Kupdf.com_teoria-socioloacutegica-nicholas-timasheff.pdf

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TRADUCCION DE FLORENTINO M. TORNER

NICHOLAS S. TIMAS HE FF

LA T E O R I A SOCIOLOGICA Su naturaleza y desarrollo '

FONDO DK CULTURA ECONOMICA MEXICO-SUEÑOS AIRES

.em inglês 1955 edición, segunda en ingl lês , 1957 primeira edición em espanhol, junio de 1961 I'

P RIM E IRA E DIC IO N

La edición migiiul de C5la obra fue rcgisliada pnr R i: i! ■. . Huiisc, de Nueva York, can el título, Sacio/ogicai Thetny. / ■ Nalure ■>■ i>J Grtwlh. I'■ i - !n ■■■ rnensdoi conforme a la ley. © 1961, Fondo de Culluia Económica. Av. de h IIn¡venidjd. 975 ■ Mésica 12, D, F. ÍL

I: ,■ y techo en México Frrnied and inade in >fcileo

A TAÑIA

PREFACIO El decenio 1930-1940 y el comienzo del siguiente fueron para el pensamiento teórico en sociología tiempo de decadencia. La mayor parre de los sociólogos pedían hechos y más hechos, por lo menos en Jos Estados Unidos; y en Europa se trabajó poco en esta disciplina. Recientemente sobrevino un cambio importante. No se han detenido I EL recolección de hechos y su tratamiento estadístico; pero ha venido a caracterizar a la sociología el creciente reconocimiento de que, sin una teoría que dirija su interpretación y ordenación, los hechos casi carecen de sentido. Así, los últimos años han visto el resurgimiento del trabajo teórico y un importante aumento del interés por las Eeorias del pasado. Si el trabajo teórico ha de perdurar y desarrollarse, es necesario, para su posterior avance, un inventario de los resultados conseguidos hasta ahora. El presente volumen está dedicado ai examen de esos resultados desde un punto de vista genético, aunque también pueden servir adecuadamente a este fin otros puntos de vista, por ejemplo el analítico. Por lo tanto, el presente volumen es un estudio de la historia de las ideas. La historia de las ideas es materia cuyo adecuado tratamiento ofrece grandes dificultades, ya que el desarrollo de las ideas es impulsado por fuerzas de dos clases. En primer lugar, el desarrollo teórico so distingue por la causación inmanente, o por la aparición más o menos lógica de sistemas de ideas relativos a cuestiones específicas. Las ideas nuevas desarrollan o afinan las antiguas: Tas antiguas y las nuevas entran en "duelos lógicos", para usar la exptesión de Gabriel Tarde, y las nuevas demuestran la falsedad de Jas antiguas, o bien sucumben ante su resistencia, o se amalgaman con ellas en síntesis de un nivel superior. Pero, en segundo lugar, las ideas son concebidas y objetivadas por hombres. La formulación de una idea nueva es una especie de "invención ideológica" que el autor ofrece a sus compañeros los pensadores de la misma disciplina. Lo más común es que un erudito capaz de crear invenciones ideológicas sea capaz de lograr más de una, así como de aplicarlas a situaciones concretas. Una historia de ideas tiene que preocuparse de dos encadenamientos causales: el lógico y el individual. En la mayor parte de las exposiciones domina el segundo, y en este caso la historia se convierte en una serie de biografías científicas y de estudios de las aportaciones 9

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PREFACIO

de cada autor individualmente. La lectura sucesiva de esas series puede dejar al lector una impresión confusa, porque el enfoque de la atención cambia cada vez que la exposición pasa de un autor a otro. Por otra parte, si se acentúa el punto de vista lógico, las ideas individuales quedan separadas de su contexto y pierden una parte esencial de su significado y atractivo. En el presente volumen se ha intentado hallar el camino medio. Después de un cuidadoso estudio de la masa de ideas pertenecientes a la teoría sociológica, se han seleccionado algunos temas que han preocupado más o menos constantemente a los cultivadores de esta disciplina. Las aportaciones de los pensadores individuales han sido resumidas principalmente en la medida en que han tratado esos temas seleccionados, pero, no obstante, se presentan como aportaciones de personalidades particulares. Además se han esbozado brevemente sus biografías profesionales. Mediante la conservación de este elemento personal, las aportaciones individuales no han sido despojadas de sus peculiaridades ni segregadas del fondo sociocukural en que nacieron. Si la sociología del conocimiento fuera una disciplina ya desarrollada, esta fase ¿e la historia de las teorías sociológicas podría haber sido expresada en sus teoremas; pero, en realidad, esto sólo rara vez puede hacerse. Por otra parte, en la presentación de las opiniones de ios autores individuales ha sido rigurosamente limitada la parte periférica de sus sistemas de ideas, organizados en torno del núcleo central de la teoría sociológica. Por consiguiente, a través de la historia de las teorías sociológicas, se ha hecho ver cómo los mismos problemas han reaparecido en forma y combinaciones nuevas. De esta suerte se ha conservado la unidad de perspectiva, condición esencial para Ja inteligibilidad. Un libro escrito según esos lincamientos contiene conocimientos que deben ser asimilados por estudiantes de sociología que hacen sus estudios en una época en que ha revivido la comprensión del valor de la teoría. La adquisición de dichos conocimientos exige un esfuerzo mental considerable. El presente volumen se dirige a los estudiantes que desean hacer ese esfuerzo y a los instructores que advierten la necesidad de provocarlo. La redacción de este volumen ha requerido muchos años, durante los cuales el autor ha explicado ininterrumpidamente un curso sobre teorías sociológicas. Sólo gradualmente, y a base de su experiencia docente, ha llegado a las conclusiones expuestas. La expresión de su gratitud se dirige ante todo a la Universidad de Fordltam, cuya admi-

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PREFACIO

nistracíón, profesorado y estudiantes lian estimulado su esfuerzo y le lian ayudado por todos los medios a su alcance. Lo más alentador ha sido el hecho de que estudiantes de diversos departamentos se hayan inscrito en el curso sobre teorías sociológicas, de suerte que en las discusiones con ellos y con la lectura de sus trabajos pudo probarse y finalmente mejorarse la inteligibilidad de la exposición. Además de la gratitud expresada a una institución, el autor desea manifestar la que debe a algunas personas cuya ayuda ha sido de fundamental importancia, en primet lugar al profesor Charles H. Pago, del Smith Coüege, que ha dado al texto su forma definitiva, revelando su magistral dominio de la lengua inglesa, y que ha hecho también muchas indicaciones valiosas en cuanto ai tratamiento de los autores individuales; al profesor Paul W. Facey, del College of the Holy Cross, que ha ayudado al autor a dar forma a las primeras redacciones de la obra; al Dr, Leopold Rosenmayer, de Vierta, y al Dr. Víctor Wílly, de Zürich, que señalaron a su atención varias publicaciones europeas. recientes; y finalmente, aunque no sea la última por su importancia, a su hija Tañía, que no sólo ha escrito a máquina muchas partes del manuscrito, algunas de ellas muchas veces, sino que fue su única discípula a quien explicó la primera versión del curso sobre historia del pensamiento sociológico, que necesitaba para sus exámenes del bachillerato francés. La teoría sociológica es materia de estudio difícil. Pata tener buen éxito, los estudiantes, además de escuchar las lecciones y de leer un libro de texto, deben familiarizarse directamente con algunas obras fundamentales sobre la materia, y en relación con ellas, con algunas fuentes secundarias. Así, pues, en el Apéndice del libro se incluyen indicaciones para lecturas ulteriores a fin de facilitar al instructor la tarea de recomendar lecturas complementarias. El número de tales recomendaciones no puede ser grande y debe variar de acuerdo con el nivel de instrucción y el número de horas dedicadas al curso. Además, es esencial la recapitulación. Es aconsejable disponer la recapitulación en un orden distinto del del curso. Esta reordenacíón puede ser cronológica, geográfica o sistemática. A fin de facilitar dicha recapitulación, se presentan en el Apéndice dos sinopsis, una cronológica y otra geográfica. N. S. TlMASHEFF

C APÍTULO I EL ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS La. actividad sociológica en los Estados Unidos desde la Primera Guerra Mundial aproximadamente hasta tiempos muy recientes restó importancia a la teoría. Al instructor y al maestro, lo mismo que al investigador, les interesaba sobre todo enseñar, leer o descubrir información de hechos relativos a tal o cual aspecto de Ja sociedad, en especial de la sociedad norteamericana, y con frecuencia propendían a identificar la "teoría" con la filosofía y hasta con ia especulación ociosa. Los hechos empíricamente comprobados, parecían decir algunas veces, ha' blan por sí solos y —sí recogemos bastantes— sus voces constituirán una ciencia sociológica. Pero la ciencia pide algo más que hechos, más que descripciones minuciosas. Asi, al madurar la sociología, esa primera orientación está siendo reemplazada rápidamente por el general reconocimiento de la indispensabilidad de la teoría. Como veremos, las consideraciones teóricas y las concepciones teóricas tienen, implícita o explícitamente, un papel esencial en lo que respecta a determinar la dirección de la investigación, a orientar la observación, a guiar la descripción misma. En la actualidad casi todos los sociólogos están de acuerdo en que esas funciones de la teoría deben ser explícitas. No obstante, si la teoría ha de usarse prudentemente y con conocimiento suficiente, juzgamos necesario conocer su naturaleza y variedades. Necesitamos conocer sus concepciones y las diversas formas terminológicas que toman, y, a Ta inversa, las diferentes concepciones que frecuentemente se expresan con los mismos términos. Además, debemos familiarizarnos con la historia de la actividad teórica sociológica, con sus cambiantes puntos de vista, con sus triunfos y sus fracasos, con sus promesas para lo futuro. Estas cuestiones constituyen el tema de este volumen. Comenzamos con una definición de la sociología para diferenciarla de las disciplinas emparentadas con ella, y con una explicación del significado de la teoría dentro del trabajo científico. ¿Qué es la sociología? Fue Auguste Comte quien en 1839 inventó la palabra sociología. Había intentado llamar física social a la nueva ciencia; pero rechazó ■ 15

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INTRODUCCIÓN

esta expresión porque un sabio belga, Adolphe Quételet, empezó a hacer estudios sociales estadísticos y a Elamar física social a su campo de rrahajo. Aunque la palabra sociología es una combinación bárbara iie latín y de griego, sus dos componentes expresan bien el objetivo de la nueva ciencia. Logia, significa estudio en un nivel elevado (por ejemplo, biología y psicología: estudio en un nivel elevado de la vida y de la mente), socio hace referencia a sociedad. Así, etimológicamente, sociología significa estudio de la sociedad en un nivel muy alto de generalización o abstracción. I Esta definición presupone que ya se sabe lo que es la sociedad. En realidad, las diferentes teorías sociológicas presentan explicaciones un tanto contradictorias de la naturaleza de la sociedad; muchas de ellas las encontraremos y estudiaremos en el transcurso de nuestro trabajo. Así, parece formarse una especie de círculo vicioso: se define la sociología como la ciencia de la sociedad, y la sociedad debe ser definida por la sociología. Situaciones así se presentan con frecuencia en ios pasos iniciales de la investigación científica. Puede resolverse el problema dando de] objeto de estudio una definición práctica o de trabajo, una aproximación suficiente para los fines presentes. De este modo, y de una manera preliminar, puede definirse la sociedad como un conjunto de hombres (seres humanos) en interdependencia. Por lo tanto, los hombres en interdependencia pueden tomarse como la materia de la sociología. Sentado este punto de partida, puede señalarse un límite entre la sociología y las demás ciencias que estudian a los hombres como individuos o como agregados de individuos sin tener en cuenta su interdependencia. La anatomía y la fisiología humanas estudian la estructura y funcionamiento de los seres humanos, que se repiten en todos los hombres. La antropología física estudia la variabilidad de la estructura corporal de esos seres y los clasifica en variedades, formando grupos nominales o estadísticos de individuos que presentan rasgos distintivos hereditarios y externos similares. La psicología (excepto una cama híbrida llamada psicología social) estudia los procesos mentales que tienen lugar en las mentes individuales y nos dice cómo ve, oye, siente, reacciona a los estímulos, etc., un ser humano. La sociología no se interesa por la estructura corporal del hombre, ni por el funcionamiento de sus órganos, ni por sus procesos mentales en sí mismos. Se interesa por lo que ocurre cuando los hombres se reúnen, cuando los seres humanos forman masas O grupos, cuando cooperan, luchan, se dominan unos a otros, se persuaden o se

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¡miran, desarrollan o destruyen la cultura. La unidad del estudio sociológico no es nunca un individuo, sino siempre dos individuos por lo menos que se relacionan entre sí de alguna manera. Pero aunque k materia del estudio sociológico son [os hombres en interdependencia, la provincia de la sociología no abarca todos los tipos de estudios de hombres en interdependencia. La misma materia la estudian también otras disciplinas, tales como la filosofía social, fa historia y las ciencias sociales concretas. ¿Qué diferencia hay entre esas disciplinas y la sociología? La filosofía social es disciplina mucho más antigua que k sociología. Muy desarrollada ya en la antigua Grecia y cultivada en la Edad Media, la filosofía social floreció en el siglo xvni, en la época de la Ilustración que precedió inmediatamente al nacimiento de la sociología. En las obras de los antiguos filósofos sociales se encuendan muchas proposiciones que fácilmente podrían ser formuladas en los términos de la sociología contemporánea. No obstante, la filosofía social y la sociología son dos actividades diferentes de la mente inquisitiva del hombre. La diferencia que hay entre ellas es análoga a la que separa, en general, a la filosofía y a la ciencia empírica: una diferencia en el nivel de la abstracción y en los procedimientos. Las dos son intentos de describir y explicar la realidad. Las dos se basan en la observación de hechos y en las generalizaciones derivadas de esa observación. Pero ahí terminan las analogías entre k ciencia empírica (incluida la sociología) y la filosofía (incluida k filosofía social). En la ciencia empírica, las generalizaciones concernientes a un campo específico de investigación son derivadas de hechos observados en ese campo o en campos estrechamente relacionados con él. Esas generalizaciones se hacen sin suponer (ni afirmativa ni negativamente) ningún conocimiento en una esfera de elevada abstracción concerniente al conjunto de la realidad. Todas las proposiciones que constituyen una ciencia empírica forman un sistema que se basta a sí mismo. En ese sistema no se le permite representar ningún papel a una proposición si contiene conocimiento que no sea empírico, en otras palabras, que no sea formulado con las limitaciones que acabamos de expresar. Por el contrario, la filosofía es primordial mente un intento de comprender k realidad en su conjunto. Partiendo de una multitud de hechos observadas, el filósofo pasa a ciertos principios definitivos que, tomados en conjunto, intentan explicar la realidad como un todo:

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INTRODUCCIÓN

Cómo se derivan Jas proposiciones acerca de la realidad total no es asunto de ene libro. En esc respecto, las diversas escuelas filosóficas difieren entre sí de modo muy significativo. De los principios fundamentales de la realidad total establecidos de ese modo, el filósofo deduce ciertos postulados y axiomas que usa después para remterpretar Jas clases particulares de objetos que ha distinguido en los hachos observados. Así, mientras el sociólogo explica la sociedad de acuerdo con los hechos observados en la sociedad y, finalmente, en otros campos de conocimiento empírico relacionados con el suyo, el filósofo social explica la sociedad de acuerdo con la explicación que éí da de la realidad total. Puede hablar de causas primeras, de valores supremos, de fines últimos. El sociólogo no tiene derecho a hacerlo. En principio, la diferencia entre la filosofía social y la sociología es clara. En la práctica, la línea de demarcación es borrosa, especialmente en la esfera de fas teorías, que constituyen el asunto de este libro. En el desenvolvimiento de la sociología han sido frecuentes las confusiones entre sociología y filosofía social. Muchos sociólogos han traspasado el limite entre los dos dominios y han introducido en su campo conceptos pertenecientes a la filosofía social, muchas veces de calidad discutible. De esta situación trataremos repetidamente en este libro. La historia es otra ciencia que traca de comprender a los hombres en interdependencia, más exactamente en configuraciones pasadas de esa interdependencia. Aun una obra histórica de tipo biográfico no puede dejar de tratar las relaciones entre su héroe y otros hombres. ¿Cuál es, pues, la diferencia entre la historia y Ja sociología, ya que esta última se interesa no sólo por el día presente, sino también por [as configuraciones pasadas de Ta interdependencia de los hombres? En principio, no es difícil determinar la diferencia. La historia estadía el pasado humano como una sucesión de acontecimientos concretos y únicos, de situaciones, de procesos. El historiador "trata de reconstruir el pasado con muchos detalles empíricos, exactamente como sucedieron. Tómese la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución francesa, la Revolución comunista rusa, el Nuevo Trato norteamericano. ¿Cómo ocurrieron esos acontecimientos y cuáles fueron los procesos individuales de que se compusieron? ¿Por qué ocurrieron? Estas y otras cuestiones análogas no dejarán nunca de interesar a la humanidad. Pero la menre humana no se detiene en la reconstrucción de acontecimientos únicos y que no se repiten. Detrás de ellos, en su marco

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espurio-temporal singular, histórico, la menee humana trata de descubrir tipos de recurrencia o repetición. Ha habido muchas guerras. ¿Hay o no hay un tipo recurrente de orígenes de las mismas, de sus efectos sobre las sociedades afectadas y de sus desenlaces? Son constantes las fluctuaciones de los precios de mercado. ¿Hay o no hay un tipo común a rodas ellas? Se cometen innumerables delitos. ¿No pueden descubrirse tipos más o menos constantes de delincuencia, a pesar de la concreta variabilidad del delito? Los tipos recutrentes observables en la interdependencia humana son el asunto de las ciencias sociales del tipo a que pertenece la sociología. Estas ciencias se basan en el postulado del orden, en k premisa lógica de que todo estudio debe elevarse por encima de la mera descripción. Las sucesiones concretas estudiadas por los historiadores son únicas y no pueden repetirse. No volverá a haber otra guerra de 1812 ni otra victoria de octubre de los comunistas rusos. Pero esas sucesiones de hechos concretos pueden descomponerse en sus elementos, y entre, esos elementos pueden establecerse relaciones invariables y necesarias, según su naturaleza. Puede resultarnos útil aquí la comparación con k investigación química. La química, conoce noventa y seis elementos que con sus combinaciones forman millones de compuestos. Los químicos explican la materia descomponiendo los compuestos en sus elementos y prediciendo la mayor parte de las propiedades de los compuestos a base del conocimiento de las propiedades invariables de los elementos. En la vida real se sucede una innumerable diversidad de cosas. Por debajo de esos^ucesos se repiten ciertos elementos que, una vez percibidos. Ies dan unidad y sentido. El historiador muestra lo variable; el sociólogo señala lo constante y recurrente. La historia describe la multitud de las combinaciones concretas en que se han encontrado los hombres interdependientes; la sociología descompone las diferentes combinaciones en sus relativamente pocos elementos básicos y formula las leyes que las gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el verdadero objetivo de la. sociología, equivalente a los objetivos de la. física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos. En la práctica, también aquí es borrosa la línea de demarcación. Los historiadores contribuyen con frecuencia al descubrimiento de tipos recurrentes en la realidad social. Ocurre así cuando su estudio

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INTRODUCCIÓN

de procesos concretos les lleva a tratar de comprenderlos causalmente. Obras históricas como Estudio de la Historia (1934 y después), de Arnold Toynbcc, invaden manifiestamente el campo de la sociología; mientras que estudios como The Protestant Ethic and thé Spkit of CapMtsm (La ética protestante y el espíritu del capitalismo 190(5), de Max Webcr, y Social and Cultural Dynamics (Dinámica social y cultural 1937-41), de Pitirim Sorotin, contribuyen mucho a i a comprensión histórica de las configuraciones pasadas de la interdependencia humana. Estas obras presentan claramente la combinación de singularidad y variabilidad en los fenómenos sociales. Hay aquí cierto traslapamiento, pero ventajoso para el historiador y para el sociólogo. Finalmente, hay que diferenciar la sociología de las ciencias sociales concretas, tales como la economía, la política y la etnología. Todas ellas, lo mismo que la sociología, estudian a los hombres en interdependencia, y no en un plano filosófico, sino en eí plano o nivel empírico. No sólo estudian fenómenos concretos y únicos, como la Constitución de los Estados Unidas o la organización del comercio exterior de este país en la actualidad, sino que tratan también de descubrir leyes, es decir, las relaciones necesarias e invariables entre los fenómenos de acuerdo con su naturaleza. ¿Qué diferencia hay entre esas ciencias concretas y Ja sociología? Más específicamente, ¿cuál es ía tarea propia de la sociología respecto de las otras ciencias sociales? A esta pregunta le han dado Jos sociólogos cuatro resptiestas diferentes en diferentes momentos de la historia de esta disciplina: Comte creía que la sociología debía apoderarse de todos los daros estudiados por esas ciencias concretas y unificarlos, privándolas así de su razón de ser. Herbert Spencer pensaba que la sociología era una supeteiencía, que no observaba por si misma los fenómenos sociales, sino que unificaba las observaciones y generalizaciones hechas por las otras ciencias sociales. Geürg Simmef, sociólogo alemán que trabajó a fines del siglo XIX, insistió en que el estudio del contenido de las acciones humanas definido por sus fines constituía la materia de las ciencias sociales concretas. Así, pues, la economía, por ejemplo, estudia las acciones tendientes a la solución de problemas materiales, o sea, la producción, la distribución, el cambio y el consumo; la ciencia política estudia las acciones tendientes a la adquisición y ejercicio del poder político. Pero ninguna de esas ciencias, pensaba Simmcl, investiga la forma

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de Jas acciones humanas en Ta sociedad, k forma común a todos los tipos de actividad, tales como k formación o k disolución de grupos humanos, la rivalidad, la lucha. Simmel reclamaba este campo, el de la sociología formal, no ocupado aún por ninguna ciencia social concreta, paca k sociología, k nueva disciplina. Pitjrim Sorokin, sociólogo contemporáneo, ha presentado una línea de demarcación que en general consideran correcta hasta los sociólogos que por lo común se oponen a él en cuanto al contenido de sus opiniones sociológicas. Scrokín deriva su definición de la sociología de una fórmula sustentada por Leo Fetrazhitsky, sabio ruso-polaco, según k cual, si en una clase de fenómenos hay n subclases, debe haber n -f- 1 disciplinas para estudiarlos: n para estudiar cada una de las subclases, y una más para estudiar lo que es común a todas ellas y 3a correlación entre las subclases. 1 Desarrollando esta idea, dice Sorokin que para cada una de las numerosas clases de fenómenos sociales -—económicos, políticos, religiosos y muchos otros— debe corresponder una ciencia social particular. Pero, además de esas ciencias, es necesaria otra ciencia (la sociología) para estudiar las características comunes a rodas las clases de fenómenos sociales y las relaciones entre esas clases, porque esas dos tarcas no pueden ser realizadas satisfactoriamente por las ciencias sociales particulares. Se ha díscu-* tído, por ejemplo, si el aspecto económico de k coexistencia humana determina las ideas morales y religiosas (como dijo Karl Marx), o si ks ideas morales de origen religioso dan un impulso especial al desarrollo económico (como afirma Max Weber), o si la relación es más compleja de lo que suponen ambas teorías. Ni el economista ni el estudioso de las ideas morales y religiosas son competentes para resolver el problema científico, porque lo ven por un solo lado, y por lo tanto, corresponde al campo de una ciencia que este por encima de k división en clases de los fenómenos sociales. Esa ciencia es la sociología. En principio, la opinión de Sorokin ofrece la mejor respuesta posible a esta pregunta: ¿Qué es la sociología? Pero en la práctica, k sociología ha desarrollado la tendencia a anexionarse los campos de estudio social que no han sido ocupados por las antiguas ciencias sociales, por ejemplo el estudio de la familia, y a aplicar sus generalizaciones a los campos de estudio social en que las ciencias sociales ' laiiodiícrjon ¡o ibe Siudy t>¡ Lew and Moráis (¡ntrodnsción ai estudio dd derecho y I* moral, en ru», 1907}. pp, 80-81

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INTRODUCCIÓN

particulares se han limitado a describir, clasificar y comparar. De ahí han nacido rumas de la sociología rales como la sociología política, la sociología del derecho, Ja sociología de la religión, la sociología del arte, y así sucesivamente. La sociología, pues, consta de un núcleo .Min.il ikfflnftrtrnfenri-n, aproximadamente cprrejqjqñdfcflte á Ifl cid i nición dada por Sorokin, y de una periferia consistente encestadlos diversificados de diferentes campos sociales que nO se ha^aStopiadq las ciencias concretas .consagradas^ ""Esta situación les resulta enojosa a quienes les gusta la armonía completa en el majestuoso edificio de la ciencia. Afortunadamente para este volumen, el problema no constituye ninguna gran dificultad, ya que la teoría se interesa primordial mente por el núcleo central de la sociología. Hay sólo un vecino científico con el que la sociología no tiene una frontera precisa: la etnología. Hasta muy recientemente, la etnología se limitaba al estudio, descriptivo en gran parte, de las sociedades sin escritura. En la actualidad, la antropología cultural, para usar la designación popular corriente, se inclina a tomar el papel de la ciencia generalizadora de los hombres en interdependencia, dejando a la sociología el estudio de los hombres que viven en sociedades modernas complicadas. Como no hay autoridad que resuelva el conflicto resultante de las pretensiones incompatibles de la sociología y de la antropología cultural, esre libro estudiará las aportaciones de antropólogos y etnólogos importantes a la teoría sociológica, asi como las de los sociólogos profesión a íes. ¿Qué es la teoría sociológica? El estudio que precede indica indirectamente qué es la teoría sociológica. Para examinar la cuestión directamente, podemos empezar por considerar brevemente la estructura de toda ciencia empírica, independientemente de su materia. La base de toda ciencia empírica es la observación. El resultado de una observación individual se expresa en una proposición singular que dice que, en un momento y un lugar dados, ha tenido efecto este fenómeno particular. La adquisición de proposiciones de ese tipo es requisito indispensable para coda ciencia, pero minea es suficiente. Las observaciones individuales deben ser ordenadas, y las maneras de hacerlo son muchas. Las observaciones individuales deben ser comparadas; esto equivale a determinar analogías y diferencias. Tienen que

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ser clasificadas; esto significa que se forman tipos de ciases, cada uno de los cuales unifica muchas observaciones análogas. Una buena clasificación permite que se sitúen en ella los fenómenos observados no sólo antes de formularla, sino también después. Las observaciones individuales pueden ser contadas y sometidas a tratamiento estadístico que dé por resultado distribuciones de frecuencia, series de tiempo, coeficientes de correlación y otras expresiones estadísticas. Las observaciones individuales pueden ser ordenadas en series genéticas que muestren el desarrollo gradual de ciertos procesos, y las series genéticas pueden compararse entre sf y descubrirse analogías entre ellas. Las generalizaciones hechas sobre las maneras de ordenación pueden expresarse como leyes naturales (en ef campo de los estudios sociales, leyes sociales) según las cuales siempre que se presenten determinadas condiciones, tendrán lugar determinados efectos. Con ciertas precauciones, las generalizaciones de tipo estadístico (distribuciones de frecuencia, series de tiempo) también pueden convertirse en leyes sociales. Y todavía hay otros procedimientos conducentes a la formulación de tales leyes. Los hallazgos concernientes a clases de fenómenos son generalizaciones. Una generalización no se refiere ya a un hecho en sí mismo; se basa sobre muchos hechos y finalmente puede ser usada para predecir hechos que probablemente se comprobarán en observaciones posteriores. El conocimiento expresado en Jas generalizaciones es de un nivel superior al expresado en las proposiciones singulares. Pero ese conocimiento no es todavía el nivel más alto posible en la ciencia empírica. El nivel más alto es el de la teoría. Por los esfuerzos acumulados de hombres de ciencia especializados en una disciplina particular, se formula gran número de generalizaciones de tipos diversos. Después los científicos sienten la necesidad de unificar los resultados esporádicos que han alcanzado hasta entonces. La unificación se hace hipotéticamente formulando una teoría. Una teoría es una serie de proposiciones que llenan, idealmente, las siguientes condiciones: primera, las proposiciones deben hacerse de acuerdo con conceptos exactamente definidos; segunda, deben ser congruentes entre si; tercera, deben poderse derivar de ellas las generalizaciones ya existentes; cuarta, deben ser fecundas, es decir, abrir el camino para nuevas observaciones y generalizaciones que amplíen el campo de conocimientos. La teoría no puede derivarse de observaciones y generalizaciones simplemente por medio de la inducción rigurosa. La formulación de

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una. teoría es obra creadora, y por lo tanto, no es sorprendente que sean capaces de ella muy pocos entre los que trabajan en el campo de una ciencia. Hay siempre un salto más allá de la prueba, una corazonada, correspondiente al esfuerzo creador. Pero toda teoría así formulada debe someterse después a verificación. Se considera verificada, de un modo preliminar, si no la contradicen¡ngún hecho o generalización conocidos. Si hay contradicción, la teoría hipotética debe ser rechazada o por lo menos modificada. Pero esa prueba no es más que una verificación preliminar. Porque a veces dos o más teorías parecen explicaciones plausibles de los hechos y las generalizaciones conocidos. Cuando eso ocurre, se emplea el procedimiento llamado experimento crucial (u observación crucial). El procedimiento implica la concepción razonada de una situación en relación con la cual darían predicciones contradictorias las teorías rivales. Esa situación debe ser creada artificialmente (expe-rímenralmcnte) o buscada en. la realidad. La observación decidirá entonces cuál de las teorías es compatible, SÍ lo es alguna, con la experiencia de prueba. Pero esta verificación aún no es definitiva, porque pueden descubrirse después hechos, o sacarse generalizaciones, que invaliden la victoriosa teoría de hoy. En la ciencia empírica la teoría nunca es definitiva. En una ciencia madura, como la física o la química, por lo común sólo una teoría muy abstracta, o una serie de teorías interrelacionadas y mutuamente complementarias, es sustentada por las personas que trabajan en su campo. Pero ese estado de madurez únicamente se alcanza después de un periodo de largos y tenaces esfuerzos caracterizado por la existencia de dos o más teorías antagónicas, situación que es todavía Ja de la sociología. No existe un conjunco de proposiciones que sustenten todos los sociólogos, expresadas en términos idénticos o fácilmente convertibles unos en otros, y que les permitan presentar Jos licthos y las generalizaciones conocidos como derivaciones lógicas de unos pocos principios. Por el contrario, el desarrollo de la sociología se ha caracterizado por la aparición de un número desacostumbradamente grande de teorías antagónicas. Aunque roda-vía no se ha superado este estado de cosas, la lucha ya no es tan aguda como lo fue a fines del siglo xix. Actualmente, la mayoría de ios sociólogos están de acuerdo sobre muchas proposiciones incluidas en una amplia teoría sociológica, si bien en ocasiones formulan dichas proposiciones con terminologías divergentes. (El lector conocerá el hecho de que )iay palabras diferentes para expresar los mismos

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conceptos, las mismas ideas, y que, viceversa, algunas veces se expresan, con las mismas palabras conceptos y hasta teorías diferentes.) Ha disminuido el margen de desacuerdo teórico y ha aumentado el margen de acuerdo, como tratará de demostrar este libro. El examen de las teorías sociológicas del pasado y del presente revela que giran alrededor de unos pocos problemas, los más importantes de Eos cuales están contenidos en las siguientes preguntas: ¿Qué son la sociedad y la cultura? ¿Cuáles son las unidades básicas en que se descomponen la sociedad y la cultura? ¿Que relación hay entre sociedad, cultura y personalidad? ¿Qué factores determinan el estado de una sociedad y de una cultura, o el cambio de una sociedad o una cultura? ¿Qué es la sociología y cuáles son sus métodos apropiados? EJ estudio del desarrollo de la teoría sociológica debe enfocarse sobre las diversas respuestas que se han dado a esas preguntas. Al presentar las teorías individuales hay que ir más allá de esas preguntas, porque mudias teorías suponen problemas que aquéllas no contienen, o están formulados de tal manera que se hace necesario tocar otros problemas científicos más o menos conectados con los señalados arriba. Cómo estudiar teorías sociológicas Este volumen no se propone ser una exposición sistemática de los resultados del estudio científico de la sociedad; antes bien, quiere ser un desarrollo histórico del sistema de ideas que es la sociología teórica. No intenta el autor formular e imponer una teoría particular, sino que se propone presentar el proceso del desarrollo de la teoría sociológica manifestado en la aparición, lucha y desaparición o pervi-vencía de diversas teorías. Este libro trata principalmente de la historia de Ja penetración gradual de los sociólogos en la realidad de la sociedad. Su propósito es establecer la filiación y la oposición de las ideas, para señalar casos de invención paralela, para hallar en las teorías más antiguas gérmenes o anticipaciones de las posteriores, y para descubrir e] avance de la verdad a través del choque de las opiniones. El estudio de estas materias ayudará a comprender las razones que explican las ideas elegidas por los participantes en el progreso científico, servirá de advertencia contra los errores cometidos en el pasado y puede mostrar caminos prometedores para nuevos avances.

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INTRODUCCIÓN

Se dispone de mucho material para este estudio. Pero éste se complica por el hecho de que las teorías sociológicas se han desarrollado de acuerdo con un patrón que se parece algo al del desarrollo de una planta; algunas ramas han crecido vigorosamente y han echado muchas ramas secundarias, mientras que otras, mas tarde o más temprano, se lian marchitado. La situación se complica más aún por el hecho de que, además del patrón o modelo de la ramificación, se observa también el de la convergencia y ía fusión. Mientras que, por la. ramificación, una teoría da origen a dos o más, por la ¿onvergencia y la fusión, teorías que empezaron siendo explicaciones independientes y supuestamente incompatibles de Ja realidad social se van acercando la una a la otra y a veces se juntan en una. Por consiguiente, el intento de trazar una genealogía esquemática de las teorías sociológicas sería exccpcionalmente dificultoso y obscurecería, más bien que aclararlas, las aportaciones y tendencias principales. Esta complejidad del asunto que estudiamos requiere selección y ordenación cuidadosa de los materiales. La selección es siempre algo arbitrario, y puesto que este libro no pretende ser una enciclopedia sociológica, quedarán fuera de su ámbito muchas obras valiosas. Por lo menos son posibles tres tipos fundamentales de ordenación. En primer lugar, fas teorías pueden clasificarse en unas pocas escuelas basadas en los tipos de solución teórica de los problemas básicos. Éste es el procedimiento que empleó SoroUn en su bien conocida obra Conté mpotary Soriological Theories (Teorías sociológicas contemporáneas, 1928). En segundo lugar, las teorías pueden ser presentadas en la sucesión histórica de su aparición; éste es aproximadamente eí método seguido por J. L Lfchtenberger en The Development of Social Theory (Desarrollo de la teoría social, 1923) y por F. N. House en The Development of Sochtogy (Desarrollo de la sociología, 1936). En tercer lugar, las teorías pueden ser presentadas según las zonas geográficas en que viven sus autores; este plan ha sido usado por G. Gurvitch y Wilbert Moore (editores) en Tseentieth Century So-riology (Sociología del siglo XX, 1945) y por Harry Elmer Barnes (editor) en An Introduction to the Htstory of Sociology (Introducción a la historia de la sociología, 1948). En el presente libro el autor se propone emplear una combinación de los procedimientos primero y segundo. El examen del desarrollo de Ja teoría sociológica se dividirá en cuatro períodos. El primer periodo, que se extiende desde el nacimiento de la sociología hasta 1S75 aproximadamente, es el de los

ESTUDIO DE LAS TEORÍAS SOCIOLOGICAS

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iniciadores y de los esfuerzos inconexos. El segundo, que corresponde aproximadamente al último cuarto del siglo XIX, es el periodo de la lucha de las escuelas y simultáneamente del predominio del evolucionismo, lucha relacionada en gran parte con la cuestión de cuál factor (económico, geográfico, racial o algún otro) determina la evolución social. El tercer periodo, que comprende el primer cuarto del siglo xx, es una época de indecisión consecutiva a la demolición de la teoría evolucionista y a la conciencia creciente de la necesidad de concentrarse en estudios empíricos. El período cuarto y actual es el de k lucha entre estructuras de referencia o de convergencia, y se caracteriza por el creciente conocimiento de la existencia de un gran cuerpo de proposiciones empíricamente formuladas (por lo tanto, periodo de convergencia) y por la rivalidad de puntos de vista considerados corno más adecuados para explicar k realidad social en su totalidad. En cada uno de esos cuatro periodos se presentarán las escuelas más representativas y ks teorías que mayor influencia han tenido, señalando sus interrelaciones. Y para toda k sucesión del desarrollo, se subrayarán las persistencias y las acumulaciones, así como las resurrecciones teóricas, algunas veces operadas en formas nuevas.

I.

SEGUNDA PARTE LOS INICIADORES

C APÍTULO 2 AUGUSTE COMTE Ya que este volumen está dedicado ai estudio de las teorías sociológicas y no a la historia del pensamiento social en general, comer zara con Auguste Comte, que fue la primera figura importante que sostuvo, y que después demostró con hechos, que era posible y deseable una ciencia de la sociedad, tanto empírica como teórica. Mas pau hacer comprensible a Comte, es preciso presentar el clima intelectui. de Francia a principios del siglo xix, Francia a principios del siglo xix El clima intelectual de una sociedad lo forman las ideas que dai por sentadas y sabidas los intelectuales contemporáneos, los pee blemas comúnmente discutidos por ellos y los métodos de discusión Ese clima puede estar más o menos unificado; en otras palabras los intelectuales pueden dividirse o no en facciones, cada una de la: cuales posee un cuerpo de ideas preferidas, un conjunto partícula-de problemas y un método peculiar de discusión. A principios del siglo xix el clima intelectual de Francia estab : bien unificado. Se sentía orgullo por los progresos de las materna ticas y de las ciencias naturales, y confianza en la omnipotencia de los métodos. En relación con los asuntos humanos, el clima incluía la creencia en la existencia de leyes sociales análogas a las establecidas en las ciencias naturales. Entre esas leyes se daba lugar prominente a la ley del progreso o del inevitable desarrollo de las sociedades humanas hacia etapas más elevadas y mejores. Ese cuerpo de ideas se remonta a Biaise Pascal (1623-62), quien decía que la continuidad de las generaciones humanas semejaba un individuo que viviese eternamente y que acumulase conocimient-sin cesar. Charles Montesquieu (1689-1755) presentó en la primera frase de su famoso Espíritu de las leyes una definición de ley natural que tuvo general aceptación. Las leyes, en el sentido más amplio de la palabra —decía—son relaciones necesarias derivadas de Ja naturaleza de las cosas. Jacques Turgot (1727-81) desarrolló la idea de progreso. En un discurso pronunciado en 1750 y en su breve Discurso sobre la historia universal, trató de demostrar que el adelanto del hombre en el conoci31

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miento de la naturaleza iba acompañado de una emancipación gradual de su menee respecto de los conceptos antropomórficos. En su opinión, ese proceso pasaba por tres etapas. Primero, el hombre suponía que los fenómenos naturales eran producidos por seres inteligentes, invisibles pero parecidos entre sí. Después, los hombres empezaron a explicar esos fenómenos con expresiones abstractas, tales como esencia y facultad. Por último, observando la acción recíproca mecánica de los cuerpos, formularon hipótesis que podían desarrollarse matemáticamente y ser comprobadas por la experiencia, i Otro protagonista de la idea de progreso, el marqués de Condorcet (1743-94), expuso sus opiniones en una obra titulada Ensayo histórico sobre los progresos de la razón humana, escrita en la cárcel poco antes de ser ejecutado, cosa que sabía que era inevitable. Condorcet esbozó el progreso humano a través de las edades y concibió la posibilidad de una ciencia que pudiera prever los progresos futuros de la humanidad y por lo tanto acelerarlos y dirigirlos. Para formular leyes que permitan a los hombres prever lo futuro, Ja historia debe dejar de ser historia de individuos y convertirse en historia de las masas humanas. Cuando se haya realizado ese cambio, será posible la predicción de lo futuro, a base del conocimiento de leyes necesarias e invariables. No hay razones para creer que no haya leyes que rigen los asuntos humanos. La mayor parte de esas leyes son aún desconocidas, pero sobre la base de la observación histórica puede afirmarse que el progreso es inevitable e ininterrumpido, y que depende de la sucesión de las explicaciones antropométricas, metafísicas y científicas de los fenómenos naturales. Vida de Comte Comte (1798-1857) nació en Montpellier, Francia. A la edad de dieciséis años el que iba a ser padre fundador de la sociología ingresó en la Escuela Politécnica, el centro más distinguido de Francia en aquel tiempo. Sus profesores, en su mayor parte sabios matemáticos y físicos, se interesaban poco por el estudio de los asuntos humanos y de la sociedad. Peto el joven Comte se interesaba mucho en él. Como gran parte de los filósofos de su tiempo, en especial Jos filósofos sociales L, G. Bonald y Joseph de Maistre, se asustó ante los efectos destructores de la Revolución francesa, ante el desorden creado por la destrucción violenta de grupos sociales intermedios entre la familia y el Estado. En consecuencia, el mejoramiento de la

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sociedad se convirtió pronto en k principal preocupación de Comte, en la verdadera finalidad de su vida. Pero creía que para mejorar a la sociedad es necesaria una ciencia teórica de k sociedad. Como esta ciencia no existía, se dispuso a crearla. En su opinión, esta ciencia nueva depende de orras ciencias, y en consecuencia decidió estudiar toda la serie de ciencias teóricas que él identificó con k filosofía positiva. A base de los resultados de esos estudios procuró formular un sistema de leyes que gobiernan la sociedad, a fin de poder, a base de ellas, postular un tratamiento curativo para aquélla. Las proezas intelectuales de Comte, y aun k formulación de su gigantesca empresa, fueron grandemente estimuladas por el hecho de haberlo nombrado secretario suyo, a la edad de diecinueve años y siendo aún estudiante de k Escuela Politécnica, el conde Henri de Saint'Simon (17Ó0-1825). Aunque perteneciente a k aristocracia francesa, Saint-Símon llegó a ser uno de los primeros y más prominentes socialistas utópicos, uno de los pensadores sociales, quizás .uno de los soñadores sociales, que creían que Tos problemas de k sociedad de su tiempo podían ser resueltos reorganizando k producción económica, despojando a k clase propietaria de los medios de producción, de libertad económica, que era el valor más estimado en aquel tiempo. En un folleto publicado en 1813, Sainr-Simon expuso estas ideas: La moral y la política se convertirán en ciencias "positivas".L . Se consumará la tendencia de muchas leyes particulares a ciencias individuales hacia una sok ley que Jo abarcará todo. La ciencia será el nuevo poder espiritual. Por lo tanto, k ciencia debe ser reorganizada, y de esc modo k humanidad entrará en el tercer gran período de su historia, habiendo terminado el primero, o preliminar, con Sócrates, y llegando el segundo, o conjetural, hasta el tiempo mismo de los escritos de Saint-Simon. De 1817 a 1823 Comte y Saint- Simón colaboraron tan estrechamente, que es imposible distinguir lo que se debe a cada uno de ellos. Esa colaboración es especialmente señalada en k obra titulada Plan de las operaciones científicas necesarias para la reorganización de la sociedad. Años más tarde Comte llamó a esa obra "el gran descubrimiento del año 1822". En esa publicación sostenían los autores que k política debe convertirse en física social, rama de k fisiología; que cada rama de conocimientos pasará por tres etapas, k teológica, k metafísica y la positiva; y que k finalidad de k física social

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era descubrir las leyes naturales e inmutables del progreso, que son tan inevitables como la ley de la gravedad. Así, el programa de una ciencia nueva (que más carde se llamaría sociología) quedaba claramente trazado y formulada la principal proposición de la teoría sociológica de Comte: la ley de Jas tres etapas. Poco después de haber publicado esa obra, Comte y Saint-Simón disolvieron su sociedad y empezaron a atacarse acremente el uno al otro. Comte no volvió a encontrar nunca una situación estable y re-muneradora, y vivió de la enseñanza y el examen de matemáticas y de otros expedientes análogos. Menudearon los desengaños personales y los altercados con otros, y su aislamiento social aumentaba incesantemente. No obstante, para ayudarlo, un pequeño grupo de admiradores lo invitó a dar una serie de conferencias privadas sobre filosofía positiva. Accedió Comte, y las notas de las conferencias fueron publicadas gradualmente entre 1830 y 1842, constituyendo su voluminosa obra maestra: el Curso de filosofía positiva. Mientras trabajaba en ella, Comte descubrió el principio de la higiene cerebral. Este descubrimiento, aplicado a su propia vida, significa que dejó de leer a fin de que su mente no se contaminara de las ideas de otros. En sus años postreros, entre 1851 y 1854, escribió un tratado ritujado Sistema de política positiva, en cuatro volúmenes, en el que aplica sus hallazgos en sociología teórica a la solución de los problemas sociales de su tiempo. De esre modo realizaba su finalidad inicial, el mejoramiento de la sociedad; pero al hacerlo se desvió en parte del positivismo e intentó formular una religión de la humanidad. Sin embargo, se encuentran en la obra numerosas adiciones interesantes e importantes a la anterior filosofía positiva del autor. Premisas fundamentales La teoría sociológica de Comte forma un sistema en el centro del cual se encuentran dos proposiciones relacionadas: la ley de las tres etapas y el teorema de que las ciencias teóricas forman una jerarquía en la que la sociología ocupa la cima. Las ciencias, dice Comte en la segunda de esas proposiciones, son teóricas o prácticas (aplicadas). Las teóricas pueden dividirse en descriptivas (concretas) y abstractas. Las primeras tratan de los fenómenos concretos, y las segundas se esfuerzan en descubrir las leyes de Ja naturaleza que gobiernan esos fenómenos, determinando su coexistencia y sucesión. Las ciencias teóricas abstractas forman una serie

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o jerarquía en k que cada eslabón superior depende del anterior, ¡jorque trata de fenómenos más concretos y complejos. La base de la jerarquía la ocupan las matemáticas, que tratan de aspeaos abstractos de todos los fenómenos. Sigue después Ja mecánica, que Comte casi identifica con la astronomía, ciencia que en su tiempo hacía progresos sorprendentes. A k mecánica siguen la física, k química y la biología. Y encima de todas se eregiría la nueva ciencia de la física social o sociología. La ley de las tres etapas significa, anre todo, que cada campo de conocimiento pasa por tres periodos de desarrollo: teológico, meta-físico y positivo. Pero las ciencias individuales no avanzan paralelamente; cuanto más alta está una ciencia en la jerarquía, más tarde pasa de una etapa a otra. No podría scc de otro modo, porque las ciencias más sencillas tienen que desarrollarse primero, y las más complicadas después. Comte creía que todos los campos de conocimiento, salvo uno, habían llegado a la etapa positiva. Con la aparición de k sociología la serie quedaría completa*Pero en el sistema de Comte la ley de las tres etapas es mucho más que un principio que rige el progreso del conocimiento. El desarrollo y la educación del individuo deben pasar también por ks tres etapas, lo mismo que el desarrollo de la sociedad humana. El des-rrallo y la organización social positivos dependen del conocimiento científico, es decir, sociológico, de los fenómenos sociales. En otras palabras, según Comte, "el gran descubrimiento del año 1822" iba a convertirse CA k idea directora de k reorganización de la sociedad, sacudida por la Revolución francesa. Comte estaba tan firmemente convencido de la certeza de sus opiniones, que envió un ejemplar de su Filosofía positiva al emperador Nicolás I de Rusia, con una carta en la que daba por descontado que el gobernante autócrata (que, cosa interesante, tenía una buena preparación matemática) iniciaría reformas que elevarían a Rusia a la categoría de sociedad positiva. Las pretcnsiones de Comte, como las de muchos innovadores, y tal como lo hace ver este incidente, eran a veces ridiculas. Pero ks premisas fundamentales de su teoría sociológica merecen respetuosa consideración. La lista de ciencias abstractas hecha por Comte es incompleta. Omitió la psicología, que consideraba una rama de la fisiología, y las relaciones entre las ciencias individuales son más complicadas de lo que él creía. Pero, en general, su división de las ciencias resultó ser bastante sólida. La ley de ks tres etapas es maní

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fiesramcntc inválida en el sentido que Te daba su inventor, Pero Jas primeras explicaciones de la naturaleza y de los hombres fueron casi siempre religiosas, y las han seguido explicaciones filosóficas y, más tarde, La ciencia empírica. Pero ninguna de las actitudes posteriores invalidó por completo Ta acritud religiosa; más bien ha habido acumulación y con frecuencia mezcla de ks tres. Aun con esta corrección, k ley de las tres etapas de Comre no puede, naturalmente, tomarse como prueba de los hechos hoy conocidos. No obstante, en una forma muy modificada puede ser percibida en una de las teorías más ambiciosas de los días presentes, k de Sorokin (véase capítulo 20), La ciencia de ¡a sociología Lo que para Comte significaba la sociología lo índica su misma localización en el sistema de las ciencias: la sociología es la ciencia teórica abstracta de los fenómenos soc iales. En 1822, cuando él y Saínr-Simon concibieron la necesidad de esta nueva ciencia, escribió: "Poseemos ahora una física celeste, una física terrestre, ya mecánica o química, una física vegetal y una física animal; todavía necesitamos una más y k última, la física social, para completar el sistema de nuestro conocimiento de la naturaleza. Entiendo por física social la ciencia que tiene por objeto el estudio de los fenómenos sociales considerados con ti mismo espíritu que los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos ^eyeajiaturaies invariables; cuyo descubrimiento es el objeto especial de investigación" Más precisamente, el objeto era "descubrir a través de qué series fijas de transformaciones sucesivas ha llegado gradualmente k especie humana, partiendo de un estado no superior al de ks sociedades de los grandes monos, ai punto en que se encuentra hoy k Europa crvilizada". 1 Comte cambió de muy mala gana el nombre de física social de k nueva cien-cía por el de sociología. En k última parte de su Filosofía positiva dice que había inventado un nombre nuevo porque el viejo lo había usurpado un científico belga que lo tomó para título de una obra dedicada a materia tan baja como la simple estadística. La obra a ., que se refiere es el Sobre el hombre y el desarrollo de las facultades humanas: Ensayo sobre física social de Quételet (véase capítulo 4), una de ks aportaciones a ks ciencias sociales que mayor influencia ejercieron en el siglo XIX. En Política positiva se propuso Comte dar más carne y más sangre a k definición formal de sociología implícita en Filosofía positiva. i Tomado ¿e La edición en inglés de Pasitiv* Poli/üi, • ■

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IV, apéndice, pp. 1 4 9 -50.

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En un lugar pareció identificar la sociología con el estudio de la tota-Jidad de los fenómenos del entendimiento humano y las acciones de ellos resultantes. En -otras partes limitó esa opinión diciendo que la sociología no es el estudio del entendimiento como tal, sino el de los resultados cumulativos del ejercicio del entendimiento. Como está fuera de toda duda que no abandonó su concepción de la sociología como ciencia teórica de Jos Fenómenos sociales, la suma total de estos últimos Ja identificaba el ahora con los resultados cumulativos del ejercicio del entendimiento. Esta concepción de los fenómenos sociales es análoga al concepto de cultura frecuentemente empleado por los sociólogos contemporáneos, que lo han tomado de la antropología cultural. En germen, ese concepto de la cultura estaba ya presente en la obta de Comte mucho antes de que le concedieran estratégica importancia los antropólogos y los sociólogos modernos. Metodología Comte pensaba que el estudio de los métodos no podía separarse del estudio de los fenómenos investigados con ellos. Por consiguiente, sus opiniones metodológicas sólo pueden reconstruirse reuniendo palabras dispersas en sus tratados. Desde luego, la sociología debe emplear el método positivo: esto iba implícito en el programa mismo de la nueva ciencia y se derivaba de las premisas fundamentales de Comte. Pero, ¿qué es el método positivo? En respuesta, Comte apenas dijo más que dicho método exigía la subordinación de los conceptos a los hechos y admitir la idea de que ios fenómenos sociales están sujetos a leyes generales; de otro modo, ao podría construirse ninguna ciencia teórica abstracta concerniente a esos fenómenos. De acuerdo con su concepto de la jerarquía de ías ciencias, Comte reconocía que el sistema que formaban las leyes sociales era menos rígido que el sistema de las leyes biológicas, el cual, a su vez, era menos rígido que el de las leyes físicas. No obstante su buena preparación en matemáticas, negaba Comte que el método positivo se identificara con el empleo de las matemáticas y de ia estadística. "La idea de tratar la ciencia social como una aplicación de las matemáticas, para hacerla positiva, tiene su origen en el prejuicio de los físicos según el cual no hay certeza fuera de las matemáticas. Este prejuicio fue natural en un tiempo en que todo lo que era positivo pertenecía al dominio de las matemáticas aplicadas y en que, por consecuencia, todo lo que éstas no abrazasen era

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vago y conjetural. Pero desde la formación de las dos grandes ciencias positivas que son la química y la fisiología, en las que no representa ningún papel eí análisis matemático y sin embargo se las considera no menos ciertas que las otras, cal prejuicio sería absolutamente inadmisible." 2 En una ocasión señala Comte los "vanos intentos de varios geómetras para realizar un estudio positivo de la sociedad aplicando Ja engañosa teoría de las probabilidades". También aquí tenía presente la obra de Quételet. Merece advertirse que en la actualidad existe una escuela ncopositiva (véase capítulo 15 ) que ve en Ja cuan-tificación el ideal de coda ciencia, incluida la sociología. En este respecto, difícilmente puede compaginarse el neoposftivismo con las ideas del fundador del positivismo. 3 ¿Cómo, pues, puede conquistarse el conocimiento positivo, según Comte? Menciona cuatro procedimientos: observación, experimentación, comparación y método histórico. La observación, o sea el empleo de los sentidos físicos, sólo puede realizarse fructíferamente, como acertadamente señalaba Conste, cuando la orienta Ja teoría. De ios varias modos de observación, Comte estimaba poto la introspección, es decir, la observación de los fenómenos que se producen en la mente del observador, Algunas de sus afirmaciones en este respecto se anticipan a las de los behavioriscas o conductistas contemporáneos. Él miraba en otra dirección, y creía que la frenología 4 podía explicar mejor las variaciones de la conducta humana, Comte sabía que la verdadera experimentación es casi imposible en el estudio de la sociedad. Pero en la lengua francesa experiment significa muchas veces observación dirigida. Sostenía que podían hacerse comparaciones fructíferas entre las sociedades humanas y las animales, entre sociedades coexistentes y entre las clases sociales de una misma sociedad. Por método histórico entendía Comte la búsqueda de leyes generales de la constante variación de las opiniones humanas, punto de vista que refleja el predominante papel de las ideas manifiesto en la ley de las tres etapas. El método histórico de Comte tiene poco en común con los métodos usados por los historiadores que dan especial importancia a las relaciones causales entre hechos concretos y sólo I Tomado de la en íagléi di :' i:u« PaUiia, val. TV, apéndice, pp. 123-24 A Vé»!-, OD obsiance, el punió de viiu conmrk> en I r of Smioíogy, de i i f ; t . L LÜ '■ ; ; ■ Vll-VlU. 4 L» frenología a unj reoiía irudocicmífic» ( . . ■ ■ ■ ■ ■ . < por V. H- G»IL : 1758-1828) según la cual las facultades me ota les del humbre están estrechamente relacionada» con ha peculiaridades del cráneo.

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intídentalmente formulan leyes generales. Pero Comte sólo decía lo que debe hacerse y no cómo debe hacerse. En sus tratados presenta muchas inferencias de hechos históricos; pero esas inferencias rara vez son convincentes y parece haber llegado a ellas por deducción basada en la ley de las tres etapas más bien que por verdadera inferencia. Hay que mencionar otros dos puntos de importancia metodológica. El primero es que, en opinión de Comte, la sociedad es en cierto modo ,.como un organismo en el que se conoce-el conjunto mejor que las partes.5 De esta proposición sacaba é l k conclusión un tanto inconsecuente de que los estudios especializados, tales como los económicos, son engañosos, porque nunca debe introducirse en la ciencia un hecho social tomado como fenómeno aislado. Además, censuraba a los economistas de su tiempo por su resistencia a admitir k posibilidad de todo orden en la. sociedad excepto el que por sí mismo se establece automáticamente. Comte creía que, además de ese orden espontáneo, podía establecerse otro planeado a base del conocimiento de leyes sociales y su racional aplicación a problemas y situaciones concretos. El segundo es que en la obra de Comte hay una sugerencia que se adelanta en más de cincuenta años a una notable aportación de Max Wcber (véase capítulo 14). Comte consideraba los tipos sociales como "límites a los cuales se acerca cada vez más la realidad social sin poder alcanzarlos nunca". Se percibe en esta afirmación la influencia de la preparación matemática de Comte, pero cambien, en forma rudimentaria, el tipo ideal de Max Weber, excelente instrumento lógico para el análisis sociológico. Corrobora esta afinidad una afirmación de Comte que indica cómo usar esos tipos al estudiar fenómenos sociales. Los casos intermedios, es decir, los OSOS no coincidenres con ningún tipo ideal, deben estudiarse —decía— bajo la influencia de un análisis exacto de Jos dos casos o tipos extremos. Esto quiere decir que un caso intermedio puede ser entendido mejor determinando cuánto de uno y de otro de los tipos extremos opuesros está incorporado en él. Sociología estática y dinámica La sociología de Comte se divide en dos grandes partes, estárica y dinámica. Es ésta una división tomada de la biología (que en los días i Referida a un orgaiiiimn, la observat¡ón a correen: aun sin preparación especial puede fumpfefidersc l a conducta de un humbre. un perro o un gtio. mientra* que el conucimienro dej r'-.j ■.. ..■■u.n;.'.' de lo* parecí, u órgano*, mije cierro «nidio. Pero, referida fl la loeiedad, la proporción difícilmente puede sostenerse.

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y de Comte se llamaba fisiología), y por lo tanto estaba de acuerdo con su idea de Ja jerarquía de las ciencias y la posesión por éstas de rasgos comunes. La estática comprende el estudio de las condiciones de la existencia de L: sociedad, mientras que la dinámica requiete el estudio de su continuo movimiento, o de las leyes de la sucesión de las etapas individuales. El hecho principal de la estática es el orden; el hecho principal de la dinámica es el progreso. Dicho más explícitamente, la estática es una teoría del orden, que equivale a la armonía entre las condiciones de la existencia en sociedad del hombre, mientras que la dinámica es una teoría del progreso social, que equivale al desarrollo fundamental, o evolución, de la sociedad. Pero orden y progreso se relacionan entre sí estrechamente. Ningún orden social real puede establecerse si es incompatible con el progreso., y no es posible un progreso duradero si no se consolida mediante el orden. El estudio de ambos aspectos sólo con fines analíticos puede separarse. Las leyes estáticos y dinámicas deben mantenerse unidas a través del sistema. En la actualidad, esta optimista identificación de la estática con el orden y de la dinámica con el progreso ya no es aceptada. Pero la división fundamental de la sociología hecha por Comte aún sigue en uso, si bien expresada en términos diferentes, tales como estructura social y cambio social, categorías familiares a Jos estudiantes todavía tro graduados. Estática: consenso En .opinión de Comte, el orden social total se establece de acuerdo con las leyes de la naturaleza. Todo orden particular puede contener muchas, y a veces graves, deficiencias, pero esa situación puede ser rectificada por la intervención racional de seres humanos. Esta concepción está de perfecto acuerdo con las ideas de Comte acerca de la relativa flexibilidad de las leyes sociales. Pero el orden sólo es posible sobre la base de cierta comunidad de las ¡deas sustentadas por quienes forman una sociedad; por lo tanto, no puede concederse la absoluta libertad de opinión. El hecho fundamental del orden social es el consensos universalis, la necesaria correlación entre los elementos de la sociedad. Ese consenso existe en todos Jos dominios de la vida, pero alcanza su apogeo en la sociedad humana. Hay consenso entre las ciencias, entre las ciencias y las artes, en ks instituciones políticas, entre la sociedad civil

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y la política, entre las costumbres y las ideas. Se pretende en ocasiones que Comte no pudo identificar las compatibilidades y las interconexiones institucionales necesarias o requeridas. Pero eso es erróneo en parte, porque, al exponer los detalles de su ley de las tres etapas, Comte toca muchos puntos concernientes a esas correlaciones. El consensué universalis es para Comte la base misma de la solidaridad, así como la base de la división del trabajo social. Esta última revela una vez más que la sociedad es análoga a un organismo. En éste y en aquélla desempeñan funciones específicas órganos específicos, pero siempre solidarios. Aquí, como en otras partes, utiliza Comte la analogía orgánica, aunque no identifica nunca la sociedad con un organismo biológico. Hay una gran diferencia entre ambas cosas, insistía. Los organismos son esencialmente inmutables, mientras que la sociedad es capaz de inmensos mejoramientos ú se la guía de acuerdo con principios científicos. Esta afirmación refleja la fe de Comte en el progreso y su convicción de que la sociedad humana sólo puede ser mejorada sobre la base de la ciencia social positiva. La división del trabajo social —prosigue Comte— es la causa fundamental de la creciente complejidad de la sociedad; por lo tanto, hay que estudiar cuidadosamente la solidaridad y la cooperación. De aquí la importancia que concede al altruismo, otra palabra acuñada por él. El consejo del padre de la sociología relativo al estudio de la solidaridad social no fue escuchado hasta muy avanzado el siglo xix, cuando orto gran sociólogo, Émüe Durkheim, analizó esc fenómeno en una serie de importantes obras (véase capítulo 9)* Estática: estructura social Comte distinguía tres planos en la sociedad: el individuo, la familia y las combinaciones sociales, la más alta de las cuales es la humanidad misma. Sin embargo, eliminaba al individuo del estudio sociológico porque un sistema debe estar constituido sólo por fenómenos homogéneos. Por consiguiente, la unidad social básica no es el individuo, sino la familia. No obstante, tuvo ea cuenta el persistente problema sociológico de las relaciones entre la sociedad y el individuo. En la sociedad —decía— se observa la constante y regular convergencia de Jas actividades de innumerables individuos. Cada individuo vive su propia vida, indudablemente; pero tiene también una disposición espontánea a participar en el desarrollo común a todos, sin consultar a los demás

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y creyendo que no hace orra cosa que obedecer a sus propios impulsos. Fundamentalmente, pues, el individuo y la sociedad son inseparables, y únicamente se les separa para fines de análisis abstracto. Comte dijo muchas cosas interesantes acerca de la familia, unidad social básica. Por ejemplo, afirmó que ia familia posee un grado particular de unidad, uu carácter moral que la diferencia de las demás unidades sociales. En la vida de familia —observa— no predomina la reflexión; las necesidades son prontamente satisfechas a base de simpatía. Las familias pueden existir en estado de aislamiento, pero comúnmente no lo hacen. Mediante su coordinación nacen combba-dones sociales, tales como las clases sociales y las ciudades, basadas en la cooperación deliberada. De Jas numerosas combinaciones sociales Comfe estudió cuidadosamente sólo las de tipo político o Estados. Lamentaba que la Revolución francesa hubiera destruido grupos intermedios entre la familia y el Estado y esperaba su restauración. En relación con el Estado, Comte no anadió mucho a las-conclusiones ya formuladas por los filósofos políticos. El orden político —decía—■ es algo artificial; pero, por otra parte, es una variedad del orden natural hacia el cual tienden todas las sociedades humanas. El orden político es natural porque no puede existir ninguna sociedad sin gobierno, y el gobierno es posible por el generalizado deseo de mandar y también porque muchas personas desean ser libradas de la carga de tomar por sí mismas las decisiones necesarias. Dinámica: evolución y progreso Comte presenta la dinámica social como historia sia nombres de individuos ni de pueblos. La tarea consiste aquí en el descubrimiento de un orden abstracto en que se han seguido uno a otros los grandes cambios de la civilización humana. A través del movimiento debe conservarse la solidaridad, pues de otro modo el movimiento tendría por consecuencia la completa descomposición del sistema social. Por lo tanto, no pueden tener lugar desarrollos aislados de aspectos individuales de ia vida social, ni ser estudiados como tales. Esta concepción se basa en las opiniones metodológicas generales de Comte y en sus ideas sobre el consensus umversalis. La dinámica social debe empezar con el estudio del desarrollo como ral. Pero después hay que resolver si desarrollo es equivalente de progreso. El aumento de la población y el desenvolvimiento de las capacidades mentales parecen demostrar que ése es el caso. Comte

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compartía la opinión predominante de que los niños salvajes no podían desarrollarse tanto como los niños nacidos en sociedades adelantadas. Su concepto optimista del progreso se reforzó al aceptar la teoría de que los rasgos adquiridos por un individuo durante su vida podían ser transmitidos biológicamente a los descendientes, opinión sustentada por el fisiólogo Lamarck (1744-1829). La biología contemporánea, salvo en una curiosa versión de la Rusia soviética, niega esa posibilidad. Según Comte, el desarrollo progresivo no sigue una línea recta. No sólo tienen lugar oscilaciones, sino que la velocidad del progreso puede ser modificada por la intervención humana. Pata él, la evolución social es una continuación de la progresión general que empieza en el reino vegetal. Las grandes seríes sociales corresponden a las grandes series orgánicas, no a la sucesión de las edades de un solo organismo. Esta idea es un elemento esencial en un sistema de pensamiento que destaca el progreso continuo, ya que la curva correspondiente a las edades de un organismo muestra descensos y ascensos. La naturaleza humana se ha desarrollado en el curso de Ja evolución social, pero no se han añadido nuevas facultades a las originarias. Como corolario, el estudio de la evolución debiera empezar con las nociones formuladas en fisiología relativas a los hombres primitivos, aunque Comte hizo muy poco uso efectivo de ese material. En el curso de la evolución social —dice Comte, repitiendo una de las ideas favoritas de Saint-Siman—- es manifiesto un antagonismo básico entre los instintos de innovación y de conservación. Esta concepción se anticipa a ¡a doctrina de Vilfredo Pareto sobre la circulación de las minorías o élites (véase capitulo 13). Finalmente, Comte formuló una opinión que sirve de base a gran parte del trabajo de los evolucionistas posteriores. Según él, el estudio del progreso era notablemente facilitado por el hecho de que ei desarrollo de todas las sociedades está gobernado por las mismas leyes, de suerte que la formulación de principios generales pueden empezar con el estudio de los progresos hechos por la vanguardia de la humanidad. Para Comte esa vanguardia era Francia, evidentemente. Dinámica: los factores del progreso La teoría sociológica de Comte relativa a los factores de progreso empieza con la afirmación de que el progreso es observable en todos

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los aspeaos de h sociedad. El progreso es físico, moral (hacia sentimientos más generosos y nobles), intelectual, político. Pero el aspecto intelectual es fundamental y muy visible —-la historia esta dominada por el desenvolvimiento de las ideas— y, en consecuencia. Ja historia de la filosofía es de capital importancia. Con frecuencia Tparecen los hombres priiuordíalmente preocupados con la satisfacción de necesidades materiales y, en realidad, es indudable que el progreso se manifiesta en el dominio de las fuerzas de la naturaleza. Pero Comee sostenía que el desarrollo intelectual producía y estimulaba el desarrollo material. El análisis que Comte hace de los factores de progreso lo lleva a estudiar aquellos de que depende el desarrollo intelectual. Pero esta cuestión queda en gran parte sin resolver. Se supone que los principales factores de progreso intelectual son el tedio (que produce un impulso hacia la innovación) y el miedo a la muerte. Pero alando estudió los factores de progreso en general (no sólo los del progreso " intelectual), Comte destacó el aumento de la densidad de la población, que produce una mayor especialización en la división del trabajo social En consecuencia. Jos individuos se ven obligados a hacer esfuerzos mayores para asegurarse la subsistencia, y la sociedad se ve obligada a regular con mayor energía las situaciones dimanadas de las diferencias cada vez mayores entre los individuos. Finalmente, Comte estudió el problema de la diferencia de velocidad del progreso. En esto se daba cuenta de la insuficiencia de sus pruebas y del carácter conjetural de sus conclusiones: las diferentes aptitudes de las razas y, probablemente, la superioridad de la blanca; el papel de las diferencias climáticas, siendo las más favorables para el progreso las condiciones de la cuenca del Mediterráneo; y la opinión de que la acción política puede acelerar o retrasar el progreso. No negó el papel de los genios en el desenvolvimiento histórico, pero los creía agentes de movimientos predeterminados. ■ Dinámica: las etapas del progreso Las etapas fundamentales del progreso fueron descritas en las proposiciones que Comte llamó "el gran descubrimiento del año 1822". Comte creía, no obstante, que era necesaria una exposición filosófica de la ley de las ttes etapas, exposición que sometiese la ley FS la naturaleza humana. Esto podía hacerse fácilmente, creía él, ya que el desarrollo individual pasa a través de las eres mismas etapas que el desarrollo social.

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En el curso del extenso estudio del desarrollo de las sociedades más adelantadas, que son Ja vanguardia de Ja humanidad, Comte estableció correlaciones entre las etapas intelectuales básicas y las etapas del desenvolvimiento de la vida material del hombre, los tipos de unidades sociales, los tipos de orden social y los sentimientos predominantes en cada etapa y grupo. Esas correlaciones son las siguientes: Aspecto intelectual Teológica Metafísica Positiva Aspecto material

Rtmi I ía Doméstic o Estado Colectivo Especie Universal (humanid ad)

Ttpo de m&- m.. , , Sentimiento í j . , Tipo de orden _ , dad social predommanU

*

Cariño Veneración Benevolencia

Militar Legalista Industrial Comte sometió h primera etapa, la teológica, a un estudio más detallado que las otras dos, probablemente porque la etapa positiva acababa de empezar y la metafísica había durado mucho menos tiempo que ia primera. Subdividíó la etapa teológica en cinco subetapas, a cada una de las cuales atribuía determinadas aportaciones al progreso. Tales subetapas y sus aportaciones eran las siguientes: Fetichismo

Familia

Politeísmo (imperios orientales)

Estado, propiedad territorial

Politeísmo intelectual (Grecia)

Aportaciones intelectuales

Monoteísmo social (Roma) Monoteísmo defensivo (mundo católico) trabajadores

Patria Emancipación de la mujer y de los

Juicio retrospectivo de Comte Está de moda en la actualidad restar importancia al papel de Comte en el desarrollo de la teoría sociológica. De una parte, suele decirse que Comte hizo muy pocas aportaciones originales: la mayor parte de sus ideas se encuentran en numerosos predecesores. De otra parte, se dice con frecuencia que Comte no hizo más que elaborar un programa de sociología y no formuló una teoría sociológica. Esta afirmación es algo injusta con Comte. Es cierto que gran parte de sus aseveraciones reproducen, en forma modificada,

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ídeas dispersas a través de la milenaria historia de la filosofía social; pero las combinó de

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tal manera que dio la señal para un desarrollo rápido y más fructífero del conocimiento relativo a las relaciones interpersonales, a los grupos sociales, a la cultura y a la estructura y [os cambios sociales. Por otra parte, todo sociólogo sabe que todas Jas invenciones —y la creación de una ciencia nueva llamada sociología fue una invención cultural— son primordial mente una recombínación de elementos ya preexistentes en la cultura. En la obra de Comte encuentra el lector atento una enorme riqueza de ideas que se anticipan, a la mayoría de las tendencias observables en la historia de la sociología hasta ej momento presente, así como gran número de proposiciones concernientes al ámbito y método de la sociología. Muchas veces esas proposiciones han sido redescubíertas por sociólogos posteriores, en ocasiones haciendo referencia ai padre fundador de su ciencia, y más frecuentemente sin ninguna referencia a él. Además, Comte ha señalado el camino hacia la definición moderna de la sociología y sus divisiones fundamentales. Es cierto que, bajo la influencia de Spencer, la sociología se desvió de la concepción formulada por Comte y se convirtió en una ciencia concreta (genética) que describe un proceso único, el de la evolución de la sociedad humana; pero al decaer el evolucionismo, la sociología (por lo menos su núcleo central) volvió, aunque con modificaciones, a la concepción comtlana. Es verdad que la sociología contemporánea no se limita a repetir la definición de Comte, que resulta demasiado amplia, pues incluye las ¡jarres rcóricas de ciencias sociales especiales (economía, ciencia política, jurisprudencia, etc.). Por otra parte, la sociología no se ha limitado a formular proposiciones teóricas, se ha dilatado por el campo de la actividad práctica y se ha convertido en consejera de hombres de buena voluntad que desean mejorar la sociedad humana. (Comte inventó su ciencia nueva como instrumento necesario para la reforma social.) Finalmente, la sociología ha realizado una respetable cantidad de trabajo descriptivo, siempre que no hacía acto de presencia otra ciencia para realizar k tarea de describir fenómenos sociales específicos. Pero esos diversos desarrollos se unifican, muy significativamente, sóio en relación con k sociología teórica, y este tipo de sociología se va convirtiendo gradualmente en lo que Comte quería que fuese. Más específicamente, Comte sugirió soluciones para los problemas fundamentales de la investigación sociológica. Nunca definió la sociedad, pero fácilmente se advierte que para él la sociedad estaba for-

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mnda por las familias y por combinaciones sociales que culminan en las naciones y en la humanidad. Llegó a acercarse mucho a la formulación de la idea contemporánea de la cultura como suma total de las realizaciones de las mentes humanas en acción recíproca unas sobre otras. No eligió ninguna unidad social determinada para analizarla, pues creía que, en relación con la sociedad, el rodo era mejor conocido que Jas partes. Entendió correctamente la influencia recíproca siempre presente entre el individuo y la sociedad Creyó en la existencia de un factor prepotente de cambio social: el desarrollo de ¡as ideas, y pudo, en consecuencia, ser considerado como uno de los deterministas ideológicos. Pero comprendió también el efecto del crecimiento de la población y de su densidad. Definió la sociología al simarla en su jerarquía de las ciencias teóricas abstractas: la sociología es la ciencia teórica abstracta de la sociedad. Empleó predominantemente el que él llamó método histórico, que en realidad era principalmente una ordenación de hechos históricos seleccionados a la luz de su concepto de Ta evolución social. Durante mucho tiempo fue ese el método de la sociología. Era, desde luego, un método defectuoso. También lo era la premisa fundamental de su teoría, la fe en la evolución hacia el progreso. Pero ei evolucionismo de Comte no era del tipo determinista formulado algunos años después por Spencer y lógicamente conducente a la adhesión estricta al principio del lainez faire. Por el contrario, creía que el progreso podía ser acelerado y facilitado por la acción política basada en el conocimiento positivo. En este respecto, preparó el camino a la idea de la tehsis social expuesta posteriormente por Lester Ward, quien reconoció plenamente su deuda con Comte. Muchas de las afirmaciones y conjeturas de Comte han resultado erróneas. Fue un mal metafisico precisamente porque creía que había acabado con la posibilidad misma de ia metafísica; fue un mediocre pensador religioso, aunque creía firmemente que la religión era uno de los pilares de la sociedad. En cuanto a su teoría sociológica, se la puede considerar como un salto prematuro desde el plano de la observación y de las inferencias directamente basadas en ella al plano de la "teoría". Mientras Comte vivió, su obra pasó inadvertida en Francia. Los estudiosos ingleses, en particular John Stuart Mili (1806-73) fueron los primeros en interesarse en las opiniones y la persona de Comte; pero Spencer lo rechazó desdeñosamente. A través de autores ingleses, las ideas de Comte penetraron en Alemania y de Alemania volvieron

a Francia, donde el más grande de los sociólogos de fines del siglo XJX, Durkheini, dio a la sociología un nuevo impulso en el que se advierten muchas ideas comtianas. La obra de Comte ha ejercido también gran influencia sobre la sociología rusa (Kovaievsky, Socolan) y sobre la sociología norteamericana (especialmente en Ward). Merece señalarse que un libro publicado en los Estados Unidos en 1953, The Ñutiere and Elemenís oj Sociology, por MacQuilkin DeGrange, intenta revivir la sociología de Comee. Las ideas de Comte sobre la sociedad expuestas en Política positiva se combinan con adquisiciones relativamente recientes de teoría sociológica, en particular con la comprensión del papel de la cultura (acumulaciones colectivas) y con la transición de la analogía orgánica a un punto de vista sistemático.

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C APÍTULO 3 HERBERT SPENCER He rbcrt Spencer (1S2Ü-19Q3), el segundo padre fundador de la sociología, pertenecía a una familia de la dase media. No asistió nunca a una escuela ordinaria, recibió enseñanza en el hogar y por breves períodos en pequeñas escuelas particulares. Su preparación, como él mismo lo reconoce en su autobiografía, sólo en matemáticas fue buena. No esmdió sistemáticamente materias tales como la historia natural, la literatura o la historia, cosa sorprendente si se tiene en cuenca que escribió tratados notables de biología y de psicología. Siendo aún muy joven entró en ios negocios, en el campo de la ingeniería ferroviaria. Después pasó al periodismo y llegó a ser director de The Economist¡ una de las publicaciones inglesas más importantes. Al cabo de algunos años dimitió ese cargo y decidió ganarse la vida como escritor independiente. Nunca sufrió pobreza, pero sus obras no lo enriquecieron. Sus principales tratados fueron publicados a plazos cuya regularidad, por lo menos al principio, fue siempre precaria, ya que los ingresos dependían de un número suficiente de subscriptores, la. mayor parte de los cuales eran norteamericanos. Obras de Spencer La carrera literaria de Spencer comenzó con una serte de artículos publicados el año 1842 en The Nonconformist. el primero de los cuales se tituló "The Proper Sphere of Government" (La esfera propia del gobierno), en el que exponía la opinión de que la adaptación, del hombre a sus funciones sociales se produce mejor cuando sus relaciones con la sociedad no son artificialmente intervenidas. Esta teoría de laissez faire siguió siendo uno de los motivos constantes de sos escritos sociológicos y políticos. En 1S50 apareció Social Statics (Estética social), su primer libro, en el que ofrece un anticipo de su teoría sociológica: tanto en los organismos como en la sociedad, el progreso es el paso de una situación en que partes iguales desempeñan funciones iguales a otra situación en que partes diferentes desempeñan funciones diferentes, o sea, el paso de lo uniforme a lo multiforme. Algunos críticos manifestaron la opinión de que el título del libro había sido tomado de Comte. Spencer replicó enojado que en el tiempo en que lo había escrito Comte no era para él más que un nombre y que el primer título de la obra había sido Demostática. 49

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En los años que siguieron a la publicación de Estática social, Spencer hizo algunas de las aportaciones más notables a la teoría biológica de su tiempo, destacando el hecho de que el desarrollo de un organismo se caracteriza por el paso de la homogeneidad o uniformidad de estructura a la heterogeneidad o muid form ¡dad. Como él dice en su autobiografía, a mediados de 1850 tuvo una inspiración: súbitamente se dio cuenta de que el paso de la homogeneidad a la heterogeneidad era la ley universal del progreso, tanto en el orden inorgánico como en el orgánico o e) superorgánico (social). Unos años más tarde una nueva inspiración le permitió penetrar en el fondo causal de esa tendencia: ia inestabilidad de lo homogéneo. Esta ¡dea le permitió dar un paso decisivo hacia la que él llamó etapa totalmente deductiva de su investigación, en otras palabras, hacia ía formulación de una teoría. Esta teoría se fundó desde el principio sobre la ciencia física. En 1859 publicó Charles Darwin su Origen de las especies, spencer se asimiló rápidamente los nuevos conceptos darwinianos. Tenían algún parentesco con sus propias ideas y observó, muy característicamente, que había sido el primero en descubrirlos, refiriéndose a dos de sus artículos publicados el año 1852 en h Westminster Revieiv, En uno de ellos había diciio: "Cierra parte de la especie se hará ligeramente más heterogénea. En ausencia de cambios sucesivos en las circunstancias, la selección natural actuará relativamente poco". Éstas son, desde luego, anticipaciones de las ideas de Darwin. En obras posteriores de Spencer se encuentran expresiones como "supervivencia, de los más aptos", y afirmaciones como la de que la conquista de un pueblo por otro ha sido en lo esencial la victoria de lo social sobre lo antisocial, o del mejor adaptado sobre el peor adaptado. Hacia L8Ó0 emprendió Spencer una empresa casi sobrehumana: U redacción de un sistema de filosofía sintética, en el que unificaría todos las ciencias teóricas de su tiempo. EL primer volumen, titulado Los primeros principios, apareció en 1862. La parte siguiente, sobre la evolución inorgánica, fue omitida, ramo relata en su autobiografía, por miedo a no disponer de tiempo bastante pata acabar las parres restantes y de mayor importancia de su empresa. Esas partes fueron: Principios de biología (18Ó4-Ó7), Principios de psicología ( 1870-72),1 Principios de sociología (1876-96), y Principios de ética (187993)- La publicación de los Principios de sociología /ue precedida de t E XILIO » originalmente u: 1 S 5 0 (o:¿D¿5ra pane de la Synthctic PhtioíOpby

j nnini, j tensado* (Filosofía sintética).

complrumeme par* que

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un libro independien ce titulado El estudio de la sociología (1873), el más legible de los tratados sociológicos de Spencer. En Los primeros principios Spencer descartó la teología como cien-da de Jo definitivamente incognoscible, (Esta frase, dicho sea de ¡jasada, satisface raneo a los hombres religiosos como a los ateos.) El libro erara primordialmente de fenómenos físicos. No obstante, en esta obra cí sistema sociológico de Spencer está casi completo, y los Principios de sociología posteriores son esencialmente la elaboración de ideas publicadas en 1862. Por esto hay que tratar a Spencer como uno de los primeros sociólogos. Después de publicados Los primeros principios, brotaron en la menee de Spencer nuevas ideas relativas a ia conexión entre Ja creciente integración de ía materia y la disipación concomitante del movimiento, En 18Ó7 estaba completo su sistema de ideas, que no sufrió después ningún cambio. Sus nuevas ideas fueron incorporadas a ediciones revisadas de Los primeros principios y de Estática social. La teoría evolucionista La verdadera base del spencerismo es la teoría de la evolución. En Los primeros principios se formulan tres leyes fundamentales: primera, la ley de ia persistencia de la fuerza. Jo que significa la existencia y la persistencia de una causa última que trasciende al conocimiento humano; segunda, la ley de la indestructibilidad de la materia (éste era uno de los descubrimientos físicos recienres en aquel tiempo, invalidado en la actualidad); y tercera, la ley de la continuidad del movimiento, lo que significa que la energía pasa de una forma a orra, pero perdura siempre. A ellas se añaden cuatro proposiciones secundarias: la persistencia de la relación entre las fuerzas, o la uniformidad de la ley; ía Transformación y equivalencia de las fuerzas; la tendencia de todas las cosas a moverse siguiendo ia linea de menor resistencia y de mayor atracción; y por último, el principio de la alternación o ritmo del movimiento. Algunas de estas proposiciones las tomó Spencer de la física de su tiempo. Spencer había formulado siete leyes y advirtió que podía expresar unitariamente su resultado. La tendencia de [a época se dirigía a reducir la multitud de leyes diferentes a algunas formas generales. Spencer pensó que el resultado unitario de aquellas siete leyes podia formularse como la ley de la evolución, que en su opinión era ia ley suprema de todo devenir. La forma que Spencer dio a esta ley es una definición V

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muy engorrosa. "La evolución —dice— es una integración de la materia y una disipación concomitante de movimiento, durante las cuales la materia pasa de una homogeneidad indefinida e incoherente a una heterogeneidad definida y coherente, y ei movimiento que subsiste sufre una transformación paralela."8 La pane importante de esta concepción es la que ya había sido expuesta en Estática social, a saber. Ja tendencia de lo homogéneo o uniforme a hacerse heterogéneo o multiforme. ¿Constituía esa tendencia una necesidad? Spencer creía que sí. Sostenía que lo homogéneo es inestable por sí mismo, y que no puede permanecer en ese estado a causa de que los efectos diferentes de fuerzas persistentes sobre partes diversas de lo homogéneo tienen que producir diferencias que se manifestarán en el desarrollo futuro. Spencer intentó demostrar su fórmula evolucionista en el orden sintético, sintético en el sentido de unificar rodas las ciencias. Procuró demostrar que hay redistribución de materia y de movimiento, la cual produce el paso de lo uniforme a lo multiforme en todos los mundos del ser, en los cuerpos celestes, en los organismos y en las sociedades, aunque reconocía que este proceso se realizaba de modos diferentes. Spencer reforzaba su argumentación con ejemplos. Las sociedades -—decía— constantemente ajustan su población a los medios de subsistencia; había leído a Malthus y le había impresionado mucho su Ensayo sobre la población ( 1798). En general Ta oferta y la demanda se ajustan la una a la otra. Las instituciones políticas están en armonía con los deseos del pueblo. Una sociedad de negocios es, en la práctica, una unión en que la autoridad de uno de los socios es reconocida tácitamente como superior a la de los demás. El estudio de los escritos de Spencer suscita inevitablemente ia cuestión de si creía que la evolución, que es la ley del devenir, se dirigía en verdad hacia el progreso, de sí la evolución es en realidad la ley de todo devenir. Spencer negó algunas veces esta interpretación. En la cuarta edición de Los primeros principios, publicada en 1880, dice: "Se supone erróneamente que la teoría de la evolución implica una proclividad intrínseca en cada especie hacia una forma superior. Análogamente, suponen muchos que la transformación que constituye la evolución implica una tendencia intrínseca a experimentar los cambios que expresa Ta fórmula de la evolución"Pero —dice— el avance de la evolución no es fatal, depende de ciertas condiciones. La frct Tomado de la edición n inglés de Loi primera principia, p. 407. t P . 4 G L.

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cuente presencia del proceso de disolución, opuesto a la evolución, el , movimiento de lo multiforme hacía lo uniforme, revelan que, cuando no se dan fas condiciones esenciales, tiene lugar con igual facilidad d proceso contrario. El progreso de un organismo social hacía estructuras mas heterogéneas y más definidas se prosigue sólo mientras siguen operando ks acciones que producen esos efectos. A base de estas afirmaciones, podría estar justificado concluir que a Spencer no se le puede culpar de sostener la presencia incesante de la evolución ni de que ésta lleve siempre al progreso. Pero veamos algunas otras de sus afirmaciones. En El estudio de la sociología dice Spencer: "La evolución no modificará su dirección general más en esta que en otras cosas; seguirá los mismos lincamientos que hasta ahora".1 En otro lugar dice: "Las semillas de la civilización existentes en el hombre originario y distribuidas sobre k tierra era seguro que encontrarían en el transcurso de tiempo acá y allá circunstancias favorables a su desarrollo".* En otras palabras, creía entonces que el hombre estaba por su naturaleza predestinado al progreso. Estas contradicciones (que revela claramente la comparación de las ideas de Los primeros principios en sus últimas ediciones con las de / * estadio de la sociología y de la Estática social) quizás puedan concillarse. En principio, pueden darse condiciones que dirijan el proceso del cambio hacia la disolución, opuesta a la evolución (de lo multiforme a lo uniforme), mas de hecho han prevalecido condiciones que han dirigido el proceso hacia el progreso. Pero la obra sociológica de Spencer está dominada por Ja idea de que a través de rodos los tiempos ha habido realmente evolución social, y que esta evolución se ha movido ineesan temen te de lo uniforme a lo multiforme, es decir, hacia formas cada vez más progresivas. Parece indudable que Spencer fue un apóstol de ¡a evolución unilíneal hacia el progreso,

LJ ciencia de la sociología Como Comte, cuyas obras leyó en sus últimos años y criticó severamente, Spencer admitía La posibilidad de una ciencia de La sociología, palabra ésta que reconocía de mala gana haber tomado del maestro francés. ¿Por qué es posible una ciencia de la sociedad? En la sociedad t Tomillo de Ii edición ta ingi» d e Eifásitú social, ediciáa revínd*, p. 233.

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-—dice Spencer— hay orden de coexistencia y de progreso. Si hay orden, los fenómenos correspondientes pueden constituir el asunto de una ciencia que, como él dice, puede ajustarse a la forma deductiva, en otras palabras, puede ser una ciencia teórica. Pero —añadía— la materia de la sociología es muy peculiar. Siendo úníco el proceso social, la sociología es una ciencia que debe explicar el estado presente de la humanidad atendiendo a las fases iniciales de la evolución y aplicándoles las leyes de la evolución,,Esperaba explicar el presente conocido por medio del pasado desconocido y conjetural. Esta actitud procedía de la opinión general de Spencer según la cual la evolución era la ley suprema de todo devenir. Es interesante que, aunque Spencer escribió varios tratados de sociología -—Estática social, El estudio de la sociología y Principios de sociología— y que gran parte de IJJS primero* principios es una introducción a la sociología, nunca hizo una definición formal de esa disciplina. Para él, Ja sociología era la ciencia de los fenómenos super-orgánicos, o más exactamente, de la evolución superorgánica. El concepto que Spencer tenia de lo superorgánico (palabra que todavía emplean algunos escritores) es que ha habido continuidad en la evolución: primero, evolución en el mundo inorgánico de la materia sin vida, después evolución en el mundo orgánico o viviente, y por último evolución en las combinaciones de organismos vivientes en sociedades. Evolución superorgánica es una expresión hermosa, pero sólo tiene sentido si denota una clara concepción de la naturaleza de la sociedad, cuestión que, infortunadamente, nunca aclaró Spencer. Tampoco definió Spencer exactamente las relaciones entre la sociología y las demás ciencias. Creía que la sociología haría uso de las generalizaciones de Jas ciencias particulares, como la economía, la ciencia política y la etnología. Sostuvo también que la sociología difiere de la historia. La. historia es el relato de acontecimientos sobrevenidos en las vidas de las sociedades; la sociología estudia ía evolución de éstas. En alguna ocasión observó Spencer que la sociología, tal como ordinariamente se la concibe, trata exclusivamente de los fenómenos resultantes de las cooperaciones de los ciudadanos. No pretendía él que estas observaciones fuesen una definición formal de la sociología, ni se aplican a las voluminosas obras sociológicas del mismo Spencer. ¿Qué método deben emplear los sociólogos? A esta pregunta respondía Spencer: "Debemos aprender, por inspección, las relaciones de coexistencia y sucesión en que los fenómenos sociales están unos con

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otros. Comparando sociedades de diferentes tipos y sociedades en diferentes fases, debemos averiguar qué rasgos de tamaño, estructura, funciones, aparecen asociados entre sí".6 Pero este principio no guió sus propios procedimientos. Como material usó principalmente ejemplos tomados de la etnología, basándose en ia hipótesis de que el hombre primitivo muestra etapas atrasadas de evolución. Con la observación de los contemporáneos atrasados suponía que podía reconstruirse ía serie de transformaciones que habían producido la sociedad avanzada de hoy. La. importancia que Spencer concedía a la etnología se maní-fiesta en el hecho de que la primera mitad del primer volumen de los Principios de sociología se titula "Datos de etnología", y está casi íntegramente consagrada a una reconstrucción conjetural de Ja vida física, afectiva, intelectual y, especialmente, religiosa del hombre primitivo. De hecho, Spencer seleccionó materiales de las culturas más diversas, ampliamente separadas entre sí en el tiempo y en el espacio. Tomó datos de acá y de allá y Tos unió de suerte que sirvieran de apoyo a su hipótesis evolucionista; los materiales combinados de modo tan arbitrario los usó para confirmar su hipótesis. Tal procedimiento, naturalmente, no guarda la menor armonía con las reglas de la lógica y los principios del método científico. La analogía orgánica La base de la teoría sociológica de Spencer es la teoría de k evolución. Sin embargo, formuló una teoría secundaría que representó también un papel importante en su sistema de ideas: k analogía orgánica, es decir, k identificación, para cierros fines, de la sociedad con un organismo biológico. Spencer sosruvo explícitamente en k edición revisada de Estática social que el reconocimiento del paralelismo entre las generalizaciones relativas a los organismos y Jas relativas a las sociedades era el primer paso hacia k teoría general de la evolución. Spencer formuló la analogía orgánica en los siguientes términos: 'Tan por completo está la sociedad organizada según el mismo sistema de un ser individual, que podemos percibir algo más que analogías entre ellos; k misma definición de k vida es aplicable a ambos. Unicamente cuando se advierte que las transformaciones experimentadas durante el crecimiento, k madurez y k decadencia de una sociedad se conforman a los mismos principios que ks transformaciones E Tomada de la 3a edición ra inglés de Principioi dt sociologié, voL 1, p. 442.

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experimentadas por agregados de rodos los órdenes, inorgánicos y orgánicos, se ha Llegado al concepto de ia sociología como ciencia". Más específicamente, observó diversas analogías entre los organismos biológicos y sociales: Primero: tanto la sociedad como los organismos se diferencian de la materia inorgánica por un crecimiento visible durante la mayor parre de su existencia. Un niño crece hasta llegar a ser hombre, una pequeña comunidad se convierte en una gran ciudad, un pequeño Estado se convierte en un imperio. Segundo: así como las sociedades y los organismos crecen de tamaño, asi también aumentan en complejidad y estructura. Aquí tenía presente Spencer no tanto la comparación del desarrollo de una sociedad con el crecimiento de un organismo individual como la afinidad del desarrollo social con la supuesta sucesión evolutiva de la vida-orgánica. Los organismos primitivos soji simples, mientras que ios organismos superiores son muy complejos-Tercero: en las sociedades y en los organismos la diferenciación progresiva de estructura va acompañada de una diferenciación progresiva de funciones- Esto es poco más que una tautología: si hay un organismo con órganos complejos, cada órgano desempeña una función específica; si hay una sociedad gubdividida en muchas organizaciones diferentes, éstas tienen funciones diferentes. Cuarto: la evolución crea para Jas sociedades y para los organismos diferencias de estructura y de función que se hacen posibles unas a otras. Quinto: así como un organismo vivo puede ser considerado como una nación de unidades que viven individualmente, así una nación de seres humanos puede ser considerada como un organismo, Spencer siguió esta linea peculiar de razonamiento hasta llegar a una nueva analogía: En los organismos y en la sociedad puede ser destruida la vida del agregado o conjunto, pero las unidades seguirán viviendo durante algún tiempo por lo menos. Spencer era un individualista, rasgo difícil de conciliar con el orga-nicismo, y admitía diferencias importantes entre las sociedades y los organismos. La primera de ellas es que en un organismo las partes forman un todo concreto, y en una sociedad las partes son libres y están más o menos dispersas. La segunda es que en un organismo la conciencia se concentra en una pequeña parte del agregado, y en una sociedad está difundida por todos ios miembros individuales. Y la tercera es que en un organismo las partes existen para beneficio del

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rodo, y en una sociedad el codo existe meramente para beneficio del individuo. (He ahí un ejemplo importante del individualismo de Spencer.) A pesar de este complicado esfuerzo para establecer las analogías y las diferencias entre la vida orgánica y la social, y no obstante el empleo de ]a analogía orgánica como tema central de la segunda parte de sus Principios de sociología, Spencer negaba que sustentara esm teoría. Contestando a los críticos, hacía afirmaciones como la siguiente: "He usado Jas analogías, pero sólo como un andamio que me ayudara a construir un cuerpo coherente de inducción '.¡alógica. Quitemos el andamiaje: las inducciones se sostendrán por sí misi mas".7 Pero, desgraciadamente, usó de manera consecuente y notoria la terminología del organicismo. Por lo demás, un capitulo de los Principios de sociología se titula "La sociedad es un organismo". Desde luego que no fue Spencer el creador de la analogía orgánica. La emplearon algunos filósofos antiguos, y con frecuencia estuvo también representada en Ja filosofía y en la ciencia política alemanas, especialmente durante ia primera mitad del siglo xix. Pero Spencer fue el primero en dar a esa analogía ti valor de una teoría científica, y en definitiva fue prisionero del mismo fantasma a quien había invocado. Comprendía que realmente La sociedad no es un organismo, puesto que había diferencias esenciales entre ambas cosas, y sin embargo persistió en la tesis analógica. Decía que la analogía era un mero andamiaje, pero al construir su teoría procedió como si el andamiaje fuera la verdadera construcción. Hoy se ha aclarado lu fuente de donde dimanaron las dificultades de Spencer, y la sociología se ha abierto camino lejos de las falacias que acosan a la mente humana en el uso de la analogía orgánica. La sociología aecual sostiene que Ja sociedad es un sistema, y enriende que un organismo también es un sistema. Este concepto de sistema es uno de los conceptos claves usados en Ja ciencia. Se habla de sistema en relación con muchas y muy diferentes cosas: el sistema este» lar, del cual forma parte d Sol, el sistema solar, del que forman parte la madre Tierra y los demás planetas. El átomo es un sistema formado por el núcleo y los electrones. Y hay sistemas de ideas: el sistema filosófico de Platón, el sistema jurídico romano, el sistema de la física newtoniana. La palabra sistema designa todo lo que puede concebirse como un todo, formado por partes ínterdependientes y semi-autónomas. Esto es exacto de La sociedad y del organismo en cuanto T tbid,, *oL. \. i.

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una y otro son todos, formados por partes interdependientes, cada tina de las cuales es semi-autónoma, que poseen determinado ser y evolucionan por sí mismas, y en este aspecto la analogía es válida. Pero es impropio transferir, sin pruebas empíricas, una proposición biológica a la sociología porque el organismo y la sociedad sean sistemas, como tampoco puede ía sociología tomar una proposición de la física subatómica a base de esa analogía sistemática. La cuestión del sistema social ba sido planteada en sociología del modo más sugestivo por el sociólogo italiano Parero, cuyas opiniones se estudian en el capitulo 13. IM \ /

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La sociedad y Us ¡ases de la evolución La preocupación de Spencer con la teoría evolucionista y la analogía orgánica representó un papel importante al impedirle responder satisfactoriamente a la pregunta fund amen ral: ¿Qué es ia sociedad? Quizás hubo un motivo más para este olvido dd problema relativo a la naturaleza de ía sociedad. Spencer era un individualista extremado. De acuerdo con esa actitud, postulaba que las características de las partes componentes, los individuos, determinaban por completo ks características del rodo, opinión que desarrolló explícitamente en Estática social y en El estadio de la sociología. Pero también aquí se desvió de esa actitud y apareció k inconsecuencia una vez más. En el primer volumen de los Principios de sociología, por ejemplo, advierte Spencer de un modo totalmente incidental que en el organismo social aparece una vida del rodo completamente distinta de las vidas ¿G ks unidades, aunque es una vida producida por éstas. Si no tuvo nada definido que decir acerca de k naturaleza de k sociedad. Spencer expresó, no obstante, opiniones muy definidas acerca del avance de la evolución social. Sobre esta materia la obra de Spencer contiene dos líneas de razonamiento, una de los cuales se relaciona lógicamente con su concepto fundamental de k evolución de un modo más efectivo que el otro. La primera línea de razonamiento desarrolla k tesis de que el hecho principal de la evolución es el paso desde las sociedades simples hasta los diversos niveles de las sociedades compuestas. Las sociedades compuestas nacen por k agregación de algunas sociedades simples; mediante nuevas agregaciones de sociedades compuestas, nacen sociedades doblemente compuestas; por la agregación de sociedades doblemente compuestas nacen, sociedades triplemente compuestas, i Una sociedad simple está formada por familias, y una sociedad compuesta lo está por familias unidas en

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danés, una sociedad doblemente compuesta por clanes unidos en tribus, y ks sociedades triplemente compuestas, como la nuestra, son aquellas en que las tribus se han unido para formar naciones o Esta-dos.|AJ aumentar el tamaño, aumenta k estrucrura, así como ks diferencias de poder y de ocupación de los individuos. Simultáneamente, se diferencian ks funciones. Éstos son los principales lincamientos del sistema evolucionista de Spencer, cal como lo presentó en Los primeros principios y después en los Principios de sociología. La segunda línea de razonamiento desarrolla la tesis de que también ha tenido lugar un tipo de evolución un tanto diferente, a saber, de la sociedad militar a la sociedad industrial (Comte habia presentado con anterioridad una tesis análoga). Estos dos tipos se distinguen sobre k base del predominio de k cooperación obligatoria en la sociedad militar y de la cooperación voluntaria en el tipo industrial. Merece señalarse en esre respecto que Frankfin H. Giddings, sociólogo norteamericano de fines del siglo X J X y comienzos del X X (véanse capítulos 6 y 1 1) que fue en gran medida discípulo de Spencer, aunque pertenecía a otra secta det culto evolucionista, debe ser señalado como responsable de la general incomprensión del evolucionismo spenceriano. En una exposición de las ideas de Spencer, Giddings olvidó k línea principal del pensamiento del maestra y se dedicó exclusivamente a k transición de k sociedad militar a k sociedad industrial. Presentó el escrito a Spencer, que tenía entonces 80 años de edad, y habiendo recibido k aprobación de éste, Giddings lo publicó en una de sus obras haciendo referencia a k carta de Spencer. En consecuencia, Ja exposición de Giddings se aceptó como oficial en muchas exposiciones de la teoría evolucionista de Spencer. De vez en cuando dijo Spencer que ks sociedades no necesitaban pasar inevitablemente por etapas idénticas de evolución ni hacerse exactamente iguales unas a otras, como creían los vulgarizadores de sus ideas. Sostenía él que había diferencias entre las sociedades individuales debidas a perturbaciones que alteraran la línea recta de k evolución. Los Principios de sociología citan cinco perturbaciones posibles: primera, una diferencia originaría de aptitudes entre las razas; segunda, el efecto debido al influjo de la etapa inmediatamente anterior de la evolución; tercera, peculiaridades de costumbres; cuarta, la situación de una sociedad dada en el marco de una comunidad más amplia de sociedades (por ejemplo, el que una sociedad esté rodeada de naciones amigas o enemigas); y quinta, k influencia de k mezck de razas. En relación con este último punto, debe adver

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tírse que la antropología que pudo conocer Spencer todavía no había señalado la relativa importancia de la mezcla de razas y la importancia fundamenta! de los contactos culturales en la teoría de loa cambios socialesHecha esta corrección necesaria, es exacta la idea de Spencer acerca de la mezcla de razas. El principio de no intervención Aunque el tratamiento que Spencer dio a la sociología fue primordial-mente teórico, la disciplina en que él pensaba debía servir también para suministrar principios de política social. Se recordará que Cornte destinaba la sociología a servir de guia a los hombres para organizar una sociedad mejor: Spencer, por el contrarío, quería que la sociología demostrase que los hombres no deben intervenir en el proceso natural que se opera en una sociedad- Creía en la existencia de un instinto innato de libertad y que toda interferencia en ese instinto producía reacciones perjudiciales. Cteía, también, que la naturaleza estaba dotada de una tendencia providencial a librarse de los ineptos y acoger a los mejores- ¿Quiénes son Jos mejores? Spencer dice que no son los superiores moralmente, sino primordial mente los más sanos y más inteligentes. El que malgasta la vida por estupidez, vicio u holganza, es de la misma clase que las víctimas de enfermedades o de deformidades de los miembros. En realidad, los enfermos y los lisiados no debieran ser protegidos. La teoría del progreso revelada por el estudio de la sociología —añade Spencer— modera mucho las esperanzas y los remores de los partidos extremistas. En la medida en que una doctrina puede influir en k conducta general, k doctrina de k evolución está calculada para producir un efecto calmante sobre el pensamiento y sobre k acción. Los hombres del tipo superior pueden ver lo poco que puedo hacerse y, sin embargo, creerlo digno de ser hecho. Insistía en que uno debe combinar k energía filantrópica con k calma filosófica. Para Spencer, k sociedad era una compañía por acciones para k mutua protección de los individuos. Especificaba ks actividades que debían prohibírsele al Estado, enere ellas la educación, Jas medidas sanitarias, k reglamentación y acuñación de moneda, el servicio de correos, k construcción de faros, k mejora de Jos puerros. Cuando el gobierno intervenía en uno de esos campos, escribía al director de un periódico (sus carras se publicaban a causa de su fama) denun

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ciando ía estupidez de un gobierno que interfería en la evolución natural. Creía que la naturaleza es más inteligente que el hombre: la naturaleza sabe adónde va y prepara un futuro mejor para la humanidad. En opinión de Spencer aún no había llegado la etapa final de la evolución, aunque en gran parte su teoría era una especie de csca-tología victoriana que consideraba que c\ summum era el tipo Victoriano de la sociedad del / . . ■ ■ ■ - ¡aire. Pensaba, sin embargo, que habría todavía más progreso, y que con el desaparecería el pequeño residuo de coacción que aún existía. Parecía creer que la etapa final de (a evolución sería una especie de anarquismo. Pero, en 1 S8d publicó un artículo en el que admiría que, aunque esta concepción se adelantaba mucho a su tiempo, quizá la utilizaran los futuros sociólogos. Jaicio retrospectivo de Spencer ¿Cuáles eran las soluciones que Spencer daba a los problemas fundamentales de la teoría sociológica que formulamos en el primer capítulo? Para Spencer, la sociedad es un superorganísmo nacido de la combinación de organismos individuales. Como podía esj>erarse, está ausente de sus escritos la moderna concepción de la cultura como sistema de modos de pensar y de obrar relacionados entre sí. Pero este concepto actual de la cultura le hubiera llevado a ver las insuficiencias de su método. Uno de los corolarios más importantes de ese concepto es que cada sector cultural debe ser considerado en su contexto, que no puede ser entendido aisladamente. En contraste con este principio, Spencer aislaba persistentemente los sectores culturales de sus contextos y los encajaba en sus parrones preconcebidos. El problema de la relación entre el hombre y la sociedad lo resolvió Spencer de acuerdo con un individualismo extremado: el individuo es )o fundamental, la sociedad no debe incerferirse en la vida de los hombres, el individuo tiene que actuar y, al actuar, hará lo mejor para él y para la sociedad. Spencer no fue un sociólogo monista. No aisla uno solo de los factores que impulsan a la sociedad hacia adelante a través de las diferentes etapas de su evolución. El proceso evolutivo toral era para Spencer la fuerza primera, el motivo impulsor que lo explica todo, fuerza incognoscible e impersonal, que determina todo el devenir en todas las esferas del ser. Pero sus ideas relativas a las perturbaciones de la evolución, ideas que no desarrolló extensamente, muestran que

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se indinaba a creer que no había un solo factor determinante de los cambios sociales. £1 método de investigar la sociedad y sus cambios que Spencer decía emplear era en parte comparativo, en. parce funcional. El investigador que lo usa primero compara las sociedades; después se explican, en relación con su significado para el conjunto de la evolución, los aspectos individuales sacados a luz por el estudio comparativo. Pero, en realidad, Spencer procedía por deducción. Empezaba con un esquema evolutivo ai cual había llegado deductivamente; de ese esquema derivaba la necesidad de ciertas fases, y después prestaba carne y sangre a esas fases abstractas por el método del ejemplo, tomando de acá y de allá los que parecían ajustarse a su sistema. Spencer presenta sus tipos principales de sociedad —simple, compuesta, doblemente compuesta y triplemente compuesta— con subdivisiones relativas a las formas de jefatura, por una parte, y relativas a los tipos de vida nómada, sem i-sede otaria y sedentaria, por la otra. Después de haber localizado diversas sociedades de que tuvo conocimiento mediante lecturas, probablemente averiguaría sí las sociedades doblemente compuestas, pongamos por caso, presentaban analogías en política, religión, derecho, artes, y así sucesivamente. Pero es segura que no habría tenido resultados positivos porque, como se ve en su clasificación, el mismo tipo de sociedad, el tipo doblemente compuesto, por ejemplo, puede carecer de jefatura, tener una jefatura inestable, o tener la jefatura más estable, lo que significa las mayores diferencias posibles en su política. Los pueblos pueden ser nómadas, sera ¡-sedentarios o sedentarios, lo que significa también una gran diversidad de organizaciones económicas. Spencer habría comprobado que sociedades que están en la misma etapa de evolución no poseen necesariamente, de acuerdo con el principio de la diferenciación de la estructura social, analogías en política, religión, moral, arte, y otras manifestaciones culturales, y que, poc el contrario, se encuentran tipos análogos de gobierno y de religión en tipos de sociedad estructuraImente rdifcrente& Pero Spencer no consideró esencial la prueba empírica para el procedimiento científico. La teoría de Spencer, al contrario de la de Comte, no es teoría sociológica tal como hoy se entiende ésta. Comte había formulado una teoría fundamental que explicaba el segmento social de La realidad, y procuraba describir y explicar los hechos sociales de acuerdo con aquella teoría limitada. Pero Spencer tuvo mayores ambiciones. Formuló una teoría integral de toda la realidad. Su ley de la evolu

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cíón es una ley cósmica. Su teoría, en consecuencia, es esencialmente filosófica, no sociológica, y, estrictamente hablando, son los filósofos quienes deben decidir acerca de su validez. Debe advertirse, sin embargo, que la filosofía de Spencer era fundamentalmente una sublimación de la física de su tiempo, la cual se hallaba en una fase de transición. Los físicos actuales han rechazado muchas de las opiniones del siglo X J X . Como la teoría de Spencer se basaba en esas opiniones, es comprensible que gran parte de su sistema tenga que ser dejado Q un lado. Éste es siempre el peligro, cuando se formula un sistema de ciencia empírica sobre la base de una teoría filosófica, y ía teoría filosófica misma hunde sus raíces en conclusiones empíricas provisionales a que llegaron ios hombres en determinada época. No obstante, a diferencia de las de Comte, las opiniones de Spencer tuvieron enorme aceptación en su tiempo. Dominaron las inteligencias de muchos profesores y de otra gente de 1865 a 1895. Durante tres décadas fue casi imposible que un intelectual declarara no haber leído a Spencer. Tuvo adversarios, sin duda; peto todo el mundo lo tenía en cuenta. Así ocurrió especialmente en Inglaterra, en los Estados Unidos y, de un modo peculiar, en Rusia. Su influencia se hizo sentir menos en Francia y Alemania. La atracción de Spencer fue poderosa, porque sus teorías respondían a dos necesidades de la época; una, el deseo de unificar los conocimientos (esto lo reconoció el mismo Spencer en su autobiografía); otra, la necesidad de justificar científicamente el principio del laissez faite, nota dominante en el clima ideológico de aquel tiempo en Inglaterra y en los Estados Unidos. En Rusia atraía la teoría porque concedía importancia a la libertad, y en aquellos días Rusia luchaba por conquistarla. Spencer alcanzó la cima de su popularidad en 1882, cuando visitó los Estados Unidos. Se le recibió con gran entusiasmo y muchas veces los grandes capitanes de la industria lo proclamaron el hombre más gtande de la época porque justificaba sus actividades. Después de aquel viaje triunfal, su popularidad declinó constantemente. Nuevas ideas aparecieron en el horizonte. Se empezaba a pensar que la sociedad debía ejercer algún control racional y político. Además, la filosofía pragmática iba ganando ascendiente y no tardó en reemplazar a la un tamo Ingenua filosofía naturalista de Spencer. En su ancianidad Spencer se dio cuenta de que las corrientes de los tiempos ibaa contra sus enseñanzas. Murió triste, según se dijo, a! advertir que la obra de su vida no había alcanzado la meta que se había propuesto.

CAPÍTULO 4 OTROS INICIADORES En la misma época en que los padres fundadores de 3a sociología esponjan sus opiniones, muchos sabios y filósofos de la sociedad formulaban teorías de las cuales se reconoce hoy que contribuyeron también a impulsar hacia adelante ia investigación sociológica en diferentes direcciones. Los autores no se llamaban a sí mismos sociólogos, pero sin conocer sus aportaciones sería imposible un conocimiento adecuado del desarrollo de Ta teoría sociológica. Aunque las aportaciones de los autores que presentamos en este capiculo casi no tienen relaciones enere sí, sus teorías pueden clasificarse en tres grupos: las de Quételet y Le Play aportaron progresos importantes en los métodos de investigación; las de Marx, Morgan, Gobineau y Buckle son ejemplos notables de teorías monísticas, esto es, de teorías que explican el devenir social por el desenvolvimiento de UJI factor particular; la teoría de Danilevsky puede interpretarse como una primera alternativa del evolucionismo. Quételet: El enfoque estadístico Adolphe Quételet (179Ó-I874), estadístico belga, fue un joven muy precoz. A los diecisiete años enseñaba matemáticas en una escuela particular; a Jos diecinueve fue profesor de la misma disciplina en la Universidad de Gante; a los veintiuno fue nombrado profesor del Ateneo de Bruselas. Su primer interés por la literatura y la poesía pasó gradualmente de Jas matemáticas y sus aplicaciones a los fenómenos sociales, bajo la influencia del famoso astrónomo Laplace, que inició a Quételet en la teoría entonces nueva de las probabilidades. En un ensayo publicado en 1S29 y después en su obra principal, titulada Sobre el hombre y el desarrollo de las facultades humanas: Ensayo sobre física social (1835 ), Quételet subrayó la regularidad en el campo de los acontecimientos sociales, especialmente en fenómenos en que se creía por lo tomón que se reflejaba el libre albedrío. Sobre la base de numerosos cálculos hechos por él mismo y por otros, tales como ía medida de la estatura de los soldados de un regimiento, Quételet llegó a la conclusión de que, en los fenómenos sociales, por lo general prevalece una curva de distribución. En otras palabras, son mucho más frecuentes los casos que se acercan al término S4 - i'M

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medio que ios casos que se apartan de ti considerablemente. De aquí el concepto del hombre medio, que ocupa un lugar central en su teoría. Pero Quételet confundió erróneamente el promedio con lo deseable. No rtivo en cuenta el hecho de que promedios iguales pueden derivarse de dos o más situaciones totalmente diferentes, lo cual depende de diferencias en la distribución. Así, por ejemplo, dos sociedades pueden tener el mismo ingreso medio per capita, pero en una situación la mayor parte de la gente puede tener ingresos próximos al promedio, mientras que en la otra un gran número de individuos con ingresos bajos sería contrapesado por una minoría con ingresos muy altos. A pesar de estos defectos, la aportación de Quételet a las ciencias sociales, incluida la sociología, fue de gran importancia. Él fue el primero en revelar la posibilidad de usar 3a estadística como instrumento para conocer los fenómenos sociales. En una de sus obras expuso la opinión de que podemos juzgar de la perfección de una ciencia por la facilidad con que se Te puede aplicar el cálculo, afirmación que se ha convertido en leitmotiv del neopositivismo actual (véase capitulo 15). Quételet, a diferencia de ciertos sabios de su tiempo, fue persona de considerable prestigio. Era miembro honorario de muchas academias científicas y la familia real lo nombeó preceptor de los principes. Pera durante mucho tiempo los sociólogos ignoraron o despreciaron sus opiniones, como si abrigasen la indignación que los esfuerzos de Quételet habían provocado en Comte (véase capítulo 2). Hasta fines del siglo XIX no empezó la sociología a emplear el mérodo estadístico, y hasta el siglo xx no apareció el neopositivísmo orientado cuantitativamente. Le Play: Primeros estudios de casos particulares Como Comte, Frédéric Le Play (1S06-S2) fue impresionado por la desorganización social de su tiempo, consecuencia, según creían, de la Revolución francesa. Los dos sabios se plantearon el problema de cómo unificar o cómo restablecer el orden social. Y los dos buscaron soluciones basadas en el conocimiento empírico. 1/s Play nació en Honfleur, pequeña aldea marítima francesa. Su padre murió cuando él tenía cinco años, y su madre, mujer de carácter fuerte y de profundas convicciones religiosas, se hizo cargo de la familia. El joven Le Play estudió en el Colegio del Havre; en 1825 ingresó en la Escuda Politécnica y en 1827 en la Escuela de Minas.

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Allí se encontró con profesores que despreciaban Tas costumbres nacionales y creían que el desarrollo intelectual era el fin supremo de la civilización. Estas ¡deas repugnaron a Le Play y sirvieron, según parece, para fortalecer su interés por las costumbres y los valores tradicionales. Mientras se reponía de una grave lesión sufrida en 1830, sobrevino en Francia otra revolución. Le Play se prometió consagrar el resto de su vida a restablecer la paz social en su patria. En 1833, a petición del gobierno español, Le Play hizo una exploración geológica de una provincia de España. La publicación de sus observaciones le dieron oportunidad de hacer expediciones similares a Alemania, donde ya había estado en años anteriores, Bélgica, Inglaterra y Rusia. En 1S40 fue nombrado profesor de la Escuela de Minas. En 1855 ya había terminado y publicado su magna obra en seis volúmenes titulada Los trabajadores europeos, obra que no sólo le granjeó fama inmediata, sino que le permitió también dedicar el resto de su vida al estudio de la sociedad. A instancias del emperador Napoleón III escribió los tres tomos de La reforma social en Francia (1864), y después terminó la Organización de la familia ( 3S7I) y la Organización del trabajo (1872). Poco antes de morir preparó un volumen titulado Constitución esencial de la humanidad (1881), Aunque la primera preparación de Le Play fue primordial mente en matemáticas e ingeniería, estudió diligentemente las obras de Rousseau y de Comte, ya cosa aun más importante, fue un agudo observador del pueblo y de sus ideas. En sus escritos insistió especialmente en las clases trabajadoras (denominación que él inventó) y sobre las autoridades sociales (los jefes locales, pero también los de carácter religioso y político). Tendía a una sólida reconstrucción de las ideas en general y a la conservación de las costumbres. El principal método de estudio de Le Play era la observación minuciosa de los fenómenos sociales según un esquema unitario. Este esquema quedó terminado, en lo esencial, en 1333- El método comprendía lo que se llama hoy método de estudio de casos particulares, y ésta es una de las principales aportaciones de Le Play a la ciencia social. Coincidiendo con Comte en que la familia es la unidad social básica, utilizó el presupuesto familiar como expresión cuantitativa de Ja vida de familia y como base para el análisis cuantitativo de los hechos sociales. Una de las funciones primordiales de la familia es ia de conseguir medios de subsistencia para sus individuos mediante el trabajo, y sostenía que el modo de conseguirlos dependía del lugar, es decir, de las condiciones geográficas. De ahí la fundamental irnpor

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tunda que Le Play concedía a la tríada lugar-traba jo-familia como muro del estudio sociológico. Cuando se proponía estudiar una familia. Le Play, con ayuda de [as autoridades sociales, buscaba una cuyo habitat y situación la acercasen a la familia media de ia localidad; a veces no conocía el lenguaje local; pero, viviendo con ía familia, conseguía un conocimiento fundamental de su modo de vivir. De esta suerte inauguró Le Play una técnica de investigación social llamada hoy observación de participante. Le Play sabía muy bien que la observación sistemática no es más que el primer paso de la investigación científica. Comprendía que ¡as verdaderas ciencias sociales deben usar no sólo un método, sino también la inteligencia. A base de sus numerosas y minuciosas observaciones, Le Piay formuló una concepción de la prosperidad y del sufrimiento que contiene los comienzos por lo menos de una teoría general de la estructura BOCÍa]. "En todas partes —dice— la felicidad consiste en la satisfacción de las dos necesidades principales que impone la naturaleza humana: el alimento diario (cosas materiales) y las costumbres esenciales (cosas inmateriales)." Cuando la estructura social existente satisface esas dos necesidades, la especie (empicaba esta palabra para decir sociedad, o quizás grupo étnico) prospera; cuando no lo hace, sufre. Las estructuras sociales que producen la prosperidad y evitan el sufrimiento se componían, según él, de siete elementos agrupados en tres clases: primera, ios dos fundamentales de la ley moral universal y de la autoridad de los padres; segunda, los dos aglutinantes de la religión y el gobierno; y tercera, los tres elementos materiales de la propiedad comunal, de la propiedad individual y del patronazgo. De las dos primeras clases procederían las costumbres esenciales; de la tercera, el alimento diario del individuo. Le Play no creía en la evolución, y menos aun en el progreso. Tenía de Jos cambios sociales una opinión esencialmente cíclica: sencillez, complicación, corrupción, y finalmente reforma o ruina: esto constituye el círculo vicioso del cual no han podido salir hasta hoy los pueblos no civilizados. Le interesaba de maneta especial la fase de declinación de los cambios, de la prosperidad al sufrimiento. Otaba varias razones para la decadencia de la sociedad de su tiempo: el espíritu revolucionario y su desprecio por las costumbres nacionales; el crecimiento incesante de la burocracia; la influencia anormal de los literati; Ja corrupción del lenguaje, y en especial de palabras como libertad, igualdad, democracia; la creencia de que la prosperidad de

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pende de una forma particular de gobierno. Como aportaciones al desarrollo de la sociología; Jas conclusiones de Le Play relativas a esas materias, aunque con frecuencia penetrantes y sugestivas, no pueden compararse con sus útiles métodos de investigación. Marx: Detcrminismo económico Karl Marx (1818-83) es famoso, sobre todo, desde luego, como primer jefe del movimiento obrero revolucionario que ahora está dividido en las dos ramas de socialismo y comunismo. Aunque gran parte de los escritos de Marx están dedicados a la propaganda de dicho movimiento, algunas de sus doctrinas fueron sociológicas, en el sentido moderno de la palabra. La filosofía de Marx era materialista, y el materialismo forma la base de su sociología. Según Marx, no hay más que materia, y la conciencia es un epifenómeno, una manifestación del movimiento de las células cerebrales. Esta opinión refleja la influencia que ejerció Lud-wig Feucrbach (1804-72), filósofo del ala izquierda hegeliana, sobre Marx. Como teoría sociológica, el marxismo puede reducirse a dos postulados fundamentales y algunos corolarios, f El primer postulado es el del determmismo económico, es decir, la opinión de que el factor económico es el determinante fundamental de k estructura y el desarrollo de la sociedad. Este factor, constituido esencialmente por los medios tecnológicos de producción, determina la organización social de la producción, es decir, las relaciones en que entran los individuos para producir bienes con más eficacia de lo que pueden hacerlo si trabajan separadamente. Esas relaciones, según Marx, se producen independien remen te de la voluntad humana. Además, la organización de La producción (llamada por Marx "sub-estrucrura económica de la sociedad") no sólo limita, sino también, en último análisis, moldea toda la superestructura: organización política, derecho, religión, filosofía, arte, literatura, ciencia y la moral misma. El segundo postulado de la sociología marxísta se refiere al mecanismo del cambio. Según esta teoría, hay que interpretar el cambio social en relación con sus tres fases, siempre presentes. Éste es el esquema dialéctico tomado por Marx de Georg "Wilhelm Friedrích Hegel (1770-1831), filósofo idealista alemán a quien se enorgullecía de haber vuelto del revés (aplicando el esquema no al espíritu fundamental, como Hegel, sino a la materia). Todas las cosas del mundo,

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incluida la sociedad misma, por una especie de fatalidad dialéctica, pasan por las tres etapas de la afirmación o tesis, la negación o antítesis, y la conciliación de los opuestos o síntesis. En este nuevo plano de la. síntesis el proceso dialéctico continúa con nuevas negaciones y nuevas conciliaciones que sin cesar determinan el proceso histórico. La combinación de las dos proposiciones fundamentales marxistas da lugar a ciertos corolarios. Todo sistema de producción económica empieza por ser una afirmación, el mejor o mas adecuado de los órdenes posibles en aquel momento. Pero todo sistema, una vez que se ha atrincherado socialmcnre, se convierte en un obstáculo para la aplicación de nuevas invenciones tecnológicas y para el uso de mercados y fuentes de materias primas recién descubiertos. El desarrollo histórico no puede detenerse en esa etapa; por consiguiente el sistema sixialmentc atrincherado tiene que ser destruido por una revolución social que crea un nuevo orden de producción, una síntesis del antiguo y del nuevo. En toda sociedad hay dos clases fundamentales, una que representa el sistema de producción anticuado, y otra que representa el orden naciente. La sociedad pasa de una etapa a otta por medio de la lucha entre esas clases. La clase naciente triunfa definitivamente en esa lucha y establece un nuevo orden de producción; y a su vez, dentro de ese orden están contenidas Jas semillas de su propia destrucción, prosiguiendo ti proceso dialéctico. Marx y sus discípulos emplearon este esquema dialéctico en sus análisis de ia sociedad occidental contémporánea, que llamaron capitalista. En esa sociedad, decían, la organización social de ja producción que nació con la revolución industrial se expresa en la existencia de dos clases; Ja burguesa, formada por los propietarios de los medios de producción, y la proletaria o de los trabajadores. La lucha entre ambas clases es inevitable y, al desarrollarse la conciencia de clase y la acción de clase militante, acabará con la destrucción del sistema existente. El heredero del capitalismo será el orden socialista, que se caracteriza por la propiedad colectiva de los medios de producción y, finalmente, por una sociedad sin clases y en realidad sin Estado, meta utópica durante mucho tiempo de Jos socialistas pre-marxistas y, según el mismo Marx, no científicos. La teoría sociológica de Marx, presentada aquí en esbozo brevísimo, debe ser criticada desde varios puntos de vista. En primer lugar, las correlaciones estrictas enere la base económica de la sociedad y Ja sujjcrcstructura no fueron demostradas por Marx, ni pueden serlo.

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Por el contrario, se ha señalado insistentemente que el mismo sistema económico capitalista ha coexistido con instituciones políticas diferentes, incluidas la monarquía absoluta y la democracia. De manera análoga, a lo largo de la era de predominio del orden capitalista, se han diversificado extraordinariamente la filosofía, las artes y otros fenómenos culturales. En segundo lugar, considerado históricamente, el paso de un tipo de organización social a otro no es inevitablemente consecuencia de la victoria de la clase explotada. En la historia de Europa, por ejemplo, la destrucción del feudalismo fue obra mucho más de la burguesía, relativamente pequeña y poderosa, que de Jos siervos. En tercer lugar, las predicciones de Marx, como las relativas a ía decadencia de la clase media y al triunfo inicial del socialismo en las naciones más desarrolladas industria [mente (y que en consecuencia tienen el proletariado más adelantado), se oponen a los acontecimientos históricos actuales. Pero la teoría marxista tiene importancia sociológica. Como las de Comte y de Spencer, es una teoría evolucionista, formulada veinticinco años después del "descubrimiento del año 1822" de Comte, pero casi quince años antes de la publicación de Los primeros principios de Spencer, Merece señalarse que, aunque la teoría sociológica de Marx pudo haber sido formulada, independientemente de sus premisas filosóficas, a base de un estudio empírico, no fue ésa su génesis. Si bien Marx empleó muchos años en documentar su teoría con ejemplos históricos, su concepción de la estructura social y del cambio social era en esencia una premisa lógicamente necesaria para demostrar la proposición de que el socialismo debe triunfar inevitablemente en el mundo moderno. El pensamiento marxista es importante en el desarrollo de la sociología como intento para formular una teoría sistemática de la estructura y del cambio sociales. Además, es la primera y quizás la más consistente teoría que destaca un solo factor determinante del cambio social. Después aparecieron otras muchas teorías del mismo tipo monista que difieren del marxismo en que eligen otro factor básico determinante, desde luego, peto que tienen de común con él la acritud monista- Aquí sólo advertiremos que esas teorías, aunque con frecuencia desempeñan la función, positiva de llamar la atención hacia hechos sociales hasta entonces descuidados —y esto es cierto del marxismo—simplifican excesivamente y a veces falsean el complicado proceso del cambio social y la complicada naturaleza de la estructura social y de los tipos de cultura.

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Tylor y Morgan: Monismo tecnológico íídward B. Tylor (1832-1917), antropólogo inglés, creía en la existencia de diferentes etapas en el desarrollo de la cultura humana, pero, sin embargo, no empleó la palabra evolución. Según él, ia experiencia lleva al estudioso de la etnología a esperar y a encontrar los mismos fenómenos culturales como consecuencias de causas análogas, en cualquier momento y lugar que éstas se presenten. Tyior buscó un medio para medir ese desarrollo. Los principales criterios para estimar el desarrollo cultural eran, según le parecía, el adelanto de las artes Industriales, la extensión del conocimiento científico, el carácter de la religión y el grado de organización social y política. A lo largo de su obra investigó el progreso humano siguiendo esos lincamientos. Pero no creía que el progreso fuese fatal en el desenvolvimiento cultural; por el contrario, citaba, aprobándolas, frases de de Maístre, filósofo pesimista francés, sobre ese rema. La aportación más duradera do Tylor a la teoría sociológica fue la definición de la cultura que aparece en la primera página de su obra más importante, Primitwe Culture (Cultura primitiva, 1871): "Cultura o civilización. . . es aquel todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y todas las demás capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad". Pero hasta unos cincuenta años más tarde no empezaron los sociólogos a hacer uso corriente de este concepto de la cultura. En los últimos decenios, el concepto de cultura de Tylor se ha convertido no sólo en un instrumento conceptual casi estandarizado, sino también en un recurso importante para describir sistemáticamente las complicaciones, las interconexiones funcionales y los cambios que tienen lugar en el mundo social y cultural del hombre. Lewis Henry Morgan (1818-81), uno de los primeros antropólogos norteamericanos, formuló una teoría de la evolución social que durante algunos años ejerció cierta influencia en los medios sociológicos. Su teoría subrayaba Ja importancia de los factores tecnológicos en la sociedad y en sus cambios. Desarrolló esta idea en una serie de estudios especíales publicados entre ISóO y 1870, reunidos más tarde en un volumen titulado Ancient Society (La sociedad antigua, 1877). Morgan creía en la existencia de etapas evolutivas definidas por las que han de pasar los hombres en todas partes. La experiencia de la humanidad —decía— ha corrido por canales casi uniformes; las necesidades humanas en circunstancias análogas han sido esencial

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mente las mismas; y el funcionamiento de la mente humana es uniforme a travos de las diferentes sociedades humanas. Morgan distinguía tres etapas principales en el avance cultural: salvajismo, barbarie y civilización, y dividía cada una de los dos primeras en tres subetapas. Cada erapa y subetapa se había iniciado por algún invento tecnológico importante. Así, la segunda etapa del salvajismo debió su existencia a Las artes de hacer fuego artificial y de la pesca, y la tercera al arco y la flecha. La barbarie comenzó con la invención de la alfarería; Ja segunda etapa se caracterizó por la domesticación de anímales y la tercera por la fundición del hierro. La civilización fue anunciada por la invención del alfabeto fonético. Según Morgan, cada una de estas etapas de evolución tecnológica tenía su correspondencia en progresos característicos en religión, en organización de la familia y del sistema político, asi como en el régimen de propiedad. La sociedad antigua de Morgan causó fuerte impresión a Marx y a su colaborador Friedrich Engels (IS2Ü-95). Este último, siguiendo el consejo de Marx, publicó en 1884 El origen de ia familia, de la propiedad privada y de! Estado, libro en el que hizo uso muy extenso de las teorías de Morgan y de sus ejemplos, procedentes en gran parte de observaciones sobre las sociedades indígenas americanas. De esta suerte, la obra de Morgan se convirtió en una parte de la sociología marxista y, en cierta medida, sigue desempeñando un papel en la Rusia comunista. Gobincau: Deterninismo racial Comrc, Marx y Spencer fueron exponences de la teoría del progreso. Arthur de Gobíneau (1816-82), por el contrario, deploraba el que le parecía marcado retroceso de la Francia de su tiempo y procuró descubrir su causa. Ofreció el resultado de sus meditaciones en los cuatro volúmenes del Ensayo sobre la desigualdad de las rozas humanas (1853-55), que puede considerarse como la manifestación más importante de la teoría racial en sociología. Como representante de la aristocracia francesa, el autor se sentía orgulloso de ser descendiente de los conquistadores teutónicos de las Galias. Consideraba a los alemanes racialmente inferiores a los franceses por la gran mezcla biológica de aquellos, proposición ésta sumamente discutible. La verdadera raza superior —decía—' se había conservado en Inglaterra. Las opiniones de Gobíneau sufrieron en cierta medida h influencia

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del famoso historiador Augustin Thierry (1795-1856),1 quien a su vez debía a Comte algunas de sus ideas. La importancia del factor racial en el desenvolvimiento social fue sustentada por Gobíneau medíante la arbitraria eliminación de otras liipótesis. Contestando a la pregunta de por qué decaen las naciones, Gobíneau afirma que ni el fanatismo religioso, ni la decadencia religiosa, ni el lujo, ni el libertinaje, la corrupción o la crueldad explican dicha decadencia, porque muclus naciones siguen floreciendo no obstante la presencia de una o más de esas condiciones. La variable causal esencial es, según él, la composición racial. De acuerdo con su argumentación, las circunstancias raciales dominan rodos los problemas importantes de la historia. Basca, pues, k desigualdad de las razas para explicar el destino de los pueblos: las razas superiores son capaces de progresos fundamentales, mientras que otras, como los indios americanos, están social y culturalmenrc limitadas por su herencia racial Asi, todas las civilizaciones importantes han sido obra de los arios (que en realidad no son una rama racial), quienes forman el sector más elevado de la raza blanca. Nunca dijo explícitamente Gobíneau qué es lo que constituye una raza, y confundía lamentablemente la raza como sector biológico de la humanidad con un grupo étnico constituido por individuos unidos por la común aceptación de una cultura específica. Hablando desde el punto de vista de las razas, decía que la conquista de un pueblo por otro de raza superior va seguida de mejoras proporcionadas a la cualidad hereditaria de los conquistadores, siempre que se conserve la pureza racial Pero generalmente los conquistadores se mezclan con los conquistados, y de ahí se sigue k decadencia racial y cultural. Por consiguiente, la historia humana puede ser resumida como una sucesión de edades de los dioses, de los héroes, y de confusión y mediocridad durante la cual las sociedades humanas degeneran en meros rebaños. Tal fue Ja teoría de la retrogresión, opuesta a Ja del progreso. La teoría de Gobíneau es, antropológicamente, un error: no hay razas superiores e inferiores. En otras palabras, las capacidades innatas del hombre no están determinadas por k raza. Y k teoría es también un error desde el punto de vista sociológico: Ja mezcla racial, lo mismo que la interpenetración de las culturas, muchas veces produce el florecimiento de la cultura. En el riempo en que Gobíneau publicó 1 Autor de CoBiider¿£ÍQ*ti sobra U historia A* Francia, 1840.

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su obra, la antropología y la sociología aán rio conocían estos hechos, de suerte que no pudo demostrarse de un modo convincente su debilidad científica; por eJ contrario, ía teoría pudo fascinar la imaginación de mucha gente. No obstante, k teoría racial de Gobíneau pasó inadvertida durante su vida, especialmente en Francia. Se debió esto a que contradecía categóricamente la que entonces estaba generalizada, o sea la teoría del progreso ilimitado, sustentada por Turgot, Condorcet y Comte. A fines del siglo xix la teoría de Gobineau fue introducida en Alemania debido en gran parte a la obra de Houston Stuart Cham-berlain (1855-1927). Chamberlain publicó en alemán Los fundamentos del siglo xsx (1899), obra que influyó profundamente en el emperador Guillermo II y en muchos de Tos hombres que lo rodeaban. Aunque seguía los principales lincamientos de la teoría de Gobineau, Chamberlain admitía que la mezcla racial no siempre es dañina culmralmente; puede haber mezclas favorables que, en realidad, debieran conservarse. Estas doctrinas racistas fueron adoptadas después por el nacionalsocialismo, o sea el nazismo hitleriano. También contribuyeron a. originar el anglo-sajonismo, punto de vista bastante generalizado en Jos Estados Unidos a fines del siglo xix y principios del XX y que tuvo su papel en la formulación de la ley restrictiva de la inmigración de 1924 (cuyas disposiciones fundamentales pasaron a la ley de 1952). Buckle: Monismo geográfico Hcnry T. Buckle ( 1821-Ó2 ), hijo de un rico comerciante londinense, viajó mucho y dedicó su vida a actividades literarias y científicas. En este último campo representó un papel al aportar una especie de determinismo geográfico al pensamiento sociológico del siglo XIX, La History of Civilization in England {Historia de la civilización en Inglaterra, 1857-01), obra principal de Buckle, quedó incompleta por muerte prematura del autor. La idea fundamental de Buckle era que los procesos social e histórico son consecuencia de la acción de fenómenos externos sobre la mente humana y de la acción de la mente sobre aquellos mismos fenómenos. Sólo la primera parre de esta teoría fue desarrollada por Buckle en la parce publicada de sus escritos. El progreso cultural -—decía— depende de la formación de una clase ociosa, cosa que sólo es posible cuando la producción supera al consumo. Ese excedente es

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ca esencia resultado de una combinación favorable de condiciones de clima, suelo y alimentos disponibles. En la historia primitiva, k creación de un excedente de alimentos depende de la energía y regularidad del trabajo humano, de una parte, y del carácter ¡le la naturaleza, o sea del medio natural, de la otra. La cualidad del trabajo está determinada por el clima; el clima templado vigoriza, el clíma cálido debilita; en las regiones frías nacen costumbres variables e inconexas, mientras que la productividad del trabajo humano depende de la fertilidad del suelo. Buckle "probaba'1 estas hipótesis con sus observaciones generales de las características geográficas y sociales de Irlanda, ia India, Egipto, América Central y el Perú, y llegaba a la conclusión de que sus observaciones venían en apoyo de su teoría. Buckle concedió también cierta importancia sociológica al aspecto visual de la naturaleza; si el medio natural es sublime o aterrador, desarrolla la imaginación; si es menos impresionante, prevalece la inteligencia. Intentó demostrar este teorema contraponiendo las civilizaciones de la India y de Grecia. Creía Buckle que la influencia del medio geográfico era más directa, y por lo tanto mas fuerte, sobre los pueblos primitivos, y que se debilitaba con el progreso cultural. Si hubiera terminado su obta, probablemente hubiera intentado mostrar cómo se realizó, en los últimos períodos históricos, el creciente dominio humano sobre los fenómenos naturales exteriores. El estudio de la influencia de las condiciones geográficas fue emprendido muchas veces por escritores que saquearon a Buckle. Entre sus predecesores se cuentan Aristóteles, Montesquieu y varios geógrafos alemanes; durante algunos decenios fue muy leída su Historia de la civilización en Inglaterra, e influyó en los medios intelectuales. Y con frecuencia ks opiniones de Buckle han sido re formuladas en forma de un determinismo geográfico unilateral. Esta teoría ya no es aceptable, pues boy se sabe que la geografía limita, más bien que determina, el desenvolvimiento social y cultural. La existencia de recursos naturales, por ejemplo, no garantiza que serán explotados por el hombre, pero su falta impedirá numerosos progresos. Desgraciadamente, esta bien fundada opinión es contradicha todavía hoy por un determinísmo geográfico ocasional. Dattilevsky: lina primera alternativa respecto del evolucionismo Nícholas Danilevsky (1822-85) fue un naturalista ruso profundamente interesado en los asuntos políticos. En 1809 publicó, en entre

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gas que iban apareciendo en una revista mensual rusa, una obra titulada Rusia y Europa, en la que se propuso contestar a esta pregunta: ¿Por qué Europa odia a Rusia? En el cutso de su estudio sobre el tema, formuló una teoría del desarrollo de las sociedades humanas que discrepaba de la teoría evolucionista. En realidad, la teoría del desarrollo de las sociedades sustentada por Danílevsky suministró una especie de modelo que en años subsiguientes se convirtió en un sustituto del evolucionismo. Danílevsky partió de Ja observación de que es anticientífico considerar la historia como un desarrollo incesante de Ja experiencia europea, ignorando, o tratando como cosas al margen, los progresos realizados en otras partes del mundo. Los ciclos históricos más bien debieran estudiarse dentro del marco de tipos históricos culturales o civilizaciones. Sostenía que a base de los conocimientos disponibles podían enumerarse trece civilizaciones mas o menos completas e independientes o sem i-independien tes: la egipcia, la china, la semítica antigua, la india, la irania, la persa, la hebrea, la griega, la romana. Ja árabe, la germano-romana, la eslava, la mexicana y la peruana. Cada una de esas civilizaciones pasó por ciclos análogos a los del crecimiento orgánico: infancia, juventud, madurez, decadencia- Algunas civilizaciones, por ejemplo la mexicana y la peruana, fueron detenidas en fases tempranas, mientras que la eslava en su época alcanzaba la madurez y la germano-romana ya estaba en el proceso de decadencia. En opinión de Danílevsky, no todas las tribus o pueblos ascienden hacia la civilización, sino sólo Jos que son mental y cspiritualmente capaces de hacerlo. Además, el desarrollo de la civilización no se limita a una sola tribu o puebla, sino que se realiza en un grupo de tribus o pueblos lingüísticamente emparentados. La condición indispensable para el desarrolla es la independencia política de uno por lo menos de esos pueblos, que permita la formación de un tipo histórico cultural. Asimismo, hay grupos cuyas actividades impiden la formación de una civilización, como los hunos, los tártaros y los turcos; mientras que el resto de los pueblos forma una especie de residuo que Danílevsky llamaba material etnográfico. Según Danílevsky, toda civilización produce su estilo particular, que se manifiesta, del modo más claro en la edad de la madurez. Dicho con más precisión, cada civilización sobresale en uno de los campos de la actividad humana. Asi, los griegos acentuaron la belleza; los romanos se especializaron en el derecho y en la organización po

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lítíca; la civilización semítica destacó la religión. En tiempos más recientes, las sociedades germano-romanas sobresalieron en los campos político, tecnológico y estético, mientras que la civilización eslava promete grandes cosas en todos los campos. Como conjuntos, las civilizaciones son impenetrables e intransmisibles; pero sus rasgos individuales pueden ser imitados o seguidos, en particular las realizaciones científicas y tecnológicas. Además, las civilizaciones pueden difundirse por ia colonización y, con menos eficacia, por "injerto". Ejemplos de este último procedimiento son el florecimiento de la civilización helénica sobre el tronco egipcio y el desarrollo de la cultura romana sobre el árbol céltico. Por lo general, las civilizaciones que reciben el injerto mueren en ese proceso. Pero todas las civilizaciones tienen una vida limitada, aunque Danílevsky no pretendió conocer el tiempo límite del ciclo de crecimiento y decadencia; pero suponía que, más tarde o más temprano, las civilizaciones mueren por una especie de fatalidad interna. En esa fase, los pueblos retornan aí estado de material etnográfico, si bien en un tiempo futuro pueden convertirse en portadores de nuevas civilizaciones. Cuando apareció, la obra de Danílevsky pasó casi del todo inadvertida; pero a fines del decenio de los 1880 súbitamente atrajo la atención en Rusia, de suerte que aparecieron dos nuevas ediciones de Rusia y Europa, seguidas en 1890 de una traducción francesa abreviada. Probablemente ese libro fue importante fuente de inspiración para La decadencia de Occidente de Oswaid Spenglcr (véase capítulo 20), obra que durante algunos años ejerció gran influencia, medio siglo después de la aparición de su oscuro predecesor. La teoría de Danilevsky sobre el desarrollo y decadencia de las civilizaciones era intemporal, oponiéndose, como se oponía, a la teoría popular de la evolución unilincal hacia el progreso. Y, naturalmente, el hecho de que la obra estuviera escrita en tuso y no Fuera traducida hasta 1890 fue también un obstáculo pata que se la conociese. Pero Danílevsky contribuyó al desarrollo cumulativo de Ja teoría sociológica, en especial al estudio de los cambios sociales y culturales. Volverán a encontrarse algunas de sus ideas en las obras de Toynbee y de Sorokin, cuyas teorías estudiaremos en el capítulo 20.

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CONCLUSIÓN DE LA SEGUNDA PARTE

En el transcurso de medio siglo tuvieron lugar numerosos comienzos en el campo de las ciencias sociales; al cabo de algún tiempo convergieron, contribuyendo así a enriquecer la teoría sociológica. Pero en ese primer período, dichos comienzos tuvieron muy pocas relaciones entre sí. Spencer por ejemplo, conoció la obra de Comte y tomó de ella la palabra sociología; pero, por lo demás, no fue influido por las aportaciones del maestro francés. Le Play estaba familiarizado con la obra de Comte, y Gobíneau sufrió la influencia del historiador Thierry, que a su vez había sido impresionado por las observaciones de Comte sobre la importancia de Ja raza. Quételet se formó en el mismo clima intelectual que Comte. Tylor reconocía que ningún autor había influido en él más que Quételet, aunque también citaba a Comte. Morgan estaba familiarizado con los escritos de Spencer, pero el empleo que hizo de la palabra evolución fue sólo incidental en su argumentación. La versión originaria del marxismo es cosa aparte de cualquiera otra exploración sociológica inicial (aunque tiene conexiones con las dispares corrientes intelectuales de la filosofía hegeiiana, con el socialismo utópico y, finalmente, con la economía política inglesa); peto, en una obra posterior, Engels utilizó muchas ideas de Morgan. Los escritos de Buckle y de Danilevsky parecen no haber tenido relación alguna con los de [os sociólogos contemporáneos suyos. La mayor parte de las aportaciones hasta ahora examinadas fueron escritas en la firme creencia de que la evolución era la ley suprema del devenir. El evolucionismo de Spencer era cósmico; el de Comte era pluralista, pero subrayaba los factores ideológicos y demográficos; el evolucionismo de Marx era económico, y el de Morgan tecnológico. En oposición con las ideas de ^esos autores, Danilevsky formuló una teoría cíclica del cambio social, abandonando el dogma de la evolución unilateral hacia el progreso. Tylor, Gobíneau y Le Play rechazaron también el supuesto del desarrollo progresivo de la sociedad humana. Una de las mayores preocupaciones de los primeros evolucionistas fue el descubrir los factores del progreso, o, traducido al lenguaje contemporáneo, los determinantes del cambio social. Predominaba la tendencia al monismo, es decir, a considerar un solo factor como fundamental o por lo menos como predominante. Además de los factores ideológico, demográfico, económico y tecnológico, señalados por los

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evolucionistas, Gobíneau y Buckle subrayaron los factores raciales y geográficos. Dos de los comienzos reseñados fueron importantes desde el punto de vista de la metodología. Quételet reveló cómo aplicar los métodos estadísticos al estudio de los fenómenos sociales, y Le Play realizó excelenre trabajo con un método que después se llamó estudio de casos particulares. Es digno de notarse que, con relación a ambos métodos, tuvo lugar el fenómeno de la acción retardada. Hasta fines del siglo Xix no se aplicó el método estadístico en estudios sociales especializados, por primera vez en el campo de la criminología. Y hasta después de 1920 no adquirió fuerza perceptible la idea de hacer de La sociología una ciencia cuantitativa. Del orro lado, el método de te Play fue usado desde el principio por sus discípulos en el limitado campo de los estudios sobre familias; pero hasra la segunda década del siglo xx, e independientemente de toda influencia de Le Play, no descubrieron los sociólogos norteamericanos el método del estudio de casos particulares y lo convirtieron en rival de la investigación estad ísrica. La mayoría de las obras hasta ahora estudiadas no fueron consideradas por sus autores obras de sociología. Únicamente Comte y Spencer, y en menor grado Le Play, se dieron cuenta de que estaban construyendo una ciencia nueva. Quételer estaba preocupado con la estadística; Marx, Gobineau, Buckle y Danilevsky hubieran clasificado sus obras como filosofía de la historia; Tylor y Morgan hacían aportaciones a la etnología. Por consiguiente, es muy comprensible que durante la época de los iniciadores la sociología misma fuese un concepto vago. Los problemas científicos que constituyen el núcleo central de la teoría sociológica fueron más veces planteados que resueltos. La metodología, excepto en las obras de Quételet y de Le Play, era torpe y rudimentaria. Pero en esos primeros años hubo muchos atisbos que suscitaron ideas y dieron frutos científicos en el transcurso de los decenios subsiguientes.

CAPÍTULO 5 DARWINISMO SOCIAL El último cuarto del siglo xix delimita aproximadamente el segundo periodo de la historia de la sociología. Por una parte, se Je puede considerar como la época de la lucha de Las escuelas. En contraste con la situación que conquistaron durante el primer período, los estudiosos en el campo de la sociología se familiarizaron con las diferentes teorías y acentuaron, muchas veces sobrcaccntuaion, las diferencias existentes entre ellas. En consecuencia, gran parte de su actividad consistió en esfuerzos para demoler las teorías rivales. Por otra parte, en la medida en que fue dominado por la teoría evolucionista, el periodo tuvo cierta unidad. Lo que sobre todo discutían los sociólogos era cuál podía considerarse como la interpretación más adecuada de la evolución, y el debate solía centrarse sobre la identificación del factor predominante responsable de la evolución de la sociedad. Pero debe advertirse que el predominio del evolucionismo era absoluto. En una época en que el evolucionismo tendía, por su misma naturaleza, a reducir la sociología al estudio de Ta dinámica social y a explicar la estructura y las funciones de toda sociedad únicamente en relación con la fase evolutiva en que se encontraba, algunos sociólogos se propusieron seguir la línea iniciada por Comte con sus ideas sobre estática social. Con su actividad crearon un nuevo enfoque de la sociología que podría llamarse analítico o sistemático, subrayando el estudio de la estructura y funcionamiento de la sociedad y dedicando relativamente poco estudio a las etapas por las que la sociedad ha pasado. Algunos de los iniciadores de la sociología analítica creían en la evolución, pero la evolución no representaba sino un papel insignificante en sus teorías. Entre las muchas escuelas en que se dividió la predominante teoría evolucionista se destaca el darwinismo social. Merece notarse que Charles Darwin, autor de El origen de las especies (1859) y de La selección respecto al sexo (1871), y creador de la teoría moderna de Ja evolución biológica, no era un darwínista social. No estudió problemas de filosofía social y se inclinaba a acentuar el contraste entre los procesos de la evolución biológica y de ia evolución social. 83

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Bagehot El primer autor que intentó formular una teoría sociológica aplicando los principios de la selección natural y de la variabilidad a la sociedad política, fue Walter Bagehot (1826-77). Pertenecía a una familia inglesa de la clase media, estudió en Oxford y después se dedicó a negocios bancaríos. Desde 1860 fue director de The Econo-mist. Publicó sus opiniones por primera vez en una serie de artículos que salieron en The Fortnightly Revieiv (1867), y más tarde esos artículos aparecieron en forma de libro con el título de Phyücs and Poli/ks (Física y política, 1872). En esa obra procuró Bagehot formular el carácter esencial de la lucha de grupos. El rasgo principal —dice— es que esa lucha la dirigen grupos de hombres en cooperación, no individuos. Es manifiesta la superioridad de los grupos compactos sobre Jos débilmente unidos. La diferencia entre el hombre no civilizado y el civilizado es igual a la que existe entre los anímales silvestres y los domésticos, y aseguraba que el proceso de domesticación es el mismo para los hombres y para los animales, afirmación curiosa teniendo en cuenta las manifiestas desemejanzas de ambos procesos. Lis tribus más dóciles sobreviven; en consecuencia, han llegado a ser dueñas de la tierra Jas naciones que tienen Jos sistemas de organización familiar más compactos. Esra teoría es una sublimación en el plano sociológico de k supervivencia de los más aptos. Puesto que la cohesión del grupo es tan importante en el proceso evolutivo, es preciso determinar cuál es el factor que fragua el grupo. Para Bagehot ese factor es "e! aglutinante de la costumbre", o sea la tendencia de los descendientes a parecerse a sus progenitores no sólo biológicamente, sino también mentalmente. Aquí surge la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las fuerzas que conservan las costumbres? Bagehot señala tres fuerzas. En primer lugar está la religión del miedo, con sanciones terribles para los violadores. En segundo lugar, está la tendencia persecutoria, o sea la propensión a castigar las desviaciones del orden establecido, el cual sirve de apoyo a ks costumbres. Según Bagehot, ningún bárbaro tolera ver a un individuo de su nación apartarse de los viejos usos y costumbres de la rribu. En tercer lugar, está l, i tendencia del hombre a imitar lo que tiene delante. La imitación no es consciente, es contagiosa y particularmente fuerte entre los niños y los salvajes, y ella explica la sorprendente uniformidad de la sociedad salvaje y el que los salvajes sean los más rápidos y fieles

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¡miradores. (La ciencia social moderna sabe, naturalmente, que esos rasgos no distinguen necesariamente a la sociedad "salvaje".) En la iiiqtsrtancia que concedía a la imitación se anticipó Bagehot a Gabriel Tarde, uno de los creadores de Ja sociología analítica que contribuyó de manera importante a la decadencia del evolucionismo en sociología (véase capítulo 8). El estudio de la costumbre hecho por Bagehot y que acabamos de esbozar, tuvo por objeto aclarar La afirmación de que la cohesión del grupo es el requisito necesario para la victoria en la lucha de grupos. Como segundo factor que hace posible la supervivencia de los mas aptos, Bagehot tomó de Darwín la ídea de la variabilidad. Sin variabilidad, la lucha por la existencia no tendría sentido, pues no produciría ningún mejoramiento de la organización biológica o social. Al igual que Spencer, Bagehot creía en el progreso, y explicaba su posibilidad mediante la tendencia de los descendientes, opuesta a la de la imitación, a diferir de sus progenitores. Según él, el progreso sólo es posible si la fuerza de la legalidad basada en la imitación es bastante poderosa para mantener unida la nación, pero no tanto que mate toda variación y reprima la perpetua tendencia de la naturaleza al cambio. Sobreviven los grupos en que el equilibrio de esas fuerzas garantiza la mayor eficacia del grupo. Ese equilibrio, en opinión de Bagehot, es característico de las sociedades dirigidas por un gobierno fruto de la discusión: en tales sociedades est¿ abierta la puerta a las innovaciones y al progreso. Gnmplowkz Las ideas de Bagehot no tuvieron nunca aceptación muy general; en realidad, su obra fue ignorada durante mucho tiempo. No puede decirse lo mismo de otro representante del darwinismo social, Ludwig Gumplowicz (1838-1909), judío polaco, Gumplowicz inició su carrera académica en la monarquía austro-húngara, donde el antisemitismo era fuerte y los conflictos étnicos dominaban el escenario político. Durante toda su vida sufrió un complejo de inferioridad, y la tragedia señaló sus últimos años. En 1894 se suicidó su hijo, y en 1909 se suicidó él después de haber dado muerte a su mujer. Las sombras que envolvían su vida fueron iluminadas, pero no disipadas, por una visita que en 1903 le hizo el sociólogo norteamericano Ward (véase capítulo 6), que era hombre muy optimista. A consecuencia de dicha visita, tuvo Gumplowicz la oportunidad de publicar en The

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American Journal of Sochlogy (volumen 9) un artículo en el que, en oposición con sus anteriores ideas, admitía que las leyes de bronce de los procesos naturales podían, ser modificadas por el intelecto humano, que es también una fuerza natural. La actividad académica de Gumplowicz se limitó a la universidad provinciana de Graz, donde fue primero conferenciante y después, a partir de 1882, profesor. Su primer contacto con el campo de la sociología tuvo lugar a través de Jos cscriros de Comte y de Spencer. Sus obras más importantes son Raza y Estado (1875), Lucha de razas (1883) y en especial Eshozo de sociología {1885). Escribió otras muchas obras que añadieron pocas cosas importantes al Eshozo de sociología. En todos esos escritos, aunque insiste en la necesidad de relacionar la sociología con el campo general de la ciencia, sustenta Gumplowicz la idea de que los fenómenos sociales constituyen una categoría única distinca de todos los demás fenómenos por varios rasgos fundamentales. En su opinión la sociología es la ciencia de la sociedad humana y de las leyes sociales. Por lo tanto, es la base de todas las otras ciencias sociales, que se dedican a manifestaciones particulares de Ja vida social Eü opinión de Gumplowicz, la evolución social y cultural es totalmente producto de ¡a Jucha entre grupos sociales. Esa lucha, análoga a la lucha por la existencia y a la supervivencia de los más aptos éntrelos individuos, reemplazaba a la lucha individual en su teoría de la evolución. Sólo el grupo es importante, porque el individuo es un producto del grupo. Sólo una insignificante minoría de individuos prosigue su educación recibiendo impresiones originadas fuera de su propio grupo social. Es la comunidad la que piensa, porque no pasa de ser una ilusión la idea de que el hombre piensa como individuo. Pero, ¿porqué deben luchar los grupos? Gumplowicz presenta dos hipótesis fundamentales: una, la hipótesis poligenética, afirma que la especie hombre se derivó de diversos tipos antiguos en muchos momentos diferentes y en muchos lugares distintos, de suerte que no hay vínculo sanguíneo entre las razas; y otra, la hipótesis de que existe entre Jos diferentes grupos y tazas un odio insuperable. Llegó a ambos supuestos deductivamente y los confirmó con buenas autoridades. Cuanto más hacia atrás vamos, dice Gumplowicz, mayor es el número de pequeños grupos sociales que encontramos, constituidos por hordas que se caracterizan por la promiscuidad sexual y la igualdad de posición social El conflicto (la guerra) entre ellos tenía por

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causa directa el deseo de mejorar Jas condiciones económicas. (En esto, como en otras muchas cosas, las ideas de Gumplowicz muestran mateado sabor marxista,) En los tiempos primitivos, la guerra tenía por consecuencia el exterminio del grupo vencido. Después los hombres encontraron más ventajoso reducir a la esclavitud a los vencidos y explorarlos económicamente. En este proceso de sobre imposición de un grupo a otro veía Cumpíowicz el origen del Estado. Aunque no de buen grado, esta teoría fue aceptada por muchos sociólogos, y hasta por los de los Estados Unidos, a falta, en aquel tiempo, de otras hipótesis plausibles. Después de formado el Estado, la lucha de los grupos se bifurca: continúan las guerras entre Estados impulsados por un implacable afán de conquista, pero además dentro de cada Estado nace la lucha de clases. Aunque las chscs combatientes y sus metas cambian a través de la historia, la clase que está en el poder siempre se da cuenta de que puede mantener y extender más fácilmente su dominio creando instituciones legales y políticas. Todas estas ¡deas relativas al Estado tienen afinidad con el marxismo. Como muchos pensadores alemanes de aquel tiempo, Gumplowicz propendía a contraponer Estado y sociedad. Para él la sociedad era la suma total de los grupos antagónicos, y cada grupo se concentraba alrededor de uno o más intereses comunes. Dondequiera que los hombres se sienten estrechamente unidos por intereses comunes, se esfuerzan por actuar juntos como unidades en la lucha por el predominio. Así se forman los grupos y resulta incesante ln lucha entre dios. Al contrario que otros evolucionistas, Gumplowicz era pesimista en lo que respecta al progreso. No podía aceptar la ¡dea de la evolución de la humanidad como un todo, porque para el no existía esa cosa única llamada humanidad. Su hipótesis poligéníca impedía la posibilidad de una evolución unitaria- Creía él que la evolución de cada grupo había sído esporádica e interrumpida por retrocesos. En todo Estado han tenido lugar una evolución y un progreso parciales; pero siempre ha habido bárbaros que esperan la señal de empezar la obra de destrucción. Aunque es seguro que Gumplowicz no tornó nada de Danilevsky, hay aquí algún paralelismo con la opinión de éste último (véase capitulo 4) sobre el nacimiento de las culturas particulares (no de ía cultura humana en general) y sobre la existencia de fuerzas negativas y destructoras. La caída de muchos Estados poderosos ante el asalto de hordas bárbaras más bien pequeñas —añade Gumplowicz en una interesante anticipación a las ideas de Toynbee—,

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no puede comprenderse a menos que se admira la existencia de enemigos sociales interiores. En resumen, no hay progreso ni retrogresión en el curso de la historia en su conjunto; sólo puede advertirse progreso en determinados períodos y determinados países. Las opiniones de Gumplowicz sobre este tema están mucho más cerca de la opinión común en la actualidad que las de sus optimistas contemporáneos. Ratzenhofer El darvinismo social aparece en forma mucho más mitigada en la obra del sociólogo austríaco Gustav Ratzenhofer (IS42-J904). De humilde origen, este hombre, que era cadete a la edad de dieciséis años, tuvo numerosos duelos e hizo distinguidos servicios de guerra; en 1S7S fue nombrado archivista del ejército, posición que le dio amplia oportunidad para leer y estimuló el deseo de escribir. En 1898 fue ascendido a mariscal de campo y nombrado presidente del tribunal supremo militar de Austria. Se retiró del ejército en 1903. Inte-lectualmente, fue un autodidacto influido por la lectura de Comte, Spencer, John Sajare Mili y Gumplowicz, Sus obras principales son Naturaleza y fin de la política ( 1893), Estudios sociológicos ( 1898 ) y Sociología (1908, postuma). Murió a bordo del barco en que regresaba de un viaje a los Estados Unidos, donde había dado conferencias con gran éxito. En opinión de Ratzenhofer, la sociología es la ciencia de las relaciones mutuas entre seres humanos. Su misión es descubrir las tendencias fundamentales de la evolución social y las condiciones del bienestar general de los seres humanos. El problema fundamental de Ja sociología es determinar el carácter único de la regularidad social y distinguirla de la regularidad del mundo de los fenómenos en general La sociología debe descubrir el principio básico que gobierna todos los asuntos sociales y contribuir, con esa guía, a resolver todos los problemas sociales. Esc principio director, la fuerza motriz, la Urkraft, es el interés. El interés es la llave que abre la puerta del tesoro de la sociología. La vida social, según Ratzenhofer, es un haz de intereses enraizados en la naturaleza misma de los hombres. El interés es la expresión de una necesidad a través de la percepción de su ¡nevirabilidad. Las necesidades son, en cuanto tales, innatas o instintivas, mas para que se conviertan, en intereses tienen que set percibidas y entendidas por las mentes humanas como inevitables.

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Ratzenhofer clasificaba los intereses del modo siguiente: procrea-cívos, fisiológicos (nutrición), individuales (autoafirmación), sociales (basados en la consanguinidad, dirigidos al bienestar del grupo), y trascendentales (religión). Estos cinco tipos de intereses son las verdaderas fuerzas que están detrás de ía acción del individuo y del grupo. La sociedad existe sólo en el proceso social, que es la suma toral de las relaciones sociales existentes entre los hombres; pero esas relaciones, a su vez, se basan en la conducta interesada o egoísta que motiva toda acción social. Como quizás es natural en un militar de la vieja escuela, creía Ratzenhofer que en la acción de los grupos predomina el antagonismo. El orden social es la organización de la lucha por la existencia. Predomina el antagonismo a causa de la disposición innata en el hombre de obedecer a sus impulsos primarios y de odiar a sus prójimos. El aumento de la población pone un límite a esa disposición. Después, como se hace inevitable el sojuzgamiento del grupo por gobernantes, aparecen los comienzos de articulación social y del Estado. Expansiones ulteriores conducen a la conquista de unos Estados por otros, proceso que es causa de una complejidad y diferenciación crecientes. La lucha y la guerra por lo general consolidan las estructuras sociales, mientras que la cultura y el comercio debilitan el vínculo social. Small -

Albion W. Small (1354-1926), sin haber sido un pensador particularmente origina!, contribuyó quizás más que otro cualquiera al progreso académico de !a sociología norteamericana. Small nació en Maine, estudió en el Colby College y en el Newton ThcologicaJ Semínary, y después pasó dos años en las universidades de Berlín y de Leipzig, donde adquirió un conocimiento completo de la ciencia social alemana. Durante diez años fue profesor de historia y de economía en el Colby College, y durante tres años fue su rector. En 1892 fue nombrado jefe del recién creado departamento de sociología de la Universidad de Chicago, el primero que existió de esa especialidad. Desempeñó el cargo hasta su muerte, y representó papeí muy importante en la preparación de toda una generación de sociólogos. En 1894 publicó, en colaboración con George E, Vincent, el primer libro de texto de sociología. Al año siguiente fundó The American Journal of Sociology, que dirigió hasta su muerte. En 1905

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apareció General Sociology (Sociología general), su obra maestra. A través de ta cátedra y el libro familiarizó a sus compatriotas con el pensamiento europeo y promovió el conocimiento en Europa de la sociología norteamericana, lo que por sí mismo justifica plenamente el que en 1913 se le nombrara presídeme del Instituto Internacional de Sociología. Aunque influido por Ratzenhofer, Small mitigó el ya mitigado darvinismo social de aquél, reduciéndolo a una teoría de los intereses y de sus conflictos. Esta teoría Iba bien con su concepto anterior de los deseos como principales resortes de la acción humana en sociedad, idea que probablemente tomó de Ward. En la Sociología general Small define el interés como "una aptitud no satisfecha correspondiente a una situación no realizada". Esta fórmula —dijo— era un intento para expresar algo que está detrás de la conciencia. Infortunadamente, Ja vaguedad de la expresión es plenamente característica de las obras de Small cu general. El interés es el eje de la teoría sociológica de Small. Los intereses son los móviles más simples que pueden descubrirse en U conducta de seres humanos; Ja vida misma es el proceso de desarrollar, adaptar y satisfacer intereses. Éstos son de seis clases: salud, riqueza, sociabilidad, conocimiento, belleza, rectitud. Subjetivamente considerados, los intereses son deseos; objetivamente, son necesidades. Los intereses dominan canto la vida individual como la social. El individuo es en todo momento el producto de la lucha persistente entre sus intereses; y análogamente. Ja sociedad es la consecuencia de las miríadas de esfuerzos de los individuos para satisfacer sus intereses. Small subraya la relación de interdependencia de los aspectos individuales y sociales de la lucha de intereses, y dice: "Individuo y sociedad no son medios el uno para el orro, sino aspectos de ambos. Una sociedad es una combinación de las actividades de hs personas. Una persona es un centro de impulsos conscientes que sólo en sociedad so realizan plenamente." Small emplea ahí la palabra sociedad, aunque antes la había repudiado en su obra a favot de la palabra asociación, insistiendo en que el cambio no era simplemente de palabras. La palabra sociedad sugiere una visión más bien estática de los hechos sociales, mientras que asociación —decía— expresa una visión dinámica. Small quería estudiar el proceso de la asociación humana, y en ese procoso descubría el antagonismo como cosa primordial, e implícita en él la colisión de intereses. Pero, cediendo a sus propias preferencias éticas, He

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gaba a afirmar que el antagonismo se resuelve en cooperación a través de la socialización. No obstante la influencia personal de Small, sus opiniones no perduraron ni influyeron en gran medida sobre la sociología norteamericana. Es manifiesta una causa: formuladas ¡d comenzar el siglo XX, las opiniones de Small pertenecían a una clase de sociología que en aquel tiempo ya estaba en decadencia. Aunque, en oposición con la mayor parte de sus contemporáneos, Small no agrupó sus ideas en torno del concepto de evolución; sin embargo, suponía que la teoría evolucionista era válida en general. Pensaba que la evolución hacia el progreso se expresaba en el paso del antagonismo inicial a la pacificación mediante Ja socialización, y creía que el proceso social, por necesidad interna, producía cada vez más hombres disimiles, opinión que sigue la línea de la fórmula evolutiva de Spencer. Pero la explicación que dio Small de las relaciones entre la sociología, ks otras ciencias sociales y Ja psicología, está de acuerdo con gran parte del pensamiento actual Small insistió en la unidad de las ciencias sociales, particularmente en The Meaning of the Social Sciences (El significado de las ciencias sociales, 1910), y observó que cada una de esas ciencias prestaba atención primordial mente a ciertos fragmentos o aspectos de la misma cosa. Acerca de la sociología y k psicología dijo: "El psicólogo toma la asociación como el hecho conocido y fljo, para proseguir Ta investigación de Jos mecanismos de los actores individuales. El sociólogo, por el contrario, toma por cosa sabida al individuo y emprende k investigación de la asociación". Es lamentable, pensamos nosotros, que los sociólogos posteriores no hayan seguido con más frecuencia ese excelente consejo. Sumner Una variedad especial de darwínismo social se ofrece en la obra de William Grahum Sumner (1340-1910), uno de los más Importantes sociólogos norteamericanos. Nacido en Patccrson, Nueva Jersey, era hijo de un inmigrante inglés que había abandonado su patria porque su negocio había sido llevado a la roína con el avance de k revolución industrial A pesar de ese antecedente, el hijo llegó a ser uno de Jos campeones más vigorosos del principio del lahsez ¡aire, que era en parte un reflejo de la revolución industrial en el mundo de ks ideas. Cumplidos los veinte años, Sumner pasó varios en Oxford. Noticias que se han conservado relativas a conversaciones que entonces tuvo

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allí, muestran que el principal problema a discusión era la posibilidad de una ciencia de la sociedad, dónde debía empezar esa ciencia y cómo debía estructurarse. Se pensaba con frecuencia que el pumo de partida era la filosofía de la historia al estilo de Buckle; pero la ciencia social tiene que ser una ciencia inductiva, y nadie veía cómo podría recogerse la cantidad necesaria de material y darle tal disposición, que efectivamente pudiera realizarse la inducción. En 1S68, después de haber regresado de Inglaterra a los Estados Unidos, Sumner fue nombrado tutor en la Universidad de Yale. Mientras desempeñaba ese cargo leyó Los primeros principios y la Estática social, de Spencer, pero esas obras no le produjeron gran impresión. En 1869 fue ordenado de ministro episcopal. Cuando empezó a escribir sermones, advirtió que lo que más le interesaba eran los temas relacionados con la ciencia social y con la economía política. Por ese tiempo leyó El estudio de la sociología, de Spencer, y encontró la guia que necesitaba. En Yale fue ascendido a profesor al mismo tiempo que se convertía al evolucionismo. Por haber recomendado a sus alumnos que leyeran a Spencer, esiuvo a punto de ser expulsado de la Universidad por sospechoso de ateísmo. No obstante, conservó la cátedra, que desempeñó hasta su muerte. Durante los dos últimos años de su vida fue presidente de la American Soriologícal Society, cargo en eí que sucedió a Ward, que había sido su primer presidente. Sumner es autor de una sola obra importante, Eolkways (1906). A pesar de la fecha de publicación, las opiniones de Sumner pertenecen a la sociología del siglo xix, porque el libro se basaba en conferencias pronunciadas en el transcurso de muchos años. Eolkways fue concebido como anticipo de una obra monumental, The Science of Society (Z-/ ciencia de la sociedad), que Sumner había empezado en J872, pero que no terminó. Albert G. KelJer, fiel discípulo de Sumner, la terminó y publicó en 1927 con los nombres de los dos. Muchas de las ideas contenidas en Costumbres (Eolkways) ya las había expuesto Sumner en numerosos ensayos publicados entre 1880 y 1900. Una colección pósmma de Ensayos atestigua la persistencia del interés por la obra de Sumner muchos años después de su muene. Sumner consideraba la sociedad como un sistema de fuerzas sometidas a leyes que la ciencia tenía por misión investigar. Los hombres deben obedecer a leyes sociales lo mismo que obedecen a leyes físicas: hay que conocer y respetar esas leyes. De ahí la admisión incondicional de la doctrina liberal expresada en el título mismo de uno de sus ensayos: The Absurd Ejfort to Make the World Over (El absurdo

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esfuerzo p/rra rehacer el mundo, 1894). Para Sumner, la ley fundamental es Ta de la evolución, proceso espontáneo, unilineal e irreversible que no puede ser modificado por el esfuerzo social. La evolución es impulsada hada adelante por la lucha por la existencia, combate que enfrenta al hombre con la naturaleza y con los demás hombres, sin que nadie pueda ser culpado por fas penalidades que unos individuos imponen a otros. La supervivencia de los industriosos y los frugales es la supervivencia de los más aptos. Tal es la ley de la civilización. No existe ninguna otra posibilidad. Es igualmente ínv-posible encadenar las fuerzas sociales que producen los monopolios, las guerras y ks clases sociales y sus ludias. Esas fuerzas son ante todo la presión que ejercen la población y ks condiciones económicas; el papel de las fuerzas morales es secundario. La lucha de clases ha señalado todo el desenvolvimiento histórico; el principal objetivo de esa lucha es la dominación del Estado. Las opiniones de Sumner combinaban buena cantidad de determi-nismo económico con el empleo de conceptos biológicos; y él estaba firmemente convencido del preeminente valor de los datos etnológicos. Fue muy poco influido, o quizás ni Ja conoció, por la teoría no evolucionista, de la sociología norteamericana y europea. Según Keller, sucesor de Sumner en Yale, el principal método de éste consistía en reunir una gran masa de hechos comprobados y dejarlos hablar por sí mismos, mediante la aplicación del sentido común preparado y organizado. Éste es el juicio de mi admirador. Más exactamente, Sumner empleaba una cantidad enorme de material, pero Ja organización que le daba era más bien débil. Costumbres es un intento al estilo del darwinísmo social pata explicar el origen evolutivo, el carácter, la función y la persistencia de los hábitos de grupo (costumbres). Puesto que la primera misión de la vida es vivir, los hombres empiezan con actos, no con ¡deas. Por pruebas y tanteos se seleccionan los mejores y más adecuados modos de obrar enrre Tos varios posibles y de acuerdo con las circunstancias que prevalecen. Esos métodos se repiten, y su repetición produce habito en el individuo y costumbre en el grupo. Así las costumbres, es decir, las maneras de hacer las cosas comúnmente aceptadas en una sociedad, se producen inconscientemente. Nadie sabe cómo ni cuándo nacen, y crecen como por el juego de una energía vital interna. Nunca fue Sumner suficientemente claro acerca de la fuerza que produce las costumbres. Intentó tres explicaciones diferentes: el interés (bajo la influencia de Small); el dolor y el pkcer (los polos

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del hedonismo); y los cuatro móviles del hambre, el sexo, la vanidad y el miedo (anticipación Je los cuatro deseos de W. I. Thomas). Las costumbres pueden ser modificadas, pero en medida limitada, por el esfuerzo deliberado del hombre. Con el tiempo, pueden perder su fuerza, decaer y morir o transformarse, Sumner no investigó nunca las circunstancias en que las costumbres se transforman o pierden su imperio sobre Tos hombres, y por lo tanto no formuló nunca nada que se acercase a leyes sociales. Cuando son vigorosas, las costumbres dirigen en gran parte la conducta individual y social y producen y alimentan ideas de filosofía del mundo y de política vital. Cuando las opiniones elementales sobre lo verdadero y lo recto se convierten en teorías de bienestar, las costumbres implícitas en ellas se convierten en normas morales. La terminología de Sumner es un tanto inconsecuente. Unas veces opone las normas morales* a las costumbres, pero otras emplea la palabra cosuimbres para designar todos los modos de obrar comúnmente aceptados, incluidas las normas morales. Concedía importancia suprema a unas y otras. Las costumbres dominan la vida social; la vida de sociedad consiste en formar costumbres y aplicarlas. Las leyes reflejan las normas morales, y para que tengan fuerza deben ser siempre consecuentes con éstas. Sin embargo, cuando las costumbres y las normas morales se convierten en leyes o instituciones, cambian de carácter. El estudio que Sumner hace de las instituciones se anticipó a las enseñanzas de la escuela institucional (véase capítulo 19), enfoque de la materia basado en una filosofía totalmente diferente de la tendencia darvinista de Sumner. ,hUna institución consta de un concepto (idea, noción, teoría, interés) y de una estructura. La estructura es un armazón, un aparato, o quizás sólo cierto número de funcionarios puestos a colaborar de maneras prescritas y en determinada coyuntura. La estructura sustenta el concepto y proporciona instrumentos para traerlo al mundo de los hechos y de la acción en forma tal, que sirva a los intereses de los hombres." 1 Puesto que las leyes y las instituciones aparecen sólo en un alto nivel de desarrollo, después de haberse convertido las meras costumbres en norma* morales, Sumner parece haber creído que la manera irracional de producirse las costumbres es gradualmente reemplazada por un mecanismo altamente ' Con I» íi t ís "norruM ÍHO»JH" induciinoi U pfllihra inulra» mores, que pJf«* designar la* normal morales no doctrínale*, lino coruLicriuliniriu. [T-J 1 ■ ■."J. rj.Ji J . p. 54.

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racional que crea estructuras u organizaciones con el objeta de encarnar ideas específicas; pero no exploró nunca esta línea de investigación. La teoría de Sumner es evolucionista; pero su estudio de las cos-nimbrts y de las normas morales (palabras de uso común entre los S
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sidad interna a estudiar la importancia sociológica de los usos, modos, normas morales y principios crieos. Y advierte que la palabra otología sería nombre muy adecuado para aquel estudio. Esta palabra se deriva del vocablo griego ethos, que los griegos aplicaban a los usos, ideas, normas y códigos por los que un grupo se diferenciaba de los otras y tenía un carácrcr individualizado. Ética, lo perteneciente o relativo al ethos, son las normas de lo justo o recto. En opinión de Sumner, era cosa extraña que las naciones modernas hubietan perdido estas palabras y desdeñado las importantes sugerencias que les son inherentes. Su obra, pues, iba a ser un intento, sólo en parte logrado, de enriquecer el estudio de la vida social enfocándolo sobre las normas de lo justo comúnmente aceptadas. Las aportaciones de Sumner a la sociología analítica son más importantes que su idea del origen y persistencia de las costumbres. Su teoría de la supervivencia de las costumbres más idóneas o adecuadas es refutada por la existencia de costumbres dañinas que con frecuencia conducen a la decadencia o quizás, a la desttucción de los grupos que las practican. 3 Tampoco es admisible su opinión de que las costumbres sen fuerzas independientes de los hombres; ahora se sabe que los fenómenos del nacimiento, persistencia, modificación y decadencia de las costumbres son redutíbles a sistemas complejos de acción c interacción humanas. Y es sabido que, en determinadas circunstancias, Jas leyes pueden modificar grandemente las normas morales mismas. Juicio retrospectivo del darvinismo social Spencer vio en ta evolución una ley universal del devenir, y derivaba de una ley cósmica la evolución orgánica (biológica) y la evolución superorgánica (social). Los darwinístas sociales razonaron de otra manera. Estaban familiarizados con la teoría darwiníana de la evolución biológica y creían que esa teoría podía aplicarse a la sociología sustituyendo los organismos con Jos grupos sociales, y a base de esra creencia formularon su propia sociología. Para ellos la sociedad era Un universo un tanto vago de grupos sociales antagónicos. Bagehor, el primero de Jos darvinistas sociales, no especificó que dase de grupos eran ésos. Gumplowicz y Ratzenhofer los identificaron con los 3 E> wwprendenre tuviera naiuil ¿t I» cxiittncin ¿c taje* cmtumbra ? que, f i n embargií, . -. tu tai» ¿c la lupemvtacii de I*» costumbre* mil ronvjiuniteí. M, :. . :.. ■ : >■ H -. , N

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grupos raciales; y Sumner, realizando un progreso importante, con los grupos étnicos o culturales. Gumplowicz, fuertemente influido por el marxismo, incluyó también las clases sociales entre los grupos antagónicos fundamentales, y en esre respecto lo siguió Sumner. Ninguno de estos autores determinó el carácter de la cultura, aunque Bagehot y Sumner, al destacar la importancia de las costumbres, anduvieron cerca de hacerlo. En Jas obras de Bagehot y Gumplowicz no puede señalarse ninguna unidad básica para el análisis; esa unidad fue el interés para Ratzenhofer, y la costumbre para Sumner. Los darvinistas sociales sustentaron opiniones diferentes sobre las relaciones entre la sociedad y el individua Bagehot y Gumplowicz consideraban a! individuo completamente sumergido en la sociedad. Ratzenhofer, por el contrario, consideraba a la sociedad como una meta red de relaciones inrerpersonales, opinión no muy lejana del individualismo spenceríano. La actitud de Sumner fue un tanto ambigua. Podría pensarse que, de acuerdo con su teoría, la sociedad dominaría por completo la vida humana mediante las costumbres y las normas morales, y sin embargo el fue siempre un vigoroso defensor del individualismo extremado. Pata todos estos autores, el determinante básico del cambio social, e implícitamente de las condiciones sociales en general, era biológico. Bagehot. Gumplowicz y Ratzenhofer dieron la mayor importancia a la selección y a la supervivencia del grupo más apto, mientras que para Sumner eran las costumbres más convenientes las que determinan el estado de una sociedad. La necesidad de hacer científica la sociología fue subrayada por Gumplowicz y Ratzenhofer. Esto significa que los modelos método-lógicos que hay que aplicar en sociología deben ser ios que prevalecen en las ciencias naturales. Pero como esos modelos también fueron identificados con el esquema evolucionista, se malogró este intento de hacer sociología verdaderamente científica. La metodología de Jos dorwínistas sociales no difería mucho de h de Spencer; se emplearon esencialmente datos históricos y etnológicos para ilustrar proposiciones derivadas de su teoría de la evolución, y sobre esa base se consideraban demostradas dichas proposiciones. En la historia de la teoría sociológica, el darwinismo social debe ser considerado como la exploración de una posibilidad. Hoy se sabe que esa exploración condujo a un callejón sin salida; pero a fines del siglo xix el camino parecía prometedor. Debe reconocerse, sin embargo, que no todas las enseñanzas do los

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darwinistas sociales se perdieron. Ellos iniciaron la formulación de una teoría de los antagonismos sociales, identificaron algunos de los grupos entre los que es más probable la oposición recíproca, y señalaron la correlación existente entre el antagonismo de los grupos y la solidaridad intragrupal. Bagehot vislumbró la importancia sociológica de la imitación. Gumplowicz vio claramente la vulnerabilidad de la teoría del progreso e, independientemente de Danilevsky, consideró el progreso limitado a sectores de la humanidad, y no en todos los cambios humanos en general. Sumner mostró una nueva perspectiva a los estudios sociológicos al destacar el aspecto normativo de la vida social. Aunque los principales aspectos del darwínismo social, lo mismo que los del evolucionismo en general, resultaron infructuosos, algunos de sus productos secundarios fueron legítimas aportaciones a la teoría sociológica.

CAPÍTULO 6 EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO El evolucionismo de Spencer era cósmico. La evolución, ley suprema de todo devenir, incluía el devenir de la sociedad humana. La mente humana, con su capacidad para deliberar y para elegir, no era, pues, un factor de la evolución; en realidad, su interferencia con la evolución más bien era dañina. Al mediar el decenio de los 1830 surgió una nueva rama del evolucionismo que, contrariamente a la teoría de Spencer, atribuyó a la mentalidad humana un papel importante en Ja evolución. El fundador del evolucionismo psicológico fue el sociólogo ñor reame rica no Lester E Ward. Su teoría fue desarrollada después por Franklin H. Giddings. En este capítulo presentaremos Jas opiniones y las obras de ambos autores. Vida y obras de Ward Lester F. Ward (1841-1913) nació en Illinois de gente de humilde posición. Aunque su instrucción primaria fue escasa, su deseo personal de adquirir conocimientos lo impulsó a estudiar biología e idiomas extranjeros durante la noche, después de un agotador y tedioso trabajo durante el día. Ingresó en una escuela preparatoria, pero interrumpió sus estudios el estallido de Ía Guerra de Secesión. Se incorporó al Ejército de ]a Unión en 1863 y fue gravemente herido. Después de la guerra, fue escribiente en el departamento de Hacienda de los Estados Unidos y combinó su trabajo con el estudio en la Co-Jumbian University (hoy George Washington University). Se especializó en botánica y derecho y recibió el grado de Maestro en Artes el año 1872. En 1881 fue nombrado ayudante, y en 1883, paleontólogo jefe del Servido Geológico de los Estados Unidos, donde hizo investigaciones geológicas y paleontológicas originales. La lectura de Comte y Spencer despertó el interés de Ward por la sociología. Experimentó el hechizo de los majestuosos sistemas de los dos padres fundadores de la nueva ciencia, y se sintió de acuerdo en muchas cosas con el evolucionismo cósmico de Spencer; pero no podía admitir las conclusiones que el maestro inglés sacaba del postulado de una evolución impersonal y que se producía por sí sola. La humildad de su propio origen y los sufrimientos que había observado en torno suyo movieron a Watd a introducir en el esquema

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spenceriano un principio que hiciera deseable y al mismo tiempo científicamente justificable la intervención de la conciencia humana en la evolución. Encontró el germen de ese principio en la obra de Comee. ¿No se orientaba el sistema de Comte hacia la reforma social sobre la base de leyes sociales que había de descubrir la nueva ciencia? Ward decidió que en la sociedad humana había, además de evolución impersonal, acción deliberada, producro también ella del proceso evolutivo. Esta idea de finalidad en los asuntos humanos fue el resorte impulsor que actuó durante doce años de trabajo sobre los dos volúmenes de la obra maestra de Ward titulada Dyrtamic Sociology (Sociología dinámica, 1883). Durante algún tiempo la obra pasó casi inadvertida. Los Estados Unidos atravesaban un período de rápido adelanto bajo la bandera del principio de no intervención, y en aquellos momentos, una obra que atacaba el principio fundamental del progreso visible pareció atrasada y hasta perjudicial, Pero en 1890 Albion Small, entonces presidente del Colby College, reconoció los grandes méritos de Sociología dinámica. El interés de Small, y poco después el de otros profesores, animó a Ward a escribir más libros: Psychk Factors of Civilization (Factores psíquicos de la civilización, ÍS93), Outlinc of Sociology (Esbozo de sociología, 1898), Puré Sociology (Sociología para, 1903) y Applied Sociology (Sociología aplicada, 1906). En su mayor porte, estos libros amplían, reiteran y modifican en aspectos secundarios la magna obra anterior. Pero en Sociología pura hay una parre que refleja el efecto del contacto de Ward con los dos darwínisras sociales austríacos: Gumplowicz y Ratzenhofer. (Como se advirtió en el capítulo anterior, Ward, a su vez, produjo ciertos cambios en las opiniones de Gumplowicz.) Otras influencias nuevas se echan de ver en Sociología pura, especialmente la de Tarde, sociólogo francés que, independientemente de Ward, subrayó la importancia del factor psíquico en la realidad social y, por consiguiente, se libró casi por completo del evolucionismo (véase capítulo 8). En. general, durante los veinte años transcurridos entre ía publicación de Sociología dintimica y la de Sociología para, la sociología había tenido un rápido desarrollo. Valiéndose de su conocimiento del francés, Ward leyó ávidamente las obras más importantes en este campo. En 1902 enumeró !os principales sistemas de sociología y escribió un ensayo crítico sobre ellos.1 Por el tiempo en que publicó sus últimos obras, gozaba Ward de 1 Publicado CQ Tho American Jiarnai o f Sociolosy. Vúl. 7.

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gran fama no sólo en ios Estados Unidos, sino en todo el mundo científico. En 1903 fue elegido presidente del Instituto Internacional de Sociología, y en 1906 fue el primer presidente de la Sociedad Sociológica, Norteamericana. En este mismo año dimitió su cargo oficial y empezó a enseñar sociología en la Erown Univcrsity, Anres de esa fecha, no había explicado más que algunos cursos de verano, principalmente en la Universidad de Chicago. Hasta su muerte conservó ía cátedra de Brown, Postulados fundamentales La teoría sociológica de Lestcr Ward puede ordenarse en torno de cuatro postulados. El primero es la ley de la evolución, que tiene aproximadamente el mismo sentido que en la obra de Spencer. En Sociología dinámica Ward prefirió hablar de la ley de la agregación de Ja materia, pero en sus obtas posteriores no conservó esra innovación verbal. Una opinión amplia sobre la evolución sólo se encuentra en Sociología dinámica, donde el proceso total de la evolución aparece dividido en las etapas de cosmogenia, biogenia, antropogenia y sociogenia. Estas palabras ilustran la predilección de Ward por los neologismos basados en las lenguas clásicas. El segundo postulado de ia teoría de Ward es la bifurcación de la evolución después de la etapa de la antropogenia. Acompañando a la evolución espontánea, producida por fuerzas ciegas que Ward llama génesis, aparece la telesis o acción finalista del hombre, basada en el conocimiento y previsión de los consecuencias de sus actos. En tercer lugar, postulaba Ward que toda ciencia es el estudio sistemático de un grupo particular de fuerzas. Para Ward las fuerzas sociales eran evidentemente fuerzas psíquicas, pero se limitaban al sentimiento en cuanto móviles motores que actúan detrás de los fenómenos sociales, mientras que ,Hla facultad de pensar no es una fuerza". Su clasificación definitiva apareció en Sociología pura, donde divide las fuerzas en ontogénicas, una positiva, que busca el placer, y otra negativa, que evita el dolor; en filogénicas, una directa, sexual, y otra indirecta, el efecto basado en 3a consanguinidad, y en sociogénicas, tríada de la fuerza moral (que busca lo bueno y lo digno de confianza), la fuerza estética (que busca lo bello) y la fuerza intelectual (que busca lo verdadero y lo útil). Si alguien se extraña de que Ward incluyera la fuerza intelectual entre las fuerzas sociales y al mismo tiempo sostuviera que las ideas no son fuerzas, la

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aparente paradoja podría resolverse diciendo que la fuerza intelectual no es la verdad en sí misma, sino el amor a la verdad, que es un sentimiento. En cuarto lugar postulaba Ward el principio de la síntesis creadora o sinergia. Este principio, que no está explícito en Sociología dinámica, es la espina dorsal misma de Sociología pura. Es un principio universal que opera en todos los departamentos de la naturaleza, y en cada etapa de la evolución la transición a la siguiente se hace medíante la sinergia. La energía social, dice Ward en Sociología pura, donde parece lamentar haber usado anteriormente la palabra, fuerza en vez de energía, surge a través de la sociedad en todas direcciones, y, como una tempestad o una inundación, es despiadada. Los intereses innatos de los hombres operan con finalidades que se entrecruzan, y a veces sin finalidad alguna. Esta situación impera en la naturaleza. Muchas fuerzas se contraponen y chocan, pero como no puede perderse nada de movimiento, se llega a un equilibrio parcial que crea estructuras más o menos estables. Esas estructuras vuelven a chocar entre sí, y se repite el proceso, creándose estructuras cada vez más elevadas en. rodas las esferas del ser. En rodas partes, las estructuras creadas de ese modo por la sinergia contienen más que la suma de los factores tomados independientemente. AI formular el principio de la sinergia, Ward se reconoció deudor en parte de Wílhelm Wundc (1832-1920), famoso psicólogo alemán de aquel tiempo2 En alguna ocasión dijo Ward que la síntesis creadora es "la expresión cosmológica de la trilogía hegelíana"." Sociología: Sa división y método Ward no juzgó nunca necesario dar una definición formal de la sociología. En Sociología pura escribió que Ja sociología es la ciencia de las realizaciones humanas. Además, dice Ward, la sociología es una verdadera ciencia, puesto que cubre un campo definido de fenómenos que se producen en un orden regular, como efectos de causas o fuerzas naturales. Distinguía la sociología de la. antropología, sosteniendo que la sociología es una ciencia que trata principalmente de las razas históricas que han creado una civilización. La relación entre la sociología y las ciencias sociales especiales la explica el mediante el principio ■ Wwidi: Lotik (1S95Í, «I. II, pp. 267-81. t en ingléi de SocwtotU puta, p. 175. LJ.» CÍEJI aignienrn loa tuibién de «e libro.

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de k sinergia. La sociología es un compuesto producido por k síntesis creadora, de ks ciencias sociales especíales. También le interesó a Ward el problema de las divisiones internas de k sociología. Distinguía en primer lugar la sociología pura y la aplicada. La sociología pura es el estudio de los fenómenos y las lej-es de la sociedad tal como existe. Así se liega a un diagnóstico etioJógico, con exclusión de todas las cuestiones de tratamienro terapéutico y de codas las consideraciones éticas. Esto quiere decir que ks preguntas que formula Ja sociología pura son las siguientes: ¿Qué, por qué, cómo? Del otro lado, la sociología aplicada debe contestar a k pregunta: ¿Para qué? Se interesa por ios ideales sociales y por las consideraciones éticas, y su objeto es proponer mejoras de las condiciones sociales que puedan realizar los hombres. No obstante, la sociología aplicada es una ciencia y no un arte, porque ofrece como guías ciertos principios generales comprobados. Aunque distinguía cuidadosamente entre sociología pura y sociología aplicada, Ward insistía en que el conocimiento de las leyes sociales obtenido por la sociología pura podía y debía usarse para mejorar la sociedad humana. En defensa de esta opinión tuvo que luchar con k mayor parte de sus contemporáneos, en particular contra Spencer y Sumner, que no creían en k acción social planeada. Ward estaba de acuerdo en que, ciertamente, las leyes sociales son inalterables, pero los hombres pueden utilizarlas para alcanzar sus fines, lo mismo que utilizan ías leyes físicas.* ¿Cómo pueden hacerlo? Encontramos su respuesta en el desarrollo de k teoría de la telesis. Ward dividía la sociología pura en dos partes, genética y télica, de acuerdo con su segundo postulado. Esta clasificación resultó científicamente inadecuada, porque Ward nunca pudo distinguir claramente entre fenómenos genéricos y fenómenos célicos o de finalidad, y con frecuencia se vio obligado a considerar los mismos fenómenos ya en la sección genética, ya en la sección télica de su sistema, en ocasiones hasta contradiciéndose. La parte de k sociología dedicada a k genética la divide Ward en estática y dinámica, palabras que habían hecho familiares las obras de Comte y de Spencer. Pero Ward dio a osa distinción una precisión de que carecía en ks obras de sus predecesores. Polemizó con quienes sostenían que k estática debía limitarse al estudio de ks estructuras sociales, en tanto que la dinámica estudiaría su funcio* Quedó de manifiesto ua actitud tu auiocitma tiabijüJ, n-cflgíJm en >eu volúmenes con el título ds G¡i"ip¡ec of ¡be Coimus {Raflajos del Cuimos, L 9 I 2 - L S ) .

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namiento. La función —decía Ward— es lo que hacen las estructuras. La estática cubre los campos de la estructura y de la función; la dinámica es el estudio de los cambios de estructura. Ward no se preocupó por el método de Ja sociología, materia favorita de muchos de sus contemporáneos. Creía que el método principal era la generalización, es decir, la agrupación de fenómenos y el tratamiento de los grupos como unidades. Este procedimiento es muy vago, ciertamente. En realidad Ward presentó la mayor parte de sus conceptos y teoremas sociológicos con formulaciones evolucionistas relativas a los campos de la astronomía, la física, la química, la biología y la antropología. Mediante el esfuerzo creador de Ward,, esos mareriaies se convirtieron después en argumentos en favor de ciertas proposiciones relativas a fenómenos sociales que se supone forman parte de la misma evolución cósmica. Generalmente, Ward llegaba a sus concepciones sociológicas por intuición, y a veces por la aguda observación de los acontecimientos y situaciones de su tiempo. Para eso, no puede formularse una metodología articulada, y ésta fue quizás la razón de que Ward tuviera tan poco que decir sobre la materia. Pero Ward fue muy firme y explícito acerca del método en un. respecto: rechazó la idea, que enronces iba ganando fuerza, de que la sociología debía descansar sobre las matemáticas. "No siempre se sigue —escribió en Sociología pura—- que porque los fenómenos que abarca una ciencia estén sometidos a leyes uniformes puedan ser reducidos a fórmulas matemáticas. Las leyes o procesos uniformes son las cosas esenciales de una ciencia. Su expresión matemática no es esencial." Génesis y íelesis Ward, cuyo principal interés en el campo de h sociología puta se enfocaba sobre la dinámica, describió la estática como una espede de instantánea de k actividad continua que constituye el funcionamiento de IH estructuras sociales. Puesto que las fuerzas sociales son de naturaleza psíquica, la ley fundamental de la estática social debe tener esc mismo carácter. Por lo tanto, k regla fundamental de k estática social es k ley de k parsimonia, la ley del mínimo esfuerzo. "En esta ley -—escribe Ward— vemos realizado el grado máximo de generalización." Pero no aclara por completo el significado de esa ley. Es lo más probable que se refiera al funcionamiento de las es

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ctucturas sociales que se manifiesta en una suma algebraica de placeres y dolores; en otras palabras, el funcionamiento tiene por resultado un exceso del placer sobre el dolor. Ward distingue las leyes, que son enunciados de secuencias uniformes, de los principios, que explican su modo de operar. Sólo cica un principio de estática social: la sinergia, medíante la cual las fuerzas sociales contrapuestas son refrenadas, equilibradas y moldeadas en estructuras que, una vez formadas, persisten y sirven como dínamos de energía social. El principal interés de Ward, la dinámica social, se centra sobre los cambios de estructura social. Mientras que los fenómenos estáticos son controlados por un solo principio, hay tres principios dinámicos: primero, la diferencia de potencial social, que se manifiesta principalmente en el cruce de culturas; segundo, la innovación basada en la invención; y tercero, la conación, o sea el esfuerzo mediante el cual la energía social se aplica a cosas materiales, dando por resultado realizaciones humanas. Le deja perplejo a uno leer que esos tres principios son fuerzas inconscientes que trabajan a favor de] progreso social. Que el progreso se va realizando es para Ward cosa evidente por sí misma. No podía comprender cómo alguien puede leer historia sin percibir el progreso. En su opinión, es superfluo enumerar ejemplos de la superioridad de Tas civilizaciones modernas respecto de las antiguas. La Sociología pura trata el progreso por referencia a ía sinergia. Ward dice que el progreso es resultado de la fusión de ele* mentos disímiles, fusión que es creadora porque de ella nace una tercera cosa nueva y superior a las anteriores. En Sociología dinámica, escrita antes de haber formulado el principio de la sinergia, la necesidad interna de] progreso está demostrada de una manera peculiar, casi geométrica. Ward presenta seis definiciones y cinco teoremas, todos relacionados entre sí y comprensivos de una de sus ideas favoritas: Ja salvación por la educación. Las definiciones de Ward por Jo menos son congruentes con sus proposiciones fundamentales: la felicidad es el exceso del placer sobre el dolor; el progreso es el triunfo en el empeño de armonizar los fenómenos naturales con las conveniencias humanas; Ja acción dinámica es el empleo del método indirecto de conación; la opinión dinámica es un concepto correcto de las relaciones del hombre con el universo; el conocimiento es familiaridad con el medio; la educación es la distribución universal del conocimiento existente. Los teoremas dicen que cada renglón subsiguiente de la lista es un medio directo para el que le precede inmediatamente

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y un medio indirecto para los demás renglones. De acuerdo con esto, el progreso es el medio directo para la felicidad, mientras que el conocimiento y la educación son medios indirectos para el progreso y la felicidad. Estos teoremas no están demostrados, ni pueden ser demostrados. En lugar de demostraciones, Ward ofrece alegatos muy elocuentes dirigidos a los sentimientos de los lectores. No obstante, en Sociología dinámica el evolucionismo psicológico de Ward, que subraya la importancia del conocimiento y de Ja previsión, se muestra en forma más prístina que en Sociología para, donde estudia el progreso dentro del campo de la genética, no de la télica. En su estudio de ¡a dinámica emplea Ward el concepto de telesis, segundo agente de los cambios sociales. Expone las diferencias y las relaciones entre génesis y telesis: los grandes agentes de la sociedad son el dinámico y el directivo. Las fuerzas sociales (agente dinámico) son fuerzas naturales y obedecen a leyes mecánicas. Son impulsos ciegos. Esto es cierro aun respecto de las fuerzas espirituales. El agente directivo (que aparece en la telesis) es sensación o ¡dea indiferente. No es una fuerza, y sin embargo, su influencia es inmensa. La mente puede concebir ideales de perfección. Ésa es la imaginación creadora. La mente no puede hacer algo de nada. Pero con esos materiales no sólo puede reconstruir, sino también construir. 6 También destaca Ja facultad racional del hombre: "El agente directivo es una causa final... Una causa final está siempre más o menos lejana del fin... El fin es visto [conocido] por la mente. Se sabe también que existe alguna propiedad o fuerza natural y se percibe su acción sobre las cosas materiales, . . [El cuerpo se adapta} a dejarse mover de tal manera, que la fuerza natural conocida lo impulsará hacia d fin percibido." 8 A pesar del mal uso que en el se hace de terminología filosófica, ese enunciado es una formulación razonable, de sentido común, del modo como las ideas (el conocimiento) influyen sobre la actividad humana en la sociedad. No obstante, resulta difícil comprender cómo podía Ward considerar genéticos y no télicos principios como el de la innovación basada en la invención, y el de la conación o esfuerzo social. Tal conclusión se debe probablemente a la defectuosa psicología de fines del siglo xix, que tendía a dividir la mente en compartimientos. En consecuencia, las ideas, entre ellas los ideales de perfección, tan importantes en la telesis, no podían ser llamadas a trabajar dentro de un mismo sistema t P. 82. 6 P. 467.

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con los sentimientos y las conacíones. Esta concepción complica y aun debilita innecesariamente el sistema de Watt!. Quizás fue más afortunada la capacidad expresiva y clasificadora de Ward cuando, en Sociología dinámica, distingue enere conación directa e indirecta. La conación directa se refiere al uso de la fuerza muscular del organismo; sus leyes son las mismas del movimiento. Cuando la conación es indirecta, [os obstáculos que se interponen son evitados mediante rodeos (a base de conocimiento). La conación directa es estéril, no da resultados; ía conación indirecta es mucho más eficaz. Ward creía que había un señalado avance en la esfera del gobierno de los métodos de la conación directa hacia los de la conación indirecta. La legislación impuesta por coacción, expresión de la fuerza bruta del gobierno, tiende a dejar lugar a la legislación arrayente que ofrece recompensas a la ejecución de actos que el Estado reputa beneficiosos. Como ía conación indirecta se basa en el conocimiento, la educación la hará más fácil y más frecuente. Por lo tanto —insiste Ward— la educación debe ser obligatoria y universal. En su análisis de la telesis, Ward anda muy cerca de considerar a la cultura como materia importante del estudio sociológico. Para él Ja sociología es el estudio de las realizaciones sociales. Llamaba civilización a la suma total de las realizaciones humanas a Ta luz cumu-Jativa de[ conocimiento, y rechazaba la palabra cultura, que le parecía referirse a las humanidades. Para él, la realización humana implicaba continuidad, de suerte que podía hablar de productos de dicha realización, entre Tos cuales mencionaba los bienes materiales, los sistemas militares, los sistemas políticos, los sistemas jurídicos, los sistemas industriales y las instituciones. Ahí, aunque en forma rudimentaria, están algunos de Jos rasgos fundamentales que hoy reciben el nombre de cultura. En esa forma se anticipó Ward a uno de los aspectos sobresalientes de la sociología del siglo xx, a saber, la importancia concedida a la cultura. Juicio retrospectivo de Ward Las respuestas que dio Ward a Jas cuestiones fundamentales de la teoría sociológica pueden resumirse brevemente en los siguientes términos : Primero, no formuló nunca una definición de la sociedad, dando por supuesto que es cosa en la que todo el mundo está de acuerdo. Hizo muchas observaciones interesantes relativas a la cultura, em

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picando la palabra civilización, que para él era la realización cumu-lativa y duradera de Ja mente humana. Segundo, lo que tomó como unidad para el análisis sociológico fue la fuerza social, que identificaba con el sentimiento como productora de energía impulsora. Destacó también otra unidad: el acto individual de imaginación creadora. Las estructuras sociales nacen y cam* bian medíante una combinación de acción dinámica, basada en. el sentimiento, y de imaginación creadora. Tercero, para Ward, como para otros evolucionistas consecuentes, ei estado de la sociedad en un momento dado y ía dirección del cambio social están determinados por la etapa evolutiva en que se encuentra. Pero esta proposición no está tan sólidamente concebida en los escritos de Ward como en otros sistemas sociológicos de tipo evolucionista, a causa de la importancia que concede a Ja síntesis creadora, poder primordial de la evolución, y de la existencia de factores psíquicos de civilización que caracterizan las etapas finales de la evolución cósmica. Cuarto, Ward no se planteó nunca explícitamente el problema de las relaciones de ía personalidad con la sociedad y con la cultura, £1 hombre está sumergido en el proceso genético, pero al mismo tiempo influye en ese proceso por la telesis. "El medio transforma al animal, mientras que el hombre transforma el medio".7 Quinto, para Ward la sociología es la ciencia de las ciencias, una síntesis creadora de todas las ciencias. El difuso contenido de sus tratados sociológicos está en conformidad con esa opinión. ¿Qué importancia tiene la sociología de Ward en la perspectiva histórica? Ward mismo consideraba las innovaciones siguientes como sus aportaciones más valiosas: la ley de la agregación, distinta de Ta evolución; la teoría de las fuerzas sociales; el contraste entre las fuerzas sociales y la influencia del medio; la superioridad del proceso télico sobre e[ genético; la demostración de ¡a necesidad de la igualdad ante la educación. Aún pueden enumerarse más aspectos valiosos de la obra de Ward a la luz de los progresos ulteriores: la importan-cía que concede al elemento psíquico en ks relaciones interhumanas, en especial la acción télica; el señalar las realizaciones humanas como la materia adecuada de la sociología; k afirmación de k posibilidad del progreso racional humano mediante k pkneación social y k educación; muchas formulaciones sugestivas concernientes a sociología pura y aplicada, sobre las relaciones entre la estática y k dinámica 1 P. 16.

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(en especial las relaciones de estructura y de función); y el negar que ¡a cuantificación sea un requisito de Ja ciencia. La teoría sociológica de Ward es más fBottffifit que empírica, por cuanto compañía la creencia popular de su tiempo en la evolución cósmica como ley suprema del devenir social y explicaba los fenómenos sociales a base de una teoría sobre la realidad total. Pero esa acritud estaba mitigada por la importancia que concedía a la característica única, de la evolución social enraizada en la facultad racional del hombre. Su teoría de las fuerzas sociales encarnaba la opinión de que la sociología puede desenvolverse tomando por base la concepción de una acción mecánica entre las acciones humanas promovidas por el sentimiento, posición hoy inaceptable. Sus esclarecedoras opiniones acerca de la telcsís fueron un tanto confusas a causa de la defectuosa psicología de su tiempo. Con frecuencia es inconsecuente y sus Libros están mal organizados. No obstante, por la penetración, la frecuente brillantez y k gran erudición de su autor, ks obras de Ward. siguen siendo más legibles que la mayor parte de los trabajos sociológicos escritos en k misma época. Conceptos fundamentales de Giddings Franklin H. Giddings (1855-1931) nació en Shcrman, Connecticut. Aunque estudió ingeniería en el Union College, empezó a ganarse la vida como periodista, trabajo que le permitió penetrar en muchas situaciones sociales diferentes. En 1888 fue nombrado conferenciante (y después profesor) de política en Bryn Mawr College, cargo que abandonó seis años más tarde para ser profesor de sociología en. k Columbio. Univcrsity. Las aportaciones sociológicas de Giddings son dobles. En sus primeras obras fue esencialmente un evolucionista psicológico. En sus escritos posteriores acentuó, sin abandonar el evolucionismo, el cuan-titatívismo y el conducrismo. De esa manera Giddings fue uno de los padres fundadores de Ja tendencia neo-pos¿i¿vista en sociología que floreció en el segundo cuarto del siglo xx. Aquí sólo nos compete examinar su primera teoría, especialmente mi como está expuesta en los Principies of Sociology (Principios de sociología, 1896), su obra maestra, y hábilmente abreviada y un tanto modificada en los Ele-tnents of Sociology (Elementos de sociología, 1898), Como tantos otros investigadores sociales de su tiempo, Giddings aceptó k teoría evolucionista como una verdad evidente por sí misma.

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Para él, lo mismo que para Spencer y Ward, la evolución era la ley suprema del devenir en todas las esferas de la realidad. Afirmó explícitamente, con referencia a Los primeros principios de Spencer, que la evolución social es un aspecto de la evolución cósmica. En consecuencia, Giddings creía innecesario buscar un principio nuevo de interpretación objetiva; bastaba la evolución a través del equilibrio de la energía- El influjo de esta opinión sobre la obra de Giddings es muy fuerte. Igual que Spencer, enfoca los problemas de la evolución social desde los campos de la biología y la etnología y busca en ellos pruebas convincentes de los hechos sociales. Peto, a diferencia de Spencer y de acuerdo con Ward, Giddings creía que la sociedad es en esencia un fenómeno psíquico, aunque el proceso psíquico a su vez esté condicionado y limitado por un proceso físico. Así, las leyes sociales son en primer lugar las leyes de un proceso psíquico, pero cu segundo lugar son las leyes de la limitación social por un proceso físico. Esta posición complica la sociología de Giddings, pues se ve constantemente obligado a alternar entre leyes psíquicas y leyes físicas y a explicar sus mutuas interacciones. Giddings daba por sabido que existen leyes sociales y que pueden ser formuladas con la misma precisión que las leyes de los fenómenos naturales. No obstante, concedía especial importancia a las leyes del proceso psíquico básico. Siguiendo la dirección de Ward, creía que la clave para explicar los fenómenos sociales es la volición. Buscó, además, un móvil o principio único que caracterice al individuo consciente tomo ser social y que determine las relaciones sociales en cuanto volitivas. Aún no se ha descubierto —decía— ese principio. Tras un breve examen de las aportaciones de sus grandes contemporáneos: Novicow, De Greef, Tarde y Durkheim, sostuvo que sus explicaciones de la sociedad pecaban o de demasiado angostas o de demasiado amplías. Puesto que el contrato (señalado por De Greef)* y la alianza (señalada por Novicow) son características especiales de la sociedad, y la imitación (ley fundamental de Tarde) y la impresión (subrayada por Durkheim)9 son fenómenos más generales que la sociedad, es necesario hallar un principio intermedio entre ésos. Este principio es la conciencia de índole, frase acuñada por Giddings, aunque reconocía expresamente su deuda con Adarn Smith, quien, en su Teoría I Guillmume de Grwf, mciólngo belga (1342-L974), autor de una Introducción d la rociolt/^ía (18S6). V V«abac capítuL* 7 r H y 9.

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de los sentimientos morales (1759) había señalado la importancia de la simpatía reflexiva en la vida social. La conciencia de índole, según Giddings, es un estado de conciencia en el que todo ser reconoce a otro ser consciente como de su misma índole. La conciencia de índole puede ser consecuencia de la imitación o de la imposición (coacción). Pero no es una mera consecuencia, pues también puede iniciar contratos y alianzas y otros fenómenos sociales. Por lo tanto, la conciencia de índole satisface los requisitos del concepto intermedio que Giddings buscaba. Además, realiza la función de delinear la conducta social derivada de tipos similares de conducta, a saber, económica, política o religiosa. La conciencia de Indole es un estado mental agradable que comprende la simpatía orgánica (subconscienre), la percepción de las semejanzas, la simpatía reflexiva, el cariño, y el deseo de reconocimiento. Unidas mediante la conciencia de índole —dice Giddings—, las mentes individuales actúan las unas sobre las otras de tal manera que sienten simultáneamente las mismas emociones, llegan a los mismos juicios y a veces obran de concierto. Mediante esa interacción nace la mente social. La mente social no es para Giddings una mera abstracción o ficción, sino algo concreto, aunque exista sólo en. las mentes individuales. La mente social —advierte en una ocasión— es la actividad mental simultánea de dos o más Individuos en comunicación los unos con los otros, el acuerdo de las emociones, ¡os pensamientos y las voliciones de dos o más individuos en comunicación. Aunque Giddings parece haber experimentado el influjo de Durk-heim (véase el capítulo 9), £io dio a la mente soda! el lugar predominante que Durkheim asignó a la mente colectiva. Los hechos sociales registrados por Giddings bajo ese encabezamiento hoy suelen explicarse por referencia a la cultura como un sistema fijo de modos estandarizados de pensar y de actuar, sin recurrir al engañoso concepto de la mente social. También ha sido abandonada la noción de la conciencia de índole, que gozó de mucha boga durante varios años. Pero en la obra teórica de Giddings la conciencia de índole fue el concepto central en torno del que había de constituirse el sistema de la sociología, dando por supuesto el postulado fundamental de la evolución. Sociología: Su naturaleza y métodos La sociología no es para Giddings una ciencia abstracta. Puesto que los primeros principios de la evolución son concretos, la ciencia que los

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formula debe ser concreta. La sociología es una presentarión descriptiva, histórica y explicativa de la sociedad considerada como una realidad concreta. En la base de esas proposiciones se encuentra una vez más la creencia de los evolucionistas en que la evolución es una para toda la humanidad. La sociología es, por lo tanto, la exposición de un proceso único y que no se repite, aunque sus elementos pueden ser recurrentes. Al definir la sociología como una ciencia concreta, Giddings seguía a Spencer; pero difiere de éste al determinar la clase de relaciones que existen entre la sociología y Jas otras ciencias sociales. Para Giddings la sociología es una ciencia general de todas las clases de fenómenos sociales y estudia los atributos que son comunes a todas las subclases, (Esto es una anticipación notable, aunque incompleta, de la definición de Sorokin citada al principio de este libro.) Como ciencia general, la sociología es ciencia de elementos y de primeros principios. Esta concepción, como el lector recordará, es casi idéntica a nuestra primera formulación de la teoría sociológica misma* La definición formal de Giddings no permite penetrar mucho en lo que realmente hace La ciencia. Esa definición formal se completa con otra; Ja sociología es la interpretación de los fenómenos sociales en relación con la acción psíquica, la adaptación orgánica, la selección natural y la conservación de ía energía. De los cuatro elementos aquí mencionados, sólo el primero se relaciona con el proceso psíquico qne, según Giddings, es básico en la vida social. Los otros tres se relacionan con el proceso físico limitador; dos (el segundo y el tercero) están expresados de acuerdo con el darvinismo social, mientras que el último recuerda las opiniones de Spencer expuestas en Los frt meros principios. Puesto que La sociología es primordial mente el estudio de la evolución de la humanidad desde sus orígenes hasta su presente estado de civilización, el principal método suyo es histórico o retrospectivo. Un serio problema metodológico lo constituye la manera de determinar aproximadamente las características de los hombres primitivos. Esto puede hacerse primordial mente suponiendo un paralelismo entre los hombres primitivos y los salvajes actuales. Pero, a diferencia de muchos evolucionistas, entendía Giddings que el problema no era nada sencillo, ya que reconocía diferencias esenciales en la situación de unos y otros y admitía la posibilidad de que muchas sociedades primitivas contemporáneas estén en proceso de decadencia. En consecuencia, la retrospección histórica debe complementarse con la de

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flucción, con el detenido estudio de las posibilidades psíquicas y de la síntesis psicológica. Giddings rechaza expresamente la analogía orgánica, que es uno de los métodos empleados por Spencer. Giddings se interesó de un modo característico por la división interna de la sociología. Se une a Ward cuando rechaza la identificación de la estática social con la estructura y de la dinámica social con el funcionamiento de los grupos humanos. Este funcionamiento —dice Giddings—, es una parre más de la estática y puede llamarse científica. La dinámica sólo aparece cuando se modifica la función o se transforma la estructura. Podrían dirigirse estas interesantes observaciones a muchos sociólogos contemporáneos que emplean la frase "análisis estructural-funcional" y se inclinan a identificar el funcionamiento con la dinámica. Estática y cinética Como la mayoría de los sociólogos evolucionistas, no llegó Giddings a elaborar una teoría detallada de la estática. No obstante, distinguía la composición social de k constitución social, algo a la manera del Gemcinschaft md Gesdlschaft de Eerdinand Toennies (véase capítulo 8). La composición social es el producto natural de las actividades fisiológicas y psicológicas de los individuos, supfcmentadas por ía selección natural. Los grupos se forman inconscientemente, y sus formas quedan establecidas antes de que la mente social empiece a reflexionar sobre ellas. Del otro lado, la constitución social es la organización de los miembros individuales de la sociedad en asociaciones especializadas para el logro de diferentes fines sociales. Giddings no elaboró claramente esta dicotomía. La agrupación más sencilla incluida en el concepto de composición social es la familia. De la agrupación de familias nacen dos tipos más amplios de agrupaciones: uno étnico (basado en parentesco real o supuesto), tales como la horda, la tribu, el pueblo; otro demótico, que se mantiene unido por las relaciones habituales, ios intereses mutuos y la cooperación, más que por el parentesco. Entre las agrupaciones demóticas se cuentan los vecindarios) Jas divisiones locales como los distritos, las ciudades y los Estados. Pero Giddings también trata al Estado como una de las manifestaciones más importantes de ía constitución social. La teoría de Giddings sobre la estática comprende también las divisiones de clase dentro de la sociedad. Contrariamente a la opinión que prevalecía en su tiempo, creía que las clases económicas son di

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visiones .secundarias de la sociedad, mientras que las clases (en el sentido de categorías más bien que de grupos sociales) basadas en las diferencias físicas, mentales y morales de los individuos, son de primordial importancia. En su opinión hay cuatro verdaderas clases societarias: la social (correspondiente a la élite o minoría), U asocial (las masas), la seudosocial (formada por los que dependen de la ayuda de otros) y la antisocial (los delincuentes). Las opiniones de Giddings sobre la tradición completan su teoría de Ja estática. Identifica la tradición con la memoria social o las ideas heredadas, y explica este fenómeno como la ocupación simultánea de las mentes de muchos individuos en ciertas creencias, preceptos, máximas y hechos de conocimiento transmitidos por las generaciones anteriores. Como Ward, Giddings se acercaba en esto al concepto actual de ía cultura, sin usar la palabra misma ni reconocer claramente las propiedades de la cultura. En el cuerpo total de la tradición distingue tres grandes órdenes: el económico, basado en el aprovechamiento; el jurídico, que descansa sobre Ja tolerancia; y el político, con sus raíces en la alianza y la obediencia. Hay también órdenes secundarios: el personal (las creencias sobre el cuerpo y el alma), el estético y el religioso; y órdenes terciarios: el teológico, el metaffsíco y el rienrífico, que aparecieron después que los dos primeros. Giddings intentó, no con mucho éxito, sistematizar los conocimientos sobre lo que llamaba cinética social. Como era natural en un hombre que vivía en el clima intelectual del darwimsmo social, creía que el antagonismo era el modo universal de acción. Pero el antagonismo es auto-limitador: la mayoría de los individuos son demasiado iguales en fuerza para que uno espere vencer al otro. El equilibrio de fuerzas se somete, no obstante, a prueba de tiempo en tiempo. Pero la prueba termina inevitablemente en un equilibrio basado en la tolerancia, y así la tolerancia y la justicia se originan en la fuerza. Dinámica Giddings desarrolló de manera más completa el aspecto dinámico de su sociología: el estudio de la genética social. Este estudio requiere la elaboración de generalizaciones relativas a los modos y mecanismos de la evolución, y la descripción de los procesos concretos de ia evolución humana. Las condiciones de la vida exterior -—dice—, tienen por consecuencia la formación de agregados sociales. Dentro del agregado apa

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rece la conciencia de índole entre los individuos parecidos y se convierte en asociación, que reacciona favorablemente sobre los placeres y las posibilidades de vida de ¡os individuos. Cuando los individuos se dan cuenta de esa reacción favorable, empieza el proceso volitivo. Adquieren importancia las preferencias individuales y sociales. De la diversidad de relaciones y actividades que se intentan, algunas resultan atractivas y son preferidas. Pero aquí reaparece el proceso físico. Puesto que las preferencias pueden ser insensatas y dañinas o discretas y beneficiosas, muchas de ellas no sobreviven en Ja lucha por la existencia. La naturaleza rechaza Tas preferencias dañinas, algunas veces con la extinción de toda una sociedad. Estas opiniones, que reflejan una vez más el darwinismo social, son muy análogas a Jas de Sumner, salvo que Giddings insiste en el carácter consciente y volitivo de las preferencias. Como las preferencias dañinas son rechazadas por la selección natural, la teoría del cambio social puede concentrarse en las preferencias inteligentes. Aquí encontramos la ley de Giddings: Una comunidad tiende a perfeccionar su tipo sometiéndose al concepto predominante de un bien ideal. (En el lenguaje sociológico moderno esto quiere decir que todo grupo grande recibe la influencia del ideal social que acepta.) Al desarrollar esta ley, Giddings subraya que las bases de las preferencias sociales racionales son los valores sociales, que él define como valuaciones sociales de cierras satisfacciones, relaciones, modos de actividad y formas de organización social. El objeto supremo de los valores sociales es bueno C Q sí mismo. Es notable el empleo que hace Giddings de la frase "valor social". Hasta hoy no ha tenido genera! aceptación. Como ya se ha señalado, Jas leyes de la preferencia social que pertenecen al aspecto psíquico o volitivo de la sociedad, están limitadas por las leyes físicas de la selección natural y de la supervivencia. La ley de la selección natural se formula en relación con la supervivencia de Jos más aptos; la aptitud social se identifica con la posesión de cualidades intelectuales y morales, entre ellas la simpatía y el afecto. La ley de la supervivencia toma la siguiente forma: sobrevivirán los valores que se adapten a un conjunto de valores que es cada vez más compleja y armonioso. Este enunciado es una nueva formulación del concepto spenceriano de la evolución, con la consideración debida al proceso evolutivo, tan importante en la teoría de Giddings. Los escritos de Giddings sobre el proceso concreto de k evolución están redactados en términos que recuerdan los neologismos de Ward.

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La sociedad, prehumana y humana —dice Giddings—, ha pasado por las cuatro etapas fundamentales de ¡a zoogenía, la antropogenia, la etnogenia y la demogenia. La asociación zoogcnica es una relación social primitiva que desarrolla las formas de la vida animal; la asociación antropogéníca es una relación más variada que creó la mente humana. Las relaciones organizadas que crearon un pueblo se llaman asociación etnogénica, en tanto que la asociación demogénica se refiere a las relaciones, a la vez diversas y organizadas, que tienen por consecuencia los grandes pueblos civilizados. La civilización, pues, corresponde a la etapa demogénica de )a evolución humana. A base de preferencias diversas, en el experimento histórico aparecen tres tipos de civilización: el militar-religioso, el liberal-jurídico y el económico-ético. La civilización económico-ética ofrece dos variedades: la persecución infatigable de fines materiales (camino peligroso), o el predominio social de metas morales e intelectuales, como en la democracia del antiguo Estados Unidos. En opinión de Giddings, el progreso es un hecho indiscutible. Objetivamente, el progreso se manifiesta en la multiplicación de relaciones, en d aumento de bienestar material, en el crecimiento de la población, en la evolución de la conducta racional. Subjetivamente, se Je advierte en la expansión de la vida moral e intelectual. Estas opiniones convengan muy bien con el clima intelectual de fines del siglo xix, cuando la creencia optimista en el progreso era un dogina rara vez discutido. Hemos condensado la sociología genética de Giddings en unas pocas proposiciones, Él mismo, intentando una reconstrucción detallada del pasado sociat del hombre, amontonó conjetura sobre conjetura, todas plausibles pero ninguna demostrable ni refutable. Contesta a la pregunta: ¿Cómo pudo haber ocurrido?, y no a esta otra: ¿Qué sabemos acerca de lo que ocurrió? Sin embargo, debe reconocerse que esta desviación del canon de La ciencia aun no ha desaparecido del todo en la actualidad. Juicio retrospectivo de Giddings En relación con Jos problemas fundamentales esbozados en el capítulo primero, la sociología de Giddings en su primera fase (hasta comienzos de siglo aproximadamente) puede formularse como sigue: Primero: La sociedad es un grupo de hombres unidos por la conciencia de índole. Las mutuas relaciones entre las mentes así unidas

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produce la mente social, expresión que significa cultura, sobre poco más o menos. Pero este concepto sólo incidenta luiente es estudiado con el nombre de tradición. Segundo: En la sociología de Giddings la unidad de investigación CB el sorius, o el hombre relacionado con otro hombre mediante la conciencia de índole. Tercero: El principal factor determinante del estado de una sociedad y de Los cambios sociales es psíquico; pero su acción está limitada por las condiciones físicas de la existencia humana, especialmente por los procesos de selección y superv i vencía. Cuarto: El problema de las relaciones entre el individuo y la sociedad no está claramcnre planteado. La importancia concedida al factor psíquico parece reservarle al hombre el papel de crear y moldeat ia sociedad, aunque dicho papel está limitado por los procesos biológicos que acaban de mencionarse. Quinto: Se define la sociología como la más general de las ciencias sociales; no obstante, es una ciencia concreta, no una ciencia abstracta. El método principal es la reconstrucción histórica, el cual, en manos de Giddings, es en gran parte un procedimiento ilimitadamente conjetural, que se basa de un lado en unos pocos conocimientos comprobados y del otro en una psicología de sentido común. En el desenvolvimiento general de la teoría sociológica, Giddings debe ser considerado como uno de los evolucionistas más talentosos y brillantes. Como su teoría está tan profundamente impregnada del postulado de la evolución, queda muy poco de ella si se rechaza ese postulado, y ése es el caso, según la mayor parte de los especialistas. Sin embargo, perduran algunas aportaciones de Giddings. Hay que citar, en primer lugar, la importancia que concedió al componente psíquico de la sociedad y de la cultura, y su demostración de la imposibilidad de llegar a comprender la sociedad humana y sus realizaciones por analogía con sistemas mecánicos o biológicos. En este respecto, Giddings prolongó una línea de ideas que inició Ward y que Tarde desarrolló independientemente. Así, Ja orientación que culmina en ios escritos de Charles H. Cooley, W. I. Thomas y Talcotr Par-sons, entre otros, se remonta, en parte a] menos, a Giddings. En segundo lugar, formuló una definición de la sociología sugestiva, y para muchos aceptable, y expuso valiosas opiniones sobre la división de esa ciencia en estática y dinámica. En tercer lugar, Giddings fue uno de los primeros sociólogos que señalaron la importancia de ios valores en k vida social del hombre. i

CAPÍTULO 7 OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ORGAN1CISMO El darwinismo social y el evolucionismo psicológico fueron tendencias de inspiración marcadamente spencemna, no obstante Jas numerosas diferencias que hay entre esas dos escuelas y la teoría de Spencer. Pero el evolucionismo no brotó sólo de la mente de Spencer, Comte y Marx fueron evolucionistas a su manera, como lo fueron, en cierta medida, otros muchos que hicieron aportaciones a Ja primitiva sociología. No es sorprendente que, con rodas esas influencias, hayan surgido en el segundo período del desenvolvimiento de la teoría sociológica nuevas variedades de evolucionismo. Loria: Evolucionismo económico El evolucionismo económico está representado en numerosas obras, la más importante de las cuales es El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado (véase pág. 72), de Engels, y por numerosos patrocinadores, el más representativo de los cuales es el economista italiano Achille Loria (1857-1943). En sus Bases económicas de la sociedad (1886) intenta Loria demostrar la tesis de que la disminución gradual do tierra libre (tierra que aún no se ha apropiado nadie) es el factor básico del desarrollo evolutivo social. Con este argumento esperaba Loria reemplazar con un factor tangible y comprensible la fuerza misteriosa e inmanente que, en las obras de los marxistas, se supone que impulsa a la sociedad hacía adelante. La tesis de Loria tiene sus raíces en el supuesto de que la historia antigua y medieval se repetía en la historia de las colonias de América. En ambos casos, mientras la tierra fue libre no hubo división de la sociedad en clases ni actuaron fuerzas restrictivas tales como la moral, Ja ley o la religión. Al empezar los particulares a apropiarse la tierra, la esclavitud se convirtió en k institución predominante. La fase siguiente, determinada por el avance del mismo proceso de apropiación, se caracterizó por la organización obligatoria de ios trabajadores: k servidumbre en las zonas rurales, y las guüdas y los gremios en las ciudades. Cuando toda o k mayor parte de la tierra pasó a ser propiedad particular, surgió el capitalismo, caracterizado por Ja institución, de la mano de obra libre. Loria reconoce las numerosas diferencias que existen entre ks mentalidades de los mundos antiguo 118

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y medieval de un lado y el colonial de otro. Pero sostiene que esas diferencias, al no haber afectado al desenvolvimiento social, revelan que la influencia de los factores psicológicos es superficial. El libro de Loria contiene otras muchas cosas discutibles. En su opinión, ia obra del Dante refleja Ja posición social y económica de las "viejas familias" de la burguesía florentina; la de Petrarca, la de las "familias nuevas"; y U de Boccaccio la de la plebe. Las diferentes fases del desarrollo de la religión, de la moral, del derecho y del Estado no hacen sino reflejar las diferentes fases de ía apropiación de Ja tierra. La religión y la moral actuaban para mantener sometidos a los esclavos, y las complementaba un terrorismo desorganizado. La supresión de ios siervos y de los artesanos exigió un sistema moral dual: una moral para las clases oprimidas, a quienes se exhortaba a despreciar la pobreza y demás males de su existencia terrenal; otra moral para las clases superiores, a quienes solamente se enseñaba a no ir demasiado Jejos, por miedo a una rebelión en masa de la plebe. La fase del capitalismo se caracteriza por un desenvolvimiento más pleno del derecho y del Estado, y por el nacimiento de una nueva fuerza restrictiva: la opinión pública. La definición que Loria da de la sociología está estrechamente relacionada con esas opiniones. La sociología es una ciencia intermedia entre la economía y las ciencias del derecho, de la moral y de la política. Su misión principal consiste en establecer correlaciones entre los cambios que tienen lugar en Jas condiciones económicas básicas y h& modificaciones de la moral, el derecho y la política. Aunque este concepto de la sociología contribuye a poner de manifiesto las interconexiones muchas veces olvidadas u oscuras que existan entre los diferentes aspeaos de la sociedad —lo cual es siempre una tarea importante de la sociología—, incurre, no obstante, en el error de identificar los fenómenos económicos con las relaciones sociales mismas. Esta infortunada identificación se encuentra repetidamente en los escritos de los evolucionistas económicos. Veblen: Evolucionismo tecnológico El evolucionismo tecnológico es una modificación del evolucionismo económico y está muy bien representado en la obra de Thorstein Vcblen (1857-1929). Veblen nació en Wisconsin, estudió en las universidades de Johns Hopkins, Yale y Cornell, a partir de 1892 desempeñó varios cargos docentes y en 1899 publicó La teoría de la clase

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ociosa, ía más famosa de las obras que publicó. Las opiniones teóricas fundamentales do Veblen pueden resumirse con brevedad. Los grandes medios de habituación y de disciplina mental en la vida humana son las diversas clases de trabajo de que viven los hombres y fas técnicas asociadas con ellas. Veblen intentó demostrar que las relaciones sociales y la cultura humanas son moldeadas por la tecnología. El hombre tiene ciertos instintos constantes, pero las costumbres a que dan nacimiento esos instintos varían de acuerdo con las cambiantes posibilidades de expresión que proporciona el medio material, En una palabra, el hombre es lo que hace. La evolución de la sociedad es, pues, esencialmente un proceso de adaptación mental de los individuos bajo la presión de circunstancias que ya no toleran ios hábitos formados anteriormente. La readaptación se hace lentamente y de mala gana bajo la coacción de las situaciones nuevas. La facilidad de adaptación depende del grado en que los individuos están expuestos a las fuerzas coercitivas del medio. Toda dase social protegida contra la acción ¿el medio adaptara más tardíamente sus opiniones a las situaciones cambiantes y tenderá así a retardar la transformación rota! de la sociedad. La clase ociosa es precisamente ese sector retardataria del orden social. Puede considerarse roda sociedad como un mecanismo industrial, cuyos elementos estructurales son sus instituciones económicas. Hay una estrecha correspondencia enere la cultura y la tecnología que constituye su base. El régimen feudal fue un sistema de fuerza humana adiestrada y organizada según un plan de subordinación de unos hombres a otros hombres. En el nuevo régimen de la sociedad industrial, ¡as fuerzas mecánicas toman el lugar de la fuerza humana. La nueva tecnología destruye la antigua organización de la sociedad. La marcada influencia de Veblen sobre otros escritores —especialmente sobre los sociólogos. Jos historiadores y los economistas— ha persistido y continúa en la actualidad. Pero su evolucionismo tecnológica ha ejercido mucha menos influencia que su incisiva e irónica pintura de la conducta de la clase ociosa y de la competencia por emular a dicha clase que se desarrolla entre casi todos los demás sectores de la sociedad. Numerosos escritores han encontrado orientaciones muy sugestivas en ios estudios sistemáticos que hace Veblen de instituciones económicas del capitalismo tales como el absentismo, y en su insistencia sobre el contraste y el antagonismo fundamentales entre k clase predatoria (negocios, intereses creados, sectores protegidos) y la ciase industriosa (el hombre común, las clases trabaja

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doras) de la sociedad- Según Veblen, esas divisiones tienen sus raíces en Jas condiciones tecnológicas. Su concepto de la tecnología como vanguardia y guia del proceso evolutivo encontró nueva expresión en el concepto del retardo de la cultura desarrollado por William R Ogbum (véase capítulo 1 5 ) y popularizado por escritores como Harry Elmer Barnes. Coste: Evolsmonismo demográfico El evolucionismo demográfico de Adolphe Coste ( 1842-1901) no es de inspiración marxista, sino comriana- En sus primeros años, Coste formó parte de un pequeño grupo de positivistas discípulos de Comte; después influyeron en él Loria y Durkheim. Sus obras más importantes son Principios de sociología objetiva (1899) y La experiencia de los pueblos (19ÜÜ). 1 La idea principal de Coste es que un solo factor determina la evolución de la sociedad: la creciente densidad de la población reflejada en los tipos de aglomeraciones humanas. Describe cinco etapas evolutivas consecutivas: la aldea, la ciudad, la metrópoli, la Ciudad capital y la capital de una federación. A cada una de esas etapas de la evolución demográfica de Ja humanidad corresponden etapas definidas en el desarrollo del gobierno, de la producción económica, do la propiedad y de diversos tipos de asociaciones humanas. Pero Coste comprendía que su teoría no lo explicaba todo, y así tomó la osada decisión científica de separar del total de los fenómenos sociales los tipos que no pueden explicarse genéticamente, a saber, la religión, fa filosofía, la literatura y las artes. Esas esferas, no susceptibles de análisis sociológico, las estudiaría una ciencia aún no constituida a la que llamaba ideología. La sociología y la ideología —decía Coste— investigan dos clases distintas de fenómenos. Por una parte, los descubrimientos en el campo del pensamiento abstracto y los actos creadores en las arres ocurren casi al azar; por otra parte, la organización social se desenvuelve independientemente de esos descubrimientos y actos creadores. Los críticos de Coste han insistido con frecuencia en que la independencia de los dos campos es sólo telativa, no absoluta. No obstante, Coste aportó a la sociología una idea que después fue explorada por AJfred Weber y Robcrt M. Maclver entre otros, quienes diferen1 El rfruJo frunce* complrm dice L'Expérjeilr dei pcvpUs al hi fr i i "■■< qn' é¡te eiilorise

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cían los dos campos de la civilización y de la cultura y postulan principios diferentes para explicar su desarrollo (véanse capítulos 20 y 21). KM: Evolucionismo religioso Mientras Coste consideraba la religión y, en general, todas las actividades intelectuales y estéticas de la humanidad, independientes del proceso evolutivo, Benjamín Kidd ( 185S-191Ó), filósofo social inglés, sostenía que la religión es el motor de la evolución. No fue Kidd, desde luego, el primero en sustentar 3a tesis de que la religión es el factor fundamental de la historia. £1 gran historiador francés Fustel de Couknges (1830-89), autor de la obra clásica titulada La ciudad antigua (1864), afirmaba que las ideas, y sobre todo las ¡deas religiosas, son el motor de los cambios sociales. Pero Kidd combinaba la importancia del factor religioso con la teoría evolucionista. En evidente oposición a Comte, Kidd declara en su Social Evohiüon {Evolución social, 1894) que Ja razón no puede ser la causa fundamental del progreso, ya que la razón hace al hombre individualista y antisocial, mientras que ia evolución ha sido primordialmente social y ha aumentado la cohesión de la sociedad. La única fuerza que puede explicar el progreso es la religión, provista de sanciones sobrenaturales y capaz de alimentar una moral altruista. Es la religión la que unifica las generaciones, mantiene unidas las sociedades y salva a las civilizaciones amenazadas de graves peligros- Fue la religión la que evitó la desintegración social completa en los primeros siglos del cristianismo; fue una base religiosa la que sustentó toda la grandeza de los últimos tiempos de la Edad Media; fue asimismo ía religión, en k forma del protestantismo, la que trajo la libertad política y económica. Sólo la religión hará posibles ulteriores progresos sociales. La importancia de Ja religión como base del progreso es el tema de algunos autores de todas las épocas, de lo cual pueden servir hoy de ejemplo las obras de Toynbce (véase capírulo 20). Novicotv Esta rápida revista del evolucionismo de fines del siglo xix termina con k exposición de las opiniones de Jacques Novícow (1849-1912),2 2 Hasra cieno pumo puede considerarse í Novicow como penenecienre también a Lt escuela orgauirísra, peto su» aportaciones a dk son de cScsta importancia.

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quien era de origen ruso, pero pasó la mayor parte de su vida en Francia y escribió principalmente en francés. Su teoría está formulada ron gran precisión en Las luchas entre sociedades humanas y sus fases necesarias (1893), obra señaladamente evolucionista. Novkow coincidía con los darvinistas sociales en que la lucha por la existencia es el mecanismo central de la evolución; peco, contrariamente a las opiniones de aquéllos, creía que el mecanismo mismo está sujeto a cambios, y en estos cambios distinguía cuatro etapas necesarias (necesidad destacada en el título de su obra principal). En Ja primera, la lucha humana fue principalmente fisiológica y tuvo por consecuencia el exterminio del enemigo. En la segunda, la lucha se hizo primordkl-mente económica, aunque se combinó con muchos aspectos de la coacción física. En Ja tercera, el antagonismo tomó uu carácter predominantemente político: la lucha por el predominio político dentro de los Estados y entre los Estados. La etapa final se caracteriza por el antagonismo de carácter intelectual; toma a veces la forma de guerras religiosas o de actividad revolucionaria, pero es siempre en esencia la lucha por el predominio de unas ideas. Novkow estaba firmemente convencido de que las formas más rudas de la lucha social van desapareciendo gradualmente y de que, finalmente, la lucha se reducirá a la competencia intelectual. Esto —decía— tendrá por efecto el aumento de la justicia y de la simpatía y la disminución del odio. Todo esto constituye, manifiestamente, una teoría más basada en la evolución unilineal hacía el progreso. Novkow expresó la idea un tanto spenceriana de que las cuatro fases de la evolución social no hacían más que prolongar la línea de los conflictos químicos, astronómicos y biológicos. A diferencia de la mayor parte de Jos autores estudiados en este capítulo, Novícow definió Ja sociedad y la sociología. Concebía la sociedad como un grupo de individuos entre los cuales se han establecido relaciones vítales y que tienen conciencia de su recíproca solidaridad En los días en que expuso esta opinión, era muy raro que se diera importancia a la solidaridad social. Las formulaciones de Comte estaban casi olvidadas, y La división del trabajo en la sociedad, de Durkheim, apareció simultáneamente con la obra de Novícow, quien definió la sociología como la ciencia general de la sociedad, de la cual son panes o capítulos ks ciencias sociales concretas. Esto es, con ligeras modificaciones, una nueva expresión de la ¡dea de Comte según la cual la sociología absorbería a ks ciencias sorkles concretas.

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Versiones del organicismo Mientras que las teorías evolucionistas arriba examinadas son principalmente no spencerianas, un grupo de teorías organicisras son spencerianas, pero no evolucionistas. Los autores de esta escuela orgameista se inspiraron en la analogía entre la sociedad y un organismo, que es el segundo postulado del sistema de Spencer. Paul Lilienfeld (1829-1903) fue ciudadano ruso de origen alemán. Durante diecisiete años fue gobernador de la provincia de Curlandia (ahora parte de Letonia o Latvia) y en ios últimos de su vida fue miembro del Senado ruso, alta corporación judicial y administrativa. En 1897 fue presidente del Instituto Internacional de Sociología. Es autor de la obra en cinco tomos titulada Ideas acerca de las ciencias sociales del ¡aturo (1873-81). Sostiene Lilienfeld que la sociedad humana, como un organismo natural, es un ser real. La sociedad no es sino una continuación de la naturaleza, una continuación más alta de las mismas fuerzas que están en Ja base de todos los fenómenos naturales, el más elevado y más desarrollado de todos los organismos. Aunque reconocía que también hay diferencias importantes entre los organismos y las sociedades, Lilienfeld señala muchas analogías de detalle. Las células del organismo corresponden a los individuos de la sociedad, los tejidos a los grupos voluntarios más sencillos, los órganos a las organizaciones más complejas, la substancia inrercelular al medio físico, ¡que incluye hasta los alambres del telégrafo! Las actividades económicas, jurídicas y políticas son paralelas a los aspectos fisiológicos, morfológicos y unitarios de un organismo. La mercancía en circulación equivale al alimento no asimilado. Las razas conquistadoras son masculinas, las conquistadas son femeninas; su lucha equivale a la lucha de los espermatozoos en torno del huevo. Las personas que pasan de una sociedad a otra son análogas a los leucocitos. Esas analogías se convierten en identidades en la teoría de Lilienfeld. En la sociedad —-dice—- encuentra uno exactamente Jas mismas estructuras, órganos y funciones que en los demás organismos. Así se llega, pues, a la conclusión de que la sociología no puede constituirse sí no es sobre la base de la biología. Una teoría orgánica mucho más moderada la expuso Albert G. Schaffle ( 1831-1903). Nacido en Núrtingcn, en la Alemania sudoccidental, estudió teología en la universidad de Tubbga, en la cual fue desde ISóO profesor de economía, y en 18Ó8 pasó a Viena, donde

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permaneció tres años. Tras una breve excursión por la política austríaca, se estableció en Stuttgart, donde dedicó el resto de su vida a estudiar y escribir. Sus principales obras en el campo de la sociología son Estructura y vida del cuerpo social (1875-78), en cuatro volúmenes, y Bosquejo de sociología (póstuma, 1906), Schaffle reconocía que sus opiniones habían sido influidas de manera importante por Comte, Spencer y Lilienfeld. Aunque coincidía con Spencer en que la sociedad no es en realidad un organismo, con frecuencia, lo mismo que Spencer, pasaba de la analogía a la identificación. Sostenía que ia estructura, la vida y la organización de los cuerpos sociales (una de sus expresiones favoritas) se parecen estrechamente a las de los cuerpos orgánicos. Aunque atribuía a la analogía orgánica gran valor heurístico, reconocía que los cuerpos orgánicos y los sociales no son idénticos. Para él, él cuerpo social es una individualidad viviente de naturaleza superior, el último y más complejo equilibrio de fuerzas de nuestro planeta. La obra de Schaffle, en particular la primera edición de Estructura y vida del cuerpo social, no obstante sus maderadas pretensiones, contiene muchas analogías discutibles: los edificios y las carreteras son el esqueleto del cuerpo social; las mercancías acumuladas son la substancia intercelular; la economía es la nutrición; el cambio de mercancías y de personas es la locomoción; el equipo técnico es el sistema muscular; ios símbolos y las comunicaciones son el funcionamiento del sistema nervioso; la minería, k colonización y la propaganda corresponden a la autoafirmación y el crecimiento del organismo. Si Schaffie no hubiera hecho otra cosa que exponer esas analogías, su obra no merecería ser tenida en cuenta. Pero tenía muchas más cosas que decir. Bajo la apariencia engañosa del organkismo, contribuyó a iniciar el análisis de la sociedad de acuerdo con un sistema. La sociología —dice— sólo puede producir resultados valiosos si concibe k totalidad de los fenómenos sociales como un todo orgánico. Sustituyase "todo orgánico" por "sistema" y el resultado es una importante y comúnmente aceptada proposición de la sociología actual. De conformidad con esa idea básica, Schaffle enfocó su estudio sobre los conjuntos sociales más desarrollados, los pueblos (o grupos étnicos, en k terminología moderna) y sus comunidades. Para él, un pueblo es un grupo duradero de personas, mentalmente vinculadas unas a otras, adscritas a un territorio definido y capaces de desarrollar una cultura. En este concepto de la sociedad incluía las posesiones materiales de un pueblo, opinión que probablemente refleja su preocupa

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ción por la ciencia de la economía. La suma rota! de los pueblos relacionados por la comunicación y el contacto, aunque individualmente reflejen niveles diferentes de evolución y desarrollo y posean peculiaridades geográficas y etnográficas, es, para Schaffle, la sociedad. Schaffle se interesó profundamente por el problema del método de investigación sociológico más apropiado. Este método debe basarse tanto en la experiencia externa como en la interna o introspección. La misión de la sociología es formular empíricamente las relaciones causales cognoscibles en la vida social. La principal dificultad para realizar esa misión es la interferencia de actos arbitrarios de los individuos; pero coda acción deliberada —dice— está causalmente determinada, y los móviles individuales desempeñan la función, de causa. No puede concebirse la libertad como una conducta fortuita, sino más bien como libertad de autoexpresión. Ésta es la manera como los historiadores explican los problemas que estudian, y los casos históricos deben formar el punto de partida para las inducciones sociológicas, A base de un número suficiente de inducciones, se hace posible ía deducción. De esta suerte, puede encontrarse una ley genética unitaria que explique el nacimiento de Jas civilizaciones más altas. Schaffle no formuló nunca por sí mismo esa ley, pero aceptó implícitamente una versión modificada del evolucionismo, dando especial importancia a ia selección natural a la manera spenceriana. Otro miembro de la escuela organicísra, Alfred Füuülée (18383912), un francés autodidacto que no asistió nunca a una universidad, fue durante muchos años profesor en escuelas superiores de provincias y durante tres enseñó en la Escuela Normal Superior, de París. Debe BU fama a una serie de libros en que expone la idea de que la sociedad es un organismo, aunque de tipo peculiar, puesto que es contractual. Sus obras más importantes son La ciencia social contemporánea (1880), Evolución de las ideas-fuerzas (1890) y Psicología de las id cas-fuerzas (1893). La teoría de Fouillée es definidamente organícista. Encuentra entre las sociedades y los organismos analogías que se parecen mucho a las señaladas por Spencer, pero subraya una diferencia básica: ia unidad de una sociedad depende primordialmenre de la buena voluntad de los individuos que la componen para compartir las necesidades colectivas. No puede haber sociedad sin un acuerdo interno entre los individuos, sin la representación del todo a que los individuos pertenecen. Entre los miembros de una sociedad existe un contrato implícito, y este contrato se manifiesta en la conducta humana.

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La representación del todo es una idea-fuerza fundamental. Las ideas-fuerzas son engendradas por ia sociedad, sin duda alguna, peto residen en los individuos. Esas ideas-fuerzas tienen su propia herencia intelectual; en otras palabras, se desarrollan de acuerdo con leyes inmanentes. Pero en cambio influyen en la sociedad en que son engendradas, proceso que se hace especialmente manifiesto en. Ta educación. El organicismo aparece en la obra de Fomllée en forma mitigada. Su forma más extrema la representan los escritos teóricos de su compatriota René Worms (1H69-192Ü). En su Organismo y sociedad (1896), Worms concibe ia sociedad como una agregación duradera de seres vivos que ejercitan en común rodas sus actividades. Enumera cuatro analogías entre las sociedades y los organismos: las estructuras externas varían con el tiempo y presentan formas irregulares; las estructuras internas experimentan un cambio constante medíante el proteso de as imiT ación-des integración; existe una diferenciación coordinada entre las panes; tanto los organismos como las sociedades se reproducen a sí mismos. Puesto que la analogía orgánica es profunda y estrecha, las concepciones sociológicas deben desenvolverse bajo los mismos encabezamientos que ks biológicas. Hay que reconocer, no obstante, que la sociedad no sólo es más plástica, más apta para reemplazar las pérdidas de miembros, que ei organismo, sino también más compleja. En realidad, es un superorganismo. Pero estas diferencias no son suficientemente importantes para que obliguen a abandonar el análisis social desde un punto de vista organicista. Worms modificó sus opiniones en la séptima edición (1920) de su obra: H'EI estudio, k experiencia y la reflexión nos han enseñado a limitar k aprobación que al principio dimos a k analogía organicista/' Las sociedades entran en ía existencia en el mismo nivel que los organismos y al principio funcionan según ks mismas leyes; pero después avanzan de un modo peculíamiente humano hacia un ideal concebido por la mente (justicia, libertad, ilustración). En ese proceso aparecen la igualdad y la solidaridad contractual. Resumen Las teorías examinadas en este capítulo no son teorías sociológicas completas. Las del primer grupo, que representan tendencias diversas del evolucionismo, son primordialmente intentos de hallar respuesta a esta pregunta: ¿Qué es lo que determina el cambio social? Las respuestas son notoriamente incongruentes entre si, pero todos los escri-

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tores de este grupo coinciden en que hay una causa fundamental de desarrollo evolutivo a la cual pueden reducirse fácilmente rodos los demás supuestos factores determinan tes. La teoría de Novicow es algo menos monista que las de los otros escritores. El segundo grupo de teorías, versiones diversas del organicismo, son principalmente intentos para dar respuesta a otra pregunta: ¿Qué es la sociedad? La respuesta según la cual la sociedad es un organismo confunde manifiestamente la analogía con Ja identidad. Las opiniones de Lilienfeld y de Worms representan Tas actitudes más radicales, en canto que las de Schaffle y Fouíllée reveían la percepción de graves dificultades en lo que respecta a la analogía, y de diferencias importantes entre la vida social y la orgánica, que tratan de explicar. Las ideas de Fouillée eran más originales que las de Schaffle, pero éste se acercó más a una teoría sistemática de la sociedad del tipo ahora corriente. Actualmente, salvo su versión económica, el evolucionismo en su forma decimonónica está muerto, Pero como su muerte sobrevino en el período siguiente del desarrollo de la teoría sociológica, pospondremos para la cuarta parte de este libro el estudio de las causas y circunstancias de esc fallecimiento. El orgameismo crudo declinó antes que el evolucionismo. Schaffle y Worms limitaron ellos mismos esencialmente sus puntos de vista organicistas en los últimos años de sus vidas. La muerte de esos puntos de vista también ha sido completa en casi todos los medios sociológicos, aunque se advierte su persistencia en algunas obras del siglo XX, como las de Oswaíd Spcngler y algunas otras. De un modo totalmente nuevo y de acuerdo con los cánones de la ciencia empírica, la reoría funcional contemporánea (véase capítulo 1 7 ) , uriliza la analogía orgánica, pero no se basa en ella. Así, pues, este capítulo ha explorado dos callejones sin salida. En la historia de ks ideas ha habido muchos finales muertos de ese tipo, y es preciso conocer los más importantes para evitar errores ya corregidos.

C APÍTULO 8 COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA AI mismo tiempo que florecía el evolucionismo, apareció un nuevo enfoque analítico de ía sociología. En el último cuarto del siglo XIX cuatro hombres hicieron aportaciones notables a esta tendencia. Uno de ellos, Durkhcim, fue también un franco evolucionista, y en consecuencia sus opiniones deben estudiarse separadamente (véase capítulo 9) - Los orros tres iniciadores de la sociología analítica fueron Ferdinand Tocnnics, Georg Simmel y Gabriel Tarde. Toenníes m Ferdinand Toenníes (1855-1936) nació en Schleswig, la provincia más septentrional de Alemania, y pasó toda su vida académica en la universidad de Kiel, de aquella provincia. Además de notables aportaciones a la teoría sociológica, realizó muchos trabajos prácticos excelentes y escribió informes brillantes acerca de ellos. (En este respecto, sugirió que la sociología descriptiva se llamara sociografia; aunque esta palabra no tuvo aceptación general, se usa ahora bascante para denominar un tipo especial de estudio práctico cuantitativo.) Su obra primera y más importante fue Gemeinschaft und Gesell-schaft (Comunidad y sociedad), publicada por primera vez en 1887 y posteriormente en otras seis ediciones, suerte rara para un estudio de teoría sociológica. En ella se encuentra la principal aportación del autor a dicha teoría. Sus demás libros (el último, Introducción a la sociología, apareció el mismo año de su muerte) contienen muchas ideas excelentes, pero ninguno de ellos ha ejercido la influencia que Gemcinschaft und Geselhchaft. (Una traducción inglesa de este libro apareció en 1940 con el título de Fundamental Concepts of Sociology; a dicha traducción acompañan algunos ensayos procedentes de otros libros de Toenníes,) Como muchos tratados Teóricos de autores alema-ees, Gemehuchaft und Geselhchaft parece innecesariamente complicado; pero sus ideas fundamentales pueden resumirse fácilmente. Todas las relaciones sociales son creaciones de la voluntad humana, de Ta cual hay dos tipos. El primero es la voluntad esencial: la tendencia básica, instintiva, orgánica, que impulsa la actividad humana como desde atrás. El segundo es la voluntad arbitraria: la forma de volición deliberada y finalista, que determina la actividad humana con

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relación al futuro. La voluntad esencial, dice Toenníes, domina la vida de las campesinos, de los artesanos, de la gente común, mientras que la voluntad arbitraria caracteriza las actividades de los hombres de negocios, de ios científicos, de las personas investidas de autoridad y de los individuos de las clases superiores. Las mujeres y los jóvenes tienden a ejercitar la voluntad esencial, los hombres y los ancianos ia voluntad arbitraria. Esos dos tipos de voluntad explican la existencia de dos tipos fundamentales de tipos sociales. Un grupo social puede mantenerse en existencia porque la simpatía entre sus individuos íes hace sentir que esa relación es un bien en sí misma. Por otra parte, un grupo social puede nacer como instrumento pata conseguir un fin determinado. Al primer cipo de grupo, expresión de la voluntad esencial, lo llama Toenníes Gemeinschají (comunidad), y al que procede de la voluntad arbitraria Geselhchaft (sociedad). En esta distinción puede verse un desarrollo del contraste señalado por Comte entre unión social y combinación social. En su obra fundamental esrudió Toenníes Jos siguientes ejemplos de Gemeinschaft: la familia, el vecindario (en la aldea o en la ciudad) y el grupo de amigos; los dos grandes ripos de Geselhchaft que estudió son la ciudad y el Estado. Para Toenníes los conceptos de Gemeinschaft y Geselhchaft se refieren no sólo a tipos de agrupación humana, sino también a fases genéricas de desarrollo. La Geselhchaft surge, mediante la especialí-zación de las personas y de los servicios, de la estructura de la Gemeinschaft, en especial cuando las mercancías y los servicios se venden y compran en el mercado libre. Como Toennics manifestó claramente su preferencia por los valores asociados con la Gemeinschaft, algunos aurores1 han interpretado sus ideas sobre el desenvolvimiento histórico como una teoría de la retrogresión. Toennies negó que fuera ésa su posición. La gente —decía— muere de vejez, pero ningún módico condenará la vejez. En sus obras posteriores reconoció la posibilidad de invertir esa tendencia (intentado en cierto modo por d nacionalsocialismo de Hítler), pero no por los métodos superficiales de la oratoria y ía roma orificación del pasado. Como la Gemeinschaft y la Geselhchaft corresponden a tipos de voluntad, Toennies trata las relaciones sociales como manifestaciones de ellos. Las voluntades humanas pueden entrar en relaciones múltiples, que pueden proponerse Ta conservación del orden social o su destrucción; pero sólo las primeras, las relaciones de afirmación re1 En «pedal Huraló Hofíding. filósofo danés, y vun Wiese (véase capítulo 2 1 ).

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riproca, deben ser estudiadas por los sociólogos. La afirmación recíproca misma varia de intensidad. Así, existe un estado social cuando dos personas quieren estar en determinada relación; esa relación es generalmente reconocida también por los demás. Cuando un estado social prevalece entre más de dos personas, aparece el círculo. Pero sí se cree que los individuos forman una unidad a causa de la comunidad de características naturales o psíquicas, forman un colectivo. Finalmente, si hay organización, asignando funciones especificas a personas determinadas, el cuerpo social se convierte en una corporación. Según Toennies, todas estas formaciones sociales pueden basarse ya sobre la voluntad esencial, ya sobre la voluntad arbitraria. Sin embargo, se concibe difícilmente cómo un colectivo puede ser una Geselhchaft o una corporación una Gemeinschaft. Toennies expuso también una clasificación original de las normas sociales que, aunque superada hoy, contiene muchas ideas interesantes. El derecho —dice— consiste en las normas sociales que, de acuerdo con su sentido, pueden aplicar ios tribunales. Las reglas morales son aquellas que, de acuerdo con su sentido, aplica un juez ideal, ya sea personal, divino o abstracto. La concordia consiste en las reglas que se basan en las relaciones de la Gemeinschaft y se consideran naturales y necesarias. Las costumbres son reglas que tienen sus raíces en prácticas tradicionales, mientras que las convenciones se basan en acuerdos expresos o tácitos que, a su vez, se fundan sobre metas comunes para cuya consecución se consideran medios apropiados Tas reglas o preceptos. Resulta bastante claro que esta clasificación de las normas sociales se relaciona estrechamente con la distinción fundamental de Toenníes entre Jos tipos de grupos sociales. Ei derecho y la convención son característicos de las asociaciones, las reglas morales y la concordia, de las comunidades, mientras que las costumbres probablemente informan ambos tipos. La principal aportación de Toennies a la sociología fue la formulación de una sugestiva tipología de los grupos sociales y aun de tipos de sociedad. Con algunas modificaciones, la distinción entre Gemeinschaft y Geselhchaft es análoga en ciertos respectos a las dicotomías que posteriormente expusieron otros autores, por ejemplo la posición y el contrato de Henry Maine, y la solidaridad social mecánica y orgánica de Durkheím (véase capítulo 9 ) Aunque k dicotomía es quizás una simplificación excesiva de las grandes variaciones que caracterizan ía vida de los grupos humanos, la formulación de Toennies aún se usa en el análisis sociológico.

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Simmel Georg Símmel (1858-1918) fue un alemán de raza judía. Estudió filosofía en la universidad de Berlín, durante muchos años fue pri-vatdozent en aquella universidad y terminó su carrera académica como profesor en la universidad de Estrasburgo. Conquistó fama entre los sociólogos por una serie de brillantes artículos publicados en 1890 y tantos, aunque su Sociología, una colección de los aludidos artículos, no apareció hasta 1908. ¿Qué es la sociedad? La respuesta de Simmel a esta pregunta fundamental revela su papel como innovador de ideas y de orientaciones teóricas. La sociedad —dice— no puede ser entendida como una entidad psíquica independiente de las mentes individuales; esta idea es una especie de misticismo o de conceptualismo que atribuye realidad a meros conceptos. Pero es igualmente incorrecto creer que sólo los individuos existen realmente; los individuos en cuanto tales no son átomos sociales, es decir, la materia de que está formada la sociedad. Ni es verdad que la realidad pueda identificarse sólo con las unidades más pequeñas de que se componen los todos o conjuntos. Se encuentra realidad no sólo en la materia, sino también en lo que da su forma a la materia. La sociedad, por lo tanto, es mucho más que los individuos que la componen; de hecho, la verdadera significación de la sociedad se revela en su contraste con la suma de individuos. La sociedad (o grupo, porque Simmel no distingue claramente entre los dos conceptos) es una unidad objetiva que se expresa en las relaciones reciprocas entre sus elementos humanos. La reciprocidad enrre los hombres nace de impulsos específicos, que pueden ser, por ejemplo, eróticos, religiosos o asociativos, o de fines humanos especiales, tales como la defensa o el juego. Hasta ahora Lis ciencias sociales —decía Simmel— han estudiado sólo unos pocos cipos de relaciones recíprocas, principal mente económicas y políticas; pero en realidad existen innumerables variedades de relaciones interactivas, entre las que se cuentan fenómenos tan habituales como el mirarse el uno al otro, el comer juncos, el escribirse cartas, el ayudar a otros y recibir expresiones de agradecimiento por ello. La sociedad, pues, se refiere a los individuos en sus múltiples relaciones recíprocas, y el comprenderla exige el análisis de la interacción psíquica. Muchas relaciones recíprocas pueden no persistir a través del tiempo, mientras que otras cristalizan en situaciones definibles y consisten

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tes, tales como el Estado, la Iglesia, o hasta una banda de conspiradores, una escuela, tina asociación económica. De vez en cuando desplegó Simmel un don especial para relacionar cosas aparentemente tan disímiles, que sólo muy pocas mentalidades habrían percibido los rasgos comunes que le servían de base para ia abstracción teórica. Simmel se preocupó mucho por el concepto mismo de sociología. No escribió nunca un tratado sistemático sobre la materia, en ia creencia de que el esfuerzo sería prematuro. Sostenía que la nueva disciplina estaba en Ja infortunada situación de fundar con hechos su derecho a la existencia. Pero —añadía— 1a mente humana riende a crear superestructuras mientras los cimientos aún son inseguros. Con esta excusa, rehuyó la tarea de definir la nueva ciencia. Creía Simmel que los primeros intentos pata crear una sociología independiente habían fracasado porque sus autores no se adjudicaron una materia no tratada ya por las ciencias sociales existentes. Esto es erróneo, porque como él mismo había dicho, hay innumerables tipos de relaciones sociales no estudiados por las disciplinas sociales concretas. Pero esta inconsecuencia tuvo resultados fructuosos: estimuló a Simmel a formular una opinión nueva sobre Ja materia propia del análisis sociológico. Para ser una ciencia —decía—, la sociología debe tener un contenido bien definido que pueda estudiarse por métodos científicos. Cada ciencia se define por un concepto abstracto parcial; 3a diversidad de esos conceptos permite la diferenciación de las ciencias y la división del trabajo entre ellas. Sobre rales bases conceptuales se levanta la ciencia política, k economía y las ciencias de los diversos aspectos de la cultura. No hay, según él, una sola ciencia social con varias subdivisiones, sino una serie de ciencias diferentes. De acuerdo con esto, Simmel rechazaba k pretensión de muchos de sus contemporáneos de que la sociología era una especie de superciencia. El concepto definidor central de la sociología es la forma de la sociedad. Entendía por forma el elemento de la vida social que es relativamente estable, que está tipificado, a diferencia del contenido, que es marcadamente variable. El análisis abstracto de ks formas sociales es una tatea legitima porque requiere el estudio de la estructura real de k sociedad. Existen formas análogas de organización con contenidos totídmente diferentes orientados hacia intereses distintos, mientras que en formas disimiles de organización social se encuentran intereses (contenidos) sociales análogos. Eormas tales como ks relaciones de superioridad-inferioridad, de competencia, de divi-

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- sión del trabajo, y la formación de partidos, son análogas en todas partes, a pesar de las infinitas variaciones de contenido. Así, pues, en relación con cualquiera de esas formas sociales pueden formularse las siguientes preguntas: ¿Qué significa en su estado más puro? ¿En qué circunstancias aparece? ¿Cómo se desarrolla? ¿Qué acelera o retarda su funcionamiento? Si la sociología se estructura según estos lincamientos, suministrará un nuevo enfoque de hechos muy conocidos. El estudio de los hechos sociales realizado por la sociología desempeñará una función análoga al análisis que la geometría hace de los hechos de fas ciencias naturales, porque las formas geométricas, como las sociales, pueden estar incorporadas en las configuraciones más diversas de contenido. Anhelaba Simmel trazar limites precisos no sólo entre la sociología y las ciencias sociales concretas, sino también entre la sociología, de un lado, y la psicología, la filosofía social y la historia, del otro. Las situaciones sociales estudiadas por la sociología son —decía— consecuencia de contenidos psicológicos específicos en los individuos comprendidos en situaciones sociales. La psicología analiza esos contenidos, pero no va más allá de las existencias individuales. Aunque estas últimas son los soportes de la sociedad, los móviles individuales en sí mismos no son realmente sociales, y su estudio no corresponde a la sociología. La filosofía social difiere de la sociología en que incluye valores y metas que no son accesibles a la sociología como ciencia empírica. Por otra parte, Ja historia se acerca a un punto de vista sociológico cuando busca leyes históricas. La teoría de Comre cae dentro de esta categoría y tiene tanto de histórica como de sociológica; lo mismo puede decirse de Jas investigaciones que se proponen demostrar que hay una tendencia natural en el poder político a pasar de un individuo a varios y después a muchos, o de los intentos para formular etapas inevitables de desenvolvimiento económico. Según Simmel, esos esfuerzos están condenados al fracaso. Porque no puede comprobarse ía existencia de leyes históricas; esas leyes son sólo precursoras del conocimiento científico. Pero la sociología debe descubrir leyes jo-Cíales, esto es, regularidades, concernientes a Jas formas de organización social. Puede realizar su tarea por Ja comparación de situaciones análogas, independien remenee del tiempo y del espacio. Simmel se daba cuenta del carácter altamente abstracto de sus opiniones teóricas, y en consecuencia las ilustraba frecuentemente con ejemplos muy esclarecedores. Por ejemplo, para mostrar claramente

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las diferencias existentes entre los puntos de vista, psicológico, sociológico y económico (este último representativo de las ciencias sociales concretas), utilizaba la situación en que un número considerable de trabajadores hasta entonces puntuales deja de acudir al taller. Según Simmel, el psicólogo investiga los motivos y las emociones que están detrás de las decisiones de los trabajadores individuales para no asistir al trabajo. El sociólogo analiza la situación como un caso en que dos (o más) formas de asociación entran en conflicto. El economista ve el episodio como un sindicato en huelga. Por concretos que sean estos ejemplos, Simmel se interesaba primordialmenre por determinar Las tareas propias de la sociología como investigación de formas puras de asociación, con abstracción de sus contenidos materiales, pata describir los diferentes tipos de formas sociales y formular las leyes según las cuales los individuos de los grupos actúan enrre sí. Simmel entendía que ia sociología debía someterse a métodos científicos. El método principal, tal como él lo veía, debía ser el comparativo, aunque en un sentido completamente distinto del que daban a csra palabra los evolucionistas del tipo de Spencer. El sociólogo no se interesa directamente en las circunstancias concretas de los casos que estudia, sino que procura seleccionar para su estudio casos en que difieren los contenió s o intereses, mientras son las mismas las formas de interacción. Simmel no ofreció una fórmula sencilla para el procedimiento comparativo, y sabía también que algunas veces este método conduce a sesgos o prejuicios subjetivos e intuitivos, Simmel fue él mismo un agudo observador, cosa que se advierte claramente en sus gráficos y perspicaces ensayos sobre el antagonismo, la superordenacíón y Ja subordinación, el papel del extraño, la ciudad moderna, y aun sobre remas rales como el paso de dos a tres del número de individuos del grupo. En contra de sus admoniciones, él mismo incurría frecuentemente en sus escritos en el estudio de contenidos, y tie contenidos muy concretos. La influencia de Simmel sobre la sociología ha sido considerable, y en cierto modo sigue actuando en la actualidad. Al principio del siglo XX sus opiniones, en especial las relativas al antagonismo y a la estratificación social, se reflejaron en los escritos de los sociólogos norteamericanos E. A. Ross y Albion W. Small, y un poco más tarde en los de los distinguidos sociólogos contemporáneos Eloiían Zna-niecki (véase capítulo Ib) y Hotvard Becker. Becker ha representado un papel importante ai exponer algunas de las concepciones de Simmel a Ja consideración de ios estudiantes norteamericanos en años

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recientes a través de su adaptación de la obra de Leopold von Wiese, quien en Alemania sucedió a Simmel como el exponente más descacado de la sociología formalista (véase capítulo 21). Pocos estarán hoy de acuerdo con cj propósito de Simmel de confinar la sociología al esrudio de las formas sociales, y el mismo Simmel fue un conspicuo transgresor de ese principio. No obstante, el estudio sistemático de Jas formas sociales como tales contribuyó de modo importante al desarrollo de la teoría sociológica abstracta. Tarde Gabriel Tarde (1843-1904) nació en Sarlar, en el sur de Francia. Fue alumno de los jesuítas y estudió derecho en Toulouse y en París. Durante veinticinco años fue juez de instrucción2 Este cargo le ofreció muchos casos que investigar y le dejó tiempo bastante para meditar y escribir. En el decenio de los 1880 comenzó una serie de artículos muy interesantes. En 1894 fue trasladado a París y en 1900 fue nombrado profesor de filosofía moral en 3a Sorbona. Entre sus obras sociológicas más importantes se cuentan Las leyes de la imitación (1890), Lógica social (1894), La oposición universal (1897) y Las leyes sociales (1898), breve resumen de los tres libros anteriores. La teoría sociológica de Tarde gira en torno del proceso de la imitación. La. importancia de la imitación en la vida social había sido señalada por Bagehot muchos años antes que Tarde; mas parece que Tarde no conocía al autor inglés, pero reconocía su deuda con el gran matemático francés A. Cournot {1801-77), de quien aprendió la significación de la recurrencía de los fenómenos y la importancia que tiene el medirlos y contarlos. En una de sus obras había afirmado Cournot que en rodos los fenómenos de la vida hay una tendencia manifiesta a la imitación, a la repetición de actos análogos, (Tarde no mencionó un tratado que apareció tres años antes que sus Leyes de la imitación, titulado La vida de las sociedades, de Bourdier, donde aparece esta frase; "Como la difusión en una mezcla gaseosa tiende a equilibrar el volumen de los gases, así la Imitación tiende a equilibrar el ambiente social",) En todo el dominio de la investigación científica —decía Tarde— persisten tres grandes procesos: repetición, oposición, adaptación. To2 El rrimiAil. licnt

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das Jas semejanzas se deben a Ja repetición, que para Tarde es una ley cósmica casi en el mismo sentido en que la evolución lo era para Spencer. La repetición aparece en varias formas. En el mundo físico es ondulación; en el mundo biológico es herencia; y en la esfera psíquica y social la forma de la repetición es la imitación. Todos Jos fenómenos sociales, pueden reducirse en definitiva a h relación enere dos personas, una de las cuales ejerce influencia mental sobre la otra. La sociedad misma empezó cuando el hombre ajustó por primera vez su conducta a la de otro, Pero, ¿por qué un hombre es modelo de otro? Tarde contestó citando el estímalo de variación, consecuencia de la iniciativa o invención individualInvención-imitación es el esquema básico del proceso social. La invención supone siempre algún elemento de variación o cambio, habitualmente es una asociación creadora de elementos ya existentes o una fructuosa combinación de repeticiones (o de imitaciones de invenciones anteriores); pero este último caso puede reducirse al primero. El lempo de las invenciones efectuadas en una sociedad es afectado por la dificultad relativa de combinar ideas, por el nivel de la habilidad mental innata de sus individuos y por las condiciones sociales que pueden ser favorables o desfavorables a las invenciones. Laimjtacióp, pues, es un proceso mediante el cual es socialmeate adoptada una invención. Y la sociedades un grupo Ae hombres capaces de imitarse unos a otros, o que por lo menos están en posesión de rasgos comunes que vienen a ser copias del mismo modelo. Tarde se esforzó en destacar la importancia de k imitación definiendo su carácter en cuatro esferas: filosóficamente, la imitación es un caso del tipo universal de repetición; neurológicamente, k imitación es una función de la memoria; psicológicamente, k imitación se reduce a sugestión (en una ocasión dice Tarde que k imitación es una especie de sonambulismo); sociológicamente, ks kyes de la imitación resuelven el problema de por qué, por ejemplo, de cien invenciones son adoptadas diez y rechazadas las otras. Entre las leyes lógicas de k imitación figuran las proposiciones según ks cuales los individuos imitan un determinado modelo porque piensan que es más útil o que está más de acuerdo con otros previamente establecidos, y k imitación de los modelos se propaga del centro a la periferia de una sociedad; pero en ese proceso los modelos son modificados por la refracción de los medios, exactamente como los rayos de luz que pasan del aire al agua. Las leyes ¡lógicas comprenden ks síguien

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tes generalizaciones; los modelos subjetivos (ideas) son imitados antes que los objetivos; Jos ejemplos dados por personas o grupos superiores prevalecen sobre los dados por personas o grupos inferiores; unas veces prevalece como modelo el pasado y otras veces el presente, lo cual, en la terminología de hoy, equivale a decir que unas veces prevalece la costumbre (imitación del pasado) y otras la moda (imitación de modelos nuevos). La teoría de la imitación de Tarde, como lo indican estos ejemplos, contiene elementos que han entrado a formar parte de la teoría sociológica contemporánea; pero algunas de sus opiniones son inaceptables hoy, en especial la primera de sus leyes ilógicas; y a otras hay que ponerles algunas limitaciones, como su pretcnsión de que los modelos superiores son necesariamente más influyentes que los inferiores. Menos sugestivo es el estudio que Tarde hace de la oposición, y la adaptación. La oposición aparece aquí una vez más como una especie de ley cósmica, supuestamente discerniblc en matemáticas, física, biología, psicología y sociología. La oposición se manifiesta en dos formas. La oposicjóO-dc ctmflkto es el encuentro de dos ondas antitéticas de imitación, discernióle en la guerra, en la competencia y en la polémica. La guerra, a la cual se recurre cuando la oposición es toral, tiende a desaparecer, opinión optimista común en los tiempos de Tarde. La competencia caracteriza a la actividad económica, mientras que la oposición verbal de la polémica prevalece en la religión, en la jurisprudencia y en la ciencia. La oposición deritmo, segunda forma de Tarde, es la tendencia de fos fenómenos sociales a fluctuar periódicamente. Ejemplos de esto son las ondas de inmigración y de delincuencia, la alternativa de prosperidad y depresión, la aparición y la caída de los imperios y de las civilizaciones. El concepto que sustenta Tarde del conflicto y del ritmo como mecas formas diferentes del mismo proceso de oposición es sumamente discutible, ú pensarnos en que esos dos aspectos de la vida social parecen tener muy poco en común. La adaptación se manifiesta en la ley de la agregación, end_des: cubrimiento de un nuevo equilibrio después do la oposición. La adap-taHoiT~ér^rííí^dída^or uñ estado de cosas prelógico y después por otro lógico; durante el primero, las invenciones no tienen relación entre sí y la situación es caótica; durante el segundo, las invenciones se contradicen entre sí y ya se riñen duelos lógicos o ya se opera Ja unión de las invenciones antagónicas. En todo caso, se suprime la discordancia y se constituye un nuevo sistema. Cada nueva adaptación

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es una invención, de suerte que el proceso se repite indefinidamente. En esto se manifiesta inequívocamente la influencia de HegeL La adaptación es un movimiento que selecciona un pequeño número de realizaciones de entre un gran grupo de posibilidades. Es un movimiento que, en general, no es reversible, pero no tiene una meta visible. No obstante, es manifiesta una tendencia. La evolución de los hechos sociales —aquí Tarde se sometía al evolucionismo de su tiempo-consiste en su paso gradual de un número muy grande de fenómenos muy pequeños a un número menor de grandes fenómenos. Como culminación de este proceso puede preverse el nacimiento de una civilización única y universal. Tarde no llegó a darse cuenta de lo que implicaba esta teoría de la imitación. En efecto, él construyó una herramienta para demoler el evolucionismo. Porque los evolucionistas, como se recordará, consideraban las analogías entre sociedades diferentes como un argumento decisivo a favor de su teoría. Esas analogías podían explicarse ahora por la imitación; y los principios de la imitación podían ser la base para la aparición de una teoría general de h difusión de la cultura (véase capiculo 18). Tarde influyó en la sociología de varias maneras. La sociología norteamericana, experimentó su influjo a través de los escritos de Ross y otros. Sus ideas se incorporaron a la etnología moderna, y de ésta pasaron a Ja sociología actual. La importancia que concedía a la imitación como proceso individual, lo puso en frente de Durkheím, quien enseñaba que la coacción social es el aspecto básico de la realidad social. Jarcio retrospectivo de las primeras teorías analíticas El examen de las teorías de los tres iniciadores de la sociología analítica revela que cada uno de ellos ha contribuido de manera importante a la teoría sociológica moderna. Toennies inauguró el estudio de tipos fundamentales de grupos sociales y sugirió un sistema para clasificarlos. Simmel inició el estudio de tipos "de procesos sociales ral como se revelan en la acción recíproca entre los individuos, y muchos de sus enunciados aún no han sido superados. Tarde fue el primero en proporcionar, según muchos pensadores, una sólida base para una teoría de los cambios sociales y culturales. Pero en aquellos días apenas se advirtió la importancia de esos esfuerzos como preparación del camino para una teoría sociológica

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sistemática, basada en la investigación empírica. En realidad, los iniciadores de la sociología analítica discrepaban entre sí, como habían discrepado los representantes de las diversas tendencias del evolucionismo. Aún no estaban maduros los tiempos para 3a obra de estructurar una teoría geueral de la sociedad y de los cambios sociales.

C APÍTULO 9 ÉMILE DURKHEIM Émile Durkheim (1853-1917) nadó en Épínal, Lorena, en la frontera nordeste de Francia, de padres judíos. Es probable que el haber nacido en ía parte más nacionalista de Francia, su temprano contacto con los desastres de la guerra franco-prusiana, y su identificación con la minoría judía, tan fuertemente coherente, hayan contribuido a interesarlo en el estudio de la solidaridad de grupo. Después de haberse graduado en la Escuela Normal Superior, de París, Durkheim viajó por Alemania estudiando economía, folklore y antropología cultural. Fue nombrado profesor de la universidad de Burdeos en 18S7, y en 1902 pasó a la de París. En 1896 fundó el Année sociologique, que durante muchos años fue la principal revista sociológica de Francia. Durkheim reconocía a Comte como su maestro. De él tomó Durkheim el interés positivista por el empirismo y la importancia del grupo en la determinación de la conducta humana. Estudio de los hechos sociales El núcleo del punto de vista de Durkheim se califica a veces de realismo social, en el sentido de que atribuía realidad social definitiva al grupo y no al individuo. En este respecto, las opiniones de Durkheim eran análogas a las de Gumplowicz (aunque probablemente no estaba familiarizado con las obras de éste). Su teoría era diametral-mente opuesta al individualismo y el nominalismo de Spencer, pues Durkheim sostenía que los hechos sociales no pueden reducirse a hechos jndiyiduales. ¿Qué es, pues, nn hecho social? Llamar así a todo acontecimiento relacionado con la sociedad o que renga importancia social es emplear esa expresión sin claridad ni provecho. Piensa Durkheim que en la vida social hay algunos hechos inexplicables por el análisis físico o psicológico; hay mgn£ras-de_acmar, de pensar y de sentir que son externas al individuo y que ^poseen el poder de ejercer coacción sobre él. Entre los ejemplos figuran las máximas de moral pública, las observancias familiares y religiosas, las reglas de la conducta profesional. Esas realidades son. los hechos sociales de Durkheim que constituyen ei dominio propio del estudio sociológico. Los hechos 141

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sociales existen como corrientes sociales aun en ausencia de toda organización social claramente definida, como ocurre con las oleadas de entusiasmo o de indignación que se apoderan de los individuos de una muchedumbre. Esas corrientes son verdaderamente sociales, porque tienen realidad objetiva y una acción coercitiva sobre el individuo. Los fenómenos sociales hunden sus raíces en los aspectos colectivos de Jas creencias y Jas prácticas de un grupo. La universalidad no es el rasgo distintivo de los hechos sociales; una idea que está en todas las conciencias individuales no'por eso es social. Porque existe una diferencia importante entre esos dos órdenes de hechos, individuales y sociales: cierros modos de obrar y de pensar, ejecutados repetidamente, se cristalizan como patrones, diferencia bles de ios sucesos particulares que los reflejan. Durkheim advierte que esos patrones (hechos sociales) adquieren así un cuerpo, una forma tangible, y constituyen una realidad por derecho propio, aparte de sus manifestaciones particulares en los individuos. Estas últimas representan fenómenos sociales sólo en un sentido muy restringido de la palabra social. Peto como las manifestaciones individuales pertenecen a ambos órdenes de hechos, puede llamárseles propiamente socio-psicológicos. Los sucesos individuales, tales como un caso particular de suicidio, en contraste con el promedio de suicidios en un grupo, interesan al sociólogo sólo indirectamente. Así, pues, para Durkheim la sociología es e] estudio de los hechos sociales. Además, es un estudio cuya naturaleza está determinada en parte por su misma materia. Porque los hechos jocjales pueden descubrirse de dos maneras: primero, por su poder de coacción sobre los individuos, evidenciado con frecuencia en las sanciones aplicadas a diversos tipos de conducta; y segundo, por sn_ difusión general dentro del grupo. Durkheim advierte que Ja imitación no es en realidad un hecho social, como pretendía Tarde, pues es un proceso individual que, aunque tiene consecuencias sociales, no obstante está localizado en el individuo como tal. La imitación posee generalidad, indudablemente; pero no es obligatoria y, por lo tanto, no es social. Por otra parte, las instituciones, cuando se las considera como creencias y modos de conducta establecidos por la vida colectiva del grupo, son verdaderos hechos sociales, puesto que tienen una existencia externa independiente del individuo y lo coaccionan- Por lo canto, la sociología —dice Durkheim— puede ser definida como la ciencia de las instituciones, de su génesis y funcionamiento. Según Durkheim, los hechos sociales deben ser tratados como co

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sas. Observa que anteriormente la sociología había tratado más o menos exclusivamente con. conceptos, no con tosas.jComte y Spencer, por ejemplo, dedicaron grandes paites de sus escritos a estudiar el curso del progreso humano; pero el progreso es una concepción mental y no un hecho que pueda ser comprobado por la investigación empírica. Para Durkheim una cosa difiere de una ¡dea conceptual del mismo modo que lo que conocemos desde fuera difiere de lo que conocemos desde dentro. Según Durkheim, "las cosas incluyen todosi los objetos de conocimiento que no pueden ser concebidos por pura] actividad mental, los que exigen para su concepción datos exteriores* a la mente, procedentes de observaciones y experimentos, los que sel) forman desde los rasgos más externos e inmediatamente accesibles has-f' ta lo menos visible y más profundo".1 Durkheim insiste en que el estudio de los hechos sociales no puede confiarse al discutible método de la introspección. Nadie puede estar seguro de que las ideas de las cosas corresponden a las cosas mismas. El sociólogo debe buscar la objetividad: cuando estudia ía sociedad debe suponer, como el naturalista, que quizás esta entrando en el reino de lo desconocido y lo inexplorado. Al principio de su investigación, debe acercarse a los hechos observando los fenómenos suficientemente externos para ser inmediatamente visibles, tales como la afiliación religiosa, la situación marital, el índice de suicidios, la ocupación económica, y así sucesivamente. Pero esos fenómenos fácilmente dis-cemibles, dice Durkheim (y trató de demostrarlo en estudios acerca del suicidio y de la religión, como se dirá más abajo), un análisis más penetrante muestra que son reflejos de circunstancias sociales más fundamentales. Así, por ejemplo, los índices del suicidio pueden reflejar el grado de solidaridad social en diferentes tipos de grupos. Los hechos sociales no son producto de voluntades humanas individuales y por lo tanto no pueden ser descubiertos por Ja investigación psicológica. Los hechos sociales son exteriores al individuo y, al mismo tiempo, moldean las acciones humanas de un modo inevitable y significativo*,En consecuencia, los hechos de la vida individual y de la vida colectiva se relacionan entre sí, pero no son coincídentes, Durk- -heim acude a una situación paralela: una célula viva está formada por elementos químicos, pero 3a vida característica de la célula es distinta de esos elementos y exterior a ellos. Así también en toda sociedad humana: cada una se distingue por hechos sociales diferentes de sus miembros individuales y externos a ellos. Los hechos sociales, 1 Tomado de ia 2* td. en inglés de Lar regLu del método sociológico, p. XIV.

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por lo tanto, difieren cual ¡cativamente de los hechos psicológicos y su estudio representa un nivel distinto de análisis, punto éste que desarrollaremos más abajo, al estudiar la metodología de Durkheim. Fuerzas colectivas en la vida social El modo como Durkheim trata los hechos sociales esrá estrechamente relacionado con sus varios estudios sobre la conciencia colectiva. Algunos elementos de ambos sentidos, el mental y el moral, están manifiestos en sus dilatados esfuerzos para aclarar las funciones de las fuerzas colectivas en la vida social. Algunos intérpretes de Durkheim le han atribuido la concepción de una mente colectiva como realidad objetiva —posición insostenible desde el punto de vista de la ciencia social moderna—, y la terminología de Durkheim y muchas de sus afirmaciones justifican esta interpretación. Pero otros pretenden que esta forma extrema de realismo social no entraba en la intención de Durkheim y que su análisis de los fenómenos colectivos mentales y morales se acerca en muchos respectos al concepto moderno del papel de ia cultura en la vida social. Desarrolló ese análisis (asi como otros problemas) en todas sus obras más importantes. La división del trabajo en la sociedad (1893), primera obra de Durkheim sobre sociología, es un estudio clásico sobre la solidaridad social. En la primera parte de esta obra los fenómenos sociales en general son tratados como consecuencias de la división del trabajo en sociedad, que es considerada como una variable independiente. El estudio hace uso muy extenso de material tomado del derecho, aspecto de la vida social que Durkheim consideraba no sólo fácilmente observable, sino también la forma más organizada de coacción social. Comparando las sociedades arcaicas y las adelantadas, encuentra Durkheim que las primeras se caracterizan por la solidaridad mecánica y las segundas por ia solidaridad orgánica. La solidaridad mecánica tiene sus raíces en la similarfdad de los miembros individuales de una sociedad, y la solidaridad orgánica en su disímüaridad. Esta distinción es análoga al concepto que Spencer tenía de la evolución como paso de ia homogeneidad a la heterogeneidad. Pero la evolución no es el punto central del libro de Durkheim. El contraste entre los dos tipos de sociedad, mecánico y orgánico, sirve como de fondo para el estudio de Tos fenómenos colectivos. En las sociedades donde la solidaridad es mecánica, hay fuertes estados de conciencia colectiva, la cual es definida, en este primer libro,

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como la suma total de creencias y sentimientos comunes al término medio de los individuos de ia sociedad y que por sí mismos forman un sisrema. La conciencia común posee una realidad distinta, porque persiste en el tiempo y sirve para unir las generaciones. La conciencia colectiva vive, ciertamente, en los individuos y medíante ellos, pero como es producto de similitudes humanas, su fuerza e independencia son mayores cuanto más pronunciadas son las analogías entre los individuos de la sociedad. Esta situación prevalece en la sociedad arcaica, que se distingue por la solidaridad mecánica; la conciencia común casi cubre por completo la mentalidad y la moral individuales. Pero en cada individuo hay dos conciencias: una compartida con el grupo (es decir, "la sociedad viviendo en nosotros", concepción muy parecida a La actual de la ínternalización de la cultura); otra, peculiar al individuo. Pero en condiciones en que prevalece la solidaridad mecánica, la superior potencia de las fuerzas colectivas es indicada, por las reacciones drásticas contra las violaciones de las instituciones del grupo. Aquí la coacción social se expresa del modo más decisivo en hs leyes represivas, severas, penales, que sirven para conservar la solidaridad mecánica. La solidaridad orgánica aparece cuando se desarrolla la división del trabajo social. La división del trabajo y las consiguientes disimilitudes entre los hombres producen una interdependencia creciente en la sociedad, y la interdependencia se refleja en la mentalidad y en la moral humanas, y en el hecho de la solidaridad orgánica misma. Al aumentar ésta última, disminuye la importancia de la conciencia colectiva. Así, el derecho penal sostenido por sanciones represivas tiende a ser reemplazado por el derecho civil y administrativo, que exige ia restitución de la justicia más bien que castigo. (Sobre la base de las pruebas, esta idea de Durkheim, que sigue el estilo evolucionista, es muy discutible.) Las sociedades avanzadas, que se distinguen cada vez más por la solidaridad orgánica, representan, según se sigue de lo anterior, el progreso moral que destaca los valores superiores de la igualdad, la libertad, la fraternidad y la justicia. Los contratos, por ejemplo, adquieren primordial importancia. Pero los contratos —dice Durkheim— no significan eliminación de la coacción, porque contienen elementos predeterminados que no son negociados por las partes y que existen con anterioridad a los acuerdos contractuales mismos e independientemente de ellos. (Los actuales contratos de trabajo son un buen ejemplo de lo que dice Durkheim: en gran medida, es Ja ley, y no las pntes contratantes, la que decide lo relativo a jornada

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de trabajo, salarios y condiciones materiales del trabajo.) Así, pues, aun en IJS sociedades basadas en la solidaridad orgánica, la coacción social sigue desempeñando un papel importante. Debe recordarse, en este respecto, que cuando fue escrita La división del trabajo en la sociedad estaba relativamente poco desabollado el análisis de las limitaciones sociales a la libertad individual. Esta ha sido una de las mayores aportaciones de Durkheim. La segunda parte del libro de Durkheim trata de las causas de la creciente división del trabajo, y subraya el papel clave, ral como él lo veía, de la densidad creciente de la población. Este estudio, ahora anticuado en gran paité, apotra poco a la teoría sociológica. Las reglas del método sociológico (1895), segunda de las obras principales de Durkheim, presenta un nuevo concepto de la conciencia colectiva. Aquí sostiene Durkheim que la agregación, la interpenetración y la fusión de las mentalidades individuales engendra una especie de unidad psíquica perfectamente distinguible de los individuos. Este producto colectivo no debe identificarse con la suma de sus parres: el grupo piensa, siente y obra de un modo totalmente dife-- rente que los individuos que lo componen. Por consiguiente, el análisis de la conducta del grupo debe empezar con el estudio de los fenómenos colectivos, no de los individuales. De ahí se sigue que no hay más continuidad entre la psicología y la sociología que entre la biología y la psicología. La sociología tiene su propia y exclusiva materia: el grupo, una realidad sui generis, y por lo tanto sus propios métodos. Los hechos sociales no pueden explicarse a base de procesos psíquicos individuales, porque estos últimos no producen por si mismos representaciones, emociones ni otras tendencias colectivas del grupo. Esos fenómenos colectivos, por el contrario, ejercen fuerte presión sobre los individuos; consecuencias de esa presión, que pueden no percibir los individuos, son los atributos comunes a los miembros individuales del grupo. Este colindado aparece en Las reglas del método sociológico, en uno de sus aspectos, como una inversión de la actitud asumida por Durkheim en La división del trabajo en la sociedad. Aquí se dice que la conciencia colectiva está compuesta de las r^r-^tf^r.,^ y <¡fn\ppme del hombre medio que forma la mayoría de un grupo. En £*f reglas del método sociológico, las analogías mentales y emocionales de la mayoría nacen de la presión que ejerce sobre cada uno de ellos ¿1 conciencia colee tí va-. La extensa monografía de Durkheim sobre El suicidio (1.897) con

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tiene, a veces en la forma más aguda posible, la teoría de la coacción social, que está estrechamente relacionada con sus opiniones sobre Ja conciencia colectiva. Aceptando Ja idea de Quételet según la cual Jas técnicas cuantitativas son útiles, si no esenciales, en la ciencia social, Durkheim investigó cuidadosamente (y con notable ingenio estadístico para aquel tiempo) los índices del suicidio en diferentes segmentos de la población europea. Emplea su extenso análisis estadístico para dos fines: primero, para refutar las teorías que pretenden explicar las variaciones de grupo en el número de suicidios a base de factores psicológicos, biológicos ("raciales"), genéricos, climáticos o geográficos, en lo que tuvo éxito notable; y segundo, para apoyar con pruebas empíricas su propia explicación teórica sociológica. En este segundo aspecto, Durkheim llegó a la conclusión de que los diferentes índices de suicidios (en cuanto distintos de los casos individuales, problema para la psicología) son consecuencia de diferencias en la estructura social, especialmente de diferencias en el grado y tipo de solidaridad social. Así, el suicidio egoísta, producto de una integración de grupo relativamente débil, prevalece en aquellos grupos en que es manifiesta ía falta de cohesión social, por ejemplo, entre los célibes y los protestantes; y el suicidio anómico, inducido por el trastorno de las normas sociales, es estimulado por los cambios súbitos característicos de Jos tiempos modernos. Dtirkheím también mostró claramente que la solidaridad social puede inducir aí suicidíc, como lo revela su tercer tipo, el suicidio altruista, que se manifiesta, por ejemplo, en índices elevados en ciertas sociedades primitivas y en algunos ejércitos modernos. Este breve esbozo de algunos de sus hallazgos hace poca justicia a El suicidio, citado con frecuencia como un hito fundamental en el estudio de la sociedad y en el que la teoría conceptual y la investigación empírica se unen de un modo imponente. Pero infortunadamente, en esa misma obra despliega Durkheim una forma extrema de realismo sociológico. Habla de corrientes suicidas como tendencias colectivas que dominan a los individuos y, por así decirlo, los arrastran (o más bien a algunos de ellos, a los más susceptibles) en su oleada. Así, el aero del suicidio es interpretado a veces como un producto de esas corrientes. Hay que recordar que la mayor importancia de El suicidio está en que demostró la función de la teoría sociológica en la ciencia empírica. Representaciones colectivas e individuales (1899), en que la conciencia común es considerada como un producto esencialmente socio-psicológico de la interacción humana, añade poco a los estudios ante

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riores de Durkheim. Sin embargo, esta obra indica una tendencia bilateral del pensamiento de Durkheim que persistió en todo el resto de su carrera: de una parte, un concepto cada vez mis idealista del grupo social; de la otra, la especulación sobre el origen social o de grupo Je la moral, de los valores, de la religión y de la ciencia. Ambas tendencias son evidentes en Juicios de realidad y juicios de valor < 191 1 ) - En esta obra relaciona Durkheim h conciencia colectiva con los ideales sociales, y sostiene que los conecta un proceso recíproco: las ideas sociales dan nacimiento a la conciencia colectiva, y ésta, a su vez, genera ideales sociales. Los ideales nacen de la realidad, ciertamente, pero van mucho más allá de ella; la concepción que se forja el hombre de tina sociedad ideal, forma parte de una realidad social y por lo tanto requiere estudio sociológico. La religión, el derecho, la moral y la economía —considerados por Durkheim como los sistemas sociales mis importantes—- son al mismo tiempo sistemas de valores y de ideales. Los ideales sociales constituyen la conciencia colectiva tal como existe, independientemente de las concepciones individuales, mientras que los valores son. manifestaciones de la conciencia común en [os individuos mismos. Esras opiniones ilustran la nueva fase del pensamiento de Durkheim. La conciencia colectiva parece ser trasladada del nivel de la psicología del grupo al mundo de fas ¡deas, y proporciona el contenido mismo de las ideas de los individuos. En esta obra se percibe claramente el tono, si no 3a intención, de ia filosofía idealista, especialmente hegefiana, que había impresionado a Durkheim en su juventud. Interpretación social de la religión En Las formas elementales de la vida religiosa (1912), última de sus obras principales, Durkheim lleva su análisis de las fuerzas colectivas o de grupo al esrudio de la religión en sus manifestaciones más elementales. AI principio de la obra dice: "En este libro nos proponemos estudiar la religión más primitiva y simple actualmenre conocida. . . encontrada en una sociedad cuya organización no es superada en sencillez por ninguna orra". Escogió, para estudiarlos intensamente, aunque de segunda mano, a los arunta, una tribu australiana. La elección se basó en parte en la suposición de que los arunta representan una fase remota del desarrollo evolutivo; pero Durkheim quería también estudiar un caso en el que pudiera captarse la sociedad en conjunto y en el que ios rasgos internos y las interconexiones institucionales fuesen experimentalmente observables.

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Orros investigadores habían buscado la forma más elemental de religión. Spencer y Tylor, por ejemplo, la habían hallado en el animismo o culto de los espíritus en hs sociedades primitivas; Max Müller (1823-1900) la identificó con el naturismo o culto de las fuerzas de la naturaleza. Pero Durkheim rechazó esas teorías porque desconocen La diferencia clave y universal entre lo sagrado y lo profano (distinción que estudiaremos más abajo) y porque explican la religión interpretándola como una ilusión sin fundamento en el mundo de la realidad, Durkheim, por d contrarío, tomó el totemismo imperante entre los arunra como la forma más simple de religión. El totemismo se refiere a la creencia implícita en una fuerza o principio misterioso (o sagrado), que impone sanciones por las violaciones de los tabús, que inculca obligaciones morales en el grupo y que anima al tótem mismo. Este último, en forma de un animal, una planta o un objeto natural, es un. símbolo a la vez del principio totémico sagrado y dd grupo (clan). Ia vida de ios arunta estaba claramente dividida en las actividades seculares de pequeños grupos diseminados (uniformes, languideccntcs, insulsas) y las reuniones colectivas, periódicas y sagradas, del clan, señaladas por la exaltación, la euforia del grupo y hasta por la infracción de los tabús. Durkheim considera estas actividades colectivas como ia cuna de los sentimientos y las ideas religiosas. Dd estudio de este caso elemental desarrolla Durkheim sus tesis fundamentales: que la vida del grupo es la fuente generadora o causa eficiente de la religión; que las ideas y las prácticas religiosas se refieren al grupo social o lo simbolizan; que la distinción eotre sagrado y profano es universal y tiene consecuencias importantes para la vida social en su conjunto. Lo sagrado, para Durkheim, se refiere a cosas puestas a un lado por ci hombre, entre ellas las creencias religiosas, los ritos, ¡as deidades, t> todo lo socialmentc definido como cosa que requiere un tratamiento religioso. Dice Durkheim: "El circulo de los objetos sagrados no puede, pues, ser determinado de una vez para siempre. Su extensión varía infinitamente, según las diferentes religiones". La significación de lo sagrado reside en el hecho de su distinción de lo profano: "La cosa sagrada es por excelencia aquella que el profano no debe tocar ni puede tocar impunemente". El hombre hace siempre esta distinción, por diferentes que sean sus designaciones de los dos órdenes en diferentes tiempos y lugares. La participación en el orden sagrado, por ejemplo en ritos y ceremonias, da un prestigio social especial, con lo

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que muestra una de ias funciones sociales de la religión. La religión en sí misma puede definirse como un sistema unificado de creencias y de prácticas relativas a las cosas sagradas. Las creencias y las prácticas sagradas unifican al pueblo en una comunidad mora! (una iglesia en el sentido más general), participación colectiva en unas creencias que a su vez es esencial para el desarrollo de la religión. "¿A qué se refieren los símbolos sagrados de las creencias y las prácticas religiosas?", pregunta Durkheim. Advirtiendo que deforman la realidad empírica, dice que no pueden referirse al medio exterior nt a la naturaleza humana individual, sino sólo a la realidad moral de la sociedad. La fuente y el objeto de la religión es la vida colectiva; lo sagrado es, en el fondo, ia sociedad personificada. Esta explicación sociológica secular de la religión (en la que Durkheim ignora crasamente la naturaleza no empírica de la religión) se apoya en estudios sobre la analogía de las actitudes humanas hacia Dios y hacia Ja sociedad: ambas cosas inspiran la sensación de divinidad; ambas poseen autoridad moral y estimulan la devoción, el auto-sacrificio y ]a conducta individual excepcional. El individuo que se siente dependiente de un poder moral externo no es, por lo tanto, víctima de una alucinación, sino miembro de una sociedad a ia cual responde. Durkheim concluye que Ta función esencial de la religión es la creación, el refuerzo y ía conservación de la solidaridad social. Mientras haya sociedad habrá religión. Las formas deméntales de la vida religiosa comprende, además del análisis de la religión, los comienzos de una explicación análoga de las formas básicas de clasificación y de las categorías fundamentales del pensamiento mismo, en que Durkheim halla esas represen-raciones colectivas enraizadas cambien en la vida del grupo. No podemos seguir a Durkheim en la aventura de la determinación social de ia clasificación y de las categorías, pero debe advertirse que esta exploración especulativa llevó francamente a Durkheim al campo de la sociología del conocimiento, en la actualidad importante seórión del estudio sociológico. Aportaciones a la metodología Durkheim se dio muy agudamente cuenta de que Ja mayor parre de los anteriores teóricos de la sociedad habían descuidado mucho el problema del método apropiado para analizar los fenómenos sociales. Es cierto que Comte había tratado del método, pero en términos

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generales y para subrayar ia necesidad de un enfoque positivista. Y El estudio de la sociología, de Spencer, al exponer las posibilidades y las dificultades de la sociología científica, sólo vagamente trata de los métodos que debieran usarse en la nueva disciplina. Al hablar de las fuerzas colectivas en la vi^a social (véase p. 146) nos referimos a Las reglas del método sociológico. Aunque este libro está dedicado especialmente a problemas metodológicos, hay aportaciones valiosas de Durkheim sobre este asunto dispersas a través de todas sus obras principales. En gran parte, la metodología de Durkheíni consiste en la formulación de reglas para escoger hechos sociales como materia de estudio. Ante todo, para observar hechos sociales hay que eliminar radical-Jüente los prejuicios. El sociólogo tiene que emanciparse de las ideas fabos que dominan el pensamiento del profano. Como dice Durkheim, "debe arrojar, de una vez y para siempre, el yugo de esas categorías empíricas que, por una larga costumbre, se han hecho tiránicas". En segundo lugar, la materia de toda investigación sociológica debe comprender un grupo de fenómenos definidos de antemano pot ciertas características externas comunes. Es decir, el investigador debe ocuparse en hechos socíalrs cuya existencia puede inferir de sus aspectos exteriores. En tercer lugar, el investigador debe considerar los hechos sociales como independientes de sus manifestaciones individuales. Debe ir más allá de los hechos individuales y buscar la base permanente de las costumbres colectivas; debe estudiar las normas como tales —por ejemplo, los preceptos legales, las reglas morales y las convenciones sociales— en su propia y permanente existencia. \zs principal regla de Durkheim se deriva de esra independencia de Jos hechos sociales. Puesto que todas las explicaciones de los hechos sociales desde un punto de vista psicológico no explican el efecto coercitivo fundamental que los fenómenos sociales reates ejercen sobre la vida humana, la explicación de la vida social hay que buscarla en la sociedad misma. La sociedad no es una mera suma de individuos, sinoj un sistema formado por Ja asociación de individuos, una realidad es- ■ pecífica (y emergente) que tiene sus propias características. Por consiguiente —concluye Durkheim—-, siempre que un fenómeno SO- " cía! es explicado como producto directo de un proceso psicológico. Ja explicación es falsa. La fuente de toda obligación está fuera dei Individuo; piedad filial, amor, devoción religiosa, lealtad marital. Éstos y otros sentimientos que nacen de la vida social son considerados frecuentemente como causas de hechos sociales, siendo así que en

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realidad son resultado de las presiones de los hechos sociales sobre las conciencias individuales. Puesto que la vida colectiva no se deriva de la vida individual, Durkheim cree que 'Ta causa determinante de un hecho social debe buscarse entre Jos hechos sociales que le han precedido y no en los estados de conciencia del individuo". AI estudiar las reglas para establecer pruebas sociológicas, Durkheim dice que el experimento indirecto (o método comparativo) es el único método adecuado para la sociología. No sirve de nada el concepto del método histórico sustentado por Comte, ya que la mera secuencia del progreso en desarrollo no es prueba de causalidad. La causación es una relación necesaria entre un estado anterior y otro posterior de los fenómenos y sólo puede determinarse por comparación entre los dos estados. Para Durkheim un efecto dado tiene siempre una sola cansa correspondiente. Si, por ejemplo, se encuentra que el suicidio tiene más de una causa, ese hecho señala la existencia de más de un tipo de suicidio. Para explicar un hecho más complejo, tal como la existencia de una institución, en toda especie social dada, el investigador debe comparar sus diferentes formas no sólo entre grupos de aquella especie, sino también en especies precedentes. Para Duridicim la sociología comparativa no es una rama de la disciplina; en cuanto deja de ser meramente descriptiva y trata de explicar los fenómenos sociales, es sociología. Mas para que el procedimiento sea válido, requiere que las sociedades se comparen en el mismo periodo de su desarrollo evolutivo, (En esto Durkheim prueba en parte su propio procedimiento sobre el supuesto de la evolución progresiva de Comte y Spencer, no obstante su opinión relativa a la insuficiencia de la metodología de estos autores,) Pero Durkheim se interesó más aún en señalar los méritos de lo que Mili llamó variaciones concomitantes, método según el cual si a un cambio en una variable (por ejemplo en el promedio de suicidios) lo acompaña otro cambio comparable en otra variable (por ejemplo, la afiliación religiosa), Jos dos cambios pueden ser causalmente relacionados de un retido directo o ligados medíante algún hecho social básico (por ejem-ploh el grado de solidaridad social dd grupo). Gran parte del trabajo empírico del propio Durkheim trata de demostrar relaciones causales con este método comparativo refinado, Pero k relación causal entre hechos sociales no es sino una clase de pesquisa sociológica importante, como lo comprobó Durkheim. Así, formuló un punco de vista funcional para el estudio de los fenómenos sociales, punto de vista de considerable interés para los so

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cíólogos actuales (véanse capítulos 17 y 18). El funcionalismo de Durkheim se opone al método tcleológico, tal como aparece en los escritos de Comee y Spencer, el cual suponía que los hechos sociales están suficientemente explicados cuando se señala Su Utilidad para satisfacer deseos humanos. Pero los deseos mismos cambian, hecho que requiere una explicación sociológica. Y los hechos sociales persisten frecuentemente después de haber perdido su utilidad originaría. Por lo tanto, sostiene Durkheim que, además de investigar la causa eficiente que da lugar a un hecho social, la sociología debe buscar la función social que desempeña. En este punto Durkheim ¿mita a la biología al asignar a la función el significado de una relación de correspondencia entre el hecho estudiado y las necesidades del organismo. En términos sociales, la función de un fenómeno social es la correspondencia entre él y una necesidad general de la sociedad. Por ejemplo, la división del trabajo funciona pata integrar la sociedad moderna, aunque evidentemente no adquirió existencia para desempeñar ese papel ni la función integradora de la división del trabajo beneficia necesariamente al individuo. La tarea del análisis funcional, pues, consiste en hacer ver con claridad cómo las instituciones .yJos demás fenómenos sociales contribuyen a mantener el todo social. La ejecuciórT de esta~ tarea nÍeto3olÓgíca7~segijn Dufkheim, y también según muchos funcionalístas contemporáneos, es esencial para comprender las persistencias y las alteraciones del orden soriai. Tipología social Menos éxito tuvo Durkheim en sus intentos para formular una tipología de Jas sociedades humanas. Sus categorías no difieren mucho de las de Spencer. Entre ia miríada de tipos de sociedades humanas y el concepto de humanidad está el concepto intermedio de la especie social. Durkheim sostiene que esas especies o tipos de sociedades se forman de un modo muy parecido a las especies biológicas, como consecuencias de diversas combinaciones de unidades análogas. Pero advierte dos diferencias importantes entre las especies sociales y las biológicas. Primera, no hay en las especies sociales nada equivalente a la reproducción en la vida animal. Las especies sociales no tienen la fuerza ¡nrerior de la herencia, que conserve su forma en frente de ía presión de los estímulos exteriores. Segunda, las especies sociales son difíciles de descubrir; el intento de descubrir tipos sociales eliminando todas las variantes con frecuencia tiene por resultado una multiplicidad de formas indeterminadas.

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La clasificación que Durkheim hace de las especies sociales descansa sobre el postulado de que las sociedades están compuestas de partes que a su vez son sociedades más sencillas. Este postulado es congruente con las opiniones de Comte y de Spencer, Las sociedades deben clasificarse según su grado de organización. En la base está la sociedad perfectamente simple, especie en la que los individuos están en yuxtaposición atómica. Una vez formulado este concepto de la horda o sociedad uni-segmencaria, puede establecerse toda una serie completa de tipos sociales. Un paso más allá del tipo básico están las sociedades polj-segmeotarias simples, uniones de hordas o clanes, como ciertas tribus íroquesas. Después, en orden de complejidad, vienen las sociedades pol i-segmentarias simplemente compuestas, agregados tales como la confederación hoquesa. Siguen después las sociedades polí-segmcnrales doblemente compuestas, por ejemplo las ciudades-estados. Este ¿mentó de clasificación de tipos de sociedades, aunque representa una tarea que aún acometen los sociólogos, ha tenido poca influencia sobre los investigadores contemporáneos, cosa que no puede decirse de otras aportaciones de Durkheim. Juicio retrospectivo de Durkheim Aunque Durkheim no escribió nunca un tratado de sociología, su teoría es bastante sistemática y ha sido muy sugestiva para sus continuadores en Francia y en otros países, incluidas ciertas figuras contemporáneas importantes de los Estados Unidos. Durkheim dio respuestas claras a los principales problemas de la teoría sociológica. Definió la .sociología como la ciencia de los hechos y de las instituciones sociales. Los hechos sociales, a su vez, fueron estudiados desde d punto de visca de su capacidad como fuerzas coercitivas en la determinación de la conducta humana, o, en términos más modernos, como parte del aparato de control social En este punto, sus estudios sobre la conciencia colectiva, a pesar de sus variaciones, llaman la atención hacia los modos como la interacción y las relaciones sociales influyen significativamente en las actitudes, ideas y sentimientos del individuo. Para Durkheim la realidad de la sociedad precede a la vida individual. Considerada desde Ja superioridad de nuestra posición actual, la obra de Durkheim fue viciada por haber aceptado ciertas teorías evolucionistas. El evolucionismo aparece, por ejemplo, en su teoría del desarrollo desde la solidaridad mecánica hasta la solidaridad orgá

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nica; en suponer fases necesarias en Ta organización social; en la opinión de que las sociedades primitivas con rompo raneas representan etapas primitivas del desarrollo evolutivo. Debe advertirse, sin embargo, que el evolucionismo no dominó ni oscureció el pensamiento de Durkheim. Si hubiera evitado el andamiaje evolucionista, la estructura de su teoría habría perdurado. El modo como Durkheim traca los hechos sociales y la conciencia colectiva combinan verdades sociológicas importantes y opiniones erróneas, si no falaces. Es cierto, desde luego, que los intentos de explicar los fenómenos sociales exclusivamente a base de acciones y motivaciones individuales, tienen que fracasar. Para convertirse en hechos sociales, Jas acciones individuales están sujetas a un proceso análogo al de la composición de fuerzas, en el cual están implícitos principios irreductibles a los principios de la psicología individua]. Por ejemplo, nadie quiere ni planea una depresión económica en gran escala, pero una vez y otras se han producido depresiones por la combinación de numerosas acciones individuales para las que hay miríadas de motivaciones. Muchos fenómenos inesperados y no deseados —crisis económicas, guerras, apatía política, quizás hasta el aumento de los índices de ansiedad neurótica— requieren una interpretación social, no psicológica. Durkheim enseñó bien esta importante lección. Al mismo tiempo, muchas veces, especialmente en los estudios sobre la conciencia colectiva, alcanzó un grado de realismo sociológico que parecía negar por completo la importancia social de Ja volición o de la decisión individuales. La sociedad es real, seguramente; pero también lo es el individuo, y debe recordarse que una y otro están en interacción constante. A la larga, resulra erróneo dar la prioridad a la una o al otro. Pero es indudable que las exageraciones de Dtirkheim representaron un papel positivo en sus aportaciones más importantes a la teoría y el método sociológicos. Demostró convincentemente que Jos hechos sociales son hechos sui generis; destacó vividamente la importancia social y cultural de la división del trabajo; estudió el carácter de muchas de las consecuencias de ía solidaridad social; señaló el papel de la coacción social en esferas de la actividad humana en que no se había descubierto antes. Con Max Weber (véase capítulo 14), atrajo Ja atención de los sociólogos hacia la importancia de los valores y los ideales en la vida social. Se enfrentó con problemas metodológicos complejos y demostró con hechos k necesidad de la investigación empírica para una ciencia de la sociedad.

C APÍTULO 10 EL SUBJETIVISMO RUSO El desarrollo de la sociología rusa es ejemplo de un teorema de k sociología contemporánea: que las opiniones científicas reflejan en gran medida ks circunstancias sociales y culturales. Durante la segunda mitad del siglo xix, las clases superiores de la sociedad rusa se dividían en dos sectores: ía burocracia gobernante, sostenida por la mayoría de ia aristocracia terrateniente; y la intelíigentsia, constituida principalmente por universitarios y profesionales, pero que incluía también minorías importantes de burócratas liberales y de trabajadores sociales pertenecientes a la aristocracia campesina. Ia burocracia gobernante sustentaba una ideología conservadora de la que pueden considerarse muestra fiel las opiniones de Danilevsky (véase capitulo 4), mientras que la intelligentsis se adhería a las ideologías occidentales del liberalismo o del socialismo. AI mismo tiempo, actuaba una presión considerable sobre cada uno de esos grupos para justificar su posición intelectual en un plano teórico. Una respuesta a esa presión tomó la forma de numerosas teorías sociológicas, la mayor parte de las cuales sirvieron para apoyar puntos de vista políticos. Aún merece nuesrra atención un tipo de teoría sociológica: la escuela subjetiva, ía más popular durante muchos años entre la inielligent-sia rosa. Lavrop-Miriot' La escuela subjetiva fue fundada por Piotr L. Lavrov-Mirtov (18231900), noble, oficial de artillería y profesor de matemáticas, que en 18ÓS fue encarcelado por propagar ideas subversivas, desterrado a una provincia remota y finalmente huido a París. La preparación de Lavrov-Mircov en filosofía hegeliana se refleja en su idea de una tríada dialéctica: solidaridad-individuaíidad-progreso. Sostuvo que los individuos de mentalidad critica son los agentes del progreso. Entre sus obras principales figuran Esbozos de filosofía critica (18Ó0), Cartas históricas (1870), Ensayos sobre la historia del pensamiento (1876) y Los problemas de la comprensión de la historia (1898). El principal descubrimiento de Lavrov-Mirtov fue el método subjetivo. Según él, en la sociología y en la historia hay algunas verdades tan inalterables y absolutas como las verdades de las otras ciencias. 156

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Pero en la sociología y en la historia hay otras verdades que no pueden ser descubiertas antes de que lleguen ciertas épocas, porque sólo en cierras épocas están subjetivamente preparados los individuos de una sociedad para comprender cuestiones fundamentales y formular soluciones adecuadas. La historia no se repite; el proceso de la evolución histórica es progresivo, peto sólo subjetivamente puede ser percibido. El subjetivismo científico, pues, es una tendencia selectiva de la historia que debe ponerse en relación con Ta ética y los ideales. Aunque la sociología misma debe ser ideológica, sus metas no pueden postularse a przori, sino que deben derivarse de un estudio Inductivo de la sociedad. Mientras que la historia trata de comprender el progreso en el proceso de la evolución, la sociología es el estudio de la solidaridad de individuos conscientes. El desarrollo de la solidaridad y el desarrollo de la individualidad son procesos paralelos. La solidaridad nace en la sociedad animal. Se manifiesta en las relaciones entre madre e hijos. La solidaridad se perpetúa por la imitación y da nacimiento a [a costumbre, que es uno de sus apoyos más importantes. La individualidad, antítesis de Ja solidaridad, está, no obstante, estrechamente vinculada con ella, de suerte que estos dos elementos sólo pueden separarse por el análisis. Los individuos conscientes son productos del proceso social, y los individuos reciben sus motivaciones, conocimientos y costumbres de la sociedad. Pero como en el funcionamiento del agregado social sólo los individuos desean, deliberan y obran, no es posible ningún desarrollo sin el pensamiento crítico de ios individuos. Pero los individuos con mentalidad crítica son siempre una minoría en comparación con Jas masas. No obstante, la fuerza del pensamiento y la energía de la volición son agentes de determinación histórica. La historia, pues, es en esencia una generalización de biografías individuales. Es preciso reconocer el papel decisivo de la personalidad que el destino ha colocado en el centro de cada época, ya sea un monarca, un demagogo o un profeta. El progreso no es necesariamente un movimiento continuo, pero la participación en él es una obligación moral impuesta al individuo que ha captado su sentido. Es necesaria una teoría del progreso para elaborar un programa de acción. Puesto que el desarrollo de la individualidad y el desarrollo de la solidaridad son ambos esenciales para el progreso, la mejor sociedad sera aquella en que todos [os individuos tengan intereses y convicciones iguales, vivan en las mismas condiciones de cultura y excluyan la lucha por ía existencia. El progreso sólo es posible cuando los individuos que forman la minoría avan

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y.uli saben que sus intereses son idénticos a los intereses de la mayoría. En el curso de la historia rara vez se han movido en esa dirección hx minorías; pero cada generación es responsable de lo que debió de liacer y no hizo. Mikhailovsky El exponente más destacado de fa escuela fue Nikoiai M. Mikhailovsky (1842-1904). Mikhailovsky se graduó en una escuela de minería, y empezó su carrera literaria a los dieciocho años, llegando después a dirigir una de Jas revistas mensuales más importantes de Rusia. Fue un positivista radical, influido por Comte y Mili. Para él, como para otros, el problema básico de la época era la reconciliación de la verdad y Ja justicia. Creía él que la solución de ese problema exigía que la sociología fuera ideológica y que se siguiera el método subjetivo propuesto por Lavrov-Mírtov. Para Mikhailovsky la sociología es Ja ciencia de las relaciones interpersonalei e_ infer-grupalesyüe iasTeTát Iones entre el grupo y el individuo. Aunque re-conocíiTquelos fenómenos sociales"forman uñaclase independiente de acontecimientos, sostenía que la sociología, que estudia esos fenómenos, está estrechamente relacionada con ¡as otras ciencias. La meta principal de la actividad social -—decía Mikhailovsky— es la lucha por la individualidad. En oposición deliberada con Spencer, creía que el progreso consiste en la aproximación gradual al desarrollo integral de cada individuo y se manifiesta en el decrecimiento de la división del trabajo social. Todo lo que retarda el movimiento liacia la integración personal es inmoral e injusto. La lucha por la individualidad es inherente a la situación misma que la naturaleza ha asignado a los seres humanos; entre el individuo y la sociedad hay una lucha incesante. Mirando a su propio tiempo, Mikhailovsky escribió que el trabajador occidental ya no es un individuo independiente, porque lia sido degradado por ía división burguesa del trabajo. El pueblo ruso puede evitar esa degradación conservando las comunidades agrarias. En El héroe y la multitud (1882), obra principal de Mikhailovsky, no se considera al héroe necesariamente como un gran hombre, sino como un hombre cuyo ejemplo mueve a las masas hacia el bien o hacia el mal. Los grandes hombres son ptoductos del mismo ambiente que moldea a la muchedumbre. Los hombres anhelan ideales y siguen fácilmente a quienes, ofreciéndoles ideales, representan el heroísmo.

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Finalmente, el héroe es el hombre que da el primer paso que se esperaba y que será imitado por la multitud. La imitación, ley general de la conducta humana, suele ser inconsciente. Como la conciencia y la voluntad por lo general son débiles, suele predominar la tendencia a la imitación. Lavrov-Mirtov y Mikhailovsky emplearon el concepto de la posibilidad objetiva. En la vída social la persona individual se halla siempre delante de muchas posibilidades objetivas con diferentes probabilidades de realización. Cuál de las posibilidades comprendidas en una situación concreta llegue a realizarse, es cosa determinada por una combinación compleja de circunstancias que sólo rara vez pueden ser plenamente conocidas. En muchas ocasiones Ja insensata confianza en la propicia llegada de la posibilidad deseada induce a los hombres a permanecer inactivos y a confiar en el desarrollo natural de los acontecimientos. Naturalmente, ni los individuos de mentalidad crítica, de que habla Lavrov-Mirtov, ni los héroes de Mikhailovsky cometen ese error. Ynzhakov y Kareyev Las ideas de aquellos dos autores fueron criticadas y modificadas por otros dos miembros de la escuela subjetiva, SergeíN. Yuzhakov ( 18491910) y Níkolai L Kareyev (1851-1930). En sus Estudios sociológicos (1891) declara Yuzhakov que el método subjetivo era inadecuado para la sociología. Sin embargo, sostenía la necesidad de evaluar los desenvolvimientos y procesos sociales sobre la base de un ideal social (que él identificaba con La filosofía moral); sobre esa base, podría construirse una teoría científica de la sociedad. Según él, la escuela rusa, más que sentar Ja necesidad de un método particular, había demostrado un teorema importante: que el desenvolvimiento social es impulsado por personalidades. Es un grave error de la sociología desconocer este teorema. Pero como es una proposición esencial, y no cosa de procedimiento lógico, no constituye una base adecuada para formular un método particular. Kareyev fue el único universitario de la escuela subjetiva, habiendo enseñado en ks universidades de Varsovia y de San Petersburgo. Sos-tenia, como Yuzhakov, que sus predecesores se habían equivocado en una proposición importante: en vez de exponer el método subjetivo debieron estudiar el factor subjetivo de la sociedad. Análogamente, subrayó El papel del individ&Q en la historia (1890), título de una

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de sus obras más importantes. En 1897 publicó Kareyev una valiosa Introducción a la sociología en la que ofrece una revisión sistemática y extraordinariamente inteligente de las teorías sociológicas de su tiempo. Para él Ja sociología era una ciencia nomotetíca que investigaba las leyes generales de la vida social, en contraste con la historia, que, estando limitada a fenómenos concretos, es ideográfica. Kareyev insistió también en que el individuo no es un instrumento pasivo de la historia. Los grandes hombres son los que poseen el talento de planear actividades complejas e inducir a otros a ejecutar esos planes. Definía el progreso como la evolución hacia el ideal social; y definía el ideal social como la elevación gradual de Jas normas de la vida humana y la justa repartición del trabajo entre los hombres. Juicio retrospectivo del subjetivismo Los individuos de la escuela subjetiva rusa concentraron su atención sobre uno de ios problemas básicos de la teoría sociológica: las relaciones entre el individuo y la sociedad. En oposición explícita a Marx y a Spencer, esos sociólogos subrayaron las funciones importantes del individuo en el proceso social. Atribuyeron a los individuos, especialmente a los de tipo más elevado, un papel activo que se identificó con la obligación de contribuir al progreso. Para ellos el progreso era cosa muy diferente de lo que parecía ser para sus colegas los sociólogos de Occidente. El progreso material y la diferenciación social tenían poco interés para ellos. Su ideal común era una sociedad de iguales que permitiera auto-expresarse a cada uno de sus individuos. En ciertos aspectos estos sociólogos anticiparon o desarrollaron ¿deas que llegaron a identificarse con los descubrimientos de otros autores. Así, Lavrov-Mirtov y Mikhailovsky subrayaron el papel del individuo en la vida social y en los cambios sociales quizás antes de que Ward tratase de esa materia. Los dos tusos señalaron la importancia de la imitación muchos años antes que Tarde y trataron de las relaciones entre la ¡miración y la costumbre hacia el mismo tiempo que Bagehot. El principal obstáculo para ser internacionalmcntc conocidos es que escribían en ruso, de suerte que sus relaciones con los sociólogos no rusos era unilateral. Aunque los profesores rusos leían con avidez las obras de sus colegas extranjeros, fuera de Rusia eran muy pocos los sociólogos que podían conocer las manifestaciones rusas de esta disciplina.

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Esta escuela fue perjudicada también por las confusiones relativas al llamado método subjetivo. Mucho tiempo y mucha energía se gastaron en una controversia esencialmente terminológica antes de que el método fuese adarado y corregido por los individuos más jóvenes de la escuela, en especial por Kareyev. Quizás la razón principal del colapso de la escuela fue que hizo a la sociología depender de un ideal social y que exageró la importancia de los juicios de valor como parte intrínseca de la sociología. El subjetivismo no pudo prevalecer contra ks vigorosas demostraciones de Durkheim (véase capítulo 9 ) y de Max Weber (véase capítulo 14) de que los juicios de valor no deben inmiscuirse en el desarrollo de la sociología teórica. Pero otro rasgo de la escuela pudo haber impresionado favorablemente a Jos sociólogos occidentales, a saber, la teoría de las posibilidades objetivas. En la forma más complicada de probabilidad, este concepto reaparece en las enseñanzas de Weber y de otros. La escuela subjetiva rusa no influyó mucho, pues, en el desarrollo de ia sociología; pero mucho de lo que sus miembros dijeron acerca del papel del individuo en la historia o en el proceso social tuvo importancia, y valor para la estructuración de la teoría sociológica. CONCLUSIÓN DE LA TERCERA PARTE

Durante el último cuarto del siglo Xix la sociología estuvo desdichadamente dividida en muchas escuelas grandes y pequeñas. Las diferentes sociologías parecían tener poro de común entre sí, o quizás nada. Por ejemplo, ¿qué opiniones compartieron Loria (para quien la sociología es la ciencia de las relaciones entre la subestructura económica de la sociedad y las manifestaciones jurídicas, morales y políticas de su superestructura) y Simmel (para quien la sociología es la ciencia de las formas de interacción humana) ? En opinión de Simmel la obra de Loria caía fuera del campo de la sociología. Pero en la actualidad esos dos cipos de interés y muchos otros se consideran aspectos legítimos de la teoría sociológica. Había, sin embargo, una teoría, o hasta un dogma, en que comulgaban la mayor parce de Jos que contribuyeron al desarrollo de ia sociología a fines del sigJo XIX; la ¡dea de la evolución. En la mayor parte de las teorías que hemos examinado, la evolución era el concepto clave. Aun los autores que no eran primordialmente evolucionistas en general no rechazaron esa teoría. Los organicistas Schaffle y Worms la mantuvieron expresamente. De ios sociólogos analíticos,

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Toennies subrayó la evolución de la Gemeinschaft a la Geselhchaft; Tarde, una evolución encaminada a la unificación de k humanidad medíante la imitación; y Durkheim, una evolución de k solidaridad mecánica a la solidaridad orgánica con todas sus consecuencias. Sólo Simmel permaneció fuera de k tendencia predominante; pudo ser indiferente aj evolucionismo porque concentró su atención sobre formas invariables de interacción social. Aunque Ja doctrina evolucionista fue un elemento común a la inmensa mayoría de ks teorías de la época, no sirvió para producir una verdadera unidad, porque cada escuela o tendencia particular definía la evolución de un modo completamente diferente. Spencer vivía y trabajaba en ese tiempo, y también estaba viva y activa su concepción cósmica de la evolución. Teoría rival de ésta fue la de los darvinistas sociales, que abandonaron el proceso de diferenciación (fundamental en el pensamiento de Spencer) para destacar los mecanismos de la selección natural y de la supervivencia de los más aptos, ya sean individuos, grupos o normas sociales. Desviación de mayor alcance aun fue el evolucionismo psicológico, representado por la telesis de Ward y la conciencia de calidad de Giddings. Emergía vigorosamente el determinismo económico; el evolucionismo tecnológico, iniciado por los primeros antropólogos, fue estrictamente desarrollado por Veblen; observaciones más o menos accidentales de Comte y de Durkheim fueron convertidas por Coste en un sistema de evolucionismo demográfico; y Novícow realizó el iour-de-force de descubrir una tendencia evolucionista en el mecanismo de k evolución misma. Otros tipos aun de evolucionismo se estructuraron sobre el racismo de Gobineau y el monismo geográfico de Buckle. En contraste con los primeros años de los iniciadores, en que simplemente coexistieron opiniones divergentes, durante este segundo periodo de desarrollo sociológico los diferentes puntos de vista actuaron unos sobre otros. Desgraciadamente, esta acción recíproca entre las diferentes opiniones consistió en su mayor parte en una crítica destructora. Gran parte del esfuerzo de los sociólogos de aquel tiempo fue consagrado al intento de demoler las ideas de los competidores. Los darwínistas sociales pudieron alegrarse de ver su creencia en la importancia fundamental de k lucha por la existencia tan vivamente manifestada en Ja sociología misma. Este bronco antagonismo fue en parre consecuencia de la naturaleza misma de las teorías evolucionistas. Puesto que las teorías eran predominantemente monistas, y afirmaban el papel supremo de un solo factor en k evolución, cada

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autor que deseaba vindicar el factor fundamental elegido por el se esforzaba por demostrar lo absurdo de las explicaciones evolucionistas presentadas por sus rivales. Hoy están olvidadas casi todas esas querellas, absorbidas en la decadencia del evolucionismo en general. La sociología, de fines del siglo xix no se interesó exclusivamente en vindicar el dogma evolucionista. Hubo otras tendencias. Dos escuelas, la organicista y la subjetiva rusa, pasaron de un modo tan completo como el evolucionismo; pero la primera sociología analítica resultó viable y fructífera. La sociología contemporánea no seria lo que es sin las importantes aportaciones de Toennies, Simmel, Tarde y Durkheim. Además, hasta la obra de las escuelas muertas no fue totalmente perdida: se obtuvieron valiosos conocimientos sobre materiales de importancia sociológica como subproductos de una investigación mal orientada. De los opiniones acerca de la naturaleza de Ja sociedad, ha prevalecido la identificación señalada por Simmel de la sociedad con un grupo de hombres que actúan entre sí recíprocamente. También ha prevalecido el teorema de Durkheim según el cual los hechos sociales son hechos sai generis irreductibles a proporciones biológicas o psicológicas (aunque en la actualidad este punto de vista no sea del todo incontrovertible). JLa dicotomía que hace Toennies de los grupos sociales contribuyó a hacer posibles su clasificación científica y la identificación de rasgos comunes a todos los tipos de sociedades. Como contribución al conocimiento del papel de las fuerzas sociales y culturales en la conducta humana, la persistente investigación de Durkheim sobre las funciones de Ja conciencia colectiva fue, en realidad, importante labor de zapa de un iniciador de la sociología actual. Además, ha persistido la importancia concedida por Simmel a la interacción humana como unidad básica para la investigación sociológica. Toennies y Durkheim contribuyeron de manera importante al conocimiento de ía interacción cooperativa. Los darwinistas sociales, aunque exageraron el papel de la lucha, pusieron los cimientos para una reoría científica de la interacción antagonista. Los escritos de Novicow fueron muy útiles para la formulación de una teoría de la lucha; y Sumner llamó la atención hacía la correlación entre la solidaridad dentro de un grupo particular y el antagonismo hacia los otros grupos. A Tarde le corresponde el honor de haber comprendido la gran importancia de la imitación en la vida social. Sin embargo, en los días en que escribía, no se comprendió plenamente la importancia

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de esm idea, en parte a causa de la oposición expresa de Giddings y Durkheim. Se recordará también que alguna parre de las opiniones de Tarde sobre la imitación había sido anticipada por Bagehot y por Jos subjetivistas rusos. Partiendo de premisas diferentes, Sumner, Toennies y Durkheim dieron los primeros pasos de grao alcance en el estudio sociológico del aspecto normativo de la interacción humana. Sumner presentó una explicación dd aspecto transpersonal de las normas sociales; Toennies esbozó un método para clasificar las normas desde un punto de vista sociológico; y Durkheim, empleando el engañoso lenguaje del realismo social, se esforzó en demostrar el papel fundamental de las normas del grupo en la vida social. El segundo periodo de Ja historia de ía teoría sociológica fue altamente productivo en teorías acerca de las relaciones entre la sociedad y el individuo. Ward, Giddings, Tarde y ios subjetívistas rusos se rebelaron en sus escritos contra el dogma de las fuerzas sociales impersonales que se imponen a los individuos y que obligan a los hombres a ser espectadores y no actores en Ta escena social. No obstante, el elemento válido contenido en el realismo sociológico (la atribución a la sociedad de una realidad independiente) fue hábilmente presentado por Gumplowicz, Sumner, particularmente por Durkheim, y de un modo señalado por los organicisras (cuya aportación más importante fue la de Schaffle). En esc período se formularon pocas definiciones formales de la sociología. La que dio Simmel de la nueva ciencia fue un avance manifiesto respecto de las anteriores. Pero el problema de la definición apenas si existió para los evolucionistas. Para ellos, la sociología era la ciencia de Ta evolución social tal como la habían visto Comte y Spencer. Se debatieron acaloradamente cuestiones de método, pero muchas veces de manera infructuosa: el método más probablemente recomendado sería un mero corolario del teorema fundamental del sociólogo sobre el factor determinante básico de los cambios sociales. Simmel, uno de los sociólogos más meditativos de aquel tiempo, confesó que no tenía ningún método definido que ofrecer. Los rusos creyeron que habían inventado un método nuevo, pero, en definitiva, todo lo que hicieron fue subrayar el papel de ía personalidad en el proceso social. Los métodos cuantitativo y de casos particulares, propuestos por Quételet y Le Play en el primer período, apenas si fueron aplicados en la corriente principal de la teoría sociológica hasta tiempos

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APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES

bastante recientes. Sólo Durkheim offerió una metodología bien desarrollada, poniendo de relieve los requisitos de tina ciencia empírica; pero sus importantes aportaciones fueron en parte viciadas por su adhesión al lenguaje, y en ocasiones a la esencia, del realismo social. Puede decirse, en conclusión, que la mayoría de las teorías examinadas en esta parte fueron unilaterales o que respondieron sólo a algunas de las interrogaciones básicas de la teoría sociológica. Los organicistas y Simmel se interesaron primordíalmente por la naturaleza de la sociedad; los diversos tipos de evolucionistas se interesaron sobre todo por el factor prepotente de los cambios sociales; los subjetivistas rusos se consagraron a las relaciones entre la sociedad y el individuo. De los sociólogos de aquel tiempo, Durkheim fue el que más cerca anduvo de desarrollar una teoría sociológica sistemática, que aún sigue siendo útil hoy.

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C APÍTULO 1 1 DECADENCIA DEL EVOLUCIONISMO Y APARICION DEL NEOPOSITJVISMO En las vísperas del siglo XX la evolución era un dogma comúnmente admitido. Su predominio trascendía del campo de la sociología. Bajo la influencia de Spencer y sus discípulos, muchos científicos trataron de descubrir las etapas necesarias o pre-es ta Mecidas del desarrollo de aspectos particulares de la vida social y cultural. Afirmaban, por ejemplo, que la evolución de la familia empezó con la promiscuidad sexual, pasó por las fases de la familia matriarcal (clan) y de la familia patriarcal (gens), llegando finalmente a ía pequeña familia conyugal de nuestros días. Los economistas sostuvieron más de una vez que la humanidad había evolucionado a través de las etapas sucesivas de la recolección de alimentos, la caza, la cría de ganado, la agricultura y la industria. Se decía que la tecnología había pasado por las tres o cuatro "edades" de la madera, de la piedra, del bronce y del hierro. En e] aspecto jurídico se describía la evolución como el paso de la propiedad en común a la propiedad individual. Secuencias tales como magia-animismo-totetísmo-deidades personales se enunciaban como etapas distinguibles en el desarrollo de k religión. En el campo de la política, se consideraba la democracia como la cima de una línea de desarrollo manifiestamente ascendente. Había dudas, naturalmente, en cuanto a las fases exactas y su sucesión; peto los evolucionistas creían que se resolverían mediante el estudio ulterior. Algunos sociólogos y Otros investigadores sociales preferían bases diferentes para construir sobre ellas sus sistemas teóricos, mas por lo general hasta esos escritores servían de labios afuera al dogma que parecía coronar el edificio de las ciencias biológicas y sociales. Üliimas manifestaciones del pensamiento evolucionista Gradualmente se fueron acumulando las dificultades. Se descubrían hechos que no encajaban en el esquema, evolucionista o que estimulaban a los investigadores sociales a intentar nuevos puntos de vista. Pero algunos investigadores, creyendo que el evolucionismo era invencible, intentaron corregir la doctrina y darle formas que la hicieron compatible con el avance de los conocimientos. Son pertinentes a nuestro estudio las enseñanzas de tres de ellos. 169

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Maxim M. Kovakvsky (1S51-191Ó), aunque ruso, pasó los años más productivos de su vida en la Europa occidental y se interesó profundamente en su historia jurídica y económica. Como sociólogo, se mantuvo aparte de la escuela subjetiva rusa (algunos de cuyos afiliados se quejaban amargamente de que desconociera sus opiniones). Por consiguiente, Kovalcvsky, presidente del Instituto Internacional de Sociología en 1907, puede ser considerado propiamente como un representante eminente de las últimas ideas evolucionistas de la Europa occidental. Kovalcvsky era un evolucionista decidido, pero más en el sentido de Comte que en el de Spencer. Intentó fijar las fases por fas que tienen que pasar las sociedades a causa de una necesidad interna, pero no se inclinó al concepto cósmico de la evolución sustentada por Spencer ni a la identificación de la evolución social y ia evolución biológica. Su obra representa aquel tipo de síntesis creadora de las ciencias sociales concretas que Ward proponía como tarea central de la sociología. Dedicó varios volúmenes, publicados en ruso, alemán y francés, al desarrollo económico de la Europa occidental, a los orígenes de la democracia moderna y al paso de la democracia inmediata o directa a la democracia representativa.1 Sobre la base de esos estudios y de otros materiales originales y ajenos publicó en 1910 en lengua rusa una Sociología en dos volúmenes. Ese libro está dedicado en gran parte al problema de descubrir las fases esenciales de la evolución social Más específicamente, Kova-levsky se propuso identificar y relacionar las fases de diferentes esferas de la vida socio-cultural. Evitó concluir que las analogías entre dos o más desenvolvimientos concretos establecen una relación de necesidad evolutiva entre ellos, reconociendo la posibilidad de la imitación y de la difusión cultural. Se negó enfáticamente a atribuir prioridad o supremacía a ningún factor particular del desenvolvimiento evolutivo, aunque creía que en las primeras fases de la evolución los cambios de densidad de la población fueron de fundamental importancia para estimular cambios posteriores. Reconocía la existencia de variantes o desviaciones de las líneas rectas de la evolución, pero creia que debía posponerse su estudio hasta que los sociólogos hubieran logrado establecer analogías sociales y culturales y reducirlas a leyes generales. Finalmente, Kovalevsky señaló que las socieI Las obw$ más impotumrts de Kovalevsky sobre fias materias son El desartoih económico de H»rop* basta ti ÍJÍÍAÍM/Ú ¿ti capitalismo (1898-1905). Originas de la democracia moderna (1891-97), y De la democracia directa a ¡j democracia repte-tentativa (1906).

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dades primitivas contemporáneas son contemporáneas y que por lo tanto no representan necesariamente etapas antiguas del proceso evolutivo, hecho que todavía hoy es ignorado algunas veces. Los escritos de Kovalevsky están en aguda oposición con los de Albcrr G. Keller (1874-1956), notable representante norteamericano del evolucionismo reciente. Keller fue estudiante, colega y discípulo de Sumner (véase capítulo 5), a quien sucedió, a su muerte, en La cátedra de la universidad de Yale. Sumner no había trabajado sobre las relaciones entre h evolución de las costumbres y la evolución orgánica, problema que Keller se planteó en Evolución social ( 1935), su obra más importante. Esta obra es un intento para hacer pasar el evolucionismo desde la variedad spenceriana, considerada por Keller más filosófica que científica, a una base darwíníana, tarea que en su opinión habían realizado mal los darwinistas sociales. Así, a la fórmula spenceriana deí paso de la homogeneidad incoherente a la heterogeneidad coherente la sustituyen "la variación, la selección, la transmisión y la adaptación", principios que hay que aplicar al proceso primordial mente mental de la evolución societaria y a la materia prima societaria de las costumbres. La variación es la fuerza que pone en movimiento la evolución, aunque no se ve claro por qué y cómo ocurre eso. Pero el hecho de que las costumbres no son iguales en ninguna parte indica la ubicuidad de las variaciones de las normas, variaciones que reflejan diferencias de grupo en la reacción mental al ambiente. Esas reacciones son selectivas, siguiendo las direcciones más agradables a los hombres. Keller encuentra tres tipos de selección societaria: la automática, que no supone la adaptación deliberada de medios a finalidades conscientes, y que se manifiesta en la guerra, en ia lucha de clases y en la competencia; la racional, análoga a ia técnica del criador de animales, con lo que deja algún margen a la capacidad del hombre para determinar la dirección del cambio (aunque en opinión de Keller ese margen es muy limitado); y la contraseíeccion, ¿~ que medíante prácticas como la guerra, la baja fertilidad de ías clases superiores, ei matrimonio tardío, el celibato y la industria moderna, permite la supervivencia de los menos aptos biológicamente. La trans* misión societaria, tercer principio de Keller, teniendo en cuenta el hecho de que las costumbres no son biológicamente hereditarias, se refiere al papel de la imitación automática y de la educación artificial en la conservación de las tradiciones de la sociedad. Los procesos de ia variación, la selección y la transmisión hacen posible, final

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mente, k adaptación a las costumbres. Cada costumbre o institución, aunque esté anticuada o sea incongruente con otras (y es justo señalar que Keller fue uno de los primeros en llamar k atención sobre los desajustes producidos por los índices desiguales de cambios de las costumbres) es resultado de la adaptación del hombre a las condiciones ambientales. Este breve esbozo de la aplicación que hizo Keller de ideas dar-winíanas a la evolución social hace poca justicia a la habilidad con que ejecutó su tarea. Fue el suyo el último esfuerzo importante de este tipo. Los conocimientos sociológicos han progresado de manera impresionante desde que se publicó el libro de Keller, pero pocos de esos progresos, sí es que alguno, se han hecho siguiendo los lincamientos de Evolución social, lo cual indica por lo menos que el progreso científico consiste en otra cosa. El tercer autor que tendremos en cuenta es Leonard T. Hobhouse, filósofo social y antropólogo inglés. Hobhouse (1864-1929) reconoció plenamente el fracaso del evolucionismo extremo, especialmente de la variedad darwiniana, pero esperaba salvar algo que pudiera usarse eficazmente en la sociología moderna. Desde el punto de vista de la sociología empírica, la más importante de sus obras es Social Development {Desenvolvimiento social, 1924). En este libro intenta Hobhouse formular criterios objetivos del avance evolutivo de las sociedades humanas. Entre esos criterios figuran el Tamaño; la eficacia, es decir, la coordinación adecuada de ks funciones al servicio de fines específicos; la libertad, que es considerada como el margen permisible de independencia de ideas, de carácter y de imitación; y ia mutualidad de servicios, o Ja organización de las relaciones sociales de tal suerte que cada uno de los que sirven fines comunes partícipe también en su consecución. Como filósofo social Hobhouse no sólo rechazaba el concepto agresivo del desenvolvimiento evolutivo y la teoría radical del laissez-fake, sino que defendía un colectivismo moderado; creía que la evolución social misma descansa cada vez más sobre un control consciente. Es indudable que estas opiniones influyeron en su selección de los criterios de progreso evolutivo. Pero k aplicación de esas normas a materiales etnográficos comparativos representa un gran esfuerzo para probar las hipótesis objetivamente (cualidad manifiesta también en un libro suyo muy anterior, Moráis and Evolution, Moral y evolución, publicado en 190ó). Aunque las ideas de Desenvolvimiento social son poco convincentes, indican, como lo hizo ver claramente Hobhouse, que las so

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ciedades pueden retroceder lo mismo que avanzar a lo largo de una o varías de las cuatro líneas señaladas por los criterios de ía evolución humana. Esra conclusión es congruente con la prueba aducida en The Material Culture and Social Insütutions of the Simpler Peoples {La cultura material y las instituciones sociales de los pueblos más sencillos, 1915), obra en la que colaboraron Hobhouse, Morris Ginsberg y Gerald T. Wheeler. En ella examinan los autores el supuesto evolucionista de que el desarrollo de las instituciones sociales es correlativo de los cambios que experimentan las condiciones económicas. Estudiaron más de cuatrocientas sociedades y emplearon técnicas estadísticas pobres pata clasificar las fases de adelanto y las instituciones políticas, familiares y militares, entre otras. Aunque ciertas correlaciones son evidentes en las numerosas tablas del volumen (por ejemplo, entre la fase de "cazadores primitivos" y las instituciones políticas nacientes) r los autores no afirman —ni pretenden— la prioridad de las condiciones económicas ni k regularidad del progreso evolutivo. El reto empírico ai evolucionismo Los últimos evolucionistas estaban riñendo una batalla perdida en sus intentos para remendar el evolucionismo. En el siglo xix ya habían surgido dudas en cuanro a la doctrina, y muchas de esas dudas nacieron de estudios más o menos empíricos de hipótesis evolutivas específicas. Por ejemplo, uno de los colegas de Hobhouse, el profesor sueco-finés Edward A. Westermarck (18Ó2-1939) empleó muchos años en examinar materiales etnográficos con la intención de refutar el postulado de Ja promiscuidad sexual como primera fase de la evolución de k familia humana. (Esa opinión había sido sustentada por muchos evolucionistas, entre ellos Morgan, aunque algunos de los primeros antropólogos, por ejemplo Tylor, no la aceptaron.) Los resultados del trabajo de Westermarck fueron publicados en Historia del matrimonio humano (1891), donde el autor demolió ía hipótesis de la promiscuidad originaría y sostuvo, a base de Jas pruebas proporcionadas por la vida de los antropoidea y por sociedades humanas, que el hombre fue originariamente monógamo y que el sencillo tipo de familia paternalista es el más antiguo y más universal. Aunque los antropólogos contemporáneos han abandonado las investigaciones relativas a los orígenes de las instituciones y presentado numerosas pruebas de que es normal, culturalmente, una gran diversidad de sistemas familiares,

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por lo general coinciden en que el comunismo sexual no distingue ninguna trapa ni tipo de sociedad humana y que todos Jos sistemas familiares, por muy amplios que sean, implican combinaciones de la familia nuclear o conyugal formada por padres e hijos. La refutación que Wtstermarck hizo de ¡a promiscuidad primitiva fue paralela a las investigaciones de la doctrina económica evolucionista acerca de un comunismo primitivo (tal como lo admitió Engels, por ejemplo). Haciendo de nuevo uso de estudios etnográficos, se demostró que, aunque la propiedad común de la cierra es frecuenre entre los pueblas primitivos, también el derecho de propiedad privado. —en lo relativo a herramientas, armas, ropas y otras cosas análogas— forma también parte de sus instituciones. La idea evolucionista de una sucesión de fases de crecimiento económico, desde la caza hasta la cría de ganado y Ta agricultura, resultó incompatible con los hechos conocidos, y, por ejemplo, un investigador (Hahn) 1 aduce que el ejercicio masculino de ia caza coexistió con la actividad femenina de recoger los productos silvestres de La tierra. Se descubrieron casos en que se había desarrollado la agricultura con ausencia de la supuesta fase intermedia de la cría de animales, como ocurrió entre muchas sociedades indias de América. Las ideas evolucionistas concernientes a] desarrollo de los instituciones políticas fueron más duraderas que esas teorías económicas. Pero debe advertirse que los acontecimientos de los últimos decenios han infligido un golpe mortal al aspecto político del evolucionismo. También han surgido dudas en cuanto a la solidez de los métodos empleados por los evolucionistas. Suponían éstos, por lo general, que empleaban el método comparativo, aunque en realidad solían seguir el procedimiento de los ejemplos. Daros recogidos de diferentes culturas eran agrupados con frecuencia para atestiguar etapas evolutivas; los fenómenos que se ajustaban al esquema evolutivo eran declarados supervivencias de edades más antiguas, y se consideraban hechos individuales los que no venían en apoyo de ral o cual teoría evolucionista. En consecuencia, el modo de razonar de los evolucionistas era circular, con gran frecuencia. Por otra parte, muchos de sus datos no merecían confianza, porque se basaban en informes de viajeros y misioneros y no de hombres de ciencia. Se suponía además que la cultura primitiva contemporánea representa fases primitivas de desarrollo evolutivo. Aun reconociendo esos errores, los evolucionistas pudieron haber £ E. Haha: Die Hjniihiert uid ihrs Bcxicbitn&m zttr Witticb*¡t d»i Mtnícb*»

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mantenido una versión moderada de su doctrina, confiando en su habilidad para explicar analogías sorprendentes de utensilios materiales y de instituciones sociales entre pueblos separados por enormes distancias. Pero explicaron esas analogías diciendo que representan etapas evolutivas por las cuales tienen que pasar todas las sociedades humanas. Este modo de razonar fue recusado por el conocimiento de h difusión de la cultura basada en la imitación. El distinguido geógrafo alemán Friedrich Rarad (1844-1904) ya había señalado en su Anthropogeographie (Antropogeografia, 1892) analogías culturales en sociedades marcadamente disimiles en cuanto a medio ambiente, analogías que, en consecuencia, reñían que explicarse como consecuencias de contactos entre las culruras. Esta opinión convenia con Las leyes de la imitación (1890) de Tarde, en que el autor intentaba demostrar que el proceso ¿c la imitación es el resorte fundamental del devenir social. Esta reoría era una exageración, pero sirvió para destacar el importante papel de la imitación en las relaciones humanas. A comienzos del siglo xx el etnólogo alemán Fritz Graebner publicó una serie de estudios que culminaron en Métodos de etnología ( 1 9 1 1 ) en los que negaba que hubiera habido muchos inventos independientes y sostenía que la difusión de los inventos es un fenómeno muy general Sus obras, como las de muchos de sus discípulos, seguramente contienen exageraciones y conjeturas no justificadas; pero la hipótesis de la difusión recibió considerable apoyo de muchos descubrimientos arqueológicos que indicaban que ciertos hechos de cultura material por lo menos habían viajado desde su lugar de origen a punios sorprendenrcmente lejanos en épocas primitivas de la historia humana. Por ejemplo, se encontraron conchas marinas y huesos de peces, restos de la Edad de la Piedra Antigua (Paleolítica), lejos de las costas, indicio de que existió algún comercio entre tribus cazadoras de renos y rribus costeñas. Objetos de pedernal producidos en Francia en la Edad de la Piedra Nueva (Neolítica) se encontraron en Bélgica, y conchas de ia misma edad viajaron hasta Alemania y Checoslovaquia. El trigo cultivado en Dinamarca y los animales criados allí en épocas remoras fueron llevados de otras partes, pues no son descendientes de especies silvestres del Noroeste de Europa. La obsidiana empleada en Egipto y Mesopotamia procedía de Armenia y de Milo; el lapislázuli encontrado en Irán había sido usado mucho antes en Egipto y Sumeria.1 1 EÍWS ejemplo» proceden de "A Prehkrnrian'i lorerpreearion of Djffusion", por V. Gordcm Childs, en Manará Tertenttntrj PuMicaliom. vol. 1|[ (1937).

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Los evolucionistas clásicos no pudieron sospechar hechos como estos, y su descubrimiento privó a la escuela de una de sus últimas líneas de defensa. No quiere decir esto que no haya sobrevivido algo a la ruina del evolucionismo. Algunas de sus aportaciones siguen siendo útiles en la estructura de la sociología contemporánea. Las investigaciones de los evolucionistas señalaron paralelismos parciales en costumbres, creencias y objeros materiales particulares. Aunque no demostraron h existencia de etapas preestablecidas de progreso, a pesar de sus monumentales esfuerzos, sus estudios corroboraron la idea de puro sentido común de que unas cosas vienen primero y otras después. Las sociedades sin organización política diferenciada, por ejemplo, dieron nacimiento a caudillos cuya posición se basó primero en cualidades personales, pero que después tendió a hacerse hereditaria. Los utensilios son sencillos ai principio y gradualmente se hacen más complicados. El transporte se hace primero a píe; después se idearon técnicas cada vez más complejas. Puede decirse, en suma, que los estudios de los evoluciónisras han confirmado la convicción de que hay un orden en los cambios sociales y culturales y han indicado que a la concepción de las causas que operan en el proceso histórico puede incorporarse una teoría sistemática del cambio.4 La validez de esas aportaciones explica en gran parte la persistencia de algunas supervivencias del evolucionismo hasta la actualidad. Examinaremos dichas supervivencias al estudiar el cuarto período del desarrollo de la teoría sociológica (véase capitulo 21), Las raíces del neo-positivismo La decadencia del evolucionismo fue acompañada por el nacimiento de una nueva tendencia a La cual se le dio en definitiva el nombre de neo-positivismo. Durante el periodo que estudiamos aparecieron sobre el horizonte tres elementos de este nuevo desarrollo, y se combinaron ron las supervivencias del evolucionismo en los últimos escritos de Giddings. Esos tres elementos fueron el cuantitativismo, el behavíorismo o cünductismo, y la epistemología positivista. El ctiantitativtsmo destaca la enumeración y Ja medición como método de estudio esencial en la investigación científica en todos los 4 Fíip «umaiía repiuduiic abreviadaoientu el que presenta A. Goldenweiscr en "Conrubuciofu oí Acrhropoltjgy", en Coniemporary Social Tbaoty d e H- Er Bpog j H. Beckej1 (edirores) (Nueva York, Appleron*Ccíitury, 19^0).

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campos, incluido el de la sociología. Se recordará que fue Quételet (véase capítulo 4) quien lo señaló en la primera mitad del siglo xix, y que su influjo llegó a la sociología a través de la biología. El cuantitativismo recibió nuevo y más fuerte apoyo de Francia Galton (18221 9 1 1 ) - Hereditary Gentes (El genio hereditario, 1869) y English Men o f Science (Hombres de ciencia ingleses, 1874), de Galton, son estudios impresionantes, de carácter ampliamente estadístico, sobre U transmisión de los rasgos de familia, los cuales, decía, eran primor-díalmenre materia de herencia biológica, aunque sus datos apoyan igualmente la opinión contraria de que 1a transmisión de cualidades como la inventiva y la eminencia en campos diversos es en esencia de naturaleza social. Karl Pearson ( 1857-1936), discípulo de Galton, publicó una obra titulada The Grammar o f Science (Gramática de la ciencia, 1892), que se convirtió en el evangelio del neo-positivismo y dio fuerce apoyo al cuantitativismo y a otros elementos de este punto de vista. La obra de Pearson contiene ya el behaviorismo en germen. Pero el behaviorismo hizo progresos especialmente después que un psicólogo norteamericano, John B. Watson (1878- ) 1c dio una forma precisa y radical en una serie de publicaciones.5 Desarrollando y exagerando las ideas dd famoso fisiólogo tuso Ivan Pavlov ( 1849-1936), descubridor de los reflejos condicionados, Watson sostuvo que la "conciencia" era objetivamente incognoscible, que la introspección no podía ser fuente de conocimientos científicos, y que en consecuencia la psicología, y por implicación Ja sociología, debían estudiar sólo la conducta observable. Toda la conducta humana —decía Watson— puede reducirse a series de reflejos condicionados. En éstos pueden distinguirse situaciones estimulo (condiciones específicas en que tiene lugar Ja conducta) y reacciones o respuestas (contenidos de [a conducta así estimulada). Desde este punto de vista, un análisis suficientemente refinado de las siruaciones estímulo y de Jas respuestas explicaría todos los aspectos y formas de la conducta humana. En este sentido, la conducta verbal puede considerarse a la vez como estímulo (de la acción de otro) y como respuesta. Pero en su esrudío de la conducta verbal un behavíorista consecuente no puede tomar en cuenta el sentido de las palabras, porque "sentido" implica observación introspectiva. La epistemología positivista tiene sus raíces en la filosofía pragmá& Su libra Ptychoiogy from tbi Sundpiint of d Bebapioriit (La fvi panto de vista de un behavioriHa) apareció ca 1919

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tica de WilJium James (1342-1910) y John Dewey (1859-1952), y posteriormente do Bertrand Russeil (1872- ). Pero también aquí fue la de Pearson la influencia personal más fuerte que experimentó la sociología, Pearson reducía estrictamente lo cognoscible a JJ is impresiones de Tos sentidos y sus secuencias. Según él, la realidad de una cosa depende de la posibilidad de que ocurra en codo o en parte como un grupo ¡le impresiones sensoriales. Que ocurra determinada secuencia de impresiones sensoriales es cuestión de experiencia, a la que damos expresión en el concepto de causación. Cuando podemos establecer regularidades de impresiones sensoriales, hablamos de leyes, que son meros enunciados de regularidades o recurrencias. Por consiguiente, la ley no aporta necesidad a esas secuencias; en realidad, la necesidad es una concepción humana y sólo ilógicamente puede transferirse al mundo de las percepciones. Evoluttonismo y neo-positivismo combinados: Últimas ideas de Giddings Los tres elementos del neo-positivismo, en especial el cuantitativismo y, en cierros respectos, el behaviorismo, se mezclaron en los últimos escritos de Giddings. (Véase capítulo ó para sus opiniones anteriores.) Ya en Sociología inductiva (1901) estudió Giddings el método estadístico, que él creía ser un modo cuantitativo del método comparativo e histórico. En esa obra propugna el análisis tabular, que le parecía una estadística inexacta, y acá y allá se encuentran fórmulas matemáticas y gráficas estadísticas. También aquí aparece la conciencia de índole de Giddings en un estudio general de las respuestas de la materia nerviosa a los estímulos exteriores. En el prefacio de sus Estudios sobre la teoría de la sociedad humana (1922) reconoce Giddings la necesidad de revisar sus opiniones anteriores. "La lógica ha abandonado . . . las clasificaciones a favor de las distribuciones de frecuencia" —tendencia cuantitativa—. "La psicología se ha hecho experimental y objetiva. Ha distinguido entre reflejo y condicionamiento" 6 —punto de vista behaviorista—. La antropología ha descubierto más variantes de la sociedad primitiva de las que podían suponer los primeros antropólogos —-reconocimiento de la quiebra de las secuencias lineales, en las cuales habían creído los evolucionistas (incluso el mismo Giddings)—. Pero no descartó por completo el evolucionismo ni abandonó el estudio de la "conciencia ■ R vi.

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de índole", aunque era difícil conciliar esas dos careas con el behavio-rismo. Un intento de conciliación aparece en The Scientific Study o f Human Society (El estudio científico de la sociedad humana, 1924), última obra importante que publicó: "Conciencia.. .es un nombre de un fenómeno fisiológico y no de un misterio ontológico.. .es vigilia y atención altamente unificadas de un organismo",7 No es seguro de ningún modo que los behavioristas estrictos crean que esta defínicióo se ajuste a su canon. El cuantitativismo impresionó mucho a Giddings en sus últimos anos. Volviendo a ¡deas y procedimientos que había aprendido de Mayo-Smith8 y refiriéndose a la obra de Quételet, de Galton y de Pearson, declara Giddings: "La sociología es una ciencia de método estadístico", y sostiene que "una descripción verdadera y completa de algo tiene que incluir su medición" * Esperaba que la estadística se aplicaría al estudio de la evolución social, en especial a la determinación de los tipos sociales y a ks desviaciones de ellos. Parte de El estudio científico esboza ciertas técnicas estadísticas, entre ellas el cálculo del coeficiente de correlación, e indica su aplicación a datos sociales. Presenta resúmenes de los resultados de algunos de sus propios experimentos de contar y medir fenómenos sociales (que, desde el punto de vista de la estadística contemporánea, son totalmente insuficientes), y hace indicaciones para estudios ulteriores siguiendo lincamientos análogos, por ejemplo, la medida de valores sociales examinando los sacrificios que se les hacen y el cálculo de las presiones sociales analizando el contenido de las leyes. El behaviorismo sustituyó en gran parte a la psicología voTun-tarista de las obras anteriores de Giddings. Definió la sociología como la psicología de la sociedad y afirmó que su materia es la conducta pluralista, expresión que él acuñó al mismo tiempo que la palabra pinrel. El pinrel es el equivalente behaviorista del grupo, y la conducta pluralista es la respuesta de un pinrel a una situación estímulo. Las respuestas de los individuos que forman un pinrel puede ser análoga 0 diferente, pero la conducta pluralista tiene sus propias condiciones y formas, distintas de las de Ja conducta individual. La sociología tiene dos tarcas que realizar: primera, descomponer las situaciones estimulo 7 p. 14. nota. a De 1SSÜ a

1899 el profesor RicWuid Mayo-Smith ( 1 8 3 4 - 1 9 0 1 ) emeñó en la t , | ■ ,-. .ji¡ry. Se le comideia a vece* como el primer hombre que enseñó en lo* Erados Unidos eiradlttki en un plano íieorífku. Su abra Staliiiici and Socialau 1

i J y ¡ottofap*) apareció en 1893B Ediciones en inglés de Estudios, p. 2 3 2 ; Teoría, p. 189.

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m factores que provocan una conducta pluralista; segunda, explicar la p / j T integración, diferenciación y funcionamiento de la conducta pluralista. Giddings formuló ese programa para la sociología; piro no lo cumplió. Mas c| programa mismo fue el testamento de un profesor anciano a la generación venidera de sociólogos, entre los cuales figuraron muchos de sus discípulos de la Columbia Univcrsity. Sólo accidentalmente se permitió Giddings hacer vastas generalizaciones anticipando los resultados de la obra formidable que había que realizar. Pero declaró que el estudio de los fenómenos sociales por el método estadístico ya había demostrado que el proceso social era tilico, asi como evolucionista desde el punto de vista físico. Y afirmó que ía evolución conducta al progreso manifestado en el aumento de libertad, poder y felicidad de Los individuos. El evolucionismo, como hemos visto, se fue convirtiendo rápidamente en una doctrina casi muerta. Pero el neo-positivismo estaba llamado a granjearse la adhesión de muchos sociólogos, algunas de cuyos opiniones examinaremos en el capítulo 1 5 .

C APÍTULO 12 CHARLES H. COOLEY Y W. I THOMAS A principios del siglo xx, mientras el evolucionismo reñía su batalla perdida y apenas si habia aparecido el neo-positivismo, recibió el nombre de sociología psicológica una tendencia sociológica impórtame. Representaron esta tendencia los profesores más destacados y quizás los logros más duraderos de aquel tiempo. En los Estados Unidos fnerón Charles H. Cooley y William L Thomas los exponemos más distinguidos de ia psicología sociológica y quienes lucieron las aportaciones más considerables. Charles H. Cooley Cooley (1864-1929) nació en Ann Arbor, Michigan. Salvo cortos intervalos, pasó toda su vida en Ann Arbor, estudiando en la Universidad de Michigan y enseñando en su alma mater. Como maestro y autor, dejó su huella en la ciencia social norteamericana: sobre la sociología, sobre la psicología social y sobre la economía institucional. Pero rehusó apartarse de su vida de serena contemplación, negándose, por ejemplo, a desempeñar una cátedra en la Golumbia University, en la agitada "megalópolis" de Nueva York, aunque fue, de mala gana, presidente de la American Sociológica! Society en 1918. Su vida relativamente monótona en una mediana ciudad del Medio Oeste se refleja bien en el estilo de sus escritos, que se caracterizan por la serenidad y por la adhesión manifiesta al sistema de valores de la sociedad agraria norteamericana, relativamente estable, que él conoció antes de Los turbulentos años de la industrialización. Las obras más importantes de Cooley son Human Natitre and the Social Qrder (La naturaleza humana y el orden social, 1902), Social Organizaron (Organización social, 1909) y Social Frocess (El proceso social, J 9 1 S ) . Esta última es en gran parte repetición de las dos anteriores. Después de su fallecimiento se publicó una colección de trabajos suyos con el título de Sociologkal Theory and Social Research (Teoría sociológica e investigación social, 1930). A pesar del tirulo, sólo un trabajo de importancia para la teoría sociológica, "The Roots of Social Knowledge" ("Las raíces del conocimiento social"), se encuentra en el libro. El pensamiento de Cooley representa la fusión de varias tendencias. Fuertemente influido por figuras literarias como Emerson, Tho181

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reau y Goethe (Cooley habla de k sociología como de una ciencia "artística"), quizás el sociólogo que mas le impresionó inícialmente fue Schaffle, maestro de la escuela organicista (véase capítulo 7 ) . Corno quiera que sea, Cooley llamaba orgánicas a sus ideas, aunque su organirismo, como se verá más abajo, no es el de Schaffle ni el de ningún otro representante de esa escuela. En segundo Jugar, como era natural en una persona cuyas opiniones se formaron en el último cuarto del siglo xix, Cooley era un evolucionista de cierto tipo, ta primera de sus obras importantes empieza con esta frase: "SÍ aceptamos el punto de vista evolucionista..Y veinte años más tarde empezó un articulo sobre la herencia y el medio 1 diciendo: "Hemos llegado en los últimos años a considerar rodas las cuestiones desde el punto de vista evolucionista". No obstante estas afirmaciones, apenas si se encuentra en ks obras de Cooley evolucionismo en el sentido estricto de k palabra. Le interesaba más la evolución del ser social individual, del yo social, que el desarrollo del proceso histórico total. Cuando trata de historia, lo hace atendiendo a sus relaciones con el desarrollo del yo social, sin ninguna intención de identificar etapas en la evolución social. En el articulo arriba citado expone sus opiniones sobre la historia de esta manera pintoresca; "La historia parece correr por dos canales diferentes. Quizás hay una corriente y un camino que corre a lo largo de la orilla, dos líneas de transmisión. La corriente es herencia o transmisión animal; el camino es comunicación o transmisión social. La una fluye a través del pksma germinal; el otro viene a manera de lenguaje, intercambio y educación. El camino es más reciente que Ja corriente". Este artículo fue escrito a mediados del decenio de los 1920, y la actitud de su autor era consecuente con el punto de vista cultural que entonces iba adquiriendo importancia en la sociología norteamericana. Aunque no le interesaba el estudio de la gran corriente evolutiva de la historia, Cooiey compartía k fe de su tiempo en los benéficos resultados del proceso en marcha. Su creencia en el progreso está implícita en todos sus escritos y frecuentemente tiene expresiones explícitas, como en el siguiente pasaje: "El punto de vista evolucionista nos estimula a creer que la vida es un proceso creador, que en realidad estamos haciendo algo nuevo..y que la voluntad humana forma parte de la energía creadora que lo haceh'.a 1 "Heredily uid £nvirónmenc", ("Hcrcacii y medio"') « Joantai of Apptied So-thtety, X , nuca. 4 < Mario-»bril, 1926), pp. 303-07. a Edición m ingle*, rtviiuk. 1921, de La naiuraltza humana, p. 30.

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En tercer lugar, Cooley fue influido por los sociólogos de tendencia psicológica de su tiempo. Aunque en sus escritos no cita con mucha frecuencia a Ward, las dos líneas de transmisión de Cooley —la genética y la cultural— pudieron haber nacido de los conceptos de génesis y telesis de Ward. Por otra parte, Cooley cita a Tarde en varias ocasiones, y algunas de las opiniones de éste fueron cuidadosamente incorporadas a Organización social, aunque Cooley censuraba la importancia unilateral que Tarde concede a la imitación. Además, Cooley siguió de cerca las nuevas orientaciones de la psicología, como lo indican las frecuentes referencias a las obras de William James, James M. Baldwin y J. Stanley Hall. Cooley rechazó expresamente el instrntivismo de William MacDougalI y prestó poca atención ai behaviorismo de Watson. En cuarto lugar, en agudo contraste con los cánones del naciente neo-positivismo, Cooley pensaba y escribía como idealista. Concebía !a realidad social formada por las ideas que los hombres tienen unos de otros y creía que la tarea sociológica fundamental era el estudio de las relaciones sociales como reflejos de ideas, actitudes y sentimientos. Se advierte este punto de vista en su orientación orgánica. Teoría orgánica de Cooley El punto focal de la sociología de Cooley es su teoría orgánica. En El proceso social sostiene sin limitaciones que la sociedad es un Organismo. Pero su organicísmo no era spenceriano, ni buscó, como Schaffle y otros, analogías orgánicas infinitamente detalladas. La sociedad es para Cooley un conjunto viviente formado de segmentos diferenciados, cada uno de Jos cuales tiene una función especial. También se la puede considerar como un complejo de formas o procesos cada uno de los cuales vive y se desarrolla por interacción con Jos otros, escando tan unificado el todo, que lo que ocurre en una de sus partes afecta a todo el resto. La opinión orgánica de Cooley acentúa la unidad del todo y el valor peculiar del individuo, explicando lo uno por lo otro, "Un individuo aislado es una abstracción desconocida para la experiencia, y lo es también la sociedad considerada como algo aparte de los individuos. ,. La sociedad y los individuos no denotan fenómenos separables, sino simplemente los aspectos colectivo y distributivo de la misma cosa" (La naturaleza humana, pp. 36-37). Una de las mayores preocupaciones de Cooley fue la solución de

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los que ti consideraba seudo-problemas, a base de su teoría orgánica. BÓ su riempp se debatía acaloradamente la cuestión de la prioridad de ía herencia o del medio en la determinación de la conducta humana. Cooley resolvió: "Cuando empieza nuestra vida individual, los dos elementos de la historia, el hereditario y el social, se funden en el nuevo todo y dejan de existir como fuerzas separables... Herencia y medio. . . son, en realidad, abstracciones; la cosa real es un proceso orgánico total" (Ed. en inglés de La naturaleza humana, p. 15). Consideraba la discusión *obre la importancia definitiva o relativa de la herencia o del medio tan inútil como el debate relativo al dominio de la mente sobre la materia o viceversa. (Se refería a la mente social o pública y parecía creer que es un todo orgánico formado de individuos cooperadores. Esta opinión es, desde Juego, una peligrosa aproximación a la teoría organicista.) Una teoría orgánica de la sociedad, en el sentido que le daba Cooley, mostraría con la mayor claridad posible las relaciones entre el individuo y la sociedad. Sus escritos referentes a esas relaciones, problema sociológico fundamental, son algo decepcionantes (salvo en lo que afecta al estudio de los grupos primarios, como veremos más abajo). La sociedad —dice— es más que la suma total de los individuos. La unidad de la sociedad coincide con la unidad de la mente social; esta última está constituida no por acuerdos entre los individuos, sino por organización. Pero en su intento de explicar la naturaleza de la organización, Cooley apenas si tuvo otra cosa que decir sino que consiste en "la unidad diferenciada de la vida mental y axial". Creía carente de valor el intento de formular una definición más complicada: "No tenemos más que abrir los ojos para ver la organización" (Organización social, pp. 4-5), Cooley volvió a La cuestión de la organización al estudiar las instituciones. Aquí también su modo de tratarla es más bien vago. "Una institución es simplemente una fase definida y fija de la mente pública. Las diferentes instituciones no son entidades separables, sino actitudes organizadas de la mente pública, y sólo por abstracción podemos considerarlas como cosas por sí mismas". En este punto revela Cooley que su concepto de la sociedad es no sólo orgánico, sino también psicológico: "Es en los hombres y no en otra parte donde se encuentra la institución" (Organización social, pp. 3 1 3 -14). La teoría orgánica de Cooley es, naturalmente, incompatible con el monismo sociológico, que implica la selección de un factor particular, social o no social, como determinante básico del estado o del

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desarrollo de la sociedad. Sus opiniones sobre este asunto están claramente expresadas en un trabajo leído en 19Ü3: S "El concepto orgánico de la historia niega que uno o varios factores sean más definitivos que otros. En realidad, niega que la mente, las diferentes instituciones, el medio psíquico tengan existencia real aparte de una vida total en que tiído participa del mismo modo que los miembros de un cuerpo participan de la vida de un organismo animal ". El yo, el grupo primario, la clase y k casta La teoría orgánica de Cooley y su orientación psicológica se reflejan claramente en k manera de rratar el desarrollo de la personalidad humana. Señaló el papel de los grupos primarios (estudiados más abajo) y de k interacción social, especialmente de la comunicación, en la génesis y desarrollo de la personalidad. Así, el "yo" se desarrolla dentro de un contexto de relaciones sociales: "El yo y el otro no existen como hechos que se excluyan mutuamente..." El yo es social, dice Cooley en todas sus obras más importantes. En La naturaleza humana y el orden social presenta el importante concepto del yo reflejado o "de espejo", que se distingue por tres elementos principales: el modo de imaginarnos nuestra apariencia para las demás personas; el modo de imaginarnos su juicio relativo a aquella apariencia; y una especie de sentimiento de nosotros mismos, tal como orgullo o humillación. listas enunciados y el estudio mis por extenso de la naturaleza social del yo indican una vez más el idealismo filosófico de Cooley —las "imaginaciones" que nos formamos unos de otros "son los hechos sólidos de k sociedad"— y son ejemplos de su extremado subjetivismo. Al mismo tiempo, su exploración del yo social y su dependencia de la interacción social representa una anticipación importante del punto de vista cultural con que hoy se enfoca el estudio de k personalidad. De manera análoga, el análisis que Cooley hace del grupo primario es un hito importante en el desarrollo de la ciencia social. Los grupos primarios se caracterizan por una asociación íntima y cara a cara, por k cooperación y el antagonismo directos, y por el juego relativamente libre de k personalidad y del sentimiento. La familia, 3 Replica a un Hatajo de Giddiaju ([rulado "A Theoty of Social Cautiúcm". ("Teoíii de b eauiaciún icxiil") ta P»4W«üirj o f ibc American Etonomit Atio-ciaiiuv. Tercera Serie, V, oúm. 2 (Mavo de 1 9 0 4 ) , pp. 182-87.

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el grupo dcjXKtívo y la vecindad íntima interesaron extraordínaria-menre .1 Cooley, pero reconocía la ubicuidad de los grupos primarios (o informales, como suele decirse hoy) en todas las organizaciones sociales. Estas colectividades íntimas son primarias —decía—- porque son la nursery o escuela de párvulos de la naturaleza humana que proporciona a los individuos su primera y más compleca experiencia de la unidad social, y porque esa experiencia de grupo da nacimiento a ideales sociales universales, pues se encuentran en todas partes, tales como la fe, el espíritu de servicio, la bondad, la obediencia a las normas sociales, y también el ideal de la libertad. Sólo en los grupos primarios pueden desenvolverse esos ideales, y al propagarse por la sociedad más amplia se convierten en señales de progreso y democracia. Estas últimas opiniones ilustran la intromisión de las convicciones personales de Cooley en su análisis social, característica que se manifiesta en ia mayor parte de su obra. Sin embargo, su descripción de la naturaleza y funciones de los grupos primarios no sólo abrió nn nuevo e importante campo a k investigación, sino que representa una aportación esencial a la tipología de los grupos sociales, campo que por primera vez investigó Toennies. Pero la distinción que Cooley hace entre grupos primarios y secundarios es una innovación original. Para Cooley las clases sociales y las castas son los más importantes de los grupos sociales más extensos. Reconocía la universalidad de la estratificación social y lo que funcional mente implica para k sociedad, señalando que la herencia y k competencia explican, respectivamente, la presencia de algunos elementos de la casta y de la clase abierta en todas las sociedades. En este respecto, se anticipó a la obra de Robert E. Park y de sus actuales sucesores, en particular de W. L Warner, al señalar los aspectos de "casta" que presenta la estructura de los grupos étnicos en los Estados Unidos. Su estudio de k estratificación se combina también con sus valores personales; fuerte simparía por ks clases humildes y fe en el creciente desarrollo de una sociedad de clases abiertas. Resumen y perspectiva

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Las aportaciones de Cooley a k teoría sociológica y su lugar en la historia de esta disciplina pueden resumirse del modo siguiente: Primero: Cooley no ofreció nunca una definición formal de la sociedad, pero insistió en que k sociedad es a la vez un todo orgá

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nico y una entidad psíquica. Llamó orgánica a su teoría, pero hoy su teorema básico es una de ¡as premisas principales de los exponen-tes más destacados de la teoría funcional. Segundo: Negó enfáticamenre la existencia de un solo determinante del estado y del desarrollo de la sociedad. No seleccionó nunca una unidad social específica, excepto el grupo primario, para el análisis sociológico. Éste es quizás uno de los mayores inconvenientes de sus escritos, que son atractivos pero vagos. Tercero: Su manera de tratar el grupo primario sigue siendo una aportación notable a la sociología y a la psicología social. El grupo primario es hoy por lo general una categoría importante en las clasificaciones de los ripos de grupos sociales. Cuarto; Aunque enunció sus proposiciones en términos de una epistemología idealista que bordeaba el solipsismo, la posición de Cooley acerca del problema de las relaciones entre el grupo y ej individuo anticipó la opinión comúnmente aceptada en la actualidad. Al contrario de Spencer, quien sostuvo que el individuo es fundamental y el grupo k suma total de sus miembros, y al contrario de Gumplowicz y de Durkheim, que daban al grupo k primacía sobre los individuos, sostuvo Cooley que ni el individuo ni el grupo tienen k primacía en el análisis social, y que hay un proceso interactivo de influencia mutua entre el grupo y el individuo. Estrechamente relacionadas con esta posición, las penetrantes ideas de Cooley sobre la naturaleza del yo social, unidas a las concepciones similares de sus contemporáneos James, Baldwin y G. H. Mead, representan un importante desarrollo de la ciencia social, pues son casi afines con las teorías posteriores de Dewey, Thomas (véase más abajo), Maclver, WUIard, Walier y otros. Además, la importancia concedida por Cooley al papel de k interacción social en la formación de ia personalidad anuncia opiniones hoy tan corrientes como k posición psicodinámica en psicología y el enfoque culcura-petso-nalidad en antropología. Quinto: Como hemos visto, el modo en que trata Cooley k dase y k casta se anticipó también a importantes avances de la sociología. Aunque no can precisa, su teoría de las instituciones como resultado de ks necesidades permanentes de ia naturaleza humana es muy análoga a las ideas funcionales posteriores. En el caso de ks instituciones económicas, el estudio que hizo Cooley de sus ramificaciones sociales y culturales dio vigor al desarrollo de la economía institucional de Veblen y otros.

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Sexto y ¿Jtimo: Como metodólogo, Cooley propugnó y practicó la comprensión simpática, y sostuvo que la empatia es esencial en toda investigación sociológica, opinión que recuerda algo el verstehen (comprensión) de Max Weber (véase capitulo 14). Aunque fue un perspicaz observador de la vida de grupo que se desarrollaba en torno suyo, en especial de los grupos de ¡uego infantiles, se inclinaba a confiar en "no más que ver las cosas", captándolas por intuición. Esta práctica, como veremos, coloca a Cooley, metodológicamente, cerca de la escuela fenomenológica de La sociología contemporánea (véase capítulo 19)- Aunque no sea válido desde el punto de vista de las exigencias de la ciencia empírica, lo que Cooley "vio" supo comunicado a los demás, en ocasiones con gran habilidad. 1

William I. Thomas Thomas (1863-1947), el otro gran exponente de la sociología psicológica, trabajó independientemente de Cooley. Parece indudable que, de los dos, fue Thomas quien causó mayor impresión en el pensamiento de los arquitectos contemporáneos de la teoría sociológica. Nacido en Virginia, Thomas estudió en la Universidad de Tennes-see y en las alemanas de Berlín y Gotinga. Durante esos primeros años de estudiante no se interesó por las ciencias sociales; pero en 1893 se graduó en sociología en el deparlamento de esa disciplina recién creado en la Universidad de Chicago. AI año siguiente empezó a enseñar en Chicago, donde continuó hasta 1918, fecha en que renunció por razones personales. De 1923 a 1928 enseñó en La Escuela Nueva de Investigaciones Sociales, de Nueva York, y después, durante un año (1936-37) aceptó el puesto de profesor visitante en la Universidad de Harvard. Los años intermedios y los últimos de su vida los empleó en investigaciones independientes y en escribir. Las principales obras de Thomas son Source Book o f Social Orighis (Libro fuente de hs orígenes sociales, 1909), que, considerablemente modificado, apareció de nuevo en 1937 con el tirulo de Primitire Behavhr; the Polish Peasant in Europa and America (Conducta primitiva: El campesino polaco en Europa y en América), escrito en colaboración con Znanieckí (cinco volúmenes, 1918-21); The Unad-justed Giri (La muchacha inadaptada. 1923); y The Child in America (El niño en los Estados Unidos, 1928), en colaboración con su esposa, Dorothy Swaine Thomas. Después de su muerte, el Social Science Research CouncEI creó una comisión para que recogiese otras apor-

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raciones de Tilomas a la teoría y la investigación sociales. El resultado fue la publicación de Social Behavior and Personality (Conducta social y personalidad, 1951), editado por Edmtind H. Volitan. Método logia "Thomas no escribió una síntesis final que presentara sus ideas de una manera sistemática." * No obstante, su sistema teórico puede reconstruirse mediante su obra de madurez. No es tarea fácil, ya que muchas de sus opiniones cambiaron durante los largos años de su vida activa. Era sensible a las ideas nuevas cuando aparecían en el horizonte científico, aunque no se rindió nunca ante ninguna de ellas. Durante algún tiempo se sintió atraído por el psicoanálisis, pero después rechazó las ideas freudianas por considerarlas tan engañosas como la reoria de la superioridad nórdica. A pesar de los cambios de sus puncos de vista, liornas no dudó nunca que la reoria social, expresión con la que designaba tanto la sociología corao la psicología social, tenía que ser científica. Urgía, según él, desarrollar un estudio más sistemático y exacto de la conducta humana en una escala y con un método comparables a los de las ciencias físicas y biológicas. Esto no es lo mismo, desde luego, que defender la adopción por la teoría social de generalizaciones o leyes establecidas por las ciencias naturales, actitud que Thomas rechazaba. Pero —decía—- si la sociología ha de ser una ciencia, debe aplicar a la realidad social el tipo de razonamiento empleado en las ciencias naturales. Como 1a investigación de relaciones causales entre los fenómenos es fundamental en roda ciencia, la teoría social válida debe consistir en leyes que demuestren relaciones necesarias entre las unidades de la realidad social. Esa teoría es esencial para el análisis social. Éste es el tema central del famoso estudio El campesino polaco, en el que Thomas sostiene que las unidades fundamentales de la realidad social son actitudes y valores (más abajo veremos su naturaleza y relaciones mutuas). Con el transcurso de los años, Thomas confió cada vez menos en la posibilidad de descnbrir leyes sociales de esa clase. En sus últimas obras adoptó la opinión de que el sociólogo debiera contentarse con * £. H. Volitan: introducción ■ la edicin- en ingle» de Conducta social y personalidad (Nuera York. SouuL Science ReíearcL Gúuaül, 1951}. p. L Mintru aa K advierte oir« co». ta reíeiencta » piginai de lu» «e[Ew« ¿e Thomu remiten ■ citu reproducida» cu esie volumeo

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inferencias de menor certeza que ías leyes. Cada vez más influido por h estadística contemporánea ( y probablemente por su esposa, que era una estadística eminente), sustituyó las leyes por probabilidades, al observar que cuando la situación total es complicada, las interrela-ciones son numerosas y la medición es necesaria. En uno de sus trabajos Thomas adopta una actitud que rechaza por completo el punto de vista causal para estudiar fenómenos sociales. Es esencial —-dice— abandonar la idea de "causación" en favor de un punto de vista que busca consecuencias especificas de antecedentes específicos. Así, formuló en los siguientes términos la cuestión principal en el campo de la personalidad y la cultura: "¿Individuos diferenciados de qué maneras y colocados en qué situaciones con qué tipos de conducta reaccionan, y qué cambios de conducta siguen a cuáles cambios en las situaciones?'1 (p. 296). Pero detrás de este enunciado parece haber una confusión que se ha repetido en la historia de la ciencia empírica, incluida la sociología. Esa confusión supone la identificación del punto de vista causal con la búsqueda de "Ta causa" de un fenómeno dado. Como dijo Thomas, es imposible encontrar Ja causa. Pero si el sociólogo puede formular un sistema de proposiciones que responden a las preguntas hechas por Thomas, esas proposiciones ciertamente tendrán importancia causal. En sus últimos años Thomas estudió varias técnicas que ayudarían al sociólogo a acercarse a metas científicas. Entre los diversos procedimientos de investigación, insistió en la necesidad de usar grupos de control en el estudio de la frecuencia estadística de las fenómenos sociales, por ejemplo, factores específicos en los tipos de conducta delincuente. Hoy es un procedimiento común el uso de grupos de control, pero no lo era en los días en que Thomas propuso la adopción de este método en investigaciones sociales. El enfoque situarional y el estudio de la acción Las dudas de Thomas acerca de k aplicabilidad dd tipo causal de razonamiento nacieron, por lo menos en parte, de que en la construcción de su propia teoría social eligió uno de los enfoques más difíciles: el enfoque que centrado sobre la acción del individuo en una situación social. "El estudio de la situación —escribió en 1931—, la conducta en k situación, los cambios efectuados en la situación, y los cambios consiguientes en k conducta, representan la mayor aproximación posible que el científico de la sociedad puede conseguir al

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uso del experimento en la investigación social..." (p. 88). Thomas eligió el enfoque situarional sólo después de haber examinado otras posibilidades. Por una parte, le impresionó el hecho de que el experimento es el principal instrumento de progreso en las ciencias naturales, y esperando progresos similares en la ciencia social buscó el mejor sustituto posible del experimenta Por otra parte, rechazó muchos puntos de vista usados por los sociólogos de su tiempo. En sus años de formación había admitido, como hicieron tantos de sus contemporáneos, la fórmula evolucionista, pero la abandonó pronto. No tenía buena opinión de la teoría racial ni de ninguna teoría que implicara una explicación biológica de los hechos sociales (aunque con frecuencia se refiriera al fondo biológico de 3a acción humana). Rechazó asimismo diversos puntos de vista particularistas, entre ellos la ¿miración de Tarde, la coacción social de Durkheim y la conciencia de índole de Giddings; pero le produjo fuerte impresión el behavio-rismo. Cita a Watson con frecuencia y usó casi como equivalentes las expresiones "enfoque situacional11 y "enfoque behaviorista'1. Sin embargo, no aceptó nunca el principio fundamental del behaviorismo, a saber, que la acción humana es cienriticamente explicable sin referencia a Tas mentes de los actores de la escena social. No obstanre, eligió la conducta, y después, de una manera especial la conducta de adaptación, como punto central de su teoría sociológica. Según él, la acción en una situación social es el hecho social que hay que explicar. La situación social (a la cual llama con frecuencia situación toral) consta de tres elementos relacionados entre sí: circunstancias objetivas, que incluyen reglas de conducta social* mente impuestas; actitudes preexistentes dd individuo y del grupo; ia definición de la situación por el actor mismo, influido, sin embargo, por el grupo. En El campesino polaco se acentúa el segundo de esos elementos, ya que Thomas y su colaborador Znaniecki creían, en los días en que escribían el libro, que pueden establecerse relaciones causales entre Jas actitudes y los valores. De estos dos conceptos, el de valor ya había sido desarrollado, aunque en sentido un tanto diferente, por Durkheim y Max Weber (véase capítulo 14). Pero Thomas y Zna-niecki intentaron retinar el concepto de valor para que fuera más útil en teoría social, e introdujeron en la suya el concepto de actitud. En la Nora Metodológica de El campesino polaco, tantas veces citada, ambos conceptos son definidos de un modo más bien confuso: "Por

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valor social entendemos todo dato que tenga un contenido empírico accesible a Jos individuos de algún grupo social y un sentido con referencia al cual hay o puede haber un objeto de actividad... Por actitud entendemos un proceso de conciencia individual que determina Ja actividad real o posible del individuo en el mundo social... La actitud, pues, es el equivalente individual del valor social; la actividad, en cualquiera de sus formas, es el vínculo entre ambas cosas" (pp. 49-50). En las obras posteriores Tilomas definió la actitud y el valor de un modo más sencillo: la actitud es la tendencia a obrar, y representa un impulso o un deseo; el valor representa Ta finalidad o meca dd actor. Y aun más tarde combinó los dos conceptos en la frase "actitud hacia el valor". La sustitución de Jas primeras definiciones por las últimas revela claramente las opiniones de los autores de El campesino polaco acerca de las relaciones causales entre acticudes y valores. Su principal teorema es que la causa de una actitud o de un valor no es nunca una actitud o un valor solos, sino siempre una combinación de actitudes y valores. Por esto los hombres no reaccionan del mismo modo a las mismas influencias. Los autores ilustran este teorema (de una manera quizás inadecuada) citando el caso de dos hijos que viven sometidos al mismo gobierno tiránico del padre pero que reaccionan ante él de un modo distinto. Si para un hijo es poderoso el valor solidaridad, puede resultar de ello una actitud de sumisión; si el otro hijo ama los valores individualistas, puede resultar una actitud de rebeldía. Thomas no descartó nunca por completo Jos conceptos de actitud y de valor, pero en sus últimas obras no tienen lugar tan prominente como en El campesino polaco. Mas aun allí no estudió actitudes y valores aisladamente del contexto de la situación total. La situación total, como ya hemos advertido, incluye elementos objetivos, de los cuales son parte esencial los valores mismos. Entre éstos se cuentan Jas reglas de conducta, es decir, las normas sociales por Jas cuales el grupo mantiene, regula y hace más generales y frecuentes tipos de acción definidos como deseables. Los sistemas estabilizados de tales reglas forman las instituciones sociales, y estas últimas a su vez forman la organización social. La organización social, que es un sistema normativo, es ¡a materia propia de la sociología. De esta suerte se diferencia la sociología, que enfoca los valores, de la psicología social, que es la ciencia general de las actitudes (o del lado subjetivo de la cultura). Las dos disciplinas juntas forman la "teoría social". Las circunstancias objetivas, primero de los tres elementos de la

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situación total, en opinión de Thomas, son prácticamente idénticas a las reglas e instituciones que moldean las actitudes de una persona y, por lo tanto, sus conceptos de las situaciones. ,HLa definición de las situaciones —señala Thomas en un estudio— es iniciada por los padres,... es continuada por la comunidad.. . y está formalmente representada por Ja escuela, el derecho, la Iglesia" (p. 8). Pero, al mismo tiempo, ia definición de la situación, como punto de vista del actor cuando llega a la decisión de actuar, se describe también como el tercer elemento de la situación total. Esta última siempre contiene factores subjetivos (actitudes). Sólo puede entenderse la conducta cuando es estudiada dentro de su contexto completo: la situación no sólo como existe en forma verificable, objetiva, sino también como parece existir para la persona misma. Este último factor subjetivo no debe ser nunca desestimado en análisis social, ya que, para citar el conocido teorema de Thomas, "si los hombres definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias" (p. 81). Desorganización individual y social El análisis de k conducta humana se complica por el hecho de que, en k teoría de Thomas, además de la definición personal de k situación, existe, como hemos visto, una situación cultural o socíalmente definida, y ks dos definiciones están en acción recíproca compleja. En una sociedad estabilizada, las dos son muy congruentes y la acción puede predecirse fácilmente. Pero en casos de crisis, que puede ser social o absolutamente personal (basada en nuevas relaciones o conocimientos, en cambios del medio o en otras perturbaciones), se debilita la fuerza de ks definiciones sociales. En el caso de la. conducta individual, pueden observarse dos fases en este proceso: vaguedad e indecisión, seguidas de "cristalización" cuando el individuo empieza a dominar su nueva experiencia. Cuando se debilita k influencia de las reglas sociales sobre Jos individuos, tiene lugar la desorganización social. La desorganización no es de ningún modo un fenómeno excepcional; está presente en cierto grado en todas las sociedades en todos los tiempos. Pero durante los períodos de estabilidad social k desorganización incipiente es neutralizada en gran parte por actividades del grupo que refuerzan el poder de ks regias vigentes. La estabilización de las instituciones del grupo es, pues, un equilibro cambiante o diná

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mico de ios procesos de desorganización y reorganización. Pero ese equilibrio puede ser perturbado de una manera tan fuerte, que los intentos para reforzar las reglas vigentes no puedan ya tener buen éxito. En este caso deben crearse nuevas normas de conducta y nuevas instituciones mejor adaptadas a las nuevas exigencias; éste es el proceso de reconstrucción social. Si ha de realizarse Ía reconstrucción, es esencial que algunos de ios individuos dej grupo no lleguen a desorganizarse individualmente durante el período de desorganización social. Este concepto de la desorganización y del grupo como equilibrio dinámico, expuesto en El campesino polaco, es completamente análogo a algunos de los teoremas fundamentales del Tratado general de sociología de Pareto. (véase capiculo 13), que había aparecido pocos años antes. No hay, sin embargo, razón para creer que Thomas y Zna-níecki recibieron ia influencia del sociólogo italiano, pues las opiniones arriba esbozadas fueron expuestas en embrión por Thomas ya en 1906. Los cuatro deseos, tipos de personalidad, documentos personales La preocupación de Thomas por el aspecto subjetivo de fa acción en una situación social io llevó a introducir dos seríes adicionales de conceptos y a sugerir y ensayar una nueva técnica para recoger hechos sociológicamente importantes. La primera de esas series de conceptos comprende cuatro deseos que, sin una razón válida, son considerados a veces como parte importante o hasta esencial de la teoría sociológica de Thomas, Sostenía éste que "tudo individuo tiene una gran variedad de deseos que sólo pueden satisfacerse mediante su incorporación a la sociedad". Postulaba como los cuatro deseos fundamentales, que representan tipos generales observables, los deseos de experiencia nueva, de seguridad, de consideración social y de superioridad. Esta lista aparece en El campesino polaco; pero en La muchacha inadaptada el deseo de superioridad es reemplazado, sin ninguna explicación, por el deseo de ser correspondida. Nunca logró Thomas formular claramente las relaciones de los cuatro deseos con Jas actitudes, ni incorporó los deseos a su sistema conceptual general. Describe los deseos como el elemento motor, el punto de partida de la actividad humana en sociedad, pero ésrj parece ser también una función de las actitudes. Thomas sostiene en una

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ocasión que los deseos no son ni exhaustivos ni biológicamente instintivos, peto da por entendido que los deseos corresponden en general al mecanismo nervioso. En todo taso, el que un deseo u otro tienda a dominar la conducta de esta o aquella persona se explica a base del temperamento, el cual a su vez parece ser una cuestión química que depende de las secreciones del sistema glandular. Esta manera de razonar, análoga en ciertos respectos a la teoría de los sentimientos y los residuos de Pareto (véase capítulo 13), es, por Jo menos, incongruente con. la firme actitud de rechazo adoptada |ior Thomas ante las explicaciones biológicas de la personalidad y de los fenómenos sociales y se opone a la decisiva influencia sobre la conducta que atribuye a ia cultura y a la experiencia personal. La segunda serie de conceptos adicionales se refiere a tres tipos de personalidad, a las cuales llama fíiistea, bohemia y creadora. Las actitudes del filisteo están tan estabilizadas, que es casi imposible la formación de actitudes nuevas; es el conformista. La personalidad del bohemio se caracteriza por las actitudes inestables e independientes que haeen al individuo susceptible a gran diversidad de influencias; los bohemios muestran un alto grado de adaptabilidad, pero esta adaptación es siempre provisional. La personalidad del individuo creador está fijada y organizada, pero implica la posibilidad y aun la necesidad de desarrollo, porque sus actitudes incluyen la tendencia a cambiar implícita en la actividad planeadora y productiva. Decía Thomas que esos tres tipos no agotan las variedades de Ja personalidad humana; son tipos ideales (expresión probablemente tomada de Max Weber) y, en la realidad concreta, todos los individuos, aunque en diferentes proporciones, presentan rasgos de cada uno de los tres. Aunque, tn general, la personalidad es moldeada por La experiencia de la vida dentro del marco de Ja definición social de la situación (cultura), el individuo creador puede influir en ia cultura por medio de la invención. Pero Thomas no aceptaba ía teoría de la invención del grande hombre. Su opinión sobre la materia está representada por unas palabras de uno de sus primeros escritos: "La mente individual no puede subir muy por encima del nivel de la mente del grupo [expresión por la cual en aquel tiempo Thomas entendía aproximadamente cultura}, y la mente del grupo será simple si las circunstancias del medio exterior y las experiencias raciales5 anteriores son sencillas. En este aspecto es justo atribuir movimientos e invenciones 5 EÜ sus últimas abras Thuims DD habría usado la palabra "racial" en ate Oto.; tcxro. probalilemente hubiera dicha "de grupa",

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importantes a los individuos sólo en un sentido limitado" (p. 221). Esta posición es generalmente aceptada hoy por Jos teóricos del cambio Axial, Los tres tipos de personalidad y los cuatro deseos fueron desarrollados ton alguna extensión en El campesino polaco, pero en años posteriores futran descartados por el mismo Thomas de manera más o menos completa, aunque siguieron siendo utilizados por otros muchos autores no obstante haberlos abandonado su creador. La presentación que Thomas realizó de una nueva técnica de investigación inició, por otra parte, una tendencia importante en la investigación de la ciencia social. La nueva técnica implicaba el uso de documentos personales, tales como cartas, diarios y en especial historias de las vidas o autobiografías escritas a petición de un investigador. (Recientemente los documentos de este ripo han recibido el adecuado nombre de "biogramas".)* Una soia historia de una vida constituye gran parte de un volumen de El campesino polaco, y en la misma obra se empicaron extensamente otros documentos personales. Thomas y Znaniecki opinaban que esos documentos permiten penetrar de un modo inestimable en el juego recíproco entre actitudes, valores y circunstancias objetivas en una situación social. La importancia de El campesino polaco no se limita a los conceptos, teoremas y sugestiones de procedimientos que hemos señalado. Igualmente importante es el hecho de que esa investigación representa e] primer intento en gran escala de aplicar conceptos generales de la antropología moderna al estudio de !a cultura y de la organización rápidamente cambiantes de las sociedades avanzados. Numerosas obras que adoptaran un punto de vista análogo han enriquecido la sociología contemporánea, por ejemplo los famosos volúmenes de Middlctown (1929, 1937), por R. L y R M, Lynd, y la serie de Yankee City de W. L_ Warner y sus colaboradores (véase capítulo

17). Pero a Thomas le interesaba algo más importante que mostrar cómo puede la sociología utilizar el punto de vista comúnmente empleado en etnología: el estudio de las culturas totales. El Libro fuente de los orígenes sociales (1909) subraya el principio de que, en los estudios analíticos, ningún fenómeno puede ser plenamente comprendido si se le separa del conjunto de la estructura de que forma parte, y no puede comprenderse ninguna cultura cuando se examinan aislafl VéaM 'The N , and Use o* Biograms", ("Nirunleu y uso de los biogia-mu"), por T. Abtl, en Amerkzn Jouraat of Sociolosy, vol, 53 ( 1 9 4 3 ).

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damentc sus elementos. En El campesino polaco señaló la necesidad de tomar en cuenta el conjunto de la vida de una sociedad en codos los análisis sociales. Esta actitud es hoy, naturalmente, la que suelen asumir la antropología cultural y también la sociología. Resumen y crítica El sistema conceptual y la teoría metodológica de Tilomas atrajeron de tal manera durante muchos años Ja atención de Los sociólogos norteamericanos, que en 1937 y 1938 tuvo lugar un acontecimiento desacostumbrado. El Social Scíc-nce Research Council organizó una discusión de mesa redonda sobre El campesino polaco y Jos resultados fueron publicados como volumen inicial1 de una serie de estudios sobre problemas metodológicos editados por el Consejo. El principal crítico, Herbcrt Blumer, advirtió que, aunque Thomas y Znaniccki se habían propuesto formular leyes, realmente habían propuesto muy pocas; que ios conceptos de actitud y de valor eran vagos; que los dos conceptos se traslapan o recubren en la medida misma en que tienen sentido, y que por Jo tanto no puede establecerse entre ellos una relación causal; que los autores en realidad no habían usado la metodología que se habían propuesto; y que su interpretación de los documentos personales empleados en el estudio es subjetiva, no verdaderamente científica. Thomas admitió que el materia! concreto no había sido puesto suficientemente en relación con el esquema metodológico, y que no se habían formulado leyes sociales, sino sólo proposiciones de un airo grado de probabilidad. Thomas reconocía eso de acuerdo con las opiniones que había elaborado durante los veinte años transcurridos desde ia publicación de El campesino polaca. Ademas, Znaniecki reconoció que los autores habían tratado las acritudes y los valores como elementos constantes (cosa discutible) y que habían pasado muchos años antes de que él se dieta cuenta de este error metodológico. El resumen de la discusión de mesa redonda hecho por Read Bain proporciona otras valoraciones de Ja obra. Por ejemplo, el sistema conceptual constituido por ia actitud, el valor, los deseos, los tipos personales y Ja definición de la situación, no puede, según algunos, producir leyes del cambio social. Las interpretaciones teóricas de los autores no habían sido derivadas, según se hizo observar, de los do7 H. Blumet: Critique of Reiettrch ia rbt Social Scitttctl: {Critica ¿e U ¡nvoiltpé-dútt tn lai ciemcüu meiaid} 1 (Nueva York, Social Science Rocirdi Council, 1939)

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turnemos personales ni reñían ningún otro apoyo empírico. Pero se «conoció que algunas teorías subsidiarias, por ejemplo la relativa a la desorganización social, han resultado útiles en investigaciones ulteriores. Esas críticas a El campesino polaco son justificadas. Pero no ofrecen, desde luego, una explicación satisfactoria del lugar de los escritos de Thomas en el desarrollo de la teoría sociológica. ¿Cuáles fueron las soluciones de Thomas a los problemas fundamentales de la teoría sociológica planteados en el capítulo I? Pueden resumirse del modo siguiente: Primero: Thomas nunca definió expresamente la naturaleza de [a sociedad. En vez de hacerlo, sostuvo que Ta organización social está compuesta de instituciones, las cuales, en su conjunto, constituyen un sistema de reglas impuestas por los grupos sociales a sus individuos. Empleó la palabra cultura para designar los valores materiales y so-cíales de todo grupo o pueblo. Segundo: la sociedad y la cultura deben ser analizadas en relación con su unidad fundamental, que para Thomas es la acción social Esta última consiste en la acción de un individuo en una situación social determinada por fas circunstancias objetivas, las actitudes y los valores del actor adquiridos durante su experiencia de la vida, y su definición de la situación. Tercero: Las relaciones entre ia sociedad y la cultura y Ja personalidad son de influencia recíproca: ia personalidad recibe de la cultura la mayor [Jarte de sus actitudes y valores dentro de la estructura de la organización social, pero a su vez influye en la cultura y Ja organización social. En este aspecto, las personalidades creadoras desempeñan un papel prominente; no obstante, su influencia está limitada por Jas circunstancias culturales que afrontan. Cuarto: No hay un determinante único del estado de la sociedad y de la cultura ni de sus cambios. Las diferencias en la conducta y en la cultura son consecuencias de diferencias en la experiencia de la vida de los diversos grupos, así como de diferencias en ía interpretación psicológica de dichas diferencias (las consecuencias de las definiciones humanas son reales c importantes). Quinto: Se define la sociología como Tu ciencia de las instituciones. Pero la sociología debe ser suplemeotada por la psicología social, ciencia de las actitudes o aspecto subjetivo de la cultura. Los métodos de la sociología y de la psicología social deben ser científicos, basados en la misma lógica que los de las ciencias naturales. Pero la

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materia de la sociología es única, como ocurre con la de toda ciencia, y en consecuencia hay que emplear procedimientos particulares. El procedimiento más adecuado se manifiesta en el enfoque situacional; análisis de las circunstancias que determinan las acciones de los individuos en situaciones totales. Más particularmente, hay que establecer los efectos combinados de la diferenciación de individuos y de situaciones, incluidos los cambios que experimentan; siempre que sea posible, este método debe comprender la medición del efecto de las variaciones de los factores y el uso de grupos de control. Para comprender la integración de factores diferentes en la vida del individuo, son de inestimable valor los documentos personales. Tales son los principales elementos de los escritos teóricos de Thomas. En la perspectiva histórica, ¿cuáles de ellos han contribuido más al desarrollo de la teoría sociológica? Quizás sea demasiado pronto pata hacer ese balance, pero parecen claros los siguientes puntos: Primero: Thomas fue uno de los primeros sociólogos que rechazaron la teoría evolucionista y, con Cooley, uno de los opositores más convencidos y más convincentes a las teorías monistas que interpretan k sociedad, la cultura y sus cambios a base de un solo carácter. Segundo: Concurrentemente con Pareto, pero con independencia, de él, y con los neo-positivistas, Tilomas subrayó la necesidad de usar procedimientos científicos en sociología. Su propia obra ilustra al mismo tiempo las posibilidades y las dificultades de ía investigación social empírica. Tercero: Thomas fue uno de los primeros promotores de una tendencia persistente de la sociología contemporánea que puede llamarse normativísmo. Esta tendencia señala la importancia central de las normas o reglas de conducta en k sociedad, normas que ejercen "presión moral'' sobre el actor. Sin embargo, la obra de Sumner (véase capítulo 5), que señala ese mismo hecho, ya podia servir como fuente de inspiración antes de que aparecieran los escritos más importantes de Thomas. Cuarto: Tilomas enriqueció el tesoro teórico de k sociología con varios conceptos importantes, entre los cuales la situación social. Ja definición de k situación y la desorganización social han resultado adquisiciones duraderas. La distinción entre actitud y valor, a pesar de su falta de precisión, ilustró el problema básico de tratar los elementos subjetivos y objetivos en el análisis de la acción, problema reflejado, por ejemplo, en los más recientes estudios de MacJver sobre

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h\ actitud y el interés (véase capítulo 18). Este último concepto se parece mucho al "valor" de Thomas, el cual, a su vez, tiene cierras afinidades ron el valor tal como lo habían tratado anteriormente Durkheim y Max Weber. Quinto: Thomas fue uno de los primeros promotores del que puede llamarse principio de integración, según el cual los fenómenos sociales deben ser estudiados en el contexto total de las culturas. El campesino polaco ha mostrado el camino a muchos estudios de ese tipo sobre sociedades modernas. En k actualidad ese principio es una parte central del punto de vista funcional en sociología y en antropología cultural. Sexto y último: Thomas llamó Ja atención sobre la fundamental importancia del estudio de las relaciones entre la personalidad y la cultura. Insistió en que el principal problema que hay que resolver en teoría social se centra en torno de la interdependencia del individuo y de la organización soeía! y la cultura. Este problema sigue siendo una de las principales incumbencias de la sociología, de la psicología social y de la antropología. No obstante estas importantes aportaciones, las opiniones de Thomas contienen algunos elementos peligrosos por su potencialidad para llevar a Ta sociología a un callejón sin salida. En la formulación de Thomas, la unidad básica del estudio sociológico no es la interacción, sino la acción del individuo en una situación social. Thomas insistió con persistencia en que la situación social es en parte de naturaleza objetiva. Pero Ja importancia que concedió a los factores subjetivos (juntamente con una tendencia originada por Max Weber, como veremos en e] capítulo 14) ha estimulado a algunos sociólogos norteamericanos de hoy a traspasar ampliamente la demarcación convencional entre sociología y psicología, y han identificado la teoría social con Ja teoría de la acción (o con parte de esta teoría), mientras que hasta ahora Ja acción había sido uno de ios temas centrales de la psicología. Así, para muchos sociólogos su disciplina ha venido a interesarse primordial mente por la motivación de la conducta humana. Este interés hace borroso y confuso el objetivo de la sociología, ya que no parece haber ninguna tendencia a abandonar los perdurables problemas del campo perteneciente a la estructura y los cambios sorio-cul mraics. Como hemos visto anteriormente, varias de las formulaciones de Thomas están sujetas a críticas. Los cuatro deseos, por ejemplo, aunque el mismo Thomas abandonó esta concepción, se convirtieron durante

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algún tiempo en manos de algunos autores en una especie de cliché para explicar la conducta; pero ni Tilomas ni sus discípulos pudieron determinar las funciones específicas de los diferentes deseos en condiciones especificas. Los tres tipos de personalidad de Thomas, que también han sido excesivamente empleados por algunos escritores, eran en esencia conceptos más literarios que científicos. La diferencia entre actitud y valor no está claramente definida en e! tratamiento que íes da Thomas: ambas cosas parecen ser personales y sociales, subjetivas y objetivas, lo cual impide el establecimiento de relaciones causales entre ellas. Pero estos punros débiles de Ta teoría de Thomas han sido expuestos en gran parce sobre ia base de progresos de la ciencia social realizados años después de haber sido publicado lo fundamental de su propia obra, especialmente El campesino polaco. En realidad, el mismo Thomas formuló algunas de esas críticas en sus últimos años, y no pueden usarse como varas para medir el valor de sus realizaciones. Porque Thomas fue un audaz explorador científico, y tiene pocos ¡guales en la sociología norteamericana. Por mucho tiempo estarán en deuda con él la teoría y Ja investigación sociológicas.

CAPÍTULO 1 3 VILFREDO PARETO La sociología psicológica puede ser tan diversa como la psicología misma. Queda demostrada la verdad de esta proposición cuando se compara la teoría de Thomas con la de Vilfredo Parero. Pareta y sus escritos El distinguido sociólogo italiano Vilfredo Pareto (1S48-1923) nació en París; su padre era italiano y su madre francesa, lo cual explica su bilingüismo. Se fue a Italia a la edad de once años, y después de los estudios clásicos, se graduó en el Instituto Politécnico de Turín. Durante algunos años estuvo empleado como ingeniero consultor de una compañía ferroviaria y después fue superintendente de unas minas de hierro. En el curso de esas ocupaciones se interesó por los problemas económicos. En 1882 recibió una herencia que le permitió dedicar el resto de su vida al estudio y la investigación. Pareto publicó algunos excelentes trabajos sobre economía, a ios cuales debió su nombramiento de profesor de esa materia en la Universidad de Lausanne en 1892. En los años siguientes hizo aportaciones notables a la economía matemática. Poco después del cambio de siglo publicó Los sistemas socialistas, en aquel tiempo quizás el estudio más detallado y profundo sobre la materia. Al ¡JOCO tiempo comenzó su obra más importante, el Tratado general de sociología, publicado en 1915 simultáneamente en italiano y en francés. Pero la primera Guerra Mundial no era tiempo propicio para lanzar un tratado sobre problemas teóricos, y el estudio de Pareto pasó inadvertido hasta algunos años más tarde. El Tratado contenia algunas expresiones cáusticas contra la democracia (que Pareto conocía principalmente en sus formas francesa e italiana, un tanto falseadas). Esas partes de su obra atrajeron la benévola atención de Benito Mussohni, quien, una vez en el poder, ofreció a Pareto un asiento en e! Senado italiano. Hay que decir, para su prestigio, que Pareto declinó el ofrecimiento. En 193Ó apareció una traducción inglesa del Tratado con el título de Mittd und Sockty. La traducción era, en muchos aspectos, superior al original: todas las citas fueron referidas a sus fuentes (cosa que Pareto había descuidado) y se le puso un excelente índice suma-

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meóte útil a causa dd difuso y asistemático carácter del Tratado. Esta traducción acentuó la corriente de interés por Pareto que había comenzado en los Estados Unidos a fines del decenio de los 1920. La boga fue especialmente fuerte entre cierros científicos de preparación no sociológica, como el ¡irofesor L, J. Hendcrson, de la Universidad de Harvard, fisiólogo que estimuló el interés de los sociólogos jóvenes por la teoría de Pareto, entre dios Parsons y Gcorge Homaus (véase capítulo 18).

LA sociología y sus métodos w El punto de vista de Pareto sobre la sociología se caracteriza ante todo por su insistencia sobre el carácter científico (empírico) de esta disciplina. El Tratado contiene numerosas observaciones mordaces sobre el seudocienticificismo de Comte y Spencer y punzantes referencias a las "religiones" seculares del progteso, Ja humanidad y la democracia. Si ha de evitar esas añagazas anticientíficas, dice Pareto que la sociología debe emplear un método ' lógico-experimental" 1 basado totalmente en la observación y la inferencia lógica, probablemente de acuerdo con el canon estricto de la inducción tal como lo formuló ]. 5. Mili. En opinión de Pareto, e] mundo experimental (observable) consiste en cosas y relaciones que pueden ser percibidas por los órganos de los sentidos y que por lo general pueden medirse. Pero en el Tratado habla Pareto extensamente de problemas que no pertenecen a ese "mundo experimental" y que, sin embargo, juegan un gran papel en la vida social, tales como las ideas, las abstracciones, Zas opiniones, Jas creencias y los sentimientos. Consideraba como su tarea principal la reducción de esos fenómenos a hechos observables pertenecientes al mundo de la realidad tal como él lo definía. En consecuencia, pone en guardia contra ios procedimientos meramente verbales: "Las ciencias naturales no fueron nunca estructuradas sobre el estudio y ía clasificación de los vocablos del lenguaje ordinario, sino estudiando y clasificando hechos. Hagamos lo mismo con k sociología" (núm. 39ó).2 Pareto insiste también en que el procedimiento científico debe explicar lo desconocido por lo conocido. Por lo tanto, se explica 1 En fruté* e italiano I» palabra "tuperimenw" irgniliea también observación controlada. - De acuerdo con el deseo de Paittn, ¡al ciru de su Tratada *e hacen con ttnch a luí pimío* numerado» del ra orco

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mejor lo pasado por lo presente que lo presente por lo pasado, principio muchas veces violado en las monografías y libros de texto sociológicos. Finalmente, advierte que los conceptos fundamentales de una ciencia deben ser definidos con precisión y sus teorías formuladas en términos precisos. Es dudoso, no obstante, que el propio Tratado de Pareto cumpla esos requisitos metodológicos. El sistema social: Su estructura y dinámica La aportación más importante de Pareto a la teoría sociológica es su concepto de la sociedad como un sistema en equilibrio. Esta formulación permite a ía sociología abandonar el organicísmo crudo sin abandonar ciertas proposiciones orgumcjstas sólidamente fundadas. Si la sociedad es un sistema, es un todo formado por partes ínter-dependientes; el cambio de una parte afecta a las otras partes y ai todo. Los "puntos materiales o moléculas" del sistema, según Pareto, son los individuos, que son afectados por fuerzas sociales que se distinguen por propiedades constantes o comunes. El estado de un sistema social en un momento dado está determinado por las siguientes circunstancias: primero, el medio extrahumano; segundo, otros elementos exteriores a la sociedad en aquel momento, incluidas otras sociedades y los estados previos de Ja sociedad dada; y tercero, elementos internos del sistema, a saber, intereses, conocimientos, "residuos" y "derivaciones" que son manifestaciones de "sentimientos". De estas circunstancias determinantes sólo los residuos y las derivaciones son sometidos por Pareto a un estudio detallado. En esa fórmula general de equilibrio no parece haber lugar para fenómenos culturales como el derecho, la política, la religión o el arte. Pero la falta de tratamiento explícito no significa que Pareto dejara de reconocer su importancia. Torios ellos tienen su parte en el mantenimiento de los sistemas sociales, pero, en su opinión, únicamente en la medida en que manifiestan sentimientos fundamentales. El papel de los sentimientos es, pues, esencial en la conservación del equilibrio social. Para Pareto la sociedad es un sistema en equilibrio. Esto significa que existen, dentro de cada sociedad, fuerzas que conservan la forma (o configuración) que la sociedad ha alcanzado o que garantiza el cambio igual e ininterrumpido; en este último caso, el equilibrio es dinámico. De esto sesigue un importante corolario: si el sistema social está sometido a la presión de fuerzas exteriores de intensidad mode*

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rada, las fuerzas internas actuarán para restablecer el equilibrio, volviendo Ta sociedad a su estado de tranquilidad,3 Estas fuerzas internas consisten principalmente en el sentimiento de revulsión contra todo lo que perturba el equilibrio interior. Sin ese sentimiento, toda alteración incipiente del sistema no encontraría sino muy poca o ninguna resistencia y se produciría con impunidad. Esta situación puede presentarse de hecho, pero sus probabilidades son reducidas al mínimo por el sentimiento de resistencia independientemente del número de individuos directamente afectados positiva o negativamente por los cambios propuestos. Este teorema del restablecimiento del equilibrio de los sistemas sociales ha sido confirmado hasta cierto punro por el estudio de la reacción social contra el delito, de los resultados de las revoluciones y del efecto de la guerra sobre las sociedades. En esos casos, lo mismo que en otros, una gran cantidad de pruebas indican el carácter frecuentemente provisional de los trastornos sociales y el carácter persistente de las ordenaciones sociales fundamentales. El análisis de las fuerzas internas se basa en la distinción entre acción lógica y acción alógica. Según Pareto, una acción es lógica sí su finalidad es objetivamente alcanzable y si los medios empleados son objetivamente congruentes con la finalidad dentro del marco del mejor conocimiento disponible; todas las demás acciones son alógicas (Jo cual no quiere decir que sean ilógicas o contrarias a la lógica). Es probable que Jas acciones lógicas sean raras. En el tratado de Pareto sólo aparecen unos pocos ejemplos, entre los que figuran la formulación de teorías científicas, la acción económica (que en realidad de ningún modo es siempre lógica) y la conducta de los abogados en un pleito. Pero aun la actividad judicial es alógica a causa de que el papel de juez implica más cosas que la mera aplicación lógica de reglas legales abstractas a casos concretos. Pareto sostiene que las sentencias judiciales manifiestan en gran medida los sentimientos de los jueces (sentimientos que comparten con otros individuos del grupo), y que la referencia a la ley escrita es una explb cación ex post jacto de una decisión a que se ha llegado por otros caminos. 'Xas sentencias de los tribunales —escribe— dependen en gran parte de los intereses y los sentimientos operantes en una sociedad en un momento dado, y también de caprichos individuales y de hechos fortuitos, y sólo ligeramente, y en ocasiones nada, de los 3 Mii «neamente, en la reorla de Fimo el equilibrio K define por la presencia de fuerza» que acaban por restablecerlo.

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códigos o leyes escritas" (núm. 466). Este ejemplo es uno de los muchos que usa Pareto para demostrar su teorema fundamental: el predominio de la acción alógica en la vida social. La acción alógica se relaciona con los residuos y las derivaciones. Esras dos últimas cosas son manifestaciones de sentimientos que a su xvi son estados biopsiquicos indefinidos, pero probablemenrc básicos. Aunque Pareto admite que esos estados no son directamente cognoscibles, señala el carácter probablemente específico de su expresión en residuos, derivaciones y conducta humana. Pareto parece creer que los sentimientos son instintos o tendencias humanas innatas; por ejemplo, a uno de los sentimientos más importantes lo llama "el instinto de combinación". Por otra parte, admire que los residuos son correlativos con las circunstancias cambiantes en que viven los seres humanos, que las acciones en que se expresan los sentimientos refuerzan a éstos y hasta pueden suscitarlos en individuos que carecen de ellos, que ios sentimientos son engendrados o acentuados por la persistencia de los grupos y, a su vez, puede ayudar a sobrevivir a. esos grupos. Estas cualidades no son propiedades de instintos innatos e inmutables, sino características de la conducta aprendida. Precisamente en los días de Pareto empezaba a desarrollarse en psicología ÍA teoría de la conducta aprendida, hecho que indudablemente explica en parte Ja ambigüedad de su terminología. Según Pareto, algunos sentimientos impulsan a los hombres a justificar sus acciones formulando teorías alógicas que sus defensores consideran altamente lógicas. El examen de esas "teorías" revela la diferencia entre los residuos, elementos profundos, constantes y en consecuencia importantes, y las derivaciones, elementos superficiales, variables y en consecuencia menos importantes. Los residuos pueden descubrirse estudiando diferentes enunciados relativos a un mismo asunto y abstrayendo de ellos los elementos constantes. El conocimiento de los residuos, que están más cerca de los sentimientos que las derivaciones, permite penetrar más en la causación de Jas acciones humanas. Pero los residuos también son manifestaciones, y en definitiva Ja causación debe buscarse en lo más profundo de Tos sentí' micntos. Aunque esta, formulación particular sea conjetural o discutible, debemos estar de acuerdo con Pareto en que explicar las acciones aceptando al pie de la letra lo que los individuos dicen acerca de su conducta es, desde Juego, un procedimiento vacío de validez científica, principio reconocido desde hace mucho tiempo por los estudiosos de Ja vida humana.

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Pateco subrayó la diferencia entre su opinión acerca de las acciones humanas y la explicación racionalista de las mismas. Esta última supone que los hombres primero piensan, primero formulan ideas y teorías y después obran de acuerdo con ellas. En opinión de Pareto, la conducta sigue el proceso inverso: Ja comisión precede a la racionalización. Por ejemplo, termina el estudio de las teorías populares sobre el nacimiento de ía propiedad privada declarando: "Una familia, o un grupo étnico, ocupa un trozo de tierra.. . El hecho de la perpetuidad de Ja ocupación, de la posesión, es con toda probabilidad anterior,.. a todo concepto de derecho de herencia1' (número 256). Para Purera no hay relación causal directa entre la teoría y Ja acción. Ambas son causadas por sentimientos básicos que se revelan en la acción de una manera constante, pero en la teoría o justificación los sentimientos se manifiestan casi al azar. Todo modo de conducta es justificado por alguna teoría, con toda seguridad; pero en cada caso concreto la justificación teórica está determinada por el accidente de la invención, y por lo tanto no es de gran importancia en el análisis de la conducta. Esta conclusión es otro teorema importante de la sociología de Pareto. Según este autor, hay seis clases de residuos (y varias subclases en cada una de ellas): primero, el instinto de combinación, la facultad de asociar cosas; segundo, el residuo de la persistencia de los agregados. Ja tendencia conservadora; terceto, el residuo de la manifestación de sentimientos medíame actos exteriores (entre ellos la formulación de justificaciones; en términos sencillos, la a uto-expresión); cuarto, el residuo de sociabilidad, o tendencia a formar sociedades y a imponer una conducta uniforme; quinto, el residuo de integridad personal, que impulsa a acciones que restablezcan la integridad perdida, tales como las que forman la fuente del derecho penal; sexto, el residuo sexual. En la vida social estos residuos pueden combinarse de diferentes maneras. Por ejemplo, mediante una combinación de los residuos de equilibrio y de persistencia del grupo se forman fuerzas compuestas de gran importancia social, corresjiond ¡entes a Jos fuertes y poderosos sentimientos del tipo vagamente designado con ía frase "ideal de justicia". La clasificación de los residuos hecha por Pareto no está explicada ni justificada en ninguna parte. La sexta clase, el residuo sexual, es heterogéneo, y lógicamente parecería requerir un complemento, como el hambre. Las clases tres a cinco se relacionan con la tendencia, de los sistemas sociales a permanecer en estado de equilibrio o a restaLle

cerlo. Las clases una y dos se muestran en su distribución entre las gentes, como se indica más abajo. Un gran admirador de Pareto concede que esta clasificación fue "el trabajo de pala de un iniciador".* Aunque se han sugerido adiciones y mejoras a esc trabajo de pala, parece improbable que ios investigadores intenten desarrollar este asj>ecto de la obra de Pareto a causa de sus manifiestos defectos. La clasificación que hace Pareto de los residuos, se basa en parte en su estudio de material tomado predominantemente de autores clásicos. Sostiene que una gran literatura refleja aproximadamente la vida real, que el estudio de ia literatura clásica destruye prejuicios y que, puesto que los residuos son constantes, del análisis cuidadoso de la literatura clásica pueden derivarse proposiciones universales. (A pesar de esto, con trozos de los clásicos se mezclaron recortes de prensa). Cada texto seleccionado de esas fuentes fue interpretado primero como manifestación de un sentimiento particular; después se compararon ios textos individuales, que fueron clasificados en clases y subclases. Este procedimiento (que difícilmente puede considerarse precursor del actual análisis de contenidos usado en el estudio empírico de comunicaciones, aunque análogo en sus propósitos) es la mayor aproximación al método inductivo que puede encontrarse en la obra de Pareto. Su análisis de las derivaciones es menos detallado que el estudio de los residuos. Las derivaciones, como dijimos más arriba, se consideran como manifestaciones superficiales —como explicaciones— de las fuerzas subyacentes en la vida social. Pareto examina primero las derivaciones desde el punto de vista del carácter subjetivo de esas explicaciones, y después esboza cuatro clases principales de derivaciones: primero, las derivaciones de afirmación, incluidas las afirmaciones de hecho y de sentimiento; segundo, las derivaciones de autoridad, ya sea de individuos, grupos, costumbres o deidades; tercero; las derivaciones que están de acuerdo con sentimientos y principios comunes (y en consecuencia sirven para conservarlos); cuarto, derivaciones de prueba verbal, por ejemplo, metáforas y analogías diversas. Los numerosos ejemplos que da Pareto de estas diferentes clases de explicaciones verbales de la conducta revelan que las categorías se recubren y confunden. Sin embargo, no hay ninguna conexión estrecha entre las clases de residuos (arriba esbozadas) y de derivaciones; unas corran a orras. 1 L ]. Hen decios: Pareto'i Sociology: A Pí/ytiohglit't Ititerptotation (La lociología tU Párelo,Interpretativa da un fisiólogo), 1935, p. 58.

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La circulación de minorías o "élites" En opinión de Pareto, aunque los residuos son comunes a codas las sociedades y tiempos, están desigualmente distribuidos entre los individuos, y su frecuencia relativa en sociedades y épocas diferentes está sujeta a cambios. Pareto estudia extensamente el cambio social, en cuanto se relaciona con las dos primeras clases de residuos (el instinto de combinación y la persistencia de los agregados). Ese estudio tiene por consecuencia la formulación de la teoría de Ja circulación de las élites, que constituye un teorema fundamental más de la sociología de Pareto. Las élites están formadas ¡xir individuos de aira capacidad en sos respectivos campos. Hay dos clases principales de élites: una élite gobernante, que comprende a los individuos que directa O indirectamente representan un papel importante en la manipulación del poder político; y una ¿lite no gobernante, formada por hombres competentes que no ejercen poder político. La distribución diferencial de residuos entre los miembros de élites es mucho más importante para los asuntos sociales que su distribución en las masas.6 Dependientes del predominio de residuos de la clase uno y de la clase dos respectivamente, describe Pareto dos tipos de hombres, a los que designa con las palabras especulador y rentista? Cuando la élite gobernante está dominada por especuladores, la sociedad está sometida a cambios relativamente rápidos; cuando predominan los rentistas, los cambios se producen lentamente. Pareto sostiene que existe una tendencia natural en las ¿lites de los dos tipos a alternarse en puestos de poder político. Cuando una élite de un tipo ha gobernado durante algún tiempo, en la clase gobernada se acumulan elementos superiores e, inversamente, en las clases gobernantes se desarrollan elementos inferiores. En consecuencia, una élite formada de especuladores, pongamos por caso, comeré errores que abren el camino ai ascenso de los rentistas; pero después de haberse consolidado éstos en sus puestos, también cometen errores y abren la puerta a los especuladores. Así se presenta una teoría cíclica de los cambios sociales, caracterizándose las dos fases del ciclo por el predominio de las actitudes conservadoras o de Tas actitudes progresistas respectivamente. La historia, pues, dice Pareto, "es un cementerio de aristocracias" (número 2053). Esta, teoría, que se parece mucho a la de Saint-Simon sobre * Ei «te un pumo de vim que unjo de un modo «pecíil ■ i cu futiim. 1 K. La pcnoni que buK* icguridod y que por lo nato invierte luí ahorra ta boira

■ deiigni « francés a (en Francia, ■ <'<§).

la necesaria alternación de periodos orgánicos y críticos, halla muchos ejemplos en la historia antigua y en la literatura clásica. Pero los ejemplos (como se ha observado al exponer la teoría de Spencer) no son una demostración sistemática. En ausencia de esta última, parece que no hay razón bastante para atribuir validez universal a esta teoría a base de la obra misma de Pareto. Resumen y crítica ¿Cuáles fueron, en suma, las soluciones de Pareto a los problemas fundamentales de la teoría sociológica? Concibe la sociedad como un sistema en equilibrio, cuyos puntos materiales de referencia son los individuos que están expuestos a mi número limitado de las llamadas fuerzas, Esas fuerzas, sentimientos y residuos ante todo, determinan el estado del sistema social. En esta concepción parece haber poco lugar para la cultura. La unidad básica para el análisis sociológico es, en ei sistema de Pareto, una simple manifestación de esas fuerzas persistentes que actúan en la base. El análisis debe interesarse ante todo por los residuos, que son manifesraciones de fenómenos bíofisicos incognoscibles. Para Pareto, el problema de ks relaciones entre el individuo y k sociedad es un aspecto del problema general de las relaciones entre la parte y el todo en cualquier sistema. Su punto de vista en esta cuestión es esencialmente funcional; todos los cambios en las partes do un sistema afectan al todo, y viceversa. Esta última opinión guarda consecuencia con la actitud de rechazo que adopta Pareto ante toda versión de monismo sociológico que reduciría Tas explicaciones de k vida social a factores o causas únicos. Sin embargo, esboza un número limitado de factores que él cree que determinan el estado de la sociedad y los cambios sociales. En ei caso de dichos cambios, subraya la naturaleza y distribución de residuos específicos, o tendencias a obrar de cierta manera, en la élite gobernante. Los cambios en las ¿lites parecen ocurrir por una necesidad inmanente. Pareto no define ks relaciones de k sociología y ks demás ciencias sociales; pero insiste en que la sociología debe basarse en el método lógico-experimental, método que requiere observación disciplinada e inferencias lógicas de las observaciones. Sus fuertes admoniciones a este respecto las debilita su propk inclinación a sustituir

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con afirmaciones de otros los hechos recogidos por observación y a abandonar ei procedimiento inductivo por sistemas de clasificación manifiestamente intuitivos. Estas características contribuyen a hacer excepcionalmente difíciles el estudio e interpretación de los escritos teóricos de Pareto. Su Tro-iodo contiene, ciertamente, gran número de proposiciones plausibles sobre diversos aspectos de la realidad social y cultural, que represen-can una fuente de sugerencias e hipótesis en el estudio actual de La estructura y Tos cambios sociales. Pero se ha hecho relativamente poco uso de la obra de Pareto en este respecto, siendo una excepción notable Management and the W orker (La administración y el obrero). notable investigación sobre sociología industrial de R J, Roethlisber-ger y W. J. Dickson7 Las principales aportaciones de Pareto son la insistencia (aunque no la práctica, como hemos visto) en que la sociología se gobierne por cánones estrictamente científicos, y k concepción de k sociedad como un sistema en equilibrio perfecto. Respecto de esta última concepción, las proposiciones de Pareto concernientes a k tendencia de los sistemas sociales a restablecer el equilibrio perturbado, los diferentes factores que contribuyen al estado de los sistemas sociales, ia importancia de k acción alógica en k vida social y el carácter intermitente de los cambios sociales, señalados por períodos sucesivos de alteraciones lentas y rápidas, son formulaciones sugestivas que se aproximan a las circunstancias observables. Mucho menos útil es el análisis que hace Pareto de las fuerzas internas operantes en la vida social, especialmente la reducción de esas fuerzas a residuos, A fin de cuentas, la explicación (¿también elk una derivación?) que da Parero de los hechos sociales descansa en una teoría biopsíquica acerca de algo muy parecido a los instintos. Hoy sabemos que esa explicación de k conducta individual o social es engañosa a causa del papel ubkuo de los factores culturales e institucionales en la conducta humana. Pero aun cuando identifiquemos los sentimientos y los residuos de Pareto con la conducta aprendida más bien que con los instintos, su procedimiento para fundamentar esas fuerzas es altamente discutible. En primer lugar —para citar al filósofo R S. C Northrop—, "en vez de ser dados inmediatamente los estados psíquicos de pri7 £Slt estudio de DOS fábrica de la Western HIecTrie Compaoy ai Hawihofnc, Hit-nois, hace Uio especialmente de la teoría de Parero sobre el equilibrio! véanse parrictíiaf' raence pp. 272 (noia), 557-68.

mera mano al psicólogo introspectivo bien preparado", los rasgos psíquicos de Pareto son "características de segunda o tercera mano asignadas a personas. . . que, en el momento en que Pareto hace sus 'observaciones', existen sólo en su imaginación. . . Ni una sola vez mientras acopiaba sus 'hechos' abandonó Pareto el sillón de su gabinete".8 En segundo lugar, Pareto se impuso a sí mismo ia difícil tarea de entresacar residuos probablemente fundamentales de derivaciones innumerables y reconocidamente engañosas. La realización de esa tarea requiere la. identificación de derivaciones asociadas con "el mismo asunto"; pero no están claros los criterios para diferenciar los asuntos. Ni lo están los procedimientos empicados para determinar los residuos particulares manifiestos en las derivaciones especificadas. Evidentemente, la obra de Pareto está muy lejos de satisfacer las exigencias científicas que él mismo proclamó con tanta fuerza y claridad. El tratamiento de los residuos y las derivaciones, que ocupa gran parte de su Tratado, es, pues, el aspecto más débil de su obra. Mas L hay, esparcidas por esta pane de la obra, muchos atisbos penetrantes y muchas orientaciones sugestivas pata investigaciones ulteriores. Y, según hemos visto, el resto de la formulación teórica de Pareto, en particular su concepto del sistema social como un equilibrio dinámico, sigue siendo una aportación importante al desarrollo de la teoría sociológica.

B The Logk of ¡he Sciences and ¡he Humánate! (Logice de fas ciencias y de ios humanidades), pui F. S. C Northrop, 1947, p. 270. Véase iodo el capitulo 15 ds «le volumen pata Ja valoración de la obra de Parem.

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CAPÍTULO 14 MAX WEBER El acontecimiento más notable en el desarrollo de la teoría sociológica durante el primer cuarto dd siglo XX fue d florecimiento de la sociología psicológicamente orientada. Esta tendencia se desarrolló independientemente en varios países y, en su nivel teórico más airo, está representada por tres investigadores. Ya hemos estudiado las aportaciones de dos de ellos: el behaviorismo moderado de Thomas unido al "punto de vista cultural"; y la obra de Pareto, incluida su psicología, que se asemeja a la tendencia ínstin ti vista. Debemos estudiar ahora ai último, pero no el menos considerable, de los tres: el investigador alemán Max Weber, cuya sociología es también sub-jetivista, aunque subraya los elementos racionales de Ja activídatT mental del hombre^ Weber y su obra Max Weber (IS644920) nació en el seno de una familia bien acomodada y recibió excelente preparación en derecho y economía. Su padre, persona activa en la política alemana, fue durante muchos años miembro del Reicbstag y formó parte del partido liberal nacional. En 1893 Weber fue nombrado profesor de economía de la Universidad de Friburgo, y poco después pasó a desempeñar un puesto análogo en la Universidad de Heidelberg. En 1900 sufrió una grave enfermedad y se vio obligado a abandonar la actividad académica; no se reintegró a ia enseñanza hasta 191S, fecha en que pasó a Viena y poco después a Munich. Murió en 1920, cuando su talento estaba en plena madurez. Durante los años en que estuvo académicamente activo nunca permaneció ocioso. Sus recursos personales le permitían viajar mucho —-en 1904 visitó ios Estados Unidos—- y dedicarse a la investigación. Publicó un número sorprendente de estudios y ensayos, muchos de los cuales aparecieron en el Archiv für Soziaiwiísenschaft und Sozial-politik, que gracias a Weber fue prominente entre las publicaciones alemanas de ciencias sociales. También colaboró con numerosos artículos en periódicos e intervino activamente en política. Sus opiniones políticas eran liberales y reflejaban el punto de vista que había prevalecido en el hogar paterno. Protestó contra la guerra submarina

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sin restricciones durante la primera Guerra Mundial y propugnó la negociación de k paz. Después de la guerra, formó parte de la comisión que preparó el memorándum sobre la culpabilidad de la guerra presentado a k conferencia de la Paz de París, y de k comisión que redactó k Constitución de Weimar. Puede decirse que su vida se repartió por igual entre una ciencia y una política de elevado nivel. Gran número de los escritos de Weber no pertenecen ai campo de ia sociología; de los escritos sociológicos, la mayor parte tratan problema^ concretos, no cuestiones de teoría general. Pero Weber tenía una mentalidad altamente analítica, y aun cuando tratase problemas no orientados primordialmente hacia la teoría, hizo a esta última aportaciones importantes. AI morir, dejó sin terminar su obra más importante en el campo de la teoría sociológica, U Q tratado monumental sobre Economía y sociedad. Fue laboriosa tarea preparar para la publicación (en 1922) los diferentes fragmentos de la obra que ya habían pasado de k etapa preliminar. Por el mismo tiempo fueron recogidos y publicados en la forma de "Colección de trabajos" sus colaboraciones en diversas revistas y otros escritos. De estas colecciones, tres volúmenes tratan de sociología y religión, uno de historia social y económica, otro de sociología y política social, y otro más de lo que llamamos hoy sociología de Jos conocimientos. Esta enumeración indica el campo excep-cionalmente amplio de los intereses científicos de Wcbcr. ■

El fondo de la sociología do Weber No puede entenderse k aportación de Weber a k sociología sin hacer referencia al clima intelectual, en especial filosófico y científico, de la Alemania de comienzos del siglo xx. La teoría marxista formaba parte de aquel clima; pero estaba más dominado por el renacimiento de la filosofía kantiana, según_la cual existe un abismo infranqueable entre el mundo de los fenómenos materiales y el mundo del ^espíritu" que se manifiesta ante todo en los valores. En relación con el mundo material, se decía que ks ciencias naturales pueden y deben formular "leyes de k naturaleza1', enunciados de uniformidades invariables. Aunque la ciencia puede adquirir conocimientos sobre el estado y procesos de la mente humana "interpretándolos" desde adentro, no puede percibir uniformidades en el mundo del "espíritu" y debe limitarse a ia descripción y valoración exactas

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de acontecimientos y sus secuencias en sus manifestaciones únicas y no recurrentes. Esta actitud no ha impedido a Toennies y a Simmel, como hemos visto, elaborar sistemas sociológicos dd tipo de la ciencia natural, descritos más arriba. Ninguno de esos escritores pretendió, seguramente, formular "leyes"; ambos se satisficieron con formular tipologías —de grupos sociales en el caso de Toennies, de relaciones y procesos sociales en el de Simmel—i Pero la obra de Simmel, s¡ no la de Toennies, implica la idea de orden en ía realidad social. Weber mismo hizo un valeroso esfuerzo para superar la oposición entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del "espíritu", y para crear un sistema sociológico que conservara los elementos más valiosos de los dos puntos de visnp Compartía la creencia de que las ciencias sociales y las ciencias naturales son completamente diferentes. En las ciencias naturales, el interés humano es un interés de dominio: quien conoce las uniformidades puede disponer de las fuerzas de la naturaleza. Por el contrario, en las ciencias sociales d interés se dirige a la valoración. El concepto mismo de cultura es un concepto de valor. La realidad empírica se convierte en cultura para nosotros porque, y en tanto que, la relacionamos con valores. La validez de los valores es materia de fe, no de conocimiento, según Weber; por lo cuito, las ciencias sociales deben investigar los valores, pero no pueden proporcionar normas e ideales que obliguen y de los que puedan derivarse principios que dirijan la actividad práctica. Por lo tanto, en opinión de Weber, las ciencias sociales (incluidas la sociología y la historia) deben ser ciencias libres de valores. Cuando Weber escribía, era bien conocida la variabilidad de los sistemas de valores en el tiempo y el espacio. Puesto que los procesos culturales constantemente se están formando y reformando, la materia de las ciencias culturales está sujeta a cambios; en consecuencia, decía Weber, no hay que pensar en una ciencia sistemática y generalizadorn de la cultura. La ciencia social tiene que ser una ciencia empírica de la realidad concreta. Fue esta una conclusión que tuvo profundas consecuencias sobre las investigaciones y el pensamiento científico de Weber. Aunque poseyó una de las mentalidades teóricas más brillantes de la sociología, rara vez se permitió hacer amplias afirmaciones gtneralizadoras que trascendiesen los sistemas ¡le culturas concretas. Su mayor interés estuvo en ei sistema de la. sociedad y la cultura en que vivía; su prin^ cipal esfuerzo, en consecuencia, lo dedicó a laboriosos estudios sobre

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el origen y desarrollo de las instituciones políticas, económicas, jurídicas y religiosas del mundo occidental- Pero no se limitó a esas materias. Habiendo llegado a cienos conclusiones relativas a las interconexiones entre el nacimiento del capitalismo moderno y ei desarrollo y carácter del protestantismo, decidió someter a prueba lo validez de esas conclusiones examinando situaciones comparables en algunos, pero no en todos, los respectos en otras civilizaciones. Con ese intento^ realizó brillantes investigaciones sobre las civilizaciones china, hindú y judaica (en Jas que son muy diferentes los sistemas religiosos y filosóficos), estudios que, según creía, confirmaban los resultados a que había llegado en el estudio de la evolución de Occidente. Este estudio comparativo lo movió quizás a vencer su escepticismo original acerca de la posibilidad de una sociología general. Hacia el fin de su vida empezó a escribir el tratado arriba mencionado. Economía y sociedad. La primera parte de esta obra es en gran proporción tina teoría sociológica general en la dirección de una ciencia teórica abstracta como Comte la había concebido. Existen, como podíamos esperar, diferencias enrre las opiniones expuestas en las obras de madurez de Weber y en sus primeros escritos, pero no son diferencias de principios. Las obras primeras fueron precursoras de las posteriores. El sistema de ideas de Weber puede describirse tomando como base el conjunto de sus obras sociológicas. En su sistema sociológico, Weber intentó aprovecharse de las posibilidades que ofrecían tanto las ciencias naturales como las ciencias "del espíritu". Se alcanza el nivel más alto de comprensión de los fenómenos sociales —según enseñó Weber— sí esa comprensión es a la vez causalinente adecuada y adecuada en la esfera de la significación. Esta proposición requiere que se analicen tres cuestiones: ¿Qué es comprensión causalmcnte adecuada? ¿Qué es comprensión significativamente adecuada? ¿Cómo se relacionan ambas cosas? La comprensión causal y el proceso histórico En contestación a nuestra primera pregunta dice Weber: La interpretación de una secuencia de acontecimientos es causalmente adecuada si observaciones minuciosas conducen a k generalización de que es probable que k secuencia ocurra siempre de la misma manera. Esas_gcncralízaciones, en opinión de Weber, deben derivarse estadísticamente siempre que sea posible. Para los fenómenos que no pueden ser estadísticamente descritos e interpretados, queda la posb

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bilidad de comparar el mayor número posible de procesos históricos o conremporáneos análogos y que difieran sólo respecto del factor cuyo papel se está investigando. La realización principal de la erudición de Weber fue tina, impresionante investigación del último tipo. Pero esa serie de estudios empezó de un modo un ranto diferente. En los años de juventud, Weber quiso poner a prueba la afirmación básica del marxismo, según Ja cual todos los fenómenos culturales, incluso la religión, están £un-damentalmentejjetermi nados por la evolución de las fuerzas económicas. Para Marx, la Reforma protestante fue un subproducto del nacimiento del capitalismo. Weber decidió someter a prueba esa tesis, y llegó a una conclusión diferente. El capitalismo en general, dice Weber, es un sistema de empresas lucrativa anidas pwr .relaciones de. mercado, que se^ ha desarrollado IÚ5ráricamenre_en muchos lugares y en diversos tiempos. Pero el capitalismo maduro de la época moderna se distingue del capitalismo en general por su carácter racional y la organización racional de la mano de obra libre. ¿Cómo nació este tipo moderno? Weber advierte que el problema de la aparición inicial es distinto de aquel del desarrollo subsiguiente, ya que, una vez nacido, un sistema social se sustenta a sí mismo. Sostiene Weber que el nacimiento del capitalismo maduro fue afectado por la aparición de la ética protestante, especialmente-por la. calvinista. De un modo preliminar dejó sentado que en la Alemania contemporánea las zonas predominantemente protestantes son más ricas que las partes pn'mordiaimenre católicas de 1a nación, y después demostró la correlación entre el desarrollo del capitalismo maduro y el del protestantismo.. Era ése un razonamiento de acuerdo con el método de los cambios concomitantes empleado por Tos investigadores sociales de aquel tiempo. Pero Weber qiti^ rae_nder esa concomitancia a la relación causal aplicando el juétodo del acuerdo y, como después veremos, presentando una explicación adecuada en la esfera del significado. El capitalismo moderno o maduro, dice a base de laborioso estudio histórico, nació no simplemente por una necesidad ecopórpíea interna, sino como si fuera impulsado_por_ pera fuerza naciente; la ética, religiosa def P[OttS^nTÍstn9j y en especial la del calvinismo. En las siguientes partes de su estudio, los términos son el espíritu del capitalismo moderno y el espíritu del protestantismo, ET palabra espíritu^ significa aquí un sistema de máximas efe conducta humana.'y El capitalismo maduro no se basa en el simple impulso adqui.!

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sitivo. Es una actividad racional en la que tienen gran importancia el orden, la disciplina y Ja jerarquía dentro de la organización. Considera la práctica de la conducta adquisitiva como una especie de vocación. J4acc hincapié en el éxito como tal, no en las satisfacciones que puede comprar el éxito económico.^ La ótica protestante no sanciona directamente la adquisitividad, pero insiste en la salvación. En su forma calvinista, se supone que la salvación depende de la predestinación, de una decisión inmutable de Dios, y en consecuencia ei individuo no puede hacer nada para conseguirla; pero como la salvación es el centro de la vida, religiosa de una persona, inevitablemente se interesa en saber si está entre los elegidos. El éxito o triunfo en la vocación secular o mundana se considera como un indicio casi infalible de que se es uno de aquellos. Además, sea cual fuere la vocación, el individuo debe conducirse de una manera disciplinada y ordenada. Según Weber, esas máximas de conducta religiosa y secular estaban can de Acuerdo entre sí, j que el nacimiento de la orientación ética protestante puede considerarse como condición necesaria, aunque no suficiente, del nacimiento del capitalismo moderno; En otras palabras, las máximas de acción basadas en la ética calvinista dirigieron a los creyentes a conducirse de acuerdo con el espíritu del capitalismo maduro. (Lo mismo que el capitalismo, la ciencia moderna fue estimulada por esa orientación ética, relación señalada claramente por el sociólogo norteamericano Robert K. Merton.)1 Esa tesis, apoyada en extensas investigaciones, no le pareció suficiente a Weber. En consecuencia, decidió estudiar situaciones que, aunque análogas en otras cosas, diferían en el factor particular sometido a investigación: la religión. Se formuló la siguiente pregunta: ¿Qué ocurre si las circunstancias generales son tan favorables al nacimiento del capitalismo maduro como lo fueron en Europa por el tiempo de la Reforma, excepto la ética religiosa? La cuestión exigía investigaciones hechas de acuerdo con los lincamientos del método de las diferencias. En consecuencia, Weber realizó los detallados estudios sobre la China y la India mencionados más arriba. Pero no dio por supuesto que Europa en vísperas de] capitalismo maduro, de una parte,_y la China y ífl~Indíá en ciertas épocas, de la otra, se diferenciaran sólo respecto de la presencia o la ausencia de una ética relíL Véue de Merton especialmente Soíirty. Technology and Soeiaiy in 1 7 tb Cett-inrj EngUnd ¡Sociedad, ¡etnología y sociedad en ¡a Inglaterra del ligio xvii) Brujas, Bélgica. SÍ. Cithc.inc Pr«iF Lid.p I93S.

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giqsa favorablejdj&diftiSfiEQ del capitalismo maduro. El admitir la posible importancia causa de otros factores debilita susranc talmente su argumento. No obstante, Weber mostró claramente que la combinación de circunstancias sociales y económicas no religiosas fue propicia al nacimiento del capitalismo en la China, pero que el sistema ético del con-fucíanismo no lo fue. En la India, aunque las circunstancias generales, en especial el sistema de castas, no fueron tan favorables como en la China, todavía ofrecían campo suficiente para el nacimiento del capitalismo, excepto el Karma tradicional, creencia en la transmigración de las almas, que era hostil al desarrollo económico a la manera occidental. A base de estos y de otros estudios, pudo afirmar Weber: No hay circunstancias económicas específicas que garanticen el nací^i miento del capitalismo; es necesaria por lo menos otra condición, que pertenece al mundo interior del hombre. Én otras palabras, debe haber una fuerza motriz específica: la aceptación psicológica de valores e ideas favorables al cambio. Los investigadores sociales siguen discutiendo si Weber demostró esta tesis central. Cualquiera que sea la solución, su obra muestra ei tipo de operaciones científicas necesarias para alcanzar una comprensión causaTmentc adecuada de bis secuencias históricas no reduc-tibies a tratamiento estadístico. Al hacerlo así, abrió el camino a lo que hoy se llama algunas veces "experimento sociológico", y más exactamente ' 'cuas ¡-experimento". Weber comprendió que este método comparativo sistemático no siempre es posible en los estudios socio históricos. En este caso, queda el "peligroso e inseguro procedimiento del 'experimento imaginario', que consiste en imaginar ciertos elementos de una cadena de motivaciones y 3o que probablemente se seguiría de ia ausencia ciertos factores".2 Como ejemplo de este procedimiento citó ia obra de uno de los historiadores eminentes de su tiempo, Eduard Meyer (1S5>1930), que hizo esa especie de experimento mental respecto de la batalla de Maratón, sacando las consecuencias de una imaginaria victoria de los persas y comparándolas con los acontecimientos reales,8 Empleando Ii obra del mismo Weber como ejemplo de este método, uno puede preguntarse cuáles habrían sido las consecuencias para el mundo occi-

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2 The Tbtory of Social anj Etonomic Organisafion (ed. por T. Paron»), Nuevj York, Oxford Univcrtity PrfiJ, 1947, p, 97. El» volumen o unn traducción por Fanón» ■■ A. M l l u , I J Parle 1 de Winicbaft and Gesúllichaft (Economía y sociedad). S E. Müyer: Gcschichse da Aitcrtuta!, YO!. III ( 1 9 0 1 ) . pp. 420 ss.

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dental si no hubiera habido protestantismo. O, para ritax una situación más reciente que ha preocupado a varios eruditos, ¿podemos "pensar ausente" de la historia rusa a Lcnin e imaginarnos el sistema soviético actual? Estos ejemplos ilustran, debe notarse, un experimento mental extraordinariamente difícil y que requiere el análisis lógico y la reconstrucción imaginaria de acontecimientos, y que, sin embargo, emplean con frecuencia los historiadores y otros. La comprensión en el plano de la significación y ¡a acáón humana Mucho más difícil de captar es la concepción de Weber acerca de k comprensión en ei plano de la significación. Como ya hemos advertido, Weber esperaba conservar j^araja sociología las ventajas de las ciencias del espíritu sobre las ciencias de la naturaleza- Esa ventaja, segÚQ él, reside en la posibilidad de una espede de comprensión basada en el hecho de que tós ¡seres humanos son directamente conocedores de la estructura de ks acciones humana^ En el estudio de los grupos sociales, por ejemplo, podemos ir más allá de la mera demostración de relaciones y uniformidades funcionales; podemos comprender las acciones —y ks intenciones subjetivas de los actores— de los miembros individuales. Pero en ciencias naturales no podemos comprender en ese sentido los movimientos de los átomos, de ks moléculas, y asi sucesivamente, sino que sólo podemos observarlos o deducir uniformidades presentes en tales movimientos. El contraste entre las ciencias sociales y las ciencias naturales ha sjdq expuesto de manera muy viva por otro sociólogo, Maclver, en los siguientes términos; Los hechos sociales son rodos en última instancia hechos iniúsRtbU:. Cuando sabemos por qué cae un gobierno, o cómo está determinado un precio, o par que estalla una huelga, o cómo celebra su culto una tribu primitiva, o por qué mengua el índice de natalidad, nuestro conocimiento es diferente en un aspecto vital del conocimiento de por qué cae un meteoro, o cómo guarda la Luna su distancia de la Tierra, o por qué los líquidos se congelar^ o cómo utilizan el nitrógeno las plantas. Los hechos dd segundo tipo sólo podemos conocerlos desde afuera; los hechos dd primer tipo los conocemos, en cierta medida por lo menos, desde dentro. ¿Por qué los ciudadanos se volvieron contra el gobierno? ¿Par qué el sindicato declaró la huelga? Para contestar a estas preguntas tenemos que proyectarnos a nosotros mismos en las situaciones que estamos estudiando. Tenemos que conocer los valores, los fines y las esperanzas de seres humanos que operan en una situación particular. No hay historia

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inrc-rior de por qué cae un meteoro o por qué se congelan loa líquidos. Lo comprendemos como datos, como expresiones de leyes, y nada más. Por otra parte, como en ios asuntos humanos hay siempre una historia interna, no podemos alcanzar nunca más que una verdad parcial o reía* riva. Ésta es la paradoja del conocimíenio. Las únicas cosas que conocemos, como verdades ínmutablcsjort las cosas que no comprendemos. Las únicas cosas que comprendemos son mutables y nunca plenamente conocidas.* La idea de la comprensión subjetiva llevó a Weber a una decisión científica de la mayor importancia. Define la acción como conducta humana, franca o no, a la que el individuo actuante concede un sentido subjetivo. La conducta privada de sentido subjetivo pertenece a la periferia, del estudio sociológico. La sociología, en opinión de Weber, como se veri más adelante, es primordialmenre el estudio de la acción orientada hacia la conducta de los demás. Este concepto de la orientación de la conducta sirve para distinguir la sociología de fa psicología. Pero es más importante 3a idea de Weber según la cual la acción social es una especie de conducta que implica un sentido para el actor mismo. Nótese que esta posición es contraria a las enseñanzas del behaviorismo norteamericano, el cual excluye el estudio de los sentidos subjetivos fundándose en que no son nunca observables ni comunicables. Recuérdese que el behaviorismo influyó en la ciencia social norteamericana, especialmente en los decenios de los 1920 y los 1930, pero que su influjo disminuyó en los tiempos más recientes, cuando las opiniones de autores como Weber, Madver y Znaniecki subrayaron el papel de la significación o sentido en la acción social. Para Weber la "comprensjón en el pjanp de la significación" tiene lugar de dosm^eras. Primero, hay comprensión directa mediante la observación del sentido subjetivo del acto de otra persona. Comprendemos lo que quiere decir una persona cuando afirma que 2 X 2 = 4, o el sentido subjetivo de los actos irracionales de un hombre hambriento, y el sentido del acto de apuntar a un animal con un arma. Podemos captar esos sentidos porque conocemos las intenciones subjetivas, .que 3tribuÍ¡nos a_ nuestras propias acciones semejantes. P. Segundo, hay la comprensión del motivo. Podemos reproducir en nosotros el razonamiento intencional del actor, pt si su acción no 4 Girado tn la edición en inglés de Libertad y control en la sociedad mudema, de M. Berger, T. Abel y C H. Paso (editorrt), Nueva York, D. Van Nosirand Company, Int., 1954, p. 290 (en el capitulo XN1. "Roben Maclver's Conrributioiis to SociolugicüL 1 lwory1 , por H. ALpert).

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es racional, podemos, mediante la participación simpática o empatia, comprender el contexrQ_emocÍQnal_en que tiene lugar la acción. (Advertimos aquí estrecho paralelismo entre la metodología de Weber y la comprensión simpática de Cooley. Véase capítulo 12.) El observador no necesita compartir las opiniones teóricas, ni los fines últimos, ni los valores del actor, pero comprende intelectualmente la situación y Ja conducta implicadas. En otras palabras, el acto particular es colocado en una secuencia de motivos cuya comprensión puede tratarse como una explicación del curso real de la conducta. Este procedimiento es posible porque el motivo o móvil tiene un sentido subjetivo que les parece al actor mismo y al observador funda-meneo bastante para la conducta en cuestión. Recientemente Teodoro Abel ha refundido ingeniosamente la actitud subjetiva de Weber en una psicología más objetiva. Según Abel, 5 "ia operación verstehen" (comprender) consiste en la interna! ización de los factores observados, uno estímulo y otro respuesta, y en la formulación de una máxima de conducta comúnmente aceptada que los una, procedimiento aplicable a observaciones de casos, generalizaciones o enunciados sencillos sobre regularidad estadística. Asi, por ejemplo, "la inteligente investigación estadística ha establecido una alta correlación. . . entre el promedio anua! de las cosechas y el número de matrimonios... Usamos como detalles de infotmación el hecho de que la disminución de la cosecha.. . reduce de maneta importante los ingresos del agricultor... y el hecho de que uno está contrayendo nuevas obligaciones.. . cuando se casa. .. Después internalizamos [el primer hecho] en un 'sentimiento de ansiedad"... y [el segundo hecho]... en 'miedo a nuevas obligaciones"... Podemos ahora aplicar la máxima de conducta: "La persona que experimenta ansiedad temerá contraer nuevas obligaciones". , . Puesto que podemos encajar en esta regla el hecho del menor número de matrimonios cuando las cosechas son malas, decimos que entendemos la correlación". fii, n i > ' Seguramente Weber pensaba en casos menos simples que éste cuando expuso "3a operación verstehen". Pero en los casos más complicados el procedimiento sigue siendo esencialmente el mismo. Podemos imaginar las emociones que suscita en la gente el efecto do una situación o de un suceso dados; podemos imaginar el motivo que está detrás de la acción de una persona o de un grupo, y podemos 6 "The Operaiíon Called Vmíeben" ( "La operación Llamada Verüehtn"), en Ameritan Journal of Socioíogy, LTV (noviembre, 1948), pp. 2il ti.

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encontrar o inventar una máxima aceptable de acción que mostraría "que el estado afectivo que atribuímos a una acción humana dada es dirigido por el estado afectivo que suponemos evocado por una situación o un suceso que la infringe".6 Dicho en las palabras de Mac-Iver, al analizar la conducta humana tenemos que dedicarnos a Ia_ "reconstrucción imaginaria". 7 . ¿Reclama este procedimiento de comprensión en el plano del sentido una sociología que no puede diferenciarse de la psicología? Weber lo niega, afirmando que el procedimiento que él recomienda no es de ningún modo psicológico. La confusión^—dice—- se basa en el error de suponer que es psíquico todo lo quc.no es físico. Además de los mundos físico y psíquico hay el mundo de las significaciones o ideas. Cuando un hombre cree que 2 X 2 = 4 , eso es un fenómeno psíquico; pero la idea de que 2 X 2 = 4 , es independiente del contenido del pensamiento de toda persona particular. Aunque estamos de acuerdo con esta opinión, debe advertirse que la pregunta inicial queda sin contestar. Porque, en opinión de Wcber^ la significación que es un atributo necesario de la acción es subjetiva: es una significación que está presente en la mente del actor mismo o por lo" menos es pensada como presente. De otro modo la acción no es comprensible y su estudio no corresponde al campo de la sociología. Weber vence esta dificultad en parte afirmando que además del sentido de un acto para el individuo, hay también un "sentido medio" atribuibte a una pluralidad de actores, o hasta un sentido para actores hipotéticos en tipos particulares de actividades. (Aquí emplea Weber el concepto de "tipo puro" estudiado más arriba,) Pero sentido medio y sentido típico hipotético no son lo mismo que sentido subjetivo. Si ía sociología se interesa meramente por el primero, sus gobiernas son distintos de los problemas de la motivación individual. Pero si el sentido medio o el sentido hipotético difieren de los sentidos concretamente experimentados por los individuos y aun así corresponden a la provincia de la sociología, ésta no £uede, cntoncesí_g§r_cQ!?sideradfl .como la ciencia.de la acción social, como la definió Weber. Es preciso señalar esta dificultad o inconsecuencia. No es necesario intentar resolverla aquí.

E mi., p. 216. R. M. Muctvex: Causación social, capíiulu IXcómica, 1949. 7

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Relación entre la causación y la significación ¿Cómo se relacionan entre sí el concepto de causación de Weber y su tratamiento de la significación? Su contestación a esta pregunta se refiere menos a la conducta concreta que a las acciones típicas abstractas. Así, dice: "Una interpretación causal correcta de la acción típica significa que el proceso que se dice ser típico es adecuadamente captado en el plano de la significación y al mismo tiempo la interpretación es en cierto grado causalmente adecuada. Si falta la adecuación respecto de la significación, entonces, por alto que sea el grado de uniformidad y por exactamente que pueda ser numéricamente determinada su probabilidad... es todavía una probabilidad estadística incomprensible. . Por otra parte, la explicación más adecuada desde el punto de vista de la significación no tiene sentido causal sí no hay prueba de la probabilidad del acto en cuestión; en ej mejor caso, sigue siendo una hipótesis plausible. La explicación sociológica satisfactoria, pues, debe ser a la vez subjetivamente significativa y factualmente probable. Pero se ha demostrado que no siempre se dispone de explicaciones causales, ni de explicaciones significativas. Esta última situación, que se presenta con frecuencia, fue bien conocida por Weber, quien reconoce que gran parte de la conducta social se distingue por la semíconsciencia inarticulada del actor y hasta por la ignorancia de su sentido subjetivo (situación que probablemente priva a la conducta del carácter de "acción"). La falta de conocimiento del sentido es muy frecuente, en realidad, cuando la conducta es tradicional, es decir, cuando está determinada por la costumbre social, o cuando es afectiva, es decir, cuantío está determinada por la emoción. Weber no considera sociales las acciones análogas de diferentes personas expuestas al mismo estímulo ni la conducta consistente en meras imitaciones. (Aquí está en desacuerdo con Tarde y sus discípulos); pero no excluye de la sociología esos modos de conducta. Procesos y uniformidades en la conducta humana que no son. comprensibles (porque carecen de significación subjetiva) y que por lo tanto no son materia inmediata de la sociología, no debeo ser, a causa de eso, desandados en el estudio de 3a vida social, aunque se les estudie con otros métodos. En otras palabras, la atención de ]a sociología debe enfocarse sobre la acción social que tiene significación subjetiva (o por lo menos significación media o hipotética), B

Teoría de U organización social y económica, p. 99.

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mientras que las circunstancias objetivas o psicológicas que influyen en la acción social son periféricas, aunque a veces importantes, para esa disciplina. El tipo ideal o puro: Sn naturaleza y aplicaciones El estudio de la acción social, como Weber lo concebía, requiete el método de] tipo ideaí o puro, Gumo esta última palabra aparece sólo en Economía y sociedad, la expresión "tipo ideal" aparece más comúnmente asociada con el nombre de Weber. Pero "tipo puro" es quizás la denominación más adecuada, ya que señala más claramente el sentido que da Weber a este roncepco metodológico. (Hay que aclarar que Weber no se atribuyó Ja invención del tipo ideal o puro; más bien trató de hacer explícito un procedimiento comúnmente empleado en el estudio científico.) El tipo ideal o puro es una construcción mental. Está formado por la exageración o acentuación de uno o más rasgos o aspectos observables en la realidad. El tipo así construido puede llamarse ideal porque existe como una idea. Según Weber, rara vez, o quizás nunca, pueden encontrarse en la vida misma fenómenos que correspondan exactamente al tipo mentalmente construido. Pero el tipo también puede ser llamado puro en el mismo sentido en que un químico designa asi un elemento después de haberlo desembarazado de los materiales con que está combinado en el estado natural que precede al análisis. Un tipo ideal o puro difiere de un promedio estadístico, el cual, sin duda alguna, es un instrumento esencial para el análisis social, como hemos visto, aunque para fines diferentes. El tipo ideal no es una hipótesis. Es un instrumento para eí análisis de acontecimientos o situaciones históricos concretos. Dicho análisis requiere conceptos que estén precisa e inequívocamente definidos, normas que puedan encontrarse con los tipos ideales. Un tipo ideal es un concepto límite con el que se comparan las situaciones dei la vida o las acciones cu el proceso de la investigación. Cuando se estudia de esa manera la realidad concreta —dice Weber—, se hace posible establecer relaciones causales entre sus elementos. Economía y sociedad, de Weber, nos proporciona un ejemplo frecuentemente citado de su uso del tipo social y nos descubre también las dificultades de este procedimiento. Weber formula un tipo puro de acción racional (cuyo carácter se estudia más abajo) y sostiene que para los fines de un análisis tipológico científico es posible tratar

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la conducta no racional y la racional como desviaciones del tipo racional ideal. De ese modo, el sociólogo está capacitado para estudiar los modos en que la conducta humana real es influida por elementos irracionales y no racionales. Este método —concluye Weber— no implica que la conducta racional predomine en la vida social. Pero este procedimiento encuentra grandes dificultades, que se revelan en la. cuádruple clasificación que Weber hace de ía acción social, basada en cada caso sobre el modo de orientación de la conducta. Así, dos clases de acción son racionales; una hace uso de medios apropiados para la. consecución de fines racionalmente elegidos, y la otra utiliza medios análogos para realizar "valores absolutos", como son los fines religiosos y éticos. Las otras dos clases de acción son las de los tipos tradicional y afectivo antes mencionados. Ahora bien, si el tipo ideal en este caso es una construcción que descansa sobre los cimientos de la acción racional, ¿cómo es posible construir tipos ideales de acción artacionat o irracional? Esta dificultad o inconsecuencia no la resuelve la interpretación de Weber. Weber hace uso frecuente del procedimiento del tipo ideal o puro en sus escritos sociológicos. En el proceso, su sociología, que el quería centrar en torno dd concepto de acción social, que Implica una significación subjetiva, se convirtió en gran medida en un estudio de tipos de conducta humana hallados en circunstancias medías o hasta hipotéticas. Economía y sociedad es en proporción considerable un intento para construir un sistema de tipos ideales. Sus definiciones son, por así decirlo, "impuestas" por el autor:9 las formula más o menos dogmáticamente y después las explica atributo por atributo, en ocasiones con largas y detalladas descripciones de situaciones históricas concretas que supone ser ejemplos que ilustran la definición. Weber no construye sus tipos por medio de un proceso inductivo rígido; más bien deriva sus rasgos característicos por inducción poco rigurosa basada en extensos estudios de materiales apropiados y, a lo que parece, selecciona intuitivamente los rasgos que han de ser incluidos en sus tipos ideales. Entre las numerosas definiciones de Weber acerca de tipos idea-íes se citan con frecuencia las siguientes:1" Relación social, concepto 5 O. "Dcíiiiiriütis ia (he Social Scicncfi" ("La definiciones en las ciencia» sociales"), por N. 5. Timasbeff, cu The American Jooinal of Sochlogy, 53, 206-208. 10 En albinos los deíiniciunes han si Ja un tan cu simplificadas y imducidas de un nsuuu que difiere Jel que aparece en La teoría de ia organización social y económica.

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lógicamente cercano al de acción social, es la conducta de una pluralidad de actores en cuanto, en su contenido significativo, la acción de cada uno de ellos tiene en. cuenta las de los otros. Un grupo organizado es una relación social en la medida en que individuos específicos ejecutan regularmente la función de imponer orden, en el grupo. Un grupo organizado cuyo orden de gobierno se interesa en principio por ía. validez territorial es un grupo territoñalniente organizado. Un grupo organizado cuyos miembros están, por virtud de su pertenencia al grupo, sujetos al ejercicio legítimo de un control imperativQ.es un grupo mperativamente coordinado. Un grupo imperad v amen re coordinado es un grupo político si su cuerpo administrativo mantiene el orden dentro de una zona territorial dada por ía aplicación y la amenaza de la fuerza física. Un grupo político es un estado _si.su.cuerpo administrativo ejerce con éxito el monopolio del uso legítimo de la fuerza física para hacer cumplir sus órdenes. Es ésta una serie de conceptos en que la extensión de cada concepto sucesivo es limitada por la adición de uno o más rasgos no contenidos en la definición del concepto precedente. La única excepción a este procedimiento se encuentra en la definición del grupo organizado, que se limita en dos direcciones para convertirse ya en un grupo territorial, ya en un grupo imperativamente coordinado. Cuando un grupo organizado es a la vez territorial e imperativamente organk zado, es un grupo político, cuyo ejemplo típico es el Estado. Las definiciones de algunos de Jos tipos ideales que acabamos de reproducir contienen a veces atributos que son definidos independientemente, con frecuencia como tipos ideales adicionales. De esta suerte, un subtipo del grupo organizado es definido por la adición del atributo del control imperativo. Éste, a su vez, es definido como la probabilidad de que una orden específica será obedecida por un grupo específico de personas. En relación con esto, afirma Weber que cada grupo organizado dotado de control imperativo intenta fundamentar y cultivar la creencia en su legitimidad. Uno de los ejemplos más famosos del procedimiento del tipo ideal es la descripción que hace Weber de tres tipos de autoridad legítima, cada uno de ¡os cuales descansa en un modo diferente de profundada en la creencia en reglas o normas impersonales y en el tender la legitimidad. Así, hay una autoridad sobre bases racionales, derecho a mandar de los individuos que adquieren autoridad de acuerdo con dichas reglas; este tipo racional legal es aproximadamente el de la sociedad occidental contemporánea. La autoridad tradicional

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se basa en la creencia en la santidad de las tradiciones y en la legitimidad de la posición de quienes poseen autoridad de acuerdo con Ja tradición, como en el caso de las monarquías consagradas. Finalmente, la autoridad carismút&a descansa sobre la devoción a la específica y excepcional santidad, heroísmo o carácter ejemplar de una persona y de los modelos u órdenes mormativos revelados u ordenados por él;u ejemplos de este tipo son jefes carismáticos tales como Gandhi y tíitler. Estos tres tipos ideales con roda verosimilitud no agotan las posibilidades de tipos de autoridad legítima, probabilidad que Weber reconocía. Su intención aquí, como en otras ocasiones, es formular de un modo conceptual mente preciso algunos tipos sociológicamente importantes. Debe recordarse, además, que estos tipos puros de autoridad son construcciones abstractas; los sistemas concretos de autoridad política incorporan dos o más elementos de los tres tipos. {Así, la autoridad política en ios Estados Unidos, aunque predominantemente racional legal, en ocasiones revela rasgos carismáticos y, especialmente en los mecanismos políticos consagrados, presenta huellas de elementos tradicionales.) La mayor parte de los tipos ideales de Weber no se refieren directamente a acciones, sino a colectividades sociales (expresión que él prefería a la de grupo social). Esto puede parecer que constituye una desviación del concepto de la sociología que la considera pri-mordiaimente interesada en las acciones sociales. Sin embargo, la relación social, el tipo ideal que forma la base de la pirámide de tipos estudiados más arriba y de otros muchos, es definida por Weber como la probabilidad de que tendrá lugar cieno curso de acción social. Esta definición conducrista se relaciona con el hecho de que Weber conocía muy bien el peligro de ia "sustancialización" de las rclacio* nes sociales y de todos los tipos de grupos sociales. "Tin Estado, por ejemplo, ^lejajle,existir en un sentido propiamente sociológico cuando ya no hay ninguna probabilidad de que cierras clases de acciones sociales significativamenre orientadas puedan rener lugar".' 2 Weber insiste en qiat. la acción...sólo existe como conducta de uuQ_o_raág seres humanos individuales, y las colectividades sociales deben ser tratadas únicamente como resultantes y modos de organización de actos ejecutados por individuos. Para la sociología, conceptos como Estado, asociación, parentesco y ocres análogos designan caregorías de interacción humana. De ahí que sea tarea de ía sociología reducir U L¿ teoría d g h organización lociol y económica, p. 328. 12 Ihid., p, 118.

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esos conceptos a las acciones comprensibles de los individuos participantes. Esta actitud se acerca mucho al nominalismo sociológico extremo, lo contrario al realismo sociológico de Durkheim que examinamos en el capitulo 9' Probabilidad Hay otro aspecto de las definiciones de Weber que requiere atención: su frecuente uso del concepto de contingencia o probabilidad. Para Weber una explicación causal es esencialmente el enunciado de la probabilidad de que las cosas ocurrirán de determinada manera. El concepto de .probabiiM^. comp_ hemos visco, va implícito en Indefiniciones de xekdóa socíaL de.grupo organizado y de cp¡j_-. rrojjmperawvo. También aparece en otras varias definiciones, entre ellas dos frecuentemente reproducidas (en ocasiones sin referencia a Ja fuente): la de convención (muy parecida a Ta de costumbre de Sumner) y la de ley. Convención es la probabilidad de que la desviación de la norma social tendrá por consecuencia una reacción de desaprobación relativamente general y prácticamente importante, en tanto que ley es la probabilidad de que la desviación del código lega] encontrará la sanción física o psíquica aplicada por un grupo especialmente facultado para realizar esa fundón. La definición que Weber da de dascr para citar un ejemplo de un campo muy diferente, también subraya el concepto de probabilidad: "Podemos hablar de 'clase' 1 ) cuando un numero de personas tienen en común un componente causal específico de las posibilidades de su vida, en la medida en que 2) ese componente esté representado exclusivamente por intereses económicos en la posesión de bienes y de Oportunidades de ingresos, y 3) esté representado en las condiciones de los mercados de mercancías o de mano de obra".18 La importancia que Weber concede a la probabilidad, tal como la revelan estos ejemplos y otras partes de sus escritos, y a pesar del "idealismo" que impregna su obra, ha contribuido a llamar la atención de los sociólogos norteamericanos empírica y estadísticamente orientados hacia la teoría de Weber, porque sus definiciones, en sn referencia a fas probabilidades ¡le la conducta, son "operativas" y pueden aplicarse a las operaciones de la investigación empírica.14 1P From M MJÍ ll ■ Eutys in Sociologt (Ensayoi loñolcgitos de Max VPebpr), (traducido* r crudos por H. H. Gerth y C. V- Milla), Nueva York. Oiíord Uni-versiiy Press, 1946, p. Lfil. M Q f . "OperationjL Dcfinítions in Scriologv" ("Definiciones operativas ea Soria-

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Sociología de Weber: Ett los principios y en ia práctica ¿Qué concepto tenía Weber de Ja sociología? La respuesta a esta prcgunra lleva implícitas Jas dificultades que examinamos en las primeras pactes de este capítulo. Por una parte, Weber empezó su tratado final definiendo la sociología como una "ciencia que intenta la comprensión interpretativa de la acción social para llegar por ese medio a una explicación causal de su curso y efectos".15 Añade que la rarea especifica de la sociología es la interpretación de la acción atendiendo a su sentido subjetivo, y que dicha disciplina debe enfocar su atención sobre los fenómenos subjetivamente comprensibles. Por otra parte, sostiene Weber que la función especifica de la sociología es la comprensión de individuos típicamente diferenciados, y que debe rrarar de formular conceptos de tipo y generalizaciones de procesos empíricos. El primer enunciado, si se mantiene consecuentemente, parecería hacer de la sociología una rama de la psicología. Pero el segundo concepto exige el desarrollo de una tipología de las acciones significativamente orientadas completada por la exploración de "procesos comprensibles" que afectan a la conducta. La obra concreta de Weber escuvo mas de acuerdo con la segunda concepción de la sociología que con la primera. Sean cualesquiera las inconsecuencias existentes en las definiciones formales de Weber acerca de la sociología (las cuales no consideró "definitivas" de ningún modo), sus investigaciones en diversos campos concretos han tenido influjo duradero sobre la sociología y otras ciencias sociales. Ya nos hemos referido a sus estudios comparativos sobre la religión, incluido su tratamiento de las interconexiones entre el protestantismo y el capitalismo, y a su análisis de ía autoridad política. Otras tres materias por lo menos —historia económica, estratificación social y burocracia— han sido iluminadas por ia actividad investigadora y teórica de Weber (aunque su trabajo en esos campos quedó sin terminar). Su General Economic History,1* basada en notas de estudiantes de su última serie de conferencias, circula en inglés desde 1927, peto ni hace justicia a Jas extensas investigaciones de Weber ni tiene especial interés sociológico. Pero sus escritos sobre las clases y la posición social —fenómenos que diferencia claramenlojfa1), por II AJpcri. en American Socinlogicai Rtvitttt, val. 3, núm. 6 (diciembre. 1930). tap. p. 861. 16 La teoría it la organización tocia! y económica, p. 88i41 Traducida poi F. H. Knighr de Wirschafssgeichichis (Landre*. Gcorge Alien and Uwia, Ltd., 1927).

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te— y las relaciones entre ellas son ampliamente leídos hoy en los Estados Unidos, particularmente desde la publicación en 1946 de From Max Weber: Essays in Sociology (traducidos por Hans Gerth y C. Wright Mills), y en 1947 de TheTheory o f Soe'ud and Economic Qtganizdüon (traducción de A. M. Henderson y Talcott Parsons). El primero de estos libros contiene también una gran parte del estudio sistemático de Weber sobre la burocracia. La burocracia, con sus formulismos, su jerarquía y su estandarización, es un modo de organización social especialmente adecuado para Ja economía del dinero y la racionalidad del mundo moderno, como señala Weber. No confinada a las esferas política y económica n¡ a las sociedades "capitalistas", la burocracia, "la. más grande de las invenciones sociales" del hombre, ha llamado inevitablemente la atención de muchos investigadores sociales. Es un tributo rendido a la obra iniciadora de Weber el que su análisis de la burocracia siga siendo una guía teórica en este campo. Resumen y crítica *

La sociología de Max Weber es tan diferente de otros sistemas sociológicos, que no es fácil sacar de elJa respuestas a las preguntas básicas que hemos elegido como guías en nuestro estudio del desarrollo de la teoría social. Aunque no definió nunca la sociedad, puede inferirse que la consideraba como un complejo de ¿nterrelaciones humanas caracterizadas por la conducta significativa de una pluralidad de actores. Hizo penetrantes estudios de lo que hoy llamamos cultura, pero no la definió. Deseaba evitar la "susmncializadóil", es decir, la atribución de existencia concreta a construcciones mentales como los tipos ideales: en este respecto sus opiniones cuentan con la simpatía de los neo-positivistas norteamericanos. Para Weber, el elemento fundamental de la investigación sociológica es la "acción social típica", o aun el individuo aislado, a quien él llamó unidad básica o átomo de la sociedad. El problema de las relaciones entre el individuo y la sociedad no se le planteó a Weber, ya que concebía la sociedad, en ultimo análisis, como la probabilidad de acciones humanas especificadas. De manera consecuente y convincente negó Weber k existencia de un solo factor determinante de la sociedad o del cambio social; peto el carácter subjetivo de su sociología, con su insistencia sobre la acción racional, lo inclinaba a destacar el papel de las ideas en Ta vida social.

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Gomo hemos visro, Weber, definió la sociología ambiguamente, ya como el estudio de la acción social en su significación subjetiva, ya como el estudio de la acción social típica. En la práctica, él trabajó de acuerdo con la segunda definición, empleando el método del tipo ideal o puro. También señaló el procedimiento de Ja verstehen, o incernizaerón por el observador de las acciones de sus prójimos. A Max Weber se le considera justificadamente uno de los mayores sociólogos del siglo XX por las siguientes razones. Primera y más importante: su obra proporciona ejemplos magníficos del tipo de estudio laborioso sobre situaciones y procesos sociales concretos que deben constituir la base de toda teoría sociológica adecuada. La riqueza de material contenida en sus escritos podrán explotarla generaciones de futuros sociólogos. Segunda: como en el caso de Durkheim, contribuyó a aclarar el importante papel de los valores en la vida social, al mismo tiempo que subrayaba la necesidad de mantener a la ciencia social libre de valores. Tercera: demostró que puede conseguirse mucho empleando el procedimiento del tipo ideal en la ciencia social. Finalmente: contribuyó enormemente a la comprensión de la causación social y de su inseparabilidad del problema de la significación en los asuntos humanos. Ya hemos criticado ciertos aspectos de la obra de Weber. Su tendencia a explicar la realidad social por la motivación individual borró la linea divisoria entre la sociología y la psicología. Una idea que parece haber modificado hacia el fin de su vida es la de la insuperable variabilidad de los sistemas de valores y Ja consiguiente imposibilidad de construir un sistema sociológico de validez general. En contraste con este punto de vista, puede sostenerse que /iay valores universal-mente válidos, por una parte, y, por otra, que la variabilidad social y cultural puede estudiarse de una manera general izad ora, A pesar de la importancia de su obra, Weber no dejó una "escuela" de discípulos. Esto puede atribuirse en parte a que su mala salud le impidió una actividad docente normal en instituciones de enseñanza superior, y en parte a que la obra de la madurez de Weber fue publicada (postumamente) en una Alemania mirada con recelo especialmente en el campo de las ideas sociales. La ausencia de una escuda weberiana puede reflejar también el hecho de que nunca le importó formarla al mismo Weber. De acuerdo con las normas de la ciencia y la sabiduría, buscó la verdad y no secuaces. Pero Weber cuenca con alguien parecido a un prosélito entre los sociólogos norteamericanos: Parsons, de la Universidad de Harvard.

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Parsons ha traducido al inglés algunas de las obras de Weber, entre ellas The Protestant Ethic and the Spkit o f Capitalista y The Theory o f Social and Economk Organizaron (primera parte de Economía y sociedad de Weber), y así lia hecho esas aportaciones más asequibles a los estudiosos angloamericanos. (Han aparecido también otras traducciones en los años recientes, de suerte que las ideas de Weber ya no son tin misterio que puedan penetrar únicamente quienes dominan el alemán.) Además, Parsons ha publicado notables interpretaciones de la obra de Weber,17 que ha influido grandemente en sus propias aportaciones teóricas, como veremos en el capitulo 1.8. El disponer de traducciones de obras de Weber, el importante lugar que investigadores europeos, especialmente alemanes, ocupan en Jos círculos intelectuales y académicos norteamericanos desde hace algunos años, la influencia de Parsons y de sus discípulos (algunos de los cuales se cuentan ahora entre las principales figuras de la sociología norteamericana), y, cosa aun más importante, los progresos en la investigación y en la teoría realizados en los Estados Unidos desde fines del decenio de los 1930, han convergido para dar a la sociología de Max Weber una posición, hoy prominente en este país. CONCLUSIÓN DE LA CUARTA PARTE

Los sociólogos de principios del siglo XX fueron en un aspecto importante menos afortunados que los de la generación precedente. Estos últimos habían compartido una serie de proposiciones que consideraban científicas y que dieron considerable unidad a los conocimientos poseídos y orientación para las investigaciones ulteriores, a saber, la teoría de la evolución. Debe recordarse que el evolucionismo fue no sólo una teoría del cambio social, Sino que proporcionaba también un punto de vista para el estudio de la "estática" social, ya que, por referencia a la evolución, parecían recibir sentido científico todos los aspectos de la estructura social. A principios del siglo xx, como hemos visto, la teoría evolucionista se derrumbó. Este colapso no carecía de precedentes en la historia del pensamiento sociológico. Pero, en el campo social, era desacostumbrado que un punto de vista general fuera abandonado a causa de hallarse en discrepancia con las pruebas directas y no por la victoriosa competencia de otra teoría general no comprobada. Una con17 Vcue ta pafiiijIaE The Str*ci*r* if Social Aciion (La Mm#M A> U acción itrcial). Paire III, Kiuvi Ygik, McGfew-Kill Book Co.p Inc.p 1937.

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secuencia de esc estado de cosas fue que, por primera vez desde su nacimiento k sociología careció de una orientación teórica general. Pero los sociólogos de aquel período empezaron a trabajar en busca de otros tipos de teoría. Los esfuerzos más importantes en esta dirección revelan dos líneas comunes de ideas. En primer lugar, muchos sociólogos se esforzaron en construir su teoría sobre una base empírica más sólida que la que habían tenido sus antecesores. Esperaban construir la teoría de una manera auténticamente científica. De los sociólogos de aquel tiempo, Pareto fue el más explícito en este respecto: según él, la sociología, como toda ciencia, debe tener sus raíces en la observación y en la inferencia lógica a base de la observación. De maneta análoga, Thomas señaló 3a necesidad de emplear en sociología las categorías intelectuales que se emplean en las ciencias naturales: insistió en sus primeras obras en la búsqueda de relaciones causales, pero este punto de vista cedió el lugar en sus últimos escritos a la determinación de probabilidades. La importancia de la probabilidad impregna también la obra de Max Weber. Esta posición central fue flanqueada, de un lado, por el neo-posi-cívísmo naciente, que destacó los métodos cuantitativos, y en especial los estadísticos, e hizo de su uso condición sine qua non de la verdadera ciencia; y del otro, por Ja opinión de Max Weber según la cual Ja diferencia entre las ciencias naturales y las humanas hace imperativo para el conocimiento de los fenómenos sociales el empleo de métodos especiales, además de los propios de la ciencia natural. Hay que advertir que ese interés por hacer científica la sociología no fue compartido por un famoso escritor de ese tiempo: pswald Spengler. Aunque Spengler no fue sociólogo. La decadencia de Occidente (1917 - 2 1 ) ejerció gran influencia en ciertos medios de Europa y de los Estados Unidos y es una obra sociológicamente importante. (Sus principales conclusiones se exponen brevemente en el capítulo 20,) En ella, Spengler, yendo mucho más allá de la distinción característicamente alemana entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, niega la posibilidad de una ciencia de la sociedad y de la cultura y afirma que el concepto de causalidad es inaplicable a los acontecimientos del mundo social. Pero tas opiniones pesimistas de Spengler no representaban a los sociólogos, quienes se movían en la dirección de una ciencia empírica del hombre y de su vida de grupo _________ . La segunda manifestación importante de este período fue la creencia, compartida por la mayor parte de sus representantes, de que ía

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teoría sociológica debiera basarse necesariamente en el estudio de Ja participación del individuo en la vida social. Esta convicción inclinó a muchos sociólogos a aceptar la psicología como base de la socio-logia, en vez de Ja física o la biología del periodo precedente. Pero no fueron las figuras de principios del siglo XJ£ las que iniciaron la tendencia psicológica en sociología. Se recordará que el período anterior había dado nacimiento al evolucionismo psicológico de Ward y de Giddings y a la teoría de Tarde, que reducía ef proceso social a invención e imitación, consideradas principalmente en el plano de Ja acción individual. La mayor dificultad que encontraron sus sucesores del siglo xx fue la ausencia de una teoría psicológica comúnmente aceptada, situación que aún prevalece. Por consiguiente, cada intento para formular una teoría social general pudo basarse en una teoría psicológica diferente. Mientras los neo-positivistas adoptaban el behaviorismo y rechazaban la introspección, Cooley escribía en el estilo de la psicología de "sentido común" centrada en la introspección. La psicología de Pareto estaba a medio camino entre el instintivismo y la naciente teoría de la conducta aprendida, con la que él, en el mejor caso, sólo superficialmente estuvo familiarizado. Thomas fluctuó entre un behaviorismo mitigado, la teoría psicoanalítica (que acabó por rechazar) y una psicología de Ja situación que subrayaba la determinación de la conducta humana por circunstancias objetivas, entre ellas las normas y los valores implícitos en la cultura y en la historia de la vida personal del individuo. Max Weber negó que su teoría fuera psicológica, y sostenía que la sociología debía interesarse por el mundo de las ideas o significaciones; pero, como hemos dicho, tenía presente Ja experiencia real o hipotética de los individuos relativa a significaciones. PuedgjjerirsejjHies, que la teoría de Weber es esencialmente psicológica, y que destaca de un modo especial los elementos racío; nales de Ta conducta. Por el contrario, Pareto destacaba los aspectos alógicos o irracionales de la conducta humana. La aceptación de estas dos ideas directivas; qúe la sociología debe ser una ciencia empírica y que debe formular una teoría de la acción humana en sociedad, no constituye por sí misma una teoría sociológica general. Sin embargo, Tas principales figuras de ese tiempo asentaron sobre esas bases algunos sillares del edificio de esa teoría. Quizás la aportación más importante fue el teorema de Pareto según el cual ía sociedad es un sistema, un conjunto formado por partes interdependientes y caracterizado por fuerzas internas que tienden a

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i restablecer el equilibrio levemente perturbado. En lenguaje menos preciso dijo lo mismo Cooley, iniciador del punto de vista orgánico (no organicista) en el estudio de la sociedad. Pero estos autores enunciaron la interdependencia y la integración del sistema social, pero no las exploraron. Dejaron el estudio concreto a la generación siguiente de sociólogos, algunos de ios cuales crearon una "escuela funcional", y uno, Soroldu, formuló una teoría de la integración socio-cultural. (Véanse capítulos 17 y 18.) Otra aportación importante fue el rapproch&ment de la sociología y la etnología, o, más exactamente, la aplicación del método etnológico de investigación al estudio de la sociedad moderna. Este método fue empleado por Thomas, quien fue asimismo uno de Jos primeros sociólogos que comprendieron la fundamental importancia de ia cultura en la determinación de la conducta humana. Finalmente, se formularon o redescubrieron muchos conceptos sociológicos valiosos. Cooley, por ejemplo, especificó la naturaleza de los grupos primarios, concepto que se ha convertido en parte normal de la sociología contemporánea, así como numerosos conceptos relativos a la formación de Ja personalidad que han influido mucho en la psicología social moderna. Thomas y Znanieckí aclararon el significado de la organización y la desorganización sociales y personales y dieron definiciones precisas de los conceptos de actitud y valor. Aunque en sentido un tanto diferente, los valores fueron también destacados por Max Weber y por Durkheim en sus últimas obras (correspondientes cronológicamente al período que examinamos). Se hicieron _jgjportantes_ progresos metodológicos. Como hemos advertido más arriba, el neo-positivismo y Max Weber asignaron respectivamente un papel predominante o por lo menos importante en sociología al método estadística Thomas (influido por el Dr. William Healy)1 puso en primera línea ei método del estudio de casos particulares, reviviendo asi una idea de Le Play. ^laxWeber demostró Erro! A referência de hiperlink não é válida. emgdear el método semi-qxperimentij yTosectmdó Thomas, cuya defensa del uso de grupos de control en la investigación social se basaba en consideraciones lógicas análogas. Por otra parte, Ma£. Weber sugirió el método un tanto discutible del experimento mental e hizo explícita la operación llamada verstehen, que puede propor1 Individual Delinquen!; A Textbaok of Diégtoiii and Prognoiit (El delincuente indi-vid'U BI '; texlv de diagnúttico y pronoaicn), par el Dr. W\ Hcnly (Boslon, Líítle Drowti and Cu.. 1915), es considerado comúnmente como el primer libio üorKímtikano basado en el método de estudio do casos panícula res.

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donar una respuesta a esta difícil pregunta: ¿En qué condiciones puede consideratsc como una proposición sociológica válida una generalización estadística? Wgber hizo también explícito un procedimiento cqmúr.inente empleado por los historiadores y Jos investigadores sociales, consistente en utilizar tipos ideales o puros (método que había sido anticipado por Comte). Por último, Thomas y Znaniecki, en su fundamental estudio sobre El campesino polaco, hicieron uso en escala sin precedentes de documentos humanos, entre ellos autobiografías, cartas, informes sobre hechos, estimulando el empleo de esos materiales en la investigación social. Volviendo ía vista atrás, podemos ver cierta unidad en los esfuerzos de las sociólogos de comienzos del siglo xxp dirigidos a l^A creación de una teoría general de la sociedad. Pero esa unidad parciajl.' procedía de la analogía de las circunstancias, especialmente del anv , bientc científico común a esos investigadores, y np.de esfuerzos deliberadamente concertados. En realidad, esos esfuerzos para formulac una teoría sociológica tuvieron entre sí tan pocas relaciones como Ipj ¡l£_los. primeros iniciadores de la disciplina. Por de pronto, aun la influencia de las importantes obras examinadas en esta parte de nuestro estudio se limitó en gran parte a Tos países de origen. Una de las razones de Ta falta de contacto entre los principales sociólogos de aquel período, fue Ja violenta ruptura del mundo de la ciencia operada por Ja catástrofe de la primera Guerra Mundial, No sólo barreras técnicas, que fueron sólo temporales, sino obstáculos emocionales impidieron la amplia circulación de las ideas a través del mundo occidental, tan común hasta 1914. Además, lo* apremiantes problemas planteados por la guerra y sus consecuencias apartaron la atención de las cuestiones teóricas para concentrarla sobre materias concretas. Sólo en íos tiempos más recientes, a partir de 1930, ha empezado a difundirse la opinión de que es de la mayor importancia práctica la teoría sistemática y comprobada. Es un gran tributo rendido a los gigantes de ]a primera parte deT, este siglo —Cooley y Thomas, Pateco y Weber (y Durkheim, aunque de una etapa anterior de la actividad sociológica)—- el que muchos de sus enunciados orienten hoy el trabajo sociológico. Independientes unos de otros en su tiempo, esos autores se acercan entre sí en las convergencias del tiempo presente. Estudiaremos esas convergencias en la quinta parte de este libro.

QUINTA PARTE CONVERGENCIA DE LAS TEORIAS SOCIOLÓGICAS EN LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

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CAPÍTULO 1 5 NEO-POSITIVISMO Desde principios del segundo cuarto del siglo xx la sociología ha progresado rápidamente tatito en los Estados Unidos como en la Europa, occidental. Algunas de las tendencias aparecidas con anterioridad alcanzaron la madurez. Este es el caso de Ja escuela neo-pos ¡ti vista, que había sido anticipada en la última obra de Giddings, como vimos en el capítulo 1 1 ; de la sociología analítica, que se había originado a fines del siglo xix, según expusimos en los capítulos 8 y 9, f había adquirido importancia en las obras ele los más destacados sociólogos de comienzos del siglo xx, cuyas opiniones presentamos en los capítulos 12, 1 3 y 14; y de la sociología histórica, que se remonta a Comte, Spencer y Danilcvski, estudiados en los capítulos 2, 3 y 4,y que a principios de nuestra siglo gozó de cierta boga a través de la obra de Spengler, a la que nos hemos referido en la conclusión de la cuarta parte de este volumen. A esas antiguas tendencias se añadieron en los últimos decenios algunas orientaciones nuevas en el campo de ía investigación y de la teoría; entre ellas son las más importantes la ecológica, !a socíomá-trica, la funcional, la institucional y Ta fenómeno lógica. Las corrientes ecológica y soriométrica pueden considerarse como modificaciones, quizás como especificaciones, de la escuela neo-positivista. El funcionalismo ha sido tomado en gran parte de la antropología cultural, pero puede presentar su ascendencia sociológica en las obras de Durkheim y de Thomas (véanse capítulos 9 y 12). Las escuelas institucional y fenomcnológíca. se parecen en que creen que la sociología debe basarse sobre fundamentos filosóficos definidos; pueden descubrirse sus comienzos en los primeros periodos, pero sólo en el segundo cuarto del siglo XX han llegado a ser miembros importantes de la familia de tendencias que constituyen la teoría sociológica. Hay, además, en los tiempos más recientes de Ta actividad sociológica, supervivencias de diversas tendencias que habían florecido en periodos anteriores, pero que después habían decaído. Entre ellas debemos mencionar el evolucionismo moribundo, el falso determi-nismo económico, el contumaz monismo geográfico, y Ta estéril tendencia "formal", desdichada renovación de la prometedora actitud de Simmel respecto de la sociología analítica (expuesta en eí capitulo S).

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Así, pues, la teoría sociológica parece estar más dividida que nunca, y en ciertos respectos ésa es la verdad; pero las relaciones entre las diversas tendencias ya no son las mismas que a fines del siglo xix. Se lian acumulado gradualmente conocimientos efectivos sobre la realidad social y cultural. Además, ha sido aceptado un número considerable de inferencias y generalizaciones, y las emplean en la investigación la mayor parte de los sociólogos, aunque las diferencias de expresión formal muchas veces oscurecen su acuerdo en cuanto al contenido. No obstante, las Tendencias difieren ampliamente en lo relativo a la elección de los métodos más útiles para obtener y ordenar conocimientos empíricos, a los procedimientos adecuados para acrecentarlos, y a los sistemas conceptuales que han de usarse como instrumentos de análisis, Pero aun en esros respectos, es manifiesta la convergencia gradual de opiniones. Comparado con los tiempos de lucha de las escudas en el último cuarto del siglo xix, el periodo actual puede llamarse de convergencia, aunque compitan enrre sí diferentes estructuras de referencia. -

George A. Lundberg Quizás eí más influyente de los neo-positivistas sea el profesor George A. Lundberg (1895-), de Ta Universidad de Washington, donde ha enseñado durante varios años. Lundberg ha sido miembro de varias facultades del país, fue presidente de ía American Sociological Society en 1943 y sigue publicando profusamente. La mayor parte de sus escritos exponen vigorosamente sus puntos de vista "positivistas". ¿Puede salvamos la ciencia? (1947) es una exposición popular de sus ideas; su obta más importante hasta la fecha es Foundatsons a f Sociology (Fundamentos de sociología. 1939). Para Lundberg, toda ciencia, social o no, es esencia ínicn te una adaptación técnica. Toda investigación empieza con una tensión o desequilibrio de cierto tipo que experimenta el organismo investigador. Es ésta una opinión que está de acuerdo con el espiritu del behaviorismo, puesto que evita toda referencia a hechos mentales. Además, toda adaptación en ia vida humana se aproxima a una situación de equilibrio (o de probabilidad máxima), que es el estado de cosas normal. Esta concepción parece estar de acuerdo con la teoría de la ciencia natural contemporánea, por ejemplo, con la bioquímica. Lundberg describe en los términos que siguen la "adaptación" par

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ticuíar que forma las ciencias sociales, incluida. Ia sociología. Todos los fenómenos de interés científico consisten en transformaciones de energía (movimiento) en el cosmos físico. Todo "movimiento" se realiza en el tiempo en un "campo de fuerza", este último constituido por el segmento del universo que, para fines de estudio, encuentra uno conveniente o apropiado definir como situación. Esta formulación está de acuerdo con la filosofía pragmática característicamente norteamericana, mientras que el concepto de "campo", cuando se le aplica a fenómenos sociales, es análogo a la "situación total" de la obra de Thomas. Los movimientos (conductas) de los hombres —prosigue Lundberg— que determinan su posición en las situaciones sociales forman el contenido de las ciencias sociales. IA sociología —concluye—■ se diferencia de las otras ciencias sociales de acuerdo con la fórmula de Sorokin, que hemos esbozado en el capítulo 1 . La conducta recíproca o ¡nterdependiente entre cualquier número de componentes (entre ellos, los hombres) de una situación —dice Lundberg— es interacción. La mayor parte de la interacción humana implica la creación y uso de símbolos, y se llama comunicación. Los dos tipos fundamentales de comunicación son la asociación y la disociación, distinción que recuerda la teoría de Simmel y de su escuela. Los dos tipos fundamentales de comunicación denotan movimiento de aproximación a una posición o de alejamiento de ella, y son análogos a la atracción y la repulsión entre las patriadas de un átomo. Puede verse, pues, que el punto de vista de Lundberg respecto de la teoría sociológica se basa en una doble analogía; con el principio bioquímico del restablecimiento del equilibrio y con la teoría física subatómica. Esta actirud es expresión de la tendencia de ciertos neo-positivistas (y también de otros muchos autores), muy a la manera de Spencer, a adoptar como modelos las teorías en boga de las ciencias naturales. Las tres raíces históricas del neo-positivismo, que examinamos en el capítulo I I , están marcadamente manifiestas en la obra de Lundberg. Ya nos hemos referido a dos de ellas, el behaviorismo y el pragmatismo. La tercera, como veremos más abajo, toma la forma de operacionalismo, pero concede importancia especial al cuantitativismo. En uno de sus primeros trabajos (1936) escribió Lundberg que la generalización científica es siempre y necesariamente cuantitativa. 1 En un trabajo posterior condena la separación que suele hacerse entre I "QuanTiiarive MtthnJ» J H S"cjl PiyL.hology" C'LÍH ■■::■■!■. : ■,.nrii • < mu ta la PjRología Social") ta Ameriam Smiotogiat Rwiew, val. i, p. 44.

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métodos de estudio cualitativos y cuantitativos.2 En su conocido libro de texto titulado Social Research (Investigación social), dice que "es necesaria la formulación cuantitativa para la descripción más exacta que exige la ciencia".3 Este libro insiste en la medición de actitudes y en la construcción de "escaías" de actitudes para dicho fin. En este respecto, niega Lundberg que la manipulación de unidades artificiales de medida (basadas por lo general en el acuerdo entre experros) difiera fundamentalmente de la manipulación de unidades físicas intercambiables, y sostiene que toda medida es "artificial". Además, su operacionalísmo mantiene que la "actitud" (como la "inteligencia", ía "opinión", etc.) debe ser, para los' fines científicos, definida como aquello que es medido por esos instrumentos de investigación. Esta idea se halla en aguda oposición con las ¡le muchos sociólogos y otros investigadores. Las ideas de Lundberg sobre la medición fueron discutidas en tina controversia con Paul Furfey, quien, en su artículo "Valué judgements in Sociology", cita el hecho de que hay ciencias naturales no cuantitativas, como la biología y la geología,* Lundberg replicó que la biología es esencialmente cuantitativa, ya que sus generalizaciones descansan sobre numerosas observaciones confirmadas. Contestó Furfey que la clase y el grado de cuantíficación que Lundberg propugna en sus escritos (y que apüca su discípulo Stuart Dodd) no es rasgo esencial de toda ciencia. En una Carta posterior Lundberg reiteró la opinión de que las generalizaciones que constituyen las ciencias de la biología, geología, etc., son resultado de la observación de muchos casos y que ésta ha sido siempre su tesis fundamental en lo que se refiere a la cuantíficación en la ciencia. Creemos que en su crítica final Furfey demostró convincentemente que Lundberg habla de cuan-tificación en dos sentidos diferentes: primero, la ciencia es cuantitativa puesto que se basa en múltiples observaciones, tesis débil que no satisface los criterios formulados por Lundberg en sus principales obras; segundo, la ciencia es cuantitativa porque sus resultados deben expresarse cuantitativamente, posición sólida de Lundberg. Esta manera de razonar puede reducirse a un silogismo: puesto que toda ciencia es cuantitativa en el primer sentido, debe ser cuantitativa en el segundo. "Opcr.r ■ ■ ; l > r , ■■ !■• in (he Social StifnCtf" ("Lv* definiciones operativa» m !■ íiencUs IOCII I H ") en Tht émmkm Jovrmtt ai Sofio/ofj. »oL 47 (1942), p. 736. S Secunda edición ( 1942), p. 24. * Eiie imcuJo apareció en I* Ameritan Cmthoüc Sociological Rs; . - ■> junio. 1946 fvoi. 8 ) ; la diicuiión íubi
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Como hemos advertido más arriba, Lundberg considera el cuanti-tativismo como casi inseparable del behaviorismo. Su oposición a la introspección es franca: palabras como voluntad, sentimientos, fines, motivos y valores —-dice— son "c! ffogísto de las ciencias sociales". Sostiene que el canon científico de parquedad exige, por ejemplo, la formulación de un solo principio para explicar todos los objetos que corren, crárese de una hoja llevada por el viento o de un hombre que huye de una muchedumbre que lo persigue.6 Merece señalarse que ía firme actitud de Lundberg en apoyo del behaviorismo no le impide considerar el estudio de ios valores y los ideales como tarea importante de la sociología. Define el valor funcionalmente como aquello hacia lo cual se conducen las personas para conservarlo o para aumentar su posesión de ello, o, negativamente, como aquello hacia lo cual las personas reaccionan para disminuir o evitar el "valor" en cuestión. Por otra parce, en una ocasión define las instituciones como mecanismos que los hombres han creado para conseguir o alcanzar sus fines primarios —y aquí vemos la intrusión del concepto probablemente acientífico de "fin"—. Lundberg propone varios procedimientos empíricos parst estudiar los valores y las instituciones, prefiriendo particularmente cuestionarios sobre actitudes informados por técnicas cuantitativas. De acuerdo con Max Weber, dice Lundberg que la ciencia como tal no puede o no debe formular juicios de valor; los enunciados morales y los científicos son irreductibles los unos a los otros. Y la sociología debe ser una ciencia. Rechaza un análisis funcional de los valores que descanse sobre su importancia para la supervivencia de los individuos o de Los grupos; peto, de un modo más bien inconsecuente, deriva los valores "del conjunto de la historia evolutiva y social". En su larga experiencia, "el hombre ha visto que ciertas formas de conducta le son ventajosas en conjunto y a la larga, y que otras conductas desventajosas desde el punto de vista de sus objetivos". Esto se halla de acuerdo con las ideas de Sumner; pero, en contraste

6 Es ir ejemplo í I» hnjj que uu-! ■ y el hombre que huye) lo turnó LundberR de li obra de R, M. M ' ■ M H I Y C T sciialu la diferencia cualiraríva enere la» itiidoort fiiicai y la* sotialr*. acritud que IjinJhcifl cnn»ider« aiuicieaufka. Esia dismftión, en que el ejemplo ciudo jut¿u un papel principal, ¡.n i. -u seguida consultando Sotitly: A Trxlboai of Soci'ilugy i La ¡miedfi: ítxlo i* locioiogía), por R. M. MstNci, Nueva York, Kinrhart "■ : Gx, Inc., 1937. pp. 476-677; Fonndéiiovi o f Sotiotogy (Fundamentos d e Sotiulogla), por G. A. Lundbccg. Nueva Ynrfc, The M«milljo f i i . 1939. pp. 12-14; CBUIJÍÍÓU ÍOÍÜI, por R_ M. M ..I Fondo de Cultura F .:■.-.= ■■ . pp. 251-2; y Sociay: Am Imitoductorf Aualyiit I\J saciedad; tjtdtist! iuiroduciorio), por R. M- Mjijvcf y G H. Nueva York. Kinebarr *nj Co, lar.. 1949. p. 628.

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con el apóstol del laissez ¡aire, Lundberg concluye: "La gran aportación de la ciencia a ía ética consistiría en proveer al hombre de un registro y una interpretación más fidedignos de su experiencia".5 El tercer componente de la sociología neo-positivista de Lundberg es su insistencia en definiciones funcionales, lo cual, como hemos visto anteriormente, esrá de acuerdo con su epistemología pragmatista. Según este punto de vista, los fenómenos son "objetivos" en la medida en que se ajustan a los conceptos de acuerdo, corroboración y predicción, adoptados como criterios. Por consiguiente, definiciones a priori de "naturaleza esencial", de "sociedad", "cultura", "institución", etc., en opinión de Lundberg son manifestaciones de una lógica aristotélica anticuada y científicamente inútiles. Según éL Ja pregunta fundamental para la ciencia es: ¿Cuáles son las definiciones más "útiles" de esos fenómenos? Esas son, según cree él, las definiciones ¡tmüonales que especifican ios procedimientos u operaciones empleados para identificar y medir los fenómenos estudiados. En consecuencia, para Lundberg el espacio es lo que es medido por la regla u otros instrumentos; el tiempo, lo que es indicado, digamos, por un reloj; la inteligencia, lo que es medido por las pruebas de cociente intelectual. Podemos preguntar; ¿La población humana es lo que es medido por d censo? Por Jo demás, ¿qué son esos instrumentos estandarizados; reglas, relojes, pruebas de "inteligencia", etc.? Esos artificios se han inventado para medir aspectos o fases específicas de la realidad total. Pero nosotros sostenemos que las definiciones conceptuales que conducen a esos progresos técnicos tan útiles se forman de una manera no funcional. No obstante, el operaciónismo moderado realiza una tarea científica esencial al exigir que las definiciones se refieren a atributos empíricamente verificables, trátese de cualquier dase de estudios científicos. Pero en la forma extrema en que lo definen Londberg y Ciertos individuos de su "escuela", el operacionismo o funcionalismo tiene por consecuencia dar una forma tosca e incómoda a proposiciones bien conocidas y sobre las cuales ya no se discute. La vigorosa adhesión de Lundberg a la cuantificarion, el behaviorismo y el funcionalismo, distingue un número impresionante de artículos, en menor grado sus libros de texro titulados Técnica de ¡a S "Cía Kicncc zihii ■ (¿Puede I» ticDcia Jiucr wilidi ■ U étici"?} en Bmütiin o f iba Amantan Anotiaihti o f Uniimity Piofauon, voL 36 (1950), pp. 274-75.

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investigación social y Sociology (Sociología 1954), y de manera especial los primeros capítulos de Fundamentos de sociología. Pero, como han observado algunos críticos, Ía mayor izarte de Fundamentos, su obra sistemática más elaborada, difiere muy poco de otros tratados generales de sociología. Así, cuando trata de "dinámica social", de grupos sociales y de cambios sociales, hace frecuente uso de aportaciones de escritores { ¿precientífieos? ) como Sumner, Veblen, Cooley, Parle, Mead, Thomas y Sorukin. Esto quiere decir que Lundberg, como la mayor parte de los sociólogos contemporáneos, admite y empica gran diversidad de orientaciones de su disciplina, de acuerdo con la característica general de nuestro tiempo, consistente en la convergencia de Jas teorías sociológicas. Además, como ha dicho Furfey, su amigo y contrincante intelectual, "L«iidberg es uno de ios muy pocos sociólogos norteamericanos que ha procurado exponer sus definiciones, sus postulados y sus métodos franca y claramente y atenerse a ellos de un modo consecuente".7 Stuart C. Dodd El segundo representante destacado del neo-positivismo extremo es el profesor Sruart C. Dodd, que fue durante algunos años colega de Lundberg en Ja. Universidad de Washington. Antes de la segunda Guerra Mundial, Dodd había enseñado y dirigido extensas investigaciones en el Medio Este, donde elaboró también los principios que incorporó a su obra más importante, titulada Dimensiones de la sociedad, Í942. Según Lundberg, este libro desarrolla las "implicaciones metodológicas'' de su propia posición teórica y viene, pues, a ser un compañero de sus Fundamentos de sociología. Según Dodd, el propósito de Dimensiones es formular una teoría cuantitativa sistemática de la sociedad. La teorfa se llama teoria-S, donde el símbolo S quiere decir situación. Las situaciones —explica Dodd— pueden descomponerse en cuatro clases de componentes: tiempo; espacio, que es común a todas las ciencias; población, que se encuentra en coda clase de fenómenos sociales; y finalmente, características de las personas o de su medio, constituyendo este último una categoría residual que comprende "todo lo demás". Tal como la define Dodd, la clasificación es exhaustiva: nada puede escaparle. Para designar esos cuatro componentes, Dodd emplea los símbolos T (tiempo), L (espacio), P (población) e / (indicador). El indicador 7 Piiil FurfeFp en Ameritan Caihoik Sothiogical fínirt'. vul. 9, marzo. 1947, p. 4fl.

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puede, por definición, representarlo casi todo, por ejemplo, la filosofía budista, el ruido de la ciudad o la extensión del deseo humano. Estas designaciones simbólicas representan el primer paso en el procedimiento de Dodd. El segundo paso adscribe a toda situación social una "fórmula cuántica", formada por los cuatro símbolos fundamentales y exponentes. Si, en una situación concreta, falta uno de los componentes básicos o na es mensurable, el exponenre es cero, lo cual, según los principios algebraicos, convierte toda magnitud en I. En otros casos, los exponentes —l, 2, 3» ~ 1 y — 2— se emplean de la manera que indican los siguientes ejemplos: I.0 — situaciones que no incluyen espacio, Lc = las que incluyen líneas, L? = las que incluyen superficie, L3 = las que incluyen volumen. T6 = no incluido tiempo; T1 — duración; T'1 = cambio; T~2 = aceleración. P° = sin población; Pl — plurcls; P2 — grupos, J*d = clase de cosas Ñamadas dólares; J°b cociente intelectual de un individuo; fu = características cualitativas; /:" = características relacionadas enere sí. —

Según esas indicaciones se elaboran las fórmulas cuánticas. Por ejemplo, una fuerza social se simboliza como T"2 / P porque, probablemente, comprende- aceleración, ausencia de espacio y una población, característica peculiar a cada fuerza particular. Dodd insiste en que con este tipo de formulación señala el camino para la oiantifica-tión de las características cualitativas. Estas últimas son tratadas como si su magnitud fuera 1. Una fórmula cuántica puede transformarse en un número cuántico simplemente formando una cifra de cuatro dígitos que repitan Jos exponentes de Ja fórmula cuántica. Con fines de simplificación, si — 2 es sustituido por 8 y — 1 por 9, la fórmula cuántica de "fuerza social" se convierte en el número cuántico 8011. Dodd cree que todas las situaciones sociales que pueden simbolizarse con el mismo número cuántico deben tener "algo" común. El tercer paso del procedimiento de Dodd es el establecimiento de una "matriz interrelacional", donde la palabra matriz es el nombre matemático de una ordenación de números en hileras y columnas. Se pretende que esta técnica es la más adecuada para describir un grupo social. Así, en cada célula, compuesta por ia intersección de una hilera y una columna, aparecería una magnitud observada de un indicador (por ejemplo, la actitud positiva o negativa de una persona hacía otra). La matriz puede ser tri-, cuatri- o quínti-dimen

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sional, posibilidades fuera del alcance de la representación gráfica convencional. Esta exposición de la teoría S la hace parecer meramente un sistema de clasificación. Pero Dodd sostiene que la teoría tiene usos analíticos y profetices. Cree que la aplicación de la matriz ínterrelacional puede contribuir grandemente a mejorar las definiciones funcionales de conceptos como intragrupo, extragrupo, aislamiento, contacto, interacción, jefes, estrellas, pinrel, grupo, comunidad, proceso económico, control social y asi sucesivamente. Por ejemplo, una columna de grandes cifras cuando el indicador celular es de prestigio señala una estrella, y se hace mensurable el grado de esa cualidad; mientras que si la hilera y la columna correspondiente contienen grandes cifras, queda identificado un jefe. La matriz de interrelacrón permite definir con exactitud un grupo, mientras que una serie de tales matrices, una para cada característica poseída en común, define una comunidad. La exploración de fórmulas cuánticas en células desocupadas nos permite predecir propiedades de situaciones aún no observadas, tal como la tabla periódica de elementos le permitió a Mendelcyev predecir las propiedades químicas de elementos aún no aislados. Pero esas supuestas ventajas de la teoría-S sólo pueden conseguirse si el sociólogo se limita estrictamente a definiciones funcionales. Según Dodd, una definición es "funcional" en la medida en que especifica el procedimiento para identificar o generar el fenómeno en cuestión y vence la prueba de veracidad. Mientras la primera parte de la definición es análoga a la formulación de Lundberg. el segundo requisito se refiere al grado de acuerdo entre las observaciones sucesivas del mismo fenómeno empleando la misma definición funcional. Ese grado de acuerdo debe medirse estadísticamente, lo cual, para Dodd, es condición necesaria de todo enunciado científico. Observa Dodd que su manera de presentar Ja teoría-S puede parecer sobre todo un ejercicio de deducción. Pero insiste en que la teoría nació de una gran cantidad de estudios inductivos. El procedimiento inductivo es invocado por la selección de conceptos básicos relativos a situaciones sociales de entre numerosas monografías y textos sociológicos, y por la asignación a elfos de fórmulas cuánticas. Únicamente el 13 por ciento de los conceptos que aparecen en esas fuentes no son adecuados para una presentación simbólica {entre ellos el concepto de "realidad", que el autor considera irreal). Pero, según nos dice, pudo traducir a sus fórmulas cuánticas f 600 relaciones sociales escogidas en los campos más diversos.

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Dodd pretende que su teoría es amplia, fidedigna, precisa, austera y fructífera. Es amplía por su categoría residual abierta, que designa con. el símbolo / "todo lo demás". Es fidedigna, como lo demostró el hecho de que las clasificaciones hechas por dos estudiantes cuidadosamente preparados coincidieron con Jas de su mentor. Se supone que es precisa, porque se expresa en conceptos y símbolos funcional mente definidos. Y se La considera austera porque sólo se emplean dieciséis símbolos: cuatro para Tos componentes básicos; cuatro para las operaciones aritméticas; otros cuatro para la agregación, la clasificación crucial, la correlación y el exponeme; y los cuatro últimos para representar el número y la naturaleza de las clases, los intervalos entre las clases y los casos. Peto la parquedad así obtenida es, a lo que nos parece, ilusoria. El símbolo residual I es usado con- un gran número de "prescriptos" y de "posteriptos", necesarios para concretar las "características", por ejemplo, como advenimos más arriba, para diferenciar la filosofía budista del ruido de la ciudad y de la extensión de un deseo humano. Pero es preciso señalar que no hay más justificación para ejecutar operaciones matemáticas con el símbolo I dotado de varios prescriptos y posteriptos, que la que hay en aritmética para sumar el número de metros que separan dos puntos y el nú-meto de paquetes que se llevan de uno a otro. El mismo Dodd reconoce que la fecundidad de su teoría sólo quedará demostrada después que muchos sociólogos hayan empleado su sistema durante algún tiempo y hayan acumulado material abundante. Es digno de notar que durante los años transcurridos desde la publicación de Dimensiones de la sociedad, no han aparecido muchos trabajos con esa orientación. En artículos posteriores, especialmente en "The Transact Model" ("Transacción modelo") Sodomeíry and the Science o j Man (La sociometría y las ciencias del hombre, vol. 18, 1956), Dodd ha sustituido su cuádruple clasificación de Los componentes de situaciones por una séxmple, en que los nuevos elementos son conducta o acción ( A ) y objetos de valores (V). La teoría, llamada ahora "teoría de transacción", abarca, según Dodd, la conducta probable y los valores de las personas en un contexto de tiempo, espacio y otras circunstancias, y ha sido aplicada por su autor al estudio experimental de la difusión de mensajes. Se muestra muy satisfecho de que los resultados hayan comprobado sus predicciones teóricas; pero la hipótesis sometida a prueba «« se derivaba de su "fórmula dimensional", que se limita a llamar la atención sobre las preguntas: ¿Quién? ¿Qué hace? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué y cómo?

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El ala matemática del neo-positivismo Entre los neo-positivistas, Lundberg y Dodd probablemente son los más sistemáticos y claros. Pero el neo-positivismo o algunas de sus manifestaciones tienden a dominar el escenario de la sociología norteamericana actual. A esta conclusión lleva el examen de la forma y contenido de los artículos que aparecen en las principales revistas sociológicas del pais. Pero son escasas los rasgos teóricos en la obra de la mayoría de los colaboradores cuyos escritos c investigaciones se ajustan a este criterio. Merecen atención especial los escritos de tres profesores cuyas obras ofrecen considerable desarrollo teórico. Estos autores son Geurgc K. Zipf, Nicholas Rashcvsky y HorneJl Hart, todos ellos pertenecientes al ala matemática del neo-positivismo. La obra de Zipf se dirige a "integrar teóricamente cierro número de mediciones sociales" y a ofrecer "una penetración considerable en los resortes de la conducta humana" considerada como fenómeno puramente natural. La obra descansa sobre un postulado tomado del razonamiento matemátícoT postulado que se supone que "gobierna la conducta de los individuos y del grupo colectivo", y está apoyado por material empírico que probablemente corrobora ese razonamiento. La teoría de Zipf está expuesta en el volumen titulado Human Beha-vinr and ¡he Principie of Least Effort (La conducta humana y el principio del esfuerzo mínimo, 1949), que lleva el engañoso subtítulo de "An introducción to Human Ecology". El carácter "ecológico'' de este libro se encuentra en el tipo de problemas concretos que trata más bien que en la metodología del autor. (Véase un examen de la teoría ecológica en el capítulo 16.) El postulado que sirve de fundamento a la teoría de Zipf es el "principio del menor esfuerzo". Este principio dice, en forma simplificada, que en situaciones que permiten elegir conducta, los hombres eligen los procedimientos que tienen por consecuencia "el promedio mínimo de trabajo probable". En otras palabras, los seres humanos tienden a reducir al mínimo el gasto de energía, no con respecto de las tareas inmediatas, sino más bien en relación con el promedio de trabajo requerido para alcanzar sus metas. Así, por ejemplo, los hombres construyen carreteras o túneles porque de ese modo reducen al mínimo la cantidad de trabajo que probablemente habrán de emplear en los transportes. Este principio es aplicable a la distribución de la gente en diversas comunidades. La población puede distribuirse de una de las

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dos maneras siguientes. Primero, las personas pueden preferir vivir en numerosas pequeñas comunidades cada una de ellas próxima a las fuentes de materias primas, como suele ocurrir cuando son pocas las clases do materias primas. Los hombres prefieren eso a causa de la "fuerza" de la diversíficación de su habitat. Por el contrario, la población puede" concentrarse en un pequeño número de grandes centros, lo cual ocurre cuando el número de tipos de materias primas es grande y es esencial el Transporte a los lugares de trabajo; en este caso la economía de trabajo se manifiesta reduciendo al mínimo los esfuerzos realizados para llevar hasta los consumidores los artículos acabados. La fuerza que actúa detrás de esta segunda preferencia se llama "unificación". Zipf reconoce que en la actualidad no se conocen métodos que permitan a los investigadores calcular la magnitud absoluta de esas dos fuerzas, Pero Ja razón entre sus magnitudes puede ser empíricamente establecida, según él cree, de un modo que vamos a exponer brevemente. Según Zipf, el efecto de las fuerzas de diversificación y unificación (ambas derivadas del principio del mínimo esfuerzo) obliga a los hombres a reunirse en comunidades de un tamaño preestablecido. El tamaño de cada comunidad formada en una gran superficie, tal como una nación, se expresa por la fórmula.8

donde P„ representa Ja población de la comunidad que ocupa ci lugar n en Ja lista, P es la población de la mayor comunidad del país, y q la razón de la magnitud de la fuerza de unificación dividida por la fuerza de di versificación- La fórmula puede expresarse también de la siguiente manera: P

P

P P 1*

2*

3" na

donde C representa la población total del territorio y los otros símbolos tienen el mismo significado que en la fórmula anterior. Esta B Eiti fórmuli y U siguiente diin pr«?up
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fórmula es del tipo que se llama en matemáticas "serie armónica generalizada". Las magnitudes teóricamente previsibles de los tamaños de las comunidades pueden representarse gráficamente. Zipf aplica este procedimiento a las poblaciones de las 100 zonas urbanas mayores de los Estados Unidos, con arreglo al censo de 1940, y encuentra que las posiciones de los puntos que corresponden en su gráfica a esas poblaciones están muy cerca de una Jinea recta inclinada 45° respecto de la horizontal. Este resultado significa que en este país las dos fuerzas de unificación y di versificación son casi iguales. Zipf prosiguió su análisis "prediciendo" el número y diversidad de establecimientos de servicio, de fabricantes y de comercios por menor en las ciudades de los Estados Unidos según su población. DDS números varían en la razón de la cuantía de ia población, la diversidad en ía razón de sus raíces cuadradas. También "predice" Zipf la magnitud de ios grandes ingresos, el número de empleados de tiempo completo y el total de las nóminas de Tos estableeimienros de servicio, cuando estos establecimientos esrán dispuestos en orden decreciente de su personal. Zipf volvió a calcular los datos recogidos por otros relativos a Ta circulación de periódicos, número de viajes, entregas por tren expreso, las distancias que median entre las residencias de personas que solicitan licencias para casarse, y movimientos residenciales, siempre con resultados aparentemente satisfactorios para el autor de esre procedimiento matemático, Pero cuando aplica sus fórmulas a otros países, encuentra dificultades. Declara zonas de "equilibrio inestable" a Alemania, Austria-Hungría, la Comunidad Británica y Europa en conjunto, porque no se ajustan a su sistema. La mayor dificultad aparece cuando Zipf rrata de la desmembración del imperio austro-húngaro después de la primera Guerra Mundial. Poblaciones que pudieron haber encajado en su fórmula matemática antes de la desmembración, ya no lo hacen después. Zipf "explica" esta dificultad del modo siguiente: "Muchas personas reprimidas se separaron del imperio para fundar países independientes, resucitando neuróticamente culturas que habían perdido toda significación económica efectiva hace siglos",9 y lo hicieran en el siglo XX, cuando (de acuerdo con sus teoremas) las naciones iban a aumentar de tamaño y a disminuir en número. No intenta el autor aplicar su fórmula a Ta población del imperio ruso, por ejemplo, que se distingue por una enorme diferencia entre el tamaño de a Op. di., p. 429.

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k segunda y tercera de ks grandes comunidades, ní a Francia, donde la ciudad que sigue en importancia a París es cinco veces menor que la capital, y k que sigue es sólo el 40 por ciento más pequeña que Ía segunda. Estos casos —y quizás otros muchos—- difícilmente pueden encajar en el sistema matemático de Zipf. Una fuente de dificultades para Zipf es que el "principio del mínimo esfuerzo" supone que Jos hombres obran siempre racionalmente y que de acuerdo con él pueden analizarse sus tipos de conducta. Esta suposición lia coloreado la teoría social por 150 años o más, de manera sumamente clara en la economía política clásica; pero representa una curiosa anomalía en el análisis actual de la conducta bu-mana. Por otra parte, la obra de Zipf revela una especie de "obsesión matemática"; el autor parece dar por sentado que fenómenos muy complejos deben, por cierta necesidad interior, obedecer a una fórmula matemática sencilla. La probabilidad de semejante coincidencia podemos calcular que es aproximadamente la misma que ofrece la esperanza de que la línea del cielo que uno admira en ios Alpes o en las Rocosas siga una curva matemática. En obras del tipo de Human Rehavior, de Zipf, no podemos esperar hallar respuestas a las interrogaciones básicas de la teoría sociológica, salvo quizás a la cuestión relativa a Los determinantes fundamentales de los fenómenos sociales. Parece que k teoría de Zipf supone que el estado de Ja sociedad está determinado por el juego de una ley matemática. Sin embargo, su obra se distingue acá y allá por "respuestas" a preguntas relativas a la sociedad y a ks relaciones entre k sociedad y el individuo. Así, leemos que "la sociedad humana puede ser considerada como un campo que influye en los miembros individuales y es influido por ellos. . .". 10 Y también: "El sistema social es un grupo de individuos que persiguen cooperativamente finalidades iguales por medio de procedimientos iguales, en el supuesto de que todos rinden la misma cantidad de trabajo y reciben la misma recompensa, con un mínimum de trabajo".11 Creemos que es éste un supuesto que no tiene nada de realista. La preocupación matemática de Zipf es superada por Rashevsky en su Mathematkal Thcory of Human Rdations (1947), obra que citamos aquí únicamente a título de ejemplo de esta orientación. Pero Rashevsky sabe muy bien que, por el momento, el tratamiento mátelo ibid., p. 347. 11 The HypoThciis of The Mínimum Equafíon" ("La hipótesis óc la ecuación mínima"), por G. K. Zipf, EFI Amwriijv Socioíogital Rniew, \ul. 12 (1947), p. 627.

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marico de fenómenos sociales complejos sólo es posible para casos y situaciones imaginarios y extraordinariamente simplificados. En otras palabras, lo que se explora matemáticamente son construcciones mentales que, en conrrapositrón con el rdcal de los tipos puros de Max Weber, están constituidas por características inevitablemente diferentes de las que pueden observarse en la vida social. No obstante esta reconocida limitación, t] análisis que Rashcvsky hace de rales construcciones a veces da por resultado sistemas de ecuaciones que son matemáticamente insolubles. Al contrario que en la obra de Zipf. en la Je Rashcvsky no hay postulado central. También es adepto dd postulado del orden matemático en Ja vida social Hornell Mart, profesor de sociología en la Duke Universiry. Mientras que Zipf y Rashevsky tratan matemáticamente fenómenos de "estática social", Hart, por el contrario, intenta dar expresión matemática a una teoría de dinámica social. No basa, como Zipf, su obra en un solo postulado, sino que trata de unificar numerosos resultados hallados por él y por otros investigadores. Dice, por ejemplo, que estudios diferentes en el campo de la población, informaciones sobre el número de inventos y patentes, de records de velocidad, de extensión do los imperios, etc., demuestran que tales fenómenos pueden ser expresados por una curva logística adecuada. Así, en diferentes campos dp cambios sociales y culturales hay, después de un comienzo lento, una aceleración, después una declinación y un íenro descenso, todo de acuerdo con una fórmula matemática exacta. Otros procesos, como el número de inventos tecnológicos, y en especial el aumento de poder destructor de los explosivos, siguen otra curva (la llamada "curva íoglog"), la cual, a diferencia del tipo temporal precedenre, no muestra declinación ni retardo; en otras palabras, continúa la aceleración hasta que se alcanza el limite físico. Mientras otros expositores de teorías matemáticas se contentan frecuentemente con fórmulas y leyes matemáticas, Hart, como sí siguiera el consejo de Max Weber, procura descubrir por qué es probable que en la vida social se obtengan cierras curvas. Ejemplo de ese esfuerzo es su explicación general de "la aceleración del desenvolvimiento de la cultura": el progreso cultural ha dependido de invenciones, es decir, de combinaciones nuevas de viejos elementos culturales. Cuanto mayor es ei número de unidades culturales, mayor es la posibilidad de invenciones. Asi, se encontrará una tendencia general a la multiplicación geométrica de las invenciones. Pero Hart sabe que en los cambios culturales hay retrocesos, los cuales son

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interpretados como supervivencias de elementos mal integrados en el conjunto de la cultura. Señala la tendencia (que no explica) de los agentes destructores a aumentar en eficacia con una aceleración que adelanta a la de cualquier otro tipo de cambio cultural. Hart niega la posibilidad de explicar la conformidad de ciertos procesos sociales con curvas matemáticas como cosa de puro azar, y pretende que detrás de ia logística y de otras tendencias hay algo presente a la manera de leyes subyacentes.12 Pero las leyes de la naturaleza son siempre proposiciones hipotéticas del tipo "si A, después B". Por ejemplo, una ley demográfica que dice que el crecimiento de la población sigue la curva logística, requiere que se enuncien las condiciones en que comienza el movimiento ascendente, asi como la explicación de las circunstancias en que se "rompe" ía curva logística. Puede observarse que el mismo Hart registra varios casos de este último tipo. Nosotros sostenemos que ningún razonamiento matemático como tal puede dar el conocimiento de esas condiciones. Mientras Zipf y Rashevsky por lo general descuidan el aspecto funcional del neo-positivismo, Hart no; j^ero su defensa del "método funcional" es cauta y reflexiva. Este método —dice Hart— "consiste en enunciar de un modo verjficable las observaciones y operaciones específicas por medio de las cuales han de presentarse, identificarse o medirse variables, y en determinar, con la mayor aproximación posible, Jas seríes específicas de operaciones selectivas y causales por medio de las cuales pueden modificarse las variables en direcciones deseadas, el grado en que las variables pueden ser controladas y los márgenes de error probablemente implícito en las conclusiones precedentes1'.1,1 La mayor parte de los sociólogos indudablemente seguirían estas aseveraciones como principio orientador en investigación empírica. Por otra parte, Hart no es un "determinista matemático" a la manera de Zipf. Ha estado de moda —declara— "hablar de deterninismo tecnológico'*. Pero "la Revolución Industrial tuvo sus raíces en una serie de inventos que, a su vez, tenían las suyas en ideas anteriores. La tecnología misma ha sido conceptual mente determinada. Si queremos controlar la dirección de la evolución cultural, no debemos dejarnos persuadir por la idea de que la tecnología es la causa 12 "LGHÍ4IÍC Social Trcncfs" ("TrndcnLia* logísrfca* of Sociology, vol. 50 (líM5>, p. 350. II "OptctiioDÍim in Saciólo^ and Psychnlngr" f Psicología"), manu5Criio inédito, p, 3.

lociald") ta American Jaumal ri

operación femó en Sociología

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primera de todo"/* El remedio contra los peligros que representa el advenimiento de la Edad Atómica, cree Hart que se encuentra en el rápido desarrollo de la ciencia social, en lo cual coincide con Lundberg. Puede dudarse que dicho desarrollo resultara completamente eficaz; pero aJ sugerirlo así, Hart se sitúa entre los sociólogos que creen que el hombre no es un mero objeto movido por procesos sociales impersonales, y no su dueño en cierto grado. Mo es sorprendente, pues, que Hart se dé plena cuenta de que su ascendencia sociológica se remonta a Comte, quien esperaba formular una ciencia empírica de la sociedad para salvar a la humanidad del desastre. William F. Ogburn y F. Stuart Chapín La preocupación por las "altas matemáticas" distingue la obra de sólo algunos de los sociólogos que incluimos en el grupo eco-positivista. La mayor parte de los investigadores de esre grupo no son matemáticos; pero todos insisteo en la necesidad de medir los fenómenos sociales siempre que sea posible y en el papel fundamental del análisis estadístico en la investigación social. La mayor parte ác ellos también señalan ia importancia de crear técnicas de investigación empírica y se indinan al escepticismo en cuanto a las teorías sociales de "buraca" o gabinete. Estos rasgos caracterizan los escritos de los neo-positivistas moderados, incluidas las importantes aportaciones de los profesores William F. Ogburn, de la Universidad de Chicago, y F. Stuart Chapín, de la de Minnesota, Debe advertirse que Ogburn y Chapin recibieron sus grados doctorales en la Columbk University al empezar e! segundo decenio del presenre siglo, cuando era allí la figura predominante Giddings, precursor del neo-positivismo contemporáneo (como se dijo en el capitulo 11). Solo o en colaboración con otros investigadores, Ogburn había realizado un impresionante número de estudios sobre fenómenos sociales, caracterizados especialmente por Ja determinación de coeficientes de correlación entre sus diversos aspectos, concediendo particular importancia a las materias tecnológicas y económicas. The Social Effec/s of Aviation (1946), obra bien conocida de Ogburn, lo acercó al ala matemática del neo-positivismo más que sus obras anteriores. Uno de los remas de ese libro es la necesidad de crear método: con los cuales predecir de manera fidedigna las manifestaciones sociales futuras. 1* "SocUl Selmct in Ac A rom ir: Crisá ("la ciencia wci»l en It crfria atómica"), en Jour&ai of Social Intcct. Sciíe ác Suplementos, núm. 2, abril, 1949. pp. 13-14.

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Pero la aportación mayor de Ogburn a la teoría sociológica está contenida en su obra anterior, Social Change (1923), que apareció simultáneamente con los últimos escritos de Giddings y antes de las recientes formulaciones de los neo-positivistas más extremosos. Puede considerarse Social Change como un preludio a las aportaciones posteriores de Ogburn en estilo neo-positivista, preludio importante y bien meditado que afectó de modo importante al pensamiento sociológico ¡>os redor. Se atribuye a ese libro el haber reemplazado Ja expresión "evolución social" por "cambio social". En una edición de él aparecida en 1950, Ogburn destaca este punto y explica la elección del título por su interés en superar el evolucionismo psicológico, que aún era poderoso en ia fecha en que escribió su libro. También se considera a éste en ocasiones como el primer estudio sociológico que empleó sistemáticamente el concepto de cultura referido a "los productos acumulados de la sociedad humana".15 Pero esto es discutible, ya que Thomas empleó la palabra "cultura" en ese sentido muchos años antes (véase capítulo 12), aunque no de un modo tan consecuente como Ogburn. Entre las varias generalizaciones teóricas que contiene el libro acerca del cambio social y cultural (Ogburn no expone claramente las relaciones que hay entre los dos), una en particular ha atraído ía atención y provocado muchas críticas: la hipótesis del retraso cultural. (El autor afirma en ia edición de 1950 de Sofial Change que esa hipótesis no es de ningún modo fundamental en su obra.) Dicha hipótesis es interpretada a veces como una expresión de determinismo económico o tecnológico, interpretación que Ogburn niega explícitamente.16 La hipótesis del retraso cultural parte del hecho de que una gran proporción de Jo herencia social del hombre es cultura material. Para hacer uso de ésta, son necesarios reajustes culturales, que Ogburn llama culturo odaptativa. Los cambios en la cultura material preceden a Tos cambios en la culturo adaptativa; no pueden operarse reajustes antes de que hayan ocurrido los cambios que los redaman. Pero Tas viejas costumbres (partes de la cultura adaptaciva anterior) persisten, produciendo "'retrasos" que pueden ser sumamente perjudiciales. De ahí ■—y en esto es en lo que se revela la posición neo-positivista del autor— que haya que medir en cada caso el grado de retraso y la gravedad "» Cf. Cultura (C*U»r*. 1952). pnr A. L. Kracber j C. Kluckhohm. p. 15. IB Pura una intetpwTación recieme en ese sencido y una critica de Ta eraría del lecta» cultura!, véase SochTy..., por Maclver y Page. pp. 574 ss.

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de la inadaptación. Este cálculo es el más importante, porque la cultura adaptativa está conectada con otras partes de la cultura y pueden ramificarse a través del orden social las tensiones sociales que reflejan retrasos culturales. Así, muchos problemas tienen sus raíces en la relativa lentitud del cambio de la cultura adaptativa; el retraso de la legislación protectora de los obreros en relación con el desarrollo del sistema fabril, el retraso de las medidas legales para La representación política en relación con los cambios de la población, quizás hoy el retraso de la descentralización de las ciudades en relación con. el desarrollo de las armas nucleares, y así sucesivamente. Esta interpretación de los problemas sociales lia sido empleada por muchos sociólogos y otros investigadores, siguiendo la formulación original de Ogburn, y del modo más extenso por Barnes. La teoría del retraso cultural, como algunos investigadores han observado, suscita las siguientes preguntas: "¿Qué retrasos en relación con qué?" y "¿La culrura material va siempre por delante de la no material?", Ogburn ha tenido cuidado en evitar respuestas estrictamente unilaterales, y en la primera edición de Social Change sostiene que puede haber cambios en la cultura no material, y aun en la adap-tatjva, aunque no haya cambiado la cultura material. En la última edición, la hipótesis del retraso cultural está expuesta con especial cautela; se reconoce la importancia de las invenciones en codas las partes de la cultura y se destacan sus consecuencias ramificadas. Esca actitud no debe ser interpretada como determinísmo económico O tecnológico. En lo que más bien insiste Ogburn es en la necesidad de medir los "retrasos" y sus consecuencias. El otro neo-positívisra moderado cuyas opiniones estudiamos aquí, F. Stuart Chapín, ha dedicado su libro más importante a las Contem-porary American Institutions (Instituciones norteamericanas contemporáneas, 1935). En él plantea la cuestión de cómo pueden describirse y definirse las instituciones sociales de un modo más preciso que con el lenguaje popular. Para Chapín, las instituciones son esencialmente tipos de conducta humana; redes de reacciones condicionadas, de hábitos individuales y de actitudes. El estudio de las instituciones es difícil porque son invisibles las conexiones en que consisten; no son diferentes de las fuerzas invisibles que están en la base del universo visible de las cosas materiales. Vuelve a manifestarse aquí la tendencia del neo-positivismo a apoyarse en las ciencias naturales. Un método para definir las instituciones de manera más precisa es el simbolismo gráfico. Muchas páginas de la obra de Chapín están ocupadas por gráficas que el autor cree que ayudan a percibir tipos

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de relaciones invisibles. Pero esas relaciones también tienen que ser medidas. En sociología, dice pesarosamente Chapín, son aún extremadamente escasos los estudios de fuerzas sociales comparables a ks investigaciones en ciencias físicas que utilizan unidades de peso.' 7 Cree él que la causa de esta situación es que el problema estudiado consiste en actitudes psicológicas, en reacciones condicionadas, en acciones reciprocas y en rasgos culturales. El sociólogo tiene que inventar unidades e instrumentos uniformes de medida; esto hará a los fenómenos institucionales más aptos de lo que son ahora para el registro y la comunicación exactos. En consecuencia, duranre algunos años Chapin y sus alumnos han ideado numerosas escalas para medie diferentes formas de "conducta institucional", por ejemplo, k posición social, los efectos de k vivienda, el ambiente familiar y la "personalidad".18 A ios procedimientos del simbolismo gráfico y de la medida por escalas Chapín ha añadido otro que él llama experimental, pero que, cuando más, es semi-experimenral. La idea básica de este procedimiento, tal como aparece expuesto en Experimental Deiign in Social Research (El diseño experimental en la investigación social, 1947),1S es 1a de emplear k lógica del experimento de laboratorio. En su laboratorio, el físico mantiene constantes o controla todas las circunstancias salvo una, y haciendo cambiar ésta observa los efectos de los cambios. Puesto que el investigador social no puede controlar los cambios sociales con fines de estudio, debe observar dos o más estados de un sistema social, o dos o más situaciones sociales, que difieren por Ta presencia o la ausencia de Ta circunstancia cuya importancia causal se estudia. Asi, puede observarse una población antes y después de cambiar de vivienda e investigar la influencia de esto sobre ía morbí17 Chapín distingue do! tipo» de instituciones, ti nuclear y el difundido iirabólira-Dimií, ro lo cual tt .ver J mucha a la» ideas de Mauiice Hauriou. investigador fran-C¿t de ímunición«. que lai concibe de .■.cuerdo con la filosofía platónica (veste capiculo 19). Como Hauriou, Chapín ha elegido pira estudiarlas sólo las instituciones dd primer tipo, ra las que predomina el elerneoro personal, luiearras que en las del segundo Tipo predomina el ciernen ra normativo. 16 Pan una descripción (neo-pofirivun) de rales eSdlosT véase Técnica da U *BF«f'fdifda taita!, pu¡ Geutgc A. Lundberg. Nueva Yorb. Longmans, Green toé CO . 1942, capítulo IX, sobre "Conducía institucional": y parí un i raía m jen eo reciente T mú complicado del "método de escalas", véale Mttbodi in Social Rtt&rtb
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lidad j la delincuencia. O, para citar un caso más complicado, pueden estudiarse dos poblaciones con ks mismas distribuciones de edad, sexo, raza, nacionalidad de los padres y situación profesional del padre, pero diferentes en el número de años de escolaridad; si las dos poblaciones muestran una diferencia considerable en ingresos o en adaptación a la comunidad, el experimentador puede pensar que probablemente ha encontrado una relación causal. Chapín describe algunas aplicaciones ingeniosas de este procedimiento experimental. Pero no abren nuevos horizontes. La concomitancia de las variaciones con roda probabilidad podría predecirse a base de k observación participante. Además, la validez de ks medidas de fenómenos institucionales, o más exactamente, su expresión en símbolos matemáticos, sigue, creemos nosotros, sujeta a serias dudas. De conformidad con la actitud neo-positivista, Chapia apoya k importancia de las definiciones funcionales en k ciencia social, pero adopta una posición mas bien moderada. "La llamada definición funcional —escribe— no se presenta como solución final o absoluta, sino simplemente como un movimiento útil en dirección de ia objetividad' 'P La mayor parte de los sociólogos suscribirían hoy esta opinión, A diferencia de la mayoría de los neo-positivistas, Chapín ha mostrado considerable interés por el problema de los movimientos de gran alcance que ocurren en las civilizaciones consideradas como conjuntos. Este aspecto de su obra lo examinaremos en el capítulo 20, dedicado a la sociología histórica. Resumen y critica Puede considerarse la obra de k escuela neo-positivista como un vigoroso intento para resolver un problema que k sociología tiene pknteado desde su comienzo. La tarea de hacer esta disciplina plenamente científica ha sido preocupación fundamental de Comte, Durkheim, Gumplowicz, Ratzenhofer, Thomas, Giddings y Pareto, entre otros. Creemos nosotros que ésa es k meta de casi todos los sociólogos. Pero el problema de si la cuantiffeación, el behaviorismo y el funcionalismo son los mejores, o aun los únicos medios para alcanzarla, es cosa sometida a debate. La discusión prosigue; en 1955 y 1956 fue ilustrada por la aparición de tres aportaciones muy importantes: un artículo de Lundberg, otro de Herberr Blumer y un nuevo libro de P. Sorokim81 F.xtarimtntal Dnigm, p. 155. -i "The Natural StÍLDcc Tiend ia S .jjlcjy". por C. Lur,.-!>_ig. tu Amititm

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El articulo de Lundberg fue escrito a propósito de otro publicado por el autor de esras líneas cinco años antes y en ei que subrayaba la convergencia de tendencias en la sociología contemporánea.22 Lundberg parece interpretar esta convergencia como una victoria completa del neo-positivismo, al que prefiere llamar "tendencia de la ciencia natural en sociología". No obstante, se conservan los tres componentes neo-positivistas. En primer lugar, según Lundberg, todos los fenómenos pueden ser cuantificados. Pero, como en el caso de su polémica con Paul Furfey, sostiene el significado "débil" de ía palabra cuantificación, a saber, que la corroboración y la generalización implican numerosas observaciones, cosa en la que están de acuerdo la mayor parte de los investigadores. Pero en un artículo reciente el profesor P, W, Bridgman, represéntame del funcionalismo en física, ha llamado Ja atención hacia el hecho de que hay algunas situaciones que no pueden repetirse." Por otra parte, muchos, si no la mayor parte, de los neo-positivistas discutirían la reducción de la cuantificación a la conveniencia de la pluralidad de observaciones. Ellos quieren que la sociología sea matemática. En cuanto al behaviorismo, Lundberg afirma que el neo-positivismo no deseó nunca excluir fenómenos "mentales" como los sueños, las esperanzas, los remores, en cuanto se expresan en palabras o símbolos y pueden, por lo ranto, ser observados, registrados y corroborados mediante el estudio empírico de la conducta lingüística. Un inteligente crítico ha advertido que Lundberg concede importancia al acto de conocer y menosprecia lo conocido.21 Éste es el núcleo de la diferencia entre los behaviorisras y sus opositores. Lundberg mismo y otros neo-positivistas no observan estrictamente, a lo que parece, el canon del procedimiento que querrían imponer a todos los sociólogos. Finalmente, el artículo de Lundberg da nueva importancia al funJattmal of Socfatesj, vo\. 61 (1955); "Soriülngical Análisis and iho Variable", « Amafian Sociología! Retiet?, yol. 2¡ ( 1 9 5 6 ) ; Ftds and Foiblet in Conletnporary SocioíoBy, Chicago. Regnery. 1956. ZZ "Socinligicjil TTieorr TocUy" ("La teoría sociológica en la actualidad"), ta American Caíhoüc Soiiatogy Revio?, TD!. 1 1 (J950). Lu ideai «presida* en Este ámenlo ■parecen en forma ampliada y modificada en el Capitulo 22 del presen le • lumen 23 ■'Science anj Bread Pumrt of View" ("La ciencia y loi ponto» de visca amplio*"), en Proeeediasi of iht National Acsdcmj o f Science, vol. 4 2 (1956), ppr 315-25. 14 M ■ ■ L'-al Convcrprnce of Mead. Lundberg md Parten»" ("Convergencia merodnlógica de Mead. Lundberg y Parsons"), par John C- MrKinney, en Amrrica* famrnel o f Siciofogj, vo\. 59 (1954). EJ articula fue publicado anrci de la aparición de! de Lundberg analizado en el mru; pero Lundberg fostiene que lu posición no ha sufrida cambio alguna a través de los años.

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cionalismo, y pone el siguiente ejemplo: "Inteligencia es lo que miden las pruebas de inteligencia". Pero quienes inventaron las pruebas de inteligencia y las administran ven "en las señales negras que aparecen en algunos sirios de una hoja de papel y no en otros" algo que trasciende de la operación de marcar y de contar las marcas; de otra suerte, nunca hubieran sugerido el liacer esas marcas ní hubieran seguido ese procedimiento para probar la inteligencia. Porque creen que, detrás de la operación, hay algo independíeme de ella. Fads and Foibless, de Sorokin, es una aguda crítica de aberraciones que, según cree, abundan en la sociología norteamericana contemporánea. Aunque no señala explícitamente el neo-positivismo, es su principal blanco. Sorokin aprueba el uso de métodos cuantitativos en el estudio de los fenómenos sociales, habiéndolos usado extensamente en Social and Cultural Dynamics (véanse capítulos 18 y 20). Pero rechaza, por infundada, la hipótesis de que puedan localizarse en continuos matemáticos toda cíase de atributos cualitativos, y denuncia la frecuente sustitución de las verdaderas matemáticas por "símbolos y fórmulas taquigráficos", así como k aplicación sin distinciones de métodos estadísticos a materias sociales. Según él, esos métodos son ínapropiados para el estudio de la conducta dentro de sistemas sociales, porque esa conducta es metódica y puede ser interpretada mejor por referencia al orden que prevalece en el sistema. Por otra parte, los métodos estadísticos son aplicables a fenómenos que dependen dd azar, a los cuales llama él "congeries", o sea k presencia simultánea de fenómenos irreductibles a ningún orden común a ellos. Además, Sorokin niega la validez científica de los estudios de "reacciones de lenguaje a conversaciones y cuestionarios usados como reactivos" y que a menudo se refieren a situaciones hipotéticas o a cuestiones de las cuales sabe muy poco el interrogado. En todo caso, ks investigaciones de ese tipo no llegan a los hechos mentales ni a k conducta reales acerca de los cuales las personas hablan o escriben en conversaciones y cuestionarios, Pero esos estudios forman el gran volumen de las aportaciones de los neo-positivístas. Sin atacar directamente al neo-positivismo, Herbert Blumer critica severamente la práctica dd "análisis de variables" que hoy prevalece. Este tipo de análisis trata de reducir "k vida del grupo humano a variables y sus relaciones": se supone que algo influye en la vida del grupo, y d efecto de ese "algo" es alguna modificación de k actividad dd grupo. Blumer observa, en primer lugar, que la elección de variables es con frecuencia defectuosa, de suerte que el análisis hecho

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a base de ellas no enriquece ni puede enriquecer nuestros conocimientos teóricos. En segundo lugar, y en este aspecto la opinión de Blumer se acerca a k de Sorokin, el procedimiento es inadecuado en relación con el núcleo central de la vida del grupo, consistente en interpretaciones de hechos externos por los individuos del grupo. El análisis de tales interpretaciones exige sus propios métodos: debe enfocarse el estudio de ia actividad del grupo por los ojos de las personas que participan en aquella actividad. El procedimiento Amplificador y esquematizante del "análisis de variables" (que necesariamente es matemático o estadístico) no hace justicia a las relaciones reales, aunque el método puede ser eficazmente empleado para estudiar aquellos sectores de la vida social que no implican el proceso interpretativo. El neo-positivismo domina gran parte de la sociología norteamericana y ha impresionado a muchos sociólogos de Europa (pero que todavía no han producido ninguna obra de inspiración neo-positivista de valor comparable a las producidas en este país.) Ese predominio no deja de ser discutido, y es perfectamente posible que el neo-positivismo retroceda en beneficio de la sociología funcional y analítica (véanse capítulos 17 y 1S). La aportación principal del neo-positivismo ha sido metodológica. Si su fe en la tríada cuantitativísmo-behaviorismo-funcionalismo (derivación del pragmatismo) es injustificada, sin embargo, su insistencia sobre cada uno de esos tres elementos ha dado fruto. La mayor parte de los sociólogos contemporáneos coinciden en que las cuantifica-cíones técnicas son muy útiles, y debieran emplearse como una ayuda de la investigación siempre que fuera posible.25 También coinciden la mayor parre de los sociólogos en que las descripciones introspectivas de los fenómenos sociales debieran completarse con descripciones behavioristas. Muchos sociólogos despliegan hoy gran cuidado en sus definiciones, formulándolas menos sobre bases a priori y más sobre la base de hechos observables de lo que era corriente hace una generación. Creemos, desde luego, que el conocimiento conseguido de acuerdo con los cánones neo-positivistas, seguirá siendo limitado; continuará en el plano o nivel de la causalidad de Max Weber, sin alcanzar el nivel de comprensión de Weber. Esta limitación es inherente a la actitud misma de los neoposítivistas, quienes consideran la conducta 2& Dehí advenirse que las neo-positivistas raiimog han moderna» técnica* estadísticas.

contribuido

relativamente poco

al

desarrollo de las

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verbal como última frontera de la dencia y adoptan una filosofía pragmática que lleva consigo un nominalismo extremado. Los neo-positivistas creen que así se librarán de la metafísica, que en su opinión es incompatible con la ciencia. Como el personaje de Moliére que no sabía que cuando hablaba hacía prosa, los neo-positivistas parecen ignorar el hecho de que su punto de vista descansa inevitablemente sobre una de las posiciones metafísicas posibles. El pragmatismo extremo también dificulta mucho a los neo-posí-tivisras hallar respuestas o Jas preguntas: ¿Qué es la sociedad? ¿Qué es Eft cultura? ¿Cómo se relacionan 3a sociedad y los individuos? Identifican 3a sociedad con la interacción dentro de la sociedad. Así, para Lundberg, quizás el de mentalidad más filosófica de esos escritores, un grupo social es una conducta de acciones reciprocas clasificada desde el punto de vista estructural. Siendo la sociedad una construcción mental, difícilmente puede "ínreractuar" con el individuo; pero Lundberg, Zipf y otros suponen una interacción recíproca entre ambos. Sus opiniones fundamentales no les imponen a los neo-positivistas 1a elección de unidades para el análisis sociológico. Pero hay un denominador común fundamental: la unidad de análisis es aquella que es cuantificable. En este respecto, Dodd realiza un túUT de forcé haciéndolo todo cuantíficable y tratando las características cualitativas como si fueran igual a L En la obra de los neo-positivistas no aparece ningún determinante particular de la estructura ni del cambio sociales, aunque la teoría de Zipf se acecta peligrosamente al determinismo económico. En conclusión, podemos comparar el neo-positivismo con el positivismo originario de Comte. Ambos muestran Ía tendencia a adscribir la verdad a la ciencia sola. Ambos destacan la importancia de la observación y de la inferencia. Pero el método histórico de Comte es reemplazado por el método estadístico, y el realismo moderado de Comte ha cedido el lugar a un nominalismo extremado. La moderada analogía orgánica de Comte y su "física social" han cedido el lugar a una confianza mucho mayor en la metodología de la física moderna. Por último, ha desaparecido la tesis del progreso, sustentada por los padres fundadores.

CAPÍTULO 16 ECOLOGÍA HUMANA Y SOCIOMETRÍA La cuantificación, aunque es atributo esencial del neo-positivismo, no se ¡¡mita a esta, orientación. Otras dos tendencias por Jo menos de la sociología actual insisten en la cuantificación; ía ecológica y la socio-métrica. Los representantes de estas "escuelas" no comparten necesariamente las opiniones behavioristas y funciona listas del neo-positivismo; en realidad, los sociómetras se indinan a concentrar la atención sobre procesos mentales específicos. Sin embargo, las dos tendencias difieren del neo-positivismo menos porque no suscriben todas sus opiniones que por el hecho de que cada una de ellas se enfoca sobre aspectos específicos de la vida humana como objetos de investigación. La ecología humana se interesa primocdialmente por fenómenos sociales que tienen sus raíces en la dependencia de los hombres respecto de la limitación de existencias de los medios necesarios para satisfacer sus necesidades. Los sociómetras ponen su empeño en la medida de fenómenos que son especialmente observables en grupos pequeños e informales. Las dos tendencias representan actitudes altamente especializadas, y como tales no pertenecen a la provincia de este estudio general; pero al mismo tiempo llevan implícitas teorías que ofrecen nuevos caminos para penetrar en aspectos básicos de la interdependencia humana, y por lo tanto debemos examinarías, aunque sea brevemente. En cierto sentido, la ecología humana puede considerarse como un renacimiento del determinismo biológico que a fines del siglo XIX estuvo muy bien representado por el darvinismo social. Pero el tipo particular de fenómenos biológicos que destacan los ecólogos es completamente diferente; además, la ecología combina puntos de vista biológicos y geográficos, estableciendo correlaciones entre el fondo biológico de los fenómenos sociales y el medio geográfico. Pueden seguirse las huellas de la sociometría contemporánea hasta el penetrante estudio de Toennies sobre la comunidad, el análisis de Simmel de los procesos sociales elementales y el tratamiento de Cooley respecto de los grupos primarios. La sociometría también ha tomado algunas cosas de la psiquiatría contemporánea. Estos diversos elementos se han entretejido con la extremada importancia concedida a las mediciones, esto último de inspiración neo-positivista.

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Ecología humana El término ecología fue creado en 1869 por el biólogo alemán Ernsr Haeckel ( 1 8 3 4 -1919). La ecología biológica es la ciencia de la interdependencia de ías plantas y los anímales que viven juntos en una región natural. Los principales conceptos desarrollados por esa ciencia son los de habitat, gradiente, simbiosis (o vida conjunta), competencia, cadena de alimentos, invasión y sucesión. La idea de aplicar el punto de vista ecológico y esos conceptos a las relaciones humanas apareció por primera vez a comienzos del siglo xx en la obra de Charles Galpin titulada Social Anatomy of an Agrarian Commumty (Anatomía social de una comunidad agraria, 1915). Galpin, que no usó la palabra ecología, recogió daros acerca de familias que vivían en un distrito agrario de Wisconsin, relativos a las siguientes cuestiones: dónde compraban sus suministros, dónde depositaban sus ahorros, a qué iglesia asistían y a qué escuela iban sus hijos. Los resultados fueron señalados en un mapa. La técnica cartográfica iba a hacerse muy corriente en ecología. Aunque los diferentes campos de actividad estudiados por Galpin no coincidían de un modo exacto espacia [mente, sin embargo la prueba justificaba la idea de que en Ja sociedad humana existen "zonas naturales" determi-nables. En el mismo año (1913) de esa investigación, Robert E Park (18Ó4-1944), de la Universidad de Chicago, llamada a convertirse en el principal centro de investigaciones ecológicas, publicó un artículo sobre la ciudad, sin emplear tampoco la palabra ecología. Decía Park que la ciudad es un fenómeno natural, un producto de fuerzas espontáneas y en gran parte incontrolables, organizadas en zonas fabriles, comerciales y residencíales. Añadía que la gente con características económicas y culturales análogas tienden a reunirse en zonas específicas de la ciudad, y que los características sociales y culturales de cada zona tienden a imponerse a las vidas de los habitantes. Los escritos y las enseñanzas de Park fueron el origen de una nueva tendencia del dererminismo, en esta ocasión de carácter ecológico. De 1921 a 1923, R- D. MacKenzie, con Park y Ernest W. Burgess, el rercer fundador de la ecología contemporánea, realizó una investigación sobre las zonas de la ciudad a la manera de Galpin; fue él quizás el primer sociólogo que usó la terminología conceptual de la ecología humana en una investigación empírica sistemática. La expresión ecología humana fue empleada por Park en colaboración con

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Burgess, su colega en Chicago, en su texto general titulado An Intro-dticñon lo the Science o¡ Sociology (introducción a la ciencia de la Sociología, 1921). "The Growth of the City" ("El crecimiento de la ciudad"), clásico articulo de Burgess, apareció en 1923- En ese trabajo estaba formulada la hipótesis básica de ía ecología urbana, a saber: que la ciudad crea característicamente como una serie de círculos concéntricos en torno de la zona que es núcleo del distrito central de los negocios. Hacia afuera de esa zona central están las de transición, marcadas por el empeoramiento material y social, de las casas de trabajadores y de las residencias de la "clase media", y por último la zona periférica de gentes que van y vienen todos los días de tdla al centro y viceversa. Pero este tipo básico o ideal en los casos concretos aparece deformado por la topografía local, el sistema de transportes y otras circunstancias.1 La existencia de la zona de transición fue explicada por ia expansión de la zona central; conocedores de ese crecimiento, los propietarios de edificios en el siguiente círculo concéntrico, o zona de transición, no conservan sus propiedades en buen estado y así proporcionan viviendas malas pero relativamente baratas a los estratos de la sociedad menos privilegiados económica y social-mente. Este cuadro de la estructura espacial y social de la ciudad probablemente es exacto para el primer desarrollo de la mayor parte, o por lo menos de muchas, de las zonas metropolitanas de los Estados Unidos, como lo indican gran número de investigaciones ecológicamente orientadas.2 Pero el tipo de zonas concéntricas carece de la validez universal que algunas le atribuyen o suponen los ecólogos urbanos. En el segundo cuarto del siglo xx empezaron a multiplicarse las obras de orientación ecológica, de suerte que puede hablarse legítimamente do una "escuela" ecológica. En ei decenio 1930-1940 empezó a subrayarse la diferencia entre interacción estrictamente ecológica e interacción social, y al mismo tiempo se declaró que la mera descripción de fenómenos humanos a base de una distribución especial no era verdadera ecología. La interacción estrictamente ecológica, dijo James A. Quinn, destacado representante de ía escuela, opera a través de la 1 Véase L*«d Üt* Central Boütm (iil ato dé la tierra en la zona centra! da Bailan}, por Waltcr Firtr. Cambridge. Mai*athua«o, Harvard Univertity Pren. 1 9 4 7 , para un estudio que revela la extrema distorsión de la hipáctíis de ka círculos concéntricos y para un. crírica de la hipótesis misma. 2 Enrre otra* ciudades norreamericiDas de tuyo tipo ecológico je han dado ¡nfnrmn figuran Chicas», Sr. Louis, Miuneupolis, Si. Paul* FiladeJfín, Nueva Orleáns. Loa Angeles, Boston, New Haven, y Ruchestcr, Nueva York.

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dependencia de un abastecimiento insuficiente de recursos del medio ambiente; cada organismo vivo inevitablemente afecta a los demás aumentando o disminuyendo el abastecimiento de recursos de que los Otros dependen. El proceso es impersonal, y como no implica ningún cambio de significados, es subsorial; pero su estudio es parte importante del análisis sociológico.3 Por otra parte, Park, uno de los fundadores de la escuela, sostenía durante el mencionado decenio que en las sociedades humanas había que distinguir dos planos ecológicos (o sociológicos): el simbólico, con sus raíces en Ja competencia impersonal, y el cultural, basado en la comunicación y el consenso general. Pero esta opinión de amplio alcance no la acepta Quínn, para quien ía ecología humana sólo proporciona uno de fos modos posibles de abstracción de la red indivisible de relaciones humanas dentro de un área de vida en común. Comenzando con las primeras obras de Park y Burgess, los ecólogos han relacionado diversos fenómenos sociales y culturales con las "zonas naturales" de la ciudad. Han elegido para estudio especial ia zona de transición, la zona de los barrios bajos o miserables, como el terreno especial donde florecen el delito, el vicío, ía enfermedad, el suicidio, la desorganización familiar y otros tipos de conducta extraviada. En algunas obras probablemente se ha exagerado e] papel del habitar local, llegando en ocasiones a señalársele como el principal determinante de la conducta humana en sociedad. Cuando, por ejemplo, se insiste en que la población de una zona deprimida y pobre ofrece las mismas tendencias desviadas (manifestadas en la delincuencia, la criminalidad, etc.) a pesar de los sucesivos cambios de su,composición étnica (mediante el proceso de 'invasión-sucesión'*), muchas veces se tiene la impresión de que en las mentes de los autores las mismas paredes y tejados de los edificios arruinados y el repugnante polvo de las calles mismas moldean tipos de conducta. El crudo ambientalismo de esta suerte no se encuentra ya en las obras de los sociólogos, ya utilicen en sus investigaciones un punto de vista ecológico u otros métodos. Además, existen pocos expositores de una posición ecológica extremada, que durante algunos años ha srdo atacada por ignorar o menospreciar el papel de los factores culturales y subcultnraIes en la formación de Ta conducta y el carácter humanos. A pesar de esas refutaciones de la teoría ecológica en su variedad * "Human FCPIOÍF «nd InteroCíioful Ecolngj" ("Ecnlogít humana 7 ecología ¡nrei-■ctuanie"). por J. A. Quina, en American S < K Í l ■ .V (octubre, 1940); para una exposición cumplen de In materia véale Human Ecoíagy (Ecología humana}, por Quinn, Nueva York, Prcmice-Hall, Inc., 1950,

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radical, la escuela ha hecho aportaciones importantes a nuestro rano-cimiento de la estructura social —así como del tipo espacial— de la ciudad norteamericana moderna, del proceso de desarrollo y movimiento que caracteriza la vida urbana (y en cierto grado la rural), y eí papel de esos fenómenos en la producción de formas características de conducta convencional y de conducta extraviada. Así, estudios como Family Disorganiza/ion (La desorganización de ía familia), de Ernest R. Mowrcr, y The Gong (La pandilla), de Frcderick M. Thras-her, publicados ambos en 1927; Delinquency Areas (Zonas de delincuencia), de Clifford Shaw, y The Gold Coast and the Slum (La Costa de Oro y el barrio bajo), de Harvey Zorbaugh, en 1929; y Mental Disorders in Urban Ateas (Perturbaciones mentales en las zonas urbanas), de 1L E. L. Faris y H. Warren Dunbam, publicado en 1939, todos los cuales aplican un enfoque ecológico a materiales recogidos en Chicago, no sólo proporcionan una información descriptiva reveladora acerca de diversos aspectos de la vida social de las metrópolis del Medio Oeste, sino que son monografías importantes sobre campos especializados de estudios sociológicos. Librados de la falacia del determinismo monista, los hallazgos de la escuela ecológica representan una aportación importante a nuestro conocimiento de los determinantes de la estructura y el cambio de las sociedades humanas.* Los métodos ecológicos, frecuentemente en combinación con otras técnicas, en la actualidad se aplican muchas veces a diversos campos de investigación. No puede dudarse que ciertas características de la vida urbana, tales como las relaciones interétnicas, pueden hacer uso eficaz de los conceptos de habitat, simbiosis e invasión y sucesión, productos de la teoría ecológica. Sociometría La sociometría, según Jacob L, Moreno, su principal promotor (ru 1892), intenta dar un sentido exacto y dinámico a las leyes dei desarrollo y de las relaciones sociales. Trata de la estructura interna de los grupos sociales y estudia lns complicadas formas que nacen de las fuerzas de atracción y repulsión entre los individuos del grupo. Se dice, además, que la sociometría estudia el grupo humano como una totalidad: cada parre es considerada en relación con el rodo y la totalidad es mirada con relación a cada parte. Se concentra en las rela4 Fin una pmcfiuciúo mícotc * co:>..i que concern i lu crílicu que v le han hecha, véase Human Ecoíogj (Ecología humana), por Amot H. Hawley. Nueva Yotlt, The R^ald Press Co,, 1950.

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ciones entre individuos, dejando el estudio de éstos en cuanto cales a la psicología y a la psicología social. Sostiene k sociometría que los grupos sociales son una realidad sai generis, irreductibles a los elementos de que están compuestos. Como veremos más adelante, uno de los problemas que ataca la sociometría se refiere al grado de realidad del grupo. Como indica la palabra sociometría, los que propugnan esta actitud se consagran a la medición no de los fenómenos sociales en general, sino que se limiian a ks relaciones ¡ntcrpersonales basadas en la atracción y k repulsión. Los soriómerras advierten que los sisremas de preferencias humanas que tienen sus raíces en esos procesos no pueden ser descubiertos por métodos estadísticos, ni pueden ser satisfactoriamente investigados confiándose únicamente a los métodos que prevalecen en las ciencias físicas, porque, para obtener resultados válidos, los soriómerras deben solicitar la cooperación de los sujetos a quienes investigan. Nacido en Rumania, Moreno empezó su trabajo profesional en Austria. Publicó (en alemán) en 1914 el volumen titulado Invitación a una conferencia, y después participó en la reorganización de una comunidad próxima a Viena donde iban en aumento las dificultades sociales. En 1925 emigró a los Esrados Unidos. En este país, después de haber dirigido algunas investigaciones sociométricas en escurias públicas y correccionales, apareció en 1934 Who Shall Survive? (¿Quiénes serán los que solyrevivan?) su libro más conocido. La obra recibió atención favorable de varios neo-positivistas, entre ellos Lundberg y Dodd. En 1942, Moreno y sus colegas abrieron en Nueva York un Instituto Sociométrko donde se hacen frecuentes demostraciones de sus métodos. Los secuaces de Moreno, aunque pocos en número, parecen ser discípulos muy fieles. Uno de ellos, Helen Jen-nings, es autora de Lemlership and holation (Acción directiva y aislamiento, 1943), volumen que muestra con claridad las técnicas y procedimientos de la sociometría. Bajo k orientación de Moreno se publica desde 1937 la revista Sodometry, y desde 1947 la revista adicional Sociatry, dedicada al problema del tratamiento terapéutico de grupos desorganizados. En 1950 su tirulo se cambió jior el de Group Psychotherapy. Puede considerarse la sociometría como la combinación de una teoría sobre k estructura informal de las sociedades y los grupos humanos y un método para investigar esa estructura. Las proposiciones fundamentales de la teoría pueden resumirse brevemente.

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La sociedad humana, según Moreno y sus discípulos, es más que una red de relaciones intermentales; liene existencia objetiva por sí misma, opinión que discrepa en absoluto del nominalismo extremo de los neo-positivistas. La estructura de la sociedad no es idéntica al "orden social" ni a la forma de gobierno. Por ejemplo, puede desaparecer el Estado y, sin embargo, persistir la "estructura sociodin árnica" subyacente de la sociedad. Esta estructura es evidenciada por el proceso de opciones o preferencias que hace la gente, basadas en la atracción o la repulsión, esto es, por una especie de afinidad selectiva entre los individuos. Esas relaciones selectivas entre individuos dan su realidad a los grupos sociales. El grado de realidad de una configuración social puede determinarse midiendo las preferencias y los tipos selectivos. Unos grupos tienen una estructura que ios sitúa más cerca del piano del azar que otros, lo cual quiere decir que la atracción y la abstención de relacionarse entre los individuos afectados no son más frecuentes ni intensas que entre individuos elegidos al azar. Pero otras estructuras se aproximan al nivel de la cohesión social óptima. Para determinar el tele, término usado en sociometría para designar las fuerzas de atracción y repulsión entre los individuos, se emplea un procedimiento llamado prueba sociométrica. La prueba requiere que cada sujeto de investigación indique sus elecciones de compañeros en situaciones diferentes, tales como el juego, el trabajo o el estudio. El número de selecciones o de exclusiones de los sujetos puede ser restringido o ilimitado, dependiendo de la amplitud de la investigación. Para obrener un cuadro total y auténtico de un grupo o sociedad, deben ser considerados como agentes activos todos los individuos que lo componen. Una tarea importante del sociómetra consiste en estimular a las personas estudiadas a obrar y elegirse o rechazarse unas a otras de acuerdo con los procedimientos sociométricos. Si esa tarea se realiza, serán "excitados" e incluidos en el cuadro de la investigación todos los dominios de las relaciones sociales: económicos, éticos, culturales. En consecuencia, los sodómetras propugnan un procedimiento de "caldeamiento" propio para provocar la mayor espontaneidad posible de las respuestas de los sujetos a las preguntas y sugerencias del observador. El investigador debe también coactuar con el grupo; en otras palabras, debe actuar como observador participante. Las pruebas en que se usan esas técnicas proporcionan material para gráficas llamadas sociogramas. Un soctograma es una especie de

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mapa de un grupo en eí que, con símlxilos apropiados, se representan las elecciones positivas y negativas de los individuos del grupo. Los sociogramas permiten representar gráficamente fos átomos sociales, definidos como la suma total de relaciones que rodean a cada individuo, numerosas en algunos casos y escasas en otros. Pero los átomos sociales sólo son partes de una unidad mayor, la retí psicosorial, representada por el engranaje de numerosos átomos sociales. Este procedimiento gráfico revela un número limitado de configuraciones típicas: el aislado, o cifra solitaria relativa a las elecciones hechas por él de otros y de ías hechas de él por otros; c| par; e! triángulo que se basta a sí mismo; la cadena (A elige a B, pero B elige a C, y así sucesivamente); y la estrella con su grupo. Además de esas configuraciones, características de pequeños grupos, los soriómerras señalan estructuras más extensas: la comunidad compuesta de redes psico-soriaJcs, y la humanidad, formada por comunidades. Aunque ni Moreno ni ningún socíúmetra destacado han estudiado el asunto, otros, entre ellos Lundberg,5 han empleado sociogramas para representar tipos de relaciones sociales en pequeñas comunidades norteamericanas. Ademáis de la construcción y análisis de sociogramas, los sociómetras usan el método del átomo cultural, que presenta esquemáticamente los diferentes papeles sociales en que participan los individuos, activa o pasivamente, así como la matriz de interrckción propuesta por Dodd. Los resultados de numerosos estudios sociográficos han animado a los sociómetras a formular estas conclusiones: en k vida social hay una concentración de elección humana sobre unos pocos individuos, lo cual reduce la cantidad de elección invertida en otros. Esta situación produce un proletariado sociométrico. los aislados, el más antiguo y numeroso proletariado de la sociedad humana. Además, existe una correlación entre la inclinación del individuo a hacer elecciones positivas y su capacidad para ser objeto de k elección de otros. Los que son muy preferidos en ks elecciones de los demás fácilmente asumen el papel de jefes o líderes. Otra conclusión de Moreno es que el antagonismo y la tensión sociales aumentan en proporción directa de k diferencia soriodinámica enrre k sociedad oficial y la marriz sociométrica (que expresa relaciones de atracción - repulsión). Los sociómetras han estudiado des5 Vtjie "The SociogTujihy ¡jí Same Communify ir. Un ■' .S- ■, iogrjfi i de algún» relacione» cujljuniiíriís"), por G. A. Lundberg y M. Lawsicig, en Americm Sociológica} Retín?, YOl. 2, 193?; y "Social A::r, [ji n Paltem» in a VilLagt" ■ N'.-1:11. 1. Je .M.di, social en una población pequeña"), por G. A. Lundberg y M. Sítele, en Sodomei'y, ved. i, 1933.

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órdenes producidos en grupos, por ejemplo, en casas correccionales, y han averiguado las relaciones existentes entre diversas formas de organización de los grupos y los diferentes tipos de desórdenes. Por ejemplo, si los intereses emocionales de la mayoría de los individuos del grupo de una casa se dirigen principalmente a individuos ajenos al grupo, el funcionamiento de éste se verá perturbado por la falta de exactitud en el trabajo, la superficialidad de su ejecución, etc. Si, por el contrario, el grupo es fuertemente introvertido, pero muchos de sus individuos se rechazan entre sí, aparecerá un desorden de otro tipo, expresado en disensiones y conflictos entre los individuos sobre la ejecución de acciones necesarias. Si muchos de los individuos rechazan a ía directora dd correccional, pero se atraen entre sí, el retroceso en el trabajo y ia rebelión abierta pueden ser Jas consecuencias. Sobre la base de varios estudios de conflictos intragrupales, los sociómetras han creado técnicas pata reducir esas tensiones, en especial el pskodtama y el soúodrama. Estas técnicas pueden usarse también para otros fines, como preparar a individuos para Ja jefatura del grupo. Moreno y sus discípulos, como muchos innovadores, propenden a sobre&tjmar la importancia de sus hallazgos. Con frecuencia escriben como si hubieran encontrado la clave para el conocimiento de las relaciones interpersonales. Con toda probabilidad, Ja afinidad selectiva entre los individuos del grupo, que ellos subrayan, opera en combinación con una afinidad basada en el parentesco, en la proximidad espacial y en otros factores. Además, las relaciones interpersonales son afectadas por las costumbres y las instituciones tradicionales y por Ja coacción. No obstante, los sociómetras han abierto un prometedor campo de estudio. Recientemente sus ideas han hallado terreno propicio en Francia, donde se ha fundado un Instituto Sociométrico. Gurvitch ha señalado una sorprendente analogía entre hs opiniones fundamentales de los sociómetras y su propia mítrosociología (véase capítulo 19), Las dos tendencias comenzaron independientemente, y sus analogías pueden considerarse como otro ejemplo de la. tendencia convergente que prevalece en la sociología contemporánea. Resumen y crítica Aunque los campos de investigación cultivados por Jas dos escuelas estudiadas en este capítulo son completamente diferentes, la ecología humana y la sociometría tienen mucho de común. Las dos insisten en Ja cuantificación y las dos la combinan con procedimientos gráficos. Los ecólogos dibujan mapas de la comunidad local, especialmente de

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la ciudad, mostrando diferentes zonas ecológicas y representando gradientes o indicadores de diferencias de magnitudes de variables tales como el crimen y el suicidio en Jas diferentes zonas. Los sociómetras también rrazan mapas, más exactamente, cartas de grupos sociales que simbolizan las fuerzas de atracción y repulsión descubiertas por fas pruebas sociometricas. En sus formas extremas, las dos escuelas se acercan mucho a un monismo estricto. Aunque los ecólogos no pretenden explicar la totalidad de las relaciones humanas con su teoría, algunos de los primeros representantes de la escuela dan a veces esta impresión. Presentaban los hechos ecológicos como si fueran causados por alguna fuerza desconocida, de manera parecida a como algunos nco-positiviscas tratan los hechos sociales como si fueran determinados por las exigencias de ecuaciones matemáticas. Los sociómetras que siguen de cerca a Moreno afirman expresamente que la estructura social es rcductible al factor único de la atracción y la repulsión espontáneas entre los individuos. Pero mientras la fuerza desconocida de los ecólogos es tratada a veces como si fuera independiente de la voluntad humana, los sociómetras conciben sus configuraciones relaciónales como resultantes de la composición de fuerzas humanas. Las dos actitudes dan sólo soluciones parciales a los problemas básicos de la teoría sociológica. Los sociómetras interpretan la sociedad como una red de afinidades selectivas entre los individuos, afinidades a las que se atribuye una realidad que trasciende las interacciones intermitentes entre ellos. Aunque rara vez usan los sociómetras la palabra sistema, tratan sistemáticamente las relaciones entre la sociedad y el individuo; cada individuo es el centro de un átomo social en el que otros individuos quedan implicados mediante los procesos de atracción y repulsión, mientras que la sociedad es una complicada red Je tales átomos. Por la otra parte, los expositores de la ecología humana han encontrado un nuevo enfoque para el problema de Jos determinantes de la estructura social, aunque sus opiniones acerca de los determinantes de los cambios sociales no son únicas. Las dos escuelas se lian mostrado propensas a formular exageradas pretensiones en relación con sus teorías de la vida social y sus métodos de investigación, característica de algunos de los escritos ecológicos aparecidos de 1920 a 1940 y de algunas publicaciones socio-métricas más recientes. Por otra parte, el esquema conceptual de la sociometría está expresado en términos un tanto nebulosos que requieren aclaraciones, cosa que pueden hacer los trabajos actuales.

CAPÍTULO 17 EL PUNTO DE VISTA FUNCIONAL En germen, el punto de vista funcional para d estudio de los fenómenos sociales se remonta a los padres fundadores de ia sociología^ 3' a partir de ellos adelanta, especialmente a través de las obras de Durkheim, Cooley, Thomas y Pareto. Pero sólo en el segundo cuarto del siglo xx, bajo la influencia de la antropología cultural, conquistó esta actitud una posición definida en el campo de la sociología. Sus avances en los años recientes han sido tan rápidos, que muy bien se la puede considerar como un competidor del neo-positivismo por el predominio en la sociología contemporánea. 1 Por otra parte, presenta notable afinidad con algunas características de Ja sociología analítica, otra tendencia importante de la sociología de mediados del siglo XX (véase capitulo 18); muchas obras recientes podrían quizás ser clasificadas al mismo tiempo como funcionales y como analíticas. Génesis y alcance del punto de vista funcional ¿Qué es el funcionalismo? Es ésta una pregunta que no puede contestarse fácilmente, porque las palabras función y funcional, en sociología y en antropología cultural, reciben sentidos diferentes y sin relación entre sí. A veces, y particularmente en la obra de Sorokin, se emplea la palabra función en el sentido matemático, significando una variable cuya magnitud está determinada por ía magnitud de otra. Más frecuentemente, la palabra función se refiere a la aportación que una parte hace a un todo, por ejemplo a una sociedad o una cultura; éste es e! sentido atribuido muchas veces a "función" por antropólogos tan destacados como A. R. Radclíffc-Brown, Ralph Lineen y Bronislaw Malinowski, y también, germinal mente, en los escritos de Durkheim. (Nosotros usamos ía palabra función en este sentido cuando decimos que la función del gobierno es asegurar la paz y el orden en la sociedad.) Como modalidad de este segundo significado, eí término función se amplia en ocasiones para designar también las

1 Efempfos do la creciente influir tía del funcionalismo san mucho» libias de Texto, enrre elios Human Society (Lu sociedad humana), de Kingsieí Daris, NUCYB York, The Mamullan Ce, 19-19. Nácete también IB importancia ■. ■ !. :. al punm de vista funcional en lea siguientes estudie* «obre Sociología de L TUndum Home: Sociológicos Rwrtprttive lL-i perspéctica sociológica), pul El? Chinar. Nueva York, !'■ ¡. Th e De-vcJopmmU oj Ameriten Sociology (Desarrollo d e U sociología norteamericana.), por R- C j G. Hinkic, Nueva York, 1954; ínterpreting Social Changa la America (Interpretación del cambio social en los Estados Unidos), pos N. F. Washburne. Nueva York, 1954.

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aportaciones que el grupo hace a sus individuos (verbi gratia} ks de la familia para k supervivencia de los bebés), o ks de grupos grandes a grupos pequeños. Además, el punto de visca funcional se refiere fre-"\ cuencemente a la importancia de la integración do las partes en todos, o, lo que es casi lo mismo, a Ja interdependencia de las parres. También se encuentra este uso en las obras de los autores que acaban de menciona rse/Fínal m en te. Ja expresión "análisis funcional" se emplea para designar el estudio de fenómenos sociales como operaciones o efectos de estructuras sociales csixTÍficas, tales como los sistemas de parentesco o los de clases; por consiguiente, suele aparecer en la forma compuesta estrt/ctaral-jnncional. Esta fraseología puede encontrarse en [as obras actuales de Parsons y sus discípulos (cuyas opiniones expondremos en el capítulo 18), pero se le puede seguir k pista hasta Spencer. Esta situación terminológica es verdaderamente confusa, y la confusión aumenta cuando se tiene en cuenta que también se emplean con frecuencia otras palabras para expresar los diversos significados de función.2 * Sin embargo, la observación de las manifestaciones recientes tanto en sociología como en antropología cultural revela que el movimiento conocido por funcionalismo se centra en torno del segundo y tercero de los cuatro significados de la palabra función anotados arriba. Puede juzgarse, pues, que el funcionalismo sustenta la hipótesis de que todos los fenómenos sociales abarcados por esos dos significados van juntos y que la teoría sociológica debiera concentrarse sobre dios. En una forma que no está expresamente manifiesta en ningún escrito determinado, el teorema funcional básico dice así; Un sistema social (los función a lis tas usan con frecuencia esta expresión) es un sistema real en que las parces desempeñan funciones esenciales para la subsistencia (y finalmente para la expansión O fortalecimiento) del todo, y en consecuencia son interdependientes y están más o menos integradas. El punto de vista funcional es más antiguo en. biología, psicología y antropología cultural que en sociología. La biología es una ciencia organizada en totno de k idea de que cada órgano, o parce deí sistema llamado organismo, realiza una o varias funciones esenciales para la conservación del organismo y/o de la especie a la cual pertenece. Como corolario, se subraya el principio de la interdependencia de los órganos. En suma, se concibe el organismo como un sistema de componentes funcional mente interrekc roñados. i Social Tbsfry and SotLd $tru.-inn ( Le ítori* y U titrnctuT* iveñdei), por R, K. MCIIOD, GIMÍM, 111., The Frtc Preu. W 9. pp. 22-27.

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En psicología., a fines del siglo xix y principios del XX diferentes escuelas analíticas describieron laboriosamente las partes componentes dei proceso mental (tales como cognición, emoción y volición), pero fueron incapaces de captar su unidad, Iniciada con anterioridad, pero llegada a la plenitud de su desarrollo entre 1920 y 1940, surgió la influyente escuela de la Gestalt (configuración), que sostenía que iodo elemento del proceso mental, si ha de obtenerse un conocimiento verdadero de él, debe ser estudiado en relación con d todo, porque d sentido de cada elemento varía de acuerdo con la configuración total de que forma parte. En crnología o antropología cultural, el punto de vista funcional fue anticipado por Franz Boas (1858-1942), quien escribía en 1887: "El arte y el estilo característico de un pueblo sólo pueden comprenderse estudiando sus productos como un todo".a Pero el funcionalismo se desarrolló en antropología mucho más tarde, en oposición tanto con el evolucionismo como con el difusionismo. Hemos expuesto el evolucionismo en capítulos anteriores, así como su colapso al aparecer nuevas teorías, entre ellas el funcionalismo. El difusionismo es una posición adoptada por algunos etnólogos que destacan la propagación o difusión de las invenciones desde un número relativamente pequeño de centros de cultura y su importancia en el desarrollo cultural. Contrariamente a la orientación histórica de esas dos escuelas, que explican toda manifestación cultural localizándola ya en ei esquema evolucionista o en un proceso histórico concreto de difusión, los funcionalistas declaran que la explicación de toda manifestación de cuhura se encontrará en lo que supone para el todo y, correlativamente, en relación con su interdependencia con las otras manifestaciones que forman la cultura. Como ocurre frecuentemente con los innovadores, ios funcio-nalistas incurrieron en exageraciones, dando la impresión a veces de que pretenden que toda manifestación de cultura es funcional en el sentido de que contribuye positivamente al conjunto de la cultura, olvidando manifiestamente las costumbres dañosas, a la manera de Sumner. De un modo parecido, los antropólogos funcionales suponen a veces que todo sistema social está perfectamente integrado, olvidando el bien conocido hedió de la desorganización social. Las tendencias señaladas de la biología, la psicología y la antropología cultural estimularon grandemente el nacimiento de la sociología funcional. Pero los sociólogos funcionales también pueden remontar su genealogía dentro de su propia disciplina. Las ideas de la * En un artículo publicad» en Scieait, voL 9, pp- 435 «.

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integración de las parces en todos y de ia interdependencia de ios diferentes elementos de una sociedad están ya en el consensos uni-versalis de Comte, en la preocupación de Spencer por la integración como compensadora de la diferenciación, en la teoría orgánica de Cooley, y especialmente en la concepción sustentada por Pareto sdc la sociedad como un sistema en equilibrio. Isxs agnaciones hechas por estructuras sociales particulares al conjunto fueron destacadas por Durkheim y por Thomas. El campesino polaco, de éste último y de Znaniecki, puede considerarse como la primera obra importante de la sociología contemporánea escrita con espíritu funcional. Algunas obras importantes del estilo funcional En l_929..Rpbert S. y Helen M. Lynd publicaron Middletown, que se ha convertido en una obra clásica de la literatura sociológica norteamericana. Ese estudio es un. intento bien planeado y bien ejecutado para conocer una comunidad norteamericana (Muncie, Indiana) más o menos representativa como un sistema social y cultural relativamente cerrado y que satisface las necesidades de sus miembros. Esas necesidades están enunciadas en términos dinámicos: ganarse la vida (adquirir los medios necesarios para subsistir); hacerse un hogar (incluidos el matrimonio y la crianza de los niños); preparar a los jóvenes; utilizar los asuetos; dedicarse a prácticas religiosas; participar en actividades de la comunidad, en especial el manejo del gobierno; cuidar de k salud pública; atender a los indigentes, proporcionar información. La investigación fue realizada en gran parte por observación participante, a la manera de los estudios etnológicos con temporáneos, aunque también se usaron documentos históricos y datos estadísticos. Los resultados convencieron a los Lynd de que las modalidades en la satisfacción de necesidades que se manifestaban en Middletown indicaban un tipo definido de estructura social, a saber, la división básica de la población en gente de negocios y trabajadores, cada una de las cuales clases desempeña las funciones sociales esenciales de manera, un tanto diferente. La hipótesis de la plena integración del sistema social-tul tu tal no fue comprobada, distinguiéndose la vida de ia comunidad por un laberinto de actividades institucionales engranadas y con frecuencia contradictorias. Los autores encontraron el uno al lado del otro intentos para emplear la psicología del siglo xix en la educación de los niños y la psicología del siglo XX en la práctica de los negocios, confianza en el laissez faire del siglo XVni y el uso

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de máquinas del siglo XX, y así sucesivamente. Sin embargo, se comprobaron algunas uniformidades en los cambios sociales, por ejemplo, el hecho de que las innovaciones materiales hayan sido aceptadas con mejor voluntad y mayor rapidez que las ideas nuevas concernientes a las relaciones entre maridos y mujeres, entre padres e hijos o entre las clases sociales. Este resultado parecía corroborar la hipótesis del retraso cultural de Ogburn. Middletown, saludado por algunos comentaristas como la primera demostración importante de la apiicabilidad de los métodos y la teoría antropológicos a las complejas comunidades modernas, y citado por otros como un "nuevo tipo de historia", fue ampliamente leído en las universidades norteamericanas en el decenio de los 1930. En 1937 los Lynd publicaron Middletown in Transilion (Middletown en transición), continuación del estudio de Muncie durante los primeros años de Ja crisis que, aunque conservando el penetrante punto de vista del trabajo anterior, se dedicó más a la estructura de las clases y a las relaciones del poder económico y político en aquella localidad. Estos libros han estimulado muchos estudios similares, tanto en el país como en otras partes. El más conocido de ellos es la serie de Ciudad Yanqui (Yankee City), dirigida por William L, Warner, informe en cuatro volúmenes sobre una pequeña ciudad de la Nueva Inglaterra que señala su estructura de ciase y de posiciones sociales, sus cambiantes normas éticas y su sistema industrial. El primer volumen, The Social Ufe of a Modern Comnmnity (LA vida social en una comunidad moderna), presenta el punto de vista funcional de Warner en relación con las ideas siguientes: Cuando ía interacción recíproca se organiza en relaciones definidas, produce sistemas de agrupaciones reguladas o irreguladas, llamadas estructuras sociales, que dirigen la conducta social de los individuos. Cada una de esas estructuras (la familia, la organización económica, la iglesia, etc.) se manifiesta por reglas tipificadas impuestas por sanciones reguladas o irreguladas. Finalmente, las diversas estructuras sociales están interralacionadas de tal manera, que forman una totalidad dinámica. Esta intercalación integrada del sistema social es producida en rodas las sociedades por la importancia dada a una estructura que da forma a la sociedad total e integra las demás estructuras en una unidad social de un modo muy parecido a como el esqueleto proporciona un armazón para las demás partes del cuerpo. En Yankee City y a través de toda H sociedad norteamericana, la estructura en clases sociales desempeña el papel del esqueleto.

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Gran parte de la serie sobre Yankee City, así como otros varios volúmenes a cargo de Warner o que hacen uso de su teoría y su método, pintan en detalle los sistemas de clases sociales y sus relaciones con la economía, con la posición genealógica y con los factores étnicos en comunidades de diversas partes de los Estados Unidos. Así, este aspecto de la sociología funcional está representado, por ejemplo, por Deep South (Sur profundo, 1941), dirigido por Warner, Plainville, USA- (1945), de James West, y Elmtotvn's Yoitth (La juventud de Elmtown, 1949), de A. B. Hollingshead. En American Society (IA sociedad norteamericana, 195 T), de Robin M. Williams, se persigue un objetivo mucho más ambicioso: el de describir y explicar en términos sociológicos Jas relaciones sociales y las creencias y valores concomitantes que caracterizan al pueblo de los Estados Unidos. Williams distingue entre organización social (definida como una trama de interacciones sociales recurrentes) y cultura, en especial cultura normativa, entendida como "un plano para la conducta". Los complejos de normas respaldadas por sanciones sociales intensivas, que gozan de fuerte apoyo y asociadas con necesidades importantes u orientaciones valorativas, son instituciones. La mayor parte de la obra está dedicada al examen de instituciones importantes de los Estados Unidos contemporáneos. Pero quizás el rasgo sobresaliente de este estudio es el modo como trata Williams el problema relativo a la integración de instituciones parcialmente autónomas. Resuelve el problema mediante una teoría conjetural, pero general, de la integración de la sociedad y de 3a cultura. Según él, los medios de integración son, primero, la dependencia mutua dd beneficio y los intereses individuales; segundo, mecanismos explícitos de cohesión, incluido el acuerdo sobre las reglas a que debe someterse la consecución de los intereses, la existencia de organizaciones extensas que vinculen a las organizaciones menores y a los grupos primarios, y por último sistemas de representación y de control imperativo; tercero, reacción contra las presiones exteriores, tales como la guerra o la amenaza de guerra; cuarto, la común aceptación de símbolos y valores. Cree Williams que empleando estos instrumentos analíticos podemos comprender "el milagro diario de Ta sociedad en existencia". El conocimiento de esos mecanismos integradores no es estéril: en nuestro tiempo —dice Williams— ! . mayor parte de los errores en la vida pública y privada son consecuencia de no prever las repercusiones de acciones particulares que tienen lugar dentro de un sistema social total.

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Las obras que acabamos de examinar tratan de sociedades o comunidades consideradas en conjunto; pero hay otras en estilo funcional dedicadas a aspectos particulares de la vida social. Éste es el caso de Dvlinquent Boys (Muchachos delincuentes, 195Ó), de Albett K. Cohén. El autor desarrolla Ja idea de que, en k sociedad norteamericana, existe una "subcultura delincuente", antiutilitaria, maléfica y negativista; esta subcultura se encuentra primordialmente entre los varones jóvenes de k clase trabajadora. Cohén plantea k cuestión de las causas da tal subcultura, y k resuelve en términos funcionales demostrando que esa "subcultura" satisface necesidades reales de los jóvenes de familias obreras. Los muchachos pertenecientes a esa clase están expuestos a problemas de adaptación difícil, especial mente en escuelas orientadas en gran parte de acuerdo con las tradiciones de la clase media. Los valoraciones de esta tradición fomentan la adscripción de un posición social baja a los muchachos de la dase trabajadora, lo cual les hiere canto más a causa dd ingrediente igualitario de la Cultura norteamericana. La pandilla o banda delincuente es una respuesta a esa situación: en su ambiente, los muchachos son estimados según normas completamente diferentes de las de la clase medía, y estas últimas son negadas. La delincuencia aislada no es respuesta adecuada a esas circunstancias (excepto en el plano psicológico de frustrarión-agresíón), mientras que la actividad en grupo, en este caso la conducta delincuente, opera dentro de la banda para conferir y reforzar posiciones. Formulada en términos funcionales, la explicación que da Cohén de k formación y las actividades de bandas delincuentes, es que contribuyen a solucionar uno de los grandes problemas de Jos jóvenes varones de k clase trabajadora norteamericana. Hay, desde luego, "alternativas funcionales" (véase la sección siguiente): un "muchacho de Ta calle'* puede tratar de convertirse en un "muchacho de colegio" (cosa más fácil de decir que de hacer), o puede aceptar su situación absteniéndose de una conducta delincuente. Desde luego que los individuos de las bandas delincuentes no suelen tener idea de ks funciones sociales de la banda, pero ésta es una situación frecuente que se revela en el análisis funcional, punto del que trataremos brevemente. Si Muchachos delincuentes, de Cohén, puede interpretarse de acuerdo con el funcionalismo, Religión Ámong the Primitives (La religión entre los primitivos, 1951), de W, J. Goode, es expresamente funcional. Afirma el autor que su análisis es sociológico (lo cua] identifica él con el análisis a base de k orientación de los valores comunes),

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funcional y comparado. El estudio general del funcionalismo que hace Goode identifica este punto de vista con la concepción de la sociedad como un proceso unitario, llegando hasta sostener que la sociedad tiene metas que no son. idénticas a los fines individuales. En su estudio teórico subraya el autor el aspecto del funcionalismo relativo a la integración de las partes en el todo. Pero la mayor parte de su obra está dedicada a un laborioso estudio de la interdependencia del aspecto religioso de la vida social en cinco sociedades primitivas, con sus actividades económicos, políticas y familiares. Por ejemplo, muestra cómo la producción económica se mezcla para el dahomeyano con d uso de lo sobrenatural; y, en términos más generales, sostiene que, entre las sociedades estudiadas, lo sobre natural y sagrado actúa en el dominio económico fijando una conducta concreta, cambiando los fines que hay que perseguir y proporcionando móviles o motivos de acción. El sistema religioso sostiene al político no sólo expresamente, sino también implícita y simbólicamente, en especial imponiendo normas institucionales para evitar conflictos. Y la estructura y situación de la familia se reflejan con frecuencia en la religión, pues los dioses forman familias a la manera humana. En esas sociedades, las reglas religiosas sirven por lo menos —Goode no es aficionado a la extrapolación— como instrumentos de integración, ofreciendo valores sociales comunes que ayudan a dirigir Ta sociedad como un todo. Peto los elementos del sistema religioso no son necesariamente funcionales por completo, porque pueden inhibir otras zonas de acción que refuerzan el bienestar de la sociedad, de lo cual aparecen diversos ejemplos en los detallados estudios de ks actividades económicas, políticas y familiares. Hada una teoría funcional sistemática Esos estudios constituyen una muestra pequeña pero representativa del enfoque funcional que ahora se usa frecuentemente en sociología. Pero hasta muy recientemente no se había realizado su codificación teórica. Un intento de esto fue el del antropólogo Bronislaw Ma-linowski (1884-1942) .SuTeoría científica deia cultura (1944) pide para la antropología cultural el papel de ciencia social genera[izadora (véase capítulo 1), ofrece una definición, no desarrollada, del funcionalismo, y es ejemplo del uso del funcionalismo en k investigación. Malinowski rechaza ia tosca concepción del funcionalismo que lo reduce al casi inútil enunciado de que todo se relaciona con rodo.

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Para evitar ese peligro propone Malinowski el procedimiento del aislamiento, según el cual "el aislado funcional es la Institución". (En la terminología de Malinowski la palabra institución se refiere tanto a un grupo social como a los modos consagrados de proceder). Cada institución desempeña por lo menos una fundón social, lo cual quiere decir que satisface una necesidad social reconocida. Malinowski presenta dos axiomas que, según declara, deben servir de base a toda teoría científica de la cultura. Dice el primero que toda cultura debe satisfacer las necesidades biológicas de! hombre tales como la nutrición, la procreación, la protección contra las fuerzas dañinas del clima, contra los animales y contra los hombres; pero también debe proporcionar descanso y regulación del crecimiento. Dice el segundo que toda conquista cultural es un refuerzo instrumental de la fisiología humana y se refiere directa o indirectamente a la satisfacción de una necesidad corporal. Malinowski expresa la convicción de que es posible "enlazar funcíonalmente los diversos tipos de reacción cultural, tales como la económica, la educativa, la científica, la mágica y la religiosa", con necesidades biológicas, elementales o derivadas. Así, "la explicación funcional del arte, del esparcimiento y del ceremonial público puede tener que recurrir a reacciones directamente físicas del organismo al rirmo, al sonido, al color, a la línea, a la forma y sus comb ínac iones' 1.4 Ta! como la expone Malinowski, quien, con Radcliffe-Brown, es considerado como la figura más destacada del funcionalismo en la antropología cultural, la teoría funcional —aunque no sus famosos estudios sobre los trobriandeses—- casi parece convertirse en una resurrección parcial del determinísmo biológico, cosa que pocos de sus expositores contemporáneos creen que sea funcionalismo. Los funciona lis tas están produciendo actualmente un tipo de teoría, especialmente aplicable al estudio de ía. estructura social y de la diversidad cultural, que puede resumirse en los términos siguientes. En primer lugar (y este punto de partida con frecuencia aparece disfrazado en Tos escritos de los funcíonalistas), la conservación y la posible expansión de un grupo y de su sistema social, así como la persistencia y el posible progreso de la cultura del grupo, se definen, por To menos implícitamente, como objetivos o metas del grupo. El estudio empírico revelará los requisitos funcionales de un sistema dado, es decir, las condiciones en que esos objetivos pueden ser alcanzados. Puede demostrarse, entonces, que partes específicas de la estructura social y de 4 Malinowski, op. at., pp. 174, 175.

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la cultura del grupo funcionan como mecanismos que satisfacen (o no satisfacen) los requisitos funcionales. Se siguen nuevas proposiciones como amplias guías teóricas. Primero, las necesidades funcionales universales pueden satisfacerse de diferentes maneras, de las que son ejemplos las diferencias sociales y culturales; y las sociedades individuales, por así decirlo, han "seleccionado" sus particulares procedimientos de entre un ancho margen de fusibilidades culturales. Pero, segundo, el número de esas "selecciones" es siempre limitado, limitado por las características biológicas del hombre y por sus necesidades sociales y psíquicas; de aquí que prevalezcan invenciones independientes y paralelas en sociedades diferentes (fenómeno que sirvió a los evolucionistas como uno de sus argumentos más poderosos). Tercero, el margen de "selecciones" para una sociedad específica es limitado más aún por las ínterrelacioncs y, en cierta medida, por la interdependencia de las selecciones mismas; así, la adopción de un tipo de sistema de parentesco, por ejemplo, restringe el número de posibilidades en otras zonas institucionales. (Más concretamente, como se ha observado muchas veces, el desarrollo industrial moderno en sociedades tradícionalraente agrarias indudablemente limita, pero no determina, el número y tipo de posibles manifestaciones políticas e institucionales de otras clases.) Tarea importante del análisis funcional es descubrir el número y tipo de posibilidades culturales en diversas condiciones sociales. Un esfuerzo ambicioso en esa dirección puede verse en The Structure of Society (La estructura de la sociedad, 1952), por Marión Levy, Jr., influida también por la orientación "estructural-funrionai" de la teoría de Parsons (véase capítulo 18). Ei progreso ulterior de la teoría funcional requiere una clara comprensión del concepto mismo de función, así como la creación de una metodología que pueda empicarse para descubrir las interrelacio-nes funcionales de diferentes sectores de un sistema sociocultural y su importancia para la persistencia (o la expansión eventual) de todo el sistema o de subsistemas contenidos en él. Merton define la función como "las consecuencias observadas que contribuyen a la adaptación y reajuste de un sistema dado".5 Nos parece esta definición un tanto errónea. La función de una estructura parcial, esto es, de un rasgo cultural, de una costumbre, una institución o un subsistema (A), o más exactamente, de su funcionamiento, no es idéntica para el sistema N a las consecuencias del funcionamiento de A, sino al significado de esas consecuencias o de la E Of *. ti i. . p. 50.

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aportación específica de esas consecuencias para N. Representémoslas por M. Podemos decir, pues, que la aportación específica que A hace para la persistencia de N es M. O, dicho de otra manera: una causa que contribuye a la persistencia de N (digamos, ia familia) es A (el tabú del incesto, por ejemplo) a causa de M (deseo de evitar k confusión de los papeles familiares). Pero no sería razonar funcional-mente, sino ideológicamente, si se pretendiera que el evitar la confusión de los papeles en 3a familia es la causa del tabú del incesto. El problema del origen de los rasgos funcionalmente importantes cae fuera del alcance del análisis funcional, 6 ¿Qué procedimientos pueden usarse para aplicar y comprobar hipótesis funcionales? El experimento mental es una posibilidad, A veces podemos calcular, por lo menos dentro de limites amplios, lo que ocurriría en una sociedad sí una estructura parcial fuera eliminada o se interrumpiera su funcionamiento. Asi, pueden "pensarse ausentes" (según la idea de Weber) una institución económica determinada, por ejemplo, o una norma sociocuftural, como un deporte organizado, y calcular las consecuencias probables para la sociedad. Pero no debemos olvidar ks advertencias de Max Weber acerca del experimento mental que él proponía como instrumento legítimo de análisis causal, sin duda, pero sin embargo señalaba sus limitaciones (véase capítulo 14). El método comparativo es otra posibilidad. La comparación puede hacerse en el plano cualitativo y en el cuantitativo. Cualitativamente, si se encontraran dos situaciones sociales que difieren por la presencia o la ausencia de un rasgo particular o de una estructura parcial, pueden descubrirse las consecuencias diferenciales de esa desemejanza para la supervivencia y la prosperidad del sistema tota]. Un camino para la comparación cuantitativa se encuentra en las obras de Sorokin (acerbo enemigo del punto de vista funcional, aunque funcío-nalísta extremoso en cierto sencido, como veremos en el capítulo 20). Sorokin sugiere métodos para cuantificar las proporciones de elementos de una cultura funcionalmente contradictorios o congruentes, por ejemplo, el arte religioso en una cultura laica o en una cultura religiosa. Sostiene Sorokin, primero, que puede determinarse la fluctuación de esas magnitudes en el tiempo y su distribución en el espacio; segundo, que pueden determinarse interrekciones funcionales de los rasgos o características, si esas fluctuaciones y distribu£ Es ras proposiciones las ha desarrollólo H, C- Bredcmejet en su artículo "The MethodolofíF oí Functionalism" ("La meTodoiogía del funcionalismo"), en A/n. Soc, R*t., vol. 20 pp. 173 u.

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ciones siguen el tipo de cambios concomitantes; pero, tercero, queda refutada k interconexión funcional si ias fluctuaciones y distribuciones se producen al azar. Estas proposiciones están incorporadas a la sociología histórica de Sorokin. Otro procedimiento de que se dispone para el análisis funcional es k observación y el análisis de Jas consecuencias para una sociedad de diferentes tipos de desórdenes causados por acontecimientos interiores o exteriores, o por ambos. Así, ti estudio de las consecuencias de una declaración de guerra, por ejemplo, o de un invento revolucionario, como la fuerza atómica, puede revelar persistencias o relaciones funcionales (o debilidades) hasta entonces insospechadas en un sistema social. En realidad, hoy se están haciendo gran número de investigaciones siguiendo estos lincamientos, y aunque la mayor parte de ellas no son expresamente funcionales, es indudable que contribuirán al desarrollo ulterior de la teoría funcional. Estos procedimientos representan sólo algunas do las posibilidades metodológicas que pueden emplearse en el análisis funcional. (Experimento mental, método comparativo, y estudio de ks consecuencias de desórdenes han sido y son, naturalmente, empleados por representantes de otras escuelas.) La interdependencia y acción recíproca de investigaciones empíricas de diferentes tipos y del progreso de la teoría funcional, han sido señaladas recientemente por varios investigadores, y quizás con k mayor eficacia por Merton en su Teoría y esiTtiCttiTtj sociales. En ese mismo libro hace Merton algunas aportaciones importantes a la teoría funcional. Intenta codificar sistemáticamente un protocolo o paradigma para el funcionalismo, esfuerzo dirigido a presentar "el resistente núcleo de conceptos, procedimientos e inferencias del análisis funcional".7 En ese intento, Merton hace expresa la diferencia entre funciones manifiestas y latentes, diferencia que se encuentra en forma implícita en las obras de muchos investigadores. Las funciones manifiestas se refieren a ks consecuencias objetivas de una unidad social o cultural específica que contribuye a su adopción o adaptación y que fueron deseadas por los participantes; ks funciones latentes se refieren a consecuencias indeliberadas y no reconocidas. Así, para citar el conocido ejemplo de Merton, una función manifiesta de consumo económico es el uso, mientras que una de sus funciones latentes es (o fue en otro tiempo), como señaló Veblen, la conservación o el acrecentamiento de prestigio. En los pocos años transcurri-

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tbid., p. 49.

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dos desde la publicación (1949) de k obra de Merton, esa diferencia ha sido extensamente empleada por ios sociólogos norteamericanos. La diferencia, como el mismo Merton indica, y como lo ilustra en un breve pero magistral ensayo sobre k máquina política urbana en el cual se dice que esta organización satisface necesidades existentes de diversos grupos que no son eficazmente satisfechas por ks instituciones oficíales, es particularmente valiosa porque llama la atención hacia funciones latentes que pueden pasar inadvertidas en el análisis social. El estudio que Merton hace de k máquina política sirve también de ilustración ai concepto de las alternativas funcionales, esencial para ei anáfisis "una vez que hemos abandonado el supuesto gratuito de la indispensabilidad funcional de estructuras sociales dadas". No debe suponerse, por ejemplo, que k máquina proporciona el único modo de satisfacer las necesidades de grupos como el de los hombres de negocios o el de los individuos ambiciosos de sectores pobres de la población. El concepto de las alternativas funcionales "enfoca ía atención sobre el margen de variación posible en ks manifestaciones que pueden, en el ejemplo dado, servir a una exigencia funciona!. Descongela k identidad de lo existente y lo inevitable".8 Por último, Merton nos previene contra la preocupación por la "estructura social estática", tendencia de ciertos representantes de ía escuela funcional. En este respecto, emplea el concepto de defunciones: "Las consecuencias observadas que disminuyen la adaptación o ajuste del sistema'1. (Puede decirse, por ejemplo, que la discriminación racial es disfuncional en una sociedad que destaca los valores de k libertad y de k igualdad de oportunidades.) El concepto de disfunción —declara Merton—, "que implica el concepto de tirantez, esfuerzo y tensión en el plano estructural, proporciona un enfoque analítico para el estudio de la dinámica y del cambio".9 Resumen y crítica La teoría y k investigación funcionales representan un punto de vista joven, pero que se desarrolla rápidamente. Sus resultados son prometedores, peto todavía no pasan de tanteos. La posición del funcionalismo en relación con los problemas fundamentales de la teoría sociológica puede resumirse del modo siguiente: La tendencia adopta ia concepción de k sociedad como sistema social, tal como ta sustentó Pareto, pongamos por caso. La mayor 8 Otf. p, 52. B íhid., p. 33.

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parte de Jos fundonalistas suponen, si es que no lo dicen expresamente, que un sistema social funciona en determinado sentido. El funcionamiento del sistema se orienta hacía las necesidades de los individuos. Con frecuencia aparece en la literatura funcional la palabra cultura como equivalente de sistema social. Las unidades de observación varían de un autor a otro. Por ejemplo, Malinowski elige, desgraciadamente, el grupo social (que él llama institución). Los Lynd se concentran sobre las necesidades humanas que han de ser satisfechas por una sociedad concebida como un negocio en marcha. Merton esboza un esquema muy amplio para Ta observación sociológica, pero sus propios esrudios se interesan primordial-mente por Ta estructura social. No se estudia expresamente el problema de las relaciones entre el individuo y la sociedad, aunque Tilomas, como vimos en el capí-rulo 12, inició un trabajo importante sobre las interrclaciones funcionales entre la personalidad y Ja cultura. Las cuestiones de los determinantes de la estructura y los cambios sociales son resueltas en favor de la causación múltiple. Muchos factores, pero relacionados entre sí funcional mente, son los que determinan la configuración de una sociedad así como sus cambios. Esta opinión parece tener aceptación amplia. Pero los funcional ístas no comparten una definición común de la sociología. Algunos de ellos, en especial los que no son sociólogos, incorporan la sociología a ía antropología cultural. La metodología de la escuela ha sido débil, y con frecuencia ha. estribado sobre la intuición o la capacidad del observador para "ver" funciones realizadas por estructuras parciales, correlaciones, integraciones, y así sucesivamente. Nosotros hemos indicado algunas ideas acerca de procedimientos más exactos. En la obra de Merton puede encontrarse un estudio más completo de los problemas metodológicos. La experiencia relativamente breve del funcionalismo parece indicar que una descripción, con sentido, de las estructuras sociales y de las culturas en términos funcionales, requiere un "tema central" en torno del cuaí pueda organizarse inteligiblemente el testo del sistema socio-cultural.10 Además, como han señalado Sorokin. Merton y otros, es preciso reconocer que la integración social nunca es completa y que toda sociedad y toda cultura contienen elementos que no encajan ta Cf. Warner y Lunr, op. til. Véame también Pallernt of Culture {palman tultu-ra¡es¡T n. Houflhton Mifflia Cnr 1934, y Saint and Caíi/irat Dyttomiíi, de P. ASorokin, 4 vols.. Narvn York, Amcrkiii Bmk Go, 1937-41, pan ¡eremos en mayar escala de íormuIaF temas cerníales de Us culturas en íu conjunto.

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bien en el conjunto. La incapacidad para concebir la sociedad como un equilibrio dinámico e imperfecto caracteriza, desdichadamente, la obra de algunos fundonalistas, especialmente en antropología cultural. Por último, hay buenas razones para creer que la hipótesis de los fundonalistas radicales, según la cual todas las partes de una cultura tienen funciones positivas, ha sido engañosa. Las formulaciones más caucas y más realistas del antropólogo Ralph Linton, quien supone ia existencia de "elementos sin función",11 y de Merton, quien supone consecuencias no-funcionales12 y disfunriones, debieran estimular el desarrollo de una teoría funcional más elaborada. El funcionalismo quizás es más promesa que realidad. Pero es una promesa importante. El neo-positivismo, como hemos visto, reduce Ja sociología a mediciones. El funcionalismo no excluye la medición (ni otras técnicas de investigación). Pero el análisis funcional dirige la atención hacia la significación; se esfuerza en. responder a la pregunta: ¿Qué significan fenómenos específicos y diversos desde ei punto de vista del conjunto del orden social? A veces el funcionalismo se hace semi-filosófico al identificar función y objetivo, o sea finalidad rranspcrsonal. Esto se advierte, por ejemplo, en la afirmación de Goode según la cual las sociedades tienen nietas propias. Aun con más fuerza expresa la misma idea el investigador belga H. Janue, quien, entrevé un tipo nuevo de teoría general unificando en un todo coherente las principales tendencias de la sociología contemporánea.18 Quien habla de función —dice— admite una finalidad inconsciente y objetiva; en otras palabras, los fenómenos o procesos sociales se interpretan como si se desenvolvieran hacia la consecución de fines definidos. Esta situación es notoria en educación. AL comunicar conocimientos, las instituciones educativas persiguen fines propios, mientras que los niños y los jóvenes se esfuerzan hacia mecas personales. Peto al terminar la educación formal, los jóvenes están con frecuencia bien preparados para adaptarse a la vida social, exactamente como si hubiera un centro que dirigiera consecuentemente las actividades de los grupos y de los individuas afectados y equilibrara sus tendencias particularistas; análogamente al sistema económico basado en la libre iniciativa, y a la in11 Estudio del hombro. Fondo de Cultura Económica, 4* edición, Méjico, 1959, p. 593ie Meneo, op. cií„ pp. 50-51. H "Fpncrioo er finalicé en socíolasic" ("Función y finalidad en wctología"), en Caf/iers ¡iiiernai'nirmiix d s Sochlogie, YO!., 16 (1954).

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vención de instrumentos determinada por las exigencias funcionales de la adaptación dinámica de los individuos del grupo al medio ambiente. El proceso histórico, tal como lo muestra Henri Pirenne, puede interpretarse como si poseyera una finalidad objetiva, metas orientadas hacia aspectos específicos del presente. Semejantes ampliaciones del significado del funcionalismo no son necesarias en absoluto. Un funcionaTista puede permanecer en terreno firme limitándose a resolver cuestiones relativas a las aportaciones averiguabJes de las partes a los todos (o viceversa), y a k dase y grado de unificación de los elementos de un sistema social.

CAPÍTULO 18 SOCIOLOGÍA ANALÍTICA En el periodo que estudiamos. Ja sociología analítica ha. sido cultivada por muchos hombres de ciencia. Pero es erróneo hablar de una "escuela" analítica, porque el vínculo entre esos hombres consiste prí-motdialmente en que coinciden en reconocer la necesidad de formular una teoría sociológica unificada que sirva como medio de análisis, descripción e interpretación de los fenómenos sociales. A primera vista, los sistemas de conceptos y las proposiciones que los expresan parecen ampliamente divergentes, corno si expresaran meramente las opiniones y preferencias de los autores particulares. Pero si se estudian detenidamente las cosas que representan los símbolos conceptuales, se hace manifiesto que detrás de las diferencias terminológicas hay un importante margen de acuerdo. Si esos desacuerdos frecuentemente superficiales son superados y, cuando ello suceda, sí se pone cierto sentido de unidad entre los cultivadores de la sociología analítica, entonces será correcto considerarlos como constituyentes de una misma escuela. Dos observaciones previas son oportunas en este punto. Primero, a las escuelas y puntos de vista ya examinados y a los que aún hemos de examinar, se les pueden atribuir aportaciones importantes a la sociología analítica. Pero, a diferencia de los sociólogos analíticos, los individuos de esas escuelas se dedican a aspectos particulares de la teoría sociológica —tal es el caso de las escuelas ecológica, soriomó-trica, funcional e histórica—¡ o destacan métodos o principios específicos —como hacen las escuelas neo-positivista, institucional y feno-menológica—. Naturalmente, los sociólogos analíticos tienen también sus preferencias, pero generalmente las subordinan a la tarea de formular una teoría unificada y amplia. Segundo, las estructuras de referencia de los sociólogos analíticos se reflejan actualmente en muchas monografías sobre investigaciones y en libros de texto. En el presente estudio sólo excepcionalmente pueden mencionarse las ramificaciones de ese tipo. Las aportaciones a la que llamamos sociología analítica son ya tantas, que la selección es obligada, e inevitablemente incurrirá en la omisión de obras valiosas. Limitamos nuestro examen, por la mayor parte, a los escritos de unos pocos investigadores contemporáneos. Pero los orígenes de la sociología analítica se remontan a fines del siglo xix y comienzos 292

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dd xx. Sin Toennies, Simmel, Tarde y Durkheim (véanse capítulos - 8 y 9)> no habría nacido la sociología analítica contemporánea.1 Pitirim A. Sorokin Entre los sociólogos analíticos de nuestro tiempo, creemos que hay que destacar especialmente a uno y conccderic eí primer rango en talento creador, erudición y dominio de los requisitos previos a un sistema científico de ideas. Este sabio es Pitirim A. Sorokin (n. 1889). Sorokin nació en una remota aldea del nordeste de Rusia. Estudió en la Universidad de San Petersburgo y desde muy joven se dedicó a la enseñanza, a la investigación científica y a escribir, así como a la actividad política. En 1914 apareció su monografía Crimen y castigo, acto heroico y recompensa, y en 1919 su Sistema de Sociología (dos volúmenes, en ruso), obra de orientación un tanto behaviorista. En 1917 Sorokin actuó como secretario de Alejandro Kcrensky, jefe del gobierno provisional de Rusia, y después de la caída de éste participó activamente en la lucha contra el comunismo. Ríe detenido, procesado, condenado a muerte, pero esta pena fue conmutada por el destierro. Después de dos años en Giecoslovaquia, se trasladó a los Estados Unidos. En este país Sorokin llegó a ser profesor de sociología en la Universidad de Minnesota, donde escribió dos obras notables, Social Mobility (Movilidad social, 1927) y Contemporary Sociological Theo-ries (Teorías sociológicas contemporáneas, 1928). Este último libro es un estudio crítico sistemático de las principales "escuelas" de sociología, destacando sus diferentes maneras de enfocar el problema de los determinantes de ia estructura de la sociedad y de los cambios sociales. En 1930 Sorokin fue nombrado profesor de sociología de la Universidad de Harvard, donde fundó el primer departamento de sociología que hubo allí y cuya dirección tuvo a su cargo durante un decenio. En sus años de Harvard fueron muchas sus publicaciones. Entre sus escritos principales se cuentan su obra magna, Social and Cultural Dinamics (Dinámica social y cultural, cuatro volúmenes, l Entre lu abra» no estudiada» en ' I mía. las siguiente* forman una elpcríc de transición entre La anterior y La sociología analítica contemporánea: Syítemmic Socioiügy (SnckhgU TistfodlUa). por L. van Wíeíe y E l Becker, Nueva York, John Wiley and Son*. 1932; nuera edición. Gary. Ind., Norman Paul Preís, 1950 ("véase lambiéo capítufo 2 1 } ; Pñuciplai o f Soavtogy (Pñncipiot de Sotioiog:.. . por E. T. Hiller. Nueva York, Harpcr auJ Broa-, 1933, y S&ii*l Retaliara and Simemrei iReteiiunei y enrattttrai ¡ f -. ■_ por el cnünin, Nueva Yoik. Hnrpcr and Bn».. 1947; Eiiadh del hombre, por R. i . ■ : de I .ricura Económica, México, 1959.

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1937-41); la monografía Sociocuitaral Causality, Time and Space (Causalidad socioctdtural, tiempo y espado, 1943), que puede considerarse como un suplemento de Dinamies; y un tratado sistemático de sociología, único en ía sociología norteamericana en cuanto a amplitud y unidad titulado Society, Culture, and Personality (Sociedad, cultura y personalidad, 1947). En 1950 realizó una importante adición a sus Teorías sociológicas publicando The Social Phdosophies of an Age of Crisis (Filosofías sociales en una época de crisis.) En 1956 publicó Fads and Foibles in Contemporary Sociology (Novedades y flaquezas en la sociología contemporánea), valoración crítica de la sociología de mediados del siglo xx (véase capítulo 15)* Las publicaciones de Sorokin pueden dividirse en dos grupos; las que son priinordialmente aportaciones a ía sociología analítica propiamente dicha, y las que tratan de sociología histórica. En este capítulo estudiaremos las primeras. En el capítulo 20 examinaremos la sociología histórica. Dijimos en el capítulo l que Sorokin había definido la sociología de una manera que parece aceptable a sociólogos de diferentes tendencias y que define con exactitud el alcance de la sociología teórica. Así, la sociología es, según él, el estudio de las características generales comunes a todas las clases de fenómenos sociales, de las relaciones entre esas clases, y de las relaciones entre los fenómenos sociales y lo no sociales 8 En Sociedad, cultura y personalidad da Sorokin una nueva delincación del campo, señalando con mayor precisión los sectores propios de la investigación sociológica; Sociología es la teoría general izadora de la estructura y dinámica de a) sistemas y congeries sociales [elementos funtionalmente congruentes], b) sistemas y congeries culturales, y c) personalidades en su aspecto estructural, tipos principales, relaciones entre ellas y procesos de la personalidad.3 Algunas de las palabras usadas en esta definición requieren explicación, la cual se da en las páginas siguientes. De acuerdo con la opinión de muchos sociólogos, hasta Simmel, Socokín elige la interacción como la unidad en que deben descomponerse los fenómenos sociales. "En sus formas desarrolladas —dice—, lo superorgánico [palabra que ya había empleado Spencer] se encuentra exclusivamente en la esfera de seres humanos que actúan unos sobre otros y en los productos de su interacción."4 Interacción 2 Coniemporary Soáofagicoi Theoritt (Teoríai iodotógkas Eonlemporáncas), Nufcva York. Har|*r and Bjos.r 1925, p. 7Ú0. 3 Sotkty, Cutíate, a»d Perionaliiy. Nueva York. Harpcr and Bien., 1947, p. 17. 4 tbid., p. 4.

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significa aquí "todo acontecimiento por el cual una parte influye visiblemente en las acciones patentes o en el estado de ánimo de la otra ". 6 Los sujetos de la interacción son ya individuos humanos o grupos organizados de seres humanos. Soroldn limita el concepto de interacción afirmando que "el modelo más genérico de todo fenómeno sodocultural es la interacción con sentido de dos o más. .. individuos".6 La razón de esta limitación puede verse en el concepto que tiene Sorokin de interacción socioculrural. Comprende ésta tres componentes inseparablemente relacionados entre sí: vl) la personalidad como sujeto de interacción; 2) la sociedad, como la totalidad de las personalidades que actúan entre sí.,.; y 3) la cultura, como la totalidad de las significaciones, valores y normas poseídos por las personalidades que actúan entre sí y la totalidad de los vehículos que objetivan, socializan y comunican esas significaciones".7 Cada uno de esos tres componentes es sometido a minucioso análisis en la obra de Sorokin. Lo relativo a la cultura es, sin embargo, su aportación más considerable. La sociedad cristaliza en grupos o sistemas sociales. De acuerdo con el carácter de k interacción, los grupos pueden ser organizados, inorganizados o desorganizados. Dice Sorokin: Un Etupo social, como totalidad de individuos que actúan entre sí, está organizado cuando la serie central de sus significados y valores, como motivo para su interacción, es algo consecuente dentro de sí mismo y asume la forma de normas-leyes que definen exactamente todas las acciones-reacciones pertinentes de los individuos que actúan entre sí en sus relaciones mutuas, con los extraños y con el mundo en general; y cuando esas normas son efectivas, obligatorias y, en caso necesario, impuestas, en el gobierno de las personas que actúan y reaccionan entre sí. 3 Esa complicada exposición puede descomponerse en cuatro proposiciones relacionadas entre sí: 1 ) Cada gtupo organizado se caracteriza por "una serie central de significados y valores"; aquí la palabra "significado" es casi sinónima de "idea". Esta proposición es análoga a la opinión de los instituciona listas (véase capítulo 19) según la cual un grupo social se forma alrededor de una "idea directiva", es decir, una idea que expresa algún valor que ha de ser realizado por el * * i 8

lbid.. p. 40. lbid., p, 40. Lbid.. P. 63. lbid., p. 70 (en

cursiva en el original}.

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grupo.0 2 ) La serie central de ideas y valores debe ser consecuente consigo misma: principio que se acerca mucho a un. teorema sustentado por muchos fundonalistas, 3) Esas ¡deas y valores consecuentes asumen la forma de normas que deben seguir los individuos del grupo. 4) Esas normas, que Sorokin llama "normas-leyes", deben ser efectivas y por lo tanto poder ser impuestas en caso necesario* Se advertirá que la identificación de las normas de conducta del grupo con la ley sólo puede sostenerse si se usa la palabra "ley" en un sentido mucho más amplio que de ordinario. Según el investigador ruso Petrazhitsky,10 Sorokin define la norma-ley como aquella que concede derechos a una parte e impone los deberes correspondientes a otra parte. Esta formulación da al concepto un significado más extenso que el asignado a las normas legales, que exigen ser impuestas por una sociedad políticamente organizada. Afirma Sorokin que de su definición de la interacción, que enfoca la conducta humana que influye en otras, puede derivarse la proposición de que "todo grupo de individuos que actúan entre sí es ante todo una unidad causal-funcional, ca la cual todos los componentes son mutua y perceptiblemente interdepenJientes".11 En otras palabras, para Sorokin todo grupo social, aun el inorganizado, es un sistema social. ¿Gimo trata Sorokin la cultura que, como hemos dicho anteriormente, es parte tan importante de 5u teoría? En Dinámica social y cultural se define la cultura como "la suma total de todo lo creado o modificado por la actividad consciente o inconsciente de dos o más individuos que actúan el uno sobre el otro o que ]u conducta, del uno determina la del otro". 12 Como ya hemos visto, en Sociedad, cultura y personalidad se define en relación con sus partes componentes: en esa obra el sentido de la palabra cultura es incorporado a la definición de interacción social, y cada uno de sus componentes es cuidadosamente definido, a la vez que se hace ver cómo está interreladunado con los otros. Hay, en primer lugar, "sistemas de cultura pura'1, que son sistemas de significaciones o ideas en el sentido más elemental, por ejemplo, la proposición de que 2 X 2 — 4. Esos sistemas son * Pan proprokiiHi « parle impórtame d e U teoría de R. M. Maclver. entre otrnj. Así. el análisis de grupos que hace Maclvec, como se diré más adelante cn capítulo, se basa en Rían parte sobre los tipos de intereses (o valores) que promueven. ta La obra mjftna de Petra zhflskr. Teoría de ta Iry y del Sitado ( 2 vo\t., 1907), puede leerte ahora en inductinn infiUta abreviada con el chulo de I ■■■■ and Moraiuy, Cambridge, Mass., Harvard Univ. Prtas. 1955. 1 1 Society, Cirllurr, and Petionaiily. p. 147. 12 Soeinl and Cultural Dyitamici, Nueva York, American Ilouk G>., 1 9 3 7 -41, 4 voli., vol. I, p. 3.

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independientes de que los hombres los admitan o los rechacen. En segundo íugar, un sistema de cultura puede ser "objetivado" o expresado para hacerlo cognoscible a seres humanos. En tercer lugar, los sistemas de cultura pueden ser "socializados", llegando a ser operativos en la interacción social. Un sisrema de significaciones que se expresa en términos comunicables y que constituye un elemento importante de una zona de interacción, es un sistema sociocultural', concepto clave de la teoría sociológica de Sorokin. La propiedad más importante de los sistemas culturales o sociocul-turales es su tendencia a integrarse en sistemas de un nivel cada vez más de vado. El problema de la integración de la cultura aparece tratado de modos un tanto diferentes en d primer volumen de Dinámica social y cultural, por una parte, y en el cuarto volumen de la misma obra, así como en Sociedad, cultura y personalidad, por otra. En el primer tratamiento, "las numerosas tnterreíacionts de los diversos elementos de la cultura -—declara Sorokin— pueden teducírse a cuatro tipos básicos". Así, las interreladones culturales se distinguen por la contigüidad espacial o mecánica, por ¡a asociación debida a algún factor externo, por la integración causal o funcional, o, finalmente, por Ja integración Interna o lógico-significativa.13 Aquí k integración causal-funcional de los fenómenos süriocul tura íes se identifica con las relaciones causales-funcionales en la esfera de los fenómenos naturales, señalada por k uniformidad de relaciones entre variables. Pero el criterio de la unificación "lógico-significativa" es la identidad de la significación o la idea central. En su tratamiento más reciente de Jas interreladones culturales, muestra Sorokin cierta tendencia a negar o a reducir al mínimo la aplicabilidad del concepto de causalidad (por lo menos como se usa en las ciencias naturales) a los fenómenos sociocul tura Ies, y a identificar la causalidad sociocultural y la integración lógico-significativa. De esta suerte, en Sociedad, cultura y personalidad afirma Sorokin que "los fenómenos culturales, en sus recíprocas relaciones... pueden ser integrados (solidarios), no integrados (neutrales), o contradictorios (antagónicos). Son integrados.. . cuando dos o más fenómenos culturales que actúan entre sí, esto es, causal mente conectados, guarda?! entre si una congruencia lógica o, por lo que se refiere a fenómenos artísticos, estética. Éstos son, pues, los que forman los sistemas socio-culturales. Continúa Sorokin: "No sólo las significaciones, los valores y las normas pueden estar entre sí en la relación de congruencia lógica U

*DL I, p. 10. ,

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o estética, o no tener relación alguna, o ser contradictorios, sino también Jas acciones manifiestas y los demás vehículos materiales, en la medida en que articulan y expresan las respectivas significaciones, valores y normas."1* Sus escritos teóricos revelan el interés de Sorokin por la jerarquía de los sistemas sorioculturaies y su grado de integración. El sistema sociocultural total de una "población" Jo concibe como un "super-sistema" que puede estar más o menos integrado. Cada supersistema consta de los cinco sistemas básicos y funcionalmenre esenciales de! lenguaje, la religión, las artes, la ética y ía ciencia. Cada uno de ellos, a su vez, se subdivide en sistemas, subsistemas, subsubsístemas y así sucesivamente, que también están más o menos integrados. Advierte Sorokin que su "supersistema" de ningún modo es idéntico a la suma total de manifestaciones culturales que se encuentran en una sociedad dada. Porque la cultura total de una sociedad comprende, además de un supersistema, cierto número de congeries." Las congeries se relacionan entre sí y con el supersistema mismo por contigüidad mecánica o por asociación debida a factores externos. Al desarrollar este punto, Sorokin se opone enérgica y convincentemente a la opinión que sustentan ciertos funciona listas radicales según la cual todas las manifestaciones culturales tienen funciones positivas en un sistema dado. Pero a Sorokin ¡e interesan prímordialmente los grandes supersiste-mas. Cada supersistema se caracteriza por un tema o ídea central, que es el criterio de verdad predominante en una cultura dada. Así, pueden los hombres atribuir validez definitiva al testimonio de los sentidos, caso en el cual Sorokin llama sensible al supersistema. Si los hombres admiten en general la verdad de la fe y creen que detrás de las impresiones de Jos sentidos hay otra realidad más profunda, el supersistema es ideativo. Pueden combinarse ambas actitudes. SÍ la combinación de lo sensible con lo idearivo es armoniosa, nace un tercer sistema de verdades, el de la razón, lo cual significa un supersistema idealista. Si Jos dos sistemas básicos de verdades, eí sensible y el idea-tivo, son meramente yuxtapuestos, el sistema es "mixto". La clasificación de los cuatro estilos (palabra que no emplea Sorokin) fundamentales de culrura: sensible, ideativo, idealista y mixto, i* Edición cu ingles do Sociedad, cultura y personalidad, p. 314. • En página» anicfiofe» alguna ves hemni traducido Y' h palabra tongerier del tato inglés por esa misma voz. de origen Iarino. recibida ra nuestro idioma coa la significación de cúmulo o conjunto d e cosos, aunque oo rengan entre sí ninguna afinidad. (N. del T.)

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forma la base de su teoría del cambio social, materia que estudiaremos en el capítulo 20. El principal teorema de Sorokin, desarrollado y extensamente ¡lustrado con ejemplos en los cuatro volúmenes de Dynamics y en otros libros, puede exponerse en los términos siguientes. El tema central del supersistema sociocultural impregna la fábrica de la sociedad y de la cultura. Si se conoce el sistema de verdades que prevalece en una sociedad, podría deducirse el carácter general de su arte, literatura, música, filosofía y ética, así como los tipos predominantes de relaciones sociales. De este modo según Sorokin, el estilo de una cultura —materia tratada por otros investigadores de un modo más bien impresionista—■ puede ser enfocado científicamente y hasta ser estudiado cuantitativamente. (Más abajo examinaremos las opiniones metodológicas de Sorokin.) Ya hemos advertido que Sorokin define la sociología como la teoría gcneralizadora de la estructura y la dinámica de los sistemas sociales, de los sistemas culturales y de la "personalidad". El estudio de la personalidad es el menos desarrollado y quizás ei aspecto menos influyente de su obra, aunque están dedicados a este tema dos capítulos enteros de Sociedad, cuitara y personalidad y otros muchos pasajes de sus demás obras. Las siguientes palabras Indican el punto de vista sociológico, bastante convencional, de Sorokin: La personalidad es un microcosmos que refleja el macrocosmos socio-cultural dentro del cual el individuo nació y vive. La vida de un individuo es un gran drama determinado primero por su universo social y después por las propiedades biológicas de su organismo. Aún antes de nacer el organismo, el universo sociocultural empieza a influir en él y a determinar sus propiedades, y mantiene incesantemente este proceso de moldeamicnto hasra la muerte del individuo y aun más allá. 16 Aunque señala enérgicamente Ja influencia del ambiente sociocultural en la formación de la personalidad, Sorokin, como la mayoría, de los sociólogos actuales, evita una interpretación "socíologística11 unilateral de k conducta humana. Ve al individuo y a la personalidad, de una parte, y a la sociedad y ia cultura, de la otra, como elementos interdependientes c mteractuantes de una totalidad. Ni supone una correspondencia punto por punto entre la cultura y 3a personalidad. Pero destaca el carácter "pluralista" de la estructura de la personalidad, considerando el pluralismo de "yoes" en eí individuo como un IB lbid., p. TU.

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reflejo del pluralismo de los grupos, y los "egos sociales" múltiples del individuo como una consecuencia de su pertenencia a varios grupos.15 En Movilidad social, lo mismo que en sus obras más recientes, Sorokin señala también interconexiones entre los tipos y los cambios sociocul tura les y la desorganización de la personalidad. Análogamente, sostiene que cada uno de los grandes sistemas sodoculturales: el sensible, el ideativo y el idealista, produce tipos característicos de personalidad. Aunque Sorokin emplea la expresión "alma empírica" (que identifica con el "yo" o el "ego"), advierte prudentemente que el análisis del ' alma superempírica o transcendental" cae fuera del estudio sociológico: "Su análisis corresponde a la religión y la metafísica."1'' Sorokin desarrolla más por extenso sus opiniones metodológicas en el cuarto tomo de Dinámica y en Causalidad sociocultural, tiempo y espacio. Se declara partidario de una "escuela íntcgralista" en socio-logia que investigue los fenómenos sociales de tres maneras. En su aspecto empírico, los fenómenos sociales son estudiados mediante la percepción sensible y la observación empírico-sensorial. En segundo lugar, el aspecto "lógico-racional" de los fenómenos sociocul rurales debe ser comprendido mediante la lógica discursiva de la razón humana. Finalmente, "la realidad sociocultural tiene su aspecto suprasensible, suprarracional y metalógico. Está representado por las grandes religiones, por la ética absolutista y por las bellas artes verdaderamente grandes... Este... aspecto de la realidad socio-cultural. . . debe ser aprehendido mediante la verdad de la fe, es decir, mediante un acra de intuición o experiencia mística suprasensible, suprarracional y metalógica".1* Todo esto es, realmente, muy discutible. La intuición no equivale a un acto de fe, que supone la aceptación de alguna revelación. El concepto que Sorokin tiene de la intuición se acerca mucho al procedimiento fenomenológíco de la "abstracción ideativa", que veremos en el capítulo 19Por consiguiente, el pluralismo metodológico de Sorokin no abarca tanto como a primera vista sugiere. Además, nos parece que su posición metodológica no convierte su teoría sociológica (en ei sentido definido en el capítulo I) en una teoría filosófica. Uno de los aspectos que más decepcionan de la metodología de ia Vcue «ptíialmeriif i . edición en ingléi de Socitdaá, tultut* j ptrl&adUA, cap». XIX y XLVIII. 1 7 lbid.. p. 3 4 5 D i IB Edición en ingtcí Carnalidad iociotuUitral, iifirnpo y upado. Duchara, Duke Uuiveisíty Press, 1943, pp. 227-28.

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Sorokin es la falta de precisión concerniente a lo que él llama método lógko-jignifkativo. En la medida en que este método es puramente lógico, es comprensible; y quizás lo es también (aunque algunas autoridades lo discuten) cuando se comparan entre sí fenómenos artísticos. Pero la correlación de los fenómenos intelectuales y estéticos suscita una cuestión grave. ¿Cómo puede establecerse sólidamente, a base de concomitancia en el tiempo y en el espacio, que ciertas configuraciones de fenómenos intelectuales están "internamente" o significativamente integradas con configuraciones especificadas de fenómenos estéticos? Los ejemplos que aduce Sorokin de tal integración son totalmente plausibles muchas veces, pero brilla por su ausencia la prueba convincente. Aunque Sorokin está en fuerte desacuerdo con las pretcnsiones de los expositores extremados del cuantitativismo en sociología, hace uso abundante de métodos cuantitativos. Así, a fin de determinar el estilo de un subsistema sociocultural particular, por ejemplo Ja filosofía, computa listas de los fenómenos culturales que manifiestan más claramente el subsistema (en este caso concreto, las obras de los filósofos de la época), distribuye cada manifestación entre los tres tipos fundamentales de cultura y atribuye a cada uno un grado de autoridad (que depende del número de discípulos de los filósofos, del número de sus ediciones y traducciones y de otros criterios objetivos). Sencillos cálculos aritméticos dan resultados que toman la siguiente forma: En el siglo N, el A por ciento de la filosofía occidental era empirista y el B por ciento idealista. Esos resultados apoyan la teoría del cambio social de Sorokin, pero también demuestran una posibilidad limitada de cuantificar datos sobre estilos de cultura. De un modo análogo, se mide la intensidad variable de fenómenos como las guerras y las revoluciones. Las mediciones son toscas, indudablemente, cosa que el mismo Sorokin reconoce. Pero, con raras excepciones, no conducen a conclusiones que se aparten mucho de las opiniones expresadas en términos cuantitativos por muchos historiadores. Por otra parte, las correlaciones de Sorokin abren a veces perspectivas inesperadas sobre regiones inexploradas del pasado sociocultural del hombre. Talcoit Parsons Pasamos de k obra de Sorokin a k de TaTcott Parsons (n. 1902), colega suyo en Harvard y rambíén sociólogo analítico de mucha autoridad. Aunque hay analogías importantes entre ks teorías de estos

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dos profesores, como veremos, no obstante se Ies considera, con frecuencia rivales sociológicos. Aunque nacido en los Estados Unidos y graduado en el Amherst College, donde su interés primordial fue la biología, Parsons fue muy influido por sabios europeos. Como estudiante graduado en la Escuela de Economía de Londres, estudió con los sociólogos L. T. Hobhouse y Morris Ginsberg y con el antropólogo Malinowski, que despertó su interés por el punto de visca ¡fLiacjqnai^ Posteriormente, en Heidelberg, estudió los investigadores sociales alemanes, y escribió una tesis doctoral sobre El concepto del capitalismo en las teorías de Max Weber y Werner Sombart; a los pocos años tradujo Lí ética protestante y el espíritu del capitalismo, de Weber. En 1926-27 fue instructor de economía en Amherst, y al año siguiente desempeñó el mismo cargo en Harvard, para ser después miembro del recién creado departamento de sociología bajo ía dirección de Sorokin. Como profesor de sociología, Parsons fue nombrado jefe del departamento de relaciones sociales de Harvard en 1946, cargo que sigue desempeñando. En Harvard no tardó Parsons en entrar en relaciones con un grupo de economistas distinguidos y fue asiduo estudiante de la obra del teórico clásico Alfred Matshall (1842-1924). También csmdió las obras de Durkheim, adversario del individualismo spenceriano y expositor de una ciencia de la sociedad como realidad sui gensris (véase capítulo 9 ) , y cayó bajo ía influencia del fisiólogo L. J. Henderson, admirador de los escritos de otro gran sociólogo europeo: Pareto. De esos varios maestros, Jas obras de Weber y de los economistas Durkheim y Pareto tuvieron especial importancia en ía formación de las opiniones teóricas de Parsons, como lo indica su primera obra importante, The Structure of Social Action (La estructura de la acción social), publicada en 1937. A partir de esa época, Parsons se ha interesado cada vez más por la teoría psicoa nal Etica, como lo prueban todas sus obras recientes. Durante muchos años Parsons ha insistido consecuentemente en la necesidad de formular una teoría general sistemática de la conducta humana. Considera el desarrollo de la teoría abstracta como indicio principal de ía madurez de una ciencia. Esa teoría facilita la descripción, el análisis y la investigación empírica. Esas actividades —-dice Parsons— requieren una estructura general de referencia (como el espacio tridemensional y la fuerza en mecánica) y exigen la comprensión de la estructura del sistema teórico como tal. Según él, la teoría sociológica debe ser estructural-funcional. (Como veremos después,

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Parsons emplea con frecuencia la palabra "funcional" eo un sentido que difiere del de otros funcional istas.) Los primeros escritos de Parsons se basaban en el convencimiento de que la materia apropiada de la sociología es la acción social, opinión que refleja la fuerte influencia de Max Weber y quizás, en cieno grado, de la obra de Thomas.1" En La estructura de la acción social presenta Parsons una teoría extremadamente complicada de la acción social, en la que se sostiene que ésta es conducta voluntaria* El estudio se basa en gran parte en el esquema medios-fines. Esta complicada formulación de una teoría de la acción social, que representa un ambicioso pero prematuro esfuerzo de Parsons, se entreteje con un detallado análisis de Jas teorías de Weber, Durkheim, Pareto y Alfred Marshall (y como tal constituye una importante fuente de segunda mano sobre esos autores), y además se la ha considerado con frecuencia como demasiado difícil o excesivamente abstracta para ser usada en la investigación. Bajo la influencia de Henderson, Parsons volvió a exponer sn teoría en una forma más apropiada para presentarla aquí. La teoría en su nueva forma fue expuesta por primera vez en una serie de trabajos reunidos en Essays in Sociotogical Theory, Puré and Applied (Ensayos sobre teoría sociológica, pura y aplicada, 1949), pero sufrió nuevas modificaciones en The Social System (El sistema social, 1951). Y mientras escribía este libro, ciertas opiniones teóricas de Parsons estuvieron sometidas a un proceso de cambio, en parte por el influjo de la colaboración con vatios colegas,20 La obra reciente de Parsons se acerca de un modo especial a la de Edward A. Shils, con quien escribió un extenso trabajo titulado "Valúes, Motives, and Systems of Actíons ("Valores, motivos y sistemas de acción"), publicado en una colección de artículos editada por los dos y titulada Tcanard a General Theory of Action (Hacia una teoría general de la acción, 1951). El punto de vista teórico expuesto en este trabajo, que es una de las manifestaciones más recientes del pensamiento de Parsons, 21 19 Zcjnicckí. coautor con Thomas; Farscos; R. M. Maclver y Howaid Bctker han sido tratados como U>* principales teóricos d e la "acción social" por R. y G. Kinklc m Tb p Devdoptnens of American Sürióiogy (Studies in Sociology) (DefarroHo de ¡a sociología aortaamBrkana. Estudias soe¡alógicos), Wue»a York. Randcm House, 1954. 29 Viese T. Panolis: Tíie Social System. Glcnoe, III., The Pree Prcií, 1951, W. 5 3 7 -18. 21 Parsons ha publicado iespuéi nurw raodificackjqa de ÍUI puntos de vista, a saber: W orlang Papm ir* tbt Theory o f Aaion (Papeles de trabajo ¡obre U teoría de ¡a acción) (cüo V. A. Shüs y F. Bales, 1953); "Some Commoits on the Sia« of the General Theory of Action", en A raer. S<¡6. Rev.. vo\. 13 (1953); y Ptmilj. Sodaiization and interactian Pffleífx (Familia, socialización y proceso do interacción) (con F. Bales y otro», 1 9 5 5 ) . *

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comparado con La estructura de la acción social es aun más complicado en cierros respectos; no obstante, en muchos aspeaos se acerca a la opinión sociológica más ampliamente compartida. Peto aquí vuelve a conceder la mayor importancia a la acción social, en contraste con la concedida, al asunro que expresa el tirulo en El sistema social. Según Parsons, la estructura de referencia de la "acción" supone un actor, una situación y la orientación del actor hacía la situación. El foco de su teoría es ia orientación del aerar (concepto análogo a la "definición de la situación" de Thomas), Pueden distinguirse dos componentes orientadores: la orientación por motivos y ía orientación, por valores. La orientación por motivos, que proporciona la energía que ha de emplearse en la acción, es triple: 1 ) cognoscitiva, correspondiente a lo que el actor percibe en la situación, en relación con su sistema de necesidades-disposiciones (lo cual, quizás, en el pensamiento de Parsons coincide con las actitudes); 2) catéctka, que implica un proceso mediante el cual un actor confiere a un objeto un sentido afectivo o emocional; 3) evduativa, por medio de la cual el actor dirige su energía a varios intereses entre los que debe elegir. La orientación por valores señala a la observancia de ciertas normas o principios sociales, en contradicción con "necesidades", centrales en la orientación por motivos. También hay tres modos de orientación por valores: cognoscitivo, estimativo y moral* Esre esquema sirve de fondo a la construcción de tres sistemas analíticos: el sistema social, el sistema de ta personalidad y el sistema cultural. Parsons subraya que, aunque los tres modos son abstracciones de la conducta social concreta, los referentes empíricos de los tres tipos de abstracción no están en el mismo plano. El sentido que Parsons da a Ja expresión sistema social varia de un lugar a otro de su análisis. Primero es definido como una pluralidad de actores individuales que reobran entre sí. En otros lugares se dice que es una red de relaciones entre actores o una red de relaciones interactiva. Esta diversidad de definiciones suscita una importante cuestión conceptual: ¿Los "puntos materiales" del sistema social son los actores mismos o las relaciones sociales? Otras veces el sistema social se presenta como una pluralidad de individuos movidos por la tendencia a la satisfacción óptima y cuya relación con esa situación se define de acuerdo con un sistema de normas culturalraente estructuradas y compartidas. Esta proposición, como tantas de la obra de Parsons, requiere largas explicaciones guia

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das por una referencia continua a los precedentes análisis de la acción social. Los individuos "son movidos por la tendencia a la satisfacción óptima" de necesidades que, como se ha advertido más arriba, dominan la orientación por motivos. Además, la relación de los individuos con sus situaciones sociales se define de acuerdo con normas culturales especificas. Probablemente la palabra "relación" se refiere a lo que en otros lugares se llama "orientación", caso en el cual esta parte de la proposición de Parsons apunta al otro componente fundamental de la orientación del actor hacia la situación, la orientación por valores. En este lugar, la palabra "valor" no aparece expresamente en el análisis; pero puede suponerse que ks normas implican valores. Usas normas son culturalmente estructuradas y compartidas. Este aspecro del sistema social puede servir como una especie de puente entre los sistemas social y cultural: el sistema social comprende algo que pertenece a la cultura. El sistema social en el sentido expuesto en el párrafo anterior y el sistema social como pluralidad de individuos que reobran entre sí, son dos cosas diferentes. Muchas pluralidades de individuos interactuan-tes no poseen las características comprendidas en el primero y más complicado enunciado. Puede alegarse que Parsons todavía no ha distinguido de un modo fijo los elementos de un sistema social, falra que priva al estudio sociológico de un enfoque riguroso. Todo caso de interacción humana puede considerarse como un sistema social, de acuerdo con Ja definición más sencilla de Parsons. Frecuentemente se refiere éste a "sistemas sociales estables"; en realidad, su teoría del sistema social puede decirse que más bien es una teoría del sistema social estable.22 Pero estas críticas, proclamadas por diferentes críticos, no hacen desmerecer el esfuerzo en gran escala y quizás prometedor de Parsons tanto para distinguir conceptúaImente como para unificar en un esquema teórico los sistemas sociales, la adtura y k personal idad. Parsons considera la cultura como "por una parre el producto de, y por otra parte el determinante de, sistemas de interacción social humana". 23 De acuerdo con el punto de vista antropológico convencional, sostiene que la cultura es transmitida, aprendida y compartida. 22 Pjiunn» te rcíierp también a lo» sistemas establo como "estructura!" en alguno» 1 iigar«F palabra que uu igualmente para designar aROlpationes de papelea lOcialet, como %e r et í mi» abajo. Emplea, asimismo, La palabra "rolretívidad" (que prefiere a La Frute "- TU; - social", más frecuentemente empicada) para referirte a ai torra que compartía tipo» urológicos comunes, el sentido de la mpotinbilídal pan el cumplimiento de (pápele») obligaciones, y la solidaridad del grupo. 28 f ■].- L- ■ en inglés de The Sotial Syilem. p. 15 I

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Según sus tres modos de orientación por motivos (descritos más arriba), Parsons distingue tres clases fundamentales de normas de cultura: 1) sistemas de ideas o creencias, caracterizados por la primada de los intereses cognoscitivos; 2 ) sistemas de símbolos expresivos, tales como las formas artísticas, caracterizados por la primacía de los intereses catccticos (adhesión a objetos o rechazo de dios); y 3), sistemas de orientación por valores, o "normas unificadoras". Las normas de cultura tienden a convertirse en sistema a base de la congruencia lógica de los sistemas de creencias, de la armonía estilística de las formas artísticas, o de la compatibilidad racional de un cuerpo de reglas morales. No prosigue Parsons el análisis de los sistemas culturales, y parece considerarlo tarea propia de la antropología cultural. Le interesan primordialmente los sistemas culturales en cuanto afectan a los sistemas sociales y a la personalidad. El tema central de h teoría sociológica de Parsons es "el funcionamiento de estructuras". El análisis estructural-funcional requiere un tratamiento sistemático de ks posiciones y de ios papeles de los actores en una situación social, así como de las normas institucionales implicadas. La posición se refiere al lugar del actor en un sistema de relaciones sociales considerado como una estructura; el papel, que en todo caso concreto es inseparable de la posición y representa el aspecto dinámico de esta (de ahí el concepto posición-papel), se refiere a la conducta del actor en sus relaciones con los otros, cuando se la considera en el contexto de su importancia funcional para el sistema social. Las normas institucionales se consideran como expectativas normadas (o "estructuradas1') que definen culturalmente la conducta apropiada de personas que representan diversos papeles sociales. Una pluralidad de normas de papeles in independientes forman una institución. En otras ocasiones Parsons identifica las "instituciones" con un complejo de normas institucionales que es "conveniente" analizar como unidad estructural en el sistema social. Esta actitud transfiere el concepto de institución del plano de un símbolo que representa una realidad social al del estadio de ia realidad social, porque dicha conveniencia es científica, no social. Pero esta opinión aparentemente nominalista parece haber sufrido modificaciones en los escritos más recientes de Parsons. Porque en estos últimos se dice que una "institución" es de importancia fundamental en todo sistema social sometido a estudio. Esto probablemente significa que la existencia y el funcionamiento más o menos eficaz de las instituciones son requisitos previos

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tic la estabilidad que selecciona una estructura o un sistema estable del sistema social en general. Las instituciones —sostiene Parsons— son el punto focal de la sociología. Define este autor la sociología o teoría social (en contraposición con la antropología, que considera como Ja teoría de la cultura) como aquel aspecto de la teoría de los sistemas sociales que trata de la instituciorkdszaeión. Según Parsons, la "insiiiurionaíización debe ser considerada como el mecanismo unificador fundamental de Jos sistemas sociales". 1* Porque Ja institucional izacíón comprende ,t la vez la esttucturali/ación o conversión en normas de las orientaciones por valores en el sistema social y la "interiorización" de los sistemas de valores en la personalidad humana. La institurionalización, pues, es el proceso integrador y estabilizador por excelencia; forma un sólido vínculo entre la sociedad y la cultura de un lado, y la personalidad y la motivación de otro. "Expresado en relación con la personalidad, esto significa que hay un elemento de organización del superego correlativo con toda norma de papel-orientación del individuo en cuestión. En todos los casos, la interiorización de un elemento de superego significa motivación para aceptar la prioridad de los intereses colectivos sobre los personales, dentro de límites apropiados y en ocasiones apropiadas".25 Este enunciado, cuya esencia es largamente ilustrada en "Valores, motivos y sistemas de acción", y en El sistema social, es un ejemplo de por qué a la teoría más reciente de Parsons se la considera con frecuencia tan psicológica (y hasta cierto punto psicoanalitica) como sociológica. Parsons sabe muy bien, naturalmente, que su manera de tratar el sistema social lleva a la sociología muy cerca de la psicología. Las siguientes palabras expresan su opinión sobre las relaciones de estas dos ciencias: "Las relaciones de la psicología con la teoría de los sistemas sociales parecen ser muy análogas a las de la bioquímica con la fisiología general. Así como el organismo no es una categoría de química general, así un sistema social no lo es de psicología. Pero dentro de la estructura de la concepción fisiológica de lo que es un organismo que funciona, los procesos son de naturaleza química. Análogamente, los procesos de la conducta social, como los de cualquier otra, son psicológicos. Pero sin el sentido que les da su contexto 24 Tou jrd a General Theory o f Aflian (Hacia una teoría gtneral d e Ja acción}, por T. Pfliauns y E. A. Shib, ediiorw. Cambridp.-. MJSS-, Hntvatá Univcnity Ptesi, 19Í1,

P-156.

25 lbid.

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insricucionai-csmictural pierden su importancia para la comprensión de los fenómenos sociales".25 Entre las muchas ramificaciones de la teoría que acabamos de esbozar, una ha llamado más poderosamente la atención de los colegas sociólogos de Parsons. Es la que él llama Tas variables normativas". Según él, este descubrimiento es el núcleo de su aportación teórica. Las variables normativas denotan las alternativas que aparecen tanto en las normas, o tipos de expectativas de un pape!, como en las preferencias individuales. En El sistema social presenta Parsons cinco pares de alternativas, y ios considera exhaustivos en cierro nivel de generalización. Pero en un trabajo posterior (citado en la nota 21 de la pág, 303) señala la posibilidad de constituir un sexto par, aunque no ha desarrollado este punto en sus trabajos más recientes. Las cinco variables normativas son delineadas del modo siguiente: 1 ) Afectividad contra neutralidad afectiva: la norma es afectiva sí permite la satisfacción inmediata del interés del actor, pero afectivamente neutral si impone disciplina y pide el renunciamiento en favor de otros intereses; 2) Egoísmo contra interés colectivo: Jas normas sociales pueden definir como legítima la persecución de los intereses privados del actor, u obligarlo a actuar en interés del grupo; 3) Universalismo contra particularismo: aquél se refiere a las normas de valor que están altamente generalizadas, éste a [as que tienen valor para un actor particular en relaciones particulares con objetos particulares; 4 ) Realización contra cualidad (originariamente "logro contra adscripción"): puede atribuirse importancia ya a la consecución de cierros fines (realización), o a ios atributos de la otra persona, por el hecho de que es esto o lo otro, por ejemplo, padre del actor, médico, etc.; 5) Especificidad contra difusión: puede definirse específicamente un interés, de suerte que no se suponga que existe ninguna obligación fuera de los límites así señalados; o de un modo difuso, de suerte que pueda suponerse que fas obligaciones van más allá de la definición expresa. i Como, en principio, estas alternativas son independientes las unas de las otras, podría decirse que hay treinta y dos combinaciones posibles de "normas de expectativas de un papel". En El sistema social Parsons mismo ha examinado dieciséis de esas combinaciones; aquí 21 Edición en ingle* dt Etiayt *«* Saeiolagicat Thtorj. Puta and Applied, Gkocoe, I I I . Hit ['■ Preu, 1949. P- 38. En m obra posterior EJ tinenta lacial. Paraca» subraya que su teoría sociológica no se basa en La psicología, sino mis bien en una teoría general de Ea acción cuyo cíbolo presentan Fa-rsonS y SUS colaboradores en ta Parre 1 de Hada una Seorh ¡oterol de ¡a acción.

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ha sido "colocada en el medio" la segunda alternativa a causa de su especial importancia para Ja unificación. En Working Papers la misma alternativa se aplica sólo a relaciones entre sistemas y QO a ía constitución interna de los sistemas, mientras que las demás alternativas se emparejan de tal suerte, que sólo quedan cuatro combinaciones, a saber: especificidad y universalismo, afectividad y realización» difusión y particularismo y neutralidad afectiva más cualidad. Este sistema revisado de variables normativas se empica en Familia, socialización y proceso de interacción, obra dedicada a la socialización del niño en la familia. En ella se expone una teoría de "fisiones binarias" sucesivas mediante las cuales nace una personalidad plenamente socializada. Dícese que este desarrollo está marcado por fases preestablecidas y universales, cosa que está de acuerdo con la teoría fteudiana. Durante las fases más elevadas de desarrollo, cuando la socialización dentro de la familia es complementada por otras experiencias, el proceso de fisión binaria es afectado por las alternativas normativas descritas en Papeles de trabajo. El fondo empírico de este estudio parece ser la observación participante de ía familia normal de la clase media, que quizás es algo más autoritaria que la mayor parte de las familias norteamericanas. En un capítulo especial escrito por Morrís Zelditch, Jr., se compara la distribución de papeles en la "familia nuclear" de 56 sociedades, y el autor concluye que en 46 de ellas la socialización se verifica de acuerdo con la teoría de Parsons. SÍ este resultado es válido, anula, desde luego, !a hipótesis de que el proceso de diferenciación, tal como lo describe Parsons, tenga validez universal.27 No es fácil situar la teoría de Parsons en el universo de teorías sociológicas contemporáneas. Paisons no es neo-positivista, y ciertamente no es behaviorista. Expone un punto de vista funcional, que ofrece quizás su mejor ejemplo en la opinión de que las estructuras sociales parciales funcionan como mecanismos a través de Jos cuales se cumplen los requisitos previos funcionales de la continuidad de los sistemas sociales. Pero Parsons parece a veces identificar este sentido de la función con Ja función como acción social, de la cual el observador infiere la existencia de una estructura social. La teoría de Parsons, como hemos visto, destaca el aspecto normativo de la vida social. La acción social es considerada como conducta que implica orientación por valores y como comportamiento dirigido por normas culturales o códigos sociales. La sociedad es, pues, 27 P. M, BLu « Am. Jour. Soc. roL 61, marzo de

«nidia «te punto.

3 1 2 CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

en esencia un "orden moral" en el sentido de que tiene sus raíces en normas moralmente sancionadas. Con respecto a esta actitud normativa de Parsons, su ascendencia se remonta a Durkheim, Thomas y Sumner. Parsons ha producido ya un cuerpo de escritos teóricos que ha estimulado extensa e intensamente el comentario en los círculos sociológicos. Entre las críticas hechas a su obra que nos parecen particularmente acertadas se cuentan las siguientes. Primera: la teork de Parsons se basa en el supuesto arbitrario (y» desde nuestro punto de vista, incorrecto) de que la teoría sociológica es un aspecto parcial de una teoría general de ía conducta humana. Segunda; la teoría sociológica de Parsons, no obstante sus explicaciones limitadoras, como hemos observado más arriba, es inseparable de la teoría psicológica. Tercera: Aunque la teoría de la cultura sustentada por Parsons responde a esas objeciones, el, como muchos antropólogos culturales, considera la cultura como sistemas normados de símbolos que son objetos de la orientación de actores, y la interpreta, no como un sistema empírico, como describe la personalidad y la sociedad, sino como una especie de abstracción de elementos de esos sistemas. Pero si reducimos la cultura a símbolos, "no queda nada para que lo simbolicen los símbolos culturales".2* Por otro lado, la cultura es más que una construcción mental (como lo son todas Jas abstracciones). La cultura, como dice Parsons con frecuencia, es interiorizada por quienes la comparten; y cuando una norma de cultura es interiorizada, se convierte en una tendencia aprendida de la conducta, que es tan real como cualquier clase de energía potencial. No hay, pues, diferencia esencial entre cultura y sistema social si, como Parsons sostiene, este último se identifica con una red de expectativas de papeles. Finalmente, las obras teóricas de Parsons están escritas en un estilo muchas veces extraordinariamente difícil para el lector, en particular para los estudiantes no iniciados, y se distinguen por empleos de palabras en que a viejos conceptos se Ies dan nombres nuevos y en oca~ siones materias bastante sencillas resultan oscuras. No está completamente claro si Parsons se propone presentar un sistema teórico general de sociología (si no de todas las "ciencias de la conducta") o simplemente un programa pata la formulación de dicha teoría. Fu Papeles do trabajo leemos: "Concebimos el esquema conceptual de la teoría de la acción como aplicable en un margen ÍS TbeOretital AnlbrOpoioRJ p. 157.

(Anlropiílogia ¡canta),

por Divid

Biduty ( 1 9 5 3 ) .

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que va desde los sistemas de conducta de los organismos elementales hasta los sistemas sociales y culturales más complejos, y en el plano humano, desde los elementales procesos de aprendizaje del niño hasta los procesos de producción de cambios históricos en las sociedades más complejas." (p. 172) Puede interpretarse que esta afirmación significa, desde luego, que Ja teoría general de la acción sólo poseerá ía generalidad descrita en ella cuando revista una forma más desarrollada que aquella en que ahora la presentan Parsons y sus colaboradores. Como quiera que sea, cada vez más y más obras sociológicas hacen uso de las orientaciones teóricas de Parsons. Son ejemplo de ello libros como Human Society (La sociedad humana, 19 49), de Kingsley Davis, American Society (La sociedad norteamericana, 1951), de R. M. Williams, esrudiado en el capitulo 17, Stracture of Society (La estructura de la sociedad, 1952), de Marión J. Levy, Science and the Social Order (La ciencia y el orden social, 1952), de Bernard Barbcr, y posiblemente Character and Social Símciure (Carácter y estructura social, de Hans Gerrh y C, W. Milis, 1953), que estudiaremos en una sección posterior de este capitulo. La influencia de Parsons se refleja también en recientes artículos alemanes y en el hecho de que algunos de sus escritos hayan sido traducidos al francés. Pero las ideas de Parsons no son de ningún modo una innovación absolutamente única en la sociología actual, sino que, en realidad, presentan diversas afinidades con las obras de otros autores contemporáneos, entre ellos Sorokin* Fiarían Znaniecki El tercero de los grandes representantes de la tendencia analítica en la sociología norteamericana es Florian Znaniecki (n. 1882), conocido ya de nuestros lectores como coautor de El campesino polaco en Europa y en Estados Unidos (véase capítulo 12). Znaníctki nació en Polonia y comenzó su actividad académica en su país natal como filósofo y como sociólogo. Vino a los Estados Unidos durante la primera Guerra Mundial, y colaboró con Thomas en su famoso estudio. Regresó después a Polonia, pero en años subsiguientes visitó este país como profesor en las Universidades de Columbla y de Chicago. Se estableció aquí permanentemente durante la segunda Guerra Mundial y en 1953 fue presidente de la American Sociological Society. Sus aportaciones más importantes a la sociología general, además de El campesino polaco, son The Lares of Social Psychology (Las leyes de la

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psicología social, 1925), The Meíhod of Sociology (El método de ta sociología, 1934), Social Actions (Las acciones sociales, 1936), y Cultural Sciences; Their Origin and Develo pment (Las ciencias de la c/dtura, su origen y desarrollo, 1952). El breve examen que sigue se basa en gran parte en la última de esas obras, que representa el pensamiento más maduro de Znaniecki, El sistema teórico de Znaniecki puede ser bien comprendido considerándolo como un desarrollo del postulado del orden cultural universal. La aceptación de este postulado es esencial para la comprensión sociológica de Jos fenómenos sociales y culturales. Esta proposición presupone definiciones conceptuales precisas y que puedan aplicarse en general de Jos fenómenos sociales y culturales. La cultura, según Znaniecki, es un concepto muy amplio que simboliza la religión, el lenguaje, la literatura, el arte, las costumbres, las normas morales, las leyes, la organización social, la producción técnica, los cambios económicos, la filosofía y la ciencia. Las sociedades son consideradas como conjuntos independien res, territo-mímente localizados, que incluyen seres humanos y culturas sistemáticamente unificadas. Znaniecki, como Parsons, especifica la acción como unidad del análisis sociológico. Define la acción como conducta "consciente", opinión que contrasta con la posición behaviorísta y, en este respecto, con la de Pareto. Pero no todas las acciones humanas tienen significación sociológica. La acción social de primordial interés para la sociología es la conducta que tiende a influir en seres humanos o en colectividades conscientes. En otras ocasiones Ja palabra "interacción" se emplea para designar aproximadamente esa misma clase de fenómenos. Las acciones sociales se clasifican en tres tipos: creador, reproductor y destructor, clasificación que se basa en la obra muy anterior de Tarde. Los individuos cuya acción es mutua se relacionan frecuentemente por consenso o acuerdo mutuo. Este hecho indica que los valores sobre los cuales se basan los juicios de individuos relacionados de esa manera son compartidos en algún grado. Ese acuerdo puede tener sus raices en la aceptación común de modelos ideológicos, caso en c[ cual las acciones son "axionormativamente ordenadas". La observación revela que 3a mayor parte de las acciones de los participantes en toda colectividad siguen por coacción normas culturales definidas. Znaniecki explica esta ubicuidad normativa de la conducta social haciendo ver que las normas culturales de acción tienden a satisfacer necesidades humanas fundamentales. En otras palabras, las acciones son ñor

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maiis culruralmentc de tal manera que, si se siguen las normas, sus respectivas finalidades pueden ser realizadas con regularidad. Esta explicación sirve para dar cuenta del "orden cultural universal" postulado al principio del estudio de Znaniecki, Esc orden está cristalizado en "sistemas limitados" (expresión que Znaniecki prefiere ahora a "sistemas cerrados'1, empleada en sus ¡interiores obras). Las acciones sociales funcional mente interdependientes de seres humanos o de "agentes" se unifican en sistemas axionoriiiatiyjiiii'iue organizadas. H orden cultural tiene, pues, un doble significado: es un orden de conformidad (con las normas sociales) y un orden de interdependencia funcional. Esta opinión es* consecuente con ei concepto que tiene ZnaníecJd del carácter de la sociología (parecido al de Simmel). La sociología ■—dice—concentra su atención sobre relaciones sociales o humanas y sobre grupos dentro de los cuales o entre los cuales existen esas relaciones.29 La limitación de la sociología a las relaciones sociales y a los grupos en general es consecuencia del rápido avance de la investigación social; porque los resultados de las investigaciones permiten aliora a los sociólogos generalizar acerca de las bases sociales comunes a todas las categorías de orden cultural. La importancia de la socio-logia para Jas demás ciencias sociales ha aumentado, según Znaniecki, en la proporción en que se ha limitado al estudio de los sistemas so-cíales de que depende la existencia de toda esfera cultural. La posición metodológica de Znaniecki no aparece expuesta en su libro sobre Las ciencias de ia cultora; pero sus publicaciones anteriores, especialmente El método de la sociología, lo sitúan en un grupo de sociólogos que comprende a Weber, Cooley y Maclver. Como estos dos últimos autores, Znaniecki se opone fuertemente a la psicología behaviorisra en el análisis sociológico, y considera el behaviorismo extremado como una especie de superstición científica. Destacó esta opinión en El método y repite su argumento en Las ciencias de la cultura. Según el, quienes condicionan la conducra humana proceden asi para hacer que los objetos de su actividad condicionante se conduzcan como si ellos mismos fueran agentes conscientes, y esas actividades son con frecuencia eficaces en alto grado. En el pensamiento de Znaniecki esta implícito que el éxito de dichas actividades condi29 Pata un trabara miente *nbre «te punió, ví-asc "Social Group» ia tlie Modero World" ("Los grupo» sacíale* m el muadn moderno"), de Tjianirckr, capicula V de Frefdum *nJ Control in Modera Svtitiy (Ubertad y ttnim! tn U lociedad modenu), de M. Bcpfter, T. Abel y C. H . Ptgt, editora. Nueva York, D. Vio Noirrind Cü, Ice, 1954_

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clonantes es un argumento a favor de la proposición fundamental según la cual los objetos humanos de condicionamiento son seres conscientes con capacidad para comprender acciones simbólicas dirigidas hacia ellos. La metodología de Znaniecki, así como su concepción de la naturaleza del orden social, encarna su concepto del "coeficiente humanístico", que señala las relaciones sociales y manifiesta la importancia de la conciencia humana en las vidas de los individuos y de la sociedad. Esta convicción presta apoyo a ia defensa que hace Znaniecki del uso de autobiografías y otros documentos personales —que revejan las actitudes y las valoraciones de las personas— en la investigación. También proporciona apoyo a su oposición a una confianza sin distinciones en los métodos cuantitativos. Finalmente (y también en esto se parecen sus opiniones a las de Cooley y Maclver), la importancia que Znaniecki concede a la acción humana consciente y qéfectiva lo lleva a opinar que la sociología y la psicología social son disciplinas inevitablemente muy relacionadas entre sí, si es que no ínterdependientes. Su propia obra representa una importante aportación a los dos campos30 Rabert M. Maclver * Como se ha indicado más arriba, la sociología de Znaniecki se parece en varios respectos a ta de su amigo y antiguo colega Robert Maclver
30 Taro punió así como la» analogías mcrodolñgkas entFC Weber, Cooley, Znaniecki y Maclver. los HELIO, brevemente George Simplón en Man in Society (Siudiei in Sociology) (El hombre en I A lotittUA - EitüJio* sociológico*), Nueva York, Random Housr, 1954, rapíruto ÍV. ■ Eira sección sobre Rubén M. !-.-: fut «chía por Ornlcs H. Page.

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fin primer lugar. . . ha desarrollado sistemáticamente y explorado con fruto una red impresionante de conccpros sociológicos fundamentales* En segundo lugar, ha contribuido s contener la marea del positivismo excesivo y de tosco empirismo. En tercer lugar, ha reafirmado el concepto del hombre como ser humano creador con esperanzas, sendmienros, aspiraciones móviles y valores subjetivos. Por último, ha demostrado positivamente que los escritos sociológicos pueden ser bellos, claros, artísticos y literarios.31 La mayor fuera de Maclver está en la síntesis, en d talento para interpretar y unificar diferentes materiales del gran legado de la ciencia social y pára formular un claro sistema de teoría sociológica. Insistiendo en que una sociología madura requiere un plena comprensión de los conceptos organizadores que guían sus esfuerzos, Maclver define con precisión concepros claves como sociedad, comunidad, asociación, institución, actitudes c intereses, códigos sociales, dase social y muchedumbre, cultura y civilización. Estos y otros conceptos son utilizados en sus obras con desacostumbrada consecuencia. Además, la taxativa distinción conceptual que establece enrre diferentes aspectos de fenómenos empíricamente relacionados —por ejemplo, entre intereses parecidos (individualizados) y comunes (compartidos), entre Estado y sociedad, entre fenómenos "interiores" (que implican cons-ciencia humana) y "exteriores" (biológicos, geográficos y tecnológicos)— forma la armazón básica de su teoría de la estructura social y de los cambios sociales. A la mayor parte de los conceptos fundamentales de Maclver se les puede seguir la pista hasta los primeros sociólogos, aunque en manos de este autor se refinan y se relacionan lógicamente entre sí. Así, su concepto de la sociedad como una red de relaciones sociales, materia de primera importancia para la sociología, se parece al de Simmel y otros. La distinción de Toennies, muy anterior, entre Gemeinschaft y Geselhchaft (véase capítulo 8 ) proporciona la base para e[ contraste que señala Maclver entre comunidad, el grupo social más extenso y con raíces territoriales, y asociaciones, organizaciones que fomentan un número limitado de intereses específicos. De acuerdo con esta distinción, la comunidad es la matriz de toda organización social, mientras que el Estado y la familia, lo mismo que otras muchas asociaciones menores, son inevitablemente limitados en su margen de actividades. El concepto que sustenta Maclver de los intereses sociales M "Rubtrl M. Mjcl'fr'i Cnmr canrributionei

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y de su papel esencial en moldear tipos de relaciones y la organización del grupo, tiene afinidades con las opiniones de diferentes teóricos, entre ellos Spencer, Giddings, Small y Durkheim; pero su clasificación de los intereses y su análisis de lo que socialmente implican va más allá de la obra de esos primeros investigadores. Para poner un ejemplo definitivo (hay otros muchos), la distinción de Maclver entre intereses objetivos, "objetos" hacia los cuales se orientan las personas (por ejemplo, "amigo", "enemigo", paz, dinero), y actitudes subjetivas, "estados de conciencia dentro del ser humano individual con relación a objetos"?- es conceptualmente muy próxima a la distinción de Thomas entre valores objetivos y actitudes subjetivas (véase capítulo 12)* Tanto Thomas como Maclver insisten en que las definiciones completas de relaciones sociales deben incluir siempre actitudes e intereses o valores, y que eu consecuencia una teoría completa de la conducta humana necesariamente comprende las dos disciplinas de la sociología y de ía psicología social. Hemos señalado más arriba que la sociología de Maclver tiene también semejanzas con las opiniones de Cooley. No sólo hay entre ellos analogías metodológicas, sino que Maclver destaca y desarrolla el tema de Cooley relativo a la interdependencia del individuo y de la sociedad, pero sin hacer de esta relación fundamental y recíproca una relación de completa armonía. Así, en su estudio del tantas veces olvidado aspecto normativo de la vida social, analiza en detalle no sólo la naturaleza de las normas sociales y de Jos "códigos sociales fundamentales" (religión, moral, costumbres, derecho, moda), sino las relaciones tanto positivas como negativas entre el control social normativo y la vida del individuo/3 En Sociedad, que expone de manera más completa su teoría sociológica genera!, el tratamiento que da Maclver a las normas sociales forma parte del largo estudio sobre la estructura social (se refiere a las normas como "las fuerzas sustentadoras del derecho y de la costumbre"). El resto del estudio de la estructura social está dedicado en gran parte a diversos tipos de grupos sociales, incluidos la familia, la comunidad, la clase social y la casta, los grupos étnicos, la muchedumbre y las grandes asociaciones políticas, económicas y "culturales". Aunque gran parte de este estudio, especialmente en ía edición más 32 Edición tfi inglés de Socivty- An tniriductory Anaíyiii (Lé wcirdad: ¿nátiiii introdncinm), par R. M. Madree y C H. Page, Nueva York, Riaehan and Co., Inc., 1949, p. 24. 83 Eir «cudiu comprende un breve pem fundamrnial ensayo ■ ■!■. "The P roblea¡ of Moral Libeity" T'El problema de ta líbenad moral"); víase Maclver y Pifie, op. dt.. Parce JL

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reciente de Sociedad, está concebida como un libro general de texto sobre sociología, el sistema teórico de Maclver es, no obstante, utilizado en todo él y sus definiciones conceptuales básicas son aplicadas de un modo consecuente a una gtan diversidad de materiales sacados de la investigación social moderna. Por otra parte, ía insistencia de Maclver sobre el papel fundamental de los sentimientos, las aspiraciones y Tas actitudes subjetivas en Ja vida social se entreteje todo a lo largo de su interpretación con Ja arraigada convicción de que el hombre es un ser creador tanto como un ser social y cultural mente creado. Esa convicción se manifiesta agudamente en Causación social, obra de Maclver un tanto olvidada, pero quizás la más madura del autor. Creemos que en ese libro Maclver ha encontrado el áureo medio entre la posición de muchos neo-positivistas, que identifican la causalidad social con la causalidad natural, y la opinión escéptíca, recientemente proclamada por Sorokin entre otros, que niega la aplicabili-dad del concepto de causa a los fenómenos sociales. No mantiene Maclver que podamos conocer las circunstancias o causas determinantes de toda la conducta ¡leí hombre; pero insiste en que es posible formular una concepción general de la causalidad que comprenda las relaciones psicológicas y sociales tanto como las asocíales. Pero estas últimas, por ejemplo la relación causal entre el viento y la ola o el suelo y la producción, deben ser entendidas como relaciones de "carácter invariable" de la naturaleza exterior, que reflejan leyes naturales no sociales. Las proposiciones y los métodos empleados para estudiar esas relaciones (por físicos y biólogos) no bastan, como sostiene un neo-positivista del tipo de Lundberg, para comprender la causalidad de los fenómenos sociales. Porque esta última incluye un elemento psicológico: hay una fundamental "distinción entre eí tipo de causalidad que implica que un papel salga despedido por el viento y el que se revela cuando un hombre se escapa de un grupo que le persigue. . . 'el papel no tiene ningún miedo ni el viento odio, pero sin miedo y ni odio m el hombre se escaparía ni el grupo lo perseguiría1 ".a< Afirma Maclver que la conducta humana es influida por una gran diversidad de circunstancias, tanto sociales como asociales. Distingue tres "grandes esferas dinámicas": la de lo físico, la del ser orgánico y la del ser consciente. Aunque cada una tiene sus propios atributos distintivos (que requieren métodos distintivos de investigación), están 81

CauKtdón ¡óciaí, Fondo de Cultora Económica. México, 1949, p. 25L

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esencialmente relacionadas entre si. Pero "la esfera del ser consciente", constituida por los órdenes cultural, tecnológico y social, es la que primordial mente interesa a Maclver; es ahí donde pueden descubrirse las peculiaridades de la causalidad social. Dice Maclver: En coja conducía consciente hay. . . un doble proceso de organización selectiva. Por una parte el sistema de valores del individuo, su arrivo complejo cultural, su personaLnkd, se enfocan en una. dirección particular, hacia un objetivo particular. . . Por otra, ciertos aspectos externos de la realidad son selectivamente relacionados con la valoración dirigente, se distinguen del resto del mundo externo, en cierto sentido, son sacados de ¿1, ya que ahora llegan a ser factores valiosos, medios, obstáculos o condicione» que tienen que ver con el valor dirigente. El sistema inierior, o subjetivo, se enfoca en virtud de una valoración dinámica; y el sistema exterior, o externo, es "iluminado" por ese enfoque, y la parte que cae dentro del haz luminoso se transforma mera exterioridad en algo que también pertenece al mundo de los valores, como vehículo, accesorio, obstáculo y costo de la obtención del valor.añ Estas palabras sugieren ía significación del concepto estratégico de Maclver: el avalúo dinámico, acto consciente por el cual los seres humanos relacionan Jos medios con los fines y pesan las alternativas. Los avalúos dinámicos de los hombres concentran en un solo foco "todos los factores que determinan la conducta consciente", social y asocia!; representan la singularidad y la inevitable variación de k acción social. El estudio de la causalidad social (a diferencia del de la motivación psicológica) se centra sobre "ponderaciones dinámicas parecidas o convergentes a que están sujetas las actividades de los grupos de los órdenes institucionales, las maneras de ser populares, en general, los fenómenos de la conducta social"," Avalúos convergentes se encuentran en la base de tres cipos diferentes de fenómenos sociales dinámicos. En primer lugar, cambios distributivos, tales como modificaciones de las normas morales y de los estilos de vida y fluctuaciones de los índices de natalidad, de delincuencia, de matrimonios, etc., representan una "suma de muchas acciones individuales", pero no implican objetivos conscientes del grupo. Estos últimas son fundamentales en el segundo tipo, fenómenos colectivos, tales como movimientos sociales organizados, políticas administrativas y revoluciones políticas. Finalmente, fenómenos conjeturales son persistencia o cambios en gran escala de la estructura ibid.r p. 246. 88 lbid.. p. 252. 35

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social, por ejemplo, fluctuaciones del ciclo económico o el paso de una sociedad agraria a una sociedad industrial, que no son planeados por los hombres peto que, sin embargo, representan consecuencias importantes de miríadas de avalúos individuales. Sin duda varía el modo de análisis de estos tres tipos de fenómenos; pero debe estudiarse el papel fundamental de la acción selectiva consciente en los tres si hemos de captar la dinámica de la causalidad social. De acuerdo con su idea de Ja interdependencia de Tos individuos y la sociedad, Mac* Iver enuncia su tesis dave: No es posible separar la ponderación individual de la ponderación del grupo. No obstante, cada un» guarda su propia cnhtn ■ Tcncmo* la personalidad individual, por una parre, y las costumbres \morf¡\ del grupo por otra. El esquema de valores es imperfectamente coherente en ambos niveles, se desvía en ambos de las normas profesadas y está sujeto constantemente al cambio. Pero estos esquemas interdependientes de valoración concluyen junios el sistema ponderados por medio del cual Jos diversos factores son canalizados dentro dd orden único de la causación social.37 El estudio de Maclver sobre la causalidad social está estrechamente relacionado con su tratamiento de los cambios sociales y de la evolución social. Sus aportaciones en esas materias las examinaremos en el capítulo 21. En estos diversos campos de investigación sociológica —control social y regulación normativa, estructura social y grupos sociales, causalidad social y cambios sociales— Maclver escribe con desacostumbrada pericia y fino conocimiento de las complejidades de la vida social. Pero su envidiable estilo literario oscurece a veces la marcha de su argumentación. Además, sus escritos sociológicos son sumamente difusos, y constituyen un problema para el lector empeñado en seguir el esquema del sistema sociológico de Maclver. La sociología misma (aunque menos que su igualmente famosa teoría política, que no estudiamos aquí) resulta manifiestamente teñida de sus convicciones sodaíes y políticas, en especial por su decidida defensa de la democracia política y por su idealista filosofía social. Pero, cualesquiera que sean las insuficiencias de su obra, Maclver es figura de la mayor importancia en la sociología analítica de la actualidad.

■T

87

¡btá., p.

261.

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Homans, Gerth y Milis La presentación de las opiniones de los cuatro sociólogos analíticos más importantes de nuestros días quizás deba complementarse con un breve examen de las aportaciones de otros autores con puntos do vista análogos. Entre los muchos posibles, seleccionamos dos libros, The Human Group (El grupo humano, 1950), de George C. Homans, y Carácter y estructura social (1953), de H. Gerth y G Wright Mills. La proposición inicial del primero de esos libros es que el grupo humano, que para Homans es el punto central de la sociología, es un sistema. El concepto de sistema es fundamental para la teoría científica, y así la sociología queda conccptualmente vinculada a las cien-cías teóricas más antiguas y más adelantadas. Considerando que el estudio de la conducta del grupo es la tarca propia de la sociología, Homans empieza por descomponerla en cierro número de elementos mutuamente dependientes. Pasa después a estudiar el grupo como un sistema social que sobrevive en un medio ambiente. El grupo es definido funcional mente: A, B, C,. . forman un grupo sí, dentro de determinado periodo, A interactúa con B y C con mayor frecuencia que con M o N, y si es posible decir lo mismo de la conducta de B y C. Explica Homans que los elementos de la conducta del grupo son, primero, activklitdes¡ lo que hacen los hombres, movimientos musculares; segundo, Interacción, que tiene lugar si la actividad de uno sigue a la actividad de otro o es estimulada por ella (definición dudosa, ya que la mera sucesión en el tiempo es criterio insuficiente de interacción); tercero, sentimiento, o estado interno del cuerpo del actor. El "sentimiento" recuerda a Pareto, una de las principales fuentes teóricas de Homans, cuyas opiniones son asunto de un libro anterior de Homans. Según este, los sentimientos pueden inferirse del tono de ía voz, de la expresión facial, de las posturas del cuerpo y de lo que el individuo dice de sus sentimientos interiores, palabras que rienen sentido porque nosotros podemos reconocer en nosotros mismos las circunstancias a que los demás se refieren. (Esta opinión recuerda ks de Max Weber y G H. Cooley y, como ellas, no es behaviorista.) Esos tres elementos y sus recíprocas relaciones constituyen, el sistema social, formando los demás fenómenos parte dd ambiente social. Homans distingue en el sistema social un sector externo y un sector interno. El sistema externo es el estado de actividades, interacciones y sentimientos, más sus relaciones recíprocas, en la medida en que ese estado contribuye a la solución del problema de cómo sobrevive eí grupo en su medio ambiente, enunciado que manifiestamente pide un

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análisis en el estilo funcional. También implica análisis funcional el estudio del sistema interno, compuesto de la conducta de detalle del grupo más allá de los requisitos funcionales, pero que nace simultáneamente del sistema externo y reacciona sobre él. Homans demuestra estas proposiciones teóricas con el análisis de una serie de casos de estudio, análisis en d cual se empican también otras proposiciones concernientes a (a vida del grupo. Se concede especial importancia a Jas normas y aJ control sociales. El control social es casi idéntico a la concepción de Purera relativa al restablecimiento del equilibrio, entendiéndolo tomo proceso por el cual, si Ja conducta de una persona se desvía atípicamenrc de una norma (Homans observa que las desviaciones ligeras de las normas son comunes), vuelve a ajustarse al grado típico de conformidad. Carácter y estructura social, de Gerth y Mills, es digno de atención por el intento de usar ei papel social como un concepto central que unifica los puntos de vista psicológicos y sociológicos, empresa por el estilo de la. de Parsons. La palabra carácter (la primera de] título) designa al individuo como una entidad total, pero en la cual pueden distinguirse el organismo, la estructura psicológica y ia persona u hombre como representante de papeles. Se hace resaltar la importancia del papel en el concepto de la sociedad como estructura compuesta de numerosos papeles institucionales. Según los autores, la estructura social total puede descomponerse en órdenes institucionales, por ejemplo, el económico, el político y el religioso. Dichos órdenes son reconocibles como combinaciones de instituciones (palabra vagamente definida, como es tan frecuente) que tienen consecuencias, fines o funciones análogas. El grado de autonomía de los órdenes insti rucio nales es materia que ha de investigarse en toda sociedad dada. Pero en todas partes hay varios aspectos o esferas de conducta social que caracterizan a rodos los órdenes institucionales, a saber, la tecnología, los símbolos, la posición social y la educación. Por otra parte, algunos aspectos de La vida social no son identifica bles desde el punto de vista de la estructura ni del orden institucional: hay también modos de interacción amorfos o efímeros. Dado este fondo teórico, Gerth y Mills estudian un problema que preocupa tanto a los sociólogos funcional Estas como a los analíticos: ¿Cómo está integrada la sociedad? Se ofrecen cuatro alternativas; 1) La correspondencia se refiere a la unificación de la sociedad por la aparición de un principio estructural común que opera de un modo paralelo en cada orden institucional, de lo que es ejemplo el caso de la

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sociedad norteamericana en la primera mirad del siglo XIX. 2) Se obtiene la coincidencia si diferentes principios estructurales elaborados en diversos órdenes producen una unidad parcial, pero nunca completa, de lo que es ejemplo el nacimiento del capitalismo moderno medíante la combinación de la caída de los privilegios feudales con la creación de una estructura jurídica y una estructura administrativa (interpretación que difiere Je la de Max Weber), 3) La coordinación implica la unificación de la sociedad por uno O más órdenes institucionales que llegan a predominar, como en las sociedades totalitarias contemporáneas. 4) La convergencia rienc lugar cuantío dos o más órdenes institucionales coinciden hasta el punto de fusionarse (proceso que parece una especie de inversión de la diferenciación social). Carácter y estructura social ofrece atisbos interesantes, en especial porque las proposiciones teóricas se entretejen con la presentación de materiales históricos (en este respecto ei libro difiere esencialmente de El grupo humano, de Homans, que estudia casos particulares). Indudablemente, el método histórico implica el peligro de concentrarse sobre lo concreto y único, lo cual no constituye la finalidad del estudio sociológico. Pero Gerth y Mills persiguen Ta meta sociológica de formular proposiciones de api ¡cubil ¡dad general. Resumen: Convergencia sn la sociología analítica ¿Forman las teorías examinadas en este capítulo una "congerie", para emplear una palabra usada con frecuencia en las obras de Sorokin? ¿O representan esfuerzos convergentes en dirección a la meta de una teoría sociológica unificada? Con relación a las teorías de Sorokin y de Parsons, estas cuestiones dieron lugar a un documento por demás desacostumbrado. Tras la publicación de El sistema social y de Hacia una teoría general de la acción en 1951, de Parsons, Sorokin puso en circulación un memorándum sobre "Símilarmes and Disimilan des berween Two Socíolo-gical Systems" ("Semejanzas y diferencias entre dos sistemas sociológicos"); parre del cual fue reproducido, en traducción alemana, y comentada por Leopold von Wiese, sociólogo muy destacado, en la Kólner Zeuschrift für Soziologie). En él alega Sorokin que hay una concordancia sorprendente entre el esquema básico de Parsons y sus colaboradores y su propia estructura conceptual, expuesta en una serie de obras de fecha anterior a las publicaciones teóricas de Parsons. El alegato va apoyado por una sinopsis de extractos de los escritos de ambos autores. Sorokin concluye que las analogías entre los dos siste

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mas son mayores que las que hay entre las opiniones de Parsons y las teorías de Weber, Pareto, Durkheim y Ereud, que son francamente reconocidas por Parsons, mientras que Jas obras de Sorokin son charadas una sola vez en El sistema social. Señala también que la estructura básica de este libro difiere notablemente de la del libro anterior de Parsons, titulado Estructura de ia acción social, habiéndose operado un cambio en dirección hacia su propio esquema teórico. No nos interesa aquí averiguar si están justificados Jos alegatos de Sorokin. Pero la tendencia hada la convergencia en la sociología contemporánea es un tema central de este volumen. Parece caber poca duda en que dicha tendencia csrá representada por importantes analogías enrre las teorías de esos dos autores rivales. Son ellas, en parte, consecuencia de que Sorokin haya pasado muchos años corrigiendo y sometiendo a prueba las teorías de muchos eminentes pensadores sociales anteriores, sistematizándolas y enriqueciéndolas con valiosas aportaciones personales. Más recientemente, Parsons se ha dedicado a una empresa análoga y expone proposiciones teóricas que son similares en contenido a Jas de Sorokin, aunque claramente distintas en Ja forma (y decididamente contrapuestas en estilo). Las aportaciones creadoras de Parsons, aunque no tan espectaculares como las de Sorokin, son, como hemos dicho, considerables. Pero las afinidades teóricas entre Sorokin y Parsons —y hasta cierto punto entre sus opiniones y Jas de Znaniecki y Maclver—- requieren un estudio más detenido que e] que se les ha dedicado,38 El siguiente resumen indica brevemente la dirección que podría tomar dicho estudio. En primer lugar, todos los autores cuyas obras sistemáticas han sido estudiadas en este capítulo coinciden en un problema básico para ía teoría sociológica, a saber, la cuestión de la naturaleza de la sociedad. Porque esos sociólogos analíticos, y muchos otros, conciben la sociedad como un sistema, o más exactamente, como un sistema de sistemas/9 Los componentes primarios de los sistemas sociales son los actores, las personalidades humanas, cuya conducta social necesariamente implica selección o avaluación, peto es también normada por las expectativas de los otros y por valores culturales. Pero la unidad básica para el análisis sociológico no es el actor mismo, sino su "acción", como Parsons propone, o, quizás más exactamente, la interacción o acción ÍS Volverao* t Mamar la arenrión sobre Ja reciente obra de los Hlnklc, Tbe De-prinpmmf of American SucioJugy (Deiarrolfo dt la ¡atioiogin norleamericjfí.i). en que ir analizan IÜ analogías retinen enríe Znaniecki, Maelíer y Pauom. Desgraciada-menre, lo» aurores omiren el estudia de Sorokin. 39 GenJi y Mifli suilroran una opinión un ranro parrfcularisra ubre 1' lignificación de la frase "sistema social '.

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recíproca. Las "relaciones sociales" de Maclver implican cambien un púnro de vista interactivo. Sorokin, Parsons, Znaniecki y Maclver están de acuerdo, asimismo, en que la cultura es un sistema de sistemas. Pero el concepto de cultura no se refiere a las interacciones sociales como tales, sino a sus productos duraderos, tanto materiales como inmateriales. (Maclver identifica la "cultura" con los productos humanos señalados por valores de fines, diferenciando la cultura en este sentido de loa productos utilitarios o instrumentales, tales como la tecnología, que él llama "civilización". Esta diferenciación, aunque con otra terminología, apatece también en los escritos de Sorokin y de Parsons.) 40 Los dos sistemas, eí de la sociedad y el de la cultura, están en una complicada relación de interdependencia. Aunque esa relación ha sido aclarada en parte por los sociólogos analíticos, en especial por la teoría conceptual de Sorokin y Parsons, aún les queda un gran problema a los demás analistas de cuestiones sociales y culturales. Los sociólogos analíticos parecen estar fundamentalmente de acuerdo sobre el problema de las relaciones entre la sociedad y el individuo* El individuo, por una parte, es un agente activo y creador en los sistemas de la sociedad y de la cultura, y por otra es un producto de esos sistemas. Es digno de notarse que Sorokin, Znaniecki y Maclver reconocen expresamente su acuerdo fundamental con la opinión de Cooley, muy anterior pero muy parecida, sobre la interdependencia del individuo y de la sociedad* Entre nuestros principales sociólogos analíticos, Znaniecki en El método de ¡a sociología y Maclver en Causación social han estudiado extensamente problemas metodológicos. Pero todos, expresa o tácitamente, se oponen al behaviorismo extremado; y tres de ellos, Sorokin, Znaniecki y Maclver, se oponen decididamente al neo-positivismo radical. Pero todos coinciden en que la teoría abstracta debe ser sometida a prueba por la investigación empírica. En ese empeño, Sorokin ha hecho amplio uso de los procedimientos histórico y cuantitativo, Gerth y Milis hacen uso abundante de material histórico, en tanto que Homans prefiere inferir sus proposiciones teóricas dd estudio de casos particulares. De acuerdo con la calificación de "analíticas" que hemos dado a su obras, todos muestran poseer las virtudes de razonamiento lógico y de fino conocimiento en relación con las complejidades sociales. En un sentido muy amplio de la expresión, todos son insuperables "observadores participantes" de! mundo que les rodea. 40 Honran» y Gcrrh y Mili» sálo inddor.tal mente «ludían la cultora-

CAPÍTULO 19 ESCUELAS FILOSÓFICAS -

La escuela institucional; Etapa platónica La rama institucional de la escuela filosófica nació en Francia a mediados del decenio 1920-1930, Esta actiiud se distingue por dos pecu-Earidadcs: primera, todos sus miembros son católicos romanos y, con excepción del fundador de la escuda, intentan formular un sistema de sociología sobre la base de la filosofía tomista; segunda, la mayor parte de los miembros de la escuda son juristas, y la teoría sociológica que presentan es un subproducto de sus esfuerzos para resolver un problema jurídico, a saber, el problema, de la naturaleza de la personalidad corporativa. En contraste con la tradición romana y con el pensamiento angloamericano, que niegan la realidad de tales personalidades, y con Las ideas de Otro Gierke (1841-1921), el gran jurista alemán de fines del siglo XiX, quien, en la esfera de la jurisprudencia, profesaba un realismo social extremado (a la manera de Durkheim), atribuyen a los grupos sociales, entre ellos a las sociedades por acciones, una realidad s / f i generis, que puede ser o no ser reconocida por la ley, pero que es independiente de ese reconocimiento. El padre de esce punto de vista fue Manrice Hauriou, uno de los más ilustres juristas franceses. Pueden encontrarse huellas de la que habría de llegar a ser la "teoría institucional" en sus primeras obras; pero la Teoría de la Institución y de la fundación, que apareció ea 1925, poco antes de la muerte del autor, es una expresa y vigorosa exposición de este punto de vista. Hauriou estaba influido por Henri Bergson y por Gaude Bernard; pero encontró el meollo de su teoría en el redescubrí miento de unas palabras de San Agustín: "Un pueblo es una reunión de seres racionales unidos por un común acuerdo en cuanto al objeto de su amor".1 El punto de partida de Hauriou es Ja proposición platónica: "Existen ¿deas objetivas anteriores al vasto mundo que nos rodea". Entre esas ideas están las relativas a tareas que hay que realizar. Éstas no pueden "vagar al azar'1 en una sociedad amorfa; tienen que ser capturadas y encarnadas en instituciones. Hauriou distingue dos tipos de instituciones, constituido el primero 1 Tal como la zxpoae Muorhuine 1. X Millar m "Hauriou,

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por cosas que corresponden a sistemas de regías de conducía, y el segundo formado por personas o grupos sociales. Hauriou se interesó ante todo por las instituciones del segundo tipo.2 Por consiguiente, sus escritos sociológicos son principalmente una teoría del grupo social, campo en su tiempo sorprendentemente descuidado por los sociólogos profesionales. Según Hauriou, la institución (o grupo social) comprende tres elementos: la idea organizadora» el gobierno organizado y la Ínter-comunión de Jos individuos en torno de la idea. La.■ organizadora, U idea de la tarea que hay que ejecutar, penetra en las mentes de un número indeterminado de individuos. En un estilo verdaderamente platónico, subraya Hauriou que» aunque la idea común recibe formas algo diferentes en las mentes individuales, "objetivamente" sigue siendo la misma. Las ideas organizadoras confieren a las instituciones existencia propia y son significativamente diferentes de las de los individuos constitutivos de los grupos, £1 segundo elemento institucional de Hauriou es la organización, análoga ai gobierno en el Estado. El gobierno es una manifestación de voluntad humana. El ejercicio de la voluntad es, por lo tanto, un elemento esencial de la realidad social de una institución; pero es aportada por Jos miembros individuales y» así, no es ia "voluntad" de la institución misma. El tercer elemento institucional es la intercomunión de los individuos. Hauriou rechaza todo concepto de mentalidad colectiva. Su idea de la íntercomunión se refiere al hecho de que los individuos son afectados de un modo análogo por el contacto con Ta misma idea organizadora, de que reconocen espontáneamente Ja analogía de sus estados mentales, y de que, de esta suerte, son inducidos a la acción común. Este análisis de los elementos interactivos de los grupos sociales o instituciones se completa con la teoría de Hauriou acerca de cómo nacen, viven y mueren las instituciones. Como era jurista, identificaba las fases de la vida del grupo con procesos jurídicos. Así, las instituciones nacen mediante "actos de fundación" y mueren por "disolución". Sus vidas, según Hauriou, consisten principalmente en los funcionamientos legales de sus "gobiernos", en las elecciones y las 2 VniiM rtúrfcoi ton temporáneo*, enere ello! Parinni y Maclver, driringuea taxativa* w. :■■ corre grupo* focial» concreten, colectividad?* a Jal que pertenecen la gene?, e ¡ai [inicien**, procedimiento! conufiradía y ioc raimen re impucitoi que diningurn IB V Í ¿ A de grupa. Hauiiun. como Sumner uno* iño* antei, incluye ambo* tcncidm im la palabra "iniciiución", aunque lu «jncepio del primer tipo —íisiemas de conducía— corresponde al uso más comú noten ic admitido.

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deliberaciones del grupo y en I J adhesión gradual de nuevos miembros. La duración de una institución no depende tanto de la voluntad de sus fundadores como de la persistencia de la idea organizadora esencial. Porque los iniciadores de una institución siembran una idea viva en una sociedad amorfa, la cual, una sembrada, se desarrolla por si misma. La escuela institucional: Etapa tomista No obstante su fundamento filosófico platónico y la excesiva importancia que daba a los aspectos jurídicos, Hauriou produjo una sugestiva teoría del grupo social. Otro institución alista, George Renard, desarrolló la teoría de Hauriou, pero trasladó su base del platonismo al tomismo en la Teoría de la institución (dos volúmenes, 1930-39). Para Renard, una institución o grupo social es "comunión de hombres en una idea". Renard subraya que en su concepción son cosas idénticas institución y grupo social. Pero con frecuencia amplía la significación de este concepto sociológico clave. Así, menciona la posibilidad de "ínstituic la paz", y en una ocasión aun expresa la idea de que Ta. naturaleza humana es una institución primaria. Pero la mayor parte de Teoría de la institución se limita al análisis del grupo social, constituyendo el cuerpo de principios que nos interesa aquí. Según Renard, la "idea generadora" produce cierto grado de solidaridad enere las personas que sostienen o sostendrán al grupo social. Así, el grupo o institución une a las personas, pero no anula su individualidad como seres racionales. La estructura interna de una institución se compone de relaciones sociales. Pero mientras otras relaciones unen a las personas como individuos en cuanto tales de diversas maneras, dentro de las instituciones ei grupo es resultado deí hecho de que los individuos participan en una entidad que los domina. En el segundo volumen de su obra principal, que es más filosófico que el primero, Renard desarrolla hs siguientes ideas: cada persona tiene ei concepto de un yo distintivo y la creencia en la vinculación del yo con el nosotros? El vínculo mismo no es puramente lógico; es real o existcncial. El objeto del estudio sociológico es mostrar cómo esos individuos y elementos sociales se adaptan mutuamente. En opinión de Renard, la institución, como un organismo, unifica a sus miembros en un todo» pero no de modo tan completo que destruya su individualidad. Por el contrario, la institución proporciona a los 3 i - i . i opinión n iimilir en lenguaje y, en cieno (rudo, ta ion reñida, m lu feoilu de Cooley y Mead, «Indiadas en el capítulo 12.

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seres individuales propiedades que de otro modo no poseerían. En otras palabras, el grupo no es reductfble a la suma total de sus partes-Renard afirma que la vida interior de un grupo social o una institución se caracteriza por tres cosas: intimidad, autoridad y objetividad. La. intimidad institucional es un "vínculo de confianza'1, pero esa confianza está socialmente normada u organizada, y en este respecto difiere de la amistad individual. En un grupo social es esencial algún tipo de autoridad; ella es, en realidad, la condición de su existencia, su manera de ser, y es inseparable de las exigencias de ía vida social. (Como han observado algunos críticos de Renard, olvida éste la posibilidad de agrupaciones igualitarias en las que la autoridad es ejercida por todos los individuos con arreglo a un principio de justicia,) La autoridad está enraizada en el todo, peto es ejercida por individuos en cuanto sirven al "bien común"; éste último, en esta ocasión, probablemente se identifica con la idea, generadora de una institución particular. Las relaciones mutuas entre las personas que constituyen una institución son esencialmente relaciones entre órganos de un organismo jurídico; su estabilidad requiere ia existencia de reglas y sanciones de grupo. Esas reglas y sanciones esenciales forman lo que Renard llama la objetividad de una instituciónFinalmente, estudia Renard la cuestión de los cambios institucionales. Las instituciones se originan por un "acto de fundación" que manifiesta una comunión de voluntades. Una vez formadas, las instituciones escapan, por decirlo así, a la voluntad de sus fundadores. Así, pues, las instituciones tienen su vida propia, que se desenvuelve a través del tiempo según su particular naturaleza. En general la teoría de Eenard acerca de la estructura y los cambios institucionales es muy parecida a la de Hauriou, pero está libre del platonismo de éste. Según Renard, la voluntad común de los individuos, consecuencia dd apoyo común a una idea, es la fuerza instigadora del desarrollo institucional. Pero esa voluntad común crea una especie nueva de ser social que difiere de los individuos ajenos a la vida del grupo. Este punto de vista general caracteriza los escritos de otros vatios sociólogos, entre ellos los institucionalistas Andrés Desquéyrat y René Clémens.* Estos autotes, cuyas obras principales aparecieron entre 1930 y 1940, conceden especial importancia a la persistencia de las instituciones o grupos sociales, subrayando eí hecho 4 L'lmiiiation: Lt Droit obrttiif ei la ¡ecbniqut piniiive (£J imtiruavit; wt dwrtcbo obft¡ü-o 7 ¡a íétoiít positiva, 1953). por A. Dnqüéyiii; Ptrionatité morali tí psrtonOjti jttfidiqtie iPerionulidad motví y personalidad imídiw, 1535?, por R. Ciernen*.

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de que la duración de su vida excede característicamente a la de sus miembros originarios así como a sus intereses iniciales. Más original que esas concepciones es lo que dice J. T. Délos en El problema de la civilización; La nación (dos volúmenes, 1944). Según Délos, los grupos sociales son engendrados por relaciones sociales y poseen su propia, realidad. Los grupos son entidades especiales constituidas por h totalidad de las relaciones entre los hombres y los objetos que unifican a los hombres. Mas, como Jas relaciones son "accidentes", en la terminología filosófica, Ja realidad de los grupos sociales es de un orden inferior a la de los nombres» que son substancias. En contraste con Renard, cree Délos que las relaciones sociales nunca se extienden directamente de una persona a otra, sino que atraviesan el medio de un "objeto". Tales objetos pueden ser de naturaleza material o pueden consistir en fines o ideas. La ciencia, por ejemplo» es una realidad objetiva aunque inmaterial que unifica a maestros y estudiantes. En un respecto corrige Délos lo que consideramos como un error común a sus predecesores filosóficos en la escuela institucional. Enriende Deíos que los grupos sociales no siempre son instituidos por la aceptación común de ideas directivas; en algunos casos, los individuos están vinculados el uno al otro como consecuencia de la influencia que ejerce sobre ellos un objeto antes de la aparición de todo propósito consciente. En este caso, el propósito individual es consecuencia de alguna influencia objetiva, como la que procede de compartir un suelo y una tradición comunes. En grupos de esta dase el propósito colectivo domina al propósito individual. En otros casos, el propósito individual precede al hecho social y a la formación de un grupo. Uno o varios individuos conciben la idea de una tarea común. La propagan y ganan partidarios. Surge una voluntad común, indudablemente; pero la ha precedido el propósito individual.0 Recientemente las teorías de los institucionalístas han empezado a penetrar en algunos tratados generales de sociología. Tal ocurre con el libra tirulado Ensayo de sociología (1946), del investigador belga Jean Haesaert, quien, quizás de un modo significativo, es hombre de preparación jurídica, como los demás individuos de la escuela institucional. Según Hacsaert, las estructuras sociales que nacen del contacto y la cooperación son "sistemas shérgicos". Estos sistemas pueden & I A diiiintiua de Diluí en«c leu dm tipos de grupos se pífete mucha i ]■ dii-finción conceptual de Maclver «indi ea el e* pirulo ■■ r- : .r; pera n dudosa que Delui haya tomado «a distinción del tirado sociólogo.

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ser estructuras simples o complejas, constituidas estas últimas por cierto número de sistemas más sencillos. El sistema sinc-rgico es un fenómeno absolutamente original y trasciende a los individuos cuyas actividades le dieron ser. Tiene su "realidad" propia» aunque secundaria y artificialmente creada. Los elementos básicos del sistema si-nérgico comprenden una idea directiva, los medios para realizarla mediante las actividades de los miembros del grupo, y normas de acción consagradas compatibles con la idea. Esta formulación de las características de las estructuras sociales parece tener poca influencia sobre el contenido del extenso ensayo sociológico de Haesaerr, excepto en su parte final. En ella estudia el autor el concepto de disergia, suma total de los fenómenos mediante ios cuales empeora y decae la sinergia o estructura social. Ese empeoramiento puede ser total o parcial; pero los elementos de la disolución virtual están siempre presentes en todo sistema sinérgico. Si el sistema absorbe esos elementos, se restablece el equilibrio, idea muy parecida a la de Pareto (a quien Haesaerr cita). Si las fuerzas de disergia no son absorbidas, el sistema se disuelve. L¡i obra de Haesaert representa un progreso sobre las opiniones de los instírurionalistas anteriores, ya que se despoja de la fachada jurídica de las teorías de aquellos. Dicha obra identifica también institución y grupo y se esfuerza en describir su naturaleza. La esc/tela institucional; Resumen y crítica La. mayoría de Jos individuos de la escuda institucional dicen que sus obras han sido inspiradas por la filosofía tomista. Pero las autoridades en tomismo dudan que hayan conseguido sus propósitos.5 Mas debe advertirse que, independientemente de roda inspiración filosófica, las enseñanzas de los institucional istas ofrecen valiosos atisbos acerca de la naturaleza de los grupos sociales. Las aportaciones de las escuelas institucionales pueden resumirse del modo siguiente: Primero, las opiniones metodológicas individuales difieren ampliamente, ISA actitud de Hauriou es un tanto Intuitiva, y descansa en Ja observación impresionista (pero perspicaz) de los fenómenos sociales. Renard. Ciérneos y Délos emplean el método deductivo, y derivan sus enunciados más importantes de la filosofía tomista o de lo que dicen serlo. Renard propugna también la inducción, pero no demuestra cómo se derivan de la experiencia sus proposiciones; en esencia, su inducción equivale a la intuición de Hauriou. ° Vcuc, par ejemplo, Tbe tnnrr ¡jnts o} Soeitty (L*t leyn mt*n**J de U setitdéi), por Dun Luigí Í - J :. . 1944, p. 243.

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Segundo, los institucional istas están de acuerdo en cuanto a la realidad de las instituciones» que todos se inclinan a identificar con los grupos sociales. Pero al mismo tiempo todos rechazan el tipo tosco de analogía orgánica y Ta idea de una mente colectiva. También coinciden en sostener que la realidad de los grupos sociales es la de un todo que trasciende a sus partes, pero sin diminar la existencia real


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ciada por Thcodor Lírt, cuya principal aportación teórica es Individuo y sociedad (1919)- Según Lite, la fenomenología es aplicable a los fenómenos de naturaleza psíauica constituidos de tal suerte que en una sola experiencia cognoscitiva del observador es perceptible una estructura, una ordenación interior, y señala el camino para el análisis. Tal es el caso de los fenómenos estudiados por las tiendas sociales. En esto, el punto de vista de Lite se parece al de Max Weber. La obra más conocida de sociología que sigue esta orientación es la Teoría de la sociedad, de Alfred Vierkandt ( 1867-1952). Vierkandt nació en Hamburgo, estudió en Leipzig con ei psicólogo Wundr y publicó su primera obra, Pueblos naturales y culturales, en 1895. De 1921 a 1934 fue profesor de ciencias sociales en Berlín. Su Teoría de la socicdtid apareció por primera vez en 1922 (revisada en 1928), y en los años siguientes las opiniones expuestas en este libro fueron ampliadas en numerosos libros y ensayos. En 1949 fue publicada una nueva versión de la Teoría. Según Vierkandt, la misión de la sociología es la formulación de una teoría de U sociedad y de la cultura. Define k sociedad como la suma tota} de interacciones humanas, idea que recuerda a la teoría de Simmel, que Vierkandt cita. Entre los diversos modos posibles de enfocar la sociología, el más adecuado, según Vierkandt, es el basado en el método fcnomcnológico. Este método, llamado "abstracción ideariva", se orienta hacia conceptos primarios que no pueden ser reducidos a otros conceptos. Pero los conceptos básicos pueden ser captados por "un mirar a" (Ansicht) Ja vida social, en otras palabras, aclarando su naturaleza específica mediante la contemplación interior de ejemplos, o aun de un solo ejemplo, que puede ser imaginario. Esto no obstante, es un procedimiento conveniente la comparación de conceptos derivados de esa manera con otros. Por medio de esa contemplación interior, es posible la comprensión de las disposiciones innatas de los hombres, que comprenden el "sentimiento de sí mismo" y la. dependencia de las personas del juicio de las demás. La sociedad es, pues, un "estar juntos" de hombres que se encuentran ligados por una dependencia mutua. Advierte Vierkandt que esta opinión no constituye un concepto psicológico de la sociedad. Los miembros individuales de ésta experimentan una especie de coacción interior; pero los lazos entre Jos individuos se basan en la intercomunicación, que puede tener lugar en ausencia de movimientos físicos o de reflexiones conscientes. Vierkandt subraya ks propiedades básicas de las sociedades huma

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ñas. En primer lugar, cada sociedad posee integridad, en el sencido de que es un sistema, una estructura en la que todo lo que acontece en una parte afecta a los demás sectores del todo. Este principio funcional se completa con una. segunda teoría, a saber, que las familias, las tribus, las naciones y otras organizaciones sociales tienen hasta cierto punto "vidas propias": !o que hacen, cómo se desenvuelven, lo que realizan, no puede ser arbitrariamente determinado por Jos individuos. Las sociedades tienen su propio estilo, sus leyes, sus órdenes, que moldean la conducta de las personas, quienes muchas veces no perciben su dependencia dd todo. Los individuos vienen y van, pero la estructura y el orden y, en realidad, los propósitos y las realizaciones de los grupos sociales, perduran. Los grupos sociales —añade Vierkandt— muestran grados diversos de solidaridad. En la Gemeinschaft o tipo de comunidad los lazos son estrechos y cálidos; la conciencia del ego se amplía más allá de los límites de lo individual. Pero hay gradaciones de dicha solidaridad entre los diferentes tipos de comunidades o Geme'mschaftcn. Por otra parte, las asociaciones, en el sentido de las Gcsellschaften de Toennies (muy parecido al concepto de asociación de Maclver, como expusimos en el capítulo 18), también se distinguen por grados diversos de cohesión deí grupo. Según Vierkandt, cada grupo social posee su propio espíritu, que es "superior" al espíritu subjetivo de sus miembros individuales. La inconsciente intencionalidad de la vida del grupo es casi un "milagro". Pero el individuo y el grupo no están en oposición, ya que cada persona está impregnada de las características del grupo, y la actitud del individuo hacía el grupo es fundamentalmente de amor y admiración. Debe advertirse que la concepción sustentada por Vierkandt de una armonía fundamental entre el individuo y el grupo y del "amor" de aquel por éste, es consecuente con una orientación intelectual tradicional en Alemania, expresada, por ejemplo, en las obras del filósofo Hegel y sus discípulos y en el movimiento romántico. Nacida, pues, en Alemania, la sociología fenomenológica se extendió a Francia, donde su principal figura ha sido Georges Gurvitch (n. 189ó). Gurvitch nació en Rusia, vivió en Alemania, Checoslovaquia y los Estados Unidos, y finalmente se estableció en Francia, donde es ahora profesor en Ía Sorbona. Es autor de varios libros, entre los cuales sus Ensayos sobre sociología (1936) pertenecen al campo de esta investigación. En 1950 apareció una nueva versión de los Ensayos con el título de La vocación de ¿a sociología.

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Gurvitch formula una "sociología en profundidad", en que el punto de partida son fenómenos inmediatamente dados, y pasa a planos cada vez más profundos. Estos planos comprenden; 1 ) la base geográfica y demográfica de la sociedad; 2) el plano simbólico manifestado, por ejemplo, en el hecho de que la genre responda de un modo definido a símbolos tales como las banderas y las señales de tráfico; 3) las "superestructuras organizadas" de la sociedad; 4) los hábitos y prácticas sociales (más correctamente, las costumbres); 5 ) los fenómenos revolucionarios o reformistas (la relación entre este plano y el anterior es la misma que hay enrre invención e imitación en la teoría de Tarde); 6 ) los valores que están en la base de ks actividades observables en el plano anterior; y 7), k realidad social inmediata, o mente colectiva, que es indicio de k aceptación por parte de Gurvitch de cierros aspectos de la teoría de Dutkheim. Xa mente colectiva —dice—■ se siente en la profundidad de la conciencia individual, opera a través de las mentes individuales y proporciona al hombre el conocimiento íntimo de k reciprocidad de las relaciones de valor en la vida social. Hay que destacar dos clasificaciones en la sociología de Gurvírch La primera es su distinción entre mkrosociotogia y macrosociologh, que indica dos tipos principales de sociología, cada uno de los cuales usa métodos completamente diferentes de investigación. (Niegan esta distinción metodológica muchos sociólogos, entre dios neo-positivistas y fundonalistas como Merton, quienes sostienen que debe emplearse el mismo procedimiento lógico para estudiar todos los fenómenos sociales.) La microsociología estudia, por ejemplo, Tos pequeños grupos irregukdos. mientras que Li macrosociología se interesa por fenómenos de grandes dimensiones, como los estados y las civilizaciones. En segundo lugar, Gurvitch ha formulado una complicada clasificación de las formas de sociabilidad, un poco al estilo de von Wjese (véase capítulo 21); pero su enumeración de nada menos que 162 tipos de sociabilidad es, esencialmente, un penetrante ejercicio de técnica de la definición y aporta poco al desarrollo teórico. En dos obras recientes, aparecidas ambas en 1955, Gurvitch hace valiosas aportaciones a los problemas básicos de la teoría sociológica: primero, Jas relaciones entre la sociedad y la cultora por una parte y la personalidad por otra, y segundo, k naturaleza de ía sociedad. La primera de esas obras es k titulada Determhmmo social y libertad humana. En ella ya no cita Gurvitch la filosofía fenomenológica

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como punto de partida de su razonamiento (en La vocación de la sociología, 1950, ya había renunciado a su adhesión a esa escuela filosófica). Pera, como señaló otro sociólogo francés, A. Cuvillier8 este cambio de orientación —llamado ahora por Gurvitch "dialéctica hipercmpírica"—3 no se refleja en el contenido sustantivo de sus opiniones sociológicas. Esto mismo puede decirse en gran parte de Determtnismo social. En este libro, sostiene Gurvitch que no pueden csuibltxcrse leyes causales, leyes evolutivas ni leyes funcionales en el campo de la sociología. Si es que puede encontrarse algún determinismo, sólo puede serlo en forma de leyes estadísticas (enunciados de probabilidad), de covariación y variables, de tendencias uniformes en diversas manifestaciones sociales, y la integración de las partes en todos. Después de examinar varias definiciones, Gurvitch identifica la libertad con las acciones espontáneas y voluntarias que tienden a modificar situaciones y a vencer resistencias. Este concepto de la libertad es empleado para someter a prueba formas sociológicas de determinisnio, sobre un fondo de una sociología en profundidad que reproduce, con ligeras modificaciones, ia expuesta más arriba. Ninguno de los niveles de profundidad suprime la libertad humana, ya que actúan entre sí y se limitan el uno ai otro. 5ituación análoga prevalece respecto de las "formas de sociabilidad", importante objeto de estudio de la micro-sociología. Quizás la parte más interesante de Determinismo social es el estudio de! determinismo y la libertad en las "sociedades omnímodas", esto es, en las grandes sociedades en cuya estructura pueden ser satisfechas la inmensa mayoría de las necesidades humanas. Según Gurvitch, no se sabe que exista ningún principio universal de integración de esas sociedades, falta que exige un estudio tipológico preliminar. Así, el autor describe cuatro tipos "arcaicos" o primitivos, seis tipos históricos (por ejemplo, el despotismo ilustrado en combinación con el capitalismo naciente, y la sociedad democrática combinada con el capitalismo de competencia comercial), y cuatro tipos modernos (entre ellos el "capitalismo organizado" de los Estados Unidos contemporáneos y el "pluralismo colectivo" de la Gran Bretaña y de Suecia). En relación con cada tipo se esboza brevemente la importancia relativa de los niveles de profundidad y de las formas de sociabilidad, y se 8 OA PM la meiotosie franfaiie? f{A donde tu Ja mciologié

9 Tcoríi i;! ' M i " i : i sohit rinro posible* rtticlnntj dialéctica!

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frenctia?, 1955). de concepto*, npunta (1953). Un* ¿e elUi

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plantean estos problemas: ¿Qué tipo de determinismo sotkl prevalece? y ¿Cuáles son las "posibilidades de libertad"? La conclusión general de Gurvitch es que en todo tipo de sociedad existe una pluralidad de determínismos, mientras el grado de libertad fluctúa pero nunca desaparece por completo. No se dan soluciones empíricamente fundamentadas a dichas cuestiones en ese libro, relativamente breve» pero que merece atención y que sugiere cuánto estudio empírico sería necesario para responder científicamente a esos problemas de ías relaciones entre la sociedad, la cultura y la personalidad. La otra obra de Gurvitch publicada en 1955 es un extenso artículo sobre "estructura social"/0 materia que él considera uno de los conceptos más importantes de ia teoría sociológica y que cada vez atrae más la atención de los sociólogos. Después de examinar brillantemente las causas de esa atracción, Gurvitch toma del durkhcimiano Mauss (véase abajo, capítulo 21) el concepto del "fenómeno social total", que parece referirse a la sociedad como es dada en la experiencia inmediata. Entre las características de ese fenómeno se cuentan el predominio de las fuerzas centrípetas sobre las centrífugas, una regulación de la conducta, ciertas actitudes colectivas y Ja acentuación de los niveles de profundidad (tal como los trata cu Determinismo social). Gurvitch intenta mostrar lo que añade a este objeto de experiencia más bien amorfo, la estructura, que, según él, se encuentra sólo en el plano macrosociológico, nunca en el microsotiológico. Esas adiciones —en otras palabras, la diferencia entre fenómenos sociales estructurados y no estructurados— están contenidas en las siguientes proposiciones: 1) hay jerarquías de los niveles de profundidad, de ios símbolos y de las formas de regulación de la conducta humana; 2) hs unidades que forman esas jerarquías están siempre en equilibrio dinámico; 3) existe alguna conciencia colectiva de esas jerarquías y equilibrios; 4) también hay "fuerzas" que sostienen el equilibrio; pero, 5 ), la estructura no es nunca, en realidad, factor estático, porque siempre esrá sometida, a procesos de formación, destrucción y recons-rrucción. Gurvitch pone en guardia contra toda interpretación estática de las estructuras sociales: en su opinión nada es estable en la sociedad, que experimenta movimiento y cambio perpetuos. Como ha advertido un crítico benévolo, la importancia concedida por Gurvitch al movimiento incesante le obliga a concentrarse en lo único y singular. Pero si la sociología sigue esa dirección, se arriesga a perder JO G. Gurvitch: "Le tonctpt de Ja íttuctuic flotiale" ("El concepto de la «rructura iocÍ* n , ibid., vol. 1 9 ( 3 9 5 5 J .

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su propia materia; porque la sociología, por lo menos la sociología general, es una ciencia teórica, y como tal debe tratar de fenómenos recurrentes.11 Aunque no adscrita ya a la fenomenología, Ja última obra de Gurvitch se centra aún en torno de la "sociología en profundidad", cuyo principal resorte es fenómeno!ógieo. Veamos ahora la obra de algunos otros sociólogos influidos por la filosofía fenómeno lógica. Uno de ellos es Julio Monneroc, autor de Los hechos sociales no son cosas (1946). El título dd libro indica el punto de vista ¡intí-durkheimiano del autor. Sostiene Monneroc que sólo pueden ser realmente comprendidos {en el sentido de La verstehen de Max Weber, o aun mejor, de la "abstracción ideativa") fenómenos de atracción, que constituyen el punto de partida de la sociología. En general, "comprendemos" ciertos acontecimientos, mientras "explicamos" otros. Comprendemos cuando estamos en presencia de una prueba que es válida per se. Esa prueba se encuenrra en la experiencia inmediata, y los intentos de basar fa comprensión en la inducción falsean la prueba misma. Contrariamente a la opinión de Durkheim, Monneroc insiste en que los hechos sociales no son cosas. Porque esos hechos se presentan a la mente de un modo claramente distinto del modo como ío hacen las cosas. Aquellos son "circunstancias humanas", localizadas y fechadas. El materia] primario de la sociología consiste en secuencias de tales circunstancias, lo cual significa que los datos fundamentales de la sociología son los mismos que los de la historia. El objeto de la sociología misma es dar un nuevo sentido a fenómenos ya estudiados por otras ciencias. La sociología, pues, es un modo de tener en cuenta a las demás ciencias humanísticas, de comparar sus elementos y de buscar un nuevo conocimiento de ía vida social. Pero k sociología no es Ja ciencia de la sociedad, ya que, según Monnerot, no hay "sociedades", sino sólo estados de sociedades, situaciones sociales experimentadas por los hombres. Los hechos sociales o las circunstancias humanas (que en Ja obra de Monnerot parecen referirse a la situación de los hombres cuando se enfrentan con experiencias inmediatas) no explican por sí mismos fenómenos como los movimientos sociales. Para comprender estos últimos, por ejemplo, una persona debe sentir primero la presión del movimiento particular y en seguida librarse de ella; únicamente entonces puede obtener un conocimiento objetivo. 11 "Fuacrion ti final iré en sociolofiie", "Función y finalidad ™ sociología" por H. r..= ibid.. rol. 16 (1954).

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Estos intentos de describir el acto de comprender y sus metas se completan ton el examen que hace Monnerot de lo que él llama representaciones fundamentales. La. más importante de ellas es que todo individuo "trasciende sus límites na rurales", y por lo cuito produce consecuencias en d orden social. Esas consecuencias se encuentran y oponen unas a otras; mantienen duelos entre sí (remíniscentes de los "duelos Lógicos" de Tarde). Pero no hay sociedad sin atracción. La sociedad» en realidad, es primordialmente una agregación humana que desarrolla lazos de coordinación y cooperación (lo cual está en oposición con el enunciado de Monnerot citado más arriba, que niega la existencia de l.i sociedad). Dentro de esta agregación nacen tipos de estructuras a base de la proximidad espacial y de la afinidad. Pueden distinguirse tres grandes tipos de estructuras sociales, que Monnerot designa con las palabras alemanas Gemeinschaft, Geselhchaft y Bund, basándose esta última sobre la afinidad de experiencias afectivas comunes. Las dos primeras categorías, como hemos visto, se han convertido en conceptos casi normativos de la sociología contemporánea. La sociología fenómeno! ógica también esta representada en los Estados Unidos, en la persona de Fríedrich Baerwald (n. 1900), nacido en Alemania y desde 1935 profesor en k Universidad de Fortiham, Las opiniones teóricas de Bacrsvald pueden resumirse del modo siguiente:18 Realidad social —sostiene Baerwald— equivale a sociedad. La sociedad no es fenómeno psicológico que se manifiesta en el descubrimiento de la reciprocidad de relaciones en la propia conciencia del individuo. Los datos fundamentales de la experiencia comprenden la existencia real de otra gente que nosotros mismos, y nuestra dependencia de ella. Pero tenemos que entender no meramente el hecho de la coexistencia, sino su modo general. La dependencia humana se basa en la insuficiencia del individuo para asegurarse su propia supervivencia. Su "marco temporal" se limita a su existencia y experiencia propias; el "marco espacial" del individuo es igualmente limitado. Estas limitaciones son superadas mediante la coexistencia. El proceso de coexistencia en el tiempo —dice Baerwaid— crea tipos de grupos sociales en los cuales se integran los individuos y 11 NuaEio resumeo de li n'.i de Bmer*
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mediante dios se encuentran en situación de unir sus esfuerzos con los de los otros. La participación social unifica a los individuos en una cadena de acontecimientos pasados importantes; por ese mismo hecho, les asigna una participación en la proyección hacia lo futuro de La existencia del grupo. Mediante esta inclusión en una trama transpersonal, el individuo experimenta una ampliación de su horizonte en el tiempo B integra en su conciencia destrezas, costumbres, significados y valores desarrollados en largos ¡triodos. La coexistencia es asimismo un proceso interacckmal en el espacio. Produce la ampliación del horizonte individual instituyendo sistemas cranspcrsonales de "dominio del espacio" en los que participan los individuos, que contribuyen a ellos y se benefician de ellos. Las instituciones sociales no representan a la sociedad en el plano existencia!. Dado que las instituciones deben hundir sus raices en alguna utra cosa, y ésta es el proceso de coexistencia mismo, la constante proyección de los horizontes tempo-espaciales de los individuos en sistemas ttan apersona Ies más grandes. La coexistencia implica la constante transformación del tiempo astronómico en un pasado y un futuro llenos de sentido, así ramo una transformación constante del habitar geográfico en espacio social. Aunque la coexistencia es el modo de existencia de los individuos —prosigue Baenvald—los sistemas reales de vivir y de cooperar no son ni automáticos ní instintivos. La sociedad es un requisito previo para la supervivencia, sin duda alguna; pero requiere una activación incesante mediante la creación y conservación de extensos marcos sociales temporales y espaciales. La sociedad no se continúa por sí misma en lo que se refiere a las formaciones sociales específicas. Por consiguiente» inherente a todas las estructuras sociales existe la posibilidad de su empeoramiento y desintegración por Ja debilitación de los lazos en ía trama temporal y espacial de la sociedad. Aunque son muy sugestivas, estas ideas elevadamenre abstractas de Baerwald aún no han atraído la atención de muchos sociólogos en este país, ni han sido sometidas a prueba empírica. Esto último puede aplicarse, en gran medida, a fa escuela filosófica en general. La escuda fenómeno!ó gica; Resumen y critica Cuando se la abstrae de las premisas filosóficas y de las peculiaridades metodológicas, pueden encontrarse algunos atisbos interesantes en la obra de la escuela fenomcnológica. Por lo menos se hacen ver dos nuevos tratamientos del concepto de sociedad: en la sociología en pro

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fundidad de Gurvitch y en la ampliación de los horizontes temporal y espacial del individuo, de Baenvald. En lo que respecta a las relaciones entre sociedad e individuo, se ofrecen tres puntos de vista: la duración independiente de la sociedad, Ja relativa independencia de la conducta del grupo respecto de los actos e intenciones de los miembros individuales del grupo, y el peligro inherente a toda estructura social de su empeoramiento y desintegración. Como unidad para el análisis sociológico, se señala todo eí grupo, más bien que el actor individual o la interacción social. El problema de los determinantes del orden y de los cambios sociales cae fuera de las principales preocupaciones de la escuela. Ef enfoque fenomenológíco está abierto a diferentes críticas. En primer lugar, los fenómeno!ogistas pretenden que los conceptos básicos de la ciencia, incluida la sociología, deben ser formulados por la filosofía (de su escuela). Aceptar esta pretensión haría imposible un universo común de pensamiento, requisiro previo para el desarrollo de la ciencia empírica. En segundo lugar, los enunciados sociológicos de los fenomenologistas, que ellos creen resultado de "abstracción ¡deativa", con toda probabilidad se basan realmente en conocimientos previos que han acumulado mediante la observación participante de la vida social. Por último, los fenómenos que los fenomenologistas pretenden "ver'1 en la sociedad parecen estar seleccionados arbitrariamente y hasta con prejuicios. La descripción que Vierkandt hace de la actitud del individuo hacia el gnipo, por ejemplo, puede expresar con bastante exactitud el pumo de vista alemán, pero difícilmente el de los norteamericanos o los franceses. Además, la interpretación de los niveles de profundidad que hace Gurvitch es arbitraría y confunde estructuras sociales y procesos sociales. Kart Mannheim Para terminar el examen de las teorías sociológicas contemporáneas de inspiración filosófica, estudiaremos algunas de Tas opiniones de Karl Mannheim (1891-1947), profesor alemán que, después del ascenso al poder de Hitler, se estableció en Inglaterra, donde halló nueva inspiración. Las obras más conocidas de Mannheim son Libertad y planificación social (1946) e Ideología y utopia (1936), esta última considerada con razón como una de las piedras angulares de una rama especial de la sociología, la sociología del conocimiento. Más importantes para la sociología teórica general son dos colecciones póstumas de trabajos: Essays on Sociology and Social Psychology (En

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sayos sobre sociología y psicología social, 1953) y Essays on the Sociology oj Culture (Ensayos sobre sociología de la cultura, 1956). Es indudable que ía sociología de Mannheim está filosóficamente fundamentada, aunque quizás de un modo un tanto ecléctico. En la primera fase de su obra puede i>ercibirsc "una creencia metafísica, semí-reiigiosa, en la función creadora de la historia", que lucha siempre por armonizar Jas tendencias antagónicas.1' En Ja última fase concedió que uno no puc-de dejarse guiar sólo por la historia y que esa guia debe completarse con criterios tales como razón contra sinrazón, paz contra agresión, etc. Esta nueva actitud introduce manifiestamente juicios de valor y va, por lo tanto, en contra de la tendencia dominante en la sociología contemporánea. Para Mannheim, esta actitud tuvo por resultado la adopción de la idea de ía plantación social, que desarrolló breve pero brillantemente en ¡Jhertad, poder y planificación democrática (1950), gran parte de cuya obra pertenece al campo de la sociología política. En vez de estudiar las últimas manifestaciones del pensamiento de Mannheim, estudiaremos algunas de sus ideas pertenecientes al dominio de la teoría sociológica propiamente dicha. Para Mannheim la sociología es una ciencia que busca la coordinación de los estudios en los campos de las diversas ciencias sociales. Esta opinión parece volver a Spencer; pero no es así, porque Mannheim define ía sociología como teoría general de la sociedad o del proceso social total (lo que coincide con la definición de Sorokin, tal como Ja expusimos en el capítulo 1). Esa teoría no puede limitarse al estudio de los procesos de "asociación" o de coalescencia de los hombres en grupos estructurales; debe incluir también el estudio de los significados que unen o dividen a los hombres, en su relación con las estructuras sociales. Este aspecto de la investigación sociológica debe realizarlo una sociología de la mente, o sociología de ta cultura. Uno de los conceptos fundamentales que hay que usar en el estudio sociológico es el de estructura social, que, en opinión de Mannheim, es la característica que abarca más realidad. En esto el punto de vista de Mannheim se parece al de Gurvitch, pero el concepto de estructura del primero se acerca más al de sistema. Para Mannheim, el concepto estructura es aplicable a todo objeto de cierra complejidad que uno concibe como formado por elementos de menor complejidad. Una estructura puede ser estática, pero con frecuencia es dinámica, y presenta una configuración de fuerzas antagónicas que luchan por .13 Como dice Paul Kecíkemttí en *u excelente introducción ptkoJogla locUi dr Manaheím,

2

Ensayas sobra suelo-folia y

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Ja supremacía, por ejemplo, una sociedad con fuerces conflictos de clases. En sus obras anteriores suponía Mannheim que ks estructuras son por lo común intrínsecamente perseguidas como metas; en los últimos escritos reemplazó esa consecución impersonal por una pla-neación consciente. Ningún aspecto del proceso social que consista en gran medida en la construcción y modificación de estructuras, puede ser independíente de las significaciones. Las significaciones socialmente relevantes se originan en situaciones cooperativas. Pero con frecuencia surgen diferentes significaciones, y Ja gente puede captar primero una y después aceptar otra, situación que es facilitada cuando los hombres cambian fácilmente sus papeles sociales. En esas circunstancias, hace su aparición el razonamiento abstracto, y, finalmente, la meditación, sobre "k significación de las significaciones" expresa con frecuencia k lucha enrre diferentes ideales sociales. Así, debe rechazarse toda concepción de k estructura social como un principio que se despliega inexorablemente. Porque ese "despliegue" en realidad es una sucesión de preferencias limitadas en que k función catalítica de la personalidad, en especial del líder, juega a veces papel importante. Encontraremos otras opiniones mas deterministas cuando estudiemos la sociología histórica (en el capítulo 20). Como Max Weber, Mannheim propugna un estudio dual de los fenómenos sociales, pero discrepa en cuanto a la composición de la dualidad. Weber completa el análisis causal con el estudio interpretativo en el plano de la motivación. Para Mannheim el suplemento del análisis causal es el análisis funcional: lo que ha sido explicado causalmente también debe ser conocido en relación con su función en el mantenimiento del equilibrio del conjunto del sistema {esta fraseología aparece en el texto de Mannheim como para corroborar la identificación que hemos liecho de sus conceptos de estructura y de sistema). En otras palabras, el significado subjetivo que Weber asigna a la acción o al proceso es reemplazado por su. significado objetivo para el grupo o sistema en conjunto. Planteo ahora una cuestión que quizás ha tenido confundido al lector de este capítulo. ¿Cómo es posible la sociología filosófica? ¿No es k sociología el estudio de fenómenos en el plano empírico, mientras que en filosofía se busca otro plano de abstracción: el de una concepción unificadora de la realidad total? En principio, la pregunu está justificada. Pero en ocasiones los investigadores usan premisas filosóficas sólo como una especie de anda

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míaje, después de retirado el cual siguen en pie sus proposiciones válidas en el terreno empírico. Ésta fue, digámoslo de paso, la idea de Spencer concerniente a la evolución cósmica y a la analogía orgánica (véase capítulo 3 ) . Pero la proposición de Spencer que quedaba una vez retirado el andamiaje, no podia ser comprobada empíricamente, como ahora sabemos. Volviendo a los institucionalisLis con témpora neos, a los fenomeno-logistas (incluso Gurvitch, a pesar de su declaración de independencia respecto de la fenomenología) y al "solitario" Mannheim, puedo suponerse que algunas por lo menos de sus proposiciones son plausibles y fructíferas independientemente de sus premisas filosóficas. Una de las diferencias con Spencer puede advenirse en que Jos sociólogos filosofantes de nuestros días tienen a su disposición un vasto cuerpo de conocimientos acumulados durante el siglo que lia pasado desde la génesis de las ¡deas del segundo padre fundador de la sociología. En otras palabras, han "interiorizado" numerosas generalizaciones e interpretaciones teóricas incorporadas en las obras de sus predecesores. Por otra parte. Ja curiosidad filosófica de un sociólogo puede abrir perspectivas nuevas, y éstas pueden ser importantes en el plano empírico. En este capítulo hemos hecho un esfuerzo para resumir esas perspectivas.

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CAPÍTULO 20 SOCIOLOGIA HISTÓRICA El segundo cuarto del siglo xx íue un periodo de intensa actividad en el campo do la sociología histórica. Con estas últimas palabras se designan los intentos para descubrir uniformidades en el movimiento de ks sociedades, culturas o civilizaciones, y los principios que las gobiernan. Aunque la sociología comenzó su existencia como socio-logia histórica en este sentido —en la obra de Comte y en la de Vico, predecesor del siglo xvm—, la ratea fue abandonada cuando se hizo manifiesto que la teoría evolucionista no se ajustaba a los hechos. Spengler y el estudio del cambio cíclico Sin embargo, en el primer cuarto del siglo xx hizo un nuevo intento para definir la norma del desenvolvimiento histórico el alemán Oswald Spengler (I8S0-L93Ó). Su Decadencia de Occidente (1913) fue, durante varios años, quizás la obra más ampliamente discutida sobre uno de los grandes problemas de k sociología; el problema de ks uniformidades en el curso vital de ks culturas o civilizaciones. Traducida del alemán a diversos idiomas, el éxito temporal de esta ambiciosa obra se debió en gran parte a que sus sombríos pronósticos cuadraban bien con el desaliento de una generación abrumada por k catástrofe de k primera Guerra Mundial. 1 Las opiniones de Spengler, expuestas en términos más o menos adecuados para el estudio de la repría sociológica, pueden expresarse del modo siguiente: La historia de la humanidad como un todo no tiene sentido ninguno perceptible. Además, la división convencional de k historia en antigua, medieval y moderna es altamente desorien-tadora y no tiene valor interpretativo. La gran significación reside en ks historias de las culturas independientes, mientras que sus mutuas relaciones son accidentales y, relativamente, carecen de importancia. Cada cultura independiente es propiedad de un pueblo (o de un 1 L'n mamen cuidadoso revela que lu ideai de Spengler reproducen, embellecida*, 1*5 de Danilevsky Ivétít mpr*, capítulo 4)r La Kpiejanaa es ?*n sorprendente que. en Opinión de H. E. Barnej y H, Beultcr. "el paralelismo es demasiado «trecho para ser ■ítldcnttP (SocüJ TboHghi (rom Lora lo Stiimc*. 19JS. vol. II. pp. 1[>32-Hh Spengler no menciona, ni cila nunca a Danilevsky; pero pudo haber leído su chía en la traducción abreviada franeéis, o quiaAi ramhión en rulo. En rodo caso, un ■. . : :: rula informó a Sorokin que había visto el libro de Danilevsky en la biblioteca de Spengler en 192L (Viaje Tb* Social Phüosopbirs af » Agt of Criiis. por P. A. Sorokin. Boston, Beatón Press, 195Ü, p. 349.)

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grupo de pueblos) que participa en una Weltanschttttung (filosofía de la vida) común. Insiste Spengler en que cada cultura tiene su propio estilo o ethos, irreductible al estilo de cualquiera otra cultura (lo cual significa que los hombres pertenecientes a diferentes culturas no pueden en realidad encenderse entre sí). Pero Spengler sólo caracteriza los estilos de unas pocas culturas, y eso de un modo sumamente impresionista. Por ejemplo, el símbolo de la cultura clásica es la estatua desnuda, el de la árabe (magos, cristianismo primitivo) es la basílica, y el de la fáustíca (occidental) es la música instrumental y el cálculo. La cultura misma es concebida como un organismo. Su desenvolvimiento obedece más al "destino" que a la causalidad. Las culturas pasan por las mismas etapas de desarrollo y decadencia que los indi' viduos; cada una de ellas tiene su infancia, su juventud, su madurez y su vejez propias. Esta imagen de las cuatro edades la sustituye a veces Spengler por la de las cuarto esraciones: primavera, verano, Otoño e invierno. También imagina un preludio y un epílogo del cido vital de las culturas. Así, antes del despertar, o iniciación de la primavera, los pueblos viven en una fase precultural; en realidad, la mayor parce de los pueblos no salen nunca de esa fase. Pero una vez iniciada Ja cuirura, se siguen ordenadamente las cuatro etapas. La última de tales etapas, el invierno, se convierte imperceptiblemente en una "civilización" moribunda. En el vocabulario de Spengler la palabra "civilización" rienc un sentido peyorativo. La civilización es el epílogo de coda cultura: la muerte que sigue a la vida, la rigidez que sucede a la capacidad intelectual creadora. El extenso estudio de Spengler se limita en gran parte a ocho culturas; La egipcia, la mesopotámica, Ja hindú, Ja china, la clásica (o apolínea), la árabe (o de los magos), la maya y la occidental (o fáustíca). 2 (También tiene en cuenta una novena cultura: la nádente cultura rusa, pero no hace de ella un estudio completo.) Según Spengler, cada cultura posee un tiempo de vida de unos mil años aproximadamente. Para ajustar los hechos a este aspecto de su concepción, organicista de la cultura, Spengler trata Tas culturas de un modo muy artificial. La cultura árabe o de los magos, por ejemplo, comienza, según él, en los tiempos del cristianismo primitivo, continúa en Bizancio y llega a su término con el califato árabe, con lo cual t LMJ categorías apolínea y fausiica de SpeogW ron empleada* pui Ruth Bencdict paca disentir ti Bfbot de diferentes tipos de culturas iletradas «i su conocida obra Paiitrnt of CuJinra (Pairiiaei cuituralti), Boston, Houghron Mifíim Co., 1934,

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priva a la cultura occidental de toda continuidad respecto del crís-tianismo primitivo. Sólo una de esas culturas, la maya (en su fase mexicana), fue destruida por fuerzas exteriores. Las demás murieron o están moribundas de la senilidad de la civilización urbana. Sostiene Spengler que la cultura clásica no fue destruida, por las invasiones germánicas, ya que en aquel tiempo hacia siglos que había muerto ia civilización greco-romana. La cultura occidental —dice—- nació hacia el año 900 d. C> y por lo tanto su cido debe cerrarse ya. De ahí el título de la obra: Dx decadencia de Occidente, y la sensación que causó. La popularidad del libro de Spengler alcanzó su punto máximo entre 1920 y 1930. Desde entonces, los sociólogos, los antropólogos culturales y los historiadores, basándose en los conocimientos sociológicos acumulados, han hecho nuevos intentos para formular teorías en gran escala de las fluctuaciones de las culturas o civilizaciones. Dos de esos intentos han despertado universal atención, ios de Toynbee y de Sorokin, aunque también se han publicado otros trabajos un tanto análogos. Merece observarse que las dos obras más importantes en este campo han aparecido cas: simultáneamente. 111 historiador Arnoid Toynbee (n. 1889) publicó seis volúmenes de su Estudio de la Historia, en 1934-39; en 1954 publicó cuatro volúmenes más. Dinámica social y cultural, en cuatro volúmenes, del sociólogo norteamericano Sorokin, apareció en 1937-41. Sorokin ha estudiado críticamente con frecuencia k obra de Toynbee; pero Toynbee parece haber ignorado las teorías de Sorokin. Arnoid Toynbee La sociología histórica de Toynbee es un intento de descubrir uniformidades en el desarrollo y decadencia de las civilizaciones y de exponer los principios de esa norma dinámica. Basa sus conclusiones en el estudio de veintiún civilizaciones que supone que han recorrido su ciclo histórico natural completo, o casi completo, más otras cinco "detenidas" y otras varias "abortadas". Las civilizaciones plenamente desarrolladas son k occidental, dos ortodoxas cristianas, k irania, k árabe, la hindú, dos del Lejano Oriente, k helénica, la siriaca, la índica, ía sínica o china, la mínoíca, k sumeria, la hirita o hetea, la babilónica, k andina, la mexicana, lé yucateca, la maya y la egipcia. Las cinco civilizaciones "detenidas" son la polinesia, k esquimal, la nómada, la otomana y la espartana.

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Toynbee considera la civilización, que es su unidad de estudio, ramo un campo inteligible y esencial de estudio histórico. Parecido al de "cultura" en Danilevsky y Spengler, el concepto "civilización" se refiere a cierto número de pueblos que poseen numerosas características comunes. Las civilizaciones pueden ser "originales", habiendo brotado espontáneamente de un nivel precivilizado, o "afiliadas", cuando han sido estimuladas por civilizaciones ya existentes. Concluye Toynbee que han surgido y florecido cuatro o cinco civilizaciones origínales: Ja egipcia, ia sumeria, la china, la maya y quizás la indita. Todas las demás han sido afiliadas a civiljzacíones anteriores. El concepto de civilizaciones "afiliadas" separa la opinión de Toynbee de la teoría de D.inílevsky y más aún de la de Spengler. Algunas de las cívilizíiciones —dice Toynbee— se distinguen por un estilo definido: estético en el caso de la helénica, técnica en la occidental, religioso en ia rusa; pero, como en la obra de Spengler, no está desarrollado el concepto de estilo. La solución de Toynbee a la cuestión de la uniformidad en el movimiento de la cultura es análoga, en general, a las de sus dos predecesores. En cierto momento y en cierto Jugar —dice—- nace una civilización. En determinadas circunstancias (cuyo carácter se describe más abajo) la civilización se desarrolla, si no es detenida o no pertenece a uno de los tipos abortivos, como ia espartana o la polinesia. Finalmente, ese desarrollo trae consigo un "colapso" o paralización seguido de la decadencia. A diferencia de Spengler, Toynbee no emplea las imágenes poéticas de las cuatro estaciones o de las cuatro edades del hombre para describir ese ciclo. Pera Toynbee se une a Spengler en creer que d curso de cada civilización (con las excepciones mencionadas) es uniforme, que pasa por predeterminadas etapas y que desaparece. A diferencia de Spengler, no atribuye una duración definida a la vida de las civilizaciones. El estudio del origen y desarrollo de las civilizaciones es la parte más brillante de la obra de Toynbee. Una de sus tesis principales es que los procesos del origen y el desarrollo están dominados por la pauta reto-respuesta. El reto puede proceder de fuerzas naturales, como un clima duro, o de los hombres, en especial de vecinos belicosos. Nace y se desarrolla una civilización si, por una parte, el reto no es demasiado riguroso, y si, por otra parte, existe una minoría inteligente que halla respuesta adecuada al reto.3 Esta opinión repre3 InrcrLíjruc aplicación ¿r nía idea a America « La cífilicatión dt Tayubee si Dacimíemii de la Nueva Inflare r ra; su* colonizadores, enfrcniadiij con lo$ re ros de un

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sema un importante progreso sobre k teoría del destino sustentada por Spengler como explicación del origen de las civilizaciones. Las civilizaciones en desarrollo, según Toynbee, presentan características definidas. Cada una de ellas contiene una minoría creadora, a la que sigue la mayoría del pueblo. Este último se compone de un "proletariado interno" de k misma sociedad, y de un "proletariado externovecinos bárbaros influidos por Ja civilización creciente. Cada civilización en desarrollo se extiende como un todo, más en términos cualitativos que numéricos; el gran tamaño no es de ningún modo síntoma de civilización en desarrollo. El proceso de desarrollo abarca los importantes rasgos de integración progresiva y autodeterminación de la civilización, y su diferenciación de las otras mediante la adquisición de un estilo único. Pero el desarrollo de la civilización es interrumpido por el colapso o la paralización, que sobreviene cuando la minoría no encuentra respuesta adecuada a un reto grave. Es éste un hecho inexorable: en ningún caso histórico ha encontrado la minoría creadora respuestas apropiadas a todos los retos a que lia tenido que hacer frente su civilización. Por lo general, el colapso tiene lugar sólo pocos siglos después del nacimiento de una civilización. Así, la mayor parte de la historia comprende civilizaciones decadentes. A! colapso o paralización —continúa Toynbee— siguen la desintegración y la disolución. La decadencia y la muerte se producen como una "necesidad interna", mediante el funcionamiento de las fuerzas internas de k civilización misma, como, por ejemplo, las disensiones entre la élite o minoría y el proletariado, y no por k acción de enemigos ni por decadencia de la técnica, ni por ninguna necesidad cósmica. Durante el período de desintegración la cultura ya no se desarrolla como un todo o conjunto, sino por partes sueltas, produciendo, por ejemplo, manifestaciones artísticas, religiosas o económicas. La minoría, incapaz ya de respuestas adecuadas y perdiendo su facultad creadora, se convierte en una minoría gobernante que se impone por Ja fuerza. Crece el tamaño de las unidades políticas, por ejemplo, se forman imperios, proceso que Toynbee cree más bien perjudicial para el bienestar de k civilización. Y ias guerras son frecuentes entonces, Pero el proletariado interno se escinde de k minoría y se le opone; los proletariados externos pueden atacar a Ja clima bawsQre riguroso, la limitación Je recurso* y U despoblación de la tietta, pero contando con una minoría ¡nrdigecK, produjeron una civilización que al final llegó a dominar iodo un continente.

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civilización decadente» cosa que Gumplowicz se ñaló mucho antes, como vimos en el capítulo 5. Después de un "período de disturbios", que puede ser prolongado, la minoría gobernante crea un "Estado universal", universal en el sencido de dominar todo el campo de la civilización particular; al mismo tiempo, el proletariado puede crear una "iglesia universal". Vemos aquí cómo emplea Toynbee la historia clásica (su especialidad profesional), representando el imperio político romano un Estado universal y el cristianismo naciente una iglesia universal. En ia etapa final dd cíelo de Ja civilización aparecen cuatro tipos de personalidad: la arcaica, que busca la salvación en el retomo al pasado (el "salvador con la maquina de tiempo"); la futurista, que se manifiesta como el "salvador con la espada"; la estoica indiferente, y el salvador religioso. En esta etapa, la única posibilidad de salvación reside en la transfiguración, a base de la religión. Una orientación religiosa generalizada uo salva a la civilización decadente, pero puede preparar el camino para la aparición de un nuevo modo de vida que tenga buen éxito, afiliado a la misma civilización predestinada. Son ampliamente reconocidas la brillantez y erudición, así como la cualidad sugestiva, de la obra de Toynbee. Pero ese ambicioso sistema interpretativo plantea algunas cuestiones fundamentales. En primer lugar, ¿qué es una cultura o una civilización? Toynbee no proporciona criterios objetivos para este concepto básico que constituye su misma unidad de estudio. ¿Por qué, por ejemplo, se considera que Rusia constituye una civilización exclusivamente suya? ¿No es arbitrario creer que Esparta ha producido una civilización independiente, e interpretar la historia de Roma en su totalidad casi sólo como una parte de la fase decadente de Ja civilización helénica? ¿La "nómada" es realmente una civilización, o, como se pretende a veces, simplemente un grupo nominal? Los críticos de Toynbee, tanto sociólogos como historiadores, han formulado muchas preguntas tic este orden. Un segundo tipo de cuestiones se refiere a su concepto del colapso o parálisis de la civilización y al periodo subsiguiente de decadencia y muerte. ¿Cómo podemos estar seguros de cuáles fueron los "momentos" de colapso al mirar el pasado? Y después de un colapso, ¿por qué es una civilización forzosamente incapaz de reanudar su movimiento ascendente? Difícilmente puede considerarse como una virtud de su teoría general el que Toynbee encuentre necesario catalogar dos civilizaciones chinas diferentes y otras dos civilizaciones hindúes diferentes para explicar el hecho indudable de florecimientos sucesivos.

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Por último, las uniformidades que halla Toynbee en el desarrollo de las civilizaciones son "justificadas" en gran parte con ejemplos sacados de la historia griega y de la occidental. Sus amplias generalizaciones probablemente no hubieran podido ser derivadas de la historia egipcia o de la china; en realidad, Toynbee sólo presenta afirmaciones sueltas acerca de la mayor parre de las civilizaciones, que ni confirman ni refutan su teoría (en el caso de la civilización árabe, reconoce que se aparra de la norma general). Es manifiesro que la teoría de Toynbee rio ha nacido (ni ha sido sometida a prueba) por estudio inductivo, tino que es en esencia producto de ideas obtenidas en la investigación de las civilizaciones griega y occidental. Podemos concluir que esa teoría fue sobrepuesta arbitrariamente a la historia de otras civilizaciones. Estas críticas convienen en cierto grado a ia mayor parte de los intentos para formular una teoría general y amplia de los cambios sociales. La inmensidad misma de la tarea disuade a muchos investigadores de emprenderla. Es gloria perdurable de Toynbee el haber realizado un serio esfuerzo para registrar los principios que rigen los cambios culturales. Lo mismo puede decirse de Sorokin, el otro gran sociólogo histórico. Dinámica cultural de Sorokin La dinámica cultural de Sorokin se basa en su teoría analítica, que hemos estudiado en el capítulo 18. Coincide con ios historiadores en que hay aspectos de Jos cambios sociales no recurrentes y únicos. Pero los procesos sociales no están rejidos de materiales absolutamente únicos, sino que presentan elementos recurrentes y repetidos, que deben ser aislados y estudiados por la sociología. Según Sorokin, la tendencia general del cambio social es el avance en línea recta hasta determinado límite; cuando casi se ha llegado a ese límite, tiene lugar ía inversión de la tendencia lineal (o, en algunos casos, el estancamiento cultural). El movimiento invertido avanza hacia otro límite, y de nuevo está sujeto a la inversión. Asf, la pauta de] cambio es una fluctuación entre las culturas que Sorokin flama idcatsva y sensible, señalada por oscilaciones en una dirección a través del tipo mixto de cultura y en la otra a través del tipo idealista. Sorokin hace ver cómo esa pauta caracteriza el conjunto de la historia de Ja cultura occidental, la cual, según este autor, puede seguirse hasta los tiempos de la antigua Grecia. La cultura griega es descrita como ideativa desde el siglo Vin hasta fines del VJI a. c.; porque

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durante el siglo y medio siguientes, incluso la Edad de Oro de Atenas, fue idealista. Desde k última parte del siglo IY a. c., hasta el siglo iv d. C, época, en que nació y floreció el imperio romano, la cal-tura fue evidente. A los dos siglos siguientes de cultura mixta los sucedió un largo periodo de cultura ideativa. Desde fines del siglo xn hasta principios del xiv la cultura fue idealista; ésta es la época de las catedrales góticas, de Dante y de Santo Tomás de Aquino. A partir de fines del siglo xiv la cultura se hizo cada vez más sensible, hasta llegar a Ja culminación en los últimos decenios. Hoy pueden percibirse algunos síntomas de un cambio inminente en dirección de] polo idea ú vo. Sorokin completa esta descripción, basada en laboriosos estudios realizados con ayuda de veinte colaboradores, con breves excursiones por k historia egipcia, china e hindú. Pero estos últimos materiales no tienen ningún valor fundamental en k teoría de Sorokin, y sólo sirven de base a algunas afirmaciones cautelosas. Finalmente, supone Sorokin que la polaridad entre lo ideativo y lo sensible se remonta también a k cultura primitiva. El resorte motor de] tipo de cambio que dejamos descrito —dice Sorokin— está localizado en el mismo sistema de cultura; está en k naturaleza de k cultura, el cambiar, porque el cambio es la ley de toda vida. No quiere esto decir que el cambio de k cultura no sea afectado por factores externos, como el clima y el suelo, pero éstos juegan un papel secundario. El cambio inmanente es una especie de destino o de carrera vital de rodo sistema sociocultural; es un despliegue de las potencialidades inmanentes del sistema. Aunque k principal dirección y las fases principales de este proceso de despliegue están predeterminadas por las fuerzas internas del sistema, aún queda un margen considerable para la variación. Como hemos visco, Sorokin declara que el movimiento histórico en una sola dirección se acerca al limite que alcanzaría si k cultura se hiciera perfectamente ideatíva o perfectamente sensible. Pero esta situación extrema no se produce nunca; todo supersistema cultural csrá incompletamente unificado. Cuando el desenvolvimiento cultural se acerca al límite teórico, k tendencia se invierte (aunque es una posibilidad el estancamiento cultural). Pero la cultura como tal no mucre nunca; algunas partes de ella quizás sean rechazadas, pero otras son absorbidas por diferentes culturas y sobreviven. En esto se muestra Sorokin mucho más optimista que Spengler y que Toynbee. La teoría de Sorokin relativa a la dinámica cultural, de k cual

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sólo hemos presentado un breve esbozo, se presta a diversas críticas. En primer Sirgar, dicha teoría parece simplificar en exceso los hechos que han de explicarse. Por ejemplo, la Edad de Oro de Grecia y la época de Dante probablemente fueron idealistas; pero se diferenciaron en muchos aspectos. En rales casos, debieran tenerse en cuenta elementos adicionales y de contraste, de suerte que puedan determinarse situaciones culturales concretas por la coincidencia de aspectos específicos en procesos diferentes. Sorokin no ignora esto, pero cuando expone sus ideas lo mantiene siempre tras el telón. En segundo lugar, la distinción entre elementos culturales que cambian o fluctúan conjunta o ínterdependientementc y elementos que no lo hacen así, es el criterio de Sorokin para reconocer los "sistemas" sociocul rurales. Cuando atribuye la propiedad de fluauar interde-pendientemente a los elementos de esos sistemas, Sorokin razona, por lo menos en parte, dentro de un círculo vicioso. En tercer lugar, la elección del concepto cultural de verdad, definido en términos sensibles, íde-ativos o idealistas (según dijimos en el capítulo 18), como determinante básico del desenvolvimiento socio-cultural, no es muy convincente. Puede argúirse que es posible volver a escribir la obra de Sorokin tomando elementos contrapuestos como determinantes fundamentales del desarrollo cultural y Llegar casi a los mismos resultados. Chapín y Kroeber En Cultural Change (Cambio cultural, 192S),* F. Stuart Chapia señala que Ja primera obligación de los sociólogos es poseer un conocimiento profundo de ia "principal corriente de cultura" que marca la historia humana desde la Edad de Piedra hasta la presente Edad de la Máquina. Pero no es una corriente única, sino que más bien consiste en varias corrientes independientes que corresponden a "culturas de grupo" en que pueden distinguirse ciclos de desarrollo y decadencia nacionales. Cada cicio, en definitiva, debe ser entendido como producto de un complejo de fuerzas constituido por los aspectos particulares de la cultura, tales como el económico, el político, el religioso y el intelectual. Estos componentes particulares de la cultura se caracterizan a su vez por un ciclo de desarrollo y decadencia. Cuando los ciclos de diferentes formas culturales son cronológicamente correla4 La* ipoitacioíiH de Chipio * capEfulo 15.

U SUCÍOLCBÍ*

oeo-positÍT¡s» han lido ntutíiadu más urtíEin.

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tivos o coincidentes, cuando se desarrollan juncos y alcanzan un aleo grado do desarrollo al mismo tiempo, el resultado es una época de madurez de la nación o grupo. Después de exponer este concepto de la maduración cultural. Chapín concluye que es imposible determinar los rasgos culturales particulares n¡ el número de formas sociales componentes del complejo toral que se necesitan para producit el florecimiento de una cultura nacional. No obstante, aplica su teoría a algunos casos concretos, por ejemplo, al progreso de la civilización griega, a la lucha de clases y a los problemas agrarios en Roma, a ciertos cambios en la cultura material inglesa en la Edad Media, así como a algunos aspectos de la civilización occidental de nuestros días. Pero, por falta de suficientes pruebas, la teoría de Chapín sigue siendo una brillante conjetura. En 1944 publicó Alfred L. Kroeber (n. 1876), eminente antropólogo, Configuratíons o f Culture Grouth, investigación de la. manera como cambian Las culturas de elevado nivel. Se basa esta obra en un laborioso estudio del desarrollo y la decadencia de aspectos culturales particulares dentro de cierto número de culturas y, adicional mente, dentro de naciones que lian participado en esas culturas. Pero las conclusiones de Kroeber no dan apoyo a una teoría general de los cambios culturales. Sostiene que no existen "leyes" de acuerdo con las cuales pueda predecirse el desarrollo (o la decadencia) de una cultura. En oposición con las teorías Je Spengler y de Toynbee, Kroeber declara que una misma cultura puede florecer muchas veces. No encuentra una correlación estricta entre el desarrollo de diferentes aspecros de una cultura, aunque sostiene que pueden determinarse periodos de un alto nivel de capacidad creadora cultural en los que muestran un maduro desarrollo al mismo tiempo diversas ramas culturales. Kroeber arguye que no puede atribuirse la determinación del desarrollo o de la decadencia culturales a ningún factor específico único ni a ninguna serie de factores, salvo, quizás, la tendencia general de los movimientos a agotarse por si mismos. 4

Alfred Weber De los estudios sobre sociología histórica escritos en otros idiomas que el inglés, quizás los más importantes son los de Alfred Weber, hermano de Max. Su obra más importante de sociología histórica es La historia de la cultura como sociología de ta cultura (1935). Las ideas funda mentales contenidas en este volumen (y en publicaciones sueltas anteriores) pueden resumirse en los siguientes términos:

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La vida es fundamenta Imente histórica. EL carácter dinámico de Ía historia depende del apremio inmanente para dar existencia a una forma espiritual, apremio que Weber llama "voluntad cultural". Ésta ha de considerarse como un hecho que el sociólogo debe admitir. (La sociología, para Weber, es una ciencia cultural, no una ciencia natural.) El sociólogo cultural se encuentra ante esta pregunta: ¿Cuál es nuestro lugar en la corriente de la historia? Su respuesta será sociológica si es capaz de captar el proceso histórico en su totalidad. Según Weber, puede conseguirse ese resultado si se divide el complejo total de la historia en tres procesos fundamentales: el social, el civilizacional y el cultural. Cada uno do estos procesos sigue diferentes leyes de desarrollo y movimiento, pero, no obstante, están estrechamente relacionados entre sí. El proceso social se manifiesta en el despliegue de acontecimientos concretos que tienen lugar en las sociedades. Es propulsado por las fuerzas humanas de ímpetu y voluntad, aunque en parte está limitado y determinado por condiciones físicas. Tiene por resultado la formación de fa organización social de familias, tribus y naciones, y sus luchas. Aunque el proceso social consiste en acontecimientos específicos y distintos, dentro de éstos pueden descubrirse pautas generales típicas de forma y desarrollo. Esta última tarea se simplifica usando el principio del tipo ideal: Alfred Weber tiene en gran estimación las teorías de su hermano Max. La civilización consiste en el arsenal de armas del hombre en su lucha por la existencia mental y material; el proceso civilización al equivale al dominio y explotación de la naturaleza. Se manifiesta especialmente en eí desarrollo de Ja tecnología y de las ciencias naturales. Está dominado por finalidades deliberadas, por la racionalidad y por consideraciones utilitarias. Como los productos de la civilización son transferibles y acumulativos, el proceso civilizacional es unilineal y progresivo. Por otra parte, en opinión de Weber, el proceso civilizacional es irreversible y últimamente conducirá a una civilización unificada. Pero la cultura CS cosa diferente, diametral mente opuesta en muchos aspectos a la civilización. El proceso cultural se caracteriza por la capacidad creadora. Los productos culturales son exclusivos y únicos, y por lo tanto no fácilmente transferibles de un periodo histórico a otro. Funda menta 1 mente, la cultura es una síntesis del mundo y de la personalidad individual. Se expresa en el arte, en Ja religión y en la filosofía, campos de auténtica capacidad creadora. En estas esferas

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no hay normas predeterminadas, ní criterios unívetsalmente válidos y necesarios (como en la tecnología de la civilización), ni leyes aplicables de manera general al desarrollo ni a la decadencia/ Pero en la esfera de la cultura pueden observarse dos periodos de productividad y de inercia, así como "edades" y conflictos culturales diferentes. Sin embargo, los procesos social y civilizacional se entretejen invariablemente con movimientos culturales e influyen en ellos; en realidad, la capacidad creadora y Ja espontaneidad de estos últimos se caracterizan por el hecho ¡le que el hombre se da cuenta de su lugar en la ordenación social y civilizacional de las cosas y por sus diferentes esfuerzos individualizados para modificar y dirigir d proceso social. Los tipos culturales de organizaciones históricas y sociales específicas se fijan muy pronto en su historia. Esto crea una unidad de estilo cultural que informa k religión, la. filosofía y el arte, y que a su vez contribuye a moldear a los hombres y las sociedades. En una obra posterior, Principios de sociología histórica y cultural (1951), Weber ha elaborado y elucidado esas opiniones. Desarrolla también el tema de que la cultura se desenvuelve de acuerdo con una pauta de ondas recurrentes. Esta concepción se parece algo a la teoría de la dinámica cultural de Sorokin, aunque, en el uso que Weber hace de ella, la palabra cultura designa una dase de fenómenos mucho más restringida que en el de Sorokin. El proceso cultural —prosigue Weber— es sólo indirectamente afectado por los otros dos procesos fundamentales, o sea el social y el civilizacional. Los productos de estos dos procesos proveen al hombre en cuanto creador de cultura de materiales nuevos que pueden y deben ser "dominados" (bewáltsgt) espiritual mente.

Resumen y comentario Las opiniones de los sociólogos históricos de nuestros días parecen divergir ampliamente. Sin embargo, pueden concillarse en gran medida sus principales concepciones. E r.i distinción de Alfred Weber entre y tttlturj, expund por primen Tfi er no articulo publicado til I9Í0. está «irechamcnie emparentada con It de MacTver p SILH discípulos. Según dijimos cu ei capítulo- 18. Maclver. como Weber. identifica eiviliuriim y aetivjd.i !■ ■ jnsrnjiiicnnilcs del hombre, en «pedal la tecnología; pero su concepta de la cultura es más amplia que el de Weber, puc* comprendí iodos bu productes y procero* humanen que el hombre Jan de un valor de fin. También, como Weber. M i I-. ■ - ■ ■■ . «ra d ruine ion conccpmal en el análisis; de lu afinidades entre éire j las obras d? Weber. véase Sntiaty: fniradadb£if>rio)r de R. M. Maclver y C. H. Page, Mueva Yoifc. Hinchan and Co.. 1949, capírulus XX[ y XXII. La (corla de Maclver volvemos a «miliaria en el capiculo siguiente.

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La proposición fundamental puedo tomarse de la teoría de Alfred Weber. Es el teorema según el cual el desarrollo de la "cultura" (tal como suele concebírsele) en sn totalidad está dirigido por más de ua tipo de uniformidad de principio. Weber (y Maclver entre orros cuyas opiniones no han sido tratadas en este capítulo) sostiene que, en lo relativo at dominio del hombre sobre la naturaleza, especialmente en tecnología y en las ciencias sobre las cuales se basa la tecnología, la principal uniformidad es la acumulación. El proceso acumulativo "civilizacional" (para usar la palabra de Weber y de Maclver) es, no obstante, interrumpido accidentalmente por retrocesos y por catástrofes humanas, y su curso modificado por el contacto y la difusión culturales. Este principio del desarrollo acumulativo representa una versión parcial y limitada del evolucionismo (véase capítulo 21). Los aspectos más específicamente creadores de la actividad humana, como la religión, la filosofía, las humanidades y las bellas artes (Ja "cultura" de Weber), así como la organización política y económica, no revelan, según la opinión común de los sociólogos históricos, una evolución unilineal hacía el progreso, ni es aplicable en esos campos la pauta de desarrollo-colapso-decadenria ral como la formularon Spengler y más tarde Toynbee. Pero pueden observarse diferencias entre periodos de florecimiento y de colapso cultural, entre la eficacia y la ineficacia económicas. La pauta general del cambio en esos casos es quizás la que formularon Chapín y Kroeber: curvas de actividad semi-independ[entes en diferentes campos sociales y culturales, que pueden ser o no ser sincrónicas, peto que sugieren, durante los periodos de alto desarrollo, un florecimiento interdependíente de la cultura en general. Pero aún hay que determinar las condiciones en que se inician las tendencias del desarrollo de los diferentes aspectos de la cultura y en que llegan a sincronizarse. En la obra de Toynbee se manifiesta una penetración considerable en estos problemas. Por Otra parte, Sorokin ha abierto un nuevo campo al llamar la atención hacia el punto de vista cualitativo en sociología histórica y al formular una teoría de oscilación de ondas entre los estilos culturales más importantes. Su teoría necesita ser refinada y5 como todas las teorías científicas, está sujeta a correcciones. Pero los objetivos de su dinámica cultural y la estructura de referencia de sus investigaciones son una desviación importante de los de Danilevsky, Spengler y Toynbee. Si las conjeturas de esos autores son corfectas, puede surgir una teoría del desarrollo social y cultural que permita el análisis de toda

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configuración sociocultural concreta situándola en un esquema tridimensional que comprende, primero, la evolución tecnológica; segundo, el movimiento cíclico en las actividades creadoras y en la organización política y económica; y tercero, la oscilación de ondas de los grandes estilos culturales. Quizás se descubra que el segundo de esos procesos es un racimo de procesos relacionados entre sí. Lo más probable es que se halle una interdependencia entre los diferentes procesos. Sorokin ya ha hecho ver que con toda probabilidad fases diferentes en la fluctuación dd estilo de cultura determinan la intensidad de la actividad creadora en campos específicos del esfuerzo humano. Desgraciadamente, son hoy relativamente pocos los aurores que trabajan siguiendo los lincamientos indicados por la investigación de los sociólogos históricos, cosa especialmente lamentable en un mundo tan dinámico como el nuestro. Indudablemente, la sociología, y también la sociedad, necesitan, una teoría general empíricamente comprobada de los cambios sociales y culturales, teoría que se relaciona —y la completa— con una teoría general de la estructura y la organización sociocul cúrales.

CAPÍTULO 21 SUPERVIVENCIAS Y RENACIMIENTOS La constelación de escuelas estudiadas en los capítulos que preceden no agota la complejidad de la sociología de mediados del siglo. Quedan por examinar ciertas tendencias, para que el cuadro sea más completo. Neo-evoi adonis mo El evolucionismo social en su forma clásica está muerto: nadie sustenta hoy la teoría de que la sociedad humana se desenvuelve uní-Encálmente hacia el progreso siguiendo etapas preestablecidas. Aunque en un tiempo estuvo de moda rechazar la idea evolucionista en su totalidad, siempre ha habido sociólogos y antropólogos culturales que propugnaron un evolucionismo moderado. En la actualidad su influencia va aumentando. Entre- los sociólogos, Charles A. Elhvood (1873-1946), cuyas opiniones sociológicas generales se parecen mucho a las de Cooley/ continuó hasta muy entrado el segundo cuarto de nuestro siglo la tradición del evolucionismo psicológico (véase capítulo 6 ) , modificada pata responder a las objeciones formuladas contra esa teoría y enriquecida por la incorporación del concepto de cultura. En su Cultural Prolusión (Evolución cultural, 1937), sostiene EUwood que la teoría de la cultura debiera ser una explicación psicosociológica de la cultura atendiendo a características distintivamente humanas. La evolución cultural —dice— procede por invención, la cual, ya sea material o social, es imposible sin la formación de normas mentales o conceptos. De ahí se sigue, según Ellwood, que las etapas por las cuales pasa la cultura son necesariamente equivalentes a etapas del proceso de aprendizaje. En oposición con las enseñanzas de los primeros evolucionistas, reconoce la ausencia de una línea típica única de evolución cultural, pero supone la existencia de etapas inevitables de aprendizaje. Así, el hombre primitivo no sólo era analfabeto, sino que aún no había descubierto el arte del cultivo; en la etapa siguiente todavía era analfabeto, pero ya había descubierto dicho arte; en la etapa más reciente ya conocía la escritura. Al mismo tiempo, sostiene Ellwood que la evolución cultural es i Espctialmínfe ?n Südolog-/ in Su Piycholagiad Aspeen (La sociología en sur aspeólos piieoídgicoi, 1912).

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un producto de la evolución social, la cual es a su vez un aspecto particular de Ja evolución universal. Identifica el nacimiento de la cultura con una "mutación" en la evolución social, proceso que existe entre animales no humanos. Estos enunciados son un tanto consonantes con la teoría de la evolución cósmica sustentada por Spencer2 Mucho más limitado es ei ingrediente evolucionista en la teoría sociológica de Maclver, cuyas ideas sobre estructura y causalidad sociales hemos esbozado en el capítulo 18. En su Society (Sociedad, 1931)/ Maclver renueva la teoría de la diferenciación, de Spencer, pero librándola de las referencias a leyes cósmicas, al paralelismo con Ja evolución orgánica y al progreso inevitable, frecuentes en el re fundador. Según Maclver, la evolución es el despliegue de la naturaleza de una cosa, proceso en el cual se adapta mejor al medio; pero no es progreso inevitablemente, el cual es la aproximación de la realidad a un ideal humano. Cada una de estas dos cosas pertenece a diferentes categorías de ideas: la evolución a la ciencia, y el progreso a las humanidades, esfera de los ideales humanos. Existe evolución social, afirma Maclver, siempre que 3a historia de la sociedad se señala por una creciente especializaron de órganos o unidades dentro del sistema para servir a la vida del conjunto. De esta suerte, la evolución social es esencialmente diferenciación, proceso que se manifiesta en una mayor división del trabajo, en el aumento del número y variedad de asociaciones e instituciones funcionales y en Ja diversidad y refinamiento mayores de los instrumentos de comunicación social. La línea general de la evolución social ha avanzado desde la sociedad primitiva, caracterizada por Ía fusión de usos políticos, económicos, religiosos y culturales, a través de instituciones públicas diferenciadas (en el lenguaje de Maclver las instituciones son los modos de proceder consagrados), hasta asociaciones diferenciadas, tales como el Estado, la corporación económica, la familia, la escuela y la Iglesia. La diferenciación de "grandes asociaciones" de la vida política, económica y "cultural", ha ido acompañada de una gran diferenciación dentro de sus respectivas estructuras. Pero Maclver niega que la evolución abarque la totalidad de los cambios sociales. Distingue entre civilización, que es ,Hel mecanismo completo. . . que el hombre ha inventado en su esfuerzo para domjí En Anuí ¡vjsrctinrcs pubiká Ellwood touchoi articulen en que modificó m posición, conviniendo en límbdu* M CH*fWfttit* diicimiv* de LA cultora. Véue, por ejemplo, "Culture and Human "Li cultora y 1A sociedad humana"} ta Social F'títs, mi. 23 11944). pp. 6 tí. S Tercera edición, en tul..:., ■, cun Guríes H . Ptgc (1949).

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nar las circunstancias de su vida", y comprende la organización social, las técnicas y los instrumentos materiales, y cultura cu cuanto "expresión, de la naturaleza [del hombre] en [sus] modos de vivir y de pensar, en... las relaciones cotidianas, en la literatura, la religión, los recreos y placeres"/ Sólo la civilización esta sometida a evolución. Según Maclver, la cultura "únicamente puede avanzar si [la expresión delj espíritu humano es capaz de esfuerzos más finos, si tiene algo más que expresar. Li civilización es el vehículo de la cultura: su mejoramiento no es garantía de una calidad más fina de lo que transporta"/ Como advertimos en d capitulo 20, esta distinción entre civilización y cultura se aproxima a la de Alfred Weber. Maclver reconoce Ja analogía de sus ideas con las expresadas por Weber en uno de sus primeros artículos, publicado antes de aparecer Sociedad: pero redama "independencia de invención" respecto de su Modem Slale (El Estado moderno) donde la distinción fue desarrollada antes de que el auror conociera el trabajo de Weber. La distinción de Maclver entre cultura y civilización (o tecnología, palabra que parece preferir en sus publicaciones recientes) destaca ia cualidad terminal o el valor de fin de los productos culturales y el contrastante carácter instrumental de los fenómenos civilizacbnales. Emplea esta distinción de medios-fines al tratar de los tipos de grupos sociales y al estudiar la difusión de los productos humanos y los cambios sociales consiguientes, así como en su análisis de la evolución social. Un evolucionismo limitado se halla también presente en El grupo humano (1950), de George C Homans. Este libro, aunque es en gran parte un análisis detallado de los sistemas sociales de grupos pequeños, muesEra que la sociedad no sólo sobrevive, sino que al sobrevivir crea condiciones nuevas que le permiten existir en un nivel más elevado. ¿No es este superávit emergente —pregunta Homans— el secreto de la capacidad de evolucionar tan característica de la vida orgánica? Entre los antropólogos culturales, Malinowski, aunque figura muy destacada de la escuela funcional (véase capítulo 18), ha apoyado vigorosamente un evolucionismo moderado. Los supuestos principales del evolucionismo —dice— no son sólo válidos, sino indispensables, para el etnólogo. Y también sigue siendo útil el concepto de etapas. "Ciertas formas preceden de finid amenté a otras; un ambiente tecno4 De la edición en inglés de Sociedad, Nueva. York, Ray Lona atiJ Richard Smirh Coru. M9J1), p. 226. fi íW, p. 22S.

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lógico como d que expresan las frases 'Edad de Piedra', 'Edad de Bronce', Edad de Hierro', o las fases de la organización del dan o de la gens, de grupos numéricamente pequeños y muy diseminados, por contraste con los establecimientos urbanos o sem ¡urbanos, tienen que. ser consideradas desde el punte) de vista evolucionista.. ,".6 Sin embargo, Malinowski no lia formulado una teoría de la evolución. Pero lo han hecho otros dos autores: Leslie A. Whire y V. Gordon Childe (1892-1957). En un incitante libro titulado The Science o f Culture (1949), intenta White llevar adelante el evolucionismo de Spencer, Tylor y Morgan desde el punto en que hizo crisis en 1900. En su opinión, los antropólogos culturales y muchos sociólogos han abandonado la filosofía del evolucionismo juntamente con los errores de ciertos evolucionistas. 7 Puede comenzarse de nuevo enfocando el evolucionismo sobre la culmra, que debe ser cuidadosamente definida. Puede definirse la cultura como conducta simbólica, entendiendo por símbolo una "cosa cuyo valor o significación le es conferido por quienes la usan".8 Merece señalarse que el símbolo así definido es casi lo mismo que el "valor" tal como lo conciben Max Weber, Thomas y Sorokin, enrre otros, y que la "cultura" tal como la conciben Maclver, Alfred Weber y, hasta cierto punto, Parsons. He aquí otro ejemplo de convergencia en Ja teoría social contemporánea. La cultura, según White, constituye una clase de acontecimientos suprabiológicos y suprasocio lógicos; es un proceso sut gen&ris que diferencia al hombre de los demás animales. La cultura puede y debe describirse según principios y leyes exclusivamente suyos; las explicaciones y las interpretaciones psicológicas son insuficientes porque no explican casi nada. En la demostración de esta tesis White hace numerosas referencias a Durkheim. Para seguir la evolución de la cultura desde sus mismos orígenes hasta los tiempos presentes, es preciso admitir tres subdivisiones culturales: tecnológica, sociológica e ideológica. La subdivisión tecnológica, está formada por instrumentos materiales juntamente con la técnica de su uso; el sistema sociológico está constituido por relaciones interpersonales expresadas en normas de conducta; el sistema ideológico se compone de ideas, creencias, conocimientos, todo expresado en forma simbólica. El papel evolutivo primario corresponde al sisE A ScientifU Ttttorj of Cultor* (Tenría ci*nii¡ua ¿t I* cultora), poí Ek Milinnw*biH Chape! HUI. The Univerjky of Nonh Carolina PreMh 1944, p. 16. 7 Tf>* Setene* of C*ltar* (Le citada d* h calí are), por L. A. Whire, Nocía Yürle, Fimr. Straua and Youus, Inc., 1949, p, 20-B lbid., p. 23.

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tema tecnológico; los sistemas sociológicos son secundarios y dependen del tecnológico; los sistemas ideológicos expresan fuerzas tecnológicas y reflejan sistemas sociológicos. Así, pues, la clave para comprender el desarrollo de la cultura es tecnológica. Es indudable que el neo-evolucionismo de White está teñido de determinísmo económico y tecnológico. El grado de desarrollo de la cultura —prosigue White— puede medirse por la cantidad de energía empleada por los individuos per tapita y por la eficacia de los medios técnicos. La primera fuente de energía explotada por los sistemas culturales primitivos es la energía del organismo humano mismo. No pudieron hacerse grandes progresos hasta que los hombres domesticaron plantas y animales; a continuación, en. algunos miles de años, tuvieron existencia las grandes civilizaciones antiguas, tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. Pero después de un periodo de rápido desarrollo, la curva ascendente del progreso se estancó en una meseta, hasta que tuvo lugar una nueva revolución tecnológica que inició la Edad del Combustible hacía 1800. Después de una rápida ascensión, la curva del desenvolvimiento cultural volvió de nuevo a retardarse. Finalmente, ha sido descubierta Ja energía atómica, que puede —o no puede— anunciar una nueva era tecnológica. Cada etapa tecnológica —dice White— corresponde a características particulares del sistema social. Si las gentes son cazadores nómadas, deben tener un tipo de sistema social; si hacen vida sedentaria, tendrán otro. Indudablemente, Jas instituciones sociales se relacionan con Ja tecnología de un modo más bien indirecto; y las instituciones de pueblos que han alcanzado un nivel tecnológico bastante alto varían enormemente. Pero todos los sistemas sociales que descansan sobre la energía humana pertenecen a un solo tipo común; todas las sociedades pastoriles y agrícolas en las primeras etapas de desarrollo tecnológico pertenecen a otro tipo. White pasa rápida revista a las líneas principales de la evolución posterior de las instituciones sociales, destacando su dependencia de los progresos tecnológicos. Esta exposición difícilmente resuelve las numerosas y graves objeciones formuladas contra el antiguo evolucionismo, en especial las críticas que suscita la creencia en la existencia de etapas necesarias y bien relacionadas entre sí en ei desenvolvimiento de las sociedades y las culturas. Por lo demás, White no intenta relacionar las manifestaciones ideológicas con el progreso tecnológico, e insiste en que la ideología es una parte importante de la cultura. Pero si esta parte

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esencial de la cultura no obedece a ninguna ley evolutiva, no está justificada su pretensión de ofrecer una opinión unificadora sobre la evolución cultural. En Social Evolution [Evolución social, 1951) Childe discrepa de la sugerencia de White para revivir en una forma nueva las teorías de Spencer y de Tylor; pero, sin embargo, encuentra valiosas algunas proposiciones de Morgan (véase capítulo 4). El único tipo fidedigno de prueba acerca de la evolución social y cultural» a saber, el arqueológico, según Childe, confirma la idea de que por lo menos el progreso tecnológico de los hombres pasa por etapas idénticas en lugares diferentes. Salvajismo, barbarie y civilización —las categorías de Morgan— realmente representan Jas etapas sucesivas del progreso humano. La civilización primitiva —dice Childe—- fue muy diferente en cada caso concreto. Pero en todas partes se encuentran pruebas definidas de grandes ciudades, la diferenciación entre los productores, la concentración efectiva del poder político y económico, el uso disímbolos convencionales para registrar acontecimientos, medidas temporales y espaciales, el cultivo de cereales y la cría de algunos animales. Pero el autor concede que las etapas intermedias no presentan ni siquiera un paralelismo abstracto. Este hecho no invalida el uso del concepto de evolución para describir el desenvolvimiento social como un proceso ordenado y racional, Pero hay una gran diferencia entre evolución social y evolución orgánica. La evolución orgánica se basa en la divergencia y la diferenciación; la evolución social sigue esas mismas pautas, pero manifiesta también convergencias a través de los contactos culturales, hecho sin paralelo en ia evolución orgánica. No obstante esas diferencias, Childe sostiene que la fórmula dar-winíana de Ja variación —herencia, adaptación y selección—- puede transferirse de la evolución orgánica a la social, y aun tiene más sentido aplicada a esta última que a ia primera. La variación corresponde a la invención; la herencia social, o la transmisión de Ja cultura de una generación a otra, es una fuerza familiar. La adaptación se verifica más rápidamente en la historia humana que en ía historia natural. La selección se manifiesta en el hecho de que sólo una fracción de las invenciones sobrevive por resultar beneficiosas a largo plazo. En esta supervivencia selectiva hay afinidad con la selección de mutaciones en la naturaleza; pero el proceso selectivo en la sociedad difiere de manera importante, porque se produce sin destruir ni reemplazar un tipo de ser por otro. Estos enunciados son muy del estilo de Societal Evolution (Evoltt

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üón societaria), de Keller, publicada 35 años antes (véase capítulo 11). Quizás las críticas formuladas anteriormente contra la interpretación que Keller hace del darwlní&mo social son igualmente aplicables a la teoría de Childe. A pesar de las deficiencias de estas obras escritas en esrilo neo-evolucionista, algunas de sus proposiciones y parte de sus argumentos pudieran incorporarse a una teoría general de los cambios sociales. En el capítulo 20 presentamos a título de ensayo un esbozo de dicha teoría, Deierminismo geográfico y demográfico El monismo geográfico, perceptible en la obra de Buckle, como se dijo en el capítulo 4 , persisre como tendencia sociológica, pero nunca ha podido conquistar prestigio teórico muy extenso. Una llamativa variante de determínismo geográfico tomó el nombre de geopolítica, "teoría" poco estimada que inició durante la primera Guerra Mundial Halford J. Mackinder y que después se incorporó a ía doctrina oficial del nacionalsocialismo alemán en la fotim que le dio KarI Haushofcr * También la ecología humana, en uno de sus aspectos, aunque no la variedad que cultivaron Park y sus discípulos (estudiada en el capitulo 16), puede considerarse como una tama de la teoría sociológica geográficamente orientada. En una forma relativamente pura, este tipo de enfoque ha sido incorporado a las numerosas obras de Ellswcrth Huntington, empezando por The Pulse o f Asia (1907) y continuando hasta Las fuentes de ¿a civilización (1945) , su última obra. Pero este volumen atempera el monismo geográfico puro con alguna mezcla de determinismo biológico. Las fuentes de la civilización comienza con algunos enunciados en un estilo moderadamente evolucionista. Durante miles de años ■—dice Huntington—la civilización ha avanzado persistentemente a lo largo de líneas definidas. Pero la mayor parte de los comienzos evolucionistas han llevado a callejones sin salida, y sólo unos pocos han seguido direcciones que permiten un gran progreso. Los factores que producen variaciones en el avance de la cultura y de la civilización comprenden la herencia biológica, el medio físico y las dotes cultura& Democftilic ideal and Reelity lld&al d&iifietálicu y repUdad), por H. J. Mickinder. Loncha. Cnmnhle. 1919; fodkande, Gtopulisib und Webn/.-iiirnahaff, por K. Hiuiho-fer, Berlín. Man. Hoíber, 1934. Lu glabra "geopolítica" íue acunada poi RuJolph Kjellen, investigador sueco en el campo de la ciencia política.

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les. Pero las dotes culturales son producto de efectos anteriores de los factores primero y segundo; y la herencia biológica dd hombre varía poco, en tanto que las diferencias raciales están determinadas en gran parte por el medio físico. Así, la geografía juega el principal papel en el desenvolvimiento evolutivo. El vigor físico —dice Huntington— es fundamental en el progreso humano. Permaneciendo iguales las demás cosas, el progreso cultural es favorecido por la buena salud, que tiene por consecuencia una gran capacidad de trabajo. Entre los factores que influyen en la salud, el clima tiene la parre decididamente mayor. La alta "eficacia climática" es rara y coincide con la alta eficacia económica. En consecuencia. Htm ring ton somete la eficiencia clima rica a detallado estudio. Característico de ese estudio es la afirmación siguiente: "La humanidad trabaja en general con mayor eficacia cuando la temperatura del mediodía. . . fluctúa desde los 17° hasta los 21o."10 Afirma también Huntington que el clima explica las diferencias religiosas y de carácter nacional. Sintetiza sus resultados declarando que la eficacia climática juega el papel fundamental en la determinación de la pauta geográfica de la civilización. Pero Huntington titubea en declararse decididamente partidario del monismo geográfico. Afirma, por ejemplo, que el invento de la máquina de vapor requirió, además de un clima adecuado, la concurrencia de las siguientes circunstancias; personas con una capacidad innata relativamente elevada, móviles poderosos para la acción en pos de niveles de vida más elevados, y grandes existencias de combustible,11 Reconoce también la importancia de las diferencias en la alimentación. ¿Yunque las separan noventa años, la comparación de las obras de Buckle y de Huntington revela que en el punto de vista que ¡es sirve de base no hay entre ellas diferencia esencial. Clima y suelo en Buckle, clima y alimentación (que depende del díma y el suelo) en la obra de Huntington: tales son los principales determinantes del progreso cultural. Pero desde el punto de vista de la técnica, la diferencia es enorme; Huntington hace uso abundante de métodos estadísticos y geográficos, que no existían en los días de Buckle, y maneja datos incomparablemente más diversificad"-. Sin embargo, no demuestra mejor que Buckle que el clima o Ja geografía en general sea uno de los determinantes importantes de h cultura. iQ Las fuente! d* ¡a civi¡iz*tió*r por E. I l. i . ■ m - . r . - n M tko, Fondo de Culmn Económica, 1949, p. 291. II íbii., p. 439-

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Entre las teorías sociológicas que ponen en primer término el monismo demográfico, es representativa la que exponen Alexarrder y Eugene Kulisber en su obra Guerras y migraciones (publicada en alemán en 1932). Según estos autores, el rasgo más sobresaliente de la historia humana es el proceso de migración (los autores consideran la guerra como una de Sus formas). La migración es producida por ¡as diferencias de densidad de la población en las diferentes partes del mundo. Pero la densidad es importante no en su sentido aritmético más simple de la población en proporción con el tamaño del territorio, sino más bien por la relación entre el número de habitantes y los medios de subsistencia disponibles. A esto lo Llaman Jos Kulisher densidad social. Parece que la "tendencia natural" es hacia la igualación de la densidad social; pero el proceso se complica por el hecho de que hay que tener en cuenta no sólo los medios reales de subsistencia, sino también las potenciales, a saber, aquellos de que podrá disponerse después de ¡a migración y de la aplicación de técnicas perfeccionadas. Por otra parte, el proceso está sujeto a las limitaciones impuestas por la existencia de grandes acumulaciones de agua y por la resistencia política y militar a la migración. Sin embargo, el mecanismo de la migración es una. fuerza natural como cualquiera otra. Esra teoría de los Kulisher subraya un aspecto importante del cambio social, pero no explica el cambio social en su integridad. Su defecto más importante es la imposibilidad de determinar empíricamente la "densidad social ". Los autores llegan a este fenómeno ex post jacto, sobre la base de que la migración tiene lugar. Por otra parte, exageran la importancia de la disponibilidad inmediata de los medios de subsistencia. Las naciones pueden vivir cambiando productos industriales por alimentos. El factor de la migración es señalado con frecuencia en la literatura histórica reciente. Por ejemplo, la proposición fundamental de Henri Pirenne (18Ó2-1935) , formulada en Ciudades medievales (1925), dice que la historia de Europa desde el siglo vm al XII esruvo determinada por el cierre y la reapertura subsiguiente de las ruras comerciales a consecuencia de migraciones. Fredcrick J. Teggart, en Roma y China (1940), considera también que los aspectos más importantes tanto de la historia romana como de la china en los primeros siglos de la era cristiana, pueden reducirse a las diferencias de presión de las tribus fronterizas, como consecuencia de la migración de pueblos.

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La sociología dnrkheimiana en Francia Durkheirci murió en 1917. Pero hasta tiempos muy recientes su espíritu siguió dominando la sociología francesa. Con la excepción de los institucional istas y de unos pocos fenomenólogos (véase capítulo 19), puede decirse que la sociología francesa ha mantenido Ja tradición durkheímiana, especialmente en la forma que él le dio en Las formas elementales de la vida religiosa (véase capitulo 9). La mayor parte de Jos sociólogos franceses han concentrado su atención .sobre el estudio de la sociedad primitiva, y en los Estados Unidos se les clasificaría como antropólogos culturales. Su trabajo, por lo general, va más allá del plano de la descripción (no son muchos, entre ellos, los que han hecho trabajo de campo entre pueblos primitivos), y se dedican más bien a la interpretación teórica de Tos datos de la etnología. En este respecto han permanecido fieles a la creencia de Durkheim de que en la sociedad primitiva los fenómenos sociales básicos se manifiestan en la forma más sencilla y, en consecuencia, son más fácilmente comprensibles. Marcel Mauss (1872-1950), el discípulo más renombrado de Durkheim, en un ensayo sobre El concepto de personalidad (1933)/2 que en su mayor parte trata 1a historia de dicho concepto según los lincamientos usuales en cualquier historia de ideas, dice que la escuela francesa de sociología eligió como materia de estudio ,Hla historia social de las categorías fundamentales de la mente humana ". Pero los durkhe Ínflanos tienen ante sí otro problema» a saber, las relaciones entre la sociología y la psicología. Éste es el problema que tan agudamente plantea la afirmación de Durkheim según la cual los hechos sociales son "tosas" y, como tales, son irreductibles a los hechos de la psicología individual. En esta opinión ha tenido lugar un cambio interesante. En 1924, Mauss, a la ofensiva, dijo a los psicólogos que en la sociedad hay muchas cosas esenciales, además de "representaciones colectivas",. que pertenecen a la provincia de la sociología. Hay también cosas materiales y hombres, fenómenos morfológicos (estructuras sociales como la familia y el clan), hechos estadísticos (por ejemplo, el número de errores cometidos por el servicio de correos, o el número de crímenes), y, finalmente, historia, tradición, lenguaje, costumbres. La sociología -—proclamaba Mauss— es el estudio del hombre total, mientras que la psicología estudia únicamente sus procesos menules. 12 Reimpreso en Socwfogüi y etfKifogía (1950) Jo M. Mauss.

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Veinticinco años más tarde, en una introducción a Sociología y etnología, de Mauss, otro durkheimiano, Claudc Lévi-Strauss, expone el siguiente punto de vista: El hecho social total es real cuando forma parte de un sistema que trasciende los aspectos particulares de la vida social, tales como la familia, la tecnología y la organización política. Puede ser incorporado a la experiencia personal de dos maneras: a la historia de una vida concreta y única, y a la "dimensión físico-psíquica". Sólo en un individuo se reúnen esas dos dimensiones y la sociedad. Esto es quizás una nebulosa repetición de la idea de los analistas norteamericanos relativa a la tríada interactiva de sociedad-cultura-pcrsonalidad. Nunca —añade Lévi-Strauss- podemos estar seguros de que hemos comprendido el significado y la función de una institución» Ü no ser que podamos averiguar su efecto sobre la conciencia individual. Por otra parte, en ciencia social el observador forma parte de lo que está siendo observado. Estos enunciados tienen estrecha semejanza con las opiniones de Max Weber sobre el verstehen (véase capítulo 14). Sólo al final de su estudio vuelve e! escritor francés a sustentar una proposición verdaderamente durkheimiana al afirmar que los objetos de Ja sociología son cosas y representaciones. Otro sociólogo francés, M. Dufrenne, sigue ia misma corriente; 13 La sociología —dice— se divide entre la tendencia a deshumanízar los hechos sociales estudiándolos según los lincamientos de la "física social", y la tendencia opuesta a reíntroducir lo humano en lo social y, de esta suerte, comprender esto último como experiencia humana. Las tendencias pueden resumirse como explicación y comprensión, otra idea al estilo de Max Weber. Se considera como la principal tarea de la sociología contemporánea conciliar las dos tendencias. Para promover esa tarea, Dufrenne vuelve al estudio de las relaciones entre cultura y sociedad, en gran parte bajo la forma de un comentario sobre las obras norteamericanas recientes de antropología cultural. La culrura —dice —es el aspecto humano de lo social. La sociedad es la realidad definitiva a causa de su carácter morfológico, externo y coercitivo, opinión que cae manifiestamente dentro de la tradición durkheimíana. En la experiencia del individuo, la sociedad parece ser una máquina enorme. En este sentido, la sociedad precede a la culrura: la sociedad tiene una cultura que puede dirigir su propia vida sólo en medio de la sociedad. Se concibe la cultura como aproximadamente idéntica a las instituciones. La cultura —dice Dufrenne—■ \% "Coup Ll sur L'anihropfilogLe culiurcHe unériciínp'" C'Ojndi ■ la aaEropotagii tul ai ral MuMujiiíM. ana"). : r Cahiéri in¡Bri%mi¡onaux da vol. XII l > * : ' )

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sólo puede comprenderse como conducta humana: la cultura es la sociedad encarnada en la conducta humana. Por consiguiente, ei estudio de la cultura da a la sociología un sabor psicológico, concepción que discrepa de la teoría de Durkheim. Podemos concluir que la sociología francesa se halla actualmente en una encrucijada. Ya no se acepta sin discusión el realismo sociológico de Durkheim. Fuentes diversas, entre ellas las opiniones teóricas de Max Weber, los sociólogos analíticos y los antropólogos culturales de los Estados Unidos, están estimulando nuevas desviaciones. Lt sociología formal en Alemania Durkheim fue uno de los cuatro sociólogos de fines del siglo xix que fundaron la sociología analítica, como vimos en los capítulos 8 y 9; como acabamos de ver, su actitud teórica ha sobrevivido hasta el tiempo presente en Francia. En Alemania ha persistido la teoría de Simmel, otro de los cuatro fundadores. Peto Simmel no domina la sociología alemana, porque sus continuadores forman un pequeño, aunque muy activo, grupo localizado en Colonia y dirigido por Leopoldo von Wiesc (tu 1876). Von Wíese nació en Glatz, Silesia. Recibió su doctorado en filosofía en ía Universidad de Berlín, y poco después inició su carrera académica. En 1915 fue nombrado profesor de economía de la Escuela de Comercio de Colonia, que en 1919 se convirtió en universidad, y allí siguió como profesor de sociología, con una larga interrupción durante el régimen nazi. Durante muchos años dirigió von Wíese la revista alemana más importante de sociología, que ahora aparece con el titulo de Kólner Zeitschrift für Soziologie. Su obra fundamental es Sociología general, en dos volúmenes que aparecieron ec 1924 y 1929; una segunda edición, revisada y en un solo volumen, apareció en 1932." Von Wíese ha tomado por su cuenta el objetivo de Simmd: hacer de Ja sociología una ciencia independiente. Como Simmel, ve el aspecto específicamente sociológico de ía realidad en forma de hechos sociales, pero, a diferencia de Simmel. ha dado a la palabra forma una interpretación más bien dinámica, concentrando su atención sobre la acción y el movimiento. Cree, también como Simmel, que la socie14 El i''"' ■ altroin de «cu obra « Al/itttnfint Sozialogí* elt Labra dar fíraebungrn uná Btiiebungitebildi dai Matncbm. En 1932 iptrccjó UDI I r . • i - m hadn por Honrd Spclter, con ti tirulo i\c Syu****/ie Satiology. IJ traducción íue .■?..,■<■ !.i r los puntu* dr VÍSIJ norramcritjnm, j por fa ttnto U«* lu dot ir.:;;,- ven WÍCÍC Bttktr.

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dad es una abstracción, un cierto punto de vista acerca de Jas acciones humanas que enfoca las relaciones entre los hombres. Contrariamente a Max Weber y a los fenomenólogos, von Wiesc limita su estudio a lo que es cognoscible mediante ía observación externa, un poco a k manera de los behavioristas norteamericanos. Para von Wíese, la unidad fundamental de la investigación sociológica es la relación social o proceso social. El primer plano de la investigación, sociológica tiene por objeto la clasificación de esos fenómenos. Pueden reducirse a dos tipos fundamentales, asociativo y disociativo, y a un tercer tipo mixto que contiene elementos de Jos dos. Común a rodos los procesos sociales es d hecho de que afectan a la distancia social, disminuyéndola o aumentándola (no debe confundirse la distancia social con la distancia en sentido espacia!). Cada una de las principales clases de procesos se divide en subclases a base del grado del efecto asociativo o disodativo del tipo particular del proceso. Aunque von Wiesc formula definiciones muy sutiles de las subclases, éstas son consideradas esencialmente como posiciones a lo largo de un continuo que se extiende desde el grado más elevado de asociación (o amalgamación) hasta el grado más elevado de disociación (o conflicto). Von Wíese también clasifica los procesos sociales de acuerdo con las categorías contrapuestas de integración y diferenciación, y con los procesos constructivo y destructivo. Sobre la base de las relaciones o procesos sociales surgen las estructuras sociales, cuyo estudio, según von Wíese, forma el segundo plano de la investigación sociológica. Una estructura es un número de relaciones sociales unidas de tal suerte en la vida diaria, que pueden considerarse unidades o substancias, definición que atestigua la concepción nominalista que von Wiesc tiene de la realidad social. Las estructuras sociales se clasifican por la duración y el grado de abstracción. Así se forman cuatro tipos fundamentales de estructuras: muchedumbres concretas, visibles y de corta vida; muchedumbres abstractas, invisibles y de duración indefinida (por ejemplo, los públicos); grupos, caracterizados por la afiliación y la organización personales; y colectividades abstractas, tales como el Estado y k Iglesia, en las que se presta relativamente poca atención a los individuos concretos. Von Wiese y sus discípulos aplican estas clasificaciones, a veces de manera muy sugestiva, a la descripción de diferentes configuraciones sociales; pero, en general, parecen desconocer un importante criterio de adecuación científica de toda clasificación. Una clasificación es adecuada si, en rekcíón con cada clase y subclase, pueden forrnu

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larse proposiciones que no están contenidas en la respectiva clase o subclase, pero que pueden aplicarse a todos ios conceptos que abarca la definición y a ninguno fuera de ella. Hay, naturalmente» varias proposiciones sociológicas generales consagradas relativas a la competencia, la rivalidad, ere.; pero esas proposiciones ya eran conocidas mucho antes de que von Wíese comenzase sus intentos clasificadores. Por otra parte, el examen de las subdivisiones Je von Wiese sugiere que su actitud formalista es más bien estéril. Las relaciones y las estructuras son objetos importantes de estudio sociológico; pero no cobren todo el campo de la sociología y, desconectados de consideraciones funcionales, normativas y dinámicas, muy poco conocimiento pueden proporcionar de la realidad social. Entre Jos sociólogos de otras escuelas, Gurvitch {véase capítulo 19) de un modo especial lia sido fuertemente influido por la actividad clasificadora de von Wiesc, Las obras de Gurvitch abundan en clasificaciones complicadas, pero, como von Wíese, rafa vez continúa el análisis de los fenómenos sociales representados por las subclases más allá de sus definiciones formales. Resumen Las diversas tendencias examinadas en este capítulo tienen dos denominadores comunes. En primer Jugar, cada una de ellas continúa en el presente una tendencia originada en el siglo XIX, y se propone dax la explicación de la realidad social. En segundo lugar, cada tendencia acentúa y exagera una de las cosas siguientes: un determinante particular (geográfico o demográfico) de la realidad social; un posible mecanismo del devenir social (neo-evolucionismo); o un punro de vista exclusivo concerniente a los fenómenos sociales (sociología durk-heimiana, escuela de sociología de Colonia). Liberada de una anticuada unil a letalidad, cada una de las tendencias supervivientes o resucitadas contiene aportaciones valiosas al tesoro de los conocimientos sociológicos. Es indudable que las configuraciones sociales son afectadas de manera importante por situaciones o procesos geográficos o demográficos, o que debieran describirse sistemáticamente los tipos de relaciones y estructuras sociales. También es probable que, dentro de límites definidos, el evolucionismo sea una sólida concepción de un aspecto importante del devenir social. Los actuales representantes de las opiniones que hemos examinado en este capítulo bajo el encabezado de "supervivencias y renacimientos1', comprenden cada vez más las limitaciones de sus respectivos

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puntos de vista. Esa comprensión es particularmente señalada entre ¡os exponentes del neo-evolucionismo, de los estudios sociogeográficos y de la sociología durkheimíana. Pero el reconocimiento de esas limitaciones es Imperativo, si esas tendencias han de ser partes valiosas del todo que algún día formará una teoría sociológica general utílizable. #4



SEXTA

PARTE

CONCLUSIÓN



M

CAPÍTULO 22 LA SOCIOLOGÍA DE MEDIADOS DEL SIGLO XX Durante la primera mitad del siglo xx, la sociología hizo progresos decisivos, y de ser un programa de tanteos y un racimo de controversias sobre el alcance y método de una ciencia todavía no constituida, pasó a stt un cuerpo firmemente establecido de conocimientos basados en un gran número de observaciones comprobadas y de inferencias sacadas de ellas. Sin embargo, la mera no ha sido alcanzada del todo. Los puntos de vísra dispares en materias sociológicas aún no se han fundido en una teoría sociológica equivalente del tipo de teoría que forma parte de cada una de las ciencias naturales. Aún no se ha alcanzado esa meta a pesar de las vigorosas exhortaciones a seguir los métodos de las ciencias naturales y de los numerosos intentos de hacerlo (de que pueden servir de ejemplo las obras de Thomas, de Pareto y de los neo-positivistas), y a pesar de las prometedoras aportaciones de los sociólogos analíticos. No obstante, se han conseguido algunos resultados positivos. En primer lugar, mientras ía sociología anterior contenía largas discusiones sobre Jo que debía ser k "sociologíahoy la discusión versa sobre lo que realmente es la sociología. De las cuatro respuestas fundamentales a la primera pregunta formulada en el capiculo 1, ha prevalecido k cuarta, la que, según se recordará, define k sociología como el estudio de las características generales de todas clases de fenómenos sociales y de las relaciones existentes entre esas clases. Aunque la mejor formulación k dio Sorokin, el camino hacía esta concepción lo prepararon Simmel, fundador del tercer enfoque o punto de vista, que identificó la sociología con el estudio de la forma de los fenómenos sociales, y Giddings. La ascendencia puede remontarse a Comte, cuya ¡dea de que la sociología iba a ser la ciencia teórica general de los fenómenos sociales ha sido desarrollada en fa definición ampliamente aceptada de Sorokin. En segundo lugar, los fenómenos sociales, materia de Ja sociología, se consideran ahora por lo común como fenómenos sui g&neris o. dicho en otros términos, irreductibles a hechos no sociales, por ejemplo a hechos psicológicos o físicos. En este respecto, ha prevalecido k opinión de Durkheim contra la de los sociólogos psicológicos. Éstos, a su vez, tuvieron razón en oponerse a los que veían en la sociedad k acción de fuerzas impersonales o, por así decirlo, sobrehumanas. 375 .

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CONCLUSIÓN

Los fenómenos sociales son sui generis, pero, no obstante» son ei resultado de la combinación de acciones humanas. Pero puede advertirse una opinión particularista, que se deriva de Max Weber y de Thomas y que hoy representa principalmente Parsons. Esta opinión vuelve a introducir la confusión entre la sociología y la psicología a causa de su preocupación por la "acción". Por otra parte, como corolario de la írreductibilídad de los fenómenos sociales a cualquiera otra clase de fenómenos, la opinión común entre los sociólogos rechaza las analogías biológicas eo todas sus formas (organirismo, darwinismo social, etc.), así como la interpretación de los fenómenos sociales de acuerdo con un modelo teórico destinado al estudio de fenómenos físicos, modelo que desempeñó papel importante en el sistema de ideas de Spencer. El intento de Lundberg para interpretar la sociedad humana en relación con la estructura del átomo es un notable anacronismo. En tercer lugar, el fenómeno social básico» la unidad para el análisis sociológico, por lo general se identifica con la interacción entre dos o más seres humanos. La interacción requiere dependencia inteligible de Ja acción de un ser humano de la existencia o la acción —pasada, presente o prevista— de otro ser humano. La interacción es directamente observable, ya que la acción es movimiento en el mundo exterior. La dependencia se infiere fácilmente, bien por la interpretación de un observador participante que utiliza la capacidad del hombre para hacer reproducciones mentales de procesos que le sugieren las acciones de otros hombres —esto es el verstehen de Max Weber—, o bien estableciendo correlaciones estadísticas entre universos de acciones considerados como antecedentes y subsecuentes. Cuando hay interacción, se dice que los participantes están en relación social. Interacción y relación social son, pues, dos puntos de vista relativos al mismo hecho fundamental; la relación es estática (o estructural), la interacción es cinética (llamada común, aunque incorrectamente, funcional o dinámica). En cuarto lugar, cuando las relaciones sociales perduran forman grupos sociales en los cuales los hombres se ordenan o disponen de muchas maneras. El grupo social es considerado, en general, como una de Jas principales materias de estudio sociológico, de manera especial y expresa por los sociólogos analíticos, los institucional istas y los sociómetras. Las principales proposiciones que en el estudio de los grupos han sido firmemente establecidas son las siguientes: El grupo social es un sistema, es decir, una estructura formada por

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partes que, sin perder su identidad y su individualidad, constituyen un todo que las trasciende. En otras palabras, el todo posee propiedades que no pueden encontrarse nunca en las diferentes partes. Esta concepción refleja ei realismo sociológico moderado que ahora prevalece, y se percibe claramente en las obras de Pareto, de los funcio-nalisras y de los institucional istas, así como en ias de los sociólogos analíticos contemporáneos, salvo, quizás, la de Parsons. No comparten esa opinión los neo-positivistas, cuya posición nominalista, es pariente cercana de la de Simmel y von Wiese. También difiere mucho del realismo sociológico extremo de Jos marxístas, de Gumplowicz y de Durkheim, todos ellos, desde luego, sociólogos del siglo xix. Los individuos que forman el grupo social están en relaciones reguladas, de suerte que a cada persona se le adscribe una posición social definida, llamada a veces status* A los individuos que tienen posiciones sociales diferentes se Ies asignan papeles diferentes. La interacción dentro de los grupos sociales tiende a la satisfacción de las necesidades humanas. Las actividades de los grupos sociales encaminadas a satisfacer esas necesidades, son sus ¡unciones. Las necesidades que deben ser satisfechas dentro del marco de1 los grupos sociales se distribuyen entre varios grupos; existe un número casi ilimitado de esquemas del modo de disponer esa distribución. Este aspecto de la vida del grupo lo destacaron en primer plano los funcional istas, pero, como dijimos en el capítulo 17, tuvieron muchos predecesores. La Interacción dentro del marco de los grupos está regulada por normas o principios que determinan la conducta que se espera de los individuos en circunstancias específicas. Las normas del grupo suelen ser aceptadas por los individuos, pero también son impuestas mediante1 sanciones que se aplican en caso de violación o infracción. El aspecto normativo de los fenómenos sociales fue señalado por Toennies y por Sumner, independientemente el uno del otro. Entre Tos sociólogos posteriores, han concedido la mayor importancia a este aspecto de la vida del grupo Thomas, Parsons y Maclver. El sistema que constituye el grupo social posee Ta propiedad de restablecer el equilibrio o estado normal cuando sobrevienen perturbaciones o desórdenes. Esta idea se remonta a la teoría de Pareto. Existen muchas variedades de grupos sociales. Las diferencias más importantes entre tipos de grupos son las que existen entre comunidades y asociaciones, y entre grupos primarios y secundarios. La dife* IESM paCabn « de alo muT frecuente en lo* palis de lengua ÍOjcJcta con la significación que le atribuye el tarto; pero es desconocida en los países de babla española (N, del T.}.

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CONCLUSIÓN

rencia entre comunidad y asociación, prevista por Comte, la enunció de manera expresa Toennies y la afinaron Maclver y Sorokin. Ha recibido un nuevo tratamiento por parte de los institucional istas, cuyas enseñanzas llevan a identificar la asociación con los grupos sociales organizados en torno de una idea directora. La segunda diferenciación, entre grupos primarios y secundarios, fue señalada primeramente por Cooley y ha recibido nuevos desarrollos en la teoría de Maclver. Los sociólogos emplean cada vez más otra diferenriarióu, concerniente a grupos irregulados y grupos regulados. Los sociómetras, ciertos sociólogos de la industria y otros, se han dedicado aj estudio de los grupos irregulados dentro de las organizaciones reguladas; independientemente, Gurvitch ha hecho algunas aportaciones en esa misma dirección. Éste es un aspecto de la sociología que avanza rápidamente. Los grupos sociales manifiestan la tendencia a formar jerarquías en que un grupo único, la sociedad omnímoda, constituye k cima. Dentro de una sociedad hay una tendencia perceptible a ordenar los grupos menores y sus individuos en estratos horizontales a los que se asignan socíalmence participaciones diferentes en Ja riqueza, el poder y el prestigio. Peto ks sociedades varían en el grado de rigidez de la distribución de los hombres y de los grupos sociales en la escala social y en ks posiciones sociales diferenciales de los grupos y de ks personas afectados. Actualmente k estratificación social, nombre dado a esos fenómenos, es otro campo de intensa investigación. En quinto lugar, otro campo fundamental de estudio en sociología lo constituyen los procesos sociales. En este tipo de investigación, los fenómenos fundamentales de interacción son ordenados de acuerdo con un plan diferente del que se usa en el estudio de k estructura social. Los procesos sociales se clasifican atendiendo a ks orientaciones hacia ciertos fines de las acciones que los componen. Entre los procesos sociales, es básica en la vida social k cooperación. La cooperación es interacción orientada a k consecución de metas comunes y dimana de la naturaleza misma de los vínculos que mantienen unidos a fos individuos de los grupos sociales. Se manifiesta en k solidaridad intragrupal, que suele ser reforzada por el antagonismo con otros grupos sociales. Comte conoció este fenómeno fundamental de k cooperación; su estudio avanzó señaladamente gracias a Durkheim, y en k actualidad lo fomenta principalmente Sorokin. La correlación entre la solidaridad intragrupal y el antagonismo extra-grupal fue señalada por Sumner y lia llegado a convertirse en tm bien conocido principio de la sociología.

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El contrario lógico de la cooperación, el antagonismo, se manifiesta en dos formas principales: competencia y lucha. En algunos casos aparecen tan estrechamente entrelazados elementos de cooperación y de lucha» que en el estudio sociológico se hace necesario e) concepto de "procesos mixtos". Además de esos procesos fundamentales, pueden observarse muchos procesos sociales secundarios. Los procesos fundamentales han sido estudiados por muchos autores, entre ellos Simmel y los ecólogos sociales. Pero el análisis de los procesos secundarios no está suficientemente avanzado, debiéndose las principales aportaciones hasta ahora a von Wiese y a Gurvitch. En sexto lugar, otro campo de primordial importancia en los estudios sociológicos es la cultura, a la cuai suele considerarse como la suma total de modos de pensar y de obrar relativamente estables y normados que operan en una sociedad dada. En relación con la cultura, están establecidas por lo menos las siguientes proposiciones fundamentales: Todos los elementos de la culrura están funcionalmenre relacionados entre sí; en otras palabras, las manifestaciones culturales particulares se unifican en sistemas. Pero esa unificación nunca es perfecta, como lo han demostrado de manera especial Sorokin y algunos funcional istas moderados, como Merton. Entre los muchos determinantes de la cultura se cuentan el clima, el suelo, la densidad de población, el nivel del progreso técnico y la "vecindad social", es decir, el tipo de cultura que prevalece en la sociedad b las sociedades con las que está en contacto una cultura dada. Pero no hay un solo determinante de la cultura al que pueda atribuirse el predominio. Este punto de vista representa un cambio decisivo respecto de las ideas que aún prevalecían a principios del siglo. Las sociologías monistas o de factor único, ya sea económico, racial, geográfico, demográfico, etc., están muertas ahora, O andan muy cerca de estarlo. Se admite que casi todos esos factores en otro tiempo predominantes desempeñan papeles definidos en la formación y desenvolvimiento de la cultura; pero esos papeles son desempeñados en complicada interacción unos con otros. A los diversos determinantes ya señalados en la sociología del siglo xix se ha añadido el factor ecológico. Pero esos diversos determinantes de la cultura no suponen una determinación estricta de la vida social. Las sociedades poseen un amplio margen de libertad, aunque las posibilidades de elegir no

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sean ¿limitadas. Las cosas elegidas durante las primeras fases de desarrollo de una cultura reducen el margen de libertad relativa para elegir otras cosas; las cosas elegidas en un aspecto de la cultura limitan el margen de libettad relativa para elegir en otros aspectos. Los rasgos que constituyen una cultura son instrumentos para ja satisfacción de necesidades social y colturalmente admitidas de los individuos de la correspondiente sociedad y de los grupos que la forman. (Pero, como han señalado Merton y otros, la investigación puede revelar que ciertos rasgos no son funcionales o son disfuncionales.) Los sociólogos suelen señalar una especie de interacción circular entre el individuo y su cultura (y también su sociedad). La personalidad del individuo es moldeada por la cultura que distingue a la sociedad a la cual pertenece. Ese moldeamiento se realiza a través de ciertos agentes de socialización, el más importante de los cuales es ¡a familia. Pero la socialización nunca es completa. Además, la mayor parte de las culturas —si no todas en cierto grado— dejan a los individuos cierto margen de libertad e iniciativa. A base de esta última, los hombres ejecutan acciones que tienen por consecuencia cambios en la cultura. En séptimo lugar, el cambio en la cultura y en la estructura social constituye el cuarto campo importante de estudio de la sociología. Los mecanismos del cambio social y cultural son bien conocidos desde los días de Tarde, y consisten en la invención, en la aceptación de h invención y en su difusión. Muchas proposiciones de detalle concernientes a las circunstancias de la invención, así como de la aceptación y difusión de las invenciones, pertenecen al dominio común de la sociología y de la antropología cultural contemporáneas. Puede definirse cada cultura como una acumulación de invenciones tecnológicas, ideológicas y sociales. En cada sociedad esta acumulación, es selectiva y por lo tanto única, y no repite nunca exactamente las acumulaciones hechas en otras sociedades. Por esto cada cultura tiene su propio estilo, así como cada hombre tiene su personalidad distintiva. No existe acuerdo general en cuanto a las uniformidades que caracterizan a las tendencias de gran alcance en el cambio social y cultural. Pero una cosa está definitivamente establecida: el evolucionismo anticuado, que requería el estudio de un proceso único e irreversible formado por etapas predeterminadas, lia desaparecido del trabajo sociológico. Sin embargo, es posible la fusión de las opi

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niont'S expuestas por diversos sociólogos, ateniéndose a las premisas siguientes: Los aspeaos tecnológicos y económicos de la cultura se desarrollan de acuerdo con la norma de la acumulación interrumpida por retrocesos; otros aspectos de la cultura, en especial el intelectual y el estético, están sujetos a fluctuaciones cuantitativas a Ja manera de altibajos, y a fluctuaciones cualitativas en el estilo. Sugieren estas generalizaciones las obras de Sorokin, Alfred Weber y otros, estudiadas en nuestro capítulo 20. En oaavo lugar, los anteriores enunciados no forman tina teoría sociológica. No hacen más que esbozar una zona de acuerdo que, en algunos respectos, comprende ¡as opiniones de la mayor parte de ¡os sociólogos más destacados actualmente, pero que, en otros respectos, sólo es una opinión mayoriraria no compartida por las minorías, minorías que en algunos casos ejercen gran influjo. 1^ existencia de una zona de acuerdo o, cosa muy parecida, de convergencia entre las diferentes tendencias de la sociología, luí sido reconocida muchas veces en Jos últimos años. El amor de esras líneas, por ejemplo, citó este hecho en 195Q; 1 en 1955 fue secundado por George Lundberg, que se refirió a "k convergencia. . . de puntos de visca que hasta tiempos muy recientes eran considerados como absolutamente inconciliables por muchos estudiosos".- La "convergencia" de Lundberg está formada en gran pane por proposiciones formuladas por neo-positivistas (en especial las suyas y de Dodd), por fundonalistas (en particular por Merton), y por los sociólogos analíticos que se agrupan en torno de Parsons. Según Lundberg, Merton y Parsons se han dedicado durante algún tiempo a investigaciones plenamente comparables a la posición y los programas propugnados por todo neo-positivista bien informado, y que constituyen aportaciones a esa posición y esos programas. Además, Lundberg parece ansioso por establecer un universo común de entendimiento entre el mismo y un autor católico tan destacado como Paul Furfey;3 lo que, según. Lundberg, Ies separa es la aceptación o k exclusión del "alma", k cual equivale al antiguo flogisto para Lundberg, pero no para Furfey. ■a—'Swiülopical Theory Today" ("Li recría tocinlógica en la actual i - ■ ■ por NS - Timaiheíf. en Am. C*th. Sat. R*v„ TÜL I I ( 1 9 5 0 ) . 1 "The Natural Science Tircd in 5............... i " ("Tendencia Je Ea ciencia natural en la S'" L i! ■ ■ i .i ta A*». Jour- Soer, VDL 6 1 ( 1 9 5 5 ) , pp. 191-202; *éaíc también "Same Convergente in Soctalogicai Theorr" ("Alguna* convergencia* en la teoría Fociologica") en Atn. Jum. Soc, voL 62 ( 1 9 5 6 ) . pp. 21-27. » Tb$ Stop* and Mtibod o f Sotioto¡y (Homoni* y método da U Sacioiogté) Nixcva York, Ha/per, 1 9 5 * .

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CONCLUSIÓN

Pueden presentarse más ejemplos del movimiento de convergencia. Así, se ha hecho por lo menos un intento para comprobar y desarrollar por razonamiento matemático algunas de las hipótesis de George Homans/ Por otra parte, según lo ha señalado Lundberg, Parsons y Bales han formulado cuatro "leyes" de acción social, tres de las cuales son prácticamente idénticas p. las de La mecánica clásica, cosa muy consecuente con "la tendencia de la ciencia natural en sociología". Pero debemos mirar con precaución esas tendencias. Porque aun en "la zona de acuerdo" existen muchas diferencias en ia presentación de los resultados fundamentales. Los cuatro campos principales de estudio sociológico esbozados arriba, y sus subdivisiones, forman un sistema unificado, de suerte que no es posible entender una cualquiera de sus partes sin conocer las otras. Es posible, no obstante, destacar algunos aspectos o sectores del sistema a expensas de los demás, por ejemplo el interactivo (cinético), o el normativo, o el funcional, o una combinación de dos de ellos o de los tres; o, como hacen muchos antropólogos, puede partirse del concepto de cultura ¡ como concepto clave. De esta manera pueden aparecer, y aparecen, | variedades de teoría sociológica que, a primera vista, tienen poco en común, pero que, sin gran dificultad, pueden reducirse las unas a las otras. Por otra parte, persiste la confusión en la terminología. Se emplean las mismas palabras para designar aspectos diferentes de la realidad social y cultural; en otros términos, las mismas palabras muchas veces expresan conceptos diferentes, y el mismo aspecto de la realidad sociocultural en ocasiones es designado por dos o más palabras distintas; es decir, que un mismo concepto recibe a veces nombres diferentes. Esta confusión terminológica se encuentra con frecuencia hasta en los escritos de un mismo autor. Además, rara vez están definidos los conceptos de acuerdo con las exigencias lógicas: en las definiciones aparecen muchos rasgos redundantes. Por otra parre, en muchos casos es difícil saber si un autor expone una definición que ha de usarse como instrumento para la identificación y el análisis de fenómenos #>ciocuItiirales, o si predica las propiedades de fenómenos definidos en algún otro lugar. Estas dificultades terminológicas podrían superarse fácilmente. Más graves parecen los desacuerdos concernientes a métodos. Hasta el * "A Formal Theory of Interacríon ín Social Grcraps" ("Teoría formal d* la En-reracción en lo* grupo* sociales") por Hcrbcií Simón, en Am. Son. fffí., voL 17 ( 1 9 5 2 )

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tiempo presente, no se han resuelto los altercados entre los cuantita-tivistas y sus adversarios, ni las discusiones entre los behavioristas y sus rivales. Las desavenencias se acentúan, además, por problemas relativos a ¡as definiciones funcionales y al procedimiento del vers-tehen. Pero estas diferencias no parecen ser insuperables. Muy pocos son los sociólogos que niegan hoy que la enumeración, la medición y los procedimientos estadísticos refinados sean técnicas deseables para usarlas en toda investigación, cuando puedan aplicarse razonablemente. Los cuantitativistas, con raras excepciones, están de acuerdo en que una fórmula matemática o un coeficiente de correlación no es la meta final de la investigación. En ciencias sociales, como en ciencias naturales, debemos estar capacitados para interpretar los resultados expresados en esos términos. Creemos que, en este punto, el espléndido análisis que hace Max Webet de la comprensión en el plano de causalidad y de la comprensión en el plano de la significación, podría producir la reconciliación, si fuera bien entendido y ampliamente conocido. Muy pocos sociólogos desconocen la importancia de las descripciones behavioristas de la conducta humana, en la medida en que son sociológicamente significativas. Pero hoy sólo una minoría de sociólogos está en desacuerdo con la proposición según la cual los estados mentales se revelan recíprocamente el uno al otro mediante el proceso de la comunicación simbólica, punto tan brillantemente expuesto por Znaniecki. Siempre que los estados mentales son sociológicamente significativos y pueden expresarse sin ambigüedad en forma verbal, parece casi absurdo recurrir a subterfugios behavioristas. El funcionalismo extremado es raro; pero muchos sociólogos están de acuerdo en que las definiciones sociológicas debieran ser moderadamente funcionales, conteniendo rasgos directa o indirectamente observables, ya en el plano de la conducta exterior, ya por introspección. Es verosímil, por lo tanto, que con buena voluntad y un esfuerzo continuado, pueda formularse una teoría sociológica comúnmente aceptable en un futuro no demasiado remoto. No quiere decir esto que llegará un día en que todos los sociólogos estarán de acuerdo entre sí. Situación semejante no existe en las ciencias naturales, ni es de desear en ninguna ciencia. Pero quizás no esté lejano el tiempo en que todos los sociólogos hablen e! mismo lenguaje y, eu consecuencia, compartan un universo real de razonamiento, lo cual es un requisito de toda ciencia. Aún ahora, a pesar de que todavía no ha llegado a ser una ciencia

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CONCLUSIÓN

plenamente madura, la sociología teórica ha avanzado lo suficiente para proporcionar una base mucho mejor que hace cincuenta años a k investigación en campos especializados. Han aparecido nuevas especialidades, como Ja sociología del conocimiento, ia sociología de la religión, k sociología del derecho y la sociología de k industria. El hecho de que hayan aparecido como ramas de la sociología, y no como encabezados nuevos en la lista de las ciencias sociales concretas, atestigua la existencia de un cuerpo central de conceptos, de un punto de vista generalmente admitido, de una perspectiva prometedora. Ik teoría sociológica mantiene juntas esas especialidades. La convergencia de las tendencias es un hecho en sociología, pero k unificación de la teoría sigue siendo una meta, un ideal. Sin embargo, otro movimiento unífkador, aunque en un plano diferente, ha estado en marcha durante varios años. Es el llamado enfoque interdisciplinario, o de aproximación entre ciertas disciplinas, que tendía a conseguir el entendimiento y la colaboración entre k sociología y las ciencias vecinas, en especial k psicología social y la antropología cultural. Ese movimiento fue estimulado por k creación en 1947, de un Departamento de Relaciones sociales en k Universidad de Harvard, departamento que comprendía esas tres disciplinas (y k psicología clínica). Bajo k dirección de Parsons, presidente del departamento hasta tiempos recientes, algunos de sus miembros han colaborado en k colección de artículos titulada Hacia una teoría general de ¿a acción (véase capítulo 18), cuyo objeto fue la formulación de una teoría que sirviera de base común a las tres ciencias. Pero, como han observado algunos críticos, salvo el extenso trabajo de Parsons y Edward Shik, ks demás colaboraciones del volumen no son ejemplo de un alto grado de unificación teórica. Por lo demás, es muy dudoso que k psicología ceda en favor de una disciplina nueva una parte tan extensa de su provincia como es la teoría de la acción. Actitud más modesta caracteriza a otra colección de trabajos titulada Por a Science of Social Man (Para una ciencia del hombre social, 1954), editada por _fohn Gillin. En este caso, los colaboradores, dos sociólogos (Parsons y Howard Becker), dos psicólogos y dos antropólogos culturales, además del editor, intentan evaluar las influencias interactivas, tanto cooperativas como antagónicas, entre k sociología y k antropología, k sociología y k psicología, y k psicología y La antropología. Cada capítulo por sí es informativo, peto el conjunto revela que ia meta de la teoría intetdisciplinaria de aceptación

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iQmún probablemente no se alcanzará pronto, porque no sólo en sociología hay escuelas y tendencias diferentes, sino también en psicología y en antropología cultural. Por consiguiente, loa esfuerzos encaminados a la unificación se hallan ante muchas posibilidades contrapuestas, especialmente difíciles en los dos campos en que el unifieador no se encuentra del todo en su casa. Gillin cree que una teoría general puede hacer uso de aportaciones seleccionadas de las teorías mis especiales. Pero, ¿sería sólida una unificación conseguida de esa manera ecléctica? Por otra parte, la determinación de !.i compatibilidad y la complementar ¿edad de teorías diferentes formuladas en los tres campos puede desempeñar un papel importante en la competencia entre las varias tendencias dentro de la sociología misma: las tendencias más adecuadas para La unificación intcrJUríplmafia recibirían especial atención y prevalecerían sobre las más particularistas. De este modo, la actitud intcrdiiriplinara. aunque quizás un poco prematura, podría contribuir i formular una rcorla sociológica unificada.

APÉNDICE

NOTA PARA Et MAESTRO Existe en los medios académicos una antigua y venerable tradición según ia cual el estudiante debe conocer el desenvolvimiento histórico de la disciplina en ía cual se especializa. Una de las finalidades de este libro es ayudar al estudiante a cumplir con ese requisito y ayudar al maestro a llevar a los estudiantes ese conocimiento. Dependiendo en parte del grado a que aspiren (bachiller, licenciado, doctor), todo el material contenido en este volumen debe ser estudiado o leído seleccionando las partes que estén de acuerdo con las preferencias teóricas del maestro. Independientemente del nivel de los estudios, el libro de texto debe ser complementado con lecturas directas de las fuentes primarias, esto es, de las obras examinadas e interpretadas en este volumen. Un modo eficaz de realizar este aspecto del programa es hacer que los estudiantes lean varias obras clásicas o con algún valor representativo en el campo de la especialidad. El número de lecturas recomendadas no puede ser grande y depende también del nivel de Jos estudios. Las lecturas deben distribuirse entre obras escritas durante los diversos periodos de la historia de ía teoría sociológica» de suerte que cada estudiante perciba directamente la diferencia entre las teorías más antiguas y las posteriores. Además de leer las fuentes primarias, Tos estudiantes que aspiran a grados avanzados debieran leer algunas fuentes secundarias relativas a los autores seleccionados para estudio especial. Numerosas lecturas, tanto de fuentes primarias como secundarias, van consignadas en las Indicaciones para lecturas de ampliación que siguen a esta nota. Mientras los estudiantes candidatos a grados superiores deben haber leído completas algunas obras clásicas o representativas por algún concepto, para los que aún no van a graduarse pueden bastar algunas partes seleccionadas de libros de lecturas. Jos cuales serán de utilidad también a los estudiantes graduados para familiarizarse con la manera de pensar y de escribir de ios autores cuyas obras no han estudiado en los textos origínales. Entre los libros de lecturas de que puede disponerse ahora se cuentan Sociohgical Theory: Present-Day Sociology from the Past (Teoría sociológica; la Sociología actual y sus antecedentes) (Nueva York, Knopf, 1956), por E. F. Borgatta y H. J. Meyer, el cual, como indica el subtítulo, estudia las aporta

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clones de ios siglos xix y XX; y Sociological Theory: A Book o f Readmgs (Teoría sociológica: Textos) (Nueva York, Macmülan, 1957), por L. Coser y B. Rosenberg, que contiene selecciones de ios iniciadores, de sus sucesores y de nuestros contemporáneos. Ninguno de los dos libros de lecturas está ordenado de acuerdo con el plan de este volumen; pero ni el maestro ni el estudiante hallarán ninguna dificultad para usarlos como material auxiliar de estudio. Como la teoría sociológica es materia de difícil estudio, son muy convenientes Jas recapitulaciones o resúmenes. Es aconsejable disponer algunas veces la recapitulación en un orden diferente al que se siguió en el curso. Este orden puede ser cronológico, geográfico o sistemático. Para facilitar la recapitulación, se ofrecen en este volumen dos sinopsis, una cronológica y otra geográfica. La cronológica puede emplearse para oganizar disensiones en torno de remas como éstos: ¿Que ¡deas nuevas aparecieron en el horizonte de los sociólogos entre 1901 y 1905? ¿O enrre l?4ó y 1956? Tomando como base la sinopsis geográfica, puede pedirse a los estudiantes que, por ejemplo, relacionen los puntos de vista sociológicos con Jas condiciones de vida en las diferentes naciones en que nacieron y subsisten. Especialmente con estudiantes de cursos avanzados pueden obtenerse excelentes resultados con el examen del desenvolvimiento histórico de las ideas concernientes a los problemas fundamentales de la teoría sociológica que presentamos en el capítulo 1. Para, asignar a los estudiantes este tipo de tarcas pueden usarse con buenos resultados los índices de autores y de materias de este libro.

SUGESTIONES PARA LECTURAS COMPLEMENTARIAS * El propósito de las lecturas que se indican a continuación es ayudar a los estudiantes a seleccionar las obras de los maestros de la sociología que siguen siendo parricuTanuente importantes, y ciertas fuentes secundarias que constituyen estudios inteligentes y críticas adecuadas, o ambas cosas a la vez, de las teorías individuales. Capítulo 2 (COMTE). NO existe hasta ahora una versión española completa del Curso de Filosofía Positiva, de Comte. Será útil, sin embargo. Ja lectura de sus Primeros ensayos (F.C.E., México, 1942. Trad. de Francisco Gincr de los Ríos). Para todo el pensamiento de * En la adaptación de «la» sugestione* a la bibliografía «isieme en «panol hemos fnníado coa ia valiosa colaboración del Dr. Francisco Lóprz Cántara. [F,|

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Cocncc, « fundamental el libro de F. S- Marvin, Comte (1 ( 1 Mea ra, 1941. Trad- de Salvador Echevarría). Pueden vene, igualmente; G. Gurvitch, Tres capítulos de la historia de la Sociología; Comte, Marx y Spencer (Ed. Galaica, Buenos Aires, 1955. Trad. de Horacio Crespo); Fausto SquiLlacc, tas doctrinas sociológicas. T. El. 3* parte, cap. 1 (La España Moderna, Madrid, si. Trad. de Eduardo Ovejero); y, en fin, H. IL flirncs Y H, Becker, Historia del pensamiento social. T.I.cup. XV (mi.lMiifíL 1945.Trad.dc Vicente Herrero). Capítulo i (SPENCER). LOS estudiantes interesados en la teoría de Spencer deberán leer sus Primeros Principios, uí como la Ahre-t ta fura de sus Principios de Sociología (Revista de Occidente, Buenos Aires, J947. 2 voU. Preparada por Fernando Vela). Es fundamental el libro de J. Kummey, Spencer ( I 1 Meneo, 1944. Trad. de Tomas Muñoz Molina). Léanse igualmente: G. Gurvitch, op. cit., 9* Conf.; Bornes y Becker» op. cit„ cap. XVlII. Capitulo 4 (OTROS INICIADORES). Sobre Le PUy, puede verse el capítulo que le dedica P. Sorokin en su obra Teorías sociológicas modernas. (Buenos Aires, lid. Dcpalma, 1951.) Sobre el marxismo, habrá que leer: Manuscritos económico-filoso fieos de 1844* Nu existe hasta hoy una versión española completa de este trabajo fundamental, edición publicada bajo el título Economía política y filosofía, Ed. América, México, ly ■' ■. no puede utilizarse por ser incompleta y súmanteme defectuosa. No incluye, desde Juego, el capítulo sobre El trabajo enajenado, que es decisivo para Ja comprensión de Ja sociología marxista. Dicho capítulo puede leerse, sin embargo, en una primera versión completa, aunque provisional» en la revista Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México, N 22, octubre-diciembre de i 960, traducido por Francisco López Cámara. El texto de Marx va precedido de un estudio, también de Francisco López Cámara, sobre El concepto de enajenación en los orígenes de ia sociología marxiste. La tercera parre de los Manuscritos ha sido traducida ul español bajo el título Critica de la dúd¿ctk.i y la filosofía /Tsegelianas en general [Cf. K. Marx, La Sagrada Familia y otros aicri-tos. Ed. Grijaibo, México, 1959- Trad. de Wenceslao Roen]. Debe verse también: K. Marx y I Engcls, Ls ideología alemana (Ed- Grr-jalbo, México, 1939); K. Marx y F. Engels, El Manifiesto Comunista: en fin, F. Engels. El origen de la familia, la propicJ.id privada y el Estado (hay varias ediciones españolas)- Sobre Morgan, habrá que

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leer su Sociedad Primitiva (Ed. Pavlov, México, s.í. Edición preparada por Alfredo L. Palacios). Sobre Morgan y Tylor, es conveniente leer: Robert H. Lowie, Historia de la Etnología, caps. VI y VII (ECE, México, 1946. Trad. de Paul Kirchhoff). Capítulo 3 (DAHWÍNÍSMO SOCIAL). De Bagehot existe en español su obra Leyes científicas del desarrollo de las naciones (La España Moderna, Madrid, si.). Sobre Bagehot consúltese también; Bornes y Becker, op. ctU, T. I, p. 690. De Gumplowicz habrá que leer: Lucha de razas y Compendio de Sociología (editadas ambas por La España Moderna, Madrid, si.). Sobre Small puede verse, V- Squillace, op. ctt., T. II. cap. único). Sobre Ratzenhofer, cf. Barnes y Becker, op. cit-, cap. XIX. Capítulo 6 (EVOLUCIONISMO PSICOLÓGICO). De Lester F. Ward véase; Compendio de Sociología (Francisco Bcltrán ed., Madrid, 1929-Trad. por Adolfo Posada). De F. H. Giddings existen en español: Principios de Sociología y Sociología inductiva (publicadas ambas por La España Moderna, Madrid, si.). Sobre estos dos grandes sociólogos norteamericanos será conveniente leer a F. Squillace, op. cit., % II, 3» parte, cap. I). Capítulo 7 (OTROS EVOLUCIONISMOS Y EL ÜRGANJCISMO). ES fundamental la lectura de Th. Veblen, Teoría de la clase ociosa (F.CE., México, 1951. Trad. de Vicente Herrero). Sobre Veblen debe leerse: J. A. Hobson, Veblen, (F.CE., México, 1941. Trad. de Adolfo Sánchez Vázquez.) De NOVICQW existen en castellano: El porvenir de la raza blanca y Conciencia y voluntad sociales (editadas ambas por La España Moderna, Madrid, si.). Sobre el pensamiento de los organicistas Schaffle y Lilienfeld, puede leerse F, SquiJlace, op, cit.r T. II. parte, cap. únko) y Barnes y Becker, op. ch., T. I, cap, XVIII. Sobre Fouillée, habrá que ver su obra: La ciencia social contemporánea (La España Moderna, Madrid, si.). Capitulo 8 (COMIENZOS DE LA SOCIOLOGÍA ANALÍTICA). Hay versión castellana de las obras de Toennies; Principios de sociología (F.CE, México, 1942. Trad. de Vicente Llóreos) y Comunidad y Sociedad (Buenos Aires, Avellaneda Anscghino, 1947). De G. Simmel debe leerse su Sociología, Estudios sobre las formas de socialización. 2 vols. (Espasa-Calpe Argentina, Buenos Aires, 1939- Trad.

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de J. Pérez Bances). Sobre la sociología formalista de Toennies y Simmel, ct Leandro Azuara Pérez, El formalismo sociológico (Cuadernos de Sociología. Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, México, s.f). Capitulo 9 (ÜURKÍIEIM). De las obras de Durkheim, habrá que leer: Las reglas del método sociológico, Dt división del trabajo social y El suicidio* Es fundamental el libro de Harry Alpert, Durkheim Í&CE., México, 1945. Trad. de José Medina Echavarría). Capitulo 10 (EL SUBJETIVISMO RUSO). Sobre k escuda subjeti-vísta rusa puede leerse el trabajo de M. Laserson, "La sociología rusa", en La sociología en el siglo XX, publicada por Gurvitch y Moore (El Ateneo, Buenos Aires, 1953) . Capitulo 13 (PARETO). Sobre Pareto, es fundamental Ja lectura del libro de Franz Borkenau, Pareto (F.CE., México» 1941. Trad. de Nicolás Dorantes). De la propia obra de Pareto, bastará con leer su Tratado de Sociología General. Capitulo 14 (MAX WEBER). De Weber puede leerse, desde luego, su obra monumental, Economía y Sociedad (F.CE, México, 1944. Trad. de José Medina Echavarria, Juan Roura ParelU, Eduardo Garda Máyuez, Eugenio ímaz y otros). Para una interpretación de conjunto sobre la obra de Weber, véase el libro de Raymond Aron, /_d sociología alemana contemporánea. Cap. III (Editorial Paidos, Buenos Aires, 1953. Trad. de Carlos A. Fayard), así como el de R. H. Tawney, La religión en el orto del capitalismo. Capitulo 13 (NEOPOSITIVISMO). Hay versión española del libro de Lundberg, Técnica de la investigación social (F.CE., México, 1949. Trad. de José Miranda). Capitulo 17 (EL PUNTO DE VISTA FUNCIONAL). Para conocer una versión importante del punto de vista funcional, pueden leerse las obras de Malinowski: Teoría científica de la cultura y Argonautas del Pacífico Occidental, así como la obra fundamental de Robcrt Redfidd, Yucatán: una cultura de transición (F.CE., México, 1?44. Trad. de Julio de la Fuente).

APÉNDICE

394

Capitulo 18 (SOCIOLOGÍA ANALÍTICA) . De Sorokin pueden leerse sus libros: Sociedad, cultura y personalidad, Estratificación y movi-Jidihl social (Ins cínico de Investigar.iones Sociales, UNAM, México, 1956. Trad. de Angela MüJler Montiel) y Estructura mental y energías del hombre (Ibidem), De Znaniecki existen en español: El papel social del intelectual (I'.CE., México, 1944. Trad. de Ernestina de Oiartipourcin) y Las sociedades Je cultura nacional y sus relaciones (El Colegio de México. Jornadas, 24. México, 1944). De Maclver, Sociología (Buenos Aires, Ed. Tccnos, 720 pp.) y Causación social (F.CE., México, 1949- Trad. de Moisés González y Eugenio lmaz). En fin, de G W. Mills, La élite del poder (F.CE, México, 1960. Trad. de Florentino M. Torner y Ernestina de Champourcin) y La imaginación sociológica (F.CE, México, 1961. Trad. de Florentino M. Torner)

Capitulo 19 (ESCUELAS MLOSÓI-ICAS) . Sobre Vierkand, c£ Bornes y Becker, op. cit., 1". IÍ. cap. XXITL De Gurvitch pueden leerse en español: Sociología del derecho (Argentina, 1945) y La vocación actual de la sociología (F.CE.. México, 1953. Trad. de Pablo González Casanova, Max Aub y Sirululfo de lu-Fuente).

Capitulo 20 (SOCIOLOGÍA

De A. Toynbee existe en español la edición abreviada de su obra Estudio de la Historia (Ed. Emccc, Buenos Aires, 1956) De Alfred Weber, puede leerse su Historia de la cultura (F.CE., México, 19 Í8. Trad. de Luis Rccast-ns Siches).

Capitulo

21

HISTÓRICA).

(SUPERVIVENCIAS I

). Sobre el neo-positivismo y la sociología francep posterior a Durkheim, debe verse Humes y Becker, op. ctt., T, II, cap. XXII. De Wiese puede leerse su Sociología. Historia y principales problemas (Ed. Labor, Barcelona-Buenos Aires. 1932, Trad. de Rafael Luengo Tapia). Sobre Wíese: Luis Recaséns Síches, Wiese (F.CE., México, 1943). RENACIMIENTOS

ÍNDICE GENERAL Prefacio . . ......................................................... • ................................................................................................... 9 r>

Primera par te INTRODUCCIÓN

Capítulo 1. El estudio de las teorías sociológicas . . . ¿Qué es la teoría sociológica? . .■. . Cómo estudiar teorías sociológicas.....................................................

-

15 22 25

Segunda parte LOS INICIADORES

Capítulo 2. Auguste Comte . . . .'. . . . ." Francia, a principios dd siglo xix . . . . . . . Vida de Comte ..................................................................................... Premisas fundaméntale^ ................................................................... La ciencia de la sociología . . . . . . . . . Metodología ............................................... . i Sociología estática y dinámica....................................... Estática: consenau, 40; Estática: estructura social, 41; Dinámica: factores del progreso; 43; Dinámica: Us etapa* dd progreso, 44 Juicio retrospectivo de Comte . .....................................................

31 31 32 34 36 37 39 los

Capítulo 3. Herbert Spencer....................................................................... Obras de Spencer , . . . - .i. .', . . La icona evolucionista . . . . . . . . . . La ciencia de La sociología . , . , ¿ . . , La analogía orgánica ..................................................................... i I... sociedad y las fases de La evolución . . . . . Ei principio de no intervención . . . . . . . Juicio retrospectivo de Spencer . ¿

49 49 51 . 33 55 58 60 61

Capítulo 4. Otros iniciadores . * ............................................... Quételet; El enfoque estadístico . . . . . . . Le Play: Primeros estudios de casos particulares . . . Marx; Determimsmo económico ........................................................

64 64 65 68

45

¡ M UI I

i , l N'EJUl

Tylor y Morgan: Monismo tecnológico............................................ Gobincau: Detcrmin ismo racial . ■ •'. . . Buckle: Monismo geográfico . . . . . . . . Danilevsky: Una primer alternativa respecto del evolucionismo .......................................................... Conclusión de la segunda porte..........................................

71 - 72 74 75 78

Tercera parte

APARICIÓN DE ESCUELAS RIVALES Capitulo 3. Darvinismo social .................................................................. Bagehot ....................................... GumpJowicz ................................................................................. Ratzenhofer ................................ I ........................................ * Small........................................................... Sumner ................................................................................................. Juicio retrospectivo del darwinismo social .......................................

83 84 85 88 89 91 96

Capitulo ó. Evolucionismo psicológico *........................................... 99 Vida f obra de Ward . . . ' .............................................. 99 Postulados fundamentales ................................................................. 101 Sociología: Su división y método ...................................................... 102 Génesis y telesis ................................................................................... 104 Juicio retrospectivo de Ward............................................................... 107 Conceptos fundamentales de Giddings . . . . . . 109 Sociología: Su naturaleza y sus métodos .......................................... ................................................................................................................ 1 1 1 Estática y cinética ................................................................................. 113 Dinámica . .............................................................. 114 Juicio retrospectivo de Gnldings ....................................................... 116 Capitulo 7. Otros evolucionismos y el organkismo

.

,

,

11 8 Loria: Evolucionismo económico ....................................................... ................................................................................................................ 1 1 8 Veblen: Evolucionismo tecnológico .................................................. 119 Coate: Evolucionismo demográfico ................................................... 121 Kidd: Evolucionismo religioso . . . . . . . . 122 r Novkow ........................................................................... . . 122 Versiones del organkismo ........................................................... 124 Resumen ......................................................................... 127 Capitulo 8. Comienzos de la sociología andino Toennies................................................................................................

129 129

395

ÍNDICE GENERAL

Simmel ' .

,

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,

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- - V ' * ♦ *, Tarde ..................................................................................................... 136 Juicio retrospectivo de láS primeras teorías analíticas . . 139

Capitulo 9- Émilc Durkheim ...................................................................... Estudio de los hechos sociales ............................................................. Fuerzas colectivas en la vida social , Interpretación social de la religión ..................................................... Aportaciones a la metodología ........................................................... Tipología social ......................................................................* Juicio retrospectivo de Durkheim .......................................................

14 141 144 148 150 153 154

Capitulo 10. El subjetivismo ruso ............................................................. Lavrov-Mírtov . . . . ................................................... Mikhailovsky...................................... . .................................. Yuihakov y Kareyev ^ Juicio retrospectivo del subjetivismo . . . . . . Conclusión de la tercera parte ............................................................

156 156 158 159 160 161

Cuarta parte

BOGA DE LA SOCIOLOGÍA PSICOLÓGICA Capítulo 11. Decadencia del evolucionismo y aparición del

neopositivismo . .

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-

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Últimas manifestaciones del pensamiento evolucionista , El reto empírico al evolucionismo ...................................................... Las raíces del neopositivismo . . . . . . . . . Evolucionismo y neopositivismo combinados; Últimas ¡deas

de Giddings

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.

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.



-

169 169 173 17ó

t7^

Capítulo 12, Charles H. Cooley y W. I. Thomas . . . . 181 Charles H. Cooler ./ ............................................................... 18^ Teoría orgánica de Cooley, 183; El yo, el grupo primario, U cl&K y la casta, 135; Resumen y perspectiva, 186 William I. Ihomas . . . . . . . , , . . 188 Metodología. 139; El enfoque situación?! y el esmdiü de la acción, 190; Desorganización individual y social, 193; Los cuatro deseos, tipos de personalidad, documentos personales, 194; Resumen y crítica, 197 Capítulo 13- Vilfredo Pareto.................................................................... 202 Pareto y sus escritos ............................................................................. 202

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ÍNDICE GENERAL

LA sociología y sus métodos

. . . . . . . . El sistema social: Su estructura y dinámica . IA circulación de minorías o "élites" ................................................ Resumen y crítica . . . . . . . . . . .

203 201 209 210

Capitulo 14. Weber . ■ ............................................................. Weber y su obra ............................................................ El fondo de b sociología de Weber ........................................... '. LA comprensión causa! y el proceso histórico . 2 1 6 La comprensión en el plano de la significación y la acción humana . . . . . . . . . . . . . Relación entre Ja causación y la significación . . . . EJ ripo ideal o puro: Su naturaleza y aplicaciones . ♦ Probabilidad............................... ? J ............................................. Sociología de Weber: En Los principios y en la practica . Resumen y critica................................................................................ Conclusión de la cuarta parte ....................................................

213 213 214

220 224 225 229 230 231 233

Quinta parte

CONVERGENCIA DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS EN LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

Capitulo 13. N'copositivismo . . . . . . . . . George A. Lundberg ........................................................................... Stuart G Dodd . .................................................................................. El ala matemática del iicupusiuviscio . . , .. 2 5 1 William R Ogburn y F, Stuart Chapia . . . , . Resumen y critica ...............................................................................

241 242 247

Capitulo 76. Ecología humana y sociometría . . . . Ecología humana ...................................... „ ....................................... Sociometría ........................................................................................ Resumen y critica . . . . . . . . . . .

266

Capitulo 17. El punto de vista funcional . . . . Génesis y alcance dd punto de visa funcional Algunas obras importantes del estilo funcional . Hacia una teoría funcional sistemática . Resumen y crítica ............................................ * •

,

276 276 279 283 288

Capítulo ¡8. Sociología analítica .............................................................. J'jrir jjn A. Sorokin'..........................................................................

292 293

. ,

. , ,

.

. ,

257 261 267 270 274

397

ÍNDICE GENERAL

Takott Parsons . . . . . . . 301 Florian Znaniecki 311 RobertM. Maclver- .......................................................... '■ . . - 314 Homans, Gerth y Müls ........................................................................ 320 Resumen: Convergencia en la sociología analítica . . 322 Capitulo 19. Escuelas filosóficas ............................................................... l.¡ escuela institucional: Etapa platónica , * ■ , . » * La escuela institucional; Etapa tomista , La escuela institucional: Resumen y critica . . . . 1A escuela fenomcnológtca . ........................................................ La escuela fenomcnológica: Resumen y crítica . . . Karl Mannheim .......................................... . . . . .

325 325 327 330 331 339 34ü

Capitulo 20. Sociología Histórica . , . . . . Spengler y el estudio del cambio cíclico . . Arnoid Toynbee ................................................................................... Dinámica cultural de Sorokin ............................................................. Chapín y Kroeber . . . . . . . . . . . . Alfred Weber . . .' . , .:>-. , . # Resumen y comentario ..................................................

344 344 346 350 352 353 355

Capítulo 21. Supervivencias y renacimientos . . . . . Neoevolucionismo ................................................................. Detcrminismo geográfico y demográfico . . . . . LA sociología durkheimiana en Francia . . . . . La sociología formal en Alemania . . .■. . Resumen .............................................................................................

358 358 364 367 369 371

Sexta parte

CONCLUSIÓN Capitulo 22. IA Sociología de mediados del siglo xx

,

.

,

375

Apéndice. Nota para el maestro ................................................................

387

Sugestiones para lecturas complementarias

388

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