Tema-31 - Los Reinos Peninsulares En Los Siglos Xiv Y Xv. Conflictos Sociales. Diversidad Cultural.

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. 1. EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LOS REINOS PENINSULARES REINOS CRISTIANOS El siglo XIV en el reino Castellano-Leonés se inició con el reinado de Fernando IV (1295-1312), cuya minoría de edad fue aprovechada por Jaime II de Aragón para atacar Castilla y ocupar temporalmente Murcia. María de Molina fue tutora de Alfonso XI (13121350) que consiguió acabar con los conflictos nobiliarios y venció a los benimerines en la batalla de Salado (1340) y tomando Algeciras, dejando estos de intervenir en los asuntos peninsulares. La rebelión de la alta nobleza contra Pedro I (1350-1369) fue resultado de la reacción nobiliaria contra el Libro de las Behetrías, donde Pedro quería registrar los ingresos de la nobleza. Esta rebelión provocó la Guerra Civil Castellana (1366-1369) donde el monarca se ganó su apelativo de “el cruel” al ejecutar a los nobles contrarios. Estos se agruparon en torno al Infante D. Fernando (hijo de Alfonso IV de Aragón y sobrino de Alfonso XI de Castilla) y a su muerte se aliaron con Enrique de Trastámara, hijo bastardo de Alfonso XI y hermanastro de Pedro I. El triunfo de Enrique en la guerra fue posible gracias a la presentación del monarca como un tirano apoyado por judíos y musulmanes, lo que se desencadenó en una cruzada encabezada por el pontífice, el apoyo de la nobleza, el apoyo del rey de Aragón Pedro IV "El Ceremonioso" y el apoyo de los mercenarios (compañías libres o blancas o malandrines) del condestable de Francia Bertrán du Guesclin a cambio de la flota castellana contra Inglaterra. Ingleses y navarros ayudaron a Pedro a cambio de Vizcaya para Inglaterra y Guipúzcoa para Navarra. Pese a la victoria de Pedro sobre Enrique en Nájera (1367), el posterior incumplimiento del acuerdo con sus aliados provocó el abandono de estos y la consecuente victoria de Enrique en Montiel en 1369. Enrique II (1369-1379) entregó mercedes a los que le apoyaron, derrotó a Granada, Portugal y Navarra, e inició una política de fortalecimiento de la monarquía. Juan I (13791390), aparte de sus vanos intentos de ocupar Portugal siendo derrotado en Aljubarrota (1385), dejó una obra estimable al reformar el Consejo Real, las Audiencias y las Hermandades en las Cortes de Segovia. Durante la minoría de edad de Enrique III (13901406), las políticas centralistas de reversión de títulos a la Corona produjeron numerosas sublevaciones nobiliarias, pero el monarca restableció el orden y luchó contra los musulmanes. Juan II (1406-1454) tutelado por su tío el infante Fernando, conquista Antequera en 1410, se posicionó contra los infantes de Aragón y contra la nobleza castellana. La monarquía dirigida por el condestable Don Álvaro de Luna (ejecutado en 1453) venció en Olmedo en el año 1445, lo que aumentó el poder de la monarquía frente a la nobleza temporalmente. El reinado de Enrique IV (1454-1474) se caracterizó por su debilidad, tal y como demostró la famosa Farsa de Ávila (1465), en la cual un conjunto de nobles quitó la corona a la estatua del rey públicamente. Enrique fue sucedido por su hermanastra Isabel I en medio de una Guerra Civil. El siglo XIV en el reino de Aragón fue inaugurado con el reinado de Jaime II (12911327), que envió una expedición dirigida por su hijo Alfonso IV el Benigno (1327-1336) con la que arrebató Cerdeña a Pisa en 1323. Son los años dorados del reino de Aragón durante los cuales los "almogávares" fundaron los ducados de Atenas y Neopatria (1318-1388). Tras la paz de Caltabellota (1302) con el Papado y los Anjou, las tropas almogávares al servicio de Fadrique II de Sicilia marcharon a Bizancio como mercenarios de Andrónico II, combatiendo a los turcos y genoveses. Diezmados por traición bizantina sucedió la venganza catalana (1305).

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387) padeció una profunda crisis interior ante la aparición de la Peste Negra; a nivel político anexionó el reino de Mallorca de Jaime III en 1343. Juan I (1387-1395) intervino, sin éxito, en el Cisma de Occidente. Martín I el humano (1395-1410) anexionó Sicilia en 1409 y contempló la extinción de su dinastía al morir sin descendientes. Mediante el "Compromiso de Caspe" de 1412 fue elegido rey de Aragón Fernando I (1412-1416) de Antequera, de la dinastía castellana Trastámara. La conquista de Nápoles por Alfonso V (1416-1458) en 1442 completó el Imperio de Aragón, que llegó a ejercer una verdadera hegemonía en el Mediterráneo (donde tuvo siempre como enemigos a Génova, Venecia, Francia y los Estados Pontificios). Con Juan II (1458-1479) Cataluña fue escenario de una guerra civil (la Busca y la Biga) que duró diez años (1462-1472). Al rey le apoyaron el clero, la nobleza y los campesinos; la Generalitat destronó a Juan II y ofreció el gobierno a otros candidatos como Enrique IV de Castilla y Luis XI de Francia, finalmente se impuso la autoridad de Juan. El matrimonio del príncipe Fernando con Isabel de Castilla abrió una nueva perspectiva. El reino de Navarra fue gobernado por la Casa de Champaña y luego por otras casas francesas (Capeto, Évreux, Aragón y Foix) que vincularon Navarra a Francia. Desde entonces este reino actuó como estado bisagra dando chanzas a Castilla, Aragón y Francia, lo que posibilitó su independencia hasta la anexión de Castilla en 1512. El reino de Portugal termina su reconquista con la toma del Algarve en 1249 por parte de Alfonso III y padeció una profunda crisis tras la muerte de Fernando I el Hermoso. Los derechos al trono portugués alegados por Juan I de Castilla produjeron el enfrentamiento con Portugal. Este país —dirigido por Juan de Avís (Gran Maestre de la Orden de Avís y bastardo de Pedro I)— buscó la alianza con Inglaterra, que derrotó a la coalición franco-castellana en Aljubarrota en el 1385. Desde este momento Castilla adoptaría una postura pacífica hacia Portugal. EL REINO DE GRANADA Crisis interna (primer tercio del siglo XIV). Es un período de luchas internas (los alcayuela, descendientes de los tuyibíes de Zaragoza, recibieron ayuda de Castilla en sus pretensiones), luchas externas (intervenciones nazaríes apoyando a la nobleza castellana contra su rey) y cambios de alianzas y treguas para subsistir (Mohammed III fue obligado a abdicar cediendo el trono a su hermano Nasr, lo que provocó la conspiración de Ismail I que conquistó el poder con intervención castellana). Con Mohammed IV (1325-33) se reiniciaron las conjuras internas y las presiones del exterior. El ejército granadino consiguió algunas victorias y los benimerines tomaron Gibraltar en 1333, que estaba en manos castellanas desde 1308. Esplendor Nazarí (dos últimos tercios del siglo XIV). El triunfo de Castilla en Salado y la toma de Algeciras de 1344 puso fin a la batalla del Estrecho donde intervinieron Portugal, Aragón, Génova y Túnez. Yusuf I (1333-54) aseguró las fronteras con una red de atalayas y fortificaciones. El reinado de Mohammed V (1354-59 y 1362-91) coincidió con la crisis de Castilla, lo que permitió la recuperación de algunas plazas. Entre 1359-62 tuvo lugar una crisis dinástica con los reinados de Ismail II y Mohammed VI, que al morir fue sucedido otra vez por Mohammed V. Sus últimos años de gobierno fueron de paz y prosperidad económica gracias a la industria sedera y al comercio de los puertos de Málaga y Almería.

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. Declive (siglo XV). El final del reino nazarí fue ocasionado por la permanente guerra civil del siglo XV con los reinados de Mohammed VII, VIII y IX, destacando las guerras de los abencerrajes. Entre 1482-92 se desarrolló la Guerra de Granada iniciada por la nobleza andaluza; en esos momentos el reino granadino se encontraba aislado porque los benimerines habían caído en el Norte de África, siendo la causa esencial de su derrota la guerra civil entre Muley Hacen, Boabdil (hijo del anterior que le arrebata el trono) y Mohammed De Saad, además de la creación de un ejército moderno con armas de fuego y artillería a manos de los Reyes Católicos. Granada, tras un largo asedio, abatida por el frío y la falta de víveres, capituló el 2 de enero de 1492. 2. CRISIS ECONÓMICA, DEMOGRÁFICA Y CONFLICTOS SOCIALES CRISIS ECONÓMICA Y DEMOGRÁFICA Los medievalistas Ana Echevarría Arsuaga, Julián Donado Vara y Carlos Barquero Goñi en su manual Historia Medieval II (siglos XIII-XV) de 2014 coinciden al considerar que tras el periodo de crecimiento económico anterior—que tiene su culminación hacia la mitad el siglo XIII— comienzan a deteriorarse paulatinamente los logros económicos conseguidos a lo largo del siglo XIV. Las causas y factores de la crisis no son fáciles de enumerar, puesto que, si bien cada una de ellas es suficiente como para haber sido el detonante, es más bien la suma de todas y la interrelación y dependencia de unas con otras lo que finalmente caracteriza este periodo. El punto de inflexión es la gran epidemia de peste de 1348. Las zonas marítimas de la Corona de Aragón fueron las primeras en padecer la infección, pero esta enseguida se propagó por el interior de Cataluña, Navarra y Castilla. La mortandad fue elevada, y el impacto causado en los contemporáneos enorme, a juzgar por los angustiados testimonios que nos han transmitido los documentos de la época. Aunque no se pueden cuantificar los estragos de la peste en la población, sabemos que fue especialmente grave en Cataluña y algo menos en Aragón. Las Cortes de Valladolid de 1351 describen un panorama desolador — despoblados, discriminación del campesinado, carestías, alzas de precios y salarios— y tratan de remediarlo con el Ordenamiento de menestrales. Con anterioridad ya se venía produciendo un estancamiento agrario durante los primeros años del siglo XIV. En Castilla fue especialmente duro el período de 1331-1333, así como los años 1443-1446. Navarra vivió malas cosechas y hambre entre 1311 y 1318, y en la Corona de Aragón la situación no fue distinta. Cataluña conoció su "primer mal año" en 1333, con una terrible crisis agraria y hambre, a las que siguieron muchos más en los años siguientes, ya que se sumaron las catástrofes de los terremotos. Esta crisis alimentaria fue un buen caldo de cultivo para los efectos de la Peste Negra. La regresión agraria se vio favorecida por una climatología adversa; no está totalmente claro, pero parece tener lógica, ya que avanzan los glaciares y el mar penetra en las costas de Flandes. Lo más grave fue que los años de peste, malas cosechas, crisis de subsistencia y hambre fueron una constante a lo largo de la centuria, con especial intensidad en Castilla en los años 1363-64, 1374, 1381 y 1394, pero también de la siguiente. También hay que tener en cuenta el factor humano, y dentro de sus actos el de la guerra. Como ejemplo está la participación en el enfrentamiento entre Francia e Inglaterra (Guerra de los Cien Años), las guerras civiles, las revueltas sociales y los conflictos entre los distintos reinos de la Península Ibérica.

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. Otro factor viene dado por las teorías economicistas. Es la evolución de los precios (aumentan) y el valor (se reduce) de las monedas (inflación); un incremento de los precios tan grande que obligó a las Cortes de Valladolid en 1351 a dictar precios máximos y salarios mínimos. Por último, la tesis que parece haber alcanzado mayor éxito es la relación entre población y recursos, en la que el crecimiento demográfico sostenido de los siglos anteriores sitúa a la población de finales del siglo XIII y comienzos del XIV por encima del nivel de recursos, desencadenando la crisis. CRISIS SOCIAL Y CONFLICTOS SOCIALES La Baja Edad Media no puso fin al sistema estamental originado por el feudalismo, pero supuso, gracias a la vida urbana, la aparición de una incipiente sociedad de clases que, aunque durante siglos pretendió lograr los privilegios de la nobleza, terminaría acabando con ella. Los grupos más favorecidos (nobleza y clero) aún mantuvieron sus privilegios durante mucho tiempo, pero junto a ellos fue cada vez más numerosa la burguesía (habitantes de burgos) que afianzaba sus posiciones y lograba de reyes o señores ciertos privilegios hasta entonces inalcanzables para el pueblo llano del régimen feudal. Los siglos XIV y XV son, por lo tanto, un periodo de cambio, de tránsito de la sociedad de la Edad Media a la Moderna; transformación que no se produjo de modo tranquilo. La situación de los feudos se empeoró considerablemente a lo largo de estos siglos por la crisis económica, el estancamiento agrario y la sucesión de crisis de subsistencia que se vivieron en el campo. Los señores, inmersos en la economía monetaria que renace en el siglo XIII, y deseosos de adquirir lo que el comercio ponía ya a su alcance, sintieron que cada día necesitaban más dinero. Ante la caída de las rentas agrarias a partir del siglo XIV y la crisis generalizada, la alta nobleza laica o eclesiástica acudió a la sujeción del campesino a la tierra, lo que contribuyó al agravamiento de la condición del campesinado, que entró en una nueva y peor situación de servidumbre. La pequeña nobleza sufrió un proceso de empobrecimiento debido a que sus patrimonios eran más pequeños; a muchos de ellos no les quedó otro remedio que vender o ponerse al servicio de la alta nobleza, mientras que otros vieron un modo de salvar la situación entrando a formar parte de la administración del Estado. El campesinado se vio atado a una nueva situación de servidumbre completamente legislada por escrito en forma de ordenanzas de régimen jurídico, tal y como vemos en los malos usos (eran 6: inestia, exorquia, cugucia, ársia, firma de spolii y remensa) en Cataluña. La reacción campesina ante esta nueva situación de opresión se manifestó mediante una sucesión de revueltas antiseñoriales. Las ciudades se convirtieron —debido al desarrollo del artesanado y del comercio, y sobre todo de la crisis del medio rural— en grandes fuentes de creación de riqueza para unos cuantos (banqueros, comerciantes, burócratas, etc.), sobre unas masas de asalariados que apenas percibían los frutos de la riqueza generada por ellos. La aparición de burgueses ricos y de una plebe urbana pobre originó un nuevo tipo de tensiones sociales, que produjeron revueltas urbanas. Esta situación, tanto del campo como de la ciudad, a la larga no podía generar más que tensiones y violencia. De hecho, tienen lugar una serie de revueltas sociales que no coincidieron, casi nunca, ni en el espacio ni en el tiempo, sino que cada una surgió como reacción a unas condiciones de presión concretas. Entre éstas, las más frecuentes fueron: la imposición de nuevas contribuciones; el aumento de los precios de los productos básicos; la falta de reglamentación sobre salarios; la falta de participación en las decisiones municipales;

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. el desarraigo y la miseria. Los campesinos rebeldes actuaron asaltando castillos y residencias nobiliarias y eclesiásticas, mientras que los habitantes de las ciudades centraron sus odios contra el patriciado urbano, comerciantes, judíos (acusados de apoyar a Pedro I durante la Guerra Civil), etc. Las revueltas rurales no produjeron modificaciones de importancia en las estructuras agrarias salvo cuando dieron lugar a arbitrajes jurídicos en los que triunfaron algunas de sus reivindicaciones. Las más importantes fueron: el movimiento remensa en Cataluña y el movimiento hermandino en Galicia. Los motivos de los enfrentamientos y revueltas urbanas solían ser más nítidos y precisos que en el caso de las revueltas rurales. El enfrentamiento entre las diversas facciones del patriciado urbano encontró apoyo en el descontento del pueblo. Responden a este esquema los motines, el conflicto de la Busca y la Biga en Barcelona, y la revuelta foránea en Mallorca. MOVIMIENTO REMENSA EN CATALUÑA (1347-1486) Durante el siglo XIII y la primera mitad del siglo XIV, el campo catalán alcanzó una etapa de prosperidad y se quiso fijar el marco legal de las relaciones agrarias. Así se definió la estructura legal de la remensa (pago que debía efectuar el campesino para poder abandonar las tierras de un señor), se precisó el concepto de servidumbre y se redactaron los malos usos. Jurídicamente eran hombres libres, pero esta libertad estaba limitada por los vínculos que les unían al predio que cultivaban y, así, al señor. En 1333 hubo una hambruna que ocasionó una gran mortalidad, y en 1348 —con la llegada de la Peste Negra— empezó el ciclo de las epidemias. Cataluña pasó de la prosperidad a la decadencia en muy poco tiempo. Fernando I alentó a los campesinos en sus reivindicaciones contra la nobleza, no porque estuviera de acuerdo con sus peticiones, sino porque pretendía acabar con el poder de los nobles. Alfonso V reglamentó las reuniones remensas y decretó la suspensión de los malos usos y de la remensa. La crisis entre nobleza y monarquía se tradujo en el enfrentamiento entre Juan II (1458-79) y su hijo Carlos (príncipe de Viana) entre 1458-60 hasta el reconocimiento de la autoridad de Carlos en Cataluña en la Concordia de Villafranca del Penedés. Su muerte en 1461 desencadenó la guerra remensa. La primera guerra remensa, 1462-1472, coincide con la guerra civil catalana. El ejército remensa, en contacto con la regente Juana Enríquez, controló Gerona. Tras la victoria de Juan II, éste no se decidió a hacer nada para solucionar el problema y se limitó a premiar a algunos líderes del ejército remensa ennobleciéndolos. La Capitulación de Pedralbes no resolvió los problemas de los remensas. En las Cortes de 1481-82 se restablecieron los malos usos y la remensa, y como consecuencia se produjo el estallido de una segunda guerra, 1484-1485. Tras la derrota del ejército remensa en Llerona, el cabecilla de la sublevación, Pere Joan Sala, fue ejecutado en Barcelona por orden de Fernando el Católico, que intentó desempeñar el papel de mediador entre el bando campesino y nobiliario. La sentencia arbitral de Guadalupe (1486) dio con una solución en la que ambas partes tuvieron que hacer concesiones, pues los campesinos quedaban liberados de la adscripción a la tierra y son abolidos los malos usos. LA BUSCA Y LA BIGA La crisis de Barcelona afectaba especialmente al proletariado urbano, por lo que para salvarlo era preciso introducir medidas proteccionistas, y para aplicarlas había que vencer a la oligarquía de la ciudad. Los ciudadanos se organizan y en 1450 aparece Barcelona dividida en la Biga de viga (integrada por los ciudadanos y algunos mercaderes que gobiernan la ciudad y gozan de riquezas y derechos señoriales, es decir, la oligarquía dominante) y la Busca de astilla (menestrales, artesanos y mercaderes que buscan entrar en el gobierno municipal e implantar el proteccionismo). Alfonso V el Magnánimo apoyó a remensas y buscaris para limitar el poder de la nobleza. En 1451 se forma el Sindicato de los Tres Estamentos —integrado por buscaris—, que controló el Consejo de Ciento (institución de

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. autogobierno de Barcelona entre 1249-1714) donde sacó adelante sus reformas. Sin embargo, eran gente poco preparada y la deuda de Barcelona aumentó. Este fracaso le hizo perder parte del apoyo popular, y al morir Alfonso el Magnánimo en 1458 la lucha contra el consejo buscari se recrudeció. Con la muerte del Príncipe de Viana, la Diputación General creó el Consell del Principado de Cataluña bajo la dirección de la Biga en 1461. Garcelán de Requesens, lugarteniente del reino que había apoyado a la Busca, fue depuesto y encarcelado y los buscaris ajusticiados. Son los prolegómenos o causas de la Guerra Civil Catalana (14621472). REVUELTA FORÁNEA EN MALLORCA (1450-1452) La isla de Mallorca arrastraba una profunda crisis económica a lo largo de los siglos XIV y XV, a lo que se suma la protesta social de los municipios foráneos contra la hegemonía de la ciudad de Palma, reclamando una mayor participación en la política y una mejor distribución de los impuestos. En 1450 la situación era insostenible, y todos los grupos pobres se unieron para asaltar la capital. El movimiento se extendió por toda Mallorca y llegó a Menorca; las tropas de Alfonso V, enviadas desde Nápoles, acabaron de la forma más dura con el movimiento. EL MOVIMIENTO HERMANDINO DE GALICIA (1467-1469) Tiene su origen en los atropellos a bienes y personas realizados por los señores gallegos. En 1431 hubo un precedente con la Irmandade Funsquella, en contra sobre todo de los poderes episcopales. El movimiento arrancó de las villas y ciudades, con pequeños nobles y burgueses a los que se unieron los campesinos, creando en 1467 la Santa Irmandade; esta incorporación dio al movimiento un tinte de lucha social con la destrucción de fortalezas y ejecuciones sumarias. Los grandes señores huyeron de Galicia, y a partir de 1469 se produjo la reacción nobiliaria cuando la burguesía y la pequeña nobleza abandonaron a los extremistas. El movimiento acabó en 1470 en medio de una brutal represión. 3. LOS REYES CATÓLICOS Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO MODERNO Uno de los rasgos más frecuentemente destacados del reinado de los Reyes Católicos es el de ser una época de transición, de paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Por eso se ha dicho de él que es un reinado fronterizo, a caballo entre dos épocas —idea bastante exacta, aunque susceptible de alguna matización—. Otra realidad que con frecuencia se destaca es que en ese tiempo se ponen las bases de lo que va a ser una forma de gobierno de gran novedad —situada en el contexto general de la monarquía autoritaria y perceptible por entonces en la Europa occidental— mediante la creación de un Estado Moderno. Los inicios del reinado y la guerra civil. Cuando en 1474 muere Enrique IV de Castilla —apodado el Impotente—, su hermanastra Isabel se autoproclama reina. Sin embargo, una parte importante de los castellanos no la reconoce como tal, defendiendo los derechos sucesorios de la hija del rey difunto, Juana —apodada la Beltraneja—. Así se desencadena una crisis en la que es posible distinguir una triple dimensión, como señala Joseph Pérez, destacado hispanista francés: la dimensión dinástica, que gira en torno a los derechos de Isabel; la dimensión política, que se polariza en la oposición monarquía-alta nobleza; la dimensión diplomática, determinada por la formación del bloque castellano-aragonés. El rey portugués se casa con Juana y se propone llegar hasta Burgos, donde espera encontrarse con los franceses procedentes de Navarra y el País Vasco. La campaña de 1475-76 es decisiva y se impone el genio militar de Fernando: asedia Burgos, vence a los portugueses en Zamora, y a fines de 1476 ocupa Toro, mientras los franceses son detenidos en el norte, aunque la guerra

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. se prolongará aún tres años más. La victoria en Albuera de Mérida (1479) confirma la superioridad militar de Fernando e Isabel, y la firma del Tratado de Alcaçovas-Trujillo (al no estar Fernando en Trujillo se firma el tratado de Alcaçovas-Toledo en 1479) ratifica su triunfo: los portugueses se retiran de los territorios ocupados y se reconoce a Isabel y Fernando como reyes de Castilla, comprometiéndose a no entorpecer la expansión atlántica portuguesa. La configuración de la nueva monarquía. Juan II de Aragón muere en 1479, con lo que Fernando se convierte en nuevo rey aragonés. Pero en realidad lo que se produce es una mera unión personal de ambos reinos, que conservan su propia naturaleza y peculiaridades (leyes, costumbres, instituciones, monedas, etc.), aunque tendrán una misma política exterior. Hacia 1480 quedan planteadas las líneas directrices del reinado, que va a despegarse progresivamente de los condicionamientos medievales. En realidad, como han señalado Cepeda Adán, Luis Suárez y Nieto Soria —por citar algunos especialistas—, su pensamiento sobre la Corona no es nuevo, ya que consideran que su misión es la de administradora de la justicia y protectora de los súbditos contra los abusos. La conclusión de la Reconquista. La Guerra de Granada, de diez años de duración, finaliza con las Capitulaciones de Granada; las condiciones de la rendición fueron muy suaves, pero no se cumplieron en su totalidad. En lo referente al reino, una parte de los pobladores quedaron convertidos en esclavos y las propiedades de los grandes señores fueron confiscadas y repartidas por la Corona entre los aristócratas y los nuevos municipios cristianos. En la capital, los Reyes se comprometieron a respetar no solo la vida y los bienes de sus habitantes, sino también su religión, costumbres y leyes. Sin embargo, los Reyes Católicos intentaron acabar con sus peculiaridades muy rápidamente, y en 1501 los musulmanes son abocados a elegir entre la conversión o el exilio, pues la unidad nacional requería la religiosa. La expulsión de los judíos. Los judíos eran objeto de gran impopularidad entre la sociedad cristiana, pues estaban relacionados con la usura y la recaudación de impuestos. A lo largo del siglo XIV, en momentos de crisis económicas, habían surgido auténticos movimientos antisemitas juzgados por deístas (muy grave fue el de 1391 iniciado en Sevilla y extendido por toda Castilla, Aragón y Navarra), por lo que para escapar a estos furores o pogromos muchos judíos se convirtieron al cristianismo (serían los cristianos nuevos o marranos); la Inquisición se encargó de velar por la sinceridad de las conversiones. El decreto de 31 de marzo de 1492 les obligaba a elegir entre la conversión o la expulsión. Por no aceptar la conversión, fueron expulsados, según Miguel Ángel Ladero Quesada unos 200.000 judíos, se quedaron otros 50.000. Demográficamente considerada, la expulsión no es un desastre como a veces se ha dicho, pero considerada socio-económicamente sí lo fue, ya que afectó de lleno a lo que podemos considerar la clase media. El descubrimiento de América. El descubrimiento del nuevo continente en 1492 coloca a España como pionera en una empresa descubridora y colonizadora sin precedentes. Además, para nuestro país se abría una línea de acción exterior que se mantendría hasta el siglo XIX. La conquista de las Canarias (1402-1496), emprendida años atrás, iba a proporcionar la base que permitiría dar "el salto" al otro lado del Atlántico. La acción exterior. La política exterior fue obra de Fernando de Aragón, excelente gobernante, en quien está inspirado “El Príncipe” de Maquiavelo. Su objetivo era aislar diplomáticamente a su tradicional enemigo, Francia, y para ello estableció una serie de alianzas matrimoniales a través de todos sus hijos con Alemania, Portugal e Inglaterra. La incorporación de Nápoles en 1504 tras la muerte de Ferrante, hijo ilegítimo de Alfonso V el

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. Magnánimo, se realizó a manos de Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán). El Tratado de Blois (1505) puso fin al conflicto con Francia por el control de Nápoles mediante el matrimonio entre Germana de Foix (sobrina de Luis XII de Francia) y Fernando. La continuación de la Reconquista prosiguió por el Norte de África cuando Alejandro VI, que en 1494 había concedido a Fernando e Isabel el título de Reyes Católicos, otorgaba a los Reyes españoles el derecho a la conquista de África; así fueron incorporadas varias ciudades como Melilla, Orán y Trípoli, aunque no duraron mucho tiempo en manos españolas (con Carlos I se perdió la mayoría de ellas ante la amenaza berberisca). El final del reinado. Tras la unificación política y religiosa de los Reyes Católicos, la muerte de Isabel en 1504 puso en peligro la unidad, pero la incapacidad de Juana la loca para gobernar, la muerte prematura de Felipe el Hermoso (que gobernó entre 1504-6) y el hecho de que Fernando no tuviese más hijos con su nueva esposa, Germana de Foix, permitió que la corona cayese en manos del nieto de los Reyes Católicos, Carlos I. En espera del cumplimiento de la mayoría de edad del príncipe heredero, se establecieron la regencia del Cardenal Cisneros (1506-7), la regencia de Fernando de Aragón (1507-16), periodo caracterizado por la diplomacia exterior y la anexión de Navarra en 1512, y de nuevo la regencia de Cisneros (1516), periodo caracterizado por un aumento de la presión nobiliaria. 4. ORGANIZACIÓN POLÍTICA E INSTITUCIONES García de Cortázar y Sesma Muñoz, en su Manual de Historia Medieval (2008), consideran a las Cortes celebradas en Toledo en 1480 como el arranque de una fructífera y trascendente labor de organización política presidida por la modernización. Gran trascendencia tuvo la reorganización del viejo Consejo de los Reyes de Castilla —también llamado Consejo Real de Castilla y Consejo Real— sobre el que se apoyará el sistema gubernamental. Servido por gentes elegidas por los mismos Reyes en función de su capacidad y no de viejos linajes nobiliarios ni rancias alcurnias aristocráticas. La Chancillería —como ha estudiado Martín Postigo— se organiza en Valladolid para ser última instancia de los procesos civiles y criminales. A nivel local también tendrá el poder real un representante, el Corregidor, pieza clave de la nueva monarquía en esta esfera administrativa. En esta línea de fortalecimiento del poder real hay que situar la actitud mantenida con las minorías religiosas, pues su existencia no puede tolerarse en el seno de un Estado que considera la unidad religiosa como salvaguardia de la unidad del cuerpo social; por ello se busca la eliminación de tales minorías como cuerpos extraños en el seno de la sociedad cristiana y se vela por la pureza de la fe. Así se entiende la puesta en marcha de la Inquisición por los Reyes Católicos, autorizados por la bula Exigit sincerae devotionis (1478) de Sixto IV a nombrar inquisidores en sus reinos; en 1480 empiezan a funcionar el primer tribunal en Sevilla, al que seguirían otros repartidos por la geografía española e hispanoamericana. Dirigido por el Inquisidor General y con el Consejo de la Suprema y General Inquisición como órgano supremo, el Santo Oficio ha suscitado una enorme atención —convirtiéndose en uno de los temas más debatidos de nuestra Historia— originando una auténtica catarata de escritos no siempre ecuánimes en su tratamiento y conclusiones, si bien hoy ya tenemos aportaciones muy valiosas, como las de Escudero, Alcalá, Bennassar, Maqueda, Villanueva, Dedieu, etc. Otro problema que los Reyes hubieron de afrontar con urgencia fue la inestabilidad existente en las zonas rurales debida a la actividad de un bandolerismo muy intenso (favorecido por el clima de anarquía imperante desde hacía décadas). El medio utilizado para restablecer la seguridad y el orden fue la creación de la Santa Hermandad, aceptada en

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. las Cortes de Madrigal de 1476; una solución nada original, en principio, pues existían muchos precedentes medievales. Sí será de gran novedad la utilización que los Reyes pretenden darle: convertirla en el origen del ejército permanente, objetivo que no logran; pero ello no impide que la Hermandad — organismo policial y judicial a la vez— sea una de las instituciones vertebrales de la nueva monarquía; estuvo dirigida por un Consejo supremo y con Alfonso de Aragón, hermano del rey, como su comandante en jefe. Cada población con más de doscientos vecinos pagaría un impuesto especial para mantener dos jueces y sostener una cuadrilla encargada de perseguir a los criminales en su territorio, siendo relevadas por las cuadrillas vecinas cuando los fuera de ley abandonaban su jurisdicción, y así sucesivamente hasta lograr su aprehensión. Los jueces se encargaban de los delitos cometidos en descampado y juzgaban en el momento de su captura al delincuente sorprendido in fraganti. Unas penas severas, en las que la condena a muerte por asaetamiento era frecuente, y una eficaz actuación, devolvieron pronto la calma a la tierra castellana e hicieron de la Hermandad un valioso instrumento en manos de los Reyes. En resumen, si reparamos en lo que llevamos dicho hasta aquí, tenemos: la definición del Poder real en la forma en que todos tendrían que acatarlo; el instrumento vertebral del Gobierno —el Consejo real—, un medio de acción en el régimen municipal para su mejor control —el corregidor—, el sometimiento de los poderes rivales como el de la nobleza, un alto tribunal de justicia —la chancillería—, y dos de las instituciones más representativas del reinado: la Santa Hermandad y la Santa Inquisición —de suerte diversa y de valoración muy desigual—. En conjunto, una plataforma impresionante para poder pasar a la acción. 5. DIVERSIDAD CULTURAL La creación intelectual y su difusión en los siglos XIV y XV se produce en medio de una sensibilidad colectiva influida por el ambiente de crisis y descomposición del sistema social de siglos anteriores, por el aumento de guerras y violencias, y aterrada por las grandes epidemias. Todo ello movió a actitudes, sentimientos y emociones inestables y extremas en los procesos de reflexión sobre la propia realidad del mundo en el que vivían. Un aspecto fundamental en la expansión de la cultura fue el incremento del número de libros y bibliotecas promovidos por las universidades. En 1300 se fundó la Universidad de Lérida, Pedro el Ceremonioso fundó en 1349 el Estudio General de Perpiñán, y en 1354 se fundó la Universidad de Huesca. En la corona de Castilla había dos Universidades, la de Salamanca (1218)—sin duda la más importante— y la de Valladolid (1241) —procedente del Estudio palentino (1212) trasladado a la ciudad del Pisuerga—. También había un Estudio en Sevilla, pero poco activo. La evolución cultural se centra en la decadencia de la escolástica y el nacimiento del Humanismo. La escolástica era la filosofía desarrollada por Santo Tomás de Aquino que se enseñaba en las universidades medievales, constituyendo el estudio de la naturaleza uno de los principales objetivos. El Humanismo es un proceso cultural —en el que cristaliza el Renacimiento— vinculado a la formación literaria, al lenguaje, a la educación y al desarrollo de la inteligencia por lo bello. El Humanismo se divulgó y consolidó gracias a la imprenta y a las universidades. El Cardenal Cisneros permitió la aparición de humanistas católicos, destacando Antonio de Nebrija, autor de la Gramática castellana en 1492. La Universidad de Alcalá de Henares y su Biblia Políglota fueron dos de los grandes sueños cisnerianos hechos realidad.

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TEMA 31: LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL. A nivel literario, las lenguas vernáculas conocieron un extraordinario desarrollo desde el siglo XIV, aunque el latín siguió reservándose para las cuestiones más serias e importantes. La poesía lírica tuvo un amplio desarrollo; destacan las figuras de Juan Ruiz arcipreste de Hita con su Libro del Buen Amor (1343), Pedro López de Ayala con el Rimado de Palacio, Juan de Mena, Iñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, y Jorge Manrique. A nivel artístico presenciamos la evolución del arte románico al estilo gótico. Fue en la arquitectura donde se manifestó más definidamente, siendo la catedral la obra gótica por excelencia. A lo largo de estos siglos surgió una nueva valoración social del artista frente al anonimato del artista del románico (su consideración social aumentó hasta el punto de que muchas obras fueron firmadas por sus propios autores). El estilo hispano-flamenco, isabelino o estilo Reyes Católicos, fusiona las influencias hispánicas con la tendencia decorativa y barroca borgoñona del gótico flamígero introducida en España por Hanequín de Bruselas, siendo su mejor ejemplo el Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo, construcción que conmemora la victoria en la batalla de Toro de 1476. CONCLUSIÓN Durante los siglos XIV y XV la Península Ibérica experimentó importantes transformaciones que prepararon su paso al mundo moderno. Después de la expansión territorial hacia el sur y la apertura al Mediterráneo, los estados peninsulares tuvieron que enfrentarse a una larga crisis que se manifestó con los desastres agrícolas, la peste y la guerra. Los monarcas prepararon las bases del estado moderno —con la resistencia de la nobleza—, y tuvieron que hacer frente a los graves problemas sociales que evidenciaron los desajustes de la economía y la sociedad bajomedieval. En el último tercio del siglo XV se inició para España quizá el periodo más esplendoroso de su historia, merced a la gestión de los reyes Fernando e Isabel, los Reyes Católicos. Ellos fueron los iniciadores de un proceso político que llevó, por un lado, al levantamiento del mayor imperio colonial conocido hasta entonces y, por otro, al desarrollo de unas aspiraciones hegemónicas mundiales. BIBLIOGRAFÍA

• ECHEVARRÍA ARSUAGA, Ana; DONADO VARA, Julián; BARQUERO GOÑI, • • • • •

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Carlos (2014): Historia Medieval II (SIGLOS XIII-XV). Editorial Universitaria Ramón Areces, Madrid. FERNÁNDEZ CONDE, F. J. (1995): Las sociedades feudales, 2. Crisis y transformaciones del feudalismo peninsular (siglos XIV y XV). Editorial Nerea, Madrid. LADERO QUESADA, M. A. (2010): Historia Universal. La Edad Media. Editorial Vicens Vives, Barcelona. GARCIA DE CORTAZAR, J.A. Y SESMA MUÑOZ, J.A. (2008): Manual de Historia Medieval. Editorial Alianza, Madrid. ALVAREZ PALENZUELA, V. A. (2011): Historia de España de la Edad Media. Editorial Ariel, Barcelona. MANZANO MORENO, E. (2010): Historia de España. Épocas Medievales. Editorial Crítica, Barcelona.

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