Ensayo Expansionismo Estadounidense

ENSAYO

“EL DESTINO MANIFIESTO” APOLOGÍA DEL IMPERIALISMO Acosta Luis

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INTRODUCCIÓN Este ensayo se centra en uno de los pilares del éxito cosechado por los Estados Unidos para erigirse como la potencia hegemónica del siglo XX y lo transitado del sigo XXI, el expansionismo. Ya de joven, la nación norteamericana se mostró a favor de la expansión de sus fronteras por todo el continente, y esta no hubiese sido posible de no ser por la “ayuda divina”, no podría haber sido posible de no haber sido ellos los elegidos para civilizar a aquellos que se encontraban inmersos en la oscuridad. Cabe destacar que este afán por la expansión ha sido el legado que les ha sido heredado de aquellos primeros colonos ingleses y escoceses que llegaron a América del Norte, aquellos que colonizaron y llevaron adelante el genocidio de los nativos que en ese continente habitaban. Estos colonos desde esos entonces ya legitimaban sus acciones apoyándose en que venían a civilizar a los barbaros que en América habitaban. Bien podríamos citar las palabras de un texto del puritanismo cristiano que data del 1650: “…ninguna nación tiene el derecho de expulsar a otra, si no es por designio especial del Cielo, como el que tuvieron los israelitas, a menos que los nativos obraran injustamente con ellos y no compensaran las faltas cometidas de manera pacífica. En ese caso tendrán derecho a entablar legalmente una guerra con ellos y someterlos a ella.” Se pueden observar en este discurso dos tipos de legitimaciones a la colonización, por un lado la divina, y por el otro, la legal. Y no solo se preocupa por la colonización de Norteamérica, sino que establece razones legales y divinas para el rechazo de las poblaciones nativas que allí habitan, así como también establece el derecho a la guerra justa a los nativos. Fue este discurso y este imperio, el británico, quienes luego crearon a este monstruo soberbio que hoy en día son los Estados Unidos. Esta joven nación, se sirvió de esta filosofía para expandirse tempranamente y colocarse prontamente como potencia mundial. Esta filosofía que sería pregonada por los pioneros norteamericanos y por los políticos de la época, recibiría en una publicación de 1845 el nombre de “Manifest Destiny”, o en español, el

2 Destino Manifiesto. John L. O‘Sullivan seria quien acuñara este nombre para este movimiento, para justificar la sed expansionista estadounidense y establecer un motivo para reclamar territorios adyacentes al de los Estados Unidos, y esto lo haría escribiendo: “El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de John L. O'Sullivan, dibujado en 1874, por formular el Destino sus capacidades y el crecimiento que famoso Manifiesto, en apoyo a la anexión de tiene como destino.” (Brinkley 352) Texas y Oregón. Este sentimiento de superioridad se fue desarrollando en la conciencia de los pobladores de los Estados Unidos con el tiempo, ellos creían con firmeza ser los encargados de llevar la civilización, de llevar la libertad y la capacidad de autogobernarse. Me siento en la obligación de analizar la expansión de esta nación, que cuando lograba su independencia, simultáneamente expandía sus fronteras. Para hacerlo, analizaré en primer término la expansión continental, desde las Trece Colonias hasta la nación que se extiende de océano a océano. Y en segundo término, la expansión extra-continental, centrándome en la Guerra con España, que catapultaría a los Estados Unidos a ser la potencia imperialista que es hoy en día.

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EXPANSIONISMO CONTINENTAL FIRMA DEL TRATADO DE PARÍS (1783) Cuando Gran Bretaña reconocía la independencia de las Trece Colonias, simultáneamente estas duplicaron su territorio. Este hecho no puede ser considerado menor, ya que desde joven esta nación se plantearía como objetivo su expansión hacia el Oeste, ser una nación que abarcara el continente de océano a océano. Bien se sabe que con la declaración de la independencia del 4 de julio de 1776, las Trece Colonias no obtenían la independencia, sino hasta que el Reino Unido los reconociera como tal. Este reconocimiento tardaría en llegar 7 años, y fue a causa del desgaste producido en las tropas de ambos bandos, así como también fue causa de la distribución de fuerzas, con predominio ingles en mar, y predominio norteamericano en tierra. El imperio inglés, luego de la firma de los acuerdos de paz en París en 1783, perdió no solo las colonias en Norteamérica, sino que España recupero las dos Floridas, que habían perdido en 1763. Este no fue el caso de Gibraltar, que siguió bajo dominio inglés, ya que significaba un punto de influencia en el Mar Mediterráneo. Las trece colonias al momento de recibir el reconocimiento como independientes por parte su madre inglesa, duplico simultáneamente su territorio, ya que se estableció como límite fronterizo con la Luisiana española el curso del río Misisipí. Surge en la naciente nación americana el temor a que entre el imperio inglés, el español y el francés se repartieran las tierras que abarcan el territorio comprendido entre el río Misisipí y los Apalaches. Estos factores atentaban con los deseos de los Estados Unidos de expandirse hacia el oeste, y solo encontraban en la debilitada potencia española un motivo para elevar sus pretensiones expansionistas. Además, cabe destacar, que al momento de obtener la independencia, casi la totalidad del oeste permanecía virgen y sin explorar. Al momento de adquirir estos nuevos territorios, se generó una polémica en torno a estas tierras recientemente anexadas, polémicas sobre ¿Qué hacer con

4 estos nuevos territorios? La joven república se había duplicado geográficamente y encontraría la respuesta a esta encrucijada en las Ordenanzas del Noroeste (Northwest Ordinance, 1787), que establecían un sistema de territorios en preparación para convertirse en nuevos estados, que luego, ingresarían a la unión norteamericana, en igualdad de condiciones y derechos que los trece estados fundacionales. Además, estas ordenanzas sentaron un precedente histórico que no sería roto hasta 1898, y que establecía que todos los territorios adquiridos por los Estados Unidos en su expansión continental serian incorporados como estados a la Unión, siempre y cuando cumpliesen con los requisitos definidos para ello.

ADQUISICIÓN DE LUISIANA Las políticas exteriores de Estados Unidos se dieron en un contexto favorable, y es por eso que hayan logrado en tan poco tiempo tan amplio desarrollo. Entre los procesos históricos que podríamos mencionar se encuentran las Guerras napoleónicas, la Revolución Haitiana y las Guerras de independencia en Hispanoamérica. En el 1800 España le entrega a Napoleón la Luisiana, a cambio de un reino en Italia, que jamás llegaría. Luego de mucho tiempo, en Europa se vive un periodo de paz. En Napoleón crecía la idea de un imperio francés en América, que tuviese a la colonia de “Saint-Domingue”, en Haití, como base. Y con la adquisición de Luisiana este sueño imperial se encontraba cada vez más cerca. Esta transacción de territorio preocupo profundamente a los Estados Unidos, por motivos comerciales principalmente, y luego por motivos de la seguridad nacional estadounidense. Podríamos diferenciar tres factores principales en la preocupación estadounidense ante la amenaza francesa imperialista: 1. El primer factor a destacar es el comercial, con Francia ocupando Luisiana, que era una amplia extensión de tierra al oeste de los Estados unidos y que poseía ríos demasiado importantes para el transporte y el comercio fluvial, peligraba no solo el comercio del oeste estadounidense, sino que también peligraba la salida al Golfo de México, y consiguientemente, el comercio con el Caribe. Es preciso agregar, que para el oeste de la joven nación era muy importante también el comercio y las relaciones con la ciudad de Nueva Orleans. 2. En contra de las pretensiones expansionistas de los Estados Unidos, el control francés en Luisiana cortaba las posibilidades de expansión hacia el oeste. 3. La presencia de Francia, potencia europea agresiva y poderosa, en el “barrio americano” representaba una amenaza para el ansiado liderazgo

5 estadounidense en el continente americano, y representaba también, una amenaza para la seguridad nacional de la Unión. En resumen, la adquisición de Luisiana amenazaba la expansión territorial americana, su economía y su seguridad nacional. Si bien muchos políticos estadounidenses apoyaban una guerra en contra del Imperio Napoleónico, el presidente estadounidense Thomas Jefferson opto por el camino diplomático para defender los intereses de su nación y le ordeno al embajador norteamericano en Francia, negociar para comprarle a Napoleón el territorio de Nueva Orleans. Esta compra le aseguraría a los Estados Unidos una salida para comerciar los productos del oeste de la nación. Pero algo inesperado sucedió, Napoleón ofreció a todo el territorio de Luisiana para venderla. ¿Qué fue lo que llevo a Napoleón a tomar esta decisión? El reinicio de la guerra en Europa y la pérdida de Saint-Domingue a causa de la Revolución Haitiana significó una nueva focalización para Napoleón, quien tuvo que desistir de su idea de un imperio en América. Entonces, en 1803 se lleva a cabo la compra de toda la extensa Luisiana, y no solo Nueva Orleans como se pretendió en un principio, en un precio acordado de 60 millones de livres. Esta compra, además de ser uno de los mejores negocios de bienes raíces de la

historia, significa uno de los pilares de las políticas exteriores de los

Estados

Tierras adquiridas en la compra de Luisiana.

Unidos. Esta compra le abriría a la Unión la posibilidad de insertarse en los comercios de Centroamérica, así como también la influencia que luego ejercería en el futuro en las naciones que surgieran allí. Además, le abrió las puertas a la expansión hacia el oeste. GUERRA ANGLO-ESTADOUNIDENSE DE 1812

6 La compra de Luisiana no significó para los Estados Unidos la inmediata apertura a nuevos comercios, ni tampoco una gran influencia hacia el exterior. Aunque si realizaron expediciones hacia el oeste, como la famosa expedición de Lewis y Clark. El reinicio de la guerra naval entre Inglaterra y Francia significo para la Unión la caída en el engranaje de los decretos napoleónicos tendientes al bloqueo continental y luego las limitaciones a causa de las 24 ordenanzas de la Corona británica, que tenían el objetivo de encauzar a las naciones neutras a comerciar solo con Inglaterra. Luego de un ataque provocador cerca de las costas de Luisiana, y también a causa por la situación mencionada anteriormente, en 1807 el Congreso decide detener las exportaciones, para demostrarles a estos imperios europeos su dependencia para con los buques mercantes americanos. Este paro total de exportaciones se extendería desde 1807 hasta marzo de 1809. Estas medidas no causarían gran molesta para Inglaterra y Francia, en palabras de Willi Paul Adams: “El considerable contrabando con el Canadá y las islas británicas de las Indias Occidentales aminoraron su rigor. Ni el gobierno inglés ni el francés se dejaron arrastrar a su negociación” 1 La presión política y la presión ejercida por los productores de algodón, trigo y tabaco, quienes habían perdido sus mercados para exportar, así como también deberíamos agregar el reclutamiento forzado de marineros mercantes estadounidenses para servir en la Marina Real Británica, llevaron al presidente Madison (1809-1817) a declarar en junio de 1812 el estado de guerra entre los Estados Unidos y Gran Bretaña. Cuatro días después de la guerra desaparecía la principal causa que había encauzado este conflicto, ya que el Consejo de la Corona en Westminster liberó a los buques mercantiles americanos de una parte de las restricciones decretadas. Este conflicto bélico llevo a los Estados Unidos a una crisis financiera. En las Navidades de 1814, se firmó la paz en la ciudad belga de Gante, firmando un tratado que no dejaría conforme a ninguna de las partes. Los años que le siguieron al final de la guerra comprendieron un periodo de estabilidad y consenso nacional, aunque las relaciones exteriores de los Estados Unidos siguieron tan vertiginosas como siempre. Se trató constantemente de mejorar las relaciones con Gran Bretaña y también de resolver el conflicto fronterizo al sur. La solución de ambos asuntos estuvo relacionada con la expansión territorial. A través de negociaciones, y teniendo en cuenta la gran influencia comercial mutua que existía entre los Estados Unidos y Gran Bretaña, en 1818 estas dos 1 “Los Estados Unidos de América”, compilado por Willi Paul Adams, pág. 57

7 naciones acordaron la ocupación conjunta permanecería vigente por una década.

de

Oregón,

acuerdo

que

COMPRA DE FLORIDA A ESPAÑA Ya sorteados los inconveniente son Inglaterra, los norteamericanos se focalizaron en las disputas con España en relación a Florida. El interés estadounidense por Florida era viejo y estaba basado generalmente en cuestiones estratégicas, ya que se trataba de alejar a las potencias europeas de América, y sobretodo evitar a una potencia de vecino. Es por eso, que en el año 1819 se firma entre España y los Estados Unidos el Tratado Adams-Onís, por el que Florida pasa a ser un territorio norteamericano a cambio del pago de un total de $5.000.000 a los residentes de la península. Esta adquisición significaba un objetivo crucial para la seguridad nacional de la joven nación. DOCTRINA MONROE Se transitaba la década de 1820, las revoluciones de las colonias en el atlántico finalizaban, y junto a estas surgía en los Estados Unidos un gran temor. Este gran temor era a que las potencias europeas, quienes controlaban en aquel continente los principales reinos y quienes llevaban a cabo un ambiente represivo y extremadamente reaccionario, tratasen de recuperar las colonias perdidas en América. El principal temor era la intervención europea para restablecer el control español sobre sus excolonias americanas. Los Estados Unidos contaban con el apoyo británico, ya que estos veían amenazadas sus relaciones comerciales con las excolonias, de las que estaba sacando provecho. Además, se puede agregar a estos sucesos la controversia con Rusia acerca de las costa noroccidental de América, ya que los rusos reclamaban el territorio que se extiende desde el estrecho de Bering hasta una línea indeterminada de la costa del Pacifico. El imperio ruso impondría un decreto a los barcos extranjeros para que no circulasen por las aguas en disputa, pero este no sería acatado por la nación estadounidense. A causa de esto, e influenciado por el secretario de estado John Quincy Adams, el presidente James Monroe pronunciaría el 2 de diciembre de 1823 un mensaje frente al Congreso, que luego sería conocido como la Doctrina Monroe. En el discurso Monroe enfatizo en el rechazo norteamericano a la colonización, recolonización y/o transferencia de territorios americanos. Además, Adams estableció una política de exclusión de Europa de los asuntos americanos y definió así las ideas principales de la Doctrina Monroe. Pertinente considero citar parte de este discurso: […] Los ciudadanos de los Estados Unidos abrigan los sentimientos más amistosos en favor de la libertad y de la felicidad de sus conciudadanos

8 del otro lado del Atlántico. En las guerras de las potencias europeas, en los asuntos que sólo a ellos conciernen, nunca hemos intervenido, ni corresponde a nuestra política obrar de ese modo. Sólo cuando nuestros derechos son violados o amenazados seriamente, resentimos los agravios o nos preparamos para defendernos. Necesariamente, nos sentimos de inmediato más vinculados a los movimientos que tienen lugar en este hemisferio, y ello por causas que resultan claras a todo observador instruido e imparcial. El sistema político de las potencias aliadas es esencialmente distinto respecto del que rige en América. Esta diferencia procede de las que existen en sus gobiernos respectivos. Toda nuestra nación se ha consagrado en defensa de nuestro sistema, logrado merced a la pérdida de mucha sangre y riqueza, madurado por la sabiduría de sus más ilustres ciudadanos, y gracias al cual hemos gozado de una felicidad sin par; la cual, por consiguiente, debemos a la sinceridad y a las relaciones amistosas entre los Estados Unidos y esas potencias; por ello, manifestamos que debemos considerar todo intento que éstas emprendan para extender sus sistema a cualquier parte de este hemisferio como peligroso para nuestra paz y seguridad. No hemos interferido, ni lo haremos, en las colonias o posesiones de ninguna de las potencias europeas. Pero respecto de los gobiernos que han declarado y mantenido su independencia, y la cual hemos reconocido con base en grandes consideraciones y lo justo de sus principios, no podríamos ver la intervención de alguna potencia que tendiera a oprimirlos o controlarlos de cualquier otra manera su destino, sino como la manifestación de una disposición poco amistosa hacia los Estados Unidos […]. Dicha doctrina establecía una división tajante entre el Nuevo y el Viejo Mundo, alegando que era para defender los intereses de las nacientes naciones de América, pero siendo en realidad para eliminar la amenaza del imperialismo europeo en el continente, lo que le arrebataría la posibilidad de establecerse como potencia hegemónica occidental. Este discurso no causo una respuesta en las potencias europeas, quienes se mantuvieron indiferentes a el discurso del presidente Monroe, teniendo en cuenta que en eso momento los Estados Unidos no eran una potencia mundial, más bien fue considerado como un gesto de soberbia. LA ANEXIÓN DE OREGÓN Como mencionamos antes, en 1818, los Estados Unidos y Gran Bretaña acordaron mediante la firma de un tratado la ocupación conjunta del territorio de Oregón. Toda esta extensión de tierra era reclamada por ambos como propia, y luego de la guerra, y sin haber llegado a un acuerdo optaron por compartirla. Durante las dos décadas posteriores a la firma del acuerdo, miles

9 de colonos norteamericanos se establecieron en este territorio estimulados por el gobierno de los Estados Unidos. La expansión ocupo un lugar central en las elecciones presidenciales de 1844. Uno de los candidatos a presidente, James K. Polk por los demócratas, baso su candidatura en la propuesta de “recuperar” Oregón y anexar a los Estados Unidos a la independiente “República de Texas”. Con estas propuestas, Polk ganó las elecciones y se convirtió en el nuevo presidente de los norteamericanos. Inglaterra, complicada por problemas en su imperio, no se encontraba en condiciones de afrontar una guerra en contra de los Estados Unidos, y sabiendo esto, el presidente Polk en 1846, solicitó la retirada británica del territorio de Oregón. Tras una negociación se acordó establecer la frontera en el paralelo 49 y todo el territorio al sur de esa frontera pasó a ser parte de los Estados Unidos. TEXAS A causa de la imposibilidad mejicana de poblar y aprovechar los recursos del territorio de Texas, en 1821, Méjico autoriza a un ciudadano norteamericano de nombre Moses Austin a establecer 300 familias estadounidenses allí. Recordemos que luego de su independencia, Tejas pertenecía al amplio territorio mejicano. La presencia estadounidense en el territorio aumento vertiginosamente hasta alcanzar en el año 1830 un total de 20.000 colonos estadounidenses. Ante esta situación, el gobierno de Méjico se sintió preocupado por el gran número de norteamericanos residentes en Texas, y buscaron retomar el control de este territorio. Para ello, se tomaron ciertas medidas: -

Freno a la inmigración estadounidense. Limitación a los derechos de los habitantes texanos, para restablecer el control político del territorio.

A causa de estas medidas, el pueblo texano se rebeló en 1836 contra el dictatorial gobierno mexicano. Luego de una derrota inicial en la Batalla del Álamo, los texanos derrotaron al ejército de Santa Ana en la Batalla de San Jacinto, y lo obligaron a firmar la rendición y la independencia de Texas. Luego de declarar su independencia el 7 de noviembre de 1825, Texas solicitó unirse a los Estados Unidos. Este pedido provocó un gran debate en los Estados Unidos, pues no todos los norteamericanos estaban contentos con la idea de que Texas, un territorio esclavista, se convirtiera en un estado de la unión. Los sureños eran los principales defensores de la concesión de la estadidad a Texas, pues sabían que con ello aumentaría la representación de los estados esclavistas en el Congreso (la asamblea legislativa estadounidense). Los norteños se oponían a la concesión de la estadidad a Texas porque no quería

10 fortalecer políticamente a la esclavitud dando vida a un nuevo estado esclavista. Además, algunos norteamericanos estaban temerosos de la posibilidad de una guerra innecesaria con México por causa de Texas, pues creían que el gobierno mexicano no toleraría que los Estados Unidos anexaran su antiguo territorio. El territorio de Texas no se anexaría a los Estados Unidos hasta el año 1845, manteniéndose desde su independencia hasta entonces como la autodenominada República de Texas. Polk, nuevo presidente de los Estados Unidos era un ferviente creyente del Destino Manifiesto y partidario de las políticas expansionistas, y con su llegada al poder acelero todos los procesos de estatidad para Texas. Fue así que 1845, Texas no solo fue anexionada sino que también incorporada como un estado de la Unión. Esta anexión obedeció a tres razones centrales: 1. Necesidad de asegurar la frontera sur. 2. Evitar intervenciones extranjeras en Texas, y por ende, la presencia de una potencia europea en el continente nuevamente. 3. Evitar relaciones entre Texas y Gran Bretaña. GUERRA MÉXICO-ESTADOUNIDENSE Como se temía, México no acepto esta anexión y rompió relaciones con Estados Unidos. Al momento de anexionar Texas, la nación norteamericana sabía que con ella se anexionaba también los problemas fronterizos con México, lo que eventualmente provoco una guerra con ese país. La superioridad militar de la Unión sobre los mexicanos fue notoria, llegando inclusive a ocupar la capital mexicana. Las fáciles victorias estadounidenses provocaron un fuerte nacionalismo en la población norteamericana, al punto de apoyar la anexión completa del territorio mexicano. El Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848), puso fin a la guerra y con este los Estados Unidos duplicaron su territorio al adquirir los actuales estados de California, Nuevo México, Arizona, Utah, y Nevada; México perdió la mitad de su territorio; México reconoció la anexión de Texas y los Estados Unidos acordaron pagarle a México una indemnización de $15 millones.

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Gracias a la anexión de la mitad del territorio de México los Estados Unidos lograron su cometido y se convirtieron en una nación que se extendía de océano a océano, desde el Atlántico hasta el Pacífico, fortaleciendo así la seguridad del país y abriendo las posibilidades de comercio con Asia a través de los puertos californianos. Sin embargo, la expansión alcanzada también expuso las debilidades domésticas de los Estados Unidos, exacerbando el debate en torno a la esclavitud en los nuevos territorios, lo que endureció el problema del seccionalismo y llevó a la guerra civil. La victoria sobre México también promovió la expansión en territorios en poder de los amerindios norteamericanos lo que desembocó en las llamadas guerras indias y en la reubicación forzosa de miles de nativos americanos. LA COMPRA DE ALASKA El periodo de tiempo que duró la Guerra Civil en los Estados Unidos significo una etapa de estancamiento para el expansionismo estadounidense, y en la época posterior las políticas exteriores se mantuvieron desorientadas, y las ansias expansionistas se vieron anestesiadas. El resurgir del apetito expansionista estadounidense estuvo asociada a la figura del Secretario de Estado William H. Seward, quien tenía el sueño de la creación de un imperio que se extendiera por todo el continente y por Asia. Este sueño se vio frustrado, pero fue el quien llevo a cabo las negociaciones por la compra

12 de Alaska, que pertenecía en estos momentos a Rusia. En 1867, los Estados Unidos y Rusia entraron en conversaciones en relación al futuro de Alaska. Por la situación rusa de esos momentos, Alaska significaba una gran carga económica, y además, necesitaban dinero, y fue así que marzo de ese mismo año se acordó la compra-venta de Alaska por $7,2 millones. La compra de Alaska significó para los Estados Unidos un aumento de la seguridad nacional, ya que se controlaba el noroccidente. A futuro, significaría mucho más, ya que representa el 25% de producción de petróleo norteamericano.

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EXPANSIÓN EXTRA-CONTINENTAL LA GUERRA DEL 1898 El triunfo en la guerra contra España, que por cierto fue caracterizado como rápido y fácil, posiciono a los Estados Unidos como potencia mundial, y no solo eso, sino que significo el comienzo del imperialismo estadounidense. Comienza aquí la expansión extra-continental. Muchas son las razones que se señalan para justificar la expansión que lograrían los Estados Unidos luego de finalizada esta guerra, lo cierto es que por primera vez sobrepasó su zona de influencia y extendió su territorio a ultramar. Me basaré en lo propuesto por el autor Walter LaFeber para explicar las razones sinceras de esta expansión, aunque cabe destacar que las herramientas usadas para legitimarla por parte de los Estados Unidos no fueron sino nada más y nada menos que el ya desgastado Destino Manifiesto. Se lo utilizo en el caso de las Islas Filipinas, alegando llevar consigo civilización y diciendo que les enseñarían a autogobernarse. Aunque en esta ocasión, no cumplirían con lo planteado en la Doctrina Monroe, y tomarían para ellos este archipiélago que pertenecía a España. Siguiendo las líneas de Walter LaFeber, nos centraremos en describir las dos crisis que para el autor fueron los motores que encausaron a Estados Unidos a la guerra con España. -

CRISIS EN CUBA: En 1894-1895 los Estados Unidos llevaron a cabo unas políticas arancelarias que llevaron a la Cuba azucarera fuera de los mercados del continente y que provocaron la estrepitosa caída de la economía de la isla. Esta crisis y el cada vez más vigoroso colonialismo español llevaron a los cubanos a una revolución entre 1868 y 1878. Los norteamericanos apoyaban la causa cubana pero no intervenían, aunque los periódicos estadounidenses pedían por la intervención “civilizadora” estadounidense. Los cubanos se autoproclamaron soberanos de la isla, cosa que los norteamericanos no apoyaron por temor a una guerra con España, y porque se oponía a la posible anexión de Cuba. España decidió responder ante la revolución cubana con mano dura e intento reprimirla por la fuerza. Ante esto, los Estados Unidos exigieron que el imperio español desistiera de la represión y que accediera a reformas que lograran apaciguar a los revolucionarios. A fines de 1897, estallaron disturbios en la capital cubana. El presidente McKinley envió al buque de guerra “Maine” para proteger a los

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ciudadanos y las propiedades estadounidenses. 6 días después una explosión estremeció al buque y se hundió, muriendo 250 marineros estadounidenses. CRISIS EN ASIA: La política estadounidense en Asia, la famosa política de “puertas abiertas” en China peligra, ya que Alemania, Rusia, Gran Bretaña y Japón competían por obtener territorios en la China y hacían peligrar las relaciones comerciales estadounidenses con los asiáticos. Se vivían momentos de tensión, de bloqueos comerciales, la crisis asiática estaba en su cumbre, y los Estados Unidos sentían lejos sus posibilidades de hacerle frente a esta y sentían cerca los problemas por la revolución en Cuba y una posible guerra con España. De repente, una posible solución al dilema surge por sí solo. Una crisis en las Filipinas. Los rebeldes en este archipiélago iniciaron una guerra contra el gobierno español. Ahora, la idea de una guerra contra España no parecía una idea tan disparatada. Obtener las islas para Estados Unidos significaría una base militar imposiblemente mejor ubicada para defender los intereses estadounidenses en Asia y asegurarse la permanencia del comercio con China.

Luego del hundimiento del Maine, e impulsado por la crisis asiática, en abril de 1898 los Estados Unidos le declaran la guerra España. Primero, y con motivos de establecer una base naval allí, los norteamericanos anexionaron a su nación a Hawái. La guerra fue corta, y su fin llego con el Tratado de París. En este, España renunciaba a Cuba, le cedía Puerto Rico a los Estados Unidos como compensación por los costos de guerra, y le entrego las Filipinas a los Estados Unidos a cambio de $20,000,000. A pesar de lo corto de esta guerra, su importancia, la herencia que les dejo a los norteamericanos fue enorme. A partir de este conflicto los Estados Unidos se erigieron como potencia mundial. HAWÁI Para la década de 1840, Hawái significaba una de las paradas más importantes para los buques norteamericanos, teniendo en cuenta la ruta comercial a China. Esto acrecentó el interés de ciertos sectores de la sociedad norteamericana por las islas. En Hawái, en un principio, se habían ido estableciendo comerciantes y misiones provenientes de los Estados Unidos, seguidos de inversionistas interesados en la producción azucarera. El principal objetivo de los Estados Unidos, no era la anexión de las islas, sino que más bien era evitar la presencia de otra potencia que controlara el archipiélago y amenazara a la seguridad nacional.

15 El aumento demográfico extranjero en el archipiélago (norteamericanos, chinos y japoneses) despertó el temor a la pérdida de control de la isla por parte de los locales. La muerte del rey Kalākaua y el ascenso al trono de su nacionalista hermana Liliuokalani alertó a la población norteamericana que allí habitaba, y provoco que estos se rebelaran y la destronaran en 1893. Luego, estos solicitarían la anexión a los Estados Unidos. Contrario a lo esperado por los isleños, los Estados Unidos no le brindaron la estadidad a Hawái, y entonces, optaron por un gobierno republicano. Durante la guerra con España, los Estados Unidos le abrieron las puertas al archipiélago por su posición estratégica con las Filipinas españolas, y por su posición determinante para el comercio asiático.

CONCLUSIÓN En este ensayo trato de demostrarles no solo hechos históricos que geográficamente hicieron de Estados Unidos una de las naciones más extensas del mundo, sino que el objetivo central de mi trabajo es describir los hechos que llevaron a la construcción de un pensamiento de superioridad en las mentes de la población norteamericana. Desde la precoz extensión junto a la independencia hasta la guerra con España que catapulto a esta soberbia nación a convertirse en el país imperialista que hoy en día es, a la mayor potencia mundial del siglo XX. Describir todos estos sucesos nos llevan a describir la herramienta utilizada por los Estados Unidos para legitimar sus acciones, alegando civilizar y enseñar a vivir en libertad a las millones de personas que doblegó durante tantos años. Esta herramienta, esta filosofía que John L. O’Sullivan denomino en una publicación suya como “Destino Manifiesto”, es la que ha llevado a los Estados Unidos a abusar y a cometer genocidio en nombre de Dios, primero a los nativos que ocupaban su actual territorio, luego a sus vecinos más cercanos, y por último, a todas las naciones tercermundistas. Ya no más Latinoamérica, ya no más.

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Bibliografía James Monroe, “La Doctrina Monroe (1823)” Mark Twain, “A la persona sentada en la oscuridad” (febrero 1901) Walter Lafaber, “Un momento crucial: Los años de McKinley (1896-1900)” Willi Paul Adams (compilado), “Los Estados Unidos de América” Víctor A. Arriaga, “La guerra de 1898 y los orígenes del imperialismo norteamericano” Michael T. Lubragge, “Manifest Destiny”