el tocador: las figuras sexuales los libertinos

son tableaux vivants y Sade es

pose. Por eso

no

el

En

maestro de

es casual la referencia a ese texto

vela en la que todos los movimientos aparecen dos.

que practican la

en una no-

como suspendi-

"Narrar la percepción", Sarlo analiza detalladamente la

función de

las figuras

sadianas en la novela de Saer

y

advierte

que, a pesar de su complejidad, el ensamblaje es siempre finito

y clausurado, un

círculo círculo cerrado

donde todos

se miran.

masa de información que recogen los sentidos, es preciso segmentar el entorno, aislar allí un momento, descomponerlo y examinar sus partes. El texto puede incorporar aquello en lo

Sin duda. Glosa es la gran novela sobre la detención: la acción

que repara sólo luego de desmenuzarlo analíticamente: como

procedimiento es llevado

si

únicamente

al

interrumpir o subdividir o delimitar

tinuo exterior fuera posible asignarle al hacerlo,

en la que

bir la acción

significado.

una sensación

inevitablemente produce

éste

un

un

con-

Aunque,

del objeto

no podría reconocerse. Por ejemplo, para el relato), es preciso

atravesar

la galletita

tibia,

en

la

en

la taza

de

mano, hacia

punta de

té,

en

un laberinto

la cocina,

la boca, dejo la

de

la lengua,

por

en invierno, y

pasta azucarada,

un momento, y empiezo

a

y ahora que trago, ahora que no queda ni rastro de sabor, sé, decididamente, que no saco nada, pero masticar, despacio,

espacio acotado de las veintiuna

formación en cada instante de dor no puede registrar

la caminata.

la totalidad,

En

Saer, el observa-

pero de aquello que registra

procura describirlo todo. Esa suspensión, ese congelamiento, es

descri-

pequeños actos autónomos:

alzo, rápido, la

el

cuadras que recorren juntos Angel Leto y el Matemático. Allí el al límite para extraer el máximo de in-

aparentemente simple de engullir un bocado (que

pone en marcha

Sopo

completa del texto cabe en

Juan José p.

1

1

Saer,

Nadie nada nunca, Buenos

Aires, Seix Barral, 1995,

(en adelante, las referencias a este libro se indican

con

el

número

de página a continuación de cada cita). Véase el comienzo de Nadie nada nunca: "No hay, al principio, nada. Nada", y el fmal: "El lapso incalculable, tan ancho como largo es el tiempo entero, que hubiese parecido querer, a su manera, persistir, se hunde, al mismo tiempo, paradójico, en el pasado y en el futuro, y naufraga, como el resto, o arrastrándolo consigo, inenarrable, en la nada universal" (pp. 9 y 238). En su momento, Nora Domínguez advirtió en estos rasgos exasperados de la escritura el posible agotamiento de una forma expresiva. Los textos posteriores de Saer demostrarían que podían plegarse infmitamente, sosteniéndose como variaciones dentro de una misma perspectiva. Véase Nora Domínguez, "Juan José Saer: Nadie 7tada nunca", en Lecturas críticas, núm. 1, diciembre de 1980.

la

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

EL SILENCIO Y SUS BORDES

76

única efímera perseverancia de las cosas, que luego desapa-

recen sin dejar rastros.

¿Cómo

en

fijar

la

denominación aquello

que sólo transita y que se resiste a permanecer? Antes de escaparse para siempre, cada momento es aferrado brevemente por la

percepción: el tiempo necesario para describirlo con minu-

y dejarlo

ciosidad

sobre

el

ir.

El lenguaje se

mundo y procura eludir

tente fijarlo

más

allá

de sus

hace eco de esta experiencia

cualquier designación que in-

límites.

Por eso

las palabras

no bus-

una apariencia de nitidez sino que sostienen la intensidad de una experiencia concreta e inestable. La mirada rescata la singularidad de un pequeño gescan anclar

to,

el

sentido de las cosas bajo

un instante fugaz, de un detalle

de

dirninuto,

como

si

fueran

acontecimientos irrepetibles que se resisten a las convenciones

de

la

t

Luego Barco habría dicho que

la

el

Matemático, se re-

guerda una discusión acerca del instinto y la conciencia que se habría suscitado en el cumpleaños de Washington Noriega a propósito del tropiezo de

hecho

al

un caballo. Según el relato que le han

Matemático, Noca habría dicho que llegó tarde por-

que uno de sus caballos había tropezado y se había quebrado pata. Cohén habría insinuado que Noca era un fabulador

una

(lo cual,

caballos

el instinto

lo

montaba

(en

si el

caballo tropezó solo o mientras alguien

cuyo caso

equivocación sería del

la

iba hacia el boliche si

volvía, la culpa es

cuando

jinete); e

"si el

caballo

tropezó, la culpa es del caballo;

de Noca"

67).

(p.

Finalmente, la interven-

ción de Washington Noriega habría propuesto reemplazar

al

un mosquito (que por su mayor distancia respecto del género humano es completamente inocente ante cualquier proyección de "finalismo antropocentrista"), imponiendo así un caballo por

giro categorial a la disputa

(p.

120).

allá del incierto resultado

sa aquí lo

de

la discusión,

que sucede cuando un movimiento

me

natural, realiza-

do instintivamente por un cuerpo, es capturado bajo

una conciencia que

lo

la luz

de

desmonta analíticamente para intentar

comprender su sentido. Por un ese entendimiento

intere-

tomando

lado, sólo se

distancia

puede alcanzar

y practicando una ob-

servación rigurosa que permita describir su desarrollo; pero,

por otro lado, en cuanto se presta atención a

ya

la

configuración

resulta imposible reconocerse

en ese

por otra parte era sabido por todos) puesto que los

del desplazamiento,

no tropiezan:

movimiento. "Tan imposible como levantarse uno mismo por

un tropezón

de

verdad

se

incluso Tomatis habría acotado en tono de burla:

el pelo".^^ si

no

importante saber

Más

caminata de Ángel Leto y

se debía analizar si es

equivoca y que había que preguntarse si tropezar es una equivocación; Basso habría sugerido que era

que

denominación.

Durante

77

es

los animales,

una equivocación y los

actúan únicamente por

dictorio atribuirle al instinto lo que,

caballos, instinto,

una equivocación?

como

el resto

Por eso sobreviene

el tropiezo: se

avanza calzando

unos zapatos impropios, ajenos, desatinados. Los textos de

¿no es contra-

El instinto sería

por definición, no se equivoca. El instinto, dijo Cohén

La expresión es de Mijañ inevitable distancia

Bajtín,

quien

la

usa para caracterizar

que separa a una vivencia de su representación,

la in-

cluso en la supuesta coincidencia propuesta por la autobiografía (Teoría estética de la novela, Buenos Aires, Taurus, 1989, p. 407). En otra parte,

antes de volverse triunfal hacia las llamas, es necesidad pura.^^

y

Bajtín sostiene

para que exista

Juan José

Saer, Glosa,

Buenos

Aires, Seix Barral, 1995, p.

lante, las referencias a este libro se

continuación de cada

cita).

indican con

el

54 (en ade-

número de página

a

verse frente

al

se inmiscuye

que son necesarias "dos conciencias que no coinciden" un acontecer estético y lo ejemplifica con la situación de

espejo: "en el acontencimiento de la contemplación propia participante, un otro ficticio, un autor que ca-

un segundo

rece de autorización

y fundamentación; yo no estoy solo cuando

me

veo

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS 78

EL SILENCIO Y SUS BORDES

Saer exploran ese

modo de

que toma del cine privar a las acciones de su

cum-

plimiento natural para mostrarlas en su diferencia. Los gestos

más banales se cargan de un peso inusitado y se muestran en una dimensión completamente extraña para quienes los han desplegado. La literatura posee esa función

que devuelve una imagen extraña de al

precario equilibrio en

que

las

las

un tipo mundo sino

el

cosas que, sustraídas

mantenía

la

costumbre, ya no

podrán dejar de tambalearse. Pero entonces,

pan un

sitio original

del medio.

No

los

si

en

Saer, es

porque hace un uso subversivo

como instrumento para

interrogar ciertas convenciones o procedimientos literarios

en ese movimiento,

el

propio disposi-

tivo cinematográfico es puesto

en cuestión. De este modo, elimina todo punto de apoyo sobre el cual recostarse. Se trata de una doble violencia que hace irrecuperable este texto para las prácticas institucionalizadas, tanto del cine ra.

como de la literatu-

como un

provoca inmovilidad. Indudablemente,

la

to a partir de la fragmentación

y

la detención.

y

Es

el

movimien-

una sucesión

que debe borrar para constituirse como discurso sobre movimiento. Saer saca provecho de esa tensión que está en el

modelo de

el

la

la repre-

sentación cinematográfica sino que aprovecha sus técnicas de registro

como

estrategia de

producción

frente al espejo, estoy poseído de

un alma

verbal México, Siglo xxi, 1985, p. 37).

literaria.

rudimentos mismos del dispo-

los cronofotógrafos del siglo xix.

Según una definición posible, "la cronofotografía científica es la

las sucesivas posiciones

medición temporal de

de

un ser vivo

en desplazamiento. La tarea del investigador es hallar la geometría del

movimiento

movimiento con

así el

como su

espacio

y

dinámica, es decir, la relación el

tiempo"

Los experimentos

de Etienne-Jules Marey o de Eadweard Muybridge constituyen el

primer cuestionamiento de los datos que entregan los sen-

tidos,

se

justamente a través del análisis de los sentidos: lo que

ve no es exactamente lo que se

ve.^^

Los cronofotógrafos

y con distintos métodos un problema (vinculado con la discusión en lo de Washington Noriega) hasta entonces irresoluble para los estudios de locomoción en seres

estudiaron por separado

vivos.

En

palabras de Marey: "Difícilmente exista alguna

rama

aparición de la cronofotografía, los pintores habían representa-

que permite percibir la fluidez del mosostiene la imagen fflmica y eso, a su vez,

no adopta

de

del

la

las películas; es decir:

estilístico

obstáculo que

es lo

base de

protocinema de

ejemplo

imá-

las

mayor paradoja

cine es que permite representar la continuidad

vimiento: en eso se

sitivo: el

al

de la mecánica animal que haya merecido más atención y provocado mayor controversia que el andar del caballo". Hasta la

En lugar de descansar sobre la construida fluidez de

genes fílmicas, utiliza lo cinemático

de imágenes estáticas

los filmes doininantes sino a los

del

procedimientos cinematográficos ocu-

sólo aprovecha el cine

cristalizados, sino que,

evidente que su utilización no remite

crítica: es

de representación que no refleja o reproduce

de detención y de fragmende captura de la imagen, entonces resulta

es la instancia

como modo

tación

79

Puesto que lo

ajena" (Estética de la creación

Thierry Pozzo, "Chronophotography: A Modern Aproach to Human Movement", en aaw, Marey/Muybridge: pionniers du cinéma (Rencontre Beaune / Stanford. Actas del coloquio del 19 de mayo de 1995, en Beaune), Conseil Regional de Bourgogne, 1996, p. 129. (Todas las traducciones de citas cuyas referencias se encuentran en otras lenguas me pertenecen.) Habría que incluir las operaciones de los cronofotógrafos dentro del marco epistemológico circunscripto por Nietzsche, Marx y Freud, a quienes Paul Ricoeur definió como "maestros de la sospecha" (Freud: una interpretación de la cultura, Madrid, Siglo xxi, 1984) y Michel Foucault como "fundadores de la hermenéutica moderna" (Nietzsche, Freud, Marx, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 1995). Eduardo Grüner ha trabajado sobre la definición del paradigma de la modernidad a partir de estos autores en El sitio de la mirada. Secretos de la imagen y silencios del arte (Buenos Aires, Norma, 2001), en especial la segunda parte, "El cine, o la imagen en movimiento de los tiempos modernos"

do

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

EL SILENCIO Y SUS BORDES

80

el

galope del caballo según lo que se denominó flyinggallop

elevándose del suelo con las cuatro patas exten-

o venire a

didas, las delanteras hacia el frente, las posteriores hacia atrás.

Pero las secuencias fotográficas de Muybridge demostraron de

manera contundente que, si bien el caballo levanta los cuatro cascos del suelo, eso no ocurre en la fase de extensión del galope sino en la fase de contracción,

cuando

retrae las patas bajo

su vientre.^^

referir el

científica

movimiento no

al instante cualquiera.

miento, ya no será a (poses), tes).

sino

Aun

consistió

ya a instantes privilegiados sino si

se

ha de recomponer

el

movi-

partir de elementos formales trascendentes

a partir de elementos materiales inmanentes

En lugar de hacer una

se efectúa



moderna -escribe Deleuze-

un análisis

síntesis inteligible del

lo

que Deleuze denomina imagen-movimiento).^^ fümes no son imágenes en movimiento sino

imágenes del movimiento que se suceden unas a otras y que, por un efecto de la óptica (ya que el ojo sutura los espacios entre ellas),

produce la üusión de una continuidad allí donde sólo hay

instantes fijos

y discontinuos. El cine

necesitó olvidar esa proce-

dencia para construir una representación aceptable del tiempo del movimiento; pero lo

que Marey y Muybridge descubrie-

ron es que sólo se puede representar la fluidez y el transcurrir a partir de la detención y el intervalo. Es decir, la continuidad no

puede capturarse sino descomposición que de poses

arbitraria

artificialmente: su registro implica

en una sucesión más o menos

la convierte

fijas.

muchos cine- no es

artistas

modernos -tan marcados por

el

signo del

tanto la üusión del movimiento sino su manipulación

sensible de éste.^^

una

Resulta interesante constatar que lo que seduce a

(cor-

movimiento,

móvü,

Pero, entonces, los

y

La revolución

en

corte

81

y su de-

construcción. Es decir: la experimentación sobre el efecto ciné-

de Marey y las instantáneas equidistantes de Muybridge era que no podían re-

tico

una serie de momentos privilegiados: tomadas aisladamente, cada una de esas imágenes en que se descomponía un desplazamiento no actualizaba ninguna esencia, ninguna forma

Vuülard o Andy Warhol, resulta evidente

El

problema que suscitaron

las cronofotografías

mitirse a

trascendente. Lo

que permitió

el

surgimiento del dispositivo

nematográfico no fue otra cosa que la reconstrucción del vimiento a partir de esos inmóvil

al

que

ci-

mo-

momentos cualesquiera (no un corte un movimiento abstracto, sino un

se le añadiría

producido por

la cronofotografía.

y Marcel Duchamp hasta los las investigaciones

ya no es dad: se

un

Desde Kazimir Malevich

futuristas, Francis la

Bacon, Édouard

huella dejada por

de Muybridge y de Marey.

El

movimiento

dato informe, intangible e inapresable de la

ha hecho legible

legibüidad. Pero por eso

reali-

o, más bien, ha puesto en evidencia su mismo (puesto que entre tanto ha ocu-

rrido irreversiblemente el cine),

un prmiitivismo ingenuo,

tampoco

se trata

de practicar

sino de recuperar el valor subversivo

Los párrafos precedentes, a propósito de Muybridge y Marey, dieron

amplia bibliografía sobre los cronofotógrafos, remito a dos textos fundamentales: Marta Braun, Picturing Time: The Work of Etienne-Jules Marey (1830-1904), Chicago, The University of Chicago Press, 1992; y Rebecca Solnit, River of Shadows. Eadweard Muybridge and the Technological Wild West, Nueva York, Penguin, 2003. Gilíes Deleuze, La imagen-movimiento. Estudios sobre cine 1, Barcelo-

origen

na, Paidós, 1984, p.

bridge,

^7

De

la

17.

tal,

al libro

Buenos

Una juguetería filosófica. Cine, 2009, donde he

Aires, Manantial,

estas ideas sobre la deconstrucción del

Charney y Vanessa Schwartz Life,

(eds.).

cronofotografía

y

arte digi-

desarrollado extensamente

movimiento. Véanse, también, Leo

Cinema and

Berkeley, University of California Press, 1995;

the Invention

of Modem

y Mary Ann Doane, The

Emergence of Cinematic Time. Modemity, Contingency, the Archive, CamHarvard University Press, 2002.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

82

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

83

de una técnica arcaica para aplicarlo a un discurso sobre los

modos de

representación. La negatividad de ese

sentido adomiano, es lo que interesa para pensar la literatura

el

de

Saer. Así entendida, la

Escritor

momento, en

noción de negatividad no supone un

mero movimiento hacia el opuesto como parte de un proceso mayor hacia una síntesis inequívoca. Dice Adorno sobre su

que produce

en

el siglo del cine,

intrínsecas del

Saer trabaja sobre

el

efecto

desagregación, no tanto sobre las propiedades

la

movimiento sino como desmontaje de un pa-

radigma de representación. "La mayor"

es,

en

un

este punto,

texto clave:

dialéctica negativa:

Y La dialéctica

como procedimiento

significa

ella.

es conciliable

todo: ¿por qué?,

Siendo contradicción en la realidad

también contradicción a

es

no

la realidad.

si

diésemos llamar

Pero dicha dialéctica

con Hegel. Su movimiento no tiende a

un

decir, lo

que pudiésemos

llamar, por decir

un sentido, o sea un corte, arbitrario, irrisorio, en la gran mancha que se mueve, ¿cómo? ¿dónde? ¿cuándo? y sobre

pensar en contra-

dicciones a causa de la contradicción experimentada en la

cosa y en contra de

hubiese, es

si

así,

decir el fin

la

o,

hubiese, entre dos puntos, el principio,

otro al que

respectivamente,

la

uno le

causa y

al

que pu-

pudiésemos el efecto, se

identidad en la diferencia de cada objeto con su concepto,

podría decir que, sin haber recibido ningún llamado, sin nin-

más bien desconfía de

guna finalidad,

lo idéntico.

Su lógica es

la del

desmo-

ronamiento.20

puerta,

Del movimiento

como

cronofotográfica, lo tica del cine sino

paso, del principio al

a la terraza gélida, atravieso,

le interesa

así,

a Saer no es la fluidez sinté-

su contradicción. Cada

sin

luz,

momento se afirma en

tenuemente,

el

humo

pueda

esa paradoja que se hallaba

sobre todo, por qué (pp. 25 y 26).

la

base de los ensayos cronofo-

tográficos (que el cine enseguida se artistas

Marey y para Muybridge-

decir:

el

no

que

describir la percepción es sospechar

por llamarlo

a la habitación cuya

que nadie, pero nadie,

verdaderamente cómo, ni dónde, ni cuándo,

ni,

El

narrador se interroga por

¿es posible determinar

el

sentido de esos movimientos:

alguna dirección?; pero también, ¿es

posible capturar en ellos algún significado? Lo que lo obse-

efecto cinético producido por las cronofotografías. Es

siona hasta la parodia es la búsqueda de alguna finalidad

y,

intentar trasladar el efecto del cine

se halla

en tanto modo de

mecanismo cronofotográ-

en su base para ejercer una violencia en

el

Theodor Adorno, Dialéctica

negativa, Madrid,

en

los actos,

alguna conexión que lleve de uno a

otro,

que

revele alguna estructura subyacente a esa realidad informe

en

la

que se mueve como hundiéndose en

el

lodo. Obediente

a este mandato, inmoviliza y aísla uno tras otro diferentes detalles de ese flujo, los estudia bajo el microscopio de su

interior del discurso literario.

20

la

los

-igual que para

por eso, su escritura aprovecha

representación, sino apropiarse del fico

él

hueco de

crítica-

de lo que se percibe

mente

ocupó de ocultar y que

de vanguardia han rescatado). Para

fría,

vela, sin

su no identidad respecto del otro. Los textos de Saer exploran

en

dice, el

fin al principio, del efecto,

a la causa, de la terraza oscura,

decir

del cuarto iluminado

que haya intervenido ningún llamado tampoco,

ningún llamado, del

dato de la realidad a su descomposición

que

y,

fin,

como quien

Taums, 1992,

p.

148.

percepción para obligarlos a entregarle toda su interioridad, invisible a simple vista. Pero, finalmente,

no obtiene nada

EL SILENCIO Y SUS BORDES

84

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

porque, presionadas por su manía entomológica, las cosas se

gris: ¿las

ven desmenuzadas una y otra vez hasta desintegrarse y

quedar reducidas a

que

más

la insignificancia

movimiento y

lo cristalizaba

Y eso

es,

o pareciera

ser,

de todo

el resto,

todo

18yl9).

(pp.

absoluta. Mientras

mirada cronofotográfica de Muybridge lograba

la

balas?

85

como imagen

fijar el

nítida (plena de

sentido) sobre el papel, la percepción del narrador saeriano las mismas estrategias- ya no obtiene En cuanto se pone a observar con atenlámina de Van Gogh colgada sobre la pared, la duda

Pero,

en

rigor, esas

rácter de

imágenes que son retraducidas a su

manchas informes y

sin sentido (es decir,

recuperado su opacidad) no hacen más que repetir

un

ca-

que han

lo

que su-

-aunque opera con

cede cada vez que

resultados similares.

describir sus acciones o pretende abarcar con su mirada

ción la

mundo

se instala

en

el

medio:

el

narrador se acerca a

no

es, aquí,

un instrumento de

el

Campo, ¿pero es verdaderamente

tura sino una operación que testimonia cómo

es

verdaderamente

bala

trigo?,

deramente, preguntarse

de

los

un campo?, de trigo, ¿pero cuervos, y uno podría, verda-

son verdaderamente cuervos. Son,

si

más

bien, manchas, confusas, azules, amarillas, verdes, ne-

gras,

manchas, más confusas a medida que uno va aproxi-

así,

porque de otra manera no se

que no forma

Y lo mismo

parte, del todo:

un límite

sucede cuando interroga

sabría,

y se escapa irremediablemente. Lo que queda es sólo un documento sobre la inviabilidad de repetir ese gesto preciso del cientificismo decimonónico.

A la paradoja de

los cronofo-

aparecidas

desandar. La poética de Saer dramatiza esa imposibilidad. Es

es,

cine rápidamente

tógrafos le aguardaba propiciaría.

lo

el diario:

que afirma, en

Cicatrices, el

obrero metalúrgico Luis Fiore

antes de saltar por la ventana del juzgado: "Los pedazos Borrosas, las dos fotografías, sesenta

no

y dos mil veces, ubicuas,

No muestran nada. Unas manchas grises, blancas, que parecieran ser, un escri-

pueden

son, sin embargo, nada.

confusas, negras, torio,

red,

una

en

la

silla detrás,

una

mancha oscura

pared,

oscura, del cuerpo, encogido,

mancha oscura

del cabello,

la cara: el perfil,

con

la

y

entre el escritorio

del suelo, la

boca

boca

la pa-

y mancha, un poco más

se

juntar".^^

Se podría hablar aquí de tido

no

un

desarraigo dialéctico en el sen-

moderno que le da Benjarnin, como una forma de descom-

posición que muestra la tensión subyacente a cada instante.

En una

carta a Scholem, cita largamente

un

pasaje del físico

abajo, dejando ver, bajo la

una manchita abierta.

gunda, una mancha blanca:

cap-

objeto res-

o

que no

jus-

(p. 14).

las fotografías

el

una solución que el En los textos de Saer, en cambio, no subsiste ninguna promesa de síntesis futura: el desmontaje que impone la mirada no se recompone porque no hay reconstrucción posible. Se ha retrocedido por un camino que ya no se puede

mándose, manchas, una mancha, imprecisa, que se llama, tamente,

el

circundante. Aisladas, inmovilizadas y vistas de cerca las cosas son sólo manchas. A mayor acercamiento, mayor confusión. La descripción

en

objeto o intenta

Y

gris, irregular,

después, abajo, la se-

la pared.

Y

sobre

la

mancha

blanca, cuatro, ¿o cinco?, manchitas oscuras, entre negro

y

Juan José Saer, Cicatrices, Buenos Aires, Seix Barral, 1994, p. 81. Sobre este punto, véase el exhaustivo libro de Julio Premat, La dicha de Saturno. Escritura y melancolia en la obra de Juan José Saer, Rosario, Beatriz Viterbo, 2002, en especial la segunda parte: "Una escritura melancólica".

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

87

EL SILENCIO Y SUS BORDES

86

particularidad de estar constituida por

Eddington, que a Benjamín

le

recuerda a Kafka aunque bien

el

umbral de

tación. Se trata

la

puerta con

la

idea de entrar a

la

del Sol a

mi habi-

atmósfera que presiona sobre cada centí-

metro cuadrado de mi cuerpo con un peso de

1

kg.

Luego

de aterrizar sobre una tabla que vuela alrededor

tratar

una velocidad de 30

km por segundo; una fracción de

segundo de demora, y la tabla estará a millas de distancia. Y hay que realizar esta proeza en el momento mismo en que estoy suspendido de

un

afuera,

sumergido en

sopla a

no

cuerpo el ojo

[...]

se sabe

planeta esférico, con

el

espacio y con

un

qué velocidad por todos

Es cierto, a

un

de una aguja que a

camello

le resulta

un físico

el

cabeza hacia

la

viento de éter que los

más

poros de mi

fácil

pasar por

umbral de su puerta .22

Saer trabaja sobre la exasperación de esa tensión compleja que circula por debajo de las acciones

en apariencia más simples,

ensanchándolas hasta volverlas imposibles. En ese borde, de un lado queda la Eteratura y del otro está la locura. En efecto, atrael

umbral de esa

territorio

de

la psicosis.

escritura exasperada es resbalar hacia el

En este

sentido, Las nubes (1997) aparece

como un texto emblemático porque el tema de esa escritura mael viaje de un joven psiquiatra guiando a un grupo de locos. Mientras que el mayor de los hermanos Verde níaca es literalmente

pasaba todo

el

tiempo de un

sación demasiado

silencio dubitativo a una convervehemente y animada, que tenía la extraña

22 Walter Benjamín, carta a G. Scholem del 12 de junio de 1938, citada en Georges Didi-Huberman, Lo que vemos, lo que nos mira, Buenos Aires,

Manantial, 1997,

p. 167.

estuviera manteniendo con su interlocutor

si

una

ver-

dadera conversación,^^

hermano menor,

a su

Verdecito, lo aquejaba la irritante ten-

dencia a hacerse repetir varias veces las frases que le dirigían así

como

el

impulso de producir "una interrninable sucesión

de ruidos bucales que entrecortaban sus frases y sobre todo llenaban los silencios entre ellas" locos -le

ha dicho

el

154). El

(p.

doctor Weiss

al

problema con

los

doctor Real- es que son

cansadores. La escritura de Saer bordea siempre ese extremo peligroso

más

allá del cual

espera la extenuación de cualquier

lenguaje. Los locos de Las nubes ese discurso

que

el

que

los describe.

médico descubre

del joven

vesar

re-

de una empresa complicada. En primer lugar,

debo luchar contra

debo

que

dola con las expresiones faciales

como Estoy en

sola frase,

cambiando de entonación y acompañány los ademanes más diversos,

petía todo el tiempo

podría formar parte de "La mayor":

una

es

no son más que

Y por

que

los extraños gestos

mostraba a sus discípulos

miento"

reverso de

de

la

(p.

manera en que Zenón

las

el

cuatro etapas del conoci-

169).24

El sinsentido, entonces, es el revés del sentido,

cesariamente su opuesto: se cae en

que se abre en

el

él

como

si

pero no ne-

fuera

un abismo

funcionamiento paroxístico del lenguaje. "La

mayor" bordea constantemente ese despeñadero. Todo vimiento del texto se orienta a la búsqueda de

23

mano

Prudencio Parra replican en forma grotesca "esa pá-

gina en la que Cicerón describe la estoico

el

eso, significativamente, lo

Juan José

Saer,

Las nubes, Buenos

moun sentido, un el

Aires, Seix Barral, 1997, p. 151 (en

con el número de página a continuación de cada cita). 2^ El registro de la literatura y la locura en esta novela está trabajado en Hugo Vezzetti, "La nave de los locos de Juan José Saer", y en Beatriz Sarlo, "Aventuras de un médico filósofo. Sobre Las nubes de Juan José Saer", amadelante, las referencias a este libro se indican

bos en Punto de

Vista,

núm.

59, diciembre de 1997.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

88

llamado,

un mensaje, una teleología;

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

pero, finalmente, lo único hilar

que consigue es proliferar incesantemente en

series

son a la vez materialmente inabordables e infinitamente desin-

de

luz, puntos, vetas

y grietas de

ria,

al costo de la dispersión. Las palabras se conec-

avanzando

tan según

un

ritmo entrecortado. Es que

desmesuradamente paradójicamente

las partes

como

de

la frase

y como

hiato

lo real"

puntos de interrupción y de sutura per por completo la organicidad de

al

las

esa indagación se convierte en

sinalefa, es decir,

mismo tiempo.

la frase,

de todos

el sujeto

oscuridad de definir

alguna nitidez a su alrededor.

está,

se quisiera,

más

bien,

y

tientas debido a la

en

ese, parecería, sin

lo

A tal punto, que esa vaci-

reduce a una serie intermi-

ces, afirmar,

en

Normalmente,

de ningún

sí,

la

cadencia de

la

sí,

¿o debiese?,

al atravesar,

pausa,

una

modos, en

una continuidad. Es un amorti-

guador que habilita y atenúa las modificaciones tonales: absorbe el cambio de velocidad y reenvía el discurso hacia adelante Saer,

como

otras ve-

en

el

que

donde hubiese debido, o de-

sí,

o no, mejor, hubiese debido, decía,

aunque habiendo permanecido hubiese, de todos

cierto sentido,

continuado en

él, el

hueco, con

en cambio, hace un uso exce-

que debiese, o hubiese debido,

un sí,

hubiese debido, en lugar de, inesperadamente, decía, y tal vez, también, de un modo, por llamarlo de algún modo, imperceptible, aumentar, al estar

parado en

que hubiese debido,

la oscuridad, frente

decía, al atravesar,

a la luna gélida, re-

donda, blanca, a los techos, confusos, alrededor, a los patios,

sivo de ese recurso prosódico:

en sus oraciones siempre pare-

haber comas de más. La oración sigue fluyendo hacia un

sentido, pero ahora, sometida a

un insistente

modo tal que

flotando,

errabundeando ¿hacia adónde?, dando

dad, improbable, por otra parte, a

un cambio de

la posibili-

estado, ligera-

fraccionamiento,

debe abrirse paso a través de innumerables meandros, enmarañada y trabajosamente. De

querer,

inflexión

oración que permite pivotear, conectando

sus diferentes partes dentro de

cería

realidad, difí-

alteración del orden sintáctico

coma imprime una

con una nueva intensidad.

en

precisar, es, entonces,

o no, hubiese debido, mejor, hubiese

estruendo frágil, inaudible,

en

modo

lento, estragado, ciego, se deriva,

enunciados una entonación singular. la

sería,

ese, continuo, curvo, tal vez, flujo,

biese, mejor, debiese,

debido,

una profusión de comas y una los

aunque

en un momento dado,

nable de rodeos. El rasgo distintivo de la frase, en "La mayor", es

que confieren a

desintegración

imposible precisar contornos o

la casa, resulta

lación contamina su discurso

o

percibe. Para ese narrador

momentos, avanza literalmente a

la

insalvable cil, si

que, por

Sin rom-

modos

en "La mayor",

una incertidumbre

mismo que

la

como

y convierten el orden sintáctico en una estructura dubitativa, tambaleante, inestable.

Es, pareciera,

volcada sobre

comas escanden

y terminan actuando

empujan permanentemente hasta el borde de Las tinieblas de la percepción

Percibir es, ante todo, interrogar al entorno; pero

manera preca-

sólo conserva su función de

de frag-

mentos inconexos y dispersos. Como escribe Sarlo a propósito de la forma de la percepción en Nadie nada nunca: "las cosas

tegrables, reflejos

un continuo

89

aquello que debería

mente, o gradualmente, incluso, en adentro, disminuir

las mejillas,

o

atrás, mejor,

(p. 29).

Esta larga cita de "La mayor" condensa el funcionamiento pa25

Beatriz Sarlo, "Narrar la percepción" op.

cit, p. 37.

roxístico

de

la frase saeriana.

Las comas no dinamizan sino que

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

están puestas para ensuciar

en general, nera,

no

la

el flujo

discursivo (es evidente que,

oración podría haberse construido de otra ma-

según una organización más

clara

y

los

muestra

la

términos en

la

intercalaciones. Puesto

comas que

tiro-

oración principal, sino que también

forma en que se distribuyen

que

la

coma

es

las

subordinaciones o

una pausa y un punto

de enlace, Saer aprovecha esa instancia de suspensión para intercalar aposiciones

o sumar proposiciones.

es de infinita subdivisión: al llegar a

A

una pausa,

veces

el

efecto

abre

la frase se

para incorporar una digresión que, a su vez, se abre a una nue-

va digresión, y ésta a

incansablemente, antes de volver a

secuencia principal para continuar en la dirección anunciada

al inicio.

(Hasta tal extremo que, incluso, la acotación puede

incorporar

u

otra,

otra

una disquisición sobre la pertinencia de

utilizar

una

forma verbal: ¿"hubiese debido" o "debiese"?) Otras ve-

no cesa de añadir nuevos motivos en un asíndenton inagotable que amenaza con diferir permanentemente la resolución y clausura de la oración.26 Si estas estrategias poseen una alta productividad ces el efecto es de infinita agregación: el discurso

literaria es

porque,

allí

donde

el

bo y conserva de esas dislocaciones un efecto de estancamiento sobre la frase que, cansina, se demora y se alarga antes de llegar a

transparente), Pero

sólo ilustra sobre la cantidad inusitada de

nean de

la

91

EL SILENCIO Y SUS BORDES

90

enunciado parece disgregarse

o volverse inacabable, Saer recupera inesperadamente

el

rum-

A todo

de un mismo texto o imponiendo una derivación en un nuevo Siempre es una frase que se demora para llegar al punto, o un relato que vuelve sobre lo mismo, acumula versiones, incorpora puntos de vista y continúa narrándose en la repetición, o el conjunto de una obra literaria que agrega en cada novela nuevas capas o profundiza un intersticio de una novela anterior para ensanchar esa gran comedia humana, agregarle capítulos y mantenerla abierta, en suspenso, como un folletín.

eso se

la alteración

no

es sólo

en

el

suma un orden

particular

uso del hipérbaton y de que esto produce

sintáctico. El efecto

un aplazamiento en

organización del enunciado

la

que tiende a matizar su sentido. Precedidos por una

sino

se-

de modificadores y accidentes, los motivos pierden solidez. Revelan una fragilidad inesperada. Las consecuencias pueden rie

apreciarse

en la repetida aplicación de ese recurso

"lugar" Así describe el narrador su entorno:

en otro lugar: es siempre ahora, los libros

amontonados, y

los cuervos, lugar.

con

la taza vacía

oscuras, las líneas de

cia,

los papeles,

y

O

sustantivo

"No estoy tampoco

frío,

iluminado, con

Campo de

el

y las manos cruzadas sobre

el

el

trigo

de

mismo,

paranatellon,

en círculo y alen algún punto, con sus manzanas

(p. 12).

rededor, la ciudad: otro,

blico,

mismo,

el

al

Estoy estando siempre, ahora, en

sobre la mesa, lugar"

punto de

bien: "Y toda

las

lámparas del alumbrado pú-

sus patios arbolados, sus ruidos súbitos, en permanen-

o cambiando, quizá, confuso, silencioso, lugar"

(p.

26).

La

noción de lugar es modificada por tantas atribuciones y tantas acotaciones que, finalmente, pierde su inmovilidad sustantiva

y

se transforma

incierto

Lo notable del procedimiento es que Saer no sólo trabaja así las frases, sino que también lo extiende al desarrollo de sus relatos e, incluso, al diseño global de su obra: constantemente intercala, es decir, reabre las situaciones (dentro de un texto y de un texto a otro) para extraer de allí un nuevo relato o bien posterga, es decir, agrega, expande, prolonga, una situación ya narrada para llevarla más allá (incorporando un nuevo punto de

un punto.

en otra cosa: ya no un anclaje sino un puerto

y transitorio. ¿Pero cómo

El discurso suele

como

si

en

el

es posible

un lugar inestable?

poner en cuestión aquello mismo que afirma;

mismo

gesto de

fijar

un sentido se confesara la un narrador que dice y se

imposibilidad de hacerlo. Se trata de desdice porque, literalmente,

no sabe dónde

está parado:

vista dentro texto).

Ahora estoy parado imnóvil, de espaldas a la terraza, bajo

la luz

envuelta en humo, de frente a la pared amarilla, en algún punto

de

la habitación, entre el sillón

la habitación.

Entre

el sillón.

y

la puerta.

En algún punto. De

Y la puerta. En algún punto

de

la

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

EL SILENCIO Y SUS BORDES

92

habitación. Entre el sillón

algún punto de

y la

la

y

la puerta.

¿En algún punto? ¿En

la habitación? ¿Entre el sillón? ¿Entre el sillón

puerta? ¿En algún punto de la habitación entre

puerta?

(p.

el sillón

y

mirada del cientificismo decimonónico

la

acá

un investigador).

dominado por su La misma duda sobre

la identidad

Caray en "A medio borrar" si

(el

de

las

cosas hostiga a Pichón

otro relato incluido

realmente escuchó

temente en Saer; son frecuentes

las

en La mayor),

las explosiones

antes afirmó haber escuchado. El lenguaje

que

duda permanen-

modalizaciones, los con-

dicionales, las afirmaciones dubitativas, el recurso a matices

como ser": se,

"¿no es cierto?" o "por así decir" o "se supone que debería

son muletillas o preguntas retóricas incorporadas a

que minan desde adentío

el

la fra-

valor afirmativo de cualquier

enunciado. Alguien circula a ciegas por una casa a oscuras y su discurso deja constancia de esos tanteos. Incertidumbre de la

percepción que se vuelca sobre

capturado en falta

el

mismo que percibe: no se acomodan a la

sujeto

la oscuridad, sus sentidos

como

(allá

un fenómeno,

de "La mayor" en cambio, es si

perdiera

el

control

y fuera

de resonancia de su obser-

relato; él es la caja

racterística

y la desarrolla. Ese extravío de sí es una caque puede rastrearse en otros textos de Saer y que

funciona

como un núcleo sobre el cual se construye su poética. un momento clave, aparentemente inmotivado, en

Suele haber el

que

los personajes

naufragan y pierden para siempre los pa-

rámetros que les permitían orientarse en

nada nunca, en

el

el

bañero, ex

campeón provincial de permanencia

agua, recuerda ese inexplicable

de setenta y

horas flotando,

seis

poco somnoliento por del resto del

el

mundo. En Nadie

el

el

momento en

amanecer

vaivén del

mundo, hipnotizado por un

cielo

ya despuntaba. De pronto, en un instante que

puede

lo encontró,

abstraído

río,

que, luego

el

un

y separado

donde

el sol

recuerdo no

precisar,

de luz sino que se hunden en lo indefinido.

"Me llamo Pichón forma en que

podridos,

el

Gara/'. Pero luego de describir

a su alrededor la superficie del agua se transformó en una se-

brevemente

rie

pasado (esa atmósfera de "recuerdos medio

medio renacidos, medio muertos") asedia su presen-

entre

se ve obligado a corregir:

tográficos se sostenían sobre la certidumbre de

una

de puntos luminosos, de número indefinido y quizás infimuy próximos unos de otros pero que no se tocaban

nito,

"Me llamo, digo. Pichón Garay. Es un decir" El pasado arrima una dimensión zombie, fronteriza entre lo vital y lo inerte, que pone todo a temblar. Como si a medida que se desarrolla, la vida no hiciera otra cosa que acumular tejidos necrosados. De manera que incluso aquello que indudablemente es queda contaminado de inexistencia. Decir el propio nombre es sólo un decir. Los experimentos cronofo-

te,

El narrador

vación, la prolonga

Pichón Garay comienza por afirmar, con aparente certeza:

la

requisito indispensable para sostener

invadido por lo que narra,

26).

cuando se pregunta

un

incontaroinada, era

93



como

lo

probaba

el

hecho de que a pesar de sus con-

tinuas titilaaones podía verse entre gra, delgadísima.

uno y

todo

en

que ya no era posible distinguir

la

una

línea ne-

Hasta donde su vista pudiera alcanzar, es

decir,

el

otro

horizonte visible, la superficie que lo rodeaba, el

agua de

las orillas,

parecía haberse pulverizado y la infinitud de partículas que se

sacudían ante sus ojos no poseían entre sión (pp. 129

y

ellas la

menor cohe-

130).

distinción

escrupulosa entre la entidad del observador y la del fenómeno observado: la exterioridad del investigador, su preservación

El

bañero demoró meses en recuperar

pero en cierto

modo nunca logró

el

sentido de la realidad,

reponerse completamente de

EL SILENCIO

94

Y SUS BORDES CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

en que su mundo

esa curiosa experiencia

mundo)

cuando

nubes,

to

en

se desintegró para siempre.

mismo con

la desértica

llanura pampeana.

De

si

un momen-

pronto, sin que medie

el silencio, la

hombre descubre que su percepción de ha modificado, como

el

Algo similar sucede en Las

doctor Real es abandonado por

el

ninguna otra causa más que

se

(y él



paz o la soledad,

recurrir a

documentos, no hay menos ficción en

otras novelas del autor.

de La mayor, se

me

me

éramos otros

y,

en mi fuero

la periferia.

interno,

talmente los mismos a partir de ese

Me

di

lo superfino,

hecho de agua,

alrededor,

meante, no

"Yo

y que

me llamo"

les

el paisaje

con su

ojos,

eran

extraño que se extendía

pastos, horizonte, cielo azul, sol lla-

estaba destinado (pp. 184 y 185).

"yo soy", "yo pienso", "yo percibo" son afirmacio-

una unidad ontológica. Y así como el sujeto ha perdido su fundamento cognoscitivo, el mundo ha dejado de ser cognoscible porque no hay posibilidad de hipotetizar sobre una totalidad. Se trata siempre de una inadecuación, una impertinencia, una extrañeza incurable. De la misma el

narrador de "La mayor" asiste

al

espectáculo disgre-

gado de su percepción. En cuanto intenta conservar

la huella

un gesto

o de una sensación y en cuanto pretende recuperar lo que parecería ser un recuerdo que se insinúa

inmediata de

desde

la

profundidad de

mentos que

le

la

son extraños.

memoria, sólo logra capturar moEl

ción. Esta actitud se advierte

pasado es siempre una gran

un error

considerar

como

la historia

"novelas históricas"

argumentos

memoria no reina sobre

lo

más bien su

servidora. Nuestros recuerdos

el re-

no

son,

pretenden los empiristas, pura ilusión: pero un ellos,

es-

constante y continuo

y más poderoso que nuestro esfuerzo por vida como una narración (pp. 138 y 139).^^

construir nuestra

Una vez que han acumulan en tos

y se

la

pierden.

tenido lugar, los instantes no se fijan ni se

experiencia sino que se desatan,

A medida que

el

hombre

quedan

suel-

circula entre la coci-

na y su habitación, descubre que el mundo no se vuelve más preciso, sino que tiende a adormecerse, a anegarse en las tinieblas de su percepción, a diluirse en una nada indiferenciada; es decir,

termina por corroborar lo que de algún

desde

el

comienzo: "Otros,

modo ya

ellos, antes, podían".

sabía

Ya no es posi-

conexión alguna. Eso es un patrimonio ajeno y ha quedado en otro tiempo. ble establecer

En otro de

los

argumentos de La mayor, "En la costa reseca",

Tomatis y Barco se confabulan solemnemente para dejar un mensaje en una botella y enterrarlo en la costa para que sea hallado por las generaciones futuras. Tras discutir largamente el

contenido del texto, convienen en que

justamente mensaje y eso

es,

en

el

efecto, lo

mensaje debe decir único que escriben

fic-

con claridad en aquellas novelas

de Saer en que la literatura abreva en

los

lee:

cándalo ontológico nos separa de

ser to-

nes que ya no garantizan

manera,

uno de

las

cuenta de que,

en ese mundo nuevo que estaba naciendo ante mis mis ojos

como

mundo y El mundo y yo

nunca volvimos a día.

"Recuerdos",

Voluntaria o involuntaria, la

había sacado del centro del

había expelido, sin violencia, a

aparente

el

cuerdo: es

calma impenetrable,

En

mismo y del entorno

caballo,

el

verismo de El entenado o de Las nubes que en cualquiera de

hubiera ingresado a otra dimensión:

Todo había cambiado en un segundo y mi

95

pero que sería

Aunque puedan

27 Sobre la relación entre literatura e historia en Saer, véanse Florencia Garramuño, Genealogías culturales. Argentina, Brasil y Uruguay en la novela contemporánea (1981-1991), Rosario, Beatriz Viterbo, 1997, en especial el cap. iv: "Usos y abusos del pasado"; y Martín Kohan, "Historia y literatura: la verdad de la narración" en Elsa Drucaroff (dir.), op. cit

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

EL SILENCIO Y SUS BORDES

96

sobre

una hoja de

papel. Introducen el mensaje

en una botella

canoa, desy derriten lacre sobre su pico. Luego toman una Echado en costa. cienden en una isla y entierran su carga en la

su el

cama una vez cumplida

Tomatis reflexiona sobre

destino del mensaje: tal vez quienes lo encuentren ya

hablarán la

la misión,

el

mismo

idioma; o

tal

vez será

palabra mensaje habrá adquirido

cluso opuesto al

que

un

el

no

el

cia

siguiente

dos

media un abismo insalvable que

orillas distantes e

aguas del Leteo:

un en

incomunicadas.

Como

fueran

si

las

tiempo que un fósforo tarda en encender

y consumirse en

cigarrillo

un

el

los arroja ha-

la

mano

objeto amnésico, olvidado de

basta para convertirlo

sí:

mismo idioma pero

sentido diferente e in-

han querido darle; o tal vez nadie lo raza de los hombres se extinga, dejando

ellos

encuentre nunca y la la botella olvidada en

y

97

Queda, entre los dedos de

medio centímetro, con

la

de madera: ¿hubo alguna

un

un planeta vacío:

la

mano

izquierda,

no más

punta negra, mudo,

el

largo de

pedacito

vez, otra cosa, entre los dedos,

pedacito de madera, ínfimo, no

más

largo de

medio

que

centí-

metro, con la punta negra?; ¿hubo, en el aire, moviéndose, Pero, finalmente, antes de dormirse, Tomatis consideró

que

aun cuando hombres capaces de comprenderlo encontrasen el mensaje, ellos. Barco y Tomatis, no estarían en él, así como no estaban tampoco

las orillas

que cabrilleaban,

los sacudo-

nes lentos de la canoa a cada golpe firme del remo,

minado que divisaron desde

el

el

bar

una llama?

viva, anaranjada, brillante, entre los dedos, rrillo

humea, consumiéndose, en

guna vez,

el

cenicero.

Y

si

entre los dedos, brillante, en el aire, anaranjada,

llama, fue, por decirlo

así,

¿en qué mundo?

(p.

muelle, engastado en la oscu-

Los dos momentos,

aun inmediatos, aun

tan distantes, tan extraños entre

sí,

sucesivos, resultan

que parecieran pertenecer

a universos inconmensurables. Lo que fue, ya sabe,

las

palabras sobre el papel inevita-

blemente traicionan la intención que las ha convocado; pero

además advierte que

el

instante al que ese mensaje pertene-

ce es intransferible e irrecuperable.

En

el futuro,

una

ilu-

y el olor de la lluvia fría que entraba por la ventana, de a ráfagas, en ese mismo momento (p. 158).

comprende que

al-

20).

ridad azul,

Tomatis

El ciga-

hubo,

esa botella

y ningún lazo podría unirlas. El tiemno hará más que separarlas hasta volverlas

no

es,

ya no se

ya quizás no haya sido nunca.

Eso que original. El

ha desmembrado no recuperará su forma comienzo de "La mayor", tantas veces citado, con el relato

su parodia de la escena proustiana, demarca

el

espacio donde

tendrá lugar ese movimiento típico de la escritura de Saer:

lacrada será otra cosa

po transcurrido

Otros, ellos, antes, podían. Mojaban, despacio, el atardecer,

en invierno,

la galletita,

irreconocibles.

En

Saer,

esa región lejana que es la memoria, aparece

donde donde nada da frutos. No es el tiempo el que traspasa las cosas sino que son las cosas, más bien, las que surcan el océano denso y viscoso del tiempo. La

como una

"costa reseca"

descripción

pone de manifiesto un tiempo mercurial, espeso,

saturado. Ésa es la lección de "La mayor". Entre

un momento

pués, la

dejaban, durante

ción,

un momento,

la lengua,

como un

la pasta

la

en

[...]

boca, mordían y

azucarada sobre

para que subiese, desde

relente, el recuerdo

la cocina,

sopando, y subían, des-

mano, de un solo movimiento, a

punta de

en

ella,

la

de su disolu-

sabían, inmediata-

mente, al probar, que estaban llenos, dentro de algo y trayendo, dentro, algo, que habían, en otros años, porque había

EL SILENCIO Y SUS BORDES

98

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS años, dejado, fuera,

en

otra manera, por decir

el

mundo,

algo,

recuperar

así,

que

se podía, de

una u

Ellos, los otros, antes,

podían. ¿Qué podían? Podían recupe-

que habían dejado

porque

atrás

el

tiempo funcionaba

como un medio fluido que ligaba dos momentos

distantes. Bas-

taba con desandar la estela de tiempo que los constituía, para regresar

con

el trofeo

de

podían hacer eso que riana ya

la

un recuerdo. Es decir, ellos, los otros, gramática misma de la oración sae-

no puede hacer y sabe que de nada

si las

palabras

que deberían expresarlo han perdido toda relación que permi-

se lee, la frase

un sentido,

el

se le extravía, se le

como

si

lo leído,

una vez

consumen en

volátil, se

perplejidad

y

el

mismo

olvido que

que

el

ellos, los otros, antes, lo-

recuerdo es más bien una obtura-

una remembranza

muchos

esfuerzos,

una pequeña

incipiente, informe, casi sin nin-

entidad, se abre paso a través de los años

y

se anuncia

tímidamente. Ese recuerdo balbuceante se concentra en

trata

amarillo de

de

un

auténtico recuerdo

y,

en todo caso, qué evoca ese

recuerdo: "No pareciera, no, que hubiese, o que debiera haber, mejor,

común

a las dos

eso,

en "A medio

una impostura, una

falsificación,

un

sinsentido;

un trabajo

borrar".

más

in-

bien, Saer postula

constante.

Pichón Caray no logra discer-

o su hermano mellizo

el

que aparece en una

vieja

de infancia:

mangas de camisa, sonriendo a

ahí estamos, en los seis

o

siete años, el

de los dos es

el

la

cámara, a

Gato o yo, porque ya no se sabe quién

que aparece

[...]

Hay que

ber quién es uno, y en esa foto,

el

estar dentro para sa-

Gato o yo, hace una vein-

tena de años, en mangas de camisa, riendo hacia la cámara,

estamos afuera

(p.

48).

La impropiedad del recuerdo aparece objetivada ya que

el

con-

manchas

que recuerdo que recuerdo, o

la

amairillas, la

que

creo,

que recuerdo,

más

dría corresponder a

dos individuos literalmente diferentes. Esa

primera persona del plural se

persona del singular.

No

es

lee,

un

en verdad, como una tercera

plural

unido por una conjun-

ción copulativa sino disyuntiva. El desdoblamiento implica la

un co-

Van Gogh que ahora vuelve bajo la imagen de una bufanda pretérita. Aun así, no es posible discernir si se

lor, el

foto

una

se trata de

tenido personal que se evoca en la escena del pasado bien po-

ción en la memoria. Luego de

guna

y,

memo-

al

graban recupercir fácilmente.

En Saer, en "La mayor",

en

finalmente, sólo pudiera aprehenderse

sentido de lo real es

Por

misma

narrador experimenta

el

el

No

nir si es él

leído, se borrase sin dejar rastros. Al

intentar convocar ese recuerdo

evocación,

que

la lectura;

enfrentarse al enunciado, la lectura reacciona con la

se desintegrase

vención.

vuelve cada vez más inasible. Las palabras

son un elemento altamente

parte,

momento, ningún puente, ninguna, por llamarla de algún (p. 36).^^ Todo sucede como si, a medida que

bajo la sospecha de

oración lo pierde paulatinamente,

la

en alguna

ese recuerdo amarillo ascendiera desde la negrura de la ria,

como precedencia y sucesión? A medida que se desintegra. En lugar de construir o capturar

progreso de

fuera,

modo, relación"

serviría intentar:

¿cómo podría recuperarse ese vínculo temporal ta organizarías

que ha estado,

aparecer, recordar, (p. 1 1).

otro

rar eso

99

la

bien, al verla

28 La misma desmentida del axioma proustiano se planteaba ya al final de Responso: "Entre los hechos más remotos de su vida, los de su infancia, por ejemplo, y los de la noche anterior, parecía haber una proximidad mayor que la de que éstos tenían con el momento presente en que los estaba recordando. Esa característica los tornaba irreales, inciertos. Pensó perplejo que quizás todo el pasado era un sueño, no sólo el suyo sino también el de

universo, y que en ese momento en que creía recorno hacía más que soñar que recordaba, que soñar que recordaba sueños" Q'uan José Saer, Buenos Aires, Sebe Barral, 1998, p. 189).

la

humanidad y

el del

dar hechos reales

EL SILENCIO Y SUS BORDES

100

distancia.

Ya no importa

si

es

Pichón o

siempre será

es posible decidirlo,

no

Gato: puesto que

el

Pero eso sólo espec-

otro.

de que los recuerdos no nos pertenecen.

taculariza la evidencia

No hay identidad en

un

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

la

memoria

evocación. Hacer

multiplicar, proliferar, dispersar.

Todo

el

es producir,

texto responde, preci-

¿Cómo registrar

se narra el presente?

su avance inevitable, su orden?

cómo

movimiento

escribir el

si

direccionalidad

imposición de una causalidad

saeñano puede

escribir.

presente -a su vezel

no

discurso lo anuncia

Lo único

real es el presente,

pero

se deja capturar directamente.

como

algo que todavía

cuanto es dicho, ya se lo está rememorando

no

es,

O

el

bien

o bien, en

como algo que fue.

Sólo es posible evocarlo o anticiparlo. Refiriéndose a las histodice Pichón Garay:

rias,

como

naipes durante dos horas.

Pasan de boca en boca, como consignas. Se han, como quien dice pulido tanto, lo

mismo que

piedras, sus contornos tan

que

precisos, se distinguen tan claramente

unas de

como

ser historias, algo

si,

en

momento, dejaran de

cierto

ha pasado en

otras,

es

que

tiempo y en el espacio, para convertirse en objetos, en algas, en floraciones. Es fácil, porque ya están en el el

pasado. Pero lo que está ocurriendo en

ocurriendo ahora,

el

tiempo de

cual estamos, es inenarrable

el

tiempo, lo que está

las historias

en

el interior

del

de Saer puede declarar su fidelidad a

como pura

suspensión, es decir, sin

un

realis-

el

agregado de esas

presuposiciones (de causa, de implicación o de consecuencia)

que caracterizan a

Ésa

do

al

es,

también,

empirismo, en

al relato del

la

presente, Saer tra-

instantáneas, cada

una de

anteriores.

una acumulación de breves sin memoria respecto de las

ellas

forma su escritura obtiene un transcurrir de los movimientos

como

cada una después de

iiimóvil,

De

una captura

superposición de placas detenidas,

las otras,

cada una encima de

demora tanto

el

las otras.

movimien-

que -aunque sabemos que tiene lugar una evolución-

parece detenerlo. Se advierten los desplazamientos, pero

una

planicie

monótona. Así describe

su descenso hacia

de

estando en

el

la cocina:

el

el

en

el

(p. 13).

Casi

acto de la escritura

y

Y

como

el

frío,

de

la

punta

las

antepenúltimo escalón ahora. En

ante antepenúltimo ahora. escalón"

como

narrador de "La mayor"

"Ahora estoy estando en

oscuro,

el aire

escalón, estoy estando

mer

el

casi

ocho: y ahora estoy último escalón, estoy estando en el penúltimo

en

la escalera,

esa

ahora estoy estando en si

el pri-

no hubiera mediación entre

acto físico que ella describe simul-

una escritura fenomenológica. desmembrar cualquier gesto para cap-

táneamente. Se podría pensar:

(p. 55).

mo extremo es porque se aferra a esa voluntad de narrar el presente

escribir el transcurrir,

por lo tanto, una progresión? Para eludir

y,

Pero, precisamente, al Si la literatura

¿Cómo

toda extensión supondría una

Ese añadido de breves presentes

cerradas, las barajamos

si,

baja a partir de

to Fijas,

sería posible

con fidelidad ese estado en todas sus variaciones

samente, a esa imposibilidad de rememorar. Podría decirse que

narrador

¿De qué manera

para capturarlas, es preciso dar cuenta de sus prolongaciones,

-a diferencia de Proust- es porque no recuerda que

el

101

tar

con minuciosidad sus componentes, Saer diluye

las accio-

nes y las reduce a una capa delgada y casi invisible posada sobre un conjunto desordenado de mínimos emprendimientos

que adquieren un desmesurado espesor.

El resto,

todo aquello

la ficción convencional.^^

la

el

convicción del viejo profesor de filosofía converti-

argumento "Memoria

olfativa": "prefiero

un mundo

que renace a cada momento, entero, a un pasado muy semejante a una abandonada en la que los minutos crecen como los yuyos entre los escombros y las máquinas" (p. 91).

fábrica

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS EL SILENCIO

102

Todas estas dudas son que cae afuera de ese paréntesis fenomenológico trazado por la escritura,

los

casos- o

pertenece al

al

plano de

la inferencia

-en

el

mejor de

ellos, los otros, antes,

Lo que

de la invención. él

¿Estoy? ¿Estoy todavía estando?

Y

si

estoy y estoy todavía es-

y estoy todavía estando ¿en qué mundo? En uno que no viene, por ahora, ningún llamado. Ninguna voz, en

tando, estoy del

efecto,

ción, vil,

que obedecer, tampoco, que

por decir

tampoco, a ninguna parte

Resulta particularmente curioso el los

dé,

así,

una

direc-

cuando me muevo, a mis pasos: no, estoy parado, inmó-

sin estar yendo,

(pp.

modo en que

24 y

25).^°

No

escribe

como

(tal

calmente) "estoy en la punta de la escalera" o "estoy ¿en qué

mundo?" sino "estoy estando en toy estando ¿en

bo

la

qué mundo?". La

prolonga

punta de

insólita

la escalera"

y

"es-

conjugación del ver-

la acción, le confiere la calidad

inconclusa y

continuada del gerundio. La mera ocupación del espacio en

un

momento determinado se convierte en una acción compuesta. Se trata de un recurso al que Saer vuelve constantemente en este relato. De hecho, "La mayor" puede leerse, también, como una reflexión sobre

permanencia y el cambio, y sobre sus múltiples relaciones, desde la antinomia a la sinonimia: "¿perla

manencia? ¿cambio? ¿permanencia y cambio? ¿permanencia cambio?" (p. 23), se pregunta el narrador.

prueba de su incapacidad (ya que

dice nada: el

le

de

la clave

que proporciona

el

epígrafe de Cicatrices ("Ima-

comparación entre

bria, 1999, p. 136).

No ha

dicho, sin

En

los dos relatos del libro.

"La mayor",

habitan en

mundos

un espacio

amontonán-

distinto,

y todos

dose en

esa dispersión. Las cosas se desdoblan, cada vez,

células

ellos

en una mitosis mfinita para

sueltos,

proliferar

comenzadas e inacabadas, en suspenso.

en

series

como

siempre

En "A medio borrar", en

cambio, parecería que los individuos vacían cada espacio antes

de trasladarse a otro con todo lo que

les pertenece. Transitar

ninguna garantía de que

es borronearse sin

se

vaya a cobrar

designan por su ausencia en

una nueva

nitidez. Las cosas se

los lugares

que abandonan, antes que por su leve presencia

en aquellos que sucesivamente van ocupando negativo de

una

estela,

no un

rastro sino

un

(el

efecto es el

no-rastro). Dice

Pichón Caray:

Héctor, pienso que ya

en

ni

el

el taxi

no estoy en

en dirección

el

al taller

de

cuarto con los dos escri-

dormitorio con las dos camas, ni interceptando

con mi cuerpo

18, Universitá della Cala-

seco,

campanada resuena,

parecería que cada instante de cada individuo llena

torios,

núm.

un sonido

embargo, para mí, y sin embargo quiso, probablemente, decir algo, nada preciso" (p. 24). Sobre este punto resulta interesante

y su sirvienta Delicia como "la exasperante puesta en escena de la necesidad de lidiar con furias inmóviles" (Cristiiia Iglesia, "La violencia del azar. Rituales y asesinatos en Cicatrices de Juan José Saer", en Qtiaderni del Dipartimento di Lingüística,

al vacío,

durante unos segundos, evanescente, en mí.

ginary picture of a stationary fear"), Cristina Iglesia analiza la relación entre Sergio Escalante

parece resbalar sobre

sin prolongación alguna? "El eco de la

Ahora que estoy yendo en

A partir

mundo

el exterior.

para luego alejarse sin dejar ninguna huella. La cuestión es

simplemente como piedras arrojadas

la

sería correcto gramati-

no

llega,

la

podían) para relacionarse con

en qué medida, los instantes, las cosas, las personas, tienen alguna resonancia. ¿Persisten aunque sea como ecos en los lugares por los que transitan?, ¿están todavía estando? ¿O son

Saer conjuga

gerundios para expresar esa categoría suspendida o exten-

dida del instante.

103

Y SUS BORDES

parado en

la pantalla

el

de televisión

al

atravesar el living,

bar de la galería. Ya no estoy tampoco en

lugar en que estaba mientras iba pensando, porque

el

el taxi

EL SILENCIO Y SUS BORDES

104

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

105

noche helada y va dejando atrás las esquinas cada vez más oscuras. Más que el haber estado un momento parado

por aquello que los habita sino por la amenaza de su ausencia.

entre los dos escritorios, bajo la luz, o atravesando el living,

el

corta la

interceptando la

imagen azul acero de

me llama la atención el hecho

la pantalla

de que

de televi-

un

El espacio es, potencialmente,

vacío.

De manera que todo

trabajo de composición consiste en devastar el plano

aislarlo.

No hay un

espacio afuera del encuadre que vendría

cuarto

a completar lo mostrado; todo aquello que sale de los límites

de los escritorios sigan estando en su lugar, vacíos de mí, en

de la imagen es atrapado por un fuera de campo absoluto. Lo mismo sucede con los textos de Saer. Ésa es la paradoja de estas

sión,

el living

y

el

mismo momento. De este mundo, yo soy lo menos Basta que me mueva un poco para borrarme (p. 49).^^ este

real.

narraciones.

Como

si

únicamente subsistieran mien-

las cosas

tras son sostenidas por la mirada que las describe.

Es

y en

el

cuerpo

el

que

se corre

y se borronea,

el

que aparece movi-

allá

de

ella,

Y luego, más

desaparecen.

decorado permanece inmutable y en foco. Allí donde Tomatis insiste en los "ahora esto/' Pichón Caray repite do, mientras el

"ya

no

estoy”.

Pero en ambos casos se trata de modalidades

irrepetibles, únicas.

Cada instante

existe sólo

una

vez, sin con-

como un presente que se multiplica ó como un presente que se traslada, pero nunca como sucesión tí simultaneidad. No un continuo (en el tiempo, en el espacio)

tinuidad, sin contigüidad;

sino

una dispersión o una ausencia. Si

el

presente es -por definición- lo que

manece. Saer trabaja co, a la

la

escena

manera de Antonioni:

como un plano los lugares

Todo

no

no

la

per-

cinematográfi-

se definen tanto

el

problema consiste en

Agamben denomina lo je,

todo lo que cae afuera del presente es tragado por

nada, a su vez

La EXPERIENCIA DEL LÍMITE

conocemos y

hombre tal como del lenguahombre a través como

por más que se remonte hacia atrás en

tiempo, nunca llega a

un 'antes' mamo y lo

de aproximarse a eso que

Inaproximable": "El

se constituye

la lingüística,

un comienzo

el

cronológico del lenguaje,

del lenguaje"^^ ¿Quiere decir entonces lingüístico se identifican sin

del origen del lenguaje la ciencia?

Un tratamiento similar de esa relación entre cuerpo y espacio aparece en Nadie nada íiunca. Por ejemplo, en la descripción de los desplazamientos del Ladeado; "Al avanzar, el cuerpo del Ladeado va dejando vacío, y cada vez más extenso, el espacio que separa su cuerpo de la canoa verde, el espacio vacío lleno de una luz pesada y uniforme y de una transparencia acuosa. El espacio que separa su cuerpo de la canoa va estirándose, de un modo gradual: exterior a la exterioridad quieta del conjunto, opaco y rugoso, formando parte de las masas rugosas y opacas -árboles, el bañero, parrillas, la canoa, la casa blanca- diseminadas como al azar y sin orden entre el cielo bajo, color humo, y la tierra amarillenta, en el aire transparente, como por milagro, el cuerpo del Ladeado, a cada movimiento, no queda impreso en ese aire, multiplicándose al infinito en una infinitud de poses inmóviles, a todo lo largo de su trayectoria" (pp. 229 y 230).

"lo

tratar

más y que

que el

lo

hu-

problema

debe ser dejado de lado como ajeno a

¿O más bien que ese problema

es precisamente lo

Inaproximable, enfrentándose a lo cual la ciencia encuentra su propia ubicación y su rigor? Agamben sostiene, entonces, que una teoría de la experiencia debería preguntarse: "¿existe una experiencia muda, existe existe, ¿cuál es la

una

in-fancia de la experiencia?

su relación con

el lenguaje?".^^

pregunta que nunca deja de formularse

Ésa

es,

Y

si

también,

la literatura

de Saer.

Giorgio Agamben, Infancia e historia. Destrucción de la experiencia y origen de la historia, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2001, p. 67. 33

Ibid, p. 48.

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS posible actualizar los recuerdos

Una pregunta cuya respuesta es imposible. Y es el lenguaje, en su propia materia, el que encama esa imposibilidad. Allí en-

la

cuentra su única ubicación y su único rigor. En "Recuerdos" se define la evocación como "una de las

podría leerse

más remotas de lo que nos es exterior" (p. 139). Allí se una definición sobre qué es una narración que podría

regiones elabora

aplicarse a la totalidad de la obra de Saer y,

en

particular, a "La

mayor":

taposición de recuerdos. Harían falta para eso lectores sin Ilusión. Lectores que,

de tanto leer narraciones

cuentan una historia del principio poseyeran

un

al fin

realistas

como

si

que

les

sus autores

recuerdo y de la existencia, aspirasen a poco más de realidad. La nueva narración, hecha a base de

y

bien de una narración circular y

semejante a

la del

la

fin.

Se trataría

más

posición del narrador sería

niño que, sobre

el

caballo de la calesita,

de agarrar a cada vuelta los aros de acero de

la sortija.

Hacen falta suerte, pericia, continuas correcciones de posición, y todo eso no asegura, sin embargo, que no se vuelva la mayor parte de las veces con las manos vacías (pp. 137 y 138). las

pretensiones de la poética realista, Saer postula

tipo de relato sin clausura dría a conferir

un

y carente de

la articulación

memoria en

Proust.

Una vez

un

que ven-

una mayor

realidad

precisamente, porque lo real no posee estmctura.

No hay

narración en lo

ta pescar

real,

y

el escritor

recuerdo o de

no puede

la existencia.

Lo que es recuerdo sólo

existió

una vez pasado,

se

como

aspirar a poseer

Por eso,

en esas aguas suele regresar con

distante que,

la

ocurrido, cada instante se separa

de lo existente y se aleja, se torna irrecuperable. Cae en esa especie de agujero negro que es para Saer todo aquello que no es

No hay relato,

entonces, el

"fijar la

vista

devuelva esa cohesión que no encuentra en a lo que sea. El cuadro de

lo inconexo.^"^

narrador de "La mayor" procura

cuando intenta

asirse a las cosas,

más que de



en algo" que

mismo. Se

le

aferra

Van Gogh, por ejemplo. Pero

sólo

logra percibir

manchas, negras, amarillas, azules, verdes,

rojizas, pardas, gi-

rando, inmóviles, o en estampida, arremolinándose, trazos

aglomerados, inestables, en suspensión, no de conflagración, ni de ruinas, sino de inminencia, sin nada, pero nada, ni de este lado ni del otro,

nada más que

el

telón azul, amarillo,

verde, negro, pardo, rojizo, ¿en estampida?, ¿en suspensión?,

¿aglomerándose? ¿dispersándose? ¿antes, durante, después? de

la catástrofe, si ser,

una

qué centro, debiera

ser,

hay

lo

catástrofe,

si

es

que entendemos que

es,

o que de-

y sobre todo en torno a qué núcleo, a

que hay

lo

que entendemos que

o lo que llamamos,

un núcleo o un

es,

centro

o que

(p.

22).

sentido a los sucesos. Si esa narración pro-

puesta en "Recuerdos" puede ambicionar

las leyes del

pre-

comienzo de "La mayor" dramatiza confrontando la forma de

biera

Contra

el

En ese sentido, la definición de "Recuerdos" como una puesta en concepto de aquello que el

las leyes del

puros recuerdos, no tendría principio ni

trata

ficción de

el pretérito.

Es lo que sucede cuando estmcturarse mediante una simple yux-

más que como una

memoria, porque existe una distancia insalvable entre

sente

presente.

Una narración podría

es,

107

EL SILENCIO Y SUS BORDES

106

las

el

que inten-

manos

realidad en

un

vacías.

presente

ha vuelto ajeno y extraño. Im-

Marcos Mayer señala, con precisión, un linaje borgeano para los primeros relatos de Saer y, en particular, para los textos de La mayor. No me resulta tan evidente, en cambio, su interpretación acerca de "La mayor" como reescritura de "La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica", de Benjamin (Marcos Mayer, "Boges por Borges. Relecturas", en Susana Celia [dir.], op. cit).

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

EL SILENCIO Y SUS BORDES

108

Tomatis descubre que no puede haber una organización,

una

estructura,

cepción.

Y en

un

sentido por afuera

caso de que existiera,

por quien ha perdido su propio cesa de proliferar:

eje.

como no puede

y antes de no podría

De

la propia per-

ser advertido

ahí que su discurso

capturar, acumula.

no

Miguel

ningún

reino,

allá

de

misma".^^



discurso, el

modo en que

vivencia inconexa narrar el

las palabras

que está en juego no es tanto un modo desestructurado o

inusual de conocimiento de las cosas,

como la tensión

constatación de la imposibilidad de representar

pulsión narrativa, destinada a deparar de experiencia que,

aunque episódica y

el

entre la

mundo y la

modo imprevisto una

efímera, tiene la

forma de

elemental entre sujeto y objeto, entre discurso y mundo. La constatación repetida del fracaso del empeño na-

un encuentro

rrativo, entonces, '

no da lugar a su

como motivación de

la

cierre, sino

continuidad del

relato,

que funciona

que no

lo

que otros



podían

literatura,

por definición, nunca es

el

escritura.

go de

(si

Porque

el relato

este sentido, es

Más

ción

literaria, la

es intransferible.

que

Saer propone

el

a esas narraciones

y algunas de

más aún,

sí,

pero no

ella

Gramuglio define

el estilo

lo narra.

le

María Teresa

de Saer como "una escritura que des-

y que se ningún triunfo,

pliega la historia de su opresión, de su incomodidad,

niega a proponer en

la narración (en la poesía)

enton-

está condenado. Pero

signo de

una

la

imposibili-

un mensaje; en su

acep-

misma.

nombre de

narración-objeto para referirse

que

ellas, las

más

las

es,

demás objetos

se limitan a reflejar ese

más

del

mundo

pacientes, las

mundo:

lo

no había en realidad nada

a la vez, necesaria e inútil.

En

más

contienen

donde, aparte de

y,

la postu-

un supuesto universo dotado de

cual sentido inequívoco,

La obra

los

grandes, las

lo crean, instalándolo allí

lación autoritaria de

podría decirse que se limita a

un modo que

no

arrojadas,

no representa ni alude a ese desarraiautonomía para ponerse al servicio

Lo pone en escena, no

no

acción de comunicar se vuelve intransitiva; no

tiene otro objeto

personaje padece una

bien, se esfuerza por expresarlo de

el

qué

texto ya

cesa.^^

eludirlo y que se repliega sobre sí mismo (si así fuera, perdería ese vínculo imprescindible que lo une a lo real y que lo constituye).

el

siempre afirmativa aunque su función no sea

dar respuestas. Comunica,

así fuera, perdería su

un referente) como tampoco

como

dad o una resignación. Es una intensidad, una resonancia; en

pérdida es cuando, precisamente, se juegan las conquistas de la 35

que atraviesan su

(es decir, recordar),

A él

re-

experimentan su propia

presente? Se podría pensar que,

cobran la misma autonomía que Por lo tanto, en esa instancia en que

alguna narración

ser sólo presentes. ¿Por

y discontinua de

ces sólo el presente le pertenece. lo

Si

corre el texto es el relato de los obstáculos

puede hacer

Dalmaroni y Margarita Merbilhaá sostienen que

más

109

tal

o

(p. 29).^^

ese contexto

donde

palabras se arriesgan a perder su capacidad de representa-

ción, el estilo

de Saer se compromete en

un

ritmo de perma-

nente arborescencia pero cuyo límite es siempre verborragia, entonces,

no

el vacío.

La

es aquí lo opuesto al silencio sino

María Teresa Gramuglio, "Juan José Saer: el arte de narrar", en Punto núm. 6, julio de 1979, p. 7. 37 Juan José Saer, La narradón-ohjeto, Buenos Aires, Sebe Barral, 1999,

36

Miguel Dalmaroni y Margarita Merbilhaá, "Un azar convertido en donjuán José Saer y el relato de la percepción", en Elsa Drucaroff (dir.), op.

de

di, pp. 330 y 331.

p. 29.

Vista,

EL SILENCIO Y SUS BORDES

lio

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS que

es

tura

no

mayor"

una de sus formas

literarias. El

es sobreponerse a ese

esfuerzo de la escri-

borde sino

es ese relato verborrágico

y

en

él.

"La

silencioso a la vez.

No

persistir

hay, necesariamente, contradicción

en

nada. Ésa es su (única) conquista.

¿Cómo

eso. Escribir

y no

expresar

de Donald Judd, Frank

lo tangible:

perimentación obstáculo remite,

nos constituye"^^

plos extremos la representación aparece

encierra

un vacío. Es

lo

No

se trata por lo tanto

más

en lo que se

lo

hizo

que

ble.

medida en que

cubo de Tony Smith, no ofrece a

ve. Tal

más

allá

en

vez de

lo la

que

la

una base común.

oposición canónica de lo visible y lo legi-

La imagen de Tony Smith, sea

que vemos

es lo

dialéctica:

este sentido,

no

es tanto

que queda afuera o más

y el

Esto

en todo

allá

y

de

de ver sólo lo que se ve ni tampoco sino,

más

bien, ver el vacío

los sólidos se

moldean con los mis-

sentido

sinsentido se edifican

no

y

el

convierte a la obra en

captación algo

hueco porque

allí la

comprende que la

(lo

de lo que se ve

como

elementos, así

sobre

y ni siquiera en lo que dijese imagen no deba pensarse radicalmente

lo

que

fuere, escapa

de en-

su "especificidad" formal, a

presión tautológica -segura de

gen

como

ella

caso, es lo contrario de

un mero

un formalismo

se ve,

trada, pese a su simplicidad,

lo

sale a la luz

mos

allá

ve. Los vacíos

dispositivo formal; se agotaría

que se sino

el

la

acto de vernos

como im volumen que

que lo que importa en

decir

que no alcanza a mostrar

de ver sólo

La más simple imagen, en

el

aquello que logra mostrar sino la tensión entre lo que muestra

volúmenes

dotados de vacío:

[...]

Aun (o precisamente) en esos ejem-

Ro-

ella).

vacío: son

de una pared levantada frente a nosotros,

táctil

vez calado, trabajado de vacíos

tal

to sentido, Stella,

y sobre todo Tony Smith para explicar que aun en el objeto más simple de ver, aun en el puro volumen se dibujan siempre los contornos de un vacío que nos interpela. En los célebres cubos negros de Smith encuentra la respuesta

cómo mostrar un

acto de ver finalizara siempre por la ex-

si el

nos abre a un vado que nos mira, nos concierne y, en cier-

bert Morris

a la pregunta sobre

"como

decir

con palabras? Georges Didi-Huberman, por ejemplo, analiza ciertas obras minimalistas

La mirada, afirma Didi-Huberman, es una acción tallada sobre

vacío

el

111



misma hasta

que vemos. Por mínima que

el

representación

no hace

asediada por cortocircuitos que hacen aflorar

Probablemente en ningún otro lado esas

cinismo- del

sea, es

una ima-

nos exige que dialecticemos nuestra propia pos-

terminan devorando a espectacular

como en

las palabras se

la

mientos de Wenceslao en El limonero

Georges Didi-Huberman, Lo que vemos..., op. cit, p. 61. Frente al axiode Frank Stella acerca de que "todo lo que hay que ver es lo que se ve" [ivliatyou see is whatyou see], la postura de Smith, en cambio, permite revelar la tensión que habita en las imágenes del arte: "Los vacíos se modelan con los mismos elementos que las masas [...] Si se piensa el espacio como un sólido, mis esculturas mismas son como vacíos practicados en ese espacio" (citado en ibid., p, 70).

me

ma tautológico

el sinsentido.

interferencias

real.

el sol

los pensa-

Como resultado

cayendo a pique

tumbó"),"^® las elucubraciones del protagonista se

Ihid., p.

1

5.

Sobre

la

que

muestren de manera tan

mancha negra que invade

una insolación ("Ha de haber sido ella.^^

sino permitir que la

ausencia tenga lugar. El texto es esa forma horadada de vacíos y

la ex-

portadora de una latencia y una energética. En

tura con lo que, de golpe, nos mira en

la

forma se halla tan cargada que, entonces, se

lo

de

que

van ha-

importancia de lo no dicho (de lo que desafía a

verbalización) en la literatura, véase Sanford Budick

y Wolfgang

la

Iser (eds.),

Languages of the Unsayable. The Play ofNegativity in Literature and Literary Theory, Stanford, Stanford University Press, 1996. Saer, El limonero real, Buenos Aires, Centro Editor de Amé1981, p. 132 (en adelante, las referencias a este libro se indican número de página a continuación de cada cita).

Juan José rica Latina,

con

el

EL SILENCIO Y SUS BORDES

112

ciendo cada vez cia absoluta

se

me

más

ininteligibles hasta

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

hundirse en

ausen-

En

efecto,

de lenguaje. Wenceslao repite que "de a ratos todo

de

la

za

y terminan por reaparecer en todo su poder creador a través

borra"

la

134) mientras, simultáneamente, su discurso

(p.

sufre progresivas interferencias de estática; primero sus frases se

ven interrumpidas por el cada vez más

insistente repiqueteo

mariposas blancas y negras que golpean contra el techo ("zac zac zac zaac zddzzz zac zddzzzzz" [p. 136]); luego, como si

de

las

las propias palabras

empiezan a derrapar hacia la onomatopeya

("Nanece qunena aunó nenacón neno nesnoy neguno"

[p.

138);

una gran mancha negra se derrama a lo largo de quince líneas, ocupando completamente los lugares de las finalmente,

Ubicada en un mo-

la

si el

texto separase la luz

oscuridad-, las palabras emergen balbuceando con torpe-

aplicado a las

ese caos lingüístico

De modo tal que

como un punto de condensación en donde

dor del texto o escritura

islas.

puede pensarse como principio organiza-

Pero precisamente por esa razón, es posible afirmar que caos integra el fin es

de

la

pone en escena su propio funcionamiento.

también el

"z" era lo

el

(cósmico pero también narrativo) y que anuncio de una regeneración (una sucesión

el ciclo

último que se leía antes de

larga línea de "a" es lo

que

le sigue,

la

mancha negra y una

anticipando las nuevas pa-

De

La anulación del habla primero y de la escritura después, y la disposición central que ocupa en el relato este episodio, se

mancha un lenguaje revitalizado que ha cobrado nuevas energías para llevar la novela hacia su conclusión. En este aspecto, la operación de "La mayor" es, tal vez, menos espectacular pero más extrema. Es menos espectacular porque no produce una desagregación morfológica (en todo caso, sólo un desorden sintáctico); pero es más extrema porque la confusión

vincula con

que invade

letras



y de los espacios entre

luego de

de una parodia del

esos zumbidos desataran el sinsentido que subyace al lenguaje,

y,

mancha -como

113

ellas (p. 139).

mento

clave del texto, esa

nueve

ciclos entre los cuales circula la

como

diferenciadas. Tal

fin

la

mancha negra permite agrupar

los

novela en dos partes

escribe Graciela Montaldo:

imposibilidad de seguir narrando

la fiesta

de

de año (virtualmente cualquier otro episodio), ya que a

momento

partir

de este

tante

más breves que

los cuatro núcleos

los primeros,

que siguen, bas-

recuentan una historia

labras articuladas

que recomienzan

el relato).

esa

negra se sale con

el

discurso

posible.

una "mancha negra", pero aquí es el memoria adonde cae todo lo que no es preun agujero negro que traga todo y no devuelve nada:

También hay, en gran abismo de sente,

no encuentra recomposición

este texto,

la

que ya ha expuesto prácticamente todo su material; y en adelante los cuatro ciclos restantes no harán sino agregar peque-

Nada que

ñas precisiones, detalles que permitan

negro sin forma, sin sentido, sin dirección, sin nada más que

ir

integrando, sistema-

tizando los puntos que habían quedado poco claros en la

el ir

primera parte de

llos

la novela.^ ^

caiga, al exterior,

de esas galaxias, del gran espacio

y venir, errabundo, de esas fosforescencias, de esos brique rayan, dejando una cola ardiente que se borra, gra-

Graciela Montaldo, op. cit, pp. 68 y 69. Montaldo analiza en detalle secuencia de la mancha negra y explica sus implicaciones en la narración y en la escritura del texto. Sobre este punto, véase también Mirta

Iberoamericana, núm. 125, 1983, y su "Prologo" a la edición ya citada de El limonero real, en el que se analiza la proyección mítica de esos suce-

en la narrativa de Juan José Saer: instancia productiva, referente y campo de teorización de la escritura", en Revista

ontogenético [de de filogénesis de

la

Stern, "El espacio intertextual

sivos

comienzos de la

de modo tal que el "gradual desarrollo va reflejando, simultáneamente, una suerte

la escritura,

la escritura]

narración"

(p. 8).

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS Lo inaccesible mismo, dual; a su vez, el vacío, o

hay, por decir

así,

un

emergen, desde

el

fondo,

es

si

que va, la

un misma

fondo, que resplandecen, durante

momento, y después, en

el

mismo

silencio,

y con

la

parsimonia, sin dejar rastro, se esfuman, titilaciones rojas, verdes, amarillas, errabundas, violetas, blancas, saje,

nadie,

aunque

como quien nada, nada

escrute, atento, ese

dice, captar

-porque no

mapa

cuyo men-

estelar, podría,

se dicen, ni dicen, de

(p. 17).

pero habitada por multiplicidad de situaciones y microrrelatos que regresan una y otra vez en permanente excia sencilla

pansión, "La mayor" sólo conserva la noción de trama

como

funcionamiento

No

la escritura.

es

un motivo

argumental,

un núcleo temático, no es el fundamento de una narración; más bien, es un accidente estructural que inhabilita es

desde

el inicio

cualquier posibilidad de historia.

Como

si

ese

atención del narrador y el texto ya no pudiera concentrarse en los sucesos del mundo. Lo detalle

que

incómodo capturara

la

se narra, entonces, es lo

en esa crispación se consume. Arruinada por interferencias, la narración desiste

una unidad.

El narrador

opuesto y lo

mismo de

señor, es

que

este sentido, la experiencia de la literatura

en Saer

puede asimilarse a eso que Blanchot -siguiendo a Bataille- de-

como

experiencia-límite: "la experiencia límite es la expe-

riencia de lo afuera, la

tie-

es,

memorioso: es

cierto

que mientras

muy lejano:

"mi memoria, el

otro

aquello que acaba de suceder:

"¿estoy todavía estando?", se pregunta Tomatis); pero lo

ambos

las

una retentiva

vaciadero de basuras", dice Funes), (ni siquiera

y

de algún modo, lo

ese personaje acosado por

olvidar (ni siquiera lo

como un

los ruidos

Y

que de-

casos es que cada instante permanece anclado a lo

concreto y lo singular, imperturbable ante la identidad, la continuidad, la generalización

y

en "La mayor" Saer

el sentido. Si

toca

un borde, no

más

plenos, sino porque este breve relato permite que toda su

es tanto

porque sus otros textos se volverán

obra sea leída en la perspectiva de ese límite.

hubiera definido una clave (en

en

la

que vendría a

el

Como

sentido musical) o

si

ahí se

una

órbita

girar toda su literatura.

Esa proliferación y ese exceso definen la literatura de Saer: "La producción cultural de sentido acarrea la sublimación de

Maurice Blanchot, El diálogo inconcluso, Caracas, Monte Ávila, 1996, 333. Sobre esa experiencia del límite en Blanchot, véase John Gregg, ^*2

a la vez, invariablemente, debe fallar al pretender hacerlo pre-

fine

definiti-

que sucede en ausencia de toda

La escritura insiste: imposible relegar eso al silencio pero,

En

en

de articular los hechos en

de "La mayor"

es Funes, el

no puede recordar

narración.

sente.

Es,

ne verdaderamente objeto pues es una pura intransitividad.

fine

una virtualidad que nunca sobreviene, como aquello que el texto podría haber sido si no fuera esta deriva irremediable que se hunde en la nada. La galleta mojada en té, en el comienzo mismo del discurso, es sólo un pretexto que pone en

desconocido mismo"^^

capacidad de ponerse permanentemente en entredicho.

perfecta

Mientras que El limonero real narra una historia en aparien-

lo

La literatura, podría decir Saer -a partir de Blanchot-, no

uno no puede

no

115

EL SILENCIO Y SUS BORDES

114

que está fuera de todo, cuando

el

todo deja todo

experiencia de cuanto queda por alcanzar, cuando

p.

Maurice Blanchot and the literature of transgression, Nueva Jersey, Princeton University Press, 1994. También Steven Shaviro, Passion &Excess. Blanchot, Bataille

and Literary

The

Florida State University

de Blanchot, se define el evento "como algo que no es nombrable ni inefable: sucede sólo en las palabras con que lo describimos y sin embargo esas palabras nunca son las correctas. Algo ha sucedido; es demasiado abrumador como para relegarlo a una ausencia y sin embargo no hay manera de traducirlo como presente o como presencia" (ihid., p. 2).

todo está alcanzado, y por conocer, cuando ya se conoce todo.

Theory, Tallahassee,

Press, 1990. Allí, a propósito

EL SILENCIO Y SUS BORDES

116

la

intensidad libidinal

se organizan dentro de

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

como significaciones intencionales que un sistema de sentido calculable y, por de la

lo tanto, controlable. El sentido es, entonces, la reducción

intensidad a la intencionalidad".^^

den

servir

Si las

de modelo a cierta zona de los textos de Saer es por-

que, en su nitidez, parecen

resistirse al

mismo tiempo, en su tendencia

y, al

imágenes del cine puepensamiento abstracto

a lo disperso, mantienen a

raya cualquier falsa totalización. Esa imposibilidad es paradóji-

camente afirmativa: restituye

y revitaliza la

mundo

al

su carácter de enigma

atracción magnética que ejerce sobre toda autén-

tica interrogación.

Lo que

le

interesa a esta literatura

filme en tanto representación de

la fluidez, sino ese

no

es el

momento

de descomposición cinética en que toda acción se reduce a una serie

¿Cómo volver a empezar? ¿Cómo arrancar de nuevo, desde El

documental Retrato de Juan José

no trabaja sobre un texto del

escritor sino con el escritor

a su protagonista en situaciones familiares esa acumulación de

y

cotidianas. Pero

momentos aparentemente

en

insignificantes,

construye puntos de condensación discreta: unas po-

Filippelli

como

cas miradas de leve intensidad,

débiles epifanías,

que ape-

nas se elevan por encima del conjunto y enseguida se diluyen. El filme no pretende definir o caracterizar esa percepción sino, simplemente, acusar su presencia: a veces por la

el

hecho de mantener

cámara sobre el escritor mientras sigue una conversación fuera

imagen cinematográfica exhibe

todo sonido de referencia, a veces espiándolo cuando observa

en su negatividad,

la

su carácter no reconciliado.

Y,

por lo tanto, su afán didáctico

Como

dice Godard:

un paisaje. la creación,

El cine

no puede nombrar ese momento

de los movimientos de los caballos, y cuando la

invención de Lumiére,

qué filmar a

la

falla entre

zar desde

hablaron de

completamente imbécil; por

velocidad normal eso que

no veo cuál podría vamente

dijo: "es

le

vemos con

ser el interés". Entonces, la

se trata sólo

reconoce

de aprovechar

Frente a cámara, enuncia literatura

el

allí,

un

en

el

documental, que no

material sino de procesarlo.

verdadero desafío del cine ante

S.

los ojos,

máquina

efecti-

El conflicto principal

Lumiére y Marey. Hay que volver a empe-

artista es arte.

ahí.^"^

Pero

que al

de este tipo de films sobre

se espera

un escritor o un

que diga cosas importantes sobre su

mismo tiempo

es

un

retrato

mundo. Entonces me pregunto, pero no

Weiss, The Aesthetics of Excess, Nueva York, State University of 1989, p. 28 (las cursivas me pertenecen). María Teresa Gra-

New York Press,

muglio señala que en Saer se reformula la noción del detalle inútil barthesia110 en tanto proliferación escandalosa usada como ariete contra el realismo (María Teresa Gramuglio, "El lugar de Saer", en Jorge Lafforgue (eá) Juan José Saer por Juan José Saer, Buenos Aires, Celtia, 1986, pp. 293 y 294). 44 Citado por Philippe Dubois en "Limage á la vitesse de la pensé" en Cahiers du cinéma, núm. especial: "Godard 30 ans depuis" (suplemento del 437),

noviembre de 1990,

p. 76.

la

y ante los literatos:

y,

entonces, esa per-

sona aparece en su vida cotidiana, que es igual a Alien

inefable de

pero puede insinuarlo de manera oblicua.

El propio escritor

Es la historia de Marey, que había filmado la descomposición

núm.

en tanto

De manera significativa, esta película que pretende dar cuenta de un autor de excepción insiste en mostrar productor de textos.

de cuadro, a veces acompañando su imagen atenta y elirninando

que enseña a ver todo de nuevo.

43

cero?

(Rafael Filippelli, 1996)

de momentos inconmensurables. Capturada en su propio

reverso, I

117

la

de todo

sólo sobre este

el

füm sino

sobre todos los films documentales: ¿dónde y por qué medios es posible crear

cotidiano

El

y

un sistema expresivo propio frente a ese peso de lo

lo banal,

que

es la materia

con la que

trabaja?

comentario resulta particularmente significativo en boca de

un autor que ha construido su

literatura sobre los

movimien-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

118

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

un muchacho que renguea, por

tos de

ejemplo, o a partir de la

longa hasta bien entrada

conversación entre dos conocidos que se encuentran y caminan juntos por unas cuadras. O sea: un escritor cuyos textos no

buscan su densidad estética en episodios narrados sino Si

en

ese escritor dice lo

el

el

de tratarlos literariamente.

que dice en un filme que

se

reticencia

y,

por último, ¿se atreverá

en su propia intervención

crítica

el

Lo

para construir

un

cierto es

que

el

filme parecería desoír la adverten-

de su protagonista y elige mostrarlo en aquellas actividades que no lo distinguen de las demás personas: viaja, compra

^cia

vinos, participa de almuerzos de despedida

de

la

promoción de sus

libros.

trato del escritor prescinde

de

y de bienvenida,

a amigos, pasea por Buenos Aires o por Santa Fe, se ocupa

visita

la escritura

Desde

y de

Siempre rodeado de gente,

precisamente del

momento

el re-

íntimo

el principio, la

En

mito de reencontrar los afectos y los lugares de mi infancia y de mi juventud me incitó a efectuar estos viajes repetidos el

han transformado, después de más de una década, en

una costumbre,

[...]

el

las

las

mismas sensaciones,

mismas asociaciones

e in-

de apuntes en algún viaje anterior.

esos

momentos en que

lo bastante

punto de

Así, entre el

monótona como para

vista del placer,

generar,

una ambivalencia notoria

almuerzo de despedida en París que se pro-

la

luta superficialidad se intuye

cámara evidencia su más abso-

una profundidad misteriosa

e

inexplicable.

La estructura del viaje, que habilita para el de vista un poco exterior del que regresa, es cifra

escritor el

la clave

punto

en la que se

En todo caso, Saer necesita construir origen como una lejanía o una ausencia. Como si

esa mirada singular.

ese lugar del

se dijera: sólo

en

el

gesto de sustraerse a la cotidianidad (cuya

modulación extrema

sería el exilio) es posible escribir.

Y

a la

¿cómo podría escribirse algo que no estuviera esencialmente ligado a esa cotidianidad? La pérdida es, entonces, casi una donación, un gesto sacrificial del artista, un momento de vez:

su ascesis. Habría que preguntarse no sólo qué vuelve a bus-

en cada

viaje,

sino también qué trae consigo, cuál es

ese contrabando involuntario inoculado en su mirada

fuera

un

memoria

desde

libreta

virus. Es posible ser fiel a

eso, es preciso traicionarla,

cualquier expectativa reveladora sobre su poética:

se

despegues, aterrizajes y escalas,

mismos pensamientos, que más de una vez me han

nado en mi

car Saer

la creación.

voz en offáe Filippelli leyendo textos del propio Saer se encarga de desvirtuar, en el viaje del escritor,

que

asado de bienvenida en

el

parecido novedosos hasta comprobar que ya los había consig-

cineasta

discurso audiovisual en vez de descansar sobre los logros de la escritura?

y

invitación

que trabaja ese texto? a confiar

al día siguiente,

mismos estados de ánimo,

cluso los

propone

y un desafío: ¿será capaz el cine de tratar a la literatura del mismo modo en que la literatura trata lo real?, ¿podrá la película considerar el texto como algo tan significativo o tan poco significativo como lo es la materia con

como una

la tarde,

siempre los mismos, producen en mí los

no habría que entender su comentario como una o una interdicción o un impedimento, sino, en todo

retratarlo,

caso,

Buenos Aires

carácter excepcional de los

modo

119

precisa

ya

la

una

abandonarla,

partir. Perderla.

Escribir (filmar) es siempre

se

un

desarraigo. Sólo se

puede

que se convierte en una obsesión porque

ha extraviado definitivamente. Por

en una

En esa

literairia.

lo tanto,

para recuperar lo perdido sino para conquistar

mediable de

si

vez anacrónica del exiliado, los bordes

difusos de la geografía adquieren su nitidez

escribir sobre aquello

como

región; sólo que, para

la ausencia.

falta recurrente

y

Lo perdido

es eso

necesaria. Si

que

no

se vuelve

el

valor irre-

se transforma

hay algo desgarrador en

el viaje es

vínculo

CRONOFOTOGRAFÍAS LITERARIAS

Y SUS BORDES

EL SILENCIO

120

porque en esa recuperación imposible se revela un

que cualquier posesión. El larga panorámica del paiuna con concluye

más profundo

filme de Filippelli

e inalienable

saje litoraleño (fantasmal subjetiva del escritor

su región) mientras su voz en q^reproduce

El placer melancólico,

de amargura, que específico,

una

no exento

me daba

la

reconociendo

de Saer:

ni de euforia ni de cólera ni

narrador observa sus pies y concluye que son

el

misteriosos que

Cualquiera sabe que el universo es un fenómeno casual que, aunque desde nuestro punto de vista parezca estable, en lo absoluto no es más que un torbellino incandescente y efí-

mero que

[...]

Supe que

si el

conocimiento tiene un

hombres, adonde quiera que vayamos, llevamos con

los

y

mundo podría darme. Como

a toda rela-

vamos

a Marte o la luna, las dos o tres cosas

mos sobre Marte

alternando comedia y tragedia. Signo, modo o cicatriz, lo arrastro y lo arrastraré conmigo dondequiera que vaya. Más

nada, la extensión de nuestra ignorancia.^^

aunque

siado pesada, en

trate

un

de sacudírmelo

como una

la

más

carga dema-

desplante espectacular, o poco a poco y

subrepticiamente, en cualquier esquina del

en

imprevisible,

me

mundo, incluso

Estar

en Marte o en

Una

fijación,

sí,

mente forjado en

la

un punto

memoria.

fijo.

un sitio transportable. un destino paciente-

Es

"El fin del arte

no

lo Otro sino lo Mismo", escribe Saer en El río sin

bién podría haber escrito:

mo como sino,

en

En

el fin

la

orillas.^^

Tam-

del arte es representar lo Mis-

lo Otro. Distanciarse de

cierta forma, hacerla

es representar

una obsesión no

es negarla

siempre presente.

acumulación de pequeños presentes

aislados, Saer

Y

si

sabre-

o la luna, no cambiarán en nada, pero en

luna no implica, necesariamente, un ma-

supone una revelación sino una profundización de

estará esperando.

La célebre zona saeriana, entonces, es

la

más que

yor conocimiento porque las cosas y los lugares no abandonan sus secretos. Saer descubre, entonces, que el conocimiento no

Como

limitaciones.

pero no

límite, es por-

nosotros ese límite. Es más: nosotros somos ese límite.

ción tempestuosa, la ambivalencia la evocaba en claroscuro,

todavía:

más

universo:

el

lo exterior,

correspondencia entre lo interno

que ningún lugar del

un estado

su contemplación, era

de Lugar-

121

o como

el

enigma de

el

enigma de que haya plantas por ejemplo, de que haya

una planta a la que pida ese

que

las propias

los pies,

olor,

le

dicen ligustro

y que cuando

y que, cuando

florece, des-

se la huele, es el universo entero lo

se huele, la flor presente del ligustro, las flores

ya marchitas

desde tiempos imnemoriales, y las infinitas por venir, pero también las constelaciones más lejanas, activas o extintas desde millones de años atrás, todo, el instante

y la eternidad

(pp.

63 y 64).

construye una poética que escenifica la experiencia de una

percepción desoladoramente fragmentaria, es cierto; pero tam-

Como

un punto en que el conocimiento

mento

bién, retrotrae las cosas hasta

ya no se halla colonizado por el

afán exploratorio.

En

la

si

fuera

un pequeño

particular, su

aleph, Saer potencia, en cada

verdad no intencional. La pregunta es

costumbre sino tironeado por

"Ligustros

en

flor"

—uno de

los textos

Juan José

Saer, Ltigar,

Buenos

Aires, Seix Barra!, 2000, p. 61 (en ade-

lante, las referencias a este libro se 'ís

Juan José

Saer, El río sin orillas,

mo-

Buenos

Aires, Alianza, 1991, p. 218.

continuación de cada

cita).

indican con

el

número de página a

EL SILENCIO

122

siempre

la

Y SUS BORDES

real? ¿Cómo represen¿Cómo representar eso que se opone a la

misma: ¿Cómo representar lo

tar lo irrepresentable?

II.

representación ya que sólo se presenta? El escritor, por supuesto,

no responde sino que prolonga

vía

que encuentra "La mayor" para

en

intensidad.

Un

la interrogación.

Ésa es

El happening pesimista

la

revertir la intencionalidad

extraño pasadizo secreto donde lo Inaproxi-

mable aparece, de pronto, en toda su inmediatez. Entonces, nalmente, la literatura es investida allí

de una función

fi-

crítica

porque se vuelve incontrolable y hace que cada instante se proyecte sobre la perspectiva majestuosa de una cosmogonía.

Protocolos de radicalización Alberto Fischerman realizó el mediometraje

Sonata en Si menor de Franz

Liszt...

y

La pieza de Franz.

otras cosas a partir de

obra Autodeterminemos nuestras hipotecas, que el Grupo de Acción Instrumental (integrado por Jorge Zulueta, Jacobo Rola

mano y Margarita Fernández) había puesto en escena en el Teatro Coliseo

en Si

durante 1972. Jorge Zulueta caracterizó a

menor como "una obra de gran

la literatura pianística del siglo xix,

la

Sonata

riqueza, fundamental

en

y cuya pasión por

li-

la

bertad expresiva, desborda su tiempo". Esa ductilidad permi-

Grupo de Acción Instrumental incorporar fragmentos de obras de otros compositores que quedan entretejidos con tió al

la

pieza de Liszt: Vivaldi, Debussy, Chopin, Schónberg, Scria-

bin, Ravel, Berg, Satie,

Cowell, Piazzola.

Cage, Beethoven, Brahms, Mussorgsky, Continuando esa línea de desbordes, Fischer-

man agregó una nueva dimensión a la escena cinematográfica:

füme comienza con un

el

obra para su puesta en

contexto sociopolítico argentino. El

intertítulo

que

explica:

25 de mayo de 1973. Héctor J. Cámpora, nista,

las

el

candidato pero-

asume como Presidente de Argentina, habiendo ganado

primeras elecciones libres después de dieciocho años de

proscripciones. El pueblo celebra en las calles el fin de la úl123

EL SILENCIO Y SUS BORDES

124

tima dictadura

militar.

Mientras unos confían en

preparan para

ción, otros se

la

HAPPENING PESIMISTA

EL

la pacifica-

cualquier otro (Franz Liszt)" Sin embargo, Fischerman parece privilegiar

guerra revolucionaria.

125

una

raíz eisensteiniana

un mecael efecto racional de un de generar un nuevo tipo de en

la articulación:

nismo de choque destinado a producir Sobre los acordes de altoparlantes, se

una música empastada que

sale

de unos

suceden imágenes de simpatizantes peronistas

en los alrededores de una unidad básica que

festeja la transición

concepto. Se trata, para Eisenstein, relaciones visuales

que promuevan una alteración

sobre la percepción;

una

política.

que debería surgir de

corte

modo

De pronto, la secuencia se interrumpe para mostrar, por directo, un decorado teatral donde la mano de Zulueta

interpreta

el

piano la Sonata en Si menor de Franz liszt

y,

ahora en perfecta continuidad sonora y visual, pasa a salón del siglo xix donde unos pocos espectadores, vestidos

desde

un

en

alK,

con ropas de época (incluyendo una mujer caracterizada como George Sand,

la

amante de

Liszt),

escuchan arrobados

la ejecu-

ción musical. La idea de Fischerman es evidente: la Europa de las

transformaciones sociales de 1848 debería resonar en la tu-

,

multuosa Argentina de 1973. Ese intertexto aparece, desde

el co-

tal

que

las

la

síntesis (no

tensión interna entre los planos, de

imágenes sean reensambladas en una nueva

unidad orgánica y totalizadora.^ Esa metodología no era ajena a The Players

vs.

Ángeles caídos,

man; pero aunque

allí

primer largometraje de Fischer-

el

se ponía

en práctica una

como una violenta confrontación dentro de una estruc-

tura que produce sentido a partir de

a

un

relato lineal.

tonales

La sonata de

y tensiones

mecanismos

refractarios

choque y procura una síntesis iluminadora. Al mismo tiempo, hay que decir que se trata de una obra menos sión política del

refinada en sus desplazamientos

Zulueta sentado

cómo ensamblar

los

al

y la política.

Romano y Fernández

discuten

fragmentos musicales. Prueban diversas

combinaciones hasta que alguien sugiere Bártok porque sue-

collage" dice

Romano. En

efecto, el filme

Liszt: "Es

-como

llage:

convoca una

y

serie

como

antes la

representación del Grupo de Acción Instrumental- es

textualizados

el

colonialismo cultural, la

mano

toca en

el

piano tres

con las banderas española, británica y norteamericana). A pesar de las diferencias temáticas y estilísticas entre ambas. La pieza de Franz -debido a su formato y a sus modos obtusos- parece

na dentro del mismo universo armónico que

un

sobre

como un locus conflictidarse cita mundos aparen-

cultura popular, el arte

piano.

sus componentes (por ejemplo,

y menos dispuesta a procesar para representar una alegoría

acordes sucesivos y cada vez que entra en cuadro está pintada

vo y contradictorio donde vienen a temente distantes: el siglo xix y el siglo xx, Europa y América

y la

de con-

atravesada por contrastes

liszt,

rítmicas, es elegida

Latina, la cultura alta

estética

y de mezcla. La 'pieza de Franz extrema de manera más audaz la polifonía de sus materiales, hace explícita la dimen-

traste

^

mienzo,

cualitativa

una mera acumulación)

un

por

momentos un cuaderno de apuntes para el filme que lo un borrador de The Players vs, Ángeles caídos pero

precedió:

posterior a The Players

vs.

Ángeles caídos.

En

efecto,

aunque

la

ópera prima de Fischerman parecería trabajar sobre cuestiones diferentes a las de su

una

segundo filme, se verá que

diferente disposición para los

mismos

se trata sólo de

materiales.

co-

de materiales disímiles que son recon-

revalorizados dentro de

una nueva

Uno de los intertítulos afirma: "Imágenes ligadas entre sí por un hilo político o filosófico. Cualquier acorde puede suceder a

Entre los numerosos ensayos de Sergei Eisenstein sobre el tema, véanpor ejemplo, "Palabra e imagen" y "Sincronización de los sentidos", en El ’

estructura. se,

Buenos Aires, La Reja, 1955; y "El principio cinematográfiideograma" en La forma del cine, Buenos Aires, Siglo xxi, 1986.

sentido del cine,

co y

el

EL HAPPENING PESIMISTA mujeres;

En The Players disputan

el

buenos son

vs.

Ángeles caídos dos grupos de actores se

espacio de

un abandonado

set

de filmación; los

cuya llegada obligó a

los Players,

Ángeles caídos- a refugiarse en

los

malos -los

las galerías altas del

estudio

mientras planean distintas estrategias para reconquistar su territorio.

A partir de esa mínima trama, Fischerman reflexiona de

una manera lúdica sobre relaciones de poder.

los límites

En un prólogo

Ángeles caídos estipulan

los

127

EL SILENCIO Y SUS BORDES

126

las

de

la

creación estética

se definen los dos

y las

bandos y

condiciones de posibilidad del

Luego se eclipsan y los Players pasan a primer plano. Se hace el inventario de unos materiales informes, una serie de se-

filme.

cuencias que dramatizan afectos primarios, desde hasta

el

sueño,

tes (primero

y que

sirven para

ir

el

teatrales,

un

más

adelante, éstos

traman una represalia y matan

contrincante que tenía amoríos con otra de sus mujeres.

Todo culrnina en "La

fiesta

de los espíritus" que confunde

clímax narrativo con la celebración por permite

al director recapitular

también

el artificio

de

modo que

la ficción es

sobre

el cierre del

y

el

espacio fue-

mundo ficcional y el mundo real. Dentro el epílogo escenifica un debate sobre el conflicto

de cámara, entre

de ese marco,

y

el

le

desmontado para ha-

cer surgir la tensión entre el espacio diegético ra

rodaje

sobre todos los procedimientos

que fueron puestos en juego. De filme

el final del

el

entre la libertad de expresión del artista

y

la

normativa de

la

institución estética.

despertar

presentando a los intérpre-

de a uno, luego en pareja, finalmente por

son pequeños juegos

a

tríos):

dramatizaciones improvisadas,

introspecciones espontáneas que ensayan emociones elemen-

De la fantasía onírica se pasa al puro artificio mediante una toma que muestra a los actores en el set, entregándose a un número musical, mientras son capturados por la cámara: una estética televisiva y publicitaria reúne a los siete Players para sumergirlos en una impostada cotidianidad de jingles y soap operas mientras parecen buscar un tema que proporciotales.

ne

el

motivo de su reunión. Lo

artificial

deviene ficción en los

ensayos sobre La tempestad, de William Shakespeare, donde la

puesta en escena y

el

montaje se vuelven inconfundible-

mente cinematográficos.^ En algún momento, cerca

del final,

Ángeles caídos atacan a los Players y violan a una de sus

los

Hasta donde es posible hablar de correspondencias entre el filme y la y parcial de La tempestad se desarrolla ordenadamente y sus ensayos avanzan de manera progresiva: las primeras escenas son leídas, luego se incorporan las acciones, los trajes y los decorados hasta desembocar en la fiesta de los espíritus y el alegato final del actor Clao Villanueva. 2

obra, el procesamiento fragmentario

Imagen

ii.i.

En un

estudio de filmación abandonado, diversos

personajes ensayan dramatizaciones, improvisaciones teatrales.

(Gentileza del

Museo

y

juegos

del Cine Pablo Ducrós Hicken.)

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

128

El filme

opera en

tres líneas

simultáneas que deberían

verdad, estructuras de inclusión: los ensayos de a cargo

de los Players;

tes libra contra los

escénico; la

las disputas

ser,

en

La tempestad

que ese grupo de intérpre-

Angeles caídos por

el

control del espacio

manera en que esos materiales

se procesan

en

la

realización de la película. Pero significativamente, Fischerman

desmonta

la estructura

de mise en abime

tal

como

Shakespeare: elimina los encuadres inclusivos tres series

en un mismo

nivel. Es decir

que

aparecía en

y presenta sus

los

elementos ya

no se articulan en un orden geométrico según una dominante, sino que se acumulan de manera des jerarquizada como en un patchwork de líneas narrativas. Es

un

leve desplazamiento, pero

produce consecuencias notables porque permite que los bloques se entrecrucen en vez de encerrar a unos dentro de (Y,

otros.

finalmente, en la secuencia de "La fiesta de los espíritus",

'que es el

punto culminante del

relato,

todas las series conflu-

cines del les,

la

mundo y hace el

como inesperado Sin

de

plásticas o teatrales

atención que

un clásico del teatro isabelino punto de partida para un filme vanguardista. elija

embargo, Fischerman no adapta, no establece una relación

de equivalencia entre obra y filme. a punto entre

ambos

No hay una conexión punto

discursos. ¿Es posible decir

de Shakespeare? ¿Quiénes son jados a esas playas de utilería" principio podría decirse

que

los

que

los

las fronteras entre ellos:

improvisación

y espontaneidad, sonido directo y playback, y montaje y continuidad, documental y ficción. Se podría decir que The Players vs. Ángeles caídos es una película sobre lo que es hacer

una

Angeles caídos,

Como en toda aquellos directores

ópera prima

es visible aquí la influencia

de

que Fischerman admira, un grupo hetero-

ilegítimo

el

como

secuaces, son los habitantes ocultos de esa

En

duque de

Próspero y sus

isla.

Sin embargo,

también podría pensarse que se trata de funciones variables:

da

el

merecido escarmiento de

el

espectador aguar-

los traidores,

más ambiguo; y

son los Players quienes detentan les

el arte

de

aquí

si

el

vínculo

por momentos

la ilusión, los

Ange-

son como Prósperos exiliados que ejercen su poder desde

Más bien. La tempestad es un motivo poético, un una excusa argumental o rnínimo hilo narrativo. Acen cierto modo, como fundamento teórico, porque lo que

las tinieblas.

leitmotif túa,

Fischerman lee en Shakespeare es ilusiones

película.

los usurpadores?

Players forman una comitiva

de recienvenidos similar a la de Antonio, Milán, mientras

los Pla-

verdaderos náufragos "arro-

y quiénes

los

que

grupo en la obra

yers o los Ángeles representan a detenninado

víctimas-victimarios resulta

con que atraviesa

nuevos

vanguardia. Por eso puede llamar

la

realizador

hay una mutua sobredeterrninación que conduce a un paroxismo de la puesta en escena. La clave del fúme está en la variación de sus recursos y en la facirecitado, artificio

los

contacto con las experiencias musica-

mientras que en la obra de Shakespeare

lidad

con

cine argentino sintoniza (aunque tardíamente)

yen y se superponen dentro de un mismo espacio.) En lugar de ficciones subordinadas que escenifican la roiniatura de una estructura dramática mayor,

129

que provoca

una intervención en

En

el

y el deseo mundo.

el arte

el

conflicto entre las vanas

del artista por producir

este punto, el filme se posiciona de

manera sirmliar a La

géneo de poéticas que, a fines de los años sesenta, constituían

pieza de Franz. Sus diferentes planteos, sin embargo, pueden

modernidad cinematográfica: Jean-Luc Godard y la Nouvelle vague, John Cassavettes y el New American Cinema, Vera Chi-

advertirse

la

si

se

toma en cuenta que

tenido lugar "La noche de

las

cámaras

entre

uno y

otro había

despiertas". Beatriz Sarlo

tilova,

Jerzy Skolünowski, Michelangelo Antonioni, Federico

rescata este acontecimiento olvidado (que tuvo lugar durante

Fellini,

Ingmar Bergman. Con

noviembre de 1970) en

The Players

vs,

Ángeles caídos,

el

el

que un grupo de cineastas porteños

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

130

de vanguardia filma y compagina en dos días una serie de cortometrajes destinados a apoyar un acto político en el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del

proyección de esas películas terminará en cuentro entre

el

un

experimentalismo estético y

el

La

Litoral.

violento desen-

radicalismo po-

Htico. "Estos cortos" escribe Sarlo,

las

puede

El arte

[...]

la obra,

un

último intento (emblemáticamente destinado a

entonces,

siones: la de la experimentación estética

con

los discursos es-

emergían de

tonomía en

ella,

pero tratando de reivindicar

las elecciones

un resto de

au-

formales y en las decisiones sobre

promesa de

año antes de esos episodios, The Players

vs.

Ángeles caídos

aún podía considerarse un filme poKtico simplemente por su radicalismo experimental. Es precisamente en su autonomía estética que la peHcula vanguardista afirma su impronta revoreflejo



autonomía

no mecánico

estética o,

entre base

más

bien, esa relación de

y superestructura

es la

que de-

fiende Raúl Beceyro -quien, por otra parte, gestionó la adhesión

en

la

mismo".^ La autonomía de

no implica que sea ajena

al

mundo que

la

ella

que obsesionaba a Adorno) es tamdenuncia de una reconciliación im-

es el valor

uso de

de

que toda promesa se enuncia en futuro, señala

una incompletud

crítica ideológica

la discontinuidad, la

presente.

En todo

caso, ése

que adquieren, por ejemplo,

el

fragmentación y la asociación libre

en Fischerman: como puesta en escena de una tensión dentro del discurso fílmico

dominante que tiende a

homogeneiza-

la

ción y a la exclusión de toda diferencia. Lo que algunos grupos politizados le cuestionaban a su película era tanto la volun-

"hermetismo

lucionaria. Esa

aliado de la revolución

tad experimental (que importaba "discursos foráneos")

los materiales.^

Un

a

felicidad

(esa

la

pecíficamente cinematográficos y la de la intervención política en una coyuntura, al servicio de las necesidades que

fiel

bién, simultáneamente, la

inevitablemente

destrucción y la pérdida) de mantener aferradas dos dimen-

un gran

rodea y la atraviesa. La promesa de felicidad que habita en

posible: puesto

fueron

ser

medida en que permanezca

131

elitista", el

desinterés por comunicar

como el

un mensaje

claramente comprometido y los intérpretes (que provenían del Centro de Experimentación Audiovisual del Instituto Di Telia).

Quema

Para esta perspectiva, su anterior cortometraje resultaba

más

satisfactorio:

con su vocación de

ese filme todavía respetaba los protocolos de

timonial deudora de Fernando

Birri.

una

estética tes-

Ciertamente, The Players

Ángeles caídos no desentonaba con

vs.

(1962)

critica social,

el tipo

de vanguardismo

de los cineastas porteños a la asamblea del Instituto de Cine-

“pequeñoburgués" propio del Instituto Di Telia y tan criticado

matografía de la Universidad Nacional del Litoral- en "El cine

desde cierta izquierda radicalizada. Pero,

y la política". En

maba que un proyecto

noche de

las

ese texto, apenas posterior a los hechos de "La

cámaras

despiertas",

resumir su propia posición: directivas

Beceyro

"El arte,

y aun, por su propia

como

naturaleza,

cita a Trotski la ciencia

no puede

para

no busca soportar-

^

Beatriz Sarlo, "La

noche de

pp. 254

y 255.

y

las

cámaras despiertas" en La máquina Buenos Aires, Ariel, 1998,

mismo tiempo, afir-

políticamente revolucionario requería

filmes estéticamente revolucionarios. Esa tensión está inscripta

con claridad en la estructura dramática de que lia,

cultural. Maestras, traductores

al

los

‘‘

vanguardistas,

de

los Players

la

la película:

mientras

parecen jóvenes modernos habitués del Di Te-

Ángeles caídos son una especie de revolucionarios pseu-

Raúl Beceyro, Cine y política, Caracas, Dirección General de Cultura Gobernación del Distrito Federal, 1976, p. 17.

EL SILENCIO y SUS BORDES

132

son inofensivos

doexistencialistas (unos

EL HAPPENING PESIMISTA

donde

allí

los otros

tural: la rebelión parisina es

pensada en

los

133

términos de una

además, anuncia el conflicto que esa bipolaridad hará estallar

como la película se vincula a estrategias de intervención radicalizadas. En cierto modo, Fisherman podría haber dicho de su filme que era una obra de barricada.

durante "La noche de las cámaras despiertas". Fischerman defi-

Contra

son violentos). Por

lo tanto

el

filme

no

la política sino que,

de manera consciente los polos del arte y

nió su película

como un

pone en contacto

sólo

happening^esmúsXdi'.

estética vanguardista, así

les

la

acusación de formalismo vacío, The Players

caídos afirmaba su "forma ideológica" en

un

vs.

Ánge-

sentido bajti-

niano. Su contenido radical es su formalismo radical.

The Players

vs.

Ángeles caídos. Discurso explícito sobre

quien, en sus improvisaciones, cree ejercer

montaje castrador hará aparecer como

el

pesimista. Obvia referencia al

desarrollando al

mismo tiempo que

francesas. Última película ton, la Isla

El

Gran

de

la

que

Tempestad,

Teatro del

Miranda, en suma,



Mayo de

el

ilusoria.

en

Hay, aquí,

y de

en

las calles

Lumi-

espacio escénico predestinado. el

demiurgo,

el

padre de

ausente, omnipresente. Grupos la

propiedad del

la emulsión.^

una manera

de happening establece tivas

que

Happening

los estudios

rivales de actores-fantasmas disputándose

estudio

libertad

1968, que se estaba

la filmación,

se filmó

Mundo. Próspero, el director

una

el actor

política

de pensar

un circuito

la estética.

La noción

fluido entre formas alterna-

de intervención política y formas de expresión contracul-

Imagen en Film, núm. Miguel Grinberg 2, junio-julio de 1993, p. 32. En su momento, el crítico también asoció el filme al fenómeno del happening aunque, en su caso, la referencia tenía un tono peyorativo: "Tedioso happening -que deslumbró a los frívolos- asumido como fracaso por uno de los protagonistas al final de la proyección y que el director justifica como 'obra tremendamente honesta'. No pasa de ser el borrador de un film no materializado. Según su autor el destinatario es 'un determinado grupo de avanzada' En térmñios artísticos no tiene nada que aportar en cuanto a esclarecimiento, en términos de entretenimiento carece de interés salvo para los amigos de los interpretadores. Reflejo de godardianos experimentos" {Miguel Grinberg, "Las olas bajan turbias. El viejo 'nuevo cine' argentino", en Cine & Medios, núm. 5

2,

Alberto Fischerman, “Actor rebelado, actor revelado",

primavera de 1969, p. 38).

11 . 2 .

Los Players: juventud, frivolidad

y

vanguardia.

(Gentileza del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken.)

En "La noche de participar

las

cámaras despiertas" -gracias

en un acto político- esa dimensión

al

encargo de

se hizo explícita y

fue llevada al extremo (fueron filmes concebidos para accionar políticamente).

Aunque no

dejó de hacerlo precisamente

tensión: la experimención estética

y

como

la radicalización política

todavía podían coexistir en fricción. Mientras los filmes

maban su

carácter poHtico al tiempo

afir-

que reclamaban su au-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

134

tonomía

estética, los

EL fMPPEiVÍNG PESIMISTA

sucesos violentos provocados por su pro-

yección ponían de manifiesto que esa relación contradictoria entre

ambas

esferas era

un nexo

conflictivo

que ya empezaba

a romperse. Esa relación tensa entre estética

y

política venía

profundizándose y tornándose cada vez más irreconciliable. En las artes plásticas, por ejemplo, los episiodios de "Tucumán arde" ya habían llevado al extremo esa tensión que, inmedia-

tamente, verificaría su fractura. Longoni y

en

detalle lo

que llaman

"el itinerario

rápida secuencia, entre abril ciente politización

en

Mestman

del '68",

y diciembre de

analizan

que describe, en

ese año,

las intervenciones públicas

de

una

cre-

un grupo

porteños y rosarinos. María Teresa Gramuglio señala ese carácter hipertélico de los artistas de vanguar-

de

artistas plásticos

que -arrastrados por su propio movimiento extremo-

dia

minarían forzosamente absorbidos por la función

ter-

política,

y

Guillermo Fantoni sostiene que los artistas de "Tucumán arde"

habían tocado dor, la

allí el

de manera que

acción

(a la

límite del arte el

en tanto agente transforma-

movimiento siguiente suponía pasar a

acción política concreta) o a la inacción (ya que

muchos dejaron de pintar).^ En esa convocatoria a la intervención activa, un filme como La hora de los hornos sintoniza más claramente con la experiencia de los artistas plásticos. Resulta significativo

que un

camino hacia

la

artículo de

muerte del

Juan Carlos Kreimer sobre El

viejo Reales (otra

de

las realizacio-

nes del grupo Cine Liberación, en este caso sobre una familia

de campesinos tucumanos) se titulara "¿Arde Tucumán?" De

modo que aunque en de

las

su origen "Tucumán arde" y "La noche cámaras despiertas" comparten un mismo protocolo ra-

dicalizado, la articulación entre

dia política parece operar caso: el primero es estéticos,

política

Véanse María Teresa Gramuglio, "Estética y política", en Punto de Vista, núm. 26, Buenos Aires, 1986; y Ana Longoni y Mariano Mestman, Del Di Telia a “Tucumán arde". Vanguardia artística y política en el 68 argentino, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 2000. En este último, está citada la afirmación de Guillermo Fantoni (p. 249).

artística y vanguarcon diferentes proporciones según el

el

los

mecanismos

segundo propone una intervención

la práctica estética.

La relación entre estética y compromiso político tuvo un partir de la Revolución Cubana; la exis-

punto de inflexión a tencia de

un Estado revolucionario colocaba a los intelectuales

una posición afirmativa y renununa tradición del arte como conciencia crítica. Planteado

frente al dilema de adoptar ciar a

en esos términos, sólo podía llamarse

artista revolucionario a

aquel que estuviera dispuesto a sacrificar su vocación artística

por

la

revolución. Sólo unos meses separan a "La noche de las

cámaras despiertas" de La pieza de Franz. Sin embargo, para entonces

el

horizonte de esa conflictiva relación entre

estéti-

ca y política había cambiado completamente y de una manera que parecía no tener retomo. Tanto el esfuerzo fallido por

mantener unidas esas dos

series

como

la

diable de su distancia resultan evidentes

constatación irreme-

en ese mediometraje.

uno de los valores de la obra, entendida como documento, desde una perspectiva histórica: no porque Fischerman logre resolver esa tensión sino, precisamente, porque se muestra como un combate sin resolución posible en el inte-

Esto constituye

rior

de

la

imagen.

A diferencia de

The Players

en La pieza de Franz resulta evidente

la

vs.

Ángeles caídos,

intención de hacer

dialogar (ligando, friccionando) el polo de la política estética. lo

A veces

el

filme

Feuerbach o

no logra el

y

el

de

la

eso funciona de manera productiva pero, por

por lo general, terminan

que ^

vanguardia

una apropiación política de

mientras que

desde

135

como como

dos series separadas

juntar. Los textos intercalados de

propio

Liszt,

por ejemplo, arrastran

la

Marx, sonata

y permiten proyectarla sobre un espacio político concreto; en cambio, las estratagemas de choque audiovisual

fuera de



que Fischerman implementa no consiguen profundizar -más

allá del interés

que suscita una conexión inesperada-

frontación de esos contenidos

En determinado momento,

na.

EL JMPPEJV/ATG PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

136

la

con-

con la situación política argentiviolentamente

el pianista cierra

Aunque su intención declarada

contacto.

proclamas de Liszt ("¿No sonará nunca de

la

acción

viril?

la

137

se alinea

con

hora del

sacrificio

ciertas

y

¿Estoy acaso irremediablemente condenado

y abre El libro rojo de Mao en el capítulo Su mano copia un fragmento sobre una arte. cultura sobre y partitura: "En el mundo actual toda cultura, toda literatura y

a este oficio de saltimbanqui y de cómico de salones?", o "¿Es posible, aún, el Artista Rey?"), no logra fusionar los dos espa-

pertenecen a una clase determinada y están supeditadas a una causa política determinada". Luego, el músico saca una

y

tapa del piano

la

arte

bala de entre las cuerdas del piano

y recarga

la lapicera

que copió esas palabras. En la intención evidente de

la

con

imagen

cios: el interior, el exterior,

donde

donde

se lleva a cabo el ritual de la música,

los manifestantes celebran los

Y aunque Fischerman

políticos.

cambios

cita la célebre Tesis xi

sobre

Feuerbach, en la práctica se limita a interpretar sus materiales sin alcanzar

una verdadera transformación.

por cruzar las dos series se convalida su fracaso alegórico y

Entonces, a pesar de su virtuosismo técnico, su audacia

ambas. El filme no

experimental y su rigor estético. La pieza de Franz no deja de funcionar como un satélite de esa película central que es The

pone de manifiesto

se

logra atravesarlas. ralelo

una

en

Griffith,

Cuando destaca

visión dual del

es inseparable del

la distancia entre

Eisenstein critica

allí

el

la imposibilidad

mundo. Puesto que

"la

montaje pa-

de trascender

idea de montaje

contenido general del pensamiento

uíá

todo" son los mismos hallazgos de Griffith en

del

montaje

(el

los

que definen sus

el

como

terreno

límites ideológicos: el efecto

efectismo) del montaje en sus películas es un tempo que

deriva de

una

alternancia mecánica de cortes transversales o

motivos antagónicos, mientras que viética es

una

síntesis orgánica

valor de sus partes.^ Digeimos

el

al

vs.

grafía de

la distancia

7

las series

The Players

resignificar el

buscar esa "unidad de

No está en debate

y

el

un modo dominante de

expresión.

destaca la sin-

la

anunciada en su momento:

cine actual", en

La forma

vs.

Ángeles caídos fue la única película del Grupo

no como utilización de algunos procedimientos como programa estético. Muy probablemente, The Plavs. Ángeles caídos haya sido la expresión más radical del

experimental,

cine argentino hasta ese

que aparentemente pone en

momento.^

del

aquí la conclusión que saca Eisenstein acerca de la superioridad de la escuela soviética por sobre la escuela americana, ni tampoco la productividad de sus teorizaciones en la práctica concreta de sus propios filmes. Interesa, solamente, por su intervención crítica frente a cit.

Filippelli

de los Cinco que puso de manifiesto una decidida vocación

la

Sergei Eisenstein, "Dickens, Griffith

cine, op.

una

de treinta años, revelan una propuesta mucho más

convencional que

yers

de mantener aisladas

constitución de

gularidad de este filme frente a las otras películas que, vistas a

paralelismo mecánico que funciona sobre la condición

un

la

del cine argentino. Al revisar la pro-

ducción del Grupo de los Cinco, Rafael

sino

a

Fischerman sino también para

estética alternativa dentro

yuxtaposición y la síntesis entre componentes contrastados). La pieza de Franz se confina

orden superior" (que surgiría de

Ángeles caídos. Película central no sólo para la fñmo-

ritmo de la escuela so-

que vendría a

que

Players

®

"Una combinación fugaz y excepcional; el Grupo de Grupo de los cinco y sus contemporáPioneros del cine independiente en la Argentina (1968-1975), Buenos

Rafael

los cinco" neos.

Filippelli,

en Néstor

Tirri (comp.). El

Aires, Dirección General de Publicaciones

Gobierno de

la

de

Ciudad Autónoma de Buenos

la Secretaría

de Cultura del

Aires, 2000, p. 19.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

138

Que

el

filme surja

racterizado por

no

es

en

el

seno de

una propuesta

una casualidad y sólo

un grupo

EL HAPPENING PESIMISTA

cinematográfico ca-

sumamente moderada en apariencia puede resultar una estética

contradicción. Porque, precisamente, el extremismo del filme

de Fischerman presupone una convención consolidada que niega pero sobre la cual, a la vez, se recorta. Su oposición consiste

en confrontar un tipo de discurso fílmico excesivamente

estructurado contra aquello que la

más teme:

ausencia de una narración ordenada,

gánico. The Players

vs.

la

Ángeles caídos revela de qué

dominante sólo puede imponerse sobre toda fonna de representación alternativa; en cine

película funciona

improvisación,

la dispersión, lo inor-

la

modo

el

exclusión de

este sentido, la

como ambigua condensación de una serie de

tensiones (entre política

y

estética, entre

narración e indeter-

minación, entre cine comercial y cine experimental) que poco después empezarían a polarizarse no sólo dentro de la obra del cineasta, sino serie

también en

el

contexto cultural argentino. La

procesos podían confluir

debe ser y qué debe hacer un filme. Para decirlo en los términos antagónicos con que trabaja Fischerman: bajo la superficie resplandeciente de los juegos de los Players siempre acecha la

amenaza de

los Ángeles caídos.

Vanguardia estética y extremismo político la

segunda mitad de

los sesenta (los

y

el

Grupo de

los

años cincuenta hasta fines de

años que median entre

los cinco), tienen lugar

tro de la actividad cinematográfica:

una mayor

profesionalización.

la

Generación del '60

dos procesos clave den-

una mayor politización y Aunque en algunos casos estos

que sucedió con Solanas pero

mediano plazo terminarían por

solidar la actividad dentro del cine comercial, la politización

algunos cineastas hacia los márgenes de

llevaría a

la industria

y más allá. En esos márgenes habría que sumar, también, la presencia débü pero insoslayable de un cine underground volcado hacia los ensayos formales a la manera del

como una renovación en

con algunos presupuestos del cine de 1970

del cine se

el territorio

tradicional,

en

el

cine político

diálogo

década

la

fracciona de manera

desde distintos frentes, tanto

ble:

New American

del cine europeo experimental. Si la Generación del

Cinema o

'60 todavía podía pensarse

insalva-

como

el

cine

experimental proponen una alternativa que no circula por los carriles del cine industrial ni la

Generación

del '60.

por los

Se trata de

carriles

un nuevo

renovadores de

espacio en abierta

beligerancia con aquéllos.

con

Las diferencias del cine político y del cine experimental el cine comercial podrían sintetizarse en el hecho de que

mientras

el

primero procuraba otra misión para

gundo se presentaba como los hornos.

Femando

el cine, el se-

otro cine. El cine político (La hora de

Solanas, 1968; El

camino hacia

la muerte

del viejo Reales, Gerardo Vallejo, 1968-1971; Los traidores, Ray-

mundo

Gleyzer, 1973; Operación Masacre, Jorge Cedrón, 1973)

articuló

nuevas fonnas colectivas de producción y de exhibi-

ción, al

margen

con

el

En Europa, Godard había roto no

cine industrial sino también

y había fundado

mado por

con

la Nouvelle

vague

el colectivo cinematográfico Dziga Vertov, for-

militantes de diversas organizaciones maoístas. El

programa del gmpo

consistía

en realizar fümes que provocasen

intervenciones críticas cuestionando

y

aunque disputándole

del circuito comercial

cierta franja de espectadores.

sólo

Desde

el

dividir aguas. Mientras la profesionalización serviría para con-

que comienza en The Players vs. Ángeles caídos y continúa

en La pieza de Franz y en Gombrowícz o la seducción inaugura una mirada antes desconocida para el cine argentino sobre qué

(es lo

también con Fischerman), en

139

el

aparato cultural, social

político. Sus acciones se dirigían contra la burguesía

y

el re-

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

140

formas cinematográficas

En cambio, el cine experimental (Come Out, Narcisa Hirsch, 1 972;

nuevo debe

Point Blank, Silvestre Byrón, 1972; Film-Gaudí, Claudio Caldini,

formas nuevas, quien dice formas nuevas debe decir nue-

1975; Quién es esa loca, Horacio Vallereggio, 1975; Mimetismo,

explicó Godard. El con-

Marie Louise Alemann, 1977), vinculado en su origen con las artes plásticas, tendió hacia el individualismo y dio la espalda a

visionismo, por

un

lado,

y contra

las

convencionales, por otro. "Quien dice contenido decir

141

vas relaciones entre contenido

y forma",

cepto de Tercer cine, acuñado por Solanas actitud: ni el cine industricil

que copia

el

y Getino, expone esa modelo de Hollywood,

un modelo burgués indepencomo en el caso de la Generación

cualquier forma de cine convencional,

como

si

mismo soporte. experimental no apuntaban a un nuevo

ni el cine

de autor que pretende

des inconmensurables que sólo compartirían el

diente (y

cuya renovación,

Las búsquedas del cine

del '60, se

mantiene dentro de

una tercera

alternativa:

un

los

márgenes del

sistema), sino

cine de descolonización

que opone

tipo las

de representación, sino a cuestionar las bases mismas sobre

que se había apoyado

tendida en al cine industrial,

un

cine artesanal; al cine de individuos,

cine de masas; al cine de autor, al

un

cine de desinformación neocolonial,

ción; a

un

cine de evasión,

un

un

cine de grupos operativos;

cine

un

cine de informa-

que rescate

la

verdad; a

un cine institucionaliun cine espectáculo, un cine de acto, cine de acción; a un cine de destrucción, un cine simultáneamente de destrucción y de construcción; a un cine hecho para el hombre viejo, para ellos, un cine a la medida del hombre nuevo: la posibilidad que somos cada uno

un

cine pasivo,

zado,

un un

un

cine de agresión; a

cine de guerrillas; a

de nosotros.^

un

la

representación cinematográfica en-

sentido narrativo. Incluso, se llegó a emplear

término Cuarto cine para referirse espacio el

fueran activida-

experimental

al cine

autónomo y diferenciarlo de

la alternativa

el

como un

que proponía

cine político. Frente a lo oposicional, que confronta con

el

cine

dominante, lo opcional designaría una pura alteridad. Adaptando las categorías de Noel Burch (el mri: Modo de Representación Institucional)

y mezclando de manera un poco confusa

experimental con lo provocación,

El

Modo

el

underground o

la

lo

exploración formal con la

cineasta Silvestre Byrón escribió:

de Representación Opcional [mro] funda

un

cuarto

cine. El experimentalismo, el video-arte, lo porno, la tesis inte-

gran esa modalidad; lo underground en tanto espacio inconFernando Solanas y Octavio Getino, "Hacia un tercer cine: apuntes y experiencias para el desarrollo de un cine de liberación en el tercer mundo" en Cine, cultura y descolonización, Buenos Aires, Siglo xxi, 1973, p. 57. Véase también Octavio Getino, "Algunos apuntes sobre el concepto de tercer cine", en Notas sobre cine argentino y latinoamericano, México, Edimedios, 1984. Aunque es posible establecer una conexión entre Solanas y Godard (tal como surge, por ejemplo, en el diálogo "Godard por Solanas, Solanas por Godard", en Cine del Tercer Mtindo, núm. 1, Montevideo, octubre de 1969), quizás el cineasta latinoamericano que tensionó de manera más productiva a la vanguardia estética y al radicalismo político haya sido Glauber Rocha. Para un análisis de la obra de Rocha desde esa perspectiva, véase Ismail Xavier, Sertdo mar Glauber Rocha e a estética da fome, San Pablo, Brasiliense, 1983.

y la oposilibertad es condición de

dicionado -opcionalidad contrastada

^

ción de la imagen- donde la condiciones.

O donde

la

prefijado, siendo objeto

opcionalidad, el

mro

imagen

al oficialismo

está

de interés en

califica el "es"

en trance, sin destino sí

misma. Librado a su

de la imagen sobre

el

"debe ser" del mri.^°

Silvestre Byrón, "M.R.O.",

en eaf (Extensión Archivo Filmoteca), dispo-

nible en línea en: , 1998. Sobre experimentación cinematográfica, véanse Jean Mitry, Historia del

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

142

Generación del '60 todavía creía posible una renovación aliada a algunas zonas de las estructuras tradicionales, a fi-

El proyecto del

Si la

nes de esa década y comienzos de la siguiente, el panorama se ha modificado sustancialmente. Las formas convencionales de producción y de exhibición ya no parecen dejar lugar para proyectos medianamente provocadores o que se sitúen

mág

Una compañía productora como Aries Femando Ayala y Héctor Olivera y responsable de los filmes más adocenados de los años setenta) nunca buscará funcionar como los productores independienallá

de sus márgenes.

(fundada por los cineastas

tes

de

la

década de 1960, sino que intentará reproducir los me-

canismos del viejo sistema industrial y llegará a poseer, incluso, sus propios estudios (los Estudios Baires). La producción del período permanece aferrada a

un

historicismo escolar o a

un

costumbrismo chato y retrógrado, carentes de toda preocupación formal:

La fidelidad (Juan José Jusid,

1970), El santo

(Femando Ayala,

Torre, 1971),

La

1970), Crónica

de una señora (Raúl de

tregua (Sergio Renán, 1974) o

La Mary

tribución; sin

la

mencionar unas pocas. Sólo dos cineastas notables, surgidos en las postrimerías de la Generación del '60, logran realizar filmes de excepción: Leonardo Favio (Crónica de un niño solo, 1965; £/ romance del Aniceto la Francisca, (Invasión, 1968)

trabajan dentro de esas estmcturas de producción

ción

y

distribu-

aunque desde un lugar excéntrico que se mantiene ajeno

a todos sus clichés.

zar la

Fernando Torres, 1980; Dana Polan, ImageMaking and Image-Breaking: Studies in the Political Language ofFilm and the Avant-Garde, Ann Arbor, UMI Research Press, 1991; y A. L. Rees, A History of Experimental Film and Video, Bloomington, Indiana Universitv Press, 1999.

sistema convencional de producción

y

dis-

un

un lado, los cineastas pretenden realimismo tiempo, intentan obtener que los filmes comerciales. Es decir, un

un

cine de autor pero, al

misma

rentabilidad

cine independiente pero con una estrategia de distribución en

común que no

repitiera la relación

Generación del '60 había

ingenua y desigual que la los circuitos de ex-

mantenido con

Gmpo

hibición. Los directores del

de los cinco (Alberto

Fis-

cherman, Ricardo Becher, Raúl de la Torre, Juan José Stagnaro, Néstor Patemostro) pensaron en aprovechar la experiencia adquirida en el cine publicitario para confeccionar y promover sus

productos de manera eficiente. ró

que habían encargado un

De la Torre, por ejemplo,

decla-

costoso estudio de mercado "que

escandalizó tanto a los cineastas puros

como a los

comerciales"

finalidad anticipar las preferencias del público

y que tenía por y diseñar estrategias de promoción. El intento fracasó rápidamente luego de que cada uno de ellos dirigiera su opera prima: The Players

degrada 1968),

vs.

y

el

Ángeles caídos (Alberto Fischerman, 1968), Tiro

(Ricardo Becher, 1968), Mosaico (Néstor Patemostro,

Juan Lamagliay

la El proyecto,

Sra. (Raúl

de

la Torre, 1969).

La peKcu-

de Juan José Stagnaro, nunca llegó a concluirse

cineasta debutaría años después con

Una mujer

(1975).''

en su propuesta Menos complejo que industriales estmcturas las que recursos menos con estética y tradicionales, el Grupo de los cinco tampoco pretendía generar -como el cine experimental o el cine político- otros cirla Generación del '60

^ ^

cine experimental, Valencia,

en 1968 como

intento anacrónico: por

y

y Hugo Santiago

los cinco surgió

(Daniel

Tinayre, 1974), por

1967; El dependiente, 1968)

de

embargo, constituye, desde su nacimiento,

de la

espada (Leopoldo Torre Nilsson, 1970), Argentino hasta la muerte

lina alternativa al

Gmpo

143

Sobre

el

Grupo de

pilado por Néstor

los cinco

puede consultarse, además del libro comde Lorena Cancela y Silvina Rival, "El

Tirri, el artículo

de una década en la Argentina: 1969 (Desde la periferia cinematográGrupo de los cinco)", en Otrocampo, núm. 4, 2000, disponible en línea: .

final

fica: El

EL SILENCIO Y SUS BORDES

144

EL HAPPENING PESIMISTA

cuitos de exhibición. Su tímida apuesta consistió

en proponer

de producción y distribución (prescindiendo de productor y creando una compañía distribuidora) que les

alternativas

un

permitieran seguir beneficiándose con los

Que

esas alternativas aportaban

al cine industrial

conocido puede advertirse

exhibición del cine comercial.

apenas

en

un matiz

mismos espacios de

De la Torre fue el único de escon Fischerman) que desplegó una labor más o menos continua en la dirección de largometrajes. Tanto el

caso de Raúl de la Torre.

tos cineastas (junto

Juan LamagUa

y

Sra.

como

sus películas posteriores funcio-

naron abiertamente dentro de

los

marcos convencionales de

producción y distribución. En su momento, Miguel Grinberg reaccionó violentamente contra esa falsa alternativa:

el

grupo tuvo su único momento de acción durante

triste,

y se asiste a una desoladora caravana de burbujas que fenece rápida-

mente. Esto no es

un Nuevo

perpetrado en nombre del

formismo de

los

la pantalla

Cine, es

arte.

Es

un

más

entretenimiento

el viejo e

impotente discon-

años cincuenta con una careta de insurrec-

ción reivindicadora. Es la nada disfrazada de todo, es

formismo con careta de rebelión, es

el

el

con-

bufón del Rey con un

bofe en lugar de cerebro.'^

y

beligerante del crí-

En tanto proyecto estético efectivo, el Grupo de los muere allí. El filme de Fischerman era una apuesta enérgica que iba más allá de los postulados conjuntos: la obra que debía certificar la existencia de una operación colectiva in-

validaba los limitados alcances de esa propuesta, incluso antes

de que se pusiera en funcionamiento.

Mosaico es un filme totalmente captado por publicitaria,

diferencia

y

tido,

mucho

allá

de afinidades personales, no hubo ninguna vo-

luntad estética compartida. La única cohesión residía en débil frente

común de

un

se

en más de un sen-

se verá

más

en

el

es,

se acerca a la propuesta de Fis-

capítulo siguiente, The Players

un conjunto amplio de

que excedían

los estrechos límites

Grupo de los cinco y con quienes compartía un mismo uniel

La familia unida esperando Bejo, 1971),

Opinaron (Rafael

como

Invasión, de

la fidelidad estética

Grupo de

Más

filme que

verso estético: Alianza para

noche de

vida.

el

Como

Ángeles caídos dialogó mejor con

no fue sólo ese carácter anacrónico

que determinó su corta

no

de los productos más convencionales del

cineastas contemporáneos del

Sra.

su estética resulta deudora de la Generación del '60)

cherman. vs.

la estética

costumbrismo de Juan LamagUa y

el

cine comercial. Tiro de gracia (aun cuando,

pero es cierto que se trataba de filmes pretensiosos que, además, no tuvieron repercusión de público. Aunque tal vez lo

Án-

cinco nace y

anterior

tico;

rodaje vs,

geles caídos.

progreso (Julio Ludueña, 1971),

Hallewyn (Miguel

la llegada de

Filippelli, 1971),

sivos (Edgardo Cozarinsky, 1971) o, incluso,

Se puede pasar por alto el tono socarrón

el

de la secuencia "La fiesta de los espíritus" en The Players

seguramente, Llegan finalmente las obras a

145

es contradictoria las

Hugo

Puntos suspen-

un

filme apenas

En este sentido, Grupo de los cinco

Santiago.

de Fischerman hacia

el

y problemática: aunque los directores de "La

cámaras despiertas" son publicistas como los del

los cinco,

procuraban una vía diferente para

resol-

ver las relaciones entre cine, compromiso social y producción comercial. Julio Ludueña hace explícito ese enfrentamiento:

directores-productores ante los meca-

nismos institucionalizados de distribución. Podría decirse que Esa red de cineastas aparece claramente delineada en Edgardo Cocon Alberto Fischerman y Hugo Santiago", en Cine & Medios, núm. 3, verano de 1970. zarinsky, "Hacia el ideograma. Diálogo *2

Miguel Grinberg,

op. cit, p. 38.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

146

EL HAPPENING PESIMISTA el

cortometraje que realizó para

el

acto en Santa Fe criticaba a

Mosaico porque, en lugar de promover te

independiente, buscaba seducir

con un crédito

En

ese

al

un cine auténticamen-

mercado y

panorama heterogéneo de

fines

los setenta, The Players

convirtió rápidamente

el cine político, el

en un punto

de los años sesenta

vs.

Ángeles caídos se

(el

no

Grupo de

La persistencia de ese recurso viene a denunciar que la

de representación

mucho más de lo que proclamaban

permitían admitir. Es posible ahora redimensionar

de Eisenstein sobre

el

el

o se

comenta-

montaje griffithiano enunciado más

aniba a propósito de La pieza de Franz. Porque mientras, en ese caso, el aislamiento de las dos series era

filmes del

donde

el

Grupo de

ternancia es

realizador intentaba

los cinco,

en cambio,

un

una el

resultado

síntesis,

en

recurso de la

no los

una convención que directamente nunca aparece

cuestionada. Cincuenta años después de Griffith, los jóvenes

misma normativa cinematográfica. Y puesto que repiten los procedimientos, no dejan de estar atados a un determinado modelo de cine. No se trata de un cineastas trabajan sobre la

mero

detalle formal sobre la disposición

de los planos, sino de

noche de

cultural. Maestras, traductores

las

cámaras

y vanguardistas,

en La máquina pp. 223 y 224.

despiertas", op. cit,

Ángeles caídos resiste

The

tentación de organizar

la fácil

un mecanismo de

articulación en pa-

Lo que es particularmente notable en una obra que, por mismas características dramáticas y espaciales (dos bandos;

ralelo.

sus

los Players

y

los Ángeles; dos espacios: el set

naturalmente a ese

luces), parecía prestarse

y

la parrüla

modo

de

de organi-

En cambio, pone en escena un tipo de configuración como propone Adorno en su ensayo "Transparencies on Füm [Diapositivas sobre el füme]", permización.

visual radicalizada que,

te interrumpir el flujo afirmativo

de imágenes.

En

advertir ciertos

en

los filmes

efecto, a través

cambios en

un poco

y automatizado de

cadena

de ese texto tardío es posible

la actitud

"toscos

la

y no

de Adorno hacia

el cine;

profesionales" de los jóve-

nes realizadores alemanes nucleados alrededor del manifiesto

de Oberhausen entrevé

un

aspecto liberador que escapa a la

estandarización de la industria cultural

y vislumbra

la posibi-

de que los mass media puedan convertirse en algo cua-

litativamente distinto.

A

inveterado rechazo hacia

partir el

de

cine

y

allí,

revisa parcialmente su

acepta, al

menos, considerar

alguna forma cinematográfica alternativa aprovechable dentro de una teoría

crítica.

El disgusto

de Adorno hacia

en gran medida por

el

cine había estado motivado

de su soporte fotográfico y por sus mecanismos de representación, que permiten duplicar el

mundo Beatriz Sarlo, "La

vs.

su material de acuerdo a

lidad al-

tipo de estructuración narrativa de la

A diferencia de los otros filmes del Grupo de los cinco,

los cinco,

cine experimental), sino, sobre todo, porque

un

sentido que permanece

el

como aceptada de manera estos filmes, en apariencia tan mo-

que deberían abjurar.

Players

supuesta modernidad de esos filmes era sólo superficial y que, en realidad, permanencían enraizados en modos convenciona-

allí

organizar

Significativamente

dernos, remiten a

sólo por-

En su artículo sobre el filme, Filippelli rescata la ausencia de montaje paralelo, y eso le permite establecer una diferencia fundamental con las otras películas del Grupo de los cinco en las que su uso exacerbado aparece como un resto de la narración

querido

a una estética tan difundida

acrítica.

reenviaba todas esas líneas en una dirección original.

rio

fiel

se financiaba

de referencia,

que era un lugar de múltiples cruces

les

particular

estatal.'^

y comienzos de

clásica.

modo de

un

147

la calidad

empírico. Ese valor analógico define

ideológica porque cual es. Es lo

una complicidad

promueve una aceptación de

la realidad tal

que se expresa en Dialéctica del Tluminismo:

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

148

La industria cultural tiene

tendencia a transformarse en

la

un

conjunto de protocolos y justamente por ello en irrefutable [...] La nueva ideología tiene por objeto

profeta de lo existente el

mundo como

elevar la

tal.

Adopta

el culto del

mala realidad -mediante

exacta posible-

al

ción, la realidad

la

hecho, limitándose a

representación

más

reino de los hechos. Mediante esta trasposi-

misma

se convierte

del derecho. Bello es todo lo

que

la

en sustituto del sentido y cámara reproduce.^^

No

obstante, ahora

puede reconocer algunos puntos de

sistencia en ciertos postulados de

mundo los

una

exterior

dialéctica cerrada, sin escape posible,

no

es otra cosa

hechos mostrados en

que

el filme.

la

donde

el

simple prolongación de

Años después. Adorno man-

tiene su posición crítica:

re-

las vanguardias: si la falsa

que inhibe un uso artístico del posible reaccionar contra esa condena apoyán-

objetividad fotográfica es lo

medio, sólo es

dose sobre la producción de

(Adorno propone una subjetiva) la

modos de

experiencia subjetiva

recreación objetivista

y la toma de

de

la experiencia

conciencia sobre la intencionalidad de

representación. La clave de este proceso radica

diferenciación entre técnicay tecnología,

Se trata de

149

a equipararse: mientras

que

la

en una

que en el cine tienden

primera se refiere a la

compositiva, la segunda pertenece al

clara

mecámca

medio de (re)producción.

Obviamente, para poder construir una estética del cine es necesario olvidar su origen tecnológico y trabajar sobre sus posibilidades técnicas:

El proceso fotográfico del film, principalmente representacional, confiere al

objeto

una

significación intrínseca

mayor -en

La naturaleza reaccionaria de cualquier estética realista es

tanto ajena a la subjetividad- que la otorgada por las técnicas

hoy inseparable de su

estéticamente autónomas; éste es

mativamente

cine

en

el

disuelve

proceso histórico del

el

arte.

aspecto retardatario del Incluso cuando

y modifica sus objetos tanto

como

el film

le es posible, la

nunca es completa. En consecuencia, no habiuna construcción absoluta: sus elementos, por más abs-

carácter de mercancía. Al reforzar afir-

la superficie

fenomenológica de

cie

como

si

se tratara de

una empresa romántica

enfrenta al

lita

caiga en la artesanía ni se deslice hacia el

que sean, siempre conservan algo representacional;

nunca son valores puramente

estéticos.

lismo.

La respuesta obvia hoy,

montaje que no

interfiere

con

en una constelación análoga a

Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, Dialéctica dél Uuminismo, Buenos Aires, Sudamericana, 1987, pp. 177 y 178. Theodor W. Adorno, "Transparencies on Film", en New Germán Critique, núm. 24-25, otoño-invierno, 1981-1982, p. 202. (Todas las traducciones de citas cuyas referencias se encuentren en otras lenguas me pertenecen.) Para un análisis de la actitud de Adorno hacia el cine, véase Miriam B. Hansen, "Introduction to Adorno, Transparencies on Film (1966)" en el mismo número de New Germán Critique. Hansen destaca la importancia del cineasta Alexander Kluge (cuya práctica, a su vez, había sido influida por la Teoría Crítica) en la promoción de esos cambios den-

[...]

El film se

dilema de encontrar un procedimiento que no

desintegración

tractos

la sociedad, el

realismo desestima cualquier intento de penetrar esa superfi-

mero documenta-

como hace cuarenta años, las cosas sino la

de

que

las

es el

organiza

la escritura.*^

pensamiento de Adorno. Sobre Adorno y el cine, véanse también, Miriam Hansen, "Mass Culture as Hieroglyphic Writing: Adorno, Derrida, Kracauer", en New Germán Critique, núm. 56, primavera-verano, 1992; y Andreas Huyssen, After the Great Divide. Modernism, Mass Culture, Postmodemism, Bloomington, Indiana University Press, 1986 [trad. esp.: Después de la gran división. Modernismo, cultura de masas, posmodemismo, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2002]. " Theodor W. Adorno, "Transparencies on Film", op. cit, pp. 202 y 203. tro del

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

150

Por supuesto, no es tan claro que esa "'respuesta obvia" deba

Historia"

concentrarse exclusivamente en

blar

resa aquí es la opción por

un

el

montaje, pero lo que inte-

vínculo crítico (no afirmativo de

percepción convencional) entre técnica, materiales y contenidos frente a una difundida fetichización de la tecnología del la

medio.

Como

escribe

Por eso, en lugar de lenguaje, Burch prefiere ha-

Modo

de

151

de Representación Institucional: allí identifica

sistema que combina

un

un

tipo de relación entre espectador

y

representación propia del proscenium theatre, la profundidad espacial del Quattrocento

y

tiempo narrativo

la claridad del

de la novela realista del siglo xix, mientras que, simultánea-

Eduardo Grüner:

mente, borra las marcas de esa construcción para naturalizar lenguaje analógico y diegético del cine, en efecto, es -de

el

todos los lenguajes artísticossión de

en

la

el

una reproducción fiel de

que mejor permite

la

la ilu-

naturaleza y por lo tanto,

terminología de los formalistas rusos, de automatiza-

ción rutinaria de la percepción. Pero es al

mismo tiempo

el

lenguaje que, por razones técnicas, tiene la mayor potencia

para producir una radical desarticulación de esos automatismos perceptivos truir las real,

ciar

[...]

Es porque

el

cine es capaz de cons-

formas más verosímiles de representación de

y convalidar

denomina una perspectiva burguesa. La

año de El gabinete del Dr.

(el

Wienne, que es presentado como ese modelo); pero diferentes

el

modos

Calligari, de

Robert

primer cuestionamiento a alternativos subsisten

en

y son recuperados por las vanguardias -tanto década de 1920 como en la segunda posguerra- para

varios frentes

en

la

cuestionar las tradiciones de representación.

En

efecto, frente a esa

forma dominante de representación

del cine realista clásico (pero

también frente

al

realismo bazi-

que se apoyaba en una supuesta ontología fotográfica), modernismo eligió un modelo crítico que derivaría hacia lo

niano, el

sentacionalismo}^

él

articulación de esos códigos completó su institucionalización

hacia 1919

lo

y no a pesar de ello, que es también capaz de denunmás profundamente las ilusiones ideológicas del repre-

que

lo

que Wollen denominó counter-cinema. Así explica el surgimien-

En

que surgían en Oberhausen y que cautelosamente entusiasmaban a Adorno se sostenían, como todo el

efecto, los filmes

cine moderno, sobre

transparencia.

ción

En

una

revisión crítica de la noción de

esa estrategia radicalizada, la representa-

puede y debe convertirse en una

tación.

crítica

Noel Burch, por ejemplo, explica que su objetivo es

y

que, por eso, su análisis del cine primitivo intenta demostrar el

llamado lenguaje del cine "no tiene nada de natural ni

de eterno, que tiene una historia y que está producido por la

Eduardo Grüner, El sitio de la mirada. Secretos de Buenos Aires, Norma, 2001, p. 107.

del arte,

la

de

un grupo de

poHtico

con

el

filmes

comprometidos con

el

radicalismo

y la experimentación formal en abierto enfrentamiento

cine convencional.

Wollen destaca

la

A partir de un juego

interrogación crítica que

el

de oposiciones, counter-cinema

de la represen-

"construir las bases históricas para prácticas contestatarias"

que

to

imagen y silencios

injinito. Contribución a la genealogía del Madrid, Cátedra, 1987, p. 16. Véase también Noel Burch y Jorge Dana, "Propositions", en Afterimage, núm. 5, verano de 1974. En el primitivo cine europeo y americano o en el cine japonés, Burch encuentra complejas formas expresivas antiilusionistas que demuestran que se trata de un sistema artificial de dispositivos que reprime otros modos representacionales. El Modo de Representación Primitivo (mrp) es el tema de El tragaluz del infinito, mientras que el cine japonés de preguerra es objeto de análisis en Noel Burch, To the Distant Observen Fonn and Meaning in the Japanese Cinema, Berkeley, University of California Press, 1979.

Noel Burch, El tragaluz del

letiguaje cinematográfico,

EL SILENCIO Y SUS BORDES

152

EL HAPPENING PESIMISTA

hace de los códigos del cine de Hollywood: transición narrativa

(exposición lineal y teleológica); identificación emocional

con los personajes; transparencia representacional (enmascaramiento de los medios

de producción); espacio diegético simple,

y homogéneo; clausura textual de una ficción que funciona de manera autónoma y armónica; promoción de un placer narrativo que tranquilice al espectador.^o sin duda, Viento del Este (Vent d'est, Jean-Luc Godard, 1969) es una instancia unificado

privilegiada, aunque esa misma forma de reflexión audiovisual ya se anticipaba con claridad al menos en Dos o tres cosas que sé de ella (Deux ou trois dioses que je sais d'elle, 1966), en La

y en Week-end (1967). Mientras Godard repite la imagen de un falso indio y un soldado a caballo, se nos advierte: "Primero, Hollwood hace creer que este reflejo de un Chinoise (1967)

caballo es es

un

caballo

y,

luego, que este reflejo de

más verdadero que un verdadero

un

caballo

caballo. Holl3nvood

hace

más verdadero que un indio real verdadero que un soly que sobre el caballo hay un actor más la opresión sin reprodenunciar ¿cómo dado". La pregunta es: ducir sus mecanismos?, ¿cómo formular ideas revolucionarias sin articular un nuevo lenguaje? creer que este indio de cine es

En América

Latina, los postulados del counter-cinema en-

carnaron en ciertas películas del llamado Nuevo Cine Latino-

caso de

La hora de

los

153

hornos o de Memorias del subdesarrollo

(Tomás Gutiérrez Alea, 1968); aunque, de nuevo,

puente más

el

productivo entre la vanguardia política y la vanguardia estética

va de Jean-Luc Godard a Glauber Rocha. cineasta brasileño aparece

en

No

casualmente

Viento del Este, parado

en una

bifurcación de caminos e invitando a seguir la ruta del cine: "es vs.

un

cine peligroso, maravilloso" dice

Ángeles caídos

cano ni

al

no pertenece

ni al

el

nuevo

The Players

allí.^'

Nuevo Cine Latinoameri-

movimiento de cine experimental. Pero Fischerman

no porque se coloque a mitad de camimisma distancia por afuera de ambos. Por un lado, a pesar de que muchas veces se lo asoció con el cine experimental, nunca formó parte de esa tendencia.

tensa esos dos polos:

no, sino porque se sitúa a la

Narcisa Hirsch,

una

figura representativa de ese movimiento,

niega claramente la influencia o la pertenencia de Fischerman,

aun cuando reconoce rasgos experimentales en The Players Ángeles caídos. Desde butario de

esa perspectiva, el

xm formato convencional de

füme aún

resulta

vs.

tri-

representación que

el

experimentalismo rechaza.^^ Por otro lado, su inflexión política entre líneas

nunca

llega a convertirlo

Aunque tanto Fischerman como mecanismos

publicitarios

relación entre estética

y

en xm filme

militante.

Solanas incorporan ciertos

y trabajan sobre formas

abiertas, la

política es claramente diferente

e,

in-

americano: aquellas que intentaban eludir las restricciones del

neorrealismo

tal

como

era usualmente traducido en América

Latina (acercándolo al estilo del realismo socialista y, por lo tanto,

transformándolo en una forma reaccionaria que se

refu-

una voluntad instrumental de testimonio y denuncia) menos, combinarlo con un estilo más experimental. Es el

giaba en o, al

21

Sobre los

modos en que

el

cine latinoamericano absorbe

diferencia del cine político europeo,

y,

a la vez, se

pueden consultarse Jim Pines y Paul

Willemen (eds.), Qiiestions of Third Cinema, Londres, British Film Institute, 1989; Mariano Mestman, "Entre Argel y Buenos Aires: El Comité de cine del Tercer Mundo" (1973-1974), en Gerardo Yoel (comp.), Imagen, ‘política y memo'ria, Buenos Aires, Libros del Rojas, 2002; y Teshome Gabriel, Third Cine^na in the Third World. The Aesthetics of Liberation, Michigan, umi Research Press, 1982.

Véase Peter Wollen, "Godard and Counter-Cinema: Vent d'Esf, en Philip Rossen (ed.), Natrative, Apparatus, Ideology, Nueva York, Columbia

sobre el cine experimental argentino", en Film,

Unlversity Press, 1986.

1995, pp. 34

2“

22

Aldo Paparella, "Almuerzo en

y

35.

la hierba. Entrevista

núm.

con Narcisa Hirsch 13,

abril-mayo de

EL SILENCIO

154

EL HAPPENING PESIMISTA

Y SUS BORDES

como Solanas y Getino sostienen que La hora de los hornos es un film act o una film action, The Players vs. Ángeles caídos podría definirse -por oposición- como una action filming. Ambos conceptos rescatan el carácter inconclu-

cluso, antagónica. Así

so y participativo de la obra, pero la noción de film action el

pone

acento en la vocación abiertamente militante; se trata de

un

una práctica política concreta. Hay, allí, entre ambos momentos, una continuidad activa que los involucra en una misma entidad. Lo que interesa no es la película sino el acto vivo de su proyección: "El film se niega como tal, se abre ante los participantes y se asume como acto"^^ La film action no establece más que una distinción programática entre el objeto película, la toma objeto en movimiento construido para derivar en

y los hechos revolucionarios que deberían cederse como una consecuencia natural. Lo que denomino

de conciencia

tion

filming en cambio, resaltaría

velocidad al

la

y

objeto; a la

espontaneidad de

manera de

la

la action

derrame en que la obra cede

al

el

modo en que

-como en

el

un

desborda sobre

diferencia del cine clásico, se

ha desplazado desde

su rodaje. construir el

el

hay algo

La autonomía formal de

un modelo



posterior

mismo aunque,

a

que

confrontar con

él

a partir de su

Fernando Solanas y Octavio Getino, "Hacia un tercer cine: apuntes y de un cine de liberación en el tercer mun-

do", op. cit, p.

42.

En

ese punto del Este,

apropiación de ciertas consignas modernistas el

counter-cinema

que no lograría integrar su doble estrategia de radicalización): crítica

de

la

unidad, la continuidad y la clausura narrativas que

proporcionan una falsa totalidad armónica, cuestionamiento de las estrategias de transparencia que borran la materialidad

y sus condiciones de producción, rechazo de los códide verosimilitud que promueven una aceptación pasiva del

del filme

gos

mundo viesa

ficcional.

Hay, obviamente,

un límite que Godard

atra-

en Viento del Este mientras que Fischerman permanece

del lado

de acá. Es evidente que The Players atrás,

vs.

Ángeles caídos

en Una mujer

es

(Une femme est une femme,]edcnrLvic Godard, 1961):

una mujer

musical, el sistema de citas, los

En Antonioni

muchas

elecciones de la Generación

hay, ciertamente,

un brusco cambio de

respecto del cine anterior; pero con Godard se produce

una ruptura lugar,

mecanismos de interpretación

modelo de Antonioni, que apenas unos

años antes caracterizaba a

estilo

genéro

tono lúdico y desenfadado. Sin embargo, aun con ese interesa la opción por Godard porque indica un cam-

bio notable frente al

del '60.

el

radical,

como

si el

cine recomenzara desde otro

apoyándose sobre nuevas premisas

creadoras.^"^

obra no está destinada a

a espaldas del cine dominante (como en

experiencias para el desarrollo

cine político).

(aunque también, a menudo, de una manera más esquemática

desfasaje,

del protocolo estético

la

la

el

Godard anterior a Viento

de manera más violenta y más abiertamente política

definiría

la obra.

filme hacia el evento que constituye

cine experimental), sino a

23

con

la obra. El resultado sigue

objeto artístico cerrado sobre

que explica

al

sobre la representación y la narración que

la inspiración.

una acción

(como en

encuentra su modelo más

caso de la film action- en la action filming el pro-

ceso de realización

siendo

hacia

lo

actoral, el

al artista

crítica

el azar, la

painting es una especie de

repentismo de

la película

ac-

producción se incorporan

Hay un movimiento fluido que envuelve En lugar de desbordar

su-

deconstrucción

Fischerman se aproxima

155

2^* La distinción entre ambos cineastas está trabajada por Rafael Filippeen "Apuntes sobre el cine moderno, Antonioni y Godard", en Punto de Vista, núm. 43, agosto de 1992. Fischerman podría ubicarse en ese limbo donde modernismo y modernismo político se separan y se conectan a la vez. Ese pasaje está nítidamente reflejado en la política editorial de Cahiers du dnéma: de la inflexión teórica de los sesenta al extremismo maoísta luego de la revuelta del '68, tal como lo describe Antoine de Baecque, en Les Cahiers du dnéma: Histoire d'un revue, vol. ii: Cindua, tours détours, París,

Ui

EL SILENCIO

156

En The Players vs. Ángeles mecanismos con que

los

Y SUS BORDES

caídos,

EL HAPPENING PESIMISTA

Fischerman revierte todos

discurso realista logra su fluidez

el

mismo

usándolos en contra de ese

discurso,

y,

produce su "desar-

ticulación" para dejar a la vista los dispositivos

y

le

que lo sostienen dan continuidad. La noción de discontinuidad aparece tra-

bajada en un doble sentido. Por un lado, desde

de

la representación, se

real

y

el

el

punto de vista

diluye la distancia entre

el

contexto

contexto imaginario de la obra. Sin abandonar nunca

su vocación de

película utiliza

artificio, la

una locación

real (el

estudio de filmación), aprovecha las improvisaciones o los

mo-

aplica a los espacios

de

un mismo lugar

donde transcurre

(el

set

157

el filme.

Se trata siempre

de filmación) que, sin embargo, muta

continuamente y permanece como un espacio informe: nunca es posible conocer sus dimensiones, su orientación o la relación entre sus diferentes sectores. Las primeras dos escenas, por ejemplo, muestran sendos despertares (un pareja)

en habitaciones

distintas;

hombre

solo,

unirá las dos habitaciones y revelará que conformaban un mismo espacio. Por otro lado, desde un punto de vista estructural, la planificación

hace un extendido uso del

falso raccord

mentos en que los intérpretes no actúan e incorpora a su ficción

montaje discontinuo. De este modo, en lugar de suturar

momentos

inevitable entre los planos para producir

del rodaje. Resulta

ron puestas en escena para turadas por la cámara

para presentar

e,

uniforme sino narrativos

y

un

los

definir

qué acciones fue-

qué acciones fueron realizadas

espontaneidad.

No

es sólo

que

se

y el documental una circulación fluida e y ambos, no proyecta una superficie visual

al nivelarlos

indiferenciada entre

difícil

cámara, qué acciones fueron cap-

incluso,

un aspecto de

quiebra la distancia entre sino que,

la

el registro ficcional

establecer

al

territorio

escarpado asediado por los saltos

cambios de tono. Dicho de otra manera:

lejos

sión sino que, incluso, introduce el corte dentro de

plano para generar un cortocircuito

un

y,

por lo tanto,

un sentido (dado que el sentido supone un espacio homogéneo donde pueda funcionar como un continuo). Esa misma discontinuidad se obliga a

esfuerzo de visión para construir

modernismo y modernismo

político

en

el

véanse David Rodowick, The Crisis of Political Modernisin: Criticism in Contemporary Film Theory, Berkeley, University of California Press, 1994; John Orr, Cinema and Modernify, Cambridge, Polity, 1993; y el debate entre Peter Wollen, f"Ontology' and 'Materialism' in Film", en Screen, núm. 17, vol. 1, primavera de 1976) y Annette Michelson ("Paul Sharits and the Critique of Illusionism: An Introduction", en Projecied Images, Minneapolis, Walker Art Center, 1974). cine,

and Ideology

un mismo

donde la imagen habría

como un continuo de manera natural. El mismo enel mismo espacio y el mismo personaje pero realizando distinta:

a diferencia del fundido encadenado que

permitiría mostrar el paso del tiempo

como un

aquí es una aceleración brusca que empuja hacia adelante.

No

captura

misma manera, cuando ta se detiene o

Cahiers du ciiiéma, 1991. Sobre

allí

en suce-

discurrido

cuadre,

y

del

superficie fluida

ble el corte para evitar la compatibilidad de dos planos

una acción

de manifiesto su irreductible incompatibilidad

y

hiato

una lectura de la secuencia visual sin saltos), el corte introduce permanentemente una interrupción: por congelado de imagen, por intercalación de pantallas en negro o por simple ausencia de raccord. Pero Fischerman no sólo hace visi-

nítida entre la situación profílmica

escena filmada pone

una

el

(que permitiría

de establecer una continuidad, la ausencia de una separación la

una

pero luego, una panorámica

el

al

tiempo sino que

los Players

flujo continuo,

plano en un salto

De la

lo desgarra.

cantan en playback,

la cin-

hace que rostros masculinos entonen con voz

femenina, y viceversa. El montaje, entonces, funciona sobre un principio general de discontinuidad ya que, en vez de ligar los planos, coloca obstáculos entre ellos. El filme

opera a partir de

un

distanciamiento y

un

des-

montaje generalizados, aprendidos en un cruce de Brecht con el

estructuralismo

y cuyo propósito -en

los

términos de Bar-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

158

thes-

es,

precisamente, "reconstruir

EL HAPPENING PESIMISTA

el 'objeto'

en esta reconstrucción se manifiesten

de

las reglas

modo que

Players

de funcionaticas:

miento

(las

de este objeto"^^ En esa intersección

'funciones')

de diversas líneas de pensamiento, son los propios filmes los

que se proponen como una reflexión sobre sus modos de producción de sentido. Para

la teoría cinematográfica,

eso permite

incorporar la reflexión sobre cultura de masas a la discusión ideológica

utilizarla

y

táculo. Si el

marxismo

contra los mecanismos del cine-espechabilita

un proceso de

Significativamente, las nociones de "conciencia"

y de

"estruc-

en un mismo sintagma en el título de un libro de Oscar Masotta, que fue, junto con Eliseo Verón, uno de los impulsores del estructuralismo en Argentina: en sus tura" aparecen unidas

trabajos se advierte

con (a

el

marxismo

(a

que

las

conexiones del análisis estructural

través de Althusser)

través de Lacan)

y con

el psicoanálisis

forman parte de un mismo horizonte de

época.26 Este entorno ideológico es

una presencia fuerte en The

Ángeles caídos y se traduce en sus operaciones esté-

vs.

interrupción del flujo visual por cortes internos

discontinuidad del montaje que rompe asincronía entre imagen

modo

tal

que

las

y

el

Roland Barthes, "La actividad tes perspectivas

25Z

estructuralista",

en Ensayos

críticos,

Barce-

Como testimonios de esos cruces entre diferen-

plano,

sonido, fragmentación dramática de

acciones quedan desprovistas de

un

y de

vínculo

teleología

del relato, indeterminación de códigos interpretativos debido

a la imposibilidad de diferenciar entre

y

lo

no

ficcional,

personajes, variable.27

desmontaje de

la

régimen de ficción

el

unidad psicológica de

Esa negatividad

crítica

poéticas vanguardistas impide

que

que

la

el filme

importa de

Pero

que

el

como

se verá

manera pasi-

en las secciones que siguen,

lo curioso es

carácter participativo de la obra parece tensionarse entre

una forma de construcción consciente de caos de el

las

atención del espectador

sea absorbida por la representación y sea fijada de va.

los

que pasan a funcionar como actantes de identidad

una ceremonia

colectiva



y

abandono

el

al

más o menos informe. Entre y una actitud aleatoria

control razonado sobre los materiales

o indeterminada,

muy

presente en las estéticas de la época;

es decir, entre el antülusionismo dialéctico

lona, Seix Barral, 1983, p.

al

raccord entre planos,

lógico de causa-efecto, ausencia de linealidad

concientización

y de reflexividad, el estructuralismo permite ver el funcionamiento de la obra como un sistema de relaciones variables.

159

y programático de

Adorno y la espontaneidad alógica y dionisíaca de

las "ilumina-

ciones profanas" que Benjamín exaltó en las vanguardias.

durante los años sesenta, véanse Laura Mulvey, "Visual Plea-

and Narrative Cinema", en Screen, núm. 16, otoño de 1975; Jean-Pierre Oudart, "Notes pour une théorie de la représentation" en Cahiers du dnéma, núm. 230, 1971; Jean-Louis Comolli y Jean Narboni, "Cinema/Ideology/Criticism" en Leo Brandy y Marshall Cohén (eds.), Eilm Theory and Críticism: Introdiictory Readmgs, Nueva York, Oxford University Press, 1998; y la serie de artículos de Jean-Louis Comolli, "Technique et idéologie", en Cahiers du sure

cinéma,núms. 229, 230, 231, 233, 234, 235, 241, entre 1971 y 1972. El libro de Oscar Masotta es Conciencia y estructura, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1968. El mismo vínculo tenso entre las citas de Marx y

en el libro de Eliseo Verón, Conducta, estructura y comunicación, Buenos Aires, Jorge Alvarez, 1968. Sobre el impacto de estas perspectivas en el ámbito cultural de la izquierda ilustrada en Argentina y, en particular, sobre el carácter emblemático de la figura de Masotta, véanse Oscar Steimberg, "Una modernización 'sui generis'. MaLévi-Strauss se advierte

sottaA^erón",

en Susana Celia

(dir.).

La

irrupción de la

crítica,

Historia crítica de la literatura argentina, dirigida por

Noé

tomo

10 de

Buenos Aires, Emecé, 1999; Alberto Giordano, Modos del ensayo. Jorge Luis Borges-Oscar Masotta, Rosario, Beatriz Viterbo, 1991; y Carlos Correas, La la

Jitrik,

operación Masotta, Buenos Aires, Catálogos, 1991. 27 Por un lado, esto último implica una resistencia a la construcción psicológica del personaje y su reemplazo por la categoría de actante (Greimas) o

que se define en función de las acciones que son asignadas (y que él permite hacer mteligibles) dentro de una estructura. Por otro lado, eso supone -consecuentemente- la ruptura con el modo de actuación "realista" a la manera de Stanislavski o el Actors' Studio: obstaculización de la memoria emotiva en favor de un distanciamiento que impide la identificación, el anclaje psicológico y la interiorización de los conflictos. participante (Barthes); es decir le

EL SILENCIO

160

EL HAPPENING PESIMISTA

Y SUS BORDES

En su

El cine como arte aleatorio

crítica a los soportes artísticos tradicionales, Jean-

Jacques Lebel afirma mediante

En

el folleto

del cine Loire, The Players

vs,

y usted. ¿Por qué

nuevo cine en Argentina?".

El

el

novedad por

nía esa

idea de

un

la

de fines de

nociones

más

la

mismo

modo

ción efectiva

monólogo y

las

el

como un gran paraguas

con-

allí

donde

el teatro

la

una

serie

Para Lebel, los

el

happening es

único medio que permite afrontar

arte

rrealista

mecanismos

del happening (en

que

plazada por una idea de creación entendida

la

como proceso o

siglo.

Las aspiraciones de

el arte

una obra

sensibilidad su-

destaca su capacidad para

y,

animado obviamente por

sobre todo, agresión contra

posible.

la

el

propio medio

época del rodaje de The Players

hacen los cuadros"), finalmente alcanzaba

sueño de Lautréa-

medios convencionales y crear nuevos sentidos o [...]

Así en-

la agresión, agre-

sión contra la supuesta convencionalidad de los espectadores

abierta

En

arte

el arte del siglo xx,

tendido, el arte está

de la se-

de Un coup de dés y pasando por la definición de Duchamp sobre el espectador moderno ("son los observadores quienes el

en

una

contra-sentidos a través de la yuxtaposición radical

y aparecían como culrninación y superación de una arte moderno que, partiendo del movimiento textual

mont acerca de un

la

destruir los

evento coral, participativo e indeterminado) sintonizaban con tendencias que habían eclosionado en

y

obra es des-

28

curva del

eterno

contemporáneo a través de la intensifirenovación de la percepción. Y Susan Sontag, que

problemas del

cación

el

esnob, excéntrico, intrascendente, divertido o bohemio.^^ Pero

colectiva

un

de discursos.^^

incorpora ese fenómeno a la tradición de

gunda mitad de

al

cual se fundan el

pintura nos proponía

manera imprevisible y contradictoria todo aquello que fuera considerado joven, moderno, festivo, ceptual que albergaba de

ciertas

el

de percepción

y la pintura- es un fraude? En fin, el happening nos ofrece medios muy superiores a esos procedimientos unilaterales. Nos propone un cambio y una colabora-

una presencia frecuente en y la trivialización de fenómeno del happening El

el

bien, a la divulgación

térrnino happening funcionaba

'además, los

retórica:

teatro, la literatura

tiempo, defi-

década de 1960 y se asociaba a

nociones) introducidas por

las

y, al

comienza a comprender que

cual recurrimos actualmente -y sobre

un

intervención activa del espectador. La

arte participativo era

los discursos (o,

cine-participación es

¿Se

breve texto promocional preten-

día resaltar la originalidad del filme

una interrogación

Ángeles caídos se

anunciaba como "Una película que está hecha por actores, técnicos, realizador

161

sión de

artístico.^o

vs Ángeles caídos, la ilu-

una película-happening aparecía como un desarrollo Al amparo del movimiento internacional de los nuevos

hecho por todos. 29 p.

30

Así lo señalan, por ejemplo, John King, "El happening", en El Di Telia desarrollo cultural argentino en la década del sesenta, Buenos Aires, Ga-

Jean-Jacques Lebel, El happening Buenos Aires,

Nueva

Visión, 1967,

26.

Susan Sontag, "Happenings: an Art of Radical Juxtaposition", en Against Nueva York, Anchor Books, 1990, p. 270 [trad. esp.: Contra

Interpretation,

glianone, 1985; y Madela Ezcurra, "La palabra happening en los medios de información masiva", en Oscar Masotta et al., ¡Happeningsl, Buenos Aires,

del la interpretación, México, Alfaguara, 1996]. Para una caracterización happening véanse también Michael Kirby (ed.), Happenings. An Illustrated Anthology, Nueva York, Dutton & Co., 1965; y Mariellen R. Sandford (ed.),

Jorge Alvarez, 1967.

Happenings and OtherActs, Nueva York, Routledge, 1994.

y el

EL SILENCIO Y SUS BORDES

162

EL HAPPENING PESIMISTA cines (que cuestionaban los

y de

tación)

raban

modos

las prácticas estéticas

al cine

tradicionales de represen-

de vanguardia (que incorpo-

como componente en

las

performances o en los

ampliado considerablemente. Fischerman podía entonces

como un

manera

estar pautadas de

rigurosa); idealmente

y público

desaparecería la distancia entre ejecutantes

eventos plásticos), los límites de lo cinematográfico se habían

nir su filme

pueden no

163

unos

son considerados actores ni los otros receptores pasivos) de

modo

que debería establecerse una comunicación

tal

defi-

diaciones;

'%appening^esmÁsX.a!\

(ni

o

lativo

no hay argumento,

"literario",

constituyen

sino

una

un

es decir

significado

meacumusin

de unidades discretas que no

serie

un encadenamiento

lógico

(lo

que Michael Kirby

denomina "estructura insular o compartimentada"); y por esa misma razón, los conceptos de comienzo y de final tienden a diluirse (o, como dijo Joñas Mekas, los acontecimientos "se funden lentamente en el mundo, se mantienen así algún tiempo, y se disuelven de nuevo imperceptiblemente"). Hay sobre todo la

un momento, en The

Players

vs.

Ángeles caidos, en que

voluntad del happening se hace evidente: "La

espíritus filmada

táneamente por

por

el

Grupo de

fiesta

de los

los cinco", registrada simul-

y luego compaginada presenta como uno de los tan-

los cinco realizadores

por Fischerman. La secuencia se

con La tempestad y corresponde al momento en que Próspero planea deslumbrar con su magia a la joven

tos intertextos

que forman Fernando y Miranda: convencido del legítimo amor que se profesan, Próspero le pide a Ariel que reúna pareja

Imagen del

11.3.

Museo

La

ilusión

de una película-happening. (Gentileza

a los espíritus del

amantes.

del Cine Pablo Ducrós Hicken.)

En el

bosque para celebrar

happening es

brido

un fenómeno

formado por una

y comunicacional

hí-

de acciones sucesivas o simultá-

serie

neas organizadas dentro de

estético

una estructura y basadas en una

manipulación creativa de la relación hacia/entre los asistentes con

el

objeto de producir

percepción. Las acciones sadas,

un

fuerte

desacomodamiento de

la

son indeterniinadas (no son improvi-

ya que por lo general hay

un scriptáonáe son minucio-

samente diseñadas, aunque, a la vez, dentro de ciertos límites,

o

como una

nupcias entre los

filme de Fischerman eso se traduce

podría ser la fiesta de lanzamiento de El

las

como lo que

una campaña publicitaria

especie de cóctel excéntrico

y moderno que hu-

biera sido importado directamente desde el Instituo Di Telia. La

celebración es filmada por varias unidades (cada

una

a cargo

de los cineastas del Grupo de los cinco) que se entremezclan

con

la

gente y pasan a formar parte de

distancia entre el registro

y

lo registrado.

varios de los elementos usuales

dad de acciones, estructura

la acción,

diluyendo la

La situación posee

en un happening: simultanei-

alógica, rescate

de

lo efímero

imprevisto, supresión de la distancia entre artistas

y

y

lo

especta-

EL SILENCIO

164

EL HAPPENING PESIMISTA

Y SUS BORDES

dores. El actor Clao Villanueva, incluso, reconoce

que durante

"La fiesta de los espíritus" los intérpretes dejaron pasar la opor-

tunidad para tomar la película en sus manos. Ese filme, abierto

a lo imprevisto, a

la participación colectiva

irrepetible, anticipa la estructura (incluso

espacial) del rodaje

momento

de "La noche de

las

un grupo

y a lo

Aunque

objeto filme.

mismo

del

la película

de Fischerman participa

impulso desestructurante que

no puede

ser considerada

un

el

happening en

happening.

En primer

cámaras

lugar, su soporte material y técnico pertenece a lo que Lebel denomina "arte del pasado"; está pensado para perdu-

despiertas", la parti-

como un happeningy rescata no

sólo la falta de planificación, la improvisación, la incorporación

y lo efímero, sino también su capacidad esfera del arte y convertirse en un modelo

del azar, lo instantáneo

para desbordar la

al

rigor

diferente de cineastas. Sarlo define esa

conspiración estético-política

Pero es cierto que lo que hay de happening en "La fiesta de los espíritus" pertenece más a la situación del rodaje que

en su simultaneidad

que tendrá lugar poco tiempo después aunque con cipación de

del

165

y repetirse de manera invariable: carece, por lo tanto, del aspecto único y fugaz que debería caracterizar al nuevo fenómeno. Pero además, mientras que el happening es un "medio de lo inmediato", el cine sería -según la fórmula de Oscar Masotta- "un medio de lo que de inmediato hay

rar

la mediatización del objeto". Para las teorizaciones con-

Aunque "La noche de las cámaras despiertas" acepta con mayor justeza ese paralelismo, algunos de esos rasgos -como se ve- no son del

temporáneas a su emergencia,

el

la distancia entre la obra

espectador, que, de hecho,

todo ajenos a la filmación de The Players

pasarían a ser categorías perimidas: no habría autores ni

de intervención poHtico-cultural de alto impacto.

vs.

Ángeles caídos.

en

y

el

happening debería

receptores sino asistentes que participan de

un

tiempo se encargaría de matizar esa ideología

momento,

incluso en ese

podía sino mantenerse filme res,

como

que

The Players

fiel

proceso. El

estética;

pero

Ángeles caídos no

una concepción más

clásica: el

un más o menos pasivamente. Hay una relaproceso ajeno a los espectado-

resultado de

lo reciben

a

vs.

diluir

ción mediada,

una

impuesta por

el registro

y temporal) que viene proyección. En todo caso, lo

distancia (espacial

y

la

que podría aceptarse es que ciertos rasgos de la estética del happening (que evidentemente dominó el rodaje) subsisten

en The Players asistiría al

vs.

Ángeles caídos. Se ve la película

como

se

registro filmado del happening que fue. Fischer-

ha preocupado, además, por imprimir a la compaginación una estructura de libre asociación entre escenas,

man

se

contraria a la noción clásica de

La fiesta de los espíritus: entre Shakespeare y el Di (Gentileza del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken.)

Imagen Telia.

11.4.

un

relato

que

En

se desarrolla

este punto, la

de manera continua, lógica y estructura del filme atenta contra las normas tradicionales progresiva.

EL EL4PPEM7VGPESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

166

de organización narrativa.^^ Mientras pasan los títulos de comienzo, un viejo integrante de los Ángeles caídos explica a Clao (que aspira a ser aceptado en

el

grupo) por qué, cuando

aparecieron los Players, ellos debieron exiliarse en las galerías

"Un día

superiores del estudio: cieron.

Tuvimos que venirnos

mos recuperar nuestro

sitio sin

llegaron, peleamos,

aquí.

conseguirlo.

de escribir

historias, es

como

za,

La película comien-

en cierto modo, una vez que ha terminado de narrarse

historia. el

quería Borges: en lugar

ellas.)

También

tiempo de

la

una vez que ha terminado En todo caso, lo que hace el

se podría decir:

las narraciones.^^

diría

tema, en darle variaciones inesperadas" en este caso "no hay

mejor imaginar que ya existen para

poder discurrir libremente sobre

esbozado, lo abandonan. Estos conatos de relatos son la única

forma de narración que Fischerman conserva. O, como

Y los buenos

a la

sus resonancias poéticas. (Tal

informes y diversas, las escenas parecen destilar un aislarlo, se interrumpen y, apenas

iniciales

tema; pero en cuanto logran

consiste el

En eso

manera de prólogo, fuera del filme, está ya el núcleo narrativo; las acciones no agregarán nada en el sentido de un desarrollo sino que se dedicarán a expandir Allí,

A partir de situaciones

a través de asociaciones y resonancias.

Barthes en "Literatura y discontinuidad": mientras que en la estética tradicional todo el esfuerzo "consiste en disfrazar el

Desde entonces intenta-

juego. Ellos son los buenos, nosotros los malos.

siempre ganan".

nos ven-

167

variación, sino solamente variedad,

mente combinatoria".^^ Ese rasgo centrífugo de plicidad

y a

la dispersión

como la vida,

que tiende a

relato

la multi-

también es destacado por Karlheinz

es imposible de explicar

como un acontecimiento

que se desarrolla normalmente... Ya estoy harto de obras que

van de un

principio a

nes posibles".

un

nización de los materiales no progresa de

lidad.

a

En

cierto

medida que

cierto fin, sin

A la manera

geles caídos se presenta

lineal sino

un

Stockhausen, compositor emblemático del período: "Mi música,

filme es desplegar (no desarrollar) esa idea originaria: la orga-

manera

esta variedad es pura-

y

modo,

ir

en todas

las direccio-

de Stockhausen, The Players

como un filme en

se niega

vs.

Án-

estado de disponibi-

constantemente en tanto obra:

se hace, se deshace. Las secuencias

no vienen a

colocarse unas detrás de las otras sino unas encima de las otras,

Happening no tiene ningún argumento, ninguna historia y, por lo tanto, ningún elemento de suspenso (lo cual, posteriormente, obligaría a la satisfacción del suspenso). El Happening trabaja creando una red asimétrica de sorpresas sin clímax ni conclusión; en vez de las relaciones lógicas del arte en general, las conexiones alógicas de los sueños" (Susan Sontag, "Happentngs: an art of radical juxtaposition", en Escribe Sontag: "El

desdibujándolas y olvidándolas. Se trata de una progresión que supone, de manera contradictoria, el borramiento de las motivaciones psicológicas, la precedencia dramática causales.

Lo que sucede no deja

rastros.

Nada

se

y

fija,

los

nexos

nada per-

Against Interpretation, op. cit,p, 266). 32 No es un dato menor que The Players vs. Ángeles caídos haya sido la última película rodada en los estudios Lumiton, por otra parte uno de los

mite proyectar los contenidos hacia adelante. La austeridad

pocos que aún sobrevivían a fines de los años sesenta. Para ese entonces, la industria cinematográfica estaba en bancarrota y la perfecta maquinaria del studio-system local se hallaba desmantelada. Si la estructura dél cine de estudios se asentaba sobre una usina de narraciones, el filme de Fischerman surge en un momento en que parece necesario un recambio de los modelos de representación. Quizás, entonces, tampoco haya sido una casualidad que

permiten conferirle funciones múltiples y variables; las acciones se insinúan y se desarman como si, a cada momento, fuera

el director eligiera trabajar

re se despidió del teatro.

sobre

La

tempestad, la obra con la

que Shakespea-

misma del espacio, su

carácter abstracto, su pobreza referencial

posible reformular las reglas del juego; los personajes carecen

33

Roland Barthes, "Literatura y discontinuidad", en Ensayos

cit, p.

222.

críticos, op.

EL

EL SILENCIO Y SUS BORDES

168

de una identidad definida

Brown, es un buen ejemplo: consiste en una partitura de vein-

sabiéndose dentro de una repre-

y,

sentación, ensayan constantemente cambiar sus máscaras para

ticinco páginas independientes

adaptarse a los roles que, en cada ocasión, les toca en suerte

se deja a la libre

interpretar.

Aquel a quien

varía de

pintan unas cejas y unos bigotes

le

169

HAPPENING PESIMISTA

una

cuyo orden de superposición

voluntad de los intérpretes

interpretación a

y

por lo tanto,

otra.^"^

malévolos, en la escena siguiente puede cambiar su maquillaje

por uno de payaso.

Femando y ha enseguida

le

Y si alguien se

queja, porque interpretaba a

sido desplazado de su rol durante los ensayos,

responden: "hacé de Ariel" El füme parece regirse

por lo indeterrninado y por el azar. Ése es el vínculo entre la puesta en escena y la actuación, entre el montaje y lo filmado, entre la película terminada

una de esas John Cage-

y su

"la

me, arrojado a

morfología de

-en palabras de continuidad"; es decir, debe

la

consideración no porque autorice diferentes

cifra allí

experiencia en

el

la

un material, en cierto modo infor-

interpretaciones sino porque

y

en su momento, cada

instancias está obligada a proveer

hacerse cargo de estmcturar

la lectura

visión:

impone una responsabilidad de

su única salvación. Sin duda, Cage (cuya

Black Mountain College, en 1952, está en

origen de los happenings) es

un modelo ineludible

para

Y esto en el doble

ta de control sobre los materiales.

indeterminación y del azar, esos términos:

la

en

la

tipo

terminología de Cage,

tal

el

como pueden

fal-

sentido de

diferenciarse

azar se refiere al uso de algún

de procedimiento aleatorio en

el

esa dirección avanza Marjorie Perloff, que utiliza las lecture-

poetry de

acto de la composición.

Music of Changes y su uso del I Ching -paxa ordenar y coordinar elementos de los diagramas en la partitura es un ejemplo

por ejemplo,

Así,

una pieza musical para

ser ejecutada

de ma-

neras sustancialmente diferentes (es decir, la obra existe de

un

manera que

de

modos

el intérprete es

las

Zen

stories

de lo indeterminado".

aparecen

como

las expectativas

narraciones

que generan:

sistema de representación es reemplazado por

un

sistema

de ejemplificación en el que el método de presentación, referido a los materiales presentados, se convierte en un modelo del cual se infiere el sentido.

En

el "arte

plar" de Cage, el sentido inferido es

cómo suceden sucede

ni,

las cosas

de presentación ejem-

que sólo podemos saber

pero nunca sabemos

muy

bien qué

mucho menos, por qué?^

Y el propio John Cage se refiere a sus obras como si fueran obras en disponibilidad, sin comienzo, medio ni fin: "Comienzan en cualquier parte, duran lo que sea... No son, por lo tanto, objetos preconcebidos y acercarse a ellas en tanto objetos es un error. Sólo son ocasiones para la experimentación"^^ Fischerman, que poseía una sólida formación musical (había estudiado con

Mauricio Kagel), conocía bien la obra de Cage, así como la de Amold Schónberg, Alban Berg y los compositores modernos

The Music ofJohn Cage, Cambridge, Cambridge UniVéase también Richard Kostelanetz, John Cage (ex)plain(ed), Nueva York, Schirmer Books, 1996. 35 Marjorie Perloff, The Poetics of Indeterminacy: Rimhaud to Cage, Illi-

confrontado con una variedad

singulares de interpretarla). Twenty-five pages, de

James

Pritchet,

versity Press, 1993, p. 108.

nois, tal

definir las "poéticas

despreocupadas por satisfacer

34

perfecto de esto. La indeterminación, por otro lado, se refiere

a la habilidad de

Cage para

el

un tipo

de organización estética que pretende experimentar con la

En

Northwestern University Press, 1981, pp. 3 15 y 3 16.

John Cage, Silence. Lectures 1968,p. 113. 35

and

Writings, Londres,

Marión Boyars,

EL

EL SILENCIO Y SUS BORDES

170

En su

del siglo XX.

decisión de sustraerse a

un

control inten-

combinando lo indeterminado y modelo de Cage siempre resultó tentador para

cional sobre los materiales, lo azaroso, el

adjetivar los particulares les caídos.

En

el

movimientos de The Players

momento

vs.

Ánge-

de su estreno, Edgardo Cozarinsky

reduciría al niínimo

Pero

nunca conoció nada parecido, y aun dentro contexto internacional contemporáneo es un film descon-

del

certante, quizás único: se llama The Players

y desde

la

proclama des de

semana pasada, en un sótano de la

necesidad de

un arte

un

vs.

Ángeles caídos,

la calle Corrientes,

una intervención consciente sobre

los ele-

mismo

al

tiempo, habría que preguntarse hasta dón-

de pueden llevarse estos paralelismos y qué aplicación efectiva pueden tener en el eme estas equivalencias más o menos me-

el

El cine argentino

171

mentos compositivos.

tafóricas.

escribió:

HAPPENING PESIMISTA

cine

A

no

diferencia de la literatura, la inscribe sino

esa diferencia determina azar o

un

la pintura,

partir del registro,

y

con

el

tipo de relación diferente

con lo imprevisto. Porque ya no se

trata

de un agregado

que introduce nuevas resonancias sino que

desestabilizador lo

que compone a

música o

dado, lo informe,

el

punto de

es

partida.

saludable desorden, las bonda-

Los cineastas -escribe Noel Burch- han debido acomodarse a

aleatorio.

su presencia, de buen o mal grado, desde los primeros tiem-

La caracterización del filme significativa

como

como obra

aleatoria es fuertemente

categoría de oposición frente al cine comer-

más convencional. Se trata de una idea que flotaba en el aire y, de hecho, una descripción similar surge en otras críticas de la época. Máximo Soto, por ejemplo, dijo: "Este ensayo casi de creación automática, aun cuando aparenta estar aplicado a narrar un sinnúmero de acciones, una lucha de bandos en pugna, se transforma en ima reflexión sobre la incapacidad de revelar cial

las apariencias"^^ El arte aleatorio (su

de los materiales)

y la

sometimiento a

creación automática (su

como

la

abandono

improvisación del free jazz o

mo de la actíon painting remiten a un tipo de

casi total

en

la estación

el cine:

de

éste aparece,

Lumiére instala su cámara en

la Citotat

hace girar

influencia

el

andén de

y espera la llegada del tren.

la manivela,

Cuando

pero en cualquier caso es

manos

la puesta en es-

cena: la acción del film consiste esencialmente

en trayectorias

el

azar quien tiene enteramente en sus

y gestos imprevisibles: los de los pasajeros que bajan del tren, los

de

la

gente que espera en

al flujo

el repentis-

organización que

Y, sin

el

andén.^®

embargo, explica Burch, ya en ese filme temprano se ad-

un

por controlar

punto de

determinación del comportamiento plástico

vista,

son

38

porque parte del

las variables

controlar para constituirse del tópico de la hoja

el azar:

de la acción dentro de

del tren, delimitación

lo indeterroinado

Edgardo Cozarinsky, "¡Llegaron los Players!", en Primera Plana, núm. 338, 17 de junio de 1969, reproducido en Néstor Tirri (comp.), op. cit, p. 71; y Máximo Soto, "The Players vs. Ángeles caídos", en El Heraldo del Cinematógrafo, reproducido en el dossier "La crítica en Argentina: una compilación", en Film, núm. 44, disponible en:
elección de

vierte el intento

tado. Es que, precisamente

com.ar>, 2001.

una

la lógica

espontáneo de la inspiración), a los que podrían agregarse otras

modalidades

pos. Al principio, por otra parte, el azar tenía

como

en blanco,

Noel Burch, Praxis del

cine,

que

el

un

espacio aco-

registro, el azar

y que ha tenido cine

discurso estético. el

cierto

A diferencia

cuadro cinematográfico es

Madrid, Fundamentos, 1985, pp.

1

14 y

1 1

5.

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

172

un espacio

atestado desde

comienzo. Componer es eliminar,

el

acomodar, encauzar ese caos. Esa tensión es constitutiva. Por lo tanto, ¿cuál es,

función del azar, lo no intencional,

cine, la

al rodaje.

Se podría pensar, entonces, que

allí

hay una

de las fórmulas del relato decimonónico, ha existido la

mente, los rodajes que tienden a prescindir de planificación

Desde que

contrapartida utópica de

de Griffith sistematizaron

los filmes

un

cine

que

se desarrollaría de

ma-

nera autónoma y casi sin control por parte del realizador. El sueño de las vanguardias es la imaginación de un cine puro, es decir,

un

arte del

en primer

movimiento y del tiempo. Lo cual supo-

lugar, deshacerse

de una narración orgánica.

resultan caprichosas, entonces, las leyendas

alrededor del rodaje de The Players

definido,

anécdotas sobre

Ángeles caídos, según

libres

o a intuiciones difusas. En

la filmación, las

escenas de la peKcula son

objet trouvé que sale al encuentro del director a

da que éste deambula por lación. El

se tejieron

respondiendo a estímulos imprevistos, a entusiasmos

momentáneos, a asociaciones

como un

vs,

que

No

avanzaba escandalosamente sin un rumbo

las cuales el trabajo

las

previo

representación (que pronto impuso su dominio) a

un modo de

ne,

La posibilidad de una mayor espontaneidad está directamente ligada con la ausencia de un plan o de alguna forma de guión disposición de lo aleatorio y de lo imprevisto por encima de cualquier forma racional de organización; pero significativa-

lo imprevisto?

partir

en

173

el

obligan a

al

modo

tal

que

el

que sucede,

momento de

organización de los materiales sólo habría sido desplazado

de una etapa a otra de la realización.

Como

deseable) prescindir del guión en tanto

si

fuera posible (o

mapa que

orienta el

no de aquello que lo funda y lo justifica: la existenen que se diseña la arquitectura del filme. instancia una cia de Cuando Fischerman reconstruye la experiencia del rodaje de

rodaje, pero

The Players

vs.

Ángeles caídos, dice:

Nadie sabía qué era

lo

que estaba haciendo,

capricho, por la inspiración

medi-

me movía por

momentánea, trabajaba

el

casi sin

planes, la película se iba estructurando sobre la marcha y sin

estudio en busca de alguna reve-

poder de

trabajo de montaje (es lo

por ejemplo, con Godard). De

guión. Todo era aparentemente arbitrario. Creo que todos

propio Fischerman fomentó esa idea de una creación

espontánea sólo rendida

un complejo

sufrido

la inspiración:

mucho

han

por no tener puntos de referencia durante

el

proceso de filmación. Pero, por mi método de trabajo, no poAl principio había algo parecido a

cantidad de gente reunida en probarlos para

un film

nada parecerá

fácil esta

[...]

juega la vida de

con

el

ausencia de plan, que es

llado: plano, contraplano, vital,

galería

pura:

la ilustración

pretexto de

un método

de un guión deta-

panorámica con referencia a X. Toda

en cada corte de montaje, en cada sonido

una imagen,

la

vibración de

día darle pistas a nadie.^°

una

Únicamente para quien no entienda

más exigente y riguroso que decisión es

una

una experiencia

se

un momento.^^

Citado en Edgardo Cozarinsky, "íLlegaron los Players!", op. pp. 72 y 73.

cit,

Fischerman sostiene que durante "una especie de dictador

y para qué

se filmaba

la filmación se convirtió

totalitario"

en

ya que nadie sabía por qué

cada plano. Es que, por tratarse de

trabajo colectivo, la relativa facilidad

con que se impone

la

un au-

sencia de objetivo o intencionalidad entre los colaboradores

de

un rodaje no hace

sino aumentar -de

manera inversamente

Citado en César Maranghello, "Alberto Fischerman, el en Néstor Tirri (comp.), op. cit, pp. 29 y 30.

sabía escuchar",

hombre que

EL SILENCIO Y SUS BORDES

174

EL HAPPENING PESIMISTA

proporcional- la conciencia de la composición los materiales del al fin

y

ensayar

al

lado del realizador.

No

y

el

control de

compromiso que estaba dado por absolutamente todo: cambiar

lidad,

toda

desde

la el

un demiurgo que orienta según su voluntad demás personajes prisioneros en la isla (en reatrama es una cadena de controles y sometimien-

usurpador Antonio hasta

el

O

tal

podemos romper

el

encuadre,

actores,

como un Próspero oculto,

el

cineasta gobierna

y encauza sus elementos compositivos: bajo el aparente caos narrativo se transparenta una serie de decisiones formales que manipulan

los materiales

dos efectos. tan: "Yo

En una de

andaba por

y

las

aquí,

los

tros

escenas musicales, los Players canes el

mundo,/ tengo todo

trabajar".

Cada verso

es

entonado por

un personaje distinto en despreocupada y caótica continuidad, como si (en consonancia con la letra de la canción) todas las piezas encastraran sin esfuerzo; pero es evidente que, por detrás

de esa fluidez aparentemente espontánea, hay

un delicado

trabajo de edición sonora. Del rodaje a la posproducción, es el director

quien decide.

muy significativo

el

A propósito

modo en que

en La tempestad Próspero apela a liberen con su aplauso,

de esta cuestión, resulta

concluye

el filme.

los espectadores

Así

como

para que lo

en The Players vs. Ángeles caídos e\ actor

Clao Villanueva increpa a

la

cámara en plano medio

gente que pretendió hacerme creer que

mente maneja ignoraba que yo iba a cambiar

Y yo no

los

director interrumpa, pode-

eso e igual se sigue filmando. Quizás

el

la película...

si

noso-

En su

el texto

real-

que

me

quiero entrar tampoco en ese juego.

empezar de nuevo.

un

que

discurso, Villanueva se muestra decepcionado por-

el director

no cumplió con su promesa

inicial

sobre

una

transformación absoluta de las relaciones que conforman

una

película; pero

titud del cineasta,

aun

ese plano, que debería

termina incluido en

propio Fischerman.

Y en

impugnar

la ac-

filme por decisión del

el

este sentido, la resignación del actor

revela tanto su impotencia

como, quizás, una imposibilidad

estructural del medio: la pretensión de

una poética absoluta-

más allá de las posibilidades del cine. Al menos de un cine que aún cree en alguna forma de narración y que, por lo tanto, no se ha abandonado por com-

mente

aleatoria parecería estar

pleto al

automatismo experimental. Pero lo que importa aquí es vs. Ángeles caídos mantiene esos dos polos en

que The Players

tensión en el centro de la imagen cinematográfica.

una

y

el

no porque

Y

esa ten-

elección extrema, pues rehúsa definirse;

corto:

que

Es decir: la posibili-

título que indica: "Inventar los juegos".

sión irresuelta es

Hay un compromiso que tuvimos todos desde un principio, un había dado.

el

Mientras pronuncia la última frase, su imagen da lugar a

pero

Hubo

no pudi-

podemos poner nerviosos a

esperar que

destruir todo, la posibilidad de

el

tiempo para empezar/ Trato de encontrarle un lugar a todo/ pero sin esforzarme/ por

el

vez no quisimos. Podemos movernos,

hubiéramos destruido

dad de

fuerzan a producir determina-

ancho

podemos

mos hacer todo

que coartan su albedrío y les imponen determinadas acciones). Es evidente que,

cambiar

tosco Calibán, todos

son sometidos a designios superiores

los destinos individuales

nada.

mos hacer

destino de los

tos:

las reglas del juego,

juego, cambiar los juegos. Nadie hizo nada. Nosotros

tempestad: en la obra de Shakespeare, la figura de

Próspero es la de el

de cambiar

la posibilidad

debería olvidarse que,

cabo, los Players están reunidos en la galería para

La

175

se coloque a mitad de

automatismo, sino porque

insiste

camino entre en

el

control

practicarlos al

mismo

tiempo. Sin que se lo pueda asimilar a la escritura automática, a la ellos

música aleatoria o a

una misma

la actíon

paínting

actitud ante lo imprevisto

el

filme

y lo no

toma de

intencional.

Porque incorpora esa conspiración extrema de los elementos

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

176

accidentales que Raúl Ruiz, a partir de Benjamin,

denomina

inconsciente óptico: "todos estos elementos innecesarios, cu-

riosamente, poseen

un Corpus

una tendencia a reorganizarse formando

enigmático,

un conjunto de

signos que conspiran

contra la lectura usual de la imagen, agregándole

de inquietud y de sospecha" contra los Players, así

como

un elemento

Los Ángeles caídos conspiran

la ira

de los actores que integran

y amenazan con desbordar el cuadro conspira contra el director. En esa tensión la imagen libera sus virtualidades: muchos años después de la llegada del tren a la ese grupo desplazado

estación de la Ciotat, Fischerman vuelve a conseguir atestado.

Y al permitir que ingrese a la imagen ese

te óptico"

reprimido por

en cuestión

las

la institución

un

plano

"inconscien-

cinematográfica, pone

incluso las rupturas dentro de

versión oposiciondl del "la

se convierte

De manera

of Film

Siyle,

en

la

versión standard sobre el desarrollo del estilo (en la cual la historia del cine aparece

el

ria

(para la cual

cine narrativo mainstream

principio de organización fundamental")."^^

significativa, las

ma de

oposición: por

su obra

visible, los

del cine comercial, junio.

La

dos líneas que estructuran

un lado,

la

obra

aquellos filmes que constituyen

que narran de acuerdo a

como Los

pocilios. El

clínica del Dr. Cureta,

las

convenciones

hambre, Los días de

Las puertitas del

Sr.

López o Ya

otro lado, las películas vanguardistas cuya

no hay hombres;

línea de experimentación se define

como una evolución lineal que incorpora

ambas

en The Players

vs.

Ángeles

Raúl Ruiz, Poetics of Cinema, París, Éditions Dis Voir, 1995, p. 57. En arte en la época de su reproductibilidad técnica" y en "Pequeña histode la fotografía", Benjamin define la noción de inconsciente óptico con

mismas palabras: "La naturaleza que habla a la cámara es distinta de que habla a los ojos; distinta sobre todo porque un espacio elaborado inconscientemente aparece en lugar de un espacio que el hombre ha elaborado con conciencia. Es corriente, por ejemplo, que alguien se dé cuenta, aunque sólo sea a grandes rasgos, de la manera de andar de las gentes, pero seguro que no sabe nada de su actitud en esa fracción de segundo en que se alarga el paso. La fotografía en cambio la hace patente con sus medios auxiliares, con el retardador, con los aumentos. Sólo gracias a ella percibimos ese inconsciente óptico, igual que sólo gracias al psicoanálisis percibimos el inconsciente pulsional" (Walter Benjamin, "Pequeña historia de la fotografía", en Discursos interrumpidos i, op. cit, p. 67). Es evidente que Benjamin tiene en la cabeza las imágenes de Muybridge.

series

primer grupo de filmes ignora completamente

gundo, no incorpora ninguno de

al se-

mecanismos probados en

los

su laboratorio; pero por su parte, este segundo grupo no sólo

impugna las convenciones también cuestiona

"El

el

no hay más comunicación ni intercambio que una mutua negación. Si cada una desmiente a la otra, al mismo tiempo cada una es condición de posibilidad de

crítico

David Bordwell confronta

que

de Alberto Fischerman pueden distribuirse según este esque-

la otra: el

Oít fhe History

teleológica

modernismo de posguerra

dualidad entre la vanguardia y

seducción. Entre

En

una sucesión

vendría a revelar sus capacidades estéticas inherentes) con la

Caídos y se continúa en La pieza de Franz y Gombrowicz o la

bases mismas de la representación.

Modernismo

177

En

el

del mainstream sino que, al hacerlo,

resto de la obra del propio Fischerman.

sus películas comerciales

samente encontrar variantes voluntad de expresión

el director

estilísticas

artística

con

procura infructuo-

que permitan negociar

la posibilidad

de recep-

las

la

la

Ángeles caídos y de La pieza de Franz, Fischerman insiste, durante los años setenta y ción masiva. Luego de The Players

comienzos de

los ochenta,

en que

vs.

el

cineasta

y

el publicitario

of Film Sfyle, Cambridge, Harvard "Defending and Defming the Seventh Art: The Standard Versión of Stylistic History", y en el capítulo 4, "The Return of Modemism: Noel Burch and the Oppositional Program", Bordwell desarrolla extensamente los términos de esa confrontación. ^2

David Bordwell,

Urüversity Press, 1997,

On

the History

p. 84.

En

el capítulo 2,

EL

EL SILENCIO Y SUS BORDES

178

pueden convivir armónicamente en su obra: Los pocilios (episodio del filme colectivo Las sorpresas, basado

un

de

rio Benedetti) es la historia

en

relatos

cruel triángulo

de Ma-

amoroso que

un marido ciego; la trama de El hambre (episodio del colectivo De la misteriosa Buenos Aires, basado en relatos

incluye filme

de Manuel Mujica Láinez) tiene lugar durante la época de la conquista,

con

fuerte sitiado por los indios

el

y la población

nada para comer; Los días de junio intenta revisar de

la

la

un

cine "serio" (todavía

Grupo de cial),

un

impregnado por

los cinco sobre

cine pretencioso

un

las

la

y ajustan

premisa de

pretensiones del

cine de autor con rédito comer-

En La

clínica

al oficio publicitario.

de

de Meiji) y en Las historieta de Carlos Trillo y

la

y a un público masivo. Los filmes -dijo el director- procuraban combinar "la lucidez crítica de una hisel

cine de autor,

entretenimiento". Pero lo cierto es

costumbrismo y de

el

humor y

hombre

ideal

reflotan de golpe toda la tradición del

la picaresca

más

televisivos.

En Ya no hay

una mujer que imagina

y que luego deberá enfrentarse con

la

mate-

un efecto calculado estuvo misma concepción del proyecto: ¿cómo generar un proyecto que interese a un productor?, ¿qué quiere ver la gente?, ¿qué ingredientes debe haber en un fúme como para rialización

The Players

vs.

Ángeles caídos fue la única que

tuvo estreno comercial, aunque en una sala pequeña, durante

unas pocas semanas, y nunca fue reestrenada desde entonces. La pieza de Franz no sólo sufrió innumerables problemas de posproducción (que demoraron su finalización por casi veinticinco años) sino que,

además, su formato de mediometraje

siempre hizo inviable su exhibición en los cines. Gombrowicz

un

estreno convencional: se

cabo bajo la forma de

un workshop que

el

cineasta compartió

con estudiantes del Centro de Experimentación y Realización Cinematográfica del Instituto Nacional de Cinematografía. Pero si

estos filmes resultan invisibles, eso

una

cierta inadaptación ante las

no

es sólo el resultado de

convenciones de exhibición

sobre todo, la consecuencia de

una

poética radicalizada

el

que no exploran los posibles

hombres (una comedia romántica sobre al

baja productividad estética.^^

sino,

emees entre lenguajes; más bien apelan a un humor gmeso,

y

expresión individual y la recepción masiva que, en la práctica, supuso un escaso cuestionamiento de las convenciones y una

al

cine de entretenimiento

de teatro de revistas,

la

la historieta

López (sobre

mordaz),

de encontrar un punto de acuerdo entre

propuso como una larga investigación audiovisual llevada a

Horacio Altuna), en cambio, Fischerman prueba acercarse

torieta social (bien

tos fue la aspiración

o la seducción ni siquiera intentó la idea

del Doctor Cureta (a partir

que atraviesa a todas estas incursiones en géneros tan distin-

tas e invisibles.

y ampuloso, dominado por

de eficacia estética ligada

puertitas del señor

pero que comparten

ahí:

los efectos

restauración democrática

muy diferentes

más que exacerbar eso que había estado siempre

Los tres fümes de oposición, en cambio, son obras secre-

cuentas con viejos rencores, traiciones, afectos e ideales. Se trata de filmes

lo

179

sin

dictadura mediante las historias de cuatro amigos que se

reencuentran luego de

hicieron

HAPPENING PESIMISTA

que exige una recepción de desacostumbrada intensidad. Se trata

de obras

difíciles

plejidad perceptiva,

de

que

clasificar,

que exhiben una gran com-

resisten a la interpretación

y que,

in-

cluso, pueden parecer ajenas a cualquier intento de significado.

¿Cuál es

la historia

que cuenta La pieza de Franz? ¿Se esconde

algún sentido detrás de los juegos dramáticos de The Players

de su sueño), la idea de

presente desde la

obtener buenas recaudaciones? Pero estas especulaciones

no

Sobre los filmes más populares y comerciales de Fischerman en el contexto del cine argentino de los años ochenta, véase Diana Paladino, "El cine de entretenimiento, una industria de vacaciones", en Claudio España (comp.). Cine argentino en democracia. 1983-1993, Buenos Aires, Fondo Nacional de

las Artes,

1994.

EL SILENCIO

180

vs.

Y SUS BORDES

EL

Ángeles caídos? ¿Existe alguna estructura en esa sucesión

aparentemente informe que es Gombrowicz o la seducción? A primera

vista, estos filmes

tro de lo

tipo de narración

en

el

en la que

adoptan un

lo

libre

que

es decir,

un

las configuraciones estilísticas (que

cine narrativo suelen ocupar

demandas de no

parecen acomodarse fácilmente den-

que Bordwell denomina cine paramétrico,

un lugar restringido por las

los formalistas rusos

llaman

el

syuzhet)

juego inmanente propio del cine abstracto o

narrativo. Siguiendo la línea trazada por Bordwell, Kristin

como

variación o desvío respecto de ese

por esta razón, Bordwell sólo considera aquehacia allí. Se trata llos elementos que puedan ser reconducidos para incluirlos filmes de un reduccionismo que fuerza a los centro único

y,

en categorías preestablecidas y en

el

cual la narración clásica

deviene una naturaleza: no hay organización de la materia cinematográfica que pueda ser considerada al margen de ella.

De

modo, aquellas

este

narrativo (como sucede

películas

con

muy

alejadas de ese centro

las estructuras paramétricas),

son

en don-

Thompson define la forma paramétrica "como gobernada por un principio estructural en el que la motivación artística devie-

consideradas a partir de una hiperinflación estilística de la exacerbación de ciertos elementos formales tiende a do-

ne sistemática y central a lo largo de todo

niinar el syuzhet

el film; la

motivación

entonces configuraciones que son tanto o

artística crea

más

importantes que las estructuras del syuzhet"^^

Bordwell relaciona 1

diferencia se dirime

181

HAPPENING PESIMISTA

la

forma paramétrica con

en

to del serialismo dodecafónico

que, en

una

ambos

elección

casos, se trata

estilística;

el

surgimien-

años cincuenta puesto

los

de estructuras determinadas por

pero en

el cine, los

parámetros no son

abstractos ni matemáticamente precisos, de

manera

tal

que

aun las configuraciones estilísticas paramétricas cooperan de una manera sesgada para una comprensión más completa e intensa del filme entendido

"normales"

(así los

trola el sistema estilístico

un vehículo de

como una totalidad. En

llama Bordwell) de

el

sistema del syuzhet con-

modo tal que

ese proceso que guía

los filmes

al

éste funciona

como

espectador en la cons-

trucción de la fábula. Los filmes "normales", aquellos que establecido el

canon

narrativo,

son

los

han

que han propiciado ese

carácter esencialista del cine clásico de Hollywood. Cualquier

Thompson, Breaking the GlassArmor, Nueva Jersey, Princeton

University Press, 1988, p. 247. Véase también David Bordwell, Narration in the Fiction Film, Madison, University of Wisconsin Press, 1985, cap. 12 [trad. esp.: La narración en el cine de ficción, Barcelona, Paidós, 1996].

lo

que debería ser una vía

de acceso a la fábula. Bordwell sostiene todo su análisis de los procesos de comprensión narrativa sobre diferentes esquemas conceptuales

clara

percepción en su proceso activo de producción es La ventana indiscreta (Rear y testeo de hipótesis. El modelo Window, Alfred Hitchcock, 1954). Allí, Lisa le pregunta a Jeffrey:

que guían a

la

"Empecemos desde el principio. Contame todo lo que viste y lo que vos crées que eso significa". La insistencia de Lisa por comprender reproduce

la estrategia del filme

que sumimstra

infor-

film de ficción

y nos hace interpretarla. "Todo -explica Bordwell- hace lo mismo que La ventana

mación

sensorial

indiscreta:

que sintonicemos nuestra capacidad sensorial para luego captar deterininadas longitudes de onda informacional y historia"^^ traducir los datos recibidos en el formato de una

nos

solicita

digamos, formación poética que pueda resistirse a una produce lectura en térininos de prosa. El modelo de Bordwell a acuerdo de sentido para determinados filmes que funcionan

No hay,

las Kristin

y a obstaculizar

normas de

crítico

45

la narración clásica; pero el

problema

es

que

el

de relo generaliza y lo hace extensivo para todo tipo

David Bordwell, Narration in the Fiction

Film,

op

cit, p. 47.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

182

cualquier diferencia es reabsorbida y normalizada en un sistema único y omnipresente. De manera tal que resulta imposible una alternativa pura a ese modelo y en consecuenlato. Así,

cia, la

categoría de oposición deviene contradictoriamente sub-

de ese centro

sidiaria

En

al

que debería

este sentido, el concepto

enfrentarse.^^

de cine paramétrico no hace

más que narrativizar dentro de un molde filmes que, precisamente, intentan escapar

mptura

se recorta contra

un

clásico a aquellos

de esa norma: toda

centro institucionalizado

y,

pa-

radójicamente, sólo a condición de fortalecerlo. Sin embargo,

una ruptura lograría constituirse en alternativa únicamente en la

se piense como desvío respecto de una como deconstrucción de una normativa que se ha

medida en que no

esencia sino

naturalizado. ¿Por

qué no aceptar, simplemente, que hay

culas construidas a partir .sólo

de presupuestos diferentes a

deformantes de) los filmes clásicos? Así

vanguardistas de Fischerman ca

cindir

espacio, ni los personajes, ni los

fica

en

ellas al

pelí-

(y

no

las películas estéti-

modo pueden

de los schemata sistematizados por

se aplican

como

no tienen ninguna deuda

con sus filmes comerciales, del mismo

pres-

mainstream. Ni

el

el

mecanismos de representación

mismo uso que en

la

prosa cinematográ-

descripta por Bordwell. Es significativo

que

las tres

obras

transcurren casi exclusivamente en interiores, en estudios vacíos

que han sido despojados de toda función

Bordwell dice explícitamente que a ser reconocible por sus deformidades"

la estructura

ilusionista; es

paramétrica "tiende

Puede encontrarse una aplicación de este mismo enfoque cognitivista en Inez Hedges, Breaking tlie Brame: Film Language and the Experience of Limits, Bloomington, Indiana University Press, 1992. Además de que el corpus de pelladas límite que propone Hedges resulta altamente discutible -Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979); Último tango en París (Ultimo tango a Parigi Bernardo Bertolucci, 1973) Terrestrial

desafiar el

e,

inexplicablemente,

(ihid., p.

EX

183

EL HAPPEiVJiVG PESIMISTA

288).

El extraterrestre

(EX The

Extra-

Steven Spielberg, 1982)-, la noción de lo extremo se reduce a normal horizonte de expectativas con que se asiste a un filme.

decir

que no son

utilizados por la capacidad de los decorados

para imitar las características de las locaciones naturales sino, precisamente, por su base artificial. Los personajes, por su par-

carecen de una unidad psicológica sobre la cual proyectar dispositivos de identificación: son agentes mutantes, inesta-

te,

bles, sin

ningima continuidad o coherencia en sus conductas

funciones sin

La pieza de Franz representan diferentes instalarse en ningún personaje, los actores de

The Players

Ángeles caídos cambian de máscara lúdicamen-

(los

intérpretes de

vs.

seducción son

y los cuatro discípulos de Gombrowicz o la como médiums hablados por el ausente). Por último,

te

las accio-

nes que tienen lugar en los filmes se sustraen a la estructura clausurada del relato clásico: si bien se trata lineal, causal

y

de comportamientos reconocibles, obtienen su sentido de mecanismos asociativos que los ponen a funcionar dentro de un sistema de resonancias. Fischerman tación, pero tiende a eliminar

no renuncia a la represen-

en sus materiales

mente referencial. Esto no del mundo, por supuesto; pero

el

valor mera-

una desconexión respecto que la representación pueda

implica lo

tener de revelador no es su capacidad para hacernos reconocer

un exterior sino la distancia que deja en evidencia. En ese desmontaje de los códigos de representación tradicionales,

Fischerman interroga los supuestos sobre los que se

ha apoyado la realización cinematográfica y el lenguaje fílmico. "No es una imagen justa, sino justamente una imagen", se lee en un intertítulo de Viento del Este. Esa misma denuncia sos-

en The Players vs. Ángeles caídos: se trata de demostrar que no hay una verdad exterior que las imágenes vendrían a revelar con precisión sino, más bien, un

tiene la crítica del ilusionismo

sentido incierto que las imágenes ca se establece claramente qué

ahí:

construir.

hacen los Players en

cinematográfico; ni siquiera ellos

qué están

no dejan de mismos

el

Nun-

estudio

parecen saber por

abandonados a su suerte en esa galería desierta.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

184

aislados del

mundo

exterior,

forman una comunidad autosufi-

ciente obligada a hurgar entre los restos de

construir alguna idea de cotidianeidad.

mento, un camión llega desde de

utilería: valijas, sillones,

EL HAPPENING PESIMISTA

un

un

casco de soldado romano,

maniquí, una piel de leopardo.

Con todos

el

brazo

esos objetos,

y se transforman. Es que la galería es un espacio no regulado y los actores se mueven por sus pasillos buscando aparejos o utensilios para adaptarlos a un nuevo uso. Tal vez están ahí simplemente para ensayar una obra de

los Players se disfrazan

Shakespeare; o

tal

vez encontraron

el libro

entre los trastos

y

deshechos y han pensado que era la biblia de una civilización desaparecida. Todas las explicaciones están allí y por eso leen sus páginas como teólogos que buscaran desentrañar

los

algún sentido en

y

un texto

fundamental. El füme es autónomo

soberano: su coherencia ya

registro de

con

la

una

no

realidad exterior

se evalúa de acuerdo

y previa a

él,

con

el

sino de acuerdo

organización de sus propias estrategias para producir

sentido.

Cuando Fischerman afirma que su peKcula "no

trata

sobre algo concreto sino que lo concreto es la película en

de algún

modo

es posible entrever

allí

rial

de

el

carácter mate-

la obra.^^

En determinado mo-

retrato de Enrique Serrano, capelinas, galeras, capas,

de

problemático, que pusiera en primer plano

para

nada, atiborrado con objetos

la

un

un naufragio

185

sí",

ciertas ideas sobre el

modernismo cinematográfico esbozadas por Peter Wollen en la "Conclusión (1972)" agregada a su libro Siffts and Meaning in the Cinema:

El

primer impacto del modernismo en

los

el cine se

produjo en

años yeinte. Sin embargo -sostiene Wollen-, se trató de

un

contacto superficial y fue abortado en la década siguiente con el surgimiento del nazismo, la consolidación del realismo so-

y la rápida expansión del En ese contexto, dominado por el cine de Holljwood, "un director como Orson Welles podía parecer un iimovador, un experimentalista peligroso, Rossellini un revolucionario, Humphrey Jennings un poeta".^® El verdadero cambio debió esperar ciertos desarrollos que tendrían lugar más tarde, cialista, la

aparición del cine sonoro

cine norteamericano.

años sesenta y setenta, cuando se produjo el demorado encuentro del cine con el movimiento moderno en las otras

en

los

artes.

En "The Two Avant-Gardes" Wollen reconstruye

te entre cineastas abstractos

y

cine crítico:

deba-

cineastas posbrechtianos acerca

de qué forma de negatividad articularía mejor

Uis

el

la

noción de un

una vanguardia pictórica (Stanley Brackhage, HoSharits, Malcolm LeGrice) y una vanguardia

Frampton, Paul

literaria

0^ean-Luc Godard, Miklós Jancsó, Nagisa Oshima, Jean-

Marie Straub y Daniéle Huillet).'*® Para la vanguardia pictórica -a menudo dominada por im "materialismo ontológico"- la narración es

un elemento

cuela realista

exterior,

que fue impuesto por la

y que ha obturado las auténticas

es-

posibilidades de

expresión del cine. Por lo tanto, es completamente ajena a cualEl

punto de ruptura realmente importante

moderno] consistió en de

la

obra

idea o del

como

[...]

El

rechazo de

movimiento

la idea tradicional acerca

representación de algo más, se tratase de

mundo

texto de la obra en

nen

el

[del

real, sí

misma y

movimiento moderno permitió que

el

compo-

el artista inte-

rrogara su trabajo por vez primera, que lo viera

como

en

ciertas tendencias

de

la

pintura abstracta: es no na-

una

para concentrar la atención sobre sobre los signos que la

quier caracterización de la identidad del filme. El "filme puro" insiste

algo

^^7

Peter Wollen, Signs

and Meaning in

the

Cinema, Bloomington, Indiana

University Press, 1972, pp. 160 y 161. ^^Ibid, p. 156. Peter Wollen, "The Two Avant-Gardes", en Stndio International, no-

viembre-diciembre de 1975.

Y SUS BORDES

EL SILENCIO

186

nativo,

no representacional y

se sostiene sobre la opacidad de

los materiales para evitar cualquier atribución

imagen. Frente a ese completo rechazo de

de sentido a

la narración,

la

Wollen

(como también Stephen Heath, aunque desde una perspectiva diferente) considera

que

el

antiilusionismo modernista debería

cruzarse con la referencialidad propia del cine en

posbrechtiana" Intentando superar

una

"estética

ontologismo baziniano,

el

subordinación del fñme ante

el

evento pro fflmico por una con-

cepción esencialista de los materiales. La estética posbrechtia-

en cambio, propone un antiilusionismo que no

na,

presentacionalista.

No

se trata

de abandonar

la

es antirre-

representación

sino de mostrar los procedimientos que la articulan.

The Players

vs.

mismos

instrumentar en contra del cine clásico. Sin duda, la elección

uso de

el

la

obra de Shakespeare están determinados por ese

una metáfora

antiilusionismo brechtiano. Próspero es tista

que maneja a conciencia

El saber

los alcances

que Próspero ha aprendido de

ilusionista sólo para

pero, antes

que nada,

para hacer ver. sus trucos

mejor desmontar

Si

es el

que sabe y

los libros

el

lección.

él un un mago,

hace de

lo ilusorio: es

que usa los embelesos

engaña a los náufragos

y enseñarles una

y

del ar-

efectos de su arte.

es sólo para revelarles

En algún momento llama

"tramoya insustancial" a su arte y luego, cuando consigue su objetivo, abjura de esa "magia tosca" porque sabe que la fascinación que produce es efímera e rro

se

en la

isla

como una

irreal.

pesadilla de la

Próspero vive su destie-

que no puede

despertar,

toma venganza con encantamientos que vuelven a colocar

las cosas

bajo la luz de la verdad

y,

finalmente, cansado de

tanta ficción, pide a los espectadores que lo liberen del hechizo del teatro. Del

mismo modo, Fischerman

deja en evidencia los

ilusionistas del cine

artificios

187

mediante una

crítica

de los

que producen esa ficción de unidad y fluidez:

montaje discontinuo, sonido fuera de sincro, decorados que no ocultan su condición

artificial,

incorporación del espacio detrás

de cámara. El movimiento del filme va y viene permanentemente entre la representación y la puesta en evidencia de los resortes El

que

la

hacen

desmontaje de

tópico reiterado en

de

posible. la ilusión (el filme

el

cine de la

dentro del filme) es

segunda mitad de

siglo,

un

que

canonizó y se incorporó a la retórica ficción; pero Fischerman no incurre en el lugar común de

pronto se la

cristalizó, se

un

mostrar la representación por je

Ángeles caídos participa, a su modo, de ese

difundido debate a fines de los años sesenta y principios de los setenta acerca del tipo de ruptura que el cine moderno debía

y

mecanismos

materialismo ontológico no hace otra cosa que reemplazar la

el

HAPPENING PESIMISTA

EL

detrás de

cámara por

otro, tal

lado y la situación de rodacomo se hace vulgarmente.

Cuando eso sucede, la ficción y la no ficción suelen permanecer como espacios separados: ese aislamiento es, de hecho, la condición de posibilidad para ponerlas a dialogar. Ilusionismo

y distanciamiento son como

el

plano y

el

contraplano de una

conversación entre extraños, porque su simultaneidad aparente

no

es sino la consecuencia

The Players

de un ordenamiento sucesivo. En

Ángeles caídos, en cambio, la locación nunca in-

vs.

como decorado (no se trata de reproducir un nombre de los personajes coincide con el de los actores y el punto de pasaje en que una situación profílmica deviene escena dramática es indecidible. No hay re-

tenta disimularse estudio; es

un

estudio), el

no trabaja a partir cómoda oposición sino que surge de una fusión violen-

velación. El antiilusionismo de Fischerman

de una

ta (véanse,

que

la

por ejemplo,

cen

escenas musicales con playback, en

imposible identidad de

masculina produce tus"

las

donde

el

vista: la

extrañamiento; o

objeto película

el circuito

el artificio

el

de

un

un rostro femenino con una voz

anillo

y

"la fiesta

de los

espíri-

la acción de su registro estable-

de Moebius).

No

se oculta primero

para luego mostrar que era engaño. Todo está a la

producción de

la ilusión

y su

crítica se inscriben jun-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

188

EL

imagen. Por eso todo resulta excesivamente natural y excesivamente artificial a la vez (como en la publicidad); cada

tas

en

la

un dispositivo de amplificación del otro. Así, sin renunciar a los modos tradicionales del relato, Fischerman muestérmino es

tra

permanentemente su revés de trama.

En vez de suprimir o negar Players

de

vs,

la

Ángeles caídos propone

la narración.

La continuidad y

noción de narración, The

un uso

negativo o crítico

la fluidez del cine clásico se

una

discontinui-

dad y una fragmentación que eran suturadas a través de

la

nación. Pero entonces la narración no es necesariamente

imposición exterior que vendría a desviar

tución

y

que

es

como forma

un momento

discursiva.

el

na-

la

que

No hay aquí un reduccionismo narrativo (a la manera de Bordwell) sino un uso dialéctico de la narración y, en este sentido, lo que interesa son las potencias reprimidas que un aprovechamiento

crítico

pueda liberar. The Players vs. Ángeles caídos mma. los supuestos narrativos cuidándose de no

eliininarlos

por completo: narra todo

ra dispersa

y desbordada.

en su negatividad. Pero ese concepto de negatividad

historia. Es

más: como

enemigo de

si el

exceso narrativo fuera

El RUIDO DE LAS IMÁGENES

Heath- es su organizauna unidad orgánica; y la forma de esa economía es narrativa, la narratívizadón del filme."^^ En su opinión, lo que caracteriza al cine clásico no es tanto su pre-

"La economía clásica del filme -escribe ción, es decir

que

se trata de

David Rodowick-, como

rración.

No

como el

producción sino que, ante todo,

posibilidad de ese sistema, su fundación

lo tanto,

y su fuerza motriz

[...] Continuidad y discontinuidad, simetría y disimetría, sistema y negación están vinculados a través de una relación

el relato

Por lo tanto,

la

negatividad diseña

un

permanentemente renovable de discontinuidad que

debe recuperar.^®

David Rodowick, The Crisis of PoUtical Modemism: Criticism and Contemporary Film Theoty, op. cit, pp. 183 y 184. Sobre las estrategias antiilusionistas del modernismo, véanse también Robert Stam, Reflexivify in Film and Literature, Nueva York, Columbia University Press, 1985; e Ismail Xavier, O discurso cinematográfico: a opacidade e a transparmcia, San Pablo, Paz e Terra, 1977. so

marcas de su

las contiene. (Las contiene,

también, porque las incluye.) Al organizar fiere

las

una

sistemática estabilidad

el flujo, el relato

que permite centrar

introduce

el

movimiento dentro de

manera, entonces,

si la

porque en

la

base de

la visión.

Pero de la

narración viene a resultar

la

como un

con-

la repre-

sentación, contrabalanceando la inevitable perturbación

es

por

en un doble sentido: porque tiende a refrenarlas pero,

nente básico en tanto funciona

Ideólogo in

carácter aglutinador de la na-

vuelve necesariamente invisibles

una simple antítesis del sistema del relato; es la condición de

potencial

nunca una el principal

la narración.

tensión de transparencia

dialéctica ineluctable.

tiempo, pero de mane-

ignorar la narración

se sostiene todo relato, volviéndola

ser entendido -escribe

el

intentara demostrar que es

filme de su pureza

perturbadora, desbordante e irrecuperable. Es decir, leyéndola

no debería

si

posible narrar continuamente sin llegar a construir

indispensable de su consti-

En lugar de

Como

una

supriniir esa contradicción, es posible acentuar esa disconti-

nuidad básica sobre

189

permanentemente

sostenían sobre la condición fundamental de

original, sino

HAPPENING PESIMISTA

que

misma

un compo-

dique de contención,

representación cinematográfica hay

un exceso fundacional que

el

cine clásico logra acotar gracias

Stephen Heath, Qtiestions of Cinema, Bloomington, Indiana University Press, 1981, p. 43.

EL FL4PEEJV/ATG PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

190

se

a los dispositivos del relato.

Y

ese exceso

propio de todo discurso fílmico sino que

no sólo

es

un

rasgo

han reunido cuatro

critor

que define su función

estética.

En

The Players

este sentido,

y

Juan Carlos Gómez (doctor en Administra-

y Alejandro Rússovich (profesor de filosofía y hacendado) intercambian sus recuerdos del maestro. La charla pronto deriva hacia otras dimensiones

de rodeos a

Thompson-

como una ma-

existe

nera potencial de ver cualquier filme, puesto que ninguna carga narrativa o cualquier otro tipo de motivación puede

contener completamente la materialidad de las bandas de

imagen y de sonido.

(dibujante), Jorge Di Paola (es-

ción)

se vuelcan hacia la desproporción.

El exceso -escribe Kristin

y

periodista),

vs.

Ángeles caídos. La pieza de Franz y Gombrowicz o la seducción son películas excesivas que desbordan los parámetros del relato

discípulos argentinos del célebre Witold

Gombrowicz: Mariano Betelú

precisamente, lo

es,

El cine narrativo clásico

de Hollywood

intenta minimizar nuestra concentración sobre el exceso su-

la figura

al flujo

que pretenden acercarse a través

fantasmal de Gombrowicz: imitaciones,

dramatizaciones, paráfrasis de sus textos, documentos, fotos y testimonios de quienes conocieron al escritor durante su pro-

longada estancia en Argentina.

que

el escritor

El subtítulo del filme

y habría que tomar esto en un doble sentido. Los cuatro hombres representan a Gombrowicz porque lo interpretan, hacen de él, lo imi-

narrativo

burlan y lo admiran a la distancia. Rússovich

dice del escritor: "Yo lo interpreto,

Otros filmes, en cambio, pueden redirigir nuestra atención

desde una concentración exclusiva sobre la narración hacia estilo

y

el

material

no

el

estructurado.^^

anuncia

será "representado por sus discípulos"

tan, lo parodian, se

bordinando los aspectos materiales del filme [...]

191

entonces entiendo algo.

hago de

él,

Mi interpretación es,

hago como

al

mismo

un modo de comprender". Pero además, Gombrowicz

él;

y

tiempo,

es repre-

sentado por sus discípulos porque están

allí en lugar de él y por Puesto que no puede hacerse presente, ellos lo sustituyen. Alguien dice: "parecemos espiritistas convocando un cadáver" él.

Se podría

argumentar que Las puertitas del

nica del Dr. Cureta es evidente

también trabajan sobre

que en esos casos

Sr.

la

López y La

clí-

desmesura; pero

y,

lo grotesco o la fantasía carecen

de todo impulso transgresor: son elementos absolutamente do-

mesticados para adaptarlos a los usos

en

en todos

más convencionales de final,

la

comedia costumbrista. Mientras que

los filmes comerciales

de Fischerman necesitan elirninar o atemperar toda desmesura,

sus filmes vanguardistas

no hacen

otra cosa

que permitir

su emergencia. "La locura está en el orden de las cosas: basta

exagerar

una

línea, insistir

cuenta", dice alguien

Esta película,

en

sobre

Thompson,

objeto

en Gombrowicz o

un poco más de

op. cit, pp.

la

la seducción.

efecto, podría pensarse

sobre el exceso. Alrededor de la

Kristiii

un

como un

propone como una sesión de espiritismo

en

ellos,

en una habitación que replica

la calle

pobre cuarto del escritor

como un cuerpo poseído que queda exangüe

luego de ser abandonado por él.

el

Venezuela, Rússovich incluso se enferma debido a

esa encamación,

rado de

Gombrowicz encama

pero parece elegir sobre todo a Rússovich. Al

En

Gombrowicz,

el espíritu

que se había apode-

la

definición de Di Paola: "Rússovich

es

Gombrowicz. En

no hay sólo una

repetición;

tratado

mesa de un bar en penumbras.

259 y 260.

efecto, el filme se

a través de la imagen. Alternadamente,

casi siniestro". (Por esa

la

imitación

me

no imita a

parece que

hay algo perturbador. Hay algo

razón todos se quejan de los cmeles

apodos que inventaba Gombrowicz: un apodo es una forma de posesión.) Fischerman desarrolla una inflexión original de

EL SILENCIO Y SUS BORDES

192

la representación fflmica

en

la

que

EL HAPPENING PESIMISTA

lo abstracto

Si la película

cobran una expresión fuertemente material.

un documental

indefinido

y lo

no

permite reconocer que se trata del diferentes. Es decir: la

193

mismo texto en dos lenguas

onomatopeya

es lo

único que

significa.)

imágenes son

Esta escena, que enhebra lo infantü, el exceso

y

despojadas de la dimensión concreta que les permitiría repre-

do, es la perfecta condensación del principio de

inmadurez tal

es

una

biografía o

es

porque

las

es el gran ausente); pero lue-

sentar

un cuerpo (Gombrowicz

go, sin

embargo, son obligadas a materializarlo de una manera

negativa

resistente: representaciones abstractas construyen,

y

a través de la conversación, tral del

una configuración sesgada o espec-

recuerdo.

Interesante quiere decir penetrante.

bala

sante'

un

tipo interesante.

Como cuando se dice: 'una

pulmón'. O: “una mujer está en estado intere-

porque algo

Gómez

la penetró, algo la transformó".

Esa forma distanciada de la penetración, teatral y afectada, método de Fischerman. Consciente de que sólo es

ópfínp al

posible acercarse a la

memoria a

través de rodeos,

o la seducción acecha a la figura del escritor bitado por su singular

modo

tre

Y

Gombrowicz

y acepta ser ha-

de expresión. Imitar, traducir,

adaptar son connotaciones asociadas con tación.

son, indudablemente, el

la idea

de represen-

punto de intersección en-

y una obra

Fischerman y Gombrowicz, entre una completamente excéntricas. Fischerman describe a película

literaria

Gombrowicz como un autor para quien todo gira alrededor estilo. Estilo es,

hombre, todos

md.

A

lo

Gombrowicz:

sabemos, tiende a

lo absoluto.

A la pleni-

la verdad, a Dios, a la madurez entera... Abarcarlo todo,

enteramente -éste es su imperativo- Pero en La

ducción se manifiesta, a lo

más secreto

que

sin duda, ilícito

inacabado... de

creo, otro objetivo del

se-

hombre,

en cierto modo: su necesidad de

lo imperfecto...

de

lo bajo...

lo

de la juventud.^^

sólo

responderá: "Para penetrar en la verdad, hay que tomar distancia”.

El

definió el propio

realizarse

Rússovich dice que "Gombrowicz era

le interesó el

como lo

el sinsenti-

Esa inferioridad también define una extranjería: Soy un forastero totalmente desconocido -anotó carezco de autoridad y

mi

castellano es

el escritor-

un niño de pocos años

que apenas sabe hablar. No puedo hacer frases potentes ni ágiles,

ni distinguidas, ni finas, pero ¿quién sabe

si

esta dieta obli-

gatoria no resultará buena para la salud? A veces me gustaría

mandar a todos

los escritores del

mundo

al extranjero,

fuera

de su propio idioma y fuera de todo ornamento y comprobar qué quedará de ellos entonces.®^

filigranas

verbales, para

del

aquí, lo excesivo. Cuatro versitos insignificantes

Gombrowicz usaba para tomar a sus alumnos un absurdo interpretación) son pronunciados en castellano por integrantes de la mesa y luego recitados en polaco por una

Frente a ese recitado de la niña en

el

filme de Fischerman, la ex-

(que

periencia del espectador argentino que desconoce el polaco es

examen de

equidistante de la experiencia de

los

niña,

una y

copiaba yo

otra vez: "Chip chip al viejo rico/

Oh rey

novela Ferdydurke sin hablar castellano. Ricardo Piglia explica

me llamaba la chiva/ mientras el nombre una lengua

de Inglaterra/ viva

de tu esposa Federico". Repetidos infinitamente en

extranjera los versos pierden todo sentido. (Curiosamente, es la

recursividad inalterada de la

Gombrowicz traduciendo su

onomatopeya -chip, chip-

lo

que

53

WitoId Gombrowicz, "Prólogo" a La seducción, Barcelona, Seix Barral,

1982, p. 9. 5'*

Witold Gombrowicz, "Contra los poetas", en Edgardo Russo, Poesía y Uiñversidad Nacional del Litoral, 1986, p. 9.

vida, Santa Fe,

EL SILENCIO

194

que

el escritor

(rodeado por su estrafalario equipo de traducto-

res liderado por Virgilio Piñera)

en ese

EL HAPPENING PESIMISTA

Y SUS BORDES

no pretendía crear neologismos

traslado, sino forzar el sentido

las aceptar otros significados

de

las palabras

haciéndo-

para inventar una lengua nueva:

"En la versión argentina de Ferdydurke

el

español está forzado

y artificial, parece una lengua futura. Suena en realidad como una combinación (una cruza) de los estilos de Roberto Arlt y de Macedonio Fernández" En tensión con una tradición dominante, la fe ferdydurkista (como casi hasta la ruptura, crispado

dice alguien los

en

el

füme) se acoge a

la extranjería

y

ataca desde

que Gombrowicz o

la seducción,

Éste es, de nuevo, el rol central

de negatividad: una fuerza que a través de la narración

el

y que un

hacen ruido.

que adquiere

el

concepto

vs.

el

filme

los críticos

y indudablemente no

el

él,

pero -habría que

agregar- tampoco funciona de manera aislada

y

excluyente.

tiene algún valor estético es por su carácter relacional.

Si

Lo que

pone en escena esa doble

as-

novela entre:

lo aleatorio.

policial.

uno no

¿Cuál es

es

uno

la relación?

uno

sino que

La relación, amigos, es es lo

que con uno

el

el

otro

hace de uno".

A la manera 1941),

de El ciudadano (Citizen Kane, Orson Welles,

Gombrowicz o

la seducción

adopta del

policial

dología de investigación. Pero también aquí,

cine crítico debería liberar

es ajena a

narración a través de lo

En Gombrowicz o la seducción, Rússovich pregunta: "¿Qué es una novela policial sino la organización del caos? A Gombrowicz le interesaba mucho el método de la

y hacia

enigma vacío,

propio Fischerman advierten

la

piración del cine (como tensión irresuelta) hacia la narración

de Welles,

Ángeles caídos. Esa potencia de lo aleatorio o del

automatismo que

potencialidad negativa de todo

no suprime

aleatorio sino que, precisamente,

cine convencional controla

para mostrar sus contradicciones. Es lo que sucede con The Players

la fluidez sino la

contacto. La película

márgenes: roba, deforma, mezcla, subvierte. El Ferdydurke

argentino, igual

en

no implica

195

dice

que

el

mecanismo

y

en

falso,

el escritor

constituye

el

filme

porque se trata de un

insignificante o irresoluble. Al comienzo,

un enigma

pero,

Gómez

en lugar de

precisarlo, el desarrollo del filme lo posterga

intentar cercarlo lo aleja:

gira

una meto-

como en

y Gombrowicz

El filme destaca la

una materia informe que en lugar de y toma posesión de los pesquisadores.

es

dejarse capturar, invade

vocación discutidora del

sión en tanto forma, se dice

allí,

escritor: la discu-

enriquece la conversación. Por

importancia de la contradicción y del contradictor. Leal a su ferdydurkista, el cineasta aboga, en un eso, entonces, la

^

novela argentina?" en aaw, Literatura y crítica. Actas del Primer Encuentro de Literatura y Crítica, (Universidad Nacional del Litoral, 1986), Rosario, unl, 1987„ pp. 84 y 85. Por esa misma razón, escribe Pigüa, Transatlántico -la primera novela que Gombrowicz escribe en Argentina- es casi intraducibie: porque pone en escena esa relación excesiva entre el artista exiliado y su lengua distante. Esa extrañeza sería la experiencia central de la novela moderna (pp. 82 y 83). Significativamente, la peKcula de Fischerman fue preestrenada en ese Primer Encuentro de Literatura y Crítica durante el cual Piglia leyó su texto. Véase también Raúl Antelo, "Cuidado de si e anacronismo da imagina(;:áo" (en Transgressáo e modemidade, Ponta Grossa, Universidade Estadual de Ponta Grossa, 2001), donde se conecta el principio de inmadurez en Gombrowicz con las estrategias menores enunciadas por Gilíes Deleuze y Félix Guattari en Kafka. Por una literatura menor, México, Era, 1983. Ricardo

Piglia, "¿Existe la

texto de 1992, por

un arte

polifónico de la composición al

que

denomina syncrosemia: El cine es

en

el

un

discurso contrapuntístico de alta complejidad,

sentido académico que se le otorga en música para dife-

renciarlo del discurso ticales

modulando

armónico que sucede por bloques ver-

acordes. Este contrapunto cinematográ-

incluida la imagen y desarrolladas las cualidades autónomas de cada línea sonora (diálogos, sonidos del am-

fico,

biente, ruido,

música ambiental y música

incidental), con-

siste

en

la articulación

de diversas líneas melódicas que dis-

curren en forma simultánea y concertada. ¿Es posible imaginar la lectura de un film en términos no dramatúrgicos,

más

allá del in-

la fotografía? ¿Es posible leer

un film en

no programáticos, no pictóricos o evitable

analogon de

su dimensión

figurativos,

más específicamente

artística, abstracta, alge-

braica, es decir musical?^^

En SUS las

películas oposicionales, Fischerman

tensiones de

pone a funcionar

una manera productiva y hace

del cine

un

espacio de debate.

La noción de automatismo y de creación aleatoria son los vs. Ángeles caídos. El

bordes con los que coquetea The Players

una

filme es, de hecho,

investigación de esos límites,

un

in-

tento de probar la resistencia de ciertos procedimientos bási-

cos de la representación cinematográfica

hasta

el

tear el filme ¿es posible

ha construido como ajenidad:

como

dónde

al

gía?;

un

¿se

otredad y que aquí aparece como reverso la confrontación entre las dos líneas de la

radiccil

constitucional. Si

filmografía de Fischerman tiene algún valor teórico es porque autor" se trata de un mero antagonismo (entre "películas de

no

porque el director lleva al extrey "películas comerciales") sino mo, en el interior de su obra, la tensión constitutiva del cine. Fischerman libera el Tuido que subyace a toda narración; no lo utiliza

como un

ariete

que vendría a expugnar

la representación clásica sino

que

lo revela

la fortaleza

de

como un impulso

de dispersión que habitaba desde siempre en el centro de ese sistema organizado y que sólo ahora aparece como una potendesmesucia formal. Pero así como el relato es asediado por lo

mismo modo

el

permanentemente por

el

rado, del

impulso a la dispersión es amenazado cauce de

la estructura.

la his-

puede plan-

una mirada

aglutinante?;

se preservan el automatismo, la espontaneidad

cauce,

¿cuánto dura

como

juego puro de los materiales sin

lo instantáneo si las distintas fases

a imponer

tarse

con eso que suele presen-

proceso anárquico de creación colectiva?;

abandonarse

pretender orquestarlos a través de ¿hasta

bien, el desafío de enfrentar al cine

cuando son exigidos

extremo de confrontarse con ese reverso que

toria del cine

197

EL HAPPENING PESIMISTA

EL SILENCIO Y SUS BORDES

196

el

de

la

y

composición tienden

un

sistema de conexiones y una teleololibre juego del azar antes de caer irreme-

diablemente en los moldes de una estructura homogénea? Lo

que interesa entonces no es tanto

la posibilidad

y

el éxito

de

una narración aleatoria o una estructura paramétrica sino, más

como un arte de la componoviembre de 1992, p. 55. En estos postulados se advierte la influencia de ciertas ideas de Eisenstein sobre la relación entre imagen y sonido, en particular las expresadas en el manifiesto sobre "Contrapunto orquestal" firmado junto a Pudovkin y Aleksandrov Alberto Fischerman, "Syncrosemia: el cine

sición",

en Lul% núm.

4,

Imagen

11.5.

Cteación autotnática

y

avie aleatoTÍo:

una

inves-

tigación sobre los límites de la representación cinematográfica.

(Gentileza del

Museo

del Cine Pablo Ducrós Hicken.)

EL SILENCIO

198

En

Y SUS BORDES

la relación entre interpretación

rece de forma espectacularizada:

el

y montaje esa tensión apa-

como

cine

como todo

Así

batalla entre la facio, antes

improvisación interpretativa y el control durante la edición. "La película tiene una carga pirandelliana. Lo que se cuestiona es la propia

man.

motivación del

Si el

actores, el

film,

rodaje aparece

el

momento soberano de

de

al final

en una entrevista

la película, el actor

(y ésta es, tal vez,

Alberto sabía que cribiera ría

me

usar para

con rencor,

el film

me

Clao Villanueva declaró

su verdadera arenga):

sentía descontento

un texto para leerlo

y me pidió que

y,

sin

de

destruyendo

la película

podía cambiar algo, se corta

gen; pero es Alberto quien decide cortarla,

que [...]

es él quien

manda,

así

como después

como para

la

ima-

señalar

participación durante el rodaje

to del filme) fue relegada por el

(al

igual

mayor

que en

el

desarrollo

argumen-

que fueron

adquiriendo las escenas de los Players. Su protesta (que debía proyectarse con las luces de sala encendidas)

aceptación resignada de una derrota; pero,

al

es, por un lado, la mismo tiempo, en

pedido del director hay una voluntad por poner de manifies-

57

manera

crítica

cine.

Lo

cerbar esa versión oposicional del cinematográfico, en

un proceso que ha escapado

a su control.

Citado en Edgardo Cozarinsky, "¡Llegaron los Players!" op.

cit.,p,

73.

el

filme existe

en relación

extremo en Fischerman consiste

el interior

de

estilo,

la

en exa-

propia del modernismo

propia obra. Ese cruce entre

mido y melodía, que La pieza de Franz apenas bosquejaba sin lograr una aleación contundente, ya había sido alcanzado con en su primera

lo

que

no controlado y el

vs.

momentos

Ángeles caídos

es,

refractarios (entre

la instancia organizativa del relato, entre la

mainstream), a los que obliga a interactuar de

conflictiva.

O

dicho de otro modo: lo verdaderamente

extremo de su propuesta no es

puramente

The Players

se extiende entre dos

vanguardia y

manera

película.

la

búsqueda de una modulación componentes

aleatoria ni la narrativización de sus

excesivos sino la confrontación del cine con esa oculta condi-

ción de posibilidad, con ese

mido que

representación intenta reprimir.

La gente sólo puede cambiar algo cuando no se deja con-

Villanueva habla en representación de los Ángeles caídos, cuya

el

de su propia radicalidad,

se corta el sonido

vencer de que no puede. Sólo entonces se vuelve peligrosa.^^

to de

allá

con el resto del

lo

moverme y romper el encuadre, y los demás me mantuvieron en mi sitio. Cuando reconocí, con rabia, que sólo traté

I

Más

nitidez

embargo, siguieron filmando;

pre-

ha concluido (después,

epílogo después de que todo

es-

nervioso,

manera de

incluso, de la palabra fin).

así,

muy

aparecía condensado a

afuera del filme, el discurso del actor se despliega

ante la cámara. Yo intuí que que-

hasta mi oposición. Hablé

detuve

Luego de

el realizador.

y

el relato

los

montaje reencauza ese material dentro de una confi-

guración absolutamente controlada por su arenga

como un

su propia existencia" dijo Fischer-

como

199

EL HAPPENING PESIMISTA

lo constituye

y que toda

III.

Metodología de la dispersión

Un comienzo "Entre 1970

y 1971 produje y

que por no dejar tica,

intransitivo

realicé

sin título llamé:

...

un

o,

film underground al

para comodidad foné-

Puntos suspensivos. Quise que fuera una experiencia del

lenguaje, pero resultó

más bien un

alarido formalista,

un bo-

y cimarrón" dijo Edgardo Cozarinsky en una nota periodística de 1988, tomando cierta distancia de su primera película. Años después, incluso, acentuaría esa separación. "Hoy no la vería de nuevo: representa cosas que me interesaban en una época y que no tienen nada que ver con lo que me interesa ahora"^ En efecto, la obra visible de

rrador a la vez esteticista

^

Cozarinsky -la que comienza con su segundo largometraje. Los aprendices de brujo (Les Apprentis-sorciers, 1977)

y,

más

notablemente, con La guerra de un solo hombre (La Guerre d'un seul homme, 1981), para prolongarse luego en casi

veintena de películas entre

las

que

se

una

cuentan Boulevards del

Citado en Fernando Frassoni, "Edgardo Cozarinsky en busca de los espacios vacíos" en Página/12, 20 de octubre de 1988, p. 20. El título del filme alude a la marca prosódica de los puntos suspensivos (no a su enun^

ciación léxica) y, por lo tanto, es impronunciable. Lo cual se corresponde bien con una obra en cierto modo invisible. 2 Fernando Chiapussi, "Un argentino en París (Entrevista con Edgardo Cozarinsky)", en Film^núm. 44, disponible en:
ar>,2001.

201

EL SILENCIO Y SUS BORDES

202

crepúsculo (Boulevards

du

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

crépuscule, 1992), Citizen Langlois

mienzo. Mientras que Puntos suspensivos tiende la

desagregación de sus materiales,

las

al estallido

ya

demás películas operan

sobre las conexiones posibles entre materiales heteróclitos.

En

pocos años, los intereses y las elecciones formales del director han cambiado hasta tal punto que es difícil establecer zonas de contacto que permitan seguir

una evolución ordenada. ¿Qué

cosas preocupaban a Cozarinsky a comienzos de la década de 1970? ¿Cuál es la relación entre esa ópera prima y los filmes posteriores? ¿Existe tal relación?

En

El relato indefendible,

Austen o Balzac y en Henry James y Marelevados más que encuentra sus puntos Lacios,

reproducción mecánica, desacraliza esa

la

autoridad.

La etimología de

la palabra relato

a tener lugar en forma de

nuevamente a escena

una

alude a

un suceso que vuelve

historia (es decir,

gracias al

vehículo de

que

es traído

la narración): esa

un asunto por medios

orales o escritos

está en la base de todo relato. Ocurre tanto en

un chisme como

singular transmisión de

Y

en una novela.

chisme en

al vincularlos, al identificar el

la

base de lo novelesco, Cozarinsky procura conferir cierta dig-

nidad a

a su

chisme como fundamento bastardo del género novelístico. La institución narrativa se reorganiza, así, de acuerdo a una ge-

que incluye a Cervantes,

misma

un género

con la habladuría,

un ensayo contemporáneo

primera película, Cozarinsky propone una caracterización del

ríealogía

mediante

éste,

(1994) y El violín de Rothschild (Le violon de Rothschild, 1996)parecería haberse construido sobre la exclusión de ese co-

203

bastardo que la concepción popular asocia la

maledicencia y la banalidad.

Esta perspectiva de la narración a partir del chisme todo, la elección de

un suburbio de

es,

ante

un tono menor. Como si eligiera trabajar en

los relatos, el estilo (literario, cinematográfico)

de Cozarinsky podría definirse a partir de esa mirada oblicua, sesgada, a contrapelo. Sobre sus relatos literarios ha dicho que lo

que siempre

le interesó

fue

cel Proust: fijar la

El relato del

chisme es un relato puesto en escena. Destinador

en

y destinatario (en términos lingüísticos), narrador y narratario (en términos de la teoría literaria), celebran mediante el chisme

la

ceremonia de

la

nocida.

no me

visiblemente esa relación que el texto impreso mediatiza ensí

un autor y un lector igualmente ausentes. "La literatura en muchas de sus ramas no es otra cosa que la sombra de la tre

teriales del relato oral

table,

que

les

acceden a

la autoridad del texto

estaba vedada, en el

inmu-

momento mismo en que

en

la

[...]

en foco, como en una cámara fotográfica,

las experiencias

menores, en

la

gente desco-

Y ponerlos en relación con esa cosa mayor, amenazante,

que va a hacer de

transmisión del relato, representan

buena conversación" observaba Stevenson, y la novela, que no se hubiera convertido en el género representativo de los tiempos modernos si no hubiese tenido la imprenta a su servicio, sanciona la intersección del habla y la escritura: los ma-

atención, poner

lo marginal,

ellos víctimas. El discurso

interesa para nada,

Mi

tampoco

atención se dirige a esas

gente continúa siendo

ella

la

de

víctima

los triunfadores

como

víctima en

pequeñas cavidades en las que

misma y no

procesar, por el curso de las ideas

con

se deja masacrar, o

mayúsculas."^

en Museo del chisme, BueLa primera versión de este ensayo data de 1973. Ampliado y corregido, fue publicado en Francia y en España en 1977. Trabajo aquí con la reedición de 2005. ^ Gustavo Pablos, "Historias en minúscula", entrevista con Edgardo Cozarinsky, en La Voz del Interior, suplemento "Cultura" 12 de mayo de 2001, p. 2. 3

Edgardo Cozarinsky,

nos Aires, Emecé, 2005,

"El relato indefendible",

p. 23.

Y

puesto a definir su

lista

de preferencias cinematográficas,

Max Ophüls)

opta por directores relegados (Alexander Sokurov;

o por filmes poco valorados de realizadores centrales (La tercera

generación [Die Dritte Generationl Rainer Fassbinder, 1979;

La

saga deAnatahan [The Saga ofAnatahanlJoseiph von Stemberg, 1953), Si incluye a

Orson Welles,

(Mr. Arkadin, 1955):

Una

divertida inmersión

para inventar los

cho a

partir

más

es para elegir Míster Arkadin

contracampo barato de El ciudadano.

''el

en una novelería dudosa

locos arabescos de

estilo.

(novelletisch)

Gran

cine,

he-

de desperdicios"^

que tienen en común El ciudadano y Míster Arkadin? En ambos hay un personaje cuyo origen ha sido

¿Qué

es lo

olvidado o anulado, tergiversado; una investigación que

procura desentrañar ese pasado a partir de una cadena de testimonios (cuya marcha retrospectiva debería conducir a la

verdad);

una trama que

circula de relato

vés de una red de pasajes secretos cuyo

descubierto por las? El

el filme.

en

mapa

¿Y qué diferencia a

relato,

a tra-

es puesto al

las

dos pelícu-

ciudadano es un gran fresco psicosocial en

que

el

el

narrativo pero diferentes

sa"

ensayos y

un artista" y "Hotel de recorre que narración-investigación

o los falsos cuadros de "Identificación de

"Budapest"; la

emigrantes" o Citizen Langloisj el sistema de pasajes sobre viaje senlos que se estructuran "Mitteleuropa-am-Plata", "El timental" o Boulevards del crepúsculo.^ Sin embargo, esa idea sobre la narración (que encuentra

su primera formulación teórica en 1973, con las reflexiones sobre el chisme) recién será puesta en práctica luego de Punsu primera obra de ficción. Porque aunque esa opera prima es también una pesquisa que circula por diferenque procura encontrar en ese tránsito el origen tes espacios tos suspensivos,

y

de

un

desvío, Cozarinsky trata

gar, el itinerario del relato

dad y

el

por desmontar los

que avanzan un poco

del sistema. Así

se

el

el

chisme

cierta tradición novelísti-

conexión que establece entre

apoya sobre

funcionamiento

como Cozarinsky pretendía ver en

un fundamento menospreciado de ca, la

el

los

dos filmes de Welles

sus materiales guiado por

y

el

En primer

se define aquí por

una

lu-

la inestabili-

narración: la sucesión es

menos preocupado por narrar que mecanismos narrativos. En segundo lugar,

filme parece

el

locales

no

movimiento propios de

en Míster Arkadin, por

erráticamente pero que permiten deducir

allí

intereses diferentes a los de su obra posterior.

estática

englobante que organizaría los comportamientos de ante-

legitimación. Los rela-

las películas

los

comportamientos y las acciones; contrario, ya no hay una situación

modos de

de Cozarinsky suelen operar con esos mismos rasgos dentro del tono menor señalado por Mister Arkadin: la identidad robada de "La novia de Odes-

tos, los

medio sobredetermina

mano, sino pequeñas acciones

205

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

204

por diferentes espacios no abre pasajes ni supone transformaciones: se trata de compartimensu tos estancos, espacios que exhiben su anquilosamiento y

la circulación del personaje

inmutabilidad bajo la apariencia de una modernización. En tanto tercer lugar, al cineasta no le interesa el personaje en singularidad sino, solamente,

como

catalizador de

un

estado

reconocimiento de un mismo mecanismo pertenecen a "La novia de Odessa", "Budapest" y "Hotel de enügrantes" artisOdessa, Buenos Aires, Emecé, 2001. "Identificación de un del testigo, Buenos pase El en incluidos están "Mitteleuropa-am-Plata" ta" y Sudamericana, 2001. "El viaje sentimental" forma parte de Vudú ur6

La novia de 5 Edgardo Cozarinsky, "Notas sobre os filmes da minha Carta branca", en Antonio Rodrigues (comp.), Edgardo Cozarinsky, Lisboa, Cinemateca Portuguesa, 1997, pp. 45 y 46. (Todas las traducciones de citas cuyas referencias se encuentran otras lenguas me pertenecen.)

Aires,

libro Barcelona, Anagrama, 1985 (en adelante, las referencias a este con el número de página a continuación de cada cita).

se indican

206

EL SILENCIO

de cosas: no es presentado

como una

víctima

y su margina-

ción no apunta a suscitar ninguna empatia.

Habría que

decir, entonces,

que ese primer filme posee

intereses diferentes (y a veces opuestos) al resto de la obra de

Cozarinsky.

No hay en

él

singularidades sino arquetipos,

no

hay perspectiva oblicua sino frontal, no hay la subversión del tono menor sino una ruptura violenta con los modos dominantes. Puntos suspensivos es, en varios aspectos, una película extrema,

un borde de

estridencia

que la poética de Cozarinsky

toca tempranamente para luego olvidarlo y encaminarse en otra dirección. ¿Cuál es, entonces, la conexión entre esos dos

momentos tan desiguales?, ¿qué circulación existe (si es que existe) entre uno y otro?, ¿cómo reunirlos bajo la figura de un mismo autor? ¿En qué sentido el comienzo instaura un extre-

mo desde ‘

una

el

cual

no

es posible avanzar

en

la

207

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

Y SUS BORDES

construcción de

poética?

pudiera exorcizar

allí

un a el como un

sus propios fantasmas.^ Enseguida,

discurso retrógrado homenajea a

M refiriéndose

prohombre: de religión y de civilización que leal al nos une se le ha impedido enseñar; por permanecer atrisus suspendido verdadero dios de los cristianos se le han

Por permanecer

fiel

a

la idea

Pero quienes alguna vez escuchamos por la essus sermones impregnados del verbo y encendidos la pada llameante, sabemos que éste es nuestro hermano en

buciones

eclesiásticas.

aun carne y en la sangre de Cristo, y que aun amordazado, perseguido, peleará hasta el fin. que La escena siguiente lo muestra como un individuo común otro desayuna, lava ropa o lee el diario igual que cualquier escribe (aunque también, es cierto, en un arrebato de furia "Marx" sobre bre contra

la planta

el piso).

de sus pies para poder aplastar

Se trata de

el

nom-

un cura reaccionario y fanático,

del filme sobreviviente de la vieja derecha, que ocupa el centro sino personaje como porque a Cozarinsky le interese

El filme-ensamblaje

pero no

Desde

primeras imágenes. Puntos suspensivos se propone

las

como un

filme de recherche\

un hombre

editor Jorge Álvarez), es fichado de frente la película

Fritz

y de

anunciara que se propone construir

se llama el protagonista, igual

de

(interpretado por el

Como Hans

pretado por Peter Lorre en

un

como

retrato.

si

el

de Lang—,

el

sacerdote

del filme de Cozarinsky es rechazado por todos, incluso por

aquellos que deberían haber sido sus aliados. Pero es evidente

que en

el interés

de Cozarinsky, como

la patología del

el

personaje sino en

dad se proyecta sobre

él

y

de Lang, no reside tanto el

de

las figuras

tampoco paradojas de la Extrema Derecha tradicional. Pero

vampiro de

Beckert -el asesino serial mter-

la película

ciertas características

mostraba las Este personaje -dijo el cineasta- era quien mejor

M

que en el título del célebre filme

Lang (exhibido en Argentina como M,

Dusseldorf, 1931).

perfil,

porque permite mostrar que se relacionan con él.

modo en que

lo excluye de sus pactos,

la socie-

como

si

letra inicial remita al Es probable que ese nombre reducido a su en los años possacerdote ultraderechista Julio Meinvielle, muy activo que pensar habría parte, otra Por Libertadora. teriores a la Revolución funcionando que en el origen de ese personaje religioso también están campagne, el libro de Diario de un cura rural (Journal d'un curé de Robert Bresson Georges Bernanos de 1936 actualizado por el filme de el protagocatólica, novela la de tradición de 1951) Hugo Wast y la el debate sobre la nista de Un dios cotidiano (1957), de David Viñas, y educación laica o libre. ’’

EL SILENCIO Y SUS BORDES

208

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

209

quería caracterizarlo, pues entonces el interés no estaría en su contexto, sino el

cine es cosa

en el personaje en que no

sí,

Ese personaje no existe para mí, ni psicología, es

un

y además,

la psicología

me interesa para nada y me como

aburre

individuo ni

en [...]

como

caso que ilumina contextos, siendo éstos los

que cuentan.®

M

En su cruzada de higiene moral, está obsesionado por extirpar a los enemigos del modo de vida occidental cristiano que y amenazan al organismo de la civilización como si se tratara de

un cáncer.

"El

enemigo

está adentro", dice.

Y es preciso mante-

nerse en pie de guerra hasta exterminarlo.

Por eso,

M deambula por la ciudad buscando sumar aliados

para su misión sagrada. Durante su peregrinaje hace ciertas pacomo para verificar el estado de sus alianzas: la Tniliria

radas, la

burguesía, la iglesia. Algo lo obsesiona desde el comienzo:

un joven

que ha abandonado ro. El

una impecable familia burguesa, rebaño y se ha convertido en guerrille-

apolíneo, hijo de el

cura piensa:

Me mí,

momento empezaste a alejarte de en qué momento empezaste a dudar de todo lo que te

gustaría saber en qué

enseñé, de todo lo que hasta entonces habías creído, o quizás

nunca

creiste.

Algo

te hizo cambiar, te

preocupó durante días

y semanas, o simplemente te despertaste una

Imagen

piste

para poder pisotearlo durante todo

mañana y suque habías cambiado; que ibas a dejar tus estudios, tu familia, también a mí; que ibas a jugar, como en las películas que tanto te gustaban, con armas y misiones secretas travey sías clandestinas

por

ni.l.

El nombre de Marx,

escrito

en la planta del

él día. (Gentileza

pie,

de Edgardo

Cozarinsky.)

A lo largo de todo el filme, ese joven despreciado y deseado es

la selva.

un

norte que, casi inconscientemente, guía la pesquisa del sa-

cerdote. Finalmente,

queda. En

® Fernándo de Cárdenas, "Entrevista con Edgardo Cozarinsky', en Habíanos de Cine, núm. 65, 1973, p. 26.

el

M abandona la ciudad y parte en su bús-

encuentro, que tiene las características de

una po-

sesión demoníaca, el joven desconocido sodomiza al sacerdote

É

EL SILENCIO Y SUS BORDES

210

y la

éste

muere, desvaneciéndose en

ciudad sin

el aire.

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

Al

imagen de

final, la

M deja entrever que esos enemigos que asedian

desde afuera han sido siempre una construcción cuya amenaza es una excusa malsana para subsistir en

odio

el

y

el

temor.

Puntos suspensivos no tuvo estreno comercial en Argentina, fue

poco

visto

en

no suelen men-

el exterior, los críticos

de la obra de Cozarinsky y el propio cineasta se resiste a incluirlo en las muestras retrospectivas de cionarlo

en sus

sus filmes. Es

análisis

como

si

su obra cinematográfica comenzara des-

pués de Puntos suspensivos. Lo que surge cuando se compara esta primera película estilística difícil

con

las otras es

y un vuelco en las

una notable

preocupaciones

diferencia

estéticas; resulta

encontrar eslabones que permitan reconstruir una trans-

formación coherente.

Hay algo inconmensurable, como

si

per-

tenecieran a dos cineastas diferentes. Curiosamente, ese primer ‘

^

filme de Cozarinsky establece

una

diferencia frente a algunas

tradiciones del cine argentino, pero

también -aunque de

dis-

manera- con respecto a su obra posterior. Edward Said considera los comienzos "como el punto en el cual, en una obra

tinta

determinada,

el escritor se

separa de todas las otras obras;

comienzo establece inmediatamente relaciones con

las

obras

una mezcla de ambas".^ Empezar -anota Said- es producir una diferencia. En este sentido, todo comienzo es una forma de Todo comienzo, podría

mismo. Frente a

en

la idea

la idea

nietzscheana

un de un

de

decirse,

expande o

empieza antes de



origen absoluto, Said se afirma

comienzo: no una continuidad

rarse así

Edward

Said, Beginnings. hitention

and

Nueva

modo en que

York,

Colum-

cada autor negocia de manera desviada con su tradición, véase también Harold Bloom, The Aíixieiy of Influence. A Theoty of Poetry, Nueva York, Oxford University Press, 1997 [trad. esp.: La ansiedad de la influeíicia. Una teoría de la poesía,

bia University Press, 1985, p.

Madrid, Trotta, 2009].

3.

Sobre

el

tiempo sino una elaboración

activa,

que

siempre transforma. Comenzar implica

como

anticipa su propio desarrollo. Pero los inicios

cinematográficos de Cozarinsky representan transitivo",

en

el

un "comienzo

in-

sentido radical y autocentrado que le da Said

un "comienzo transitivo" del cual siempre se espera una continuidad. Si usualmente un comienzo instala -hacia atrás- una diferencia y una discontinuidad, así como señala -hacia adelante- el hueco de un nuevo flujo que la obra para diferenciarlo de

vendrá a verifica

en

llenar,

que se

el

una doble

aquello de lo que alejará

de

caso de Puntos suspensivos, en cambio, se

diferencia, el

una

No se trata

él.

exterioridad bifronte: hacia

y hacia la obra posterior de una "construida inclusividad

filme se separa

dentro de la cual se desarrollará

avanzar. Digamos, entonces:

de una doble

la obra"^° sino

toma de distancia, un punto extremo donde de con un final porque abre un camino por

el

principio coinci-

el

que no se podrá

un extraño comienzo terminal.

Distanciada de la obra posterior del cineasta. Puntos suspensivos parece, en cambio, compartir los otras películas argentinas

ña, 1971)

el filme

estos directores

intereses

el

la llegada

vs.

impacto que

le

que su propio filme obtuvo en

Ludueña, por su

parte, afirmó

Said, op. cit, pp. 72-73

y

el es-

Filippelli,

causó esa obra y el

que Fischerman

12,

el

les

respectivamente.

por

benefi-

diálogo estético con

mostrado que Edward

de Hallewyn

Ángeles caídos. Ninguno de

ha dejado de reconocer la deuda: el

que

progreso (lulio Ludue-

de Cozarinsky se instala en

pacio abierto por The Players

cio

para

y La familia unida esperando

(Miguel Bejo, 1972),

mismos

de su época. Al igual que Opinaron

(Rafael Filippelli, 1971), Alianza

ejemplo, rescató Metliod,

el

refuta, pero

una discontinuidad, una declaración de intenciones que, de algún modo, apunta hacia aquello de lo que pretende sepa-

un

existentes, relaciones de continuidad o de antagonismo, o bien

respuesta.

que se despliega en

211

ella;

había de-

Y SUS BORDES

EL SILENCIO

212

se podía filmar

en una

en 35

sala chiquita

ir

dia en

que estaba

temporánea a ciendo en abierto

mm libremente, que se podía estrenar

y

estar

al exterior, ser

Plana,

el

el

meses

allí,

ser la tapa de

Primera

considerado, terminar con la edad

me-

cine argentino y entrar en la edad con-

la altura

mundo

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

de

[...]

las experiencias

A partir

que

se estaban ha-

de Fischerman se nos había

una puerta a todos.

dónales de exhibición. Se trata de un cambio notable. Lo que antes podía considerarse cine vanguardista ahora -tal

subterráneo que, en lugar de

pequeño dossier sobre importancia de The Players tanto en las vías que abrió surar. Si

desempeña un

vs.

Ángeles caídos es perceptible

como en

aquellas que vino a clau-

comienzos de los años setenta no es sólo porque señala

el ca-

mino de un cine diferente, ^ino también porque instaura un punto de no retomo: luego de The Players vs. Ángeles caídos (y a

causa de The Players

características

vs.

Ángeles caídos)

filme de esas

ya no puede aspirar a una difusión comercial y

De hecho,

una aceptación más o menos ni Bejo, ni Füippelli, ni Ludueña lograron amplia.

las (ni siquiera

un

en una

ni Cozarinsky,

estrenar sus pelícu-

"sala chiquita"). Instalados

en un borde

cinematográfico, los nuevos realizadores debieron enfrentarse

a los

modos de producción industrial y a

los circuitos

un frente de

resistencia.

los

En

confrontación, defi-

la

introducción a

nuevos filmes argentinos de

un

los se-

más importantes realizados en Argentina durante los últimos tres años han sido hechos al margen de la industria cinematográfica, aun contra ella"

A veces, sideraba

esos filmes fueron censurados por lo

una ofensa a

la

que

se con-

moral o por su carácter revulsivo en

téiminos políticos; a veces, ni siquiera se los prohibió sino que, directamente,

un

no interesaron a

cine político

y

crítico

pero en abierta discrepancia con los los carriles comerciales

convencionales (La batalla de Argelia [La battaglia di

AlgeriJ,

GiUo Pontecorvo, 1966; Z, Constantin Costa-Gavras, 1969) cluso,

de

de

los distribuidores. Se trataba

fümes de denuncia que circulaban por

in-

e,

con el cine militante y de agitación a la manera de La hora

los hornos.

En un texto sobre su

filme,

Cozarinsky rechaza

convenlos lugares

La referencia de Füippelli al filme de Fischerman pertenece a su texto "Una combinación fugaz y excepcional: el Grupo de los Cinco", en Néstor Tirri (comp.), El Grupo de los cinco y sus contemporáneos. Pioneros del cine independiente en la Argentina (1968-1975), Buenos Aires, Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2000, p. 19; y la de Ludueña aparece citada en Beatriz Sarlo, "La noche de las cámaras despiertas", en La máquina cultural. Maestras, traductores y vanguardistas, Buenos Aires, Ariel, 1998, pp. 246 y 247. En la mencionada entrevista de Federico de Cárdenas, Cozarinsky desestimaba la existencia de un grupo o un movimiento pero reconocía una fuerte comunión estética y un acuerdo sobre una cierta idea del cine entre Puntos suspensivos y otros filmes contemporáneos como The Players vs. Ángeles caídos. Alianza para el progreso e Invasión. ^ ^

lo

la

tenta, se leía: "Los films

nuevos cineastas de

rol clave para los

como

mptura ya no se plantea tanto como una avanzada sobre un campo cinematográfico fuertemente institucionalizado, sino como un margen llama Cozarinsky- será cine underground:

ne más bien una línea de

Pero a pesar del entusiasmo de Ludueña, lo cierto es que la

213

comunes que han hecho

nero industrial, que es exactamente idea de política (conocimiento

más

del cine político lo

un

gé-

opuesto de cualquier

acción)

ya que da por sen-

tada la complicidad de autor y público, de sus identidades mismas, en la digestión de actitudes previamente compartidas:

en resumen, un cine que no descubre ni revela nada.^^

Alberto Ponce de León, "Tres cineastas argentinos toman la palabra". Hablemos de Cine, núm. 65, marzo-abril de 1973, p. 16. Además de la entrevista ya mencionada, el dossier incluye textos de Cozarinsky, Bejo y Ludueña. Edgardo Cozarinsky, "Trabajar en y con la materialidad del cine", en

Hablemos de

Cine,

núm.

65, 1973, p. 17.

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

214

Y un poco más la

casualidad de que quienes han acusado a Puntos sus-

pensivos de film intelectual o europeizado son quienes preten-

den disimular y facilitar las complejidades de este Buenos Aires que sólo existe a partir de la trasculturalización para mejor

consumo de un público europeo ávido de tercermundismo

como de

posters con la

resignarnos,

guaje. Si

hoy y

imagen

aquí, a

vamos a vender

del Che. Creo

que debemos

empezar por esclarecer nuestro la

revolución

como

se

len-

venden ga-

seosas o desodorantes se terminará por descubrir que esa re-

volución, al ser comprada,

no

es

más que

otra gaseosa, otro

desodorante.^^

Se

comprende entonces que, cuando

filme

el

cineasta definía su

como "un borrador a la vez esteticista y cimarrón", se un doble frente de oposición: era cimarrón el cine comercial así como era esteticista ante el cine de

estaba refiriendo a ante

denuncia.

En

ese contexto, la fórmula intemperante de

un esteticismo

cimarrón procura escapar de las convenciones para quedar siempre fuera de lugar, desacomodado e irreconciliable.

de Jean-Marie Straub y Daniéle

solemne tradición del cine político latinoamericano, de Cozarinsky, de Ludueña y de Bejo coinciden en un

frente a la

adelante agrega:

los filmes

Da

215

Huillet,

A propósito

Daney ha analizado

esa

mismo tipo de estrategias críticas "disyuntivas". Por un lado, el tratamiento irónico o paródico de los grandes temas a través de la alegoría (en

Bejo

y en Ludueña,

entre la síntesis veloz del cómic semiótico). Al igual

que en

incluso, es evidente el cruce

y un modelo de representación de Fischerman, hay que

la película

señalar aquí la influencia del estructuralismo (y su borradura la categoría personaje en beneficio de un esquema actancial)

de

tan en boga en esa época. El propio Cozarinsky afirma que en su filme no hay personajes sino -al igual que en Invasión en The

y

Players

vs.

Ángeles caídos- "figuras"

"tribus" es decir: actantes

y y estructuras de fimcionamiento colectivo. Los personajes ya no son un punto de identificación emocional sino un lugar de reflexión. El itinerario del protagonista

de Puntos suspensivos se escande a través de sus encuentros con la Iglesia, el Ejército y burguesía.

Ludueña

dice que los personajes de su fílmp son símbolos y que reemplaza "la psicología de los personajes por el esquema de sus intereses". Bejo recurre a las categorías del Bien la

y el Mal para lia

explicar el funcionamiento dramático de

La famide Halletvyn y define a los persoarquetipos de acuerdo a los valores que represen-

unida esperando

najes tan:

como

la llegada

Padre=autorídad, verticalidad; Hija=rínocencia, virginidad;

como una manera de entender la función del

Hijo=rebelión; Tía=aceptación, experiencia; Señoi^formalidad;

cine desde el centro mismo de su forma: rechazo obstinado de to-

Novio=machismo; Abuelo=senilidad, agresividad". Por otro lado, si bien hay una impugnación de los principios impuestos por

"no reconciliación"

das las fuerzas de homogeneización y práctica generalizada de la disyunción.

De

esa

misma manera podría afirmarse que, frente

a las estructuras constrictivas del cine industrial, pero también

Hollywood (psicología de personajes, estilo naturalista de actuación, linealidad de las estructuras narrativas, realismo de las situaciones dramáticas), la elección de estructuras ficcionales, e incluso cierta desconfianza ante lo documental, debería en-

Edgardo Cozarinsky, "Trabajar en y con la materialidad..." op. cit, p. 18. Serge Daney, "Un tombeau pour Toeil (Pédagogie straubiemie)" en La Rampe, París, Cahiers du cinéma, 1983. He trabajado sobre esta cuestión en "Serge Daney: el cine continuo" en Punto de Vista, núm. 72, marzo de 2002.

como un cuestionamiento a la impronta testimonial Nuevo Cine Latinoamericano. La ficción es presentada como

tenderse del el

verdadero discurso

crítico

sobre lo

real.

Ludueña

afirma: "la

EL SILENCIO

216

ficción intenta recuperar

un

Y SUS BORDES

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

proceso para explicarlo, descubrir

su verdadera estructura y ensayar sobre él. Las imágenes recreadas por la ficción tienen sonido propio, ya no podrán ser utilizadas sino con la

certeza de

plegarse

en

el

sentido con que fueron filmadas".

que

la

el nivel

Por último,

el

Hoy esa relación entre un

descubrimiento. Su hipótesis no se reducía a confirmar

suspensivos se extinguen lentamente, primero

como modelo de ges.

ta

para dejar

la pantalla,

un

en

la

banda



debería considerarse en

y

hay

que en

el

cine

1974, apenas

y

la literatura.

Por lo tanto, no es

la ficción es la realidad",

en Hablemos de

65, 1973, p. 20.

Miguel Bejo, "Un cine de

transición",

en Hablemos de Cine, núm.

65,

1973, p. 19.

cit, p. 18.

En

la

la

esquina rosada" en que la

atención de

un

tratamiento verbal equivalente

al

900 y que Un~

Joseph von Sternberg, Ernst Lubitsch, King Vidor: fines del período El

mudo y comienzos

del sonoro, el

apogeo de Hollywood.

universo cinematográfico de Borges parece restringirse a

esos años

en que da forma a su concepción de

narración

la

y que hacia 1935, con Historia universal de

la infamia,

ya nítidamente configurada. Es indudable, entonces, que

sus preferencias cinematográficas se hallan en consonancia

con su poética de sitivo

Edgardo Cozarinsky, "Trabajar en y con

podría situarse entre Evaristo Carriego

otro ascendiente que

unos años después de ese extraño

Ludueña, "La ficción de

núm.

la narración:

derworld aplica a Chicago y a sus gángsters.^^

está Julio

concepción borgecina de

Borges, en que parece posible someter a los guapos del

literaria

Cine,

práctica narrativa del primer Bor-

composición de "Hombre de

a Palermo a

obra de Cozarinsky estuvo marcada por una perma-

nente oscilación entre

la

admira-

cine (sobre todo

Stevenson y Von Sternberg suscitan por igual

esas

origen de Puntos suspensivos. Desde

el

la

en la

el

la

cierto imaginario cinematográfico resul-

Hay un momento, que

so-

que puse en contacto"

propio de cierta vanguardia porteña,

relato)

Según Cozarinsky,

fundante en

vacío que sólo ha de

combustión que puedan haber producido entre

el libro

impulso crucial que había representado

Pero además de la pertenencia a ese milieu cinematográfico

casual

el

revelaba era

el

anticlimático de su peKcula: "Las últimas imágenes de Puntos

el inicio, la

impuso como

el libro se

de textos menores sobre películas; lo que

mostrar su juego para sostener a los personajes"

diferentes texturas

cinematógrafo resulta evi-

un conjunto

Bejo define a los personajes

Cozarinsky propone trabajar con y en la materialidad del cine y, en lugar de un estímulo a la acción militante, señala el final

llenar la

el

momento

ción de ciertos cineastas por su obra, ni a recopilar

las formas.

[...]

en

y

el cine.

de

como "la familia clásica del cine que gradualmente un límite, descubriendo la ideología que representa mismo filme, al no poder sostener la convención, quien

nora, luego

el escritor

dente pero, sin duda, en ese

y

entusiasmo de Borges como espectador, ni a rastrear

de su filme

se obliga a

es Puntos suspensivos, publique Borges

función cuestionadora del cine debe des-

llega a

Es

comienzo que

217

la escritura:

de resonancia en

el

encuentra en

el

cine

un

dispo-

cual amplificar sus ideas generales

materialidad del cine", op.

Cozarinsky sólo conservará la última de esas estraen cambio, son caminos por los que ya no Efectivamente, las películas que siguieron a Puntos suspensivos el futuro,

sobre la narración.

tegias críticas; las dos primeras, transitará.

desarrollan

una textura

sus fronteras

ensayística

y cuya mirada

gen, lo olvidado.

en que ficción y documental disuelven

se posa oblicuamente sobre el detalle, el mar-

Edgardo Cozarinsky, Borges y

el ci7te,

Buenos Aires, Sur, 1974, p. 24 (en con el número de página a

adelante, las referencias a este libro se indican

continuación de cada

cita).

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

218

En un tiene

análisis

de Borges como

trata

Ricardo Piglia sos-

crítico,

que todo autor practica siempre "una lectura

que consiste en

la creación

estratégica,

de un espacio de lectura para sus

y

de un espectador de cine club, que lee Cahiers du cinéma

está al tanto de las últimas teorías.

do

cine, sino

a su Corpus propios textos

escribe sobre otros textos para hacer posible

[...]

una mejor lectura de los textos que va a escribir o ha escrito" Este mismo argumento sobre estrategias de lectura podría aplique

carse a la relación escritor Borges:

ponsable de partir

de

el

cineasta Cozarinsky establece

Puntos suspensivos Idinbién es

con

tado

el interés

de Borges: Ingmar Bergman, Jean-Luc Godard,

tudio de cineastas clásicos (como sucede en "Permanencia de

Pero es indudable que

y las

toria universal

de

o en "Hacia

Gríffith"

estética a

el

del cineasta

tos

no puede

Puntos suspensivos exhibe una estética que continuará. Borges

y Cozarinsky comparten,

de una práctica escrituraria sino desde

lle-

del cine. Borges ve cine

por

el

cineasta ya

no

por algunos directores (loseph

John Ford, Orson

cosas los separan.

En Borges y

Welles). Sin

el cine se lee:

y por

la teoría

y la historia escritor; en cambio,

la actitud analítica frente

Puntos suspensivos es todavía

la película

de

a los

un

ma-

crítico

es cierto, el des-

Cozarinsky desembarca en to

Sternberg,

leer

con los ojos de un

cinematográfico.

precio por el costumbrismo en el cine argentino, el gusto por la estilización, la predilección

modo de

teriales, el

un René Clair dramático"), su óptica es no está hecha desde los fundamen-

diferente:

paralelismo

infamia establece las bases de una poética,

la

pueden ingresar

de realizadores que no hubieran conci-

John Cassavetes, Michelangelo Antonioni, Jerzy Skolimowski, Jean-Marie Straub. Incluso cuando sus ensayos abordan el es-

completamente la apropiación.

intelectual del cine. Por eso serie

el

varse demasiado lejos. Entre otras cosas porque, mientras His-

von

un

una

No ya un intelectual vien-

el "ejercicio irres-

un tímido" que construye su propuesta

entre las estrategias del escritor

219

embargo, otras

"Los films que Bor-

y de

crítico:

el

cine con su bagaje de litera-

ése es el arrogante pergamino intelectual que

puede exhibir para compensar su minusvalía técnica en

la in-

En tanto literato, cineasta. ¿Qué es lo que usa Cozarinsky de la literatura como salvoconducto para dustria cinematográfica.^!

ges frecuentaba y citaba, con frecuencia menor a partir de los años 40" pertenecen a un tipo de cinematografía que, "a pesar

ingresar al cine? Resulta evidente que la sintaxis narrativa de

de Eisenstein y Welles, aún podía aparecer como un arte no estorbado por demasiados nombres propios" (p. 1 1); las críticas

literatura

de Cozarinsky, en cambio, muestran el

cine que, en pocos años, se

un

tipo de relación

su película

no

es la del cine industrial sino la

que acuñó

cierta

moderna, de Joyce a Dos Passos o Burroughs o Bec-

con

ha modificado radicalmente:

se

2!

Cozarinsky: "Para hacer cine aquí, en Argentina, había que completar muy pautada, donde todo estaba organizado para desanimar a la gente, sobre todo a quienes, como yo, tenían otra formación.

una Ricardo Piglia, "Los usos de Borges" (entrevista de Sergio Pastormelo), en Variaciones Borges, núm. 3, 1997, p. 19. Sobre la invención-apropiación de Carriego por Borges, véanse Beatriz Sarlo, Borges, tin escritor en las orillas, Buenos Aires, Ariel, 1995, cap. iii: "La libertad de los orilleros"; Sylvia Molloy, Las letras de Borges, Buenos Aires, Sudamericana, 1979, cap. i: "Borrar, borrajear"; Nicolás Helft y Alan Pauís, El factor Borges, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2000, cap. i: "Un clásico precoz"; y Josefina Ludmer, El género gauchesco. Un tratado sobre la patria, Buenos Aires, Sudamericana, 1988, cap. ii: "Desafío y lamento, los tonos de la patria"

carrera técnica

Recuerdo que por entonces Leopoldo Torre Nilsson me dijo algo que me hizo ver el panorama con bastante claridad: 'Para poder hacer cine tenés que ser muy orgulloso y muy hipócrita. Orgulloso porque lo que traés de afuera, de tu mundo imaginario, literario, es lo que realmente cuenta. Pero tenés que ser muy hipócrita también; no dejar que eso se vea, porque nunca te lo van a perdonar'" (Graciela Speranza, "Cahiers du cinéma:\os cuadernos en imágenes. Entrevista a Edgardo Cozarinsky; en Clari7 t, suplemento "Cultura y Nación", 9 de septiembre de 2001, p. 2).

EL SILENCIO Y SUS BORDES

220

kett,

y que luego heredaron los nuevos

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

cines de los años sesen-

No el montaje en el sentido cinematográfico convencional, sino tal como ha sido procesado por Recorte, fragmento, elipsis.

ta.

la literatura:

Cozarinsky rehace, por su cuenta,

el viaje del

cine

moderno. Puntos suspensivos evoluciona de manera fragmentaria;

pero, además, esos fragmentos

nunca insinúan un principio

de orden lineal y continuo o algún parámetro de homogeneiestilística. Como en la enciclopedia china de Borges, su

dad

único imposible paradigma es los

un

fárrago heteróclito

irredirnible diferencia

y renunciar a cualquier inmimo común

denominador. Esta heterogeneidad básica está en la

donde

componentes ingresan sólo a condición de denunciar su

el

saltos el

de

de

eje

y

los cortes sin raccord

departamento de la

la hija

reproducen

siástica")

televisivo; viaje, se

Sirk; las

el estilo

un romanticismo

imágenes del campesino que

formato sensacionalista de

un noticiero

y en la búsqueda final, cuando M emprende su largo

entremezclan

la

imaginería paisajística de las peKculas

Don Segundo Sombra, Manuel

Antín, 1969)

ciertas anticipaciones sobrenaturales del cine

de vampiros

de gauchos (como

con

el

y aparecidos en

la tradición

alemana de Fiiedrich Murnau.

Cozarinsky declaró que su voluntad había sido

origen de

narración cinematográfica, que opera por descomposición y construir

manera

sentido tradicional, de

tal

impone un

de hacer invisible esa discontinuidad:

si el

rodaje

desglose, la posproducción sutura los hiatos entre

planos. El rodaje de Puntos suspensivos,

en cambio, fue

una

que hasta

historia

particu-

directa. El

forma que

mismo tiempo va revelcindo una cantidad de reun material) que me interesaba era y ensamblaje (no digo coUage porque para mí representa la

el

una de sus

partes. El despertar

M (en la secuencia "Qué hace por las mañanas") está traba-

jado sobre

un

realismo costumbrista;

el

monólogo

del militar

(en el "Primer encuentro: escenas de la vida marcial") posee

un

tono farsesco, de cabaret, que parece extraído del más burdo teatro de variedades; la secuencia

parodia

el estilo

Fitzpatrick,

del cuarenta; la

cena con

el

matrimonio burgués (en

la

el

las cosas

de

elementos se reúnen en

las

un

espacio lo que importa, donde establecen

espacio y es

el

que todos

los

Un film que y se confrontan, y algo ocurre o no no funcionara como una obra, como una cosa terminada -por relaciones

más

[...]

abierta

que fuera- sino como un espacio, un lugar de en-

cuentro, de contraposición

documentalista de los Travel Tatks de James

do encuentro: escenas de

un plano) pensando en

Rauschemberg, en

"¿Dónde ocurre todo esto?"

muy comunes en América Latina durante la década

in-

al

reunión de materiales en

disparidad de estilos en cada

No para ocul-

una manera

posibilidades de

laciones del

narrativa.

esquema formal (empleo esquema en sentido de

nera productiva. Así,

acentúa y subraya

punto es narrativa en

para hacerla surgir de

poner de manifiesto esa discontinuidad y, además, usarla de mala estructura del filme

cierto

una manera no

tar la narratividad, sino

larmente fragmentario y se extendió de manera discontinua a lo largo de un año: es evidente la intención de Cozarinsky por

de

escena siguiente, en

vio a la virgen (en "Tercer encuentro: escenas de la vida ecle-

recomposición de una unidad. El cine industrial funciona de

la

la

de ese matrimonio, copian

Nouvelle vague para luego derivar hacia

manera de Douglas

a la

de

221

tintos

que

al

y confrontación de elementos

pasar por ese espacio

fueran quedando

como marcas de

común

dis-

dejaran trazas que

los distintos pasos.^2

"Segun-

vida burguesa") tiene una ilumi22

nación expresionista mientras que

la charla

adopta

un tono

de divulgación a la manera del Reader's Digest; en cambio, los

libros

Federico de Cárdenas, op. dt, pp. 22 y 23. Aun cuando en otros o filmes, Cozarinsky recuperará la noción de la obra como unidad

dispersa, ya

no

trabajará en el

mismo

nivel de fragmentación estructural

EL SILENCIO Y SUS BORDES

222

El

assemblage podría definirse

como una

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN técnica en la que

objetos y materiales naturales o manufacturados, tradicionalmente considerados como no artísticos (una almohada, botellas

de Coca Cola, animales embalsamados), son incorporados

a la tela en

una

el collage

el

y

estructura tridimensional. Las fronteras entre

assemblage no son tan precisas, pero mientras

collage opera sobre el plano, el assemblage recurre

salientes

y protuberancias. Por

el

también a

esa razón, podría decirse que

el

assemblage tiende a diluir las fronteras entre pintura y escultura: se trata de una pintura, pero que invade escultóricamente el

espacio del espectador. Rauschenberg dijo que procuraba

trabajar "'en el vacío entre el arte

y

la vida" Efectivamente,

pictórico tradicional:

en

el

la diversidad

espacio

assemblage, la liquidación de los pa-

rámetros de uniformidad plástica adquiere

pues

al

un sentido extremo,

de los materiales se proyecta ahora

tridi-

mensionalmente y acentúa el efecto de dispersión.^^ Al poner en cuestión el espacio de la narración cinematográfica, é[ film-assemblage las diferencias: es

un

de Cozarinsky insiste en no integrar

espacio sin características propias donde

encuentran y entrecruzan de manera contradictoria distintos componentes. La noción de montaje que lo organiza no se

supone

el

concepto clásico de fluidez sino, solamente,

un pro-

y heterogeneidad estilística. La novia de Odessa, por ejemplo, no es una mera colección de cuentos aislados sino que los relatos se imbrican unos con otros mediante vínculos sutiles entre los personajes. Y en un filme como El violín de Rothschild, la ausencia de unidad narrativa entre las partes es compensada por el evidente andamiaje conceptual que organiza el relato.

Nueva York, The Museum of Modem Art, 1992; Wüliam C. Seitz, The Art of Assemblage, Nueva York, The Museum of Modern Art, 1961; y Diane Waldman, Collage, Assemblage and the Found Object, Nueva York, Harry N. Abrams, 1992. John Elderfield

(ed.),

Essays on Assemblage,

Como en

las

enumeraciones

borgeanas, esa reunión de elementos dispares sólo funciona,

paradójicamente,

si

no

se integran

en una secuencia.

que debería garantizar su cohesión convalida un impulso hacia lo disperso. Los sentido

criterios

el

El

marco

irrefrenable

que permiten producir

nunca son uniformes sino continuamente

por lo tanto,

variables;

único principio de organización consiste en

re-

chazar, en cada momento, cualquier principio de organización. Más que una narración en el sentido novelesco, una figura de

diseño que se propone desmontar los mecanismos de la lógica narrativa.^'*

en

sus combine paintings de la década de 1950, la técnica del as-

semblage radicaliza los cuestionamientos del collage

cedimiento por discontinuidad.

223

La única conexión entre esos momentos inconmensurables, el

M,

el

único débil hilo conductor que organiza

relato es

que atraviese impasible

protagonista, pero a condición de

todos los espacios del filme

un

como un observador que no

fuese

modificado por los diversos encuentros a los que se enfrenta. Al principio,

un

"¿Quién es este hombre?

cartel se interroga:

¿Quién podrá decir algo de

él?".

Sobre

un fondo blanco, M posa

de frente y de perfil, como en las fotos de un prontuario policial, mientras se escucha el repiqueteo de una máquina de escribir

que inscribe sobre

pensivos del

título.

Desde

el

la pantalla

negra los puntos sus-

comienzo, antes del comienzo,

el

filme anuncia la suspensión de toda respuesta, la imposibilidad

de conocer algo sobre M. Aunque la película se propone como una investigación sobre un personaje, al cabo de la pesquisa no es

mucho lo que sabemos

de

él;

iluminado otros contextos. De el

pero, a cambio, su recorrido

modo que

si

bien

el

ha

cura ocupa

centro de la narración, es evidente que a Cozarinsky

no

le

funciona como una heterotopía, en el que Foucault define las inquietantes taxonomías borgeanas para diferenciarlas del universo armónico de las utopías. Véase El espacio narrativo del filme

sentido disfuncional con

Michel Foucault, "Prefacio" a Las palabras 1985.

y

las cosas,

México, Siglo xxi,

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

224

interesa

en



mismo

sino por lo que

pueda reflejar de aquellos

Cozarinsky,

M es una especie de Rip Van WincMe que hubiera

despertado en Argentina de fines de los años sesenta. Su carácter

que se cruzan con

él:

anacrónico es lo que,

cuando ha sido borrado, cuando se ha evaporado tan perfectamente como Nosferatu en el film de Murnau, atravesado por el primer rayo de luz matinal, es poco lo que al final

del film,

hemos aprendido sobre él, casi nada. Si algo ha podido recogerse es la forma en que otras figuras reaccionan ante él, algunos contextos, algunas relaciones señaladas, reveladas por su trayecto.^®

Puntos suspensivos

Aunque

es,

un füme

entonces,

un hombre cuyo

la historia gira a

destino

sin estilo

no le

su alrededor,

que sigue

el

interesa desentrañar.

M es un enigma vacío

como un

catalizador, permite calibrar los

desplazamientos de su entorno. Al cruzarse con ese cura reaccionario

y preconciüar, los demás personajes quedan inevitable-

mente confrontados a su propio pasado y, en las allí

surgen, se evidencian los

analítica define

a

diferencias

que

acomodamientos. Esa exterioridad

M como un observador lúcido e incisivo (más

aUá de las consideraciones morales que puedan hacerse sobre él) cuya mera presencia enjuicia implícitamente los comportamientos de los demás.

trayecto de

225

Aquí Puntos suspensivos encuentra su

obra de Henry James, a quien

el cineasta

en

la

un

libro -El laberinto de la apariencia- en

el

linaje

había dedicado

que analizaba sus

mecanismos de representación.

(como Charles Kane en El ciudadano); no im hueco que el relato vendría a llenar sino una superficie en la que se reflejan aquellos que miran en

él.

Importa por lo que produce a su alrededor. Una

vez que ha puesto en marcha la narración, se diluye como enigma. En este sentido, la pregunta inicial, "¿Quién es este hombre?" funciona igual que el misterio de Rosebud en la película de Weuna complicidad, lles; es un MacGuffin, una coartada ficcional,

un

pretexto que

significante)

25

trama en un punto (que puede

fija la

ser in-

alrededor del cual evolucionará la película.^^ Para

Federico de Cárdenas,

psicológico del personaje;

crp. cit,

p. 17. El

más bien

no pretende un estudio En otro momento de esa

filme

lo rechaza.

Cozarinsky recurre a una metáfora química para definir con el contexto: "un cuerpo ajeno entrando a un relación su y organismo y siendo rechazado, pero provocando una cantidad de reaccio-

misma al

entrevista,

personaje

nes a su paso" (ibid., p. 26). 25 En los filmps siguientes Cozarinsky recurrirá a

Imagen

111 . 2

.

“¿Quién es

este

hombre? ¿Quién podría decir algo

de élr Las coartadas ficdonales que ponen en niarcha

el relato.

(Gentileza de Edgardo Cozarinsky.)

menudo a un principio

un pretexto ficcional, a una metáfora narrativa, es decir, a un modocumentales. Es tivo aglutinante que le permita organizar los materiales Citizen Langlois lo que sucede, por ejemplo, con la coartada biografista de o con la "metáfora central" del sarcófago en Autorretrato de un desconociformal, a

do: Jean Cocteau (Autoportrait d'un inconnu:Jean Cocteau, 1983) o con el motivo del viaje en Boulevards dél crepúsculo.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

226

Tanto en Cozarinsky

como en James

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

227

se trata de indagar las

una percepción correcta de la realidad. Sin reglas de embargo, aunque Cozarinsky aprende en James las de composición de un relato, Puntos suspensivos no procesa ambos vínculo entre igual manera todos los elementos del en una concepradica no autores. La conexión entre ellos con el mundo, a ción similar sobre el personaje y su relación

posibilidades de

aspecto, podría pesar del engañoso paralelismo que, en este Cozarinsky. En su sugerir la lectura misma del ensayo de la singularidestaca análisis de The Sacred Fount, el crítico

dad del narrador en primera persona, de quien, en

principio,

Sin embargo, es posible deducir los rasgos de su carácter a partir

de su propia actitud de espectador; es

en que

lo

decir,

es

el

modo

De hecho,

narrado se refracta en su perspectiva.

que interesa siempre en James no

por

lo

una supuesta verdad que

examen de los hechos, sino, preciuna mirada impone a los materiales en

podría obtenerse a partir del

samente,

el

diseño que

bruto que entrega la realidad. Véanse, por ejemplo, sus relatos "La figura en el tapiz", "Lo real" o "La lección del maestro" laberinto de la apariencia, la obra de

"una epopeya de

James

es definida

En El como

y su tema como el "desarrollo enfrentamiento de la conciencia con

la conciencia"

del sentido moral por el

avanzada nada se sabe (ni siquiera su sexo hasta bastante porque novela) pues nunca se lo describe. Precisamente

una experiencia

constituirse todo es narrado desde su perspectiva, él parece como el punto ciego de la representación. Existe sólo en tan-

Puntos suspensivos no importa en tanto perspectiva sino, más

la

to

punto de

personal, o

tácita

de toda

ficción,

que

que

utilice el

punto de

vista

el lector

la

acepta na-

narración sea im-

de uno o varios per-

aun sin imponerse la limitación de la primera persona.

Pero tanto

el

punto de

vista

como

la

primera persona exigen

e insólita de un personaje que los sustente, por más lateral en que sea su intervención en el relato. La dificultad surge la primera persona es, aparentemente, The Sacred Fount punto de vista, cuya inteligencia analítica observa y

sólo

bien, por lo él (o

turalmente -escribe Cozarinsky-, es que

sonajes,

rrador de James es

vista:

La convención

un

personajes sin que saca conclusiones de la conducta de otros exista él

mismo como

se

un puro punto

él).

bestia de zoológico o

(p. 11).

de

Mientras que

vista, el

advertir de aquellos

Más que un un portento de

panóptico, feria,

el

na-

protagonista de

que

M

es

lo

miran a

como una

expuesto desnudo

ante todas las miradas. Es notoria la insistencia del filme en exhibir al protagonista

en su desnudez. Lo

en su más llana corporalidad, incluso

cual, ciertamente, contribuye a constituirlo

como una superficie opaca, una cifra. Cuanto más se lo exhibe, menos se sabe de él. Pero aunque se trata de un fenómeno de feria, no es -como Raspar Hauser- un abismo insondable en el que la humanidad se halla en retirada y en el que los demás se desconocen, sino, más bien -como el hombre elefante-, un desvío posible o un espejo deformado en el que se puede reconocer a

la

sociedad que lo mira.

personaje.^^

sobre HenEdgardo Cozarinsky, El laberinto de la apariencia. Estudios las refeadelante, (en 16 ry James, Buenos Aires, Losada, 1964, pp. 15 y continuación de a página de número el con indican se libro rencias a este cita).

de asimilar"

que permite

miran en

Son,

en todo

personaje:

cada

difícil

uno

caso, dos

modos

perspectiva; el otro refleja

como un

aquellos que se enfrentan a

ma

él.

la

de no

existir

como

a partir de su propia

espejo

y

sólo predica sobre

Pero entonces no es una mis-

concepción del protagonista

Cozarinsky con

distintos

refracta todo lo narrado

lo

que vincula

la película

de

obra de Henry James. Lo que aquella hereda

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

228

de ésta es cierto espíritu ambulatorio y analítico que guía al periplo del personaje por diversos espacios: alguien regresa a

un entorno conocido (o que creía conocer) sólo para verificar cómo todos han cambiado. Igual que el viajero cósmico en la teoría de Einstein,

en ausencia del emigrado

currido de

manera

para otros.

Si el

el

tiempo ha trans-

diferente, a distinta velocidad, para

uno y

alejamiento disparó esa diferente aceleración

de los tiempos, la reunión permite confrontar cambios y verificar distintos posicionamientos. Como en "Una ronda de visitas [A round of visits]" de James,

M circula por diversos entornos

que deberían haberle resultado familiares, pero en los que es

un organismo

rechazado como

si

fuera

en evidencia que

él

quedó

demás y que eso es que rechaza a

los

M

al

extraño. Su visita deja

margen de los desplazamientos de

lo

ha dejado fuera de

el

de

la vieja

tradicional, eclesiástica, fascista if*

juego.^^ Ese espacio

derecha política

(la

le

la violencia

fascismo que persisten por debajo del discurso supuesta-

y mente remozado de

la derecha.

Ya

desnuda cómo se ha operado

tros

el

primero de esos encuen-

cambio cosmético. No un strip-tease, sino porque dramatizado en la retórica misma del monólogo cabareteeste

sólo porque se trata, literalmente, de está

ro con que el mñitar se despide del cura. Mientras se quita su

ropa castrense (un viejo uniforme de la época de del desierto), el

hombre gruñe

"la tradición", "la

hombría de bien"

tro acervo cultural", "el virus

luego, mientras se viste

con

de

la

como "la raza",

conquista

"la

sangre"

"la patria", "el estilo

de vida

frases

que nuestros mayores nos legaron"

"la

conservación de nues-

las ideologías foráneas";

traje

pero

de ejecutivo, derrapa sin so-

lución de continuidad hacia otro tipo de discurso:

derecha Porque se imponen

y militarista) que ahora, camucomo una derecha moel centro. El

permite a Cozarinsky denunciar la intolerancia, el

cambios de estructura. Que

lógicas al desafío tecnológico.

recorrido

entonces,

los

la

co3mn-

tura actual no nos supere. Se trata de adecuar las armas ideo-

fiada de liberalismo, intenta presentarse

derna que se hubiera desplazado hacia

229

A las Fuerzas Armadas compete

hoy una nueva y gloriosa misión,

una

única vía para cumplir los

de este sobreviviente fanático y reaccionario peregrinación por el nuevo estado de cosas en las instituciones

postulados del desarrollo. El país impactado exige este replan-

de la derecha argentina hacia fines de los años sesenta.

teo a nivel de fuerzas vivas. Se

es,

que son

centrales

tres (des) encuentros, tres

en

el

me ha hecho

tengo una reunión de directorio en

Puntos suspensivos se organiza alrededor de tres secuencias

tos de detención

la

amargos momen-

el

tarde, padre:

United Interamerican

Development Bank. ¿Lo acerco a alguna parte en mi gran Torino-supersport-carrozado?

largo vía crucis del sacerdote: "Primer

encuentro: escenas de la vida marcial" "Segundo encuentro: escenas de la vida burguesa", "Tercer encuentro: escenas de la vida eclesiástica". el filme

En cada

impone una

caso, el

tono paródico que adopta

distancia crítica.

Y

esa distancia crítica

Cozarinky repetirá este esquema en "El viaje sentimental" el primero de los relatos de Vudú urbano: allí, el protagonista, residente en París, emprende un viaje fantasmagórico a través del tiempo y del espacio que lo devuelve a Buenos Aires y al inevitable desencuentro con los viejos 28

conocidos.

El

burdo mecanismo de travestismo con que Cozarinsky ejemmutación y la velocidad de esa mutación (en un solo

plifica la

plano y en tiempo real, ante nuestros ojos y los de M) intenta hacer evidente que sólo se trata de un cambio de piel y que el

cura no podría mantener

el

paso de ese desplazamiento. Es

marginado, entonces, porque ha quedado

atrás.

Pero tampo-

co se trata de una verdadera confrontación entre la derecha tradicional

y una derecha

capitalista

modernizante:

M

no

es

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

230

un enemigo que debe

Enseguida entra ser extirpado sino, solamente, la

comprometedora de un vínculo que no debería

ser exhibido

comida compuesta por Luego

do.^o

en público.2^

A

pesar de las diferencias,

todos ellos y sigue siendo

como

tintas formas, tal

burgués. Durante

el

enemigo es reconocible para

el

mismo aunque pueda adoptar

expone en

la cena, ese

través del prejuicio, el desprecio

y

la

una

banalidad de la charla de

explicar

la

mujer se lamenta por

el

hombre). el

los

un

pobres con despectivo pa-

es.

sino en

el salto

Los chinos están

el salto

ordenás que salten todos

mismo

día

y a

la

misma

hora, desde

que son, qué sé

el

hacia adelante

muy regimentados

les

(vos imaginate

que

hacia abajo. Te voy a

vos

nada

temalismo:

qué

Mao

profesor de la

tal Cliterhouse, dice

si

tonces,

un

otro día, en el Ohserver, que

leí el

preconizado por

salón ("Table talk should never be personal [La conversación

Primero

que

verdadero peligro amarillo no está en

clase social a

de sobremesa nunca debe ser personal]", sentencia

sirve la

miembros de un bebé descuartizahombre enuncia una singular versión del peligro

Universidad de Malibú Beach,

temor del Otro se condensa en

diversos mitos concebidos por la paranoia de

y

dis-

matrimonio

la visita al

el

elegante fuente

los

amarillo (o rojo):

Fíjate

se

mucama con una

la

prueba

231

mismo

al

una

[...]

En-

tiempo,

altura determi-

yo, 500.000.000 de chi-

una cosa por el estilo), se produce una ola expansiva descomunal que provoca un maremoto en el Pacífico [...] y eso

nos,

Te voy a contar una cosa increíble que LExpress. Fíjate rales, así

que

los

leí el

que son absorbidos por la tierra; pero

son sintéticos

así

se transforman

otro día en

que se quedan en

el espacio,

termina por hundir hasta

muy natu-

jabones tienen propiedades

me

supongo, y el estilo.

Y

Por último, la llegada de París)

truir

monstruosos

todo lo que encuentran.

graciados, cocina.

mucamos

Mirá pobres

empiezan a corroer y a despensar que estos pobres des-

[...]

Y

nuestros, los usan todos los días en la

con-

matrimonio (que estudia en

imprime una modulación generacional para ofrecer una

repugnancia de pertenecer la

al tercer

cultura europea.

oído que en París hay Al final de la peKcula, luego de la desaparición del sacerdote, la panorámica de 360° sobre el amanecer en la ciudad inerte, mientras se escucha el poema "Esperando a los bárbaros" hace suponer que nada ha cambiado. Es interesante, por otra parte, que la muerte de se duplique con la ani-

M

Murnau, arrasado por el primer rayo En su ensayo sobre Henry James, Cozarinsky utiliza la metáfora del vampirismo para referirse al narrador de The Sacred Fount, cuya voraz observación del entorno despoja de intimidad a los demás. En el caso de Ptmtos suspensivos, además, la asociación sacerdote- vampiro connota la persistencia y la recurrencia de esa fuerza del mal que atraviesa la oscura noche de los tiempos. sol.

las

versión esnob y a la moda de esos mismos lugares comunes. Su desprejuiciado coqueteo con el exotismo encubre apenas la

confundirse con

de

la hija del

infelices.

quilación de Nosferatu en el filme de

con todas

los detergentes

en globos, en espuma o en algo por

estos productos

la baja California,

secuencias que eso tiene.

la

joven responde:

mucho

"Sí,

mundo y la Cuando

el

aspiración de

cura dice haber

interés por los latinoamericanos,

pero los argentinos vamos muertos.

No

30 El

lar

mito del niño asado y otras fantasías macabras empezaron a circuhacia fines de la década de 1940 como figuras que condensaron los te-

mores de

burguesía ante

surgimiento del peronismo, el poder de Evita baja en la vida pública. Estas cuestiones están desarrolladas en Marie Langer, "El mito del niño asado y otros mitos sobre Eva Perón", en Fantasías eternas a la luz del psicoanálisis, Buenos

y

la

la

mayor presencia de

Aires,

el

la clase

Hormé, 1966; y Hugo Vezzetti, "Isabel Vista, núm. 52, agosto de 1995.

en Punto de

I,

Lady Macbeth, Eva Perón",

233

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN EL SILENCIO Y SUS BORDES

232

no impresionamos a

demonizado como una amenaza exterior; pero en el final el plural mayestático del poema debe admitir que esa alteridad

Nous ne sommes pas assez tiers monde”. Así, a lo largo deficena, ese Otro temido -en tanto distinto de uno- es

era constitutiva de la propia identidad. Para esa civilización de-

tenemos color local, no parecemos

indios,

nadie.

de la

nido en términos de

clase, ideológicos

y

culturales.

cadente que describe

el

poema,

bárbaros en la frontera es

la

la presencia aterradora

de los

promesa de que algo (aunque sea

algo terrible) suceda. Eso explica el estado de suspensión que,

en el título, impone

el

gerundio. La espera angustiosa de los ha-

bitantes de la ciudad sitiada se convierte, paradójicamente,

en

su único signo vital. La garantía de su permanencia es esa ame-

naza imaginaria de los bárbaros, eso

salvaje, primitivo

y brutal

que vendría desde afuera para arrancar a la ciudad de su letar-

M

y los padres del Imagen 111 3 Escenas de la vida burguesa: de Edgardo el perfil joven descarriado se transparentan sobre .

.

Cozarinsky. (Gentileza de Edgardo Cozarinsky.)

poema ”Esperando a los barbaros recitado de la peHcula, adquiere un significado preciso.

Ep. ese contexto, el

sobre

el final

los

de

la alteridad: "La

noche ha caído y

los bárba-

en cambio, gentes de la frontera y dicen que no hay bárbaros a la vista/ ¿Y qué haremos sin bárbaros?/ otro aparece Esta gente de algún modo era una solución''.^! Lo

ros

no

que son tanto

llegan/ Llegan,

En

Crepúsculo rojo (Dans

dato casual. Esa tensión entre fuerzas

un

políticas

como

le

regresa,

Significativamente, el primer plano de Crepúsculo rojo es

una

larga pano-

Aires, que rámica circular sobre los edificios cercanos al puerto de Buenos mienconcluido, había suspensivos Puntos donde parecería recomenzar allí Kavafis (en esta ocasión del tras se escuchan nuevamente unos versos de poema "La ciudad"; "Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares./ La Y en los misciudad te ha de seguir. Darás vueltas/ por las mismas calles. encanecer./ de habrás casas mismas estas mos barrios te harás viejo/ y en Siempre llegarás a esta ciudad").

estéticas articula otros filmes del

período (que también discrepan, en un doble frente, con el cine argentino tradicional y con el nuevo cine político): Invasión, La familia unida esperando la llegada de Hallewyn o Alianza para el progreso,

entre otros.

En todos

ellos el

núcleo drámatico es

siempre una situación de asedio en que miden sus fuerzas un interior aislado y un exterior fantasmal (aunque de un filme a otro,

por supuesto, cambia

el

valor que se le asigna a esos dos

bandos). Es evidente que el tópico de

un espacio asediado -que

a su vez presupone la dicotomía civilización/barbarie- flotaba

en los

de fines de los años sesenta. El enfrentamiento entre Players y los Ángeles caídos, por ejemplo, dramatizaba toda

el aire

la tradición

rouge du couchant, 2003), Cozarinsky los años retoma por primera vez algunos tópicos de Puntos suspensivos: prima opera La guerrilla. la política agitación y setenta en Argentina, la obra. entonces, como si fuera la dimensión reprimida de toda su 3'

es

,

Sobre la imagen circular de la ciudad, ya sin M, se escuchan versos de Konstantin Kavafis, que escenifican el horror y la fascinación

go indolente. No

latinoamericana sobre civilización

y

barbarie (no

sólo en la versión sarmientina sino, también, particularmente,

en

la reformulación

que de ese antagonismo hace José Rodó

a partir de las figuras de Ariel y Calibán). En Puntos suspensivos reaparece ese vínculo problemático, pero no tanto como

un anverso y un reverso que se excluyen mutuamente, sino como estrategia de invención donde el otro es representado como un vacío henchido de presagios que adopta

tensión entre

los rasgos inequívocos del mal.

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

234

lo describe, simplifica

La literatura -dice Ricardo Piglia sobre cluye

al

el

Facundo- no ex-

bárbaro, lo ficcionaliza, es decir lo construye tal

sus misterios por y para el Oeste.

interesa el Oriente excepto

como

235

como

causa primera de

la

No

le

que

lo

Lo que dice y escribe, en virtud de que está dicho o escrito, indica que el orientalista está afuera del Oriente tanto en dice.

se lo

imagina

el

sujeto

que

escribe. El

privilegiado de representación.

imaginar su dimensión

de

ser. El

enemigo

Hay que

interior,

entrar

es

un

objeto

en su mundo,

su verdad secreta, sus

un

sentido existencial

modos

intereses ocultos del adversario.

construcción del adversario

En

moral. El principal producto de

esta exterioridad es por supuesto la representación

otro debe ser conocido para ser civilizado. La estra-

mación

escrita resulta

tegia ficcional implica la capacidad de representación de los

la

como

una presencia para

ahí

el

ese sentido la barbarie es

carácter necesario de esa pura alteridad, entonces,

analogías orientalistas; es decir; sino

una

dis)mnción manifiesta de ese enfrentamiento sino en su imconjunción. La construcción del Otro supone investirlo

una

de significaciones imaginarias que

*en receptáculo

de todas

las fantasías

lo convierten

sobre lo desconocido. Lo

que Edward Said define como orientalismo condensa de un

modo

genérico los rasgos de esa invención del Otro que viene

del cura, afuera de la ciudad

presupone

por

no

la exterioridad, esto es, el

^2

Ricardo

Piglia,

-poeta o académico- hace hablar

advierte Carlos Al-

existo.

Vos

las

mera descripción exo-

y hacia

campo, en busca del

el

viaje hacia lo otro

(como en Una

ex-

una confrontación con la una inmolación cometida "El

lo sabés. Pero creiste tanto

matadero")

en mí" dice

de sodomizar y dar muerte

al

el

"Yo

joven

sacerdote.

hecho de

al Oriente,

"Sarmiento, escritor", en Filología, año xxxi,

la

un enemigo monstruoso (como en

Edward el orientalista

un

barbarie (como en Facundo) y es

casi al final, antes

que

-como

no

cursión a los indios ranqueles), es

a acomodarse a los propios intereses:

El orientalismo

me-

caracterización saturada de ideología. El viaje

misterioso joven, es serie

la

tamirano a partir de Said- que proliferen en Sarmiento tista

'con

en

afir-

ideal?’^

que es imaginada y construida como un antagonismo irresoluble, como una diferencia perfecta. La ficción no se lee en la

plícita

el lector

La

dida en que ha excluido, desplazado y convertido en superfino cualquier posible "Oriente" en tanto algo reaV^

Por lo tanto, resulta significativo

He

[...]

núm.

1-2,

1998, p. 25. Sobre la construcción del Otro y de la barbarie a partir del modelo de Facundo como retrato hecho desde un juego de contraposiciones,

como disputa entre apropiaciones y creaciones semánticas o como investigación criminalística, véanse Noé Jitrik, Muerte y resurrección de Facundo, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983; Julio Schvartzman, 'Facundo y la lucha por el sentido", en Microcriticas. Lecturas argentinas (Cuestiones de detalle), Buenos Aires, Biblos, 1996; y Adriana Rodríguez Pérsico, "Las instituciones y la guerra en las biografías de la barbarie de Sarmiento", en Un huracán llamado progreso. Utopía y autobiografía en Sarmiento y Alherdi^Ndishm^on, Organización de Estados Americanos, 1993.

21

Nueva York, Vintage Books, 1994, pp. Orientalismo, Barcelona, Debate, 2002].

Said, Orientalism,

[trad. esp.:

20 y

34 Carlos Altamirano, "El orientalismo y la idea del despotismo en el Facundo", en Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, Ensayos argentinos. De Sarmiento a la vanguardia, Buenos Aires, Ariel, 1 997. Para una confrontación del libro de Sarmiento con el de Mansilla, véase Julio Ramos, "Entre otros:

Una

excursión

a

de Lucio V. Mansilla", en Paradojas de Ediciones ExCultura, 1 996, y para una confrontación con texto de Echeverría, véase Adriana Amante, "La crítica como proyecto. los indios ranqueles

la letra, Caracas, el

Juan María Gutiérrez", en Julio Schvartzman (dir.). La lucha de los lenguajes, tomo 2 de la Historia critica de la literatura argentina, dirigida por Noé Jitrik, Buenos Aires, Emecé, 2003. Sobre los tópicos del pensamiento eurocéntrico en el cine, véase Ella Shohat y Robert Stam, Unthinking Eurocentrism. Multicidturalism and the Media, Londres, Routledge, pecial el capítulo "Tropes of Empire").

1994 (en

es-

EL SILENCIO

236

Como

el

poema de

de Cozarinsky no es tanto

Kavafis, el filme

sobre lo Otro sino sobre los efectos que esa alteridad produce.

Ciertamente, Puntos suspensivos no pretende

como

de ese desconocido que se presenta

la

lo

encamación del

que revelan en función de esa nueva derecha

supuestamente moderna y

-como podría papero no en sentido positivo, de conciÜación estancamiento sino en el de confusión, de recer-

un examen

demonio (o de lo bárbaro que, en este caso, es lo mismo), así como tampoco es el sacerdote el centro de su interés. Si importan es sólo porque aquél es el que ha pasado al otro lado mientras que éste es el que se ha quedado atrás; es decir, importan por

237

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

Y SUS BORDES

Frente a esa neutralización, to esquema formal adquiere

propuesta estética

donde

del assanblage en tan-

en ese desacoplamiento de mateextrema su fflme plantea de la manera más

refractaria oposición ajuste, la

liberal.

el

modelo

una dünensión más amplia como la deexcesiva e irrecuperable: más que en

nuncia argumental es riales,

el

allí,

y su ruptura

máxima fricción como

sin retomo. El

respuesta a

un

máximo

des-

equilibrio apa-

Puntos suspensivos rentemente amiónico. Ya he señalado que sino que, secuencias no busca fundir los distintos estilos de las mantener su autonomía. Pero por el contrario, se esfuerza por no confina esa operación al lo interesante es que Cozarinsky

que la hace desbordar, como un principio componentes audiovigeneral de desmontaje, sobre todos los

nivel estmctural sino

suales de la película.

en abierta confrontación con Cozarinsky no intenta fusionarel doblaje y la sonorización: que surge de su coexislos sino que aprovecha la potencia en la conversación tencia conflictiva (de manera exacerbada sobre las emociones y la entre el cura y la joven burguesa -la del propio dimala literatura, donde incluso es otra voz en off). a la del personaje, la que se escucha El sonido directo aparece

rector-, diferente

Imagen 111 4 La posesión demoniaca: el enemigo temido y deseado. .

.

utilizado en contra de su Pero además, ese sonido directo es de verdad o auhabitual: aquí no connota el sentido

valor

(Gentileza de Edgardo Cozarinsky.)

Lo que obsesionaba a Cozarinsky en

el

origen de la peKcula era

que, precisamente, es tenticidad que suele adjudicársele sino clichés, los tics y los lugares el escenario privilegiado de los el territorio de la hipocresía, la argucia,

comunes; es

hasta qué punto esa neutralización de fuerzas opuestas que

siempre se opera en Buenos Aires y en distintas esferas de la política argentina era

en realidad una especie de pantano en

cual se anegaban todas las cosas

y

decir, el

escena de la mujer que fingimiento. Es lo que sucede en la quien consultorio sentimental televisivo y a

M

acude a un

el

se borraban las diferencias,

35

Federico de Cárdenas, op.

cit, P- 22.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

238

239

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN escucha indistintamente como en un confesionario o como quien

asiste a las

un

pruebas de

Asimismo,

casting.

la

suele ser impertinente respecto de la escena (como en el striptease del militar,

con

cañí")

gura a

partir

parecería

una

lo

ir

cuando

que

el

se escucha la melodía torera "España

sentido de la imagen se disloca

y

reconfi-

de resonancias impensadas. En cambio, cuando

en

el

mismo

sentido de las acciones, se produce

especie de sobreactuación musical que, finalmente, im-

como una

cuarta dimensión de la imagen y hace que se advierta la disociación. Así, por ejemplo, cuando pide percibirla

la

mucama

entra para anunciar que la cena está servida (y

sabemos que

el

niño asado será

el

plato principal): los acordes

de "La canción del lamento" de Mahler anticipan la

terribles

macabra revelación, pero en lugar de acentuar

el

mo

música deja

de

la

escena desde

fondo de

el

la

imagen,

la

dramatis-

en evidencia su irrupción en tanto golpe de efecto sonoro. El

mismo

efecto de absurdo extrañamiento surge

personajes enuncian clichés pero recitados

propio pensamiento

(tal

teorías sobre los chinos

poder destructivo de

como

cuando

los

fueran su

si

como sucede, durante la cena, con las y

el

gran salto hacia abajo o sobre

los detergentes), o

nes de Buenos Aires en 16

el

bien con las imáge-

mm cuya connotación documental

un comentario sociológico y ciudad de Calcuta. Cada uno de esos ele-

es rápidamente desvirtuada por

urbanístico sobre la

mentos (uso reactivo de directo,

la

aparente espontaneidad del sonido

empleo no funcional de

la

música, naturalización de

textos ajenos dentro del discurso de los personajes,

nación de

la diferencia entre

como comentario Todo

el

crítico

documental y

y distanciador respecto de

montaje visual y sonoro apela a

vez de procurar una sutura. Es la heterotopía

ficción)

decir,

no

la

impug-

funciona los otros.

deconstrucción en

integra,

no

neutraliza

de los componentes audiovisuales sino que su-

braya su impenitente discontinuidad.

Así planteado,

música

el

como un un desmembramiento

assemblage busca constituirse

método compositivo que

sea la cifra

sin recomposición posible.

No

de

se trata de

tiva sino del rechazo de toda poética.

permanecer asociado pero

una poética

Lo heteróclito

sin alcanzar

alterna-

insiste

ninguna aleación;

hay ocupación de un mismo común denominador. Su método compositivo

espacio pero sin buscar

decir,

es la

en es

un

descom-

posición. En ese abigarramiento de materiales Cozarinsky no

pretende tanto definir una línea estética sino, más bien, poner distancia

con una

un filme de exfremisla voluntad de un rede

cierta idea del cine. Se trata

método, dedicado a manifestar in chazo. Su función es la de

una gestualidad exacerbada. Frente

a la homogeneidad estética, la linealidad narrativa, la identidad

de los personajes y

la

causalidad dramática de

un

arte clásico.

Puntos suspensivos hosqueja. una contienda de cruces impensa-

dos que todavía no alcanzan (no quieren/ no pueden) una resolución.

propia

Una película que no está ahí para inaugurar una poética sino para señalar la dimensión extrema de un despoja-

miento; una película que se lanza furiosamente hacia sus propios bordes sabiendo

un

que no podrá expandirlos, como

puente que el cineasta atraviesa

si

fuera

y que destruye luego de

haberlo cruzado.

Mientras en este primer filme hay una voluntad crispada

por empujar los materiales hacia

en

las

el

punto de su dispersión,

películas que realiza después Cozarinsky se dedicará a

acercar discursos aparentemente distantes para revelar, en

tensa continuidad, sus conexiones ocultas soterrada implosión). el

En

(o,

este sentido, es cierto

-como

afirma

propio realizador- que Puntos suspensivos constituye

borrador. Pero

una

en todo caso, su

no porque proponga una aproximación

un

provi-

soria a cuestiones que luego serán reformuladas, ajustadas

perfeccionadas, sino,

más

bien,

un bosquejo que enseguida

y

porque constituye un descarte,

se desecha para ensayar

en otra

dirección. seguir,

La declaración de intenciones sobre

y que

lo

que debería

caracteriza a todo comienzo, será desmentida por

Como si fuera un falso comienzo (o un coinicio fallido. El comienzo, en este sentido, un mienzo en es aquello que es dejado atrás: un punto de partida, es decir, un lugar del que inevitablemente la obra se alejará. Y así como hay

la

obra posterior. falso),

algo del cine argentino que Puntos suspensivos rechaza pero

que aparece en esta ópera

filme

el

como negatividad, de la misma manera

prima es una ausencia que se intuye, fantasmal, por

detrás de las películas

que Cozarinsky realizará a continuación.

Si

hay alguna vinculación con

si

prepara

el

la

obra posterior del cineasta,

terreno para los filmes futuros,

241

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

240

si

establece su

torias (a través

tos

un nuevo en

clave

de un diálogo que descubre en los desplazamien-

significado para las imágenes).

Puntos suspensivos,

les coexisten

en

el interior

Hay un momento

en el que esos dos regímenes visua-

mismo de

la

imagen. Se trata de la

secuencia "¿Dónde ocurre todo esto?": curiosamente, el

allí

donde

filmp extrema su procedimiento (des)compositivo, se anuncia,

sin

embargo,

el

método de

trabajo de películas

que incluso niegan los comienzos del

muy diferentes

cineasta.

La secuencia se sostiene sobre una compleja alteración mutua entre el sonido y la imagen. Es una miniatura documental que describe de manera anodina y estandarizada la diaria

Buenos

agitación del centro de

Aires: gente

caminando por

la

condición de posibilidad, eso se debe -en todo caso- a que

calle, autos, negocios, vidrieras, afiches, letreros luminosos. Las

explora y clausura una zona que luego quedará al margen de sus preocupaciones. Puntos suspensivos funciona como un ne-

imágenes son tomas de 16

mm ampliado, lo que confiere al con-

bién,

con mucho grano, imagen sucia, colores imprecisos y saturados, cierta desprolijidad en los movimientos de cámara) y produce automáticamente una distancia respecto de la secuencia que la precede y la que le si-

es

gue. Pero aiipmá.s la

gativo (en el sentido fotográfico) de los filmes realizará a continuación. Por eso el

que Cozarinsky

punto de no retomo es tam-

en cierto sentido, un punto muerto. Si Puntos suspensivos un füme extremo, la dimensión de su apuesta está dada por su radical despojo. De alguna manera, esta obra es lo contrario de una obra porque no integra sus materiales y sólo insiste en su indómita desarticulación. No hay allí un cineasta plantando sus banderas sino cortando todas las amarras.

junto

una impronta testimonial

,

(textura

banda sonora se

halla

en relación de doble

divergencia respecto de esa sucesión visual. Por un lado,

que comenta

las

imágenes es una

el

texto

reflexión urbanística sobre

la ciudad de Calcuta cuyas referencias específicas sorprenden tanto por las obvias diferencias entre las dos ciudades como por

impensadas similitudes metafóricas que surgen del choque entre imagen y texto. Ese texto es dicho en un castellano im-

las

postado, a la

La PUESTA EN CONVERSACIÓN Probablemente, zarinsky

y

la

mayor diferencia

su obra posterior estriba

entre el primer filme de Co-

en

el

modo de

trabajo

con

materiales heterogéneos. Mientras que en esa ópera prima todo el

esfuerzo consiste en mantener la separación de los

tes (y

componen-

buscar en su conflicto algún estallido de sentido), en

las

peHculas posteriores lo dis ímil interactúa de maneras contradic-

manera de

los Travél Tdlks

de

Fitzpatrick,

y en un

segundo plano sonoro es repetido por otra voz en un inglés de falso hindú de película de Hollywood. Por otro lado, al comienzo

y al final de la secuencia se escucha el tema "Patrulla de cosacos", cuya música de balalaikas y acordeones es interpretada por una típica orquesta de bañe argentina de los años cuarenta. De este modo,

una

el

falta

comentario en offy

el

tema músical no

de correspondencia con

la

sólo generan

imagen, sino que también

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN bifronte: hacia atrás,

introducen

un doble nivel auditivo en el que lo reconocible y lo

no cesan de desdoblarse en permanente

exótico

Por

un

lado, las imágenes, la

música y

te,

conspiran contra cualquier intento de cohesión audiovisual.

to de sentido, surge del surables,

Si

hay algún

efec-

choque entre dimensiones inconmen-

como en un cadáver

exquisito.

funciona porque Buenos Aires no

esa divergencia en la imagen

y

el

Digamos:

la

secuen-

Calcuta y reconocemos sonido. Pero, por otro lado, la es

puesta en contacto de esos niveles tan disímiles produce extra-

ñas asociaciones que obligan a desplazamientos interpretativos para acomodar lo que se ve y lo que se escucha. En ese nuevo ordenamiento, la secuencia funciona porque aceptamos que

Buenos Aires Aires

es Calcuta.

y Calcuta

se

O más

bien: al superponerse,

Buenos

anulan mutuamente y pierden toda entidad supuestamente inmutables que podían

diferenciada. Los rasgos

caracterizar a cada ciudad

sentación

conflicto.

doble narración

la

Todo, en la secuencia, tiende a la dispersión.

cia

243

EL SILENCIO Y SUS BORDES

242

han perdido su valor distintivo. La

como

como agotamiento de un sistema de repre-

experimento de Puntos suspensivos), y hacia adelan-

(el

insinuación de

desarrollará

un método de

trabajo

que Cozarinsky

en los filmes siguientes (sobre todo, desde La guerra

de un solo hombre). Podría decirse que todo funciona a partir de

un

doble distanciamiento

se asocian de algún

y,

a la vez, que las series separadas

modo en

extraña conversación. Pero

si la

secuencia tolera ambos procedimientos no es porque revele vínculo oculto entre el

un momento inicial y el momento de madu-

rez de la obra del cineasta, sino porque su montaje/desmontaje le

imprime una doble orientación contradictoria. Se puede intuir

allí

un punto de

inflexión; pero, para eso, los

mismos

materiales

deberán ser leídos en su reverso. Es que por su misma dad, el filme

radicali-

no busca despejar un camino que vendría a prolonmás bien, parecería avanzar de espaldas,

garse en nuevos filmes;

clausurando a su paso toda continuidad de ese inicio,

no

es posible sino

la huella.

Luego de

comenzar todo de nuevo.

se-

como una respuesta a la descripción de La hora de los hornos donde Buenos Aires aparece como la ciudad-

cuencia podría leerse

puerto que mira a Europa. Es evidente que actúa en nica. (Allí

como

el

imaginario de Cozarinsky

donde La hora de

"¿qué hacer?"

y

los

los

el

filme de Solanas

como una

referencia iró-

hornos se formula interrogantes

responde programáticamente. Puntos

suspensivos sólo hace las preguntas -"¿dónde ocurre todo esto?"

"¿quién es este hombre?"- pero nunca las responde.) La analogía

Buenos Aires y Calcuta propone una especie de orientalisinvertido: una mirada extrañada sobre el propio espacio que

entre

mo

un entorno conocido los clichés construidos interpretación del Otro. Aunque no resulta una situación

surge de aplicar a

en

la

ajena

al

sistema de Puntos suspensivos ni su reaprovechamiento

en obras posteriores implica alguna continuidad los dos Cozarinsky, lo cierto es

estilística

entre

que ambas interpretaciones son

toleradas por el filme. La secuencia posee

un funcionamiento

Imagen

111.5.

Buenos Aires

es Calcuta: inversión del orientalismo

según Cozarinsky. (Gentileza de Edgardo Cozarinsky.)

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

244

como una foto movida: una figura estáimagen congelada del desguace un una movimiento,

Puntos suspensivos es

de una poética que se

tica del

para fundir lo documental y lo ficcional. Por eso La guerra de un solo hombre es

segundo antes de nas funcionan

la

como

completa dispersión. Las diferentes escetableaux vivants

nunca busca una armonía

tica

se esfuerza por acentuar el cios

y

polifónica sino que,

aislamiento

silencios. El peregrinaje

de

mismo

se

más

y por cultivar

M consiste

en una

de un mapa urbano:

unen puntos fijos detiene para un breve intercambio. Y

paradas que

donde

y su multiplicidad esté-

discurso puesto a prueba ante

los filmes siguientes, los lugares

y

bien,

intersti-

serie

un cada nueva instancia. En es siempre

los discursos se desplazan;

adquieren movimiento a través de personajes que viajan y cargan con

ellos.

de

lugares

los

Los espacios se entrecruzan, se confunden,

sobreimprimen y revelan -como en los "retratos de familia" de Galton- singulares coincidencias, imprevistas resonancias. Surgen extrañas continuidades por las que se puede ir y ve-

ese proceso.

A diferencia de

de Cozarinsky por la parodia, sino

visible

poco

y más

sutil

partir

por su facilidad

un

filme clave en

Puntos suspensivos,

la reescritura

la inclinación

ya no adoptará

la

que derivará hacia un trabajo a

la

forma de vez más

con discursos preexistentes. Pero esto tamen un documentalista que

lo convierte

montaje a

definirá, precisamente,

245

realiza filmes de

de material de archivo: su particular

estilo

ensayístico se construye en la disolución de las fronteras entre

documental y

En todo

ficción.

escribe sus propias ficciones sobre

caso, es

un

cineasta que

documentos encontrados.

Cozarinsky:

se



En La guerra de un orientarme en

el

solo

hombre parto del documento para

sentido de la ficción; en Los aprendices de

nir a condición de no estacionarse nunca. Los aprendices de brujo (el primer filme que Cozarinsky rueda en París luego de

pida por desarrollos que debían aportar

abandonar Argentina) inaugura ese sistema de pasadizos entre

ella, la

brujo,

como en Puntos

suspensivos, la ficción era interrum-

ficción se deslizaba

universos aparentemente separados y distantes. Los tiempos, los espacios y los géneros se cruzan fluidamente en este füme

idea de pureza, tanto estética

de anticipación sobre latinoamericanos exiliados en Francia.^^

siempre antipática.^^

Pero aunque al

el

filme netamente argumental (como lo serán, más adelante.

Alta mar, 1984, o Guerreros y cautivas, 1989)

no

sirve para caracterizar

36

con

y,

en

En su momento, Ernesto Schoo insinuó

mitir la herencia común", p. 21).

los casos

el

en-

hay contaminación. Ciertamente,

como

racial,

me ha

la

resultado

el

en La Opinión, Buenos

motivo del encuentro

Aires, 17

En La guerra de un

solo hombre, el realizador

"pone en con-

versación" fragmentos de los Diarios de París de

Emst Jünger

este sentido,

precisión las líneas dominantes

entre dos culturas -la de la Antigua Europa y la del Nuevo Mundo- a propósito del filme de Cozarinsky ("Dos culturas que se enfrentan sin ad-

de 1977,

En todos

reflexión sobre

tipo de trabajo con lo heterogéneo es diferente

de Puntos suspensivos, ese segundo primer filme es todavía

un

sayo.

una

permanentemente hacia

de septiembre

37 Pascal Bonitzer, "Entretien avec Edgardo Cozarinsky", en Cahiers du Cinéma, núm. 333, marzo de 1982, p. 18. También Sontag advierte ese circuito de intercambios y contagios a propósito de los textos de Vudú urbano (que son contemporáneos a ese filme): "Así como Godard dijo que quería hacer filmes de ficción como si fueran documentales y documentales que fueran como filmes de ficción, Cozarinsky se ha puesto a escribir narraciones autobiográficas que son como ensayos, ensayos que son como narraciones" (Susan Sontag, "La cosmópolis del exiliado" prólogo a Edgardo Cozarinsky, Vudú urbano, Barcelona, Anagrama, 1985, p. 9).

,

EL SILENCIO Y SUS BORDES

246

con imágenes de

durante

las ñcUicilités filmadas

el

gobierno de

Vichy. La expresión “poner en conversación" es de Cozarinsky

y

al pasirve para definir sus ideas sobre la tarea del cineasta:

rafrasear la expresión "poner

en

escena", instala su actividad

en el mismo universo semántico pero en abierta confrontación con la idea del realizador como metteur en scéne. En todo caso, esa puesta en conversación

En el

es, aquí, la

única puesta en escena.

esa discusión de larga data donde la puesta en escena y montaje se disputan la especificidad del cine (digamos, el

frente Bazin-Tarkovsky vs. el frente Eisenstein-Godard), Coza-

manera en que los imaginarios sociales diseñan su su curso. relación con la historia cuando creen seguir funcionamiento, La ficción es ima coartada, un modelo de sino en la

les conima máquina que organiza el caos de acontecimientos y del ideología documental o en la fiere un sentido. “No es en el

dijo Cozarinscinéma vérítéque yo he encontrado una verdad" en la convención, en aquello ky. “La he encontrado en la ficción, un solo hombre que me habla de lo imaginario."^® La guerra de

expande

ciertas ideas del autor sobre las

tos domésticos. Cozarinsky

imágenes, diario íntimo y documental; pero sobre todo cruza verdad la supuesta verdad de la autobiografía con la supuesta

veKstico en “El relato indefendible"

de la historia. La objetividad impersonal de la memoria colecla desinteresada sinceridad de tiva guardada en los archivos

bre el chisme). AUí, en

confesión personal.

y De una a

otra,

en la combinación de

que produce

el

de la apariencia (que

los

verso de ficción, riencia,

verdad de los testimonios y permite que emerja otra forma de sólo puede la verdad (menos arrogante, menos severa) que ¿Qué fructificar en la ficción a partir de las pequeñas mentiras. es posible conocer?

No

sino las mezquinas interpretaciones de los

son arrastrados por

el

remolino de

.

en

el

tómpo, Madrid, Rialp, 1991.

;

dad

el libro

el

de inocular

y,

antes aún, en El laberinto

duda, en el origen de ese texto sosobre Henry James, había escrito;

eligió

para ubicar casi todo su uni-

chisme es una forma de atravesar la

duda sobre su naturaleza y

la apa-

reducirla a

oculta,

no a una realiaparente, por lo menos a

que conduce,

más verdadera que

la

si

por esa superadvertir las posibüidades múltiples encubiertas con la realidad (p. 20). ficie accesible que suele confundirse

La verdad -si

véanse, por ejemplo, Jean-Luc Godard, "Montage, mon beau souci en Jean-Luc Godard par Jean-Luc Godard, 1 1 1950-1 984, París, Cahiers du cinéma, 1998; y Andrei Tarkovski, "La imagen cinematográfica", en Esailpir

está, sin

ción, quizá rudimentaria, pero

hombres cuando

la historia.

rela-

aparente trivialidad simple hipótesis. Ni su facilidad ni su de ficpueden disimular en el chisme la condición de obra

mundo,

hay alguna verdad- no se revela en la profundidad de los documentos sino en su misma superficie; no en un trascendente curso de la historia (que el documento vendría a materializar).

pequeños

ya había señalado la importancia del

En la sociedad que James

cruce evidencia la relativa

los grandes movimientos del

los

del género nochisme y de lo anecdótico como elemento central

diferentes tipos de testimonios, Cozarinsky construye su narración. Ese relato

inmensas posibilidades

y de

narrativas del detalle, de lo anecdótico

rmsky debería alinearse entre los defensores de lo segundo.^» La guerra de un solo hombre cruza literatura y cine, textos e

líi

247

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

En

este sentido, los Diarios de Jünger

son materiales preexistentes que

el

y las

actualités

de Vichy

cineasta organiza (y que

5.

Cozarinsky, p.^ Pascal Bonitzer, "Entretíen avec Edgardo historia en Cozarinsky, véase Sobre las relaciones entre verdad, narración e en Cahiers du cinéma, num. Pascal Bonitzer, "Description d'un combat", op. cit,

3^

333,

marzo de 1982.

1

EL SILENCIO Y SUS BORDES

248

al organizarlos reescribe)

un testimonio

en una nueva

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

estructura.

ficticio sino que le interesan por lo

forzarlos para

que

No busca

que hay en

le

No estaba

esta mirada. en los documentos, no preexistía a del cineasta instamirada la oculto: es retroactivo. Sólo porque de los documentos, ahora sabemos ló esa narración en el cruce los pequeños detalles de que estuvo siempre alH. Por eso son de Cozarinsky; no una imagen los que cautivan la atención sino aquellos con los que aquellos que muestran una historia,

está

inefable (pero comunicable) su mirada establece una relación pide un posible: una muchacha que e

imagina una historia

ruso que eleva sus en una olla popular, un prisionero que toma una foto en medio de ojos al cielo, un oficial alemán detiene, aísla un moun desfile. En esos momentos, el filme se

cigarrillo

desarrollarse. mento, lo individualiza y le permite

ciera

un

Como

si hi-

el relato Uow up. Las referencias obligadas, aquí, son el up (1966), filme de "Las babas del diablo", y Blow

de Cortázar

Cozarinsky sabe que la suAntonioni a partir de ese texto. en la ampliación de la puesta verdad oculta que se descubre

imaginación del observador. Y allí, foto siempre depende de la Es lo que Barthes denomma por supuesto, radica su interés. aguijonea el interés del punctum, aquello que en la imagen puesta en conversación a que observador. Importa entonces esa instaura componentes más diversos porque eso

someten los un modelo de relato sobre se

sobre la base de la contaminación, resonancia que un material pro-

la los desplazamientos, sobre

duce en

otro.

Es decir:

qué hay de uno en

el otro.

Dialógica-

su potencia en la tensión mente. Si Puntos suspensivos obtenía entre sus partes, de que generaba la ausencia de comunicación hombre, todo partir de La guerra de un soh

manera el

inversa, a

se sostendrá en operaciosistema narrativo de Cozarinsky

mutua

sobre-

determinación.

digan una

Su trabajo no consiste en permitirles liberar las narracioverdad documental, sino en tiempo. Pero ese relato, que nes que han incubado todo este ellos.

nes de contaminación, de sobreimpresión y de

249

En

la solapa

de Vudú urbano, una sintética semblanza del

autor -seguramente escrita por

él

mismo- informa

sobre los

datos obligatorios acerca de fechas, lugares, estudios o publica-

y luego concluye con cierta ironía: "Ha terminado por sentirse cómodo en el papel de persona desplazada" Es cierto que hay un exilio biográfico (la decisión de abandonar Buenos ciones,

en 1974) y una insistencia sobre tema que subyace a la mayoría de sus

Aires para instalarse en París, el

desarraigo

como

el

y sus filmes (La novia de Odessa o Vudú urbano. La gueun solo hombre, Bulevards del crepúsculo o El violín de Rothschild); pero no se trata únicamente de eso. Importa, aquí,

textos

rra de

productividad estética que adquiere la noción de exclusión y de pérdida como condiciones de posibilidad de la obra. Esa con-

la

cepción del viaje la

obra

literaria

como descentramiento permanente

atraviesa

y cinematográfica de Edgardo Cozarinsky lue-

go de Puntos suspensivos. Más que su tema, es su fundamento y su condición de posibilidad. El principio constructivo que rige a ese conjunto heterogéneo es

un

sistema de desplazamientos

y literatura, entre autobiografía y ensadocumental y ficción) cuyo resultado es una práctica estética desterritorializada. En un pasaje de Vudú urbano,

y

pasajes (entre cine

yo, entre

al describir las

trasplantes

palmeras de Buenos Aires

como

impertinentes

en medio de un escenario poco apropiado, Coza-

rinsky las asimila a "los habitantes de la ciudad, con su industriosidad de zombies", para terminar afirmando de unas

que "pertenecen a una desplazadas, a

un

tierra

reino de

y otros

de nadie poblada por identidades

vudú urbano"

(p.

104). El

vudú

por ese movimiento de desterritorialización.

define,

en

Para

pensamiento mágico, cualquier acto practicado sobre

el

efigie

efecto,

se

produce consecuencias concretas en

por simpatía, por contaminación, por

la realidad.

reflejo.

la

Opera

La magia no

se

EL SILENCIO Y SUS BORDES

250

apoya en

el ritual

de

la simulación, sino

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

en

el

poder de sus

funciones sustitutivas: lo que sucede en la representación de-

en

bería prolongarse automáticamente los ejercicios de

magia negra,

el

el referente.

Como en

vudú de Cozarinsky posee

espacios distantes. tesis

de Puntos suspensivos consiste en de-

mostrar que todo permanece en su lugar a pesar de la circulos cambios aparentes, en sus otras obras Cozarinsky lación

y

En "El viaje sentimental" (la que componen Vudú urbano), por

explora la dinámica de los pasajes.

ejemplo,

las

dos partes

a su

un traductor es transportado misteriosamente

tarde había encontrado el pasaje ya vencido que, años

antes, lo había llevado a Francia; su última página correspon-

tramo París-Buenos Aires nunca completado. "Pasaje" es aquí boleto de avión pero también puente entre dos ciudades entre dos tiempos; el primer término convoca al segundo y día al

y

abre las exclusas de la

el

memoria que materializan un

fantástico.

parecen interpretadas por un

un reencuentro. Los

percibe a ellos; pero

no pueden

rigor,

no

opone a

desconocido

le

demás quienes

él es

más

real

ha concedido se

(p.

ya que ahora quienes parecen

tiempo son los

en

nueva "ronda de

otros.

un personaje

el texto,

En

la película, la

atrapado y condeel traductor es

en cambio,

que posee

la

capacidad de circular de uno a otro lado, sin

de

la oscilación.

el

atributo

Es importante esa tensión entre los tiempos

entre las identidades del personaje, precisamente porque

un

trata

de

tivo;

abandona su cultura y

un

converso sino de

es

extranjero. El

no

y

se

converso es aser-

ocupado íntegramente por

otra.

No hay allí ninguna ambivalencia. El extranjero, en cambio, se cuela en un espacio ajeno para sustraerse a toda localización. el extranjero,

sostiene Julia Kristeva, ese lugar de origen

que ha abandonado "sigue importunándolo, enriqueciéndolo,

como

si

él los

u ocasionándole dolor y, a menuextranjero es un traidor melancólico"^^ Es

do, todo eso junto. El

permane-

una falta, en doble sentido; porque es un error, pero también porque es una ausencia (o incluso; su error consiste signo de

A

si

lo hiciera,

ellos? Tal

diferencia de Proust, aquí el

movimiento

efectivamente involuntario de la memoria nunca logra anular

¿qué

vez un poder

y no serán los amanecer, cuando la luz del

el

hiato temporal que separa los dos

momentos, sino que

sólo

esta única noche,

desvanezcan

día restaure su autoridad

que

amanecer recuerda

ninguna fijeza, como alguien que hubiera adquirido

en su ausencia).

probaría? ¿Acaso

rol;

ame-

la

estorbándolo, estimulándolo

y

quisiera -se dice- podría tocarlos. ¿Pero podría, realmente?

mano? Y aun

el

del sacerdote es la de

nado por su propio

el

¿Se atrevería a extender la

la del filme

haberse quedado en

Para

cieran en dimensiones diferentes.

Si

la llegada del

espectral de Puntos suspensivos, esta

visitas" se

imagen

Pero aunque

se trata,

otros lo perciben

interactuar,

el final

actor.

trasla-

Lo que sucede a continuación es

reencuentro con los viejos conocidos. En

precisamente, de

ojos,

el

y antigua ciudad de Buenos Aires cuando sólo pretendía cruzar la calle para tomar unos tragos en un tabac de París. Esa

do imaginario o

"una persona pretérita" o "un lejano doble de su persona"

le-

jana

misma

mismo como



o "una persona ahora descartada" y sus acciones pasadas le resultan hasta tal punto ajenas que ahora, al volver frente a sus

naza de volatilización ante

Mientras que la

A lo largo del

irreales.

recuerdo de

esa

extraña propiedad que conecta universos paralelos y establece continuidades impensadas entre sustancias incomparables o

primera de

Los contornos se vuelven fantasmáticos, relato, el traductor se referirá al

251

al

35).

Julia Kristeva, Strangers to Ourselves,

ty Press, 1991, p.

29

Nueva York, Columbia Universi-

[trad. esp.: Extrajtjeros para

Plaza &Janés, 1991].

nosotros mismos, Barcelona,

más evidente

consigue hacer El

te

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

252

que

en

viaja construye

la distancia. Estar fuera

su exclusión, se convierte laboriosamen-

forastero. Podría decirse,

como Rimbaud;

razonado desarreglo". Es evidente que la sólo al

en función de

vocan tanto

el linaje

él.

"a través

la extranjería

nuevo espacio sino también al que

Sólo cobra sentido

de lugar.

se

no

de

un

interpe-

ha abandonado.

Por eso ciertos viajes con-

aventurero de Ulises

como la sombra paria

de Wakefield. "Yo había partido tras las huellas de Falconetti

y

de Le Vigan", confiesa la voz en ojf del realizador al final de la película Boulevards du crepuscule (1992). "¿Qué habían ido a buscar? Quizás

el

más obstinado de los

espejismos: empezar de

cero. Lo mismo que me propuse yo al hacer el trayecto inverso. De joven quería vivir en París. Actualmente, en París, pienso en la ciudad de mi adolescencia". Lo que organiza el cruce azaroso de estos tres itinerarios es un suceso histórico (la liberación

de París

paradójica

Plaza Francia en Buenos Aires). La victoria de los

(la

aliados es el principio del fin para

como tro

y una encrucijada

jueves 24 de agosto de 1944)

el

Renée

Falconetti:

emigrada

de

distancia entre ellos se diluye. Simbólicamente: la

la

Rué Buenos Ayres junto a

franceses de cines porteños

Grand

Palais),

donde

el

la Torre Eiffel

o los

imagen

nombres

Royal, Palais Bleu, Le

(París, Palais

joven Cozarinsky vio películas argenti-

nas que simulaban transcurrir en

la Francia

ocupada: "En esos

un otro lado que me marun cine en Buenos Aires carían en y en esa zona franca se diseña la inminencia de un recorrido por venir. Entre el cine y lo real no media más distancia que ese lugares vi las primeras imágenes de el futuro".

De pronto París

leve deslizamiento nominal

es

París y Buenos La guerra de un solo hombre

que sobreimprime

Aires.^i Boulevards del crepúsculo o

se sostienen sobre la duplicidad, la ambivalencia las y,

en ese momento,

No porque do

y

el conflicto:

líneas paralelas concurren hacia un punto de intersección

la

el relato

muestra una lógica desconocida.

conexión hubiera estado siempre

ser descubierta, sino

investigación revela

porque

un

al

producirla

vacío que

ahí, esperan-

como

silencio, la

había pasado inadvertido.

Como si en el mismo gesto de desovillar construyera la madeja,

ahora ya no tiene ningún pretexto para

Cozarinsky ilumina en retrospectiva genealogías inesperadas

en Buenos

Aires,

allí

pero nadie

racionista Robert Le

años más tarde-, largo exilio.

Y

espera en Francia. Para

el

colabo-

Vigan -que arribará a Buenos Aires unos

el final

para

la

el

de

la

guerra es

el

comienzo de un

pequeño Cozarinsky, que escucha a sus

padres cantar la Marsellesa en un idioma que desconoce y con una alegría que no comprende. Plaza Francia es ese día el sitio fundacional de

un país que

se convertirá

en su destino.

Se trata de la liberación de París, pero es Buenos Aires; se

como

y la

dos espacios

los

tantos otros franceses que formaron compañías de tea-

permanecer

trata

une

dio Simultáneo de la liberación de París

253

de Argentina, pero es dirá

el

imaginario del cine, la biografía personal

y

los

episodios históricos. Boulevards del crepúsculo se enuncia en

primera persona porque Cozarinsky es

la figura

que permite

conectar los dos espacios (Buenos Aires y París) y los dos tiem-

y 1981, cuando el director regresa a Argentina para rodar el filme). Toda la película se estructura como un complejo laberinto en el que dos pos (1944,

la liberación

de

la capital francesa,

espacios comunicados permiten saltar de

mientras la liberación de

París es el

un tiempo

nodo donde

a otro. Así,

se interceptan

en otro momento del filme Gloria Alcorta, antes de

advertir el lapsus

plazada,

la Plaza Francia (o Place Frunce,

que cruzan

donde

y apurarse a retraducir). En esa situación desde manera sim-

los itinerarios se intersectan

bólica, el relato del exilio se

anuda y puede

iniciarse. El episo-

Acerca de este punto, véase Luciano Monteagudo, "La ficción documental. Entrevista a Edgardo Cozarinsky", en Film, núm. 2, junio-julio de 1993.

255

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN EL SILENCIO Y SUS BORDES

254

multiplican los distintos

caminos del

por

que

la

filme, la

que unifica

hilo conductor

mirada

el relato, la

de Cozarinsky es el

cadena de transmisión

circula la energía melancólica del exilio. Si organiza

los sucesos es porque, a la vez, su punto de vista resulta atra-

vesado (configurado) por

ellos.

"Constato una vez

más que una

vida está hecha del entrecruzamiento de otras vidas", reflexiona apelando a la misma frase que escribirá, años más tarde, en

cuento "Hotel de emigrantes". De nuevo llama

el

aquí,

una semejanza aparente con Puntos

la atención,

suspensivos, Al prin-

cipio de Boulevards del crepúsculo, el director-narrador

por

el

centro de Buenos Aires

y la misma

mismas

calles

oficinas

que recibía

el

lluvia

un

camina

día de fin de año; son las

de papelitos arrojados desde

las

sacerdote en aquel primer filme. Pero en

Puntos suspensivosXdi figura del cineasta se infería por oposición frente a lo mostrado; en Boulevards del crepúsculo, en cambio, su fisonomía surge tados: Falconetti

como

resonancia en los rasgos de sus retra-

SunsetBlvd. (1950),

el

filme de Billy Wilder que Cozarinsky in-

voca y cuyo título en francés reescribe pero en plural, con una S en mayúscula ostensiblemente agregada. En esa deriva de nombres, la película original Sunset Blvd. ya se había converpara su exhibición francesa, en Boulevard du crépuscule:

curiosamente, la traducción

literal

optaba por una interpreta-

ción metafórica del contenido del filme en desmedro del catastro urbano.

Y

es que, efectivamente,

en

el

filme de Wilder ese

vecindario residencial -codiciado por tantas estrellas de

WOod-

3

es la

explícito aun,

sostiene el

la

anciana

olvi-

fama. Ese sistema de pasajes y correspondencias andamiaje narrativo en Boulevards del crepúsculo,

en Fantasmas de Tánger o en los Eso es lo

Norma Desmond,

relatos de

La novia de Odessa.

que hace Shostakovich cuando orquesta

ra de Fleishmann testigo (para

en El

tomar

el

violín

de Rothschild.

Como

la partituel

pase del

título de otro libro de Cozarinsky) en

carreras de postas, los filmes

y

los textos establecen

las

una red

de encuentros y de afinidades entre miradas aparentemente disímiles que se vinculan en un continuo.^^ gn Puntos suspensivos,

por

el

contrario,

no hay transmisión ni

pasaje,

deriva detectivesca que organice la investigación.

sonaje que busca

y,

no hay esa

Hay un

per-

para eso, atraviesa diferentes espacios; pero

uno y otros permanecen inalterados. La sucesión no impone un continuo; sólo hay contigüidad. ¿Cómo construir un objeto sin orden y sin desorden? Puntos suspensivos enmarca una pura variedad. Dijo Jonathan

Rosenbaum sobre

la película:

con que

se conoció

Como One

plus one, de Godard;

WR:

Mysteries ofthe Orga-

nism, de Makavejev y Casual Relations, de Mark Rappaport -entre muchas otras obras de ese mismo período-, su método es

yuxtaponer textos y discursos dispares más que intentar

sintetizarlos

[...]

Este

método para abordar

la

sobrecarga cul-

tural y textual -un legado específico de las revueltas políticas, filosóficas, sexuales y artísticas de los sesentas cuyo mejor

ejemplo son quizás los filmes sesentistas de Godard- evoca invariablemente cierta noción de síntesis y de práctica mien-

Ho-

morada decadente de una diva del cine mudo. Cuando Cozarinsky titula Boulevards du crépuscule, no sólo recupera esa sensación de ruina y de final presente en el título francés (el ocaso de una vida, para traducir ahora al fraseo, más

ll

la

de

y Le Vigan.

Habría que pensar, entonces, qué liga a esta película con

tido,

dada por

el destierro

en Argentina), sino que

la

hace proliferar en su desinencia plural: Falconetti y Le Vigan

"El violín de Rothschild", en El pase del di; Sylvie Fierre, "Le Violan de Rothschild ou a transmissáo interminável", en Antonio Rodrigues (comp.), Edgardo Cozarinsky, Lisboa, Cmemateca Portuguesa, 1997; y Eduardo Antín (Qumtín) y Flavia de la "*2

Véanse Edgardo Cozarinsky,

testigo, op.

Fuente, "Citizen Cozarinsky (Conversación con Edgardo Cozarinsky)", en El Amante,

núm.

69,

noviembre de

1997.

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

256

tras

que simultáneamente acepta la ausencia de cualquier

sis-

tema unificador que pudiera conducir a ese resultado.^^

para hablar, es la lengua del

una

Sin

las diferencias entre los

dos momentos de la obra de Cozarinsky y sugiere que en Puntos suspensivos opera un sistema de circulación e intercambios

en los

entre sus diferentes partes que sería retomado res filmes del cineasta. Pero es evidente le interesa

a Cozarinsky;

el

aquellos que se miran en lo

que

se cruza

él.

que

la

posterio-

mirada de

M no

anterior a

algo,

en cambio, que con-

obra del segundo Coza-

una estructura homogénea a la rinsky es una mirada que articula situaciones dispares dentro de una narración. Obra de ensayo, entonces, porque se inscribe fiere

como lectura (un particular modo combinatorio de "No hay pesquisa inocente.

El detective

la lectura).

siempre terrnina

descubriendo algo sobre



mismo", se escucha en Boulevards

como

el

ocaso de

Norma Desmond

cifraba

uno mismo. Esa lengua por

vuelve a Buenos si

fuera

un personaje de

Borges, el

rrido diseña su autorretrato.

Y

Cozarinsky adulto que

de dos exiliados:

mapa laborioso de

ese rostro propio,

en

como

como un proceso

nido

manera inversa,

el

argelino francés, escribe; "no

ineludiblemente propio, estar fuera de lugar implica escapar a sus imposiciones y restricciones. El sitio al que se pertenece es el resultado de una conquista: sitio también es asedio. Esa

ciudad de la adolescencia con la que sueña de Boulevards del crepúsculo es

de perseguirlo

allí

mí.

Mi lengua, la única que me

escucho hablar

y me las arreglo

Jonathan Rosenbaum, "Ambiguous Evidence: Cozarinsky's 'Cinema en Film Commmt, vol. 31, núm. 5, septiembre-octubre de 1995,

Indirect'",

pp. 39-42.

el

narrador-director

un lugar fantasma que no

deja

adonde vaya.

En una nota al final de Vudú urbano, Cozarinsky aclara que segunda parte del Hbro -"El Álbum de

en un

inglés

de extranjero que, más

tarde, tradujo al castellano "para borrar la

para que

ciertos giros hallados al traducir

139). El inglés es el

mi lengua propia es una lengua inasimilable para

es la mía,

podría ser defi-

do, de desidentiflcación. Si esa identidad cultural es el espacio

rados en la lengua traducida, hasta que

un rostro impropio. Derrida, tengo más que una lengua y

"prótesis

interminable, indefinidamente inacaba-

que se

leen otros semblantes, es también

no

el exilio

ese recoel

una

proceso interminable, indefinidamente fantasmático de

tarjetas postales del viaje"-

al

se

gua que no es propia tampoco puede dejarse de hablar: "una identidad nunca es dada, recibida o alcanzada; no, sólo se su-

escribió los textos de la

Aires tras las huellas

que

de

queño Cozarinsky que festejaba en Plaza Francia de un país que aún no comprendía,

es

origen"). Alienación esencial, propiedad imposible, esa len-

indica el subtítulo del libro de Derrida,

el itinerario de Falconetti y de Le Vigan, las huellas de estos exiliados desembocan en el viaje del propio director. Del pe-

la liberación

la

que

como

la identificación''.^^ -qq

hay

obviamente de

(o,

Como el Si

se trata

es habitado, esa lengua que nos identifica es una enajenación

fre el

en su camino.

del crepúsculo. Así

y

cura importa por lo que revela de espejo de Stendhal, refleja

No

lengua extranjera, sino de esa imposición cultural

constitutiva

embargo, Rosenbaum no percibe

otro".^^

257

vuelva traducción"

(p.

noción de origmal, sean luego incorpo-

el original

mismo

se

idioma internacional, precio de re-

aquel que es levemente familiar a todos pero

al

sultar, todos, levemente extranjeros frente a

Sólo librándose

de

la

propia lengua seria posible hallar

él.

una lengua propia. Dice

Deleuze, citando a Proust: "Los libros hermosos están escritos

Jacques Derrida, El monolingüismo del 1997, p. 39. “5 Ibid., p.

45.

otro,

Buenos

Aires, Manantial,

en una especie de lengua los filmes:

porque

extranjera".^^

Y si

Lo mismo sucede con

algo,

un extranjero en la propia lensiempre un desarraigo. Y sólo es posible

No

sobre

de una ausencia. Sin duda, en

el inglés

principalmente, de la pasión (en sentido cristiano) que do-

mina

el exilio del

gran

crítico literario Erich

Auerbach y que

ción en la literatura occidental. Ser otro implica, ante todo, estar

y Auerbach

escribió el libro durante la

Segunda

Guerra Mundial, exiliado en Estambul. Luego de disculparse por la

de bibliotecas bien provistas y de las condiciones precarias bajo las que debió trabajar, Auerbach escribe en el falta

epflogo: "es

muy posible también que el libro deba su existencia

precisamente a la dad;

si

falta

de una gran biblioteca sobre

la especiali-

hubiera tratado de informarme acerca de todo

lo

que se

ha producido sobre temas tan múltiples, quizá no hubiera llegado nunca a poner manos a la obra".^^ Edward Said recupera esas circunstancias de escritura

de su reflexión sobre

y

las convierte

angular

que dice Auerbach, escribe

debe su existencia precisamente

amparo en que

la piedra

la conciencia crítica secular [secular critical

conciousnessj: de acuerdo a lo el libro

en

se halla respecto de su

al

exüio oriental,

al

tiosa distancia

del exilio

se la

ha consi-

con respecto a

la tra-

una obra construida de

crítico respecto

ella,

la cultura

ella

más

[...]

De

no

que describe con

bien, de

una angus-

ahí el valor ejecutivo

que Auerbach pudo convertir en uso

efectivo.^®

le

permite escribir Mimesis, su ambicioso libro sobre la representa-

fuera de lugar

-como

circunstancias de existencia

inmediatamente de

tanta perspicacia y brillantez sino,

de extranjero de Cozarinsky hay algo del espíritu moderno y cosmopolita que late en el Je est un autre, de Rimbaud; pero se

259

una maciza reafirmación de

sólo

un importante extrañamiento

se derivan

trata,

menudo-

una obra cuyas condiciones y

para recuperar lo perdido sino para conquis-

tar el valor irremediable

entonces Mimesis no es

así,

dición cultural occidental sino también

que se ha extraviado definitivamente, se vuelve

obsesión.

esto es

derado tan a

todo consiste en ser

gua. Escribir/filmar es

una

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

258

Said,

des-

Como en bre

el

el

caso de Auerbach,

el

filme Citizen Langlois (so-

mítico fundador de la Cinemateca Francesa) también se

un

organiza a partir de dispara

"¿Qué es futuro,

lo

y un

exilio

despojo. La pregunta que

establece sus coordenadas desde

el relato

que hace que a

un hombre

Como en

el título),

clave debe buscarse

escena primaria,

un principio:

20 años, en lugar de lanzarse

al

opte por consagrar su vida a conservar los

restos del pasado?".

homenajea desde

los

en

el

Kane (al que Cozarinsky inicio hay un enigma cuya

Citizen

en

el

pasado.

Allí,

la película establece

como si descubriera una un montaje paralelo en-

imágenes de Welles y la infancia de Langlois en Esmirna: Kane pronuncia sus célebres últimas palabras mientras las tre las

imágenes de archivo muestran

el

gran incendio de Esmima, en

1922, al final de guerra greco-turca.

Encima de

ellas, el

narra-

dor susurra:

comunidad. Los europeos, salvados por los barcos enviados desde sus paí-

Franco Relia asocia esa noción del desarraigo moderno a lo que denomina "el tiempo de la precariedad": ya no es el sujeto pleno del lenguaje clásico; sin embargo, se trata de una conciencia que, en sus mismas contradicciones, puede articular aquello que para el horizonte de la palabra ^<5

clásica resultaba indecible (Franco Relia, El silencio y las palabras. El pensa-

miento en tiempo de crisis, Barcelona, Paidós, 1992). Erich Auerbach, Mimesis, México, Fondo de Cultura Económica, 1979, p. 525.

ses de origen, partieron dejando atrás sus bienes

de

un mundo

Edward

Said,

y

las ruinas

inaceptable para los hacedores de la historia.

The World, the

University Press, 1983, lona, Debate, 2004].

p.

8

Text,

[trad. esp.:

and

the Critic, Cambridge,

El mundo,

el texto

Harvard

y el crítico, Barce-

Sobre

puente de

el

la

embarcación que

lo llevaría

a Francia,

rogaba

al capitán: “¡saque fo-

recolectora aparece en Boulevards del crepúsculo, en

saque

natal,

luego de una pausa, concluye: “Quizás haya que perder todo para,

más

tarde, querer salvar todo"

de ser una casualidad curiosa o irónica que

la

No

deja

guerra aleje a

donde años después otra guerra depositará a Auerbach: en ambos casos se trata de una pérdida que permitirá poner en marcha el mecanismo de recuperación.

Langlois de Turquía,

allí

un mero desplazamiento estratégico para pomás bien, de una ruptura con las coordenadas que definían una identidad e implica el encuentro con lo radicalmente otro. De Europa a Turquía y de Turquía a Europa: esa mudanza es siempre un desplazamiento radical, éxodo no

es

nerse a resguardo; se trata,

’í

Seguramente tampoco Langlois se habría lanzado a recuperarlo todo

ensayo posterior de Auerbach, Said recupera de Saint Victor:

"El

la tarea

hubiera permanecido en Esmirna.

si

tarjetas postales del viaje".

una

cita

en ráfagas que investigador.

Como

Cozarinsky,

el

de

la

exilio-,

no

tivas (es decir,

un

de

El

De un Hugo

te,

melan-

y los

libros

una bendición. Las

de ruinas)

sino,

mundo

del arca

no

es

recuerdo nunca el

es,

en

acopio que

una totalidad

inalcan-

representa-

además, porque ha borrado su

un mundo de

pación, Mientras la tierra

objeto

ha

lo, el

y su confín.

destruidas, la

Una vez que

el

sido completamente separado de su origen, es posi-

una nueva

serie,

comenzar nuevamente dentro de

contexto delimitado por la selectividad del coleccionista.^^

El cinéfilo Langlois, el investigador

en

nostalgia sino de antici-

y sus redundancias son

colección conserva su integridad

tierra

individuo incompleto, asimétrico, fuera de lugar.

Está claro, entonces, que partir puede ser películas

el

el

memorioso sino

contexto de origen:

un

una inadecuación y

Por eso

compone de unidades

sólo porque se

como el propio ya es fuerte; pero es perfecto aquel que considera al mundo entero como una tierra extranjera"^^ signo de

la orilla.

registro literal del

pequeños hallazgos del

naufragio que de pronto la

y siempre postergada. Para Susan Stewart el paradigma colección es el Arca de Noé -un pequeño universo en

zable

suelo es

el

un

restos de

intenta el coleccionista, obsesionado por

ble generar

La melancolía es

se cuelan por entre los

marea devuelve a

de

hombre que encuentra agradable su

solo

natal es aún un tierno principiante; aquel para quien cualquier

cólico es

La gue-

hombre y en cualquiera de los textos o filmes posteriores a Puntos suspensivos. La rememoración se configura rra de

fotos!".

temprano

un

en su

Esa misma voracidad

Henri Langlois, 8 años, mirando cómo

muy



ra recuerdos o escenas callejeras para luego ordenarlos

“Álbum de

tos,

El

261

se alejaban las ruinas

humeantes de su ciudad

Y,

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

EL SILENCIO Y SUS BORDES

260

de Boulevards del crepúscu-

flaneur de Vudú urbano son coleccionistas. Por eso hay

ellos algo utópico. El viaje

de M, en cambio, siempre es de

son esa estela donde vibra, por un instan-

Que el coleccionista un acopiador de imágenes no es un dato menor,

aquello que ya no podrá recuperarse.

Langlois sea

ya que es culpable de flaneur

kitsch,

Edward

idolatría.

que recorre

Said,

Pero también esa especie de

los textos

The World, the

Text,

and

de Vudú urbano, captu-

the Critic, op. cit, p.

7.

Susan Stewart,

On Longing.

Narratives of the Miniature, the Gigantic, Press, 1993, p. 152. relación necesaria entre la pérdida de las cosas y la

the Souvenir, the Collection,

Durham, Duke University

Benjamin imagina una mirada melancólica que luego las rescata: "La melancolía traiciona al mundo por amor al saber. Pero en su tenaz absorción contemplativa se hace cargo de las cosas muertas, a fin de salvarlas" (Walter Benjamin, El origen del

drama barroco alemán, MRáviá, Taurus, 1990,

p. 149).

EL SILENCIO Y SUS BORDES

262

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

un

y cuando finalmente decida partir, no huellas de un comienzo sino hacia un

encajan;

por Si

263

orden diferente porque los fragmentos de su itinerario no

las

Puntos suspensivos toca

un

límite es

encaminará

se fin

porque se

de mundo.

trata

de una

te identificar a la

multicultural,

cinemateca como

una

un

espacio cosmopolita

según Serge Daney,

la cinefilia

agregó

al

modestamente, un pequeño refugio para

despedida.

Un la

El umbral de la desintegración

cineasta desintegra

materia

misma de su

mapa.

O

tal vez,

y recompone aquello que constituye film.

La pantalla se puebla de imáge-

no se predisponen en una nueva unidad sino que se amontonan en el umbral de la desintegración. Esa estructura fragmentaria, hecha de materiales heterogéneos, sólo se recuperará en los futuros filmes de Cozarinsky una vez que haya sido procesada y trabajada en su positividad. Una vez que ese partes

principio de fragmentación se organice cruces. El assemblage es

un

como un

espacio de

espacio desbordante donde lo dife-

rente manifiesta sus diferencias de

manera

irreductible. Si

no

un relato es porque no articula sus materiales. Su interés se concentra en mostrar un atiborramiento y, sobre todo, mostrarlo como confrontación. La colección, en cambio, supone un orden, articula las diferencias, las hace formar parte de una construye

serie,

construye con

ellas

una

narración. Fuera de contexto,

una colección pasan a integrar una nueva serie, que es un sistema autónomo y que funciona según sus propias reglas. Entre las muchas leyendas

recontextualizados, los componentes de

que

se

se dice

cuentan sobre

que

el

fundador de

la

"era típico del loco Langlois

Cinemateca Francesa,



la

extravagancia del personaje, la anécdota permi-

Jonathan Rosembaum,

septiembre-octubre de 1995,

"Partisan", p. 43.

y

las

confesiones flotan sobre

hogar": el cine. Ya

En

efecto

no podemos volver a

-y Cozarinsky

lo sabe-,

casa.^^

no hay camino de

regreso.

We can'tgo home again. Aunque, como sostiene Homi Bhabha, "estar sin

hogar no

med is not to

un desamparado" [to be unho~ trata, más bien, de una recoloca-

significa ser

be homeless]; se

ción de lo familiar y de lo extranjero que podría denominarse "indomesticabilidad" [unhomeliness].^^ Ése es el tema del ensa-

yo "En destierro elegido" (en El pase del testigo): al cuestionar las iniciativas de repatriación de escritores y artistas, Cozarinsky defiende ese movimiento de emancipación aparentemente contradictorio (ya

y no la

elegido)

que un

destierro debería ser

impuesto

que permite

liberarse de la tierra patria y de lengua materna. Sus últimos filmes, sus últimos libros son

pagar a sus empleados

con monedas sueltas de todas partes del mundo".^^ Además de señalar

gri-

un fondo negro pero este fondo negro es tal vez la sombra de un hogar, con un techo, como el que dibujan los niños. No ya un hogar para los personajes sino un hogar para las imágenes "que ya no tienen un tos

ensamblaje tiene algo de tenninal: las

el

más

los filmes:

nes más pequeñas que vibran, coexisten, se mezclan. Los

En Puntos suspensivos,

y

especie de embajada de ese "país-cine" que,

en Film Comment,

vol. 31,

núm.

5,

52 Serge Daney, "Nick Ray et la maison des images", en La Maison cinéma et le monde París, pol, 2001, p. 309. Ese regreso imposible, al que Daney hace referencia, es una alusión al fdme de Nicholas Ray We Can't Go Home Again (1973). ^

i,

53 Homi Bhabha, "Introduction: Locations of Culture", en The Location of Cidture, Londres, Routledge, 1995, p. 9 [trad. esp.: El lugar de la cultura, Buenos Aires, Manantial, 2002].

EL SILENCIO

264

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN

Y SUS BORDES

historias de personas desarraigadas,

en

tránsito. Estar fuera

un entorno de mera diversidad, sino de diferencia; es decir: no un espacio donde los contenidos culturales heredados coexisten en armonía, sino un ámbito de de lugar no es habitar

interacción problemático

donde

constantemente interrogados. matográficos) se postulan

los sentidos

y

los valores

son

Si estos relatos (literarios, cine-

como

contestación de los binaris-

mos, no es porque se apoyen en formas híbridas de inclusión o negociación, sino porque adoptan una doble exterioridad

una ni en Ese lugar de cruces que es

respecto de las tradiciones: ni en ra de las dos.

otra, sino el

por afue-

texto o el filme

no constituye un espacio de mezcla sino una red de pasajes donde todo aparece desplazado. La estrategia de Gozarinsky consiste en encontrar los puntos en los que una superficie se abre y deja pasar al otro lado. Por eso los personajes que le interesan son aventureros, forasteros, desclasados, excéntricos. Individuos fuera

durante

la

de lugar:

ocupación alemana,

el oficial

Ernst Jünger en París

la Falconetti

en Buenos

Aires,

Copi en Francia, Paul Bowles en Tánger, Le Vigan en Tandil, Sarduy en Saint-Germain-des-Prés. das, su

emblema

Si

todos ellos son apátri-

es el staatenlos Theo Felder, del relato "Hotel

de emigrantes" (en La novia de Odessa)?"^ La imagen podría ser:

Gozarinsky en París rodando

Buenos

un filme

sobre Falconetti en

El desplazamiento tiene

un efecto posicional. El desplazado

siempre está enfrente, es decir: se define por su distancia y se instala como una doble exterioridad. Eso es, sin duda, lo que a

menudo

irrita

y europeizante; para el pensamiento de derecha está demasiado ligado a las vanguardias. Esa capacidad para desmarcarse no es una mera evasión, una ausencia es

en

los textos

y en

los filmes

de Gozarinsky.

Y lo

intelectual elitista

de compromiso porque, paradójicamente,

la oscilación

siempre

una posición vulnerable, sometido a una fuerte exposición y amenazado por ataques desde todos los flancos. Más bien, la doble exterioridad es el precio que se paga por habitar en una especie de zona liberada, abierta a todos los intercambios. Sylvie Fierre hace referencia a un "cosmopolitismo

lo coloca en

sin raíces" a propósito de El violín de Rothschild,

define

Vudú urbano como

dad de Tánger, tanto como para dedicarle un textos de El pase del testigo. lee:

y Susan Sontag

"libro transnacional" despojado de

todo idioma de origen.^^ Por eso a Gozarinsky

Allí,

le fascina la ciu-

filme

y uno de los

en "Fantasmas de Tánger"

se

declarada "zona internacional" entre 1922 y 1956, puerto

franco, la ciudad "se convirtió

un mínimo de

en una zona

leyes, sin impuestos,

donde

con

extraterritorial el

oro

y

las divisas

entraban y salían libremente; más aún, donde lejos del control de sociedades más rígidas las extravagancias de la conducta suscitaban

una

ralista" (p. 23).

sonrisa divertida pero ninguna censura

Tánger es

el sitio

mo-

adonde cientos de europeos

y norteamericanos viajan para cumplir sus fantasías. Es una tierra de nadie, lo contrario de una patria; allí es posible adoptar

Aires.

un

265

un

rostro

nuevo cada

vez.

Gomo

si

se tratara de la Legión

Extranjera. Ideal para los contrabandistas, los traidores

réprobos. Todos los

que han perdido su origen

Derrida, "la prótesis del origen").

un poco de todo

Un

escritor

o

(o

un

como

y

los

diría

cineasta son

eso.

vuelve políticamente incorrecto: para la izquierda nacionalista Sylvie Fierre, "Le Violon de Rothschild

Sobre el gusto por las ruinas, el exilio y lo decadente en Gozarinsky, véase Juan José Sebrelli, "Gozarinsky: sobre exilios y ruinas", en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 613-614, julio-agosto de 2001.

ou

a transmissáo iiitermináver',

en Antonio Rodrigues (comp.), Edgardo Cozarinshy, op. cit, p. 42; y Susan Sontag, "La cosmópolis del exiliado", prólogo a Edgardo Gozarinslq?^, Vudú urbano, op.

cit, p.

7.

266

EL SILENCIO

Y SUS BORDES

METODOLOGÍA DE LA DISPERSIÓN Pero eso será luego. Puntos suspensivos todavía pretende

un

disputar la cuestión de

cine nacional enfrentándose al es-

tablishment del cine político latinoamericano. Los filmes que

Cozarinsky realiza después, en cambio, supondrán un corte

con

jante

la

propuesta de su ópera prima y

de dirección: lo que se discute ya no es la apropiación de lo nacional sino pertenencia. dical.

el

concepto mismo de nación en tanto origen o

No un desmontaje

Una línea de

fuga.

Una

radical sino

ese

modo,

la

la clausura

casos, la

que se define (Europa

operación de desplazamiento se

de los paradigmas culturales. En todos los

pregunta por

la

identidad pone en marcha

un me-

canismo de pesquisa que debería dar por resultado el retrato de un hombre a partir de su contacto con otros hombres. El

modelo de El ciudadano. Esto

como en

es así tanto

en Puntos suspensivos

un desconocido: Jean Cocteau. Pero mientras el retrato de sólo importa por lo que dice sobre los otros, como una superficie donde se reflejan los demás (y como Autorretrato de

M

un

intento de crítica del Otro), en

trata

de encontrar en aquello que

el

"sobre sus amigos, sobre la poesía

bujarían su autorretrato".^^

Y

el

y

las infinitas

máscaras de

un falsificador que muestra pa-

saportes diferentes ante cada aduana.

¿Cuál

es,

entonces, la importancia de Puntos suspensivos en

obra de Cozarinsky? ¿Qué lugar ocupa en su filmografía? Porque es evidente que su interés no es meramente arqueoló-

la

gico. Si

convierte en la piedra de toque para cuestionar la homogenei-

dad y

como

bien esta película representa aquello que las siguientes

ra-

exterioridad equidistante respec-

to de las tradiciones culturales contra las

y Argentina). De

un nomadismo

pregunta desemboca en una deriva de múltiples respuestas,

ta-

un brusco cambio

deben rechazar para

constituirse

el cine, las líneas

que

rio,

ese autorretrato por interpósitas

personas (autorretrato ubicuo e inubicable)

mismo un momento

obra, al

fundante, la condición de posibilidad de la obra.

trata

de su

momento

negativo.

En

chaza, Puntos suspensivos resulta

tiempo,

necesa-

Aun

se

si

tanto retrato sobre lo otro,

sobre lo radicalmente ajeno, sobre aquello que

un

el

cineasta re-

filme sin salida. Pero es

que, precisamente, importa por lo que clausura. "Una frontera

-dice Heidegger- no es eso en donde algo se detiene sino que,

como

advirtieron los griegos,

empieza a presentarse."

Si la

una

frontera es eso

donde algo

escena "¿Dónde ocurre todo esto?"

que

se

abandona como por

debe a que insinúa

la

mirada de un extranjero: dentro de

es clave (por lo

filme

lo

que anuncia), se

un

que todavía es demasiado argentino, demasiado atento

a los debates estético-poKticos se instala de pronto

di-

como

de alguna manera, ese primer paso es

filme sobre Cocteau se

poeta-pintor-cineasta dijo

267

una

de cierta modernidad porteña,

instancia de exterioridad.

Como

si

la

peHcula pudiera observarse a sí misma desde afuera. Aunque, a pesar de esos atisbos, todavía la potencia del filme se sostenga

es,

también,

propio Cozarinsky. Al comienzo de Puntos suspensivos,

el del

un

car-

preguntaba "¿Quién es este hombre?" y la búsqueda de una respuesta a ese interrogante organizaba el relato. Para el Cozatel

rinsky de El violín de Rothschild o Citizen Langlois, esa mí.tjma

claramente en su voluntad por confrontar y en su ánimo de liquidación.

Puesta en perspectiva, la ruptura de Puntos suspensivos pue-

de resultar tanto

más extrema cuanto que no viene acompaña-

da de una propuesta.

No

que ese filme inaugura, y Yann Lardeau, "La métaphore du sarcophage (Eiitretien avec Edgardo Cozarinsky)", en Cinema d'auteurs. Ecriture, lecture: filmographie, París, Ministére de la Culture et de la Communication, 1986, p. 10.

como

es posible continuar por el la

camino

única opción que deja es invertir

positividad aquello que de negativo había

en

él.

Paradó-

jicamente, entonces, esta peHcula ajena a la obra de Cozarinsky

puede anunciar ya toda

la

obra de Cozarinsky.

Un

IV,

show

freak

Las malas lenguas

Un

alarido estalla

en

el

comienzo de El fiord y una ruidosa

manifestación lo clausura. Son dos violentos alumbramientos

(uno biológico,

el

otro político) que

enmarcan

el relato

inaugu-

de Osvaldo Lamborghini. Al principio, Carla Greta Terón da

ral

a luz a ese extraño párvulo llamado Atilio Tancredo Vacán en

medio de tos,

golpes, latigazos, violaciones, vómitos

mientras

cuentas

el

y excremen-

narrador se pregunta: "¿Y por qué,

la criatura resultó

maño, entendámonos-,

si

a fin de

tan miserable -en lo que hace

ella profería

al ta-

semejantes alaridos, arran-

cándose los pelos a manotazos y abalanzando ferozmente las el arrugado colchón?" Al final, luego de matar,

nalgas contra

^

y devorar al Loco Rodríguez, esa figura paterna y que mantenía a todos sometidos, los habitantes del

descuartizar autoritaria

subsuelo salen a

en

la

la superficie

(como

los

hombres aprisionados

caverna de Platón) enarbolando ruidosas consignas que

llaman a

la lucha:

Osvaldo Lamborghini, Elfiord, en Novelas y cuentos, Barcelona, Del Seren contrario, los demás textos de este autor -Sebregondi retrocede, Sebregondi se excede, "Neibis (maneras de fumar en el salón literario)", "Sonia (o el final)". Las hijas de Hegel, La causa justa, El Pibe Bando- pertenecen al mismo volumen. En adelante, las referencias a este libro se indican con el número de página a continuación de cada cita. ^

bal, 1988, p. 19. Salvo indicación

269

270

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES Las inscripciones luminosas arrojaban esporádica luz sobre

nuestros rostros. "No Seremos

Nunca Carne Bolchevique

el

otro "prefiere razones a autoridades

armas que

Activa

Con

pliofrente Propaz" Alcira Fafó

Las Guerrillas". "Por

fumaba

Un Am-

el clásico cigarrillo

de

sobremesa y disfrutaba. Hacía coincidir sus bocanadas de humo con los huecos de las letras, que eran de mil colores.

Me

lo agarró al entrañable

rrumbó bajo el

el

peso de

la

mástil en el escuálido

pués de todo.

Sebas de una oreja y lo debandera. Yo la ayudé a incrustarle

hombro: para

Así, salimos

él

era

en manifestación

un

(pp.

honor, des-

33 y

las

vanguardias

ellas)

el texto. Algo nuevo ahí reclama expresión y puja por abrirse camino. En Lamborghirú, el nacimiento de la escritura supone una irrupción violenta. De

la

voluntad por manifestarse a

ahí

el

la salida

en manifestación, he

género discursivo que permite leer (dar sentido a) ese si el propósito de todo manifiesto es hacer público

han

artísticas

(aunque su uso no está limitado a

dividir al público

y disputar

der. El discurso se

vuelve

consecuencias de

un

el

una declaración que

establece

que todo

propone más o menos violentamente

reemplazo de una estética por

otra, así

en

el "Prefacio"

Marx y

Friedrich Engels, 1848)

dias

las

vanguardias se arroguen -más

convenciones

estéticas.

mismos del género, la matriz de su funcionamiento. En ambos se intenta convencer sobre la caducidad de un cierto

estado de cosas y sobre los valores de lo nuevo, a partir del establecimiento de una antinomia combativa: el proletaria-

guna

do versus

la

versus

burguesía, el arte

el arte

antiguo

(la

como Engels-Marx, entienden

moderno

(la

literatura

manifiesto

como

Hugo

texto ilu-

minador y pedagógico: supone una argumentación, un momento analítico y una estrategia que demuestra la necesidad (la

inevitabilidad) del cambio. Pero, ante todo, se

como una forma

radical de protesta

bate ("¡Proletarios del

mundo,

propone

y una invitación

un

la esencia del arte, sino que,

carácter ideológico de

el

como

autos da fe ("con la im-

no adhiere debe

ser suprimido,

como

y cuando celebra que, luego del fin del arte, ninya más verdadera que otra. Escribe Danto

hereje")

estética sea

sobre los manifiestos vanguardistas:

román-

literatura clásica). Tanto el

tono

Arthur Danto se equivoca cuando

sostiene que los manifiestos son plicación de que quien

tica)

allá del

exaltado, terminante e incluso mesiánico de sus declaracio-

las

a Cromwell (Victor Hugo, 1827), en los albo-

el

es evidente la

en tanto portavoces de ese cambio. Sin embargo, esto no

supone que

y

res

como

importancia que han tenido los manifiestos para las vanguar-

un programa

Manifiesto comunista (Karl

espacios de po-

performativo, quisiera tener las

precisamente, vienen a denunciar

el

un

declararlo. Es evidente

acto: es

hecho de

artístico

al arte oficial los

allí

nes- una capacidad para revelar

en

las

sido instrumentos privilegiados por

pasaje:

artístico o político, es posible advertir

gustan más

estado de cosas y programa de acción futura, los manifiestos son el acta inaugural de una nueva estética que se propone

movimiento Ese impulso atraviesa todo

le

para presentarse en sociedad: descripción crítica de

un hecho por

34).

y

las insignias").

Los manifiestos

Dios Patria Hogar". "Dos, Tres Vietnam". "Perón Es Revolución". "Solidaridad

271

al

unios!" dicen unos, así

com-

como

Cada uno de

los

movimientos fue conducido por una percep-

ción de la verdad filosófica del arte:

y todo

el arte es

esencialmente x

que no sea x no es -o no es esencialmente- arte. uno de los movimientos vio su arte en términos de

lo

Así cada

una narrativa de recuperación, descubrimiento o revelación de una verdad que había estado perdida o sólo apenas reconocida.

Cada una fue apoyada por una

filosofía

de

la histo-

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

272

ria

que definió

final

de

el significado

que consiste en

el

la historia

verdadero

como un

estado

tivo porque,

al

plantear el problema de los manifiestos

en términos de

por malinterpretar toda

por

la cuestión.

Emergencia, embestida, intervención pública,

el

manifiesto

da a conocer: es siempre una puesta en escena, una teatralización de consignas que vehiculizan una cierta concepción de la

to, es

literaria

con

como un

la violencia

de

aullido

y que

un nacimien-

un manifiesto que anuncia toda la obra de Lamborghini.

Instaura, podría decirse, el teatro de operaciones sarrollará

donde

se de-

su poética, establece sus dimensiones y hace visible

su campo de acción: postula una nueva literatura política y

una nueva tura '

política de la literatura.

pone en escena El fiord? Es

siciona

en

el

campo

cultural?

¿Qué

decir,

Como

política

de

la litera-

¿de qué manera se po-

todo manifiesto, el texto

de Lamborghini vive del dialogismo, del intercambio y la confrontación con un discurso otro. Y como en todo manifiesto, esa interacción adopta la forma de

revista Literal (de la

no

estaba en

en

efecto,

una comunidad de

debe ser y sobre qué debe hacerla, el

grupo que integra

literatura,

ideas sobre qué

que

es

la revista (en tanto lugar

compartida

de enuncia-

ción colectiva) y por las novelas que en esos años publican los miembros más notorios de su comité de redacción: Nanina,

de Germán García (1968); El fiord, de Osvaldo Lamborghini (1969); El frasquito, de Luis

Gusmán

(1973).^

que aporta una transgresión inédita y que su novedad viene a arrasar con todas las tradiciones. Tal como Literal dirá

indicaba, afiche

en un gesto típicamente vanguardista y polémico,

que anunciaba

límites de la literatura"

romper con de

la

y "Porque

la Literatura

evidente que

muchos de

la literatura

argentina debe

para ser argentina". Sin embargo, es los postulados

de Literal no surgen

nada, por generación espontánea, sino que tienen su

gen en

la revista Tel

el

presentación de la revista: "Contra los

la

ori-

Quel y en esa mezcla de estructuralismo,

semiología, psicoanálisis

y marxismo propia

del

pensamiento

una antinomia: define un

enemigo. Ese enemigo, contra quien se libra la batalla de la teratura, aparece delineado

'"yo

yo hacia, junto con Germán García, Literal".^ La revista simplemente un espacio en el que Lamborghini publica algunos textos sino una tribuna desde donde pregona una cierta estética. Hay,

irrumpe en la escena

Lamborghini,

es

esencias y de verdades filósoficas, Danto pierde de vista su carácter de intervención estratégica en el campo cultural y acaba

literatura. El fiord, ese texto arrasador

dijo el propio

Literal,

arte.^

no Pero

como

273

con claridad en

ciertos textos

de

la

que Lamborghini formará parte) un par de

años después de la publicación de El fiord. Es posible establecer esta continuidad entre la obra individual

y el órgano

^ "El

li-

colec-

lugar del

Lecturas Críticas,

artista.

núm.

1,

Entrevista a Osvaldo Lamborghini" (sin firma), en diciembre de 1980, p. 49. Lamborghini integra el

comité de redacción del núm. 1 de Literal (noviembre de 1973) del núm. y (mayo de 1975). Deja la revista antes de la salida de su último número. Literal, núm. 4-5 (noviembre de 1977). Hay una selección de textos de los cinco números de la revista en Héctor Libertella (comp.). Literal 1973-1977, 2-3

Buenos

Aires, Santiago Arcos, 2002.

linde

Sobre las revistas literarias como espade discursos de y sobre la literatura en términos de alianzas y oposiciones, véase Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, "Revistas y formaciones", en Literatura/Sociedad, Buenos Aires, Hachette, 1983.

Buenos Aires, Paidós, 1999, p. 50. Para una caracterización del manifiesto en tanto género discursivo, véanse Carlos Mangone y Jorge Warley, El manifiesto. Un género entre él arte y la política, Buenos Aires,

En un sentido más amplio, LiberteUa alinea la obra de Lamborghini con una nueva escritura latinoamericana que incluiría también a Salvador Elizondo, Severo Sarduy, Reynaldo Arenas y Manuel Puig (Héctor Liber-

cio para la articulación

2

de

Artur Danto, Después del fin del

arte.

El arte conteinpordneo y

el

la historia,

^

Biblos, 1993;

tella,

Nueva

lo visual

todo

el cap.

y Rafael Cippolini (comp.), Manifiestos argentinos. Políticas de (1900-2000), Buenos Aires, Adriana Hid^o, 2003.

escritura en Latinoamérica, Caracas, i,

donde caracteriza esa "nueva

Monte

escritura").

Ávila, 1977, sobre

EL SILENCIO

274

Y SUS BORDES Ctl

francés de la época; rescate de lo antirreferencial gible

(la

literatura

lina misión,

no

no

es instrumento de nada,

que

la ficción realista);

se abre a

lo ile-

una

formal que desmantela los có-

disolución de la figura del autor

planteos ilusorios sobre la plenitud del lenguaje; borradura de

y

escritura o entre teoría

y

literatura.

Andrés Avellaneda -entre otros críticos- lo advirtió tempranamente y eso motivó una fuerte réplica por parte de la revista,

en la que, significativamente, se

utilizan

argmnentos

telquelia-

nos para rechazar semejante acusación. No deja de ser llamativo, por otra parte, que la propuesta de una literatura sin objeto (es decir: la literatura

teórico tan presente.

como objeto) En esa misma

requiera de

un andamiaje

línea insiste el artículo

de

Avellaneda cuando define El frasquito y El fiord como Uteratu* ra prologada: "como si se sintiera necesario explicar y ubicar

que

aflora

frecuentemente en

estos textos".® Sin duda, esta expHcitación de la influencia del

grupo Tel Quel introduce un matiz que disminuye, en parte, la pretensión de originalidad reclamada por Literal, pero permite contextualizar sus definiciones teóricas, precisar sus operacio-

nes

po

críticas e identificar los

literatura postula Literal

y contra quién? En

1, se declara de entrada su estrategia: "no matar la palabra, no dejarse matar por ella" Si, por un lado, se resiste a

una

literatura

realidad

que se aviene a

la realidad ("para

de

cia

la

cuestionar la

en un texto hay que empezar por eliminar

tencia del referente, condición indispensable para

palabra se despliegue"), por

la

que

pre-po-

la

poten-

el otro, se resiste al

juego de una mera autorreferencialidad ("una cierta distancia de la letra siempre será recomendable"). En definitiva, una postúra

autónoma en

que debería verse la cifra de un compromiso: una palabra para nada, en la que cualquiera puede reconocerse [...] no se trata del arte por el arte, sino del La

la

literatura es

arte

porque

sí" ^

En

el

número

2-3, se define la "flexión literal"

despotricando contra la poética del realismo, que se postula

como metonimia de



la ininteligibilidad -intencional-

275

número

el

pluralidad indefinida; deconstrucción de los

los límites entre lectura

¿Qué idea de

lleva a cabo

tiene objeto); énfasis sobre la materialidad de

la escritura (en tanto sistema

digos de

no

y de

FREAK SHOW

del ojo

que ve y que

la realidad

refleja el

cuando en

rigor esa "apología

mundo" no hace más que fundar

imperialismo de la representación, modificando

"el

que dice

reflejar"

ble enemigo:

Y un poco más

"Que

la realidad

adelante se precisa ese do-

realismo y el populismo converjan en la actualidad para formar juntos el bricolage testimonial, es sólo efecto de

el

el

una desorientación que ya conoce su horizonte, y sus fracasos"^ En contra de una noción

es decir, sus limites

bandos que diseña dentro del cam-

intelectual. <5

ral,

Sobre esta polémica véase Andrés Avellaneda, "Literatura argentina, diez años en el sube y baja", en Todo es historia, núm. 120, mayo de 1977; y la respuesta de la revista, "La historia no es todo", en Literal, núm. 4-5, noviembre de 1977). Para una puntualización de los postulados de Tel Quel, véanse Redacción de Tel Quel, Teoria de conjunto, Barcelona, Sebe Barra!, 1971; Danielle Marx-Scouras, The Cultural Politics ofTel Quel: Literature and the Left in fhe Wdke ofEngagement, Pensilvania, Penn State University el capítulo "Más allá del estructuralismo: Tel Quel" en JonaPress, 1996; 5

y La

poética estructuralista. El estructuralismo, la lingüistica y el estudio de la literatura, Barcelona, Anagrama, 1978.

than

Culler,

"No matar la palabra, no dejarse matar por eUa" (sin firma), en Lite1, noviembre de 1973, pp. 6, 9 y 13, respectivamente. O como

núm.

ya había afirmado Germán García a propósito de El fiord: "En El fiord las palabras dejan de ser promesas, dejan de representar un mundo que está fuera de ellas: son el mundo que representan representan el mundo que y convocan en el acto imaginario. Pero, imaginario no quiere decir contrario a la rendad, smo realidad que se propone como envolvente de

(Germán García -bajo

la realidad"

seudónimo de Leopoldo Fernández-, "Los nombres de la negación epílogo a Osvaldo Lamborghini, Elfiord, Buenos Aires el

,

Chinatown, 1969, 7

"La flexión

p. 44).

literal" (sin firma),

en

Literal,

núm.

2-3,

mayo de

1975, pp.

10 y 14. Por su parte, Lamborghini dirá años más tarde a propósito de "El niño proletario": "¿Cuál es el gran enemigo? Es González Tuñón; los alba-

EL SILENCIO Y SUS BORDES

276

instrumental de

y

lo útiV),

UN FREAK SHOW

la literatura ("el viejo trapecio

en contra de una

griego de lo bello

Literal apuesta a lo paradójico, a lo insostenible.

literatura rendida al referente, la

polémicamente en

tervenir

la

rales argentinos afirmando, la

satisfacción que produce

fuera de

de un

en alguna

ella,

la escritura

finalidad,

sentido: la satisfacción es el

en

la

no puede ubicarse

cierto escepticismo,

impensable teología

mitidos

movimiento mismo de sus

formas, el azar de sus conexiones,

el

juego determinado

ducir, tal

un juego posible del lenguaje que conlleva la experiencia de un goce inherente, que no puede conel

como

no

se lo

estrategia política,

un

de creencia en los valores adeficaz.

Desde

este lugar ex-

propone persuadir, convencer o seproponen las "políticas de la felicidad":

se

lo

efecto de resistencia a la circulación de cualquier doxa, y

flexión literal,

fundirse con

falta

in-

escena de los debates cultu-

única creencia

la

como

una

por

las

que la revista intenta producir es un efecto de choque, de desconcierto, incluso de decepción, que sea a la vez un

-pero incierto- de sus inclusiones y comprender las flexiones de la literatura es necesario pensar

placer suplementario del reconocimiento

como

céntrico, Literal

exclusiones. Para poder

una

Contra

políticas voluntaristas. Literal manifiesta su interés

que

"flexión literal" afirma

277

en particular a

in-

la

doxa en

la

que

las

demás

se sostienen: la

humanista.^

tersubjetivo (social).®

Ese carácter no instrumental defendido por la revista no supo-

En vez de

intentar duplicar el

dad propia del lenguaje

mundo,

Literal

(su sobreabundancia)

realista intenta ocultar. Alberto

repone

que

el

Giordano caracteriza

la opaci-

ne, sin

discurso

literatura

así la

po-

sición de la revista:

embargo,

de expresar en

y

la

adscripción a una cierta autonomía de la

en sentido adorniano, las

sino,

más

bien,

una voluntad

palabras la inadecuación entre literatura

realidad, escenificar su tensión, experimentarla

en

el len-

En Lamborghini, resulta evidente que la función de la literatura no es representar la realidad sino encarnarla. No guaje.

andamios, toda esa sanata, la cosa llorona, bolche, quejosa, de lamentarse. Una ideología siempre te propicia para pelotudeces, pero también para mitos heroicos. Cuando te criás dentro de mitos heroicos me parece abyecto quejarse. Esto es poesía quejosa, hacer esta especie de orgullo de padre proletario, que se levantaba a las cinco de la mañana con sus manos callosas; que traía pan crocante a la mesa. Es hacer

ñiles

que se caen de

los

descansar una cultura en este pobre tipo que vino de Italia a laburar acá. una cosa no contra Castelnuovo; no importa lo que él piense como subjetividad. En los textos la ideología actúa, la ideología sube al escenario y

enunciar los conflictos sino inscribirlos en

la letra.

El fiord

espectaculariza esa singular capacidad partenogenética del texto; años después, su autor dirá sobre "El niño proletario":

"¿Por

qué

salir

como un

estúpido a decir estoy en contra de

la

burguesía? ¿Por qué no llevar a los límites volver manifiesto y

Es

representa su papel" ("El lugar del artista. Entrevista a Osvaldo Lamborghien Lecturas Críticas, núm. 1, op. cit, p. 49).

ni" (sin firma), 3

"La flexión

literal" (sin firma),

relaciones de Literal con

Literal,

Noé Jitrik, Buenos

Aires,

núm.

1,

op. cit, p. 9.

Sobre

las

Noé Jitrik, "Las marcas del en Susana Celia (dir.), La irrupción de la

el modelo psicoanaKtico", tomo 10 de la Historia crítica de

deseo y crítica,

en

el psicoanálisis,

Emecé, 1999.

véase

la literatura argentina, dirigida

por

^

Alberto Giordano, "Literal y Elfrascjuito: las contradicciones de la vanen Razones de la crítica, Buenos Aires, Colihue, 1999, p. 62. Véanse también Luis Gusmán, "Enemigos del realismo y el populismo: el grupo Literal, una polémica de los 70", en Página/12, suplemento "Primer Plano", guardia",

24 de marzo de 1996; y Miguel Dalmaroni, "De Los libros a Punto de vista, de Literal a Babel" en La palabra justa. Literatura, crítica memoria en la y Argentina (1960-2002), Santiago de Chile, Ril, 2004.

lo

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

278

que

sería el discurso

de

la

burguesía?"

"El

corrupta por dislocación de las formas y los paradigmas, ácrata de los significados los

niño proleta-

una verdadera destrucción

duda, pero también La causa justa y El Pibe Barulo serán el resultado de llevar al extremo esa vocación literal:

rio" sin

la flexión literal es

aquí una auténtica pasión

literal.

279

y

significantes. '2

Como Como si buscara crear una especie de slang, de argot, de lengua menor en constante mutación. Una lengua paradójica

escribió Alan Pauls:

que des-

La fórmula un acto por cada palabra, de hizo una ley despiadada, es la fórmula

la

que Lamborghini

misma

del aconteci-

miento: ya no las palabras y las cosas en relación de representación sino signos y acciones anudados; ya no el candor

de los realismos y sus secuelas "comprometidas", sino un trabajo de la lengua como máquina de actos, de veredictos

borde

las categorías del catastro lingüístico.

Carla Greta Terón

súbditos.

y de condenas.

Con

ellos está Alcira Fafó

bién, el narrador Si

El fiord es

una

instancia crucial dentro de esa operación es

porque constituye una

mente sobre

alegoría, pero

no tanto

(o

en

efecto,

literal-

su originalidad en tanto

los cuerpos. Allí radica

literatura política. Se trata,

que se inscribe

de

un relato político, pero

no meramente) por su tema:

su experimentalismo extremo. Frente a

la

lo es, sobre todo,

lengua de

en

la institu-

ción -dice Nicolás Rosa a propósito de Tadeys- Lamborghini

mente,

de los lenguajes extralimitados

y,

simultánea-

desorganización de los núcleos sintácticos y semánticos: una lengua que pretenda decirlo todo o que no la

diga nada. El intento de Lamborghini es generar

'0

"El

lugar del

Lecturas Críticas,

artista.

núm.

1,

una lengua

(Andrés Framini)

y,

tam-

nombre podrían el

leerse tanto las "Bases" del peronismo como márfir "San Sebastián") que funcionan como una pareja en

la que se unen ideología y acción. El parto deviene orgía -"la fiestonga de garchar"- de la que participan todos los presentes a excepción del Sebas, quien parece marginado de toda otra actividad que no sea la pura observación la reflexión

y

nuamente

martirizado, tirado

za, recontracalentón"). El la violencia

subsuelo,

y su maltratado compañero Sebas (en cuyo

"nunca le dábamos de cojer

propone

En un

Confederación General del Trabajo [cgt] pero, por momentos, también Evita) da a luz a una extraña criatura que será llamada Afilio Tancredo Vacan (Augusto Timoteo Vandor) y cuyo padre es el Loco Rodríguez (una imagen posible de Perón), amo autorítarío que domina y abusa de todos sus (la

por una visión:

al

(conti-

en un rincón, sólo

piel

y huesos,

entrañable Sebas, casto a la fuer-

nacimiento es una epifanía coronada de la mujer del narrador con su

la aparición

en brazos recortada contra el telón de un fiordo donde navegan pacíficos buques mecidos por "el fino hija

cantar de las ru-

bias lavanderas"

y enmarcados por

de "una galería de retratos de poetas ingleses de fines del siglo xvm". Luego, sobre esas aguas tranquilas estallan el brillo

Entrevista a Osvaldo Lamborghini" (sin firma),

op. cit, p. 48.

Alan Pauls, "Lengua: ¡sonaste!", en Babel, núm. 9, junio de 1989, p. 5. La frase de Lamborghini a la que hace referencia la cita es "siempre estará la necesidad necesaria de un acto por cada palabra" y pertenece a Sebregondi retrocede.

'2 Nicolás Rosa, "Osvaldo Lamborghini; Pob'üca y literatura. Grandeza y aecadencia del imperio" en La letra argentina. Crítica (1970-2002)

Aires, Santiago Arcos, 2003, pp.

Buenos

1

72 y

1

73.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

280

pequeños otros.

Y

soles crepusculares entre

nubes de

gases,

hoces, además, desligadas eterna o

mente de sus respectivos chedumbre -en rostro de cada

ella

unos

tras

escenifica todavía otra revolución argentina,

y fragmentos de burdas Hogar; y una sonora mu-

yo podía distinguir con absoluto rigor

281

en otras palabras, una suerte de teatro perverso,

momentánea-

martillos,

svásticas de alquitrán: Dios Patria

la

UN FREAK SHOW

ción proletaria sino

una Revolución-porno

sacrificio, reinstala la ley peronista: "¡El

el

Hay un banquete. de

Pero

allí

el

¡Viva el General!".

En efecto, la serie

narrador copula con Carla Greta Te-

sentirá

que algo ha cambiado: comienza a

gestarse el complot que pronto termina en

una rebelión enca-

bezada por Sebas y el narrador. Entre todos asesinan y devoran al Loco Rodríguez (ritual homicida y caníbal en el que los críticos

han

visto

política

y la serie corporal

una

reescritura de

'Tótem y

tabú", de Freud). Y,

una manifestación. texto puede ser leído como una teatralización de

debe entenderse en un doble sentido, a El

se explican

conflictos

en

el

seno del peronismo durante los años cincuenta

y la proscripción del líder; Framini y la Resistencia Peronista; Vandor y las aspiraciones de un peronismo sin Perón; la emergencia de grupos radicalizados como Monto-

y

sesenta: el exilio

neros; la anticipación de la guerrilla de los años setenta. Pero lo curioso,

en Lamborghini, es que

los personajes

no declaman

esos conflictos sino que los encarnan. La lengua política de El

fiord es su lenguaje de los cuerpos:

encadenado',

una ocupación de su aparato vaahora transformado en escenario e incluso, quizá, un es[...]

El relato constituye -frente a los golpes militares

de

1955 y 1966- no una demanda por justicia peronista, sino una irrupción pornográfica en esta escena, una re-ocupación del espacio del Estado por

una particular

y me zambullí de cabeza en la concheta cas-digámoslo- mi aliado y com-

pañero,

el

entrañable Sebas, apareció en escena: '¡Viva

de Lucha!' cacareó, desde su rincón"

(pp.

el

Plan

20 y 21).

narrar la política mediante la literatura sino hacer la

política

en

teratura

que

la literatura.

Hay aquí una

es lo opuesto

militantización de la

li-

de una literatura militante tal como

aparece en esos mismos años en, por ejemplo, Rodolfo Walsh.

En

los

años sesenta y a comienzos de los setenta, el proyecto de Walsh se tuerce cada vez más para colocarse al ser-

literario

vicio de

un programa

político,

hasta terminar interrogándose

sobre la posibilidad de una literatura clandestina y sobre la necesidad de abandonar la institución literaria para aplicar su

de escritor a la militancia revolucionaria. Para Alan Pauls, en cambio, El "describe la mutación profunda del discurso

sexual) al Estado argentino,

pejo

dije,

oficio

La iporno-novella de Osvaldo Lamborghini, El fiord, emerge y refleja esta crisis política para constituir un ataque literario (y

cío,

vez político y sexual.

narrador comenta: "Tas fuerzas de la naturaleza se han des-

No los

la

mutua-

Y viceversa. Todo

cajienta de Alcira Fafó. Sebastián

finalmente, organizan El

que, a través del

General ha muerto!

mente. Las cópulas son alianzas ideológicas. partir

que

uno de nosotros- penetrando con banderas en

ortopédica sonrisa del Viejo Perón (pp. 26 y 27).

rón y a

cruel,

no una revolu-

"sinrazón" peronista;

político

en discurso de guerra, y documentaliza como nadie

las

John Kraniauskas, "Revolución-pomo: Elfiord y el Estado Eva-peronisen Boletín del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria, núm. 8, octubre de 2000, p. 45. Esa relación entre lo pulsional lo político también es y trabajada por Julio Premat, "El escritor argentino la transgresión. La orgía de y los orígenes en Elfiord de Osvaldo Lamborghini", en Boletín del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria, núm. 8, octubre de 2000; por Néstor Pery longher, "Ondas en Elfiord. Barroco y corporalidad en Osvaldo Lamborghini", en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992, Buenos Aires, Colihue, 1997. ta",

EL SILENCIO

282

UN FREAK SHOW

Y SUS BORDES

nuevas organizaciones de cuerpos, enunciados y culturas que ese discurso guerrero pone en movimiento" Es cierto que,

en Lamborghini, fundible de

que

la

una

somete

discurso de guerra adopta la forma incon-

el

alegoría política; pero

diferencia del japonés es preciso

sino "El

que queda de

entender

Tokuro que

el

proletario",

es

La causa justa, donde, a

un

No

simbólicamente

Pablo Ansolabehere ha señalado

como

el

entre higiene

y gramática.

"El

y

matadero" a

la

lengua como órgano a

marcada por

Sebregondi retrocede Lamborghini dirá:

abandonó nunca"

(p.

68)

y,

"la

lengua cortada,

el

la

lengua como

la violencia.

exasperación no

En

me

de hecho, sus textos siempre se

descontrolan, se desbordan, se arrebatan.

Sucede con

Sacristán rengo

en Las

Montan en

hijas

causa justa, con El Pibe Bando. Sucede con El fiord, que es

un

deseo y violencia. ¿Cómo hacer que la violencia halenguaje? Violentando el lenguaje. Violentar el lenguaje

que

lenguaje agreda, y el lenguaje agrede cuando se expresa con el cuerpo (con las partes bajas del cuerpo, con es hacer

el

Alan Pauls, "Las malas lenguas" en aaw, Literatura y critica. Actas del Primer Encuentro de Literatura y Crítica, (Universidad Nacional del Litoral, 1986), UNL, 1987, p. 121. Sobre la confrontación Walsh-Lamborghini como dos modos de entender la relación entre literatura y política, véanse Adriana Astuti, "Mientras yo agoniza: Osvaldo Lamborghini", en Boletín del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria, núm. 6, octubre de 1998; y Sergio Chejfec, "Fábula política y renovación estética" en El punto vacilante. Litera-

y mundo privado, Buenos Aires, Norma, 2005. Pablo Ansolabehere, "Lenguas sacadas" mimeo.

tura, ideas

El ideal

de

la limpieza

el

y

de una

poder del Estado. El Estado, escribe

la perla

supone

lengua pura del

máxima" que ordena y purifica. Pero "así el barro que la cultiva, del mismo modo

rey,

lengua

virginal,

condición de las bajas lenguas, lugar de

no

es perla

más que a

la basura, del

comercio

y de la corrupción". Es posible, entonces, pensar en una alquimia invertida de la lengua; es decir, desandar el proceso de metamorfosis por

ha adquirido su

el

cual toda belleza

-que nunca

es inocente-

brillo.

cólera.

de Hegel, con La

mundo de bite el

como la

insulto, la

el

hay un vínculo estrecho

reco-

mordida del estrangulado, pero también la lengua ex-

sistema, la relación siempre está

lo corporal residirá

carácter político del texto. La hipótesis de Doroiiiique La-

porte en Historia de la mierda es que

lengua pura se cruzan en

acepciones de la frase "sacar la

las distintas

De

que se ha

sistema. Si el lenguaje es aquello

emancipado del cuerpo, en la restitución de el

sentido figurado.)

lengua": la lengua que se saca

propiada del otro.

la

siempre hiposensual e hipersanitaria: es lo

Laporte, es "la Cloaca

la lengua

que debió

pudorosa,

lee los chistes literalmente,

rrido (de "Isidora la fedérala", "La refalosa"

Lamborghini) por

lo

letra, la letra

lengua una vez separada del organismo para

la

ésta es la torsión a la

en las acciones concretas de los cuerpos. En un texto sobre

niño

letra caligráfica, es

porque eso es

La buena

exige ser leída literalmente. (En este

complemento perfecto

aspecto, su

-y

lo sexual)

excluir para constituirse.^^

incorporarse a el escritor-

con

lo excrementicio,

283

"Lo que hace posible el lenguaje es lo que separa los sonidos de los cuerpos y los organiza en proposiciones, los libera para la función expresiva. Siempre es una boca la que habla; pero el sonido ha dejado de ser el ruido de un cuerpo que come, pura oralidad, para convertirse en la manifestación

de un sujeto que se expresa"

(Gilíes

Deleuze, Lógica del sentido, Barcelona,

Paidós, 1989, p. 188). Por eso, dirá Barthes, "la mierda escrita

no

huele". Es-

de lupanar (una pornográfica de la letra) y escritura de retrete (una escatológica de la letra), los textos de Lamborghini procuran restituir esa conexión. Por un lado, como sentenció Walter Benjamin, "los libros y las prostitutas pueden llevarse a la cama". Y, por otro lado, que el baño es el lugar de la literatura, eso parecía saberlo ya Leopold Bloom, quien no sólo elige leer sobre el inodoro sino que, incluso, se limpia con un cuento premiado. Dominique Laporte, Historia de la mierda. Valencia, Pre-textos, 1988, p. 59. Una prolongación de estas características de la escritura lamborghiniana puede advertirse en la obra de Néstor Perlongher. Sobre la relación Lamborghini-Perlongher, véanse el ya citado texto de Nicolás Rosa, "Osvaldo Lamborghini: Política y literatura. Grandeza y decadencia del imperio", y Tamara Kamenszain, "La nueva poesía argentina: de Lamborghini a Perlongher" en AAW, Literatura y crítica, op. cit critura

EL SILENCIO Y SUS BORDES

284

Frente a la letra limpia circuito

que

y

pura, la

mala palabra exhibe

to.

sólo establecen

por

lo incorrec-

prescripta la regla, se convalida inevitablemente el

desvío. Contra el sistema

que debe

ordenado del bien decir (bendecido

malas lenguas habilitan una capacidad

la institución), las

de mutación en lo

no

uso correcto sino que, en su reverso, enuncian

Una vez

el

une. Rescata la naturaleza de desperdicio de la

las

lengua: su boca sucia. Es que las gramáticas el

\}^FREAKSHOW

la escritura. Si lo

leerse, la

que puede

mala lengua

es

leerse es,

también,

moralmente reprochable:

porque debería ser dicha de otra manera y, sin embargo,

insiste

en su inadecuación. De ahí su malicia y su perversión. Pero si esto es así, entonces el origen de Elfiord tstá. en Lautréamont y Los cantos de Maldoror (aunque también en Sade y en Genet): allí donde la blasfemia es ante todo la crueldad, la hipérbole y la alucinación. Frente

a la proliferación de metamorfosis en

el

texto de Lautréamont, Blanchot escribe:

Ese movimiento, tan vertiginoso

Lamborghini.

A pesar

como

285

abismal, es el

que copia

De ahí -aunque resulte paradójico- su evanescen-

de

la revulsiva intensidad, el

enjambre barroco de imágenes de El fiord posee una amplificación visual débü. Las cia.

acciones tan minuciosas que refiere Lamborghini aparecen des-

pojadas de toda escenografía (nunca se describen los espacios)

y

son llevadas a cabo por cuerpos impersonales (cuerpos que son puros órganos y que, incluso, cambian de nombre como si se tratara

de

un

atributo accidental: Sebastián/Sebas/Bastián/Bur-

guecida Bastiansebas; Alcira Fafó/Amena Forbes/Aba Fihur/Arafó/Aicyrfó; Carla Greta Terón/Cali Giiselda Tirembón/Cagreta; el

Loco Rodriguez/nuestro Dueño y Señor/el Patrón/el Trompa Capanga/el Mordido/Iguez/el Baleado/Rez). Como siguiendo

una lógica

onírica, la precisión visual

acciones tiene rativa. Sólo

como condición

hay mutaciones

con que se describen las

anular toda imaginación figu-

corporales, vibraciones fisiológi-

cas

comienzo de una sen-

le

y transacciones de órganos descontextualizados. El fiord sin duda; pero lo que a Lamborghini interesa de la pornografía no es la pasión escopofílica que

cuerpo humano, y el que la experimenta se ve transformado por el desagrado que siente, en

la

determina sino

El pie

que resbala sobre

contacto

frío,

la realidad del reptil

húmedo y penetrante

sación de horror inspirada por

el

objeto

mismo de

convierte en

él

deja atraer por

el

infinita

más

de sentirlas hasta ellas

menos

este

como

él,

se

momento también el lenguaje se

de palabras, imágenes que, en

la sintaxis,

siempre

sueño, se suceden por

dencia cada vez

en

el

un vértigo nuevo, y el laberinto que trata de ver,

mento mismo en que en

el batracio, este

ese desagrado, se vuelve viscoso

mismo. En

marcha solemne e

traviarse

es el

y

lo

rápida, de

el

más

lenta,

el

mo-

parece ex-

contrario con

una

ca-

manera que no tenemos tiempo

y las dejamos inacabadas, reconociendo que significan que su movimiento. el fin

Maurice Blanchot, Sade y Lautréamont, Buenos Aires, Ediciones del Mediodía, 1967, pp. 165 y 166.

como texto pornográfico,

Puesto que

el

fantasma de

la

desmesura que

la acecha.

deseo no se satisface con ninguna imagen,

el

la

imaginación pornográfica será proliferante y expansiva. Es decir: definida por el mandato de no fijarse nunca para volverse ilocalizable.

Interrogado por

populismo y

al

el

lugar desde

el

cual su obra critica al

liberalismo de izquierda, Lamborghini res-

ponde categóricamente: desde ningún lugar. no hay poesía. Toda la relación con la poesía

gún lugar'U^ La radicalidad de

"El

lugar del

artista.

núm.

1,

hay

lugar,

es desde nin-

El fiord consiste en sostenerse

sobre ese no lugar de la poesía. Se trata de

Lecturas Críticas,

"Si

un

espacio para-

Entrevista a Osvaldo Lamborghini" (sin firma), en oy. cit, p. 51.

EL SILENCIO

286

dójico

Y SUS BORDES

FREAK SHOW

hecho de componentes contradictorios y que,

incluso,

deberían ser mutuamente excluyentes: cuerpo y lenguaje, lengua elevada y lengua baja, alegoría y literalidad, repre-

el

punto nodal de todas

(p. 26).

to

vacío, convirtiendo cada eventual vacío las fuerzas contrarias

en tensión"

(p.

toda explotación de

tiene pasado ni porvenir,

tal

todo trabajo con y de la len-

las posibilidades

que

incidirían o

Pero

el

y desmiente todo más

no

allá.

sentido

se sientan a devorar al Patrón, el

narrador recuerda: "me soné los mocos con los dedos y me los colgué de las pestañas, como si fueran lágrimas. Tenía perfecta conciencia"

la palabra,

trascenderían la significación determinándola. La escritura

Su estrategia no consiste tanto en negar un elemen-

que niega. Cuando todos

en

lenguaje poético -entendiendo por

ciones, afectos o causas (anteriores-exteriores)

en

con otro sino en reponer sobre cada elemento aquello

el

gua-, los sentidos, los "significados" se constituyen ahí mismo, en el momento de hacerse, in praesentia. No hay ideas, inten-

sentación y no representación. El sistema de Lamborghini no funciona por exclusión sino por acumulación: "no per-

donando ningún

En

287

33).

no sólo

se

hace a

que además se deshace. Las

la vista sino

palabras, el juego de los elementos, suscitan constelaciones

Por momentos es preciso leer

evanescentes.

momentos hay que leer más allá de lo que está escrito; por momentos el texto mismo hace explícito ese pasaje, indicando una clave de lectura y anulándola en el mismo movimiento. La única regla parecería ser el cambio permanente de reglas. En este sentido, no es tanto un rechazo a la representación lo que lo define, ya que tan pronto representa como cuestiona lo representado; más sólo lo que está escrito; por

de pronto se

Emergen zonas, núcleos de

desleeít

significación

y desplazan para dar lugar a

otras,

que

a ve-

ces opuestas, negadoras de las primeras suscitan otras. El cuerpo de esta

meja

al

anunciado por Tomás de Aquino:

polivalente finalidad,

También

y que a su vez reresurrección en nada se asees polimorfo,

perverso. El sentido viaja sin tender a ninguna

y no tiene puertos.

"inobjetable":

Errático, insatisfecho, insaciable.

como

el

bien, ese vaivén (siempre imprevisible) desencaja toda repre-

deseo, carece de objeto.^®

sentación, la despoja de esa fijeza que es su hábitat natural,

y

la

pone a

oscilar.

Teatro de la transgresión

Es esa vacilación (más que su supuesto hermetismo o su insolencia) lo

que determina su

ilegibilidad

desde

los contratos

convencionales de lectura. Lo que esta dificultad poética revela es el carácter resistente

sometimiento a

la

de cierta

literatura,

representación realista

que reniega del

y propone una

escri-

tura migratoria, en movimiento perpetuo, que desborda sobre

Vale la pena detenerse sobre algunos aspectos enunciados en ese ensayo, porque allí se advierte con claridad la defensa

de

un cierto modelo de literatura y un cierto programa de ra

que ya eran los de Elfiord y que

la

obra lamborghiniana.

se expandirán

en

escritu-

el resto

de

que sostienen Lamborghini y Josefina Ludmer en "Por Macedonio Fernández: Apuntes alrededor de 35 versos

lo real.

Eso es

lo

de Elena Bellamuerte" la revista Literal:

un texto publicado en

el

número

2-3 de

20 Osvaldo Lamborghini y Josefma Ludmer, "Por Macedonio Fernández: Apuntes alrededor de 35 versos de Elena Bellamuerte" en Literal núm. 2-3 mayo de 1975, pp. 63 y 64.

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

288

bella

-un análisis del poema de Macedonio Femándezque se introduce como una diatriba contra los "pavos reales" concreto" hombre llamado y "gustan del compromiso con el El texto

cuyas "buenas intenciones los conducen hasta

el altar

y la

de

un

constituye. Por

lado parece instaurar la clásica oposición

amor y muerte; por

diametral entre

ce-

un sagrado matrimonio con los dictados del poder en materia de escritura". El tono —como casi siempre en Literalde es el de un manifiesto o un panfleto. El propósito declarado

no musa y musa, impotente y desencadenante escritura; se opone polarmente al amor pero también lo pálida,

y

la

No

que

es sólo

éste la

muerte

la

es

vence porque se da a

negada por

intensa que

y de la lengua. En la nombres: Macedonio

casta del saber

Argentina ese futuro tiene tradición, Fernández, Borges, Girondo

[...]

Escritores contranatura, insis-

ten en una sola y única demostración a través de textos múlequítiples, microscópicos, multívocos y, fundamentalmente, vocos: no sólo las palabras

aun para

ser

en su

no aluden al mundo, sino que

estilo precario, necesita

de

éste,

la discreta es-

devenir biológico.

la del

borghini-Ludmer

la poesía (cierta

opone a las operaciones lista).

Lamborghini-Ludmer encuentran un modelo y un programa para revertir el vínculo sumiso que la poética realista suele mantener con el referente. escritores,

Desde su título, el poema "Elena Bellamuerte" trabaja sobre una condensación que funde dos espacios opuestos y excluyentes. Es en el texto

mismo que

los pares

de opuestos vida/

muerte, amor/muerte, belleza/muerte logran superar sus contradicciones para instalarse en un borde donde se implican

mutuamente y

se sostienen

en su propia tensión:

y del tercero excluido no rige en tiempo el lenguaje poético. En el poema la muerte es al mismo

La lógica de

21

que

más

sentido, para

de

la

novela

Lam-

la poesía) se

(la

Frente a la capacidad narrativa que definen

novela rea-

como ilustra-

anatómica, paisajística o turística y que remite servilmente a un exterior, la poesía intenta un "movimiento insensato", a contrario sensu, que permite producir otro cuerpo, otra con-

tiva,

figuración

y

mediación o

otro paisaje sin depender de la trascendencia, la el

dibujo. El texto concluye

Por eso hoy se impone

en esos

sino

lógica poética

concepción de

figurativas

cansión de los códigos.^'

Allí,

dramatiza la nega-

el discurso,

mismo una En este



los autores es

una futura, de una nueva

otro,

ción de toda oposición diametral.^^

lebración de

convocar, en estos tiempos de escritura barrial, la irmpción de

289

ducción de toda

un

con una proclama:

edicto aristocrático: primero, la re-

a la poesía, a sus rasgos pertinen-

"literatura"

tes (que consisten en la anulación interminable de sus rasgos

pertinentes) cribir

y,

segundo,

"pensando" en

el

la

negación de toda tentativa de

semejante, en

producción:

un

que negar

prójimo y a su verdad.^^

al

salto hacia lo otro

la

y hacia

la diferencia.

O sea: contra la narración y contra la representación, entendidas en

un

es-

semejanza, en la re-

al

Hay

menos

sentido clásico. Sin duda, la mejor puesta

la contradicción

Osvaldo Lamborghini y Josefina Ludmer,

op.

cit.,

p. 61.

22 ibid., p. 22 Ibid.,

66.

pp.

67 y

73.

En "Tramar de

las palabras"

aparece

sa de la poesía como infracción a las convenciones de sito de La obsesión del espacio, de Ricardo Zelarayán.

la

la

misma defen-

realidad a propó-

EL SILENCIO

290

en escena de

estos postulados

Y SUS BORDES puede

UN FREAK SHOW

hallarse

en El fiord,

Y en

ese sentido, podría decirse que, con la excusa de analizar el

poema de Macedonio Fernández, el texto aparecido en Literal aporta una justificación conceptual para situar el controvertido texto de Lamborghini publicado

unos años

antes. El desarro-

de El fiord no supone una progresión lineal de lo

llo

mismo

una mutación permanente, de diferencia en diferencia, que avanza de manera contradictoria fluyendo a través de términos opuestos y excluyentes. Todo el mecanismo del texto sino

opera por fusión de los contrarios, vulnerando los principios

no contradicción y del tercero excluinarrador define a su compañero en el estilo

lógicos de identidad, de do. Al principio, el

de Baudelaire: "camarada Sebastián, entrañable amigo, perro

inmundo"

(p. 22),

y marca

del afecto al desprecio

''

misma

o,

más

tono de lo que sigue, pasando

bien, dejando sentado

que uno

La alianza entre Sebas y el narrador y es clave porque constituye el espacio textual: en ese vínculo se otro son la



así el

hace posible

cosa.

el relato.

Ésa es

la lectura

de Josefina Ludmer, que

incluye El fiord en la serie de la gauchesca porque reconoce

en

él

un uso

que no es

letrado de la cultura popular, el uso de

la del

que

escribe:

"una alianza de voces

una voz

bajas, oídas,

y las palabras altas del otro universo, escrito. El escándalo verbal consiste en esa alianza, que es también una traducción otras,

o traición imposible"^^ Para Ludmer, Sebas es San SebasMém mártir que

no abjura de su

también es

que sabe

el

(el

fe

y

se

somete

al

(el

tormento); pero

ideólogo, el que permite conectar

de arriba y el de abajo). Habría que agregar a esos juegos combinatorios la interpretación de Aira: Sebas dos espacios:

los

la

revolución"

el

narrador, anémico

nencia.

(p. 21).

En cualquier

corporal; todo lo

come y no

Sebas no

y

291

coje; es,

caso:

que hace

no

hace con/sobre/al lenguaje.

narrador, en cambio, es pura acción. Siempre está en

alguna cópula o alguna trenza

armado,

el

que pone en acto aquello que Sebas

"ogarché" en vez de "obligué"

donde Sebas pretende

rostro, el narrador le

Esa alianza entre

el

Y por

eso su entidad

es,

ante

todo, discursiva: "¡Dogmático Sebastián! Su mirada era poesía.

Josefina Ludmer, El género gauchesco:

Aires,

Lo tradu-

narrador somete a Alcira Fafó;

refregarle al

Loco un panfleto por el

el

banquete.

narrador y Sebas, que pone en contacto

a los complementarios en pos de

una

estrategia

común, ga-

rantiza todos los intercambios entre esferas opuestas. Los dos

compañeros, que militaron tiempo atrás en

la

Guardia Restau-

radora y fueron luego expulsados del maru, sienten ahora que están "en vísperas de grandes cambios". Entre la bajeza y lo

sometimiento y el heroísmo, entre las lenguas voces cultas, el narrador y Sebas (ideología y acción,

sublime, entre bajas

y las

el

pensamiento y cuerpo) circulan juntos de extrema derecha a extrema izquierda y de abajo hacia arriba, arrastrando a los

demas personajes en ese torbellino que sale en manifestación. modo, como los esclavos de la caverna de Platón, aunque el ascenso supone aquí el achatamiento de un espacio sobre otro: el segundo no desmiente al primero sino que cada uno se pliega sobre el otro: Son, en cierto

Cada

espacio, el de la orgía de abajo

fiesta del líder

de

arriba, está

y

el del

mar,

incompleto sin

acción y figura incompleta sin

la otra.

el

Sudamericana, 1988,

p. 184.

Un

tratado sobre la patria, Bue-

espacios,

el fiord

otro

faz.

y

la

y cada

La división entre

polos extremos implica alianzas, guerras y doble 24

brazo

el

remite a las bases del peronismo.

nos

el

donde Sebas dice

hinca los dientes e inicia el

dice.

El

medio de

digamos,

política. Es,

ce a acción (sexual, política, narrativa). Allí

allí

dice

la absti-

ninguna actividad

participa de

lo

como

hambre y

casto a la fuerza. El

los

Los dos

y también los extremos de la derecha y la izquierda, mutuamente en un movimiento de pulsación que

se refieren

EL SILENCIO

292

culmina en ción de

la

negación de uno por

uno en

el otro,

verdaderos y falsos a

la

UN FREAK SHOW

Y SUS BORDES

y en

la

en

el otro,

la transforma-

dad! Encima..." dice uno,

afirmación de que los dos son

a poner

las

manos

y

otro responde: "Encima

el

'encima"'

293

yo

te

voy

(p. 152).

vez Es lo contrario de lo que sucede, por ejemplo, en Copi o en Cé-

Si el desarrollo del relato

la

supone

condición del texto es que

el

el

pasaje de

su evolución aquello que debería dejar cesita

mutar en

lo opuesto;

arrastra

y

inevitablemente

un

atrás.

Para avanzar ne-

pero a la vez, sólo

avanzar cargando con su contrario. lo apila sobre

un extremo a otro,

despliegue narrativo incluya en

sí.

No puede

Cada punto de

le es

permitido

dejarlo atrás, lo

inflexión inscribe

continuo: "No se acabó lo que se daba",

común con que suele escribe Lamborghini invirtiendo caracterizarse la separación entre un antes y un después. Aquí, el

en cambio,

"lo

que

lugar

se daba" prosigue siempre "bajo otras for-

mas, encadenándose eslabón por eslabón". La oposición funcio-

sar Aira (para

mencionar dos autores cercanos a Lamborghini

que también trabajan a partir de

no identidad). Porque

los textos

de una velocidad que privilegia cada palabra borra a la

la

lastre,

mutación y del principio de

de Aira o de Copi están hechos

ausencia de huellas y donde anterior. El discurso está dominado por la

levedad. Son escrituras aéreas.

ran sin

la

Como

si las

acciones avanza-

En Lamborghini, en cambio, cada que le siguen. Es una escritura de razón

amnésicas.^^

palabra se aferra a las

geológica: cada frase se conecta

con

lo

que viene después en

una relación que asemeja la estratificación de capas

tectónicas.

Así se conectan los cuerpos, las voces, los géneros

literarios,

I

na como

inclusión, la confrontación

'como acumulación. Todo

lo

como

mezcla, la sucesión

que acontece

se

amontona. Una

los discursos ideológicos.

Como en

las figuras orgiásticas

de

una simultaneidad infinita: cada parte a su vez, se monta sobre una tercera para

Sade, la composición es

cosa arriba de la otra: "después" significa "encima". El mecanis-

encastra en otra que,

mo de polisíndeton adopta aquí una forma curiosa que traduce

animar un movimiento continuo sin principio ni

cada partícula copulativa j/ como encima (en su doble valencia:

túan en simultaneidad, molestándose, interfiriéndose y parodiándose mutuamente.

además de y arriba de). Véase, por ejemplo, la discusión acerca de Maradona entre el Cholo Catánzaro y el sacristán, en Las hijas

de Hegel:

fin.

Todas ac-

Esa idea de oposición y continuidad (o de continuidad en transparenta en el título del relato. Un fiordo es

la oposición) se

un golfo estrecho y profundo entre montañas de laderas abrup"Con

la guita

que ha hecho correr ese guacho,

se podría ha-

tas.

Podría preguntarse:

¿el fiordo es

Dos

una entrada del mar o una

ber construido otro Hospital de Niños. Encima, va a Barcelona

cavidad de

y hace un papelón. Encima, se

mentarias (golfo profundo/laderas abruptas) se ponen en con-

la agarra

con nosotros, con

los

argentinos, y con los periodistas: ¡una vez que dicen la ver-

tacto.

se funde

un borde

de Ludmer, op. cit, p. 185. "La izquierda se posó sobre la derecha; luego, la derecha sobre la izquierda", se lee en el relato de Lamborghini: la referencia es a las manos serruchadas de la mujer del narrador; sin embargo, es casi imposible no leer allí, también, la alusión a dos orientaciones políticas. Las figuras de pasaje son siempre un pliegue.

Una

la tierra?

en

superficies antagónicas pero comple-

la otra pero, a la vez, bajo la

preciso: esa línea

condición

que delimita las superficies, las

25 Josefina

Para un análisis detallado de las estrucuras narrativas en estos autovéanse César Aira, Copi Rosario, Beatriz Viterbo, 1991; y Sandra Contreras, Las vueltas de César Aira, Rosario, Beatriz Viterbo, 2002. 25

res,

294

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

separa y les da continuidad

al

mismo tiempo. Es de ambas y no

pertenece a ninguna. La sorpresiva visión del fiordo en la mitad

que un accidente geográfico, un emblema

del relato es, antes textual.

Luminoso y puro, surge anticipado por un apocalíptico

estallido

de bolas de fuego:

res;

el

el río

mar. La niebla esfumaba las siluetas de los estibado-

pero hasta nosotros llegaba, desde

bordoneo de innumerables

el

pequeño puerto,

guitarras, el fino cantar

de

el

las ru-

Una galería de

retratos

de poetas ingleses del

siglo XVIII brüló, intensamente,

duremte

un segundo, en la

bias lavanderas.

curidad. Pero

no

se acabó lo

que

se daba.

No perdonando

vacío, convirtiendo cada eventual vacío

nodal de todas

las fuerzas contrarias

os-

Continuó bajo otras

formas, encadenándose eslabón por eslabón.

ningún

extraña plenitud, en

en tensión

en

(p.

el

punto

26).

equilibrio

que

un momento

epifánico,

las fuerzas contrarias

de

parecerían

desanuda

equilibrio. Punto de también punto de torsión donde se amarra y texto. "No sabemos bien qué ocurrió después

es

el

de Huerta Grande. Ocurrió. Vacío y punto nodal de todas las fuerzas contrarías en tensión. Ocurrió. La acción -romper-

Y sólo engendrará acción". El narrador, enton-

debe continuar. ces, se

en

el

pregunta

de

si él

figura en el gran libro de los verdugos o

las víctimas.

O

si

está inscripto

en ambos: “Verdugos

y verdugueados" (p. 27). La epifanía es una revelación y esa revelación impone un giro. Esa ruptura contradictoria -pues la ruptura es precisamente la condición misma de la continuidad-

forma de un quiasmo. El quiasmo

se expresa bajo la

figura retórico-narrativa que, mediante lo fractura

y a

se alinean de

de un fiordo: “cada un punto nodal de las fuerzas contrarias im fiordo y eso es lo que hace El fiord. Allí

que

el

haber encontrado un efímero punto de se

Los buques navegaban lentamente, mugiendo, desde hacia

bajo nuevas formas. La visión es

295

la

vez

es la

una torsión del relato,

lo prolonga: las estructuras paralelas

manera cruzada, estableciendo una progresión

Ésa, ciertamente, podría ser la definición

pero que evoluciona a partir de sentidos antitéticos.

vacío se convierte en

gunda parte

en

dugos son verdugueados; quienes eran sometidos, someten;

tensión".

Eso es

donde debería haber

del relato traerá

Así, la se-

una inversión (quienes eran ver-

pimtos nodales de fuer-

quienes eran devorados, se tornan devoradores; quienes per-

en tensión: entre izquierda y derecha políticas, Norte y Sur, arriba y abajo, la inmtmdicia y la luz, la lengua impura de los

manecían aprisionados en el sótano salen a la luz). En efecto, inmediatamente después de la visión del fiordo, el narrador

sótanos

es

vacíos, inscribir

zas

Si

y la lengua de

los poetas ingleses del siglo xviii.^^

fuera posible identificar

un

centro en este texto estalla-

do, debería ubicárselo

allí, en ese nodo del fiordo hacia donde todo converge y desde donde todo vuelve a desplegarse

Los críticos han señalado que "fiord" es

un anagrama

enviado por

el

Loco Rodríguez a buscar a Carla Greta Terón

para dar comienzo “Y cuando entré

al

banquete. El narrador y cgt copulan: comedor empujando la cama, yo, yo era al

En ese yo que se vuelve otro no hay nada de la melancolía moderna que suponía la sentencia de Rimbaud: no es un yo que se desconoce (como sucede, por ejemplo, en otro"

fonético de

(p.

28).

segundo cine de Cozarinsky), sino un yo que existe en y la mutación, un yo que ha logrado convertirse en otro.

"Freud". Esta referencia permite aludir a la teoría del inconsciente (sobre

el

todo en relación con el espacio oscuro del subsuelo y el espacio luminoso de arriba). En ese sentido, podría decirse que el fiord lamborghiniano incluye también el concepto de escisión fundamental en la constitución de

por

la identidad.

antropofágico en

Tríunfalmente. Lo que sigue es el

que

el

asesinato del Loco

es engullido entre todos.

y el ritual

Las transgresiones escanden

móviles que ponen en marcha

dos los casos, lo tanto,

el

movimiento

UN FREAK SHOW

Y SUS BORDES

EL SILENCIO

296

el texto.

mecanismo

el

un

es

en vez de avanzar más

Más que

eso:

son los

narrativo.

pasaje al otro lado

allá, la

En

to-

y,

por

transgresión supone la

reposición de aquello que estaba excluido. El relato se desarrolla entre

muerte

(la

un nacimiento

del

(el

de

Loco Rodríguez).

Atilio

Y

así

Tancredo Vacán) y una

como

comienzo

al

quete que derivará en

y conecta las dos partes

cambio que divide

del texto consiste -tal

el

narrador- en la asunción de

sí.

No

na-

un ban-

cimiento devenía orgía, la segunda parte empieza con sacrificio caníbal. Ese

el

como lo enuncia

un festivo desconocimiento de

sólo él se siente distinto, sino

que todo

el relato

acude

al

encuentro y la entronización de lo otro. Abundan, en El fiord, las metáforas zoológicas (relinchos, corcóveos, cacareos, tetas

como

penes como astas de buey) y las referencias al salvaje y a la barbarie (alaridos de indios, látigos do-

telarañas,

mundo

madores, cadenas esclavizantes). La oposición "fiordo del norte vs.

sótano del sur" no es otra cosa que la materialización de

esa línea de reflexión

como

muy presente a fines

de los años sesenta

también atraviesa las obras de Cozarinsky y de Fischerman) y que, en Lamborghini, no cesa de desplegarse como emergencia y celebración de la otredad bajo las más di(que,

se vio,

versas formas de lo pulsional, lo bestial, lo primitivo, lo bárbaro

297

una mera inversión de paradigmas. La inclusión Lamborghini en

hacen varios

el

grupo de

críticos) tiene,

las fiestas del

del texto de

monstruo

(tal

como

en cambio, mayor productividad

porque permite plantear la relación ya no como una mera antítesis, sino dentro de las reescrituras y reformulaciones que se

operan dentro de una

serie.

"La fiesta del monstruo",

el

cuento que Borges y Bioy Casares firman con el seudónimo de Bustos Domecq, sirve para identificar esa familia de relatos que dejan "leer la construcción de una lengua asesina y brutal, la

de

representación del mal en la lengua"^^ La composición

la serie varía

refalosa",

según cada

de Ascasubi,

"El

crítico,

pero puede incluir "La

matadero", de Echeverría, "La fiesta

de los enanos", de Wilcock, "La fiesta del monstruo" de Bustos

Domecq y El fiord, de Lamborghini. ¿Qué aporta Lamborghini a la serie de las fiestas del monstruo? La evidencia de que lo monstruoso no es una potencia maligna que invade desde un exterior (y que podría, por lo tanto, ser repelida), sino una pulsión propia que emerge imparable

y que

decoro intenta

el

tan las lecturas de Antonio

Marimón, El fiord que ocurre en tomada'".

el

"es,

acallar.

En esa

Marimón y de

dirección apun-

Cristina Iglesia. Para

en clave metafórica, un

relato sobre lo

lado de adentro -el lado silencioso- de 'Casa

Iglesia,

por su parte, propone

o lo incivüizado. leer el texto

En este punto, suele oponerse la obra de Lamborghini al modelo borgeano y a la tradición literaria que él representa: frente a la erudición

y

el

nes de

"El matadero". Allí,

malha-

28

Josefina Ludmer, op.

sobre todo, por

blado y boca sucia; frente a la mesura de uno, la lengua larga del otro; frente al autor consagrado, el autor maldito. Esa confrontación no es necesariamente improcedente; pero debería

mía

fácil

un niño

la inversión

de los críme-

proletario es violado por

culteranismo, la pulsión brutal de la

barbarie; frente al escritor del bien decir, el escritor

ser planteada

de Lamborghini como

en toda su complejidad para eludir

que propone una

historia literaria

la dicoto-

fundada sobre

Ludmer en

cit, p.

168. La serie es propuesta y trabajada, por Pauls en "Las malas lenguas", op.

ese libro,

y

pero también es mencionada por John Kraniauskas y Julio Premat (en los textos ya citados) y por Néstor Perlongher (en "Una saga de la desubjetivación. Lectura de Los Tadeys de Osvaldo Lamborghini", en Tsé-Tsé, núm. 7-8, otoño 2000). 29 Antonio Marimón, "La seducción del gesto" en Punto de Vista, núm. 36, diciembre de 1989, p. 30. cit;

298

EL SILENCIO Y SUS BORDES niños burgueses y ahorcado en

tres

en

el

el

lugar que

le

proletario

que participa del simulacro de plural

un niño de una es-

cuela pública es vuelto al lugar de donde nunca debió

299

más

barbarie es lo grotesco.

Esa conjunción de civilización

pertenece,

barrio precario de los desocupados. Es decir,

\Jt^FREAKSHOW

Según

Bajtín, la profusión, la exageración, el

exceso son los rasgos definitorios de ese

y

borda

como el reverso de "Casa tomada" como inversión de "El matadero" no es

El fiord puede ser leído "El

niño proletario"

lar;

es sólo ta,

más

se reconocía su vecindad). Sería

una

un

error pensar

un

un óxido

es decir oxidadas)

que

(la

herrumbre de

la corroe

las

desde adentro.

en Lamborghini, no consiste en ir más allá (ser sino en ejercer una doble presión -desde extre-

itransgresión,

mos opuestos pero en forma

hace brotar, des-

que busca escapar de

en suma, prolonga

el

absorbido por

valor particu-

cuerpo, uniéndolo a los

mundo no corporal No está nunca

[...]

cuerpo en movimiento.

además

como

Así es

él.

un

El cuerpo grotesco es

ni acabado: está

listo

él

este cuerpo absorbe el

mismo

cons-

mundo y

es

éste.^^

len-

guaje otro; en todo caso lo otro del lenguaje. La noción de

Jiipertélico)

y

lo que,

sale,

ramificaciones adquieren

truye otro cuerpo;

voces bajas,

No un

todo

que

lo

siempre en estado de construcción, de creación y

que

estrategia de bestialización de la lengua; se tra-

bien, de

cuerpo, todo lo

otros cuerpos o al

inquietante contigüidad aquello que en Cortázar y en como diferencia (precisamente

Echeverría se quería conjurar

porque

el

las excrecencias

por una mera alteración de perspectiva sino porque muestran

como

el

salir.^o

Lo grotesco se interesa por todo Si

hiperbolismo,

estilo:

coincidente- sobre la línea de

Lo grotesco deja en evidencia que

lo

monstruoso no era una

potencia exterior, que aquello que se quería mostrar

otredad absoluta (como pura exterioridad) no era sino lado

(el

como el otro

reverso) de lo propio. Lo grotesco revierte lo monstruo-

frontera: recargar todo sobre el delgado perfil de los límites.

so sobre esa inquietante familiaridad de lo que aterra precisa-

La oposición

mente porque

te

como

civilización y barbarie no se resuelve

civilización

a la barbarie) ni

excluye

como

vs.

como

la barbarie, la

civilización

más

esfuerzo por mostrar

barbarie

(la

simplemen-

civilización enfrentada

civilización o barbarie (la civilización

barbarie barbarie.

el

impugna la civilización), sino En este sentido, hay tanto un

otro lado de las voces altas

como por

se lo

ha querido

acallar.

Según Mary Russo,

surgimiento de esa categoría se remonta a

su interés por identificar

el estilo clásico

antigua

la

con

el

el

Roma y a

orden natural,

como lo como un exce-

mientras que, inversamente, lo grotesco era definido

no naturd,

lo frívolo

y

lo irracional (es decir,

so respecto de las normas).

A

partir

de

allí,

Russo organiza

la

voces bajas deben toda su potencia subver-

discusión contemporánea alrededor de dos tipos de discurso

siva a la capacidad para infiltrarse

sobre lo grotesco: la teoría del carnaval (asociado a la comici-

Permanecer en

en un discurso dominante. negándose a instalarse en un espacio

dad grotesca y

reconocer que

las

el límite,

determinado, soportando permanentemente

la

contradicción.

Edad Media y en (asociado al

Cristina Iglesia, "Mártires o libres: divisas,

un dEema

en 'El matadero' de Echeverría y en sus Buenos Aires, Eudeba, 1998, p. 34.

la cultura

al libro

de Mijafl

Bajtín,

La

cultura popular en la

Renacimiento) y el concepto de lo siniestro género de terror, al trabajo de Sigmund Freud soel

estético. Las víctimas

reescrituras",

de en Letras y

Mijaü to.

Bajtín,

La

cultura popular en la

Edad Media y en

el

Renacimien-

El contexto de Franpois Rabelais, Madrid, Alianza, 1987, p. 285.

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

300

bre "Lo siniestro"

y

de Wolfgang Kayser, Lo grotesco: su

al libro

configuración en pintura y en literatura):

que monstruosas.^^ Pero incluso debería agregarse que, más que fiestas, son ceremonias siniestras en las que unos gozan

tes

sobre los infortunios de otro:

La formación discursiva identificada con lo carnavalesco se sobreentiende

como

histórica

y

localizada, es decir, dentro

de un cierto nexo de tiempo y espacio, definida por fechas, eventos materiales y exterioridad. Ha sido usada abundante-

mente por

^ajtín para conceptualizar formaciones sociales,

el conflicto social

y

la teoría política clásica es

mundo

dad, hacia sía

y

el

como

tico, la

de

En

el

viril

lenguaje de

asociada

al

contraste, lo gro-

lo siniestro se traslada a la interiori-

espacio individualizado e imbuido de la fanta-

la introspección,

inercia social. Surgida I

una categoría

activo y cívico de lo público.

tesco entendido

En

reino de lo político.

el

con su correspondiente riesgo de

con

el

concepto de

lo

sublime román-

categoría de lo grotesco siniestro se asocia a la vida

la psiquis.^^

301

un diálogo desdén.

sino el objeto de

el

otro

una

no

es

ya

diferencia

el

que

interlocutor de se observa

con

Un freak show. Según Susan Stewart:

Mientras que

cuerpo grotesco del carnaval participa de

el

una estructura de democrática reciprocidad, de lo grotesco supone un distanciamiento del rrespondiente "estetización". En el carnaval, una exageración y una celebración de

las

espectáculo

el

objeto y su colo grotesco es

capacidades pro-

ductoras y reproductoras del cuerpo, de lo natural en sus más sensuales dimensiones. Pero en el espectáculo, lo grotesco

no aparece como partes sino como un todo aberrante.

El participante del carnaval es arrastrado por los eventos

y de

desorden e imaginarlo como

ese modo puede experimentar el un nuevo orden. En contraste, el

espectador de una exhibi-

ción es absolutamente consciente de la distancia que hay enSin embargo, estos dos tipos de discursos

no

se hallan nece-

tre él

y

el espectáculo.^^

sariamente enfrentados y Russo reconoce un fuerte punto de convergencia en el hecho de que, para ambos, lo grotesco es

Los cuerpos son desprovistos del movimiento y detenidos ante

un desvío, la expresión desmesurada de aquello que había sido

una mirada que

condenado a

la invisibilidad

Se podría decir que tas del

allí

y el silencio. donde los protagonistas de

monstruo pretenden deshacerse del diferente,

verdad los aterra no es

mos. En

la

las fies-

lo

extraña otredad sino lo otro de

este sentido, las fiestas del

que en sí

domestica y los coloniza. El freak, explica Stewart, siempre es considerado un "fenómeno de la naturaleza" [freak of nature] cuando en realidad se trata de un

"fenómeno

los

cultural" [freak

of culture]: su carácter anómalo se

mis-

monstruo son grotescas an-

Marina Warner distingue lo monstmoso de lo grotesco ya que mienorden de la naturaleza, éste pertenece al orden de la representación. Warner sitúa el comienzo del grotesco moderno en el siglo XVIII -el mismo siglo xviii al que pertenece la sublime galería con retratos de poetas ingleses que irmmpe en El fiord- a partir de ciertos capriccios de Coya como "Que viene el cuco" (Marina Warner, Ho Go the Bogeyman: Scaring Lulling and Making Mock Londres, Chatto & Windus, 1998). 33

tras aquél pertenece al

32

Mary Russo, The

Feniale grotesque, Rish Excess

dres, Routledge, 1995, pp. 7

and Modemity, Lon-

(Todas las traducciones de las citas cuyas referencias se encuentran en otros lugares me pertenecen.) Sobre el desvío y la transgresión, véase también Julia Kristeva, Powers of Horror. An Essay

y

8.

on Abjection, Nueva York, University of Columbia

Press, 1982.

3*^

Susan Stewart,

On Longing. Narratives of the Miniature,

Souvenir, the Collection,

tíie

Durham, Duke University Press, 1993,

Gigantic, the

pp. 108

y 109.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

302

VISÍ

un

constituye en el proceso de

espectáculo que distancia

al

espectador y lo resguarda en el territorio de una normalidad respecto de la cual el freak aparece como un desvío. "Después del

24 de marzo de 1976,

ocurrió", escribe

bregondi se excede. "Ocurrió,

había ocurrido en pleno

Lamborghini en Se-

como en El fiord.

fiord. El

Ocurrió. Pero ya

24 de marzo de 1976, yo, que

era loco, homosexual, marxista, drogadicto

alcohólico,

y

volví loco, homosexual, marxista, drogadicto (p.

100).^^ Es

tología sino

importante advertir aquí no sólo

-como en

Fierre

Menard-

la

y

me

alcohólico"

evidente tau-

la diferencia, el

cambio

completo de valoración entre dos frases aparentemente idénticas. El destino es aquello

que

los

demás imponen desde afuera

y que, por lo tanto, fatalmente, termina por cumplirse. Como una obligación. Se es lo que se dice que uno es. Sobre todo cuando

la

un Estado

designación es totalitario.

El fiord es

toda

la

con

atributo de la

máquina opresiva de

Entonces no hay escapatoria.

un mundo de freaks

obra de Lamborghini, desde

ta El Pibe Barulo es allí

el

(y

no

"El

niño proletario" has-

la intensidad, los prejuicios

tología popular tejió alrededor de

y

alteridad aparece

las fantasías

ella.

Ya no es

que el

la

mi-

espacio

democratizado del carnaval (zona de intercambio y de comunicación cara a cara), sino una cadena de dominaciones y sometimientos en que devolver

la

el

mirada que

los actos, sólo se

lo fija

procura

sucede en los textos de de Ascasubi, en

cuerpo grotesco no está autorizado a

"El

como aberración. De la mirada a

aislar al otro

la serie del

y

aniquilarlo. Es lo

monstruo: en "La

matadero", de Echeverría, en "La fiesta del

Nótese que

la sentencia, que insiste sobre el verbo "ocurrió" para cambio repentino, repite la modalidad de la frase de Elfiord en la que se anuncia una torsión en el relato: "Ocurrió. Vacío y punto nodal de todas las fuerzas contrarias en tensión. Ocurrió"

que sucede en

esa "fiestonga de garchar" que es El fiord, donde "todos nos

los culos los

unos a

con

los otros:

los

porongos"

(p.

24). El

aporte de Lamborghini a las fiestas del monstruo consiste en

su capacidad para desmontar serie

y

exhibirlo

temente

el

como tensión.

crítica, sin

mecanismo polarizado de la una operación fuer-

Se trata de

duda; pero en vez de hacer

un

discurso

moralizante sobre la dominación y la exclusión, lo toma pie de la letra, lo lleva al

extremo y

allí,

en

el límite, lo

al

obliga

mismo coentonces, como

a exhibir sus propias contradicciones. Desde su

mienzo,

la

obra de Lamborghini se presenta,

un campo magnético donde fuerzas es igual a su mutuo que no

la

potencia de atracción entre

rechazo. Es decir,

un

territorio

se sostiene sobre la eliminación de las contradicciones

En esa

particular

desmesura Lamborghini aparece próximo a

Bataille,

forma de quien -a

propósito de Cumbres borrascosas y citando a Bretón- define la literatura violenta como "ese punto en donde los opuestos

dejan de ser percibidos

como

contradictorios": la vida

y

la

muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable y lo incomunicable, el dolor y la alegría, el Bien y el

y Bataille es sin duda aun cuando, entre ambos, hay tantas coincidencias

Mal.^^ El paralelo entre Lamborghini

tentador,

como

frentes de conflicto.

La obra no narrativa de

Bataille suele generar

de interpretaciones opuestas: por

pensador de

la transgresión,

la institución, el maldito;

indicar el

lo

perecíamos por minetear o garchar o franelear o rompernos

que

refalosa",

303

monstruo" de Bustos Domecq. Es también

sino sobre su puesta en tensión.

sólo El fiord, claro:

un universo freak). La

FREAK SHOW

un

un lado,

dos tipos

se lo considera el

aquel que es irrecuperable por

por otro lado, se

lo define

como

nostálgico en quien el materialismo se contamina de

misticismo,

Georges

un provocador cuyo Bataille,

La

aparente desafío no hace

literatura y el mal, Madrid, Taurus, 1971, p. 49.

304

EL SILENCIO Y SUS BORDES

más que

afirmar la Ley. Sin embargo,

UN FREAK SHOW

ambas versiones son

supone un mero desorden.

injustas. No porque sean improbables sino, precisamente, porque ambas son verdaderas hasta cierto punto. Es que el

todo caso, lo completa.

pensamiento de

te

Bataille trabaja sobre

nuidad entre transgresión es definida

y

una imposible

e interdicción que,

en El

como un "movimiento de péndulo"

conti-

erotismo,

o de "sístole

diástole":

Y en

305

este sentido

no

se ubica por

afuera del sistema de interdicciones, sino que lo integra antisocial,

y de relación con pérdida o

[del

pecado] conduce a

la transgresión aca-

La transgresión nunca es violencia

otros.

un desconocimiento de

tiva o

bido, lo mantiene para gozar de

Se trata de

erotismo exige del que la tiene

una

La

experiencia interior del

sensibilidad igual para la

angustia que funda lo prohibido, que para

el

deseo que lleva a

como

entiende la

la

un

sentido preciso.

una productividad, más que de una negatividad No es un mero reemplazo de la ley de la

o de una sumisión.

interdicción por la ley de la desmesura, sino la articulación de

lógica subterránea entre ambas. Lo que le inte-

resa a Bataille es su inevitable interdependencia. y

,r

un lado, hay un componente de

Por

otro lado, ese elemento

de

fuerte transgresión

no puede entenderse sino a

y,

por

la luz

como un modelo alternativo a la hace más que eso: deriva toda ley de

en verdad,

ese régimen

debe fundarse sobre una prohibición (que define inclusiones

sino que es ésta la que aparece

Bataille el

y

se

comprende

concepto de transgresión

como

por ejemplo,

las

que adquiere para

violencia necesaria

noción de transgresión

constitutiva. Es la

ticular,

el rol central

la

que permite

ar-

dos series opuestas que organizan los

ensayos de La literatura y

razón/bien/adultez/porvenir

el

postula

Ley. Porque,

vendría a confirmar

y exclusiones),

No

la transgresión

que afirma. Pero ni la transgresión aparece como un movuniento sin telos, ni la ley que se afirma impone una. servidumbre de la transgresión. Puesto que todo orden social la ley

una

una dimensión cogni-

de búsqueda llamada a producir

una compleja

infringirlo.^’^

sí (tal

tradición agustiniana), sino que posee

bada, a la transgresión lograda, que, manteniendo lo prohiél.

en

exógeno, sino

animal, dirá Bataille. Abandonarse a esta pasión no es

La experiencia

o,

un agen-

No es un elemento dinámico de fuerte cohesión. Toda transgresión supone un teatro, un espacio de visibilidad una pulsión

de desmesura.

Desde ese punto de vista, no es tanto la transgresión la que

un

estatuto primario de la interdicción

como una

categoría segunda

que da cuerpo a la imposibilidad puesta en juego por la transgresión. Si

hay

se la confronte

allí

una impugnación de

con otra

(lo

la

Ley no es porque

un reemplazo), trata -como dice

que sólo implicaría

sino porque es obligada a descontrolarse. Se

Blanchot sobre Bataille- de la decisión de poner todo en en-

(duración de lo discontinuo) vs. pasión/mal/infancia/muerte

tredicho: la expresión de

(recuperación de la continuidad). La confrontación entre am-

una verdad, una certeza, que no es escepticismo ni vacilación ni impotencia, se trata, más bien, de un exceso "que hace que el acabamiento, toda-

bas resultaría esquemática funcionar de sión

no

es

modo

una

si

no fuera porque

Bataille las

hace

inclusivo e interdependiente. La transgre-

liberación,

no niega ni anula la prohibición, no

vía

y siempre,

siga inacabado" Por eso, escribe Blanchot, "lo

prohibido señala Georges

Bataille, El erotismo,

Buenos

Aires, Sur, 1960, p. 36.

no

es

un

una imposibilidad de detenerse en una creencia, un saber. Negatividad

el

punto en que cesa

el

poder. La transgresión

acto del que se demostrarían capaces, bajo ciertas

306

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

La LITERATURA COMO MANIFIESTO

condiciones, el poder y el dominio de algunos hombres. Designa lo que está radicalmente fuera de alcance: el alcance de

Significa decir "la literatura es posible

lo inaccesible, el

¿Qué

Bataille

es imposible"? Puesto

franqueo de lo infranqueable".38 Tanto para como para Lamborghini, la literatura es un territorio

privilegiado

en

que

el

la transgresión despliega

Porque puede cruzar todos

los límites, la literatura

decirlo todo. Ésa es la concepción

ejemplo, en integrarse

La

literatura

como

y

el

su soberam'a.

puede

que queda expuesta, por

mal, libro al que El fiord Y>oán&

capítulo tardío. Dentro de esa serie, el texto

de Lamborghini es

como una

miniatura,

como una

siniestra

307

puesto que no puede ser representada, entonces -precisamente

por eso- queda lugar para

la literatura,

que no

lenguaje esa distancia y esa tensión. Pero también: puesto que nuestra realidad es inhabitable (puesto que no es un espacio pleno), la literatura sigue siendo imprescindible.

es el signo de esa brecha entre la realidad

la literatura es el

una plenitud

inefable. Habría

que

embargo, que esa plenitud de la literatura es en nostalgia de una continuidad perdida, mientras que

destacar, sin Bataille

es incompleta, necesita

realidad se

de los axiomas de

llo

Literal: "la literatura es posible

porque

la

realidad es imposible".^^

como

la realidad

pero la literatura no es (no

real;

complemento conformista de

la realidad,

aque-

que acomoda el deseo a un estado de cosas ya dado, sino su crítica, su denegación, su puesta en cuestión. Este análisis perfectamente anti-lukacsiano presenta

enfoque Maurice Blanchot, El diálogo inconcluso, Caracas, Monte Ávila, 1996, 368. Véase también lo que dice Foucault: “La transgresión no es al límite como el negro es al blanco, lo prohibido a lo permitido, lo exterior a p.

lo interior, lo

excluido

espacio protegido del resguardo. Está vinculada relación en barrena que ninguna fractura simple puede llevar a cabo [...] Nada es negativo en la transgresión. Afirma el ser Imutado, afirma lo üimitado en lo que ella brinca, abriéndolo por primera vez a la existencia. Pero se puede decir que esta afirmación no posee nada positivo: ningún contenido puede obligarla, puesto que, por definición, nmgún límite puede retenerla" (Michel Foucault, "Prefacio a la transgresión", en De lenguaje y literatura, Barcelona, Paidós, 1996, pp. 128 y 129). Para un análisis de las nociones de exceso y transgresión en Bataille, puede consultarse Michael Richardson, Georges Bataille, Londres Routledge, 1994. a él

al

más bien según una

3*’

núm.

"No matar 1,

p. 5.

la palabra,

no

dejarse matar por ella" (sin firma), en Literal

la

realismo pretende adaptar nuestros

deseos a su hipótesis sobre lo ser) el

literatura

de ese complemento utópico que es

literatura. Para Literal, el

debería

y

La

nuestros deseos.

acomodara a nuestros de-

sería necesaria, pero

Lamborghmi —como se verá enseguida— está siempre signada por una pulsión de futuro. O como se afirmaba en uno

len

para una literatura

pretenda representar la realidad sino escenificar en su

En un mundo donde la seos, la literatura ya no

lugar de

la realidad

que la realidad nunca cabe en el lenguaje,

casa de

muñecas que refleja el universo: una isla liliputiense y monstruosa a la vez. En esa perspectiva adoptada por Elfiord,

porque

muy

un

parcial del realismo (basado en sus ejemplos

mác degradados) y sólo puede explicarse como intervención polémica en el campo intelectual. Es, sin dudas, una perspectiva política. Pero no se instala en el lugar convencional del testimonio que tematiza la política mediante la literatura, sino la política

en

la literatura. El texto es in-

teresado por la política; adopta

un

sentido diagnóstico.

que hace repercutir

se lee

en "Diálogo con un

sé hablar de política,

hum no

bien una enfermedad: aquí (p.

41).

Y

sé,

"Y,

porque

sí.

Como

ahora no

pero puedo contar bastante

los cólicos tienen

enseguida: "¿Por qué

Respuesta:

A ver.

liberal inteligente": "Yo

le

mucho que ver"

gustaría ser

Para estar en

frío.

una

gillette?"

Para cortar, claro.

Para cortar definitivamente con cualquier tipo de mili-

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

308

tancia o para cortar con todo lo que

Para cortar. Eso,

al

menos. Eso es

no sea una. Una militancia. que digo"

lo

42). Se trata

(p.

de una literatura política que, más que hablar de

política,

políticamente de sus repercusiones sobre la literatura.

postula

como un

de aquello que

miento de

de

reflejo

falta

mantienen con la

aceptación de

de

la

se

y,

por lo

las

formas

degradadas del realismo. Es lo que se dice en El Pibe Barulo:

como

"representación de la relación imaginaria que los individuos

No

como la refracción tanto, como cuestiona-

de totalidad que presentan

se sostiene el funcionamiento de la ideología

habla

la realidad sino

a lo real

la falsa idea

que

(en la

309

las

condiciones reales de su existencia") entre

un comportamiento

y el olvido o la represión de la imposición institucional que le ha dado origen."^° Negación, entonces, para Lamborghini, en el doble sentido psicoanalítico e ideológico que señala una escisión a partir subjetivo

cual es posible pensar la literatura desde la transgresión.

Frente a la inflexión realista que, para Lamborghini, es fatal-

Porque

el

estilístico

la

problema -así quisiera insinuarlo[...]

trampa de

gonzante

como

más que

todos los realistas de nuestra época intenta

escribir

artista,

es ético

pero para ver

si

así

mejoran

las cosas. Ver-

ahora alfabetizador: a sabiendas del mal

que hace, corre

tras la

acepten papel y

lápiz.

pobre gente y

les

Y primeras letras

pide

como limosna que

296 y

(pp.

297).

mente

una

conciliatoria,

literatura

que

es

pura negatividad en

tanto opera con lo que había sido reprimido. Esa potencia reac-

no coincidencia entre literatura y realidad (la función de la escritura no es coincidir con la realidad sino poner de manifiesto sus desaveniencias) es lo que confiere a los textos de Lamborghini su carácter programático o utópico. Cabe pretiva,

esa

guntarse, entonces, con Baczko: "¿la utopía, es

Lo que Lamborghini comprende tempranamente es que esa plenitud de la literatura es realidad.

el

resultado de su inadecuación a la

Su incapacidad de representar. De

potencia productora.

Y

por lo tanto,

el

ahí,

su asombrosa

valor afirmativo de su

Esta concepción resistente o reactiva de la literatura que sostiene a la obra de Lamborghini es la que constituye el an-

"Die

Un de

Y no

casualmente

el escritor elige el título

Vemeinung" para uno de sus poemas de

alusión

al

como

el

célebre artículo de

ese período,

en

la Felicidad

otro a la vez?".^^ Significativamente, en el relato de

Lamborghini, la aparición del fiord es la materialización de

mundo

negatividad.

damiaje de El fiord,

y de la Perfección o más bien el w-topos, Región que no existe en ningún lado, o también tanto uno

Región de la

el e^í-topos, la

tan armónico

nada por una

"galería

como imposible y cuya

el

epifanía es coro-

de retratos de poetas ingleses de fines del

siglo XVIII". El siglo XVIII,

pasa a ocupar aquí

un

que fue pródigo en

espacio

mismo de

relatos utópicos,

la utopía.

Para Josefina

Ludmer, esa plenitud imposible que postula El fiord

Sigmund Freud sobre la negación.

Freud atravesado por Althusser y por la terniinología psicoanalítica. El

el

uso ideologizado

mecanismo de

la

negación,

es el

punto infinitesimal donde

pierden

[...]

las fiestas del

monstruo

se

Entre la primera, la de Ascasubi (y también la se-

según Freud, consiste en transparentar aquello que parecería desestimarse. "El contenido de

una imagen o un pensamien-

to reprimidos pueden, pues, abrirse paso hasta la conciencia,

En la apropiación de Althuspresencia de una contradicción

bajo la condición de ser negados." ser, el

concepto testimonia

la

Sigmund Freud,

"La negación", en Obras completas,

t.

iii,

Madrid,

Althusser, "Ideología y aparatos ideológicos de Estado", en Posiciones, Barcelona, Anagrama, 1977. Biblioteca Nueva, 1973, p. 2884;

y Louis

Bronislaw Baczko, Los imaginarios colectivas,

Buenos

Aires,

Nueva

sociales.

Visión, 1991, p. 70.

Monorias y esperanzas

EL SILENCIO Y SUS BORDES

310

gunda de

Borges-Bioy),

y

la última, la diferencia es doble: la

primera y segunda están escritas desde incidir

con

coincidir

el

con

UN FREAK SHOW

el cielo

y quieren co-

presente; la última desde el subsuelo la literatura del futuro, la

y quiere

barbarie futura o la

utopía futura.^2

tificar

la

medida? ¿Cuáles son las constantes que enmarcan el discurso? las bases mismas del género se inscribe la necesidad de va-

riación,

los "relatos utópicos"

utópica típicamente

E

incluso:

en

moderna que

tos

Aunque

como

podría hablarse de una modalidad del manifiesto, reconocible

en aquellos discursos que proclaman su pertenencia al género: un tono augural donde impera la construcción de antinomias,

y

los manifies-

son documentos prescriptivos (que procuran instalar una concepción sobre qué debe ser y hacer

la literatura),

se diferencian claramente. Las poéticas legislan a partir del

status quo, procuran refrendar ciertas convenciones, tienden ,

a homogeneizar

y

sintetizar el

campo

estético,

son conserva-

en cambio, irrumpen con violencia y suponen una ruptura y una división del campo, cuestionan la preceptiva aceptada, la deconstruyen y proponen una estética alternativa, plantean una estrategia de conquista, son profé-

adoras; los manifiestos,

ticos.

Pero precisamente por eso

el

msostenible: puesto que propone

manifiesto es

un

un género mo-

giro radical, debe

verse consecuentemente hacia adelante.

Abandonar ese bor-

supone un extremo se debe a que es una clausura y un punto de partida. Un nuevo comienzo. El fiord es, ciertamente, un manifiesto en el que se anuncian las bases de. Si el manifiesto

sobre las que se edificará la estética de Lamborghini. ¿Pero es posible esta afirmación

más

su misma naturaleza,

género manifiesto es particularmente

el

allá

de su sentido figurado? Por

y en consecuencia resulta difícil estipular reglas fijas que permitan definirlo. ¿Qué rasgos comunes es posible iden-

inestable

Josefina Ludmer, op.

cit, p.

186.

de

de

es el manifiesto.

tanto las poéticas

la originalidad a partir

texto que repitiera viejas estructuras. Pero en todo caso,

de esa forma

la tradición

la tradición

El manifiesto es el texto del límite. Legisla hacia atrás

cierta

de novedad y de ruptura con moldes preestablecidos;

por lo tanto mal podría preconizarse

obra de Lamborghini podría leerse en

hacia adelante.

entre textos que, precisamente, afirman su ausencia de

En

un Toda

311

su vocación polémica y la espectacularización de una enunciación que se lanza hacia el futuro, a la conquista del verda-

dero ser de

la literatura.

Como toda proclama. El fiord supone una provocación. La arenga crispada de lo que está a punto de estallar (recuérdese el dedo levantado, admonitorio, que ilustraba la tapa de su primera edición). ¿Pero manifiesto de qué es Elfiord? ¿Qué hay

detrás de ese texto, ya

un

cierto deber ser

de

que

los manifiestos afirman siempre

la literatura?'*^

pn Las

hijas de Hegel se

anuncia:

A los que nos vieron nacer: encontrado en una botella, el manuscrito tapas blancas (letras naranjas) era

un fiord. Una y Una fotocopia partícipe de la partitura entregada al fuego de las llamas. Una. Una estética de mangrullo, soberana. Anmil.

tes.

Después ante

lo

imposible -primero publicar, después es-

cribir- reptar ante: ante la

resmadre y no entregarse

(p.

165).

"¿Qué hay en esta literatura aparte de su estentórea procacidad?", en Babel núm. 9, Buenos Aires, junio de 1989, p. 4). En su análisis de la revista Martín Fierro, por ejemplo, Sarlo destaca "la institucionalización del escándalo como forma típicamente vanguardista de la ruptura o la polémica literaria" (Beatriz Sarlo, "Vanguardia y criollismo: la aventura de Martín Fierro" en Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, Ensayos argentinos (De Sarmiento a la vanguardia), Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983, p. 143. se pregunta Luis Chitarroni ("Tipos de guerras"

EL SILENCIO Y SUS BORDES

312

UN FREAK SHOW

En efecto, podría pensarse la obra entera de Laniborghmi como expresión de una "estética de mangrullo". El fiord es su prime-

manifiesto abre? Todo vanguardista sabe que

y desde su puesto

quo,

de guardia atisba lo que se avecina en

horizonte. Lo que

inevitablemente

el

Y en

esa confronta-

quería Rilke, la belleza y lo terrible van juntos. En "Neibis (maneras de fumar en el salón literario)", Lamborghini

como

ción,

117).

Por

el

ésa, única.

una prosa

camino de

excelso espanto.

la

rasante de Guido Spano"

prosa rasante

(la

En

la

página siguiente, bajo

de Guido Spano, sonsacada de una

un

una tradición debe dejar paso a la construcción de una obra (y cuando se construye una obra se traicionan los manifiestos). Ese pasaje nunca es inocuo: la literatura empieza destructor de

escrito

lo convierten

subtítulo

el

carta, se

Una

reponen esas "...

ante los

deslumbrante y sombrío... sus tantas aberturas

en plaza

imbatible..." (p. 118).

¿Cómo

insistir,

entonces, sobre esa

condición fundante de la literatura?

no coincidencia que

Como

es la

sostiene Blanchot:

prosa que repta)

palabras, involuntarias inspiradoras de la verdad: ojos

un rechazo que pone en cuestión un status un camino de aceptación que terminará en el museo. Hay un punto en que el impulso

inicia

siendo posible porque la realidad es imposible; pero la persis-

dijo el

de Guido Spano, es posible llegar a una poesía escandalosa, de

cita

segundo

tencia en la literatura terminará por hacer posible la realidad.

Y la verdad es

contradas -halladas- en (p.

el

Sombría y deslumbrante palabras que sin esperanza de hallarlas fueron en-

Sebregondi. las

primer mo-

marqués de

escribe: "Ya

como

no hay poesía que me espante,

si el

vimiento dispara

ra atalaya (esa avanzada de la obra futura)

se aguarda es la confrontación inevitable.

313

Con

sus bajos fon-

dos y sus elevadas galerías. El fiordhien podría haber sido ese escrito deslumbrante y sombrío que se despliega como una vi-

una profecía ante los ojos atónitos e incrédulos de Guido una obra que quisiera erigirse como ese fortín paradójico tanto más imbatible cuanto más expugnable.

La palabra profética anuncia un imposible porvenir, o bien hace del porvenir que anuncia, y justamente porque lo anuncia, un imposible que no se sabría vivir y que debe trastornar todas las referencias firmes de la existencia.

bra se hace profética, no se da del presente así firme, estable

como

el

Cuando

la pala-

porvenir sino que se retira

cualquier posibilidad de presencia

y duradera.^^

sión o

Ya se conocen, por otra

Spano, la avanzada de

sobrevienen cuando los dichos son forzados a transparentar

Porque, en efecto, ratura

el

dilema es ése:

una cindadela victoriosa, pero no

de defensa sino a

la

car sin tener

que

escribir?

Porque

si

comienza como un manifiesto, su de una manifestación. En algún

la calle, al ras del suelo.

trata

La causa justa: en el partido de solteno comprende el sentido

metafórico de una alcoholizada declaración de afecto entre dos

compciñeros de oficina ("Mirá, hermémo, yo te quiero tanto, que

para publi-

bien es cierto que El fiord

nos deja en

momento

las puertas

se sale del sótano

entonces, resulta inevitable confrontarse con lo que sucede

en

De eso

ros contra casados, el japonés Tokuro

¿Cómo mante-

¿Cómo hacer

final

los hechos.

que

gracias a sus murallas

audacia de sus boquetes?

nerse en las alturas del mangrullo?

y,

¿Cómo hacer de la lite-

parte, las consecuencias trágicas

Luego de El fiord, la pregunta

será:

¿cuánto tiempo puede hacerse pie sobre la fractura que

un

Maurice Blanchot, "La palabra profética", en El libro que vendrá, CaMonte Ávila, 1992, p. 91. Puesto que los profetas predican en el desierto, su palabra siempre es liminar, el extremo que conecta con un afuera absoluto. Por eso, un poco más adelante Blanchot escribe: "El desierto es ese afuera donde no se puede morar, ya que estar ahí es, desde ya, estar siempre afuera, y entonces la palabra profética es esa palabra en la que se expresaría, con una fuerza desolada, la relación pura con el racas,

Afuera" (ihid„

p. 92).

EL SILENCIO Y SUS BORDES

314

por mi madre

te lo juro

juro,

te

chuparía

la pija si

y vos sabés que yo no soy puto") y los

promesa. Tokuro, se dice por

ahí, es

un

UN FREAK SHOW fuera puto,

sí,

obliga a cumplir la

"fanático de la verdad"

Pero lo grave es que sólo puede leer at face valué: para palabras

no tienen matices

puede entender

los chistes

ni diferentes sentidos.

porque su

Y como ha

"palabras justas"

empeñada y

palabra

mundo

se

rompa

honor traiciona

al

doble sentido o

la

"si

Tokuro no puede

afirma Tokuro. "¿Por qué

Y cuando

bra trae a

leerlos.

los

la otra, él

si

demás

más

hoy

no pensar qué cosas haría si fuera tratan de explicarle que una pala-

responderá: "Otra palabra trae Hiroshima"

(pp. 205 y 206). Argentina, para él, es La Llanura de los Chistes, donde "chiste" es sinónimo de lo incomprensible, y lo incom-

que no logra instalarse en ese hiato que

broma o

el

malentendido abren en

tiene siempre la pesadez

No hay

desfasaje.

dia sólo funciona

y

la

se

de

lenguaje. Lo que se dice

sentido. La sentencia de Here-

una pura denotación.

él,

una

que gloriosamente

lo atraviesa

después, y qué podría

todo lo que

la transgresión

por encima del

límite,

ser,

ella es

contradictoria

el

y

lo niega?

antes? ¿Y

en

lo

¿Qué

se-

no agota acaso

el instante

no estando por

en ese punto del

otra parte sino

su origen

existencia verdadera fuera

en que

salta

demás en ninguna

tiempo?"*^

Hay un

principio de homeostasis, de autorregulación, por el

cual toda estructura termina encontrando siempre su equilibrio.

¿En qué medida la transgresión podría llegar a completar-

se sin negarse a sí

dadero paso más

misma?, ¿en qué medida resultaría

allá?,

régimen de

un

ver-

¿en qué medida una transgresión que se

completa logra sostenerse como transgresión? Tal vez podría encontrarse

un principio de respuesta a estas

ción balanceada entre sus componentes

Antes de ese borde es sólo una fantasía

él es

de

[...]

relámpago

total,

cruza podría ser efectivamente todo

el límite

preguntas

pende sus reglas para adoptar por un momento allá

del gesto ría

ella

¿Tiene

la

comprenden en tensión

al límite; es allí,

se manifiesta el

juego de palabras,

aseveración y el condicional, es decir: sólo funciona en ese delgado borde donde lo virtual se lee como real y lo real sus-

y más

donde

es

la

la transgresión.

la línea,

Su problema

contundencia de un veredicto.

No hay doble si

el

el

el

leer

elemental. "Es puto",

prensible, el enuncio de peligros insondables.

delgadez de

su espacio

los matices, el

No puede

la

mismo. La raya que

ca-

yo fuera puto" que Heredia quiere darle a su

declaración; sólo registra el presente

puto?"

Según su

condicional son accidentes de la lengua que

el

ser extirpados.

modulación

en

gesto que concierne

de su paso, pero quizás también su trayectoria

amigo, es capaz de traicionar Patria y 204). Por eso es dogmático, aseverativo y cate-

(p.

encrucijada de Lamborghini luego de El

un

la transgresión es

hecho de

al

uso del lenguaje: en su perspectiva,

el

la

él las

honor. El que

górico en

modo,

principio constructivo de los textos de Bataille:

continuidad entre

Emperador"

deben ’’’

la

cierto

fiord cabe dentro de la paradoja que define, para Foucault,

Tokuro no

está

los actos consecuentes.

tecismo: "El que falta a la palabra falta falta al

En

sido educado en los valores del

honor no puede soportar que la

te lo

315

de

si,

en vez de considerar la cuestión a partir de

equilibrio), se

mientos

toma en cuenta el

(es decir:

(es decir:

carácter de sus condiciona-

en el punto de tensión previo a su

Pensada desde esa

la rela-

en su punto

equilibrio).

óptica, la lógica del exceso lamborghinia-

na supone una precedencia de

la transgresión respecto

prohibición. Es la segunda la que responde a la primera

de

la

y no

aquélla la que vendría a confirmar la soberanía de ésta: puesto

que

la

palabra literaria resulta siempre excesiva, es la imposi-

volátil

Michel FoucaulL "Prefacio a

la transgresión", op,

cit.,

p. 127.

acomodarse a esa plenitud

bilidad de

En

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

316

el

lo

que produce

origen está la transgresión: la transgresión

motor (en

este caso, primer

Lamborghini. Su matriz. En

mar en

el

motor móvil) de

el final

el límite.

como primer

la literatura

de

de "Neibis (maneras de fu-

salón literario)" donde por otra parte se vuelve sobre

de lo sombrío y lo deslumbrante en el texto de Guido lee: "Lo seguro es que existe una 'matriz' de la obra;

la idea

Spano, se

pero se

trata,

siempre, de

una

'matriz' 'rota' (para siempre).

llarmé lo señala correctamente cuando escribe.

fue mi Beatrice"

Y una página más

"El fiord, el fiord. El fiord fue

"Beatriz" a "matriz". El fiord

mi

La

Ma-

destrucción

adelante, el texto concluye:

matrice" (pp. 123

y

124).'^^

De

(como esa mujer ideal, encamación

repeticiones, variaciones, proliferaciones, sobre la obra futura. Ese

texto primero es toda la obra

y la

obra, a su vez,

sar a ese texto primero. Podría decirse

de

sale

aUí,

aberturas. Los escritos

que

le

siguen prolongan esa gestualidad

riación,

máxima conquista es su reversibilidad. Se lee literatura como si cada texto fuera el manifiesto de la

pero cuya

toda esta

obra futura. Lamborghini encuentra allí su estrategia producir textos truir

una

que está hecha de

lidad de la literatura.

cir

extraña matriz rota que no dejará de produ-

las

toda

la

si

es posible afirmar

que en El fiord

como

está

ya

obra de Lamborghini, debería aceptarse esta sentencia en

sentido literal. Elfiord es ya toda la obra. Por eso Aira puede decir:

como la mónada de Leibniz, refleja todo el universo lamborghiniano; lo mismo hace cualquiera de sus otros escritos".'^^ No es una potencia que los textos siguientes desarrollarán y pondrán en acto sino que, inversamente, ese relato se proyecta como 'Elfiord,

No proclama una literatura futura sino que un estilo. Una literatura

en futuro. Recuérdese

autor de manifiestos.

consejo insistente de Elfiord: "La. el

punto: Lamborghini

O más bien, como autor de un único

Toda su obra cabe dentro de los modos de ese género. En Las hi-

Magna y nuestra Constitución Nacional, inscripta, grabada a fuego por un y por desgracia, José Hernández es Moisés. Vino vez por ello, por una cuestión de lenguas, tuvo

genio. Por suerte

de Egipto, y tal solo, único tema:

un

tín Fierro

como un

de escritura de la destrucción en el epñogo de no hay negación de la literatura, sino literatura de la negación. Asimismo, nos encontramos en El fiord con una escritura de la destrucción y no -como tratará de objetarse- con una destrucción de la escritura. Si seguimos la reflexión comprenderemos que la propuesta absoluta que aquí se le hace a la escritura tiene que arrojar al acto de escribir al último límite; o sea a la proposición de lo limitado" (Germán García, "Los nombres de la negación", op. cit, p. 43). César Aira, "Prólogo" a Osvaldo Lamborghini, Novelas y atentos, op.

la Palabra" (p. 154).

manifiesto,

hecha de

participarían Girondo

Lamborghini

en relación

(leída

conflictiva

lee

Mar-

con una

como) manifiestos de

la cual

y Macedonio Fernández:

la categoría

Germán García

cit, p. 10.

el

jas de Hegel, escribe: "El 'Martín Fierro' es nuestra Carta

tradición literaria

Véase

cons-

condiciones de posibi-

gran manifiesto que no deja de reescribirse de texto en texto.

los textos destmidos que escribe Lamborghini.

Pero entonces,

escrita

escrituraria:

como si fueran el protocolo de otros textos,

literatura

acción -romper- debe continuar". Ése es

la

infinitas

a lo largo de una obra siempre incompleta, en permanente va-

a través de la planicie de la destmcción. Esa

obra primera es

deja de regre-

que Lamborghini nunca

encuentra en la proclama la expresión de

protege

no

de esa fortaleza inconquistable surcada por

del amor y por lo tanto origen de todo lo creado, que acompaña al poeta por el Paraíso de La Divina Comedia) es la guía que al escritor

317

a El fiord: "Sabemos que

José Hernández escribió el Martín Fierro. Escribió todo

programa, fue

un clásico,

un

¿y cuántos? -cuántas-, cuánt¿?5 mas-

médulas y cuánt¿^5, cMánXas novelas de la eterna (porque el femenino retorna) (lo reprimido retorna) serán necesarias para des programar, para desatar todo lo que estaba atado -y bien

atado-?

(p.

171).

VNFREAKSHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

318

Frente

al

dilema de

puesto por

la

que habitar

la línea

cómo

ruptura

sostenerse en

inicial,

el límite

Si

inestable im-

Lamborghini no hará otra cosa

continuamente- en un borde inhabitable. principios,

Si

un punto de

por lo tanto, habrá que alejarse fatalmente), borghini consistirá en sostener

comenzando. Es

lo

un

solución Lam-

impulso de estar siempre

el

que Said llama

la

empezar, salvo

de

un

la

capítulo primero" reza,

re-

búsqueda de un "comien-

un comenzador perpetuo. como en una arenga, el título

última parte de Las hijas de Hegel Ese mecanismo de

anunciación -y diferimiento- de sus temas o su

estilo) es lo

La consumación de

la

obra consistirá en una permanente de-

mora de su consumación: el sol, igual. Es,

obra (más que sus tópicos,

que queda instalado desde El fiord.

"Y,

vaya tener, yo sólo tengo: mi obra

maestra. Fracasa todos los días

pone

la

como

aparece, ya"

el

nal (pp. 136

se tratara, de eso se trata, de

empezar un

Se parte de Darío y se acaba en Rimbaud. Porque

horizonte, cuando se

"espanto") la poesía

desemboca en

el silencio.

La respuesta ma-

al

de Rimbaud, según

la

expresión de Blanchot) es permanecer

indefinidamente en

las

puertas del comienzo, incluso resistién-

dilema de Rimbaud

dose a comenzar. El manifiesto cial, el

es, aquí, el

eterno "capítulo primero" Frente

(a la

"obra final"

texto siempre ini-

"tengo que enterrar

al

mi imaginación y mis recuerdos" con que el poeta se despide de la literatura en Una temporada en el infierno, la propuesta -ciertamente más modesta- de Lamborghini en Sebregondi "Vamos a

escribir

164).

demora en

Utopía de la obra La pregunta que se formula Lamborghini en "Sonia

Rimbaud

m'aca de Lamborghini

unas cuantas

frases para

tender, siguiendo el hilo, desde el supuesto entender.

es:

fi-

ya probó, de una vez y para siempre, que al alcanzar su límide extrema intensidad (su punto, podría decirse, de mayor

retrocede es: (p.

y

si

137).

te

zo absoluto" que hace del escritor "Por

si

manifiesto es

partida (del que, la

tuviéramos fuerzas -aunque, ¿para qué componer tangos

fuerza tuviéramos- tendríamos la fuerza suficiente para no

de fractura, ensanchando su brecha y profundizando SUS accidentes. Habitar -aunque reinstalándose

una declaración de

319

se contabilice: ganar el tiempo"

hace tiempo.

efecto,

No

se trata

acabar con

la literatura, sino

atreverse a

no empezar.

(p.

ya de

38).^^

la

no en-

Que toda

Lamborghini,

deterrnmación de

de tener fuerzas suficientes para

(o el final)"

¿cómo seguir después de haber empezado? Y sobre todo: evitar la completud a la que conduce toda obra?

¿cómo

La

Yo soy aquel que ayer no más decía, y esto es lo que digo: porque ya empezamos, porque ya habíamos empezado,

cuando empezar era un lamentable pués y después de seguir,

la

cuando todos

los finales

después y des-

son buenos, cuando siempre

se trata -cualquiera sea el final del

quier instante es

"seguirla",

espléndida culminación. La catástrofe de

el final,

mejor

cuando nada

final,

cuando cual-

existe salvo el final

[...]

completa de Rimbaud es: "He creado todas las fiestas, todos todos los dramas. He intentado inventar nuevas flores, nuevos

cita

los triunfos,

nuevas carnes, nuevas lenguas. He creído adquirir poderes sobrePues bien, ¡tengo que enterrar mi imaginación y mis recuerdos!" (Arthur Rimbaud, Obra completa, Barcelona, Río Nuevo, 1979, p. 106). A propósito de la despedida de Rimbaud, Blanchot se refiere a "aquel tiempo particular del arte, con el que, precisamente, quiere acabar aquel que escribe: No más palabras, ser profético que busca por todos los medios un porvenir y lo busca a partir del fin que ya sucedió" (Maurice Blanchot, "La obra final", en El diálogo inconcluso, op. cit, p. 451). astros,

naturales.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

320

Irrupción brutal del comienzo que

es,

XJN

siempre, a la vez,

diferimiento permanente del comienzo. Los textos

un

no empie-

zan sino que están continuamente empezando. Lamborghini

da rodeos, prorroga, avanza retrasándose. Extraña literatura caracterizada por su frontalidad que es, simultáneamente, una forma del circunloquio. Así hijas de Hegel,

en que

preámbulos en

el

el

es,

por ejemplo,

el principio

de Las

narrador se queja irónicamente de los

preámbulo mismo de

Lo que

es

Museo de

directamente

al

grano.

Nada

de prólogos, vueltas; nada de nada y nada de chotadas [...] el autor de Fierro confesaba a Miguens su escasa afición a los

a Macedonio Fernández del comienzo

de

la Eterna,

por supuesto, pero también

novela que comienza, en cuyo "Prólogo para

Una

mienzos"

el

el

de co-

muchas no trueque mi

autor solicita "de esh franca familia no sólo

felicitaciones sino otros tantos ruegos para que

que

el lector

me

despeñe estirando más

buen comienzo".^° Habría que

Macedonio de Lamborghini

es

decir,

allá del

por



de todos modos,

un Macedonio pasado

por Tel Quel y Derrida. Porque mientras los textos de Macedonio Fernández están regidos por una elaborada construcción del nonsense (lo

que garantiza una unidad y un

rongo. Rapidez y concisión. Claridad prístina en el punto trama sobre todo. Sin pelos en la lengua mandar a la mierda,

Lamborghini

acento parece estar colocado sobre la deriva

encon-

"poner punto

circunloquios

[...]

Ir

de entrada

al

meollo del asunto.

ya, a hacer puñetas, ya, a los largueros; a los

chan

(o enviscan: es lo

nes; a los

al tal

que

mora en

se

que, parece, sin largar se cansan en partidas: -iy yo,

me

lo

pueda arrancar

Hernández (por cual) de mi pantanoso cerebro? como

escritor,

es

que

Un po-

mismo) en interminables introduccio-

en cuanto a mí! ¿será posible? ¿que no

No

la novela

obra con seguirla, no

la narración:

321

novelesco es su punto de ruptura y diferenciación con lo anterior, su inflexión de apertura, su momento de proyección: eso

suficiente

En literatura me gusta siempre ir

le interesa

FREAK SHOW

debe

se

ser

mi único defecto-

demora

(p.

el inicio (del relato). "Literatura

también la literatura como prólogo. Ésa es

sino que se de-

prologada", la

sí,

pero

enseñanza de Ma-

cedonio Fernández: una novela hecha de prólogos. Hay, en poética macedoniana,

una

teoría utópica de la ficción.

esa obra cuyo lenguaje es confuso y de lectura

decía Borges-, Lamborghini encuentra

el

el

gún

automatismo de

final: lo

titiva-

final,

los procesos

como ya

que ocurre

es

difícil

Allí,

la

en

-como

modelo de una

escri-

tura otra frente a la literatura borgeana."^^

En esa otra tradición se engarzan, para Lamborghini, la mala escritura de Arlt (asediada de "pronunzias exóticas"), el castellano estrafalario

de

escritura. El Pibe

se lo intentó,

que a

hace responsable de que

el final

la historia se le

no sea

el

en

Bando:

cuando no hay nin-

empezar a empezar de una manera en

la

ocurre -repe-

que

deseado"

no

se

293).

La

ella

(p.

concepción macedoniana de una no-novela o una anti-novela o una des-novela presupone

143).

el inicio (de la escritura)

y

el

resultado),

de Gombrowicz, crispado hasta

la

forma novela, es su contrafigura

la ruptura,

y

la

vocación macedoniana de

-como sostiene Ricardo Piglia- "escribir en una lengua que no existe" (Ricardo Piglia, "Notas sobre Macedonio en un Diario", en Prisión perpetua, Buenos Sudamericana, 1988, p. 91). Sobre esas características de la literatura de Macedonio Fernández (que luego serán rescatadas por Lamborghini y por el grupo Literal), véanse Noé Jitrik, La nóvela futura de Macedonio Fernández, Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1973; Ricardo Piglia (comp.), Diccionario de la novela de Macedonio Fernández, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2000; Germán García, Macedonio Fernández: la escritura en objeto, Buenos Aires, Siglo xxi, 1975. Sobre Macedonio Fernández y Lamborghini, véase Julio Prieto, Desencuadernados: vanguardias ex-céntricas en el Río de la Plata (Macedonio Fernández y Felisberto Hernández), Rosario, Beatriz Viterbo, 2002, en especial pp. 215-219. 50 Macedonio Fernández, Una novela que coinienza, Buenos Aires, Co-

Aires,

rregidor, 2001, p. 13.

322

Y SUS BORDES

EL SILENCIO

Utópica.

En Macedonio, no

UN EREAK SHOW

una coartada novelesca

escribir es

mientras que en Lamborghini la coartada novelesca permite no

En Lamborghini, la tensión ha pasado de una novela que se pone en escena como imposible (una novela que pone en escena su imposibüidad) a una escritura que no se decide escribir.

a

escribir.

O

en todo

como

sostenía Blanchot acerca de

manera que en algún momento se alcanutopía de no tener que escribir. En Macedonio Fernán-

Kafka: escribir de ce la

caso,

tal

dez, toda lectura está llamada a convertirse -literalmenteescritura.

Por eso

el

"prólogo final" de

la Eterna está dirigido "al

Lamborghini, en cambio,

que quiera

la escritura

Museo de

la novela

escribir esta novela"

apunta a volverse

la belleza violenta

leer estos textos

la escritura

al lector

incluiría sus cuentos.

Esta

nueva perspectiva

atrás

y hacia adelante; "pero cuando voy hacia

literaria

bre todo porque quiero ordenar

-afirma

un

el escritor-

Corpus,

va hacia

pasado es so-

el

un universo". Años

critor

En

de Lamborghini:

que permanentemente desafían

más abarcador que también

antes de estas declaraciones, cuando reeditó El frasquito,

ilegible,

de una literatura de combate. ¿Pero

reescritura

escribí

de

de una poesía que espante, indudablemente tiene en mente ese

que aspira

En el corazón de junio como pude. La fragmentación respondía a una estética pero también a una debilidad: la dificultad para narrar una historia lineal y mayor". Gusmán sitúa la enmienda de esa novela dentro de un plan de Yo siempre digo que

en

como si quisiera expulsar al lector. Cuando el marqués de Sebregondi se queja por la ausencia devenir-manifiesto al

323

suprimió

el

titulado "El relato fuera de la le/') original

y lo

"Hoy, que descreo de

este libro tiene

han

que acompañaba a la edición

reemplazó por un texto propio en el que explicaba:

razón de ser en

lo

el es-

prólogo de Ricardo Piglia (significativamente

una

literatura maldita

la intencionalidad,

que ver con

situado".^ ^

el

de

lugar en que sus propias palabras

asimilación determinó, en gran parte,

y que

dito". Si

el

la historia

En Lamborghini, en cambio, su

cómo

bien

que encuentra su

pienso que

el

mito del

mito ha sido desmontado por

dificultad "escritor

la crítica

de

mal-

de

los

rompen el contrato de lectura puesto que se niegan a empezar? Una literatura de espanto, refractaria, expulsora, que se ofrece

últimos años, a su vez esta operación ha dejado

con altivo desprecio a la lectura y que se sustrae a la comunicación. Es lo que se afirma en Las hijas de Hegel: "Creen leer, y así

héroe y mártir de la literatura. ¿En qué consiste el "sacrificio" de Lamborghini? ¿Qué ofrece Lamborghini a cambio de perma-

les va.

Creen leer cuando

fina gillette

y una

lo

línea (de 'puntos') que: -Escribe"

un tipo de

escritura

mo,

sirve para confrontar

que

persistió hasta el final

lectura

(al

menos a una

sus últimos textos

optado por se

un

la

(p.

171). El

que se

aleja del vanguardis-

obstinación de Lamborghini,

en una

literatura

que

no

se resiste a la

es sólo

1996; Hotel Edén, 1999)

que en

Gusmán ha

más clásico, sino que incluso una novela anterior. El corazón de "para hacerla más legible, menos fragmentaria. estilo narrativo

ha decidido a

junio (1983),

con

lectura tradicional):

(Villa,

reescribir

descubierto

único que pasa (que queda) es una

corrimiento de Gusmán, desde la época de la revista Literal El y frasquito hacia

al

otro mito que sólo aparentemente es opuesto al anterior: el de

Las citas pertenecen a "Otro corazón, otro invierno (Entrevista a Luis (sin firma), en Clarín, suplemento "Cultura y Nación" 30 de ene-

Gusmán)"

ro de 2000; sa,

y a Luis Gusmán, Elfrasquito y otros relatos, Buenos Aires, Begauna confrontación entre Gusmán y Lamborghini, véase

1984, p. 14. Para

Luis Chitarroni, "Continuidad de las partes, relato de los límites" en Elsa Drucaroff (dir.). La narración gana la partida, tomo 11 de la Historia critica de la literatura argentina, dirigida por Noé Jitrik, Buenos Aires, Emecé, 2002. Chitarroni advierte, incluso, que las diferencias entre ambos ya se anunciaban en Elfrasquito y Elfiord: mientras que la de Lamborghini es "una escri-

tura vistosa, exhibicionista, incluso de sus pormenores caligráficos, cínica y complacida de sus ardides y alardes" la de Gusmán "puede parecer opaca,

endeble por ininteligible, entorpecida por su resistencia al a la afonía, al desmayo, a la desaparición" (ihid, pp. 176 y

artificio,

177).

próxima

necer en los límites de la literatura? ria,

UN FREAK SHOW

EL SILENCIO Y SUS BORDES

324

Una obra breve, fragmenta-

El potlach es,

incompleta, dispersa, inédita en gran parte, casi clandestina,

que ha circulado en fotocopias entre grupos de

En gana

térininos de Bataille, podría decirse

el

Lamborghini se burla un poco de

'pauvre' Bataille -escribe-,

de los

en

iniciados.^^

'filósofos'

españoles y de Cioran"

echemos mano de

Bataille

(p.

safío:

en

jefe

a su rival a

fin

circulación de

de humillar, de desafiar, de obli-

donatario debe borrar

debe cumplir con

la

humillación y recoger

nuevo

fin,

más

más generoso que

potlach,

el de-

la obligación contraída al aceptar la

donación; no podrá responder,

los tarados:

154). Pero

un medio de

comercio,

donación solemne de riquezas considerables, ofrecidas

gar. El

Bataille: "Está, el

una vez más ya que

la

por un

que Lamborghini

demasiado a mano. De

el

riqueza, pero excluye el regateo. Frecuentemente, consiste

derecho de dilapidar su obra. En Las hijas de Hegel,

es cierto,

como

325

el

tarde,

más que por un

primero; debe devolver

con usura.^^

la categoría del

potlach sirve para definir la postura literaria lamborghiniana. 52

Bataille describe el

mecanismo

del potlach

como un

tipo de

intercambio paradójico fundado sobre la pérdida y no sobre la adquisición. El potlach es lo opuesto a un principio de conservación; se sostiene sobre la constitución de

una propiedad

positiva de la pérdida:

Según

Bataille, el potlach confiere, a

ción, el poder de la última palabra. No se trata, por lo tanto, de un mero despojamieno o un abandono, sino que supone la adquisición de un poder: en el potlach, la pérdida acarrea el poder

de dar o de de

plio

Germán

García procura desmontar el mito Lamborghini a partir de César Aira intenta una canonización del excéntrico (en cuyo reverso también se dibuja la figura de escritor que Aira reclama para sí) y Elsa Drucaroff se queja de lo que llama -tomando la definición de Carlos Correas sobre Masotta- la "Operación Lamborghini", es decir, la supuesta neutralización de su potencia revulsiva en las lecturas de ciertos escritores consagrados en los años ochenta, como Aira y Alan Pauls. Véase Germán García, Fuego amigo. Cuando escribí sobre Osvaldo Lamborghini Buenos Aires, Grama, 2003; el prólogo de César Aira a Osvaldo Lamborghini, Novelas y cuentos, op. cit; Elsa Drucaroff, "Osvaldo Lamborghini: la necesidad de un acto", en Espacios, núm. 17, Buenos Aires, diciembre de 1995 (contra Pauls); y "Los hijos de Osvaldo Lamborghini" en Noé Jitrik (comp.), Atípicos en la literatura latinoamericana, Buenos Aires, Instituto de Literatura Hispanoamericana/Facultad de Filosofía y Letras/Oficina de Publicaciones del Ciclo Básico Común, 1996 (contra Aira). Aunque Perlongher Pauls no rey nuncian a la perspectiva legendaria, al menos la proyectan sobre el carácter clandestino de la obra y no sobre el personaje. Véanse Néstor Perlongher, "Una saga de la desubjetivación", op. cit (donde se alude a El fiord como un santo y seña de los combatientes del Cordobazo); y Alan Pauls, "Lengua: sonaste!", op. cit, y "Maldito mito" en Fagina/12, suplemento "Radar Libros", 4 de mayo de 2003 (donde la obra se describe como patrimonio de un grupo casi secreto de seguidores).

destruir. Para Bataille, la poesía (en el sentido

poiesis) es la representación

de pérdida: la injuria,

aquel que hace la dona-

"El

más elevada de

término poesía, que se aplica a

nos degradadas, menos intelectualizadas de estado de pérdida, puede ser considerado gasto; significa,

medio de

la

forma más

Su sentido

ese estado

formas me-

la expresión de un como sinónimo de

precisa, creación por

es equivalente a sacrificio"?'^

seguramente, la poesía que espanta y que reclama marqués de Sebregondi. Pero es preciso notar que siempre Ésa

el

en efecto, de

la pérdida.

las

am-

es,

aquel que ejecuta

el sacrificio es

extraviándose junto con lo que

para dilapidar

la obra,

tocado por sacrifica.

Lamborghini se

el

golpe que asesta,

Merced a

ese poder

en

antípodas

instala

las

un escritor como Saer. Lamborghini es el anti Saer: mientras avanza en un proceso de experimentación con el lenguaje hasta tocar un extremo de ilegibilidad y luego se pliega para de

éste

construir

una

obra, aquél,

en cambio,

sacrifica la posibilidad

í

53

Georges

54

Ibid, p. 30.

Bataille,

La parte

maldita, Barcelona, Icaria, 1987, p. 103.

de

EL SILENCIO Y SUS BORDES

326

una obra para

sostenerse en

comienzo de Sebregondi

el

UN FREAK SHOW

extremo. Véase, por ejemplo,

terminación. Los grandes artistas del siglo xx no son los que

el

retrocede:

hicieron obra, sino los que inventaron procedimientos para

que Las partes son algo

más que partes. Dejan de

ser partes

cuando

adentro del repollo se ve la

misma

No hay partes. No hay muchos uno muchos

ni

tampoco uno

menor. Ni más ni menos que llada o

de

la

maquinita de

vención se sostiene, vención

la

la

ni

muchos

soledad de

afeitar

obras se hicieran solas, o no se hicieran. ¿Para qué

otra sinfonía?

ni

uno uno. Ni

una

oreja arrepo-

de mutila. Entonces. La con-

En Lamborghini, es

o por

la

Hay

gran cantidad de inéditos que esta escritura se

allí

de una obra, esa "ilusión de cosagrande

un

esfuerzo por conquistar la incompletud:

la

noción de obra hasta un punto de des-

Lamborghini lleva

montaje del cual no puede ni quiere ya regresar.

En

esa

misma

línea,

te por la supresión

de

procedimientos. Es

allí

la

César Aira aboga en

la

donde

arte: "Si el arte se

un

obra en beneficio de las

texto recien-

la

creación de

la radicalidad constituti-

había vuelto una mera producción

de obras a cargo de quienes sabían y podían producirlas, las el proceso desde sus

vanguardias intervinieron para reactivar raíces,

y

el

modo de

hacerlo fue reponer

se había entronizado el resultado".

Entendidas

como

el

proceso

Y un poco más

allí

y han poblado

el siglo

reescrituras

obra

y varia-

fijeza.

como Ludmer

Tanto Aira ("Todo saKa bien de entrada")

la

la

con

el

texto final") resaltan

naturalidad con que parecía darse la escritura

y en Lamborghini; pero

al

mismo

tiempo, la amenaza de fijeza

que eso implica es combatida por la proliferación de versiones. Porque rrige si,

en

obra

si

Lamborghini no tacha cuando

un texto con el límite,

otro.

¿Cómo

en cambio co-

en una obra

cada texto amenaza con reescribir uno ante-

volviéndolo inestable? si la

escribe,

es posible pensar

¿Cómo

es posible pensar

escritura contradice el principio de

cada texto borra

el

en una

acumulación y

anterior para ocupar su lugar? El Pibe Ba-

ndo, por ejemplo, se escribe encima de La causa justa. No es una segunda versión: es una reescritura que empieza todo de nuevo para procesar los mismos materiales en otra dirección.

A

su vez, en

el interior

se desmiente a sí

de El Pibe Bando

el relato se bifurca,

mismo, puede dar marcha

atrás

y volver a

donde

arriba:

creadoras de procedimientos, las vanguar-

dias siguen vigentes,

ya!^^

un plano de inminencia donde

permanentemente postergada mediante

rior,

vanguardias han encontrado

única alternativa para reconstruir

va del

no hubiera bastantes

("En Osvaldo el borrador coincidía

resiste a la totalidad

redonda".

si

recurso a la forma manifiesto permite sos-

ciones que anulan toda

convención que se sostiene. La con-

(p. 37).

es sólo por su carácter fragmentario, por su ausencia de

fijeza

el

tener la escritura en

la facilidad

No

¡Como

luz en todas partes, pero.

No. Ninguna soledad mayor ni

solo.

las

necesitamos obras? ¿Quién quiere otra novela, otro cuadro,

última ilusión de cosagrande redonda está pinchada. Desde

la

327

de mapas del

te-

soro que esperan ser explotados. Constructivismo, escritura

automática, ready-made, dodecafonismo, cut-up, azar, inde-

César Aira, "La nueva escritura", en Boletín del Centro de Estudios de núm. 8, octubre de 2000, pp. 1 67 y 1 66. El postulado de Aira va en la misma dirección que los versos del poema 2 de La divertidísima Canción del Diantre: "Te escribo desde el descrédito / Yo no hice una obra, hice / una experiencia, experieiice" (Osvaldo Lamborghini, "La divertidísima Canción del Diantre", en Stegmann 533'bla y otros poemas, Buenos Aires, Mate, 1997, pp. 19 y 20). Teoría y Crítica Literaria,

EL SILENCIO

328

UN FREAK SHOW

Y SUS BORDES

comenzar. "También nos hubiera gustado que esos ideales del principio del relato

-Nal

se casaba, tenía hijos, ponía el culo

sólo para contener el pelotazo

en

Solteros

vs.

Casados- se hu-

que rompen de

allá

ellas;

lengua de

bieran cumplido. Pero los ideales pueden ser perniciosos. Aquí

la

una historia, o empieza otra" (p. 266). El texto evoluciona en una situación siempre precaria e inestable. Como un

trabajar

terrnina

-o lo

entura: "Creo

menos- en el juego de las escrituras particulares y enseñan un sentido más

digo, al

las 'obras'

en

329

la batería

la literatura

de jergas cambiantes que hablan a

y suspiran por

pertenecerle.

Hay que

en ese juego"^^

En algunos

textos del último período es cada vez

más

fre-

presencia del personaje Osvaldo Lamborghini, que

borrador. Pero habría que entender aquí la categoría borrador

cuente

no en tanto

actúa, fantasea o inventa su autobiografía de escritor sin obra.

estado provisorio del texto sino en tanto

continuo de

la reescritura.

mecanismo

Por eso Libertella habla de

un

"bo-

Es

el

la

caso de Sebregondi se excede:

rrador permanente" para aludir a esa proliferación de escrituras

Pedantería de esquizofrénico, en suma, O.L.

nunca clausuradas. Así como Borges publicaba para no seguir corrigiendo, Lamborghini

no deja de

corregir para

mantener

Una

mariquita

contrariada, chochea: ichocho, loco, chocho, oh! Página

la

tras página, tras página, lo

obra a raya. Sebregondi se excede:

único que

me

importa es llenar tras

y seguir y llenar página, obviamente, tras página. Tengo miedo: yo quería triunfar, que me aclamaran y a.c\a.ma-

página, seguir

Yo hacia

literaturat te vanguardiat. Estaba

Conseguía si se

recetas, el artero siempre

quiere,

una

choto bajo

médico

el

biré

Me

A no

el clavel del aire

decidí pues a publicar lo que

nunca

escri-

Inmerso en esa época en que, bajo

el influjo

de Tel Quel y

el

posestructuralismo francés, las nociones de autor y de obra se volvían sospechosas, Lamborghini procura transformarse en

no

autor)

(p.

y

diluir

No

es posible ser tan ingenuos

tma simple confesión

toda obra en

un puro

flujo

de

es-

de El Pibe Bando y del mecanismo de proliferación narrativa en Lamborghini, véase Adriana Astuti, "El Pibe Bamlo", en Acidares dáñeos, Rosario, Beatriz Viterbo, 2001. Sobre la "relación paradójica" de Lamborghini con Borges (y con la actitud de Borges hacia la escritura y hacia la literatura), véase Nicolás Rosa, "Borges/O. Lamborghini: la discordia de los linajes", en La letra argentina. Crítica (1970-2002), Buenos Aires, Santiago Arcos, 2003. análisis

Y

como para

transparentar

allí

no admisma una

autobiográfica, pero sería necio

que estos textos dramatizan en la escritura situación concreta a la que Lamborghini ha llegado. Es preciso empujar la literatura siempre un poco más allá, es preciso que

permanezca en un borde inalcanzable. La literatura es una promesa. Y Lamborghini procura sostenerse en ese punto donde la promesa es un puro futuro que no necesita

la literatura

duplicidad que

un

del lenguaje.

91).

(no debe) cumplirse:

Para

artífice:

vertir

(p. 85).56

escritor (ya

fracasé

creer,

un

estado agnóstico (yo pienso siem-

pre en publicar, nunca en escribir) ni que trepe para mí.

ran, tener éxito: del lenguaje, Acl,

familiar. Era yo,

especie de, al bardo, gnóstico.

tampoco, que ahora logré

el peral.

como en La causa justa,

se trata de esa

consiste en prometer sólo para persistir en la

promesa. La literatura de Lamborghini avanza por

^ Jorge

Di Paola, "Osvaldo Lamborghini;

un museo

el

camino

literal (entrevista)"

en Panorama, 22 de febrero de 1973, citado en Adriana Astuti, "Yo soy morocha, el mame, el cachafaz", en Andares ciáticos, op. cit, p. 43.

la

EL SILENCIO

330

del to,

Y SUS BORDES

extremo y permanece en esa región cercana a lo absoluen el límite donde todo se abisma y se desintegra. De ese

potlach al

que Lamborghini somete su obra deriva

intensidad que recorre sus textos.

una

fogata. Pero

Como

también hay un precio

la

la energía

alto

V.

El luminoso fracaso

luminosa

que

libera

que paga en ese

desprendimiento. Se podría pensar que Lamborghini sacrifica

su obra por la literatura, que entrega su obra a la literatura

(como quien entrega su cuerpo a la da,

cumple su papel heroico de

ro, se

podía decir -reformulando

la literatura

ciencia)

escritor. el

y allí, en esa ofren-

Aunque también,

axioma de

Literal-

termina por demostrar que es imposible.

que

claallí

Frente a la función consoladora y edificante que el arte suele adquirir en nuestra cultura, Bersani y Dutoit esgrimen el valor estético

la

de

la failure:

argumentación en favor de una naturaleza epistemológica

o moralmente superior del dentor

[...]

arte, e incluso

de su carácter re-

es esencialmente reduccionista

como

tanto respecto de la vida

del arte. Por

y despreciativa

un lado,

el arte es

reducido a una especie de elevada función de emparche y queda esclavizado por aquellos materiales a los que presumi-

blemente imparte

valor;

periencia individual

por otro lado,

y de

las catástrofes

la historia social

de

la ex-

parecen menos im-

portantes (haciendo que la resistencia y la reforma activa no resulten tan imperativas) das"

si

son de algún

y compensadas a través del

modo

"comprendi-

arte.^

Para Bersani y Dutoit, la obra de ciertos artistas como Samuel Beckett, Mark Rothko o Alain Resnais parece, en cambio, aban-

Leo Bersani y Ulysse Dutoit, Arts of Impoverishment Beckett, Rothko, Harvard University Press, 1993, pp. 3 y 4. (Todas las traducciones de las citas cuyas referencias se encuentren en otros lugares ^

Resnais, Cambridge,

me pertenecen.) 331

332

EL SILENCIO

donar toda pretensión edificante, como

que enseñar. Son con

la

artistas

el

no

de autoridad

la idea

artística.

En

fracasar trata

en palabras del propio Beckett: "Ser un

como

menos no deberíamos buya a su

artista es

que

nadie se atrevería a fracasar" (nótese que no se

efecto, el

más

claro

modelo de una

como fracaso

para

estética del fracaso

mejor dicho, de

la

obra de Beckett. Sobre todo en los textos que escribe a partir

es,

el

lenguaje será usado

más

lo

que

un

dejar de hacer todo aquello

desprestigio. Hacerle

un agujero

se oculta detrás de él

a transparentarse; no

o,

la estética

en que

máscara. Esperemos que eficiente-

más eficientemente mal usado. Puesto mente allí que no podemos eliminar el lenguaje de una vez por todas, al

de desear fracasar sino de atreverse a fracasar)?

En

[...]

Una

donde sea

fracasar en la representación (ya sea de la insignificancia o del

O

a la nada) [the thing^ (or the Nothinfftess)]

(o

auténtico caballero.

llegue el día

este

fracaso existencial o el sinsentido de la existencia; significa

sentido)"^

un

lidad de

de manera lograda

significa representar

333

detrás suyo. Gramática y estilo. Para mí se han vuelto tan irrelevantes como un traje de baño Victoriano o como la impasibi-

y fundan allí un acto de reen ellos, no es un mero tema sino

rasgo intrínseco del proceso de producción

sentido, "fracasar

acceder a las cosas

no tuvieran nada

al arte

sistencia cultural. El fracaso, el

si

que renuncian a

que se ha investido

EL LUMINOSO FRACASO

Y SUS BORDES

escritor

en

que

contri-

detrás de otro, hasta

-ya sea algo o nada- empiece

puedo imaginar un

objetivo

más elevado

la actualidad.^

indudablemente, 4

de los años sesenta

e,

incluso más, hacia

de su vida

el final

En

efecto, esa literatura

unword],

tal

como la

de la despalabra

[literature

of

the

llama en otra parte, crece en los agujeros

obras teatrales de los años ciencuenta (Esperando a Godot, Fin

y surge (como al final de El innombrable: "Dónde estoy, no lo sé, nunca lo sabré, en el silencio, no sabés, tenés que continuar, no puedo continuar, voy

de partida) que lo hicieron célebre. Aunque, de principio a

a continuar") precisamente ahí donde ya no era posible seguir.

(Company, Worstward Ho, logía narrativa (Molloy,

lo unificador del

de conseguir

un

III

Seen Ul Said) antes que en

la tri-

Malone Muere, El innombrable) o en las

proyecto de Beckett fue siempre

la

fin,

pretensión

lenguaje de negación radical, despojado de

todo vigor. En una carta a Axel Kaun, declara:

de

la lengua,

en sus

intersticios,

Lo que se propone no es liquidar palabras en su dehiscencia perficie

el

y en su

lenguaje sino rescatar las

flotación,

socavando

la su-

aparentemente unificada y continua (narrativizada) de

la sintaxis.

me está haciendo cada vez más difícil, incluso un sinsentido, escribir en una lengua oficial. Y cada vez más mi propio lenguaje se me aparece como un velo que debe ser rasgado para Se

Para Beckett,

2

Leo Bersani y Ulysse Dutoit,

op. cit, p. 14.

Habría que

decir, sin

em-

tienen demasiada productividad en

el

fracaso supone

una inflexión, digamos, haEn este

cia abajo: nunca se es lo suficientemente insignificante.

punto, su caso podría inducir a confusión ya que tiende a con-

densar la bargo, que las hipótesis del libro parecen pensadas a partir de la literatura de Beckett y, si bien se aplican aceptablemente a la pintura de Rothko, no

el

falla

en

cierta indigencia del lenguaje,

en

la insignifi-

en la inexpresividad, en un angostamiento del discurso aledaño al silencio. Es una posibilidad, sin duda; aunque no cancia,

cine de Resnais.

Samuel Beckett, "Three Dialogues", en Disjecta: Miscellaneoiis Writings and A Dramatic Fragmeiit, Nueva York, Grove Press, 1984, p. 145 [trad. esp.: Disjecta. Escritos misceláneos y un fragmento dramático, Madrid, Arena, 3

2009].

Samuel Beckett, carta a Axel Kaun, citado en Catharina Wulf, The Im~ perative of Narration. Beckett, Bemhard, Schopenhauer, Lacan, Brighton, Sussex Academic Press, 1997, p. 150.

334

EL SILENCIO

agota las posibilidades de

EL LUMINOSO FRACASO

Y SUS BORDES

la failure.

radical

fracaso

en un autor determinado sino

como

el principio

general del

constitutivo de la expresión artística.

punto, la obra de Beckett es una de las ciones de la perfección en el fracaso.

más

Como

Worstward Ho: "Ya se intentó. Ya se fracasó. tar

Y

en ese

claras manifesta-

se dice al final de

No importa. IntenNo hay aquí

de nuevo. Fracasar de nuevo. Fracasar mejor".®

ninguna dimisión, ningún conformismo. Beckett no sugiere resignarse a la imposibilidad de decirlo todo sino al contrario:

puesto que

todo no puede ser dicho, puesto que siempre

el

quedará algo por

decir,

blemente insuficiente,

en un trabajo

puesto que

la

En esa inestabilidad, en esa transitoriedad, en esa fragilidad

Lo que interesa aquí no es

tanto la formulación particular que adquiere la expresión de lo

el

lenguaje es irremedia-

única plenitud posible se alcanzará

crítico sobre el lenguaje

tan interroinable

como

cada vez más radicalizado. El acceso a esta especie de lenguaje

335

y los filmes extremos. "Mal visto, mal dicho" como explica uno de los títulos de Beckett: la enmienda siempre es pertinente y siempre es posible ir más radica el valor crítico de los textos

allá.

Siempre será necesario empezar otra vez.

Si

en ese lugar de

puede poner todo en cuestión (pueprimero se atreve a ponerse a sí mismo en porque de criticar) es

radical negatividad el arte

Haciendo equilibrio sobre ese borde, las la primera afirmación de Adorno en la con obras se confrontan Teoría estética: "Ha llegado a ser evidente que nada referente

entredicho (en

crisis).

al arte es evidente: ni

talidad, ni siquiera

en

él

mismo, ni en su relación con la to-

en su derecho a

los estudios contemporáneos sobre

la existencia".®

A menudo,

pensamiento de Adorno

el

en una lectmra a contrapelo que lo rescate de su aparente inactualidad; no obstante, su productividad quizás rese esfuerzan

supone siempre un gran riesgo porque no puede garantizar otra cosa que la mayor incertidumbre: alcanzar un extremo es, en realidad, hacer que el extremo se corra más allá.

aún hoy en una radicalización de su dimensión negativa. Una lectura adomiana de Adorno. La ‘promesse du botiheur que

Y puesto que el extremo es inhabitable, no es posible instalarse

eso mismo, expresa

mismo movimiento- que eso ya no es un extremo. Como la obtención de un nuevo récord m undial nunca es un final sino un nuevo comienzo.

perdida. Es curioso que, para pensar el

intransitivo

allí

sin aceptar

-en

el

-

sida

define al arte es

estética

® Samuel Beckett, Worstward Ho, Londres, Calder Publications, 1983, p. La bibliografía sobre Beckett es muy extensa. Sobre la problemática del fracaso en particular, véanse Eyal Amiran, Wandering and Home. BeckeWs 7.

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un

un

sentimiento de pérdida.

de Adorno mire hacia

describe ya te

una idea utópica, sin duda; pero también, y por

no

es más. Pero su

al

presente

y

contemporánea no puede

felicidad

del futuro, la teoría

las obras del pasado.

Eso que

anacronismo no es meramen-

gesto pasado de moda, porque

con respecto

éirte

Una

nunca deja de pensarse

porque, en consecuencia, la estética definirse al

margen de

él.

Tal vez el

mejor servicio dialéctico que Adorno presta al arte del presente es que no alcanza a explicarlo. Imposibilidad que no es reactiva sinn negativa. ,

Allí

conserva toda su actualidad. Atreverse a

fracasar (resulta significativo

a Beckett su Teoría

estética).

tencia para confrontar

*

que

En

el filósofo

y su potencia no

Theodor Adorno, Teoría

estética,

planeara dedicar

ese esfuerzo se afirma su insisreconciliada.

Barcelona, Orbis, 1983, p. 9.

336

EL SILENCIO Y SUS BORDES

EL

Lo que Adomo comprendió lúcidamente es que el arte, emancipado de toda función conciliadora y consoladora al servicio de un motivo supremo, ha quedado a merced de su propia precariedad.

Y puesto que ya no le

cabría negar esa conpodrá afirmarse trágicamente en una función crípara sobrevivir en una región de permanente catástrofe.

dición, sólo tica Es,

obviamente,

un movimiento

peligroso porque cuanto

más tanto más se acerca -como diría Foucault— a ese "infinito de su centro" donde ya no podría hacer pie y se hundiría calcinada. Pero al mismo tiempo, ese peligro es la promesa de una plenitud que parece estair siempre lejos

procura avanzar

acercándose

y,

la obra,

a la vez, no cesa de replegarse en su aurática

inaccesibilidad. Está ahí

y más

allá.

radójica que intuye el vacío de lo lo

aún no dicho en

íio reconciliada

lo dicho:

Se trata de

aún no

visto

en

una plenitud ávida

consigo misma.

Una plenitud

En Las nubes de Juan José Saer se aumenta el lado oscuro de

cimiento,

una plenitud pa-

lee: "al

lo visto

deseante.

aumentar

las cosas'7

el

En vez de

contribuir a

te anterior a la

escritor

recomposición del movimiento.

como Lamborghini acumula y donde Lamborghini

infinito; aUí

apila,

donde un

Saer subdivide al

en

se instala

Allí

el instan-

el

desborde y

la

y fragmenta; allí donde Lamborghini acelera, Saer explora la lentitud. Ese extremo (que es, en sí proliferación, Saer detiene

mismo,

la

exasperación de su exasperada poética) ya se había

instalado en El limonero realy luego sostendrá el relato de Nadie

nada nunca.

no

es

Si

porque

"La mayor" toca uno de los límites de la literatura,

la

obra previa de Saer lo desconociera o porque su

obra posterior lo abandone; sucede, más bien, que en ese breve texto -casi

un

ejercicio

de estilo- aparece investido de una

in-

quietante pureza.

The Players

vs.

Ángeles caídos es la película central de

línea de experimentación

una

en la obra de Alberto Fischerman.

Un

un funcionamiento no sólo separados smo

recorrido por su filmografía debe consignar

cono-

Es una defini-

ción posible de esa particular fenomenología perceptiva que escritor practica.

337

negatividad puesto que la escritura se recuesta sobre

y de

e insatisfecha,

LUMINOSO FRACASO

el

un mejor discernimiento

alternado a lo largo de dos andariveles

antagónicos: la vía experimental (ligada a la vanguardia) y la vía comercial (a veces descaradamente convencional, perezosa

y

conformista),

como

si el

director reprodujera

del entorno, los intentos de comprensión tienden a restituirlo

de su obra

como materia opaca. Se trata, indudablemente, de una forma del

líneas paralelas, sin intercambios entre

conocimiento pero que no se sostiene sobre una eliminación de

tacto.

En

el

en

el interior

enfrentamiento entre dos modelos de cine. Son

cierto

modo,



y

sin zonas

de con-

que rescata a esta obra de una mera

lo

y que no propone una comunicación saciada en su propia transparencia. Conocer, en Saer, no es descifrar un supuesto sentido de lo real sino construirlo como una cifra, es decir, como una notación que exhibe las marcas de una mirada.

esquizofrenia estética es

el

y de rechazarse

sus dos vertientes se precisan mutua-

Eso es lo que sucede con

Es evidente que cada faceta sólo existe en la negación de la

contradicciones

las

en "La mayor":

la

la

exasperante modalidad descriptiva

descomposición fotográfica del movimiento

produce un efecto de suspensión que impide toda integración y toda síntesis. Los recursos cíuematográficos son usados en su

entre

sí,

hecho de que, a pesar de ignorarse

mente. No porque compartan un mismo territorio

complementen, ni siquiera porque coexistan armónicamente.

y el propio realizador insistió alternadamente en abjurar de una para afirmarse en su opuesta. Como si, a cada momenotra,

to,

necesitara caer en

un

tipo de cine para volver al otro.

que mutaciones o inflexiones 7

Juan José

Saer,

Las nubes, Buenos Aires, Seix

Barral, 1997, p. 28.

o porque se

de

un

oleaje

en

el interior

de

Más

la obra, se trata

que barre y reemplaza una línea con otra en un

EL SILENCIO

338

Y SUS BORDES

movimiento de vaivén constante. Los filmes "oposicionales" del cineasta configuran, ciertamente,

más que su

una propuesta extrema; pero

radicalidad representacional (podrían encontrarse

fácilmente ejemplos de

un extremismo más insobornable en

cine experimental), lo verdaderamente radical del cine de

el

Fischerman es su oscilación permanente, su manera particular de confrontar

las

convenciones cinematográficas con ese stn-

mite que aparece en

el

filmes posteriores se distancian de éste,

embargo, que rompen con

sin

con

ellos

en

la perspectiva ir

y

de ese extremo, Fischerman, en cambio,

venir constantemente. Para

intermitencia,

una

película de Fischerman, es tajante a

un

un

filme de

cierto tipo

de

el

surco abierto por la

método que manifiesta cine.

Como

si

fuera

un

ajuste de cuentas, la película parece mirar hacia atrás (hacia

aquello de lo que

el

más que hacia su fütanto, no es inaugurar

cineasta se despoja)

mografía futura. Su pretensión, por lo

una poética sino clausurar todo un abanico de estéticas posibles. En su biografía de Duchamp, Calvin Tomkins desarrolla el tópico del anartistamo

el artista

ni el antiartista, sino aquel

que

expresa cierto desinterés en lo artístico y que está permanentemente a punto de renunciar al arte. Puntos suspensivos podría

desarticular Si

-más que

en Saer la figura de

se disputan a

un

un mismo

un

filme

que no sabe mucho sobre

tidumbre que sugiere

el título,



mismo

(nótese la incer-

acentuada por

la elección

su señalamiento prosódico en vez de su denominación

aunque



de

lexical)

sabe qué no es ya y qué no es todavía. Curioso

lí-

la

de Puntos

que Cozarinsky rechala

toma

forma extrema con que procura

escritor es el

emergente de una obra

cineasta,

y

si el

primer Cozarinsky es

director rupturista diferente al de sus filmes de madurez,

en Osvaldo Lamborghini -en cambio- se da de

un

el

extraño caso

autor prácticamente sin obra. Se podría decir que todo

Lamborghini es El fiord: porque no hay mucho más que pero fundamentalmente porque

el resto

eso,

de su producción está

ya en ese texto inicial: no anticipada o esbozada por él. Los demás relatos son variaciones o expansiones, como si se tratara siempre de un mismo texto

ya en. ese texto

inicial.

Está

reescrito infinitamente. El fiord

actitud autosacrificial: el

la existencia;

quien ha roto

es él

que se desarrolla con una continuidad y una coherencia sin fisuras, si en la doble obra de Fischerman las vertientes opuestas

la

sentido, la obra de

más bien

los

afirmarse,

integrar- sus materiales.

-para decirlo con Duchamp-, casi resistiéndose a

en este

ella. Si

no debería

de distancia respecto de esta ópera prima. Su radicalidad, en-

un anartista o, en todo caso, una variación posible: la obra de alguien que todavía no se decide a asumirse como artista. Un filme que es y, al mismo tiempo, se niega a sí mismo; un filme que se instala en un borde infrafino ser,

de su obra

pero también hacia su propia obra, construida en

extremo es una

especie de doble vida de la obra.

Puntos suspensivos, que se instala en

un rechazo

lo

él,

él;

suspensivos: hacia cierto cine argentino

tonces, es su radical despojo, la

precisa

producción de

por anticipado. Doble ruptura, entonces,

necer en

para instalar sus libros anteriores o posterio-

la

el principio

pero también, paradójicamente, lo que está antes de

za,

el límite

339

comienzo mismo de

Edgardo Cozarinsky: esta película es

sentido que las constituye y que ellas necesitan excluir para erigirse en representación. Así como Saer no necesita perma-

res



LUMINOSO FRACASO

EL

desborda sobre

la escritura

de

su autor y la envuelve en su grito de guerra. Al igual que en Cozarinsky y en Fischerman, también aquí el extremo coincide

con

el inicio;

pero no hay alternancia ni toma de distancia sino

un continuo que tiene mucho de modo del work in progress (instaurado

prolongación incesante de

en

por

las reescrituras

una

instancia prelúninar a toda obra. Puesto que la virulencia

de la ruptura hacia

un

inicial

estilo

y

las variaciones) detiene la escritura

no podría

menos

sino derivar,

en su

desarrollo,

radicalizado, entonces será preciso

una

340

EL SILENCIO

escritura sura.

que

permanentemente

iniciática

lo

extremo

es el

un

es

EL LUMINOSO FRACASO

que sostenga esa desme-

En Lamborghini, lo extremo no sólo

está al

comienzo sino

comienzo.

Resumiendo; en Saer

man

Y SUS BORDES

lo

vaivén, en Cozarinsky es

una clausura y en Lam-

o, mejor, un instante prolongado al un lado, son modos diferentes de reaccionar frente a formas más convencionales de los relatos; pero por otro lado,

borghini es una extensión infinito.

Por

que mantienen relaciones a menudo

a que los textos o los filmes, anteriores tensión). Ciertamente,

en

la literatura

conflictivas (obligando

y y

en

posteriores, entren el

cine argentinos de

de los años sesenta y comienzos de los setenta, los ejemplos podrían multiplicarse. Se trata de un momento particularfines

mente propenso a

los

extremismos. Sin embargo, no ha sido

objetivo de este libro hacer

de

tico

las

producciones

un

el

relevamiento histórico o analí-

artísticas

en ese período;

me ha

inte-

en cambio, pensar esa tendencia radical como un rasgo clave en gran parte del arte moderno. Aunque en estos textos y

resado,

en

estos filmes lo

extremo

es

un rasgo

central

la representación, se resiste a ser analizado

dad;

y

definitorio de

como una singulari-

más bien pone de manifiesto una dimensión que suele modos dominantes.

ser

negada, reprimida o splayada en los

Aquellos textos y filmes que, a lo largo de esta investigahe denominado extremos exacerban una pulsión compleja

ción,

que está en

el

origen de la función estética.

En

este sentido,

constituyen una categoría diferencial (no representan aislado o

un

no

caso

una excepción que siempre acaban por considerarse

un modo doroinante); son como un observatoun laboratorio donde puede apreciarse, por amplificación, que de todos modos estaba ahí. Si en algún sentido estos

subsidiarios de rio

lo

o

Como

tallido

porque se extralimiten o exageren, sino porque

un movimiento que

y estos filmes resultan excesivos se debe a que el arte ha llegado a ser), en sí mismo, un exceso; y si son pertur-

en

la

base de toda

escribe Blanchot: "Es preciso contestar

señala también

el

que

dispersión en

momento en que

misma".^ Eso que en la obra hace ruido no es

ella se

el es-

la

que

acerca a



una oposición o

desvío frente a la norma, sino la realización de aquello que

un

constituye la auténtica función del arte. "La mayor" The Players vos

y

El fiord

estética

En

el

Ángeles caídos. Puntos suspensi-

pueden pensarse como

el

una

línea

lenguaje se acerca peligrosamente a su punto de

desintegración:

allí

reside la única asíntota de todo relato.

un motor inmóvil, no una idea sino su devenir imposible (en el

un amor

de

inflexiones de

borde, en esa cornisa inestable e insostenible, en ese per-

donde

fil

vs.

obsesionada por experimentar con su propio extremo.

platónica,

no una

No

teleología,

mismo sentido en que se habla

imposible: en tanto deseo inalcanzable). Lo que

y estos textos dejan en evidencia no es una mera respuesta o una alternativa al dominio de una narración más transparente y equilibrada. Es cierto que reponen toda una diestos filmes

y la literatura dominantes precisan acotar para constituirse; pero no se trata sólo de eso. Porque

mensión que o recluir

el

cine

que

cohercitivo de

no

se limitan a restituir aquello

las

narraciones había obturado, sino que operan a partir de esa

potencia perturbadora asumiéndola ción estética.

que

lo

No hacen

hacen de manera

el carácter

como un apriori de

la

fun-

algo diferente a otros trabajos, es sólo estrepitosa

y teatral. Eligen la hipérbo-

La obra no es un compuesto homogéneo, racional y clausurado amenazado por los excesos sino, al contrario, un impulso

le.

básicamente perturbador, disperso e irregular que nunca cede

textos es (o

está

de la literatura es esencial y que la

ella entra

también, ejercen efectos singulares sobre la propia obra, con la

es

espectacularizan obra.

extremo es un borde, en Fischer-

no

badores,

341

®

p.

Maurice Blanchot, El

229.

libro

que vendrá, Caracas, Monte Ávila, 1991,

EL SILENCIO Y SUS BORDES

342

EL

y que no deja de resistirse a ser encauzado por las vías de una narración. No una estructura significante que eventualmente se desborda, sino una constelación endeble de imágenes del todo

o palabras siempre a punto de reencontrarse con

el sinsentido.

Al invertir la relación de fuerzas sobre las que suele sostenerse la consideración estética, los textos

y los filmes extremos hacen evidente el abandono de una función refleja por una función crítica del arte. Digamos: no un espejo en el que reconocerse,

sino

una imagen Asurada en

narraciones de la literatura

y

la

que

A

Como

si las

del cine alcanzaran su paradójica

plenitud en esa zona lindante con

borde del sinsentido.

extraviarse.^

punto de

el silencio

o

la locura.

extraviarse, antes

En

el

pueden conquistar fugazmente el derecho de afirmar que han ido hasta allí, hasta el confín, para corroborar que las

y las imágenes sólo adquieren su sentido pleno frontarse con lo inefable o lo invisible. palabras

Es,

al

con-

pueden testimoniar sobre lo que falta y en toda representación, sobre ese hueco alrededor del cual el

cine

se construye el lenguaje.

En su extremo,

un sistema hecho de vestigios que son elocuentes tanto en lo que dicen como en lo que callan. Hablar supone definir también aquello que no va a decirse así como ver es una decisión que delimita lo que no se ve. Ver y decir siempre se sostienen sobre una pérdida o una ausencia.

capturar

lo

que

forma en que se

constituirse

como

como

lo

allá.

obra es siempre, por

el

si

así

vínculo con-

que niega: tanto aquello de

aquello que no logra alcanzar.

En su

falsa totalización

dominantes de

más

lo real

alto

de su

a

porque desmonta la

que pretendía la transparencia. Pero a la vez,

siempre hay algo que permanece intocado para se

crítica

ella es por-

aproxima al máximo a la "latencia" que anida en

el

vacío

más

se ele-

devuelven nuestra interrogación, que nos interpelan cuando

flor!, y,

huella.

la

más

de su imagen. Los textos y los filmes extremos son formas de la representación que ponen en crisis a la representación (que

va musicalmente, idea propia y suave, la ausente de todos los ramos". Nombrar supone ineluctablemente una pérdida y, en

no puede sino

extremismo de

que supone respecto de se distancia

las representaciones

que

este sentido,

el

instrumental, la obra señala el punto

si

en que mi voz relega cualquier contorno,

y

decirse, dialéctico. Sólo tiene valor

flictivo

e insinúa el

allá del olvido

imá-

las

sino en la tensión entre eso que logran

aquello que queda permanentemente

Pero entonces,

puede

evidencia la

materializa esa ausencia. Mallarmé: "Yo digo: ¡una

escarabajo en la caja de Wittgenstein: en

nombran o muestran

el arte

lo ausente. Es, podría decirse, la

el

genes y las palabras no parecerían tener otra finalidad que la de asediar ese vacío. Por lo tanto, no se constituyen en lo que

incompletud de todo sistema de representación

camino de

Como

todo volumen hay un vacío que nos interpela. Es más,

extrema separación, en su extremo alejamiento de toda función

justamente, a través de su potencia perturbadora que

la literatura

343

guaje es una colección de restos o de ruinas,

de extra-

viarse,

LUMINOSO FRACASO

Todo len-

pretendemos turas.

apresarlas)

Fuerzan

el

y que fundan las representaciones fuhacen advertir sus limitaciones, lo

lenguaje, le

obligan a reformular sus propios presupuestos. En

el

lenguaje

de los extremos, esa ausencia que dibuja toda huella no es sólo ^ Habría que entender lo corrosivo de esa función crítica en el sentido definido por Walter Benjamín: una crítica que "no procede contra su ob-

que "es como una sustancia química que ataca a otra sólo en el sentido de que disolviéndola descubre su naturaleza más interna, sin destruirla" (citado en Franco Relia, El silencio y las palabras. El pensamiento

jeto" sino

en tiempo de

crisis,

Barcelona, Paidós, 1992, p. 167).

la

marca de una pérdida sino también

dirección a seguir.

Si el

extremo

es

funda automáticamente su otro lado. la

ausencia es

hacia

sí.

un vacío que no

el

surco que indica una

un umbral,

Y

allí el

lenguaje

desde ese otro lado,

deja de convocar

y

atraer todo

EL SILENCIO Y SUS BORDES

344

Al insinuar ese vacío,

el

Y

vacío, la represen-

en consecuencia:

lenguaje nunca puede decirlo todo que existe

que

lo diga

no ha los

todo

sino, precisamente,

sido dicho. Confrontada

obra amplía

campo de lo que

el

con

las palabras

el arte.

No para el

todo

lo invisible o lo indecible, la

se ve

y

porque

es

para hacer ver que

y lo

que

enunciados hasta los límites del sentido,

cubre que eso que

las

se dice. Al arrastrar

la

obra extrema des-

imágenes no pueden mos-

o decir no es una esencia inalcanzable sino, precisamente,

trar

su pimto ciego. Lo el

como

al señalarlo

tación verdaderamente muestra.

EL LUMINOSO FRACASO

volumen de

la

exterus. Significativamente, esa

obra

y

el

tensión entre

vacío que la interpela es tematizada

en los textos y los filmes de las páginas precedentes como un eje que organiza

el

entre civilización

la

forma de

la

oposición

y

barbarie: el exterior bárbaro es claramente

amenazador en Cozarinsky y una exclusión que observa acechante en Fischerman, mientras que, a partir de ima

\in vacío

inversión, el espacio otro se constituye vilización

cambio,

remota entre

paso en la oscuridad de

simultáneamente en este

punto

el

la tierra

Saer,

ci-

en

la

noche, se sumerge

opaca y ajena del recuerdo.^°

lenguaje de los extremos adquiere su in-

flexión ideológica, porque sí

como una idealizada

de Lamborghini. En

vacío

terraza, abriéndose

En

los bárbaros

toma cuerpo como una batalla entre el presente memoria una inaccesible: el hombre que sube a la y

el

concreto

cación y que fundan la existencia (la insistencia, la persistencia) de la literatura y el arte. Allí, el lenguaje puede ponerse en cuestión a

misma para revelar sus

allí la

representación se vuelve sobre

ausencias

y,

desmentir su apariencia de totalidad.



carácter de

mismo. Al devolverle su opacidad,

con lo

real

no

extrema señala que

la relación del lenguaje

que impone ese distanciamiento. Es

supuesta completud que suele atribuirse a

la

su

comu-

es de superposición sino que importa por su dis-

tancia. Por la crítica

desmonta

al restituirle

dispensarlo de su instrumentalidad

cifra, al

nicativa, la obra

decir, las re-

presentaciones y señala, por ausencia, aquellos otros lenguajes y aquellas otras imágenes que toda representación excluye y

convoca a

la vez.

Denuncia,

tal

como

quería Adorno, esa falsa

reconciliación entre la representación

espacio de la representación en dos dimensio-

nes contrapuestas. En tres casos adopta

345

Se trata de

ir

y lo real. en contra de ese carácter asertivo con que

impone la obra y encontrar sus puntos de en escuchar

el

modo en que

los textos

sutura.

Todo

se

consiste

o los filmes hablan del

mundo; pero los textos y los filmes no se expresan de manera directa, hay que hacerlos hablar, desmontarlos, eliminar lo que de reconciliado hay en ellos. La obra debería aprender a fracasar; debería aprender que tanto o más importante que eso que exhibe es aquello que no logra transparentar. Si la imagen o la palabra deben ir hasta el extremo no es para decir o mostrar en su pureza

lo inefable

y lo

invisible sino, precisamente, para

conquistar su impotencia. Existe, entonces,

mativa del fracaso:

resistirse

a

la

una valencia

afir-

vocación obscena que preten-

consecuentemente, para

de ver y decir todo. Habitar en ese fracaso es tal vez la función verdaderamente productiva de las narraciones extremas del

No

cine

se trata de secretos a

y de

la literatura.

No es una mera limitación (una renuncia un reconocimiento trágico del límite

develar sino de residuos, de restos que se resisten a la signfi-

o una resignación), sino

Por otra parte, habría que decir que ese vacío se formula como una irrupción luminosa en el texto de Lamborghini y como una oscuridad profunda en el texto de Saer, mientras que en los filmes de Fischerman y de Cozarinsky su caracterización descansa sobre el recurso sistemático de un fuera de campo que escatima y difiere su presencia.

fortaleza del arte consiste

(una insistencia o una resistencia). Desde esa perspectiva, la ^0

reflejar antes

en profundizar su incapacidad para

que su voluntad de representar.

De nuevo, tud, se trata de

entonces:

si

puede reconocerse

una plenitud ávida

allí

e insatisfecha.

alguna pleni-

Una

plenitud

EL SILENCIO Y SUS BORDES

346

deseante. Es que el problema

con

imágenes y con las palabras es que no saben terminar. Tal como se quejaba Beckett, el las

Bibliografía

nunca llega a ser lo suficientemente insignificante. He ahí el fracaso del arte: nunca alcanza. Pero a la vez, en esa permanente necesidad de avanzar más allá, los textos y los filmes lenguaje

extremos demuestran -ante todos los textos y todos los fílmes-

que

el

lenguaje del arte

nunca

es del todo transpatente

y que

nunca deja de profundizar su cualidad perturbadora.

Además

del material consultado durante la escritura del libro,

incluido

en

que

este listado bibliográfico algunos textos críticos

fueron publicados con posterioridad.

En

surgido algunos aportes relevantes para

los últimos años,

el análisis

de

han

los escrito-

res y los cineastas que estudio aqu^ y consideré que podía ser

texto.

útil

aun cuando no sean mencionados a lo larSon irnos pocos agregados que pueden reconocerse

consignar esos

go del

he

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EL SILENCIO

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64 n., 202. Barthes, Roland: 39, 67 n., 158 159 n., 248, 283 n. Balzac,

n.,

326, 327. Alcorta, Gloria: 252.

de:

Alemann, Marie Louise: 141.

Bártok, Béla: 124.

Dante: 32. Altamirano, Carlos: 235, 273 311 n.

Bataille,

Georges: 32 n., 61, 303-306,315,324, 325.

Alighieri,

309 [Sunset Blvd.], Estados Uni-

Bacon, Francis: 8 1 Baczko, Bronislaw: 309. Badiou, Alain: 21. Bajtín, Mijafl:

Aira, César: 290, 293, 316,

n.,

1

n.,

14,

Baudelaire, Charles: 46, 47, 290.

Althusser, Louise: 158, 308,

Dr. Coligan], AJemaxúa, 1919. Billy,

335, 336, 345.

Agamben,

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Wilder,

Adorno, Theodor W.: 29, 45, 46, 48, 82, 131, 14^-150, 159, 334 n,

Baudrillard, Jean:

37

n.

Bazin, André: 246.

n.

Altuna, Horacio: 178. Alvarez, Jorge: 158

n.,

Beceyro, Raúl: 65, 130, 131 n.

160

Amante, Adriana: 16, 235 Amiran, Eyal: 334.

n.,

206.

Becher, Ricardo: 143. Beckett, Samuel: 33 1-335, 346.

n.

Beethoven, Ludwig van: 123.

Ansolabehere, Pablo: 282. Antelo, Raúl: 194 n.

Bejo, Miguel: 145, 21

Antín, Manuel: 221.

Beiútez Pezzolano, Herbert: 66 n. Benjamín, Walter: 45, 48, 85, 86,

Antonioni, Michelangelo: 65, 104, 128, 155,219, 248.

107

Arenas, Reynaldo: 273 n. Arlt,

Roberto: 194, 320 n.

159, 261

n.,

283

n.,

Bersani, Leo: 331. Bertolucci, Bernardo: 182 n.

n.

Femando:

n.,

Bergman, Ingmar: 128, 219. Berman, Marshall: 47. Bernanos, Georges: 207 n.

Auerbach, Erich: 258, 259, 260. Austen, Jean: 202. Avellaneda, Andrés: 247 Ayala,

212, 213

Berg, Alban: 123.

Artaud, Antonin: 32 n. Ascasubi, Hilario: 297, 302, 309. Astuti, Adriana: 282 n., 328 n.,

329

1,

n.,

215,216.

Betelú, Mariano: 191. Bhabha, Homi: 263.

Bioy Casares, Adolfo: 297.

142.

Birri,

381

Femando:

131.

342

n.

EL SILENCIO Y SUS BORDES

382 Blanchot, Maurice: 32 115, 284,305,

n.,

38,

1

14,

306n, 313,319,

322, 341. Bonitzer, Pascal:

Di Benedetto, Antonio: 66. Di Paola, Jorge: 191, 329 n.

Chiapussi, Fernando: 201 n. Chitarroni, Luis: 31 In., 323 n.

181, 182,

n.,

189.

Chitilova, Vera: 128.

Borges, Jorge Luis: 107

159

n.,

Choderlos de Lacios, Pierre: 202. Chopin, Frédéric: 123.

n.,

217-220,256,288, 297,310, 320, 328. Bowles, Paul: 264.

Cicerón:

Brackhage, Stanley: 185. Brahms, Johannes: 123. Braudy, Leo: 158 n. Braun, Marta: 80 n.

Cocteau, Jean: 225 n., 266. Cohén, Marshall: 76, 158 n.

Bretón, André: 303.

1 1

n.,

48

n.

In.

141, 150, 151,

171.

Burroughs, William S.: 219. Bustos Domecq, Honorio (seudónimo de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares) 297,303. Butor, Michel: 67 n. Byrón, Silvestre: 141.

;

40

Dalmaroni, Miguel:

Calinescu, Matei: 46, 47 n. Cámpora, Héctor, J.: 123.

277 n. Dana, Jorge: 151 n. Daney, Serge: 214, 263. Danto, Arthur: 271, 272. Darío, Rubén: 319.

n.,

221

n.,

224

n.

Cavel, Stanley:

334

218

n.

Cedrón, Jorge: 139. Celia, Susana: 66 n., 107 276 n.

n.,

159

n.,

n.,

n.

235

n.,

n.

Cézanne, Paul:

Desmond, Norma: 255, 256.

Femando: 201

n.,

n.

Freidenberg, Daniel: 68 n. Freud, Sigmund: 79 n., 280, 294 299, 308, 309 n.

n.,

Gabriel,

Thesome: 153 n. Bell: 334 n.

Gale Chevigny, García,

316

n.

n.,

España, Claudio: 179 n. Ezcurra, Madela; 160 n.

Genet, Jean; 284. Getino, Octavio; 140, 154. Gilman, Claudia: 51 n.

Falconetti, Renée: 252, 254,

Giordano, Alberto: 159

Federico: 128.

277

n.,

276,

n.

Girondo, Oliverio: 288, 317. Giunta, Andrea: 51 n. Gleyzer, Raymundo: 139.

Godard,Jean-Luc; 116, 128, 139, 140, 152, 153, 155, 185, 219,

de Germán García): 275 n. Fernández, Macedonio: 194, 286,

245 n., 246, 255. Gombrowicz, Witold: 191-193,

287 n., 288, 290, 317, 320-322. Fernández, Margarita: 123, 124. Feuerbach, Ludwig: 135, 137.

Gómez, Juan Carlos: 191, 192, González Tuñón, Raúl: 275 n.

n.,

211,

.

Fischerman, Alberto: 12, 25, 26, 32, 33, 57, 58, 123-126, 128, 129, 131, 132, 135, 137-139,

143-145, 153, 155-157, 162, 163, 172, 182-184, 186-188,

l

52 n.

Germán: 273, 275 n., 321 n., 324 n. Gardies, André: 67 n. Garramuño, Florencia: 55 n., 95 n.

212

Derrida, Jaques: 214, 263.

Foster, Hal:

Foucault, Michel: 34, 79 n., 223 306 n., 315, 336. Framini, Andrés: 279, 280. Frampton, HoUis: 185.

Galton, Francis; 244.

120, 137, 145, 146, 155

f

n.

Édouard, Vuillard: 81.

Fernández, Leopoldo (seudónimo

257,

66

Ford, John: 218.

Eisenstein, Sergei; 125, 136, 146,

Filippelli, Rafael; 12, 14, 1 17, 1 18,

n.,

James: 220, 241.

297,

Favio, Leonardo: 142.

^

Fitzpatrick,

Foffani, Enrique:

Frassoni,

256, 264. Fantoni, Guillermo: 51 n., 134. Fassbinder, Rainer: 204.

274

Cervantes, Miguel de: 202. 47.

n.,

Engels, Friedrich: 44, 270.

14, 15, 108,

Debussy, Claude: 123. Deleuze, Gilíes: 80, 81, 194

283

108

81, 160, 338.

196 n.,218, 246. Elderfíeld, John: 222 n. Elizondo, Salvador: 273

De Diego, José Luis: 53 n. De la Fuente, Flavia: 255 n. De la Torre, Raúl: 142-144.

n.

n.

n.,

298, 303. Eddington, Arthur Stanley; 86.

229, 230 n., 232 n., 236, 242-250, 252-259, 261-267,

Caldini, Claudio: 141.

212

16

1

Echeverría, Esteban:

Fellini,

Carriego, Evaristo: 217, Cassavettes, John: 128.

95

Dutoit, Ulysse: 331.

295, 296, 339, 340, 344.

n.,

n.,

n.

Dubois, Philippe:

Coppola, Francis Ford: 182. Correas, Carlos: 159 n., 324 n. Cortázar, Julio: 248, 298. Costa-Gavras, Constantin: 213. Cowell, Henry: 123. Cozarinsky, Edgardo: 12, 15, 25, 26, 32, 33, 58, 59, 145, 172 n., 198 n., 201-207, 208 n., 209 n., 210-213, 215, 216-222, 224-227,

Culler, Jonathan: 39,

Cárdenas, Federico de: 208

324

1

Cage,John: 43, 123. Calder, John: 334 n.

Cancela, Lorena: 143 n.

n.,

Duchamp, Marcel;

293.

Buck-Morss, Susan: 45 n.,

n.

58 n. Company, Juan Manuel: 64 n. Contreras, Sandra: 293 n. Copi, Raúl Damonte, llamado: 264, Comolli, Jean-Louise:

Bresson, Robert: 207 n.

Burch, Noel: 52

323 272

190-194, 196-199, 211,212,

Passos, John: 219.

Drucaroff, Elsa: 66

87.

Cippolini, Rafael:

Brecht, Berthold: 157.

Budick, Sanford:

Dos

383

215, 296, 337-340,344.

Dickens, Charles: 64, 136 n. Didi-Huberman, Georges: 30, 31, 86 n., lio, 111. Doane, Mary Ann: 81 n. Domínguez, Nora: 75 n.

Chejfec, Sergio: 282.

n.,

Bordwell, David: 52

''

Chamey, Leo: 81 n. Che, Ernesto Guevara, llamado: 214.

334 n. 245 n., 247 n.

Bloom, Harold: 120

.

ÍNDICE DE NOMBRES

194

n.,

195, 321 n.

Gramuglio, María Teresa: 51 108, 109 n., 116n., 134. Greimas, Algirdas: 159 n. Griffíth,

195.

n.,

David: 64, 136, 146, 172,

219. Grinberg, Miguel: 132 n., 144. Grüner, Eduardo: 79 n., 150. Guattari, Félix: 194 n.

.

ÍNDICE DE NOMBRES

EL SILENCIO Y SUS BORDES

384

Gusmán,

277

Luis: 273,

Kraniauskas, John: 281

322,

n.,

Kriste va, Julia: 251,

Gutiérrez Alea, Tomás: 153.

Hansen, Miriam

148

B.:

ii.,

Hauser, Raspar: 227. Heath, Stephen: 35-37, 67

149

n.,

n.

186,

n.,

276

280, 281

Hedges, Inez: 182 n. Hegel, Georg W. R: 60, 82.

n.

300

n.,

n.,

277, 278,

282, 283

Hernández, José: 317, 320. Hirsch, Narcisa: 141, 153.

339, 340, 344. Lang, Frítz: 206. Langer, Marie: 231 n.

Hitchcock, Alfred: 181.

Laporte,

n.,

148

n.

Victor: 270.

Huillet, Daniéle: 185, 214.

Huyssen, Andreas: 54, 149 Iglesia, Cristina: 297,

Wolfang: 111

298

279

n.,

n.,

285,

308-310,312,315-330, 337,

Henric, Jacques: 32 n.

Horkheimer, Max: 48

n.

286, 287 n., 288-290, 292, 293, 296-298, 302, 303, 306,

Heidegger, Martin: 267. Helft, Nicolás: 218.

Iser,

297

Lacan, Jaques: 158. Lamborghini, Osvaldo: 24-27, 32, 33, 59, 60, 269, 270, 272, 273,

275

189.

Hugo,

n.,

Kreimer, Juan Carlos: 134.

323.

n.

Dommique:

n.

283.

Lardean, Yann: 266 n. Lautréamont, Isidore Ducasse, llamado conde de: 32 n., 1 60, 284. Le Vigan, Robert: 252, 254, 256,

n.

207 Mekas, Joñas: 163. Meinvielle, Julio:

Malcom:

Montaldo, Graciela: 65,

Judd, Donald: 110. Jünger, Emst: 245, 247, 264.

322.

218, 234, 321 1

Polan, Dana: 142 n. Ponce de León, A.: 213

Pontecorvo,

Gillo:

n.

213.

Pozzo, Thierry: 79 n.

Premat, Julio: 85 n., 281 Prieto, Julio: 321 n.

n.

1

n.,

Proust, Marcel: 63, 100, 107, 202,

12.

251,257.

n.

Puig, Manuel: 273 n. 1

78.

Friedrich: 221, 224,

Quintín, Eduardo Antín, llamado:

230

n.

255

n.

Ramos, Julio: 253 n. Rappaport, Mark: 255.

Lorre, Peter: 206.

Narboni, Jean: 158

Lubitsch, Emst: 217.

Nietzsche, Friedrich: 79 n.

Ludmer, Josefina: 218 n., 286, 287 11 288-290, 297 n., 309, 310, 327 n. Ludueña, Julio: 145, 211, 212,

Olivera, Héctor: 142. Ophüls, Max: 204. Orr, John; 1 56 n.

Relia, Franco:

Juan L.: 66. Oshima, Nagisa: 185, 314. Oubiña, David: 19-27, 65 n. Oudart, Jean-Pierre: 158 n.

Resnais, Alain: 65, 331, 332 n. Ricagno, Alejandro: 65 n.

n.,

328.

213n., 215, 216. Lumiére, hermanos: 74,

n.

Ortiz, 1

16, 171.

Rauschenberg, Robert: 58, 222. Ravel, Maurice: 123. Ray, Nicholas: 263 n. Rees, A. L: 142 n.

258

n.,

342

n.

Renán, Sergio: 142. Renzi, Juan Pablo: 5 1

Ricardou, Jean: 67 n. Richardson, Michael: 306 n.

Mahler, Gustav: 238. Makavejev, Duáan: 255. Malevich, Kazimir: 81. Mancini, Adriana: 66 n.

Roban, Martín: 95

Mansilla, Lucio V.: 235 n.

Parmiggiani, Claudio: 31.

Rival, Silvina:

Mao, Tse-Tung: 136, 231. Maradona, Diego: 292.

Pastormerlo, Sergio: 218 n.

Robbe-Grillet, Alain: 66, 67.

Paternostro, Néstor: 143.

Rocha, Glauber: 140

Kracauer, Siegfried: 149 n.

Mangone,

Carlos:

272

n.

n.

66 n. 169 n.

Kayser, Wolfgang: 300. Ring, John: 160 n. Kirby, Michael: 161 n., 163. Klee, Paul: 44, 45 n., 46, 47 n. Kluge, Alexander: 148 n. Kostelanetz, Richard: 169 n.

297

Mussorgsky, Modést: 123. Muybridge, Eadweard: 79-82, 84.

273

Franz: 123-125, 135, 137. Longoni, Ana: 51 n., 134.

Kavafis, Konstantin: 232, 236.

n.

323.

n.,

53 n.

Liszt,

Libertella, Héctor:

.,

n.

n.,

Pines, Jean:

Pinera, Virgilo: 194.

Monteagudo, Luciano: 253

Musil, Robert: 63.

n.,

194

.,

Pritchet, James:

Lévi-Strauss, Glande: 158 n.

Kamenszain, Tamara: 283 Kaun, Axel: 332, 333 n.

n.,

Prieto, Martín:

Mujica Láinez, Manuel: Mulvey, Laura: 158 n.

185.

282

Moisés: 317.

Murnau,

Kafka, Franz: 63, 86, 194

78.

218 11 278, 281, 297 n., 324 n. Perloff, Marjorie: 32 n. Perlongher, Néstor: 281 n., 283 n., 297 n., 324 n. Piazzola, Aston 123. Pierre, Sylvie: 255 n., 265. Piglia, Ricardo: 64 n., 68 n., 193, Pauls, Alan:

Molloy, Sylvia: 218 n.

Leibniz, Gottfried: 316.

Juan José: 142.

1

n.

153 n. Michelson, Annette: 156 Mitry,Jean: 14 In.

James, Henry: 24, 202, 220, 225-228, 230 n., 247. Jancsó, Miklós: 185. Jitrik, Noé: 66 n., 159 n., 234 n., 235 n., 276 n., 321 n., 324 n. Joyce, James: 63, 64, 219.

Jusid,

n.

Meiji, Jorge Meijide, llamado:

Morris, Robert: 110.

Lebel,Jean-Jaques: 161. LeGrice,

324

Mayer, Marcos: 107

Merbilhaá, Margarita: 108. Mestman, Mariano: 51 n., 134,

264.

n.

Maranghello, César: 1 73 n. Marey, Etienne-Jules: 79-82, 116. Marimón, Antonio: 297. Marx, Karl: 44, 47, 79 n., 135, 158 n., 207, 209, 270. Marx-Scouras, Danielle: 274 n. Masotta, Oscar: 158, 159 n., 160 n.,

385

Ricoeur, Paul; 79 n. Pablos, Gustavo: 203 n.

Paladino, Diana:

1

79 n.

Paparella, Aldo: 153 n.

Rilke,

Rainer María: 312.

Rimbaud, Arthur: 252, 258, 295, 319.

143

n.

n.,

153.

386

EL SILENCIO Y SUS BORDES

Rodó José Enrique:

233.

Rodowick, David: 156

Rodrigues, Antonio: 204

265

Scriabin, Alexander: 123. Schvartzman, Julio: 234 n., 235

188.

n.,

n.,

255

n.,

n.

SebreUi, Seitz,

Rodríguez Pérsico, Adriana: 234

Romano, Jacobo:

n.

123, 124.

Rosa, Nicolás: 278, 279

n.,

283

n.,

328 n. Rosenbaum, Jonathan: 255, 256. Rossen, Philip: 36 n., 152 n. Rothko, Mark: 331, 332 n. Ruiz, Raúl:

1

ÍNDICE DE NOMBRES

Juan José: 264 n. C.: 222 n.

Serrano, Enrique: 184. Shakespeare, William: 126, 128, 129, 164, 166 n., 174, 184, 186. Sharits, Paul: 156 n., 185. Shaviro, Steven: 115 n.

Shohat,

76.

Ella:

235

n.

Sigal, Silvia: 49,

50

n.

Douglas: 221. Skolimowski, Jerzy: 128. Smith, Tony: 1 10. Sokurov, Alexander: 204.

195.

Ruttman, Walter: 64.

Warley, Jorge: 272 n.

Trotski, León: 130.

Warner, Marina: 301 Wast, Hugo: 207 n.

Solanas,

Femando:

Gerardo: 139.

Vallejo,

Van Gogh, Vincent: 141. Van Rossum-Guyon, Fran(;:oise: 67 n. Vanasco, Alberto: 66 n. Vandor, Augusto Timoteo: 279,

51, 139, 140,

Verón, Eliseo: 158.

Willemen, Paul: Williams,

1

39.

Hugo: 87

n.,

Vimo, Paolo: 55

Sollers, Philippe: 32.

Vivaldi, Antonio: 123.

Solnit,

Rebecca: 80 n. Sontag, Susan: 161, 245

Von

llamado marqués de: 22, 32,

Saer,

Juan José:

Soto,

23, 25, 26, 32, 33,

52, 56, 57, 63,

76

67, 68, 71-75,

92-94, 95

111

n.,

n.,

64

n.,

65,

66

n.,

78, 82-90,

n.,

96-102, 104-109,

112n., 114-116,

Edward: 52

259

235, 258, Saint Victor,

210, 211, 234,

n.,

260,318.

Hugo

de: 260.

Sanford, Mariellen R.: 111 n.

Hugo:

Santo Tomás de Aquino: 287 Sarduy, Severo: 264, 273 n.

71,75, 87

n.,

146

n.,

164,

235

n.,

273

50

n.,

53

12, 3 16.

n.,

66

n.,

212

n.,

311

218

n.,

n.

n.,

235

n.

159

n.

Steimberg, Oscar: 158 n. Stella, Frank: 110.

Straub, Jean-Marie: 185, 214, 219.

Tarkovsky, Andrei: 246. Terán, Oscar: 49, 50 n.

Sarmiento, Domingo: 235.

Thompson,

Satie, Erik: 123.

Tinayre, Daniel: 142.

Scholem, Gershom: 85, 86 n. Schónberg, Arnold: 123, 169. Schoo, Ernesto: 244 n.

Néstor: 137 n., 143 n., 212 n. Tomkins, Calvin: 338. Torre Nüsson, Leopoldo: 142, 219 n. Torres, Fernando: 142 n.

Schwartz, Vanessa: 8 1 n.

Tirri,

163, 198.

n.

Wolf, Sergio: 53

n.,

n., 1 1 1 n.,

Peter; 151, 152

n.,

Xavier, Ismail: 140

n.,

188

1

53 n.

Waldman, Diane: 222

Kristin: 36, 37, 190.

n.,

n.

52, 281,

Zelarayán, Ricardo:

Zenón de

289

Elea: 30, 87.

Zulueta, Jorge: 123, 124.

n.

n.

156

184-186.

Yoel, Gerardo:

n.

52

300.

Wulf, Catharina: 333 n.

218

282

88, 129, 130,

n.,

n.,

53

Sternberg, Joseph: 204, 217,

Walsh, Rodolfo: 32

Steni, Mirta: 1 12 n. Stevenson, Robert Louis: 202, 217. Stewart, Susan: 261, 301. Stockhausen, Karlheinz: 167.

142.

Sarlo, Beatriz: 19,

Spano, Carlos Guido: 3

Stendhal, Marie-Henri Beyle, llamado: 256.

Sand, George: 124. Santiago,

265.

n.,

Speranza, Graciela: 219 n. Spielberg, Steven: 182 n. Stagnaro, Juan José: 1 43. Stanislavski, Konstantín:

n.,

n.

1

Raymond: 46

170.

Stam, Robert: 188

118-121, 325,336-340,344. Said,

Máximo:

297.

n.

Saavedra, Guillermo: 64 n.

75, 284, 293.

23 1

WoUen,

Villanueva, Clao: 126 Viñas, David: 207 n.

Sade, Donatien Alphonse Fran(;:ois de,

224, 259.

Wienne, Robert: 151. Wilcock, Juan Rodolfo: Wilder, Billy: 254.

Vidor, King: 217.

153, 154, 242.

n.

Welles, Orson: 185, 195, 204, 218,

Vertov, Dziga: Vezzetti,

n.

Wedekind, Frank: 24. Weiss, Alien S.: 87, 116

Vallereggio, Gerardo: 141.

280.

Sirk,

Rússovich, Alejandro: 191, 192,

Warhol, Andy: 81.

n.

Trillo, Carlos: 178.

william

Shostakovich, Dmitri: 255

Russo, Edgardo: 193 n. Russo, Mary: 299, 300.

Thomas: 334

Trezise, n.

387

n.

n.,

Esta edición de El silencio y sus bordes. Modos de lo extremo en la literatura y el cine, de David Oubiña, se terminó de imprimir

en

el

mes de

abril

de 201 1 en los Talleres Gráficos Nuevo Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Viel 1444,

Offset,

HH

P O Q HH

DAVID OUBIÑA

Q En El

silencio

y

Oubiña analiza un conjunto de na-

sus bordes David

rraciones literarias y cinematográficas que le permiten pensar el con-

cepto de lo extremo en tanto movimiento, desplazamiento o aproxima-

ción a lo externo, lo extranjero y lo extraño. Se trata de textos filmes y

que comparten un irrefrenable magnetismo por recibidos

como

el límite,

que fueron

atípicos, anómalos, exasperados o provocativos, rea-

lizados en Argentina hacia fines de la

década de 1960 y principios de la de 1970. La elección de dicho momento no es casual; es cuan-

do se produce, de manera exacerbada, esa ambición que atraviesa la modernidad: arrastrar el lenguaje al abismo y entonces hallar su punto ciego. Así, Beatriz Sarlo sostiene

concepto casi soKtario

(el

extremo),

en su prólogo: “Partiendo de un

Oubiña avanza sobre

las obras para

^

construir con ellas

un discurso

teórico que, tanto

como

las obras, se

ubica en relación con las vanguardias del siglo xx”.

A

través de distintos medios expresivos, bajo diferentes formas y produciendo efectos diversos sobre la poética de cada autor, ciertas

obras de Edgardo Cozaiinsky, Alberto Fischerman, Osvaldo Lambor-

O

ghini y Juan José Saer comparten la tendencia hacia lo perturbador de los confines pero reaccionan

este

de modo diferente ante su contacto. De

modo, en su luminoso e innovador ensayo, Oubiña afirma que su

cc

no desde su realización, sino desde

ce

interés es “reflexionar sobre la obra el

punto en

el

que fue puesta en cuestión, desde

le hizo justicia

demasiado

y fue ajusticiada. Desde

el

el

extremo en que se

punto en que se ha ido



o •

lejos”.

i-H

PQ 7611

0935 2011

El silencio y sus bo MODOS DE

1,0

EXTREMO

EN lA LITERATURA

Y EL C

MAIN

m

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