En Busca Del Anciano Anton Ponce De Leon Paiva

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EN BUSCA DEL ANCIANO Antón Ponce de León Paiva

Este libro era largamente esperado desde la aparición de “Y... el Anciano habló”, que ha sido traducido a varios idiomas y ya lleva muchas ediciones vendidas. Su autor ha sido capaz de adentrarse en el alucinante mundo del conocimiento oculto y traernos a la luz, en una amena narración, sabias pero sencillas enseñanzas que permanecieron desconocidas por más de 500 años.

Antón Ponce de León Paiva comparte con nosotros un mensaje de gran belleza espiritual, que no sólo está vigente y es contemporáneo, sino que rescata la más auténticas raíces culturales andinas.

ANTON FONCE DE LEON PAIVA ( I. A. UMA) En busca del anciano

© 1994, Antón Ponce de León Paiva Reservados todos los derechos para la lengua española D.R. © ERREPAR S.A. Avda. San Juan 960 - (1147) Buenos Aires República Argentina Tel.: 300-5142 - 307-9394 - Fax: (541) 300-0951 - (541) 307-9541 21

Ponce de León Paiva, Antón

PON En busca del Anciano / 1a. ed. - Buenos Aires: Errepar, 1994. 144 p.; 19x13 cm. ISBN 950-739-328-5 I. Título -1. Religión Natural Queda hecho el depósito que marca la ley 11723 Impreso y hecho en Argentina Printed in Argentina Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la tapa, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

Presentación

Desde la aparición de “Y... EL ANCIANO HABLO”, éste era un libro largamente esperado. Su autor, Antón Ponce de León Paiva, ha sido capaz de adentrarse en el fascinante mundo del conocimiento oculto, y traernos a la luz en una amena narración sabias pero sencillas enseñanzas que permanecieron desconocidas por más de 500 años. Es decir, estuvieron presentes en lo más remoto de nuestras comunidades andinas, constituyendo la verdadera resistencia cultural ante la presencia de Occidente. El género novelado permite al autor moverse con toda solvencia entre la ficción y la necesidad de compartir con nosotros un mensaje de gran belleza espiritual. Este mensaje no sólo está vigente y es contemporáneo, sino que rescata las más auténticas raíces culturales andinas. El público que leyó el primer libro en cualquiera de sus 10 ediciones con traducciones a cinco lenguas encontrará en esta continuación no sólo una nueva forma de ver la vida desde los conceptos de la espiritualidad andina, sino también nuevas enseñanzas, en las palabras de AMARU. Enseñanzas que al formar parte de la sabiduría UNIVERSAL, tienen el punto de vista y la percepción de nuestra cultura. Pensamos que las reflexiones que producirán la lectura del libro en cada uno de nosotros constituirán nuevas semillas de cambio que todos esperamos ansiosos, no sólo para evolucionar como personas, sino para propiciar cambios en nuestras sociedades. Antón Ponce de León no sólo es un buen escritor, no sólo es un buen interpretador de los misterios de la espiritualidad UNIVERSAL y Andina, es un hombre cuya vida es una permanente praxis, pues la misión recibida de Nina Soncco es ahora una hermosa realidad: SAMANA WASI. Carlos Milla Vidal Qosqo, junio de 1994

Agradecimiento

El primer impulso es permanente en nuestros corazones: gracias, Rolando.

A Gaby y Andreas, nuestro amor y especial reconocimiento. A Pinky, Maricarmen, Lula, Araceli, Elvira, Beatriz y Antonio, por su ayuda y amor permanentes. A Marie Helen, Mabel, Inty (Rudiger) y Dalila, por su invalorable y desinteresada labor en Samana Wasi. A Zoila y Camilo, por obsequiarnos su tiempo y su trabajo en Samana Wasi. A Estela, Beatriz y Enrique, su cooperación en la preparación y salud de nuestros niños en Samana Wasi. A Ursula, Axel, Marijaria, Jaques, Gerd, Peter y la Asociación Amigos de la Nueva Era de Acuario, que desde lejos nos ayudan permanente y silenciosamente. A Gloria Luz y Norma, por ser “mis secretarias”: gracias. A Ana y Eloísa, por su amor y permanente ayuda. A Janín, Jorge, Luis y sus familias: gracias. A Carlos, Pepe y Wasi, por su inestimable amistad. A Mario y Erwin, por su apoyo para la mejor presentación de este modesto trabajo.

Gratitud

Mi permanente gratitud a Regia, mi esposa, madre, compañera, amiga y hermana, por su amor, sus desvelos y su tolerancia. A la Honorable Municipalidad Provincial del Qosqo en la persona de su Alcalde el Dr. Daniel Estrada Pérez, por la edición de este libro.

Dedicatoria

A Ti Padre, Gran Arquitecto y Sublime Constructor de esta belleza llamada Tierra, que es Tu pura manifestación... como el Universo todo. Al Qosqo, ciudad sagrada de los Runasimi. A mis queridos hermanos de la Hermandad Solar (H.S.I.CH.) en sus retiros respectivos. A mi hermano Yosip Ibrahin (José Rosciano), que ya partió. A Vitko Novi. (Vlado Kapetanovic). A todos los músicos y cantantes de esta tierra Inka en los grupos Metáfora y Arco Iris, en Riña Venero y Marilyn Pacheco, “Pablucha Venero” y Carlos Alvarez. Yo también fui... y seguiré siendo. A mis hijos y nietos.

Prólogo Hay acontecimientos que por extraordinarios, parecen irreales, que por excepcionales, se muestran increíbles, fantásticos, difíciles de aceptar y, sin embargo, son... Cada día estoy más convencido de su existencia e influencia en nuestras vidas. No tengo pretensiones de autoridad, ni de exigir a nadie que las acepte: Es un relato de lo visto, oído y vivido... Él sabe la verdad e intención de estas narraciones. EL AUTOR

Cuando le pedía a Nina Soncco (Véase el libro “Y... el Anciano habló”, del mismo autor.) , maestro Illac Uma, ya fallecido, descendiente de los runasimi, heredero de la tradición kechua y la cosmogonía, su apoyo como confirmación para que la narración de su historia y la mía fuera aceptada,

manifestó que de ninguna manera lo daría, la vanidad era peligrosa. Sería aceptada por todos los seres humildes y limpios de corazón; negada, criticada por escépticos y orgullosos. Pese a esta advertencia, lo hago y seguiré, no es el momento de perder tiempo, simplemente daré mi narración... Dependerá de la honestidad de cada persona. Lo que narraré aconteció después de transcurridos siete años desde mi retorno de la aldea “A” (así llamo a aquel hermoso lugar donde viví siete inolvidables días que marcaron con fuego mi vida para el futuro... Aunque tú no lo creas, mi querido hermano). No tiene mayor importancia el tiempo pasado, su vigencia es permanente como toda verdad y ahora más que nunca, dadas las circunstancias tan difíciles que estamos viviendo. El hombre empecinado sigue pensando ser lo que cree ser y no lo que realmente es: el causante de todo el desastre que vivimos, intelectualizado y vanidoso, confundiendo muchos conceptos. La personalidad debiera ser reflejo de la persona... Pero, lamentablemente no lo es. Conocer y saber también son sinónimos para él y esotéricamente no significan lo mismo. Finalmente, equivocó el camino y buscó a Dios donde jamás lo encontrará... Los criterios deberán ser planteados de nuevo para orientar debida y sinceramente nuestras vidas. Me encontraba como en otras y muchas ocasiones visitando Ccusilluchayco (el lugar de los monos), que se conoce con ese nombre hasta ahora. Está situado a escasos kilómetros al NNE de Cuzco, un grupo arqueológico importantísimo dentro del Parque Arqueológico de Sacsaywamán, entrada a otra dimensión... con un puma esculpido en piedra como guardián (en plena destrucción por acción del tiempo y fundamentalmente del hombre, como ya es habitual); monos tallados en alto relieve en un gran bloque de granito, unos mirando al norte y otros al sur; en la columna de la roca, también en alto relieve, una serpiente zigzagueante... ¿Qué dicen?... Más allá círculos y elipses de diferentes tamaños en alto y bajo relieve, también de fabricación pétrea, simbolizando muchos enigmas esotéricos indudablemente y en franca destrucción por los agentes ya indicados... en abandono ¡Qué pena! Mayor es nuestra pena al constatar que personas comprometidas con el espiritualismo, depredan llevándose pedazos para hacer amuletos. Mientras me preguntaba qué oculto significado se escondía tras esas esculturas silentes, sentí la presencia de alguien tras de mí... El sol me daba

plenamente sobre la espalda, eran las 10 de un día cercano al solsticio de invierno (junio), miraba hacia el oeste contemplando con admiración y respeto ese macizo imponente de esculturas en piedra. Nuevamente tuve la extraña sensación de que alguien seguía a mis espaldas, no pude soportar más y volteé, para cerciorarme quién había llegado sin hacer ruido... ¡Sorpresa! ¡Tremenda sorpresa! Sentí un sudor frío en toda la espalda... ¡Estaba ahí, increíble!... ¡Parecía transparente!, pues a través de él veía las rocas que se encontraban detrás, sin embargo, era tan físico al mismo tiempo que tuve deseos de abrazarlo: ¡Amaru Cusiyupanqui!... Aquel hombre de cabellos canos, padre de Chaska que conocí en la aldea “A” junto al maestro querido y siempre recordado Nina Soncco (corazón de fuego)... ¡Estaba ahí, cerca y detrás de mí! A dos o tres metros de distancia, no más, mirándome muy dulcemente... Tuve miedo, veía los objetos que se encontraban detrás de él, transpiraba y las piernas me temblaban más; quise acercarme, no pude caminar... Levantó los brazos indicándome que no lo intentara... Sonrió, me dio un poco de paz y dijo: —No temas. (¡Sus labios no se movían... pero yo lo escuchaba...!) Su voz retumbó dentro de mí... ¡Era tan real! Totalmente transparente, podía ver tras él hasta el césped del piso y el sol estaba ya casi en el cénit. —He venido a verte porque tenemos que conversar sobre algunas cosas que son muy importantes para este momento. (No pronunciaba palabras, sus labios no se movían, pero yo escuchaba su voz.) No había envejecido nada: su cabellera larga y canosa seguía igual, un poco más raleada tal vez; su porte joven y erguido, alto, no parecía tener más de cincuenta años y sin embargo, cronológicamente debiera estar por los ¡ochenta!, más o menos. Sonrió nuevamente, supongo que mi cara era para reírse o adivinaba mis pensamientos, ¿adivinaba?... ¡Él sabía mis pensamientos! ¡Era el elegido por Nina Soncco como su sucesor! —Estoy y no estoy... (Sus labios seguían sin movimiento.) —No te equivocaste —dijo—. Este es un lugar muy especial. Hace miles de años cuando el hombre había olvidado su pasado y se volvió muy primitivo, llegaron desde estas montañas (señaló al oeste) hombres muy bellos en unos “pájaros metálicos” que se sentaron (posaron) acá, en este mismo lugar, eran igual que nosotros pero más evolucionados (¿lémures?, pensé), que trataron de enseñar las ciencias y las artes, convivieron y se

cruzaron con ellos. Somos descendientes de estos señores, aunque ellos son nuestros descendientes más lejanos... El futuro de ese mestizaje está en nuestro pasado. Este pueblo no supo aprovechar las enseñanzas de estos antepasados: la sociedad hermosa que conocemos como todas estas maravillas que el mundo de hoy admira, fueron construidas posteriormente. No le entendía nada, pero pensé que en ellas duermen nuestros sueños milenarios, nuestro pasado. ¿A quiénes sucedieron los incas? ¿A un estado social y espiritualmente superior? Los muros megalíticos que amamos tanto no fueron construidos por los incas. Una cultura muy anterior y sabia fue la que levantó estas obras ciclópeas. ¿En qué momento?... ¿Heredaron los incas los últimos restos de esa civilización ya dividida y degenerada absorbiéndola para el Imperio? Esa antigua cultura seguramente mantuvo relación con los constructores de las obras gigantes, mohais de la Isla de Pascua Rapa Nui, donde existen actualmente muros muy semejantes a los del santuario de Sacsaywamán (Cuzco) y Tiwanacu (Bolivia). —Los muros de esa isla que estás pensando, son copias de los nuestros... (me sacó de mis reflexiones, pues, estaba como hipnotizado y su voz muy fuerte “me despertó”). —Hay preguntas que no podré contestarte... por ahora —y siguió de la siguiente manera la explicación que me estaba dando—: Luego de un tiempo muy prolongado (cientos o miles de años) se fueron los que quedaron, que ya no eran muchos, en sus “pájaros metálicos” hacia aquellas montañas (al norte) y se perdieron tras ellas. Los restos de varios de ellos se descubrirán recién... Así tal vez acepten que nuestro origen es cósmico... El hombre está de paso en esta tierra, nuestro hogar está más allá de las estrellas: no somos de donde nacemos, sino de dónde venimos... Posteriormente aparecieron otros hermanos nuestros en el Lago Sagrado (Lago Titicaca) con las mismas intenciones y finalmente lograron su objetivo... Mañana irás a Samana Wasi, allí nos veremos nuevamente. —Claro (pensé sin tomar en cuenta sus últimas palabras), la leyenda de Manco Ccapac y Mama Ocllo, los maestros del Lago Titicaca. Además se dice que un tal Reltrán García (mencionado en “Tierra sin tiempo” de Peter Kilosimo), supuesto descendiente del Inca Garcilaso de la Vega, escribió: “...en el terciario, hace casi cinco millones de años, cuando ningún ser humano existía aún en nuestro planeta, poblado solamente de animales

fantásticos, una astronave reluciente como el oro vino a posarse en la Isla del Sol (Lago Titicaca). De aquella aeronave bajó una mujer parecida a las mujeres actuales en todo su cuerpo, desde los pies hasta los senos, pero tenía la cabeza en forma cónica, grandes orejas y manos palmeadas de cuatro dedos”. (Recuerdo también que alguien dijo, creo que acertadamente... “Tal vez Tupac Amaru sea el último orejón con derecho a la tiana...”). Fernando Montesinos en “Memorias antiguas, historiales, políticas del Perú”, en 1638, al mencionar las chinkanas o túneles dijo: “Tiwanacu y Cuzco están unidas por un gigantesco camino subterráneo. Los incas desconocen quién lo construyó. Tampoco nada saben sobre los habitantes de Tiwanacu. En su opinión fue construido por un pueblo muy antiguo que posteriormente se retiró hacia el interior de la selva amazónica...” Es posible, nuestra historia es como un tomín: contiene de todo... Sin embargo, puede ser, puede ser... (Miré nuevamente la piedra de los monos labrados en alto relieve). ¿Qué significan?, pregunté a Amaru Cusiyupanqui. Como no escuché más su voz, volteé para ver el motivo de su silencio... ¡Ya no estaba, se desvaneció!... Me quedé unos minutos más mirando el lugar donde apareció... El sol había pasado su meridiano. Pudo haber sido un sueño... ¿o fue realidad?... Tal vez me dormí... Bueno, mañana tendré la respuesta.

Primer Día

Llegué temprano, se respiraba un aire más cálido en todos los sentidos, pese al invierno: era el hogar, la casa de campo de mis padres y futuras Samana Wasi. Esperé con impaciencia y duda así que salí de la casa y fui hacia Samana Wasi, ¡Estaba sentado sobre una piedra que aún existe en el riachuelo!, me acerqué muy emocionado, se levantó y lo abracé con todo mi amor. Después de saludarlo como me habían enseñado ¡siete años atrás! Ya casi me había olvidado. Qué emoción, era parte de mi vida, de mi familia. Tenía un nudo en la garganta y no podía hablar, al estrechar su mano y al abrazarlo sentí el calor de su corazón, su poncho marrón con rayas verdes y verticales me envolvió y transportó a otra época, las

imágenes tan amadas de Amaru Yupanqui Puma, Nina Soncco, su mujer Chaska, Pumaccawa... pasaron raudamente por mi cabeza con toda la belleza de sus soles iluminando más que el sol de aquella mañana fría de junio, "vi" toda la añorada aldea a la que quise retornar en más de una oportunidad pero que no debía hacerlo por un compromiso de palabra y de honor. Esta repentina aparición sorpresiva, me dejó mudo, pese a que estaba esperando que fuera realidad. —Siempre te sorprenden los acontecimientos y dudas aun teniendo muchas pruebas —me dijo, (Y esta vez sus labios se movieron normalmente. Ya no era una visión.) —Te ayudaré a aclarar algunas de ellas, siéntate —me dijo—. Nuestro maestro Illac Uma Nina Soncco ya se fue y yo su humilde servidor lo he sucedido, tratando desde entonces de seguir sus enseñanzas y compartirlas con los que realmente lo merecen. Como no tengo la sabiduría de él, me equivoco con frecuencia, esta responsabilidad me preocupa mucho. —Maestro Amaru —lo interrumpí—. Tu modestia y humildad son virtudes de los grandes, nuestro querido Nina Soncco no se equivocó, él sabía lo que hacía y desde luego que te conocía muy bien. En mejores manos no pudo haber quedado nuestra Hermandad. (Me dio la impresión de no escucharme y prosiguió.) —Él se fue en la séptima luna llena después de tu partida y este año en el verano pasado se cumplieron siete años de tu visita. ¡Yo no llevaba tan cronométrica relación del tiempo y los hechos! No recordaba exactamente cuánto había transcurrido desde mi retorno de la aldea... me parecía ayer, no más. —Cuando partió el querido Illac Uma Amaru Yupanqui Puma, la choza donde vivía se iluminó totalmente, para los que “veíamos” parecía de día, ¿te acuerdas? —me preguntó. —Sí, maestro —contesté. —Tú eras aún un niño. (Y tú no creo que hayas tenido más de quince años en ese momento, pensé.) —Te repito, tú eras aún un niño, pero con ventajas (facultades) frente a otros, estabas despierto, percibiste la luz y otras experiencias más durante

la noche anterior a vuestro retorno. Tu futuro era conocido para nosotros, difícil, con muchos dolores aun físicos, sí, tu vida fue dura, ¿sufriste verdad? —Sí, maestro, sufrí mucho... —respondí—. Pero ese tiempo ya está atrás, muy lejos. —Así debe ser —dijo—. La felicidad y el dolor son como el día y la noche, tienen que ser aceptados y tenemos que vivirlos. Del mismo modo, cuando nuestro querido maestro Nina Soncco se fue, la choza también se transformó en una campana de luz y nuevamente “otra estrella” en movimiento fue vista sobre el cielo de la aldea... Fueron hermanos mayores muy especiales que pasaron a la dimensión de los Inti; la Pachamama se hizo cargo de su cuerpo y él partió (desencarnó), con otra misión a otros lugares (hizo una pausa larga y como volviendo a están realidad dijo): — ¿Te acuerdas de Quispinga? —No logro ubicarlo—le comenté—. Creo que no recuerdo exactamente quién es. —Ese es uno de tus defectos que hay que corregir (lo dijo en voz baja como para que no escuchara, pero lo escuché). El primer día que estuviste en la aldea y después de la primera entrevista que tuviste con el Illac Uma Nina Soncco, por la tarde fuiste al campo donde trabajaban varios varones y ahí conversaste con algunos jóvenes que descansaban un momento tomando chicha y bromeando, uno de ellos te comentó que su padre había conocido al tuyo y que junto a otros recibió las enseñanzas que él les daba. —Claro, ahora recuerdo, Juan, Juan Quispinga. Es posible que yo también haya conocido al suyo, aunque era muy niño... —Sí, es él, se casó con Chaska, tienen tres hijos, son felices —me dijo—. Y yo quiero mucho a mis nietos. Bueno, es una forma de expresión nada más, y amo a todo y a todos, algo que seguramente ya aprendiste tú también. Es muy importante amar y amarse. El hombre olvidó amarse, por eso no se respeta. ¿Cómo puede entonces amar a los demás? ¡Qué terrible no amar!, por eso se ven tantas caras amargadas caminando por la tierra. No saben gozar de la vida, ni se han entera do (u olvidado) que vinieron acá a ser felices, pese a todo. Inti (Dios) es muy justo, Él no nos ha creado para que seamos infelices, por el contrario todo lo manifestado es perfecto,

la infelicidad la hemos creado nosotros con nuestros actos, es consecuencia dé nuestras actitudes (ley de causa y efecto, karma), ésa es la ley y la conoces como mucha gente que se quedó ahí, conociendo nada más, sin hacerlo sabiduría, es decir, no es su vivencia. Esta y las otras leyes de las que te habló también nuestro maestro (Nina Soncco) se cumplen siempre, nos atenemos a las consecuencias negativas o positivas cuando faltamos o cumplimos con ellas, así de simple y fácil es. —Puede ser fácil y simple para ti, pero no para nosotros —le dije. —Es fácil para el que toma conciencia de la realidad y vigencia de estas leyes, si es cuestión de cumplir con ellas, nada más. ¿O te cuesta obrar bien? ¡Servir correctamente!, eso es todo lo que te piden las normas cósmicas: obrar sin hacer daño a nadie, sin explotar a tu hermano, siendo justo en tu proceder, amando. —Cuánta razón tenía, pero qué difícil... —Todas las religiones “hablan” de la corrección en el obrar, del amor hacia los demás y sin embargo la mayoría de los fieles de esas iglesias no aman, por consiguiente no obran bien y para salvarse esperan durante siglos que alguien venga o regrese para ayudarlos... ¿Sirvió el sacrificio de estos Seres Especiales?, pregunta que debieran contestarme sus aparentes seguidores... Es muy cómodo esperar que alguien venga o retorne a solucionar nuestros problemas. Lo probable es que no venga. — ¿Y el Cristo, maestro? —pregunté. —Interpretaron erróneamente el retorno, esto no acontecerá, como mucha gente cree o espera. El retorno se dará en cada uno en la medida de la toma de conciencia de Su Real Ser, que es El. —Maestro —le dije—, Jesús aconsejó: “Busca la perfección y el resto se te dará por añadidura”, la respuesta a todo está en el interior de cada uno, allá donde moramos. —Inti (Dios) nos hará conscientes de nuestra inmortalidad —dijo Amaru —. Noccan Kani, Yo Soy, es el germen de la inmortalidad, entonces comprenderemos qué es la vida, moriremos para vivir y ser realmente uno mismo, la muerte es el sueño que precede a la verdadera vida. ¡Qué tanto miedo a la muerte física! Debemos temer el incumplimiento nuestro, es

decir, cuando mueras, llora por el muerto... que no cumplió, y no por ti que tendrás otra oportunidad para pagar tus deudas (karma y reencarnación). Lo que tú crees permanente no tiene permanencia, no seas más el sol que nace en el ocaso, el sepulturero del sol, sé el mensajero del alba. Mucha gente anda en las tinieblas y lo que es peor y de mayor responsabilidad, deja que otros caigan en ella; a la oscuridad del hombre no añadamos más oscuridad. Inti (Dios) es Luz, en El no hay sobras. Si decimos que estamos con El y caminamos en tinieblas, somos unos sinvergüenzas que mentimos, es tiempo de ser veraces con nosotros mismos, las actitudes espirituales deben llevarse a la práctica, solamente así progresaremos, el destino del hombre es encontrarse. Amemos a Inti (Dios) que es nuestro padre, fuente de la Gran Energía, Causa Primordial de todo lo que existe como manifestación física y no manifestado como Verdad Absoluta, Energía que vive en el ser más diminuto y simple (átomo simiente) como en el más complejo y consciente, que se supone es el hombre (como entidad individualizada), energía que somos nosotros mismos, como ya sabes. El retorno es la toma de conciencia de lo que realmente somos. Ese Ser maravilloso (Jesús el Cristo) entre otros prodigios que realizaba, curaba en su mayor parte con las manos, nosotros sabemos que las manos son los miembros que trasmiten la energía ¿de la mente y que cuando colocamos éstas (imponemos), lo que estamos haciendo es una simple extensión de la curación por la mente. La mente es la única fuente de toda curación, los médicos (cirujanos) cuando utilizan sus instrumentos para operar, están intentando curar el cuerpo por medio de sus mentes, no de sus instrumentos; por consiguiente, cuando usamos las manos (imposición) la curación se realizaba por la mente. En este momento y esto es muy importante, pide al Padre Inti que mire con tus ojos y toque con tus manos para aliviar el dolor de un hermano. Jesús fue el Inti más grande que llegó a la tierra hasta ahora y el más feliz, era muy alegre, le gustaba jugar con los niños, bromear con ellos, se reía y no era de ninguna manera como lo pintan, triste. Los grandes seres son así, simples y felices. Actualmente lo llaman Jesucristo, tal vez porque Jesús llegó a ser un Cristo que como sabes es un estado de ser y no una persona. Nosotros nos desarrollaremos espiritualmente trabajando dentro de la sociedad en la que vivimos, sirviéndola. El crecimiento no consiste en correr al templo o apartarse (como un asceta) afeitándose la cabeza o haciéndose crecer más el cabello y la barba, poniéndose ropa (túnica o sotana) de colores, trenzas o usando

amuletos llamativos y visibles... El servicio que es una forma de amor, es lo único que nos liberará de las limitaciones que por herencia y educación se nos impusieron. El amor es el que maneja todo y nos empuja hacia la expansión que es vida (la contracción es muerte). La apariencia es apariencia... nada más, no significa nada. Todos los días verás gente disfrazada que quiere parecerse a alguien, ya escuchaste: No es cuestión de usar ojotas (me lo dijo Nina Soncco) o vestirse como nosotros para ser kechua y aún dentro de nosotros mismos, pocos siguen este camino (de Realización). Si amamos, el temor y el pesar desaparecerán, tenemos que ser libres, tan libres como queramos, si en tu cabeza hay libertad, eres libre (depende de la mente), entonces sí se efectuarán los cambios en este peregrinaje por la vida, en este planeta... —calló un momento como queriendo recordar algo y continuó—. Este Ser extraordinario (Jesús el Cristo) podía ‘Ver” el pasado y el futuro, tenía acceso a esas dimensiones (a la memoria de la naturaleza o akasha). Ha sido considerado por nosotros como un Illac Uma del tercer peldaño, que es el más alto que conocemos sobre la tierra: es pura luz que se está fusionando con el Padre, con Inti, es más que un verdadero maestro, trascendió todos los círculos (todas las esferas de creación). (No le entendí la última parte.) — ¿Qué es un maestro?, porque tú eres un maestro para mí —interrumpí. —Maestro (lo dijo muy serio) es un ser especial, una chispa de Inti como nosotros, pero que gracias al esfuerzo espiritual realizado durante mucho tiempo (eones, seguramente, y reencarnaciones) y a las vueltas de santificación ha progresado hasta ese nivel de maestro, es decir, alcanzó un elevado grado de desarrollo. Es un ser de nuestra comunidad que recorriendo el sendero (de Realización) y pasando por varias iniciaciones alcanza conocimientos y facultades trascendentales, entendiendo y comprendiendo la Luz mediante la obediencia de las leyes cósmicas. Ha trascendido la dualidad de la luz y la oscuridad, la bondad y la maldad, el pesar y la felicidad; pertenece y vive en diferentes escaleras de vida (planos de existencia astral, mental), puede estar o no en cuerpo físico. Si está encarnado se encuentra en nuestra tierra cumpliendo la noble misión de ayudar a la humanidad con sabiduría y conciencia, sirviendo a una causa mayor que es el Servicio Universal. Domina el plano físico y el plano espiritual, trascendiendo nuestras limitaciones. Sentirme un maestro, como comprenderás, sería mucha pretensión, es muy difícil ser un maestro, a

muchas personas envueltas por la vanidad les gusta que las llamen así, es peligroso entrar en ese juego. Si existen maestros encarnados deben ser muy pocos sobre la tierra. Para mi reúnes esas condiciones, pensé. Me miró, sonrió y se levantó, me puso su brazo derecho sobre mi espalda y mis hombros, como abrazándome cariñosamente, diciendo: —No vamos a discutir lo que tú piensas, ya sabes cómo es un maestro, conociste dos y creo que puedes diferenciarlos perfectamente... El hombre se equivoca con mucha frecuencia porque permite que esos bichitos (egos) que viven con nosotros nos dominen haciéndonos creer cualquier cosa. Recuerda que el hombre no es sólo un ser físico, sino fundamentalmente espíritu, un ser cósmico, no limitado por el cuerpo material y sus cinco sentidos, ayudado continuamente y guiado por fuerzas y poderes invisibles, pero es tan sordo y ciego que ni se entera de que eso acontece a cada instante; cuando encarna en la tierra es un visitante transitorio de lo que tampoco se entera, viene por un breve tiempo dentro de un cuerpo que lo limita, luego tomando conciencia o no, retorna a su existencia real que está más allá de lo físico para regresar nuevamente (reencarnado) a la tierra en el momento oportuno para seguir ganando experiencia, es decir, y esto también es importante para conocer y recordar: Descendemos a la Tierra en espíritu en el momento mismo de la concepción y desde ese instante somos responsables de la creación de nuestro cuerpo físico que regularmente terminamos de construir en nueve meses. Hace mucho tiempo (miles de años) tras esta concepción el hombre vibró y vivió en la perfección en otros círculos (esferas de creación) porque respiraba con el Creador... Sólo los que piensan y actúan correctamente comprenderán esto. Así que la evolución espiritual empieza con la fecundación del óvulo por un espermatozoide, pensé. —La evolución de todo lo que existe empieza un poco más atrás —me contestó—. Hace algunos millones de años, cuando existían seres perfectos (ángeles) creados por Inti (Dios) que no conocían el bien ni el mal, es decir, las dos partes de todo lo manifestado (la dualidad), Él Padre decidió darles libertad para escoger, así cometieron su primer error, entonces El destruyó todo, lo hizo pedacitos, muy pequeñitos (pulverizó) y así empezó la caída (involución), en esa caída cada vez que chocaban dos pedacitos (partículas)

se repelían violentamente en forma casi instantánea, produciendo chispitas espirituales, parecían fuegos artificiales, hasta que en un momento chocaron (colisionaron) tres pedacitos que se unieron fuertemente, ya no se repelieron más, constituyeron de esta manera la primera manifestación física muy pequeñita de vida (el primer átomo microscópico), y así se inició la evolución, ya no hubo más caídas (involución). Aparecieron primero los minerales y... Esto está medio complicado, pensé. —Te voy a explicar de nuevo, desde el principio, presta atención, no te distraigas. (Realmente tenía paciencia conmigo.) —Esta piedra fina, aparentemente sin vida (inerte), TIENE VIDA —dijo con énfasis, señalándola con mi palo delgado que mojó en el riachuelo—. Lo que sucede es que no tiene vida consciente, pues le faltan aún muchos pedazos (átomos) para completar su evolución mineral, luego vegetal y finalmente animal. Como verás le quedan todavía miles de años para ser consciente. —¿Cómo es eso Amaru? —pregunté—. ¿Hubo únicamente evolución material en todos los reinos? ¿Y la creación? Yo conozco la leyenda de la creación por Wiraccocha. —¿Leyenda como un cuento? Si estás pensando así estás equivocado —me interrumpió—. Para mí es una verdad oculta. Conoces la última parte, hubo hasta ¡tres creaciones! Te voy a explicar cómo aconteció todo y no importa tu opinión... Así fue... Ya comprenderás en algún momento. Amaru parecía ofendido conmigo por haber dicho “leyenda”. —No estoy ofendido contigo —me contestó dándome dos golpecitos sobre el hombro derecho con la rama que aún tenía en la mano. Parece que no puedo pensar “libremente”, pues capta todos mis pensamientos. La historia se repite, lo mismo me sucedía con Nina Soncco... Levanté los ojos para mirarlo y me encontré con los suyos... Sonrió y continuó diciendo: —La gente pierde su tiempo pensando (razonando) si es verdad o no lo que escucha y la verdad está —aunque no lo crea— en todo, como la vida, como Inti. Nuestro Padre creó primero y luego permitió la evolución.

—O sea que hubo creación y evolución —afirmé. —Sí —dijo Amaru—. En un principio el Espíritu Grande, Infinito, respiró y millones de millones de vibraciones salieron de Su Corazón y se convirtieron en las primeras chispas de vida en el Universo, despertaron poco a poco a la conciencia y tomaron forma cuando les llegó el momento con cuerpos muy transparentes, sutiles, puros, no conocían el bien y el mal desde luego... sólo estaban... (Dibujó sobre la piedra plana con la pequeña ramita mojada, líneas ondulantes para simbolizar ese estado de los seres angelicales). Cada una de esas formas empezó un trabajo determinado en la construcción del Universo de acuerdo con los planes del Inti (Dios), que los observó durante un tiempo, luego dijo: Hay que darles libertad para que aprendan... y les dio libertad. Así empezaron los problemas... y continuamos creando problemas hasta ahora. ¡Cuándo aprenderemos! — Dijo con pena y reflexión al mismo tiempo—. Entonces se molestó Inti y destruyó todo; dice la tradición que convirtió en polvo (pulverizó) a aquellos primeros seres espirituales que cometieron falta. Este polvo empezó a caer, simbólicamente se entiende, y cada vez que dos rayitos de sol (dos partículas espirituales) trataban de unirse se repelían violentamente. —¿Se produjo la involución entonces? —lo interrumpí. —Llámalo como quieras —me contestó un poco molesto—. Eran rayos de luz que caían en pedazos muy pequeñitos y no podían juntarse hasta que en un momento aconteció un hecho realmente historico-cósmico para la manifestación: Dos rayitos de sol (partículas) que estaban por chocar y repelerse gracias a un tercero (partícula espiritual) que también caía (átomo simiente) se unieron para constituir la primera manifestación de materia. Así empezó la vida física... y aparecieron los minerales (hizo una pausa como pensando o tal vez estaba viendo algo en la memoria de la naturaleza o akasha , para explicarme mejor, en detalle...). —Sí, estoy viendo algo que te explicaré después. Recuérdamelo. —Ya maestro —le dije con respeto y cariño. —Los minerales más evolucionados, en un momento de la historia, después de miles de años en nuestro tiempo —continuó— se convirtieron en vegetales. Pero las plantas se sentían intranquilas, no estaban satisfechas

consigo mismas, un impulso interno las inducía a algo más elevado, estaban ansiosas de producir al animal. De estas plantas, después de otro tiempo prolongado, las más evolucionadas “crecieron” convirtiéndose en los animales más primitivos. La evolución continuó y después de otro lapso los animales más evolucionados intentaron erguirse porque el hombre ya estaba presente en los animales esforzándose por romper los obstáculos para nacer, en un momento se irguió... Entonces el hombre apareció completando su estructura espiritual, como hombre primitivo... —¿Cómo es eso de la “estructura espiritual”? —pregunté. —Ah, olvidé explicarte esa parte —dijo arrojando al riachuelo la ramita que tenía en la mano, como si le molestara el olvido. —Esta vez sí me molesté conmigo —dijo sonriente y siguió—: Ese rayito de sol que hizo posible la unión de los otros dos fue clave y muy importante, es la semilla de todo (átomo simiente). En recuerdo a semejante acontecimiento cósmico, cada vez que se efectúa una fecundación para dar nacimiento a una nueva vida se produce la unión de estos tres elementos, el que da vida es la semilla que une a los otros dos (dos rayitos de sol), en esa semilla está el soplo de vida y es esta semilla (átomo simiente) que construye, fabrica su cuerpo físico sobre la base de los otros dos, usando los elementos que la madre le prodiga amorosamente, ése es el caso del hombre. Esto debe quedar bien claro, muy claro: Inti, Sol (Espíritu) desde el mismo momento de la fecundación construye el cuerpo que va a usar durante su estada (reencarnación) en la tierra, él es el único responsable del cuerpo que traerá, nadie más. La comprensión de este principio nos evitará sufrimientos y es en el momento de la fecundación cuando también pierde memoria de su Vida, estoy hablando de la Vida Real, no de este pequeño lapso que transcurre sobre la tierra... que para muchos significa toda su vida. —Ese rayito de sol hizo posible que todas las partículas espirituales diseminadas se unieran —continuó Amaru— constituyendo, como te dije, cuerpos cada vez más complejos hasta que en un momento de nuestra historia faltó un rayo de sol, que Inti (Dios) “soplando” (el soplo de vida) introdujo en ese ser todavía animal para completarlo. Desde ese instante se convirtió en el hombre primitivo, completo, individualizado que fue adquiriendo conciencia de sí poco a poco hasta hoy. Somos pues los más

evolucionados de la creación sobre la tierra, pero ¡qué vergüenza! también los más grandes destructores —luego de una pausa, continuó—. A esto me referí cuando mencioné “su estructura espiritual”. Fueron todos los rayos (átomos simiente) solares los que hicieron posible que los cuerpos se mantuvieran unidos en sus partes (fuerza de cohesión, afinidad, tal vez), Como la evolución no se detiene porque siempre es dinámica, los hombres más evolucionados física y espiritualmente se entiende, sobre todo espiritualmente —recalcó— en un momento se transformarán en hombres superiores (superhombres). Este será el futuro habitante de la Tierra nueva que, como sabes, sigue su evolución y nadie la va a detener. La habitarán esos nuevos hombres que estarán en armonía con ese nuevo estado de la tierra, menos pesada, más transparente, sus partes (átomos, moléculas) vibrarán con mucha luz, tendrán otra estructura. Realmente me sorprendió, ya debería estar acostumbrado a sus disertaciones, pero... aun no aprendo; Amaru, con sus claras explicaciones, a veces en mi buen español que yo diría domina muy bien (esto de los idiomas es otro asunto interesante y sorprendente, me explicó cómo , se manejan las lenguas, no entendí muy bien... Supongo que ellos sí lo pueden hacer...) y otras veces en nuestra lengua nativa que es tan dulce y expresiva. Creo que Amaru sí es un superhombre, de los pocos que deben existir sobre la tierra: es un Illac Uma vivo que brilla, se ilumina cuando habla con tanta sencillez sobre lo que conoce y sabe, con tanta humildad y calor cuando se refiere a Inti (Dios), nuestro Padre. Me miraba en silencio, "adivinando” seguramente mis pensamientos, con una mirada muy comprensiva, luego prosiguió: —Como estos nuevos hombres tendrán un tiempo y un espacio diferentes del nuestro ya están apareciendo sobre la tierra, esta Pachamama que está sufriendo tanto por los desmanes del hombre actual, a cualquier edad. Sin embargo, hay niños que sorprenden con su sabiduría y el recuerdo de su pasado, muy natural en ellos, también hay hombres adultos que realizan hechos extraordinarios (son realmente los nuevos alquimistas). Por ahora son pocos, irán aumentando para ayudar en la evolución general. —¿Y la tercera creación? —pregunté, creo que interrumpiéndolo un poco. —Estás apurado, eh —me contestó con una leve sonrisa—. Camina despacio, puedes tropezar y caer... Con toda la urgencia que llevas anda

despacio, pisa firmemente, la prisa no significa correr, como alto no significa necesariamente superior... (Para qué “hablé”, debía haber esperado ¡cuándo aprenderé!). Asimilando debidamente todo lo que escuchas, llegarás seguro con la convicción de que sabes y no sólo conoces... Está muy bien que preguntes, estamos los dos reunidos para aprender, yo aprendo de ti y tú aprendes de mí, los dos nos beneficiamos. Tengo mucho que aprender, pensé. —Yo también —me dijo, poniéndome su mano derecha sobre el hombro, sus ojos brillaban con mucho amor y tolerancia—. Tú conoces la última parte de la creación, que es la que conocen los estudiosos de la historia y que la consideran leyenda, como dijiste hace un momento. El conocimiento que está detrás de la leyenda, hay que aprender a interpretarlo debidamente, a veces tomamos las cosas como las escuchamos y tal vez... no escuchamos bien. Hay que aprender a escuchar lo que no se escucha. (¡Que suerte la mía, tengo otro maestro y qué maestro!, gracias Padre.) —Nuestro maestro Nina Soncco —dije— me habló de esa historia, además ya había leído en algunos libros de historia sobre lo mismo. —Ya sé que te pasaste la vida leyendo libros —dijo riendo—. Los hombres que fueron creados por segunda vez, como conoces, recibiendo el “soplo” que Inti votó por la boca, vivieron en cuevas, bajo tierra, en la oscuridad; cuando se enteraron que Inti se había ido, se rebelaron, enterado éste de la rebelión causó destrucción por segunda vez y luego esculpió en piedra (tercera creación) un hombre nuevo... Y, acá estamos sin querer aprender la lección por “k’ullos” (duros). Nos pasa de todo —rió. Yo también festejé la ocurrencia. —Hay cosas que no entiendo debidamente —recalqué. —Como comprenderás… lo dicho es lo más externo de la creación y la evolución, tendría que hablarte de otros aspectos más profundos y un poco complicados —me contestó Amaru-—. Tal vez no los comprendas o te parezcan cansadores (áridos). Sin embargo, te mencionaré algo: Algún día el hombre, en la medida de su evolución, irá descubriendo y comprendiendo con más amplitud. A nuestro nivel resulta difícil y sobre todo increíble. Nuestro Padre Inti, el Sol Negro que brilla con su propia luz (lámina 1),

Dios o como lo quieran llamar, tú sabes que nosotros también tenemos otro nombre para El... (Asentí, conozco ese nombre), se encuentra ubicado en el centro de todo esto (señaló el cielo), de todo el cosmos, del Universo. Él es el origen y fin de la creación-evolución. ¿Qué puedo decir de Inti? ¿Definirlo? Creo que sería mucho atrevimiento y soberbia. El, simplemente El, desde esa oscuridad visible QUE ES formó diferentes círculos de creación [se puso de pie, es decir, se levantó de donde estaba sentado, tomó otra rama de capulí, le quitó algunas hojas y empezó a dibujar círculos concéntricos (lámina 2)

Lámina 2: Diferentes planos de evolución

y otros más pequeños aislados, como si fueran esferas. ¡Esto se ponía más interesante aun! Me paré yo también, y fue ubicando a los seres que creó originalmente en los diferentes niveles que consideró [señaló algunas esferas (lámina 3)]. Había seres más grandes (evolucionados) que otros, eran los que tenían la responsabilidad de dirigir esos mundos, así aparecieron grupos por todo el cielo (círculos de creación, galaxias). Indudablemente él tenía muchísima razón, me parecía, como siempre.

Lámina 3: Creación del Universo y de las galaxias Increíble lo que estaba escuchando, lo miraba y era otro hombre y al mismo tiempo un kechua sabio, igual a Amaru Yupanqui Puma, a Nina Soncco y seguramente a otros Illac Uma. ¡SI, fue un honor inmerecido conocerlos! ¿Cómo vivieron estos sabios kechuas, tan escondidos que nadie los encontró?... ¿Ya nadie sabe de ellos actualmente?... ¿Tal vez soñé la aldea?, pero... y ¿Lucas, el niño kechua hijo de Yupanqui Puma que vivió con nosotros?... Es una realidad... Este es un sueño, nadie me va a creer, lo mismo pensé cuando estuve con mi maestro Nina Soncco. Es que resulta inverosímil, o... ¿estoy dormido?... ESFERAS DE CREACION... ¡Y cómo explica!, haciendo dibujos con una rama de capulí sobre la tierra húmeda aún por la escarcha de la mañana. Me siento muy emocionado... Padre mío, Tú sabes cuál es la verdad y la intención que llevan mis escritos... Basta con que TU sepas... —Escúchame, no voy a repetir —dijo Amaru mirándome a los ojos. Era un gigante de cabello cano, hablando—, ¿Te sigue preocupando que te crean? ¿O es tu orgullo dañado? Te repito lo que te dijo nuestro maestro Nina Soncco (¡qué humildad!): no haremos nosotros nada para te crean, tú serás el único responsable, usa debidamente tu libertad, tu libre albedrío. Y prosiguió:

—En cada mundo, en cada esfera, en cada sistema solar, en cada tierra como la nuestra, se mueve la vida expresada de diferentes maneras, con un orden y disciplina que Inti dispuso. La evolución está manifestada en diferentes niveles también, de acuerdo con los merecimientos que van adquiriendo las partículas (átomos simiente) y con los cuerpos más complejos que van constituyendo (estas partículas) en su camino ascendente. Como conoces, los minerales son la base de toda esta construcción. Inti es el Constructor (el Arquitecto del Universo). Originalmente todas las cosas están hechas de minerales, existen en el plano físico sucesivamente como vegetales, animales y seres humanos. Gracias a la libertad que les dio la evolución, aconteció en forma distinta en los diferentes mundos (universos), por esa razón es que actualmente hay esferas de un adelanto muy elevado, como éstos (señaló con la rama de capulí en la mano una parte de los círculos que hizo) donde la vida se desarrolla en total armonía. Mira éstos se encuentran en otro momento y así por todas partes... En este grupo (nuestra galaxia), mira nuestro sistema solar (lámina 4)

SISTEMA SOLAR

Lámina 4: Galaxia Vía Láctea

En qué parte está ubicado... Parece una cola espiral, y dentro de esa cola nuestro sistema, es tan pequeñito y en extremo insignificante... Sin embargo nos creemos tan especiales. Somos soberbios, estamos atrasados realmente, con un desarrollo espiritual muy lento... Hay otros mundos que están peor que el nuestro pero trabajando para superar su estado. En este momento, Inti nos ha dado una gran oportunidad, hay que aprovecharla, si no, tendremos que empezar de nuevo en otro planeta denso, pesado como nuestra constitución actual, porque la Tierra ya se prepara para pasar a otro estado, como dije, más superior, habitado naturalmente por seres de ese nivel: cuerpos más limpios, menos densos que entrarán en armonía con esa nueva Tierra. Debemos, pues, usar el libre albedrío debidamente. Es tiempo de aprender. ¡He ahí la diferencia con estas otras esferas donde el ser sí supo usar debidamente su libertad! Nuestro planeta está sufriendo por varias razones que ya sería insulso repetir y no sólo por el mal, sino también por el miedo que tiene el hombre de reconocer el bien. La noche tiene que pasar, el nuevo amanecer será muy brillante... Debemos, aprender previamenté a buscar lo que hemos perdido donde lo hemos perdido y no en otro lugar... que es lo que generalmente hace ahora el hombre. Si perdiste tus llaves en la casa, ¿por qué sales a la calle a buscarlas?, nunca las encontrarás. Tienes que buscar dentro de tu casa, ahí es donde estás, no fuera... —I... A... Uma... (¡Se refería a mí! Siete años que no escuchaba estas palabras con que me llamaban Nina Soncco y sus discípulos, ¡qué emoción!), tienes que trabajar mucho si deseas avanzar y evitar más retornos (reencarnaciones). El trabajo, es decir, servicio e investigación, debe ser tu actividad diaria para lograr el desarrollo espiritual... y tú lo sabes. Bueno, vamos a caminar un poco, creo que ya hablé demasiado acá, el día está empezando y todavía hay mucho que decir y hacer fuera. (¿A qué se refirió? No sé). Salimos de Samana Wasi, la llamaremos así directamente, con dirección norte, hacia las montañas y como no podía ni debía desperdiciar ésta ni otras oportunidades, sin pérdida de tiempo iba a iniciar mis preguntas cuando Amaru Cusiyupanqui, el maestro, mi maestro, sucesor de Nina Soneco, Illac Unía viviente, poseedor de la Verdad que yo conocía y muchas más que yo desconocía, dijo con cierta tristeza:

—Vamos a Chupani, la meseta que guarda muchos secretos que yo conozco y tú también, en parte; mucha gente los ignora y seguirá sin conocerlos mientras no los digas... y después de que te comente ahora. —Lo escribiré maestro —le dije—. Tú sabes que tengo la autorización de Nina Soncco y espero que tú también estés de acuerdo. —Sí, escribirás dentro de unos años más... Todavía no es tu tiempo, cuando llegue será bueno para ti y gustará lo que digas porque hablarás con el corazón más que como escritor —manifestó—. En ese lugar (Chupani), todos los amautas, los verdaderos maestros, vivieron escondidos por la persecución que sufrieron de parte de aquellos incas que tomaron el poder por la fuerza y que ya no eran poseedores de nuestra tradición (iniciados, pensé). —Sí —me respondió Amaru—. Creo que conviene recordar qué es la iniciación, su nombre lo dice, es ir dentro o ingresar, comienzo o inicio de algo, es decir tiene doble sentido, de ingreso y de comienzo o principio de una nueva cosa. Los pueblos en la antigüedad acostumbraban llevar a cabo una ceremonia para admitir a los jóvenes en la comunidad de los adultos (¿el Warachikuy, tal vez?), pero también existió otra forma de iniciación (esotérica) más profunda para grupos pequeños, en religiones ocultas (de misterio o cultos misteriosóficos). A veces usas términos raros para aclarar lo que digo, no sé si realmente aclaran —comentó sonriendo—. En estos casos la iniciación ya es otra cosa, es el proceso de expansión de tu cabeza (conciencia) por medio del estudio y de la práctica muy serios de todo lo que enseñan los maestros, los sabios que permitían al candidato el desarrollo de sus facultades y poderes superiores siempre y cuando éste se hubiera esforzado en llevar una vida superior, limpiando y purificando sus vehículos mental, moral, físico. En tal caso, se acumula un poder interno y se emite una luz que no es visible para todos, en ese momento aparece un hermano (instructor) que sí ve y enseña a usar ese poder acumulado. Esta es la iniciación que puede ir acompañada o no de más ceremonias según los casos. Estas ceremonias eran secretas por la persecución, ahora siguen secretas por tradición o cuidado. Tenemos que aclarar, sin embargo, que ninguna ceremonia puede dar al iniciado lo que la iniciación le enseña a usar, si el mérito no ha sido adquirido por el propio esfuerzo. Esa es la iniciación verdadera y seguirá siendo así. Como te dijimos y es necesario que lo recuerdes siempre: los primeros incas fueran los últimos

conocedores (iniciados) de los grandes misterios de la vida y nuestra real tradición. Esto sí que es sorpresa, pensé. —¿Te sorprende porque no recuerdas? —me contestó. Asentí moviendo la cabeza, no sé para qué pienso en silencio si lo mismo da, siempre se entera. —Alguno de ellos (inca) empezó con ambiciones y tomó el poder indebidamente por la fuerza. Desde ese momento nuestros maestros no quisieron darle el verdadero mensaje (iniciarlos) sino únicamente sugerencias para el mejor desempeño de la función de gobernantes, pero ni siquiera esto escucharon, les importaba únicamente que el pueblo los aceptara porque aparentemente tenían el apoyo de los grandes sacerdotes (que eran maestros) y así el imperio empezó a decaer... Lo demás ya es conocido. Estos (los incas) presionaron a los sabios para que les enseñaran los secretos que poseían y como no lo consiguieron, los apresaron y a más de uno lo mataron: ostentaron, pues, el poder mas no el conocimiento hecho sabiduría... Por esta razón se vieron obligados a dejar sus templos y la Gran Ciudad Sagrada (Cuzco) para refugiarse en algún lugar oculto donde no los molestaran. Así y con el resguardo de un pequeño ejército de gente joven y leal (¡qué importante la lealtad!), salieron y se vinieron al valle del Wilcamayo (Río Sagrado, hoy llamado Vilcanota y más al norte Urubamba), ubicándose en esta meseta llamada Chupani o Pumacchupan (la Cola del Puma) donde vivieron por un tiempo prolongado. Enterados de que habían sido descubiertos, siempre bajo la protección de su “ejército”, partieron hacia las montañas, éstas que tú conoces, bueno... mejor dicho, éstas por las que te llevaron (hasta la aldea “A”), donde se instalaron definitivamente, digo así, definitivamente porque se vieron obligados a realizar ciertos ritos de protección para que nadie siguiera molestándolos y para poder vivir en tranquilidad. Ahí construyeron un pequeño poblado. (¡Qué bello, una aldea de maestros!, pensé...Y yo estuve ahí. ¡Qué honor!) Estos sabios, maestros nuestros, se instalaron con sus familias en la parte más plana del terreno y alrededor de ellos construyeron en círculo sus casas los jóvenes del ejército, que conformaban su protección. Este pequeño grupo de soldados estaba al mando de un joven hijo del Illac Uma de esa época, Ari Tambowacso. Ari significa, entre otras cosas bellas, Estrella. El

nombre de su hijo fue... y ahora es... No deberás repetirlo ni mencionarlo, salvo... No debo escribir más... (me miró con esa mirada severa que no se puede olvidar). —Sí, maestro —dije muy emocionado sin saber qué actitud tomar, INCREIBLE... Recordé de inmediato una escena que “vi” en una visita que realicé a la laguna de Waypo, ubicada entre Chinchero y Urubamba (Cuzco); me quedé como hipnotizado por la laguna, mirando cómo se formaban diminutas olas por la brisa, estuve sentado a la orilla no sé cuánto tiempo y fue ahí que “vi” tras de mí (sin voltear) a un hombre joven atlético que parecía militar inca con todas las características étnicas nuestras y me pareció conocido. Cuando trataba de voltear, la imagen desaparecía, así que opté por no insistir. ¿A quién estaba viendo?... Tenía un parecido a... tal vez... Amaru continuó: —Así creció este pueblo conservando la tradición y comunicándola de boca a oído... Lamentablemente muchos oídos con el avance de esta civilización ya no escuchan, no quieren escuchar, sobre todo los jóvenes que se sienten atraídos por el pantalón que usas (llevaba puesto un blue jean) o la música tan bulliciosa de ahora (tal vez para ocultar su confusión) o por cosas raras para distraer que hay en las ciudades como las ideas extrañas que lo confunden más aun y el afán de imitación (esto me parece). —No saben lo que se pierden, maestro —comenté. —Lo que preocupa es que ellos se pierden y no se dan cuenta —dijo—. Los descendientes de esos seres tan especiales no somos ni la sombra del más pequeño. —¡Cómo habrán sido aquéllos! Si tú y los que conocí son sabios, Illac Urna, verdaderos maestros, ejemplos vivos de lo que es amor por los demás, demostrado con vuestras actitudes de entrega —le dije, pero no me escuchó. —Quedan pocos —comentó—. (Debiera haber dicho “quedamos”). Y cada vez más ancianos... Sin embargo (parece que recobró el entusiasmo), felizmente algunos todavía escuchan y serán los mensajeros de lo que viene, de lo que ya está en plena formación, en plena gestación, de lo que verdaderamente será una revolución (cambio o toma de conciencia). Hay

que dar paso a loa que corresponde en esta época (falta mucho todavía para Acuario) y que tú escuchaste de nuestro maestro Nina Soncco. Es necesario prepararse ahora para ese momentó, claro que no llegaremos con cuerpo (encarnado) a ese acontecimiento... o tal vez... uno no sabe. Tu sí sabes, pensé. —No lo sé—me contestó—. ¿Estás cumpliendo con tus compromisos? ¿Te estás preparando? —Bueno... —No es necesario que me contestes —me interrumpió felizmente—. Pero sí es necesario recordarte las responsabilidades que tienes con el futuro y contigo mismo. Tú conoces y sabes lo que se viene. ¿No te parece que ya es el momento de participar y compartir con las personas que buscan responsable y sinceramente estas verdades? —Sí, creo que sí, pero ¿cómo sé con quién?... —Gente hay —me interrumpió— que con sinceridad pregunta, que requiere con urgencia respuesta a sus dudas. Hay que ayudarlas, pero observa sus vidas, qué hacen y si realmente hay intención, por lo menos, de mejorar. Además creo que en pocos años más podrás escribir y eso servirá a mucha gente, claro que para ese momento tendrás que renunciar a algunas comodidades, ¿no? —Trataré de estar listo para esa prueba, maestro, le consta que sucedió. Tuve que renunciar a muchas cosas sin estar preparado, pues la presión que sentía era muy grande, sacrifiqué a seres que amo mucho, fue muy difícil pero lo hice. Había que tomar decisiones, me di cuenta después que no había renunciado a nada... ¡Qué engañados andamos por esta tierra hasta que nos quitamos las vendas! Los apegos desaparecen, podemos "ver” claramente el camino que nos tocó recorrer esta vez. —Sin embargo —le dije— aún no encuentro palabras para expresarme debidamente y llegar con el bello mensaje que me dio nuestro querido Nina Soncco. El conocimiento debe servir para crecer espiritualmente por medio de la acción y no solamente para imitar físicamente al que nos enseñó. —Así es, hay todavía mucha gente preocupada por la forma, y el destino del hombre se define por la no- forma; es decir, sigue interesada en la parte

externa del conocimiento... Sin servicio no hay crecimiento, ésta es una ley (y no es humana) —lo dijo con firmeza, no cabía más.— ¡Qué mañana tan bella! Un poco fría pero clara y límpida como todo el Valle Sagrado de los Incas, llena de sol; Inti enviaba sus primeros rayos sobre Chupani, que siempre llegan tardíamente, porque está entre montañas altas. Llegamos al puentecito de troncos, lo cruzamos y subimos rápidamente a la meseta por su vértice (su forma es triangular, bañada por los riachuelos de buen caudal: P’acchac y Sut'uc, que se unen justamente en el vértice de la meseta, que mira al suroeste). Allí estaba y seguirá seguramente por tiempo indeterminado esa enorme piedra que forma una cueva... muy recordada por mí. —Descansemos un momento —dijo el maestro—. Los años pasan y doblegan, los movimientos se hacen más lentos y hay que caminar con cuidado para no caer. —Tú que viniste caminando (¿caminando?... ya no sé) desde la aldea “A” que no está precisamente a la vuelta del Koriwairachina (“donde se ventea el oro”, es la montaña base de Chupani) —dije— no puedes decir que los años te pesan, estás tan bien que no parece que hayan pasado —me interrumpió riendo y sentándose sobre una piedra plana, que también se conservará por los siglos de los siglos y que cada vez que visito me da la impresión de “verlo” sentado ahí,.. Me invitó a sentarme a su lado, le pasé una naranja, la saboreó con gusto, luego de unos minutos de silencio se puso dé pie haciendo un gesto para que lo imitara y siguió subiendo por el lado izquierdo de la meseta, después de quince minutos de marcha aproximadamente, doblarnos hacia la derecha y cruzamos hasta la otra quebrada, continuamos subiendo en silencio, pues me había enseñado a caminar sin hablar para no fatigarse, actitud que también adoptaba mi padre en tales ocasiones, así llegamos hasta una abertura en el precipicio que era el caminíto de bajada al riachuelo llamado Pachcac, que desde esa altura se veía muy bello con un remanso silencioso de agua cristalina, rodeado de amplio césped amarillento (estábamos en pleno invierno). No sé cómo ni en qué momento, ya que no me percaté, Amaru tropezó antes de empezar la bajada sin darme tiempo a sostenerlo y cayó peligrosamente en el intento de asirse de una piedra que se le cayó sobre la mano izquierda dañándole el dedo índice, me apresuré a ayudarlo para que se levantara. El dedo herido empezó a hincharse, pensé en ese momento que la uña, en unos días más,

se le caería. Se paró, sacudió el polvo de su ropa y de inmediato miccionó sobre el dedo que ya estaba muy hinchado y seguramente muy dolorido también. Me sorprendió. —No te sorprendas nuevamente —me dijo con un gesto de dolor—. Tienes muchas cosas que aprender todavía. ¿No sabes acaso que los orines tienen propiedades curativas? —Cuando era niño cada vez que tenía dolor de oído en el campo, mi madre me ponía dentro de la oreja unas gotas y se me iba el dolor, también los usaba para la sequedad de las manos en invierno y de la piel en general, más no sé —le comenté. Bueno, no pensaba hablar sobre esto, no se me ocurriría jamás, porque suponía que todos lo conocían, pero por algo sucedió el accidente, nada se produce sin una causa, así que antes de bajar hablaremos sobre los orines —se acomodó sobre una piedra lo más cómodamente que pudo y me dio lo que para mí fue una clase maestra sobre las “cualidades” de este “desecho” que, luego me enteré, Mahatma Gandhi tomaba en sus ayunos: creo que es decir mucho; y en diferentes lugares de la tierra se usa “caseramente”. Entre otras cosas me mencionó la cura del cáncer, la artritis, el reumatismo. ¿Se imaginan?, la gente que lo toma, así como lo leen, lo toma, rejuvenece. Es llamado muy propiamente y con justicia “el agua de la vida” y para sorpresa de muchos, la Biblia lo menciona claramente en Proverbios 5, hablándonos del “agua de tu cisterna” (versículos 15- 18), por lo menos está en la Biblia que tengo entre mis manos del año 1903, editada en Madrid (España), cuya carátula dice: “La Santa Biblia, que contiene los Sagrados Libros del Antiguo y Nuevo Testamento —Antigua versión de Cipriano de Valera, del año 1602. Cotejada con diversas traducciones, y revisada con arreglo a los originales hebreo y griego— Madrid-Depósíto Central de la Sociedad Bíblica B.Y.E., calle de Leganitos, 4-1903”. Además, hay libros en circulación (El Agua de la Vida, de John W. Armstrong; Eignanz Besonderer Sast- Urin, de Carmen Phomes) dedicados a investigaciones realizadas sobre los orines. No llevé cuenta del tiempo, miré su dedo herido, la hinchazón había disminuido visiblemente. Se apoyó en mi brazo izquierdo, agarrándose fuertemente y dijo: —Bajemos, ya el sol está pasando al otro lado (el cénit) y refrescará un poco, debemos volver a Samanu Wasi, pues mañana muy temprano

retornaremos a este remanso donde tú pasarás por otra experiencia que necesitas después de siete años —me dijo caminando muy lentamente. Es que la pendiente es fuerte y había que bajar con sumo cuidado, sobre todo después del accidente. Terminamos de bajar, cruzamos él riachuelo de agua helada y cristalina que viene directamente de loa nevados y miré su dedo ¡estaba prácticamente curado, no había hinchazón!... Ya no quise comentar nada. Quedó en mí una curiosidad y como el camino de retorno era suave, plano, sin peligros, le pregunté: —¿Qué experiencia, Amaru? —Mañana hablaremos de eso —me contestó y en total silencio descendimos hasta Samana Wasi, donde tomamos una sopa de verduras, muy rica y caliente, buena para el frío y mientras luego saboreábamos un mate de hierbas aromáticas, comentó lo siguiente: —El cuerpo humano debe ser respetado y querido siempre, así no se enfermará y cuando esto suceda —si sucede— por razón de edad, accidente o descuido, tratemos de mejorar su estado con un trabajo mental, que, como ya sabes, es lo primero que debemos aprender para dominar la materia: en la mente está la causa de todo y los pensamientos bien manejados producirán efectos muy positivos. De esto quiero hablarte: La última célula de tu cuerpo tiene conciencia y es a ella a la que hay que llegar con mucho amor para lograr una respuesta adecuada. Si le “hablas” con cariño te responderá de la misma manera, con amor; esto requiere seriedad y convicción, estar seguro de que este fenómeno mental existe y funciona, inténtalo ahora, porque mañana lo vas a necesitar, por ejemplo, imagínate que tu estómago funciona mal, trata de verlo (visualizarlo), “míralo” en detalle, lo más claramente que te sea posible y envíale con un pensamiento de salud mucha fuerza (prana) que se convierta en luz y “verás” cómo se ilumina totalmente y tiene brillo. Esas lucecitas como fuegos artificiales tocan suavemente las paredes del estómago hasta excitarlas en su integridad, empezando así su recuperación. Complementarás con mates de hierbas curativas hasta su total restablecimiento, desde luego podrás usar también otros medicamentos, depende de la enfermedad (medicación halopática y homeopática), pero fundamentalmente el trabajo mental es lo esencial; este mismo ejercicio servirá para cualquier dolencia. Además de

la curación del cuerpo físico, es necesario su control permanente y estar siempre atento observando su luz (aura-de salud) para recibir una respuesta adecuada cuando sea necesario. Tu cuerpo sabe controlar, entre otras cosas, la diferencia de temperaturas que se produce en el ambiente, por ejemplo, sentirá menos frío del que reina en un momento si así lo desea o menos calor en un verano sofocante (como un termostato); la práctica te llevará a controlar adecuadamente tu cuerpo, la gente siente más frío o calor de acuerdo con el pensamiento que tiene en ese instante. Puedes aplicar este principio a todo, en tus actividades diarias te ayudará mucho. La gente tiene profundamente en su cabeza (subconsciente) más de una vez la idea de frío o de calor y no se entera (no es consciente), entonces hay que cuidar también lo “profundo” para no tener pensamientos que posteriormente nos perjudiquen. Todo es mental externamente (conciencia) o profundamente (subconciencia). El cuerpo responde a cualquier orden, mejor si es amorosa. Hay que aprender a darla. —Bueno, pues, dicho así parece simple —comenté. —Lo es, si le dedicas unos minutos de práctica diaria —me contestó el maestro—. Claro que ahora ya no tienes mucho tiempo para lo de mañana. Tendrás que reflexionar rápidamente y meditar sobre todo lo que has escuchado, no te puedo explicar más. —Sin embargo, creo que sí puedes decirme qué haremos mañana en Chupani —repliqué. —Para aprender a nadar tienes que tirarte al agua tomando todas las precauciones, claro; si no te ahogas, ¿verdad? (me miró). Así mañana te tirarás al agua para aprender...—dijo. No entendí a qué se refería, en ese bello remanso no hay la suficiente profundidad para nadar... En fin, esperaremos a mañana. Nos fuimos a descansar.

Segundo Dia

No pude dormir bien. Pasé la noche, por lo menos eso pensé, tratando de recordar todas las palabras de Amaru, el maestro; sin embargo tengo la impresión de haber soñado en algún momento con el riachuelo de agua cristalina y fría que de un instante a otro se convirtió en un río caudaloso y profundo donde me hundí. El agua me cubría todo el cuerpo hasta el cuello, trataba de asirme pisando pero no tocaba el fondo, algo me detuvo, permanecí inmóvil, no podía mover los brazos ni las piernas... quería salir y no había forma... luego no sé qué pasó... me vi tendido sobre el césped... y desperté. Aún estaba oscura la noche, no sé qué hora sería... Demoró el amanecer, el sueño no me gustó... pero supongo que fue consecuencia de las palabras que me dijo ayer Amaru. Finalmente llegó el día, muy claro, así que me levanté; Amaru bien abrigado con su poncho ya se encontraba fuera de la casa de mis padres esperándome, lo abracé y partimos de inmediato a Pumawanca para llegar antes que el sol a Chupani; no subimos a la meseta, seguimos el caminito de la derecha basta llegar al remanso donde, para sorpresa mía, nos esperaban once “ancianos” (es un decir, eso de ancianos, porque no aparentaban más de cincuenta o sesenta años, con Amaru eran doce), todos kechuas, que lo saludaron en la forma acostumbrada. A mí... me ignoraron, saludé en voz alta, me contestaron cortésmente pero ni me miraron. Amaru Cusiyupanqui se quitó el poncho, todos lo imitaron y formaron un círculo a mi alrededor, se sentaron sobre sus ponchos y el maestro, dirigiéndose a mí (que me encontraba de pie), dio una orden, porque no era otra cosa: —Desvístete. —¿Cómo? —dije confundido—. ¿Qué me desvista? —Sí, desvístete —reafirmó con severidad (a buen entendedor, no tenía alternativa, pocas palabras; me desvestí con el frío tremendo que como siempre hacía antes de la salida del sol y por añadidura estábamos en pleno invierno...) —Métete en el río —fue la segunda orden de Amaru, se lo veía muy serio. Así lo hice, entrando dentro de un “témpano de hielo”, esa impresión tuve. Todos con sus ojotas puestas también se metieron en el agua (digo así porque yo estaba descalzo). —Échate —volvió a dirigirse a mí por tercera vez muy seguro de que obedecería... Qué podía hacer. Titubeé, pero no me dieron tiempo de

reaccionar, pues me agarraron todos y me sumergieron hasta el cuello echado horizontalmente con los pies en el sentido de la corriente. Me veía hecho un “cubito de hielo”, iba a gritar por el dolor causado por el frío intenso cuando escuché un canto mantrámico, sí, era un mantra que me impresionó tremendamente... y desde ese instante no sentí nada más, ni frío ni calor, me quedé flotando boca arriba, los miré, ellos también me miraban muy serios y me atajaban con sus pies para que la corriente del agua no me arrastrara, estaban formados en círculo dentro del río y a mi alrededor, siempre entonando esa rara melodía, extraña, misteriosamente agradable al oído... después no sé... los sentí muy lejos, como si se alejaran cantando; sin embargo, estaban parados ahí, sin moverse... algo sucedía en mi mente y mis ojos obedecían... Me levantaron, parecía un témpano... ¿cuánto tiempo transcurrió?... me tendieron sobre sus ponchos extendidos sobre el césped y me cubrieron con otros, frotaron todo mi cuerpo... yo sólo miraba, no podía mover ningún miembro, estaba como hipnotizado... Luego me pusieron de pie, todos alzaron sus ponchos e hicieron otro círculo con ellos en torno de mí, sentí calor como si saliera de alguna estufa, no tenía peso en el cuerpo, ¡me daba la impresión de no tener cuerpo! Flotaba, los veía desde arriba, todos parecían iluminados por una luz que les salía de la espalda como cuando el sol empieza a aparecer tras una montaña, con esa intensidad; La luz se hizo muy fuerte, me molestaba en los ojos, no podía verlos, todo brillaba. Tuve una serie de sensaciones bellísimas, indescriptibles... Podía ver toda la meseta de Chupani y un punto de luz muy brillante en el río que cruzaba un campo amplio cubierto de césped. ¡Eran ellos!... Me puse a llorar... Escuché una voz, parecía la mía que me decía: “Desde el comienzo sin principio, desde su aparición sin nacimiento. Flota y gira por los espacios creados y no creados antes del Principio. Es el punto de partida de lo visible e invisible...” No sé qué otras cosas más. Estaba muy emocionado. ¡Tanta bondad conmigo! ¡Tanto amor para mí, sin merecerlo! ¡Cuánto para mí sin haber dado nada! Un tratamiento excepcional conmigo sin ser como ellos... pero... ¡Debiera serlo! ¡Qué responsabilidad...! Pisé tierra, el césped aún húmedo... Amaru ordenó que me vistiera... luego me dio un abrazo lleno de ese amor tan grande y visible en estos maestros, que traté de corresponder de la misma manera. Todos lo imitaron, recién en este solemne momento me miraron y dirigieron algunas palabras de felicidad, después de abrazarme.

—Pensé en un momento que no resistirías —me dijo Amaru. Está la posibilidad de irse al otro lado (desencarnar) en estos trances... alguna vez sucedió... —Yo también pensé que me moría —le contesté con lágrimas aún en los ojos— pero acá estoy y parece que debo continuar por buen tiempo todavía, ¿no? En este momento apareció una anciana (no tan anciana). ¡La esposa de Amaru! Con una sonrisa muy bella en los labios y un p’ucu con líquido muy caliente entre las manos, que me entregó para que lo tomara (pensé que era la misma pócima de la primera vez...). Era una infusión muy agradable de hierbas aromáticas; todos se sentaron y compartimos tostado de maíz con el mate. Después de beber y comer, me acerqué, abracé y besé fuertemente, con todo el amor que sentía, a la esposa de Amaru Cusiyupanqui, Urpi (paloma), que me correspondió en la misma forma. Era una mujer blanca por dentro, con una mirada dulce que daban sus ojos negros brillantes. Me recordó a la esposa de Nina Soncco, solamente que Urpi era un poco más alta. Me invitó a sentarme a su lado. —Felizmente pasaste la prueba, estábamos preocupados —me dijo Urpi cariñosamente agarrándome de una mano; mientras me sentaba y, no sé de dónde, aparecieron dos lindas jóvenes y un muchacho ataviados con bellos trajes típicos de colores vivos. Se veían muy especiales, como para asistir a un acto también muy especial, sí eran trajes de fiesta. Tras ellos también entraron en escena tres jóvenes varones vestidos igualmente, con sus quenas, zampoñas, un bombo y algo más, que se ubicaron al lado de Amaru, quien extrajo otra quena debajo de su poncho y empezó a tocar una melodía que me hizo "carne de gallina” todo el cuerpo. Era triste en extremo y muy fuerte, fue un solo de quena que indudablemente estremeció toda la quebrada de Pumawanca, deben haberla escuchado a mucha distancia. Todos oímos en silencio, imperceptiblemente fue cambiando la música a medida que disminuía de volumen hasta hacerse casi inaudible, en ese momento el sonido de una zampona grave tras de mí, me hizo “saltar”, pues me sorprendió: y continuaron las quenas muy suavemente en un trío melódico que fue aumentando de volumen... Las jóvenes empezaron a palmear, mientras el muchacho se movía cadenciosamente al ritmo de un bombo que inició su ingreso también suavemente. En este instante de nuevo el sonido agudo de la quena de Amaru estremeció el ambiente pero

con otro ritmo, parecía un huaino con mezcla de “afro”. El bailarín comenzó a palmear con fuerza, las jóvenes a bailar... ¡Qué hermoso! ¡Nunca había visto una danza ritual tan bella...! Palmeaban los tres, Amaru llevaba el compás con las piernas, daba la impresión de que en cualquier momento él también bailaría, pero no fue así... todos se contagiaron de esta extraña melodía, yo también empecé a moverme y una de las jóvenes me tomó de la mano jalándome muy suavemente hasta la orilla del río (dentro de mí pensé ¡otra vez!) y me dio un pequeño empujón, muy simbólico diría, para que metiera los pies en él, momento en que la otra joven me tendió la mano para ayudarme a salir con un gesto hermoso de protección. ¡Qué simbólico! Luego las dos unieron sus brazos manteniéndome en el centro mientras continuaban danzando. Me sentí transportado a la aldea “A”, fue el primer pensamiento —seguido de una visión— que tuve en ese instante. Parecía marcado, la música ya no era triste, por el contrario era muy alegre, invitaba a ver todo lleno de colores, con alegría, optimismo, deseos de vivir... Nuevamente las dos me tomaron de las manos y me condujeron al lado de Amaru... La música y la danza continuaron, no sé cuánto tiempo más... Fue bajando de volumen y en forma simultánea desaparecían tras unos árboles todos los que actuaron ¡para mí!... No los vi más, se fueron... ¡Que regalo!... Silencio, Amaru permaneció como abstraído unos minutos más, luego se puso de pie y con mucha seriedad dijo cariñosamente: —Ha sido un acto especial para un hijo y hermano especial en un día que será muy especial también a partir de hoy. Ya que hoy 22 de junio ¡fundarás Semana Wasi...! ¡Ya no pude más, fueron muchas emociones...! Me quedé con ese nudo en la garganta que no te deja respirar ni llorar hasta qué “estallé” en un llanto de niño que no terminaba nunca. Me abrazaron nuevamente los doce, que fueron los únicos que quedaron ahí, no pude ni despedirme de Urpi, esposa de Amaru... Después de transcurrido otro tiempo prudencial, Amaru dijo: —Tenemos que despedirnos. —¿Tan pronto te vas? —pregunté sumamente apenado. —Ellos parten a la Aldea de retorno, solamente bajaron para este acto — dijo Amaru—. Tú y yo bajaremos a Samana Wasi, tenemos que conversar

de varios temas todavía, que deben ser aclarados desde nuestro punto de vista, siempre respetando el parecer ajeno. Así que con tristeza y agradecimiento al mismo tiempo, tuve que despedirme de cada uno de ellos, quienes partieron hacia las montañas perdiéndose prontamente en la exuberante vegetación de esa parte baja de la meseta; al separarnos, uno a uno me dieron el abrazo que solamente ellos pueden y saben dar... Llegamos a Samana Wasi, el sol había pasado el mediodía, comimos frugalmente y el maestro, no me cabe la menor duda de que lo sea, se levantó y salió hacia el jardín donde florecían aún, pese al crudo invierno, las hortensias que mi madre cultivaba con mucho amor junto a otras flores, desde mi niñez. —¿Te acuerdas de tu mamá, verdad? Estás pensando en ella —me dijo en cuanto llegué a su lado. —Sí, maestro. Está un poco delicada en Cuzco y me preocupa —respondí. —Tú sabes que en cualquier momento todos tenemos que partir, debes comprender esto para estar más tranquilo —me dijo—. No es el caso de tu mamá ahora. Sufrimos por falta de comprensión, ten en cuenta esto: cuando comprendemos desaparece el sufrimiento y comprensión no quiere decir falta de amor... Ellos van a venir hoy —me dijo con satisfacción, —Pero, ellos saben que yo vine, no que tú estás acá, yo no les comenté nada. ¿Debí avisarles? —pregunté. —Claro, está muy claro, ¿qué ibas a decir de mí, si tenías tus dudas? —me contestó sonriente—. Él sabe que estoy acá, llegarán por la tarde. —Estas flores son lindas, aquellas otras también —comentó acariciando hortensias y rosas—. Están felices por nuestra presencia. ¡Y cómo no!, pensé. ¡Con semejante visita...! —Ellas nos sienten y nosotros podemos sentirlas también. Tú sabes que es posible convertirse en plantas, animales y también en rocas ¿verdad? —me preguntó. —He escuchado algo así —comenté— pero…

—Esto es necesario aclararlo —me interrumpió—. No nos convertimos en ellos precisamente, pero sí podemos entrar en sus cuerpos y sentir como ellos, lo cual es diferente. Convertirse en ellos sería casi una vuelta al pasado (involución) y eso ya no sucede hace muchos miles de años. Esta práctica requiere mucha dedicación y convicción de lo que se pretende hacer. Si “entramos” por decirlo así, en un cóndor, nos convertimos en él, sentimos el vuelo con la sensación de flotar en el aire, de buscar alimentos cuando tiene hambre, de gozar desde las alturas de un panorama amplísimo en los valles... Tendremos otra visión y otro concepto de libertad también, sentiremos el latido de su corazón, su respiración. Lo mismo nos sucederá o en forma semejante si nos “convertimos” en un puma. Su fiereza, su olfato serán características “nuestras”... ¿entiendes? —Trato de entender maestro —contesté. —Es entrar en armonía con todas las células de ese cuerpo —continuó— demostrándoles amor y respeto. Con este maestro hay que estar muy atento para aprender y hay que observar sus actitudes, si no me sorprende a cada momento con sus palabras, pensé. —Así es, hay que estar siempre atento y esperar lo inesperado en cualquier circunstancia —comentó—. El mover objetos tiene similares características (telekinesia) con algunos detalles más que aprender en la práctica, es decir, en síntesis, hay que entrar en armonía con el objeto para que éste responda a nuestros requerimientos. Tu convicción y el amor que le pongas ayudarán para que se produzca. No olvides, todo tiene vida. —¿Y con las personas como nosotros, es decir, con los humanos comunes, corrientes, que constituimos la mayoría, también funciona? —pregunté—. ¿Podemos entrar en sus cuerpos? —Claro que sí. Se realiza en casos especiales y con mucho respeto como en los anteriores, quiero decir que la vida privada de un hermano de nuestro nivel merece también toda nuestra consideración, entonces es “entrar” en él para ayudarlo y no por curiosidad simplemente; "convertirse” en un hermano así, exige mucha responsabilidad, felizmente no es fácil lograrlo, ya sabes que entre tener información (conocimiento) y hacer (saber) hay mucha diferencia y distancia. Esta posibilidad no se nos da a todos, siempre

estamos propensos a abusar y aprovechar, requerimos entonces cumplir con ciertas condiciones. Sin embargo, hay que recordar que por razones de deudas anteriores (karma) algunas personas sin el suficiente desarrollo espiritual traen no pocas "ventajas” (facultades paranormales) desde su nacimiento, justamente para que dándole buen uso puedan superar sus problemas, lamentablemente la mayoría de ellas no aprovecha debidamente esta excelente oportunidad de crecimiento y se pierden en la vanidad haciendo mal uso de éstas. La deuda que acumulan es tremenda, vivirán pagando y morirán debiendo. Una cosa es tener “ventajas” (facultades) como añadidura de un desarrollo espiritual y otra por deudas, entonces hay que diferenciar también: no siempre las personas que tienen “ventajas” son desarrolladas espiritualmente, nos equivocamos si creemos que es así. —Conozco personas y en buen número con algunas facultades despiertas, pero su proceder como humanos es un desastre —comenté—. Es cierto, hay una gran diferencia entre decir y hacer, entre parecer y ser, entre nivel de vida alto y nivel de vida superior... Estamos equivocados y vivimos engañados y engañando. ¡No vale la pena vivir la vida así!... En una tierra tan bella no se puede vivir para morir... Tenemos que cambiar urgente: honestidad, honradez, limpieza en nuestros actos son necesarias para crecer, si esto es lo que buscamos y deseamos. Hay que recuperar los valores. —Primero debemos preguntarnos —dijo Amaru— ¿qué queremos? para orientar debidamente nuestras vidas; es decir, ¿qué queremos para nosotros? sin ser esto egoísmo, porque si nos sentimos satisfechos con lo que queremos y hacemos, nuestra actitud redundará en beneficio de todos los seres que amamos y que se encuentran cerca, pues. Nos sentiremos muy bien, con libertad de acción, sin presiones ni sofocados por el ambiente — continuó—. Es triste sentirse defraudado por no hacer lo que queremos. Si logramos aclarar este sentimiento de satisfacción por saber lo que queremos, no sólo nos sentiremos armónicos con nosotros mismos sino que descubriremos la misión que nos corresponde, esta vez como responsabilidad frente a los demás, ya que como sabes, la vida es fundamentalmente servicio. Si comprendiéramos esta acción en su dimensión humana todos estaríamos prontos a ayudarnos. ¡Qué pena que no sea así!, pensé.

—Déjame solo un momento —me dijo. Y así lo hice. El sol llegaba a su ocaso y por consiguiente el día también, pronto entraríamos en la oscuridad de la noche, caminé sin apuro hacia Animasniyoc o Almacunayoc (el lugar de los espíritus, se conoció con estos nombres por centurias), hoy Samana Wasi, que se encuentra ubicada detrás de la casa de mis padres. Empecé a soñar despierto, la mañana fue muy fuerte para mí, tremendamente impresionante, me marcó para toda la vida, todavía sentía esa sensación de vacío, de no peso, en fin... algo cósmico... Miré lo que sería en breve tiempo una realidad, con niños y ancianos abandonados que dejarían de serlo, caminando y jugando felizmente, seríamos una familia y no otra cosa, en permanente crecimiento, sin limitaciones de ningún tipo, “veía” los jardines, los módulos para los niños al frente de la casa grande que sería la primera y más abajo la de los ancianos; el espacio parecía suficiente, pero “mirándolo” así, pareciera que no me iba a alcanzar, pues faltaba lugar para una piscina pequeña, una canchita múltiple para que jugaran ahí, juegos infantiles, no me costaba soñar. ¡Ah!, un lugar de meditación urgente. En la casa grande alojaríamos al comienzo (ya estaba en construcción) a todos los adultos que fueran a colaborar desinteresadamente. —Estoy seguro que lo lograrán —escuché sorpresivamente la voz de Amaru que había llegado inadvertidamente, como siempre—. Inti (Dios) te apoyará siempre. —Sí, maestro —le dije—. Lo lograremos con toda seguridad. Es una obra de bien que emprenderemos con mucho amor y sin ningún interés subalterno. Lo inauguraremos un 22 de junio, como sugeriste esta mañana. —Es una fecha muy importante (solsticio de invierno) —acotó— por varias razones que comentaremos en algún momento u otra oportunidad. —Tenemos el apoyo de ustedes y de Dios —continué—. No puede fracasar, hemos tomado conciencia de nuestra misión y que debemos hacerlo como una responsabilidad frente a la humanidad: de ahí saldrá un nuevo hombre, totalmente equilibrado, armónico, con sus facultades despiertas para el servicio y el anciano vivirá feliz hasta sus últimos días sintiéndose aún útil.

—Samana Wasi tiene una misión muy grande, todavía no son conscientes ni imaginan la magnitud que alcanzará, es que tiene que ver también con lo que será el hombre en el nuevo tiempo que se avecina —como dices— (Acuario, nueva era) —recalcó—. De Samana Wasi debe salir un hombre diferente del actual, sus “ventajas” (facultades) estarán en actividad para que las use en bien de los demás; tendrá un gran desarrollo espiritual. Los niños que lleguen serán escogidos seguramente por deudas anteriores (karma.) o por ser espíritus viejos que retornan (reencarnan) a la tierra a realizar una obra misional que beneficie a toda la humanidad. Como verás, el trabajo es muy serio, arduo y de suma trascendencia; no será un juego o pasatiempo el que debes desarrollar acá, también habrá dificultades de todo tipo. No olvides, los ancianos que lleguen también tendrán su parte, deudas (karma) y otros motivos más que los traerán hasta Samana Wasi. Será el centro del que irradiarán ideas para constituir otros lugares similares sobre la tierra, para ayudar positivamente al desvalido. No debe ser una casa más para abandonados, tiene que ser una familia, que así lo entiendan todos los que trabajen contigo. —Maestro querido, pretendemos todas las cosas que dijiste, sin vanidad alguna, “apuntamos a eso” —contesté muy entusiasmado— porque ésa es nuestra intención: No buscamos promocionarnos, ni publicidad, ¿para qué? Creo que finalmente somos conscientes de la labor desinteresada que realizaremos en el tiempo. Sabemos lo que queremos. —Sí, yo sé también —me contestó, como siempre-—. Llegará gente a colaborar contigo, hermanos que también necesitan vivir la experiencia en bien de su crecimiento espiritual. Muchos de ellos vendrán sin saber por qué y sin embargo habrá una relación anterior (vidas pasadas) entre ellos y los niños, los ancianos y particularmente contigo: Tú vas a mentir, pero no es necesario que se los digas... Fundamentalmente más de uno se encontrará consigo mismo y descubrirá quién es (¡qué importante!, pensé), otros perderán la oportunidad y simplemente se retirarán y creo que muy pocos llegarán a reconocerse entre ellos... Dependerá del trabajo que realicen. No faltarán los curiosos y criticones, ésos no demorarán en retirarse prontamente, (felizmente, pensé). Tendremos de todo y servirá para todos. —Es decir —pregunté—, todos tendremos nuestra oportunidad, ¿verdad?

—Sí, esperemos que la mayoría aproveche debidamente su vida y su tiempo en Samana Wasi —me contestó. —Vamos a descansar, ya anocheció y hace un poco de frío. No tanto como esta madrugada, pensé. Me miró, río y me acarició la cabeza suavemente, sentí toda su energía como si me hubieran sacudido. Retornamos a la casa de mis padres... ¡Ellos ya estaban!, los abracé; no esperaba esta sorpresa tan agradable... Yo nunca aprendo, si el maestro me había anticipado su llegada. ¿Hasta cuándo viviré con estas dudas? Sí me dan confirmaciones a cada paso que doy, pensé. —No te preocupes —me dijo al mismo tiempo que abrazaba primero a mi madre y luego a mi padre, saludándolos con mucha simpatía—. Ya aprenderás, tú no eres perfecto ¿no? Las dudas te servirán para llegar a la verdad... Mi madre nos invitó a sentarnos en el corredor y trajo una olla con chocolate, se sentía un rico chocolate, como para el frío... Me quemé la lengua y él rió como un niño... Estos seres son realmente muy especiales, ríen como cualquier persona normal; es decir, común. Gozan y festejan una broma y se iluminan cuando enseñan y no como otros que enseñan muy serios porque suponen que hay que tener o poner esa cara, rostros que no saben reír y a los que uno no puede o no debe acercarse... ¡Qué lejos están de ser realmente maestros! Después de beber con cuidado, agradeció la hospitalidad y se fue a descansar. —Yo debiera agradecer tu presencia que es un honor para mí —le dije—. Gracias por todo lo que me das sin merecerlo (y me retiré yo también, pues fue otro día de muchas emociones y enseñanzas, fue otro “sueño” que viví despierto y necesitaba estar solo para reflexionar sobre los acontecimientos que viví y que transcurrieron raudamente. Debía tomar debida nota de todo y ser lo más veraz posible...) —Tengo que sentir ese amor que ellos no sólo dicen, sino que a cada instante demuestran, y ese sentir debe producirse después de una reflexión profunda sobre el significado de la vida, sobre nuestro origen único...

Ahora comprendo mejor lo que las tradiciones védicas explican y que Amaru manifiesta tan simplemente cuando habla de la evolución: “Dicen los Vedas que un Dios-Atomo duerme en cada piedra, luego despierta en cada planta... se mueve en cada animal... piensa en cada hombre... y ama en cada ángel. De ahí deducimos, tratar a cada piedra como a una planta, a cada planta como a un animal... a cada animal como a un ser humano... y a todo ser humano como a un ángel.” El que se enoja, indudablemente pierde y muchas veces nos enojamos por disparates llegando a veces hasta el odio y el que odia es un desgraciado. Nuestra obra tiene que ser bella porque estará escrita con el corazón y se leerá en lo que hagamos. Si quiero leer mi propio libro interno, tendré que iniciar ya una real meditación, porque tengo necesidad de Ser y entrar en la Conciencia Universal espontánea y libremente, no condicionado por la complicación de medios o métodos paranormales tan de moda en este tiempo... La puerta del verdadero Sendero se abrirá cuando las enseñanzas den su fruto por la vivencia, el hacer del que las da... Tenemos que aprender a aceptarnos y comprendernos como personas, definirnos a nosotros mismos, querernos tal como somos pero limpiando el pasado con nuestras acciones para dirigir realmente nuestras vidas. No sé si todos estos pensamientos fluían de mi mente desesperada por comprender o... alguien me los decía... tal vez el sueño... que ya llegaba...

Tercer Dia Este tercer día fue hermoso, frío pero seco, diáfano, se respiraba un aire purísimo, con un sol más clarificador aun que trataba de emerger tras el Tantanmarka, montaña ubicada al noroeste de Samana Wasi. Lo encontré parado sobre el puentecito de piedra, mirando la montaña y esperando la salida del sol. Eran las ocho de la mañana, sin mirarme se dio

cuenta que yo me acercaba por detrás y empezó a caminar hacia Samana Wasi, aceleré el paso y lo saludé y me contestó en kechua preguntándome si había dormido bien. —Sí, maestro, dormí bien, gracias. ¿Por qué me preguntas? —Es que te vi muy inquieto en tu cama y luego “saliste” (desdoblamiento) anoche sin rumbo, deambulando por todas partes —me comentó con una leve sonrisa dibujada en sus labios. Lo miré, estaba bien abrigado, el día indudablemente era frío, llevaba puesto un poncho marrón con rayas verdes, contraste muy lindo, era largo, le cubría hasta las pantorrillas y desde luego su clásico Ch'ullo cubriendo la cabellera cana. —Bueno, supongo que es porque no soy consciente de esas salidas —le contesté—. Además ayer fue un día tan especial para mí que no pude dormir. —Antes de dormir —dijo— tienes que pensar en 1o que deseas investigar mientras tu cuerpo descansa. Este averiguar tiene que ser también positivo y no una simple curiosidad. Cuando lleva una intención buena, la respuesta siempre llega clara. No hay que olvidar que muchos descubrimientos han sido “vistos” en esas “salidas”. —Así es maestro, así es —confirmé y le comenté — : Amaru, mi querido maestro, nuestro idioma, nuestra lengua madre es muy expresiva y dulce, expresa con tanto calor lo que quiere decir que resulta totalmente clara cualquier oración. —Tengo que recordarte —dijo con interés particularmente diferente del de otros momentos, como si quisiera reconfirmar algo definitivamente— que el kechua, su hermano el aimara y otro idioma antiguo de la tierra de los hombres que se cortan el cabello, se dejan la cabeza rapada totalmente y se visten con sotanas largas de colores, son lenguas madres en ese orden... ¡Origen de todos los demás idiomas! —¿Te refieres al sánscrito? —pregunté nuevamente sorprendido. —Sí, ése mismo —me contestó. —¡Espero haber entendido correctamente!... El kechua, el aimara y el sánscrito, ¿son el origen de los otros idiomas de la tierra?, esto sí que ya es demasiado... y si fuera así ¡INCREIBLE!

Cuando me hablaba Amaru lo hacía en los dos idiomas, el castellano lo manejaba muy bien, sin embargo, cuando quería explicar con más exactitud y claridad, usaba únicamente el kechua, el runasimi... “el idioma del hombre”... Esta resulta una confirmación, si es así, ya no sé qué pensar, pero ¡lo dice Amaru! de algo que no quería aceptar hace largo tiempo y que había leído en algunos libros sobre Perú, Bolivia y Ecuador. Me parecía fanatismo considerar esa posibilidad, pero resulta que ahora nada menos que Amaru, el último Illac Uma encarnado que conozco de nuestra Hermandad y bella tradición, lo afirmaba, lo confirmaba... ¡No había más dudas! Muchísimas palabras kechuas existen en sánscrito y la raíz de otras tantas de los diferentes idiomas están en el kechua también. Para no ir muy lejos la palabra kechua samana igualmente existe en el sánscrito y se pronuncia con acento en la primera sílaba. Es que el kechua primero, luego el aimara y finalmente el sánscrito, ¿dieron origen al español que luego retornó a la América andina?... Cuando pensaba y a veces lo decía: “Nuestra historia recién se escribirá”, creía una utopía nacida del calor andino que corre por mis venas, sin embargo ahora que recuerdo, más de una vez hablando con lingüistas conocedores del sánscrito y de otros idiomas, me decían que hay palabras y raíces kechuas en otras lenguas. Karol Sieber, una investigadora alemana, no muy conocida lamentablemente, afirma en su libro, no recuerdo el título (qué raro, yo que siempre recuerdo todo...) que encontró un pueblo en Turquía que hablaba kechua, ¿qué les parece? Habría que investigar... Más de uno al leer esto, dirá: está loco, además de fanático. Sin embargo, habría que investigar... antes de emitir juicios, repito. —Si nuestro idioma es tan antiguo y fue el primero, especulo un poco —le dije— ¿dónde apareció entonces el primer hombre?, ¿por estos lares también?.... —Sí, en definitiva sí, pero hay que explicar muchos antecedentes al respecto, dijo muy serio. Esta historia aún no se conoce... Ya se descubrirá. Falta poco: Nuestro pasado está lejanamente cerca. Muchos misterios todavía ocultos están en la parte invisible de nuestro Planeta,.. Ahora aflora a la conciencia del hombre, el recuerdo de los hechos dormidos en su subconsciente.. Ya viene... Por el momento se burlarán de lo que afirmes (algunos, no todos), otros leerán con preocupación y eso es bueno... No aceptan lo que desconocen, si fueran humildes lo considerarían como una

posibilidad digna de mayor estudio e investigación, pero la soberbia es muy grande, además la envidia, su compañera, también es muy grande. No te preocupes.., simplemente dilo: el que esté listo lo entenderá y aceptará en silencio... Hay más cosas que causarán una tremenda revolución de conciencia y actitud. Si te digo que el idioma de Adán y Eva, los primeros humanos que aparecieron sobre la tierra según la tradición escrita en la Biblia, fue el kechua... ¡te mueres! —rió a carcajadas A mí... “se me fue el aliento”... Sin embargo, puede ser... sí, por qué no... Creo que cualquier cosa puede ser, pensé, con todo lo que vi, oí y me enseñaron es toe bellos maestros kechuas... Nada debiera sorprenderme... Nada. —Entonces, ¿el paraíso estuvo acá? —pregunté con miedo. —Ahora sí saca tus propias conclusiones —me dijo riendo. Se dice que en Sudamérica como en ningún otro lugar de la tierra, se encuentran toponímicos que tienen que ver con la creación del hombre. La raíz “man” significa ser humano, es frecuente, por ejemplo Man-aos (Brasil), Man-ca (Brasil), Man-us que significa el nombre del primer hombre... Man-u, el famoso parque del Manu, zona extensa de reserva ecológica entre nuestro Cuzco y Madre de Dios (Perú). En algún libro leímos o escuchamos a conferencistas, de esos que nos traen sus conocimientos con mucho calor y entusiasmo sinceros y generalmente no les prestamos la debida atención, decía que Perú significaba “paraíso” que venía de “pirú” que era una vasta región desde kitus por el norte y todo el sur del actual Perú... Además Perú en wanca antiguo significaba “parque”, “jardín”, “vergel”. En sánscrito “perú” significa paraíso y Sol; en waraní “para” significa bosque, vergel, huerto, y es la forma cognada de Perú, Péru o Piru... La palabra griega Parádeisos tiene dos voces: Para que significa parque, bosquecillo, jardín y Deídoo que significa inspirar temor, respeto, veneración. Uno de los cuatro ríos que rodeaban el Paraíso, según la leyenda, era llamado “Perat” también otra forma cognada de “Perú”.,. Varios de estos investigadores de criterio amplio, des prejuiciados, afirman que hubo migraciones de América a diversas partes del mundo y de éstas a América durante miles y miles de años y que el origen de las principales razas está en este continente. Los wancas, según esta información, fue un pueblo que se extendió por todos los continentes llevando su etnia que se

fue adecuando a esos diferentes medios: negros, cobrizos o rojos y blancos, son oriundos de América. Los wancas, dice la información, eran blancos que adquirieron otros nombres en los diferentes lugares donde se asentaron, pero eran la misma raza: kunos (hunos), karios, arawakos, escitas, magiares y otros. Siempre se confundió ario con blanco, me decía un estudioso serio, sin darse cuenta de que los pueblos americanos fueron arios, es decir, practicaban el culto al Sol; ario viene de “aru” que significa sol o estrella, el “ari” o cono es un símbolo del sol, representa un rayo de luz y vida que baja a la tierra... ¡Claro! Ahora recuerdo a dos filólogos americanos, uno boliviano y el otro ecuatoriano: Emeterio Villamil de Rada y Héctor Burgos Stone, que escribieron los libros Amáraka, Mundo sin tiempo y La lengua de Adán, respectivamente. ¡Qué buenos! Fue un honor para mí leerlos gracias a un obsequio que me hicieron, valiosísimos ambos y los leí con muchísima alegría y amor, porque, de alguna manera me confirmaban lo que Amaru me había enseñado años antes... —Bueno, ahora escúchame —dijo Amaru, sacándome de lo absorto en que me encontraba recordando lo que leí o escuché en algún momento del pasado. Lo que estás recordando es verdad, lo que sucedió es que tu razonamiento no te permitió aceptar esa y otras verdades por considerarlas muy atrevidas y cerradas. Fanáticas, pensé. —Sí, esa palabra nunca la recuerdo... ¿fanáticas, dijiste? —No dije, lo pensé..., pero con ustedes es lo mismo, siempre saben lo que estoy pensando —manifesté bromeando, aunque era cierto. No comentó nada y siguió hablando: —Los grandes caminos llamados incas que cruzan todo el Perú y más allá, ya existieron antes que los incas. —Y ¿los santuarios de Machu Picchu y Sacasiwamán? —pregunté. —Claro que son anteriores también —dijo con énfasis—. Lo que sucede es que hay un vacío en la historia que nos enseñan: Entre los wancas, kechuas, aimaras, que son muy anteriores, y los incas hay pues un vacío enorme, todavía no se ha investigado a fondo. Para una real investigación tiene que haber total sinceridad y humildad para aceptar lo que descubran... Ya falta

poco... Los primeros incas, como sabes, fueron los últimos iniciados en las grandes verdades, los siguientes ya perdieron el conocimiento y no llegaron a comprender la sabiduría tan maravillosa de nuestros antepasados, ésos son nuestros verdaderos ancestros. Nosotros los kechuas guardamos por eso con mucho celo lo que aprendimos de boca a oído... Los incas mantuvieron la parte más superficial y practicaron por tradición heredada de sus abuelos, algunas ceremonias y ritos que ya no son los auténticos. Sé que te preocupa lo que digo, me apena, pero tienes que hablar de la verdad. No te creerán... pasarán muchos años... tal vez cuando ya no estés acá... La sabiduría es implícita, pensé, en todos los seres de la naturaleza. Nuestros ancestros inmediatos perdieren su patrimonio cultural cósmico... Sin embargo, debe haber quedado algo en sus genes... Tal vez existan además de estos sabios kechuas, otros grupos también herméticos por todos los Andes que mantengan viva esta sabiduría. —Así es —me interrumpió—, sobre los Andes hay todavía conocimiento diseminado y vivo, pues; siempre nos visitan para mantener la relación, recibir enseñanzas y para informarnos cómo están viviendo esta Gran Verdad. Lamentablemente la educación oficial se inventó de acuerdo con el criterio o la conveniencia del que manejaba en ese momento tan delicado asunto, para obstaculizar al hombre que quiere llegar a la fuente del conocimiento. —Ahora veo más claramente lo que alguna vez comenté —dije—. En toda la tierra, pareciera que hubo un solo maestro que enseñó las ciencias y las artes, pues; en todas partes las construcciones monumentales que nos dejaron, tienen mucha semejanza, el parecido es asombroso. Se dice por ejemplo, que los etruscos que se establecieron en Italia ¡fueron una rama de los wancas!, los pelasgos ¡también wancas! se establecieron en Grecia, y todos ellos dejaron colosales obras que son la admiración nuestra. Tras los moais de Rapa Nui (Isla de Pascua), los gigantes de Tiwanacu y los rostros de las esculturas de Marca Wasi, hay una sola mano esculpiéndolos... ¡Qué alegría! cuando tomamos conciencia de que el Conocimiento es uno solo, que lo qué dice el lama lo digo yo también, sin vanidad, y lo dice el monje budista, el sacerdote católico, el cristiano, el mahometano, el egipcio, el kechua, el wanca, el aimara, el ¡ inca: Dios nuestro Padre Sol está en todas partes. Esta verdad nos acerca a los más distantes pueblos, ¡qué bueno! Cuando el hombre sea libre, la política y la religión ya no podrán

separarnos... Está por nacer “algo” nuevo y antiquísimo que revolucionará totalmente al hombre... —Pareces seguro de lo que dices —observó—. Eso es bueno, te ayudará mucho cuando escribas o hables... Es que la tierra no es un montón de cosas, es la síntesis de todo. Tenemos que aprender a cuidarla y gozar de su belleza y ser felices, esto es permanente; la tristeza y todo lo feo que vivimos, menos mal, son pasajeros. La belleza y la felicidad son eternas en nuestras vidas... Te recuerdo, Noccan Kani te da seguridad, no hay dolor, no hay miedo; Paimi Kani es la felicidad, la dicha eterna, es el lugar de la no-muerte de Noccan Kani... Digamos —continuó luego de una breve pausa, como dándome tiempo para asimilar, mejor “digerir” lo que había dicho— que lo más probable es que todos los pueblos de la tierra blancos, negros, rojos o cobrizos, es decir, alemanes, italianos, griegos, asiáticos, africanos (siguió mencionando otros), desciendan de un tronco común andino... wancas, kechuas, aimaras, nuestra lengua está en todos sus idiomas, con algunas variantes, pero está... Bueno pues, nosotros pertenecemos a esa raíz. Es un honor muy grande haber nacido andino, ahora, seamos merecedores de ello, cumpliendo con la misión encomendada, que muchos aún no se han enterado: SERVIR. ¡Hay que servir I. A. Uma! (Me recordó con amorosa expresión por segunda vez el nombre que me dieron muchos años ha... Me emocionó escucharlo nuevamente.) Es nuestra obligación y responsabilidad la comunidad, hay que servirla, pero como ya has escuchado varias veces, empieza por ti, solamente así aprenderás a servir con calor, con cariño a los demás. En toda América hay vestigios de nuestra raza: Perú, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Brasil, Argentina, Chile y de todas partes vienen para acá. ¿Al Cuzco, al Valle Sagrado de los Incas o a la Aldea “A”?, pensé. Me miró: —Va te dije, van a la aldea... todos ellos ya están informados del gran acontecimiento que se avecina y que como dijiste será una verdadera revolución... Debemos prepararnos... Bueno, terminemos ya, nos llaman a almorzar. Apareció mi madre... Tenía su carácter la mamá. Fuimos de inmediato a almorzar.

—Nuestra lengua —continuó, mientras caminábamos de regreso a la casa — no morirá, ninguna lengua muere, se modifica y sigue existiendo con otros nombres lo mismo que los pueblos hablantes. Mi madre era cariñosa a su modo pero exigía el cumplimiento de sus órdenes de inmediato... La comida fue muy agradable, como siempre. Ella se levantó para invitarnos un café, fui tras de ella para ayudarla. Cuando volví, mi padre tenía los ojos empañados por las lágrimas, trató de ocultarlas... Ya era tarde, yo lo vi, pero fingí no haberme dado cuenta, ¿de qué hablaron con Amaru?... Me enteraría después de unos meses... Amaru, a quien no se le escapaba nada,, dijo como retomando el tema de la mañana: —El runasimi es pues la lengua primordial, la lengua del hombre, la lengua general, la lengua del género humano, hablada en Perú, en América. —Es una lengua ariana —comenté— es decir, de procedencia solar o estelar, ¿verdad? —Sí, es totalmente solar —dijo levantándose de la mesa, agradeció y salimos. Nos sentamos en las escaleras de la puerta principal, se quedó callado, daba la impresión de que deseaba estar en silencio, no lo interrumpí... me retiré disimuladamente. Me fui a reflexionar sobre todo lo que había escuchado durante la mañana, una mañana llena de luz, con sorpresas preocupantes y de mucha responsabilidad. ¡Nuestro origen estaba acá!, por lo menos eso es lo que parecía. En nuestras leyendas había un trasfondo muy importante, Dios creó al hombre en América, en Sudamérica... ¿En el Lago Sagrado?... ¿o cerca de él?... ¡Qué más da!... ¿Qué le dijo Amaru a mi padre? ¿Qué les preocupó a ambos que quedaron en silencio? Sus rostros no tenían la alegría de estos días, tampoco tristeza... pero expresión de preocupación, sí. Puede ser un problema netamente humano. Este hombre kechua, de cabeza blanca era un sabio... ¿Qué cosas más?... Sentí una mano sobre mi hombro izquierdo, me sobresaltó, no lo había sentido llegar, yo estaba sentado sobre una piedra al borde del riachuelo que discurre detrás de la casa de mis padres, frente a la cocina, mirando cómo corría el agua llevando hojas secas que se movían ondulantemente. Tenía la mirada fija en esa cristalina corriente, donde solía jugar en mi niñez con pedazos de leña que ponía en competencia sobre el agua.

—Te sorprendiste —me dijo suavemente—. El agua es el camino, no lo olvides, es vida. Hay que utilizarla debidamente y con mucho cariño, verás cómo te corresponde: Si el torrente cae con fuerza, pasará por encima de la tierra que quieres regar, con el mismo ímpetu escapándose sin mojarla siquiera, no penetrará, pero si la dejas caer poco a poco, lentamente, sin la furia que traía, empapará muy bien la tierra que luego nos dará los frutos de vida... Esto es aplicable también para aquel hombre apurado que todo lo quiere ahora mismo, piensa y exige, todo debe conocerlo inmediatamente, pero el conocimiento y la sabiduría tienen su ritmo también, es necesario ir despacio como el agua, para “empaparte” bien con el conocimiento... Entonces sí darás buenos frutos, si no, habrá pasado por tu mente tan rápidamente, tan velozmente, que ni siquiera te habrás enterado y no servirá de nada... —Vamos al puentecito de piedra, ahí donde estuvimos esta mañana. Ese lugar —me dijo mientras caminaba— es mágico. Los árboles de capulí, el agua que corre, todo ese ambiente tiene su misterio, me atrae mucho, igual que a tu padre. Además, hay otros seres que nos acompañan, como sabes (duendes, gnomos), también nos escuchan. Bajo esos árboles se puede pensar muy bien, en paz y recibir respuestas, para eso primero tienes que orar y después escuchar. —¿Qué quieres decir con orar y pensar? —pregunté. —Orar es pedir a Inti lo que quieres y pensar es esperar que te conteste... Él siempre contesta, hay que saber escuchar y estar permanentemente atento. —O sea, orar es pedir a Dios, dirigirse a Él y meditar es esperar la respuesta, ¿es así? —pregunté nuevamente. —Así, así es —me contestó. ¡Qué interesante!, pensé. La meditación tiene dos partes: Orar y la meditación propiamente dicha, es decir, pedir y escuchar. Las dos actitudes van juntas, una detrás de la otra. Habrá que aprender a meditar debidamente, previa oración. —Este pequeño bosque tiene su encanto, consérvalo siempre —sugirió. —Desde luego Amarú —le contesté—. A mi padre le gusta mucho, es su lugar predilecto... Algo le dirá o hablará... Lo conservaremos siempre.

—Lo que tú llamas meditación —continuó—, es activa, dinámica, no es pasiva. Hay muchas formas, dependerá de lo que estás buscando, pero siempre es dinámica. Es un proceso (mental) que se realiza en tu cabeza, te permite conocer o aclarar algo que no está debidamente limpio para ti, o que te presenta dudas. Hay que reflexionar, concentrarse, es decir, pensar (meditar) con disciplina y como te dije, la respuesta llegará, es ponerte en contacto con tu Inti, con lo interno: allí y no en otro lugar está la respuesta. Antes de empezar tienes que mirarte cómo eres, es decir, un ser de luz dentro de un cuerpo físico, sin soberbia. Hay que tomar conciencia de esta realidad, importantísima, si no, no funciona, pensé, y parecía muy fácil... —Claro que no es fácil, dependerá de tu empeño también —me contestó—. Hay que ser humildemente transparente, saber que tienes un lugar en el Universo, eres parte del Universo, mira su belleza, admírala, agradece a la Vida; reconoce que Inti te apoya permanentemente y que además hay seres de luz en ese Universo que te acompañan siempre. Luego que todo esto esté claro en tu cabeza (mente) empiezas con la oración, pero no decir la oración, sino sentir la oración, es una actitud, no son palabras habladas o pensadas. Este estado es muy necesario previamente, siempre; si estás tenso necesitas relajarte primero, puedes hacer algunos ejercicios como bailar, saltar o estirar los brazos y piernas (desperezarse), esto te ayudará no sólo a soltarte, sino a mover también las energías de tu cuerpo, cuando lo sientas (llega como un calorcito agradable, pensé), será señal que el momento es propicio. Imagínate ahora, que fuera de tu cuerpo, hay otro cuerpo que rodea al tuyo y lo ves (el etérico) que se mueve, baila, se balancea; tu cuerpo físico no se mueve, pero este otro sí, mueve los brazos, las piernas... Aprecia la diferencia, es importante que notes que tu cuerpo físico no se mueve, el otro sí se mueve... Luego, imagínate también que te “sales” de tu cuerpo (desdoblamiento), que te paras si estás sentado, que te pones frente a ti mismo, que giras, que te elevas y ves el lugar desde otra perspectiva, es decir, desde .arriba, ¡Qué maravilloso! Estaba sentado a su lado, con los pies colgando del puentecito de piedra y cuando dijo párate, me vi parado frente a mí... Luego me elevé y... ¡me vi sentado al lado de Amaru!... Me asusté y "caí” bruscamente, sentí dolor de cabeza de inmediato.

—La mejor y única cura para el miedo, es el amor. No debes realizar nada fríamente, ponle siempre un poco de calor, tu calor, es decir, AMOR —dijo un poco contrariado con mi actitud. Es que tuve miedo realmente de caerme... y “me caí”, pese a que no era la primera vez. —Imagínate nuevamente fuera de tu cuerpo —continuó con mucha tolerancia— y retorna con suavidad, despacio, acariciándote... Mírate, encogiéndote, agrandándote, dando vueltas y trata de sentir los cambios... Ahora canta y trata de escuchar ese sonido dentro de ti... ¿Qué sientes? —Parece que mi cuerpo está vibrando —dije emocionado. —Trata de sentir ahora y ver tus órganos, tu piel —dijo. —¿Sí!... Hasta mis células vibran con mi tarareo... Eso me parece... —dije entusiasmado. —Todo tu cuerpo se sacude (vibra) realmente, no sólo parece —me aclaró —. Es que agarraste tu tono... y eso no es fácil, generalmente hace falta mucha práctica para encontrar el tono adecuado, es decir, el tono de uno. Todos tenemos un tono, hay que buscarlo hasta dar con él, entonces tu cuerpo se sacudirá más (vibrará). Ese tarareo tuyo es un canto (mantram) que sirve para excitar centros importantes de tu cuerpo, dentro de tu columna y cuando eso ocurre... empiezas a brillar, empiezas a mover otra energía muy especial que tienes... Hay que prepararse para ese momento. Dentro de los huesos de tu columna (en la médula) “camina” un nervio (ciático) que se reparte (ramifica) en millares recorriendo todo el cuerpo físico. Este nervio tiene su aspecto energético (kundalini), que es la verdadera piedra (piedra filosofal) que buscaban todos los iniciados de todos los tiempos. Ha sido muy codiciada por mucha gente y la codicia es peligrosa... Te voy a enseñar algunos cánticos (mantrams)... Lo hizo... ¡Qué impresionante! El cuerpo se me puso “carne de gallina”. Uno de ellos parecía un lamento, otro una orden muy firme... parecía también un pututo (un instrumento para llamar la atención) con su sonido característico, pero hecho con las manos.... Fueron varios, luego me pidió que lo imitara... Lo hice... ¡Qué lejos estaba de lo que escuché! —Ya aprenderás practicando —me dijo animándome a seguir.

—Como ves, esta parte de la meditación es muy movida, ágil (dinámica), puedes lograr muchas cosas... —me dijo entusiasmado—. Comprobar fenómenos, mejorar para estar firme en tus convicciones. También puedes usar colores, no para mirarlos, sino para “respirarlos”. —¿Respiras colores? —otra sorpresa, me dije. —Sí, respirar colores —recalcó—. Imagínate, puedes respirar los colores, hacia arriba o hacia abajo. Hacia arriba “viendo” (visualizando) como si fuera una corriente (flujo) de luz del color que recorre todo tu cuerpo, desde los pies hacia la cabeza, por ejemplo, del segundo rayo, del que ya te habló nuestro maestro Nina Soncco, ¿recuerdas no? —Sí, desde luego que recuerdo —le respondí... Por lo menos eso recuerdo, pensé. —Así espero —me contestó con una mirada picara—. Si lo haces bien te dará claridad de pensamientos, te dará sabiduría... Tienes que complementar con una respiración profunda, muy profunda, para “jalar” (absorber) los colores desde los pies. Todo dependerá de cómo lo imagines y cómo lo “veas” (visualizar). Ahora, si lo diriges de la cabeza hacia abajo, usa el color del quinto rayo y verás que tiene efectos curativos, te calmará y te dará paz... Enseña y practica y no olvides, el alivio de las enfermedades es uno de los más humanitarios actos del hombre. En este momento comprendí el porqué de la similitud de conocimientos entre nuestra cosmovisión y la de Oriente, con pequeñas variantes propias del tiempo y de los lugares a los que llegó esta información, teniendo en cuenta lo que me enseñó esta mañana al hablar del origen del hombre y de las lenguas madres: el kechua y el aimara, que finalmente son una sola lengua. —Así es —y me miró—. El conocimiento es uno solo, llegó por diferentes medios (canales) a todas partes y luego nuestros antepasados en sus viajes y conquistas reafirmaron esos conocimientos en cada sitio que visitaban, donde se fueron adecuando para la mejor comprensión de esos pueblos. Bueno, me estás sacando a cada rato con tus pensamientos de lo que quiero enseñarte —me dijo retomando su charla—. Hay colores que parecen fríos ¿no es cierto?, ésos sirven para calmar (para relajar) y los colores cálidos para que estés más activo (reactivar, regenerar). Imagínate a los colores

igual que las esferas de que te hablé en días pasados, ¿recuerdas? Espero que sí, ya sería el colmo que no recordaras, pues. Apenas pasaron horas — me dijo riendo—. De las esferas de creación, como pensaste (pompas de jabón), igualito, ahora les pones colores y luz; tienes que sentirlo, mirarlo (visualizarlo), olerlo, escucharlo. Si tu imaginación va bien ponle sonido, haz que respire, dale movimiento, hazlo girar y caminar sobre el arco iris... —Realmente, mientras lo escuchaba me imaginaba todo lo que decía y “estaba viendo” (visualizando) todo. .. ¡Cómo aquieta la mente! —Claro que te da quietud y no entras en el juego de la mente —me contestó como siempre, “adivinando” mis pensamientos—, que siempre está “hablando” y no deja pensar (concentrarse). Así la tienes ocupada. Y es muy importante porque también al subconsciente le enviamos órdenes, pensamientos que quedan ahí y afloran cuando los necesitamos, pensé, ¡qué interesante! —Así es —me contestó leyendo mis pensamientos como de costumbre—. Más adentro (subconsciente) llegan tus órdenes y conocimiento que después puedes sacar cuando los necesitas para algo bueno. Esto es real y puedes hacerlo, y hacerlo con creatividad, hazlo realmente. Tienes que estar seguro (consciente) de que estás creando con tu mente, con tu pensamiento, y lo mueves, le das vida con tus sentimientos... Cada vez te acercarás más a Noccan Kani —se mantuvo en silencio como si estuviera recordando o viendo algo y dijo—: Levanta los brazos... Hazlo —fue la orden. Yo creía que debía hacerlo mentalmente. —Ponte en la posición en que oras, abre tu corazón frente a nuestro padre Inti, proyéctate cada vez más y más arriba hacia El que es la Fuente de Vida. Mírate hacia adentro, más, mira, eres un Inti, radiante, vibrante, lleno de luz, te acercas al centro mismo del Universo, a ese Inti Negro que brilla con su Propia Luz... Confúndete con El y vuelve, VUELVE trayendo toda esa experiencia para que la uses firmemente, sin vacilaciones propias de los teóricos que solamente poseen el conocimiento y no saben... —Tranquilízate, ten calma —me sugirió. (Estaba llorando y lloraba desconsoladamente pues en la vida JAMAS había sentido toda esa realización. ¡Cómo no emocionarme!, si estaba viviendo una realidad, no

una ficción, una realidad Tan Grande que solamente conocía, es decir, tenía la teoría, la información, pero NO esta experiencia... ¡Cada experiencia extraordinaria de todos estos días!... No sé cuál es menos importante que la otra. Gracias Padre mío por darme esta oportunidad, por el honor de tener un maestro fuera del que existe dentro de este cuerpo que Amaru Cusiyupanqui llama I. A. Uma... Gracias... grité con todo el aire que salía de mis pulmones; mi corazón se agitaba tremendamente, parecía un bombo sonando cada vez más fuerte. Sentí sobre mi pecho, en este instante, la palma amorosa de sus manos tranquilizantes y me dijo con suma emoción: —Sé luz... Eres luz, estate seguro de esto. Estás dentro de un cuerpo físico y estás más allá. Siéntete como realmente eres, ésa es la única Realidad, puedes lograr muchas cosas grandes (alquimia), si te lo propones. Pide en la oración hacia arriba y sentirás cómo en la meditación desciende la respuesta... Tienes que estar aquí y tienes que estar allá. Abrí los ojos, él estaba frente a mí, con sus manos sobre mi pecho, lo miré, sus ojos estaban empañados, una mirada amorosa, muy cálida, con mucha luz además y de un momento a otro... ya no lo podía mirar... ¡Brillaba!... La tarde se terminaba, el sol en el ocaso me permitió apreciar más aun la luz que emitían sus ojos. —Afírmate —me dijo con voz temblorosa. No lo había visto antes así, no dejaba de ser también humano—. Confía plenamente en tu experiencia y pide, el Padre Inti “bajará” en tu ayuda y tú podrás ayudar también a los demás, podrás curar si te lo propones, puedes pedir la salvación de toda la gente que sufre, sin transgredir las leyes, directamente o a distancia. Te enseñaré algunas técnicas, no tengas miedo, hazlo. Mírate (visualízate) en total armonía contigo mismo y con el Universo del que eres parte, tus manos serán guiadas para hacer el bien, tienes que convertirte en Sus Manos. Lo que has vivido ahora, repítelo siempre para que finalmente sea parte de ti (apartó sus manos de mi pecho y me dio un abrazo, como ellos saben, muy cálido, fuerte, firme, con mucho cariño). —Volvamos a casa, antes de que la mamá venga a llamarnos para cenar. Después, descansaremos hasta mañana. Nos encontramos en el camino con mi madre que ya venía a buscarnos,..

—Finalmente creo que están aprendiendo que también hay una hora para las comidas —dijo. Bueno... Esa era su opinión que desde luego no iba a discutir, la abracé y volvimos a casa, Amaru caminaba delante de nosotros, yo no salía aún de mi emoción, mi madre se dio cuenta al mirarme pero no comentó nada. Mi padre ya nos esperaba sentado. El sol de este tercer día ya se ponía y la noche llegaba imperceptiblemente, como quien quiere sorprender, con demasiada quietud, parecía como si nadie respirara; no se movía nada, ni una brisa que generalmente sentíamos por el leve bamboleo de las hojas de los árboles, hoy no percibíamos nada, pero el frío sí se dejaba sentir, ya que el corredor tenía una especie de balaustrada de madera sin vidrios. Mi madre esperaba que todos estuviéramos sentados para servir la cena, si no, se enfriaba rápidamente; nos invitó con una rica 1agüita de moraya, muy caliente y deliciosa, nos reconfortó. Mi padre preguntó algo sobre la aldea “A” y su familia. —Todos están muy bien. Chaska ya es una mujer casada y con hijos, ¿te acuerdas de ella? —le preguntó a mi padre. —Claro que me acuerdo, ¿siempre tiene esos ojos negros grandes y el cabello tan lindo? Cuando la vi era una niñita —comentó él—. ¿Cuántos hijos tiene? —Tres —contestó muy orgulloso Amaru— y el tercero que es varón se parece mucho a Nina Huilca. —¿Tal vez su reencarnación? —pregunté. —Es posible que haya vuelto por algo muy especial, si es... La mayor se parece mucho a Chaska, es así, dulce y siempre está encima de su padre, acariciándolo y besándolo, la segunda creo que es más seria y muy mirona (observadora), no habla mucho pero está mirando todo; cuando algún extraño llega a su choza, ella lo mira insistentemente, como si quisiera saber algo más de él. — A lo mejor ve algo más pues... —comenté. Sin prestarme mucha atención, continuó diciendo: —Todo está en calma en la aldea, es la época del sueño, la tierra descansa retomando energías para dar vida en la primavera nuevamente y...

—¿Dijiste que el tercero de tus nietos —lo interrumpí con mucho interés, ya que me di cuenta recién de algo realmente importante— se parece o es reencarnación de Nina Huilca? (Tragué un buen sorbo de café caliente, me quemé la boca.) ¿Cómo te enteraste? Porque no creo que hayas conocido al maestro de nuestro querido Amaru Yupanqui Puma, ¿no? —Para preguntar eso no tenías necesidad de quemarte la boca —me miró sonriente—. El café que prepara la mamá es muy agradable y hay que saborearlo tomando poco a poco. Hay que gozar siempre con lo que se toma y come —me bromeaba— para que sea asimilado debidamente, no tragar como lo has hecho. —Sí, me quemé la boca —contesté, tratando de sonreír aunque muchas ganas no tenía—. Es que me di cuenta, en ese instante, de tu comentario, si no lo conociste a Nina Huilca, ¿cómo sabes que tu nieto se parece a él? —Olvidas prontamente nuestras conversaciones o no me prestas atención y luego me presionas y me pones en dificultades con tus preguntas —me contestó medio en broma, medio en serio—. Tendré que repetirte otra vez. Hay verdades difíciles de comprender para mucha gente que desconoce o nunca se interesó en averiguar que más allá de sus ojos físicos hay otra forma de visión (chakra frontal), hay otra manera de mirar para entrar en un mundo superior y enterarse de la historia nuestra (akash o memoria de la naturaleza), es una especie de memoria donde está escrito todo. Nina Huilca fue un gran maestro y si no, mira no más los maestros que nos dejó: Yupanqui Puma y Nina Soncco. ¿Y tú, dónde te quedas?, pensé. —Estoy hablando de Yupanqui Puma y Nina Soncco —me contestó, esta vez sí creo que molesto—. Antes de Nina Huilca fue Ari Tambowacso, otro maestro de luz, su nombre lo dice, Ari significa luz. En el runasimi es luz, claridad que invade todo, es como el aire y esa otra cosa que también está en el aire que respiramos (éter), que penetra todo y sin él no se puede vivir. Ari era así, dicen que estar cerca de él era nacer de nuevo, te daba vida... —Yo siento mucha atracción hacia ese ser —comenté— Lo quiero.

—Ya hablamos de él —me dijo sin más comentario-—. Tambowacso fue preparado en su momento por una mujer llamada Urpi Killawamán, dicen que fue una maestra excepcional. —¿Una mujer maestra? —pregunté sorprendido. —La mujer tiene los mismos derechos —me contestó muy serio— y como Inti que es, también (espíritu), no hay ninguna diferencia con el varón. Tengo que recordarte que la mujer es el equilibrio para el hombre y otras cosas más importantes... Aparte de ser su compañera en el caso de las casadas y las madres. (Me dejó callado, no necesitaba más...) Los padres de mi mujer justamente le pusieron ese nombre en recuerdo de esa gran mujer. Dicen de Urpi que desde niña hacía cosas extraordinarias, además de curar con las manos (imposición) y leer el pensamiento de las personas, se anticipaba a los acontecimientos y aparecía en varios lugares al mismo tiempo (bilocación). Se casó con un hombre bueno, muy trabajador, pero no del mismo desarrollo espiritual que ella, sin embargo las relaciones fueron excelentes hasta que enfermó gravemente y murió. ¡Qué ironía!: ella no pudo hacer nada por él... Era la ley. Ya para entonces había sido elegida por su maestro Iuti Wayna Koriwamán como su sucesora y lo estaba sirviendo como era y sigue siendo la costumbre... No terminaríamos nunca hablando de los maestros... Tal vez en otra oportunidad. —Todos estos días se ha mencionado por diferentes motivos el retorno (reencarnación) o renacimiento, un nuevo nacimiento —comentó Amaru— que es renovación, es decir, la vuelta de los seres a esta vida para mejorar, que no siempre sucede, pues; por el libre albedrío siempre cometemos imprudencias que nos perjudican en nuestro crecimiento espiritual. Debería servir para el progreso. Como conocemos, existe algo permanente, completo (individualizado) que habita y anima el cuerpo humano, y que cuando morimos, es decir, cuando dejamos este mundo, pasamos a otro cuerpo después de un lapso de vida en otras “casas” (planos o niveles de vida) para retornar a esta tierra o a otro planeta donde se nos facilite el cumplir con la misión que tenemos para superarnos y donde estemos además en armonía (afinidad) con los otros seres que, reencarnaron ahí con la misma finalidad. Como ves, todos retornamos al ambiente que nos es más favorable (de acuerdo con el nivel, la calidad y la frecuencia vibratoria). Es pues un proceso por el que Inti, que somos, deja su cuerpo denso, pasa a una carga superior (nivel) donde vive (vida supra física) un

tiempo sin tiempo y vuelve en otro cuerpo (vehículo) para ganar experiencia en una nueva existencia buscando siempre su evolución. Este fenómeno natural no tiene nada que ver con religión alguna, está lejos de ellas, se produce de todas maneras creamos o no, su comprensión nos dará felicidad y tranquilidad frente a lo que llamamos muerte, ayudándonos también a comprender por qué estamos aquí, quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos; preguntas que, pese al tiempo transcurrido desde que iniciamos el retorno (evolución), aún no hemos aclarado en forma adecuada principalmente por nuestra soberbia. La sinceridad en nuestra búsqueda y la humildad para aceptar como una posibilidad viable esta ley, harán que conozcamos más sobre nuestras vidas. Este creciente deseo de obtener explicación dará sus frutos. Me miró y preguntó: —¿Has pensado en algún momento que cada persona pueda tener individualmente una misión definida o solamente pocos tienen esta posibilidad? —Creo que todos tenemos una misión en la vida —contesté—. Lo que sucede es que la mayoría no se entera, no se preocupa por averiguarlo ni siquiera considera que pueda ser, por consiguiente no piensa que es un elemento importante para Dios dentro del plan universal de la creación, tampoco quiere aceptar que la tierra es un escenario temporal donde vive un drama que él mismo escogió voluntariamente y que al finalizar su actuación no ha terminado sino un capítulo de su verdadera vida. Luego tendrá que dejar esta tierra desencarnando para retornar después de un tiempo reencarnando, a esta misma superficie o a otro planeta, según el caso. —Como vemos, hay una supervivencia más allá —dijo Amaru— de la simple personalidad que es la persona, inmortal, permanente. Noccan Kani dista mucho de la forma humana. La muerte como la conocemos, deja en libertad a ese algo invisible que se remontará a las alturas más grandes (otros planos de existencia) donde ya no existen el tiempo ni el espacio, donde se manifiesta como es, inmortal, sin cambios ni modificaciones. Y así irá subiendo de casa en casa, en la medida de su crecimiento espiritual. —Es decir —aclaré— hay muchos niveles a los que debemos ascender de acuerdo con nuestros merecimientos.

—No creerás que el crecimiento total —me interrogó— se logra en una sola casa, ¿no? —Claro que no —contesté—. Este conocimiento que debemos vivir, hace que superemos los momentos más difíciles y sigamos adelante pese a los obstáculos que encontramos, con la esperanza de que algún día quedaremos libres de esta envoltura que nos ata a ambiciones, egoísmos, envidias muy propias de nuestra tierra y en algún momento lograremos ascender hacia la verdadera vida. —Me alegra que esté claro —comentó—. Mucha gente dice: yo no creo en la vuelta (reencarnación), pero lo dice sin entender este principio, sin investigar jamás. Es comprensible entonces que no acepte, no se acepta lo que no se entiende, y peor si la opinión popular la ha desfigurado. En la tierra millones de seres, tres cuartas partes, aceptan y creen en la reencarnación. Son más los que creen que los que no creen, pensé. —Me refiero a nuestra gente —dijo—. Más allá de los grandes ríos, de los mares, la opinión es diferente. El problema se crea cuando hay intolerancia, fanatismo e ignorancia, sin embargo, si consideramos que hermanos nuestros más cultos, científicos, religiosos, dan crédito a este principio, creo que lo menos que debemos hacer es dedicar unos minutos a la reflexión sobre este tema y considerar su probabilidad. —La crítica popular —acoté— no es siempre La mejor para juzgar nuestras convicciones. —Y cuidado también —continuó Amaru— con aquel hermano muy culto y conocido pero fanático que por ignorancia o tergiversación deliberada da una opinión pública sobre esta importante y bellísima ley natural, confundiendo injustamente a otros seres que lo escuchan y lo siguen. ¿Qué podemos esperar entonces, de personas que no han tenido la oportunidad de ilustrarse tanto como él? Su opinión será errónea. Qué claramente explica Amaru sus conceptos, además del calor que les pone, pensé. —Este principio —como te dije, prosiguió— es una ley natural, no es un credo religioso pero sí tiene mucho que ver con la evolución (la formación del embrión, su concepción, crecimiento, envejecimiento del cuerpo), pero

ésta tampoco es religión. Sin embargo, entra dentro de los planes de Inti (Dios). —Entiendo, no es religión, pero principios divinos manejan estos procesos. ¿Es así, maestro? —pregunté. —Así es —me contestó—. Lo que debe quedar también claro es que el hombre acá está viviendo en un cuerpo físico, adquiriendo experiencias terrenales. ¿Por qué o para qué?, son las preguntas que sí debemos tener en cuenta en nuestra investigación de la vida y en la medida de nuestro interés las conoceremos y comprenderemos debidamente, ya que Inti (Dios) no deja nada que permanezca incomprensible ni desconocido para nosotros. Dentro nuestro está El gritándonos y no lo escuchamos, ¡qué lástima!, sin embargo, lo podemos decir públicamente y discutirlo, lo cual en el pasado no era posible. Todas las iglesias nos dicen que estamos acá porque Él nos creó para vivir sobre la tierra buscando la evolución. La ciencia también plantea la evolución pero hasta este momento no nos explica la finalidad de nuestra existencia, pese a su búsqueda honesta; mientras tanto las leyes y principios siguen actuando, manifestándose, y seguirán, nos guste o no. Podemos vivir sin preocuparnos de estas cosas, pero seremos más felices y gozaremos debidamente de la vida sobre la tierra si comprendemos estas leyes naturales y divinas que nos acompañan en nuestra existencia. El hombre es uno y es dos (una unidad dual), tiene un cuerpo físico que es mortal; es su manifestación aparente y es una entidad solar superior, inmortal; en el cuerpo se expresan sentimientos de gozo y dolor, de felicidad y tristeza, satisfacción e insatisfacción, paz y sufrimiento, amor y antagonismo... En el cuerpo solar que es, está El, que demanda lo mejor para su manifestación. Entre estos dos cuerpos se desarrolla una lucha para obtener la victoria, lamentablemente el primero tiene una coraza tan gruesa que no permite nuestra presencia real y es, por lo menos hasta ahora, el que domina y gobierna. Sin embargo, tenemos todavía el conocimiento de que algo muy importante y grande existe dentro de este cuerpo, que no es precisamente físico y tangible, sino muy sutil, con otro tipo de conciencia divina. —Todos aceptamos que el hombre es dual —interrumpí—. La ciencia no acepta, pero las religiones sí, porque consideran un hombre interno o yo superior y otro externo o yo inferior. Esperemos que la ciencia descubra al

interior para que se dé cuenta de que el revestimiento es lo más externo de algo interno o conciencia espiritual. Amaru aprobó mi planteamiento con un movimiento de cabeza y siguió sonriente: —Antiguamente la ciencia y la espiritualidad caminaban juntas en la investigación de la naturaleza, nuestros antepasados nos enseñaron así: El hombre es pues, esencialmente mi sol (espíritu) cubierto por un cuerpo y no un cuerpo que tiene un sol adentro, susceptible de desintegrarse en cualquier momento, es mortal; en cambio el sol deja ese cuerpo y toma otro que se organiza gracias a su trabajo desde el momento de la concepción, haciendo uso de todo lo que la naturaleza le ofrece desde el vientre de su madre. Nace después del tiempo requerido, crece y luego ese cuerpo que él formó, envejece y “muere”. Es decir, es una transición el dejar esa vestimenta que ya no nos sirve porque es perecedera y se malogra; nos separamos de ella para tomar posteriormente otro cuerpo también finito; lo inmortal, incorruptible que somos, sigue su camino de evolución o de retorno al Padre. —El Espíritu es el que se va. ¿Y el alma? —pregunté. —Es necesario que consideres cómo vemos nosotros al Inti que somos (espíritu) sin forma humana —me contestó— y su envoltura (alma) que adquiere la forma del cuerpo donde radica su personalidad. Noccan Kani es Inti (Espíritu); lo que rodea tomando la forma del hombre (alma) sin ser el cuerpo es diferente, éste se queda un tiempo con el vestido, después desaparece, se desintegra. El espíritu y el alma son diferentes, claro está, pensé. —Efectivamente, son diferentes el alma y el espíritu, como los denominas —dijo—. El espíritu Inti no tiene forma… es un sol que brilla, ya dijimos, dentro de un vestido muy fino (sutil) que adquiere la forma del cuerpo físico y es ahí (alma) donde se manifiestan los deseos y sentimientos y podemos ver, pensar, sentir, actuar, pero son actitudes gobernadas por Inti. Sin embargo, y hay que decirlo, no siempre obedecidas, generalmente nuestro cuerpo con todos sus defectos es el que decide por nosotros, es acá, en esa capa (sutil) fina, donde se aloja la personalidad bien pegada al cuerpo físico con sus sentimientos y deseos propios que difieren de los del alma. Entonces, como verás, primero está el espíritu que es el que construye su cuerpo físico, luego el alma como protector del primero y

finalmente el cuerpo denso que es lo que vemos. Este es un tema de nunca acabar, tal vez en otra oportunidad también podamos continuar... —¡Qué bueno! Así que te veré en otras oportunidades más —dije entusiasmado. —No dije que nos veríamos ahora, es posible de otra manera... —y continuó su charla—. El espíritu tiene vida, esto está claro, el alma en cambio no tiene vida propia, depende del espíritu, no es creadora y desaparece al poco tiempo de nuestra partida... "El espíritu es lo único inmortal que queda y que si no fuera por la personalidad que nos frena, se manifestaría como sabiduría humana. Todo lo que avanzaríamos de ser esto posible, pensé. —Claro que es posible —contestó— viviendo con humildad nuestro estado actual (tercera dimensión), podemos acceder a otras casas (cuarta dimensión), se hace difícil cuando no hay humildad. —Qué difícil es conocerse realmente —manifesté—, siempre pensamos ser más de lo que realmente somos. Yo ya estoy preparado para recibir esto o aquello, es la expresión común a todos los hombres; yo me merezco algo mejor, sin embargo, me tienen relegado, es otra forma de auto valorarnos pero con falta total de sinceridad y humildad, olvidándonos que el nacimiento y el conocimiento por sí solos no nos hacen buenos, nuestras acciones son las que nos harán buenos o malos. —Por hoy, creo que es suficiente —dijo Amaru levantándose de su silla. Después de agradecer por la cena, se retiró a descansar. Yo, ya tenía demasiado... Estaba como marcado con tantas y hermosas experiencias y conocimientos a raudales; necesitaba estar solo para reflexionar y asimilar mejor, para hacer mías también las enseñanzas que escuché hoy. Me despedí de mis padres y me fui a mi cuarto, recostado sobre mi cama trataba de recordar... Amaru había dicho en algún momento que el que conoce está en camino de comprender, el que comprende no sufre, ama, el que ama es sabio: El amor logra lo que otros métodos no consiguen. Si amas eres amado... ¡Qué verdad tan simple!, pero qué difícil es vivir ese amor. Dios es amor y aunque el amor no es Dios, nos acerca tremendamente a Él; es el reino del amor que debemos buscar aun siendo una gota de luz en un universo de oscuridad... La expansión del corazón

hará que amemos más y mejor... Cuando comprendamos que nuestro patrimonio es la vida eterna, nuestro camino no tendrá retorno porque nos habremos convertido a imagen y semejanza del Padre. ¡Qué ironía, ignoramos nuestro gran secreto...! No tenemos forma pero estamos en la forma, el alma es la que adquiere la forma de la forma... por nuestras limitaciones cometemos el grave error de considerar la materia como la gran realidad. Es pues muy importante aprender a discernir para diferenciar entre lo real y lo falso. Nuestro cuerpo es distinto de nosotros, está claro. Lo que queremos nosotros no siempre coincide con lo que desea nuestro cuerpo. Los conceptos iniciales de un pasado remoto que nuestros abuelos kechuas conservaron en el recuerdo oral, de un primer parto cósmico en América, regresan nuevamente a los Andes por la espiral espiritual de evolución... Debemos prepararnos ya, para dar hospedaje “en todas nuestras casas” a este Gran Centro de Poder de la Energía que cada día crece más... y... más. Estamos pues, cerca de un segundo nacimiento, lo dice nuestra tradición, donde resurgirán nuevamente los antiguos conocimientos y técnicas del manejo maestro de la energía aplicables a la materia para que ésta tenga una mejor y pronta evolución... La noche avanzó rápidamente y el sueño... llegó... lentamente.

Cuarto Día Aquel cuarto día amaneció muy frío y desperté triste, sin motivo aparente... ¡Cómo no!, sí había un motivo y muy importante: Era el último día con nosotros de Amaru Cusiyupanqui, el actual Illac Uma, el maestro, el sabio, tan humilde que nadie sabía quién era mientras me acompañaba al mercado de Urubamba (la ciudad de la luz, el lugar de la luz, la tierra de la luz, según el runasimi) a realizar las compras para la comida. Los sabios, los verdaderos maestros son así, pasan inadvertidamente sin llamar la atención, sin hacer alarde de lo que saben y sin compartir con los que creen que saben, estos últimos lo único que tienen es información del Gran Conocimiento, es decir, son los teóricos de la espiritualidad, los espiritualistas de escritorio. Estos sí necesitan saber que la espiritualidad se vive, se practica, no se dice, se hace, se Sirve. Ya hemos manifestado más de una vez que, sin servicio no hay crecimiento espiritual.

Anoche fue una noche de reflexión, como las anteriores. No sé si realmente dormí o estuve permanentemente despierto, lo cierto es que tuve muchas visiones: Me pareció estar en presencia de Yupanqui Puma, de Nina Soncco, de Ari Tambowacso, de Nina Huilca, de Amaru Cusiyupanqui, escuchándolos. A veces me hablaba uno de ellos y luego aparecía el rostro de otro, todos enseñándome algo, que lamentablemente no recuerdo: Siempre me sucede lo mismo. Lo único que recuerdo es que me hablaban de Samana Wasi entre otras cosas importantes. Habían transcurrido siete años de mi segunda visita a la aldea “A” donde recibí tantas enseñanzas de Nina Soncco junto al compromiso de hacer realidad Samana Wasi y faltaba tanto por hacer... Es muy poco lo avanzado, me preocupa y tengo miedo de equivocarme, pero... iremos corrigiendo en el camino, es muy bella la idea, es perfectible además, iremos mejorando... No me di cuenta en qué momento entró Amaru a mi dormitorio, pues estaba ocupado y abstraído con “mis sueños”, estaba parado frente a mí como mirándome, me levanté rápidamente y lo saludé, eran las seis de la mañana, se sonrió y me preguntó en kechua cómo estaba, si había dormido bien. ¡Es tan dulce nuestra lengua madre!, pensé. —Así es, como te dije, el runasimi es la madre de todas las lenguas. Expresa con mucho calor el sentimiento real del que pronuncia una frase o quiere decir algo muy importante. Con pocas palabras puedes decir mucho... Bueno —dijo Amaru—, hoy es el último día que estoy acá, físicamente se entiende ¿no? (se sonrió). Vamos a conversar un poco antes de que la mamá llame al desayuno, ella ya está levantada encendiendo el fuego en la cocina (nuestra cocina era un fogón de barro y funcionaba a leña). Te esperaré en el jardín (y salió, tras él yo en dirección a la cocina para pasar rápidamente al patio interior y lavarme en el riachuelo que corría por ahí, saludé a mi madre y seguí hasta la acequia, me metí en el agua helada, termine despertando, pues estaba aún medio dormido. Cuando retorne a la casa de Amaru ya se encontraba observando y acariciando las hortensias que mi madre cultivaba junto a otras hermosas flores). —La vida que Inti (Dios) dejo sobre la tierra —dijo— se manifiesta en todo con belleza extraordinaria. Donde vayas encontraras “la mano” amorosa de Él. Este lugar de luz (Samana Wasi) no es único, sería mucho

egoísmo pensar que solamente acá tenemos lugares bellos. Cuando visites otros puntos del planeta (¿será posible esto?). Sí, espera un poco, comprobarás que todo lo que hizo Inti (Dios) es hermoso, dentro y fuera de la tierra. Todo el Universo se emociona por su belleza. Dar gracias al Padre por este regalo es lo menos que podemos hacer... En fin, este jardín es muy lindo y tiene vida, ¿no? —Sí, claro que sí, se ve —dije. —¿Qué ves? —me preguntó. —Bueno... —me puso en aprietos—, las plantas también tienen vida —dije para salir del paso. —Pensé que estabas viendo —me aclaró— cómo vibra la luz que rodea (el aura) a las flores. Además de que todo vibra, en la tierra, el aire, el agua y el fuego hay seres pequeñitos que se mueven en dimensiones sutiles donde habitan y moran, dando vida. La naturaleza es viva, tiene fuerzas inteligentes, no fuerzas mecánicas, que son pequeños soles (espíritus de la naturaleza). Claro, pensé, los elementales se manifiestan en los mundos invisibles, son entidades subhumanas que se mueven en la materia etérica o astral. Los gnomos, duendes, enanitos u hombrecitos de las peñas, pigmeos... por ejemplo, viven en la tierra y debajo de ella, trabajando sobre las rocas, árboles, flores. Construyen sus casas en cavernas, en minas, en viejas casonas que cubren de vegetación. Son los guardianes de los tesoros ocultos. Manipulan la energía etérica construyendo o fabricando piedras, minerales en general, piedras preciosas. Sin ellos no existiría el hierro ni el oro. Son vistos por los niños hasta los siete años de edad y por los clarividentes, naturalmente. Trabajan sobre los sólidos, en el hombre sobre sus huesos, que no se sueldan sin su ayuda... Sus cuerpos están formados principalmente de éter químico, de ahí que pertenezcan a la tierra y sean terrenos, envejecen muy semejantemente al hombre. Pero, ¿qué es el éter?: La naturaleza o mundo físico tiene también un mundo invisible e intangible, nuestros sentidos comunes ya no llegan hasta ahí, por consiguiente, es un ámbito inexplorado por la ciencia material. Este es el mundo etérico; el aire, la electricidad, aunque no se los ve, la ciencia puede medirlos y sabe que existen, pero con el éter aún no pueden... Sin embargo,

se cree que es una sustancia muy sutil, la más sutil de las que se conocen. Según el Diccionario de la Lengua Española, científicamente es el medio hipotético o elemento de gran sutileza y elasticidad que se supone llena el espacio, y a través del cual se transmiten la luz, las ondas electromagnéticas... Esotéricamente considerado, el éter es una realidad que nutre al cuerpo, para el clarividente ejercitado es tan real como los sólidos, líquidos y gases. Todas las fuerzas vitales que dan vida a la naturaleza, incluso al hombre, vienen del éter, éste es de diferente composición y de ahí el nombre de éter químico, éter de vida, éter reflector y otros. No por ello vamos a negar que la ciencia material moderna tiene éxitos maravillosos y medios que le permiten ir cada día comprobando más y más lo que "otro campo” de investigación humana le va dando como hechos reales, no tangibles pero muy reales. La asimilación y la expresión son producidas por el éter químico tanto en los vegetales como en los animales y el hombre. Las ondinas, ninfas, sirenas, hijas y diosas del mar viven en el agua. Estos seres que son bellísimos trabajan en todos los líquidos, desde luego en los líquidos del cuerpo humano también, amistosamente. Las encontramos en la lluvia y son más finas que los gnomos; sumamente alegres, las más evolucionadas habitan en lugares sagrados y se interesan por las plantas, las flores. Su cuerpo está formado principalmente por el éter vital, que es el que mantiene la especie, entonces vamos a encontrarles actuando en la hembra y en el macho. Las salamandras son las reinas del fuego, todo se enciende por intervención de ellas. Aparecen como pequeñas lenguas de fuego. Les gusta el incienso por eso se las encuentra en lugares sagrados donde se utiliza el fuego durante las ceremonias. Son las causantes de las erupciones y explosiones, pues; viven bajo tierra. El éter reflector es el principal componente de su cuerpo; como indica su nombre, están presentes donde podemos encontrar recuerdos del pasado, reflejos de la “memoria de la naturaleza”, memoria que se encuentra en un nivel muy elevado y donde los recuerdos son muy claros, definidos, permanentes, lo que no sucede con el éter reflector: los recuerdos e imágenes son borrosos y vagos, sin claridad ni definición. Esto es muy importante porque muchos clarividentes se quedan únicamente con esas imágenes, sin saber qué están leyendo o viendo, igual que médiums, psicómetras... que piensan tener la información verídica y lo que realmente

poseen es lo que les muestra este éter, no más allá. Por eso es que muchos que afirman conocer o haber visto su pasado, están muy equivocados y emiten conclusiones erróneas.  Los silfos, espíritus del aire, nacidos del viento, son transparentes y se los confunde con el azul del cielo. Son responsables de las grandes tormentas en los mares, de los truenos, relámpagos, rayos, de la brisa y los huracanes. Se los ve como ráfagas de luz y se desplazan a grandes velocidades. Son los comunicadores, especialmente del pensamiento humano y de los mensajes de radio, televisión, teléfono... Son además los guardianes de la humanidad, tenemos “un ángel de la guarda” en los silfos. En la era que se aproxima (faltan como 300 años), los elementales de la naturaleza tendrán una importancia mayor, ya que será la era de la conquista del aire y se realizarán descubrimientos muy interesantes. El éter luminoso es el principal componente de su cuerpo, son los responsables del calor de la sangre en animales superiores y en el hombre y se manifiestan en los sentidos como olfato, oído, visión, gusto, tacto. En los animales de sangre fría se ocupan de la circulación. La clorofila, el color de las flores, dependen de este éter, como todos los colores de la naturaleza. ¡Levanté la cabeza y la mirada, me encontré con los ojos de Amaru!... que con mucha complacencia y comprensivamente me estaban observando en silencio, como “adivinando” mis pensamientos. Yo no sé en qué momento él dejó de hablar y me abstraje tanto que no me di cuenta... —Discúlpame maestro —le dije muy molesto conmigo mismo—, me distraje. —No tienes que disculparte, yo también he aprendido mucho con tus pensamientos. Has ampliado bastante lo que dije sobre la vida diminuta que existe en la naturaleza y en nosotros, ya que son parte de nuestra vida. Conoces bastante sobre ellos. —Dices muy bien: conozco, pero aún no sé, no he logrado verlos —le contesté.  —Ya lo harás, estoy seguro —me dijo muy sonriente—. La ciencia te ayudará, está avanzando... —No te parece —le dije— que no es necesario inventar tantos aparatos e instrumentos sofisticados que indudablemente permiten asombrosos

descubrimientos, pero... no sería mejor desarrollar más al mismo investigador para que descubra los secretos de la naturaleza, ya que todos tenemos dentro facultades especiales que, con toda seguridad nos ayudarían a “acortar distancias”, “ver mejor”, escuchar de otra manera. Los ocultistas o esotéricos usan ventajosamente estas facultades, es decir, todos los buscadores de la verdad. —Sí, es necesario hablar con los investigadores —dijo Amaru—. Creo que finalmente están abriendo sus puertas, pero no debemos desconocer que la ciencia sigue avanzando. ¡Qué bueno sería! si un investigador fuera al mismo tiempo esoterista u ocultista, ¿dijiste así? —Sí, maestro —contesté— pero mucha gente tiene miedo o no sé qué a esas palabras, tal vez desconfianza. Ocultismo y esoterismo prácticamente son sinónimos, ambos significan oculto, interno, no exotérico, externo o público. Es pues la ciencia que estudia los misterios de la naturaleza y desarrolla los poderes psíquicos latentes en el hombre y ése es el ocultista o esotérico... Creo que muchos estaríamos considerados dentro de estas denominaciones. Somos muchos los buscadores de la Verdad... —No te preocupes, ya comprenderán —me contestó sin darle mayor importancia. —Vengan a desayunar que se enfría —dijo mi madre saliendo por la puerta principal que da al jardín. Retornamos, al corredor que era nuestro comedor. Mi padre, después de los saludos respectivos, dijo algo que sí me sorprendió. —Estuvieron hablando de los elementales, ¿no? —manifestó como buscando una confirmación a su intuición. —Sí, papá —dije—. ¿Cómo lo sabías? —Ya no debieras preguntar eso —me contestó Amaru al mismo tiempo que se sentaba. Mi padre no comentó nada y empezamos el desayuno en silencio. —¿En vuestras mentes ya no hay nada para hablar, que parecen mudos? — dijo mi madre con una sonrisa dibujada muy levemente en sus labios. Los tres festejamos la ocurrencia, con una sonrisa.

—Lo que sucede es que el café está muy rico, lo mismo que el pan y el dulce —dijo mi padre. Amara y yo asentimos, moviendo la cabeza porque efectivamente todo estaba muy agradable. Pero, creo que lo que nos tenía en silencio era la proximidad del viaje de Amaru: ninguno de los tres quería tocar ese tema. Mi padre y yo particularmente, sentiríamos mucho su ausencia. —No hay ausencia —dijo muy serio Amaru—. Nuestras mentes estarán siempre en comunicación y ocupadas con los recuerdos, con las enseñanzas, con las experiencias y las responsabilidades... si aprendemos a manejarla. —¿Cómo es eso? —pregunté. —La mente, la conciencia, están en el alma (lámina 5) y no en el espíritu.

Lámina 5:1) Cerebro. 2) Alma. 3) Conciencia - Mente. 4) Sentido en el que va la orden del espíritu. 5) Espíritu Ya hemos dicho que alma y espíritu no son lo mismo. Podríamos decir también que el alma es la conciencia y el espíritu o Inti, la vida, la verdadera vida. Inti envía la orden en forma de pensamiento hacia la mente (lámina 6)

Lámina 6: I) Cerebro. 2) Conciencia - Mente. 3) Alma. Espíritu

Esta emite la información a tu cabeza (cerebro) que lo procesa, bien o mal (lámina 7)

Se manifiesta y hace visible en el cuerpo por medio de la palabra u otra actitud. Como la conciencia es algo inmaterial y propio nuestro, como

comprenderás, no es producto del cuerpo ni depende de éste para existir, existe por Inti que es la vida. El cuerpo no hace nada por sí mismo, sino observa, por ejemplo, un cadáver... El cuerpo de una persona viva debe su funcionamiento precisamente al alma donde está la mente, y fundamentalmente a Inti (Espíritu). Si tú como sol que eres aprendes a manejar la mente debidamente, tu cuerpo no tendrá problemas de ninguna clase y siempre estará bien. La mente es la que decide el bienestar o el malestar del cuerpo. Mira pues, si no es importante aprender a manejarla, tus órdenes serán cumplidas: si quieres vivir enfermo, enfermo vivirás, por el contrario si quieres vivir sano y fuerte la orden que des tendrá que ser totalmente positiva y firme. La vida que vives acá depende únicamente de ti, de las órdenes que des a tu cuerpo por medio de tu cabeza (psiquis). —Es decir —interrumpí—, los síntomas son manifestaciones físicas de conflictos psíquicos. —Así es —me contestó Amaru. —Es un mensaje que puede descubrir el problema de un paciente — ¡acotó mi padre que nunca hablaba! Amaru lo miró con simpatía y continuó su disertación: —El síntoma es sólo un efecto externo, hay que entrar en el interior para deshacer la causa mental —enfatizó— si no estaremos limitados a luchar contra el efecto externo únicamente: sería como cortar la mala hierba en lugar de arrancarla de raíz... Hay que trabajar enérgicamente para deshacernos por ejemplo de la necesidad de fumar, de tomar alcohol, para sacarnos un dolor de cabeza... hasta lograr que la necesidad o la causa desaparezcan, entonces el efecto externo morirá... Hay que tener en cuenta que la mayoría de los males del cuerpo están causados por cosas (pautas) mentales corno la crítica, la envidia, la rabia, la culpa, el resentimiento: debemos matar, liquidar la causa mental primero, así eliminaremos para siempre un trastorno. Ninguna planta vivirá si la arrancamos de raíz... Tenemos que ser responsables totalmente de nuestra propia salud, amarnos. La falta de amor a nosotros mismos es el origen de muchas de nuestras dolencias. Debemos aceptarnos (y es una obligación., además...) tal como somos aquí y ahora. Cuando comprendamos esto, la energía que derrochamos tanto tiempo por incomprensión en la desesperación, se dedicará ahora a curar, a sanar nuestro cuerpo, nuestras afecciones. El amor a nosotros mismos nos libera

de todo... Cualquier malestar se acaba cambiando nuestra actitud mental: el malestar se originó en la nada y en nada se convierte... Tenemos que encontrar y mantener permanentemente el equilibrio cuerpo, mente y espíritu; una actitud positiva hacia nosotros mismos y hacia la vida. Sentiremos la alegría de vivir cuando logremos esta armonía. Depende de nosotros, de nadie más. — ¿Qué les sucedió? —comentó mi madre entrando en el corredor donde desayunábamos—. Los dos (mi padre y yo) tienen los ojos fijos y se les agrandaron mirando a Amaru. ¿De qué les está hablando que parecen es tatúas? Nos reímos los tres. —Voy a traer algo caliente, eso ya debe estar helado —diciendo esto se fue a la cocina. Este momento sirvió efectivamente para tomar un poco de aire ¡todo era tan interesante e importante! Hasta ahora creo que ningún investigador ha logrado adentrarse en los recónditos repliegues del alma kechua, seguramente porque no ha tenido la oportunidad que yo sí tuve o por el hermetismo sistemático de que se valieron para cuidar, proteger y defender sus excelsos y sagrados valores culturales, de toda la invasión que sufrieron. Esto explicaría a mí parecer, la ignorancia dé la realidad espiritual del pasado y tal vez del presente, que palpita en su tradición, en nuestra tradición. —Los hombres han fabricado un ente cultural como un proceso histórico que no es una realidad natural nuestra — ¡dijo mi padre, interviniendo nuevamente e intuyendo seguramente también mis pensamientos! Este material mítico viejo y joven a la vez, será interpretado únicamente si nos compenetramos íntimamente en la manera de pensar, de sentir y de expresarse de nuestros antepasados kechuas, explorando las capas más profundas de su pensamiento, de sus procesos mentales, sus ideas religiosas, en una palabra, su realidad espiritual. Entonces no nos va a parecer como hasta ahora, una ficción, una novela o fantasía, quiero decir para los demás, porque para ti (me miró) y para mí, es una realidad que la vivimos... en momentos diferentes...

Mi padre se emocionó y calló por unos instantes, había unas lágrimas que afloraban de sus ojos... Ese estado es muy contagioso... por lo menos, lo era para mí... Amaru permanecía sereno (espero aprender un día, esa serenidad), mi padre continuó: —Los relatos míticos son al mismo tiempo narraciones históricas, es decir, una mitohistoria, algo que no se quiere comprender y aceptar. Son los fundamentos de su conciencia cultural y no tiene nada de oscuro para ellos ni para nosotros (él y yo). Viven con su pasado permanentemente, es decir, el pasado continúa en el presente. . —El tiempo presente empieza con la tercera creación, no lo olviden — interrumpió Amaru—. Lo anterior es más antiguo (prehistoria). El presente es pues acumulación del pasado. —La totalidad histórica produce la cultura presente —acotó mi padre, que cada instante me sorprendía más con sus intervenciones—Mucho cuidado con esto —dijo mirándome (¡Yo no salía de mi asombro!)—, hasta el momento nuestro pueblo aún no ha tomado debida conciencia de este hecho por eso es que no despierta de su largo letargo: todavía tenemos una gran cultura en el pasado, ¿por qué no la usamos hasta ahora? Nuestro pasado es muy grande, nuestro presente debe serlo también... Esa es nuestra responsabilidad frente a la humanidad. —El presente se ha originado en los acontecimientos de la mítohistoria. ¿Qué es la historia? ¿No es el hombre y los humanos a través del tiempo y del espacio? ¿Es decir, el desarrollo del hombre en su manifestación como ser social? Los runasimi escribieron la verdadera historia, la realidad espiritual vivida por su pueblo, y no acontecimientos oficiales, que no tienen ningún valor para el devenir… ¡Increíble! ¡Mi padre estaba hablando! Tenía ganas de pararme, abrazarlo, besarlo, pero no debía interrumpirlo... —El andino, el runasimi, es el modelo del hombre con historia, lo dicen los estudiosos del mito. (¡Qué lástima, son pocos!) Ya no es literario, entra en el campo de la ciencia: un análisis conceptual nos mostrará la vida, la espiritualidad del nativo, si penetramos en su pensamiento, en sus procesos mentales tan diferentes y distantes del hombre común. De otra manera no podremos captar lo verdadero de su vida; es menester convivir en sus

propios templos que no están “al aire” ahora, lugares sagrados escondidos en las altas montañas (la aldea “A” por ejemplo, pensé, Amaru me miró y me hizo una señal “para que me callara”...) donde su formación se realiza en la escuela de la tradición oral a través de los sabios ancianos analfabetos. Es que la sabiduría ancestral no necesita de nuestra cultura..., En la mitología todo es historia, es que la mitohistoria explica una verdad establecida, libre de hipótesis... Es un mundo hasta ahora desconocido. Sin embargo los discípulos de toda la tierra, particularmente los de Oriente, ahora son atraídos por Sudamérica, hacia las montañas de los Andes donde, como sabemos, está ubicado uno de los tres vértices de energía responsables del futuro de la Tierra y el nuevo foco mundial de iluminación. Bueno, de esto... Amaru puede explicarnos, con más conocimiento y sabiduría que yo. —Nuestros amados maestros —dijo Amaru con solemnidad— nos han ordenado establecer en algunos lugares (retiros exteriores) más o menos cercanos a nosotros (a los retiros interiores) una casa o campo (superficie de terreno) que tenga algo especial espiritualmente, donde el hombre sincero y decidido conscientemente, pueda recibir los conocimientos que lo ayudarán a crecer mejor por medio del Servicio. De esta forma, el momento oportuno puede regresar (el retiro interno o santuario interno), retornar al Inti Wasi (Casa del Sol, Casa del Padre). Será importante enseñarle (iniciarlo). Sí, eso justamente: iniciarlo. La iniciación física se dará con el servicio, la otra (psíquica) se dará en su cabeza por el conocimiento, la espiritual por la sabiduría (es decir, el conocer convertido en saber). —Bueno, esto se ha enfriado otra vez —interrumpió mi madre un poco molesta (tenía su carácter), no nos dimos cuenta en qué momento retornó de la cocina nuevamente. Le agradecimos por sus atenciones y preocupación y nos levantamos. Abracé a mi padre y le di un beso: no era necesario decir más... Mientras tanto Amaru salió hacia lo que sería el futuro Samana Wasi (La Casa del Descanso), lo seguí, se sentó en el puentecito de piedra con los pies colgando sobre el riachuelo, me senté a su lado en la misma actitud. —Estos días hemos conversado de varios asuntos importantes, tu papá también participó, le pedí que lo hiciera para que sepas quién es él (¿dentro

de la Hermandad de los Hijos del Sol?). ¿Por qué no habla sobre lo que conoce y, por qué tiene que trabajar enseñando en silencio con una lealtad a toda prueba? Tienes que aprender mucho de él... (¡Yo también conocía su lealtad! y responsabilidad frente a la Hermandad Solar: me enteré con dolor y vergüenza, pues lo juzgué muy mal durante muchos años, injustamente. ¡Habló sobre mi padre, indudablemente yo no lo conocía! Me emocionó...) —Ya no debieras recordar tus errores, creo que comprendiste debidamente —me dijo, como siempre leyendo mis pensamientos—. A ti te corresponde hacer lo contrario con mucha cautela y sensatez, es decir, tienes que hablar con la gente y explicar lo que conoces, aunque no te crean, por el contrario te prejuzguen o traten de falso. El descrédito que quieran algunas personas lograr contra ti será simplemente envidia disfrazada; tienes que estar preparado para esto. —Sí, maestro. Me apena pero no me preocupa —dije—. Lo que sí me inquieta es que no sé hablar en público. ¿Cómo empezar una conversación sobre estos temas? ¿Iniciar yo o esperar? No sé. —Espera, siempre espera. Ya vas a tener oportunidad de hacerlo, cuando publiques tu primer libro Ahí empezará... La envidia también se hará presente de inmediato, no la tomes en cuenta. Pero sí es importante que estés atento contra la vanidad, ésta es una compañera que camina muy cerca de nosotros esperando el menor descuido para caernos encima y apoderarse de uno (será de nosotros, de ti no creo; me miró con el ceño fruncido). Todos estamos siempre con este peligro cercano, debemos cuidarnos. Hay que conocer esta realidad para superarla... No cierres los ojos frente a esto, sería muestra de debilidad; el vanidoso ha “cerrado abiertamente” los ojos, su orgullo no le permite ver y da vueltas y vueltas (como la calesita). Sí, como la calesita, que no va a ninguna parte... (¡Qué ejemplos tan claros me daba, que simplificaban conceptos! Estos maestros son todos iguales: una pléyade de sabios.) Sus ojos negros y brillantes, me miraron amorosamente, parecían dos estrellas en plena mañana. —No hay que ocultar más la verdad ni disfrazarla, todos perderíamos, pero es importante saber a quién darla (discernir). Sí. La calidad humana está en

descenso como nunca antes, hace tiempo que se viene degradando —dijo con preocupación—. La medicina ha logrado muchos avances. Sin embargo en las escuelas, en la secundaria y aun en las universidades se ve una baja tremenda en las exigencias para recibir alumnos (en la evaluación intelectual). Sí. En las aulas hay montones de niños y jóvenes mal preparados (con insuficiente desarrollo mental). Sí. Las condiciones para ingresar se debieron mantener siempre, incluso debieron aumentarse, ya que toda sociedad sana camina hacia el progreso y la superación, no hacía el retroceso. Para colmo hay padres que apoyan estas actitudes negativas de sus hijos, engañándose con conceptos disfrazados para justificar y sin querer ver la terrible enfermedad social para no aceptarla. Y esto desde luego no es culpa de Inti (Dios) o de desastres naturales: nosotros somos los que engendramos este futuro limitado y triste que intentamos disimular. Ya escuchaste, sólo de nosotros depende cambiar estas condiciones, mejorándolas en uso consciente de nuestro libre albedrío. No olvides: la mejor prédica es la acción inmediata después de la palabra. Hay que usar correctamente la sabiduría, es decir con obras de amor y ayudando al prójimo con generosidad... Tengo que hablarte de varias cosas todavía y el tiempo es breve, así que presta mucha atención y tienes que pensar (reflexionar, meditar) para poner “manos a la obra”. La iniciación de la que hemos hablado, que es una ceremonia sagrada y preparatoria de otra más grande (la iniciación real). Llámala como quieras, pero una va detrás de la otra, siempre que el que busca (candidato) esté debidamente consciente de lo que quiere, es decir, la semilla colocada en un buen surco, rico y fértil con guano de elevados valores éticos y profundo amor, brotará firme y nada la desviará de su camino, estará preparada para soportar todas las tentaciones, irradiando luego su calor (conocimiento) a los demás. Eso será como el fuego que cuando arde calienta primero el fogón y luego transmite su calor alrededor... Bueno, deja de pensar, me estás sacando de lo que debo decir. La iniciación mencionada es la que dará el primer impulso hacia la segunda que por propios méritos ya alcanzará, dependerá íntegramente del trabajo que desarrolle... Hay que dar oportunidad a todo buscador honesto para que sepa aprovecharla para su crecimiento, sino qué pena, no entendió aún... Tendrá que cambiar su actitud frente a la vida para evitar que sus propios pensamientos engendren la mayor parte de su desdicha. Si lo logra, siempre estará en la luz, sin temer nada, hablará la verdad, pensará la verdad que es amor. Pero verdad no sólo es hablar la

verdad, es vivirla, es obrar rectamente en la vida con la debida humildad, virtud que la acercará a la sabiduría. El sabio es como la rama cargada de su fruto, que se inclina por el peso de éste. El verdadero maestro se inclina con humildad por el peso de su sabiduría. A este preciado tesoro debiéramos aspirar todos... ¿Qué piensas tú?  —Nada, me dijiste que no pensara mientras hablaras —contesté. Sonrió y dijo: —Ahora te pregunto. —Bueno, estoy trabajando para poder empezar la obra, es decir Samana Wasi. Mi padre ya me dio, como sabes, todo este terreno para los niños y ancianos abandonados; dedicaremos esto y nuestras vidas a servirlos y servir también con mucho amor a la Hermandad, donde tuve el grande honor que tú me iniciaras. —Yo no te inicié —dijo sorprendido-—, fue el Illac Uma Nina Soncco, solamente ayudé a... —Me enseñaste a caminar —lo interrumpí. — ¿Y cómo sabes que fui yo? —preguntó admirado. — ¡Ah! Yo también veo a veces... o me entero de lo que sucede —y me reí. Me miró con picardía y sonrió... Luego dijo: —El servicio ayuda al servidor. Es una virtud muy grande que recompensa en sí misma, pero ojo, tiene que ser desinteresado. —Desde luego —le contesté—, eso está claro. —La educación sin amor, no es buena. Ten en cuenta. Además hay que vivir con el niño para que la educación sea positiva. Si has de intentar un nuevo hombre salido de Samana Wasi, tendrá que ser una forma más elevada de Ser. —¿Un hombre mejor que el hombre? —pregunté. —Claro que sí —respondió—. Parece que aún no has entendido correctamente la intención del futuro: La evaluación continua, no se detuvo, vamos camino al superhombre. Ese nuevo ser será totalmente consciente de sus facultades y posibilidades, además de clarividente. Esa

será una forma de vida más elevada. Hay que trabajar, no sientas temor, tendrás siempre nuestra ayuda... —Gracias maestro, pero tengo terror, no miedo.  Se sonrió y siguió: —Cuanto más sirves, cuanto más creces en todo sentido, te expandes. Hay gente que sigue creyendo en la apariencia y está equivocada, eso se gasta enseguida, para servir hay que tener corazón, tener espíritu y estar deseoso de dar. Eso no se gasta. Sin embargo, te repito, mucho cuidado con el orgullo, la vanidad, la soberbia, pues; los logros en obras físicas o intelectuales pueden darte conocimiento y comodidad, mas no sabiduría. —Todo eso está claro y tendré mucho cuidado, ya sé que esos vicios son compañeros muy cercanos, que andan empujándonos para que cometamos errores inflándonos y haciéndonos pensar que de esa manera nos elevamos. ¡Qué tontera! Gracias, querido Amaru, por recordármelo. —Pasemos a otra cosa —continuó—. También es necesario recordarte que debes practicar facultades que te ayudarán a mejorar y servir eficientemente. Conocemos a muchas personas que dicen amar a sus propios hijos porque creen que les pertenecen, que son de su propiedad, esto no es así, como sabes. Pero son indiferentes frente a otros seres que no tienen el vínculo de parentesco con ellos. No sólo hay que amar a los hijos, sino a todos los hijos de la tierra: esto habrá que aprender... Porque tendrás muchos hijos... —Así es —asentí. —La única y auténtica relación verdadera entre los hombres es la amistad, es el vínculo más grande. Todas las relaciones fracasan cuando ésta no existe, y cuando está presente todas las relaciones crecen positivamente. Es de lamentar que en nuestra civilización rara vez la encontremos. La ambición, el egoísmo están destruyendo casi todos los buenos sentimientos. Tú vas a vivir esta desilusión “en carne propia” y en el futuro cercano, cuando renuncies al trabajo que tienes ahora, para dedicar tu vida a Samana Wasi. Espero que no sea nada importante, pensé.

—Yo también espero que no te afecte —me contestó y siguió—: El amor por el hogar, por los sitios queridos que nos traen gratos recuerdos de nuestra infancia, juventud, relaciones, amor hacia el país donde nacimos o vivimos, es muy importante: Aprendemos a amar toda la tierra, toda ella es nuestra patria; defender y respetar el hogar es defender y respetar el gran hogar sin perder nuestra identidad. Toda la creación es manifestación del amor, este amor que nos hace libres. El hombre que logra su liberación es totalmente distinto aun en su forma física, en su temperamento, en su expresión, es que el amor es la única cura para el miedo... Es por miedo que no enfrentamos la realidad. No comprenderás nunca un conocimiento teórico si no lo experimentas directamente. La experiencia no se encuentra en libros... —Claro que no —afirmé—. Se encuentra de esta manera también, es decir, cuando el maestro me hace el honor de enseñar directamente. No comentó nada y siguió como si no me hubiera escuchado. —Tienes que persistir en lo que inicies hasta completarlo. Esta facultad generalmente no la usamos: Comenzamos varias cosas pero concluimos muy pocas, por eso el hombre se siente mal (frustrado). Tu vitalidad es importante para concluir todo lo iniciado, si no la vida sobre la tierra será muy corta. Tu carácter tiene que ser fuerte, firme, pero con dulzura para dirigir debidamente y con prudencia. Estímate, eso te dará confianza y fe, firmeza, es decir, seguridad en tus intenciones. Tienes que aprender a ser justo, honesto, íntegro, con sentido del deber hacia los otros. Debe acompañarte siempre la esperanza de que los sueños de hoy se cumplirán mañana, la fe en Inti (Dios) te dará la firmeza de Su Presencia permanente en todo lo que hagas. El amor por las cosas antiguas, respeto hacia quienes son superiores o ancianos, servirlos. La amabilidad en tus actitudes, ayudando y distribuyendo lo que tengas entre los necesitados. No sé qué distribuiré, pensé. —Que no te sorprenda, pero Inti (Dios) te proveerá para que distribuyas entre los niños y ancianos necesitados. Imita los buenos ejemplos que encuentres, acéptalos con humildad. Trata de comprender a los otros y con simpatía trata de ayudarlos en los momentos difíciles de la vida, suavemente, sin forzar. Respeta el tiempo de las personas y no las canses

con charlas vacías: Cuando hables siempre di algo. Tú y yo conocemos personas que nos visitan por cinco minutos y se quedan todo el día... Me reí y él también rió. — —Hay millones en todas partes —acotó—. Que tu palabra siempre lleve armonía como tu vida privada y pública, el lenguaje debe ser adecuado para no herir. La belleza está en todo y en todos, hay que reconocerla, es bueno. Ten en cuenta siempre que la ley de causalidad se manifiesta. Te ayudará a calcular la causa a veces invisible de un efecto visible. Todo esto siempre con sentido del humor. Debo ser jovial, pensé. —Así es. Es uno de los amigos más grandes del hombre, practícalo. Bueno, a partir de este momento, podrás pensar también, sin usar tu mente. — ¡¿Cómo?! —dije interrumpiéndolo. —No te asustes. Lo que sucederá es que tendrás el poder de mi mente también, apoyándote, estará a tu disposición. Podrás pensar con mi mente y no con la tuya, así recibirás más conocimientos y a mí me ahorrarás tiempo de venir hasta aquí. Es decir, habrá momentos en que tú te trasciendas y no te explicarás de dónde proviene tu conocimiento de algo, ¿entiendes? —Creo... que... sí —balbuceé—. En realidad tendré siempre mi propio pensamiento, pero con la ventaja (¡semejante ventaja!) de que también dispondré del poder de tu mente, ¿sí? —Me autorizaron para hacerlo —dijo— y saldrás “disparado” de tu cuerpo a encontrar lo que estás buscando... posiblemente ni te des cuenta de ello. No importa, te estaremos apoyando y VIGILANDO (enfatizó) como protegiendo en toda la labor con los niños y los ancianos. Desde luego que espiritualmente también estaremos a tu lado. Lo abracé fuertemente con mucha emoción y gratitud. —Vamos a pararnos porque ahora viene la mamá a llamarnos, es hora del almuerzo —dijo, levantándose al mismo tiempo. —¿No será que tu estómago ya tiene hambre? —dije bromeando.

—Vengan a almorzar, los platos ya están servidos sobre la mesa y si no vienen rápido se van a enfriar —dijo mi mamá con energía, apareciendo intempestivamente. Menos mal que Amaru la presentía siempre, así que nos encontró ya caminando en dirección a la casa. Mi padre ya nos esperaba sentado a la mesa, se frotaba las manos para calentárselas, porque de todas maneras el día estaba frío, aunque yo no lo sentía así. Por lo menos hubo sol toda la mañana, además estuve muy ocupado escuchando a mi querido maestro. — ¿A qué hora partirás, Amaru?... para prepararte algo —preguntó mi mamá. —Gracias, me iré bien de madrugada mañana —contestó Amaru. — ¡Qué bueno! Así que todavía dispondremos de toda la tarde —comenté — para gozar de tu compañía. —Después de almorzar descansaremos un momento y luego nos reuniremos nuevamente en el riachuelo para que te vayas acostumbrando a estar ahí —dijo Amaru riendo—. Tenemos además, que magnetizar ese lugar con mucha fuerza para que la energía cada día sea mayor. Ya es de por sí especial, su nombre lo dice Almacunayoc o Animasniyoc, claro que esas palabras ya son una mezcla de kechua y castellano, pero lo importante está detrás, por eso adquiere valor. Es igual que cuando miramos un tubito (termómetro). Sí, justamente eso, vemos que el líquido (mercurio) sube por el tubo, y no tiene mayor significación para nosotros, pero sí sabemos que esa subida está marcando la temperatura, sí tiene importancia; del mismo modo la importancia del cuerpo nuestro es porque estamos dentro (Tnti) ¿no es cierto? —Sí, claro —dije. —La existencia de las personas se disipa en la incoherencia y el absurdo cuando dejan de interpretar los hechos que ocurren a su derredor y de su propio destino —comentó mi padre—. Hace pues falta un marco de referencia que se encuentra fuera de lo que se quiere conocer. —Por eso, todas las cosas de este mundo material de las formas, serán interpretadas más allá —dijo Amaru. —Es decir, ¿corno referencia metafísica? —pregunté.

—Sí —asintió mi madre—. El mundo visible de las formas se convierte en un momento en alegorías, igual que la letra y el número, son exponentes de una idea subyacente. Todo lo visible es expresión de una idea, por lo tanto, intermediario hacia lo invisible... Es decir, está la forma y el contenido. Esto se pone interesante, pensé. Mi padre continuó: —En la forma se manifiesta el contenido que es el que le da significado a la forma... por eso las letras que no llevan ideas ni significado alguno, resultan tontas y vacías. Cuando hables, como te decía Amaru, siempre di algo, algo constructivo que ayude, no que destruya. —Sí, papá, así trataré de hacerlo siempre -—contesté. —Los pensamientos dan forma a nuestras vidas —dijo Amaru—. Si deseamos una vida dichosa, tenemos que pensar pensamientos de dicha. Todo lo que enviemos mentalmente o hablando, volverá a nosotros en la misma forma. Nadie piensa en tu mente si no tú... —Claro, claro —dije bromeando—. Ustedes dos “se la han tomado conmigo”. —No, hijo... —dijo mi padre—. Estamos reflexionando en voz alta sobre algo tan importante que también me toca a mí. Nos estamos beneficiando los dos. —Los tres —replicó Amaru—. Estamos empezando y el comienzo más insignificante es ya importante. Inti (Dios) únicamente puede juzgarnos con verdadera grandeza, porque El conoce el corazón del hombre. —Eso ocurrirá cuando desencarnemos —dije. —Nacer y morir —habló mi padre— no son diferentes pero sí aspectos diferentes de un mismo estado. La vida es una sola y es ahí donde nuestro Padre nos juzgará. —La vida hay que vivirla felizmente —comenté. —Sí, si conoces la forma apropiada de vivir —me contestó Amaru—. La vida es creatividad, es una creación permanente, hay que cumplir con ella para ser feliz. Hemos venido con toda seguridad a ser felices y debemos serlo —enfatizó—. La realidad de la vida no es simplemente material ni exclusivamente espiritual.

Sin embargo, no se pueden buscar al mismo tiempo los bienes materiales de este mundo y pretender llegar al lado de Inti (Dios). ¿Está claro?, como dices. —Sí, maestro, está claro —le contesté con entusiasmo—. Hay que pisar tierra pero no acumulando bienes sino viviendo la espiritualidad también equilibradamente, sin apegos terrenales. Amaru rió y me dijo: —Pero no olvides cavar bien en la tierra y colocar la semilla adecuadamente. Si olvidas esto es como olvidarte de ti mismo. Terminamos de almorzar y nos fuimos a descansar. Recostado sobre mi cama, recordaba todos los pormenores de la mañana y del almuerzo: realmente me dieron mucho conocimiento, conocimiento vivido. Llegó la hora de ponerlos en práctica. Es mi hora. ¿Podré?... Creo que sí... Habrá dificultades, lo comprendo, la vida sobre la tierra es una escuela donde aprendemos por las buenas o por las malas; esta experiencia es importante para nuestro crecimiento y mucho dependerá cómo salgamos de esta prueba. Me preocupa, pero cada día me siento más seguro, sobre todo teniendo el apoyo de mi padre y de éstos mis hermanos mayores, ¡qué suerte la mía!... Si no fuera por mi padre, seguiría buscando aún, quién sabe hasta cuándo... —Creo que ya descansaste bastante, aunque me parece que has estado pensando y no descansando —me sorprendió Amaru, como siempre, apareciendo sin llamar la atención—. Vamos, nos quedan pocas horas —y salió de mi cuarto hacia la futura Samana Wasi (la Casa del Descanso). Lo seguí de inmediato, no podía perderme semejante oportunidad. Todos estos días además de ser muy felices, fueron momentos de mucho aprendizaje. Nos sentamos nuevamente sobre el puentecito de piedra, le gustaba mucho este lugar, con los pies colgando sobre el riachuelo y tocando el agua, yo en cambio, no alcanzaba, él era alto y muy esbelto. —El agua es el camino —dijo—. Siempre hay que estar en contacto con ella, como con los otros elementos. El amor y el respeto a ellos, nos acerca más a Inti (Dios). —El disco solar que se encontraba en el Korikancha, ¿era su representación física? —pregunté.

—Sí y no —contestó—. En el Korikancha, Templo del Sol, corazón del Cuzco, del Qosqo, suena mejor y es más auténtico en kechua, existieron dos discos solares de oro: Uno que se sacaba para las ceremonias públicas y otro más sagrado aun que el primero, se sacaba únicamente en momentos u ocasiones trascendentales de carácter cósmico. Este último fue traído de muy lejos (Lemuria) cruzando el gran río que está detrás de estas montañas (señaló el oeste): el Océano Pacífico. Los grandes maestros de esas tierras, que eran nuestros descendientes muy lejanos... — ¡¿Cómo?! —dije nuevamente sorprendido. Escuchar a este maestro realmente era un honor muy grande e importante, lleno de acontecimientos fabulosos, increíbles. —Estos y otros conocimientos más, indudablemente te sorprenderán. No sé si hablaremos de otros... Creo que tal vez habrá una próxima oportunidad. A partir de hoy, como te dije esta mañana, estaremos siempre en contacto; cada vez que tengas dudas, llámame, “estaré” presente, quien sabe no de esta manera, pero sí me escucharás —habló Amaru—. Te decía anteriormente que los Andes fueron la cuna de culturas milenarias, es decir, la zona donde se encuentran ahora los Andes. No olvides que la ciencia moderna (a veces acierta) nos enseña que el “nuevo mundo” de acuerdo con un estudio (geológico) de la Tierra, es más antiguo que el “viejo mundo”... Fíjate en nuestro idioma. Es antiquísimo, su antigüedad puede fijar el lugar del primer hombre... La cultura de un pueblo está en relación con su idioma, y nuestra cultura fue muy grande... Me dejó con la boca abierta, ¡claro que tiene sentido lo que plantea! —No te quedes así, escucha —me dijo—. Estos grandes maestros sabían que sus tierras se hundirían y como ya estaban en contacto mucho tiempo atrás “con sus abuelos”, con su origen andino, lo vamos a llamar así por ahora... decidieron enviar oficialmente su gente, encabezando esta trascendental delegación, un místico, como no podía ser de otra manera, apóstol y reformador, así me entenderás mejor, ¿no? —sonrió. —Sí, maestro, te escucho y entiendo —contesté con nerviosismo. No era para menos.

—Considerado casi como Inti —continuó—, Dios Merú. Sí, ése; bueno, a partir de este momento ya no te voy a contestar cuando pienses/salvo que estés equivocado, porque me interrumpes. —Asentí con la cabeza y le dije mentalmente: ¿para qué lees pues mis pensamientos?, yo no te pedí que lo hicieras, ¿no? —Claro que no me has pedido, pero estás pensando tan fuertemente que es como si me gritaran al oído —contestó el maestro—. Continuamos, este Inti era conocido por sus seguidores con otro nombre (Aramu Muru) vino con su esposa (Arama Mara) y acá los recibimos cuando salieron del Lago Sagrado (Titicaca) como Manco Ccapac y su esposa... —Mama Ocllo —dije interrumpiéndolo. —Mama Ocllo no significa nada —me contestó—. ¿No crees que más bien sea Mama Aclla? —Puede ser —dije. —Lo demás ya es muy conocido, nos llegó como leyenda, ésa es nuestra tradición aunque un poco cambiada. El como jefe supremo llevaba un bastón, borlas, bandas, cinturones y otros adornos más con los colores del arco iris que es símbolo de paz y unión con Inti, es el camino a Inti. A la vista física era impresionante y más aún cuando “veías” su sabiduría, ambos tenían el brillo amarillo dorado del sol... Con él vinieron los Ccapac Cuna, portadores del mascaipacha. Desde luego son anteriores a los incas; la tradición nuestra lamentablemente no conserva esto, tal vez porque hubo épocas oscuras. Estamos hablando de un momento muy antiguo que nosotros sí conocemos. Sin tradición no hay patria: tenemos que conservarla y hacerla conocer. Cuando hundió la barreta de oro (esto es simbolismo puro) en Huanacaure, empezaron ritos especiales (iniciáticos). Es que Huanacaure quiere decir Dios de la Tempestad (de los fenómenos meteorológicos). La tempestad cambia y luego retorna la calma con aire más puro y transparente, las ceremonias ayudan al cambio y purificación. El Qosqo, desde entonces y por todo el trabajo que hicieron, netamente espiritual, fue declarado lugar sagrado. Desde entonces, al Qosco llegamos como peregrinos y devotos con sumo respeto (unción) hacia su vejez, con devoción hacia sus templos y pasado especial. Debiéramos todos, lugareños y los de afuera (nativos y extranjeros) llegar como los peregrinos en otros

lugares de la tierra (a la Meca, por ejemplo) en busca de la espiritualidad y las huellas sagradas y purificaderas de nuestro pasado. Ahí encontraremos no sólo nuestra infancia inca, sino el más remoto pasado andino... Cuando hablamos del Qosqo no solamente estamos mencionando a los incas, ésos son de ahora, sino de nuestra historia... Calló, lo miré, se encontraba muy emocionado y triste... Pensé que la recuperación de nuestra identidad nacional era necesaria urgentemente para lograr la descolonización. El mestizaje es irreversible en América india y no se ha convertido en mestizaje cultural porque los grupos de poder criollos no lo han permitido. —“Te salió el indio” —dijo más tranquilo—. El disco solar segundo era la representación simbólica de Inti (Dios), del gran Sol Central, y la cruz cuadrada andina, la representación del Gran Regulador de la energía cósmica, apóstol y reformador (Manco Ccapac)... Él era en ese momento el único que sabía manejar la gran energía y dirigirla... El trajo de vuelta el conocimiento perdido. Lamentablemente en nuestra historia hay momentos de oscuridad, por eso es que no recordamos todas las épocas pasadas. El Lago Sagrado (Titicaca), Tiwanacu, Qosqo, Machu Picchu son centros sagrados, templos donde encontraremos la verdadera historia de la humanidad. La gente que va a conocer estos lugares debiera quitarse los zapatos en señal de respeto y humildad. ¿Te parece tonto que diga esto? —No Amaru, no me parece tonto —le dije—, pero es un poco difícil que la gente comprenda realmente el valor de estos cuatro lugares. —Cuando piensen (mediten), entrará en sus cabezas (toma de conciencia) con claridad esta verdad y se convertirá en una actitud. En otros lugares del mundo la gente se quita los zapatos para entrar en sus templos y lugares sagrados. Ya verás... tú también tendrás que quitarte los zapatos... —Desde luego, maestro —dije—, si tengo esa oportunidad lo haré con mucho respeto. En todos los templos de las diferentes religiones está la presencia de Dios, lo único que cambia es el nombre que le dan. —Sí, y también en las hermandades donde se reúnen los hombres para aprender. En fin, en todas partes está Inti —dijo—. En los ayllus nos reuníamos en un momento del día para orar (meditar), hoy ya nadie

recuerda eso... El ayllu es una organización mucho más antigua que los incas. Es que cuando hablamos de nuestro pasado, parece que lo hiciéramos únicamente con referencia a los incas. Nuestra historia está detrás de ellos... y recién se va a escribir... La historia de ahora es repetición de otros repetidores, incluso las ceremonias que vemos, ya están arregladas al gusto del que las hace. La historia escrita hasta ahora es la de los españoles en América, no la nuestra. —Así es, maestro —le dije—. El mismo nombre de América, tengo entendido, no viene de Américo Vespucio, sino de otra palabra que significa “tierra de los inmortales”; Amara equivale a dios inmortal y es igual a tierra, entonces el nombre de América viene de Amáraka. —El nombre viene del runasimi —dijo con mucha seguridad—. América fue siempre América y era conocida en todas partes del mundo. De esa palabra también deriva Amaru. América significa también: “Donde reina el Señor del Cielo, Inti”... Nos hemos apartado un poco de lo que estábamos comentando —dijo—. A los hombres del futuro no les parecerá ridículo quitarse los zapatos para entrar en el Korikancha, en Tiwanacu, en Machu Picchu, pero sí les parecerá tonto que hayamos vivido durante siglos separados por fronteras siendo un solo pueblo. Una nueva religión unirá a todos los hombres de la tierra, porque de las actuales, ninguna ha solucionado el gran problema del origen de la tierra, de nuestro sistema solar y otros mundos más alejados ni la aparición (génesis) del hombre sobre la Tierra. Estamos viviendo pues con muchas dudas (enigmas, hipótesis). En el cielo (Universo) hay diferentes planos y casas (moradas), aunque tenemos dificultades para comprender... Esferas de evolución, como burbujas de luz que no cambian, pensé y el maestro me miró. —Inti (Dios) es el Padre que no cambia. Todo lo que hace es para siempre. A ti te puede parecer cambiante por tu naturaleza humana cambiante. El plan de Inti es eterno y no acepta cambios porque es perfecto, inmutable, está más allá del tiempo y del espacio. Él ha creado el Universo ¿dijiste? de universos. Todo es su creación. Lo imperfecto es propio de nuestra personalidad; sin embargo, El comparte esa imperfección nuestra, dándonos la posibilidad de evolucionar en las esferas de su creación, en los

diferentes universos, Noccan Kani es 1a clave... y Paimi Kani, la culminación... de ese recorrido, cuando comprendamos debidamente todo esto que se llama creación y donde hubo evolución como sabes... El, Inti, que vive en cada cuerpo y dentro de él, nos guiará (cuando tomemos conciencia de esta realidad) permanentemente, paso a paso, vida tras vida, en cada retorno (reencarnación), de esfera en esfera de creación, hasta el final... hasta El... que está dentro de nosotros ayudándonos a llegar. El retorno, cada vuelta que damos (reencarnación) no es una creencia religiosa (ni doctrina ni ley religiosa), es una ley natural relacionada con la evolución de la naturaleza. Hay que darse cuenta para no equivocarnos (discernir) que en esta época estamos escuchando tantas palabras maravillosas dichas por personas que no viven lo que dicen... debieran integrar ese conocimiento a sus actividades diarias para que les sirva primero a ellas, a lo mejor así cambian para bien. Es importante el nacimiento de una nueva conciencia comunitaria para estar más unidos, para compartir sin perder la individualidad, con total respeto de la naturaleza para crecer en armonía espiritualmente, donde las guerras, la pobreza, la injusticia desaparezcan. Ahí será posible finalmente conocer y vivir el Noccan Kani que es nuestra verdadera identidad, que nos permitirá acercarnos más y realmente a Inti (Dios), sirviendo mejor. No hay que olvidar, el servicio puede adelantar el pago de nuestras deudas (acelerar los ciclos kármicos)... Esto que te digo tal vez sirva de incentivo para que más de uno piense (reflexione) y cambie, entonces empezarán a ver en el prójimo a un hermano. Esta hermandad es superior a la sangre, a los dogmas religiosos y científicos, a las banderas y fronteras, que lo único que hacen en separarnos y dividirnos más a los hombres. Decíamos que hay que compartir la vida, sin miedo ni egoísmo para no tener una vida hueca, siempre haciendo el bien y otras veces equivocándote, pero caminando con paso firme, pausado, seguro, equilibrado y atento para descubrir tu Noccan Kani, que es la identidad real. Te acercarás más a Inti, comprendiendo que habitas en su universo vivo y aprendiendo a amar a la Tierra que te brinda todo, al agua que bebes y que es vida, al aire que respiras, al sol que te da calor, a los niños, a los ancianos que por tanto caminar descubren la verdad.

Amaru brillaba, su luz me envolvía. ¡Qué emoción...! Me miró muy serio y continuó diciendo: —Si te niegas esta posibilidad, perderás tu brillo natural. Aprende a escucharte y escuchar al que te llama y haz que en tu mirada esté siempre presente el amor. Felizmente los tiempos están cambiando, ahora todos pueden exponer lo que piensan sin más peligro que su propia equivocación y no son castigados, encarcelados o muertos como en épocas pasadas; la lucha se hará más interna y personal. Los intelectuales y los místicos se están acercando, científicos (¿físicos, tal vez?) y los que estudian el cerebro del hombre o tratan de curarlo (psiquiatras) son los místicos de esta época. Tal vez sea la confirmación de lo que ya sabíamos, es decir que somos seres espirituales fundamentalmente, lo supimos siempre por miles de años, pero luego lo olvidamos. Estos místicos son diferentes, pensé. —Místico no es un hombre santulón —me contestó— vistiendo hábitos sacerdotales o de otros grupos que hay por todo el mundo, y de todos los colores y pinturas o imitando a Jesús el Cristo en apariencia. El místico es el que desarrolla en él un verdadero y rápido contacto con la divinidad en sus diferentes manifestaciones, comprendiendo los principios divinos y las fuerzas cósmicas de la naturaleza. El místico ve en Inti (Dios) la Gran Inteligencia dentro de él y en todas partes, entonces sabe que donde esté y en cualquier momento puede dirigirse a Él en su interior y que no necesita de un lugar especial como una iglesia para orar. A Inti lo encontraremos siempre en nuestro templo interior dispuesto a escucharnos... Bueno, nos vamos a cenar antes de que la mamá se moleste llamándonos —dijo levantándose. No me di cuenta, como todos estos días, del tiempo transcurrido, me parecía todo muy breve. Caminamos lentamente de retorno a la casa de mis padres, en la puerta nos encontramos con mi madre. —Ya iba a buscarlos. A ustedes hay que recordarles las horas de la comida todos los días, si no aparecen —dijo sonriente. ¿Por qué habrá horas fijas para comer?, pensé.

—Es mejor, eso disciplina de alguna manera —me contestó y puso su brazo derecho sobre mi hombro derecho casi abrazándome y entramos juntos al corredor. Nos sentamos para la última cena con Amaru—. En el campo nos retiramos temprano a descansar cuando el sol “también se va a dormir” y nos levantamos con él. Es interesante observar todo lo que se puede aprovechar levantándose temprano, por lo menos gozar con la naturaleza que se despereza lentamente con el tiempo del sol, como un niño... La vida renace en cada amanecer con mucha paz y amor. Sin embargo, ¡qué pena!, el hombre en vez de gozar con la creación y ser feliz vive cada día presionado por sus tensiones y destruyendo la naturaleza. —Las presiones de la vida son tan grandes—empezó mi padre— que el hombre en su soberbia es incapaz o no quiere reconocer la insensatez de sus actos para cambiarlos y vivir feliz. —Pero ya hay personas de toda clase —intervino Amaru— que están buscando positivamente la comprensión de sus vidas y la razón de su existencia como hombres. —Sí, como no —contestó mi padre—. Hay seres, son pocos todavía, que están buscando respuesta a las preguntas que tienen y que ni los políticos, ni los científicos, ni las iglesias pueden darles. Estas personas se están dando cuenta que la ciencia y la religión en lugar de unirlos los separan más porque ése es el pensamiento del hombre divisor: apartarnos de la realidad de la vida física de hoy; es gente que ha comprendido que la ciencia y la religión modernas no son capaces de aceptar ni concebir la totalidad integrada, completa. Por eso muchos de esos pocos, miran con sumo interés las enseñanzas esotéricas de generaciones pasadas, que son las únicas auténticas además. —Aunque son un poco difíciles de entender —acotó sonriente Amaru— por los dibujos (símbolos) y términos que usan. —Así es —contestó mi padre— y son menos aun las personas que piensan que esos conocimientos están íntimamente relacionados con la vida cotidiana, materialista que vivimos y que son para ponerlos en práctica diariamente.

—Otras personas preocupadas sinceramente también —dije— se vuelven hacia tradiciones espirituales foráneas con la esperanza de encontrar respuesta a sus incógnitas, oportunidad que no tuvieron en su religión. —Pero son culturas extrañas —acotó mi padre— que además las hemos vivido y experimentado en reencarnaciones anteriores. Es perder el tiempo ahora. Por algo nacimos o vivimos acá, eso no es casual... Además son esquemas evolutivos totalmente diferentes. Otras son atraídas por cultos a personas que aparecen como respuesta a las exigencias del hombre, de un nuevo concepto de la creación y evolución que, como sabemos, son dos hechos que acontecieron uno detrás del otro y que no se contradicen. —Es peligroso —acotó Amaru— cualquier tipo de conocimiento de segunda mano, porque al hombre le es muy fácil creer en algo pero no vivirlo, no practicarlo. Le gusta escuchar pero no seguirlo. El conocimiento puede ser muy bueno pero si el hombre no lo hace suyo, no lo acepta y vive... no pasará de ser un ejercicio mental que lo engañará. —Es ilusorio —apoyé. —Es que el intelecto —subrayó mi padre— en nuestros países occidentales tiene mucho valor, entonces el hombre se proclama un dios, porque cree ser el dueño y poseedor de todo lo que existe. Felizmente está naciendo una conciencia universal, que agrupa a personas que quieren compartir ideales parecidos y eso es bueno: lo igual atrae a lo igual... Con respecto a sus discrepancias creo que tienen ya el mismo mensaje universal. —Nacer y morir como aclaró Antonio (mi padre) —dijo Amaru— tienen igual significado y toco otra vez este tema porque a ti (me miró) te asusta la muerte y pronto vas a estar frente a ella... (No entendí...) No debería preocuparte más que el ir a dormir todas las noches y despertar por las mañanas: dormir es como morir y el despertar, nacer... Cada día es una vida, así de simple, sin más significado, si te parece poco... El hombre que no es espiritual o aún no ha comprendido realmente su origen, tiene miedo a la muerte, y también el miedo es por la forma como conduce su vida... —Es pues un viaje —intervino otra vez mi padre— entre una forma de existencia y otra. Si se cree que termina con la muerte para siempre, entonces los valores de su vida serán necesariamente diferentes y no habrá forma de convencerlo de lo contrario porque no los ve, los niega y no los

reconoce. Hay que comprender que la muerte es una transición. Es como entrar en vacaciones después de haber asistido a la escuela (mi padre era profesor de escuela) durante varios meses del año, para descansar y analizar lo que aprendimos en ella y luego volvemos a las aulas para seguir aprendiendo más lecciones nuevas o repetirlas, según el caso. Por ahora no hay forma de convencer a nadie de que hay vida después de la muerte, eso lo sientes o te lo mostraron los maestros... Además no tiene sentido perder el tiempo en tal discusión. —Creo que el nacer y el morir son dos experiencias bellísimas para crecer —acoté—. Me parece que estoy comprendiendo. —En el nacimiento de un hijo —dijo Amaru— la madre tiene una iniciación porque trae una nueva vida, y depende del amor que le puso en la concepción para que esa iniciación sea clara aunque no consciente, generalmente no es muy consciente, simplemente siente una felicidad indescriptible. Ese nuevo cuerpito trae la energía (espíritu) que construyó y tomó posesión de él, lleno de luz, por eso se dice “dar a luz”. Es la materialización del ser. Sin embargo, no se debe pensar que todas las mujeres deben traer hijos a la tierra porque de lo contrario, no se sienten realizadas, éste es un error, tener hijos no es la única función de la femineidad, fundamentalmente son el equilibrio para el hombre, esta es la verdadera razón para estar aquí de la mujer, por eso están en el mismo nivel, equilibrio es igualdad y justicia. Es la sabiduría que equilibra el poder del varón; ambos son chispas totalmente iguales aunque opuestas, de la creación. —Indudablemente el nacimiento de un hijo es algo especial y da felicidad, pero en el caso de niños enfermos, por ejemplo un niño mogólico, ¿qué pasa? —pregunté. —Los niños mogólicos no son deformes —dijo muy seguro Amaru—, aunque para la medicina tal vez lo sean porque no ve más allá. Son la primera encarnación sobre la tierra de un Inti (Espíritu), que vienen evolucionando de otro planeta más denso, es decir que está debajo de la tierra, en evolución se entiende, donde aprendieron las lecciones de ese planeta. Ahora dan su segundo paso sobre la tierra, pero como no conocen aún otra cosa, construyen un cuerpo mogólico que es el que conocían de acuerdo con la evolución de su conciencia en ese planeta. ¿Está claro?

—Clarísimo —dije entusiasmado. —Todo lo que existe —continuó Amaru— tiene un destino, una vida, un propósito para la existencia, individualmente si hace buen uso de su libertad. Toda nuestra existencia no es la vida que transcurre sobre la tierra, es algo más importante que tenemos la oportunidad de mejorar en cada retorno. La vida siempre es así (hizo una espiral con la mano) y sube (asciende), nunca baja (involución), puede estancarse pero no baja. —Es decir —pregunté—, ¿la vida es siempre una espiral ascendente? —Así es —concluyó Amaru sonriente— siempre aclaras mis ideas con tus palabras, qué bueno. . —No maestro, tus expresiones son siempre muy claras —contesté—. Lo que sucede es que quiero estar seguro de lo que entendí. —Estando seguro —dijo Amaru— tienes que llevarlo a la práctica. Esto significa que tienes que decir a la gente lo que sabes, afirma lo que sabes, no tienes que explicar cómo o por qué lo sabes y menos aún entrar en una discusión. Eso es todo... Tus acciones demostrarán siempre lo que dices. —Un acto vale por mil palabras —corroboró mi padre—. Los hombres te recordarán por tus acciones no por tus palabras. Pero es necesario saber cuándo enseñar. —Tienes que enseñar solamente a los que quieren aprender —acotó Amaru —. No es bueno hablar a personas que no quieren escucharte. Los que desean vendrán voluntariamente y te preguntarán. Te dije en un momento: espera, no te apures. —Que no piensen que estás hablando de una religión —dijo mi padre—, éstas no son eternas ni lo serán porque fueron creadas por los hombres, no por Inti (Dios). Estarás hablando de otro camino... que está dentro de cada uno. El hombre no pertenece a la Tierra, es un ser cósmico que en su evolución va dando diferentes pasos; por eso, como decía Amaru, todo espíritu que encarna en un planeta construye su cuerpo de acuerdo con la naturaleza de planeta en que encarna... si no es la primera vez, en tal caso construirá su cuerpo de acuerdo con la memoria que tiene en ese momento del planeta en que vivió.

—Ese otro camino del que hablarás revolucionará, convulsionará al hombre si se da cuenta de lo que es. Será como un cataclismo en su vida. Luego Amaru dijo riendo: —Los cataclismos sacuden al hombre y le recuerdan todo su pasado o le hacen olvidar. Así ocurrió con nuestro pasado, hay partes que hemos olvidado totalmente. Grandes extensiones del pasado entran en el olvidó, gracias a las catástrofes que llegan de vez en cuando (periódicamente), la gente muere por miles en cada uno de esos acontecimientos y nueva gente nace y empieza otro momento... Ya es tarde; voy a despedirme porque mañana saldré muy de madrugada. ¡Nos sorprendió! Qué momento tan feo, por un instante olvidé que el maestro tenía que irse y que su ilustre e invalorable visita había terminado... Mi padre lo abrazó fuertemente y lloró, tal vez porque sabía que no se verían más en esta tierra... Amaru mantuvo la serenidad, mi madre también lloraba viéndolo a mi padre y lo abrazó con mucho amor, Amaru observaba con ternura y creo que con tristeza también... Luego, abrazó a mi madre, diciéndole: —Mamay, te quiero mucho, gracias por todo lo que me diste estos días, tu amor y muy rica comida... Ya nos veremos en otro lado... Mi madre parece que no tomó en cuenta sus últimas palabras... o no escuchó. —Nada tienes que agradecerme, es a ti a quien tenemos que agradecer nosotros, saluda a toda tu familia. Te he preparado “alguito” para el camino, y le alcanzó una pequeña bolsa de tela, abrazándolo nuevamente. —No dejas de ser madre —le dijo Amaru y le dio un beso. Yo no sabía qué hacer, pues igual que mi padre tenía un nudo en la garganta que no me dejaba respirar y menos hablar. —No es necesario decir algo —balbuceó Amaru, que también creo se sintió contagiado del ambiente, mirándome con muchísimo amor. Lo abracé fuertemente por debajo de su poncho marrón y apenas pude decir: —Gracias, maestro querido, muchas gracias,.. —Ustedes son mi familia también —dijo y se fue a descansar.

Quedamos mudos los tres por un buen rato, finalmente mi padre haciendo un esfuerzo para respirar profundamente dijo: —Mañana es un nuevo día, tenemos que volver al Cuzco... —Al Qosqo padre querido, al Qosqo —dije y sirvió para que ambos sonrieran y nos fuimos calmando poco a poco. Cuando el ambiente mejoró, pregunté: —Papá, ¿cuántos años tendrá Amaru? —No hay vejez ni juventud en el sabio —me contestó—. Es un viejo intemporal... —Entiendo lo que quieres decirme pero... —Ojalá la juventud tuviera la vejez del sabio —me interrumpió—. Así no cometería disparates en su vida, que luego lo atormentan. Amaru es un viejo con la vejez de la juventud, tiene esa fortaleza y la sabiduría de un anciano sin serlo... Creo que todo estaba dicho, lo abracé, besé a los dos y me fui a dormir. Me recosté por un momento sobre mi cama, cerré los ojos y empecé a “mirar” escenas hermosísimas de mi pasado, visité la aldea “A”, vi nuevamente a Amaru Yupanqui Puma, Nina Soncco, no había transcurrido el tiempo. En esa dimensión no había tiempo, sentí la necesidad urgente de hablar, como si alguien dentro de mí se quisiera expresar y DIJE: Yo recuerdo todo lo que vi, oí y será... Recuerdo a los gigantes sabios que conocí, a aquellos andinos, que son el origen del hombre... Mi madre desencarnaba al año siguiente... NOTA: Mientras terminaba de escribir este libro, gracias al maestro Amaru Cusiyupanqui y al Lago Sagrado, volví a vivir las experiencias narradas y... otras más... Ya les comentaré... “Res non verba” Samana Wasi ya es una realidad

“La más insignificante de las acciones vale más que la más grande de las intenciones”, dijo alguien, y es el mensaje que se colige del contenido de este libro. Es cierto que la idea maduró a partir de una intención, pero se hizo acción. Sin contar el tiempo que se empleó en la adecuación de la infraestructura más indispensable, Samana Wasi como familia nace en el solsticio de invierno de 1989, iniciando así el camino de la cristalización de uno de los objetivos de la Fundación que gestaron Antón Ponce de León y su esposa Regia Astete. Es conveniente reiterar los fines de la referida Fundación. l) SERVICIO SOCIAL: a) Internado de niños desvalidos que no sobrepasen de los siete años de edad, proporcionándoles un hogar (en el verdadero sentido de la palabra), hasta que alcancen mayoría de edad... b) Internado de ancianos desvalidos, proporcionándoles vivienda, alimentación, vestido y atención de la salud. 2) INVESTIGACION: a)

Del pasado cosmogónico y cosmológico kechua.

b)

De las Escuelas de Vida.

c)

De los sistemas medicinales.

d)

De las técnicas agropecuarias.

3) DESARROLLO PERSONAL: De quienes buscan su crecimiento espiritual. La familia va creciendo, pronto serán 30 los menores hijos que adquieran el derecho de buscar su felicidad. En Samana Wasi se dan las cuatro condiciones que Albert Camus propone para alcanzar la felicidad: 1) VIVIR AL AIRE LIBRE. El saludable ambiente del valle de Urubamba no tiene parangón.

2) SER AMADO. Es realmente una familia unida por el amor y para el amor. 3) ESTAR LIBRE DE TODA AMBICION. La única ambición que prima es compartir más felicidad con la mayor cantidad posible de personas. 4) CREACION. Aparte, de la instrucción escolarizada, en casa se proporciona biblioteca, talleres de arte, artesanía y oficios, así como otros recursos educativos y recreativos para incentivar la libertad de creatividad. Los resultados son sorprendentes. Como se ve, se procura dar una auténtica formación integral de la persona, una educación para la vida. El niño vive rodeado de amor, amistad, honradez, equidad y, sobre todo, de fraternidad. “Amamos y admiramos lo antiguo, pero olvidamos la belleza de los ancianos”, dice otro pensador. Samana Wasi hará su parte. Muy pronto se estará dando la bienvenida a los primeros ancianitos de uno y otro sexo. La infraestructura está preparada. La pregunta insoslayable: ¿Cómo se solventa esta benefícente obra? La fe dice que mueve montañas. Su fundador es hombre de fe: “Dios proveerá” es su oración, pero la fe nunca es pasiva, por lo menos hay que recorrer medio camino para recibir la provisión. Uno de los medios que Dios ha usado hasta ahora son las regalías por los libros escritos por Antón, así como las remuneraciones y donaciones por sus conferencias. Otro medio importante es la colaboración directa de personas generosas y CARITAS de Cusco. Cualquier aporte será bienvenido y bien invertido. Se está trabajando con sujeción a las normas pertinentes. OJO: Toda correspondencia debe dirigirse únicamente a. Antón Ponce de León Paiva Casilla de Correo N9 575 Fax 00-51-84-233233 CUSCO - PERU, S.A. ¡Gracias! ¡Lo que se siembra se cosecha!

Mario Cutimbo Hinojosa

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