Historia Del Derecho Monografia

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| Historia del derecho

| HISTORIA DEL DERECHO En este capítulo se contestan estas preguntas y se reflexiona, además, sobre la objetividad de la historia y sobre la labor del historiador para cumplir a cabalidad su función. Asimismo, se ofrecen los lineamientos generales de lo que es el derecho, sus categorías y su importancia social, así como en qué consiste la historicidad del derecho. Todo ello con el objetivo de definir qué es la historia del derecho y cuáles son sus delimitaciones en cuanto a la materia, el tiempo y el espacio.

“Año de la consolidación del mar de Grau”

HISTORIA DEL DERECHO  Tema:  Historia del Derecho & Historia del derecho peruano

 Facultad:  Derecho & Ciencias Políticas  Docente:  Dr. Dorian Elder Choque Calisaya.  Integrantes:  Rabanal Carrillo Abel Martín Sebastián  Tang Pinto Edward  Silva Cornejo Dayana Olenka  Reátegui Fatama Lila Ingrid

Iquitos – Perú 2016

INDICE: Introducción:..................................................................................................................3 1

Objetivos de enseñanza-aprendizaje..................................................................4 1. Historia:.....................................................................................................................5 1.1. Introducción:....................................................................................................5 1.2. Concepto:..........................................................................................................5 1.3. Elementos de la historia: el objeto y el sujeto de la historia. La objetividad de la historia y el quehacer del historiador...........................5 2. Derecho.....................................................................................................................7 2.1. Concepto:..........................................................................................................7 2.2. Función social del derecho y sus categorías, La historicidad del derecho.......................................................................................................................7 3. Historia del derecho..............................................................................................8 3.1. Concepto:..........................................................................................................8 3.2. Delimitaciones material, espacial y temporal.....................................8 3.3. Los sistemas jurídicos contemporáneos..............................................11 4. Historia del derecho peruano (Imperio Incaico).......................................11 4.1. Fuentes para la elaboración, conocimiento y difusión del derecho incaico.......................................................................................................................12 4.1.1. LA TRADICIÓN ORAL:...........................................................................12 4.1.2. LOS AMAUTAS:.......................................................................................12 4.1.3. LAS PANACAS:........................................................................................12 4.1.4. LOS QUIPUS HISTÓRICOS Y CONTABLES:.....................................12 4.1.5. OTRAS FUENTES PARA EL CONOCIMIENTO DEL DERECHO INCAICO:................................................................................................................13 4.2. Fuentes post-autóctonas para el conocimiento del Derecho Incaico.......................................................................................................................13 4.3.¿COMO ERA LA ELABORACION DE LEYES Y SU CUMPLIMIENTO EN EL INCANATO?........................................................................................................14 4.3.1. LAS NORMAS RELIGIOSAS.................................................................14 4.3.2. LAS NORMAS MORALES......................................................................14 4.3.3. ELABORACION DE LAS LEYES...........................................................15 4.3.4. MEDIOS DE EXPRESION, DIVULGACION Y CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES.............................................................................................................16 4.3.5. LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA.................................................16 4.4. La organización política y administrativa del imperio incaico y las instituciones incaicas fundamentales....................................................18 4.4.1. LA DIVISION DEL IMPERIO INCAICO...............................................18 4.4.2. CARACTERISTICAS DEL GOBIERNO INCAICO O TAWANTINSUYO...................18 2

4.4.3. CARATERISTICAS DE LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA INCAICA.............19 4.4.4. EL AYLLU INCAICO...........................................................................................19 4.4.5. CARACTERISTICAS Y DIFERENCIAS DEL AYLLU INCAICO CON EL PREINCAICO20 4.4.6. LA PROPIEDAD................................................................................................20 4.4.7. LA PROPIEDAD INDIVIDUAL.........................................................................20 4.4.8. EL USUFRUCTO...............................................................................................21 4.4.9. EL TRABAJO Y EL TRIBUTO..............................................................................21 4.4.10. EL MATRIMONIO EN EL INCANATO..............................................................22 4.4.11. LA FAMILIA EN EL INCANATO.......................................................................23 4.4.12EL SERVINACUY EN EL INCANATO..................................................................24 4.4.13. LA PREVISION SOCIAL EN EL INCANATO.......................................................25 4.5. EL DERECHO PENAL INCAICO..................................................................25 4.5.1. CARACTERES GENERALES DEL DERECHO PENAL INCAICO.............................25 4.5.2. TIPIFICACION DE LOS DELITOS – CLASES DE DELITOS....................................27 4.5.3. LAS PENAS:.....................................................................................................35 4.5.4. CARCELES........................................................................................................43

Bibliografía:..................................................................................................................44

Introducción: 3

Estudiar la historia del derecho, implica conocer el origen, evolución, y las tendencias de las normas e instituciones a largo del tiempo. Haciendo referencia a los acontecimientos políticos y sociales que marcaron su evolución, para llegar al régimen del derecho como lo conocemos hoy en día. En el presente trabajo se tocan los temas en general de historia, derecho, historia del derecho e historia del derecho peruano, incidiendo en el derecho incaico: iniciando con las fuentes del derecho incaico, su organización político social, el derecho penal incaico, etc. Todo esto con el fin de conocer acerca de la historia del derecho en general y del Perú en particular.

Objetivos de enseñanza-aprendizaje 4

1) Definir qué es la historia y distinguir entre acontecimientos históricos y acontecimientos del pasado. 2) Reflexionar sobre la objetividad de la historia. 3) Conocer el quehacer del historiador. 4) Precisar el objeto y el sujeto de la historia. 5) Definir qué es el derecho. 6) Explicar la función social del derecho. 7) Explicar las categorías jurídicas fundamentales. 8) Reflexionar sobre la historicidad del derecho. 9) Definir qué es la historia del derecho. 10) Conocer los límites materiales, espaciales y temporales de la historia del derecho. 11)Enumerar y explicar los orígenes de los sistemas jurídicos contemporáneos.

1. Historia: 1.1.

Introducción: 5

“La historia es la maestra de la vida” decía Cicerón a sus discípulos en el siglo I a. C., con el afán de formar en ellos un carácter práctico y realista. Y en efecto, el hombre, para satisfacer sus necesidades sociales y su ansia de progreso ha creado, a través de los siglos, un acervo cultural por el cual nosotros hemos recibido una “experiencia histórica” que debemos aprovechar, pues de no hacerlo tendríamos que iniciar inútilmente los intentos y esfuerzos por los que tantas generaciones pasadas han transcurrido. ¿Y esto por qué?, porque la historia nos enseña a reincidir en el camino correcto seguido por nuestros antecesores, así como a no repetir los errores en que éstos han incurrido, abriéndonos así un camino más seguro y fácil de recorrer en el futuro.

1.2.Concepto: La historia es una ciencia social que tiene como objetivo estudia en forma ordenada y verificar y mejorar el pasado de la humanidad y los acontecimientos económicos políticos y culturales mediante una narración extensiva y clara de cualquier suceso durante todo el largo proceso de desarrollo que tuvo que pasar la humanidad, a eso llamamos "historia" al pasado mismo, Por otra parte, la palabra se utiliza para definir al periodo histórico que se inicia con la aparición de la escritura e incluso para referirse al pasado mismo. Ahora bien, ¿qué es la historia?, ¿cómo podemos definirla? El filósofo Voltaire, figura emblemática de la Ilustración francesa del siglo xviii, la definió como: “El relato de los hechos que se tienen como verdaderos, al contrario de la fábula, que es el relato de los hechos que se tienen por falsos”. Pero la manera más sencilla de definirla, es decir, siguiendo al historiador del pasado siglo, también francés, Henri Marrou, en sus obras: El conocimiento histórico y Teología de la Historia, que: “La historia es el conocimiento del pasado humano”. Sin embargo, ese pasado, por obra del historiador se convierte en algo distinto de lo que en realidad fue. Ya no se conoce como presente, como lo vivieron los hombres del pasado en el momento de su acontecer, sino como pretérito, como algo que fue y ya no es, lo que nos lleva a distinguir entre la realidad acontecida, o sea, los hechos y fenómenos sucedidos en un determinado tiempo, y la disciplina que se encarga de la elaboración, interpretación y enseñanza de estos hechos, esto es, la ciencia histórica.

1.3.Elementos de la historia: el objeto y el sujeto de la historia. La objetividad de la historia y el quehacer del historiador. Hay que distinguir, pues, entre la historia como realidad y la historia como conocimiento. Además, hay que señalar al sujeto que las une: el historiador, y hay que precisar el objeto de conocimiento: el hecho histórico. Por tales razones, para poder entender con claridad qué es la historia, hay que seguir tres pasos fundamentales que son: a) Distinguir entre acontecimientos históricos y acontecimientos del pasado para poder precisar el objeto de la historia. b) Reflexionar sobre la objetividad de la historia y; c) Conocer cuál es el quehacer del historiador. En cuanto al primer paso, esto es, distinguir entre acontecimientos históricos y acontecimientos del pasado, lo importante es establecer que a la historia sólo le interesan los acontecimientos que han adquirido cierta perdurabilidad. ¿Cuáles son éstos?, ¿cómo han evolucionado en el tiempo y en el espacio? Antiguamente, sólo los acontecimientos políticos, bélicos e institucionales se consideraban perdurables e interesaban al historiador. Actualmente, por influencia de los historiadores franceses Fernand Braudel, máximo exponente de la escuela francesa de los Annales y Pierre Vilar, historiador marxista e impulsor de la teoría de la “historia total”, el objeto de la historia se ha 6

extendido a otros ámbitos y áreas del conocimiento humano y depende del punto de vista del historiador. Así, cada día es mayor el desarrollo de las historias económica, demográfica, pedagógica, filosófica, de las mentalidades, de las religiones y otras. Y, por supuesto, de la historia del derecho o de las instituciones jurídicas. El segundo paso se refiere a la objetividad de la historia. Las preguntas a responder son: ¿se puede hacer una historia totalmente objetiva y aséptica?, ¿hasta qué punto influye en el quehacer histórico la mentalidad e ideología del historiador quien, al escribir la historia, se encuentra condicionado por su presente?, ¿es la historia una realidad auténtica, o es la transposición ficticia del presente en el pasado? Son preguntas difíciles de contestar y que tuvieron su origen en la célebre frase expuesta por el historiador alemán Leopoldo von Ranke en el prólogo de su célebre obra: Historia de los pueblos omanos y germánicos, publicada en 1824. En él, Ranke, considerado el “padre de la historia científica”, expresó que el historiador debía exponer en su obra: “las cosas como simplemente acontecieron”; frase que ha corrido con tanta fortuna que se ha convertido en paradigma de la deseable objetividad histórica. O, como en el mismo sentido decía a sus discípulos del Doctorado de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, el eminente historiador del derecho español Alfonso García-Gallo: “que hablen las fuentes”, con el fin de que no se dejaran llevar por prejuicios derivados de su experiencia vital o de su formación. Pero, ¿podemos en realidad hacer una historia objetiva, aséptica? La respuesta es que no. Ello es quizás el ideal, pero dista mucho de la realidad. ¿Por qué? Porque la historia la hace y la interpreta el historiador. Y al interpretarla pone en ella una carga psicológica e ideológica derivada de su formación individual. El historiador selecciona, razona, enjuicia y valora el acontecimiento histórico, todo lo cual implica una dosis personal de selección y compromiso. Por consiguiente, la objetividad de la historia se limita sólo a un rechazo en adoptar juicios apriorísticos y a un acopio suficiente de testimonios comprobados que den el mayor porcentaje de seguridad a la valoración de los acontecimientos que al final exponga en su obra. En relación con el tercer paso, esto es, el quehacer del historiador, las preguntas que se plantean son: ¿cuáles son los métodos de investigación y enseñanza de la historia?, o dicho en otras palabras: ¿cómo se debe hacer la historia? Antes de contestarlas deben hacerse algunas aclaraciones indispensables para entender el quehacer del historiador: a) la historia es una disciplina netamente retrospectiva lo cual quiere decir que necesita una distancia temporal. ¿Cuál es esa distancia?, mucho se ha discutido al respecto. Hay quienes consideran que lo que pasó ayer, o hace un minuto, se convierte ya en historia. Sin embargo, esa pregunta debe responderse considerando que la historia comienza donde termina la memoria de las generaciones vivas. En caso contrario, se trata sólo de crónica, de relación de hechos. ¿Por qué? Porque el historiador, al estar personalmente involucrado con los acontecimientos que están sucediendo, carece de la necesaria perspectiva para interpretar los hechos del pasado, lo que se traduce en la pérdida de la objetividad indispensable para realizar correctamente su labor. Asimismo, hay que tener en cuenta que: a) La historia es una disciplina netamente humana sólo interesada en la acción del hombre. b) Los hechos históricos deben ser analizados dentro de su propio “ambiente histórico”, lo cual quiere decir que el historiador debe interpretar y valorar los acontecimientos que está historiando conforme a los esquemas de ese tiempo histórico, cuidándose de juzgar conforme a los esquemas del presente que él está viviendo, con el fin 14 de no caer en el dogmatismo. c) Los hechos históricos no deben interpretarse en sentido regional o nacional, sino universal. 7

Volvamos ahora a la pregunta: ¿cuál es el quehacer del historiador? Y derivada de ella, preguntémonos también: ¿cuál debe ser su método? Toda actividad humana se realiza de acuerdo con un método y se integra conforme a un procedimiento que es el camino para obtener un fin o una meta. Esto es lo que entendemos como método. Pues bien, el método del historiador consiste en varios pasos que son: a) la selección del tema; b) la heurística, que consiste en la búsqueda de cualquier tipo de testimonios, así como de documentos tanto bibliográficos como hemerográficos; c) la crítica, que consiste en la confrontación de los testimonios recabados, su análisis y valoración que debe ser el resultado de la lectura correcta del documento, esto es, de comprenderlo; d) el ordenamiento del material relacionándolo entre sí; e) la interpretación de dicho material que es el momento de la re-creación del hecho del pasado; esto es, de la creación histórica f) la exposición del mismo que puede ser por escrito lo que lleva a la publicación de un libro, o verbalmente cuando se trata de la docencia.

2. Derecho 2.1. Concepto: El derecho es un orden que se expresa normativamente con el fin de regir a la sociedad y tiene como principal función permitir la vida organizada de un conglomerado humano que conduzca al progreso colectivo. O, dicho en otras palabras, el derecho es una ordenación de la vida social, ya que todo cuanto existe requiere un orden y así también la vida del hombre en sociedad. Ahora bien, no es exacto, como generalmente se afirma, que el derecho sea simplemente un conjunto de normas; la norma es la expresión del derecho, pero no el derecho mismo. La característica esencial del derecho como ordenamiento de la vida social que lo distingue de otras normas como la moral y las de trato social es su fuerza vinculante. Esta puede estar establecida por la naturaleza de las cosas en cuyo caso hablamos de derecho natural, o por el hombre mismo en cuyo caso hablamos de derecho positivo.

2.2. Función social del derecho y sus categorías, La historicidad del derecho A lo largo de la historia hemos visto que el derecho positivo puede coincidir o no con el derecho natural, siendo lo ideal el que ambos coincidan. Por otra parte, el derecho debe inspirarse en los principios de justicia y equidad; sin ellos, la organización de la vida gregaria se dificulta. De ahí que, desde los tiempos inmemoriales, los pueblos se hayan regido por esos principios. En efecto, la historiografía del derecho nos ha hecho saber que, aun en las más remotas comunidades ha sido necesario regir la vida social con base en principios practicados por el grupo, se encuentren estos escritos o simplemente consagrados en hábitos o costumbres, que al recibir una conciencia popular de obligatoriedad devienen en verdaderas normas de derecho. Además, no todas las normas son propiamente jurídicas. Hay normas morales y normas del trato social que se interrelacionan con las normas jurídicas, pero no son tales. Por eso es necesario precisar los elementos definitorios del derecho para distinguirlo de las otras normas señaladas, sobre todo de la moral. Estos son: 8

a) su carácter social, que se contrapone al carácter individual de la norma moral; b) su bilateralidad, que se contrapone a la unilateralidad de la norma moral y que hace que frente a todo derecho haya como contrapartida una obligación; c) su certeza, que garantiza la seguridad jurídica; d) su permanencia, que se traduce en su tendencia a la estabilidad y; e) su coercibilidad o coercitividad, que es la facultad de hacer valer la norma por medio de la fuerza; esto es, la posibilidad de ejercer sanciones por parte de los órganos del Estado cuando la norma jurídica se contraviene. Sin embargo, como toda creación humana, el derecho, aunque requiera de cierta estabilidad o permanencia, no es algo fijo o inmutable. Por el contrario, está sujeto a transformaciones en el tiempo. Esto se debe a que la sociedad es cambiante, y al cambiar las relaciones sociales con el tiempo, cambia también el derecho que la regula. Asimismo, varía la valoración que hace el hombre de las relaciones sociales y el aparato conceptual que le sirve de expresión. Por otra parte, tratándose de un libro destinado a un curso de Historia del derecho, debemos preguntarnos: ¿Qué es lo que hay que destacar cuando hablamos de la historicidad del derecho? Son varias las respuestas. La primera es que el derecho, a pesar de su necesidad de estabilidad o permanencia, va siempre a la zaga de los hechos. Por consiguiente, el derecho es conservador, salvo en los casos de revoluciones en que el derecho por sí mismo genera el cambio social. La segunda es que el derecho se somete a su propio ritmo histórico, a su propio ciclo, que responde a múltiples factores de características ideológicas, psicológicas, económicas, políticas, religiosas u otras. La tercera es que el modo de expresión del derecho, lo que llamamos el “lenguaje jurídico” tiene también su propio ritmo histórico que se caracteriza por una evolución lenta en comparación con otras disciplinas debido a su origen plástico y ritual, derivado, ni más ni menos que de su necesidad de certeza o fijeza, principal valor del lenguaje jurídico que tiene como finalidad la seguridad. Por último, unas cuantas líneas sobre las categorías jurídicas fundamentales, que son las ideas más generales a que se puede reducir el concepto del derecho cuando es descompuesto lógicamente por la mente. Éstas son: a) el sujeto de derechos y obligaciones; b) el objeto sobre el cual recaen los derechos y obligaciones; c) la actividad o comportamiento de los sujetos, que interesa al derecho en tanto que se ajusta o aparta de lo mandado, lo prohibido o lo permitido; d) la relación que se establece entre los sujetos por virtud de la cual éstos adquieren derechos o contraen obligaciones y; e) la norma jurídica, que como ya se ha dicho, es la forma típica de expresión del derecho y que no siempre ni necesariamente es escrita.

3. Historia del derecho 3.1.Concepto: La historia del derecho se define en función de su objeto. ¿Cuál es ese objeto? Pues bien, el objeto de la historia del derecho consiste en estudiar el origen y las transformaciones de este último a través del tiempo.

3.2.

Delimitaciones material, espacial y temporal 9

La historia del derecho es la disciplina que estudia el desarrollo del derecho dentro de una coordenada temporal previamente fijada. Ahora bien, la anterior definición plantea tres problemas de delimitación con el fin de precisar el contenido de un curso de historia del derecho. Estos son: a) la delimitación material que consiste en estudiar específicamente la historia de lo jurídico y no de lo extrajurídico; b) la delimitación espacial que consiste en estudiar la historia del derecho en relación con el espacio donde éste se desarrolló, que puede ser nacional, continental o universal y; c) la delimitación temporal que consiste en señalar los límites de la historia del derecho en el tiempo o, dicho en otras palabras, establecer una división en periodos o periodificación del objeto estudiado. El primero de los problemas, la delimitación material, plantea a su vez otros subsecuentes que son: a) distinguir entre fuentes escritas del derecho (leyes, compilaciones, recopilaciones, constituciones, sentencias judiciales, códigos y otros tipos de cuerpos jurídicos) y fuentes no escritas, también generadoras de derecho, como la costumbre; b) distinguir entre fuentes formales del derecho (ley, jurisprudencia, entendida ésta como sentencias de los más altos tribunales de un país, costumbre y principios generales del derecho) y fuentes históricas que son aquellos documentos a través de los cuales podemos conocer el derecho en un espacio y tiempo determinado (vgr. El Corpus Iuris Civiles de Justiniano, las Siete Partidas de Alfonso X, el sabio, los códigos napoleónicos, etcétera); y c) distinguir entre fuentes directas del derecho (ley, costumbre, jurisprudencia etcétera) que han llegado a nosotros dentro del bagaje de las fuentes históricas, y fuentes indirectas del derecho (literatura, artes plásticas, cine, arquitectura, música) a través de las cuales se conocen testimonios del derecho de un pueblo en un momento dado. Ejemplos, entre otros, de estas fuentes indirectas han quedados plasmados en obras como la del historiador del derecho español Eduardo de Hinojosa, El derecho en el Poema del Cid, la de Jacobo Grimm, Antigüedades jurídicas alemanas, exponente de la rama germanista de la Escuela Histórica de Derecho en el siglo xix, basada en refranes populares de su país y en los cuentos infantiles que escribió con su hermano, en busca del volksgeist o “espíritu popular” del pueblo alemán. En cuanto a las artes plásticas, hay que destacar la obra de H. Fehr: El derecho en imágenes. También la música y la cinematografía, “un oficio del siglo xx”, ofrecen muchos testimonios de gran utilidad para el historiador del derecho. El segundo de los problemas es la delimitación espacial. Las preguntas aquí son: ¿Qué espacio geográfico abarca el contenido de una obra de historia del derecho?, ¿se limita a la historia del derecho nacional o se extiende a la historia del derecho desde ámbitos continentales o universales? En el primero de los casos se estudiará la historia del derecho de cada nación o país, siguiendo determinados criterios de periodificación que pueden ser políticos, sociales, geográficos, étnicos, lingüísticos, religiosos y otros, aunque haciendo hincapié en los jurídicos (vgr., las historias de los derechos soviético, musulmán, norteamericano, español, mexicano, etcétera) Atendiendo al mexicano podemos señalar las obras de Guillermo F. Margadant, Óscar Cruz Barney, María del Refugio González, José Luis Soberanes y Marco Antonio Pérez de los Reyes, todas ellas bajo los títulos de Historia del derecho mexicano o Historia del derecho en México, y las ya clásicas de los profesores de la Escuela Libre de Derecho, don Toribio Esquivel Obregón: Apuntes para la 10

historia del derecho en México y don Javier de Cervantes: La tradición jurídica de Occidente. En el segundo de los casos, se tiene en cuenta la historia del derecho de un continente analizando las corrientes jurídicas que le han dado unidad (vgr., la historia del derecho europeo, basado en el derecho romano, el derecho canónico y el iusnaturalismo racionalista). En este sentido destacan la obra clásica de Pablo Koschaker, Europa y el derecho romano y la de Hans Thieme: Unidad y pluralidad en la historia del derecho europeo. En cuanto a la historia general o universal del derecho, tercero de los casos y objeto de este libro, hay que señalar que fue a partir del siglo xviii,siglo del racionalismo, la ilustración y el enciclopedismo, cuando surgió la tendencia de historiar el derecho desde un punto de vista supranacional, basado en fundamentos filosóficos y etnológicos. Esta tendencia partió de un ensayo del jurista alemán Gottfried W. von Leinitz: Nova methodus discendae docendaeque jurisprudentia, que distintos autores han catalogado como una rudimentaria historia universal del derecho. Obra que coincidió con la aparición en Francia del famoso libro: El espíritu de las leyes de Montesquieu que obtuvo un gran eco en el mundo occidental. Y continuó con obras como El derecho matriarcal de Bachofen, de carácter etnológico, así como con la Histoire de la législation avant les romains de Claude de Pastoret, primer titular de la cátedra de Historia de la legislación comparada del Collége de France, así como con el tratado de Heinrich von Mitteis: Derecho imperial y popular en las provincias orientales del Imperio romano, publicada en 1891, que contenía una historia global del derecho de los pueblos antiguos, elaborado no solo con fuentes romanas, sino también con textos griegos, egipcios y orientales en general y con la obra de Jacques Ellul: Historia de las instituciones de la antigüedad. En nuestro mundo latinoamericano, esta tendencia ha sido seguida por el profesor costarricense Jorge E. Guier, quien publicó en 1984 una Historia del derecho, de carácter universal, y posteriormente por el catedrático e investigador mexicano-holandés de la unam, Guillermo Floris Margadant, autor de sendos trabajos sobre la temática: Introducción a la historia universal del derecho y Panorama de la Historia universal del derecho, así como, recientemente, por el joven académico mexicano de la Ecuela Libre de Derecho, Juan Pablo Pampillo, autor de una Historia general del derecho. Ahora bien, sobre lo expuesto en las líneas anteriores debe hacerse una salvedad: la historia universal del derecho se relaciona y a veces se confunde con la llamada historia del derecho comparado, aunque para algunos especialistas la diferencia entre ambas reside en aplicar el comparativismo sólo al sistema de los derechos positivos o vigentes. Es por eso que la tendencia actual cuando se trata del derecho histórico comparado es la de integrar las historias jurídicas nacionales, continentales y universales a través de estudios temáticos y sectoriales, con el fin de obtener una historia universal del derecho como resultado del trabajo de historiadores del derecho de todo el mundo. Así, se le han encargado a los especialistas de los distintos países trabajar sobre temas específicos como pueden ser: el status del niño o de la mujer, las comunidades rurales, la responsabilidad de los funcionarios públicos, las asambleas representativas, etcétera. En este sentido trabajan prestigiosas instituciones como la “Sociedad Jean Bodin para la Historia Comparada de las Instituciones” y el “Centro de Historia y Etnología”, ambas en Bruselas, Bélgica, y el “Instituto Max-Planck de Historia del Derecho Europeo” en Frankfurt, Alemania, dirigido por muchos años por el eminente filósofo e historiador del derecho Hemult Coing. En cuanto a la delimitación temporal, lo primero que hay que señalar es que la historia es un todo continuo y fluido, cuya parcelación en etapas esto es, su periodificación, resulta, por principio, convencional y artificiosa. Esto se debe a que la humanidad no cambia en fecha fija, ni se interrumpe o fractura

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a voluntad del historiador. En cada etapa histórica van declinando ya las,características del periodo que la precedió y se gestan o apuntan las del que,le sucederá en el tiempo. Por otra parte, toda periodificación presenta un,alto grado de dificultad. Hay que delimitar, restringir, encerrar en coordenados, espacio-temporales acontecimientos disímiles en cuanto a su intensidad, su devenir, su ritmo. Hay que entender y precisar con claridad lo que se está historiando. Por tal razón, periodificar no sólo es importante, sino también necesario para descubrir en el devenir histórico las diversas etapas que lo integran con el fin de tener una mejor comprensión de su secuencia; fin que vale por sí mismo y por la carga didáctica que representa. Además, periodificar lleva consigo la tarea de caracterizar, esto es, extraer de cada edad o etapa histórica sus denominadores comunes, aquellos que, en cierta medida, son distintos de los que se encuentran en tiempos anteriores o posteriores. Es pues periodificar más caracterizar la labor que debe llevarse a cabo. La una sin la otra queda incompleta, coja. Asimismo, para periodificar es menester precisar, primero, el objeto periodificable, después conceptualizarlo, definirlo, situarlo dentro de un marco sistemático o institucional. Establecer sus límites de espacio y tiempo. Además, fijar los criterios que se van a utilizar. Así se podrá lograr una división en periodos que contenga, en la medida de lo posible, los cambios que se han producido en el desarrollo de las instituciones o sistemas en cuestión. En este caso, tratándose de un libro de historia del derecho dedicado a estudiantes de licenciatura, el problema es muy complejo debido a su gran extensión en el tiempo y en el espacio. Por tal razón, siguiendo un criterio histórico cronológico, se han delimitado los diversos sistemas jurídicos para analizarlos en su correspondiente perspectiva histórica. Así, se ha dedicado un capítulo al derecho primitivo, los siguientes a los derechos de la Antigüedad y la Edad Media hasta llegar a la recepción de los derechos romano y canónico fusionados en el ius commune en los albores del Renacimiento. También, al desarrollo de las diversas escuelas europeas del derecho, así como de las corrientes filosófico-jurídicas que le dieron vida hasta llegar al movimiento codificador en la Europa y América, tronco común de nuestra tradición jurídica occidental.

3.3.Los sistemas jurídicos contemporáneos Para poder ubicar esta obra dentro del mundo jurídico al cual pertenecemos, creemos indispensable dedicar algunos párrafos a delinear cuáles fueron las familias del derecho a través de la historia y cuáles son en la actualidad o,dicho en palabras del comparativista francés René David en su obra clásica: Les grands systemes de droit contemporains, como se integraron y se integran los sistemas jurídicos contemporáneos. Estos son: a) el sistema de los derechos neorromanistas, también llamado del derecho romano-germánico o del derecho romanocanónico por estar compuesto por la fusión de estos derechos a partir del siglo v de nuestra era. Este sistema, basado en el ius commune y con cierta influencia de las costumbres jurídicas germánicas, se afirmó en la mayor parte de Europa continental y pasó posteriormente, a través del descubrimiento y la conquista a los países de América Latina y es al que pertenece el derecho mexicano; b) el sistema anglosajón o del common law, también llamado del precedente judicial, que nace en Inglaterra como una fusión del derecho del conquistador normando y de las prácticas jurídicas de los anglosajones, y que se unifica después mediante las decisiones de los tribunales reales de justicia en detrimento de las costumbres locales. Más tarde, para corregir los excesos y rigores de este derecho unificado (common law), se crearon los tribunales de

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equidad, a los que tenían acceso los particulares dirigiéndose al rey, a través de su canciller. El derecho anglosajón pasó de Inglaterra a sus colonias e influyó en los sistemas jurídicos de los Estados Unidos de Norteamérica, Canadá y las colonias inglesas de África y Asia; c) el sistema socialista o soviético, generado a partir de la Revolución rusa de 1917 cuya influencia se ubicó en los países de la Europa oriental hasta la caída del Muro de Berlín en 1989 y la desintegración de la Unión Soviética tres años después, aunque todavía persiste en países como Cuba y, aunque atenuado en los aspectos económicos en China y Vietnam y: d) los sistemas de extracción filosófica religiosa, grupo al que corresponden principalmente los países que se rigen por el derecho musulmán y que geográficamente comprenden una parte de África y una considerable porción de Asia.

4. Historia del derecho peruano (Imperio Incaico) 4.1.Fuentes para la elaboración, conocimiento y difusión del derecho incaico. 4.1.1. LA TRADICIÓN ORAL: Una rama de la Historia del Derecho es la geografía lingüística-jurídica, que rastrea el significado de las toponimias y analiza la existencia o no de determinadas palabras en cierta época y en un territorio. Asimismo, la lingüística histórico-jurídica, analiza una serie de vocablos de los antiguos pueblos. Otro sector de fuentes orales está representado por las máximas jurídicas y también los refranes relacionados con el Derecho. Los refranes o proverbios de carácter jurídico buscan convencer a la gente, más, que imponer al tratar por lo general, de impresionar por su armonía verbal o por su fuerza metafórica y por su contenido. 13

Dentro del idioma quechua, las frases que se solían utilizar entre los indígenas en la época incaica eran “ama llulla”, “ama sua”, “ama quella”, entre otras, que podrían tener una significación parecida a la de refranes jurídicos. La importancia de las fórmulas orales en la historia jurídica se sustenta en que gran parte del derecho ha llegado a nosotros, porque se ha trasmitido por tradición oral de generación en generación, por eso la gran significación de la palabra viva en el ámbito del Derecho. 4.1.2. LOS AMAUTAS: Los amautas eran hombres cultos o profesores al servicio de la nobleza imperial. Estos hombres enseñaban en escuelas especiales denominadas yachayhuasi y eran considerados como sabios de su época, pues tenían más conocimiento que el común de la gente y guardaban en su memoria la historia del pasado. Garcilaso de la Vega, comparaba a los amautas con “los filósofos y doctores de su república” y esta concepción se sabio y filosófico la repite varias veces. Sin embargo manifiesta: “de la filosofía natural alcanzarán poco o nada porque no trataron de ella; que como su vida simple y natural no tuviesen necesidad que la forzase a investigar y rastrear los secretos de la industria, pasábanse sin saberlos ni procurarlos”. (GARCILAZO DE LA VEGA, Comentarios Reales, Libro II, Capitulo XXI) 4.1.3.

LAS PANACAS:

Se ha dicho que el ayllu real, o sea el ayllu al que pertenecía cada inca, se llamaba la panaca. Esta panaca estaba compuesta por los hermanos, hijos y demás descendientes del inca. Pues bien, desde Manco Capac, cada panaca quedó encargada de mantener el recuerdo de los hechos importantes del gobierno de cada inca. A la llegada de los españoles estas pancas existían y sus miembros fueron interrogados para conocer la tradición imperial y volcarla por medio de la escritura a obras que se conocen con el nombre de crónicas. Los españoles encontraron integrantes de once panacas, o sea de Manco Capac a Huayna Capac. (PONZ MUZZO, 1984) 4.1.4.

LOS QUIPUS HISTÓRICOS Y CONTABLES:

Los antiguos incaicos al carecer de un lenguaje escrito propiamente dicho, se valieron de un sistema de numeración y memoria, el quipu. Este instrumento se constituía de un delgado cordel de un metro de largo, del mismo que se desplegaban otros cordones más delgados, con longitud y colores variables, además de diversidad de nudos, desde simples hasta triples. Por medio de este sistema se conservaba cuenta de las producciones agrícolas, la cantidad poblacional por cada “suyo” se recordaba hechos o sucesos ocurridos en el imperio, así como el correspondiente tributo que se les imponía. El quipu era leído o interpretado por personas especializadas denominadas “Quipucamayocs”. Basadre refiere que en el Perú se puede suponer que la oligarquía jurídica estuvo compuesta por los “quipucamayocs” o expertos en quipus. (BASADRE CROHMANN, 1937) 4.1.5. OTRAS FUENTES PARA EL CONOCIMIENTO DEL DERECHO INCAICO: El Derecho en el imperio de los incas ha querido ser entendido a la manera occidental. Con lo cual se incurría en un error, pues el Derecho, como todas las 14

creaciones de la vida social de un pueblo, debe estar de acuerdo con los principios generales de su cultura. Conforme refiere Geng Delgado, para encontrar las fuentes propias del derecho incaico se debe recurrir a las fuentes escritas a partir del siglo XVI. Debiendo mencionar que además del estudio de los cronistas, resultan necesarios los trabajos de los Juristas de Indias y los Visitadores. En este sentido, cabe indicar que las visitas constituyeron una institución de la Colonia, que efectuaron las autoridades españolas para conocer in situ las fuentes de información constituidas por los testimonios que brindaban los principales del pueblo de cada lugar visitado, dichas visitas constituyeron grandes fuentes de información. Además, junto con los visitadores también llegaron los funcionarios religiosos, quienes también elevaban informes a los priores y hasta memoriales al monarca sobre el buen gobierno de este reino. Los Memoriales de Indias, también constituyen una gran fuente de información para estudiar el Derecho incaico. Waldemar Espinoza encontró en el archivo de Sevilla, escritos de importantes visitas de Garci Díaz de San Miguel a la provincia de Chucuito, efectuada en 1567-1568; la de Íñigo Ortiz de Zúñiga a los indios de la encomienda de Gómez Arias Dávila, realizada en Huánuco en 1562, asimismo la visita de Juan Martínez Rengifo a la región de Huancayo en 1571. Por otro lado como fuentes supletorias se utilizará la información proporcionada por los cronistas de la conquista y de Indias. 4.2. Fuentes post-autóctonas para el conocimiento del Derecho Incaico a) Las crónicas: Se llama crónicas a aquellos escritos desde una simple carta, como a un extenso relato. Además, por otro lado, se puede encontrar rica información en los llamados cronistas-juristas, muchos de los cuales llegaron en el segundo momento de la conquista, los mismos que se interesaban en el estudio de las instituciones jurídicas. b) Los archivos nacionales y extranjeros: Respecto a las fuentes manuscritas e inéditas, estas se encuentran preferentemente en los archivos nacionales y extranjeros, reconociéndose como los principales repositorios de documentos los que a continuación se mencionan. Entre los archivos encontrados en el ámbito nacional tenemos: Archivo Nacional de Lima: Que guarda el archivo de Audiencias de Lima y Cuzco, documentos sobre la Inquisición, protocolo de notarías, documentos de tribunales de cuentas, de real hacienda, aduanas, congreso, etc. Archivo de Hacienda: Que guarda gran cantidad de información colonial. Archivo de Cabildos: Que guardan los libros de sus respectivas provincias. Archivos Particulares: Como es el caso de la Universidad Mayor de San Marcos, de la Beneficencia, de antiguas fundaciones, cofradías, archicofradías coloniales, archivos conventuales, etc. Archivos Eclesiásticos: En la que se encuentra documentación de los Obispados, Parroquias, capellanías, fundaciones, etc. Entre los archivos Extranjeros tenemos: El Archivo General de Indias en Sevilla, en el cual destaca la sección de audiencias, pues, contiene todos los documentos remitidos por las audiencias coloniales. 15

También, el archivo histórico de Madrid y la Biblioteca del Palacio Real de Madrid, y asimismo se encuentran documentos del Perú en Estados Unidos (Colecciones de la Biblioteca del Congreso, las de Huntington y Jhon Carter Broun). c) Las informaciones del Virrey Toledo: Es sabido que el virrey Toledo no se limitó a vivir en su palacio de Lima, sino que, con un cortejo de funcionarios, juristas, sacerdotes y militares, visito el territorio del virreinato, enterándose de las costumbres del antiguo imperio para confeccionar sus ordenanzas. Al mismo tiempo realizo una labor de recopilación, de cuya urgencia habla en la carta al rey de 1570, de este modo, “las cedulas que tiene mandadas dar par el gobierno de estas provincias es una cantidad inmensa, que será ochenta años después, y para todas las Indias y como se ha asentando en los libros, por la orden que ha ido librando, estas muy confusas y muchas contrarias unas de otras y otras revocadas y otras que nunca se ha usado, por diferentes respetos y fines de las audiencias y gobernadores; y así como nunca les falta cedulas y provisión de V.M. para lo que quisieran. Tengo el intento de mandar hacer tabla de ellas y hacerlas recopilar para que por la mejor orden se evite la confusión y quite la contrariedad y puedan mejor aprovechar a los gobernadores”. (Relaciones de los Virreyes a Audiencias que han Gobernado el Perú-COLECCIÓN DE DOCUMENTOS INEDITOS DEL ARCHIVO DE INDIAS, T. IV, MADRID, 1867)

d) Documentos Importantes: Son todos aquellos que por su relevancia se han usado a lo largo de la historia de las instituciones prehispánicas, así tenemos: documentos sobre encomiendas, tributos, mitas, los padrones de indios, las informaciones de los visitadores, juicios de filiaciones, concesiones de repartimientos, composiciones de tierra de indígenas de litigios sobre tierras, etc. 4.3.

¿COMO ERA LA ELABORACION DE LEYES Y SU CUMPLIMIENTO EN EL INCANATO?

4.3.1. LAS NORMAS RELIGIOSAS Las creencias religiosas sirvieron más bien para sustentar el poder político de los jefes, todos los de origen “divino”. En el ámbito religioso se impuso el culto al sol “Inti” como política u objeto del Estado inca, sin embargo, la difusión de este culto no significo la desaparición de otros cultos locales, pues estos se sumaron a la religión del imperio, donde el sumo sacerdote ejerció jurisdicción sobre todo aquellos que estuviesen vinculados con la religión del Estado. (BASADRE GROHMANN, 1937). Se tenía una concepción de cosmos formado por seres espirituales, que se relacionan sobre la base de un principio de reciprocidad. Así mismo, se sostenía que nadie puede existir desvinculado de los demás, debiendo respeto reverente o religioso a las cosas y espíritus que nos rodean y que conviven con nosotros. Ese es el fundamento de la religiosidad tahuantinsuyana, “en esa concepción todos vivimos por que la pacha, el cosmos, nos da todo lo necesario para vivir. En reciprocidad, nosotros le debemos a todo lo existente un respeto reverente y religioso, así como una actitud de permanente y ansiosa ayuda para que la vida de todos florezca a plenitud”. (ROEL PINEDA, 1998) 4.3.2. LAS NORMAS MORALES 16

La Administración y conducta pública tahuantinsuyana se caracterizó por una monumental honradez y limpieza, en la que influyeron factores, tales como: a) El riguroso control social, que explica su alta moral pública incaica. b) El aprecio social como móvil básico pues la gente se esforzaba por alcanzar el respeto, reconocimiento y aprecio de la sociedad. c) El inmenso control religioso, a partir de la idea de que para los incas todo los que les rodeaba eran seres animados, con quienes reinaba armonía o reciprocidad fraterna, desenvolviendo sus conductas bajo la atenta mirada de sus dioses, lo que evidenciaba la tendencia normativa y controlista en sus conductas. d) La existencia y educación social, ya que desde el nacimiento del infante contaba con el apoyo de la comunidad, posteriormente en su juventud participaba en las actividades y trabajos comunitarios y sociales, siendo así que durante su vida estas personas “aprendían que para vivir había que cooperar porque nadie podría existir fuera del mundo social, cuyos sustentos era la ayuda mutua y fraterna y en cuya base se halla la lealtad como una forma habitual de comportamiento”. (ROEL PINEDA, 1998) La ética y moral incaica estuvo probablemente sintetizada en las tres máximas conocidas: ama sua, ama llulla, ama quella (no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso). La moral era un producto ideológico para justificar la obediencia, eficiencia y honradez del runa respecto al inca y al Estado. (TAMAYO HERRERA, 1985) A estas reglas morales se les conoce como mores porque encierran principios éticos, los mismos que se difundían como frases o máximas y otros preceptos con contenido moral. Los mores son normas obligatorias. Pues el incumplimiento de estas ocasionaba la imposición de sanciones. (GENG DELGADO, 2003). 4.3.3. ELABORACION DE LAS LEYES El inca era el supremo hacedor. En tal sentido de él emanaba la creación del Derecho. Y los jefes o altos funcionarios se convirtieron en los instrumentos más eficientes de la voluntad suprema del inca. No obstante, este poder divinizado que ostentaba el inca, sus decisiones, se hallaban influidas por los consejeros o asesoramientos de los más entendidos, así como de las noticias que les proporcionaban sus informadores. Así, existieron los “orejones” o nobleza de sangre, emparentada con el inca, que recibían cargos, puestos administrativos y es muy probable que hayan influido al inca, aunque esto último no se sabe con exactitud. (BASADRE GROHMANN, 1937). Además, participaba el “consejo imperial” compuesto por los jefes de cada suyo. También los “capa capo”, que eran gobernadores designados para cada lugar importante. Y el tucuyricuy, que vigilaba el cumplimiento de las órdenes dadas por el inca, como también ejercía funciones político-administrativas durante sus visitas. Una vez confeccionada y promulgada una ley o disposición del inca, resultaba necesario su inmediata aplicación; sin embargo, por la gran extensión del territorio del imperio incaico, se tuvo que lidiar con algunos inconvenientes, como es el caso de las costumbres de las poblaciones locales o derecho local, situación que ocasiono que subsistieran influencias culturales de estos pueblos, no obstante estar sometidos por el dominio del imperio.

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La existencia de una cultura gobernante y otra sometida que supervivía sin ser destruida, dio como resultado una estratificación cultural condominios bicolores o multicolores. Sin perjuicio de esta estratificación bicolor o multicolor, los incas mantuvieron lo que no dañaba a sus objetivos estatales, el derecho pre-existente. Dice Garcilaso de la Vega: “ordenó (el inca pachacuti) muchas leyes y fueron particulares, arrimándose a las costumbres antiguas de aquellas provincias donde se habían de guardar, porque todo lo que no era contra s idolatría, ni contra las leyes comunes, tuvieron por bien aquellos reyes dejarlo usar a cada nación, como lo tenían en su antigüedad”. Y es que la expansión inca constituyo un proceso de aglutinación creciente que dio lugar a una doble “recepción”: la “recepción” del idioma, culto, las costumbres de los pueblos sometidos, dentro del conjunto de la vida inca y la “recepción” de las normas provenientes de los incas, que fueron puestas en vigor dentro de los pueblos sometidos. Estas últimas normas, de origen centralista, que constituyeron propiamente un derecho imperial, surgieron solo en la medida en que actuó una política unificadora de las localidades o regiones dispersas y variadas. (BASADRE GROHMANN, 1937). Con relación a los órganos de formulación de la ley, se establece que existen dos etapas: 1) Una primera etapa donde tuvo relevancia la figura del inca y el sumo sacerdote. También tuvo notable intervención el Consejo de cuatro Apus (consejo asesor). Apreciándose que el poder se centralizó respectivamente en estas figuras.

2) Posteriormente, al convertirse el Estado Inca en un estado conquistador; particularmente con Túpac Yupanqui y Pachacutec, que fueron gobernantes autoritarios y conquistadores, se ve eclipsada la figura del Sumo Sacerdote, pero se menciona todavía al Consejo de los Orejones, quienes pertenecían a una élite de sangre, especializada en la milicia. La dación de la ley estaba a cargo de los orejones. (GENG DELGADO, 2003). 4.3.4. MEDIOS DE EXPRESION, DIVULGACION Y CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES Se recurrió mucho a la memoria humana, pero como sabemos, esta es imperfecta o frágil, para lo cual se crearon una serie de refranes, dichos o proverbios que ayudaran a recordar las leyes. Así tenemos que durante el imperio incaico se utilizaron típicos refranes jurídicos como: “ama llulla, ama sua, ama quella, ama sipiq, ama mappa, ama maclla”, es decir no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas perezoso, no seas asesino, no seas pervertido, no seas afeminado, etc. (BASADRE GROHMANN, 1937). Por otro lado, para mantener este conjunto de normas era necesaria la presencia de individuos o pequeños grupos de élite u “oligarquías jurídicas”. En nuestro antiguo Perú se supone que esta labor fue realizada por los Quipucamayocs y por los Amautas. Por ello, se puede afirmar entonces que en el imperio incaico se crearon oligarquías judiciales que monopolizaban la interpretación de las leyes. Quizá en una primera etapa intervinieron los sacerdotes y luego, por creación de la especialización, intervinieron los amautas; quienes tenían a su cargo la interpretación de las leyes. Aún para los miembros de la panacas había Arcanos consejeros para las leyes, que Vivian apartados del resto de la comunidad. (GENG DELGADO, 1937). La labor de estos personajes, así como de los sacerdotes, permitió transmitir y perpetuar en el tiempo las leyes, gobiernos, hazañas, estadísticas, infracciones 18

cometidas, ritos, a pesar de que no se conocía la escritura y solo se disponía de los quipus, las pinturas, la transmisión oral y costumbres. Según cuentan los cronistas, existieron los “rimacpampa”, que eran una especie de pregones, que permitían hacer más efectiva la divulgación de las ordenes e indicaciones de gobierno, comunicando públicamente las disposiciones emanadas del imperio al pueblo en general. Asimismo, los “chasquis” servirían de rápidos agentes de la comunicación de las ordenes que emanaban de las autoridades y el imperio inca. Eran correos que llevaban los mensajes del inca a donde fuera menester. Debiendo tener buena memoria para transmitir fielmente las órdenes y comunicaciones y ser buenos corredores. (VARGAS, 1993). Finalmente, entre los instrumentos que se usaron para difundir la ley, estaban los “bastones o cayados” con rayas. Estos eran signos que podían servir por analogía como medios de transmisión. También se sabe que se usó el “pututo” para anunciar una llegada, para congregar a la gente o dar instrucciones. Siendo este instrumento usado de igual forma por los chasquis. (GENG DELGADO, 2003). 4.3.5. LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA El estado tiene un papel predominante en la administración de justicia, para proteger los intereses colectivos y el orden imperante. Se reconocía el carácter intimidatorio y riguroso de las sanciones que se imponían en el imperio donde la pena fue monopolio estatal. Pues, aunque el ofendido se alejara de la querella o no la formulase, procedía la justicia de oficio. (GARCILAZO DE LA VEGA, Libro II, Capitulo XII). A escala procesal, en el derecho de los incas podemos encontrar que, como consecuencia de la injerencia del Estado, se produjo la eliminación del proceso popular o su reducción casos en que se trataba de delitos que no interesaban al Estado; hallase, además en principio, la confusión entre legislación y jurisdicción, si bien el inca “delega” este último aspecto de su autoridad; el predominio del enjuiciamiento por asuntos conexos con el régimen político y social vigente, con exclusión o escasa importancia de los asuntos de contratación y propiedad; y el procedimiento oral y por pruebas mágicas. En concreto la labor de perseguir a los delincuentes, juzgar los actos y aplicar las penas, era del estado. (BASADRE GROHMANN, 1937). Durante el incaico los curacas mantuvieron su jurisdicción de autoridad. Por una parte, su labor fue robustecida en cuanto obtienen mayores privilegios (obsequios, mejor educación de sus hijos, tierras); pero por otro lado su labor fue restringida a través de la presencia de una serie de nuevos funcionarios. Así encontramos que: a) Las controversias entre tribus o ayllus, eran juzgadas por funcionarios imperiales si éstas estaban incorporadas al imperio; b) en caso de delitos graves, como violaciones al derecho inca, su juzgamiento estuvo a cargo de funcionarios imperiales; en tanto que en caso de transgresiones locales y regionales estuvieron a cargo de los más elevados señores regionales; c) existió la responsabilidad de los curacas por las acciones u omisiones de sus subordinados, en especial lo relacionado con las infracciones a las obligaciones económicas y otras respecto al interés o la estabilidad del Estado. Asimismo, se ha llegado a establecer que las características esenciales del procedimiento judicial en el imperio incaico eran las siguientes: Sencillez, acusación de oficio, celeridad, instancia única, pena tasada, jerarquía en la aplicación de la pena de acuerdo con la naturaleza del delito y con la persona del delincuente. El soberano juzgaba solamente a los más altos funcionarios. Pues era el señor de la vida o la muerte. Así los cronistas cuentan como Túpac Inca Yupanqui, mando matar por celos a dos de sus hermanos e hijo bastardo, 19

o como Huáscar mato a los ejecutores testamentarios de Huaynacapac, y a su vez Atahualpa ordenó asesinar a Huáscar y a sus parientes cercanos. (VARGAS, 1993). Es más, se sabe que los funcionarios administrativos estaban encargados de administrar justicia y aplicar las leyes en el incanato. El Juez. -Fue una autoridad, pero no tuvo especialización respecto a la administración de justicia para el pueblo. En cambio, se notó la presencia de jueces especiales para nobles, quienes eran jueces propios de su casta. El inca era el juez supremo. El individuo es juzgado por el superior, por el jefe de cien o de mil. Los curacas aplicaban la ley, pero no podían interpretar la ley consuetudinaria, ni podían aplicar la pena máxima, pues tenían que consultar al Cusco o al Consejo Supremo pues el curaca estaba controlado o vigilado a pesar de tener jurisdicción. Además, existió el Taripac Apu, que eran jueces especiales que investigaban y cuidaban que no se incumpliera la ley e imponían sanciones severas por delitos de concusión. El Tucuy Ricuy. -Era un funcionario que viajaba a los diversos suyos del imperio incaico de incognito para observar, apreciar e informarse de cómo se aplicaban las leyes y órdenes del inca, a quien informaba directamente. Por otro lado, se conoce que hubo fueros privativos para el caso de la clase noble, militares, nobleza regional y local. Con relación al procedimiento, se sabe que no existía la apelación, revisión o nueva instrucción; tampoco, abogados defensores, procuradores ni escribanos pues la organización era rígida y la justicia de oficio. Es más, existía la llamada acción popular que era de denuncia obligatoria por cualquier individuo, de lo contrario se le consideraba cómplice del delito y sujeto a sanción. También existieron jueces especiales para la gente ociosa y vagabunda, y auxiliares de justicia, que eran los funcionarios de los yanaconas, que tenían como función apresar a los delincuentes, tanto a los llactarunas, los miembros de la nobleza. Había indios de oficio para aprehender y ejecutar las penas a los culpables. Ellos se encargaban de aplicar las penas corporales y de muerte. Por otro lado, se debe indicar que se siguió el principio por el cual la pena se aplicaba en el lugar donde se había cometido el delito. Y se consideró la estadística como otro principio por el cual se dispusiesen otras penas o se cambiaran las existentes.

4.4.La organización política y administrativa del imperio incaico y las instituciones incaicas fundamentales 4.4.1. LA DIVISION DEL IMPERIO INCAICO Durante el gobierno del Inca Pachacutec se dividió el imperio incaico en cuatro grandes zonas, que venían a ser provincias y tomaron el nombre de suyos, cuya unión daba por consiguiente Tawantinsuyo, conformado por: Collasuyo, Chincha suyo, Contisuyo y Antisuyo. El Tawantinsuyo comprendía, hasta la llegada de los españoles los actuales países del Perú, Ecuador, Parte de Colombia hasta el rio Pasto, parte de Chile hasta el rio Maule, y parte de Argentina hasta el rio Tucumán. Con relación a la estructura político-administrativa del imperio se puede decir que esta fue adquiriendo mayor complejidad conforme se expandía. Para lograr una administración eficaz los incas desarrollaron varias instituciones. En primer 20

lugar, una estructura burocrática especial; segundo, un ejército poderoso, centralizado y de rápida movilidad; tercero, una adecuada red de caminos y de tambos para agilizar las comunicaciones, un sistema de contabilidad y estadística a base de los quipus y una cohesión ideológica, a base de la generalización del runa simi, que era el quechua cusqueño; y del culto oficial al sol. (TAMAYO HERRERA, 1985). 4.4.2. CARACTERISTICAS DEL GOBIERNO INCAICO O TAWANTINSUYO Según Geng Delgado, el gobierno del Tawantinsuyo era absoluto y teocrático basado en el socialismo. Era absoluto porque la voluntad del inca era la ley y no daba cuenta a nadie de sus actos; sin embargo, existía el Consejo de Ancianos que imponía su autoridad por medio de su orientación, pues decidía cuestiones trascendentales para el imperio, tales con la guerra, la sucesión del trono, etc. Era teocrático por el inca era considerado como descendiente legítimo o directo del inti, Dios Sol, y gobernaba desde el Cusco, que era el centro de irradiación del imperio, una plataforma desde donde los incas imponían su poder político y realizaban sus ofrendas al inti. El gobierno inca tenia por base el socialismo por que el trabajo, la propiedad y el producto se repartían por igual entre el inca, la nobleza y el pueblo. El inca designaba generalmente como sucesor al hijo primogénito, pero esto no era una ley. El podía escoger a cualquiera de sus hijos, siempre que no fuera rechazado por el Consejo de Ancianos, integrado por cuatro miembros de la nobleza de sangre. Además el inca tenía la obligación, para conservar la pureza de la sangre real, de casarse con su propia hermana o parienta más cercana, a la que se le daba el nombre de Coya. Para Javier Vargas, el gobierno de los incas fue un imperio teocrático, hereditario, socialista, y totalitario. Teocrático, porque el inca se personificaba ante sus súbditos como hijo del Sol (inti) que era el dios incaico. Hereditario, porque correspondía al hijo del inca concebido con su hermana ser heredero del trono y del gobierno político. Socialista, porque la tierra pertenecía al Estado, quien controlaba su uso como medio de producción del imperio, así como el ganado y demás bienes, encontrándose que “si la producción y consumo estaban reglamentados por la autoridad lo mismo que la organización administrativa y militar, la vida matrimonial y familia y hasta los usos y costumbres; si el trabajo era obligatorio; si la persona como contrapartida tenía derecho al sustento, a una limitación en sus labores y a un descanso permanente al llegar a cierta edad, si las viudas, huérfanos, enfermos y ausentes eran socorridos obligatoriamente por los ayllus; si el Estado acudía en ayuda de los pueblos necesitados abriendo sus graneros en casos de sequía u otras catástrofes, no hay duda que nos encontramos frente a una organización que corresponde a lo que hoy conocemos como socialismo de Estado”. (VARGAS, 1993). Finalmente, “era totalitario por cuanto no reposaba en bases populares y el pueblo no elegía a sus gobernantes ni era consultado en las decisiones del gobierno. El Estado existía y se imponía con su organización tradicional a todos los pueblos aglutinados sin aceptar resistencia ni oposición de clase alguna. Su implantación pudo efectuarse merced a un control minucioso de la vida ciudadana, a una disciplina férrea, a normas de conducta cuya infracción era castigada severamente”. (VARGAS, 1993) 4.4.3. CARATERISTICAS DE LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA INCAICA En el ámbito administrativo, el imperio incaico tuvo un sistema de organización decimal que aplicó para la organización y dominación de su territorio. También 21

recurrieron al runa simi o quechua cusqueño, que fue considerado como “la lengua de los hombres” y el nexo lingüístico de la administración incaica, en tanto que las expresiones idiomáticas de las etnias que usaban sus propias lenguas recibían el nombre de wawasimi o “lengua de los niños”. Asimismo, se instituyo el tributo incaico, que consistía en la entrega de energía humana como forma de tributación al Estado por parte de los súbditos (hatun runas). El pago del tributo en especie era poco frecuente. Los Quipus fueron utilizados como instrumento de gobierno y dominación burocrática, que utilizaba la estadística y la contabilidad estatales, mediante estos instrumentos técnicos. Es más, hay que agregar la gran contribución e importancia que tuvo la red de caminos incaicos como fuera de agilizar la administración y la eficiencia militar de los incas. Asimismo, la utilización de depósitos y alojamientos de piedra de gran tamaño, con servicios para los viajeros a los que llamaron tambos y finalmente, el servicio de los mensajes orales de los incas y de ciertos bienes preciosos a todo el imperio del Tawantinsuyo. (TAMAYO HERRERA, 1985) 4.4.4. EL AYLLU INCAICO El ayllu fue el centro de la organización social incaica. Donde no había un ayllu éste era creado, agrupando cien familias en ayllus, que viene a conformar la llamada Pachaca. El ayllu de esta manera venía a ser una asociación de personas unidas por vínculos consanguíneos (reales o ficticios), religiosos, territoriales y económicos. Como hemos anotado la palabra “ayllu”, de origen quechua y aymara, significa entre otras cosas: comunidad, linaje, genealogía, casta, género, parentesco. Puede definirse como el conjunto de descendientes de un antepasado común, real o supuesto, que trabajan la tierra en forma colectiva y con espíritu solidario. El ayllu, en su origen, tuvo una base de parentesco. Sus miembros creían descender de un tótem “paccarisca” (animal o inanimado), tenían su dios protector “huaca” y reverenciaban a muertos y ancianos. (VARGAS, 1993) El ayllu fue concebido como un grupo social amplio, pues estaba conformado por varias familias y alcanzaba una gran cantidad de personas. Sus integrantes se consideraban solidariamente unidos por varios motivos importantes, como son: la tierra, el trabajo solidario, el culto a sus antepasados, etc. (PONS MUZZO, 1984) Conforme iban conquistando otros territorios, se organizaba diferentes ayllus, que fueron anexados a la organización administrativa y tributaria incaica. 4.4.5. CARACTERISTICAS Y DIFERENCIAS DEL AYLLU INCAICO CON EL PREINCAICO Se puede distinguir que en el ayllu pre inca el matrimonio era exogámico y se trabajaba para el grupo, en el ayllu del tiempo incaico el matrimonio era endogámico y se trabajaba para el Sol y para el Inca, además de hacerlos para sus miembros. Se daba, además, tributo de mujeres y cosas, de soldados, de gente común (mitimaes y yanaconas) y de trabajo, como la mita y la minka (ayuda entre ellos). El ayllu primitivo que servía a sus miembros, pasó a servir al Estado y se convirtió en un fuerte eslabón del imperio. (VARGAS, 1993) El origen del ayllu es anterior al imperio inca, pues su formación se remonta la época del surgimiento de la agricultura, pero con la aparición del imperio, el ayllu local se va fortalecer y consolidar. 4.4.6. LA PROPIEDAD En el imperio de los incas no se conoció la propiedad como una institución a la manera de las culturas occidentales o la romana. 22

La propiedad individual del suelo no existía y la parte poseída o adjudicada al inca y al culto, eran pertenecientes de la organización estatal. (DE HERRERA, Antonio: Historia de Hechos de los Castellanos). Por el contrario, se debe recalcar que “el gran propietario era el Estado considerado este como la comunidad social jerárquicamente organizada, en cuya cúspide se encontraba el inca. Así la tierra, principalmente de producción y de trabajo, le pertenecía y repartía entre los súbditos, con carácter temporal, para ser trabajada. Lo propio ocurría con la utilización del ganado. El inca o su representante distribuían la lana para el tejido personal o tributado. A medida que se incorporaba nuevas tierras por conquista ingresaban a este régimen administrativo”. (VARGAS, 1993). 4.4.7. LA PROPIEDAD INDIVIDUAL La propiedad privada, tal como comúnmente se conoce, es decir, con el poder de enajenar libremente, no existió en el imperio incaico. Luis Baudin el autor del “Imperio Socialista de los Incas” señala que había tres clases de propiedad: nacional (edificios públicos, pastos, selvas, plantaciones de coca, mina); colectiva (tierras de comunidades dedicadas al cultivo); y privada (casa, cercos y tierras de donaciones) pero tratándose de las dos primeras, eran en realidad propiedad pública regimentada para el uso del soberano, el culto o el reparto periódico para el trabajo y sustento de los súbditos. Respecto a la última clase de propiedad mencionada, era propiamente un usufructo que se extinguía con la muerte del poseedor. Se reconocía el dominio y usufructo sobre los frutos del trabajo obligatorio o permitido, como la cosecha del topo, el vestido, la casa, enseres y ciertos animales, árboles frutales, adornos cuando estos eran autorizados, pero sin que se pudiera vender (puesto que carecía de moneda) ni disponer libremente de ellos, salvo pequeños muebles en caso de fallecimiento. El inca solía donar tierras, mujeres, vestidos, objetos preciosos a los altos dignatarios o servidores y como medio de persuasión o compensación a los jefes de los pueblos conquistados. Las tierras o bienes legados eran inalienables. En ciertos casos eran transmisibles por herencia, pero no podía dividirse entre los herederos ni enajenados por ninguna vía, sino que eran poseídos colectivamente. Ciertas tierras otorgadas a altos funcionarios, cuando estos se alejaban del Cusco en sus misiones oficiales, eran cultivadas por yanaconas o por miembros del respectivo ayllu, como sucedía con la tierra de los ancianos, enfermos o ausentes por estar en el ejército. La herencia de la tierra de padres a hijos surge durante el coloniaje con el “resguardo del indígena” y cuando desaparece la organización administrativa incaica. Finalmente, el imperio incaico se distinguió por ser expansionista y civilizador. Hildebrando Castro Pozo, justifica la ausencia de propiedad individual, en la necesidad de trabajo colectivo frente a las fuerzas de la naturaleza y a la inexistencia de máquinas y animales de labranza. (VARGAS, 1993). 4.4.8. EL USUFRUCTO En el imperio existió propiamente el usufructo de la tierra. La tierra era del Estado y conforme se incorporaban por conquista otros territorios, estos también eran administrados anualmente y dependía del número de familias, estas recibían en proporción a sus miembros. Todo sobrante revertía al inca, así como también las tierras del inca y del dios sol se tomaban para la comunidad cuando era necesario.

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Concuerdan los cronistas como Garcilaso, Herrera, Falcón y juristas como Polo de Ondegardo, que, con relación a la tierra de cultivo, la principal actividad del imperio se dividía en tres grandes partes: Una para el culto en general (el sol y los demás dioses); otra, para el inca (encarnación del Estado); y la tercera para la masa común, cuya obligación era cultivar las tres secciones. (POLO DE ONDEGARDO). Garcilaso de la Vega cuenta que cada varón mayor de edad, es decir que había cumplido los 25 años de edad, se le daba un topo de tierra para sembrar maíz, siendo así que por cada hijo varón le correspondía un topo y por cada mujer medio topo. De esta forma, un topo de tierra era suficiente para el mantenimiento de una persona común casada y sin hijos. El topo para Garcilaso equivalía a una fanega y media; sin embargo, a manera de comentario J. De la Espada y Markham dan al tupu o topo 60 pasos de largo por 40 de ancho. No hay uniformidad de criterio al respecto, pero lo cierto es que ir suficiente para el sustento de una persona. 4.4.9. EL TRABAJO Y EL TRIBUTO El trabajo guardaba relación con el tributo. Todo individuo tenía obligación de trabajar para su propio sustento, para el inca y para el dios inti. En concreto el tributo era esencialmente el trabajo que desempeñaban en las tierras del inca y del inti. Solo se tributaba una determinaba cosa; o se labraba la tierra o se entregaba pescado, el cumbico hacia ropa, el esterero daba esteras y así en los demás quehaceres (no se pagaba el tributo de hacienda). Nadie podía tributar algo que no tuviese su región, salvo que fuere en la provincia vecina, para una particular obra. Otra forma de tributo era el entregar hombres para la guerra; doncellas vírgenes para los templos de las escogidas; gente para arreglo y construcción de templos, caminos y puentes; porteadores para las literas del inca y tratándose del cusco, para limpiar los barrios y calles y estar ahí para lo que se les mandase. Los menores de 25 años y los mayores de 50 años de edad no tributaban, específicamente el inca hizo tributarios a los individuos entre los 25 años hasta los 50 años. Los que eran considerados Hatunrunas y en otras partes llamadas macegales. Tampoco lo hacían los grandes señores que tenían a su cargo otras obligaciones. Garcilaso de la Vega refería que estaban excluidos del tributo los individuos de sangre real, los sacerdotes y ministros de los templos, los curacas, los jefes de campo, los gobernadores, los jueces y los ministros regios (se refería probablemente a los visitadores), mientras durasen sus oficios, los soldados que andaban en las guerras, los mozos hasta los 25 años que ayudaban a sus padres, los casados durante el primer año de matrimonio. Los mayores de 50 años, las mujeres en general “así las doncellas como viudas y casadas” (las que ayudaban a sus padres, maridos o parientes) los enfermos hasta que recobrasen su salud, los ciegos, cojos, mancos y lisiados. Los mudos y los sordos no estaban exceptuados por que podían trabajar. El trabajo en el imperio inca fue una institución generalizada y de obligatorio cumplimiento para todos, específicamente entre los 25 a 50 años de edad. Era principalmente la agricultura y el servicio militar. Tenía un sentido recreativo pues se iniciaba las labores de cultivo de la tierra con algarabía y fiestas por los súbditos. Además, se encontraba reglamentado, pues había un orden en los cultivos, trabajándose primero las tierras del sol, después la de las viudas, huérfanos, pobres y hombres que servían en la guerra y en tercer lugar las de la comunidad o ayllu y finalmente la del inca. Destacándose que el trabajo se 24

realizaba en comunidad, indicándose a cada cual lo que debía ser. Es más, se hallaba uniformizado hasta el modo de la vestimenta, el modo de cortarse el cabello, los ocios, fiestas y matrimonio. (VARGAS, 1993). El historiador Pons Muzzo, refiere que en el imperio inca destacaron tres principales formas de trabajo comunitario. Y fueron las siguientes: El Ayni: trabajo comunitario y de gran sentido de solidaridad que realizaban los miembros aptos de cada ayllu en beneficio de cada ayllu. La Minka: contribución en trabajo comunitario que hacían los miembros de cada ayllu en beneficio de las tierras del inca y del culto, ósea de las clases privilegiadas. Esta forma de trabajo comunal se empleó también para hacer trabajos en beneficio común de la localidad, como son caminos, puentes, edificios públicos, etc. La Mita: contribución de trabajo de los miembros del ayllu en beneficio del Estado, trabajo destinado a la tala de bosques, cultivo de coca, trabajo en las minas y otros. 4.4.10. EL MATRIMONIO EN EL INCANATO Durante el incanato se reglamentó la institución del matrimonio y reconoció hasta tres formas de matrimonio: la monogamia, obligatoria para el común de la gente; la poligamia, limitada para los señores de sangre real, orejones, funcionarios y servidores del inca a quienes el monarca quería hacer tal distinción; y un ilimitada para el soberano, quien era el polígamo. El Matrimonio Real del Inca El inca se casaba con su hermana para conservar la pureza de sangre (limpia la sangre del Sol). Y aunque le era permitido tener muchas mujeres, solo su hermana, la que se denominaba Coya, era la legítima y también principal. Y de cuya unión debía nacer el heredero al trono. Si no tenis hermana carnal le era permitido casarse, según las crónicas de Cieza de León, con “señora más ilustre que hubiere, para que fuese tenida como la más importante”. La Poligamia Imperial Al inca le era permitido tener varias mujeres, pues podía tomarlas de la “Casa de las Escogidas” Acllahuasi. Cieza relata un viaje de Huayna capac por el Collao, escribe “…Recogió muchas mujeres, las más hermosas que se podían hallar, de ellas tomaba para sí y otras daba para sus capitanes y privados” (Del Señorio de los Incas. Cap. LXII) La mujer que había sido del inca gozaba de privilegios y era respetada, pero simultáneamente tenía importantes limitaciones, pues no podía dársela a otro para esposa, por respeto al inca y porque significaba rebajarla de categoría. La Poligamia Permitida: Se permitía tener más de una mujer además del inca a los nobles, parientes y algunos capitanes y altos funcionarios a quienes e soberano las donaba. También las otorgaba algunas veces, a jefes de pueblos recién conquistados para congraciarse con ellos; a los que se distinguían en la guerra, en algún arte o industria; a los que se deseaba complacer como a algunos yanacunas y aun a los mitimaes para compensarlos de su destierro y de la penuria que significaba abandonar sus tierras (Cieza de León). La poligamia imperial requería disponer de mujeres. Motivo por la cual hubo casas especiales para alojar a las doncellas, que funcionarios del inca seleccionaban del pueblo para el Sol y el Inca. Estas doncellas vírgenes eran 25

llamadas Acllas y entraban a los recintos especiales llamados aclla-huasi o también aclla-huaca. Asimismo, en el imperio incaico hubo un gran aprecio por la virginidad. Y para asegurarla cuando se seleccionaba a las futuras acllas se recogían mujeres de temprana edad, de “ocho años abajo” según Garcilaso de la Vega en sus obras Comentario Reales: “Llamábanse casas de escogidas (el templo donde estaban) porque las escogían o por linaje o por su hermosura; habían de ser vírgenes y para seguridad que lo eran las escogían de ocho años abajo”. El Matrimonio para la mayoría: El matrimonio para la gente del pueblo era principalmente monogamico, es decir solo se podía tener una esposa. La monogamia era una norma de tipo legal. Asimismo, era endógeno, o sea, que los matrimonios se concertaban dentro del mismo ayllu, pues era ilícito confundir los linajes y mesclar las naciones y celebrada con cierta solemnidad ritual. Era obligatorio, pues llegada a una determinada edad se debía contraer matrimonio, siendo el inca o un representante de él en cada región quien juntaba a las personas y las unía en matrimonio. Estas uniones obligatorias respondían a la política general del Estado de aumentar ordenadamente la población con el fin de satisfacer las necesidades del trabajo, recaudación de tributos y sostenimiento del ejército. Del mismo modo el matrimonio era indisoluble. No podía disolverse aun cuando la mujer fuese estéril. Solo podía repudiarse a la mujer por adulterio. Asimismo, el matrimonio conformaba una comunidad de trabajo, en el que el hombre se dedicaba a la guerra, la tierra o algún oficio y la mujer lo ayudaba en las labores del campo, en el tejido, crianza de los hijos. 4.4.11. LA FAMILIA EN EL INCANATO La familia fue muy importante durante el incanato, siendo así que los propios ayllus se organizaron de conformidad al número de familias. Es más, la organización militar, la administración pública y el régimen tributario se conformaron teniendo como base a la familia. Aun dentro del ayllu, el Estado inca se preocupó por la familia y sobre ella se fundaron las aldeas, se distribuyeron las tierras por tupus dado a los purics (jefes de familia) , y se implantó la tributación. La familia biológica estaba conformada por el padre, madre e hijo (s) que Vivian en la casa o kupky, el interés del Estado Inca se evidenció en su intervención por establecer una clasificación por edades, fijación de la edad matrimonial, el establecimiento del matrimonio monogámico y endogámico, así como de los principios de obediencia a la autoridad desde la niñez. Existió en el Estado un interés por propiciar una política demográfica, motivo por el cual reguló y promovió el matrimonio obligatorio dentro de un límite de edad, así como se establecieron severas sanciones contra el infanticidio. Guamán Poma de Ayala, comenta el precepto que atribuye a Túpac Inca Yupanqui, por el cual “quien tuviera un hijo fuera honrado yapay chlasca y a los dos hijos hecho merced y a los de tres les dieran sementeras, pasto y tierras; a los de cinco hijos mandó que fuesen mandoncillos de sus hijos; y a los de 30, 40, 50 hijos que se poblasen donde pidiesen en pueblo y tierra baldía y fuesen señor en ellos”. Toda la colectividad participaba en las actividades ceremoniales y rituales, una de ellas era, por ejemplo, cuando se asignaba el nombre a los hijos y realizar el corte del cabello entre los 1 y 2 años de edad. Esta ceremonia fue instituida por Manco Cápac, al darle nombre a su hijo Sinchi Roca, esta ceremonia se hacía en medio de música, danza y chicha. 26

La obediencia era ley imperativa para niños y jóvenes, y la falta de este precepto se sancionaba con excepcional dureza. Guaman Poma de Ayala, dice que otras de las leyes de Túpac Yupanqui fue la siguiente: “Que, los mozos y los niños fuesen obedientes a sus padres y madres y los demás viejos, ancianos y señores grandes y los de mayorazgo de todo este reino. Y que no cumpliendo por la primera vez fuera azotado y por la segunda fuese desterrado a las minas de plata y oro”. Además, agrega el cronista: “cuando muchachos no comían cosa de cebo, ni cosa de miel, ni ají, ni sal, ni vinagre, ni chicha”. En la adolescencia, se celebraba la ceremonia del Huara chico, que era cuando los jovencitos usaran el Huara o calzón, que significaba haberse convertido en un hombre. Ahora bien, si el joven era de origen noble, el inca le horadaba las orejas con alfileres de oro como distinción real, con lo cual quedaba incorporado a la nobleza, convirtiéndose luego en orejón, debido al peso de los pendientes que llevaba. Si se trataba de doncellas, a los 8 años podían ser escogidas por el Apupanaca que tenía la misión de escoger a las jovencitas para el Acllahuasi; cuando llegan a la edad entre los 16 y 18años, pasaban por el rito del Quicuchicuy, que consistía en el aislamiento de la joven por un tiempo para después ser presentada en público con un peinado nuevo el cual usaría de por vida; también se le alargaran sus vestidos, a fin de demostrar su paso de niña a mujer. (LUIS. E. VALCARCEL) 4.4.12. EL SERVINACUY EN EL INCANATO Javier Vargas se inclina por negar la existencia del servinakuy durante el imperio de los incas, pues en el incanato se obligaba a la unión matrimonial como parte de la política del imperio. Es más, este autor señala que el servinakuy afloró durante el coloniaje, toda vez que estas uniones fueron distorsionadas al aplicarse el sistema de reducciones creado por los españoles. Luego de eclipsarse la autoridad incaica que obligaba a las uniones matrimoniales, aparece la dominación española, la misma que impuso la obligación de tributar, incidiendo en obligar al casado a que tribute más en comparación con el soltero. Por esta razón los indígenas mantenían relaciones temporales y muestran desinterés por contraer matrimonio. Esta situación que es corroborada por el testimonio del oidor Guerra de la Audiencia de Lima, que resulta conveniente tomar en consideración; según menciona M. M. Marzal en una de sus obras, dirigiéndose al Segundo Concilio a reunirse en la capital del virreinato, exponía en 1567 lo siguiente: “en todos los repartimientos hay gran cantidad de indios y de indias, solteros y viudos, en edad para ser casados, los cuales viven con muy mal ejemplo de los demás indios porque todos son amancebados y no se quieren casar diciendo que si se casan pagaran más tributos que si fueran solteros y enviudando se amanceban y no se vuelven a casar”. Héctor Cornejo Chávez, en su libro sobre derecho de familia, afirma que la palabra servinacuy es un híbrido lingüístico que resulta de la mezcla del castellano (servi-servicio) y de un afijo quechua nakuy que significa mancomunidad. Por otro lado, Basadre Ayulo indica que el servinacuy también es conocido como “tinkunacuspa” y en el Cusco recibe el nombre de “rimayucu”. Pedro Oliveira definió esta unión en la comisión reformadora del Código Civil de 1852 señalando que: “Es un compromiso entre el pretendiente y el padre de la futura, quien contrae la obligación de recibir o su equivalente o en trabajo, si el enlace no llega a formalizarse o a adquirir carácter duradero”. Además, al respecto indica que “el sentimiento de amor es muy débil en el indígena. Tal vez ame el terruño más que a su mujer o a sus hijos. El indio del ayllu rara vez 27

contrae matrimonio fuera de la estancia o ayllu en que vive; y lo contrae, movido por determinados intereses económicos, como la extensión de la propiedad o la conservación del usufructo de tierras de comunidad”. Evidenciándose que, si bien la familia cristiana se funda en el amor, en la constitución de la familia indígena influye el factor económico. 4.4.13. LA PREVISION SOCIAL EN EL INCANATO El trabajo en la época incaica estaba protegido por lo que podemos llamar una especie de seguridad social. La edad de trabajo era estrictamente entre 25 a 50 años, estableciéndose que el individuo que llegaba a los 60 años debía ser mantenido por la comunidad y exento de trabajo alguno. Asimismo, se tuvo consideración el factor del clima para efectos de enviar a trabajar a sus súbditos y cuidar la salud de sus pobladores, evitando enviarlos a zonas que no sean compatibles al cual estaban acostumbrados. Al respecto destaca la labor de los mitimaes, quienes eran grupos humanos ubicados de tiempo en tiempo en las zonas recién conquistadas para enseñar artes y oficios imperiales y vigilar a las poblaciones incorporadas. Con estas medidas tomadas por el imperio, se buscaba mantener el bienestar físico (salud) de sus trabajadores. Así, se tenía en consideración que gente que era de zonas de clima cálido fuera a poblar zonas también cálidas y los que estaban adaptados para vivir en altura, fueran a poblar zonas altas, etc. Por otro lado, los súbditos pagaban solo un tributo: o cultivaban la tierra o reparaban los caminos, o servían a las huacas y adoratorios, pero se les imponían dos contribuciones a la vez. Existiendo, por tanto, un límite respecto al monto de tributación. Así mismo, hubo limitación en cuanto a la naturaleza del trabajo. En general era la agricultura y el servicio en el ejército pero había otras labores más rudas que tenían un régimen especial: la de los mineros y fundidores y los demás que andaban ocupados en aquel oficio no pagaban otro tributo sino, el de su trabajo y ocupación. Haciéndose de manera alternativa, el trabajo que era arduo o penoso. Existía, además, un trabajo con sentido solidario de ayuda y seguridad social. La tierra de los incapaces (viejos, ausentes, enfermos, lisiados, viudas y huérfanos), era cultivada por los hombres aptos. La obligación de trabajar tenía como contrapartida la protección y el sustento en los casos de impedimento. Así, el cronista Polo de Ondegardo refiere que “algunas veces se socorría la gente si la necesidad era extrema, pero no de otra manera, y así jamás hubo hambre en aquel reino”, “y cuando los años eran estériles, de aquellos depósitos se repartía a la gente pobre y aun a todos los demás”. Todos los pobladores según refiere Garcilaso y otros cronistas, tenían lo necesario para la vida humana: comer, vestir, calzar. En suma, la asistencia social estaba a cargo del Estado. Por un lado, el individuo estaba obligado a trabajar, pero como contraparte, tenía derecho al descanso y a ser socorrido en la enfermedad, escases, la ausencia obligada y la vejez.

4.5. EL DERECHO PENAL INCAICO 4.5.1. CARACTERES GENERALES DEL DERECHO PENAL INCAICO

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Las leyes penales en el imperio del tawantinsuyo eran severísimas así lo comenta Joseph Acosta en su obra Historia Natural y Moral de las Indias al exponer que: “el castigo por los delitos era riguroso”. El Inca, jefe del Estado era como un dios, de forma que las leyes que dictaba tenían el carácter de u n precepto religioso, imponiendo el ayllu inca su poder hacia la conquista de diversos territorios. Este origen divino de la ley hacia que las infracciones adoptaran un carácter público y que las penas entre los incas adquirían fundamentalmente el carácter de intimidatorias. El cronista Martin de Morua refirió que “el miedo los hacia andar a las derechas”. En la sociedad incaica se desarrolló ampliamente todo un sistema punitivo que se distinguía por su dureza, intimidación y ejercicio monopólico por parte del Estado. La reglamentación de la vida económica y privada estaba muy regulada y todo delito era sancionado con un fin ejemplarizador que evitara el desajuste del sistema político-económico, manteniéndose de esta forma, el rol del inca como una figura que personificaba una divinidad ordenadora de la vida. Los cronistas detallaron los actos considerados como delitos y las penas que se impusieron enes época. Destacan trabajos como la “Relación de las leyes y costumbres de los Antiguos Naturales del Perú” y la crónica de Cieza de León, Garcilaso de la Vega, Cobo, Martin de Morua, Antonio de Herrera y Guaman Poma de Ayala. Resultan características importantes respecto a las normas penales, las siguientes: 1.-Las sanciones iban desde las más leves hasta las más severas. Por ejemplo, desde la simple reprensión (con fuerte gravitación en una sociedad comunitaria) hasta el asolamiento del pueblo al que perteneció el culpable. 2.-Todos los delitos, o casi todos, eran de carácter público porque atentaban contra el Estado y por tanto, la pena era aplicada por lo general de oficio. La pena de muerte se imponía por diversos delitos; rebelión (políticamente el más grave), homicidios, quebrantamiento de normas de familia o administrativas, actos sexuales prohibidos, adulterio y aún en casos menores como la holgazanería o la embriaguez, si se reincidía en ellos. 3.-No obstante existir la individualización de la pena, también se aplicaban castigos colectivos cuando ocurrían sublevaciones, atentados contra altos funcionarios, por realización de actos de brujería que causasen daño al prójimo, prácticas de sodomía y otros. Estos castigos incluían no solo a las personas, sino también a los bienes: la casa, los árboles, los objetos, arrasándose y quemándose todo, para que no quedase memoria de los desdichados. Es el castigo ciego que supervive hasta nuestra época. 4.- La sanción penal tenía carácter intimidatorio. Por el temor al castigo se evitaba que se cometieran delitos. Así, Garcilaso de la Vega relata: “porque de efectuarse la pena de la ley con tanta severidad y de amar los hombres naturalmente la vida y aborrecer la muerte, venían aborrecer el delito”. 5.- La penalidad incaica tuvo consideraciones interesantes: Así, por ejemplo, existieron las penas infamantes. Entre las que estaban, el azotar en público, pegar con una piedra en la espalda, privar a un funcionario de su cargo o la represión que tratándose de altos funcionarios era un estigma. En ciertas ocasiones se impuso como pena colectiva la reducción a una suerte de esclavitud “yanacona”. Asimismo, se tuvieron en cuenta causas atenuantes y agravantes al momento de imponer la pena. Entre las primeras podemos citar el destierro limitado a cierto periodo, en lugar de la pena capital, en la coyuntura del marido ofendido que mató a la esposa culpable o al adultero que cohabito con ella. En cambio, era agravante atentar contra un alto funcionario o pariente del Inca o las relaciones sexuales con las mujeres encerradas en los templos de las escogidas o un hurto de bienes del soberano. También era agravante faltar el deber de función: la sanción era más severa si el autor del 29

delito era juez o autoridad porque el funcionario debía ser mejor que el resto de sus súbditos. (GARCILAZO DE LA VEGA). La reincidencia se tipifico como agravante u era castigada severamente. Por ejemplo, el robo repetido daba lugar a la pena de muerte. Así lo comenta Fray Martín de Morúa en su obra “Historia del Origen y Genealogía real de los reyes incas del Perú, de sus hechos costumbres y maneras de gobiernos”. Además, la edad era apreciada como causa atenuante al momento de imponer la corrección. Así por ejemplo “al hijo de familia castigaban por el delito que cometía, como a todos los demás, conforme a la gravedad de su culpa, aunque no fuese sino lo que llaman travesuras de muchachos. Respetaban la edad que tenían para quitar o añadir de la pena, conforme a su inocencia; y al padre castigaban ásperamente por no haber adoctrinado y corregido su hijo desde la niñez para que no saliera travieso y de malas costumbres”. Igualmente se tomaban en cuenta la tentativa y el arrepentimiento: por ejemplo, en el caso de pueblos que se sometían voluntariamente, después de rebelarse, podían ser perdonados. Es más, la concurrencia de delitos implicaba la aplicación de la pena correspondiente al delito más grave, incluyendo muchas veces el tormento. La complicidad era penada severamente. La omisión de la denuncia según Garcilaso de la Vega implicaba que se “hacía suyo el delito ajeno”. Caso interesante era el caso que contemplaba a quien hurtaba por necesidad algunas cosas de comer, era sólo reprendido sin que le diesen otra pena más que apercibirle que trabajase, y si otra vez lo hiciese, que sería castigado con piedras en las espaldas públicamente que era castigo afrentoso. Así también cuando hurtaban en un tambo, se castigaba al cacique por el descuido habido y éste a su vez corregía a los que tenían a su cargo la custodia de los bienes. (ANTONIO DE HERRERA). Si se forzaba a una doncella, el doctor era castigado con la pena capital, pero se salvaba de ella si consentía en casarse. Interesante es comprobar cómo en ciertos casos había una atenuación de la pena no por el arrepentimiento del acto, sino por el perdón del ofendido. La mujer adúltera se libraba de la muerte si el marido la perdonaba. (GARCILASO DE LA VEGA). Algunas veces la pena era suspendida, pero era sentenciado a muerte si cometía otro delito, también se afirma que la justicia se aplicaba de oficio. Consideraban los incas que no era de buen gobierno esperar que hubiese quejosos para corregir a los malhechores y que era mejor castigar los primeros delitos, pues con ello se cortaba la comisión de otros. El castigo que imponía el Estado: no era fruto de la venganza personal del agraviado o de la familia relacionada de aquel, como en las épocas primitivas, lo que era una ventaja, pero tenía la contrapartida de su aplicación inexorable y severísima. La ley tenia vigencia general y se aplicaba sin excepciones, aunque el inca estaba, según Garcilaso de la Vega, prácticamente excluido, pues como hijo del Sol disponía de todo lo que podía desear y no tenía motivos para delinquir. Sin embargo, no era igual en su aplicación. Bernabé Cobo, sostiene que aunque se preciaban de castigar todos los delitos, se daban diferentes penas a los nobles y ricos que a los humildes y pobres. La pena de muerte a un noble era por decapitación y no se hacía, por lo general, en público. Había también, cárceles especiales para los nobles y altos funcionarios. Tengamos presente que se trataba de una cultura señorial y jerarquizada. Con relación al proceso penal éste era realizado a través de la instancia única. Además, la administración de justicia era sin costo alguno (gratuita). Tampoco se dio la especialización profesional, y no se conocía al abogado. Dentro del proceso penal se usó el sistema de ordalías y prueba mágica del culpable. Por ejemplo, Cieza de León comenta que, se le echaba a la cárcel llena de animales salvajes o ponzoñosos y si el presunto malhechor no perdía la vida 30

era liberado por que se consideraba probada su inocencia. Mientras que, para Garcilaso de la Vega, la pena era tasada. La jurisdicción dependía de la gravedad del delito. Según Cieza de León había una jurisdicción especial de índole religiosa. Algunos cronistas refieren que se dieron penas de tipo pecuniario, pues parece que en ciertos casos se aplicaba sobre los objetos o frutos de propiedad particular. Generalmente era una pena colectiva: mayor tributo cuando se infringía una norma impositiva (Cieza de León). En ocasiones, y como política de buen gobierno se usaba el indulto o remisión de la pena. Había jueces especiales para los ociosos y holgazanes a fin de procurar que todos los ciudadanos anduviesen ocupados en sus oficios o en servir a sus amos (GARCILASO DE LA VEGA). También se consideraba que cuando una persona había quedado inutilizada en una pendencia, su manutención corría a cargo del causante (ANTONIO DE HERRERA). 4.5.2. TIFICACION DE LOS DELITOS – CLASES DE DELITOS Delito era considerado, prácticamente todo lo que infringiese las leyes del Estado, existiendo la siguiente clasificación: Delitos contra la seguridad del Estado. Delitos contra el soberano Delitos contra la religión Delitos contra la organización administrativa. Delitos contra la administración de justicia. Delitos contra los deberes de función. Delitos contra el honor sexual y las buenas costumbres. Delitos contra la vida y la salud. Delitos contra los bienes ajenos. Delitos contra la honra. Delitos contra la seguridad del Estado. Este delito era duramente sancionado pues, eran vistos agresión al Estado imperial y al inca. Principalmente atentatorio a la estabilidad del gobierno, constituía el delito de rebelión. Javier Vargas, señalaba que, si un pueblo se rendía antes de ser sometido o conquistado, conllevaba generalmente el perdón a la resistencia original; pero una vez sometido, toda insurgencia era sancionada duramente. Además, se menciona que al constituir la insurrección un acto colectivo, la pena también era aplicada de manera colectiva, siendo el caso que pueblos completos perdieron la vida por sublevarse. En estos casos se imponía la pena de muerte, que se ejecutaba en diversas formas: ahorcamiento, degollamiento, desollamiento, haciendo tambores de sus pieles. ... “de los más principales de los alzados los mandaba desollar los cueros y forrar los tambores, para que hubiese memoria del castigo que se hacía de los tales atrevidos” “Informaciones sobre el antiguo Perú”. La sanción se aplicaba sin contemplaciones. Cápac Yupanqui mandó enterrar vivo a su hermano llamado Putano Uman que había conspirado contra él, y sus cómplices fueron “echados en el cercado de las víboras y tigres y leones para que luego muriesen con la furia de la ponzoña y entre las garrar de aquellos animales” (FERNANDO DE MONTESINOS). Delitos contra el soberano: Estos delitos eran rigurosamente sancionados, toda vez que atentaba contra el todo poderoso y divino inca (hijo del Sol). Siendo así que la gente del pueblo y funcionarios del imperio guardaban un temor reverencial y gran respeto al inca; 31

es más, se cuenta que el pueblo no podía mirar el rostro del inca, inclusive altos funcionarios al presentarse ante su señor inca llevaban una carga en las espaldas en señal de sumisión. A los españoles les llamo la atención como el general Calcuchimac, feroz y altanero, que no tuvo reparo en victimar a Huáscar por orden de Atahualpa, se presentó ante él, lloroso y descalzo y con una carga al hombro mientras el monarca lo recibía con gran majestad e indiferencia. Toda falta cometida en agravio del inca o sus bienes era escarmentada con la muerte; el robo por necesidad que era perdonado cuando ocurría por primera vez, no lo era si se efectuaba en bienes del soberano. Según Javier Vargas, que es un autor que ha investigado bastante el tema, se consideraban como delitos contra el soberano, los siguientes: 1)La contra el Inca, cuya pena era de ser enterrado vivo. 2)Mirarle al rostro que era penado con la muerte. 3)Tropezarse o caerse al llevar la tierra del soberano, que era sancionado, como refiere Agustín Zárate con la pena de cortarle la cabeza. Comentaba al respecto Garcilaso de la Vega que había dos provincias que proveían de gente para cargar las andas reales (Rucana y Hatum Rucana) y dice: “Tenían más de quince mil vecinos, gente ganada, bien dispuesta y pareja. Los indios en llegando a edad de veinte años, se ensayaban en traer las andas sesgas sin golpes ni vaivenes, sin caer ni dar tropezones que era grande afrenta para el desdichado que tal le ocurría, porque su capitán o andero mayor lo castigaba con afrenta pública como en España asacar vergüenza. Por otro lado, un historiador dice que tenía pena de muerte el que caía”. insurrección un acto colectivo, la pena también era aplicada de manera colectiva, siendo el caso que pueblos completos perdieron la vida por sublevarse. En estos casos se imponía la pena de muerte, que se ejecutaba en diversas formas: ahorcamiento, degollamiento, desollamiento, haciendo tambores de sus pieles. ... “de los más principales de los alzados los mandaba desollar los cueros y forrar los tambores, para que hubiese memoria del castigo que se hacía de los tales atrevidos” “Informaciones sobre el antiguo Perú”. La sanción se aplicaba sin contemplaciones. Cápac Yupanqui mandó enterrar vivo a su hermano llamado Putano Uman que había conspirado contra él, y sus cómplices fueron “echados en el cercado de las víboras y tigres y leones para que luego muriesen con la furia de la ponzoña y entre las garrar de aquellos animales” (FERNANDO DE MONTESINOS). Delitos contra el soberano: Estos delitos eran rigurosamente sancionados, toda vez que atentaba contra el todo poderoso y divino inca (hijo del Sol). Siendo así que la gente del pueblo y funcionarios del imperio guardaban un temor reverencial y gran respeto al inca; es más, se cuenta que el pueblo no podía mirar el rostro del inca, inclusive altos funcionarios al presentarse ante su señor inca llevaban una carga en las espaldas en señal de sumisión. A los españoles les llamo la atención como el general Calcuchimac, feroz y altanero, que no tuvo reparo en victimar a Huáscar por orden de Atahualpa, se presentó ante él, lloroso y descalzo y con una carga al hombro mientras el monarca lo recibía con gran majestad e indiferencia. Toda falta cometida en agravio del inca o sus bienes era escarmentada con la muerte; el robo por necesidad que era perdonado cuando ocurría por primera vez, no lo era si se efectuaba en bienes del soberano. Según Javier Vargas, que es un autor que ha investigado bastante el tema, se consideraban como delitos contra el soberano, los siguientes: 1)La contra el Inca, cuya pena era de ser enterrado vivo. 2)Mirarle al rostro que era penado con la muerte. 32

3)Tropezarse o caerse al llevar la tierra del soberano, que era sancionado, como refiere Agustín Zárate con la pena de cortarle la cabeza. Comentaba al respecto Garcilaso de la Vega que había dos provincias que proveían de gente para cargar las andas reales (Rucana y Hatum Rucana) y dice: “Tenían más de quince mil vecinos, gente ganada, bien dispuesta y pareja. Los indios en llegando a edad de veinte años, se ensayaban en traer las andas sesgas sin golpes ni vaivenes, sin caer ni dar tropezones que era grande afrenta para el desdichado que tal le ocurría, porque su capitán o andero mayor lo castigaba con afrenta pública como en España asacar vergüenza. Por otro lado, un historiador dice que tenía pena de muerte el que caía”. 4)Faltarle el respeto o desobedecer al inca, que sancionaba severamente “quién no acata lo que el Inca decía, moría. Pues él era hijo del dios Sol (CROSTÓBAL DE MOLINA), así como no aceptar por el esposo al que el Inca mandaba era caso grave. En la obra “Relación de la Conquista y Población del Perú” se lee: la que no quería ir de buena gana, la mataban, porque el que iba contra lo que diga el Inca mandaba era luego muerto”. 5)También era grave usar la mascaipacha (símbolo de la realeza) quienes no podían hacerlo. 6)Ponerse en lugares reservados al Inca, quien era la única autoridad soberana con derecho a ocupar dicho lugar. Delitos contra la religión: Se ha podido establecer que durante el incanato los hombres daban a la religión una gran importancia. En ese sentido, el dios Sol (Inti) así como Huiracocha y Pachacamác eran tenidos como dioses más representativos del imperio incaico. Además, hay que indicar que si bien los pueblos conquistados, aunque se les admitía adorar a sus ídolos, debían de adorar y dar culto al Sol como deidad imperial. Así se decía que “los Incas tenían leyes y pena de muerte a quien adorarse otro Dios ni dijese los que les daba”. Pueden considerarse como delitos contra la religión: 1)Los actos sexuales con las vírgenes del Sol y aun hasta alternar con ellas, 2) Relaciones sexuales de los sacerdotes. Cabe mencionar que todos los miembros y sacerdotes, mayores como menores, no eran casados ni se podían casar según leyes y si eran acogidos en adulterio o estupro, pasaban por el rigor de la ley, que era muerte corporal violenta y muy áspera, por otro lado, si eran cogidos haber caído con mujeres no casadas ni doncellas, privarlos de oficio, por tanto, tiempo por la primera vez y por tercera vez para toda la vida 3)Adorar a un hombre mortal en vida o en muerte. Al respecto “hizo una ley el Inca de que ninguno adorase a hombre terreno mortal ni en vida ni en muerte so pena de la vida”, 4)Hacer sacrificios humanos. Así “tuvo el Inca gran rigor en castigar el pecado nefando, y lo mismo si algún indio sacrificaba con carne humana o muerte de algún indio a las guacas, y lo mismo al que tomaba mujer ajena, o por otro caso debe matarse uno a otro o a su propia mujer, y este castigo se extendía algunas veces por los parientes de los delincuentes”, 5) Practicar hechicerías o brujerías; al respecto, comenta Montesinos que muriendo mucha gente por los hechizos “mandó el Inca Sinchi Roca hacer junta y los determinaron que se guardasen las leyes antiguas, que mandaban que muriesen quemados con los instrumentos de sus hechizos, no solo los hechiceros, pero los que mandasen matar a otros y puntualmente se ejecutó la pena contra los culpados que fueron muchos”. “El Inca Sinchi Roca hizo castigo general de todos los hechiceros y solo reservó con vida los que adivinaban los sucesos de las guerras y declaraban los secretos”, 6) Quebrantar las fiestas; al referirse al dios Viracocha, Martin de Morúa escribe: “El cual decían que estaba en los fines y 33

quien se descuidaba en hacer los que dicho es, que era como entre nosotros quebrantar las fiestas, para lo cual había cárcel pública donde los echaban a los malhechores con prisiones y trayéndolos por ciertas calles de esta gran ciudad, con pregones que manifestaban su delito, y en el acto o tangues, que es el mercado donde se junta gran concurso de gente: en uno como teatro le justificaban y descogotaban con una porra”, 7) La antropofagia también era un delito. Así se comenta que “…cada y cuando que conquistaban los incas algunas provincias de los andes de gente que comiese carne humana, lo primero que les mandaban, so pena de la vida, era que no la comiesen ni menos sacrificasen hombres o niños” (JESUITA ANONIMO, Relación de las Costumbres Antiguas de los Naturales del Perú, Madrid, 1879).

Delitos contra la administración de justicia: Javier Vargas refiere que entre los delitos que afectaban la administración de justicia se sancionaban los siguientes: - No aplicar el castigo debido. Así se conocía que “enviaba el Inca cada año sus visitadores, para saber si los defectos eran castigados, para ver como lo hacían los curacas y gobernadores, y estos visitadores lo hacían muy bien y con mucha fidelidad y sin soborno, porque el que recibía algo y el que lo daba era muy castigado del Inca”. “relación del Origen y Gobierno que los incas tuvieron”. - Recibir sobornos el juez o administrador de justicia, pudiendo en este caso ser castigados con la muerte. “los delitos eran castigados con rigor y como lo hacia el Tucuyricoc y de todo llevaban relación verdadera y se hacía con toda fidelidad y sin soborno porque el Inca lo sabía, el que lo recibía y el que los daba morían por ello”. (FERNANDO DE SANTILLAN). - Interceder por un delincuente. Ya que se creía que “porque decían que pues la venían a rogar que estaba manifestando su culpa y que cuando no tuviese culpa el delincuente la propia justicia seria en su favor y la guardaría justicia” (FRAY MARTIN DE MORUA). - Mentir como testigo. En este caso, “el testigo no osaba mentir, porque además de ser aquella gente timidísima y muy religiosa en su idolatría, sabía que le habían de averiguar su mentira y castigarle rigurosamente que muchas veces era con muerte, si el caso era grave no tanto por el daño que había hecho con su dicho como para haber mentido al Inca y quebrantando su real mandato, que les mandaba que no mintiesen” (GARCILASO DE LA VEGA). Delitos contra los deberes de función: Esencialmente se sancionaban las conductas que conllevaban el incumplimiento o la desobediencia de las normas de vida impuestas por el imperio incaico. Así tenemos las siguientes: - No trabajar en la forma señalada en el imperio. Esto comprendía desde negarse hacerlo hasta dormirse en el día o ejecutar mal la labor. - Desertar del ejército. Así se sabía que “el que huía de la guerra también moría”. “si alguno se volvía de la guerra sin licencia, lo acusaba su capitán o alférez o su cabo de escuadra y en su pueblo su deserción, y era castigado con pena de muerte por la traición y alevosía de haber desamparado en la guerra a sus compañeros y parientes y a su capitán, y últimamente al Inca o al general que representaba a su persona” (GARCILASO DE LA VEGA). 34

- Cobardía frente al enemigo. Al respecto se cuenta que Atahualpa dijo que el gobernador envió a su hermano Hernando Pizarro a su real para hablar con él, que uno de los cristianos arremetió con el caballo y aquellos que estaban muertos se habían retraído y por eso los mando a matar. (FRANCISCO DE JEREZ). - Robar en las poblaciones sirviendo en el ejército; al respecto, Cieza de León relatando la marcha de los ejércitos imperiales por las poblaciones dice: “y los soldados y capitanes, no los hijos de los mismos incas, eran osados a hacer ningún mal tratamiento ni robo ni insulto, ni forzaban a mujer ninguna, ni les tomaban ni una sola mazorca de maíz; y si sabían este mandamiento y ley de los Incas, luego les daban pena de muerte, y si alguno había hurtado, los azotaban harto más que en España, y muchas veces les daban pena de muerte”. - Desobedecer las órdenes del Inca, jefe o curaca, o responderle en mala forma. Si el afectado era el Inca la pena era máxima, y si eran otras autoridades se aplicaba diversas penas según la categoría de la persona y gravedad de la falta, “y si algún indio por el que fuera o por muy principal topaba a alguno de estos grandes señores incas y no se quedaba acompañándolos, mandaban matar por inobedientes, rebeldes y pertinaces a su rey y señor; y si alguno tenía alguna pendencia o palabras con otros, aunque fuera de muy poco monto, los mandaba degollar por el desacato y así iban todos muy compuestos y su señor temido y respetado”. Es más se decía que “el que respondía y no obedecía a su curaca también moría”. - No vigilar a los subalternos para que cumplan con sus obligaciones. - No cuidar bien el ganado. - Huir con la carga que se les confió o dejarla abandonada o llegar ésta disminuida. - No proveer de lo necesario a quien lo necesitaba. - Pescar sin licencia. Al respecto, se cuenta que “tenían muchos pescadores los cuales pescaban de muchas maneras, con anzuelo, con redes, con flechas o a ojeo y no podían pescar los demás sino era con licencia del inca o de sus capitanes porque había pena” (Martín de Morúa). - Excederse el maestro en castigos, Martín de Morúa en la obra “Orígenes de los Incas” menciona que el maestro no los castigaba a su albedrio y como quería, mas tenían limitada la jurisdicción; en caso de castigarlos podían azotar una vez cada día, y no en las nalgas, mas en las plantas de los pies, y si el maestro daba más de diez azotes y los azotaban más que una al día, el Inca castigaba cruelmente al maestro y por lo menos mandaba cortar la mano derecha. - No cumplir en general con los deberes que como miembro del imperio le competía. Delitos contra el honor sexual y las buenas costumbres: Se sancionaron las violaciones contra las regulaciones sexuales impuestas por el imperio inca. Se valoraban criterios religiosos, de organización familiar y pureza de las costumbres. Toda relación amorosa o cualquier atentado contra la pureza de las vírgenes del Sol eran sancionados con la muerte, pues se tenía gran aprecio por la virginidad de las doncellas dedicadas al culto al Sol. Los cronistas relatan la drasticidad de las penas aplicables a los que practicaban actos amorosos con las acllas y a estas mismas. Francisco de Jerez y Pedro Pizarro que vinieron con el conquistador don Francisco, nos cuentan que se castigaba con pena de muerte el quedarse a dormir con las vírgenes del Sol. Jerez relata que la muerte se daba por ahorcamiento o ser 35

colgado de los pies hasta morir. Otros nos hablan de que los culpables eran enterrados vivos. En la obra “Relación del Origen y Gobierno de los Incas”, Vaca de Castro, comenta que “el indio que se echaba con mujer del Inca o del Sol o de las Huacas, él y ella morían sin remedio alguno”. Fernando de Santillán por su parte señalaba que se daba pena de muerte “el que tenía acceso con mujer del Inca o del Sol lo mismo que el que era holgazán”, Pedro Sarmiento de Gamboa, relataba “y si algún hombre sacaba alguna o los tomaban dentro en ella los ahorcaban a ambos juntos, vivos, liados”, Cieza de León al respecto afirmaba que “a los mancebos que tentados de la carne dormían con sus mujeres o mancebas o con las que estaban en el templo del sol, luego los mandaba a matar a ellos y a ellas igual ”, Joseph Acosta indicaba que “si se hallaba alguna de esas mamaconas o acllas delinquiendo contra su honestidad era infalible el castigo de enterrarla viva o matarla con otro género de muerte cruel”, Gonzalo Fernández de Oviedo menciona que “en todos estos pueblos hay casas de mujeres encerradas: tienen guardias en las puertas; guardan castidad. Si algún indio tiene parte con alguna de ellas muere por ello”, Fernando de Gomara contaba que “tienen casa de mujeres cerradas como monasterios de donde jamás salen, capan y aun castran los hombres que las guardan y aun les cortan las narices y besos por qué no los codicien ellas; matan a la que se empreña y peca con hombre; más si fuera que la empreñó Pachacamac que es el Sol castiganla de otra manera por amor a la casta; al hombre que a ellas entre cuelgan de los pies”, Cristóbal de Molina relataba que habían “aposentos y casa de oratorios del Sol, con su servicio de mujeres que se llamaban mamaconas que eran como beatas que guardaban castidad y si algunas hablaban torpedad luego las mataban y asimismo otras muchas de servicio”. Miguel Cabello de Balboa refiere que “los que tenía la temeridad de penetrar en este asilo sagrado eran castigados con las más severas penas y los que faltaban a la castidad recibían en castigo, la muerte así como su cómplice”, Martin de Morúa, escribe: “ y el que tenía cuenta con cualquiera de los seis géneros de estas ñustas pallas e indias que había en estas casas de recogimiento en especial si eran las primeras del inca, si era indio particular o principal pobre como fuese morían por ello, él y ella y algunos ahorcaban por los caminos con grandes penas que nadie las quitaba”. Montesinos, afirma que era enterrado vivo el sacerdote que no vivía con honestidad y era castigado el que miraba o tocaba a las escogidas. Antonio de Herrera, escribe “a uno que entro a dormir con una de las escogidas y a los porteros que los consintieron. Esto lo vieron los españoles al venir al Perú. Se aplicaba un castigo severísimamente a los que se amotinaban; y a los que se dormían con las vírgenes del templo o sus mujeres y mancebas, privaba de la vida y a ellas también”, y el Anónimo, comenta: “si determinaban quedarse en el templo y ser acllas electas o ser vírgenes del Sol, esto es , criadas y ñustas del Sol y de la luna, esto es, esposas del Sol y damas de la luna o si querían casarse, que mirasen y determinasen en ellos y lo dijesen allí y supiesen que si se casaban y caían en adulterio, habían de morir conforme a ley; y si se determinaban a ser acllas y después caían en flaqueza morían también cruelmente; y que la ley tenia dispuesto no solo esto, mas también que la que una vez fuese hecha aclla y recibida por tal, no se podía casar ni en secreto y en público, so pena de la vida el varón y a la aclla que tal hubiese ”. Uniformemente relatan que los culpables eran victimados de diversa manera sin remedio alguno. El adulterio. - Era sancionado con la muerte, salvo algunas excepciones consignadas por la ley. Lo curioso es que la monogamia no constituía un precepto religioso, puesto que el Inca era polígamo y lo eran los curacas y señores y hasta ciertos yanacunas que tenían varias mujeres por merced del 36

soberano, según el cronista Cieza de león, Túpac Yupanqui al someterse los de Apurímac les dio a unos, mujeres y a otra coca y a otros mantos y camisetas. Era una norma legal discriminatoria para el común de la población. Su fin parece que era asegurar la tranquilidad y el orden familiar. Garcilaso de la Vega citando a Blas Valera, atribuye a Inca Roca la disposición que “al ladrón y al homicida, al adultero, y al incendiario ahorcasen sin remisión alguna”. Mientras que Santa Cruz Pachacutec, atribuye a Lloque Yupanqui el establecer la pena de muerte a los adúlteros, sodomitas, homicidas y ladrones. Según Antonio de Herrera “el que adulteraba con mujer ajena, le daban por pena que fuese atormentado; y si la mujer era de persona principal lo mataban y asimismo a la mujer adúltera” “porque decía que si la mujer no quisiese no había adulterio”. También consigan que los adulterios e incestos con ascendientes y descendientes los castigaban con la muerte. A parte del adulterio era sancionado toda violación, seducción o estupro. Si la mujer doncella había sido forzada por el padre o hermano, el autor se le castigaba con la pena máxima (generalmente despeñamiento en el primer caso) y a ella se le mandaba a servir en el templo de las acllas hasta que se casare. El estupro cometido sin rapto ni violencia con doncella del pueblo era punido con azotes, cárcel, destierro, trabajo en minas, salvo que se quisiese casar entonces se amortiguaba la pena. Es más, morían por apedreamiento y ahorcados los que cometían incesto entre tíos y sobrinos y entre primos; sino eran vírgenes, eran ambos azotados, trasquilados y condenados ellos a las minas y ellas a servir de acllas (FERNANDO DE SANTILLÁN). La Sodomía.- Que parece haberse practicado en ciertos valles de la costa antes de la conquista incaica, era severísimamente reprimida durante el imperio; al respecto, el investigador Trimbom se contradice en su estudio sobre “El Delito en las Altas Culturas Americanas” cuando afirma “en el imperio de los incas parce que la sodomía era fenómeno de relativa frecuencia, estando en boga, ante todo, en los valles costeros, aunque ocurriese también en la sierra…” y luego agrega: “La punición, genuinamente incaica, consistía en muerte por la horca con arrastramiento…” salvo que la traducción esté equivocada. En puridad de verdad la sodomía fue tremendamente sancionada en el imperio. Cieza de León afirmaba “que si por ello (los incas) era sabido de alguno que tal pecado hubiese cometido, castigaban con tal pena que fuese señalado y conocido entre todos”. Al respecto, después se comenta que tal pecado estaba borrado, seguramente por temor ante penas tan severas. “Son harto más limpios de lo que yo pueda afirmar”. Garcilaso de la vega, relatando las conquistas de Capac Yupanqui por los valles de la costa dice: “y en particular mandó que con gran diligencia hiciesen pesquisa de los sodomitas, y en pública plaza quemasen vivos los que hallasen, no solamente culpados sino indiciados por poco que fuese, asimismo quemasen sus casas y los derribasen por tierra y quemasen los arboles de sus herederos, arrancándolos de raíz, porque de ninguna manera quedara memoria de cosa tan abominable y pregonasen por ley inviolable que de allí en adelante se guardasen de caer en semejante delito so pena de que por el pecado de uno sería asolado todo su pueblo y quemados sus moradas en general, como entonces lo era en particular”. Delitos contra la salud: Entre estos delitos podemos mencionar los siguientes: homicidio; daños contra el cuerpo y la salud; aborto. El Homicidio. - Se sancionaba con la muerte. Se aplicaba la ley del Talión a cargo del Estado y no por los sujetos agraviados. El móvil y la condición de la 37

victima eran considerados elementos para determinar la gravedad del homicidio. En la obra “Relación de las Costumbres Antiguas de los Naturales del Perú”; de un jesuita anónimo, se detalla diversos casos. Por ejemplo: El homicidio en la persona del padre o madre, abuelos o hijos: la ley mandaba “que muera hecho cuartos”. El asesinato de un niño o niña se castigaba con el despeñamiento o apedreamiento. La muerte de un jefe condenaba al victimario a morir asaetado. El homicidio de algún “ministro del Rey” (seguramente un funcionario real) conociéndose que era tal o un “ministro de los dioses” (seguramente un sacerdote) se penada con el arrastramiento y asaete amiento y degradación de los hijos, es el caso de quien matare al rey o Reyna o príncipe heredero-dice la relación-muera arrastrado o asaeteado y sea hecho cuartos, y su casa derrumbada y hecha muladar sus hijos sean perpetuamente bajos de vil condición y no puedan tener cargo ninguno honroso en el pueblo ni en la guerra y todo hasta la cuarta generación. La muerte de un particular se castigaba con la horca. El homicidio del cónyuge por odio y sin que hubiera causal de adulterio se penaba con la horca y el descuartizamiento; no así, si el marido mataba a la mujer por adulterio, caso este en que la pena era el destierro por tiempo indeterminado, o trabajos forzados por un año, según el cronista Anónimo. Cuando el homicidio era por robo, se mataba al autor después de atormentarlo. Por otro lado, la muerte por hechizos tenia consigo la del hechicero y su familia en forma pública. Al cacique que mataba un indio común le daban con piedra en la espalda, que como hemos dicho era castigo afrentoso, y si reincidía lo penaban con la muerte. El Aborto. - Era sancionado con la horca o apedreamiento, pues se afectaba el orden familiar y el Estado se veía despojado de un futuro tributario, de esta manera, quien fuera causa de que alguna mujer preñada de tres meses para arriba muera o malpare, dándole hiervas y golpes o de cualquier manera debía morir ahorcado y apedreado. A la mujer en cinta que tomaba algún bebedizo para abortar se le ajusticiaba con la muerte (ANTONIO DE HERRERA). Los daños contra el cuerpo y la salud. - Se puede mencionar las pendencias simples con la inutilización del contrincante que llevaba la obligación de sostenerlo (aparte de la pena que se le aplicaba), el afeamiento del rostro con brebajes y en fin, todo atentado en detrimento de la integridad de una persona que se condenaba rigurosamente (lo cual ahogaban más los del tósigo, por verlos penar, que no de matarlos luego. Los capitanes, sabida esta maldad dieron cuenta de ella al Inca, el cual les envió a mandar quemasen vivos a los que se). Alcahuetería. - “Quien fuese alcahuete para que se comete estupros y en efecto se hubiesen cometido, que muera por ellos ahorcado. Y lo mismo la hechicera que diera hiervas para que se amen y se junten. Quien fuere alcahuete de adulterios y se cometiere, que esté en cárcel perpetua, o sea, condenado a mina o las tierras o partes de comunidad”. Delitos contra los bienes ajenos: Destaca principalmente el delito de hurto, que era castigado en diversas formas: condenado a muerte si se trataba de bienes del soberano; si lo hacía por necesidad se le reprendía la primera vez y se le castigaba con piedra en la espalda si reincidía; al que lo hacía por vicio se le desterraba a tierras malsanas no pudiendo salir de ellas y teniendo que devolver lo robado si podía. Algunos autores sostienen que el castigo era la horca, cabe mencionar que 38

quien hurtare cosa de comer o vestir o plata u oro, sea examinado si hurto forzado de la necesidad y pobreza y se hallare que si, no sea el tal ladrón castigado, sino que el tubo el cargo de proveerlo, con privación de oficio, porque no tuvo cuidado de proveer a éste de lo que había menester ni hizo copia de los necesitados; désele al tal ladrón lo que hubiere menester de ropa, comida, tierras y casa, con apercibimiento que si adelante hurtara, que ha de morir. Si se averiguase que hurtó cantidad y valor de achupallas (piña de indias) y en adelante no por necesidad sino de vicio o por ser haragán y ocioso que muera ahorcado y si fuera hijo de señor, muera degollado en la cárcel. Antonio de Herrera en su obra “Historia de los Hechos de los Castellanos”, sostenía que el tomar aguas de las acequias destinadas a otras heredades, para regar las suyas era considerado como hurto y se aplicaba arbitrariamente una pena. El mismo autor señala que cuando el que estaba al servicio de un tambo hurtaba algo a los que pasaban por él, se castigaba al cacique por el descuido que había tenido y éste a su vez a los culpables. Afirma también, que si se sustraía madera de monte ajeno la pena era arbitraria, debiendo retribuirse la madera que se había hurtado. Garcilaso de la Vega en su obra “Comentarios Reales de los Incas” refiere que era prohibido tomar el estiércol del terreno ajeno. Atribuye a Pachacutec la siguiente máxima: “En ninguna manera se deben permitir ladrones, los cuales pudiendo ganar haciendo con honesto trabajo y poseerle con buen derecho, quienes más haberla hurtado o robado; por lo cual es muy justo que sea ahorcado el que fuere ladrón.” Daños a terceros: Se sancionaban las conductas que causaban afectación a los bienes de otros miembros de la comunidad. Según Antonio de Herrera, “el que por su causa se quemaba alguna casa, tenía pena de restituir el daño con sus bienes”; así también “el que quitaba mojones o se entraba en tierra ajena le daban por la primera vez, castigo de piedra, que era afrentoso; y por la segunda tenia pena de muerte”; y “el que cazaba sin licencia en algún coto le daban por pena piedras en las espaldas que era castigo afrentoso y tormentos”. “si algún ganado hacía daño en algunas sementeras, el dueño de ellas podía tomar de dicho ganado, hasta en tanta cantidad como hubiera hecho daño, y tenían tasado ilimitado cuantos pies de maíz que se comiesen e hiciesen daño, era una medida, que ellos llaman topo y a tal gusto, que no faltaba ni sobraba y conforme a esto se pagaba” (GARCILASO DE LA VEGA). Delitos contra la honra: En este caso el delito implicaba ofender o lesionar el respeto que se debe guardar a las personas. Antonio de Herrera en su obra “Historia General de los Hechos de los Castellanos” señalaba “que el que afrentaba de palabra era la pena arbitraria, aunque el que había dado versión a las palabras le acrecentaban la pena”. La injuria al soberano o altos funcionarios estaba incursa en la pena capital. 4.5.3. LAS PENAS: Existía gran variedad de penas. Desde las más leves, como una reprensión, hasta a los tormentos, mutilaciones y la muerte. Las penas cumplían función intimidadora y ejemplarizadora, para efectos de controlar la vida de la población basándose en criterios teocráticos de gobierno. Seguidamente hacemos una breve descripción de las penas más utilizadas. Así tenemos:

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1. Asolamiento. - Consistía en acabar con la vida del autor del delito, de sus parientes y a veces a todos los moradores de un pueblo, destruyéndose las propiedades, arrancándose los arboles, sembrando de sal el suelo de manera que no hubiese signo de vida y se suprimiese de la memoria el lugar que era víctima de esa sanción. El asolamiento se aplicó, según Garcilaso de la Vega, en las rebeliones, sodomía, atentados contra el soberano o sus parientes, violación de las vírgenes del sol, descuido o negligencia de gravedad en el servicio del Inca, seducción de las mujeres del soberano o vírgenes del sol. 2. La pena de muerte.-En esta sociedad patriarcal y draconiana a la vez, el delito era castigado con la máxima severidad. La pena de muerte era una sanción usual. Los cronistas en especial se ocupan en detalle sobre el particular en la obra “Relación de Costumbres Antiguas de los Naturales del Perú” de un Jesuita Anónimo. Se consignan (además de los señalados al tratar del asolamiento) los siguientes casos en que se aplicaba la pena de muerte: a) Homicidio. b) Incestos y violaciones, en este caso “al que forzaba mujer soltera, por la primera vez le daban el castigo de la piedra y a la segunda muerte”. (Bernabé Cobo). Adulterio con mujer principal, lo mismo que a la mujer que incurría en él porque decían que si la mujer no quisiera no habría tal adulterio. Al respecto, Garcilaso afirma que Manco Capac puso pena de muerte a los adúlteros, homicidas y ladrones. d) Deshonestidad con las mujeres (Antonio de Herrera). e) Cobardía frente al enemigo. Al respecto Jerez nos cuenta que Atahualpa mandó matar a los que asustaron en Cajamarca con las proezas a caballo que ejecutó Hernando de Soto (Francisco de Jerez). f) Robo emitido por los soldados o si estos saqueaban las poblaciones por donde pasaban, según Cieza de León la pena de muerte “se aplicaba a los hombres de guerra si al pasar por las poblaciones robaban, insultaban o forzaban a alguna mujer” (Cieza de león, del Señorio de los Incas,1943),Cristóbal de Molina en su “Relación de la Conquista Población del Perú” anota: “así mismo, tenían una muy loable costumbre y digna de notar y tener en la memoria, la cual si los españoles que entraron en la tierra guardaran, no se hubiera destruido como lo está, y es que, cuando había gente de guerra entre ellos y caminaba aunque fuera cien mil hombres, no habían ninguno de ellos de salir del camino real a ninguna parte ni jugar, aunque la fruta y lo que había de comer estuviese junto al camino real por los que pasaban so pena de muerte”, a pesar de las citas anteriores, Trimborn equivocadamente sostiene que falta documentación más precisa en los casos de “importunar con parte de la tropa a la población civil”. g) Errores cometidos en la guerra, Antonio de Herrera refiriéndose a Huayna Capac decía: “a su gente de guerra llevaba muy corregida: castigaba el que erraba”. h) Deserción del ejercito en campaña (Vaca de Castro “el que se huía de la guerra también moría”). i) Hurto de bienes pertenecientes al Inca o destinados a los depósitos reales (Pedro Pizarro). j) Quemar un puente (Antonio de Herrera). k) Cambiar de atuendo o de vestido que diferenciaba a unos pueblos de otros, medida administrativa de suma importancia en el imperio, por tal motivo se mandó y ordenó que todos los indios de todo el reino de cualquier suerte y calidad que fuesen, así hombre como mujeres de cada pueblo y en cada lugar tuvieran su señal y muestra que cada uno vestía y en el traje de la cabeza su señal y muestra, los unos muy diferenciados de los otros, para que cada uno 40

por la señal e insignia del traje fuese reconocido de donde era natural con pena de la vida que ninguno fuese osado de ponerse en el traje, insignia de otro y esto mandaba ejecutar severísimamente; al respecto, Joseph de Acosta señala: “Puso este rey una ley que guardó inviolablemente y aún hoy se experimenta su observación, que los de cada provincia, así hombres como mujeres viesen con señal, para que por ella fuesen conocidos. Estos se guardaba con tanto rigor, que si alguno o alguna venía sin dicha señal era castigado, porque por ella era conocido del rey, viendo la señal de que provincia era. Unos traían trenzados los cabellos, otros sueltos, otros en ellos ponían unos aros como de cedazos, otros unos paños; otros una honda lisa en la cabeza, otros una trenza y cada provincia se conocía por su tocado o por su vestido”. l) Reincidencia del mitimae en cambiarse de lugar en el que había sido ubicado (Martín de Morúa, Historia de los Incas, Reyes del Perú). m) Reincidir en quitar hitos o mojones en los linderos (Antonio de herrera). n) Ser holgazán u ocioso reincidente (Martin de Morúa, Historia de los Incas, Reyes del Perú. Concordando con lo que informan otros cronistas, relata que se aplicaba al holgazán reincidente o crónico.). o) Quebrantar la pena de destierro. Al respecto “el Inca Yahuar Huaca respondió con mucho enojo que se fuese luego donde le había mandado residir y si no quería que los castigase con pena de muerte por inobediente al mandato real, pues sabía que a nadie era lícito quebrantarlo por muy liviano que fuera el caso que se le mandase”. (Garcilaso). p) Huir de un pueblo a otro. Así “a los indios que andaban huidos los hacían llevar a su tierra, y si pareciera estar asentado en el quipu, o tener oficio les daban con una piedra en la cabeza ciertos golpes hasta que moría; y si era mujer la ahogaban con una chumba o con un guesca, y que si tenían hijos no los mataban sino los castigaban de otra manera”. (Fray Martin de Morúa). q) Transitar con carga por caminos diferentes a los señalados; al respecto, Gonzalo Fernández de Oviedo, relata que nadie podía sacar carga de un pueblo sino lo devolvía y que ningún pasajero podría entrar ni salir por otro camino donde había por taso salvo por donde la guardia residía, so pena de muerte. r) Responder malamente a un curaca o no obedecer lo que le mandaba(Antonio de Herrera) s) Alterar el orden de trabajos en beneficio propio o de sus parientes, un claro ejemplo se dio en tiempo de Huayna Capac, en un pueblo de los Chachapoyas porque un indio regidor antepuso las tierras del curaca, que era de sus pariente a las de una viuda, lo ahocaron por quebrantador del orden que el inca tenia dado en el labrar las tierras y pusieron la horca en la misma tierra del curaca. (Garcilaso de la Vega). t) No querer ir de buena gana con su marido, la mujer otorgada por el Inca “porque esa era la pena del que iba contra la voluntad del Inca”, se refería a la mujer donada por esposa, la mataban, porque esa era la pena del que iba contra la voluntad del Inca. (Fernando de Santillán). u) Reincidir en la mentira o juramento falso o cuando la mentira revestía gravedad. (Antonio de Herrera). v) Utilizar el soborno; en este caso envainaban a los visitadores para ver si se aplicaba bien la justicia y castigaba a los que cometían el soborno. (Vaca de Castro). w) Ser irrespetuoso con el Inca o los señores, además, les encontraban otra culpa. (Antonio de Herrera). 41

x) Reincidencia en la alcahuetería y favorecer estrupos. (Fernando de Santillán). y) Adorar a hombre terreno mortal en vida o muerto. (Fernando de Santillán). z) Practicar sacrificios humanos o la antropofagia. (Fernando de Santillán). Y Vaca de Castro también expone: “y lo mismo si algún indio sacrificaba con carne humana o con muerte de algún indio a las huacas”. aa) Cometer crueldades como dar tósigos para deformar o afear al rostro. (Garcilaso de la Vega; Martin de Morúa). bb) Practicar actos sexuales con los animales. (Santa Cruz Pachacutec). cc) Afectar gravemente la honra ajena. (Antonio de Herrera). dd) Matar aves o entrar a islas guaneras en épocas de cría. (Garcilaso de la Vega). ee) Vestirse con lana destinada al Inca. (Garcilaso de la Vega). ff) Tomar más guano que el que le correspondía, Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales también expone: “daban a cada pueblo su parte y cada vecino la suya tanteando la cantidad de estiércol que había menester y, so pena de muerte, no podía el vecino de su pueblo tomar estiércol del terreno ajeno, porque era hurto, ni de su mismo terreno podía sacar más de la cantidad que le estaba tasada conforme a sus tierras, que le era bastante, y la demasía la castigaban por desacato”. gg) No conservar los sacerdotes el secreto en las confesiones, según Santillán había confesores designados por Vilchaumo; (considero que es invención del cronista tratando de encontrar parecidos con practicas católicas). hh) Hechicería, según Montesinos esta medida la estableció Sinchi Roca. “El Inca Sinchi Roca hizo castigo general de todos los hechiceros y solo reservo con vida a los que adivinaban los sucesos de la guerra y declaraban los secretos”. ii) Ponerse la mascaipacha sin licencia. (Martin de Morúa). Aplicación de la pena de muerte. -La pena de muerte, se aplicaba de diversas formas. Veamos: a) Quemado vivo. -Garcilaso consigna que se imponía esta pena a los sodomitas, a los que daban tósigos para deformar, a la gente que cohabitaba con las mujeres que internadas en los monasterios pecaban contra su virginidad. Según Montesinos se quemó vivo a un amauta que invento unos caracteres (letras), lo que estaba prohibido. b) Enterramiento vivo. -Se aplicaba a los que cometían actos sexuales con las vírgenes del Sol y a ellas mismas. (Fernando de Montesinos). También a los que usaban la mascaipacha sin autorización “y así fue permitido alguno de estos citados canaris poner la bórea y la mascaipacha del Inca en la cabeza, como fuese principal cabeza por la descendencia que los dichos tuvieron del belicoso capitán Huiri Tito, infante aunque esto había de ser con licencia y mandato expreso del Inca y el que se le ponía sin ella, lo enterraban vivo y azotaban todo su ayllu y parentela y los daba por traidores a la corona real”. (Martin de Morúa) y en otros casos. c) Arrastrado, asaeteado y hecho cuartos o quemados: sodomitas, entre otros. d) Desollamiento para utilizar los cueros como tambores (empleado contra los traidores y rebeldes pertinaces) (Sarmiento de Gamboa, Informaciones sobre el Antiguo Perú). e) Horca.- Según Garcilaso se aplicaba al ladrón, homicida, adultero e incendiario, al que alteraba el trabajo en beneficio propio o de sus parientes, 42

Garcilaso de la Vega en sus Comentario Reales también expone: “en tiempo de Huayna Capac en un pueblo de los Chachapoyas porque un indio regidor antepuso las tierras del curaca, que era de sus pariente a las de una viuda, lo ahocaron por quebrantador del orden que el inca tenia dado en el labrar las tierras y pusieron la horca en la misma tierra del curaca”. En la obra “Relación de las Costumbres…” se incluye a los que forzaban a una mujer casada, tenían relaciones con su hermano o entre primos o con sobrinos. f) Apedreamiento. - Según la “Relación de las Costumbres Antiguas de los Naturales del Perú” se aplicaba a los que forzaban doncellas y las deshonraban y “los incestos con tíos y sobrinos o con primos y primas en segundo grado o afines en primer grado, si ellas fuesen vírgenes o casadas y consistiesen que sean ambos castigados con pena de muerte de horca o apedreados”. g) Descuartizamiento. - A los autores de rebeliones. El cronista Anónimo incluye a los asesinos de un curaca. h) Decapitación, descogotamiento o degollamiento (los tres términos usaban los cronistas) aplicable a los rebeldes. Se aplicaba también a los grandes señores por delitos que podrían merecer otras penas, lo que generalmente se hacía en la cárcel y no en la plaza pública. Cieza de León “Del Señorio de los Incas” relata: “en el rio que corre junto al Cusco se hacia la justicia de los que allí se prendia o de otra parte traían presos, adonde les cortaban las cabezas y les daban muerte de otras maneras, como a ellos les agradaba. Los motines y conjuraciones castigaban mucho y más que a todos los que eran ladrones y tenidos ya por tales; los hijos y mujeres de los cuales eran arrestados y tenidos por afrentados entre ellos mismos”. i) Arrojados a las fierras en la cárcel del Cusco, a los autores de motines y hurtos. j) Arrojado al mar. k) Pasar a las víctimas por los pies. l) Colgado de los pies hasta que moría, como el caso de la mujer adúltera. m) Despeñamiento: tener relaciones con la propia hija o la mujer con el hijo. n) Golpeado en la cabeza o en las espaldas con una porra o piedra en la cabeza (Martin de Morúa). Entre otros casos se aplicaba al indio que huía de su tierra si tenía algún oficio. o) Ahogamiento con un chumbi, (revísese el muneral respecto al caso de “los indios que habían huido de un pueblo a otro.”). p) Darle de comer ají hasta que se extinga. Pedro Cieza cuenta que Atahualpa daba esta muerte a los indios que le enojaban. Según Sarmiento de Gamboa se aplicó a un jefe de Huáscar. q) Empalamiento, Garcilaso citando a Cieza de León cuando refiere que Huayna Capac castigó a los sublevados de Puná empalándolos y echándolos al mar. Santa Cruz de Pachacutec reseña que a los hechiceros los empalaban “en palos de chonta de abajo como un conejo”. r) Pasado a cuchillo (Garcilaso de la Vega). Penas Mutiladoras. - La crueldad estaba presente en la aplicación de penas como todas las grandes civilizaciones antiguas (Egipto, Creta, Esparta, Asiria, etc.). Entre las penas mutiladoras en el imperio tenemos las siguientes: a) Corte de los artejos postrimeros de los dedos: se aplicaba a los haraganes y falsos testigos. Morúa nos dice: “y los que eran haraganes o falsos testigos, mandaba este gran Huayna Capac en pena que les cortasen los artejos postrimeros de todos los dedos y al que a otro cortaba algún miembro no solamente les daban la pena del Talión que era tanto por tanto, más también le 43

cortaban la mano o el ojo algún oficial, luego moría por ello, de la persona este gran Inca”(Martin de Morúa, Los Orígenes de los Incas). b) Corte de la mano derecha: al maestro que se excedía en el castigo. Al respecto Martin de Morua consigna lo siguiente: “pero el maestro no los castigaba a su albedrío y como quería, mas tenían limitada la jurisdicción en caso de castigarlos, podían azotar una vez cada día y no en las nalgas, más que en las plantas de los pies y si el maestro daba más de diez azotes y lo azotaran más que una vez al día, el Inca castigaba cruelmente al maestro y por lo menos le mandaba a cortar la mano derecha.” (Fray Martin de Morúa, Los Orígenes de los Incas). c) Pérdida de otros miembros: escribe Santillán: “otros enviaban a repartir las mujeres y visitarlas mamaconas y mujeres del Inca y del Sol para saber de qué manera vivían y si hallaban algún exceso, castigábamos y en los castigos que estos jueces hacían, eran muy crueles porque daban géneros de muerte exquisitos, cortándoles cada miembro por si vivos y otros esta suerte”. d) Quebrantamiento de las piernas: “a los chasquis que no cumplían con sus deberes”, Martin de Morúa, en “Los Orígenes del Inca” relata: al chasqui que no corría bien la posta y era haragán le daban con una porra en la cabeza y le quebraban las piernas. e) Desdentamiento: Cuenta Fernando de Oviedo lo siguiente: “Entre la punta de Santa Elena a Tumbes hay una rio muy grande y bien poblado, la gente que lo habita andan todos desdentados, que no tienen dientes en la mandíbula superior, así hombres como mujeres que por cierto delito que hicieron al Cusco, alias Guaynacaba, padre de Atahualpa les impuso aquella penitencia y al presente la guardan” (Fernández de Oviedo, Historia de los Incas y Gobierno del Perú). f) Encegamiento sacándoles los ojos: así Gonzalo Fernández de Oviedo relata lo siguiente: “un castigo cruel se usa entre aquella gente y es una nueva manera de tormentos y lesión la cual no he leído ni oído ahora otra mayor ni su semejante, quedando vivo y ciego al que padece y este que toman un carrizo tan largo como palmo y medio a todo hueco, y pónselo al delincuente sobre el ojo y denle con la palma tan recio de otra parte, que le hacen saltar los ojos y viene encontinente a dar en la mano por el camino adelante y así le sacan los ojos” (Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias). Castigos afrentosos. - Como en otras culturas o civilizaciones el castigo moral era a veces más temido que el castigo físico. La deshonra importaba más de lo que ocurre en nuestras épocas, sobre todo para las clases superiores sin que esta afirmación signifique que no dejaba de sentirse en todas las clases del Imperio. Esta sanción tenía una resonancia punitiva mayor cuando se verificaba en público. “Era de mucha infamia y deshonra castigar en público a alguien por ocioso”, cuanta Garcilaso. A veces se extendía a pueblos enteros como el que hizo Lloque Yupanqui a los habitantes de Ayavari que se resistieron a ser sometidos hasta que al fin se rindieron, Garcilaso de la Vega en sus “Comentario Reales”, relata: “El Inca los recibió a discreción, sin partido alguno y después de haberles mandado dar una grave reprehensión mando que los tratase bien, sin atender a la par lanería que había tenido”. La reprensión entre otros casos, se imponía: - Al indio perezoso, al que también solía aplicársele la pena de azotes. - Al que hurtaba por necesidad, la primera vez. - Al cacique que mataba a un indio por castigo sin licencia del Inca. También podía perder el señorío. En caso de reincidencia se aplicaba la pena de muerte, Vaca de Castro “Relación del Origen e Gobierno que los Incas tuvieron 44

y del …” expone: los caciques no podían matar, aunque les era permitido castigar y el castigo era ciertos golpes de piedra en la espalda o con el puño cerrado conforme al delito. - Al que cazaba sin licencia. Otros castigos afrentosos eran: a) Golpear a los culpables públicamente con una piedra o con el puño en las espaldas (revísese nota anterior sobre “estupros”). b) Golpearlos en la cabeza con una piedra o con una porra. c) Exponerlos a la vergüenza pública: en las relaciones consentidas entre un varón y una doncella como sanción previa. d) Trasquila miento en público que se imponía a las mujeres que hablaban con las féminas de mal vivir las que moraban en las afueras de las ciudades y a quienes se denominaba “pampairuna” – mujer que vive en el campo, mujer de plaza, ramera (Garcilaso de la Vega). También se aplicaba, como castigo previo a los que cometían estupros con doncellas. e) Privación del cargo a los caciques o autoridades que incumplían sus obligaciones o se excedían en su poder.

f) Degradación familiar; a los hijos o parientes de personas que habían dado muerte a un señor principal. 5.Castigos Colectivos. - El castigo colectivo se imponía muchas veces a todo un pueblo (caso de rebeliones), al ayllu o a la familia estrictamente hablando. En general e aplicaba: - En las rebeliones: Cieza de León – “Del Señorío de los Incas”, expone: “mandó a sus gentes que los matasen a todos ellos con gran crueldad lo pusieron por obra y mataron a todos los principales hombres más honrados de los que allí estaban y en los que lo eran también se ejecutó la sentencia”. - A la familia del que asesinaba a un rey, reina o príncipe heredero se le relegaba a vivir en condición baja, perpetuamente, no pudiendo sus miembros tener ningún cargo honroso en el pueblo. - En ciertas clases de homicidio (Vaca de Castro). - A los grupos señalados para dar servidores a la casa del Inca (barrenderos, aguadores, leñadores, cocineros, porteros, guarda ropa, jardineros, así como cargadores del anda del Inca). Su descuido o negligencia era delito de todo el ayllu que se penaba de diversas maneras pudiendo llegarse al asolamiento. - Hechicería, según Antonio de Herrera, el Inca mandaba matar a toda la gente de la casa y familia del hechicero o hechicera. El virrey Toledo en sus célebres informaciones relata: “antes cuando el Inca castigaba por algún delito, no se contentaba con matar al que lo cometía, pero también a su padre y madre y hermano y mujer e hijos, sin que quedase ninguno de toda su generación”. 6. Reducción a la esclavitud. - Esta debe entenderse como ser obligado a trabajar a favor de otra persona y así se hacía a la familia del que había asesinado a un gran señor. A veces se aplicaba a pueblos rebeldes a quienes se perdonaba la vida. Tal fue el caso de los primeros yanacunas. 7. Cárcel perpetua. - A los grandes señores si se les conmutaba la pena capital, a los alcahuetes de adulterio y otros casos. 8. Destierro a lugares insalubres. - La pena de destierro se aplicaba al que robaba por vicio, mandándosele a tierra de distinto temple. La primera vez que lo hacía era reprendido. Si reincidía lo corregían con piedra en la espalda; si algún volvía a las andadas, lo desterraban. 45

También se castigaba con el destierro al que mataba a otro, siendo la causa de la pendencia (si es que no se le aplicaba la muerte) para que trabajase perpetuamente en tierras consideradas malsanas. Igualmente, al que se embriagaba perdiendo el juicio por segunda vez (Fernando de Santillán). El mismo Santillán refiere que este castigo se imponía al marido ofendido que mato a su esposa o al adultero que cohabitó con su mujer. Más de una vez se aplicó a los grandes señores, “y a Capac Guari lo desterraron a Chicheros a donde le dieron alimentos y nunca más entro al Cusco hasta que murió” (Sarmiento de Gamboa). 9. Trabajo en las Minas. - Se sometía a este trabajo a los sacerdotes que comerciaban con las cosas sagradas, según Santillán (Fernando de Santillán: relación …), a los que cometían estupros con doncellas, consintiendo estas o en las relaciones sexuales entre parientes cercanos, al alcahuete o adulterios, y en los casos de embriaguez habitual. 10. Tormentos. - Se aplicaba tormentos, en formas diversas, entre otros casos: - Al mitimae que por primera vez abandonaba el lugar donde había sido colocado. Si lo hacía por segunda vez, le quitaban la vida. - Al alcahuete, la primera vez. - Al mentiroso y al que juraba en falso. Si reincidía se le aplicaba la pena de muerte. La primera vez lo azotaban cruelmente y en la plaza públicamente; por la segunda lo atormentaban y a la tercera morían. (Martin de Morúa) lo mismo se hacía con los vagabundos y chismosos. - A los que no se confesaban su delito. 11.Azotes: - A los que robaban por primera vez, había gran rigor con los ladrones: por la primera vez lo azotaban cruelmente y en la plaza públicamente; por la segunda lo atormentaban y a la tercera morían. (Martin de Morúa), salvo que fuera por necesidad. - A los vagabundos que no querían trabajar. - A los parleros y chismosos. - A los ovejeros y oficiales que no cuidaban bien el ganado les quitaban las camisetas y les aplicaban azotes en una plaza públicamente (Martin de Morúa). - Al que se descuidaba en regar la tierra en la oportunidad debida, Garcilaso de la Vega en sus “Comentarios Reales” relata: “al que se descuidaba de regar su tierra en el espacio de tiempo que le tocaba, los castigaban afrentosamente: dávanle en público tres o cuatro golpes en las espaldas con una piedra, o le azotaban los brazos y piernas con varas de mimbres por holgazán y folxo, que entre ellos fue muy vituperado; a los cuales llamaban mizquitullo que quiere decir huesos dulces”. Esta pena podía ser aplicada por los curacas según la “Relación del Origen e Gobierno que los Incas tuvieron”. - A los hombres de guerra que robaban al pasar por las poblaciones, aunque a veces les daban pena de muerte (Cieza de León). - A los que usaban mascaipacha imperial, castigo que a veces se extendía a los parientes. 12. Atar reciamente las manos atrás. - O juntarle los hombros dándoles azotes. Se aplicaba, según Martin de Morúa, a los mitimaes que huían del lugar en el que habían sido ubicados (la primera vez). 13. Privación de cargos. - Se privaba de sus oficios o cargos:

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- Al curaca que se rebelaba o cometía delito que mereciese pena de muerte (Garcilaso de la Vega). - Al magistrado que se embriagaba por tercera vez. - Al cacique que por descuido permitía se robase en los tambos. - Al funcionario que por cohecho o algo semejante no guardaba justicia o disimulaba algún delito. - Al curaca que no corregía a los indios de sus pueblos y le consentía hacer hurtos y deshonestidades. - Al cacique que preservaba de no salir a comer públicamente. Al jefe que dijese que era dios o se mandare adorar a sí o en su estatua, según otros cronistas, eran castigados con la muerte (Fernando de Santillán). Al sacerdote que hubiese cohabitado con una mujer no doncella ni casada (se le privaba por un tiempo la primera vez y por toda la vida a la tercera). Según otros cronistas, eran castigados con la muerte. Muchas veces cuando un cacique hereditario era desposeído de su cargo por la comisión de un delito, los cargos se trasmitían a los hijos. 14. Silenciamiento en la profesión. - A los falsos adivinos se les mandaba callar para siempre. 15. Quedar al servicio de las acllas o vírgenes del Sol. - Se castigaba así a las doncellas que consintieron en el estupro o a las hijas violadas contra su voluntad por su padre o a la hermana violada sin su consentimiento. 16. Penas pecuniarias. - Según Garcilaso no existieron lasas penas pecuniarias ni la confiscación de bienes “porque decían que castigar en la hacienda y dejar vivo los delincuentes no era desear quitar los males de la Republica sino la hacienda a los malhechores y dejarlos con más libertad para que hiciesen mayores males” (Garcilaso de la Vega, Comentarios Reales de los Incas). Sin embargo, Morúa afirma que cuando un cacique tenía relaciones con una palla y tenía bienes, estos eran confiscados a favor del Inca. En realidad, era una pena complementaria. 17. Reparación Civil. - El que en dependencia inutilizaba a otro de tal manera que no pudiera trabajar en las cosas obligado a sustentarlo con su hacienda. Antonio de Herrera comenta que aquel que quemaba una casa (se entiende sin intención) debía construirla por su cuenta. Y el que hurtaba madera de monte ajeno tenía que restituirla. Asimismo, refiere que cuando algún ganado ajeno hacía daño en las cementeras, el dueño de ellas podía tomar de dicho ganado hasta en tanta cantidad como había hecho daño. Dice Martin de Morúa que “el indio casado que tenía acceso con mujer ajena o soltera lo azotaban muy bien y al varón le quitaban cuanto tenía y le daban a mujer soltera para ayudarla a casarse”. 18. Penas ad libitum. - Según Antonio de Herrera se daban penas diversas al que hurtaba agua, al que no entregaba la carga en su pueblo, al que afrentaba a otro de palabra, al que hacía daño a otro, al que quitaba mojones del camino, al que se embriagaba perdiendo el juicio por primera vez, al que se le daba lana para hilar y tejer su ropa para hijos y mujer y no lo hacía. 4.5.4. CARCELES Distintos cronistas relatan sobre las cárceles en el imperio incaico; Javier Vargas, afirma que eran lugares de expiación más que de seguridad o custodia. Relata Cieza de León en su obra “Del Señorio de los Incas”, que en el Cusco “había una cárcel llena de fieras como culebras, víboras, tigres, osos y otras sabandijas malas”, a donde llevaban a los que incurrían en motines, conjuraciones o levantamientos. Si después de unos días no eran mordidos los soltaban mostrando gran lastima y los dejaban volver a sus poblaciones. 47

Bibliografía: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm? l=3263  Historia del derecho peruano – Autor: Jorge Basadre  http://jorgemachicado.blogspot.pe/2012/03/derec ho.html  http://definicion.de/historia/  http://derecho.isipedia.com/primero/historia-delderecho-espanol/parte-1-cuestionespreliminares/01---la-historia-del-derechoconcepto-objeto-y-problemas-metodologicos 

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