@ Paula Price Diccion. Del Profeta

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Table of Contents Title Page Copyright Elogios para El Diccionario del Profeta y Paula Price Reconocimientos Prólogo Prefacio Explicación Beneficios Trasfondo El manto del profeta A. Aarón - Azul B. Baal - Brazo C. Caballo - Cúpula D. Daniel - Dragón E. Echar suertes - Ezequiel F. Facultades proféticas - Fundamento G. Gad - Guerrear con profecía H. Habacuc - Hulda I. Idolatría - Israel J. Jacob - Juan el Bautista L. Lagarto - Luz M. Madera - Mujer N. Nabi - Números sagrados O. Obed - Oso P. Pacto - Púrpura QR. Quenanías - Rueda S. Sabiduría - Superintendente profético T. Tabernáculo - Túnel UV. Unción - Visiones y sueños YZ. Yoga - Zoroastro

Todas las citas de la Escritura han sido tomadas de la versión Santa Biblia, Reina-Valera 1960 (rvr) © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Traducción al español realizada por: Belmonte Traductores Manuel de Falla, 2 28300 Aranjuez Madrid, ESPAÑA www.belmontetraductores.com El Diccionario del Profeta: La guía fundamental de sabiduría espiritual edición abreviada Publicado originalmente en inglés bajo el título: The Prophet’s Dictionary: The Ultimate Guide to Supernatural Wisdom Paula Price Ministries 7107 S. Yale Ave. Tulsa, OK 74136 www.drpaulaprice.com ISBN: 978-1-60374-287-0 eBook ISBN: 978-1-60374-422-5 Impreso en los Estados Unidos de América © 2011 by Dr. Paula A. Price Whitaker House 1030 Hunt Valley Circle New Kensington, PA 15068 www.whitakerhouse.com

Por favor, envíe comentarios o sugerencias para hacer mejoras a este libro a: [email protected]. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de ninguna manera o por ningún medio, electrónico o mecánico—

fotocopiado, grabado, o por ningún sistema de almacenamiento y recuperación (o reproducción) de información—sin permiso por escrito de la casa editorial. Por favor para cualquier pregunta dirigirse a: [email protected]. Este libro ha sido producido digitalmente con una especificación estándar a fin de asegurar su disponibilidad.

Elogios para El Diccionario del Profeta y Paula Price Para aquellos de ustedes que quieran saber y entender más sobre lo que se denomina “lo profético”, El Diccionario del Profeta está lleno a rebosar de revelación y explicación con respecto a “todas las cosas proféticas”. Si es usted una de esas personas que se niegan a conformarse con menos de todo lo que Dios tenga para usted... si no se verá intimidado por quienes afirman que Dios no sigue hablando en la actualidad, ¡entonces le encantarán las respuestas y la claridad que descubrirá para este tema complejo y con frecuencia malentendido!

—Steve Shultz Elijah List www.elijahlist.com ¡La Dra. Paula Price es asombrosa! El Diccionario del Profeta presenta terminología profética que ayuda a proporcionar revelación para esta era profética en la cual vivimos. Su sabiduría en lo profético se muestra a fin de que cada lector obtenga un entendimiento de la dimensión profética. ¡Todo creyente debería tener un ejemplar de este libro!

—Profeta Jeremy Lopez www.identitynetwork.net El vasto conocimiento que la Dra. Price tiene de la Biblia, conjugado con su enfoque con sentido común de la vida, la capacitan para enseñar sabiduría práctica y profunda para el caminar cristiano. La Dra. Price tiene una increíble riqueza de conocimiento y sabiduría de la Palabra de Dios. Eso, junto con sus muchos años de experiencia como ejecutiva corporativa en el mundo empresarial, le da la capacidad de aplicar la sabiduría de Dios al ámbito del trabajo de modo práctico y sensato que es a la vez refrescante y penetrante.

—Mark Gorman Fundador y Presidente Leading Edge Network, Intl. La Dra. Paula Price tiene un poderoso ministerio único para el cuerpo de Cristo. Como maestra apostólica y profética y consultora para empresas y ministerio, está llena de la sabiduría de Dios.

—Stan E. DeKoven, Ph.D. Presidente Vision International Education Network La Dra. Paula Price es uno de los actuales líderes cristianos destacados. Aquí está una persona cuya extensa experiencia en el mundo empresarial y en la iglesia le ha equipado para ver y entender el cuadro general con más perspectiva que la mayoría. Me encanta observar su mente creativa discernir lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias y después avanzar con valentía

para abrir nuevas fronteras para el reino. Tengo el privilegio de colaborar con la Dra. Price, y me he beneficiado mucho de sus dones apostólicos y proféticos.

—C. Peter Wagner Apóstol presidente International Coalition of Apostles

Reconocimientos Mi alabanza y gratitud a mi Señor y Salvador Jesucristo sobre todo lo demás, sin cuya sabiduría nunca podría haber emprendido una tarea tan monumental. Doy gracias a Everlasting Life, Tulsa, por sus oraciones, tiempo y apoyo. También me gustaría dar gracias al equipo de mi oficina, especialmente a Becky, por ocuparse voluntariamente e incansablemente de que este libro se completase, y a Sheri, que contribuyó a su excelencia. También quiero dar las gracias a mi hija, Tala, y a mi hija espiritual, Tammy, por su aliento y ayuda durante la preparación de este libro, y a los pastores Ken y Jan, quienes lucharon tanto como yo por su publicación. Por último, quiero dar las gracias a mi esposo, Tom, la única persona en la tierra que sacrificó más de lo que podría nunca expresarse por el enorme llamado en mi vida.

Prólogo La Dra. Paula Price ha realizado una exhaustiva investigación y pensamiento creativo para producir El Diccionario del Profeta. En este diccionario se encuentran más palabras de las que la persona promedio utilizaría en toda una vida; sin embargo, igual que en un diccionario de términos generales utilizado en la conversación humana, estos términos proporcionan una fuente de recursos para clarificar palabras utilizadas por las personas proféticas.

La comunicación adecuada entre personas sólo puede ser fácilmente viable cuando las palabras que se utilizan comunican el mismo significado a cada una de las partes. Cada profesión tiene sus propios términos para explicar su trabajo especializado. La Dra. Paula Price ha procurado producir un diccionario de términos que sean relevantes para el ministerio profético. Ella incluye términos que no siempre son utilizados por todos los profetas actuales; sin embargo, es esencial conocer los términos que utiliza la falsa profecía a fin de discernir la diferencia entre lo verdaderamente profético ordenado por Dios y lo oculto, psíquico y demoníaco. Muchos de los profetas actuales no utilizan todos los términos proféticos que hay en este diccionario para explicar su ministerio y el modo en que funcionan; por tanto, El Diccionario del Profeta proporciona una herramienta vital para el cuerpo de Cristo. La esperanza es que aportará mayor entendimiento, sabiduría, equilibrio y unidad entre todos aquellos que son profetas y todos aquellos que desean obtener las bendiciones de los profetas de Dios actuales y del ministerio profético. Que la bendición de Dios repose sobre este tremendo trabajo. La Dra. Paula ha de ser elogiada por su innovadora producción y las interminables horas empleadas para crear El Diccionario del Profeta. —Dr. Bill Hamon

Fundador y Presidente Christian International Ministries Network

Prefacio:

La singularidad de El Diccionario del Profeta El Diccionario del Profeta proporciona definiciones, términos y frases relevantes para la esfera profética del ministerio cristiano. Los significados se presentan tal como el Dios Creador los ordenó e implementó para ser aplicados a lo profético. De este libro usted no sólo obtiene significados útiles de términos proféticos significativos, sino también, cuando sea posible, proporciona perspectivas prácticas sobre su operación en nuestro mundo moderno. El libro le aporta un entendimiento de sueños proféticos, sueños naturales y espirituales, visiones proféticas en general y útiles indicaciones para interpretar su simbolismo, imágenes y señales con estas definiciones. El Diccionario del Profeta da significados espirituales y simbólicos de palabras cotidianas que normalmente son empleadas debido a sus prácticas proféticas eternas, antiguas y contemporáneas. Llaves, relojes, cielos y los elementos, por ejemplo, son algunos de los términos que sirven como instrumentos proféticos del Creador Dios. Se describen antiguos ritos paganos y sus deidades para ayudar a los profetas a reconocer su antiguo pasado en el mundo actual, especialmente su uso estratégico en el mundo actual del entretenimiento. Cada término es definido para usted en contextos proféticos para obtener un entendimiento de sus significados y las profecías de la Biblia. Las explicaciones proféticas muestran cómo utiliza Dios su creación para representar sus actos en un segundo plano en nuestro mundo, y cómo y por qué el Señor utiliza la naturaleza, de hecho toda la creación y sus criaturas, para decir lo que Él quiere decir proféticamente. Las definiciones incluyen el modo en que Él incorpora el uso de sus fuerzas invisibles y agentes divinos como sus santos ángeles para transmitir y ejecutar sus profecías. Usted está preparado para recibir una extraordinaria enseñanza en lo sobrenatural tan sólo leyendo los significados de palabras y frases proféticas que le hayan interesado en el pasado, o las que lleguen a usted en el futuro. Naturalmente, no todo puede incluirse en un libro como este, ni tampoco debería hacerse. Sólo están incluidos los temas y objetos que tienen una decidida aportación e impacto proféticos. Su propósito es ayudarle a explorar sus experiencias proféticas y ampliar su perspectiva de las actividades espirituales del Dios Creador. A medida que utilice este libro, tenga en mente que aunque todo lo que Dios ha hecho o hará tiene un origen y empuje profético, no todo tiene una intención profética. Por esa razón debería usted ser cuidadoso en el uso que haga de este material. Su intención es sólo para propósitos proféticos y, por tanto, los lectores deberían guardarse de leer sus definiciones con deducciones proféticas injustificadas. Evite sacar conclusiones y deducciones que no tengan una relación bíblicamente sólida o tangible con lo profético del Señor Jesucristo. Como herramienta de referencia, El Diccionario del Profeta ayuda a profetas, profetizadores y tipos proféticos, salmistas, videntes, soñadores de sueños, intercesores y pastores a entender la mente de Dios sobre su creación espiritual y sobrenatural. Él actúa y emplea lo profético para hacer cumplir su palabra eterna en las generaciones. Esta herramienta es indispensable para todo aquel que haya buscado una fuente confiable de básicas definiciones reveladoras y francamente

proféticas. Personas de todo tipo pueden beneficiarse de este libro. A los estudiantes de la Biblia les resultará un potente complemento de su conocimiento bíblico y su preparación ministerial. Escuelas e instituciones de enseñanza pueden utilizarlo para incrementar sus enseñanzas sobre temas relacionados.

Explicación:

El valor de El Diccionario del Profeta La clave del éxito de cualquier profesión o industria es una dispensación organizada de su sabiduría. La mejor manera de estandarizar el campo de conocimiento de cualquier institución, y de dar uniformidad a sus disciplinas, es unificando su terminología. Definiciones que faciliten una precisa aplicación de su vocabulario (y su lengua vernácula) son una manera segura de unificar y armonizar las corrientes de información de un sector. Con la institución de Dios de lo profético no es diferente; su sabiduría también debe ser reunida, organizada y definida de modo preciso para beneficiar a sus ministros y sus audiencias. Para que los profetas y tipos proféticos reciban el respeto y el éxito que ofrece su vocación, debe haber una agrupación de sus términos y frases comunes para ejemplificar y consolidar su conocimiento. Tal herramienta promueve un buen entendimiento de las funciones de su servicio en las generaciones que su consejo abarca. La mejor solución es un diccionario. Un enfoque así de lo profético establece de modo eficaz su uniformidad vital, creando estabilidad del profeta y dando legitimidad a sus actos autoritativos. Por estas razones, los profetas necesitan un medio cohesivo de aplicar y confirmar su conocimiento revelador y validar sus actuaciones proféticas antes de entregarlas a aquellos a quienes sirven. Esa necesidad reclama un diccionario de sus términos más comúnmente utilizados y esenciales, lo cual proporciona este libro. Como el Señor habla de manera única a sus profetas, y porque las palabras de Él constituyen la esencia del servicio de sus mantos, aquellos a quienes Él llama a su servicio profético deben estar de acuerdo en lo que Él ha dicho, está diciendo y dirá. Por tanto, se han reunido y definido para usted en El Diccionario del Profeta términos típicos relacionados con el Creador y comúnmente aplicados en contextos proféticos. Estudiarlos y utilizarlos es una manera segura de mejorar el ministerio de cualquier mensajero profético. Las palabras y frases contenidas en él son espiritualmente y simbólicamente importantes, porque una mala terminología y uso de la fraseología pueden obstaculizar el potencial profético. Recordando que las comunicaciones son el eje de lo profético, las comunicaciones reveladoras débiles pueden crear fácilmente una barrera profética que reduzca la efectividad del ministro. Con frecuencia, la inexperiencia del profeta moderno se debe a un lenguaje profético inadecuado y, como resultado, muchos de ellos están limitados innecesariamente en el ministerio. La corriente del lenguaje profético de un profeta es importante, porque el lenguaje define cada profesión o actividad y, con respecto a esto, lo profético no es diferente. Debe ser también definido proféticamente para tener credibilidad y confiabilidad, un problema que se remedia fácilmente con esta práctica herramienta de referencia. Los profetas genuinos reconocen que hay distintivas operaciones y actividades proféticas que engloban el ministerio. Sus distinciones, debido a que son en gran parte intangibles en aspecto y efecto, con frecuencia son oscuras y difíciles de identificar o asimilar uniformemente en sus profesiones. Esas operaciones, aunque son únicas de su ministerio, deberían explicarse en algún lugar para que las personas a las que los profetas encuentran y ministran puedan referenciar sus

acontecimientos proféticos. Por ejemplo, los sueños y las visiones son universalmente aceptados como la ligadura principal de lo profético. Además, glosarios en todo el mundo dan los significados de visiones y sueños para muchas ocupaciones a fin de capacitar la interpretación de ellos a muchas personas. Para los profetas, ese requisito es aún más esencial. Es, de hecho, más crucial para sus actividades, porque el uso constante que Dios hace de ellos es el núcleo de la vocación de los profetas. Los profetas no pueden permitirse ser ignorantes del modo en que Él utiliza las actividades proféticas para delegar y enviar sus tareas; sin embargo, para muchos profetas, esto realmente se malentiende aunque las visiones y los sueños sean el pilar principal de sus profesiones. El Diccionario del Profeta llena este vacío permitiendo que los sueños y las visiones sean fácilmente estudiados y entendidos. Los sueños y visiones son la comunicación espiritual más importante que el Señor utiliza para establecer a los profetas en el oficio. Este libro permite un entendimiento de ellos que es vital para el éxito de cualquier aplicación profética. Capacita a los profetas practicantes para distribuir sus significados en sus comunicaciones proféticas y ampliar su rango de servicio profético contemporáneo. Este libro equipa mejor a los profetas para manejarse de modo competente en los asuntos del Señor. Otro buen ejemplo es el de los colores. También ellos son aplicados frecuentemente a situaciones interpretativas y futuristas. Los colores además muestran su utilidad en la revelación. Los colores evidentes se ha sabido que revelan o se relacionan con una presencia sobrenatural u operación espiritual a manos de los oficiales de poder de Dios o en cooperación con sus agentes sobrenaturales. Un claro ejemplo del vínculo entre colores y actividad espiritual es el arco iris del Señor. Después de haber logrado su intención, la de evacuar la tierra de la impía tiranía de la raza rebelde, humanista y demoníaca de Satanás, Dios prometió no volver a atacar su planeta del mismo modo. Esa promesa está registrada en Génesis como un pacto simbolizado por el arco iris en el cielo: un arco multicolor que aparece después de una tormenta para consolar a la población de la tierra que recordase la devastadora tormenta antediluviana. Recordar cómo aniquiló por completo a toda criatura viviente en el planeta podría causarles temor a una repetición de lo mismo. Dios quiso aplacar tales temores que podrían surgir siempre que hubiera una tormenta o un diluvio desde el cielo. Los colores de ese arco iris terminaron siendo lo que se denomina colores primarios, y de ellos se deriva cualquier otro color. Junto con los colores, las visiones y los sueños son las principales herramientas de servicio del profeta: la profecía. Un conocimiento general del modo en que los mensajeros de Dios obtienen sus mensajes proféticos es importante para ellos y para aquellos a quienes hablan. Tal conocimiento asegura que ellos reciben y comunican de modo preciso la palabra del Señor depositada en ellos. Curiosamente, el medio de visiones y sueños sale a la superficie de nuevo en esta definición debido a que los sueños proféticos describen simbolismos de colores. Se unen comunicaciones audibles para completar el medio por el cual los profetas oyen de Dios, y este libro describe algunos métodos típicos de instalación y preparación profética utilizados por el Señor.

Lenguaje profético y lecciones proféticas La Biblia apoya por completo los métodos de preparación profética explicados anteriormente. Presenta relatos de sueños y visiones enviados a profetas, los cuales les comunican información espiritual. Los canales proféticos, mediante ellos, aprenden su papel en las diversas apariciones vistas en la tierra. Lo que a veces no se explica con tanta claridad es cómo se traducen las operaciones espirituales de Dios a la profecía. ¿Cómo se equiparan esas imágenes y eventos, vistos durante el sueño, trances o meditación, a una palabra relevante del Señor? La respuesta es el simbolismo. Sus imágenes en general son el modo en que los profetas saben que el Señor ha hablado, y es también como entienden lo que ellos deben decir como resultado. Sin embargo, el

medio por el cual aplican esas imágenes debe definirse para obtener una apreciación más amplia de las operaciones pneuma de lo profético, para que puedan llegar a la mayor audiencia posible con su equipamiento sobrenatural. La capacidad de discernir correctamente las palabras que el Señor da y de interpretarlas para la aplicación productiva de la sabiduría de Dios constituyen la profecía profesional. Este término significa que el Señor, mediante cualquier combinación de medios, ha formado de tal modo a sus mensajeros que ellos pueden ser utilizados diestramente en unidad con las fuerzas sobrenaturales de Él para hacer cumplir competentemente sus palabras en la tierra. El grueso de esa formación comienza con lo profético comunicándose a la tierra en nombre de la eternidad. Para la institución profética que el Señor está erigiendo hoy, debe haber uniformidad para llegar a ser y permanecer creíblemente funcional. Lo que ayuda mucho a este objetivo es una educación profética repleta de vocabulario uniforme. Los profetas (y lo profético) tienen un lenguaje para sus profecías que es instrumental, a veces hasta vital, para sus manifestaciones. Ese lenguaje es instintivamente entendido por alguien con espíritu de profeta o por aquellos iluminados por el Espíritu Santo durante la formación del mensajero profético. Las lecciones proféticas son esenciales para que los profetas estén equipados para confiarles la palabra del Señor y aplicar sus perspectivas espirituales obtenidas por Dios a situaciones que su manto debe tratar. Se necesita la correcta combinación y aplicación de las palabras de Dios para movilizar y enviar a las fuerzas correctas necesarias para abordar los problemas de la tierra y de la humanidad. Examinemos, por ejemplo, las lecciones proféticas del Señor en el libro de Éxodo cuando Él comisionó a Moisés. Moisés había recibido algunas lecciones proféticas antes de ser enviado a los egipcios para demandar la liberación de sus compatriotas. Ya que su tarea conllevaba enfrentarse a todos los dioses de Egipto (Éxodo 12:12), la formación de Dios incluyó lecciones objetivas que capacitaron que él convocase la actuación de los poderes de la creación correctos. Esas fuerzas tenían que realizar hazañas sorprendentes que demostrasen la superioridad del Altísimo sobre los dioses de Egipto. A Moisés se le enseñó el poder secreto que Dios ocultó en su vara, y recibió lecciones intensivas sobre motivar a la naturaleza a obedecer su palabra. Se le presentaron las fuerzas espirituales que se ocuparían de su éxito y garantizarían audiencia divina con el Dios de dioses según se solicitara. Él recibió todo eso antes de emprender su monumental tarea de liberar al pueblo de Yahvé de la esclavitud egipcia. Esa garantía constituyó su pacto ministerial, e incluía su afirmación y autoridad en las esferas espirituales del Creador verdadero. Para reforzar sobrenaturalmente la tarea, Dios envió a una multitud de sirvientes angélicos al ministerio de Moisés para realizar la guerra en segundo plano que su confrontación con faraón iniciaría. En general, la Biblia distribuye los detalles de la intrincada campaña en sus sesenta y seis libros. Por ejemplo, se menciona en Oseas 10:12–13 y de nuevo en Hechos 7 por Esteban. Pablo recurrió a la campaña otra vez en su carta a Timoteo al referirse a Janes y Jambres. El tema se cubre de nuevo en Hebreos 3 y 11. Amós es otro buen ejemplo. Antes de ser enviado a la rebelde monarquía de Israel, tuvo varias lecciones proféticas centradas en interpretación de sueños y visiones. Dios utilizó el simbolismo para su audición y su ensayo. Dios le mostró a Amós sueños que debía interpretar y más adelante traducir a profecía. Una vez mostrados, para que las imágenes simbólicas de la palabra fuesen explicadas, el Señor preguntó a Amós qué había visto. Después de que Amós identificara lo que se le había mostrado en una visión, Dios dio su significado profético para que el profeta lo llevase al rey. Jeremías, Ezequiel e Isaías fueron todos ellos preparados para su servicio y subsiguiente ministerio de manera similar. De ahí que para validar el ministerio del profeta, su lenguaje común y distintivo y los sistemas de aprendizaje deban estar a disposición de todos aquellos establecidos en el oficio o afectados

por el manto del profeta. De otro modo, se hace imposible manejar consistentemente la operación del manto según los estándares y propósitos del Señor. También es improbable desvelar los misterios que recibe del Señor. Con una herramienta como El Diccionario del Profeta, muchos de esos obstáculos anteriormente intratables para la profecía exitosa y eficaz son eliminados. Véase lenguaje profético y visiones y sueños para comprender cómo y por qué.

Beneficios:

Lo que usted obtiene de este diccionario El Diccionario del Profeta, como dijimos anteriormente, da las definiciones de palabras y términos que se aplican generalmente a profetas y al ministerio profético activo. Contiene los significados de más de 600 palabras y frases que cualquiera que entre en lo profético o sea afectado por ello de alguna manera necesita conocer o comprender sobre este campo de ministerio de tanto poder. A muchos usuarios incluso les resultará útil el libro en la consejería profética y las sesiones de oración, dos funciones de administración profética, haciendo de este texto un manual del profeta al igual que un diccionario. Las definiciones que contiene prometen revolucionar su servicio profético a medida que usted estudie su terminología antigua y contemporánea. Tal información le capacita eficazmente para la práctica profética en el futuro. Entre sus muchos valores, El Diccionario del Profeta le ayuda a aprender los significados y expresiones de lo que tiene lugar en su vida si es usted llamado, o está siendo llamado, a lo profético. De modo inteligente y práctico, desvela lo que está siendo activado actualmente en usted por el Espíritu de Dios. Leerá el lenguaje de la interpretación, explicaciones y perspectivas para la consejería y la revelación profética. Se dan las pautas ministeriales para la comunicación profética diaria. Si usted no es un profeta, pero el Señor le guía a preguntarles, entenderá sus palabras proféticas cuando ellos las pronuncien. No importa si se comunican en parábolas, símiles o símbolos, pues El Diccionario del Profeta puede conducirle a decodificarlas todas. Para quienes no son llamados a ser profetas, este diccionario sigue siendo bastante útil, pues ayuda a su entendimiento de lo que usted puede esperar de los profetas o del ministerio profético. Este diccionario demuestra cómo evaluar la precisión de los profetas y las profecías que lleguen a su camino, y le muestra su lugar en el mundo de Dios de lo profético. Estudiarlo con atención y recurrir a él una y otra vez confirma las visitaciones proféticas que usted recibe y da legitimidad a aquellos a quienes usted confía su cobertura profética. Además, usted puede utilizar el material de este libro para diferenciar entre profecía y adivinación, y verbalizar dónde y cómo difieren. Le ayuda a autenticar a aquellos que vienen del Señor Jesucristo, quien es el Espíritu de la profecía, y a conocer a quienes no vienen de Él. Vea qué rápido y fácil es obtener los significados de términos y frases proféticas que desvelan verdades bíblicas fundamentales. Explore de primera mano la información espiritual que responde preguntas sobre el simbolismo profético y las parábolas. Obtenga perspectiva de los agentes sobrenaturales de Dios que orquestan sus asuntos proféticos, e intérprete las imágenes que Él utiliza para enviar sus mensajes a la tierra. Descubra cómo y por qué las distinciones entre visiones y sueños es importante, y aprenda sobre las antiguas deidades paganas y sus rituales. Aprenda por usted mismo cómo se han abierto camino hasta nosotros en la actualidad y aplique su nuevo conocimiento al futuro trabajo del ministerio profético. Mucho de lo que necesita saber sobre este tema, pasado, presente y futuro, se cubre en esta obra. Cómo utilizar el diccionario

El Diccionario del Profeta está organizado por orden alfabético. De hecho, puede usted pensar en este recurso profético único como una combinación de manual profesional y un manual de referencia en un solo tomo. Es expresamente adecuado para estudiar los detalles hasta este momento elusivos de lo profético. Cualquiera que sea su llamado o su función en el cuerpo de Cristo, El Diccionario del Profeta le proporciona un salto gigantesco a los destinos proféticos del siguiente siglo. Maestros, pastores, individuos y escuelas de todo tipo pueden encontrar también este recurso de conocimiento sobrenatural y competencia espiritual inmensamente enriquecedor como importante referencia. El objetivo final de esta obra es el cultivo de la erudición profética. Profetas y apóstoles son los únicos oficiales actualmente que no tienen una amplia base de género académico para utilizarla en su preparación para el servicio del Señor. Mucha educación profética comienza a las puertas de la técnica, en particular las técnicas de profetizar. Aunque esta puerta sirvió bien en el pasado, en la actualidad se necesita mucho más para que profetas y apóstoles combatan con eficacia la marea de sinuosa espiritualidad que inunda la tierra. Los profetas experimentados en obtener y proclamar profecía con frecuencia carecen de la sabiduría de apoyo que necesitan para corroborar su habilidad profética cuando son desafiados o llamados. La principal queja sobre los profetas y lo profético de la Nueva Creación en la actualidad es que carecen de equilibrio. La mayoría de personas que tienen un encuentro con profetas contemporáneos dicen que su actuación es a menudo demasiado extravagante, sus profecías demasiado atrofiadas o prejuiciadas, y su conocimiento generalmente carece de sabiduría divina. Un programa de estudios profético uniforme es una respuesta a tal deficiencia. Comenzar con términos y frases universales que sean relevantes para la obra del ministerio es un importante primer paso. Es triste decir que debido a la información fragmentada, la formación profética está astillada. Un poco de conocimiento profético normalmente se embute sólo en días o semanas, aunque no puede decirse lo mismo de otros aprendizajes espirituales. Los profetas actuales tienden a estar por detrás de modo lamentable de sus homólogos ocultistas en el conocimiento espiritual y en tener acceso y manejar los recursos sobrenaturales de la creación del Dios Creador. La mejor manera de remediarlo es con educación profética que exponga verdaderamente al oficial a los verdaderos asuntos que el Señor Dios aborda con el manto del profeta.

Trasfondo:

El Diccionario del Profeta pone al descubierto las antiguas seducciones religiosas Cuando pensamos en el implacable regreso del mundo a la adoración pagana, demoníaca e idolatra, la necesidad de El Diccionario del Profeta resulta abundantemente clara. En el oscuro clima espiritual actual, es necesario que cada ministro del Señor Jesucristo, sea o no profeta o llamado a lo profético, entienda la peligrosa estrategia implementada sobre la sociedad moderna. Las representaciones modernas del supuesto conocimiento espiritual iluminado, aunque son ajenas, no son nuevas en absoluto. Son precisamente las prácticas místicas de religiones antiguas que los medios de comunicación moderna nos han hecho tragar disfrazadas de entretenimiento. Veamos los siguientes ejemplos. La institucionalización del sexo gratuito. ¿Se ha preguntado por qué más del 95 por ciento de las películas y canciones popularizadas por el mundo del espectáculo actual deben incluir algún tipo de acto sexual o insinuación sexual? La industria misma incluso lo denomina gratuito porque realmente son versiones contemporáneas de los antiguos ritos y ofrendas de fertilidad a dioses paganos. Por lo que respecta a la palabra gratuito, entre los muchos significados de la palabra, uno de ellos es “innecesario”. Entonces ¿por qué somos infligidos constantemente con sexo innecesario? La adoración de antiguos demonios. En tiempos anteriores, el sexo se ejecutaba públicamente como ofrenda a una deidad de una vieja ciudad o aldea. Los hijos de Elí recurrieron a él en 1 Samuel 2:22. Otro significado de la palabra gratuito es “halagador”. A la luz de este significado, surge la pregunta: ¿Quién está siendo halagado por sus actos obscenos? Un tercer significado, y quizá más patético, es “un regalo otorgado como ofrenda de gratitud”. ¿Para quién son quienes nos imponen sus ritos religiosos disfrazados de gratitud de entretenimiento? ¿A quién están tan agradecidos para arrastrar a sus televidentes a sus santuarios sexuales para que observen la adoración a sus dioses? ¿Y de qué están agradecidos? ¿Por qué se ha establecido poderosamente lo ilusorio, mítico y mágico en estos últimos tiempos? ¿Por qué los medios de comunicación lo presionan sobre nosotros como el único ideal cultural? Por ejemplo, ¿cómo se ha ganado la mitología griega, un estudio de los dioses antiguos y las religiones de esa cultura, el derecho a convertirse en parte de los estudios académicos estándar? Sin embargo, no se puede mencionar nada sobre Cristo. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué la separación de iglesia y estado sólo funciona contra la iglesia cristiana? La astrología y los horóscopos se nos imponen en todas partes como si sus orígenes no fueran religiosos. Son, como descubrirá en este libro, ofrendas rituales, formas de adoración y profecía perversa en funcionamiento en conmemoración de antiguas deidades y espíritus por mucho tiempo olvidados pero que no se han ido. Para continuar, ¿ha pensado alguna vez en cuántas películas y programas están saturados de violencia y vulgaridad? Se presentan para introducirnos y concienciarnos de los dioses y diosas de la antigüedad y asegurar que el espíritu de sus sangrientos sacrificios sea revivido y finalmente apaciguado.

Como aprenderá en El Diccionario del Profeta, todas las deidades del mundo antiguo requerían vulgaridad, violencia, sexo ritual, desnudez y desenfreno. Esta verdad explica por qué hay tanto movimiento en los medios de comunicación y en el mundo para retratar a las celebridades como dioses y diosas. Muchos creadores de esos programas han hecho bien su trabajo. Han forjado pactos ministeriales con las potestades de las tinieblas de lo sobrenatural que les han recompensado magníficamente por haber respondido al llamado de ellos al servicio sacerdotal demoníaco en la actualidad. Su supuesto entretenimiento realmente no es más que antiguas prácticas paganas que destruyeron precisamente las civilizaciones de antaño que ellos buscan emular. Están inspirados por los mismos diablos que han ocupado las esferas espirituales de la creación de Dios desde la transgresión de Adán. Esos agentes de demonismo son la fuerza impulsora que está detrás de su resurgencia compulsiva en la actualidad. La nueva táctica es infiltrarse y controlar la mente de las generaciones actuales con versiones ocultistas vestidas de Nueva Era de idolatría antigua y medieval. La única diferencia ahora es que son más esféricas en el mundo actual que literales, mientras que sus verdaderas raíces e inspiraciones son oscurecidas. La transgresión de Adán, y los espíritus familiares nacidos de ella, forjaron el vínculo impío y fatal entre los diablos del mundo eterno del Creador y la oscuridad en los seres humanos. Con esto deben contender los profetas del nuevo siglo, según Apocalipsis 9:20. La lectura de El Diccionario del Profeta le mostrará, lo crea o no, que nos acercamos con rapidez a otro espectáculo de monte Carmelo como fue en tiempos de Elías. Para tener éxito, los profetas de Dios deben tener su penetrante conocimiento, información y perspectiva. Después de todo, de eso se trata en realidad ser nacido de nuevo y elevado en esta era de la información, ¿no es cierto? Tener el conocimiento del Santísimo, que es el entendimiento genuino. El Diccionario del Profeta hace eso por usted, y mucho más.

El manto del profeta A lo largo de este libro se utiliza la frase manto del profeta en muchas de las definiciones. Para aportar claridad y fácil entendimiento, el manto del profeta es la capa del profeta. Visto más espiritualmente que visiblemente, representa a las criaturas de Dios la insignia del oficio. El manto refleja el ámbito de autoridad del profeta, su latitud discrecional y la esfera de servicio profético que Dios le ha asignado. También contiene su unción y su intensificadora historia, la fuente o corriente que emite, y el rango de profecías y sus temas que el profeta está limitado a tratar o se le permite hacerlo. El poder y la fuente del profeta están englobados en el manto. Estúdiense las actividades de Eliseo al tomar el manto de su predecesor y mentor Elías en 1 y 2 Reyes. Véase manto profético.

A Aarón - Azul 1. Aarón. Hermano de Moisés que fue dedicado por Jehová como profeta para Moisés. Su nombre significa “el que aporta luz”. (Éxodo 7:1). 2. Abdías. Profeta menor que sirvió entre los años 852–841 a. C. y fue enviado a abordar la continúa enemistad entre los edomitas, descendientes de Esaú, y los israelitas, descendencia de Jacob. El conflicto se produciría debido a la constante repetición del relato del robo de Jacob de la primogenitura de su hermano gemelo. Ambas partes utilizaban la historia como leña para la lucha continuada. Abdías escribió el libro más breve del Antiguo Testamento, y sirvió antes de la época de Jeremías. 3. Abraham. A) Inmigrante de Ur de Caldea, al sudeste de Babilonia, quien mediante un pacto con el Dios Todopoderoso se convirtió en el padre de la nación de Israel a través de Isaac y Jacob. B) El segundo profeta de Yahvé. C) Su nombre significa “padre de multitudes”. Refiérase a todo Génesis; 2 Reyes 13:23; Nehemías 9:7; Mateo 1:1; Juan 8:39 y Gálatas 3:8–9 para leer relatos bíblicos de su vida y servicio al Todopoderoso. (También Romanos 4:16–20). 4. Aceite de la unción. Sustancia aplicada hecha de aceitunas y otras verduras usadas para comer, sanar y alumbrar. Con el tiempo, estos objetos cotidianos y su uso adquirieron unas connotaciones religiosas y ritualistas. La unción comenzó a usarse para consagrar objetos y personas a una deidad. La práctica significaba una iniciación en el servicio divino, haciendo que los usos más comunes del aceite de la unción quedaran clasificados como “nutrición espiritual, sanidad espiritual y sobrenatural, impartición de poder para el oficio, e iluminación reveladora para obtener sabiduría”.

Reyes, sacerdotes y autoridades gobernantes de todos los niveles quedaban instalados en el oficio mediante el rito de aplicar aceite de la unción. Las palabras de augurio y/o proféticas seguían al sacramento de las autoridades espirituales de la deidad que inspiraba y ejecutaba la investidura. El acto se veía como una investidura de la nueva autoridad en la tierra. Por medio de estos actos era como se consideraba que el beneficiario obtenía el derecho legítimo a gobernar bien y la gracia para hacerlo. La aplicación del aceite era requisito para los sacerdotes, profetas, ministros, oficiales y reyes. Véase Éxodo, Levítico y Números para un estudio más detallado. Además de todo esto, el aceite de la unción sobre la cabeza era para obtener el poder para gobernar. El Señor expresa francamente este entendimiento en Levítico 21:12. Así, se profetizó según el cumplimiento de Mateo 2:23 que Jesús sería llamado nazareno, Mesías y el Señor ungido.

1. Acertijo. Consejo. Dicho desconcertante, declaración enigmática o proverbio que plantea una pregunta que primero debe discernirse antes de poder contestarse. Los acertijos y enigmas son preguntas típicas para los profetas debido a sus oscuras revelaciones que los ministros ordinarios pasan por alto o no disciernen. Según Daniel 5:12, el profeta era reconocido por su capacidad de resolver acertijos. El uso que hace la Biblia de este término lo define como “afirmaciones difíciles”. Declaraciones para las cuales la respuesta obvia es instintivamente incorrecta. La capacidad del profeta para detectar la aplicación psicológica, espiritual y práctica deseada por comentarios dichos de modo demasiado simplista para ser tomados al pie de la letra. Que el Señor utilizaba este método de desafiar la inteligencia espiritual de sus profetas y su agudeza profética se ve en Ezequiel 17:2, donde Dios introduce una profecía parabólica con un acertijo. En Mateo 13:35, el gran Profeta Jesús recordó el Salmo 78:2–6, donde se utilizan “dichos oscuros” o acertijos enigmáticos para presentar verdad divina. Verdad que ha sido pronunciada desde el comienzo del tiempo en forma oculta porque el Señor busca atrapar al astuto en su propia astucia. 2. Activación profética. Proceso mediante el cual las capacidades proféticas latentes o débiles de un profeta son capacitadas por el Señor directamente o, como es en general, por un agente humano para el servicio. La activación libera el don y el manto del siervo para el servicio, pero también le imparte lo necesario para escuchar, ver, discernir y comunicar efectivamente en el Espíritu. Pablo activó a Timoteo mediante la imposición de

manos y la palabra de profecía, y lo mismo hicieron con él los apóstoles más ancianos. Jesús activó a los once soplando sobre ellos y declarando que recibían el Espíritu Santo. Normalmente, la imposición de manos y la profecía van acompañados por la unción, en la que el aceite que simboliza el aceite del Espíritu Santo es derramado untado sobre ellos.

1. Actividad profética. Serie de actos espirituales y obras ministeriales realizados por el profeta, que reflejan el conocimiento que el profeta tiene de la voluntad y los caminos de Dios con respecto a su servicio al Señor. La actividad profética conduce las obras del Señor, pues ellas constituyen los propósitos de Dios para aquellos a quienes el profeta es enviado. La actividad profética incluye profecía y varias dispensaciones proféticas que son tratadas, o han de serlo, por el Señor y su comunicación a su pueblo. Tal actividad puede ser reconocida mediante la oración intensa urgente, especialmente la intercesión, la invocación por parte del profeta de agentes espirituales del Señor, con la proclamación de un mensaje profético por medio de varios canales proféticos, como drama, salmos, profecía o demostraciones simbióticas.

1. Adivinación. Lo que conoceríamos hoy como el movimiento de adivinación de la Nueva Era, la adivinación es una institución para conseguir e intercambiar información espiritual que informa sobre el futuro de las personas, principalmente de sus destinos y tragedias, desde diferentes objetos. Entre algunas formas de adivinación figuran la lectura de las cartas del tarot, la vara de zahorí, corrientes y charcos de agua, lectura de las hojas del té, echar suertes y categorizar, augurios, astrología, lectura del hígado y las entrañas (hepatoscopia y haruspicia: sólo eficaz cuando va ligado a sacrificios vivos) y lectura de la mano. Incluidos en ella están la alquimia, metoposcopia (adivinación de la frente), oráculos, numerología, oniromancia, frenología, runas, talismanes, quiromancia, geomancia y rabdomancia. Generalmente, el sufijo mancia al final de una palabra indica que es una forma de adivinación. Eso significa que la oración, la manipulación espiritual y probablemente los sacrificios y oblaciones (ofrendas de bebida) originalmente desempeñaron un importante papel en el éxito de las actividades o eventos asociados con la palabra. Yahvé censuró la adivinación tal y como se practicaba en la Biblia cuando su pueblo intentó usar los mismos medios de manipulación para acceder al conocimiento sobrenatural que tenían

los paganos para oír de Él. Las únicas formas tolerables de adivinación, simplemente porque Israel aún tenía que descubrir que su Dios era el único Dios y el Dios de dioses, eran echar suertes a través del Urim y Tumim. Ninguno de estos métodos era profecía en cuanto a que sus respuestas se obtenían bajo unas rígidas pautas. El límite, por lo general, eran preguntas de tipo sí o no, y respuestas cerradas y muy cortas por parte de los querantes. La suerte, la forma de adivinación más rígida de todas en la Biblia, era una sola respuesta al azar. Caía donde caía y se suponía que el resultado era la voluntad firme del dios al que se preguntaba.

1. Adivinación a través de falsos profetas. Los falsos profetas adivinan por dinero, y como regla lo anteponen a la profecía. Sus mensajes son característicos de los adivinos y raras veces van más allá de la riqueza material y la esfera de interés humano de revelar información. Los falsos profetas sofisticados (como los de Balaam) que desertaron de verdad del Señor Jesucristo, infiltraron sus mensajes con el típico género de lo oculto. Los falsos profetas rediseñan las antiguas artes de la adivinación para disfrazarlas, pero un estudio detallado muestra que son las mismas prácticas que solían realizar los falsos profetas de las Escrituras. Entre ellas están la necromancia, consultar imágenes, astrología, geomancia, exorcismo de malos espíritus a través de otros buenos, declarar e interpretar sueños que son dicotómicos para las Escrituras y pronosticar cosas que, si se vivían, definitivamente apartaban a las personas de Cristo y la iglesia. Los encuentros proféticos que necesitan saber fechas de nacimiento, sostener prendas de ropa y otras posesiones son, sin lugar a duda, formas de adivinación. 2. Adivino. A) Significando básicamente “sabio en las artes, artistas sabios”, esta palabra se refiere a un hechicero y mago. B) Uno que conoce y posee la capacidad de sujetar y manejar los secretos sobrenaturales de la creación y que está dedicado a las artes negras. (Levítico 19:31; 1 Samuel 28:3; Isaías 8:19; 19:3). Astuto. Hechicero. C) Quien llama a los fantasmas del pasado. D) Conjurador de espíritus familiares. E) Nigromante. Viene de actos sabios; por ejemplo, Simón el Mago. (Hechos 13:6, 8; Levítico 20:27; Deuteronomio 18:11). F) Mago. 3. Advertencia profética. Término que describe la tarea profética de dar exhortaciones como directivas de parte de aquellos a

quien Dios está a punto de incorporar al servicio, elevar, reasignar o degradar. Ejemplos bíblicos de esto son las palabras del Señor a David, Salomón, Jeremías y otros antes de ascenderlos en su reino. 4. Ágabo. Profeta del Nuevo Testamento que profetizó una hambruna mundial y le dijo al apóstol Pablo que sería arrestado en Jerusalén. Su nombre significa “saltamontes”. (Hechos 11:28; 21:10). 5. Agua. Se habla del agua en la Escritura casi mil veces. Aparte de ser un elemento esencial de la vida —uno no puede pasarse sin agua mucho tiempo—, es un antiguo símbolo de refresco, irrigación y crecimiento. En tiempos y regiones de la Biblia el agua podía ser escasa, y por eso la Escritura aprovechó la oportunidad de imponer la necesidad de que el hombre viva sólo de la palabra de Dios, utilizando el agua como su símbolo. Es indisputable que el agua se equipara a la vida, al ser esencial para beber, cocinar y hasta limpiar. (Juan 3:5; Efesios 5:26). Simbólicamente, el agua es la palabra del Señor, una corriente, un asunto de espiritualidad, cuerpo o colección de conocimiento, enseñanza, doctrina espiritual o religiosa. En el último contexto, el de la enseñanza o doctrina espiritual (Apocalipsis 12:15), el agua sale de la boca del dragón a fin de inundar con su impureza a la mujer a la que tanto aborrecía; es decir, con doctrina herética que la mujer, que simboliza a la iglesia de la Nueva Creación, predica en lugar del evangelio del Señor. Es reconocida por ser rígidamente intelectual y humanística en su naturaleza. El agua se equipara al poder fundador de vida de la redención, y a espíritus humanos que sirven a Cristo para convertirse en sus fuentes de salvación. (Isaías 12:3).

1. Agua salada. A) Simboliza lágrimas de dolor. B) Tales lágrimas eran una señal de tribulación y aflicción. C) El agua salada también refleja las aguas amargas. D) Agua que es insalubre o no sirve para refrescar. 2. Agudeza profética. De modo similar a la precisión profética, este término añade a esa definición la dimensión de penetración de las palabras del profeta. Ellas cortan lo carnal, lo mundano, lo humanista y lo oscuro para inyectar la luz de Dios a una situación. Se refiere a que la agudeza del profeta es tan buena que elimina la oscuridad sobre cosas que puede que hayan estado ocultas del oyente. La agudeza profética llega

profundamente a la memoria del oyente para sacar a la superficie lo que estaba tan hondamente enterrado en el corazón que no era recordado o estaba fragmentado en la memoria. Opera sobre la exposición del profeta al conocimiento de Dios sobre el asunto del cual habla. Ese conocimiento es lo que se revela con señalada agudeza. 3. Águila. Emblema de cielo que simboliza omnisciencia y victoria espiritual y divina. También, ave profética aceptada por el Antiguo Testamento como un símbolo de los profetas de Yahvé. Ezequiel 17:3 representa al águila como símbolo de grandes y poderosos reyes. El águila se distingue a sí misma como una potente ave de presa que también es tierna con sus crías. Las águilas son estupendas criadoras que desarrollan meticulosamente a sus polluelos. Estas son otras dos características que se encuentran en los profetas genuinos. Se representan en Ezequiel 1:10 como criaturas eternas, y Job 39:27 las presenta particularmente respondiendo a la voz de Dios Creador. El águila también es simbólica de un mensajero; por tanto, también se aplica en la actualidad a sus profetas. Aquila es la palabra griega para águila. (Salmo 103:5).

1. Ahías. Profeta del reinado de Jeroboam. Su nombre significa “hermano de Yahvé”. Profetizó la fragmentación de Israel en el reinado de Jeroboam como un juicio sobre la deserción de Salomón de Yahvé en pos de los dioses de sus esposas impías. (1 Reyes 11:29–30; 14:2–6). 2. Aire. A) Elemento que simboliza lo espiritual por encima de lo material. B) Los sueños y visiones aéreos se refieren a los sujetos y objetos celestiales de Dios contrariamente a los terrestres, incluyendo deidades. (Efesios 2:2; 1 Tesalonicenses 4:17; Apocalipsis 9:2; 16:17). 3. Alá. Dios de la religión musulmana. Esta deidad había existido previamente y le servían tres hijas que eran diosas. Se les llamaba las hijas de Alá y pertenecían a los mismos rituales obscenos y paganos de la época. De hecho, el símbolo del dios, el blasón, estaba vinculado a varias diosas de la época.

4. Alas. A) Símbolo de lo celestial manifestado, como inteligencia, velocidad y libertad inspiradas. B) Señales de elevación, lo ilimitado y protección celestial. En épocas pasadas, las alas se relacionaban con el sol y los dioses astrales. (Malaquías 4:2). 5. Alegoría. Discurso figurado usado en una asamblea pública para ilustrar generalidades verdaderas sobre la humanidad. El término es útil para los mensajes proféticos de naturaleza reveladora. La alegoría del apóstol Pablo de Agar y Sara como las dos madres de la simiente de Abraham en Gálatas 4:24 correspondiente a los dos pactos es un ejemplo bíblico. 6. Almendra. Las almendras, en el mundo antiguo, representaban el semen y, por tanto, reproducción e inmortalidad. Se relacionaban con el almendro sagrado de los hebreos, el cual para ellos significaba la aparente autogeneración de sus partidarios. La vara de Aarón que reverdeció estaba basada en esta premisa. (Números 17:8). 7. Altar. A) Plataforma de adoración donde se sacrificaban criaturas para ser ofrecidas a sus deidades y se creía que los adoradores tenían comunión con sus dioses. B) Los altares se construían como moradas, o al menos como lugares de reunión, de los dioses y sus adoradores. C) Los altares de siete peldaños indicaban la adoración planetaria y, por lo general, eran los sacerdotes y sacerdotisas quienes subían con sus partes privadas a menudo (y normalmente a propósito) descubiertas mientras subían los escalones para llevar a cabo sus actividades oficiales. El famoso zigurat de Babilonia, dedicado a los ritos de fertilidad, era un altar de este tipo. (Génesis 8:20; Éxodo 27:1). Yeshúa prohibió a Israel tener tales altares. 8. Amarillo. A) Iluminación, dorado, revelación. B) Perspectiva espiritual obtenida de fuentes espirituales. 9. Amatista. La piedra del sueño; por tanto, una piedra altamente profética. Su color morado es el color del apóstol y del obispo.

En la antigüedad, la amatista se consideraba la piedra de la sobriedad, y por eso es adecuada para ser la duodécima piedra en los cimientos de la Nueva Jerusalén, según Apocalipsis 21:20. Es interesante que a lo largo del Antiguo Testamento, cuando las piedras se ponían en el pectoral del sumo sacerdote la amatista estaba en la tercera fila y era la novena piedra. Después de la obra de Cristo, subió a la posición de duodécima piedra, el último piso de las oficinas centrales de la Nueva Creación de Dios, significando por su cambio de posición que la sobriedad es el pináculo del logro de la Nueva Creación. La amatista, la piedra de la sobriedad, también recibe el nombre de piedra del sueño en sueños y visiones proféticos. Las piedras del sacerdote, apóstol y obispo significan su misión de esclarecer doctrinas confusas y heréticas en la iglesia. 10. Ambiente profético. Los marcos donde se fomentan las actividades proféticas y puede operar libremente entre un grupo. Una compañía profética, conferencia, foro o cumbres son todos ellos buenos ejemplos. (1 Samuel 10:5, 10–12; 19:24). Salmos, alabanza profética y enseñanzas sobrenaturalmente sugestivas son típicos catalizadores para crear ambientes proféticos. 11. Ámbito profético. El ámbito del ministerio en el que encaja consistentemente con más éxito la clase de servicio del profeta. Los ámbitos hablan más de localizaciones físicas, territorios sobre los cuales lo profético tiene jurisdicción. Iglesias, ministerios y negocios situados en zonas estratégicas en toda la tierra es lo que se da a entender. 12. Amós. El más antiguo de los libros profético del Antiguo Testamento, Amós fue un profeta del norte de Israel alrededor del año 750 a. C. durante un corto período de diez años. Él comienza la línea de los profetas del octavo siglo. El nombre de Amós significa “el que lleva la carga”, y vino de Judá; siendo pastor de ovejas, fue llamado repentinamente a dejar su profesión para entrar en el ministerio profético. Como profeta totalmente entrenado por Dios, Amós fue llamado y usado por Dios fuera del nabiim aceptado de la nación, y fue enviado a

persuadir a sus compatriotas a arrepentirse y evitar así el desastre que Dios había planeado como respuesta a sus transgresiones. Se le enseñó a comunicar la profecía traduciendo imágenes agrícolas en expresiones proféticas. Sus mensajes fueron recibidos con censura y castigo al llamar al arrepentimiento, predecir desastres y denunciar la exuberancia hedonística de su nación, comenzando con el rey hasta los demás estratos sociales. Designado como profeta menor, ministró al mismo tiempo que Oseas, Miqueas, Isaías y Jonás. 13. Amuletos. Objetos grabados, a menudo de metal y oro en particular, que se llevan para supuestamente transformar a quienes los llevan en seres divinos con poderes para alterar el destino y la suerte. Llevar amuletos es algo que se practica hoy entre los fieles de la Wicca y la Nueva Era empleando un renacimiento de las religiones antiguas. Ellos revivieron estas prácticas en su búsqueda de poder, prominencia y prosperidad. Este conocimiento es útil para los profetas maduros a la hora de detectar infiltraciones ocultistas en la iglesia y explicar para hacer ver a los cristianos los verdaderos orígenes de modas y fetiches actuales. El poder que supuestamente se cree que contienen los amuletos se deriva de rituales y meditación, en los cuales el yoga tiene un papel destacado. 14. Ana la profetisa. Profetisa del Nuevo Testamento que confirmó a Jesús como el niño Cristo y el Mesías prometido. (Lucas 2:36– 38). 15. Ancestral. Perteneciente al linaje o genealogía de una familia. Proféticamente, esta palabra es importante para explicar los recursos sobrenaturales concedidos por el Todopoderoso pero pervertidos por los espíritus demoniacos que se infiltran y contaminan una línea familiar. Espíritus ancestrales, un término menos repugnante para demonios, son invocados por familias para rescatarles de ciertas crisis que creen estar causadas por otros espíritus, para aprender sobre su historia a través de la necromancia o para prosperar económicamente. Tales espíritus por lo general obtienen la entrada y el control a través del patriarca o matriarca de la familia, que establece pactos con ellos de protección y bendición del hogar. Con el tiempo, mucho después

de su muerte estos espíritus se quedan en la línea familiar apegándose a la simiente y así viajando por la línea familiar. A menudo sin saberlo la mayoría de sus cautivos (la familia a la que entregan sus fortunas o tragedias a su antojo), este espíritu inspira la adoración de los miembros de la familia especialmente susceptibles. Imponiendo una serie de ritos normalmente asociados con la religión tribal de la familia, los patriarcas se ven obligados a oficiar como sumo sacerdote de la deidad y la familia. Con el tiempo, estos poderes de las tinieblas se autoelevaron al estatus de dioses o diosas en la familia, y revelándose a unos pocos selectos, alcanzan una autoridad inmersa por mucho tiempo en la familia. Cuando Labán persiguió a Jacob por el objeto que Raquel había robado, lo hizo en base a esta costumbre. Casar a una hija y presentarles a ella y a su nuevo marido a las deidades familiares era equivalente a transferir la riqueza de la familia al linaje del nuevo marido. Labán ciertamente no quiso que eso ocurriera. Estaba más preocupado por recuperar las estatuas ancestrales robadas de la familia que por la pérdida de sus hijas y nietos. La posible riqueza material que sentía que estaba a punto de perder para siempre significó más para él. En la mente de Labán, su objeto robado podía reemplazar a cualquier fortuna material que pudiera haber perdido con Jacob mientras el objeto estuviera en su poder.

1. Ángel. A) Ser espiritual/celestial, mensajero divino, enviado como un agente, embajador o emisario para llevar a cabo asuntos en nombre de Dios en los asuntos de los hombres. B) Puede ser situado como un gobernante territorial o en países y naciones como su autoridad y poder espiritual. C) La palabra hebrea para ángel es malak. En griego es angelos. Contienen las “fuerzas protocráticas” de la creación. Como las personas mueren, ellos existen para reasignar y elevar a quienes son ordenados para reemplazarlos en las instituciones que hay en el mundo. Dios no consintió que fuesen eliminadas cada vez que sus fundadores o líderes morían. 2. Ángeles celestiales. Ángeles cuyas tareas asignadas están en el cielo o en la presencia de Dios. Entre ellos se incluyen arcángeles, serafines y querubines. (Isaías 6:2; Apocalipsis 4:8). 3. Ángeles de las siete iglesias. Los siete ángeles a quienes el Apocalipsis, recibido por el apóstol Juan, fue dirigido. Se dirigió a los ángeles por el estado sobrenatural de la iglesia y consecuente necesidad de compensación de poder espiritual y revestimiento en la tierra. De modo similar a la tarea de Miguel sobre la nación de Israel, el Señor Jesús asigna a los ángeles para cubrir, ministrar y mediar en su favor como colaboradores literales con el liderazgo terrenal de la iglesia en su establecimiento y crecimiento en la tierra. Esto es lo que

significa Hebreos 1:14. En todas las grandes entidades de la tierra, los antiguos conocían y a menudo se les presentaba (como Josué con el comandante de los ejércitos del Señor de las huestes, Josué 5:14–15) al poder espiritual tras ellos. Cuando el Señor sacó a Israel de Egipto, les dijo que Él enviaba a su ángel delante de ellos para guardarles y dirigirles con su misma presencia. En base a este protocolo eterno, el Señor Jesús nos informa de que independientemente de la longevidad de cualquiera de sus líderes terrenales, la iglesia estaba perpetuamente dirigida, gobernada y administrada por siete ángeles. Éxodo 23:23; 32:34 y Apocalipsis 22:16 establecen este principio eterno al dejarnos conocer las fuerzas protocráticas invisibles que llevan a cabo la voluntad del Señor y sus obras en la tierra. Cuando Israel se apartó de su Dios del pacto, un ángel inició la disciplina de Dios sobre ellos. (Jueces 2:1–4). Es una práctica común que el Señor asegure el éxito de sus tareas terrenales asignando ángeles a las tareas hasta que suceda todo lo que Él desea. Por una parte, se debe a que el poder natural debe cubrirse de poder espiritual para lograr actos sobrenaturales. La segunda razón es que la gente muere. Su muerte en la mente de Dios podría producir que sus tareas se quedaran sin completar. Por tanto, la tarea es delegada primero a un ángel y luego a un ser humano para que se desarrolle en la tierra. El nacimiento y vida del Señor Jesucristo se lanzaron a la tierra por la presencia de sus ángeles; de igual modo ocurrió con los apóstoles; el Señor envió a sus ángeles para facilitar y capacitar su trabajo. Es probable que los ángeles que los rescataron de la cárcel y realizaron otras obras milagrosas fueran los que habían sido asignados para el establecimiento de la iglesia de la Nueva Creación. Lo que es importante acerca de los ángeles de las siete iglesias es cómo los siete ángeles están al tanto de los siete continentes de la tierra que la iglesia de la Nueva Creación había de poblar. Además, precisamente coinciden con los siete espíritus que están delante del trono de Dios y que fueron enviados a toda la tierra. Los profetas ven esto claramente como otra dimensión del plan del Todopoderoso para reconciliar todas las cosas que hay en el cielo y en la tierra con Él mismo, como explica Colosenses 1:20 sobre la obra del Señor Jesucristo. Además de todo esto, tenemos el dato interesante de que al final son siete ángeles quienes se ocupan del juicio final de la tierra, y proclaman frases como testigos y también como mensajeros de la ira de Dios. (Apocalipsis 8:2, 6). La actividad de los siete ángeles de los últimos tiempos sólo comienza después de que la iglesia a la que han guardado durante milenios sea arrebatada de la tierra. (Apocalipsis 7:9).

1. Animales salvajes. A) Simbolizan la personificación de pueblos y naciones en la Escritura. La aplicación que el Señor hace de animales a personas tiene que ver con el estado de la humanidad desde la caída de Adán. La respuesta al porqué se ve en Eclesiastés 3:18–21. La crueldad, brutalidad y destrucción inherentes en la humanidad son algo que su Creador ve como características de los animales que fueron creados para tales propósitos. B) Las cosas bajas de la vida como preocupación de los seres humanos, que se esfuerzan por verse a sí mismos libres del refinamiento y la gracia de su Creador como lo son los animales. Por tanto, para subrayar la raíz del problema de Dios con su creación humana y su conocimiento de las tendencias de ellos a la destrucción y la atrocidad, Él da sus profecías con respecto a la tierra y a la gente utilizando simbolismo animal. El tipo de animal escogido debe estudiarse con atención para entender la manifestación de las características que sus seres humanos expresando su carácter presentarán en el mundo natural, societal o secular.

1. Antorcha. A) Los fuegos de la vida. B) Representativa de pasiones y deseos. C) Símbolo de misticismo femenino y antiguo poder de las diosas. D) Objeto de iluminación y guía espiritual cuando se dé proféticamente. (Zacarías 12:6). 2. Apocalipsis. A) Revelación. B) Término usado para los eventos de los últimos tiempos pronosticados o experimentados en la tierra según la Biblia. Generalmente son de naturaleza catastrófica, de los últimos tiempos o de cataclismo. Revelaciones de este tipo tienden a estar presentes en la doctrina apostólica, la cual enfatiza finalización, transmisión y renovación. 3. Apolo. Llamado el dios vidente, hijo de Zeus, y aclamado como el dios de la luz. Se creía que era el dador de la luz. Apolo, hermano de Artemisa, fue adorado de muchas formas a lo largo de los siglos, e incluso invocado en bodas para bendecir la unión recién formada con fertilidad y virilidad. Apolo, hermano gemelo de Diana, fue apodado como dragón asesino y como la inspiración celebrada detrás de los oráculos de Delfos. Él, por

encima de todo, era considerado dios de la expiación y la profecía, lo cual explica su conexión con los oráculos de Delfos. 4. Apóstol. Mensajero especialmente enviado del Señor Jesucristo. Los apóstoles reciben de Dios un estatus y poderes plenipotenciarios y se les delegan principados esféricos sobre los que gobiernan. Los apóstoles actúan como guerreros estratosféricos de Cristo y siervos gubernamentales en la tierra. Véase el libro de los Hechos y las Epístolas del Nuevo Testamento. 5. Apóstoles, Los. Nombre para los doce discípulos de Cristo elevados por Él al oficio de apostolado durante su ministerio terrenal. Sus nombres eran: Simón Pedro, Andrés, Juan, Felipe, Santiago, Bartolomé, Tomás y Mateo, Simón el Zelote, Judas, Santiago y Judas Iscariote. Su equivalente hebreo de la antigüedad es Shaliach. Estos emisarios del templo eran enviados y recorrían los lugares para reunir los diezmos y las ofrendas de la Diáspora y para divulgar las enseñanzas del templo. (Mateo 10:1–5). 6. Apostólico. Lo concerniente al apóstol. 7. Apostolos. Palabra griega para apóstol. Esta palabra se utiliza en todo el Nuevo Testamento. 8. Aprendiz. Aquel que está sometido a otro por razones de entrenamiento y preparación para un trabajo, posición o tarea. Josué bajo Moisés y Eliseo bajo Elías son buenos ejemplos de aprendices proféticos. 9. Aprendizaje profético. Los términos que describen el período de un profeta en formación. Tiene lugar bajo la supervisión de un profeta experimentado para el desarrollo, la formación, el refinamiento y la acreditación del manto del aprendiz. Eliseo, Josué y los doce apóstoles completaron el aprendizaje profético. 10. Árboles. Plantaciones del Creador, naciones. (Isaías 61:3). Fuera del Señor, el árbol representaba el lugar de reposo de

agentes (espíritus) de seres celestiales y terrestres elevados. Las almas de los seres humanos muertos se creían que a veces les perseguían. En cualquiera de los casos, los árboles eran emblemas proféticos adivinatorios en los que los nidos de las aves en ellos se creían que estaban poseídos o capacitados por espíritus para comunicar un mensaje a la tierra. Los árboles gruesos, grandes y poblados de hojas representan reinos poderosos y prósperos. Con eso, el árbol también representaba el poder humano del reino. Por último, los árboles significan fluidez en la comunicación reveladora y el desarrollo que proviene de ella.

1. Arco. Forma semi-oval simbólica de transcendencia; es decir, pasar de los límites de lo terrenal a lo celestial. (Job 22:14; Amós 9:6). 2. Arena. Simbólica de inestabilidad debido a la falta de un fundamento. La arena representa lo que es innumerable y no se puede medir. Arena en visiones y sueños habla de algo que está a punto de aparecer y no puede contarse. En la playa, se aplica a algo a punto de suceder en la tierra en las esferas de la humanidad que son inmensas y masivas. La arena que se encuentra proféticamente representa, por una parte, multiplicidad, y por otra inestabilidad. La arena de la playa habla de recreación, adoración al sol, idolatría, juego. En estos contextos puede referirse a vacaciones, cuando se proporciona serenidad y paz.

1. Armagedón. Nombre de la batalla final entre las fuerzas del bien y del mal, Dios y el diablo. Ocurre después de un reinado del Señor Jesucristo de mil años y la repoblación de la tierra con el espíritu y fortalezas de Satanás junto con sus agentes humanos. (Apocalipsis 16:16). 2. Arrepentimiento. El requisito para la verdadera salvación que llama al pecador o el santo errante a reconocer su pecado y convertirse, o regresar, a las leyes y la gracia del Salvador. 3. Artes de adivinación. Frase comúnmente usada para identificar el espectro de los métodos usados por brujas, chamanes, falsos profetas y adivinos para adivinar el futuro y echar la suerte. Incluyen la brujería (echar suertes), lectura del tarot, rabdomancia, geomancia (lectura de la tierra), augurios,

interpretación de sueños y presagios, quiromancia y magia entre las principales. 4. Asia. Oriental, lugar del jefe o arco. 5. Asiria. A) Antigua Siria. También llamada Ashur, lugar de morada de antiguos semitas y mitanios. B) Un gran centro de antigua adoración a Ishtar y país de la infame ciudad de Nínive, a la cual fue enviado el profeta Jonás. C) Espiritualmente, Asiria era un símbolo de brutalidad y abuso instigado por amenazas hostiles. Indicativo de inminente cautividad y opresión. (Génesis 10:12). 6. Astral. Perteneciente a los cielos y sus cuerpos celestiales. 7. Astrología. A) El estudio de los planetas y las estrellas para predecir el futuro. Está prohibido por el Dios Creador. B) Deificar a las criaturas celestiales por encima del Creador como una forma de adoración astral y sobrenatural. La astrología aparece en la Biblia como la constelación de la Osa Mayor. Como “las huestes del cielo” en traducciones modernas, es el estudio del zodiaco. La astrología está prohibida por el Dios Creador porque el servicio, ni realizado ni requerido por Él, no tiene nada que ver con dar a los seres humanos la licencia o la capacidad de predecir el destino de las criaturas de Él. Para obtener aceptación secular y escapar de las consecuencias de ser rechazada como religión, la astrología actual luchó para despojarse de sus raíces religiosas, aunque no espirituales. Renombró muchas de sus prácticas y operaciones, suprimió algunas de sus antiguas etiquetas idólatras y pidió aceptación como meramente otra ciencia. (Deuteronomio 4:19; 2 Reyes 21:3; Hechos 7:42).

1. Astrólogo. Alguien que divide o abre los cielos es el entendimiento de esta palabra en el Antiguo Testamento. El término describe a profetas celestiales que buscaban y obtenían sus predicciones de los cuerpos celestiales del cielo. A menudo, la adoración a la luna era algo muy extendido en sus prácticas, ya que basaban muchas predicciones en el movimiento y la posición de la luna en diferentes momentos. Isaías 47:13 dice que los astrólogos abren los cielos para seguir sus cursos y

asignar sus movimientos al futuro de quienes les piden. Los que confían principalmente en la actividad lunar eran vistos por el profeta como pronosticadores. Este arte (destreza en engañosos recursos humanos) favoreció la adivinación por encima de las simples predicciones futuristas. Otra palabra para astrólogo es “el que contempla la estrella”, que une totalmente las actividades de los astrólogos con las actividades de las estrellas. Es también una forma de adivinación. 2. Astronomía. Término griego para “las leyes de las estrellas”. La astronomía comenzó como una antigua ciencia caldea practicada por sus sacerdotes en la antigüedad. Inicialmente unida a la astrología, se buscaba en ella adivinación y augurios proféticos. Sus registros se remontan al siglo II a. C. Los astrónomos narraban los aspectos de los cielos, los planetas y la actividad de las estrellas, y los movimientos de las constelaciones. La Historia muestra que los astrónomos caldeos desarrollaron una ciencia casi precisa para predecir la aparición y la llegada de eclipses. Las Escrituras los denominaron quienes contemplan las estrellas. (Isaías 47:13). Desde sus humildes y crudos comienzos, la astronomía ha sido transformada en una ciencia sofisticada por los astrónomos modernos, quienes no necesariamente la vinculan con la religión, la profecía o la astrología. 3. Ateísmo. A) Práctica no religiosa que proclama incredulidad en la existencia de Dios, de cualquier dios. B) Una negación absoluta de la existencia de Dios. Negarse a reconocer que haya un Creador con autoridad espiritual en los asuntos de la tierra y la humanidad. El ateísmo generalmente surge de una decepción muy grave con Dios, la oración, la religión o la fe por parte de sus partidarios. Como represalia por una presunta indiferencia de parte de Dios, los ateos, en su mente, simplemente configuran un estilo de vida que le ignora a Él. Una presentación de adoración excesiva y desequilibrada de un individuo y su sumisión a una religión obligatoria son, a menudo, otras raíces de esta incredulidad.

4. Augurar. Adivinación y predicción a través de presagios (una supuesta voz que hablaba a los sacerdotes desde objetos, entrañas y fenómenos naturales). Como institución legal en la antigua Roma, augurar lo hacía un miembro o miembros de una escuela en particular de sacerdotes en Roma. Augurando, revelaban el futuro y buscaban a Apolo como el dios de la profecía. Bajo circunstancias rutinarias, buscar sus palabras de objetos no era necesario, aunque muchos de ellos empleaban la hechicería y otros elementos mágicos para recibir sus palabras. (Levítico 19:26; Deuteronomio 18:10; 2 Reyes 21:6; 2 Crónicas 33:6. También Ezequiel 21:21).

1. Augurio. Tipo de adivinación que detecta eventos inminentes interpretando sus señales por el volar de los pájaros o la conducta animal. El augurio basa sus predicciones en incidentes comunes que aparecen de formas poco normales y los traducen en señales o presagios. La antigua Roma tenía toda una casta sacerdotal dedicada al augurio para informar al estado, al gobierno, al ejército y a la sociedad de su futuro y sus posibilidades de éxito en varias empresas. La palabra augurio originalmente vino de “el volar de las aves”. Se pensaba que observando el camino trazado por las aves bajo ciertas circunstancias prescritas reflejaba la silenciosa dirección y voluntad de los dioses invisibles que se creía que dirigían y determinaban el camino que recorrían las aves con su vuelo. La creencia llegó a convertirse en una convicción de que el dios, su emisario o espíritu, residía en las aves escogidas de antemano. 2. Aura. A) Un nimbo que irradia alrededor de una persona simbolizando su investidura de poderes sobrenaturales y autoridad. B) Alguien adornado de poder espiritual. La palabra viene de raíces latinas que definen “una corona de oro”. Anday lo llamó un halo. (Proverbios 4:9; Isaías 28:5; 62:3; 1 Pedro 5:4). C) Término espiritual para la radiación de poder espiritual que normalmente corona a una persona. Se detecta por los colores que muestran la naturaleza y tipo de poder espiritual (gloria de unción) por el que es capacitada o para dispensar por medio de una tarea divina.

3. Auspicios. A) Concerniente a presagios tales como la voz de las fuerzas invisibles e inaudibles. B) Lectores e intérpretes de señales recibidas de seres divinos a través del augurio. C) Proceso mediante el cual los sacerdotes oficiales buscaban y divulgaban información sobre los derechos, poderes y privilegios de otros según la voluntad divina. D) Lo que se usaba para supuestamente revelar las inclinaciones y el potencial de un propuesto gobernante o sacerdote era lo más importante entre sus revelaciones. Con el augurio, este era el medio oficial por el cual el gobierno romano predecía el potencial de alguien que entraba en una tarea divina, un servicio militar o un ministerio sacerdotal. 4. Autoridad. A) Derecho legal y poder para requerir obediencia en una persona o grupo para regular o modificar su conducta. B) Derecho a imponer un código específico de conducta, de iniciar la corrección, calcular los castigos, o censurar la conducta impropia. (Proverbios 29:2; Mateo 20:25; Lucas 4:36; 1 Corintios 15:24; 2 Corintios 10:8). 5. Aves. En los contextos espiritual y simbólico, las aves hacen referencia a mensajes del cielo a la tierra mediante mensajeros espirituales. (Eclesiastés 10:20). 6. Aves proféticas. En el simbolismo profético, este término se refiere al águila, el halcón y los cuervos. Los dos últimos son decididamente aves ocultistas de visión. 7. Azarías. Profeta cuyo nombre significa “ayuda de Yahvé”. 8. Azul. Color que proféticamente tiene poder celestial, el azul simboliza dominio espiritual y soberanía otorgada del cielo. También significa un crecimiento perfecto, potencial ilimitado y oportunidad indómita. El azul significaba la aparición de Dios, y también simboliza la perpetuidad del gobierno de la eternidad. El azul era el color del paño usado para cubrir las herramientas sagradas de servicio del sacerdote por todas estas razones.

(Éxodo 25:4; Ezequiel 23:6; 27:7; Números 4:12; 15:38; Ester 8:15; Apocalipsis 9:17; Ezequiel 10:1; 1 Corintios 9:25).

B Baal - Brazo 1. Baal. Antigua deidad babilónica cuya adoración conllevaba lascivia, orgías sangrientas, sacrificios humanos y prostitución ceremonial. Baal era una trampa constante para el pueblo bajo pacto del Señor, que acudía repetidamente a la adoración a esta deidad por su alto atractivo sensual. El significado de la palabra Baal —marido, señor y maestro— fue asociado a Yahvé para integrar su adoración en el judaísmo. La idea de que Yahvé era el marido de Israel (ishi en Hebreo, Oseas 2:16) facilitó esta duplicidad y facilitó la adoración a Baal en el sistema religioso de su pueblo. Los comportamientos lascivos requeridos, junto con múltiples compañeros de copulación (y cambio de parejas), iba bien con esta seducción, ya que el deseo natural de fornicar y cometer adulterio era explotado por los defensores de las religiones paganas. Adoración del cuerpo, que acompaña a los ritos de fertilidad y los sacrificios humanos; rodea la prostitución masculina (qedeshim), y la prostitución ritual (qedeshot). Ellos trabajaban para el sacerdocio y adentraban a sus adoradores con ellos en actos sexuales ritualistas perversos. Sus ceremonias rituales consistían en una permisibilidad gay entre los sodomitas y los adoradores. Se creía que Baal fecundaba a una novilla para tener una descendencia híbrida, la base de su religión, rituales y ceremonias. Su práctica alentaba la bestialidad, cosa condenada por Dios entre sus adoradores. La tradición tenía mucho que ver con la veneración de la vaca sagrada. El hecho de que el dios principal Baal copulara con la vaca le daba a esta su estatus elevado a ojos de los baalistas. También puede ser la inspiración que hay tras su adoración en la actualidad. (1 Reyes 14:23; 2 Reyes 23:7). Estos datos históricos tienen valor profético para reconocer prácticas similares y costumbres popularizadas hoy día como moda, liberación o entretenimiento. Aunque estén despojados del nombre Baal para hacerlos seculares en lugar de religiosos, son los mismos actos antiguos bajo un nuevo nombre y bajo el disfraz de liberación sexual o sexo de recreo. Sin embargo, todo lo secular tiene raíces espirituales. Estas farsas fueron introducidas en el planeta por los ángeles caídos mencionados por Judas y Pedro, quienes “no mantuvieron su primer estado”. A través de ellos, la antigua estrategia del diablo impuso su antigua perdición sobre cada generación para lograr lo que él comenzó en el Edén: provocar las maldiciones de Dios y el correspondiente juicio sobre la carnalidad y la perversión.

1. Balaam. Profeta pagano de la antigüedad que fue contratado para seducir a la nueva nación de Israel para que desertara de Yahvé para adherirse a la religión moabita. Balac, rey de Moab,

pagó a Balaam para maldecir a Israel usando adivinación, brujería y otros poderes del ocultismo. Jehová intervino y forzó al profeta a bendecir a su nación. Después, Balaam regresó a la nómina de Balac y terminó la tarea interrumpida por el Dios de los israelitas. Les sedujo para pecar consintiendo en tomar parte en rituales con los moabitas en la adoración de su dios, y finalmente fue asesinado por el ejército de Josué en Josué 13:22. (Deuteronomio 23:4–5; Números 24:1). 2. Basán. Ciudad amorrea que estaba entre los primeros lugares cananeos que derribó Josué. Es importante para lo profético porque la religión de los amorreos debilitó a Israel durante todos sus días como nación en el mundo antiguo. Manasés volvió a instituirla a gran escala durante su reinado. Ese acto terminó en la caída de la nación, al no recuperarse nunca de la permeabilidad de la tierra a su suciedad y degradación. (Nahúm 1:4; 2 Reyes 21). 3. Batalla profética. Esta palabra identifica la lucha del profeta con las fortalezas de la oscuridad resistentes que se oponen a su palabra. La batalla profética se libra cuando el profeta, en oración, drama o representación simulada, impulsa la realización de la palabra sobre los agentes del diablo. La mayor batalla por parte de un profeta es, desde luego, Moisés en su competición con el faraón y los dioses de Egipto; sin embargo, hay otras en las que el profeta debe confrontar y contender en un área en su mayor parte invisible para otros. Además está la oración de Eliseo para que el Señor abriera los ojos de su sirviente que tenía temor al rey de Siria que había llevado a Israel al conflicto. El sirviente tembló al ver la masa de que los rodeaba, y no era consciente de la batalla continua que el Señor estaba librando por medio de su profeta. Para disipar sus temores y detener la corriente de incredulidad que venía del hombre, el profeta oró para que él viera la verdadera batalla, que eran los carros de fuego que los rodeaban esperando para defender a Israel en la batalla. (2 Reyes 6:8–18).

4. Bautismo. A) Rito de iniciación. B) Inmersión de una persona en agua como una inmersión figurada en el conocimiento, dando a entender el despertar del novicio a la deidad, adoración y doctrinas de un culto o religión. El rito se llevaba a cabo para confirmar la absorción del iniciado en una doctrina o perspectiva. Generalmente cuando se aplica a la religión, el bautismo se introdujo como un rito cristiano con la aparición del ministerio de Juan el Bautista. 5. Bebé. En la simbología profética de los sueños, un bebé significa lo inmaduro, nuevo e inexperimentado. También refleja el comienzo de algo nacido o creado recientemente. Un bebé indica promesa, y cuando no se aplica en contextos literales simboliza el potencial de algo planeado o iniciado. Por esta razón, la Biblia llama a los hijos herencia y cobertura providencial contra los ataques y estragos normales de antaño para sus padres. Los mayores ejemplos proféticos de bebés como promesas cumplidas son: Isaac, Jacob, Moisés, Sansón, Samuel y Jesús. Los bebés varones hablan a las simientes, que llevan el esperma, que cuando son plantadas en la tierra se convierten en árboles. Los árboles en este contexto representan naciones. Isaías los llama plantío de Dios. (Isaías 60:21–22; 61:3–5). Los bebés hembras hablan de fruto, siendo el producto de la semilla plantada y florecida. Los bebés varones reflejan potencial si se maneja (alimenta) adecuadamente. Los bebés hembras hablan de fruto como el resultado de manejar la tarea de Dios como se prometió. Los nuevos proyectos o empresas a menudo se describen proféticamente como bebés en su comienzo. Cuando se describe una empresa con o por un bebé, esto es claramente lo que se da a entender. Si se ve a un niño que está al cargo, edificando o controlando una empresa propuesta, esto habla de sus pequeños comienzos pero de un éxito final. 6. Beso. Además de su obvio símbolo de afecto, un beso servía a otros propósitos. Como símbolo religioso, un beso confirma pactos formados y atados por uniones espirituales. Besar a personas en autoridad les rendía homenaje en sus posiciones elevadas. En este caso, normalmente se besaba la mano. Tales

actos son más que mera obediencia. La costumbre se basaba en la creencia de que besar a un dignatario, especialmente en la mano, era el medio mediante el cual los poderes, virtudes y atributos de la autoridad eran transferidos a aquel a quien se besaba. (1 Samuel 10:1; 1 Reyes 19:18). 7. Bestia. Término usado en las Escrituras por Dios para divulgar el carácter espiritual interno y la naturaleza de los seres humanos. A menudo el término se aplica a gobernantes, reyes en particular, cuyo dominio está caracterizado por el animal por el cual les conocen. Por ejemplo, los faraones eran cobras o serpientes. En la Biblia, los gobernantes a veces reciben el apodo de corderos, y en otros lugares se les llama carneros, etc. Las bestias también representan la encarnación literal del movimiento de un líder o fundador. Así, la bestia en Apocalipsis es, de hecho, la formación espiritual de los seguidores. El tipo de animal refleja la naturaleza, carácter y actitudes de las personas o discípulos; leopardo, oso, león, corderos, etc. 8. Bestia, La marca de la. La frase acerca del número 666 inscrita en la mano derecha o en la frente de los que siguen y adoran a la bestia, el dragón, y el falso profeta en el libro de Apocalipsis. El número es una declaración triple del espíritu del hombre que fue creado en el sexto día, aunque no fue situado en su cuerpo hasta el octavo día cuando el Señor lo formó. (Génesis 1:27; 2:7). El dragón de Apocalipsis representa la influencia espiritual, la bestia es la manifestación del alma y el falso profeta aclara la expresión del ser. Colectivamente, coinciden con la constitución triple de la humanidad: espíritu, alma y cuerpo. La marca de la bestia pondrá fin al continuado conflicto existente entre el Dios Creador y su criatura Lucifer (que fue degradado a Satanás). Hasta el tiempo de esa era, la gente estaba dividida en base a parámetros culturales, tradicionales, religiosos o económicos. Tras el comienzo de la era de la bestia, todo eso cambia. Ahora toda la población humana está dividida en base a dos cosas: la creencia en el Dios vivo y su Salvador Jesucristo o la creencia en el dragón, su bestia y el falso profeta. El aquí y ahora inmediatamente se convierte en la norma del día. Las personas quieren lo que quieren, cuando lo quieren, como lo quieren, ahora. La impía triada tiene el poder de la vida y la muerte, el éxito y el fracaso, la prosperidad y la

pobreza, y el precio que ponen por ello es la idolatría. Adore a la bestia, muestre públicamente su devoción a ella y vivirá y prosperará. Si no, ocurrirá lo peor.

1. Biblia. La Santa Escritura del Dios Creador escrita por sus santos canales y canonizada por su Hijo Jesucristo. (Lucas 24:44–49). 2. Blanco. Color que simboliza triunfo, victoria en el conflicto, rectitud y pureza. También indica santidad y éxito. (Apocalipsis 7:9; 19:14). 3. Bloqueo del profeta. Las barreras que muchos profetas experimentan cuando han ido más allá de los recursos otorgados por Dios o han intentado extender su alcance por encima de la esfera asignada por el Señor. Miqueas explica esto como el sol poniéndose sobre el profeta. Ellos experimentan una importante disminución o cese completo de sus visiones y sueños proféticos, o una suspensión de la oportunidad de ejercer sus mantos proféticos. 4. Brazo. A) Extensiones de poder y representativo de la acción, (trabajo) labor, alabanza o decretos. B) Brazos bajados significa acción decisiva o comienzo. C) Brazos levantados indican alto, o espera, cuando no se refieren a pactos de juramento. D) Los brazos, vistos proféticamente, son una señal de poder soberano y autoridad. (Éxodo 15:16; Salmos 10:15; 44:3; 89:10; Isaías 51:9; Jeremías 27:5; Ezequiel 20:33–34; Juan 12:38; Hechos 13:17).

C Caballo - Cúpula 1. Caballo. A) Animal que simboliza poder, guerra y rapidez. B) Símbolo de la supervisión sobrenatural del Señor de la tierra y su política, según Zacarías 6. C) Los caballos también se consideraban vehículos de transporte de los dioses, especialmente cuando estaban adornados con alas. Los caballos de juicio y agonía descritos en Apocalipsis 9 ilustran este punto. El mismo pasaje presenta caballos de batalla sobrenaturales. D) Proféticamente, un caballo blanco representa victoria y pureza. También era símbolo de las lluvias que producían abundancia y prosperidad agrícola mediante la cosecha. E) El caballo negro simbolizaba sequía y hambruna que conducen a la muerte. (Jeremías 51:21; Amós 2:15; Zacarías 1:8; 9:10; 12:4. También Apocalipsis 6:2; 19:11, 19–21). 2. Cabello. El cabello era muy importante en tiempos antiguos, como lo ha sido hasta ahora, y significaba muchas cosas para las primeras civilizaciones. Proféticamente, el cabello dice mucho sobre la intención del sujeto u objeto de un sueño o visión. Para comenzar, el color del cabello es importante. El lugar donde se observó el cabello mostraba un amplio rango de aplicaciones. Cabello en la cabeza significaba algo diferente que cabello en los pies, las manos o las piernas, por ejemplo. Cabello en el pecho decía algo que el vello facial no decía. En contextos proféticos, el cabello canoso y gris habla de ancianidad, y en una persona más joven, de sabiduría excepcional. El cabello gris, visto como un reflejo de edad anciana en una persona joven, hace una afirmación espiritual en cuanto a su sabiduría e inteligencia (aunque sea meramente un potencial) con respecto a sus años. El cabello blanco habla de gloria e implica una correspondiente elevación en posición, un ascenso a la ancianidad en la iglesia o liderazgo consultivo en un llamado secular. Es una declaración de un logro divino, de sabiduría

probada y experimentada, y prefigura un ascenso relacionado como resultado. Vello en el rostro tiene significados totalmente distintos. Hablando en general, en tiempos bíblicos se consideraba representativo de mansedumbre y poder. El cabello de punta significa conmoción y miedo. (Job 4:15).

1. Cabeza. El simbolismo de la cabeza en la Biblia y en el mundo antiguo era bastante importante. Era cultural relacionar con la cabeza cualquier cosa que tuviera poder derivado o relacionado con la sabiduría, el control y la autoridad. La Concordancia Strong’s esencialmente define la cabeza simbólicamente como “primero, principal, más alto y autoritativo”. Como centro de los pensamientos imaginativos, la cabeza era, y sigue siendo, considerada el centro de control que distribuye las decisiones al cuerpo para ser ejecutadas. Vitalmente, la cabeza, que alberga el cerebro, sirve como el procesador de inteligencia del ser humano. En contextos figurados, la cabeza es el soberano, gobernador si lo prefiere, de todo: el cuerpo, una organización o una operación. Alegóricamente, la cabeza cubierta se refiere a protección o anonimato; descubierta significa exposición o revelación. La cabeza intacta habla de que el objeto o sujeto en cuestión tiene el control, la cabeza desaliñada indica desorden, una autoridad dispersa. Una cabeza calva, según la simbología bíblica, significa que el objeto o sujeto al cual está unido el sueño o visión profética tiene vergüenza o es vergonzoso. Cuando la Escritura hace comentarios sobre la cabeza y la calvicie, habla sobre el acto deliberado de afeitarse la cabeza por razones espirituales, prácticas o ritualistas. Frecuentemente, los sacerdotes de dioses paganos requerían que sus siervos fuesen calvos para servirlos, a fin de que su cabeza exterior pudiera reflejar imágenes que la deidad pudiera transmitir. Sin considerar la razón —natural como intencional—, la calvicie desde la perspectiva del Todopoderoso no es su ideal. Por tanto, Él requería que sus sacerdotes se pusieran gorros para que su calvicie natural con el tiempo no se presentara delante de Él en sus años de servicio.

2. Calvario. Palabra para referirse al lugar donde Cristo fue crucificado (Lucas 23:33). La palabra usada en ese pasaje significa “calavera”. También significa “cuerno” de fortaleza, poder, gobierno y soberanía. 3. Canal profético. A) Alguien a través del cual se entrega la profecía aunque no tenga espíritu de profeta. B) Alguien muy sensible a las cosas proféticas y espirituales. 4. Canto. Canción repetitiva cantada para inspirar y motivar la aparición o actos de espíritus para responder a la petición de oración del cantor. Se puede cantar por medio de canciones, endechas, mantras, etc. La idea tras el canto, aunque se haya pervertido fácilmente, se encuentra en Jeremías 23:29: “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebrante la piedra?”. La frase indica cómo los seres humanos pueden entrar en contacto con los recursos espirituales del Señor e invocar sus poderes sobrenaturales repitiendo continuamente el tema u objeto de su deseo en oración, alabanza y frases repetitivas. Aunque Cristo se opuso a esto en su enseñanza sobre la mejor forma de orar, uno debe distinguir, sin confundir este consejo con la sabiduría de Lucas 18:1–7 en la parábola del juez injusto, entre ambas cosas. El efecto martillo de las palabras de Dios, como dicen las palabras del profeta, logran su propósito de igual forma que un martillo, es decir, golpeando repetidamente su objetivo hasta que se destruye cualquier obstáculo para lograr el éxito. Orar por asuntos difíciles, aquellos que se resisten a las peticiones normales, requiere que el adorador persista hasta que haya una respuesta, o mejor dicho, una oración contestada. Como contraste, el canto es lo que los paganos usan para invocar a sus dioses, que requieren que se repita el mismo ritual de la misma forma para responder. El iniciador es el cantor y el objetivo generalmente es lograr sus fines personales. 5. Canto profético. Profecía proclamada en formas armoniosas y líricas donde el profeta canta y/o rima la palabra del Señor. Este método de proclamación profética es particularmente adecuado

para los críticamente heridos o derrotados en espíritu. El sonido suavizante de la palabra del Señor declarada musicalmente tiene el doble efecto de sanar y alentar al mismo tiempo. Personas que han sido aplastadas en espíritu debido a reveses o rechazos repetidos responden bien al canto profético. 6. Carga de profecía. El peso de una profecía impartida por Dios al profeta para que la comunique en un momento determinado. El peso surge del período de incubación existente entre el tiempo en que se plantó la semilla y el de la comunicación. La Biblia se refiere a ello como “la mano del Señor” que está sobre el vaso. Sus sensaciones pueden adquirir formas diversas, todas ellas parecidas a la de la gestación. 7. Carisma. Palabra griega para los dones del Espíritu Santo otorgados a los seres humanos. Carisma es una dotación divina dada como resultado de la gracia de Dios para prosperar en la vida y ser útil en su servicio. Como don, se otorga de forma gratuita, y no se puede pagar o corresponder. El propósito de estos dones es equipar a las personas para que Dios las use. Milagrosamente capacita sus facultades y les equipa con la capacidad para actuar. Como bendición, carisma viene como una parte de la economía de la Nueva Creación del Señor. El uso moderno de la palabra simplemente resume su significado como dotado, bien parecido, encantador o talentoso. Tristemente, se queda corto en cuanto a lo que el Espíritu del Señor intenta trasmitir a aquel que acude a Él mediante su Salvador Jesucristo. 8. Carretera. A) Señal de viaje, un curso recto. B) Un camino hacia un destino. 9. Carro. Símbolo de dominio y gobierno. Emblema de habilidad y capacidad militar. Señal de autoridad espiritual. Como señal profética simboliza el viaje triunfal de un líder militar. Los carros se consideraban los móviles de los dioses. (2 Reyes 2:11– 12; 2 Crónicas 18:34; Salmo 104:3. También Zacarías 6).

10. Categorías de servicio. Término dado a las dimensiones de servicio al cual puede estar predispuesto un manto concreto de un profeta. 11. Catorce. El número de la generación de la Nueva Creación nacida en Jesucristo. Véase Mateo 1 para leer la lista genealógica del Mesías. Simbólicamente representa a las siete iglesias de la Nueva Creación unidas con los siete espíritus de Dios delante de su trono. Creativamente, ellas reflejan a la iglesia de la Nueva Creación como los poderes externos ordenados por Dios. 12. Cedro. Árbol frecuentemente mencionado en las Escrituras que simbólicamente hace referencia a longevidad y durabilidad. Es una señal de lo inamovible, lo impenetrable y lo incorruptible. Su simbolismo viene de los antiguos sumerios. Ellos lo consideraban representativo de su árbol de la vida. 13. Cefas. Nombre que le dio Cristo al apóstol Pedro. La palabra significa “piedra” pero se refiere a una piedra preciosa reveladora que, cuando se consultaba adecuadamente, divulga una verdad misteriosa a su poseedor. El espíritu de esta palabra abarca el término griego psephos. Como piedra se usaba para votar, dar un veredicto o hacer una declaración electiva o judicial. Como implemento profético, los resultados de echar suertes se aceptaban como la decisión de la deidad para la cual se inició el proceso. El apóstol Pedro, como roca de la iglesia, hizo valer todos estos propósitos. (Hechos 26:10; Apocalipsis 2:17). 14. Cenizas. En experiencias proféticas, las cenizas pueden aparecer en sueños por muchas razones. Como son los restos de algo quemado al fuego, la razón y fuente de las cenizas es importante. Según la tradición religiosa, las cenizas a menudo se aplicaban a los adoradores, especialmente en la frente, para indicar su conexión con el sacrificio que se había quemado y dedicado a su dios. La idea de haber muerto y haber sido quemado al fuego era para expresar que el adorador había

dejado de vivir para su viejo yo. La ceniza en la frente era una señal de que estaba marcado por el dios que lo destruyó, y sentenciado a vivir sólo por el poder de su fe. Otro ejemplo son las cenizas de la vaquilla con la que Yahvé requería de su pueblo que se lavase para la purificación del pecado. (Números 19:17– 19). Por último, la aparición de cenizas en un sueño o visión significa la destrucción de algo y el poco valor de sus residuos. Estar lleno de ceniza es estar unido a la muerte o a un discípulo de una secta de muerte, o atrapado por el temor. 15. Cerca. Proféticamente, una barandilla protectora esférica que rodea a cualquiera. También puede pensarse en la cerca de la persona en un medio de protección, defensa o asedio de destrucción. Su propósito es encerrar y refrenar, al igual que mantener fuera a fuerzas desautorizadas. En realidad, la vida de todos tiene una cerca; no todas ellas son cercas de protección. Las cercas son construidas y mantenidas por la deidad a la que uno adora. El Dios Creador las asigna todas; sin embargo, su mantenimiento de la cerca requiere conformidad con la conducta de su reino espiritual. Eso se debe a que son precisamente las cosas que el Señor edificó para sostener sus mundos. Es muy importante que las personas aprendan todo lo que puedan sobre el gobierno, los preceptos y la sabiduría del reino espiritual de Dios. Si no, pueden seguir manteniendo una cerca deficiente o destruida, aunque puedan estar haciendo todo lo que saben que es correcto. Proverbios 9:10–11 subraya la importancia de sobresalir en el conocimiento de Dios para construir y fortificar una cerca. Muchas cosas se incluyen en fortificar, mantener y edificar una cerca. Para comenzar, sumisión a la voluntad de Él, obediencia a su Palabra y vivir de acuerdo a su modo de vida son los puntos básicos. Los puntos obvios de rectitud, misericordia, verdad, integridad, moralidad y santidad encabezan la lista. Junto con ellos están el diezmo (véase definición), adorar al Señor como Dios, el servicio y la ofrenda sacrificial (especialmente en tiempos de necesidad) y la comunión piadosa con Cristo y sus santos. La fe obra maravillas en la economía personal de la cerca propia, que es el modo en que uno confía en Dios y cumple con todos los requisitos espirituales. Estar conectado con un profeta genuino y creíble es otro de ellos. Véase Ezequiel 13:5 y 2 Crónicas 20:20; ambos pasajes subrayan esta función del profeta. (Job 1:10; Proverbios 15:19; Eclesiastés 10:8; Isaías 5:5; Ezequiel 22:30; Oseas 2:6, Marcos 12:1).

1. Chozeh. A) Palabra antigua para profeta. B) Palabra hebrea para el profeta vidente, aquel que recibe comunicaciones de Dios más a través de visiones y sueños que con palabras audibles. C) Difiere de vidente en que las experiencias de chozeh y las recepciones espirituales se aplican bajo la unción del profeta. D) Profetas que dicen que vieron la palabra del Señor más que la oyeron son ejemplos de este tipo de profeta. 2. Chrisma. Unción familiar que todos los creyentes reciben en la conversión y el nuevo nacimiento. Unción mencionada en 1 Juan 2:27. Importante distinguirla de la unción chrio. 3. Cien. A) Número de la producción plena de una semilla. B) Aumento pleno. 4. Cinco. El número cinco es un número operativo. Pertenece a la virtud de la gracia manifestada y obrada con la mano de Dios en una vida y/o ministerio. Eso se debe a que cualquier cosa que el Señor hace la da gratuitamente, y como no puede pagarse mediante moneda terrenal, es un regalo de gracia. El número principalmente equivale al simbolismo de la mano y representa la realización de un voto de servicio al Señor. Particularmente se aplica a un servicio sacrificial. El cinco también habla del voto de dedicación expresado como el poder en las manos de alguien para realizarlo. El simbolismo de la mano se presenta de modo destacado en el Antiguo Testamento, y se lleva al Nuevo Testamento por el apóstol Pablo en su presentación de los cinco oficios de la iglesia del Nuevo Testamento. El templo del Antiguo Testamento miraba hacia adelante al cumplimiento de la mano en la iglesia del Nuevo Testamento. Tenía cinco columnas para soportar la estructura; así, los ministerios de apóstoles, ancianos y líderes se prevén ahí. (Efesios 4:11). 5. Circunstancias proféticas. A) Reuniones de profetas y tipos proféticos en las que se invocan el manto del profeta, profecías y la ministración profética de Dios. B) Normalmente una importante situación, conversación, oración, adoración o planes inducidos por el Creador. C) El escenario de tales circunstancias

es importante para que se busque propósito profético. (1 Samuel 9–11). 6. Cita divina. Ningún profeta o persona profética podría considerar la vida desde cualquier otra perspectiva que no sea la del tiempo de Dios. La Biblia hace referencia al tiempo señalado de Dios repetidamente, mientras Él subraya su autoridad soberana sobre todas las obras de sus manos y eventos mundiales. Proféticamente, la palabra del Señor está vigorizada por dos cosas: la inscripción de Dios de su actuación en la creación y la programación de los eventos que Él ha preparado en la creación. La profecía en sí es el medio por el cual los eventos preparados del Creador son desencadenados. Amós 3:7 enfatiza este punto diciendo que el Señor Dios no hace nada sin que antes se lo revele a sus siervos los profetas. Una vez que las intenciones reveladas de Dios llegan a los profetas, como dijo el propio profeta, “Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?” (Amos 3:8, énfasis añadido). Es en base a sus palabras, que son vivas y eficaces, que el mundo gira y bate sus miles de eventos del mundo invisible al visible. Una clave para recibir los poderes proféticos de Dios es el intenso sentido de los tiempos y etapas de Dios del mensajero. Agudos instintos se depositan en estos profetas para alertarlos de los cambios de estado, tendencias y vaivenes que prende el Todopoderoso. Aunque las fechas del calendario pueden ser o no relevantes en el asunto, los cambios de etapas del Señor resuenan desde dentro de sus canales proféticos. Jesús ejemplificó esto en gran medida cuando desafió a los oyentes de su época a discernir el aspecto del cielo para las etapas proféticas de Dios de la misma forma que se predice el tiempo. Lo que buscaba el Salvador era darles una manera de transferir los eventos naturales a los sucesos sobrenaturales, porque los profetas son expertos en el dominio y manejo soberanos del tiempo que Dios tiene. Ellos saben que su poder y omnisciencia no están confinados sólo a las eras de la tierra, sino que se imponen en los tiempos y etapas individuales de las vidas de aquellos a quienes profetizan. Dios enseña a sus mensajeros pronto acerca de las señales invisibles y visibles que revelan la forma en que el Señor se va a mover y la manera en que van a cambiar las cosas. Las facultades naturales de los profetas con mucha sensibilidad les llevan a muchas de las cosas que Dios hace sin haber recibido de Él ninguna transmisión comprensible, es decir, sin visiones, sueños, profecía y cosas parecidas. La manera en que las obras predeterminadas del Señor se hacen es mediante lo que el Señor movió a los profetas de antaño a escribir para Él durante sus ministerios. Sus escritos liberan sus agentes invisibles para que realicen en eones designados del tiempo de la creación lo que Dios ordenó antes de que comenzara el tiempo. En resumen, todo esto es para decir que sin un calendario y un programa divino, el Señor no hace nada. Sus profetas se distinguen por el cumplimiento de sus palabras en el tiempo señalado (y pre-señalado). Los profetas de Dios, aquellos que veneran a Jesús el Verbo como el espíritu de profecía, saben que decir que algo ocurre u ocurrirá que el Creador no ha escrito es recurrir a la brujería mágica.

1. Clase profética. Categoría de vida humana que atrae la orientación y la formación sobrenatural del profeta, y es clasificada por ellos. Es un rango de ministerio profético, inclinación natural y ámbito de tareas proféticas en concordancia con el propósito para el cual el profeta fue ordenado. Esto refleja los dones y talentos básicos del profeta que designan más eficazmente el manto y la unción profética. Generalmente, la referencia de la Biblia al “hombre de Dios” se refiere al profeta en autoridad sobre un grupo de profetas, lo cual indica una clase de profetas experimentados y supervisores. 2. Cobertura profética. La protección del manto de un profeta que tiene cuidado del estado espiritual de aquellos a quienes sirve. La cobertura profética significa estar cuidando espiritualmente por el ministerio de un profeta. (Ezequiel 13:5). 3. Codificado. La codificación genética específica de un sistema de comunicación a otro. La codificación de un mensaje de un idioma o forma a otro. Proféticamente, codificar se aplica de la misma manera que las revelaciones, profecías y elementos misteriosos de los que está revestida la Escritura con hechos y detalles comunes y corrientes. (Juan 5:2; Apocalipsis 9:11; 16:16). 4. Cola. La cola en contextos proféticos siempre simboliza espiritualidad oscura y perversa sensualidad. Así, la cola es simbólica de un esclavo. Es la fuente de seducción, engaño y, por esos medios, atadura. Isaías 9:14–15 dice que es el profeta quien profetizó falsamente. Eso significa que cola representa adivinación; también habla de las prácticas y rituales religiosos del antiguo Egipto, que estaba repleto de cultos de fertilidad y prostitución ritual (varones y hembras). Por esas razones, la cola además simboliza prostitución de cultos con respecto a una deidad de fertilidad. En el libro de Apocalipsis, la cola es simbólica del dragón (el diablo), y se utiliza para seducir, hacer sufrir y agarrar a quienes quedan prendados por su silbido. Así, también habla de revelaciones engañosas y falsas profecías de las más elevadas, el tipo que ocasiona prostitución espiritual e incluso fornicación en la casa de Dios. (Apocalipsis 12:4).

Además, la cola indica concretamente la presencia de la serpiente bajo su superior, el dragón, que es enviada con la tarea de espiar y subvertir a otro mediante medios misteriosos, míticos y astutos. La serpiente, desde el comienzo del tiempo, representa sabiduría y conocimiento oscuros. Véase la profetisa de Tiatira, Jezabel, en el libro de Apocalipsis. Fue tal conocimiento y sabiduría el que ofreció a Adán y su esposa en el huerto de Edén. Finalmente, la serpiente, por su cola, representa a una persona maliciosa en una campaña dedicada al escándalo. (Apocalipsis 9:10, 19).

1. Color teja. Color que indica corrupción y deterioro. También indica decadencia. 2. Compañía profética. A) Grupo o escuela de profetas que comparten una comunidad ministerial, se relacionan y se apoyan unos a otros, y se someten al respaldo profesional mutuo. B) Escuela de profetas bajo el tutelaje y la mentoría de un profeta principal. (1 Samuel 10:11; Isaías 8:16). 3. Comunión. Rito sagrado de comer con y delante de un dios. La comunión es un rito poderoso que tiene una extraordinaria importancia en el ámbito espiritual. Tener comunión con los dioses y cenar con los hermanos se remonta siglos atrás. La idea era múltiple: ingerir el espíritu de la deidad, conectar espiritualmente (ser uno) con él, establecer un pacto espiritual, o ser partícipe de los poderes, privilegios y autoridad de la deidad. La comunión, espiritualmente, se observaba constantemente porque tenía los mismos propósitos en el lado no material del hombre que los propósitos que tenía la comida natural y la comunión en el cuerpo físico. La comunión en las diferentes religiones del pasado adoptaba varias formas. Había siempre una comida precedida por cierto número de actividades preparatorias. La comida normalmente llegaba después de terminar todos los rituales del sacrificio. La reunión de los adoradores en la presencia de la deidad significaba que podían participar de las partes del sacrificio no incluidas en la parte del dios como un cuerpo. Las comuniones se realizaban en sus mesas y normalmente eran oficiadas por los sacerdotes. En cada ocasión registrada de comunión, se entendía que el dios celebrado del sacramento se manifestaba para recibir y disfrutar de las festividades. La comunión debía ser una ocasión de alegría y solemnidad a la vez. La comida consistía en carne, grano y vino. El aceite se aportaba como suplemento para aceptar a los participantes o para santificar (fumigar, ablandar o sellar) la ofrenda. A las bebidas se les llamaba libaciones, y la primera porción siempre era para el dios al que se estaba adorando. (1 Corintios 10:16; Mateo 26:26–29; Marcos 14:22–25; Lucas 22:19–20; 1 Corintios 11:24).

1. Confirmación de profecía. No hay aspecto más importante de la actividad profética que el de la confirmación de profecía. Eso

significa encontrar medios precisos y confiables de asegurar que los mensajes que las personas reciben del Señor son auténticos, relevantes y, por tanto, pueden llegar a suceder. Una creencia predominante sobre la profecía es que existe y automáticamente confirma lo que el oyente ya ha escuchado de Dios. Por consoladora que pueda ser esta idea, la Biblia dice que el caso es el contrario. Por eso el Señor puso tanto énfasis en la precisión profética y en que otros profetas dieran testimonio de la palabra de la verdad de Dios. (1 Corintios 14:28). Sin embargo, hay lugar para la confirmación de la profecía, y la Biblia no lo pasa por alto. Se esperaba que las personas fueran probadas en sus mensajes y mensajeros proféticos. El primer lugar de confirmación era la reputación del profeta; después estaba el grado de precisión que revelaba esa reputación. También está probar la naturaleza de las palabras. Las profecías fuera del ámbito y el contexto de las Escrituras merecen sospecha. Si parecen sospechosas pero en realidad vienen del Señor, normalmente son enviados varios mensajeros para confirmar que lo profetizado es del Señor y sin duda se cumplirá. Lea otra vez Deuteronomio 13:1–5. Si una palabra así llega, Ezequiel 14:14, entre otras Escrituras, dice que es prueba.

1. Consejo profético. Término para el aspecto ministerial del profeta que se centra en el consejo, guía y dirección sobre la predicción y revelación. Cuando está presente, el consejo profético sirve sólo para apoyar o acelerar los actos de tratamiento del ministerio del mensajero. El consejo profético implica las palabras de conocimiento, sabiduría, milagros (la parte de liberación) y el don de profecía. El consejo profético es parte de las obligaciones de trato profético del ministerio. Las lenguas y su interpretación también pueden ser parte de la sesión de consejería profética y sus tratos si se recurre a ellos por parte del profeta para oír la palabra del Señor. Además, las revelaciones proféticas derivadas del consejo profético son generalmente específicas con respecto a la liberación y sanidad que su receptor necesita. (Miqueas 6:5; Apocalipsis 2:14). Véase también la unción de Jesús para el ministerio en Isaías 11:1–6.

1. Constitución profética. En consonancia con el espíritu del profeta, la constitución profética es el diseño deliberado del Dios de los profetas. Hay distintas expresiones que reflejan el potencial para ocupar y ejecutar el oficio del profeta, o para ser utilizado por el Señor consistentemente en profecía. Veinte rasgos hacen profeta al profeta. Son: 1) propensión a visiones y sueños; 2) sensibilidad a las cosas espirituales; 3) comprensión de asuntos proféticos; 4) aprehensión del papel y el lugar de la profecía en la vida diaria; 5) conciencia de Dios; 6) capacidad

de descubrimiento y revelación; 7) peculiares destrezas interpretativas; 8) extraordinaria sabiduría y perspectiva humana instintiva; 9) gran sentido de aplicación práctica; 10) discernimiento espiritual intensificado; 11) gran entendimiento de la Escritura; 12) profunda hambre del conocimiento de Dios; 13) potencial para la proclamación inspirada; 14) notable precisión de comunicación divina; 15) fuerte destreza literaria; 16) impresionante elocución y capacidad de oratoria; 17) aptitud judicial inusual; 18) notable capacidad de organización; 19) destacada capacidad de liderazgo; 20) influyente capacidad de gobierno. Todos los profetas —sirvan al Señor Jesús o no— muestran muchos de esos rasgos, si no todos, desde la niñez. Así los equipa el Señor para que sean capaces de manejar su llamado ministerial y profético, y son el medio por el cual Él se acerca proféticamente esperando una respuesta predeterminada. 2. Cónsul. Oficial señalado por un gobierno destinado a una tierra extranjera para llevar a cabo un negocio que normalmente tiene un carácter comercial. Es uno de los términos de embajador para el profeta y el apóstol. Cualquier oficial de un soberano con autoridad delegada y tareas diplomáticas. 3. Contexto profético. Una palabra importante para identificar la esfera de sabiduría y aplicación mediante la que se procesa la información corriente, el conocimiento y la perspectiva. El contexto profético es una clasificación identificativa que saca las aplicaciones normales y rutinarias de la vida de su ambiente secular, técnico o del ambiente y uso académico y las transfiere al ámbito de lo revelador, predictivo e intuitivo. Ciertos sueños, visiones futuristas, encuentros espirituales, discernimiento espiritual, términos reveladores y revelación encajan todos ellos en esta clasificación. Pueden reconocerse mediante sensaciones, impresiones y percepciones que desencadenan perspectiva reveladora o consejo y sabiduría proféticos. 4. Copa. Vaso para el vino, símbolo espiritual de ofrendas y derramamiento. También simboliza el corazón, sus ofrendas, e incluso en tiempos modernos, el logro. Las copas también

pueden ser simbólicas de una experiencia, llamamiento a un propósito, tarea o un mandato soltado del mundo espiritual a nuestro mundo natural. Normalmente se ven en sueños por medio de una mano que le extiende la copa al soñador. Una mano bebiendo de la copa significa que ese espíritu se está comunicando con el soñador o visionario. En la antigüedad se usaban unas especiales para la adivinación. (Génesis 40:11; Salmo 116:13; Isaías 51:22; Jeremías 16:7; Marcos 10:38). 5. Cordero. Un sacrificio inocente, puro y sin pecado designado como aceptable para aplacar a una deidad. El cordero era un animal de sacrificio común en la antigüedad, escogidos debido a su total dependencia y confianza en sus pastores, lo cual se mostraba en su sumisión característicamente muda a la matanza. La inocencia de la infancia les convertía en sacrificios eficaces, dando al cordero la reputación de ser puro y sin pecado. Las palabras de cariño del Creador para su Hijo Jesucristo son el Cordero de Dios, debido a su sumisión a la muerte divina por la redención de la humanidad. Dios Creador como Rey estaba a punto de librar una guerra con las fortalezas de la oscuridad que estaban siendo despojadas de su autoridad. Para hacerlo, Dios se provee de un sacrificio: el último y definitivo. El único sacrificio que era adecuado para el Dios de dioses era un Dios igual a Él mismo. Así, era el único ser sin pecado suficiente para aventajar al cordero sacrificado en el huerto de Edén después de la transgresión de Adán. Los corderos como ofrendas eran prefigurados en todo el Antiguo Testamento. Los rituales anuales de Israel requerían todos ellos sacrificios de corderos. En la fiesta de los Panes sin levadura se ordenaba ofrecer siete corderos. Los corderos eran varones (carneros) y eran ofrecidos justamente en la edad de poder pelear; es decir, su edad de ser idóneos para participar en conflictos territoriales. Números 28:11 hasta 29:36 especifica que los corderos debían ser ofrecidos anualmente al principio de cada mes con otras ofrendas de carne. Es interesante que las ofrendas de corderos estaban vinculadas al día en estos pasajes. Por último, los siete corderos ofrecidos anualmente en la fiesta de los Panes sin levadura coinciden con los siete espíritus que están delante del trono de Dios y, así, las siete iglesias que finalmente salieron de la pasión de Cristo. Una décima parte de la comida (grano o harina) debía mezclarse con el aceite santo y ofrecerse a Dios. Así, la relación entre el diezmo y la iglesia de Cristo se amplía aún más. Cada año debían ofrecerse siete corderos de la manera prescrita, diciéndonos que Cristo no sólo fue el cordero sacrificial, sino que también se representaba la iglesia como su descendencia séptuple. Veamos el modo tan bello en que se establece la conexión en Números 28:26–29: “Además, el día de las primicias, cuando presentéis ofrenda nueva a Jehová en vuestras semanas, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis. Y ofreceréis en holocausto, en olor grato a Jehová, dos becerros de la vacada, un carnero, siete corderos de un año; y la ofrenda de ellos, flor de harina amasada con aceite... y con cada uno de los siete corderos una décima”.

En este pasaje de la Escritura aparece de nuevo la misma aplicación de las primicias a la iglesia del Nuevo Testamento. Claramente, el repetido sacrificio de los siete corderos miraba hacia adelante no sólo a la crucifixión de Cristo, sino también a las primicias de su crucifixión. Lea las definiciones dadas para el número ocho y verá el cuadro completo. Cristo más los siete corderos son ocho, y eso era David: el octavo hijo que inició el nuevo día de Israel como nación monárquica bajo Dios, lo cual se relaciona con Génesis 2:7 el día después del primer día de reposo cuando Dios formó al hombre del polvo de la tierra y le dio dominio sobre el mundo. Cristo igualmente es el Rey del mundo mediante las siete iglesias que cubren el planeta, personificadas por los siete espíritus que estaban delante del trono de Dios y fueron enviados al mundo. Refiérase a Miqueas 5:5 para una relación más amplia.

1. Corona. A) Palabra griega, stephanos, en latín corona. Las coronas eran símbolos de triunfos de guerra. Se colocaban sobre las cabezas de los gobernantes porque así era normalmente como se ganaban su ascenso a la autoridad. Por tanto, coronas y conflictos van de la mano, como afirma nuestro Salvador en el libro de Apocalipsis. Como marcas de distinción, las coronas indicaban el nivel más alto de logro que había obtenido quien la llevaba. Como emblemas de victoria, las coronas eran parte de los premios ganados por los atletas, llevados como insignias de honor y coraje. En el Antiguo Testamento, las coronas sacerdotales también se llamaban mitras. Ocasionalmente, se usaban turbantes adornados como coronas. (Apocalipsis 2:10; Éxodo 28:4, 37, 39; Levítico 8:9; 16:4). B) Diadema engalanada o de oro llevada por alguien ganador en una competición atlética, una campaña militar o un ascenso a la realeza. Las coronas son símbolos de logros, recompensas de servicio y logro o insignias de poder y autoridad. Las joyas en la corona representan la riqueza, sabiduría y los recursos e instrumentos que posee el dominio de la persona coronada. Los cuernos en las coronas normalmente se les daban a los líderes militares por su valor como guerreros y su conquista de reinos. El número de cuernos corresponde a la parte del mundo que el guerrero ha conquistado. Las coronas normalmente se llevaban durante desfiles ceremoniales y en momentos de servicio formal como una corte, juicio o ascenso. Las imágenes de coronas son prolíficas en los escritos apocalípticos de la Biblia. Cada referencia pretende significar que quien la lleva ha logrado, conquistado y obtenido el gobierno. Las coronas de siete cuernos mencionadas indican repetidamente el dominio del mundo en todas las esferas espirituales de la creación de Dios.

1. Coronas de olivo. Representan victoria y se utilizaban como coronas. Su aparición en contextos proféticos indica sumisión a poderes reinantes. 2. Corredor. Al igual que el pasillo, es un camino encerrado que limita, pero obliga, a hacer una transición. Los corredores representan una transición interna y a menudo sumergida u oculta. Las únicas opciones son hacia adelante o hacia atrás. Los corredores indican el comienzo y el fin de un viaje muy

enfocado y, por lo general, restringido. Puertas durante el camino significan opciones y oportunidades que ofrece el camino estrecho. Entradas durante el camino simbolizan sólo dos opciones en la ruta hacia el final: adelante hacia el destino de uno o hacia atrás, hacia el lugar de comienzo. Los corredores iluminados indican un viaje iluminado. Los corredores oscuros (o con poca luz) representan una visión oscurecida o un tramo del viaje ciego. Las posiciones de las luces también deberían tenerse en cuenta. Luces al principio oscureciendo y desapareciendo por el corredor indican que el viaje comienza claro pero cada vez es más tenue según se avanza. Si ocurre lo contrario, significa que la oscuridad desaparece a medida que se acerca al final del camino. Los corredores claros dicen que el camino está virtualmente libre de obstáculos. Desorden en el camino significa que hay obstáculos y oposiciones o distracciones a lo largo del camino. Constante luz y un camino ordenado significan que lo único que el soñador encontrará en el camino es un camino estrecho con opciones u oportunidades muy limitadas o sin ellas según avanza.

1. Cortinas. Cubiertas, divisiones, adornos. La ausencia de cortinas habla de vulnerabilidad y exposición. Cortinas cerradas representan secretismo, aislamiento y prohibición. Cortinas abiertas significan revelación, la entrada de la luz. El color y diseño de las cortinas es importante para descubrir la naturaleza del mensaje expresado. 2. Costas. Proféticamente, las costas simbolizan los límites, puertos de entrada, por los que las fuerzas extrañas o de regreso (espíritus demoniacos incluidos) entran a un territorio. Todas las costas eran y siguen siendo centros de mercado. Como la mayoría de los transportes se hacían por barco y las grandes importaciones y exportaciones los usaban, las costas se convirtieron en lugares conocidos por negocios, comercio, idolatría y prostitución. Por eso las referencias de los últimos tiempos a la prostitución y el tráfico están tan unidas. Los marineros que pasaban fuera largos períodos de tiempo necesitaban todo tipo de refrigerio, y por eso la prostitución floreció en estas zonas cuando las rameras de ritual aportaban a sus templos y deidades grandes beneficios al cobrar a los mercaderes sedientos de sexo por sus favores. La reina del cielo, señora de los reinos y rameras de Babilonia eran las metáforas

favoritas de los burdeles costeros engendrados por el tráfico de comercio internacional y por las costumbres paganas e idólatras que había tras el tráfico mismo. En Isaías 47:5–7, Caldea, sinónimo de Babilonia, es apodada señora de los reinos, cuya actividad sigue hasta el apocalipsis del apóstol Juan, en Apocalipsis 18:3–23. 3. Crepúsculo. El crepúsculo es un momento importante en la actividad profética. En contextos bíblicos, señala el fin del día de trabajo, un momento para detenerse. En términos naturales, un ejemplo de la obra creativa de Dios en la tierra, se aplica a Dios y al hombre. La Biblia dice que, para Dios, el día de trabajo terminaba en la noche y continuaba en la mañana. El crepúsculo entonces, denota transición. Un tipo distinto de obra comienza en el crepúsculo: la del tipo espiritual. El crepúsculo era cuando se hacían ofrendas y sacrificios. Era entonces cuando las criaturas de la noche salían de sus guaridas para vagar, aullar y bramar. La identificación de los seres humanos con las criaturas de la noche los unió en su vagar, su aullido y su bramido. Así, muchos crímenes se realizan en la noche, pues la oscuridad proporciona la mayor ventaja: la del anonimato. El crepúsculo es cuando se produce el cambio, pues es cuando los obreros del día abandonan su lugar de trabajo y pasan a realizar actividades domésticas y sociales. Normalmente es cuando la luna brilla más y parece estar más cerca del planeta para dar luz nocturna.

1. Cristal. Piedra preciosa que simboliza sabiduría por su claridad. En el ocultismo, los cristales son muy populares para adivinar, para ver el futuro y como un tipo de talismán, como amuleto de buena suerte, porque a diferencia de otros adornos son transparentes. Al proceder de la tierra, a diferencia del cristal hecho por el hombre, estas piedras se consideraban herramientas provistas por la creación y sus dioses para augurar. Esta piedra es bastante importante en el género profético y en el conocimiento espiritual. El cristal habla de la claridad de pensamiento y de revelación, y esta es la premisa que actúa tras las bolas de cristal. La trasmisión de lo espiritual a lo natural, subrayando lo elemental de la trasmisión por radio. La pureza que es difícil de corromper debido a su trasparencia es lo que proporciona y da a entender esta piedra. Se cree que el Urim y Tumim se usaban en base a este conocimiento. La sabiduría es sinónimo de cristal, haciéndolo representativo de la revelación

espiritual. Ambas están vinculadas a piedras preciosas como muestran Ezequiel 1:22 y Apocalipsis 4:6, 21:11 y 22:1. 2. Cruz. Poste recto en forma de T usado en tiempos de los romanos para ejecutar a criminales sentenciados a muerte. La crucifixión era un medio común de llevar a cabo sentencias de muerte que data de tiempos remotos. Nuestro Señor y Salvador fue crucificado en una cruz en el monte Gólgota, o de la Calavera, como un sacrificio inocente por nuestros pecados. Anticipándose al rechazo del mundo de su Hijo el Mesías, el Antiguo Testamento profetizó que Jesús sería colgado en un madero, la sentencia de muerte de alguien gravemente maldecido por su dios. Según Génesis 40:19, esta manera de ejecución se remonta a los egipcios, ya que José profetizó que ésta sería la manera en que el panadero del faraón sería ejecutado. Deuteronomio 21:22–23 lo prescribe en la ley de Moisés. Además de castigar a los criminales, el ejército romano también crucificaba a los criminales capturados en la guerra para mostrarles públicamente como trofeos. El Nuevo Testamento habla de la cruz veintiocho veces para subrayar su importancia como recuerdo de la fe cristiana.

1. Cuarenta. El número de la preparación espiritual mediante pruebas y períodos en el desierto. Cuando se aplica al tiempo, se refiere a un período predispuesto a desastres naturales y calamidades. También, cuarenta años es la longitud del tiempo que tardan las Pléyades —los grupos estelares de las siete estrellas— en aparecer. El cuarenta es un número antiguo vinculado con la purificación, y utilizado en la Biblia para conmemorar eventos importantes en el calendario de Dios. Siempre que el número se emplea proféticamente, es indicativo de un acto dramático y prolongado del Todopoderoso. Eventos bíblicos relacionados con el número cuarenta son: 2. • El diluvio 3. • El viaje de los israelitas por el desierto 4. • La reunión en Sinaí de Moisés y Dios 5. • El gobierno de David y Salomón

6. • La tentación de Cristo en el desierto 7. • El ministerio de tres años y medio de Cristo 8. • El ministerio de cuarenta días de Cristo después de la resurrección 9. Cuatro. El número de impacto mundial por medio de los cuatro extremos de la tierra. Proféticamente, el número representa algo con un impacto mundial, principalmente significando los cuatro puntos cardinales —norte, sur, este y oeste— en su intención o efecto. Los actos y la intervención divina que involucran espiritualmente a los cuatro vientos de la creación recorren el curso de las cuatro partes de la tierra. Un mandato divino que engloba a la humanidad y su planeta. Mientras que el siete es el número de impacto global, que se enfoca en los continentes de la tierra, el número cuatro subraya el planeta dentro de la órbita. (Génesis 2:10; Jeremías 49:36; Ezequiel 1:8; Daniel 7:6; Zacarías 6:5; Hechos 10:11). 10. Cuchillo. Instrumento ritual para la consagración. Se utilizaba para matar víctimas sacrificiales, para el rito de la circuncisión o en el martirio. Un cuchillo encontrado proféticamente es un símbolo destructivo o curativo que significa cortar o sanar. El acto del cuchillo cuando se ve es importante notarlo en una esfera profética. También es digno notar quien esté blandiendo el cuchillo. 11. Cuenco, botella, copa. Lo que todos estos objetos tienen en común es que son contenedores. La Biblia los llama vasos que guardan sustancias. Lo que hay en el vaso es importante, así como aquello para lo que se usa el vaso, si contiene o se usa en alimentos, transporte en vez de estar estacionado, contener o servir comida en lugar de líquido. En la simbología profética, cuyo mejor ejemplo lo tenemos en las copas que derraman la ira de Dios en Apocalipsis, los vasos representan dispensaciones divinas, juicios o bendiciones espirituales. En Apocalipsis 5 contienen las oraciones de los santos identificadas por el

incienso que llevaba el ángel al altar de Dios. Los cuencos, normalmente más grandes que los otros dos, por lo general sirven para contener sólidos y líquidos. Las botellas, en el sentido bíblico, eran estrictamente vasos de vino o agua. Las copas a menudo eran vasos de vino usadas durante las comidas. Se usaban también durante la comunión y convivencia y también para refrigerios. Bíblicamente, los vasos se llevaban o usaban para servir vino y agua, dos de los símbolos más expresivos de la morada del Espíritu Santo. 12. Cuerno. Objeto que simboliza fuerza, fortaleza, virilidad y combate. La insignia de un guerrero y gobernador. Se utilizaba como un instrumento para llamar a las armas y como sonido de batalla (Josué 6:5). Para su aplicación de fortaleza, véase 1 Samuel 2:1. Como una señal de unción de elevación, véase 1 Samuel 2:10 y 16:1. El cuerno se utilizaba para hacer sonar la alarma. Como símbolo de estatus y autoridad de realeza, véase Salmo 132:17–18, donde el cuerno estaba relacionado con la corona de David. La palabra para corona es nezer, explicada bajo aceite de la unción. 13. Cuerpo. En contextos proféticos, el cuerpo representa la habitación de todo el ser de una persona. En él mora el alma y el espíritu. La analogía del cuerpo es lo que usa el Señor para describir su iglesia así como sus varias funciones y órganos. Por eso es el centro de la vida de la existencia humana. El cuerpo no está limitado al corpus físico o la iglesia, sino que se aplica a cualquier asamblea o colección de componentes junto con sus elementos agregados y operaciones. Debería prestarse especial atención a los sueños sobre el cuerpo, ya que a menudo hablan a una gran masa o grupo organizado de personas, cosas o instituciones. Siempre es un sueño que habla sobre una colección de algo. Como resultado, lo que esté haciendo el cuerpo, cómo se comporte y lo que esté produciendo son todas pistas proféticas para el mensaje que el Señor está depositando en el soñador. También es importante cómo está o no está vestido, así como de lo que está hecho en el sueño. En Job 41, el cuerpo de la bestia es coherente con su cuerpo en Apocalipsis. En las Escrituras, como con el cuerpo de Cristo (muchos miembros), la bestia apocalíptica que Dios expone en la Biblia es un grupo de gente, discípulos y agentes atraídos por un mensaje y manipulados por una cabeza; generalmente, es el fundador en virtud del origen del mensaje.

1. Cuervo. Ave carroñera. Los cuervos significan muerte, pérdida y guerra. El ave está relacionada con la adivinación, la cual ella simboliza. Los cuervos han sido utilizados por mucho tiempo como mascotas depredadoras de dioses de la guerra. Odín en particular empleaba uno como su símbolo. Los cuervos son indicativos de poderes mentales, especialmente la memoria, porque se les acreditan instintos astutos. La tradición popular del cuervo le observa como el ser salvaje cruel sujeto o subyugado por los profetas. Así, el ave hace doblete como símbolo solar (debido a su supuesta iluminación) de lo oracular y está relacionado con las aves mensajeras de la época. Los cuervos son mascotas de las brujas, que encuentran habitando en ellos a sus demonios adivinadores y, por tanto, reciben sus oráculos mediante el animal.

1. El Señor hizo que su profeta Elías fuese alimentado por cuervos cuando huyó de Jezabel. La ironía es que representaba el símbolo profético de muchos profetas falsos de la época. Hacer que ellos sirvieran al profeta del Dios Altísimo era una declaración distintiva a las fortalezas de la oscuridad que buscaban destruir la vida de Elías. 2. Cueva. Símbolo primitivo de refugio que representa la matriz. En algunas culturas, las cuevas representaban la oscuridad y por tanto el infierno. Los cultos antiguos a menudo usaban cuevas en los ritos de iniciación, donde los recién llegados a su fe eran empujados a pasar tiempo para recibir los gérmenes de su enseñanza y, con suerte, una palabra profética que los estableciera en su religión. Su oscuridad y aislamiento hicieron a la gente pensar que las cuevas albergaban espíritus familiares. En la antigüedad, hasta Juan el Bautista, las cuevas estaban relacionadas con el estilo de vida de reclusión de los profetas. Sus estilos de vida solitarios pasados en cuevas parecían inspirarles a recibir oráculos y orientarles a las inminentes promociones a manos de sus dioses. Las experiencias de David en la cueva de Adulam son un ejemplo de esto. El nacimiento de nuestro Salvador en un pesebre como el Gran Profeta que había de venir, profetizado por Moisés siglos antes, es otra incidencia de los poderes de incubación de las cuevas que se les atribuía en esa época.

1. Cúpula. Símbolo antiguo que, cuando se ve en sueños proféticos y/o reveladores, significa casa celestial y cobertura de los dioses. Su idea surge del sufijo dome en su forma en griego, que tiene que ver con las moradas o lugares de

residencia. La palabra griega oikodome es un ejemplo de esto. (Mateo 24:1; Efesios 2:21; 2 Corintios 5:1).

D Daniel - Dragón 1. Daniel. Otro profeta mayor del Antiguo Testamento, el último de los cuatro, Daniel fue el segundo de los profetas de Yahvé en ser asignado a una nación gentil. El otro fue José, que recibió la tarea de servir a Dios proféticamente en Egipto bajo faraón. Esta distinción es importante, ya que muestra el gobierno soberano de Dios de toda la tierra. Para asegurar que su Palabra se enviase a todas las naciones, Él orquestó los eventos para posicionar a sus profetas en los palacios de sus reyes. La iniciación e inducción de Dios de estos dos profetas es muy similar. Ambos fueron soñadores e intérpretes de sueños. Ambos fueron tomados de sus ciudades natales a una edad temprana. Ambos tuvieron audiencias ante sus reyes al interpretar sus enigmáticos sueños, y las interpretaciones de ambos les catapultaron al rango de segundo en mando en sus países. Sus sueños les hicieron ser visionarios divinos, y sus interpretaciones les proyectaron al frente internacional como profetas con autoridad para gobernar. Las similitudes entre los inicios de estos dos profetas en el servicio de Dios son demasiado sensacionales como para ignorarlas. Parece que los dones de interpretación de sueños, normalmente tratados de forma informal por la iglesia moderna, son importantes para las naciones. Por eso el Señor los usó para dar deliberadamente a sus profetas una influencia y autoridad política en el mundo gentil. Daniel, como profeta de Judá exiliado en Babilonia, trabajó para Nabucodonosor, Belsasar y Darío de los imperios medo-persas. Su entrenamiento caldeo revistió su servicio judaico en el palacio de Jerusalén como profeta para la realeza y la nobleza. Los tres rigurosos años de entrenamiento babilónico le prepararon para su audiencia ante el rey Nabucodonosor, que estaba buscando los mejores funcionarios espirituales disponibles para su equipo de trabajo real. La comparecencia de Daniel fue un tipo de examen final donde superó a los demás. El rey dijo que vio habilidades sobrenaturales en Daniel diez veces mejores que las de todos los sabios, astrólogos, adivinos, brujos y magos de la tierra. Así, puso a Daniel a cargo de todos ellos al concederle el oficio de principal de los magos, la posición espiritual más alta de su época. Después, las extraordinarias capacidades proféticas de Daniel fueron probadas nuevamente cuando interpretó para el irritado rey el significado de un sueño inquietante que recibió del Dios

Altísimo. El éxito de Daniel nuevamente le aportó recompensa cuando fue ascendido como el tercer líder de la tierra. Frecuentemente, la devoción de Daniel a su Dios se vio desafiada, y de nuevo, le podía haber costado su vida al ser echado al foso de los leones. No obstante, el Señor estaba con Daniel y salió de la prueba ilesa. El manto de Daniel incluía política, visiones, sueños y escritos. Su exhaustiva educación le ayudó a recibir las fenomenales visiones apocalípticas de Dios concernientes a su mundo presente y sus desarrollos, el mundo venidero y los acontecimientos de los últimos tiempos. A lo largo de toda su carrera Daniel conoció ángeles, vio los cielos abiertos y observó al Dios Altísimo como el Anciano de días dando audiencia, para dar testimonio de la soberanía de Dios sobre los poderes del mundo, humanos y divinos. El séptimo capítulo de su profecía predice la encarnación del Mesías como el Hijo del Hombre y su triunfo final sobre las tinieblas para conferir el reino de Dios a los santos del Altísimo en el octavo. Explorar el manto de Daniel literalmente es recoger una perspectiva enorme acerca de los profetas y sus capacidades, su estatura y poderosa función en el mundo.

1. David. “Amado de Dios”. Segundo rey de Israel que también ocupó el oficio de profeta. Ese no fue un gran acontecimiento, ya que se esperaba que la mayoría de los reyes de la antigüedad de su época hicieran lo mismo. Es decir, el rey debía ser: a) pastor de la tierra, b) sacerdote de la tierra, c) profeta de la tierra, y todo además de cumplir su función como rey de la tierra. También, el rey era automáticamente el comandante jefe, ya que su ascensión al trono, en la mayoría de los casos, era facilitada por su capacidad guerrera. Estudie el libro de 1 Samuel y 1 y 2 Crónicas. 2. Débora. Profetisa del Antiguo Testamento que sirvió a Israel durante el tiempo de los jueces. El papel de Débora como comandante jefe refleja las actividades muy superiores que le fueron delegadas que indican que funcionaba más como un tipo apostólico como Moisés. (Jueces 4–5). 3. Décimo. El diezmo. 4. Deidad. Las tres Personas que comparten soberanía creadora sobre la creación. Expresamente afirmada en la Escritura tres veces. (Hechos 17:29; Romanos 1:20; Colosenses 2:9). Pedro usa el término griego para Deidad tres veces en sus escritos. También véase 2 Pedro 1:3–4, pues la primera referencia es a la Deidad. Las últimas referencias hablan al santo de la Nueva Creación como descendencia de la Deidad mediante la

salvación. El término se da a la persona trina del Dios Creador como Padre, el Hijo co-Creador, y Espíritu Santo igual Creador. 5. Deidades astrales. Los planetas, estrellas y los cielos que son adorados como dioses. Belcebú sería un buen ejemplo. (Mateo 10:25; 12:24; Lucas 11:19). 6. Delfos. A) Palabra que significa delfín en griego. B) Centro de los oráculos, declaraciones de adivinación y peticiones para los griegos de la antigüedad. Centro para las profetisas que recibían profecías para sus compatriotas. C) Centro de peticiones proféticas. 7. Demonio. Espíritu inmundo con estatus divino y semejanza divina inferiores capaz de influenciar a la humanidad y sus asuntos concediendo riquezas a las personas o infligiendo sufrimiento sobre ellas. Los demonios se diferencian de los diablos en que a los demonios, aparte de ser aceptados como dioses o diosas inferiores, también se les conoce como “espíritus familiares”. Esto significa que los demonios, según definiciones de antaño, están unidos al linaje familiar de la persona poseída. Esto se debe a que los diablos apadrinaron demonios, al menos espiritualmente. Fueron aquellos cuyos hijos caídos de Dios tuvieron hijos con las hijas de los hombres. Según las enseñanzas de nuestro Salvador, los demonios eran responsables de las deformidades, mutaciones, enfermedades y aflicciones de los seres humanos. Los diablos son autoridades espirituales, príncipes territoriales sobre los demonios que les ministran y obedecen sus palabras. Algunos, durante períodos limitados de tiempo, parecen atractivos. Esta es una táctica de seducción. (Salmo 106:37; Deuteronomio 32:17; Mateo 9:33; Lucas 8:29; 2 Corintios 11:15; 1 Corintios 10:20–21; 1 Timoteo 4:1; Apocalipsis 9:20; 16:14; 18:2).

1. Demostraciones del Espíritu. Hechos realizados por Dios a través del Espíritu Santo para hacer visibles para las personas su poder invisible y atributos y para suplir sus necesidades o responder sus oraciones. Constituyen señales, milagros y prodigios dados como muestras para dar testimonio de su aprobación, presencia o preferencias de Dios. Las demostraciones del Espíritu normalmente son de naturaleza profética porque presagian o confirman algo que el Señor ha hablado y está listo para que ocurra. (1 Tesalonicenses 1:5).

2. Desencadenantes proféticos. Son códigos y señales implantados en la tierra, la esfera de vida de una persona o una zona específica de la creación por la palabra de los profetas de Dios. Son palabras proféticas que pueden o no ser pronunciadas directamente a personas. Ejemplos de ello son las maldiciones y bendiciones de Deuteronomio 11:29 y los testigos que Moisés invocó en el cielo y la tierra en Deuteronomio 4:26. Desencadenantes proféticos son palabras unidas a acontecimientos predictivos concretos que están registrados en el calendario de Dios. Cuando llega el momento, tal como el fin de la cautividad en Babilonia, las palabras del profeta son redescubiertas y revividas para prender el comienzo de los eventos y circunstancias preparados para hacer suceder la palabra. (2 Crónicas 36:22; Esdras 1:1; Levítico 10:1–3; Mateo 1:22; 5:18). 3. Desierto. El desierto en experiencias proféticas indica personas que están solas, tristes, rechazadas y estériles. Es el lugar donde las vidas de los desterrados por Dios vagan esperando perdición eterna. La vida de destierro es para la incredulidad y la rebelión, como ocurrió con la negativa de Israel a conquistar Cadesbarnea. (Números 12:16). 4. Designación profética. El llamado e instalación de un profeta en el oficio para servir en su capacidad oficial. Esta frase habla de término de los procedimientos, formación y desarrollo del profeta, y el respaldo por parte de mentores y profetas principales como evidencia del lanzamiento de Dios. La palabra para tal posición está en el término hebreo amad, que habla de alguien designado a una posición de liderazgo con autoridad gobernante, tal como se usa en 1 Samuel 19:20. 5. Desnudo. Cuando se encuentra en un contexto profético, desnudez significa vulnerabilidad, lo primitivo, pobreza y vergüenza. Ser desnudado es ser expuesto a la humillación. Para catalogar a alguien como capturado por un enemigo, los captores quitaban la ropa al prisionero. Desnudez en una visión se refiere a la presencia o acercamiento de una de esas

experiencias al sujeto del sueño. Lo que da a la desnudez connotación negativa está por encima de persuasiones religiosas o de la historia de Adán y Eva. 6. Destino. Término que básicamente se refiere al último fin o resultado final de la existencia de una persona o país. Destino incluye a la persona de cuyo fin se habla, y su posteridad como heredera de ese destino una vez cumplido, o perdido si no llega a cumplirse. (Lamentaciones 1:9; Apocalipsis 2:26). El destino es más de lo que uno hace en la vida. Incluye el destino final para esta vida como resultado de su búsqueda o rechazo del destino planeado por su Hacedor. La Biblia siempre une el destino con la profecía, es decir, la palabra del Señor, la cual una persona está predestinada a vivir y perseguir como su destino señalado. Todas las personas nacidas en el planeta tienen un destino que sus decisiones y circunstancias finalmente les revelan. Que respondan o no su llamado depende de su determinación a explorar y tomar buenas decisiones. La alternativa al destino de una persona es el sino, vivir lo que pueda llegar y conformarse con lo que suceda o aquello a que obliguen las circunstancias. (Efesios 1:5; 11).

1. Desviación profética. La decisión determinada de un profeta de desviarse o volverse de los estandartes proféticos bíblicos, los objetivos y búsquedas proféticos piadosos y la profecía precisa. 2. Diablo, El. El diablo, Satanás, es el príncipe de todas estas deidades demoniacas inferiores. Era Lucifer, hijo de la mañana, y el querubín ungido. (Isaías 14:12; Ezequiel 28:14). A través del diablo se ejercitan las esferas oscuras celestiales de Dios. Sus potestades impulsan su voluntad sobre las personas de la tierra. La principal manifestación del diablo queda simbolizada en el macho cabrío, especialmente el peludo, y otros atributos animalistas. Algunas de sus imágenes mitológicas incluyen la sátira y un dios silvestre. El diablo dirige las entidades de las tinieblas en los lugares celestiales. Al tratar con él de forma práctica en lugar de figurada, Pablo habla sobre la fornicación, la cual tanto antes como ahora incluía adoración demoniaca. Finalmente, otro ejemplo es 1 Timoteo 1:20, donde Pablo dijo que entregó dos cristianos a Satanás para enseñarles a no blasfemar.

3. Diablos. Palabra utilizada para los ángeles caídos de la creación que se rebelaron contra su Hacedor y pretendieron derrocar el cielo y su reino. Lucifer, que dirigió la campaña, comenzó una guerra que le condujo tanto a él como a sus ángeles al desalojo del cielo y al destierro de las esferas celestiales de Dios. En ese momento su nombre cambió de Lucifer, portador de luz, o hijo de la mañana, para convertirse en el padre de los diablos y espíritus inferiores de las tinieblas. Los diablos son superiores a los demonios, que son sus esclavos. A diferencia de los demonios, los diablos son los poderes y autoridades en la esfera de las tinieblas. Los diablos son los estrategas que destinan y envían a los demonios. Algunos creen que, en comparación con los demonios, son la descendencia híbrida del matrimonio de diablos con mujeres humanas.

1. Día. Brillante. Período de veinticuatro horas entre amanecer y amanecer, o en el caso de los hebreos, de anochecer a anochecer. La parte de día literalmente tiene doce horas de luz, que se distinguen del mismo número de horas de oscuridad. (Génesis 1:5–8). Simbólicamente, el día se refiere al tiempo de exposición, revelación y manifestación. El día de algo es siempre el período espiritualmente alineado con el día bíblico donde ocurre algo ordenado por Dios como una palabra profética que se cumple. En ese día es una frase que la Biblia usa a menudo. Ese día se refiere al tiempo marcado en el calendario del Creador para la aparición de algo proféticamente ordenado que no se puede anular o evitar. 2. Día del Señor. Término generalmente apocalíptico que habla de los tiempos en la historia humana y cosmogonía en la que el Dios Creador interpone su ira, su voluntad o un evento programado ordenado para interactuar o invadir el curso normal de los asuntos terrenales. Normalmente, cuando la Biblia usa esta frase está relacionada con la reserva del Señor de su ira y sus derramamientos para un período específico en la historia humana, generalmente el final de un ciclo de eventos prescrito que condujeron a su ira. Por tanto, la frase el día del Señor no es sólo apocalíptica, sino profética. En visiones y sueños se ve como guerras cósmicas violentas, un tiempo catastrófico o calamidades terrenales como plagas, hambrunas, pestilencia o sequía. (Isaías 2:12; 13:6, 9; Amós 5:18–20; 1 Tesalonicenses

5:2; 2 Pedro 3:10; 1 Corintios 5:5; 2 Pedro 3:8; Jeremías 46:10).

1. Día del Señor, El. El Sabbat. Día de reposo. En la iglesia del Nuevo Testamento es el domingo, el primer día de la semana, cuando los cristianos se reúnen según los libros de Hechos 20:7 y Apocalipsis 1:10. En Cristo, el término se refiere al período de la Historia que siguió a su resurrección y ascensión, que nunca terminará. Es la era de la iglesia de la Nueva Creación. Cuando se encuentra en contextos proféticos o simbólicos puede referirse a las implicaciones espirituales de cualquiera de estas explicaciones. (Hebreos 3–4; Apocalipsis 1:10). 2. Diácono. Ministro en la iglesia del Nuevo Testamento. (1 Timoteo 3:8–13). 3. Diez. El número de la ley divina de Dios Creador. La importancia espiritual del número incluye sus eternos mandamientos, estatutos, órdenes y edictos. La ley del diezmo es tan sólo uno de esos mandamientos. Aparece en el Antiguo y el Nuevo Testamento como diezmo al mismo tiempo que el estándar de la ley de la fe de Abram. Realmente, en la cronología de acontecimientos de su vida de antemano, el diez como el diezmo es una institución anterior a Cristo y no una opción posterior a la redención. En este sentido, el diez es el número de la economía divina y los diversos elementos de ella. 4. Diez Mandamientos, Los. Las leyes de Dios para la humanidad recibidas por Moisés en el monte Sinaí, escritos por el dedo de Dios. (Éxodo 34:28; Deuteronomio 4:13; 10:4). 5. Diezmo. A) La palabra significa literalmente “una décima parte”. El diez es el número representativo del mandamiento o el gobierno divino. B) Es el número del diezmo, la parte del Creador, demandada por Él soberanamente de sus criaturas en apoyo de sus planes. La idea detrás del requisito de Dios del diezmo es su balance con la economía de la tierra. Los diezmos pagados adecuadamente habían de compensar los estragos y la autoridad de pecados contra el planeta. Pago de la salvaguardaba

de la pérdida, la devastación y la destrucción. Es el tema tras las palabras del Señor en Malaquías 3:11 sobre el derecho del devorador a entrar en el lugar de quien no diezma para comprar mediante la destrucción su parte de la abundancia. Diezmar, por tanto, guarda el hogar de quienes están en contacto con Dios y subyuga y/o refrena su influencia en una vida o una tierra. Es especialmente importante para aquellos con quienes Dios ha forjado un pacto. Véase la presentación de Abram del diezmo al Dios Altísimo en Génesis 14:20. C) Diezmar es instintivo, como puede verse por el relato de Abram. Surge de una observancia en una relación que se basa en una verdadera unión entre el poderoso y quien no tiene poder. El diezmo era una valiente declaración que hacer a un dios o a un rey que surgía de una actitud de que el adorador como diezmador pertenecía y confiaba en el dios de su victoria. Significaba que las posesiones terrenales adquiridas y disfrutadas eran los beneficios de servir a su Dios. El diezmo también era una responsabilidad personal, llevada a cabo voluntariamente para asegurar la perpetuidad y prosperidad del lugar de morada de Dios y de sus ministros. (Números 18:26; Mateo 23:23; Hebreos 7:5–9). Lo interesante acerca del diezmo es que la suma del diezmo de la persona constituye una herencia genealógica que asegura la abundancia de aquellos que se comprometen a hacerlo y de sus herederos.

1. Diferencia. Lo que hace que una cosa sea distinta a otra en naturaleza, calidad, capacidad, acción o uso. Una función clave de los profetas es la diferenciación. (Levítico 10:10; Ezequiel 22:26; 44:23). 2. Dintel. La palabra significa límite, y eso explica su connotación profética. Cuando Dios hizo que el profeta Moisés indicase a su pueblo que pintara los postes y dinteles de la puerta con la sangre del Cordero, era para establecer para el ángel de la muerte, un mensajero invisible del mundo de espíritu, los límites de su tarea. Éxodo 12:22–23 nos presenta esta función espiritual del dintel en la Escritura. Más adelante, la Biblia recurre otra vez a su simbolismo, esta vez con respecto al “oráculo” en el tabernáculo. Habla sobre cómo Salomón decoró los dinteles en el oráculo de ellos. El lugar santo dentro de su santuario desde donde el Señor expresaba su pensamiento a su pueblo. Desde ese punto en adelante, el Antiguo Testamento

denominó al lugar santo, el santuario interior del tabernáculo y santuario de Dios “el Oráculo”. (2 Crónicas 5:7). 3. Dios. El Creador, con su Hijo Jesús y el Espíritu Santo. (Génesis 1:26; Hechos 17:29; Romanos 1:20; Colosenses 2:9). 4. Diosa. Deidades femeninas adoradas por antiguas y primitivas civilizaciones debido a que se creía que tenían poderes de fertilidad. Las formas de adoración incluían: prostitución, orgías, homosexualidad y travestismo. Isis, Ishtar, Venus, Astarte y Astarot eran todas ellas importantes deidades de culto de estas antiguas prácticas. Hablando en general, en cualquier cultura donde surja el ocultismo, también surge la diosa junto con él. Cuando estos dos movimientos impregnan una cultura, los mismos fetiches homosexuales antiguos que dominaban y trataban al mundo antiguo reaparecen con siniestra tenacidad. 5. Dioses. Ídolos adorados por los no iluminados y los condenados. 6. Discernimiento profético. La capacidad del profeta de detectar manifestaciones, influencias y apariciones de condiciones psicoemocionales normalmente invisibles o ignoradas por los tipos no proféticos. Además, una capacidad del profeta de reconocer y asignar precisamente significado profético a asuntos y acontecimientos humanos. El discernimiento profético es un don cultivado que se apoya en la experiencia, la exposición a un amplio rango de profecía y perspectiva sobre diversas situaciones humanas. Colectivamente, esas cosas facilitan el ejercicio activo y preciso del ministerio profético. (Lucas 12:56).

1. Dispensación. Palabra usada para identificar la economía particular del reino del Señor. Dispensación significa mayordomía, administración, gestión y supervisión de las propiedades de otra persona. Más que simplemente un período de tiempo en el que se debe predicar el evangelio, una dispensación es de hecho una economía. Esta palabra incluye términos como “reparto distribuido”, “fondos asignados”, “pagos desembolsados”, “gastos” y “subsidios”. Subsidio añade el elemento de ayuda, prestación, pensión y generosidad. A todo esto Dios adjunta la palabra providencia. Por tanto, una

dispensación es más que una época para predicar. Incluye las provisiones económicas y los beneficios monetarios de hacerlo. Lo que hace que esto sea importante para el profeta es que la Biblia liga el oficio a la prosperidad, riquezas y bienestar. Como Dios hace todo por su palabra, Él quiere que ésta siempre sea rentable. Como Dios es la encarnación de todas las riquezas y el bienestar en la creación, las entrega en cada generación a todas las almas. Sin embargo, los profetas obtienen una mayor medida de estas cosas al estar ligadas a sus mantos porque son capacitados por el Señor para liberar e impartir a otros la capacidad de prosperar. (2 Crónicas 20:20; Isaías 48:17; Jeremías 2:8, 11; 7:8; 23:32). Todo esto asocia lo profético con la rentabilidad. 2. Diversidad de lenguas. Término que identifica los diferentes tipos de lenguajes que el Espíritu Santo distribuye a los que reciben su bautismo. Aunque aparezca normalmente como “otras lenguas” en el libro de los Corintios y otros lugares, diversidad de lenguas en 1 Corintios 12:28–29 habla del poder del servicio ministerial. No es orar en otras lenguas como adorador, sino ejercer el poder eterno del Todopoderoso como ministro, mensajero y agente de la Trinidad. Para poder aclarar la polémica sobre el uso público o privado de otras lenguas, debería establecerse primero el contexto en el que se usa una en lugar de otra. Normalmente, la diversidad de otras lenguas es una expresión pública que está ligada a acceder a la esfera espiritual donde el Señor y sus criaturas invisibles habitan y desde donde actúan. Para beneficiar a la asamblea como mensajero profético, a veces el Espíritu Santo se moverá sobre sus siervos para hacer declaraciones en el lenguaje de las fuerzas espirituales que le acompañan. Es probable que inspire a uno a hacerlo cuando el espíritu está atormentando o usando a una persona, o cuyos efectos se derivan de una larga línea de actividad generacional en una vida en particular. Independientemente de los contextos usados, debería entenderse genéricamente que el uso inspirado de otras lenguas es, ante todo, evidencia de que se ha producido el invisible e inaudible bautismo del Espíritu de Dios. Significa que Dios ha concedido a la persona sobre la que reposa el Espíritu poder de lo alto o su mayor poder. Jesús ligó el bautismo del Espíritu Santo con el poder sobrenatural en Hechos 1:8 cuando concedió su autoridad a sus apóstoles y discípulos. Este tipo de concesión se expresa con la diversidad de lenguas que van más allá del don normal de orar en otras lenguas que la mayoría de los creyentes carismáticos comparten. Es un resultado de la presencia del Espíritu Santo sobre quienes creen en Él, como establece Marcos 16:15–20.

1. Doce. A) El número del gobierno divino y el gobierno apostólico. B) El número doce representa el epítome del consumado gobierno divino y humano bajo el Dios Creador. C) Doce es el número de quienes están en pacto con Dios en poder y autoridad. D) Mientras que el doce es el número de las criaturas naturales que tienen poder espiritual y sus gobiernos en sus manos, el siete designa lo mismo al contrario; es decir, poder espiritual personificado en vasos naturales ejerciendo la mayor autoridad catalítica en la creación de Dios. 2. Dolores de profecía. A) Cargas proféticas. B) Sensaciones de agonía, pero normales, que acompañan a la gestación de una palabra profética en maduración a punto de proclamarse. La palabra profética que se va a pronunciar puede que haya sido concebida en una visión o sueño, incubada en el espíritu del mensajero hasta que el Señor estuvo listo para manifestarla en el mundo. La oración y la intercesión para producir la proclamación pueden causar los dolores de parto de la profecía. Dios también puede desencadenarlos mediante una carga de oración que de repente desciende sobre el mensajero. Los sentimientos espirituales del nacimiento profético con frecuencia reflejan las incomodidades de los dolores de un nacimiento natural, e incluyen sensaciones de peso en la zona abdominal. Mucha alabanza, música o intensa adoración también pueden ser los catalizadores de tales cargas. Tales reacciones físicas, parecidas a la gestación natural, para alimentar una carga profética son normales. Las condiciones pueden exagerarse a medida que el profeta se relaja progresivamente con la palabra del Señor. Durante el curso de la duración de su cargo, sin embargo, tal como revelan muchas Escrituras, los mensajeros experimentados pueden esperar que se produzcan numerosos nacimientos proféticos con intensidad cada vez mayor. Comúnmente mostrado en el profeta veterano, el nacimiento profético es más frecuente en profetas que regularmente luchan en oración para formar y liberar sus oráculos.

1. Dominio profético. Término que define el poder, la influencia y las esferas de control que los profetas heredan y ejercitan automáticamente en el ministerio. Se refiere al poder de la palabra del profeta, su autoridad de actuación y su licencia para ejecutar en lo sobrenatural para movilizar a las fuerzas de la creación y afectar los asuntos de la vida. Jeremías 5:31, aunque es una demostración negativa del poder del profeta, muestra que las esferas religiosas y sobrenaturales de la creación fueron afectadas por la profecía del profeta. El verbo “dirigían”

utilizado en el pasaje aborda precisamente esto. Además, el dominio profético como se da a entender en nuestro ejemplo muestra el poder que el Dios Creador pone en manos de los profetas para sus ministerios. Sin embargo, 2 Crónicas 20:20, un pasaje famoso utilizado para describir la autoridad del profeta en el ámbito del dinero, es un ejemplo más positivo. El poder indomable de la institución nabiim en una tierra es tan formidable que Nehemías 6:7 muestra a los enemigos de Dios temiendo la designación de sus profetas a la obra del Señor. Tener profetas participando en empresas tan importantes como la reconstrucción o la restauración no era sólo normal, sino también prudente en aquel entonces. Véase Esdras 5:1, donde el Señor asignó a dos profetas formidables sostener espiritualmente la reconstrucción de su reino. Esdras 6:14 dice que ellos lo hicieron profetizando. El dominio profético, entonces, constituye el área o esfera asignada por Dios en la que un profeta gobierna en asuntos espirituales y sobrenaturales con la máxima competencia. Se reconoce por sus períodos de fortaleza más consistente, vivencia espiritual y potente contacto con agentes concretos de la oscuridad. Lo que significa es las fortalezas demoniacas, situaciones o infestaciones que el manto profético confronta y conquista con más frecuencia en el trabajo activo y triunfa sobre ellas con la máxima competencia. 2. Don de profecía. El don del Espíritu Santo de Romanos 12:6 dado a individuos predestinados que enfatiza la predicación por encima de la predicción o la profecía, y carece del poder ejecutor, de actuación e invocación del oficio de profeta. Este don generalmente se refiere a un predicador “proclamador”. 3. Don y operación. En la esfera de lo profético, las distinciones entre estas dos cosas tienen importancia fundamental. Frecuentemente se dice que una persona tiene don de profecía, mientras que la Biblia utiliza con mayor frecuencia el término operación. La diferencia entre los dos es un asunto de expresión por encima de esfuerzo deliberado. Las operaciones proféticas (pneumatikos o pneumática profética) implican “aplicar

destreza profética a asuntos divinos y humanos para lograr resultados predeterminados en este mundo”. El don de profecía habla de que a una persona se le otorga la capacidad de mostrar aptitudes proféticas. Bajo circunstancias de signo espiritual, ellos pueden proclamar una palabra predictiva por la unción del Señor. La capacidad de profetizar de Saúl, a pesar de su comportamiento malvado y perverso, es uno de tales ejemplos. Por otra parte, una operación profética es una apropiación funcional y ejercicio de lo profético por recursos de creación de Dios. El don puede presentarse de modo intermitente a instancia de quien lo posee, pero hasta que la persona entre en la esfera de lo profético como un agente de oficio, sus expresiones proféticas están carentes de poder y competencia. Quienes tienen el don de ser formados, entrenados y refinados antes de poder esperar poner en funcionamiento su don, sea profético o no, como destreza. Sin esa formación y refinamiento, lo mejor que pueden proporcionar quienes están dotados proféticamente es una brillantez esporádica con resultados proféticos normalmente apagados. Ellos repetidamente no llegan a la envergadura profética que necesitan o que son llamados a alcanzar. Esta distinción es importante para la pregunta de por qué y cómo algunos profetas realizan varias tareas y otros simplemente profetizan. Aunque Samuel el profeta sin duda mostró un fuerte don profético como testimonio de su llamado, no fue hasta que su formación fue completa cuando lo que él hacía naturalmente se convirtió en lo que había de hacer con destreza. Con el cambio de poder que fundió lo sacerdotal con lo profético, la aparente capacidad de Samuel para profetizar fue elevada al oficio del profeta, además con las otras importantes características de servicio profético: las de líder, juez y militarista.

1. Dones del Espíritu. Dotación o talento natural otorgado por Dios para facilitar el llamado de la persona al trabajo o al ministerio. Se encuentran en Romanos 12:1–8 e incluyen profecía, que es realmente predicación más inspirada que puede incluir algún elemento de perspectiva reveladora, pero con frecuencia no tiene las fuertes características predictivas de las proclamaciones espontáneas de la boca del Señor que tiene el oficio del profeta. Además, otros aspectos del manto de profeta también están ausentes. Los dones de profecía con frecuencia carecen de poder de actuación, invocación y movilización de las profecías que quien tiene el oficio ejercita normalmente. Compárese Ágabo, Eliseo, Elías, Moisés y muchos otros en toda la Biblia. Con frecuencia se confunde erróneamente o se utiliza de modo intercambiable con la manifestación del Espíritu como se elabora en 1 Corintios 12:3–9. 2. Dones proféticos. Palabras que se entienden generalmente como las características innatas y capacidades que los profetas reciben de Dios para realizar sus tareas. Los dones proféticos

hablan más de los talentos e instintos naturales con los que nacen los futuros profetas que de su mejora al ser elevados al oficio de profeta. Cuando esto sucede, los dones adoptan una condición operativa más oficial. Ahora son sólidas herramientas, armas e implementos en lugar de ser suaves talentos utilizados a discreción del usuario fuera del ejercicio del mandato de profeta. Además, sus dones proféticos comienzan siendo expresiones intermitentes y poco confiables utilizados en modo casual. Una vez que se completa la formación, el desarrollo y la práctica necesarios para la competencia profética, los dones son transformados en recursos que el profeta utiliza para lograr los propósitos asignados a su manto. 3. Dos. A) El número del pacto, la mutualidad y el acuerdo. B) Matrimonio y colaboración. 4. Dragón. Criatura (reptil) semejante a leviatán, una especie de serpiente gigante. El dragón es Satanás según Apocalipsis 12, y un símbolo constante de ocultismo. El dragón está considerado como el poder detrás de todo hechicero, engaño, brutalidad y crueldad. Clasificados en este grupo están el lagarto, el cocodrilo y la serpiente. Peculiarmente, a los dragones se les veía como dirigentes de las etapas de sequía. Véase Daniel 11:6 donde este tipo de poder se aplica a la esfera o reinado humanos. Otros términos simbólicos para dragón son Rahab, Egipto (Ezequiel 29:3), Babilonia (Jeremías 51:34).

1.

E

2.

Echar suertes - Ezequiel 1. Echar suertes. Antiguo método de votación que permite a los votantes una gran objetividad para elegir y seleccionar. El sustituto apostólico de Judas Iscariote se escogió echando suertes. (Hechos 2). Negativamente, echar suertes es una forma de adivinación en la que, unida a maniobras mágicas y artes adivinatorias, se interrogaba a fuerzas invisibles para interpretar sus decisiones sobre asuntos humanos y eventos terrenales. 2. Educación profética general. Como puede verse por la institución de Samuel de las escuelas de los profetas, de las escuelas de Elías e Isaías, al igual que de los tres años del Salvador de educación de los apóstoles, la educación es importante para el ministerio profético. El profeta Daniel, habiendo sido educado bajo la institución nabiim de Israel, fue requerido de todos modos por Nabucodonosor para ser formado por el sistema caldeo de Babilonia, que consistía en: física, medicina, herbolaria, astronomía, matemáticas y otros estudios generales que aumentaban su extensa formación profética, mística y mágica. Los profetas del Nuevo Testamento no necesitan formación en esas materias para profetizar, pero sí necesitan entender lo profético, lo ordenado por Dios, cómo fue corrompido por las tinieblas, y cómo el Señor Jesús lo santificó y restauró a su iglesia. Por tanto, es importante un programa fundamental de estudio pensado para enseñar los principios introductorios de Dios, su palabra y el Espíritu Santo con respecto a cómo actúan en su pueblo profético. Hay un ámbito académico del mundo espiritual, la creación y las manifestaciones de Dios, de los cuales el profeta normal tiene poco o ningún conocimiento. La falta de información con la cual subsisten la mayoría de profetas obstaculiza su destreza y la ejecución competente del oficio, porque la precisión profética se apoya en que los mensajeros de Jesús diferencien correctamente

y con actitud apliquen el flujo continuo de información que fluye de sus facultades espirituales. La capacidad de discernir el bien y el mal, la oscuridad y la luz, y lo que es de Satanás de lo que sólo puede ser de Dios es crucial para la verdad profética. Una sólida educación en esas disciplinas y conceptos capacitan una carrera profética fuerte y viable. 3. Efod. El chaleco (pectoral) que vestían los sacerdotes en la ejecución de sus tareas oficiales, especialmente al consultar el Urim y Tumim. (Éxodo 25:7; 28). 4. El. Un dios cruel y tirano de Mesopotamia venerado para el sexo y la guerra. Israel lo mezcló engañosamente con su Dios Yahvé, lo cual condujo a las designaciones de Jehová que prefijaron sus atributos con el nombre del dios pagano, El. Su nombre se utilizaba con otros nombres como prefijo para muchas ciudades en la Biblia. 5. Elementos. Las partes básicas y esenciales de algo. Proféticamente pertenece a los sujetos, sustancias o disciplinas compuestos que generan las actividades vitales para su propósito. Los elementos, como símbolos proféticos, reflejan la inmoralidad del mundo de los cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego. Sólo el último elemento, fuego, puede el hombre crearlo o manipularlo. Sin esos cuatro (aire para respirar, agua para refrescar y limpiar, fuego para obtener calor y tierra que formó el cuerpo), la creación no existiría. Ya que son fundamentales para la vida, o lo profético, gran parte de la terminología y los recursos ministeriales están arraigados en ellos. (Gálatas 4:3; 2 Pedro 3:10, 12). 6. Elementos proféticos. Componentes de naturaleza, adoración y religión se emplean como características estándar del ministerio, apariciones u operaciones proféticas. Se emplean como facilitadores de manifestaciones proféticas, y pueden extenderse a la adoración con sus instrumentos, sacramentos y otros objetos de comunión. Los elementos proféticos además incluyen ayudas de estudio y objetos prácticos identificados por

Dios en un marco profético como conductores para manifestar su palabra reveladora o predictiva. 7. Elías. Profeta del siglo IX a. C. que sirvió durante los reinados de Acab y Ocozías. Este profeta se distinguió por los muchos milagros notables que realizó durante su servicio. Elías fue un profeta rígido e implacable que demandó lealtad a Yahvé y adherencia a los estándares de la religión de pacto con el Dios de Israel. Este valiente profeta fue utilizado por Dios para destronar la falsa institución profética de Jezabel matando a todos sus profetas en una competición convocada por su esposo, el rey Acab. Elías significa “el Señor es mi Dios”. La unción de Elías fue designada como uno de los mantos proféticos que permanecen en la tierra. Significa el espíritu de arrepentimiento y regreso al Dios vivo y verdadero. A Juan el Bautista se le dio este manto, y la partida de Jesús del planeta fue precedida por una visitación de Elías y Moisés glorificados. El constante conflicto de Elías era contra el dios falso Baal, que frecuentemente era adorado por Israel en lugar del Señor Dios de su pacto.

1. Eliezer. El profeta que proclamó el juicio de Dios contra la alianza de Josafat con el rey de Israel Azarías. (2 Crónicas 20:37). 2. Eliseo. El sucesor del profeta Elías que pidió y recibió una doble porción de la porción de su predecesor y mentor. Esa unción inusual le capacitó para realizar el doble de milagros que Elías y también repetir los realizados por su maestro. Eliseo fue llamado a ser un profeta de “matanza” (1 Reyes 19:15–21). Su respuesta impulsiva y totalmente egoísta a la burla de los jóvenes locales le hizo utilizar su poder recién hallado para provocar la muerte de cuarenta y dos jóvenes, que fueron despedazados por osos como resultado de su maldición sobre ellos. Él fue el único profeta del que la Biblia afirma concretamente que murió de una enfermedad terminal. (2 Reyes 13:14). 3. Embajador. Persona nombrada como representante extranjero para llevar a cabo acciones diplomáticas en nombre de un país. Los embajadores idealmente negociaban los términos y condiciones de paz entre dos naciones o fracciones en guerra u

hostilidad. El general del ejército, un miembro del equipo de gobierno del país, y un senador o dos acompañaban a los antiguos embajadores en sus tareas. Siempre estaban sometidos a un oficial superior de uno de estos rangos. A veces, en circunstancias atenuantes, los embajadores podían actuar como gobernadores de jurisdicción en tierras remotas a las que eran enviados. Las únicas dos veces que se menciona la palabra en el Nuevo Testamento son términos que indican que los embajadores de Cristo también son obispos, concretamente sus apóstoles. Isaías 33:7 nos presenta las consecuencias de estar sin embajadores de paz. (Proverbios 13:17; Abdías 1:1; Jeremías 49:14; Efesios 6:20; 2 Corintios 5:20).

1. Emblemas proféticos. Objetos hechos por el hombre, objetos de la naturaleza y otros materiales que se cree que poseen poderes proféticos, psíquicos y adivinatorios. Árboles (el roble en particular), frutas, frutos secos, gemas, etc., son todos ellos ejemplos. Regularmente se emplean en marcos reveladores y predictivos para simbolizar las cosas que componen y dibujan una profecía. A veces los elementos proféticos certifican la autenticidad de la palabra del Señor, o representan productos estándar en los que se puede confiar en que sirven para propósitos proféticos. 2. Encantamiento. Palabras de un hechizo pronunciadas por quien busca cómo manipular la vida, el bienestar o la prosperidad de otro. 3. Encanto, encantador, encantado. A) Cualidad atractiva. B) Pequeño adorno que se lleva como baratija en un brazalete por sus supuestos beneficios mágicos para proteger del mal. C) Amuleto. D) Acción o fórmula ejercitada como fórmula sobrenatural para lograr resultados sobrenaturales. Normalmente se hace cantando y conjurando para echar hechizos a otros. El objetivo es someter, controlar y/o convocar a los poderes espirituales que efectúan resultados mágicos. También para vencer un objeto, evento, situación o persona con poder misterioso, incluso los poderes del placer y el confort. Además, para atraer fascinando con rituales y ceremonias mágicas que responden para proteger, seducir, cautivar o hacer vulnerable. Esta palabra popular elogiosa tiene sus raíces en la

manipulación espiritual cuando la aplica alguien que conoce los rudimentos y protocolos del poder espiritual y las artes demoniacas. 4. Enoc. El séptimo de los patriarcas antediluvianos (pre-diluvio). Fue el primer profeta registrado en la Escritura. Sus palabras constituyeron la mejor parte del mundo antiguo, incluso hasta el período de compilación del Nuevo Testamento. Judas registra un sermón de sus obras. El nombre de Enoc significa “dedicado e iniciado”. Negativamente, el nombre significa “mortal”. (Génesis 5; Lucas 3:37; Hebreos 11:5; Judas 14). 5. Enseñanza profética. Enseñanza dada por un profeta que se enfoca en lo que Dios ha hecho, lo cual normalmente no es detectado por sus seguidores. Desarrolla lo que el Señor está haciendo y que está oculto de aquellos a quienes implica, y lo que Él hará en una futura generación. La enseñanza es instructiva y contiene fuertes tonos reveladores y exhortatorios. La enseñanza profética facilita fácilmente un entendimiento del lado inmaterial de la creación tal como se manifiesta en nuestro mundo. Además de eso, entiende espontáneamente desde el mundo espiritual cómo Dios hizo y hace lo que hace. Responde preguntas que con frecuencia están oscurecidas por la teología tradicional y los pensadores religiosos. Perspectiva, utilidad y dirección normalmente caracterizan este tipo de sabiduría. Anatomizar lo profético es lo que mejor hace. Establecer pautas para probar la profecía y a aquellos que dicen que son profetas es otra característica de la enseñanza. Junto con anatomizar, la enseñanza profética proporciona un entendimiento finito de los modos predictivo y elemental de lo profético.

1. Ensi. Palabra importante para el simbolismo profético, pues define al antiguo sacerdote-rey que gobernaba una aldea o comunidad establecido por una deidad y, por tanto, un lugar teocrático. Melquisedec era uno de esos oficiales del Altísimo cuya antigua fortaleza era Jerusalén mucho antes de que Él la presentara a la simiente de Abraham. Explica cómo y por qué el Señor pudo, y lo hizo, expulsar a sus anteriores habitantes para establecer a su pueblo allí, como era la costumbre de los dioses de los pueblos. Cuando ellos engendraban su propia raza de personas, o nacionalidad, entonces establecían a su descendencia en su propia tierra (la de la deidad) que previamente era tomada para ellos mismos. Normalmente, era el lugar donde primero se establecían cuando descendían a la

tierra. Un ejemplo de tales descensos sería cuando Jehová descendió sobre el monte Sinaí. Este hecho común de la época explica por qué Jesús dio tanta importancia a haber nacido y no ser tan sólo otro dios recién llegado (Deuteronomio 32:12, 17) que aparecía de la nada. Él es la puerta de las ovejas porque entró por la puerta del rebaño, que es cuando un ser humano nace al mundo. El tema del sacerdote-rey del mundo primitivo surgió de este evento que puso en movimiento todo lo que sucedía en una tierra bajo el liderazgo conjunto de un ser espiritual y un ser humano. 2. Entrada. A) La puerta, o portal, que permite entrar a una ciudad, palacio u otra fortaleza o dominio. B) La apertura de un portal entre los mundos visible e invisible de Dios. La escalera de Jacob es uno de tales portales, pues el recién instalado patriarca del reino de Dios fue introducido a los poderes y recursos que le asistirían como persona del pacto de Dios. Jesús dijo que Él tenía una provisión similar de un portal divino que proporcionaba recursos aún más abundantes para su ministerio. El profeta Ezequiel dijo en su profecía que Jerusalén es el gran del templo y el trono de Dios. (Ezequiel 44:6). Reside allí espiritualmente y esféricamente. Eso lo constituye la entrada de la eternidad mediante la cual las bendiciones y provisiones de Dios llegan a la tierra, lo cual indica por qué Él dio la tierra a su pueblo del pacto. Aunque en la realidad pueda tener poco impacto en la iglesia moderna del Nuevo Testamento, el mundo antiguo sabía cómo consiguieron sus tierras, y que desposeerlos de ellas constituía la más extrema de todas las maldiciones. Era equivalente a ser perpetuamente maldito por su dios y privados de su estado común. No era cosa de poco que los pueblos antiguos vieran que esos dioses dejaban de defenderlos hasta el punto de mantenerlos en su tierra. El que un dios deportase a su descendencia, nación, de su tierra era el castigo más severo que un teócrata enojado podía infligir, porque cortaba los vínculos consultivos y cerraba la entrada mediante la cual sus bendiciones llegaban a la tierra. Véase Génesis 28:17, donde Jacob aparentemente se encontró con la entrada de lo que él entendió que era el lugar de la casa de Dios. Actualmente, la entrada a los tesoros del Señor y similares está a disposición de todo aquel que nace de nuevo de su Espíritu. La relación de paternidad con Él le da derecho a tal acceso, una gran parte de lo que busca comunicar la epístola a los Efesios.

1. Entrañas. Asiento del pensamiento y la vida, especialmente lo que genera prosperidad. (Salmo 17:14; Proverbios 18:20). Por eso, el interior o entrañas se presenta en las Escrituras como la fuente de vida. Históricamente, las entrañas se consideraban espiritualmente como la fuente de muerte y resurrección

después del proceso y/o juicio. El corazón funciona en contextos espirituales como la fuente central de espiritualidad, valor y confianza. (Job 20:15; 32:19). La palabra profética se siente en las entrañas como algo que borbotea, y ahí se experimenta la fuente de fuerza interior. Se pensaba que las entrañas eran el centro del corazón, a través del cual fluían sus asuntos y sentimientos. Así, alimentar las entrañas era la forma de hacer depósitos espirituales en el corazón y el alma de la persona. Es así como la palabra del Señor surge de nuestro interior como ríos de agua viva. Nuestro Señor Jesús se apoyó en esta metáfora cuando enseñó sobre la venida del Espíritu Santo y que se sentía como ríos de agua viva brotando desde dentro. (Juan 7:38). También simboliza el lugar del apetito espiritual, razón por la cual la necesidad espiritual se traduce en hambre en aquellos a quienes el Señor está acercando a Él mismo. (Romanos 16:18; Filipenses 3:19).

1. Era. A) En la profecía, las referencias a era tienen dos significados. 1) El período de tiempo en que la revelación profética que se comunica es establecida. 2) El número de años que una persona, lugar o cosa ha vivido o existido. B) El grado de sazón que ha alcanzado un objeto hasta llegar a la madurez. Cuando se sueña o visualiza una era proféticamente, los detalles del sueño deberían escudriñarse con relación al siglo, milenio o década en la que ocurren sus eventos. Puede obtenerse mucha información sobre su significado haciendo eso. El beneficio inmediato de este enfoque es la comprensión del momento del mensaje que se comunica en el sueño. Conocer su momento hace que comience el proceso de apreciar su propósito y contenido. Por ejemplo, cuando recuerde un sueño que enfatiza una era, anote los detalles del trasfondo. El estilo y la era de la ropa, el mobiliario, la música o el paisaje retratados en las imágenes identifican las tendencias y modas que prevalecían en el día del sueño, que dicen mucho sobre el objeto de la misiva que se trasmite. Reconocerlos y ponerles fecha desvela el clima político, social, religioso o espiritual de la generación de la visión. Esos indicadores objetivos que dicen cuándo ocurrieron los acontecimientos de un sueño o cuándo podrían haber tenido lugar probablemente en la Historia tienen mucho valor en la interpretación, ya que esclarecen mucho lo que hay que entender con respecto a la era retratada. Que un telón de fondo del sueño fuera contemporáneo, viejo, antiguo o particular de los comienzos de una civilización es esencial para que el soñador comprenda su significado. Lo que pueda discernirse de estas investigaciones expone los agentes sobrenaturales que operan en segundo plano o que una vez operaron en ese tiempo específico de la sociedad, en contraposición con sus actividades presentes en el período de tiempo del soñador. Esto hace que el propósito de la era, ya sea histórico, cronológico o periódico, sea más claro para el soñador.

1. Escalera. A) Implemento de construcción. B) Herramienta del constructor. C) Escaleras móviles que permiten el ascenso y

descenso de obreros y proveedores. Espiritualmente, una escalera representa a los ángeles de Dios proveyendo para el pueblo de la tierra. Jacob vio una escalera por la que ascendían y descendían ángeles desde el trono de Dios a la tierra. El significado de la visión fue que el Señor de su pacto le mostró cómo recibiría provisión para su vida. Más adelante, Jesús experimentó lo mismo. Él le dijo a Natanael que debido a su fe en el Mesías que llegaba, vería a los ángeles de Dios ascender y descender sobre Él como hicieron con Jacob. El Señor reveló lo que facilitaba su ministerio. La visión de los ángeles muestra la palabra del Señor en el éxito de un ministro.

1. Escrituras. A) La santa Palabra de Dios en la cual deben apoyarse todos los profetas y profecías para tener precisión y autenticidad. B) El término se aplica ampliamente a los escritos sagrados de cualquier religión. C) En la iglesia del Nuevo Testamento, que es la habitación santa de Dios Creador, es la Biblia. 2. Escuela de los profetas. Término originalmente utilizado para describir la compañía o reunión de profetas que acompañaban a un profeta principal y eran formados por él. Samuel, Elías y Eliseo, al igual que la profetisa Hulda, tenían escuelas donde formaban y eran mentores de los profetas. Actualmente, el término se aplica en general a una breve sesión de formación para profetas, o a profetas en formación. 3. Esfera. Rango o campo de control, poder u otra concentración de dominio y/o autoridad. Las esferas difieren de los ámbitos en cuanto a que son más concretas que un ámbito. Un país por ejemplo es una esfera; una zona concreta de influencia o autoridad es un ámbito. Imperios y reinos son esferas; son gobernados por soberanos. La tierra normalmente está implicada en las esferas. En cambio, tendencias, emociones y conducta, junto con sentimientos, están relacionados con los ámbitos. (2 Crónicas 20:30; Esdras 7:13, 23; Daniel 1:20; 9:1; 11:2). 4. Esfera profética. El área de vida humana o asuntos terrenales que Dios asigna al profeta, además de su homólogo en el ámbito de la iglesia. Las esferas proféticas se evidencian por el éxito coherente y a la vez distintivo de la actividad rutinaria más enfatizada en las experiencias ministeriales del profeta. Es

donde opera la delegación angélica del profeta e impulsa el manto profético para derrocar, tratar o provocar más que ninguna otra cosa. Las demostraciones del Espíritu Santo se manifiestan a sí mismas en esas esferas de existencia por causa del profeta más regularmente. Matrimonio, religión, negocios, entretenimiento, el ejército o la política son todos ellos ejemplos de esferas a las cuales el profeta puede ser asignado. 5. Esmeralda. Piedra preciosa verde que proféticamente simboliza realeza, eternidad, y denota prosperidad en casi todas las áreas de la existencia humana. (Éxodo 28:1–18; Ezequiel 28:13; Apocalipsis 21:19). 6. Espectro de trabajo profético. Una cosa es adoptar el oficio de profeta o responder al llamado de Dios a él, y otra cosa es saber lo que implica el oficio y el espectro de actividades y obligaciones que le acompañan. Lo profético, como cualquier otra tarea oficial del reino de Dios, tiene un complemento básico de tareas que todos los profetas deben realizar cuando son llamados. La importancia de conocer las tareas de la obra de profeta es la formación. La formación profética que satisface plenamente las demandas del oficio debe ir más allá de meramente enseñar a las personas a oír a Dios y a profetizar. Esencialmente, el espectro del trabajo profético necesita: a) lenguas e interpretación (hablar y declarar, no orando); b) discernir espíritus; c) salmos y poesía; d) soñar e interpretar sueños; e) estratagemas sobrenaturales; f) oficiaciones espirituales; g) guerra espiritual; h) ataques de poder; i) confrontaciones de poder; j) discernimiento y derrocamiento de la herejía y exposición de mensajeros herejes; y k) drama y demostraciones proféticas. 7. Espectro profético. Término para el ámbito completo de operaciones, actividades, ramas y características proféticas. 8. Espíritu ancestral. Lo que hoy llamaríamos un espíritu generacional se creía que era el espíritu que permanecía en el

linaje de una familia después de la muerte de un importante miembro de la familia. Se creía (y aún se cree) que los espíritus ancestrales traen buena suerte y protección. Muchas veces el espíritu ancestral es tratado como un miembro de la familia que fue capacitado y elevado por la muerte. A menudo se hacían imágenes de estas fuerzas, y se edificaban para ellos altares familiares. El espíritu siempre estaba ligado al patriarca o matriarca de la familia, que ejercía como su sacerdote. Los nombres de los espíritus a menudo quedaban como apellidos o se añadían al nombre de la familia en forma de sufijo para mostrar la presencia del espíritu guardián, así como su posesión y control de la familia y su descendencia. Se involucraban activamente en las vidas de los descendientes de la familia como intermediarios espirituales e intercesores entre la familia como clan tribal y sus deidades tribales. En contextos espirituales, estos espíritus están vinculados por relaciones de sangre, y son el primer punto de contacto entre el acceso natural y el sobrenatural que disfrutaba la familia, ejercitando los privilegios del poder del demonio que gobernaba la familia. A los espíritus ancestrales se les pedía regularmente favores, ayuda o bendiciones por medio de la oración y los sacrificios que los parientes vivos les ofrecían. Tradicionalmente, eran los primeros en ser consultados a la hora de tomar decisiones importantes, no sólo porque actuaban como guardianes del linaje familiar, sino también porque, como seres espirituales, era aceptado que tuvieran un conocimiento de primera mano de lo que iba a ocurrir en la tierra. Cuando se les traicionaba u ofendía, se esperaba que estos seres impusieran castigos sobre los miembros de la familia desobedientes. Dependiendo de su relación con el espíritu demoniaco, el terreno agrícola de la familia podía sufrir hambruna o tener suerte. Ellos mismos podían contraer una enfermedad o vivir con salud abundante. La catástrofe o la calamidad podían caer sobre ellos, o podían vivir una vida de prosperidad y paz. Generalmente, los espíritus ancestrales eran identificados o adoptados como ancianos que morían y eran elevados al estatus de su deidad. Se creía que algunos se unían al espíritu del dios del clan, totémico, cuando fallecían. Tras la muerte, se les conmemoraba con una figurilla con su imagen, la cual se creía que tenía poderes sobrenaturales. Se pensaba que las figuritas motivaban el poder de la deidad mediante la ejecución de los rituales correspondientes. La figura de barro se cuidaba como un familiar reencarnado cuando no se esperaba que él o ella fueran a reencarnarse en un miembro de la familia posterior. (Daniel 11:38; 2 Reyes 17:29; Amós 8:14; 1 Reyes 11:33; 2 Reyes 1:2; Éxodo 12:12; 2 Reyes 17:21).

1. Espíritu del profeta. El espíritu único dado a todos los profetas, salvos o no salvos, que realmente les hace profetas. Permite las corrientes, experiencias, y actividades típicas del ministerio profético. Sin el espíritu del profeta, la persona sólo puede ser utilizada ocasionalmente como canal de profecía, pero nunca ocupacionalmente como un profeta oficial con todas las capacidades, licencia y obligaciones relacionadas con el oficio.

2. Espíritus familiares. A) Demonios de adivinación que obran mediante un adivino o conjurador. Guía del brujo o el ocultista. En tiempos antiguos, el término se derivaba del espíritu generacional que proporcionaba a una familia su conocimiento sobrenatural, posesiones terrenales y éxito, y sabiduría espiritual. Se creía que ese espíritu pertenecía a la línea familiar; por tanto, era adorado y buscado para recibir luz y conocimiento divinos antiguos y espirituales. (Levítico 20:27; 1 Samuel 28:8; 1 Crónicas 10:13; 2 Crónicas 33:6; Isaías 29:24). B) Término utilizado 16 veces en el Antiguo Testamento para una clase distintiva de seres espirituales acreditados con capacitar y dispensar los poderes y la sabiduría de los muertos a sus progenies humanas. Los espíritus familiares son principalmente necromantes porque sus palabras y relaciones no pueden provenir, y no provienen, del Dios vivo. Como descendencia de diablos, los espíritus ya han caído, al igual que sus patriarcas apóstatas y demoniacos. Por tanto, cualquier información que sus agentes humanos obtengan se deriva de los espíritus muertos que los engendraron, y esa información está enfáticamente ligada a la esfera de los muertos. Los espíritus familiares poseen a sus canales, los cuales son las personas que recibieron sus dones ocultos y los ejercitaron para beneficio de Satanás, con frecuencia desde el vientre. Los espíritus familiares están autorizados para unirse a cualquier línea familiar humana e imponer su voluntad y sus actividades sobre ellos, debido a que toda la simiente de Adán fue vendida por él mismo a Satanás en el huerto de Edén. Véase demonio. Es el medio por el cual llegaron a ser quienes manejan el lado oscuro de los misterios de la creación. Adivinos, magos, hechiceros, brujas y similares son todos ellos inducidos e indoctrinados de esa manera. Estos agentes familiares de lo oculto están capacitados por sus espíritus ancestrales, y con frecuencia son supervisados y reciben provisión de sus “guías” o “hadas”, como se denominan sus demonios favoritos. Lo que ellos entienden de sus médiums, casi instintivamente, es cómo invocar a los poderes de la oscuridad y manipularlos malignamente como autoridades de ellos en la carne. En relación con los espíritus, se refiere a espíritus esclavos asignados a una familia (espíritus del hogar o ancestrales), para proporcionar su acceso continuo y genealógico a las potestades del mundo sobrenatural. Como espíritus engañadores fingen servir su genio a los seres humanos, pero en realidad buscan poseerlos y manipularlos para que permitan su ocupación y dominio en este mundo en ausencia de un patriarca o matriarca preparados mediante los cuales puedan gobernar comunidades y pueblos. Sin embargo, gatos, perros y cuervos son animales favoritos para los brujos, que aceptan esos canales como los domicilios de sus demonios “favoritos” disfrazados. Los espíritus de lo familiar, los que componen la red de Satanás de espíritus familiares basándonos en su etimología hebrea y su entendimiento común, son los espíritus de esa descendencia mencionada casi casualmente en Génesis 6:1–4. El uso que hace Dios de su existencia les permite ser agentes demoniacos que están detrás de las líneas familiares —espíritus familiares—, cuyas capacidades parecen estar limitadas a servir a

los muertos. Jesús se refirió a ellos en una parábola como la cizaña de este mundo, es decir, los hijos del maligno de los cuales Caín fue el primogénito mediante la carne. Véase 1 Juan 3:12 y Judas 11, donde la acusación que el escritor de esta epístola hace de ellos está ligada a una mala conducta sobrenatural, concretamente profética, que fue condenada por Dios. Solamente esta afirmación sugiere que los problemas que tuvo el Creador con ellos, entonces y ahora, tienen orígenes espirituales arraigados en los residuos de la descendencia de los espíritus caídos. Otras definiciones añaden que ellos funcionan como genios, fueron el producto expreso de las uniones impías entre los rebeldes entes de la creación y las hijas de los hombres. Además, sus hijos, quienes se convirtieron en los hombres poderosos de antaño, llegaron a ser los antiguos monarcas y abusadores del mundo: violentos aristócratas y tiranos, guerreros implacables y crueles figuras de autoridad. Entre sus muchos logros, el desarrollo de sus instituciones mundanas y impías bajo Satanás incluyen: magia, adivinación, misticismo y espiritismo, y hechicería. Sus elevados papeles y derechos originales en los asuntos del hombre fueron interrumpidos y restringidos después de que Dios los despojara de su carne mediante el diluvio. Al igual que con el diablo, cuyo espíritu estaba vivo y lo bastante bien para mantenerse a flote hasta la subversión de Adán y su reino, así esas criaturas demoniacas impías sirven a un propósito y función similares en las esferas del hombre. Aunque perdidos y condenados, sus criaturas híbridas parecidas a héroes deciden los objetos, fuentes y medios de espiritualidad y adoración de la familia. Otros aspectos de sus definiciones aluden también a que son la fuente de deformidades y enfermedades de los seres humanos transmitidas de unos a otros. Los escritores de los Evangelios tienen esta perspectiva, ya que hay diferencias definidas entre los efectos de diablos y demonios, tal como representa la Escritura. Los diablos son gobernantes, príncipes y agentes espirituales. Los demonios, por otro lado, son espíritus familiares vinculados peculiarmente a la genealogía de aquellos a quienes oprimen o poseen y que están esclavizados a ellos. Un ejemplo del Nuevo Testamento de estas criaturas en operación es Hechos 13:8–11, que registra el conflicto de Pablo con Elimas el mago. Pablo llamó al hechicero hijo del diablo, lo cual era decir cómo había heredado su hechicería.

1. Establecimiento profético. La serie de eventos, principalmente espirituales y en su mayoría sueños y visiones, que el Señor utiliza para establecer (llamar) a sus profetas al servicio. A medida que se aproxima el momento de su establecimiento, los nuevos profetas descubren que el simbolismo y las señales desempeñan un papel más obvio en sus vidas. De repente, ven la unción de sus llamados en todo. Durante el período, todo lo que manejen y encuentren resuena con aquello donde el Señor les llama a entrar. El establecimiento profético puede tomar mucho tiempo antes de que el profeta acepte realmente llamado al oficio. 2. Estéril. A) El estado de ser infructífero o incapaz de producir o reproducir. B) No tener las facultades o los recursos para llevar a cabo o producir una cosecha a través de los esfuerzos,

simiente o depósitos personales. C) Vacío; carente de poder, fuerza o energía. 3. Esterilidad. Esterilidad es la ausencia de fruto en los esfuerzos propios o la incapacidad de producir un fruto provechoso. La esterilidad puede ser el resultado de una condición inherente o externa. Según la Biblia, en Deuteronomio 7:13–15, Dios establece la esterilidad como un producto de la maldición. Hay varias mujeres en la Biblia a las que el Señor anuló su esterilidad para cumplir su promesa mediante la profecía. En todos los casos se envió la palabra del Señor para anular la condición de la mujer y eliminar las barreras que impedían su embarazo. (Gálatas 4:27–29; Salmo 113:9). La devastación del estado de esterilidad está escrita en Proverbios 30:16. 4. Eterno. A) La esfera y ámbitos de la creación fuera del tiempo y el espacio, y no limitados por ellos. B) La eternidad es donde el Dios Creador se origina, mora y opera. Es el dominio y los territorios de la creación espiritual. (Deuteronomio 33:27; Juan 5:39; Romanos 6:23). 5. Exorcistas. Maldicientes, quienes expulsan espíritus demoniacos de personas mediante juramentos, votos y promesas hechos a ellos o a los dioses a los que representan. 6. Ezequiel. Otro profeta mayor con un manto sacerdotal, la carrera profética de Ezequiel fue colorida, dramática, intensa y muy etérea. Fue llamado al oficio de profeta cuatro años después de ser deportado a Babilonia desde su tierra natal. Eso convirtió a Ezequiel en un profeta de la cautividad en tierra de gentiles. Sirviendo durante el siglo V a. C., sus mensajes apuntaban a Judá pero incluían a todas las naciones. Teatro, drama, dibujo artístico y simbiótica vicaria son características en el ministerio de Ezequiel. Dios utilizó toda forma de medios disponibles para comunicar su intención al pueblo que tenía la mente tan embotada que Él tuvo que visualizar para ellos su inminente juicio. Ningún otro profeta englobó más el lado dramático de Dios que Ezequiel. Se le dijo que bosquejase el

próximo asedio y caída de Jerusalén, que se desnudara y estuviera delante de sus vecinos para mostrar el grado de su cautividad. Se le dijo que representase el modo en que ellos serían reducidos a comer basura y estiércol en la cautividad, y muchas otras conductas similares para ejemplificar la entrega total que Dios hizo de su pueblo a fuerzas hostiles y crueles. Como profeta sacerdotal, Ezequiel predicó y demandó pureza y santidad ritual en el templo de Dios. Para capacitar la valentía y el entendimiento del profeta, el Señor le reveló al Dios poderoso de Israel como soberano de la creación. Disfrutó de visitaciones espectaculares de Dios, increíbles visiones de su obra en la creación y en el mundo, y se relacionó con ángeles regularmente. Ezequiel fue utilizado para predicar a sus compatriotas en su tierra natal mediante traslación divina. El Espíritu Santo de Dios sencillamente le quitaba de repente sus tareas proféticas cuando era necesario. En una ocasión, cuando Ezequiel estaba predicando en el Espíritu a líderes en Israel, sorprendentemente uno de ellos murió en el momento. Su profecía registra que varias veces el Señor anuló sus leyes de tiempo y espacio y trasladó al profeta dónde y cuándo Él necesitaba que hablase. En el Nuevo Testamento, Felipe el evangelista fue utilizado de manera similar para difundir rápidamente el evangelio de la salvación de Jesucristo. (Hechos 8).

1.

F

2.

Facultades proféticas - Fundamento 1. Facultades proféticas, Uso de Dios de. Una facultad es para facilitar la realización de tareas y actividades. La conversación coloquial lo denominaría tener una “corazonada” para hacer algo. Los motivos por los que Dios da facultades son para que los dones, talentos y capacidades de las personas sean capacitados lo suficiente para que desempeñen las tareas de la vida profesionalmente e informalmente. Las facultades proféticas añaden a esto el sentimiento de hacer algo para lo cual no se dio una formación directa o formal. Las facultades proféticas bajo el Espíritu del Señor incluyen: 1) visiones; 2) sueños; 3) símbolos de interpretación; 4) comprender y aplicar parábolas; 5) acertijos y enigmas; 6) recibir y dar palabras de sabiduría y conocimiento; 7) predicción y revelación; 8) decretos divinos; 9) oración intercesora; 10) cuidado espiritual; 11) vigilancia espiritual; 12) alabanza; y 13) guerra de alabanza.

1. Falsa profecía. Predicciones y relaciones no contenidas en el plan eterno de Dios para el hombre y la tierra que son pronunciadas como profecía. También conocida como pseudo profecía. La falsa profecía es una palabra profética pronunciada que el Señor no envió a la tierra ni tampoco inspiró al profeta a que la dijera. Generalmente es una palabra sensual y agradable dada a alguien que realmente merece el castigo de Dios, como mínimo, y en la mayoría de los casos merece su juicio. Las falsas profecías ignoran o esconden las consecuencias de la conducta de su sujeto y representan mal el fruto de las profecías dadas a ellos. Nunca hablan de obligación o responsabilidad delante de Dios, y si lo hacen, se realiza para poner sobre ellos los espíritus de condenación y terror si la persona es recta; es decir, cuando las falsas profecías se dan a alguien que permanece en la rectitud de Dios. Estas profecías fomentan temor, amenazan juicio y predicen fracaso. A veces son tan sutiles que afirman ver obstáculos que no están ahí, o interpretan mal un sueño o visión para ventaja del diablo en lugar de hacerlo para la gloria de Dios. Las sesiones de oración inmaduras o impías es muy probable que produzcan tales palabras. La inmadurez o la desobediencia de la reunión es un canal abierto para los espíritus de oposición, que pueden introducir imágenes y visiones en las mentes de personas sensibles o poderosas que después son interpretadas según su propia manera. Cualquiera que reciba una palabra bajo esas

circunstancias debería sopesarla con atención, y quienes causan un temor y terror genuinos en el corazón deberían ser rechazados con la revelación correcta y su aplicación correcta a la situación. Las falsas profecías siempre están ligadas a una desobediencia espiritual, y se expresan para minar la valentía y la fe en lo que Dios ha asignado a alguien que haga. Véase Nehemías 6:14, donde Nehemías reconoció a quienes recibió de la profetisa Noadías y los otros profetas en alianza con ella para destruirle como estrategia. Él los llevó delante de Dios como parte de su oración de justificación y reivindicación. Jeremías 23:21 también tiene un ejemplo de esta táctica del enemigo en su conflicto con el profeta Hanani.

1. Falsos profetas. Un profeta que no es miembro del sacerdocio de Jesucristo de la Nueva Creación, uno que profetiza y realiza funciones proféticas en nombre del diablo, aunque sea en la carne. Según la Biblia, los falsos profetas hablan en nombre de otro dios; profetizan según sus propios recursos, sus propios corazones, y normalmente están motivados por objetivos privados y ambición egoísta. Los falsos profetas siguen su propio espíritu y no al Espíritu de Dios. Actualmente, los falsos profetas operan del mismo modo; añadido a su engaño está el rechazo y la renuncia a la salvación y la redención del Señor Jesucristo. Los falsos profetas, como los videntes, también fomentan la inmoralidad o la apoyan como ofrendas a los espíritus demoniacos que respaldan su trabajo. Ellos explican la fornicación y el adulterio porque los presentan a sus diablos seductores como sexo ritual.

Peculiarmente, el término falsos profetas no aparece en la Biblia hasta el Nuevo Testamento. Fue en realidad el Señor Jesucristo quien identificó y catalogó a quienes engañaban al pueblo con falsas predicciones, aunque existían también bajo el viejo pacto. Aunque puede haber muchas razones para esto, la que más sobresale es que la Luz del mundo, el Camino, la Verdad y la Vida aún no había liberado la verdad del Creador al mundo. Hasta que Cristo vino como la personificación de la Palabra de Dios viva, no se distinguía a los profetas entre verdaderos y falsos, sino sólo como quienes servían al Señor Dios y quienes no le servían. Para ilustrarlo, Balaam fue utilizado por Dios como profeta. Él lo sabía y el Señor lo sabía. Abraham fue un profeta antes de que el Señor hiciera nacer a su nación amada. Job fue considerado un profeta del Altísimo, y hubo otros. La idea de verdadero y falso habría que tratarla más adelante, y ninguno de ellos tenía la capacidad espiritual de discernimiento a nivel de Dios. Israel tenía una palabra del Señor: la ley de Moisés. Los otros profetas eran sencillamente adivinos. Dios se había revelado inicialmente a los padres de Israel (Abraham, Isaac y Jacob), y como lo expresa Hebreos 1, Él lo hizo ahora mediante su Hijo. El Dios de los judíos desveló su plan

redentor eterno mediante la segunda Persona de la Trinidad, hasta ahora no identificada, Jesucristo. En anticipación a este período, Moisés hizo provisión para el ministerio profético de Jesús en la ley en Éxodo 18. Cada nuevo pronunciamiento del profeta, junto con reforzar la obediencia a la ley, prometía que un día se cumpliría en una persona. Ellos predecían que los tediosos requisitos legales para apaciguar a Jehová, crónicamente rechazados y pervertidos por el pueblo, pasarían. Los profetas de Yahvé de la época señalaban al momento en que Jehová compraría otra vez a su pueblo, redimiéndolo del sepulcro, del maligno, y restaurando finalmente su tierra a su anterior estado de prominencia, poder y gloria en la tierra. Desde luego, todos sabemos que eso fue sólo el principio del plan. El resto tenía que llegar con la venida y el ministerio del Gran Profeta que había de venir. A quien descubrimos en Apocalipsis 19:10 es el Espíritu de la profecía, que afirmaba que toda la ley y la palabra de Dios que ellos habían estado observando testificaban de Él. Sobre la base de que Él era la Palabra encarnada del Creador, siendo la profecía esa palabra en la boca de los profetas, Jesús designó quién era el profeta verdadero y falso. A lo largo de su ministerio, Él desveló el carácter, las preocupaciones y las palabras de aquellos que no hablaban verdaderamente en nombre del Señor Dios, su Padre. Todo eso no es lo mismo que decir que el Señor no abordó el asunto en el Antiguo Testamento, porque sí lo hizo repetidas veces. Lo que queremos decir es que la designación de falso profeta tal como se ve en el Nuevo Testamento no se realiza en el Antiguo. Véase por ejemplo Deuteronomio 13:1, 5; 18:20–22. Las ocasiones en que Jehová expuso a un falso profeta incluyen 1 Reyes 13, el relato del viejo profeta al que el Señor usó para engañar al profeta más joven arrogante que desobedeció a Dios a fin de regodearse en su duro ministerio al rey Jeroboam. Durante su servicio, Jeremías empleó todo un capítulo para distinguir entre el profeta falso y verdadero, aunque no sean nombrados así en la Escritura (Jeremías 23). El capítulo 28 de sus escritos muestra a Jeremías en conflicto con un falso profeta, Hananías, que formaba parte del personal de profetas pagados, que estaba presumiendo. De manera parecida, Oseas 4:5; 9:7–8 y Miqueas 2:11 nos da mayor perspectiva sobre el profeta que camina en falsedad, sinónimo de mentiras en la mente de Dios. Aun así, fue necesario que el apóstol Pedro catalogase a los falsos profetas como tales, lo cual pudo hacer después de su período de formación con el Mesías. Cuando nuestro Señor vino a la tierra para completar la última parte del plan de su Padre, la institución de falsa profecía estaba bien incrustada en la cultura de su pueblo. La nación ya no era propia y estaba llena de voces proféticas de todo tipo. Ya que la redención englobaría al mundo entero, los judíos y los gentiles, el número de aquellos que se levantarían y dirían que eran profetas del Señor aumentaría de modo dramático. El apóstol Juan escribió en 1 Juan 4:1 advirtiendo de ellos a la iglesia del Nuevo Testamento. (También Hechos 13:6). Añadamos a esto el cumplimiento de las palabras de Joel sobre el derramamiento del Espíritu Santo sobre toda carne, y tendremos una fórmula para la falsa profecía que solamente el Señor Jesús podía sacar a la luz. Lo que Dios antes localizó dentro de la clase de los profetas de Israel, ahora se multiplicaría miles de veces más. El resultado sería una corriente de actividad sobrenatural y una multitud multiplicada de profetas falsos y verdaderos. Así, el Salvador buscó advertir e instruir a su rebaño sobre la diferencia entre ambos. (Mateo 7:15; 24:11, 24; Marcos 13:22; Lucas 6:26). Manteniéndose en su revelación, el Señor habló más sobre el falso profeta en su Apocalipsis a Juan. La segunda parte de la epístola registra la culminación de la institución profética falsa del mundo y su propósito en manos del Todopoderoso. Apocalipsis 16:13 la presenta, comenzando con los recursos de los

profetas: sus bocas. Aunque los oyentes de sus mensajes puede que no lo detecten, el Señor considera las palabras espíritus inmundos que emanan de las bocas de los falsos profetas como ranas. La explicación de Jesús refleja 1 Reyes 22:22–23, cuando Micaías tuvo acceso a una reunión celestial en la que vio al Señor hablando de la implacable rebelión del rey de Israel contra Él. Lo que vio el profeta solitario del Señor fue la estrategia espiritual que eliminaría al rey. Un espíritu se ofreció para la tarea, anunciando que podía seducir al rey para llevarlo a la catástrofe. El Todopoderoso le envío para hacerlo. El relato apoya la revelación de Cristo a Juan del falso profeta capacitado por tres espíritus similares a ranas. Los falsos profetas tienen que tener ayuda para ser falsos, y esa ayuda viene de fuentes liberadas con el permiso o la tarea del Señor.

1. Fe. El mecanismo inmaterial que produce bendiciones y provisiones materiales del Dios Creador. (Hebreos 11:1). 2. Flores. Las flores son señales y símbolos de amor, victoria y buena voluntad. En contextos proféticos pueden indicar un período de primavera que está desarrollándose o la brevedad de la existencia humana o ciclo de la vida. Las flores con frecuencia se representan espiritualmente como señales de condiciones o estados de la vida a corto plazo. 3. Formación profética. A) El total de actividades y eventos que intervienen en preparar a un profeta para ocuparse de las funciones y obligaciones oficiales de su manto. Con frecuencia incluyen problemas, tribulaciones, austeras lecciones de objetos de la vida y un regular rechazo y aislamiento. El llamado del profeta es tal que gran parte de lo que dice hará que las personas reaccionen negativamente. Las reacciones negativas pueden manifestarse como rechazo, abandono, resistencia y abuso. Los profetas pueden encontrarse siendo víctimas de duras medidas de represalia, que hasta pueden incluir oportunidades perdidas que afecten negativamente a sus ingresos. También puede producirse un aislamiento de otros colegas que son convencidos por la calumnia y relatos de profecías injuriosas imaginadas o percibidas. Las personas ofendidas por la palabra del Señor de boca del profeta intentan protegerse del cumplimiento de la palabra reuniendo una fuerza de vengadores para condenar al profeta y reivindicarse a ellos mismos. Durante sus años de preparación profética, los profetas experimentan los verdaderos acontecimientos que les esperan cuando se embarcan en los oficios de su llamado. Cuando el profeta es lanzado a su tarea, tiene un entendimiento completo de lo que le espera en el servicio a Dios. Completar el programa de formación puede tomar años. Rara vez se completa en menos de diez años mediante el curso normal de la vida. B) La formación

profética se logra mejor mediante un profeta veterano o una institución profética. La formación profética es un requisito según la Escritura. Implica reunir un equipo de profetas equipados para ser usados por el Señor en su servicio. La idea de la formación continua aseguraba que el Señor tuviera una fuerza de voces proféticas y de vigilantes bien formados a los que recurrir a medida que lo necesitara. Estaban situados por todo el país. En tiempos antiguos, lo profético era una institución oficial de todas las comunidades. Los profetas no eran voces casuales que gritaban en el desierto; más bien eran profesionales competentes cuyo trabajo era llevar la palabra de Dios relevante, consultiva y espontánea a su pueblo. Esto era cierto de todos los profetas y todas las deidades en todas las tierras. La formación profética se indica en Isaías 8:16; 1 Samuel 10:5, 10 y 2 Reyes 6:1. Los grupos de formación profética se conocen en la Biblia como una compañía de profetas o hijos de los profetas. Según 1 Reyes, los hijos del profeta eran bastante comunes bajo el ministerio de Eliseo. Crecían y finalmente llegaban al lugar en el que necesitaban una estructura dentro de la cual vivir y aprender. En la Biblia, los profetas rara vez eran agentes solitarios que iban de un lugar a otro esperando encontrar una salida para sus ministerios. La práctica acostumbrada era unirse a un profeta o mentor experimentado, ser formado y ser hallado creíble, viajando con ese mentor hasta ser enviado por el Señor a un territorio profético propio.

1. Fuego. El fuego es un elemento importante en la esfera de lo profético. En cuanto al lenguaje profético, es un simbolismo regularmente empleado que describe las emociones de Dios, su uso de sus elementos, y ejemplifica los afectos de la transmisión del Señor de su palabra al mensajero designado para comunicarla. El fuego, de todos los elementos, es el único que los seres humanos pueden crear. Esta singularidad hace que sea mucho más fundamental para el lenguaje profético, como el calor de la Palabra de Dios. Comparada con el fuego, el profeta Jeremías dijo que la palabra de Dios estaba encerrada, ardiendo en sus huesos. Jeremías dijo que recibir las profecías de Dios era una experiencia feroz para él. También las imágenes proféticas utilizan fuego en sus apariciones cuando son convocados, capacitados y guiados mensajero tras mensajero por la feroz presencia de Dios. Los profetas de la actualidad también encuentran difícil comprender las palabras del Señor aparte de una apreciación de sus elementos, particularmente el del fuego. 2. Función profética. Actividades y tareas que son operadas por el profeta en el cumplimiento presente de un oficio. Las funciones proféticas sirven al propósito de dar voz a la palabra del Señor para ejecutar sus mandamientos, su voluntad y su autoridad en la tierra. Función es una palabra de actividad que pertenece al

desempeño y el ejercicio del poder de Dios en los asuntos y esferas de los hombres. La aparición de un profeta enviado por Dios para anunciar algo, reprender a alguien o respaldar y apoyar una empresa que el Señor quiere que tenga éxito, son todos ellos desempeños de las funciones proféticas de Dios. La tarea de Hageo y Zacarías de profetizar la reconstrucción del templo es un buen ejemplo de esto. (Esdras 5:1; 6:14). Repase también la tarea de Samuel de localizar, ungir y establecer a los monarcas de Dios cuando llegaba el momento, y su matanza de Agag, el rey amalecita a quien Saúl salvó para cumplir por completo la profecía que el Señor pronunció mediante su boca. 3. Funciones del manto de profeta. Dios espera lograr resultados concretos y predeterminados del manto de sus profetas; y proporciona el oficio al pueblo por esos motivos. Las cuarenta funciones continuadas del manto de profetas son: 4. • Inquirir de Dios para su pueblo. 5. • Zanjar dificultades y disputas entre el pueblo de Dios. 6. • Enseñar las leyes y estatutos del Señor. 7. • Dar al pueblo de Dios el consejo de Él. 8. • Estar delante del Señor por causa de su pueblo. 9. • Mostrar al pueblo de Dios la obra que Él quiere que hagan. 10. • Juzgar entre la controversia de las personas. 11. • Recibir revelación nueva y relevante para el momento. 12. • Transmitir la palabra del Señor a su pueblo. 13. • Proclamar revelación general de Dios al mundo. 14. • Recibir y comunicar visiones de Dios. 15. • Mover al pueblo de Dios al arrepentimiento.

16. • Restaurar al pueblo de Dios a Él después del arrepentimiento. 17. • Viajar por un circuito para juzgar y supervisar al pueblo de Dios. 18. • Profetizar la mente de Dios sobre asuntos actuales. 19. • Revelar a las personas sus propios pensamientos. 20. • Ungir e instaurar a nuevos líderes. 21. • Aconsejar e iluminar los corazones del pueblo de Dios sobre Él. 22. • Alentar un servicio obediente y dedicado al Señor. 23. • Enseñar a las personas a oír la voz del Señor. 24. • Preparar profetas para entrar en el oficio y realizarlo. 25. • Instruir a las congregaciones del Señor sobre su profecía. 26. • Guardar al rebaño de Cristo contra la idolatría y la herejía. 27. • Asegurar y afirmar el amor y la devoción de Dios a su iglesia. 28. • Aplacar la mano del juicio de Dios con oración. 29. • Interceder por los pecados del pueblo de Dios. 30. • Responder las preguntas del pueblo de Dios sobre Él. 31. • Declarar los juicios revelados de Dios sobre la rebelión. 32. • Oficiar los asuntos espirituales del Señor. 33. • Juzgar y pronunciar el pecado como pecado y sus consecuencias. 34. • Manifestar, articular, difundir la sabiduría de Dios.

35. • Proclamar las profecías poéticas del Señor. 36. • Registrar y hacer circular las revelaciones emergentes de Dios. 37. • Instruir al pueblo en la justicia de Dios. 38. • Manifestar a Cristo y su verdad a sus ovejas. 39. • Organizar y estructurar el gobierno de la iglesia local. 40. • Reparar las brechas del pecado y sus estragos en las vidas de las personas. 41. • Fortificar y mantener los fundamentos bíblicos de Cristo. 42. • Colaborar con los apóstoles de Cristo en la política de la iglesia. 43. • Desarraigar, derribar y anular herejías destructivas. 44. Fundamento. El terreno o principio subyacente de una cosa. Es un principio, idea o disciplina.

G Gad - Guerrear con profecía 1. Gad. A) Nombre del profeta, además vidente, que servía al rey David. Era un profeta escriba que proporcionaba al rey sabio consejo cuando David se desviaba de los caminos de Jehová. Sus talentos como escriba sirvieron al rey, pues él registró los actos del rey David junto con Samuel y Natán. (1 Crónicas 29:29). Su nombre significa “buena fortuna”. B) Nombre del dios de la fortuna. Siempre unido con Destino. (Isaías 65:11). 2. Gobierno. El cuerpo organizado de oficiales, actividades y entidades que operan un país administrando sus asuntos, gobernando sobre su ámbito y legislando su comportamiento, conducta y libertades. En la Biblia, que es útil para el entendimiento profético, el gobierno tal como se utiliza en Mateo 2:6 se refiere a imperio y expresa la idea del dominio de un gobernante. Está designado por la palabra kuriotes, que significa autoridad suprema, dominio y gobernador. La palabra kuriotes está estrechamente unida a la palabra hebrea sarah para prevalecer, poder de príncipe y gobernador de un principado. 3. Gobierno apostólico. El gobierno apostólico es una hegemonía espiritual y sobrenatural instalada y mantenida por el Dios Creador y Cristo. Opera como un principado esférico supervisado por los ángeles apostólicos de la iglesia de Cristo. Estos ángeles dirigen a los apóstoles de Cristo también en el gobierno de la iglesia. Véase el libro de Apocalipsis para información sobre los siete ángeles de las siete iglesias del Señor Jesucristo. En el ámbito del espíritu, donde las cosas eternas dominan y prevalecen, se observan la hegemonía y las reglas provinciales. La Biblia nos dice que Dios prevalece a través de sus poderosos príncipes. Otro término para gobierno apostólico se encuentra en Gálatas 6:16. En el ámbito de la Nueva Creación, eso es lo que llamamos canon. Véase también

la referencia de Pablo a su ámbito apostólico, otra palabra para canon y regla, en 2 Corintios 10:4. 4. Grados de unción. Término usado para describir las distintas medidas de unción que reciben los profetas. Es importante que los profetas entiendan este significado para respetar las fases graduales y etapas en las que aparecen y aumentan sus unciones. Se aplica tanto a ellos como a aquellos a los que ministran. (Romanos 12:3, 6; Juan 3:36; 1 Corintios 12:1–11). 5. Gris. Apatía espiritual. Apelación hebrea a los sabios o los ancianos; porque para ellos, el gris indicaba sabiduría debido a que el cabello de los ancianos cambia a este color. 6. Grupos proféticos. Una de las dos divisiones del oficio de profeta. Por ejemplo, el nabi contra el profeta itinerante, o uno no asignado al aprendizaje o que está en él. 7. Guarda profético. El término dado para el escudo de fuerza espiritual que los profetas emiten para desviar los asaltos y estratagemas que el diablo lanza al pueblo de Dios. Son muy vitales en las iglesias locales en la actualidad. Los guardas proféticos oran, interceden, impulsan la manifestación de provisión y obediencia del Nuevo Testamento a las fortalezas de la oscuridad. 8. Guerra. Batalla hostil o competitiva entre enemigos o rivales en la que algo de valor está en juego o puede perderse. El término griego es strateia, que define el servicio militar y una carrera apostólica, al igual que la guerra misma. Incluidas en este significado están las palabras expedición y campaña. Por último, sus significados bíblicos añaden el ejercicio de las obligaciones apostólicas. (1 Samuel 28:1; Isaías 40:2; 1 Corintios 9:7; 2 Corintios 10:4; 1 Timoteo 1:18). 9. Guerra apostólica. Con el apóstol como oficial estratosférico cuyo impacto se siente principalmente en el plano espiritual, la concentración de su agresión se lleva a cabo en el ámbito

celestial. La exhortación de Pablo a Timoteo a luchar con las profecías que había recibido usa el término griego para guerra apostólica strateia, o guerra como la que llevaron a cabo los apóstoles. (2 Corintios 10:4; 1 Timoteo 1:18). 10. Guerra profética. Término utilizado para describir la participación sobrenatural del profeta y de las fortalezas de oscuridad de la creación en batalla. La guerra profética es conducida en nombre de Dios Creador. El conflicto de Elías con los profetas de Baal y Asera, la batalla de Moisés con los dioses faraónicos del antiguo Egipto, el enfrentamiento de Eliseo con el ejército del rey de Siria, la mención de Pablo de la confrontación con Janes y Jambres mencionado en el Nuevo Testamento (Timoteo), y las continuas batallas de Pablo con Himeneo y Alejandro, junto con Fileto, son todos ellos ejemplos concretos de guerra profética. Débora, la mujer que juzgó a Israel y llevó al país a una guerra victoriosa, según Jueces 5, ganó su batalla como un profeta yendo la guerra. La profetisa plenipotenciaria atribuyó su éxito a los encuentros colaboradores que tuvo con Yahvé y su envío de ángeles militares que les ayudaron a ella y a Barac en su confrontación con los enemigos de Israel. Un salmo poético pronunciado por ellas después de su victoria, en el que ella reúne los eventos vistos y no vistos de la batalla, muestra que ella era agudamente consciente de las multitudes espirituales que Dios envió para ayudarla a vencer. Se refirió a ellos como las estrellas del cielo que lucharon con ella.

1. Guerrear con profecía. Frase tomada del consejo de Pablo a Timoteo, el término se refiere a la respuesta adecuada a recibir y manejar la profecía mediante la cual se pasa por alto, se teme o se hace a un lado casualmente. Una respuesta pasiva a la profecía está justificada cuando es evidente que lo prometido tomará tiempo para que se cumpla; de otro modo, son necesarios dinámicos y prácticos pasos espirituales para desencadenar a los agentes responsables de ocuparse del cumplimiento de la palabra. Esos pasos se denominan guerrear con profecía. Cuando una manifestación profética esta cercana, Dios envía a otros profetas a reiterar la palabra original para activar y usar las fuerzas asignadas a su cumplimiento. Esté atento y dispuesto a realizar cualquier cambio interior y exterior que sea necesario para la exitosa manifestación de una profecía a su tiempo. Puede ser que nuevas actitudes, búsquedas y deseos estén en orden para poner en consonancia el estilo de vida y la fe de la persona con los requisitos proféticos de la Palabra de Dios antes de que pueda suceder. Solamente la oración, la comunión

y la búsqueda de Dios revelan eso. Si su búsqueda del momento y condiciones de la palabra es lo bastante insistente, el Señor enviará a otro profeta con sus razones de cualquier retraso percibido o manifestando requisitos previos de su primera palabra. El desenfadado uso que Pablo hace de la frase indica que el entrenamiento en esa guerra era una parte importante del desarrollo del joven apóstol. Él simplemente necesitaba alentar a Timoteo a aplicar con valentía sus lecciones. Milita conforme a las profecías que se hicieron en cuanto a ti, dijo Pablo, porque Timoteo estaba viviendo públicamente bajo el tutelaje privado de Pablo. “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia” (1 Timoteo 1:18). Timoteo no debía tan sólo guerrear con las profecías que ya habían salido en su vida y ministerio, sino que esas mismas palabras debían convertirse en parte de su actual y futuro arsenal de guerra apostólica.

H Habacuc - Hulda 1. Habacuc. Profeta menor del período caldeo que sirvió entre los años 655 y 600 a. C., quizá bajo los reyes Manasés y/o Joaquín. Participó en una arenga frustrada con Dios con respecto a la destrucción decretada por el Señor de su pueblo. Sus quejas terminaron con Habacuc buscando refugio en su lugar profético para oír la respuesta de Dios. El que hiciera eso dice mucho sobre la naturaleza y el estado de la latitud del profeta con Dios. Aunque el estallido de Habacuc podría haber sido severamente juzgado, quizá lo habría sido si fuese otra persona quien hubiera demandado respuestas de Dios de tal manera, porque el profeta es la boca de Dios, la frustración de Habacuc bien pudo haber reflejado la de Dios. Sin embargo, su buen sentido de regresar a su lugar profético para escuchar las respuestas de Dios muestra una buena apreciación de sus límites con Dios. Reverentemente, Habacuc demuestra su conciencia de una conducta aceptable delante del Señor, incluso bajo la coacción de la profecía severa. 2. Habitaciones. Las habitaciones, como marcos de sueños proféticos, son muy importantes. Generalmente, las habitaciones se comparan con las cámaras del corazón y así, también con el fundamento de la vida mental tal como es inspirada por las emociones. Prestar atención a ellas pueden dar significativas indicaciones de lo que el sueño o visión está comunicando. Los muebles de la habitación, su uso y similares dicen mucho al soñador acerca de la interpretación de las palabras que el Señor envía. Comprenden los objetos del sueño que apoyan o dilucidan el mensaje y su aplicación correcta a la vida y los asuntos del soñador. Lo que está ocurriendo en la habitación es la pizarra de la cual el soñador debe derivar el mensaje del sueño. 3. Hacha. Además de ser una herramienta de trabajo, también es un símbolo de una decisión irreversible activada por un poder

divino; una resolución contundente de un problema. Emblema de una deidad. (Isaías 10:34; Mateo 3:10). 4. Hageo. El comienzo de los profetas post-exilio durante el reinado de Darío, Hageo realizó una carrera profética muy breve en el año 520 a. C. Era bastante viejo cuando entró al servicio del Señor. Como profeta con una mente sacerdotal, fue enviado para inspirar al pueblo de Dios a reconstruir el templo de Jerusalén e iniciar la devolución de Él de Tierra Santa a su pueblo legítimo. Sus profecías terminaron con fuerte ánimo, porque los intentos iníciales de obedecer la petición de Dios se encontraron con una violenta resistencia por parte de los poderes que ocupaban el territorio. El pueblo entonces reaccionó abandonando el proyecto y dirigiendo su atención a ellos mismos y a sus búsquedas personales, a edificar sus propias casas y familias, y a poner solamente los cimientos de la casa del Señor. Hageo los reprendió por su indolencia y su temor, y los movió a emprender el proyecto de nuevo, esta vez para completarlo. Su ministerio fue a la par del de Zacarías, un profeta mucho más joven, y juntos, el equipo profético profetizó el término del proyecto en un período de cuatro años. Se terminó alrededor del año 516 a. C. El ministerio de Hageo también comenzó la restauración de la monarquía de Jerusalén con Zorobabel. El profeta subrayó los vínculos entre la restauración del templo y la adoración adecuada del pueblo, los rituales aceptables y la correspondiente prosperidad. 5. Hananías. Falso profeta que confrontó a Jeremías en una sesión abierta dando una falsa profecía para rivalizar con la palabra de condenación que él había hablado. Jehová demostró que palabra era verdadera matando al falso profeta, según la profecía de Jeremías, quien respondió al asalto físico del hombre sobre su persona. (Jeremías 28). La muerte de Hananías fue un resultado directo de su traición a Jeremías, el verdadero profeta del pacto, lo cual es decir que Hananías enseñó rebelión contra el Señor. 6. Hazon. Palabra hebrea para visión profética.

7. Hechicero. A) Brujo. Practicantes de lo oculto utilizando adivinación, hechicería y magia para manipular lo sobrenatural e imponer su sumisión a la creación de Dios. B) Uso ilegal del espíritu de creación para crear formas y objetos naturales de los mundos inmateriales del Dios Creador. C) Canales humanos que se oponen al poder y la autoridad de Cristo y de su iglesia en la tierra con crueles tácticas de asalto contra ellos y contra la verdad de Dios. (Éxodo 22:18; Deuteronomio 18:10). 8. Hechicería. A) La acción de los agentes del mal que ejercen sus potestades oscuras para la producción de su voluntad. B) Una institución de sacerdotes y sacerdotisas satánicos de oscuridad. C) Lujuria por la mujer, y la práctica de espiritismo y necromancia. Espiritualmente, la práctica de abusar de la creación para propósitos propios mediante la imposición de deseos demoniacos sobre la voluntad y las vidas de otros mediante magia, adivinación y otros medios ocultos. (1 Samuel 15:23; 2 Crónicas 33:6). Véanse los objetivos espirituales de la hechicería en Nahúm 3:1–6. 9. Hemán. Profeta en 1 Crónicas 16:41–42 que sirvió durante la era de David. Hemán era profeta por medio de los salmos y el ministerio musical del santuario. Tenía un grupo de músicos sacerdotales que alababan a Dios con cantos y música. También era llamado el vidente del rey. (1 Crónicas 25:1–8). 10. Herejía. La táctica más detestable de la herejía es su fruto. La Biblia dice que ninguna mentira es de la verdad y que toda injusticia es pecado. La herejía deja a un lado esas dos premisas presentando una pequeña verdad enmarcada en muchos engaños suaves. Esencialmente, la herejía es una opinión doctrinal engañosa escogida como base para el curso de conducta, y para propagarla públicamente. Se percibe la herejía como un acto de agresión por almas engañosas. En Gálatas 5:20 se presenta la herejía relacionada con la sedición: una forma de traición. La herejía es una sutil doctrina hipócrita que declara y vende lo contrario a lo que la verdad de la Escritura revela y quiere. Es

una doctrina del hombre, para el hombre, al hombre, que ignora por completo la veracidad del Señor y la desacredita. Finalmente, su logro es que los gentiles blasfemen el nombre del Señor. (Romanos 2:24). La intención de la herejía es agravar, destruir, dividir y finalmente convertir a sus seguidores a un cristianismo perplejo y a la vez pretencioso en el que el sufrimiento se desdeña y se hace proselitismo de la comodidad y la conveniencia. Sus engaños son tan vagos que el canal de verdad que representan inicialmente nubla las mentiras. Las palabras del profeta Jeremías describen mejor la perspectiva de Dios sobre la herejía. Jeremías 23:30 dice: “Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano”. Esta enigmática afirmación dice mucho sobre la herejía y su camino. Su dogma comprende las palabras robadas del Señor que se enseñan como nueva revelación de verdad divina. Sus objetivos son atacar y desestabilizar el cristianismo bíblico y echar por tierra la vida y los caminos escriturales de Cristo, tal como se exhorta en 1 Juan 2:6. Con respecto a la herejía, choca con elementos inmutables concretos de la doctrina bíblica que no deberían ser tocados. Incluyen: la justicia de Dios, su verdad (Dios no puede mentir, porque es imposible que lo haga), sus juicios y estatutos (que son para dar vida), la santidad de Dios y la santificación del mundo; el motivo de todo lo que Él hace por la creación, su amor. Estas características estándar de la verdad divina caracterizan los rasgos fundamentales de Dios Padre. Con respecto a Dios Hijo, Jesucristo, sus puntos inmutables se extienden a: arrepentimiento (una condición primordial para la entrada a su reino), salvación mediante el nuevo nacimiento, santificación de obras muertas por su verdad (Juan 17:17; Hebreos 6:1–2), y la morada del Espíritu Santo con poderosas demostraciones de su palabra en obra y en verdad (1 Corintios 4:20; 1 Tesalonicenses 1:5). Desde luego, la santidad es la culminación de todas ellas. Con Jesús, todas ellas son predicadas para que sus discípulos amen a su Padre y a Él mismo igualmente y expresen ese amor sobrenaturalmente en la tierra y entre ellos mismos. Después está el Espíritu Santo, la última prueba de fuego herética de Dios Creador. Profetas impulsados a investigar y evaluar la herejía deben estudiar en detalle el efecto intencionado y las expresiones del material de enseñanza. Deben examinar cómo la doctrina avanzará cuando se observe en la vida de un creyente. Como una enseñanza cuestionable que choca con la verdad establecida se manifiesta en la acción y lo que produce cuando infecta a otros, es crítico para la investigación profética, y debería anticiparse. Aunque puede ser difícil juzgar incisivamente todas las doctrinas nuevas que surgen de vez en cuando, un buen proceso de eliminación es evaluar cómo su fruto está en concordancia con el Espíritu de Dios. El fruto definitivo de la sana doctrina es la justicia que conduce a la santidad (2 Corintios 9:10; Filipenses 1:11), lo cual se pasa por alto con mucha frecuencia. Otros frutos son el arrepentimiento (Mateo 3:8) y el fruto del Espíritu (Romanos 8:23). Aunque siempre es bueno conocer los significados etimológico de ciertos términos, especialmente uno como la herejía, al final es el fruto de una palabra y su obra lo que da el análisis más preciso. Gamaliel, en Hechos 5:34–39, proporciona la mejor respuesta. La herejía debería ser refutada, pero cuando persiste, el suyo es el único buen consejo que nos queda. El tiempo revela la verdad.

1. Hierro. Uno de los elementos que representan inmutabilidad y fuerza rígida.

2. Horóscopo. Término para el producto escrito de lecturas astrológicas. 3. Hozeh. Otra palabra para la palabra hebrea chozeh, para el profeta vidente. Véase chozeh. 4. Hulda. Profetisa en Judá que profetizó al rey Josías la caída de la nación después de su servicio. Se creía que Hulda había tenido una comunidad profética en la que ella formaba y pastoreaba a profetas, de modo similar a la que Samuel tuvo en su época. (2 Reyes 22:14; 2 Crónicas 34:22).

I Idolatría - Israel 1. Idolatría. Adoración de otro dios o de objetos, símbolos, personas, logros, conceptos e ideales considerados superiores a los del adorador. Devoción y veneración dadas a representaciones de lo mismo. Reverencia y sumisión a una deidad o a objetos y lugares gobernados por un falso dios. 2. Ídolo. Objeto, ser, criatura o lugar adorado y que se confía en él como un dios. Ideales, conceptos, doctrinas y creencias de naturaleza religiosa inventadas o creadas en la psique del adorador también pueden ser ideadas como ídolos. 3. Iglesia. La palabra significa en griego “llamado”. Procede del término griego ekklesia. (Mateo 16:18; Hebreos 12:23). 4. Incrustado. Sustancia de apoyo preparada. Un objeto o característica integral de un todo que está encerrada como semilla. Opera por debajo o mediante las operaciones obvias del todo, y es activada por señales secretas e impulsos silenciosos. Proféticamente, el término se utiliza para identificar el objeto de las actuaciones del profeta en el que su palabra, cuando es pronunciada, causa la manifestación en forma física de todos los depósitos espirituales que el Dios Creador incrustó en la tierra. (Santiago 1:21; Romanos 5:13; 1 Juan 2:5; Génesis 28:12–13; Jeremías 4:28; Juan 12:48).

1. Incubación profética. Término para describir el período de separación y con frecuencia aislamiento mediante el cual los mensajeros divinos son preparados para el servicio por el Dios que los llamó. La incubación profética es donde el espíritu del profeta es despertado al llamado y lleno de los elementos del ministerio. En el pasado, esta incubación tenía lugar en cuevas o moradas similares bajo tierra; a veces eran enviados al desierto con el mismo propósito y, una vez allí, la única vida que el novicio encontraba era la de la deidad que le orientaba para el servicio profético.

Visiones, sueños, conflictos interiores y lucha tumultuosa con los oponentes de sus mantos ocupan el tiempo de los novicios en la incubación. Durante ese período, se espera de ellos que confronten y conquisten todo temor, inhibición o resistencia que se levanten para resistir aquello que han sido llamados a ser.

1. Indicaciones proféticas. Signos u observancia ligeramente perceptibles que indican el inmediato comienzo o aparición de una profecía cumplida o una actividad profética. Pueden hacerse eco o confirmar demostraciones espirituales de Dios que están de acuerdo con su voluntad. Las indicaciones proféticas ratifican aún más las revelaciones de Dios y catalogan como auténtico lo que Él ha divulgado a la iglesia, a sus ministros o profetas. Pueden ser acontecimientos claros o iluminaciones sutiles que son claras sólo para quienes dan testimonio de ellas o para aquellos a quienes debía aplicarse. El reconocimiento del niño Cristo por parte de Simón ilustra este punto. La profecía de Isaías 7:14 y Mateo 1:23 son otros ejemplos.

1. Infierno. Palabra para el lugar de descanso infernal de los seres humanos muertos y los ángeles condenados. Deuteronomio 32:22 lo identifica como el lugar donde Dios pone su ira ardiente para no destruir la tierra antes de su tiempo. La Biblia enseña que el infierno es profundo y tiene niveles (el infierno más bajo) y es vulnerable a su Creador Dios. Se accede al infierno sólo mediante la muerte, donde sólo el alma puede entrar. Tiene un guardián y ángeles que transportan allí a las almas condenadas. El vecino del infierno es el Abadón, el destructor vagabundo que emplea su tiempo engañando y seduciendo a las personas para que se lo merezcan. Cristo dice que es feroz, el lugar de los condenados, la maldición de Dios, el cual el Creador preparó como un lugar para el diablo y sus ángeles. (Mateo 25:41). Isaías 14:9 está de acuerdo con esta descripción. La palabra hebrea para él es Seol. El infierno, por todos los pasajes que hablan de él, es el lugar de la ira y la destrucción de Dios. Alberga y contiene todo ello en anticipación de la caída del diablo y el ejercicio de la humanidad de su libre albedrío para rechazar la redención del pecado que Él proporciona. 2. Iniciación. Actos simulados que simbolizan o prefiguran el rito de paso que permite a una persona entrar en una organización o grupo. Generalmente, los ritos de iniciación ejemplifican la

muerte simulada del viejo yo de la persona para permitir un renacimiento al nuevo yo, completamente alineado con los demás del grupo. Los ritos de iniciación con frecuencia demandan rigurosas pruebas y agotador entrenamiento. 3. Institución Nabi. La antigua institución profética que era integral a las culturas primitivas y sus oficiales. La institución estaba bien organizada y se trataba como carrera profesional cuyo valor espiritual tenía una importancia igual a lo que llamaríamos una carrera secular. Los miembros de este grupo formaban poderosos gremios en su época que sostenían espiritualmente cada área importante de trabajo. Los profetas de Acab y parte de los cuerpos proféticos de 850 hombres de su esposa Jezabel son ejemplos bíblicos. 4. Institución profética. El término aplicado a la fuerza espiritual y sobrenatural de canales con autoridad profética delegada en la iglesia local. Esta contingencia consiste en el orden en la congregación de profetas, salmistas, intercesores, el equipo de alabanza profética, videntes, y los miembros particularmente sensibles a las corrientes proféticas de Dios. (2 Crónicas 5:12; 29:15; 35:15). 5. Integridad profética. La decisión deliberada de un profeta de adherirse y rendir según estándares bíblicos, éticos y morales por causa de la gloria de Dios y el beneficio de aquellos a quienes el ministerio sirve. 6. Intercesión. Intervenir en nombre de otro interponiéndose uno mismo entre dos partes y sus dificultades o crisis, normalmente mediante oración pero también por medio de ayuda, arbitraje o mediación. 7. Intercesión profética. Término para las oraciones llenas de poder de profetas mediante las cuales se unen la perspectiva reveladora, la experiencia histórica y la autoridad oficial para hacer que la petición del profeta sea otorgada por Dios. Una vez oídas, las palabras que ellos pronuncian adoptan el efecto de

alterar situaciones y condiciones estáticas que otros puede que no afecten. La intercesión profética implica oración, declaraciones, mandamientos y decretos, y varios actos sobrenaturales ejecutivos o legislativos que Dios autoriza a los profetas a influenciar. Esos actos oficiales en nombre del Altísimo obligan a las huestes de la oscuridad a separarse de sus cautivos, objetos y sus posesiones. La intercesión profética implica la intervención del profeta, su interrupción, interposición de la voluntad, palabra y obras de Dios en una situación humana o asunto terrenal. En pocas palabras, la intercesión del profeta da licencia a que el poder, la autoridad y la soberanía del Señor sean ejercitados por ellos.

1. Interpretación. Explicar pensamientos, enseñanzas o información en términos que los oyentes puedan entender fácilmente. Aclarar lo que es vago y críptico. Definir lo que el remitente de un mensaje quería decir en realidad o la intención del mensaje enviado. 2. Interpretación del sueño profético. Tanto José como Daniel poseían esta extraordinaria capacidad por razones espirituales y profesionales. (Génesis 40:5, 12, 16, 18; 41:11; Jueces 7:15). La interpretación del sueño es el proceso mediante el cual el profeta o canal profético distingue un sueño normal de otro con cualidades distintivamente proféticas. El profeta aplica entonces perspectiva profética, revelación espiritual y desciframiento de símbolos para desvelar el mensaje que el Señor está enviando al mundo o a la vida del soñador y sus compañeros. 3. Interpretación profética. La capacidad de los profetas para hacer que los símbolos y parábolas de Dios sean claros a sus oyentes para revelar lo que Dios ha dicho en visiones, sueños, símbolos o parábolas. Todo el escrito de Daniel ilustra esta función estándar del manto del profeta. 4. Intestinos. Símbolo del centro emocional de los seres humanos. El asiento de temor, el valor y el terror. Las imágenes de intestinos se refieren al movimiento intestinal por compasión, misericordia o germinación profética. (Ezequiel 3:3; Habacuc 3:16; Apocalipsis 10:9–10 [para germinación profética]).

5. Inmortalidad. Estado de estar vivo para siempre. Eterno, imperecedero. La inmortalidad era simbolizada por piedras preciosas que brillaban e irradiaban auras luminosas. Palabras como luz, brillo y radiante se utilizaban para significar su concepto difícil de ilustrar. El oro, un metal espiritual, significaba presencia y luminosidad del espíritu sobre el alma; también es simbólico de lo inmortal. Otra sustancia que indicaba inmortalidad era el esmalte debido a su estado resplandeciente. Cualquier cosa esmaltada en una experiencia profética señala a la inmortalidad. 6. Inundación. Juicio, positivo o negativo. Las inundaciones también representan potentes fuerzas utilizadas como agentes de los actos indignos de Dios. La inundación más dramática de la historia en la Biblia es la primera que Dios produjo para castigar a los antediluvianos por su impenitencia pecadora. En contextos proféticos, las inundaciones simbolizan lo abrumador. Refleja ser barrido por algo, bueno o malo. (Jeremías 46:7; Nahúm 1:8; Mateo 24:38–39; Génesis 9:11; 2 Pedro 2:5; Apocalipsis 12:16). 7. Investir. Vestir con una vestimenta que simboliza el rango, poder y autoridad de alguien como oficial y, así, otorgar poder y autoridad para controlar. 8. Invierno. A) Proféticamente, un período de oscuridad, frío y esterilidad. B) Época de ocultación y de estancamiento. C) El invierno es un período de ralentización o paralización debido a la pereza que acompaña al tiempo frío. D) Señal de actividad y productividad suspendidas. La esterilidad del invierno a menudo puede ir acompañada de un período de mofa o ridículo espiritual, o de reproche y rendición a la dificultad y la tribulación. En la profecía, sueños o visiones que retratan el invierno simbolizan a los ancianos, y pueden significar un tiempo de difamación; período en el que uno es vulnerable, apartado, expuesto o desnudo, como los árboles se quedan desnudos cuando sus hojas caen. La imagen helada de la estación invernal, el hielo y la nieve indican un período de dura labor con escasas recompensas. También puede significar un período del año, como la época de vacaciones, en el que la celebración, el recreo y el relax están a la orden del día. Invierno con frecuencia es sinónimo de norte.

1. Invocar. Llamar o convocar para ayudar, o apoyar con el llamado o voz de alguien autorizado para poner en efecto u operar. 2. Isaías. El primero de los profetas mayores del Antiguo Testamento responsable de dejar tras él una amplia y compleja literatura. En nombre de Isaías significa “Señor Salvador” o “Jah (el Señor) ha salvado”. Designa el matiz profético de su manto: profetizar y prender la salvación del Señor. Sirviendo en el siglo VII a. C., la tarea profética política y real de Isaías cubrió el período de cuatro reyes de Judea. Era considerado de descendencia real, lo cual podría explicar su fácil acceso al escalón superior de su sociedad. Durante los aproximadamente cuarenta años de servicio de Isaías, profetizó a los reyes Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, desarrollando una carrera bastante impresionante. Su genealogía y educación le prepararon, sin duda, para su llamado a ocuparse del abanico de tareas en lo militar, político, social, real y religioso asignadas por el Señor. Como contemporáneo de Amós, Oseas y Miqueas, tres importantes profetas menores, el ministerio de Isaías adoptó la amplia táctica de profético. El capítulo octavo de su profecía indica que él incluso tenía una escuela profética donde sus discípulos tenían conocimiento de las extraordinarias revelaciones y sabiduría que Dios le otorgaba. Sus tareas proféticas englobaban las de hombre de estado, embajador, sanador, líder, escriba divino y funcionario real al servicio de Dios. Es famoso por escribir el más largo de los discursos proféticos. Su libro contiene 66 capítulos, tantos capítulos como libros de la Biblia, y por eso es considerado una mini Biblia en sí mismo. La obra aborda todos los elementos de la Escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis, en una forma u otra. Algunos eruditos argumentan que Isaías no produjo personalmente todo el contenido de su libro; sin embargo, al tener una escuela profética, es bastante probable que sus alumnos las registraran y retuvieran para un período designado, compilasen más adelante sus escritos, predictivos e históricos, y los adjuntasen a los ya existentes, una práctica común entre profetas mentores y sus

prodigios. El manto profético de Isaías era lírico y rítmico, eficaces herramientas de profecía para sobrepasar la más elevada resistencia de los oyentes intelectuales. No es sorprendente, con su ámbito de aplicación profética, que a Isaías se le denomine un profeta mesiánico cuyos escritos posteriores prevén y predicen la venida de Cristo, el evangelismo mundial, el derramamiento pentecostal del Espíritu Santo y el gobierno definitivo del Mesías en el mundo. 3. Islam. Del significado árabe “sumisión a Dios” que se convirtió en el nombre de una religión mundial fundada por el profeta Mahoma en el siglo VI d. C. Se basa en la fe judeocristiana de la Biblia, de la cual Mahoma extrajo su religión. Ambas creencias, más una multitud de deidades paganas, eran populares durante su época. Aunque reconocía a los afamados profetas judíos y mesiánicos de la Biblia, Mahoma simplemente los consideraba precursores de él mismo: el último profeta que hablaría nunca en nombre del dios verdadero, a quien él llamaba Alá. Nacido en el siglo V d. C., Mahoma se crió en la cultura politeísta de La Meca. Su afortunado matrimonio con una viuda rica le catapultó a la riqueza y la prominencia. A pesar de eso, el sincretismo religioso de La Meca le motivó a buscar al dios verdadero y, así, a retirarse a una cueva; Mahoma tendría un encuentro con su dios. Finalmente, tuvo una aparición sobrenatural en la que el ángel Gabriel, quien profetizó a Juan el Bautista a Zacarías y a Jesucristo a la virgen María, supuestamente llegó y le enseñó el nombre Alá, diciéndole que lo recitara como el nombre del dios verdadero en su nueva religión. Gabriel le dio una piedra negra para significar la fundación de una nueva fe, y le enseñó los cinco pilares del islam: su “modo de vida”. De su ángel, el profeta recibió lo que se convertiría en el libro sagrado del islam: el Corán (recitación), cuyos versículos son traducidos del árabe como señales. Convertido inmediatamente por su encuentro divino, Mahoma se propuso enseñar su nueva doctrina y convertir a sus compatriotas idólatras que le rechazaron y le expulsaron de La Meca. Terminó en lo que él renombró como Medina, la ciudad del profeta, y discipulado a numerosos seguidores, capitaneó un ejército lo bastante fuerte para imponer el islam en su mundo. Lo hizo después de regresar a su tierra natal para librar una guerra santa: una jihad. Derribó exitosamente el politeísmo y convirtió su mundo en un estado islámico en el que un solo dios, Alá, era adorado. Para cortar firmemente con sus raíces paganas, Mahoma cambió el calendario de la región por un calendario lunar, estableciendo el islam como una religión marcial y lunar. Él marcó su éxito como el comienzo del calendario musulmán utilizado actualmente. Esta nueva religión promovía la buena voluntad y obligaba a la gente a ser generosos los unos con los otros, especialmente con los pobres. Después de su muerte, la nueva religión de Mahoma pasó por varias divisiones, en las que se formaron nuevas ramas por seguidores que escogieron a sus líderes entre sus cofundadores. Las nuevas ramas se denominan suní, chií y sufí. La última es la más expresiva y mística de todas

ellas. Creyendo en los ángeles, Satanás, los demonios, y la casi transformación en deidad de Mahoma, el islam adopta su legitimidad del primogénito de Abraham: Ismael. Además, veneran a Adán, a quien creen que Abraham construyó un templo, y a la madre de Ismael: la egipcia Agar. El modo de vida islámico se basa en lo que denominan sus cinco pilares, la mano de una mujer: la de la hija de Mahoma, Kadijah. Se denomina “la mano de Fátima”, su otro nombre. Los pilares son regulaciones impuestas a todos los musulmanes que deben cumplir para observar su fe y obedecer a Alá. Deben reconocer que no hay otro dios excepto Alá, y declarar que Mahoma es su único profeta. Los musulmanes deben orar cinco veces por día, en dirección a La Meca, ayunar una vez al año en el Ramadán, dar limosnas a los pobres, y hacer al menos una vez en la vida un peregrinaje a La Meca. Además de su libro sagrado, el islam tiene un símbolo sagrado que es, irónicamente, el de una diosa lunar. El mismo símbolo ha sido adoptado por cristianos idólatras como símbolo de la virgen María. Mahoma puede que haya sido o que deseara llegar a ser monoteísta, como los judíos y los cristianos que conocen al único Dios verdadero, pero Alá como tal no existe. El Dios de Abraham no es el dios del profeta fundador del islam, y no podría haberlo sido porque la religión nació después de Cristo, cuya simiente dio nacimiento a la última raza de seres humanos que nacerían en la tierra. (Mateo 1:17; Juan 3:3–8; 2 Corintios 5:17; Gálatas 6:15). Lo que el profeta del islam, Mahoma, aparentemente recibió fue una explicación con la intención de cumplir la promesa del Dios Todopoderoso a Abraham con la simiente de Ismael: “doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación” (Génesis 17:20; véase también Génesis 25:16). Finalmente, la profecía que incluía a Sara como esposa de Abraham ni se duplicó ni se inició con Agar, la madre de Ismael, aunque el islam la celebra a ella. El ángel del Señor que bendijo a Ismael después de que su madre y él fueran expulsados por Abraham, ignora por completo el papel de ella para hacerle nacer. Ella proporcionó un vientre para un hombre muy grande que iba a ser padre de dos grandes naciones, pero aquello no le dio derecho a ningún otro privilegio divino aparte del reconocimiento maternal.

1. Israel. A) Nombre del país nacional del Altísimo. B) Nombre de las doce tribus nacidas a Jacob, hijo de Isaac, que fue el primogénito de Abraham y Sara en su ancianidad. Jacob, cuyo nombre original significa “suplantador”, cambió de nombre después de una agotadora batalla con el ángel de Dios asignado a su éxito y posterior ascenso al poder. Jacob, por medio de sus dos esposas y sus dos concubinas, fue padre de doce hijos y una hija: Dina. El nombre Israel significa “príncipe de Dios” según Génesis 32:28 y “Dios prevaleció”. En Génesis 35:10 está establecido como costumbre de la época que el dios del progenitor le diera un nombre de pacto. Siempre que una deidad escogía a un ser humano para su uso y tenía intención de que ese uso fuese perpetuo, el nombre del escogido era cambiado para romper sus vínculos y su identidad con su anterior vida y familia, y para forjar a la persona en el linaje del que le había llamado y presumiblemente le había dado vida. El nombre Israel

viene del hebreo sarah, que significa “prevalecer como príncipe, uno que tiene el poder del príncipe”. Comunica la idea de que quien tiene autoridad persevera hasta triunfar. Su terminación, el, significa “prevalecer con Dios” o “como con la fuerza de Dios”. También significa ser fuerte, poderoso en naturaleza como resultado de la unión de la persona con el dios. Los dos significados declaran con valentía lo que el Señor hizo con Jacob y quiso hacer con Israel: su descendencia. Deuteronomio muestra que esos significados se proponen en el contexto de poder y dominio espiritual y material. Ahí el Señor dice que Él pondrá a Israel, su pueblo nacional, muy por encima de todas las naciones. La palabra para encima es elyown. Se entiende como el título de la deidad suprema, y se aplica a los reyes davídicos, el Dios de las alturas, el Altísimo, el nombre de Dios y también para sus gobernadores, sean angélicos o humanos. De la misma manera en que Yahvé hizo a Moisés un dios para el faraón, Israel fue hecho elyown para las naciones del mundo.

J Jacob - Juan el Bautista 1. Jacob. A) Nieto de Abraham, cuyo nombre divino, Israel, fue dado a la primera y única nación de Dios. El nombre de Jacob significa “suplantador”. Suplantador significa usurpador que desplaza. B) La profecía de Jacob estaba limitada a reiterar las profecías con respecto a su posteridad y su propósito en el mundo. Jacob también experimentó varios encuentros espirituales dramáticos con los ángeles que lo sostenían y aseguraban su destino. En un sueño, Jacob vio que ellos ascendían y descendían por una escalera que conducía al cielo con las provisiones de su pacto que Dios les había otorgado a él y a su genealogía. Se convirtió en el padre de doce hijos de dos esposas y dos concubinas, que llegaron a ser los patriarcas y más adelante las doce tribus de Israel. Las esposas eran Lea y Raquel, a quienes la Biblia conmemora como las dos mujeres que edificaron la nación de Israel. Dos sirvientas ayudaron con la crianza de los hijos. Se llamaban Bilha y Zilpa. Consulte los destinos proféticos de las tribus en Génesis 49. 2. Jade. Gema que simboliza el mandato divino. Varían desde el blanco hasta el negro, con el azul, verde o rojo entremedias. Las piedras de jade fueron convertidas en antiguos objetos religiosos que se utilizaban en favorables rituales mágicos. A veces, se pulverizaba la piedra y se convertía en polvo para utilizarlo en rituales de preparación de medicinas. En esta forma, la piedra de jade se consideraba una fuente del elixir de la juventud y una poción. En una práctica perversa, se honraba el jade como símbolo de la reencarnación y a veces de la sangre. 3. Jaguar. A) Símbolo de realeza y adivinación visto como un agente (o conducto) de fuerzas espirituales. B) Representa adivinación, lo terrenal y adoración a la luna. C) Símbolo de fertilidad que ordena poderes ocultos. Las imágenes del jaguar

son fuegos y armas, o armas de fuego. Cuando aparece proféticamente, significa peligro y refleja imprevisibilidad. 4. Jahaziel. Profeta que ministró en Judá a Josafat con respecto a la salvación de Yahvé en el conflicto del pueblo con los hijos de Amón. Según el pasaje en la Escritura, era más un profeta salmista que un nabi. (2 Crónicas 20:14). 5. Jehová. Forma cristianizada del nombre del Dios Yahvé del antiguo Israel. 6. Jehú. Profeta apocalíptico de Israel que ofició durante el período de un rey que asesinó a su antecesor para ocupar el trono. Baasa era el rey que masacró a toda una línea familiar de herederos reales. Jehú también reprendió al rey Josafat por su necia alianza con el rey de Israel. En nombre de Jehú significa “Él es Señor”. 7. Jerarquía, Eclesiástica. En la iglesia del Nuevo Testamento del Señor Jesucristo su jerarquía está delineada principalmente en dos pasajes en Escritura. Son Efesios 4:11, que se concentra primordialmente en el régimen que gobierna, y 1 Corintios 12:28–29. En el segundo pasaje, una meticulosa estructura fue ordenada por el Señor mediante el apóstol Pablo, que define para su iglesia la jerarquía que ha de sobrevenir. La legitimidad de este orden se ve en la primera frase del pasaje: “Y a unos puso Dios en la iglesia”. La palabra para puso es un término cardinal apoyado por distintivas secuencias ordinales. Los significados del término denotan las ideas de establecimiento, ordenación, nombramiento, situado y fijado. El modelo descrito no sólo declara lo que el Señor decretó como jerarquía de su iglesia, sino que también clasifica sus posiciones y dispensaciones en el orden en el cual Él quiere que aparezcan y gobiernen:

• Primero, apóstoles • Segundo, profetas • Tercero, maestros • Después, milagros

• Después, dones de sanidad • Ayuda • Gobiernos • Diversidad de lenguas El modelo de Pablo se ordena en concordancia con la manera en que la iglesia comienza su existencia, atrae su seguimiento y se mantiene a sí misma satisfaciendo las necesidades de quienes son salvos. El apóstol, como aquel especialmente comisionado, comienza el proceso. Después, el profeta acude para apoyar la obra con la palabra para ahora de Dios y una instrucción espiritual iluminada. Del ministerio del maestro surge aquel que instruye el cuerpo ahora formado debido al trabajo del apóstol. Habiendo llamado a una masa a salir del mundo de pecado y de muerte, es lógico que se requiera sanidad. Después de todo, las personas han existido en el mundo teniendo sobre ellas multitud de impurezas, males y corrupción. Al haber fortalecido a los convertidos en la fe y haberlos establecido en la casa de Dios, comienza la tarea de edificar y sostener el ministerio. Poner al pueblo del Señor a trabajar en su reino es vital si han de convertirse y permanecer arraigados y cimentados en Él. Así entra en acción el ministerio de la ayuda. Un rebaño en aumento necesita administración para mitigar el caos y la rebelión. Por consiguiente, los gobiernos se convierten en el siguiente orden de tareas. Desde ahí, se establece el ministerio de lo sobrenatural y entra la diversidad de lenguas. El modelo no es sólo organizado, sino también relevante. Desde las iniciativas del apóstol — que son estratégicas, sacerdotales y militaristas— hasta la instalación de la fuerza militar del Rey de guerreros espirituales, hay provisión para la iglesia que Él dejó en la tierra para que se desarrollara.

1. Jerarquía de constitución humana. La destreza profética es enriquecida por el conocimiento, y como es un ministerio de personas, a personas y para personas en nombre de su Hacedor, el conocimiento de la humanidad es crucial para su eficacia. La Biblia habla repetidamente del modo en que Dios constituyó a las personas, y también habla del porqué Él hizo a las personas y las diferentes partes de su constitución. La jerarquía desempeña un importante papel en estos temas, pues el Señor destaca los efectos del espíritu sobre el alma, del alma sobre la carne, y de la voluntad del corazón sobre el intelecto de la cabeza. En la creación todo tiene una jerarquía de diseño. Con el ser humano es lo mismo. El modo en que las personas aprenden, reaccionan a las circunstancias de la vida y se rinden a Dios es cuestión de su constitución tal como es afectada por sus experiencias.

El espíritu es la más dominante de las tres, siendo formados alma y cuerpo para someterse a él. Su poder es en última instancia absoluto. Es semejante a su Creador y, por tanto, rinde y funciona de modo similar. (1 Corintios 2:10–12). El alma es el puente; conecta el cuerpo y el espíritu de modo que las voluntades de los tres estén equilibradas e igualmente distribuidas. El cuerpo es el esclavo. Sirve como el último de la fila, el punto de contacto con el mundo físico. El cuerpo expresa exteriormente lo que las otras dos esferas han decidido interiormente. El corazón es el depósito que recibe y dispensa mediante pensamientos y voluntad lo que el alma desea y el cuerpo anhela desempeñar. El espíritu, una vez renovado a Dios, se convierte en un esclavo del dominio continuado de los otros dos, el alma y el cuerpo, hasta que es madurado por la palabra de Él. Parece tener la mínima palabra después de la salvación, cuando anteriormente tenía autoridad dominante. A medida que el espíritu es renovado, según Efesios 4:23, Romanos 12:2 se produce y finalmente lo que el nuevo hombre (otra palabra para el espíritu) decreta, los otros miembros estarán de acuerdo en realizar. El alma se revela como el asiento del ser humano en contraste con el espíritu, que se presenta en la Escritura como la parte divina. (Romanos 2:9; Salmo 16:10; Mateo 10:28; Hechos 2:27, 31). Parecería por esta distinción que las almas fueron creadas de modo distinto a los espíritus para permitir su animación en la esfera terrenal. El espíritu, por el contrario, fue creado para habitar las esferas celestiales de Dios, lo cual clarifica la revelación de Mateo 25:41. La obvia expulsión del diablo y sus ángeles del cielo los limitó a lo que el Señor estableció como sus mundos inferiores, siendo el infierno el más bajo de los dos, basándonos en Deuteronomio 32:22. Así, la presencia de ellos en las esferas inferiores de la creación coincide con su expulsión de los cielos a la esfera terrenal. El origen de la humanidad en las mismas esferas medio bajas recibe la invitación de Dios a proseguir para ganar el derecho a ascender a los lugares celestiales por el espíritu. El papel del alma en habitar la tierra es preparar a las personas para residir en el cielo: la primera elección de Dios para ellas. (También Isaías 57:16; 43:7; Job 32:8; Génesis 1:27).

1. Jeremías. El segundo profeta mayor de la Biblia; Jeremías fue llamado a la tarea profética a una edad muy temprana. Era tan joven que fue reacio a obedecer su llamado por temor a que su falta de madurez obstaculizase su capacidad de rendir bien en el oficio. Dios contrarrestó su excusa con el hecho de que no era llamado debido a su edad, sino porque fue creado y formado desde el vientre para estar en el oficio de profeta nacional. Considerado un profeta de apocalipsis y derrotismo, el ministerio de Jeremías estuvo lleno de tristeza, dolor, desesperación y depresión. La suya no era una palabra popular o deseada. Enviado a la realeza con más frecuencia que a cualquier otro lugar, Jeremías fue el profeta que predijo la destrucción de su tierra natal y el juicio de Dios con ella sobre sus gobernantes. Fue arrestado, desterrado y castigado de todo tipo de maneras porque el liderazgo no quería escuchar la verdad. Se hicieron varios intentos de acabar con su vida a medida que él obedeció fielmente la voz del Señor.

Después de muchas reacciones hostiles a su palabra, los instintos naturales de supervivencia de Jeremías le hicieron intentar resistir la palabra del Señor cuando llegaba a él. Jurando que no volvería a pronunciar y ni siquiera recibir las comunicaciones divinas, Jeremías descubrió que el poder de Dios sobre él era mucho más fuerte. Registró que sus vanos esfuerzos por luchar contra el Espíritu del Señor causaban incomodidades físicas que eran mitigadas sólo cuando él pronunciaba sus profecías. Jeremías dijo que sentía temblor en sus huesos, sentía fuego y una palpitación intensa siempre que decidía no profetizar. Daniel y Zacarías fueron otros dos profetas que hablaron de sensaciones físicas relacionadas con recibir sus comunicaciones divinas. Dios hablaba a Jeremías mediante visiones y sueños; utilizaba parábolas, adivinanzas, simbolismo y enigmas para comunicar sus pensamientos al profeta y representar para él las palabras que quería que se pronunciasen. Fue tan dura la reacción del pueblo a la palabra de Jeremías que un profeta, Hananías, presumiendo delante del rey en oposición a la palabra de Jeremías, contraatacó tirando del yugo profético que Jeremías llevaba en su cuello.

1. Jerusalén. Ciudad capital de Israel, tomada por su segundo rey, David, de los jebuseos. Anteriormente la ciudad de Judá, recibe varios nombres en la Biblia: Salem, Ariel, la ciudad de Dios y la santa ciudad y Sión: la fortaleza o lugar alto de Dios. Recibe su nombre a causa de las dos grandes montañas alrededor de las que está situada. Como resumen, su nombre significa “posesión fundamental de paz”, lo cual armoniza con Ezequiel 43:7, 12. Antes de que los israelitas la controlaran, Jerusalén estaba bajo el dominio de Jebus, según Josué 18:28. Sus habitantes jebuseos fueron derrotados por Josué para abrir el camino para que más adelante el rey David tomase la ciudad como su fortaleza y capital. Originalmente llamada Salem, y gobernada por el vice-regente terrenal del Creador, Melquisedec, que fue asignado desde la eternidad para establecerla y mantenerla para su herencia predestinada, una revelación que muestra que Jerusalén fue y siempre ha sido la fortaleza del Creador. La historia y las luchas de Jerusalén se remontan muy atrás en el tiempo. Numerosas culturas, religiones y supuestas deidades han tenido control de Jerusalén como el preciado eje de toda la tierra, pues es allí donde el Creador dice que permanece su trono (Ezequiel 43:7, 12). Es una ciudad que ha sido ganada y perdida por casi todos los poderes principales del planeta en un momento u otro, y promete luchar por su existencia hasta que la Nueva Jerusalén del Apocalipsis descienda del cielo.

1. Jezabel. A) Sacerdotisa fenicia que se casó con Acab, el rey de Israel. Ella saturó Israel con la adoración a Baal, Tamuz, Asera y otras deidades repugnantes. El nombre de Jezabel es tan infame, que en el libro de Apocalipsis ella es recordada como una influencia espiritual de falsa profecía, ritual pagano y servicio sacerdotal inmoral a Dios. Su principal influencia era la seducción del pueblo, especialmente de los gobernantes y líderes de Yahvé hacia los dioses de su padre. B) Profetisa en Tiatira durante la era de la iglesia primitiva, que se sentaba fuera de un templo y daba profecías a aquellos que llegaban para

adorar. Combinaba profecías con agrupaciones profesionales y formación vocacional. Su ministerio alentaba el trato con los demonios, probablemente como medio de aumentar su riqueza y prosperidad mediante varios rituales ofertorios. 2. Jinete. Espiritualmente, los jinetes significaban mensajeros de juicio, supervisión sobrenatural y batalla. (Isaías 22:6–9). Repase las referencias en Zacarías 1–3. 3. Joel. Profeta del reino del sur que ministró treinta y nueve años bajo el rey Joás. Se cree que Joel era el más viejo de los profetas de Judá, y se especula que era anterior a su monarquía. Sus palabras se cumplen en Hechos 2:14–21 en la venida del Espíritu Santo sobre el primer Pentecostés de la iglesia de la Nueva Creación. 4. Jonás. Profeta menor de la región de Galilea en las cercanías de Nazaret, donde nuestro Señor vivió y lanzó su ministerio. (2 Reyes 14:25). Jesús no pasó por alto esta conexión, y recordó y relató la extraordinaria experiencia de Jonás en su propio llamado a morir y ser sepultado sólo para resucitar de la muerte tres días después y cumplir su destino como Redentor eterno del mundo. Jonás fue enviado a Nínive, una potente ciudad malvada de Asiria que en cierto modo conocía y temía al Dios de Jonás. Al arrepentirse tras la predicación de Jonás, ellos tuvieron éxito en impedir el desastre predicho del profeta. Jonás respondió a su arrepentimiento nacional conducido por su rey con un repentino resentimiento porque el Todopoderoso cedió y no causó el desastre que su profecía había prometido, pareciendo así desacreditarle. Jonás se enojó por el perdón del Señor a la ciudad penitente y se molestó porque Él no destruyó la tierra tal como había enviado a Jonás a declarar. Dios usó la reacción de Jonás para enseñarle una valiosa lección profética. Las profecías que matan y destruyen vidas no son lo mejor de Dios. El Señor tenía más de cien mil personas en Nínive que se arrepintieron ante la idea del desagrado de Él, lo cual debería haber agradado a Jonás más que su aniquilación. Más adelante, sin embargo, la

palabra del profeta se hizo realidad y Nínive fue completamente destruida. 5. Juan el apóstol. Fiel al contexto del manto apostólico, Juan, uno de los apóstoles originales, era también un profeta, como lo fue su mentor y ejemplo a seguir: Jesucristo. La profecía más inmensa de Juan es el Apocalipsis de Jesucristo. Las otras obras de Juan fueron oráculos más didácticos, aunque contienen profecías. 6. Juan el Bautista. Profeta precursor del Señor Jesucristo cuyo manto fue un resurgimiento del de Elías. El ministerio de Juan fue transicional en cuanto a que él pone fin a una vieja línea de profetas del Antiguo Testamento y presenta el nuevo orden de profetas bajo el Señor Jesucristo. Su llamado fue: “Arrepiéntanse y reciban a Aquel que bautiza con fuego”. La firma en la tarjeta de llamado de Juan se veía en su apellido. Él bautizaba con agua para señalar el camino a Aquel que bautizaba con fuego. Había seis meses de diferencia entre Juan y Jesús, que eran primos, y los dos fueron hombres concebidos milagrosamente.

L Lagarto - Luz 1. Lagarto. A) Símbolo religioso de civilizaciones primitivas con propiedades serpentinas. B) Adorado por sabiduría, astucia, adivinación, magia y hechicería. Como símbolo egipcio de esas cosas (anteriormente mencionadas) y del conocimiento secreto, se consultaba a los lagartos por su lógica mística y se utilizaban en artes misteriosas. C) Se utilizaban imágenes de lagartos para significar monstruos guardianes, como las gárgolas, y tipificaban héroes de antaño. También representaban espíritus ancestrales honrados por guardar la línea familiar de la generación. D) La palabra significa muscular, fornido y vigoroso. 2. Lago. Cuerpos de agua en reposo que representa el abismo de la muerte y misterios enterrados. Por esta razón, los lagos simbolizaban muerte y reclusión. En el pasado, con frecuencia eran lugares de antiguos encantamientos a los que los practicantes de la magia y la adivinación recurrían para sus artes. La imagen reflejada del lago significaba que uno siempre podía verse a sí mismo, y la claridad de la imagen se buscaba frecuentemente como si fuera una inmensa bola de cristal. Así es como los lagos llegaron a equipararse a lo sobrenatural, en particular la clarividencia. 3. Lamentación. Discurso profético que pronuncia juicios de parte de Dios sobre la mala conducta y la infidelidad de su pueblo. Las profecías del profeta Jeremías concluyen con una sección dedicada a narrar el desagrado de Dios con su pueblo del pacto y su correspondiente castigo. 4. Lámpara. A) Una lámpara es un canal de luz. B) Proféticamente, simboliza iluminación, instrucción y guía. C) Tales cualidades conducen a la prosperidad. Jesús, por ejemplo, nos dijo que la lámpara del cuerpo es el ojo. Así, es otra

aplicación simbólica de la palabra del Señor. (Salmo 119:105; Proverbios 6:23). Las lámparas tienen velas, y eso las equipara a la luz. D) Las siete iglesias del Señor Jesús están situadas en siete candeleros respectivos. 5. Langosta. Simbólica de destrucción, en particular destrucción en masa como juicio de Dios. 6. Lavamiento. Proféticamente, puede verse como divina limpieza o bautismo como preparación para la iniciación en el servicio divino. (Efesios 5:26). 7. Leche. Símbolo de alimento divino, regeneración, crecimiento espiritual y supervivencia. La leche, cuando se encuentra proféticamente, es un auspicio de inmortalidad recibido del alimento del propio dios, según los antiguos pensadores. La leche, espiritualmente es la bebida requerida de los iniciados que los lleva a virtudes más elevadas y conocimiento de cosas espirituales. Como símbolo de alimento espiritual, se pensaba que la leche manifestaba la pureza del grupo que confiaba en su textura espiritual para obtener conocimiento. Por eso el apóstol Pedro exhortó a los convertidos de Cristo, en su primera epístola, a desear “la leche espiritual no adulterada” (1 Pedro 2:2).

1. Lechuza. Espíritu de brujería, concretamente una hembra adivina u ocultista. Las lechuzas representan espíritus adivinadores de herejía y falsa profecía. Isaías 34:15 da a entender que la lechuza está relacionada con la serpiente en sus efectos serpentinos; es decir, lo que muestra, proféticamente hablando, es parecido al misticismo de la oscuridad. Isaías 34:14 refleja esto su afirmación sobre la “lechuza” traducida del hebreo lilith. 2. Lenguaje del mundo espiritual. Los profetas son prácticamente incompetentes sin un entendimiento del lenguaje del mundo espiritual. Aunque saber lingüística y temas similares es importante en el mundo físico para enseñar el conocimiento revelado de Dios, ese no es siempre el caso en el mundo espiritual. Recibir revelación nueva requiere un conjunto

de circunstancias enteramente espirituales. Los ciudadanos de la eternidad y los inmortales son muy activos en la comunicación de este lenguaje. 3. Lenguaje profético. Conjunto de términos y frases que sólo pueden aplicarse a la esfera de la profecía. Son las esferas predictiva, reveladora, apocalíptica, poética y de salmos de los dominios de Dios Creador. También incluyen la Santa Biblia como la revelación de Dios de sí mismo, y lo sobrenatural y espiritual al ser invocados en las manifestaciones proféticas. Véase el ministerio de Daniel en el Antiguo Testamento. 4. Lenguas. Término bíblico para orar en el Espíritu Santo, como se afirma en Judas 1:20. Orar o hablar en otras lenguas es un don del Espíritu Santo ordenado a la iglesia. Que es una función esperada del ministerio de la Nueva Creación se ve en 1 Corintios 12:28, 30. Se hace referencia a ello en 1 Corintios 12:10 como una manifestación especial del Espíritu Santo cuando opera en una reunión cristiana. Orar en lenguas parece diferir de hablar generalmente en otras lenguas según 1 Corintios 14:14–15 cuando se compara con otras referencias en 1 Corintios. Además de todo eso, se nos dice que hay lenguas de hombres y lenguas de ángeles. Esta revelación ayuda más a entender el ámbito del poder y efecto de esta práctica. Orar en otras lenguas, según la Escritura, capacita al pueblo de Cristo para tener comunión con Él y con el Padre de espíritu a espíritu. Además, ellos pueden ordenar a las fuerzas invisibles de la creación con precisión y sin prejuicios ni objetivos personales. El beneficio de hablar en otras lenguas es que los creyentes en Cristo son libres para utilizar todo idioma alguna vez pronunciado por la boca del Dios Creador tal como sea necesario en el cielo y la tierra para llevar a cabo sus asuntos espirituales y eternos en la tierra.

1. León. A) Símbolo bíblico de gobierno según el Antiguo Testamento; en particular, un rey. B) Representativo del Señor Jesucristo como el León de la tribu de Judá. C) También ministerialmente representativo del apóstol. D) El león era adorado como un símbolo de poder solar y, así, comparado con el sol. E) También especificaba autoridad real con todos sus atributos más positivos y potentes.

Se pensaba que los leones eran destructores y salvadores por igual. Son cazadores nocturnos muy sociables. Los pueblos antiguos cazaban y mataban leones para demostrar fuerza y dominio sobre criaturas endiosadas. La victoria en esas competiciones se creía que aseguraba vida continua. (Joel 3:16). Por esta razón, el león también significaba dominio militar y valentía en la batalla. Por último, se creía que eran destructores de maldad y campeones de luz y vida. En Grecia, los leones representaban a Dionisos, Febe, Artemisa y Cibeles debido a su gobierno combinado y sus cualidades defensivas y a la vez protectoras.

1. Leopardo. A) Símbolo del cruel, despiadado y poderoso en hazañas y conquistas. B) Indicativo de feroz orgullo disfrazado de valentía humana. C) Señal de rapidez y sigilo movilizados para el ataque. El leopardo era un antiguo símbolo de chamanismo y el animal sagrado de Set, la deidad egipcia. Su carácter también se relacionaba con los atributos de Dioniso (Baco), el dios griego del jolgorio, la brutalidad, la perversión sexual y la borrachera. Las manchas del leopardo también se identificaban con el dios de muchos ojos Argus. También se denominaba Puma. Por esta razón, se creía que el leopardo negro era un cruce de león y pantera.

1. Leviatán. A) Animal enroscado. B) La palabra significa concretamente “un enroscado dado en unión por pacto”. C) Un principado gobernante de la familia serpentina cuyo gobernador espiritual se asemeja al del dragón. D) Criatura draconiana de antaño que representaba al diablo y simbolizaba inteligencia mística y fuerza brutal. El leviatán de antaño era una criatura acuática que representaba las fuerzas crueles y absolutas de la naturaleza. E) Símbolo de lo “indomable”, el leviatán se equipara al caos. F) Leviatán es espiritualmente la constelación de Dracos, la cual fue adoptada como autoridad espiritual sobre la antigua Babilonia, también reconocida en el mundo antiguo como la Señora del Mar, coincidiendo con Apocalipsis 17:1. El discurso del leviatán en Job 41 describe alegóricamente una esfera de poder espiritual y experiencia humana en la que el orgullo gobierna como gobernante leviatán sobre los hijos del orgullo. Falsa religión y engaño son características que acompañan al poder de esta criatura. Dinosaurios, lagartos y cocodrilos son otras formas de este ser amenazante y seductor. G) El leviatán también se denominaba Lotán en la antigua Canaán, que se parecía a Tiamet, la figura de la diosa del caos. H) La serpiente huidiza de las Escrituras también se denomina Leviatán. I) Antiguo dragón ugarítico. J) Simbólico de monstruos marinos y caos acuático. K) El abismo profundo. L) Inicio del zodíaco. La palabra hebrea para las criaturas serpentinas de la

Biblia es tanniym y define dragón. En 1907, según el Diccionario Barnhart de Etimología, leviatán se convirtió en un término aplicado a una persona o cosa grande y poderosa.

1. Libro. Colección de escritos que narran, registran, revelan, ordenan y regulan cualquier cosa. Aparte de su presentación, los libros constituyen una forma de comunicar la voluntad, pensamientos, creencias e ideas de otro. Un libro en una visión o un sueño significa sabiduría, conocimiento y erudición. Es una herramienta de estudio y un instrumento de grabación. Los libros simbolizan revelación divina y verdad espiritual. Como metáfora de vida eterna, los libros representan el registro de vidas, genealogías y obras de las personas. Tragarse un libro en un sueño o visión es consumir su conocimiento. Un libro cerrado indica término de su tema o exclusión del mismo. En el último caso, es una invitación a ganar el derecho a abrirlo y aprender de lo que hay en él. Un libro abierto invita a un libre acceso a su conocimiento e implica el llamado a proclamar su información o revelación. Libros ardiendo reflejan la renuncia y destrucción de su conocimiento y aniquilación de su información. Un libro cerrado mirando hacia la derecha es equivalente al conocimiento que se debe aprender, estudiar y explorar. Un libro cerrado mirando hacia la izquierda significa el final de una época de estudio, preparación o proceso de aprendizaje. Un libro en una estantería significa una verdad y una revelación aún sin explorar. Un libro que se está escribiendo es una obra en progreso, una ruta escolástica que hay que recorrer para perseguir el conocimiento. (Apocalipsis 20:12; Deuteronomio 28:61; Josué 23:6; 1 Crónicas 29:29; 2 Crónicas 34:30; Ester 6:1; Jeremías 36:8, 10; Mateo 1:1 [referencia cruzada Génesis 5:1]. También Malaquías 3:16; Lucas 3:4; 20:42; Filipenses 4:3; Hebreos 10:7; Salmos 40:7; 56:8; 69:28; 139:16; Apocalipsis 22:19).

1. Libro de Cristo. El libro de Cristo es realmente toda la Biblia. Sin embargo, como es la palabra del Creador que es espíritu y está fuera del tiempo, cumple el significado de profético. Lo que hace que este término sea importante para los profetas es la realidad de que todo lo que el Señor Dios hizo lo escribió y lo codificó de manera invisible en toda la creación. El Señor Dios escribió lo que hizo y haría por los agentes invisibles de su reino asignados para ocuparse de que su palabra se cumpla. Por último, escribió lo que hizo y haría por los seres humanos en la tierra. El libro de Isaías nos asegura que lo que el Todopoderoso hace, lo hace según su palabra escrita. Cuando los profetas de

Dios profetizan, lo hacen de forma coherente con lo que el Señor Dios escribió antes de que el tiempo comenzase a ser accionado por las palabras de profetas postreros en el tiempo y los períodos apropiados. Génesis 1 dice que incluso las estrellas y los cielos siguen los eventos indicados por el Creador. Salmo 19:1 dice que los cielos declaran la gloria de Dios, mientras que 97:6 dice que declaran su justicia para que toda la gente la vea. En 1 de Pedro 1:20 leemos que el Señor ordenó eventos terrenales en su Escritura que son profetizados por sus mensajeros. En 1 Pedro 10:20–21 se confirma que el Señor actúa sobre lo que ha ordenado de antemano. Cuando Cristo habló de que debían cumplirse las Escrituras, esto es lo que quería decir. En Daniel 10:21 el ángel Gabriel anunció lo que el Señor escribió antes del tiempo con respecto a lo que le sucedería a su pueblo y su amada nación. Salmo 119:160 dice que la palabra del Señor es verdad desde el principio. Proverbios 8:23 dice que el Señor poseía sabiduría desde el comienzo designándola antes de que fuera formada la tierra. El resto de referencias enfáticas son Efesios 3:9, donde se habla del misterio del Señor como algo escondido desde el comienzo del mundo, y otras que encontramos en Isaías 40:21; 41:4, 26; 48:3, 5, 7, 16. Todos estos pasajes explican los rasgos particulares y distintivos entre la adivinación psíquica y la palabra profética del Dios Altísimo, Creador de todas las cosas. En todos los escritos proféticos vemos que Dios hace todo por su palabra. A través del lenguaje de los siguientes versículos entendemos que Él manifiesta el cumplimiento de su palabra. (Génesis 26:24; Josué 1:2, 7; 2 Samuel 3:18; 7:5, 8; Isaías 44:28). Todos estos pasajes muestran cómo el poder del Señor se vigoriza y ejercita por su palabra. Esa es la palabra que el Señor les muestra a sus profetas y les asigna para que la declaren al mundo a su debido tiempo. Cuando un profeta da la palabra del Señor, es de la Escritura de verdad, y lo que Él está soltando es lo que ha estado inscrito en la eternidad y declarado por la boca de los profetas de antaño. Los profetas que dan palabras de Dios fielmente, como en Jeremías 23:28, sólo pueden reiterar lo que ha sido escrito en las Escrituras de Dios desde tiempos inmemoriales. La relevancia profética de esta información reside en que es una guía estándar para que la sigan todas las profecías. Los profetas no pueden darse el lujo de variar la Palabra del Señor. Hacerlo sería ministrar una mentira, y eso hace que la profecía salga de la esfera de la verdad y la coloca en el ámbito de la adivinación. Para que guarde coherencia con la verdad, la profecía debe estar en consonancia con las Escrituras como el Señor lo dice, a quien el Señor lo dice y en el tiempo en que el Señor indica a su mensajero que la libere. Cuando se trata de profecía personal sucede lo mismo. Salmo 139:15–18 y otros pasajes de las Escrituras establecen que las predicciones reveladoras y las perspectivas proféticas son tanto para el individuo como para el cuerpo. Véase las tareas de Moisés en Éxodo 18:16–20.

1. Liderazgo apostólico. Como cimiento de la iglesia, el liderazgo apostólico es la piedra angular de la viabilidad del Nuevo Testamento. Revelación, mediación y educación son clave para el desarrollo apostólico, con énfasis en el desarrollo. El catecismo y la organización eclesiástica son las iniciativas más

destacadas del líder apostólico. Proteger a la organización preparando y situando a las personas adecuadas en su lugar es primordial. Orígenes, historia y antigüedad están constantemente unidos a las enseñanzas coetáneas del apóstol. Los apóstoles son las principales voces que desafían a las personas a crecer constantemente, a estirarse y a elevarse por encima de lo mundano para servir a Dios a su nivel. Son edificadores, creativos, innovadores y pioneros. Los apóstoles fomentan el orden divino, la adoración a Dios y el servicio sacerdotal del pueblo de Él a su Rey. Tienen en mente la eternidad y quieren ejercitar y aplicar la eternidad de Cristo en el ahora, cada día. Como buenos gobernantes, llevan el liderazgo más allá del rutinario manejo de la iglesia hacia el gobierno del reino. Los líderes apostólicos son inteligentes, estructurados y reveladores. Aprender y enseñar es algo importante para ellos en su intento de transformar a las personas de lo que eran en la cruz a lo que Dios les hizo ser para siempre. Su íntima relación con el Cristo resucitado les hace ser líderes convencidos, fervientes obreros y apasionados comunicadores de la verdad de Dios que demuestra de forma eficaz los poderes de la era venidera. 2. Liderazgo profético. La frase pertenece al estilo de liderazgo único, métodos y motivaciones de los profetas. Al ser el oficio de liderazgo inherente, significa que realizar las tareas y proyectos de Dios mediante su pueblo y hacerlos avanzar en los propósitos del Señor son cosas innatas de la posición. El liderazgo profético, mejor ilustrado por Samuel y los otros profetas de la Escritura sobre congregaciones, tiende a ser más inflexible y puede ser más intrusivo que otros. Dejando a un lado profecías y revelaciones, normalmente dominan en los líderes proféticos los planes de Dios, su voluntad y sabiduría. Contrariamente a la actitud de Saúl hacia el liderazgo en el que las voces de las personas desautorizan a Dios, los líderes proféticos tienen la mente de Dios; comunican y transmiten el temor del Señor basados en revelaciones frescas que los líderes de la palabra de Dios revelada tienden a minimizar. Los líderes

proféticos se ocupan del conocimiento con inteligencia espiritual; son desarrolladores de personas, que ven el crecimiento de las personas como instrumento potencial y productivo en manos de Dios. Los líderes proféticos son impulsados por la Escritura, pero también pueden ser demasiado etéreos y de algún modo crípticos en su enseñanza cuando no están arraigados en la sabiduría de Dios. En los profetas que son líderes, son importantes los planes, proyectos y dirección divina. Lo que Dios quiere hacer, cuándo quiere que se haga y el modo en que Él quiere que se haga son temas constantes en el liderazgo profético, hasta el punto de ser ocasionalmente estrechos y rígidos en sus perspectivas, desconsiderados con respecto a aquellos a quienes asignan tareas y delegan responsabilidad. Una fuerte influencia pastoral modera los extremos proféticos para equilibrar la elevada espiritualidad del profeta con lo práctico de la orientación hacia la gente. Orden, oportunidad y estructura al igual que el logro son importantes.

1. Límite. Aplicado a lo profético, se refiere a un límite espiritual o natural que divide, limita o restringe el alcance, acceso y rango de un profeta, sus actos y progresiones ministeriales. La Biblia lo llama también regla. (Job 26:10; Miqueas 7:1; Salmo 16:5–11; 2 Corintios 10:13, 15–16). 2. Lira. A) La armonía de lo terrenal y lo divino. B) Símbolo de las esferas musicales de la creación. C) Señal de lo poético. 3. Llaves. Símbolo de autoridad, prosperidad, poder y entrada al conocimiento. Con frecuencia se entregan llaves como parte de ritos de iniciación. Proporcionan acceso a, y empleo de la sociedad o los misterios culticos de una religión. Las llaves son también emblemas de autoridad oficial y municipal. Llaves doradas o plateadas representan autoridad pontificia que se remonta a la mitad del año 300 a. C. Poseer la llave de cualquier cosa se equiparaba a guardar las entradas y a una progresión alternativa de una etapa o nivel al siguiente. Cuando Cristo le dijo a Pedro que le había dado las llaves del reino, según la práctica de la época, Pedro recibió las llaves de los archivos eternos del cielo, sus entradas sobrenaturales y su sello espiritual de autoridad. Cuando Cristo hizo su declaración acerca de Pedro, tenía esas funciones en mente para el papel de él sobre la nueva ecclesia a la que Él estaba a punto de dar nacimiento. El Señor estaba estableciendo a Pedro, y a los otros apóstoles, como leitourgos en su comunidad eterna. Esta explicación arroja más luz sobre el rango, papel y autoridad funcional del apóstol del Señor.

1. Lluvia. Simbólica de derramamientos celestiales. La lluvia puede significar bendiciones para aliviar la sequía y causar el

crecimiento de la producción de la tierra, o juicio en el que su severidad causa destrucción. La lluvia suave habla de misericordia, la lluvia dorada de las bendiciones de la prosperidad, la sabiduría y las manifestaciones espirituales. Símbolos de lluvia incluyen truenos, relámpagos, serpientes y el dragón, ya que se les acredita la sabiduría y el poder sobre el tiempo atmosférico y sus elementos.

1. Lobo. A) Símbolo de astucia feroz, crueldad espiritual y sigilo despiadado. B) Señal depredadora en contextos proféticos que habla de salvaje y cruel avaricia. Los lobos simbolizan descaro para llevar a cabo el mal, un obvio depredador sexual, un sátiro rapaz y un devorador. Los lobos aparecen espiritualmente como fuerzas y agentes caóticos de calamidad, abuso y violencia; lo promueven mediante símbolos a inteligencia que obra en la batalla espiritual como guerreros sobrenaturales. Los lobos han sido desde hace mucho tiempo emblemáticos de brujería, y de esta idea surge el mito del hombre lobo que culpa de la transformación del hombre al trabajo de una bruja. Este animal en un sueño o petición simboliza el mal, y presenta herejía cuando se observa en contextos religiosos, espirituales y doctrinales. Los lobos también reflejan la presencia o entrada de espíritus seductores. (Génesis 49:27; Juan 10:12. También Ezequiel 22:27; Mateo 7:15; 10:16; Hechos 20:29).

1. Lucero de la mañana. Se encuentra en 2 Pedro 1:19, donde esta palabra es sinónimo de lucero del alba y, como tal, el planeta Venus. La palabra literalmente significa “portador de luz” y se refiere a la estrella del amor. Habla de festividad en la vida espiritual como la que dio el Señor Jesucristo. Lucero de la mañana tiene que ver con el iluminador, el revelador, el que declara la verdad e ilumina el conocimiento mental. Se refiere también al que profetiza desde dentro. El lucero de la mañana del que hablaba Pedro era el que enseña de espíritu a espíritu, el que afirma y mantiene al hombre interior. Lucero de la mañana, hablando de la palabra profética, es rhema y el logos combinados. Lucero de la mañana es la estrella que reside en el día y que también ilumina en la oscuridad. 2. Lucifer. Nombre del querubín que dirigía a la asamblea de adoración celestial a la gloria de la presencia de Dios. Se creía erróneamente que él era un arcángel, aunque la Escritura le identifica claramente como un querubín: el querubín anteriormente ungido. La palabra utilizada para ungido para

describir su anterior posición se aplica una sola vez en la Biblia. Es la palabra mimshach. Lucifer, el querubín ungido, es el único que recibió tal unción entre las criaturas del Señor. Su nombre se cambió a Satanás cuando él lanzó su ataque general sobre los ángeles y libró una eterna e infernal guerra contra su Creador, a quien él suponía que podría destronar. Ezequiel 28 e Isaías 14 le revelan. 3. Lugar alto profético. Lugar de reunión de profetas y tipos proféticos, junto con su equipo. El lugar alto profético era donde tenían que dar la formación, el ministerio para el servicio del Señor y la comunión del profeta. También es donde profetas principales, como Samuel, llevaban a quienes el Señor les asignaba para ministrar o a candidatos para ser elevados en su reino. Los lugares altos proféticos, por esta razón, a menudo eran el lugar de investidura de reyes, sacerdotes y profetas según las palabras del profeta. (1 Samuel 10–11). Dios asigna lugares altos a sus siervos, que pueden verse en el Salmo 18:33. Amós 7:9 añade a esto que Isaac tenía lugares altos propios, hablando de la simiente prometida del pacto de Israel distinguiéndola de aquellos a quienes Israel y Judá establecieron para contaminarse. En coherencia con esta perspectiva está la revelación de Habacuc de que los profetas son instalados en los lugares altos de Dios Creador en Habacuc 3:19. Está bastante claro de todas las definiciones de los lugares altos a que se hace referencia aquí son la morada y el dominio de los ángeles: sus cuarteles centrales. Incluidos en este significado están en los ángeles como estrellas (es decir, mensajeros del Señor) y las nubes, sus vehículos de transporte, y centros de actividad temporal en la tierra. En el lado negativo, el lugar alto más popular y más visitado de la Biblia aparte del monte Sinaí era el monte Carmelo. Era el centro de adivinación y falsa profecía para los profetas de Baal. También se denominaba monte de adivinación o monte de Baal.

1. Lugares altos. Colinas donde eran adorados dioses paganos. Samuel llevo a Saúl a su lugar alto de profeta para tener comunión con él con respecto a su llamado a ser el primer rey de Israel. También en Habacuc 3 se utiliza el término otra vez para designar la esfera de autoridad, poder y ministerio en la que un siervo de Dios está situado para su tarea. (1 Samuel 9:13; Salmo 18:33; 2 Samuel 22:34; Habacuc 3:19). 2. Luz. A) Dios, su verdad y poder de regeneración, renovación y transformación. B) Concretamente la Palabra de Dios. C) La luz

también significa los poderes creativos del Dios Creador en funcionamiento o empleados para producir y realizar. (Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo” [véase Juan 9:5]). D) La luz guía el camino, penetra en la oscuridad y proporciona visibilidad para viajar, trabajar y relacionarse. E) La luz es útil para crecer, reflejar y proteger. Isaías 49:6 habla de que el Señor Jesús es enviado como la luz del mundo mucho antes de haber venido. Salmo 18:28 dice: “Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas”. Salmo 119:105 añade: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. La luz es también aceptada como luminiscencia espiritual; así, los espíritus sobrenaturales se corresponden con la luz en sí mismos. El espíritu humano también se ve como luz. Jesús el Salvador al revelar el verdadero ser de su Padre nos dijo que “Dios es luz” (1 Juan 1:5). En este versículo vemos este tema y nos dice que en Dios, debido a que Él es luz y la fuente de toda luz, “no hay ningunas tinieblas en él”. No es, pues, sorprendente que su Hijo Jesús viniera a la tierra como “la Luz del mundo”. La descendencia de la Luz no podría ser menos. Esta línea de pensamiento, aunque en cierto modo primitivo para los modernistas actuales, es coherente con la mentalidad del mundo antiguo que consideraba a sus deidades como luz y vida, y la fuente suprema de toda su iluminación. Cuando ellos quebrantaban la comunión con el dios y le ofendían, eran lanzados a la oscuridad. Proféticamente, eso es de lo que el Señor advierte a los profetas de la época de Miqueas. La retirada de la luz de Dios (iluminación) es un juicio de divino, como se ve en Miqueas 3:5–7, que dice: “Así ha dicho Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él: Por tanto, de la profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos. Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios”.

M Madera - Mujer 1. Madera. Objeto natural que se presta bien a la manipulación humana. La madera es frecuentemente el objeto elegido para la adoración y magia supersticiosa. Proféticamente, una doctrina humana sin valor que se opone a la palabra y la obra del Espíritu de Dios. Como dice Jeremías 10:8: “Enseñanza de vanidades es el leño”. Las imágenes de madera significaban dogma y doctrinas ocultistas, el culto a Asera y los tótems de deidades ancestrales. 2. Magia. Manipulación, coerción o intrusión ilegítimas en lo sobrenatural por razones impías. La palabra magia viene del latín magica para significar artes. El término griego para la palabra es magike, que significa techne. La segunda es el prefijo de nuestras palabras técnico o técnica. Al provenir de los magos, la magia emula su arcaica destreza en las artes curiosas. En la práctica, la magia es un arte en el cual personas sobrenaturalmente capacitadas ejercen poder espiritual no autorizado para manipular las fuerzas, fuentes y recursos invisibles de la creación por razones sinuosas y perjudiciales. La palabra en el Nuevo Testamento para magia es pharmekeia porque gran parte de su éxito depende de drogas y embriaguez. La palabra hebrea para magia es kashaph, que significa “susurrar un encanto, encantar o practicar la magia”. El vínculo entre la magia y los antiguos magos persas estaba en que los magos eran sacerdotes, convirtiéndolos en idólatras que adoraban a las mismas deidades paganas que proliferaban en el mundo antiguo. Los magos, por consiguiente, son sacerdotes de ángeles caídos disfrazados como deidades de otro mundo. Los practicantes de la magia afirman que hay dos tipos: magia blanca (inofensiva) y magia negra (dañina). A primera vista, esto suena inocente hasta que uno se da cuenta de que las operaciones y objetos de ambas son esencialmente los mismos, siendo la única diferencia los diversos grados de manipulación. Ambas formas tienen como objetivo hacer un buen o mal uso de lo sobrenatural para fines puramente egoístas. Ambas ignoran las leyes inscritas en la creación

y chocan con las fuerzas protocráticas de Dios ordenadas para mantenerlas. Ambas formas también rechazan la idea de libre albedrío humano, deleitándose en pasar por encima de la voluntad personal, amor, servicio, dar y otras conductas que ellos normalmente rechazarían.

1. Malaquías. Profeta sacerdotal del Antiguo Testamento durante la misión de Nehemías. Este profeta menor abordó la mala conducta sacerdotal, los sacrificios impuros, la perversión ritual y el abuso conyugal. Sirvió alrededor del año 400 a. C. y su nombre significa “mi mensajero”. Él reveló que el Señor escucha atentamente los comentarios de su pueblo con respecto a Él, y registra lo que se dice. Malaquías mostró que Dios registra las quejas de quienes critican y la lealtad de los fieles. Ambos tienen libros donde Dios determina sus recompensas en consonancia. 2. Maldición. Término usado para improperios, palabras vulgares para echar conjuros y sobre todo un llamado al mal para que venga sobre una persona, acción o cosa. El objeto de la maldición es destruir, corromper o profanar lo sagrado y santo. Otra palabra usada para ella o con ella es jurar. Jurar añade la dimensión de tomar un juramento o voto por parte de aquel que realiza la maldición. La maldición se usaba para desbaratar el destino ordenado por el Creador de la persona maldecida. El propósito de la maldición es luchar contra el propósito de Dios en una vida corrompiendo su esfera de vida y templo humano con vulgaridad, para considerarla corrupta y descalificada para el uso divino. El que maldice normalmente es el agente del espíritu inmundo que intenta reclutar y desviar su llamado para que sirva a la oscuridad. El término en alguna jerga también hace referencia a la blasfemia que originalmente comenzó con los mismos objetivos en mente. La malignidad, el tabú y las prohibiciones sagradas son todas ellas prácticas más formalizadas de emplear el instrumento de la maldición para derribar o execrar las capacidades espirituales del maldecido. (Números 22:11; Deuteronomio 11:26–29). El efecto de maldecir era menospreciar, destruir y condenar desde la raíz y así comenzar el proceso de aniquilación final del objeto maldito.

1. Manifestaciones proféticas. A) Aparición de una profecía en su forma visible y natural; profecía cumplida. B) La materialización de la palabra del Señor hablada a un profeta. C) Una demostración y dramatización profética de la palabra del Señor impuesta sobre una o más de sus criaturas. 2. Manto del profeta. Distinto de la unción de profecía, este término se refiere a la cubierta espiritual peculiar que designa y

capacita a los profetas. El manto sirve para promover y provocar el espíritu del profeta dentro de él. Es una vestidura oficial que la mayoría de personas disciernen, y las huestes angelicales honran y colaboran con ella. El manto del profeta es como el profeta atrae a un seguidor, presenta de modo preciso la palabra del Señor y reúne la economía personal del profeta en apoyo del ministerio. 3. Manto profético. Término para la capa (hablando espiritualmente) que los profetas llevan para designar su autoridad en su comunidad ministerial y en la esfera espiritual. Juan el Bautista, Elías y muchos otros profetas fueron reconocidos por el estilo único del manto que llevaban. Los viejos mantos generalmente estaban hechos de pelo de camello, y se ajustaban a la altura de la cintura con un cinturón de cuero ancho. Actualmente, el manto del profeta lleva con él los mismos poderes, sin la necesidad de vestirse de modo tan diferente por fuera. El propósito que sirve actualmente es más para los agentes invisibles de la creación de Dios que para las personas de la tierra. Los mantos del profeta significan para ellos estatus, autoridad y posición del oficial en las esferas proféticas de la creación. Cuando la adivina de Endor invocó la imagen de Samuel para Saúl, él fue reconocido porque apareció ante ellos con el característico manto del profeta. A menudo, en tiempos modernos vemos a personas proféticas inclinarse hacia el hábito de llevar ropas holgadas en el servicio. Gran parte de esto tiene que ver con el antiguo espíritu del profeta que inspiraba su antigua vestidura como parte de heredar los mantos espirituales de sus predecesores.

1. Mandato divino. Mandato decretado por una autoridad celestial a un ser humano entregado a través de un sueño o visión como una tarea. Generalmente, se envían y reciben por medio de un fenómeno espiritual. Aunque espirituales, tales mandatos van acompañados de señales físicas que afirman al recipiente que lo que recibió de forma inmaterial que se manifestará sin lugar a dudas con el ejercicio de las tareas asignadas por el Señor. Las señales son versiones cortas o de minuto de lo que el Señor permite y confiere sobrenaturalmente. Finalmente confirman a través de sus autoridades existentes que el iniciado que entró en su servicio es válido y aprobado ante Dios.

2. Manifestación. A) Los actos o procesos que causan que algo o alguien se manifieste; es decir, que aparezca en su forma física o literal. B) Los profetas son manifestantes. 3. Manifestación de profecía. El término identifica la aparición física de una profecía dicha por un profeta. Profetas con mucha experiencia saben que ellos no se limitan a hablar al aire. Años de escuela divina, y es de esperar que práctica, les han enseñado que ellos pronuncian lo que el Creador ha sumergido y codificado en la creación antes de que comenzase el tiempo. La idea se basa en Hebreos 4:2–3, que dice que las obras de Dios fueron terminadas desde la fundación del mundo. Jeremías 28:9 declara que la función de la palabra del profeta es hacer suceder. El profeta reconoce que el manto que lleva por el Espíritu contiene multitud de capacidades, recursos y productos escondidos esperando sus momentos de aparición en forma física. Los profetas también comprenden su poder para dar forma y prender eventos literales en la tierra desencadenados por el modo en que ellos profetizan. También en Jeremías 7:11– 14 se añade que las palabras de los profetas de Dios se materializaron en forma de un gran desastre. Daniel 9:2 hacer mayor hincapié en esto cuando el joven profeta entiende que los acontecimientos que vive están en consonancia con un profeta anterior, Jeremías, palabras cuyo manto preparó el camino para la obra que él (Daniel) tenía que hacer. Zacarías 1:6 habla sobre el poder, la inteligencia casi intrínseca de las palabras de Dios que se activan y movilizan fisiológicamente en sus momentos predeterminados. En 1 Reyes 17:1 Elías entendió que el poder que residía en su palabra hablada se manifestaría realizando lo que él ordenó. En Jeremías 28:7–11, el profeta demostró que él sabía que la palabra del Señor que salía de su boca iba a cumplirse. Jeremías les recordó que los acontecimientos presentes que se habían producido y se producirían posteriormente sucedieron por la palabra de anteriores profetas. Oseas 6:5, otro ejemplo, es donde el Señor dijo que Él labró a su pueblo por las palabras de sus profetas que declararon sus juicios. Lucas 24:44 registra que nuestro Salvador les recordó a sus seguidores que los profetas predijeron aquello de lo que acababan de ser testigos y habían experimentado con Él y, por tanto, sus palabras tenían que cumplirse, algo que Él hacía coherentemente. Hechos 15:15 añade que los acontecimientos emergentes de la iglesia del Nuevo Testamento estaban en total acuerdo con las palabras de los profetas; se manifestaban cosas tal como estaban profetizadas. En 2 Pedro 3:2 se añade que según las palabras de los santos profetas de Dios, su pueblo debe esperar el cumplimiento de sus palabras. Deuteronomio 18:22 comunica que las palabras de los profetas han de manifestarse.

El pasaje de 1 Reyes 18 da un potente ejemplo en la competición de Elías con los profetas de Jezabel que establece nuestro punto. Sin la fuerte fanfarria que llevan a cabo los profetas paganos, Elías trata a Dios como si Él estuviera presente, oyendo y viendo, no como una lejana deidad indiferente sino como un dios de pacto que le había otorgado privilegios poderosos. Eso fue lo que Elías invocó cuando clamó a su Dios para que respondiera con fuego. Esa respuesta se basó en la palabra de Elías como agente de Dios en 1 Reyes 18:24. En 2 Reyes 14:25, el Señor restaura un territorio de Israel según las palabras de su profeta Jonás, hijo de Amitai. Lea 2 Crónicas 36:21 y Esdras 1:1, donde ambos pasajes subrayan que los acontecimientos ocurridos en sus épocas fueron el resultado de las palabras del profeta Jeremías. Los profetas de Dios operan desde el punto de vista estratégico de que nada que ellos harán y obtengan permiso para realizar es ajeno a Dios. Como funcionarios de Él, aceptan que lo que poseen, el poder que tienen, es el resultado de la capacitación oficial de Dios, sirviendo meramente como las herramientas de poder de su ministerio profesional. Los profetas consideran su conjunto de dones y capacidades como implementos con los cuales administran la voluntad de Dios, manejan sus recursos y dispensan las provisiones de Él en la tierra. Ese es el pulso de su profecía y la razón de que ellos esperen que se manifieste.

1. Manipulación. A) Antiguo término griego que describe una meticulosa estrategia de guerra. B) Actualmente, es una palabra que se aplica a menudo a la profecía dada por interés personal, o para obtener favor, sumisión o apoyo de otro. Otra aplicación del término en la iglesia del Nuevo Testamento es a los actos opresivos o coercitivos de un líder especialmente fuerte. Cuando se trata de ministerio profético, la oportunidad de lo profético con mano dura siempre está presente. Eso significa que los profetas pueden caer, y muchos han caído, fácilmente en tácticas manipuladoras para hacer suceder sus palabras, o para quedar bien con otros si fallan. Sin embargo, ese no es siempre el caso en las afirmaciones de manipulación. Tantas veces como el profeta ha fallado ha sido también el acusador. A veces, las afirmaciones de manipulación por parte de pastores u otros líderes espirituales deberían investigarse antes de ser recibidas incondicionalmente como verdaderas. En más de una ocasión, ese escrutinio de tales afirmaciones ha revelado que quien se quejaba estaba insubordinado o enojado por ser obligado por su líder, pastor o mentor a hacer algo que no quería hacer. Además, los profetas que mentorean son regularmente criticados por su discípulo por su fuerza y disciplina, quien originalmente percibía su discipulado como más conveniente, menos intrusivo y ciertamente más divertido y ventajoso. Corrección, disciplina y estructura nunca estuvieron en sus visiones iníciales de la obra profética, y cuando se incorporaron, el resultado fue desastroso. Al enfrentarse a los verdaderos requisitos de la relación de mentoría, muchos principiantes inicialmente asignados a un profeta se irritan ante el llamado a la obediencia, respeto a la autoridad o las estrictas demandas de servicio como aprendiz. Como represalia, tienden a afirmar manipulación para cubrir su propia insubordinación al programa de desarrollo que el Señor les asignó.

1. Mano del Señor. La mano del Señor sobre el profeta se menciona frecuentemente en la Biblia. Es un término que los profetas acuñaron para expresar la pesada carga de profecía que se mostraba a sí misma como una presión sobre los hombros, la

parte alta de la espalda o el cuello. Otras sensaciones proféticas sentidas en la región del vientre eran amargura, efervescencia o calor en el pecho. Esas sensaciones se clasificarían más como carga profética massa. 2. Mano izquierda. Símbolo de fortaleza y perspectiva emocional; sentimentalismo. 3. Mántica. A) Palabra griega para la función técnica de videncia con adivinación, presagios y augurios como productos de fenómenos y maquinaciones naturales. B) Planes o pensamientos creados que se mezclan con magia. C) La antigua mántica se apoyaba en la hieroscopia para una buena cantidad de su información adivinatoria; es decir, estudiaban órganos de animales para hacer predicciones. D) Palabra ocultista para profeta. E) Adivino. F) Uno cuyos mensajes normalmente se dan en estados de histeria o frenesí, con frecuencia inducidos por bebidas alcohólicas. 4. Manto. Vestidura amplia que llevaban los profetas y otros oficiales en autoridad para significar su posición y poder para ejercer dominio. Los mantos reflejan latitud, estatura, prestigio y provisiones del que lo lleva, al igual que la licencia para actuar. 5. Marco del sueño. Esta frase explica la importancia profética de reconocer la era, mobiliarios, localización y trasfondo de los sueños. Es importante para conseguir una perspectiva reveladora y una interpretación del sueño más precisas. El marco del sueño toma en cuenta lo que es normal y anormal en un sueño. Algo tan vago como la textura, granulada en vez de lisa, lleno de color en vez de blanco y negro y claridad en vez de algo borroso, pueden ser cosas significativas para la interpretación del sueño. Paredes, iluminación e instalaciones fijas de luz dicen mucho sobre lo que el mensajero del sueño desea comunicar. Granito en vez de mármol, suelo de color o de diseño, suelo desnudo o con alfombras, todos ellos son elementos de revelación importantes para entender el sueño.

6. Mares. Los mares vistos en contextos proféticos representan la diversa población de la tierra. Animales que suben del mar indican la textura, contextos y constitución espiritual interior de quienes normalmente están en liderazgo sobre las masas. Gente como masas de la tierra simbolizadas por grandes cuerpos de agua, es para designar su naturaleza inestable, su existencia con frecuencia caótica y su contribución a la confusión de la vida humana. El simbolismo del agua habla de su fluidez e inestabilidad de espíritu, acto y conducta. (Isaías 17:12). 7. María. La hermana de Moisés y Aarón que también fue profetisa en Israel. El Señor la recordó al profeta Miqueas como la tercera gobernadora de la tierra. (Miqueas 6:4). 8. Marrón. Color simbólico de la tierra. 9. Martillo. Símbolo para ejemplificar poder creativo y destructivo de alguien que tiene autoridad soberana. Implemento de accionamiento y productivo de la palabra profética según el profeta Jeremías. 10. Matrimonio. A) Simbólico en visiones de pacto, unión, colaboración y empresas conjuntas. B) Significa relaciones íntimas y alianzas secretas. 11. Mashal. A) Gobierno, un imperio. Palabra hebrea para lo que entenderíamos como un principado. B) Puede calificarse como principado apostólico actualmente. C) Importante para lo profético porque se refiere al principado invisible del Señor Jesucristo (Efesios 1), en el cual su iglesia es parte vital. (Miqueas 5:2; Jeremías 51:27). 12. Mediación profética. Término que identifica el trabajo del profeta en su mediación entre el Señor y su creación espiritual y la humanidad y sus necesidades. La mediación es para remediar sus invasiones a las leyes de Dios y la creación. Hacer eso libera de culpabilidad mediante el perdón del Señor y permite que se disfruten las provisiones inmersas en la creación para los habitantes de la tierra. (Daniel 10; Éxodo 34:8–10).

13. Medianoche. A) El comienzo de la hora del poder en la esfera espiritual. B) Simbólica de una cumbre espiritual de madurez que culmina en la reunión de fuerzas celestiales enviadas para cambiar cosas en la tierra. Los ángeles que aparecieron y anunciaron el nacimiento de Cristo son ejemplos. C) Experiencias proféticas con eventos que suceden en la medianoche señalan cambios en el frente cósmico de la creación de Dios. Indican cambios de poder en el plan de Él y normalmente revelan estados alterados de existencia para los habitantes de la tierra. 14. Mediodía. A) Tiempo de revelación. B) La hora del poder más potente del sol y el calor más intenso. C) El mediodía representa la gloria del día e indica el momento oportuno para la confrontación. De esta explicación proviene la idea de que los enfrentamientos se planifiquen para el mediodía. Esta práctica era valiosa debido a su seguridad porque las sombras eran más visibles a mediodía. Por tanto, aquellas antiguas batallas a pistola podrían comenzar en cierto tipo de seguridad, pues los dos oponentes podían ver la sombra de cualquiera que acechase en terrados o detrás de edificios buscando desequilibrar la pelea. (Amós 8:9). D) El momento más oportuno del día para recesos debido al calor y la severidad del sol sobre obreros que trabajan a la intemperie. El mediodía también se destaca en la Biblia como el momento de la comida a mitad del día, el momento para un descanso en la tarde, y el momento para un juicio de muerte. Hechos 26:13 muestra que también es un momento eficaz para la visitación celestial, al ser retrasada la comida y cuando el cuerpo necesita descanso de las actividades de la mañana. El mediodía es el punto medio hasta la medianoche, cuando se producen otras experiencias extraordinariamente sobrenaturales o presumiblemente somnolientas.

1. Médium de profecía. El medio por el cual la palabra del Señor se lleva a formato humano y se libera a la tierra. 2. Mensaje, mensajero. A) Comunicación de una persona dada por otra. B) Correo. C) Una señal enviada como signo de que algo ocurrirá. D) Comunicación verbal o escrita. En tiempos bíblicos, los mensajes eran enviados verbalmente más que por escrito. Para relacionar esta palabra con lo profético, sus

mensajes son entregados por Dios al profeta, normalmente de forma directa. Mucho antes de la Escritura, las personas oían a seres espirituales audiblemente y eran enviadas a decir lo que oían a su comunidad, explicando por qué la Escritura nunca tuvo que explicar el ministerio del profeta, sólo su carácter. Un hecho que dice lo antigua que es la institución de lo profético y por qué ha sido necesaria desde el comienzo del tiempo. Los centros, agentes y sistemas de mensajería proporcionan el mejor fundamento para la enseñanza y la formación profética. Quienes aprenden entienden mejor lo profético cuando consideran su homólogo terrenal: las comunicaciones; es decir, la preparación, entrega y recepción de un mensaje de una parte a otra. Mensajeros, mensajes y su transmisión tal como se empleaban en civilizaciones primitivas ejemplifican pragmáticamente el ministerio profético. En tiempos antiguos, la entrega del mensaje era una tarea muy arriesgada. Al confiar sólo en portadores humanos, los mensajes de las personas podían sufrir asaltos de cientos de maneras diferentes. Oyentes furtivos podían poner trampas en el camino para que el portador no pudiera llegar. Sediciosos podían estar al acecho en el camino para apoderarse de la correspondencia gubernamental o militar y destruirla antes de que llegase a su destino. Espías de campamentos y países enemigos podían interceptar al mensajero para enterarse de los planes de su enemigo y contraatacar enviando un falso mensajero al destino con un plan distinto. Por razones profesionales, los mensajeros verbales y comisionados se convirtieron en meros oradores que repetían lo que se ponía en sus bocas. Un mensajero malvado o infiel podía causar mucha ruina. Esa es la premisa para Proverbios 13:17; 17:11; 25:13. No todos los mensajeros eran verbales, algunos eran enviados para representar lo hablado o ejercer la autoridad del remitente. Esos correos eran entonces embajadores, emisarios, agentes, diputados u oficiales especialmente comisionados. Sin embargo, todos los mensajeros se enorgullecían mucho de su trabajo. Tenían una memoria excepcional, pues algunas palabras que eran enviados a llevar no se permitía escribirlas, con la intención de que sólo el receptor las escuchara. Confiarle a alguien un mensaje no era algo sin consecuencias, y eran necesarios muchos años de entrenamiento y experiencia para ser confiable como mensajero. Tenía que demostrarse una probidad interior que demostraba interés por recibir de modo preciso lo que iba a ser enviado y recitarlo exactamente al oyente designado. Un principio crucial para la profecía bíblica. Los mensajeros no eran chismosos que no podían guardar secretos, ni tampoco se inclinaban a llevar sus palabras a los oídos equivocados. La mayoría de ellos estaban dispuestos a llevarse la palabra a su tumba en lugar de entregarla de modo contrario a las instrucciones de sus remitentes. Modificar o parafrasear un mensaje durante aquellos tiempos era equivalente a ser un falso testigo y también un mentiroso, porque el mensajero y el remitente durante el período de la tarea se funden en uno sólo, con el mensajero rindiendo toda autoría para representar y rendir correctamente para el remitente. (Proverbios 30:6). Aquí está el fundamento natural del ministerio del profeta.

El profeta como el correo escriba y agente comisionado de la Deidad tiene una elevada obligación de ocuparse de que sus palabras sean precisas, oportunas y relevantes para quienes las oyen. Su tarea de oír de Dios, interpretar lo oído y escribirlo para transmitirlo en el momento adecuado constituye la esencia del ministerio. Al igual que sus homólogos seculares, los profetas han de guardar los llamados de Dios con sus propias vidas, y hay que hacer todo esfuerzo para que la Deidad a la que representan no sea distorsionada o rebajada a ojos de aquellos a quienes son enviados. Para leer más sobre mensajeros, véase Hageo 1:13; Malaquías 2:7; 3:1; Mateo 11:10; Marcos 1:2; Lucas 7:27 (todos se relacionan con el mensajero profético); 2 Corintios 12:7 y Filipenses 2:25.

1. Mensajero divino. Alguien que lleva o da un comunicado de un dios. Un ángel, profeta, ministro o santo. (Proverbios 13:17; Isaías 42:19; Hageo 1:13). 2. Mentira. A) Lo que es incierto o está en conflicto con la verdad tal como el Dios Creador reveló y sostiene. B) Lo que está en contra de las leyes de la creación y su Creador. C) Según la Biblia, en particular el libro de Apocalipsis, todos los mentirosos, incluso quienes inventan o creen mentiras regularmente, son lanzados al lago de fuego. (Apocalipsis 21:8). 3. Mentoría profética. Término esencial para la esfera de formación y preparación del profeta. Explica al profeta novicio que voluntariamente se somete a un profeta o apóstol principal con el propósito de formarse, cultivarse, y finalmente ser utilizado por Dios. Eliseo y Elías son ejemplos bíblicos de esta costumbre profética vital. 4. Mes. A) El ciclo de la luna. B) Los meses en la profecía hablan de un período de ciclo lunar en el que el tiempo se mide por la rotación de la luna en lugar del sol. Cuando se ve, la forma y la edad de la luna son importantes para entender su aplicación en el calendario profético de Dios. Las clases funcionales del número doce surgen de la rotación de la luna de veintinueve días y medio, y de que ya hay doce de ellas en un año terrenal. 5. Mesopotamia. A) La tierra entre dos ríos. B) Área del Creciente Fértil. 6. Micaías. Profeta itinerante durante la era de Acab. Este profeta entró en conflicto con la institución nabiim del palacio de Acab:

los cuatrocientos profetas contratados que profetizaron colectivamente que él debería proceder confiadamente con su campaña contra el ejército sirio aunque Dios había ordenado su destrucción por parte de ellos. El reconocimiento del rey Josafat de su duplicidad instó a Acab a encontrar un profeta verdadero del Señor. El rey sabía dónde encontrar uno y envió a buscarlo. En el camino hacia el presbiterio profético, el mensajero suplicó a Micaías que estuviese de acuerdo con los demás profetas, quienes alentaban al rey en su inminente campaña de guerra. Micaías respondió que él sólo hablaría la palabra del Señor. Cuando le preguntaron por primera vez por la palabra del Señor sobre la campaña propuesta, Micaías dijo lo que los demás habían dicho antes que él. Extrañamente, el rey Acab supo que él no había dicho la palabra de Dios y le ordenó que le dijera la verdad en el nombre del Señor. Cuando se vio obligado, Micaías recordó la visión que le había preparado para su tarea. Relató la visión de la multitud celestial convocada a una reunión sobre el rebelde Acab. Jehová había decidido destruir al rey y estaba utilizando su arrogancia y desobediencia acostumbradas para hacerlo. El resultado fue compartido con Micaías en una visión en la que él supo cómo ocurriría el fallecimiento del rey. Se daría autoridad a un espíritu mentiroso sobre sus amados profetas y ellos le convencerían de un éxito que sencillamente no iba a producirse. Cuando Acab oyó la palabra tomó represalias contra el profeta, procedió con sus planes y fue destruido a causa de su terquedad.

1. Mil años. A) Un milenio. B) La duración del día de Dios Creador, el cambio del cual significa su nuevo día. C) El término del reinado mesiánico de Cristo. D) El calendario celestial y eterno puesto en la tierra y sus habitantes y en sus asuntos. E) El mecanismo de tiempo de la actividad profética, sus proposiciones y propósitos. (Apocalipsis 20:7; Salmo 90:4; 2 Pedro 3:8. También Filipenses 1:10; 2 Tesalonicenses 2:2). 2. Milagro. Palabra utilizada para identificar acontecimientos y logros que ocurren fuera de las leyes y limitaciones del mundo natural. Basándonos en 1 Corintios 12:28–29, los milagros son integrales en la iglesia del Nuevo Testamento. Han disfrutado de un largo legado ininterrumpido en el pueblo de Dios, que fue alimentado, sostenido, rescatado y guardado mediante ellos. La Biblia registra que los primeros milagros deliberados de Dios comenzaron con el envío de Moisés a Egipto para liberar a su pueblo. Él incluso elevó a Moisés al estado de deidad en la

tierra para desempeñar su oficio profético (refiérase a Oseas 12:13). “Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta” (Éxodo 7:1). La palabra que Dios usó para designar a Moisés un dios para faraón es elohim, la misma palabra utilizada en Génesis 1:26: “Entonces dijo Dios [elohim]…”. Los santos de Dios del Antiguo y el Nuevo Testamento nacieron mediante milagros y se acostumbraron a ellos. Que los profetas están predispuestos a los milagros se ve en los mantos de Moisés, Elías, Eliseo y otros poderosos profetas del Señor. Como actos de intervención divina, los milagros son muestras públicas de Dios de afecto por su pueblo. Demuestran su soberanía y su intención es manifestar su poder. (1 Corintios 4:20; 1 Tesalonicenses 1:5). Además de milagros, hay obras de maravillas y manifestaciones del Espíritu Santo. (Hechos 8:13). Normalmente, los milagros caracterizan el ministerio apostólico y evangélico, pues son las tarjetas de llamado que anuncian al pueblo que el Señor Dios y su reino están en escena. Milagros especiales se produjeron por mano de Pablo mediante Dios, según Hechos 19:11. Eso no es lo mismo que decir que son los únicos mantos mediante los cuales el Señor obra milagros, porque Marcos 16:14–20 dice otra cosa. Cuando se apareció a los once apóstoles que estaban cenando llenos de incredulidad, Jesús les dijo que señales, y maravillas de poder seguirían a quienes creyeran en su nombre. El pasaje de 1 Corintios 12:28–29 también nos dice que los milagros son una institución principal de la iglesia del Nuevo Testamento, y además que hay un oficio de obrar milagros. 3. Ministerio. Dedicado servicio a Dios en respuesta al llamado divino propio. 4. Ministro. Aquel que sirve como oficial público en una tierra, gobierno, iglesia, religión o país. 5. Miqueas. A) Profeta de Judá que profetizó contra los profetas falsos y engañosos que sólo daban palabras buenas y consoladoras al pueblo de Dios aunque ellos habían fallado estrepitosamente en su fe, obediencia y moralidad. Sus profecías

de “sólo buenas noticias” encendieron la ira del Señor y fueron la causa de que Él cerrase sus corrientes de luz y revelación profética. B) El simbolismo de Miqueas para comunicar su palabra es profundo y debería estudiarse por cualquiera que esté interesado de primera mano en el género profético. C) Miqueas ofició bajo Jotam, Acaz y Ezequías. Su nombre significa “¿Quién es como Dios?”. Señala francamente a los problemas antagonistas a los que Jehová le envió a abordar. 6. Misterio. A) Secreto o cosa oculta. No significa mítico o no existente. B) Secretos de una religión y sus ritos sólo revelados a sus iniciados. C) La voluntad secreta y los consejos de Dios sin ser aparentemente entendidos por la persona promedio. El gobierno de Dios es un ejemplo, pues está oculto en el misterio del nuevo nacimiento. D) Aquello que puede ser entendido sólo en contextos simbólicos, parabólicos y proféticos. (Marcos 4:11; Isaías 8:16; Efesios 5:32; 1 Corintios 2:7; Colosenses 4:3; 1 Timoteo 3:16; Apocalipsis 10:7). 7. Moisés. El primer profeta oficial de Israel, después de que los israelitas salieran de Egipto. Moisés era en realidad un tipo del apóstol en el Antiguo Testamento debido a la naturaleza de su manto. Nació de padres levitas y se libró de la muerte para llevar a cabo su propósito en la vida. Moisés fue exitoso en su liberación de la primera y única nación del pacto del Señor. Fue instalado en el servicio a Yahvé a los cuarenta años de edad, después de haber estado exiliado de Egipto, donde iba a ser su siguiente faraón. Moisés entendió que era llamado a algo diferente, y hasta que pasó un exilio de cuarenta años en Madián, no estuvo preparado para sacar de la cautividad al pueblo del Dios Altísimo. Después, Moisés promulgó sin ayuda el gobierno y la legislación de la nueva nación. El instaló a sus líderes políticos, religiosos y comunitarios, y estableció también su sistema judicial. Hizo todo eso con su hermano mayor, Aarón, y con su hermana, María. Como preparación para su amplio destino, Moisés fue criado en la casa del faraón como hijo del faraón porque su hija le rescató del río. Así, él se convirtió en el hijo del faraón y heredero legítimo al trono de Egipto.

Moisés fue proclamado de modo póstumo el mayor profeta que haya vivido jamás hasta Jesús el Salvador.

1. Montaña. Proféticamente, las montañas simbolizaban gobiernos. Esta creencia explica la razón de que las reuniones de altos poderes, especialmente gobiernos, se denominen cumbres. Las montañas en tiempos antiguos eran el centro de la comunidad espiritual de una civilización. Allí era donde se reunían para estar cerca de su deidad y experimentar sus manifestaciones. Por tanto, las montañas enseguida llegaron a establecerse como el lugar de inmortales, héroes, dioses y profetas como mensajeros de los dioses, donde sus comunidades adoraban y servían a sus altos poderes nacionales. 2. Monte Carmelo. Denominado adecuadamente Baal Carmela, se refiere a la deidad cananea-moabita Baal. El monte Carmelo era un centro de profecía oracular y adivinatoria. También se denominaba monte de la Adivinación, y era aceptado por Yahvé y sus profetas como un centro de profecía falsa. Su nombre significa literalmente “señor del Carmelo”. 3. Monte de la Adivinación. Lugar elevado montañoso donde se reunían los profetas de Baal para buscar reuniones y consultar al dios de su profecía: Baal. También es el monte Carmelo, donde Elías, profeta de Yahvé, llevó a los cuatrocientos profetas de Baal a una competición que finalmente causó la muerte de ellos. (1 Reyes 18). 4. Morfeo. A) El dios del sueño. B) Proféticamente, representa pereza. C) Una perversión del ángel del sueño utilizada en la Biblia para impulsar sueños y visiones proféticas. 5. Moscas. Grupos de insectos cuya aparición en la Escritura significa el juicio del Creador de la pestilencia en una tierra. Las moscas en contextos proféticos indican una manifestación de la presencia destructiva del diablo, especialmente un enjambre de moscas. (Éxodo 8; Salmos 78:45; 105:31). 6. Mover. A) El efecto del cumplimiento de las palabras de un profeta. B) Los medios y recursos que usan los profetas para

poner en movimiento los poderes de la creación dormidos, latentes o estancados y sus eventos o procesos. C) La manera en que los profetas manifiestan la palabra de Dios en su forma física creada. (Ezequiel 37:4; Santiago 5:17–18; Jeremías 23). 7. Mujer. La mujer simboliza fruto maduro. El estado de las mujeres descritas reflejan la condición y el pacto de su fruto. Una mujer sana significa fruto sano; una mujer enfermiza significa lo contrario. Una mujer clamorosa puede dar a entender vanidad; una sencilla, modestia. Los retratos proféticos de mujeres hablan de varios simbolismos. El marco en el cual se ofrece la imagen de una mujer ofrece importantes indicaciones de un mensaje profético. Esto comienza con la inteligente evaluación de los diversos papeles que las mujeres desempeñan en la vida y la comunidad. Si se muestra a una mujer en postura maternal, alimentando o cuidando a un niño, por ejemplo, entonces la interpretación del sueño debería señalar a la maternidad, sería espiritual o natural. En ambos contextos, los actos de la mujer indican que el sueño se refiere al rol educador que una madre ocupa en el cuidado y crianza de su familia. Si el sueño muestra a la mujer relacionándose con un hombre, debería surgir la pregunta de si él es su esposo o no. Una vez más, la respuesta debería aplicarse espiritualmente y literalmente. El modo en que la mujer se comporte con el hombre es clave para el proceso interpretativo. Una conducta íntima contrariamente a otra enojada o de indiferencia hablan al respecto. Si el hombre es su cónyuge, entonces el sueño comunica algo sobre la naturaleza y el estado de su matrimonio. Si la mujer se presenta en un rol profesional, civil o societal, entonces lo que ella esté haciendo, el marco en el cual lo haga y el modo en que sea percibida o los demás respondan a ella, contribuirá todo ello al significado del sueño.

N Nabi - Números sagrados 1. Nabi. Palabra hebrea para el profeta oficial. 2. Nabiim. Plural de la palabra nabi para el profeta hebreo. La palabra se refiere a más de un profeta; en particular se refiere a un consejo o compañía de profetas, como la que estaba bajo Samuel en 2 Samuel 10. 3. Nabu. Dios babilonio del aprendizaje, la oratoria y la literatura. Los antiguos babilonios creían que esta deidad era también el espíritu que capacitaba a los profetas. 4. Nacimiento de la profecía. El homólogo espiritual de traer una vida natural al mundo. Se aplica a la profecía por su naturaleza de simiente como palabra de Dios, la cual es vida. El profeta, o el vaso profético, una vez impregnado en el espíritu con la palabra del Señor, puede verse experimentando algo parecido a la gestación de una mujer de un niño durante el tiempo que transcurre hasta que la palabra crece y madura lo suficiente como para salir. En el momento del alumbramiento, las experiencias preliminares que permiten que el profeta dé a luz a la palabra pueden asemejarse (en sensaciones físicas) a las contracciones de parto de una mujer. Jeremías, entre otros, habló del comienzo de las sensaciones físicas que se producen al profetizar. (Isaías 21:3). 5. Nahúm. Colega del profeta Jonás, es un profeta menor cuyo nombre significa “consuelo de Dios” o “consolación de Dios”. Él también profetiza la caída de Nínive, que se produjo cuarenta y nueve años después de la profecía. El llamado de Nahúm fue un llamado a defender los actos y las actitudes de Dios hacia su pueblo y verbalizar las razones de Él para reaccionar tan duramente al maltrato y la violación de su pacto por parte de ellos.

6. Naranja. A) El color del fuego. B) Indica que alguien es probado. C) También un color de cosecha o de otoño. 7. Natán. Profeta bajo el reinado de David. Natán fue uno de los muchos profetas que contribuyeron a los registros del Antiguo Testamento. Su nombre significa “Dios ha dado” o “regalo de Yahvé”. Natán fue un profeta nabi cuya autoridad se muestra en los relatos bíblicos de su influencia en la corte de David. 8. Nava. Palabra hebrea para profecía que destila o cae como lluvia; es decir, se derrama como condensación desde las nubes. 9. Neblina. Signo de aparición espiritual cercana, revelación y transición. Es un preludio a acontecimientos sobrenaturales y/o manifestaciones espirituales. Refleja lo que es transitorio o sin sustancia, temporal. Los falsos profetas y sus palabras y las estrellas errantes o ángeles de rebelión están caracterizados como neblina en la Biblia. 10. Noadías. Profetisa en la época de Nehemías que unió fuerzas contra su trabajo junto con otros oficiales y una compañía de falsos profetas para destruir lo que el Señor Dios le había dado que hiciera. (Nehemías 6:14). 11. Nombres sagrados. En tiempos antiguos, los nombres sagrados eran tan comunes como los objetos sagrados. Se ponían según las deidades de las personas para significar su transferencia de la esfera de la humanidad a la esfera de lo divino. El evento normalmente tenía lugar después de que una persona alcanzase cierta edad o tuviera éxito en un rito de iniciación dado. También se hacía cuando una deidad elegía a alguien para dejar su vida terrenal y presumiblemente convertirse en uno de los suyos. Cuando Jesús reclutó a Pedro para su apostolado le cambió el nombre, e hizo lo mismo con los apóstoles Santiago y Juan. Su nombre anterior, Zebedeo, fue sustituido por “hijos del trueno”. Saulo, el anterior nombre del apóstol Pablo, fue cambiado bajo circunstancias similares.

El cambio de nombre sigue siendo un punto fundamental en la vida de la persona cuando se relaciona con su llamado espiritual. Se entendía que la práctica alteraba la naturaleza y existencia de quien era llamado. Se elegían y retenían los nombres por la deidad como medio de impartir sus propios atributos divinos, lo cual era una parte integral del rito ceremonial. Se confería el nuevo nombre según el destino de la persona designada, el correspondiente poder y la autoridad mediante el nombre que le era dado. El cambio de nombre significaba algo más que una elevación espiritual, real o sacerdotal, ocasiones bajo las cuales se hacía. El acto literalmente decía a los demás que la persona con el nuevo nombre dejaba de ser uno de ellos y se convertía en un hijo elegido y/o adoptado del dios para el propósito de su servicio. Lo real y lo sacerdotal, aceptados como derivados de la divinidad en tiempos pasados, siempre pasaban por un cambio de nombre. Los reyes recibían un nombre al ascender, según el nombre del dios. En la Biblia, vemos la línea de Herodes que encaja en esta descripción. El cambio de nombre significaba que sólo aquellos que descendían de la línea que llevaba el nombre de la deidad podían ser instalados en el oficio después del fallecimiento de su predecesor. Actualmente, el cambio de nombre del papá de la Iglesia Católica Romana encaja en esta categoría.

1. Norte. El punto del frío y la oscuridad debido a sus temperaturas heladas y la falta de sol. El norte habla de lo oscuro y oculto. Job 37:22 revela el norte como el lugar de morada de Dios Todopoderoso. En Dios, el monte Sión está situado al norte como la ciudad del gran Rey, es decir, el Señor Jesucristo. 2. Nostalgia. Sueños y visiones nostálgicos en la profecía hablan de un regreso a lo antiguo, agradable y seguro. Si no son proféticos en origen, se desencadenan por un anhelo por parte del soñador. Si el objetivo es depositar profecía, tales sueños son la revelación del Señor de la imposición mental, emocional o espiritual de las fortalezas de otro período en el tiempo. La época en la cual se sitúa el sueño revela los espíritus prevalecientes en la vida de la persona en ese momento, al igual que quienes planean sus actos en un segundo plano. Proféticamente, los sueños nostálgicos proporcionan perspectivas sobre lo que se abre camino de regreso para manipular y controlar. Con frecuencia, los sueños nostálgicos son la manera de maniobrar de viejos espíritus familiares para regresar al primer plano de una sociedad o de la vida del soñador. Es importante estudiar aquello que gobernaba el país de la persona o el mundo diez o veinte años atrás para entender el mensaje subyacente de tales sueños. Pueden ser fácilmente los agentes que promuevan un resurgimiento de su época para apoderarse del terreno ganado por el reino de Dios mediante la iglesia. Eso es de lo que el Señor le advierte al profeta en el sueño. El clima de su influencia en la época que el sueño retrata es también importante para identificar su fuente y propósito. Un regreso a una época más deseable o estratégica, un deseo del soñador, un desengaño en la vida actual y necesidad emocional, contribuyen todos ellos al comienzo de los sueños nostálgicos.

1. Nostradamus. Médico en la Francia del siglo XV, Nostradamus era astrólogo sanador. Su don le dio a conocer durante la época de la plaga. Además de sanar, Nostradamus era conocido por profetizar en poesía. 2. Nube. Símbolo profético de espíritus celestiales y ángeles; vehículos espirituales sobre o dentro de los que montan los ciudadanos celestiales. Como las nubes bíblicamente se revelan como el sistema de transporte de los ciudadanos espirituales de la creación, no es sorprendente que constituyan el modo de transporte de Cristo sobre el que regresó al cielo. Isaías 19:1 dice que Dios monta sobre una nube. (También Salmo 68:4). 3. Nube blanca. A) Sueño y reposo pacífico. B) La gloriosa presencia de la manifestación del Espíritu Santo de la Trinidad. C) El gobierno y protección del Señor. D) La inicial preparación para la profecía. E) El vehículo para el acercamiento del Todopoderoso. (Apocalipsis 14:14). 4. Nueva Era. Término para el renacimiento mundial de las antiguas religiones y rituales orientales para reconectar con las raíces espirituales de la humanidad. Religiones seculares basadas en el ocultismo, la hechicería, la astrología, la necromancia y similares. (Isaías 2:6; 8:19; Deuteronomio 18:10; Ezequiel 13). Como movimiento, promueve el crecimiento espiritual personal, la autorrealización y la medicina holística. Sanidad con cristales, reencarnación, proyección astral, astrología y muchas otras artes adivinatorias se practican como religión no tradicional y no censurada. Sus practicantes se apropian de lo que denominan poderes místicos, transmitidos de religiones místicas cuyas raíces se remontan al antiguo Egipto, Babilonia y Sumeria. Hacen hincapié en la meditación para entrar en contacto con el yo propio y permitir que las fuerzas y poderes invisibles de la naturaleza busquen agentes humanos para entrar en ellos. Normalmente, el yoga desempeña un importante papel en ese plan. Mediante la meditación, ejercitan sus dones espirituales y entran en las esferas de lo sobrenatural. Cantos, yoga y seductora música espiritual son medios importantes de lograr esos fines. Fundada por Madame Helena Petrovna Blavatsky y refinada por Alice Bailey, sus practicantes se consideran la respuesta a los males de la humanidad y conductos de los poderes espirituales de la creación que buscan establecerse en el corazón y el alma de las sociedades y gobiernos mundiales de la humanidad.

1. Nueve. El número de la gestación, reproducción y desarrollo maduro. 2. Números apocalípticos. Contrastados con los números sagrados (véase definición), los números apocalípticos son aquellos que en la Biblia se refieren a un tiempo en particular en la historia y el tramo de eventos proféticos que apuntan a él. Los números apocalípticos están unidos al comienzo de los juicios de Dios según comienza su programa para desatar su creación para sustituirla por la nueva. Estos números cuentan los códigos incrustados que Dios sumergió en la creación para que esta obedezca su mandamiento de descomponerse cuando sea su momento, ya sea por medio de actos del hombre o de Dios. Principalmente en escritos apocalípticos, estos números son: cuatro, para reflejar un impacto global; siete, para indicar que lo que ocurrirá es activado por las autoridades espirituales del Señor; seis, para mostrar que la destrucción que se está llevando a cabo es por medio del hombre y de los ángeles caídos que usurparon su lugar en la tierra. Siete, el estallido apocalíptico más frecuente, es típicamente el indicador semanal en la tierra. También simboliza lo sabático y lo pneuma-celestial. Tres y medio es otro número apocalíptico que representa un triple pacto roto entre los hombres, entre el cielo y la tierra y entre el espíritu y la carne. Está basado en la referencia del siete de un ciclo completo de un período terrenal impuesto por el espíritu, y la semana incompleta. Diez como clave apocalíptica habla para consumar el desempeño y la producción humanos según su Hacedor. Por eso es el número escogido para el diezmo; una devolución a Dios del valor de una parte del trabajo de las manos de los hombres y del fruto de su trabajo. Doce es importante en el sistema de la creación. Hay doce horas en un día, doce meses en un año. Por esta razón, corresponde a los principados humanos de Dios, las doce tribus de Israel y los doce apóstoles de Jesucristo. Doce es dos veces el número que el Señor le asignó al hombre, el falso profeta y la bestia, queriendo decir que de algún modo limita sus poderes y efectos, como si hubiera sido restringido por los principados del

Creador. Doce está siempre unido a las funciones diarias, mensuales y anuales de la creación. Los meses constituyen ciclos lunares y años solares. Catorce es otro número apocalíptico porque está relacionado con la iglesia de la Nueva Creación de Cristo según el orden de Melquisedec, las siete iglesias bajo la dirección pneuma de los siete ángeles de Cristo. Esto está basado en los siete espíritus del Señor delante de su trono y los siete continentes de la tierra que unen los poderes espirituales eternos de Dios con sus autoridades mundiales. Treinta como número apocalíptico tiene que ver con un mes completo y la edad de elegibilidad para el servicio sacerdotal. Cuarenta como código apocalíptico habla de la limpia divina por medio de pruebas diseñadas para calificarse para la promoción y uso espiritual de Dios. Se extiende a cuarenta y dos en Apocalipsis como el abanico completo de complicidad natural y sobrenatural. (Apocalipsis 11:2; 13:5). Cincuenta es el número de la liberación, Pentecostés; sesenta equivale a un concilio de liderazgo carnal. No llega al concilio de liderazgo de Dios de setenta entre diez. Milenio, mil, equivale a un día divino. Ejemplifica el día del Señor. Los milenios son la manera en que Dios reparte sus puntos de interrupción por día eternamente cifrados para hacerlos coincidir con los ciclos y zonas de tiempo de la tierra. Mil es diez veces o 100 por ciento mandamiento divino impuesto sobre el hombre, y la medida completa del diezmo debido a la eternidad desde la creación. Para concluir el significado de los números apocalípticos, tres conjuntos de siete ángeles destruirán la tierra; hay siete sellos, siete trompetas, siete copas y tres aflicciones usados para lograrlo. Las siete trompetas de los siete ángeles hablan de su predicación con el sonido de una trompeta. Todos estos códigos están incrustados en la creación y asignados a ángeles para llevarlos a cabo sin tomar en cuenta a la humanidad o quién muere o vive en la tierra. (Apocalipsis 9:14). La transcendencia profética de estos detalles espirituales es evidente. Los profetas necesitan ser conscientes de las codificaciones que movilizan las fuerzas invisibles del Señor para llevar a cabo su voluntad en la tierra, de modo que sus profecías estén en armonía con los actos eternos de Él. También deben recalcar, como hizo Jesucristo en su ministerio profético terrenal, que lo que está codificado en la creación se llevará a cabo independientemente de la longevidad, los planes, esfuerzos y ambiciosos programas de los seres humanos.

1. Números sagrados. Los números sagrados se relacionan con la adoración, observancia de rituales y calendarios divinos. Eran importantes para los adoradores primitivos porque coincidían con cuando sus dioses debían aparecer y visitar la tierra. Los números sagrados se denominaban así porque sólo los sacerdotes tenían tal conocimiento, y eran dados para expresar momentos en que ellos debían estar situados en sus templos para dar la bienvenida a la llegada del dios, comenzar la adoración y ofrecer sacrificios. Los requisitos relacionados con los números incluían cantidad; es decir, cantidad y partes de

ofrendas que la deidad consideraba aceptables. Invariablemente, números sagrados para un culto u otro estaban relacionados con los elementos, meses (luna) del año, la parte del día, o eventos estacionales y anuales. Por consiguiente, los números siete y doce aparecen en el sistema de números sagrados de casi todas las religiones. Ya que los números de Dios están permanentemente grabados en la creación, el Señor asigna sus multitudinarios eventos humanos y terrenales a sus ciclos. La Biblia no pasa por alto esto, pues la Escritura dice que Dios puso lumbreras en los cielos para marcar el tiempo de las estaciones de Él y de la tierra. Eso significa que los calendarios de Dios no están basados en los calendarios terrenales que están sujetos a cambios debido a las diferencias horarias o la manipulación humana, sino en su propio calendario grabado en la creación. Ese calendario es el que siguen sus agentes invisibles. La concepción (especialmente la concepción animal) tiene su época del año designada. Las aves siguen un calendario según los meses, lunas. Las semillas se plantan en períodos concretos y se esperan las cosechas según el calendario de producción de la tierra. Para mayor aclaración, la Deidad se revela en la Escritura como tres en uno en número, diciendo que cualquier cosa relacionada con ello es indivisible y sus números son simbólicos de acción cohesiva unificada. Además, el número siete, presente en todos los sistemas de numeración de todas las religiones, permanece porque, nos guste o no, hay siete noches (oscuridades) y días (luz diurna) en un período llamado semana. Cada mes las tiene, y no pasa ningún año sin que sus semanas terminen en interludios de siete. Lo que da mayor importancia al número siete es su origen espiritual. En la eternidad, la Biblia dice que Dios tiene siete espíritus delante de su trono. Se dice que esos siete son el poderoso gobierno sobre la tierra enviado en el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés a la tierra a la iglesia de la Nueva Creación. (Apocalipsis 1:4; 3:1; 4:5; 5:6). La numeración sagrada continúa en el año. Cuando el número diez, para el diezmo —el fruto de las manos— se multiplica por el número siete, el setenta resultante habla de algo totalmente diferente. El número setenta habla del liderazgo terrenal, en particular del pueblo de Dios. Su premisa está tomada de la enseñanza de la Biblia de que “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (Salmo 90:4; 2 Pedro 3:8). Se entiende mejor en el contexto de lo que la Biblia denomina “el día del Señor”. (Isaías 1:12; 13:6, 9; Jeremías 46:10; Malaquías 4:5; con respecto a Jesús, 1 Corintios 5:5; 2 Corintios 1:14; 2 Pedro 3:10). Concluya su estudio con Apocalipsis 20:2. El día del Señor de mil años aplicado a la tierra significa que Dios marca sus obras en la tierra en términos de su día, no el de los seres humanos. Al menos, Él lo hace cuando se trata de sus períodos y los acontecimientos en su calendario. Relacionándolo con el liderazgo y los ancianos, todo se remonta a Adán en el huerto de Edén. El vivió 930 años después de su caída y su expulsión. Surge la pregunta: ¿Qué hizo él durante los primeros setenta años de su vida? La respuesta es: el reinó. Parece que la serpiente necesitó tan sólo setenta años para destronar a Adán, haciendo que ese número sea representativo del gobierno civil. Israel tenía setenta ancianos, e Isaías 23:15 dice que setenta años es el número de un rey. Hay doce períodos de treinta días (lunas) en un ciclo completo cuando el sol recorre su circuito. Los calendarios pueden cambiar, los relojes se pueden reiniciar, pero si han de coincidir con el pulso de la creación, cumplirán con las órbitas solares y lunares de Dios asignadas a la esfera terrenal. El número doce multiplicado por sí mismo da ciento cuarenta y cuatro, número utilizado destacadamente en el Apocalipsis de Juan para los elegidos evangélicos a quienes Dios ordenó

para desempeñar la obra de la iglesia después de su partida. (Apocalipsis 7). Añadir mil al número denota que su período es según el día del Señor. Además, está el número dos. Todo ser humano fue creado con dos brazos y dos manos, en los cuales hay diez dedos en total. Oseas 12:10 establece que mano y ministerio a Dios son sinónimos. Job 37:7 añade que la obra de una persona es sellada en su mano por Dios. Otras Escrituras de apoyo son Levítico 10:11 y Números 4:37, 45. El concepto hasta se aplica a la mano (ministerio) de los ángeles. (Hechos 7:35 y Gálatas 3:19). Un dedo indica los actos de Dios. (Éxodo 8:19 y 31:18; Deuteronomio 9:10; Lucas 11.20). Lo mismo es cierto con los pies, que llevan a la persona de un lado a otro en sus labores, y sus diez dedos. Señalan a la razón por la cual el diezmo, el producto del trabajo y el aumento del ser humano, se relaciona con el número diez. El número dos también habla de pacto, colaboración y balance. Dos ojos proporcionan una visión balanceada y, así, una visión espiritual es igual. Dos orejas equivalen a oír y dos narices filtran balanceadamente los aromas. Una boca se traduce en unidad de comunicación, etc. Como puede ver, el cuerpo humano es profético de la numeración divina. El número veinte es igual a la suma de los dígitos de las manos y los pies, y el treinta se corresponde a los días en un mes lunar. El treinta es el número de la idoneidad del servicio sacerdotal levítico. Se conecta muy bien con la aparición regular de las bendiciones de Dios en la luna nueva y otros eventos del pacto en la vida de su pueblo. El Señor Jesús tenía unos treinta años de edad cuando comenzó su ministerio terrenal. (Números 4:3 y Lucas 3:23). El ministerio de Jesús duró tres años y medio. Su predecesor humano, el rey David, comenzó su reinado a los treinta años de edad y gobernó Israel soberanamente siete años y Judá treinta y tres años, un total de cuarenta años. El cuarenta es otro número sagrado en la Biblia. Habla de pruebas y formación para el servicio a Dios. El cuarenta comienza como el juicio de la incredulidad y completa su ciclo preparando a la persona para el servicio a Dios. Israel vagó cuarenta años por el desierto por negarse a conquistar Cades-Barnea según la palabra del Señor. El profeta Ezequiel tuvo que dormir sobre uno de sus lados tantos días debido al pecado del pueblo de Dios. Jesús fue llevado al desierto por cuarenta días y cuarenta noches para derramar el condicionamiento cultural, étnico y religioso obtenido por nacer y ser criado por seres humanos. Cuando regresó, el Espíritu de su Padre controlaba su alma. Otro número importante en la Biblia es el cincuenta. Es el número del jubileo de la Biblia, o liberación, porque es la mitad de cien: la plena estatura del hombre. (Levítico 25:10; Lucas 16:6– 7; Juan 19:39). Los múltiplos de cien han de ser evaluados en términos de cuál es el valor. El cuatro, un número que simboliza la tierra y sus cuatro polos o vientos, comunica esta idea cuando se multiplica por cien. El siete, el número del dominio espiritual, cuando se multiplica por cien comunica la plena medida del dominio espiritual que actúa en los asuntos humanos. Seiscientos, como en los años de la vida de Noé antes del diluvio que destruyó a sus vecinos antediluvianos, refleja la medida plena. El 100 por ciento de la gracia del Señor fue aplicada a su pecado. Al final de ese tiempo, el seis, siendo el número del hombre aplicado a la plena medida de la gracia de Dios, indica que en el momento del llamado de Noé, Dios había tenido suficiente. El número cinco definido como el número de la gracia también se corresponde con los cinco oficios de Efesios 4:11 y, como hemos mostrado, con los dígitos de la mano, un instrumento de trabajo y rendimiento. Los ocultistas saben que el sesenta es el número del gobierno caótico; es un número par que tiende al punto muerto en un consejo sin que haya desempate para zanjar la controversia. Esta es una buena razón por la cual los números divinos con respecto a Dios generalmente son impares, pues los números pares estancan las disputas.

O Obed - Oso 1. Obed. Profeta samaritano de 2 Crónicas 28:9. Él instó a los israelitas a tratar con justicia y cuidado a sus cautivos de Judea. Su intervención dio como resultado que los tratasen con humanidad, algo que sus captores no habían planeado originalmente. 2. Objetos de adivinación. Objetos utilizados por psíquicos, magos, nigromantes y adivinos para leer el futuro, presagiar conjuros o producir una pseudoprofecía. Aves, hojas de té, bolas de cristal, cartas del tarot y entrañas y órganos de animales sacrificados son ejemplos de objetos de adivinación. En la antigüedad, los amuletos, encantos, almohadas, velos y vasos de agua también se usaban en adivinación profética. Estos artículos intentan conseguir una respuesta a una pregunta de algún ser espiritual que suele estar en las cercanías sin tomar en cuenta si la respuesta es o no verdadera o si viene del Dios vivo y verdadero. Usan objetos para obtener una profecía de adivinación. (Ezequiel 21:21–22). 3. Objetos en los sueños. En la arquitectura profética, los objetos que constituyen los puntales y el material de un sueño son importantes. Sus significados son emblemáticos de Dios, ya que algunos son equipamiento estándar para la trasmisión del sueño. En la preparación de Amós, el Señor identificó lo que quería decir a través de los objetos que le mostró. Fruta, montañas, paisajes y armas, todo ello conformó el inventario de objetos de sueños de Dios. Jeremías también tuvo un entrenamiento en objetos de sueños con su faja y otros instrumentos. Los objetos de sueños a menudo conforman no sólo el mensaje del sueño, sino también su representación y cumplimiento. Para los profetas, entender los objetos en los sueños es importante, ya que los que Dios usa sistemáticamente se convierten en el asunto principal de su interpretación.

1. Obligaciones proféticas. Las tareas, responsabilidades y detalles asignados a los profetas y llevados a cabo por ellos. Incluyen proclamar la palabra del Señor, establecer el liderazgo en el servicio a Dios, instituir y promulgar gobierno divino, disciplina y corrección, declaración vocacional, consejería y enseñanza. Refiérase a Esdras 5:1; Zacarías 3; Nehemías 6:14; junto con Amós 3:7–9. (También Daniel 1:20; Jeremías 1:5, 10; con Miqueas 3:8). 2. Ocho. El número del nuevo comienzo, como la semana nueva en Génesis 2:2–7 (especialmente el versículo 7). El pasaje lo explica como el número que sigue al último día de la semana del Señor y el primer día después de su descanso sabático de sus tareas. Al terminar su tarea, el Señor creó a Adán el octavo día. Ese es el día en que el vaso de barro fue lleno de vida y del alma soplada por el Padre. Aunque Jesús fue la rama de David, es interesante observar que David fue el octavo hijo de Isaí, el cual marcó, casualmente, el nuevo reinado monárquico de Israel tras la muerte de Saúl. Su aplicación a la iglesia del Nuevo Testamento se ve en Miqueas 5:4–5, donde menciona los siete pastores. Con Jesús como el Pastor principal, eso lleva el número a ocho, con los siete pastores siendo una sombra de los siete ángeles que gobiernan y pastorean espiritualmente a la iglesia del Nuevo Testamento. Ocho almas fueron salvas del diluvio. Los mismos ocho fueron rescatados de la muerte eterna cuando Cristo les predicó el evangelio en el infierno. (1 Pedro 3:18–20). Ocho también era el número de días que debían pasar antes de que un niño varón recién nacido pudiera ser circuncidado y dedicado al Señor bajo la ley de Moisés. 3. Oculto. A) Escondido, tapado y secreto. B) Artes y prácticas misteriosas. C) Acceso ilegítimo, y apropiación; sus poderes y las fuerzas de lo sobrenatural para propósitos impíos. 4. Oficio profético. La posición de confianza y autoridad otorgada a los profetas para instalarlos como agentes y funcionarios del Dios Altísimo.

5. Ofrenda. Las ofrendas desempeñan un papel dominante en la religión en general, y en lo profético no pueden pasarse por alto. Varias veces, la Biblia relaciona las ofrendas con el servicio profético. Por ejemplo, Balac pagó a Balaam una cuota de adivino, y Naamán ofreció pagar generosamente a Eliseo por sanarle de la lepra. Cuando Saúl buscó la perspectiva de Samuel sobre el paradero de los asnos perdidos de su padre, una vez más aparece en la práctica de dar una ofrenda. El asistente de Saúl le dijo que podía acudir al hombre de Dios para encontrar la respuesta. Saúl estuvo de acuerdo, pero dijo que no podía hacerlo sin llevar una ofrenda. (1 Samuel 9:7). Cuando Elías acudió a la viuda de Sarepta, pidió una ofrenda, aunque la mujer le dijo que darle alimento a él les privaría a ella y a su hijo de su última comida. (1 Reyes 17:13). La idea es que el profeta, como representante de Dios, estaba en lugar de Él para mediar en los asuntos por los cuales el mensajero era enviado. Por tanto, en honor a la gracia de Dios, la asistencia del profeta garantizaba una ofrenda adecuada para ser ofrecida a Dios y mantener el ministerio del oficial. El Nuevo Testamento nos muestra al apóstol Pablo sosteniendo esta práctica en Gálatas 6:6; Romanos 15:27 y 1 Corintios 9:11. Juntos, estos pasajes equiparan la ministración espiritual a los bienes materiales, y establecen que los ministros del evangelio han de esperar recibir remuneración material. Además, el extenso trato que Pablo hace del tema en 1 Corintios 9 afirma que las ofrendas concretas de naturaleza material son integrales para el ministerio en el Nuevo Testamento. Él dijo que al igual que los ministros del templo obtenían su comida del templo (un precedente en el Antiguo Testamento), los siervos en el altar deben obtener su parte de sus provisiones, y de igual modo los predicadores del evangelio deben vivir del evangelio. Obviamente, en predicadores se incluyen los profetas. 6. Ojo maligno. Término utilizado por Jesús en los Evangelios como un estado del corazón que contamina la carne. El ojo maligno se refiere y manifiesta envidia; incluye la avaricia que motiva destrucción de objetos deseados de modo que sus dueños

se vean privados de ellos. El ojo maligno puede aplicarse a la envidia, la adulación, la hipocresía y la lascivia. También puede relacionarse con el ocultismo y la adivinación, en los que se suponía que los adivinos poseían tales poderes para destruir a sus víctimas con sólo una mirada. De ahí la fuente del viejo dicho: “muerto con (o por) una mirada”. (Proverbios 23:6; 28:22; Marcos 7:22). 7. Ojos. Fuentes, caras, superficies. Una presencia espiritual o natural. Percepción espiritual. La presencia de ojos en contextos proféticos indica protección y los poderes supervisores del mundo invisible. Se hacía referencia a los ojos como la fuente que emanaba pasión, juicio y emociones. Son los órganos de las comunicaciones silenciosas, como la mirada. Jesús nos dijo que la lámpara del cuerpo es el ojo. Simbolizan —mejor aún, reflejan— la fuerza y el poder interiores de una persona. Los ojos se consideran los reveladores de los contenidos del alma. (Mateo 6:22–23; 20:15). 8. Omnicreacional. Término para describir el impacto global de la palabra profética de Dios. Sus influencias, independientemente del objetivo, alcanzan todas las esferas de la creación y toda esfera relacionada con la vida que toca. Además, las predicciones eternas del Creador afectan a toda perspectiva de las circunstancias que es enviado a tratar o resolver. 9. Once. El número de cambios de paradigma. El once es un número de transición que significa cuando el poder cambia de manos, porque se sitúa entre el diez, el número del gobierno divino, y el doce, el número del gobierno de quienes están en pacto con Dios, particularmente sus apóstoles. (1 Reyes 6:28; 2 Reyes 9:29; Jeremías 1:3; 39:2–3. También Mateo 19:28; Apocalipsis 21:12–14). 10. Operaciones proféticas. Entendido en el Nuevo Testamento por el término griego prophetikos, este término define las técnicas, destrezas y manifestaciones que los profetas utilizan y expresan

en el curso de sus ministerios. Tales operaciones sobrepasan el profetizar para incluir adquirir perspectiva de revelación, ejercitar una buena percepción de los corazones y los pensamientos de las personas en el curso de su tarea, interpretación de decisiones y sueños, y diseccionar lo enigmático tal como es presentado por Dios para profetizar. El currículum de Daniel es el mejor informe bíblico de operaciones proféticas. Él realizaba de modo competente todo lo anterior y se relacionaba con los ángeles de Dios, poniéndose en posición de recibir de sus corrientes y dividiendo y registrando correctamente las palabras del Señor a él. Llegó tan lejos como para reconocer que las incomodidades físicas y las enfermedades eran de orígenes espirituales contra naturales. (Daniel 1–4). 11. Oración. Súplica en adoración hecha para pedir a Dios o a una fuerza más elevada. Rogar a una deidad. 12. Oración profética. A) Oración dirigida por el profeta con el expreso propósito de impulsar la manifestación de una profecía. B) Intercepción en la que participa un profeta en nombre de otros. C) La participación de un profeta en la oración profética para eliminar la fuerza de resistencia que impedía su profecía. D) Guerra espiritual. La oración profética siempre tiene tonos intercesores y muestra fuertes mandatos autoritativos a fortalezas espirituales que otros normalmente no pueden ver. Requiere una fe implacable, y normalmente es estratégica y táctica en naturaleza. Generalmente, lo que es desconocido para el observador es que la tranquila voz del Espíritu Santo está guiando la oración. Su poder es lo que hace eficaz las palabras y sus dramáticas promulgaciones.

1. Oráculo. A) Mensaje divino dado por una deidad como respuesta a una petición de guía y enseñanza en conducta, ordenanzas religiosas o vida diaria. Los oráculos normalmente se reciben por medio de la entrega del sacerdote, aunque esté modificada, de la palabra del Señor para un adorador que pide. Normalmente, el profeta y el sacerdote son quienes lo reciben. Los oráculos llegaban mediante sueños, señales externas o naturales, o palabras directas pronunciadas por los augures, profetas o adivinos.

El uso que hacían los sacerdotes del Antiguo Testamento del Urim y Tumim es un ejemplo de una respuesta a un oráculo pedido. Tales respuestas se extraían y sostenían de la ley de Dios. Por medio de ellas Él cumplía o dilucidaba sus mandamientos para sus ministros. Los oráculos difieren de la profecía en cuanto a que se piden y son dados como respuesta a la oración, la intercesión o las preguntas. La profecía llega como iniciativa directa de la deidad, independientemente de si el profeta o el oyente buscaba la palabra. El templo de Salomón incluía una forma para oráculos. (1 Reyes 6:31). Los oráculos normalmente se producían al preguntar. Los adoradores y los que preguntaban recibían las respuestas mediante objetos, personas u otros medios. El uso de los oráculos hace que sea inapropiada la presente burla con respecto a que alguien busque a los profetas de Dios para recibir información y perspectiva espiritual sobre el futuro.

1. Orar en el Espíritu Santo. A) Orar en otras lenguas. (Judas 1:20). B) Se enseña en el Nuevo Testamento como un beneficio del nuevo nacimiento. La capacidad para hacerlo fue otorgada a la iglesia primitiva el día de Pentecostés cuando el Espíritu Santo cayó sobre los ciento veinte reunidos juntos esperándole en el aposento alto tal como Jesús ordenó. La venida del Espíritu de Dios, también conocida como el derramamiento del Espíritu, se manifestó en lenguas de fuego y se expresó en todos los bautizados hablando en una lengua que nunca habían aprendido. El resultado fue que quienes les oían fueron capaces de escuchar sobre el Dios Creador y sus maravillosas obras en su propio idioma. Desde entonces, el glorioso don del Espíritu Santo se ha convertido en el medio estándar para conocer a quienes han nacido de nuevo.

1. Orar en otras lenguas. Se hace referencia como orar en el Espíritu. Orar en otras lenguas permite al santo de la Nueva Creación comunicarse en el lenguaje de lo sobrenatural y cargar, reprender y derribar eficazmente a los agentes de la oscuridad. También permite que los hijos de Dios produzcan del mundo espiritual las bendiciones y provisiones inmateriales, aunque existentes, que el Señor ha proporcionado mediante el nuevo pacto en su sangre. Orar en lenguas implica los clásicos elementos de la oración como se describen en la Escritura, con una excepción: no es en la lengua natal de la persona que ora. La distinción se vuelve importante cuando se entiende el propósito de ambas (la lengua natal y las lenguas). Orar en otras lenguas integra los actos del Espíritu Santo residentes en el adorador quien, según Romanos 8:26, nos ayuda en nuestras tribulaciones; es decir, el Espíritu Santo vence nuestra humana falta de fuerza espiritual para abordar los asuntos que nos impulsan a la oración. Tribulaciones, según este pasaje, incluyen debilidad mental debida a coacción emocional o simple fatiga mental causada por intensas e implacables pruebas, junto con ingenuidad espiritual con respecto a Dios y los caminos de su reino. Por todas esas razones, el escritor de Judas nos exhorta a orar persistentemente en el Espíritu Santo (otras lenguas). Parece haber un vínculo concreto entre hacerlo y edificar la fe propia.

Pablo estaba de acuerdo con esta creencia cuando dijo que ejercitar el don de hablar de lenguas edifica a uno mismo. (1 Corintios 14:4).

1. Oriente. La dirección natural del sol que sale, el oriente habla de espiritualidad, orígenes y los comienzos de eventos y asuntos humanos. Es la dirección desde la cual nuestro Señor sale y aparece en la tierra. La adoración oriental habla del primitivo esfuerzo de la humanidad o de sus orígenes, propósito y poderes de la vida. El oriente se refiere a lo antiguo y eterno en el lenguaje de espiritualidad de Dios. Cuando se utiliza proféticamente, indica regeneración, renovación como simbolismo de un nuevo día. Como las aguas designan el occidente, las montañas designan dirección al oriente. (Números 3:38). El oriente, siendo solar, habla de siembra de semilla espiritual, equiparándolo así con el sol. Obviamente asiáticas en perspectiva, las visiones que sitúan sus eventos en oriente indican una comunicación espiritual establecida en la antigüedad. Direcciones hacia el oriente en visiones reflejan el propósito profético final de la vida y eventos en el Nuevo Testamento.

1. Oro. Elemento que simboliza el refinamiento del espíritu; realeza y trascendencia. El oro es representativo del espíritu. Riqueza opulenta y poder espiritual. 2. Oseas. El primero de los doce profetas menores en el Antiguo Testamento. Él era contemporáneo de un joven profeta, Miqueas, y sirvió desde el año 770 al 725 a. C. Como profeta en el reino del Norte, Oseas sirvió bajo el rey Jeroboam. El suyo es un intrigante manto que le llamó a casarse con una prostituta, se enamoró perdidamente de ella y sufrió numerosos desengaños para cumplir su llamado profético. Dios escogió a Oseas para participar de su propia experiencia como el Esposo maltratado del Israel crónicamente infiel. A fin de hacer posible el entendimiento de Oseas de las palabras para describir mejor el dolor de Él, el Señor impulsó al profeta a entrar y vivir una vida en la que sentiría de primera mano lo que el Dios de Israel sentía cada día. Cuando nacieron los hijos de Oseas, les puso los nombres de las condiciones y situaciones que el Señor experimentó. Ambos, el profeta y su Dios, compartieron una agonía agridulce de estar inescapablemente enamorados de un cónyuge que nunca podría corresponder fielmente a ese amor, y

a quien no podían abandonar nunca. Oseas realizó su ministerio tardíamente con Isaías y Miqueas. 3. Oso. A) Símbolo depredador. B) Representativo de la brutalidad a sangre fría y la ferocidad. C) Antiguo símbolo de los dioses Odín (muerte) y Artemis (guerra). D) Representa un espíritu depredador y un guerrero cruel. E) Un oso simbolizaba, tanto antes como ahora, algunos países europeos, especialmente la antigua Suiza y Rusia, quizá debido a sus climas tan fríos. Se puede ver la simbología profética en Daniel 7:5–7.

P Pacto - Púrpura 1. Pacto. Palabra que define un acuerdo o contrato entre dos partes donde el mayor fragua una unión que logra un objetivo común que fortalece la calidad de existencia del menor. El espíritu del pacto mejora o potencia la posición en la vida del menor. (Génesis 6:18; Levítico 2:13). 2. Pacto del ministro. El plan después de la preparación entre el ministro y el Señor mediante el cual el siervo es lanzado a la tarea oficial con una promesa prescrita de respaldo divino. El pacto del ministro no es como el pacto profético, a excepción de que el primero debe definirse en términos de las provisiones, promesas y limitaciones concretas de Dios. Está enfáticamente vinculado al oficial y esfera de servicio particular que Dios le asigna al ministro. 3. Pacto del profeta. Frase para la base de autoridad del profeta y su seguridad de apoyo y cumplimiento sobrenatural. Véanse los relatos de la Biblia de la iniciación profética de Moisés, Jeremías y Ezequiel. Véase también el pacto del Señor con Samuel donde dice que Él no deja que ninguna de sus palabras caiga a tierra. (1 Samuel 3:19). 4. Pacto profético. Coincidente con la idea básica tras los significados de nabi, este pacto tiene que ver con el dios del plan contractual del profeta para proporcionar a su mensajero profético información espiritual, cuando se libera con el poder para provocar la manifestación de sus profecías. Parte de la definición de nabi apoya esta perspectiva, pues el término también significa “uno que invoca a los dioses”. Basado en este entendimiento de la obra y los poderes del profeta, el plan es vital para el éxito de todo profeta. Inicialmente es presentado al profeta novicio durante la fase de instalación profética del proceso. Más adelante es ratificado después de la formación y la

instalación del profeta para confirmar el llamado y el manto del nuevo ministerio. 5. Pactos de sangre. El acuerdo entre una deidad y su pueblo de pacto. Las costumbres de los pactos de sangre se remontan a la caída de Adán, cuando Dios cubrió su desnudez espiritual y natural y la de Eva. Después de eso llegó la muerte de un animal a manos de Abel, cuya sangre derramada ofreció al Señor tras la transgresión de sus padres y consiguiente destierro del Edén. En la esfera de la deidad, la sangre es el sacrificio aceptable más alto porque en él está el espíritu de vida. Sin sangre, los cuerpos de barro dejan de funcionar y regresan al polvo. Eso significa que la esencia de la vida está en la sangre. El único elemento visible del ser humano que trasciende al tiempo y al espacio es la sangre. No hay parte del cuerpo que ella no toque, y como el único tejido móvil del cuerpo, es lo que se comunica con todas las demás partes del cuerpo. Así, la sangre actúa como la inteligencia del cuerpo y su sistema de aviso. Cuando Caín mató a Abel, el Señor dijo que la sangre de Abel aún le hablaba desde la tierra. Evidentemente, en el ámbito del espíritu, la sangre tiene voz e inteligencia. Dios sabía que Abel estaba muerto debido a lo que su sangre le dijo una vez a su cuerpo; ahora clamaba desde el suelo.

1. Pagano. A) Término que originalmente significaba “morador en el campo” y bíblicamente corresponde con la definición de los amorreos, cuyas atroces prácticas demoniacas causaron que el pueblo de Dios fuese deportado de su tierra. B) Palabra que identifica los ritos de adoración y la religión de la Wicca, druidismo, hechiceros, magos y adivinos. El mundo pagano, otra vez popular, habla de quienes practican el ocultismo, las artes negras, la magia negra y la adivinación. Véase amorreos en 2 Reyes 21:3–11. La palabra para “occidental” se dio a moradores en las montañas cuya adoración politeísta era ajena a la monoteísta Israel. Tales religiones estaban llenas de idolatría y sumergidas en la magia con participación demoniaca en el centro de sus rituales. La práctica más generalizada era la necromancia. Aunque el significado típico de la palabra pagano parece lo bastante inocuo, sus orígenes realmente provienen de

las pervertidas prácticas religiosas de las religiones de los pueblos antiguos. Pagano, en la mente de Dios, es sinónimo de paganismo y hedonismo. Las formas de adoración amorreas son lo que en realidad les hicieron ganarse el nombre de paganas en primer lugar; incluían todo tipo de adoración astral, terrenal, terrestre y subterránea de la deidad de la época. Dominaban la astrología, el epicureanismo, el demonismo, los rituales de muerte y la bestialidad. Además de esas cosas, toda perversidad que los seres humanos puedan inventar la practicaban esos montañeros en nombre de la religión. La base fundamental de sus sistemas religiosos era la autopreservación de las crueles dificultades de los elementos y de la vida, y la salvación en la otra vida. El paganismo, entonces, es el equivalente al bosquejo de espíritus impuros y familiares.

1. Palabra. Comunicación hablada, mensaje verbal. Manifestación audible de poder y presencia divinos. 2. Palabra de Dios, La. La Santa Biblia. El Señor Jesucristo. 3. Palabra de conocimiento. Una frase que describe una de las nueve manifestaciones del Espíritu Santo, donde se entrega información o conocimiento por el Espíritu de Dios sobrenaturalmente. Las manifestaciones de palabras de conocimiento son normalmente frases breves, a menudo de una sola palabra, que proporcionan información para que el oyente actúe en consonancia mientras es usado por Dios. Para mayor claridad, el término que se encuentra en 1 Corintios 12:8 se entendería mejor como “declaración de conocimiento, más que de hecho”, porque es así como llega al oyente. Afirmaciones sobre la salud, estado, actitud espiritual o conducta de una persona son las típicas maneras en que se manifiesta. Las palabras de conocimiento normalmente no requieren ningún acto manifiesto por parte de oyente, además de verbalizar lo que se escucha con el oído espiritual. En su mayor parte, las palabras de conocimiento no son necesariamente reveladoras o predictivas. Esas características generalmente están reservadas para la unción o manifestación profética.

1. Palabra de sabiduría. Similar a la palabra del conocimiento, esta comunicación del Espíritu Santo tiende a surgir de modo más elaborado. La información dada es más bien de tipo práctico en lugar de ser reveladora o predictiva, y está ligado a circunstancias concretas que el oyente puede que esté afrontando. Normalmente tienden a surgir respuestas que

describen un acto de seguimiento sabio y prudente por su parte. En la manifestación de la palabra de sabiduría, el “cómo” se subraya por encima de lo que es o no es. El cuándo y el dónde son explicados por las circunstancias. (1 Corintios 12:8). Las palabras de sabiduría, aunque pueden complementar o ampliar una profecía con aplicación práctica, no son necesariamente predictivas a menos que su ejercicio dependa de un acto futuro. Por consiguiente, cuando se detecta un aspecto predictivo, se debe a que el mensaje tiene como objetivo una profecía que revela lo que Dios quiere decir o aconsejar a quien lo recibe.

1. Paloma. Símbolo del Espíritu Santo. Tradicionalmente, a las palomas se les veía como los mensajeros astrales o celestiales de sabiduría o gracia que marcaban el comienzo o intervención de la actividad espiritual. (Mateo 3:16; Marcos 1:10: Lucas 3:22; Juan 1:32). Se decía que por el símbolo del bautismo el dios impartía paz (una virtud de gracia) y armonía al adorador. Las alas de la paloma eran veneradas como símbolos de paz. En la antigüedad, las palomas representaban símbolos de nutrición maternal donde la madre que ama profundamente a sus hijos es más que una cuidadora. Ella los cría bien y los equipa para que tengan estabilidad y prosperidad en la vida. El Espíritu Santo descendiendo sobre Cristo en forma de paloma significó el amor inagotable del Padre por su Hijo, que se entregó a sí mismo libremente por los pecados de la humanidad. Juan el Bautista, al reconocer al Espíritu Santo en su forma de paloma, desveló la unión paternal y maternal de Dios que llevó a Cristo al mundo y que en breve haría que naciera su iglesia. Por esta razón, Juan reconoció a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Había algo más que su confirmación de la aparición del Mesías prometido. También anticipaba el propósito y la obra terminada de la aparición de Cristo. Eso era su Cuerpo, la iglesia, naciendo en el mundo. Juan 2.

1. Panteón mitológico de dioses y diosas. Desde los sumerios hasta los cristianos medievales, dioses y diosas han viajado por los anales del tiempo. Cambiando sus nombres, fundiéndose con las deidades de otra cultura y alterando sus formas y rituales, de todos modos viven para proporcionar a cada generación un suministro de ídolos a los que adorar. Generalmente, todos se basan en la naturaleza como una reminiscencia de la decisión de Caín de adorar al Todopoderoso con el fruto de la tierra en Génesis 4:3. Además, todos ellos integran sexo ritual, embriaguez, inmolación y funciones sobrenaturales en su adoración. Invariablemente, magia (natural y sobrenatural), adivinación, encantos y echar suertes, aparecen como las principales características de cada religión.

Los profetas deberían saber que la educación superior en la mayoría de países proporciona un amplio estudio de estas deidades bajo el disfraz de educación mitológica, humanidades, historia antigua o arqueología, ignorando sus orígenes religiosos e implicaciones espirituales. Mientras tanto, no se asigna igual tiempo al cristianismo o al Dios de la Biblia. Como tal, la educación pública sirve como centro continuado de proselitismo para el conocimiento demoniaco y oculto. Por tanto, las historias mitológicas que se quedan en la mente de muchos pensadores obstaculizan su capacidad de percibir y aceptar la verdad de Dios. En cambio, sirven para inspirar a quienes buscan conocimiento superior a convertirse a la oscuridad y rechazar la luz de Cristo. Cuando se predica el evangelio de Jesucristo, esas enseñanzas influencian con fuerza a quienes escuchan, convenciéndolos de que no hay diferencia alguna entre esas deidades de la antigüedad y sus historias y el Salvador del mundo: Jesucristo. Además, cuando los adolescentes criados en Cristo estudian en esas instituciones de aprendizaje superior, son obligados sin elección alguna a estudiar mitología, y con frecuencia eso les lanza a la confusión. Así, son necesarias sabiduría y perspectiva profética para contrarrestar su influencia en los no salvos y restablecer las almas de los redimidos que se ven expuestas a ella.

1. Pastor/profeta colaborador. Al igual que el colaborador apostólico/profético, estos términos hablan al profeta asignado a la iglesia local. La característica distintiva de esta colaboración yace en el fundamento de que el profeta sea el oficial más elevado según 1 Corintios 12:28–29 y Efesios 4:11. En ambientes proféticos rutinarios esta distinción sería insignificante, pero en el marco de la iglesia local puede crear dificultad a menos que el profeta entienda el lugar del ministerio en la iglesia. En un pastor/profeta colaborador, el profeta somete voluntariamente su manto bajo el pastor durante la duración de la tarea, muy parecido a lo que hizo el Señor Jesús al venir a la tierra como el agente divino-humano de la Deidad. La Biblia dice que Él se despojó a sí mismo, o hizo un lado sus privilegios divinos o Deidad. (Filipenses 2:7). El pastor, por otro lado, se relaciona con el profeta más como un agente contractual si el oficial es enviado por Dios, o como compañeros si el profeta creció bajo la cobertura del pastor. La distribución ideal se basa en la visión y el llamado del pastor y en la capacidad del profeta para apoyarlo y hacerlo avanzar. La autoridad del profeta se ejerce como complemento a la del pastor, no como usurpación. Las ovejas del rebaño deben ver al pastor como su director y al profeta como un oficial del equipo. Los profetas, además, deben trabajar para mantener al pastor como el cabeza de la iglesia en las mentes de los fieles.

1. Pensamientos en el sueño. El mayor ejemplo bíblico de esto es el preludio de Nabucodonosor en el sueño de su imagen de oro. El relato en Daniel 3 dice que estaba descansando en su cama a punto de dormirse pensando en su reino y en lo que sería de él tras su fallecimiento. El Todopoderoso, el Altísimo, usó los pensamientos en la manera en que Nabucodonosor conocía a Dios para lanzar un episodio profético que elevó a Daniel en el

reino de Babilonia hasta ser el principal de los sabios. Los pensamientos en los sueños son meditaciones inquisitivas de naturaleza reveladora o predictiva que desembocan en el comienzo de una visión profética. Piense como otro ejemplo en los sueños que uno tiene en los que uno es consciente de pensar en un tema o eventos del sueño mientras aún está soñando. O, como otro caso, ser consciente de soñar y reconocer que los pensamientos de uno estaban activos y de algún modo participaron en el sueño mientras aún estaba dormido. 2. Pentateuco. Los cinco primeros libros de la Biblia. También llamados la ley de Moisés. 3. Percepción profética. A) Conocimiento e información derivados de las facultades interiores del profeta. B) Conocimiento intuitivo e instintivo y perspectiva sobre lo que se basa una profecía resultante. 4. Período. Bíblicamente, se refiere a un tiempo designado en Dios. Cualquier profeta establecido en Dios entiende la importancia de sus tiempos y períodos que están en el calendario de eventos de la creación. Su significado varía, desde la aparición final de un momento largamente esperado hasta la manifestación de una palabra profética o milagro divino que se manifiesta en su momento. La profecía generalmente integra el momento pronunciamientos, o el tiempo “ahora” de Dios. (Eclesiastés 3:1). 5. Perla. Joya que simboliza sabiduría. 6. Personalidad y temperamento del profeta. Como con sus capacidades naturales, los potenciales profetas nacen con un temperamento distintivo con el que la mayoría de ellos luchan la mayor parte de sus vidas. Hasta que son llamados por el Señor y son conectados con otros tipos proféticos, los profetas viven con una conmoción tras otra en su personalidad. Muchas personas los consideran imprudentes, descarados, demasiado francos y dolorosamente sinceros. Por esa razón, el carácter

básico del oficio comienza a asentarse cuando son jóvenes. Los futuros profetas se vuelven distantes, huraños, defensivos y en ciertos modos antagonistas porque no saben qué otra cosa hacer con su personalidad y temperamento inusuales. Desde la niñez, ven la vida con inexplicable claridad y no pueden evitar decir las cosas tal como las ven, aunque a veces sea de modo apologético. Para protegerse de la reacción normal de las personas ante su claridad, los futuros profetas desarrollan un exterior duramente sarcástico. Como resultado, la gente se aleja de ellos, y sólo quienes tienen un espíritu parecido o les entienden desarrollan y mantienen amistades duraderas. Con el tiempo, esas personas tienden a crecer en su apreciación de la honestidad y claridad del temperamento profético. Cuando el profeta reconoce el llamamiento en su vida y el modo en que su personalidad sirve a su destino, se sitúa en paz consigo mismo y se suavizan las aristas agresivas que construyó como sistema de defensa.

1. Pestilencia. A) Símbolo de fuerzas demoniacas que se acercan o se infiltran enviadas por medios ocultos, como adivinación, magia, encantos, brujería y otros encantamientos. B) La pestilencia es una señal del juicio de Dios, como langostas, moscas, saltamontes y similares. 2. Pie. Simbólico del fundamento de un gobernador. Es expresivo del poder implacable u opresivo. (Levítico 8:23; Salmos 38:16; 68:23; 121:3; Isaías 41:2; Lucas 4:11; Apocalipsis 10:2–3). 3. Piernas. En el contexto profético, las piernas representan pilares. Simbolizan puntos de apoyo y la extensión o seguimiento de un pueblo. El seguir con frecuencia se denominaba trenes, porque avanzaba. Con esta idea en mente, con frecuencia se hace referencia a las piernas como trenes. (Isaías 47:2). 4. Pies. A) Símbolo, en ambientes proféticos, de poder fundacional. Los pies representan el terreno de algo. B) También indican un vehículo de movilidad y constituyen un transporte básico y/o primitivo. Hablan del arduo y lento viaje del viajero al moverse de un lugar al siguiente. C) Un sendero tedioso hacia

un destino. (Génesis 19:2; Josué 3:13; Deuteronomio 11:24; Isaías 60:13; Nahúm 1:15; Zacarías 14:4; Efesios 6:15). 5. Pilar. A) Punto de apoyo que se origina o surge desde un eje sagrado. B) Cuello. C) Los pilares representan la presencia subyacente de potestades divinas. D) Los pilares también significaban la fuerza vital de su estructura, la trascendencia y ascensión de sus adherentes, y fuerza y estabilidad. E) Se pensaba que los pilares servían a este propósito y/o función en el plano terrestre y también en el celestial. Los pilares como ejes de apoyo eran reconocidos como ejes de los dioses de los cielos, que suministraban a la tierra por medio de sus tuberías. Los antiguos nunca pensaban que sus centros estaban vacíos, sino que contenían canales mediante los cuales las potestades del cielo eran transmitidas o trasladadas a la tierra. Dios usó un pilar de fuego sobre el monte Sinaí para guiar y proteger a Israel.

1. Planeta tierra. Hembra maternal. Proféticamente, se refiere a la figura de la diosa madre en religiones antiguas. Todas las religiones de diosas, por ejemplo la hechicería, adoran a la tierra como madre y la consideran una diosa y creadora. La tierra es la grabadora de Dios. Él utiliza la tierra como un testigo de lo que Él dice. La tierra recibe su palabra como depósito, y ésta es una de las muchas maneras en que Él se ocupa de que su palabra siempre esté en el planeta, sea o no pronunciada proféticamente por una persona. Esas palabras son espíritu, como el Señor Jesús nos dijo. Con frecuencia, son despertadas por Él en su debido tiempo y se abren camino hasta el corazón y el espíritu del profeta para ser liberadas en la tierra. (Isaías 26:9; Deuteronomio 30:19; Apocalipsis 18:1, 23). 2. Plantas. En visiones, sueños y contextos proféticos, las plantas representan símbolos de fertilidad. Indican prosperidad, crecimiento y significan el fin de un período de esterilidad. 3. Poder profético (fuerza). Según Jeremías 23:10, el poder interior de los profetas que capacitan sus palabras y causan que lo que ellos dicen suceda. La palabra de su poder y fuerza incluye valor, dominio, victoria y triunfo. El poder es lo que personifica la inusual autoridad del profeta.

4. Posesión demoniaca cristiana. La cuestión de si los cristianos pueden estar poseídos aparece a menudo en las mentes del santo recién salvado y también del experimentado. ¿Pueden estar poseídos por el diablo, o el nuevo nacimiento les hace ser invencibles en toda circunstancia? La respuesta es que el nuevo nacimiento sí hace a todos los cristianos con el Espíritu de la Nueva Creación y la morada del Espíritu Santo (Ezequiel 36:26– 27) invencibles a la posesión demoniaca. Aunque pueden ser tentados y por un momento sacudidos por el diablo, no pueden ser poseídos a menos que se entreguen. Según las Escrituras, hay dos razones principales por las que los cristianos pueden ser poseídos por un demonio, otra frase para entregados o rendidos. Los profetas deberían ser conscientes de ellas si quieren ayudar a liberar a los cautivos. La primera razón es la inmoralidad sexual. La segunda razón es la blasfemia. Para ejemplos bíblicos de estas dos razones para posesión demoniaca de cristianos, véase 1 Corintios 5:5 y 1 Timoteo 1:20. La premisa del Creador/Salvador para tales actos se encuentra en Juan 8:34, 1 Corintios 6:15 y Romanos 6:16. 5. Precisión profética. A) Término que define la destreza del profeta para dar la palabra del Señor de modo preciso. El significado del término incluye la obligación de no desviarse de la palabra del Señor para asegurar la cooperación y vida de su “delegación angélica”. Esto se aplica a Samuel porque la Biblia dice que el Señor nunca deja que sus palabras caigan a tierra. (También Jeremías 23:28). B) Lo que distingue a un profeta verdadero del falso. La capacidad del profeta de dar una palabra del Señor precisa, oportuna y sazonada que afecta a la vida de los oyentes, pone en movimiento las palabras codificadas de Dios en la creación y moviliza a los agentes invisibles de Él para hacer avanzar la palabra, todas ellas evidencia de la precisión profética. 6. Predicación. Discurso inspirado y espontáneo cargado de convicción y emoción. Véase predicación profética. (Nehemías 6:7; Lucas 4:18). La predicación se distingue de la enseñanza en que está emocionalmente cargada, pasa por encima del grueso

del intelecto a propósito. La predicación se apoya en emociones y el sentimiento para sus súplicas. La enseñanza no lo hace; en cambio, su mayor impacto se siente en la esfera de la mente y es aceptada sólo después de haberse completado sus procesos típicos. Cuando la obra de conversión termina, el Señor, según la Gran Comisión, introduce el ministerio de la enseñanza en el programa de desarrollo. Aquí el intelecto, que debe ser renovado conforme al Espíritu del Señor, es transformado mediante una inculcación de la verdad de Cristo. Así, la predicación convence y convierte mientras que la enseñanza informa y transforma. El ministerio de Cristo comenzó, como lo hizo el de Juan el Bautista, con la predicación. (Marcos 1). 7. Predicación profética. Contrariamente a la enseñanza, que se dirige a la mente, en la mayoría de los casos, y después penetra hasta el corazón, su objetivo son las emociones. La educación o la carencia de ella no es obstáculo para lo que el Señor quiere que el oyente entienda con la predicación. La predicación profética atraviesa el corazón para impactar directamente el ámbito del alma del oyente. La predicación se interesa en afectar la voluntad humana enseguida antes de que tenga oportunidad de decidir si la información tiene sentido y si debe aceptarse o descartarse. La predicación profética invariablemente subraya el futuro y revela información espontánea dada en rápidas y breves proclamaciones. Con frecuencia se observa un impulso rítmico a medida que el profeta es llevado sobre las olas del Espíritu esperando derramarse sobre el oyente y, cuando el sermón ha terminado, confirmar la palabra. En cuanto a la predicción, el predicador profético normalmente habla sobre cosas que la audiencia está manejando, describiendo notablemente sus situaciones de modo perfecto. Sus palabras enseguida proporcionan la respuesta calculada de Dios para ellos. Los oyentes de la predicación profética normalmente se van alabando a Dios por su íntimo conocimiento de los problemas de su vida y su interés demostrado en su resolución. Desde luego, la profecía destaca en tales disertaciones.

1. Presbiterio profético. Término dado al consejo de profetas que ministran colectivamente a un cuerpo. Generalmente, este grupo forma una compañía de profetas que realizan una alianza con el propósito de cobertura profética y distribución uniforme de la palabra del Señor. El grupo de profetas de Acab es un ejemplo de esto, al igual que las compañías de profetas a las que la

Escritura se refiere repetidamente. También se hace referencia a ellos como los hijos de los profetas. 2. Presencia profética. La presencia discernible del espíritu de profeta que opera o es clara en una persona. La conducta, conversación y actitud espiritual que designa a alguien como profeta o que es llamado a serlo. La mujer a quien Jesús encontró en el pozo quedó impresionada con su presencia profética. (Juan 4:6–43). 3. Principio. Una guía o pensamiento directivo que gobierna la comprensión y las leyes de una doctrina como su fuente principal. 4. Proeza. Resultados o empresas exitosas logradas por actos y obras notables en el conflicto, el combate o la resistencia. Hazañas especiales. Obras heroicas y aventureras. (Daniel 11:28, 32). 5. Profani. Palabra griega para “decir de antemano”. 6. Profecía. A) Comunicación inspirada de parte de Dios. B) La profecía es el medio de comunicación sobrenatural de Dios. Lo que hace que sea profecía es que Dios habla mediante sus profetas antes de que los eventos terrenales en cuestión sucedan. C) Revelación predictiva que Dios, que es eterno, habla desde fuera del tiempo a su creación y su familia en el tiempo. Cuando una palabra del Señor deja la eternidad y se abre camino en la tierra normalmente mediante un canal humano, precede al evento que la ha ocasionado. Eso es lo que hace que la profecía sea lo que es. Los médium son diferentes. Lo que hablan ya se ha abierto camino desde el Espíritu y los tesoros secretos del Dios Creador y ha estado en el planeta flotando como tentaciones a la espera de atrapar las almas de la humanidad. Aparte de esto, lo que ellos hablan lo reciben de espíritus seductores como calumnia, murmuración y chismorreo. Por eso el Señor dice que son el producto de espíritus familiares.

1. Profecía apocalíptica. Profecía con una perspectiva claramente de los últimos tiempos. Profecía que define lo que Dios planeó para el fin de la era de la humanidad, el inminente reinado de

Jesucristo y los juicios finales del Señor. Aparte del libro de Apocalipsis, los discursos de nuestro Señor estuvieron repletos de profecías apocalípticas sobre los últimos tiempos. De hecho, cuando Él comunicó el apocalipsis al apóstol Juan, fue una versión ampliada de lo que ya les había dicho a los escritores de sus Evangelios. Sin embargo, antes de Cristo, Jeremías, Isaías, Ezequiel, Daniel y Zacarías fueron algunas de los principales figuras cuyas predicciones contenían porciones significativas de profecía apocalíptica. 2. Profecía de adivinación. Profecías inspiradas por fuerzas externas. Los profetas entran en un estado de frenesí, tradicionalmente inducido por la embriaguez, para comunicarlas. Se esperaba la histeria como un testimonio de que el dios estaba poseyendo al profeta y hablando a través de él. Las predicciones psíquicas u ocultistas están basadas en estas premisas. También la práctica trae consigo comunicar profecías anímicas derivadas de impresiones personales y opiniones, o condicionamientos teológicos. Prejuicios, parcialidades o la interpretación de rasgos (familiares) especiales y elementos del tema y objeto de la profecía también pueden ser inspirados por las profecías de adivinación. La adivinación opera estrictamente en base a factores externos como ritos, presagios o la ayuda de objetos, eventos y órganos de animales. (Miqueas 3:11; Ezequiel 12:24; 13:6; 21:21–24; Hechos 16:16). 3. Profecía de iglesia local. La institución organizada de actividades, agencias y operaciones proféticas manifestadas en la asamblea local bajo los auspicios de su pastor y su superintendente profético. 4. Profecía de manifestación. Este término se refiere a toda la operación de lo profético, pues implica lograr y provocar la voluntad del Señor y sus varias formas en el mundo mediante la estructura y el tenor de sus palabras. Al reconocer el conocimiento previo de Dios del pecado y su devastación en las vidas de quienes nacen en la tierra, el profeta entiende que la obra del manto es impulsar a las tercas fuerzas de la oscuridad a

ceder el paso a las provisiones de Dios encerradas en su creación para quienes tienen necesidad. Toda la Biblia es un tratado tras otro del mandato de Dios a los agentes rebeldes de pecado a liberar las provisiones y administraciones de Él a quienes Él las ha asignado. Los profetas, por medio de sueños y visiones, mediante la oración e incluso excursiones espirituales a la presencia de Dios como las que conocían Ezequiel y Zacarías, saben que lo que ellos ven de la boca de Dios se cumple antes de que llegase y fuese pronunciado por sus propias bocas. Lo que les da a los profetas la seguridad de que las palabras que dicen se cumplirán es que entienden que el poder de Dios inherente en la palabra ya ha cumplido en la esfera terrenal lo que Él pronunció mediante ella en la eternidad. Lo que queda es la manifestación de los mensajes de ellos en su forma literal o física. 5. Profecía didáctica. Aspectos de lo profético propheteia que se centra en enseñar e instruir desde una perspectiva profética más que desde la revelación y predicción, lo cual indica esta unción como señales de confirmación. Los profetas didácticos a menudo descubren que su unción está revestida de una fuerte capacidad para escribir y también para operar fácilmente también como profetas escribas. 6. Profecía generacional. Un nabiim profesional (plural de nabi: la palabra hebrea para el profeta), un llamado que se especializa en el destino de futuras generaciones con sus palabras. El profeta que visitó al rey Jeroboam en el altar de Belén en 1 Reyes 13:1–12 es un ejemplo de profecía generacional. El mensaje del profeta subrayó el desagrado del Señor con el brebaje contrareligioso de Jeroboam, y prometió que sería derrocado por un rey que se llamaría Josías. El profeta, poco después de esta tarea, murió en el camino porque un león lo despedazó. Aparte de cualquier cosa que pudiera haber hecho antes de que le fuera asignada esa tarea, la obra más importante del profeta para el Señor fue dar existencia con sus palabras a la llegada del rey que restauraría la adoración piadosa en la tierra. Fue necesario que pasaran generaciones para que cumpliera,

pero sucedió según la palabra del profeta. La profecía generacional, entonces, habla sobre todo directamente a la posteridad de los contemporáneos del profeta, y las capacidades muy intuitivas, interpretativas y visionarias del profeta sirven a ese propósito. Las profecías más significativas de Jacob encajan en esta categoría en los últimos capítulos del Génesis (véase capítulo 49). Él pronunció profecías sobre sus hijos que gobernaron sus vidas hasta el final del tiempo. Jeremías profetiza la llegada del rey Ciro, quien autorizaría la reconstrucción de la tierra de Dios. Incluso la financió debido a un encuentro de pacto con el Dios Todopoderoso. Los detalles de ese encuentro dan comienzo al libro de Esdras. Isaías dio existencia con sus palabras al nacimiento y el ascenso al trono de Persia de Ciro en Isaías 45:1–5. En cada edad de la humanidad hay profecías de creación incrustadas en la palabra del Señor para los tiempos, las épocas y la posteridad de cada generación. La profecía generacional sirve a este propósito: mantener a la humanidad avanzando por su camino predestinado y asegurar que la palabra eterna del Señor se cumpla a su debido tiempo. (Mateo 24:34; Jueces 3:2. También Isaías 30:8). 7. Profecía interactiva. Que se ocupa del ministerio profético profesional. Las actividades del profeta involucran las vidas y circunstancias de aquellos a quienes cubren proféticamente. Esta interacción implica oración de intercesión, profecía, consejo liberación y enseñanza de sabiduría. 8. Profecía musical. Ministerio profético que se apoya o es enriquecido apreciablemente por música que se toca al mismo tiempo. Eliseo llamó a un músico para ministrar con su música cuando respondió a la pregunta de Josafat sobre ir a la guerra como aliado de Acab. A medida que el músico tocaba, el profeta podía proclamar convenientemente la palabra del Señor. Juglar; compositor de música. 9. Profecía negligente. Profecía en la que se participa o se ejerce con propósitos no ordenados por Dios, o el tipo de profecía que no logra sus objetivos espirituales y predestinados.

10. Profeta. Visionario divino que sirve como portavoz de una deidad. Véase nabi, hozeh y chozeh. 11. Profeta de casa. Término para un profeta que sirve en una iglesia local como su guardián y cubierta espiritual. Él o ella también pueden ser asignados a un ministerio sin una iglesia para el mismo propósito. El concepto viene de los antiguos profetas que servían en templos, palacios y cortes. Eran oficiales en plantilla que daban consejo sobre asuntos religiosos, problemas de realeza o decisiones judiciales en nombre de los dioses de su tierra o de aquel que había investido a sus gobernantes. Israel tenía esas instituciones que funcionaban del mismo modo, a excepción de que su Dios era sólo Yahvé. (Jeremías 5:31; 23; 29:8–9). 12. Profeta de línea. Aquel que sirve en un presbiterio profético establecido para el propósito de compartir y distribuir la carga profética de una reunión grande. 13. Profeta institucional. Un profeta, normalmente un nabi, que servía en un santuario, un palacio o un templo en tiempos antiguos. Actualmente, tal individuo sería considerado un profeta de casa. 14. Profeta lírico. A) Profeta cuyo ministerio, saturado de poesía y rima, con frecuencia se comunica en canto independientemente de salmos reales. B) El mensajero puede ser o no ser un salmista oficial. 15. Profeta misionero. Profeta cuya principal tarea es ser enviados por Dios a zonas concretas para realizar tareas proféticas. 16. Profeta oracular. Profeta cuyas tareas son principalmente comunicaciones verbales, predicación y profetizar sobre las hazañas milagrosas y confrontaciones del profeta de poder. 17. Profeta principal. Profeta de más antigüedad, probablemente a cargo de la preparación del profeta en aprendizaje. Director de un grupo de profetas o escuela profética. Profeta con

responsabilidades estatales o tareas mayores. Llamado en la Biblia “hombre de Dios”. La organización entre Elías y Eliseo así como Moisés y Josué tipifican esto. (1 Reyes 12:22; 13:21; 1 Timoteo 6:11). 18. Profeta-sacerdote. Los mayores ejemplos de este tipo de profetas son Jeremías, Ezequiel y Malaquías. Esos profetas son conocidos por su distintivo interés por la santidad del Dios, sus ofrendas, sacrificios y servicio ministerial. Dios normalmente los envía a ministros y a quienes se ocupan de los utensilios y la administración del templo del Señor y su tabernáculo terrenal: la iglesia. Ellos abordan el estado de la iglesia, la condición de su membresía, las prácticas y protocolos de la iglesia y su liderazgo. Son profetas cuyas palabras sanan el cuerpo, liberan a sus cautivos y desencadenan las profecías latentes con respecto a la asamblea que han estado retenidas por diversas razones y, como resultado, retienen a la iglesia. Ocupan un papel fundamental para Dios en cuanto a que hacen regresar a la iglesia a su propósito original, reviven su adoración y restablecen su enfoque en la justicia y la santidad de Dios. En resumen, este tipo de profeta desafiará a la iglesia a regresar a su primer amor o ser quitada para siempre de su lugar entre los candeleros que el Señor Jesús mostró a su apóstol. Normalmente, este profeta inspira arrepentimiento, renovación y un compromiso renovado al llamado y la obra iníciales de Dios en la iglesia local. 19. Profeta vidente. A) Profeta supervisor que recibe sus comunicaciones de Dios principalmente mediante visiones. Ver mantos de profetas tiene fuertes elementos pastorales incluidos. B) Roeh es un nombre dado a este profeta; pretende comunicar los atributos supervisores del manto sobre el hozeh o chozeh. 20. Profetas en la Biblia. Los profetas deberían conocer la historia profética, y esa historia incluye saber quiénes son los profetas de la Biblia y lo que hicieron o se les ordenó hacer. Esta lista de profetas de la Biblia nombra al mensajero y da el significado de su nombre para indicar el tipo de unción y/o área de actividad

profética que enfatizaron. Obed: Él ha restaurado; Jahaziel: Dios ve; Zacarías: Yahvé se acordó; Semaías: Jehová ha oído; Sadoc: justo. También, está Daniel: Dios es mi juez; Natán: regalo; Gad: destino de Dios; Abías: Hermano de Yahvé; Iddo: festivo; Azarías: Yahvé ha ayudado; Hanani: misericordioso; Jehú: Yahvé es Él; Elías: Yahvé es salvación; Miqueas: quién como Yahvé; Jonás: paloma; Isaías: Yahvé es salvación; Oseas: salvación; Amós: portador de la carga; Nahúm: lleno de consuelo; Joel: Yahvé es Dios; Sofonías: escondido de Yahvé; Jedutún: alabando; Jeremías: Yahvé establece; Habacuc: abrazo; Enoc: dedicado; Noé: descanso; Abraham: padre de multitudes; Jacob: usurpador; Aarón: brillo; Moisés: sacado; Josué: Yahvé salva; José: que Él (Yahvé) añada; Abdías: siervo de Yahvé; Ezequiel: Dios fortalece; Dodava: amado de Yahvé; Hageo: festivo; Malaquías: Mi mensajero; Juan: Yahvé ha sido misericordioso; Ágabo: amado; Pablo: pequeño; Urías: Yahvé es luz; Pedro: roca o piedra; Bernabé: hijo de exhortación; Judá: alabanza; Silas: arbolado; Miriam: obstinación, terquedad; Débora: una abeja, trabajadora y fructífera; Ana: gracia (femenino de Juan); Hulda: zorro o topo, escondido. Otros nombres en la Biblia son Jaser, el profeta de Jeroboam, Iddo el vidente y Juan el hijo de Hanani, el profeta de Amasías y el recordatorio de Jesucristo, ya que los apóstoles también son profetas. Estudiar los nombres de los profetas aporta perspectiva de la obra que fueron llamados a hacer o tratar, y la razón por la cual el Señor les llamó a su servicio. 21. Profetas mayores de la Biblia. La Biblia contiene los escritos de cuatro profetas mayores, así denominados por los extensos ministerios que desempeñaron y la longitud de los textos que dejaron registrados. Son Isaías, Ezequiel Jeremías y Daniel. 22. Profetas menores de la Biblia. Hay doce profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías. Estos doce se denominan profetas menores debido a que sus obras literarias son pequeñas en comparación con los escritos proféticos de los profetas mayores.

23. Profetas sacerdotales. Una de las varias esferas de ministerio profético que subrayan lo sagrado, santo y reverente. Tales profetas se ven inevitablemente impulsados a concentrarse en esas áreas más que en ningún otra cosa. Con frecuencia se encuentran en posición de tener que establecer o restablecer la observancia de la adoración a Dios del modo en que Él diseñó y quiso, al igual que asegurar que Él se agrade de nuestras reuniones y comunión. A menudo, esta tarea es desempeñada en el ministerio itinerante y se logra de iglesia en iglesia. La diligencia del profeta-sacerdote previene las consecuencias finales relacionadas con la adoración irreverente, profana o hecha común por la familia de Dios. Los profetas sacerdotales están constantemente interesados en la adoración y su forma y emblemas adecuados, la expresión pública en la adoración y las devociones piadosas. Su unción tiene como objetivo la adecuada postura espiritual y el carácter santificado. Ellos siempre buscan actitudes reverentes y estilos de vida santos, y exhortan a ellos. Ezequiel, Isaías, Moisés, Jeremías eran todos ellos profetas sacerdotales.

1. Profético. A) Nombre dado a las esferas predictivas de comunicaciones, actos e influencias sobrenaturales desde el mundo espiritual y sus ciudadanos. B) El ministerio y el trabajo del profeta. C) Las disciplinas y prácticas del ministerio que revela. 2. Profetisa. A) Profeta hembra. B) Las profetisas se remontan en el tiempo hasta la institución misma, y se les otorgaron todas las capacidades, autoridad y competencia de sus homólogos varones. La Biblia nombra a María, Débora, Hulda, Ana y las hijas de Felipe como profetisas de Dios. Jezabel y Noadías se menciona como falsas profetisas. Tanto María como Débora también eran gobernadoras seculares.

1. Profetizar. La inspiración para declarar, proclamar o revelar la palabra del Señor. El acto de predecir el futuro inspirado por la unción del Señor. 2. Proyecto profético. Esta expresión describe las tareas y detalles que el Señor asigna a los profetas para cumplir su palabra en la tierra. Es más que meramente participar en la predicación y la enseñanza profética, e incluye mover las fuerzas sobrenaturales

de Dios, hacer cumplir sus palabras y decretos en la tierra, y manifestar físicamente lo que el Señor ha declarado proféticamente. Los proyectos proféticos son asignados cuando la palabra de anteriores profetas ha llegado a su momento de cumplimiento. Para movilizar las fortalezas y reunir la influencia espiritual necesaria para cambiar los eventos que retenían el cumplimiento de la palabra, Dios reúne voces proféticas para comenzar la obra. Cuando ha comenzado a moverse, Dios asigna una figura profética central para impulsarla espiritualmente y guiarla prácticamente. La Biblia dice que los profetas en estas tareas profetizan continuamente; aconsejan, guían y guardan la obra hasta que es finalizada. Compárese con cuidado profético, que difiere de esta función en que hace hincapié en las personas que hacen la obra, mientras que el proyecto profético destaca la obra que las personas hacen. Cuando la tarea es finalizada, el profeta del proyecto regresa a sus obligaciones normales. Nehemías, que fue enviado desde la presencia del rey, ilustra esta función. 3. Pronóstico. Profecía predictiva. (2 Corintios 13:2). 4. Proclamar. Declarar revelaciones y profecía de boca del Señor sin tener en cuenta sus elementos predictivos. Una palabra declarada por acción en un ámbito con alto cariz espiritual que se afirma como la palabra del Señor. (Hechos 26:25). 5. Programa divino. Término usado para identificar el programa de eventos predestinado del Señor ordenado para mantener a la tierra y a la humanidad en su reloj. La profecía está vinculada al programa de Dios y la comprensión profética, y el respeto al tiempo del Creador es crucial para que sigan teniendo éxito en su servicio. Las palabras proféticas dadas sin tener en cuenta su tiempo señalado o etapa son peligrosas y dejan al receptor de dichas palabras vulnerable a una actuación demoniaca adelantada al calendario de Dios o la falsificación de la profecía para seducir a la persona con el fin de alejarla de la adoración del Dios Creador. Jesús habló una y otra vez sobre cómo se debe cumplir la palabra de Dios. Las Escrituras, dijo en más de una

ocasión, se deben cumplir. En su camino a la cruz procuró grabar en la mente de las personas que todo lo que estaba ocurriendo en su vida era según la palabra escrita y prescrita de Dios. Él nació según el calendario divino. Apareció delante de Israel según el programa divino. Jesús enseñó, viajó, durmió y adoró en total acuerdo con la palabra de Dios en su vida. Realizó la última cena donde le había dicho el Señor Dios de Israel, sabiendo que lo que era necesario para el cumplimiento de los mandamientos del Padre ya estaba preparado para Él. Se fue de una región para ministrar en otra, donde debía estar, en el tiempo en que debía estar, enseñando el tema que el Padre le había indicado para aquellos que asistirían. Cuando fue arrestado, les recordó tanto a los espectadores como a los perpetradores que todos eran parte de un plan cósmico maestro, cuyo resultado no sería parecido en nada a lo que ellos suponían. Cuando se encontraba frente a Pilato, el Señor Jesús siguió con su tarea dejando que el gobernador supiera que no tenía poder sobre Él que no le hubiera sido dado por el Creador. Jesús, casi con indiferencia, le informó a Pilato de que Él podía iniciar una guerra intergaláctica para impedir que el gobernador le condenara a muerte si así lo quisiese. Dijo que podía llamar a doce legiones de ángeles que lucharan para detener su muerte si ésta no estuviera escrita. Uno se pregunta ante este comentario si sus palabras no estarían dirigidas más a las fuerzas de las tinieblas que sabían quién era Él realmente que a Pilato, que probablemente no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo. En cualquier caso, el Señor aclaró que todo lo que ocurría en su vida era según un plan que no se podía trastocar. Nuestros contratiempos, aparentes errores y errores de juicio y decisiones están todos ellos contemplados por Dios en su calendario de la creación, y nada ocurre al margen del programa divino de eventos que Él registró en la eternidad.

1. Propósito. A) Genéricamente, esta palabra se refiere a la razón definitiva por la cual se creó una cosa. B) Las actividades por las cuales fue creada una cosa para desempeñarse en la vida tal como está evidenciado por la propensión natural, el éxito coherente, la facilidad de implementación o de operación. La aplicación divina de la palabra propósito estrecha su significado al llamado de Dios y sus ordenaciones en una vida. El significado y la intención del Señor para un propósito es incluir lo siguiente: aquello donde Él ordenó morar a sus criaturas y familia como su llamado según sus designaciones divinas. El propósito en la mente de Dios implica la vida de trabajo terrenal que beneficia a las personas rindiendo para ellas sus economías individuales desde las esferas invisibles de la creación. También, según el Dios Creador, el propósito demanda que las personas utilicen adecuadamente sus recursos naturales y sobrenaturales, sus talentos únicos y sus capacidades para los fines de Él. (Efesios 3:11). Propósito, por estas razones, es vivir y conducir la vida de modo coherente con

las intenciones, el llamado y el diseño divino. (Hechos 1:11; 27:13; Romanos 8:28; Efesios 3:11. También 2 Timoteo 1:9; 3:10). A medida que Dios proveía el pan puro del cielo para aquellos que servían en su templo, ellos debían considerarse a sí mismos de modo simbólico como seres creados para proveer para quienes acudían a Él mediante sus ministerios. La constante presencia del pan sobre el altar era para ayudarles a recordar que tenían que permanecer frescos, relevantes e incontaminados en su servicio. Cuando el servicio del pan terminaba, un periodo de siete días, se ponían delante del Señor sobre su mesa y los sacerdotes se lo comían acompañado de oración; un tipo de incienso para demostrar su utilidad y su provisión de alimento a sus ministros. El incienso sobre el pan representaba las oraciones de los santos que eran transformadas en una dulce fragancia delante del Señor. Precisamente la palabra para mesa de la proposición se utiliza en los significados de Dios de la palabra propósito. Es decir, como propósitos preordenados, antes debemos ponernos delante del Señor para servirle como el pan servido. Lo que todo esto representa es que el Señor se proporcionó para sí mismo primero destrezas humanas con propósito, y después presentó esas mismas destrezas a sus ministerios. Compárese Marcos 2:26 con Romanos 8:28 y 9:11.

1. Prostitutas. Una palabra importante para que lo profético la entienda, junto con su vínculo original a la antigua adoración a ídolos. Las prostitutas a menudo servían como sacerdotes y sacerdotisas de ritos religiosos que normalmente incluían, o más concretamente concluían, con orgías sexuales. Tales ritos se consideraban vitales para los adoradores y para la fértil unión con el dios de las personas que copulaban. Las antiguas instituciones idólatras se apoyaban en la prostitución para su sostén económico y la seducción de sus seguidores. La prostitución tiene sus raíces en la religión pagana y la adoración impía. Es la adoración de una deidad cuyo servicio sacerdotal requiere actividad sexual en el templo. Tales prostitutas estaban obligadas a servir a cualquier adorador que se lo pidiera por el precio del templo. A las prostitutas de cultos a diosas se les enseñaban actos sexuales que las unían con la diosa madre: la tierra. Ya que la espiritualidad precede a la sexualidad, y la religión y la copulación antes del pacto de Jehová con Israel era la forma de adoración estándar, la prostitución puede enorgullecerse de ser la ocupación más vieja del mundo. Lo que no está incluido en ese orgullo es el hecho de que las prostitutas de tiempos antiguos eran funcionarios de culto cuya ocupación estaba en estricto servicio al dios del templo al cual habían nacido. De ahí que el jefe de las prostitutas, el proxeneta, pueda

verse como el equivalente de los sacerdotes que supervisaban las actividades de sus antecesores civiles y religiosos. 2. Protocolo. La cortesía, el orden, la disposición jerárquica y las reglas y la observancia de ellas, de la relación de grupo dentro y entre sus iguales, asociados y colegas. 3. Provincia. A) Una judicatura jurisdiccional. B) Un gobierno, delegación o eparca de un distrito. 4. Prueba. Señal simbólica entregada por Dios como un milagro parcial o preliminar que predice las palabras del Señor habladas por un profeta, sueño, o de otro modo enviadas por Dios a un receptor. 5. Puente. Símbolo de transición, en particular transiciones sobre terrenos altos de la vida. Los puentes pueden simbolizar cambios difíciles de la vida y ritos de tránsito. Proféticamente, los puentes ejemplifican el arco sobre las aguas, turbulentas o tranquilas, dependiendo de los asuntos que están causando el simbolismo del puente. A diferencia de los túneles, los puentes significan transiciones externas y claras. Por consiguiente, los puentes permiten pasos elevados y reflejan una transición espiritual o celestial (elevada). A menudo, los puentes informan espiritualmente de la muerte y abandono de lo viejo para pasar a una vida nueva o de mejor calidad. Cruzar el puente habla del paso lento y arduo de la transición. Conducir por el puente indica un cruce con sentido en control del conductor. Detenerse a mitad de camino entre los dos extremos del puente significa estancamiento en el progreso de la transición. Estar de pie al comienzo del puente habla de una decisión: la decisión de cruzar a algo más o de regresar al lugar de donde se acaba de salir. 6. Puerta. En la simbología bíblica, las puertas eran importantes. Estaban instaladas en la entrada de la ciudad y también se utilizaban como castillos guardianes. Normalmente, las puertas se construían como defensas con torres. El propósito de la

puerta era proporcionar una barrera movible mediante la cual se pudiera filtrar a las personas y entrar en la ciudad con permiso. Las puertas antiguas se abrían en la mañana y se cerraban en la noche, y eran la única manera de entrar legítimamente en la ciudad. Las puertas más comunes se construían con gruesos muros, puertas dobles y barrotes reforzados. Normalmente tenían inmensas llaves que el guardián de la puerta debía cuidar con su propia vida. Los guardias que guardaban las puertas eran una unión de soldado y pacificador. En tiempos de guerra, los reyes atacantes se esforzaban por entrar en la ciudad por la puerta, pues hacer eso significaba que su ejército había conquistado a sus enemigos en el interior y ya no tenía obstáculos para tomar el control. Los anteriores habitantes que controlaban la ciudad y su contenido eran subyugados. Este es el simbolismo que se presenta en la advertencia de Jesús de que entremos por la puerta estrecha. (Mateo 7:13). La estrategia de las puertas era fundamental en una campaña de guerra antigua. Metafóricamente, en la antigüedad se entendía que cuando un rey entraba en la ciudad por la puerta, tenía acceso y control de toda su riqueza comercio y recursos, habiéndose apoderado de toda la autoridad sobre la tierra. Entrar por la puerta del enemigo era un importante triunfo, y todos los reyes guerreros esperaban hacerlo. Véase la profecía del Todopoderoso al rey Ciro con respecto a las puertas y las dobles puertas en Isaías 45:1. Soñar con puertas proféticamente o verlas en oración indica la introducción del Señor a un curso en la vida de mayor autoridad. Generalmente se prevé la elevación en negocios, política o incluso guerra espiritual. La simbología de las puertas se remonta hasta la eternidad, y Job 38:17 habla de ellas en la muerte y Génesis 28:17 habla de ellas en el cielo, el dominio del Dios Creador. También está la referencia a las doce puertas de la Nueva Jerusalén de Dios en Apocalipsis 21:12, 21. Un sinónimo de puerta es portal. Tienen la misma connotación pero con implicaciones más esféricas en mente.

1. Pulso de profecía (pulso profético). Basada en Jeremías 23, la frase identifica el efecto martilleante de la palabra del Señor cuando se proclama tal como actúa sobre el oyente para cumplirse. Muchos profetas experimentan sensaciones ligeras y ocasionalmente tensas cuando Dios les da su palabra para profetizar. El profeta Daniel confesó que se sintió enfermo y

otras veces se sintió cansado o abrumado. También otros profetas dijeron que sentían algo que acompañaba a las transmisiones proféticas que recibían del Señor. Las mismas sensaciones pueden experimentarlas quienes reciben la profecía cuando se proclama, y de nuevo cuando comienza a cumplirse. En ese momento el Señor conecta la sensación con la profecía, porque Él recordará el encuentro profético al receptor en el momento en que la profecía haya de cumplirse. 2. Púrpura. A) Color que simboliza realeza; en particular, la realeza de un sacerdote. Emperadores, líderes militares y magistrados también llevaban este color porque redoblaban como sacerdotes y sacerdotes de alto rango de sus dioses. B) Piedra de amatista.

QR Quenanías - Rueda 1. Quenanías. Músico principal de los levitas durante el reinado de David. Tenía destreza en la música del santuario, particularmente la que dirigía o acompañaba al resto del equipo de música en canciones proféticas y salmos. La palabra significa “Jehová ha plantado” o “lo que Yahvé establece”. Quenanías como palabra se aplica a algo plantado con la intención de que crezca a lo alto y ancho. El plantador en este caso es el Señor Dios. (1 Crónicas 15:22, 27). 2. Quince. A) El número de un siervo levítico, el salario del esclavo. Es también el número de pastor. B) La mitad de la parte madura para el servicio divino, que es treinta, el número espiritual de un sacerdote y pastor maduro. (2 Reyes 20:6; Oseas 3:2; Gálatas 1:18). 3. Quiromancia, lectura de la mano. A) Lectura de la palma de la mano. B) Echar la fortuna leyendo las líneas y marcas de la palma de la mano. C) Arte adivinatoria llamada quiromancia utilizada para leer la fortuna, leer vidas, adivinar el futuro o para hacer juicios de carácter. Como forma de adivinación, la lectura de la mano intenta decir la fortuna de la persona basándose en las líneas de sus manos, su situación y a veces la estructura de la mano. Aunque la mayoría de los esfuerzos son falsos, con la única intención de sacar dinero a los ingenuos, el peligro yace en el engaño estratégico que abre el camino para otras formas más perjudiciales de adivinación u ocultismo. El Todopoderoso prohíbe toda forma de adivinación, pues crea una plataforma para mentiras y seducción, y prepara a los partidarios para ser derribados más adelante por espíritus más decididos. La frase “rebelión contra el Señor” es pronunciada por un profeta en la Biblia; refiérase a Jeremías 28:16.

1. Rahab. El nombre de la prostituta que ocultó a los espías de Josué antes de que Israel conquistara Jericó. La mujer era una prostituta del templo, una prostituta ritual cuyo nombre significaba “tormentosa, arrogante y de espíritu orgulloso”. Rahab es también un nombre simbólico para Egipto, y es

sinónimo de “un mítico monstruo marino: el dragón de Egipto”. (Josué 2:1; Salmos 87:4; 89:10; Isaías 51:9; Hebreos 11:31; Santiago 2:25). 2. Raíz. Las fuentes de vida de algo, la causa y explicación de su fruto. La Biblia utiliza el término raíz para designar la naturaleza de una persona y su conducta y actividad en la vida. Dios compara el trato que una persona hace de su palabra y el movimiento de su Espíritu con la condición de su raíz en la vida, la cual se encuentra en su corazón. Las raíces eran superficiales —es decir, no plantadas profundamente— o profundas, y así, duraderas y sanas con la oportunidad de crecer bien y soportar fruto duradero. Los árboles con raíces fuertes a menudo eran alabados por Dios, como en el caso del Salmo primero. El Señor Jesús dio muchas parábolas sobre la raíz o falta de raíz en sus enseñanzas parabólicas sobre la palabra del Señor, la semilla, el sembrador, y el terreno en el cual se encuentran ambas. 3. Rana. Simbólicamente, representativas de un espíritu perverso que normalmente se manifiesta como inmoralidad sexual. Las imágenes de ranas se refieren a la diosa egipcia del nacimiento: Heket. Es un antiguo símbolo de fertilidad. También es típicamente conocido como una indicación de herejía, y se utilizaba en tiempos antiguos como amuleto para la lluvia. El libro de Apocalipsis las identifica como espíritus inmundos que salen de la boca del dragón, la bestia y el falso profeta. Así, representan profecías y falsas enseñanzas impuras. 4. Rayo. A) Antiguo símbolo de arma divina y asalto espiritual en el plano celestial. B) Un elemento de cambio cataclísmico y la masacre de seres divinos sobre la humanidad. C) Un símbolo de paradigma. (Job 28:26; 38:25). 5. Reencarnación. Pensamiento de la Nueva Era que surge de una combinación de misticismo del antiguo oriente y necromancia. La reencarnación, como evidencia la palabra (re [regreso a] + carnación [carn = carne]), expone que las personas, cuando

mueren, pueden regresar a la tierra en otra forma. La raíz latina de la palabra significa “adoptar una nueva carne”. La reencarnación es la ocupación del alma de un nuevo cuerpo después de la muerte. El cuerpo ocupado puede tener una forma superior o inferior; lo mismo que la migración del alma. El problema del Creador con el mito es su imposibilidad biofisiológica. Por ejemplo, enseña que las personas pueden regresar en forma de animal, un objeto inanimado o incluso una persona para seguir con su vida terrenal en otro plano. La doctrina sostiene que el alma retiene, o mejor aún gana, derechos especiales después de la muerte. Eso es lo que creían los faraones egipcios. En caso de que una vida pareciera abrirse camino de regreso a la tierra de los vivientes, esa vida no es humana o mortal en absoluto. Es un espíritu familiar, el genio sobrenatural de la línea familiar del descendiente. La muerte del cuerpo anteriormente habitado les dejó sin una vida en la tierra que poseer y en la que residir. Por tanto, el espíritu sin cuerpo —el significado real del término espíritu familiar— vaga por la línea familiar, si está unido a ella, intentando encontrar un nuevo hogar. Si el espíritu tiene otras opciones, buscará otra que invadir, a menudo la función más elevada y la vida con mayor influencia social posible. El proceso de invasión normalmente adopta el sabor de la manipulación ocultista: visiones de acontecimientos extraños y con frecuencia antiguos, repentinos poderes psíquicos y la sorprendente aparición de ayuda gratuita desde el otro mundo son la primera línea de ataque. Cuando la víctima está cómoda con la nueva presencia inexplicable, comienza la segunda fase del plan. Ahora la presencia del espíritu se vuelve más pronunciada; las apariciones son más fuertes, la comunión más tangible, hasta que la voluntad de la víctima se despierta y se alinea con los deseos del espíritu invasor. Con el tiempo, la relación entre ambos —el espíritu demoniaco y el canal inconsciente— forma de lo que permite que el demonio obtenga supremacía y posesión definitiva del cuerpo. La receptividad y la ignorancia son dos factores clave en la duración de tiempo necesaria para lograr ese objetivo. Almas hambrientas, sufrientes y destituidas son las más atractivas. Esas necesidades humanas básicas se sitúan en consonancia con la voluntad del proveedor más oportuno y eficiente. Cuando parece reencarnación, es realmente un cambio de residencia de un espíritu demoniaco cuya residencia previa ha pasado a la tierra de los muertos.

1. Reina. Realeza en forma femenina; poder femenino. En tiempos antiguos, y en algunos países actualmente, una deidad femenina. 2. Reinado de mil años. El nombre dado al reinado de diez siglos de Jesucristo, el Hijo de Dios, después de encarcelar la maldad y eliminar a sus agentes e influencias del planeta. (Apocalipsis 20:4).

3. Relámpago. A) Manifestación de la ira y poder de Dios, y de la guerra espiritual. B) El brazo de Dios. En tiempos antiguos, especialmente en Roma, el relámpago se consideraba un augurio de los dioses, particularmente de Júpiter. También era un símbolo de la batalla espiritual de una deidad, por ejemplo Baal. C) El relámpago representa el brazo de lo sobrenatural. 4. Religiones místicas. Los profetas, para tener conocimiento de sus componentes y no ser ignorantes de las maquinaciones de Satanás, deben enfrentarse a las falsas enseñanzas y las seducciones de la oscuridad. Saben que otras religiones siempre están rivalizando por la fe y las almas de aquellos a quienes Jesucristo desea o ha redimido. La sabiduría esotérica fomentada por ellos llama a quienes buscan conocimiento más elevado o pensamientos más profundos. Desde la caída de Adán, la búsqueda del hombre para unir el alma y el espíritu con el cuerpo en este mundo ha consumido a las personas. Una conciencia interior de su oscuridad a la luz de Dios y sus revelaciones espirituales conduce a las personas a esforzarse por redescubrir la luz del Creador, utilizando la sabiduría de la oscuridad para hacerlo. 5. Reloj. En sueños proféticos, los relojes representan la revelación del Señor de sus tiempos y períodos inminentes relacionados con cambios en sus actividades en la tierra. El tiempo en un reloj profético puede aparecer como segundos, minutos y horas, pero adquiere una revelación profética para determinar si se pueden aplicar de hecho a días, semanas, meses y años. También podrían referirse a décadas, siglos y milenios. (Isaías 38:8). 6. Repetición, reiteración profética. La práctica del Señor de repetir y reenviar profecías a personas para asegurarse de que oigan y reciban su palabra, entiendan sus efectos en su vida y confirmen que lo que han oído viene verdaderamente de Él. En toda la Biblia se registra que Dios enviaba a varios profetas en varias ocasiones para repetir una profecía ya escuchada. A veces, el mismo profeta tendrá que seguir repitiéndola porque el

oyente no se toma la palabra en serio o rechaza imprudentemente al mensajero. Otras veces, la palabra que puede que haya llegado años antes está lista para cumplirse. Para recordar a la persona que lo que está a punto de sucederle es un resultado directo de la profecía, Dios enviará una nueva oleada de voces proféticas para renovar la profecía y preparar al oyente para la manifestación de la palabra en su momento. Posteriores proclamaciones de la palabra pueden añadir condiciones o estipulaciones que no habrían tenido sentido cuando llegó por primera vez la profecía. La repetición y reiteración profética con frecuencia se inician con planes únicamente divinos que preparan a la persona para recibir la reiteración. Dios mueve sobrenaturalmente circunstancias que sitúan a sus receptores delante de su profeta asignado para que no pasen por alto el momento y la posición donde deben estar. 7. Revelación. Verdad descubierta y demostrada o hecha obvia o clara; la palabra de Dios desvelada. 8. Rey. Gobernador varón establecido en un trono. Inicialmente se creía que los reyes gobernaban por autoridad divina y gracia sobrenatural. Generalmente, constituyen dinastías cuyos progenitores llegaban a existir por el dios de la tierra. La presencia de un rey en la tierra significaba su relación con fuerzas sobrenaturales y su acceso a ellas, de las cuales se derivaban el poder, los recursos y el liderazgo del rey. El poder que establecía al rey en su oficio se pensaba que era la fuente de toda su riqueza, salud, sabiduría y estrategia militar. Los antiguos reyes nunca carecían de consejeros espirituales, que eran profetas, videntes y augures. Los reyes ascendían y tenían éxito en su trabajo mediante el augurio. De ahí el significado del término inauguración. La ceremonia de inauguración del rey incluía unción, augurio y votos de pacto. Desde el momento en que nace, el monarca escogido recibe cuidados para finalmente ser ofrecido al dios de la tierra, quien adopta al ser humano en su linaje divino, de ahí que los líderes sean apodados como “sangre azul”. Así, son considerados seres humanos divinos, y ese estatus les da el derecho y el poder de gobernar en nombre del dios. Los profetas son importantes en esto porque la deidad de la tierra siempre les notificaba quién sería el próximo rey. Además, la unción del profeta, equiparada a la del dios mismo, era aplicada al rey a cargo por los profetas para transmitir el poder de la deidad a su nuevo gobernador. El reinado nació sobre esta premisa,

siendo Dios el primer Rey, y su Hijo Jesucristo (Daniel 7:14) siendo el primer Hijo a quien fue transmitido el poder y el derecho divino a gobernar. El modelo espiritual para el subsiguiente reinado legítimo quedó establecido por este prototipo eterno. La simiente del rey, desde la perspectiva del Creador, fue situada en la genealogía de las líneas escogidas para ello. La mentalidad del mundo antiguo, por esta razón, consideraba a sus reyes la personificación del reino heredado y/o construido. Por tanto, el título no era otorgado meramente por la evidencia física del efecto del gobierno del monarca, sino que se otorgaba sobre la base de la herencia genealógica. Por último, los reyes eran aceptados como el instrumento del dominio de Dios y el agente ordenado para ocuparse de su perpetuidad próspera.

1. Río. Simbolismo de una corriente profética o doctrinal. Los ríos servían como puente a un mundo celestial desde el terrenal. Pueblos primitivos creían eso debido al modo en que los ríos se iluminaban en la noche con luna llena. Proféticamente, los ríos tipifican una colección de pensamiento unificado, una fuente de iluminación y revelación; también representan a una asamblea y las enseñanzas que aceptan y por las que se conducen. (Juan 7:38). 2. Rito. Actos y observancia sagrados en el servicio o la adoración de una deidad. 3. Ritual. Palabra para la combinación de ceremonias, sacrificios y sacramentos, ofrendas y servicios en los que participan los adoradores de una deidad como culto a ella. Además de sacrificios y ofrendas, los rituales incluyen obligaciones y libaciones, ofrendas de bebidas que a menudo eran embriagadoras. El vino y la cerveza eran los más populares. Con ellos, se ofrecían oraciones y peticiones con pronunciamientos proféticos dichos como respuesta del dios para ellos. Muchos de ellos normalmente estaban inspirados por drogas y pociones especialmente escogidos por sus efectos alucinógenos. Para las palabras y el augurio proféticos se empleaba la adivinación para oír del dios. Rituales de celebración oficiales y anuales además incluían dramatizar lo que el dios estaba haciendo, o había hecho, en el mundo invisible. A menudo adoptaban la forma de ritos de fertilidad, en los que el dios se representaba participando en el acto sexual con su consorte (cónyuge), haciendo guerra con los dioses de sus vecinos, imponiendo juicio y castigo por su desobediencia y fracasos, o legislando su gobierno espiritual para ser transmitido a los gobernantes. La representación dramática se creía que era el medio por el cual los adoradores podían descubrir lo que su misterioso dios hacía. Ser testigos del comportamiento de la deidad muy parecido al de ellos mismos era importante para la formación de su vínculo y su confianza en ella. A las personas les encanta creer que su dios es como ellas, aunque reconozcan fallos en ellas mismas

que el dios tiene que remediar. Se deseaba el consuelo en la adoración a algo potencialmente tan frágil como ellos mismos para aliviar su propio sentimiento de incapacidad e impotencia. Los rituales tenían varios propósitos esenciales en la vida de un adorador. Capacitaban a los adoradores para acercarse a su dios, y preparaban el camino para que ellos recibieran una audiencia privada y pública con él. Los rituales también permitían que creyentes errantes apaciguaran a su deidad y se calificaran para pedir favores, ayuda o protección. Como tales, servían como fase preparatoria para la oración contestada y las peticiones otorgadas. Los rituales ceremoniales también permitían que los adoradores se presentasen a ellos mismos como devotos de la deidad; además, por medio de ellos, los sirvientes elegidos debían ser consagrados a su servicio oficial. Votos, ofrendas de gratitud, consagraciones y comunión se realizaban todos ellos según la descripción de la deidad basada en su relación de pacto con el culto. Sacerdotes, reyes, profetas y ciertos nobles asignados al estado y al templo eran instituidos en sus posiciones actuales designadas que se pensaba que los convertían fisiológicamente de ser seres humanos ordinarios en gobernantes exaltados transformados por metamorfosis en la esencia de su dios. Frecuentemente, esto quedaba significado por un cambio en la vestimenta exterior que simbolizaba su transformación espiritual interior. Bajo el pacto del Nuevo Testamento del Señor Jesucristo, los rituales que requerían sacrificios, la matanza de víctimas inocentes, adivinación, lectura de las entrañas y órganos separados, profecía embriagada y similares, son eliminados en Cristo. La iniciación de los oficios de Él requiere unción con aceite, la imposición de manos del presbiterio y profetizar la palabra del Señor. Los requisitos de votos del novicio se realizan mediante oración, devoción y entrega voluntaria. Las ofrendas son primordialmente del yo propio, de las posesiones materiales propias, diezmos y ofrendas económicas sacrificiales. Sobre todo, la más elevada de ellas es el fruto de nuestros labios; es decir, alabanza y acción de gracias al Señor por lo que Él ha hecho en Jesucristo.

1. Roble. A) Símbolo de poder, estabilidad y aguante. B) Los robles eran sagrados para los antiguos dioses del trueno de naciones occidentales. Representaban y eran venerados por su simbolismo de la potencia del varón, su sabiduría y virilidad. Dioses y diosas de antiguas civilizaciones se relacionaban con el roble, especialmente los de naturaleza profética. Su corteza se utilizaba para hacer palos supuestamente empleados por antiguas deidades y héroes en la guerra. C) Grupos de hojas de roble se utilizan como insignia militar en Estados Unidos. 2. Roble (árbol). A) El árbol de la adivinación. B) Lugar de apariciones míticas y de recepción profética. Los árboles en muchas tierras, siendo el domicilio de las aves, representaban el lugar para oír de los espíritus o de los dioses que se creía que enviaban a las aves con un mensaje. El roble, como el más viejo y más fuertes de tales árboles, desarrolló la reputación de ser el más confiable de tales lugares.

El tronco del roble, una forma profética de principios del siglo XX, se basa en esta idea. Hubo una secta formada entonces que en tiempos más recientes creía que los espíritus de personas fallecidas residían en los árboles, y por eso se reunían alrededor de ellos para recibir palabras del otro mundo para las personas de su época.

1. Roca. A) Simbólico de permanencia, aguante y soporte, fuerza e integridad. B) Las rocas reflejan lo inconmovible y estable. 2. Rodilla. A) Señal de sumisión y súplica. B) Las rodillas dobladas hablan de humildad y homenaje. C) Estar de rodillas es también la postura de oración, al igual que la posición de honra y reverencia a una deidad. 3. Rojo. El color de la realeza en su obligación de participar en la guerra para defender su tierra y a sus pueblos. El rojo es también el color del pecado y la muerte, de la guerra y su derramamiento de sangre. Ya que las monarquías en tiempos pasados normalmente se lograban mediante la guerra, el color de la sangre se convirtió en la insignia de las victorias que calificaban a un monarca para su ascenso. 4. Rollo. Un libro antiguo escrito sobre un pedazo continuo de papiro y enrollado y unido con un sello. Ingerir o comer rollos era un acto simbólico que indicaba que el mensajero consumía la palabra del Señor y así, era asimilada en su interior para ser regurgitada posteriormente. Como profeta, ingerir la palabra del Señor era un acto preparatorio para pronunciar la palabra a la generación profética. El gusto dulce del rollo ingerido significaba el placer inicial que el profeta experimentaba cuando el Señor finalmente actuaba sobre los pecados y la impiedad de la generación. La amargura en el estómago que se producía después señalaba hacia tristeza y terror porque la mano del Señor caía finalmente sobre el objeto de la profecía. Ayes, calamidad y catástrofe eran normalmente el resultado de tales actos proféticos.

1. Rueda. Un símbolo coherente de ímpetu de creación; los vehículos de transporte de espíritu celestiales y potestades divinas. (Ezequiel 1:15). Las ruedas simbolizan el movimiento de Dios por la creación. Cualquiera puede estar de acuerdo en que las ruedas son una señal positiva de progreso. ¿Quién no ha oído el adagio sobre el giro de las ruedas del cambio, o que están girando las ruedas de la actividad? Las ruedas en sueños y

visiones proféticos indican el movimiento de creación. Lo entenderíamos como el giro de las ruedas de Dios. (Ezequiel 10:13).

S Sabiduría - Superintendente profético 1. Sabiduría. Palabra para conocimiento, perspectiva e información útil para la vida práctica y la destreza espiritual. Sus líquidos simbólicos en períodos antiguos eran el vino y el agua. Sus colores espirituales (aura) eran el dorado y el azul. El número de la sabiduría en el mundo antiguo era el siete para ejemplificar su práctica y necesidad universales. La sabiduría en la Escritura está personificada en Proverbios 8 como una mujer, la gran señora gobernadora y dispensadora de los tesoros sobrenaturales del Todopoderoso. (Proverbios 8–9). 2. Sabiduría profética. A) La aplicación de sabiduría divina en contextos predictivos, reveladores e intuitivos. B) Profecía utilizada en la consejería, la oración y la liberación. C) Consejo práctico que responde a asuntos humanos, dirige y guía sus actividades y surge de la respuesta espontánea de lo profético. La sabiduría profética se distingue a sí misma al ser relevante y estar al corriente de todas las esferas del dominio de Dios y su relación la una con la otra. También es excepcional en cuanto a que inculca peculiarmente el pasado, presente y futuro a su atribución, aplicaciones y perspectivas. Estas cosas además se amplían hasta las mismas áreas correspondientes de la existencia humana cuando se ponen en uso.

1. Sacerdocio de Aarón. El nombre concreto para los sacerdotes que servían en el altar y manejaban exclusivamente las cosas santas de Jehová en la religión judía, según el Antiguo Testamento. Los sacerdotes estaban a cargo de las ofrendas y sacrificios a diferencia de los levitas, que eran sus siervos. 2. Sacerdote. A) Quien sirve como ministro de alto nivel con derechos, privilegios y acceso especiales a la deidad que le emplea. B) Un mediador entre Dios y su pueblo. C) El papel de la iglesia del Nuevo Testamento encaja como sacerdocio de la Nueva Creación del Señor Jesucristo. (Génesis 14:18; Éxodo 18:1; Salmo 110; 1 Pedro 2:4–9).

3. Sacrificio ritual. Acto o proceso de matar criaturas vivas, o rendirse uno mismo y la comodidad propia para ser utilizados por una deidad como resultado. Es el caso independientemente de la promesa o la falta de una recompensa. 4. Sagrado. Lo que es santo y, por tanto, dedicado a una deidad. Los objetos sagrados se utilizan como designados por el dios para ejecutar su servicio religioso. Los asistentes al servicio se incluyen en la clasificación de lo sagrado. El estado de lo sagrado se obtiene por una serie de oraciones, limpieza y ofrendas en las cuales los objetos son santificados. (Hebreos 9:18–22). La palabra original en griego es hieros. (1 Corintios 9:13). 5. Salmista. Cantante de cantos proféticos, himnos y cantos fúnebres que contienen tonos futuristas, de juicio, provocativos, invocadores y creativos. Los salmistas pueden ser o no ser profetas. La distinción es si su manto opera o no fuera de marcos musicales o de ambientes elevadamente estéticos. También, el elemento de aplicación de todos los profetas se requiere para provocar, más que una respuesta musical y de adoración. El salmista también debe tener poder para invocar a los agentes invisibles de la creación, los ángeles de Dios, sus ministros espirituales, etc. Sus manifestaciones también deben promover obediencia y sumisión en operaciones proféticas rutinarias.

1. Salmo. A) Canto espiritual con tonos proféticos y, por tanto, predictivos. B) La palabra del Señor proclamada en forma rítmica, rimada o poética. C) Escritos espirituales, emocionales y poéticos a los que puede ponerse música. D) Odas sagradas. E) Música rítmica utilizada en la adoración, la ceremonia y los rituales. F) Pieza musical establecida y utilizada en reuniones sagradas. Aunque los salmos no son exclusivamente proféticos, son predictivos; cuando son proféticos, su efecto es el mismo que un mensaje profético pronunciado verbalmente. La diferencia es que la música y la letra intensifican el impacto de la profecía y aceleran la recepción de la palabra por parte del oyente. A veces los salmos son didácticos, acrósticos,

instructivos o judiciales, y no tienen música unida a ellos. A veces riman para comunicar el pulso del humor de Dios en la comunicación, y pueden incluir cantos litúrgicos, adoración y odas de alabanza. Cualquiera que sea su naturaleza, el salmo es una pieza de música establecida para el uso sagrado; es decir, uso en el santuario y/o en la adoración. 2. Salmos proféticos. Término extrañamente redundante que define la manera melodiosa, lírica y rítmica en la cual los juglares proclaman la palabra del Señor. Lo que hace que algo sea profético es el componente revelador y futurista unido a ello. La perspectiva salmista surge debido a los aspectos políticos del mensaje. 3. Salvación. Término aplicado a la obra de rescate, recuperación y restauración del Señor Jesucristo al librarnos del pecado y de la muerte. En Éxodo 14:13, la palabra para salvación es en hebreo Yeshuwah. Yeshúa es lo que significa. Otra palabra es mosha, y se concentra en los actos salvíficos de salvación que terminan en liberación. Este término viene de la palabra yasha. En esta ocasión significa ser salvado en batalla, donde la esclavitud se elimina por los actos victoriosos de un salvador. La batalla librada contiene problemas que resultan del peligro literal, figurado o moral, y sus respectivas consecuencias. Yesha, otra palabra para salvación, añade la dimensión de rescate para lo que se salva. Se refiere a victoria, prosperidad, liberación y bienestar. Una mano amiga que ayuda a alguien que está en angustia o aflicción está incluida en sus significados. Los significados en el Nuevo Testamento de la palabra para salvación se centran en el término griego soteria. Añade preservación de los enemigos, de ser molestado por agentes comunes y poco comunes, y liberación de fuerzas espirituales y naturales. En estos contextos, el Hijo de Dios entra en escena y engloba corporalmente la obra redentora del Señor Jesucristo. Lo que resulta más difícil de entender a los incrédulos sobre la idea de la salvación es que la liberación es de la mortalidad y de la esclavitud espiritual. El comienzo de la respuesta se encuentra en Efesios 2:1, que habla sobre estar muertos en delitos y pecados que inspiran ofensas morales que uno no puede evitar cometer, debido a estar espiritualmente muerto en Adán. La verdad se basa en las palabras de 1 Corintios 15:22, que dice que en Adán todos mueren y sólo son hechos vivos en Cristo. Lo difícil de entender es cómo se puede estar muerto y a la vez seguir estando vivo. Por esa razón la gente se resiste a la salvación, considerándola una decisión religiosa alternativa en lugar de lo que es: no sólo la muerte del cuerpo, sino la razón por la cual el cuerpo

muere, ya que las palabras del Creador dicen que el Espíritu es quien da vida y la carne para nada aprovecha. (Juan 6:63). En apoyo de esto está Santiago 2:26, que afirma claramente que el cuerpo sin el Espíritu está muerto. El cuerpo humano vive debido al espíritu que hay en su interior. Job 32:8 declara que el espíritu en el hombre prospera por la información del Todopoderoso. En el huerto de Edén el Señor revela la constitución tripartita de los seres humanos. El sexto día Él creó del espíritu humano.

1. Samuel. El primer profeta oficial de Israel que fue reconocido después del ejercicio de Josué. Samuel era el hijo de Ana, y fue llevado al templo para ser criado por Elí. La ocupación profética de Samuel incluía juzgar a Israel como un shaphat, dirigiendo al ejército y sus guerras, formando a siguientes profetas, e instalando espiritualmente a reyes. Él era responsable del desarrollo y la legislación del sistema religioso y la vida cívica de la nación. 2. Sangre. La sangre, en la antigüedad, se usaba como elixir ritualista debido a su fuerza vital y propiedades de vida en el cuerpo humano. Esta revelación estaba clara para la gente de civilizaciones antiguas. Se pensaba que la sangre emitía una parte de energía divina y se consideraba el espíritu individual de una vida. La sangre de las ovejas constituía los vínculos del pacto matrimonial entre las primeras civilizaciones. La sangre del Salvador logró y liberó todo el poder de la Divinidad y sus atributos beneficiosos en la humanidad. Jesús derramó su sangre como el Dios que transfirió esos valores a la humanidad. La sangre rociada significa paz, aplacamiento, purificación y expiación. Su presencia sobre un objeto sagrado era la única manera para que la deidad lo considerase santo y también para transformar el estado de condenación a muerte de los objetos a un estado que reflejara vida. Estudie el libro de Levítico para esta sabiduría, especialmente Levítico 17:11. Según este pasaje, los sacrificios de sangre afectan al estado y la condición del alma. Como limpiador, el poder de la sangre a este respecto lo vemos en Romanos 3:25, donde está unido a la propiciación, una palabra cuyas connotaciones incluyen buena suerte, destino cambiado y prosperidad por el hecho de que Dios ha hecho la paz con su creación mediante la sangre de Cristo. Así, la sangre de Cristo nos capacita para participar de estas cosas por su herencia. La sangre determina el linaje, genealogía y la hechura humana general de cada uno. La condición de nuestra sangre revela la salud o la enfermedad de la sangre. Además, se creía que la sangre determina el llamado de la vida de cada uno recibido por la simiente del padre. Se pensaba que el estatus y los logros del padre decidían el destino elevado o mundano de la persona. (1 Corintios 10:16; Efesios 2:13).

1. Sangre de la redención. En consonancia con los pactos de sangre, la sangre de la redención logra lo que indica la frase: “la compra o recompra de seres humanos de su deidad original por

otro, generalmente mayor”. Como la sangre es la agencia de la vida de toda carne, significa que es la única moneda que ocupa tiempo, espacio y eternidad a la vez. Por tanto, derramar sangre es liberar una comunicación que trasciende más allá de las esferas naturales de la existencia. Cuanto más alto sea el calibre de la sangre, mejor y más efectivo será su sacrificio. La sangre de inocentes era valiosa porque no había actos pecaminosos que la hubieran contaminado aún. La sangre de la realeza era mejor porque contenía la vida original del dios que hizo surgir ese linaje, así que derramarla se veía como una conquista del dios progenitor. La sangre sacerdotal era especial porque permitía los aspectos capacitadores de la sangre del sacerdote que servía para que toda la congregación fuera entregada en manos de otro dios. Por todas estas razones, la sangre era, y sigue siendo, el sacramento de mediación más eficaz desde la tierra. En esto se ven los factores que hacen que la sangre de Jesús sea el sacrificio más excelente. Su sangre era sin pecado y, por eso, espiritual y naturalmente no estaba contaminada. Su concepción divina se ocupó de eso. Él es el Hijo del Dios Creador que es el Rey de reyes, y por eso cumple los criterios de la realeza a la perfección. Como el fiel Sumo Sacerdote desde la eternidad, predicho por el sacerdote eterno del Dios Creador, Melquisedec, la sangre de Cristo trasciende al tiempo y al espacio para alcanzar el cielo, el lugar de la transgresión de Lucifer, y hasta el Edén para remitir su transgresión. Al ser eternamente humano y divino, la sangre de Jesucristo sigue siendo eficaz hasta el fin de los tiempos para cubrir a todos los nacidos en la tierra hasta entonces. (Hebreos 9–10).

1. Santidad. Estado de ser consagrado y santificado a Dios del pecado. 2. Santo. Estado de estar dedicado a Dios estando separado del pecado. 3. Santuario. La sala en el centro de un templo reservada para reuniones sagradas y comunión con el dios de una religión. (Éxodo 15:17; Números 3:31; Salmo 78:54; Hebreos 8:2; 9:1–2; 13:11). 4. Satanás. El adversario, el abusador y acusador. Quien asalta, ataca y engaña. 5. Saúl. A) Deseado. Primer rey de Israel, sustituido por David por su desobediencia a los mandamientos de Dios. B) Nombre del apóstol Pablo antes de ser introducido en el apostolado de Cristo.

6. Secta. Término aplicado a grupos religiosos y sociedades secretas que promueven el misterio y el aislamiento sigiloso de la familia y la comunidad, ascetismo y manipulación de la voluntad y el bienestar de sus seguidores por ganancia personal y ventajas privadas. (Deuteronomio 23:17; 1 Reyes 14:24; 15:12; Job 36:14; 2 Reyes 23:7; Oseas 4:14; Hechos 6:9). 7. Seducción del profeta. Profeta que utiliza su manto y su influencia para llevar a otros a su propio deseo de ganancia personal y ventaja privada. 8. Sello. A) Instrumento o símbolo de autoridad, legitimidad, protección y término. B) También indicativos de transformación y transición. C) Los sellos indican aquello que prende o implementa lo predestinado o lo que es alterado en existencia. Cuando el Señor Jesús abrió los sellos de los últimos tiempos en el libro de Apocalipsis, es precisamente esta función la que Él tenía en mente. Al abrir los siete sellos, el Señor liberó todos los escritos contenidos en ellos. En la tierra, su acto fue sentido como una serie de catástrofes inexplicables que caían de repente sobre el planeta desde fuerzas invisibles de la naturaleza. Solamente quienes conocían la palabra del Señor, en particular el Apocalipsis del apóstol Juan, entendieron lo que estaba sucediendo. Todos los demás que estaban vivos en ese momento eran simplemente víctimas de la furia aparentemente cruel de la madre Naturaleza.

1. Sello de aprobación. Un sello literal o figurado que endosa y/o reconoce la elegibilidad e integridad para el servicio. Para el profeta, es la muestra y demostración especial del Señor que endosa el ministerio llevando a cabo las palabras del mensajero. Que Samuel recibió tal sello de aprobación se da a entender en 1 Samuel 3:19, donde dice que el Señor se mostró a Él mismo con el profeta-juez al permitir que ninguna de sus palabras (profecías) cayera a tierra. Es decir, ninguno de los pronunciamientos proféticos de Samuel quedó sin cumplirse, según la opinión de Dios y en el recuerdo del pueblo. El elogio divinamente inspirado de Moisés hizo una afirmación similar. Deuteronomio 34:5–12 establece credenciales proféticas sobre los años de su servicio. El escritor que completó las crónicas de Moisés en el libro dijo lo siguiente sobre el hombre de Dios: murió con su fortaleza y vigor naturales intactos. La edad no había deteriorado apreciablemente su cuerpo físico. Además, su obra dio testimonio con poderosas señales y maravillas. El sello de aprobación del Señor designa apoyo espiritual y sobrenatural de parte de la autoridad que respalda el ministerio.

1. Semana. Una división de tiempo basada en el número siete y en los poderes cardinales de creación de Dios. Los antiguos egipcios observaban una semana de ocho días, la cual Dios alteró en la mente de los hebreos con su historia de la creación dictada a Moisés. (Daniel 9:27; Génesis 29:27–28). 2. Semilla. A) Espiritualmente, la Palabra de Dios. B) Jesús aplicó un lenguaje de semillas a muchas de sus enseñanzas en parábolas. C) Un hijo varón. D) El germen de una idea. E) Las semillas representan inseminación, impregnación y difusión de una palabra, conocimiento o germen de verdad. Véase la parábola del Señor Jesús de las semillas, el sembrador y la Palabra. Juan 7:42 dice que Jesús es la Semilla. Romanos 1:3 le declara la Simiente de David. 3. Señales/signos de cambio en el profeta. Eventos e incidentes que suceden inmediatamente después o al mismo tiempo que una palabra profética y que alertan al profeta y a quien él o ella profetiza de que una profecía es genuina y pronta sucederá sin duda. (Mateo 24:24; Marcos 13:22; Lucas 21:11). La Escritura transmite esta idea diciendo: “Cuando te hayan sucedido estas señales” (1 Samuel 10:7), como cuando Samuel instaló a Saúl en el reinado en 1 Samuel 9–10. 4. Señales/signos de cambio profético. Palabra que apoya la continuada conciencia profética de los tiempos y períodos del Señor y la aplicación del profeta de serlo. La frase define las sensaciones interiores que alertan al profeta de las señales recibidas de Dios que indican que Él está implementando y/o desencadenando algo profetizado anteriormente. La anterior profecía que se pronunció llegó con una señal de reconocimiento anunciado junto con ella como etiqueta, y se incluyó para que el profeta viera la señal unida a la palabra como indicación de que la palabra principal estaba a punto de suceder. La inminente manifestación de la palabra no podía producirse sin el cambio, o aparte de él, indicado por la señal profética catalogada.

Los signos o señales de cambio profético trabajan con desencadenantes proféticos, y preceden la activación de ellos. Esas señales, de las cuales el Señor Jesús promovió su observancia regularmente en su ministerio, debían alertar de un testimonio intuitivo de que el Señor Dios estaba a punto de hacer algo nuevo; que el estatus quo acababa de cambiar. Dios enseña al principio de su ministerio a los profetas a estar alertas a las señales de Él. Cuando enseñaba a las personas a conocer el tiempo del fin, nuestro Salvador con frecuencia los refería a los elementos, el cielo, los patrones del vuelo de las aves y otros acontecimientos. (Mateo 24:15).

1. Señales proféticas. Imágenes y eventos que son recibidos u obrados por los profetas y que presagian eventos venideros mayores o más significativos. 2. Seno de Abraham. Término que el Señor utilizó en Lucas 16:22–33 para referirse a la parte de paraíso en el infierno. Es donde esperaron quienes cumplieron el criterio del Antiguo Pacto como simiente de Abraham hasta que el Señor pudo establecer la redención eterna. Su obra en la cruz hizo posible su ascensión al cielo en presencia del Señor Dios. La nueva creación que permite que los muertos abandonen este mundo para ir con Dios aún no se había logrado. Eso fue lo que hizo Jesús durante su terrible experiencia de tres días en el infierno. (1 Pedro 3:20; Mateo 27:52–53). 3. Señor. Términos de referencia y sumisión hacia un gobernador. La palabra significa gobernador, dueño y rey. La palabra hebrea para Señor es Adoni. En griego es Kurios. 4. Sentimiento profético. Estado y disposición emocional del profeta inspirados por Dios sobre un mensaje o situación acerca del cual va a profetizar. El sentimiento profético es un estado contenido en el que el profeta no puede comprender su humor inesperado e inexplicable, sus cambios de humor o de actitudes con respecto a los mensajes proféticos que debe dar. Algunos no pueden evitar estar tristes cuando otros están eufóricos, melancólicos cuando el grupo está alegre o enojado cuando no parece haber razón alguna para estarlo. Tales emociones son reacciones espirituales a los estados de existencia proféticos que Dios quiere compartir con quienes sostienen sus cargas. Después de todo, los profetas son portadores de cargas, pues todos ellos son ministros. Frecuentemente, esas emociones

hacen erupción mucho antes de la tarea profética en la que ha de darse la profecía, y a menudo el profeta no tiene idea alguna de lo que siente y el porqué hasta después de que la palabra ha sido proclamada a su receptor designado. 5. Serpiente con alas. A) Un dragón. B) Señal de la reunión de los poderes místicos de la tierra con la sabiduría reveladora del cielo, particularmente de los dioses del cielo. (Isaías 14:29; 30:6). C) También llamada “serpiente voladora”. 6. Servicio sagrado. Servicio religioso y ceremonial a una deidad. 7. Siembra. A) Época de plantar, un tiempo de impregnación. B) El momento de la concepción. C) Un período concreto del año o dentro de un ciclo de vida donde se hacen depósitos en la tierra de los que se desea obtener una cosecha. D) Un período de una conducta deliberadamente practicada y dirigida a cosechar un resultado o producto predeterminado. E) Diseminar o distribuir semilla de cualquier cosa significaba reproducir desde la semilla. 8. Silla. Símbolo de poder, autoridad, relajación y socialización. La silla también puede significar el poder de esclavizar, atar e incluso un vínculo de pacto para un servicio divino. 9. Simbolismo del color. El uso profético del color es natural. Diferentes colores rodean las manifestaciones proféticas para denotar los agentes espirituales que ministran el cumplimiento material de la palabra de Dios. La actividad de Dios en asuntos terrenales o humanos a menudo la detecta quien es espiritualmente astuto, por los colores que manifiesta su presencia. Además, señalan la presencia de sus seres angelicales y revelan su esfera de poder e influencia en la proximidad de (o en relación con) el ministro profético que profetiza, y/o aquel a quien está ayudando. Los colores revelan el propósito y los beneficios correspondientes que siguen a su visita. Reflejan la gloria del espíritu e identifican la esfera de providencia que el

ángel fue enviado a soltar, normalmente producido por palabras proféticas. Recordando que el Señor hace todo por su Palabra, cuando una palabra profética para una persona llega a su momento de cumplimiento, puede que su señal se manifieste en colores espirituales. Cuando los ángeles entran en la esfera de existencia de alguien para rendirle servicio divino desarrollando la profecía, irradian gloria sobrenatural. El color de esa gloria, rojo, verde, rosa, amarillo o blanco, anuncia la esfera de bendiciones, provisiones y eventos que se darán debido a esa profecía. Los profetas del Antiguo Testamento a menudo hablaron de luces, gloria y varios colores que acompañaban sus visitas angelicales. Además de las emanaciones normales del Espíritu Santo que aparecen de vez en cuando, una visita angelical para completar una palabra profética del Señor desprende un brillo más intenso y sustancial. Antes de que se manifiesten las bendiciones de la palabra, puede que haya un matiz tenue del color que le corresponde. El verde, por ejemplo, va ligado a la riqueza y la prosperidad así como al bienestar espiritual y las operaciones proféticas. El naranja indica el fuego de Dios y/o el otoño (cosecha) de una estación. El rojo indica guerra, pecado y su derramamiento de sangre correspondiente. El azul presagia revelación, y el amarillo anuncia el comienzo de la visión celestial y la iluminación sobrenatural. El blanco es figurativo de victoria, justicia y pureza. El panorama profético puede observar estos detalles de la presencia de aquel que Dios ha enviado para bendecir como evidencia de que algo espiritualmente espectacular está a punto de ocurrir o está ocurriendo en ellos y para ellos. Estos son sólo unos cuantos ejemplos. (Apocalipsis 9:17; Números 11:7; Ezequiel 8:2; 10:9; Daniel 10:6).

1. Simbolismo profético. Término que describe el uso que hace el Señor de imágenes, metáforas y símiles para comunicar a profetas asignados el mensaje que deben llevar al mundo. El simbolismo generalmente se apoya en elementos y objetos de la creación para comunicar el lenguaje del mundo espiritual. Agua, tierra, montes, montañas, estrellas y otros elementos astrales y terrestres se presentan como sustitutos emblemáticos para representar los componentes contenidos en una profecía. Véanse las sesiones preparatorias de Ezequiel, Moisés y Amós para entender cómo el Señor usaba metáforas con las cuales ellos podían relacionarse y que les permitían entender el ámbito del mensaje que finalmente debían llevar. 2. Sofonías. Se dice que era descendiente del rey Ezequías; este profeta menor ministró durante el reinado del rey Josías de Judá. Se dice que ha estado relacionado con Hulda, la profetisa judía que informó al rey Josías de las causas de la ira de Jehová con su pueblo. Fue un profeta para la realeza, al ser de descendencia real. Ministró aproximadamente treinta y dos años

en el siglo VI a. C. presentando los temas de “el día del Señor” y “la protección de Dios de su remanente”. 3. Soñador de sueños. Según Deuteronomio 13:1, 3 y 5, es un don espiritual en el que la mayoría de las experiencias sobrenaturales de un individuo se producen mediante sueños. En la antigüedad, esto era, de hecho, una función oficial en las cortes, palacios y templos de la tierra. José era un profeta, pero su principal medio de recepción profética fueron los sueños. Su aptitud se distinguió y demostró su vínculo profético cuando José pudo interpretar sus sueños y los de otras personas. Aunque los sueños son complementos naturales del manto profético, esta función a menudo se rechazaba ya que muchos soñadores usaban productos embriagadores para inducir sus sueños y así causar que sus revelaciones del mundo espiritual fueran sospechosas. Jehová advirtió a Israel en contra de ellos por esta razón. Los falsos profetas se embriagaban justo antes de irse a dormir para recibir un oráculo que habían pedido de los dioses de las tierras en las que habitaban o que habían visitado. Esto es lo que hizo Balaam en su pedido de Balac hasta la última vez, porque Números 24:1 dice que Balaam finalmente entendió el mensaje de que el Dios Altísimo había decidido bendecir al pueblo para el que había sido contratado para maldecir. Así que la última vez que buscó una palabra del Dios Todopoderoso, lo hizo sin usar la brujería, el encantamiento y los augurios. Los sueños, salvo aquellos que sin duda alguna tenían una naturaleza profética, eran normalmente relegados al estatus de revelación de bajo nivel, es decir, que la comunidad profética y espiritual en conjunto sentía que eran los medios menos fiables de comunicación divina, al ser más subjetivos que ningún otro tipo de recepción espiritual.

1. Sueño. Los sueños son los vehículos de transmisión de la comunicación etérea. Actúan como los canales de comunicación del mundo espiritual y como longitud de onda sobre las que se envían a la mente los propios pensamientos de uno. Los sueños comunican visualmente las actividades y sentimientos o deseos de los que duermen. Lo hacen mostrando mentalmente pensamientos sumergidos, ideas o actividades enterradas dentro del soñador. Cuando son incitados proféticamente, los sueños envían mensajes e información transmitida por el Señor, o sus agentes espirituales, como el ángel del sueño profético. Estos toman la forma de sueños proféticos en los cuales se le dice o muestra algo al soñador mientras está dormido relativo o que afecta a su esfera de la vida despierto. El sueño profético se distingue a sí mismo porque usa lenguaje, simbolismo y palabras únicas para el soñador relevantes en su vida despierto o a su existencia de cada día. A menudo estos sueños, aunque podrían estar provocados por los sentimientos, no tienen un vínculo emocional con el soñador. Esto es debido

a que trasmiten información al soñador que no se recibe de manera fácil u ordinaria mientras está despierto. Aunque inicialmente es críptico, el sueño profético termina siendo decididamente predictivo o revelador. La visión profética, por el contrario, no. En cambio, presenta sus hechos como los conoce el mundo espiritual para estar de acuerdo a una verdad a menudo oscurecida al ojo y visión natural de las personas. Para discernir la diferencia entre los dos, el sueño profético y la visión profética, tenga esto en mente. El sueño profético, aunque es inspirado sobrenaturalmente, se comunica por la forma en que piensa, siente y ve el soñador su mundo y sus elementos. La visión profética ignora esto por completo. Su trasmisión, incluso dentro de un sueño, intenta abrir las facultades naturales del soñador para recibir la visión, aparte del entendimiento natural de la persona. La visión subraya al soñador cómo su remitente sobrenatural y conoce cómo será o llegará a ser el mundo del soñador. (Génesis 37:19; Deuteronomio 13:1–5).

1. Sueño natural. Actividad soñadora que emite imágenes que describen situaciones, visiones, emociones, etc., de la vida del soñador. No son necesariamente sueños proféticos. 2. Sueño profético. Sueño tenido por un profeta, o por alguien que no es profeta, indicativo de una profecía debido a sus implicaciones predictivas o reveladoras. Los sueños proféticos sirven al discreto propósito de ser vehículos de comunicación divina y espiritual. (Génesis 20:3). Los sueños proféticos imparten visiones, depositan palabras de Dios o establecen verdad espiritual. Con frecuencia se utilizan como precursores de un mover de Dios y confirman algo que Él acaba de hacer en la esfera espiritual y aún tiene que aparecer en forma física. Los sueños proféticos difieren de las visiones proféticas en que el sueño profético, aunque es predictivo o revelador en naturaleza, se comunica con un lenguaje y simbolismo relevantes para la esfera de vida del soñador. Se comunican metáforas y parábolas utilizando imágenes y lenguaje con el que el soñador puede relacionarse al meditar en el sueño cuando está despierto. Un sueño profético, además, es uno que, al despertarse, el soñador descubre que está vívidamente marcado en su mente. La experiencia de un sueño profético significa que el Señor está implantando un mensaje en el corazón o la mente del soñador. Los emblemas familiares del sueño pueden estar relacionados con la profesión del soñador, su trasfondo cultural o su historia, su árbol genealógico o su experiencia. Las visiones se presentan, aunque a veces dentro de un sueño, en lenguaje e imágenes independientes de esas cosas. Esto es cierto aunque el tema del sueño sea uno con el que el soñador puede relacionarse. (Job 33:14–16).

1. Sumo sacerdote. El oficio más elevado de los ministros del templo que son responsables de los sacrificios, ofrendas y ofrendas votivas para aplacar al Señor.

2. Superintendente profético. A) Profetas principales que están a cargo de iniciar, supervisar y administrar la guardia profética en una iglesia local; puede ser el profeta de la congregación si hay sólo una persona ocupándose de las tareas proféticas de la congregación. B) Cuando hay una compañía de profetas en la congregación, la persona responsable de formar, orientar y supervisar la calidad ministerial de la expresión profética.

T Tabernáculo - Túnel 1. Tabernáculo. A) Nombre del lugar de morada terrenal de Dios. La importancia del tabernáculo se comprende mejor desde los tiempos del éxodo de Israel, cuando se encontraron con el Señor Dios Jehová en el desierto y comenzaron sus vidas con Él como su Dios. Espiritualmente, tabernáculo se refiere al cuerpo humano que el Espíritu Santo habita, su propio espíritu, y el alma. B) Otra palabra para tabernáculo es tienda. Tanto tabernáculo como tienda son simbólicos de la carne. (Éxodo 25:9; Levítico 3:13; Hebreos 8:2). 2. Tarea. Trabajo asignado e impuesto por alguien en autoridad sobre un obrero subordinado bajo circunstancias prescritas. 3. Tarea profética. Una misión o serie de misiones a las que los profetas son enviadas o designadas por Dios con el propósito de sus ministraciones proféticas delegadas. (2 Reyes 9:1–3). 4. Tarot. A) También llamado tarok o tarek; la palabra define métodos de adivinación basados en formas antiguas, establecidas y emergentes de videncia. El tarotianismo surge de la Cábala judía. Los cultos religiosos egipcios, el Rosacrucis, la sociología europea, la teosofía, la astrología, la numerología, el neoplatonismo y la teología cristiana medieval lo utilizaron. Originándose en el juego de la baraja normal, el tarot busca extraer conocimiento futurista de las vidas de las personas y aplicarlo a su destino operativo preordenado. Realizado mediante lecturas, las cartas del tarot con su abundante imaginería medieval de reyes, reinas, varitas mágicas y cosas similares, afirma tener acceso a hechos y resultados normalmente encriptados sobre las vidas de las personas. Este servicio lo proporcionan por una tarifa del adivino. B) Se aplica a cualquier conjunto de cartas utilizadas en la videncia. La lectura de cartas del tarot se cree que se originó en China, India

o Egipto. Las cartas de tarot son uno de los muchos objetos e instrumentos utilizados en la adivinación para conjurar a espíritus de los muertos y lograr información del más allá. Es una herramienta favorita de los ocultistas recibida de espíritus familiares que fueron aceptados como el poder que está detrás de astrólogos, brujos, adivinos y videntes. C) También se denomina quiromancia, utilizando cartas de videncia. 5. Tema profético. Tomado de Éxodo 34, el término se refiere a la profecía concéntrica, normalmente un discurso profético que se aplica de modo uniforme a una mancomunidad. Temáticamente, tal sabiduría profética presenta una premisa concreta para una acción y conducta futuras que expresan lo fundamental de humor, tendencias e intenciones de Dios en su contenido. (Éxodo 34:27). 6. Templo. Lugar de morada de un dios y el centro de su adoración. Los templos normalmente albergaban al personal del dios, como sacerdotes y sacerdotisas, sirvientes del altar, porteros, tesoreros, guardianes de almacenes, graneros y bodegas. Los templos paganos tenían burdeles, tabernas y espacios para las relaciones simbióticas. Los templos en tiempos antiguos eran las instituciones más ricas de la comunidad, y eran conocidos como los mejores empleadores de ciudadanos. Contenían sus propios bancos, sistemas monetarios y pagadores. Las tierras del templo estaban formadas por casas de los clérigos, cuartos para esclavos, inventario para almacenar los sacramentos del sacrificio y graneros de todo tipo. El centro de las actividades comunales tempranas era el templo, el cual normalmente estaba situado en medio de la ciudad o pueblo. 7. Territorio profético. El lugar de la creación asignado que Dios otorga a un profeta para tener jurisdicción peculiar sobre él en el ministerio. Puede ser un país, un negocio o un ministerio con impacto muy extendido. Lo que constituye un territorio es que el trabajo itinerante y las experiencias proféticas del profeta se concentran en su mayor parte en él. Es donde las fuerzas de la creación, las potestades que son y el testimonio del Espíritu son

más favorables y prolíficos. Samuel tenía un circuito que recorría regularmente, aunque tenía autoridad sobre todo Israel como su juez gobernante. 8. Tierra. Dependiendo de su condición, la tierra en encuentros proféticos, visiones y sueños puede ser un símbolo positivo. Considerando que se usa de forma positiva para sembrar, ver tierra puede indicar nuevos terrenos, nuevas oportunidades para el soñador. Si la tierra está dura y seca, refleja una sequía y eso significa hambruna. El lugar de la visión de la tierra es importante, ya que aparece de forma prominente en el sueño. La tierra que se ve en bosques o selvas tiene una connotación diferente (la de espesura, que significa oscuridad), a la tierra de un camino, la cual podría significar un edificio, arquitectura paisajística o algún otro esfuerzo humano. La tierra mojada es barro, y podría significar calumnia, exposición y escándalos. La tierra rica y oscura habla por sí sola. Es tierra lista para la siembra. La tierra con color más suave puede indicar superficialidad y tierra que no dará un fruto bueno o duradero. 9. Todopoderoso, El. A) El nombre que el Dios Creador se aplicó a sí mismo para dirigirse a Él, entre o en contraste con los dioses adorados por las personas ajenas a su pacto. B) El término es necesario para quienes no conocen al Creador como Dios sobre todos los dioses y aún no han reconocido que el único Dios es más alto que todos los demás. (Génesis 17:1; Éxodo 6:3; 34:14; Isaías 43:10; Salmos 82:1; 86:8). 10. Torá. Ley de Moisés, se refiere al “Manual de Instrucciones” de los hebreos. Mateo 15:2; Marcos 7:9, 18. Actualmente incluye la ley de Moisés, los escritos de los profetas y sacerdotes y las palabras de los sabios. 11. Torbellino. A) Poder e iniciativas divinas en acción. Proféticamente se refiere a las ruedas de Dios que giran. Es un implemento de juicio divino, concretamente un instrumento de limpieza. B) Dios utiliza los torbellinos como un medio de esparcir y desposeer algo, normalmente una nación de personas

a las que Él ha juzgado infieles. C) Puede considerarse simbólicamente como una rueda. (Zacarías 7:14; 2 Reyes 2:11). 12. Torre. Simbólica de delegación por medio de cualidades positivas y productivas. Las torres representan ascenso a las virtudes más elevadas de la vida y la subsiguiente protección y prominencia que proporcionan. Las torres son también un estado simbólico de defensa y vigilancia. (2 Crónicas 20:24; Lucas 14:28). Las torres son fortalezas del templo. (Jueces 9:51). 13. Torre de Babel. La antigua torre que el libro del Génesis narra como el punto en la Historia donde el Señor Dios confundió el lenguaje del pueblo de la tierra. La torre fue la causa de su acto, pues el pueblo buscaba construir una torre que les permitiera llegar hasta el cielo y adorar allí. La torre había de ser el templo de Marduk e Ishtar, dependiendo del aspecto del culto que adoraba a la deidad. Babel llevó a significar bíblicamente confusión. Los constructores de la torre, sin embargo, la denominaron puerta de dios. 14. Trabajo profético. Las obligaciones y obras del profeta para Dios tal como las desempeña. Pueden ser tareas de dar la palabra del Señor a alguien y que sólo implique al profeta y al sujeto. Otro ejemplo puede ser ir y ungir a alguna persona para el oficio o ir a orar por una persona para que sea sanada. La guerra profética, la intercesión profética e incluso el cuidado profético temporal o continuado pueden calificarse todos ellos como tareas proféticas. Incluso compromisos para hablar que prometen poco más que obediencia al Señor pueden denominarse tareas proféticas. Esos compromisos generalmente son incidentales y a menudo breves. La unción de Samuel a Saúl y David es un ejemplo bíblico de una elevada tarea profética. El ministerio de Natán y Gad a David cuando él pecó con Betsabé y el censo de los israelitas son otros. Amós, Jonás y el envío de otros profetas a los gobernadores de países son más ilustraciones de tareas proféticas.

1. Trance. Traslación momentánea de un lugar a otro. Para designar la salida del cuerpo, la cual se vio que habían experimentado quienes caen en trances. Los trances en tiempos

antiguos eran el medio por el cual profetas y estadistas recibían visiones de sus deidades para dar elevadas profecías; es decir, palabras fuera de las comunicaciones proféticas normales. Generalmente, las revelaciones que describían algo nuevo a la tierra eran recibidas mediante trances. Tal fue el caso de Balaam en Números 24:4 y 16. En Hechos 10:10, el trance de Pedro fue el resultado de lo que en su época se entendía como una traslación espiritual de su mente. Una región de su mente fue abierta al mundo de Dios donde el Señor comunicó un mensaje que fue equivalente a un curso acelerado sobre su ministerio global. 2. Trece. Número de la rebeldía contra la ley divina y la deserción del gobierno divino; situado entre el doce, el número del gobierno de los principados, y el catorce, el número de la nueva creación. 3. Treinta. Número de la madurez de un sacerdote. (Números 4:3; 2 Samuel 5:4; Levítico 27:4; Zacarías 11:12–13; Lucas 3:23). 4. Tres. A) El número de la Trinidad y, así, del poder indivisible. B) El número de la invencibilidad. 5. Triada. Término para trío impío de seres semejantes a dioses. En contextos teológicos ha de distinguirse de la palabra trinidad de la misma manera en que el Señor Dios Todopoderoso como el Altísimo se distingue del maligno y sus ángeles. 6. Trinidad. Término teológico para la Deidad. Originalmente, el nombre de una deidad pagana; una diosa. Quizá ésa sea la razón de que el término mismo no esté contenido en la Escritura. El mundo antiguo estaba lleno de varias triadas divinas. El escritor del Nuevo Testamento sin duda alguna era bastante consciente de la mayoría de ellas. Para separar —es decir, reverenciar y santificar— al verdadero Dios vivo en tres Personas, se hizo todo el esfuerzo para diferenciarlo de aquello que la mente pagana de la época entendía.

7. Tripas. Intestinos. Órganos corporales pensados para enviar la intuición y liberar los instintos humanos. Los antiguos recurrían a su estudio en este sentido mágico para un conocimiento adivinatorio con el cual predecir el futuro. Por este motivo, Dios le dijo a su pueblo que quemase las tripas de los animales que sacrificaban. (Éxodo 29:17–20). 8. Trompeta. A) Instrumento utilizado por los antiguos sacerdotes para llamar a la reunión y anunciar la luna nueva, festivales y fiestas religiosas. B) También utilizada por los líderes militares para anunciar la guerra. C) Proféticamente simboliza ambas cosas. (Éxodo 19:13, 16, 19; 20:18; Mateo 24:31; Apocalipsis 1:10). 9. Trueno. A) Un símbolo de poder divino, guerra o actividad espiritual. B) La voz y los actos de Dios. (Éxodo 9:23; Job 26:14; Marcos 3:17; Apocalipsis 6:1). 10. Túnel. A) Una indicación de un viaje secreto o humillante bajo tierra. B) Confusión e inestabilidad emocional generalmente caracterizan tales sueños, debido a estar o sentirse atrapado. Con frecuencia son generados por una resistencia al cambio obligada sobre quien sueña, para el cual él o ella no ven recurso ni salida. La constitución del túnel es importante, ya que su construcción, si está hecho por el hombre, habla de carnalidad como la causa u objeto del viaje. Si es un túnel natural, entonces el punto que se establece es que la razón para estar bajo tierra tiene que ver con la humanidad propia y el trato de Dios de esa humanidad para sus propósitos divinos. Naturalmente, la situación y los modos de entrada y salida valen la pena observarlos.

UV Unción - Visiones y sueños 1. Unción. Rito sacramental mediante el cual se indican los actos o efectos de ser elegido para una posición delegada o propósito, derramando o untando aceite sobre una persona elevada a un oficio. El acto simbólicamente comunica el poder, autoridad, capacitación y/o licencia de una deidad trasmitida al obrero. Se siguió utilizando en el Nuevo Testamento en Marcos 14:8, Santiago 5:14 y Hechos 4:27. Además, el proceso de unción narrado en Levítico 21:12 se equipara a una coronación divina del beneficiado para el servicio. Se creía que esta corona espiritual liberaba y confería poderes y autoridad sobrenaturales de la deidad que coronaba con la promoción. Véase Éxodo 40:15 donde la palabra para “ungir” es mashach, la palabra usada más comúnmente para ungir en el Antiguo Testamento. Significa “derramar, untar aceite sobre alguien o algo para consagrarlo para el servicio divino”. El acto de ungir también podía ejecutarse frotando la cabeza de la persona, manos o pies para asegurar que sus propiedades espirituales se mezclaban bien con las fuerzas de la vida. La unción era algo más que una ceremonia en la Biblia. Se realizaba para impartir la esencia de Dios como deidad que ordenaba mediante la persona que oficiaba la ceremonia y para el beneficiario y a través de él. 2. Unción de profecía. Término que se aplica al mover del Espíritu Santo en una persona para impulsarla a profetizar. La unción de profecía es el equipamiento normal para el profeta oficial, el salmista, el vidente y el intercesor. Cuando el Espíritu Santo se manifiesta en uno de los hijos de Dios, la unción de profecía y las palabras de sabiduría y conocimiento se manifiestan. 3. Ungido. A) Cubierto con el aceite de la unción de Dios para el servicio divino. B) Reyes, sacerdotes, profetas y todos los

obreros del evangelio reciben su propio grado de unción para la clase y capacitación ministerial. 4. Uno. El número de la unidad y de lo completo. 5. Ur de Caldea. A) Ciudad natal de Abraham en la zona sudeste de Babilonia. B) Lugar de adoración del dios de la luna Nannar. (Génesis 11:28, 31; Nehemías 9:7; Ezequiel 23:15). C) Caldeo se convirtió en sinónimo de magia, brujería, adivinación y otra destacada actividad ocultista que facilitaba el acceso de los seres humanos a los recursos espirituales de la creación. D) Los magos; por medio de ellos la magia se popularizó y se profesionalizó allí. Ser llamado caldeo significaba ser un experto en actividad sobrenatural. Es significativo que el Señor Dios llamase a Abram a salir de esta región para convertirse en padre de su nueva nación. La posición de Abram como profeta caldeo (Génesis 20:7) en esa tierra capacitó al hombre para ofrecer ese tipo de servicio al Dios Altísimo. Esa posición es la que hizo que Abram fuese muy consciente de cómo operaba lo sobrenatural y lo que era necesario para conectar y hacer pacto con los agentes espirituales de Él. El sacrificio y ofrendas de Abram de Génesis 15:1–21 eran típicos de los rituales caldeos y la operación espiritual. Eran oficios comunes para los seres humanos que buscaban unirse con lo divino. Se realizaba el acto para fraguar una relación donde lo segundo tomaba el control y prometía realizar estupendas hazañas en nombre del primero. Tales funciones sacerdotales parecen extrañas para los lectores actuales, pero en realidad eran transacciones rutinarias de deidad a sujeto en época de Abram. De igual modo en que la iglesia del Nuevo Testamento comenzó con un profeta, siendo Jesús ese gran Profeta que había de venir y que Moisés predijo, así lo hizo el Israel natural. Con frecuencia se pasa por alto que Abraham comenzó su vida con el Señor siendo un profeta caldeo. Para esa época, el título era de una alta distinción y conllevaba la connotación de experiencia espiritual y sobrenatural. Los caldeos eran un pueblo guerrero que habitaban los montes del Kurdistán. La astrología era su principal actividad adivinatoria, y su trabajo se consideraba el de esculpir las estrellas, constelaciones, y grabar el futuro de las personas para ellos.

1. Urim y Tumim. Luces y perfección. Herramientas dadas por el Señor para solicitar y obtener la voluntad de Yahvé mediante sus sacerdotes, y a veces sus reyes. (Éxodo 28:30; Levítico 8:8; Nehemías 7:65).

2. Vaca. A) Símbolo de la diosa madre pagana. B) Símbolo de fertilidad femenina y de adivinación, especialmente por falsas profetisas. Las vacas eran objetos de adivinación que requerían ritos de fertilidad lascivos para convencer o aplacar. (Ezequiel 13:17–19; Amós 4:1). 3. Vacas de Basán. Falsas profetisas a las que reprendió Ezequiel en Ezequiel 13:17–19. Basán se refiere al antiguo espíritu de profecía de los amorreos. (Amós 4:1). 4. Vallado profético. Un vallado es un cercado que rodea una zona o territorio. Espiritualmente se refiere a la cerca que los profetas crean para rodear sus tareas. Esclarecer los vallados proféticos se extiende por sus esferas y cargos para shamar en el Señor. El vallado es para fortalecer a aquellos sobre los cuales tienen custodia y comprobar que lo que Dios les otorgó y proporcionó es liberado y que su corriente de bendición no tiene obstáculos. Los profetas hacen esto manteniendo la palabra y la voluntad de Dios fresca y actual en sus vidas. Mediante la profecía, también edifican y refuerzan el vallado, enseñando la verdadera doctrina de Dios y guardando a la iglesia en la justicia de Cristo. Si quieren ser eficaces, los profetas no deben permitir que se desarrolle una brecha espiritual. Deben guardarse contra el pecado y llamar al arrepentimiento en caso de que suceda. Cuando los requisitos de restauración adecuados se han realizado, el profeta debe instigar la renovación de la adoración del Dios verdadero y vivo. No hacerlo hace que el profeta sea propenso a la vulnerabilidad y el ataque del individuo al igual que a la subversión de quienes están bajo su cuidado. No llevar a cabo esa obligación es lo que el Señor menciona de los profetas de Israel en Ezequiel 13:5. 5. Vaso. A) Un contenedor. B) La vivienda de cualquier cosa. C) El cuerpo físico del ser humano. (Hechos 9:15; 2 Timoteo 2:21). 6. Vehículo. A diferencia de que canal o incluso la explicación de la palabra simbolizan el cuerpo, un vehículo está relacionado esencialmente con el transporte. Existe, y así se representa,

como medio de movilidad. Espiritualmente, las imágenes de vehículos hablan a un tipo de comunicador en un escenario profético. Así, es importante observar lo que el vehículo transporta. Ver vehículos de este modo es recibir algo que el Señor quiere que la persona entienda no sólo sobre el vehículo mismo, sino de aquello que el vehículo transporta. Un vehículo vacío subraya el transporte mismo. Un vehículo habitado está interesado en comunicar su servicio o su relación con su contenido. El mensaje transmitido está en consonancia con quien esté utilizando el vehículo. Con frecuencia, tales mensajes hablan de la naturaleza y el modo de espiritualidad por los cuales los habitantes están siendo conducidos. Además, la identidad del conductor en el sueño es importante, al igual que cómo va vestido y cómo maneja el vehículo. El modo en que sus ocupantes van vestidos y lo que hacen es igualmente importante. Sus relaciones con el conductor y las reacciones a la tarea que tienen entre manos también son dignas de destacar. Los viejos vehículos deberían explorarse por sus indicaciones en cuanto a la era de la fuerza espiritual que los conduce. Los vehículos modernos comunican la naturaleza y carácter de fuerzas espirituales más nuevas o noveles. Los vehículos terrestres hablan sobre lo que está sucediendo en la tierra; señalan a un viaje sobre terreno seguro, a menos que su pavimento y sus condiciones digan otra cosa. Los vehículos acuáticos hablan de las cosas fluidas en la vida, como personas, naciones y la humanidad en general. Esto generalmente es indicativo de inestabilidad y e imprudencia. Es importante destacar el estado del cuerpo de agua y el material. Los vehículos aéreos hablan de las fortalezas celestiales. Al igual que la composición del agua, las condiciones del aire en el cual se viaja deberían recordarse. La importancia de los vehículos aéreos puede ser la misma que de las nubes, a excepción de que deben interpretarse desde una perspectiva hecha por el hombre, tal como todos los demás vehículos mencionados. Botes contrariamente a barcos son significativos. Trenes contrariamente a autobuses también son relevantes. Todas estas distinciones deberían tomarse en consideración cuando se exploran los significados de visiones y sueños proféticos que los contienen. Eliseo vio a Elías ser transportado al cielo en un carro de fuego. Más adelante, él se apoyo en esta sabiduría cuando le pidió a Dios que abriesen los ojos de su sirviente para ver los carros de fuego acampados alrededor de Israel en su conflicto con el ejército sirio. Cualquier comunicación que aparece como animales; atendidos o no, hablan de los vehículos de transporte del creador, pues esos objetos humanos de comunicación no pueden tomar el mérito de tenerlos a su disposición. Caballos, animales salvajes y criaturas acuáticas son todos ellos importantes en su aplicación a lo que el Señor está mostrando a quien sueña. Vale la pena notar a las criaturas aéreas en contraste con los animales terrestres. Además, el terreno sobre el cual viaja la criatura debería notarse a la hora de explorar la visión del sueño.

1. Vela. Bíblicamente simbólico del espíritu de una persona según Proverbios 20:27. En el libro de Apocalipsis la vela simboliza una congregación entre las siete dispensaciones de la iglesia de Cristo. La vela habla de iluminación, revelación, guía y camino espiritual. (Salmo 18:28; Lucas 11:36). Además, la vela testifica de las fieras llamas, rápidas pero cortas, del alma humana.

Significa iluminación interior, la gloria del Señor acerca de la cabeza (Job 29:3), la productividad humana y la industria (Proverbios 31:18), y el mensaje de Cristo como la luz que brilla en la oscuridad de este mundo. (Mateo 5:15). 2. Velo. Término espiritual para una división, partición o cubierta. (Mateo 27:51; Hebreos 10:20). 3. Ventanas (espirituales). Las ventanas reflejan portales, salida y entrada del cielo. Al estar normalmente por encima de la tierra, son puertas que representan pasajes para cruzar, y movimientos laterales. Reflejan transición o avance sobre el plano terrenal. Las ventanas significan un movimiento hacia arriba, mirar hacia arriba y elevación de estatura, y son para los elementos lo que las puertas son para la gente. Ascensión es la connotación del simbolismo de ventanas en contextos proféticos relacionados con la Escritura. Generalmente, una ventana es para permitir que algo elevado descienda o que algo bajo se eleve. Permiten el pasaje de objetos más pequeños y más ligeros. Principalmente, sin embargo, lo que atraviesa una ventana es normalmente elevado, como el viento, los elementos y las aves. Además, las ventanas eran consideradas contextuales de luz y aire (sabiduría y espíritu), y el conducto de las bendiciones celestiales que resultan en felicidad completa. La mentalidad de la Biblia con respecto a las ventanas incluía el hueco para las aves, una salida para el humo y una grieta para la filtración o el derramamiento. Estas ideas comparten un significado espiritual. Las aves en tiempos antiguos eran consideradas portadoras de espíritus. El humo era un tipo de aparición espiritual y el agua, el bautismo o lavamiento de o para orientación y desarrollo espiritual. La Biblia muestra las ventanas como un medio de derramar bendiciones desde el cielo o juicios divinos. 4. Verdad. A) La Palabra del Dios Creador y aquello en consonancia con ella. B) El nombre para el Señor Jesucristo como la Palabra de Verdad. C) La Palabra de Dios.

5. Verde. El color de “adelante”. El verde era considerado en tiempos antiguos el color del profeta e indicativo de actividad divina. Está relacionado con riqueza y prosperidad, al igual que con bienestar espiritual y operación profética. También se refiere a verde esmeralda. 6. Verde esmeralda. Color de la piedra que lleva su nombre. Simboliza la fe cristiana y la Deidad. La verde esmeralda también habla de revelación divina. El mundo pagano identificaba el verde con el agua y la fertilidad. Actualmente, algunos lo consideran el color de la enfermedad o la envidia, dependiendo del matiz que se vea en el sueño profético. 7. Vestidura profética. La vestimenta sobrenatural del profeta que constituye su uniforme de servicio. El guarda angélico y los demonios que se oponen a él lo observan. 8. Vestiduras blancas. A) Los actos justos de los santos de Dios mencionados en el libro de Apocalipsis. B) Vestidos de santos glorificados de Dios que simbolizan su victoria en asuntos espirituales, y recompensa de autoridad por ser victorioso. 9. Viaje. Cuando se sueña o se ve en visiones, viaje significa cambio, transición o reubicación. Está relacionado con una carretera muy transitada que conduce a la persona a su destino. 10. Videncia. La función de la adivinación que principalmente predice el futuro económico y financiero de una persona. Se logra mediante lecturas de cartas del tarot, lectura de la mano, interpretación de las entrañas de un animal (antiguo), o seccionando y leyendo partes cortadas de un animal (principalmente arcaico). Hojas de té, vuelos de aves o diferentes eventos elementales también se utilizan. La videncia también puede ser el resultado de la hechicería, donde sus orígenes y objeto se explican mejor como echar suertes o leer el destino. La adivinación es echar suertes sobre las vidas de las personas, más conocido para nosotros como destino.

11. Viento. A) La llegada y presencia de un ser espiritual. B) El Espíritu Santo. (Juan 3:8). 12. Vientre. El centro, órgano de incubación. Vientres significan gestación, concepción y nacimientos. Proféticamente, el espíritu humano que recibe (o concibe) la palabra del Señor se compara al vientre. Una experiencia de vientre habla de entrar en un lugar apartado, el hueco de una cueva es lo que los antiguos querían decir, nacer a un nuevo modo de vida, una nueva profesión o carrera, o corriente de conocimiento e información. El infierno a veces se identifica como el vientre de la tierra. El vientre también se compara al estómago debido a su situación en la zona del abdomen. Se acreditaba al vientre el ser el asiento de las facultades mentales. El hueco central de algo se considera semejante al vientre. 13. Vigía. Guarda, tropa, centinela o patrulla. Otro término dado a los profetas debido al tipo de sus obligaciones de centinela estacionario en sus distritos y recintos. (Habacuc 2:1; Oseas 12:13). 14. Vigilar. Guardar, despertar. 15. Violeta. Amatista. Color espiritual que representa modestia, moderación y sobriedad. El color violeta indica un cambio de lo duro y brutal a lo calmado y sereno. En gemología, es la piedra de la sobriedad que inspira los sueños proféticos. En el libro de Apocalipsis, el violeta, el color de la amatista, es la duodécima piedra en la nueva ciudad de Dios. Es también la piedra del obispo (o apóstol). (Apocalipsis 21:20). 16. Virgen. Persona no casada que no ha mantenido relaciones sexuales. Una persona casta es una que ha prometido abstenerse de fornicación y/o adulterio. Persona que se guarda de participar o de observar cualquier cosa contaminante que pueda traducirse en impureza sexual o inspirarla. Persona que permanece con el mismo motivo por el que es comprada y habitada. Alguien que

permanece en un estado de pureza espiritual; puro, no contaminado, no manchado por el mundo. 17. Visión. Ver los eventos o manifestaciones del mundo sobrenatural con facultades naturales despertadas y elevadas. (Génesis 15:1; Isaías 1:1; Daniel 9:23). 18. Visión profética. Aparición o exposición del mundo espiritual y sus actividades sobrenaturales a un profeta, canal profético o soñador de sueños. Tales visiones son para propósitos de preparación reveladora, formación, conciencia u otra acción oficial. La visión profética informa al soñador de lo que está sucediendo detrás del velo de este mundo en términos de imágenes que no se conforman a las percepciones normales del soñador o visionario. La visión profética es distinta al sueño profético. No emplea necesariamente lenguaje, terminología o simbolismo entendido enseguida por su audiencia. En cambio, la visión profética se basa en las perspectivas, verdad y realidades del mundo espiritual y se conforma al entendimiento del soñador sólo hasta el punto de que los habitantes de nuestro mundo pueden traducir su lenguaje y sabiduría superiores mediante interpretación. La visión profética, por ejemplo, puede mostrar a una persona viviendo en una casa que no es en absoluto característica de la cual el sujeto de la revelación pueda vivir. En el sueño profético, esta disparidad puede definirse como algo que el soñador y el sujeto tienen en común. Con la visión profética, no es ese el caso. En el caso de la visión profética, las imágenes contemporáneas están limitadas sólo a aquello que lleva la atención del soñador al sujeto en cuestión. Su uso capacita una identificación rápida del ámbito del asunto del sujeto tal como se relaciona con lo que el Señor quiere comunicar al soñador. En la mayoría de los casos, la visión, si tiene un objetivo eterno, emplea simbolismo que viene de la propia creación de Dios, de ideas que sólo se relacionan con Él mismo, su mundo o su voluntad inscrita en la creación. El sueño profético, en contraste, integra modos de pensamiento y opiniones característicos del soñador o relativos a lo que el soñador está experimentando en el tiempo del sueño. La visión profética representa lo contrario, aunque el sueño profético pueda dar lugar a la visión profética, haciendo del sueño el vehículo mediante el cual se da la visión. Por ejemplo, como en el caso del profeta Daniel y su interpretación del sueño del rey Nabucodonosor, el rey se quedó dormido preguntándose sobre el futuro y el impacto que tendría en su reinado mundial. El Señor, aprovechándose de sus pensamientos, respondió a su pregunta introduciendo una visión profética en sus pensamientos mientras soñaba. Lo que comenzó como pensamiento se convirtió en un sueño y pasó a ser una visión profética. Así, el sueño profético a veces puede ser un conducto para la visión profética.

1. Visiones y sueños. El modo acostumbrado en que el Señor despierta el espíritu de los profetas para hacerle saber que son ordenados para el oficio. Según Números 12:6, son facultades proféticas esenciales sin las cuales el profeta deja de ser profeta. De otro modo, la falta de visiones y sueños por parte de un profeta muestra el castigo del Señor a la desobediencia, la rebelión y el mal uso de los dones cruciales del oficio. (Daniel 1:17).

YZ Yoga - Zoroastro 1. Yoga. A) Término que originalmente significaba “unido para, por, y en comunión con la esencia divina de la persona”. El yoga generalmente implica una conexión espiritual entre quien habita en un vaso humano y quién genera la unión. B) La fuerza invisible que habitaba el cuerpo o se unía a él en la meditación del yoga normalmente era un espíritu ancestral de la vida de la persona. C) La palabra yugo significa unión. D) Un camino de iluminación espiritual, paz, gozo y armonía tomado por quienes se adhieren al hinduismo y al budismo. Creen que ciertas posturas, posiciones y poses, junto con gestos concretos de la mano y sonidos verbales, capacitan a los practicantes del yoga para elevarse por encima de lo carnal y lo mundano para tener comunión con los muchos dioses de su religión. Los gestos de yoga están pensados para invocar a espíritus concretos para obtener sus poderes, su atención, o para que habiten en los cuerpos de los adoradores. Además, los cantos del yoga están tomados de sonidos que los primeros budistas creen que fueron hechos por multitud de diosas de su religión y del hinduismo, siendo percibidos los sonidos como femeninos porque una vez que se pronuncian llevan fruto. La pretendida inocuidad del yoga se exagera a la vista de lo anterior, y su aplicación al ejercicio terapéutico y atlético desmiente la verdadera intención del yoga. La investigación demuestra que se participaba en el yoga como preludio a los ritos de fertilidad indo-asiáticos. Los inventores del yoga lo desarrollaron para capacitar a los espíritus de su religión para entrar en las almas de sus adoradores y poseerlas. Se participaba en él ceremonialmente para convocar a sus deidades, cuyos nombres se pronuncian mediante sus cantos y sonidos verbales. El objetivo final del yoga es unir al practicante con viejas deidades asiáticas. No es sorprendente que sea una herramienta de adoración a diosas y de la adoración a la naturaleza, en particular a la madre Tierra.

2. Yugo. A) Unir; un enganche alrededor del cuello de dos seres para asegurar una sumisión colectiva, una dirección fija y trabajo. B) Un instrumento de enganche que simboliza trabajo forzado, sumisión y opresión conducidos por un poder más elevado en autoridad. C) Un tipo de obligación al servicio y la tarea divinos. D) El yugo del profeta, como el que Hananías, el falso profeta, rompió del cuello del profeta Jeremías en Jeremías 28:12. La palabra yugo viene de yoga, que se refiere a la conexión establecida entre un adorador y su dios, basado en una unión de pacto.

1. Zacarías. Un profeta menor cuyo ministerio fue muy apocalíptico en naturaleza; él formaba el segundo miembro del equipo profético con Hageo. Juntos, ambos facilitaron espiritualmente la tarea de Esdras de reconstruir el muro de Jerusalén. Zacarías, al igual que Daniel, es un profeta muy visionario. Sus comunicaciones divinas llegan principalmente en forma visual, pues él ve y se relaciona con los ángeles y observa a los agentes espirituales patrullando y gobernando la creación. Al igual que Ezequiel, Zacarías disfrutó de tremendas excursiones proféticas en el Espíritu de Dios. Su tercer capítulo detalla una de esas excursiones en la que él participó en la instalación de Zorobabel como sumo sacerdote. Zacarías vio la restauración de su tierra natal, las dos venidas de Jesús y el templo reconstruido. 2. Zoroastrismo. La antigua religión medo-persa sobre la cual se basa la casta sacerdotal de los magos. Fundada en el siglo VI a. C., el dios principal de esta religión politeísta es AhuraMazda, que está en constante batalla con el dios del mal Ahriman. Se prescribe a los adoradores un código de conducta que requiere buenas obras que parecen esenciales para dar a Mazda supremacía en la batalla. La religión opera sobre la magia y la hechicería, cree en la reencarnación y en la clase actual del género de la Nueva Era, y comparte típicas creencias irracionales sobre la vida en el más allá de las religiones de su época y anteriores.

1. Zoroastro. El antiguo profeta persa que fundó la religión del zoroastrismo.

Acerca de la autora Paula A. Price se está convirtiendo enormemente en la voz internacional sobre el tema del ministerio apostólico y profético. Al haber estado en el ministerio activo a tiempo completo desde 1985, ella ha fundado y ha establecido tres iglesias, un instituto bíblico apostólico y profético, una empresa editorial, una firma de consultoría y una red global de colaboración que une apóstoles y profetas con el propósito de llevar a cabo visión y actividades del reino. Con un ministerio itinerante internacional, ella ha transformado las vidas de muchos mediante su sabiduría y revelación del reino de Dios. Aunque ha escrito más de veinticinco libros, manuales y otros materiales sobre lo apostólico y profético, es más reconocida por El Diccionario del Profeta, un manual profético de formación titulado The Prophet’s Handbook, y sus más recientes publicaciones: Divine Order for Spiritual Dominance, una herramienta para el ministerio quíntuple, y Eternity’s Generals, una explicación del apostolado en la actualidad. Fuera del púlpito, Paula es la provocadora presentadora de entrevistas en su propio programa, Let’s Just Talk: Where God Makes Sense [Hablemos: Donde Dios tiene sentido]. Además de su inmensa experiencia, Paula posee un Doctorado en Ministerio y un Doctorado en filosofía en Educación Religiosa por el Seminario Word of Truth en Alabama. También es esposa y madre de tres hijas, y abuela de dos. Ella y su esposo, Tom, actualmente pastorean la iglesia New Creation Worship Assembly en Tulsa, OK.

A—Aarón - Azul 29 B—Baal - Brazo 49 C—Caballo - Cúpula 55 D—Daniel - Dragón 77 E—Echar suertes - Ezequiel 93 F—Facultades proféticas - Fundamento 109 G—Gad - Guerrear con profecía 119 H—Habacuc - Hulda 123 I—Idolatría - Israel 129 J—Jacob - Juan el Bautista 139 L—Lagarto - Luz 147 M—Madera - Mujer 161 N—Nabi - Números sagrados 179 O—Obed - Oso 191 P—Pacto - Púrpura 199 QR—Quenanías - Rueda 225 S—Sabiduría - Superintendente profético 235 T—Tabernáculo - Túnel 249 UV—Unción - Visiones y sueños 255 YZ—Yoga - Zoroastro 265

1. J—Jackal 2. 1. K—Ka

to Jupiter 284

to Kuntia 293

3. L—Ladder

to Lyrical Prophet 300

4. M—Maat

to Mythological Pantheon 318

5. N—Nabal

to Nymph 353

6. O—Oak

to Owl 363

7. P—Pagan

to Pythonic Spirit 370

8. QR—Qadesh 9. S—Sacred

to Ruth 460

to Syria 475

10. T—Tabernacle 11. UV—Ugarit 12. W—Wages 13. YZ—Yam 14. B C D E F G

to Tyre 550

to Vulture 568

to Wreath 576

to Zoroastrianism 596 A

H I J K L M N O P QR S T UV W YZ

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