Gerencia En Venezuela

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Gerencia en Venezuela: Primeramente pasemos a definir el término gerencia. Podríamos afirmar que gerencia es un ámbito de las ciencias de la administración que consiste en dirigir y proponer líneas de trabajo dentro de una empresa, compañía o afín para lograr el máximo rendimiento y calidad total. Dentro de cualquier empresa, la gerencia representa un cargo, se expresa que "la gerencia es un cargo que ocupa el director de una empresa lo cual tiene dentro de sus múltiples funciones, representar a la sociedad frente a terceros y coordinar todos los recursos a través del proceso de planeamiento, organización dirección y control a fin de lograr objetivos establecidos". En este sentido, podríamos dar por sentada ya la definición de gerencia. Ante estas premisas es menester hablar del contexto histórico de la gerencia en Venezuela. Venezuela, un país monoproductor, su principal recurso es el petróleo; para nadie es un secreto que a partir del siglo XX, comienza la explotación petrolera y, con ello, la inversión del capital privado extranjero. Así pues todo lo relacionado con empresas y actividad económica tuvo su asidero para traer "el desarrollo" y convertirse en un país con una virtual prosperidad. En razón de todas estas circunstancias, el modelo económico capitalista se instaló, dentro de todas las líneas gerenciales; encontramos durante todo el transcurso del siglo XX, grandes inversiones de empresas extranjeras y nacionales liderados por pequeñas elites. Es así como el ideario cultural en materia administrativa, ponía el cargo de gerente en el puesto más alto y de mayor prestigio. Hasta lingüísticamente, el venezolano y la venezolana de a pie soñaban con ser "chivos", es decir, gerentes. El lingüista Ángel Rosenblat, en su libro Buenas y Malas palabras, explica que hubo un tiempo de tanta bonanza petrolera, que todo el mundo quería que lo pusieran en su cambur. ¿Cambur? Pues es evidente que Rosenblat se refería a un buen puesto laboral y el ideal, claro está, era el de gerente. La cultura del petróleo, toda la actividad económica, que tenía como elemento motivador al oro negro, entronizaba el puesto de gerente, lo elevaba a un máximo nivel. El finado don Arturo Úslar Pietro, en voz de alarma, a tan desmedido bochinche petrolero, pidió al país sembrar el petróleo. Muchas son las interpretaciones que se le pueda dar a esta visionaria frase, pero, por supuesto, el modo de gerenciar al país en todos los niveles, desde empresas al Estado, también tenía su cuota, la gente, el pueblo, estaba dirigido, liderado, por personas ineficaces e ineficientes, producto del amancebamiento con el modelo capitalista y de la insensibilidad social. Sin embargo, estos aspectos apuntan a un plano más ético y moral, términos de los que hablaremos más adelante. LA GERENCIA VENEZOLANA ANTE LOS CAMBIOS Las empresas venezolanas en el presente afrontan grandes retos, ante los cambios dinámicos que se presentan, en donde sus gerentes con su recurso humano, deben estar preparados de acuerdo a los conocimientos administrativos, técnicas

modernas que se demanda, saberlos afrontar, a fin de competir, no solamente en su escenario nacional, sino en el internacional, ofreciendo un producto con una buena garantía de calidad, con definidas ventajas competitivas que le garanticen penetración en los mercados metas , conquista de estos y satisfacción de las necesidades de los consumidores. El escenario nacional en el presente es muy turbulento, riesgoso, incierto, producto de la crisis política que actualmente se afronta con la intervención de un gobierno que está decidido a dar paso a lo que se ha denominado Socialismo del Siglo XXI y en donde la gran mayoría de sus habitantes no están preparado para ello. Así como los actores del sector productivo como son las empresas, que consideran que las acciones, programas económicos del gobierno, estrategias los ha afectado significativamente en su desarrollo, productividad, aunado además a una serie de restricciones tributarias, divisas que impiden una operatividad adecuada a los requerimientos de la demanda de los consumidores y satisfacción de sus necesidades. Se está ante un escenario donde las empresas y organizaciones estaban apenas empezando a descubrir que cambiar no es fácil y que los cambios estratégicos debían estar apoyados por los valores, actitudes y conductas de su gente, donde se necesitan personas que entiendan la importancia de la calidad y la orientación al cliente, a fin de lograr una forma eficiente de trabajar, disminuir desperdicios y costos , además de una actitud de compromiso que les permita sentirse protagonistas de los procesos y no victima de ellos. Loa actuales cambios, ha traído como consecuencia un deterioramiento en la capacidad productiva de las empresas, en su operatividad conllevando a que la mayoría de las organizaciones venezolanas se reestructuren, den paso a una nueva arquitectura organizacional, adopten nuevos modelos gerenciales, todo ello, dirigidos a disminuir costos, lograr un mayor control sobre los procesos, tener mayor presencia en el mercado y cumplir normas internacionales de calidad, así como hay otras empresas que están obligadas a redefinir sus funciones, modelos de operatividad, hacer uno adecuado de una reingeniería de acuerdo a la realidad nacional sustentada en valores, actitudes y conductas de acuerdo a los requerimientos que los consumidores nacionales demandan a fin de garantizar que su operatividad logren resultados que le favorezca en su supervivencia y crecimiento. Considérese, que el 80% del sector empresarial venezolano lo constituyen las grandes, pequeñas y medianas empresas, las cuales en su mayoría data de la década de los años 50 (38,8%) contra unos (5,5%) fundadas en la década de los 80 y 90. Por otro lado, sus fundadores fueron en buenos partes venezolanos y extranjeros, específicamente europeos, en un 50% y 44,4% respectivamente; cifras que corroboran la concepción general respecto al "boom" de las empresas familiares en Venezuela, donde se produce una oleada migratoria del viejo continente, que se registró en los años 50. En segundo lugar, en cuanto a la Junta Directiva, donde según las nuevas tendencias debería estar constituida en igual proporción por miembros de la familia y gerentes claves externos, se manifiesta un 55,5% con juntas estrictamente conformada por familiares y un 44,4% de juntas mixtas.

En tercer y último lugar, se puede aseverar que las empresas venezolanas han tenido en promedio, 45 años en funcionamiento, casi todas se encuentran en manos de la segunda generación de gerentes administrativos y generales, y que aun en estos momentos la historia empresarial venezolana siguen siendo un "coto cerrado" para los extraños, o sea gerentes externos ajenos a la familia. Aunque un nuevo grupo de organizaciones parece haber entendido la necesidad de profesionalizar su gestión a través de la contratación de gerentes externos, seleccionándolos bajo los siguientes criterios: capacitación, liderazgo y experiencia. Hasta hace muy poco tiempo, la interrogante básica a responder por la gerencia de las empresas era: ¿Cómo gerenciar para asegurar que la organización se mantenga actualizada con las tendencias tecnológicas, pueda responder rápidamente a los cambios en el mercado, pueda ofrecer eficientemente un precio inferior al de cualquier competidor, se concentre en las necesidades de los clientes, desarrolle y entregue oportunamente productos o servicios de calidad y siga siendo rentable en un ambiente cambiante, cada vez más exigente y competitivo? En los años noventa se completó esta interrogante... ¿Cómo gerenciar para lograr todo esto, ofreciendo más y variados productos y servicios; mientras la mayoría de los competidores esta dedicada a mejorar continuamente su desempeño y sus lideres y emprendedores siguen mejorando, a pesar del entorno desventajoso -para el logro de estos objetivos- que rodea a las empresas en países como los latinoamericanos? A pocos tiempo allá en el año 2001 sin que ninguna de estas interrogantes haya perdido vigencia, Moon (1996) parafreseada y metafóricamente, en su afán de búsqueda de nuevas herramientas gerenciales para los emprendedores de los nuevos medios, complementa estas interrogantes con otra: ¿Cómo gerenciar para asegurar todo esto y además, el mantenimiento de la producción, la competitividad y la rentabilidad, mientras la empresa y sus competidores duermen? Estas interrogantes, son reveladores en primer lugar, de la incertidumbre que esta implícita en los diferentes retos gerenciales que ellas envuelven, en segundo lugar, de los cambios que ha sufrido el paradigma gerencial a través de los tiempos, a medida que se ha venido intensificando la competitividad ; en tercer lugar, de cómo cada uno de los paradigmas se va sustentado en el anterior, en aras de complementarse y en cuarto lugar, de cómo cada uno de ellos va acrecentando la dimensión de las tareas de los gerentes. La primera interrogante responde el paradigma de la calidad y productividad organizacional, enfatizando el grado de satisfacción de los consumidores (calidad) con bajos precios (productividad). La segunda interrogante, apoyada en la anterior, da paso al modelo de flexibilidad organizacional, ya que el de calidad y productividad desató más competencia que hubo de ser contrarrestad con la ampliación y variación de los productos (flexibilidad), desarrollándose esta como ventaja competitiva y, por ultimo, la tercera interrogante, responde al modelo de la agilidad organizacional que significa responder al mercado más rápido que los competidores. La lección que se deriva es que ninguno de los modelos debe sacrificarse, porque es la mezcla armónica de estos la que garantizará ventajas sobre los competidores. Actualmente, la gerencia está ante nuevos retos, en donde el estado es un actor determinante para su supervivencia, operatividad, aunado además a todos aquellos cambios que se derivan de la tecnología, la presentación de nuevos productos, el avance de la ciencia administrativa y sus nuevas herramientas, modelos que se han derivado de la competitividad, obligando a que el gerente para lograr un buen desempeño, se capacita, tenga una visión distinta a lo tradicional, sea un verdadero estratega, de paso a planes de mercadeo más eficientes, creativo , innovador, sepa interpretar los cambios y sobre todo afrontarlos adecuadamente, tomar en cuenta los factores como la globalización, nuevos

estándares y normas técnicas que se deben cumplir (ISO 9000 y estándares de protección ambientar; por ejemplo), el cambio tecnológico y el impacto en las empresas de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, lo que les plantea a las pequeñas empresas la necesidad de adoptar modelos gerenciales nuevos y apropiados para contrarrestar la incertidumbre. Sin embargo, como ya se mencionó, no existe un modelo único para gerenciar exitosamente que goce de una amplia aceptación, lo que impide pensar en una receta mágica para gerenciar la incertidumbre, que muchas veces implica la selección de alternativas a veces excluyentes o que no satisfacen plenamente a quienes toman las decisiones gerenciales. Uno de los elementos que marca la diferencia entre dirigir gerencialmente una pequeña empresa y una grande es el manejo de la incertidumbre. Entendida esta, no como el desconocimiento del mercado por parte de la empresa, como pudiera pensarse, sino como el abordaje de las variaciones imprevistas del mismo. Para las empresas el desconocimiento de sus mercados implicaría pagar las consecuencias de desconocerlo. En cambio, cuando se trata de incertidumbre son los clientes quienes deben pagar a la empresa para que construya la flexibilidad requerida y atienda las variaciones imprevistas de estos; de lo contrario la empresa no podría transferir a los precios, el costo de este desconocimiento, más aun cuando la flexibilidad que debe construir y mantener, es uno de los criterios de competitividad reconocidos en el mercado global y que se le atribuye como característica resaltante, muy especialmente a la pequeña empresa. Esto es explicable ya que en la medida en que en globalización se acelera, crece la incertidumbre sobre los productos necesarios, los volúmenes de producción y los ciclos de vida de los mismos. Crece también para la pequeña empresa el manejo de la maniobra de la incertidumbre, si puede detectar anticipadamente la naturaleza de la misma y seleccionar rápidamente la manera de desarrollar la flexibilidad necesaria para enfrentarla. Aquí la versatilidad y sencillez de su estructura organizativa, le permite construir el tipo de flexibilidad que se adecue a su estrategia de negocios. Definitivamente la gerencia venezolana debe dar paso a una visión más dinámica, propiciar los cambios requeridos para afrontar las acciones que el actual gobiernos le presenta a fin de garantizar su supervivencia, no descuidar sus recursos, saber aprovechar las oportunidades y generar acciones que garanticen su supervivencia, desarrollo, de lo contrario, son muchas las empresas que perecerán o tendrán que buscar alianzas, fusionarse para seguir operando. Ante esta realidad, es un compromiso serio de las universidades nacionales, especialmente sus escuelas de Administración, reestructurar sus programas académicos a fin de dar paso a un nuevo perfil del administrador que el país requiere. No se puede dejar para mañana estos cambios, porque las consecuencias serán muy negativas. CARACTERISTICAS PREDOMINANTES DE LA GERENCIA VENEZOLANA La realidad del escenario nacional que demanda de cambios, de una gerencia eficaz, visionaria, proactiva, que ha sabido interpretar , diagnosticar la situación, más cuando hay una intervención del actual Estado protagonista de la revolución Bolivariana que ha generado cambios, retos y dado paso a amenazas y oportunidades, conlleva a que se cuente con una gerencia empresarial capaz de propiciar las acciones que garanticen, no solamente la supervivencia de las empresas bajo su cargo, sino una participación dinámica, en donde su rol sea beneficioso, no solamente para el país ,sino para todos quienes la integran , aun

para las mismas causas de los intereses del gobierno en pro de su compromiso de rescatar al país del atraso a donde ha estado sometido por años Numerosos modelos representan y personifican a las empresas y a los líderes competitivos y exitosos de hoy. La gerencia venezolana, de muchas de sus empresas han sido gerenciadas y todavía lo siguen haciendo por ejecutivos con muy poco conocimiento de la administración, avalado por lo aprendido de una manera empírica, sin haber pasado por una formación formal universitaria. Alimentándose de la experiencia, y desde luego debidamente amparados por ser miembros (muchas veces) de la familia de los dueños o grandes amistades, especialmente en lo que a las pymes concierne. En el presente, se requiere de un nuevo tipo de liderazgo gerencial, más, ante los grandes retos, amenazas y oportunidades que el actual escenario nacional y aun los internacionales presentan, de lo contrario ,simpre habrá un atraso en el desepeño eficiente, productivo que se requiere de las empresas para participar en escenarios dinámicos, turbulentos, competitivos. El gerente venezolano debe adaptarse a una nueva cultura organizacional, propia de su comportamiento organizacional y propicia para afrontar los retos, y dar paso a una participación competitiva que garantice éxito ,una buena participación de las empresas en los actuales escenarios Considérese, que los venezolanos tienen su forma cultural y espontánea de trabajar, dirigir y organizarse, y justamente, esta forma mantiene una relación de armonía con las creencias que sirven de base al sistema local de valores. Alberto Rial, destaca que partiendo de los rasgos sociales dominantes, se puede construir un perfil del gerente venezolano "natural" que no viene a ser otra cosa que la descripción del estilo de liderazgo preferido por el habitante promedio de estas tierras. Esto es: Demora hasta el último minuto las decisiones, sobre todo las complejas, difíciles o impopulares; acto seguido se muestra muy impaciente. El tiempo es controlable. Forma clanes, cofradías, grupos de poder ; selecciona sus afines. basado en el amigo y el más competente, el gerente venezolano, con mucha frecuencia se decide por el primero. Tiende a ser autoritario, controlador y centralizador. Su motivación y ansias de poder no se siente a gusto con la delegación de funciones. Quiere imperios, tanto horizontales como verticales. La necesidad social más importante es también la recompensa más buscada. Se rodea de estructura y burocracia. La aversión al riesgo y el "parejerismo" son los motivadores principales de este atributo: La estructura brinda una sensación de seguridad; la burocracia protege y acompaña: Es excesivamente operativo. Se inmiscuye en las operaciones y descuida las estrategias. Por una parte, su afán de controlar lo lleva a involucrarse en todo; por otra parte, las operaciones, por sus características específicas, son la actividad ideal para conseguir recompensas inmediatas. A todo ello además se agrega, que es territorial. Protege su departamento o su sección de las influencias externas, cela a sus subordinados y no comparte información con sus pares. Su motivación de poder se opone a la necesidad de apertura. Es un gran constructor de parcelas. Tiende a repetir el pasado. Resiste el cambio. El futuro es riesgoso, el cambio también.

Su enfoque de planificación es intuitivo e informal. Cuando diseña estrategias, tiende a contaminarlas con expectativas irreales. Desconoce los errores, busca culpables y resiste la crítica. Su externalidad le impide aceptar equivocaciones. Busca lo espectacular. Persiste poco. Trata de obtener resultados con unos cuantos golpes gloriosos, y de un día para otro. Su lealtad y su identificación se concentran en las personas. La organización, la empresa o el ministerio no son sino representaciones de los individuos que la dirigen. Es solidario con su gente. La institución no es fuente de motivación. Desde luego, habrán otros factores, no obstante, los anteriores son unos lineamientos que nos permiten darnos una idea de su conducta, personalidad y de su posible comportamiento en las organizaciones. Definitivamente , los grandes retos, exigencias de los actuales escenarios, aunado a demás a una nueva ideología que ha surgido de la Revolucioón Bolivareana con el denominado Socialismo del Siglo XXI, obliga a que la gerencia de paso a un nuevo estilo que permita afrontar los retos, generar los cambios necesarios que garantice resultados favorables a la empresa, participación , conquista de mercados, permanencia. Agrgándose a todo ello el compromiso de las universidades , las escuelas de Administración a definir un nuevo perfil del gerente, propocionándosele los conocimientos modernos de la ciencia administrativa, aplicabilidad de nuevas herramientas ,además de un autoconocimeinto del gerente a fin de dar paso a sus fortalezas uqe garanticen una buena gestión Venezuela requiere de una nueva gerencia, más visionaria, participativa, dinámica, con una formación gerencial integral, emprendedor, estratega, socio del negocio, con competencias para ser consultor de procesos, agente de cambio y con sensibilidad humana. Un verdadero líder proactivo, que garantice la democracia en su gestión, capaz de integrar y saber utilizar equipos de trabajo, quienes deben estar plenamente identificados con la productividad, calidad deacuerdo a las exigencias de los consuimidores. Ser un gerente avalado con una formación integral y multifuncional, es decir, debe estar preparado para hablar y manejar el lenguaje moderno de finanzas, informática, tecnología, mercadeo, producción, conocer al menos otro idioma a fin de facilitar los procesos globales y tener la capacidad de actuación. Manejar adecuadamente la autoridad, sin abusar del poder, reconocer el dsempeño de sus trabajadores, facilitarles los conocimientos necesarios para dar paso a las habilidades y destrezas de estos. Así mismo, debe compartir y entender las necesidades y puntos de vista de los clientes, constituyendo equipos multidisciplinarios para el logro de los objetivos estratégicos claramente definidos. Conclusión La gerencia venezolana debe reestructurar su estilo de liderazgo, adentrándose más en tratar de cumplir con las exigencias de los mercados que cada vez son competitivos ,iidentificarse más con la responsabilidad de adaptarse a los cambios económicos que atraviesa el país, con el fortalecimiento de su liderazgo, trabajo en

equipo hacia el logro de objetivos comunes. Precisamente, la clave para la gerencia está en aplicar herramientas modernas gerenciales que le permitan obtener resultados, a fin de que los productos y servicios se adapten o satisfagan las necesidades del consumidor LA GERENCIA ANTE LAS CARACTERISTICAS DE LAS EMPRESAS DEL SIGLO XXI El siglo XXI se caracteriza por el desarrollo de la información global, informática, la reingeniería de servicios, y el conocimiento, estos forman parte de los nuevos recursos estratégicos utilizados por las empresas de hoy en día. Las comunicaciones y los avances tecnológicos permiten que la interacción entre pueblos de diferentes civilizaciones sea cada día más vasta, dinámica en donde las comunicaciones se han agilizado rápidamente y ello presenta un nuevo escenario más actualizado al avance de las ciencias, tecnología. Lo cierto, que todo ello presenta un panorama muy distinto a lo que tradicionalmente las empresas han venido realizando, hoy la estructura de las nuevas empresas están cambiando, hay una nueva arquitectura organizacional que va desde una jerarquía de múltiples niveles, a negocios de redes planas o relativamente autónomas. El concepto de organización se ha venido ampliando, hasta incluir tanto a proveedores y consumidores. El énfasis de atención se está trasladando de los capitales a los recursos humanos y a la información. Los nuevos grupos de trabajo son auto-controlados y a sus miembros los une una visión común que abarca toda la organización. Los individuos se sienten motivados a actuar y lo hacen con responsabilidad y creatividad. Los ingresos se relacionan con los niveles de competencia y rendimiento, más que con una determinada posición en la estructura jerárquica de la empresa. La empresa adopta una actitud de responsabilidad social, y las personas se identifican con ella. Se ha dado paso a una nueva cultura organizacional,, en donde hay un serio compromiso de garantizar una responsabilidad social que favorezca a todos. Ante esta realidad, aunado a los procesos de cambio político, económico, social, que afronta en nuestro caso particular Venezuela, se manifiesta la inquietud de si realmente se ha insertado en los nuevos retos, si se cuenta con una gerencia capacitada, adaptada a los nuevos conocimientos que permitan competir, garantizar una participación de las empresas en el nuevo proceso de industrialización. Todo indica de acuerdo a la realidad empresarial del actual escenario venezolana que no se tomaron las precauciones necesarias para adaptarse a la nueva industrialización. Se nota que la instalación de fábricas no arrancó en firme hasta los años sesenta con la política de sustitución de importaciones, y el desarrollo de la industria pesada data de las inversiones en las empresas de Guayana en los años sesenta y setenta. Si bien las empresas venezolanas nacen desde el siglo pasado, se considera que no es sino hasta la década de los 60 en que empiezan a surgir la mayor parte de las grandes empresas que hoy se conocen, y que de acuerdo a la realidad política del presente, indica que muchas han quedado marginada de las características que las

empresas del Siglo XXI demandan, perjudicando seriamente al sector productivo del país, que para abastecer las demandas de los consumidores nacionales se tiene que recurrir a las importaciones. No hay que olvidar, que para la época, las empresas venezolanas eran consideradas como agrícola y extractora, con una planta industrial atrasada y rezagada con respecto a su entorno más cercano, con tendencias a la importación de la mayor parte de los bienes consumidos por el mercado venezolano, aspecto que todavía no pueden superar. Posteriormente y gracias al modelo económico y fiscal implantado en la época pasada, comenzó el crecimiento del sector industrial de manera abrupta, las pocas empresas que existían tuvieron la oportunidad de crecer en sus negocios habituales, como en otros totalmente disímiles, disminuyendo así el riesgo de su cartera de inversiones, y permitiéndoles participar en un mercado, aunque pequeño, totalmente protegido, que le brindaba toda la seguridad de mantener la rentabilidad que ellos consideraran adecuada, sin importar: eficiencia, productividad, creación de tecnología o innovación, mucho menos calidad de los productos o servicios ofrecidos. Se generaron entonces oligopolios representados en "grupos" pertenecientes al sector con el mayor poder económico arraigado en el país, lo cual les permitió mantener su estatus, sin mayores esfuerzos. Esta fase de nuestra empresa, se caracterizó por una bonanza gratuita. Los venezolanos debían comprar lo producido en el país, sin importar su precio o calidad. Luego se comenzó a implementar un modelo de apertura, que permitiera al país incorporarse al mercado internacional, a mediano plazo. Para ello, a finales de la década de los 70 se comenzó con la disminución paulatina de los aranceles de importación, para instar a los empresarios venezolanos tomar las previsiones pertinentes para la apertura definitiva del mercado. Esto implicaba para ellos, la incorporación de criterios de calidad, y de productividad a su filosofía de trabajo, con la finalidad de poder competir, en un futuro cercano, con los mercados internacionales, y nacionales, pues también las empresas extranjeras tendrían la oportunidad de ingresar a ofrecer sus productos en el país. Otra característica relevante, fue la implantación de la política de liberación de precios, que impulsó la competencia interna, y como consecuencia de ello, a la mejora de los indicadores de productividad y calidad de nuestras empresas, iniciando así el proceso definitivo de globalización del mercado. En general se puede decir que el período de apertura económica se caracterizó, por altos ingresos provenientes del sector petrolero, y del endeudamiento, eliminación gradual de las medidas de protección a los empresarios nacionales, eliminación parcial de la exoneraciones fiscales y de los subsidios, pocos controles fiscales, política económica aún influenciada por los poderes económicos, moneda inestable, fuga de capitales, altos índices de inflación y la creación de impuestos como el IVA. A finales de la década de los 70, se considera se inicia el cambio del rumbo de las políticas económicas del país. Su comienzo lo determina la implementación de la política de liberación de precios, inspirada en necesidad de incentivar la

competencia nacional, que redundó, en una profunda especulación, determinada substancialmente por los acuerdos entre los grupos oligopólicos que dominaban el mercado. Otra de las políticas implementadas fue la de ofrecer incentivos a las exportaciones no tradicionales, con preferencia en aquéllas con alto valor agregado. Este periodo se ha caracterizado por un contrasentido en las medidas aplicadas, que confundió a los entendidos, y a provocar una desconfianza general en nuestras instituciones. Se puede señalar además, que las empresas venezolanas han sido el resultado de los modelos económicos implantados por los distintos gobiernos, como consecuencia de esto han sido eminentemente reactivas. La estructura organizativa de las empresas está más ligada a la reacción de las medidas fiscales impuestas, que a su adecuación a la implementación de estrategias a largo, mediano y corto plazo. En la fase inicial de la era moderna se caracterizaron por ser poco competitivas, con alta rentabilidad, muy diversificadas y poco competidas. Las empresas han sido poco competitivas, inicialmente por la protección Estatal, y después por la incapacidad de establecer estrategias que se anticiparan a los cambios que les deparaba el entorno. La principal debilidad de las empresas venezolanas es su recurso humano gerencial, de allí se desprende, la causa de su constante cambio y falta de visión. La salud financiera de las empresas actualmente, no es la adecuada, el riesgo país es muy alto, no existen reglas claras en el orden fiscal y económico. Las empresas tienen bajos niveles de capitalización y en consecuencia altos niveles de endeudamiento. A todo ello se agrega, que hay una ausencia de una arquitectura organizacional moderna avalada de departamentos funcionales de a cuerdo a los requerimientos de los comportamientos de los actuales escenarios, así como, ausencia de desarrollo tecnológico, cultura organizacional auténtica, y carencia de un liderazgo gerencial proactivo, creativo, innovador, estratega, visionario.

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