La Felicidad A Traves De La Kab - Encarna Sanchez.pdf

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La felicidad a través de la Kábbalah

Encarna Sánchez Daniel Rodés

Primera edición: marzo 2018

www.mundolucem.com [email protected]

© de la presente edición, marzo 2018, Mundo Lucem © de la obra: Encarna Sánchez y Daniel Rodés © imagen de la cubierta: Elena Rubert Muntán © diseño: Ernest Mateu

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización por escrito de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento mecánico o electrónico, actual o futuro, comprendiendo la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de esta edición mediante alquiler o préstamo públicos. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art.270 y siguientes del Código Penal). Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el + 34 91 702 19 70 / 93 272 04 47.

Índice Introducción Nuestro encuentro con la Kábbalah El maestro Isaac Luria El Árbol de la Vida Maljut Yesod Netzah Triángulo de la personalidad. Paroket Tiferet Geburá Hesed Daat Biná Jokmá Las Letras Hebreas y Los Senderos Las Letras Hebreas Letra Alef Letra Ayin Letra Beth Letra Dalet Letra Guimel Letra He Letra Iod Letra Jet Letra Kaf Letra Lamed

Letra Mem Letra Nun Letra Pe Letra Qof Letra Resh Letra Samej Letra Shin Letra Tau Letra Teth Letra Tsade Letra Vau Letra Zain Los 72 Nombres de D-OS Epílogo Bibliografía —•—

Introducción

SHALOM E l propósito de este libro es explicar con la mayor claridad posible unos

conocimientos de la Kábbalah hebrea, muy extensos y complicados y que por dicho motivo suelen ser difíciles de entender. Por ello, hemos sintetizado en este libro la esencia de dicho conocimiento para que pueda ser comprendido con la mayor claridad posible. El motivo de escribirlo se basa en la petición de numerosos alumnos, que después de consultar la mayoría de los libros existentes sobre el tema y encontrarlos complicados y difíciles de entender, solicitaban unos escritos más comprensibles, y especialmente, con una serie de prácticas y herramientas que pudieran aplicarse al mundo de hoy. En este libro el acercamiento a la Kábbalah se realiza desde una aplicación especialmente práctica y vivencial. Siguiendo la tradición de la mayoría de los textos cabalísticos, los autores han elaborado este libro como un diálogo entre un maestro de la Kábbalah y su discípulo. El contenido de los diálogos es una recreación, pero los nombres, lugares y fechas históricas que se citan son auténticos. Como todo conocimiento revelado, el origen de la Kábbalah se remonta a los mismos orígenes de la creación, si bien se suele hablar de Moisés como el ser que transmitió a la humanidad sus claves, pasando a partir de ese momento, a enseñarse mediante una tradición oral. De hecho, tiene relación con los profetas del Antiguo Testamento y ha constituido durante mucho tiempo el conocimiento místico, el conocimiento oculto del pueblo hebreo. Hoy en día la Kábbalah ha roto las barreras que la limitaban a un círculo reducido de eruditos y prácticamente se ha convertido en un lenguaje universal. Gente de todo el mundo practica la Kábbalah. La palabra Kábbalah se define o traduce como la “tradición mística del pueblo hebreo”. Tradición porque se ha transmitido durante generaciones, primero de forma oral y luego escrita. Mística porque busca la experiencia directa con el espíritu de D-os y hebrea porque se basa en las letras y nombres hebreos. En este libro D-os está escrito sin todas sus letras, para respetar el pensamiento cabalístico respecto a que no se puede citar su nombre, ni ser

representado por una imagen. En la Edad Media aparecieron los primeros textos escritos destacando ante todo el Sepher Yetzirah o Libro de la formación, considerado el libro más antiguo existente sobre Kábbalah. Explica el significado de las 22 letras hebreas y su relación con el zodíaco; y el Zohar, ya en el siglo XIII, considerado el libro más completo sobre las enseñanzas cabalísticas, si bien este libro se considera copia del escrito en el monte Meron por el rabino Simón Ben Yohay en el siglo II de nuestra era. Posteriormente muchos textos han tratado de comentar y explicar el significado de estas dos obras. A partir del siglo XV con el uso de la imprenta, los libros cabalísticos comenzaron a difundirse por toda Europa. Con la expulsión de los judíos del sur de Europa a finales del siglo XV, éstos se vieron forzados a emigrar a Palestina, donde se formaron diversas escuelas de Kábbalah, especialmente en la ciudad de Safed, herederas de las que existieron en Europa en la época medieval, especialmente en las ciudades de Toledo y Girona en España, y Narbona en Francia. En el siglo XIX Mac Gregor Mathews, un ocultista ingles, fundador de la orden de la Golden Dawn tradujo diversos libros cabalísticos y comenzó a asociar las 22 letras hebreas con los 22 arcanos mayores del Tarot. Gracias a su labor la Kábbalah pasó a ser un conocimiento universal. Sin embargo, la traducción realizada de las letras hebreas y los términos cabalísticos se hizo tratando de imitar la fonética inglesa. De este modo, numerosos términos relacionados con el Árbol de la Vida, han llegado hasta nuestros días con una letra H al final de muchas palabras, que, originalmente en hebreo no contenían. La propia Dion Fortune en su libro “la Kábbalah Mística”, posiblemente el libro más conocido en el mundo occidental sobre Kábbalah, seguidora de la orden de la Golden Dawn, ya advierte en el prólogo que la traducción de Mathews es sólo una versión, pero no tiene por que ser la auténtica. En el presente libro los autores han tratado de ajustarse, siguiendo los consejos de rabinos hebreos, a la escritura correcta de las palabras y letras, por lo que es posible que el lector pueda encontrar dichas palabras escritas de modo ligeramente diferente en otras obras. Por otra parte, la orden de la Golden Dawn, mezcló elementos mágicos a la Kábbalah de los que carecía originalmente, confundiendo la magia con la

espiritualidad. Aún hoy día, muchas personas creen que la Kábbalah es un conocimiento ocultista, misterioso y mágico. Complicados rituales con invocaciones a indefinidos espíritus que nada tienen que ver con la Kábbalah verdadera. Más bien, su propósito es ante todo, convertirnos en buenas personas y sentirnos unidos a la divinidad. Aunque el conocimiento de la Kábbalah tiene varias partes, este libro se centra en el estudio del Árbol de la Vida, las letras hebreas y los nombres de D-os. Este era el sistema de trabajo del gran cabalista Isaac Luria en quien está inspirada la historia de este libro. La Kábbalah busca un trabajo interior, mediante la meditación, para transformarnos interiormente y contactar con las fuerzas divinas y espirituales. Se considera el conocimiento místico y secreto del judaísmo. La Kábbalah práctica se basa en el diagrama del Árbol de la Vida, figura compuesta de 10 esferas o sephirot y 22 caminos o senderos que los unen, donde se ubican las 22 letras hebreas como elementos de enlace.

La manera de llevarlo a la práctica consiste en un sistema mediante el cual se medita en los sephirot del Árbol de la Vida y posteriormente se pronuncian repetidamente los sonidos de los 72 nombres de D-os y las letras hebreas. Los nombres divinos formados por las letras hebreas despiertan el hombre universal, el ADAM KADMON, en la edificación del reino de la luz y el amor del Padre. El sistema de trabajo de la Kábbalah se apoya en tres pilares: el estudio y comprensión de los textos, las meditaciones y la pronunciación de los nombres sagrados. Esta preparación por etapas, enseña a la mente a conectar con el interior. Entonces los seres de luz entran en contacto con nosotros creando una coraza o escudo; esto se consigue a través de la palabra, pronunciando los nombres de D-os. Estos nombres también nos despiertan la

fe, el amor, la paciencia, la pureza, nos enseñan a tener buenas acciones y a unirnos a la totalidad del ser, a unir el cielo y la tierra, a convertirnos en guerreros e instructores de la luz. La Kábbalah es una llave maestra que nos permitirá abrir todas nuestras puertas internas y a la vez nos abrirá las puertas del cielo. Nos pone en el camino de regreso al paraíso perdido. Es un gran mapa de la conciencia de Dos y de nuestra conciencia individual. El Árbol de la Vida nos ayuda a entender que estamos hechos a imagen y semejanza de D-os, dado que su estructura muestra el proceso de la creación del universo, así como los niveles dimensionales del ser humano. La creación, según el Sepher Yetzirá, se produjo a partir de letras de fuego, las letras hebreas. Esas letras de fuego contienen códigos simiente que tienen el poder de construir los mundos sutiles y los mundos de la materia densa dentro del espacio-tiempo, la tierra. Si todos esos códigos, esos poderes constructivos, están dentro de nosotros, significa que dentro tenemos también el poder divino. Somos un microcosmos dentro de un macrocosmos. Del ojo divino emergieron rayos de luz en todas direcciones formando figuras geométricas.

Edición antigua de El Zohar.

La Kábbalah hebrea no forma imágenes de los dioses, pues para ella D-os no es una persona, como por ejemplo nos ha transmitido el cristianismo, bajo la forma de un hombre con larga barba sentado en un trono. Por el contrario, considera que D-os es irreconocible, es imposible llegar a ver o reconocer, por esto incluso se considera que hay 72 nombres de D-os, es decir, hay muchos nombres distintos que definen cada una de sus características, pero el sagrado nombre verdadero de D-os es impronunciable. Para la Kábbalah la idea que podemos tener de D-os es siempre fragmentaria, podemos percibir cosas de Él, pero nunca percibirlo en su totalidad. Cuando llegamos a Keter se percibe una imagen mágica: la de un anciano visto de perfil. Incluso en su aspecto más elevado, en la experiencia más alta que una persona puede tener, la experiencia divina, sólo se le permitiría ver una parte del rostro de Dos, porque la otra quedaría oculta, al estar de perfil, una parte queda oculta a nuestra

mirada.

Tablas de la Ley. Los 10 Mandamientos.

Cuando hablamos de los nombres divinos en los diferentes sephirot no pensemos en la idea de dioses sino en energías, esencias, fuerzas que están actuando, porque si pensamos en la idea de dioses, formaremos una imagen. La Kábbalah no trabaja con imágenes de D-os ya que su imagen está más allá de nuestra comprensión. Otra cosa distinta es lo que se llama “imágenes mágicas” que son determinadas imágenes que se usan en la meditación con el propósito de conectar nuestra conciencia con las energías de esos diferentes sephirot. Pero estas imágenes mágicas son únicamente imágenes que conducen a nuestra conciencia, no es que sean imágenes de un D-os determinado. El concepto de D-os para la Kábbalah es la de una pluralidad estructurada dentro de la unidad, es decir, la multiplicidad dentro de la unidad. Este es el sistema que nos enseñará el Árbol de la Vida. La visión del universo es que éste tiene muchas partes distintas pero que esas partes están relacionadas entre sí. Actualmente la física cuántica está descubriendo este hecho: un elemento no existe de forma aislada e independiente de los demás, sino que hay siempre una interrelación. De hecho, lo que nosotros hacemos tiene relación con todo lo que nos rodea. Por ejemplo, dentro de la psicología

jungiana se explica que el inconsciente individual tiene conexión con el inconsciente colectivo. De ahí que cuando nosotros deseamos alguna cosa, quizá nuestro inconsciente en ese momento esté atrayendo a la persona, que, por afinidad vibratoria, resuena con nuestra vibración y de esta manera nos vamos encontrando en la vida a personas que son precisamente las que en ese momento determinado, dependiendo de nuestro nivel de vibración, nos aportarán la experiencia que necesitamos. El inconsciente colectivo es como una gran red de comunicaciones en la que nosotros, si tocamos un botón, automáticamente toda persona con la que estemos en sintonía aparecerá o se pondrá en relación con nosotros. Y ésta es también la idea del Árbol de la Vida, un árbol que es uno, pero que sin embargo está dividido en multitud de elementos y al mismo tiempo esos elementos están interconectados entre sí, a través de los senderos. Podríamos decir que el Árbol de la Vida es como una gran red de comunicaciones, una estructura en la que todos sus elementos están interconectados. —•—

Nuestro encuentro con la Kábbalah

D urante muchos años estuve buscando la verdadera tradición cabalística,

pero la verdad es que no encontraba a nadie que llenara mi vacío, mi deseo en conocer la verdad divina. Pedía cada noche que me pusieran en mi camino a un maestro que verdaderamente me enseñara la Kábbalah. Una noche, en sueños, vi en el cielo una gran puerta de madera tallada. Estaba abierta. Había mucha luz al otro lado. Decidí entrar por ella. -¡Qué maravilla! –pensé- Está todo lleno de esferas de colores –¡Parecen planetas flotando!. Dudé si debía o no acercarme, pero oí una voz que me decía: — Acércate, esto son los mundos de la Kábbalah, emanaciones divinas —. Yo veía cada esfera de un color. Estaba la esfera verde, la azul, la violeta, la amarilla, la blanca. Penetré en el interior de cada una de ellas y todo lo que veía dentro era del mismo color. Recuerdo que me sorprendí de que dentro de la esfera violeta todo fuera violeta: las personas, las montañas, las casas, excepto una cosa: un gran tazón que era de color blanco lleno de un líquido transparente. Se me acercó un ser y me dijo: — Toma y bebe. Te estamos preparando para que puedas transmitir el conocimiento de la Kábbalah. Muy pronto te visitará un maestro— .

Pocos días después, estando acostada en estado de duermevela ví un ser que vestía una preciosa túnica azulada de terciopelo, bordada en color oro. Le pregunté - ¿quién eres? - Él me respondió: — Soy Melquisedec. Vengo a llevarte a mi morada para que comprendas la gloria, la misericordia y el sentido del verdadero amor y la prosperidad —. Entré como en una ensoñación y me ví por el desierto asida por su mano. El me enseñó muchas cosas, como que todo lo que se piensa se atrae y lo que se pide con fe y con intención de ayudar te viene. Que debía pedir, pero no preocuparme si tardaba el resultado. El que piensa continuamente en la miseria atrae la miseria, quien piensa en la enfermedad atrae la enfermedad, quien piensa en amor recibe amor y que éste era el secreto de la Kábbalah. Posteriormente otros seres como Enoch y Zadok me dirían que el ser humano había deformado a lo largo de la historia el verdadero significado de estos conocimientos. Durante años busqué infructuosamente a personas que me dieran una explicación sobre esas experiencias, hasta que en el primer viaje que hicimos, ya hace varios años, a México, nos encontramos con una mujer (a la que llamaré Silvia) que se interesó mucho por mis explicaciones. Comenzó a hacerme una serie de preguntas, entre las cuales estaba esta: — Encarna, ¿podrías decirme el orden en que se aparecieron esos seres? — Sí, Silvia. Primero fue Melquisedec, luego Enoc y finalmente Zadok. A la mujer se le abrieron los ojos y con una sonrisa me dijo: — Un momento, tengo algo para tí —. Instantes después aparecía con un antiguo libro que depositó en mis manos diciéndome: -Hace años que estoy esperando a alguien que me responda correctamente y en su orden a las preguntas que te he hecho. Me dijeron que

debía regalar el libro a esa persona cuando apareciera, y eres tú. El libro debía ser muy valioso, pues esa persona lo tenía como un tesoro. Estaba viejo y con las cubiertas medio rotas. Acepté el regalo a pesar de que en principio Daniel quería rechazarlo alegando que era demasiado valioso. Sentía que era muy importante para mí y lo acepté. Durante el viaje de regreso a España no pude levantar los ojos del libro. Me quedé fascinada, pues en él se explicaban todas las experiencias que yo había tenido y nadie había podido interpretarme. Encontraba, por fin, el sentido profundo de la Kábbalah que tanto había buscado. A partir de ese momento conocería a rabinos y profesores de Kábbalah que me irían confirmando todo aquel universo que el libro me había abierto. Encarna Sánchez —•—

Barcelona, octubre 1994. Un hecho común a la mayoría de personas que terminan estudiando Kábbalah es que en algún momento de su vida ha ocurrido algún acontecimiento especial que les ha llevado a este conocimiento. Dentro de ellos son frecuentes distintos tipos de experiencias que suelen interpretarse como “llamadas”. En mi caso diré que mis inicios fueron también un tanto especiales. Todo comenzó un día en que, en el momento de despertarme, decidí quedarme un rato más dormido. Durante ese último sueño ocurrió algo fuera de lo común. Ví un hombre que se me acercaba vestido con una túnica completamente blanca. Tenía una cuidada barba, un suave cutis y una mirada muy dulce. Avanzó hacia mí y junto al oído me dijo: — Daniel, voy a enseñarte el misterio de los números y las letras. — Sí, –respondí– estoy buscando el conocimiento de la Kábbalah porque siento que encierra una gran verdad, pero no encuentro las respuestas que busco.

— Yo voy a revelarte entonces el significado de todo ello para que te quede grabado. Comenzó a explicarme paso a paso el significado de los diferentes números o sephirot. Finalmente me dijo: — Ahora debes buscar un libro llamado Sepher Yezira (eso es lo que entendí). Es el libro más antiguo existente sobre Kábbalah. Originalmente fue escrito por el patriarca Abraham. Una vez dicho esto me desperté. Eran las 8 de la mañana y ya tocaba levantarse. Desgraciadamente se me había olvidado por completo toda la información recibida. Únicamente el nombre del libro seguía grabado en mi mente. Como jamás había leído un libro sobre Kábbalah, ignoraba por completo la existencia de uno con tal título. Por lo cual decidí comenzar a buscar su existencia. ¿Existiría de verdad un libro llamado así? Al día siguiente decidí visitar a Ignacio. Este hombre era un conocido que estudiaba Kábbalah, aunque era todavía principiante. Quizá él me pudiera dar alguna pista. Cuando por fin nos encontramos le expliqué lo que había sucedido en el sueño. Él me confirmó que, sin duda, era un mensaje que interpretaba como que yo tenía que comenzar a estudiar Kábbalah. Pero al nombrarle el libro, ante mi gran estupor, me contestó: — Sí, el Sepher Yetzirah existe. Está considerado el libro más antiguo sobre la Kábbalah. A pesar de estar escrito en el siglo VI hay quien asegura que procede del mismísimo profeta Abraham. Por cierto, yo tengo un ejemplar en casa. Te lo voy a regalar porque ese libro yo no lo entiendo y quizá a ti te será de más utilidad. Me quedé boquiabierto. ¡¡ El libro existía y además me lo iban regalar!! Lo más asombroso fue que al leerlo comprendí prácticamente todo su contenido. Aun hoy en día no comprendo como Ignacio no lo entendió. Posiblemente estaba predestinado a regalármelo. Al cabo de poco tiempo perdimos el

contacto. Nunca más supe de Ignacio. Daniel Rodés —•—

El maestro Isaac Luria

T ranscurría el año 1.570 y el joven Jaim ben Yosef Vital, que a la sazón tenía 27

años, había decidido consagrar su vida a la búsqueda de la verdad. Casado desde hacía cinco años, estaba dedicado en cuerpo y alma a encontrar y practicar los misterios de la Kábbalah para lograr la experiencia de la unión con D-os. En Damesheq (Damasco), donde residía, había diferentes rabinos, de los cuales aprendió las bases de ese conocimiento, aunque también había recibido la tradición a través de sus numerosas experiencias en sueños, donde distintos seres le habían revelado alguno de los misterios divinos de la Kábbalah. Sin embargo, deseaba encontrar a ese maestro que le permitiera encontrar los misterios profundos; aquellos que la mayoría de las personas que había conocido ignoraban, un sabio de corazón. Damesheq era en esa época una ciudad calurosa y polvorienta, llena de vida y de mercaderes que procedían de diversos países. Por ellos supo que, a su ciudad natal, la capital de Galilea, Safed, situada en las frías montañas del monte Meron, había llegado recientemente, procedente de Jerusalén, un gran maestro de

Kábbalah llamado Isaac Luria, apodado el Ari, el león de sabiduría. Se decía de él que, a pesar de su juventud, ya que tenía 36 años, tenía una conexión especial con los antiguos maestros y su vida imitaba a la de los profetas antiguos. Estos hab ían dicho que la Kábbalah se recibía a partir de los 40 años y todo aquél que la recibiera antes no alcanzaría dicha edad. ¿Estarían ellos en ese caso? Habiendo vivido como ermitaño por 13 años, no era inusual que el Ari meditara sobre un verso del Zohar por muchos meses, hasta que el significado oculto le fuera revelado. Una noche, en su lecho a punto de dormirse, Jaim ben Yosef Vital sintió que alguien tiraba de él y lo sacaba de su cuerpo físico. Se encontró flotando en la habitación fuera de su cuerpo, lo que hoy llamaríamos un viaje astral. Este tipo de experiencias eran bastante comunes para él, pero en esta ocasión se encontró con un ser, con una cuidada barba negra, un gorro y cejas pobladas que se identificó como Isaac Luria quien le pidió que abandonara Damasco y se trasladara a Safed a reunirse con él, ya que tenía que transmitirle toda una serie de conocimientos. Al despertar en su lecho Jaim quedó muy impresionado, pensó que quizá había encontrado aquel maestro que hacía tanto tiempo que estaba esperando, pero también pensó que todavía no era el momento adecuado de abandonar Damesheq. Él tenía un grupo de alumnos a los que enseñaba Kábbalah y no pensaba abandonarlos. Desde el día en que el Ari Isaac Luria llegó a Safed, la experiencia fuera del cuerpo de Jaim Vital, quien se hallaba en Damasco, se repitió noche tras noche: “Rabí Jaim — le decía Luria— , ¿por qué no vienes a recibir la Torá de mi boca? Él dudaba, pero como quiera que en las semanas siguientes dicha experiencia volvió a repetirse, una mañana convocó a sus discípulos y les manifestó su decisión de trasladarse de ciudad, mudarse a Safed para encontrarse con ese maestro y les dijo: — En Safed vive un Ashkenazi, un sabio judío de padres alemanes. Esta noche sacó mi alma del cuerpo y me dijo que debía ir con él y recibir sus lecciones sobre la Torá. Un día, cuando yo estaba sentado ante vosotros y

os exponía los misterios, me resultó incomprensible un pasaje del libro” el Zohar” y no pude interpretarlo. Largo rato medité en vano sobre su sentido. Al segundo día no supe responder sobre otro pasaje, y lo mismo ocurrió al tercer día y al cuarto. Entonces comprendí que debía hacer este viaje. — Sabed que tengo deseos de ir a Safed, para conocer al rabino Isaac. Y allí viajó finalmente. Safed era una ciudad muy distinta a Damasco: más pequeña y aislada, situada en las montañas, cerca del monte Meron. Laberinto de calles angostas, adornadas de tanto en tanto por puertas grabadas o pintadas, faroles de cobre adornaban las calles. De hecho, aunque había sido fundada dos siglos antes de Cristo, sólo hacía 300 años que, con la llegada de diversos rabinos cabalistas había comenzado a adquirir importancia como ciudad. Flavio Josefo construyó fortificaciones en el lugar que luego sirvieron como cimientos para la construcción de un castillo cruzado durante el siglo XII. Ahora, estaba constituida por numerosas casas de piedra, la mayoría de dos plantas, con unas callejuelas estrechas, la mayoría con pronunciadas pendientes dado que Safed está situada en una zona montañosa, pavimentadas con piedra, lo que le daba un aspecto acogedor y rústico. De los balcones colgaban macetas con flores y plantas, lo que resaltaba el aspecto tranquilo y hospitalario de sus habitantes. Safed era una ciudad muy inmersa en la Kábbalah, no solamente en los aspectos teóricos y filosóficos, sino también en sus aspectos más ocultos. La ciudad abundaba en quirománticos, los que contaban la fortuna y leían las gotas de aceite, algo que el Rabi Jaim conocía desde su infancia, dado que había aprendido de los místicos árabes la lectura de cristales y la geomancia, pero ahora las sinagogas y centros de Kábbalah habían aumentado.

Safed había adquirido celebridad a partir del momento en que varias escuelas cabalísticas se habían instalado allí, especialmente desde que el gran Rabí Moisés de León en una cueva cercana había recibido como fuente de inspiración el texto del Zohar, en el siglo XIII. Moisés de León manifestó que dicho texto pertenecía sin embargo a Simeón Bar Yojai un místico considerado santo que vivió en el siglo II, y que también había recibido el conocimiento en meditación en la cercana cueva de Rashbi en Pekihin mientras se ocultaba del ejército romano. Moisés de León afirmó que el sólo lo había copiado. Tras su muerte, sin embargo, su familia manifestó que en realidad gran parte del libro había sido creación suya. Una vez en Safed, Jaim Vital se dio cuenta del cambio producido en la ciudad desde su infancia. La Kábbalah estaba presente por doquier: había diversas escuelas en la ciudad. De las fachadas de las casas colgaban dibujos de la Menorá, el candelabro de siete brazos, así como signos y letras que a él

le resultaban muy familiares. Parecía que los estudiantes cabalísticos se hubieran concentrado en ese lugar específico. Además, observaba numerosos artesanos: artistas que esculpían, pintaban o realizaban obras de arte. El ambiente artístico impregnaba toda la ciudad. Finalmente llegó a una casa que tenía una gran puerta de madera, con barrotes de hierro forjado. Siete años antes de la llegada de Isaac Luria, en el año 1.563 se estableció en Safed la primera imprenta hebrea de Tierra Santa que ayudaría a la divulgación de los textos cabalísticos. Ante la puerta de madera, llamó con la balda. Siempre había pensado que un maestro sería un anciano con larga barba rodeado de numerosos eruditos también de edad madura. Pero lo que vio al franquear la puerta cuando finalmente le abrieron, le llenó de sorpresa. Únicamente veía jóvenes, una treintena, con libros en las manos, conversando animadamente, junto a otro hombre joven que irradiaba un gran magnetismo. Reconoció en él al ser que vio en sueños. Era el maestro que iba buscando, Isaac Luria. A diferencia de los rabinos que conocía y de él mismo, estos hombres no vestían siempre de negro, sino que el día del Sabbat y su víspera hacían una excepción y vestían completamente de blanco. En cuanto llegó se presentó ante el ARI, (1) quien se alegró muchísimo y le dispensó grandes honores. Rabí Jaim le expuso el primer pasaje difícil, y el ARI le dio la interpretación. Le expuso el segundo, y también lo interpretó, y ante los ojos de rabí Jaim Vital se abrieron las puertas de la luz. Llegó así el tercero. — ¡Hasta aquí! --dijo el ARI--. Has llegado al límite. Aún no te está permitido penetrar más profundamente. Ahí quedó rabí Jaim, paralizado ante su maestro como el zorro ante el león. Entonces Isaac Luria despidió a su huésped. Rabí Jaim se fue a su alojamiento con gran desilusión y se vistió con una túnica. El día entero ayunó, lloró y rogó a D-os que pusiera en el corazón del ARI el deseo de aceptarlo como discípulo. Por la mañana fue a verlo e imploró con voz llorosa:

— ¡Acéptame como tu discípulo, si has venido realmente a este mundo para enseñarme la Torá! Entonces dijo el maestro: — Tres largos meses esperé con ardiente deseo que vinieras a mí. No viniste y me causaste un gran dolor. De la fuente brota cada vez más agua fresca y no hay allí vasija para recogerla. Por eso no debería aceptarte entre mis discípulos, a causa de tu dureza de corazón. Pero tu arrepentimiento de ayer ha cambiado las cosas, de modo que te abriré todas las puertas y te haré ver en todo su esplendor la luz de la Kábbalah. Entonces rabí Jaim cayó al suelo y clamó: — ¡Loado sea el Rey del universo! A partir de ese día, rabí Jaim se sentó ante el ARI como un joven discípulo más y escuchó sus lecciones. Pero su mente estaba débil y sin fuerzas, y olvidaba enseguida todo lo que había recibido. Ese era el castigo por el dolor causado al maestro con su negativa durante tres largos meses. Rabí Jaim lloraba continuamente ante el maestro para que lo ayudara, y se preguntaba: ¿estaba predestinado a este encuentro? ¿Lo retrasé voluntariamente? ¿Y si finalmente no hubiera venido? Estas preguntas le rondaron por su cabeza, pensando acerca del destino que los hombres tienen marcado y su libre albedrío. ¿Existe el destino? ¿Está todo escrito? ¿Hasta que punto el ser humano tiene libertad en sus actos? Todas estas preguntas serían respondidas en su proceso de aprendizaje que duraría unos dos años.

Un día, Isaac Luria conduciría a sus discípulos hacia Tiberias. Allí haría beber a rabí Jaim en el pozo de Myriam. Desde entonces no olvidaría nada más. También adquiriría la sabiduría para leer en los rostros de los hombres su pasado y futuro, su fortuna y adversidad, su delito y su buena obra como en un libro abierto. —•— Esta historia forma parte del libro de Hajim Bloch: Leyendas cabalísticas: semblanza de rabí Isaac Luria. Versión original: Hajim Bloch: Kabbalistische Sagen. Leipzig, 1925.

El Árbol de la Vida

Árbol de la Vida de Isaac Luria.

— Maestro, conozco la existencia del Árbol de la Vida, pero lo que he estudiado hasta la fecha es insuficiente pues me falta saber las relaciones entre los distintos sephirot. La mayoría de los rabinos sólo explican cada sephira de forma independiente, y no logro formarme una idea clara de la estructura general del árbol. ¿Podría explicármelo en un lenguaje accesible? — Jaim, a ti te enseñaré con claridad aquello que otros anteriormente han tratado de ofuscar y esconder, con la intención que el conocimiento no cayera en manos de alguien que no hubiera alcanzado la purificación necesaria para comprender los misterios divinos.

sabes el Árbol de la Vida es un diagrama formado por un total de 10 C omo esferas conectadas entre sí por 22 caminos. Estas esferas en hebreo son llamadas sephira, o sephirot en plural. Pero, en realidad, no son 10 sino que son 12 debido a que dos no se dibujan en el árbol: Daat y Paroket, que son invisibles, con lo cual tendríamos 10 visibles y 2 invisibles, en total 12. Entre esas diferentes esferas hay un total de 22 caminos o senderos que las unen entre sí, que se corresponden con las 22 letras del sagrado alfabeto hebreo. El alfabeto hebreo es considerado al igual que el sánscrito una lengua sagrada, al combinarse sus letras entre sí, se forman unas palabras que tienen un determinado poder, es lo que se conoce como la ciencia de los mantras, los sonidos sagrados. Mantra significa palabra de poder. Al pronunciarla su sonido produce toda una serie de efectos. Algunos mantras orientales son muy conocidos como el Om. En hebreo, aunque no tan conocidos, hay determinados mantras que son también muy poderosos y son los que se practican en la Kábbalah. Cuando nosotros contemplamos el Árbol de la Vida podemos ver que se puede descomponer en varias formas. La primera de ella es lo que se llaman columnas cuando miramos los ejes verticales del árbol: — PILAR O COLUMNA DE LA MISERICORDIA — Tiene que ver con las fuerzas creativas de la naturaleza, con la expansión, con todo lo que lleve a la creación. — PILAR O COLUMNA DEL RIGOR O DE LA SEVERIDAD — Es la que establece las leyes que van a ordenar esa creación. Nos habla del rigor, de las leyes y el orden. — PILAR DEL MEDIO O COLUMNA DEL EQUILIBRIO — Es la columna de la conciencia, en la cual nosotros vamos ascendiendo para llegar a la conexión con la unidad.

La columna de la misericordia se corresponde con el amor y la creatividad. En ella están las fuerzas expansivas y creativas. La columna de la severidad corresponde a las leyes, al orden, a toda la estructura de la creación, por lo cual es una limitación y contracción. El pilar del medio se despierta a medida que nosotros trabajamos los pilares de al lado, la misericordia y la severidad. El árbol también podemos clasificarlo en forma de triángulos:

• TRIANGULO SUPERIOR — Llamado

el triángulo DIVINO. En él se encuentra el mundo del Espíritu. El Espíritu se diferencia del alma en que no corresponde a una cualidad que se pueda expresar en nosotros, sino que está más allá de nuestra alma, es el principio divino, que corresponde a la Corona de Keter, a la sabiduría de Jokmá y al entendimiento de Biná. Representa la iluminación, la luz, la sabiduría suprema y el entendimiento o la profunda comprensión de las cosas. Contiene el plan divino de donde venimos y para que nos crearon las fuerzas divinas. En el cuerpo lo asociamos a la cabeza y lo llamamos Neshamá. • TRIANGULO CENTRAL — Llamado el triángulo del ALMA o de la ÉTICA, en él se encuentran todos los principios de la individualidad.

Corresponden a unas cualidades que no dependen de la época (como ocurrirá en el triángulo inferior) ni de la sociedad, ni de la herencia cultural, sino que son cualidades permanentes de nuestra verdadera esencia que es nuestra conciencia, nuestra alma, nuestra individualidad, están representadas por la belleza y la armonía que representa Tiferet, la conciencia. Más allá de nuestra mente y de nuestras emociones está la conciencia, que es la posibilidad de reconocernos a nosotros mismos, saber qué es lo que somos más allá de la mente y las emociones. Otra cualidad sería la severidad, la fuerza interior que nos permite vencer y superar las dificultades, Geburá. Y el amor y la misericordia de Jesed, que será otra cualidad del alma. Así se diría que el alma tiene tres aspectos: la conciencia, la fuerza interior y el amor y la misericordia. Según el rabino Isaac el Ciego es en Jesed y Geburá donde toman su raíz el bien y el mal. El proyecto del alma, todo lo que debemos reconstruir, transformar y que dones traemos de otras vidas. En nuestro cuerpo lo llamamos Ruaj.



TRIANGULO INFERIOR — Llamado el triángulo de la PERSONALIDAD, donde se encuentran todos los factores que podríamos llamar humanos. Se trabaja el cuerpo físico y los sentidos (Maljut), el subconsciente (Yesod), la mente (Hod) y las emociones (Netzaj). El programa humano y los patrones heredados. Todo lo que creamos con la mente, emociones, patrones familiares, sociales, y

nuestros actos. En nuestro cuerpo lo llamamos Nefesh. Los tres triángulos del Árbol de la Vida corresponden pues al ESPÍRITU, el ALMA y la PERSONALIDAD. — Maestro, ¿entonces el alma y el espíritu son cosas diferentes? — Los tres triángulos pueden asociarse a la definición del hombre según Platón: el ser humano es triple en su naturaleza: tiene cuerpo, alma y espíritu. El triángulo inferior es el cuerpo o personalidad, el intermedio, el alma y el superior, el espíritu. Así, dentro de la Kábbalah, se establece una diferencia entre alma y espíritu. Son dos conceptos que a veces se confunden, parece que signifiquen lo mismo y en realidad no son lo mismo. El alma, según el Árbol de la Vida es un principio que tenemos encarnado en el que destacan una serie de virtudes y cualidades que el ser humano tiene que despertar y aflorar. En cambio, en el triángulo divino no hay que perfeccionar nada, ya que el espíritu es perfecto de por sí, es el espíritu de cada cual que no está encarnado, sino que se halla en un nivel superior. Decimos que no está encarnado porque según el Árbol de la Vida hay una fractura, una distancia para llegar a ese triángulo superior. — La Kábbalah —Prosiguió Isaac Luria— Se dirige por encima de todo a la perfección del alma individual y al mejoramiento de los mundos. Ambas cosas están unidas en la idea de “Tikun”, que significa “mejora o enmienda” El mundo de la perfección futura es llamado “mundo de Tikun”. Ello puede interrumpir el exilio, en particular la diáspora interna en la que está sumida toda la creación. Si vemos como están colocados los senderos en el Árbol de la Vida, podríamos hacer un camino de ascenso, partiendo desde abajo, Maljut hasta llegar a Jesed, un camino de perfección del alma individual. En Jesed nos encontramos que para pasar a la siguiente sephira, que sería la esfera negra de Biná, hay que atravesar el sephira invisible Daat. Hay un salto, un vacío. En ese punto hay cierta distancia, es lo que se llama el “gran abismo”. Es un vacío entre los triángulos inferiores y el superior. De esta manera, podríamos decir que hay 7 sephirot inferiores y 3 superiores que corresponden precisamente a la

descripción de lo que es el espíritu bajo el número 3.

También encontramos esta clasificación en las letras hebreas donde hay 3 letras madres y 7 simples. El tres representa el mundo de la creación y el 7 el número, bajo el cual toda esa creación, se ha manifestado o se ha organizado. El Árbol de la Vida es el dibujo que resume todo el proceso de la creación del universo, así como la estructura multidimensional del ser humano. Nuestro microcosmos llamado cuerpo es un mapa de la conciencia divina, pero que hay que despertar a través del uso de mantras o los nombres sagrados de D-os. Entonces se armonizan y coordinan todas nuestras células, átomos y cuerpos, interconectándose con los árboles intergalácticos y puede circular la energía superior por nuestra red de energía sin perjudicarnos.

No tenemos que ver nuestra materia o nuestro cuerpo como un simple cuerpo físico que se muere y acaba, porque nuestro cuerpo tiene códigos y poderes de transformación. Dentro de nuestro cuerpo hay zonas de poder. Es la imagen perfecta de D-os lo que representa el Árbol de la Vida dentro de nuestro cuerpo. Las escrituras nos dicen que D-os creó al hombre a su imagen y semejanza, pero D-os no tiene imagen. ¿Entonces que significa esto? Que D-os nos dió los mismos poderes creadores de Él. Nuestra mente puede crear y destruir, así como transformar la materia.

Tenemos el mundo de Keter en lo alto de la cabeza, Biná y Jokmá en nuestro hemisferio cerebral izquierdo y derecho a la altura de los oídos, y así todo el Árbol de la Vida hasta llegar a la planta de los pies. Es decir, todo lo que es arriba es abajo, si nosotros estamos aquí desconectados de ese conocimiento fue porque quisimos conocer la dualidad. Cuando D-os creó al hombre no lo creó para que se destruyera ni cayera en la dualidad, sino para construir el manto del Mesías, pero ocurrió que le dio todo el conocimiento que tiene Él, y el hombre se rebeló. De ahí vino la historia de los ángeles caídos. Al desconectarnos del Padre, al querer ser más que el propio D-os, perdimos el conocimiento, el entendimiento y la sabiduría, pero no se nos desconectó. Simplemente se apagó. Durante milenios hemos nacido una y otra vez intentando recuperar eso que perdimos, pero no había forma de encontrarlo. Por fin, regaló al hombre la fórmula para regresar a esa unidad, y esa fórmula es la Kábbalah. La Kábbalah es el conocimiento, el entendimiento y la sabiduría que vamos a recuperar para poder regresar al mundo del paraíso. Todas las dimensiones o sephirot que hay dentro de nuestro mundo están interconectados con nosotros, pero tenemos que activarlos y eso es lo que la Kábbalah propone, cada vez que pronunciamos una letra, saber que estamos activándola y que se está conectando. Esa es la Kábbalah: entender que estamos realizando conexiones. — Maestro, ¿existe alguna referencia directa en el Pentateuco acerca del dibujo del Árbol de la Vida. -Sin duda, el esquema más antiguo conocido del árbol sefitórico, es ciertamente, la Menorá, prescrita por Jehová a Moisés en la montaña del SINAI y cuyas recomendaciones respecto su construcción revisten una singular precisión: Leemos en Éxodo 25:31-40. “Harás además un candelero de oro puro... y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado. Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor, así en los seis brazos que salen del candelero y en la caña central del candelero cuatro copas... Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia delante... Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.”

— Aquí en la sinagoga tenemos un gran menorá de oro, que como puedes ver, tiene la altura aproximada de una persona. Tiene las mismas medidas que la original que se hallaba en el templo de Salomón. La Torá prescribe que una menorá que sea una réplica exacta en sus medidas de la original sólo puede estar en los recintos sagrados, como en esta sinagoga. Más que un objeto de culto es un soporte para la meditación, que poco a poco revela a quien lo contempla los arcanos misteriosos de la divinidad. Hecho a la imagen de la balanza cósmica a la cual los cabalistas se refieren con frecuencia, la Menorá se compone de un eje de equilibrio, tres brazos de misericordia a la derecha y tres de severidad a la izquierda. Si os fijáis atentamente en el dibujo observareis que es el Árbol de la Vida en realidad, pues si contamos las siete lucernarias más las tres esferas del pie, representarán los 10 Sephirot y las tres manzanas de cada brazo: 3 x 7 = 21, más la del pie, en total 22. Es decir, tenemos la representación de los 10 sephirot y los 22 senderos o letras hebreas.

Menorá con las mismas medidas de la original del Templo de Salomón.

Es una prueba evidente de que ya en época de Moisés se conocía la Kábbalah y el Árbol de la Vida. Por eso muchos consideramos que Moisés fue en realidad el primer maestro cabalista. —•—

Maljut

E LIHAU

VIDASH había nacido en Jerusalén; desde pequeño estaba acostumbrado a ver rabinos en su ciudad, pero también a familias que estaban en contra de la ley, como la suya. Los padres querían que continuara el negocio familiar ya que era hijo único y estaban en contra de su búsqueda espiritual. Le obligaban a cumplir las leyes que ellos querían, pero no las que él necesitaba; Él no quería aprovecharse de la gente ni dedicarse al comercio, él sólo quería conocer la naturaleza, las plantas, conocer gentes de diversos lugares, ser hospitalario, era una persona pacífica. Un día se encontró en la calle con un rabino llamado Yakov, quien le preguntó acerca de la escuela de Kábbalah de Isaac Luria. En esta conversación vió que aquel hombre defendía los mismos valores en que el creía. Eligió acompañarle hasta la sinagoga de Isaac Luria en Safed, a lo que sus padres accedieron viendo su gran determinación.

Vista de Safed.

Una vez llegados, llamaron a la puerta y un joven les invitó a entrar. El alma de Elihau se emocionó al entrar en el templo donde se recitaba el Zohar. Contempló que en el centro del edificio había una estructura circular de madera en la que subiendo unas escaleras se llegaba a un púlpito. Desde ese lugar el maestro solía leer pasajes del Zohar. Los alumnos se sentaban en unos bancos existentes junto a los muros situados alrededor. Quedó fascinado observando las enormes lámparas que colgaban del techo. Algunos cuadros que colgaban de las paredes contenían frases extraídas de los libros sagrados.

Especialmente se fijó en la cúpula situada sobre la estructura circular de madera, tenía una serie de ventanas por las que entraba la luz del día creando un ambiente acogedor. Diversas pinturas muy bellas, de árboles, palmeras y árboles frutales decoraban las blancas paredes y el techo. Asimismo, había pinturas doradas de instrumentos musicales, referencia a la música que se toca en los cantos judíos, originarios de la época del rey David. Todo muy limpio y perfumado. Las velas encendidas y el incienso daban un aire de recogimiento y espiritualidad a este lugar.

En esos momentos se escuchaba un canto: Shema Israel Adonai Elohenu, Shema Israel Adonai Ejad. Un canto de alegría que les daba la bienvenida. Este cántico lo realizaban por la mañana y por la noche, para abrir las puertas y senderos del cielo. Tomaron asiento y el hermano asistente les mostró un libro que estaba oculto en el tabernáculo detrás de una tela púrpura. Así está establecido en el Pentateuco. Exodo cap. 26: Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí, y lo harás con querubines de obra primorosa... Elihau lo tomó emocionado en sus manos: era el Zohar. Se concentró unos momentos y pidió una respuesta: abrió el libro al azar y su mirada se fijó en la página izquierda. En ese lugar leyó: Felices son los hijos de Israel a los cuales el Santo, bendito sea, dió la Ley de verdad, de modo que pudiesen empeñarse en el estudio día y noche, pues quien se dedica al estudio de la Torá logra libertad completa, aun de

la muerte, que no puede prevalecer más sobre él, pues quien se empeña en el estudio de la Torá y se apodera de ella, se apodera del Árbol de la Vida; y quien se relaja del sostén del Árbol de la Vida, vé al árbol de la muerte sombrear sobre él y apoderarse de él. Elihau quedó profundamente conmovido. Parecía que esas palabras estuviesen escritas expresamente para él. En ese momento sintió dentro de sí la convicción que ese era el camino de su vida y que debía dejar a su familia, para integrarse en la comunidad de rabinos y convertirse también él en uno de ellos. Vió que esos eran hombres justos que cumplían la ley divina y que trabajaban con la verdad y la justicia. En ese momento apareció el maestro, El Ari, que comenzó a explicar: — Esta sinagoga es la más vieja de Safed. Las fuentes históricas la mencionan desde 1522, como la sinagoga de los judíos africanos del norte, conocida desde entonces como Eliyahu Hanavi. Prefiero orar en esta sinagoga, principalmente debido al hecho de que sus ventanas miran hacia fuera, sobre el monte Meron, y la tumba del rabino Yohai Ben Shimon. Me gusta sentarme en este banco del lado del este de la sinagoga, estudiando Kábbalah, pues fue aquí donde se me apareció el profeta Elías — Elihau escuchaba fascinado, deseando que a él pudieran ocurrirle también ese tipo de experiencias. — Sentaros que hablaremos sobre Maljut.— Y así comenzó su disertación: — La palabra Maljut significa Reino, o también Ha Aretz, la Tierra. Es considerado un sephirot desprendido dentro del Árbol de la Vida. Todos venimos a la tierra para desarrollarnos, tenemos capacidad para pensar y sentir, conocer y experimentar todo tipo de situaciones que nos permiten alcanzar la transformación, pasando de seres humanos a penetrar en los misterios del mundo, los enigmas del ser, y descubrir el camino de regreso al paraíso. Reino se refiere al espacio en el que tiene

lugar la creación. Espacio implica también la idea de lo material, lo físico, los cuatro puntos cardinales. Un reino debe ser gobernado por un rey. Así en el Árbol de la Vida, la noción del rey es la que corresponde al sephira central del Árbol de la Vida llamado Tiferet con quien tendremos que unirnos. Maljut en el Árbol de la Vida corresponde a las raíces, la parte del árbol que se halla dentro de la tierra. Se asocia al cuerpo físico, la conciencia sensorial y nuestra capacidad para desenvolvernos en el mundo material. Unas buenas raíces permiten al árbol echar buenos frutos. Este sephira corresponde al proceso final de la creación, la materia física, pero como quiera que el reino debe existir con alguien que lo gobierne, existe una relación entre Keter (que significa corona), Tiferet, donde está el rey y Maljut. La corona está encima de todo y el reino debajo, la corona es de quien gobierna el reino. La Kábbalah intenta unir esos dos extremos, se trata de hacer llegar la luz blanca o luz divina de la corona al mundo material, para que el rey pueda gobernar su reino que está dentro de nosotros. El reino representa también nuestro cuerpo físico, nuestros sentidos físicos, la conciencia ordinaria, que, si no es gobernada por el Rey o nuestro espíritu, se encuentra en el caos y la desorganización. La Esfera de Maljut corresponde a la conciencia de los sentidos, necesitamos traer la luz a este reino para que podamos darle un sentido a la vida, para que podamos establecer un orden y una conciencia en nuestro mundo material. Este sephira tiene un nombre divino que es ADONAI MELEK. Este nombre significa la vibración más elevada que se produce en ese reino. Adonai Melek significa señor y rey. Cuando se pronuncia este nombre se está haciendo vibrar el nombre divino dentro de la esfera de la tierra y se está afirmando que el rey gobierna su reino. El Rey es nuestro propio espíritu o Ser que debe gobernar el reino. Al comienzo de nuestro camino el reino se encuentra sin rey. La imagen mágica utilizada en las meditaciones de Maljut es la de una novia, Kallah, mujer vestida de blanco, sentada en un trono, simbolizando que ella esta esperando a su novio, el Rey. Los esponsales, el matrimonio sagrado entre el rey y la reina.

Es la unión de la materia y el espíritu. La novia espera que el Rey se una a ella. Es cuando nosotros conseguimos atraer al rey al mundo material. Necesitamos atraer la luz al mundo físico. Tenemos que cuidarnos de nuestras obligaciones materiales para poder penetrar en el mundo espiritual. Tenemos que prepararnos para la llegada del rey. Para ello debemos cuidar nuestro aspecto físico, tanto interno como externo. Cuidar la forma de vestir, la imagen, la higiene tanto física como mental. Observando nuestra forma de ser, realizar ejercicios respiratorios, alimentarse equilibradamente. Otra forma de conseguir la limpieza interior es adentrarse dentro de una cueva sagrada, al estilo de las cuevas de Jerusalén, las que hay en el país cátaro francés, las que existen en Grecia, etc. Al estar dentro de ellas, las influencias de los planetas no ejercen poder sobre nuestra personalidad y en la máxima oscuridad dentro de la cueva y en silencio pedimos ser transformados a través de la energía de la madre tierra o la novia Kallah. Ella con su energía nos envuelve transmutando las partes oscuras que habitan en nuestro interior. Purifica nuestro cuerpo. Dentro de las cuevas, en el máximo silencio, nos damos cuenta de que los pensamientos mundanos y las vanidades del mundo se quedan atrás. Poco a poco vamos ahondando hasta conseguir el vacío de la mente y conectando con la luz o fuerzas cósmicas superiores. Esta oscuridad de las cuevas es el color negro de la parte inferior del sephira Maljut, tal como se dibuja en el Árbol de la Vida. Mientras estamos en este profundo silencio se va desarrollando la comprensión y el amor. Maljut no es solo la Tierra, es el alma de la Tierra, madre de todos los elementos que da vida y poder sustentador. Forma todas las especies y a cada una de ellas la dota de cualidades curativas, equilibrantes y seleccionadoras, ya que la propia naturaleza elige entre lo fuerte y lo débil para que haya equilibrio en la tierra. ADONAY MELEK es el nombre divino del sephirot. Pronunciar este nombre permite la fusión con la divinidad en la esfera de la tierra. Si unimos la voluntad de cambiar con la vibración del mantra y los ejercicios de visualización se produce una conexión, a través de ese canal descienden energías superiores que permiten realizar dicha transformación. Al estar predispuesto a recibir, en actitud receptiva, la energía divina permite que la vibración inferior aumente en varios grados.

Maljut nos enseña que debemos aceptarnos y amarnos a nosotros mismos. Todos los problemas vienen por no haber desarrollado el amor incondicional. La Kábbalah nos enseña a despertar el amor y el conocimiento que hay en nuestro corazón y que está dormido. Al despertar nos activa la intuición, y la intuición nos guiará a tomar decisiones valiosas y con amor, pues salen desde el interior del corazón. Pero, si por el contrario, actuamos con despecho, con criterios o conceptos, juzgaremos, estaremos resentidos y dolidos, y atacaremos al contrario cuando se dirija a nosotros y crearemos un conflicto y una separación. Los 4 colores de Maljut (bermellón, verde oliva, ocre y negro) representan los 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra, así como los cuatro puntos cardinales. El trabajo de Maljut consiste en tomar conciencia del aquí y ahora, de qué ocurre con los pensamientos en un momento dado, con las emociones, etc. Tomar conciencia de qué está sucediendo en cada momento. Aunque parezca increíble nosotros no somos conscientes de lo que ocurre en nuestro Maljut, de lo que pensamos o sentimos, ya que no les prestamos la suficiente atención. Para ello sería preciso observarlos a cada instante como se manifiestan. Así nos volveríamos conscientes de nuestros sentidos. Notaríamos la diferencia entre andar despiertos y atentos o dormidos o sonámbulos. Tomar conciencia de nuestro cuerpo representa saberlo escuchar. Muchas veces nuestro cuerpo nos habla a través de un dolor, una sensación de incomodidad, hormigueos, etc. y no le hacemos caso. Cada vez que esto ocurre nuestro cuerpo se queja, nos avisa de que nuestra postura corporal no es la correcta, que algo anda mal o bien nos dice que estamos percibiendo una presencia psíquica a nuestro lado. El cuerpo tiene su manera de comunicarse con nosotros. Las personas sensitivas son capaces de notar la presencia de espíritus por las sensaciones de su piel. Un sanador curativo es capaz de sentir calor en sus manos, así como el paciente puede notar como si las manos de varias personas se posaran sobre su cuerpo. En la iniciación egipcia el candidato debía superar diversas pruebas relacionadas con los 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra. En ellas se veía envuelto en fuego,

tenía que caminar sobre un precipicio, nadar en el agua y pasar entre dos moles de piedra que amenazaban aplastarlo. Si el candidato conservaba la calma superaba la prueba. Esto demostraba la capacidad de dominarse a s í mismo, y de poder romper los límites de los sentidos. Todo proceso iniciático comienza por relacionarse adecuadamente con el mundo que nos rodea, el mundo material de los cuatro elementos, para después ser capaz de pasar más allá. En el Árbol de la Vida, Maljut es dibujado en cuatro colores en referencia a esto. En esta fase debemos hacer una meditación y sentir que nos fusionamos con cada uno de los elementos, porque es la forma en que ellos nos reconozcan y respeten y en un momento en que haya un exceso de alguno de ellos podamos pedir a los elementos que colaboren con nosotros. En la antigüedad los elementos estaban unidos al ser humano. Tenemos que recuperar la armonización de los elementos, pidiéndoles su colaboración para que vuelvan a crear nuevas ideas en nuestro trabajo diario. Cada uno de los elementos lleva consigo una parte a trabajar y una virtud con la cual hacerlo. Del elemento fuego proviene el orgullo y la arrogancia, el enojo y la ira. Cuando la persona es arrogante se enoja al ver que no obedecen a sus deseos o caprichos. Si esta persona reconociera sus debilidades sería más humilde y en consecuencia no se enojaría. La cualidad del fuego es la humildad, la modestia. La ira y la arrogancia llevan tambi én a la irritabilidad y al deseo de poder. La consecuencia última del orgullo es el odio, al no permitir que otras personas tengan cualidades que nosotros no tenemos. Del elemento aire se origina la conversación sin sentido, las mentiras, las críticas negativas, burlas y calumnias. Lleva al comportamiento deshonesto y al robo. La virtud del aire se halla en el saber utilizar la boca para dar enseñanza, para alabar a otras personas y mantener el silencio. Para recibir inspiración e información de los mundos superiores. Del elemento agua se derivan los placeres y deseos, la envidia y la codicia, el deseo de alcanzar el placer de la riqueza. La virtud del agua es la aceptación en su justa medida de los placeres corporales y el rechazo de todo lo que no sea necesario. La creatividad y el amor. La tierra es el más pesado de los elementos y denota pereza, tristeza y depresión Origina la insatisfacción. La virtud de la tierra es la alegría, la

aceptación y la felicidad por cumplir el propósito principal de la vida. El trabajo satisfactorio y el deseo de dejar un buen legado. Aquél dominado por los aspectos materiales de la tierra siempre se queja de su suerte y nunca está satisfecho con lo que tiene. Cada sephirot del Árbol de la Vida implica una reflexión o análisis. En este primero podemos preguntarnos ¿Qué es lo que nos hace sentir seguros? ¿Dónde buscamos nuestra seguridad? ¿Quizá en el dinero? ¿Quizá en una pareja? ¿Quizá en el apoyo de la familia? Los defectos de Maljut son la inercia, la pereza. Dejarse arrastrar por los demás. No tener voluntad para cambiar o iniciar nuevas cosas. Es la característica opuesta a Keter la sephira número 1, que es el impulso, la acción. La búsqueda de seguridad puede ser un lastre pesado, un freno en la aspiración espiritual. Cuando vivimos atados a la seguridad y buscando la forma material para tener una vida más cómoda y segura, lo que estamos haciendo es estancarnos. Es necesario aprender la ley de los ciclos, a vivir el aquí y el ahora, a no agarrarnos a nada que la vida nos pueda arrebatar. De esa forma sufriremos menos reveses en nuestra vida. Hay que estar preparados para saber desapegarse de las cosas y de las personas. Esto se consigue a través de mucho trabajo de autoobservación y confianza en D-os. De lo contrario nos convertimos en seres materialistas que buscamos sólo la seguridad. Maljut debe ser activado y despertado a través de la confianza en uno mismo, el valor y la seguridad en uno mismo que nos llevará a no buscarla en objetos o personas ajenas a nosotros.

Interior de la Sinagoga de Safed.

Cuando caemos en el error de querer tenerlo todo controlado, aparece el vicio de Maljut: la inercia y la pereza, pues cerramos las puertas de la evolución a nuevas posibilidades, negamos el avance, nos frenamos, paralizados por el miedo a cambiar y a perder lo que tenemos. La espiritualidad es algo que no se puede controlar como el materialismo. A nuestra personalidad humana le puede transmitir inseguridad, aunque a nuestra alma le dará otro tipo de seguridad basada en la fe y la certeza. Hay una enseñanza budista que habla de la ley de impermanencia: todo pasa. Es necesario desapegarnos de las cosas materiales; aprender a soltar, pues la vida a veces trae reveses donde se pierde lo ganado y todos los seres que no han aprendido a soltar van a sufrir mucho. Entonces aparece la desdicha, el dolor, la ruina, la mala suerte, el victimismo. Pero si aprendemos a confiar en la ley de unidad con D-os y sabemos que algo termina para empezar algo nuevo; si

sabemos que una puerta se cierra y otra se abre, que incluso debemos aprender a aceptar la pérdida de seres queridos; sabiendo que la tierra es el lugar al que venimos a experimentar cosas, vivir acontecimientos que se ponen en nuestro camino seres para que nos ayuden a experimentar el amor y el desamor, la unión, el compartir, el ayudar, pero sabiendo que todo pasa, que después cambia de plano, que cambia de dimensión, entonces aceptaremos que la muerte es sólo un cambio en este plano que encierra el espacio y el tiempo, pero que hay otro donde siempre es aquí y ahora, donde el espíritu jamás muere. Cuando una persona tiene un problema económico y tiene una sensación que todo le va mal, tiene miedo y se siente un fracasado. Expresiones como “estoy en la miseria” provocan que, como su pensamiento está dando realidad con esta afirmación, esté aumentando y multiplicando la energía negativa destructiva que finalmente acabará arruinándole. A través de la oración y la meditación con la Kábbalah, enseñándole a cambiar su actitud mental y pidiendo ayuda al arcángel Sandalfon pidiéndole “Libérame de todo mal, y ayúdame a conseguir los bienes materiales que yo necesito para vivir” pasado no mucho tiempo de meditar y realizar estas peticiones, la economía de la persona comienza a cambiar, se le abren puertas, se le ofrecen trabajos y la ruina disminuye. Maljut nos puede ayudar a conseguir una buena economía. Es necesario entender que en Maljut estamos en un planeta de destierro, expiación y prueba hasta que logremos una transformación interior y podamos despertar nuestra parte divina, y preparar nuestro cuerpo para que el rey Melek pueda descender a su reino. Hemos venido a él libremente. Hay una ley llamada “libre albedrío” que todos los seres de luz respetan. Si nosotros desde la tierra no pedimos, ellos no pueden intervenir. D-os siempre ayuda cuando cambiamos la actitud de negativo en positivo. Uniendo la mente humana a la mente divina se hace posible el descenso de una energía superior capaz de transformar todo lo destructivo y negativo en luz, siempre. El único obstáculo que frena la ayuda es la mente llena de dudas y desconfianza, pues como la ley del mentalismo dice que todo lo que piensas se crea, cuando estamos dudando estamos creando un corte que impide la realización de dicha ayuda. Un cuerpo físico enfermo, sea cual sea la enfermedad, se ha ido creando por muchas causas: mala vibración, miedos, sufrimientos, carencias,

preocupaciones en exceso o el sentimiento de “estoy sólo, nadie me ayuda”. Estas actitudes ayudan a degenerar nuestro sistema energético y finalmente afecta al cuerpo físico. Si tomamos la voluntad y la actitud de querer cambiar, de creer en que uno se merece vivir, es posible la curación. Si no hay voluntad de curarse, no es posible la curación. Para facilitarla D-os usa a Maljut dándole propiedades curativas a las plantas, al agua, a la tierra, a los animales, de las cuales se obtienen los medicamentos, tanto los farmacéuticos como los naturales. Hay curaciones a través del agua, los minerales, las plantas. La tierra es abundante, no podemos limitarnos. Todo lo que hay en la naturaleza puede ayudarnos. Los espíritus de la naturaleza deben ser respetados, pidiéndoles permiso a la hora de realizar cualquier trabajo, pues podemos invadir su territorio si no lo hacemos. Pedir su colaboración nos facilita el trabajo, nos eleva la vibración y hace que nuestro trabajo sea más perfecto. Es necesario que tengamos armonía con el alma de la tierra y con todos los elementos. Un árbol no puede crecer sin unas buenas raíces. Estas raíces crecen gracias al amor a la naturaleza. La Kábbalah nos enseña a vivir en unidad con el Todo. Para ello es necesario alcanzar la conexión mística con los mundos superiores, pero es posible alcanzarla aquí en la tierra sin necesidad de esperar recibirla después de la muerte. Por eso, uno de los nombres que recibe Maljut es el de “la puerta de la muerte”. Ya que alcanzando la conexión con lo divino desde aquí podemos ver lo que hay al otro lado de la puerta, más allá de la muerte. Es el sephirot número 10 lo que significa que el espíritu desciende desde el 1, Keter, hasta aquí. La numeración de los senderos en el Árbol de la Vida sigue un orden descendente, lo que significa que el espíritu debe descender a la tierra, igual que lo que afirmaban los cátaros medievales. No había que esperar al momento de la muerte para pasar por la experiencia del contacto con el espíritu. Esto es lo que la Kábbalah explica como la unión de la novia con el rey. También el rabí Jesús en la oración del Padre Nuestro dijo: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino en una clara referencia a la Kábbalah. Maljut nos enseña a no juzgar a los demás para no quedarnos enganchados a

las energías negativas, ya que a través de nuestra mente atraemos la negatividad. El amor y la unión con la ley divina es la ley principal, el secreto de la vida que todo lo cambia. Maljut nos enseña a percibir la presencia divina en el mundo material, algo que para nuestros cinco sentidos puede pasar desapercibido habitualmente. Podemos ver sin mirar, oír sin escuchar, tocar sin palpar, oler sin apreciar el aroma. Es decir, podemos usar los cinco sentidos poniendo toda nuestra atenciónen ello o actuar sin fijarnos en todas las sensaciones que llegan a nosotros. Solemos decir “hay que poner los cinco sentidos en esto”, pero es algo que no es frecuente. La mayoría de las ocasiones no somos conscientes de nuestras propias sensaciones físicas. Maljut puede estar dormido o despierto. La labor de un cabalista reside en despertar todos los poderes dormidos, despertar todos los sephirot y con ello volverse consciente de las múltiples dimensiones donde se manifiesta el ser humano. “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza”. Esta frase del Génesis es interpretada en el Zohar a través de los diez sephirot. Estos representan las diferentes etapas en la creación del universo y al mismo tiempo los diferentes niveles de percepción del ser humano. Así como D-os en el séptimo día de la creación se detiene a contemplar su obra, el final de dicha creación: Maljut es el momento de tomar conciencia de nuestro cuerpo, para iniciar un ascenso hasta el origen de nuestro espíritu. La décima sephira se considera un sephirot desprendido, desterrado, caído. El lugar a dónde hemos venido es un lugar de aprendizaje, una escuela, alejados del espíritu y las bendiciones. Traemos un programa grabado con unas características que harán posible atraer a nuestra vida determinadas personas y acontecimientos. Nuestro objetivo ante las circunstancias es obrar con justicia, bondad y benevolencia y sobre todo desarrollar la voluntad. Aceptar la voluntad divina si queremos encontrar el camino de regreso a casa, si queremos ascender por el árbol. Si estamos desconectados de la parte superior del árbol perdemos la voluntad, entramos en el caos. Tener un programa grabado no significa tener escrito nuestro destino. Cuando estamos aquí en la tierra, lejos de la parte superior del árbol nos olvidamos por completo que somos hijos de D-os y gracias al trabajo

de la Kábbalah podemos recuperar la llave maestra que nos dará las bendiciones que nos permitirán volver a abrir las puertas del cielo. De esta manera él podrá descender hasta nosotros. Si las puertas están cerradas la parte divina no va a entrar. Es por este motivo que mucha gente sufre y desconfía de la existencia de D-os, sólo porque no comprende por qué sus puertas de acceso están cerradas. Hemos de trabajar para abrirlas, a través de una purificación y un trabajo interior. Todas las almas antes de descender a la tierra estaban unidas y al entrar en la tierra se produjo la desunión. Cuando se busca la unión se está en el camino de la verdad y cuando se busca la verdad, se está en el camino de la justicia y se desarrollan las virtudes. Nuestro cuerpo necesita alimentarse, pero también nuestra alma, que lo hace a través de la oración. Cuando alimentamos nuestra alma, el espíritu que está en contacto con lo divino nos entrega amor, sabiduría, y una mejor forma de vida.

El trabajo práctico con Maljut puede ser realizado en caso de tener que enfrentarse a personas difíciles, con problemas psíquicos, en caso de peleas y discusiones, en caso de problemas económicos, para cambiar la actitud cerrada y negativa de una persona, cuando alguien está conectado con una energía o entidad negativa, cuando hay muchas envidias. En estos casos es necesario limpiar a las personas o los lugares mediante la realización bien con la mano, bien mentalmente, de una estrella de cinco

puntas o pentagrama en cuyo centro colocaremos pronunciándolo el nombre, o bien del arcángel SANDALFON, o bien el nombre ADONAI MELEK. Otro mantra que se puede usar para estos propósitos es “KODOSH, KODOSH, KODOSH, ADONAI TZVAOTH” (santo, santo, santo es el señor de las huestes). Eso significa que esta uno llamando a la luz de Adonai. Por lo tanto, cuando se llega a ese punto con la Luz de Adonai, entonces somos capaces de cambiar los códigos internos. Otro nombre para usar en nuestras plegarias o meditaciones es AVINU MALKEINU, alabanza personal expresada como “Oh, Padre, Nuestro Rey.” Le pedimos al Rey que permita que las bendiciones vengan a nuestras vidas cuando proclamamos el Reino, el Amor y la Presencia del Divino alrededor de nosotros. Ahora, amigos, os voy a sugerir que hagáis los siguientes ejercicios:

• Reflexionad:

si no tuvierais los cinco sentidos ni pudierais pensar, ¿cómo sería vuestra vida?

• Andad descalzos por la playa o sobre el césped mientras sentís la brisa y no pensáis en nada. Hablad con los elementos y disfrutad de ellos.

• Imaginad que una luz verde oscuro entra por la cabeza y desciende hasta los pies donde se forma una esfera del mismo color y pronunciad entonces: ADONAY HA ARETZ 12 veces.

• Entrad en una gruta y permaneced en el silencio absoluto y el vacío de pensamientos durante 15 minutos. Sentir la roca y la tierra.

• Subid a lo alto de una montaña. Descalzos y con los brazos en cruz, orientados hacia el sol cantad el mantra KODOSH, KODOSH, KODOSH, ADONAI TZVAOTH. Os liberareis de la negatividad y os llenaréis de bendiciones.

• Podéis

limpiar la negatividad de una casa invocando el nombre de SANDALFON mientras se quema un ajo, hierbabuena y canela.

• De rodillas en el suelo, inclinad el cuerpo hacia delante hasta tocar la cabeza el suelo sujetaros las piernas. Mientras se dice 12 veces: MELEK SHAMAYYIM. —•—

Yesod

A la mañana siguiente, vísperas del Sabat, el rabí Isaac reunió a todos sus

discípulos, como de costumbre, para dirigirse caminando cuesta abajo por las colinas de la ciudad vieja, hacia el Oeste, al cementerio del pequeño pueblo de Meron, al pie del monte del mismo nombre. Allí estaban las tumbas de los grandes maestros cabalísticos del pasado, entre ellos Rabbi Shimón Bar Yojai, estudioso de la Torá durante el siglo II y reverenciado por los grandes cabalistas. En la tumba de Rabi Shimon bar Yojai en el monte Meron, arden desde la medianoche vivas fogatas y alrededor del fuego los hombres danzan y entonan salmos y melodías. Tal como lo deseara el sabio maestro, su muerte es recordada con luces, canciones y alegría. Vestidos todos con sus túnicas blancas, el Ari aprovechó para presentar a Jaim a sus más distinguidos alumnos: — Este hombre de ojos negros, el mayor del grupo, es SHELOMO ALKADEZ, nacido en una familia de campesinos. Desde joven tenía una

gran sed de conocimiento, buscaba en libros y no encontraba la forma de calmar su ansiedad o deseo de saber. Hasta que un día en un sueño escuchó una voz que decía: “Recuerda, tienes un compromiso con Safed”. llego allí, empezó a visitar las tumbas y estuvo un tiempo con el rabino Josef Caro, pero cuando me encontró me reconoció, nada mas verme, en una visita a las tumbas, donde coincidimos en un aparente encuentro casual. Él desde muy pequeño tenía visiones donde aparecía mi imagen, por eso me reconoció. A partir de entonces trabajamos juntos y somos inseparables. A ELIHAU VIDASH ya lo conoces porque llegó ayer junto a YAAKOV. A este último sus abuelos le contaban cuentos y anécdotas sobre un lugar sagrado situado al norte de Israel, donde se reunían grandes maestros. Él tenía una gran curiosidad por conocerlo. No había tenido la oportunidad de viajar hasta que consiguió en el trabajo de la familia reunir la suficiente cantidad de dinero para viajar durante varios meses. En la ciudad de Safed estudio con Moisés Cordovero, un reconocido rabino hasta que él mismo alcanzó también la categoría de Rabí, momento en el que yo llegué a la ciudad y vino a conocerme. ABRAHAM HA-LEVI BERUJIM, este hombre sonriente de cabello castaño era alguien que estaba siempre triste, había leído mucho la Biblia y el Zohar. Necesitaba liberarse de muchos conceptos y tradiciones que había recibido pues no alcanzaba a encontrar la paz que el necesitaba. Tenía familia y viendo que él siempre estaba triste ellos, le animaron a que emprendiera un viaje en busca de las enseñanzas, a Jerusalén. Allí se encontró con gente muy experta en viajes y con un guía llamado Josef al cual no le interesaba nada la Kábbalah pero que, sin embargo, tenía un familiar en Safed al cual tenía que visitar por lo que le invitó a que lo acompañara. De esta manera tan casual llegó hasta nosotros. El sufrimiento que tenia le movía a la búsqueda de un conocimiento sabiendo que corría peligro, y que había abandonado su vida material para alcanzar la ley espiritual. Decidió explorar diversos lugares. Tomó conciencia que la ley superior le había empujado a través de su tristeza y su llanto a encontrar este lugar y a estos maestros, donde aprendió muchas cosas y corrigió muchos errores de su pasado. Había encontrado el conocimiento que le aguardaba. Aprendió la compasión, cuando se encontró con esos maestros fueron para él guías y sanadores, pues sanaron su

sufrimiento.

Tumba rabino en Safed.

La correlación entre llorar y visitar una tumba se asemeja a una práctica que intenta inducir una visión. Esto es parte de un contexto mucho mayor en el cual las sepulturas suelen ser lugares de recepción de visiones. Dormirse mientras se llora, forma parte de la misma secuencia de visitar un cementerio, llorar, dormirse llorando, obtener un sueño revelador. Abraham está trabajando mucho sobre esto, pues su intención es experimentar la técnica del llanto, para obtener “sabiduría”. El Rabi R. Abraham Ha-Levi Berujim, la expondrá claramente en el futuro después de mi muerte ya que se halla en su Tikun o destino. Por eso acostumbramos a meditar en grupo frente a las tumbas, con la intención de recibir la inspiración de los maestros. MOSHE ALSICH es quien se ocupa de la cocina. Desde muy pequeño sintió una gran inquietud y un deseo enorme de marcharse de su ciudad en busca de un conocimiento que no le llegaba a través de ningún libro ni de ninguna experiencia con sus maestros. Un día tuvo la visión de una tumba,

emprendió el viaje y se encontró con SHELOMO ALKADEZ en aquel lugar que estaba buscando lo mismo, su Tikun les reunió al sentirse atraídos por la energía de ese lugar. Como ves, cada uno llegó a través de un camino. El destino los reunió a todos. Según el plan divino todos ellos tenían registrado en las líneas del destino este reencuentro, pues lo habían elegido antes de nacer. Y esa fuerza que está grabada en el interior de cada uno de ellos se manifestó de diferente forma hasta conseguir que todos se reencontrasen. Todos consiguieron realizar su misión y su destino, gracias a haber seguido la voz interior y haber introducido la fuerza de voluntad, porque así se pudo manifestar aquello que estaba escrito. De lo contrario no habrían podido. A esto se refiere el texto “hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”. En el momento en que un hombre se somete a las leyes divinas, los mensajeros de D-os les conducen hacia el camino hacia la verdad y la realización. Antes de visitar los sepulcros, los hombres tenían que sumergirse por completo en una fuente cuyas aguas proceden de un manantial subterráneo para realizar una “mikve”, un baño ritual. Dichas aguas poseen una cualidad purificadora que no tienen las otras fuentes de la región. Quien se sumerge en dichas aguas logrará el arrepentimiento y el regreso a la tradición del conocimiento. Por ello visitaron Banias, una de las fuentes del río Jordán que surge de una roca y se vuelca en una pileta natural. Se dirigieron todos hacia allá.

Una vez frente a la fuente El Ari dijo: -Mirad, ahora estamos todos aquí,

delante de esta agua sagrada. Vamos a sumergirnos y a permanecer dentro de ella, imaginando que estamos en el vientre de nuestra madre-. Isaac... Jaim... Shelomo... Elihau... Yaakov... Abraham... Moshe... Una voz nos habla: -Prestad atención, estáis aquí para purificar vuestros cuerpos y vuestro tikun. Intentad recordar todos los defectos de esta vida y dejad que surjan en vuestro recuerdo. Todo lo que se había creado y grabado en vuestras memorias. Yo soy la Shekiná y he venido a purificaros. Deseo que vuestros fundamentos sean puros, es vuestro bautismo o iniciación. No quiero que las sombras os hagan dudar o titubear, pues tenéis una gran misión que cumplir. Es necesario que se retiren las huellas del sufrimiento de vuestro pasado. Purificad vuestros sentimientos, resentimientos, orgullo y vanidad. Vuestro karma se está limpiando. Os doy la purificación con mi luz y el nombre Shaddai el Shai, que repetiréis varias veces. Pedid a vuestro ser interno que os de el perfecto equilibrio. Con el nombre de Shaddai el Shai os doy mi amor y la luz. Todos ellos salieron del agua, sintiendo que habían sido bautizados e iniciados con la luz del corazón de la Madre divina. Se dirigieron a la tumba de Rabbi Shimón Bar Yojai. La entrada de la tumba, en la gruta, tenía un marco de color azul claro. En realidad, todas las tumbas estaban construidas en una tosca piedra, pero el color azul celeste les daba un aire mágico y encantador. Jaim, como el resto de los compañeros, entró en un estado interior de vacío y silencio para conectar con la energía de sus antepasados.

La trinidad en la unidad tiene su reflejo en Yesod.

Después de un periodo de reflexión el Maestro, lleno de inspiración, aprovechó para explicar el significado del sephira fundamental del Árbol de la Vida, Yesod. — S i Maljut se relaciona con la Tierra, Yesod lo es con la Luna, la maternidad. Yesod se traduce como “fundamento”. A nivel del cuerpo humano ocupa la zona del sexo, así como Maljut sería la zona de los pies, puesto que es el lugar donde esta la fuente de la vida, la vitalidad. Yesod se dibuja de color violeta. Representa la conciencia psíquica, las facultades psíquicas tales como la clarividencia, la telepatía, la clauriaudiencia, etc. En el Árbol de la Vida equivale a la base del tronco, lo que constituye el fundamento del árbol. Se asocia a la capacidad psíquica, los sueños y la memoria. Es la conciencia sensitiva y nuestra capacidad para percibir imágenes a través de los sueños y la imaginación. Uniendo Yesod con Hod, Netzaj, Jesed y Geburà aparece una estrella de 5 puntas boca abajo, representando al hombre caído, que es arrastrado a los bajos deseos y creaciones erróneas. Una vez conectados con Daat, la estrella se gira y coloca al derecho. Aparece el Adam Kadmon, el hombre autorrealizado. El nombre divino en Yesod es SHADDAI EL SHAI, el D-os todopoderoso y viviente. Es el fundamento de todo el Árbol de la Vida, pues Maljut es un sephirot caído o desprendido. Son las raíces dentro de la tierra, mientras Yesod será el tronco del árbol, lo que sustenta, proporciona el alimento de la tierra al árbol y lo mantiene firme. El tronco hace al árbol poderoso y vivo. Cuando el tronco se corta el árbol muere. La base del tronco muestra diferentes anillos donde está registrada toda la historia del árbol. Por ellos, sabremos su edad, la rapidez de crecimiento en cada año, cualquier suceso extraordinario. Del mismo modo en nuestro Yesod se halla grabada toda nuestra historia. La memoria de todos los acontecimientos del pasado.

En el cuerpo humano este sephira está ubicado en la zona del sexo. Es donde reside la base de la vitalidad humana, la capacidad de generar vida.

El Rabí Luria explicó: — Además de su pasado, Safed tiene un ilustre futuro: según el Zohar, los muertos se levantarán y se reunirán en Safed, y allí el Mesías se revelará ante el mundo ¡y juntos marcharan hacia Jerusalén! — Maestro, los cabalistas que he conocido dicen que no es bueno dedicarse a los rituales mágicos, que lo importante es tener devoción espiritual y rectitud en el comportamiento. Sin embargo, la magia cabalística es defendida por otros maestros. ¿Cuál sería entonces la actitud más adecuada? -Efectivamente Jaim. Hay un gran peligro en despertar facultades psíquicas sin estar debidamente preparado. Personalmente, estoy en contra de dichas prácticas ya que la persona que despierta dichos poderes sin haber despertado su conciencia espiritual puede caer en engaños y alucinaciones, pues Yesod es la casa del tesoro de las imágenes donde pueden reflejarse nuestros propios pensamientos y ser tomados como una visión real, siendo solo el reflejo de lo que la persona piensa. El peligro de este sephira es el ilusionismo, ver imágenes y tomarlas como reales. Así, los maestros de meditación aconsejan que las imágenes que aparezcan en la misma, por muy bellas que sean, hay que dejarlas pasar, para vaciar la mente y permitir que aparezca la visión real. Podemos vernos en diferentes espejos. Cada uno de ellos reflejará una imagen distinta. ¿Cuál de ellos es el verdadero? Si tocamos nuestro cuerpo vemos y sentimos, palpamos y podemos comprender que la verdadera imagen está aquí y no la que está reflejada. Aun así, podemos cambiarla y mejorarla creando la imagen de cómo nos gustaría ser en nuestro futuro, ya que en Yesod está el agua dadora de vida de la Madre cósmica, la señora de la luna. Podemos formar un nuevo cuerpo, bello, justo y nacido de la luz.

Mas allá de lo que nuestros ojos o sentidos nos permiten ver hay algo que es la conciencia psíquica que nos acerca a ver lo oculto, donde existen facultades tales como la telepatía, la clarividencia, la clariaudiencia, las premoniciones y percepciones. Están las sensaciones que tiene la persona pero que a veces resultan interpretar su significado. Es lo que se denomina el ser subconsciente. Es el mundo de los sueños, que usa ese lenguaje simbólico del subconsciente para transmitirnos un mensaje a través de imágenes. En Yesod está la casa del tesoro de las imágenes, las formas que luego aparecerán como materia en Maljut. Es también la imaginación que necesitamos desarrollar, para tener creatividad e inspiración. Depende de lo que soñemos nos levantaremos en un estado de ánimo o en otro. Cuando una persona se vuelve consciente del mundo de Maljut será más fácil recordar los sueños y ser más conscientes de los mismos. Por ejemplo, las imágenes y pensamientos que tenga la madre pueden afectar también al feto. El mundo de los sueños es real. Permite entrar en los archivos de la memoria, poder recordar incluso detalles de nuestras vidas anteriores. Antes de acostarnos podemos orar a nuestro ser y al arcángel Gabriel, pronunciar Shaddai el Shai, o los ángeles Cherubim que nos permitan abrir la puerta de la memoria para poder rectificar y borrar todos los errores que hemos cometido. Cambiar los falsos conceptos y quitar viejos programas que nos condujeron hacia el error. Por eso es tan importante el mundo de los sueños, porque podemos reparar y rectificar nuestra memoria. Los sueños nos muestran cómo Yesod convierte nuestros pensamientos en imágenes. De ahí que esas imágenes deban ser interpretadas a la luz de la simbología. Nuestra mente las reconoce como símbolos o arquetipos. A veces se confunde lo psíquico con lo espiritual, pero son dos áreas distintas. Una persona puede ser psíquica o tener facultades psíquicas sin por ello tener aspiraciones espirituales. En Yesod el trabajo a realizar es el de limpiarnos y purificarnos de todos los patrones viejos de conducta, de aquellas imágenes equivocadas tales como “yo no puedo” “no sirvo” “soy débil” etc. etc. que condicionaran nuestra

forma de actuar en la vida. Yesod recibe todos nuestros deseos, los conserva y luego permite que éstos se concreten en nuestra vida; pero si ese deseo es contradictorio, al cambiar de opinión o de criterio, entonces este sephira se bloquea y no envía nada, pues entra en contradicción. Se relaciona con nuestro subconsciente. Si pensamos “me gustaría tener aquello, pero también se piensa, “pero es imposible conseguirlo” se está dando un mensaje contradictorio y el subconsciente no nos va a dar lo que pedimos. Otro ejemplo “a mi me gustaría trabajar en tal cosa, ¿pero realmente serviré? Cada vez que nosotros pensamos algo se convierte en una orden a nivel de Yesod, siendo que éste no distingue entre la realidad física y la realidad mental. En este sephira se encuentra la llamada “gran maquinaria del universo” que se pone en marcha a partir de las órdenes que nosotros le damos, siempre y cuando no existan en ella la más mínima duda. Por eso muchas personas piden ayuda, pero como en el fondo no se lo creen, esa ayuda no llega. En Yesod también está la curación, de ahí que es fundamental la fe del enfermo en curarse para que ésta se produzca. Debemos borrar todos los viejos patrones cambiar las viejas imágenes por nuevos moldes que podemos ir creando cuando tomamos conciencia; para esto usaremos la meditación y la pronunciación de los nombres de D-os, como el de Shaddai el Shai. En este sephirot se pueden crear nuevas imágenes. Conocí el caso de un hombre que se cayó a un pozo. Una niña que fue testigo del hecho de mayor tenía miedo a las alturas y al agua. Una sensación de vértigo, con temor a caerse. No recordaba de donde procedía su temor. A partir de una meditación con Yesod, consiguió recordarlo y a partir de ahí, pronunciando el nombre Shaddai el Shai repetidas veces y durante un tiempo, consiguió superar el miedo a las alturas y el agua. — Maestro ¿qué práctica podría hacer en el momento de irme a dormir para recibir instrucción en los sueños?

— Rabi Jaim Vital, te recomiendo la práctica “sheelat jalom : “debes irte a la cama, rezar “Sea Tu Voluntad” y utilizar una de las pronunciaciones de los nombres divinos escritos frente a tí, y dirigir tu pensamiento a la esfera mística con la cual esté relacionado”. Entonces pronuncias tu pregunta, ya sea para describir asuntos relacionados a un sueño y cosas futuras, o para conseguir lo que deseas, y después te duermes confiadamente. — El Ari continuó con su explicación: — Yesod representa el trabajo con las aguas, el Diluvio Universal, donde nos sumergimos durante 40 días y 40 noches, para que las aguas sucias de la tormenta, nuestra negatividad, vaya dejando paso a la paloma de Shekiná, la paloma del Espíritu Santo, la divina presencia. Nos sumergimos en el agua para trabajar nuestra infancia, todo lo que llevamos grabado desde el pasado. Nos sumergimos en el líquido amniótico de la madre, donde nos sentimos protegidos, para curarnos de toda creación errónea del pasado. Una niña de 15 años tenía atrofia en las manos, se le agarrotaban dolorosamente. En este tipo de meditación le apareció el recuerdo de lo que le ocurrió a los 3 años: se había caído a un pozo y la madre no podía sacarla. Tuvo que dejarla allí un rato hasta que fue a pedir ayuda. A pesar que este hecho quedó olvidado aparentemente, en las profundidades de su inconsciente siguió existiendo, provocando ese miedo la atrofia en las manos. Con el tiempo logró quitarse ese miedo y finalmente curarse de su dolor. Ahora para integrar Yesod te sugiero que hagas los siguientes ejercicios:

• Si pudieras ser cualquier ser humano, ¿qué tipo de persona te gustaría ser? Imagina tu futuro, ¿cómo te gustaría vivir? ¿Qué te gustaría hacer? Imagínalo intensamente. Esa será tu realidad en el futuro. Repite el ejercicio varios días.

• Nadando en el mar o sumergido en el agua nota las sensaciones que te

produce el agua, siente que estás naciendo de nuevo, del vientre de tu madre. Con placer, alegría y amor. De esta forma borrarás el patrón o molde de angustia del momento del nacimiento. Te ves envuelto en luz.

• Para

una persona que desee tener un hijo: debería pedir al arcángel Gabriel que le ayude a ser fértil, a ser madre. Colocar una copa de plata con agua y después beber el líquido que limpiará todo bloqueo.

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Hod

A l cabo de una semana, Isaac Luria llevó a sus alumnos a visitar la gruta de Pekíin situada a pocos kilómetros de la ciudad, en dirección al monde Meron. Ese era el lugar donde Rabí Moisés de León había recibido a través de las visiones del profeta Elías la revelación del Zohar. A esta cueva situada en la montaña se llegaba gracias a un camino que subiendo llegaba a una abertura practicada en la roca. Era una gruta profunda que originalmente debía estar a oscuras, si bien en la actualidad, como era visitada frecuentemente, numerosas velas le daban una débil iluminación. Una vez todos dentro de la gruta, el Rabí comenzó a hablar: — Jaim, ahora entiendo el sentido de mi traslado a la ciudad de Safed. El profeta Elías me dijo que moriría al cabo de dos años de estar aquí. Por eso te estaba esperando. Mi venida aquí ha sido especialmente para enseñarte, es más, quizá he nacido solamente para enseñarte. El discípulo era un experto en todas las meditaciones cabalistas y conocía todas las escuelas, pero no había encontrado hasta ahora a su maestro. Este comentario le afectó profundamente, ya que se dio cuenta de la gran

responsabilidad que le venía encima. — Querido amigo, — continuó su maestro— Es imposible que yo exponga mis enseñanzas en forma de libro porque todas las cosas están relacionadas entre sí. Apenas puedo abrir la boca para hablar sin sentirme como si el mar reventase sus diques y se desbordase ¿Cómo podría expresar entonces lo que mi alma ha recibido y cómo podría transmitirlo en un libro? — Tú me ayudarás a escribirlo porque tienes la preparación que te dio tu padre, Josef, que era escriba. Desde ese momento Jaim Vital se convirtió en su escribano, recibiendo los dictados de las enseñanzas directamente de su maestro, quien le encomendó la labor de dejar para la posteridad el testimonio de sus palabras. Jaim Vital anotó minuciosamente todas las indicaciones de Isaac Luria, pero las conservaría en secreto hasta poco antes de su muerte. El Ari comenzó a explicarle a sus discípulos el siguiente sephirot, Hod : — Hod está asociado al planeta Mercurio. Así representa la esfera de la mente. Se relaciona con la comunicación, la inteligencia y la rapidez de ideas. Este sephirot está situado en un nivel más alto que Yesod, el instinto. Si nos dejamos llevar por el instinto nos podemos equivocar, pero en Hod podemos activar la comprensión y así acercarnos a la verdad. Si actuamos por impulso o por instinto podemos llegar al error. Hod significa “esplendor” o la luz de la inteligencia ya que la mente la usamos para comprender las cosas y a partir de ella alcanzar la luz o conocimiento; es la inteligencia absoluta o perfecta. Su cualidad es la veracidad, la verdad, que nos permite distinguir los errores y la honradez. Si una persona miente, engaña o estafa, está en mala relación con Hod. En el Árbol de la Vida equivale a la primera rama de la derecha. La parte derecha del cuerpo. La base de la columna del rigor o la severidad. Se asocia a la capacidad mental del individuo, la percepción de la verdad a trav és de la comprensión. El rigor, el orden y la disciplina.

Estrella de 6 puntas y su ubicación en el árbol. El pentagrama invertido está caído en Maljut.

El nombre divino es Elohim Tsebaoth, D-os de las huestes, pero Elohim es una palabra plural y al mismo tiempo masculina y femenina, con lo que indica la pluralidad de pensamientos y también la dualidad de la mente. Las comparaciones siempre son relativas, para una persona baja nosotros seremos altos, pero para otra alta, seremos bajos. Los conceptos de alto, bajo, bonito, feo, grande, pequeño, son siempre relativos dependiendo del lugar desde el que se contemplen. La dualidad es siempre relativa. La imagen mágica del hermafrodita, un ser mitad hombre mitad mujer en Hod, indica la capacidad de unir esa dualidad en un solo principio para hallar la comprensión y ver las cosas tal como son, sin estar engañados por las ilusiones de la dualidad. Una de las imágenes mágicas de Hod es la de Hermes Trismegisto, el iniciador de la magia y el conocimiento. Hermes representa la sabiduría humana, el conocimiento en la mente, ya que la sabiduría como conocimiento absoluto, aparecerá en Jokmá. El templo que se visita en meditación en este sephira es de mármol naranja, con las ventanas y la puerta de cristal, funcional, sin ningún adorno estético, con líneas rectas, como corresponde al aspecto práctico, funcional y concreto de la mente. La estética, por el contrario, corresponde a los sentimientos, que se hallan en Netzaj. Dentro del templo podemos recibir la información de todos los libros escritos en la

historia de la humanidad ya que se trata del templo del saber y el conocimiento. Es necesario transformar nuestros pensamientos, ¿Qué es lo que queremos para nuestro futuro? En Hod tenemos que visualizar en nuestra mente lo que queremos, esto generará una gran energía que influirá sobre Yesod y Malkut, y permitirá materializar aquello que pensamos. Otra escuela de Kábbalah que existía en la ciudad, viendo que la mayoría de las personas se dirigían a la sinagoga de Isaac Luria y cada vez tenían menos asistentes empezó a divulgar mentiras de unos y otros y a difamarlos, diciendo que no predicaban la verdadera enseñanza; que doctrinas como la reencarnación no formaban parte del conocimiento de la Kábbalah, intentando separarlos. Decían: esto que explican no es verdad. Entonces se adelantó MOSHE ALSICH y preguntó al maestro: ¿-Qué actitud tenemos que tener nosotros ante este grupo-? -El Ari respondió: Nosotros debemos ser pacificadores. Sembrar la paz y la armonía, no podemos juzgarles porque están todavía faltos de conocimiento. No debemos potenciar su negatividad, su rebeldía con nuestras críticas o juicios. La paz ilumina los errores de todos los hombres y quita las barreras. Cuando pensamos en la parte positiva de cada ser humano, despertamos en ellos la luz divina, cuando juzgamos generamos discordia e inarmonía. Lo más sublime es potenciar la parte positiva de cada uno de ellos, es decir no prestar atención, no aumentar su discordia. Es preferible orar por ellos. De esta forma se alcanza la armonía y todas las leyes y poderes más elevados pueden modificar sus actitudes y comportamientos. Hod ocupa la parte inferior de la columna de la severidad en el Árbol de la Vida, que es la que corresponde a las leyes, el orden y la organización de lo creado. Así, Hod, es restrictivo, en el sentido que tiene que ordenar y clasificar lo creado, eliminando todo aquello que no interesa, siendo una restricción a través del método y el sistema. Mercurio en Hod permite desarrollar la adaptación a todos los momentos y circunstancias de nuestra vida, aprendiendo a sobrevivir y a enfrentarnos a los problemas con ingenio, habilidad, destreza; desarrolla nuestra inventiva.

Habilidad para hablar y escribir, alcanzar la fama y el reconocimiento. Podemos conectarlo con la mente superior en Jokmá. Procesa y organiza las ideas que vienen desde Jokmá, el mundo de los impulsos e ideas. Entonces aparece la mente iluminada y el don de la palabra sagrada. La mente de Hod puede conectar con la sabiduría de Jokmá. La parte inferior izquierda del árbol se conecta con la parte superior derecha y la parte inferior derecha con la superior izquierda. Es la forma en que los hemisferios cerebrales controlan la parte derecha e izquierda del cuerpo. — Maestro, el alma para poder entrar en el mundo de Tikun, ¿qué recorrido tiene que realizar en el Árbol de la Vida? — El Árbol de la Vida es un mapa que nos interconecta desde nuestro mundo material con el alma y el espíritu. Todos nosotros tenemos el Árbol de la Vida ubicado en nuestro cuerpo. Si nuestro cuerpo físico está enfermo y tiene carencias, es porque no usamos correctamente nuestros elementos: la mente, las emociones, la energía vital y nuestra alma. El alma desciende hasta el mundo de la materia para recoger experiencias en todos los niveles y regresar al mundo de Tikun, el dominio de las cosas. Hay que aprender a vencer las dificultades. En cada reencarnación elige el alma determinadas experiencias, así como todo aquello no superado de vidas anteriores. Espíritu, alma y materia conviven juntos. En el primer triángulo se nos presenta la mente, el intelecto; lo que tenemos que aprender. Es nuestro deber en este planeta escuela, educar a nuestra mente, enseñarle que nosotros tenemos el poder de decidir lo que queremos pensar, pues el pensamiento es creador y no podemos permitir que la mente haga de las suyas y se marche a donde quiera. — Maestro, ¿cómo podemos evitar eso? — Debemos educarla para que cumpla nuestra voluntad. Si dejamos que la mente se descontrole estamos perdidos, ella se hará nuestra dueña. ¿Alguna vez te has encontrado con la mente perezosa, que no te permite

centrarte o no te deja estudiar? — Sí, a veces, pero sobre todo lo que me ocurre es que no consigo retener o recordar muchas de las cosas que usted me enseña. — Esto en parte es debido a tu karma, debido a que tardaste mucho en responder a mi llamado, y pensabas que no tenías nada que aprender de mí. Visitaremos un día la fuente de Miriam para que puedas recuperar tu memoria. Pero te recomiendo que uses el nombre Elohim Tzabaot, cuando estés leyendo. Lee sólo unos párrafos, medítalos, compréndelos, y luego continúa. Verás como la mente empieza a confiar y a recordar. — Maestro, ¿por qué la mente se dispersa? — Si trabajas en Maljut y en Hod pidiendo desde el centro de tu corazón, que es donde está la fuerza creadora, desde la mente divina del esplendor, la mente cambia su polaridad y su vibración y rápidamente tomarás el control de la mente. Hay que convertirlo en un hábito, educar a la mente y ésta se pondrá a tu servicio. Es como si tuvieras un pajarito en una jaula y que al soltarlo se escapa. Debes primero soltarle en un lugar cerrado, darle confianza para que no tenga miedo, pero que tampoco tome el mando, eche a volar y se pierda. — Maestro, ¿por qué las personas tienen que cambiar de trabajo y les asusta el nuevo? — Mira Jaim, todos los seres deben vivir experiencias para que el alma se perfeccione y viva su Tikun. Cada trabajo es una etapa. En él se establecen relaciones con personas, y aunque la mente esté llena de temores y dudas, el alma necesita confirmar su viaje hacia otros lugares, con otras personas. El hombre por naturaleza tiene miedo a los cambios. Cambiar conceptos para muchos es difícil, temen perder su seguridad. Cuando la mente está conectada con la mente infinita e ilimitada, podemos realizar todo lo que deseemos en nuestro futuro. Te lo voy a aclarar con un ejemplo, un caso que viví personalmente.

— En Jerusalén donde yo vivía había un hombre que tenía 30 años, llamado Josef que no tenía trabajo y tampoco confiaba en que pudieran llamarlo de ningún sitio, pues se sentía poco preparado. Poco a poco se fue encerrando en sí mismo. Apenas salía a la calle, tenía problemas familiares pues le decían que no tenía interés en buscar trabajo, que era un vago. Esto le condujo a una crisis mental. Le dije que a través de la Kábbalah podría desarrollar su potencial y cambiar sus conceptos. El ejercicio que realizó en Hod consistió en imaginar que entraba en un templo de mármol anaranjado, y una vez dentro, debía pronunciar el nombre de D-os Adonai Tzabaot, haciendo vibrar varias veces este nombre. Al mismo tiempo debía hacer una petición al arcángel Miguel, para que limpiara sus pensamientos negativos y le activaran el deseo de aprender, estudiar y comunicarse. Imaginaba que una luz naranja descendía desde el cielo hasta su cabeza e iba limpiando todo lo negativo. En ese momento tenía que imaginar qué era lo que deseaba conseguir, cual era el trabajo que deseaba realizar. Así, sucesivamente, iba manteniendo la mente fija en ese ideal, hasta que finalmente se puso a estudiar idiomas. Cuando terminó sus estudios consiguió un trabajo que por fin le dio felicidad. Ahora está trabajando felizmente. — Ahora aprovecharemos que estamos dentro de la gruta para permanecer en silencio y apaciguar nuestros pensamientos. La práctica del silencio ayuda a relajar y controlar la mente. — Todo el grupo se sentó en el suelo formando un círculo. Después de una media hora el Rabí dio por concluida la meditación y salieron de nuevo al exterior. — Maestro ¿cuáles son las dificultades para comunicarse con los demás? — Es necesario prestar atención a nuestra propia mente. Ésta debe estar en silencio para poder escuchar a los demás. Normalmente nos escuchamos a nosotros mismos, dejamos de prestar atención a lo que los demás nos explican porque sólo deseamos hablar nosotros. Ese es el primer obstáculo para una buena comunicación. El otro es ¿qué es lo que nosotros expresamos en realidad? Si realizamos un vacío en nuestra mente, dejaremos que sea llenada con la luz e inspiración divina y

nuestras palabras estarán llenas de sabiduría, pero si la mente está ocupada en preocupaciones, recuerdos o miles de pensamientos, el vacío no será posible, así como tampoco la conexión con D-os. Cuando enseñes, indícales a quienes te escuchen que presten atención, que olviden los problemas, que aquieten la mente y escuchen con el corazón, que no juzguen los comentarios, que sientan lo que hay detrás de las palabras, que sean capaces de amar y valorar lo que están recibiendo, que no cuestionen. Que sólo sientan; así podrán percibir la enseñanza de los maestros de H o d . La gente no escucha a los demás cuando están hablando, ese es el motivo de la falta de comunicación. La mente está representada por la espada de luz; la palabra sagrada es la vibración de la espada. Cuando el sonido proviene de lo sagrado el hombre habla el bien y no hiere. Si el hombre usa mal la espada hiere con su palabra y mata con la condena. Es importante aprender a pensar con la divinidad y hablar con la voz de la divinidad. Sólo hace falta querer pensar en unidad. Una vez terminada esta excursión, el grupo regresó a la casa de Safed, el centro de Kábbalah donde los alumnos del Ari vivían en comunidad. Ahora, te daré las tareas a realizar para integrar Hod: Ejercicios:

• Piensa en el problema que quieres resolver. Imaginas que estás dentro de un templo de cristal y mármol anaranjado cuyo techo atraviesan los rayos del sol. Pronuncias el mantra Elohim Tsabaot sintiendo que empiezas a vibrar con este nombre. Te vendrá la solución al problema.

• Piensa en tu energía masculina y en tu energía femenina. Ambas están en tí. Con ello superarás la dualidad, ya que las dos son una.

• Haz una pregunta sobre algo que desees saber, pidiendo ayuda. Luego, abre un libro sin mirar por cualquier página y dirige tu dedo a una línea. Abre los ojos y observa las líneas que tu dedo ha indicado. Es la respuesta que habías pedido.

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Netzah

A la mañana siguiente, después de las oraciones matinales de costumbre y el desayuno, Jaim estaba discutiendo con sus compañeros Shelomó Alkabez y Elihau Vidash el papel que representa la mujer en la vida del hombre. Algunos ascetas mantenían que la castidad era necesaria y se oponían al matrimonio, mientras otros aseguraban lo contrario. En vista que no llegaban a un acuerdo entre ellos, una vez terminado el desayuno, se dirigieron al Maestro para preguntarle sobre el tema: — Maestro, yo estuve casado pero mi matrimonio no llegó a consumarse. Creo que tengo algo pendiente que aprender con relación al amor y las emociones. — Jaim, te puedo contar que yo rechacé varias proposiciones de matrimonio hasta que me casé finalmente con mi prima que era la mujer destinada para mí. La Torá nos dice: “cuando un hombre se casa con la mujer adecuada para él, el profeta Elías lo besa, el Santo lo ama”. Desde la época del rey David, todos los sacerdotes y personas

entregadas al camino espiritual respetan la ley de los profetas. En realidad, nosotros descendemos de las familias de Zadok y Ebyatar, el primero de los cuales fue el sumo sacerdote del rey Salomón. No sólo los reyes de Israel deben tener descendencia sino también las ramas sacerdotales. La ley prescribe que hay un primer matrimonio que se suele realizar en el mes de setiembre. La pareja sólo podrá tener relaciones sexuales durante la primera quincena de diciembre. De esta manera si la mujer queda embarazada tendrá su hijo para el siguiente mes de Setiembre, durante la época en que se celebra la fiesta del “Gran Perdón” o “la Expiación” lo que actualmente conocemos como “Yom Kippur”. Si la mujer no ha quedado embarazada tendrán que esperar un año hasta el siguiente mes de diciembre, para intentar la concepción. Si finalmente la mujer queda embarazada según estas reglas, se celebra entonces un segundo matrimonio para confirmar la legitimidad del hijo y la pareja. Por eso a estas mujeres las conocemos como “almah” o vírgenes. La controversia creada con el nacimiento de Jesús fue que el nació a primeros de Marzo, aunque los cristianos cambiaron la fecha por el 25 de diciembre, por lo que su padre José, trató de repudiarlo dado que el embarazo no fue concebido según el tiempo indicado en la Ley. Sin embargo el arcángel Gabriel le convenció de aceptarlo diciéndole que era un hijo de D-os. Esta afirmación, hijo de D-os, corresponde a todo aquél que es heredero de un linaje sagrado, sea real o sacerdotal, por lo que en realidad Gabriel o el sacerdote de Ebyatar no le dio una noticia sino una autorización para aceptarlo como hijo. Como verás hay muchas razones por las cuales nosotros no compartimos los dogmas de las iglesias cristianas. Ahora lo comprenderás cuando estudiemos Netzaj. Shelomó y Eliahu no formaban parte de antiguas familias sacerdotales, por esa razón esta prescripción no les correspondía y eran libres de tener pareja o no. Cada uno de ellos había tenido una trayectoria diferente. El primero, nacido en una familia de campesinos el año 1505, sintió desde muy joven la

llamada hacia el estudio y la oración. Nacido en un pueblo cercano, se trasladó a los 30 años de edad a Safed, la ciudad de las escuelas cabalísticas. Allí colaboró un tiempo con el gran cabalista Josef Caro. Sin embargo, Eliahu había nacido en Jerusalén y su padre era un comerciante que vendía pescado en el mercado. De pequeño le interesó mucho la historia de cómo en un puesto similar al de su padre, un cabalista había reconocido en unos envoltorios de papel las páginas perdidas del libro del Zohar. Esto le despertó el interés por saber qué contenían esos misteriosos documentos. El destino había reunido ahora a los tres amigos junto a su maestro, y se sorprendían cómo la vida había ido acercándoles para llegarse a encontrar en Safed. Probablemente de no haber conocido esas historias, no habrían tenido la curiosidad o la inquietud por la Kábbalah, por saber los misterios de la vida. La voz de Isaac Luria sacó a los tres amigos de sus reflexiones pues comenzaba a explicarles: — Netzaj está relacionado con Venus. De esta manera recibe sus influencias acerca del amor, el arte y la creatividad. Hod nos permite la luz, la comprensión, pero hay algo superior a la comprensión que es la inspiración, el conocimiento revelado, que no tiene necesidad de pasar por la razón; esto es lo que encontramos en Netzaj, donde está el conocimiento inspirado. Aunque aparentemente está al mismo nivel que Hod, se considera que hay un camino de ascenso que comienza en Maljut, sigue por Yesod, pasa por Hod, prosigue por Netzaj y continúa. Si seguimos el camino de ascenso, primero pasamos por la mente y luego llegamos a las emociones. El amor es la enseñanza más elevada que podemos obtener en el mundo de la personalidad, en el triangulo inferior del Árbol de la Vida. Netzaj es la primera rama del árbol, que comienza la columna de la misericordia. Si usamos excesivamente la parte mental (Hod) o la parte emocional (Netzaj) sin un equilibrio, el árbol no crecerá armoniosamente y tendríamos un ejemplar contrahecho. Las dos ramas deben crecer

equilibradamente. Netzaj en el Árbol de la Vida equivale a la primera rama de la izquierda. La parte izquierda del cuerpo. La base de la columna de la misericordia. Se asocia a las emociones y sentimientos, la percepción de la belleza a través del arte y la inspiración. Otra de las características de Netzaj es la naturaleza, ya que el coro de ángeles son los ELOHIM, los devas, aquellos seres que rigen a los elementos, a las fuerzas elementales de la naturaleza, todos los seres de los bosques, las hadas, las inteligencias del mundo vegetal y animal. Es posible llegar a comunicarse con todos estos seres y escuchar los mensajes que la naturaleza nos transmite. La imagen de Netzaj es la de una mujer desnuda, como expresión de la naturaleza. La experiencia de Netzaj es vivir de una manera positiva la propia naturaleza, vivir el reconocimiento de nuestro propio cuerpo, las emociones, las sensaciones. Nos dice que hemos de aceptar todo lo que la naturaleza y la vida nos da, pero sin quedarnos atrapados en ella. Hemos de fusionarnos con todo lo que la vida y la naturaleza nos proporciona, es el estado máximo de comunión con la naturaleza y con nosotros mismos, ya que más allá de Netzaj ya no estamos en el mundo material a entrar en unos niveles más altos, en los niveles del alma, en las dimensiones superiores de la naturaleza. El arcángel es HANIEL, el arcángel del amor y las emociones. Netzaj nos enseña que D-os y nosotros somos uno y que todos los seres formamos una sola familia que venimos a aprender y recordar. El verdadero amor fluye del corazón cuando nos fundimos mentalmente con la conciencia del otro. La parte femenina de la deidad fluye a través de nosotros, haciéndonos sentir amor por todo el mundo. Cuanta más conciencia de fusión tengamos más se eleva en grados nuestro sentimiento de amor. Este amor ayuda a curar nuestro cuerpo y limpia todas las energías discordantes. Nuestro cuerpo emocional se va regenerando, las barreras energéticas van desapareciendo, siendo sustituidas por luz divina. Netzaj desarrolla la gentileza, la modestia, la humildad, el sentido artístico y la creatividad.

Cuando nos sentimos enamorados de las maravillas del mundo, estamos vibrando con este sephirot. Esta conexión nos hace receptivos y creativos. Entonces Shelomó se acercó y preguntó al Rabí: — Maestro, ¿por qué unos seres son amorosos con sus familias y otros sienten odio? — Mira Shelomó, hay muchas personas que no saben perdonar- Cuando les ocurren acontecimientos o circunstancias que ellos no comprenden, les falta la capacidad para transformar y aceptar que de todo lo malo se aprende. Al no saber cambiar, encierran el dolor en su interior. Más tarde ese dolor se convierte en resentimiento, y desprenden una energía negativa que provoca que otras personas que se acerquen, sientan un rechazo, y a la vez estas personas emiten ese rechazo, creando verdaderas esferas de energía negativa, los Klifots. Eso es el odio, la impotencia, la falta de afecto; y sienten la necesidad de hablar mal unas de otras y esto es el odio. Por el contrario, hay familias capacitadas para amar, ayudar, perdonar cuando alguien les juzga. Comprenden que hay momentos duros para cada persona a lo largo de su vida y que, si actúan mal según su criterio, la entienden y perdonan, no la critican ni siembran semillas negras en el seno de la familia. Divulgan el perdón, el no dar importancia, no alimentar la cizaña. Por el contrario, enseñan que el amor a la familia es algo sagrado. Siempre hay que perdonar y hacer el bien. Si a pesar de eso hay seres que odian a causa de influencias hereditarias, ambición o egoísmo, jamás se les debe odiar sino enseñar. Muchos hombres y mujeres se han unido en matrimonio por algún interés: a veces soledad, o interés material. Cuando alguien se une por estos motivos no suele aceptar a los miembros de la familia de su pareja y empiezan a separarse de ellos y del resto de familiares, para así tener poder para manipular a su presa. Cada día que pasa la familia se va separando pues esa es la intención de aquellos que han unido por interés, por egoísmo. Eso lleva al reproche, al dolor y al odio, a la separación. A todos ellos se les debería enseñar que todo lo

que se siembra se recoge antes o después. Entonces, Jaim –sorprendido- preguntó: — Maestro, ¿realmente ocurren estas cosas? — Sí, hijo mío. Hay muchas familias separadas; hijos que se alejan de sus padres porque a sus mujeres les molesta la presencia de la familia del marido. En cambio, poco a poco lo acerca hacia la suya creando un caos familiar. Cada persona debe aprender las reglas del amor, unir, enseñar, aprender a perdonar. Dejar de juzgar a los demás. La victoria de Netzaj es la misericordia. Todo ser humano tiene una misión: la de amar y enseñar a los suyos a ser amorosos, a eliminar el orgullo y la vanidad. No creerse superiores a los demás. Netzaj ayuda a reconciliar y unir a las familias. Tuve hace poco tiempo un caso que se consiguió solucionar con Netzaj. Se trataba de una familia que tenía conflictos de convivencia. El marido tenía tendencia a marcharse de casa cuando llegaba del trabajo y se iba a la cantina. Meditó durante largo tiempo pronunciando el mantra Jehová Tzabaot. Este nombre vibraba en su interior liberándolo de la rabia que sentía. Pidió ayuda al arcángel de Venus, Haniel. Por su parte la esposa pidió a su ángel guardián que le ayudara a cambiar la forma de pensar y actuar. Se estableció una comunicación sincera, empezaron a comprenderse. Dejaron de juzgarse y reprocharse respectivamente. El marido, que anteriormente se sentía incómodo en su casa, ahora se volvía a encontrar bien en su hogar. Ahora volvía a encontrarse bien en el hogar. Netzaj ayuda siempre a resolver conflictos en las relaciones, en la familia, con los amigos y compañeros. Desarrolla el arte y la creatividad. En otra ocasión una persona tenía muchos complejos, porque sentía grandes deseos de crear y trabajar en el arte, pero se sentía muy mayor para ir a una universidad o a una escuela de arte. Comenzó a meditar en Netzaj. Con el mismo sistema del caso anterior empezó a pintar con mucha decisión. Le

venían colores y olores. Dejaba que sus manos fueran dirigidas. Fue desarrollando la creatividad hasta convertirse en un gran pintor. Los antiguos hebreos tenían una gran inspiración musical; de ellos hemos heredado nuestra tendencia a expresar las emociones mediante canciones y danzas. Probablemente se menciona más veces la música a lo largo de nuestra historia en la Biblia y el Talmud, que en los anales y crónicas de cualquier otra civilización. El primer gran músico hebreo fue el Rey David, famoso como cantor, compositor e instrumentista. Aunque D-os no le permitió construir el Templo a causa de sus pecados, no por ello dejó de formalizar la liturgia, ni de introducir los grandes coros y conjuntos instrumentales que luego se emplearon en la liturgia del Templo. De ahí vienen los instrumentos tradicionales: ugav (flauta), kinnor (arpa), tof (pandereta), jatsotserá (trompa), Asor, (cítara) y el Jalil (oboe). A través de la música se despierta la alegría, la cual eleva nuestra vibración y nos pone en buena comunicación con los demás. En esos días se produjo un pequeño incidente debido que los diferentes alumnos tenían celos unos de otros, cada uno quería ser el discípulo preferido; cada uno quería hacer las labores más significativas para llamar la atención del maestro, pero con una doble intención, acción falta de amor y armonía, ya que la envidia estaba presente entre ellos. La rabia era cada vez mayor y se producían choques en la convivencia, rompiendo el ritmo.

El Maestro los reunió y dijo: -Si vosotros estáis formando parte de un centro espiritual y debemos predicar con el ejemplo vuestras acciones no son las más adecuadas. Mirad vuestras acciones y sabréis cuáles son vuestras emociones para que podáis cambiarlas. Si tenéis un concepto egoísta creáis energías salvajes que os desvían de la ley y en vez de actuar con la parte divina, estáis siendo dirigidos por vuestros impulsos, y esto os impedirá vuestro progreso espiritual. Controlad y cambiad las emociones negativas y ved en vuestro compañero el amor y su capacidad, ved en él a un hermano y no a un enemigo. Así podréis controlar vuestras acciones. Yo estoy haciendo todo lo que puedo para enseñaros a comprender la ley divina. Os he advertido que os estáis desviando y debéis volver al amor, a la paz, a la fraternidad. Tenemos que enseñar que todos somos hermanos. Ninguno es más que el

otro, no hay privilegios para nadie, todos debemos cooperar en hacer nuestro trabajo con equilibrio, dando de cada uno de nosotros lo mejor que tenemos dentro. De esta manera alcanzaremos el éxito social, el éxito en la evolución porque estaremos predicando y practicando con el ejemplo. Estas son las enseñanzas que debemos transmitir a los demás. Todos los que estamos en esta reunión debemos estar dispuestos a vivir en armonía y cooperación con la ley divina. Ahora os voy a indicar unos ejercicios prácticos: • Pasad media hora sentados en un jardín, de noche, respirando el aroma de las flores y las plantas que os rodean. • Aprender a tocar un instrumento y disfrutar con ello. • Participar en un baile o una danza tradicional, y sentir como la alegría os invade. • Repetir el nombre JEHOVA TZABAOTH durante 12 veces os despertará la creatividad, la inspiración artística y la devoción. • Tener un animal doméstico, una mascota para despertarnos el amor y tratarlo como alguien más de la familia. —•—

Triángulo de la personalidad. Paroket Vital intentó resumir en unas líneas todo lo aprendido hasta ahora en el J aim triángulo inferior del Árbol de la Vida: Paroket es un sephira invisible, una especie de cortina o separación entre el triángulo intermedio y el inferior, formado por: Maljut, el mundo físico, la conciencia de los sentidos, Yesod, el psiquismo, los sueños, la conciencia psíquica, Hod, la mente, la conciencia de los pensamientos y Netzaj, el mundo emocional, la conciencia de nuestros sentimientos. Estos cuatro sephirot forman el triángulo inferior, o triángulo de la personalidad. La diferencia respecto al triángulo del medio es que puede manifestarse de modo inconsciente. Una persona puede tener sensaciones físicas, pero no ser consciente de las mismas, puede tener sueños, pero no acordarse de los mismos, o actuar en ellos creyendo firmemente que está actuando con su propio cuerpo; puede tener pensamientos sin ser consciente de lo que está pensando, y sentir emociones sin saber de dónde proceden. El trabajo del Árbol de la Vida en este triángulo consiste en volvernos conscientes de todos estos niveles. Esta conciencia es la que hallaremos en Tiferet, el centro consciente de todos estos procesos y el centro del propio Árbol de la Vida. Se trata de dirigir la conciencia a Maljut y sentiremos las sensaciones físicas, a Yesod y nos volveremos conscientes dentro de un sueño, convirtiéndose éste en un “sueño lúcido”, hacia Hod y observaremos como se suceden los pensamientos en nuestra mente, a Netzaj y nos volveremos conscientes de cómo nos manejan nuestras propias emociones. La conciencia es una expresión del Alma, no tiene nada que ver con el pensamiento. No se trata de pensar sino de estar alerta, consciente de lo que está sucediendo tanto fuera como dentro de nosotros y este proceso interviene en ausencia del pensamiento. Es, en definitiva, despertar del sueño en que habitualmente se encuentra la conciencia. A veces se disculpa esto con frases como “estaba despistado” “estaba discurriendo” “estoy disperso”. La persona

no estaba pendiente de lo que hacía o, dicho de otro modo, ha perdido la conciencia. La conciencia se pierde cuando nos dejamos arrastrar por nuestros pensamientos, recuerdos, alteraciones emocionales, etc. Todo el Árbol de la Vida se puede resumir en su centro geométrico, Tiferet, la conciencia. Despertar nuestro propio árbol es despertar nuestra conciencia, volvernos conscientes de todo lo que está sucediendo tanto dentro como fuera de nosotros. Tiferet significa belleza, armonía. Es la intuición y la conciencia. Así el Alma se expresa a través de Tiferet con estas cualidades. Las cualidades de la personalidad pueden cambiar dependiendo de la cultura, la época o la familia que nos toca vivir, pero las cualidades del alma son comunes a toda la humanidad. Entre el primer y el segundo triángulo del Árbol de la Vida se ubica un sephira invisible llamado “Paroket” o “el abismo”. Es un salto, que supone pasar más allá de los 5 sentidos, para acceder a otro nivel de conciencia. Paroket significa pantalla o velo que separa nuestra vida cotidiana de los mundos sutiles. Hay guardianes que nos ayudan a adaptarnos a esa nueva frecuencia y a atravesar la pantalla para cruzar la barrera y llegar al otro lado. Muchos cabalistas no explican este paso, pero tiene su importancia dado que nos permite saber qué trabajo tenemos que realizar para dejar de estar condicionados por la personalidad y reconocer la manera en que el Alma se expresa y nos transmite mensajes. Ejercicios:

• Tomar una pausa antes de cruzar una puerta. • Recapitular el trabajo hecho hasta ahora. • Un momento de silencio antes de entrar a un lugar sagrado. —•—

Tiferet

E n busca del mundo de Tikun, Jaim Vital había comenzado a despertar en

su interior la capacidad de aprender a reconocer a los seres humanos. Su maestro era capaz de saber, sólo con mirar la frente de las personas de qué fuente particular había derivado su alma y el proceso de trasmigración por el cual había pasado, así como saber cual era su presente misión sobre la tierra. Era capaz de decir a los hombres su pasado y predecir su futuro, prescribiendo para ello las reglas de conducta necesarias para enmendar los errores que cometió en una existencia previa. De este modo les ayudaba a encontrar su particular Tikún, el camino de perfección del alma individual. El rabí Isaac Luria reunió a todo el grupo en la sinagoga para explicarles: — En los días de la Creación, las fuerzas de la luz y las tinieblas estaban separadas. El mundo requiere, por consiguiente, un Tikún, una corrección que lo perfeccione. Los destellos de santidad deben ser redimidos de su cautiverio. Se los debe liberar de los klifos o cortezas de contaminación y maldad que los aprisionan, y el único ser que puede lograrlo es el hombre. Sus acciones serán las que apresuren o demoren

la redención. La doctrina y la práctica de la oración mística es la parte esotérica de la Kábbalah, la parte reservada a los elegidos o iniciados. Pero por encima de todo ello se encuentra la práctica del Tikún. La misión del hombre es la restauración de su estructura espiritual primordial. — ELIHAU VIDASH, siempre estás pendiente que yo te alabe tus méritos por tus labores y servicios, eso es orgullo e inseguridad. Debes hacerlo por ti mismo, por encontrarte bien contigo mismo, para encontrar tu propia paz interior, hacer las cosas lo mejor posible y encontrar la belleza en tus acciones, eso es Tiferet. Es mejor sentir amor, ser generoso y humilde. Ser compasivo, tener bondad, tratar de perdonar y comprender a los demás es mejor que estar siempre haciendo las cosas esperando el reconocimiento y la valoración del otro, pues de esa manera acrecienta el amor en tí y no la soberbia y el orgullo. Es bueno que tengas sentimientos de lealtad y de pureza, es mejor ser puro con los demás que estar criticando a los otros. Al sembrar la crítica, de tu boca nacen palabras de poder y vuelve sobre tí la negatividad. Practica cada día antes de acostarte y al amanecer un ejercicio consistente en abrir el corazón, para que fluya de el cada día amor y belleza hacia la naturaleza y los seres que te rodean. Antes de generar energía destructiva piensa en el amor. — El Ari dirigiéndose a todos, prosiguió: — Tiferet es la sephira central del Árbol de la Vida, el punto de equilibrio, la conciencia de nuestra alma, desde la que podemos dirigirnos a cualquier punto del árbol. Tiferet ocupa el centro geométrico del Árbol de la Vida. Es su corazón, el punto de equilibrio por el que la savia sube por el tronco y se distribuye por todas las ramas. Se asocia a la conciencia, la capacidad de ver en el interior de las personas su naturaleza esencial. Saber apreciar la belleza en todo. Cuando sabemos apreciar la belleza en un ser humano, en un animal, en una planta, etc. entonces la amamos ya que conectamos con su esencia interior. ¿Nos cae mal una persona? Tratemos de apreciar sus cualidades positivas y conectar con su faceta bella, entonces su parte oscura o negativa dejará de molestarnos. Por eso el significado de Tiferet es belleza. En el ser humano tenemos primero el Nefesh, el alma encarnada en la tierra, que asociamos al hígado, la sede de las emociones. El alma queda atrapada en

los deseos materiales, a no ser que active el Ruaj, el alma superior, asociada al corazón. Y aún más allá el alma tiene otro aspecto: el Neshamá, nuestra conexión con el espíritu superior, asociada a nuestro cerebro. El Ruaj actúa como Tiferet, como puente o enlace entre nuestra parte humana y la divina. El Cristo parece designar estos tres grados en Juan 6, v. 53 bajo el nombre de carne, sangre y vida. Si somos capaces de ver a los demás como niños, entonces estaremos en condiciones de conectar con su alma, y si les hablamos pensando en ello nuestras palabras no las escuchará su ego, sino su Ruaj. Eso significa que podremos comunicarnos mejor al conectarnos con el niño interior. El contacto con el niño interior nos abre las puertas del Alma de los demás seres. Sabremos apreciar la belleza. Este nombre se refiere a saber descubrir la parte divina llena de armonía de todo ser vivo.» En toda cosa, grande o pequeña veo la belleza de la expresión divina». Tiferet significa belleza en el sentido de la armonía natural del Universo y el perfecto equilibrio. Es el Sol alrededor del cual giran todos los planetas. En la Antigüedad los artistas clásicos seguían el llamado “canon de la belleza” la divina proporción, o proporción aurea, ya que asociaban la belleza a la armonía y perfecta proporción. Tiferet es el equilibrio del Árbol de la Vida, la belleza que emana de la armonía. Oh, amado Tiferet¡¡, lugar eterno y sagrado donde es posible conseguirlo todo, donde las flores crecen más que en la propia naturaleza, donde los niños juegan y hacen posible la magia divina de conseguir la felicidad de los seres humanos. El tesoro que todo ser humano desea tener hay que encontrarlo descendiendo hasta el centro del templo corazón. Todas las psiques están subdivididas según los cuatro grados de todos y cada uno de los mundos: emanativo, Alztiluth; creativo, Briah; formativo, Yetzirah y Assiah es el mundo de la acción y la materia. Hay dos mundos más allá de Neshamá que están ya integrados con el espíritu. En resumen, tenemos: cinco nombres dados a las almas, es decir Nefesh, o psique, o alma inferior; Ruaj o Espíritu o alma media; Neshamah o alma superior; Hayah o la vida divina; Yehidah o la unidad, es decir la unión. Esto puede hacernos comprender por qué se dice en el tratado talmúdico de las bendiciones que el Rey David había dicho cinco veces, psique mía, alaba a D-os, Sal. 103, vv. 1, 2, 22; Sal. 104, vv. 1, 35. Hayah sería equivalente a Jokmá, la sabiduría y Yehidah, a la corona o Keter.

El nombre JEHOVA ALOAH VE DAATH se traduce como “D-os manifestado a través de la conciencia humana”. Este es el nombre que nos conectará con Tiferet. En Tiferet hay dos imágenes mágicas: Por una parte, un rey, que representa al Ser que debe gobernar su reino, es decir, Maljut; y por otra un niño con los brazos abiertos como un símbolo de la inocencia que debemos recuperar para sintonizar con nuestra alma y como representación del niño de oro, niño Jesús o niño interior que debemos despertar. Dependiendo del punto desde el cual lo contemplemos veremos que es un rey si miramos hacia arriba en el árbol o un niño si miramos el árbol en sentido descendente. “hasta que no seáis como niños no podréis entrar en el reino de los cielos”. Otro de los símbolos es la estrella de 6 puntas, al ser el sephira número 6, cuyo simbolismo nos habla del encuentro entre un triángulo que mira hacia arriba (la tierra) y otro que desciende y mira hacia abajo (el cielo). Representa la unión del cielo y la tierra. Si nos imaginamos esa figura en modo tridimensional tendríamos dos pirámides enlazadas que corresponde al dibujo de lo que se llama “Merkabah” el vehículo de luz que permite a nuestra conciencia viajar por todas las esferas del árbol, por las diferentes dimensiones y regiones estelares. Dentro de él se halla el niño interior. Hubo muchas escuelas cabalísticas en el pasado que trabajaron este vehículo de luz. Si somos capaces de ver a los demás como niños, entonces estaremos en condiciones de conectar con su alma; y si les hablamos pensando en ello, nuestras palabras no las escuchará su ego, sino su Ruaj. Eso significa que podremos comunicarnos mejor al conectarnos con el niño interior. El contacto con el niño interior nos abre las puertas del Alma de los demás seres. En ese momento Moshe tuvo el impulso de preguntar: — Maestro, ¿cómo podemos conectar con el niño interior en nuestro cuerpo? — Mira Moshe, el niño interior se encuentra en un lugar del corazón. Hay dentro del corazón un espacio aparentemente vacío, tiene forma de

un aro, una forma geométrica que es como una rueda dando vueltas, generando energía. Se forma otro aro alrededor del cuerpo. Dentro del primero se hallan todas las formas geométricas. Es en su centro donde se encuentra la inteligencia divina generando nuevas formas de pensamiento, nos prepara para la formación del cuerpo de luz o Merkabá. Dentro de ese centro corazón podemos recibir el perdón de Jesed, la curación de Yesod, las revelaciones y la ascensión de Keter, la terminación del karma de Geburá, el conocimiento de Daat, el amor y la grandeza de Netzáj, el esplendor de Hod. Es decir, aquí lo recibimos todo. Podemos alcanzar la unidad y la iluminación. Aquí podemos alcanzar el poder despegar de la tierra y viajar a cualquier dimensión, para eso es el Merkabá. El Merkabá como estrella de seis puntas conecta los sephirot centrales del Árbol de la Vida: Daat, Hesed, Geburá, Netzáj, Hod y Yesod. En Tiferet podemos visitar el llamado “salón de los niños” donde podemos conectar con todos los maestros espirituales, que aparecerán como niños inocentes. Entonces Jaim Vital dijo: — Maestro ¿es por eso que cuando hacemos algo mal nos remuerde la conciencia? — Si, querido alumno, esta energía es divina, es pura e inocente, y desea que todo ser pueda alcanzar la armonía, siempre desea que tenga el ser humano emociones, pensamientos y acciones positivas. — ¿Cómo puedo conectar con él? — Es importante que tu mente se centre. Imaginas en lo alto de tu cabeza un tubo de luz pasa al interior de tu cuerpo, hasta llegar al toro o rueda. Imaginas una puerta que te conectará con otra dimensión, y verás en el interior la silueta de un precioso niño de luz. Él está unido por un cordón al ángel guardián, que es quien tiene todos los programas y registros del pasado, presente y futuro. Si pides a los dos que tu

destino cambie y realmente lo piensas, pones tu atención, lo amas con profundo amor; lo que deseas y visualizas tu objetivo cumpliéndose, lo lograrás. Tienes que saber que es importante ver a tu cuerpo físico en el centro de tu corazón recibiendo aquello que deseas, más recuerda sólo actúa cuando ames lo que desees, ¿has comprendido esto? — Si maestro, ¿pero queréis decir que todo se puede conseguir y cambiar? — Sí, mi querido Jaim, cuando entras en el interior de la cámara sagrada correctamente, con intenciones puras, poniendo tu atención con amor, siempre se concede, porque el amor procede de D-os, y en ese momento estás conectado a la energía creadora y dadora de vida. Con el egoísmo y la ambición no puedes entrar en él. Así no puedes hacer mal uso de esa energía. La puerta se abre por amor, no por egoísmo. — Rabí, ¿se pueden curar las enfermedades?

— Claro que sí, todo ser que tiene una enfermedad es debida a un mal uso de la energía ya que todos los demás sephirot convergen en él. Este es el poder del amor, de la belleza, la armonía y la inocencia. Es necesario que el

enfermo decida cambiar su vida, sus formas de pensamiento, sus emociones, y pueda alcanzar la armonización de sus cuerpos. — Maestro, ¿también un animal se puede curar? — Si, claro que sí. Si tu deseas la curación, amas al animal, te conectas con tu centro de Tiferet en tu corazón y te imaginas al animal en el interior del corazón recibiendo la energía curativa, los maestros de curación siempre acudirán a la llamada de tu niño interior. Visualiza que se está curando y siente mucho amor por él. Verás como cambia la enfermedad por salud. — Rabí, ¿puedo meter en mi corazón con este ejercicio a otras personas? — Por supuesto, con tu mente y tu corazón no podrás meterte físicamente, pero puedes imaginar a sus cuerpos dentro de tí. Debes entonces pedir permiso al niño interior y al guía protector de cada uno antes de iniciar la meditación y luego puedes incluso imaginar que los medicamentos que está tomando también reciben la luz; que los médicos que tratan la enfermedad también reciben luz para que la curación sea más rápida. El guía de cada uno sabe cómo y cuándo le corresponde ser curado, los guías como te he dicho antes, lo saben todo. — Maestro, ¿y el que se tiene que morir? — Mira hijo, cuando el alma ha terminado su programa en la tierra decide marcharse. Entonces la ayuda es para que el alma se libere de ataduras. Siempre se recibe ayuda a través de la energía del corazón, pero al dejar la materia, el alma no sufre, se llena de luz, y le resulta más fácil desapegarse del cuerpo y de todo lo que le rodea. El alma se eleva hacia la luz sin sufrimiento. Te repito que la ayuda siempre se recibe, pero no se puede detener el proceso de evolución de un ser. Cuando el ser decide marchar, se libera. La muerte no es como creemos. No existe sólo el abandono del cuerpo físico, el alma es inmortal. Sigue viviendo vida tras vida.

— Maestro ¿puede el centro corazón y el niño interior ayudarnos a conseguir éxito artístico? — Si amas el arte y pides desarrollar tu creatividad, a través del niño interior lo puedes lograr. Se desarrolla el sentido artístico y la creatividad. Si eres constante y luchador y te mueves, puedes lograrlo; el universo te ayudará a conseguirlo, pero recuerda, es imprescindible amarlo. Imaginarlo, creerlo, visualizar el resultado. A partir de aquí se mueven las energías creadoras alrededor de tí y tu entorno, haciendo posible que esto ocurra. Imagina además en el centro de tu corazón una estrella de David, una estrella de seis puntas y en su centro el nombre sagrado Iod. He, Vau. He Eloah ve Daat. Cuando quieras pedir desde el corazón tu vehículo de luz Merkabá será activado. Con él puedes lograr recibir ayuda de los maestros. El creador controla las calibraciones necesarias para que tus programas puedan ser cambiados. Cuando el alma sigue el sendero de Tikun, se produce un gran cambio. Los maestros y rabinos del pasado desde otra dimensión te ayudan a conseguirlo. Por eso tenemos la costumbre de visitar las tumbas de los antiguos maestros para conectar con sus espíritus. Es lo que llamamos yihud o unificación, un ejercicio de meditación practicado en las tumbas de los sabios y piadosos quienes, así invocados, se presentan y revelan al cabalista ciertos conocimientos. Visitaremos mañana la gruta de Pekkin. Antes os dará los ejercicios mediante los cuales podéis trabajar Tiferet: • Escribir una carta al niño interior pidiéndole lo que queramos. Escribir con la mano izquierda. Sentir que su inocencia pasa a nosotros. • Tratar de ver el brillo y la luz en todo lo que nos rodea. • Mirar las manecillas de un reloj durante un minuto tratando simplemente de ser consciente de este acto. Este ejercicio tiene por finalidad darnos cuenta de lo difícil que es mantener esta conciencia firme en el aquí y ahora.

• Recordar cuando éramos pequeños y nos llevábamos muy bien con nuestros hermanos y la familia. Los momentos felices de la infancia. —•—

Geburá

E ra una nueva vigilia de Sabath y el grupo de estudiantes se dirigió de

nuevo a la gruta de Pekín en el monte Meron. La cueva estaba señalizada por un camino que subía por la montaña hasta un pequeño saliente en la pared rocosa de la montaña. La entrada, al final del camino, parecía una puerta excavada en la propia roca. Isaac Luria comentó a sus acompañantes: — Aquí se escondieron de los romanos durante 12 años Simeón Bar Yojai y su hijo. Fue una época difícil para nosotros los judíos, aunque no la última. El ser humano, desgraciadamente, quiere resolver siempre por la fuerza y las armas aquello que no sabe resolver por el entendimiento.

Monte Meron.

— Maestro, ¿por qué existen las guerras y los conflictos? Es algo que jamás he conseguido llegar a comprender. — Ciertamente, Jaim, muchas personas no creen en D-os porque suponen que jamás habría permitido la muerte y la destrucción. Sin embargo, la Kábbalah a través de Geburá nos permite encontrar una explicación a esto. Geburá, severidad o rigor, da nombre a la columna donde se encuentra en su parte media. Se asocia a la fuerza de voluntad, la disciplina y las leyes que hay que cumplir. Son cualidades del alma. Es la sephira de la causa y el efecto. Toda causa origina un efecto y todo efecto es la consecuencia de una acción. Si el hombre se aleja de la ley divina genera energía destructiva que crea conflicto y destrucción, pues todo ser debe alcanzar la pureza, respetando las leyes cósmicas y a la naturaleza. El sephira Geburá ocupa el lugar central del pilar de la severidad en el Árbol de la Vida siendo este precisamente su significado. Severidad es sinónimo de: rigor, norma, ley y orden, pues nos encontramos ante el polo puesto a Jesed que es la bondad, la misericordia y la generosidad. Sin embargo, ambas cualidades son necesarias siempre que estén en equilibrio con objeto de ser capaces de actuar con justicia y perfección.

Si Geburá no existiera, si no hubiera leyes ni principios, el universo sería un caos y nos llevaría a la destrucción total. Geburá a través de pequeñas destrucciones y rectificaciones consigue que se restablezca la armonía perdida. Una de estas leyes es la de causa y efecto, o ley del karma, según la cual toda acción origina una consecuencia. El nombre divino de Geburá es Elohim Gibor, D-os de las batallas, en este mismo sentido del D-os guerrero que combate a las fuerzas del mal. A veces las guerras, las epidemias o las desgracias parecen injustas, pero si pensamos en la ley del Karma, podemos entender entonces el por qué de esas aparentes injusticias. Cuando comprendemos lo que representa Geburá entendemos el sentido verdadero de la justicia; un tipo de justicia que incluso trasciende nuestra propia vida, ya que nos permite entender como funciona la ley de causa y efecto, de una existencia a otra. El arcángel Camael que corresponde a este sephira es el brazo ejecutor de la Justicia Divina y podemos recurrir a él cuando necesitamos que se haga justicia en cualquier asunto de nuestra vida. El coro de ángeles de Geburá son llamados “serpientes”. Geburá nos dará cualidades como la entereza de ánimo, la voluntad, la disciplina, la fuerza interior para enfrentarnos a las dificultades y el sentido de la justicia tanto con nosotros mismos como con los demás. La fuerza puede ser también un acto de amor. Es un amor que rectifica y regenera. Por ejemplo, una persona tímida, sin la suficiente autoestima, que no se atreva a plantar cara ante una situación; Geburá, le puede ayudar a sacar su fuerza interior, a sentirse fuerte y valeroso, le ayudará a superar los miedos y debilidades y mejorar su autoestima. Una persona desordenada necesitará trabajar este sephira para volverse disciplinado y ordenado. La imagen mágica de Geburá es un rey coronado montado en un carro de guerra. Es la imagen que corresponde al nombre Elohim Gibor. Este rey guerrero es una imagen que refleja el valor y el alma del guerrero interior que todos tenemos. El está convencido de su voluntad, es capaz de enfrentarse a

cualquier dificultad, siempre tiene ideas positivas y tiene una buena autoestima. Ayuda a vencer las discordias en las relaciones humanas y en el trabajo. Geburá debe equilibrarse con Jesed, pues un Geburá excesivo daría demasiada intolerancia, rigidez y tiranía. Un ser justiciero que se quiere tomar la justicia por su mano, mientras que un Jesed excesivo daría por resultado una persona demasiado “buena” en el sentido de blanda, débil y pusilánime, sin el debido coraje para saber ponerse firme. De ahí que estos dos sephirot den nombre a las columnas laterales del Árbol de la Vida, la misericordia y la severidad pues es el punto central del trabajo que debemos realizar para alcanzar el equilibrio y la justicia. Ese punto de equilibrio se encuentra en Tiferet, que es la conciencia, es decir nuestra propia conciencia y comprensión de las cosas, lo que diríamos el “sentido común”; es el que nos permitirá saber cuál es la actitud correcta. Tiferet es el corazón, por lo que habrá que escucharlo para que nos indique la decisión adecuada. El universo está gobernado por leyes y reglas. La existencia está organizada en niveles jerárquicos lo cual nos permite nacer, crecer, expandirnos, morir y regresar tantas veces como sea necesario. En cada existencia vamos acumulando experiencias y conocimientos que permanecen grabados en nuestra memoria inconsciente. Cuando Geburá o Marte actúan, ocurre que en nuestra vida surgen conflictos, que obligan a sacar nuestro empuje y valor para resolverlos. Trabajar con Geburá permite que las fuerzas divinas nos ayuden a hacer surgir de nuestro interior el poder de la voluntad y la firmeza. —Entonces el Maestro, dirigiéndose a Abraham, le dijo— ABRAHAM HA-LEVI BERUJIM— , debes ser más paciente y no tan impetuoso, la rabia y el nerviosismo que a veces muestras potencia tu agresividad y debes relajarte y mostrarte más pacífico. Has discutido varias veces con Jaim y capto tu resentimiento y tus acciones agresivas. No es posible continuar así, pues te puedes desviar de la Torá. Debes ser misericordioso y tus palabras y acciones deben ser buenas. Libérate de todo lo negativo pues estás aquí para amar a tu prójimo como a tí

mismo. Desintoxícate de todas las energías que te hacen faltar a la misericordia; poco a poco, irás controlando tus emociones. Si estás en un lugar y observas que dos o más se pelean, crean disputas, chismes, calumnias, ofensas, y tú estás delante ¿cómo te sientes al ver que todos se pelean? Esa energía que se genera te afecta porque te pone nervioso. ¿Acaso no es mejor bendecir y proyectar palabras pacificadoras para tranquilizar a los que se pelean? Es bueno enseñar la pureza del corazón y el perdón; que sustituyan sus discordias por buenas palabras y acciones. — Pero, Rabí, tengo un problema con mi compañero, nunca sé cuándo dice la verdad o la mentira; estoy cansado de soportar sus malas caras y crece dentro de mí la impotencia y la rabia; mi mundo se ha convertido en hostil, necesito dinero y trabajo. ¿Qué puedo hacer para que él cambie su actitud hacia mí? Él se desentiende, nunca sabe nada cuando se le pregunta por algo. ¿Qué puedo hacer? Llevo ya mucho tiempo con esta situación. — Abraham- debes escapar de lo que te oprime. No puedes pretender que un ser humano cambie sus ideas, pensamientos y costumbres de un día para otro. Enséñale a armonizarse consigo mismo. Él puede hacer su propio trabajo para cambiar, pero tú debes ser su ejemplo en tu comportamiento. Si tú vives de acuerdo a la Torá y cumples los Mitzvót serás comprensivo y lo entenderás. Tus acciones transmitirán armonía y él irá aprendiendo de tí. Cúrate tu rabia e impotencia. Libérate y llénate de tolerancia y amor, y así podrás enseñarle a él. Los dos seréis curados y purificados. Tenemos un total de 613 Mitzvót, que son las reglas que Jehová prescribe en los cinco libros del Pentateuco, repartidas entre 248 obligaciones y 365 prohibiciones. De acuerdo al Talmúd, la cifra 248 se refiere al conjunto de órganos y articulaciones del cuerpo humano (aspecto espacial), y 365 es el número de días del año (aspecto temporal). La educación judía basada en la aplicación conciente de las mitzvót modela nuestro deseo, dado que las mitzvó t no fueron creadas por el razonamiento y la especulación de los hombres, sino que son leyes objetivas que rigen toda la Creación. En realidad, todo ello puede resumirse en una única ley: Amarás al prójimo como a tí mismo. Como

dijo Maimónides: cada uno de los 613 preceptos cumple la función de inculcar conductas apropiadas, o erradicar algunas concepciones erróneas; establecer legislación justa, o eliminar la maldad; imbuir al hombre de virtudes ejemplares, o apartarlo de tendencias negativas”. Lo comprenderás mejor con estos casos prácticos: Una madre estaba muy preocupada por su hijo de 24 años que no encontraba trabajo, pues él solo quería ser policía; se había presentado a exámenes de oposiciones varias veces sin tener éxito. Ahora tenía una nueva oportunidad, salía una nueva convocatoria. Le preguntó a su hijo si estaba abierto a pedir ayuda a los ángeles. Al responder afirmativamente, se le enseñó a pedir al arcángel Camael de Geburá, que interviene en todos los asuntos relacionados con gobiernos e instituciones. Al cabo de un mes, su hijo se examinó y aprobó sus oposiciones. Hoy es feliz por haber conseguido su objetivo. En otro caso un chico tenía constantemente pensamientos de suicidio, se maltrataba tomando drogas y alcohol. Su vida era un caos. A base de pedir a su niño interior que le permitiera renovar su energía y meditar con Geburá cada día pronunciando el mantra Elohim Gibor fue sacando de su mente dichos pensamientos. Elohim Gibor es el aspecto del valor de D-os, significa “el d-os de las batallas”. Estuvo repitiéndolo mucho tiempo. Cada día que lo hacía notaba que los malos pensamientos dejaban de acosarle. Empezó a valorarse a sí mismo, a volverse más comprensivo y positivo. Logró reconstruir su casa, su familia. Cada día pedía a la luz roja de Geburá. Finalmente pudo vencer a sus pensamientos negativos, sus monstruos interiores e incluso crecer espiritualmente. Hoy se dedica a practicar la Kábbalah y la sanación. Está felizmente unido a una mujer, tiene trabajo y paz interior. Logró volver a ser un ciudadano respetable. Todo ser elige un programa a realizar hasta que alcance la unidad y la perfección divina. Este programa se divide en varias partes, en varias vidas, y elige las cosas que está capacitado para soportar, según su capacidad de entendimiento. Es un trabajo con la dualidad; se puede ir viviendo a lo largo de una vida, teniendo la posibilidad de elegir si quiere afrontarlo cuando se le presenta y si no está preparado, lo pospone para otro momento.

Entre tanto, vida tras vida, cometemos muchos errores, que se añaden al aprendizaje y estos errores pueden ser cambiados al tomar conciencia, a través de la voluntad de querer cambiar. Toda causa tiene un efecto y ésos se pueden rectificar. Con la ayuda de la ley superior, pidiendo desde el corazón, para que se borren todos nuestros errores. Nuestro espíritu permite que los seres humanos que se dedican a guiarte en el camino puedan leer a través de un sistema de adivinación. El inconsciente proyecta imágenes para avisar de aquellas cosas que están perjudicando en tu vida, y en la de los seres que te rodean. Todos somos uno y estamos entrelazados con redes energéticas a través de las cuales corre la energía y la información, tanto positiva como negativa que recibimos y que nos afecta. Es por esto que debemos cambiar por luz y amor todos nuestros actos. Cuando estamos dispuestos a corregir nuestros errores sinceramente, pedimos ayuda a la ley superior, colocando nuevos factores de transformación que permiten cambiar esos puntos negros o energía erróneas que están en la línea de nuestro destino. Así podemos hacer surgir una nueva energía de equilibrio, de perfección, y transformar el destino. — Maestro, pero ¿el destino realmente existe? — Hay unas líneas que se llaman las “líneas del destino” que proceden del pasado, que actúan en el presente y se prolongan hacia el futuro. Por ese motivo desde el presente podemos colocar nuevos factores de energía superiores a través de los pensamientos creativos y la ayuda de las fuerzas divinas de cada sephirot, nuevos pensamientos capaces de cambiar estas causas y por tanto los efectos. Todo se mueve, todo se cambia, es una ley. Todos podemos alcanzar nuevos valores que nos llevarán a una nueva actuación, desarrollando la paz en nuestro interior. Por ello es tan importante perdonar a los demás y no hacer juicios sobre ellos para no generar energías negativas que alteren nuestro futuro. Si estamos en paz con nosotros mismos lo estaremos con los demás. En cierta ocasión una mujer con depresión y ansiedad crónica, centrada en obsesiones y complejos, se sentía oprimida. Continuamente estaba en tensión. Toda su vida se sintió víctima y su cuerpo se fue haciendo rígido, y terminó con problemas en sus articulaciones. Le enseñé a meditar con Geburá, usando el nombre Elohim Gibor. La hice entrar en el templo rojo de Marte, para que

combatiera todos sus pensamientos negativos. Pidió ayuda a su espíritu para que disolviera todas sus obsesiones, complejos, miedos y demás, todo lo que tenía registrado en sus archivos mentales a causa de la ley de causa y efecto. Que todo fuera borrado a través de la ley superior de Geburá. Así, poco a poco, su conexión con este sephira se hizo más equilibrada, sus problemas disminuyeron. Hoy ya no tiene depresión, tensión ni dolores en las articulaciones. Ahora os daré unos cuantos ejercicios para practicar Geburá: • Ante una situación dí “no” y escucha luego cómo te sientes. • Procura decir la verdad a una persona, aunque no le guste lo que le digas. • Revisa el vestuario de tu casa. Todos aquellos vestidos y zapatos que no te hayas puesto durante más de 2 años los tiras o regalas. • Pronunciar el nombre Shem Shel Geburá con la petición que nuestro karma sea borrado y perdonado. El arcángel Camael es llamado con este nombre para ayudarnos a liberarnos de las culpas y consecuencias de los errores de nuestro pasado. —•—

Hesed

estaba un poco preocupado porque la economía de la comunidad J aim estaba en crisis, y no sabía cómo hacer para comprar el terreno que necesitaban para cultivar. Así que preguntó a su maestro: — Maestro ¿por qué la humanidad sufre tanto y por qué hay seres humanos sometidos a una gran pobreza? — La pobreza, hijo mío- le contestó el Ari, es algo que se obtiene a consecuencia del desvío de la Torá, de la ley divina. El ser humano por naturaleza siempre se desvía de la Torá y éste es el resultado. La pobreza de pensamientos, la incapacidad de ver más allá, el verse limitado son actitudes equivocadas, el no haber entregado amor y misericordia sobre los demás, el temor y el miedo a enfrentarse a cambios y nuevas aventuras, creerse no estar suficientemente preparado nos frena en nuestro camino.

Todo ello realizado en otras anteriores encarnaciones han generado esta energía de pobreza. Y ahora, se tiene que trabajar para cambiar esta energía. Para cambiarla es necesario tener un pensamiento positivo, actuar con amor y misericordia, y actuar con los demás como harías contigo mismo. Es necesario quitar las limitaciones, lo temores, la inseguridad, y uniéndote a la Ley divina puedes recibir toda clase de bienes, todo lo que necesitas para vivir y ser feliz. Es necesaria la cooperación con los demás, y encontrar el equilibrio económico. El exceso de abundancia trae problemas al hombre, pues puede crear en él un exceso de vicios, miedo a perder lo que se tiene, y por tanto genera inarmonía. El exceso de pobreza también es problemático pues indica la falta de fe en que formamos parte de un todo, que la gran fuente universal es nuestro Padre y nuestra Madre que nos puede abastecer y atraer a nuestra vida. Dijo Jesús el Esenio, “pide y se te dará”. “Adora a mi Padre y pídele a él y no a mí pues es a través del Padre que puedes recibir todo lo que necesites. No olvides que antes tienes que redimir y limpiar tus errores anteriores. Si quieres saber cómo purificar todo lo erróneo pide ayuda al Padre, regresa a la Ley, pues la Ley superior borra todo lo discordante y lo inarmónico que había creado la pobreza. Ahora, hijo mío, confía. Piensa en positivo, saca de tí todas tus cualidades, ponte a trabajar con amor y da de tí lo mejor. Si tomas esta actitud, atraerás la buena suerte, la buena gente, el buen trabajo, la prosperidad, y podrás conseguir ese terreno que todos necesitamos para cultivar. Si trabajamos en cooperación y armonía creamos una energía de atracción y la propia ley de atracción te trae todo aquello en lo que tu confías, pero no olvides, hijo, que es necesario convivir con la Torá y en la unidad con Jehová todas las cosas materiales te son dadas sin lucha, todo se atrae por el conocimiento de la Torá y de la unión. Recuerda tres cosas: el pensamiento es poderoso; el amor tiene el poder para vencer todas las barreras de la pobreza; la fuerza de voluntad te permite conseguir todos tus objetivos. Esto te llevará a buenos resultados. Ahora os explicaré el significado de Hesed en el Árbol de la Vida.

Hesed se traduce como Misericordia, representando las cualidades de la Bondad, la Generosidad y el Altruismo. Hesed, misericordia o generosidad, dá nombre a la columna donde se encuentra en su parte media. Se asocia al amor desinteresado. La expansión y la abundancia. No ponerse límites. Son cualidades del alma. Es llamado también Gedulá = grandeza. Si pensamos en nuestra casa, pensemos en las casas de nuestros vecinos; si pensamos en nuestra ciudad, hagámoslo en toda la región; si pensamos en la región llevemos nuestra mente al país entero, y aún más allá, a todos los países de la tierra, para expandir nuestra conciencia, y si pensamos en la tierra entera, imaginemos que ésta forma parte de todo el universo. De este modo acostumbraremos nuestra mente a no limitarnos. A pensar siempre en expansión, a no ponernos límites que nos frenen y considerar entonces que todo es posible. No hay nada imposible para el infinito. El nombre divino de Hesed es ÉL, el Señor, el Todopoderoso. El Arcángel es Tzadkiel, que es muy amoroso y se conoce como el ángel de la abundancia; y el coro de ángeles los Chasmalim, los brillantes. El planeta es Júpiter y la imagen mágica es la de un Rey en su trono, con corona, una capa y un manto de armiño. En este sephira vamos a entrar en contacto con una fuerza muy espiritual, ya que es el lugar más elevado que nosotros podemos alcanzar conservando todavía la conciencia humana, aquí encontraremos el contacto con los Tzaddikim, Maestros de Sabiduría, los Maestros Ascendidos. La diferencia entre Hesed y Geburá es que en Hesed encontraremos el Rey sabio como Salomón, y en Geburá encontraremos al Rey conquistador. Este segundo triángulo es el que nos enseña el alma, la individualidad, formado por Tiferet, que representa la conciencia, por Geburá que representa la fuerza, el orden y la severidad y por Hesed que representa el Amor y la Misericordia. Están representados por los tres colores primarios: amarillo, rojo y azul, aquí se establecen las tres fuerzas principales con las que se formarán todos los colores y en definitiva todas las formas. Zadok, el sumo sacerdote de Salomón estableció las medidas del templo y lo inauguró. Por ese motivo, para nosotros, es uno de los maestros de la Kábbalah. Michel-Zadok =

Melchisedec. Se trata del mismo ser, que se relaciona con Hesed. La orden de Zadok es la misma orden de Melchisedec Jesús fue iniciado según la orden de Melchisedec. En Hesed es donde podemos conectar con las inteligencias de todos los maestros que nos han precedido. Desde la época del rey David, los sumos sacerdotes han sido asociados a las figuras de los arcángeles. Zadok a San Miguel, Ebyatar a San Gabriel y Levi a Saltiel. Así como el linaje real de Israel se transmite de generación en generación, también el linaje sacerdotal con las tres líneas que proceden de Zadok, Ebyatar y Levi, se transmite a través de sus descendientes. Las familias relacionadas con estos tres sumos sacerdotes se casan con la finalidad de perpetuar el linaje de estos sacerdotes. Por ello, para los cabalistas, es muy importante el amor; una de sus características es saber encontrar a la pareja adecuada para que el linaje prosiga.

Zadok pintado en la Capilla Sixtina.

En Hesed es donde se va a aprender el verdadero amor, el amor incondicional. Es el lugar del amor y la misericordia. Si somos generosos y misericordiosos nos vendrá la abundancia. La parte negativa de Hesed es el despilfarro, el juego, la glotonería, la gula y la falta de escrúpulos y la tiranía.

— YAAKOV, dijo MOSHE ALSICH he observado que estás comiendo demasiado y a veces tomas las raciones de tus compañeros. — Es que no puedo evitarlo, me comí un pedazo entero de chocolate ayer y hoy el pan estaba muy bueno. — ¿Acaso no es mejor controlar, —repuso Moshe—, el ansia de comer llenándote de las fuerzas espirituales? — Tendré que pedirle al Maestro cómo puedo hacer para controlar mi gula y egoísmo. Así, ambos llegaron hasta Isaac Luria planteándole la cuestión. Éste les contestó: -Todas las cosas buenas existen en tí, abre tu corazón, entra en él y saca la fortaleza y la voluntad y piensa en tus hermanos, que también tienen su derecho a comer. Necesitarás la voluntad para dominar la gula. En realidad, nosotros comemos para alimentar nuestro cuerpo. Este recibe todo lo que necesita cuando no caemos en excesos. Cualquier exceso movido por nuestros placeres sensuales va a provocar un desequilibrio en nuestro cuerpo. Por eso, debemos ser mesurados, porque nuestra salud depende de nuestra alimentación equilibrada. Esfuérzate en conectar con las energías divinas que te darán el alimento que tú necesitas. Te daré unos ejercicios para que practiques Hesed: • Cada vez que pienses en una cosa concreta de tu futuro, piensa en algo mayor. • Si tienes la oportunidad de tocar joyas, objetos valiosos, oro o plata, siente el contacto del objeto, notando su valor, pero sin desearlo. —•—

Daat

sephira llamado Daat se considera invisible y habitualmente sólo se insinúa en el Árbol de la Vida. Se traduce como conocimiento. Corresponde al periodo de transición entre el triángulo intermedio y el superior del Árbol de la Vida. Lo que significa abandonar nuestra noción de individuos como seres separados del resto para adquirir la conciencia de la unidad con el todo. Esto representa una gran muerte y es uno de los misterios del Árbol de la Vida que corresponde a lo que en la Kábbalah se denomina el Gran Abismo, o el sefirot invisible, llamado Daat. Se llama el Gran Abismo porque representa que aquí hay un salto de conciencia, hay un momento en que tenemos que dejar de ser humanos para pasar a ser dioses, y la categoría de D-os equivale a sentirse fusionado con todo lo que existe, representando perder todo sentido de individuo, perder la conciencia del Yo.

El

Cortina del Tabernáculo.

Al ser individuos, nuestra conciencia del Yo hace que nos veamos diferentes a las otras personas, e impide que veamos lo que nos une a ellas, que comprendamos el sentimiento de unidad. Para pasar de Jesed a Biná hay que pasar la GRAN MUERTE, hay que morir en esa ilusión de creernos diferentes y a través de esa muerte adquirir una nueva conciencia, la de la unidad, se deja de ser humano para convertirnos en un D-os. Si observamos el Árbol de la Vida notaremos que son las dos únicas esferas que no están conectadas por un sendero, siendo preciso realizar un salto para pasar de Jesed a Biná. En ese salto estará Daat, el conocimiento. En este sephira podemos vivir la experiencia del vacío y el silencio. El vacío es negro; en él, nos desprendemos de todos nuestros pensamientos y deseos, pero en ese instante de calma y silencio podemos percibir que estamos vivos y que todo vibra y vive a nuestro alrededor, aunque no podamos verlo. Si tenemos conocimiento de las cosas podemos tener control sobre ellas. Es necesario tomar conciencia de todo lo que estamos realizando y lo que nos queda por realizar en todos los ámbitos y áreas de nuestra vida. Desde el estado de vacío de Daat podemos disolver todos los errores que nos crean

frenos en nuestra vida y transformar todo aquello que provoca el caos. Isaac Luria reunió a todos sus discípulos para decirles: — Sé que me queda ya poco tiempo de vida. Os quiero agradecer todo vuestro cariño y apoyo. Ahora cada uno de vosotros tendrá su propia misión, y tendrá que realizar el camino por sí mismo, sin el apoyo del Maestro. Esto puede conduciros a una sensación de vacío, pero mi espíritu siempre estará con vosotros. Podréis enseñar que a través de la Kábbalah la muerte no existe. Vosotros: Jaim, Shelomo, Elihau, Yaakov, Abraham, Moshe y yo somos siete como los brazos de la Menorá. Formamos el candelabro de oro, formamos parte de un tronco común y cada uno ilumina una parte del espacio. Nuestro Tikun particular nos ha reunido para permitirnos llevar a la tierra el conocimiento que la humanidad puede cambiar su nivel de conciencia, para crear el mundo de Tikun, una tierra de felicidad. Cada vez que encendáis la Menorá yo estaré entre vosotros, ya que seremos las siete candelarias. En una de ellas estaré yo. Shelomó y Yaakov lloraban en silencio pensando que su maestro estaba despidiéndose y su marcha se acercaba. — Isaac Luria prosiguió: -Id y enseñad la conexión con el Todo. Cómo todo fue creado. El mundo, todos los universos, nacieron del sentimiento, del corazón, el amor y el aliento del Creador. Así se formaron todos los universos que existen, todo está compuesto de luz viva. Enseñad a los seres humanos que quieran alcanzar la iluminación que todo está unido y no hay separación. No hay barreras si el ser humano está unido al todo. Desde la partícula más pequeña hasta la galaxia más grande que existe, todo está compuesto de la esencia del Creador. Por tanto, todo lo que nos rodea es nuestra familia, porque todos somos hijos del mismo Padre. Enseñad que nos desviamos de la Torá y que hay que regresar a ella. Para alcanzar el cielo hay una escalera, no es física, sólo se puede ver a través de los ojos del corazón, a través del amor. Cada uno debe pronunciar los 72 nombres de D-os, ya que ellos os ayudarán a liberaros de la densidad y crear alas de poder que os ayudarán a subir esta

escalera. Al ascender tendréis sensación de estar en el vacío, en la nada. Más allá de la materia. Enseñad que cuando se pronuncian los nombres de D-os se recupera el sello sagrado del aliento de D-os. Todo lo que existe nació de allí. Estos nombres al pronunciarlos crean envolturas de luz que permiten al ser humano regresar hasta Él. Es en el trabajo de Daat donde podemos saber, aunque la persona no hable, qué es lo que piensa, saber sus motivaciones profundas.

Zadok pintado en la Capilla Sixtina.

Como un legado final os encargaré una práctica para que hagáis cada año durante la semana de Sucot. Siete antepasados justos del pueblo judío – Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón, José y David – son “invitados”

como huéspedes especiales en nuestra sinagoga durante los siete días de Sucot. Nosotros siete, somos una representación de ellos también. Decorad las paredes de la sinagoga con carteles con inscripciones que incluyan los nombres y descripciones de los siete huéspedes. Cada uno de ellos representa a una sephirot, y gracias a ellos podemos llegar a descubrir aspectos de la presencia de D-os en el mundo. El huésped espiritual de cada día es invitado antes de la comida y se recitará el siguiente texto: “Sea Tu voluntad, Señor, D-os mío y D-os de mis padres, enviar Tu presencia entre nosotros y extender sobre nosotros Tu paz, para que nos rodee con la majestad de tu puro y santo resplandor. Da suficiente pan y agua a todos los que tienen hambre y sed. Danos muchos días para llegar a viejos sobre la Tierra, la sagrada tierra, para que podamos servirte y reverenciarte. Bendecidos por el Señor por siempre – amén, amén. Invito a mí comida a los exaltados huéspedes – Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón y David.” Cada noche nos dirigiremos a otro huésped, por ejemplo: “Abraham, mi exaltado huésped, pueda complacerte que todos los otros exaltados huéspedes se nos unan a mí y a tí – Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón y David.” Tenemos que orar mucho porque en Daat residen los demonios, Kliphot, o fuerzas oscuras del hombre de las que tenemos que liberarnos. A veces la voluntad de las personas es manipulada por entidades negativas anulando su pureza, entrando en cólera, resentimientos o deseos de venganza. A estas entidades llamadas Kliphot sólo se les puede combatir invocando a las altas jerarquías como los arcángeles Miguel, Sandalfón, Metatrón, y al Cristo Cósmico. Ellos se encargan de atar a esa entidad negativa y transportarla al lugar donde recibirán el juicio de D-os y podrán tener una nueva oportunidad de querer cambiar y convertirse a la luz. Un ser pose ído tiene anulada su mente y no puede pensar por sí mismo. Está manipulado. No

tiene voluntad. — Maestro, ¿cómo podemos reconocer a una persona que esté poseída? — Lo primero que observaremos es que su mente está totalmente descontrolada, sus emociones alteradas, está agresivo y ante la presencia de los nombres de D-os comienza a vomitar, a lanzar alaridos, pegar golpes, pues la sola presencia del Nombre les hace retorcer sus cuerpos. Recuerdo el caso de un niño de cinco años que lo trajeron sus padres desesperados pues lo habían echado de los colegios porque pegaba a los maestros y a otros niños, rompía y destruía todo. Las personas que se acercaban a él terminaban peleándose. Ni tan siquiera los psicólogos pudieron resolver este caso. Se le hizo un exorcismo con agua bendita y la invocación de los arcángeles y el Cristo. Esa fuerza negativa, poco a poco, iba perdiendo intensidad. El ser destructivo desapareció. Cambió inmediatamente el ambiente, comenzó a relacionarse con otros niños y estudiar sin mayores problemas. Para ello hubo necesidad de hacer varias novenas con rezos, es decir, durante períodos de nueve días. — El Ari insistió: “-Jaim Vital dejará por escrito todas mis enseñanzas, pero sólo publicará algunas. Las restantes permanecerán guardadas hasta el momento oportuno. Y dirigiéndose antes de morir a Rabí Yitzjak Cohen le encomendó: “Diles a los amigos de mi parte, que a partir de ahora en adelante no publiquen la sabiduría que les enseñé, en absoluto, porque no la han entendido debidamente, únicamente Rabí Jaim Vital se dedicará a ella ocultamente y en silencio-”. “¿Es que acaso no hay más esperanza? – preguntó Rabí Yiztjak Cohen, nervioso. “Si serán afortunados, vendré y les enseñaré”, contestó el Arí. Pero Yitzjak Cohen no entendió sus palabras. “¡¿Cómo vendrás a enseñarnos después de haber fallecido?! – preguntó nuevamente. “No tienes asuntos en lo oculto”, le contestó el Arí y falleció, a los 38

años de edad. Corría el año 1.572. Su muerte fue provocada por una epidemia que llegó a la ciudad. Los ejercicios que podéis practicar en Daat son los siguientes: • Guardar silencio, concentrándose en la respiración. Pronunciar mentalmente el nombre de D-os: Iod He Vau He. • Trazar con la mano extendida una estrella de cinco puntas con el vértice hacia arriba, dar un paso hacia delante colocándose en su interior mientras se pronuncia el nombre Jehová Elohim. Este ejercicio es para limpiar el ambiente de una sala y a la propia persona de energías negativas. • Al mirar un objeto, preguntémonos. ¿cómo será por la parte de atrás? • Preguntarse: ¿qué es lo que hay al otro lado del velo? Escribir un mínimo de diez veces en silencio el nombre Jehová Elohim y cerrar los ojos para ver qué imágenes aparecen en la mente. —•—

Biná

grave epidemia llegó a la ciudad de Safed. El maestro Luria enfermó U na gravemente y tal como le había anunciado el profeta Elías dos años antes, finalmente murió el día 15 de Julio de 1572, a la edad de 38 años. Sus discípulos condujeron su cuerpo hasta el cementerio para enterrarlo junto a la tumba de Simeón Bar Yojai. Ahora, Jaim, quedaba como depositario y heredero de sus conocimientos. Era el nuevo maestro de la comunidad. ¿a quién le dejaría su legado cuando él muriera? De la misma manera que ellos dos se habían encontrado milagrosamente, a lo mejor un joven muchacho estaba esperando sin saberlo su propio destino, o quizá ¿aún no habría nacido? Estas reflexiones llevaron a Jaim a recordar el momento del encuentro con su maestro. Él, voluntariamente había demorado el mismo. Ahora comprendía que había un plan maestro, un destino para que ambos se

encontraran, pero ¿y si él no hubiera acudido? Comprendía ahora que con esa actitud lo único que habría logrado es aplazar para otra existencia no sólo el encuentro sino también toda la expansión de la enseñanza que se estaba produciendo en estos momentos, pero que más tarde o más temprano aquél se habría producido.

Tumba de Isaac Luria en Safed.

Ahora cobraba sentido por qué su maestro tenía tanto interés en saber el pasado, presente y futuro de las personas a las que examinaba y el por qué habían llegado a Safed, la ciudad de la adivinación y las profecías. Todo ser humano tiene un plan que tiene cumplir, una misión, y al explicárselo a sus alumnos, su maestro podía acelerarles la evolución. Saber quiénes hemos sido, quienes somos y quiénes debemos ser es el plan divino de cada alma, su propio Tikun.

Recordó entonces las enseñanzas recibidas sobre el sephira Biná: Biná se asocia al hemisferio cerebral derecho, quien controla los procesos emocionales, sensitivos o intuitivos que rigen la parte izquierda del cuerpo. El entendimiento intuitivo, captar las cosas inmediatamente son cualidades de Biná. Además, se asocia con la muerte, el dolor y el aprendizaje que ello conlleva. El concepto del tiempo y el espacio. La luz existe por sí misma sin sombra. Esta se crea al proyectarse la luz en el espacio. En este sephira se hallan las formas geométricas fundamentales de la materia. Todo lo que existe en su parte más pequeña se puede reducir a diferentes formas geométricas. Las sales minerales, los cristales de nieve, los cuarzos, la forma de las flores, los caracoles, el pentagrama de una manzana partida, los huesos de muchas frutas forman distintas geometrías. Asimismo, en el ser humano, en la sangre, las proporciones del cuerpo y su simetría. Cuando pensamos en lo más pequeño llegamos a la conclusión que todo en la naturaleza está formado de figuras geométricas. Por ello cuando miramos o meditamos en dichas formas nuestra mente se conecta con el mundo abstracto de Biná y nos llenamos de armonía y equilibrio. Porque cada una de ellas nos conecta con el todo. En las meditaciones de Biná es frecuente que aparezcan en la mente imágenes de tetraedros, hexagramas, dodecaedros, etc. Ahora, la forma característica de Biná es el triángulo, asociado a la trinidad: padre-madre-hijo. La imagen de Biná es la de una anciana mujer, la Shekinah, la presencia divina en el mundo. Es el rostro femenino del Creador que se representa como una dama enlutada o engalanada, según se trata de una situación de dolor y muerte o bien de luz y redención. El objetivo de la unión mística es conciliar los principios masculino y femenino. La labor principal del cabalista es ayudar a restaurar la unión de la parte femenina. El nombre divino es ELOHIM. Cada persona tiene su propio Tikun, su camino de aprendizaje. Según sus actos así encontrará su futuro, pero también tenemos un programa maestro

diseñado por el Creador sobre el cual podemos realizar variaciones o acelerar o retrasar procesos. Cada galaxia, cada estrella, cada sol, cada ser humano tiene un programa que les llevará hacia un encuentro con todos los seres. A lo largo del viaje, el ser humano tiene un camino de reencarnaciones. Cada una es una etapa del camino, cada ser tiene a la vez su propio patrón y programa que puede ir cambiando a medida que alcanza un alto nivel de comprensión y entendimiento. Puede ir cambiando sus causas y sus efectos. Cuanta más luz y amor, más fácil y llevadero. Se hace el trayecto de vida, se puede acelerar, cambiar. Cada uno puede vivir las lecciones sólo o en compañía. Al conectar con la energía divina de Neshamá, el espíritu, así como su parte femenina, la Shekinah, la película de las experiencias de la vida es comprendida. Debemos saber que también formamos parte de los programas de los demás, pues existe un programa colectivo y tenemos que experimentar cosas con las que no contábamos, que no hemos sido conscientes de haberlas programad, pero sí que nuestro Neshamá las sabía y tenía en cuenta. Por eso, si nos unimos a él, quien conoce perfectamente el programa de vida pasado, presente y futuro, y si nos dejamos guiar por él desde nuestro corazón, desde nuestra voz interior, podemos mejorar nuestro destino y el de la tierra; el Tikun personal y el colectivo, hacer un mundo mejor, el mundo de Tikun. De este modo podemos acelerar los tiempos para que el Mesías descienda. Ya sabemos que entendiendo y comprendiendo el programa maestro, podremos encontrar el camino de la ascensión y el regreso a la unidad, que es el objetivo de todo ser humano, pero a lo largo de nuestras existencias como humanos dentro de la dualidad, hemos ido creando otros programas equivocados, por haber ignorado la presencia divina en nuestro interior. A consecuencia de ello, hemos sido fácilmente manipulados por entidades negativas, los Kliphot de este mundo y otros. — Maestro, ¿por qué muchas personas sufren enfermedades psíquicas y ni siquiera reciben respuesta a su curación con la medicina? — Porque sus mentes quedan poseídas por parásitos, implantes y

dispositivos negativos creados por los Kliphot con la intención de debilitarlas, confundirlas y hacerles tener visiones irreales, fantasías e ideas destructivas que acaban volviendo loca a la persona. Les baja la vibración de la energía mental. El motivo por el cual no se curan es porque la medicación y la terapia no puede arrancar a estos parásitos o cortezas. Para arrancarlos o combatirlos es necesario entrar en el corazón, pedir a la parte divina interior de cada ser humano que se conecte con la energía mesiánica que tiene el poder de redimir y liberar el mal de una persona, así como entregar el libre albedrío. — Rabí, ¿por qué estos parásitos invaden la mente del ser humano, si tenemos el libre albedrío? Si una persona no quiere ser manipulada, ¿por qué ocurre? — Todos los seres que aman y sirven a D-os, en su aspecto masculino y femenino, y aman la ley suprema como única fuente jamás rompen el libre albedrío. Sin embargo, los seres que están en la dualidad, que se creen dioses, confunden a las almas, dando informaciones equivocadas; como no respetan la ley suprema, la ley de unidad, invaden al ser humano sin su consentimiento. Para ellos no es necesario el respeto del libre albedrío. Por ese motivo el mal invade a todos los seres humanos y el cielo sólo puede intervenir para sanar cuando se perdona, se ama, y se unifica la persona desde el corazón con el todo. — ¿Qué significa esto de entregar el libre albedrío? — Querido Jaim, significa aceptar que no estamos solos. Que hay un espíritu superior, y que cuando nosotros le entregamos el libre albedrío, las divinidades pueden entrar en nuestro campo energético, mental y emocional y pueden entonces entrar en nuestra memoria y limpiarnos de esos parásitos que están atrapados en nuestros patrones de conducta equivocados desde vidas pasadas. Esas entidades están atrapadas como consecuencia que en otras vidas hemos grabado conceptos equivocados. Por ejemplo: una monja o sacerdote que en otra existencia hizo votos de castidad y creyó profundamente que la sexualidad era mala y las relaciones de pareja no eran posibles. Ahora en esta vida la energía que el creó le impide tener relaciones

o una pareja. Eso es un patrón mental. Otro ejemplo: una persona que en vidas pasadas se flagelaba por sus creencias sigue llevando presente este molde de conducta. En la vida presente esta persona recibe malos tratos, atrae a personas que le maltratan. Otro caso: una persona que murió ahogada con sus hijos en un naufragio, en esta vida tiene mucho miedo al mar y ese miedo le provoca accidentes. — Entonces, repuso Jaim, ¿A una persona que esté poseída, se le pueden quitar estos parásitos? — Sí. Primero la persona debe tomar conciencia del origen de su problema. Y luego se puede pedir ayuda a los arcángeles Miguel y Zakfiel, a la Shekinah que son los que tienen el poder de remover, arrancar y liberar a estas entidades que están atadas a los cordones psíquicos y al campo mental, emocional y energético desde vidas pasadas. — Maestro, ahora comprendo porqué usted tiene la costumbre de decirle a las personas quienes han sido en vidas pasadas, para que comprendan y perdonen todos los errores que arrastran desde esas épocas. — Es necesario pedir perdón a todos los seres que han formado parte de tus vidas, con las cuales tuviste algún problema, ya que, aunque no estén presentes en tu vida actual, sí está presente la energía. Todos estamos interconectados a través de estos hilos o redes a la mente colectiva. En ella no existe el tiempo. Todo es un presente. En Biná podemos entender que todas aquellas experiencias de nuestra vida donde hemos sufrido y vivido dificultades han servido para algo, quizá nos han hecho fuertes, valerosos, nos han permitido desarrollar cualidades que de otra manera probablemente no hubiéramos tenido. En este sephira aprenderás a liberarte de tus sentimientos de culpa. Porque verás que todo existe por algo, todo tiene un porqué. Si eres capaz de aprender qué te ha enseñado esa experiencia dolorosa, encontrarás su significado. Entonces ya no hay que sentirse culpable por nada. Para ello hay que amar y perdonar todas las circunstancias de tu vida y los lugares donde hayas estado. Todo está bien y todo sigue un plan y un orden perfecto. El secreto de la curación

está en pedir: purificación, perdón y liberación, todo ello a través del amor hacia uno mismo y los demás. E n Biná es la esfera de los registros y memorias de toda la humanidad. Para curarnos realmente es necesario retroceder a Biná para sanar todo aquello que tengamos mal realizado. Todas las personas que nos encontramos a lo largo de nuestra vida forman parte de nosotros, reconociendo que nos vamos encontrando con unos y otros es importante reconciliarnos con todas las partes, todos los humanos hasta llegar al grado de amar a todo lo que existe; ahí es donde aparece la verdadera curación, cuando no sentimos odio, envidia, celos, todo lo que provoca la separación. Que no nos afecte la imperfección que podamos ver en los demás. En Biná hay la gran madre, las aguas primordiales, el gran mar; todo lo que existe en el universo viene de allí; está formado por su agua. Como todos los hijos que regresan a su madre, el reconocernos como hijos de esa madre y sentir ese amor por todo, como si fuera nuestros hermanos, es lo que nos lleva realmente de regreso a casa, pues nos da la salvación y redime nuestras faltas. Todo lo que haces por los demás lo haces en realidad por tí mismo, al reconocerte como parte integrante del todo. Os voy a explicar un caso que me ocurrió: Un matrimonio tenía 3 hijos. La madre adoraba al pequeño y siempre lo defendía, aunque su actuación era errónea por la superprotección de la madre. Los otros dos hermanos crecieron sin la protección materna, aunque se desenvolvieron muy bien en la vida llegando a ser hombres de bien. Tuvieron sus correspondientes negocios y sus familias muy unidas. El hermano menor super protegido, por el contrario, quería las cosas fáciles, sin esfuerzo. La madre al ver que no sabía defenderse en la vida quiso dejarle toda su herencia. El padre no estaba de acuerdo, pero no podía hacer nada para convencerla. Comenzó el odio, la rabia, la crítica y la separación entre los hermanos, las cuñadas, los sobrinos y toda la familia entró en conflicto. El hermano mayor vino a visitarme y me contó la larga historia y a lo que les había llevado la herencia y el odio. Él quería paz, olvidar y perdonar, pero había otro

problema mayor: el padre, enfadado por el reparto de la herencia de su mujer, decidió repartir su parte para los dos hijos mayores. Al morir el padre fueron al notario a leer el testamento y claro está, no había dejado nada para el hijo menor. Le dije al hermano mayor que todo había ocurrido por la ley de Herencia de Biná. Todos hemos hecho cosas mal en otros momentos de nuestra vida o en vidas pasadas. Lo que se debía aprender de esta situación era la comprensión, la aceptación de los hechos y el perdón. Le recomendé reunir a su familia y hablar. Especialmente que todos eran víctimas de unas circunstancias kármicas y ahora tenían la posibilidad de aprender a perdonar y aceptar que no hay pérdidas materiales, sino que con el dinero de la herencia se pagaba una causa mal creada de otras vidas y que compraban con ella su libertad y el entendimiento. Finalmente se repartió todo por partes iguales, pues los tres hermanos se pusieron de acuerdo. Ahora te voy a indicar unos ejercicios prácticos • Imagínate que eres una madre con muchos hijos y que todos se han marchado de casa porque cada uno tiene su vida. Siente amor por ellos sabiendo que tienen que cumplir su misión y esperas su regreso. Imaginas que al regresar los recibes con amor y esta espera la has vivido sin sufrimiento, con fe y entendimiento. • Si alguien de tu entorno o familia ha fallecido, siembra un árbol o una planta de hojas perennes y cuídala como si se trata de esa persona. Será tu vínculo de amor con ella. • Si alguien te ha abandonado, viaja en una embarcación por un río, lago o mar sintiendo que la brisa que acaricia tu rostro es la presencia del ser que partió y habla con él igual que si estuviera delante. • Compra un cráneo de cerámica o cristal y acarícialo mientras vas familiarizándote con el y perdiendo el miedo a la muerte.

• Visita un cementerio o tumba y contempla las reliquias de un santo. En ellas está contenida su esencia a pesar del tiempo transcurrido. Es como si no hubiera pasado el tiempo. Este ejercicio es el que hacemos al visitar las tumbas de los rabinos del pasado. —•—

Jokmá

E ra el año 1.587. Habían pasado ya más de 15 años desde la muerte de su

maestro, y Jaim Vital seguía recordándolo, aunque ahora estaba de nuevo en Damasco con su gente, viviendo su propio camino. Después de la muerte de Isaac Luria, el maestro se le había presentado en sueños numerosas veces dándole indicaciones, pero estas visitas se habían hecho menos frecuentes los últimos tiempos, hasta casi desaparecer. Su hijo mayor, Samuel, se había convertido en uno de sus mejores discípulos y ahora a él le explicaba los secretos de la segunda sephira: Jokmá. — Jokmá se traduce como Sabiduría, el nombre divino de esta sephira es JEHOVÁ, pero también YOD-HE-VAU- HE, que son las cuatro letras básicas de la creación:

YOD => Fuerza Masculina HE => Fuerza Femenina VAU => Fuerza del Hijo HE => Fruto del Hijo

Este es un mantra muy poderoso, que no tiene traducción, ya que es el nombre impronunciable; nosotros no podemos conocer a D-os en su totalidad. El tetragrámaton o cuatro sagradas letras son consonantes, no sabemos las vocales que hay entre estas letras, por eso los hebreos le dan unos nombres diferentes a D-os diciendo que representan distintas características suyas, como son ADONAI o JEHOVAH, siendo tan sólo un acercamiento al nombre impronunciable. El Absoluto, el Ain Soph no puede ser conocido por la mente humana. El verdadero nombre, así como la imagen del D-os absoluto están fuera de nuestro entendimiento. IHVH es “él es”. Se trata de la esencia divina volviéndose inteligible a la razón humana. La esencia divina en tanto que razón de ser de todo lo que concierne al espíritu humano. La esfera de La Sabiduría se encuentra encabezando el Pilar de la Misericordia, opuesto al Pilar de la Severidad. El primero corresponde al pilar de lo masculino y el segundo, al pilar de lo femenino. La tradición esotérica señala que el Centro de Energía donde se manifiesta la idea de esta esfera es el Zodíaco. El Sepher Yetzira la denomina Inteligencia Iluminadora. Cuando el verbo creador dice: «Hágase la Luz», está poniendo en acción a La Sabiduría o Jokmá. Jokmá nos dice que hay algo que nosotros no podemos saber, el nombre impronunciable. Igual que la sabiduría, es algo que nosotros no podemos llegar a conocer en su totalidad, ya que cuando la conocemos aparece el entendimiento de Biná, dejamos de percibir la sabiduría universal porque comprendemos una parte de la misma, podemos comprender las partes, pero no la totalidad. Cuando damos el salto al primer triángulo, es posible llegar a la sabiduría, al conocimiento de todo, y esta sabiduría de Jokmá es la Omnisciencia, el conocimiento absoluto, siendo capaces de permanecer en la unidad. Estas cuatro letras, Iod, He, Vau, He pueden combinarse entre sí dando

lugar a lo que se llama “las permutaciones”. Podemos formar 12 combinaciones distintas, así como 64 si usamos sólo tres de dichas letras. La pronunciación correcta de las cuatro letras empleadas para representar al D-os de Israel correcta es: Iud, Hei, Vod, Hei.

Esta combinación de 3+1, se forma porque el segundo He, en realidad, es un fruto y una derivación que conduce a la creación de otro mundo, una nueva dimensión. Algunos estudiantes de Kábbalah han leído y sostienen que, pronunciar correctamente el nombre divino, -iud, hei, vod, hei- provocaría la destrucción del mundo. Esto es incorrecto y es producto de la ignorancia de tomar las enseñanzas esotéricas en forma literal. De lo que se trata es que, si alguien lograra la identificación con la esfera, dejaría de ser una existencia aparte para fundirse en la Sabiduría. Entonces, su mundo, su realidad, habrá desaparecido. A esto se refiere la enseñanza sobre el nombre divino asociado a esta esfera. Jokmá se asocia al hemisferio cerebral izquierdo, quien controla los procesos racionales, la auto-conciencia y la voluntad que rigen la parte derecha del cuerpo. La determinación, el impulso o la voluntad son cualidades de Jokmá. Además, se asocia con la percepción de la unidad de todas las cosas y el amor impersonal o cósmico. En este punto es donde D-os dijo “hágase la luz, y la luz se hizo”. Es la voluntad de querer conseguir las cosas. El Arcángel es RAZIEL. Puede ser visualizado como un pilar gris contra un fondo azul claro. Es la combinación de colores que se produce en un día brillante con algunas nubes. Se dice que fue el que estaba con Adán y Eva en el paraíso y les entregó las primeras leyes. Es un arcángel luminoso que nos da sabiduría. El coro de ángeles son los Aufanim, que se traduce como

Ruedas, ya que están en un movimiento contínuo. Ello hace que todo esté en constante comunicación, que no haya nada separado del resto y todo esté en contacto. Son ángeles de comunicación, se les visualiza de un color gris iridiscente. Las ruedas nos sugieren la acción cíclica, una fuerza en movimiento constante. El nombre hebreo de este coro angélico es Aufanim. Sobre este tema de las Ruedas, convendrá leer el primer capítulo de Ezequiel en la Biblia. El astro asociado a Jokmá es MAZLOTH, la esfera del zodíaco; es nuestra relación con el sistema solar. En algunos libros se relaciona con el planeta Urano y a Keter con Neptuno, y estas relaciones muestran algunas coincidencias, pero no forma parte de la antigua tradición cabalística según la cual en Jokmá está el zodiaco (nota del autor). La imagen mágica de Jokmá es la de un hombre barbudo, por eso en los senderos en los que están las letras con las que se forma YOD-HE-VAU-HE hay personajes con barba. El templo está hecho con todos los colores del Arco Iris, y al entrar se forma un círculo que irradia todos los colores, donde todos los planetas nos están irradiando luz. Cuando el ser humano realiza acciones dinámicas, motivadoras, que impulsan a la acción, están actuando con la energía de esta esfera, correspondiente al pilar derecho del Árbol de la Vida. Entonces Samuel le dijo a su padre, Jaim: — ¿por qué otras escuelas de Kábbalah tienen tanto poder y en cambio no dan tanto conocimiento como en la nuestra? A veces siento envidia porque veo que consiguen las cosas más fácilmente que nosotros y disponen de más bienes materiales. — Samuel, aprende a respetar los bienes ajenos y a no desearlos. Controla tu mente pues tienes la capacidad para crear todo lo que piensas. Si deseas conseguir los bienes materiales de otros, puedes estar generando envidia y celos y quedar atrapado en el engaño y la oscuridad. Desátate, no necesitas ambicionar lo que otros poseen, tú tienes el poder en tu conciencia. Únete a la ley de tu conciencia, ella tiene poder para controlar tu campo mental, tiene un potencial que puede

desintegrar la envidia y la oscuridad, capacidad para darte los dones de la sabiduría para que por ti mismo puedas atraer los bienes materiales que necesites, atraerás siempre lo que esté en el plan divino para ti. Mantente firme en tus principios morales y espirituales y ellos te darán luz. Coloca luz en tu glándula pineal, que es donde se halla el tercer ojo, si la activas con un nombre de D-os, el arco de luz se abrirá y podrás comunicarte con los seres de los mundos superiores que te ayudarán; crearán en tí buena voluntad, pensamientos positivos y te convertirás en un receptor luminoso para que constantemente puedas recibir mensajes que te lleven al éxito y al triunfo y te guiarán en tu caminar por la vía espiritual. Deja de ser débil y de querer lo que tienen otros. — Padre, ¿cómo definir la Sabiduría? — Samuel. Se podría decir que es un don que se manifiesta desde lo superior. Saber de todo tipo de materias, conocer el mundo en todas sus perspectivas y ser capaz de relacionar cada uno de los conocimientos adquiridos en el plano concreto. Es una actitud frente a los actos de la vida. Es la respuesta justa en el justo momento. Esta sabiduría es tan pura que solo entrega su energía sin esperar nada a cambio. Las características de un sabio son: — El Sabio conserva preciosamente la Sabiduría que es un gran tesoro y rechaza toda otra riqueza. El Sabio, por la sinceridad, la virtud y la pureza, se transforma en una isla que no puede sepultar marea alguna. Entrega sus conocimientos desmenuzados, es decir, dándose entender a todos los niveles de personas. — El Sabio todo lo que sabe lo ha experimentado en la vida diaria y en los planos sutiles, nada que no haya sido ya elaborado por su experiencia lo entrega a sus seguidores. Entrega a su estudiante lo que necesita y se pone en el lugar del otro. Está desprovisto de vanidad y por eso brilla. — El Sabio se asemeja a un niño y tiene tres cosas preciosas que estima y guarda con mucho cuidado. La primera es la dulzura, la segunda la economía y la tercera no codiciar lo del otro. Puede pasearse una y otra vez por los

senderos y esferas del Árbol de la Vida, pero siempre saliendo iluminado, habiendo realizado su trabajo. Cómo podemos alcanzar la sabiduría: La Sabiduría se va conquistando a medida que se enfrentan los problemas y se hace una evaluación de las experiencias. Actuar conforme a los principios y leyes universales. El estudio y la práctica y el servicio a los demás, ya que la fuente se va llenando de conocimiento y debe ser vertido con Sabiduría y seguirá su proceso. El Árbol de la Vida y sus esferas son reflejo y conocimiento de la creación. Nos enseñan la trascendencia de esa inteligencia iluminadora que se puede ir adquiriendo a medida que se va haciendo un trabajo personal, guiado por un Maestro real. No es fácil alcanzar la sabiduría sólo con la mente. Es necesario activar todas las zonas de poder dormidas que hay en el cuerpo mental, emocional, energético, físico y espiritual. Es necesario conocer, pues sin conocimiento no lo puedes lograr. Trabaja para purificarte y cambiar tu estructura humana o tu forma de comportamiento a través de la Torá. Si quieres alcanzar la sabiduría ponte a trabajar, a despertar tus cuerpos de luz y a llenarlos de la luz viviente que procede de los mundos superiores. Esta luz se atrae pronunciando los 72 nombres de D-os. Estos desprenden rayos de luz que energizan tus cuerpos, los iluminan y transforman. Al ir elevando la vibración y unificando mente y emociones se desarrolla el amor. Al despertar el amor se desarrolla la sabiduría, pero no la humana, sino la sabiduría de D-os, Jokmá. Cuando entras en este estado, puedes recibirle y verle. La experiencia de Jokmá es la visión de D-os cara a cara. Habrás madurado y alcanzado la fe. La fe tiene luz y poder de D-os, y ésta te hace alcanzar la sabiduría divina procedente del trono. Jokmá da movimiento, flujo de energía positiva, quitando temores en las relaciones y las dependencias, nos puede ayudar a recuperar toda la energía que perdimos a lo largo de nuestras vidas. La sabiduría contiene la voluntad de unificarnos al todo para recibir los dones, la nueva fuerza que renueva todo lo viejo. Dándonos su aliento impulsor para que nos pongamos en marcha.

En esos días, Jaim cayó gravemente enfermo. En ese momento en otro lugar de la ciudad Moshé, su hermano de sangre se hallaba reunido en una casa de piedra con unas cuantas personas alrededor de la mesa. Eran escribas, personas dedicadas a copiar textos. — Mirad, tengo necesidad de copiar unos textos por cuyo trabajo os ofreceré una buena cantidad de dinero. Tendréis que ayudaros de otros escribas conocidos vuestros. Estos textos los tiene mi hermano, pero no me los quiere dar, por lo cual sólo podrá prestármelos durante tres noches. Ese es el tiempo que vosotros tendréis para copiar esos textos. — Señor Moshé, con el debido respeto- contestó uno de ellos: ¿estos textos no serán propiedad de alguien? — ¿Tú no hagas preguntas y limítate a hacer tu trabajo, de acuerdo? Le contestó Moshe. - dando un puñetazo sobre la mesa, presa de una gran rabia y un profundo estado de celos: ¿por qué su hermano no confiaba en él, ¿acaso eran más importantes los textos de su maestro, el rabino Isaac que sus propios lazos de sangre? Así pues, le pidió prestadas a su hermano 600 páginas de sus manuscritos durante unos días sin decirle que su propósito era copiarlas sin su permiso. Con gran astucia contrató a un centenar de escribanos que se dedicaron durante tres días a copiar dichos escritos. Desde hacía tiempo había comenzado a pensar que la única manera de obtener prestigio entre la comunidad de rabinos a la que él también aspiraba pertenecer era poderles mostrar algunos textos inéditos de Isaac Luria que nadie más conociera y comenzó a trazar ese plan para poder explicar que el Ari en persona le había dado a él esa información en lugar de a su hermano. Al cabo de los tres días, le devolvió a su hermano los manuscritos sin explicarle nada de lo que había hecho. En secreto se dedicó a distribuir algunas copias, pero que lamentablemente, los escribanos habían llenado de errores, al desconocer los principios de la Kábbalah y no transcribir adecuadamente, quizá por las prisas, los textos.

Jaim recordó unos casos que había contado el Ari al respecto de Jokmá: — Un joven de 34 años llamado Jeremías se hallaba totalmente derrotado. Había fallecido su padre y él no tenía más familia, pues era un hijo adoptado y antes había fallecido su madre. Perdió el trabajo y se gastó el dinero del patrimonio familiar, pues al sentirse sólo recurrió a la bebida. No tenía voluntad ni para trabajar ni para dejar el alcohol. Tampoco quería visitar al doctor. Comencé a hablarle de la Kábbalah como camino para encontrar a su verdadera familia espiritual. Era necesario saber porque tuvo que pasar por esa situación. Era una prueba de desapego y abandono, y cuando las comprendió, pidió voluntariamente entregar al Padre y la Madre cósmicos su libre albedrío, su voluntad, para que le ayudaran. Decía: “yo soy Jeremías y entrego mi libre albedrío, se lo ruego a mi ser interior que en unión con Jehová perdonen los errores de todas mis existencias. Me perdono a mí mismo y también a todos los seres a los que hice mal en cualquiera de mis vidas. Hoy acepto la ayuda y los poderes del Padre cósmico para que purifiquen, controlen mi energía y me den la libertad con el fuego sagrado. Él me da la plenitud y la voluntad para vencer todas las adversidades. Así sanó-. — También una señora de mediana edad había sido abandonada por su marido. Ella estaba acostumbrada a las comodidades y dejó de trabajar cuando se casó. Al verse sola, sin trabajo, sin recursos, intentó huir refugiándose en el alcohol. Cada vez estaba peor. No podía superarlo. El médico no podía hacer nada. Un día llegó a visitarme y me preguntó-. — Rabí, ¿qué es la Kábbalah? ¿Para qué sirve? Otros rabinos me han dicho que la mujer no puede tener acceso a ella... — Mujer, es importante conocer el Árbol de la Vida, pues nos conduce hacia la unidad y la victoria, a la ascensión hacia la luz–. Yo enseño por igual a hombres y mujeres. Ella estaba muy interesada y comenzó a estudiar. Recuerdo su comentario: — El sephira que me ha ayudado más ha sido Jokmá, ya que cuando

medito en él siento que me invade una gran fuerza de voluntad, un amor muy fuerte por D-os. — Así, ella continuó con sus ejercicios de meditación. Con I.H.V.H. fue purificando su mente, sus emociones. Sacó su fuerza de voluntad y nació en ella un gran amor hacia el cosmos. Decidió ayudar a muchas personas, faltas de voluntad, a usar los poderes creadores de Jokmá. Te daré unos ejercicios para que practiques Jokmá: • Pronunciar las 12 permutaciones de las cuatro letras I-H-V-H según el siguiente orden: I-H-V-H. H-I-H-V. V-H-I-H. H-H-I-V. H-H-V-I. H-V-H-I. V-I-H-H. I-V-H-H. V-H-H-I. I-H-H-V. H-I-V-H. H-V-I-H. Activa los diferentes centros de poder del cuerpo. • Pronunciar las 64 permutaciones de las tres letras: I-I-I. H-I-I. V-I-I. H-I-I. I-I-H. I-I-V. I-I-H. H-H-H. V-V-H. H-V-I. I-V-H. H-I-V. I-H-V. V-I-H. I-H-H. V-H-H. V-V-H. I-V-H. I-H-I. I-V-I. I-H-I. H-I-H. H-H-I. H-H-H. V-V-I. V-H-I. V-H-V. V-H-I. H-I-H- H-H-H. I-H-H. I-H.H. I-V-V. H-I-I. V-H-V. I-H-V. H-V-H. H-V-H. H-I-H. H-H-I. H-V-V. V-I-H. V-I-V. H-H-H. H-V-H. H-I-H. H-H-I. H-H-H. H-V-V. H-I.-V. H-H-V. H-V-H. V-H-H. H-H-V. V-H-H. H-H-V. V-V-V. H-H-H. H-H-V. H-H-I. H-H-H. V-H-H. I-H-H. H-H-H. Sirve para cambiar los códigos de información errónea de las células sanguíneas. —•—

Keter

Vital se encontraba en su lecho de muerte. Era el año 1.620. Rodeado J aim por sus familiares y amigos, estaba dejando sus últimas voluntades. Explicó que en un armario de su habitación había unos manuscritos que nunca había enseñado a nadie. Junto a él, Samuel, su hijo mayor, escuchaba con atención sus palabras: "- Muy a menudo me pregunto por qué llegó el sagrado Arí precisamente en mis tiempos. Siempre vuelvo a hacerme esta pregunta y la dejo sin respuesta, agradeciéndole al Creador por permitirme haberlo conocido –". “— Y a pesar de todo, cada vez que lo recuerdo, se me dibuja una sonrisa en los labios y una calidez inunda mi corazón. Cierro los ojos y frente a mí está esa casa conocida, con las ventanas abiertas hacia los cerros verdes de Safed, la casa del Arí. Escucho su profunda voz. Me dice: "el mundo ya no necesita de elegidos virtuosos, Jaim Vital, a partir de nuestros días toda persona puede llegar a la espiritualidad –".

Tumba de Safed.

— Algunas obras mías fueron publicadas — explicó Jaim — Pero el contenido de estos manuscritos voluntariamente lo he dejado guardado durante más de 30 años. Es la trascripción de las enseñanzas del Ari, que tenía que entregar a mi continuador. Mi maestro me había pedido que los publicara en el futuro, dado que en vida de él aún no era el momento. Sólo un alma que esté conscientemente en su camino de Tikun podía recibirlos. Tú, Samuel, hijo, eres la persona que les hará ver la luz. He estado esperando toda mi vida que apareciera mi discípulo preparado, pero al final me he dado cuenta que es a tí a quien el destino te tenía reservada la misión de publicar mis obras. Mi hermano, en quien tanto había confiado, al final me traicionó y me dio la espalda por su afán de poder. A veces el destino se revela no cuando uno desea sino

cuando es el momento oportuno. — Samuel, te pido que los distribuyas en ocho secciones y los llames Shemoneh She’arim. Cuando yo muera deseo que todos mis manuscritos sean enterrados conmigo y que tu publiques las copias — . — En ese momento, -Jaim- recordó las últimas enseñanzas de su maestro sobre Keter, el sephira numero 1 que representa el punto de origen y partida de todo el Árbol. En el comienzo de la creación había un punto original, Keter, el origen, el punto, del cual parten los demás sephirot. Ahora él regresaba a ese punto de partida a reunirse para siempre con su maestro. Comprendió porqué las almas vienen a la tierra con un propósito determinado, aunque la mente humana ignore su existencia. El alma de su hijo Samuel no supo hasta ese momento porqué había tenido esa clase de padre. Lo había elegido voluntariamente para seguir también el camino de la Kábbalah. Recitó el himno del Sabat que su maestro le había enseñado: — Canto este himno para incorporar los senderos del campo de manzanas santas. — Nos preparamos para una nueva alianza, luces encantadoras de un candelabro de luz caen sobre nosotros. — Entre su lado derecho e izquierdo se halla la novia envuelta en ropas y joyas de fiesta. — Su marido la abraza en sus fundamentos exprimiendo su fuerza. — Termina el tormento y el apuro. Ahora hay caras felices y fiesta. Él le da gran alegría en medida doble. — La luz brilla y fluye con su bendición. — El novio va adelante y prepara los adornos de la novia, alimentos de varias clases y toda clase de pescados. — Ella tiene setenta coronas y el rey de lo supremo, ese, puede ser coronado en el santo de los santos. — Todos los mundos se graban y se encubren dentro de ella, pero todos brillan delante del anciano de los días. — Puede ser que su voluntad sea morar entre su gente viviendo en la alegría. — En el sur fijé el candelabro oculto, yo hago sitio en el norte para la mesa con los panes.

— Con el vino en cubiletes y el mirto para fortificar al débil, trenzamos las guirnaldas de las palabras preciosas para la coronación de los setenta en cincuenta puertas. — Deje Shekhiná ser adornada por seis panes de Sabbath conectados por cada lado con el santuario divino. — Debilitado el molde de las energías impuras, los demonios amenazadores son ahora derrotados. Este poema debe ser entendido por el corazón y no por la cabeza, por el alma y no por el cerebro. El símbolo de la Menorá tiene un enorme poder, colocándole siete velas de color verde oscuro los seres maléficos serán derrotados. La Kábbalah considera que Keter es el número 1 en cuanto a la manifestación, es lo primero que existe manifestado, pero a la vez procede de algo Inmanifestado, que es el AIN SOF, lo que no se ha creado, lo que no se ha manifestado, y de este Ain Sof surge Keter. Keter es la corona o cima del Árbol de la Vida. La copa del árbol que recibe la luz del Sol. El punto de partida, el origen de todo. Se asocia a la aparición de las primeras ideas, el inconsciente divino generando los impulsos para la acción posterior. Corresponde a la parte superior de la cabeza. Keter se traduce como corona, símbolo de triunfo, de realización, también es un elemento que se coloca encima de la cabeza. Es lo que da sentido a la vida, pero al mismo tiempo no forma parte de la creación, ya que el uno es la unidad, por lo que es la corona de todo lo que existe. El nombre divino de Keter es EHEIEH, que se traduce como YO SOY, pudiendo decirse también como EHEIEH-ASER-EHEIEH, que sería YO SOY EL QUE YO SOY. (Éxodo 3:14) La palabra Yo Soy es la afirmación de la verdadera existencia, es la afirmación de que hay una verdad y realidad, sería Keter afirmando su propia existencia. Yo Soy el que Yo Soy significa que se es más allá de cualquier existencia; significa que somos, aunque no tengamos un cuerpo mediante el cual manifestarnos. D-os reconociéndose a si mismo anteriormente a toda manifestación. La conciencia física agudizada se convierte en lucidez psicológica, que, a su vez, se transforma en una profunda conciencia de la totalidad del universo y de la presencia de la

divinidad. Uno está en contacto con todos los mundos a la vez, y percibe tanto la complejidad como la unidad de todas las cosas. Cuanto más arriba del árbol estás más cerca del demonio estás también, porque el Árbol de la Vida se junta por sus extremos si lo doblamos en dos. Por eso cuando más arriba estamos, más fuertes son las tentaciones. Se dice que a mayor altitud y vibración mayor y más grande es el demonio que te tienta. De ahí que mucha gente que piensa: “yo ya lo sé todo y como lo sé todo ya he alcanzado el conocimiento porque me he trabajado muchísimo ya no tengo tentaciones, y las cosas ya no pueden ir nunca mal en la vida.” ¡ Qué equivocada! Mucho mayores son las tentaciones y más sutiles. Los demonios grandes sólo atacan a los que están muy altos. A los que están bajos no les atacan porque ya les tienen prisioneros por la debilidad y el miedo. Entonces tenemos que saber que aquí estamos para elevar nuestra vibración a través del amor para que no puedan los klifos perjudicarnos. Lo importante es practicar cada letra ya que da vida y luz y hace que los klifos no tengan acceso a nosotros. Simplemente por decir “Alef”, aunque parezca una tontería, genera una vibración en el campo magnético que nos eleva nuestra frecuencia. El arcángel es METATRON que es el Arcángel más elevado del Árbol de la Vida, y según algunas tradiciones, él junto a Enoc son los iniciadores de la tradición de la Kábbalah, el que entregó a la humanidad las letras hebreas de la creación. El coro de ángeles son las cuatro santas criaturas vivientes, que son las cuatro fuerzas de las cuales después aparecen los cuatro arcángeles, los cuatro elementos, etc.

El anciano de los días.

En cuanto a la relación planetaria Keter se relaciona con las galaxias, se dibuja como la forma de espiral que tienen las galaxias y es denominada “los primeros remolinos”. La luz de Keter es blanca porque todavía no se han formado los colores, el blanco integra todos los colores, es la Unidad, y también es donde la luz es más intensa. El templo es de luz blanca, como si se hubiera materializado, el templo no es material sino formado sólo de luz. De él se proyecta una emanación: es un pensamiento. De él sale el estado gaseoso que es el aire y forma una copa. Esa copa es donde se condensa ese estado gaseoso y se

forma el agua, el líquido que nos dará la vida en Biná. De Keter ha emanado el primer número, el 1, es la sephira 1, la gran brillantez, el gran fuego. Origina la fuerza que nos permite regresar al Todo. La imagen mágica de Keter es la del Anciano de los Días, el cual es un ser anciano barbudo visto de perfil, ya que se considera que la otra mitad del rostro está mirando al infinito, por lo que nunca lo podremos ver completo. Indica que nunca podemos ver totalmente a D-os. El Anciano de los Días como el Padre Supremo es algo que está presente en todo lo que existe, en el dibujo anexo observamos a su alrededor los doce símbolos del zodiaco que aparecen en Jokmá, más abajo están todos los planetas que representarían a todos los demás sefirot del Árbol de la Vida. El Sol sería Tiferet, y en el suelo tiene un pie en el agua que sería Yesod y otro en las montañas que sería Malkut. Keter es la inteligencia admirable y oculta. El ser puro. El relámpago, expansión y contracción. La consumación de la evolución espiritual que nos permitirá llevar la corona de vida. El arcángel Metatrón y las cuatro santas criaturas vivientes nos crean nuevas forman de vibración y nos unen en matrimonio perfecto entre el ser superior y nuestra forma humana. Toda persona que quiera alcanzar el estado de unión con el ser y un grado de iluminación tiene que trabajar con su Keter, su ser superior que es quien tiene la llave del conocimiento para conectarnos con el todopoderoso. Nos permite interconectarnos con el árbol intergaláctico y con los mundos de Ain Soph, energía completamente pura, creadora y dadora de vida, la que es capaz de transformar nuestro destino, nos ayudará a liberarnos del karma pues es la fuente de la que todo nace. Cada vez que se nos ocurre una idea o tenemos un impulso que no sabemos por qué aparece, estamos viviendo en Keter. Es la fuerza impulsiva, el primer arranque. De ahí que a veces una persona dice cosas sin pensar o sin saber porque lo hace y dice una verdad, ya que en esos momentos es su inconsciente, s u Keter, quien lo impulsa. Este sephira es útil para las personas indecisas, temerosas de tomar decisiones e iniciativas. Nos ayuda a sentirnos conectarnos con la luz de ABBA, el Padre, y llenarnos de confianza en que D-os está dentro de nosotros y nosotros en él. D-os, aquello que esta mas allá de nuestra

comprensión, decide hacer una creación, y difícilmente podremos determinar porque tomó esta decisión, simplemente debemos aceptar esta realidad, y aunque se pueda especular mucho al respecto, la tradición cabalista reconoce que es imposible llegar a este último conocimiento. Se acepta que eso está vedado a nuestra realidad, tratar de explorarlo es lo mismo que intentar conocer a D-os en su esencia. D-os esta en la creación, pero la creación no es D-os. La Kábbalah plantea que desde su realidad (la única y verdadera), llamada la existencia negativa, trasciende a una nueva realidad llamada La Existencia o Existencia Positiva, en la cual se concibe y conforma la manifestación. D-os, en esencia, se mantiene aislado de esta creación, a través de tres velos, llamados por la Kábbalah: AIN, AIN SOPH y AIN SOPH AUR (Negatividad, lo ilimitado y la Luz ilimitada; respectivamente). Estos tres velos permiten que D-os se exprese en la creación, y al mismo tiempo se mantiene incólume y aparte de ella. Los tres velos son una barrera y a partir de ella la creación comienza a manifestarse. Jaim les explicó: Recuerdo el caso de una familia desolada y arruinada. No veían salida, no tenían dinero para comer, ni para subsistir. Los hijos eran pequeños y el marido se había quedado sumido en una depresión y no podía trabajar. Estaban sin recursos. Prácticamente sin familiares que pudieran ayudarles. Tuve que enseñarles a olvidarse del mundo material, a perdonar todas las acciones de su vida y todas las ocasiones en que había maldecido el haber nacido. Le enseñé a reconciliarse con D-os. Le dije: — para reconciliarte con D-os, tiene que reconciliarte con tu alma y con tu ángel de la guarda. Él permitirá llevar el mensaje de tu problema al todopoderoso. Mantén tu corazón abierto y tu mente despierta porque recibirás ayuda si lo pides de corazón. Únete a él y afirma que desde hoy tu padre y tu sois uno, con el nombre de D-os EHEIEH. Haz esta afirmación tantas veces como puedas: repítelo día tras día y verás como poco apoco las tinieblas van desapareciendo y se acercarán a tí personas que te abrirán el camino de la prosperidad y podréis recuperar la salud —. Habían pasado 33 días cuando la misma mujer de nuevo vino a mí para contarme que un familiar le había ofrecido un puesto de trabajo. Después conoció a otras personas que ofrecieron otro puesto a su marido, ya que se

estaba curando de la depresión. Por fin la familia vio la luz. Cuando te unes al todo, el todo te abre caminos. En otra ocasión estaba en la orilla de un río. Se acercó una triste y desvalida mujer. — ¿puede ayudarme? — Me preguntó- No tengo familia, estoy muy cansada y enferma. Apenas me puedo mover. Vivo sola, apenas puedo sobrevivir. — Sí, le respondí — cómo no. Saqué de mi bolsa una pieza de fruta y se la entregué. — ¿quieres saber por qué estás tan sola? — La anciana mujer me respondió: — ¿tú lo sabes? — — Si no me conoces, ¿cómo puedes saber mí? — — Sonriéndole, le contesté: no te conozco, pero conozco las causas que han provocado tu tristeza. ¿tú crees en D-os? — — Oh, no— ¿cómo voy a creer si en la vida nada me ha salido bien? — ¿Quieres que te enseñe? — Buf, ya es tarde, soy mayor. ¿De qué me va a servir aprender ahora? — — Eres joven, tienes por delante toda la eternidad, mas no te irás de esta vida sin aprender el porqué has sufrido tanto. Tú ahora vas a pedir la unidad con D-os a través del nombre EHEIEH ASER EHEIEH. Lo repetirás muchas veces sabiendo que Él es tu Padre y tu Madre, los que te han dado la vida, tu vida física, la vida de tu alma y tu espíritu. Si dices este nombre inmediatamente te unes a él y te mantiene llena de esperanza, alegría y cambiará tu vibración errónea, tu tristeza, tu melancolía y tu pobreza. Cuanto más lo repitas tu campo de energía se convertirá en un imán poderoso y lleno de luz y atraerá a todos los seres de la tierra que te puedan ayudar que estén en tu sintonía. Haz esta prueba y dentro de tres meses regresa de nuevo a este lugar, que yo te estaré esperando —.

Efectivamente la mujer regresó a su casa con una esperanza, con la voluntad de pedir ayuda y la fe que recibiría la salud y el sustento que necesitaba. Y claro está, ella, día a día repetía el nombre EHEIEH ASER EHEIEH hasta extasiarse y se cumplieron los tres meses. Regresó al lugar donde yo le estaba esperando, pero no vino sola, venía acompañada de dos hermanas que vivían junto a ella y la habían acogido. La cuidaron, la alimentaron y evidentemente dejó de estar triste. Esas dos hermanas siempre vivieron cerca de ella, pero no se había acercado a ellas. Sólo cuando su corazón estuvo limpio gracias al uso del nombre de D-os y fue quitando su amargura comenzó a desear la conexión con sus familiares, amigos y la gente de su entorno. Los ejercicios prácticos de Keter son: • Escribe con tiza blanca sobre una pizarra negra. Ahora repite lo mismo sobre una pizarra de color blanco. ¿qué ves? Aunque no veas nada lo que has escrito existe. • Trata de delegar en alguien una función y luego despreocúpate por completo de lo que ocurra. ¿Eres capaz? • Pronuncia el nombre EHEIEH ASER EHEIEH y luego pide un deseo. El nombre te dará la fuerza necesaria para conseguirlo desde la unión con Dos. • Con los ojos cerrados imagina que entras en una gran luz brillante y pronuncias el nombre EHEIEH varias veces hasta que comiences a notar sensaciones de conexión con lo divino. Esta unión te transformará. —•—

Las Letras Hebreas y Los Senderos

Las Letras Hebreas comenzó a leer los textos que su padre había guardado, que S amuel contenían las explicaciones de su maestro acerca de los números y las letras hebreas. Esto le dio la idea de publicar algunas de estas enseñanzas, ya que habían quedado olvidadas y no estaban dentro de los textos que la gente conocía. Sin embargo, decidió que el resto de los textos los guardaría en las tumbas de su padre y de Isaac Luria. Al revisar las notas observó que el orden de las letras indicado por Isaac Luria respecto a los senderos era diferente a lo que explicaban los demás rabinos. Recordó algo que le había dicho su padre: —El Maestro desveló secretos de la Torá que habían permanecido velados hasta ahora. Algunos rabinos del pasado confundieron intencionalmente determinadas relaciones para que el profano no pudiera acceder a los secretos de la Kábbalah, pero mi maestro dijo que ese tiempo ya había pasado y ahora todo el mundo podía acceder a este conocimiento. Así pues, Samuel comenzó a leer las notas de su padre que decían: — Maestro, ¿me puede explicar si las letras hebreas tienen algún tipo de energía? — Si, Jaim, pero primero tengo que explicarte que las 22 letras del alfabeto hebreo se dividen en tres secciones: 3 letras madres, 7 letras simples y 12 letras dobles. Esta descripción procede del libro Sepher Yetzirá, el cual explica las características de cada letra. Las 3 letras madre son: Alef, Shin y Mem que representan respectivamente a los elementos aire, fuego y agua. De estos tres elementos surge la tierra, todo lo que existe. Es decir, aire, fuego y agua son el origen de todo lo creado. En dicho libro se dice que hay 7 letras simples que se asocian con los 7 planetas del sistema solar y por último 12 letras dobles que se asocian con los 12 signos del zodiaco. En el libro más antiguo que hay escribo sobre

Kábbalah resulta que se establece una relación de las letras hebreas con el zodiaco, con los planetas… con lo cual se trata de explicar el origen de la creación. Cada una de ellas tiene un significado. Cada letra hebrea equivale a un número y también a un significado. Éste describe precisamente lo que ocurre en cada uno de los senderos. Cuando aparece la letra hebrea sobre el sendero indica la relación entre un sephira y otro. Es normal que cuando se medita con las letras hebreas se sienta calor o alguna sensación especial en una zona de nuestro cuerpo. Es que la energía de dicha letra se está dirigiendo a ese punto en concreto. En un aspecto más profundo se utiliza la Kábbalah incluso como herramienta sanadora, aprovechando la energía de dichas letras. Pensar en un principio que las letras puedan tener una energía es algo difícil de entender para nuestra mente, pero cuando nosotros observamos las letras hebreas vemos que tienen una forma un tanto especial. Descubriremos que cada letra está dibujada de manera que su parte final siempre tiene forma de una llamita de fuego, es decir la letra está hecha de forma que da la impresión que sea una llama. Eso es debido al trazo del pincel. Esta forma de llama va a ser muy importante porque va a representar que cuando nosotros los trabajemos habrá que imaginarlas envueltas en luz o incluso envueltas en fuego. Ahora pasaré a explicarte letra por letra para que comprendas el significado y el uso de cada una. El Todo, una gran estrella formada por lo masculino como padre y de lo femenino como madre, célula creadora, pensante, sintiente, amorosa, llena de luz en su interior por la gran fuerza de ese amor eterno. Contempla la fuerza y desea manifestarse para verse fuera de sí mismo y salir de sí hacia el exterior, creando una espada y una copa, y nace el Uno; la acción perfecta de verse a si mismo fuera de él. Da poder a la mente para que pueda crear y amor a la copa para que pueda sentir. D-os le da el poder de crear a través de la imaginación y el sentimiento, de ahí nace el poder de la mente y el poder del corazón (ya que las dos emanaciones han nacido de su interior y deben ponerse de acuerdo para juntas, trabajar y crear) y nace el símbolo de la mente. La espada formada por su propio sonido, por su nombre Iod- He -Vau -He, el acero o la fuerza del pensamiento es el Iod, mano de D-os, el filo izquierdo es

el He femenino pues había amor en su pensamiento. El Vau nacido del amor es el centro de la espada y el otro He, la energía femenina nacida del hijo. El ejercicio que os enseñaré para comenzar a identificar cada letra será que imaginéis, envuelta en fuego, cada letra y repitiendo su nombre, tratéis de concentraros en vuestro cuerpo. ¿Qué parte notáis? Es posible que notéis calor, frío, una vibración o ligera molestia en alguna parte. La energía de dicha letra se ha dirigido a ese lugar y está haciendo su trabajo. Luego os explicaré de cada una su función particular. Cuando Biná y Jokmá se unificaron el huevo cósmico se rompió y de ahí salimos todos como chispas. Los números y letras se disgregaron y partieron. Lo que tenemos que hacer es reconstruir. Realizar el Olam Tikun, la reconstrucción de los universos. Nosotros, cada persona, quiero que lo sepáis, porque no se si lo habréis oído alguna vez, somos un creador de universo, y estamos creando nuestro propio universo. Cada uno de nosotros tenemos un mundo a nuestro lado que vivimos paralelamente a este, pero que en ese mundo sólo entra aquel con el cual, la persona tiene voluntad y conciencia que quiere que entre en su mundo. Si damos mucho amor a personas, éstas, formarán parte de nuestro mundo. Si no damos amor esas personas, no entrarán en nuestro mundo porque sólo el amor permite que la energía se transporte hasta allí. De ahí que mucha gente, por el hecho de no dar amor o no hacer nada por nadie, cuando van a su mundo de creación, a lo que han creado, no hay nada, esta vacío, no hay nadie. Por eso es la necesidad de la reencarnación en la materia. Mucha gente se pregunta: ¿Por qué venimos a la materia? Sí ya existen los mundos perfectos o luminosos ¿por qué tenemos necesidad de la materia? Pues sí, hay una necesidad, porque en otras dimensiones tenemos toda la capacidad, pero no tenemos nada construido y D-os nos creó para que fuéramos constructores de universos. Por eso dijo que estamos hechos a su imagen y semejanza. EL es el creador de Universos. Nosotros somos los dioses, tenemos una parte masculina y otra femenina, tenemos el Mesías y la Shekiná, dentro de nosotros. Y cuando los unimos nacen los Elohim, los creadores. Por lo tanto, nosotros somos los dioses Padre-Madre de los Elohim creadores de nuestro universo y si tomamos conciencia a

través de la Kábbalah haremos un mundo perfecto. De lo contrario haremos un mundo caótico, un mundo infernal y tendremos que regresar a otro cuerpo tantas veces como sea necesario hasta que consigamos aprender que somos creadores y responsables de nuestro propio universo. Por eso es tan importante comprender qué ese es el libre albedrío. El libre albedrío del D-os o divinidad que somos creando nuestro universo. — Maestro –interrumpió Abraham- ¿eso cómo se hace? — ¿Qué? — Crear — A ver, hemos dicho que tenemos dentro de nosotros la Shekinah y el Mesías ¿lo tenemos o no? ¿no tenemos ya Keter? Keter significa la fuente y la información. Y esa información de cómo D-os creó todo el universo la tenemos en cada célula de nuestro cuerpo. No hay ni una célula que no tenga dicha información. Pero luego hay un átomo simiente, que tiene contenido todo el origen de los universos y como tu eres igual, tienes todo el saber, ¿no?. Está en el cerebro, en los dos hemisferios cerebrales. Tenemos lo masculino y lo femenino. ¿Dónde está el Cristo cósmico en el Árbol de la Vida? En Jokmá, el constructor, el arquitecto. En Biná está la Mater, la materializadora, la matriz de todo lo que existe. Todas las formas geométricas están ahí. Tenemos la capacidad para crear toda la clase de universos que queramos, pero ahora estamos creando el nuestro. Entonces, hay otros seres que también colaboran en esa construcción que son los Elohim como expliqué anteriormente. El Cristo niño está en Tiferet, el corazón. Desde ahí tenemos la capacidad de reunir a todos los ángeles y arcángeles ya que estos también somos nosotros. Que se nos quite de la cabeza aquello de que los arcángeles están lejísimos y que no nos merecemos que vengan a nosotros. Esos arcángeles están formados gracias a nuestra energía. Un arcángel no es únicamente un ser. Hay una dimensión enorme con multitud de partículas cada una de las cuales está representada en nosotros, porque no tendría ningún sentido que

el Árbol de la Vida esté en nosotros, y que en cada uno de los sephirot haya un arcángel, que no tenga relación con nosotros ¿Cuántos miles de millones de arcángeles hay? ¿Cuántos miles de millones de personas hay en los universos, no sólo en el nuestro? Y es porque esta esencia y esa energía, toda, absolutamente toda, pertenece a un conjunto del cual nosotros hemos tomado un rayo, nuestra parte. Por eso somos seres individuales, somos una parte de ese todo. ¡Para eso es la Kábbalah, para recordar que somos creadores de nuestro universo y hasta que no lo entendamos…… pero si es que también podemos ser demonios ¡¡¡Porque dentro del Árbol de la Vida también están los klifos. Ahí tenemos la dualidad, y ¿qué ocurre? que nos dejamos arrastrar por nuestros demonios, que son nuestros!!! que no son los del vecino a quien siempre echamos la culpa, aunque los del vecino también están. Lo que haremos es no permitir que sus demonios nos ataquen a través de nuestros demonios mentales, emocionales o kármicos, porque yo puedo haber generado esos demonios en otras vidas, no los he sabido trabajar y ahora he venido para hacerlo y como soy consciente ahora, no les voy a dar poder, tengo que transformarlos. Entonces la importancia está en la transformación, el Tikun, la corrección. Sólo con los preceptos, los Mitzvot, las letras y los nombres de D-os se puede lograr esa transformación. Estas son las herramientas. Esa es la forma, pero hay que creerlo y aceptarlo. — Maestro, —preguntó entonces Moshe— A mí lo que más me cuesta es el libre albedrío, asumir o respetar el libre albedrío. — Cuando tratas con las personas siempre les llegará tu respeto o amor porque tu estás queriendo que esa persona participe de tu universo. Sino no te preocuparías de ella. Entonces en tu mundo, tomarás la parte de buena de ella, y esa parte está en tu mundo y su parte mala la dejarás y le tocará vivirla a ella, pero a tí ya no te afectará, porque ya hiciste lo que te correspondía. Eso es lo que quiero que entiendas. — Aquí tengo un problema, repuso Moshe: Es que yo soy muy extremista. A partir del día que decidí actuar conforme el libre albedrío si alguien me dice que no, es que no. Y entonces no le ayudo si no me lo pide. Y no

es que yo sienta sentimiento de culpa ni nada parecido, lo que pasa es que a veces digo: Igual con la información y el conocimiento que tengo, con las herramientas que utilizo, quizás tendría la obligación de actuar. — Bueno, —repuso el Maestro— la cuestión es la siguiente: ese “no” de dónde sale, porque no es lo mismo que el no salga de su alma, de tu interior, que salga del ego. Entonces no es lo mismo, ¿cierto? Entonces lo que tú no puedes hacer es seguir el juego al ego. Para eso tenemos también conocimientos en la Kábbalah que nos permiten no dirigirnos a su ego sino a su alma, para que entonces el alma de esa persona desde su propio interior actúe, y haga cambiar también determinadas actitudes. O sea, el libre albedrío es relativo, depende de dónde sale. Si sale del alma de esa persona es algo que lógicamente hay que respetar, pero si sale de su ego, nosotros podemos actuar sobre el alma de esa persona, dirigiéndonos a su alma. Si mi intención a la hora de transmitir es buena, todo lo que doy, hace que esa parte de vosotros como personas que me están escuchando ya estén en mi mundo. Personas que quieren aprender. Y la parte vuestra que no quiere aprender en mi mundo no entra. Entrarán en otros mundos porque para eso es que se puede dividir la energía. Cuando yo vaya a mi mundo me encontraré el amor con que os di, la enseñanza y entonces entraré en el mundo de otro que me invitará y veré que os negabais a aprender, pero para el mundo de aquella persona, no el mío, porque hay muchos mundos dentro del mundo, muchas realidades dentro de la realidad; es decir en mi mundo una persona vive de una manera, en tu mundo esa persona vive de otra, es un ejemplo para que me entendáis. Mirad si hay mundos donde una persona vive, diferentes, cada persona ve las cosas desde un punto de vista distinto, porque es según creamos dichos mundos. Yo veo en definitiva en una persona lo que yo tengo de ella y lo que ella tiene de mí. Actuamos como espejos. Todo lo que vivimos en el mundo físico de Maljut repercute en todos los otros niveles. O sea, que queda automáticamente grabado en mis otros mundos. Y así tenemos que venir una y otra vez a la tierra, si el mundo que hemos

creado no es perfecto. De ahí la idea de rectificación o Tikun. Se trata de crear un mundo perfecto en la esfera de Maljut, en nuestra propia vida, para que repercuta en todos los restantes sephirot y alcancemos la perfección que nos permite no regresar más a una nueva existencia. Meditamos en las letras pues el alma las reconoce, y se activan así sus poderes al integrarlas a través de la meditación. Cuando pronunciamos las letras y los sephirot, estamos creando mundos y vidas paralelas. Cada uno crea su propio universo, sus propios árboles de la vida. El símbolo de la mesa del rey Salomón con 365 patas, simboliza una para cada día del año, y ahí en el espejo queda todo registrado. El último día del año, la diosa justicia nos muestra lo que hicimos bien y lo que hicimos mal. Así vendrán los frutos del año siguiente. Pocas personas comprenden esto de crear vidas y mundos paralelos; sólo les interesa las diversiones; pero cuando mueran en este mundo y lleguen al que estaban formando, descubren que ahí no hay nada, pues durante esta vida se olvidaron del poder creador; abandonaron el conocimiento y la práctica del Árbol de la Vida. Hay que meditar las letras imaginando que son formas luminosas que penetran por nuestra cabeza y entran en nuestro cuerpo. Cada letra es una energía diferente, las veremos como una energía que irradia desde el interior de la propia letra, como una llama encendida. Ahora, pasaremos a explicar cada una de ellas en detalle. —•—

Letra Alef

A lef es la primera letra, equivalente a la A de cualquier alfabeto. Tiene valor numérico 1. Es el alma o la conciencia que ha nacido de D-os, como estrella Padre-Madre. La paradoja: D-os y el Hombre. El uno es la Esencia de D-os, unidad generadora, y forma una envoltura que protege a ese gran átomo simiente que nace del Padre y que luego al fragmentarse y dividirse formará el dos, el tres, etc. De ahí nace la añoranza y la necesidad de buscar aquello que nos falta, puesto que el Alma se fragmenta para vivir experiencias y no regresa al Todo hasta haber alcanzado la perfección. Se forma la matemática y los números. Las letras tienen números y componen los universos. El 1 que es el Alma cósmica, es el principio del movimiento que busca un cuerpo físico para vivir experiencias materiales. Corresponde al sendero 11, es decir, al primero después de los 10 sephirot. Es la primera emanación de la creación. El instante en que desde Keter el impulso o soplo de D-os genera la primera forma en Jokmá. Es la inteligencia centelleante. Hacia abajo es el relámpago original. Hacia arriba es el brillo de la unión con D-os. Es la activación del Árbol de la Vida dentro de nuestro cuerpo, la energía de D-os en acción dentro del hombre. Es la pura inconsciencia, significa no ser capaz de reconocerse a sí mismo, se vive una conciencia totalmente distinta a la que nosotros tenemos. Para nosotros D-os es inconsciente, nunca podremos conocerlo en su totalidad o saber cómo es, solo podemos ver fragmentos, la única forma de conocerlo en

su totalidad es fusionarnos con él. Para la conciencia divina nuestro mundo es la inconsciencia. El sendero Alef nos dice que hay una frontera, un cambio de conciencia, cuando entramos en Keter entramos en la inconsciencia, al igual que cuando dormimos. El Sepher Yetzirah lo asocia al elemento aire, al ser una de las tres letras madres o primeras letras que intervinieron en la creación, y lo define como derivado del espíritu, como la aguja de una balanza que está entre el fuego y el agua reconciliando y mediando entre ellos. La forma de la letra se parece a dos Yods unidos por una Vau. También su forma indica y simboliza la Divinidad. La letra está compuesta de dos puntos que son dos Iod (décima letra del abecedario) y una Vav inclinada (sexta letra). Si sumamos estas dos Iod (20) y la Vav (6), nos da 26, que es igual a la suma de las letras del nombre de D-os. Justamente varios apodos de D-os, en hebreo comienzan con Alef: Aelohim. Ain Soph, Adonai. Es un enlace entre el cielo y la tierra. El punto de unión de los extremos de la letra es una línea muy fina indicando que un cordón nos une al espíritu pero que es difícil de observar. La tierra o lo físico está muy alejado del espíritu en apariencia, pero esa conexión existe. Si estamos apegados al mundo material creemos que el espíritu no existe, pero también podemos ser demasiado soñadores y no tener los pies en la tierra. Alef nos enseña que hay que estar en los dos mundos al mismo tiempo, y ahí se encuentra el equilibrio. Podemos descomponer la letra en tres partes: una superior, otra inferior y una línea oblicua en el centro. Corresponde a la trinidad: cuerpo, alma y espíritu. El alma como línea central, es el nexo de unión entre el cuerpo y el espíritu, pero como decimos las lineas son finas, es difícil de reconocer, es sólo un cordón lo que une las tres partes. La forma de la letra nos recuerda, el abajo y arriba, la tierra y el cielo. Si nosotros nos miramos en un espejo, podemos preguntarnos ¿cuál es mi verdadera identidad? ¿La que yo siento, o la que yo veo reflejada en el espejo? Si no existiera espejo no sabríamos como somos en realidad. Esto nos lleva a comprender que la dualidad es necesaria para que el alma se reconozca a sí misma. Si escribimos sobre un papel blanco con tinta negra

podremos leer lo que hemos escrito pero si lo hacemos sobre un papel negro no, de la misma manera que si escribiéramos con tinta blanca o tiza sobre un fondo blanco. Ahora, si escribimos con tiza blanca sobre una pizarra oscura entonces sí podremos leer lo que hay escrito. Esto nos lleva a reflexionar que la dualidad es necesaria, que viéndonos en el espejo observamos una imagen que no somos nosotros pero el reflejo nos permite saber cómo somos. Alef significa “buey”, es el maestro que enseña o muestra el camino. Los bueyes mansos representan a los judíos que obedecen fielmente a la Torá, la ley. O más concretamente, cabeza de buey, animal que simbolizó para los antiguos la mayor fuerza posible. Aún decimos “fuerte como un buey”. El Sepher Bahir proclama “Alef fue antes de todas las cosas”, es anterior entonces a la creación, de ella emergen las otras letras y a ella vuelven a fluir finalmente. Nos hace encontrar la paz interior y el camino de regreso a la verdadera unión, la llama de la que nacimos y nos alejamos, y al abandonarla nos oscurecimos. Alef es el aliento, la vida, y el reconocimiento de quiénes somos y hacia dónde vamos. Ayuda a comprender que vinimos a reconciliarnos con el alma colectiva, la comunión con el espíritu eterno, y crear aquí en la Tierra, el paraíso. Aquí tenemos la oportunidad de meditar, hablar y crear todo lo que nos va a dar felicidad. Esta energía es moldeable y podemos usarla a través de la imaginación creativa, y con el puro amor del corazón, puede sanar todas las heridas del niño interior dolorido, quitando la tristeza, la melancolía y sentimiento de carencia y de abandono. Aquí nos sentimos completos y unidos. Ejercicio: Pronunciar esta letra imaginando que entra en el cuerpo. Si notamos alguna sensación significará que tenemos falta de oxígeno, o sea, falta de capacidad para asimilar y comprender la vida, heridas emocionales, desesperación. Sensación de no vivir la vida plenamente. Alef nos ayudará a comprender aquello que no somos capaces de asimilar. Normalmente esta letra se suele notar en la zona del pecho donde se halla el aire en la respiración, aunque puede ser que se note también en otra zona del cuerpo. En ese caso indicará qué es lo que no comprendemos. Ej. Si es en la espalda no comprendemos que las personas puedan pensar de modo distinto y nos sentimos amenazados.

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Letra Ayin

El

sendero Ayin une Hod, la mente, con Tiferet, la conciencia. La mente consciente, o la comprensión de las cosas. Sus significados son: ojo y habilidad de percibir la sabiduría. La forma de la letra con dos líneas verticales indica dos ojos, el ojo humano y el ojo divino. Si vemos las cosas con nuestra mente encontraremos la dualidad y la confusión. Si las vemos con los ojos del Espíritu, aparecerá la comprensión y la correcta visión. Es el ojo del contemplador y el del contemplado. La vista es la fuente principal de nuestra visión del universo y nuestra apertura a lo sensible. La imagen de sí mismo que debemos cambiar para ver a través de los ojos del alma. Es la comunicación entre Mercurio y el Sol; siendo el primero el más cercano de los planetas al astro rey. Por ello, la mente es el vehículo que nos permitirá alcanzar la comprensión si somos capaces de superar la dualidad o los conflictos mentales. La mente iluminada por el sol de la consciencia. Este sendero nos enseña la capacidad que debemos descubrir oculta en el corazón de Tiferet. Para ello tenemos que superar las tentaciones de la mente. Ésta nos tienta con falsas ilusiones, fantasías, deseo de poder, fanatismo, soberbia, nos atrapa en un estado de lucha mental. Cuando la vencemos rompemos la esclavitud psicológica. La mente nos intenta mantener alejados del espíritu y atrapados a los dominios de las tradiciones aprendidas de padres y familiares, que nos transmitieron sus enseñanzas sin evolución. Nos empuja a la queja y los enfados, transmite

rigidez, como en la educación hacia los hijos. Las dos puntas de Ayin son como dos ojos o antenas. Pueden indicar separación y la pérdida de los buenos momentos de amor y armonía por el abuso, la autoridad, la imposición y la ceguera. Hay que abrir los ojos al corazón de Tiferet: la ternura, el amor y educar desde la comprensión y no desde el rigor, sin castigar; haciendo comprender y comprendiendo a los demás. El amor de un padre que se vuelca a los hijos los disfruta; eso es la recomendación de este sendero, pues hay padres excesivamente frustrados, egoístas, atados a su temperamento y a su superioridad, con inflexibilidad. No saben compartir ni armonizarse con los hijos y los seres que les rodean. Hay que abrir los ojos del corazón, soltar ataduras, las falsas creencias y las bajas pasiones materialistas. La visión es ver más allá; con el tercer ojo ver la realidad. La lámpara del cuerpo es el ojo. Abrir el ojo divino. En Mateo 6, versículo 22 se cita el ojo malo y el ojo bueno y dice: no practicar vuestra justicia. Tu tesoro está en tu corazón. Ver a D-os en todos. Esas dos antenas están unidas en su parte inferior, lo que nos conduce de nuevo a un simbolismo asociado a la dualidad de la mente de Hod. Si logramos conciliar los opuestos, la tesis y la antítesis, aparecerá la síntesis de la comprensión. Se iluminará nuestra mente. De ahí que en este sendero podamos usar expresiones tales como: “se me ha iluminado el entendimiento” “ahora lo veo claro” “se me encendió la bombilla” “he visto la luz”. La mente siempre compara una cosa con otra, elabora sus conceptos a través de la comparación y decimos “esto es una mesa, una casa, un río”, etc. porque distinguimos una cosa de otra y siempre existe la separación: hombre-mujer, bonito-feo, grande-pequeño. Esto son conceptos que hay en la mente; la mente es dual. Lo que indica este sendero es que necesitamos pasar más allá de esta dualidad para entrar en la unidad de Tiferet. Tenemos que abrir la mente aceptando la existencia de otra realidad, otras dimensiones. Aprender a reconocer que, en cada situación, todo tiene una parte positiva y otra negativa. En relación con los fenómenos del mundo todas las cosas deben ser relacionadas y aceptadas en forma igual; es lo que los budistas llaman “ecuanimidad”, cualidad que nos permite tratar a todo el mundo por igual sin

preferencias o distinciones. El Sephet Yetzirah la relaciona con la alegría y con el signo de Capricornio en el Universo. Valor numérico 70. Este número fue el de los ancianos elegidos por Moisés, así como los sabios del Sanedrín. Dentro de la forma de Ayin está contenida la forma de Zain (valor numérico 7) pero acompañada de otra línea más grande y larga. Los dos ojos de Ayin nos permiten mirar hacia arriba, hacia Tiferet. Sólo abriendo la mente podemos recibir la intuición o la percepción del alma, el Ruaj. Los Ojos de D-os observan y custodian amorosamente a cada uno de los hijos de Israel. Esto hace percibir la separación entre lo sagrado y lo profano, lo justo y lo injusto, y a identificarse con el bien. Finalmente uno experimenta el Ojo Infinito de D-os dirigiendo toda cosa creada hacia la definitiva realización de su cometido. Cuando estamos desmoralizados podemos pronunciar la letra Ayin y oiremos internamente una voz que nos dice: «levántate y recibe la luz». A veces la imagen que tenemos de nosotros mismos se rompe por cualquier desengaño o decepción y necesitamos recuperar la fuerza y confianza en nosotros mismos. Entonces esta letra nos puede ayudar. Ejercicio: Pronunciar el nombre Ayin nos permitirá distinguir lo verdadero de lo falso, las ilusiones de la realidad. Nos dará claridad de ideas, nos permitirá comprender los dos aspectos o lados de una misma situación. Nos ayudará a situarnos en el lugar del otro.

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Letra Beth

E s la letra con la que comienza el libro del Génesis. “Bereshit Bara”: en el principio. Las dos palabras siguientes “Aelohim Ath” comienzan con la letra Alef, equivalente a la A, con lo que las primeras cuatro palabras del génesis comienzan con la combinación B-B-A-A- con las que se forma la palabra hebrea ABBA, que significa Padre, que se convierte en un có digo binario. Ocupa el sendero que une Keter y Biná. La corona o punto inicial con el entendimiento. El Sepher Yetzirah la define como la sabiduría. Su valor numérico es 2. El dos representa la añoranza del amor verdadero al habernos separado de la célula madre. En el dos se graban y acumulan todas las experiencias y nos ayuda a tener la necesidad de buscar una enseñanza, un conocimiento que nos oriente para poder regresar a nuestro origen. Es el origen de la dualidad. La habilidad del hombre para poder elegir entre el bien y el mal. Beth significa “casa”, la forma de la letra nos muestra el suelo, la pared y el techo de la casa, lugar donde nos sentimos seguros y protegidos. Donde nace y se desarrolla el bebé, la vida. Es el templo donde el Señor mora y reside. Un lado de la letra o casa está abierto, para acoger a los huéspedes. Es el lado que corresponde al futuro según la forma de escritura hebrea (hacia la izquierda). En consecuencia, es la proyección hacia la vida, hacia el futuro, un acto creativo.

Ya que el Génesis comienza por Beresith Bara, la letra nos invita a conocer todo lo ocurrido a partir de la creación, pero saber que hay más allá o más atrás, está cerrado a nuestra visión. No podemos ir hacia atrás, hacia lo inmanifestado. Antes de la B existirá la A, pero como el gran espacio infinito que no podemos comprender. Significa casa o tienda de campaña, recordando las casas movibles de los judíos en su viaje errante por el desierto. Sus altares, los tabernáculos, eran también movibles. La casa va siempre con nosotros allá donde vayamos. El templo en realidad somos nosotros mismos, está en nuestro interior que es el lugar donde se produce el contacto con D-os. Beth ayuda a comprender el poder de la mente infinita. Es el proyecto de la construcción. Puedes imaginar que entras en un templo que se halla en tu interior. Ahí se encuentra tu Maestro. Él despertará tu receptividad y capacidad intuitiva para desarrollar el don de la comunicación. Revelará las cosas más allá de la apariencia. Beth es la casa de D-os, término usado para denominar las sinagogas entre los judíos. También es, por analogía, la casa del hombre hecho a imagen y semejanza del Creador. Es el santuario y es también la Ley. El binario, la mujer, la hija. La naturaleza. El número 2 representa la primera división de la unidad, la primera extensión de él en tiempo y en espacio. 2 es dualidad y polaridad. Es el principio y el extremo, ambos sumergidos en materia, luz y oscuridad, uno mismo y otro. Desde Keter se origina el tiempo y el espacio para que surjan las primeras formas geométricas como base y sustento de la creación. Eso ocurrirá en este sendero. Si añadimos un punto o una iod dentro de la forma de la letra Beth ésta se convertirá entonces en la letra Pe (Palabra). La Palabra de D-os que resuena en el interior del templo. Es el arquetipo de las mansiones, que protege la semilla Alef. Elemento femenino pasivo, siendo Alef principio masculino activo; la unión de las letras forma ABBA, el Padre, que será masculino y femenino al mismo tiempo en consecuencia. La palabra Padre empieza por Alef y la palabra hijo, Ben, por Beth.

L a Beth representa también el establo en cuyo interior nace el Cristo, simbolizado por el punto, la Iod, que convierte la letra en la Pe. Beth Lem, la casa de D-os, el pesebre. Es el pan de la sabiduría del entendimiento. El comprender la importancia de la luz divina dentro del cuerpo; nos da la voluntad de vencer a las resistencias del cuerpo, pues las resistencias generan sufrimiento. Todo está en nosotros. Es importante saber que lo que pensamos crea la vida o por contrario genera la muerte. Los malos pensamientos crean enfermedades. Usemos esta letra para educar a la mente. Nos ayudará a crear una nueva forma de pensar dándonos el poder de la magia divina. Con esta unión podemos lograr vencer las enfermedades. La mente tiene la capacidad para transmutar todo lo que vemos. Este sendero nos pone en contacto con la verdadera visión. Beth activa la piedra de la fe Ebben Sethiyá, Nos unifica la mente con lo superior. Genera nuevos programas de pensamiento. En Biná se forma la reprogramación ya que ahí están los programas de destino, los registros akásicos, que pueden ser cambiados. Beth equivale a la B de los alfabetos con la que comienza la palabra “Barukh”, bendición. El sendero entre Keter y Biná podríamos definirlo como “actuar con amor”. En otras palabras, nuestra voluntad unida al deseo. “Quiero hacer esto y lo deseo fervientemente”. De esta manera nuestro pensamiento es dirigido a la realización de nuestras ideas. Si no amamos o no deseamos suficientemente por mucho que queramos hacer algo no existirá el combustible suficiente para que el vehículo llegue a su meta. El Santo Bendito Sea elige la Beth para iniciar su creación. El número dos es el comienzo de la pluralidad manifiesta. La naturaleza dual de la creación: Continente-contenido. Cuerpo-alma. Materia-espíritu. Representa y nos indica que no hay nada en el mundo totalmente completo e indivisible. Todo se puede partir en dos. Sólo D-os es único e indivisible. Su forma, con un extremo dirigido hacia arriba, nos indica que toda la Creación es obra de Dos. Nada se hizo ni se creó solo. Justamente por intermedio de la Beth, podrás comprender y acercarte más a Alef. Dos fueron las Tablas de la Ley; hay dos tipos de preceptos: positivos y negativos, dos sexos, dos grandes y excluyentes conductores: Moshé y Aarón, dos mundos: este y el venidero. La letra Beth nos eleva la vibración hacia Keter, para entrar en el reino de la luz y convertirnos en seres justos.

Beth (bet-iud-tav) equivale numéricamente a la palabra “taavá” que significa “deseo” o “pasión”. El deseo de D-os está totalmente por encima de la razón y la lógica. En este nivel no se puede preguntar “por qué”. La propia Kábbalah es un conocimiento revelado. Llega a cada ser humano no cuando éste desea sino cuando el espíritu lo quiere. Es a través del amor generoso de Jokmá, con el deseo de poder ayudar a los demás que el estudiante y el rabino reciben más conocimiento. “Quien más da más recibirá”. Quien se guarda para sí los secretos del conocimiento, dicha revelación le será quitada ya que la transmisión de la sabiduría se recibe para compartirla con los demás en la esfera de la misericordia de Jesed y no para guardársela con un propósito egoísta o de búsqueda de poder. Algunos cabalistas de la antigüedad rompieron sus escritos dado que pensaban que las personas aún no estaban preparadas para recibirlos, pero el sólo hecho de escribirlos los dejaba grabados en el inconsciente colectivo y algún día una persona sería capaz de recibirlos por inspiración. Ejercicio: Cuando se medite en la letra Beth, igual que con las anteriores, trataremos de sentir qué zona del cuerpo notamos especialmente. Nos ayudará a comprender el lado positivo y negativo de cada cosa. Es posible que algo estemos haciendo mal y la letra nos lo recuerde. Por otra parte, nos ayudará a recibir la revelación de los misterios más profundos desarrollando notablemente la intuición.

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Letra Dalet

S ituada en el sendero que une Jokmá y Biná. Cuando la sabiduría se convierte en entendimiento. Jokmá es sabiduría y Biná entendimiento. El sendero entre ambos es la capacidad de comprender, dar a entender aquello que ya sabemos. Para la Kábbalah es una de las doce letras simples. Asimismo, representa la imaginación y la capacidad creativa, generar ideas. Muestra el proceso creativo de generar las ideas de lo que será el mundo de las formas. El sendero entre la sabiduría y el entendimiento, Jokmá y Biná. Se convertirá en la madre del mundo, en Biná. Para que algo pueda ser creado primero necesita ser imaginado. El poder de la imaginación reside en este sendero. En Biná tendremos que tomar conciencia de qué imágenes de nuestra imaginación son útiles y necesarias, para darles forma. Dalet significa “puerta” e indica diferencia y variedad, diversidad. La forma es como una casa, con una pared y un techo; de ella podemos entrar y salir dado que hay una abertura por el otro lado. Es un umbral que abre el camino. Despierta en el hombre la imaginación y la creatividad, la generación de ideas y la capacidad de entender cuáles son las mejores. Dalet es la puerta por la que el humilde ingresa a la realización de la morada de D-os en los mundos inferiores. La humildad implica despojarse del orgullo y la vanidad. Gracias a ella podremos atravesar dicha puerta. El Cristo dijo “Yo soy la puerta que se abre y que ningún humano puede cerrar”. Jeroglíficamente significa todo lo que vitaliza, como el aire, la existencia y la vida. Invertido, en su fase negativa: muerte y destrucción. Es el símbolo de

la vida universal y representa el aliento, el espíritu y el alma del hombre. Podríamos definirlo como el sendero de la imaginación, donde nuestras ideas surgen espontáneamente a partir de un primer pensamiento; la gracia de la imaginación engendradora, el espíritu que trae los tesoros a la tierra. El nuevo fruto. Anuncia un proceso evolutivo a partir del germen de Jokmá que tomará forma en Biná. Limpia los canales y viejos programas. Integra las verdades de D-os. Todo lo que deseas tener fuera ya está dentro. Sólo hay que creerlo, amarlo y darle forma. Dalet abre la puerta que nos conecta con todos los seres de la creación, con nuestros antepasados materiales y espirituales. Abre la luz de la riqueza, salud, amor, progreso y bendiciones, porque nos conecta con Jokmá y Biná; es la puerta que debemos abrir para recibir y adquirir la sabiduría y la unión con la creación suprema. En la tierra se refleja en la maternidad y la relación con los hijos, libre de dependencias y esclavitud. Así restauramos, reconciliamos y redimimos el mundo de Tikun o Karma. Nos convertimos en un ser digno, glorioso y perfecto. El poder de la madre divina libera la serpiente del espacio tiempo; vence a la muerte con los códigos divinos creativos, creando tu propio mundo. A través de la imaginación y la palabra con los nombres de D-os que proyectan las radiaciones hacia el subconsciente para limpiarlo de fundamentos erróneos y falsas creencias. El espíritu de la madre divina irradia desde el interior. Busca en tu interior, todo está ahí dentro. El Sepher Yetzirah la relaciona con la fecundidad. Valor numérico 4. El 4 representa la multiplicación y la expansión de las semillas. El poder de generación, la fecundidad masculina que surge del 1. La pasión y la energía que nace de los sentimientos del hombre. El 4 es ley y orden, todos los fragmentos se colocan en orden para quedar conectados con la fuente suprema, cuatro elementos del mundo físico: fuego, aire, agua y tierra. Cuatro estados de la materia: sólido, líquido, gaseoso, sólido; Cuatro elementos básicos: Oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, carbono. Cuatro estados animales: Mineral, Vegetal, Animal, Humano; Cuatro puntos cardinales, cuatro estaciones. Cuatro mundos: Atzilut, Briáh, Yetzirá, y Asiá. Padre, madre, hijo, hija: el primer mandamiento de la Torá: “sed fructíferos y multiplicaos”.

Toda realización, en este mundo, depende de la ayuda Divina; particularmente el cumplimiento de una mitzvá, los preceptos de la Torá. Esto es especialmente cierto en la lucha del individuo con su inclinación al mal, como a través de la pereza, apatía y similares. Como enseñan nuestros sabios: “Si no fuera por la ayuda de D-os el hombre no hubiera sido capaz de vencer la inclinación al mal”. La puerta de Dalet nos da el conocimiento suficiente para poder atravesar el abismo y a todos los demonios, debilidades y limitaciones. Al atravesar la puerta nos encontramos con la unidad. Ejercicio: Al pronunciar la letra Dalet, si notamos en especial alguna zona del cuerpo, nos indicará que hay algo que no queremos expresar o estamos reprimiendo. ¿Qué es lo que no nos atrevemos a decir? La zona del cuerpo que reaccione nos indicará de qué naturaleza es aquello que callamos. El cuello representa la flexibilidad y la comunicación. La capacidad para ver lo que hay detrás de las palabras. Dalet nos potencia la imaginación y la capacidad de expresión.

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Letra Guimel

S endero situado entre Keter y Tiferet. La forma de la letra es una vav con una iod a manera de pie. Una persona en movimiento. Atraviesa el sephira invisible Daath, y en el cuerpo se ubica en la zona de la garganta, donde los conductos procedentes de los hemisferios cerebrales se cruzan para regir la parte opuesta del cuerpo. La letra Guimel es la que nos permite atravesar el abismo de nuestros monstruos y recuerdos. Las tinieblas y la negatividad quedan atrás. Nos conecta con la sabiduría y el poder. Es la llave del templo. El mar amargo, la fuerza del corazón donde se une la luz del Padre de Keter con el hijo de Tiferet. Nos enseña la sabiduría y el conocimiento si actuamos con pureza de corazón. Guimel significa “camello”. Representa un espacio interior dado que dicho animal, en su joroba, puede almacenar grandes cantidades de agua y soportar la travesía del desierto. Metafóricamente, esto representa que, en el camino por el desierto de la vida, tenemos que alimentarnos del agua de la sabiduría, que será el único alimento que nos permitirá proseguir nuestra marcha. La palabra camello en hebreo es “Gamal” que empieza por Guimel. Caminar por el desierto bajo la luz de las estrellas equivale a abandonar nuestra vida material, para orientarnos hacia una búsqueda espiritual. Sin embargo, en dicha búsqueda, encontraremos que la vida se ha convertido en un desierto ya que dejan de atraernos aquellas cosas que hasta ese instante habíamos considerado importantes. Es la lucha que tiene el hombre cuando va hacia la conquista de lo divino.

El camello se usaba como moneda de cambio; cuantos más camellos tenía una persona más rica era. Evaluaba el nivel de prosperidad de la persona. Así, diríamos que el conocimiento el nombre de Daath que se encuentra en este mismo sendero, es lo más valioso que podemos encontrar en la vida. La letra Guimel nos ayuda a descubrir la parte divina, que está todavía oculta o desconocida. Guimel pues, se asocia con la riqueza en su doble aspecto, tanto a nivel material como en conocimiento. Siempre podemos recibir una recompensa si hacemos bien las cosas, pues tenemos libre albedrío para equivocarnos o para rectificar. Guimel tiene el poder del conocimiento y los nombres de D-os para quitar los venenos; los errores que cometimos al saltarnos las leyes espirituales. Podemos recurrir a la piedad de este sendero para quitar los velos de la ignorancia y atraer la pureza a nuestros registros y memorias. En sentido ascendente este sendero significa el trabajo de liberación o evaporación de nuestros conflictos que se consigue a través del conocimiento. Esta letra nos ayuda a observar cuales son nuestras fantasías o falsas esperanzas y nos ayuda a trascenderlas. Encontrar el sentido oculto que tienen las cosas. Guimel es la única letra que no aparece en los 72 nombres de D-os, indicando esa idea de lo invisible, lo que está oculto a nuestros ojos. Tiene su correspondencia en el número 3, en la letra C, el color púrpura y azul eléctrico. Despierta en el hombre aptitud para identificarse con lo oculto y lo manifestado. Recupera la memoria y los conocimientos del pasado que ya llevamos con nosotros. Dar y compartir los secretos de la Torá, para lograr le felicidad. Es como el genio del interior de la botella, como la sabiduría oculta en el corazón. Guimel es la nave que nos transporta. Es la construcción y la destrucción. Aprenderemos a tener la mente creativa y a borrar la negatividad. Nos ayuda a elevarnos hacia el pensamiento divino. El número 3 representa la luz. Al nacer con un cuerpo material quedamos expuestos a la muerte, pero al unirnos al espíritu trascendemos el espacio y el tiempo porque el espíritu no muere jamás. Nos enseña a vivir en el espíritu para alcanzar la vida eterna. En la Torá, la recompensa y el castigo tienen el mismo objetivo final, la rectificación del alma para que sea apta para recibir la luz de D-os en su completa expresión. Recompensa y castigo, implica que el hombre es libre para elegir entre el bien y el mal.

Su interpretación jeroglífica es la siguiente: la garganta y todo lo hueco. Denota toda clase de aberturas, orificios, salidas, canales y todo linaje de cosas cóncavas y profundas. Expresa la envoltura orgánica y sirve para determinar toda idea derivada del organismo corporal y de sus acciones. Este sendero une al Sol de Tiferet con la luz blanca de Keter. En consecuencia nos hace consciente de las fuerzas invisibles e influencias espirituales que se hallan más allá de nuestro Sol físico y que son las que los pueblos antiguos adoraron, mientras los antropólogos materialistas ignorantes creen que simplemente adoraban al Sol que nos ilumina. Este sendero coincide con la sephira invisible Daat, de la que tiene muchos puntos en común, como la idea de atravesar el abismo para llegar a la estrella oculta Axiris, Sothis o Sirio, que acompañan a las estrellas de Orión, que los egipcios asociaron a Isis y Osiris. Es una prueba consistente en vencer las tentaciones que están alrededor de Daat, en un ejercicio de equilibrio como sería atravesar un desfiladero conduciendo una bicicleta sobre una cuerda. El conocimiento nos da equilibrio. Debemos volver a la vieja sabiduría, a la vieja conexión con el interior. Esta nos ayuda a crecer y sanar, a tener nuestra mente clara y conectada a la verdadera fuente creadora, cosa que no ocurre con la tecnología actual que nos anula la mente. La inteligencia artificial anula nuestro ingenio y la creatividad. El avance tecnológico supone también más odio, guerras, intereses y mayor manipulación, hasta anularnos. Guimel nos libera de esos engaños. Nos abre la puerta al templo del corazón y nos conecta con la sabiduría. Ejercicio: Esta letra es un buen activador de la memoria y podemos usarla con este objetivo repitiéndola diversas veces mientras tenemos fijada su imagen en nuestra mente. No sólo nos ayudará a recordar la vida presente sino también los momentos anteriores a nuestro nacimiento así como las vidas pasadas. También despierta en el hombre aptitud para identificarse con lo oculto y lo no manifestado. Si la notamos en alguna zona del cuerpo en especial significa que allí hay algo que no queremos recordar. Ej. En el corazón, un dolor emocional. En el vientre, un problema con un hijo. En las manos, algo que hemos hecho, etc. La letra Guimel nos ayudará a aceptar nuestro pasado y liberarnos de sentimientos de culpabilidad.

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Letra He

L a letra He se sitúa en el sendero que va de Jokmá a Tiferet. Es el sendero de la voluntad consciente, la determinación, la decisión. El Universo se creó porque D-os quiso. El significado de la letra He es ventana, y podemos ver que su forma es muy parecida a la Dalet, puerta. Es el símbolo de la materialización o dispersión de las semillas procedentes de la unidad. El palo vertical izquierdo de la letra llega a la mitad de la altura, como si el interior de la letra fuera una casa desde la que hay una abertura o ventana para mirar hacia fuera. En cambio, en Dalet ya no existe ese palo por lo que podemos entrar y salir por la puerta directamente de la casa. No sólo podemos ver sino también entrar o salir. La H no es en el fondo más que una toma de aire. Es un símbolo perfecto de aspiración espiritual como un hombre elevando las manos al cielo. El aliento creador. Una ventana abierta hacia la luz y hacia la vida. Jokmá-Tiferet: La voluntad con la conciencia. Este sendero podríamos definirlo como la necesidad de ver claros nuestros objetivos. La voluntad debe dirigirse hacia una meta determinada, para ello hay que tener claridad de ideas. Asimismo, significa la voluntad del aquí y ahora. Si afirmamos “esto ya existe en realidad” lo concretamos y lo atraemos al mundo de la forma. Es el compañero de Dalet, la imaginación. Imaginación y voluntad atraen a

nuestra vida aquello que deseamos. Primero, tenemos que imaginar qué queremos en nuestra vida y luego sentir que ya está presente. Afirmar aquí y ahora es materializar todos los deseos de nuestra imaginación. El sonido que se pronuncia con esta letra es parecido a un soplo con el que insufla vida. Hay que estar en silencio para escucharlo. Aparece dos veces en el sagrado nombre Iod-He-Vau-He. Nos conecta con la conciencia cósmica, presencia divina creadora que forma todo lo que existe en las partículas atómicas y subatómicas y en todas las galaxias. Todo está formado por esta conciencia evolucionando desde lo humano a lo divino. Sentir es la conciencia. Amar es la conciencia. He nos conecta con el orden perfecto, la palabra de D-os en su totalidad plena. Orden y voluntad dirigida por Él a través de los creadores, Elohim. Eleva la vibración para que podamos estar conectados con mundos más avanzados. Nos enseña a abrir la puerta del corazón de Tiferet quitando todo tipo de energía irregular y desorganizada, para construir nuestro propio templo interior, para que tengamos de todo: belleza, amor, equilibrio. Nos conecta con el padre celestial. Esta letra aparece dos veces en el sagrado nombre IOD HE VAU HE indicando el segundo He el poder multiplicador. Nos libera del caos del mundo y de las ideas falsas. Ahora nos corresponde ser nuestros propios arquitectos universales con la inteligencia del Padre cósmico. La creación está en nuestras manos y en la conexión con la sabiduría de Jokmá. El Sepher Yetzirah define He como palabra y con el signo Aries en el universo. Valor numérico 5. Para la Kábbalah es una de las doce letras simples. El 5 es el movimiento de la energía universal que une cielo y tierra que nos conecta con nuestro maestro espiritual. Es el impulso que nos mueve para poder realizar las experiencias materiales y para poder regresar al origen. Es el número de las ideas y la comunicación. Hay 5 dedos en la mano y el Pentateuco contiene 5 libros. Ejercicio: Notar la letra He cuando la pronunciamos repetidas veces en una zona del cuerpo revela los miedos a actuar, la indecisión, la falta de confianza en uno mismo y en el proceso de la vida. La pronunciación de la letra nos ayudará a corregir estos aspectos. Útil también en casos de crisis nerviosa provocada por el

miedo, la angustia y el egocentrismo.

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Letra Iod

E l sendero de la letra Iod une Hesed con Tiferet. Significa “mano abierta”: la mano abierta de D-os que aparece para ayudarnos y darnos la fuerza para compartir con los demás nuestro saber. La misericordia en acción, el amor consciente. Definiremos este amor como la toma de conciencia de las necesidades del otro. Dar lo que el otro necesita desde un estado de incondicionalidad. Dado que es la letra más pequeña es símbolo de humildad, pero al mismo tiempo forma parte del dibujo de todas las demás. Está, pues, presente en el fondo de cada célula y de cada ser. Es como una gota de agua alargándose por ambos extremos. Un punto que comienza a expandirse hasta convertirse en una gota. Es la única letra suspendida en el espacio. Tiene la forma de acento a colocar sobre las letras. Es la letra del misterio de Israel ya que da comienzo al enigmático nombre de D-os: YAHWEH (YHWH) y también al de Israel. Indica principio, manifestación, alabanza, honor viril, falo, fecundidad viril, cetro paternal, poder. Por ello el pueblo de Israel simboliza ir desde la letra más pequeña, Iod, hasta la más grande, Lamed, ya que el nombre Israel comienza por I termina por L. El Sepher Yetzirah la asocia con el signo de Virgo en el Universo. Valor numérico 10. Diez, el valor numérico de Iod, es también el número de mandamientos revelados por D-os a su pueblo, Israel, en el Sinaí. Todos los mandamientos, y de hecho cada letra de la Torá, tienen el poder de lo “pequeño

que contiene mucho”; cada uno es un canal para la revelación de la Luz Infinita de D-os en la realidad finita. Hubo diez generaciones desde Adán hasta Noé, y 10 desde Noé hasta Abraham. Hay 10 sephirot en el Árbol de la Vida, 10 días de arrepentimiento; el Yom Kippur es el décimo día. En este sendero está la letra hebrea Yod, cuyo significado es mano. Es una de las letras importantes, ya que es la inicial del Yod-He-Vau-He, el nombre sagrado del Tetragrammaton. Es la expansión a partir del punto. Iod-He-VauHe se puede traducir como Iod-Padre, He-Madre, Vau-Hijo y He-el fruto del hijo. Todas las formas de pensamiento proceden de Iod que es el fuego sagrado. Es la fuerza masculina generadora. Todas las letras hebreas son derivaciones de esta letra pues contienen su forma. Esta letra tiene poder iniciador y dador de vida. Tiene forma de llama de fuego que se desprende; lámpara sagrada que permite que salga el amor del interior. Nos abre a la alegría, al despertar de la belleza a través de las manos. Este amor está oculto, invisible; nos unifica con los mundos superiores. Sentimos que aquello que recibimos es auténtico. La cualidad que desarrolla es la humildad. Dejamos atrás los orgullos y vanidades de la personalidad al encontrarnos ante la grandeza de la conciencia de Tiferet. Etapa donde debemos vencer todos los miedos. El miedo es una barrera que nos impide penetrar en el mundo del espíritu. La fe nos puede ayudar a vencerlo. El mito de Jonás tragado por una ballena durante tres días, que renace como un ser nuevo, es un símbolo de la transformación del sendero Iod. Tenemos que romper con toda nuestra vida anterior, con los miedos y apegos que nos atan a la materia, a fin de renacer como seres llenos de luz. Romper con las emociones inferiores tales como miedos, inquietud, ira, celos; para despertar a los sentimientos nobles del amor, la generosidad o la compasión. Iod contiene el germen divino oculto, el poder de la creación. Nos ayuda a desapegarnos de todo lo material, lo destructible, para alcanzar lo indestructible. Desapegarse significa que nada de lo material te afecte, ni los comentarios, ni las acciones de las personas, ni los bienes materiales porque sabes que todo eso es pasajero. Iod te despierta el amor hacia los demás por lo que son y no por lo que

hacen, respetando sus decisiones de estar junto a nosotros o lejos, de ayudarnos o no. Lo importante es amarlas ya que Tiferet es el amor inocente que no pide nada a cambio. Si aprendiéramos esto muchas familias no discutirían ni se exigirían nada. Si una familia aprende a respetar las circunstancias que rodean a los seres queridos y no les imponen sus criterios (exigiendo que se comporten como ellos quieren) no habría discordia, no habría separaciones ni criticas. Eso es desapegarse. Si tú no puedes estar conmigo te quiero igual, no te juzgo. Es saber estar, saber esperar, saber amar y saber dar en cada momento lo mejor que tienes para todos los seres que te rodean sin condiciones ni exigencias. Iod ayuda a controlar el malhumor y los impulsos de la mente y las emociones y a dejar fluir el amor puro del corazón. Tiene el poder de modelar las sensaciones y estados emocionales negativos, ya que tiene el poder de engendrar la inocencia y la pureza de sentimientos. Nos ayuda a conectar con nuestro niño divino. Ejercicio: Con la práctica de pronunciación de la letra Iod podremos reconocer qué es lo que no queremos soltar, a qué estamos apegados y queremos controlar. Esta práctica nos ayudará a dejar libres a las personas y a no desear nada de ellas, simplemente amarlas como son.

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Letra Jet

E ste sendero une Geburá con Biná (severidad con entendimiento). Esta letra es parecida a la He, pero se diferencia de ella en que todos los fragmentos de la letra están unidos. Jet significa valla, la dinámica de la vida. Correr y retornar, pulsación. Canaliza la energía de Zain. La intensifica y la dirige. Indica lo que tiende a la forma. La materia en cuyo seno dormita la vida, el principio de la existencia elemental. Jet, significa terreno vallado, poner límites, ya que desde el momento en que salimos del mundo de la Trinidad y pasamos al mundo de la forma vamos a poner unos límites, ya que damos nombre y forma a las ideas. Es luz y sombra porque expresa la involución física y la evolución espiritual. Es la culminación del esfuerzo físico transformado en actividad mental. Representa el campo de trabajo del hombre y todo cuanto requiere esfuerzo, cuidado y solicitud de su parte. Es necesario que pidamos y reclamemos nuestros poderes y talentos adquiridos en otra vida para recuperarlos. Recuperar nuestro programa de maestro de evolución. Podemos reclamar todo lo que por ley de herencia nos pertenece. Los señores de Geburá pueden buscar a todos los seres que nacieron en la tierra con la intención de ayudar y estar al servicio de D-os y la luz, para trabajar con el corazón con toda la humanidad, pero se han olvidado. Si os ponéis al servicio de Él, el Plan Divino puede manifestarse encontrando a estos seres, guiándolos, protegiéndolos, y haciéndoles

reconocer la verdadera fuerza divina que les guiará hacia el camino de la victoria. Por esta razón nos hemos encontrado todos los buscadores en Safed, nos hemos reunido aparentemente por casualidad, pero en el fondo nuestras vidas han sido dirigidas, dado que cada uno de nosotros nos entregamos al Plan Divino y aceptamos nuestra misión o nuestro camino de Tikun. “Y el espíritu de D-os sobrevuela la faz de las aguas”. Sobrevolando sobre la realidad de la Creación, D-os continuamente la nutre y sostiene, mientras que a la vez brinda a cada criatura, o en la terminología de la Kábbalah, a cada recipiente, la habilidad de crecer y desarrollarse “independientemente”. De este modo no se revela completamente ni tampoco se aparta de su creación. Es como un pájaro que vigila a sus polluelos, pero también les deja libres. Es lo que se llama “correr y retornar”, “revelación y ocultamiento”. Es la barrera que D-os pone en nuestro camino para probarnos. La serpiente de bronce levantada por Moisés en el desierto mata a las serpientes ardientes y las sustituye para dar vida a su pueblo. Representa poder vencer y superar todas las barreras para encontrarse consigo mismo; para ello es necesario reconocer la existencia de una Ley Suprema con la divina presencia de esta letra. En este sendero se ubica el carro de Mercabáh; el vehículo ascendente, el cuerpo de luz que nos ayuda a viajar por todos los cielos y dimensiones del espacio. Es el vehículo que usa el ser superior para moverse. El sumo comando del trono del Padre envía el conocimiento y la protección, a través de la matemática superior. El Sepher Yetzirah la asocia con el sentido del habla y con el signo de Cáncer en el Universo. Valor numérico 8. D-os es uno en los siete cielos y la tierra. El octógono usado en diversas culturas como símbolo de conexión. En los primeros tiempos del cristianismo las fuentes bautismales eran octogonales. La forma octogonal está presente en las bóvedas de numerosas iglesias. En el I-Ching chino en las construcciones templarias. Es conocida su capacidad para atraer, concentrar y difundir las energías. Ejercicio: Al meditar y repetir el nombre de la letra Jet podemos notar sus efectos

en alguna zona del cuerpo. Significa que nos muestra las limitaciones y barreras que nos ponemos en la vida. Depende del lugar donde se note, interpretaremos que área de nuestra vida es aquella que necesitamos desarrollar más. La letra Jet nos permite reconocer qué retos tenemos que superar. Las pruebas que se nos presentan tienen un propósito y este sendero nos ayudará a descubrirlo.

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Letra Kaf

La

letra Kaf está en el sendero entre Netzaj, las emociones y Jesed, la misericordia, por lo que este sendero se relaciona con la generosidad y la abundancia. El poder de realizar y sacar todo el potencial divino. Lograremos entrar el reino espiritual con la palabra sagrada. El potencial se manifiesta cuando abres el corazón. Venus, el amor, nos atraerá la abundancia de Júpiter, Jesed. La actitud de servicio hacia los demás. Kaf se traduce como “palma de la mano”, donde están las líneas que marcan nuestro destino. Podemos modificar nuestro destino del mismo modo que las líneas de la mano pueden ser modificadas en nuestra vida a partir de cambios internos en el individuo. Es también un receptáculo. Para la Kábbalah es una de las siete letras dobles junto con beth, guimel, daleth, pé, resh y tav. La palma de la mano tiene también forma de cuenco o copa. Kaf es apto a recibir todo lo que se presenta. Entre los egipcios, el jeroglífico que expresa la consonante K significa cáliz, copa, mortero, matriz, todo lo que contiene algo y lo transforma en energía creadora o fuerza operante. Es como molde que se adapta indistintamente a todas las formas. La forma de la letra es muy parecida a la Beth. Su valor numérico es 20. 2+0 =2. Es más completa y uniforme; sus partes están más unidas entre sí. El Sepher Yetzirah la define como riqueza y pobreza. También con Venus en el Universo. El universo es abundancia y sólo nuestros miedos y

limitaciones nos impiden sentirnos llenos de todo lo necesario para vivir. El sentimiento de carencia se asocia a la ambición. Cuando alguien tiene fe en que siempre tendrá lo que necesita ya no ambiciona grandes riquezas. A veces la prosperidad no llega porque creamos limitaciones tales como “no soy capaz” “no puedo” “no sirvo”. Asimismo el egoísmo nos limita al pensar que lo mío es lo mejor: “mi casa es mejor que la del vecino” “mi ciudad es la mejor” “mi país es el mejor”… Necesitamos expandir nuestra conciencia pensando siempre en una entidad mayor. Si lo hacemos así nuestra mente se abrirá a una nueva realidad y permitiremos que la abundancia y la prosperidad lleguen a nuestras vidas. Un modo de ver que no hemos modificado una situación es que esta se repita periódicamente; esto representa que esa persona o situación regresa a nuestra vida para que podamos finalmente darnos cuenta en qué fallamos y modificar el error., Se nos permite repetir muchas veces las mismas cosas para que podamos aprender. Tenemos muchas posibilidades. La Kaf alude al poder latente dentro del reino espiritual, al potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. D-os debe crear el mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Esta letra hace que el nivel de vibración aumente para no quedarnos atrapados en los juicios, las criticas, la lástima que tanto complacen a nuestras emociones inferiores. Nos conecta con la misericordia divina y permite que podamos transmitirla a los demás. La luz de esta letra aniquila la energía del campo magnético negativo liberándonos del mal. Nos abre al sentimiento de abundancia y plenitud. La habilidad del alma para conectarse con D-os. Una vez conectados y activados se nos protege; se nos enseña a dejar de estar en la rueda de la reencarnación y dejamos de estar sometidos a los eventos de destino. Cuando unimos las palmas de las manos en actitud de oración uniendo los dedos, unimos la parte derecha e izquierda del cuerpo. En la palma queda un hueco vacío que es dónde encontramos a D-os. En el silencio y la oración. También en el acto de la bendición se coloca la mano sobre la cabeza de la persona.

Representa reconciliarse, abrazarse. Dar la mano es símbolo de entrega, amor y respeto. El sendero entre Jesed y Netzaj supone vencer las emociones inferiores para desarrollar el amor verdadero. A partir de aquí llega la prosperidad, el progreso y la misericordia con la que puedes dar la mano a otros y ayudarles siendo generoso. El amor no es emocional. Es un sentimiento profundo que te fortalece hasta el punto de que puedes arriesgar tu vida para ayudar a otros. Este amor nos dará protección. Ejercicio: Pronunciar en voz alta la letra Kaf al mismo tiempo que la visualizamos en nuestra mente. Nos podrá señalar qué emociones necesitamos sanar. Si llega a la mente la imagen de algún familiar con el que tengamos conflictos nos imaginaremos que entre él y nosotros se halla la letra que emite una luz de color violeta (transmutará los resentimientos y remordimientos creando armonía entre ambos).

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Letra Lamed

S endero situado entre Geburá y Tiferet. El poder de la voluntad de Geburá haciéndose consciente en Tiferet. La letra hebrea Lamed se traduce como bastón o guía para conducir a los bueyes al arar la tierra. Es quien enseña a los bueyes a arar. La letra Lamed significa exactamente “enseñar”. Al unir la voluntad, Geburá, con la mente de Tiferet significa el dominio de la mente y el aprendizaje de la vida. La aspiración del alumno devoto de aprender de la boca de su maestro. La forma de la letra Lamed representa un camino de ascenso, la aspiración de concebir y comprender. La Iod situada en el cénit de la letra Lamed es una torre elevándose en el aire. Una Vau, cuya cabeza formada por una Iod mira hacia abajo sobre una Kaf. “Una torre que se remonta en el aire”. La única letra que asciende por sobre la línea. Hay que saber que las letras hebreas están “colgadas” en el aire. Es decir que Lamed es la más alta y la que viene de arriba; es el reconocimiento de lo que “hay”. Cómo opera la Ley Divina. Para eso las Mitzvot o preceptos de la Torá nos muestran el camino recto. Por otro lado se asocia al coito, la unión sexual, mediante la cual las almas encarnan en este mundo. Para vencer el Karma o Tikun debemos instruirnos en el valor, la fortaleza y la voluntad. Abrir el corazón con la palabra sagrada. Abrir las puertas de la luz para que se pueda vencer el Geburá negativo. Con la fuerza del corazón, se puede vencer a la animalidad, los instintos. Dar y recibir. El comienzo de esta letra es una Iod, la semilla. Tenemos que aprender a sembrar para recoger la sabiduría.

Este sendero conecta el cerebro Geburá, con el corazón, Tiferet. Este se abre al conocimiento o entendimiento, nos da comprensión, y eleva como una torre. Se adquiere el conocimiento de 300 leyes que se relacionan con el secreto de la torre voladora, que representa la devoción por el estudio de las leyes y los nombres de D-os, las enseñanzas de la Torá; para que nos volvamos un recipiente o instrumento para crear un mundo mejor, según lo establecido en el Plan Divino. A través de Lamed recibimos el secreto del entendimiento divino pues es una llave que abre los portales Ari Shemot y el poder recibir la fuerza y el conocimiento para instruir a otros. Lamed es la fuerza que ejerce el conocimiento de la Torá. Aprendemos a instruir y dominar todas las situaciones. Nos abre la puerta al entendimiento, a la riqueza, la fortaleza, la felicidad, la curación. Ayuda a vencer la esclavitud. A controlar los poderes, a estar unificados a la armonía divina. Layoeesh Michaelilu, columna de luz. La combinación de Lamed con Alef nos da el término EL o AL. Sufijo con el que terminan la mayoría de los nombres de ángeles como seres intermediarios entre el cielo y la tierra. A su vez EL es el nombre divino de Jesed y su significado es amor o misericordia. Alef y Lamed como buey y bastón unen las ideas del alma del justo y el trabajo que ésta tiene que realizar en la tierra para regresar a la unidad. Lamed es una herramienta para labrar nuestro destino. Podemos ver en su forma cierto parecido con Aleph (buey) con dos puntas en los extremos y una parte central que las une. Se asocia al estudio. El nombre Israel comienza con Iod, la letra más pequeña, y termina con Lamed, la letra más grande. Esto nos da la pauta de que el estudiante puede comenzar como un niño con el abecedario y terminar con un estudio mucho más elevado. Es el camino hacia la luz. Todo lo que se extiende o se eleva por sí mismo. Lamed confiere al hombre una dimensión superior, una transición hacia un nuevo estado. El pensamiento es la fuerza que permite que todo nazca. El pensamiento crea. Cada número y cada letra contienen el poder creador. Si pensamos en el mal aparecerá ese mal. Si pensamos en positivo atraeremos a

nuestra vida cosas positivas. Los números y las letras crean conexión, unen o desunen según el pensamiento, según la intención. Si una persona tiene odio, envidia…. emitirá pensamientos destructivos sobre cualquier persona que no esté en sintonía con ella. El Sepher Yetzirah asocia Lamed con el trabajo y la balanza del equilibrio, el signo Libra en el Universo. Valor numérico 30. Aprender y enseñar. Encarna el principio del movimiento expansivo. Hubo 30 generaciones desde Abraham hasta la destrucción del primer templo. Ejercicio: Al repetir la pronunciación de la letra Lamed podremos identificar la zona del cuerpo que revele los pensamientos o actitudes negativas que tengamos en la vida. ¿Qué pensamientos debemos cambiar? ¿De qué no nos vemos capaces? Nos enseñará todas las órdenes o pensamientos negativos. Repetir Lamed mientras realizamos afirmaciones positivas les dará mucha más fuerza y desarrollará la voluntad.

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Letra Mem

S ituada en el sendero que une Geburá o Din con Hod, la fuerza o la severidad con la mente. Alteraciones que permiten cambiar una situación. Un hijo que se marcha de casa y se independiza, por ejemplo, provoca cambios en nuestro sistema de vida. Tenemos que pasar por una adaptación. De ah í que este sendero se relaciona con la renuncia a nuestros deseos para aceptar aquello que nos toca vivir. El reconocimiento de unas leyes en Geburá que rigen nuestra vida. El retorno hacia el interior para poder transformarnos y sacar la información de la supra conciencia, las profundidades que nacen de la fuente. El Sepher Yetzirah relaciona Mem con el agua, ya que es una de las tres letras madre y la asocia al silencio. Dentro del agua del mar sentimos silencio. El agua es la matriz de la vida. Mem es la fuente, el agua que fluye. El agua simboliza las emociones que hacen cambiar nuestra forma de pensar en Hod. La forma de la letra recuerda una fuente o manantial de donde brota el agua y surge para darnos vida. Al mismo tiempo la forma de la letra sugiere que el agua regresa a su origen. La Mem tiene una variante llamada Mem cerrada, que se sitúa al final de las palabras. De ahí su nombre: Mem final, que en este caso sí se dibuja cerrada totalmente. Esta idea de surgir del interior y regresar a la tierra sugiere la idea de transformación. Su signo jeroglífico es una onda. La palabra madre, EM, contiene l a Mem. Es el manantial, la matriz divina. La soberanía del cielo es la Mem cerrada y la Mem abierta es D-os actuando en nosotros. Así es que nuestro espíritu nació del padre, AB y la Madre EM; la energía que fluye de D-os y nos formó en la matriz de la madre.

Este sendero relaciona la mente con las leyes cósmicas de Geburá, el rigor, la severidad, las normas a las que estamos sujetos. El hecho de vivir en la tierra supone estar sometidos a ciertas leyes que debemos asumir, como la gravedad, la causa y efecto. En Hod se encuentran los libros, el lenguaje, y los sistemas de comunicación creados por el ser humano. Cuando la mente es capaz de aceptar que no es posible luchar contra una fuerza o ley que no se puede modificar y cuando se acepta esa situación, la sensación de sacrificio desaparece y es sustituida por la abnegación y el servicio voluntario a los demás. Aparece la consagración, la entrega a la voluntad divina. Para fortalecer el corazón es necesario conocer la debilidad, para luego volver a ser fuerte, y aceptar que, gracias a las debilidades y a los sufrimientos, nos hacemos invulnerables. Este sendero nos enseña que no estamos solos, que tenemos al cielo en nosotros. Estamos unidos por ese cordón invisible que nos une al todo. A través de él desciende el amor incondicional y la ley de aceptación nos da todo lo que necesitamos. Si aceptamos esta unión es como el hijo que recibe ayuda de la madre y del padre y no opone resistencias; así, nosotros podemos recibir la influencia divina a través del pensamiento, anclándonos en el valor y el amor, y venciendo las dudas y las creencias. Es necesario pedir y hablar a través de las oraciones y los nombres de D-os, para que estos sonidos nos conecten con la energía divina y el poder del Creador que será quien nos liberará de las debilidades y los sufrimientos. Gracias a ello también nos hacemos más humildes, vencemos el orgullo y a la altanería hasta alcanzar la mansedumbre. Cuando la gente dice “que mala suerte tengo” “no tengo remedio” y la secuela “soy así” “no puedo cambiar” está generando un sufrimiento terrible y un gran estancamiento. Sin embargo, nuestro objetivo en la vida es cambiar y superar las pruebas que la vida nos presente y recuperar la fe. Uno sólo no puede levantarse sin pedir ayuda. Mem tiene valor numérico 40. Son los días del Diluvio, el periodo del peregrinaje del pueblo hebreo por el desierto, el ayuno de Jesús en el desierto. Todas ellas tienen en común que se trata de pruebas para ver si somos capaces de superar las adversidades y no perder la fe. Volver hacia uno

mismo para transformarse. Asimismo indican un proceso de purificación asociado a un gran cambio. El agua del manantial asciende desde lo subterráneo, oculto. Son aguas que tienen mucha presión. Este sendero proviene de Biná, la fuente, la gran Madre, el agua primordial. En el Árbol de la Vida las tres letras madres se encuentran en los senderos de cada uno de los tres triángulos. Shin, el fuego, abajo, asociada al vientre. Mem, en el central, el agua, y Alef, arriba, el aire. Mem nos indica que debemos perdonar y trabajar el inconsciente. La letra tiene la propiedad de ir al inconsciente para perdonar esos errores que no rectificamos en su debido tiempo. Desarrollará la tolerancia y el saber comprender a los demás. Ejercicio: La práctica con la letra Mem tiene dos utilidades principales: En primer lugar, a nivel de salud; como quiera que es la letra del elemento agua, si notamos una sensación en una parte del cuerpo, indica que allí necesitamos agua. Por ejemplo, alguien que tenga exceso de fuego: problemas de estómago o exceso de calor, Mem irá a esa parte para equilibrar el fuego con el agua. Por otra parte esta letra nos revelará también los rechazos emocionales que podamos sentir: sean rabia, frustración, impotencia o resentimiento. Todo aquello que hemos ido guardando en nuestro interior, las emociones no expresadas. Mem nos ayudará a liberarnos de dichas emociones reprimidas.

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Letra Nun

S endero

entre Netzaj y Tiferet. Es el sendero del desapego. Hacerse consciente de las emociones. Cuando tenemos que dejar atrás las emociones humanas y egoístas para seguir el sendero del amor verdadero. En arameo Nun significa: pez. Las aguas del mundo oculto. Detrás de nuestras emociones se esconden a veces las fuerzas de nuestra Alma que quieren que vivamos determinadas experiencias. Aguas emocionales donde los seres no tienen conciencia de sí mismos. Un pez tratando de salir del agua. Por analogía este sendero se relaciona también con el momento de la muerte, donde perdemos la conciencia de los sentidos para entrar en una inconsciencia. En el nacimiento perdemos la conciencia del espíritu para entrar en la inconsciencia del mundo material. Determinadas mitologías representan la muerte como un océano donde nosotros quedamos sumergidos como un pez, siendo como la gota que se disuelve en el océano. La persona deja de ser lo que era y pasa a convertirse en otra cosa. El desapego supone la muerte del Ego. La ecuanimidad. El vaciarnos de estados de dependencias materiales y emocionales. Se logra la transmisión de conciencia que viene del creador. Es la recolecta. Quita todo lo que no sirve y al quitar los miedos libera el fruto. El sendero podría prolongarse en línea recta a continuación hasta Biná, donde recibimos la bendición y nutrición de la fuente, pescar la energía. Aquí

comprenderemos que el amor no es emocional al ser inalterable e incontaminable. Las emociones son variables; el amor verdadero no. El amor incondicional nos permite amar aún sin ser correspondidos. Otro de los significados de Nun es “extensión del infinito” “perpetuarse” pues ese trance de inconsciencia es a pequeña escala la experiencia cósmica del infinito, perderse en el océano universal. Vida, resurrección, curación y proliferación. La forma de la letra recuerda la cabeza y la columna vertebral, o un pez con la boca abierta intentando respirar. Es como una Vau extendida descendiendo debajo de la línea. Las aguas del amor. El mundo oculto. El sistema inmune se pega a los vasos sanguíneos y mata a las células cuando hay un conflicto emocional. Es semilla que germina, El Sepher Yetzirah la relaciona con el movimiento y con el signo de Escorpio en el Universo. Valor numérico 50. Hay cincuenta referencias al Éxodo en la Torá. 50 puertas del entendimiento de Biná. Con esta letra llegamos a la Torá secreta y entramos en la fuente. Nun es la llave que abre las puertas de la vida y nos atrae la abundancia, al meditar en ella. Nos ganamos las bendiciones cuando hablamos y usamos esta letra manifestándose la luz al expresarse. D-os nos bendice desde nuestro corazón pues es la esencia del ser. Nun es la reproductividad, rectificación. Este sendero es también el de la inspiración y creatividad dado que en Netzaj está precisamente el mundo del arte, las capacidades artísticas. Aquí en Netzaj nos encontramos la necesidad de volvernos conscientes de nuestras emociones e impulsos sobre todo aquellas que se encuentran grabadas como patrones de conducta en nuestro subconsciente como el cangrejo cuya coraza protectora se corresponde con nuestra coraza psicológica o mecanismos de defensa para protegernos de las amenazas del mundo exterior como pueda ser la opinión de los demás, el no sentirnos heridos, el no caer bien, etc. Así dejamos de mostrarnos tal como somos para adoptar una personalidad artificial que oculta nuestros verdaderos sentimientos. Esto bloqueará la comunicación emocional conduciéndonos al aislamiento. Todo cuanto digamos será la expresión de Tiferet, la conciencia. Entramos en un estado de presencia permanente del esp íritu en nosotros. Nun deshace las

capas del ego, limpia los recuerdos, patrones, discos y códigos y los sustituye por amor. Nos libera de emociones dolorosas, del apego a las personas, las situaciones, las cosas y lugares. Nun nos permite diferenciar lo que son emociones de lo que es el amor verdadero, y es que en las primeras aparece siempre un aspecto egoísta, el deseo de ser correspondido, la intención que el otro sea como a nosotros nos gusta, mientras que en el amor hay incondicionalidad. No se espera ni busca nada del otro, sino que simplemente se le ama. Esta cualidad corresponderá a Tiferet, que es la conciencia en el alma. De ahí que definiremos al amor como una acción consciente. En resumen, el amor será conciencia y no emociones. Entreguemos todos nuestros programas y desde arriba recibiremos la purificación, separando el trigo de la cizaña y el miedo, activando la esencia divina oculta en nuestro interior. Ayuda a quitar las enfermedades gracias a dejar limpios nuestros sistemas internos. Ejercicio: Al pronunciar la letra Nun, si notamos algo especial en una zona concreta del cuerpo, indicará que hay algo que no deseamos hacer y lo estamos rechazando. Esta letra se relaciona con la fertilidad y el acto creador. La semilla que germina y se multiplica. Por ello puede ser usada también repitiendo su nombre varias veces mientras imaginamos aquello que deseamos que llegue a nuestra vida.

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Letra Pe

E ste

sendero une Hod con Netzaj, la mente con la emoción. El Sepher Yetzirah la define como Gracia, Dominación e Indignación y con el planeta Mercurio en el Universo. Valor numérico 80. La letra Pe significa boca, por la que emitimos el habla, y comunicamos lo que sentimos a través del lenguaje, hacia el mundo que nos rodea. Palabra, lenguaje, verbo. Es la capacidad de comunicarnos y expresarnos. La forma de la letra es parecida a Bet pero con una nueva línea en el interior, por lo que representa una boca con los dientes, los cuales permiten articular los sonidos y las palabras. Significa la boca abierta, el símbolo de la expresión oral y de todo lo que el hombre da a conocer a sí mismo en el mundo exterior. Es asimilable a los medios modernos de comunicación: teléfono, radio, televisión, comunicaciones espaciales, etc. Para la Kábbalah es asimismo una de las siete letras dobles instituidas a partir del Sefer Yetsirá. A través de la boca, de la palabra, podemos cambiar todos los sucesos. Las raíces del pensamiento y emociones. En este sendero recibimos las chispas divinas del creador. Limpia todo lo destructivo del ego, el orgullo y la ira. Lo convierte en amor. Es la llave que abre las puertas que conectan con los 10 sephirot. Se rompe la estructura donde se halla prisionera el alma que queda liberada, es el proceso de corregir el Tikun. Pe enseña a discernir, analizar antes de hablar, cambiar el lenguaje, la forma de expresión para que sea más amorosa. Su forma es parecida a Shin, diente,

donde hablamos también del lenguaje, pero como si la hubiéramos colocado de lado. En este sendero al llegar a Netzaj descubrimos nuestra verdadera naturaleza, de ahí que la imagen mágica de Netzaj es la de una joven mujer desnuda. Entramos en un estado donde nos olvidamos de la idea de nuestra personalidad, es decir, de nuestra identidad sexual, cultural, de a qué país, familia o cultura pertenecemos, a tener conciencia atemporal, pero que al mismo tiempo es nuestra verdadera esencia. Somos, más allá de nuestra mente, emociones, deseos y cuerpo. El sendero entre Hod y Netzaj refleja que a veces la mente no puede comprender los estados emocionales. En una familia por ejemplo una madre trata bien a tres hijos y al cuarto lo desprecia e ignora. Este último se cree que, porque ha venido en un mal momento, no fue aceptado, pero no es real. Es sólo que en el inconsciente de la madre hay recuerdos de vidas pasadas que le provocan un rechazo hacia el hijo o viceversa sin saber exactamente el motivo. Ambas personas ignoran de dónde les viene el rechazo, la mente en este caso no puede comprender las razones. En otro ejemplo una persona nos cae mal nada más conocerla. O al revés, nos cae bien, y no podemos saber el por qué. A nivel emocional recibimos una información respecto a nuestra afinidad o rechazo con esa persona, pero es algo que está más allá de nuestra lógica mental. Cuando comprendamos los vínculos emocionales con las personas activaremos este sendero del Árbol de la Vida donde se halla Pe. Esto significa que debemos evitar la crítica, la rabia, los celos que crearán un rechazo entre las personas. ¿Cómo expresar las emociones en palabras? Para la mente racional es difícil, por eso hemos creado lo que se llama el lenguaje poético o metafórico, en que se insinúa, se sugiere y debe entenderse el significado de las palabras más allá de su literalidad. El lenguaje poético es diferente al del sendero del lenguaje racional; a través de la poesía y el arte se puede transmitir una información que debemos captar con nuestra sensibilidad e intuición, no con nuestra mente lógica y analítica. Principalmente el agua se asocia a líquido y fluidez. La fluidez es dejar expresar nuestras emociones y

no reprimirlas. La mente de Hod trata de controlar las cosas, de hecho, las personas mentales suelen ser muy controladoras y desean tenerlo todo bajo un orden. Entonces falta la fluidez y la espontaneidad características de Netzaj. Ejercicio: El ejercicio de la letra Pe nos ayudará a reconocer algo que no nos atrevemos a decir o expresar. ¿Qué secreto guardamos? ¿Qué es lo que nos callamos? Esta letra nos ayudará a saber decir aquello que pensábamos podía causar daño o que no nos atrevíamos a pronunciar. Las letras deben decirse repetidas varias veces, así como repetir el ejercicio más de un día.

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Letra Qof

L a letra Qof se halla en el sendero que une Maljut, la Tierra, con Netzah, Venus. Lo material con lo emocional. La manera en que captamos emocionalmente el mundo físico. Este reconocimiento se produce a través del binomio “me gusta, no me gusta”. Algo nos resulta agradable o desagradable. Se trata de una sensación que no sabríamos definir, dado que no es de naturaleza mental sino emocional. Dos letras, una resh y una zain, se combinan para formar la letra Qof. La zain hacia la izquierda, desciende por debajo de la línea, la resh hacia la derecha, sobrevuela encima ella. Una letra permanece separada de la otra. Qof significa nuca, descanso y ciclo. Redención de las chispas divinas. Son términos que tienen mucho que ver con nuestro subconsciente, el mundo de los sueños y el descanso nocturno. El sepher Yetzirah asocia Qof con el sueño y con el signo de Piscis en el Universo. Valor numérico 100. Esa era la edad de Abraham en el nacimiento de Isaac. La letra recuerda la cabeza de una persona con la forma de la nuca. Un cordón anudado, un hacha, un círculo completo, un trazo que enlaza lo inusitado. Está considerada por la Kábbalah como la letra mística por excelencia. Con esta letra comienzan las palabras Kadosh (Santo) y Kábbalah. Cristo, Korán, Kali, Karnak…

El espíritu de la madre divina nos bendice y nos libera del dolor emocional, tristeza, soledad, amargura, necesidades emocionales, deseos de ser aceptados o reconocidos. Este sendero es muy sanador porque la letra Qof nos libera del veneno de los sufrimientos heredados de los ancestros y el linaje femenino de nuestra familia, enseñándonos el arte del amor, crecer y expandirnos con amor creativo. Aquí juega un gran papel la imaginación creativa. La energía de la madre divina o Shekiná nos libera de los traumas y activa el potencial intuitivo que tenemos dentro. Nos marca el camino de iniciación, aumentando la conciencia, conociendo el arte de amar, el arte de crear y el arte de sanar liberando los traumas y emociones ancestrales, y a dejar de juzgar a los demás por lo que nos ocurre. Tenemos la oportunidad de abrir nuestra conciencia. Ejercicio: Antes de acostarte pon tu pensamiento en positivo para que puedas elevarte al mundo de los sueños y purificar todas las grabaciones erróneas creadas durante todas las vidas. Pronuncia repetidas veces la letra Qof hasta que entres en estado de somnolencia. Esta letra te irá disolviendo la oscuridad de tu plano astral. Cuando elevas tu vibración al acostarte, tu frecuencia sube y puedes alcanzar los templos de conocimiento de los mundos superiores que te prepararán y te darán las enseñanzas adecuadas a tu nivel de conciencia actual. Durante los sueños se aprende, se avanza y se corrigen errores. Al despertar se verán las cosas mucho más claras porque se habrá despejado la mente de negatividad del pasado y el presente.

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Letra Resh

C orresponde

al sendero entre Hod y Yesod.La letra hebrea Resh significa “cabeza”, donde pensamos, y “círculo” o esfera cósmica, pues la mente es como un sol. Dependiendo lo que pensemos, así será nuestra vida. Nos puede activar la inteligencia y sagacidad. Para romper el muro de nuestras limitaciones mentales debemos pronunciar el nombre de esta letra. La pronunciación se realiza soltando todo el aire para hacer “vibrar” el nombre al mismo tiempo que decimos “Resh”, habitualmente se suele repetir 12 veces. El Sepher Yetzirah la define como fertilidad y soledad o desolación. La asocia con Saturno en el Universo. Valor numérico 200. La letra es parecida a Bet (2) y Kaf (20) pero la parte inferior de las mismas ha desaparecido. Sólo queda la parte de arriba, la cabeza. La mente que se agacha devota a D-os. El descubrimiento del niño interior que te despierta el deseo de convertirte en ángel. El Sol representa la inteligencia solar, la fuente de la vida. La mente es dual, comprende las cosas porque compara una cosa con otra y de esa comparación surge la comprensión. Es también una limitación por el hecho de estar sometida a la dualidad, no poder percibir la unidad. Este sendero, en definitiva, nos muestra la necesidad de volvernos conscientes, de observar pensamientos, emociones, deseos y actos con el fin de salir del estado de sueño e inconsciencia en el que nos encontramos actualmente. Es el paso de la

capacidad psíquica a la intuitiva. Si nuestros pensamientos son luminosos, positivos, llenos de amor, se grabarán ideas positivas en el subconsciente de Yesod. pero si nuestros pensamientos son negativos, se grabarán semillas negativas, llevándonos al sufrimiento. Resh nos permite conocer la máquina del subconsciente de Yesod, donde están todos los pensamientos grabados. Con la luz del esplendor debemos renovar esos fundamentos, llenarlos de luz creadora. Es necesario elevar la frecuencia vibratoria de los pensamientos, a fin de que las grabaciones de Yesod sean positivas. De lo contrario podemos generar enfermedades psicosomáticas, dado que, si las grabaciones son de enojo, rencor o tristeza, finalmente podrán llegar a Maljut y afectar a nuestro cuerpo físico. Todo lo que pensamos lo atraemos. Por ello podríamos definir a este sendero como el que corresponde a la ley de atracción. Lo que pensamos tiende a convertirse en realidad. Cuando una persona enferma es porque su cuerpo vital, Yesod, está mal, y afecta a Maljut, el físico, pero esta alteración de Yesod puede ser provocada por Hod, un pensamiento negativo. Cada persona crea su propia vida, su propio universo, dependiendo de sus pensamientos. Alguien con pensamientos negativos creará conflictos y desastres en su vida. Si alguien tiene pensamientos de armonía y belleza su vida será hermosa. Así entendemos que podemos vivir vidas muy distintas. La actitud ante las circunstancias cambia según la persona. Depende de lo que pensemos así será nuestra vida. Los pensamientos de Hod influirán sobre el subconsciente de Yesod como órdenes para que se materialicen en Maljut. Detrás de las palabras cada letra tiene un poder vibracional, una conciencia divina y generan semillas simiente capaces de dar vida y crear todo aquello que nosotros necesitemos para nuestro futuro. Como todas las letras tienen el poder del fuego, tienen también el poder de la transformación. Es importante realizar afirmaciones positivas como “estoy curado” “estoy liberado” etc. porque la mente de Hod influirá sobre el subconsciente de Yesod. Las imágenes de Yesod están creadas a partir de los pensamientos positivos o negativos. Un pensamiento se convierte en orden cuando llega a Yesod. Y si

por ejemplo decimos: “quiero conseguir esto, pero no me veo capaz” el subconsciente recibe una orden contradictoria y en consecuencia crea lo contrario de lo que se deseaba. Todo queda registrado. Hay que ir con cuidado con lo que se piensa y lo que se dice. Ejercicio: Repetir tres veces la letra Resh con la intención de liberarnos de las limitaciones mentales y situarlas, a través de nuestra imaginación, en aquello que queremos atraer a nuestra vida (imaginándola como chispas luminosas).

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Letra Samej

L a letra Samej se halla en el sendero que une Tiferet con Yesod. El sol con la luna. La conciencia o el alma con la memoria subconsciente. El mundo del alma con el mundo de la personalidad. El sol del consciente iluminando al subconsciente. Los significados de Samej refuerzan esta idea de contacto: sostén, puntal, anillo nupcial, ciclo infinito, la fe. La forma de la letra parece una serpiente que se muerde la cola y que puede encerrar algo. Si partimos la letra en diagonal veremos que se forman dos mitades casi iguales. Dado que la letra corresponde al sendero donde se produce el encuentro entre la personalidad y el alma. Su final está insertado en el comienzo, y el comienzo en su final. Es como un anillo, siendo representada a veces esta letra como un simple círculo. La forma de la letra Samej recuerda la de un anillo o círculo que se cierra. Así, a través del sentimiento de unión con nuestra Alma, esa conexión se produce. Sólo hay que tener fe. La unión de la novia de Maljut y el novio o Ser superior. El matrimonio sagrado. El Sepher Yetzirah la relaciona con el sueño y el signo de Sagitario en el Universo. Valor numérico 60. Sesenta letras tienen la bendición de los sacerdotes. Debemos cambiar la imagen de nosotros mismos, aceptar nuestra dualidad. Saber que tenemos tanto virtudes como defectos para empezar a actuar con naturalidad y espontaneidad. A través de esa espontaneidad podremos liberarnos de las trabas y ataduras de la mente y liberarnos de los

miedos. Este sendero es también la prueba del Guardián del Umbral por la que todo iniciado tiene que pasar, lo que llamaríamos las tentaciones tales como: “no puedo, no sirvo…” y reconocer que con el fuego de la antorcha de nuestra alma podemos vencer todos los obstáculos. Es la vía de conexión entre el subconsciente o mundo de las imágenes de Yesod con la conciencia despierta de Tiferet. La plataforma de llegada al mundo de la belleza, al arte, la riqueza, la curación y la creatividad. Desde aquí se distribuye la energía a los demás senderos y esferas o sephirot. Este sendero tiene el poder de neutralizar y purificar a los elementos. La Letra Samej, al estar en el pilar central, se convierte es el tronco del Árbol de la Vida, el camino que debemos seguir; es la alianza de nuestro ser superior con los fundamentos. Nos libera de los apegos y pasiones; nos permite salir de la rueda de las reencarnaciones. A través de la conexión con la conciencia despierta de Tiferet, la conexión con el Alma y el espíritu que nos dan conciencia de la eternidad. Nos libera de los canales del sufrimiento y las carencias, dándonos la luz que nos atrae abundancia y vierte la luz del amor y la misericordia sobre el subconsciente, liberándolo de todo lo que nos impide lograr la paz, la armonía, la salud y la buena economía. Nos ayuda a llenarnos de salud, confianza en la divina presencia, realizando pactos o acuerdos y superando las calamidades. Si queremos ver el corazón, la parte buena de las personas, veremos los puntos de contacto, lo que nos une a ellas, mas que los puntos de divisió n. En el centro de Samej se forma la figura de la Vessica Piscis, forma de cabeza y boca, generadora de vida, renovadora. D-os padre y madre, unidad de conciencia, círculos expansivos, la llama de D-os, puertas dimensionales. Aumenta la vibración, purifica las partículas negativas y despierta las partículas diamantinas. Samej es el circulo infinito, desarrolla la fe, la Torá. Comienzo y fin; percibimos la unidad. ¿Qué es lo que ocurre entre la conciencia y el subconsciente, Tiferet y Yesod? En este sendero podemos realizar la conexión con el Santo Ángel Guardián.

Aquí la tradición cabalística ubica un sephira invisible llamado Paroketh. Representa el enlace entre la personalidad y el alma, entre los triángulos inferior e intermedio del Árbol de la Vida. Consiste en dejar los cinco sentidos para dirigir la mirada hacia adentro y encontrar las percepciones del alma m ás allá de la personalidad. El Sol tiene que iluminar a la Luna; eso significa que la intuición gobernará e iluminará las imágenes del subconsciente, estableciendo una distinción entre clarividencia y videncia. Sólo la primera puede ser considerada verdadera. La segunda quedará condicionada por las imágenes de Yesod que pueden proyectarse y reflejarse en la atmósfera astral. La mente de muchas personas les hace sentir la necesidad de atrapar a otras y confunden el amor con la sexualidad, la atracción física, las pasiones, creándose un vínculo engañoso que luego les lleva a la depresión, la ruptura, al enganche emocional y mental, pues solo ven una atracción física y sexual. Con la letra Samej podremos discernir si nos sentimos unidos a esa persona o sólo buscamos una satisfacción personal o un reconocimiento. Ejercicio: La repetición de la letra Samej nos permitirá abrir la puerta dimensional para conectar con nuestra conciencia superior, el santo ángel guardián, o ser superior. A partir de la pronunciación de Samej podremos luego entrar en meditaciones más profundas hacia nuestro interior puesto que es como una puerta o interruptor de conexión.

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Letra Shin

L a letra Shin se halla en el sendero que une Hod y Maljut. Shin significa diente, y los dientes simbolizan la renovación, el cambio. Como el que ocurre en la infancia cuando cambiamos los dientes y en la ancianidad cuando se pierden. Es una de las 3 letras madres junto a la Aleph y la Mem. Los dientes dentro de la boca permiten también articular los sonidos y transmitir un lenguaje. A una persona sin dentadura es difícil entender lo que dice. Podemos imaginar que esta letra es una mandíbula de la que surgen tres dientes. El Sepher Yetzirah lo relaciona con el elemento fuego. La forma de la letra imita a tres llamas de fuego que ascienden hacia el cielo. También define al fuego como sibilante, es decir que emite un silbido. La llama eterna. Valor numérico 300. Hay pues una relación entre el número 3 y la forma de la letra. La letra Shin representa el elemento fuego. El fuego quema, disuelve todos los elementos de la materia. Es una energía purificadora. A través de la palabra y la comunicación celestes, los mantras o palabras sagradas nos permitirán percibir los mundos divinos. La letra Shin provoca un poderoso sonido al pronunciarla. Es el pasaporte para comenzar a caminar por el Universo. Todas las letras de la Kábbalah deben despertar en nosotros. Shin, el fuego, despierta todas las letras dormidas que tenemos en nuestro interior ya que son códigos que

llevamos desde el principio. La letra Shin representa el elemento fuego. El fuego quema, disuelve todos los elementos de la materia, es una energía purificadora. La letra Shin nos invita a renovarnos, a renovar nuestros conceptos mentales. Hay conceptos que quedan anticuados. Efectivamente, la mente en Hod trata de entender el mundo material de Maljut a través de las ideas y conceptos expresados en el lenguaje. La mente crea un concepto o idea: silla, mesa, coche, casa, etc. Este sirve para que las personas se comuniquen unas con otras, pero también puede ocurrir que el concepto nos limite la comprensión dado que no nos servirá para entender las verdades del espíritu. Representa de qué manera nuestra mente percibe la realidad de Maljut a través del mundo de los sentidos. La mente en Hod define los objetos del mundo material en forma de conceptos. Los términos y nombres definen a cada objeto o persona. A partir de ahí creamos idiomas y lenguajes para entendernos. Pero, a la vez, el lenguaje puede suponer una limitación cuando identificamos las palabras con ideas o conceptos ya conocidos. El concepto no significa que lo que cada persona perciba sea lo real. Cada persona tiene una forma de pensar diferente. Aquella frase que dice “cada cual tiene su verdad” es una falacia, una falsedad, puesto que no hay muchas verdades sino una sola verdad; lo que hay son diferentes formas de percibir esa única realidad. Este sendero representa como la mente puede actuar en el mundo físico. La mente actúa a través del juicio, ya que nuestra mente elabora juicios, conceptos de la información que hay en el mundo de la materia. Los juicios y conceptos que elaboramos nos ayudan a poner un orden y a elaborar un lenguaje mediante el cual podamos entendernos, pero por otra parte es una limitación, ya que si nos convertimos en esclavos de nuestros conceptos. La mente puede ser un freno, limitándonos a nuestro mundo sensorial. Nuestros limitados sentidos, aunque nos comunican con el mundo material, nos impiden percibir lo que hay más allá. Es el “encajonamiento” de la mente dentro de sus estructuras y conceptos. La mente en Hod es, por naturaleza, dual. Compara una cosa con otra. La antítesis frente a la tesis con el propósito de hallar la comprensión en la

síntesis. Ese también es el significado de las tres líneas verticales de la Shin, unidas en su parte inferior por un trazo horizontal. Esa dualidad es necesaria para discernir y llegar a la comprensión de la verdad. La línea central de la Shin significará esa comprensión. Shin nos instruye la mente para que aprendamos a transformar los pensamientos del intelecto, para comprender al mundo. Como está asociada al fuego revela la naturaleza de D-os. Nos ayuda a comprender lo que hemos hablado y aprendido sin haber usado el corazón. Dejamos atrás los viejos juicios equivocados. Ejercicio: Al pronunciar la letra Shin repetidas veces la zona del cuerpo que notemos nos indicará que hay algo que no somos capaces de entender o asimilar. Algo que no podemos captar el por qué. La práctica con la letra nos dará ideas que nos permitan comprender ese por qué. El fuego sagrado que emite la Shin disuelve la ignorancia ya que nos llena de luz que nos permite comprender las cosas.

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Letra Tau

L a letra Tau se ubica en el Sendero 32 que une Maljut y Yesod. Significa: “señal, cruz, límite y materia”. Señal para marcar el límite de la creación, pero al mismo tiempo es un regreso, puesto que representa al sendero a través del cual podemos regresar a la unidad. En la Kábbalah se considera el sendero de la muerte, ya que al nacer con un cuerpo físico estamos muriendo en el mundo del espíritu, al cerrar nuestro acceso a él. Al morir nacemos otra vez en ese mundo. El Sepher Yetzirah la define como poder y servidumbre pues ocupa el sendero situado entre Yesod, la Luna y Maljut, la Tierra; se relaciona con el poder que la primera ejerce sobre la segunda, algo que notamos en la influencia lunar sobre las mareas, el crecimiento de las plantas y nuestros estados de ánimo. Su valor numérico es 400. Cuatrocientos fueron los años del exilio en Egipto. Torá, empieza con Tau y la palabra muerte en hebreo termina con Tau. La Torá nos ayudará a trascender la muerte. Esta letra se forma con dos trazos. En el primero con una línea ascendente vertical que gira y termina en una línea superior horizontal con lo que este primer trazo es igual que el de la letra Dalet, que significa puerta. La segunda es un trazo vertical hacia abajo que termina en una zona gruesa, como si estuviera enraizándose en la tierra. De ahí que se traduzca como firma o sello del Creador. Es pues una puerta (Dalet) que ha sido cerrada, dado que al llegar a Maljut (debido a los cinco sentidos) percibimos el mundo que nos

rodea, pero se cierra la percepción a los mundos sutiles. Es como una valla, un límite del que no se puede salir. La marca o signo de la cruz es símbolo de separación en el espacio, delimitando los cuatro puntos cardinales. El valor numérico de Tau refleja esa esencia cuaternaria: 4 x 100 = 400. La letra Tau se traduce como señal, límite. Es la última letra y es el sendero de la muerte, porque representa que nosotros debemos morir en los sentidos para poder nacer en otra dimensión. La conciencia necesita abstraerse completamente de la influencia de los sentidos para poder entrar en los mundos de luz. La letra Tau corresponde a un límite, al final de una etapa. Es el sello divino, la letra que puede liberarnos de los tapones energéticos que impiden que conectemos los sentidos externos y los sentidos internos extrasensoriales. A causa de no hacer correcto uso de los elementos y de las leyes superiores, generamos energías destructivas creadas por pensamientos y emociones negativas: dolor, frustración, miedo, tristeza, odio, ira, desencantos, abandonos y celos. Tenemos falta de información porque nadie nos enseña que de todo lo que nos ocurre podemos extraer una enseñanza. El universo es pedagógico; todo tiene una parte positiva, aunque a veces sólo sepamos ver la negativa. El sendero entre Maljut y Yesod, con la letra Tau, nos abre la conexión con la gran Fuente, para que derrame las bendiciones y purifique este pozo de sufrimiento. Por eso a este sendero se le llama “la puerta de la muerte” porque si no se purifica produce caos y sufrimiento. En términos psicológicos las imágenes de nuestro subconsciente ejercen un gran poder sobre el cuerpo físico y nuestra vida material. Este sendero une la tierra con la luna, la parte consciente con la subconsciente, la vigilia y el sueño. Todo lo que hacemos durante el día se refleja por la noche en el mundo de los sueños. Dependiendo de lo que soñemos así será nuestro estado de ánimo al despertar. A nivel espiritual significa el trabajo de “muerte” que tenemos que realizar,

es decir, el trabajo de muerte del ego, de las ilusiones de los sentidos. En el sendero Tau en el que aparecen los 4 elementos tenemos que abstraernos de las ilusiones de los sentidos y ser capaces de conectar con las imágenes de nuestro subconsciente. Cada letra y cada sephirot nos sirve para purificar o transformar estados mentales o emocionales negativos, así como despertar nuevas capacidades. Tau nos ayuda a liberarnos de las preocupaciones por cuestiones materiales como la economía, por ejemplo, y nos despierta el desapego y la aceptación de los fenómenos que no pueden explicarse racionalmente. Necesitamos adquirir conciencia de todas nuestras experiencias materiales ya que nos encontramos en el sendero que une Maljut con Yesod. Adquirir la perfección en la materia se representa simbólicamente por una cruz dentro de un círculo. La cruz indica los cuatro puntos cardinales y el círculo la perfección. El círculo representa la conciencia, el mundo del espíritu, y la cruz el mundo material. Esa es la forma geométrica que encontramos también cuando meditamos en el templo de Maljut. Un templo de granito cuadrado con piedras preciosas incrustadas, rodeado por un círculo. La imagen mágica que aparece en su entrada es la de una novia coronada y sentada. En este sendero que une consciente con subconsciente, la vigilia con el sueño, podemos atraer bendiciones y purificarnos para no atraer eventos de destino desagradables. Tau es la llave que abre esta puerta para que recibamos la luz y la purificación de los sentidos. Así puede descender a través del canal central del Árbol de la Vida, la divinidad a nuestra alma. Tau es la última letra del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra “T”. Pero es también una señal o signo, un símbolo que se asoció a partir de Jesús con la cruz. San Francisco profesaba una profunda devoción al signo Tau del que habla expresamente el profeta Ezequiel (9,3-6) y al que se refiere implícitamente el Apocalipsis (7,2-4). Con ella firmaba cartas y marcaba paredes, y sanaba heridas y enfermedades. Para el santo, la Tau, como la cruz cristiana, era

signo de conversión y de penitencia, de elección y de protección por parte de D-os, de redención y de salvación en Cristo. Ezequiel 9,3-6: «Yahveh llamó entonces al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escribano a la cintura, y le dijo: “Recorre la ciudad de Jerusalén, y marca una tau en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se hacen en ella”. Apocalipsis 7,2-4: «Luego vi a otro ángel que subía del Oriente y tenía el sello de D-os vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro ángeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar: “No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro D-os”. Y oí el número de los marcados con el sello: 144.000 sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel» (Cf. Ap 9,4). En la traducción griega de las escrituras hebreas (la cual llaman los cristianos “Viejo Testamento”) la Tau se escribía como una “T”. Es el sello sagrado que purifica el subconsciente, y así nos llegan nuevas ideas y conocimientos, además de otra clase de sentimientos que nos permiten modificar la vida en Maljut, la Tierra. Naturalmente, para los cristianos, la “T” vino a representar la cruz de Cristo como el cumplimiento de las promesas del Viejo Testamento. La cruz, como figura de la última letra del alfabeto hebreo, representaba los medios por los cuales Cristo transformaba la desobediencia del “viejo Adán” en la figura de nuestro Salvador como el “nuevo Adán”. Los franciscanos la asumieron como un símbolo de la crucifixión con los brazos abiertos. La letra Tau nos ayuda a desprendernos de todo aquello que nos ata, la percepción equivocada o falseada de la verdad. Todo lo que nos ata a los sentidos, ayudándonos a desprendernos a los apegos, al dinero (prueba de tierra), a la ira y violencia (prueba de fuego). Desprendernos de nuestras trabas o apegos emocionales (prueba de agua) y desprendernos de nuestros pensamientos y sensación de inseguridad (prueba de aire). El hebreo y sus letras no solo muestran la belleza de su forma. También contienen profundos significados en la forma de cada una de sus letras, así

como en la combinación de estas formando palabras. Cada letra tiene además un valor numérico y este ayuda a los cabalistas a realizar valiosas interpretaciones. Ejercicio: Al pronunciar la letra Tau repetidas veces (al mismo tiempo que la imaginamos) podremos reconocer qué parte de nuestro cuerpo sentimos en especial. Esa respuesta nos muestra las preocupaciones que nos hacen perder la fe. ¿Qué nos preocupa en este momento? ¿Hemos perdido la confianza en que las cosas se resuelvan favorablemente? ¿Quizá no sabemos ver el lado positivo de una situación? Si sentimos la cabeza, indica una preocupación mental. Si la sensación fuera en el pecho, una preocupación emocional, o estado de ansiedad. Si es en las manos o pies puede indicar la preocupación hacia algo que tenemos que realizar.

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Letra Teth

L a letra Teth se halla en el sendero de Jesed a Geburá. Es la única letra abierta por arriba. Es el lugar donde uno se encierra para poder abrirse a instancias superiores. Significa serpiente. La serpiente tiene una simbología dual. Por una parte representa una tentación, pero también significa sabiduría. La forma de la letra recuerda a una serpiente que se muerde la cola, s ímbolo del tiempo. El tiempo es cíclico, todo regresa. Toda acción origina una consecuencia que llegará a nosotros tarde o temprano. Nos conduce de regreso hacia la perfección. La forma de la letra Teth simboliza la unión de la novia y el novio, lo femenino y lo masculino, consumada en la concepción. Cuando se unen se forma un escudo de protección. El secreto de la Teth (que equivale numéricamente a nueve, los nueve meses del embarazo), es el poder de la madre de llevar oculto en su interior el feto durante el periodo de embarazo. El embarazo es el poder de llevar lo potencial a lo real. “Y D-os vio que la luz era buena”. La Teth, en su forma, posee el poder de unir los mundos (de arriba y abajo, “cielos y tierra”). Es estar dentro y fuera del mundo al mismo tiempo. Viviendo en la sociedad, pero también siendo consciente de nuestra unión con el espíritu. A través de la devoción toda la realidad se impregna de bondad y belleza. Somos capaces de percibirla en todas las cosas. Indica también misterio, lo insondable, ocultación, conservación y

renovación. Indica resistencia y protección porque aparece como abrigo y refugio. Representa la culminación y regeneración de la existencia. Significa un asilo. Un refugio que el hombre se proporciona para protegerse de los peligros exteriores e interiores que lo acechan. El Sepher Yetzirah relaciona la letra Teth con el sentido del gusto y con el signo del Leo en el Universo. Valor numérico 9. Tov significa buen, es la unión del novio y de la novia en la concepción del feto. El embarazo, potencial real, revelación. Introversión, el bien oculto. La letra hebrea Teth significa serpiente, boa protectora, así como sabiduría, reflexión y prudencia. Es la fuerza que da la sabiduría, ya que cuando alguien está convencido de algo, está en posesión de la verdad, eso le da un gran poder de convicción. Si está segura que lo que hace está bien, obtendrá una gran energía interior para transmitir su sabiduría. Casi sin necesidad de hablar podrá convencer porque transmitirá esa seguridad y confianza. Eso se llama fe. Tanto fe en uno mismo como Fe en D-os. La letra Teth nos ayudará a juzgar correctamente, a diferenciar la verdad de la mentira. Equilibra la misericordia con la severidad y nos hace conscientes de que todo lo que hacemos regresa. Como la serpiente que se muerde la cola, el tiempo cíclico, se asocia con el karma, la causa y efecto. Cuando modificamos las causas, modificaremos los efectos. Sendero importante, pues nos permite comprender cómo funcionan las dos columnas del Árbol de la Vida y darnos el conocimiento para rectificar nuestro destino (o Tikun). Nos invita a la búsqueda interior para observar nuestras heridas y errores, para resolverlos con la ley divina, a través del servicio; dando a los demás, con misericordia, reparamos los errores. Es el sendero que nos permite, con la colaboración celeste, realizar un cambio; por eso mira hacia arriba. Tenemos dentro de nosotros una conciencia de justicia que nos enseña a saber lo que está bien y lo que está mal, pero debemos escucharla; tiene la sabiduría y conciencia para borrar los errores cometidos por la ignorancia. Hay personas que no escuchan a su propia justicia, se ciegan y actúan según sus falsas ilusiones u obsesiones, para lograr si o sí, lo que quieren, sin tener presente las causas que crean y

que perjudican al prójimo. Como ejemplos: bandas organizadas que tratan de imponer su dominio a través del miedo, gente que crea falsas ilusiones, grupos de estafadores o ladrones, gente que ocupa las casas de los demás sin consentimiento de sus dueños, explotadores de mujeres y niños. La justicia interna intenta avisar, para que cambien el comportamiento, de que esos caminos no conducen a nada bueno. Teth es una letra que tiene el poder restaurador para cambiar esta actitud por justicia, bondad, misericordia, valor, voluntad, para controlar todos los actos. Cuando meditemos en esta letra, la parte del cuerpo que notemos nos indicará dónde tenemos un desequilibrio, algo que no queremos reconocer y nos estamos engañando a nosotros mismos. No haber resuelto los conflictos emocionales. Sentirse derrotado. Negarse a ver lo bueno. Teth nos permitirá volver a encontrarnos con nuestra propia identidad. —•—

Letra Tsade

T sade se halla en el sendero que une Netzaj y Yesod.

Se traduce como lanza o anzuelo. Tiene que ver con atrapar, pescar algo. La forma de Tsade se parece más a Aleph que cualquier otra letra. Las veintidós letras del alfabeto se asocian de dos en dos, formando once “formas compañeras”. Algunas se asemejan más a la otrsa, como se enseña en Kábbalah. Es “amiga” de la alef, el Maestro del Universo, es la tsade, “el justo” sobre el cual el mundo se sostiene. La forma de la letra es una Iod insertada en la parte superior de una nun reclinada. La letra n°18 se llama “Tsade”, pero se la nombra comúnmente “Tzadik”. El motivo del cambio es por ser la “Qof” la letra siguiente a esta y es como si la escribiéramos. Pero también nos da lugar a llamarla así ya que el Talmud las compara a la persona Tzadik, justa. Con respecto a D-os, está escrito que él es Tzadik y perfecto. Con el término “Tzadik” se puede calificar a aquella persona que procura y acciona acorde a la voluntad divina. Son rectos, justos y bondadosos al máximo de sus posibilidades. Así como D-os protege y mantiene también a la persona “Tzadik”, protege y sostiene al mundo con sus actos positivos. Para ello vimos que Noé, Abraham, Isaac, Jacob, y José, fueron llamados “Tzadikim”. Es un término equivalente a maestros espirituales. También comienza con esta letra la palabra Tzedaká, que significa dar. Cuando das recibes la luz y la bendición para uno y para los demás. Predicar

con el ejemplo y enseñar a sublimar los sentidos para vivir la experiencia divina. Acceder a un nivel de conciencia más alto. Enseñar a despertar la conciencia, cambiar las bajas emociones por amor. Convertirnos en fundamentos superiores a través de esta llave llamada Tzaddi que nos conecta con la justicia divina y nos unifica al mundo paralelo. Nos desarrolla la humildad, la gracia divina y el don de servicio humanitario. Nos enseña moralidad y a conectar con el plan divino. Nos permite convertirnos en seres rectos, flexibles, amorosos, generosos y caritativos. Es la letra de la salida de emergencia para acceder a los horizontes que la vida nos propone. Es el anzuelo que echamos en las profundidades para entrar en relación con nuestra sombra y conducirla a la luz. La forma de la letra, parecida a una Y griega, muestra un doble camino, hacia la izquierda y hacia la derecha. Nos dará discernimiento para saber distinguir lo correcto de lo incorrecto. La meditación es también un sistema para «pescar información». Indica un tipo de enganche, atrapar alguna cosa. Es la habilidad de cazar con la finalidad de redimir y elevar las chispas caídas de la ruptura de los recipientes. Cazando los recipientes caídos y rotos del mundo del caos. Las chispas redimidas sirven para elevar la conciencia del alma a niveles más elevados aún de percepción Divina. Cuando no encontramos salida a una situación la letra Tsade nos dará inspiración para encontrar el camino o la respuesta. Tiene sus correspondientes en la letra Ts o en la Z, en el número 90, en el color violeta. Este sendero nos permite limpiar el subconsciente al aprender a dar, a ser generosos. Dar tiempo a quien lo necesita, dulzura a quien tiene amargura, caridad a quien no tiene y enseñar al que no sabe como alcanzar la paz y la felicidad. A Yesod llegan los pensamientos de Hod pero también las emociones de Netzá, a través de este sendero. Cuando nos sentimos bien o nos sentimos mal es porque este sendero está en armonía o en distorsión. Cuando recordamos algo en Yesod, nuestra memoria está asociada siempre tanto a pensamientos como a emociones. Por ello, una emoción distorsionada puede generar un trauma en Yesod. La comprensión de la mente nos permitiría curarlo.

Atraemos a nuestra vida a las personas que están pasando el mismo tipo de situaciones emocionales. Las almas se conectan entre sí. Es habitual que una persona en trance de separación conozca a otras personas en la misma situación o que alguien que ha perdido un ser querido por una enfermedad haga lo mismo con otros enfermos. Este sendero se relaciona con la forma en que vivimos emocionalmente las experiencias de la vida. Nos gusta o no nos gusta. Hay placer o dolor. Es agradable o desagradable. A veces para no vivir una situación desagradable nos callamos, nos encerramos en sí mismos y de esta manera perdemos la espontaneidad y el afecto. Podemos salir de estos bloqueos a través del amor. El afecto, el cariño, el amor pueden poco a poco sanarnos de esta incomunicación emocional. En realidad estos conflictos se crean cuando la persona no se siente querida, cuando hay falta de afecto y amor. El subconsciente, a través de los sueños, trata de avisarnos o explicarnos lo que sucede en ese mundo emocional (producto de todas nuestras experiencias vividas). Cuando no se vuelven conscientes, el sueño se repetirá en diversas ocasiones. Esto es un mensaje que nuestro subconsciente nos quiere transmitir. Las imágenes de los sueños reflejan nuestro subconsciente como la Luna reflejará su imagen en el agua. Es nuestro mundo emocional en el que están grabados (en el subconsciente) los traumas y complejos, nuestros miedos profundos y los bloqueos emocionales. En sentido ascendente este sendero significa el trabajo de liberación o evaporación de nuestros conflictos, que se consigue a través del amor, que es el que encontraremos en Netzaj. Ejercicio: Al pronunciar repetidas veces esta letra el cuerpo nos reflejará aquellas partes de nuestra vida en las que no confiamos. Nuestras dudas y falta de fe. Aquello que no sabemos cómo resolver. Tsade nos dará la inspiración necesaria para encontrar soluciones.

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Letra Vau

O cupa el sendero que une Jokmá con Jesed, la sabiduría con la misericordia. Para que nuestras ideas puedan ser entendidas necesitan un tiempo y un espacio en donde poder manifestarse y quedar concretadas. Es lo que aparecerá en este sendero. Vau significa el “gancho” que sostiene las cortinas del tabernáculo. Dichas cortinas sirven para mostrar y ocultar el altar. También significa fuerza de atracción y unión. El elemento que une dos partes separadas. Es una letra copulativa que permite en el hebrero unir frases y oraciones. Equivalente a la “o” de nuestro alfabeto. En el nombre divino Iod, He, Vau. He. Iod representa al Padre, punto de partida de la voluntad divina y Vau que parece una Iod alargada representa al hijo que ha emanado del Padre. El significado de esta letra será siempre el de unión. Estaremos siempre unidos a nuestro Padre celestial, al creador de Jokmá. La forma de la letra es como una cabeza en su parte superior y un tronco en la inferior. En el sagrado nombre del Tetragrámaton Vau está en medio de dos He que representan la palabra escuchada y la transmitida. La forma de la letra Vau es una línea vertical con una letra Iod en la parte superior, por lo cual hablaríamos de un mundo superior y otro inferior unido por un rayo de luz. El palo vertical es una emanación desprendida de la Iod. De ahí la idea de unir dos partes separadas. Es la luz que combate las tinieblas. La que une el alma individual con el resto de almas.

El sendero es llamado la inteligencia transparente, porque se ven las cosas tal y como son. La forma no esconde la imagen luminosa del creador. Es la visión del conocimiento espiritual muy superior a la intuición y la clarividencia. Une nuestra esencia con la esencia de Jokmá. El Sepher Yetzirah la relaciona con el pensamiento y con el signo de Tauro en el Universo. Valor numérico 6. El número 6 es la combinación de dos triángulos, como el cielo y la tierra, lo exterior con lo interior, el agua y el fuego, etc. Es un número que une dos partes separadas. La letra Vau nos ayuda a eliminar completamente los conceptos del tiempo y el espacio. Aceptar que la presencia divina es un eterno presente. Pensamos que las cosas necesitan mucho tiempo para lograrse, pero esto es relativo. Con la fe en D-os podemos conseguir que sea aquí y ahora. Ayuda a alcanzar la libertad al superar las dudas y limitaciones. La sabiduría de Jokmá desciende a través de la misericordia; en este sendero conectamos con nuestro maestro interno y con los grandes sabios y justos, los Tzadik. Se rompen las tradiciones creadas por las instituciones políticas, sociales y religiosas que nos confunden, para recibir revelaciones verdaderas. El amor de Jesed se conecta con todas las plataformas de conocimiento. Nos enseña a conectarnos y a usar el conocimiento de las leyes supremas que pueden anular los viejos programas. Vau, nos da la luz correctora que neutraliza el mal uso de la energía. Este instrumento de luz reparadora corrige el Tikun. Nos crea un puente de unión con los sabios. Ejercicio: Al repetir la letra Vau podemos notar en alguna zona del cuerpo una sensación especial como calor, frío, hormigueos, dolor, etc. En esos casos la letra sacará a la luz todas las programaciones o patrones que hemos creado con el tiempo que pueden determinar nuestro futuro. Por ejemplo, ¿qué considero que tiene que ocurrir forzosamente? ¿Qué creo que no puedo cambiar? Gracias a la luz de la letra Vau se despertará nuestro entendimiento, que nada está determinado y que, tomando conciencia de esos patrones, podemos liberarnos de ellos y variar el destino. Establecemos un nuevo gancho de conexión, pero ahora con la luz de Jokmá.

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Letra Zain

S ituada en el sendero que une Biná con Tiferet. El entendimiento con la conciencia. Entender la belleza y el sentido de que todo lo que ocurre es perfecto. Zain significa “flecha” que parte hacia su objetivo, arma o espada. También discernimiento y memoria. Es el paso a otra dimensión ya que la anterior ha finalizado. Toda creación debe ser el fundamento de otra nueva y así sucesivamente. A través de nuestra descendencia y del árbol genealógico de la familia se heredan una serie de características. En nuestras células queda grabada la memoria de nuestros antepasados. El sendero corresponde a la dura prueba de vernos tal como somos realmente y no como imaginamos que somos. Todos tenemos una imagen equivocada de nosotros mismos y tenemos que ser sinceros para reconocer todos nuestros errores. En Biná se hallan los registros akásicos, donde todo queda grabado y podemos saber quiénes somos realmente. El ain está considerado además un signo del vacío y de la nada, como el no-temporal, el no-personal que merced a la combinación de sus letras se transforma de AYIN en ANI (yo en hebreo) que es la afirmación de la personalidad. Al salir de Biná hacia la manifestación encontramos nuestra individualidad, que nos permite vivir experiencias propias, pero que nos aleja de la unidad. Cuando nos damos cuenta que deseamos dejar de sufrir buscamos salir de la dualidad para regresar a la unidad original. De ahí que Adán y Eva son expulsados del

paraíso por un ángel, mediante una espada. Deberemos pasar por la gran muerte para pasar de la identificación del ego, del yo individual a la conciencia cósmica universal. El AYIN se transforma en la Torá en ANOHI, que es la manifestación plena de la divinidad: «Yo soy el eterno». Por ello la flecha de Zain significa el discernimiento de diferenciar el bien del mal y la necesidad de perdonar a los demás y a nosotros mismos por nuestros errores, para que podamos pasar del sufrimiento y las tinieblas a la vida y la felicidad, al entendimiento de Biná. Aquí es donde podremos alcanzar el perdón divino y borrar el sufrimiento existente en nuestros archivos akásicos. Todo aquello que amamos nos lleva a la unidad, y todo lo que no amamos nos separa de la unidad. Tiene que ver con el coito como manera de atraer a la vida a una nueva alma, y la comprensión que vivimos en un mundo de dualidad que tenemos que trascender. Nos conecta con los antepasados, tomar conciencia; recibir la realeza divina. La unión con la fuente, con la vida, que no es la materia, sino el espíritu. El poder divino de la fe, que está más allá de la muerte, de la familia, religión, creencias. Es la conexión con lo inmortal, Reconocemos que somos mucho más de lo que creen los demás. Nuestro propósito es entenderlo y ayudar a otros a lograr sus propósitos. No somos lo que nos hicieron creer. Debemos superar las creencias y conceptos que nos colocaron. Enseñamos lo que nos enseñaron, pero todo eso no es la realidad. Zain nos ayuda a discernir y encontrar al Ser. Noa ayuda a reconocer la verdad de que somos todos uno; una conciencia colectiva. Este sendero, al dirigirse a Tiferet, nos lleva al corazón, y ahí podemos desprendernos de las falsas verdades. Zain es el poder del libre albedrío. Podemos elegir actuar por nuestra voluntad o elegir a las fuerzas supremas para que dirijan nuestra vida y nos ayuden a vencer obstáculos. A través de la palabra y la ley suprema, representada por la espada o puñal de la Zain, desarrollamos el poder de la voluntad que genera el movimiento en el universo. El poder que regula la creación de la belleza de Tiferet. Separa la luz de la oscuridad. Activa el vehículo Merkabá; todo lo que existe pertenece a esta espada de D-os, pues todos nacimos del poder de la palabra y del nombre de D-os. Todos nacimos de la misma fuente y todo lo que vemos son fragmentos separados del todo. Debemos regresar a esa unidad, como una

gran familia. La forma de la letra Zain es similar a la Vau pero con algo parecido a una corona en la parte superior. Una “vav” cuya cabeza se extiende en ambas direcciones y por eso aparenta una corona. El cetro de un rey. Como saeta es un arma que se clava o una espada reluciente del querubín. Signo de ls realeza, el triunfo y del sacerdocio. Señala la tendencia, el esfuerzo dirigido a un fin determinado. Como símbolo jeroglífico se interpreta como un silbido, o un sonido que hace la saeta al lanzarse. Se aplica a todo sonido que penetra el aire y en él se refleja. Está representado por una flecha arrojadiza. El ángel del paraíso, con su espada, impide entrar al que no es digno. Una vez purificadas todas las influencias negativas de nuestros antepasados llegamos a descubrir quienes somos nosotros en realidad. El Sepher Yetzirah la asocia con el sentido del olfato y con el signo de Géminis en el Universo. Valor numérico 7. El siete aparece en Siete lámparas de la Menorá; siete categorías de almas judías. Siete pastores de Israel: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón, David y Salomón. Los siete días de la creación, los siete sonidos musicales, los siete colores del arco iris, etc. Ejercicio: Meditar con la letra Zain nos libera del sentimiento de que los demás nos hacen daño, de la sensación que todo el mundo está en nuestra contra. Cuando sintamos palpitaciones en el corazón, repetir el nombre de la letra revelará que sentimos miedo o que nos sentimos amenazados por algo o alguien. Zain nos traerá el poder de la luz. Tiene el poder de traernos la alegría y de eliminar los sufrimientos. Nos ayuda a vencer las sugestiones y las impresiones causadas por los demás. Nos liberará de los recuerdos negativos.

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Los 72 Nombres de D-OS

E l hijo de Samuel, es decir, el nieto de Jaim Vital, recuperó años más tarde

algunos textos más de las tumbas de Isaac Luria y Jaim Vital. Unos textos que hablaban acerca del uso de los nombres de D-os. Decían lo siguiente: El número 72 se repite con insólita existencia en los textos místicos y merece, por tanto, un comentario. Existen los llamados 72 nombres de D-os que están relacionados con los 72 escalones de la escalera del sueño de Jacob. Si sumamos las letras del sagrado nombre I H V H Iod

=

10.

Iod

+

He

=

Iod

+

He

+

Vau

=

Iod Total

+

He

+

Vau

+

15. 21. He

=

26. 72.

Hesed suma también este número. He (8) + Sameck (60) + Daleth (4) El sanhedrín estaba formado por 72 ancianos; 72 personas acompañaron al hijo de Isaac a Egipto. Según la tradición Jesús, además de los 12 apóstoles, tenía 72 discípulos. Eliseo, sucesor de Elías, resucitó al hijo de la sunamita grabando en su cadáver los 72 nombres sagrados y también se cita a los 72 genios de la Kábbalah que presiden la esfera celestial (5 x 72 = 360). Los 72 nombres de D-os se forman a partir de las combinaciones de tres letras existentes en los versículos 19, 20 y 21 del capítulo 14 del Éxodo, que tienen cada uno un total de 72 letras. En resumen, la Torá es realmente un extraordinario documento cifrado, donde cada letra, signo detalle o “error ortográfico” es una pieza precisa de un mecanismo divino. A partir de los nombres de D-os añadiendo vocales entre las tres consonantes se pueden formar los nombres de los diferentes ángeles como Wehuyah, Yeliel, Sytael, etc. etc. Y el párrafo correspondiente

del Éxodo nos detalla las características de cada uno de ellos. Al meditar con los nombres de D-os y con las letras hebreas se produce un cambio mágico en el interior. Las letras tienen un sonido que al emitirlo como mantra despierta las chispas divinas capaces de transformar o restaurar el Tikun. Restaurar todo lo destruido y conectar el mundo humano con los mundos superiores. En este punto el hijo de Samuel decidió volver a guardar dichos textos considerando que esto que estaba leyendo representaba un potencial tan grande para la persona que existía el peligro que fueran usados equivocadamente. Desde entonces estos textos, el contenido íntegro de ese manuscrito, el libro “Siete puertas para la eternidad” jamás ha sido publicado. Sigue conservándose en las tumbas de Safed las cuales son visitadas por numerosas personas con gran fervor religioso desconociendo la mayoría los secretos que contienen. —•—

Epílogo

D urante la redacción del presente libro consultamos numerosas fuentes en busca de imágenes del gran rabí Isaac Luria. Sin embargo, a pesar de buscar intensamente no conseguimos encontrar ninguna imagen del mismo. Posiblemente si se conservara alguna es probable que hubiera sido destruida en los terremotos que asolaron la ciudad de Safed y destruyeron algunas sinagogas, o incluso en los conflictos políticos ocurridos en la historia de Israel.

Sin embargo, en los instantes finales de redacción del libro conseguimos encontrar un dibujo de perfil del Ari. Esta imagen nos resultó familiar. Después de reflexionar un rato llegó un recuerdo: el hombre vestido de blanco que doce años atrás nos había dado las primeras instrucciones de la Kábbalah. ¡Era el mismo! Comprendimos que no había sido casualidad tratar sobre Isaac Luria intentando explicar nuestra visión de la Kábbalah aplicada de modo práctico a nuestra vida diaria. —•—

Bibliografía — Annick de Souzenelle El simbolismo del cuerpo humano. Editorial Kier. 1991 — Alejandro Martinez Torra Cartografía de lo que es. Ed.Guinart. 1997 — Paul C. jagot Ciencia oculta y Magia Práctica. Ed. Divulgacion. México. 1971 — Franz Bardon. La cle de la veritable kabbale Alexandre Moryason Editeur. 1.999 — Dion Fortune Kabala Mística. Ed. Kier 1984 — Anónimo Sepher Yetzirah, Ed. Obelisco. 2.002 — Simón ben bar Yojai El Zohar. Versión reducida. Ed. Obelisco 1.996 — Simón ben bar Yojai El Zohar. Obra completa. Editorial Sigal. Argentina. 1.974 — Judith Ebrath Los secretos de la Kábbalah. Fapa Ediciones 1006 — Zev ben Simón Halev La Kábbalah. Ed. Debate 1.986 — Chic Cicero y Sandra Tabatha Crea objetos mágicos. Ed. Martínez Roca 2.002 — Mac Gregor Mathers La Qabalah desvelada. Ed. Humanitas 1.996 — Annick de Souzenelle La letra, camino de vida. Ed. Kier 1.995

— O. Michael Aivanhov Los frutos del Árbol de la Vida. Editorial Prosbeta 2.000 — Eloy Gleuberman Kábbalah. La antigua ciencia mágica de la palabra. Latinoamericana editora. 2.000 — A. D. Grad Para comprender la Kabbala. Luis Carcamo Editores 1.980 — William G. Gray La Kábbalah renovada. Editorial Sirio. 2.002 — Ione Szalay. La Kabalah, historia de una iniciación. Editorial Kier 2.001 — P.J. Hurtak Las claves de Enoch. Academia para la ciencia futura 1.982 — Rafael Alvisa La Kabbalah. Ed. Kier 1997 — Gareth Knight Simbolismo del Árbol de la Vida. Luis Carcomo, editor. 1.980 — Donald Michael Kraig El gran libro de los rituales mágicos. Ed. Martinez Roca. 1.994 — Zev ben Simón Halevi Kabala y psicología. Kairos editores. 1.986 — Pedro de Poitiers (siglo XII) Genealogía Christi. Moleiros Editores. Año 2.000 — Papus La Kabala. Tradición secreta de Occidente. Editorial Humanitas. 1.990 — Hill Parfitt.

El secreto de la Kábbalah. Tikal ediciones. 1.998 —•—

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