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MACHISMO Y MATRIARCADO Raíces Tóxicas que Marchitan la Cultura Latinoamericana

Guía de estudio con preguntas para discusión

Libro de Estudio con Preguntas para Discusión Primera edición, 2013 Segunda edición Copyright © Semilla Editorial “Semillas del Reino para América Lana” Virginia Beach, VA, 2013 www.semilla.org ISBN 978‐0‐9913700‐0‐9 Todos los derechos reservados. Ninguna porción o parte de esta obra puede reproducirse ni guardarse en un sistema de almacenamiento de información, ni transmirse en ninguna forma por algún medio (electrónico, mecánico, de fotocopia, grabación, etc.) sin el permiso previo de los editores. La única excepción es en breves citas en reseñas impresas. Edición, diagramación y diseño: Centro para el Desarrollo de la Familia y Ediciones Rocío Arte de portada: Ministerio Victoria, Cuba Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2013‐10527 Diagramado original: Centro para el Desarrollo de la Familia Lima ‐ Perú www.fundacionfamilia.org [email protected] Impreso en México Orduña ‐ Centro de Impresión Digital Monterrey Enero, 2014

Dedicatoria: A Mamá, quien más que nadie pagó el duro precio para que yo pudiera denunciar estas cosas.

¿Por qué actuamos como lo hacemos? Usted responderá esta pregunta al leer el libro Machismo y matriarcado: Raíces tóxicas que marchitan la cultura lanoamericana, escrito por mi buen amigo José González. El abordaje que hace José en este libro, confronta la cultura, la familia y la hombría. Estoy seguro que se senrá desafiado a cambiar. Tenemos el derecho a escribir una gran historia, y lo podemos lograr. Sé que disfrutará cada página y encontrará respuestas a preguntas existenciales. Gracias, José, por ayudarnos a construir una cultura de paz. Sixto Porras Director de Enfoque a la Familia para el mundo de habla hispana No conozco a otra persona en América Lana que haya tenido tal pasión por ver una transformación cultural y llevarnos nuevamente a tener matrimonios de acuerdo a una cosmovisión cristocéntrica, como lo es José González. Son pocos los que han tratado este tema de raíz, de fondo, y no solo de forma. Soy tesgo de su propio matrimonio con Diana, y todas las enseñanzas de este material no son meras teorías y pensamientos, sino vivencias práccas. Cualquier seminario o enseñanza sobre matrimonio y/o superación personal es incompleto si no incluye una exhausva revisión del tema del machismo y el matriarcado. José lo hace de una manera suprema. Arnold Enns Presidente de COICOM Estoy muy entusiasmado por la publicación de este material escrito por José González. Este libro conene una perspecva que todos los lanoamericanos necesitamos descubrir para comprender el origen de la mayoría de los problemas que afectan nuestras familias. Sin esta compresión, nunca podremos llegar a proponer soluciones socio‐espirituales que restauren los fundamentos de la familia lanoamericana. Aprecio mucho la invesgación que José ha realizado para poner todos estos problemas en contexto social y espiritual que ayudan a que nuestra predicación de los principios bíblicos realmente afecte la cultura y la historia de nuestras naciones. Después de haber tenido la oportunidad de ulizar este material en su formato de conferencias de audio, con diferentes clases de audiencias por más de un año, mi esposa y yo recomendamos totalmente su uso y distribución en toda América Lana. Héctor Ladislao Leiva Director para América Lana y el Caribe Cruzada Estudianl y Profesional para Cristo

ÍNDICE Cap.

Enseñanza

Pág.

Consejos prácticos para el estudio en grupo ....................................................

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Introducción ............................................................................................................

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1

Los orígenes históricos de América Latina y los patrones malsanos que se establecieron en el siglo de la Conquista .............................................

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La Conquista de Las Indias y el mestizaje: fenómeno fundacional de la cultura iberoamericana .............................................................................

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3

Machismo y orfandad ..........................................................................................

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4

El alma del macho ..................................................................................................

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5

Maternidad vs. Matriarcado ................................................................................

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Sexo e idolatría: Silencio, secretos y soledad ....................................................

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Orfandad universal ...............................................................................................

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Orfandad y adopción ...........................................................................................

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Matrimonio de pacto .............................................................................................

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10

El poder transformador del pacto matrimonial .............................................

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Resumen ..................................................................................................................

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Conclusiones ..........................................................................................................

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Oración ...................................................................................................................

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Consejos práccos para el estudio en grupo ·

Orar antes de emprender cada sesión, para preparar nuestros corazones a escuchar de Dios.

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Leer el texto detenidamente, en busca de cuesonamientos o aplicaciones práccas a nuestras vidas.

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Darle amplio espacio al Espíritu Santo de abrir nuestros corazones a su verdad, y dejarlo obrar con libertad, ya que Él sabe cuál es nuestra necesidad individual.

·

Comparr nuestros descubrimientos, cuesonamientos y decisiones, preferiblemente en pareja y, como pareja, en grupo, para ayudar a crear una cultura de transformación en nuestras comunidades de fe que nos permita seguir creciendo en estas cosas más allá de este estudio.

·

Al estudiar estas enseñanzas como pareja, debemos procurar no acusarnos, sino ayudarnos mutuamente a sacar de nuestro ser las consecuencias de nuestra mala crianza y cultura, comprendiéndonos mejor a nosotros mismos, a nuestros ancestros y consortes. Los más grandes beneficiarios serán, sin duda, nuestros herederos.

·

Es importante recordar que los hombres y las mujeres hemos sido creados diferentes, no solo en lo  sico, sino también en la manera en que picamente procesamos la información y nos comunicamos. Estas enseñanzas nos ofrecen una ocasión excelente para aprender a comunicarnos más ínmamente, sin roces, sino con humildad, cada cual pidiendo y ofreciendo ayuda mutua para crecer en Cristo.

·

Estas enseñanzas son progresivas y cumulavas. Muestran los orígenes y sus consecuencias anguas, luego las más recientes y, por úlmo, ofrecen una manera de encarar el problema con la ayuda de Dios. Es importante leer (o escuchar) todos los segmentos para no perder el hilo.

·

El objevo de estas enseñanzas debe ser aplicarlas a nuestras propias vidas, para poder ser nosotros transformados por el Espíritu Santo y enviados como agentes de su transformación. Por tanto, conviene darle espacio y tomar el empo que sea necesario para orar y experimentar su dulce ministerio.

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INTRODUCCIÓN

Este es el libro que quisiera que mis padres, hermanas y mi generación entera hubiéramos podido leer, porque aunque comienza narrando experiencias muy anguas, los efectos que describe enen aplicación generalizada hasta el día de hoy. No es este un tratado académico, aunque espero que pueda inspirar a otros más doctos a invesgar estos temas más rigurosamente desde el punto de vista de la fe crisana. Más bien, aquí trato de provocar un fresco examen de nuestra cultura, las “reglas del juego” por las cuales vivimos codianamente. Las verdades que he tratado en esta enseñanza ponen al descubierto un sufrimiento que por siglos hemos vivido en la mayoría de los hogares lanoamericanos. Ellas se basan en mi propia experiencia y en la memoria de lo que vivimos en mi propio hogar y en el de muchos amigos, gracias a estos patrones tóxicos de nuestra cultura hispanoamericana. Las disfuncionalidades de los hogares en los que nos criamos enen profundas consecuencias durante toda la vida, requiriendo una y otra vez el consuelo del Espíritu Santo y la sanidad del corazón quebrantado que solo puede hacer Jesús. Al preparar estas enseñanzas, yo mismo he gozado, una y otra vez, la revelación sanadora y transformadora de su amor. Además de mi experiencia personal, he podido observar detenidamente nuestra cultura por medio de nuestra historia y literatura, así como desde la ópca de otras culturas, al haber vivido la mayor parte de mi vida lejos de mi propio país, en los Estados Unidos, y algunos años en Inglaterra, Francia y México. En mi ministerio, he tenido el privilegio de culvar relaciones de mentoría personal con docenas de líderes crisanos y así constatar, en sus vidas, matrimonios y familias, las huellas de esos mismos patrones dañinos, heredados de sus progenitores. Sospecho que ni la Iglesia, ni la ciencia, han evaluado adecuadamente aún los efectos que la vida de nuestros padres enen sobre nosotros, y el que nuestras vidas ene sobre la vida y el carácter de nuestros hijos. Porque así como todos comparmos un parecido  sico con nuestros padres y ancestros, también acarreamos una herencia espiritual de varias generaciones de ellos. Desconocerlo nos condena a sufrir ignorantemente los efectos destructores de tendencias y decisiones ajenas. Otro elemento son las conclusiones sobre la realidad que desde la más temprana edad todos damos por sentadas sobre el amor, la autoridad, las relaciones de familia y de servicio al prójimo. Esas asunciones fundamentales son como lentes a través de los cuales vemos todo el entorno de nuestra realidad, y constuyen nuestra cosmovisión. Son enriquecidas con nuestras propias experiencias y el caudal intelectual del cual bebamos, pero esas primeras y más fundamentales son las menos conscientes y, sin embargo, probablemente, las más importantes. A estos ingredientes personales internos: crianza, heredad, experiencias y cosmovisión, se agregan las influencias externas y sociales, que aglunaré burdamente bajo el rótulo de “cultura”. Enendo por cultura esa serie de creencias, actudes y costumbres que nos idenfican con el grupo humano al cual pertenecemos. Inculcada en nuestros hogares desde la más temprana infancia, se complementa y completa con nuestras propias decisiones y respuestas a esos imperavos ajenos que constuyen las reglas del juego de la vida. Historia de estas enseñanzas Años antes de la fecha, el Señor me despertó a la oportunidad que la celebración del Quincentenario del Descubrimiento de América en 1992 nos ofrecería a los crisanos para reinterpretar nuestra historia desde una ópca providencial, reconociendo la mano de Dios en los eventos humanos. Desde entonces he sendo la inquietud de estudiar la historia de nuestra fundación cultural, el Descubrimiento, la Conquista y la Colonización de

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nuestras erras por los españoles en el siglo XVI. (Actualmente me intereso en la Reforma Protestante del mismo siglo, cuyo quincentenario se celebrará en 2017). Fue en ese estudio cuando el Señor abrió mi mente a algunas de las raíces tóxicas de nuestra cultura, que ese período pone al descubierto tan dramácamente. Y cuando el Señor me preguntó cuál sería la enseñanza que yo más me arrepenría de no haber dejado, pude entender que se trataba de estas enseñanzas: Machismo y Matriarcado versus la idea crisana del Matrimonio. Así es que hace unos años he comenzado a presentarlas en una docena de países lanoamericanos, encontrando siempre un eco extraordinario en los públicos crisanos, sobre todo en las mujeres, cuya patente opresión y sufrimiento aún no encuentra entre nosotros suficientes voces de denuncia. Como tantos varones hispanoamericanos, inconscientes de la contradicción, yo mismo he sido un acérrimo defensor de los derechos de la mujer… mientras oprimía, sin reparo, a mis propias compañeras. Es como si el amor nos diera permiso para abusar, y el matrimonio fuera una licencia para nuestra lujuria. Las experiencias que atribuyo al macho lano en estas enseñanzas las he vivido yo, o alguien lo suficientemente allegado a mí como para que yo pueda dar fe de ellas. No somos los únicos: las autobiogra as de los héroes literarios de mi generación Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez e Isabel Allende, y los ensayos autobiográficos de Octavio Paz, aunque de diferentes naciones, describen los mismos patrones de machismo y matriarcado en sus propias familias y crianzas. Es que estos son patrones culturales casi universales hasta hace poco en Lanoamérica, por lo cual su efecto cunde aún y hace que miles de mujeres y niños sufran en los hogares de nuestra patria grande. Es cierto que las cosas están cambiando. Las leyes en cuanto a la igualdad entre los sexos van mejorando: hasta la década de los noventa, en Centroamérica el delito de adulterio solo aplicaba a las mujeres. Se mulplican las invesgaciones, centros de atención y leyes sobre la violencia domésca y el abuso sexual infanl, el tráfico sexual (la angua “trata de blancas”). En su mayoría, estos cambios son para bien, pero se deben más a la modernización y a la globalización que a un despertar de conciencia de juscia. La lucha por la igualdad sexual, por ejemplo, prefiere despenalizar el aborto (aunque sin darle voz ni voto al padre de la criatura), “liberando” a la mujer para imitar la conducta engañosa, infiel y promiscua de los varones y legalizando relaciones sexuales aberrantes, estériles e infecciosas. En las comunidades de fe evangélicas, el machismo descarado que se celebra en la TV y en las canciones populares ocurre de una forma más sul. Allí predicamos contra la fornicación, el adulterio y el divorcio; pero la idea de una superioridad masculina se vive y hasta se jusfica bíblicamente. Es especialmente dañina la mala interpretación de las Escrituras que subordina la mujer al hombre, al punto que niega su igualdad esencial. Raros son los púlpitos que enseñan y menos los que aplican a su propio matrimonio todo el consejo de Dios al respecto. Doquier el crisanismo ha tomado raíz, ha mejorado históricamente la condición social de la mujer, contrarrestando esta tendencia pagana. No puede ser diferente en nuestra América. Los efectos dañinos del machismo y el matriarcado van mucho más allá del pecado interpersonal y de la infelicidad del hogar. Estas raíces tóxicas dañan profundamente nuestra capacidad de amar y comprometen nuestra obediencia a Dios, pecados graves para un crisano conocedor del evangelio del amor y la obediencia. Someramente, el machismo: 1. Distorsiona gravemente nuestra idea de la autoridad, fomentando su uso egoísta y normalizando el abuso del prójimo. 2. Establece como un patrón social incuesonable la injuscia de una doble moral y de la subordinación indebida de la mujer al hombre. 3. Fomenta en el hombre una idea engañosa del amor, que se reduce práccamente al sexo, y para la mujer, una idea románca o trágica del amor como una desgracia inevitable.

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Por su parte, el matriarcado: 1. Socava el orden de autoridad que Dios estableció para la familia, robándole el respeto debido al marido. 2. Culva hijos consendos e inúles (de carácter y moral débiles) e hijas sufridas y trabajadoras (de carácter y moral fuertes). 3. Culva en la madre la tendencia al control y al engaño, manipulando y controlando emocionalmente a los miembros del hogar e inmiscuyéndose, si se le permite, en los hogares de sus hijos. Estos patrones son reforzados por una religiosidad cuyas doctrinas producen, indirecta y sulmente, una sexualidad mórbida. Se reprime a las mujeres, ofreciéndoles el modelo de una Virgen y Madre, y al imitarlo, estas socavan la autoridad del hombre. Resignadas a la flaqueza de sus maridos, muchas contribuyen y consienten tácitamente a su irresponsabilidad sexual. En el “modelo” de la Sagrada Familia, según esa tradición, nadie jamás gozó de la felicidad sexual. Su clero paga el precio de su consagración al servicio de Dios con el celibato. Para nuestra religión histórica, el sexo es algo sospechoso de ser sucio, un “mal necesario” enemigo de la sandad. Algo de lo cual las figuras veneradas, como la Virgen, la Sagrada Familia y su propio clero, se absenen. Los corolarios del machismo y el matriarcado en materia relacional, de liderazgo y de patrones sociales van mucho más allá de lo que trata esta enseñanza. Con el auxilio divino serán considerados más detalladamente en obras posteriores. Aquí solo expondremos las raíces históricas que arraigan y exacerban lo que es una condición universal en nuestra cultura hispanoamericana. He tratado de ofrecer un retrato ínmo y revelador del alma lana desde la ópca del machismo y de su contraparte femenina, cuya agresión pasiva se manifiesta en el matriarcado. Muchos crisanos se verán retratados, ellos y sus ancestros y familiares, en estas páginas, lo que sin duda provocará no poca desazón en sus matrimonios y relaciones generacionales. Pero el primer paso hacia la sandad es el renunciar a los ídolos, todo aquello que se yergue contra el conocimiento de Dios. El machismo y el matriarcado son impulsos idolátricos que tenemos que desechar para aprender a amar y a hacer juscia. Esas enseñanzas han sido diseñadas para darle a la Iglesia una herramienta para la transformación personal, un discipulado profundo. El discipulado es el proceso que usa el Espíritu Santo para ir formando en el creyente el carácter de Cristo, a medida que lo conocemos más y obedecemos mejor sus mandamientos. Es un proceso que comienza con el nuevo nacimiento y que debe de durar para toda la vida, ya que la corrupción del corazón humano nos predispone a creer los engaños del enemigo y a sucumbir a la influencia codiana de la sociedad mundana. Esos tres enemigos clásicos, “el demonio, el mundo y la carne”, son una constante en la vida de todo ser humano; en el creyente enen que ser subyugados por la sanficación del Espíritu a través de su Palabra discipuladora. Lamentablemente, tendemos a conformarnos con las primeras victorias que nuestro espíritu obene al sujetar inicialmente nuestra mente, alma y cuerpo al poder de Dios. Para la mayoría de los crisanos, esas victorias son reales y profundas, pero si no connúan siendo nutridas con retos frescos, sus frutos se vuelven, con el empo, superficiales, memorias de viejas conquistas más que tesmonio vivo del obrar de Cristo en nosotros. Es que los seres humanos seguimos creciendo, ya que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios; nuestra alma es insondable, no ene fondo. Como las células de su cuerpo, alimentada por esmulos naturales y espirituales, nuestra alma connúa creándose y renovándose durante toda la vida, o a imagen de Dios o a imagen de nuestro viejo hombre. Por tanto, la disciplina del discipulado, de aprender y seguir aprendiendo a seguir a Cristo, no ene fin, sino que es un proceso que debe de connuar durante toda nuestra vida. La “poda” divina consiste en la renovación repeda de nuestra mente y nuestra alma por la Palabra de Dios. El problema humano fundamental es el pecado, y su consecuencia espiritual y psicológica es la orfandad, fruto universal de la caída que se reproduce inevitablemente de generación en generación. El evangelio cerfica el amor del Padre al enviar a su Hijo para redimirnos de la condenación, y también lo resuelve otorgándonos un nuevo

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nacimiento del espíritu, y llenando el vacío de nuestra orfandad mediante la adopción. Por eso Jesús vino a presentarnos al Padre y a abrir un camino de regreso “a casa”. La adopción sana la soledad profunda del huérfano y nos permite experimentar el amor inexnguible de Dios Padre, gracias al Espíritu Santo. La teología nos ofrece un marco de referencia sobre la verdad divinamente revelada. Pero, una vez expuestos a la verdad, hay que dejar que el Espíritu Santo, obrando a través de sus agentes, nos ministre eficazmente la sanidad y liberación que podamos necesitar. En el curso de imparr estas enseñanzas, la iglesia debe de estar alerta y preparada para ministrar salud y sanidad interior. A quienes reciban este mensaje, hay que dar amplias y repedas oportunidades de confesión, arrepenmiento, oración y tesmonio. Aquí se resalta también el papel sanador que Dios le ha dado al matrimonio, que es la representación humana del pacto de Dios con el hombre, una ilustración del matrimonio mísco de Cristo con la Iglesia. El matrimonio de pacto se despoja del bagaje cultural que representan el machismo y el matriarcado para poder servir como el modelo del amor que Dios ha puesto al alcance de todos, comenzando con los mismos esposos, sus hijos, la iglesia y la comunidad. Dos pecadores redimidos deben unirse para apoyarse mutuamente a crecer en Cristo, dando, de hecho, el uno la vida por la otra, y ella, siendo su ayuda idónea, no solo para la cama, la casa y los hijos, sino para cumplir las prioridades de Dios: que ambos puedan alcanzar “la medida de la estatura de la imagen de Cristo”. Oro para que los que somos líderes crisanos, que, querámoslo o no, somos el modelo del evangelio vívido para muchos otros, podamos encontrar en estas enseñanzas un vehículo para nuestra propia y mutua sanficación. Creo que la mayoría encontraremos abundantes posibilidades de perdón y de arrepenmiento hacia nuestros seres queridos, ancestros y descendientes. Si nosotros no somos los primeros en tomar a pecho y aplicar las verdades que Dios nos muestra, ¿qué será de los demás? ¿Con qué autoridad podremos enseñarles lo que nosotros mismos no hemos, aun imperfectamente, obedecido? Para muchos de los que somos casados, estas enseñanzas corren el peligro de sembrar inquietudes y de despertar desacuerdos latentes: tenemos que llevarlas al altar para que Dios obre frescamente en nosotros y pueda unirnos más perfectamente. La transformación se prueba en las relaciones, de modo que las parejas crisanas debemos, idealmente, ayudarnos mutuamente a crecer juntos. Y para quienes aún no han contraído matrimonio, estas enseñanzas pueden sugerir una visión nueva de lo que puede ser su matrimonio de pacto, un proyecto de sanidad, sanficación y crecimiento juntos, para agradar a Dios y darle hijos sanos, aptos para extender su Reino. Advertencia: no es posible despojarse de patrones que son mutuamente aceptados y reforzados por hábitos y acuerdos ya establecidos, por cuenta propia. Hay que hacerlo de común acuerdo y bajo una fresca unción de la poderosa gracia de Dios. Algunas parejas tendrán que buscar juntos del Señor su ruta hacia un nuevo y sanficado pacto matrimonial. Las enseñanzas destaparán, en muchos casos, una comprensión más profunda, propia y ajena, de nosotros y de nuestros ancestros, y de los de nuestro consorte. Pero al hacerlo, se abrirán viejas heridas, necesitadas de una abundancia del amor y del perdón de Dios y el perdón mutuo. El descubrir estas raíces tóxicas nos responsabiliza a responder en obediencia, detenidamente, haciendo un compromiso a connuar escuchando y permiendo que la luz del Espíritu Santo ilumine hasta lo más profundo de nuestro ser. Lo que ha tomado generaciones en gestarse, no se desarraigará por completo súbita y atropelladamente, en una sola generación. Hay toda una obra de reconstrucción espiritual, intelectual, emocional y relacional que el Señor tendrá que hacer en nosotros, como individuos y como pueblo, redefiniendo rótulos y relaciones, y abriendo nuestros corazones, poco a poco, a la nueva idendad de hijos adoptados. Solo el Espíritu Santo ene el poder en este mundo de transformarnos diariamente, culvando en nosotros un parecido espiritual creciente a Cristo Jesús, el Hijo Unigénito, placer del Padre, Señor y Dios nuestro.

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Los orígenes históricos de América Latina y los patrones malsanos que se establecieron en el siglo de la Conquista

ENSEÑANZA # 1 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 1 Los orígenes históricos de América Lana y los patrones malsanos que se establecieron en el siglo de la Conquista

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Nuestra historia estableció patrones malsanos culturales, familiares y de liderazgo.

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Siglo XVI: Condiciones desafiantes para España en las colonias.

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Distancia entre la metrópoli y los inmensos territorios coloniales.

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Aguda desigualdad social.

El crisanismo: una “fe conquistadora” en contraposición al Islam. Ÿ

La Iglesia militante: el servicio a Dios consiste en subyugar al pagano.

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Procuraba el acato externo, aunque no fuera sincero.

Disparidad entre las leyes y la realidad. Ÿ

Más de 6 mil “Leyes de Las Indias” ignoradas: “Acato, pero no cumplo”.

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Leyes “criollas”, reglas y códigos informales de conducta.

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La prácca distaba mucho del ideal cívico, religioso y familiar.

Resultado: Reglas del juego engañosas que afectan la familia, la Iglesia y el gobierno civil.

“¡Iberoamérica es ingobernable!” (Simón Bolívar)

MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

Enseñanza # 1

Los orígenes históricos de América Latina y los patrones malsanos que se establecieron en el siglo de la Conquista

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ara entender cómo somos, es úl examinar el pasado y, en parcular para nosotros los lanoamericanos, es necesario analizar lo sucedido en Lanoamérica en el siglo de nuestra fundación. Esto nos permirá discernir los patrones culturales, familiares y de liderazgo que aquellos eventos establecieron en nuestra sociedad y que perduran hasta el día de hoy.

Según mi parecer, el problema fundamental que heredamos de nuestra cultura tradicional es el desconocimiento y la ausencia de pacto, debido a la teología y a las flaquezas de los crisanos de aquella época en nuestra Madre Patria. En el siglo XVI, los Reyes Católicos cerraron el paso resueltamente a la Reforma protestante y, medio siglo más tarde, la Iglesia católica española prohibió la lectura de la Biblia al público. Estas dos decisiones le robaron a Hispanoamérica la oportunidad de redescubrir el concepto bíblico de pacto, como lo hicieron los países del norte europeo, que no solo fueron transformados por la amplia lectura de la Biblia, sino por entender este importante concepto bíblico. La Reforma protestante, fruto de la lectura de la Biblia difundida por la invención de la imprenta, restauró el concepto de pacto al crisanismo occidental. El pacto describe la relación de Dios con Israel, su pueblo escogido, al cual entregó su Ley, promeéndole bendición a quien la acate y maldición a quien la quebrante. Esa misma relación es aplicada personalmente a quienes reciben a Cristo por la fe, entrando así en un pacto de salvación. A su vez, el matrimonio crisano es un pacto que ancipa el futuro matrimonio de Cristo con la Iglesia. Vivir bajo el pacto con Dios transforma al individuo, hace feliz a la familia y ordena su sociedad. El desconocimiento del pacto y del documento que lo enuncia, la Biblia, resta autoridad a las Sagradas Escrituras como la Palabra de Dios, la cual demanda una respuesta personal de fe y de obediencia de cada individuo. En América, la Biblia fue enseñada como “Historia Sagrada”, leída en porciones en lan y explicada por el clero bajo la cátedra supuestamente infalible del papa. En contraste, la Reforma enseñó que cada individuo puede establecer un pacto personal con Dios. En esa relación personal, Dios le imparte una fe transformadora y le aplica una salvación eficaz, sin otro requisito que la confianza plena en su promesa de salvarlo, y sin otro mediador que Jesucristo. La sociedad hispanoamericana se originó sin las verdades transformadoras de la Biblia y sin una comprensión del poder ordenador del pacto en todas sus formas: personal, matrimonial y nacional. Además, en el siglo de la Conquista se dan en Iberoamérica condiciones sumamente irregulares para los

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

colonos españoles. Hay una inmensa distancia entre la capital española y las colonias americanas que requiere, como mínimo, tres meses de viaje marímo, más lo que tome llegar erra adentro. Esto dejó práccamente a la discreción de los conquistadores el regular su propia conducta. Lejos de sus hogares y de los ojos vigilantes de la Corona, la fuerza moral de la Iglesia fue insuficiente para sujetar a aquellos varones aguerridos. La improvisación dominó a la legalidad durante las primeras décadas. Las leyes y decisiones reales tomaban meses en llegar, y las indagaciones y sus respuestas podían tardarse años. Además, había una distancia abismal entre los conquistadores y la población indígena conquistada: los separaba una inmensa disparidad moral y de civilización, religión, tecnología, y poder.

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Dadas esas condiciones, en el siglo XVI ocurre en Iberoamérica una de las tragedias más grandes de la historia de la humanidad. Nuestro connente era un territorio inmenso, habitado por una población mayor que la de Europa. De pronto, en menos de ochenta años, pasa a ser subyugado por un puñado de hombres esforzados y valientes, que se sienten inspirados, yo diría, enardecidos, por su fe. La suya era una fe conquistadora que se había nutrido por casi 800 años de reconquista de España, recientemente liberada de la ocupación islámica. Esta lucha violenta le dio a la Iglesia occidental un carácter militante y conquistador. Por siglos, la Iglesia luchó para defender la Europa crisana y por reconquistar Jerusalén, estableciendo órdenes militares como la de los Caballeros Templarios, cuyo servicio a Dios consisa en luchar en contra de los moros para subyugarlos y proteger a los peregrinos crisanos que iban a Jerusalén. Esa fue la fe crisana que se sembró por todo el connente americano. El choque entre estas dos realidades: la de los imperialistas europeos y la de las tribus indígenas, fue colosal. Este

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desbordó la capacidad de control de las autoridades, tanto civiles como eclesiáscas, cuyos cuarteles de mando estaban demasiado lejos: en España.

NOTAS

Desde un primer momento, hay una diferencia abismal entre las leyes que supuestamente regulaban la conquista y colonización, y la realidad operava de las colonias. Es ahí donde se esconde el secreto de un patrón de conducta muy dañino que permanece hasta el día de hoy.

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En el siglo XVI, se difundió por toda América una frase que usaban los oficiales españoles cuando recibían órdenes escritas de la Corona. Las más de 6 mil “Leyes de Las Indias”, cuya intención era, con frecuencia, proteger a los indígenas del abuso, fueron ampliamente ignoradas. La frase “Acato, pero no cumplo”, añadida por el oficial al recibir las órdenes de la Corona, reconocía oficialmente que esa era la ley; pero que ellos consideraban que las condiciones en la Colonia no permian su aplicación. Lejos de regirse por esas leyes, las colonias se rigieron por leyes criollas informales y por códigos de conducta improvisados, que distaban de las intenciones de la Corona y de los clérigos que la asesoraban en España.

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Eso quiere decir que la conducta de los conquistadores y colonos españoles hacia los indígenas, especialmente hacia las mujeres, contradecía los ideales cívicos, religiosos y familiares de la Madre España. En América se estableció una cultura improvisada, frecuentemente engañosa, donde se pintaba una realidad para la Corona en España; pero se vivía otra muy diferente en sus colonias.

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Es importante entender estas reglas y examinarlas con atención, porque esos patrones constuyen las reglas del juego, contrarias y ajenas al pacto, por las que vivimos hasta el día de hoy, y que gobiernan nuestras principales instuciones: la familia, la Iglesia y el gobierno civil.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

LA CONDUCTA FAMILIAR

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Las normas que quedaron asentadas en el siglo XVI fueron: Número 1: La superioridad del varón sobre la mujer y, en consecuencia, su inconnencia sexual sin restricciones. La supuesta superioridad masculina es una tendencia universal en las relaciones entre el hombre y la mujer, pero en nuestra cultura se afirmó y aplaudió hasta converrse en el patrón disnvo de la masculinidad, hoy conocido como machismo. A los lanoamericanos se nos conoce mundialmente por ese rasgo, e incluso, otras lenguas usan el término en español para describir el fenómeno. ¡Al parecer nos consideran los “campeones mundiales” de machismo! En la Hispanoamérica del siglo XVI, el varón podía hacer lo que quisiera porque la mujer indígena estaba totalmente a su disposición, tanto por un supuesto derecho de conquista, como por concesión de las mismas tribus indígenas, donde eran usadas como un elemento de intercambio para hacer las paces, y entregadas como un regalo a los visitantes. Sin la protección de su propio marido indígena, la india se conviró en el más codiciado bon de guerra del conquistador español.

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Número 2: La sustución de la moral por el decoro.

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La apariencia de decencia sustuyó a la verdadera conducta moral. Se hicieron grandes esfuerzos por mantener las apariencias para esconder la triste realidad que la contradecía. Cuando finalmente llegaron las esposas españolas, se vieron forzadas a aceptar la realidad irreversible de que su marido había concebido docenas de meszos con las mujeres indígenas. Al no poder frenar esa conducta, la recién llegada tuvo que conformarse con que él no la avergonzara en público, al mantener abiertamente relaciones con las indias. Demandaron decoro en lugar de una moral respetuosa del pacto matrimonial.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

LA CONDUCTA RELIGIOSA

NOTAS

España estableció en América la fe católica de la época: un crisanismo medieval que estaba, quizás, en el punto más bajo de su decadencia. Cuando Colón descubrió América ____________________________ reinaba el papa Alejandro VI, el español Rodrigo Borgia, uno ____________________________ de los peores papas en la historia del catolicismo. ____________________________ Se introdujo así una fe militante y ritual, que mezcló con ____________________________ frecuencia el crisanismo con el paganismo al adaptarse a las creencias religiosas de los pueblos conquistados —de hecho, ____________________________ el catolicismo español ya venía contaminado de ____________________________ supersciones y había adoptado algunas costumbres ____________________________ musulmanas durante los 800 años de ocupación de España ____________________________ por los moros—. Lo más significavo fue que se introdujo un crisanismo sin pacto, absolusta por cuanto imponía la ____________________________ doctrina católica; pero permisivo en cuanto a la conducta ____________________________ moral de los varones. Al carecer de una noción clara sobre el ____________________________ pacto divino con el hombre, no tenía el poder para ____________________________ transformar vidas, para sujetar conductas. Fue un ____________________________ crisanismo nominal, o sea, más que nada, de nombre. ____________________________ Esa fe prefirió inspirar un amor emocional y apasionado hacia una supuesta madre misericordiosa, pero ignorar casi por ____________________________ c o m p l e t o a l v e rd a d e ro Pa d re C e l e sa l c o n s u s ____________________________ mandamientos. Ese patrón religioso se reflejó en el hogar tradicional lanoamericano, donde se culva un afecto exagerado hacia la madre, junto a un distanciamiento palpable del padre. Aquel catolicismo resultó ser una fe ineficaz y permisiva, donde la madre imaginaria todo lo perdona sin requerir obediencia, mientras el verdadero Padre Celesal es el gran ausente: se quedó pintado por Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixna. LA CONDUCTA CÍVICA

____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

En cuanto al gobierno civil, los patrones establecidos en ____________________________ I b e ro a m é r i ca n o f u e ro n m e n o s tóx i co s . F u e ro n ____________________________ caracteríscos el desacato, disfrazado de obediencia a la ley,

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

reflejado en la frase “Acato, pero no cumplo”, y el maltrato impune al más débil, reforzado por la creencia de una supuesta superioridad indiscuda del español sobre el indígena, extendida a todas las mezclas raciales imaginables. Los españoles llegaron a tener hasta treinta y dos clasificaciones étnicas, según el grado de mezcla racial y genéca entre blancos, indígenas y negros, cada una con su rango de jerarquía social. Por ejemplo, durante los 350 años que duró la colonización española en Iberoamérica, las autoridades máximas en la Colonia tenían que ser españoles nacidos en España, “peninsulares”, en la terminología de la época; no podían ser criollos (descendientes de españoles nacidos en la Colonia), lo cual causó gran descontento, como es de entender. Las guerras de independencia contra España fueron encabezadas por españoles criollos, nacidos en las Américas, descontentos por no tener acceso a los principales puestos en la sociedad colonial. Ese arraigado clasismo, combinado con un racismo marcado y una sociedad jerárquica, hacen que el desacato, disfrazado de obediencia a la ley, permita un maltrato impune a los considerados inferiores, o sea, al más débil: el indígena, y dentro de los indígenas, la mujer. La india es un personaje sin derecho a nada, que existe para el servicio, el uso y el abuso de cualquier varón de su entorno, especialmente de los poderosos, o sea, de los colonizadores españoles. Como parte del patrón de conducta cívica, cabe señalar el uso del poder legímo para lucrar, lo que hoy llamamos “corrupción”, que consiste en el beneficio ilegímo del que está al mando así como de sus amigos y aliados. LOS PATRONES En el ámbito familiar, la inconnencia sexual del varón y la suficiencia del decoro, o sea, una apariencia de decencia, constuyen una doble escala moral, contraria a la verdadera

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

moral, y caracterizan las reglas del juego en el trato entre hombres y mujeres. En el ámbito religioso aún predomina una fe ritual y sincréca, o sea, mezclada con paganismo, con emoción; pero sin sujeción a la verdad. Un crisanismo sin pacto personal, absolusta en doctrina, pero permisivo en la prácca, que fomenta una emoción hacia una madre imaginaria, pero ignora al Padre y sus mandamientos.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

En el ámbito cívico, la injuscia toma varias formas: el ____________________________ desacato disfrazado de obediencia a la ley, el maltrato ____________________________ impune al más débil y el uso del poder legímo para lucrar de ____________________________ forma ilegíma, o sea, para corrupción. ____________________________ Estos patrones de conducta, provenientes de la cultura sin ____________________________ pacto establecida en la Conquista, son aceptados como ____________________________ naturales e irremediables por la mayoría del pueblo y manenen subdesarrolladas a nuestras sociedades ____________________________ ____________________________ lanoamericanas. Sobre tales bases, ignorando y descontando las reglas divinas ____________________________ expresadas en pacto personal, matrimonial y nacional, es ____________________________ imposible edificar hogares felices, iglesias santas y naciones ____________________________ libres y prósperas. ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

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Enseñanza # 1 - Preguntas para reflexión

Los orígenes históricos de América Latina y los patrones malsanos que se establecieron en el siglo de la Conquista 1.‐ ¿Cómo podemos describir la frase “Acato, pero no cumplo”?

2.‐ ¿Cuál es la consecuencia moderna de la actud que esta frase histórica ilustra?

4.‐ ¿Qué es una fe sincréca?

5.‐ ¿Qué es una fe nominal?

6.‐ Dentro de esta prácca, ¿a qué figura religiosa se idealiza?

7.‐ Hombres: ¿Cuál es el origen de la inconnencia irrestricta de los hombres en nuestra cultura y qué consecuencias ha tenido dicha prácca?

8.‐ Mujeres: ¿Cómo han contribuido históricamente las mujeres a la inconnencia irrestricta y qué consecuencias ha tenido y sigue teniendo dicha prácca?

Pregunta general: ¿Qué nos ha mostrado Dios en esta enseñanza?

Tiempo de oración 20

APLICACIÓN

3.‐ ¿Cuál sería la mejor manera de explicar cómo el decoro sustuyó a la moral en los hogares del siglo XVI?

La Conquista de Las Indias y el mestizaje: fenómeno fundacional de la cultura iberoamericana

ENSEÑANZA # 2 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 2 La Conquista de Las Indias y el meszaje: fenómeno fundacional de la cultura iberoamericana Ÿ

El fenómeno más importante para la formación de nuestra cultura fue el meszaje. Ÿ

Ÿ

Ÿ

El uso sexual de la mujer indígena es la caracterísca más saliente de la Conquista. Ÿ

Los españoles las usaron para toda clase de servicios.

Ÿ

Muchos engendraron docenas de hijos meszos.

El papel de la Corona ante el meszaje. Ÿ

Ÿ

Ÿ

Ÿ

La Iglesia era impotente para ordenar y limitar la conducta de los conquistadores.

Ÿ

No tenía la autoridad que da una clara doctrina sobre el pacto.

Las esposas españolas no pudieron cambiar la situación. Se conformaron con mantener “el decoro”.

El hogar criollo, amancebado y fecundo, da origen a nuestra sociedad mesza, engañosa e irregular. Ÿ

Ÿ

El gobierno civil no pudo contener la conducta de los conquistadores.

El papel de la Iglesia: los sacerdotes no supieron cómo tratar la situación.

Ÿ Ÿ

Comenzó en “La Hispaniola”, a principios de 1493.

La distancia cultural y espiritual entre el conquistador y la mujer indígena era inconmensurable.

El meszo nace fuera de pacto: una vergüenza social, pero una ventaja económica y sexual. Ÿ

Fruto de uniones desiguales, el meszo era un huérfano emocional. Como padre: un ser remoto y autoritario. Como marido: un déspota infiel y exigente. Como líder: violento, arbitrario y hasta cruel.

MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

Enseñanza # 2

La Conquista de Las Indias y el mestizaje: fenómeno fundacional de la cultura iberoamericana

E

l meszaje, generalizado en las Américas, sentó las bases para el hogar iberoamericano. Como vimos, un hogar fuera de pacto, bajo reglas contrarias a la Palabra de Dios y a las buenas costumbres. Hagamos un poco de historia: El día de la Navidad del año 1492, la Santa María —la carabela más grande en la cual vino Colón en su primer viaje—, naufragó en la costa de lo que es hoy Hai. Con los despojos del naufragio, Colón y sus hombres construyeron un forn, al que llamaron “Forn de la Navidad”. Y el día 6 de enero del año 1493, Colón zarpó de regreso a España, dejando a la tripulación de la Santa María a salvo en ese forn, con instrucciones estrictas de “no tocar a las mujeres indígenas” para no crear conflicto con los indios, que hasta ese momento habían sido amistosos, intercambiando barajas por comida y cosas por el eslo. Cuando Colón regresó al Fuerte de la Navidad nueve meses más tarde, encontró que todos los españoles de su tripulación habían sido masacrados por los indígenas; sus cadáveres hasta mostraban señales de tortura. Dado el patrón de conducta de los españoles por todo el connente en el correr del próximo siglo, estoy convencido de que los tripulantes de la Santa María no acataron las órdenes de Colón y que, sin duda, hicieron uso sexual de las mujeres indígenas, abusando de ellas de tal manera que recibieron la ira retribuva de los indios. No cabe duda de que los primeros meszos americanos fueron concebidos allí, a principios del año 1493. EL USO SEXUAL DE LA MUJER INDÍGENA ES LA CARACTERÍSTICA MÁS SOBRESALIENTE DE TODO EL SIGLO DE LA C ONQUISTA ESPAÑOLA Por orden de la Corona, inspirada por sus consejeros, los sacerdotes, los españoles vinieron a erra americana sin sus mujeres, porque se consideraba que las condiciones de viaje y de vida en las colonias eran demasiado inestables y peligrosas. Por tanto, la Corona prohibió la presencia de mujeres españolas en los asentamientos y poblados del Nuevo Mundo, hasta que pudiesen estar establecidas ciertas condiciones de paz y de organización social, tales como la edificación de una iglesia y de un edificio para el gobierno. Eso significa que por muchos años, a veces más de una década, según el lugar, no había mujeres españolas disponibles para los españoles. Por esta razón, estos hombres recios y conquistadores no vacilaron en hacer uso indiscriminado de todas las mujeres indígenas que pudieron. Las narraciones y crónicas de la época son bien claras sobre este punto.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Por ejemplo, en México, uno de los caciques locales le regaló doce mujeres indígenas a Hernán Cortés, quien las reparó entre sus capitanes. Ante una situación tan insólita, pero queriendo cumplir en cierto modo con los dictados de su fe, el sacerdote que acompañaba la expedición decidió bauzarlas antes de que los españoles las tomaran. Por su parte, los primeros sacerdotes que vinieron a América en el segundo viaje de Colón, inmediatamente mandaron a preguntar a sus superiores en España qué había de hacerse con los hombres que eran casados en España; pero que en la Isla “Hispaniola” hacían uso de las mujeres indígenas. Hay raros casos de conquistadores que se casaron con indias, o que vivieron en uniones estables; pero la inmensa mayoría, simplemente, las tomaron de paso por los pueblos, o las añadieron a su servicio en haciendas que eran realmente verdaderos harenes, como era común en Asunción del Paraguay, donde los indígenas regalaron a los conquistadores 700 mujeres. Una famosa joven, la desafortunada Malinche, fue regalada a Hernán Cortés, quien luego de usarla como traductora se la entregó a uno de sus capitanes. Los indios no senan ningún respeto por la mujer, no conocían las costumbres crisanas del matrimonio, y los conquistadores se aprovecharon de la situación, viviendo con cuanta mujer pudieron. Las crónicas de la época muestran claramente que el hogar iberoamericano estaba constuido por un conquistador unido de forma ilegíma a múlples mujeres indígenas, a quienes tenía para su servicio, y con las cuales concebía numerosos hijos. En algunas colonias, los indios consideraban un gesto de amistad saludar a los españoles con el tulo de “cuñado”, reconociendo así la relación que este tenía con su hermana, que incluía las relaciones sexuales. De estas uniones ilegímas nacieron números asombrosos de meszos. Un burdo conteo a modo de censo, efectuado a cien años de comenzada la Conquista, ya mostraba la existencia de 750 mil indígenas meszos. Se ha 24

MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

calculado que el número de españoles que habían cruzado el Atlánco durante el siglo XVI era algo menos de 100 mil hombres. Y si se toma en cuenta el hecho de que la mortalidad infanl de la época era del 50% antes de los dos años, puede verse que en el primer siglo menos de 100 mil ____________________________ españoles engendraron en América, como mínimo, 1 500 000 ____________________________ meszos. ____________________________

NOTAS

El meszaje forzado no fue, pues, un fenómeno aislado, sino algo que alcanzó a todos: el hogar fundacional en Iberoamérica durante el siglo XVI consisó en un macho español engendrando docenas de hijos meszos con todas las mujeres que pudo, y estuvo presidido por una esposa española, con la que tenía una familia “oficial”. El somemiento sexual de las indias hace de la Conquista de Lanoamérica un fenómeno único en la historia y da origen a una cultura de ilegimidad, en la que abundan las uniones irregulares y los hijos sin padre. El libernaje del conquistador del siglo XVI sentó las bases del machismo, la prepotencia y la lujuria desenfrenadas del varón lanoamericano, quien hizo sin estorbo todo lo que quiso. El resultado fue un meszaje desmedido.

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Hasta hoy, los académicos y estudiosos del tema no les han dado a estos patrones de conducta la importancia que merecen, por lo que su herencia destructora no ha sido suficientemente expuesta y tratada. Sin embargo, el modelo que establecieron nos afecta en la actualidad.

____________________________

La distancia cultural entre el conquistador y la mujer indígena era inmensa e irreconciliable. La lengua, la civilización, la religión y la cultura de cada uno aseguraban que no pudiera haber entre ellos sino la más burda y limitada comunicación. Como vimos, la Iglesia de aquella época fue impotente para ordenar y limitar la conducta de los conquistadores en los albores del siglo XVI. Parte del problema es que la misma Iglesia carecía de una clara enseñanza sobre el pacto

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

matrimonial y, por mandato real, no había para los conquistadores otras mujeres disponibles más que las indígenas. Los sacerdotes escogieron, generalmente, hacer la “vista gorda” sobre el asunto, ya que no podían impedirlo. Así, el hogar cuna de Iberoamérica fue adulterado e irregular, encubierto por una apariencia de decencia que distaba mucho de reflejar la doctrina crisana. En varios lugares de América se conservan crónicas que recogen la queja de los indígenas varones porque no encontraban ya mujeres “para su uso”; todas las jóvenes estaban al servicio de los españoles. Tal vez por consideraciones polícas o religiosas, la irrefutable evidencia histórica sobre el concubinato casi universal de los conquistadores con las indígenas no ha sido suficientemente considerada, ni espiritual ni sociológicamente, ni tampoco como un factor que contribuyó a la despoblación súbita que experimentaron las poblaciones indígenas en el siglo XVI. Ni los sacerdotes, ni los oficiales reales pudieron controlar esas irregularidades en América, y se asentó así una incongruencia moral en la sociedad colonial entre dos realidades paralelas; pero divorciadas entre sí: lo que España creía, reflejado en las leyes que se dictaban basadas en las enseñanzas de la Iglesia, y lo que la realidad privada aceptó como forma de vida en la sociedad iberoamericana. Hubieron casos aislados en que las autoridades trataron de corregir estos abusos, como el mismo Colón, quien escribió dos cartas en las que reclamó más religiosos, no para predicarles a los indígenas, sino, en sus propias palabras, “para reformarnos la fe, porque somos peores que ellos”. El resultado de este intento, que trató de frenar la conducta patológica hacia las indias y el libernaje sexual sin restricciones en que vivían los hombres españoles de la temprana Conquista, fue que tanto él como Álvar Núñez Cabeza de Vaca fueron enviados a España en cadenas, acusados por sus subalternos de toda clase de delitos imaginarios.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

Algo muy triste ocurre cuando comienzan a llegar las mujeres españolas a estos asentamientos, llenos de hogares con verdaderos harenes de mujeres indígenas al servicio del conquistador. Al presidir sobre estos hogares, las españolas se convierten en las doñas, o sea, las dueñas del hogar; pero al hacerlo, normalizan de paso la conducta promiscua de su marido. Es así que se ven forzadas a aceptar esta realidad arraigada e irreversible, y exigen solamente el decoro, o sea, una apariencia de decencia. La esposa exige que su marido no la avergüence en público para así mantener el honor de su matrimonio, sin poder corregir lo que ya es una realidad arraigada. Y así se funda el hogar permisivo de doble moral para el varón, caracterísco de América Lana. Ese decoro es un triste sustuto de la verdadera moralidad. Tristemente, ese doble estándar existe en una inmensa candad de hogares por toda América, hasta el día de hoy. Examinemos brevemente el hogar de un conquistador: El conquistador español es como un semidiós, omnipotente e inaccesible. Sus mujeres, meras indias, son consideradas práccamente como besas de carga, que existen para su servicio. (Los mismos indígenas varones, que eran virtualmente esclavos, las trataban a ellas como tales.) De esas uniones nacían meszos, no reconocidos legalmente por sus padres españoles, salvo muy raras excepciones. La relación de estos hijos con sus padres, los hacía permanentemente inferiores a él, pero superiores a su madre. Esto origina un meszo psicológicamente perturbado que desea ser como su padre, aunque nunca alcanzaría su nivel, y que al mismo empo menosprecia a su madre, tal como su padre, por ser ella una india. Según los españoles, el meszo pertenecía a una raza superior a la de su madre indígena. Naturalmente, este meszo envidia y quiere imitar a su padre que lo ignora; pero desprecia y maltrata a su madre natural, que lo ama y lo cuida. En su interior, debe de experimentar una rabia

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

inexpresable hacia su padre, que maltrata a su madre y, sin embargo, guarda el deseo imposible de imitarlo y de llegar a ser como él. Espiritualmente hablando, los meszos fueron fruto de uniones desiguales, nacidos y condenados a vivir fuera de pacto. Toda nuestra sociedad original fue establecida fuera de orden, condenada al engaño y a la vergüenza. El meszo tuvo que ser un huérfano emocional, inseguro y furvo, en ocasiones dado a una ira incontrolable y, sin la menor duda, entregado a la lujuria. Solo pudo reper las actudes de su propio padre: un padre remoto, un marido exigente y déspota, un jefe violento y cruel. Sin legimidad ni idendad propia, es un huérfano espiritual y emocional al que debe serle di cil amar genuinamente a los demás. De esta forma, la Conquista pobló de huérfanos a nuestra América, fundando un connente lleno de meszos ilegímos que forman familias disfuncionales y engendran a otros huérfanos, como ellos. Por encima de esa sórdida realidad, está la sociedad de “gente de bien”, con hogares bien constuidos, que ocultan secretos de familia que todos saben; pero nadie reconoce, confronta, ni sana. Esa brutal contradicción moral constuye la cuna social de Hispanoamérica.

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Enseñanza # 2 - Preguntas para reflexión

La Conquista de Las Indias y el mestizaje: fenómeno fundacional de la cultura iberoamericana 1.‐ ¿Por qué instruyó Colón a los tripulantes que se quedaron en La Española que “no tocasen las indias”?

3.‐ Cuando llegaron los primeros sacerdotes al Nuevo Mundo, ¿qué problemas vieron y consultaron a sus jefes en España?

4.‐ ¿Cómo se formaron la mayoría de los hogares originales en América?

5.‐ ¿Por qué se tardaba en traer mujeres españolas al Nuevo Mundo?

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APLICACIÓN

2.‐ ¿Por qué al volver Colón encuentra los cadáveres torturados de sus tripulantes?

6.‐ ¿Qué encuentran las mujeres españolas cuando llegan al Nuevo Mundo?

7.‐ ¿Qué actud tomó la Iglesia con respecto a esos hogares?

8.‐ ¿A qué le llamamos “hogar dúplice”? ¿Doble estándar?

9.‐ ¿Qué conflicto interior sufren los meszos, producto de uniones desiguales? ¿Por qué el meszo despreciaba a su madre?

10.‐ Caracteríscas del meszo/huérfano como: Padre: Marido: Jefe: Pregunta general: ¿Qué dice la Biblia respecto a la “unión desigual”?

Tiempo de oración

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Machismo y orfandad

ENSEÑANZA # 3 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 3 Machismo y orfandad

Ÿ

El machismo da por sentada la superioridad del varón sobre la mujer.

Ÿ

Hay un machismo “universal”, fruto de la caída, y un machismo “lano”, caracterísco de nuestra cultura. Ÿ

Ÿ

El machismo es fruto de dos orfandades, una espiritual y otra emocional. Ÿ

El hombre no respeta a su mujer.

Ÿ

No se siente obligado a serle fiel porque la considera inferior.

Ÿ

Se vuelve engañoso, mujeriego, infiel.

Ÿ

Sus hijos no lo respetan.

Ÿ

Sus mujeres se ven forzadas a reemplazarlos en autoridad porque ellos no se autorespetan. Ÿ

Esto pervierte el orden divino de autoridad para la familia.

Ÿ

Y como el matrimonio es el modelo intuivo para los otros pactos, no sabemos cumplir nuestros votos, nuestras promesas ni nuestros pactos.

Ÿ

Ÿ

Nuestra cultura celebra el machismo como algo disnvo.

El macho puede converrse en un adicto sexual. Ÿ

Lo impulsan la lujuria y la inseguridad.

Ÿ

Cree que el sexo es la única manera de ser varón. El machismo es lujuria socialmente establecida.

MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

Enseñanza # 3

Machismo y orfandad

C

omo ya hemos visto, el hogar original lanoamericano se fundó en el siglo XVI en base al abuso sexual de la mujer indígena. Esto establece firmemente en nuestra cultura hábitos tóxicos de conducta como la inconnencia sexual y la infidelidad impune de los hombres, con la complicidad implícita, tanto de sus esposas como de la Iglesia. Ese hogar irregular, presidido por una pareja que ignora el sagrado pacto matrimonial y lo acomoda a su conveniencia, siembra la corrupción en el corazón de los hijos y, por ende, en la futura sociedad. Así se establece en nuestra cultura fundacional la terrible injuscia de un doble estándar moral, encubierto por un engaño generalizado que suplanta la decencia por el decoro, o sea, la mera apariencia de decencia. Esa familia asegura la infelicidad de sus miembros y de sus futuros hogares, como nos lo advierte el proverbio bíblico: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Prov. 22: 6). De esta manera, Iberoamérica se puebla de hogares donde reina la prepotencia y el engaño. Ese desorden moral fomenta la desobediencia impune a toda autoridad, ya sea familiar, civil o religiosa, y culva una conciencia rebelde e improvisada que ignora las leyes de Dios y de los hombres. Por eso, el macho lanoamericano es un ser rebelde, autónomo e insubordinado. En su hogar reina una tradición religiosa, no una fe vívida: se praccan ritos y se manenen las apariencias; pero no se imita la conducta del Jesús de la Biblia. El hogar que origina la cultura lanoamericana fue forjado en un atropello sexual nunca reconocido ni reparado, en el menosprecio de razas, en la injusca y en el engaño, propio y mutuo. La nuestra es una cultura donde no gobiernan la juscia y el amor, sino, como veremos, un arreglo humano que concede un poder indebido a los hombres: el machismo, y una influencia igualmente indebida a las mujeres: el matriarcado, sistemas que se refuerzan mutuamente y que nos caracterizan hasta el día de hoy. El machismo asume que el hombre es indiscublemente superior a la mujer y, por tanto, ene derecho sobre ella, ya que le pertenece y existe para su beneficio, para servirlo y para suplir sus deseos y necesidades. Este patrón viola el diseño divino que otorga la misma dignidad a hombres y a mujeres, creados igualmente “a imagen y semejanza de Dios”. Al otorgar mayores derechos al hombre, el machismo desencadena una serie de consecuencias nefastas para los individuos y para la sociedad. Libre de las

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

exigencias de su pacto matrimonial, el varón lanoamericano reproduce con impunidad una orfandad natural y espiritual que afecta todas sus relaciones, tanto familiares como sociales. Desde el principio, el pecado dejó huérfanos a Adán y a su mujer, que le dieron la espalda a su Padre y tuvieron que ser expulsados de su casa. En Iberoamérica, el varón, que derramó su simiente en cuanta mujer indígena quiso, engendró generaciones de meszos ilegímos. Sin un padre que les dé su nombre ni los trate como hijos, vivieron, en la inmensa mayoría de los casos, como allegados y siervos de confianza. El mismo “decoro” y la insistencia en guardar las apariencias alejan al conquistador de sus hijos bastardos, para evitar el reproche de la sociedad. Estos meszos ilegímos, la nueva raza de lanoamericanos, jamás pudieron alcanzar el estatus social de su progenitor; sin embargo, poseían uno superior al de su madre. Esto los condenó a una orfandad social y emocional que se suma a la orfandad espiritual de todos los hijos de Adán y Eva, separados de nuestro Padre Celesal por el pecado. En Iberoamérica, fueron más los hijos ilegímos que los legímos. Por tanto, cundió la orfandad social debido a la ilegimidad que distanció social e irreconciliablemente a los progenitores de sus hijos. Por ende, la irresponsabilidad sexual de los padres ha condenado a una buena parte de sus hijos a la ilegimidad, a la inferioridad y a la pobreza, desde hace siglos. El complejo de inferioridad va de la mano con la orfandad emocional, dando a luz otros estados internos como son: una profunda inseguridad, un resenmiento exagerado por las ofensas y una tristeza y melancolía recurrentes, fruto del duelo por la carencia de paternidad.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

Machismo y orfandad son hermanos gemelos, porque el macho engendra huérfanos emocionales, mientras que esos huérfanos, sin padre, reproducen inconscientemente su abandono.

NOTAS ____________________________

¿EN QUÉ CONSISTE Y CÓMO SE MANIFIESTA EL MACHISMO?

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Desde la caída hasta hoy, en todas las civilizaciones y culturas, ha exisdo una especie de superioridad masculina ya que el varón se cree, inconscientemente, superior a la mujer. Efecvamente, Dios le dijo a Eva en Génesis 3: 16 que su marido iba a querer dominarla. Como consecuencia inevitable de la desobediencia a Dios, el ser humano se convierte en un discípulo de Satanás, reflejando sus valores.

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El orden divino de autoridad en el hogar es muy diferente. Dios establece al varón como cabeza de la mujer, a costo de su propio sacrificio personal y para bendición de ella, nunca para poseerla como objeto. Por su parte, ella también pone su vida por él, y ambos procuran ayudarse mutuamente. Cuando el orden familiar se convierte en una competencia por el poder, este sistema, en lugar de ser una bendición, es una maldición: el macho cree que la mujer debe servirlo, hacerle todos los gustos y darle acceso a su cuerpo cuando él lo desee. Además, el hombre no se siente obligado en lo más mínimo a serle fiel a su mujer porque no va a sujetarse a una persona que, según él, es inferior. Por esa razón, existe una desigualdad moral entre los dos que requiere de ella una casta conducta sexual desde niña, pero que enseña al varón que el hombre no puede contener su lujuria y, por tanto, se ancipa que será infiel. Él no se sujeta a regla alguna, por lo que es un ser irresponsable, mujeriego e infiel, que abusa de las mujeres tanto sexual como emocionalmente, y ene más de una.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Bajo el sistema del machismo, las mujeres viven frustradas, tristes y abusadas, y aprenden apenas a tolerar a sus maridos. No los respetan porque ellos no se hacen merecedores de ese respeto. Engañadas por las reglas de ese orden social injusto, crían, de generación en generación, hijos machistas, con privilegios sexuales por ser varones, e hijas sufridas, que solo aguantarán a sus maridos, mas no los amarán, y menos les servirán como ayuda idónea, según el mandato bíblico. Sin control propio, el hombre naturalmente viola su promesa de fidelidad y destruye su pacto matrimonial porque no lo toma en serio. Al hacerlo, pierde la autoridad espiritual que Dios le dio y el respeto de su propio cuerpo y, por supuesto, el respeto de su mujer. En un sistema machista, la mujer obedece al marido, pero de boca, en el fondo lo resiente y lo desprecia. Muchas veces, siente pena por él. Espiritualmente hablando, la mujer es la líder funcional de este hogar porque es la única que acata las reglas de Dios y, por tanto, recibe de Él la autoridad que va acompañada con la obediencia. Al machista sus propios hijos no lo respetan, porque saben que es débil. Ellos toman el pardo de su mamá, consciente o inconscientemente. Por tanto, el varón, debilitado por su propia torcedura moral, cede la autoridad de su hogar a su mujer porque él no la usa para el bien de su familia, como debería hacerlo un líder siervo. Más bien, grita y se impone, signos de su falta de verdadera autoridad, gobernando con prepotencia mediante la amenaza y el maltrato verbal, emocional o, incluso,  sico, razón por la cual es muy común ver que el varón lanoamericano termina en soledad, alejado de su propia familia. En otros casos, termina dominado por una mujer de carácter fuerte, mediante el chantaje emocional, la seducción o la manipulación. La tendencia universal de la dominación masculina, que comenzó con la caída, se agravó sensiblemente en nuestra

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cultura lanoamericana con el desorden sexual que estableció el meszaje durante la Conquista. Fue así como el machismo se conviró en nuestro modelo cultural de hombría, tan caracterísco de nosotros que otras culturas ____________________________ han adoptado la palabra que lo nombra en español para ____________________________ describirlo. ¡Hemos nombrado al fenómeno que nos ____________________________ caracteriza! ____________________________ Trágicamente, este patrón pervierte el orden de autoridad de toda la sociedad, comenzando por la familia, porque Dios ____________________________ designó a los hombres para que seamos la cabeza espiritual ____________________________ de nuestros hogares, gobernando nuestras pasiones y ____________________________ sirviendo a nuestras familias. Sin embargo, el machismo nos ____________________________ convierte en “cola” en lugar de “cabeza”, y nos permite ser ____________________________ irresponsables y apácos. ____________________________ Los líderes que no se sujetan al pacto divino, ni al suyo ____________________________ matrimonial, di cilmente respetarán los demás pactos ____________________________ humanos, sean contratos, constuciones, o leyes civiles. El ____________________________ libertador de América, Simón Bolívar, al final de su vida, e s c r i b i ó : “ ¡ H i s p a n o a m é r i c a e s i n g o b e r n a b l e ! ”. ____________________________ Lamentablemente, esa ingobernabilidad comienza en ____________________________

NOTAS

nuestra propia familia, donde recibimos tan mal ejemplo ____________________________ desde la temprana niñez. El mismo Bolívar fue una muestra ____________________________ de ello: vivió en adulterio con la esposa de un médico ____________________________ escocés. ____________________________ La doble orfandad, espiritual y emocional, mueve al macho ____________________________ lanoamericano a compensar ese vacío que siente, que le ____________________________ roba su sendo de idendad y lo hace senrse desprotegido, ____________________________ inseguro. Él se siente huérfano, y lo es, porque como pecador está separado de su Padre Celesal. Además, es un huérfano ____________________________ emocional porque, en la inmensa mayoría de los casos, la ____________________________ relación con su padre natural es disfuncional. Casi la mitad de ____________________________ nosotros somos hijos sin padre, frutos de uniones ilegímas. ____________________________ Súmese el hecho de que para la mayoría del resto de

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NOTAS ____________________________

nosotros, nuestro padre fue un marido infiel, un mujeriego que ignoró su pacto matrimonial. Por ser hijos ilegímos, o por nacer en hogares donde no se respeta el pacto matrimonial, la inmensa mayoría de nosotros somos vícmas inocentes de ese abandono moral y espiritual.

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Aunque nuestro padre terrenal haya provisto para nosotros y nos haya dado su nombre y su cariño, si no fue fiel a su pacto matrimonial, no nos dio ejemplo de rectud y de amor, que es la verdadera herencia de paternidad. Dios Padre nos da evidencia de su amor, concediéndonos a diario el orden, la belleza y la abundancia de su creación. También nos da el ejemplo de su fidelidad, eterna y para siempre. Como buen Padre, nos ofrece el modelo perfecto de liderazgo: el de ser cabezas por medio del servicio y cuidado de nuestras familias, proveyendo para sus necesidades materiales, emocionales y espirituales, ejerciendo así la verdadera autoridad. OTRAS CARACTERÍSTICAS DEL MACHO En el hogar de un macho, el niño experimenta a su padre como alguien lejano, exigente, arbitrario e, incluso, abusador. Esto lo llena de temor y de resenmiento, muchas veces reprimido. Por eso, el macho lanoamericano encubre su inseguridad exagerando su valena; la pone a prueba en todas partes, sobre todo, al aventurarse en conquistas amorosas para hacer alarde de su virilidad frente a los otros varones. Como el varón inseguro necesita un refuerzo connuo y una afirmación de su masculinidad, dedica mucha energía a conquistar,  sica o emocionalmente, a las mujeres de su entorno. Esto convierte al machismo en una tendencia compulsiva. Cuanto más inseguro se siente, más mujeres tratará de poseer. Así, es capaz de violar cualquier promesa, cualquier pacto, inclusive el voto matrimonial propio o ajeno.

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Ese afán de senrse hombre es impulsado por la lujuria y por una necesidad profunda e inconsciente de senrse valorado. Sus métodos de conquista van desde el halago zalamero hasta la sugerencia o la propuesta indirecta, hecha como si fuera una broma, por si acaso lo rechazan. No vacila en decir palabras zalameras, ni en hacer promesas engañosas. Para realizar su conquista, es capaz hasta en embriagar a su vícma y emplear el acoso emocional o  sico, también el chantaje emocional. El varón lanoamericano confunde el ser hombre con ser macho. Ha idenficado la sexualidad como la única caracterísca de hombría y de amar. Con el empo, se convierte en un adicto sexual que no respeta las reglas de moralidad, ni la inocencia de la niñez, pues acecha a los menores como presa fácil para desahogar su lujuria insaciable y descontrolada.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

La ilegimidad que resulta de toda esta promiscuidad es una realidad en todo nuestro connente. En la mayoría de nuestros países, se dan tasas de ilegimidad de cerca del 50%, lo cual quiere decir que la mitad de nosotros los lanoamericanos, más o menos, somos legalmente huérfanos porque hemos nacido fuera del pacto. Como no entendemos las consecuencias espirituales de nacer fuera del pacto, esta herencia cunde de generación en generación y afecta, de alguna manera, a casi todas las familias. El engaño, el disimulo, la desconfianza y la inseguridad crean relaciones hogareñas emocionalmente dañinas, llenas de manipulación y de dependencia, no solo entre el marido y su mujer, sino también en los hijos. En este hogar es donde se siembra la conducta de las futuras generaciones con elementos como la injuscia y la impunidad, la corrupción, la infidelidad, la violencia y la inestabilidad.

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

En América Lana, el machismo es, realmente, lujuria socialmente establecida. La sociedad tolera el deseo desordenado y desmedido de los hombres como si fuera algo normal. Lamentablemente, esta es una conducta que la Iglesia rara vez condena eficazmente. Casi no se oye de casos en que se excomulga a los hombres machistas y atropelladores que no se arrepienten, o a los que cometen infidelidad en forma reiterada. El machismo viola la juscia y la dignidad humanas tanto del hombre como de la mujer. Al tratarlos desigualmente, contradice la equidad con la que Dios los creó. Como los exime de su debida obediencia a Dios, los coloca, a ellos y a la sociedad misma, fuera del pacto y de las bendiciones que este acarrea. Asimismo, permite que el hombre abuse o ceda su autoridad, y fuerza a las mujeres a acatar una autoridad prepotente e injusta, así como a ejercer una autoridad espiritual que no les corresponde para llenar el vacío. De esta manera, los hombres machistas terminan usando a las mujeres sin amarlas, mientras que ellas los soportan, sin respetarlos.

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Enseñanza # 3 - Preguntas para reflexión

Machismo y orfandad 1.‐ Repasar los conceptos: Macho: Inconnencia: Infidelidad:

APLICACIÓN

2.‐ Exponga las caracteríscas del huérfano.

3.‐ ¿Qué relación existe entre machismo y orfandad?

4.‐ Razonar y explicar: “El macho engendra huérfanos y los huérfanos se conducen como machos”.

5.‐ ¿Será el hombre superior a la mujer? ¿Por qué? ¿Qué podemos aprender sobre esto en Génesis 3: 16?

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6.‐ ¿Por qué razón el hombre cree que no puede ser fiel a su mujer?

7.‐ ¿Por qué la mujer era considerada infiel y no el hombre?

8.‐ ¿Qué relación existe entre la autoridad y la obediencia?

9.‐ ¿A qué le llamamos promiscuidad?

10.‐ ¿El machismo viola la dignidad humana del hombre y la mujer? ¿Por qué?

*Lea 1 Corinos capítulo 7 y note las once veces que muestra que las mismas reglas se aplican tanto para el marido como para su mujer. Reflexión: Las reglas son las mismas para todos.

Tiempo de oración

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El alma del macho

ENSEÑANZA # 4 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 4 El alma del macho

Ÿ

El machismo deforma las emociones del varón. Ÿ

Ÿ

Un doble estándar de juscia y moralidad hace que desprecie a su mujer y a sus emociones.

Esto lo lleva a desconfiar, esconder y reprimir las suyas propias. Ÿ El machismo en el crisano: Ÿ Lo hace insensible al Espíritu Santo. Ÿ No ve en el dolor de su mujer una lección para él y su oportunidad de crecer. Ÿ El macho ama indebidamente a su madre. Ÿ El macho sustuye el sexo por el amor, y el amor románco por el amor verdadero. Ÿ Para él, el amor es un juego... su deporte favorito. Ÿ Termina solitario, herméco, taciturno, estoico, incomprensivo, insensible, indiferente, incapaz de amar. Ni da, ni sabe recibir el amor. Ÿ La soledad es un tema frecuente en nuestra literatura. Ÿ Muchos mitos refuerzan el machismo, por ejemplo: “Los hombres no lloran”. Ÿ E l m a c h i s m o e s l u j u r i a s o c i a l m e nte establecida. Ÿ La sociedad lo aplaude y la Iglesia lo tolera. Ÿ El sexo vende... pero a un costo muy alto. Ÿ La mujer es cómplice del machismo. Ÿ Las madres son las que crían futuros déspotas. Ÿ Los niños juegan, las niñas trabajan. Ÿ L o reproducen de generación en generación.

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Enseñanza # 4

El alma del macho

E

l machismo ene consecuencias psicológicas y espirituales aciagas para el varón, para la familia y para toda la sociedad. A connuación, examinaremos el panorama psicoespiritual, o sea, la psicología y la espiritualidad del macho.

Este sistema deforma las emociones del varón al permirle un doble estándar de juscia y de moralidad que lo conduce a menospreciar a su mujer y a despreciar sus cualidades innatas femeninas, tales como sus emociones, que él considera “cosas de mujer”. Esto lo conduce a esconder y a negar las suyas propias, las cuales terminan siendo converdas en ira, celos y rabia. Por esta razón, el macho es violento, porque reprime sus emociones normales al considerar, erróneamente, que lo harían vulnerable al abuso de los demás. Esa falsa diferenciación entre los sexos, atrofia los senmientos del varón y lo vuelve incomprensivo, indiferente e incapaz de amar sanamente, ya que se le hace di cil dar y recibir el amor con gratud. En sus relaciones, el poder desplaza al amor; él procura ganarse el afecto de la mujer conquistándola, imponiéndosele. De esa manera, imagina que se ganó por esfuerzo propio el cariño que le dan sus mujeres, y se jacta por eso. Es que no puede recibir libremente el amor, no sabe cómo acogerlo. El marido machista crisano puede volverse insensible al Espíritu de Dios porque se ha permido ser incomprensivo hacia su mujer. Como inconscientemente menosprecia sus senmientos, no los toma en serio, como un mensaje del Espíritu Santo para él. En lugar de senr compasión hacia su mujer, siente pena porque se cree superior a ella, cree que ella llora porque es débil, inferior, inmadura o egoísta. Si no la ignora, frecuentemente, la juzga. No ve en el dolor de su mujer una lección para él, porque con frecuencia el Espíritu Santo usa el dolor de nuestras esposas para enseñarnos algo a nosotros, sus maridos. Cada vez que lo ignoramos, desperdiciamos una ocasión para crecer en esa área subdesarrollada de nuestro carácter y ejercer el sacerdocio de la compasión hacia ellas. El marido machista no se da cuenta de que la sensibilidad de su esposa es exactamente la contraparte que él necesita. Ella es la ayuda idónea que Dios le ofrece para poder crecer y sanarse de la dureza de su propio corazón, y restaurar así su atrofiada capacidad de afecto. En su deformación espiritual, el macho solo valora la ternura de las mujeres cuando es dirigida hacia los hijos, que son vulnerables, ya que el único po de amor incondicional que ha conocido y que reconoce en otros es el maternal. Al no conocer el amor paternal, los conceptos de paternidad y amor le parecen

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

términos contradictorios. Él solo sabe amar a su madre, con un amor tan desmedido que frecuentemente lo lleva, incluso, a violar su propio pacto matrimonial, ya que ama a su mamá por encima de su propia mujer. Amar es siempre un riesgo. El varón machista no quiere arriesgarse porque no quiere sufrir la humillación del rechazo; entonces, termina escondiéndose poco a poco tras un hermesmo falso y dañino, lleno de desconfianza y de temor a ser herido o descubierto. Incapaz de amar genuinamente, reduce el amor a lo que realmente enende: el sexo. También sustuye la falsedad de un amor románco por el compromiso responsable del pacto, símbolo del verdadero amor. Por lo general, el amor románco suele ser superficial, e mero y hasta engañoso, algo que podemos ver retratado en la música, en el cine, en la literatura, en el arte, y en los espectáculos. Desgraciadamente, el romancismo es eficaz ya que acaricia las cuerdas emovas de los seres sensibles, como los jóvenes y la mayoría de las mujeres. Para el macho, usar el lenguaje y los instrumentos del amor románco puede converrse en algo así como un deporte. Él puede usarlo como un juego simbólico, imaginavo y poéco, que le permite ganar acceso al corazón de muchas mujeres. Esto solo ocurre, por supuesto, con la complicidad o insensatez de ellas, condicionadas desde su infancia para atraer la atención de los hombres. Desde niñas, ellas coquetean y se dejan halagar con menras extravagantes, piropos y halagos. Como el macho no cree en los senmientos puros, no ene escrúpulos jugando al romance, apostando su palabra en pos de concesiones indebidas, muchas veces, con más de una presa a la vez. Un juego románco común es declarar que sufre porque está “perdidamente enamorado de ella”, fingiendo un chantaje emocional. Apelando a su compasión y sendo de juscia,

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demanda una reciprocidad de parte de la mujer, aun a costa de su buen nombre y su virtud. En muchos casos, esto ocurre con una especie de complicidad implícita de parte de ella, ya que en el fondo sabe, con certeza, que está jugando un juego falso y peligroso. Si ella cede a sus demandas, él gana la parda, saliéndose con la suya mediante el engaño, la conquista y la dominación. Y tristemente, tan pronto obene lo que busca, suele perder todo interés en ella, ya que solo le interesaba la caza de la presa, no la presa en sí.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Un hombre así, sin escrúpulos, es capaz de profesar su amor a más de una mujer al mismo empo, enamorando a varias simultáneamente. Es que no se ha verdo emocionalmente en esas declaraciones de amor, sino que para él son un juego. Así, juega con los senmientos de su vícma; para lograr sus objevos, le hace promesas engañosas que no ene la más mínima intención de cumplir. Profundamente egoísta, el macho no vacila en sasfacer su ego inseguro a costa de la virtud, la dignidad y la reputación de la otra persona. Cada día hombres así siembran desencanto, rencor y amargura en sus vícmas, consecuencias estas que pueden afectarlas a ellas y a sus hijos de por vida.

____________________________

En el fondo, el macho lanoamericano es un ser profundamente solitario; de hecho, la soledad del alma es un tema recurrente en nuestra literatura connental seria. Por ejemplo, algunos de nuestros novelistas más célebres como Octavio Paz, quien escribió El laberinto de la soledad, o Gabriel García Márquez, quien escribió Cien años de soledad, repiten el mismo tema, una y otra vez. Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa e Isabel Allende también lo recuerdan en sus novelas y ensayos.

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____________________________ Si no recibe ayuda de Dios y de quienes lo aman, el macho ____________________________ suele terminar mal: triste, aislado y solo, distante de su familia, casi sin amigos, alejado de sus hijos lasmados, y ____________________________ abandonado frecuentemente por quienes ha herido. Su ____________________________ situación me recuerda aquel famoso y dramáco poema 47

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

de Sor Juana Inés de la Cruz, del siglo XVI, tulado Redondillas, en el cual ella exhorta a los “hombres necios que acusáis a la mujer sin razón…”, y termina diciéndoles: “…queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis…”. Naturalmente, el macho no podría actuar como tal sin la complicidad de su hembra, y no solo de ella, sino de todo el entorno social que incluye a la misma Iglesia. Hay infinidad de expresiones culturales y sociales que celebran y refuerzan el machismo como algo aceptable y normal. Las instuciones sociales lo ignoran y, a veces, hasta lo respaldan. Por ejemplo, hasta mediados de la década de los noventa, las constuciones centroamericanas ni siquiera reconocían que la infidelidad pudiera ser un delito para los hombres. Legalmente hablando, solo las mujeres podían ser acusadas de infidelidad cuando, de hecho, tanto la vida como el sendo común demuestran que los hombres son infieles con mucha más frecuencia. Hasta hoy, no parece haber una voluntad políca para recficar esta injuscia, porque los mismos líderes de la sociedad, en todos los ámbitos, son machistas en sus actudes, por naturaleza, crianza y cultura. Hace poco vi en España un libro de refranes que confirman la cultura machista contemporánea; estaba escrito, naturalmente, por una mujer, herida por ese menosprecio de los varones. Es un libro amargo, cuyo tulo refleja el resenmiento al usar una palabra grosera. Mientras que la cultura nos enseña que las emociones son “cosas de mujer”, el crisanismo bíblicamente informado sabe que las emociones son un don de Dios, y que Dios mismo, dice la Biblia, “se duele de corazón”. El dicho popular dice que los varones no lloran; pero sabemos que Jesús, ante la muerte de su amigo Lázaro y el duelo de sus hermanas, lloró (Juan 11: 35).

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Un popular refrán dice que “ojos que no ven, corazón que no siente”. Sin embargo, sabemos que los ojos de Dios ven en

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todas partes. Como dice el salmista: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Sal. 139: 7). Hay muchos dichos que confirman la complicidad de las mujeres con el hombre bajo el sistema del machismo; por ejemplo, en ciertos países andinos se dice: “Me pega, marido es”, lo cual quiere decir que él está haciendo uso de su derecho como esposo y que el maltrato confirma su amor, entre comillas, por ella. Encontré otro dicho en México que evidencia el papel de las madres en la formación de la próxima generación de machistas, dice: “Amarra a tus pollas, que mi gallito anda suelto”. Esto es algo que le diría la madre de un varón a la madre de hijas, jactándose de que su hijo es un mujeriego. Muchas madres advierten a sus hijas: “Hija, los hombres son así”, sembrando una actud fatalista y contraria a la Biblia. Los hombres no son “así”, sino que la cultura y el mal ejemplo familiar, con la complicidad de las mujeres, los hacen y les permiten ser “así”. De esta manera, las madres preparan el corazón de sus hijas para recibir, de forma natural, una menra impuesta, sin inculcarles un sendo de jusca y de autorespeto que las haga exigir a sus maridos la integridad necesaria para ellas poder respetarlos.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

¡Hasta las canciones de cuna que les cantamos a nuestros ____________________________ bebés y los juegos infanles reflejan esa cultura machista! ____________________________ Por ejemplo, en Sudamérica se toma al bebé de las manitos y ____________________________ se le dice así: ____________________________ “Torta de manteca, para mamá que da la teta; torta de cebada, para papá que no da nada”. De esta manera, esa cultura malsana le es inculcada antes de aprender a hablar. También, a los varoncitos pequeños se les enseñan canciones como esta: “Arroz con leche, me quiero casar, con una niñita del barrio oriental, que sepa coser, que sepa bordar, que sepa hacer medias para un general”. Hay canciones populares para todas las edades: “̕̕En mi casa mando yo, son menras de papá; cuando no está mi mujer, eso sí que puede ser”.

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

En fin, de nación en nación y de época en época, una gran candad de nuestras canciones populares han celebrado el machismo. LAS MADRES CRÍAN Y REPRODUCEN HIJOS MACHOS Lo sorprendente es que son las madres quienes, con su ejemplo y actudes, reproducen el machismo de generación en generación, y crían hijos consendos e irresponsables, futuros déspotas en sus nuevos hogares, hombres que se creen con el derecho de usar a las mujeres y de abusar de ellas. Es que, inconscientemente, eso es lo que les enseñó su propia madre. Asimismo, enseñan a sus hijas a someterse, a servir a los varones, incluso a sus hermanos menores. Así se preparan para ser buenas esposas para los machos déspotas de la siguiente generación.

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En muchos de nuestros hogares, siguiendo la tradición, los varones juegan y las hembras trabajan; los varones son consendos y las hembras, sufridas. Las madres crían hijas cómplices, adiestradas para resisr los atropellos de los hombres y para tolerar la infidelidad de sus maridos, sin confrontarlos ni denunciarlos ante las autoridades, sean civiles o eclesiáscas. La injuscia comienza y se arraiga en los mismos hogares, con el mal ejemplo de los padres y la crianza desigual de los hijos, ya que no son educados (hijas e hijos) para cumplir los roles bíblicos de procreación y producción que Génesis 2 y 3 sugieren para la mujer y el varón, respecvamente. Asimismo, ES preciso modelar la mutua sucesión a nuestro pacto matrimonial y los respecvos roles de Siervo en Jefe del varón y de ejemplo de sumisión de la esposa, que nos enseña Efesios 5: 21‐32. Pero eso dista mucho del condicionamiento para los roles injustamente desiguales que nuestra cultura reserva para cada sexo.

____________________________ ____________________________

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Enseñanza # 4 - Preguntas para reflexión

El alma del macho 1.‐ Razonemos por separado, hombres y mujeres: “El machismo deforma las emociones del varón”. Hombres:

APLICACIÓN

Mujeres:

2.‐ ¿Por qué el macho es violento?

3.‐ ¿Cómo es la ayuda idónea que Dios le ha dado al hombre?

4.‐ ¿Cuál es el mayor temor que ene el macho?

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5.‐ Exponga algunas caracteríscas de un marido machista.

6.‐ ¿Cuál considera el macho su “deporte favorito”? ¿Por qué?

7.‐Busquemos las bases bíblicas que afirmen o nieguen las siguientes declaraciones: “Las emociones son un don de Dios”: ___________________________ “Jesús lloró”: ___________________________ “Ojos que no ven, corazón que no siente”: ____________________________ 8.‐ ¿Desde qué edad le enseñamos a nuestras mujeres a resignarse ante el machismo?

9.‐ ¿Quiénes son los cómplices de los machistas que reproducen hijos machistas?

10.‐Reflexionemos sobre la siguiente declaración: “Los hombres son así”. Hombres:

Mujeres:

Tiempo de oración

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Maternidad vs. Matriarcado

ENSEÑANZA # 5 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 5 Maternidad vs. Matriarcado Ÿ

El machismo y el matriarcado, ¿cosas del pasado?

Ÿ

Hay que disnguir entre maternidad (un noble llamado) y matriarcado.

Ÿ

El matriarcado es el complemento del machismo, una “solución” malsana a una situación opresiva.

Ÿ

La mayoría de las mujeres se resignan a jugar por las reglas del juego del machismo.

Ÿ

Una cultura machista engendra necesariamente un matriarcado.

Ÿ

El machismo da preferencia al hombre, pero cada privilegio ene un costo. Cuanto más trata de enseñorearse y dominar a su mujer y a sus hijos, menos respeto le enen. Cuanto más ignora los senmientos de su mujer, menos cariño recibe. Cuanto más la somete al abuso emocional, verbal y  sico, más se distancia de sus hijos. Cuanto más viola su voto matrimonial, menos autoridad espiritual detenta en su hogar. Ÿ

Ÿ

Ÿ

Termina cediéndole la autoridad moral a su mujer.

El matriarcado deforma la familia. Ÿ

Le da autoridad indebida a la mujer.

Ÿ

Ella cría los hijos “para ella”, y les hace daño.

Ÿ

Se establece una dependencia emocional mutua y malsana entre madre e hijos.

Ÿ

Quedan roles insalubres para la mujer: vícmas, arpías, brujas o feministas.

E l machismo y el matriarcado son complementarios y tóxicos. Ÿ

Ellos causan el dolor de nuestras familias, la inmadurez de nuestros líderes, la inestabilidad políca, la pobreza y el atraso social de nuestros pueblos.

Ÿ

Hay que sanar este patrón y formar familias modelo.

Ÿ

Nuevas reglas de juego: “Las reglas son las mismas para todos”.

MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

Enseñanza # 5

Maternidad vs. Matriarcado

L

a maternidad es un noble llamado. Bien llevada, representa el más grande sacrificio que puede hacer una mujer: el de gestar, dar a luz y criar a un ser humano. A parr del embarazo y los dolores de parto, los sacrificios del diario cuidado, sus desvelos y esfuerzos infagables por la salud, la nutrición, la disciplina y la formación del carácter de sus hijos, la buena madre se gana la gratud eterna y bien merecida de sus hijos y de la sociedad. El matriarcado es un sistema de poder opresivo, en el cual la madre usa la influencia que su rol maternal le confiere de forma indebida para comprometer, influir y muchas veces dominar a quienes la aman. LA MATERNIDAD EN LATINOAMÉRICA En nuestro connente, las madres son realmente dignas de especial honra porque en su mayoría ejercen su ministerio de maternidad bajo condiciones sumamente desfavorables. Casi la mitad de las madres en América Lana conciben hijos fuera del matrimonio o se ven forzadas a criarlos sin padre; por tanto, ellas son, virtual o emocionalmente, mujeres rechazadas o abandonadas. Bíblicamente hablando, son viudas. En muchísimos casos, las madres casadas no cuentan con el apoyo completo e incondicional de sus maridos, ya que estos son irresponsables e infieles. Muchos hasta suelen tener hijos con otras. Hay toda una serie de actudes de la mujer que corresponden al machismo, pero, en general, podemos decir que este mal se sosene por la anuencia y complicidad de la mujer, ya que si ellas rechazaran, denunciaran y ridiculizaran abiertamente el acoso de los hombres, ese patrón disminuiría. Si la esposa confrontara vigorosamente la infidelidad de su marido, negándole su cuerpo y, hasta donde sea posible, echándolo de su casa y llevándolo ante las autoridades de la Iglesia y de la sociedad, la infidelidad sería mucho menos frecuente y aceptable. En cambio, las mujeres lo aceptan tácitamente de muchas formas disntas. En el peor de los casos, responde con una subordinación resignada y servil a un hombre déspota y abusivo. En otros, confronta al marido, pero sin consecuencias serias porque no hay apoyo familiar, social, espiritual ni gubernamental que la respalde en exigirle fidelidad conyugal. Inevitablemente, esa sumisión indebida e injusta acarrea un costo emocional alto, que va desde lo que los psicólogos caracterizan como “resistencia pasiva” hasta las neurosis. Sin sanas enseñanzas y experiencias, con su dignidad y su autoimagen dañadas por su crianza, su cultura y el maltrato conyugal, la mayoría de las mujeres no ven otra alternava que aceptar las reglas que impone el juego del machismo. Entonces, o se adaptan y sufren con abnegación las indignidades de su condición, o se convierten en mujeres deshonestas y manipuladoras. En este úlmo caso, ella puede escoger entre ser una mujer dominante y dominadora de 55

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sus hijos (y a veces de todos los demás, incluyendo su marido), que manipula sus senmientos, y crear una dependencia emocional en ellos y en su marido. En ambos casos, esa reacción es su manera de compensar la dominación masculina a la que es condenada por la cultura, empuñando así la lucha por el poder. Es así como, indirectamente, el machismo fomenta su co nt ra p a r te , e l m at r i a rca d o, y a m b o s ter m i n a n complementándose en una cultura familiar tóxica, pero desgraciadamente muy estable, porque los patrones de conducta obedecen a reglas muy potentes y producen, para desgracia de todos, los resultados que ambos contendientes buscan: cada cual se sale con la suya. La madre es indiscublemente la figura central de la familia lanoamericana. El machismo le concede privilegios indebidos al hombre, como el señorearse de su mujer y de sus hijos, el violar su voto matrimonial con impunidad, el ignorar los senmientos de ella, y el de someterla al abuso emocional, verbal y, a veces,  sico. Sin embargo, como por derecho compensatorio, cada indignidad le añade a la mujer una autoridad moral que la convierte, efecvamente, en la cabeza espiritual de su casa, y le concede la lealtad inquebrantable de sus hijos, que la ven como una vícma: una esposa ofendida y una madre maltratada. Cuando el hombre renuncia a la autoridad que Dios le ha dado para amar a su mujer y guiar a sus hijos, ella se ve forzada a llenar el vacío. Es muy di cil respetar a quien no se respeta a sí mismo, o sujetarse a un marido ausente que renuncia a su autoridad o, peor aún, que es un abusador. Esto trastorna el orden de autoridad que Dios estableció para el matrimonio y la familia. Si él es irresponsable, como ocurre cada día más, a ella le recae la responsabilidad de mantener funcionando el hogar y de nutrir el amor y las relaciones lo mejor que puede, entre los miembros de su familia.

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EL MACHISMO Y EL MATRIARCADO ESTABLECEN FAMILIAS DISFUNCIONALES La cultura machista del hogar tradicional pico de América Lana produce hombres débiles y mujeres fuertes. El machismo y el matriarcado se combinan para producir familias disfuncionales en las que la madre ocupa una autoridad indiscuble y culva la fidelidad férrea de sus hijos, que son inducidos a senr que le deben apoyo, lealtad y cariño de por vida. Como emocionalmente se siente dominada y descuidada por su marido, inconscientemente se apoya en sus hijos, y estos, que son ernos, muchas veces se deforman emocionalmente bajo el peso de la responsabilidad de tratar de hacer feliz a su mamá. Es que Dios no los ha capacitado para suplir las necesidades emocionales de su madre, y se hacen grave daño a sí mismos cuando tratan de hacerlo. Es así que muchos terminan tomando el pardo de su madre en contra de su padre, violando el mandamiento de honrar a padre y madre. Otros tratan de asumir el papel del padre y tratan de hacerse cargo de su madre; en algunos casos, hasta tratan de separarla de su esposo abusador.

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El matriarcado crea una dependencia emocional entre la madre y los hijos, que los incapacita en la adultez para asumir los roles que les corresponden en esa etapa de la vida, cuando necesitan ser independientes para poder formar su propio hogar y ser responsables para hacerse cargo de su propio cónyuge y de sus hijos. Las madres emocionalmente necesitadas crían a sus hijos para ellas, dependientes de su aprobación, lo cual les dificulta ser independientes y formar familias sanas y felices. Más de un hogar joven ha sido destruido por la intromisión de una madre que se creyó con el derecho de desaprobar a un cónyuge para su hijo o hija.

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De esta manera, inconscientemente, muchas madres siembran la futura desgracia del hogar de sus hijos. Otras, de forma intencional, crían a sus hijos varones, y a veces a las hembras, para asumir la responsabilidad de su cuidado y manutención en la vejez, cuando su marido les falte, o en caso de que las abandone.

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Las madres que caen en esta trampa del matriarcado son, al mismo empo, vícmas y protagonistas del sistema matriarcal y de sus consecuencias. A través de esta relación emocional indebida, yo diría tóxica, las madres dejan en sus hijos huellas indelebles, muy di ciles de sanar. A la verdad, el machismo provoca varios pos de conductas patológicas en las mujeres: unas optan por converrse en márres que sufren el abuso de sus maridos de forma abnegada, pero por dentro los resienten y les faltan al respeto; otras se vuelven arpías que manipulan a su parecer el núcleo familiar para, según ellas, enfrentar los abusos de los varones y el trato desigual a que son somedas. Otras usan su poder de seducción para enseñorearse de hombres débiles y obtener lo que quieren. A estas podríamos llamarles “brujas”, porque la seducción es un arma de la brujería. Existe aún otra respuesta de las mujeres ante el machismo, especialmente en la sociedad moderna: el feminismo, donde se revisten de resenmiento y adoptan actudes de denuncia y de ira en contra de la injuscia del machismo. Así, compiten con los varones por el poder hasta alcanzarlo, sin darse cuenta de que la ley del matrimonio es el amor, no la competencia por el poder. De paso, muchas esposas feministas evaden el papel que Dios les dio como esposas sujetas y madres sacrificadas. La influencia malsana de la madre contribuye a la toxicidad del hogar tradicional lanoamericano, un hogar al cual llamo “disfuncional”. El machismo y el matriarcado compiten y se complementan ya que los protagonistas de cada uno, en cierto modo, le abren espacio al otro. Los hombres machistas les conceden a sus madres una autoridad indebida y una influencia sobre sus vidas que abona al maltrato de sus mujeres, porque las obligan a sujetarse no solo a los caprichos de ellos, sino también a los dictados de su suegra. Por otra parte, las madres que ejercen el poder matriarcal sobre sus familias consienten la infidelidad en sus maridos y, de hecho, crían a sus hijos bajo los mismos patrones que ellas han sufrido. En realidad, ambas conductas, machismo y matriarcado, constuyen un pacto malsano que corrompe el

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amor genuino y la autoridad legíma, y lo substuyen por una competencia por el poder. Machismo y matriarcado se originan en la caída, como leemos en Génesis 3: 16b, cuando Jehová Dios le anuncia a la mujer la consecuencia del pecado sobre la relación de la pareja: “…tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ”. Esto describe el deseo de ambos de asirse del poder, como lo muestra Génesis 4: 7b, donde vuelve a usarse la misma frase sobre el pecado: “…el pecado está a la puerta; con todo esto, a será su deseo, y tú te enseñorearás de él”. Gracias al egoísmo que introduce el pecado, ambos quieren enseñorearse el uno del otro para sasfacer sus propios deseos. Cada cual insiste en su designio, aun a costa de la dignidad, la libertad o la felicidad del otro. Y es exactamente ese el patrón que representan el machismo y el matriarcado, tan caracteríscos de nuestra cultura tradicional lanoamericana.

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TRANSFORMAR NUESTRA CULTURA POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS

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Tal vez, la oportunidad más histórica que tenemos como generación es la de transformar nuestra cultura lanoamericana por la Palabra de Dios, tarea retrasada durante cuatro siglos por nuestra historia parcular, y pospuesta por un evangelio extranjero que solo ahora comienza a cuajar en nuestra alma criolla, atendiendo a los dolores de nuestras familias y de nuestros pueblos. Para que esa transformación cultural sea real y duradera, tendrá necesariamente que comenzar por nosotros, por el hombre y la mujer, y la manera en que nos vemos, nos tratamos y nos aliamos, porque es de esa unión que nace, y a su sombra que se forma, la próxima generación de seres humanos. Tenemos que confrontar juntos los pecados del machismo y del matriarcado para formar familias sanas, santas y sabias, cuyos hijos reflejen el fruto del pacto divino y demuestren ante todo el mundo la felicidad que resulta de su obediencia.

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Esta es una tarea para la familia y para la Iglesia crisana lanoamericana, quien armada de la Palabra de Dios y del 59

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poder del Espíritu Santo, confrontará estos pecados endémicos y generacionales de nuestra cultura, y los denunciará como violaciones de la Palabra de Dios y de su juscia. La complicidad implícita que la Iglesia ha tenido al tolerar estas conductas en América Lana, debe empezar a ser denunciada con vigor y erradicada, sustuyéndola por una cultura de servicio mutuo dentro de familias con relaciones sanas. Especialmente, es muy importante rechazar y desenmascarar las falsas doctrinas que circulan sobre el matrimonio. Algunas usan el evangelio para jusficar hábitos mundanos —como el machismo y el matriarcado—, interpretando convenientemente pasajes bíblicos, “bauzando”, por así decirlo, al machismo, como si fuera una doctrina bíblica —la supuesta superioridad del hombre sobre la mujer—, en lugar de predicar el evangelio en su dimensión real de servicio mutuo y sacrificio por el prójimo. En contraste, hay que enseñar la verdad balanceada del evangelio que ve al matrimonio como lo que es: un pacto entre dos seres, diferentes, pero iguales en valor y en esencia, que se unen para cumplir el papel que les toca de glorificar a Dios y colmar su plan divino juntos, para ambos y su descendencia. Dios Padre no es más Dios que Dios Hijo, ni Jesús es más Dios que el Espíritu Santo: los tres son igualmente Dios, y trabajan en equipo. Las relaciones entre esposo y esposa, y padres e hijos, deben ser restauradas a su igualdad y autoridad divinas, en base a su modelo original, para cumplir los propósitos de restauración para los que padres e hijos fueron creados. Cambiar las reglas tóxicas del juego por otras más sanas, comenzando con la relación más ínma e importante que puede haber en esta erra, que es la establecida entre un hombre y una mujer en el matrimonio, es la tarea más importante que tenemos por delante todos los crisanos lanoamericanos del siglo XXI.

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Enseñanza # 5 - Preguntas para reflexión

Maternidad vs. Matriarcado 1.‐ Exprese las diferencias entre maternidad y matriarcado.

APLICACIÓN

2.‐ ¿Cuál es la definición de matriarcado?

3.‐ ¿Cómo afectan la pobreza, la ignorancia y la infidelidad a la maternidad?

4.‐ ¿Por qué la madre pasa a ser la figura central de la familia?

5.‐ ¿Cuál es el orden bíblico para el matrimonio? Leamos y comprendamos Efesios 5: 21‐32.

6.‐ Ante la situación de los hogares disfuncionales creados como consecuencias del machismo y el matriarcado, ¿cuál es el “organismo encargado”, como pilar y soporte de la verdad, del cambio de este patrón establecido?

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7.‐ Qué opina sobre: Transformar nuestra cultura por medio de la Palabra de Dios para crear familias sanas.

Ser sensibles a la voz de Dios.

8. En oración, discierna qué le ha mostrado el Señor en esta enseñanza. Hombres:

Mujeres:

Tiempo de oración

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Sexo e idolatría: Silencio, secretos y soledad

ENSEÑANZA #6 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 6 Sexo e idolatría: Silencio, secretos y soledad

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Sexo Ÿ

Sin el beneficio del pacto, el amor conyugal se reduce a mero sexo.

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El acto del amor se vuelve en un acto de violencia moral, emocional y hasta  sica.

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Nuestras reglas del juego para el amor aseguran la infelicidad mutua.

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El abuso sexual de la infancia, las relaciones sexuales forzadas (dentro y fuera del matrimonio).

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La explotación de la desigualdad social (relaciones patrón‐sirvienta, jefe‐empleada, blanco con mesza o mulata, meszo o mulato con india o negra, y otras).

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La idea mórbida del sexo es de origen religioso. Ÿ

La tradición católica idenfica erróneamente la absnencia sexual con la sandad.

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La supuesta virginidad vitalicia (de por vida) de María, nos distrae del milagro de la concepción por el Espíritu Santo y se ignora el deber conyugal que se deben los consortes.

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La “virgen” es una mujer casada que ignora su deber conyugal de esposa.

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La Sagrada Familia y la supuesta “virgen” ofrecen modelos falsos y enfermizos de sexualidad. Tesmonios corroboravos: Domingo Marnez de Irala, Primer Gobernador del Paraguay Simón Bolívar, el libertador de América Caudillos, ranos y dictadores Fidel Castro y Che Guevara

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Tesmonio de grandes hombres y mujeres de letras Jorge Luis Borges Gabriel García Márquez Mario Vargas Llosa

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Enseñanza # 6

Sexo e idolatría: Silencio, secretos y soledad

E

l trato desigual del hombre y la mujer que caracteriza nuestra cultura tradicional, asegura la desdicha matrimonial y la tristeza de nuestros hogares. Cuanto más viole cualquier sociedad el patrón bíblico y el derecho natural sobre el debido trato entre el hombre y la mujer, más abundará la injuscia y el abuso de autoridad y menos amor habrá en la familia. Y proporcionalmente, mayor será el daño que causen a sus hijos. Esta situación ene implicaciones muy graves porque en la familia se forma la personalidad, el carácter, los valores y la cosmovisión (o sea, nuestra visión de la realidad) de cada individuo. Así como en la infancia aprendemos a hablar, imitando a nuestros mayores, asimismo aprendemos a vivir, aplicando las reglas del juego que su ejemplo nos inculca. Mucho más eficaces, impactantes y duraderas que las enseñanzas verbales son las vividas ante los ojos y oídos ávidos de nuestros pequeños. El ejemplo forma intuivamente el carácter del ser humano: lo que d e c i m o s e n e m u c h o m e n o s e f e c t o a n t e l a e l o c u e n c i a d e l o q u e h a c e m o s . De la forma en que vivimos es más elocuente que lo que predicamos. Tenemos que “enseñar al niño en su camino”, desde su primer día, si queremos que “cuando sea grande no se aparte de él”. En vano podremos deshacer con enseñanzas lo que ya inculcamos con nuestro ejemplo. Las injuscias y la falta de amor de los padres producen un efecto terrible sobre la mente, el alma y el espíritu de sus hijos, y enen repercusiones que duran varias generaciones. SEXO La unión matrimonial es la más potente, completa y fecunda de todas las relaciones de amor posibles en esta vida. Pero cuando esa unión se vive fuera de un matrimonio, que es el pacto de amor que Dios estableció para sanficar esa unión, ese poder se corrompe y produce lo opuesto de lo que deseamos. En lugar de completarnos, nos disminuye, condenándonos a comper por el poder para sobrevivir, para imponernos o para que cada cual se salga con la suya. Nuestro abrazo matrimonial solo produce un gozo pasajero, y el amor deja lugar poco a poco a la opresión, el engaño y el chantaje, la explotación y la manipulación, la conquista y la traición. Fuera del pacto matrimonial, el acto sexual es egoísta y hace violencia a la dignidad de ambos. Esta violencia moral puede volverse emocional y hasta  sica. En cambio, el abrazo matrimonial fue creado por 65

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Dios como un acto de amorosa entrega mutua que representa y ancipa su mismo amor hacia nosotros. Dios ha reservado para la unión matrimonial bajo pacto, con su bendición, el gozo y el placer sublime de fundirse ambos en uno, por amor. Lo que nuestra sociedad tradicional nos ofrece como matrimonio es una mueca, comparada con la sonrisa de Dios reservada para quienes lo aman y cumplen sus mandamientos. Una grave responsabilidad le recae a nuestra débil formación religiosa por la ignorancia y debilidad con que vivimos nuestro pacto matrimonial nominal (o sea, de la boca para fuera), de doble ánimo, engañoso y, en úlmas, falso. Ese pacto falso produce inevitablemente una disfuncionalidad conyugal. Las reglas del juego que regulan la relación hombre‐mujer en la cultura tradicional lanoamericana, están diseñadas para garanzar nuestra desdicha. No es posible ser felices en una relación desbalanceada, injusta y desigual, porque sin juscia no pueden sobrevivir ni el amor ni el respeto que necesitan los cónyuges. En cambio, nuestra cultura permisiva tolera toda clase de uniones fuera de pacto, relaciones sexuales irregulares, incluyendo el abuso sexual a los niños y relaciones sexuales impuestas, tanto dentro como fuera del matrimonio. Toda unión sexual desigual, sea por desigualdad de clase, de estatus o de poder, implica un elemento de violencia.

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Lo que anguamente era el uso sexual de las meszas, las indias, las mulatas o las negras, hoy connúa en las relaciones forzadas, llenas de engaño, que se dan por todas partes. Los varones de la casa las buscan con sus empleadas doméscas. En el ambiente de trabajo, el jefe o el dueño de la empresa demanda favores sexuales de sus empleadas. Aunque las mujeres son cómplices codependientes de los varones en este juego malsano, la mayor responsabilidad le 66

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recae al varón, por ser el líder. Demasiadas instuciones y costumbres tradicionales reflejan esta sórdida realidad que incluye la fornicación, la promiscuidad, la infidelidad y el adulterio. Lugares como “la casa chica”, las “casas de citas”, los burdeles, los prosbulos esconden irregularidades vergonzosas.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________

En una sociedad sin pacto, la prepotencia y la falta de control sexual convierten al macho en un ser caprichoso y consendo que puede volverse en un adicto sexual, y hasta en un predador violento. NUESTRA CULTURA REFLEJA NUESTRA TRISTE HISTORIA Los varones originales de nuestra raza mesza, nuestros padres españoles, sembraron un connente lleno de meszos ilegímos. Baste el ejemplo tristemente célebre de Domingo Marnez de Irala, fundador del Paraguay, cuyas cinco mujeres indígenas dieron origen a cinco ramas familiares reconocidas en el árbol genealógico del conquistador, que se exhibe en el museo de la ciudad de Asunción. No fueron mejores nuestros posteriores héroes libertarios, los padres fundadores de la mayoría de nuestros países lanoamericanos, con sus conocidas aventuras y desventuras. Tal vez, el mejor ejemplo es Simón Bolívar, el libertador de América, quien además de liberar cinco naciones sembró el “sueño americano” de una Iberoamérica unida. Como se mencionó, Bolívar vivió una buena parte de su vida en adulterio con la esposa de un médico escocés. En cada nación podríamos encontrar ejemplos en la vida de nuestros líderes, ya que la proeza sexual suele ser un atavío del poder políco. Se dijo de Tacho Somoza, que “si no hubiera hecho uso de las mujeres a su disposición, hubiese sido un tonto”. 67

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Muchos líderes prominentes tuvieron descendencia con varias mujeres y fueron parte de familias semilegímas. Fidel Castro, por ejemplo, fue el tercer hijo ilegímo de su padre, Ángel Castro, quien aunque casado con María Argota, concibió siete hijos con su joven empleada domésca Lina Ruz, y eventualmente se casó con ella. Fidel repió el patrón de su padre al tener cinco hijos ilegímos con su amante Dalia Soto del Valle, antes de casarse con ella en 1980, y tuvo por lo menos tres hijos más con diferentes mujeres. Su compañero de armas Ernesto Che Guevara, fue también un bígamo que vivió simultáneamente con dos familias. Entre nosotros hay una nefasta instución: la “casa chica”, un segundo hogar que el polígamo manene con su amante y los hijos que con ella engendra. Conocí al jefe de inteligencia militar de un país, y me confesó que desde hacía veinocho años tenía relaciones con una amante, con la que tuvo cinco hijos. Este hombre, un crisano recientemente converdo, aplacaba su conciencia no haciendo vida matrimonial con su mujer, sino que fingía vivir en su casa; pero se había construido dentro de ella un apartamento independiente. Hacía vida con su amante tres días por semana, y mantenía esta farsa “para no herir a los inocentes”. Tal es la adicción al amor ilícito, que para muchos lanoamericanos su matrimonio representa su “obligación” social, pero su amante representa su “pasión”. Qué trágico sarcasmo esconde el tulo de “la querida” que se le da a la amante ilícita. Somos una sociedad sin pacto. No creo equivocarme al afirmar que la irregularidad sexual es la norma y no la excepción en nuestra sociedad tradicional. Lo tesfica mi experiencia, las escasas estadíscas que he podido encontrar sobre la tasa de ilegimidad, y todo el repertorio de la cultura popular en materia de literatura, canciones, y otros. 68

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Mis propias experiencias familiares son corroboradas por las de numerosos estudiantes, líderes y esposas con quienes he tratado de cerca. Es cierto que las cosas están cambiando en cuanto al rol de la mujer, gracias a la modernización y al avance de la cultura global, lo cual ha aliviado algunos de los abusos más comunes. Es bueno que las leyes “borren” el esgma de la ilegimidad a las vícmas, cuando los “ilegímos” son los amores indebidos de sus progenitores. Y sin duda, algunas de mis aseveraciones parecerán arcaicas a muchos jóvenes criados en una sociedad más liberal, donde las uniones libres de todo po son aplaudidas y celebradas. Este “progreso” no es necesariamente para bien, ya que muchas veces solo ha substuido la sujeción malsana de la mujer al hombre por otras formas de egoísmo radical, así como por el individualismo y el feminismo extremos. IDOLATRÍA DE LA VIRGINIDAD Y EL CONCEPTO MÓRBIDO SOBRE EL SEXO La falta de pacto evidente en las generaciones fundadoras y entre los líderes de nuestra sociedad tradicional, se complementa en otro factor destrucvo: una distorsionada enseñanza religiosa sobre la sexualidad.

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La Biblia no hace del pecado sexual el tabú que le da nuestra cultura católica. Las únicas cinco mujeres que menciona la genealogía de Jesús tuvieron una reputación dudosa: Tamar concibió de su suegro, Rahab fue una prostuta, Rut fue una extranjera, la madre de Salomón comeó adulterio con David, y María, para “las malas lenguas” de Belén, concibió a Jesús antes de casarse. Los encuentros de Jesús con “malas mujeres” como Magdalena, la samaritana y la mujer tomada en adulterio enfazan consistentemente su misericordia.

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Sin embargo, en lo que tal vez sea una contaminación islámica en el catolicismo español, la Iglesia católica medieval enfazó desmedidamente la virginidad de la mujer

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como su virtud cardinal. De ahí vienen los cinturones de casdad, las rejas en las ventanas y las chaperonas de antaño. En nuestra cultura, el esgma del pecado sexual sanciona a la vícma más bien que a su vicmario o, en todo caso, su cómplice. Pero además, la obsesión con la casdad esconde un desbalance doctrinal, porque enfaza la absnencia sexual (un fruto del esfuerzo humano) sobre la sandad (un don divino). La indebida exaltación de María a un estatus semidivino de “Virgen”, con uve mayúscula, oscurece su verdadera virtud: su humilde obediencia. La supuesta virginidad de por vida de María no ene ningún fundamento en la Biblia, al contrario, el Nuevo Testamento especifica que no tuvo relaciones con José hasta que nació Jesús, implicando que sí las tuvo después de su nacimiento. Y hace referencia varias veces a la visita de la madre y los hermanos de Jesús. La virginidad de María sirvió para corroborar (por el tesmonio de tres tesgos: el ángel, María y José) que Jesús fue concebido por el Espíritu Santo, no por el hombre. El insisr que permaneció virgen toda su vida no solo es sin base bíblica, sino que contradice la enseñanza divina sobre el matrimonio, según el apóstol Pablo. Además, deforma el propósito del matrimonio, creado para la unión y la mulplicación humanas, y nos ofrece como modelo una “sagrada familia” en la que nadie nunca conoció el sexo.

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Esta confusión del catolicismo que idenfica la absnencia sexual con la sandad, sugiere sulmente que el sexo descalifica para servir a Dios. La Iglesia romana requiere que sus clérigos vivan en celibato. La virtud consiste en obedecer a Dios, no en renunciar al sexo para obedecer reglas humanas. Más casto es el casado que vive su matrimonio con pureza que el “célibe” con imaginación lujuriosa.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

La exaltación indebida de la virgen, el modelo de una sagrada familia absnente y el requisito de que el clero se mantenga célibe marcan al sexo, de manera sul pero contundente, como algo sucio, sospechoso, un mal necesario. Esa idea mórbida del sexo, errónea y anbíblica, permea la religión, la cosmovisión y la sexualidad lanoamericanas. No es de extrañar, por lo tanto, que las mujeres sean explotadas para el placer sexual de los hombres, o idolatradas como madres sin idendad sexual.

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En la Lanoamérica de mi infancia, las mujeres se dividían en dos categorías: las “casaderas”, o sea, candidatas para esposas, y “las demás”. Esto debió ser un vesgio de la angua costumbre española de usar el matrimonio para escalar socialmente, procurando siempre una esposa de una clase superior a la propia. Para esposa se buscaba no solo una apariencia agradable y una reputación intachable, sino que fuera “de buena familia”. Recuerdo que mi madre me preguntaba: “¿Quién fue su abuela?”. Ese abolengo o historia familiar honorable influía sobre la elegibilidad de la chica.

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En cambio, “las demás” incluían “las locas”, o “sueltas”, que se entregaban fácilmente, y las mujeres de clase social inferior. Triste es decirlo, pero una de las presas más accesibles para los varones “de sociedad” eran las empleadas doméscas de su casa, y las hijas de estas. En la cultura tradicional lanoamericana, los varones de la casa se sienten con derecho a usar sexualmente a las mujeres que les trabajan como empleadas doméscas. Tanto el patrón como sus hijos varones se sienten con ese derecho, y ellas, tristemente, no los rehúsan por temor a perder su empleo. Con frecuencia, las empleadas doméscas proveen la primera experiencia sexual de los varones. Esos encuentros fugaces no arriesgan “consecuencias”, ya que aunque

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resulten en embarazo, casi no hay posibilidad de que terminen en un matrimonio. Esto va más allá de mi propia experiencia, es corroborado por los tesmonios de algunas de las grandes figuras de las letras lanoamericanas. Sus propias autobiogra as, la historia que ellos nos cuentan como verídica, lo documentan. Por ejemplo, Gabriel García Márquez narra en su autobiogra a Vivir para contarla que sus primeras experiencias sexuales fueron con las empleadas doméscas de su casa. Mario Vargas Llosa, en su autobiogra a Un pez fuera del agua, cuenta varios episodios en que sus amigos, vecinos y primos hablaban de “hacerlo con las meszas”, empleadas doméscas en sus respecvas casas. Y ambos autores hablan del uso común de prostutas. La postura católica sobre este tema es sorprendentemente permisiva. San Agusn y santo Tomás de Aquino consideraron la prostución como un “mal necesario”, tanto por la necesidad económica de las mujeres pobres como porque asumían que los varones (salvo los clérigos) son incapaces de vivir en connencia. El mismo Estado Vacano (donde la “edad de consenmiento” es de doce años, la más baja de Europa), legalizó la prostución bajo pretexto de preservar los matrimonios. De esta manera, según ellos, los varones insasfechos pueden tener relaciones que no los llevarán a abandonar su casa. La prostución es práccamente universal, pero en nuestra cultura suele cobrar dimensiones aberrantes. Algunos la consideran un derecho (los “viernes de soltero”), un esparcimiento para el marido que anda de viaje, o a veces como un regalo de cumpleaños o de despedida de soltero. Incluso, hay padres que usan prostutas para “iniciar a la vida” a adolescentes vírgenes. Así lo delata Mario Vargas Llosa en su autobiogra a. Y son muchos los hijos cuyos

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padres los llevaron a los prosbulos para que tuvieran su primera experiencia sexual, como un rito de paso que los converría en “hombres”. Con orgullo y desenfado, esos notables hombres y mujeres de letras de mi generación narran sus amores ilícitos. Isabel Allende describe su primera experiencia sexual con el hijo de un peón de su familia, y alude repedamente a sus muchos amores. Tanto ella como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa cuentan las aventuras amorosas de sus padres y antepasados, y hablan sin reparo de las propias.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Silencio Uno de los aspectos más sórdidos y menos hablado del desenfreno sexual que la falta de pacto provoca en nuestra cultura, es el abuso sexual a los menores. En Estados Unidos, el sexo entre adultos y menores se condena legalmente como “abuso”. El que un adulto tenga relaciones sexuales con un menor, es un “abuso de poder”, ya que el adulto ejerce una influencia desigual sobre el menor, como una figura de autoridad.

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En contraste, la edad de consenmiento en nuestros países oscila entre los trece y los quince años, y la ley ende a adoptar una postura benevolente hacia las relaciones entre adultos y menores. Es que en nuestra cultura tradicional, ignorante del pacto, la mayoría de los varones carecen de disciplina sexual. Además, la morbosidad produce represión sexual aun en muchos matrimonios, y la libido descontrolada, sobre todo de los varones adultos, ende a imponerse sobre los pequeños indefensos.

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En una cultura sin pacto, las reglas del juego desprotegen al desvalido y favorecen al que detenta el poder. Por eso, a veces las madres ignoran las quejas de sus hijitas sobre los avances sexuales de sus parientes o vecinos. Incluso,

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muchas protegen a estos predadores para evitar el escándalo y la vergüenza de la familia. Conozco el caso de un sacerdote a quien una jovencita confesó por años que era objeto nocturno del acoso de su cuñado, y le recomendó que no lo dijera a nadie “para preservar el matrimonio de su hermana”. Por la complicidad general, los niños carecen de la protección de los adultos y los predadores rapaces enen mayor oportunidad.

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Secretos

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________

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Realidades sórdidas como las que describo se revisten de engaño, encubiertas por una espesa corna de negación, encubrimiento y denuncia selecva. Algunas veces estos engaños se manenen por razones que parecen bien intencionadas, como por ejemplo la tendencia de muchas esposas a ocultar cierta información a sus esposos. Esto sucede por muchas razones: para controlar y manipular, o para “mantener la paz” y evitar una reacción violenta. Conozco una madre cuya hijita fue abusada sexualmente por su abuelo, pero le ocultó esa información a su marido para evitar un conflicto entre padre e hijo. Sin saberlo, el padre obligaba a la niña a ser cariñosa con su abuelo, ganándose así el rencor de su hija por casi toda su vida. Después de cincuenta años, la madre le dijo la verdad a su esposo, lo que sanó la relación entre padre e hija. Los “secretos de familia” se dan en todas las culturas; es bien conocido el papel de la vergüenza en muchas culturas asiácas. Sin embargo, las desigualdades sociales y la idea morbosa de nuestra religión sobre la sexualidad hacen de los secretos de familia toda una instución en nuestra cultura. Estos secretos incluyen la existencia de hijos y medios hermanos ilegímos, las aventuras sexuales de los varones, las desventuras amorosas de las mujeres y las confusiones y degeneraciones sexuales de la parentela. 74

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Donde no hay pacto, tampoco existen reglas sanas sobre el papel de la denuncia, y la confrontación se hace di cil porque la juscia y la autoridad no funcionan bien. Se usan los secretos como instrumentos de poder y moneda de chantaje. Una discreción indebida y un concepto exagerado de la gravedad de los pecados sexuales, con la consecuente vergüenza, convierten al sexo en un tabú malsano y dañino.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Soledad

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En nuestras sociedades tradicionales varios elementos se suman para producir un profundo senmiento de soledad, que comienza en el hogar, pero se exende a muchas otras relaciones. La desventura en el matrimonio disfuncional hace que muchas parejas consistan de mujeres sufridas y hombres solitarios, que no enen el respeto de su propia familia ni, a veces, amigos en quien confiar. La incomunicación entre los cónyuges se contagia a los miembros de su familia, propagándose en la próxima generación. Además, carecemos de reglas claras para confrontar y resolver desacuerdos civilmente. El temor al hombre, o sea, el temor a ofender las sensibilidades voláles y, sobre todo, a los que están en autoridad, aísla a los seres humanos. El temor fomenta la manipulación, el egoísmo y el desposmo. Por úlmo, cabe mencionar las falsas ideas de prudencia, decoro y recato que hacen descartar sospechas y ocultar lo que sabemos sobre los abusos que ocurren a nuestro alrededor. Todo esto aísla al individuo y lo condena a un silencio insalubre que puede hasta dañar su salud mental. El pecado hace que el ser humano tema que nadie lo ama en su inmidad más honda. Esa soledad existencial hace que cada cual viva su vida profundamente solo, desprotegido y aislado. Alejado de Dios es un huérfano, y cree que si no se vale por sí mismo, nadie lo rescatará. Estas son menras con

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

las que Satanás nos enta, y nos afectan a todos, si se lo permimos. Son la estructura mental de la orfandad en la que entró la humanidad a parr de la caída. Pero en nuestra cultura lana la orfandad es un estado mental y emocional permanente. La ausencia de pacto ha resultado en una tasa de ilegimidad que aproxima el 50%. Estos hijos nacidos fuera de pacto no cuentan con la evidencia de un hogar bien constuido, ni con la certeza de que sus padres se aman incondicionalmente entre sí y, por ende, los aman a ellos de la misma manera. El pacto nos asegura el amor bajo la autoridad de Dios, y nos permite vivir bajo el amor y la autoridad de la familia, constuida en el matrimonio de pacto. Muchos de nuestros pensadores como José Vasconcelos, Carlos Ramos y Octavio Paz han discernido que en nuestra cultura el silencio y la soledad se esconden bajo máscaras de engaño. Este engaño envuelve todas las relaciones en una atmósfera de desconfianza y de irrealidad. Nuestros Premios Nobel de Literatura han hecho de la soledad un telón de fondo simbólico de nuestra cultura: El laberinto de la soledad, por Octavio Paz, y Cien años de soledad, por Gabriel García Márquez. Pero el amor de Dios y su pacto redentor nos ofrecen un mejor camino: el camino de la luz, la verdad y la vida. Implementado en nuestra relación con Dios, y plasmado en la más sagrada de las relaciones humanas, el matrimonio, su pacto nos cubre, protege e invita a dar el paso hacia la libertad, como individuos, como familias y como sociedad.

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Enseñanza # 6 - Preguntas para reflexión

Sexo e idolatría: Silencio, secretos y soledad 1.‐ Según esta enseñanza, la relación entre el hombre y la mujer en nuestra sociedad tradicional es malsana, y tenemos una idea mórbida del sexo. ¿Concuerda este planteamiento con lo que usted conoce?

3.‐ ¿Cómo se ha tratado de paliar el esgma de la ilegimidad?

4.‐ Dirigido por un clero célibe, el catolicismo fomenta una sexualidad mórbida, acomplejada y contradictoria. Por un lado, el sexo es tabú, algo “sucio”. En su familia modelo, la Sagrada Familia, supuestamente nadie tuvo sexo en toda su vida. A la joven virginal de la Biblia la convierten en una semidiosa “Virgen”, con mayúscula. En cambio, al no disciplinarlos, se permite la inconnencia sexual de los varones. El Estado Vacano fue el primeroen legalizar la prostución “para preservar la familia”; allí se permite a un adulto tener sexo con un menor a parr de los doce años. ¿Cómo afectan esas contradicciones a nuestras familias y cultura?

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APLICACIÓN

2.‐ En esta enseñanza se mencionan algunos casos de irregularidad en las relaciones sexuales de nuestros héroes, y en la vida de prominentes autores lanoamericanos, según sus autobiogra as. ¿Conoce usted casos así entre sus propios ancestros? ¿Les afectará esa herencia a usted y a sus hijos?

5.‐ Según esta enseñanza, el secreto sucio de nuestra cultura es el uso sexual generalizado de los menores (tratándose de adultos, es “abuso” sexual). ¿Sabe Ud. de casos así? ¿Por qué cree que se los oculta en silencio? ¿Por qué la cultura enseña que “de esas cosas no se habla”? ¿Qué efecto tendrán estos “secretos de familia” sobre la psique de las vícmas? ¿Y de los vicmarios?

6.‐ En su país, ¿sabe usted cuál es la edad legal de consenmiento para que un adulto tenga sexo con un menor? ¿Cuál debiera ser?

Tiempo de oración

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Orfandad universal

ENSEÑANZA # 7 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 7 Orfandad universal

Ÿ

La humanidad sufre de orfandad como resultado de la caída, es decir, de perder la relación con el Padre. Ÿ

Tiene dos aspectos: espiritual y emocional.

Ÿ

La Iglesia ende a enfazar las consecuencias espirituales de la caída.

Ÿ

Jesús quiere sanar no solo las consecuencias espirituales, sino también las emocionales.

Ÿ

El pecado le abrió los ojos a la humanidad. Ÿ

Comienzan por esconderse de Dios.

Ÿ

El engaño, el miedo y la vergüenza son síntomas de su orfandad.

Ÿ

Porque Adán era literalmente “hijo de Dios”, sus descendientes también lo somos.

Ÿ

El pecado ende a dividir; el amor, a unir. Ÿ

Ÿ

La orfandad emocional nos divide los unos de los otros. Después de la caída, Dios le anuncia a Eva los efectos del pecado: Él: “se enseñoreará de ” (te dominará). Tú: “tu deseo será para tu marido” (tratarás de controlar sus afectos).

Ÿ

Lamec es el primer “macho” que nos presenta la Biblia: violento y jactancioso ante sus mujeres.

Ÿ

Jesús vino a sanar los efectos del pecado. Ÿ

Lo hace presentándonos a “su” Padre como “nuestro” Padre.

Ÿ

Él viene en su nombre a restaurar el camino de regreso “a casa”.

Ÿ

Conocer al Padre como “nuestro”, nos sana de la orfandad espiritual y emocional.

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Enseñanza # 7

Orfandad universal

L

a orfandad universal sobreviene a la humanidad como resultado de la caída, o sea, del primer pecado que comeeron Adán y Eva cuando desobedecieron la orden específica de Dios. El pecado no solo los separó espiritualmente del Señor, lo que la Biblia llama “la muerte”, sino que también dañó su cuerpo, condenándolos a la muerte natural. Además, les entenebreció la mente y les quebrantó el alma. Al darnos su Gran Mandamiento, Jesús nos enseñó que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón (o sea, el espíritu), con toda nuestra mente, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas. Eso nos dice que el ser humano posee esas cuatro dimensiones: espíritu, mente, alma y cuerpo. En Lucas 4, el mismo Jesús, al anunciar su misión redentora en la sinagoga de Nazaret, describe el efecto de la salvación sobre esas mismas dimensiones. Esto fue anunciado antes por el profeta Isaías, en el capítulo 61. El pecado tuvo efectos en múlples niveles, y la salvación en Cristo nos ofrece redención en todos ellos. Los crisanos tendemos a enfazar las consecuencias espirituales de la desobediencia a Dios, o sea, la muerte espiritual o muerte eterna, y las consecuencias  sicas, con la muerte natural. Eso es comprensible, porque la muerte espiritual es la que nos otorga las consecuencias peores. Sin embargo, no debemos pasar por alto las consecuencias del pecado en las otras dimensiones del ser humano. El pecado trae también consecuencias mentales y emocionales. Dios nos ha hecho seres complejos, espirituales por naturaleza; pero enmarcados en un cuerpo  sico, con una mente esclarecedora y un alma, que es el asiento de las emociones y de la voluntad. El texto bíblico es rico para ayudarnos a verificar, confirmar y entender estas verdades. Como el alma es el asiento de las emociones, nos interesa ver lo que dice la narrava bíblica en cuanto a las consecuencias emocionales del pecado después de la caída de Adán y Eva: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos;…” (Gén. 3: 7a). En ese momento hubo una apertura moral de sus ojos; no la apertura de ojos que Dios ya les había dado, para verlo y hablar con Él, sino que se abrieron sus ojos al mal, tal cual lo habían codiciado. Y ellos mismos son las primeras vícmas de esa horrible visión ya que se ven a sí mismos y el uno al otro tal cual son: pecadores inmundos, que se avergüenzan de su desnudez. ¿Q UÉ SUCEDE CUANDO SE ABREN LOS OJOS DEL ALMA EN EL HOMBRE CAÍDO? Su nueva condición moral de muerte espiritual hace que experimente una serie de cambios, que no exisan en el diseño original de Dios para la humanidad. Por supuesto que enen vergüenza de ser vistos 81

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NOTAS

por Dios, así que lo primero que hacen es alejarse, escondiéndose de Él: “…el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto” (Gén. 3: 8b).

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La realidad irremediable de la orfandad trae vergüenza y recurre a un tapujo, procurando engañar. Este patrón de conducta universal del ser humano caído es el fruto directo de la orfandad. Cuando Dios creó a Adán, Él era su padre, no solo en un sendo poéco, sino real. Su amor, cuidado, instrucción y provisión solícita (aun después de la caída) ilustran elocuentemente el amor de un padre por sus hijos. En la genealogía de Jesús, leemos que Adán era hijo de Dios (Luc. 3: 38). No el Hijo Unigénito que fue Jesús, la encarnación de la Segunda Persona de la Sansima Trinidad, sino que Adán fue el primer hijo humano que hizo Dios. El apóstol Pablo, en su famoso sermón del Areópago (Hech. 17: 28), se refiere a toda la humanidad como “linaje suyo” (de Dios). También Malaquías explica en su libro que Dios los hizo “uno”, porque buscaba descendencia para sí (2: 15a). Entonces, hablar de la paternidad de Dios, más que una imagen lírica, es describir una realidad. Así que cuando el hombre escoge darle la espalda al Señor, se separa de Él, y al separarse se queda literalmente sin padre. Alejado de Dios, se encuentra en un estado de orfandad: el que fue creado para ser hijo, es ahora un huérfano. Después de la caída, la humanidad entera queda sumida en una orfandad universal. Por ser pecadores e hijos de pecadores, como lo tesfica la Escritura, todos los seres humanos somos, por definición, huérfanos. Separados de Dios, nuestro Padre, caemos en ciertos patrones de conducta picos del huérfano, como vimos en el caso de Adán, quien cayó en el engaño al esconderse de la presencia de Dios. Todos nosotros también

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nos escondemos de la presencia de Dios, rehuyendo ser vistos tal cual somos: pecadores. Adán le dijo a Dios: “…Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí” (Gén. 3: 10). El temor ha entrado ahora al corazón del ser humano, quien ene miedo de Dios, todo lo contrario del amor. La Palabra nos dice que el amor perfecto ahuyenta todo temor; pero en este caso, el temor rehúye al amor. El amor perfecto se ausentó del corazón de Adán cuando le dio la espalda a Dios, el amor mismo; y el temor reemplazó al amor. Esto es lo que siente Adán cuando descubre que está desnudo, que no está presentable ante Dios, y por eso se esconde.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

El siguiente texto bíblico connúa mostrándonos otro patrón ____________________________ pico de la orfandad: ____________________________ “…entonces cosieron hojas de higueras, y se hicieron ____________________________ delantales” (Gén. 3: 7b). O sea, se hicieron un taparrabos de ____________________________ hojas. ¿Por qué? Porque senan vergüenza de su condición, y ____________________________ esa vergüenza los lleva a desconfiar de Dios y el uno del otro, escondiéndose tras ese tapujo ineficaz. Y el hombre, al ____________________________ dividirse, avergonzarse y esconderse de Dios, no quiere ____________________________ mostrar la imagen de Dios que porta, arruinada por el ____________________________ pecado. ____________________________ El pecado y el amor son polos opuestos: el amor siempre ende a unirnos, y el pecado, a dividirnos. Podemos ver esa división en las palabras de Adán cuando, finalmente, le dio la cara a Dios: “…La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (Gén. 3: 12).

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Adán le reprocha a Dios el darle la mujer que lo hizo caer. ¡Qué atrevimiento es culpar al Señor por lo que es total y exclusivamente su responsabilidad! Vemos también que su corazón se ha dividido, ahora se ha separado de su mujer, a quien acusa de tentarlo para tratar de disminuir su culpa y excusar su propia desobediencia. 83

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NOTAS

Como vemos, la orfandad emocional se caracteriza por el aislamiento y la división de los demás. Esta es parte fundamental de la soledad, caracterísca del macho lanoamericano.

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Pero el versículo más importante de este pasaje, para los propósitos de estas enseñanzas, es donde aparece el dictamen de Dios a Eva: “…tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ” (Gén. 3: 16b). En estas frases, hay una rica veta de entendimiento escondida que puede darnos una llave para entender el efecto de la caída en la más importante relación humana: la relación entre el hombre y la mujer, creados indudablemente para el amor, para amarse el uno al otro, para ser el complemento mutuo perfecto  sica, mental, emocional y espiritualmente hablando. La unión matrimonial es santa, representa a Dios. El matrimonio es una instución creada por Dios para representar su amor en la erra en dos seres humanos que se aman y se unen para crecer, servirse y cuidarse mutuamente. Por tanto, el declarar que a parr de la caída serán adversarios, compiendo cada cual por el poder, es la sentencia más dolorosa imaginable. Ese es el momento más trágico de la historia del amor, porque Dios da a conocer el efecto que el pecado va a tener sobre el matrimonio: “Tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ”. O sea, el varón tratará de dominar a la mujer y ella intentará controlarlo. Lejos de ayudarse y complementarse mutuamente, cada cual va a querer usar al otro para sus propósitos egoístas; cada uno tratará de sobreponerse al otro, de salirse con la suya. El sendo de esas palabras se enende más claramente cuando Dios se dirige a Caín en el próximo capítulo: “…y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a  será su deseo, y tú te enseñorearás de él” (Gén. 4: 7b). O sea,

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“el pecado está deseando controlarte; pero debes sobreponerte a él y enseñorearte de ese deseo para que no te domine”. Eso mismo le sucede a la mujer con respecto a su marido: desea controlarlo, y lo hace a través de la manipulación. Como resultado de la caída, el marido va a experimentar la tendencia natural e inevitable de querer dominar a su mujer. Y ella también deseará que él haga lo que ella quiere, que la trate y se conduzca como ella lo prefiere, querrá influirlo, manipularlo y, si puede, controlarlo. Inmediatamente, podemos ver cómo el machismo infecta el matrimonio humano: aparece “el primer macho”, un descendiente de Caín llamado Lamec. Su jactanciosa conducta se refleja en este versículo: “…oíd mi voz; mujeres de Lamec […] que un varón mataré por mi herida […] Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será” (Gén. 4: 23‐24). Aquí vemos a un macho violento que hace alarde de su valor ante sus mujeres.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Hemos visto que el pecado ene consecuencias pavorosas sobre el matrimonio humano y en el corazón de cada uno de los individuos que lo forman, pues los sume en la condición de huérfanos espirituales, sin padre, sin idendad y sin herencia: las necesidades más grandes de un hijo. Esto es corroborado por la misión expresa de Jesucristo, quien viene a la erra a restaurar la relación entre padres e hijos, para conectarnos, una vez más, con nuestro Padre. Jesús nos presenta al Padre, y lo hace hablándonos muchísimo sobre Él: se refiere 154 veces al Padre en el Nuevo Testamento, treinta y tres de ellas en el Evangelio de San Juan, y trece veces en el Sermón del Monte, donde alude a Él como “vuestro Padre que está en los cielos”. Jesús vino porque el Padre lo envió. Incluso, dice: “…El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;…” (Juan 14: 9). Es decir, Jesús viene en representación del Padre para cumplir una doble misión: la redención jurídica de los pecadores en la cruz, pagando por nuestra rebelión, y la restauración de la relación de los 85

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NOTAS

huérfanos con su Padre. Jesús dijo: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Juan 14: 18). Esto confirma su misión: sanar a los huérfanos, reconectándonos, una vez más, con el Padre Celesal.

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Como Dios es invisible, nos mandó a su Hijo en forma de hombre, para que pudiéramos recibir y captar el carácter de Dios Padre en el carácter de Jesucristo, su Hijo encarnado. Él vino a buscar a sus hijos perdidos y a restablecer la relación que el Padre quiere tener con nosotros. Su plan es que todos vivamos con Él para siempre en las mansiones celesales que Jesús fue a prepararnos en la casa de su Padre. Ese es, precisamente, el ministerio que Jesús trajo a las emociones del ser humano, una restauración total, al restaurarse de nuevo el camino al Padre Celesal.

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Enseñanza # 7 - Preguntas para reflexión

Orfandad universal 1.‐ ¿Cómo se origina la orfandad universal?

2.‐ ¿Qué consecuencias tuvo el pecado? Espirituales:

APLICACIÓN

Físicas:

3. Sus ojos fueron “abiertos”. ¿Para ver qué? ______________________________________________________ (Gén. 3: 3) Y su reacción fue _____________________________________________________ (Gén. 3: 8) 4. Cuando el hombre se separa de Dios (su Padre), su condición se vuelve la de un ___________________, y por eso se siente: __________________________________________________________________ (Gén. 3: 7) __________________________________________________________________ (Gén. 3: 10) 5.‐ ¿Ha comprobado usted la siguiente declaración en su vida? “El amor siempre ende a unirnos, pero el pecado siempre ende a separarnos”.

6.‐ Mencione las caracteríscas de la orfandad.

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7.‐ Podemos ver el dictamen de Dios en Génesis 3: 16b: “…tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ”. Aquí Dios anuncia el efecto que el pecado traerá para el matrimonio: “Tú vas a desear controlar los senmientos de tu marido y él va a querer dominarte”. ¿De qué estrategias se vale la mujer para manejar a su marido?

¿De qué maneras suele el marido dominar a su mujer?

8.‐ ¿Cuál fue uno de los principales ministerios de Jesucristo en la erra? Según esta enseñanza, Jesús cumplió una doble misión: Nuestra redención y _______________________________________________ . Pregunta general: ¿Por qué Dios envió a Jesucristo?

Tiempo de oración

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Orfandad y adopción

ENSEÑANZA # 8 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 8 Orfandad y adopción

Ÿ

Ÿ

Efecto del ministerio de Jesucristo sobre nuestra alma: orfandad y adopción. Ÿ

Tendemos a enfazar el espíritu, pero Jesús ministra también al alma humana (Isa. 61: 2).

Ÿ

La gracia y la fe nos otorgan un “nuevo nacimiento”.

Ÿ

El resto de nosotros, el “hombre viejo”, es adoptado por Dios.

Hay que entender el propósito de la adopción (1 Jn. 4: 7‐12; 1 Jn. 5: 1‐2). Ÿ

El propósito de la adopción es remediar

nuestra orfandad. Ÿ La orfandad: Ÿ Es la causa de temor, desconfianza y soledad humanas. Ÿ Hace que el hombre, al senrse inseguro, se enseñoree y domine a su mujer para sasfacer su propio vacío. Ÿ Hace que la mujer desee adueñarse de su marido, para senrse amada y llenar así el vacío de su corazón. Ÿ En el Sermón del Monte, Jesús se refiere trece veces a “vuestro Padre”. Ÿ Jesús no solo nos rescata del infierno, sino que nos prepara el camino al Cielo. Ÿ Él nos presenta, nos revela y nos lleva al Padre. Ÿ Él nos ha sacado de la prisión de la orfandad y nos ha puesto en libertad. Ÿ La misión de la Iglesia es predicar las “buenas nuevas” integrales.

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Enseñanza # 8

Orfandad y adopción

A

l meditar sobre los efectos del ministerio de Jesucristo sobre nuestras almas, tendemos a enfazar el aspecto espiritual de la salvación porque nos redime de la terrible muerte eterna. Sin embargo, es úl comprender y aprovechar los efectos que ene la salvación divina en otras dimensiones de nuestro ser, porque la salvación es completa: ene efectos en todas las dimensiones del ser humano. Así como Adán era, literalmente, hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza, su descendencia también fue creada para que todos seamos hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza. Sin embargo, esa imagen, de la cual todos somos portadores, ha sido dañada profunda pero no totalmente por los efectos del pecado en nuestro cuerpo, mente y alma. La salvación redime la totalidad del ser humano. Al espíritu que está muerto, por estar separado de Dios, le da una nueva vida o, como lo llama la Escritura, un nuevo nacimiento, conviréndolo en una nueva criatura creada en Dios “por el espíritu, ya no por la sangre ni por la voluntad del hombre” (Juan 1: 13). Pero, ¿qué sucede con el ser humano que ha exisdo hasta ese momento, la “vieja criatura”? Si el corazón es nuevo, ¿qué pasa con el cuerpo, el alma y la mente del que ha recibido a Cristo? Yo creo que a ese “viejo hombre”, con todos sus hábitos, experiencias, ideas y cargas, el Señor, en su gran amor, lo adopta, restaurándolo al estatus de “hijo” para el cual había sido creado. En el momento milagroso de la conversión nos es dado un nuevo espíritu, nueva creación que no exisa antes, sino en la intención providencial de Dios. Pero Dios, en su gran amor, adopta para sí el cuerpo, el alma y la mente del hombre viejo, porque nos ama totalmente. Entonces, comienza una obra progresiva y lenta del Espíritu Santo que dura el resto de nuestra vida. Él renueva nuestro entendimiento, va sanando nuestra alma, nuestras emociones, nuestro ser interior a través de su Palabra, de su Espíritu y, sobre todo, de relaciones sanficadoras, y nos ofrece la sanidad, ocasional y para su gloria, de nuestros cuerpos. A este proceso se le conoce doctrinalmente como “la sanficación integral”. En el crisanismo, la adopción por parte de Dios es una doctrina muy importante porque nos hace parcipes, nos permite una vez más experimentar nuestra idendad como verdaderos hijos de Dios. Veamos lo que dicen algunos versículos al respecto: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8: 14‐15). 91

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

¡Qué hermosa palabra! “Abba” es la expresión afectuosa de un hijo al dirigirse a su padre. Es el equivalente de “Papi”. Pablo también dice: “…pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;…” (Gál. 3: 26). Más adelante, en la misma carta, dice: “Pero cuando vino el cumplimiento del empo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo” (Gál. 4: 4‐7). ¡Qué potente es el efecto de nuestra adopción por Dios! Dice el apóstol Juan: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios […] Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Jn. 3: 1‐2). Y afirma: “Todo aquel que es nacido de Dios, no pracca el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios…” (1 Jn. 3: 9‐10a).

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Sobre este tema hay una concordancia completa entre los apóstoles: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios”. Lo mismo dice el apóstol Pedro, quien nos hace saber que somos hijos, nos llama “hijos obedientes”, y nos exhorta: “…Sed santos, porque yo soy santo” (1 Ped. 1: 16), explicando que nuestra relación filial con Dios es lo que nos permite ser santos, pues nuestro Padre es santo. La semilla de su naturaleza, su Espíritu en nosotros, hace que nos parezcamos a Él. Tal vez, el pasaje que describe más completamente todas las dimensiones de nuestra redención es el que Cristo mismo 92

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ulizó en el momento en que salió a ejercer su ministerio, cuando definió su misión en la erra para con sus vecinos en la sinagoga de Nazaret. Allí leyó del rollo del profeta Isaías, citado en el capítulo 4 del Libro de Lucas: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cauvos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Luc. 4: 18‐19).

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Y hasta ahí leyó, según lo narra, porque el texto de Isaías connúa diciendo: “...a proclamar […] el día de venganza del Dios nuestro;…” (Isa. 61: 2b), lo cual no coincidía con el momento en que lo leyó. Pero si connuamos la lectura de este pasaje, vemos que sigue así: “[Me ha enviado] a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angusado; y serán llamados árboles de juscia, plano de Jehová, para gloria suya” (Isa. 61: 2b‐3).

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Este precioso pasaje describe la plenitud de la obra redentora de Jesucristo, que no es únicamente la de redimir nuestros espíritus de la muerte eterna, al darnos el nuevo nacimiento, sino también recibirnos en adopción para una relación amorosa y permanente con el Padre. Comienza así una obra del Espíritu sobre todo nuestro ser. A Dios no solo le interesa nuestro espíritu, sino también nuestra alma, por eso habla de los quebrantados de corazón, de los abados, de los enlutados y los afligidos. A Él le interesa transformar a toda persona, y darnos a saborear las primicias de la salvación en esta vida, para que tengamos “vida, y vida en abundancia”, como leemos en Juan 10: 10. Ese es el ministerio de Jesús al cual tenemos acceso por la adopción como hijos. Gozaremos de la plenitud de la salvación, por supuesto, cuando dejemos esta vida limitada y entremos a su gloria a plenitud.

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

El reducir la obra de Dios a la mera salvación eterna de nuestra alma, le roba todas esas otras dimensiones de su gloria. Eso empequeñece el ámbito de su Reino, reduciéndolo a lo meramente espiritual y concediéndole a su adversario lo que no le pertenece. Esta es una menra que el príncipe de este mundo ha propagado para ocultar que a Jesús “toda potestad le es dada en el cielo y en la erra” (Mat. 28: 18) y que “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo” (Apoc. 11: 15). Volviendo al tema de la orfandad, el huérfano vive en una profunda soledad existencial porque no sabe quién es, no conoce su verdadera idendad porque no se conoce a sí mismo, no ene un padre en cuyos ojos reflejarse, no sabe qué imagen lleva dentro de su naturaleza. Por consiguiente, teme, porque no sabe de dónde vendrá su próxima comida, no sabe si alguien va a quitarle el abrigo que ene o va a quitarle su protección; el huérfano se siente desprotegido, sin herencia, no se sabe amado. La tragedia más grande que puede experimentar un ser humano es no senrse amado. Ese huérfano cobra nueva vida al entrar en relación con su Padre Celesal, a quien Cristo vino a presentarle. La paternidad de Dios suple la necesidad más profunda que siente cualquier huérfano: conocer a sus padres, en este caso, al Padre Celesal. Una y otra vez, Jesús nos lleva a visitar ese poderoso milagro de la adopción al hablarnos dulcemente del Padre y de la relación que Él quiere tener con nosotros. Por eso, en el Sermón del Monte, tal vez el sermón más bello y potente que Cristo nos dejó, trece veces lo llama “vuestro Padre”, y nos enseña: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,…” (Mat. 6: 9a). Jesús enfaza la adopción, la idendad nueva que tenemos como hijos de Dios, diciendo: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14: 6). Él vino para establecer una ruta de regreso a casa, para que todos los que en Él crean

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puedan llegar al Padre. Vino para abrirnos el paso al Padre, y de ese modo llenar ese vacío existencial que todos tenemos. Jesús reemplaza nuestra carencia de idendad que resulta de desconocer a nuestro Padre y no tener certeza de ser amados. Él nos permite conectarnos con el Padre y hablarle con toda la confianza de un hijo que se sabe amado. Ese es el efecto fundamental de la adopción sobre las emociones del huérfano, y ese efecto sana las condiciones de temor, de desconfianza, de vergüenza y soledad. Estas son las cosas que provocan la inseguridad en el hombre, que lo llevan a querer dominar a los más débiles, sobre todo a su mujer, para sasfacer su propio egoísmo. Cuando el hombre se sabe “hijo de Dios”, que ene Padre, puede descartar esos andrajos para recibir la vesdura real. Puede ser generoso con su amor, en lugar de tacaño. Puede entregar voluntariamente su vida, no solo para darles provisión material a su mujer y a sus hijos, sino para que ella y ellos prosperen espiritual, intelectual y humanamente, para ofrecerle a Cristo una esposa “sin mancha, ni arruga, ni cosa parecida”.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

La orfandad lleva a la mujer a querer manipular y controlar a su marido, a gobernar su casa por cuenta propia, a determinar de alguna manera su suerte y la de sus hijos. En cambio, la adopción llena su gran vacío, la libera de esa obligación autoimpuesta, y la pone en libertad, para amar sin temor a ser usada. De esta forma, se somete libremente a la autoridad de Dios representada por su marido.

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Esos patrones dañinos que constuyen el fundamento del machismo y del matriarcado, resultan de la orfandad universal. Son sanados por el remedio que nos ofrece el poder del nuevo pacto para el matrimonio: la sujeción, andoto de la manipulación, y el poner la vida por el otro, antesis de la dominación del prójimo.

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____________________________ Nuestra nueva vida en Cristo y nuestra adopción como hijos ____________________________ de Dios, nutren nuestra relación amorosa e ínma con

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NOTAS

nuestro Padre que está esperándonos en el cielo. El anuncio, la demostración y la ministración eficaz de esta misión sanadora es la tarea de la Iglesia, pilar y soporte de la verdad en la sociedad.

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Nuestra América Lana espera ansiosa la “revelación de los hijos de Dios”, que consiste en buena medida en modelar estas verdades para bien de los demás, de manera humilde, pero eficazmente. Los crisanos, los que ya hemos experimentado la relación con Dios a través de Jesucristo, hemos recibido el ministerio de la reconciliación. Debemos de creer, vivir, demostrar y pregonar, si es necesario, esa salvación integral con todos los preciosos efectos sanadores que Jesús nos ganó. Empuñemos la transformación que Dios nos ofrece, para traerles a nuestros pueblos toda la gracia y toda la bendición del nuevo pacto en su sangre: el nuevo nacimiento y la adopción que nos otorga, plasmándola en nuestros propios matrimonios y familias. El Espíritu ene urgencia de transformar su luto en gozo, su ceniza en gloria, su angusa en alegría para cumplir la visión de Isaías que Jesús declaró como su misión: “…y serán llamados árboles de juscia, plano de Jehová, para gloria suya”.

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Enseñanza # 8 - Preguntas para reflexión

Orfandad y adopción 1.‐ ¿Qué obra comienza Dios en nosotros que dura toda la vida?

2.‐ ¿Qué nos enseña Romanos 8: 14‐15?

APLICACIÓN

3.‐ Según Gálatas 3: 26, ¿somos hijos de Dios?

4.‐ ¿Qué significa la expresión “Abba Padre”?

5.‐ Veamos la Escritura en Lucas 4: 18‐19.

6.‐ ¿Cuáles son los senmientos del huérfano?

7.‐ Según Mateo 6: 9‐12, ¿cómo Jesús nos enseñó a hablar con Dios?

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8.‐ ¿Qué puede curar el sendo de orfandad?

Pregunta general: ¿Ha experimentado usted el efecto sanador del amor del Padre en su vida? ¿Puede comparr su experiencia?

Tiempo de oración

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Matrimonio de pacto

ENSEÑANZA # 9 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 9 Matrimonio de pacto Ÿ

El matrimonio entre crisanos es una relación de tres personas: incluye a Cristo. Ÿ El matrimonio es la representación más perfecta de la relación de Dios con los seres humanos. Ÿ Él quiere entablar con nosotros un pacto de amor. Ÿ Un pacto es una “ley” parcular para los pactantes. Ÿ Sin amor, la ley es fría; sin autoridad, el amor se vuelve egoísta. Ÿ El pacto refleja los atributos de Dios, quien ES amor y detenta toda la autoridad. Ÿ Una sencilla ilustración: En la construcción se ulizan dos herramientas clave: la plomada y el nivel. Ÿ Estos representan la autoridad y el amor, y en combinación representan el pacto. Ÿ Por ignorar el pacto, nuestros pueblos, líderes y padres aman sin respetar la autoridad y ejercen la autoridad sin amor. Ÿ N uestros hogares son como casas mal construidas, edificadas “a ojo”. Ÿ El hombre se considera superior a la mujer. No se sujeta a las mismas reglas del juego, estableciendo una injuscia perpetua. La mujer lo controla y manipula. Ÿ Ambos desacatan la autoridad. No logran amarse como lo desean y el fruto es dolor, frustración, engaño, violencia. Ÿ Tenemos, en cambio, nuestras propias ideas sobre el amor: Él: AMOR = SEXO Ella: AMOR = ROMANTICISMO Pero amar es dar la vida por el otro. Ÿ Otro tanto hacemos con el concepto de autoridad: abuso. Ÿ Pablo enseña que en el matrimonio crisano: El marido representa a Cristo. La esposa representa a la Iglesia. Ÿ El matrimonio es el principal ministerio. Tiene prioridad sobre todo otro “llamado”. Ÿ Es exclusivo porque es de por vida. Requiere darse totalmente uno al otro (a). Ÿ Ningún otro llamado ene esas caracteríscas. Ÿ El matrimonio es la “escuela del amor” y la sujeción. Ÿ En él aprendemos a ayudarnos para crecer.

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Enseñanza # 9

Matrimonio de pacto

Q

uiero comenzar con uno de mis pasajes favoritos de la Escritura. Se encuentra en el segundo capítulo del Libro de Génesis:

“Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus cosllas, y cerró la carne en su lugar.Y de la coslla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban” (Gén. 2: 21‐25). Este pasaje describe el amor de Dios plasmado en la pareja perfecta. Es uno de los momentos más románcos de la historia bíblica: Dios presenta a sus primeros hijos, Adán y Eva, los une bendiciendo el primer matrimonio humano y describe recatadamente su unión sexual “en una sola carne”. La escena está llena del amor paternal de Dios. Él creó todo el universo para colocarlo bajo el señorío del primer Adán, y dispuso que él no ejerciera ese dominio solo, sino con una compañera idónea. A mi criterio, este es el momento más feliz que ha vivido la humanidad en la historia. Ocurre en un lugar idílico, el jardín del Edén, donde tanto el hombre como la mujer gozan de una relación plena con Dios y el uno con el otro. Como leemos en el próximo capítulo, el maligno no se tardó en entrar al lugar, celoso de esa perfecta armonía y del perfecto modelo de amor que aquel primer matrimonio representaba. Como ladrón, llegó para robar, matar y destruir. A través de estas páginas hemos profundizado en el efecto trágico del pecado sobre el matrimonio humano, describiendo cómo la orfandad destruye el amor y lo convierte en egoísmo, competencia por el poder, abuso y engaño. La historia del amor de Dios nunca ha cesado, sino que fue alterada por la caída. A parr de entonces, el Señor estableció pactos para restablecer el orden en la erra y derramar su bendición. Juzgó la maldad humana con un diluvio universal, pero promeó que nunca más lo haría, mediante un pacto simbolizado por el arcoíris. Escogió a un hombre estéril y anciano, y de él engendró todo un pueblo para sí, fruto y portador de una promesa. Con portentos, los sacó de la esclavitud, les dio su Ley y los condujo durante cuarenta años por el desierto, alimentándolos, guiándolos e iluminándolos milagrosamente con su presencia. Así los llevó con amor solícito hasta la Tierra Promeda. Hizo un pacto 101

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

nacional con el rey David, y un pacto religioso con su hijo Salomón respecto al templo; pero estos no eran sino ancipo del nuevo pacto, sellado con la sangre de su Hijo Jesucristo para redención de todos sus otros hijos: los que en Él crean. El nuevo pacto abre nuevamente al hombre el acceso a la presencia de Dios, y transforma así su vida, su relación con Él y todas sus otras relaciones, colocándolo bajo el Gran y el Segundo Mandamientos:

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“…Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a mismo…” (Mar. 12: 29‐31). No cabe duda de que el prójimo más prójimo, o sea “próximo”, es nuestro consorte, el esposo y la esposa con quien hacemos pacto matrimonial para comparr todo el resto de la vida. El matrimonio crisano es el modelo y la escuela del amor. Dios nos lo dio para que aprendamos a vivir y para que demostremos a los demás su amor en un mundo caído. Es que el amor de Dios se manifiesta más perfectamente en un matrimonio crisano que en cualquier otro. Todo matrimonio humano hecho según las reglas de Dios, goza de la bendición que Él ha promedo: un amigo y compañero para toda la vida, gozo inefable entre sí, y para casi todos, e hijos portadores de la dignidad y la imagen de Dios, y la de sus padres. Esos son dones que están diseñados desde la creación para todas las parejas del mundo. Pero el matrimonio entre dos crisanos ene a disposición, además de esos dones, el poder sobrenatural del nuevo pacto, y una misión de amor mutuo y conjunto que el matrimonio natural no puede alcanzar por sí solo.

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En el matrimonio crisano, Dios mismo se hace parte de la pareja, estableciendo una relación triparta. Es una unión de tres personas porque cada uno de nosotros, los creyentes por la fe, hemos sido incorporados al Cuerpo espiritual de Cristo. Por tanto, como un esposo está en Cristo y su esposa también, en Cristo se casan y su unión lo incluye y representa ante los demás. De hecho, la Palabra de Dios alude a esta realidad triparta cuando Jesús dice: “…lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mat. 19: 6b). No se trata de algo que Dios unió fuera de sí, como por control remoto, sino que como Él está unido a cada uno de los cónyuges, al unirlos, lo hace uniéndolos a sí mismo, en sí y para sí.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

Esta noción del matrimonio triparta es fundamental para comprender el inmenso potencial que se encierra en el santo matrimonio, o sea, el matrimonio entre dos santos. Este es más que un pacto humano ya que se pacta con un personaje divino. El matrimonio es la encarnación humana del amor divino demostrado ante todas las familias del mundo. El hombre y la mujer hacen pacto de por vida para representar el amor eterno de Dios hacia la humanidad. Este es el diseño divino para el matrimonio, pero desgraciadamente dista mucho de la realidad codiana de la mayoría de los matrimonios que conocemos. Lamentablemente, muchos matrimonios crisanos desconocen el poder que Dios ha depositado en el pacto, por falta de buena enseñanza. Aunque están casados no comprenden plenamente aquello en lo cual están envueltos, a lo que Dios los ha invitado: su proyecto para el matrimonio crisano. Por eso, no gozan de todo el poder y la felicidad que el pacto promete.

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____________________________ De hecho, podríamos comparar los matrimonios en nuestra ____________________________ cultura lanoamericana con casas no muy bien construidas, ____________________________ construidas “a ojo”, sin el beneficio de dos herramientas muy

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

sencillas que cualquier albañil puede ulizar: la plomada y el nivel. Cuando se ulizan esas herramientas de la construcción, las casas se hacen a escuadra, bien hechas. Las puertas y ventanas se abren y se cierran bien; podemos edificar más de un piso, uno encima del otro, e incluso, con buena ingeniería pueden hacerse rascacielos. Pero si edificamos sin esas herramientas, más o menos a ojo, a como salga, entonces las puertas y las ventanas no van a funcionar bien, y por supuesto que no va a ser posible edificar muchos pisos, porque el edificio no está bien construido. El nivel y la plomada son instrumentos tan sencillos que hasta un obrero analfabeto puede aprender a ulizarlos sin mayor dificultad, y hasta puede improvisarlos, no necesitan ni siquiera ser calibrados por un experto. El secreto es que captan una realidad subyacente, se apoyan sobre una ley invisible, la ley de la gravedad, y nos permiten aplicarla a la construcción de los edificios. La plomada se basa en el hecho de que, gracias a dicha ley, un objeto pesado, en cualquier parte de la erra, va a encaminarse hacia su centro, creando así la línea vercal. El nivel asegurará que la burbuja de aire, en el recipiente en que ha sido colocada, ocupe exactamente la posición más céntrica cuando ese objeto esté perpendicular con la plomada. Esa ley invisible, inmutable, fue hecha por el Autor de la naturaleza, Dios, quien hizo todas las leyes morales, inmutables e invisibles. Él es quien ha ordenado, por ejemplo, que el matrimonio entre un hombre y una mujer, para ser completo y perfecto, ene que hacerse bajo un pacto exclusivo de fidelidad mutua de por vida. ¿Q UÉ ES EL PACTO MATRIMONIAL? El pacto matrimonial es una promesa solemne que un hombre y una mujer hacen compromeéndose a ser fieles de 104

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por vida, a amarse exclusivamente, a respetarse y a apoyarse mutuamente. Pero si ahondamos en ese concepto, vemos que es una representación del pacto divino, el que ordena Dios para toda la humanidad en la formación de parejas. Allí operan dos leyes, que son como la plomada y el nivel: el amor y la autoridad, que combinadas actúan conjuntamente para beneficio de los pactantes. Entonces, podríamos decir que el pacto es amor bajo autoridad y autoridad ejercida por amor. Es la combinación perfecta de ambas cosas.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

La plomada y el nivel son una buena ilustración de cómo ____________________________ funciona el pacto, si acordamos que el nivel represente al ____________________________ amor y la plomada, a la autoridad. ____________________________ Lamentablemente, por desconocer la importancia de conceptos bíblicos tan sencillos como el del amor y el de autoridad, por ignorarlos y descuidar esos pactos, nuestras “casas”, que comienzan por ser nuestros hogares, pero podrían ser nuestras iglesias, empresas u otras instuciones sociales, son construidas, en su inmensa mayoría, mal, a ojo, porque los conceptos bíblicos de amor y autoridad no son naturales para nosotros.

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En nuestra cultura, el amor es más bien sexo, para un varón, y romance, para una mujer. Estas dos cosas son parte del amor, pero no lo abarcan, porque el amor consiste en dar la vida por el bien del otro. Lo mismo sucede en cuanto a nuestro concepto cultural de autoridad. La autoridad entre nosotros es, para quien la ene, algo a lo que se le saca provecho, para él o para sus amigos. En cambio, si alguien está bajo la autoridad de otro, la autoridad se evita, se evade o, si puede, se soborna, se compra y se corrompe. Esto realmente comienza en el hogar, donde somos enseñados desde muy pequeños y sin necesidad de palabras por nuestros mayores. Es lo que nuestra cultura deformada y la experiencia que vivimos día a día nos condicionaron a hacer. En cambio, la

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

autoridad bíblicamente entendida es una facultad que Dios ha otorgado a los seres humanos para establecer el orden y proteger el bien común. De esta manera, vemos que los conceptos bíblicos de amor y autoridad difieren mucho de nuestro concepto cultural e intuivo en relación a estos temas. Sin usar herramientas como una plomada, que comprenda qué es y para qué sirve realmente la autoridad, y un nivel, que nos diga lo que realmente es el amor, no podremos edificar bien ni matrimonios, ni instuciones, ni sociedades. ¿Dónde vamos a encontrar la guía certera que nos asegure cómo edificar “a escuadra”? En la Biblia, la Palabra de Dios, que es la expresión escrita del pacto que Dios ofrece a la humanidad. E L MATRIMONIO A LA MANERA DE D IOS El matrimonio crisano representa el amor de Dios hacia la humanidad. La Biblia nos enseña que esta unión es la encarnación viva, ardiente y presente a diario entre nosotros de cómo Dios nos ama. Según el apóstol Pablo, es la representación del matrimonio de Cristo con su Iglesia. Efesios capítulo 5, versículos 22‐ 32, hace referencia cinco veces al hecho de que el marido representa a Cristo. La manera en que el varón debe amar a su mujer es la misma manera como Cristo ama a la Iglesia. Por su parte, la mujer representa a la Iglesia en la manera en que debe sujetarse y respetar a su marido, tal como la Iglesia se sujeta y respeta a Cristo. El dar la vida es la cura contra el insnto de dominar que tenemos como varones. Y el sujetarse es el andoto contra la manipulación y el control, que es la tentación perpetua para las mujeres. Cuando los crisanos nos casamos para toda la vida, aceptamos un papel que debemos desempeñar ante Dios,

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ante nuestro cónyuge, ante nuestros hijos y ante la comunidad. Al pactar por la fe, Dios nos otorga una gracia y un poder sobrenaturales para representar su amor divino con la humanidad, un llamado solemne, precioso y extraordinario. Se necesitan gracia y poder para que simples seres humanos nos convirtamos en representantes del amor divino ante un auditorio parcular y específico para nosotros.

NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

La facultad de más consecuencia que poseemos como seres humanos es el poder de hacer pactos. El pacto matrimonial es único, porque es exclusivo y de por vida. En efecto, no hay ningún otro marido para mi mujer, ni otra mujer para mí, como marido. Esta unión requiere una entrega total, al punto de que ni siquiera soy dueño de mi propio cuerpo, sino mi mujer; ni ella es dueña de su propio cuerpo, sino yo, su marido.

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De manera que este llamado matrimonial, exclusivo, de por vida y total es el más importante que puede recibir una persona. El matrimonio es la principal vocación que podemos emprender y el más importante llamado ministerial.

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El pacto matrimonial es un pacto de amor y de autoridad, es la escuela del amor y de la obediencia a la autoridad. En el matrimonio crisano, los esposos nos comprometemos y entregamos nuestras vidas para ayudarnos mutuamente a crecer en Cristo, hacia Cristo y para Cristo. Nos convermos en aliados para la propia y la mutua sanficación, en Cristo. Se trata de un acuerdo que hacemos de antemano, por el mero hecho de ambos ser crisanos, y luego recibimos de Dios la gracia para ir confrontándonos mutuamente en amor, apoyándonos mutuamente, prestándonos esa finísima visión con la que Dios nos ha dotado para ver mejor los defectos ajenos que los propios. Jesucristo dijo: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de

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NOTAS ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________

ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mat. 7: 3). Si nos aliamos y nos prestamos mutuamente esa capacidad, creceremos ricamente juntos. El pacto matrimonial nos permite hacer una “alianza para crecer” que nos ayude a confrontar los defectos, heridas y menras que cada uno de nosotros trae al matrimonio, y nos da la fuerza para sobreponernos a ellos por la gracia de Dios, para en lugar de cricar los defectos del otro, ayudarlo a crecer y a madurar. Y en reciprocidad, nuestro cónyuge hace lo mismo con nosotros. Ese es el poder escondido del pacto matrimonial, del matrimonio crisano bien entendido y obedientemente vivido, en la gracia de Dios.

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Enseñanza # 9 - Preguntas para reflexión

Matrimonio de pacto 1.‐ ¿Cómo es el matrimonio crisano?

3.‐ ¿Qué papel juega la mujer en el pacto del matrimonio?

4.‐ ¿Qué es el pacto?

5.‐ ¿Cuáles son los componentes del pacto divino? Amor ____________________________ y autoridad ____________________________. 6‐ ¿Por qué el pacto del matrimonio es el llamado más importante que tenemos? a.____________________________________________________________________. b.____________________________________________________________________. c.____________________________________________________________________.

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APLICACIÓN

2.‐ ¿Qué papel representa el hombre en el pacto del matrimonio?

7.‐ ¿Qué es el amor para el hombre machista?

8.‐ ¿Qué es el amor para la mujer mundana?

9.‐ ¿Qué quiere decir que “el pacto es una alianza para crecer”?

Reflexión: ¿Cómo ha estado cambiando mi matrimonio después de estas enseñanzas?

¿Cómo ene que cambiar aún?

Tiempo de oración Series recomendadas por el autor para ahondar sobre el pacto matrimonial: ‐ “El matrimonio de pacto, modelo humano del matrimonio mísco”. ‐ “El pacto divino, clave para la transformación de la cultura”.

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El poder transformador del pacto matrimonial

ENSEÑANZA #10 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127: 1)

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Perfil

Enseñanza # 10 El poder transformador del pacto matrimonial

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El matrimonio crisano (matrimonio de pacto): Ÿ Tiene el poder divino para operar transformación. Ÿ Es algo que solo Dios puede hacer. Ÿ Él es el Autor y dueño del mundo natural. ¿Cuándo ocurre una transformación? Ÿ En nosotros mismos, cada vez que el hombre hace contacto con Dios. Ÿ Cuando dos seres humanos hacen un pacto con Cristo para ser aliados en la mutua transformación. Ÿ Se mulplica el impacto transformacional porque “uno podrá contra mil, pero dos pueden contra diez mil”. Ÿ “Conformar” es adoptar la forma. “Transformar” es CAMBIAR la forma (Ro. 12: 1‐2). Ÿ La obra transformadora se manifiesta de inmediato en nuestras relaciones. Las familias crisanas forman iglesias. Ÿ Las iglesias mulplican, difunden y consolidan el impacto transformador. Ÿ Un proceso que comienza en la inmidad personal, va cobrando fuerza e impacto social. Personal Familiar Congregacional Social Los crisanos verdaderos influyen en todas las esferas de la sociedad si insisten en la defensa de sus valores. La transformación hace que se eleve el nivel de decencia en la familia y en la sociedad. Ÿ Las leyes empiezan a legislarse más justamente. Ÿ La corrupción cae en despresgio. Ÿ Ocurre el proceso paulano de transformación. Ÿ La sociedad termina siendo transformada.

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Espíritu en pos de la propia y mutua sanficación, porque dice la Palabra: “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resisrán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Ecl. 4: 12). El pacto matrimonial se convierte así en un potente instrumento de sanficación, de crecimiento y de maduración para los cónyuges. Los traumas emocionales que traen desde su infancia, las menras que han creído y los malos ejemplos de los que han sido tesgos, toda la herencia malsana de cada uno, sumada a sus propias debilidades y a las consecuencias de sus propios pecados, se tornan en rica materia prima para el Espíritu Santo. Y Él va cumpliendo su agenda de transformación, llamándoles poco a poco la atención a los cónyuges para lograr que se alíen, apoyen y refuercen mutuamente, por amor. Ellos son sanados por la Palabra de Dios, aplicada en amor por el Espíritu Santo, a veces con oración, a veces con el ejemplo, a veces con instrucción, a veces con el poder del Espíritu y la unción de alguien enviado por Dios. El matrimonio crisano ene el poder divino para operar transformación no solo en los dos individuos que parcipan de él, sino que ejerce, además, una influencia contagiosa con un poder sobrenatural. Después de todo, se trata de tres personas unidas en un mismo pacto: Cristo, el esposo y su esposa. Y dijo Jesús: “Donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estaré yo”. O sea, cada matrimonio es como una iglesia pequeña, capaz de ejercer el poder de la oración en acuerdo y de aplicar su eficacia. Pero el efecto más posivo y poderoso de la sanficación que Dios nos ofrece a través del pacto matrimonial, es sobre la semilla santa que Él nos ha encomendado: nuestra descendencia. Dice la Palabra en Malaquías 2: 15a: “¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios…”. Criar hijos para Dios es uno de los principales propósitos del matrimonio de pacto, un elemento esencial de la estrategia 114

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Enseñanza # 10

El poder transformador del pacto matrimonial

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a Biblia usa la palabra “transformar” en el Nuevo Testamento, en varias ocasiones. La más disnva se encuentra en Romanos 12: 2, donde el apóstol Pablo nos exhorta a no conformarnos al mundo, sino a ser transformados en nuestro entendimiento.

“Conformar” significa 'adoptar la forma de algo', como un líquido en un recipiente. “Conformarse al mundo” es imitarlo, parecérsele, adoptar su forma. En cambio, “transformar” es 'trascender la forma de algo', sugiriendo que se hace desde el interior. La transformación implica cambios externos, visibles, que resultan de cambios internos. La palabra griega que el texto usa para describir ese cambio de forma es “metamorfosis”. Es la misma que ulizamos para describir lo que pasa con la oruga después de que se encierra en su capullo: el gusano se convierte en crisálida, y al empo sale como una bella mariposa. La transformación describe algo que solo Dios puede hacer, ya que Él opera en nuestro interior. Es una operación del Espíritu Santo que comienza primero en nosotros mismos, cuando conocemos personalmente a Dios, o sea, cuando hacemos pacto con Él por la fe. Sin fe es imposible agradarle, de modo que tenemos que inverr la fe que Él mismo nos concede para poder poner toda nuestra confianza en Él. Dios busca establecer su pacto en nosotros, un pacto que nos cambia en el interior, y nos transforma en nuevas criaturas y en hijos suyos. Una vez que hacemos el pacto con Dios, esa relación connúa operando en nosotros, transformándonos. Por ejemplo, el que ora es transformado por el Espíritu Santo obrando desde su interior. El Espíritu se dirige a Dios, cerrando en cierto modo el circuito de comunicación divina entre el corazón de Dios, del cual nace la movación para orar, y el corazón o espíritu del hombre, del cual surge la expresión verbal, la oración, que expresa su acuerdo con Dios. Así se hace eficaz y se cumple en la erra lo ya decretado por Dios desde el cielo. La transformación ocurre dentro de nosotros, pero ene efectos externos y evidentes. Pero cuando dos crisanos, que ya enen pacto individual con Dios, se casan, hacen un pacto matrimonial con Cristo y el uno con el otro, en santo matrimonio. Entonces, se amarran voluntariamente, se unen al yugo matrimonial; pero no solos, sino con Cristo. Ahora ambos pueden comenzar a ser transformados simultánea y conjuntamente, y se convierten en aliados para el mutuo crecimiento y la mutua sanficación. Entra en juego, entonces, el potente principio del “acuerdo triparto”, que es, fundamentalmente, la esencia del matrimonio crisano, porque dice la Escritura que cuando dos o más concuerden en la erra respecto a algo, Cristo, o sea, la tercera persona del matrimonio crisano, lo concederá. La transformación de los cónyuges se acelera y profundiza cuando ambos responden al

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divina para establecer y expandir su Reino en la erra. Por eso podemos observar que cada vez que el Señor prepara un avance importante de su Reino en la erra, comienza mulplicando los hijos de su pueblo. Esto lo vemos en Hechos 7: 17, cuando Esteban cuenta de la historia del pueblo ____________________________ de Israel: “Pero cuando se acercaba el empo de la promesa, ____________________________ que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se ____________________________ mulplicó en Egipto,…”. ____________________________ Dios nos da hijos para que los criemos y los preparemos para cumplir el propósito que Él ha previsto para ellos en la ____________________________ expansión de su Reino: “He aquí, herencia de Jehová son los ____________________________ hijos; cosa de esma el fruto del vientre. Como saetas en ____________________________ mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud” ____________________________ (Sal. 127: 3‐4). Los hijos del pacto son el arma más potente ____________________________ que ene Dios para derrotar al enemigo en la erra.

NOTAS

Por esa razón, el enemigo siempre ha tratado de destruir la simiente divina, los hijos del pueblo de Dios. Lo hizo en Egipto, lo hizo en Belén y lo hace en la sociedad contemporánea por medio de los anconcepvos y el aborto. Y si no logra impedir que engendremos hijos para Dios, se ensaña en maltratar y abusar de los niños vulnerables en su erna infancia, a través de la pobreza, la enfermedad y la ignorancia. Y si eso falla, usa la educación. Los padres mandan voluntariamente a sus hijos a la escuela para que se les enseñe que ellos son ancuados, que Dios no existe, o que si existe no ene ninguna relevancia para nuestra vida. Y por úlmo, la mejor herramienta destructora del boquín satánico: los medios, que comercian con la inmoralidad para lucro de quienes los controlan. La estrategia satánica desde el principio ha sido tratar de arruinar el futuro plan de Dios para los hijos, aprovechando la debilidad de los padres. Caín es un ejemplo de cómo el pecado de los padres desemboca en maldad y desobediencia para sus hijos. Por eso, Satanás se ha encargado de asegurar que el principal azote de la niñez sea la inmadurez de sus padres. Los padres causamos daños incalculables en nuestros hijos dándoles malos ejemplos, sucumbiendo a nuestras debilidades que hacen de nuestro matrimonio y hogar un sio 115

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de conenda e infelicidad. Y ni hablar si en nuestra desesperación nos permimos abusar de ellos emocional,  sica o sexualmente. Lamentablemente, esto ocurre desde la más temprana infancia, muchísimo antes de que podamos verbalmente cumplir la exhortación que dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Prov. 22: 6). Nuestro ejemplo los instruye con mayor elocuencia que nuestras palabras. Ellos aprenden de nosotros a vivir, exactamente como aprenden de nosotros a hablar. Ese patrón de vida y de lenguaje les servirá para toda la vida. La ausencia de pacto con Dios y entre los cónyuges, crea las condiciones perfectas para un hogar donde dos seres egoístas tratan de suplir su necesidad de amor sin contar con el poder sobrenatural de Dios, que es la fuente del amor. Ese intento está desnado a fracasar, ya que sin la ayuda de Dios nuestro egoísmo natural solo puede causar conflictos, creando una atmósfera de competencia y rivalidad por el escaso amor que parece haber disponible. La cultura tradicional lanoamericana fue establecida fuera de pacto, y su instrucción religiosa fue históricamente deficiente en enseñar la necesidad e importancia de establecer un pacto con Dios. Por tanto, los matrimonios, aun los crisanos, no gozaron de la instrucción necesaria para adoptar una visión que los haga matrimonios de pacto. Como resultado, la generalidad de nuestros matrimonios y familias son disfuncionales. De esta manera, el adversario ha logrado arruinar las vidas de muchas generaciones de personas que crecieron dañadas, traumazadas, hasta deformadas por la carnalidad de sus padres. Dos egoísmos en guerra, dos huérfanos tratando de luchar por un mendrugo de felicidad, insuficiente para sasfacer el hambre insaciable de uno, cuánto más la de ambos. Eso es cierto en la mayoría de nosotros, incluyendo los líderes. Todos, de generación en generación, acarreamos esos

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traumas como cicatrices invisibles que afectan el corazón. Son los pecados de nuestros ancestros que nos visitan “hasta la tercera y cuarta generación”. Pero la mayoría de nosotros aprendemos a funcionar moderadamente bien gracias a la extraordinaria capacidad de adaptación que Dios ha dado a los seres humanos. Las reglas del juego que nos enseña nuestra cultura sin pacto nos parecen normales. Así, ciertos patrones tóxicos de conducta para el amor, como el machismo (la dominación del hombre sobre la mujer), y para ella, el matriarcado (la manipulación de los senmientos para ejercer el poder), se arraigan y perpetúan en la próxima generación. Los efectos dañinos de una crianza malsana no se dejan ver mucho en nuestros primeros años, porque durante nuestra juventud vivimos empos de aprendizaje. Llegada una cierta edad, esos hombres y mujeres que crecieron en hogares disfuncionales comienzan a mostrar los efectos de esa siembra. La vergüenza les impide abrirse y vivir vidas transparentes. El temor y el resenmiento les imposibilita aliarse para crecer, o para pedir y rendirse cuentas mutuamente. Muchos se conforman con esconder sus debilidades en el infierno privado de su hogar, sin buscar ni aceptar la ayuda de otros. Se les hace di cil unirse a otros líderes, formar equipo, o pasar la antorcha a la próxima generación. Casi siempre, estos son síntomas ciertos de daños emocionales, de su inmadurez humana, que limita su madurez espiritual y debilita fuertemente la eficacia de los líderes crisanos. Puede verse, entonces, la importancia de dejar que el Señor nos transforme mediante matrimonios de pacto. En un matrimonio de pacto, el Espíritu Santo, quien busca nuestra perfección en Cristo, trabaja con nuestras debilidades humanas. Al cooperar con Él, las parejas crisanas añaden una potente herramienta en sus manos: el poder del acuerdo y del amor conyugal al servicio de los planes de Dios. El matrimonio de pacto ene un poder incalculable para transformar a los cónyuges y para reparar los daños que 117

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sufrieron en su niñez, incluso para compensar aquellos que hayan causado a sus propios hijos. El pacto de amor ene el poder de sanar y de sanficar las relaciones con la generación anterior, y también con la siguiente. Es, sin duda, el instrumento escogido para “volver el corazón de los padres a los hijos y de los hijos a los padres”. Cuando los cónyuges hacen alianza para crecer e invierten sus vidas en ayudarse mutuamente a madurar y crecer en Cristo, como individuos y como pareja, sus familias son inmensamente bendecidas. Sus hijos reciben el impacto del obrar divino en su corazón y quedan marcados de por vida, con vocación de eternidad. Y toda la gente de su entorno recibe la bendición del ejemplo, la influencia y el amor que necesariamente fluyen de sus vidas de pacto con Dios. Consecuentemente, su liderazgo y sus relaciones con sus equipos, colegas y con los otros líderes crisanos son también profundamente transformadas por su vida de pacto. Poco a poco se convierten en agentes de transformación, contagiados y contagiando a otros por el Espíritu. Capaces de recibir, creer y declarar la visión y el poder divinos, Dios los usará para guiar sus casas, la Iglesia, la comunidad y la sociedad hacia el desno que el Espíritu mismo ha preparado para nuestros pueblos. El Señor está derramando su Espíritu por toda nuestra América. Millones de almas ya hemos descubierto el pacto personal con Dios, que nos redime y nos transforma. Pero ahora, Él nos invita a descubrir y aplicar el poder de su pacto a nuestros matrimonios, como prerrequisito para sanar nuestras familias, nuestras comunidades y nuestras naciones. El matrimonio de pacto es la clave que nos espera para la transformación de nuestras comunidades. Demos, pues, manos a la obra, juntos, marido y mujer crisanos, para implementar y sujetarnos al pacto divino, con urgencia y con fe en Aquel que es fiel y nos ha llamado, quien también lo hará.

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Enseñanza # 10 - Preguntas para reflexión

El poder transformador del pacto matrimonial 1.‐ ¿A qué nos exhorta Romanos 12: 2?

2.‐ ¿Cómo es transformado el hombre por el poder del Espíritu Santo?

4.‐ ¿Qué maldiciones generacionales pueden estar afectándonos?

5.‐ ¿Qué efecto podría tener nuestra transformación en nuestra descendencia?

6.‐ ¿Cómo impacta esta transformación otras áreas de nuestra vida y en las cosas que hacemos?

7 ‐ ¿Cómo puede la Iglesia ser más transformadora?

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APLICACIÓN

3.‐ El amor de nuestro consorte es una herramienta sanadora poderosa, dada por Dios a favor nuestro dentro del pacto matrimonial. ¿Qué debemos cambiar en nuestro matrimonio para que esto surta pleno efecto?

8 ‐ ¿Cómo puedo contribuir a la transformación de la Iglesia?

Reflexiones: ¿Qué otros cambios son necesarios en nuestra sociedad para que seamos realmente un “pueblo de pacto”? (Por ejemplo, en la inmoralidad de la publicidad, en lo que se enseña en las escuelas, en lo que permiten las leyes.) ¿Cómo los crisanos podríamos organizarnos para influir en esas cosas? ¿Qué otras transformaciones personales, familiares, relacionales, eclesiales y sociales habrá cuando entendamos y cumplamos mejor con nuestro propio pacto matrimonial? ¿Qué otros contratos, votos y promesas podremos cumplir mejor, gracias al poder del pacto?

Tiempo de oración e intercesión: ‐ Por la sanidad y restauración de nuestra generación. ‐ Por los matrimonios. ‐ Por la descendencia. “Señor, graba en nuestros corazones el poder transformador del pacto matrimonial”.

Series recomendadas por el autor para ahondar sobre el pacto matrimonial: ‐ “El matrimonio de pacto, modelo humano del matrimonio mísco”. ‐ “El pacto divino, clave para la transformación de la cultura”.

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MACHISMO Y MATRIARCADO: RAÍCES TÓXICAS QUE MARCHITAN LA CULTURA LATINOAMERICANA

RESUMEN

E

n Machismo y matriarcado: Raíces tóxicas que marchitan la cultura lanoamericana, comenzamos describiendo los patrones malsanos que dieron nacimiento a nuestra cultura iberoamericana, durante la Conquista y la temprana colonización española del siglo XVI. Hemos enfazado en la conquista sexual de las mujeres indígenas, la cual resultó en una amalgama étnica entre españoles e indígenas, que dio origen a centenares de miles, eventualmente millones, de meszos, hijos de españoles y de mujeres indígenas. Esos hogares mal fundados, frutos de uniones desiguales, dieron origen a una serie de patrones de conductas que se han entronado en nuestra cultura, entre los cuales destacamos el machismo, la dominación de la mujer por el hombre, y el matriarcado, la manipulación controladora del núcleo familiar por parte de la autoridad materna. Esos patrones de control, en la pugna entre los dos sexos dentro del hogar, crearon un hogar disfuncional que dañaba severamente la psiquis, las emociones de sus miembros, tanto de los consortes, como de sus hijos. Aquí también examinamos lo que las Escrituras revelan respecto a la orfandad del ser humano, cuando se aparta de Dios a causa del pecado y pierde el contacto con su Padre, y cómo recibe la adopción, que ocurre por la fe en Jesucristo, una nueva relación de paternidad de parte de Dios, que lo capacita para hacer pacto con Él y pacto entre ellos (entre los cónyuges), por lo cual, hablamos del matrimonio ideal, el matrimonio de pacto, el matrimonio bíblico, hasta llegar a enfazar el poder transformacional del pacto matrimonial.

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CONCLUSIONES Los efectos que estas enseñanzas pueden tener sobre las vidas y las reglas del juego de la cultura y de la sociedad lanoamericanas son incalculables. No hemos visto aún el poder de Dios desatado en la vida de seres consagrados para agradarle y aprender a amarse entre ellos, por amor a Él. Cuando Lanoamérica vea en qué consiste el verdadero pacto matrimonial y el poder transformador que Dios ha encerrado en el matrimonio de pacto, como si fuera en el núcleo de un átomo, la explosión será gloriosa, transformadora, de felicidad humana, que llevará a nuestros pueblos a conocer, alabar y servir a Dios.

Este libro conene el texto con preguntas para discusión de la serie “Machismo y matriarcado: Raíces tóxicas que marchitan la cultura lanoamericana”. Esta serie consta de diez enseñanzas disponibles en video, audio y también como libro electrónico (E‐Book), descargable de la página www.semilla.org Esa página ofrece numerosos arculos, enseñanzas y otras obras del autor José L. González. El autor solicita contribuciones de sus lectores que puedan enriquecer futuras ediciones y su enseñanza, y pide disculpas si en su deseo de sacar a luz cosas dolorosas y verdades sórdidas, ofendiere la sensibilidad de algún lector. No ha sido ese su propósito, sino ayudarnos a confrontar la verdad para que, a la luz del Espíritu Santo, podamos ser sanados.

ORACIÓN Señor, te doy gracias por haberme permido comparr esta revelación con mis hermanos. En este momento, elevo mi corazón a  para agradecer la luz que has traído a sus vidas, y te pido, como maestro, que grabes permanentemente en sus mentes y en sus corazones el poder transformador del pacto matrimonial. Y te lo pido, mi Dios, en el nombre precioso de Jesús. Amén.

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