Nociones Previas

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1 Buenas Costumbres Nociones Previas Antes de establecer una noción precisa sobre las buenas costumbres es necesario partir de la concepción sobre la costumbre en estricto. La costumbre por un elemento material, la repetición de un hecho de manera continua, uniforme y más o menor duradera y un elemento psicológico, que es la voluntad de crear la normal. Ejerce mas influencia en el derecho internacional privado puede afirmarse que a falta de tratados la costumbre proporciona en algún momento soluciones que perfecciones su contenido. Como se sabe la costumbre tiene un carácter cultural informático para el derecho que incluso da la razón de ser muchas normas. Por su parte las buenas costumbres emergen de la costumbre y su precisión significativa resulta una tarea ardua y pesada más aún, si se pretense emitir una definición definitiva sobre estas. El tema remite problemas puramente norma lógicos dentro de los múltiples y dispersos valores, ya que el criterio calificativo en denominar como buenas o ciertas costumbres y descalificar a otras con evidencia constituye una mera cuestión subjetiva que requiere el máximo esfuerzo intelectual en el juzgamiento de estos conceptos. Desde otro ángulo o punto de vista, debemos remarcar que si bien existen nociones jurídicas auxiliares en cuanto están referidas a las nociones sobre las buenas costumbres, como ocurre en los casos de las leyes escritas sobre el orden publico, el concepto que tengamos sobre ellas remite siempre a las valoraciones fundamentales de naturaleza ética sobre ellas remite siempre a las valoraciones fundamentales de naturaleza ética sobre las cuales la comunidad establece un señorío especial y unánime sobre sus determinaciones

2 normativas, como un mero concepto ideal o un modelo de vida que es propuesto para si, para las generaciones actuales y futuras en la Carta Magna, piedra angular del Ordenamiento Jurídico Positivo de un país. Son ciertamente emanadas de canones morales cuya consagración demuestra una íntima correlación entre la ética y el Derecho, en cuanto ambos conceptos constituyen la articulación valorativa del hombre.

3 1. Concepto: Las Buenas Costumbres son el conjunto de valores de una determinada sociedad que no son plasmadas en una ley. Las buenas costumbres son máximas que tienden a variar con el transcurso del tiempo. Ejemplo: 

En el caso de las mujeres, antiguamente conductas como ir al cine, ver televisión, hacer vida política, el uso de una falda por encima de la rodilla, incluso hasta trabajar, era considerado como una falta a las buenas costumbres.



El depósito de la mujer.

Las actos que van en contra de las buenas costumbres son -generalmente- lícitos pero no soportados por los valores de una sociedad. Por ejemplo: 

El ejercicio de la prostitución (para quien la ejerce, más no para quien la promueve).



El matrimonio entre personas del mismo sexo

Debemos considerar también como las formas y maneras de comportamiento de las personas en cualquiera de los escenarios cotidianos de la vida en sociedad. También suele decirse que son buenas costumbres las formas de ser de las personas que hacen de sí, su estima y ponderación que los ubica dentro del contexto social como personas distintas entre ellas pero que al mismo tiempo, en su conjunto conforman identidad ciudadana, regional o nacional, según corresponda a una época y a un momento determinados en un espacio geográfico establecido.

4 Carlos López Castro, da un sustentado criterio, respecto a las buenas costumbres haciendo ver que el juzgamiento de los actos de la persona dentro del campo de la moralidad pública sanciona en sí como costumbre, la forma de ser de la persona que lo identifica dentro de su grupo, pero como esta persona recibe influencias y da sus comportamientos a los demás, su comportamiento que al inicio es único se convierte en el transcurso del tiempo, como hecho o acto plural empleado o usado por los integrantes de la comunidad. (Velarde, 2013) Las buenas costumbres son entendidas como "los cánones fundamentales de honestidad pública y privada a la luz de la conciencia social" (BlANCA). También se las conceptúa como "los principios morales corrientes en un determinado lugar, en 'un determinado momento. Moral pública.- Es la forma de ser de la comunidad plural, la cual deberá por todos los medios ceñir a sus integrantes por la senda del bien, del buen hacer, y de cada una de las personas constituirse como un ejemplo para los demás dentro del contexto de la moral como norma imperativa del buen hacer y del buen decir. Todo esto quiere decir que será mala costumbre todos los actos de corrupción como el juego de azar y que al fin y al cabo son juegos como los casinos que hacen de la persona un ludópata, otro de los actos de la incultura es por ejemplo la embriaguez, la prostitución y todos los espectáculos públicos que en vez de traer un mensaje formativo personal traen como mensaje la destrucción de la moral la honestidad, la probidad y seriedad apara vivir en convivencia pacífica y desterrar el facilismo y, la deshonra.

5 Las buenas costumbres.- Como se ha dicho anteriormente son comportamientos que orientan y definen la personalidad del ser humano para orientarse por los caminos del bien y del éxito con visión y futuro y con la fortaleza de triunfar en los escenarios que la vida le depare a la persona. Hay un sector de la doctrina nacional que entiende que las buenas costumbres son las costumbres (jurídicas) que tienen el juicio de valor de buenas. Así, a propósito de lo dispuesto por el artículo V del Título Preliminar, se sostiene que "la expresión buena costumbre, requiere tres calificaciones: que sea una costumbre jurídica; que pueda ser cualificada como buena; y, además, que el acto jurídico materia de análisis sea contrario a tal buena costumbre jurídica" (RUBIO CORREA) (Código Civil Comentado, 2008) Las Buenas Costumbres Conjuntamente con las leyes que interesan al “orden público”, la legislación civil coloca a las “buenas costumbres”, sancionando con nulidad a los actos jurídicos que las afecten. Desde nuestro punto de vista, las buenas costumbres son de este modo una especie incorporada al género del orden público, con la dificultad de precisar lo que debe entenderse por buenas costumbres. León Barandiarán piensa que: “El criterio, es en parte definitivo y, en parte, circunstancial. En relación al tiempo y al espacio varía la apreciación de algunos aspectos de las relaciones sociales, para connotarlas como inmorales o no… Pero, como dicen Planiol y Ripert, existe un cuerpo común de doctrina moral, tomado por las nociones modernas de la filosofía antigua y de las tradiciones cristianas, sobre el cual las divergencias son mínimas y van atenuándose con el tiempo, en cuanto a las reglas generales, las naciones civilizadas concuerdan y, por excepción, disienten”.

6 Y finalmente agrega que: “El juez tiene que hacer una compulsa serena de los

sentimientos o ideas generales dominantes, para inspirarse en el criterio general de hombre de bien”. Desde que el connotado tratadista peruano hizo esta afirmación, y más aún desde que Planiol y Ripert expresaron su opinión, muchas cosas han cambiado en las apreciaciones morales de los individuos, y quizá pueda haber actualmente más consenso en torno a otros conceptos como los de “derechos fundamentales” y “derechos humanos” – definidos incluso en convenios supranacionales- que al de “buenas costumbres”. Sin embargo, la amplitud de este concepto podría supuestamente tener la función, pese a la inseguridad jurídica, de permitir al juez la inclusión de muchas situaciones imprevistas en la ley; en aras de proteger al sistema de la posibilidad de que el juez tenga que legislar. La doctrina liberal ha sostenido que el Derecho es un sistema que debe ser cerrado ya que esa es su seguridad mayor. Empero, el problema subsiste ya que en los hechos la interpretación judicial de lo que son las “buenas costumbres” abre la posibilidad para que el juez legisle en la práctica, con lo que el sistema cerrado es una verdadera ilusión jurídica. Expresa Lord Dennis Lloyd que: “… En Inglaterra, por ejemplo, esta idea de orden público se emplea sobre todo como un medio muy limitado de descargar al tribunal del deber de hacer cumplir contratos formalmente válidos, pero que ofenden profundamente el sentido moral o de justicia del tribunal, aunque no impliquen ilegalidad alguna. Esta doctrina se ha aplicado a acuerdos sobre inmoralidad sexual, así como a cierto número de casos de otro tipo, de los cuales tal vez los más importantes sean los acuerdos sobre restricción indebida de comercio, como puede ser el caso de una cláusula de un contrato de trabajo que imponga excesivas restricciones al trabajador una vez concluido su empleo”.

7 El mismo autor agrega que según algunas opiniones judiciales estas categorías son

numerus clausus en el sistema inglés de precedentes judiciales. Sostiene Marcial Rubio Correa que el carácter de “buena” plantea la necesidad de recurrir a calificaciones de naturaleza extrajurídica, más precisamente morales. Es de notar, además, que en un universo pluricultural como el peruano la determinación de lo que son las buenas costumbres se hace relativa y variable ya que habrá de considerarse tiempos, lugares y personas. La inclusión de las buenas costumbres en el Derecho implica que los actos contrarios a éstas constituyan un ámbito de la ilegalidad, y asimismo de la ilicitud. No obstante, estos actos no se identifican necesariamente con los de la inmoralidad ya que no todo lo que interesa a la Moral interesa al Derecho. Roberto De Ruggiero enseña que el criterio distintivo entre la norma jurídica y la moral es la coercibilidad de la primera y la incoercibilidad de la segunda ya que ésta última no tiene más sanción que la reprobación de la conciencia o de la opinión pública. En la distribución de poderes-deberes propia de las relaciones jurídicas con frecuencia puede afectarse aspectos de la vida humana que si bien no han sido previstos en las normas legales son considerados como bienes a los cuales la sociedad asigna un altísimo valor. No considerarlos en el sistema jurídico afectaría el equilibrio social y en algunos casos de naturaleza económica hasta empañaría la evaluación costo-beneficio causando distorsiones en el mercado. Actos jurídicos que impliquen segregación racial u otro tipo de discriminación, manipulación genética, violencia física o moral, por citar algunos ejemplos, aunque en sus demás elementos sean equilibrados pueden causar un considerable desmedro a una determinada sociedad en lo que ésta tiene por valioso y digno de su deseo y aspiración.

8 La Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 11 de julio de 2005, recaída en el expediente Nº 3330-2004-AA/TC, señala que ciertas libertades como la libertad de empresa y la libertad religiosa se encuentran limitadas por la moral y que la protección correcta surge del principio constitucional de la dignidad de la persona humana. “Así, el derecho a la libertad de empresa traspasa sus límites cuando es ejercido en contra de la moral y las buenas costumbres…” y “…para estar arreglado a Derecho, ha de hacerse con sujeción a la ley y, por ello, dentro de las limitaciones básicas que se derivan de …la moralidad…” (numeral 32). “No puede considerarse permisible según una correlación adecuada entre derechos fundamentales, que se afecten unos (moral, salud y seguridad) a fin de permitir la existencia de otros (empresa). Es más, las normas del Derecho que ignoren estos valores o costumbres sociales que prevalecen en una sociedad corren el riesgo de convertirse en letra muerta. De Ruggiero señala que, cuando un precepto jurídico sea por excepción contrario a la moral, ese precepto estará condenado a desaparecer tal como ha sucedido con la esclavitud y la venta del deudor insolvente y agrega “…así desaparecerán también muchos del Derecho positivo actual cuando aparezcan en pugna con una cultura más desarrollada”. Estos aspectos de la vida humana que son considerados positivos para una determinada sociedad pueden, sin embargo, ser vistos como negativos por una minoría o por otras sociedades, como sucede con ciertos tipos de discriminación religiosa o de género permitidos en determinados países. Sin embargo, esto no quiere decir que no pueda hacerse nada por modificar esos “valores”. Al respecto, expresa Lord Dennis Lloyd lo siguiente: 2. Diferencias Entre El Orden Público Y Las Buenas Costumbres 2.1. Orden Público

9 • Conjunto de principios sobre los cuales se basan la estructura y funcionamiento de la sociedad • Sus reglas son cambiadas por el Estado • Práctica jurídica establecida • No existe buen o mal orden público • Se encuentra reconocido por la norma • Su concepto engloba a las buenas costumbres 2.2 Buenas Costumbres: • Adecuación de la conducta humana a las reglas de la moral • Sus reglas cambian de una época a otra por la práctica social • Hábito socialmente aceptado • Existen malas y buenas costumbres • No se encuentran reconocidos por la norma • Se constituye en una rama del orden público (ORDEN PÚBLICO Y BUENAS COSTUMBRES, 2015) 3. Aspecto Legal 3.1. Disolución por actos contrarios al orden público o a las buenas costumbres

10 El Ministerio Público puede solicitar judicialmente la disolución de la asociación cuyas actividades o fines sean o resulten contrarios al orden público o a las buenas costumbres, La demanda se tramita como proceso .abreviado, considerando como parte demandada a la asociación, Cualquier asociado está legitimado para intervenir en el proceso, La sentencia no apelada se eleva en consulta a la Corte Superior. En cualquier estado del proceso puede el juez dictar medidas cautelares suspendiendo total o parcialmente las actividades de la asociación, o designando un interventor de las mismas. Caso Práctico Una pareja gay mexicana domiciliada en Argentina, desea casarse en dicho país. Para tal efecto, se hace uso de la Ley Argentina que permite el matrimonio gay y, en efecto, logra casarse. No obstante, existe oposición de parte de los padres de ambos contrayentes y viajan a Argentina a fin de pedirle al juez que declare la nulidad de dicho matrimonio, pues atenta contra las buenas costumbres peruanas. ¿Es viable dicho pedido? 3.1.1. COMENTARIO De esto podemos entender claramente que este supuesto consiste en la disolución judicial de dicha asociación por haber realizado varios tipos de actividades con finalidades contrarias a la norma que no son de gran importancia e interés del orden público y las buenas costumbres. Esta norma otorga legitimidad activa para solicitar la disolución al Ministerio Público en su función de "defensor de la legalidad" y por lo tanto, no requiere de mayor titularidad que la presunción que pudiera existir de la que la asociación viene realizando actividades contrarias al orden público o a las buenas costumbres.

11 Nótese que la norma en cuestión, de manera acertada distingue entre "actividades" y ''fines'' de la asociación, puesto que no son el mismo concepto, lo cual pasa' o vamos a explicar a continuación. Cuando nos referimos a "fines" de la asociación, queremos conceptualizar" el objetivo final no lucrativo" hacia el cual van dirigidas: las cualidades que realiza el ente colectivo. "actividades" son los mecanismos, medios o instrumentos que utiliza el hombre con la finalidad de alcanzar los "objetivos últimos" del ente no lucrativo. Por ejemplo, una asociación puede tener por finalidad la "defensa y protección del medio ambiente", digamos que ese es su "anhelo y objetivo abstracto y fundamental" hacia el cual van dirigidas todas sus actividades. Sin embargo, para conseguir ese fin último, los asociados realizan diferentes actividades como "realizar marchas pacíficas", "dirigir cartas a los medios de comunicación, "realizar colectas o sorteos", etc. Estas últimas son "actividades" que realiza la asociación con la finalidad de conseguir "la protección del medio ambiente". Resulta claro, que no son lo mismo, pues mientras el fin "es último y fundamental", las actividades son "intermediarias y no fundamentales", mientras el fin debe ser "no lucrativo", las actividades pueden ser "lucrativas", justamente con la intención de obtener recursos para la realización de la finalidad. En ese sentido, el artículo 96 del Código Civil, establece que la prohibición alcanza tanto a "las actividades" o "los fines" de la asociación; puesto que podría presentarse el caso en que los fines sean lícitos y válidos, mientras que "las actividades" son inmorales, ilícitas o contrarias al orden público; o a la inversa, que los fines sean ílicitos, mientras que "las actividades" sean conforme a las normas legales.

12 Es por eso que consideramos acertado que nuestro legislador haya distinguido entre "actividades" y "fines" para que pueda darse un mayor marco de vigilancia a las actividades que realizan las asociaciones. Tal como lo señala ARGIERI cuando define "buenas costumbres"; "noción de contenido impreciso, explicable a través del pensamiento propio de cada individualidad. Para unos es el cumplimiento de los deberes impuestos por las leyes divinas y humanas, para otros es lo que concuerda con la organización político social y el ambiente medio de una estructura social determinada; para los más, reside en los principios de la moral cristiana, en la que se asienta la civilización occidental (RIPERT)". ARGIERI, se refiere a su concepto de la siguiente manera: "Precisar su concepto, se ha dicho ha 'desesperado' a los juristas, quienes no coinciden en su definición. Es una noción huidiza, que soporta permanente tramitación valorativa por cuanto vá conformándose a los cambios de la estructura social, económica, política, moral de una determinada sociedad y en un tiempo determinado. Decir que una cuestión es de orden público porque está involucrado el interés general, colectivo, es caer en petición de principios. La tendencia legislativa moderna muestra que es principio general que gran mayoría de leyes se insertan en el orden público. Establecer la calidad de orden público parece ser, dentro de la racionalidad del dogmatismo legal, consecuencia derivada de los poderes del Estado". 3.1.2. JURISPRUDENCIA "Conforme se establece en el artículo 96 del Código Civil, el representante del Ministerio Público puede pedir la disolución de la asociación cuando sus fines y actividades sean contrarias al orden público y a las buenas costumbres"

13 (Ejecutoria Suprema deI3/09/91, Exp. Nº 25391 Junín, SPIJ) (Código Civil Comentado, 2008) 4. Importancia De Buenas Costumbres Es importante tener en claro, en primer lugar, la concepción sobre la costumbre en estricto, la cual consiste en un uso tradicional que terminó por adquirir obligatoriedad. Está integrada por un elemento material, la repetición de un hecho de manera continua, uniforme y más o menos duradera un elemento psicológico, que es la voluntad de crear la norma. En el Derecho Internacional Público puede afirmarse que a falta de tratados la costumbre proporciona en algún momento soluciones que perfeccionen su contenido1 En este sentido las buenas costumbres, están ceñidas a las valoraciones fundamentales de naturaleza ética sobre las cuales la comunidad establece un señorío especial y unánime sobre sus determinaciones normativas, como un mero concepto ideal o un modelo de vida que es propuesto para sí, para una sociedad. Son reglas morales que están protegidas por la ley en beneficio de ese ambiente de tranquilidad social tan necesario para el intercambio jurídico y económico. Conjuntamente con las leyes que interesan al orden público, la legislación civil coloca a las buenas costumbres, sancionando con nulidad a los actos jurídicos que las afecten. Para León Barandiarán: “El criterio, es en parte definitivo y, en parte, circunstancial. En relación al tiempo y al espacio varía la apreciación de algunos aspectos de las relaciones sociales, para connotarlas como inmorales o no… Pero, como dicen Planiol y Ripert, existe

1

MONROY CABRA, Marco Gerardo. Tratado de Derecho Internacional Privado, 6° edición, Bogotá, TEMIS, 2006, pág. 38

14 un cuerpo común de doctrina moral, tomado por las nociones modernas de la filosofía antigua y de las tradiciones cristianas, sobre el cual las divergencias son mínimas y van atenuándose con el tiempo, en cuanto a las reglas generales, las naciones civilizadas concuerdan y, por excepción, disienten”.2 Por esta razón, las normas jurídicas de Derecho Internacional Privado, relativas a las costumbres buenas o malas, son en cierto modo, emanadas de cánones morales, cuya consagración demuestra una íntima correlación entre la ética y el Derecho, en cuanto ambos conceptos constituyen la articulación valorativa del hombre.3 En el derecho internacional privado puede ser planteado como una excepción, siendo esta una de las figuras más difundidas en el medio internacional; históricamente se ha planteado la delimitación de los ámbitos de aplicación territorial y personal de las leyes, e incluso, la posibilidad de aplicación de leyes distintas de las del foro; así tenemos que para el caso de España “es doctrina de derecho Internacional Privado que al extranjero le acompañe su estado y capacidades, y deben aplicársele las leyes personales de su país… cuando esto no se oponga a los principios de orden público y los intereses de la nación en que hace sus reclamaciones”4Las facultades que se brinda al juez son sumamente grandes, pues dan pie a que se puede administrar de una manera distinta la Ley de un determinado país, ya sea en favor del extranjero o en desmedro suyo, así tenemos que la doctrina hace referencia al carácter de excepcional de dicho principio “Sentido de la excepcionalidad en la aplicación del orden público, que debe ser restrictiva, teniendo presente que, como tal

2

José León Barandiarán, Tratado de Derecho Civil Peruano. León Barandiarán, Op. cit., p. 43 3 BASADRE AYULO, Jorge. Tratado de Derecho Internacional Privado. Jurista Editores. Lima. 2003, pag 235239 4 Sentencia T.S., del 13 de enero de 1885 y 12 de mayo del mismo año.

15 excepción, en cierto modo, viene a desbaratar el cuadro de soluciones a los conflictos de leyes que ha establecido nuestro propio ordenamiento, aunque constituya en elemento de la “economía general” del sistema”.5 Esta excepcionalidad servirá de filtro, en el Derecho Internacional Privado, para evaluar cuando un derecho del extranjero puede ser traído o cuando negárselo, o cuando se puede decidir con el marco normativo extranjero o cuando variar un poco el nuestro, un claro ejemplo de ello son los matrimonios poligámicos, o la adopción por personas del mismo sexo que esta tan en boga en los tiempos actuales. El orden público como concepto específico del Derecho Internacional privado- se define como una excepción a la aplicación de la ley extranjera competente, a causa de su incompatibilidad manifiesta con aquellos principios y valores que se consideran fundamentales en el ordenamiento jurídico del foro.6 “No obstante, no debe dudarse de que se trata de una excepción, un remedio de carácter extraordinario que, en consecuencia, «debe ser aplicado con sentido restrictivo, frente a casos de manifiesta injusticia, de grave perturbación, de indispensable defensa, de incompatibilidad manifiesta» (AGUILAR NAVARRO). No basta que la ley extranjera sea distinta, o incluso opuesta, a otra ley del foro. Para que pueda excluirse la aplicación de la ley extranjera deben verse afectados los principios del ordenamiento jurídico del foro que pueden considerarse básicos ejes

centrales

de

la

reglamentación-

e

irrenunciables

-porque

reflejan valores esenciales de la sociedad- (CALVO CARAVACA y CARRASCOSA GONZÁLEZ). 5

El orden

público interviene

para

salvaguardar principios

José Corriente Córdoba, El Orden Público en D. Internacional Privado Español, Pag. 187, Dialnet. http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/orden-publico-en-el-sentido-del-derecho-internacionalprivado/orden-publico-en-el-sentido-del-derecho-internacional-privado.htm, tomado el 04 de octubre del 2015. 6

de

16 justicia de una importancia vital para el Estado del foro. Es un concepto más restringido que el del orden público interno -formado por el conjunto de normas imperativas la autonomía

del ordenamiento, de

la

a

cuyo

cumplimiento no

voluntad-,

aquel sector del Derecho imperativo

pues del

puede

comprende foro

que

sustraerse únicamente resulta

absolutamente irrenunciable, incluso en presencia de relaciones jurídicas que contengan un elemento extranjero.” a. Legislación Interna Ambos principios tanto el de orden público y el de buenas costumbres se fundamentan en la normativa establecida y regulada del Título Preliminar del Código civil vigente en nuestro país, siendo más específico en el Art. V el cual señala de manera textual: “Que es nulo todo acto jurídico contrario a las leyes que interesan el ORDEN PUBLICO Y LAS BUENAS COSTUMBRES”. Por lo que todo acto de derecho privado tiene que encontrarse dentro de este límite establecido siendo así que todos los convenios y en todos los actos de su competencia que devienen de la voluntad de cada una de las personas que viven en una comunidad no podrán atentar contra la regularidad social que resguarda como bien establece la regulada las normas de Derecho Público el cual es el sostén de él Orden Publico que es el que marca la línea de las buenas costumbres. Así mismo se puede señalar que en el mismo cuerpo normativo se declara que las disposiciones de la ley extranjera pertinente según las normas de Derecho Internacional Privado (que se encuentran el Libro X), serán EXCLUIDAS cuando su aplicación sea incompatible con el ORDEN PUBLICO internacional así como las

17 BUENAS COSTUMBRES, entendiéndose el concepto de “Orden Público internacional” coincidente con el Orden Publico Nacional. Así como el orden público es un limitante de la autonomía de la voluntad en virtud de la cual resultan nulo todo acto jurídico que atentan contra el mismo, las buenas costumbres son criterios subjetivos cambiantes en el tiempo y el espacio, teniendo esta relación con la moral por lo que si es notoria u objetivamente inmoral, esta tampoco está permitido por el derecho siendo también limitante. Sin embargo habrá que tener en cuenta que este criterio más que ser algo objetivo es netamente subjetivo siendo así más inestable ya que varía con mayor frecuencia, pero aun así este se encuentra protegido en el Art. 2049 del –Código Civil en el que se establece también la EXCLUSION de la aplicación de las disposiciones de la ley extrajera que sea incompatible con las buenas costumbre. Como también se encuentra su protección en el ámbito nacional regulada en cuanto a un requisito para reconocer las sentencias extranjeras en el país, siendo uno de ellos “que no sea contraria al Orden Publico ni a las Buenas costumbres”, ubicada en el inc. 7 del Art. 2104 del C.C. Por lo que el Juez Peruano no podrá aplicar como lex fori, una norma contraria a las buenas costumbres, por lo que para la aplicación del Derecho Internacional Privado se necesita tomar en cuenta esta normativa. La legislación interna de nuestro país tiene como objetivo poner límite a la voluntad de las personas en cuanto a la creación de actos jurídicos, teniendo en cuenta como prerrogativa que las Buenas costumbres dependen de un carácter subjetivo de

18 tiempo y espacio en una sociedad por lo que el Estado al hacer uso de las leyes ante la comisión de cualquier irregularidad determina la inmediata intervención de la administración Pública imponiendo órdenes, prohibiciones y sanciones a todas aquellas personas que no respetan el orden y la regularidad para mantener la paz y la seguridad ciudadana.

19 5. CONCLUSIONES: Primera: El orden público son un conjunto de principios que regulan el sistema legal, así como el accionar procesal por parte de las personas en una determinada sociedad, siendo esto prioridad exclusiva del Estado con su intervención; las buenas costumbres son una fusión que corresponde al buen manejo de la legalidad y el buen trato equitativo e imparcial sin buscar el perjuicio y solo la justicia para las personas que lo demanden. Segunda: Como conclusión, entendemos que las buenas costumbres vienen a ser reglas morales que se encuentran protegidas por nuestra legislación en beneficio de contar con un ambiente de tranquilidad social, en donde su incumpliendo sanciona los actos contrario a la ley.

20 Bibliografía Código Civil Comentado (Vol. 1). (2008). Lima: Gaceta Jurídica. ANDRÉS EDUARDO CUSI. (Setiembre de 2015). Recuperado el 10 de Setiembre de 2017, de ANDRÉS EDUARDO CUSI: http://andrescusi.blogspot.pe/2015/09/ordenpublico-y-buenas-costumbres.html Velarde, B. Z. (2013). ULADECH. Recuperado el 10 de Setiembre de 2017, de ULADECH: http://files.uladech.edu.pe/docente/17906995/INTEGRACION_DERECHO_CIVIL _Y_PROCESAL/Sesi%C3%B3n%2003/Contenido_03.pdf

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