(elisabeth Clare-prophet) - Misterios Del Yo Superior

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Índice PREFACIO CAPÍTULO

1 - KAL-DESH:

TIEMPO Y ESPACIO ENTRELAZADOS

Cada uno de nosotros es un maestro Pensar en función de la cabeza y del corazón Los cinco sentidos y los siete chakras revelan la realidad Viviendo en la niebla y en el cristal Aprender las lecciones de nuestra historia, del pasado Somos los únicos autores de nuestro destino Podemos explorar el misterio del Yo El problema del deseo El fuego violeta y el fíat creativo El animal humano se re-crea a sí mismo La segunda venida de Cristo Las antiguas hermandades y el fíat del orden CAPÍTULO

2 - LA

GRÁFICA DE LA

PRESENCIA

YO SOY

Tu relación personal con Dios Ser una manifestación de Dios Diagrama del Reino de Dios dentro de ti La llama violeta y la ley de la recompensa ¿Dónde está Dios? Tu amada Presencia

YO SOY

Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros Tu yo infinito y tus cuatro cuerpos inferiores La octava etérica: el umbral de la segunda venida

El cordón de plata El Consejo Kármico reduce el cordón de plata La llama trina de la vida El Unigénito del Padre: tu Santo Ser Crístico Equilibra la llama trina Tu cuerpo causal Cómo acceder a tu cuenta corriente cósmica El tubo de luz CAPÍTULO

3 - LA

INTEGRACIÓN DE LOS CHAKRAS

La dimensión que falta en la buena forma física La llama trina del corazón Mantras de luz para el corazón Vitalidad y prana El poderoso centro de la garganta El lugar del sol El ojo interno El chakra de la libertad El loto de los mil pétalos El chakra de la base de la columna CAPÍTULO

4 - LAS

VERDADES ETERNAS

El sentido del Yo El buen samaritano La definición del amor Reconocerse digno y conocer las necesidades propias La mecha del Yo Nuestra identidad es una continuidad en Cristo ¿Por qué nos revestimos de mortalidad? La respuesta está en las escuelas de misterios No eres pecador, ¡simplemente no estás despierto! CAPÍTULO

5 - CONTINÚA

LA OPORTUNIDAD

¿Qué y quién es verdadero? Cristo, el juez de los vivos y de los muertos Problemas psicológicos del ego rebelde Llama al Arcángel Miguel La creencia en un demonio personal Nuestra victoria sobre los problemas de la vida El libre albedrío: el único ‘inconveniente’ Las serpientes toman el camino bajo y descarrían a la humanidad La conspiración contra los Hijos de la Luz Las enseñanzas perdidas de Jesús acerca de la historia planetaria Iniciación ante las doce puertas de la Ciudad Santa Hemos vivido antes La humanidad ignora la ley del karma La Verdad destrona a los engaños doctrinales Reencarnación: la misericordia y la justicia de la ley El Cristo viviente es el salvador universal La romanización de Cristo y el cristianismo La era de la apostasía y de un Dios airado no ha terminado Cristo, la Ley, el

YO SOY

en cada hombre

«Mirad cuál amor» La doctrina de la Iglesia sobre el pecado genera más pecado NOTAS OTROS

TÍTULOS

Prefacio

Bendito lector, ten paciencia con nosotros en tanto vamos revelando los misterios de Dios. Sé paciente con nuestro esfuerzo, ya que, unidos, caminamos y hablamos con Jesús y con los hijossiervos del cielo, cuyas revelaciones portamos; puesto que, como emisarios de su enseñanza, debemos tratar de explicar, conforme a la manera de pensar y a las modalidades teológicas del siglo XX, una amplia gnosis del Señor que puede o no encajar necesariamente en los planteamientos y vericuetos mentales de aquéllos a quienes va destinada su Enseñanza Perdida. Por encima de todo, ten paciencia contigo; aguanta hasta el final de nuestro tratado, y ora fervientemente y sin temor al Espíritu Santo para que te ilumine, tanto a través de la palabra escrita como más allá. Estas páginas son un sendero ajardinado en donde encontrarás a Nuestro Señor Jesús y a los magistrales seres e inteligencias que componen la «nube de testigos» del Cristo Universal, cuyo punto de Luz está también en todos nosotros. En los cuatro volúmenes de esta obra te brindamos la más valiosa instrucción que hemos recibido durante muchas vidas del Buen Amigo y Pastor de nuestras almas. Aunque las palabras e imágenes no sean aquéllas que Cristo utilizó hace dos mil años, hallarás en ellas el núcleo del mensaje que él impartió en el camino a Emaús, en Betania, con María, Marta y Lázaro, entre los pecadores y los publicanos, a las multitudes en el desierto, a la vera del mar y en las montañas, en la sinagoga de Nazaret, en el templo de Jerusalén y en el monte de la Transfiguración junto con Pedro, Santiago y Juan, así como también el mensaje que susurró al oído de Pablo.

No encontrarás dos docenas de parábolas perdidas con un reparto compuesto de segadores, siervos, hombres ricos, vírgenes y semillas de mostaza; sino que aprenderás de nuestro reparto formado por Fords, Chevrolets, filósofos de andar por casa, nuestro Pierre y nuestro loro, y de las muchas escenas de la vida de las cuales Jesús se ha valido para enseñarnos los sutiles aspectos de la Ley. No hallarás palabra por palabra los vocablos y las frases suprimidas de los Evangelios, pero sí las verdades esenciales que contenían, así como algunos de los secretos más valiosos del Señor que transcribiremos aquí: algunos, de forma clara para todo el mundo; otros, envueltos en el enigma, para que los amantes de acertijos y los detectives los resuelvan. Puede que te descubras releyendo estos volúmenes en tanto vayas eligiendo cuidadosamente las piezas perdidas que llenan el mosaico de tu vida interior a medida que comulgues con el Maestro en los claustros de tu alma. Los capítulos que exponemos para ti en el nombre de Jesucristo y en defensa de todo buscador de su Verdad contienen los fundamentos de sus Enseñanzas Perdidas, que él mismo nos ha enseñado. Profundas en su simplicidad, cuando se comprenden conducen a las complejidades de la Ley de la verdadera esencia de cada hombre en Dios. Los cuatro libros de esta serie constan de catorce conferencias que pronunció Mark entre 1965 y 1973, clarificadas gracias a las lecciones que Jesús nos ha dado por medio de dictados, sermones y cartas durante los últimos treinta años. El mensaje que se despliega como la rosa de Sharon se ha recopilado partiendo de dichas fuentes, así como también de conversaciones privadas con el Maestro. Es el regalo del Señor a tu alma, con el fin de que puedas guardar su llama y no te extravíes cuando la oscuridad del karma individual y planetario cubran la Tierra y todo lo demás falle: instituciones humanas, naciones y sus ejércitos y armamentos. Tal como él nos dijo: «Aunque el cielo y la tierra pasen, mi

Palabra vivirá eternamente en los corazones de aquéllos que sean los supervivientes espirituales de la escuela de la Tierra. ¡Id, encontradlos y mostradles el camino!». Recomendamos de manera especial a aquéllos que nunca han tenido contacto con el núcleo de las enseñanzas de Jesús tal como las hemos presentado en nuestro ministerio, que lean con renovada esperanza estos capítulos de la sabiduría del Salvador. Estas enseñanzas han sido reunidas con el fin de disolver el cisma en el colectivo político, de fomentar el espíritu de ecumenismo, y para curar las enfermedades de la carne y del espíritu, así como las de la angustia del alma por su soledad en tiempos de inquietud y aflicción. ¡Oh, mundo, necesitas esta enseñanza más de lo que puedas imaginar, debido a lo que se le avecina a tu alma y a la de tus habitantes en los tiempos venideros! Toma este libro y cómelo; disfruta de su dulzura en la boca, resístete a la amargura que sientas en el vientre, y entiende la necesidad de que la plena alquimia de la Palabra produzca su efecto en ti. Nosotros somos los dos testigos, cada uno en una orilla distinta del gran río de la Vida. Predicamos su Evangelio Sempiterno y la sabiduría oculta: porque el Cordero ha llegado, y también el misterio de Dios que no concluirá hasta los días en que se oiga la voz del séptimo ángel. La profecía se ha cumplido. Aquello que fue revelado a los discípulos en el alto aposento se grita ahora desde los tejados. Al fin aparece el sendero del discipulado al que Jesús llamó a sus elegidos, para que todos lo vean y lo conozcan y participen de estos tiempos finales de la era de Piscis, pues la luz de Acuario apunta en el horizonte. Con nuestra vida hemos dado los discursos del Salvador para que tu corazón los conserve, con total garantía por parte del propio Jesús de que, a través de estas páginas y de tu unión con su sagrado corazón, podrás buscar y encontrar las llaves del

reino. El Señor aguarda. Te rogamos que tomes su regalo, confiado a nosotros para ti, antes de que sea demasiado tarde. Con lealtad,

Siervos de Dios con Jesucristo

A nuestros queridos amigos de todo el mundo, quienes han sobrellevado con nosotros nuestras dificultades y nuestros triunfos en Jesucristo. Sin vosotros, sus Enseñanzas Perdidas no podrían haberse predicado ni publicado en todas las naciones.

Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios. En efecto, ¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado, de las cuales también hablamos, no con palabras de sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales. El Apóstol Pablo

1 Co. 2:10-13. Biblia de Jerusalén. La Biblia de Jerusalén es una traducción católica romana de la Biblia elaborada originalmente en francés en la Escuela Bíblica Dominica de Jerusalén (1956). El equivalente en inglés (1966) se tradujo directamente de antiguos textos hebreos y griegos y se comparó con la traducción francesa, utilizando recientes investigaciones en arqueología, historia y crítica literaria. La Biblia de Jerusalén emplea un lenguaje más coloquial que la traducción más antigua de la Biblia y se considera una obra exacta y erudita.

Capítulo 1 Kal-Desh: Tiempo y espacio entrelazados

Queremos hablar del tiempo, kala en sánscrito, y del espacio, desha en la misma lengua1, y del tiempo y el espacio entrelazados; y queremos hablar de ellos en función de la historia del pasado y del futuro (o lo que va a ser), y del cumplimiento de los ciclos de la vida.

Cada uno de nosotros es un maestro No hace mucho tiempo, todos nosotros estábamos sentados en una trona, derramando la papilla por la barbilla. Y ahora estamos aquí, bastante lejos de ese estado lamentable, y se supone que tenemos un mayor conocimiento y un concepto más elevado de lo

que es la vida, para poder enseñar a nuestros hijos tal como dice la vieja canción: «Madre, enseña a tus hijos…». Cada uno de nosotros es un maestro. Pero, en ocasiones, olvidamos que tenemos que desempeñar este papel. A menudo creemos que somos víctimas de tiranos, como si la vida fuera un tirano, como si en cualquier parte adonde miráramos, viéramos un estado dictatorial contra el cual tuviéramos que rebelarnos.2 De pronto nos detenemos y comenzamos a darnos cuenta de lo que yo me percaté hace mucho tiempo: de que el profesor más mezquino que tuve en la escuela (mi profesor de latín) fue, en realidad, el que más me enseñó. Debemos hacernos esta pregunta: ¿Queremos realmente alguien amable y encantador que nos dé una palmadita en la espalda y nos diga: Sí, has aprendido todas tus lecciones, Juanito; María, lo sabes todo, ¡eres maravillosa! cuando en realidad somos los últimos de la clase? ¿Es eso lo que queremos? ¿No deberíamos mirar con respeto a esos que nos parecen tiranos debido a su diligencia y desear disciplinar nuestra alma tal como Dios lo hace? ¿No deberíamos respetarlos como nuestros más dedicados maestros, quienes nos enseñan lo mejor de la vida que es gratis, pero cuyos preceptos no tienen sentido para nosotros a menos que los aceptemos? Así, no nos rebelaremos más, sino que daremos la bienvenida a la vara correctora que habla en nombre del Señor y nos dice: «Al que amo, castigo».3

Pensar en función de la cabeza y del corazón Detengámonos un momento y comencemos a meditar sobre el pensamiento. Sí, meditemos sobre el pensamiento. ¿Qué es el

pensamiento? Hemos oído hablar del antiguo Thoth, el atlante, el gran maestro Thoth. Y llegamos a percatarnos, si nos paramos a pensar en la relación entre las palabras, de que pensamiento+ y Thoth4 quizá sean lo mismo; que la palabra pensamiento puede haber derivado de su nombre. Pero sea verdad o no, esto no es tan importante como el hecho de que se nos ha investido con la capacidad de pensar. Sin embargo, este gran tanque pensante que tenemos [señalando la cabeza] y este otro gran tanque pensante que tenemos aquí [señala al corazón] no siempre funcionan juntos, tal como debería ser. Ya que el hombre debe pensar tanto con su cabeza como con su corazón. Lo que sucede es que separa el corazón de la cabeza y nos encontramos con que el corazón, el cual expresa los sentimientos del hombre, gobierna la cabeza. Así pues, en casi todos los casos en que entran en juego las motivaciones (por ejemplo, en el área de las ventas), cuando quieres venderle algo a alguien, te diriges a su cabeza y le dices: Este producto va a serle muy útil, pero no muestras suficiente entusiasmo. Empiezas a citar hechos, cifras y gráficos y todo el mundo parece no haber quedado impresionado, como si no estuviera pasando nada, pues en realidad no pasa nada. Al rato, comienzas a tener una idea. Captas el mensaje del corazón; empiezas a entusiasmarte y, con tu entusiasmo, estás creando un sentimiento contagioso que fácilmente capta cualquiera a nivel emocional. ¿Qué es la emoción? Es E —energía— en movimiento. Has creado un sentimiento y, donde se crea un sentimiento, ya sea bueno o malo, éste dirigirá la cabeza y, en la mayoría de personas, ganará siempre. Así que, si el marido está pensando con la cabeza y la esposa está sintiendo con el corazón, la esposa ganará; pero si ocurre lo contrario, por extraño que parezca, él ganará. Y siempre sucede así; es el corazón el que dirige. Mas, en realidad, la idea no es que funcione de esta forma.

Debemos aprender a pensar con nuestro corazón y a gobernar nuestros sentimientos, con el fin de que no siempre seamos arrastrados por las mareas de la emoción. Cuando somos capaces de sentir con nuestra cabeza y de pensar con nuestro corazón y viceversa, entonces tenemos una gran dualidad a nuestro favor y una situación privilegiada, en la que, si así lo queremos, podemos tener control absoluto sobre nosotros mismos. Somos dueños de nosotros mismos. Somos capaces de pensar de la forma en que Dios desea que pensemos: pensar con nuestra cabeza, pensar con nuestro corazón, sentir con nuestra cabeza y sentir con nuestro corazón. Podemos aprender a hacerlo, por difícil que parezca.

Los cinco sentidos y los siete chakras revelan la realidad Ahora, con respecto al pensamiento, voy a pedirte que pienses conmigo, a medida que exploramos la gran esfera de la realidad que se nos da a conocer a través de nuestros cinco sentidos. Nuestros cinco sentidos telegrafían a nuestro yo interior lo que está sucediendo. Nos revelan el mundo, pero sólo una parte de ese mundo. Por lo tanto, a menos que se nos haya dotado de la capacidad acelerada de los sentidos superiores, no podemos adentrarnos totalmente en el mundo interior. Así pues, vamos a parar al lugar donde vamos a remontar los treinta y tres escalones de la escalera vertebral hasta el cráneo, el Gólgota, donde el Cristo está crucificado entre los dos malhechores5, que son los lóbulos anterior y posterior de la glándula pituitaria. Piensa en ello por un momento y, si no puedes resolver el misterio, tendrás que decidir que vas a seguir buscando hasta que puedas resolverlo, porque tiene un gran significado para cada

individuo y se relaciona con el brote de las flores espirituales en el tallo vertebral: son los grandes centros espirituales (chakras) que culminan en el loto de la luz de los mil pétalos, justo aquí en la coronilla, donde el latido del cordón cristalino puede observarse en el bebé recién nacido. Cuando el loto de luz de los mil pétalos se abre, revela el universo completo al hombre. No existe nada oculto a los ojos de uno cuando el chakra de la coronilla se abre, sólo existe la penetración total del hombre interior alcanzando y percibiendo todas las cosas como son en realidad. Ahora bien, por suerte o por desgracia, a mucha gente le gusta ser pragmática. Quiere resultados inmediatos. Esto, por supuesto, puede ser muy bueno. Tiene su mérito. Pero, en ocasiones, no da una imagen clara de lo que nos acaba de pasar o está a punto de sucedernos. No nos interesa una burbuja que está flotando en un nivel que es casi infinito en su plano horizontal, sino que deseamos conocer la relación entre esta burbuja y el plano, y con respecto a la superficie cuya inclinación estamos midiendo.6 Asimismo, a menos que tengamos algún sistema arbitrario de calificación de la escala de nuestros juicios, nuestros valores quedarán desvirtuados, ya sea porque veremos a través de los ojos de la sociedad contemporánea o porque leeremos, como lo hacen otras personas, pero sin llevar nunca nuestros pensamientos más lejos que los de los demás. Estaremos consiguiendo lo que se conoce como mediocridad. No puedo creer que sea la voluntad de Dios que el hombre, creado a Su imagen, esté destinado a pensar en términos mediocres. ¡Debemos pensar a lo grande! Tenemos que albergar pensamientos gigantescos, pero debemos conectarnos con la realidad, y esta realidad ha sido ya establecida para nosotros; no estamos en un mundo donde la realidad no exista. Hay quienes han venido a este planeta y han derramado la papilla por la barbilla al igual que nosotros, pero hoy son Maestros espirituales: maestros de sí mismos y de su destino. Una

vez ellos caminaron entre nosotros y hoy están todavía en contacto con nosotros. Si tus centros espirituales dan vueltas llenos de luz —esos pequeños transformadores (los siete chakras) que Dios ha colocado en tu interior— puedes sentir la energía cósmica fluyendo a través de ti cuando estás en presencia de uno de los Maestros o cuando escuchas sus dictados grabados. Esta energía pasará a través de ti y lo notarás. Si tus centros están cerrados, puede que no sientas la vibración del Maestro Jesús, pero al menos oirás sus palabras y te beneficiarás de su instrucción. Y comprenderás parte de ella, espero, y la gran importancia de su Enseñanza Perdida traída a nuestro recuerdo en estos tiempos difíciles.

Viviendo en la niebla y en el cristal Llegamos ahora al concepto del tiempo, que es el primero que trataremos. Este kal es un cálculo infinito de lo finito. Porque, como verás, todo lo que podemos hacer con un trozo de cuerda que representa toda la Historia conocida es partido en segmentos más pequeños, a los que llamamos años. Tomamos este trozo de cuerda y, de forma caprichosa, le hacemos una marca y decimos que éste es tal y tal año, y este otro, tal y cual año. Hace dos mil años nació Cristo; ponemos esta fecha en la cuerda y la llamamos d.C., año de nuestro Señor. Pues bien, cuando llegamos al final de la cuerda, llegamos al final de la Historia actual. Entonces tomamos otra cuerda; no la unimos, sólo extendemos esta última en una línea siguiendo la misma dirección que la anterior porque se mueve hacia adelante. Nuestra historia ha alcanzado nuestro presente y el futuro es desconocido. Ahora nos damos cuenta de que en realidad no sabemos lo

que va a pasar porque, tal como dice Kahlil Gibran en El profeta: «La vida y cuanto en ella vive son concebidos en la niebla, y no en el cristal. Y, ¿quién sino el cristal sabe que es niebla en ocaso?».7 Así pues, hay algunas personas que tienen esta pequeña idea en su cerebro. Se dicen a sí mismos: Bueno, lo que yo piense no es importante, es lo que yo haga lo que cuenta. Pero voy a decirte que lo que pienses es importante y lo que hagas también es importante. Te lo voy a mostrar por medio de la afirmación de Kahlil Gibran. Pongamos por caso al hombre que concibe la idea maliciosa del adulterio. De acuerdo con las sagradas escrituras, un hombre que mira a una mujer con lujuria en su corazón ya ha cometido adulterio8. Recuerda esto. Jesús lo dijo: si lo piensa en su corazón, ya ha cometido el acto, es decir, lo ha cometido en su corazón. Un hombre me dijo una vez: Bien, lo mismo da que yo cometa adulterio o no porque ya lo he pensado y, por tanto, estoy comprometido con ello. Deseo demostrarte que aquí es donde el hombre piensa equivocadamente. Vivimos en la niebla y vivimos en el cristal. La niebla es el estado mental por medio del cual comenzamos el proceso mental que puede terminar o no en el cristal. Cuando Judas Iscariote pensaba que iba a traicionar a Cristo, estaba aún en la niebla. Pero el Maestro leyó su pensamiento y dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo más pronto»9. Y, tras haber recibido el soborno, inmediatamente fue a traicionarle. Ahora bien, cuando lo traicionó es cuando hubo cristalización. La bruma del pensamiento se había cristalizado y ya no podía ser cambiado. Era un hecho inalterable. Su fantasía se hizo realidad en el momento en que el acto fue consumado y se convirtió en parte de la Historia. El pensamiento había atravesado el nexo y, por medio del apoyo de la voluntad, se convirtió en acción indeleblemente estampada en ákasha*. Karma. No importa qué acto pienses realizar. Mientras no sea

cristalizado en una acción, existe la esperanza de que puedas evitar el karma de acciones que contarán en el registro de tu vida solamente cuando se cometa el acto. Sabio es el hombre que no se permite caer en el abismo de los malos pensamientos a priori. Pero si cae en el mal pensamiento, sabio es el que rápidamente se corrige, antes de que se convierta en un hecho registrado, en segundo lugar. Como dijo el Maestro: «No puedes evitar que un pájaro se pose sobre tu cabeza, pero no tienes que dejarle que haga un nido en tu cabello». Y ésta es la idea principal para todos nosotros. Ejercitar el control sobre nosotros mismos es darnos cuenta de que vivimos en la bruma del pensamiento, el cual debemos aunar a la Verdad y a la Justicia antes de que se cree un hábito «más poderoso que nosotros» y plasme las energías del pensamiento y el sentimiento en palabras y hechos que lamentaremos más tarde. Cuando nos encontremos en los dominios de la cristalización del pensamiento, es mucho mejor que observemos nuestros pensamientos antes de que se manifiesten en el campo de la acción, porque el karma (consecuencias) del pensamiento no es tan grave como el karma (consecuencias) de las acciones. Porque el karma de las acciones afecta a la vida de otras personas de forma más física y, por lo tanto, a menudo de modo irrevocable; mientras que, con el karma del pensamiento, aunque el efecto puede ser más psicológico, puede curarse, sellarse y deshacerse el daño «antes de que sea demasiado tarde». Como se dice: antes de que la suerte esté echada. La cuestión es que la transmutación es, por regla general, más fácil de efectuar en el plano mental que en el físico; aunque no siempre, como en el caso de la crueldad mental y del abuso emocional, si bien también éstos son el resultado de actos cometidos. Mientras sólo estemos tratando con nuestro pensamiento privado —aunque esté equivocado y, a menudo, acarree un «karma mental» proporcionado a su duración— éste puede hacerse retroceder, podemos purificar nuestro deseo y, por medio

de nuestro libre albedrío y la aplicación correcta de la ley cósmica, retirar, así, de nuestra conciencia esta sucesión de intrigas. Es maravilloso saber que existe esperanza para la gente después de haber errado. Y es algo maravilloso que haya esperanza para la gente antes de haber errado, pero, aun así, pienso que tal como mi madre decía: es mejor prevenir que curar. ¿No te parece?

Aprender las lecciones de nuestra historia, del pasado Y, como ya hemos hablado bastante de la conciencia humana normal y su forma de hacer las cosas, vamos a mirar hacia atrás y hacia adelante en la Historia y vamos a ir a los orígenes mismos de la evolución de nuestra alma. Podemos volver a los jardines colgantes de Babilonia. Podemos ver la gran torre de Babel. Incluso podemos percibir con el pensamiento a Sodoma y Gomorra. Podemos experimentar el pasado, tal como hizo Risë Stevens en el antiguo anfiteatro de Atenas. Mientras cantaba el aria de lamentación de Orfeo, al pie de la Acrópolis, el escenario se inundó del claro de luna, ella «perdió todo contacto con la realidad» y sintió que estaba en la antigua Grecia «mental y físicamente», viviendo una vida anterior en la cual ella había actuado en ese mismo escenario. Más tarde escribió sobre el incidente, diciendo que había terminado el aria como si estuviera en éxtasis y que «había caído de rodillas sobre el cuerpo de Eurídice». Hicieron falta cinco minutos de ensordecedores aplausos para traerla de vuelta al presente.10 Hemos vivido en el pasado y hemos vivido en el presente. Y también hemos vivido en el futuro, que se ha convertido en

nuestro pasado y en nuestro presente. Pero nuestro mañana no puede ser mucho mejor de lo que son nuestro hoy o nuestro ayer, a menos que trascendamos ambos y nos convirtamos en maestros de nuestro destino. Al haber edificado nuestro hogar en el pasado, éste afecta a nuestra vida. De hecho, a menos que aprendamos la alquimia del cambio, nuestro pasado se convierte en nuestro presente y en nuestro futuro. Y podemos ser su prisionero: lo único que tendremos que esperar de la vida será las repeticiones que nosotros mismos proyectemos sobre la pantalla de la vida; cuando lo que tenemos que hacer es asignarnos un papel nuevo y futurista. Así pues, el presente y el futuro pueden ser sólo una página en blanco si limpiamos nuestro mundo de las causas que nosotros mismos pusimos en movimiento ayer. Si no lo hacemos, tan cierto como que Dios creó manzanas verdes, esas causas volverán a nosotros para anidar (hoy o mañana) y, de repente, gritarán: ¡Sorpresa! Sí, los enredos kármicos de ayer producen acontecimientos y efectos secundarios que tienen magnetismo propio. Su fuerza o campo energético puede sentirse; tiene peso y gravedad. Puedes llamarlo astrología o destino, o lo que quieras, pero el hecho es que demasiado a menudo permitimos que los efectos de causas que nosotros y sólo nosotros creamos (y que por lo tanto estamos obligados a deshacer) nos impidan estar en el centro del escenario y bajo la luz de nuestra propia Presencia YO SOY, quien espera que actuemos correctamente, tanto en la niebla como en el cristal. A la mayoría nos gusta pensar sólo en función de nuestra actual encarnación, de nuestra vida presente. Nos gusta pensar en nuestra madre, en nuestro padre, en la vieja hacienda y en los buenos tiempos. Algunas personas en este salón vuelven a los tiempos de los carros de caballos y algunos recuerdan el modelo T o el modelo A de auto. Algunos, por supuesto, tienen un pasado diferente y solamente recuerdan la televisión. Pero vemos, tras el

archivo y el recuerdo de la psique, que todos nosotros retornamos a algún lugar en el pasado distante. Y algunos de nosotros podemos ir más lejos en el pasado que otros. Podemos volver a las ruinas y a los registros de la civilización sumeria, al margen de las actuales crisis de Oriente Medio. Podemos regresar al tiempo de la construcción de las antiguas pirámides y al momento en que se esculpió la esfinge. Podemos volver, a través de los recuerdos de nuestra alma, a muchos países y a muchas regiones; y el recuerdo almacenado en el inconsciente, escrito en nuestros «corazones»11, tal como nos dice Jeremías, nos revela muchas cosas. Así, podemos leer y aprender las lecciones de nuestra propia historia y procurar, si así lo deseamos, que la historia no se repita debido a nuestra negligencia en cuanto a estudiar la química de nuestro corazón y los elementos que componen nuestras acciones, reacciones y las desafortunadas distracciones que nos impulsan, por medio del karma del deseo, a alejarnos del camino de nuestro Dios. Algunos de nosotros caminamos por los mismos lugares que caminó Jesús. Algunos de nosotros podemos recordar el Gólgota. Algunos de nosotros podemos recordar otros tiempos y otros lugares. Hemos participado en diversas empresas a lo largo de la Historia. Algunas personas que están aquí ahora estuvieron en la Guerra de las Rosas. Algunos recuerdan al rey Enrique VIII. Otros surcaron los mares con Cristóbal Colón. Otros, por supuesto, han sido mendigos. Algunos han sido príncipes, y hay quienes de verdad han sido reyes y reinas.

Somos los únicos autores de nuestro destino Hemos sido muchas cosas y no siempre hemos estado en la

cima ni tampoco en el fondo. Algunas veces hemos estado en el medio, y otras, hemos quedado atrapados entre medio. Hemos pasado por muchas situaciones distintas en nuestras vidas pasadas. Y nuestro futuro será exactamente lo que hagamos de él. De hecho, el guión está ya escrito; sólo nosotros podemos borrarlo, porque somos los únicos autores de nuestro destino. Por eso a los Maestros les interesa tanto nuestro estado de conciencia. Quieren que seamos capaces de explorar todo el pasado, aprender las lecciones de forma desapasionada y, después, mirar al futuro con esperanza y alegría, nacidas de la idea de que Dios ha colocado el lápiz en nuestras manos: ¡podemos volver a escribir el pasado sobre las páginas del futuro! Creo que es una gran tragedia que la mayoría de nosotros viva al momento. Quiero decir, que nos levantemos cada día y digamos: ¿Qué me traerá este día? Pues no lo sé. ¿No es una tragedia que tengamos tan poco control sobre nuestra vida que digamos que no lo sabemos? Sobre todo cuando a niveles subconscientes sabemos el final desde el principio, porque lo hemos visto antes, antes incluso de encarnar en esta vida. ¿No crees que cuando Dios dijo al hombre: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra», es decir, «gobernad la Tierra», Él se refería a ejercer el control sobre uno mismo y su entorno a través de la planificación cuidadosa y del esfuerzo consciente, incluso al explorar los misterios del ser y la ciencia? Es una gran burla a la Ley que nos hayamos valido de las promesas de la automaestría predestinadas en las alianzas y los mandamientos de Dios. ¡Ni siquiera tenemos suficiente maestría sobre el destino para conocer, ser y decidir lo que nos va a suceder en un solo día, un día cualquiera de nuestra vida! En lugar de hacer que las cosas sucedan, nos limitamos a sentarnos y dejar que el futuro se decida por sí mismo, en vez de darnos cuenta de que somos nuestro pasado, nuestro presente y nuestro

futuro. Por lo tanto, no importa lo que hagamos, estamos siempre decidiendo ser alguien, quedándonos como éramos, aparentando que cambiamos cuando realmente no lo hacemos (aparentar ser, pero no ser); sentir, gustar, oler y ver o no ver. Las oportunidades son infinitas, pero nosotros aún somos finitos y podemos manifestar solamente unas cuantas de estas oportunidades. Deja que sean sabios en la niebla para que nosotros no tengamos que deshacer el cristal, molécula a molécula.

Podemos explorar el misterio del Yo ¿Debemos creer siempre que el futuro es un gran misterio y que nunca podremos traspasar el velo y extraer el enigma de su misterio? Querido corazón, el futuro sólo será el enigma en que nosotros lo convirtamos o el misterio que descubramos. Podemos explorar el misterio del yo si así lo deseamos. Mediante las enseñanzas de los Maestros, mediante una percepción espiritual, podemos mirar hacia adelante. Y también podemos planificar el futuro por adelantado. Podemos hacer que las cosas sucedan. Existen dos clases de personas: las que hacen que las cosas sucedan y las que observan cómo suceden. Ahora bien, a nosotros nos interesa ser capaces de hacer que las cosas sucedan. ¿Es algo malo? ¿Acaso Dios nos culparía por hacer que las cosas sucedan? ¡Al contrario! Nos culpa por sólo observar cómo suceden. Porque, cuando lo hacemos, no estamos participando en absoluto en el constructivismo que yace como un muelle enrollado en nuestro interior. Tú dirás que no tienes ningún poder dentro de ti. Pues bien, estoy aquí para asegurarte que, si sigues las verdaderas enseñanzas de Jesús dadas por los Maestros Ascendidos y, si las

sigues durante suficiente tiempo, las enseñanzas mismas te demostrarán sin lugar a dudas que sí tienes el poder y, además, el poder supremo para hacer que sucedan cosas en tu vida. Y cuando te demuestres a ti mismo que puedes hacerlo, verás que puedes gobernar tu vida de ahora en adelante. Y tu futuro puede hacerse a medida, como tú lo quieras. Pero, por supuesto, siempre habrá gente que saldrá con esta pregunta: ¿Y qué es lo que quiero? ¿Y cómo sabré cómo lo quiero? Ni siquiera sé cómo quiero que sea mi vida hoy, con que no digamos mañana, o pasado, o el día siguiente. De todos modos, querido corazón, ya has creado tu ayer, tu hoy y tu mañana. Y, a menos que te sientes en el asiento del conductor y te conviertas en el auriga de tu propia carrera contra el karma, no vas a ser el primero en llegar a la meta. Tu propia creación humana puede muy bien tumbarte de un puñetazo.

El problema del deseo Vamos a hablar acerca de dar a alguien un millón de dólares. Le das un millón de dólares y se queda estupefacto con el regalo, pero no sabe qué hacer con él. Por supuesto, todo el mundo dice: Yo sí sabría qué hacer si tuviera un millón de dólares. Y piensa en todas las cosas que podría hacer con ese dinero. Pero no es tan fácil como parece. No puedo hablar por la experiencia de que alguien me haya dado un millón de dólares, pero ha habido gente que me ha hecho regalos durante mi vida. Y he vivido la experiencia de haber entrado en tiendas y no saber en qué gastar una cierta cantidad de dinero que tenía en el bolsillo que yo creía que debía gastar. ¿Sabes cuál era el mayor problema? Tener tantos deseos, hasta llegar al punto de preguntarme: ¿Qué puedo escoger con

este dinero ya que no tengo suficiente para comprar todo lo que veo? ¿Qué elegiré? ¿Qué me voy a comprar? Las ideas llovían, eran como una ventisca. Como si estuviera en medio de una tormenta de nieve que te golpeara de un lado al otro de la tienda. Al final, vuelves a casa con el dinero en el bolsillo —a pesar de que el dinero te quemaba en el bolsillo cuando fuiste a la tienda— y te dices: Bien, mejor me guardo el dinero y no hago nada, porque no eres capaz de decidirte por nada. Ello muestra que el hombre tiene un verdadero problema. Su verdadero problema es que necesita aprender a educar su deseo, a dominar la caótica situación de la mente que le impide decidirse por una cosa determinada que él siente que es lo más importante para su vida. Por lo tanto, creo que todos deberíamos detenernos por un momento y dejar de pensar al azar en lo que podríamos llamar la corriente de la conciencia. La mayoría de la gente piensa siguiendo esa corriente. Y ¿sabes que la corriente de conciencia planetaria está embarrada con los desechos de los pensamientos y sentimientos humanos que han sido arrojados a ella desde todas partes del mundo? Debido a esa contaminación, tenemos que aprender a proteger nuestra aura y nuestro cuerpo astral de los intrusivos pensamientos negativos del mundo, esas «flechas de infame fortuna» que rodeaban a Hamlet. Tenemos que aprender a levantar el escudo de la mente con el fin de aislar de nuestra conciencia esos pensamientos, de modo que podamos construir grandes pasiones positivas por lo que Dios quiere que poseamos. De otra forma no podemos siquiera recibir los regalos que Dios quiere darnos. Él tiene muchos tipos de regalos para nosotros y está listo para entregárnoslos ahora mismo. Pero no podemos recibirlos hasta que no hayamos purificado nuestros deseos. ¿Lo entiendes? El deseo es importante, pero se trata de una clave que puede

comprenderse a través de la interpretación esotérica de las dos sílabas de la palabra deseo*. De significa divinidad (la Deidad de tu yo); dicho de otro modo, tu poderosa Presencia YO SOY. ¿Y qué es sire? Significa señor. Es el término por el que designamos al Hijo de Dios. Si pones ambas palabras juntas, tendrás a Dios y al Hijo de Dios, (o la poderosa Presencia YO SOY y el Santo Ser Crístico): Desire. Otra forma de interpretar esta palabra y el poder cocreativo que transmite es percatándonos de que la Deidad engendra al Hijo de Dios de entre las profundidades de su propio deseo. Y si quieres comprender la ciencia del Ser, deberías saber que tu Presencia YO SOY por medio del «Sire» (tu amado Yo Crístico), derrama sobre ti, a través del poder de la Palabra hablada, el mismo poder para re-crearte a imagen de la Conciencia Superior por la que saliste de Elohim en el principio. «Hágase la Luz»12. Este es el fíat original del Señor que creó el cielo y la Tierra. «Hágase la Luz». Dilo con determinación. Con el más profundo deseo del corazón. Con la presencia de tu Yo Crístico que ordena la Paz. «Hágase la Luz». Dilo ante cualquier problema y tentación. Dilo en tu mente y en lo más secreto de tu corazón. Dilo en tus deseos y en la meditación de tu alma. «Hágase la Luz». Dilo por tus seres queridos. Utiliza este decreto divino para curar al enfermo, para desafiar a los malhechores y poner orden

en el caos de las crisis globales. Dilo en el ojo del torbellino de Dios y en el centro de Su furia, y cuando las fuerzas elementales arrasen con fuego e inundación. Dilo en las orillas de la vida, a tus seres queridos y a tus hijos cuando estén felices y despreocupados y cuando estén agobiados por el vacío que crea la falta de cuidado y de creatividad. Y cuando la Oscuridad cubra la tierra

y su faz sea consumida por la guerra, las plagas, el hambre y la muerte, diles a toda la Tierra y al Sol: ¡«Hágase la Luz»! «Hágase la Luz». Dilo en la oscura noche de la desesperación y en la jubilosa luz de la mañana. Dilo a tu Dios, que te ama y te amará por siempre, quien te dice en este momento de eternidad: ¡«Hágase la Luz»! Responde, oh, alma mía. Dile que has oído. Él ansía oír tu confirmación… ¡«Y la Luz se hizo»! Sí, fueron el deseo y la Palabra hablada los que hicieron sonar la primera nota del cosmos, y será tu deseo, el deseo de Dios en ti, unido al mandato que se dé a la Luz, lo que hará sonar el verdadero acorde de tu identidad. Así pues, ¿qué tenemos que hacer? Tenemos que aprender que estamos actuando de forma creativa, así como Dios actúa creativamente; que somos cocreadores con Él de nuestro destino, que por medio de la purificación de nuestros pensamientos (esto es, el fruto de nuestra mente) estaremos engendrando un linaje noble y verdadero, hecho a imagen de nuestro Cristo. Y entonces produciremos en nuestra vida aquello que queramos producir. Sí, el pensamiento que creas es el fruto de tu mente. Y la forma en que lo creas es la misma con que creaba Leonardo da Vinci. Tienes que aprender a crear, y ello requiere la purificación tanto de la mente como del corazón.

Sin embargo, primero tenemos que alinear nuestro deseo y nuestro cuerpo de deseos con el deseo de Dios. Debemos estudiar lo que la Deidad engendra, lo que el Creador crea y, a continuación, realizar nuestros diseños según los patrones celestiales. Debemos estudiar la Palabra perdida y crear nuestras palabras siguiendo el modelo de las Suyas, como está escrito: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. El un día emite palabras al otro día, y la una noche a la otra noche declara sabiduría».* Los diseños son la firma de la Deidad estampada sobre cada componente de Su creación —cada hoja, flor y estrella—. Y ¿sabes una cosa? También tú firmas con tu nombre tus creaciones (al igual que un diseñador famoso) porque cada pensamiento y cada sentimiento, cada motivo y hábito, contiene el sello microscópico de tu proyecto molecular y electrónico. Nunca puedes negar tus creaciones, ya sean humanas o divinas; así como tampoco puedes borrar lo que has grabado en el cristal, a menos que aprendas la alquimia del cambio.

El fuego violeta y el fíat creativo ¡Es el fuego violeta! Tienes que conseguir el fuego violeta, tanto para crear lo que quieras como para deshacer lo que no quieras. Y esto es lo que Jesús, Saint Germain y El Morya nos envían a hacer aquí; para enseñarnos a utilizar el fuego violeta. Y eso es exactamente lo que vamos a hacer. Pero no nos saltemos los primeros principios: el cuerpo tiene que mantenerse limpio porque un cuerpo limpio genera limpios pensamientos. Aquello con lo que alimentes tu mente debería ser glorioso, milagroso, hermoso, sabio; debería consolar a la humanidad, debería, con precisión científica, producir algo bueno en el mundo.

¿Ves lo importante que es que captes este pensamiento? Porque, por medio de este pensamiento, puedes purificar tus propios conceptos, de modo que este mundo del tiempo se convierta en un mundo en el que puedas pasar del presente al espacio del pasado. Así, pronto aprenderás a moverte a través del reino donde las ideas nacen y seguidamente son transportadas por los pasajes de la mente, en la que toman forma de pensamientos y sentimientos, justo antes de enhebrar la aguja conductora de la lanzadera de la acción. Puedes aprender las leyes de la alquimia espiritual para transmutar con el fuego violeta los metales de baja ley de tu conciencia humana, convirtiéndolos en el refinado oro de lo divino. Tal vez pienses que no puedes cambiar el pasado porque es el cristal. Así que, por el momento, detente aquí en la niebla y experimenta con las leyes del cambio que pueden transformar el futuro. No importa lo que hayas sido en el pasado, lo débil o aprensivo que hayas sido, si has perdido el tiempo y fallado, o lo que hayas o no hayas descubierto. Me interesa despertar en ti la comprensión y el convencimiento de que el poder de Dios en ti tiene todas las respuestas que necesites para cada problema humano. No importa cuál sea el problema: Dios tiene la respuesta. Y la respuesta, por supuesto, puede ser transmitida mejor si volvemos a lo que Jesús realmente enseñó y dijo al círculo íntimo de sus discípulos y lo que nos está diciendo hoy día a nosotros. Por ejemplo, hemos plasmado aquí de forma simbólica la llama violeta transmutadora [señala la llama violeta que rodea a la figura inferior de la gráfica de la Presencia*] y pronto vamos a hacer fíats creativos, denominados decretos, junto con esa llama violeta. Si puedes comprender la gráfica de tu Yo Real, podrás comprender al Todopoderoso individualizado y personificado en tu amada Presencia YO SOY. Podrás entender su relación con el

Cristo de tu ser, el que está ungido con la Luz del Hijo de Dios. Y podrás entender la relación de tu alma (la cual, mientras está encarnada, ocupa la posición correspondiente a la figura inferior) con tu Yo Superior y con el YO SOY EL QUE SOY. Ahora ya estoy listo para brindarte una interpretación tan completa y exhaustiva de ese reino de Dios que mora en tu interior como no encontrarás en ninguna otra parte. Cuando lo haga, te sentirás tan entusiasmado como el día en que naciste en Dios, porque te pondrá manos a la obra para ser lo que fuiste y aún eres: cocreador con Dios. Así que, sujétate el sombrero porque los misterios de Dios son tan maravillosos que disiparán tus viejos pensamientos, y no sólo tú volverás a nacer, sino tu mente y tu manera de pensar y sentir volverán a nacer al encontrarse con el Cristo Universal.

El animal humano se re-crea a sí mismo Robert Louis Stevenson dijo: «El mundo está tan lleno de cosas que estoy seguro de que todos deberíamos ser tan felices como reyes»13. Pero no lo somos, ¿o sí? Mira a tu alrededor en la calle, donde la gente camina de un lado para otro; aparca tu auto (o estaciona tu cuerpo en tu auto) y allí, sentado, mira la cara de las personas y dime si no es divertido. Recuerdo que en Sutton, Nebraska, en cierta ocasión durante la Segunda Guerra Mundial, me fui a la calle principal de la ciudad y, mientras caminaba por ella con mi uniforme militar, todo el mundo que se hallaba estacionado en la calle me miraba. Yo no me sentía molesto o cohibido, en realidad ellos estaban simplemente mirando. Así que decidí meterme en uno de los autos y quedarme allí sentado yo también. Me senté y, mientras miraba a la gente, me

fijaba en las caras de los individuos que iban y venían. Me di cuenta de que era muy divertido; era un buen sustituto del cine. Podía estudiar las líneas y expresiones de sus rostros, leer los registros de sus vidas pasadas —y de esta vida— y aprender por qué la gente hace las cosas que hace. Al cabo de un rato, los espectadores entraron en un restaurante. Tomaron una taza de café y algunos bocadillos y se relajaron un poco después de haber gozado del espectáculo. Es realmente interesante cuando uno se para a pensar cómo funciona la gente. El animal humano se ha convertido justo en eso: un animal que se exhibe en el zoológico, porque no se le ha mostrado una imagen más elevada como meta o modelo. Así pues, él, desconociéndolo, se crea a sí mismo diariamente conforme a la imagen de esa criatura terrenal. No puedo creer que Dios Todopoderoso, que concibió el universo y creó esta hermosa Tierra y todas las estrellas y los planetas que están allá en el espacio, tuviera en algún momento la intención de que la creación que Él había puesto aquí para enseñorearse de este planeta funcionara del modo en que lo hace hoy día. Es más, no me cabe la menor duda de que esos individuos no fueron creados para ser la clase de gente que son actualmente. No deberíamos tener guerras, no deberíamos ser codiciosos ni maltratarnos los unos a los otros. No deberíamos tener malas intenciones sino buenas; y se supone que deberíamos tener buenas películas en vez de las malas que salen de Hollywood. No obstante, en muchos casos no tenemos ni buenas intenciones ni buenas películas. Y, en consecuencia, a menudo no tenemos ni buenos mensajes ni buenos hábitos en los medios de comunicación que actúen como fuerza positiva y creativa en la sociedad. Y esto también es nuestra responsabilidad. Porque la niebla y el cristal están representados en una película que está pasando al marco de la conciencia, y que después da forma a los actos de nuestra vida.

Dondequiera que esté el hombre, él está creando. Y la manifestación es la proyección del yo de alguien sobre la mente de otros seres o elfos, según sea el caso*. El fracaso abunda a nuestro alrededor, pero el truco está en que debemos impregnar y rodear nuestras derrotas con las buenas gestas de nuestra fe y con los pies de las legiones de Víctory que están avanzando. Por supuesto, hay más gente que ama a los Beatles que a Cristo —eso es lo que dicen los Beatles—; pero yo no me lo creo. Porque a mí no me gustan los Beatles. Tal vez ame sus almas, pero ciertamente no me agradan los Beatles, ni sus discos. Tampoco me gusta pincharme con una aguja hipodérmica en el brazo con el fin de animarme. De hecho, todo lo que tengo que hacer es mirar hacia arriba y ya tengo lo que me anima para todo el día y para todos los días venideros. Porque si alzas la mirada hacia tu Presencia Divina —una vez que hayas aprendido a mirarla y a respetarla— y te percatas de que ésa es la única parte de ti que es completamente real, entonces mirarás atrás en el tiempo y dirás: Bueno, creo que cuando era un bebé no me daba cuenta aún de todo lo que Dios quería que yo fuera. Ahí está esa papilla de nuevo y el bebé que anda tambaleándose. ¡Por Dios! ¡En esos tiempos necesitábamos algún apoyo o nos dábamos de bruces! Así fue como tuvimos que aprender a colocar nuestras manitas sobre una mesa y a que nuestros deditos aprendieran a agarrar un lápiz para escribir. Después tuvimos que aceptar los vapuleos que se reciben en los patios de las escuelas. Tuvimos que pasar por el miedo de que nos atizaran en casa si las calificaciones no estaban a la altura de lo que el padre y la madre pensaban que tenían que ser. Y así, vivimos toda clase de experiencias. Estuvimos expuestos al robo, cuando alguien trató de inducirnos a robar en las tiendas baratas. También fuimos expuestos a las películas pornográficas y al lío de las drogas. Libramos todo tipo de lucha para conservar la moralidad, la decencia, la creencia en Dios. Vivimos en un tiempo en el que a todo el mundo se le empuja en una dirección y luego en otra; y

muchas veces la gente no sabe qué camino tomar. Hay gente que nunca ha ido a la iglesia, que no ha conocido a Dios. Otras personas han tenido muchas experiencias interesantes con Dios, suficientes como para que les echaran de la iglesia o se hastiaran. A estas personas no les gusta que los pastores les digan que si no son buenos van a ir al infierno y van a arder por siempre, asados como un pavo en el Día de Acción de Gracias. No puedo aceptar esta idea porque sé que Dios no lo quiere para nadie, ya que yo, como padre, no se lo haría a mis propios hijos14, y estoy seguro de que yo no soy mejor que Dios.

La segunda venida de Cristo Hemos hablado un poco sobre el tiempo y la corriente del tiempo y de nosotros flotando corriente abajo, como las hojas de brillantes colores en otoño, siguiendo el curso hacia nuestro destino. Y hemos dicho que nos mueve un poder superior al nuestro que podemos aprovechar para trazar nuestra propia brújula en la vida y ser así los capitanes de nuestro buque, en vez de astillas flotando, que al final se sumergen en la corriente de nuestros cristales kármicos. Ahora me gustaría hablar brevemente sobre el espacio. Cuando pensamos en el espacio, lo hacemos siempre teniendo en mente una gran vastedad que se extiende ante nuestros ojos en las montañas, o en la costa, o en las planicies del Oeste. Si cruzas los Estados Unidos en auto, te harás una idea de lo grande que es este país. Si lo haces en avión (desde Nueva York hasta California) te parecerá que anulas el espacio con la velocidad. Y cuando anulas el espacio con la velocidad, también experimentas la anulación del tiempo. Se trata de una experiencia muy interesante en física y matemáticas. Si nos subiéramos a una nave espacial y dejáramos el planeta Tierra, dirigiéndonos a alguna estrella distante de nosotros muchos años luz, en tal o cual período, sobrepasando la velocidad de la luz, y después volviéramos a la Tierra —aunque hubieran pasado digamos sólo cinco años para nosotros—, toda la gente que habíamos conocido habría muerto porque ya habrían pasado cien años. Es una descripción un poco ridícula, pero, no obstante, real, y nos da algo en qué pensar cuando hablamos de la Segunda Venida de Cristo. La gente dice: Bien, Cristo va a regresar a la Tierra. Eso espero. Pero piensa en ello de esta forma: dicen que viene una nube y que viene de Oriente, mas ni siquiera saben lo que es la nube o lo que es Oriente.

De todos modos, dicen que viene de Oriente y que va a estar en algún lugar del cielo oriental y que Cristo viene en esa nube. De manera que todos los individuos del mundo que están vivos ahora van a poder verle15. Pero si sabes de logística y del abarrotamiento de gente en el espacio, sabrás que si estuvieras en lo alto del monumento a Washington y toda la gente que vive en el Distrito de Columbia estuviera reunida a tu alrededor abajo en el suelo, no podría verte desde la periferia de ese grupo, ni tampoco podría verte desde abajo. No te verían y tú no los verías. Así pues, tienes que empezar a comprender que muchas de las referencias existentes en las escrituras son significativas solamente en lo que se refiere al individuo, a cada uno de nosotros y nuestra relación personal con Dios y su Cristo. Es cuestión de que nos demos cuenta de lo que leemos y de aquello con lo que vamos: lo que sabemos y lo que somos. ¿Crees por un momento que si hubieras ascendido con Jesús desde la colina de Betania (si hubieras estado ante él y ambos hubierais subido al cielo) ahora estarías muerto? ¡Por supuesto que no! Él tampoco lo está. Y si hubieras estado allí y él hubiera ascendido y tú no, él seguiría estando vivo, como Maestro Ascendido, y tú seguirías estando vivo: serías el discípulo no ascendido que se pregunta por qué no lo logró cuando él sí lo hizo. De modo que, aquí estás ahora, dos mil años después, decidido a averiguar cómo lo hizo él para así hacerlo tú también. Pues bien, aquí estoy esta noche para decirte que has venido al lugar apropiado. Jesús dijo: «He aquí que vivo por siglos de siglos. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades»16. El Maestro está aquí para darte las llaves del tiempo y el espacio y de la Vida eterna. Debemos comprender, por tanto, que la Segunda Venida de Cristo no tiene por qué ocurrir en el sentido físico de verle flotando en una gran nube blanca y todo el mundo aquí abajo levantando la vista y mirándole como si vieran al dirigible Hindenburg en el espacio.

Debemos entender que la Segunda Venida de Cristo es el suceso concreto que acontece porque los corazones de los hombres se han preparado para recibirle de generación en generación, no solamente en ésta, sino en todas las generaciones. De otra manera, el Evangelio Sempiterno no podría predicarse porque Cristo tiene que venir primero a tu corazón, porque si Cristo no entra primero ahí (y ésta es la verdadera Segunda Venida), no podrías comprender el Evangelio Eterno aunque lo oyeras.17 ¿Cómo podría él predicarnos el Evangelio Sempiterno si hubiera venido hace cien años y nosotros estuviéramos viviendo ahora? Si Cristo hubiera venido hace cien años y nosotros estuvieramos viviendo ahora, ¿dónde estaríamos entonces si él hubiera venido y se hubiera ido? ¿O si él estuviera todavía aquí, dirigiéndolo todo, tal como suponen algunos? Pues bien, la gente no tendría libre albedrío si él lo dirigiera todo; ¿no es cierto? Si él incitara a la gente a hacer exactamente lo que él quisiera que hiciera, le estaría privando de su libre albedrío. La solución a todo esto es la Verdad de que la Primera Venida de Cristo sucedió en el que fue ejemplo, el hijo del hombre, Jesús, quien manifestó completamente la Luz y fue el Verbo encarnado; y la Segunda Venida se producirá en ti. Este glorioso suceso ocurre cuando el Hijo de Dios viene a vivir y reinar en tu corazón, mente, alma y templo, porque le has preparado un lugar. Cuando este planeta alcance su perfección inmortal, será porque el hombre ha aceptado el fíat de Dios Todopoderoso, porque ha reconocido el gran potencial creativo que existe en su interior y está comenzando a ejercitarlo. En cuanto comienza a ejercitar esa prerrogativa espiritual, el hombre alcanza la grandeza. En ese estado de conciencia o marco de referencia, el hombre ve al Cristo en su interior, a Cristo sobre él y a Cristo a su alrededor. Así, experimenta la Segunda Venida de Cristo en su templo. La Primera Venida, por supuesto, fue su creación original en el principio, cuando Cristo se formó en él y él se formó en

Cristo. Todo esto no significa que las profecías de la Biblia no se vayan a cumplir. Las profecías son, de hecho, lo mismo que Jesús: «…el mismo ayer, y hoy, y por los siglos»18. Se hacen realidad en el Ahora Eterno, cuando estés listo, porque tú también eres el creador de tu propio tiempo y espacio. Cuando mires a tu amado Yo Crístico dibujado en la gráfica, si lo deseas lo verás con tu imaginación, tal como es, llegando a tu corazón y mente en nubes de conciencia celestial. Y cuando experimentes este misterio en tu ser, tu corazón y tu mente sentirán y sabrán al instante de su poder y gran gloria. (La Segunda Venida de Jesucristo también queda glorificada en la venida del Maestro Ascendido Jesucristo, al transmitir él su Evangelio Sempiterno con todo el poder de la Palabra hablada, por medio de sus Mensajeros.) Pues bien, una vez que hayas experimentado su Segunda Venida de esta guisa y te encuentres conmigo en alguna parte del camino de la Vida, entre el tiempo y el espacio y la eternidad, y yo te pregunte cuándo es la Segunda Venida de Cristo ¿sabes cuál será tu respuesta? Me dirás: Él nunca se fue y nunca volvió —él siempre ha sido— el mismo Cristo que está conmigo ayer, hoy y por los siglos. Soy yo el que me marché y ahora he vuelto. Cuando te des cuenta de lo que has dicho, sabrás que aun tus idas y venidas dentro y fuera del reino de Dios, dentro o fuera de una encarnación, también han sido relativas, han sido reales solamente en el tiempo y el espacio. Y cuando la Mente eterna en tu interior termine de devorar tus ciclos kármicos dentro del tiempo y el espacio, entonces sabrás que el Tú Real nunca abandonó el Hogar. Pero no te adelantes en esta cadena evolutiva, porque antes de que entiendas todo esto, tendrás que enhebrar el ojo de la aguja con esa mente geminiana de Dios de la que habla Morya a sus chelas, mente en la que el Maestro, bendito sea su corazón, se ha convertido después de muchas vidas. Ésa es la mente que conduce a tal grandeza espiritual que, por

ser auténtica maestría, se exterioriza en el cuerpo y en la conciencia físicos. Este tipo de grandeza que no es de este mundo, sino que viene de arriba y bendice aquello que está abajo, se trae de vidas anteriores y de otras esferas de experiencia del alma. Veamos. Rabindranath Tagore consiguió una cierta grandeza en el campo de la poesía. Hemos tenido muchos poetas grandiosos en el mundo. Hemos tenido grandes escultores, grandes maestros, grandes doctores, grandes avatares. Almas poderosas han traído la Verdad a la Humanidad y han despertado a la gente. Pero, ¡caramba, ninguno de ellos ha sido capaz de salvar al mundo! Tagore no puede salvar al mundo. Yo no puedo salvar al mundo. Tú no puedes salvar al mundo. A fin de cuentas, cada individuo —y digo esto a los más pequeños que están aquí ahora — tiene que tomar el regalo que Dios nos ha dado (el de la Vida primeramente) y expandirlo en el tiempo y el espacio, y percibir que somos originarios de la eternidad, que estamos aquí en este universo, en esta grandiosa corriente de sonido silencioso por alguna razón. Estamos inmersos en él y tenemos que escucharlo y vibrar con el sonido cósmico. Tenemos que vibrar con el Logos Cósmico, con la Palabra perdida. Tenemos que permitir que la Palabra comience a moverse en nuestra vida. Y cuando esa Palabra se mueva, a nosotros nos moverá el propósito de Dios. Cuando así suceda, aprenderemos a controlar nuestros pensamientos. Porque el pensamiento determinante de la Mente de Dios será nuestro ejemplo. Mas no será ni el controlador, ni el interventor, porque estaremos al mando de nuestro pensamiento por medio de nuestro libre albedrío y nuestro ejercicio individual de alguna faceta del Gran Pensamiento de Dios, donde todo el deseo y el engendramiento de la creación se iniciaron. Porque, en resumidas cuentas, es el control divino que nosotros permitimos que opere en nuestra vida lo que va a salvar al mundo (uno por uno es Uno). En kal/desh es el individuo y la

individualización de la llama divina lo que proporciona la única llave que abre la puerta a nuestra dimensión eterna. La llama, el Uno, el control divino y tú.

Las antiguas hermandades y el fíat del orden Si no puedes controlar tus pensamientos, si éstos vagan como quimeras en una ciénaga allá donde vayan, nada acontecerá salvo el caos. Y el caos es la ilusión de que algo está ocurriendo, cuando en realidad nada está sucediendo que sea real en la Mente de Dios. Así que, cuando crees que algo que está pasando no está pasando —como en un viaje psicodélico al plano astral— tú formas también parte de la ilusión que es la definición del caos. Es entonces cuando Tiamat, el gran dragón del caos19, nos está devorando. A menos que estemos devorando a Dios, asimilando su Pensamiento y su Mente, como Jesús nos enseñó —«Si no coméis la carne del Hijo del Hombre [quien es el Hijo de Dios encarnado], y bebéis su sangre, no tenéis vida eterna en vosotros»20—, seremos consumidos por las fuerzas opuestas al Yo más allá de nuestro control, es decir, nuestro control de kal y desh. Y no se glorifica a Dios en el plano de Tiamat porque no puede ser glorificado en el caos. Porque Dios es orden. Y el hombre es orden. Y ambos son uno en la gloria del Orden universal de la perfección de la Luz. Por eso, las antiguas Hermandades establecieron el fíat del orden. Establecieron el fíat del orden porque, sólo a través de la obediencia a la Ley del Uno y a través del orden y de la aceleración de la conciencia, el hombre puede lograr la brillantez

de la Mente de Dios en su propia mente. Cuando lo logre, obrará cambios en el mundo, tanto en el tiempo y el espacio como a través y más allá de ellos. Éste es el fuego sagrado que siempre ha sido parte central en el t-r-r-o-n-o de Dios. Y lo digo así a propósito, t-r-r-o-n-o, porque quiero plasmar el tres-en-uno de la llama trina de Poder, Sabiduría y Amor en el hombre: el tres-en-uno consiste en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, concentrados a través del cuerpo, la mente y el alma. Cuando comprendemos estos aspectos trinos paralelos, de acuerdo con la ley del triángulo equilátero, y ponemos nuestro conocimiento en práctica al obedecer las leyes de Dios, podemos ver que si nos visualizamos trabajando con las grandes jerarquías de Luz —ángeles, arcángeles, Elohim y constructores elementales de la forma (cuyos cargos en el servicio cósmico fueron establecidos mucho antes de que siquiera supiéramos quiénes éramos)— vamos a vivir experiencias extraordinarias, tal como las solían tener los antiguos Maestros. No seremos tan sólo gente normal. Seremos la clase de persona —lo creas o no— que podría estar aquí y desaparecer de pronto delante de tus ojos. Seremos personas que, en nuestro cuerpo o fuera de él, podríamos ir a los antiguos templos —en Egipto y en la inmensidad del Himalaya, bajo los mares y bajo los casquetes polares, o en el centro de la Tierra, dondequiera que haya retiros de la Gran Hermandad Blanca— y oír las grandiosas canciones místicas de los Maestros y la música de las esferas. Seremos capaces de absorber la Luz de la eternidad aquí y ahora. Y podremos divertirnos mil veces más que ahora, millones de veces más, infinitamente más de lo que podríamos divertirnos en esta carrera de ratas que es la vida humana; que se ha convertido en una carrera de ratas porque todo el mundo corre de un lado a otro en sus carros sin caballos. Corriendo como, eso espero, dos luces delanteras y una posterior encendidas —quizás dos luces traseras— y una pequeña antena aérea desplegada, escuchando

en la radio alguna emisora que ponga rock ácido, o rock clásico, o rock punk, o rock country, o simplemente rock and roll normal. Es todo lo mismo, porque todo eso te lleva al mismo sitio, al sitio donde de verdad no quieres ir si sabes lo que te conviene. Pero entonces, en el tiempo y el espacio, donde todo es relativo —o al menos eso dicen—, la mayoría de la gente no sabe lo que le conviene. Y no lo sabe porque sus maestros no se lo han enseñado. Los predicadores no han abierto su entendimiento al verdadero significado de las escrituras de la Vida que se hallan escritas en nuestro corazón y en nuestros recuerdos y en los registros akáshicos que revelan a Cristo y a sus discípulos conversando con los adeptos del Himalaya, tanto escuchando como manifestando la Palabra; que revelan los antiguos Maestros y sus círculos de devotos sentados bajo el Árbol de la Vida en el Jardín de Dios. Así, los pastores en cada campo no han alimentado a sus ovejas con suficiente amor crístico como para saciar su espíritu y derretir sus autoimágenes sin valor congeladas en el tiempo y el espacio. Vas por la calle y ves a chicos y chicas con el pelo largo o las cabezas rapadas o con cortes astrales de pelo al estilo indio o ‘pelo pincho’ y colorines astrales; con cadenas alrededor de los brazos, piernas y cuello, que parece que han salido de alguna distorsionada época atlante. Y van balanceándose de un lado para otro, probablemente inyectados con ácido, LSD, STP y Dios sabe qué más. Van por la calle sin saber a dónde van y, a veces, chocan con la gente. Pero también le pasa esto al individuo sano de la sociedad, ¿no? También éstos chocan con la gente. Así que no podré darte esta noche mucho más de lo que ya te he dado, porque ¡Dios santo, son las nueve y diez y se supone que debo terminar a las nueve en punto! Me he pasado diez minutos. He chocado con el garrote del tiempo y ya no tengo más espacio. Fíjate: no importa lo que sepamos, mientras estemos en el mundo estamos sujetos al kal/desh. De modo que, lo único que puedo decirte es que espero que tengas éxito en librarte de este

gran dragón Tiamat —que está devorando mi relato en este mismo momento— y aprendas a poner orden en tu vida. Y te prometo que puedes aprender mucho acerca de cómo Jesús conquistó el kal/desh, desde los Maestros Ascendidos de la Gran Hermandad Blanca, si así lo deseas. Por eso, aprovecha al máximo tu oportunidad en kal/desh para tejer el tapiz de la eternidad. ¡Te veré en mi próximo capítulo!

Capítulo 2 La gráfica de la Presencia

YO SOY

Tu relación personal con Dios Hablemos de la gráfica de la Presencia YO SOY y de ti. Se trata de una representación gráfica de tu realidad electrónica (véase figura en este capítulo) y puede serte de gran beneficio personal si, al comprenderla, aprendes a pensar en ti como lo que realmente eres y te olvidas de lo que no eres. Ahora bien, el yo que no eres lo reveló a Juan uno de los siete ángeles como «la bestia que has visto, era, y no es»1. Es el yo sintético que se ha creado a partir de la imagen sintética. En lo más profundo de nuestro corazón todos sabemos que éste es el yo que permitimos que se interponga en nuestro camino la mayoría de las veces. Es decir, lo humano se interpone en el camino de Dios a pesar de que nuestra alma ha sido creada, en realidad, a Imagen Divina.

La gráfica te ayuda a percatarte de tu realidad. De manera que, cuando conozcas su significado, nunca más estarás solo si practicas la gran verdad que la gráfica encarna. Ahora bien, si nunca hubieras tenido un retrato tuyo, si nunca te hubieras visto en un espejo o en una fotografía, sería bastante difícil que te conocieras, que comprendieras quién eres realmente. El mismo principio se aplica al conocimiento de la Presencia. Estamos tratando aquí con algo que es invisible para nuestros sentidos físicos, pero visible para nuestros sentidos cósmicos: los sentidos del alma. Este «retrato ocular» de la gráfica trae ante nuestros ojos la magnífica, invisible, pero poderosa Presencia Electrónica nuestra, con un único propósito: informarnos de nuestra Realidad. En consecuencia, nuestra capacidad de responder a la antigua máxima inscrita en los templos de la Atlántida y más tarde en el templo de Apolo en Delfos («Hombre, conócete a ti mismo») viene respaldada en gran medida por dicha gráfica. Esta gráfica es muy valiosa. Es quizás la posesión más valiosa que podrías tener fuera de la Realidad de que es un símbolo. Y tiene un propósito definido, que es el de acelerar en nuestra conciencia el advenimiento de la Presencia a nuestra vida, del Santo Yo Crístico, de la llama violeta y del tubo de luz. Puede que no veas tu Presencia, pero sí ves esta gráfica. Y esto es lo importante, porque la gráfica es una explicación científica de tu Realidad, tu Realidad Divina. Te muestra tu relación personal con Dios. Si a principios de este siglo la gráfica hubiera estado en manos de las iglesias cristianas y sus pastores la hubieran aceptado y enseñado a los feligreses, y millones de personas la hubieran entendido y practicado, tendríamos hoy día un mundo totalmente distinto. No tendríamos problemas globales como el comunismo, la delincuencia juvenil, el crimen, las drogas, la manipulación de nuestro dinero y energía por parte del sistema bancario

internacional y las grandes compañías de petróleo, ni otros muchos problemas graves que nos aquejan; porque el contacto de nuestra mirada con la imagen visual despierta el recuerdo del alma de la preexistencia y de la independencia con respecto a la sucesión de tiempo y espacio. El simple hecho de mirar la gráfica vuelve a conectar al alma con el conocimiento interior de su lazo de unión con la Fuente de Luz, Amor, Energía y Conciencia universales. Y esta percepción de la relación individual de uno con Dios proporciona milagros de potencial expansivo y alegría, así como satisfacción del alma. La gráfica es conocimiento de uno mismo: ¡autoconocimiento! Y esto es poder. Traducido en acción, es tu poder supremo para hacer las obras de Dios en la Tierra2 y ascender a Su trono al final de esta vida.

Ser una manifestación de Dios Unos pocos años atrás oí a alguien decir a otra persona: ¿Quién se cree usted que es? ¿Acaso se cree usted Dios o algo por el estilo? Sin duda habrás oído a la gente decirse tales cosas. ¿Es esto malo? ¿Es malo equiparar el potencial de uno con el de Dios? Pues bien, tiene que ser terrible porque Jesús fue arrojado de su ciudad natal y prácticamente empujado colina abajo porque se presentó a sí mismo en la sinagoga de Nazaret como el Ungido de la profecía de Isaías3. Y, más tarde, debido a que dijo: «Hijo de Dios soy», quisieron apedrearlo y aprisionarlo, pero él escapó.4 Las personas son muy susceptibles cuando se trata de sus dioses, ya sea que tengan sólo uno o muchos; y no les gusta que nadie se proclame Dios, es decir, una manifestación de Dios, a pesar de que Jesús les enseñó, por medio del ejemplo, que no era

ilícito para el Hijo de Dios igualarse a Él5. Les exhortó a ser perfectos como su Padre celestial era perfecto6, y mostró a Pablo cómo encarnar la misma mente (de Dios) que hubo en él.7 Pues bien, ser una manifestación de Dios significa simplemente que la corriente es la emanación de la fuente. Al fin y al cabo, si la corriente de tu conciencia viene de Dios (directamente desde tu Presencia YO SOY, tal como se plasma en esta gráfica), en tal caso ¿no viene esa corriente de Dios? ¿No es ella en realidad Dios? Cuando decimos que eres una «corriente de vida», queremos decir que eres una corriente de la Vida que es Dios, ya que los términos Vida y Dios son sinónimos. A menudo los Maestros Ascendidos se dirigen afectuosamente a nosotros como «preciosas corrientes de vida», de la misma forma que nos llaman «queridos corazones» o «bienamados». Ello se debe a que nos conocen como la emanación de la Luz o corriente de Luz: un rayo de Luz del corazón de Dios. Jesús enseñó que la corriente no puede ser diferente de la fuente, como dijo su hermano Santiago: ¿Acaso una fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? ¿Puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce8. Por tanto, nosotros somos el fruto del Árbol de la Vida de Dios, la emanación de pensamiento de su Mente que lleva la semilla del potencial de Cristo. Somos completamente de Dios, espíritus de Su propio espíritu. Uno de los ardides de las fuerzas diabólicas en este planeta es lo que se conoce con el nombre de intimidación. Por eso, tienes que saber quién eres en relación con Dios y con tu amada Presencia YO SOY. Porque aquellas fuerzas te intimidan por medio de la inferioridad; tratan de hacerte sentir tan pequeño e insignificante que llegas a plantearte: No tengo ninguna posibilidad de ganar esta carrera. Será mejor que la abandone antes de empezar. La gráfica es la prueba más inmaculada del hecho de que tú sí tienes una oportunidad, porque no existe hombre, mujer o niño

que Dios haya creado en éste o en otro planeta, que no tenga la misma relación con Él. Comoquiera que eres una corriente de vida de Dios, puedes caminar por la Tierra cual coheredero con Jesucristo. Esto significa que vas a heredar la misma Cristeidad, la misma Filiación que Jesús tuvo y mostró. Ésta es la verdadera enseñanza del apóstol Pablo. Si no me crees, lee Romanos 8:14-17 y dime lo que significa. Yo te diré que esta gráfica ilustra acerca de la enseñanza que el Maestro Ascendido Jesucristo dio directamente a Pablo: Porque todos los que guiados por el Espíritu de Dios [la «Presencia» de Dios, cuyo nombre es YO SOY], éstos son hijos [soles] de Dios [son la emanación de la Luz de Dios]. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor [servidumbre a la ley del karma, sin gracia]; sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! [Puesto que hemos sido adoptados por el Cristo Cósmico, que está personificado en nuestro Yo Crístico, ahora podemos invocar directamente en su nombre a la Poderosa Presencia YO SOY]. El Espíritu mismo [de la Presencia YO SOY] da testimonio a nuestro espíritu, [mediante la chispa divina, nuestra llama trina y nuestra alma] de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo [cada hijo de Dios hereda todo el potencial del Cristo Universal, o Luz (del unigénito de Dios), individualizado en su amado Yo Crístico]; si es que padecemos juntamente con él [si llevamos nuestra propia carga o karma, así como su carga de Luz], para que juntamente con él seamos glorificados.

Esta enseñanza no niega la divinidad de Jesús, la confirma, y la Deidad habita en él corporalmente9. También afirma que Jesús, así como el Cristo que él encarnó, está a nuestro alcance. Hace posible que alargues la mano y toques el borde de su túnica. Te muestra cómo y por qué puedes tener una relación íntima con él y, por medio de él, con Dios. El propio Jesús nos enseñó de forma sencilla los requisitos que tenemos que reunir para disfrutar de la Presencia del Padre y del Hijo que moran dentro de nosotros, precisamente tal como se muestra en esta gráfica: «El que me ama, mi palabra guardará, y mi Padre le amará, y vendremos a Él, y haremos morada con

Él».10 Este contacto con tu Señor y Salvador puede ser muy distinto de lo que entiendes en este momento. En el caso del amado Pablo, el Señor no sólo le convirtió en el encuentro divino que aconteció en el camino a Damasco, sino que personalmente protegió su ministerio y educó su alma en los misterios de Dios a cada paso del camino. El Señor hará lo mismo contigo mediante tu propia Presencia YO SOY y Santo Ser Crístico, si haces el llamado y amorosamente obedeces la respuesta. Ahora examinemos esta gráfica detalladamente, porque es la clave para tu discipulado guiado por nuestro Señor Jesucristo.

LA

GRÁFICA DE TU

YO DIVINO

Diagrama del Reino de Dios dentro de ti Aquí tenemos la llama trina en tu corazón. Aquí está el cordón de plata que te conecta con tu poderosa Presencia YO SOY. Aquí está tu Santo Ser Crístico (tu Yo Real, al que a veces se le llama la Conciencia Superior o el Cuerpo Mental Superior) el cual se encuentra entre tú y tu Presencia Divina. Y, por supuesto, éste es el tubo de luz, que te sella en la luz blanca, y la llama azul refuerza su protección; se la invoca para que te rodee a través de ese gran defensor de tu fe, el Arcángel Miguel. Éste es tu Cuerpo Causal que rodea a Aquél cuyo nombre es YO SOY EL QUE YO SOY. Estas bandas contienen los tesoros del cielo; juntas componen tu cuerpo causal y concentran la conciencia crística cósmica de tu Yo Superior. Aquí hemos dibujado la paloma del Espíritu Santo, descendiendo del Padre al Yo Crístico, lo que significa el bautismo del Espíritu Santo. Es el Paráclito, cuyo amor pasa a través del cordón de plata para inundar el corazón, el alma y la mente de tu yo inferior, hasta que ese yo se convierta completamente en el recipiente de Luz, hasta que sea verdaderamente el templo del Espíritu Santo. A continuación, vemos la radiación de amor del Cristo en este hermoso corazón en expansión de tu Santo Ser Crístico, la llama dorada de la iluminación que lo identifica como el Tutor de tu alma, así como el Sanador. Aquí tenemos un faro, con sus enormes haces de luz barriendo toda la superficie del mar de la conciencia humana y simbolizando el Ojo Omnividente de Dios, el Vigilante nocturno que ilumina el sendero de vuelta al Hogar. Aquí (rodeándote por completo dentro del tubo de luz), tienes la llama violeta. En cierto sentido es la parte más importante de la revelación de la gráfica porque es la clave de la transmutación, el

lavado de tu ser con el fuego sagrado.

La llama violeta y la ley de la recompensa Tal como te he explicado, existen dos cosas que son seguras: la muerte y los impuestos. Así reza el dicho de Ben Franklin11. Nunca saldrás de este mundo vivo, excepto mediante la ascensión. Y la única forma en que puedes hacer la ascensión es con la llama violeta. No existe ninguna persona que haya hecho la ascensión, en ninguna época, que no haya dispuesto de la llama violeta de una forma u otra. Puede que no todos hayan tenido la fórmula escrita. Puede que no hayan llamado al Señor «amada poderosa, victoriosa Presencia de Dios YO SOY en mí…» etcétera, tal como se nos ha enseñado cuando invocamos la llama violeta desde el altar de Dios; pero, de alguna manera, quizás en los planos internos, han tenido que alcanzar el estado de conciencia del séptimo rayo, desde donde pudieran invocar la llama violeta con el fin de consumir su creación humana. Porque, si no consumes tu creación humana, querido corazón, nunca vas a ganar la batalla de la vida; ya que si no dominas esa creación humana ella te dominará a ti, puedes estar seguro. No existen dos caminos en asuntos como éste. Nos gusta pensar que así es, pero este pensamiento es solamente humano, y la conciencia humana está constantemente cambiando de opinión. En un momento dado está entusiasmada y, al momento siguiente, deprimida. Lo humano es el déspota más impredecible de nuestra naturaleza. No dejes que te engañe: lo intentará. Te dirá que, de todos modos, Dios no va a hacer nada al respecto, que no le importas porque eres insignificante. Pues bien, Jesús dijo: «ni una jota ni una tilde pasará de la ley [es decir, la Ley de Moisés y la Ley de

Cristo, siendo ambas el reflejo de las responsabilidades del karma], hasta que todo se haya cumplido».12 Ahora bien, una jota y una tilde son proporciones muy pequeñas en la balanza kármica. Pero, por si te sirve de consuelo, tus enemigos sufrirán al máximo por las cosas que te hacen. Y, como consecuencia, tu sufrirás lo mismo, incluso más (¡porque sabes más!) por cualquier cosa que les hagas a ellos. Así que, lo más prudente es olvidar la venganza y olvidar y perdonar inmediatamente, porque simplemente no compensa obtener la venganza, no vale la pena porque, cuando consigues el pago, se trata de una victoria vacía. Una vendetta nunca es un suceso feliz. Hay un momento de triunfo cuando el enemigo yace sangrando en el suelo ante ti; él, el vencido; tú, el vencedor. Pero este sentimiento pronto queda reemplazado por el remordimiento de espíritu cuando las punzadas de la culpa te dejan tiempo para pensar si, al privar a otro de la vida, la libertad y la felicidad, podrás volver a dormir otra vez tranquilo, a conciliar el sueño de la bienaventuranza en Dios. Por tanto, desecha la idea de la venganza en cualquier asunto. Cuentas con la promesa de tu creador: «mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor»13, y Él mantendrá Su promesa si no interfieres ni tratas de tomarte la justicia por tu mano. Defiéndete si tienes que hacerlo. No pienso que nadie tenga que entregar su vida al primero que pase sólo porque quiera quitártela. No digo que no debas protegerte; pero, por la gracia de Dios, también deberías protegerte contra ti mismo, porque es correcto protegerte en un momento dado. Pero no lo lleves demasiado lejos y «no se ponga el sol sobre tu enojo»14 hasta el punto de que averigües que, mientras estabas dormido, la fuerza de tu mente humana creó algo que hizo que alguien sufriera o muriera. Recuerda, tal como hemos dicho, que existe una parte de tu psique que —si te vas a la cama albergando rabia en tu corazón

o mente hacia alguien— podría salir y realmente causar la muerte de ese individuo. Mucha gente no lo sabe y, al día siguiente, oyes a alguien decir: Oh, se murió. Y entonces tú dices: Bien, ya era hora, ¡se lo merecía! Me hizo daño y yo soy muy importante. Y así ha sido. Se lo merecía. ¿Qué pasará cuando los Señores del Karma te confronten con el registro de tu energía enviada como una flecha envenenada y digan: ¿Hiciste tú eso? Así pues, es mejor «ponerlo en la llama», como decimos: la llama violeta que todo lo consume. Olvida todo el mal tan pronto como te lo hagan. Si lo haces, evitarás involucrarte en acciones que generan karma. Así, la llama violeta que utilizas, añadida al factor adicional de tu Yo Crístico, podrá remover algo de la costra de karma antiguo que yace en tus cuatro cuerpos inferiores agazapada en alguna parte y que necesita ser arrancada, del mismo modo que limpiarías la lapa pegada al fondo de un barco. Necesitas algo más que una limpieza anual. ¡Tu casco necesita una revisión completa con llama violeta! No obstante, si estás muy ocupado creando más estupidez humana —y yo conozco algunos individuos (mejor me callo sus nombres) que, después de un servicio de llama violeta, solían enfrascarse en una buena discusión fuera del santuario; la idea era que ellos invocaban la llama violeta para pagar por anticipado sus deudas y, de esta forma, acumulaban crédito por adelantado—; pues bien, esto no funciona así porque el registro está bastante claro: el propósito de la llama violeta es verter misericordia sobre la Tierra. Y si la gente va a obtener misericordia, tiene primero que ser misericordiosa. De manera que, si cree que va a usar llama violeta sólo para sentirse bien y limpiar su creación humana —lo peor de la escoria que está en la superficie con el fin de que sus poros puedan respirar por un tiempo— y después va a empezar de nuevo con su viejo odio y sus viejas creaciones de odio, con sus peleas y discordias, con su depravación humana y, al mismo tiempo, esos individuos dicen a la Ley una y otra vez: ¡No pagaremos! Que la llama violeta pague por nuestras transgresiones, porque estamos por encima de

la Ley…, que sepan que tarde o temprano la Gran Ley les hará pagar. Lo primero que verán es que la llama violeta no les funcionará como debiera, porque estarán tan atascados que los Señores del Karma les dirán: Un momento. No has pagado tu deuda, así que te quitaremos tu luz y poder. ¡No vamos a darte más llama violeta! Estoy diciendo esto con tono jovial, pero créeme, existe una ley interna implicada en todo esto y podría ocurrir. Podría suceder que perdieras tu eficacia en el uso de la llama violeta por abusar de ella. Por lo tanto, utilicemos la llama violeta con sentido común y no desperdiciemos nuestra energía generando más karma, sólo porque ya hemos equilibrado un poco y nos sentimos bien. La última palabra en el asunto de la verdad de la nueva era es que, al margen de cuánto creas que sabes o que te creas un gran adepto, nunca estás por encima de la Ley. De hecho, siempre estás bajo la vara de Cristo y los mandamientos de Moisés. Aquéllos que invocan la llama violeta, por lo tanto, deben saber que tienen que operar bajo las leyes que rigen su utilización, comenzando por fe, esperanza y caridad para con todos. Fe en Dios, esperanza en su Cristo para todo hombre y caridad hacia el alma en evolución.

¿Dónde está Dios? Debemos entender que el hombre ha sido confundido por la relación espacial del tiempo entre él y Dios. ¿Cuántos ángeles pueden bailar en la cabeza de un alfiler? La respuesta es un número infinito, porque los ángeles no desplazan el tiempo ni el espacio. Cuando se trata de relaciones espaciales, creemos que dos personas no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo.

Decimos que es imposible. Si entramos en una puerta giratoria y hay alguien más que nosotros, uno de los dos podría resultar herido. No podemos hacernos a la idea de que quizás, si supiéramos cómo, podríamos pasar a través de esa puerta giratoria ¡o podríamos pasar a través de otros! Así pues, debido a nuestros conceptos concretos, tenemos cierta dificultad en fijar en nuestra imaginación exactamente dónde está Dios. Pues bien, ¿dónde está Dios? ¿Dónde está? ¿Dónde! ¡Está en todas partes! Esto no satisface completamente a un niño. Y tampoco queda satisfecho con esta explicación el joven. Tenemos la idea de que Dios debería estar en alguna parte y que, si supiéramos dónde buscarle, podríamos ir allá y encontrarle. Por eso nos advirtió Jesús que aparecerían falsos Cristos y falsos profetas, que proclamarían un mesías de carne y hueso que pudiera ser localizado en el tiempo y el espacio diciendo: «¡Mirad, aquí está Cristo!» o «¡Mirad, allí está!». Pero el Maestro dijo: «no lo creáis […] porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros»15. Veamos lo que quería decir. En el pasado, en el presente y en el futuro, el reino de Dios está dentro de ti. Pero, ¿qué es el reino de Dios? Es su dominio, el reino de su morada y su Mente. Es la morada de su Espíritu y el lugar más lejano que su conciencia pueda alcanzar. Desde el punto central donde Él declara: «YO SOY…» hasta los confines de la existencia donde la Palabra «…EL QUE YO SOY» resuena, el nombre de Dios define Su infinita percepción de Sí mismo. En verdad ¡ÉL ESTÁ DONDE ESTÁ! Jesús el Cristo, el hijo de Dios que conocía a su Padre bien, nos dijo a todos nosotros que el reino de Dios —no parte de él, sino la total infinitud de Su Mente universal— está dentro de nosotros. Quiso decir que el reino de Dios ya existe en cada uno de nosotros, siempre ha existido y siempre existirá para cada hijo e hija de Dios. Esta gráfica es un diagrama del reino de Dios dentro de ti. En

su enseñanza sobre el reino interior, Jesús también enseñó con el ejemplo que no es una blasfemia que un hijo de Dios piense que está hecho a imagen y semejanza de Dios, porque Él creó a todos Sus hijos a Su imagen y semejanza. Así que, ¿qué hay de malo en pensar que tú eres la imagen? Pablo incluso dijo que todos nosotros somos transformados en la gloria del Señor16. Y la gloria del Señor, la Shekinah, es el Verbo, la Luz, o el Cristo de la Presencia YO SOY. En verdad, llevaremos la «imagen del Ser celestial»17, nuestro Yo Real, que es Cristo. Sí, Cristo es la imagen del Dios invisible. Y este Cristo es el primogénito de cada uno de nosotros. Cristo es nuestro Yo original. Este Yo que ahora vemos como el Mediador entre el alma (la figura inferior de la gráfica) y el Espíritu inmortal del YO SOY (la figura superior). Tu amado Yo Crístico, en cuya imagen fuiste creado, se muestra en la figura del medio que está entre el cielo y la tierra como la puerta abierta a la gloria del Señor en las alturas. (Algunos testigos de la Luz llaman a la Presencia YO SOY «Jehová».) Hablando desde el punto de vista físico, tu cuerpo puede que no se parezca a Dios, pero tú no eres tu cuerpo, así como no eres tu vestido, o tu traje, o tu abrigo. Tu cuerpo es algo que llevas puesto. Puede que se ciña a ti como un guante, o puede que así lo pienses; pero tal vez averigües que no te sienta tan bien cuando sepas lo que pareces realmente. Así que, vamos a ver quién es Dios allí donde estás y a quién te pareces a niveles internos.

Tu amada Presencia

YO SOY

La figura superior de la gráfica es la Presencia de Dios individualizada en cada uno de nosotros. Se llama la poderosa Presencia YO SOY, y la manifestación de esta Luz es tu Santo Ser Crístico, el representante de tu verdadero ser.

Tu Presencia YO SOY es tu cuerpo electrónico de Luz. Éste es la imagen real de Dios; y cada persona tiene la imagen de Dios individualizada para sí. Es una réplica exacta de la Presencia Electrónica de Dios en lo que se llama el Gran Sol Central, o el Eje. Se trata del corazón del cosmos donde, a través del logos de Alfa y Omega, todos los sistemas estelares irradian, y la creación física se expande como complemento de la espiritual. Todo lo que existe en el universo material viene de este gran centro de Luz, que en sí es el nexo o mediador entre el Espíritu y la Materia. El Gran Sol Central es el foco de la conciencia crística cósmica de toda vida. Contiene la imagen o patrón divino de toda la creación, así como tu Yo Crístico contiene la imagen de tu alma y tu plan divino. Así, este rayo de luz sobre la Presencia, en la parte más elevada de la gráfica, simboliza la continuación del cordón cristalino que conecta tu corazón, a través de tu Yo Crístico, a través de tu Presencia YO SOY, al Corazón del Cristo Cósmico en el Gran Sol Central; y también te conecta con el Sol detrás del sol, la Primera Causa espiritual que existe detrás del centro material: el Único Dios Supremo, el Todopoderoso. Por tanto, ¡estás muy bien conectado! Cada alma salida de Dios posee una Presencia YO SOY individual, que es una extensión del ser de Dios individualizado en ella. El conocimiento de la imagen y semejanza de Dios en ti te acerca a Dios más de lo que nunca has estado. Esta Presencia está realmente «en el aire», encima de tu cuerpo físico, ahora y siempre. Muchas personas han visto esta Presencia cuando eran niños y creyeron que era un ángel volando sobre su cabeza. Pero era la Divina Presencia. ¿Recuerdas la descripción que hizo Juan del «poderoso ángel venido del cielo»? Él lo vio vestido con una nube y un arco iris sobre la cabeza, su cara brillante como el sol y sus pies como pilares de fuego18. Es una descripción de tu propia poderosa Presencia YO SOY tan exacta como no encontrarás en ninguna otra parte.

También Moisés describió a la «Presencia» de Yahvé como «el ángel del Señor» que aparecía en una llama. Acto seguido, es el Señor mismo quien habla a Moisés desde una zarza ardiendo.19 La cuestión es que eso que los profetas y los patriarcas interpretaron como el ángel del Señor era el Señor mismo, quien se personificaba ante el hombre mediante la Presencia YO SOY, o mediante uno de los arcángeles, o mediante la manifestación crística de la poderosa Presencia YO SOY, a quien los profetas llamaron el Anciano de días20 o Señor de los Ejércitos. La Presencia YO SOY, una expresión de Dios individualizada y muy personalizada, es Espíritu, es Verdad viviente, es Mente, es Principio; tal como nuestros amigos de la Ciencia Cristiana y Unity gustan de pensar acerca de la Presencia del Amor Divino. Por lo tanto, con el fin de comunicarse íntimamente y de forma verbal y directa con el hombre (la manifestación de sí mismo), Dios puede asumir la forma humana que Él creó, para que el hombre reconozca a Dios como su Creador. Y esta aparición está hecha exactamente a semejanza del Hijo de Dios, la figura del medio en la gráfica. ¿No tiene eso sentido? ¿No te reconocen tus hijos porque te pareces a ellos y ellos a ti? Estamos, pues, tratando con el Único Dios Supremo (el Todopoderoso, el Hacedor del cielo y la tierra) quien es un Espíritu que está presente en todas partes, que envía consuelo a Sus hijos al darles el mayor regalo con el que puede consolar por completo a Sus hijos e hijas cuando viajan por tan lejano país (el cosmos de la Materia). Él nos da el regalo de su Presencia: Su Presencia Electrónica individualizada en cada uno de Sus hijos. Cuando tus hijos se encuentran lejos de casa, ¿no les consuela tener una fotografía tuya para recordarte? Pues bien, nuestro amoroso Padre, que conoce nuestro corazón y cuánto le echamos de menos y cuánto necesitamos sentir Su cercanía, hizo una fotografía de Sí mismo y la duplicó para cada uno de nosotros. Puesto que Él es el Dios de dioses, esa foto contiene la plena

energía acumulada de Sí mismo; es como tener a la Deidad habitando físicamente en nuestro cuerpo. De hecho, así es en realidad, porque esta «fotografía» no está hecha de papel y productos químicos, está hecha de Luz. Está hecha de la misma sustancia con que Él está hecho. De otro modo no sería un duplicado, ¿verdad? Jesús reveló el Todopoderoso a Juan el Amado cuando dijo: «YO SOY el Alfa y la Omega, principio y fin, el que es y que era y que ha de venir […]»21. Por lo tanto, sabemos que el principio y el fin de cada hombre y de toda la creación es Dios. Ahora bien, este Dios que admitimos está en todas partes y, sin embargo, centra su existencia en el corazón del Gran Sol Central, tiene el poder de duplicar Su imagen y hacer tantas presencias luminosas (focos) de Sí mismo como Él quiera. Es como una mujer con un pedazo de masa. La extiende con un rodillo de madera y la corta con un molde de galletas en forma de muñeco. Puede moldear tantos muñecos como quiera y todos serán iguales. Así que no esperes encontrar mucha diferencia entre tu Presencia YO SOY y la mía. La Presencia YO SOY de Jesús es muy similar a la tuya. Se trata del denominador común. Es la igualdad de los hijos e hijas de Dios entre sí. El los creó iguales en el sentido de que les dio una Presencia YO SOY, les dio un Yo Divino. «¡Oye Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es»22. Cuando rezamos «Padre nuestro…», inherente a este llamado es el reconocimiento por parte de cada uno de nosotros de que nuestro Padre pertenece a cada uno de forma única. Él puede ser tu Padre, pero también es mi Padre. Lo compartimos, pero cuando estamos a solas con Él es todo nuestro. En Él nos sentimos completos y también sentimos su cuidado personal por cada uno de nosotros. Es como una familia de cinco hijos. Los hijos comparten a los padres, pero cada hijo siente una relación muy personal y privada con papá y mamá, o deberían sentirla si los padres

realmente comprendieran su papel y la necesidad de sus hijos de sentirse muy especiales en esos momentos, de ser amados intensamente por su valor intrínseco, más que como parte del grupo. Cuando te das cuenta de que tu amada Presencia YO SOY es, de hecho, la omnipresencia del Padre hecha muy tangible donde estás; cuando te das cuenta de que es el privilegio y el poder del Padre identificarse con cada uno de Sus hijos; cuando te das cuenta de que Él es un solo Dios, de que es Todopoderoso y de que puede hacer cualquier cosa [incluyendo darte una poderosa Presencia YO SOY exclusiva, que es tuya solamente], entonces sabrás realmente cuánto te ama Dios. Y entonces sabrás que este amor está disponible para ti — siempre fluyendo como una corriente de agua en la montaña, que nunca se seca porque se nutre de las alturas nevadas— y que es tuyo para que lo des a todo el mundo conocido o desconocido. Tu Padre te ha dado, porque eres suyo, una ilimitada Fuente de luz, amor, sabiduría, alegría, paz y poder curativo, otorgada con la poderosa Presencia YO SOY. Y todo lo que tienes que hacer es invocarla en Su nombre, para que inunde, a través de ti, a sus otros hijos hasta que ellos también aprendan a confiar en su propia Fuente divina.

Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros Esta Presencia Divina habita en la atmósfera, de dos a veintiún metros (7 a 70 pies) o más por encima de tu cabeza, y varía en su localización. En un momento determinado puede estar de veintiún a veinticuatro metros (70 a 80 pies) y repentinamente bajar otra vez a seis metros (20 pies). Lo que la gobierna es esta alianza con tu Creador: «Acercaos a Dios, y Él se acercará a

vosotros», dijo Jesús.23 Cuando te acerques a Dios y tus pensamientos sean elevados y bondadosos, la Presencia bajará y te rodeará. Cuando te enfrasques en actividades perversas, como la crítica, el chismorreo, o estés haciendo cosas que consuman tu energía de forma errónea, la Presencia se apartará de ti porque tu discordia y falta de honradez para con tu Verdadero Yo realmente repelen al Señor. Piensa en ello: tu vibración puede repeler a la Deidad. Quizás ahora comprendas por qué Dios no siempre parece estar ahí cuando lo necesitas. (La discordia de cualquier índole teje una capa de oscuridad entre tu alma y tu más elevado y perfecto Amor. A continuación, oyes las difíciles palabras dichas a Elí: «Apártate de mí».24) Cuando perdemos el contacto con nuestra Presencia, también perdemos la protección del «ángel del Señor». Por eso necesitamos el tubo de luz y necesitamos aprender a invocarlo por medio del mandato crístico desde el corazón de la Presencia YO SOY. Ya sabes que, cuando miras una luz deslumbrante, no importa cuán brillante sea, mientras sea deslumbrante no puedes verla, de todas formas. Por lo tanto, tiene que haber un contraste. Y ésta es la belleza del cielo, porque creo que Dios nos puso aquí abajo en la Tierra para que, al familiarizarnos con todas las acciones vibratorias que ocurren aquí, podamos realmente aprender a apreciar el cielo. Es igual que golpearse la cabeza contra un muro de cemento. ¡Se siente uno tan bien cuando deja de hacerlo! Y ésta es la verdad, porque cuando te golpea tu propio karma y el de otras personas, llegas al punto en el que no sabes lo que está arriba ni lo que está abajo. Entonces es cuando estás listo para el cielo… ¡esperamos! Esto me recuerda la historia de un joven enrolado en la Marina al que ponía nervioso viajar por mar. Estaba tan nervioso y tembloroso que le envolvía un sudor frío. Su amigo vino a consolarlo y le dijo: —Bien, amigo mío, yo no me preocuparía

mucho por eso, siempre existe la posibilidad de que no pases el examen de aptitud física. —Bueno —dijo el soldado—, es verdad. —Y sigues teniendo dos posibilidades después de esto. Puede que apruebes el examen físico o no, y luego, si lo pasas, puede que vayas al extranjero o puede que no. Tal vez decidan dejarte en los Estados Unidos. —Es cierto, tengo dos oportunidades —replicó él. El amigo continuó: —Bien, otra cosa, cuando llegues al extranjero, quizás te envíen al campo de batalla o quizás no. Así que, como verás, tienes dos posibilidades. —Luego agregó: —Y si vas al campo de batalla, puede que te maten o puede que no. Incluso si te matan, aún tienes dos posibilidades. Es una forma muy positiva y realista de contemplar un riesgo calculado como el que cada uno de nosotros corremos cada día de nuestra vida. Cuando a John Kennedy le preguntaron poco antes de su muerte si temía un intento de asesinato, contestó: «Levantarse de la cama cada día es un riesgo calculado». Todos los días, cuando volvemos a nuestros cuatro cuerpos inferiores que componen la figura inferior de la gráfica —el hombre externo —, estamos asumiendo riesgos en el peligroso asunto de la vida cotidiana en la Tierra. Yo no quiero dos posibilidades, ¿tú sí? Preferiría sólo una posibilidad. Es la mayor oportunidad que puedes tener: la oportunidad de una vida para identificarte con Dios por medio de tu amada Presencia YO SOY. Así que identifícate con Dios. Es tu garantía de éxito total: no necesariamente aquí abajo a través de la figura inferior, sino aquí arriba través de tu Yo Crístico. De todas formas, tienes que traer tu Yo Superior aquí abajo, a tu yo inferior y superponer el «Gran Yo» encima del «pequeño yo». Entonces tomas el mando y, como un padre sabio, controlas a ese pequeño «tal y tal» y no le dejas que se interponga en el camino de tu gran realidad divina.

Tu yo infinito y tus cuatro cuerpos inferiores Es maravilloso observar y admirar la ciencia natural, la ciencia divina, sobre todo en nuestro propio cuerpo —y a la postre en los siete cuerpos del hombre—: es un cosmos «totalmente interno», creado a partir del modelo de las siete fuerzas creativas de Elohim. La figura inferior de la gráfica es el símbolo de tu yo finito, tu alma alojada en forma humana. No me gusta compararte con un trozo de morcilla, pero es un ejemplo útil para una digresión momentánea. La morcilla está envuelta en una piel y hay que presionar la carne hacia el interior de la piel. Pues bien, así es como somos nosotros. Estamos prensados dentro de este cuerpo y estamos dentro de nuestra piel ¿verdad? Nos guste o no, nos encontremos cómodos o no, estamos ahí. Esta figura humana aquí abajo en la gráfica representa al hombrecito que está ahí dentro de su piel, teniendo en total siete cuerpos. (La Presencia YO SOY, el Cuerpo Causal y el Santo Ser Crístico son considerados los tres superiores.) Los cuatro cuerpos inferiores del hombre, vehículos de vibración y conciencia en el universo de la materia, son sus «túnicas de pieles»25, como los llama la Biblia. Se dice que el cuerpo material está hecho del elemento tierra. «Polvo eres y al polvo volverás»26. A pesar de ser una vasija de barro, está compuesto de más energía de Luz de lo que la mayoría de la gente entiende, por lo tanto, la envoltura física es el foco de integración de los otros tres cuerpos en la octava física. El cuerpo mental o de aire —el recipiente de la cognición, el proceso mental, el razonamiento, la lógica y la concentración para la acción decisiva y juiciosa— está por debajo del plano

etérico en cuanto a velocidad de vibración. Cuando está santificado, se convierte en el recipiente puro de la Mente Crística, y los cuerpos mental y etérico se funden en uno. El cuerpo de los deseos, o de agua —el recipiente donde ondulan los sentimientos y las emociones con las corrientes del deseo estimulado por la memoria, la mente, la voluntad o la causalidad externas— es mayor y más dominante que el cuerpo mental, que es más concentrado. Mientras que la Mente Crística debe controlar tanto la mente como las emociones, si el cuerpo de los deseos no está disciplinado y bajo el control del Espíritu Santo, a través del Yo Superior, puede causar la ruina del alma en evolución, vida tras vida. El cuerpo físico es el foco de integración para el alma que evoluciona, la cual debe obtener su libertad y automaestría en la octava física. Los chakras etéricos, los siete más importantes, junto con el octavo, están anclados en los tres cuerpos inferiores; éstos, incluyendo la llama trina en la cámara secreta del corazón y el átomo semilla, así como la kundalini (la fuerza vital) en el chakra de la base de la columna27, son los centros de fuego espiritual y del intercambio de las energías superiores e inferiores para efectuar la espiritualización, la transmutación y la emisión de Luz, esto es, conciencia crística, al cuerpo planetario. Mientras que cada uno de los cuatro cuerpos inferiores posee muchos niveles de percepción (consciente, subconsciente y supraconsciente), «el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses28», tal como el atónito Nabucodonosor señaló. El cuerpo etérico, el más parecido al Yo Crístico, se refleja en el físico. Pero la imagen no es siempre clara, ya que está movida y oscurecida por los registros y el karma de los cuerpos mental y emocional (astral). Éstos interceptan la polaridad pura de los elementos de fuego y tierra que se mantiene, de forma natural, entre el proyecto original etérico y el cuerpo físico. Así, puedes ver por qué el de más elevada vibración de los cuatro cuerpos inferiores es el etérico (el de la memoria, o de fuego). Éste contiene los registros de la preexistencia de tu alma

en el cielo (almacenados en tu cuerpo causal y Mente Crística), así como los de las experiencias de tu alma en la encarnación física aquí abajo (almacenados en tu subconsciente, en la funda astral y en el cinturón electrónico inferior).29 Cualquiera que sea el plano donde desarrolles tus actividades, el cuerpo de la memoria contiene las Tablas de Mem, esto es, los registros electrónicos, informatizados, de todas las vibraciones y los impulsos energéticos que has enviado desde el principio a través de tu alma y sus vehículos superiores e inferiores. Este registro de la vida está escrito en numerosos discos de luz que comprenden el patrón de identidad cambiante y en evolución del alma fundiéndose con el Espíritu. Es este registro de la vida (el campo L) el que determina los patrones que se reflejarán en los tres vehículos inferiores: el cuerpo mental, el cuerpo de los deseos y el cuerpo físico. (Sólo la llama violeta puede alterar el efecto de forma permanente mediante una transmutación total de la causa.)

La octava etérica: el umbral de la segunda venida Al cuerpo etérico del microcosmos del hombre (así como al cuerpo etérico del planeta Tierra, el macrocosmos) se le percibe como el mundo celestial. Consta escrito en el libro de Enoc que éste fue llevado a los diez cielos30. Se trata de distintos planos de conciencia, por medio de los cuales el alma evoluciona en su ascenso a Dios. Lo que llamamos la octava etérica es el plano al que el Señor Jesucristo desciende —desde el cielo superior donde está sentado «a la diestra de Dios31»— en su «Segunda Venida». Pablo describió su venida «con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios»32. Él dijo que aquéllos que son uno en la conciencia de Cristo (los que están encarnados, como también aquéllos que han fallecido y están en el plano etérico)

serán llevados juntos a las nubes (la octava etérica) para reunirse con el Señor en el aire (en el plano de la Mente crística). Por medio de la gracia descendente del Señor y nuestro ascenso voluntario en el sendero del logro, nos encontraremos en el plano etérico del mundo celestial y, desde allí, seguiremos los pasos de Enoc, quien por fe «fue trasladado para que no conociera la muerte y no fue encontrado porque Dios lo había trasladado: porque antes de su traslado, él tuvo este testimonio, que él agradó a Dios». Subiremos con Enoc a los planos celestiales superiores, y contemplaremos sus respectivas órdenes jerárquicas. Éstas incluyen el plano donde está la morada de Jesucristo («en la casa de mi Padre muchas moradas hay […] voy, pues, a preparar lugar para vosotros […] para que donde yo estoy, vosotros también estéis»33), las octavas de luz donde habitan los Maestros Ascendidos, los dominios de los arcángeles, los Elohim y así sucesivamente, todas las cuales conducen, espiral sobre espiral del infinito, al trono del Altísimo. Así, el cuerpo y el plano etéricos son el punto de encuentro entre el cielo y la Tierra donde, una por una, las almas que avanzan hacia la montaña experimentan el Segundo Advenimiento de Cristo, el arrobamiento y la resurrección. Los Maestros Ascendidos enseñan que la Segunda Venida de Jesús (que desciende en nubes de gloria, tal como se muestra en la gráfica) constituye el descenso del Señor para acelerar la conciencia en nuestra alma de que «su» Cristo es «nuestro» Cristo; el Uno Universal, el Unigénito del Padre. Ésta es la hogaza o Luz común, que compartimos y que se identifica como nuestro propio Yo Real. Su mensaje es que aquéllos que queden atrapados en el espíritu de Cristo por medio de sus ardientes corazones y el recipiente etérico purificado (aguardando en esta vida terrenal o en el próximo mundo) verán a Jesucristo descendiendo y, a través de él, conocerán la imagen del Hijo de Dios como Realidad Divina a la que ellos también en efecto ascenderán.

El autor de Hebreos vio que «fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas» con el fin de que Cristo Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, que viene a nosotros en la persona de nuestro Yo Crístico, pueda entrar en nuestra morada etérica para presentarse por nosotros ante la Presencia YO SOY de Dios.34 Puesto que hemos alterado los patrones celestiales o etéricos de nuestra corriente de vida (reflejados en la cadena del ADN como nuestro código genético preciso), debemos purificarlos por medio de la llama violeta (la sangre o esencia de Cristo), de modo que la mente inferior, el cuerpo de los deseos y el cuerpo físico puedan también ser hechos de nuevo a imagen de Cristo, y el cuádruple recipiente se convierta en el templo de Dios que vendría a morar en nosotros. Todos nosotros tenemos una percepción interna de nuestra imagen crística, tanto por autoconocimiento como por las emanaciones áuricas de nuestra propia percepción del Yo Crístico. La personalidad humana se forma por medio de muchas capas de conciencia, superiores e inferiores, que actúan sobre la sustancia ‘plástica’ de esas cuatro fundas. La primera (la etérica) es incorpórea, ya que está grabada con fuego sagrado. Los cuerpos mental y emocional están sujetos a ciertos factores de desintegración, aunque no totalmente; el cuerpo físico, por supuesto, está sujeto a la disolución total. Los patrones de identidad de los cuerpos mental y emocional, junto con su ‘núcleo’, se conservan de una encarnación a la siguiente, como una matriz electrónica impresa en la funda etérica. Estos registros se reproducen vida tras vida, en recipientes fabricados con frecuencias terrestres, y quedan listos para otra ronda del alma por el plano físico en su labor de autodescubrimiento y automaestría. Así pues, la reencarnación del alma en nuestra túnica de pieles más compatible y adecuada a su evolución, viene regulada de acuerdo con una fórmula matemática hecha a medida por las acciones creativas de cada cual, así como por los impulsos de

sentimientos y pensamientos que continuamente moldean y dan forma al hombre externo. Aunque no siempre vemos «en la carne» de otros la imagen reflejada del Ungido, podemos no obstante comunicar con el corazón, el alma y la mente de un amigo querido y ver, más allá de los velos de las pieles, al Hijo del hombre en todo su esplendor. Es a este hombre al que amamos tanto: en el plano de la realidad donde nuestras amistades quedan selladas y nuestros verdaderos amores, revelados. Fue su esperanza en la imagen del Cristo Universal la que llevó a Job a exclamar: «En mi carne [en mi código genético reflejado en mi carne y mi sangre] he de ver a Dios».35 El sendero contenido en el evangelio cuadrangular que se revela en las enseñanzas de los Maestros Ascendidos es el medio por el cual el alma, unida a Cristo, se enseñorea de los cuatro cuerpos inferiores y los cuatro planos de la Materia simultáneamente. Por vía del glorioso proceso de la purificación del alma — transmutación— los patrones terrenales son transformados por los celestiales, y se alcanza la meta de la ascensión cuando los siete cuerpos del hombre (como es Arriba es abajo) se convierten en uno: el alma unida a la Presencia YO SOY por medio del Yo Crístico ahora ocupa la totalidad del Ser. Ésta es, pues, la semejanza del Hijo de Dios que vive por siempre como el Uno. Es el Maestro Ascendido en los siete planos del ser. Aun así, Maestro Ascendido Jesucristo, ven a mi templo. ¡Ven a los siete planos de mi ser! Mora en mí, mi Señor, por siempre.

El cordón de plata El flujo de luz entre el Espíritu del Dios vivo y tu alma está en el cordón de plata. Es el hilo de luz y de contacto, no sólo con Dios

sino también con todas las almas ascendidas en la luz blanca que comprenden la Gran Hermandad Blanca. (Los términos cordón de plata y cordón cristalino son sinónimos y describen las percepciones que los hombres tienen del «cordón umbilical» del alma, atado al Espíritu y alimentado por él.) El cordón de plata se origina en la Divinidad, en el Gran Sol Central. Puedes visualizarlo como una cinta de luz descendiendo desde el infinito hasta tu poderosa Presencia YO SOY, pasando a través de tu Yo Crístico, para nutrir tu alma y tus cuatro cuerpos inferiores. Todo ser humano que es de Dios posee el magnífico cordón ‘de cristal’ conectando todos los planos de su ser (de corazón a corazón) con el Sol. ¡El perdón que brota de este cordón cristalino es absolutamente increíble! Estás tratando con lo que San Juan vio y llamó el Río de la Vida36. El Río de la Vida es cristalino. Es radiante. Es burbujeante. Es efervescente. Y está individualizado en ti y en mí. Todos los hijos de la Luz lo tienen. Te hará verdadera y divinamente feliz. ¡No necesitas champán si puedes colocarte en la campaña de Dios! Porque tienes todo lo que necesitas en el corazón de la Presencia y es entregado en el umbral de tu puerta mediante este cristalino e iridiscente manantial de Vida fluyente. El cordón de plata entra en los cuatro cuerpos inferiores por la coronilla; sus pulsaciones pueden verse físicamente si observamos la suave hendidura (fontanela) en la coronilla de los bebés. Una vez que el cordón de plata estabiliza la respiración y el latido del corazón inmediatamente después del nacimiento, y la llama trina se enciende una vez más en la «cámara secreta del corazón»37, y el niño «crecía y se fortalecía en espíritu»38 la hendidura en la coronilla comienza a cerrarse. Cuando el niño tiene unos dos años, deja de ser visible. Mientras está en el vientre materno, el bebé vive por medio de la llama del corazón y del cordón cristalino de la madre. El momento de cortar el cordón umbilical —cuando el Espíritu Santo ha soplado el aliento de Vida en el cuerpo humano— es el

momento simbólico (y a veces el momento real, dependiendo éste del momento correcto en que se corta el cordón) del descenso del cordón de plata desde la amada Presencia YO SOY. El primer llanto o sonido del bebé es a menudo indicador de su instantáneo reconocimiento de la ignición de la llama en el corazón, del sagrado aliento llenando sus pulmones y de las sensaciones corporales que ahora percibe muy claramente. Hace mucho tiempo, en las iglesias metodistas por todo el país, acostumbraban a cantar acompañados de un pequeño órgano: «cuando se rompe el recipiente dorado de la Vida, el cántaro en la fuente, o el cordón de plata se afloja, entonces hacia arriba subiré, volando hacia las puertas del cielo…»39. Como ves, en esta canción hablaban de ello tal como hacía el predicador Eclesiastés. Los clarividentes del siglo XIX aseguraban que veían cómo el cordón de plata se desprendía del cuerpo de los moribundos. Los médiums espiritistas observaban, cuando atendían a las almas que abandonaban este mundo en su lecho de muerte, que algo plateado parecía desconectarse de su cuerpo y flotaba en el aire. Lo describían como una hermosa cinta plateada que podían ver con su visión interna.40 En su autobiografía, Charles Lindbergh cuenta una experiencia que tuvo durante su vuelo transatlántico, cuando llevaba volando veintidós horas, en Espíritu de San Luis: notó un «hilo tenue» conectado a su cuerpo: «No había dormido desde hacía casi dos días y dos noches. Mi mente consciente había perdido el control de mi cuerpo. Mis movimientos eran producidos por instinto, no por la voluntad.» Entonces fue cuando percibió lo que llamó «fantasmas» agrupados en el fuselaje tras él. »Gradualmente, la aparente diferencia entre mi yo y los fantasmas se disipó y yo también existía independientemente del tiempo y la materia. Me sentí salir del cuerpo como imagino saldría un espíritu, procediendo hacia la cabina, extendiéndose a través del fuselaje como si no existieran paredes sólidas, elevándome, extendiéndome, hasta que volví a formarme en una

conciencia, lejos de la forma humana que había dejado en un rápido vuelo transatlántico. Pero permanecía conectado a mi cuerpo a través de un largo hilo extendido, un hilo unido al cuerpo del hombre, un hilo tan tenue que podría haberse roto con un soplo, un soplo etéreo, sin conexión con el movimiento de las hélices. »Entonces volví despacio a tomar forma de hombre, regresando de distancias espaciales a mi avión y cuerpo, condensándome y comprimiéndome hasta alcanzar cualidades terrestres».41 Así, un hombre de nuestro tiempo, un aviador, uno que no pertenece al ámbito religioso, vio el cordón de plata como un cordón umbilical que conectaba su espíritu a su cuerpo, y experimentó la separación de su alma con respecto al cuerpo humano. Esto es exactamente lo que la gráfica muestra. Sabemos que la causa real de la muerte es el corte del cordón de plata (un acto de Dios), el cual ocasiona que la llama trina «se apague» en el cuerpo físico. Y éste es el significado real y exacto de Eclesiastés 12:6-7, que reza: «antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo [metáfora de la retirada del cordón de plata y la llama trina simultáneamente; es decir, cuando el corazón ‘se rompe’, se apaga el aliento de Vida y con él, el alma, y la luz de los chakras —‘ruedas’— se desvanece]; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio». Cuando el cordón de plata y la llama trina (el «espíritu» o la «chispa del espíritu») se retiran de los vehículos inferiores, el corazón físico deja de latir y la fuerza vital y la respiración que animaban al cuerpo vuelven al corazón del Yo Crístico y al plano etérico. El alma de Luz también se eleva (con la luz acumulada de los chakras, que ha sido utilizada para tejer el traje de boda) al plano etérico donde habita, ‘vestida’ con la funda etérica hasta su próxima encarnación, cuando los tres cuerpos inferiores vuelven a ser magnetizados por el proyecto original interno durante la

gestación en el vientre. Si el alma es oscura, destructiva y dada a las pasiones y posesiones terrenales, es atraída hacia los planos astrales de los vehículos inferiores, donde lleva una existencia infernal creada por el alma misma y muy de su agrado. Al reencarnar en las capas inferiores del mundo físico, el alma experimenta la repetición de los ciclos de muerte y mortalidad dentro y fuera del cuerpo, hasta que despierte al Cristo y el deseo de ser libre coloque al alma en el sendero de liberación bajo las disciplinas de los llamados guías espirituales, algunos de los cuales son realmente ángeles y Maestros Ascendidos.

El Consejo Kármico reduce el cordón de plata Volviendo a eras antiquísimas vemos, tal como el maestro ascendido llamado Gran Director Divino* señala en su serie de Perlas de Sabiduría tituladas «El concepto mecanizado», que este cordón de plata era tan grande en diámetro como el tubo de luz y la corriente de energía desde tu Presencia era inmensa. Te rodeaba por completo. No tenías que invocar el tubo de luz porque éste fluía de forma natural desde la fuente de la Deidad, día y noche. Los hombres vivían ochocientos o novecientos años42 porque esta ducha vital, como las cataratas del Niágara, derramaba Vida y esencia de Vida a su cuerpo físico. No dejaba entrar la imperfección. Ni la enfermedad. Mantenía el contacto de su alma con Dios. Luego la humanidad comenzó a abusar de la Ley. Y así, por medio de un decreto divino reflejado en un edicto del Consejo Kármico, formulado con el fin de evitar que la humanidad usara mal cada vez mayores cantidades de energía divina (porque

todos somos responsables de la energía que usamos o usamos mal), Dios retiró esta tremenda ducha de energía y redujo el cordón de plata al tamaño que tiene en la actualidad. Para que puedas beneficiarte de las palabras del Gran Director Divino, te las voy a leer: Algunos estudiantes saben que cuando se hizo necesario restringir a la Humanidad debido a su perversidad y bestialidades, los Señores del Karma cortaron el flujo de energía cósmica asignada a muchas corrientes de vida en el planeta, hasta que el manantial de Vida, que fluía al cuerpo del hombre desde la parte superior de la cabeza (otrora del tamaño del tubo de luz) se convirtió en un cordón estrecho de sustancia de luz plateada, a través del cual fluía una cantidad de energía relativamente pequeña. Debido a que existe relación entre el tamaño asignado a la corriente de vida, o cordón de plata, y el espectro de conciencia sobre el que la percepción del hombre vibra, la reducción del tamaño real del cordón produjo una correspondiente reducción del número de años en la duración de la vida asignada a los hombres, así como una reducción gradual del espectro de conciencia. Recordarás que en los días de Matusalén los hombres vivían muchos cientos de años. Luego, la reducción de la cantidad de energía descendente se reflejó en la reducción de la duración de la vida, a la vez que ocurrió con el mencionado espectro de conciencia. Desde un punto de vista práctico, esto significó que los momentos culminantes en cuanto a vibración de felicidad que el hombre podía experimentar, así como los de conciencia y percepción, también se vieron disminuidos. Y mientras que, por medio del poder de una serie de ejercicios espirituales, la Humanidad ha conseguido expandir su conciencia, el recipiente físico del hombre y su estructura cerebral han impedido continuamente el flujo de esencias vitales, debido a la disminución del cáliz de la conciencia.43

Podemos ver, pues, que la función del cordón de plata es de importancia capital, porque éste es el cordón umbilical o cuerda de salvamento que nos conecta a nuestra Presencia. Y, tal como enseña el Gran Director Divino, para quienes estén dispuestos a hacer los llamados correspondientes, la cuerda de salvamento puede ser extendida.

Pero ten presente, querido corazón, que todos nosotros somos responsables de la energía que recibimos de nuestra Presencia. Por lo tanto, debemos pedir la Luz de la conciencia crística y utilizar siempre esa energía de forma constructiva44. Ésta es la prerrogativa de cada alma, ya estés en un cuerpo femenino o en uno masculino: magnetizar al Cristo y, consecuentemente, ser uno con el Esposo Eterno.45 He visto a gente nerviosa, como la que se ve a veces en los lugares en los que se escucha jazz, donde los chicos y chicas mascan chicle y menean un pie, y no saben qué hacer consigo mismos. Botan de tanta energía que tienen. Piensa en toda esa energía nerviosa enviada en forma de pensamientos y sentimientos indisciplinados. No es extraño que estén nerviosos. Ahora bien, controla esa energía y úsala para sanar las células del cuerpo. Controla esa energía y úsala para aquietar la mente. Así, ésta se convierte en un estanque cristalino y en ese estanque claro y tranquilo puede brillar la imagen de tu Yo Real. Mientras tengas una superficie turbulenta no sabes si te pareces al Gordo o al Flaco. No sabes qué aspecto tienes. Si miras al agua, un instante te ves gordo y al rato te ves delgado, y la imagen temblará como un azogado. Pero si aquietas el estanque, verás tu verdadero reflejo. Si puedes evitar el pecado de Narciso, hermosa dama o atractivo caballero, si puedes evitar enamorarte de tu propia imagen (con el egocentrismo de la conciencia humana) y caer y ahogarte en el estanque del yo, entonces verás a tu amado Yo Crístico, cuyo amoroso rostro reencenderá en ti el deseo de estar unido espiritualmente al Esposo Divino.

La llama trina de la vida

En este pequeño círculo aquí abajo, colocado en el centro del pecho de la figura inferior de ti mismo, está lo que se conoce como la llama trina de la Vida. Esta llama de la Vida tiene el tamaño de más o menos un milímetro y medio y está dentro de tu corazón físico. Tal vez digas: Bien, y si está ahí, ¿por qué no la ha descubierto la ciencia médica? Pues bien, en el momento en que llegaran a ella ya no estarías vivo y la llama se habría apagado. Pero esa llama está ahí. Y esa llama es la llama de tu vida. La llama trina tiene tres plumas, una azul, una amarilla y una rosa. Puede que te suene raro, pero es cierto; y esas tres plumas forman el diseño de la flor de lis. La mayoría de nosotros conocemos este lirio francés que es un símbolo ornamental muy hermoso, el emblema de la Casa de Borbón. En realidad, la llama trina constituye el derecho divino de todo hijo de Dios. Es la sede de su divinidad consciente. A través de esta diminuta chispa, puede conocerse y contemplarse la identidad de Dios. Es el fuego sagrado de la creación, el guardián de la Vida y la Presencia del Amor, que todo lo consume. También denominada la santa llama crística y la llama trina de la libertad, esta llama, cual flor del corazón, incrementa la divinidad del alma al tiempo que bendice su humanidad. Además, traza el proyecto original interno en el pergamino de la Vida. Da forma al destino del alma con tierra y fuego, la imbuye de aire y agua, aireando la mente y lavando el deseo. Genera vida y ternura, amistad y paz; enciende las más nobles aspiraciones hacia el cielo, alegra la Tierra con felicidad y amor al Hogar. Examina, por tanto, las tres plumas que forman esta luz tripartita. La azul es el punto de anclaje en tu vida de la voluntad de Dios Padre; enciende tu fuerza de voluntad, tu fe y tu determinación divina para manifestar tu plan divino por medio de los cuatro cuerpos inferiores. La pluma amarilla dorada ancla la inteligencia discriminadora, la sabiduría, la iluminación y la

mente de Dios en Cristo. La pluma rosa ancla el amor, la compasión, la misericordia, la ternura y la gracia de Dios y del Espíritu Santo, así como la destreza para poner en práctica el plan divino. Saint Germain nos enseñó algo acerca de la llama trina en un franco mensaje que dio el día de San Valentín. Haz tuya su enseñanza y reflexiona en ella: Tu corazón es en efecto uno de los regalos más selectos de Dios. En su interior se encuentra una cámara central rodeada de un campo energético de tal luz y protección que lo llamamos «un intervalo cósmico». Es una cámara separada de la materia y no hay exploración que pudiera jamás descubrirla. Ocupa simultáneamente no sólo la tercera y cuarta dimensiones sino también otras desconocidas para el hombre. Esta cámara central, denominada el altar del corazón, es, pues, el punto de conexión del poderoso cordón plateado de luz que desciende de tu Presencia de Dios para mantener el latido de tu corazón físico dándote vida, finalidad e integración cósmica. Insto a todos los hombres a valorar este punto de contacto que tienen con la vida reconociéndolo conscientemente. No hace falta que entiendas por medio de un lenguaje complicado o postulados científicos el cómo, el porqué y los detalles de esta actividad. Conténtate con saber que Dios está ahí y que dentro de nosotros existe un punto de contacto con lo Divino, una chispa de fuego del propio corazón del Creador, denominada la llama trina de la vida. Allí arde como esencia trina de Amor, Sabiduría y Poder. Cada reconocimiento ofrecido a diario a la llama que está dentro de tu corazón ampliará el poder y la iluminación del Amor dentro de tu ser. Tal atención te producirá un nuevo sentido de dimensión, si no aparente en lo externo, sí al menos manifiesto a nivel subconsciente en los pliegues de tus pensamientos internos. No descuides, pues, tu corazón como altar de Dios. No lo descuides como sol de tu ser manifiesto. Extrae de Dios el poder del Amor y amplifícalo dentro de tu corazón. Luego, envíalo al mundo en general cual baluarte de aquello que vencerá a la oscuridad del planeta, diciendo: YO SOY la Luz del Corazón brillando en las tinieblas del ser y transformándolo todo en el dorado tesoro

de la Mente de Cristo. YO SOY

quien proyecta mi Amor

hacia el mundo exterior

para derribar toda barrera y borrar todo error. ¡YO

SOY

el poder del Amor infinito

que se amplifica a sí mismo

hasta ser victorioso por los siglos de los siglos!46

Esta hermosa plegaria de Saint Germain es más poderosa de lo que piensas. Atrae a los santos ángeles Fe, Esperanza y Caridad, quienes llevan la Luz de la Trinidad a tu corazón, avivando los fuegos de esta diminuta llama de un milímetro y medio, que es tu sello de Vida eterna. Cual llama de tu Santo Ser Crístico, es realmente el «ornato de un espíritu afable y apacible»47, tal como dijo Pedro. Ardiendo en el altar del corazón cual lámpara votiva del Padre —atendida por el hombre oculto o interno del corazón48, cuya imagen del Hijo Unigénito del Padre está claramente dibujada dentro de sus llamas envolventes— esta luz trina es la copia exacta, en fuego sagrado, de la Sagrada Trinidad. Sin esta santidad al Señor49, amado, esta chispa de lo Divino, serías como las bestias del campo. No particularmente diabólico, pero tampoco particularmente bueno; carecerías de libre albedrío para elegir trascender los patrones genéticos de la especie y el potencial para llegar a ser divino. Sin esta investidura, no podrías elegir entre el bien y el mal, no tendrías conciencia, deseo de mejorar, ni compartirías los poderes cocreativos con Elohim mediante la Palabra hablada, y no conocerías el Amor envolvente por completo de la relación entre el Maestro y el discípulo (el gurú y el chela). Todos los malhechores a quienes se les ha enfriado la chispa (debido a su propio descuido voluntario y blasfemia contra la Divinidad) han perdido por siempre la capacidad primigenia de buscar y encontrar la Fuente de los fuegos creativos. Se han hundido más abajo del nivel de las bestias, porque han pecado contra el Espíritu Santo, no se han arrepentido, e incluso han perdido la esperanza de evolucionar espiritualmente a través de los hijos de Dios, la cual incluso los benditos elementales albergan aún. En verdad, junto a todos tus logros, consigue el dominio sobre

tu ser humano, por medio de esta llama de tu Yo Divino. Pide a Saint Germain que te ayude. Él lo hará. Utiliza su mantra que afirma el «YO SOY» como la Luz de tu corazón. Este mantra contiene su energía acumulada de devoción al fuego sagrado por medio del cual él ha demostrado la maestría del espíritu sobre los elementos en virtud de la alquimia de la llama trina.50

EL MAESTRO ASCENDIDO SAINT GERMAIN

El Unigénito del Padre: tu Santo Ser Crístico El Santo Ser Crístico es el Mediador entre Dios y el hombre. Dios, en el sentido absoluto equivalente a Espíritu, es totalmente perfecto. Ni siquiera es consciente de lo que nosotros llamamos pecado o iniquidad, o vibración del mal. El profeta dijo de él: «Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio»51. Por lo tanto, él creó la «Mente Crística» que descendió al punto medio (la octava etérica) entre nuestra autoexpresión más elevada y la más baja. Esta réplica del Hijo Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad, sirve de Mediador de cada corriente de vida ante el trono de Dios. Es el abogado ante el Padre, el Señor Justicia Nuestra, cuya venida profetizó el profeta Jeremías.52 Este Hijo (o Luz) de la Presencia vino para hacer la voluntad de Dios como representante del Padre que está a tu lado. Suya es la todavía voz queda de la ‘conciencia’ que oyes cuando estás

dispuesto a oír. Jesús fue el representante tanto real como simbólico de este Yo Crístico. Fue el ejemplo, el que manifestó en sí mismo la Mente de Cristo y estuvo unido a ella en todo momento. Jesús no fue el único Hijo engendrado del Padre. El Cristo de él fue y es el Unigénito; y Jesús fue el recipiente puro de ese Ser único Universal. Él fue el Enviado, elegido de entre los Hijos del cielo para encarnar al Cristo en la Tierra como el avatar, el ejemplo, para que todos nosotros lo siguiéramos durante los dos mil años del ciclo pisciano. Cuando el alma de Jesús se hizo una con el Cristo, el hijo del hombre recibió el nombre y se llamó a sí mismo el Hijo de Dios. Éste es el mismo cargo al que tú puedes aspirar gracias al sendero de tu Cristeidad personal para beneficiar a tu familia, comunidad, nación y hasta al mundo entero. Jesús fue la encarnación del Sol (o Luz) de Dios para beneficio de la manifestación de la evolución terrestre. Él fue el Guardián de la Llama —de la llama trina de la Vida— hasta que, por nuestra propia devoción a la Fuente, nosotros también podamos magnetizar una cantidad suficiente de la Presencia del Sol a fin de intensificar nuestra propia divinidad y mantener el equilibrio a favor de otros hasta que ellos también sean capaces de hacerlo. Así, al enseñarnos cómo ser «el guardián de mi hermano», se cumple uno de los propósitos fundamentales de la Gran Hermandad Blanca. La Cristeidad del amado Jesús fue un cargo que ocupó además de un manto que llevó. Y, ante nuestros ojos, el hijo del hombre se convirtió tanto en el cargo como en el manto, los cuales, a su vez, moldearon la naturaleza misma de su filiación y misión individuales. Jesús fue solamente el Cristo y el Cristo fue solamente Jesús. Y esto es lo que nosotros estamos destinados a ser, cada uno de nosotros mostrando un inapreciable perfil del Ser Universal. Y el rayo de su divinidad brilló sobre él y se fundió con su naturaleza humana. Y esta consumación de la Presencia del Amor contigo y en ti también te sucederá a ti.

Jesús vino a enseñarnos con su ejemplo que cada hijo de Dios tiene un Santo Ser Crístico y que éste es el medio para nuestra individualización de la llama divina, conforme al plan divino y al libre albedrío de nuestra corriente de vida. El Yo Crístico es la expresión del amor absoluto de Dios por cada uno de Sus hijos; el mismo amor que se dio a Jesús. De lo contrario, Dios habría tenido un hijo favorito, Jesús, y el resto de nosotros habríamos sido privados de nuestro derecho soberano a su reino. Yo no creo que Dios hiciera esto, y sé que tú tampoco lo crees. No habríamos tenido ni la más mínima oportunidad de ir a ninguna parte con Dios excepto, quizás, a la corte exterior. Tal como es ahora, tenemos la oportunidad de sentarnos, por decirlo así, en el trono de nuestra propia divinidad. Podemos reinar sobre muchas cosas en los cuatro planos de la Materia si somos fieles a las cosas del Espíritu53. Todas las cosas son posibles con Dios, y esto incluye elevar a toda corriente de vida que Él creó para recibir su herencia divina. Cuando yo era niño, solía pensar cómo podía ser que Dios solamente creara a Jesús, quien, según me enseñaron, era el único hijo que realmente ‘había engendrado’ Dios. Entonces Jesús me reveló la verdad. Tu Santo Ser Crístico fue engendrado por tu Presencia YO SOY con el fin de que mediara entre lo humano y lo divino, con el propósito especial de que mostrara al alma cómo corregir sus defectos humanos. Tu amado Yo Crístico es tu Instructor, quien te inspira a través de la inteligencia de la Mente de Dios y te muestra cómo tu corriente de vida aquí abajo puede ascender, regresando a tu Fuente Divina que está ahí arriba, tal como hizo Jesús. La gráfica, por tanto, te aclara que, día a día, puedes revestirte de la identidad del hijo de Dios. En la medida en que vives una vida crística, tu Yo Crístico desciende cada vez más cerca de ti hasta que, por medio de palabras y pensamientos bondadosos, sentimientos y acciones puros, motivados por la buena voluntad, tú y tu bendito Yo Crístico os convertís en uno. Es como lo que dicen algunos cristianos acerca de que ellos

son «socios de Dios». Dios actuará en ti a través del Hijo de Su corazón. Por medio de la llama trina —esa chispa divina— conoces a Cristo y en él conoces a tu Padre. Tu alma y el templo de tu cuerpo, tu mente y tu corazón se tornan iluminados y radiantes por la presencia en ti de este Emanuel. Y tu luz brilla porque estás ungido con la Luz de tu Yo Crístico. Así, te conviertes en lo mismo que tu hermano mayor Jesús, quien fue el «Ungido», Jesús, «el Cristo». Éste es el significado original de la palabra Cristo. El que es Cristo está ungido con la Luz del Hijo de Dios; es alguien que se convierte en la encarnación de esa Luz. A Jesús se le describe como alguien en quien la Deidad habitaba en cuerpo. Si vas a ascender al corazón de Dios, tienes que hacerlo ascendiendo primero al nivel de tu Yo Crístico, ya que solamente el Hijo de Dios que bajó del cielo puede ascender al plano de la Presencia YO SOY54. Todos aquéllos en quienes habita el Espíritu del Señor pueden reclamar su actual filiación como herederos de la promesa. Pero solamente llegando a estar totalmente integrado con tu Yo Crístico, en cuerpo y alma, puedes afirmar en el plano físico: «YO SOY el Hijo de Dios», es decir, el Cristo de Dios encarnado. No obstante, puedes afirmar ahora mismo que tu Yo Real es el Hijo de Dios y que, por derecho, eres un discípulo de Jesucristo que recorre el sendero para llegar a ser uno con el Hijo de Dios. Ésta es la meta de tu vida que Dios ha ordenado para ti, al igual que para Jesús. Cuando la alcances, lo sabrás y nadie tendrá que decírtelo, y tampoco nadie podrá negarlo. Puedes caminar sobre la Tierra durante muchas décadas o siglos, llevando la carga de la Luz del Señor que mora en ti corporalmente, hasta que un día el Padre te llame al Hogar, y tu alma, oculta con Cristo en Dios55, ascienda al YO SOY EL QUE YO SOY para no salir jamás. «Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.»56 Cuando Jesús fue elevado «en un nube» de infinita energía

desde la colina de Betania, dos ángeles que parecían «hombres vestidos de blanco» dijeron a los discípulos: «Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo».57 Así pues, el día que hagas la ascensión, amado mío, o cuando alcances ciertos niveles de maestría divina, aun antes de la ascensión, también tú podrás venir, de forma similar, traspasando el velo, tal como los santos hacen de vez en cuando al aparecerse a los seres queridos en la Tierra, dando testimonio de su potencial divino en toda la gloria y resplandor de la gran Luz en que te habrás convertido en el nombre y poder de Jesús. El descenso del Maestro Ascendido Jesucristo a tu vida ocurrirá con toda probabilidad a través de la conciencia de tu propio Yo Crístico. Aquéllos que le vieron ascender tenían la conciencia crística, ya que de otra manera no hubieran podido ver a los ángeles; y los que lo ven descender día tras día son también testigos de Cristo en sus propios templos, por el mismo Espíritu del Señor.

EL MAESTRO ASCENDIDO JESUCRISTO

Equilibra la llama trina Ahora quiero explicar que la mayoría de vosotros no tenéis equilibrada la llama trina. Algunos —podemos verlo— tienen mucho poder y mucha fe y su pluma azul es muy grande. Algunos de vosotros tenéis muy, muy poco amor; otros tenéis mucho amor. ¡Sois tan amorosos que podríais amar al mundo entero! Por lo tanto, sois del tipo perteneciente el tercer rayo. Tenéis una gran pluma rosa, pero una muy pequeña de iluminación: aún no tenéis mucho conocimiento de la realidad. Algunos de vosotros tenéis una gran pluma de oro. Poseéis un gran entendimiento, como la gente que pertenece al segundo rayo, pero no tenéis mucha fe; y por tanto no ponéis la pluma dorada a trabajar. O no tenéis mucho amor por la gente, sólo por vosotros mismos. Ahora bien, lo que el Cristo quiere que hagamos es equilibrar la llama trina. Si somos una persona con mucha fe y gran poder, somos del primer rayo. Él quiere que aprendamos a amarnos los

unos a los otros. Quiere que obtengamos sabiduría. Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría.58 Si tenemos mucha sabiduría mundana, pero muy poco amor por el mundo, muy poca fe en los propósitos de la Vida, él quiere que aumentemos esas otras dos patas del trípode del ser. Esto es lo que tienes que comprender: nuestra obligación en la Tierra es primero equilibrar nuestra llama trina y, después, expandir las tres plumas juntas, no sólo un aspecto del ser sino los tres. Solamente equilibrando todos los elementos de la Trinidad en nuestra vida podremos realmente lograr la plenitud de nuestra perfección crística. Éste es un decreto que puedes recitar con este fin. Se llama: «¡Equilibra la llama trina en mí!». En el nombre de la amada, poderosa y victoriosa Presencia de Dios, YO SOY en mí, y de mi muy amado Santo Ser Crístico, invoco a los amados Helios y Vesta y a la llama trina de Amor, Sabiduría y Poder en el corazón del Gran Sol Central, al amado Morya, amado Señor Lanto, amado Pablo el Veneciano, amado poderoso Víctory, amada Diosa de la Libertad, los siete poderosos Elohim, amado Lanello, todo el Espíritu de la Gran Hermandad Blanca y la Madre del Mundo, vida elemental de fuego, aire, agua y tierra. Para que equilibre, intensifique y expanda la llama trina dentro de mi corazón hasta que manifieste todo lo que vosotros sois y no quede nada de lo humano. ¡Asumid el dominio completo y el control de mis cuatro cuerpos inferiores y elevadme, a mí y a toda la vida, por el Poder del Tres por Tres a la gloriosa resurrección y a la ascensión en la Luz! En el nombre del Padre, de la Madre, del Hijo y del Espíritu Santo, yo decreto: ¡Equilibra la Llama Trina en mí!

(Recítese tres veces)

¡Amado

YO SOY!

¡Equilibra la Llama Trina en mí!

(Recítese tres veces)

¡Asume tu mando! ¡Equilibra la Llama Trina en mí!

(Recítese tres veces)

¡Auméntala a cada hora! ¡Equilibra la Llama Trina en mí!

(Recítese tres veces)

¡Amor, Sabiduría y Poder! Y con plena Fe acepto conscientemente que esto se manifieste, se manifieste, se manifieste! (Recítese tres veces), ¡aquí y ahora mismo con pleno Poder, eternamente sostenido, omnipotentemente activo, siempre expandiéndose y abarcando el mundo hasta que todos hayan ascendido completamente en la Luz y sean libres! ¡Amado

YO SOY!

¡Amado

YO SOY!

¡Amado

YO SOY!*

Tu cuerpo causal Ahora hablaremos del punto en el que la gente comienza a diferir en cuanto al Yo Divino. Tienes una Presencia YO SOY y ésta se parece a la de cualquier otra persona. Es igual a la de Dios. Yo siempre aprendí que uno y uno suman dos, y eso es todo. No puedes cambiar las matemáticas. De modo que no puedes decir que Dios es más Dios que Él mismo, o que el hombre es más o menos Dios que Dios. Porque si Dios creó al hombre a Su imagen, significa que lo hizo a Su imagen, y punto. ¡No hay diferencia entre la imagen de Dios y Su manifestación en el hombre! El hombre no es más o menos la imagen de Dios; en su estado espiritual natural Él es simplemente la imagen: pura y sin mancha. Tenemos que comprenderlo para entender la gráfica, porque

tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. No podemos seguir pensando que no somos nada, porque nada puede salir de la nada, y nada no puede salir de algo, ¿verdad? Por lo tanto, algo sale de algo; y lo que salió, por supuesto, es el Hombre Divino, la manifestación divina. El hombre no parece muy divino ahora, cuando lo ves tendido en la acera borracho, cuando lo ves comportarse desastrosamente y haciendo toda clase de barbaridades. No parece muy divino, pero arriba sí lo es. Aquí arriba, toda persona que salió de Dios es divina. No existe ninguna diferencia entre tu Presencia YO SOY y mi Presencia YO SOY, porque, como hemos dicho antes, la Presencia es la réplica de Dios. Y sólo hay un Dios. Pero aquí es donde se produce la diferencia. Esto es importante. La Biblia dice: «pues una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos»59. Esto quiere decir que la gente tiene cuerpos causales de diferentes tamaños y magnitudes. Estos círculos de bandas de colores son cuerpos esféricos. No son planos tal como están dibujados aquí en la gráfica; estos círculos son esferas de energía vibrante, energía permanente, eterna. Son energía de Luz espiritual que irradia el color de su frecuencia y vibración. Tu Cuerpo Causal tiene forma de globo; el núcleo de fuego blanco está en el centro, envolviendo a la Presencia YO SOY en su sol central del Poder y la Luz de la pureza. Ésta es la esfera primera o primordial. La esfera amarilla que la rodea es la radiación principal de la Mente Divina; y contiene el registro y la energía acumulada de toda la inteligencia, de la acción iluminada por Dios, del autoconocimiento y la sabiduría que has exteriorizado de Dios. Ésta es la segunda esfera. Y aquí está la rosa, el núcleo del amor —la tercera esfera— y luego la misericordia y la llama violeta transmutadora, la cuarta. A continuación está la banda morada y oro de la justicia y el ritual de la Ley, manifestada por tu servicio a la vida: es la quinta esfera. Luego viene la verde, la curación y la abundancia en tu vida, la abundancia de la Vida. Ésta es la sexta. Y todas ellas

están selladas en una magnífica y esplendorosa esfera de llama azul; ésta es la séptima, la llama de protección, perfección, fe ardiente y buena voluntad de Dios. Cada vez que haces una buena obra en la Tierra, los ángeles del registro aumentan el tamaño de tu cuerpo electrónico. La buena obra es, en efecto, una causa que pones en movimiento, que se multiplica en vibración alrededor del mundo, engendrando otras de su misma clase al efectuar un movimiento ondulante, y con ello bendice a muchos, más que al receptor inicial de tu bondad. La luz de los actos virtuosos automáticamente asciende al anillo correspondiente de tu cuerpo causal. Multiplicada por tu Yo Crístico, retorna una y otra vez a incrementar lo bueno de tu potencial divino. Por lo tanto, cuando necesitas más luz para realizar más buenas obras, puedes extraer de tu cuerpo causal los ‘tesoros del cielo’ que has acumulado allí como reserva. Por ejemplo, la esfera blanca contiene todos los colores del arco iris; es un símbolo de pureza. Cada vez que permites que la pureza actúe en tu vida, cada vez que haces una ablución para purificar tu alma, ya lo creo que ésta aumenta el tamaño de esa banda blanca. Y cada cosa que hagas para mantenerte puro —comenzando con tu percepción pura de la vida, el concepto inmaculado de lo que realmente es verdadero— es tuya para siempre. Nunca podrás perder lo que alcances espiritualmente; y al ganar espiritualmente, ganas física, mental, emocional y etéricamente. Todo lo que hagas por puro amor, pura verdad, pura devoción, servicio por el hecho de servir sin esperar ganar nada de ello, aumenta el tamaño de la esfera central blanca, y cuanto más crece, más poder con pureza tienes en tu vida. Y ésa es la razón de que una estrella sea diferente de otra estrella en gloria. En gloria: significa en su glorificación de Dios o en su glorificación o enaltecimiento de la Palabra de Dios. Así, el único truco para construir los anillos de tu cuerpo causal es que todo lo

que hagas al utilizar (o glorificar) los siete rayos, tiene que ser «para la gloria de Dios»60 y al servicio de todos o alguna parte de la Vida de Dios manifestada en Sus hijos. Si haces lo que haces para la gloria de tu ego y servir a sus propios fines, esto no cuenta, no cuenta para obtener gracia. Puedes conseguir lo que quieras —un ego glorificado, engordado con las riquezas y los éxitos de este mundo y una personalidad desarrollada e incluso poderosa— pero no estarás almacenando tesoros en el cielo. Nada de esto va a construir tu cuerpo causal; sino que, por el contrario, se acumulará en el cinturón electrónico inferior. Éstos son los recuerdos de tu karma humano, el cual un día, trocito a trocito, desearás echar a la llama violeta, porque ya no lo necesitarás más. Una vez transmutada esta energía, después de haberla vuelto a consagrar en la construcción de los patrones de perfección en la Tierra, ascenderá a tu Cuerpo Causal. Ahora, echemos una mirada a esa esfera amarilla de nuevo. Cada vez que tomas las escrituras, los santos libros de Oriente y Occidente, y lees y te abres camino con la Palabra, o cada vez que estudias y demuestras tu maestría en el proceso de aprendizaje de algo constructivo, si es para la alegría de la llama divina en ti, aumentas tu almacén de conocimiento, y esto aumenta el tamaño de la esfera dorada de la iluminación. Así es como almacenas tesoros en el cielo, como Jesús dijo: «donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan».61 Cuando haces obras en las que Dios trabaja a través de ti — obras de pureza, de aprendizaje, o de expresión del amor que están contenidas en la banda rosa—, cada vez que eres amoroso y bondadoso para con un ser humano, esto lo registra inmutablemente, allí arriba, el YO SOY EL QUE YO SOY de Dios. ¡La Ley lo exige! Así pues, lo que hagas de bueno aquí en el ámbito humano (la figura inferior de la gráfica) se registra ahí arriba. Por eso nunca lo pierdes. Puedes perder el cuerpo físico, incluso la cabeza, pero nunca, nunca perderás tu cuerpo causal. Está ahí para siempre.

Tu alma salió de él y volverá a él. Es el lugar que Dios ha preparado en el cielo por tus buenas obras en la Tierra. ¿Qué es esta banda violeta? Es la cualidad de la misericordia que no ha sido forzada. «Cae como la gentil lluvia del cielo sobre el lugar que está debajo. Es dos veces bendita: bendice al que la da y al que la recibe»62. Esto es misericordia y perdón y la alquimia de la transmutación, el ritual y la diplomacia: toma nota. Y aquí en el radiante azul-morado adornado con oro puro, está el sendero del ministerio y el servicio de Cristo que desarrollas diariamente al asistir a otras vidas, sirviendo para liberar a la vida de Dios en la Tierra. Y aquí está eso de color verde, plegable, que llevas en la cartera; también es de color clorofila, símbolo de la salud y la vida abundante, tu plenitud y provisión física y espiritual. Es el rayo que usas para precipitar, junto con la alquimia del séptimo rayo. Es el verde de la naturaleza, el poder curativo del universo. Es una mezcla del amarillo y el azul, ¿verdad? Es la sabiduría y el poder para producir buena salud y riqueza lícita. Está en la esfera verde. Por eso muchos de vuestros médicos hoy día emplean el color verde en sus quirófanos. Porque este color es salud, clorofila, el aprisionado esplendor vital del sol. También es la luz de la Verdad como ciencia que te libera del trabajo pesado. Es Verdad espiritual como las verdaderas enseñanzas de Cristo y no las falsas. Y es el omnividente, omnisciente ojo de Dios que actuará a través de ti, a través de tu Yo Crístico. ¿Y qué es la esfera azul? Es el poder, es el primer rayo, es la voluntad de Dios, es la fe. Cada vez que tienes fe en las cosas divinas, aumentas esta esfera. Es la envoltura de protección y poder concedida a ti gracias a tu obediencia a la voluntad de Dios. Sin amor al Padre y sumisión a Su buena voluntad hacia ti y tus seres queridos, no puedes conservar el poder para actuar. ¿No es una hermosa esfera de radiante luz azul? ¿Ves cómo funciona la Ley? Consigues protección mediante tus

invocaciones a Dios y al Arcángel Miguel, y te sellas aquí abajo como estás sellado arriba en esta maravillosa emanación de tu cuerpo causal que te protege siempre.

Cómo acceder a tu cuenta corriente cósmica Ésta es la razón por la que la mujer seguía a Jesús a todas partes y vino temblando a tocar su túnica. Porque tenía tanto rayo azul, tanta fe en su cuerpo causal, que sabía que, con sólo tocar el borde de su túnica, se curaría. Lo hizo y fue sanada. Pero ¿te diste cuenta de lo que sucedió? ¿Qué dijo él? Dijo: «¿Quién es el que me ha tocado?». Pedro respondió: «Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ‘¿Quién es el que me ha tocado?’». Y él dijo: «Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí».63 Presta atención. La virtud [el poder] de Dios descendió de su cuerpo causal por medio del cordón de plata y pasó por sus chakras a su cuerpo físico y salió por el borde de su túnica. Ésta es la energía de Dios y también es tuya para que la conserves y dispongas de ella. Cuando seas uno con tu Yo Crístico, también tú sentirás que esta energía pasa a través de ti y sale de ti. Así pues, éste es tu cuerpo causal, o tu almacén celestial. Es tu banco cósmico. Y cada uno en esta sala tiene un cuerpo causal con esferas de diferente tamaño. Si eres realmente sabio, prudente y brillante, posees gran inteligencia vibrando en la banda amarilla de tu cuerpo causal. Si realmente estás lleno de poder y tienes mucha fe, cuentas con mucha energía azul aquí arriba. Si te dedicas a las artes curativas o eres banquero, probablemente tienes mucho verde. Y aquí, por

supuesto, puede que seas una persona muy misericordiosa, eres una persona de gran amor, tienes mucho rosa en tu aura. (María Magdalena tenía gran cantidad.) Y por eso algunos de vosotros que sois tan pequeños desde el punto de vista humano —como algunas de las mujercitas que tenemos aquí— tienen un aura tan grande que realmente contradice el tamaño. No estás limitado por tu envoltura física en estos asuntos. Puedes ser un gigante espiritual y tener un cuerpo pequeño. O puedes ser tan alto como yo y tener un aura minúscula. Así que no te engañes. ¿Cómo baja la energía del cuerpo causal, que es tu banco cósmico, hasta el plano físico, para que esté disponible a fin de que la utilices para más buenas obras en el nombre del Señor? La respuesta es muy simple. Baja a través del cordón de plata y se intensificará y acelerará en respuesta a tu llamado. Por medio de tus decretos dinámicos y ‘buen crédito’ —mostrando tu sabia inversión de la luz, energía y conciencia confiadas a tu uso desde esta cuenta bancaria cósmica— puedes acceder a más y más de los infinitos recursos de Dios, día tras día. Ya he contado la anécdota de la niña que tenía un globo inflado con helio para que el globo siempre estuviera en el aire. Lo sujetaba con una cuerda. Y como María, que tenía un corderito que la seguía dondequiera que fuera, el globo seguía a la niña dondequiera que fuera. Mientras vivas, por donde camines, igual que la niña que corría por el parque con su gran globo y la cuerdecita hacia arriba, estás aquí debajo colgando de la cuerdecita atada a tu cuerpo causal y tu Presencia YO SOY. Sólo que la cuerdecita es un cordón de plata que baja por tu cabeza hasta tu corazón y esto es lo que lo hace latir. Y va contigo dondequiera que vayas, igual que el corderito de María. Si caminas tres pasos a la derecha o a la izquierda, tu Presencia Divina se desplaza contigo. ¿Cómo podría ser de otra manera? «Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios será contigo en dondequiera que vayas».64

Por lo tanto, la Presencia nunca está lejos de ti, no importa dónde estés. Por eso el salmista dijo: «Si subiere a los cielos, allí estás tú. Y si en abismo hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra65». Esto es debido a que Dios va contigo: Dios individualizado en tu Presencia YO SOY. ¿No puedes imaginar tu Presencia (el ángel de su Presencia) contigo en el infierno, en vez de a Dios Todopoderoso bajando de Su trono para seguirte al infierno? Tiene pleno sentido el que Dios, que creó una bendita expresión de Sí mismo, interactúe contigo día tras día. Porque mientras Su ojo te ve como «a la niña de sus ojos»66, al mismo tiempo está contemplando al Todo en todo del Cosmos para que éste también, al igual que tu Espíritu eterno, sea sostenido eternamente.

El tubo de luz El poder de la Divina Presencia estaba con Moisés y los hijos de Israel, representado por el Señor, la amada poderosa Presencia YO SOY, «iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego».67 Tu poderosa Presencia YO SOY ha existido desde el momento en que Dios pensó en ella y existirá por siempre como la forma de pensamiento de su Mente para tu perfección y protección. Los rayos de luz que emanan de tu Presencia significan que tu Presencia Divina puede llegar hasta cualquier punto del universo instantáneamente a la velocidad de la luz. Por tanto, realmente tienes algo omnipotente aquí, ¿no es así? Omnisciente, ¡sí! Omnipresente porque es la Presencia: correcto.

¿Te acuerdas del ángel de Dios que iba delante del pueblo de Israel?68. Pues bien, este «ángel» es el mensajero de tu Presencia YO SOY. ¿Por qué necesita tu Presencia YO SOY un mensajero? Porque, como hemos dicho, tu Presencia está continuamente contemplando el Bien Divino, creando, preservando y sustentando mundos de perfección para que tu alma habite en ellos. Puesto que la Divina Presencia no contempla la iniquidad, el ángel del Señor en la persona del Arcángel Miguel, así como tu propio Yo Crístico, va delante y detrás de tu vida; y dondequiera que esté el Yo Crístico, hay una columna de nube: delante, detrás, y en medio de su pueblo elegido está el Espíritu de la Gran Hermandad Blanca.

Ahora bien, estás aquí abajo en un cuerpo físico. Haces un llamado a través del «ángel del Señor», uno de los arcángeles o mensajeros angélicos (por medio de tu Santo Ser Crístico) a tu Presencia. Y el inmaculado, puro, todopoderoso ojo de tu Presencia te responde a través del discriminador, omnividente, omnisciente ojo de tu Yo Crístico y envía abajo la energía en forma de Luz, Vida y Amor de la Divinidad. Y el tubo de luz —la columna de nube durante el día y la columna de fuego durante la noche— se crea como respuesta a tu llamado. El llamado exige respuesta y hacia abajo se precipita el tubo de luz desde la Presencia. Cae como una cortina alrededor de ti y

te protege contra los efectos nocivos de la conciencia de las masas porque impide que la creación humana se manifieste. ¿Sabías que la visión de tu Santo Ser Crístico, de tus siete chakras, de la transmutación del karma y de la gráfica de tu poderosa Presencia YO SOY, se le dio a Josué, el sumo sacerdote, unos quinientos años antes de que Jesucristo naciera? Pues bien, escucha estos párrafos. Después de que el Señor decidiera perdonar y transmutar la iniquidad (pecado, karma) de Josué y cambiar sus sucias vestiduras por el traje y mitra de sumo sacerdote ante el altar de Dios, permaneciendo en el cargo de Santo Ser Crístico del pueblo, el Señor le dijo: Escucha pues ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el RENUEVO. Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice el Señor de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día. En aquel día, dice el Señor de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.69

Y ésta es la interpretación: mi siervo el RENUEVO es la persona que encarna la Justicia de Dios, quien viene a reemplazar la autosuficiencia del ser humano. Esta persona, a quien Jeremías llamó el Señor Nuestra Justicia, como hemos dicho, es tu amado Santo Ser Crístico. El RENUEVO dota al alma de la capacidad de ser consciente de que está dentro de Cristo y de ser consciente de que Cristo está dentro de él. La piedra que no está acelerada, ni redimida, ni ungida, recibirá a través del RENUEVO la conciencia de Dios concentrada en los siete chakras. Miqueas dice: «Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera»70. La vid es el amado Yo Crístico, la higuera es la Presencia YO SOY y el cuerpo causal que lleva los frutos de la conciencia de Dios en las buenas obras. El Señor es la poderosa Presencia YO SOY, que está representada por el Yo

Crístico. En el reino venidero, cuando reine la conciencia de Dios sobre la Tierra, la gente no tendrá que predicar a su prójimo porque todos conocerán a su poderosa Presencia YO SOY y a su Yo Crístico71. Y «mi siervo el RENUEVO», la Justicia de Dios con y en cada alma, servirá como sumo sacerdote en el altar del Dios viviente. Por medio de Zacarías, el Señor profetizó a Josué: tu cargo presagia la venida de Cristo encarnado en Jesús, el Señor; y entonces, en la plenitud del tiempo destinado, se revelará que ese Cristo es la persona, el Hijo Puro de la divinidad de cada uno. Éste es el sendero de regreso al Edén y al estado perdido del dominio divino para cada hijo de Dios. Sellemos esta revelación de tu Realidad Divina de principio a fin con nuestro «Decreto de Fuego Violeta y Tubo de Luz», que me dictó para ti el amado Maestro Ascendido Saint Germain. Dondequiera que estés en este glorioso universo que Dios hizo, en cualquier plano del cielo o de la Tierra, detente un momento conmigo en la unidad de nuestra comunión en el Espíritu Santo y envía este llamado a Dios, en voz alta, por medio de tu amada Presencia YO SOY. Oh, mi constante y amorosa Presencia YO SOY, tú, Luz de Dios sobre mí cuyo resplandor forma un círculo de fuego ante mí para alumbrar mi camino. ¡YO SOY quien te invoca con plena fe para que coloques desde mi propia Poderosa Presencia YO SOY un gran pilar de Luz alrededor de mí ahora mismo! Mantenlo intacto a cada momento que pase, manifestándose como una lluvia reluciente de la bella Luz de Dios a través de la cual nada humano puede jamás pasar. ¡Dirige al interior de este bello círculo eléctrico de energía cargada divinamente, una rápida oleada del fuego violeta de la clemente y transmutadora llama de la Libertad! ¡Haz que la energía siempre en expansión de esta llama

sea proyectada hacia abajo hacia al campo energético de mis energías humanas, convierta completamente toda condición negativa en la polaridad positiva de mi Gran Ser Divino! Que la magia de su misericordia purifique con Luz mi mundo, de tal manera que todos aquellos con los que entre en contacto sean siempre bendecidos con la fragancia de violetas desde el mismo corazón de Dios, en memoria del bienaventurado día del amanecer en el que toda discordia —causa, efecto, registro y memoria— sea convertida para siempre en la Victoria de la Luz y la paz del Jesucristo ascendido. quien acepta ahora constantemente el poder y la manifestación plenas de este fíat de Luz, y quien lo invoca para que entre en acción instantánea por mi libre albedrío otorgado por Dios, y por el poder de acelerar ilimitadamente esta sagrada descarga de emisión de ayuda proveniente del mismo corazón de Dios, ¡hasta que todos los hombres hayan ascendido y sean libres en Dios y en la Luz que nunca, nunca, nunca falla! YO SOY

Así está escrito y así el Señor, la poderosa Presencia YO SOY (YAHVÉ), ha sellado su promesa por medio de su ‘ángel’, por medio del «hombre con una cinta de medir en su mano», quien ahora está frente a ti como el eterno Mesías, el mismo ayer y hoy y por los siglos, tu propio amado Yo Crístico. Él ha prometido al alma viviente, a la hija de Sión, que ha salido de su Espíritu: Yo seré para ella, dice el Señor, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella […]. Canta y alégrate, hija de Sión; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho el Señor. Y se unirán muchas naciones al Señor en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que el Señor de los Ejércitos me ha enviado a ti.72 La paz sea contigo, amado, en el nombre

YO SOY EL QUE YO SOY.

Capítulo 3 La integración de los chakras

La moda es estar en buenas condiciones físicas, tener un cuerpo bello. Oímos que «Estados Unidos se está entrenando». ¿Cuántos anuncios has leído acerca de los beneficios del ejercicio físico? La tendencia actual te hace creer que casi cualquier problema que puedas tener puede resolverse con un buen programa de ejercicios físicos. Libros, revistas y programas de televisión te acosan mostrándote abundante propaganda: desde ejercicios aeróbicos hasta el juego de raqueta como remedio perfecto para una amplia gama de enfermedades, del simple estrés al infarto. La salud, como todos sabemos, es el fruto de una alimentación adecuada, una actitud mental positiva, dormir lo suficiente y ejercicio físico, ¿de acuerdo? Bueno, tal vez…

La dimensión que falta en la buena forma física

Aunque tales actividades son desde luego válidas, existe una persistente omisión de un elemento muy importante. La dimensión que falta en la buena forma física no tiene nada que ver con lo que normalmente creemos que son los factores que promueven la salud. Estamos hablando de centros de energía que fluyen dentro de tu cuerpo que no puedes ver ni tocar pero que es tan importante aislar y poner en condiciones como a tus tríceps. Estos centros se llaman chakras, palabra sánscrita que significa «rueda» o «disco». Existen siete chakras principales en nuestro cuerpo. Probablemente te estarás preguntando cómo es posible que algo que no puedes ver, y mucho menos ejercitar, puede ser tan importante para estar en buena forma. Pues bien, puedes ejercitar tus chakras, y aunque no los veas, puedes sentirlos. Hablaré de esto más adelante. Para empezar, el cuerpo físico de un atleta es sólo una cuarta parte de la totalidad de la persona. También tienes un cuerpo mental (tus pensamientos y mente cognoscitiva), un cuerpo emocional (sentimientos y deseos), y un cuerpo etérico (tu memoria, que contiene capas de la mente subconsciente y supraconsciente, así como el proyecto original de la vida), los cuales debes entrenar para que funcionen de forma óptima en cualquier situación, ya sea en un camino, una pista o un campo de fútbol. Estos otros tres ‘cuerpos’ cumplen una función muy importante en cualquier programa de entrenamiento para atletas. Son ellos los que mantienen el cuerpo físico y le dan esa determinación de más para abrirse paso y trabajar los músculos, incluso —y sobre todo— hasta llegar a sentir ese ‘ardor’ indicativo de que estás progresando. Cualquiera que esté familiarizado con el mundo del entrenamiento físico puede atestiguar que los esfuerzos musculares son agotadores, dolorosos y exigen un alto precio al cuerpo. Con

la excepción de una subida causada por una dosis inducida de endorfina, existe muy poca gratificación física inmediata. [La endorfina es una sustancia química que produce el cuerpo durante períodos de intenso esfuerzo, y que imita los efectos del opio en el cerebro. Esto contribuye en gran manera, junto con los calmantes del dolor (encefalinas), al fenómeno conocido como «el éxtasis del corredor».] Otro efecto conocido por muchos corredores es «el muro». Se trata del punto en el que el cuerpo ha utilizado todo el glucógeno disponible y ya no tiene más energía que dar a los músculos. Normalmente esto ocurre después de veinte millas (32 kilómetros) aproximadamente, cuando el cuerpo está físicamente exhausto. En ocasiones, beber agua azucarada durante la carrera puede solucionar el problema. La mayoría de la gente, no obstante, quedará exhausta mucho antes de alcanzar el muro. Para aquéllos que no corren con regularidad, recorrer veinte millas sería imposible sin arriesgarse a sufrir un daño grave. La cuestión que traigo a colación con ello es que hay muchos que podrían correr las veinte millas, pero que se paran a las seis o diez millas (10 ó 15 kilómetros) porque piensan o sienten que no pueden hacerlo. Si estas personas pusieran a trabajar sus cuerpos mental y emocional junto con el físico, se superarían. Es sólo cuestión de sentido común. Cualquier gratificación adquirida a través de un programa de ejercicios físicos no es inmediata. Ya sea que bebamos un jugo de manzana, tomemos una ducha fría después de una tarde de ejercicios físicos, o hagamos un programa a largo plazo para aumentar la musculatura, la alegría del entrenamiento no es el entrenamiento mismo. Por consiguiente, a menos que disfrutes con el dolor, tiene que existir otra razón para que pongas el cuerpo a prueba. Este factor podrían ser tus recuerdos de lo bien que te sentiste la última vez que levantaste pesas, tu determinación mental para superarte, o el deseo de obtener el control emocional que surge con la auténtica maestría de un determinado deporte o arte marcial.

Fíjate, por ejemplo, en el caso de John McEnroe, el famoso tenista que juega muy bien, pero a quien se le conoce por tirar la raqueta al suelo y regañar a los jueces. Sus acciones revelan una inexistencia temporal de control emocional, por lo que recibe no poca mala publicidad. En el torneo de la Copa Davis celebrado en Buenos Aires, McEnroe sufrió una derrota colosal. Se debió en gran parte a las pistas de tierra batida en las que se celebraron los partidos. Taciturno y desanimado, rompió su hábito y permaneció extrañamente callado durante toda la competición. De todos modos, este desaliento es una falta de control emocional. Si McEnroe hubiera querido realmente ganar ese torneo, debería haber tenido una actitud positiva, y, al mismo tiempo, mantener el remate. Éste es el camino medio del Buda: tener las suficientes cualidades correctas en el momento adecuado, sin perder nunca el control. De cualquier forma, pudo haber jugado mucho mejor, así como haber aumentado su popularidad inmensamente si hubiera integrado su ‘cuerpo emocional’ con el físico. El tenis, e incluso el frontón, requieren una gran cantidad de memoria además de control emocional. Piensa en las horas incontables que McEnroe ha dedicado a practicar. No solamente tiene que haber desarrollado su antebrazo y entrenado su ojo, sino que también ha de recordar con sumo detalle qué tipo de lanzamiento debe emplear en cada ocasión y el ángulo exacto de incidencia y repliegue de cada pelota que roza la red y regresa a su zona. Una vez memorizado todo esto en cada célula, estas respuestas deben tornarse automáticas, como una fórmula bioeléctrica invocada y ejecutada con más rapidez de lo que la ‘mente’ puede pensar. En lo que respecta la actitud mental, es necesario estar «mentalizado» para el juego. No importa cuán hábil sea tu adversario, o de lo que esté compuesta la superficie sobre la que se juega: debes saber que tienes la capacidad y la determinación de ganar.

Muy bien, dirás, pero ¿qué tiene todo esto que ver con los chakras? ¡Pensaba que nunca lo preguntarías! Cada cuerpo está separado y es distinto de los demás, pero comparte o atraviesa las coordenadas comunes de los siete chakras. En el físico, estos chakras están unidos por los sistemas nervioso central y endocrino. Los chakras son los vehículos centrales del flujo de luz que se dirige desde tu alma hasta tus cuatro cuerpos. Con el fin de ampliar tu potencial, debes tener un conducto limpio para que pase la luz y la energía que recibes de la Fuente de Vida cada día y, así, puedas moverte libremente por medio de tus cuatro cuerpos. Si uno de los chakras está obstruido, puede desalinear uno o más de tus cuatro cuerpos. Si uno de los cuatro cuerpos está desalineado, no podrás aprovechar al máximo ninguno de los otros. No hay flexión en el mundo que tenga significado si sigues luchando contra tu propio sentimiento de limitación. Por lo tanto, a cualquiera que realmente se tome en serio el asunto de la preparación física del cuerpo y el bienestar, le incumbe estudiar y conocer los chakras y sus efectos sobre el entrenamiento, así como en todos los aspectos de la vida cotidiana.

SIETE

CHAKRAS EN EL CUERPO HUMANO

La llama trina del corazón El órgano central y más importante de tu cuerpo es el corazón. De igual modo, el chakra central y más importante es el del corazón. En la cámara secreta del corazón se encuentra la llama trina, que es el florecimiento de la luz en tu corazón, anclada allí a través del descenso del cordón cristalino. No es exactamente una llama como la de una vela; podemos pensar en ella más en función de la zarza que ardía y no se consumía1. El cordón cristalino es el hilo de luz que desciende desde tu Presencia YO SOY, siendo ésta otro nombre para designar a tu Yo Divino. ¿Por qué se le llama «trina» a la llama del corazón? Porque encarna las tres cualidades divinas de Poder, Sabiduría y Amor, también personificadas en la Trinidad. Idealmente, estas tres cualidades se mantienen en equilibrio. Pero pocos tienen la

maestría para conseguirlo. En cambio, la gente llena su corazón de odio, temor y maldad, que en el nivel espiritual se parecen al plomo o al asfalto. (Las enfermedades del corazón, aunque van disminuyendo, siguen siendo la principal causa de muertes en los Estados Unidos. No me extraña.) Una de las partes más relevantes para mantenerse en forma es limpiar y equilibrar el chakra del corazón. Así como el cerebro y los órganos dependen del flujo de sangre, los demás chakras dependen del flujo de energía del corazón. Así que, cuando éste se encuentra obstruido por egoísmo y un deseo excesivo de poseer, los cuales bloquean dicho flujo, todos los chakras sufren. Por otro lado, después de equilibrar la llama trina, hay que expandirla. Antes de la proverbial caída del hombre, la llama trina rodeaba el cuerpo totalmente y tenía una altura de entre cinco y siete pies (un metro y medio a dos metros). En esos tiempos, el cordón cristalino tenía un diámetro de nueve pies (casi tres metros); y canalizaba enormes cantidades de energía divina hacia el chakra del corazón humano. Ello incrementó su longevidad —de ahí la extraordinaria duración de la vida de personajes antediluvianos como Matusalén y Noé, hecho apuntado anteriormente— y le habilitó para ejecutar lo que hoy día se considerarían proezas sobrehumanas. Por último, debe protegerse el chakra del corazón. Es sumamente sensible a todo tipo de vibraciones, buenas y malas. Conviene vigilar esa sensibilidad. Las frecuencias negativas que impresionan al corazón pueden causar infartos. Más peligrosos son el odio, la crítica mental, la dureza de corazón (insensibilidad), la envidia, e incluso el deseo de muerte, que equivale a brujería. Al ser incapaces de acicalar sus pensamientos y sentimientos con amor, la gente en realidad se dedica a practicar de manera recíproca negligencia mental y emocional a diario.

CÁMARA

SECRETA

DEL CORAZÓN

melocotón (durazno)

Mantras de luz para el corazón Saint Germain, el Maestro que constituye la piedra angular en el arco de la era de Acuario, nos ha dado un mantra para limpiar nuestros chakras. Este mantra puede utilizarse conjuntamente con los otros contenidos en este capítulo. Es muy simple y fácil de recordar, y puede decirse en voz alta o en voz baja cuando las cosas no van bien o sientes una pesadez en el cuerpo o una carga en el corazón. ¡YO

SOY

YO SOY

un ser de fuego violeta,

la pureza que Dios desea!

Similar en calidad a la llama trina que yace en el corazón, el fuego violeta, o llama violeta, se emplea concretamente para la transmutación del karma negativo, de los registros de incumplimiento en ésta o en vidas pasadas, o de cualquier negatividad. Es la llama de la libertad y del Espíritu Santo, que perdona el pecado disolviendo la causa, el efecto, el registro y el recuerdo. Es la energía divina que libera los átomos, las células y los electrones en tus cuatro cuerpos inferiores para que puedan cantar la canción de su ígneo destino. Y liberará a todos los que

la usen, mental, psicológica y espiritualmente. El mantra de Saint Germain para la era de Acuario puede ser adaptado para utilizarse con todos los chakras de la forma siguiente: ¡Mi corazón es un chakra de fuego violeta, mi corazón es la pureza que Dios desea! ¡Mi chakra de la garganta es una rueda de fuego violeta, mi chakra de la garganta es la pureza que Dios desea! ¡Mi plexo solar es un sol de fuego violeta, mi plexo solar es la pureza que Dios desea! ¡Mi tercer ojo es un centro de fuego violeta, mi tercer ojo es la pureza que Dios desea! ¡Mi chakra del alma es una esfera de fuego violeta, mi alma es la pureza que Dios desea! ¡Mi chakra de la coronilla es un loto de fuego violeta, mi chakra de la coronilla es la pureza que Dios desea! ¡Mi chakra de la base es una fuente de fuego violeta, mi chakra de la base es la pureza que Dios desea! Simplemente recita el mantra que corresponda al chakra concreto que sientas necesidad de limpiar y repítelo hasta que sientas que te liberas de tensión, ansiedad o cualquier problema que puedas tener. ¡Pruébalo! Funciona. A propósito de la visualización, el chakra del corazón, cuando está en estado óptimo, emite un fuego blanco adornado con tonos rosados y rubí, dependiendo de la intensidad y pureza del amor expresado. Esta rosa del corazón tiene doce pétalos. Se visualiza sobre el lugar del corazón fisco, aunque si estuviera en estado perfecto, él y su homólogo físico estarían en el centro del pecho. Visualiza la llama trina en tu interior, con sus tres plumas de Poder, Sabiduría y Amor, a modo de llamas de azul, oro y rosa,

respectivamente. Como protección adicional contra el peso mundial, puedes imaginar un disco de luz blanca dando vueltas enfrente del corazón. Para una acción limpiadora efectiva, recita el mantra «YO SOY Luz». Cuando dices el mantra en voz alta, estableces un campo energético de luz alrededor de tu corazón. Este campo energético apartará las ‘malas vibraciones’ y toda clase de energías negativas que tienden en ocasiones a hacer que las cosas vayan mal. Ésta es una de las muchas aplicaciones prácticas de la ciencia de la Palabra hablada. A través del uso correcto del chakra de la garganta en decretos como éste, llegamos a ser efectivamente cocreadores con nuestra Conciencia Superior. Tal como se dice en el Libro de Job: «El Todopoderoso será tu defensa […]. Orarás en Él, y Él te oirá […]. Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz».2 «YO SOY» es el nombre que Dios le dio a Moisés: «diles, ‘YO SOY’ me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre»3. Por lo tanto, cuando afirmamos «YO SOY», estamos afirmando Dios es en mí o Dios en mí es la acción de… Lo que siga (tanto si es un discurso, plegaria, mantra o decreto) se realiza, porque es el poder del nombre de Dios y su existencia lo que obra el cambio creativo en nuestra vida. YO SOY

Luz

YO SOY

Luz, candente Luz,

radiante Luz, Luz intensificada. Dios consume mis tinieblas, transmutándolas en Luz. Este día

YO SOY

un foco del Sol Central.

A través de mí fluye un río cristalino,

una fuente viva de Luz

que nunca puede ser calificada por pensamientos y sentimientos humanos. YO SOY

una avanzada de lo Divino.

Las tinieblas que me han usado son consumidas por el poderoso río de Luz que YO SOY, YO SOY, YO SOY

YO SOY.

Luz; yo vivo, yo vivo, yo vivo en la Luz;

YO SOY

la máxima dimensión de la Luz,

YO SOY

la más pura intención de la Luz.

YO SOY

Luz, Luz, Luz

inundando el mundo dondequiera que vaya, bendiciendo, fortaleciendo y transmitiendo el designio del reino de los cielos. Al meditar en el fuego blanco que rodea la llama trina en la cámara secreta de tu corazón y decir el mantra «YO SOY Luz» de san Francisco (conocido hoy como el Maestro Ascendido Kutumi) para la protección del chakra del corazón, beneficias realmente a todos tus chakras. Como ya sabes, la sangre oxigenada de los pulmones debe primero pasar por el corazón antes de nutrir el resto del cuerpo. Asimismo, la luz de tu Presencia YO SOY tiene también que pasar por el corazón. Lo que contenga éste será, pues, transportado al resto de los chakras. En verdad, la energía de la Fuente de Vida es la única ‘fuente de juventud’ real que existe. (Es una ironía que Ponce de León y muchos otros hubieran pasado la mayor parte de su vida tratando de atrapar esa flamante juventud que estaba realmente en su corazón.) A consecuencia del mal uso de esta energía, el cordón cristalino es hoy solamente un hilo delgado, y la llama trina mide un promedio de una dieciseisava parte de una pulgada (un milímetro y medio). Si es que queremos alguna vez recuperar nuestro antiguo poder y vitalidad, debemos tener maestría sobre lo que ahora poseemos.

CHAKRA

DEL CORAZÓN

rosa

Vitalidad y prana En cuanto a la vitalidad, es la búsqueda continua de esta cualidad escurridiza lo que guía a muchos devotos de la buena forma física a hacer grandes esfuerzos por conseguirla. ¿Por qué correr es un estimulante natural? ¿Por qué nos sentimos tan vigorosos después de una enérgica caminata o de unas buenas sesiones de ejercicios físicos? ¿Qué es lo que hace que podamos pensar con más claridad y sentir que estamos realmente vivos? El prana. Es una palabra sánscrita que significa «respiración» o «aliento de vida». Pero es mucho más de lo que entendemos por aliento. Prana es la energía vital que vivifica todo lo que vive y controla todas las actividades del cuerpo: físicas, espirituales, mentales y sensoriales. Sin ella, la sangre no circularía, los órganos no funcionarían y el cerebro no haría su trabajo. El concepto de una fuerza de energía universal se ha enseñado durante muchos siglos y en numerosas culturas. El término sánscrito prana ha sido comparado con el maná de los polinesios, con el chi chino (energía que circula por los meridianos tratada en detalle por la antigua ciencia de la acupuntura), con el ruach hebreo («espíritu de vida»), y con lo que los científicos han llamado recientemente «bioplasma». El cuerpo absorbe más fácilmente el prana a través del aire, donde se encuentra en su estado más libre. Cuando haces ejercicio —especialmente al aire libre y al sol— estás inhalando, con cada respiración, aire cargado de esta fuerza dinámica. Igual que la corriente eléctrica, discurre por una compleja red de

conductos nerviosos en el cuerpo etérico y es transportada a cada órgano y parte del organismo, suministrando renovada fortaleza y vigor. El prana está en su mayor concentración en los siete chakras, que sirven de centros generadores y puntos focales para esta energía. Los chakras regulan funciones corporales específicas, y en cada uno de estos centros de energía el prana se recoge y distribuye a su destino. Toda actividad (desde el movimiento muscular hasta la digestión, y el pensamiento mismo) utiliza prana, y la provisión de prana necesita ser reemplazada constantemente con el fin de mantener la buena salud. A menos que entre suficiente aire fresco en los pulmones, la sangre de las venas (que acumula los desechos de todo el cuerpo) no puede ser purificada o renovada con vida. Esta materia de desecho venenosa, en lugar de ser expulsada, vuelve a circular por el cuerpo, lo cual origina la mala salud y las enfermedades. De hecho, se dice que la enfermedad se debe a un desequilibrio de prana. Y algunos defensores del yoga creen que todas las enfermedades pueden controlarse cuando se restablece un apropiado flujo de prana. Asimismo, en Occidente se sigue con éxito el hábito de correr, para el tratamiento preventivo e incluso terapéutico de pacientes con problemas de corazón. No obstante, algunos médicos creen que el footing (correr) es dañino para los órganos, la espina dorsal y el sacro. Debido a que los cuatro cuerpos inferiores están relacionados entre sí, las causas que el prana pone en marcha no se limitan solamente a efectos físicos. La carencia de prana puede influir en la mente y en las emociones también. Pruebas clínicas han demostrado que existe relación entre la respiración dificultosa y el coeficiente de inteligencia bajo en los niños. Y no es difícil averiguar que el hecho de estar confinado en una habitación mal ventilada durante mucho tiempo produce tristeza, depresión o apatía, en lugar de la vitalidad que proporciona una buena bocanada de aire fresco y prana.

El prana viene de Dios a través de muchos canales. La fuente de prana más fiable es el aire limpio cerca de agua corriente, cargado de luz solar. Puede afirmarse que la cantidad de prana en el aire está directamente relacionada con la concentración de iones negativos. (El ion negativo es una molécula de aire que transporta uno o varios electrones de más. Por otro lado, a un ion positivo le faltan uno o más electrones.) No voy a decir que el prana consista en iones negativos, pero bástenos afirmar que, cuando la concentración de iones negativos es por naturaleza alta, puedes estar bastante seguro de que hay prana alrededor. Muchos estudios han demostrado que la concentración de iones en el aire produce un efecto muy importante en el cuerpo. En los ambientes urbanos de trabajo, los iones positivos, que son nocivos para la salud, se generan en grandes cantidades por los sistemas centralizados de aire acondicionado, la contaminación y los autos. Por otro lado, la lluvia y las tormentas con relámpagos generan iones negativos que benefician al cuerpo. El océano, los ríos, arroyos y todo tipo de vegetación también contribuyen a la ionización negativa del aire. Cuando corres por la playa en un día claro, estás haciendo mucho más para revitalizar tu templo físico que si corrieras el doble de tiempo por las calles de Los Ángeles. Una vez que tienes en cuenta los factores ambientales, el dónde y el cuándo son tan relevantes como el cómo y el por cuánto tiempo. Puesto que muchos de nosotros vivimos en la ciudad, es importante encontrar tiempo para ir a algún otro sitio, estar en contacto con la naturaleza para limpiar nuestro cuerpo físico de la contaminación y la comida sintética, limpiar nuestros chakras por medio del ayuno, la meditación y los mantras y, así, alinear los restantes tres cuerpos.

El poderoso centro de la garganta

El siguiente centro que debemos estudiar es el chakra de la garganta. Está situado sobre la garganta física, tiene dieciséis pétalos y es de color azul. Es el chakra del poder y, por medio del don del habla, que únicamente posee el hombre, puede liberar grandes cantidades de energía, tanto buena como mala. Mediante el uso disciplinado de la palabra hablada, podemos hacer grandes progresos en la armonización de todos nuestros chakras. Con el mal uso —como sería maldiciendo en el nombre de Dios, o de Jesucristo, chismorreando, criticando, siendo sarcásticos, empleando palabras amenazadoras o «entablando conversaciones indecorosas»— nos hacemos mucho daño, e incrementamos el nivel planetario de efluvios humanos. Incluso la irritación contra otros y expresar en voz alta esa irritación provoca un desequilibrio dentro de todos los chakras, porque la garganta es el centro de mando a través del cual nuestras fuerzas creativas fluyen hacia toda la vida, estableciendo el tono de nuestra aura y nuestra persona. Este concepto no es nuevo. Jesús nos previno: «pero sea vuestro hablar: sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede»4. Esto no quiere decir que haya que excluir la comunicación necesaria entre las personas, sino que era una advertencia para nosotros de la gravedad del mal uso de la palabra; y también revelaba su conocimiento del poder de la palabra hablada para afirmar la Verdad. A través de la afirmación de la Verdad —«sí, sí»—, la canalizamos para que actúe en nuestra vida; y negando el error —«no, no»— desterramos los efectos del error en nuestra vida. Jesús también nos advirtió de que «toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado».5 Esto demuestra que Jesús creía que las palabras eran tan importantes como las acciones, y que ambas se pesarían en la

evaluación final del alma. También es importante darse cuenta de que la charla frívola (así como el sexo frívolo) te deja sin la energía que necesitas concentrar en aras de una óptima ejecución. Mucha charla y poca acción, como cualquier otra indulgencia, derrocha la fuerza vital y revela una falta de control e integración personal. A pesar de su enorme importancia en las relaciones humanas, nuestra sociedad ha minimizado la palabra hasta tal punto que el cinismo y la mordacidad han devenido más importantes que la verdadera comunicación. Como todos sabemos, la música es el barómetro de la sociedad y, según dijo tan oportunamente el patriota escocés Andrew Fletcher, de Saltoun: «Si a un hombre se le permitiera escribir todas las baladas, no tendría que preocuparse de quién escribiría las leyes de una nación». Tan sólo sintoniza en tu radio cualquier emisora popular. Dime si puedes encontrar cuatro canciones seguidas donde no se degrade algún aspecto de la vida. Todo se vuelve vulgar. Cada acción tiene un motivo escondido. Se describe a la gente como si no fuera sincera en palabras o hechos. Incluso las palabras mismas dejan de tener sentido en la mente de muchos. La gente puede mentir, maldecir, criticar, y todo se justifica con el prosaico comentario: «sólo son palabras». Toma como ejemplo la famosa canción del grupo Missing Persons. Habla por sí misma. El letrista obviamente sigue la moda imperante del cinismo musical, pero termina la canción haciendo un comentario social muy preciso. Esto no quiere decir que la letra de la canción realmente signifique para él algo más que para su oyente imaginario: «Palabras» por Terry Bozzio y Warren Cuccurrullo ¿Me oyes? ¿Te importa? ¿Me oyes?

¿Te importa?

Mis labios se mueven y el sonido sale, las palabras se oyen, pero

yo tengo mis dudas de que te des cuenta de lo que he dicho. Me miras como si estuvieras aturdido es como la sensación al final de la página cuando te das cuenta de que no entiendes lo que acabas de leer. ¿Para qué sirven las palabras cuando ya nadie escucha más? ¿Para qué sirven las palabras cuando nadie escucha? ¿Para qué sirven las palabras cuando nadie escucha? No tiene sentido hablar.

Lo mismo da ir y

hablar a una pared

porque todas las palabras son inútiles; es gracioso estar solo.

Algo tiene que ocurrir que cambie la dirección.

Lo poco que se filtra te está dando la impresión errónea; es un estado lamentable…6 Ciertamente lamentable. La parte más triste de esto es que, para muchos, las palabras se han vuelto vacías, se emplean para manipular a otros o expresar ira. Aunque la mayoría de los que la escuchen no se tomen en serio la canción, es una descripción válida de la forma en que mucha gente se comunica. Gran parte de la interacción social de hoy día está regulada por la mentalidad consistente en ponerse por encima de los demás, encubriendo, al mismo tiempo, cada afirmación ofensiva con un chiste o una broma para herir a otro sin enojarle. Y que Dios libre al pobre individuo que se lo tome en serio, porque se reirán todavía más de él y le llamarán «paranoico» o le dirán: ¿Es que no sabes aguantar una broma? Generalmente, la forma en que esos ‘modernos’ ejecutan este juego es a base de desarrollar una lengua afilada, lista para contrarrestar cualquier estocada de otro ingenio mordaz con un golpe incluso más incisivo. Entonces todo el mundo se ríe y se supone que nadie queda mal. Pero, ¿es así realmente? ¿Qué pasa con las profundas cicatrices que se infligen al individuo sensible y confiado? ¿Qué pasa con el buscador sincero cuya naturaleza no le permitirá participar en este tipo de juego? ¿Debe ser expulsado de la sociedad, tildado de simplón? Ciertamente todo lo expuesto anteriormente no tiene nada que ver con la función que el chakra de la garganta se supone que debe realizar. Cuando alguien está acostumbrado a no oír nada más que indirectas y sarcasmo a su alrededor por parte de todos, ¿quién puede sorprenderse de que este individuo «deje de escuchar»? En nuestra sociedad, ante todo necesitamos percatarnos de la importancia de la palabra. Ahora que la comunicación se ha

automatizado, y las computadoras ‘hablan’ unas a otras más rápidamente y con más precisión que la gente, creemos que la tecnología es la cura para todos nuestros males. Fíjate tan sólo en la palabra tecnología. Viene del griego techne, que significa «arte» u «oficio», y logos, que significa «palabra». Así pues, estamos en la era del arte de la palabra, y la comunicación entre los individuos es uno de nuestros mayores problemas. La plegaria de David debería ser la nuestra: «Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Señor, roca mía, y redentor mío».7 Si todos pensáramos lo que decimos cada vez que lo decimos, como si estuviéramos hablando delante de Dios, nuestras conversaciones serían completamente distintas. Éste, pues, es el primer paso para limpiar el chakra de la garganta: purificar nuestro lenguaje. La auténtica fuerza de la voluntad de Dios que nosotros usamos mal en este centro puede convertirse en el poder para hacer funcionar la ley cósmica en nuestra vida. Prueba con este mantra de victoria crística en ti: ¡No mi voluntad, no mi voluntad, no mi voluntad, sino que se haga la Tuya! Al decirlo mental o verbalmente, puede incluso utilizarse para mantener el ritmo de tus ejercicios. Visualiza la llama azul del proyecto original de la Vida obrando a través de tu chakra de la garganta y de la palabra hablada para recargar tu cuerpo con la voluntad integradora del universo.

CHAKRA

DE LA GARGANTA

azul

El lugar del sol Complementando a la garganta, debajo del corazón, se encuentra el chakra del plexo solar. Está localizado en el ombligo, y corresponde al centro nervioso que hay ahí. Tiene diez pétalos y su color es una combinación de morado intenso y oro metálico. Cuando te sientes agitado y notas ese desasosiego tan conocido «en la boca del estómago», sabes que es tu plexo solar el que ha sido afectado. Esta energía normalmente se libera a través de la garganta usando palabras dañinas. Los chakras de la garganta y el plexo solar están relacionados, de manera que, cuando están en armonía, las energías de ambos convergen en el corazón, manifestando una comunicación pacífica y amorosa. Cuando alguno de ellos está desarmonizado, ambos chakras quedan afectados. Muchas de nuestras emociones se expresan a través de estos dos chakras. Notarás que, en circunstancias normales, cuando la gente expresa sentimientos de amor, bondad, o cualquier otra emoción positiva, suele hablar de forma reposada y con un tono de voz que resuena. En el momento en que el plexo solar se agita, el tono de voz y el volumen se elevan. Esto es más notorio cuando la persona se encuentra en un estado de ansiedad o ira. Controlar el plexo solar requiere la maestría sobre nuestras emociones por medio de la atadura a la voluntad de Dios, mediante el fuego sagrado del corazón. Cuando las emociones están controladas, podemos comenzar la purificación de este chakra con la meditación y los decretos dinámicos.

A la vez que visualizas el chakra tal como se muestra (véase figura que se muestra a continuación), recita El Bálsamo de Galaad. Esta oración te ayudará a calmar tus emociones (tus energías en movimiento), siempre que te sientas fácilmente inquieto o agitado. Oh, Amor de Dios, inmortal Amor, envuelve todo en tu rayo; ¡Envía compasión desde las alturas para elevar a todos hoy! ¡En la plenitud de tu poder,

difunde tus gloriosos rayos sobre la Tierra y todo lo que en ella hay donde la vida en sombra aparenta estar! Que la Luz de Dios resplandezca para liberar a los hombres del dolor; ¡elévalos y revístelos, oh Dios, con Tu poderoso nombre

YO SOY!

El plexo solar está estrechamente vinculado con el alma. Por lo tanto, si este chakra se conserva puro, estarás más en contacto con tus verdaderos sentimientos y tu yo. Nuestras emociones, que acrecientan el deseo puro por el Yo Superior, tienen como finalidad ampliar el alma y el potencial de ésta.

CHAKRA

DEL PLEXO SOLAR

púrpura y dorado

El ojo interno Subiendo una vez más por encima del corazón, nos encontramos con el chakra del tercer ojo. Este centro es tan importante para mantenernos libres de los desechos humanos como cualquiera de los otros seis, incluso más si cabe, porque es el orificio de la visión espiritual. Jesús, nuestro amado Instructor del Mundo, estaba hablando de este ‘ojo’ cuando dijo: «La lámpara del cuerpo es el ojo, así que, si tu ojo es bueno [uno], todo tu cuerpo estará lleno de luz».8 Está situado en medio de la frente, entre las cejas, es de color verde esmeralda cuando está purificado y tiene noventa y seis pétalos (algunas veces representados por dos, como en el caduceo alado). En estado perfecto, a través del tercer ojo deberíamos ser capaces de anclar la visión de Dios, la visión de la perfección. Hoy día vivimos en un mundo de relatividad y no vemos o exteriorizamos la perfección absoluta del Yo Divino. Cuando el hombre fue creado en un principio, antes del descenso del alma a los planos de la ilusión (la caída), tenía la visión única de su perfección original en el tercer ojo. Cuando ocurrió la caída, cuando el hombre comió del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal relativos, cayó a un estado de dualidad. Y ésta es la propensión que el hombre tiene a ver el bien y el mal como aspectos relativos. En el punto más bajo de la evolución del planeta, algunos

hombres habían perdido la chispa divina y caminaban sobre la Tierra como animales. (¡Parece ser que Darwin llegó un poco tarde!) En realidad, la Humanidad no comenzó con los hombres de las cavernas, sino que descendió a ese estado por haber faltado la devoción al fuego sagrado del corazón y por haber usado mal el chakra de la garganta y el del tercer ojo. Desde entonces, el hombre no ha conseguido recobrar la plenitud de sus anteriores facultades, aunque puede que haga grandes progresos por medio de ejercitar el chakra del corazón con devoción y meditación, ejercitar el chakra de la garganta con el uso científico del mantra o el decreto dinámico de la Palabra, y ejercitar su visión espiritual viendo el bien (Dios), tanto en amigos como en enemigos. El hecho de que los Estados Unidos hayan disfrutado de gran prosperidad durante los dos últimos siglos se debe a que su gente ha tenido la visión del tercer ojo de unos niveles altos de excelencia para hacer realidad las cosas. No solamente hemos construido una poderosa nación, sino que también hemos exportado dinero y tecnología a casi todas las naciones de la Tierra. ‘Sí’, dirás, pero, ‘¿qué pasa con nuestra economía? ¿qué hay del desempleo?’. Bien, algunos de los individuos pobres de esta nación son los que han utilizado mal sus chakras en el pasado, causando grandes perjuicios a otros, y ahora están sufriendo los efectos de las causas que ellos pusieron en movimiento. Y algunos de los ricos se han aprovechado injustamente del resto de nosotros (sin ser nosotros culpables) —y ése es su karma, también, que con toda seguridad cosecharán; algunos de ellos ya lo han hecho—, habiendo vuelto a esta vida siendo los deudores de la nación, quienes gritan muy alto pidiendo pagos de beneficencia y cupones de alimentación, ahora que han cambiado las tornas. Pero incluso esto puede disolverse con la llama violeta. El karma, al fin y al cabo, hasta que se somete a la gracia de la Misericordia, es la férrea ley de hierro de la causa y el efecto, más opresora y abarcante que cualquier código del mundo. Por

eso Jesús dijo: «siempre tendréis pobres con vosotros»9. Siempre hay alguien al final del escalafón socioeconómico, pero esto no anula las influencias negativas e incluso diabólicas que nuestros líderes del pasado y del presente han tenido en la economía y en el panorama del desempleo. De poco consuelo sirve esto a los pobres, la clase trabajadora y los que tienen salarios bajos. Pero aquí también existe el karma de la dejadez, cuando no defiendes tus derechos económicos ni desafías el poder de la élite internacional que ejerce el control del dinero, los bancos, el comercio y la economía de las naciones. Si la gente no deja de lamentarse y empieza a moverse para traer la Revolución Venidera por una Conciencia Superior, puede perderse antes de haberse centrado en los fuegos de libertad de Saint Germain. Esto es un hecho. Los superiores y los poderosos, los capitanes y los que ponen a los reyes en el poder, han interferido en el libre comercio por medio del monopolio capitalista, regulaciones federales y trámites burocráticos para los pequeños empresarios; todo lo cual ha perjudicado a un gran número de buenas personas que son la columna vertebral de los Estados Unidos. Y, como hemos dicho, no escaparán de su recompensa. No obstante, técnicamente no existe injusticia en el universo. Cada quien tiene que enfrentarse al segador en la forma de su propio karma individual. Cada quien tiene que pagar al final el precio por el mal uso de la luz de Dios: los opresores, así como los oprimidos. No hay excepciones. Y ahora, volvamos a la limpieza del tercer ojo. Puede conseguirse meditando en formas geométricas perfectas, así como elevando las energías de los chakras inferiores hasta el nivel del tercer ojo. «¡Ve sólo el Bien!» es realmente el lema que hay que adoptar para fortalecer la visión a través de este instrumento del ojo omnividente de Dios. Para empezar, visualiza un disco de luz superpuesto a tu frente, como la lámpara de un minero, pero más brillante. Obsérvala dando vueltas y llenando tu centro de visión con luz,

limpiando la sustancia mal calificada durante siglos en tu chakra, limpiándolo, hasta que sea de un verde esmeralda brillante. Mientras sostienes esta imagen en tu imaginación, di el siguiente mantra de la ciencia de la Palabra: ¡Oh disco de Luz con toda tu perfección, desciende desde las alturas celestiales! ¡Que brillen nuestras auras con la Luz de la Libertad y el amor y la protección del Maestro! A continuación invoca a tu Yo Crístico y afirma: YO SOY, YO SOY

quien observa Todo,

mi ojo es único mientras imploro; elévame ahora y libérame, que tu santa imagen pueda ser. Limpiar el tercer ojo es un paso muy importante en la evolución del alma, ya que está directamente relacionado con el chakra del alma. Lo que se ve a través del tercer ojo también se refleja en el alma. Como medida práctica, la visión del tercer ojo puede mejorarse al limpiar la sangre, el colon y el cuerpo físico en general. Las toxinas acumuladas en la sangre y el tejido adiposo, así como en la zona del colon, son un impedimento directo para obtener esta visión. Un programa equilibrado de ayuno con verduras o jugos de frutas, así como agua destilada y tés de hierbas (infusiones), constituye un buen comienzo.

CHAKRA

DEL TERCER OJO

verde

El chakra de la libertad Todas las imágenes que se ven con el tercer ojo se reflejan en el alma, la cual está anclada al cuerpo físico a través del chakra de la sede del alma, situado a mitad de camino entre el ombligo y la base de la columna vertebral. Este chakra rige el código genético, la herencia y la fabricación del semen y el óvulo. Tiene seis pétalos y su color es violeta. Debido a la estrecha relación entre el alma y el tercer ojo, aquélla puede resultar fácilmente dañada por formas de pensamiento e imágenes impuras e imperfectas. Esto sucede en particular con algunas piezas de arte de hoy día. El color es especialmente importante. Los tonos pastel luminosos son mucho más beneficiosos que los tonos más fuertes o chillones o los oscuros o sombríos, los cuales son dañinos, como lo son las formas amorfas. El diseño del Cristo en el individuo contiene la geometría del cosmos. Cualquier forma de arte disonante o dentada destruye esta geometría, perturbando su reflejo, desde la imagen del ojo hasta cada célula. Mucho tiempo atrás, civilizaciones avanzadas en el continente de África se derrumbaron a causa de arte y música pervertidos, que finalmente condujeron a todo tipo de magia negra y brujería que se practicaban allí. Esto ha llegado hasta nuestros días con la práctica de vudú, rituales con matanzas y sacrificios. Éstos son ejemplos extremos de la destrucción del chakra del alma. El mal uso de éste y otros chakras ha producido gran devastación y, en más de una ocasión, ha destruido una civilización o un continente.

La sede del alma es el chakra de la libertad. El movimiento encaminado a la «libertad artística», en muchos casos, ha conseguido en realidad lo contrario. Debido a que algunas expresiones de arte moderno pervierten el proyecto original simétrico del chakra del alma, estas formas han privado al alma de la libertad. Porque lo que el ojo ve se refleja al instante en los cuatro cuerpos inferiores. La disonancia en el arte y en la música es, sin duda, autodesintegradora para aquéllos que les prestan su atención y lealtad. El fohat sigue la pauta que marca la imagen. Los padres con niños pequeños deben ser especialmente cuidadosos con lo que permiten que sus hijos vean o escuchen. Algunos niños de hoy día no han visto nunca formas de pensamiento perfectas ni han oído un acorde de música clásica. Para ellos la armonía no tiene definición. Es vital que los niños establezcan en su interior ciertos arquetipos, tales como la Virgen y el Niño, la figura paterna en los santos y los héroes, las flores y los objetos armoniosos interiormente, tomados de la Naturaleza en su estado puro. Gracias a las matemáticas de la estructura molecular de las cosas, se inculca en ellos la aspiración a un sendero de autodisciplina que puede ganarse al esforzarse por adquirir excelencia en los cuatro cuerpos inferiores. El hombre no es el único que posee chakras. Estados y naciones también tienen centros espirituales, focos de energía altamente concentrada que rigen la interacción entre su pueblo, su destino y sus vibraciones, rasgos personales, lenguaje, acentos, costumbres y peculiaridades. La gente que tiene un karma concreto que resolver mediante las lecciones y la automaestría impuestas por las disciplinas de un chakra determinado gravitará hacia la ciudad o región correspondiente a ese chakra dentro de su propio país. La ciudad de Los Ángeles, chakra del alma de California, así como de los Estados Unidos, es el lugar donde existe la mayor perversión de la llama de la libertad por medio de la industria del espectáculo. (¿Realmente alguien considera Texas Chainsaw

Massacre o Scanners piezas de arte que valgan la pena?) Esta perversión causa una distorsión del chakra del alma de toda la juventud que va a ver éstas y otras películas similares. Puesto que el chakra del alma es el centro de la creatividad, todo lo que crean aquéllos que tienen este chakra afectado también estará distorsionado. Cuando estos jóvenes crezcan y se conviertan en padres, educadores, líderes sociales y productores de cine de mañana, la profecía se cumplirá irremisiblemente. Ellos observan una creación distorsionada y, luego, crean más distorsión en todos los campos (incluso en el fértil campo de la conciencia de sus propios hijos). Esto, a su vez, lo miran otros y lo distorsionan una vez más. En efecto, puedes ver cómo cada año que pasa las películas son más violentas, se hunden más y más en el inconsciente colectivo, y reflejan más y más desesperanza a un grupo cada vez más joven. El único remedio para todo esto es que la gente que realmente se preocupa comience a purificar su chakra del alma por medio de la meditación en imágenes bellas y simétricas y en una conciencia más elevada. Éste es el primer paso. A continuación, debemos mantener la visualización del disco solar dando vueltas, así como de los otros chakras, a fin de disolver la sustancia que se ha acumulado durante años de mal uso de este centro vital. La utilización de la llama violeta es esencial, especialmente en esta sociedad mecanizada, que está, en gran parte, desprovista de formas de pensamiento e imágenes puras necesarias para mantener la conciencia del alma. El mantra que se debe utilizar con este chakra es muy corto, pero cuando se repita —acompañado de la visualización de la llama violeta— tendrá un efecto sumamente beneficioso. Recuerda, «YO SOY» significa «Dios en mí es». ¡Luz irradia, Luz irradia, Luz irradia, irradia, irradia! ¡Luz

YO SOY,

Luz

YO SOY,

Luz

YO SOY, YO SOY, YO SOY!

CHAKRA

DE LA

SEDE DEL ALMA

violeta

El loto de los mil pétalos El chakra de la coronilla es el chakra de la iluminación, el cual regula las facultades mentales y la memoria. Está situado en la parte superior de la cabeza y tiene 972 pétalos, lo que le ha meritado el nombre de «loto de los mil pétalos». De color amarillo, la coronilla es el centro a través del cual debemos alcanzar la conciencia divina (la percepción de ti mismo como parte de Dios). Cuando el chakra de la coronilla está obstruido, puede arruinarte la memoria, e idéntico efecto produce el consumo de drogas. De hecho, tomar drogas es uno de los principales factores que conducen a la contaminación de este chakra. La densidad mental, la falta de una «mente clara» cuando más se necesita, el estar ‘colocado’ o ‘flipado’: éstos son efectos de la energía mal calificada en el chakra de la coronilla. En el lado opuesto de la balanza están los que pervierten el chakra de la coronilla con el abuso de sus facultades mentales. No hay nada malo en tener poder cerebral y, de hecho, es muy positivo. Pero lo que nos preocupa aquí son los ‘intelectualoides’, la gente que cree que sólo los logros intelectuales son importantes y que quienes ignoran el ‘elevado’ conocimiento que ellos poseen son ingenuos y no tienen ni voz ni voto en los asuntos del mundo. Son muchos en nuestras universidades, en nuestro gobierno y en la escena política hoy día, como también en posiciones ejecutivas de empresas importantes, los que encajan dentro de esta categoría. Son ellos los que creen que necesitamos ser controlados por nuestro propio bien, que la gente humilde del mundo carece de la capacidad de gobernarse a sí misma. Son

ellos los que tratan de calmarnos con hechos y cifras, mientras colocan sus cadenas de control alrededor de nuestra economía, nuestro gobierno, nuestro sistema educativo y nuestra vida por completo. Estos individuos, los mentalistas, en lugar de desarrollar sintonía con la mente superior a través del chakra de la coronilla, están constantemente soltando el veneno de sus mentiras y medias verdades que provienen de una perspectiva relativista del bien y del mal, correspondiente al mal uso del tercer ojo. Ello sale del aura en forma de descarga astral de un intenso color naranja, negro, plateado, que suele intimidar a cualquiera ‘menos enterado’. Parece que son capaces, merced a la viva fuerza de su cuerpo mental, muy desarrollado y muy manipulador, de embaucar a la mayoría del público. Si eres como la mayoría de la gente de los Estados Unidos, albergas un ardiente deseo de ver a este país salir de su actual crisis económica, para recobrar la gloria perdida y el fervor del patriotismo que lo ha caracterizado siempre, durante la revolución, la guerra civil y en los conflictos globales. La mayoría de nosotros sinceramente queremos mejorar, y deseamos mejorar nuestro entorno. En este caso, un poco de llama violeta junto con el siguiente mantra contribuirán en gran manera. Oh, llama de Luz brillante y dorada, Oh, llama tan maravillosa de contemplar, YO SOY

el que brilla en toda célula del cerebro,

YO SOY

el que todo lo adivina en la Luz de la Sabiduría.

Fuente de Iluminación que fluye incesantemente YO SOY, YO SOY, YO SOY,

Iluminación

CHAKRA

DE LA CORONILLA

amarillo

El chakra de la base de la columna El último chakra que nos ocupa es el chakra de la Madre. Se trata del chakra de la base de la columna vertebral, al que se llama simplemente «el chakra de la base». Su nombre procede de su ubicación en la base de la columna. Pero también es la base de nuestro templo físico (y espiritual). La cualidad divina de este chakra es la pureza. Su color es blanco y tiene cuatro pétalos, que forman la base de la pirámide del ser. La energía vital del chakra de la base está destinada a elevarse hasta la coronilla y el tercer ojo por medio de meditar en la Presencia YO SOY. Esto magnetizará la energía hacia arriba. Cuando la energía vital, o Kundalini (como se la llama en Oriente), sube por el canal que conecta los chakras, nutre a cada uno de ellos con la pureza de la luz de la Madre. Cuando se pervierte o se abusa de la energía vital, ésta contamina los demás chakras. O, si se gasta por completo, no queda nada para elevar y activar la polaridad de la luz en los otros chakras. Enfermedad, desintegración, descomposición, envejecimiento y muerte son el precio que la humanidad paga por el mal uso de las energías del chakra de la base de la columna. En nuestra sociedad, éste es el chakra del que se ha abusado más flagrantemente mediante toda clase de actos impuros. Aquéllos que conservan la luz de la Madre son los mejores ejecutantes y los individuos más creativos en cada campo. El mantra que te ayudará a erradicar la impureza de tus cuatro cuerpos inferiores se llama «YO SOY Puro». Por deseo de Dios desde las alturas,

aceptando ahora al acercarme, como nieve cayendo con brillo de fuego estelar,

tu Bendita Pureza me concede su don de Amor. YO SOY

puro, puro, puro

por la palabra de Dios. YO SOY

puro, puro, puro

oh, espada ígnea. YO SOY

puro, puro, puro,

la Verdad es adorada. Desciende y hazme Íntegro, bendita Eucaristía, llena mi alma. YO SOY

tu Ley,

YO SOY

tu Luz,

¡Oh moldéame en tu forma tan brillante! ¡Amado

YO SOY!

¡Amado

YO SOY!

¡Amado

YO SOY!

Y ahora que has limpiado todos tus chakras, ¡sal y corre! ¡Sal y ejercita ese cuerpo hasta que no pueda más! Sentirás una alegría como nunca antes habías sentido, porque ahora tienes un programa completo. Muchos atletas profesionales han descubierto que no pueden sobrevivir en su entrenamiento sin el beneficio de la ayuda espiritual. Toma por ejemplo el caso de Toshihiko Seko, el ganador del Maratón de Fukoka durante tres años consecutivos. Su vida entera ha estado dedicada al entrenamiento, tanto físico como espiritual. Es un devoto del Zen y, gracias a su entrenador Kiyoshi Nakamura, ha desarrollado el «Zensoho», esto es, correr con el Zen. Según Nakamura: «La idea es limpiarte la mente de todo y dejar que tu cuerpo funcione de forma natural, sin que lo interrumpan los pensamientos». Nakamura ha estudiado todas las religiones del mundo durante más de cuarenta años. «Se puede aprender de todas, como todo en la vida», explica. «Debemos estudiar la Biblia, las escrituras y todas las obras famosas.

Debemos estudiar la naturaleza: las montañas, los ríos, las estrellas, el Sol y la Luna. Todos ellos son nuestros maestros.» Nakamura también suscribe la creencia de que «el entrenamiento físico es sólo el diez por ciento de la preparación total, el otro noventa por ciento es mental». En definitiva, han surgido muchos con filosofías sobre el entrenamiento de dos o más de los cuatro cuerpos inferiores, incorporando al mismo tiempo enseñanzas espirituales de las religiones del mundo. Seko está, obviamente, utilizando una rama de esta filosofía con grandes resultados. ¿Por qué no ir más lejos y entrenar los cuatro cuerpos? Intégralos, limpia tus chakras, respira el prana de la vida, y consigue la máxima maestría sobre todo tu ser. Sólo espero que todos los que son conscientes de esta enseñanza la utilicen al máximo. Solamente con plena dedicación y aplicación de la ley se puede efectuar el cambio. Al igual que el corredor ocasional o de fin de semana nunca ganará un maratón, el diletante de esta ciencia de los chakras nunca ganará las olimpiadas espirituales.

CHAKRA

DE LA BASE

DE LA COLUMNA

blanco

Capítulo 4 Las verdades eternas

Seamos conscientes de las verdades eternas. El mundo, el individuo, y todo a nuestro alrededor está cubierto de oscuridad cuando las verdades eternas no se manifiestan en nuestra conciencia. Cuando estamos perdidos en un mundo de tinieblas y sospechas —de desconfianza en los planes del Infinito—, cuando estamos confundidos debido al caos en la encrucijada de la vida, cuando nos sentimos indecisos en cuanto a qué camino seguir, es porque la oscuridad se ha cruzado en nuestra senda. Esta oscuridad no viene de Dios, ni deriva de Su bondad. Viene del reino de lo humano, del capullo de la ignorancia mortal. Viene de una falta de conocimiento de lo que es la vida en realidad. ¿Cuál es, entonces, la realidad de la vida?

El sentido del Yo

La vida no es oscuridad. La vida no es caos o confusión. La vida no es una búsqueda incierta. La vida es magnífica, incluso biológicamente. La construcción del cuerpo es bella: nuestra carne y nuestros huesos se han formado de manera complicada y maravillosa. Y el cerebro —receptor de los impulsos de la Mente eterna— es una magnífica central conectora y un almacén de Verdad infinita. Tan sólo detente por un momento a pensar, no únicamente en la carne y la sangre, sino también en la conciencia que yace en el cáliz de la identidad y que da identidad al cáliz. Somos conscientes de un poder exterior a nosotros que, al mismo tiempo, se identifica como el poder interior. Este poder define el bien y el mal cuando los otros códigos morales están muy por debajo. Este poder procede del Yo Real. Y éste es el comienzo del sentido del yo. Existe un sentido innato de la justicia que reside en nuestro interior, superior en todos sus derechos y ramificaciones a todos los códigos de justicia que el hombre ha creado a lo largo de los años; en ocasiones, a partir de una gran sabiduría y también a partir de la complejidad del conocimiento de la palabra, esto es, una simple asimilación de datos y números, puestos juntos sin ton ni son. Debido a que esas codificaciones de la ley han sido aceptadas por la humanidad, se establece el precedente, tanto si éste se pone al servicio de la justicia como si no. Y éstas no son necesariamente las verdades eternas. Actualmente, toda la raza humana necesita apoyarse no en el brazo de la carne1, ni en la clasificación del simple conocimiento humano, sino en tesoros espirituales de esa sabiduría que debe encontrarse dentro del corazón. Tales tesoros de la gnosis de Dios están en efecto dentro del corazón, y pueden sacarse para iluminar la mente, del mismo modo que derraman la luz de la Verdad sobre la pantalla de la mente y, al hacerlo, cambian todos nuestros puntos de vista.

Éstas son necesariamente las verdades eternas. La mayoría de la humanidad está gobernada por sus energías emocionales, moviéndose como lo hace conforme a sensaciones e ideas adquiridas que todos hemos tenido, no siempre sabiamente sino, a menudo, centradas en nuestro ego. Y estos altibajos emocionales son en gran parte irreales, una quimera del yo irreal, persistente aunque persistentemente irreal. ¿Cuál es, entonces, la realidad del Yo? Dicho todo lo dicho, nosotros tenemos una identidad, una identidad, un foco central de percepción. Lo llamamos «mi yo». Dentro de este yo tenemos una percepción del yo —de mí, yo mismo, mío (identidad que se extiende hacia la periferia del sentido del yo posesivo y más allá). Este yo está en estado de devenir y siempre lo estará, porque tal es la naturaleza de una existencia activa. Desarrollar las espirales internas de este potencial es un proceso infinito porque el núcleo de la Vida es la Luz infinita. Puesto que ya se nos ha demostrado que el cambio se produce día tras día, sabemos que el «yo» de hoy no es el «yo» de ayer; y tampoco será el «yo» de mañana. Por la misma razón, la conciencia de hoy no es la conciencia de ayer, y esperamos que sea mejor mañana. Se moverá hacia adelante o hacia atrás. Si avanza hacia adelante en la cresta del movimiento hacia delante de los ciclos cósmicos, ciertamente el yo cobrará un nuevo sentido, una nueva pertinencia y un nuevo hábito. Esta nueva fase de nuestra identidad puede mirarse a la luz del ego personal —donde la lucha por el reconocimiento es continua — o puede contemplarse con la iluminadora Presencia de nuestra identidad divina. Si lo permitimos, la identidad divina engullirá a la humana. Cuando esto ocurra, no volverán a apremiarnos los mismos deseos transitorios de siempre. Poco a poco, estos deseos desaparecerán. Perderán su significado a medida que

absorbamos en nuestra conciencia nuevos deseos del Espíritu.

El buen samaritano Conocemos la historia del buen samaritano que se encontró a un hombre que yacía a un lado del camino, herido y apaleado por los ladrones y abandonado en estado moribundo. Un hombre a quien no conocía, un hombre con quien no tenía ninguna clase de vínculo, un hombre que no le iba a recompensar; tan sólo un hombre que yacía allí, a quien los sacerdotes habían desdeñado y dejado de lado. ¿Qué hizo él? En su riqueza de espíritu, su fortaleza y su sólido sentimiento de conocer quién era, pudo salir de sí mismo para ayudar o servir a los fines de alguien a quien no conocía. Curó sus heridas, lo colocó sobre su caballo, lo llevó a una posada y pagó su alojamiento para que pudiera tener una cama confortable donde descansar.2 Éste no sólo fue un acto ajeno al yo, sino que a la vez fue un acto supremo realizado en el marco interno de la seguridad que confiere un saludable estado de plenitud. Tenía otra preocupación que no era la derivada de sus necesidades inmediatas. Reflejaba su reconocimiento de la necesidad del alma de servir a otros y no de glorificar al ego, ni de ser identificado con algún movimiento importante. Fue un arranque de la llama de la caridad, no necesariamente crística, sino un impulso con el simple propósito de auxiliar a un semejante que estaba en apuros. Por medio de este acto, se identificó más estrechamente con la bondad de Dios que aquéllos que, incluso entonces, hacían de la religión su negocio pero no su vida. Este Dios a quien él servía, de manera deliberada o no, había ya afirmado (a través de Cristo) que es a veces sabio dejar a las noventa y nueve ovejas que están a salvo dentro del rebaño y salir a buscar a la que se

ha perdido3, el corderito vagabundo atrapado entre los matorrales que no sólo está sin consuelo, sino que también carece de aparente valor con respecto al panorama general. Verdaderamente, la capacidad de salvar aquello que está perdido, lo que se ha extraviado del centro de la Vida, salvar lo máximo posible, revela los niveles de la plenitud e integridad de uno, una plenitud que es alimentada por el Gran Todo y, por lo tanto, siempre tiene algo que dar a aquél que no ha alcanzado la plenitud. Siempre que veas al buen samaritano, piensa para tus adentros: «ahí va uno destinado a convertirse en el Buen Pastor».4 Sabemos que, cuando tratamos con el Espíritu y cuando tratamos con Dios, estamos tratando con un poder infinito que tiene percepción de nosotros, ya sea que tengamos percepción de Él o no. Él no nos percibe como seres insignificantes, ni prescindibles en su plan (como uno del rebaño de las llamadas masas atlantes sin mente, que puede ser reemplazado de forma mecánica y nunca ser echado de menos). No, Él procura transmitirnos un sentido más elevado, más sagrado, más puro; una conciencia más hermosa, porque tenemos una identidad en Él, que no es sólo supremamente importante para Él, sino que es indispensable y se la echaría mucho en falta, sólo porque nos ama por ser de los suyos y como a Su propio Ser indiviso. Somos suyos, completamente, libremente, por siempre jamás.

La definición del amor Preguntémonos, entonces, qué motiva la acción del buen samaritano. El amor. Sin embargo, el amor se ha definido muchas veces, y muchas de forma egoísta. En este caso, es el amor sin esperar nada a cambio. No encontramos ningún registro de que el buen

samaritano pensara que iba a conseguir más adelante alguna recompensa por su acción. Simplemente actuó impulsado por la necesidad de otra alma con quien se sintió identificado, quizá diciendo para sí: «Si no fuera por la gracia de Dios, ahí yacería yo, desgraciada víctima de ladrones, desnudo y herido. Haré lo que pueda por él». Para que el amor sea verdadero debe comenzar con el amor hacia uno mismo en forma de valoración de uno mismo. Uno tiene que saber que tiene algún valor y, por lo tanto, es digno de ser amado. Si uno considera que no tiene valor, que no tiene valor para Dios o para los hombres, entonces el amor hacia sí mismo que debería existir se convierte en odio. Sólo si un hombre puede amarse a sí mismo, puede amar a su prójimo. Sólo si puede amar a su prójimo puede amar a su Dios. Y si un hombre se odia a sí mismo, odiará tanto a su prójimo como a Dios. Por esta razón Jesús dijo: «amarás a tu prójimo como a ti mismo»5, es decir, como si él fuera tú y como si fuera tu Yo Real. El Maestro también reveló la gran verdad de que nosotros tratamos a nuestro prójimo con el mismo amor despectivo o posesivo con que nos tratamos a nosotros mismos (nuestra alma) y, por consiguiente, a nuestro Yo Real, el Cristo Interior. Si tienes una inmediata y fina percepción de tu psicología personal, analiza por un momento cómo tratas a tu prójimo y sabrás lo que piensas de ti y de Dios. Percatémonos, pues, de que siempre debemos buscar en nuestro corazón las motivaciones de nuestros actos. Y esfuérzate siempre por encontrar la razón más pura. Si, por el contrario, encontramos ahí una motivación egoísta, si vemos claramente que estamos intentando aprobarnos en cuanto a nuestra caridad y bondad, deberíamos primero comprender que, en cualquier caso, no es ni saludable ni correcto condenarnos. Porque, si actúo de forma egoísta al atender las necesidades de otro, aun así existe un propósito más elevado que si actúo egoístamente para servir sólo a mis propios fines.

Deberías recordar que tomar hoy para uno mismo a fin de darse uno mismo mañana es siempre mejor que actuar desde la premisa moral que dice: No me importa lo que le pueda pasar a otro, ¿qué voy a ganar con ello? ¡Quiero saber lo que hay en ello para mí! Si nos comportamos de forma egoísta solamente, sirviendo a lo que creemos que nos producirá algún beneficio, tanto en metas inmediatas como a largo plazo en nuestra vida, significa que no estamos en un puesto muy elevado dentro de la escalera espiritual. Y todo este esfuerzo del yo para el yo puede oler perfectamente a falsa santidad, a una presunción que parte de la base de lo que nosotros hacemos o pensamos, como si pudiéramos hacer de nosotros «buenos dioses» (¡Vosotros los dioses!). No obstante, comprendemos que existen épocas en que uno tiene que pensar en términos «egoístas» con el fin de poder ser generosos más adelante. Ahora bien, puede que ésta no sea la forma de devoción más elevada o la más elevada forma de amor sacrificado. Pero puede muy bien ser un paso legítimo en el sendero que conduce al Amor más elevado, cuando el Cristo en nosotros declara: «Tomad, comed, esto es mi Cuerpo, que por vosotros es partido…»6; y el alma, totalmente integrada en la Luz, no volverá a sentirse amenazada por tal declaración de entrega de uno mismo. Porque el alma habrá conseguido suficiente identidad en Dios como para abandonar parte o todo su «cuerpo» y, a pesar de ello, seguir centrada en el vórtice llameante del Yo que declara: «YO SOY EL QUE YO SOY».7 Así, mientras vamos viviendo nuestra vida, podemos observar que estamos motivados por un egoísmo que más tarde llega a ser generoso, incluso magnánimo; y esto en sí puede incluir el deseo de amar porque deseamos ser amados. Cuando uno ama, a menudo es amado, aunque existen muchos casos de amor no correspondido.

Vemos que cuando ese intercambio amoroso emana del Yo Real, es verdadero y bendito; porque no viene de abajo sino que está magnetizado desde arriba. De modo que se cumple la razón de vivir de uno en la entrega final de uno mismo, el recíproco amor de Dios en el hombre y del hombre en Dios. Cuando el amor no emana de la Fuente Divina, poco a poco se hace evidente que falta algo, y el alma espera lo auténtico — ¡alguien que sea auténtico!—, mientras que el corazón languidece esperando la unión perfecta a través del Amor más elevado y verdadero. Estos pasos y niveles de amor no son contradictorios. Por el contrario, cada paso se da por medio de una conciencia de individualidad que se despliega paulatinamente, una individualidad que tiene primero que existir para poder amar y, a continuación, tiene que amar para poder existir. La individualidad puede volverse egoísta cuando, satisfecha, se sienta en un peldaño de la escalera para regodearse en la luz de su propio logro, sin reconocer que, a medida que pasan las estaciones, el árbol del yo tiene que compartir su fruto con los que necesitan probar la abnegación de otro a fin de lograr la suya propia. Tal satisfacción nos priva de la alegría de darnos a nosotros mismos y de la necesidad de sentirnos vaciados de modo que nos esforcemos otra vez para ser llenados; para que podamos vivir nuevamente otro día a fin de dar otra vez.

Reconocerse digno y conocer las necesidades propias El hombre sube por la escalera hacia la Realidad, no de un salto gigante, sino que lo hace paso a paso. Puede que se salte un paso aquí o allá, pero continuará subiendo si mantiene su

interés en hacerlo. Así pues, la motivación interior es esencial si uno va a escalar conscientemente. Y esa motivación puede proceder tan sólo del mantra que sale del corazón del auténtico discípulo: Señor, YO SOY digno. Hazme todavía más digno. Trata de susurrarlo en tu corazón, a Él. Ese mantra afirma un saludable sentimiento de bienestar, yo soy digno porque Dios, el «YO SOY» en mí es digno. Pero también reconoce la necesidad de esforzarse y la necesidad de ayuda. Si crees que no tienes necesidades, si estás muy satisfecho de ti mismo, no tienes necesidad de escalar. Sólo los muertos no tienen autoestima ni necesidades. Los despiertos tienen ambos, autoestima y necesidades. Por lo tanto, con verdadero amor, ellos hablan a su Cristo: Señor, YO SOY digno. Y porque tú me has hecho digno, Señor, hazme aún más digno. ¿Sabías que hay personas que tienen tan poca autoestima que ni siquiera se creen suficientemente buenas como para hablarle a Cristo? Si ese es el caso, ni siquiera puedes decir el Padrenuestro o hacer esta sencilla afirmación: Señor, YO SOY digno. Hazme más digno aún. ¡Por el amor de Dios, si vas a conseguir algo en la vida, tienes que saber que Dios en ti es digno! Y, si no lo sabes, no sigas adelante y párate a pedirle que te muestre que Él lo es, y que porque Él lo es, ¡tú lo eres! No hay mayor insulto para la Divinidad que confesar cobardemente mascullando no soy digno. Porque con esto, el cobarde declara: Mi Dios no es digno. ¡Oh, pobre desgraciado y desagradecido! ¿No conoces al que te ha hecho digno y que eres digno sólo por Su imagen, si te elevas y eres todo lo que Él te ha hecho ser? En efecto, no hay mayor desgracia que pueda caer sobre el alma humana que el negar la estima propia. Tal estado de ánimo es suicida, mata tanto al alma como al Espíritu del hombre. Porque el negar al Creador anula a la criatura (ya que el efecto

no puede sostenerse sin la Causa), al mismo tiempo que la negación de la criatura elimina la omnipotencia del Creador. La Vida es una polaridad, «como es Arriba es abajo», como es en el cielo es en la tierra, como es en el Espíritu es en la Materia. Cada polo confirma al otro y, de esta forma, los mundos se sostienen. La autonegación en cualquier esfera corta la médula espinal y Dios muere en el hombre y el hombre muere en Dios. La mayor necesidad de la gente auténtica es encontrar su autoestima en Dios. Muchas personas hoy día, debido a que no se gustan a sí mismas, procuran escalar puestos en la sociedad. Buscan triunfar económicamente. Tratan de remontar la escalera de la fama y la fortuna que les conducirá a una posición en la que podrán recibir la adulación de los demás. Su yo necesita ser admirado. En realidad, lo hacen porque no les gusta su Yo Real y, es más, les gusta demasiado su yo irreal; pero incluso este “agrado de uno mismo” es la otra cara del desagrado de sí mismo y también un instinto de autodestrucción que se vuelve odio hacia uno mismo. Ten cuidado con el hombre que se odia a sí mismo, porque es el ser más peligroso sobre la faz de la Tierra. Ten cuidado con el hombre que no es capaz de amarse a sí mismo, porque en él la chispa divina se ha extinguido. De todos modos, existe un amor propio que, llevado al extremo, es odio hacia uno mismo. Cuídate también de esto, porque todas las obras de ese hombre son diabólicas —en verdad el velo de energía del odio que se anula a sí misma—, y sus «días son como la hierba», tal como está escrito de la carne que no tiene espíritu, «que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más».8 ¡Oh, Dios, cómo escaparé para llegar a las verdades eternas!

La mecha del Yo Solamente el Amor perfecto hará desaparecer el temor9 que conduce a la muerte del alma a través de las ciegas metas de un ciego odio hacia uno mismo. Renovemos nuestro sentido del yo y seamos renovados a partir de ahí… Pero este yo es tan sólo la mecha. Y la mecha está ahí en el sebo de la materia; sin embargo, no cobra significado hasta que no es encendida con la llama de la gracia de Dios. Mil mechas, unas junto a otras, con una similitud que revela que no hay identidad separada; hasta que una mecha dice: «deseo que me enciendan, elijo brillar, deseo alumbrar un mundo con el fin de que él pueda ver y yo pueda ver ‘cara a cara’ la luz reflejada de un millón de almas». Cuando la gracia de Dios, Su santo propósito, envuelva al alma, cuando exista un latido de realidad infinita que descienda y llene la conciencia con el hermoso Espíritu de Dios, cuando todo eso rodee a uno y uno lo sienta (si los sentidos espirituales y los chakras están activados), sabrás entonces que la llama de la gracia de Dios ha encendido la mecha de la identidad. La mecha es solamente una estructura. Es ese algo, en vez de esa nada, que por sí solo nos corresponde ofrecer, con el fin de que la Vida pueda estallar en toda su vibrante realidad dondequiera que estemos. La mecha es el medio por el cual estas nobles aspiraciones de ser una buena persona, «buena y compasiva», pueden ser aceleradas merced a la llama del fin elevado. La bondad y la compasión deben comenzar con la mecha humana, consumiendo y siendo consumida (esto es, purificándose uno mismo) por medio de la virtud humana y las obras meritorias. Pero posteriormente, en el abrasamiento propio (es decir, la purificación), se activa la alquimia divina gracias al calor del deseo espiritual, y el espíritu que se esfuerza se une al fuego sagrado de nuestra bondad y compasión crísticas.10

Sin la llama que enciende, la bondad humana muere y no vuelve a nacer. Pero con la llama y una mecha que encender — una mecha cuya autodeterminación es ese libre albedrío creativo que arde con una consumidora compasión por la vida—, poco a poco el Espíritu viene a morar con nosotros e ilumina toda la casa. Una vela hace que el alma de un universo sea radiante. La mecha del yo no es una percepción del Yo Divino hasta que no ejerce su propio potencial para ser. Al hacerlo, tiene que armarse de valor para ser (por el mismo proceso) autoconsumida. Y aquí nuestro caso tiene que confiar en la fe de que la llama que todo lo consume nos proporcionará un estado del Yo, que hasta ahora no podemos ver, ni oír, ni gustar, ni tocar. Tenemos que creer que ese Yo existe como Causa tras el efecto del yo inferior que ahora conocemos. Tenemos que creer en la llama como creemos en Dios. Tenemos que creer que Dios nos ama. Y que Su designio para nosotros es que podamos vivir por siempre con Él como llamas indivisas de su Realidad que enciende. Si no hemos experimentado personalmente el Amor acelerador de Dios (el encendimiento del fuego sagrado sobre el altar del ser), es una experiencia gloriosa y única la que nos espera. Porque Su amor realmente todo lo consume. Consume todo lo que queda de nuestros amores humanos, distinto de lo divino, y transforma nuestras mezquinas motivaciones de provecho personal en la más elevada expresión de la individualidad del yo, lo que nosotros solos no podríamos conseguir… sin Su llama. El espíritu del Altísimo viene a nuestro templo para encender la mecha. Y se nos hace conscientes de que esta llama que está ahora ardiendo en nuestro interior no es algo que hayamos creado nosotros, ni tampoco podríamos hacerlo, sino que es una cosa en sí (Ding an sich). Es el Yo creado. Formulado no a partir del polvo, ya que «polvo eres, y al polvo volverás»11, sino del Más Allá. (No podemos controlarlo, pero él nos controla; no podemos someterlo, pero él nos somete.) Tampoco salió del sebo en el momento de

encenderlo. No obstante, la llama estaba allí, intrínsecamente dentro de nosotros. Existía antes que nosotros, grabó el cristal, horneó la arcilla y guardó la vigilia de medianoche durante nuestra gestación, la autocreación en el vientre del tiempo… Siempre estuvo allí, en cualquier lugar y en todo lugar nuestro amor estaba dispuesto a brotar de pronto para dar la bienvenida al ígneo designio suyo: ¡allí, allí la llama que siempre fue!

Nuestra identidad es una continuidad en Cristo Nuestra mente posee la capacidad de ser activada. Y también nuestras emociones. Nuestro ser puede estremecerse hasta la médula a causa de la irrealidad, así como de la Realidad. Demasiadas veces hemos respondido a las vibraciones de los expoliadores, que nos han dicho: No tienes ninguna posibilidad. Solamente el Hijo de Dios tiene una posibilidad. Y tú no eres un Hijo de Dios, ‘¡porque sólo hay un Hijo de Dios!’. Jamás se han emitido palabras más falsas. Nuestro Padre nos ha dicho que nos creó a Su imagen y semejanza12. ¿Existe acaso imagen más elevada que la de Dios? No. Y la imagen de Dios es Cristo, la emanación de la Luz del Logos. Así pues, nos percatamos de que hace mucho tiempo, donde las brumas del tiempo y el espacio desaparecen en la eternidad del Gran Yo Divino, muy atrás en el cinturón de la evolución eterna de nuestra alma, la Verdad evidente se conoce: «Antes de que Abraham fuera, YO SOY».13 Éstas fueron las palabras del Instructor del Mundo Jesucristo, el Ungido, portador del cáliz de la Luz del Señor, el Hijo de Dios que sabía que su identidad era una continuidad en Cristo.

Ahora, nosotros vemos; ahora, nosotros decimos: antes de que Abraham fuera, YO SOY: YO EXISTO en la conciencia de Dios en la imagen de Cristo. ‘Mi’ Cristo es el mismo que ‘su’ Cristo, el Uno (la esfera solar del Ser radiante), cuya multitud de fragmentos reflectores establecen la cualidad de existir, no solamente en Jesús, ‘mi Señor’, sino en cada alma que ha recibido el regalo de la Vida como percepción de uno mismo, a través del Hijo, remontándose hasta el primer aliento de fuego de la creación. Y fue una creación hecha por y en ese mismo Logos que, con el fin de crearme a ‘mí’, colocó una porción de Sí mismo dentro de mí. Porque, sin Su esencia soplando en mí, el aliento del fuego sagrado, sin Él mismo, no fue hecho nada de lo que fue hecho, ¡incluyéndome a mí! Ya que, tal como nuestro Señor le reveló a su amado discípulo: «Aquella luz verdadera, que alumbraba a todo hombre, venía a este mundo».14 Allí estábamos todos, si es que tenemos un alma, si es que tenemos una chispa de Dios en nuestro interior. Estábamos allí en el momento supremo cuando se creó la primera expresión monádica, cuando la primera manifestación afloró. Estábamos allí entonces. Y estamos allí ahora. ¡Oh, sí, éramos —y somos— espirituales! No teníamos estas «túnicas de piel»15, estos cuatro cuerpos inferiores que ahora necesitamos para navegar por las esferas más densas. El recuerdo de ese momento puede que no sea revivido completamente en nuestro interior. Tal vez algunos de nosotros digamos, junto con San Pablo: Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará […]. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido [como el ‘YO SOY’ en mí es conocido y confirmado por la voz del Espíritu en lo alto y el reflejo de mi alma abajo].16

Podemos prescindir de nuestro desorden, de nuestra suciedad de conciencia, y del hollín que ha echado a perder la imagen divina. Podemos prescindir de todo esto. Podemos abandonar nuestra alforja y nuestros cintos17. Podemos abandonar nuestra

hambre y nuestros deseos. Podemos separarnos de todos ellos, una vez que nos hayamos sumergido en el propósito divino. Podemos hacerlo porque él nos habla y nos dice: «yo he venido para que tengas vida, y para que la tengas en abundancia». YO SOY tu Cristo hablando desde la parte más recóndita de tu Ser creativo. «YO SOY el buen pastor.» Mi vida doy, la esencia de mi Luz, para que tú, mi alma, puedas vivir.18 Cuando la Vida abundante comienza a expresarse en nuestro interior, en el momento en que ese latido nos engulle, nos transformamos de gloria en Gloria, de la gloria de este mundo en la Gloria del próximo. Con nuestra cara al descubierto, miramos en el espejo de Dios nuestra verdadera imagen en Cristo, y por medio de la llama —La Llama del Espíritu Santo— la forma física o apariencia de un hombre o una mujer se transforma en la mismísima imagen de Cristo en la que el amado Jesús se transformó, de la gloria inferior del hijo del hombre a la mayor Gloria del Hijo de Dios, por medio del Espíritu del Señor.19 No por inspiración repentina pasamos del primer peldaño al treinta y tres; no obstante, sin el primer paso no se pueden dar los demás. Dar el primer paso de la iniciación es un acto que tal vez no venga precedido por ninguna percepción espiritual, puede llegar de improviso, como con el sonido de un viento poderoso20 estamos «cara a cara» en el encuentro con nuestro Señor. Por primera vez nuestros ojos son abiertos y le conocemos. Vemos que está allí. Vemos que el Espíritu está allí —¡un símbolo viviente y mucho más!—. Es la magnificencia de la Persona de la Realidad en cuyo rostro nos vemos nosotros mismos como la creación del primer unigénito. También somos el producto del Unigénito del Padre, llenos de gracia y verdad21. Somos la progenie de la Mente Eterna y coherederos22 junto con todos los que han salido de la misma Fuente. Descendiendo de la imagen del Cristo Cósmico, el magnífico

grabado de la Presencia YO SOY que está encima de todos nosotros, el símbolo de nuestra ‘personalidad’ queda vestido con la realidad del Cristo personal. Y el Ungido irrumpe en nuestra conciencia. El Hijo ha vuelto. De repente, el Señor ha vuelto a su templo23, y súbitamente sabemos que, durante la larga noche de nuestro sentimiento de mortalidad, él nunca ha estado, en realidad, alejado. Con Marta decimos: «Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo».24 Y verdaderamente nacemos otra vez. Con él estamos vivos por siempre. Con él gritamos a las estrellas: ¡Mirad! Yo estoy en todas partes en la conciencia de Dios. Hemos dado el primer paso en el sendero de la iniciación crística hacia la Personalidad en Dios. Pero, ¿dónde comenzó todo esto, este fantástico, celebrado, labrado sentimiento del yo fuera de Dios, que ahora vemos completamente cara a cara, máscara a máscara, y deseamos desechar? ¿Dónde?

¿Por qué nos revestimos de mortalidad? Solamente nosotros mismos podríamos habernos revestido de una conciencia mortal. En la noche de unos tiempos muy remotos, atrajimos el flujo histórico del hombre monádico, del hombre mortal, cuya imagen prehistórica no se parecía en absoluto a la imagen original. No obstante, adquirimos esa forma primitiva. ¿Cómo es posible que pudiéramos olvidar! Mientras todos esos heridos o dañados, semejantes a los golem25 vagaban por los oscuros siglos de la infancia de la humanidad, cuando la creación no se había identificado todavía

con el Verbo viviente, el hijo varón dormía en el crepúsculo embrionario, y la larga noche del vientre es el vacío de la creación espiritual todavía por aparecer, transformándose…, aguardando a aparecer. En un momento dado, se produjo un giro hacia la Oscuridad, y los oscuros, debido a su oscura decisión de apartarse de la Luz y vivir las vergüenzas y sombras que ellos se habían creado, a su vez fabricaron otros seres oscuros, y la raza artificial del hombre mecanizado se multiplicó en una espiral de duda sobre sí misma y dudosa indecisión. Estos cuerpos, vacíos y abandonados, todavía rondan por el planeta infestado de demonios aulladores, que piden a voces más y más ruido, temiendo el eco de su propio ateísmo en las cámaras vacías de una casa que no está ocupada ni iluminada por la Palabra. En épocas pasadas, antes del amanecer de la Historia escrita, la verdadera manifestación de Dios se erigía en los antiguos templos y los Maestros caminaban por la Tierra y conversaban con los Hijos del Uno sobre los misterios de la creación. No hablaban de Oscuridad sino de Luz, ni del Anticristo sino de Cristo. Hablaban del poder radiante de la Luz, la energía de la Luz, la libertad de la Luz, y la capacidad del hombre, como manifestación de Elohim, para expresar la bondad de Dios, los deseos de Dios, e incluso los principios mágicos de dominio sobre los elementos de este mundo. «¡Señoread en toda la Tierra!». Éste fue el mandato del Divino Nosotros26, que otrora conocimos y obedecimos. Pero, hoy día, cada hombre se sienta bajo sus respectivas y separadas vid e higuera27. Mas, ¿en qué beneficia esta independencia al alma si aquél no conoce los esquemas universales de la interdependencia entre las almas a través de la Presencia YO SOY de cada uno —el Árbol del la Vida28— y del amado Yo Crístico de cada uno —la Vid29— con cuya Vara justiciera30 él tiene que equipararse con todo su ser

independiente? En lugar de tener afinidad con la Vida que es Dios, el hombre hoy día es arrastrado cada vez más y más lejos de ser parte de la realidad de Dios. Está alejado, es como aquél que flota en el mar sobre una balsa, separado de la corriente principal de la vida. El hombre puede sentir una afinidad física, empática, con los que frecuentan los bares del mundo. Puede tener algo así como una empatía paranormal con el falso y aparente yo de éstos, mediante su estridente jolgorio y los sonidos y ritmos ruidosos, vanamente llamados ‘música’. Puede que busque a tientas los deseos desordenados de la creación humana que nunca son satisfechos porque vienen de «abajo», del pozo sin fondo que cada vez exige más y más satisfacción pero que nunca la consigue; porque la Luz que satisface al alma es devorada por el ‘agujero negro’ del yo falso, el cual, como consecuencia, siempre se siente vacío y nunca tiene nada que dar excepto su propio vacío. Y los necios y vacíos se congregan porque solamente entre ellos pueden comprender esa vacua existencia.

La respuesta está en las escuelas de misterios ¿Cuál es, entonces, la respuesta? La respuesta está en las Enseñanzas de los Maestros Ascendidos recuperadas en las escuelas de misterios, no en las acusaciones de condenación del alma que se pronuncian en las iglesias de hoy día, cuyos mensajes impotentes son en realidad emitidos al mundo como prédicas que distorsionan y desfiguran el consuelo original del Verbo a los Suyos. Desde su expulsión de las cortes y los concilios celestiales, los ángeles caídos, encarnados entre los hombres (mortales pero aun

así con gran influencia más allá del corriente y moliente homo sapiens), han sustituido el evangelio sempiterno de la Verdad31 — vivo y vibrante en tu interior, un regalo de tu Padre— por la reforma social. Todas las necesidades del hombre, satisfechas artificialmente por las ideas socialistas, podrían resolvérsele automática —¡y científicamente!—, una vez que hubiera recibido la Luz que despierta y hubiera sumergido su alma en la gracia de Dios, y el Señor hubiera entrado en su templo porque él mismo habría mantenido viva la llama del Amor. Al igual que el buen samaritano, el hombre no podría evitar salir a hacer el bien, así como crear leyes justas para servir a su prójimo, si él estuviera saturado del Espíritu, si fuera vuelto a hacer a imagen de Dios. Porque él simplemente sería fiel a su propia naturaleza. Muchas de las leyes restrictivas actuales no son mejores que la correa que sujeta al perro para que no se escape de su amo... Son numerosos los que hoy día rompen la correa. Se niegan a ser atados. Y esto no es necesariamente una señal positiva. En el caso de los Maestros Ascendidos, ellos no han demostrado que sean nada más que hombres atados a una correa, voluntariamente atados y obedientes a las leyes de Dios. Pero en el caso de las leyes de control, la correa es el deseo impetuoso de los caídos de dominar a la humanidad32. Ellos, los ángeles malvados que fueron expulsados de las octavas superiores de luz, quieren controlar a las personas, a su procreación humana y al Yo Real divinamente cocreador, existentes en cada individuo. Además, los caídos quieren que se les considere sabios. ¡Oh, cuánto desean que se les considere sabios! Crean movimientos y agitación para controlar a las ya agitadas masas, sin comprender nunca verdaderamente o mostrarse verdaderamente leales al propósito divino y a la realidad de Dios o a las escuelas de misterios ocultas en las

colinas eternas. Ellos no admiten ni entienden las hermandades místicas ni aceptan que se entienda su poder. No obstante, la Gran Hermandad Blanca y el poder de los Maestros Ascendidos son activos y se les puede sentir hoy en todo el tejido de la civilización. Y, a través de sus Mensajeros, reúnen a los suyos en la Escuela de Misterios, como lo hicieron en los últimos días de la Atlántida y Lemuria33, con el fin de enseñarles el poder de la Palabra por medio del cual se concibieron su alma y sus mundos. Los ángeles caídos que están encarnados no parecen darse cuenta del hecho histórico de que perderán su vida temporal. Ciertamente así será. Y si, durante el transcurso de esa vida temporal, no adquieren algo de Realidad, algún sentido del poder de Dios que está dentro de ellos, y comienzan a ejercerlo, serán arrojados a las ‘tinieblas de afuera’34 de su propia creación. Si tampoco han entablado contacto con la Hermandad o mantenido con honor el hilo de contacto que una vez tuvieron con los Maestros Ascendidos, no tendrán a nadie que les saque de esas tinieblas. Es más, si tras haber oído la Palabra de la Verdad, estos ángeles rebeldes no se arrepienten de sus actos malvados y se inclinan ante el Cristo Universal, «ya no queda», de acuerdo con la doctrina de Cristo según consta en Hebreos, «sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios».35 Así pues, suspendidos en el limbo durante el período que transcurre antes de volver a nacer, con toda probabilidad brillarán muy poco o nada en el universo. Esperando a la próxima oportunidad para, ya sea «hacerlo bien» y «deshacer el error», o para desperdiciar lo poco que les quede en el cáliz, estarán entretanto en un estado embrionario desde el punto de vista espiritual, en la incubadora de la vida. Este estado de semiconciencia no conduce en absoluto a encender dentro de ellos las realidades del Espíritu que tienen que ser avivadas y aceleradas por medio de la aceptación consciente (en el cuerpo físico o fuera de él) del Iniciador Crístico.

Éste es el significado de «los vivos y los muertos»36. Ambos están aquí entre nosotros. Hay muy pocos que están vivos, y hay muchos que están muertos: algunos que una vez estuvieron vivos y ahora han elegido estar muertos, y otros que nunca han vivido y que no pueden morir, a menos que primero sean despertados, para entonces ejercer su derecho a elegir ser o no ser; y el Cristo, cuya llama arde brillante en cada uno de nosotros, ha sido elegido por Dios para ser el juez de aquéllos y el nuestro. Tenemos, por tanto, una responsabilidad para con nuestro creador y para con el Señor de todo y de todos: la obligación de buscar la Escuela de Misterios patrocinada por la Gran Hermandad Blanca. Solamente si se sintoniza con los Instructores del Mundo y con la realidad cósmica del mensaje de Jesucristo puede el hombre de hoy día obtener las satisfacciones e instrucciones que le mostrarán a su debido tiempo (si él pacientemente espera37) el verdadero sendero de la resurrección hacia su Yo superior. En efecto, requiere tiempo y espacio. No puedes revertir la marea de siglos de karma de autoengaño en un momento, pero puedes comenzar. Y por eso Dios nos dio la buena tierra y otro día más para buscarle y encontrarle. Se necesita pasar por los ciclos. El lapso de tiempo otorgado en lo que queda de esta vida es el regalo más preciado que posees. Porque con él puedes forjar y obtener la verdadera individualidad. De modo que necesitas toda esa instrucción que te concede el Espíritu Santo por medio de tu amado Yo Crístico en cuanto te sientes a los pies del Maestro Jesús y los santos que están con él, quienes enseñan e inician tu alma en el Lugar Preparado. Porque al hacer caso omiso de la voz del Maestro, muchos que han rechazado el Sendero de él se han encontrado con que, cuando las arenas del reloj han caído, ellos han seguido el camino de las estrellas errantes a quienes se reservó la noche de las tinieblas para siempre.38

No eres pecador, ¡simplemente no estás despierto! Sin la iluminación del Espíritu Santo según nos enseñan los Maestros Ascendidos, que son nuestros hermanos y hermanas mayores en el Sendero de la Vida, nuestra conciencia tal vez no sea más que un vagabundo que va de refugio en refugio o de sitio en sitio sin cosechar jamás un atisbo de cuál es su razón de ser o su propósito, ni ninguna comprensión de cuál es realmente el valor intrínseco del alma que no puede pesarse en ninguna balanza humana. Puedes poseer la eterna enseñanza de la Verdad de tu ser, las verdades eternas. Está aquí para el que la pide. No suplicaré, ni tampoco lo hará ningún Maestro Ascendido en todo el universo. No vamos a suplicar que aceptes nuestro ofrecimiento, como un mendigo pidiendo con un cuenco, a la inversa. Aquí no se trata de venir hasta el altar y postrarte y golpearte el pecho diciendo: Oh, Señor, ten misericordia de mí, que soy un pecador. No eres un pecador, ¡simplemente no estás despierto! Esto no se lo digo a todos. Lo digo solamente a muchos de este mundo, porque es así. Yo también formé parte de ese sentimiento empobrecido de mi yo que me habían transmitido los falsos pastores. Mas por medio de Su gracia me curé de ello. Y subí, peldaño a peldaño, esas escaleras. No he alcanzado el final de la escalera. Ni tampoco lo ha logrado nadie que yo conozca, pero todos luchamos por llegar arriba, avanzando hacia la cumbre. Quizá la palabra correcta no debería ser «luchar» en sentido estricto, pero aun así, siempre existe la lucha entre la carne y el Espíritu. Y quien lo niegue no ha caminado por el sendero de los verdaderos vencedores, los revolucionarios del Espíritu que han vencido las fuerzas

dominantes de su karma personal y planetario. De modo que nuestros amigos los Maestros Ascendidos, por haberse graduado con matrícula de honor en la Escuela de Misterios, desde luego tienen algo que ofrecernos. Al viajar por todo el mundo hasta los confines del globo, no he encontrado nada comparable a las Enseñanzas de la Gran Hermandad Blanca. Nunca he encontrado una enseñanza como la que nos han dado los Maestros de Sabiduría, tan pura en su forma, tan maravillosa en su alcance, tan exenta de egoísmo, tan hermosa en su totalidad y tan demostrable. Puedes comprobarla en tu vida. Cambiará tu vida, no para mal, sino para bien. El gran exponente de la libertad, Saint Germain —cuya biografía segmentada aparece en la Enciclopedia Británica39 con algunos errores— es un gran adepto de Occidente, también conocido como el príncipe de la casa Rakoczy (descendiente de la casa real de Hungría, cuyo retiro estuvo en un tiempo en Transilvania, hoy Rumanía). En la actualidad, Saint Germain es el mayor defensor de la verdadera libertad de la humanidad que jamás encontrarás en este planeta. Jesucristo y Saint Germain, trabajando juntos, son los arquitectos de esta era. Y ambos están amorosa, voluntaria y gozosamente brindando su ayuda a la humanidad. Pero la Ley dice: «Clama a Mí y yo te responderé».40 No te pedimos que te exhibas en público. Puedes hacer el llamado a Dios en tu corazón y nadie tiene por qué saberlo. En respuesta a tu llamado, Dios enviará a sus Hijos servidores, los Maestros Ascendidos, para que te enseñen. Ellos han prometido llevar a cabo la voluntad de Dios ayudando a aquéllos de nosotros que estamos aquí en la Tierra sinceramente involucrados en el proceso de conseguir la ascensión. Hemos visto los resultados de su servicio en una ardiente demostración de alegría y felicidad, así como en una emisión de belleza a la vida de nuestros estudiantes.

Y todo lo que tenemos lo ofrecemos al mundo sin dinero y sin precio.41

Capítulo 5 Continúa la oportunidad

¿No es maravilloso que el corazón pueda cantar? Cantamos con nuestros labios, y elevamos nuestras pobres y mudas voces, pero el cantar verdadero está dentro del corazón, dentro del alma. Por supuesto, los ángeles nunca tienen que hacer grandes esfuerzos, ya que poseen esa flexibilidad dinámica en las cuerdas vocales hechas de una electrónica esencia de luz tan real y tangible como nuestro propio cuerpo; y a la vez tienen la ligereza que nosotros conocimos antes de tomar cuerpo en este mundo.

¿Qué y quién es verdadero? Leemos que las estrellas de la mañana cantaron juntas una vez con gran alegría1, y esto es más que una expresión poética. Es una versión de la Realidad, la Realidad que oímos en los pasillos del yo, tenue como voces escuchadas en la distancia.

Sin embargo, sabemos que esto es Verdadero. Hay aquí algo interesante acerca de la vida. La vida no es lo que la mayoría de los hombres piensan. La vida, la verdadera vida, es algo diferente. La vida verdadera es una oleada de dinamismo. Veamos la historia del gran profeta Elías2 y la palabra del Señor que vino a él en una cueva del Monte Horeb, después de que aquél hubiera ayunado cuarenta días y cuarenta noches. Dios le habló y le dijo: «Sal fuera, y ponte en el monte delante del Señor». Y está escrito que, cuando el Señor pasó, «un grande y poderoso viento rompía los montes, y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado». Dios estaba en el silbo apacible y delicado. Éste es el intercambio dinámico entre Dios y el hombre que nos espera en la montaña de nuestra Conciencia Superior. Esto es la Realidad. Este es el Dios de verdad y el hombre de verdad que los grandes artistas como Leonardo, Miguel Ángel, Rembrandt, Tiziano y Veronese han tratado de captar en lienzos y en frescos, y que los grandes músicos como Palestrina, Schubert, Beethoven, Chopin y Wagner han tratado de captar con armonía. Hicieron tan excelente obra esos antiguos maestros, que la tendencia actual hacia el modernismo está lejos de las técnicas que ellos enseñaron, ha abandonado la belleza clásica que trataron de expresar. ¡Qué buenos eran! ¡Eran tan auténticos! Así es Dios. ¡Y así fue Elías! No es necesario que hablemos del arte y la música modernos (hablan por sí mismos y con estridencia), antes bien, es necesario que hablemos de los viejos maestros y de las formas de pensamiento que trajeron de los planos internos; las «cosas

celestiales»3 que reflejan su percepción de la Imagen Divina. Ésta es la Realidad duradera que yace detrás de la máscara de los hábitos de nuestra personalidad humana. Muchas de estas formas de pensamiento están todavía con nosotros. Son las claves de nuestra meditación en el Yo Sublime, son el simbolismo inconsciente que necesitan las madres encintas, cuya sintonía con el proyecto original interno del alma no nacida asistirá a ese ser que retorna para llevar a cabo su potencial interior al encarnar físicamente una vez más. Porque, aunque hemos pasado la época victoriana y la de la inocencia en los Estados Unidos, estamos en el umbral de un gran descubrimiento y un verdadero renacimiento del Espíritu, cuando el arte divino aparecerá como Verbo hecho carne. Y la religión de la nueva era se cimentará sobre la Roca de una conciencia del Cristo universal de cada uno. No sólo tenemos una cultura de seis mil años, sino de un millón. Y aun así, en medio de todo esto, de todo nuestro progreso tecnológico, desde conquistar el espacio hasta la ingeniería genética, el hombre todavía está gritando: ¿de dónde?, ¿cómo?, ¿a dónde? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? y ¿cómo voy a llegar ahí? ¿Cuál es el significado de la vida? ¿Por qué hay tanta lucha política y religiosa? ¿Por qué hay tanto desasosiego dentro de la psique del hombre? ¿Por qué debe sufrir el hombre? ¿Por qué no puedo encontrar las respuestas ahora y descubrir mi verdadera identidad hoy? ¿Por qué no puedo sondear más allá de la mente consciente y la memoria que prefiere olvidar, para encontrar el cercano y lejano pasado registrado en el subconsciente y aún más allá, hasta alcanzar el reino supraconsciente de la causa? En todo lugar existe la búsqueda de quién y qué es auténtico. Éstas son las preguntas que se formulan. La respuesta es simple, pero se requiere una mente de niño para aceptarla. El intelecto rehúsa aceptar una respuesta simple y prefiere

complicarla. Sin embargo, la inteligencia más alta es la inteligencia de la Mente de Cristo, que es una mente infantil. Es más elevada que todas. Fue la inteligencia universal la que elevó a Jakob Boehme (1575-1624), un humilde zapatero alemán, a la posición de un eminente filósofo. Le exaltó (como a cualquier hombre puede exaltar Dios o el Gran Espíritu) la simple verdad que él conocía de que «Cristo se perpetuó en todos los hombres como una brillante chispa de luz divina…».4 La misma chispa aparece en la santa india Sri Anandamayi Ma (1896-1982). Aunque sólo asistió dos años a la escuela, sorprendía a eruditos y estadistas, a los humildes y a los grandes de todo el mundo, al responder a sus preguntas con verdades profundas y sabiduría que Dios le revelaba; siempre daba a cada uno lo que necesitaba. Un intelectual dijo: «A pesar de que es casi analfabeta, todo nuestro saber se avergüenza por su gran sabiduría»5. La suya no era la sabiduría del intelecto, sino de la Mente de Dios. Una vez Paramahansa Yogananda (1893-1952) le pidió a Ma, como la llamaban, que le dijera algo de su vida. Padre, hay muy poco que contar. Mi conciencia nunca se ha asociado con este cuerpo temporal. Antes de venir a la Tierra, Padre, «yo era la misma». Me convertí en mujer, pero aun así, «yo era la misma». Cuando la familia en la que nací llegó a un acuerdo para que este cuerpo se casara, «yo era la misma». Y, Padre, frente a ti ahora, «yo soy la misma». Aun después, cuando la danza de la creación cambie a mi alrededor en el salón de la eternidad, «yo seré la misma».6

Como un devoto escribió: «Las palabras de Mataji no son evidentemente palabras normales, sino vehículos de poder y luz que le abren a uno el entendimiento, que traen cambios precisos a la persona a quien se las dirige»7. El Cristo Universal se encargó de su educación, y su mente infantil le aportó la profunda sabiduría de la Luz, envuelta en una túnica de sencillez y gracia. El Cristo se convierte asimismo en el tutor del conocimiento

terrenal. ¿Recuerdas la historia acerca de Paramahansa Yogananda? Se matriculó en la Universidad de Calcuta, pero había pasado todo el tiempo a los pies del gurú y no había estudiado en todo el curso. Y él pensó que no iba a aprobar los exámenes, para los cuales le faltaban cinco días. Su gurú, Sri Yukteswar, le recordó el verso: «Buscad primero el reino de Dios y su justicia; y todo lo demás se os dará», y le dijo que le pidiera a cierto chico, Romesh Chandra Dutt, quien era el primero en la clase, que lo ayudara. Yogananda esperaba que Romesh, quien nunca tenía tiempo, se negara a ayudarlo. Pero regresó a la casa de huéspedes y se lo pidió. Para su sorpresa, éste aceptó. Milagrosamente, Romesh conocía todos los temas que se tocarían en las pruebas. Ayudó al «monje alucinado», como le llamaban sus compañeros, durante el tiempo que faltaba sin decir jamás que estaba demasiado ocupado. Yogananda aprobó todos los exámenes, para asombro de sus compañeros, familia y de toda la universidad.8 Esto también revela la disponibilidad universal de la inteligencia de la mente crística para aquéllos que, con la simplicidad del niño, la aceptan como la respuesta a todas sus necesidades. Aunque Yogananda, sin duda, no recomendaría que los estudiantes siguieran su ejemplo al haber hecho novillos, su experiencia demuestra el valor de confiar en la Roca de esa Mente crística. Hay muchos caminos convergentes para lograr realizarse uno mismo a través de Cristo. No todos tenemos que llegar hasta donde alcanzó Ramana Maharshi (1879-1950) en la década de 1890. Era un estudiante indio que pronto se dio cuenta de que su verdadera naturaleza era imperecedera y que no guardaba relación con su cuerpo. Así que pronto dejó a su familia, fue a la santa montaña de Shiva, Arunachala, abandonó todas sus posesiones y dinero y se sentó a meditar. Su cuerpo empezó a debilitarse, su pelo y sus uñas crecieron hasta lo inmanejable y los insectos se comían sus piernas. Tenía tanto deseo de conocer a

Dios que nada más importaba. De pronto, ese resplandor de Cristo empezó a brillar a través de él y atrajo a muchos seguidores, hasta finalmente convertirse en uno de los santos de la India más populares. Estaba mostrando un sendero hacia la realización divina. Y, más allá de la mente infantil, la Mente de Dios se pudo ver claramente reflejada en un alma madura que sabía una nota de armonía cósmica y la tocó bien: comunión con el Todo. Es un logro que todos pueden ver: él se convirtió en el Todo. Anandamayi Ma se comportó de la misma manera. Se olvidaba de su cuerpo por su gran devoción a Dios. Su lema: «Jo ho jaye» (‘pase lo que pase’), demuestra su falta de deseo de cualquier cosa que se halle al margen de la voluntad de Dios. Sus discípulos tenían que encargarse de todo. Decían: «Tenemos que cuidarla, pues ella casi no cuida de su cuerpo. Si no se le ofrecen alimentos, no come ni trata de hacerlo. Aun cuando los alimentos se le pongan enfrente, ni siquiera los toca. Para evitar su desaparición de este mundo, nosotros, los discípulos, la alimentamos con nuestras propias manos. Durante días enteros permanece en éxtasis, respirando apenas y con la mirada fija».9 Esta fusión con la conciencia universal de Cristo le permitió aunarse con la sabiduría de los tiempos con la que maravillaba a la gente. Las personas le preguntaban por qué estaba en el mundo, y ella decía: «No estoy en ninguna parte. Estoy reposando dentro de mí misma».10 Ése es el misterio de la unión con Dios, y viene de una mente infantil. No importa a qué religión pertenezcas, lo encontrarás en cualquier parte. Y puede desarrollarlo cualquiera que profese la creencia que sea. Fíjate en el hermano Lorenzo, también un hombre humilde. Era un lacayo francés que vivió en París en el siglo XVII; un hombre alto, torpe, que lo rompía todo. Se convirtió a la edad de

dieciocho años y se hizo monje carmelita. Trabajaba en la cocina del monasterio. Sus escritos han inspirado a la gente durante siglos. Enseñó que «debemos entregarnos a Dios, en lo que se refiere tanto a cosas temporales como espirituales, y buscar nuestra satisfacción sólo en el cumplimiento de Su voluntad, ya sea que Él nos conduzca al sufrimiento o al consuelo, porque ambos son equivalentes para el alma que está totalmente resignada».11 Lo mismo le sucedió a Anandamayi Ma. Cuando se acababa de casar y tenía que guisar y limpiar la casa de la familia de su esposo, trabajaba tan duro y con tanta alegría que nadie había notado que sus manos estaban llenas de heridas, en carne viva. ¡Ella tampoco lo había notado! No le prestó atención porque aceptaba todo lo que le venía y se regocijaba en servir a Dios en todos los miembros de la casa.12 ¡Ella y el Hermano Lorenzo estaban ciertamente en la misma onda! Como cocinero del monasterio carmelita, él tenía que hacer todo tipo de cosas que la gente no consideraría actividades espirituales. Decían: «Bueno, no puedo tener mi mente en Dios mientras estoy fregando el suelo o lavando platos». Pero él respondía: «No nos debemos cansar de hacer trabajos humildes por amor a Dios, quien no mira la grandeza de la obra, sino el amor con que se realiza»13. Y en el ajetreo de la cocina, este poseedor de la mente infantil nunca permitió que nada se interpusiera entre él y la Presencia de Dios. Señaló: «La hora de trabajo no es diferente para mí de la hora de oración; y en el ruido y la algarabía de mi cocina, mientras varias personas están pidiéndome cosas al mismo tiempo, yo poseo a Dios con tanta tranquilidad como si estuviera de rodillas frente al sagrado sacramento»14. Esa Presencia que lo rodea está disponible para todos, cualquiera que sea su religión. Los santos de todas las épocas están por encima de las divisiones de raza y credo. Sri Ramakrishna, el santo hindú (1836-1886), dijo que podría alcanzar el samadi practicando cualquier religión. No sólo tenía visiones de la Madre Divina, sino

también de Alá y Jesús. Él decía: «He descubierto que el Dios a quien todos están dirigiendo sus pasos es el mismo, aunque los senderos sean diferentes».15 Sri Ramana Maharshi aleccionó acerca de la unidad con la Presencia de Dios como lo hizo el hermano Lorenzo, pero revestido del concepto cósmico de los orientales. Después de alcanzar la realización, enseñó a sus miles de seguidores muchos años en una comunidad cerca de Arunachala. Su principio básico era que la unión con Dios, o el Yo, no es un «extraño o misterioso estado, sino la condición natural del hombre»16. ¿Cómo llega uno a percibir el Yo? El Yo siempre está presente. Cada uno quiere conocer al Yo. ¿Qué tipo de ayuda se necesita para conocerse a sí mismo? La gente quiere ver al Yo como algo nuevo. Pero éste es eterno y permanece siempre igual. Desean verlo como una luz brillante, etcétera. ¿Cómo puede ser? No es ni luz ni oscuridad. Sólo es como es. No puede definirse. La mejor definición es «YO SOY EL QUE YO SOY». Las srutis [escrituras] dicen del Yo que tiene el tamaño de un pulgar, de la punta de un cabello, que es como una chispa eléctrica, que es vasto, más sutil que lo más sutil, etcétera. De hecho, carecen de base para afirmarlo. Sólo es Ser, pero es diferente de lo real y lo irreal; es Conocimiento, pero es diferente del conocimiento y la ignorancia. Entonces ¿cómo se puede definir? Es simplemente Ser.17

Y así, mientras cada religión define el YO SOY EL QUE YO SOY, esa Presencia de Dios, de modos diferentes, todas son esencialmente una. Pero no todo el mundo tiene que seguir el mismo sendero, la misma religión; a medida que recorres el Sendero, descubres que todos se convierten en el mismo. Un periodista irlandés le preguntó a Anandamayi Ma: —¿Cuál es el mejor sendero hacia el autoconocimiento? Ella respondió: —Todos los senderos son buenos. Depende de los samskâras del hombre, lo que lo condiciona, las tendencias que ha traído de otras vidas. Así como uno puede viajar al mismo lugar por avión, tren, auto o bicicleta, también hay diferentes maneras de abordarlo para acomodar a diferentes tipos de personas. Pero el

mejor sendero es el que el gurú señala. Él preguntó a continuación: —Puesto que sólo existe diferentes en el mundo?

UNO,

¿por qué hay tantas religiones

Y ella contestó: —Por ser Él infinito hay una infinita variedad de ideas acerca de Él y una interminable variedad de senderos hacia Él. —¿Qué dice usted a aquéllos que insisten en que sólo una religión es la correcta? —Todas las religiones son senderos hacia Él. —Yo soy cristiano… —Yo también; cristiana, musulmana, lo que quiera.18 Y cuando una chica cristiana le pidió a la Madre que la iniciara, ésta le respondió que «meditara sobre el cuerpo de Cristo rodeado por un esplendor celestial y que esperara Su guía».19 Todos somos manifestaciones de Dios, y todos adoramos al mismo Espíritu. Longfellow escribió en The Song of Hiawatha (La Canción de Hiawatha) acerca de «Gitche Manito, el poderoso», el Gran Espíritu, el Creador, el Maestro de la Vida en descenso, quien predicaba la paz a las tribus de los hombres, predicaba la fuerza de su unión a través de una única hermandad de naciones y un único corazón del Profeta a quien él enviaría20. Este liberador que prometió es el Cristo Universal que desciende, el cual sirve de ejemplo de la Ley del Uno como verdadero yo de cada manifestación de Dios. El Gran Espíritu —no importa con qué nombre lo designemos: Alá, Brahmán, Elohim, Padre, Dios Eterno, Príncipe de la Paz— revela de muchos modos a su pueblo el mensaje de la conciencia cósmica, y la concomitante exigencia de que el hombre cambie. No importa, llámalo como quieras, pero asegúrate de llamarlo.

Porque cuando lo llames, Él contestará21. Y la respuesta no será fraseología estereotipada, algún concepto religioso congelado. Será una llama activa y palpitante en tu propio ser. Te acelerará y acelerará en ti esa percepción del Yo Crístico que trae nuevas dimensiones de Realidad a tu ser.

Cristo, el juez de los vivos y de los muertos Sólo hay dos clases de personas en esta Tierra, y los hombres están en una categoría o en otra: los vivos y los muertos22. Pedro habló sobre este tema cuando estuvo en la casa de Cornelio. Proclamó a todos los presentes que Jesús lo había enviado a él y a los otros apóstoles para testimoniar que el Maestro de ellos había sido ordenado por Dios para ser el Juez de los vivos y de los muertos. Cuando se para uno a pensar, se trata realmente de una idea sorprendente; es más, ¡revolucionaria! Nos lleva de vuelta a la separación de las ovejas y las cabras23 y a nuestra discusión acerca de lo que es y quién es real, de quién está realmente vivo y lo que constituye «estar vivo». Me recuerda lo que alguien me dijo una vez: «Ellos nunca han vivido, pueden esperarse a morir». Así que creo que estamos perdiendo el tiempo cuando nos acercamos a los llamados «muertos». Éstos son los que saben todas las respuestas, los que consideran que, porque el alfabeto tiene veintiséis letras y porque el diccionario tiene un número limitado de palabras, que éstas en sí mismas, «la letra», son suficientes para estipular una doctrina, para abrir el camino a fin de que el alma del hombre respire aires de libertad y establezca contacto con su Dios. Creen que las palabras pueden por sí solas traer salvación; y

no son las palabras, es La Palabra, el Logos. Y no es la idea creada por el hombre de lo que es el Logos, es una idea acerca del Logos creada por Dios lo que formó los cielos. Juan tuvo la visión de que en aquellos días «los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos»24. ¿Quiénes son ellos, pues, esos muertos que viven en la vanidad de la zona crepuscular entre lo Real y lo Irreal, que no están atados ni a la oscuridad ni a la luz del día? ¿Son ellos los grises que hace mucho tiempo dejaron de atender la llama divina en el altar del Ser? ¿Los que se han extinguido a sí mismos, cuya devoción les ha fallado y, habiendo desperdiciado su aceite, ya no tienen un horno humeante o una antorcha de fuego25 para ofrecer sacrificio al Señor? ¿Los mismos que viven en casas oscuras donde la Luz (la figura de Cristo) no puede entrar? Hasta Séneca dijo de ellos: «No tienen ganas de vivir, pero aun así no saben cómo morir».26 Y, mientras tanto, los cielos están hablando de la gloria sin fin del Señor en el corazón de los ungidos del Señor. Sí, los vivos son aquéllos en quienes la chispa divina todavía está prendida, cuya ternura irradia una compasión dorada, un rosado amanecer de amor misericordioso y un piadoso entendimiento hacia toda vida. Cuando miramos al gran universo sideral, cuando vemos a través de la lente o «voz» de un telescopio el poder de lo infinito en el espacio, u observamos en lo profundo de nuestro corazón la conciencia que habita ahí, nos damos cuenta del más maravilloso sistema, que supera con creces a la computadora con toda su compleja tecnología. Y vislumbramos lo que los cielos y el universo interior del hombre nos están diciendo a través de muchas ramas de la ciencia. La semana pasada, mientras atravesaba el mediooeste de los Estados Unidos viniendo de Washington, D.C., levanté el auricular del teléfono del auto para hacer una llamada. Quería pedir una información. La operadora dijo: —¿Adónde quiere

usted llamar? Y yo le dije a tal y tal lugar. Ella respondió: —Muy bien. A continuación oí el sonido de marcar botones y luego, una voz diciendo: «ocho, uno, seis, tres, tres, uno, cero, ocho, nueve, seis» muy mecánicamente. ¡Sonaba como un montón de platos de metal friccionándose! Yo le pregunté a la operadora: —Santo cielo, ¿qué fue eso? Y ella replicó: —Es la computadora hablando con usted. Yo le dije: —¿Quiere usted decir que han grabado la voz de un ser humano y el registro de su voz se ha cortado en pequeños dígitos, y la computadora selecciona esos dígitos? Ella contestó: —De ninguna manera. La computadora le está hablando con su propia voz. Así que por primera vez en mi vida puedo decir que he oído la voz de una computadora. ¡Y no sonaba en absoluto como la voz de Dios! No, sonaba como el hombre mecanizado hablando en la era mecanizada en que vivimos. Aunque hemos alcanzado la cúspide del logro, hablando en términos relativos, en lo que se refiere a las ciencias materiales — las ciencias biológicas y de la conducta, astrofísica y geofísica, tecnología de computadora y láser y todas ellas juntas—, en lo que se refiere a nuestra divinidad, la interpretación del hombre con relación a la Deidad, somos niños pequeños.

Problemas psicológicos del ego rebelde En mis viajes por el país y en los contactos que he hecho con hombres de negocios por todo el mundo, creo que la impresión más fuerte que he recibido es que la gente cae muy fácilmente con tan sólo un poco de adulación. Todo el mundo quiere ser alabado. Todos están preocupados por su propio ego. Los que saben reunir millones de dólares para ciertos propósitos establecidos lo saben y, por lo tanto, cuando construyen sus bibliotecas siempre se las arreglan para decir: Ésta será la Biblioteca Carnegie, o Esta será la biblioteca del museo Peabody. Cuando recaudan fondos para universidades o están buscando dotaciones, siempre acuerdan dar a la institución o centro el nombre del donante, como hicieron en el caso del Temple Buell College en Denver. A las personas les encanta tener su nombre grabado en una pieza de piedra como monumento a ellas, para que las generaciones futuras lo contemplen. Y esto te debería indicar que «como va Maine, así va la nación»*. En este caso diríamos: tal como van los hombres de negocios, los egoístas, así van todos. Y «¡por la gracia de Dios, así voy yo!». Si no fuera por Su gracia, todos estaríamos en el mismo aprieto, porque todos caemos en lo mismo. Ahora, hazte esta pregunta: ¿Puedes elevarte más alto que los que andan más alto de todos nosotros, o caer más bajo que los que están más abajo de todos nosotros? En su libro El Profeta, Kahlil Gibran comentó este asunto. Dijo respecto a la religión: «En vuestros sueños no podéis alzaros por encima de vuestros triunfos ni caer más abajo de vuestros fracasos. […] en la adoración no podéis volar más alto que sus esperanzas [de los hombres], ni humillaros por debajo de su desesperación»27. Todos los maestros del mundo han enseñado el gran denominador común de nuestra Realidad Superior y la unidad del alma de la humanidad en evolución.

El Maestro señala: «Lo que el hombre ha hecho, el hombre puede hacer». Nosotros añadiríamos: «Lo que el hombre ha hecho, el hombre puede deshacer». Podemos pedirle a la Hermandad la fuerza universal de todos los santos para ayudarnos en nuestra común superación de las debilidades universales que la raza humana ha heredado. Así, los apuros y caprichos del ego —y el egoísmo— demuestran que la gente realmente se siente inadecuada. Se siente frustrada. No está expresando el plan de Dios, la Imagen Divina. No entiende debidamente la vida, y en un cierto plano de su ser lo sabe. De ahí que sienta un impulso de atraer la atención en el mundo de la forma, ya sea por actos infames o por grandes hazañas. Ahora, algunos que han nacido siendo unos fracasados van y hacen cosas que les reportan mala fama, como un tal Richard Speck, quien mató a ocho estudiantes de enfermería en Chicago (el 14 de julio de 1966). Quizás lo recuerdes. Salió en la portada del periódico. Eso era todo lo que quería. Hasta había dicho: «Uno de estos días seré uno de los titulares». Luego Charles Whitman siguió su ejemplo matando a catorce personas, incluyendo un bebé no nacido, e hiriendo a otras treinta y una en un tiroteo que duró una hora y media, desde la torre de la Universidad de Texas en Austin (1 de agosto de 1966). Robert Smith, un estudiante de enseñanza secundaria, siguiendo el ejemplo de esos dos hombres, planificó y ejecutó su propia matanza en un salón de belleza de Mesa, Arizona, donde disparó a cinco mujeres y dos niños después de haberlos obligado a echarse en el suelo, colocándolos como los radios de una rueda (12 de noviembre de 1966). Estos tres casos son ejemplos de entidades de las masas manejando a los débiles de voluntad, lo cual accionó un antiguo registro de depravación en estos asesinos mediante la conciencia de las masas. Estás siendo testigo con ello del poder de la sugestión que transmiten fuerzas demoníacas las cuales

convencen a su víctima (el asesino) a través de una pronunciada necesidad de reforzarle el ego diciéndole que está actuando conforme a un poder más alto, a voces incitadoras, o a la dirección superior de su propia mente racional. Tales casos de egomanía vienen frecuentemente acompañados por entidades y posesiones demoníacas y todo tipo de fuerzas de «abajo»28 del plano astral. Éstas existen como resultado de la conciencia de las masas de la humanidad y como rebeldía de la raza humana en contra de Dios.

Llama al Arcángel Miguel Así que, cuando sabes estas cosas y eres capaz de ver más allá del mundo de los efectos los hábitos escondidos de la mente de las masas, puedes hacer lo que los estudiantes de los Maestros Ascendidos hacen para anticiparse a numerosos sucesos escalofriantes; esto es, servirte de los decretos dinámicos al Arcángel Miguel para atar todas las fuerzas invisibles (demonios, desencarnados y la falsa jerarquía del plano astral) y los que son sus insospechados instrumentos. Ello cobra especial importancia en casos de terrorismo, disturbios, asesinatos, secuestros, masacres o genocidio. Porque, para poder intervenir en la Tierra, las huestes celestiales deben recibir tus oraciones y llamados pidiendo ayuda inmediatamente. Así es como lo hacemos. A continuación viene un decreto que me dictó el Arcángel Miguel para que lo utilicemos ejercitando el poder de Dios de acuerdo con la ciencia de la Palabra hablada. Él me lo confió para tu alma en el momento en que necesites su fuerza, fe y protección al enfrentarte con las adversidades kármicas de la vida. Ojalá que aprendas a valorar a este «gran príncipe», como lo llamó el profeta Daniel29, y mimes su divina amistad e intercesión.

Te acordarás de que, cuando Josué estaba en Jericó, a punto de perder la batalla, miró hacia arriba y vio a un «varón» cerca con la espada en alto. Josué se acercó a él y le preguntó sin rodeos: «¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?». Y el arcángel respondió: «No, mas como Príncipe [capitán] del ejército del Señor he venido ahora». Era tan poderosa su presencia que Josué postró su rostro sobre la tierra y adoró al Señor. Entonces el ungido líder de los hijos de Israel dijo al Capitán: «¿Qué dice mi señor a su siervo?». Su respuesta revela la absoluta percepción divina que tenía el arcángel de que Dios, el YO SOY EL QUE YO SOY, estaba donde él estaba. El Arcángel Miguel era y es la expresión inmediata del YO SOY EL QUE YO SOY quien se apareció a Moisés. Por eso se le llama el ángel de la Presencia del Señor: la extensión, por así decir, de tu Presencia YO SOY y de mi Presencia YO SOY dondequiera y en cualquier momento que le pidamos que actúe. (Su nombre traducido del hebreo significa «que es como Dios».) Estos seres arcangélicos libres en Dios poseen tal conciencia divina que, sin dudarlo, el Capitán dio el mandato del Señor: «Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo». Y Josué así lo hizo. Ese día el Señor entregó Jericó a Josué y sus hombres por medio de la intercesión divina del Arcángel Miguel y sus legiones de Luz.30 Éste es uno de los numerosos decretos que me ha dado el Arcángel Miguel para los hijos de la Luz que deben cumplir su misión en la era de Acuario. Simplemente recítalo en voz alta, con voz fuerte: con alegría, autoridad y reverencia. Cuando llegues al inserto, nombra las circunstancias personales o planetarias que requieran la inmediata intercesión del Arcángel Miguel y las huestes celestiales. Luego recita el cuerpo del decreto tantas veces como quieras, tan frecuentemente como desees, con voz rítmica y valor, hasta que la acción de la

Luz se haya cumplido. (Asegúrate de decir el estribillo después de cada verso y sella la sesión con la aceptación final. Los estudiantes de los Maestros gustan de repetir este llamado tres o nueve veces, catorce, veinticuatro, treinta y tres o hasta 108 veces según la antigua tradición de la recitación del mantra de la Palabra.) Los emisarios de Dios son nuestros ayudantes invisibles, sin cuya asistencia seríamos incapaces de ocuparnos de las fuerzas empeñadas en destruir el mundo. ¡Por eso Dios creó a los ángeles! Estos emisarios de Luz que frecuentan los anillos de fuego del Sol Central siempre obedecen las órdenes de los hijos e hijas de Dios, sujetos a la voluntad de Dios y a Su amoroso designio. ¡La Luz vencerá! En el nombre de la amada poderosa y victoriosa Presencia de Dios, YO SOY en mí, Santo Ser Crístico de toda la humanidad, amados Arcángeles Miguel y Fe, siete amados arcángeles y sus complementos divinos, sus legiones de ángeles de fuego blanco y del relámpago azul, amados Gurú Ma y Lanello, todo el Espíritu de la Gran Hermandad Blanca y Madre del Mundo, vida elemental: fuego, aire, agua y tierra. Decreto que un anillo azul, triple, de protección se establezca hoy alrededor de todos aquéllos que podrían ser instrumentos o víctimas potenciales de la guerra nuclear, convencional o química; terrorismo, disturbios, asesinatos, secuestros, encarcelamientos, suicidio, homicidio, genocidio o masacres. Y exijo la atadura y el juicio del Arcángel Miguel y las huestes del Señor de todas las fuerzas malévolas, entidades de las masas, demonios, desencarnados, rezagados, ángeles caídos y la jerarquía falsa que está en el plano astral, sus intrigas y estrategias orientadas hacia la anarquía y el derramamiento de sangre de los inocentes y de todo lo que vomitan de las cloacas de la Muerte y el Infierno sobre el hombre y la sociedad a través del horror y la tragedia.

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre, llamo al Cristo Cósmico y a los grandes equipos de conquistadores del Gran Sol Central, a los Serafines y Querubines y a los Elohim de Dios para que actúen inmediatamente a fin de establecer la protección y la voluntad y conciencia divinas en la siguiente emergencia: _________________________________________________________________ (Insertar plegaria personal opcional aquí)

1. Relámpago azul es tu Amor, que fluye por mi corazón; Relámpago azul es tu Poder, que toma control de mi ser; Relámpago azul es tu Mente,

emana Verdad de tu Fuente Estribillo: La Luz vencerá, la Luz nos unirá. Luz del sol de fuego azul, ¡ordena que seamos libres ya! 2. Relámpago azul es tu Ley, sagrado respeto destella; Relámpago azul es tu Nombre, enciende en mi altar esa llama; Relámpago azul que libera, en Dios vive siempre mi alma. Y con plena fe, acepto conscientemente que esto se manifieste, se manifieste, se manifieste (Recítese tres veces), aquí y ahora mismo con pleno Poder, eternamente sostenido, omnipotentemente activo, siempre expandiéndose y abarcando el mundo hasta que todos hayan ascendido completamente en la Luz y sean libres. ¡Amado

YO SOY!

¡Amado

YO SOY!

¡Amado

YO SOY!

Que esté contigo aquél que es como Dios.

La creencia en un demonio personal A una conferencia reciente, donde una de las principales actividades era el estudio y la maestría sobre la ciencia de la Palabra hablada, recitando decretos como éste, asistió una señora que era pastora de una iglesia de metafísica. Fue al Hotel Broadmoor y le dijo a su compañera de cuarto, quien también

asistía a la conferencia: «¿Tú crees que él realmente cree en un demonio personal? ¡Qué horror! Me cae bien, pero no me puedo imaginar que sea capaz de creer en un demonio personal». Bueno, ni siquiera te lo voy a explicar. Voy a decirte: toma un periódico, mira la primera plana, lee algunos de los relatos sensacionalistas y juzga por ti mismo si crees que la gente actuó racionalmente. Y si no crees que lo hizo, entonces dime quién o qué la hizo comportarse súbitamente de esa manera tan irracional. ¿Es el poder del Cristo o del Anticristo? ¿Del bien o del mal? Decide por ti mismo, porque en este mundo nunca escaparás a la ecuación de lo Real y lo Irreal. Y créeme cuando te digo que resolver este problema del Ser dentro de tu propia psique es una de las principales razones por las que encarnaste. Recuerdo una vez cuando era niño, mientras caminaba junto a un manicomio, acompañado por un buen amigo mío que era un funcionario local. Éramos muy buenos amigos, por lo que me dirigí hacia él y le dije: —Ben, esa gente está poseída por demonios. Una mujer que estaba sentada ahí probablemente pesaba más de ciento cincuenta kilos (350 libras). Tenía la cara roja como una remolacha. Y desde la mañana hasta la noche tenía las manos levantadas al aire y se golpeaba en las rodillas exactamente igual que si fuera una imprenta: bing, bing, bing, bing, sin parar y decía «¡Yupi!» al mismo tiempo. ¿Era ésta una acción humana? ¿Qué clase de posesión era ésa? Algo la había poseído. Llevaba viviendo ahí ocho o diez años levantando continuamente las manos y bajándolas sin ningún propósito ni razón. Vi gente con piernas y manos no mucho más gruesas que una escoba. Yo nunca antes supe que existía gente con un cuerpo físico así. Vi hidrocéfalos con cabezas llenas de agua, tan grandes como una sandía. Vi monstruosidades de creación humana.

Entonces le pregunté: —¿No crees que están poseídos, Ben? Él dijo: —No están poseídos, simplemente no tienen nada aquí arriba. Él pensaba que era la carencia de algo «ahí arriba» lo que les pasaba. Pues bien, ¿cómo puede actuar una carencia? ¿Qué es una carencia? No era una carencia. Algo los había poseído. Hacían toda clase de cosas. Hasta había niños en esa institución. Pues bien, yo sostengo que si la Verdad viva acerca de la poderosa Presencia YO SOY y las fuerzas de la Luz y la Oscuridad se enseñara en las iglesias de nuestro territorio y en todos los territorios del mundo, no habría ese brote de egoísmo sádico o la locura de la posesión demoníaca, cuya puerta abierta a la psique, yo añadiría, es siempre una antigua y muy actual forma de rebeldía (ya sea consciente o inconsciente) contra Dios. En lugar de eso, verías que la gente contaría con el uso apropiado de las oportunidades de la vida. Y, oh, ¡qué felices serían si aprovecharan la oportunidad gloriosa de una verdadera vida sincera con el bien!

Nuestra victoria sobre los problemas de la vida Ahora piensa en los millones de corrientes de vida que no han ascendido, implicados actualmente con los que evolucionan en la Tierra, y ten en cuenta que menos del cincuenta por ciento de la cuota planetaria están encarnados*. Los que quedan están esperando su turno para entrar. Y los Señores del Karma31, quienes supervisan el progreso en la evolución de las corrientes de vida de la Tierra (operando, por así decir, como «Inspectores de Emigración»), no pueden encontrar cuerpos para ellos.

Por lo tanto, estas almas tienen que esperar entre bastidores, como un actor suplente, hasta que los ciclos de transición de nacimientos y muertes sean acelerados y se les permita venir y desempeñar su papel. Porque hay cuotas, y los siete Maestros Ascendidos que sirven en el Consejo Kármico son los que deciden el destino de cada alma que viene, conforme a los dictados del karma personal (los mandatos del libre albedrío) y las leyes de Dios. Debes reconocer que tu vida es una magnífica oportunidad. Has recibido un regalo impresionante al descender para encarnar; y si no descubres el significado de la vida, si no entiendes realmente quién eres, lo que eres y cuál es tu destino, serás como un pedacito de madera flotando en el agua, ¡y éste es un océano muy grande! De todos modos, cuando lo descubres, no importa lo grande que sea el océano, porque tú eres tan grande como él. Y esto no es producto de la imaginación. Es la realidad. Tú eres tan grande como cualquier problema que se te presente, y puedes hacerle frente. A medida que aceptes los problemas de la vida y los superes, debes darte cuenta de que no se trata de ganar sólo para ti —para el yo pequeño— sino de ganar para el Yo grande, el Gran YO SOY, la Presencia de la Vida. Y Dios nuestro Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él»32. ¿Cuántos ven la diferencia entre lo negativo y lo positivo? ¿Cuántos ven que Dios es el gran polo positivo y que la Tierra y la vida aquí en la manifestación en el vientre son el polo negativo? Aquí vemos que la sustancia es Materia, o Mater. Es la Madre; y Dios ha hecho la creación —el cosmos de la Materia— para servir como su ayudante, el ayudante del Gran Espíritu. Y nosotros somos seres andróginos llevando dentro de sí el poder masculino de Dios que es el Espíritu de la Vida, el principio animoso; y somos un alma (el lado femenino de nuestra naturaleza aspirante) vestida con la sustancia material, es decir, la energía Mater formada en la materia.

Esta alma que está evolucionando, junto con su forma (los cuatro cuerpos inferiores), necesita refinarse para que nuestros cuerpos puedan transformarse (acelerar) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la última trompeta.33 La última trompeta es el sonido de la trompeta de la victoria, nuestra victoria, la tuya y la mía, sobre las dificultades que la vida crea para nosotros y que nosotros nos creamos mediante nuestro karma. La vida nos plantea estos problemas porque sólo al aceptarlos podemos adquirir maestría sobre nuestra vida y heredar nuestro destino divino. ¿Qué es nuestro destino? Una cosa sí puedo decirte: este universo y los sistemas estelares dentro de él se están expandiendo tan rápido que hay un cierto número de planetas vacíos esperando a un ‘Dios’ que los gobierne. Y, ¿sabes una cosa?, el Padre no es competitivo. No existe competencia en el cielo. Es más, Él tiene tantos deseos de ceder un segmento o todo el universo a este ‘hombre del vientre’, esta novia de Cristo que Él creó, que ¡prácticamente se muere de ganas! Porque cuando Dios hizo al hombre, se copió a Sí mismo. Hizo al hombre a Su imagen. Esto naturalmente no se refiere al ser físico, sino al espiritual. Tú eres un espíritu encerrado en el templo del cuerpo y, como tal, tienes conciencia. La conciencia es la conciencia del espíritu, no de la carne, la cual es muda. Pero cuando Dios da libre albedrío a cualquiera, ya sea un ángel del cielo (que se supone no es nadie en particular) o alguien hecho «un poco menor que los ángeles» aquí en el sendero de la maestría del yo, que espera ser «coronado de gloria y de honra»34, Dios aguarda a que una manifestación de Sí mismo aparezca «así en la tierra como en el cielo». Una vez vimos un cartel que advertía acerca de los accidentes de tráfico fatales, y nos pareció gracioso. Decía: «Un ángel del cielo no es nadie en particular». Es decir, no te conviertas en una estadística angélica, vales más aquí abajo, así que conduce con cuidado.

Pues bien, una vez que conoces a los arcángeles y a muchos ángeles bellos, te das cuenta de que son muy diferentes y únicos. Cada uno es alguien muy especial y alguien en particular. Y esto es precisamente el valor del libre albedrío en la individualización de la llama de Dios. Puedes ser quien quieras y que se te conozca bien por el talento especial y el aspecto de Dios que desarrollas.

El libre albedrío: el único ‘inconveniente’ Por tanto, ¿qué pasa? El libre albedrío se pervierte. Cuando Dios da libre albedrío a cualquier ser vivo, está dando a esa parte de Sí mismo la libertad de actuar en contra de Él. Por otro lado, la consciente, amorosa aceptación del regalo del libre albedrío —adhiriéndose de verdad a las responsabilidades que conlleva— es el requisito previo para que el hombre reciba a la Deidad. Porque Dios no podría transmitir la totalidad de Su ser al hombre como Él quisiera a menos que el hombre le demostrase antes que está dispuesto a ejercitar la función del albedrío correctamente. Por consiguiente, tuvo que dar libre albedrío a Sus hijos. Dado el fin deseado, Dios tuvo que correr el riesgo. Y ellos, a su vez, tuvieron que aceptar el regalo y ejercitarlo libremente. Para bien o para mal, ellos también tuvieron que correr el riesgo, dado el fin deseado. De otro modo, los hijos de Dios nunca podrían haber aprendido libremente que querían ser lo que Él quería que fueran, sin coacción divina y sin que Dios tuviera que crear un molde cósmico. Sin embargo, el riesgo tendría mayores consecuencias: para Dios, la exaltación o aniquilación en la Tierra; para el hombre, la exaltación o aniquilación en el cielo. Ese fue el pacto, pero eso también fue el ‘inconveniente’. Sin embargo, era necesario, tenía que estar ahí. No obstante, ahora

debe eliminarse, y sólo nosotros podemos hacerlo. Tenemos que purificar la causa que le dio abrigo. Éste es el misterio del regalo de Dios, y lo que tenemos que entender es que el libre albedrío del hombre y su libertad para ejercitarlo son sus derechos divinos. Todos los derechos humanos proceden de esta piedra angular de la pirámide de la Vida. Lo que te he dicho es el corazón del misterio del libre albedrío, que ya no es un misterio gracias al amado Jesús y a sus cortes de Luz: los Maestros Ascendidos. El regalo de la libertad del alma que Dios nos ha dado es sagrado. Por ello, debemos prestar la atención debida a esta sagrada palanca que hace que nuestra alma salga del reino celestial y entre en el reino terrenal. Ahora bien, debería resultarte obvio, de acuerdo con tu propia experiencia, que Dios no podría —ni querría— impulsarte a hacer exactamente lo que Él quisiera que hicieras. Si así fuera, ya no tendrías libre albedrío. Con frecuencia, has oído a la gente decir y probablemente te lo hayas dicho a ti mismo: He tenido que aprenderlo todo a las malas. Nadie me ha enseñado lo que sé. Me he ganado todo lo que tengo. Lo he aprendido todo a golpes. Ello debe ser una clara indicación de que tu alma sabe que Dios te puso en la Tierra para aprender las lecciones de la vida por medio del ensayo y el error, el libre albedrío y tu determinación de sobrevivir. Bueno, la misma ley del libre albedrío se aplica a los arcángeles, a los seres cósmicos y a los señores solares que Dios creó. Y si has pensado por un momento que seres como Lucifer no existían, desengáñate. Hay espíritus oscuros y malignos en el universo, y son multitud. Son el ejemplo del mal uso del libre albedrío, hasta matar, en efecto, a la Deidad en su círculo de influencia. Son los muertos cuyo fin se sabe de antemano porque está escrito, escrito por la mano de sus elecciones pasadas y

presentes. Pero, bueno, no hay tantos como espíritus integrados divinamente, ¡ni mucho menos! Los suficientes como para causar un montón de problemas a aquéllos de nosotros que estamos a prueba en el crisol de la vida terrenal. Al menos una tercera parte de los ángeles de cierto mundo celestial, cierta octava, fueron echados del plano etérico al mismo tiempo que Lucifer, ese «hijo de la mañana» que dirigió la revuelta, fue echado a los desiertos de la Tierra, «a los lados del abismo» por nada menos que —sí, lo has adivinado— el Arcángel Miguel y sus legiones del Primer Rayo.35 Éste fue el resultado de la promesa del arcángel Lucifer de ascender al cielo y ensalzar su trono por encima de los Hijos de Dios y las «estrellas»36, a quienes conocemos como Elohim. ¡Imagínate! Condujo a muchos ángeles novatos —cuya voluntad no estaba firmemente centrada en la voluntad de Dios y a quienes deslumbró su jerarca— en la expropiación de la energía y conciencia divinas. Con arte y astucia, hizo que rechazaran el sendero de iniciación que conduce al otorgamiento del regalo de la divina individualidad por el Cristo Cósmico. Exhortó a los ángeles a que le hicieran reverencia y lo adoraran como su dios: él, quien traicionó su cargo como portador de la Luz de Dios (Lux-fer término latino que significa «portador de luz»). Engendrando en ellos el orgullo por la superioridad del intelecto científico que se coloca por encima de la Voluntad, la Sabiduría y el Amor de Dios nuestro Señor, inspiró en ellos la ambición de entablar guerras intergalácticas en contra de todos los que cuestionaran su supremacía. Fue así como el misterio del Mal germinó de la semilla del desafío directo por parte de algunos que formaban el séquito divino, quienes desafiaron a Dios nuestro Señor y a Su jerarquía celestial que encarna el Verbo eterno. Hasta ahora, amados, los ángeles caídos se burlan de los devotos de la Luz eterna que perpetuamente entonan el YO SOY EL QUE YO SOY diciendo: «Santo, santo, santo es el Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el

que ha de venir. […] Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos».37 Pues bien, conforme se relata en el capítulo 12 del Apocalipsis, estos rebeldes resultaron vencidos en una guerra intergaláctica por el Arcángel Miguel y sus legiones de Luz, quienes los echaron a las octavas inferiores de los planos físico y astral. Su castigo (karma) fue encarnar como mortales sujetos a las leyes de la mortalidad, separados de la Presencia de Dios —y, consecuentemente, sin tener acceso a ella—, el árbol de la vida en medio del Paraíso. Esta circunstancia kármica agravó su deseo mortal con el sentido del pecado inherente a ella y el sufrimiento resultante: enfermedad, desintegración y muerte. Sin embargo, una vez encerrados en la carne, implacables, han decidido continuar su guerra contra Dios y Sus Hijos. Sólo que ahora prefieren ir tras la parte más vulnerable de Él: Sus preciados hijos y los santos inocentes (almas vírgenes) encarnados y evolucionando en la Tierra. Y vino la advertencia: «¡Ay de los mortales de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo».38 No es de extrañar que en ese Malvado y su desalmada semilla no hubiera gracia ni misericordia. Desde entonces ejercitaron el libre albedrío con miras a la destrucción —pensaron ellos— de los descendientes de Dios. Pero, en realidad, negar la voluntad del Padre es negar el principio animador de la Vida dentro de uno mismo. Así que su negación se convirtió en la decisión libre y consciente que lleva hacia la autodesintegración (en efecto, un pacto suicida). Sí, eso pasó a los luciferinos, así como a la semilla de Satanás, y está sucediendo todos los días a tu alrededor, frente a tus propios ojos. De ahí que recordemos la meditación de David acerca de una mortalidad que, por elección propia, nunca se convertirá en Inmortal: «El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció. Y su lugar

no la conocerá más».39

Las serpientes toman el camino bajo y descarrían a la humanidad En cierto modo, la serpiente de Edén40 puede interpretarse alegóricamente como un símbolo del intelecto, la mente inferior interrogativa que se pregunta a sí misma: «¿Por qué dijo Dios nuestro Señor que no deberíamos comer del fruto del Árbol del Bien y del Mal? ¿Por qué dijo que no deberíamos conocer el Mal tanto como el Bien? »¿Por qué dijo que deberíamos conocer sólo el Bien, la ciencia del Espíritu? ¿Qué hay acerca del Mal, la ciencia de la Materia, que no debemos saber? »Puede que, si entendiéramos la relatividad del tiempo y el espacio y el orden inferior de las cosas, pudiéramos controlar el universo. ¡Te aseguro que el conocimiento del Mal es un secreto que Dios se ha guardado para Sí!» Teniendo por cómplice a la raza de ángeles caídos conocidos como «serpientes», el intelecto se alió con su propio razonamiento, y decidió comer del fruto prohibido. Al hacerlo, renunció al concepto inmaculado de la Deidad. Ahí surgió el ‘inconveniente’. Y así continuó ese estado de cosas que el deseo impuro necesitaba, hasta que la petición de pureza por parte del alma volviera a restablecer el libre albedrío en la Ley del Uno. Fue entonces precisamente cuando el libre albedrío se convirtió en algo separado del aceite seráfico de la alegría y la aprobación ante los Hijos del Altísimo. Y las llamas gemelas enviadas desde el trono de Alfa y Omega

empezaron, lentamente, casi sin notarlo, a imitar las sutiles concesiones de los ángeles caídos —cada tono más oscuro de blanco a gris significaba un pequeño paso hacia atrás, bajando la escalera de caracol (la columna) desde el chakra de la coronilla hasta la base de la columna— desde los planos no físicos o etéricos hasta la Tierra, lo terrenal, donde el peso atómico, no la luz, se ha convertido en la medida de las «cosas» que un hombre es y que lo poseen. Recordándonos nuestro antiguo estado exaltado en la gloria Shekinah (Madre) del Verbo, Jesús nos dijo, aclarando las escrituras: «la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee sino en la Luz (la conciencia divina) que retiene en sus chakras».41 Qué lástima que, por lo pronto, el alma haya elegido, por medio de su libre albedrío, ejercitar el proceso de pensamiento a través del cuerpo mental inferior (enfrascado en lo relativo) y no usar el cuerpo mental superior (que se ocupa de lo Absoluto), logrando, con ello, tener acceso a la Mente omnisciente de Dios. La suerte está echada. Las consecuencias de la decisión tomada con el libre albedrío entre el camino alto y el bajo se convirtió en una interminable búsqueda de karma, con la serpiente de la mente inferior tragando y vomitando su relato de causa y efecto sin fin, secuencias kármicas puestas en movimiento por el mal uso del libre albedrío. Y millones de años de evolución humana, en vez de divina, siguieron, a paso de tortuga y generando enredos.

La conspiración contra los Hijos de la Luz Así pues, ¿cuál era el propósito de estos ángeles caídos, los originales Maestros y Cristos falsos sobre cuyas continuas venidas

nos previno Jesús? La respuesta es fácil cuando uno entiende su lógica. Estos ángeles malvados que están aún entre la humanidad, aprovechándose de la credulidad de ésta, tienen sólo una meta en mente: hacer que los hijos de la Tierra se olviden del concepto inmaculado, y poco a poco cometan un suicidio espiritual. Y están siempre ahí con porte arrogante y atracción magnética para conseguir concesiones y términos medios y hacer que se traicione la Luz y la Verdad en todos los campos de actividad humana y hasta en el alma. Y después, una inyección de culpabilidad y condenación tan grande, que el alma cree la mentira de que nunca podrá volverse a levantar. El resultado es servilismo y esclavitud: «Ya no soy digno de vivir y reinar con mi Padre en su reino». Se había tramado la estrategia en contra de los Hijos del Sol: una vez que participaron de la química del conocimiento del yo inferior, la pérdida del sentido superior de la individualidad en Dios fue un hecho consumado, sin que ni siquiera se hubieran dado cuenta de lo que había pasado. Fue como haber tomado una sobredosis de drogas y haber despertado fuera del cuerpo en el plano astral, sin poder regresar al cuerpo. ¡Estás muerto antes de darte cuenta! A partir de ahí, los hijos de la Tierra empezaron a ver a la gente como si fueran dobles, con un nuevo sentido de relatividad. La filosofía del bien y el mal relativos urdida por los ángeles caídos fue el tipo de arreglo que emplearon para diluir y oscurecer la descripción de la verdadera elección entre el Bien y el Mal Absolutos. Ello se reduce a elección entre el Yo y el anti-yo que cada alma que regresa al reino del Padre tiene que hacer. Habiendo descendido hasta ahí, sólo hizo falta un paso para que vieran el mal dentro de sí mismos; lo que los hindúes llaman maya o ilusión, y lo que los Maestros Ascendidos han denominado el velo de energía. Y lo que vieron fue su misma sustancia mal calificada, el subproducto del mal uso del libre albedrío, en lugar de la pureza prístina de la unión divina que el

alma conoció una vez con su llama gemela42 a niveles internos. Por desgracia, una vez enredados en el velo, no pudieron escapar. ¡No podían ver a través de él! Y el estilo de vida humana opuesta a la divina se convirtió en su propio contrapunto: una predicción realizada y perpetuada por el propio hombre, basada en la ley de la selva: el instinto de conservación. Las cosas que miras, las que visualizas, aquéllas en las que pones la atención, lo que observas en la conciencia, es luego exteriorizado en forma de ‘realidad’ de tu vida. Busca un amigo. Ámalo. Siente que es una persona maravillosa y que no puede hacer nada mal. Luego viene una vaga sospecha en tu mente de que tal vez sus intenciones no sean puras. Tal vez sea ‘malo’, te dices, y además, es un hipócrita. ¡Me está engañando! Bien, lo primero que ves es que has vuelto a crear en tu propia conciencia todo el mal que se ha creado desde tiempos inmemoriales. Y, de pronto, ya no tienes un amigo. Ya no lo quieres más porque te has convertido en un iconoclasta. Has roto su imagen en tu propia mente. Has roto el ‘ídolo’ de vuestra amistad por esa vaga sospecha en tu corazón. Y ésta también es una de las sutilezas del instinto de conservación de la mente de la serpiente. Creo que no hay nada peor que sospechar que el mejor amigo del hombre, quien es Dios nuestro Señor, sea capaz de alguna perfidia. Santo cielo, ¿de qué se están protegiendo los hombres? Ellos no lo van a admitir, la gente no lo expresa, pero cuando ven caer a un niño de un precipicio o se enteran de alguna persona que se ahogó o de un accidente inesperado, o examinan los registros de un hospital y perciben el gran sufrimiento de las personas que padecen leucemia y otras clases de cáncer, se dicen a sí mismos: ¡Este mundo es un lugar terrible para vivir! ¡Dios es un Dios terrible! ¿Por qué hace cosas como ésta? ¿Por qué permite que pasen estas cosas? No entienden que es el libre albedrío de la gente, el poder

colosal de la elección —«esto» o «aquello»— lo que se ha usado indebidamente, que ha causado que los hombres creen o vuelvan a crear oscuridad y luego cosechen lo que sembraron. Jesús habló acerca de ello: «si la Luz que en ti hay es [se convierte en] Tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas Tinieblas?»43. Esta vez ponemos en mayúsculas la L y la T porque estamos hablando de la Luz Absoluta de Dios y su perversión absoluta convirtiéndose en Tinieblas y Muerte por agencia de los ángeles caídos, quienes originalmente tenían acceso a la fuente del Sanctasanctórum. Esas Tinieblas sólo son grandes porque son Luz de Dios usada al revés para malos fines; sin embargo, el poder de la Luz aprisionada en una matriz similar a la muerte aún sujeta a la víctima con un cierto «poder». Como saben muy bien los que trabajan con criminales dementes, el Mal tiene un poder intrínseco. Lo que no saben es que ese mismo Mal es el mal adquirido Bien del Señor que se ha invertido por medio de la manipulación por parte de los ángeles caídos de la Luz más pura de sus hijos. En realidad, los ángeles caídos han llegado a dominar todos los trucos habidos y por haber para extraer la Luz de los chakras de los hijos de Dios. Sólo mira a tu alrededor y observa cómo los confiados son convencidos para hacer todo tipo de cosas y ni siquiera se dan cuenta de que se están comportando mal. Pero no pienses ni por un momento que nada más estamos contando inútilmente cuentos de nuestras teorías favoritas de conspiraciones, acusando a los Nefilim44, haciendo de ellos un chivo expiatorio por haber agriado la leche de la bondad humana. Créeme, nuestro ardiente espíritu está más allá de las argucias o las ilusiones psicológicas. Hemos visto el castigo de la ley por fraude espiritual que es el yugo de los ángeles caídos en su papel de falsos profetas, falsos pastores y falsos Cristos, especialmente cuando ocupan lugares importantes en la religión, el gobierno y la economía. Su fin es la profecía que se cumple por sí misma —que Daniel leyó a

Belsasar, quien había profanado todo lo sagrado en el templo de Dios y del hombre: «‘Mene, Mene, Tekel, Uparsin’. Contó Dios tu reino [conciencia, dominio], y le ha puesto fin [puso fin a los ciclos de tu oportunidad para glorificar al YO SOY EL QUE YO SOY]. Pesado has sido [tu karma, tus palabras y tus obras son pesadas] en balanza [las balanzas de la Justicia Cósmica], y fuiste hallado falto.» Y está escrito: «La misma noche fue muerto Belsasar, rey de los caldeos [el dios Nefilim]».45 Así está escrito de cada ángel caído que no se arrepienta de sus actos malvados, que continúe actuando como el destructor del Bello Templo, como el falso sacerdote que entre furtivamente en la cámara secreta del corazón, el asesino del Cristo que está dentro de los pequeños.

Las enseñanzas perdidas de Jesús acerca de la historia planetaria Esto que te estoy diciendo es la enseñanza perdida de Jesucristo. Con Saint Germain, la Virgen María y el Arcángel Miguel, el Señor ha hecho un gran esfuerzo para explicarnos los misterios de la vida, al interpretar para nuestro beneficio las complejas causas que yacen tras los sucesos que se producen en el escenario mundial, dándonos una idea general de cientos de miles de años de historia planetaria, incluyendo nuestras propias vidas pasadas. Nos ha llevado en nuestros cuerpos sutiles hasta el abismo del plano astral para observar allí a sus habitantes. Hemos pasado cientos de horas en la sala de los registros del retiro del Royal Teton, que es el principal retiro etérico de la Gran Hermandad Blanca en el continente norteamericano, situado en el corazón del Gran Teton en la cordillera Teton cerca de Jackson Hole,

Wyoming (EE.UU). Allí hemos estudiado bajo la tutela del siervo del Señor, el Guardián de los Pergaminos, la secuencias kármicas de muchas civilizaciones y el papel sobre el Bien y el Mal que han desempeñado hombres y mujeres, así como ángeles buenos y malos, al dar un giro a la marea de acontecimientos, hacia arriba o hacia abajo, en la historia. Si crees que estas afirmaciones son absurdas y extravagantes, entonces también debes dudar de que Dios tenga la solución a los problemas mundiales y que para implantar esa solución Él trabaje a través de la gente como siempre lo ha hecho y siempre lo hará. La verdad es que nosotros nos ofrecimos para esta misión y hemos estado sirviendo en el cargo de mensajeros y profetas — aconsejando a la gente, avivando sus recuerdos apagados, y advirtiéndole del peligro de la semilla del malvado— desde que los ángeles caídos llegaron. Y tú y muchos otros a quienes conocemos y amamos han sido parte de esta misión desde el principio. Por un tiempo, todos nosotros hemos tenido reveses y hasta nos hemos enredado con la evolución de los caídos, incurriendo en generar karma y librándonos gracias a la intervención divina. Esto ha sucedido a un buen número de llamas gemelas que vinieron a la Tierra con Sanat Kumara, el gran jerarca de Luz, conocido en Oriente como Karttikeya y en Occidente como el Anciano de días.46 Así que podemos decir con cierto arrepentimiento, y asimismo con la confianza de saber que éste es conocimiento de primera mano, que lo que te contamos es la culminación de cantidad de encarnaciones en el planeta Tierra que se remontan a los primeros días de Lemuria.47 Además, Dios nos ha enseñado por medio de nuestro Salvador Jesucristo y los concilios de sabios —del Consejo del Royal Teton y de los Consejos de Darjeeling y de la India (Oriente) de la Gran Hermandad Blanca—, los cuales el amado Hijo de Dios con frecuencia preside. También hemos sacado provecho de haber examinado personalmente los archivos galácticos e intergalácticos

que nos mostraron a niveles internos ciertos jerarcas interesados en el futuro inmediato de este sistema de mundos. Nuestro propósito es uno: poner ante ti la Verdad y el error, lado a lado, para que puedas descifrar tu destino y aprender a tener dominio sobre ti mismo, en vez de servir a los capataces egipcios. De este modo, podrás equilibrar las situaciones que hasta ahora no has resuelto en tu vida —el karma de la ignorancia y el deseo mal encaminado— y ponerte en el asiento del auriga para guiar a esos cuatro jinetes que son tus cuatro cuerpos inferiores, gracias a estar centrado crísticamente en la Llama Divina y en la Ley. Dicho de otro modo, estamos aquí para ayudarte a conseguir la libertad —merced a tu libre albedrío dado por Dios, que no necesariamente has ejercitado muy bien en tiempos recientes— con respecto a la serie de nacimientos en estas densas esferas de ignorancia esclavizante y de deseo; ¡para así continuar el romance cósmico con tu llama gemela! Estamos aquí para ayudarte a aprender a subir a los cielos de tu cuerpo causal, dibujar las estrellas de tu logro divino en un mar de luz, enseñorearte en todos los planos de tu Ser libre en Dios, y emplear todos los recursos divinos y los humanos desarrollados siguiendo tu orden, desde los cuerpos causales tuyo y de tu llama gemela y, así, ayudes a las huestes de Luz a liberar a todos los hijos de la Luz en el planeta Tierra. Y luego te ocupes del próximo planeta y el próximo, hasta que esos ángeles rebeldes sin causa cósmica justificable reciban el karma de sus acciones que vuelve al punto de partida y ya no puedan burlar y tentar a nuestros pequeños. Sí, si crees que Dios tiene una solución para nuestra lamentable condición humana y para el lío que hemos permitido que los caídos hagan de nuestro bello mundo, entonces créenos por un momento, cuando menos hasta que hayas dado a ti, a Dios y a nosotros la oportunidad de demostrarte que la llama violeta funciona, que la ciencia de la Palabra hablada funciona y que Dios en ti puede trabajar mano a mano con la ley cósmica y

las fuerzas cósmicas para salvar a este mundo. Si crees que hay salida al antiguo dilema de la mortalidad, entonces cree con nosotros hasta que tú también tengas la prueba científica y espiritual de que lo que decimos es Verdadero. Nuestro único motivo es tu libertad, porque hace mucho tiempo que hemos abandonado todo deseo de cualquier cosa de este mundo que no sea la Victoria divina en la Luz de los que evolucionan en el planeta Tierra. Nosotros, al igual que la mayoría de los que leen nuestros libros con un conocimiento y respuesta interiores, estamos aquí de paso; no somos nativos sino peregrinos aún sirviendo en la misión de rescate de Sanat Kumara, ayudando en su nombre. Él fue quien envió a los doce y les ordenó, diciendo: Por el camino de gentiles [fuerzas extranjeras] no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.48

Las ovejas perdidas son aquellas almas de Luz que acompañaron a Sanat Kumara, descendieron a través de Abraham, no obedecieron el pacto que prohibía el casamiento con la semilla de los extranjeros (extraterrestres, ángeles caídos y evoluciones rezagadas de otros sistemas49) y se enmarañaron en su karma, que fue el karma del Malvado original. Como consecuencia, su proyecto original (código genético) resultó dañado y perdieron el recuerdo de su origen. Ahora ellos deben ser devueltos a su herencia legítima mediante el legítimo ejercicio de la luz, energía, conciencia y libre albedrío dados por Dios.

Iniciación ante las doce puertas de la Ciudad Santa

Entendemos que los cargos de los doce apóstoles llevan los patrones arquetípicos del sendero del perfeccionamiento de nuestra alma que conduce a las iniciaciones de las doce puertas de la Ciudad Cuadrangular. Frente a estas puertas (umbrales de iniciación) se hallan Cristo y otros jerarcas representando las escuelas de Luz bajo las doce jerarquías solares. El saludo del «que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre»50 para cada alma que quiere entrar ahí es el mismo: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, ya también te guardaré de la hora de la prueba [de la tentación] que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona [tu luz en el chakra de la coronilla]. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo con mi Dios, y mi nombre nuevo.51

Así, los Instructores del Mundo, Jesucristo y san Francisco (el maestro Ascendido Kutumi) dan la bienvenida a los ciudadanos del mundo en las doce puertas de la iniciación crística, por medio de la cual pueden estudiar para presentarse a Dios aprobados52; y luego entrar, recibidos por los Maestros Ascendidos que cuidan la llama de la Ciudad Santa. Con ese fin, Dios ha declarado su pacto: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto. No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón les escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo. Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano,

diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.53

Con ese fin —para que los que sean crísticos, ungidos, semilla de la Luz, entiendan este pacto, esta Presencia YO SOY, este Sumo Sacerdote que es el Santo Ser Crístico, y esta salvación de los pecados de extraviarse del rebaño de Sanat Kumara, por medio del bautismo de fuego del Espíritu Santo— decimos juntos: «Ich Dien», «Yo sirvo». Si supieras la Verdad —y puedes conocerla si tienes la paciencia y el valor de someterte a su espada de dos filos que separa de un tajo lo Real de lo Irreal dentro de ti— podrías separar las Tinieblas* (como puede hacerlo el cisne divino, el Paramahansa) de la Luz. Podrías separarlas de ti. Y tendrías mucho cuidado, después de un tiempo, de que sólo la luz penetrara. Detendrías la marea de Oscuridad. Dirías: No te quiero. ¡Apártate de mí! Y entonces podrías ser el árbitro de tu destino. Aquí es donde se manifiesta el instinto de tu alma hacia la autoconservación espiritual, impulsado por tus ángeles custodios. Por otro lado, las sutilezas del mundo y las maquinaciones de las atractivas personalidades del malvado acuden a tu subconsciente a través de la mente de las masas, cuando te atiborras (o así lo hacías antes de que decidieras obrar mejor) de los canales de los medios de comunicación. Estas formas de pensamiento las absorbe el ojo, el oído y los orificios espirituales conocidos como chakras. Entran a través de la vibración similar que existe en los registros de tus propias vidas pasadas, grabados magnéticamente en el cuerpo de la memoria (tu Libro de la Vida). Tales formas de pensamiento permanecen en el subconsciente y son una influencia perjudicial hasta que decides ejercitar el poder de la Palabra hablada para quitar de esas formas de pensamiento el poder mal usado que fue originalmente de Dios y que debe retornan sólo a Él.

Por tanto, el único modo de deshacerse de ese ‘inconveniente’ es dejar que tu libre albedrío se fusione con la voluntad de Dios hasta que, día tras día, decisión tras decisión, adoptes Su voluntad como la tuya. Así, conscientemente, por tu elección, podrás retornar al estado prístino donde no hay más guerra en contra de la ley de Dios y la ley del pecado en tus miembros, sino sólo la suprema voluntad de Dios. Y tú mismo te habrás convertido en ese Uno, conscientemente, por elección. Nuestro Padre no lo quiere de otro modo.

Hemos vivido antes Hemos vivido antes. Los productos de esta generación no han alcanzado ni la actual mayoría de la sabiduría del mundo ni las capacidades funcionales para cambiar las estructuras en cuestión de seis meses o un año. Sin embargo, un niño puede aprender a caminar y hablar en sólo doce meses. Un niño viene al mundo y, después de 365 días, puede ser una criatura animada que funciona biológicamente como un adulto: come comida de adulto, camina por todas partes y habla y tiene gran inteligencia y percepción de su entorno. ¡Y algunos tienen un talento sorprendente! Hemos oído hablar de un niño coreano que es un genio, quien empezó a escribir a los siete meses. Sus padres son profesores de la universidad, pero no creemos que los genes hayan sido la única causa de este hecho. A la edad de dos años y medio ya podía leer, escribir y hablar coreano, chino, alemán e inglés, y hasta publicó su propio libro de poemas, ensayos y cartas. Cuando tenía dos años escribió una carta recomendando la unificación de Corea y cuestionando la guerra en la Tierra y la depredación del mundo adulto, que criticaba gravemente diciendo que esperaba que fuera mejor. Escribió el siguiente

poema para un fotógrafo de la revista Look: «Esta cámara toma una fotografía de Ung Yong; pero esta vez, por favor, retrata mi espíritu: es una fotografía más expresiva y exacta».54 Grandes músicos han podido tocar el piano a temprana edad. ¿Por qué? Porque fueron maestros de música en vidas pasadas y posiblemente continuaron su formación con los Maestros en los templos de música en el plano etérico entre una y otra encarnación. Nuestro destino viene a nosotros del cercano y del distante pasado. Hemos vivido antes y lo hemos hecho muchas veces. ¿Qué diferencia hay si te duermes en un cuerpo por la noche y despiertas en otro por la mañana? Te olvidarás de quién eras, no sabrás dónde está tu hogar, no recordarás a tu padre ni a tu madre. Esto de acostarse en un cuerpo y despertarse en otro es más o menos lo que significa la muerte. Pero, ¿por qué es necesario? ¿Por qué no se sostiene el cuerpo a sí mismo? Alexis Carrel conservó vivo el tejido del corazón de un pollo durante treinta años en un tubo de ensayo en su laboratorio. ¿Por qué no se renuevan las células de nuestro cuerpo? Bueno, en realidad sí lo hacen. Y cuanto mejor cuidamos nuestro cuerpo, mejor nos cuida él a nosotros.

La humanidad ignora la ley del karma Lo que nos pasa en este mundo es que la fábrica de grasa es la que nos cuida. Patatas fritas (grasa caliente a 150ºC o 350ºF) obstruyen las arterias, provocando a los jóvenes de diecisiete años arteriosclerosis. Atletas de diecisiete o dieciocho años mueren en el campo de fútbol. Los hombres mueren como moscas entre los cuarenta y cuarenta y cinco años por problemas del corazón, arterias endurecidas llenas de colesterol y toda clase de

enfermedades. ¡Y todo porque el horno interior está obstruido! Hay escoria en la parrilla. Los grandes bramidos de los pulmones no pueden tomar aire. La gente ya no tiene vida en ellos porque esta sociedad libre funciona según el más bajo denominador común del cuerpo mental inferior —avaricia— y pone al dólar más arriba que todo lo demás. ¡Esto es ignorancia! Ponen al dólar primero. La mayoría de los dueños de restaurantes no dicen: ¿Cuánta comida buena puedo dar por esta cantidad de dinero?, sino: ¿Cuánta ganancia puedo obtener? No estoy condenando a ninguna persona u organización, sino que estoy diciendo la verdad a la sociedad. Aquéllos se acusan a sí mismos; yo no tengo que acusarlos. Yo soy parte de ellos y, se supone que, por mi presencia aquí, consiento. Pero no lo hago y muchos de vosotros tampoco, ni muchos otros en el mundo. Pero muchos lo ignoran, no lo entienden. Así que tenemos una situación muy peculiar. La gente toma una alimentación detestable. Hace veinte años el DDT, que se consideraba el causante de leucemia y otras enfermedades, fue finalmente reconocido como el malo de la película que es. Rachel Carson, en su libro Silent Spring (Primavera silenciosa), advirtió de ello55. Y luego Michigan y otros estados empezaron a aprobar leyes restringiendo el uso de tales sustancias químicas letales o prohibiéndolas completamente. Pero todavía tenemos mucho que hacer a fin de proteger el medio ambiente para nuestros hijos. Tal vez algún día retornaremos a la agricultura biológica (orgánica). Tal vez nuestro pueblo retornará una vez más al Edén para comer buena comida. Y tal vez nuestras universidades serán libres y se desharán de la tribu que trata de subvertir los principios de la libertad hacia una sociedad colectiva. O no entienden la Ley del Uno o la entienden demasiado bien y están conscientemente subvertiéndola, así como subvierten la mente de la juventud, paso a paso.

Tenemos enfermedades en el mundo no porque Dios lo desee. Tenemos guerra en el mundo no porque Dios lo quiera. Tenemos odio en el mundo no porque Dios así lo disponga. Tenemos estas condiciones en el mundo debido a la ley de causa y efecto. Cada maldad del hombre retorna a su propia puerta. Los ángeles caídos lo saben, así que todo lo que tienen que hacer es iniciar una causa impía y convencer a la gente de que es para su bien seguirla, política y socialmente hablando; y hombres y mujeres egoístas se atarán ellos mismos por su ignorante mal uso de la ley de causa y efecto. ¡Y te digo que las consecuencias de la ignorancia respecto a Dios, al Yo y a la ley del karma son trascendentales! Créeme, la gente reencarna —vuelve a encarnar— y trae consigo un cierto registro kármico, que pertenece a cada uno y a nadie más. El gobierno del cielo no confunde nuestros registros. ¡Gracias a Dios! El Guardián de los Pergaminos, los ángeles registradores y los Señores del Karma te conocen a ti, me conocen a mí y conocen a todos. Por lo tanto, a causa de la ley del karma no puedes igualar a la sociedad y hacer que todos sean iguales económicamente o en algún otro aspecto. ¡No podrías hacerlo aunque quisieras! No podrías hacerlo por los factores del nacimiento solamente. Los genes y los cromosomas de las personas, su herencia, sus circunstancias kármicas son físicamente diferentes. Algunos nacen teniendo padre y madre y otros no, ya que los perdieron. El karma de cada uno de nosotros es diferente. Y no debemos desalentarnos por eso, como Bernarr Macfadden solía decir y afirmaba correctamente: si no te gusta tu vida, siempre puedes arreglarla. Y esto es verdad. Es una cosa que Dios ha hecho. «Hacemos o deshacemos nuestra vida cada día»56, dijo. Dios nos ha dado esta oportunidad de volvernos a crear diariamente. Así que tenemos que regresar al punto donde podamos reconocer nuestras realidades y luego motivarnos para separarnos de las irrealidades. Tenemos que saber quiénes somos y entender que el universo nos ha juzgado de acuerdo con nuestro propio

registro. Es decir, todos nuestros talentos vienen de logros y esfuerzos del pasado. Si queremos más de cualquier virtud, o producto, o talento del cielo o de la Tierra, todo lo que tenemos que hacer es trabajar dedicándolo a la gloria de Dios y lo conseguiremos. Si lo procuramos, Él lo procurará. Jesús conocía esta ley y lo dijo muy clara y sucintamente. Fue cuando le ungió el cuerpo la mujer que se cree era María de Betania57. Se acercó a él con el aceite de nardo, que era muy costoso, y abriendo el vaso de alabastro echó el ungüento sobre la cabeza del Maestro. Pero algunos presentes en la casa de Simón estaban indignados y se decían entre ellos: «¿Para qué este desperdicio? Porque esto podía haberse vendido a gran precio [300 peniques], y haberse dado a los pobres». Así murmuraban en contra de ella, incluso sus discípulos. Estaban enojados porque les preocupaban los aspectos sociales. Pensaban en la igualdad del mundo: todo el mundo debería ser igual. Todos deberían recibir lo mismo. Pues bien, así es. A todos se les da la oportunidad, pero su oportunidad es hasta cierto punto eclipsada y hasta limitada por su karma. Jesús la defendió sobre la base del principio divino y de la devoción de ella: «¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra […]. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura». Evidentemente, María percibió la necesidad espiritual, así como la física, de practicar este ritual antes de la crucifixión, en vez de después. Luego Cristo los miró e hizo una afirmación muy importante, que debes recordar. Dijo: «Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis». Se piensa que los pobres son la hez de la sociedad, mientras se supone que los ricos, económicamente hablando, son un estrado más elevado. Pero Cristo no sólo habló de la pobreza

física, sino de los pobres de espíritu cuyo karma los ponía en el lado inferior del espectro kármico. Enseñó que ellos tenían necesidades que iban más allá de lo inmediato, necesidades que sólo su resurrección y victoria sobre la Muerte y el Infierno podrían satisfacer. Y así, ya sea que la gente que se acerca a nosotros sea pobre física o espiritualmente, Cristo nos enseña que debemos ayudarlos y curarlos de su pobreza. Mas cuando Cristo viene, el Verbo encarnado, abandonamos nuestros programas sociales de ayuda y hasta nuestros rituales ‘religiosos’ y obras en las iglesias. Dejamos todo de lado y nos elevamos, ungimos el cuerpo del Señor para la iniciación de la Resurrección y la Vida. Porque sólo a través de él se pueden abrir las puertas del templo, para que podamos alcanzar la herencia de su Cristeidad y así tener lo suficiente que dar al «pobre» que está por debajo de nosotros en la escalera de iniciación. Por lo tanto, para hacer hincapié en el hecho de que aprobaba esta deferencia al Maestro por parte la iniciada, Jesús dijo: «dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella». El Maestro El Morya explica que siempre hay alguien por encima de uno y alguien por debajo en la escalera de la vida. Sirve a ambos y serás bendecido enormemente. En el transcurso de nuestra vida, todos hemos estado en diferentes grados de esta escala kármica. Hemos sido ricos y hemos sido pobres. A veces somos pobres en cierta vida porque hemos abusado de la riqueza en otra. Y otra vez, por haber sido pobres en una vida y usado sabiamente los pocos talentos que teníamos, recibimos riquezas en otra vida. ¡El cielo sabe lo que está haciendo! Tú no puedes crear justicia social en sentido absoluto, ya sea en una sociedad libre o en un estado comunista. Simplemente no va a funcionar. Hay demasiadas desigualdades en cualquier

sistema. Y las desigualdades empiezan con nuestros niveles kármicos, que nosotros mismos nivelamos sin importar en qué sistema estamos obligados a vivir. El agua —de la conciencia humana— siempre buscará su propio nivel. Por eso la mayoría de los programas de asistencia pública no funcionan. Simplemente no puedes elevar a la gente de modo artificial, con dinero o con cualquier otro medio, por encima del nivel de su propio logro o automaestría. Esos estados de percepción de uno mismo son expresiones de su libre albedrío. Y no puedes elevar a nadie más arriba del nivel de su propio libre albedrío o su negligencia en ejercitarlo. Eso no quiere decir que no puedas amarlo o darle un curso o dos acerca de cómo superarse. Puedes darle tanta formación y aprendizaje como esté listo para recibir. Pero, a fin de cuentas, tiene que hacerlo por sí mismo. Ayudar a la gente a que se ayude a sí misma y a mejorar su destino es de lo que trata la instrucción del Mahá Chohán. Este gran Maestro que representa al Espíritu Santo y lleva el manto del cargo del Paráclito, forma a los maestros en su retiro en Ceilán (Sri Lanka), así como en Darjeeling. Aquéllos que realmente se preocupan por las almas necesitadas que andan en busca de ayuda deberían solicitar permiso al Mahá Chohán para asistir a estas clases, fuera del cuerpo en el plano etérico. Aquí abajo sólo hay un modo de traer justicia a nosotros, individualmente, y a la sociedad; es por medio de la Presencia Divina y de practicar con la Presencia Divina empleando la Regla Dorada: «Haz a otros lo que quieras que ellos te hagan a ti». Verdaderamente necesitamos entregarnos a otros. Para obtener la salvación de nuestra alma, la caridad debe ocupar un lugar importante en nuestra vida, a través de un programa muy práctico de autoayuda para aquéllos que están dispuestos a recibir la enseñanza divina que les permita ayudarse a sí mismos. La motivación, el libre albedrío y el esfuerzo individual son la clave aquí. Sin decretos dinámicos para atar específicamente el letargo de la falta de voluntad, no puede

sobrevivir ningún programa, y mucho menos tener éxito. Tenemos que alimentar a las ovejas. Seguir los pasos de los Maestros bajo la bóveda del YO SOY EL QUE YO SOY nos traerá la Victoria del Amor. Al superarnos a nosotros mismos y superar el lado oscuro de nuestro ser (como el lado oscuro de la Luna) de acuerdo con los ciclos de máxima oportunidad, podemos y debemos trazar las subidas y bajadas de nuestros días en el Reloj Cósmico, la astrología y psicología de la nueva era que nos ensenó la Virgen María. Este sistema nos permite predecir58 las corrientes retornantes del karma positivo y negativo y, así, derrotarlas. Cuando sabemos qué esperar de cada nuevo amanecer de oportunidad (ésta es la bendición de trazar nuestros ciclos kármicos e iniciáticos en el reloj cósmico), podemos planificar con anticipación cómo vamos a presentarnos, encarar y conquistar las supuestas adversidades, enviadas para poner a prueba nuestro temple, y cómo vamos a remontar la cresta de la ola de hábitos positivos del pasado hacia una nueva ola del futuro. Como dijo Bruto a Casio: «Hay una marea en los asuntos de los hombres que, cuando viene la inundación, conduce a la fortuna; cuando se evita, todo el viaje de su vida está lleno de altibajos y de aflicción. Tenemos que tomar la corriente cuando viene, o perder nuestras aventuras»59. Y ésta es la Verdad. A menos que sepamos controlarnos y controlar nuestras mareas kármicas, no vamos a estar bien preparados para «amar a tu prójimo como a ti mismo» o ayudarlo en la liberación de su alma. Que todos los que quieran ayudar a otros empiecen ayudándose a sí mismos. Aprovecha la prerrogativa divina de ayudarte para enseñorearte de tus asuntos, tu familia, tu entorno espiritual, mental y físico, y sobre todo de ti mismo. Cuando lo hagas, serás la mejor ayuda para otros. Porque el Señor ayuda a aquél que se ayuda a sí mismo para poder ayudar a otros. El Ayudante Divino, el Espíritu Santo en la persona del Mahá Chohán, debe ser reconocido como el centro de cada programa social, educativo, médico y familiar. Se debe invocar

su llama y conciencia, como el pilar de fuego en medio de la vida en comunidad. Se deben enseñar sus disciplinas, extender su Amor con sentido práctico e inspiración espiritual. Deben expresarse sus enseñanzas por medio del ejemplo, de corazón a corazón, porque el rebaño que recibe el alimento debe, sobre todo, encontrar alimento para el alma, siquiera obtenido de manos de pastores laicos que entienden que la causa que se esconde detrás del aburrimiento, la apatía o la violencia entre los pobres, es la falta de satisfacción profunda del alma y de contacto con la Verdad. Por lo tanto, acércate a los necesitados con Amor, Verdad y Amistad, y los santos ángeles trabajarán contigo para obtener victorias grandes y pequeñas. Tu recompensa y tu bendición serán la sonrisa de la autoestima, la capacidad de valorarse uno mismo por parte del que no sabía quién era hasta que lo amaste.

La Verdad destrona a los engaños doctrinales Deberíamos estar agradecidos de saber la Verdad y escucharla; y reconocerla cuando la oímos quienquiera que la diga o comoquiera que se diga. Porque lo que llamamos la mentira del demonio significa, por supuesto, todos los paliativos de la religión y la filosofía que pretenden justificar la conducta del hombre, la idea de que alguien diga: Bien, Dios me ama tanto que me va a dar un salvador para salvarme de mis pecados. ¡Ya lo hizo! Te dio tu Santo Ser Crístico. Jesús vivió y expresó el Santo Ser Crístico de su ser. Fue elevado para que él pudiera atraer a los hombres a Dios. Pero es dentro de ellos mismos donde deben dirigirse para conocer a Dios. No pueden conocer a Dios a través de los ojos de otro, a través de las palabras de otro, a través del espíritu de otro, sino sólo a través del Espíritu

del Dios viviente, anclado en la chispa de Vida que identificamos como llama trina. Si no fuera así, Jesús no habría advertido a sus discípulos de los Cristos y profetas falsos, quienes iban a mostrar grandes señales y maravillas, y sus seguidores iban a pronunciar con gran fanfarria: «¡Mirad, está en el desierto!» o «¡Mirad, está en los aposentos!» De estos aduladores Cristo dijo: «No lo creáis» (no les sigáis).60 ¿Recuerdas su instrucción a los fariseos acerca del reino venidero? «El reino de Dios no vendrá con advertencia; ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino [la conciencia] de Dios está entre vosotros».61 Ahora, pregunto, dama o caballero: si todo el reino de Dios está dentro de ti, ¿no está incluido en eso Dios y Su Cristo? ¿No incluye al Padre y a su Hijo? ¿No son ellos gran parte del reino? ¡Naturalmente que sí! Bien, la gráfica de tu Yo Real plasma cómo el reino de Dios puede estar y verdaderamente está en ti. Está dentro de todos nosotros. Muestra a Dios y a su Cristo individualizado en cada uno. Somos gotas del océano, cada uno el punto de contacto con la poderosa Presencia YO SOY y el Yo Crístico. Sí, amado mío, el reino de Dios y su Cristo y su reino triunfal están dentro de ti. Y no temas, la consoladora llama del Espíritu Santo está ahí también. Ahora dime quiénes son los falsos pastores de la Palabra que niegan que el reino de Dios —el reino de Su Mente Universal— y todo lo que está en éste se encuentra dentro de ti. Ten cuidado con ellos, porque son los impíos en quienes los fuegos de la creación se extinguieron hace mucho tiempo por haber negado a Dios en ellos mismos así como en ti. Son los mercenarios que huirán cuando más los necesites. Sin duda, huirán cuando Cristo venga a juzgarlos por su infamia (sus numerosos pecados de falta de verdadera caridad) en contra de tu alma. Pero, en tu adversidad, sabe que Dios está en ti, y tu

verdadero pastor, tu amado Cristo, te guiará, acompañado de ángeles, hacia lugar seguro.62 La mentira satánica de que sólo hay un Hijo de Dios, una sola manifestación de su Cristo, y que todos los demás somos pecadores y que sólo tenemos una vida, una oportunidad de salvación y luego el cielo o el infierno, ha causado tanta confusión en el mundo que, como consecuencia de la omisión de esta enseñanza perdida, muchas de las iglesias se han involucrado en actividades que son severamente criticadas hasta por sus propios miembros. Este engaño ha sido impuesto a la gente por medio de falta de entendimiento de la ley del karma, de la ley de necesarios nacimientos, y la consecuente incapacidad de reconocer la idea perfectamente natural de ponerse y quitarse el abrigo del cuerpo. Con frecuencia me pregunto si los dueños de las funerarias serían los que introdujeron esta doctrina. A veces pienso que la escribió algún gracioso empresario de una funeraria. No lo sé.

Reencarnación: la misericordia y la justicia de la ley Toma el ejemplo de un bebé que la madre lleva en su vientre. Surge de la fusión del esperma y el óvulo y, en un período de gestación de nueve meses, se convierte en un niño completo con todos los órganos en su lugar, funcionando con precisión divina cuando llega y ocupa su lugar en el mundo, una vez que se corta el cordón umbilical y empieza a respirar. Tarde o temprano, este niño llega al punto de abandonar su cuerpo, cuando el espíritu que anima la forma está listo para partir. Ahora bien, sospechar siquiera que Dios, que fue capaz de producir el bebé en primera instancia, sea incapaz de tomar ese mismo espíritu y ponerlo en otro cuerpo, es simplemente absurdo.

¡Qué desperdicio! ¿Por qué iba un alfarero inteligente a romper el molde del alma cada vez que el cuerpo se gasta, cuando su uso no tiene fin? Mi madre no creía en la reencarnación. Estaba horrorizada cuando descubrió que yo sí creía. Ella era víctima de un sistema que promovía la idea de que vivimos sólo una vez. Y, por esa idea, los hombres con frecuencia se ponen en situaciones muy difíciles, algunas de ellas muy interesantes. La gente dice que vive sólo una vez. Bueno, pues si eso es verdad, ¿qué le pasa al niño que muere a la edad de tres años? ¿Y qué pasa con el bebé, el pequeño de céreo rostro que yace muerto en los brazos de la madre al nacer? ¿Y qué hay del hombre que vive veinticinco años y luego fallece? ¿O de aquéllos que mueren por su patria en el campo de batalla? ¿O el hombre que vive hasta los ciento diez años y dice que ha tenido cinco esposas y fumado y bebido toda su vida y atribuye su larga vida a toda esa emoción y diversión? ¿No te parece que debería haber cierta igualdad a los ojos de Dios, cierta igualdad en la longevidad de la persona si todos viviéramos sólo una vez? ¿Por qué no tenemos todos la misma cantidad de tiempo, si tal es el caso? Pues bien, el cielo no está preocupado. El cielo cierra los ojos a ello porque nuestra vida no está en el cuerpo. Nuestra vida está en el alma y ésta puede cambiar de vestido tan a menudo como lo desee o tan a menudo como la vida (el karma y el plan divino) lo considere necesario. Y, realmente, ésta es una gran bendición. Me acuerdo de que, en varias ocasiones, he pedido la misericordia de Dios para que se lleve a alguien que está en un cuerpo resquebrajado por el intenso dolor y sufrimiento que estaba pasando esa persona, sin esperanza de recuperarse. Esto

se aplica especialmente a casos de víctimas de accidentes cuando están en un estado fatal. Si no hay esperanza, ¿no es maravilloso que el alma pueda pasar por ese cambio? ¿No es maravilloso que la conciencia pueda dejar el cuerpo y no tenga que permanecer ahí para sentir el dolor de miembros heridos o mutilados sin arreglo? ¿No es estupendo que la Vida, en su gran misericordia, pueda suavemente elevar al alma del cuerpo y luego, transcurrido el tiempo debido, la coloque suavemente en el vientre de otra mujer? Mi madre estaba en especial preocupada porque, como decía, «no me gusta la idea de ser otra persona». Bueno, querido corazón, nunca puedes ser otro que no seas tú mismo. ¡Sería imposible! Si de pronto padecieras amnesia (Dios no lo quiera) y luego recuperaras la memoria y descubrieras que te habías casado mientras sufrías de amnesia, como ha sucedido —y tuviste tres o cuatro hijos y luego encontraste a tu primera esposa— realmente tendrías una doble vida pero, aun así, serías la misma persona. Así que no cambia nada ¿verdad? Plantéatelo de este modo. ¿Eres una persona diferente porque te pones un traje diferente? ¿No crees que tus verdaderos amigos te aman por lo que eres y no por la ropa que te pones? Así es. Los amigos de corazón que lo han sido durante siglos se reconocen unos a otros sin importar qué abrigo llevan puesto. Nada más asiste a una conferencia de Summit University y verás. Es como una reunión de antiguos alumnos. La gente se reconoce a simple vista aunque no se haya visto en esta vida. ¡Y unos cuantos han encontrado a su llama gemela o alma compañera sentada junto a ellos en alguna de nuestras clases! No me digas que las personas no saben quiénes son sus amigos (o enemigos) sólo porque visten diferente. Eso no es cierto. Resulta muy interesante cuando te paras a pensarlo. Sin embargo, tenemos que entender nuestra corriente de vida de

acuerdo con su finalidad innata, como una continua corriente de conciencia que se mueve dentro y fuera de muchos planos y sistemas de mundos, siempre llevando la vestimenta apropiada para la misión.

El Cristo viviente es el salvador universal Cuando entendemos al Cristo en la perspectiva adecuada, tenemos que darnos cuenta de que se previó la salvación del hombre desde la creación del mundo: a través del Cordero de Dios, quien fue «muerto», como Jesús reveló a Juan el Revelador, «desde el principio del mundo».63 Lo que esto significa es que Cristo, la Luz de cada hijo e hija de Dios, ha sido perseguido hasta la muerte desde el principio de este mundo como lo conocemos ahora, sometido como está a la civilización de Caín de los ángeles caídos. El Cristo viviente —manifestado a sí mismo en hombres de Dios como el gran sacerdote/rey Melquisedec, quien vino y encontró a Abraham retornando de la matanza de los reyes y lo bendijo, él que no tenía ni padre ni madre, ni principio de días ni fin de vida64— es siempre el Salvador Universal que hace que Dios y Su salvación sea accesible a los suyos por medio de sus mejores servidores. Así fue Jesucristo desde el principio. Así fue el Logos universal. Él estaba con el Verbo que vino desde el principio y creó todas las cosas. Él mismo sabía que su Realidad era una continuación, así como tu alma sabe que su Realidad existe desde el principio. Así, él declaró: «Antes que Abraham fuera, YO SOY», con la total percepción de que «YO SOY» en él siempre había sido el Cristo. Y él también sabía que la parte permanente de ti era y es ese mismo Cristo. Sí, un Cristo Universal (el Hijo), pero muchos hijos e hijas de Dios encarnados y personificando a ese Uno.

No obstante, él se equipara y se relaciona con el Santo Ser Crístico de cada uno de nosotros. Ésta es la conciencia «YO SOY él»65 del Cristo perpetuo que Jesús mantuvo. Dios no hizo un amado Hijo con forma humana. Hizo a todos amados hijos con forma humana y un «unigénito del Padre»66 en el sentido espiritual de que había sólo una e-man-ación —emanación— del corazón de Dios, que se conoció como el Logos, o el Verbo, cuya imagen habita en cada corazón. Esta personificación del Uno Universal dentro de ti (el Emanuel) se manifiesta como tu Santo Ser Crístico. Jeremías llamó a este Cristo personal el SEÑOR JUSTICIA NUESTRA67. Él sabía que nuestra justicia (nuestro modelo de acción correcta) debe venir de la Presencia del Señor dentro de cada uno; para no convertirse cada hombre en su propia ley frente a su yo humano. De modo que sin Cristo en nosotros no tenemos esperanza de elevarnos más allá del potencial humano. Por lo tanto, Pablo dijo: Cristo en vosotros es la esperanza de gloria68, porque él es la única esperanza y él único medio por el cual el alma puede glorificar a Dios en sus miembros. Ahora bien, si aprendieras a leer las escrituras como es debido, verías que Juan lo pone de manifiesto claramente. Dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios […]. Todas las cosas por él —el Cristo— fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho […]. Yo y el Padre uno somos […]. Antes que Abraham fuese, YO SOY».69 Podéis ver que el Cristo precedió a Jesús. Y Jesús, el hombre, se convirtió en Cristo en manifestación. Es decir, él personificó al Cristo por la asimilación (y la asunción) del Verbo.

La romanización de Cristo y el cristianismo

Al mirar retrospectivamente la evolución de la teología cristiana, debería observarse que fue el emperador Constantino el que hizo más que nadie para introducir las sutilezas de preceptos perniciosos en el cristianismo. «Si no puedes vencerlos, únete a ellos», dijo. ¡Fue maquiavélico antes de que Maquiavelo naciera! Que los fines de la dominación mundial justifiquen los medios de una aparente libertad religiosa. Durante el imperio de Diocleciano, en la última y más severa fase de la persecución, las catacumbas de Roma estaban llenas de cristianos renegados. Constantino, viendo que los viejos dioses de Roma estaban perdiendo su popularidad porque tanta gente se estaba convirtiendo al cristianismo, decidió: «No puedo vencerlos, así que me uniré a ellos». Mientras estaban compitiendo por el control del Imperio Romano en 312 d.C., según la leyenda cristiana, Dios le dijo a Constantino en un sueño que sus soldados pintaran el Chi Rho (un símbolo cristiano consistente en las dos primeras letras de la palabra griega que significa Cristo) sobre sus escudos; y, a consecuencia de ello, ganaron una batalla decisiva. Llegó a derrotar a su rival y pasó a ser el «santo» emperador romano Constantino, a quien se le ha pintado con sus regias vestimentas celebrando ritos cristianos y declarando que era cristiano a pesar de que toleraba los cultos paganos de esos tiempos, los cuales usaba con fines políticos, esto es, unificar el imperio. Hasta este día se le recuerda por haber ‘liberado’ a los cristianos y ‘cristianizado’ el imperio. De hecho, él y sus secuaces ‘romanizaron’ a Cristo y al cristianismo. El grado al que Constantino trató de sintetizar el cristianismo y el paganismo puede verse en uno de los medallones conmemorativos del emperador, que lo muestra con un monograma del Chi-Rho en su casco y un carro romano con el Sol Invictus (dios pagano del sol) abajo70. Además, el autor Ian Wilson nos dice: «Hasta qué punto se habría divorciado a Jesús, en las mentes cristianas occidentales, del judío de la Historia, queda ilustrado de manera contundente en un retrato de él sin

barba, con aspecto de Apolo, en un mosaico que antaño decoró el suelo de la villa romano-cristiana de Hinton St. Mary en Dorset. Sólo el monograma del Chi-Rho lo identifica como Jesús».71 ¿Y qué enseñaban? Enseñaban lo que cabría esperar que los romanos enseñaran. Presentaban a Jesús como a un dios. Llevaron a la gente por el mal camino enseñándole un culto de idolatría más satánico que cristiano. Le enseñaron a adorar a Jesús como un mártir y un Mesías de carne y hueso. Así como Constantino, en la tradición de sus predecesores, llevó de por vida el título de pontifex maximus, sumo sacerdote de los cultos paganos respaldados por el Estado, también llevaba con singular pompa su cargo y poder en la iglesia cristiana. En 325, cuando la amarga controversia arriana amenazaba cisma en la iglesia —y con éste la meta de Constantino de un «imperio universal» por el que había trabajado largo y tendido—, el emperador convocó el primer concilio ecuménico con más de 300 obispos en Nicea, hizo que el Estado pagara todos sus gastos y los alojó en su palacio. El propio Constantino presidió la sesión de apertura del concilio y participó en los debates. El conflicto se centró en Arrio, pastor de la iglesia de Alejandría, quien enseñaba que Jesucristo no era eterno ni igual que el Creador, sino que, como el Logos, fue el primero y más elevado de todos los seres creados —«divino sólo por participación», por la gracia de Dios72—, mientras que sus adversarios afirmaban que el Hijo era «de la misma sustancia que el Padre». «En los términos más simples, la cuestión discutida era si Jesús era tan sólo un ser […] que había venido para servir al propósito de Dios —actuar como el ‘verbo’ de Dios— durante un tiempo determinado en el primer siglo d.C., o si había sido Dios por toda la eternidad, ‘de la misma sustancia que el Padre’ (como lo expresaban los occidentales)», escribe Wilson. «Si era lo segundo, era efectivamente una eternidad supraterrestre fácilmente compatible con Sol Invictus, pero a años luz del Jesús visualizado por Arrio y los de Antioquía»73, quienes eran

partidarios de Arrio y resaltaban el elemento humano como distinto del divino en Jesús. Cuando todo se había dicho y hecho, el concilio rechazó la posición de Arrio e, instado por Constantino, adoptó el credo niceno: Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador de lo visible y lo invisible; creemos en un solo señor Jesucristo, el Hijo único de Dios creado del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, hecho de la misma sustancia del Padre. Por quien todas las cosas fueron hechas, así en la Tierra como en el Cielo. Y por nosotros y por nuestra salvación bajó [del cielo] y fue encarnado y se hizo hombre. Padeció y al tercer día resucitó y subió a los cielos. Y vendrá de nuevo a juzgar a los vivos y a los muertos. Y [creemos] en el Espíritu Santo. Y quienquiera que diga que hubo un tiempo en que el Hijo de Dios no existía, o que antes de ser engendrado no era, o que fue hecho de cosas que no fueron, o que es de una sustancia o esencia diferente [del Padre] o que es una criatura, o sujeto a cambios o conversión; todos los que digan eso, los anatematiza la Iglesia Católica y Apostólica.74

Lo esencial de la controversia sobre el credo niceno, que continuó durante cinco décadas más hasta que el Primer Concilio de Constantinopla condenó una vez más toda clase de arrianismo, fue el uso de la palabra homoousios («de una sustancia») para definir la relación entre Jesucristo y el Padre, la cual se cree que se introdujo en el credo a sugerencia del propio Constantino.75 Atanasio, el patriarca de Alejandría y principal defensor de la ortodoxia nicena, escribió más tarde que la intención del credo fue demostrar que «el parecido del hijo con el Padre y su inmutabilidad son diferentes de los nuestros: porque en nosotros es algo adquirido, y surge de nuestro cumplimiento de las órdenes divinas».76 Sólo dos de los obispos de Nicea rehusaron firmar el credo. Junto con Arrio fueron anatematizados («maldecidos») por el concilio y exiliados por edicto de Constantino, quien también ordenó que todos los libros de Arrio fueran quemados bajo pena de muerte. Después de regresar a sus lugares de origen, algunos

de los obispos expresaron su remordimiento por haber consentido la nueva fórmula. «Cometimos un acto impío, oh Príncipe», escribió Eusebio de Nicomedia a Constantino, «al suscribir una blasfemia por miedo a ti».77 «Aunque ningún evangelio consideraba a Jesús como Dios y ni siquiera Pablo lo había hecho, el maestro judío había sido declarado Dios verdadero por toda la eternidad, y toda una nueva teología surgiría de ahí», señala Wilson, indicando que hasta en el Evangelio de Juan, «el que tenía la mayor tendencia a hacer a Jesús divino», consta que Jesús afirmó: «voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo».78 Nicea fue realmente un punto de inflexión en muchos aspectos. La participación de Constantino en asuntos de la Iglesia también creó un precedente en cuanto a que los concilios de la Iglesia se mantuvieran a la cabeza de asuntos civiles. Nicea «constituyó la sustitución del paganismo por el cristianismo como expresión y apoyo religiosos del Imperio Romano», observa el historiador Will Durant. «Por su ayuda [de Constantino] al cristianismo, éste se convirtió en estado, además de iglesia, y moldeó durante catorce siglos la vida y el pensamiento de Europa».79 A continuación podemos preguntarnos: ¿Quién le dio derecho al emperador romano para decidir la doctrina cristiana? Sin embargo, en los siglos que siguieron al gobierno de Constantino, esa pasó a ser la tradición, como podemos ver claramente en el caso del emperador Justiniano I, en el siglo VI. Justiniano también desempeñó un papel preponderante en las continuas controversias acerca de los aspectos divinos y humanos de Cristo. Promulgó sus propios edictos que condenaban las doctrinas de aquéllos a quienes tildó de «herejes» y luego convocó los concilios de la Iglesia para que hicieran lo mismo. Orígenes de Alejandría fue uno de aquéllos a quienes condenó. Por extraño que parezca, las afirmaciones aparentemente paradójicas de Orígenes sobre la naturaleza de Cristo fueron usadas por ambos lados en la controversia arriana para respaldar sus puntos de vista. Entre las principales

acusaciones contra este eminente teólogo mediante las cuales Justiniano y el quinto concilio ecuménico anatematizaron sus enseñanzas tres siglos después de su muerte, se hallaba la acusación de que, como Arrio, Orígenes había hecho al Hijo inferior al Padre. Sin embargo, esta teología no fue tan simple. Un autor resume esta cuestión: «Orígenes enseñó que Cristo era el Hijo unigénito de Dios y que, puesto que el Padre siempre había existido, Éste nunca pudo haber existido, ni por un momento, sin haber engendrado al Hijo, el cual, por lo tanto, es coeterno con el Padre y existió antes que todos los mundos […]. Al parecer, Orígenes también decía que Cristo es una criatura, y que, como la imagen del Padre, es secundario respecto a este último y está subordinado a Él».80 Otro observador de las controversias en torno a Orígenes observa que «las acusaciones contra Orígenes quedan reducidas a la de que su teología resultó adulterada por su filosofía […]. La distinción entre lo que Orígenes realmente dijo y las opiniones que se creían implícitas en lo que dijo se empezó a perder. Y no se hizo ningún intento para distinguir el pensamiento del propio Orígenes de lo que sus seguidores interpretaron después».81 Así, la religión de Roma que había elegido por mayoría a Cristo como la nueva cabeza de su secta pagana siguió su camino. Sus defensores legaron a todos los católicos la droga del Viernes Santo: una obsesión por el crucifijo. ¡Y, a menudo, un crucifijo sangriento! Era un culto a la muerte envuelto en el perpetuo luto de la vía dolorosa. ¡Incumplieron en todo momento la obligación de instruirlos cuidadosamente en el catecismo de la dichosa salvación por la victoria jubilosa de Jesús sobre la Muerte y el Infierno a través del Cristo viviente dentro de ellos! Enseñaban a los hombres a adorar —«¡Adoremos!»— a Jesús el hombre, ignorando completamente la Divinidad Universal que él representaba: la Divinidad Universal disponible que todos pueden reclamar en nombre de Jesús. El mensaje claro de Jesús es: Comoquiera que Cristo es

elevado en mí, él será elevado en ti, mientras que en la jerarquía católica y en los rituales a Dios y a Jesús se hacía caso omiso la mayoría de las veces de los principios y el amor de Cristo. La historia de la Iglesia ha demostrado que la ortodoxia por sí misma ha sido incapaz de alimentar a las ovejas con el verdadero Pan de Vida que vino del cielo en la persona pura de Jesucristo. Tan sólo mira las pruebas históricas de este engaño satánico. Desde el principio de la era cristiana, por toda la civilización occidental, encontramos las páginas de los libros bañadas en sangre a causa de guerras religiosas, cruzadas, persecuciones e inquisiciones instigadas por la semilla de Satanás entre nosotros, cuya única meta fue y es destruir la verdadera doctrina y divinidad de Cristo como un potencial presente en todos los hijos de Dios, divinidad que fue la Deidad completamente hecha realidad, la cual vivió físicamente en Jesús. Y la Iglesia ha sobrevivido, a pesar de su jerarquía materialista, solamente gracias a los santos que han encarnado al Verbo viviente frente a un clero corrupto o estupefacto. Ya basta. Te voy a contar otro de mis relatos de Pierre, lo que me trae a la mente, cuando menos, una razón por la que las doctrinas de la reencarnación y el karma fueron omitidas. Bien, como las personas sabían que habían vivido antes y que volverían a vivir otro día para alcanzar la salvación, se volvieron un poco descuidadas, algo independientes con respecto a la religión de miedo, pecado, castigo, fuego infernal y azufre; que no es la religión de Cristo sino la de Satanás. Decían: —Pierre, ¿vas a ir a la iglesia hoy? —No, no voy a la iglesia hoy. Ya no vuelvo a ir en toda mi vida. —¿Por qué no, Pierre? —Porque voy a ir en mi próxima vida, por eso. Así, los sabios y astutos sacerdotes consideraron conveniente,

para mantener el control y un justo sustento («el fin justifica los medios»), alterar la doctrina de Cristo y las sagradas escrituras. Eliminaron la gran verdad de la ley de la reencarnación y el karma porque según decían, «las masas ignorantes no pueden entender esta enseñanza. El populacho no comprende la Ley. La mantendremos como un misterio. Les daremos el pan —sólo el que necesitan para subsistir en esta vida— y guardaremos el vino, la Verdad esencial, para nosotros (en secreto)». No transmitieron la Verdad a la gente normal porque con ello se hacía mucho más difícil controlarla. Además, resultaría obvio para la gente, si le enseñaban la Ley, que los propios clérigos no la obedecían ni veneraban a Cristo en su corazón. Eran incapaces de transmitir la Ley porque ellos mismos no la vivían y, es más, en muchos casos ¡no la conocían! Ellos también eran víctimas de los ciegos que guiaban a los ciegos. Porque, con el paso de los siglos, la ignorancia había engendrado ignorancia, y la densidad, más de sí misma. Había corrupción en la Iglesia y por todas partes. No sorprende que Jesús advirtiera acerca de los intelectuales sin corazón, los escribas y fariseos quienes aún proscriben con la autoridad de Moisés y no demuestran las buenas obras del Ungido.82 Del mismo modo, sigamos la Ley Universal y permanezcamos impasibles ante la esterilidad de los falsos sacerdotes. Y no permitamos que estos falsos predicadores nos quiten el cáliz de nuestra Cristeidad o nos separen de la verdadera religión del Señor. Los que sabemos la Verdad debemos proclamarla y vivir de acuerdo con ella y dar el ejemplo del camino del Amor, su Amor. Porque él dio su Palabra a nosotros: «¡Y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres!».83

La era de la apostasía y de un Dios airado no ha terminado Hoy tenemos un mundo mejor que el que había entonces. Y ¿sabes una cosa? Algunos de nosotros hemos albergado grandes ilusiones acerca de la Historia. Creemos que, porque amamos a Jesús, porque amamos a Dios, porque respetamos la Verdad, ellos vivían de maravilla en aquel entonces. Te digo que la era de la apostasía fue realmente una época oscura. E invadió a la Iglesia. Y luego también expuso la figura de un Dios airado, un Dios de ira, de relámpagos y truenos, quien constantemente trataba de echar a las almas de los hombres al infierno de donde nunca pudieran escapar. Ese fue el retrato que el demonio realizó de nuestro Padre celestial. Sin embargo, tú y yo sabemos que hay gente en el mundo hoy día, padres y madres, cuya hija ha regresado a casa encinta sin la bendición de un anillo de casada. Y estos padres han aceptado a su errante hija en su casa. Algunos de ellos hasta han criado al niño y caminado orgullosamente por la calle con su nieto, quien a los ojos de muchos individuos del mundo no era gran cosa. Bien, esto hace al hombre mucho mejor que a Dios. Puede perdonar, pero Dios es un Dios de ira que echará a la gente para siempre. ¡Esto no es verdad! Nunca ha sido verdad. El hecho de que los hombres hacen sus cielos y sus infiernos fue muy bien descrito, a mi juicio, por el gran escritor Omar Khayyam, quien señaló: «Envié a mi alma a través de lo Invisible, para escribir una carta de la otra vida; y más tarde mi Alma regresó a mí, / y respondió: ‘Yo misma soy Cielo e Infierno’»84. Nosotros mismos ocupamos la conciencia de ese cielo o infierno que hemos creado. Debo admitir que no podría explicar en una noche cada faceta de esta Gran Ley de manera satisfactoria para todas las mentes. Pero tráeme cualquier hombre o mujer en esta Tierra que quiera

escuchar y dejar de lado sus ilusiones y confusiones, y le enseñaré la Ley que Dios me ha revelado claramente. Él ha revelado que este universo, así como tu alma, es un lugar de gran belleza, belleza intensa, y que este mundo no sería lo que es hoy si se hubiera ensalzado la Verdad. Me ha mostrado que la Iglesia fue invadida hace siglos por los ángeles caídos, quienes fueron echados del cielo para encarnar físicamente, de modo que pudieran resolver su karma en la Tierra por su pecado contra los Hijos de Dios. En lugar de llevar a cabo su justa penitencia como una continuación de la oportunidad de la Vida, se introdujeron en la Santa Iglesia para proseguir con su blasfemia contra el Hijo traicionando a sus pequeños. Así, los hijos del corazón de Dios, quienes merecían tener verdaderos pastores y confiaron en estos lobos vestidos de ovejas85, se han desviado de la doctrina. Y, a consecuencia de ello, a muchos de los ministros actualmente se les enseña desde la niñez a creer las mentiras de la Serpiente como si vinieran de la boca de Cristo. Se les enseña que vivimos sólo una vez y luego morimos y ése es el final nuestro, y que somos juzgados, por tanto, de acuerdo con esa vida. Si somos buenos, vamos al cielo; y si somos malos, vamos al otro lugar. Esto es lo que les enseñan. Los pastores falsos toman la parte de las escrituras que dice que está establecido a los hombres que mueran una vez y después el juicio86, y sobre esto pegan su doctrina falsa de una sola encarnación, aunque no diga que se le da al hombre sólo una vida. Ahora bien, lo que realmente significa es que el ego debe morir, y muere sólo una vez, y después el alma puede obtener la resurrección por medio del justo juicio de Dios. Pero hasta que el libre albedrío no mate al ego, éste sigue viviendo encarnación tras encarnación. Es evidente que para muchos el ego no muere cuando el cuerpo muere. Por eso el alma debe volver a nacer en Cristo87, esta vez para destruir a ese morador en el umbral88 de

una vez por todas y, así, obtener la inmortalidad. En realidad, amado, porque Dios amó tanto a nuestra alma como a la Suya, nos ha dado muchas, muchas oportunidades de regresar a Su corazón mediante la amorosa obediencia a Su Hijo. No tenemos un Dios airado. ¿Sabes quién se enoja más contigo cuando haces algo malo? Te voy a decir quién se enoja más contigo cuando haces algo malo: tú. Te enojas contigo mismo. Tú eres el dios más airado contigo de todo el universo. Y esto también es fruto de la doctrina diabólica del pecado y la condenación. Decimos que somos una nación cristiana y que somos un mundo cristiano y que ésta es una era cristiana; es más, decimos anno Domini, el año de nuestro Señor 1986. ¿Y dónde está el Señor hoy? Madalyn Murray O’Hair dijo en la década de 1960 que no tenemos derecho a rezar, ni en la escuela ni en el espacio89. La voz de una mujer influyó en los estúpidos e idiotas que ocupaban altos cargos en nuestra sociedad. ¿Por qué? Porque desde sus asientos de autoridad ellos también promulgan la doctrina del demonio; ya sea por ignorancia o con premeditación, el resultado es el mismo: la oración se ha prohibido en las escuelas públicas, perjudicando, sin necesidad, a una generación de niños. «En Dios confiamos» está escrito en nuestras monedas. La estatua de la Diosa de la Libertad sostiene en alto su antorcha en el puerto de Nueva York. Ella todavía está gritando: «Traedme a los cansados, los pobres, las masas apiñadas que tratan de respirar libremente…». Sin embargo, esta sociedad moderna comprime a los individuos, como autos viejos que se prensan para apilarlos, apretándolos con vibraciones negativas que luego se mezclan en su mundo hasta que ya no se pueden levantar. Si el cristianismo es hoy la religión de Cristo, que alguien por favor me diga ¿dónde está la verdadera transmisión, por parte de sus seguidores, del fuego del Espíritu Santo que todo lo consume,

el Consolador prometido que iba a venir para la salvación de sus amados seguidores?90

Cristo, la Ley, el

YO SOY

en cada hombre

No te desanimes, ¡la llama está todavía avivada! La llama continúa respirando, aun cuando los devotos se hayan ido. Y la llama es la Verdad. Eso es lo que proclamamos: El Cristo está dentro de cada hombre. Él es una chispa en algunos y un tizón ardiente en otros. Puede avivarse en ti, y es el Salvador de la humanidad. Jesús el hombre, quien fue y es el Hijo de Dios, es tu hermano mayor. Él no se ofende en absoluto por este concepto porque la Verdad es lo que él representa. Mesías, sí, pero todos estamos destinados a ser un mesías, todos nosotros, todo el mundo. Cada uno a su propia manera puede convertirse, por medio del Mesías, en un liberador y un líder en la causa de Cristo, con la esperanza de que la chispa de la Vida pueda volverse a prender en plena conflagración dentro de aquéllos en quienes está a punto de apagarse. Como mencionamos antes, citando el Libro a los hebreos, Dios hizo un nuevo pacto con la semilla de Abraham, quien es la semilla del Cristo Universal que descendió del Anciano de días. Ellos son los vivos, definidos no por su raza o su religión, ni por sus antepasados humanos, sino por la chispa divina y la Luz interior. Presentamos aquí las Enseñanzas Perdidas de Jesús en la interpretación que hace el Señor de su promesa a los redimidos del Gran Yo Divino: Daré mi Ley —que significa el Logos, «mi Cristo»— en sus entrañas (en sus genes) y la escribiré en sus corazones (grabaré en cristal, en letras de fuego vivo en la cámara secreta del corazón, la imagen de Cristo, según la cual estás hecho) y seré yo a ellos por Dios (seré para ellos el omnipresente YO SOY).

El Dios personal, que se convierte en la propiedad de cada individuo, es la amada poderosa Presencia YO SOY, la cual ves aquí en la gráfica de tu Yo Real. Éste es tu Yo Divino, tu amparo personal y tu fortaleza (Fuente de energía), un «auxilio en las tribulaciones», como dijo el salmista.91 Y ellos me serán por pueblo. Tú eres el «pueblo de Dios», su propio hijo puro. Tú eres la persona de Dios —su yo personal en la Tierra— así como él es tu Yo Real en el cielo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor. Ya no enseñará cada hombre a su prójimo quién es el Señor; porque el Señor, y aun la poderosa Presencia YO SOY, serán conocidos por hombres y mujeres como «mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios».92 De este modo explicó Jesús la Presencia a su amada María Magdalena la mañana de la resurrección. Verdaderamente, esta Verdad es la Resurrección y la Vida de cada discípulo de Cristo, esto es, del YO SOY EL QUE YO SOY. «Porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande», dijo el Señor. Desde la casta más baja hasta la más alta, desde los intocables hasta los brahmanes; cada uno tiene una Presencia YO SOY y un Yo Crístico. Y cada uno me conocerá como el Dios personal de los dioses verdaderos. Y porque me abarcarán y tendrán mi gran extensión en su vida, podrán contenerme y ellos estarán contenidos en mí. De ahí perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado93. Porque todo es Dios y todo está en Dios y es de Dios; y con este conocimiento, esta realidad y este amor, todo dejará de existir excepto el Yo y el Amado. Y cada uno se sentará debajo de su vid —su amado Yo Crístico — y debajo de su higuera, su propio Árbol de la Vida, la amada Presencia YO SOY cargada de los frutos de su cuerpo causal. Bien que todos los pueblos anduvieren cada uno en el nombre de sus dioses —su individual Presencia YO SOY—, nosotros con todos andaremos en el nombre del Señor nuestro Dios para siempre y eternamente.94 Y habrá un altar, un templo, un mundo; no de acuerdo con las Naciones Unidas, ni de acuerdo con el concepto babilónico de Nimrod de una economía mundial95, sino de acuerdo con la unión de corazones donde todos adoptan los ideales de su Presencia Divina y

se unen unos a otros mediante la Ley Universal del Uno. Éste es el sendero que lleva a la Vida abundante para todos; libre de los controles mortales de los conspiradores internacionales capitalistas y comunistas quienes, contando con la complicidad de los cambistas internacionales, están destruyendo el equilibrio económico de las naciones y la base de poder que pertenece a la gente.

«Mirad cuál amor» Oí a un hombre decir la otra noche: «No me importa lo que hayas sido, lo que me interesa es lo que eres hoy». Y esto es algo que deberíamos recordarnos a menudo. Vernos a nosotros mismos y a los otros como somos realmente en Dios, como Dios. Piensa en el misterio del Amor revelado a Juan a la luz de su percepción de la naturaleza idéntica de Dios y su prole. Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él. Muy amados, AHORA somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él apareciere, seremos semejantes a Él, porque le veremos como Él es. Y cualquiera que tiene esta esperanza en Él, se purifica, como Él también es limpio.96

Y ése es el requisito previo para ser como Él. Tienes que verlo como es. Tienes que verte como Dios te ve. Has de tener esperanza —la esperanza de Cristo en ti—, que es nuestra única esperanza. Porque nadie puede ser salvado a menos que Cristo viva verdaderamente en él. Por eso te estamos diciendo estas cosas y por eso es tan importante que tú se lo digas al mundo. Puesto que Cristo está en ti (el mismo ayer, y hoy, y por los siglos97), este cambio de ropa, esta encarnación diferente, no es

un problema en absoluto. No es un problema para Dios. ¡No es más problema poner tu alma en otro cuerpo que fue crearla en el principio! Ningún problema. Y es mejor que irse al infierno. ¿No lo ves? Tu reencarnación es verdaderamente una oportunidad, una continuación de la oportunidad que empezó cuando Dios al principio te concibió en Su Mente. Cuando eras simplemente una idea divina que reunía más de Su amor, envuelta en Su conmovedor concepto inmaculado de Ti. Seamos realistas. Detengámonos a pensar por un momento: si no estás listo para ir al cielo cuando hagas la transición —porque tienes unos cuantos apegos mundanos que superar—, ¿crees que las manos de Dios están atadas, que no es libre para darte unas cuantas décadas o vidas más a fin de que realmente venzas las cosas del mundo y sus atracciones y llegues al lugar donde de verdad quieres estar, allí arriba con los ángeles y los santos? El hecho de que no seas todavía un santo no quiere decir que seas un pecador recalcitrante y no es razón para que un Padre amoroso y sabio te eche al vertedero y ardas allí por siempre con el resto de los desperdicios. Ahora bien, decir que Dios tiene que enviarte al infierno si eres malo o que tiene que enviarte al cielo si eres bueno es hacerlo prisionero de una ley que Él nunca promulgó. Puede que decir gente «buena» o «mala» sea impropio para cualquiera de los dos extremos; y que una zona templada pueda ser lo que necesitan para evolucionar, de una manera u otra. Ahora ves por qué Dios mantiene la Tierra girando en el espacio. Tal vez no estemos ni «aquí» ni «allí», sino llegando ahí, dondequiera que esté ese «ahí». Pues bien, uno de los argumentos más sorprendentes que he oído a favor de ir al cielo en vez de al infierno lo expuso un predicador quien me dijo: «Si soy bueno y hago todo lo que la Biblia dice que debería hacer, Dios tiene que llevarme al cielo. Por Su propia ley, tiene que perdonar mis pecados». Bueno, amado corazón, Dios no tiene que perdonar tus

pecados y llevarte al cielo, así como tampoco tiene que enviarte al infierno. Él puede ponerte donde quiera. Un día quizás descubras que Él quiere ponerte en la Tierra otra vez para que termines lo que empezaste en tu última vida. Y puede que Él continúe mandándote allí hasta que termines la tarea y la hagas bien, como Él quiere que se haga. ¡Y lo hará te guste o no o creas en la reencarnación o no! Porque, a fin de cuentas, no es lo que crees lo que cuenta, sino es lo que Dios cree lo que hará que todo suceda. Y puedes estar seguro de que lo que el Padre haga, lo hará porque te ama. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías, más cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.98

La doctrina de la Iglesia sobre el pecado genera más pecado Una de las peores cosas que la Iglesia hizo fue enseñar la doctrina del pecado como la enseña, porque esa doctrina es la responsable de que se cometan más pecados que nunca. Si no lo crees, fíjate en un hombre que está endeudado. Está tan endeudado que no sabe lo que le va a pasar. Está a punto de declararse en quiebra. Este hombre saldrá —si tiene tarjeta de crédito— y comprará más cosas con su tarjeta de crédito que ningún otro, porque él sabe que puede declararse en bancarrota y no tendrá que pagar. «Jesús lo pagó todo. Todo se lo debo a él. El pecado había dejado una mancha carmesí. Él la dejó blanca como la nieve.»99 Pero, ¿qué hay de lo que dicen las escrituras de que si pecas a propósito después de haber recibido el conocimiento de la

Verdad, ya no hay modo de expiar los pecados? Y luego dice que sólo puedes esperar una horrenda esperanza de juicio y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.100 Consulta San Pedro, él lo dice como es. Habla acerca de los maestros apóstatas: los ángeles caídos sobre quienes Enoc, Juan el Bautista, Jesús y Judas también levantaron la mano derecha del juicio de Dios, por cuanto estos orgullosos habían agotado la gracia de la Ley misericordiosa. «Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado».101 No estoy menospreciando la Ley, pero creo que el delito es adecuado al castigo o el castigo es adecuado al delito, como quieras decirlo. Creo que un hombre ha de tener cierta inteligencia, cierta conciencia para saber que ha errado. Si un hombre yerra por ignorancia, pienso que las leyes de Dios traerán compensación a su umbral, pero no será la misma que reciba alguien que yerre a sabiendas. Creo también que el que yerra a sabiendas realmente no conoce la Verdad y posee todavía una cierta cantidad de ignorancia. Por lo tanto, se le da una cierta misericordia. Pero no creo en la ley de la misericordia como algunos han decidido interpretarla para su propio provecho o desventaja, según sea el caso. Aunque la misericordia de Dios dura para siempre, como dice la Biblia, creo también en lo que dice de que Su Espíritu no contenderá siempre con la carne.102 Creo que, si una persona continúa haciendo el mal una y otra vez, puede perder su alma o convertirse en un réprobo103, que puede pasar por la segunda muerte104 y dejar de existir como individuo en Dios (una «identidad» sin división) y no volver a

encarnar. Esto también está en las escrituras. Sí, lo creo y sé que es verdad. Porque también sabemos que eso ocurrió a Adolf Hitler y ha ocurrido a otros; personas cuyo karma era tan grande que aunque pasaran por una y otra ronda no podrían pagarlo todo. Así que éste también es un ejemplo de la misericordia de Dios que dura por siempre. Porque la cancelación del alma cuyo karma decreta que viva en tormento kármico por siempre es realmente misericordia. La misericordia de Dios que dura por siempre se concede a Sus amados, pero los demonios encarnados y ángeles caídos que vienen como traidores de la Palabra, que abusan sexualmente de los santos inocentes, deben algún día, después de agotarse el largo sufrimiento de la Ley, recibir toda la fuerza de la infamia de sus palabras y obras en contra de la Persona de Dios en sus pequeños. Este desenlace debe considerarse el producto final de la multiplicación de nuestras siembras y cosechas, las matemáticas de la Justicia Divina ordenadas por el ejercicio de nuestro libre albedrio, en vez de la gran escena final de la Oportunidad escrita de antemano por un Dios airado, vengativo y caprichoso. Quiero decir lo siguiente: que la gente que lleva una vida feliz y llena de alegría y paz, que tiene familia con pocas muertes prematuras, pocas tragedias, son muchas veces personas cuyas buenas obras (buen karma) han merecido grandes recompensas. Jesús dijo: «De cierto os digo, que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna».105 Bien, averigua cómo vas a recibir esa recompensa a menos que tengas más de una vida... Así que, cuando entiendas la Biblia como Dios la dijo, no sólo como la han interpretado tus padres, no sólo como algunos

predicadores te la han contado, sino como realmente es — incluyendo las partes más importantes que han quitado, pero que estamos recuperando ahora directamente de Cristo nuestro Señor, por medio de su Espíritu Santo; ¿lo ves? ¡no pudieron ocultárnoslo para siempre!— tendrás entonces verdadera libertad, la libertad para ser y para desposar a tu Yo Real. Y por eso te estoy diciendo estas cosas, porque tienes que descubrir el Sendero por ti mismo. Te puedo decir cosas que te den una pista, pero tú tienes que juntar las piezas. No se trata de aceptarme o rechazarme. No se trata de aceptar o rechazar lo que digo o lo que otro diga. Se trata de entender lo que es la Verdad. Por tanto, aquí no estamos en realidad ocupándonos de los Maestros, estamos ocupándonos de ti. De Ti y tu llama gemela y de cómo los espíritus de ambos vinieron desde el ígneo ovoide en el principio. ¡Oh, pero qué maravilloso relato constituyen los Maestros! ¡Qué maravillosa historia es la jerarquía celestial! ¡Qué maravillosa historia son las llamas divinas! ¡Qué maravillosa historia es la Verdad y la historia de la Verdad! De todos modos, no te lo puedo contar todo en pocas palabras. No te lo puedo decir todo en unas cuantas palabras. Podemos sólo abordarlo por encima, como lo hemos hecho aquí; y esto nos inspirará a buscar más allá, a aprender más y a entender la mayor esperanza de todas: que las leyes de Dios ya están operando dentro de nosotros.

Notas Para obtener una lista en orden alfabético de muchos de los términos filosóficos y jerárquicos usados en este libro, véase el extenso glosario que hallará en Estudios sobre Alquimia de Saint Germain (Porcia Ed., 2008). CAPÍTULO 1 1. Cuando Mark Prophet pronunció esta conferencia, usó la pronunciación hindi de las palabras kal y desh (del sánscrito kala y desha) en las que la última a de ambas palabra no se pronuncia. El modo alternativo de escribirlas sin la última a, como está en el título, conserva esa pronunciación y vibración para el lector de la palabra. 2. La rebeldía, que con frecuencia empieza a manifestarse a la edad de la pubertad, es en realidad rebeldía en contra del karma que retorna. En la mayoría de los casos, el karma del individuo desciende por primera vez a la edad de doce años, de modo que se ve obligado a tratar con los efectos de causas que él ha puesto en movimiento en vidas pasadas. El único alivio ante la implacable ley del karma a la que nos enfrentamos desde la pubertad, viene por la gracia de Cristo cuando lo recibimos como nuestro Salvador y Maestro personal en lugar de la Ley impersonal. La confirmación del niño en la Ley del Uno a la edad de doce a catorce años sirve para sellar el alma en el día del ajuste de cuentas con su karma, y para ungir al niño con las responsabilidades de la edad adulta. Esta iniciación —que conmemora la mayoría de edad de Jesús, cuando estaba hablando con los doctores en el templo (su examen final), y su viaje a Oriente en preparación para su misión— sirve para la confirmación de la Ley por medio del entendimiento, la enseñanza y la acción y dedicación del niño como defensor de la fe. Al desarrollar un profundo compromiso con la defensa de la Ley, está mejor preparado para enfrentarse al embate de su propio karma y a las tentaciones que vienen durante la adolescencia, si utiliza las energías puras de la vida que fluyen a través de él en la devoción a Dios. 3. Proverbios 3:12; 13:24; Hebreos 12:6-8; Apocalipsis 3:19. Las citas de la Biblia han sido tomadas de la Versión Reina-Valera (1960), a menos que se indique otra cosa. + En inglés, la palabra pensamiento se traduce por thought. [N. de T.] 4. Thoth: el Dios egipcio, también llamado Tehuti; el dios de la sabiduría, el aprendizaje y la literatura; el inventor de todas las artes y las ciencias, incluyendo escritura, aritmética, álgebra, geometría, teología, economía política, medicina, cirugía, música e instrumentos musicales. Generalmente se le describe como consejero y amigo de los gobernantes egipcios Osiris y Horus, el escriba del reino y amanuense de los dioses. Sucedió a Horus en el trono, y se dice que Thoth reinó más de tres mil años siendo un rey modelo, y que luego ocupó un lugar entre los dioses como guardián de la Luna, patrón de la Historia, heraldo, escriba y guardián de los archivos divinos. Además, es el registrador del juicio que pesa los corazones de los muertos y redacta el veredicto ante Osiris. A Thoth se le pinta como un ibis (un pájaro de la familia de la garza, con un pico largo encorvado hacia abajo) o como un hombre con cabeza de ibis; nunca se ha descubierto el significado de esta simbología. El arqueólogo James Churchward sitúa a Thoth en los días de la Atlántida, valiéndose de información que, según él, descifró de antiguas lápidas descubiertas en India y México; lo cual confirman más de cincuenta años de su propia investigación: «Lo primero que oímos acerca de la religión de Egipto es sobre un antiguo registro según el cual, unos 16.000 años atrás, Thoth, el hijo de un sacerdote atlante, instaló la colonia egipcia en la desembocadura del Nilo, y en Sais, a orillas del Nilo, construyó un templo y enseñó la religión de Osiris […]. Egipto era una subcolonia de la Madre patria [Lemuria] bajo el control directo del imperio colonial [Atlántida].» (The Sacred Symbols of Mu [Los símbolos sagrados de Mu] [1933; Paperback Library, 1968], págs. 197, 199). Los griegos identificaban a Thoth con su dios Hermes (el mensajero de los dioses, a quienes los romanos

asociaban con Mercurio) y con Hermes Trismegisto (que significa «Hermes, el tres veces grande»), autor de textos sagrados y obras alquímicas y astrológicas. En la famosa piedra Roseta, grabada por los sacerdotes de Ptolomeo V (180 a.C.), a Hermes se le llama «el grande-grande» o «dos veces grande». Hargrave Jennings escribió en su introducción a una de las obras existentes de Hermes, The Divine Pymander: «Los egipcios llamaron a Hermes TAT, TAUT, THOTH. Se concluye que, por su sabiduría y habilidad, y maravillados por su profunda destreza en las artes y las ciencias, el pueblo le dio el nombre de TRISMEGISTO, o el ‘TRES VECES GRANDE’ […]. Algunos han sido tan fantasiosos que lo han identificado con ADÁN», así como con Enoc, Canaán y el patriarca José. «Tal vez —a pesar de todas estas exageraciones, que son el destino de todos los hombres grandes y altamente distinguidos, quienes fueron deificados en épocas posteriores— el juicio más probable que cabe formarse con relación a él es que fue una persona genial, quien antes del tiempo de Moisés había inventado artes provechosas y enseñado los primeros rudimentos de la ciencia; y quien hizo que sus instrucciones fueran grabadas en figuras emblemáticas (jeroglíficos), en lápidas o columnas de piedra (obeliscos), que repartió por todo el país con el propósito de iluminar a la gente y de establecer la adoración a los dioses […]. »Otro Thoth, o Hermes, se dice que vivió en un período posterior. Fue tan alabado como el primero, y el término Trismegisto es particularmente apropiado para él. Según Manetón [un sacerdote e historiador egipcio, h. 300 a.C.], él [este segundo Thoth] tradujo de las lápidas de piedra grabadas, que habían sido enterradas, los caracteres sagrados del primer Hermes, y escribió su explicación en libros que fueron depositados en templos egipcios. El mismo autor lo llama el hijo de Agatodemon; y añade que a él se le imputa el restablecimiento de la sabiduría que enseñó el primer Hermes, y el renacimiento de la geometría, la aritmética y las artes entre los egipcios, después de que se hubieran perdido o abandonado mucho tiempo atrás […]. Se dice que escribió un gran número de libros, como comentarios sobre las lápidas del primer Hermes, que trataban sobre principios universales, sobre la naturaleza del universo y el alma del hombre; sobre el gobierno del mundo por los movimientos de las estrellas (en astrología); sobre la Luz Divina y su sombra […].» (The Divine Pymander of Hermes Mercurius Trismegistus, traducido por Dr. Everard [1650; San Diego: Wizards Bookshelf, 1978], págs. iii, iv, v). Manetón afirmó que Hermes escribió 36.525 libros y el filósofo neoplatónico Jámblico (330 d.C.) fijó el número en 20.000. Clemente de Alejandría, teólogo griego y padre de la Iglesia (215 d.C.) nombra 42 «Libros de Thoth» que tratan acerca de la educación sacerdotal, rituales del templo, geografía, astrología, guía para reyes, himnos a los dioses y medicina, todos los cuales se perdieron durante el incendio de Alejandría. Un autor escribe acerca del significado místico de Thoth: «En sentido místico, Thoth o el egipcio Hermes fue el símbolo de la Mente Divina; fue el Pensamiento encarnado, el Verbo viviente, el tipo primitivo del Logos de Platón y el Verbo de los cristianos». (Artaud, «Hermes Trismegiste», en G.R.S. Mead, Thricegreatest Hermes, vol. 1 [1906; Londres: John M. Watkins, 1949], pág. 27). 5. Mateo 27:33, 38; Marcos 15:22, 27; Lucas 23:32, 33; Juan 19:17, 18. 6. Nivel de agua: Nivel (utensilio) consistente en un tubo en «U» lleno de líquido hasta cierta altura; cuando ésta es igual en las dos ramas laterales, la rama inferior está horizontal; y, en cualquier caso, la línea que une las alturas en los dos tubos determina una línea de nivel. (Dicc. de uso del español María Moliner), voz «nivel». 7. Kahlil Gibran, El profeta (Nueva York: Vintage Español, 1999), págs. 94-95. 8. Mateo 5:28 9. Juan 13: 27

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Ákasha: sustancia primaria que llena el todo del espacio.

10. Véase Kyle Crichton, Subway to the Met: Risë Stevens’ Story (Garden City, N.Y.: Doubleday & Company, 1959), págs. 237-238. 11. Jeremías 31:33

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En inglés, desire. [N. de T.]

12. Génesis 1:1-3.

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«Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento, el día al día comunica el mensaje y la noche a la noche transmite la noticia.» Salmos 19:1, 2, traducción de la Biblia de Jerusalén.

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Para más información sobre la llama violeta, véase «La llama violeta para la realización divina», en el cuarto y último volumen de la serie Enseñanzas perdidas de Jesús, próxima publicación de Porcia Ediciones. 13. Robert Louis Stevenson, «Happy Thought» (Pensamiento feliz), A Child’s Garden of Verses (El jardín de los versos de un niño). (Varios editores)

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En inglés, se hace un juego de palabras entre self (ser) y elf (elfo) por su semejanza fonética. [N. de T.]

14. Mateo 7:9-11; Lucas 11:11-13. 15. Mateo 24:27, 30; Apocalipsis 1:7. 16. Apocalipsis 1:18 17. Apocalipsis 14:6 18. Hebreos 13:8 19. En la mitología babilónica, Tiamat es el principio femenino del caos (representado como el mar tumultuoso y anárquico o los poderes del agua salada) que toma la forma de un dragón. Se le describe como el enemigo de los dioses de luz y ley. Como cuenta la historia en la Epopeya babilónica de la Creación, Tiamat y su esposo, Aspu (el padre primitivo, una personificación del océano, el Profundo, los poderes de las aguas dulces), existían junto con su hijo, Mumu, antes de que los cielos y la Tierra fueran creados. Después de una sucesión de generaciones de dioses que salieron de Aspu y Tiamat, Aspu, enojado por estos seres turbulentos y ruidosos, quienes estaban perturbando su establecida paz, resolvió deshacerse de los nuevos dioses. Uno de éstos, Ea, se enteró y destruyó a Aspu antes de que pudiera ejecutar sus planes. La vengativa Tiamat se convirtió entonces en la temible enemiga de los nuevos dioses, hasta que ella y las fuerzas del caos (incluyendo dragones enormes y serpientes que ella creó como aliados) fueron por fin derrotadas por Marduk, el gran dios de Babilonia, quien a continuación creó los cielos y la Tierra y organizó el universo. En otra versión de la leyenda de la creación, Tiamat representa las aguas subterráneas del caos, el principio elemental del que la tierra surgió en forma de montaña. Zecharia Sitchin interpreta el mito de la creación como un cuento de la creación de nuestro sistema solar: En el principio, antes de la formación de los demás planetas, existían sólo Aspu (el Sol), Mumu (Mercurio) y Tiamat. Tiamat (el «planeta desaparecido») fue luego partido en dos cuando chocó con los satélites de Marduk, un gran planeta atraído a este sistema solar por la tracción gravitacional de Neptuno. La mitad superior de Tiamat, así como su satélite principal, se convirtió en la Tierra y su Luna; su mitad inferior, destrozada por Marduk durante su segunda órbita, se convirtió en el cinturón de asteroides que existe entre Marte y Júpiter. Sitchin sugiere que en esta serie de acontecimientos Marduk transfirió la semilla de la vida a la Tierra, dándole «las primitivas formas de vida biológicas y complejas, cuya aparición temprana no tiene otra explicación». Él afirma que, cuando la especie humana en la Tierra empezaba a surgir, Marduk ya había evolucionado hacia un planeta con altos niveles de civilización y tecnología. Según Sitchin, Marduk está atrapado en una amplia órbita elíptica alrededor del Sol y retorna al lugar de la colisión entre Júpiter y Marte cada 3.600 años terrestres. Él llama a Marduk «el duodécimo planeta» conforme al esquema del sistema solar de los antiguos sumerios, el cual muestra doce cuerpos celestes: el Sol, la Luna y diez planetas. Véanse las siguientes obras de Zecharia Sitchin: The 12th Planet, The Stairway to Heaven (Nueva York: St. Martin’s Press, 1980), págs. 88-90. Existe una edición en español publicada por la editorial Obelisco con el título El 12º Planeta, 7ª ed., 2006. 20. Juan 6:53

CAPÍTULO 2 1. Apocalipsis 17:8, 11. 2. Juan 9:4 3. Isaías 61:1, 2; Lucas 4:16-30.

4. Juan 10:22-39. 5. Filipenses 2:6 6. Mateo 5:48 7. Filipenses 2:5 8. Santiago 3:11, 12. 9. Colosenses 2:9 10. Juan 14:23 11. «Nuestra Constitución está en uso actualmente; todo parece prometer que va a durar; pero en este mundo nada es seguro sino la muerte y los impuestos.» Benjamín Franklin. Carta a Jean Baptiste LeRoy, 13 de noviembre de 1789. 12. Mateo 5:18 13. Romanos 12:19 14. Efesios 4:26 15. Mateo 24:23-27; Lucas 17:20,21. «El reino de Dios está entre vosotros» se ha traducido en versiones modernas de la Biblia como «el reino de Dios está en medio de vosotros» o «entre vosotros» (Biblia de Jerusalén). De acuerdo con G.W.H. Lampe, «en medio de vosotros» es «una traducción improbable»; tres ejemplos de traducciones del Antiguo Testamento al griego por Símaco, un traductor de la Biblia del siglo II, «constituyen el único paralelismo real para este significado de la frase griega», afirma (Peake’s Commentary on the Bible, editores Matthew Black y H.H. Rowley [Walton-on-Thames: Thomas Nelson & Sons, 1962], pág. 837). S. MacLean Gilmour observa que «dentro» sí corresponde «al uso normal de la palabra griega» (Interpreter’s Bible, 8:300). Pero los estudiosos no han podido descifrar el significado de «dentro de vosotros» en el contexto del versículo de Lucas porque sostienen que Jesús no habría contestado a los fariseos [los que le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios (Lucas 17:20)] que el reino de Dios estaba dentro de ellos. Sin embargo, El evangelio de Tomás (un grupo de máximas que, según el estudioso Helmut Koester, «se presentan de una forma más primitiva» que las máximas paralelas en los evangelios sinópticos o «constituyen el desarrollo de una forma más primitiva de tales máximas») contiene la frase «el reino de Dios está dentro de vosotros» no en el contexto de una conversación con los fariseos, sino como una de «las frases secretas que Jesús dijo cuando estaba vivo». «Jesús dijo: ‘si aquéllos que son los líderes os dijeran: Ved, el Reino está en el cielo, entonces los pájaros del cielo os precederán. Si os dicen: está en el mar, entonces los peces os precederán. Por el contrario, el Reino está dentro de vosotros, y está fuera de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis conocidos, y os daréis cuenta de que sois vosotros los que sois los hijos del Padre viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, entonces vivís en la pobreza y vosotros sois esa pobreza’.» The Nag Hammadi Library in English (La biblioteca de Nag Hammadi en inglés), editor general James M. Robinson (Nueva York: Harper & Row, 1977), págs. 117, 118. 16. 2 Corintios 3:18 17. 1 Corintios 15:49 18. Apocalipsis 10:1 19. Éxodo 3:2-4. 20. Daniel 7:9, 13, 22. 21. Apocalipsis 1:8, 11; 21:6; 22:13. 22. Deuteronomio 6:4 23. Santiago 4:8 24. 1 Samuel 2:27-36. 25. Génesis 3:21

26. Génesis 3:19 27. Kundalini: literalmente «serpiente enroscada»; energía latente enroscada en el chakra de la base de la columna; fuerza vital; energía de la Madre. Cuando la Kundalini se despierta (por medio de técnicas y posturas concretas de yoga y mantras bija, disciplinas espirituales o amor intenso por Dios), empieza a ascender por la columna vertebral a través de los canales del Ida, Pingala y Sushumna, penetrando y activando cada uno de los chakras. Elevar la Kundalini antes de la purificación del alma y la transmutación de hábitos negativos de vidas pasadas puede provocar locura, posesión demoníaca, deseo sexual incontrolado y excesivo o una perversión de la fuerza vital en todos los chakras. El eslabón perdido en la tradición oriental de elevar la Kundalini radica en el uso del decreto dinámico en la ciencia de la Palabra hablada para atraer la Luz del Padre hacia abajo desde el YO SOY EL QUE YO SOY y el cuerpo causal y en la comprensión de que la Luz de los chakras superiores está destinada a magnetizar la Luz de la base de la columna hacia el corazón. La Luz desciende del Padre, uniéndose en el corazón con la Luz de la Madre que es elevada desde la base de la columna, lo cual da lugar a la percepción del sagrado corazón y la totalidad de Alfa y Omega. La Madre Bendita nos ha dado el rosario como método seguro para elevar la Luz de la Madre por medio del calor ferviente del amor y la adoración, sin una violenta erupción de energía. La limpieza del aura y los chakras con la llama violeta también permite que la Kundalini se eleve gradualmente sin peligro. Cuando se usan conjuntamente con la llama violeta, los mantras bija a la Madre Divina son seguros bajo el patrocinio de Saint Germain, cuyo experimento en Oriente y Occidente con la transmutación, combinando decretos dinámicos con la meditación y la recitación de mantras a las deidades femeninas, proporciona un sendero de aceleración para los discípulos de ambas tradiciones. Saint Germain recomienda decretos para el tubo de luz y la protección del Arcángel Miguel a modo de base para estas sesiones. Si se desea obtener más enseñanzas de los Maestros Ascendidos y los Mensajeros, véase «La elevación de las energías de la Madre» en Djwal Kul, Activar los chakras (Porcia Ed., 3ª ed., 2006), págs. 211-226; «Rosario escritural de la Madre María para la Nueva Era» en Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, El mensaje de María para la Nueva Era (Alamah, 2004), pág. 195; The Fourteenth Rosary: The Mystery of Surrender (El 14º rosario: El Misterio de la entrega), librito y álbum con dos cintas; y «El rosario del niño a la Virgen María», rosarios de quince minutos para niños y adultos, en Elizabeth Clare Prophet, Decretos de abundancia y curación (Porcia Ed., 2008), págs. 95-121. Véase también el capítulo tres sobre los chakras. 28. «y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses», Daniel 3:25 (Versión Reina-Valera 1960). La Biblia de Jerusalén dice: «y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses». Arthur Jeffery explica [The Interpreter’s Bible, (Biblia del intérprete) 6:403] que un hijo de los dioses significa «un ángel, un ser celestial, una divinidad, como los que fueron comúnmente llamados ‘hijos de los dioses’». Más adelante en el capítulo, se encuentran más pruebas de que Nabucodonosor pensó que la cuarta figura era un ángel cuando dice: «Bendito el dios de ellos, de Sadrach, Mesach y Abednego que envió su ángel y libró sus siervos». (Daniel 3:28) Ya sea que el cuarto apareciera como un ser angelical o como el Hijo de Dios, la lección consiste en que la Presencia Crística refleja, a través del cuerpo etérico, los patrones más altos de los cielos, los que se deben manifestar en los tres inferiores. La historia ilustra la personificación de la Luz descendiendo como intercesora en la difícil situación de los tres jóvenes judíos, quienes simbolizan los cuerpos mental, emocional y físico del hombre. La traducción actualizada de la Biblia de Jerusalén no disminuye ni altera nuestra interpretación de este pasaje. 29. Cinturón electrónico: La energía acumulada de karma sin transmutar que gravita alrededor del ‘núcleo’ del yo sintético (o mente carnal) forma lo que se parece a un ‘cinturón electrónico’ de energía mal calificada en torno a la porción inferior del cuerpo físico del hombre. Situado en el plexo solar, se extiende desde la cintura hacia abajo en una espiral negativa que desciende por debajo de los pies. Este conglomerado de creación humana forma un campo energético denso cuya forma se asemeja a un tambor. Se le designa el reino del subconsciente o inconsciente. El cinturón electrónico contiene los registros de karma no redimido de todas las encarnaciones. Cada día, conforme a la ley de los ciclos, cierta porción de esta energía retorna al individuo para su transmutación. Véase «Our God is a Consuming Fire» (Nuestro Dios es un fuego consumidor) en Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Climb the Highest Mountain: The Path of the Higher Self (Escala la Montaña más alta: El sendero del Yo superior), capítulo 6, y tabla «Flame Color-Qualities of the Seven Rays and Their Perversions» (Cualidades de color de la llama de los siete rayos y sus perversiones); y Elizabeth Clare Prophet, «La psicología de la integridad: el reloj kármico» en Predice tu futuro (Porcia Ed., 3ª ed.,

2013), págs. 249-302. 30. Enoc es llevado a los diez cielos: véase Ángeles caídos y los orígenes del mal, Summit University Press Español, 2013, págs. 421-437. 31. Marcos 16:19; Colosenses 3:1; Hebreos 10:12. 32. 1 Tesalonicenses 4:16, 17. Véase Jesucristo, «The Second Advent: ‘The Day of Vengeance of Our God’» (La Segunda Venida: ‘el día de la venganza de nuestro Dios’) en Perlas de Sabiduría, volumen 26 (1983), nº. 43, págs. 511-519. 33. Juan 14:2, 3. 34. Hebreos 9:23, 24. 35. «En mi carne he de ver a Dios», Job 19:26: Existe controversia en torno a la traducción de este versículo. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que el texto hebreo de la primera mitad, que en la versión Reina-Valera se traduce «Y después de deshecha esta, mi piel» ha sido distorsionado de su significado original y por tanto es imposible traducirlo correctamente. Dicen que la segunda mitad del versículo es probablemente hebreo más correcto, pero su significado continúa siendo tan evasivo como su traducción. Una fuente de confusión es la preposición min, que puede significar «de dentro» o «de fuera». Así, la versión Reina-Valera traduce la frase por «en mi carne he de ver a Dios». La Biblia de Jerusalén señala en una nota explicatoria que todo el versículo ha sido alterado y que los diferentes manuscritos de la Biblia difieren en gran medida. La Vulgata, una versión latina de la Biblia preparada por san Jerónimo en el siglo IV, traduce el versículo como «En los últimos días me elevaré de la tierra y seré vestido en mi piel una vez más; y en mi carne veré a mi Dios». Tal vez fue inevitable que los padres de la Iglesia tradujeran este versículo de acuerdo con la doctrina cristiana. A la vista de las discrepancias entre los manuscritos, la Biblia de Jerusalén dice: «Tras mi despertar me alzaré junto a él, y con mi propia carne veré a Dios». «No existe acercamiento a un acuerdo sobre el significado de este versículo», indica E.F. Sutcliffe, quien sugiere que las palabras se adapten para obtener el significado correcto: «Aun cuando mi piel fuera despellejada, aun así veré a Dios» (Comentario católico sobre la Sagrada Escritura [Nueva York: Thomas Nelson & Sons, 1953] págs. 431-432). La dificultad en la traducción radica en lo que implica la frase «en mi carne». ¿Verá Job a Dios antes o después de la muerte? Si lo hace después, ¿en espíritu o en la carne? Samuel Terrien, en The Interpreter’s Bible (3:1055-1056), se inclina hacia traducir la frase crucial como «en mi carne» ya que «no hay duda de que cuando se usa con un verbo que expresa visión o percepción, la misma preposición [min] se refiere al lugar ventajoso, el escenario desde donde o a través del cual opera la función de la vista», como en «Desde [min] los cielos miró Jehová […] desde [min] la morada de su asiento» (Salmos 33:13, 14). Terrien continúa al decir que esta traducción posiblemente infiere que Job creía que, de algún modo, él recibiría nueva carne después de la muerte «con el propósito específico de una entrevista entre lo divino y lo humano». Este versículo tiene por finalidad contar que Job albergaba la esperanza de encarnar la imagen del Cristo Universal. Pero los expertos no han podido escapar de las fijas opiniones ortodoxas y por eso han tenido problemas con la traducción. Tal vez el hebreo fue originalmente alterado por el copista de un manuscrito que decidió cambiarlo a lo que él percibía que debía ser el significado. Del Génesis al Apocalipsis, la Biblia muestra el sendero del proceso gradual de la encarnación del Verbo, o el Cristo. Job vislumbró este sendero y eso lo ató a la fe de que un día, en su propia carne, haría realidad al Hijo de Dios. 36. Apocalipsis 22:1 37. Véase Djwal Kul, Activar los chakras (Porcia Ed., 3ª ed., 2006), págs. 77-87. 38. Lucas 1:80; 2:40. 39. Aimee Semple McPherson, «Fling Wide the Pearly Gates» (Abrid de golpe las puertas nacaradas). 40. Max Heindel estudia el tema de soltarse el cordón de plata al morir en The Rosicrucian Cosmoconception (Concepción Cósmica Rosacruz) (1906; reimpr., Pasadena, Calif.: Wood & Jones, 1974), págs. 97-102. 41. Charles A. Lindbergh, Autobiography of Values (Autobiografía de Valores) (Nueva York: Harcourt Brace Jovanovich, 1978), págs. 394-395.

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También conocido como el Maestro R., quien fundó la Casa Rakoczy y el retiro de la Gran Hermandad Blanca en Transilvania; él es también el maestro y patrocinador de Saint Germain. 42. Génesis 5:3-32. 43. El Gran Director Divino, «The Mechanization Concept» (El concepto mecanizado), en Perlas de Sabiduría, volumen 8 (1965), nº. 14, págs. 72-73. 44. Mateo 7:7, 11; Juan 15:7, 16:23, 24; 1 Juan 3:22; Santiago 4:3. 45. Véase Saint John of the Cross on the Living Flame of Love (San Juan de la Cruz sobre la Llama de amor viva) para el matrimonio alquímico en la Tierra así como en el Cielo, enseñanza de Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet. Este álbum de 8 cintas contiene enseñanzas indispensables sobre la experiencia mística del alma en Cristo y ofrece un estudio profundo acerca de la Llama de amor viva (la obra maestra literaria y religiosa escrita por san Juan de la Cruz en el siglo XVI) con profundas reflexiones sobre cómo trascender el peso del karma y la psicología personal en preparación para el Encuentro Divino. 46. Saint Germain, Perlas de Sabiduría, volumen 10 (1967), No. 7; «Dedicatoria por San Valentín de Saint Germain», en Estudios intermedios sobre Alquimia (Porcia Ed., 2013), págs. 237-240. 47. 1 Pedro 3:4 48. Romanos 7:22; Efesios 3:16; 1 Pedro 3:4. 49. Éxodo 28:36; 39:30; Zacarías 14:20, 21. 50. Para recibir la enseñanza de Saint Germain sobre la descarga de energía científica y controlada desde el Espíritu a la Materia a través de la forma de pensamiento de la cruz de Malta («una matriz de pensamiento y energía por medio de la cual los efectos malos del karma personal y planetario pueden controlarse») véase «Trilogía sobre la Llama Trina de la Vida: La alquimia del Poder, la Sabiduría y el Amor», en Estudios intermedios sobre Alquimia (Porcia Ed., 2013), págs. 141-236. 51. Habacuc 1:13 52. Jeremías 23:6; 33:16. 53. Mateo 25:21, 23; Lucas 19:17-19. 54. Juan 3:13 55. Colosenses 3:3 56. Colosenses 2:9, 10. 57. Hechos 1:9-11. 58. Proverbios 4:7

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Usa las palabras «expande» y luego «intensifica» en lugar de «equilibra» la segunda y la tercera vez que hagas este decreto cuando hayas desarrollado cierta velocidad con «equilibra». 59. 1 Corintios 15:41, 42. 60. 1 Corintios 10:31. La interpretación del principio de dedicar la vida y el servicio de uno «a la gloria de Dios» y reconocerle como la fuente («No puedo yo de mí mismo hacer nada […]. Mas el Padre que está en mí, Él hace las obras» Juan 5: 30; 14:10) se le dio a santa Catalina de Siena (1347-1380) durante el punto culminante de su comunión íntima con Dios, lo cual se resume en su gran tratado místico, El diálogo. Esta verdad fundamental inspiró en Catalina la humildad y la convicción que le permitieron enfrentarse cara a cara con las fuerzas que amenazaban a la Iglesia en el turbulento siglo XIV, cuando actuó como conciliadora y diplomática no oficial, viajando extensamente y mandando cientos de cartas a los prelados y soberanos de la época. En El diálogo —conversaciones con Dios Padre dictadas por Catalina a sus secretarias durante un estado de éxtasis que duró cinco días— el Padre explicó a su «queridísima hija», como frecuentemente la llamaba, que «la raíz de la discreción es un conocimiento verdadero del yo y de Mi bondad, por medio del cual el alma

inmediata y discretamente ofrece a cada uno lo que merece. Principalmente a Mí al rendir alabanza y gloria a Mi Nombre y al referir a Mí las gracias y los dones que ella ve y sabe que ha recibido de Mí; y rindiendo a sí misma lo que ella ve que ha merecido, sabiendo que ella no existe por sí misma y atribuyéndome a Mí, y no a ella, su ser, que ella sabe que ha recibido de Mí por medio de la gracia, además de todas las gracias que ella ha recibido […]. »El árbol del amor se alimenta a sí mismo con humildad, trayendo de su lado los retoños de la verdadera discreción, del modo en que ya te he dicho, desde el corazón del árbol, que es el afecto del amor que está en el alma, y la paciencia, que demuestra que estoy en el alma y el alma está en Mí. Este árbol, pues, sembrado tan dulcemente, produce fragantes capullos de virtud, con una gran variedad de esencias, en la medida en que el alma da el fruto de gracia y de utilidad a su prójimo, de acuerdo con el fervor de aquéllos que vienen a recibir el fruto de Mis servidores; y a Mí ella ofrenda el dulce aroma de la gloria y la alabanza a Mi Nombre, y así cumple con la razón de su creación.», (Algar Thorold, trad., The dialogue of the Seraphic Virgin Catherine of Siena [El diálogo de la Virgen Seráfica Catalina de Siena] [Rockford, Ill.: Tan Books & Publishers, 1974] págs. 51-52, 54). El biógrafo Igino Giordani escribe que «en otra ocasión, mientras ella estaba rezando —como ella misma relató a varios consejeros espirituales—, Jesucristo se le apareció y le preguntó: ‘¿Sabes, hija, quién eres y quién soy yo? Si supieras estas dos cosas, serías bendecida. Tú eres lo que no es; Yo soy Él que es. Si posees este conocimiento en tu alma, el enemigo nunca puede engañarte; te escaparás de todas sus trampas; nunca consentirás a nada que esté en contra de mis mandamientos; y, sin dificultad, adquirirás toda gracia, toda verdad, toda luz’ […]. Con esa lección, Catalina llegó a ser fundamentalmente sabia: estaba asentada sobre una roca; no había más sombras. Yo no soy nada; Dios es todo. Yo, no existo; Dios, existe.» (Igino Giordani, Saint Catherina of Siena - Doctor of the Church [Santa Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia], trad. Thomas J. Tobin [Boston: Daughters of St. Paul, 1980], págs. 35, 36.) 61. Mateo 6:20 62. Porcia en Shakespeare, El Mercader de Venecia, acto 4, escena 1, línea 168-170. 63. Lucas 8:43-48. 64. Josué 1:9 65. Salmos 139:8-10. 66. Zacarías 2:8 67. Éxodo 13:21, 22. 68. Éxodo 14:19 69. Zacarías 3:8-10. 70. Miqueas 4:4 71. Jeremías 31:34; Hebreos 8:11. 72. Zacarías 2:1,5, 10, 11.

CAPÍTULO 3 1. Éxodo 3:2 2. Job 22:25, 27, 28. 3. Éxodo 3:14, 15. 4. Mateo 5:37 5. Mateo 12: 36, 37. 6. Extraído de Spring Session M de Missing Persons, © 1982 Capitol Records, Inc. 7. Salmos 19:14

8. Mateo 6:22 9. Mateo 26:11; Marcos 14:7; Juan 12:8.

Para más enseñanza de los Maestros Ascendidos y los Mensajeros sobre los chakras, con ilustraciones, visualizaciones y meditaciones, véase El aura humana de Kutumi (Porcia Ed., 2ª edición, 2013) y Activar los chakras de Djwal Kul (Porcia Ed., 3ª ed., 2006), Tus siete centros de energía: un enfoque holístico para lograr vitalidad física, emocional y espiritual (Porcia Ed., 3ª ed., 2013), Mother’s Chakra Meditations y La ciencia de la Palabra hablada de Elizabeth Clare Prophet, álbum de ocho cintas; y Gautama Buddha, «The Prayer Wheel of the Crown Chakra» (La rueda de oración del chakra de la coronilla) en Perlas de Sabiduría, 1982, volumen 25, (nº 33), págs. 327-30, también disponible en The Seventh Commandment; Thou Shalt not Commit Adultery (El Séptimo Mandamiento: No cometerás adulterio), álbum de dos cintas.

CAPÍTULO 4 1. 2 Crónicas 32:7, 8; Jeremías 17:5. 2. Lucas 10:29-37. 3. Mateo 18:12, 13; Lucas 15:4-7. 4. Juan 10:11-15. 5. Mateo 19:19; Marcos 12:31; Lucas 10:25-28. 6. 1 Corintios 11:24 7. Éxodo 3:14 8. Salmos 103:15, 16. 9. 1 Juan 4:18 10. Véase Malaquías 3 11. Génesis 3:19; «La vida es real, la vida es intensa y la tumba no es su meta; polvo eres y al polvo retornarás, no lo dijo el alma», Henry Wadsworth Longfellow, «Un Salmo a la Vida», estrofa 2. 12. Génesis 1:26, 27. 13. Juan 8:58 14. Juan 1:9 15. Génesis 3:21 16. 1 Corintios 13:9, 10, 12. 17. Mateo 10:9, 10; Marcos 6:8; Lucas 9:3; 10:4. 18. Juan 10:10-18. 19. 2 Corintios 3:18 20. Hechos 2:2 21. Juan 1:14 22. Hechos 17:28, 29; Romanos 8:16, 17; Gálatas 4:7. 23. Malaquías 3:1 24. Juan 11:27 25. Golem: Término hebreo, significa una sustancia embrionaria o no desarrollada completamente; materia sin forma (se utiliza en la Biblia, Salmos 139:16: «Tus ojos vieron mi sustancia, aún no perfecta»)*. En el

folclore judío, el golem es un sirviente como un robot hecho de barro y al que se le da vida al pronunciar el sagrado nombre de Dios sobre su cuerpo, escribiendo el nombre de Dios en un pedazo de papel y poniéndolo en la boca del golem, o escribiendo la palabra verdad (emeth) en su frente. Si se quitara el papel o lo escrito, el golem quedaría reducido a un montón de barro. En el medioevo, la creencia en la creación de los golem era común y se atribuyó a varios rabinos de diferentes partes de Europa. De hecho, esta creencia estaba tan arraigada que el estudioso judío el rabino Zvi Ashkenazi discutió seriamente la cuestión de si podía incluirse un golem como parte de un minyan (se requería un quórum de diez hombres adultos para poder celebrar un servicio religioso). La creencia en los golem también se extendió entre los judíos de Europa oriental durante el siglo XIX. El golem de las primeras leyendas, aunque no podía hablar, era un sirviente perfecto que cumplía todas las órdenes de su amo. En sus inicios en el siglo XVI, se le describió como protector de los judíos perseguidos. No fue sino hasta el siglo XVII que el golem parecido a Frankenstein —que en algunas versiones del cuento crecía cada día— se le presentó como una amenaza física. En versiones anteriores de la leyenda, se le considera peligroso no por su potencial de ser violento, sino porque plantea la amenaza a la idolatría. Por ejemplo, en una leyenda del siglo XIII, el golem supuestamente creado por Jeremías y Ben Sira, teniendo esta vez la capacidad de hablar, advierte a dos hombres que quizá sus seguidores empiecen a adorarlos por sus aparentes poderes extraordinarios al dar vida al hombre de barro. En una variación de este relato, el propio golem quita una letra de las palabras inscritas en su frente —YHWH Elohim Emeth, o «Dios es verdad»— cambiando así la palabra verdad por la palabra muerto (meth). La blasfemia resultante, «Dios está muerto», es un claro mensaje a los creadores del golem. Como en la mayoría de las leyendas, el hombre triunfa sobre el golem; Jeremías hace caso a la advertencia y destruye su creación. La más famosa leyenda de los golem, la cual tiene varias versiones y ha inspirado a novelistas y dramaturgos, es la del rabí Judah Loew (o Löw) de Praga (h. 1520-1609), un personaje histórico que practicaba la cábala y era un erudito del Talmud. Se dice que creó un hombre de barro y le dio vida para defender a los judíos de Praga de los cristianos supersticiosos que los acusaban de usar la sangre de bebés cristianos para hornear sus matzohs (pan sin levadura). El golem servía como agente del rabino y, con mucho éxito, prendía a aquéllos que estaban haciendo correr el falso rumor. Él hacía trabajos para el rabino Loew durante la semana y cada viernes en la noche el rabino lo convertía otra vez en un pedazo de barro al quitarle la inscripción de la frente, porque se supone que todas las criaturas deben descansar el Sabat (o como indica otra versión de la leyenda, porque los rabinos tenían miedo de que el golem fuera a profanar el Sabat). Sin embargo, un viernes, el rabino se olvidó de hacerlo y el golem se convirtió en un hombre salvaje antes de que empezara el Sabat. El rabino Loew lo persiguió y finalmente alcanzó a su golem enloquecido, arrancó de su frente el nombre sagrado de Dios y nunca lo hizo revivir. La historia del rabino Loew constituyó la base de la famosa novela de Gustav Meyrink Der Golem (1915), una película muda alemana basada en la novela de Meyrink (1920), que sirvió como arquetipo para películas siguientes sobre el tema de Frankenstein, y la obra de H. Leivick, The Golem: A Dramatic Poem in Eight Scenes (El Golem: Un poema dramático en ocho escenas), (1921). Véase Isaac Bashevis Singer, «The Golem Is a Myth for Our Time» (El Golem es un mito de nuestro tiempo), New York Times, 12 de agosto de 1984; Arnold L. Goldsmith, The Golem Remembered (En recuerdo del Golem), 1909-1980: Variations of a Jewish Legend (Variaciones sobre una leyenda judía) (Detroit: Wayne State University Press, 1981), págs. 15-20; Gershom Scholem, On the Kabbalah and Its Symbolism (Sobre la Cábala y su simbolismo), trad. Ralph Manheim (Nueva York: Schocken Books, 1969), págs 180, 199, 202, 203; The Universal Jewish Encyclopedia (La enciclopedia universal judía), voz «Golem».

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La versión Reina-Valera y la Biblia de Jerusalén en español no dicen sustancia sino embrión y omiten la frase «aún no perfecta». [N. de T.]. 26. «El Divino Nosotros» se refiere a Elohim (plural del término hebreo Eloah, Dios), uno de los nombres hebreos de Dios, o de los dioses; utilizado en el Antiguo Testamento cerca de 2.500 veces. Significa «El Poderoso» o «El Fuerte». Elohim es un sustantivo uniplural que se refiere a las llamas gemelas de la Deidad. Cuando se habla concretamente de la mitad masculina o femenina, se conserva la forma plural porque se interpreta que una mitad del Todo Divino contiene y es el Yo andrógino (El Divino Nosotros). Los siete poderosos Elohim y sus complementos femeninos son los constructores de la forma; por lo tanto, Elohim es el nombre de Dios usado en el primer versículo de la Biblia: «En el principio creó Dios los Cielos y la Tierra». Los Elohim son también «los siete espíritus de Dios» nombrados en el Apocalipsis (1:4; 3:1; 4:5; 5:6), y las «estrellas de la mañana» que cantaron juntas en el principio, como reveló el Señor a su siervo Job (38:7).

Véase «Spoken by Elohim» (Dicho por los Elohim), Perlas de Sabiduría, 1978, volumen 21; The Seven Elohim in the Power of the Spoken Word (Los Siete Elohim en el poder de la Palabra hablada), álbum de 4 cintas. 27. 1 Reyes 4:25; Miqueas 4:4, 5; Zacarías 3:10. 28. Génesis 2:9; 3:22, 24; Apocalipsis 2:7; 22:2, 14. 29. Juan 15:1, 4, 5. 30. Jeremías 23:5; 33:15; Zacarías 3:8; 6:12. 31. Apocalipsis 14:6 32. Para más reflexiones sobre la historia de estos caídos, ocultada durante mucho tiempo, véase volúmenes tercero y cuarto de la serie Las enseñanzas perdidas de Jesús; El Gran Director Divino, «The Mechanization Concept» (El concepto mecanizado), Perlas de Sabiduría, volumen 8 (1965), números 3-26, págs. 9-142; y Elizabeth Clare Prophet, Ángeles caídos y los orígenes del mal (Summit University Press Español, 2013). 33. Lemuria: Mu, el continente perdido del Pacífico, que de acuerdo con las investigaciones de James Churchward, arqueólogo y autor de The Lost Continent of Mu (El continente desaparecido de Mu), se extendía desde el norte de Hawái tres mil millas al sur de la isla de Pascua y las islas Fiyi y se componía de tres áreas de tierra que se extendían más de cinco mil millas de este a oeste. Él calcula que Mu fue destruida hace aproximadamente doce mil años por el derrumbamiento de las cámaras de gas que sostenían el continente. Véase The Lost Continent of Mu, 1931; reimpresión (Nueva York: Paperback Library Edition, 1968). Atlántida: isla continente que existió donde actualmente se halla el océano Atlántico y que se hundió por un cataclismo (el diluvio de Noé), aproximadamente hace 11.600 años según cálculos de James Churchward. Platón describió gráficamente la Atlántida en sus diálogos y Edgar Cayce ‘la vio’ y describió en sus lecturas. Véase The Lost Continent of Mu (El continente desaparecido de Mu), pág. 226; Otto Much, The Secret of Atlantis (El secreto de la Atlántida) (Nueva York: Pocket Books, 1979); Ignatius Donnelly, Atlantis: The Antediluvian World (Atlántida: El mundo antediluviano) (New York: Dover Publications, 1976); Edgar Evans Cayce, Edgar Cayce on Atlantis (Edgar Cayce habla sobre la Atlántida) (New York: Warner Books, 1968). 34. Mateo 8:12; 22:13; 25:30. 35. Hebreos 10:26, 27. 36. Hechos 10:42; 2 Timoteo 4:1; 1 Pedro 4:5. 37. Romanos 8:25; 2 Tesalonicenses 3:5. 38. 2 Pedro 2:17; Judas 13. 39. Enciclopedia Británica, 11ª edición: «Saint Germain, Comte de (h. 1710-1780) llamado der Wundermann, un célebre aventurero que por afirmarse que había descubierto algunos secretos extraordinarios de la naturaleza, ejerció una gran influencia en varias cortes europeas. De su ascendencia y lugar de origen nada se sabe con seguridad; la versión común es que era un judío portugués, pero se han barajado conjeturas que le vinculaban con la realeza. También se decía que había obtenido su dinero, que poseía en abundancia, por haber sido espía de una de las cortes europeas; pero esto es difícil de probar. Sabía casi todas las lenguas europeas, y hablaba alemán, inglés, italiano, francés (con acento piamontés), portugués y español. »Grimm afirma que fue el hombre con más talento que jamás conoció. Era un compositor y violinista muy competente. Su conocimiento de la historia fue extenso, y sus logros como químico, sobre lo que basaba su reputación, fueron en gran medida verdaderos y considerables. El esgrimía tener un secreto que le permitía eliminar defectos de los diamantes, y transmutar metales. El más notable de sus supuestos descubrimientos fue el de un líquido que podía prolongar la vida y por medio del cual él aseguraba que había vivido 2.000 años. »Después de pasar un tiempo en Persia, a Saint Germain se le menciona en una carta de Horace Walpole diciendo que estaba en Londres aproximadamente en 1743, y que había sido arrestado por ser espía jacobino y luego liberado. Walpole dice: ‘se dice que es italiano, español, polaco; un individuo que se había casado con alguien de gran fortuna en México y que se escapó con las joyas de ella a Constantinopla; un sacerdote, un tramposo, un noble’. »En la corte de Luis

XV,

donde apareció en 1748 aproximadamente, ejerció por un tiempo una extraordinaria

influencia sobre Luis XV, quien le encargó misiones secretas; pero, después de haber interferido en una disputa entre Austria y Francia, fue obligado en junio de 1760, a causa de la hostilidad del duque de Choiseul, a irse a Inglaterra. »Aparentemente residió en Londres uno o dos años, pero estuvo en San Petersburgo en 1762, y se asegura que tuvo una participación muy importante en la conspiración en contra del emperador Pedro III, en julio de ese año; complot que colocó a Catalina II en el trono de Rusia. Luego fue a Alemania, donde, según las Mémoires authentiques de Cagliostro, fue el fundador de la francmasonería e inició a Cagliostro en ese rito. »Estuvo una vez más en París de 1770 a 1774, y después de frecuentar varias cortes alemanas, se fue a vivir a Schleswig-Holstein, donde él y el landgrave Charles de Hesse estudiaron juntos las ciencias ‘secretas’. Murió en Schleswig entre 1780 y 1785, aunque se dice que se le vio en París en 1789. »Andrew Lang, en su Historical Mysteries (Misterios históricos) (1904) comenta la trayectoria de Saint Germain, y cita a varios autores. Saint Germain figura prominentemente en la correspondencia entre Grimm y Voltaire. Véase Oettinger, Graf SaintGermain (1846); F. Bulaü, Geheime Geschichten und räthsehafte Menschen, Bandi I(1850-1860); Lascelles Wraxall, Remarkable Adventures (1863) y U. Birch en el Nineteenth Century (enero 1908). Véase Elizabeth Clare Prophet, «El hombre prodigio de Europa» en Estudios sobre Alquimia (Porcia Ed., 2008), págs. 11-36; I. Cooper-Oakley, The Comte de St. Germain: The Secret of Kings (El Conde de Saint Germain: El secreto de reyes) (Londres: The Theosophical House Limited, 1912); Irene Tetzlaff, Unter den Flügeln des Phönix: Der Graf von Saint Germain (Marshchalkenzimmern, Schwarzwald: Lichthort-Verlag, n.d.). 40. Job 22:27; Salmos 91:15; Isaías 65: 24; Jeremías 33:3. 41. Isaías 55:1

CAPÍTULO 5 1. Job 38:7 2. 1 Reyes 19:11, 12. 3. Hebreos 9:23 4. Franz Hartmann, The Life and Doctrines of Jacob Boehme the God-Taught Philosopher: An Introduction to the Study of His Works (Vida y doctrinas de Jacob Boehme, el filósofo enseñado por Dios: introducción al estudio de sus obras) (Boston: Occult Publishing Co., 1891), pág. 204. 5. As the Flower Sheds its Fragrance: Diary Leaves of a Devotee (Cuando la flor despide su fragancia: hojas diarias de un devoto) (Calcuta: Shree Shree Anandamayee Charitable Society, 1983), pág. 8. 6. Chandravail, Matri Darshan: Ein Photo-Album uber Shri Anandamayi Ma (Alemania: Mangalam Verlag S. Schang, 1983), [pág. 55]. 7. As the Flower, pág 10. 8. Paramahansa Yogananda, Autobiografía de un yogui (Los Angeles: Self-Realization Fellowship, 2ª ed., 2006), págs. 309-318. 9. Ibíd, pág. 644. 10. As the Flower, pág 127. 11. Brother Lawrence, The Practice of the Presence of God (La práctica de la Presencia de Dios) (Mount Vernon: Peter Pauper Press, 1963), págs. 6-7. 12. Bithika Mukerji, From the Life of Sri Anandamayi Ma (De la vida de Sri Anandamayi Ma) 2ª edición, vol. 1 (Calcuta: Shree Shree Anandamayee Charitable Society, 1983), pág. 5. 13. Lawrence, Practice of the Presence, pág. 20. 14. Ibíd., pág. 25.

15. Encyclopaedia Britannica (1973), voz «Ramakrishna». 16. David Godman, ed., Be As You Are: The Teachings of Sri Ramana Maharshi (Sé lo que eres: Las enseñanzas de Sri Ramana Maharshi) (Boston: Arkana, 1985), contraportada. 17. Ibíd., pág. 12. 18. As the Flower, págs. 128-129. 19. Mukerji, Sri Anandamayi Ma, pág. 85. 20. Véase «The peace-pipe» (La pipa de la paz) en el poema The Song of Hiawatha (La canción de Hiawatha) de Henry Wadsworth Longfellow. 21. Salmos 86:7; 91:15; Isaías 30:19; 58:9; 65:24; Jeremías 33:3. 22. Hechos 10:42; 2 Timoteo 4:1; 1 Pedro 4:5. 23. Mateo 25:32, 33. 24. Apocalipsis 9:6 25. Génesis 15:17 26. Séneca, Ad Lucilium Epistulae Morales, trad. Richard M. Gummere (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1934), pág. 17.

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En inglés, “as Maine goes, so goes the nation”. Fue una frase de uso muy extendido en la política de los que designaba la reputación del estado de Maine en cuanto a predecir el resultado de las elecciones presidenciales [extraído de Wikipedia, N. de E.]. EE.UU,

27. Kahlil Gibran, El Profeta, pág. 80. 28. Juan 8:23 29. Daniel 12:1 30. Josué 5: 13-15.

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Al intensificarse la Gran Luz Cósmica, así como la llama violeta, este porcentaje podría aumentar o disminuir de acuerdo con el número de ascensiones (salidas) y las razas raíz que están encarnando (entradas); así como los niveles de peso kármico planetario, es decir, el peso kármico total de toda la gente encarnada, más la energía acumulada y registros que no se han transmutado de aquéllos que están encarnados, pero que necesitan volver a entrar para poder llevar a cabo su plan divino. 31. Los Señores del Karma: Ocho seres ascendidos que componen el Consejo Kármico, el cual administra justicia a este sistema de mundos, adjudicando karma, misericordia y juicio para cada corriente de vida. Todas las almas deben presentarse ante el Consejo Kármico antes y después de cada encarnación en la Tierra, reciben su misión y porción de karma para cada vida antes de encarnar y se examina el resultado al concluir. Actuando de común acuerdo con la Presencia YO SOY y el Santo Ser Crístico del individuo, el Consejo Kármico decide cuándo el alma se ha ganado el derecho de ser libre de la rueda de karma y la ronda de sucesivos nacimientos. Véase la siguiente serie de los Señores del Karma en Perlas de Sabiduría, 1980, vol. 23, nos. 6, 8-13, págs. 25-32, 41-74. 32. Génesis 2:18 33. 1 Corintios 15:51, 52. 34. Salmos 8:5; Hebreos 2:7. 35. Isaías 14:12-17; Apocalipsis 12:4, 7-9. 36. Job 38:7 37. Apocalipsis 4:8; 5:13. 38. Apocalipsis 12:12

39. Salmos 103:15, 16. 40. Génesis 2:15-17; 3. 41. Lucas 12:15 42. Llamas Gemelas: véase Elizabeth Clare Prophet, Almas compañeras y llamas gemelas (Porcia Ed., 1ª reimpr., 2012). 43. Mateo 6:23 44. Nefilim (Del hebreo, significa «aquéllos que cayeron» o «aquéllos que fueron echados», de la raíz semítica naphal «caer»): Raza bíblica de gigantes o semidioses, mencionados en Génesis 6:4 («Había gigantes en la tierra en aquellos días…»); los ángeles caídos que fueron echados del cielo a la Tierra (Apocalipsis 12:7-9). Zecharia Sitchin concluye en su estudio de antiguos textos sumerios que los Nefilim fueron una raza extraterrestre que «cayó» a la Tierra (aterrizó) en naves espaciales hace 450.000 años. Véase Elizabeth Clare Prophet, Ángeles caídos y los orígenes del mal (Summit University Press Español, 2013), págs. 91-101; El Gran Director Divino, «The mecanization concept» (El Concepto Mecanizado), en Perlas de Sabiduría, 1965, vol. 8 nº. 15; Zecharia Sitchin, «The Nefilim: People of the Fiery Rockets» (Los Nefilim: El pueblo de los cohetes de fuego) en The 12th Planet (El duodécimo planeta) (Nueva York: Avon Books, 1976), págs. 128-172, 410. 45. Daniel 5:25-27, 30. 46. Daniel 7:9, 13, 22. 47. Lemuria. Véase pág. 169, nota 33. 48. Mateo 10:5-8. 49. Rezagados: Aquéllos que están rezagados, se han quedado atrás en la evolución de sus planetas; concretamente almas asignadas a la Tierra que no habían realizado su plan divino a tiempo en su estrella de origen, Maldek, y que han continuado rezagándose en el destino que Dios había ordenado, así como el de las corrientes de vida de la Tierra, entre los cuales ellos continúan encarnando. Véase Gran Director Divino, «The Future of a Planet Read from the Scroll of Cosmic History» (El futuro de un planeta leído en el pergamino de la historia cósmica), en Perlas de Sabiduría, 1974, vol. 17, nº 5; Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet «La venida de los rezagados» en El sendero del Yo Superior de la serie Escala la montaña más alta (Porcia Ed., 2ª ed., 2010), capítulo 3. 50. Apocalipsis 3:7 51. Apocalipsis 3:8, 10-12. 52. 2 Timoteo 2:15 53. Hebreos 8:8-12.

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Una vez más, Tinieblas se escribe con mayúsculas porque se componen de la Luz de Dios mal usada por el libre albedrío del hombre. Así, hasta que el hombre se deshaga de estas Tinieblas de la Luz de Dios que él mismo creó, éstas tienen la fuerza vital invertida: la fuerza del Mal. Cuando se despoja a las Tinieblas de la Luz Divina por medio del llamado a Juicio de los hijos y las hijas de Dios encarnados, pierden su poder y su T mayúscula. 54. Frank Dandridge, «Korea’s 2½-year-old Genius» (El genio de Korea de dos años y medio), Look, 7 de febrero de 1967. 55. Rachel Carson, Silent Spring (Primavera silenciosa) (Cambridge, Mass.: The Riverside Press, 1962). 56. Bernarr Macfadden, ed., The Encyclopedia of Health and Physical Culture (Enciclopedia de la salud y la cultura física) 11 edición, 8 volúmenes (Nueva York: Macfadden Book Company, 1937), 5: 1923. 57. Mateo 26:6-13; Marcos 14:3-9; Juan 12:3-8. 58. Reloj Cósmico: Mecanismo que se utiliza para trazar los ciclos del karma y las iniciaciones del alma en las doce líneas del reloj bajo las doce jerarquías del Gran Sol Central. Véase Elizabeth Clare Prophet, Predice

tu futuro (Porcia Ed., 3ª ed., 2013); «The Cosmic Clock: Psychology for the Aquarian Man and Woman», (El Reloj Cósmico: psicología para el hombre y la mujer de Acuario) en The Great White Brotherhood in the Culture, History and Religion of America (La Gran Hermandad Blanca en la cultura, historia y religión de los Estados Unidos), págs. 173-206; The ABC’s of Your Psychology on the Cosmic Clock: Charting the Cycles of Karma and Initiation (El abecé de tu psicología en el reloj cósmico: trazar los ciclos de karma e iniciación), álbum de 8 cintas, Seminar on the Cosmic Clock, álbum de dos cintas. 59. Bruto en Julio César de Shakespeare, acto 4, escena. 3, líneas 215-218, 220-221. 60. Mateo 24:23-26; Marcos 13:21, 22; Lucas 21:8. 61. Lucas 17:20, 21. 62. Juan 10:1-18. 63. Apocalipsis 13:8 64. Génesis 14:17-20, Hebreos 7:1-3. 65. Juan 8:24, 28; 13:19. 66. Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9. 67. Jeremías 23:6; 33:16. 68. Colosenses 1:27 69. Juan 1:1, 3; 10:30; 8:58. 70. Ian Wilson, Jesus: The Evidence (Jesús: la prueba) (Nueva York: Harper & Row, 1984), pág. 162. 71. Ibíd. 72. Will Durant, Caesar and Christ vol. 3 de The Story of Civilization (Nueva York: Simon & Schuster, 1944), pág. 660; Bernhard Lohse, A Short History of Christian Doctrine (Breve historia de la doctrina cristiana), trad. F. Ernest Stoeffler (Filadelfia: Fortress Press, 1978), pág. 48-49. 73. Wilson, Jesus: The Evidence, pág. 166. 74. P. Schaff & H. Wace, editores, A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church (Biblioteca selecta de los padres de la Iglesia cristiana del Concilio de Nicea y posteriores a él) (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1979), 2ª serie, 14:3. 75. Lohse, Christian Doctrine, pág. 52; Kenneth Scott Latourette, A History of Christianity, Vol. I: hasta 1500 d.C. (Nueva York: Harper & Row, 1975), pág. 155. 76. Schaff & Wace, Nicene and Post-Nicene Fathers, págs. 3-4. 77. Wilson, Jesus: The Evidence, pág. 168. 78. Juan 14:28; Wilson, Jesus: The Evidence, págs. 168, 176. 79. Durant, Caesar and Christ, págs. 661, 664. 80. Latourette, A History of Christianity, pág. 152. 81. Origen, trad. Rowan A. Greer (Nueva York: Paulist Press, 1979), pág. 30. 82. Mateo 23. 83. Juan 8:32 84. Rubaiyat of Omar Khayyam, trad. Edward FitzGerald, 5ª ed., cuarteto 66. 85. Mateo 7:15 86. Hebreos 9:27 87. Juan 3:3-8.

88. Morador en el umbral: un término que en ocasiones se emplea para designar al anti-yo, el yo falso, el yo sintético, la antítesis del Yo Real; el conglomerado del ego creado por uno mismo, mal concebido a través del uso desmesurado del libre albedrío, consiste en la mente carnal y una constelación de energías mal calificadas, campos energéticos, focos y magnetismo animal que comprende la mente subconsciente. El morador en el umbral es el núcleo del vórtice de energía que forma el ‘cinturón electrónico’, el cual contiene la causa, el efecto, el registro y el recuerdo del karma humano en su aspecto negativo. Véase Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet The Enemy Within: Encountering and Conquering the Dark Side (El enemigo interno: afrontar y vencer al lado oscuro). 89. Oración en las escuelas y en el espacio: En 1963, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos prohibió rezar en las escuelas públicas (por 8 votos a 1) en los casos Abington School District contra Schempp y Murray contra Curlett cuando falló que leer versículos de la Biblia violaba «el decreto de la primera enmienda relativa a que el gobierno mantenga neutralidad, ni ayudando ni oponiéndose a la religión». El último de ambos casos fue instado por Madalyn Murray O’Hair, atea declarada, quien cuestionó una regla de la junta de la escuela que requería «leer, sin comentarios, un capítulo de la Santa Biblia y/o decir el Padrenuestro» cada día, aunque los estudiantes podían ser excusados de este ejercicio. Ella continuó luchando contra lo que llamaba «intrusión en la política y ejercicio del gobierno» por parte de las religiones organizadas; y cuando los astronautas del Apolo 8, que estaban en órbita alrededor de la Tierra en la Nochebuena de 1968, leyeron los primeros versículos del Génesis, O’Hair se opuso alegando que la lectura vinculaba al cristianismo con el gobierno federal y que ésa era una violación del principio constitucional de la separación entre la Iglesia y el Estado. Después de que el astronauta del Apolo 11, Coronel Edwin E. Aldrin, Jr., recibiera la comunión y leyera algunos pasajes de la Biblia antes de pisar la Luna el 20 de julio de 1969, O’Hair solicitó un requerimiento judicial para que se prohibiera a los astronautas estadounidenses que rezaran o leyeran pasajes de la Biblia durante vuelos espaciales televisados. Su demanda fue denegada por el Tribunal del distrito de Austin, Texas, el 1º de diciembre de 1969. Esta decisión fue confirmada por el tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito el 22 de septiembre de 1970, y en 1971 el Tribunal Supremo de los EE.UU. dejó vigente la sentencia del tribunal inferior al denegar la vista del caso. 90. Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7-14. 91. Salmos 46:1 92. Juan 20:17 93. Jeremías 31:33, 34. 94. Miqueas 4:4, 5. 95. Génesis 10:8-10; 11:1-9. 96. 1 Juan 3:1-3. 97. Hebreos 13:8 98. Juan 21:18 99. «Jesús lo pagó todo», estribillo. Letra de Elvina M. Hall, música de John T. Grape. 100. Hebreos 10:26, 27. 101. 2 Pedro 2:20, 21. 102. Génesis 6:3 103. 1 Corintios 9:27 104. Apocalipsis 2:11; 20:6, 14; 21:8. 105. Marcos 10:29, 30.

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