El Tabernáculo De Reunión

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Éxodo 40:2

Roberto Celaya Figueroa

…para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas y nosotros por medio de él (I Corintios 8:6)

Dedicatoria

A la Iglesia de Dios (7° Día)

Página web habla hispana: http://www.iglesiadediosapostolica.org/ Página web oficinas centrales: http://www.churchofgod-7thday.org/

Índice

Introducción...................................................................................................... 1

Figura y sombra ............................................................................................... 4

Cristo: profeta, sacerdote y rey ...................................................................... 12 Profeta .................................................................................................... 14 Sacerdote ............................................................................................... 16 Rey .......................................................................................................... 18

La ofrenda para el tabernáculo ....................................................................... 26

El arca del testimonio ...................................................................................... 28

La mesa para el pan de la proposición .......................................................... 47

El candelero de oro .......................................................................................... 54

El altar del incienso .......................................................................................... 57

El tabernáculo................................................................................................... 60

El atrio del tabernáculo .................................................................................... 70

El altar de bronce ............................................................................................. 87

Aceite para las lámparas ................................................................................. 93

La fuente de bronce ......................................................................................... 96

Una fotografía dinámica de la familia de Dios ............................................. 99 Profeta .................................................................................................... 103 Sacerdote ............................................................................................... 105 Rey .......................................................................................................... 107

Otros templos ................................................................................................... 113 Templo de Salomón ............................................................................... 113 Tabernáculo de David............................................................................ 115 Tercer templo ......................................................................................... 124

Conclusión ........................................................................................................ 131

Introducción

Sin duda alguna que el Tabernáculo es uno de los temas de mayor trascendencia en el Antiguo Testamento referidos a la historia del Pueblo de Israel, esto por tres razones principales: la primer razón es que alrededor del Tabernáculo se dio la organización del culto y adoración del Dios único, viviente, veraz y verdadero; la segunda razón es que fue sobre la base del modelo dado por el Tabernáculo que se construirían, restaurarían o diseñarían los subsecuentes templos como el de Salomón, el de Esdras y Nehemías, el de Herodes e incluso el esperado aún de Zacarías; y la tercer razón es por la enorme cantidad de simbología que se ha encontrado aunada a él, simbología sobre la cual se han construido un sinfín de explicaciones que buscan agregar comprensión sobre ese tema. Es precisamente sobre este último punto sobre el cual versa la presente obra. Nada en la Escritura es causal, toda ella “es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17), es así que la enorme cantidad de detalles que la misma arroja sobre el Tabernáculo deben tener un sentido cuya comprensión indica en la propia edificación. Diseños, medidas, disposiciones, materiales, colores y demás no tienen un fin meramente estético sino que necesaria y forzosamente, en consonancia con la Escritura, deben querer decir algo, ¿pero qué?

Sobre esto último, hay que reconocer que son decenas, tal vez incluso cientos, los estudios que sobre la simbología del Tabernáculo se han escrito. Algunos tiene información muy valiosa acorde con la Escritura que arroja mayor comprensión sobre el tema, otros llegan a extremos donde estiran al máximo los comentarios e interpretaciones llegando casi casi a crear doctrinas nuevas, independientemente de ello uno debe escudriñar todo y quedarse con lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21).

1

Dada la gran cantidad de información que sobre el tema del Tabernáculo se ha escrito, ¿qué más puede decirse sobre el mismo? Sin duda alguna dado que la sabiduría de Dios es multiforme (Efesios 3:10) nunca hay una sola y única versión interpretativa de lo contenido en la Escritura sino que, edificándose sobre la verdadera doctrina, puede escudriñarse la Escritura para de ella sacar cosas nuevas y cosas viejas (Mateo 13:52).

Con todo y todo el enfoque de la presente obra no busca ser redundante en cuanto a lo que ya sobre el Tabernáculo se ha escrito. Si bien habrá cuestiones en las cuales se sea coincidente con lo que ya antes pudiera haberse expresado, el enfoque de la presente obra es diferente ya que, como el subtítulo de la misma lo indica, busca presentar la interpretación sobre la simbología que entrega el Tabernáculo desde la perspectiva de una fotografía dinámica de la familia de Dios.

Una fotografía es algo estático, una representación gráfica y visual de alguna cosa o situación en un momento dado, por otra parte el dinamismo está relacionado con cambios, con procesos, con pasos e instancias hacia algo, el señalar que la presente obra busca presentar al Tabernáculo como una fotografía dinámica puede sonar una contradicción en sí mismo pero conforme se desarrolló la obra se entenderá esto y se verá que en efecto, ambos conceptos están presente en el Tabernáculo, es decir: algo que no cambia, que permanece, pero que al mismo tiempo representa un fluir continuo basado en tiempos y movimientos, todo conforme el plan diseñado por Dios, en su infinita misericordia y eterno amor, desde la eternidad para con la humanidad.

El enfoque de la presente obra es presentar lo anterior, es decir, lo estático y lo cambiante del Tabernáculo desde la perspectiva de lo que el mismo representa: la familia de Dios.

2

Que el Santo Espíritu de nuestro Padre Dios que mora en nosotros nos ilumine y fortalezca para entender las verdades que bajo la simbología del Tabernáculo quiere entregar Su Palabra y que esa comprensión nos sea de provecho en nuestra edificación, conforme a Su voluntad y para Su mayor gloria en Cristo Jesús.

3

Figura y sombra Tabernáculo, es una palabra que deriva del hebreo, ‫ןָּ כְׁ שִמ‬, mishkán, y significa morada, vivienda, tabernáculo. Las primeras referencias a la palabra tabernáculo las encontramos en Éxodo y se refiere al santuario móvil construido por los israelitas bajo las instrucciones dadas por Dios a Moisés en el Monte Sinaí. Éxodo 25:8-9: Y que hagan un santuario [mishkán, ‫ ]ןָּ כְׁ שִמ‬para mí, para que yo habite entre ellos. Conforme a todo lo que te voy a mostrar, [conforme] al diseño del tabernáculo [mishkán, ‫ ]ןָּ כְׁ שִמ‬y al diseño de todo su mobiliario, así [lo] haréis. Lo interesante de Éxodo 25:8-9 es que el Tabernáculo, en palabras de Dios mismo, era “para que yo habite entre ellos” (Éxodo 25-27, 30, contiene las especificaciones de cómo habría de construirse el Tabernáculo de Éxodo 25:8-9). En Juan 1:14 tenemos una cita muy conocida, referida a Jesús, que señala como es que “el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. La palabra traducida como “habitó” es eskēnōsen, ἐσκήνωσεν que significa morada, vivienda, tabernáculo, exactamente igual que mishkán, ְׁ‫שִמןָּ כ‬. Si tradujéramos Juan 1:14 bajo esta premisa sería correcto indicar que “el Verbo se hizo carne, y [levantó su tienda, levantó su tabernáculo] entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. Así que el principal referente para la palabra Tabernáculo está relacionado con el lugar donde mora [vivienda] Dios y Su Hijo.

Las instrucciones relativas al Tabernáculo son expuestas por la Escritura en Éxodo 25, más sin embargo es el capítulo anterior, Éxodo 24, el que nos da el

4

contexto de dichas instrucciones, contexto que sirve para comprender posteriormente, mayor información que sobre esto arroja la Escritura.

Éxodo 24 12

Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te

daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles. 13

Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de

Dios. 14

Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y

he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos. 15

Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.

16

Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por

seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. 17

Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la

cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. 18

Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés

en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

Las citas anteriores, tomadas de Éxodo 24, presentan el contexto en el cual se darían, entre otras cosas, las instrucciones relativas al Tabernáculo. El marco de referencia es la subida de Moisés al Monte Sinaí a recoger la Ley de Dios así como las normas y preceptos que Dios requeriría de Su pueblo como parte del Pacto que entre ambos se haría. Parte de esas normas y preceptos incluiría el Tabernáculo, centro de la adoración y el culto debido a Dios.

Como se menciona reiteradamente en el siguiente capítulo, Éxodo 25, las indicaciones respecto de la construcción y disposición del Tabernáculo correspondería a las visiones que sobre eso mismo Moisés tendría en la cima del Monte Sinaí durante los cuarenta días que estuvo ahí: 5

Éxodo 25:9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.

Éxodo 25:40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Éxodo 26:30 Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte.

Sobre este punto, a saber, las instrucciones para la construcción y disposición del Tabernáculo, Pablo en su carta a los Hebreos arroja una luz que permite entender el significado trascendental del mismo:

Hebreos 8 1

Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos

tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2

ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el

Señor, y no el hombre. 3

Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y

sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 4

Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo

aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 5

los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales,

como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 6

Las instrucciones sobre lo relativo a la adoración y el culto debido a Dios, incluyendo la construcción y disposición del Tabernáculo, el versículo 5 de la cita anterior aclara que todo es “figura y sombra de las cosas celestiales” y para mayor énfasis en lo que al tema de la presente obra se refiere el mismo versículo aclara “como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo”.

Esto debería ser más que suficiente para que nos preguntásemos a que cosas celestiales se estaba refiriendo como figura y sombra las instrucciones sobre la construcción y disposición del Tabernáculo. De igual forma sirve para agregar mayor comprensión a la verdad revelada por Dios y entender que si bien el Tabernáculo tenía un fin claro y preciso por sí mismo, a saber, ser el centro de la adoración y culto debido a Dios, dado que el mismo era figura y sombra de las cosas celestiales es más que evidente entonces que existe un significado ulterior al mismo, pero ¿cuál puede ser ese significado ulterior?

En esa misma carta de Pablo a los Hebreos, en el siguiente capítulo, Pablo, continuando con el mismo tema, hace una aseveración que permite entender el sentido de las palabras anteriores:

Hebreos 9 1

Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario

terrenal. 2

Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el

Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3

Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar

Santísimo, 4

el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por

todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;

7

5

y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las

cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. 6

Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran

los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7

pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin

sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8

dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había

manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9

Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan

ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10

ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y

ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11

Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes

venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12

y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia

sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13

Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de

la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14

¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se

ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15

Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo

muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 8

El versículo 9 señala que lo referido a la adoración y culto debido a Dios, incluyendo la construcción y disposición del Tabernáculo, “es símbolo para el tiempo presente”, es decir, para cuando Pablo estaba escribiendo su carta, y ¿qué había sucedido para el tiempo ese en que Pablo estaba escribiendo su carta?, el versículo 11 de la misma lo aclara al decir “estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros”, es decir, ya se había realizado el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesucristo con lo que las figuras y sombras de las cosas celestiales había comenzado a tener realización, lo cual incluía lo relativo a las indicaciones sobre la construcción y disposición del Tabernáculo, y para mayor claridad sobre esto último ese mismo versículo continúa señalando que lo dicho de Cristo se relaciona con “el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación”.

Aquí hay que hacer un paréntesis para aclarar una idea que debe ser considerada con el fin de llegar a una mejor y mayor comprensión sobre el tema que la presente obra desarrolla.

Muchos, al abordar el tema del Tabernáculo, se han dado cuenta de lo obvio y evidente que resultan algunas de sus construcciones o disposiciones relativos al papel de Cristo como salvador de la humanidad, esto ha llevado a concluir que el mismo, es decir, el Tabernáculo, es una imagen de Cristo, con lo que se han propuesto muchas ideas relativas a este punto. Hay que señalar que en efecto, la construcción y disposición del Tabernáculo tiene su principal referente en la persona y misión de nuestro Señor Jesucristo, de hecho eso mismo será sostenido y explicado en la presente obra, pero el mismo, es decir, el Tabernáculo, no se circunscribe única y exclusivamente a la figura de nuestro redentor sino que incluye un significado subyacente.

Esto debería ser más que claro al leer los versículos 11 y 12 de la cita anterior que señalan “pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes 9

venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”, ya que si el Tabernáculo representara única y exclusivamente a Cristo se tendría una idea complicada de asimilar al proponer que Él entró en el lugar santísimo pues implicaría que Cristo entró en sí mismo, lo cual no tiene mucho sentido. Más sin embargo si se considera que el Tabernáculo habla de la figura y misión de nuestro redentor pero que al mismo tiempo es indicativo de un significado subyacente, uno puede entender con mayor amplitud y profundidad lo referido a la construcción y disposición del mismo, es así como la pregunta que queda por responder es ¿a qué puede referirse ese significado subyacente relativo a la construcción y disposición del Tabernáculo?

El versículo 15 de la misma cita permite responder esta pregunta y tener un entendimiento sobre ese significado subyacente y por ende tener una comprensión mayor en amplitud y profundidad sobre el tema en cuestión: “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”. Dada la incorporación de la figura de los llamados que habrían de recibir la promesa de la vida eterna, puede inferirse que los mismos forman parte del significado inherente a la construcción y disposición del Tabernáculo, premisa sobre la que se abordará a lo largo de la presente obra lo referido a dicho tema.

De esta forma el Tabernáculo, si bien tenía un fin claro y concreto referido en su momento a la adoración y culto debido a Dios, el mismo era figura y sombra de los bienes celestiales, referido esto al plan del Padre para con la humanidad, siendo así que la figura central de ese plan, y por ende de la construcción y disposición del Tabernáculo, giraba en torno a la figura y misión de nuestro Señor Jesucristo, el mayor entre muchos hermanos (Hebreos 2:11-12), pero de igual forma, dado que esta figura y misión implicaba la redención de aquellos llamados a heredar las 10

promesas de la vida eterna, los hermanos de Jesús (Hebreos 2:17) la incorporación de los mismos al diseño del Tabernáculo se hacía necesaria. Y si hablamos de un padre así como de un hermano mayor y de hermanos menores, estamos hablando de una familia, en este caso, la familia de Dios (Efesios 2:19)

Entender esto permitirá tener una comprensión más amplia en alcance y profundidad sobre el tema de la presente obra, con todo y todo a lo largo de la misma se irán abordando los temas que permitan esa comprensión, pero de inicio, si el diseño referido a la construcción y disposición del Tabernáculo tiene como figura central a Cristo y como figuras adyacentes a los llamados a salvación, puede entonces establecerse una primera conclusión que servirá como base y premisa del desarrollo del tema en cuestión a lo largo de la presente obra: que las indicaciones referidas a la construcción y disposición del Tabernáculo se refiere a Cristo, sí, a los llamados a salvación, también, es decir, a la familia de Dios.

11

Cristo: profeta, sacerdote y rey

Antes de abordar propiamente el tema del Tabernáculo es menester contar con algún indicativo que permita establecer una dirección en la conducción del tema, ¿cuál podrá ser dicho indicativo?

Sabemos por la misma Escritura que los holocaustos, sacrificios y ofrendas decretados a realizarse como parte del servicio en el Tabernáculo tenían como objetivo apuntar hacia el sacrificio redentor de Jesucristo, ¿pero qué hay del resto de las disposiciones relativas al mismo?

Romanos 10:4 establece “que el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”. La lectura de esta cita generalmente es constreñida a un solo significado donde el fin de la ley se entiende como la cesación de la misma. Si bien, como ya se comentó en su momento, las leyes mosaicas tenían una temporalidad, la Ley de Dios es eterna y permanece, extendiendo esto ¿qué puede significar eso del fin de la ley?

La palabra fin viene del griego τέλος, telos, cuyo significado es fin, objetivo o propósito, siendo que esta cita lo que nos indica es que el fin, objetivo o propósito de la Ley, entendida como los Diez Mandamientos, las leyes mosaicas e incluso como la totalidad de la Escritura, es mostrarnos, enseñarnos acerca de Cristo.

Es algo así como un camino que llega a un pueblo, si preguntásemos a algún lugareño cual es el fin de ese camino nos indicaría correctamente que el fin del mismo es tal pueblo, ya que el camino conduce hasta ahí, pero no quiere decir que llegando el camino desaparece sino que sigue existiendo cumpliendo la misma misión para otros de llevarlos a ese mismo pueblo.

12

Es así como el fin de la ley es Cristo significa que la finalidad, objetivo o propósito de la Ley, es mostrarnos, enseñarnos acerca de Cristo.

Sobre esto mismo, Jesús les dijo a los de su tiempo que escudriñasen las Escrituras (en aquel entonces sólo tenían el Antiguo Testamento) pues ellas daban razón de Él (Juan 5:39), en ese mismo sentido les dijo que si le creyeran a Moisés (de nuevo: Antiguo Testamento existente) le creerían a Él pues Moisés hablaba de Él (Juan 5:46-47). Y sin ir más lejos tenemos las literalmente cientos de profecías que en el Antiguo Testamento hablan precisamente de Cristo, el Mesías. De igual forma la Escritura señala, referido a Cristo, como es que “en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:16-17). De igual forma la Escritura es nombrada Palabra de Dios, y la misma Escritura se refiere a Cristo como la Palabra de Dios que fue hecha carne.

Así tenemos que el fin de la Ley es Cristo, que escudriñar la Escritura es conocer sobre Cristo, que todo lo que se hizo fue por medio de Él y para Él, que la Escritura es la Palabra de Dios mientras que Cristo es la Palabra hecha carne, es así como tenemos en Cristo esa guía que necesitamos para entender la Escritura incluyendo esto la cuestión relativa al Tabernáculo, pero de igual forma para lograr esto es menester tener una idea clara de las funciones que en Cristo tienen perfecto y santo cumplimiento.

Sin pretender ahondar mucho sobre estos puntos, mucho antes de iniciar Dios los pactos con Su pueblo, primero en Abraham y con mayor énfasis en Sinaí, tenemos la existencia de Melquisedec, rey y sacerdote de Salem (Génesis 14:18), lo interesante es que una vez añadida la ley mosaica, no podía una misma persona ostentar el reinado y el sacerdocio siendo que estos recaían sobre dos personas diferentes (2 Crónicas 26:3, 16-21), pero cuando en Jesús se restablece el 13

sacerdocio de Melquisedec ambas figuras de nuevo recaen sobre una sola persona (1 Timoteo 6:15; Hebreos 2:17).

La función de profeta, si bien puede ser una figura desempeñada de manera exclusiva por una persona, también es inherente a la función de sacerdote y la función de rey en el sentido de exhortar, redargüir, corregir, enseñar. Dicho de otra forma un profeta puede no ser sacerdote, un profeta puede no ser rey, pero un sacerdote necesariamente será un profeta, un rey necesariamente será un profeta, en el sentido de exhortar, redargüir, corregir, enseñar desde su posición.

En el caso de Cristo podemos claramente identificar en su persona las tres funciones de profeta, sacerdote y rey.

Profeta La función de profeta, entendida como la de aquel llamado a proclamar la verdad del Padre, es fácilmente identificable en Cristo, con todo y todo la Escritura, tanto las profecías como las declaraciones testimoniales de quienes conocieron a Jesús y las suyas propias confirman esto.

Deuteronomio 18:15-19 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. 14

Esta profecía que Dios mismo dio a Moisés, se refería precisamente al papel de Cristo cuando éste viniera al mundo. Esto está claramente explicado por Pedro cuando el día de Pentecostés, dirigiéndose a la multitud, sobre Cristo declara:

Hechos 3:22-23 Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.

De igual forma, durante el ministerio de Jesús, mucha gente lo reconoció como el profeta y de manera inspirada estos dichos fueron recogidos en las Escrituras:

Lucas 7:16 El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros, y: Dios ha visitado a su pueblo.

Mateo 21:11 Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.

Juan 6:14 La gente entonces, al ver la señal que Jesús había hecho, decía: Verdaderamente este es el Profeta que había de venir al mundo.

Juan 7:40 Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta.

15

Juan 9:17 Entonces dijeron otra vez al ciego: ¿Qué dices tú de Él, ya que te abrió los ojos? Y él dijo: Es un profeta.

Si bien las citas anteriores no dejan lugar a dudas de la figura de Jesús como profeta, tenemos sus propios dichos que al respecto así lo atestiguan:

Lucas 13:33 Sin embargo, debo seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana; porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Ahora bien ¿qué es un profeta? Generalmente se tiene la idea de que un profeta es aquel que devela algo oculto, generalmente relacionado con el futuro, el porvenir. Si bien es cierto que esta es una de las funciones que ocasionalmente desempeña un profeta, el término abarca muchos más que eso.

Sacerdote

La función sacerdotal de Cristo, aunque escrituralmente es clara, implica reconocer la cuestión de los dos sacerdocios y las dos leyes, de igual forma conocer la correcta secuencia de preponderancia entre las tres funciones de profeta, sacerdote y rey.

Salmos 110:4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

16

Es de todos conocidos que este salmo es un salmo mesiánico que se refiere precisamente a Jesús, nuestro Señor y Salvador, con todo y todo mayor confirmación de esto lo tenemos cuando Pablo, escribiendo a los Hebreos, tomando precisamente este salmo, señala respecto de Jesús:

Hebreos 5:6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec

En esa misma carta Pablo se explaya explicando en extensión y profundidad la figura de Jesús como ese sacerdote, perfecto, santo y eterno:

Hebreos 6:20 …donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, sumo sacerdote para siempre.

Hebreos 7:15 Y esto es aún más evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta otro sacerdote,

Hebreos 7:11 Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio levítico (pues sobre esa base recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad {había} de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y no designado según el orden de Aarón?

Hebreos 7:23 Los sacerdotes [anteriores] eran más numerosos porque la muerte les impedía continuar 17

Hebreos 7:26 Porque convenía que tuviéramos tal sumo sacerdote: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos,

Hebreos 3:2 El cual fue fiel al que le designó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.

Rey

En el Antiguo Testamento tenemos varias profecías que presentan a Jesús, el Mesías, como ese rey que habría de reinar de manera perfecta, santa y eterna, de igual forma el testimonio de sus contemporáneos incluido inspiradoramente en la Escritura, así como las profecías que aún están por cumplirse señalan esto.

Salmos 2:6 Pero yo mismo he consagrado a mi Rey sobre Sion, mi santo monte.

Zacarías 9:9 Regocíjate sobremanera, hija de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí, tu rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna.

Números 24:17

18

Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel que aplastará la frente de Moab y derrumbará a todos los hijos de Set.

Números 24:19 De Jacob [saldrá] el que tendrá dominio, y destruirá al remanente de la ciudad.

Miqueas 5:2 Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.

Esta última profecía es retomada por Mateo en su Evangelio cuando al referirse al lugar de nacimiento de Jesús señala:

Mateo 2:6 `` Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará[a] a mi pueblo Israel”

De igual forma, durante el ministerio de Jesús en la tierra, muchos testificaron sobre su realeza, sobre su carácter monárquico, dichos que de manera inspirada fueron recogidos e incorporados en los Evangelios:

Juan 1:49 Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.

Juan 12:13 19

…tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna!, ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!

Mateo 2:2 ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle.

Independientemente de lo anterior, Jesús mismo testificó sobre su carácter monárquico:

Mateo 27:11 Y Jesús compareció delante del gobernador, y éste le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú [lo] dices.

Marcos 15:2 Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo El, le dijo: Tú [lo] dices.

Lucas 23:3 Pilato entonces le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y {Jesús} respondiéndole, dijo: Tú [lo] dices.

Juan 18:33 Entonces Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?

E incluso la inscripción que se colocó en la cruz, de manera providencial establecía su realeza, su carácter monárquico:

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Mateo 27:37 Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra El, que decía: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDÍOS.

Lucas 23:38 Había también una inscripción sobre El, [que decía:] ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.

Marcos 15:26 Y la inscripción de la acusación contra Él decía: EL REY DE LOS JUDÍOS.

Juan 19:19 Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito: JESUS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS.

Ahora bien, y esto es muy importante tenerlo en cuenta, las tres funciones anteriores son inherentes a la persona de Jesús y las tres coexisten en el mismo de manera continua, pero en la temporalidad cada una de ella tiene una preponderancia sobre las demás, es decir, Cristo es profeta, sacerdote y rey, pero en el transcurso de la historia de la salvación cada una de las funciones anteriores tiene preeminencia.

Cuando Cristo vino, dada la función que desempeño, su papel preponderante era de profeta, es decir, de transmitir lo que del Padre había oído (Juan 5:19; 8:38; 12:49), Su verdad, pero eso no quiere decir que sus funciones sacerdotales o de la realeza no las desempeñara, claro que las desempeñaba pero con menor realce pues un orden hay para todo, orden del que se hablará más delante.

21

En su venida, Jesús siendo profeta, también desempeñaba un papel sacerdotal pues Él mismo oraba al Padre e intercedía por las necesidades de los hombres físicas y espirituales (Juan 11: 41-42; 17:9, 11, 13, 15; 17: 17-19), de igual forma en su papel monárquico definía y establecía las reglas aplicables para quien lo reconociese como Señor (Lucas 6:46; Mateo 7:21; Juan 14:15, 21), más sin embargo en ese entonces su papel preponderante era de profeta.

En la temporalidad actual, la era de Su iglesia, Cristo está desempeñando un papel preponderante de sacerdote al interceder ante el Padre (Hebreos 2:17; 4:1416; 6:20; 7:26; 8:1) como único mediador entre los hombres y Dios (1 Timoteo 2:5), más sin embargo a través del Santo Espíritu del Padre sigue profetizando en Su iglesia, para edificación de sus miembros (1 Corintios 14:3, 5), y a través de Su iglesia, para testimonio del mundo (Mateo 24:14), de igual forma desempeña también su papel monárquico pues ha despojado a los poderes y autoridades de este siglo (Colosenses 2:15) y Él ha sido puesto encima de todo principado y autoridad y poder y señorío (Efesios 1:20-22; 1 Pedro 3:22) y se ha sentado a la derecha del Trono de la Majestad (1 Pedro 3:22; Hebreos 8:1).

Y en el Milenio Jesús comenzará a desempeñar de manera preponderante Su papel monárquico (Revelación 19:16), más sin embargo eso no quiere decir que no desempeñará su papel de profeta o su papel de sacerdote, seguirá la instrucción, enseñanza y edificación de Su pueblo (Isaías 2:3) así como la intercesión de Cristo ante el Padre por los hijos de Dios (1 Timoteo 2:5).

Es así como las funciones de profeta, sacerdote y rey son inherentes a Jesús, más sin embargo cada una de ellas, en el Plan de Dios, tiene un carácter preponderante sin excluir el ejercicio de las demás.

Sobre esto es interesante como es que los regalos que llevaron los sabios de oriente a Jesús cuando nació eran oro, incienso y mirra (Mateo 2:11), de nueva 22

cuenta la Escritura registraba una verdad de la persona de Jesús y las funciones inherentes a su persona que realizaría: el oro tiene la connotación de la realeza, la función de rey, el incienso tiene la connotación del culto religioso, la función de sacerdote, y la mirra, por eliminación correspondería a la función de profeta, el hecho de que sea la mirra la asignada para esta función tiene su significado con la muerte, ya que la mirra se usaba para preparar los cuerpos de los muertos, y dado que en la función como profeta es en la única que por una sola vez y para siempre Cristo experimentó la muerte, es a esta a la que corresponde esta sustancia.

Una vez entendido esto puede avanzarse a comprender precisamente el orden establecido por el Padre para el desempeño de Su Mesías como profeta, sacerdote y rey.

Cuando Cristo vino vemos que en Israel existía una gran expectativa respecto del Mesías prometido, pero dicha expectativa era eminentemente monárquica, es decir, un Mesías que vendría para sacudir el yugo que en ese entonces tenían de Roma y para establecer el Reino de Israel, incluso sus discípulos tenían esa idea (Hechos 1:6). Cuando Jesús muere, muchos de los que esperaban esa era monárquica bajo la guía del Mesías esperado se sienten decepcionados, tristes, abatidos, de nuevo: esto incluso entre sus seguidores (Lucas 24:13-35).

Sobre esta última cita es importante ver lo que se ha comentado: como existía una expectativa de instauración de la monarquía mesiánica en Israel, incluso entre los seguidores de Jesús, misma que se siente decepcionada a la muerte del Señor. Aún más importante es ver como Jesús, a estos discípulos, les abre el entendimiento mediante su explicación para que entendieran como es que el Mesías tenía primero que morir y resucitar, es decir, desempeñar el papel sacerdotal expiatorio previo a desempeñar de manera preponderante su función monárquica.

23

En la actualidad puede darse por hecho que las funciones establecidas para desempeñar por el Mesías, con un carácter preponderante, tenían que ser, en ese orden: profeta, sacerdote y rey, más sin embargo en el Israel de Su tiempo esto no era así. Si bien la Escritura, como vimos, contiene referencias hacia estas tres funciones, los estudiosos de las mismas no entendían la manera de congeniar las mismas, máxime cuando se presentaba por una parte un Mesías sufriente, abatido, y por otra un Mesías poderoso, victorioso. La solución a esto, como Cristo revela a los discípulos en el camino a Emaús, estriba en, como se ha comentado, entender que las tres funciones del Mesías, profeta, sacerdote y rey, tenían un verificativo de cumplimiento temporal preponderante y consecutivo.

Pero para terminar de entender que las tres funciones del Mesías, profeta, sacerdote y rey, tenían un verificativo de cumplimiento temporal preponderante y consecutivo, aparte de todo lo que la Escritura, como se ha mostrado, revela, puede de igual forma hacerse uso de la capacidad de razonamiento que Dios mismo nos ha dado. Veamos.

Si tomamos las tres funciones que la Escritura nos revela del Mesías, profeta, sacerdote y rey, y vemos en qué consisten, puede comprenderse que sólo existe una forma, una única forma, de ordenarlas de manera relevante, coherente y pertinente. La función de profeta consiste en revelar la verdad que el Padre desea transmitir, la función de sacerdote consiste en interceder entre los hombres y Dios y lograr la reconciliación de los primeros ante el Padre, y la función de rey consiste en regir en un territorio, sobre súbditos y bajo ciertas leyes. Ahora bien, ¿cómo podemos ordenar estas tres funciones para que las mismas sean relevantes, coherentes y pertinentes? La respuesta es una sola: profeta, sacerdote y rey.

Si se estableciera primero la función monárquica, es decir, que primero viniera el Mesías como rey, tendría el insalvable problema que nadie podría formar parte de su reino pues al haber todos pecado no podrían ser considerados aptos para el reino, luego entonces se hace necesaria, antes de la función monárquica, una 24

función sacerdotal para reconciliación de los hombres con Dios y entonces sí, poder ser parte de Su reino. De igual forma esto conlleva de manera natural poner previo a la función sacerdotal la función de profeta ya que, como se comentó, la función sacerdotal tiene la característica de reconciliar a los hombres con Dios, pero esa reconciliación deviene de las trasgresiones dadas a la verdad revelada del Padre, pero entonces ¿cómo puede hablarse de transgresiones si no había previamente una revelación de lo que el Padre esperaba?, es así como la función de profeta necesariamente tiene que estar antes que la función sacerdotal para revelar la verdad del Padre, de esta forma una vez revelada y no aceptada generaba transgresiones, transgresiones que necesariamente tenían que ser expiadas para que los transgresores fueran reconciliados y poder ser parte del reino venidero.

Si bien este ejercicio permite a través de la razón llegar al ordenamiento correcto de las tres funciones mesiánicas, no es la razón por si la que nos lleva a ello, sino que la razón viene a confirmar lo que la Escritura ya ha revelado de las tres funciones mesiánicas. De igual manera pueden intentarse otros acomodos de las tres funciones mesiánicas pero sólo uno permite ordenarlas de manera relevante, pertinente y coherente: una primera función, profeta, que revela la verdad del Padre; una segunda función, la de sacerdote, que reconcilia a los transgresores de la verdad del Padre revelada por el Mesías en su función de profeta; y una tercera función, la de rey, que rige sobre un territorio, sobre súbditos que al ser reconciliados por la función sacerdotal del Mesías pueden formar parte de ese reino y con leyes que lo rigen.

Entender que es la figura de Cristo la que permite entender la Escritura y, en este sentido, dar guía a la comprensión del Tabernáculo, es prioritario para avanzar en el tema.

25

La ofrenda para el tabernáculo

Si bien las instrucciones para la edificación del Tabernáculo son dadas en Éxodo 26, es en el capítulo precedente, donde se sientan las bases para lo que posteriormente se indicará.

Éxodo 25 1

Jehová habló a Moisés, diciendo:

2

Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la

diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. 3

Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre,

4

azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,

5

pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,

6

aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el

incienso aromático, 7

piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.

8

Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

9

Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el

diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.

26

Lo primero que puede verse es que lo requerido para la construcción del Tabernáculo iba a ser proporcionado por el Pueblo de Israel (v. 2 al 7), esto es sumamente importante considerarlo para entender en extensión y profundidad las figuras que se derivan del mismo las cuales, en efecto nos hablan de Cristo, pero a través de Cristo hablan de toda la familia de Dios. Sobre se hablará en su momento.

Lo segundo que hay que considerar es que el Tabernáculo serviría principalmente para que Dios habitara entre Su pueblo (v. 8), esto también es de suma importancia pues no hay que circunscribir el Tabernáculo a la cuestión exclusiva de holocaustos, sacrificios y ofrendas, sino entender que la construcción del mismo obedecía al deseo de Dios de habitar entre Su Pueblo. Esto también hay que tenerlo presente para entender las figuras relativas al Tabernáculo pero sobre todo para comprender lo que sobre el mismo se devela en la Escritura incluso para nuestro tiempo y para la eternidad.

Por último, lo tercero, es la construcción y disposición del Tabernáculo correspondía con una visión dada por Dios referida al Tabernáculo que está en los cielos (Éxodo 25:40), es así como reiterativamente se señala que el mismo, aunque de naturaleza material, apunta a una realidad espiritual que excede lo inmediato y trasciende a la eternidad.

27

El arca del testimonio (Ex. 37.1-9)

Inmediatamente después de las indicaciones anteriores, que de nuevo: uno debe tener muy presente para comprender el tema del Tabernáculo, llama la atención que no se inicie con las instrucciones respecto de la construcción y disposición del mismo, sino con su contenido, siendo en primer lugar abordada el Arca. Esto permite entender que el centro de todo el diseño del Tabernáculo gira alrededor del Arca, de hecho, como se verá más delante, la misma está ubicada en el lugar santísimo, espacio de relevancia preponderante en el Tabernáculo mismo y el los ritos relacionados.

Éxodo 25 10

Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos

codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. 11

Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una

cornisa de oro alrededor. 12

Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro

esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado. 13

Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.

14

Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca

con ellas. 15

Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella.

16

Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.

17

Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y

medio, y su anchura de codo y medio. 18

Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los

dos extremos del propiciatorio. 19

Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro

extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. 28

20

Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas

el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines. 21

Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el

testimonio que yo te daré. 22

Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de

entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.

Para comenzar a construir la comprensión que sobre el Tabernáculo da la Escritura es menester, primeramente, entender el significado del Arca. En los versículos anteriores se detalla la manera en la misma iba a ser construida así como la forma en que estaría dispuesta, pero ¿qué significa el Arca?, esto es necesario pues las indicaciones anteriores requieren de este entendimiento para poder ser comprendidas.

Para entender el significado del Arca es necesario saber qué contenía la misma, es decir, para qué fue hecha, cuál era su finalidad. Es cierto que sobre la misma Dios se revelaba (v. 22), pero el Arca en sí, ¿qué uso tenía? El versículo 21 29

menciona que dentro de la misma se pondría el testimonio que Dios mismo daría, ¿cuál es ese testimonio? Éxodo 31:18 menciona que “dio [Dios] a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios”, de igual forma Éxodo 34:29 señala que “aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios”, es así como el testimonio que se colocaría dentro del Arca se refería a los Diez Mandamientos de la Ley de Dios escritos en las dos tablas de piedra. Éxodo 40:20 señala al respecto que una vez que se concluyó el Tabernáculo y todo lo relacionado con él, “[Moisés] tomó el testimonio y lo puso dentro del arca, y colocó las varas en el arca, y encima el propiciatorio sobre el arca.” Así que dentro del Arca se encontraban las tablas de la Ley de Dios, referidas en la Escritura como el testimonio.

Ahora bien, ¿eran las tablas de la Ley de Dios lo único que contenía el Arca? Hebreos 9:4 señala “…el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto”

La Escritura muestra un pasaje donde el pueblo de Israel se rebeló (Números 16), creían que cualquiera podía ser sacerdote, para dirimir esto Dios pide que de cada tribu se traiga una vara, incluyendo la de Aharón, siendo que al día siguiente la que reverdeciera, indicaría quien tenía el favor de Dios para esa encomienda, la única que reverdeció fue la vara de Aharón. Números 17:10 señala que después de lo anterior “Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de delante de mí, para que no mueran”

El Maná era el alimento con el cual de manera milagrosa Dios proveyó para alimentar a Su pueblo mientras anduvieron por el desierto rumbo a la tierra 30

prometida. Éxodo 16:31 señala del Maná que “…era como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel”. Sobre esto la Escritura señala que “dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes”.

Así que todo lo anterior permite entender que el Arca tenía un fin en sí misma y que era precisamente el de contener las tablas de la Ley de Dios, la vara de Aharón y el Maná, ¿podrá servirnos esto para comprender qué representaba el Arca? Veamos.

Las tablas de la Ley tienen una correlación con la función de Moisés, de hecho las tablas de la Ley no fueron dadas a Aharón, sino a Moisés, y Moisés trajo al Pueblo de Israel el mensaje que Dios le había dado. Moisés es señalado por la Escritura, en boca de Dios mismo, como profeta, siendo así que las tablas de la Ley tienen un referente relacionado con la función de profeta.

Por su parte, y a diferencia de lo anterior, la vara de Aharón tiene una clara correlación con la función sacerdotal de él mismo, de hecho el reverdecimiento de la vara sirvió para identificar claramente a quien Dios había seleccionado para desempeñar la función sacerdotal dirimiendo en su momento la controversia que algunos rebeldes habían generado. La vara reverdecida se colocó en el Arca, es así como la misma apunta a la función de sacerdote. En este punto es fácil darse cuenta por donde va este razonamiento. La Escritura tiene una peculiaridad de que ni explica todo lo que hay que explicar, aunque sí da atisbos de ello, ni oculta todo lo que desea ocultar. Tal como la misma Escritura señala “Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo” (Proverbios 25:2). Pero de la misma forma, como si de una instrucción progresiva se tratase, la Escritura explica ciertas cosas y, con base en el entendimiento y comprensión que se van adquiriendo, puede entonces avanzarse a entender lo que permanece oculto. Muchos ejemplos hay de esto, sirva como muestra señalar lo relativo a las profecías en la Escritura. Daniel presenta imágenes proféticas de 31

cuyo entendimiento depende la comprensión de muchas otras profecías, incluyendo las contenidas en Revelación. Si uno estudia Daniel puede ver cómo es que las primeras imágenes proféticas (Daniel 2:31-35) son explicadas por la misma revelación dada (Daniel 2:36-45), pero luego siguen otras revelaciones que no son explicadas pero que con el entendimiento previo, relacionándolo con toda la Escritura en sí, y con ayuda del Santo Espíritu de Dios, se puede llegar a comprender. En este caso relacionado con el Arca es igual. Las tablas de la Ley de Dios que contenía el Arca están relacionadas con la función de profeta, la vara de Aharón que reverdeció está relacionada con la función de sacerdote, ¿qué función es la que haría falta de las que se han considerado relacionadas con Cristo? Así es. La función de rey. ¿Podrá ser el Maná, que es lo tercero que el Arca contenía, una figura relacionada con esta función? Así es. Tal como Hebreos 9:4 señala al respecto, dentro del Arca estaba contenido el Maná dentro de una urna de oro. El oro es símbolo de la realeza, muchos pasajes de la Escritura señala esto, tanto en su connotación natural referida a los reyes de Israel, como en su connotación trascendental referida a Dios mismo como rey (Salmos 47:7) y a Su Hijo como rey de reyes (1 Timoteo 6:15). Es así como la urna de oro apunta a la función monárquica. Pero hay más. La urna de oro contiene, a diferencia de los otros dos objetos colocados en el Arca -las tablas de la Ley de Dios y la vara de Aharón-, otro elemento que permite entender a qué se refiere el Arca, o más bien a quién. Respecto de la urna de oro que estaba en el Arca junto con las tablas de la Ley de Dios y la vara de Aharón, la Escritura señala que la misma contenía el Maná. ¿A qué o a quién se refiere el Maná? El Maná tiene un fuerte simbolismo, de hecho un único simbolismo, relacionado con Cristo, el pan del cielo (Juan 6:48, 51), pero a diferencia del Maná que sólo daba vida física, Cristo, hablando precisamente de esto señala que “vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera” (Juan 6:49-50=. Es así como la urna de oro que estaba en el Arca se refiere a la función monárquica, pero el Maná que estaba dentro de dicha urna habla precisa, 32

exclusiva y específicamente, como sombra e imagen, de Cristo. Siendo así que siguiendo esta misma línea de pensamiento, el resto de lo que contenía el Arca, las tablas de la Ley de Dios y la vara de Aharón, están de igual forma referidas al papel de Cristo, conjuntando todo, como profeta, sacerdote y rey. Por esto era menester entender, como se hizo al principio de la presente obra, las tres funciones relativas a Cristo y que en su momento se analizaron como profeta, sacerdote y rey, siendo de esta forma que lo que contenía el Arca, las tablas de la Ley de Dios, la vara de Harón que reverdeció y la urna de oro conteniendo el Maná, hacían referencia a las tres funciones a desempeñar de manera perfecta y santa por Cristo: profeta, sacerdote y rey.

Ahora bien, esas tres cosas que contenía el Arca, las tablas de la Ley de Dios, la vara de Aharón y la urna de oro conteniendo el Maná, apuntaban a las funciones de profeta, sacerdote y rey, siendo que el Maná de la urna de oro apunta hacia Cristo por ende los otros dos objetos también, con todo y todo sin símbolo de las tres funciones que ya se han mencionado, funciones desempeñadas de manera perfecta y santa por Cristo, es así como puede responderse la pregunta inicial ¿a qué representaba el Arca? O más bien, ¿a quién? Siendo la respuesta, con base en lo comentado, a Cristo. El Arca representaba a Cristo, los tres objetos que contenía el Arca representaban las tres funciones a desempeñar por Cristo.

Esto es un conocimiento de extrema importancia al cual el Pueblo de Israel no tuvo acceso y por el cual no entendió, hasta la fecha, el papel de Cristo.

Como puede verse los tres objetos que apuntaban a las tres funciones que desempeñaría el Mesías estaban contenidos en el Arca, en una sola Arca, no entres Arcas sino en una sola, ¿y esto que tiene que ver? Pues que dichas tres funciones sería desempeñadas por una misma persona, y de nuevo ¿esto qué tiene que ver? Pues nada más y nada menos que si no se entiende esto no puede comprenderse el papel del Mesías, tal cual le pasó al Pueblo de Israel.

33

Las profecías que la Escritura consigna sobre el Mesías presentan lo mismo a un Mesías sufriente que a un Mesías triunfante.

Mesías sufriente

Mesías triunfante

Isaías 53

Zacarías 9

1

9

¿Quién ha creído a nuestro

Alégrate mucho, hija de Sion; da

anuncio? ¿y sobre quién se ha

voces de júbilo, hija de Jerusalén; he

manifestado el brazo de Jehová?

aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador,

2

humilde, y cabalgando sobre un asno,

Subirá cual renuevo delante de él, y

como raíz de tierra seca; no hay

sobre un pollino hijo de asna.

parecer en él, ni hermosura; le

10

veremos, más sin atractivo para que le

caballos de Jerusalén, y los arcos de

deseemos.

guerra serán quebrados; y hablará paz

3

a las naciones, y su señorío será de

Despreciado y desechado entre los

Y de Efraín destruiré los carros, y los

hombres, varón de dolores,

mar a mar, y desde el río hasta los fines

experimentado en quebranto; y como

de la tierra.

que escondimos de él el rostro, fue

11

menospreciado, y no lo estimamos.

pacto serás salva; yo he sacado tus

4

presos de la cisterna en que no hay

Ciertamente llevó él nuestras

Y tú también por la sangre de tu

enfermedades, y sufrió nuestros

agua.

dolores; y nosotros le tuvimos por

12

azotado, por herido de Dios y abatido.

de esperanza; hoy también os anuncio

5

que os restauraré el doble.

Mas él herido fue por nuestras

Volveos a la fortaleza, oh prisioneros

rebeliones, molido por nuestros

13

pecados; el castigo de nuestra paz fue

como arco, e hice a Efraín su flecha, y

sobre él, y por su llaga fuimos nosotros

despertaré a tus hijos, oh Sion, contra

curados.

tus hijos, oh Grecia, y te pondré como

6

espada de valiente.

Todos nosotros nos descarriamos

Porque he entesado para mí a Judá

como ovejas, cada cual se apartó por

14

su camino; más Jehová cargó en él el

dardo saldrá como relámpago; y

pecado de todos nosotros.

Jehová el Señor tocará trompeta, e irá 34

Y Jehová será visto sobre ellos, y su

7

Angustiado él, y afligido, no abrió su

entre torbellinos del austro.

boca; como cordero fue llevado al

15

matadero; y como oveja delante de sus

y ellos devorarán, y hollarán las piedras

trasquiladores, enmudeció, y no abrió

de la honda, y beberán, y harán

su boca.

estrépito como tomados de vino; y se

8

Jehová de los ejércitos los amparará,

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su llenarán como tazón, o como cuernos

generación, ¿quién la contará? Porque

del altar.

fue cortado de la tierra de los

16

vivientes, y por la rebelión de mi pueblo

Dios como rebaño de su pueblo; porque

fue herido.

como piedras de diadema serán

9

enaltecidos en su tierra.

Y se dispuso con los impíos su

Y los salvará en aquel día Jehová su

sepultura, más con los ricos fue en su

17

muerte; aunque nunca hizo maldad, ni

cuánta su hermosura! El trigo alegrará

hubo engaño en su boca.

a los jóvenes, y el vino a las doncellas.

10

Porque ¡cuánta es su bondad, y

Con todo eso, Jehová quiso

quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

Los israelitas estudiosos de la Escritura no entendía cómo conciliar lo anterior, ¿el Mesías sufriría o el Mesías triunfaría? Tratando de entender esto algunos eruditos propusieron que dependiendo de la situación del Pueblo el Mesías, cuando viniese, o sería sufriente o sería triunfante. Otros eruditos, por su parte, propugnaron porque habría dos Mesías, uno sufriente y otro triunfante. Todas estas ideas se daban por lo complicado de conciliar las ideas de un Mesías sufriente y de un Mesías triunfante.

35

Tal vez lo anterior en la actualidad para el cristiano no implique mayores problemas pero eso es gracias a la revelación que sobre lo expresado en la Escritura sobre el Mesías en la actualidad se tiene, pero en aquellos tiempos, cuando aún faltaba para que Jesús viniera a Su pueblo, la comprensión no alcanzaba a entender estas aparentes contradicciones escriturales.

Para el tiempo de Cristo la idea de un Mesías sufriente casi se había dejado y la idea de un Mesías triunfante era la que prevalecía. Esto se entiende por la situación que pasaba el Pueblo de Israel sometido en aquel entonces al Imperio Romano.

Este pensamiento es claro en los diferentes pasajes de la Escritura dónde el Pueblo de Israel quería hacer rey a Jesús, de igual forma queda esto en evidencia incluso entre los mismos discípulos para quienes la imagen de un Mesías triunfante era preponderante (Hechos 1:6).

Pero la imagen de un Mesías sufriente y de un Mesías triunfante no son contradictorias sino que apuntan a diferentes fases de la labor de Mesías que en su momento serían desempeñadas, fases que tiene su entendimiento y comprensión en las funciones de profeta, sacerdote y rey contenidas a manera de imágenes en los objetos que eran contenidos por el Arca.

Extendiéndose sobre esto último puede decirse que la función preponderante de Cristo como profeta es hasta su muerte, la función preponderante de Cristo como sacerdote es a partir de Su resurrección, y la función preponderante de Cristo como rey será a su segunda venida, de igual forma entendiendo esto y considerando la Escritura pueden verse en Él mismo las figuras del Mesías sufriente y del Mesías triunfante.

Con este entendimiento puede avanzarse en comprender una referencia escritural que sin el conocimiento anterior no tiene sentido. 36

Éxodo 4:1‭-9‭ Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra.

La anterior cita es de todos conocida y es previa a la presentación de Moisés con Faraón, como puede leerse en la misma Dios primero le dice lo relativo a la señal de la vara, luego a la de la mano sana que se vuelve leprosa y lego otra vez sana, y por ultimo al inicio de las plagas como todos las conocemos.

Lo curioso de esta cita es que en el capítulo 7 de Éxodo puede leerse lo relativo a las señales que Moisés realizó ante Faraón y no hay momento alguno en que se realice la cuestión de la mano sana que se vuelve leprosa y luego otra vez sana. Los versículos 8 al 13 de dicho capítulo muestran cuando la vara de Moisés se transforma, pero inmediatamente después, en el versículo 14, viene la indicación de la realización de la primera plaga: la conversión de las aguas del Nilo en sangre, ¿y la señal de la mano que se vuelve leprosa y luego otra vez sana? 37

Dios es un Dios de orden 1 Corintios 14:33, las instrucciones que da no son sin sentido, lo registrado en la Escritura es para útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (2 Timoteo 3:16-17), entonces ¿qué significa la señal relativa a la mano sana que se vuelve leprosa y luego otra vez sana?

Para responder a esto es menester entender que puede simbolizar la mano a que esta cita hace referencia.

En el Evangelio de Juan se recoge el sentir de muchos que, a pesar de las señales que Cristo hacía, se negaban a aceptarlo como el Mesías, actitud que había sido profetizada tiempo atrás.

Juan 12 36

Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.

Incredulidad de los judíos Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos. 37

Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no

creían en él; 38

para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?

39

Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:

40

Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón;

Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. 41

Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.

38

La profecía de Isaías a que hace referencia la cita anterior, contenida en el capítulo 53 de ese libro de la Escritura, terminará por dar luz sobre el asunto del brazo, la mano o la diestra de Jehová.

Isaías 53 1

¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el

brazo de Jehová? 2

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay

parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,

experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y

nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el

castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su

camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al

matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?

Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su

muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.

Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

39

11

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su

conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá

despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

Sin duda alguna las expresiones contenidas en dicho capítulo de Isaías son de todos conocidas como profecías sobre el papel redentor que Cristo desempeñaría, pero lo interesante es la manera en que inicia dicho capítulo “¿sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?” (v. 1), a partir de ahí los siguientes versículos se referirán a ese brazo de Jehová: “no hay parecer en él [el brazo de Jehová], ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo [el brazo de Jehová] para que le deseemos” (v. 2), “despreciado y desechado [el brazo de Jehová] entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos [el brazo de Jehová] (v. 3), ciertamente llevó él [el brazo de Jehová] nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (v. 4), más él [el brazo de Jehová] herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (v. 5), y así.

¿A quién se refiere Isaías cuando al inicio de este capítulo menciona al brazo de Jehová?, ¿quién ese ese brazo de Jehová referenciado como “varón de dolores, experimentado en quebranto” (v. 3) que “llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (v. 4) y que fue “herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados [cuyo] castigo de nuestra paz fue sobre él, y [que] por su llaga fuimos nosotros curados” (v. 5)? La respuesta es Cristo.

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Así que esta profecía referida al brazo de Jehová es una referencia al papel redentor de Cristo, luego entonces ambos términos se refieren a lo mismo: el Mesías, Jesús, nuestro Señor y Salvador, el brazo, la mano, la diestra de Jehová1. Una vez comprendido esto, se puede retomar la cita de Éxodo 4:1‭-9, con la comprensión a la referencia de Cristo como el brazo, la mano, la diestra de Jehová.‭

Así, puede verse que dicha señal registrada en la Escritura se refiere precisamente al papel de Cristo, el brazo de Dios, Su diestra, Su mano, “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:6-11).

Así que la mano sana que se vuelve leprosa es ese despojo que de su naturaleza divina hizo Cristo para hacerse semejante a nosotros y ser cargado con nuestros pecado, para después de ocultarse un breve tiempo aparecerá de nuevo en toda su gloria y majestad, o como lo dice Pablo escribiendo a los hebreos, “Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:28).

1

Para un discernimiento del papel de Cristo en el Antiguo Testamento se sugiere la obra “La imagen del Dios invisible -el Hijo unigénito como revelador de Dios Padre-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo

41

Con este entendimiento es que puede uno avanzar a comprender el simbolismo entregado en el diseño del Arca y, posteriormente avanzar en la comprensión de la construcción y disposición del Tabernáculo.

Del Arca se dice que la misma estaría hecha de madera (v. 10) cubierta de oro por dentro y por fuera (v. 11). La madera es un símbolo escritural referido a la naturaleza humana (Mateo 12:33; Salmos 1:3; Jueces 9:8-10; Jeremías 17:7-8; Isaías 55:12), mientras que el oro es una referencia directa a la naturaleza divina (Hageo 2:8; Isaías 62:3; Salmos 21:3), dado que ya quedó establecido que el Arca representa a Cristo y el contenido de la misma a sus tres funciones -profeta, sacerdote y rey-, no es difícil entender el simbolismo subyacente al material del Arca, Jesús Hijo del Hombre (Mateo 20:28; Marcos 8:38; Lucas 18:8; Juan 6:53), Jesús Hijo de Dios (Romanos 1:4; 1 Juan 5:10). Con todo y todo existe otro simbolismo aplicable a cada uno de los llamados y elegidos que sean encontrados fieles, simbolismo que se tratará más delante pues la comprensión del significado del Tabernáculo y su contenido debe hacerse en dos sentidos: de adentro hacia afuera, que es el que se está siguiendo, y posteriormente de afuera hacia adentro.

Como se verá conforme se avance en el presente estudio, las medidas que sobre el Tabernáculo y su contenido son entregadas en la Escritura no cumplen meramente una función arquitectónica sino que guardan un simbolismo trascendental, pero en el caso del Arca este simbolismo queda trunco por la misma Escritura no permitiendo avanzar en la comprensión del mismo al menos en cuanto a lo que dice pero sí en cuanto a lo que no dice.

El versículo 10 señala respecto de las medidas del Arca que estas serían de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. Todo bien hasta ahí, pero el Arca incluye una tapa que la Escritura llama propiciatorio, tapa cuyas medidas de igual forma deben ser consideradas como parte de las medidas del Arca en sí, pero ¿qué encontramos respecto del propiciatorio?, lo que escrituralmente hallamos es que las medidas del mismo están incompletas. El versículo 17 señala respecto de las medidas del propiciatorio que las mismas son 42

de longitud dos codos y medio y de ancho codo y medio, pero no menciona nada de la altura.

Al carecer de la medida referida a la altura no podemos tener las medidas completas del Arca por lo que el simbolismo aunado a estas permanece velado, pero dado que toda la Escritura no es casual esta misma falta de información entrega una comprensión diferente al respecto.

La tapa del Arca, el propiciatorio, también es llamado al Trono de la Misericordia (Éxodo 25:17-22; Levítico 16:2; Hebreos 4:16), así que al no presentarse una medida referida a la altura de dicho propiciatorio, el cual se refiere a la misericordia divina, implica que la misma no tiene límite, no es cuantificable, esta misericordia infinita es un atributo del Padre, atributo que Su Hijo refleja como imagen del Dios Vivo (Colosenses 1:15).

El versículo 11 señala que el Arca tendría una moldura de oro, esto es un símbolo de limite, escrituralmente de un límite que no hay que traspasar para no morir (Deuteronomio 22:8), dado que el Arca simboliza a Cristo, ¿qué límite es ese?, el límite de no desobedecer al Padre de no pecar (1 Juan 3:4 Romanos 6:23). Cristo es imagen de Dios y Él mismo señalaba que no hablaba sus palabras sino las palabras que había oído del Padre (Juan 12:49), de igual forma indicaba que Él no había venido a hacer su voluntad sino la voluntad del Padre (Juan 6:38). El Hijo de Dios, de esta forma, se limita al ser obediente en todo al Padre (Filipenses 2:8), curiosamente esta obediencia es la que trae la verdadera libertad pues permite actuar en perfección y santidad como Dios mismo (Mateo 5:48; 1 Pedro 1:16).

Para mover el Arca el versículo 12 señala que se harían para ella cuatro anillos de oro mismos que serían puestos en sus cuatro esquinas: dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado. Para comprender el simbolismo aunado a esto hay que entender el uso de lo mismo: los anillos serían usados para que el Arca pudiera ser desplazada de un lugar a otro. El Arca representa a Cristo, pero 43

quienes la tenían que llevar era los israelitas, visto simbólicamente indica que hacia dónde vayan los elegidos deben llevar a Cristo.

Es interesante como algunos grupos evangélicos hacen un énfasis en el Nuevo Testamento, mientras que otros grupos judaizantes hacen un énfasis en el Antiguo Testamento, este énfasis es excluyente ya que la contraparte o es dejada fuera o demeritada, pero a quienes la Escritura llama santos son aquellos que tienen los Mandamientos de Dios y el Testimonio de Jesús (Revelación 14:12), es decir, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, entendiendo testamento como Pacto.

La Escritura presenta el simbolismo del testimonio siempre en la figura de dos que precisamente testifican, con todo esto puede entenderse porque el arca tenía cuatro anillos para desplazarla, dos de un lado y dos de otro, ese dos representa el testimonio (Zacarías 4:3; 11:14; Juan 15:27; Hechos 1:8; Mateo 24:14; Génesis 41:32; Hebreos 6:18), que están de un lado y de otro implica que el cristiano retiene en su mente y en su corazón el testimonio que nace de los Mandamientos de Dios y del testimonio de Jesús. Ambos son uno sólo en la figura de Cristo, el Arca; ambos deben formar parte del pensar, del sentir, del decir y del hacer del cristiano, vaya a donde vaya, viva lo que viva, se encuentre donde se encuentre.

El complemento de los anillos del Arca para poder desplazarla eran las varas de madera recubiertas de oro que pasándose entre loa primeros servían para transportar el Arca (v. 14 y 15). La vara escrituralmente hablando tiene el simbolismo de rectitud, de justicia que es puesta a prueba (Mateo 22:14; Lucas 12:32; 2 Corintio 10:13; 1 Pedro 4:12-14; 17-19; Cfr. Revelación 17:1, 15; Habacuc 3:6), siendo así que solamente lo justos, los que obran con rectitud, no considerando sus propios pensamientos sino la voluntad del Padre, son aquellos que precisamente son considerados para llevar el Arca, para mostrar con su hechos la fe que se tiene (Santiago 2:18), de igual forma las varas son de madera cubiertas de oro, es decir, la naturaleza humana cubierta de la naturaleza divina. 44

Aunque se ahondará más en este punto cuando vuelva a verse el Tabernáculo de afuera hacia adentro, ya puede irse identificando que el mismo, como se menciona en el subtítulo de la presente obra, incluye la participación de los llamados a salvación, de aquellos que serán considerados con Cristo coherederos. Aquí las varas tienen ese sentido, mostrar que la justicia, la rectitud de los llamados a salvación llevan en su vida a Cristo mismo.

Sin ser parte del Arca, pero sí entregando simbolismo sobre la misma, sobre ella debía haber dos querubines, una a cada extremo cubriendo con sus alas el propiciatorio y si bien cada uno estaba frente al otro, ambos mirarían hacia el Arca (v. 18 al 20). Esto tiene un fuerte simbolismo que devela ese ámbito espiritual que sin la Escritura sería imposible comprender.

Hebreos 1:6 señala que del Hijo el Padre dice a los ángeles que le adoren, de igual forma la Palabra de Dios señala que los ángeles ansían conocer el Evangelio (1 Pedro 1:12), así ambos querubines representan esa realidad espiritual que reconoce en Cristo al Hijo de Dios y que a la vez está expectante del desarrollo y develación del plan de salvación.

Los últimos dos versículos referidos al Arca señalan aspectos que ya se han considerados, el versículo 21 señala que dentro del Arca estaría el testimonio que Dios mimo daría, esto es, Su Ley, las dos tablas conteniendo Sus diez mandamientos. Junto con la Ley de Dios, como ya se vio y ya se comentó, también se pondría en el Arca la vara de Aharón y una vasija de oro conteniendo el maná. El versículo 21 señala que sobre el Arca, encima del propiciatorio, entre los dos querubines, Dios mismo se revelaría, es decir, Dios se revelaría a través de Cristo, revelación que expectantes esperaban los mismos Ángeles, revelación que tendría un fin sobre el cual se volverá más delante y que tiene que ver con cada uno de los hijos llamados a salvación: “allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio… todo lo que yo te mandare para los hijos de

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Israel”, es decir, el plan que Dios mismo tiene para que Sus elegidos lleguen a ser lo que Él pensó desde la eternidad: Su familia.

Es interesante, como se comentó anteriormente, que las instrucciones relativas al Tabernáculo no comiencen directamente con las indicaciones sobre la construcción del mismo sino con las indicaciones relativas al Arca, una vez entendido el simbolismo del Arca puede entenderse el por qué: Cristo mismo es el centro de todo el Tabernáculo, como Cristo mismo debe ser el centro de la vida cristiana.

Como se verá más delante cuando se aborden las indicaciones sobre la construcción y disposición del Tabernáculo, el Arca estaba colocada en el lugar que se conoce como Santo de Santos, o lugar Santísimo, esto para diferencia su significado y naturaleza, de igual forma para ejemplificar, como se verá más delante, el simbolismo que el diseño del Tabernáculo entrega respecto del Plan de Dios para con Su familia.

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La mesa para el pan de la proposición (Ex. 37.10-16)

Después de las indicaciones relativas al Arca, antes de entrar a las disposiciones de la construcción del Tabernáculo, se habla de lo que se conoce como la mesa del pan de la proposición.

Aunque en este apartado no se indica, sino más delante, hay que señalar que en esta mesa se colocaban dos pilas de pan diariamente, seis panes en una pila y seis en otra, panes que debían amasarse sin levadura (Levítico 24:5-9), el número doce inmediatamente trae a la mente las doce tribus de Israel, pero ¿por qué dos pilas?, porque se está hablando de los dos pueblos que serían uno, Israel y los gentiles (Efesios 2:14).

Aquí hay que aclarar la cuestión relativa al término de Israel.

Cuando uno lee la Escritura, encuentra en la misma admoniciones y promesas dadas a Israel, estas admoniciones y promesas pueden ser históricas (ya acontecidas), exhortativas (acontecidas o no pero que sirven de instrucción, de corrección, de edificación), o proféticas (que aún no han sucedido), pero en todos los casos el lector generalmente las ubica referidas única y exclusivamente al Israel carnal, físico y terrenal, sin darse cuenta que también aplican a la iglesia de Dios, para ello hay que entender el significado de Israel más allá del claro y evidente referido al pueblo judío.

Hay que entender que en la Escritura, la palabra Israel puede referirse, sí, al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace referencia a todo aquel quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su familia.

Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel (Génesis 32:29), la misma Escritura explica su significado pleno. Israel viene de ‫לארׂשי‬, Yisra'el, que significa 47

El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar en la cita dada que ese cambio se da no sólo por haber luchado con Dios y los hombres (incluso hombres impíos habían luchado con Dios y con los hombres, como Caín o Nimrod) pero en el caso de Jacob él había vencido, es así como Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo testamento, es decir tanto al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel como a los llamados a formar parte de la iglesia de Dios, es decir, en Israel nos estamos refiriendo a la familia de Dios conformada por todo aquel que vence.

Sobre esto, es interesante notar en el capítulo 6 de Gálatas, como es que Pablo hace mención al Israel de Dios (Gálatas 6:16). La carta va dirigida no al Israel carnal, físico y terrenal sino a la iglesia de Dios, de hecho es una admonición contra aquellos que querían llevar a los nuevos creyentes de nuevo a judaizar sometiéndose a las prescripciones que habían sido superadas por el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesús. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Gálatas 6:14-16). Así, Pablo, al referirse al Israel de Dios en un contexto ajeno al Israel carnal, físico y terrenal, se dirige a la iglesia de Dios, de hecho podemos decir, en la misma línea de lo ya comentado, que se dirige a todo aquel que siendo llamado llega a vencer pues “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28; cfr. Romanos 11:11-24)

De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan envía a las iglesias en Revelación siempre se refiere las promesas que esperan al que venza (Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21), siguiendo la tónica de lo expresado, al que llegue a ser Israel.

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Con esta comprensión puede entenderse una profecía dada por Jesús que sigue desconcertando a los estudiosos de la Escritura.

Mateo 10:23 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

Interpretaciones van e interpretaciones vienen respecto de la cita anterior, algunos más prudentes la obvian para no entrar en conflicto ya que la lectura de la misma es contradictoria a primera vista. Jesus, refiriéndose a la encomienda de proclamar el Evangelio, dice a Sus seguidores que si los persiguen en una ciudad vayan a otra, pero luego viene la profecía a la que se hace referencia: “porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre”. Es más que evidente que hace mucho, de hecho incluso en el tiempo de la iglesia primitiva, los discípulos de Jesús recorrieron todas las ciudades de Israel, incluso considerando que el exhorto a sus discípulos va dirigido a Sus seguidores de todos los tiempos es difícil argumentar que en la actualidad no se han recorrido todas las ciudades de Israel, ¿entonces?, ¿acaso Jesús se equivocó en su profecía?

Vista de la manera tradicional donde Israel se refiera al estado judío el conflicto anterior subiste y de hecho no hay manera de resolverlo, pero con la comprensión referida a que Israel se refiere a El Que Vence puede entenderse la anterior profecía bajo una nueva luz donde la referencia a las ciudades de Israel es un indicativo de todos aquellos lugares alrededor el mundo donde vivieren en todos los tiempos aquellos que habrían de ser llamados a salvación en el presente siglo: “porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de [Los Que Vencen], antes que venga el Hijo del Hombre”.

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Así que cuando se lea en la Escritura admoniciones y promesas para Israel, hay que llevarlas a la luz de su significado como una exhortación personal a El Que Vence y tomarlas para la edificación, pues son dichas también para uno, para toda la iglesia de Dios, por el llamamiento del que se ha sido objeto, para que ser acreditado entre los llamados y elegidos que son hallados fieles (Revelación 17:14) y contado entre los vencedores (Romanos 8:29-39; 1 Juan 5:4-5).

Así esas dos pilas de pan hablan de la familia de Dios. Entonces es que puede abordarse la cuestión de la mesa sobre la cual estarían.

Éxodo 25 23

Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos

codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. 24

Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.

25

Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura,

y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor. 26

Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro

esquinas que corresponden a sus cuatro patas. 27

Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para

llevar la mesa. 28

Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas

será llevada la mesa. 29

Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con

que se libará; de oro fino los harás. 30

Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí

continuamente.

Esta mesa, así como el candelabro que se verá a continuación, estaban en lo que se conoce, y que más delante se verá, como el lugar Santo, este estaba antes del lugar Santísimo siendo que ambos lugares estaban separados por un velo. Ahora 50

bien, si los panes sobre la mesa simbolizan la familia de Dios, los dos pueblos de los cuales hace uno, ¿qué simbolizará la mesa en sí?

Al igual que anteriormente con los anillos del Arca y las varas para los mismos, en este caso hay que ver el uso que la mesa tenía y que es servir de soporte, de lugar de resguardo, de protección y contención de lo que en ella se ponía, en este caso, de las dos pilas de panes, si las dos pilas son el Pueblo de Dios, Su familia, ¿qué será eso que la soporta, la resguarda, la protege, la contiene? La Congregación, como se le conocía en el Antiguo Testamento, la Iglesia, como se le conoce en el Nuevo Testamento, es decir, aquella asamblea con organización y estructura, con normas y procesos, que sirven para la edificación de los llamados a salvación.

Es interesante que de la mesa para los panes de la proposición sí se entreguen sus medidas completas: longitud de dos codos, un codo su ancho, y altura de codo y medio (v. 23), el área total es tres. ¿Y qué dice la Escritura? Con el testimonio de dos o tres testigos versará toda verdad (Números 35:30; 51

Deuteronomio 19:15; Mateo 18:16, 2 Corintios 13:1; 1 Timoteo 5:19; Hebreos 10:28), de igual forma se señala que donde dos o tres están reunidos en nombre de Jesús, Él mismo está ahí presente (Mateo 18:20), ambas cuestiones, el testimonio y comunidad hablan precisamente de la Asamblea de Dios, Su congregación, Su iglesia.

La lectura de las indicaciones relativas a la mesa de los panes de la proposición traen de manera automática una imagen ya conocida previamente: el Arca de la Alianza. Ambas están hechas de madera recubierta de oro (v. 23 y 24), ambas son rectangulares (v. 23), ambas tienen una cornisa y una moldura (v. 24 y 25), ambas tienen cuatro anillos en sus cuatro esquina (v. 26 y 27), ambas son transportadas con varas de madera cubiertas de oro (v. 28). Si bien todo el simbolismo subyacente a estas imágenes ya se comentó al abordar el Arca, Cristo, aquí se tiene una aplicación relativa a la congregación, a la iglesia, y si bien en el caso de Cristo el simbolismo entregado apuntaba a una comprensión del mismo plena, completa y total en el caso de su iglesia debe adecuarse pues la misma no será perfecta sino hasta su venida y la transformación gloriosa de los hijos de Dios, por eso es que en las disposiciones del Tabernáculo la mesa de los panes de la preposición junto con los panes se encontraba en el lugar Santo, no en el lugar Santísimo.

Pero continuando en la línea del pensamiento anterior, la comprensión del simbolismo del Arca permite ver que existe una relación muy estrecha con el simbolismo de la mesa de los panes de la preposición, siendo que si la mesa viene a ser la congregación, la iglesia, esto se entiende pues la misma es llamada Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-27) y Cristo llamado Su cabeza (Efesios 1:22; Efesios 5:23; Colosenses 1:18), siendo así que el cuerpo no puede ser diferente de la cabeza sino por el contrario reflejar en su naturaleza muchas coincidencias, es por eso que la lectura de las indicaciones de la mesa de los panes de la preposición traen de manera natural las indicaciones relativas al Arca ya que ambas tienen una relación estrecha, el Arca como Cristo, cabeza de la 52

congregación, de la iglesia, y le mesa como dicha congregación, dicha iglesia, cuerpo de Cristo.

Como complemento de la mesa de los panes de la preposición se indicaba que debían hacerse platos, cucharas, cubiertas y tazones de oro para su uso (v. 29). Dado que los platos, cucharas, cubiertas y tazones eran algo que se usaba en relación a las disposiciones relativas a los panes de la preposición y que tenían que ver con un uso en ello, su significado está aunado a lo que cada miembro de la congregación, de la iglesia, puede aportar para la edificación del Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12).

El último versículo relativo a los panes de la preposición, el 30, señala que dichos panes deberían estar continuamente delante de Dios. Esto habla de cómo es que en todos los tiempos, en todas las edades, debía existir la congregación de Dios, Su iglesia, en el Antiguo Testamento en la figura del Pueblo de Israel, en el Nuevo Testamento en la figura de la iglesia de Dios, conformando ambos una sola familia: la familia de Dios. Siendo que para ambos existen promesas y profecías de su continua existencia a lo largo de los siglos, sin interrupción ni cesación, hasta que el plan divino sea consumado.

53

El candelero de oro (Ex. 37.17-24)

Relativo al lugar santo las indicaciones escriturales establecieron que el mismo debía incluir, además de la mesa de los panes de la preposición con las dos pilas de panes, lo que se conoce como el candelabro de oro.

Éxodo 25 31

Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el

candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. 32

Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y

tres brazos al otro lado. 33

Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y

una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero; 34

y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de

almendro, sus manzanas y sus flores. 35

Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana

debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero. 36

Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza

labrada a martillo, de oro puro. 37

Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren

hacia adelante. 38

También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.

39

De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.

40

Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Lo más significativo del candelabro de oro era que el mismo contenía siete lamparillas (v. 37), estas lamparillas estaban dispuestas tres de un lado, tres de 54

otro y una en medio. La función del candelabro era alumbrar y en la Escritura la luz es símbolo de la verdad que deviene del Padre y que alumbra la vida de Sus hijos (Salmos 119:105; Proverbios 6:23), siendo así que aquí se agrega la cuestión de siete lamparillas las cuales son referencia de los siete espíritus de Dios (Isaías 11:2), es así como el candelabro de oro simboliza al Santo Espíritu del Padre que imbuye de vida a los llamados a salvación y que alumbra su camino mientras en este mundo van.

Es interesante que el candelabro es de oro puro, es decir, a diferencia del Arca y de la mesa de los panes de la preposición es enteramente divino, de igual forma llama la atención el simbolismo contenido en el mismo con relación a los adornos que presenta: flores y manzanas. Esto para representar tanto los dones (1 Corintios 12:4-11, 28; Romanos 12:6-8; Efesios 4:7-13) como los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23).

55

Como ya se mencionó, el candelabro era de oro puro, pero además hecho de una sola pieza (v. 36) y con peso de un talento (v. 39), esto para reflejar la totalidad, lo completo, lo pleno del Espíritu de Dios (1 Corintios 12:4).

56

El altar del incienso (Ex. 37.25-28)

Ya se vio que en el lugar santo estaban dispuestos de un lado la mesa con el pan de la proposición y del otro lado el candelabro de oro, de igual forma ambas figuras ya fueron comentadas, pero en este capítulo se instruye sobre otra cosa más que estaría en el lugar santo: el altar del incienso.

Éxodo 30 1

Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo

harás. 2

Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo; será cuadrado, y su

altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. 3

Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus

cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro. 4

Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos

esquinas a ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado. 5

Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro.

6

Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante

del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo. 7

Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste

las lámparas lo quemará. 8

Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso;

rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones. 9

No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni

tampoco derramaréis sobre él libación. 10

Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la

sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová.

57

El altar del incienso esta justo frente al velo divisorio entre el lugar santo y el lugar santísimo y era donde diariamente se ofrecía incienso para Dios. Muchos de los símbolos relacionados con el altar ya han sido comentados, por lo que no se extenderá en esto sino en la nueva información que se entrega.

El altar del incienso estaba hecho de madera (v. 1), simbolizando la naturaleza humana, cubierto de oro, simbolizando la naturaleza divina (v. 3). Tenía una cornisa (v. 3) simbolizando los límite relacionados con la voluntad de Dios que no deben ser traspasados. El volumen del altar es de 2, resultante de multiplicar un codo de longitud por un codo de anchura y dos codos de altura, simbolizando el testimonio de la fe. Tenía anillos de oro debajo de la cornisa a través de los cuales se traspasaban varas para poder llevarlo simbolizando que a donde uno va debe llevar ese altar. La quema de incienso se hacía por la mañana y al anochecer (v. 7-8) simbolizando la totalidad de nuestro tiempo entregada a Dios, tanto de día como de noche.

Hasta aquí símbolos que referidos a otras partes del Tabernáculo ya se habían comentado, pero la información nueva que entrega esta descripción es mucho muy relevante, pero antes de entrar a ella, ¿qué significa el altar del incienso?

En Revelación se tiene de nuevo la figura relacionada con el incienso (Revelación 8:4-6), y este libro que sella el testimonio señala sobre esto que el incienso representa las oraciones de los santos (Revelación 5:8). Así que el altar del incienso en la era de la iglesia, el lugar santo, simboliza las oraciones de los llamados y elegidos.

Ahora sí, con esta comprensión, puede verse y entenderse la nueva información que se entrega sobre esto. El versículo 9 señala “No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación”, pareciera una indicación más, pero con la comprensión que en este punto se tiene adquiere gran relevancia. Los holocaustos, ofrendas y libaciones estaban 58

normados para la era relativa a las leyes mosaicas (por eso en el atrio se hacían los sacrificios, como se verá más delante), pero en la era de la iglesia dichos sacrificios han concluido pues los mismos apuntaban al sacrificio redentor de Cristo donde con su muerte una vez y para siempre nos trajo redención (Hebreos 10:10-14), siendo que en esta era, la de la iglesia, la oración el medio por el cual entramos en comunión con Dios a través de Su Hijo.

Por último, los cuatro cuernos (v. 2) representan los cuatro puntos cardinales, es decir, la simbología relativa al altar del incienso aplica para los llamados y elegidos de de toda nación, raza, pueblo y lengua, la sangre que una vez al año el sumo sacerdote ponía en los cuernos el día de la expiación, simboliza el sacrificio redentor de Cristo que nos redime ante el Padre (Hebreos 10:10) haciendo que nuestras oraciones, en nombre de Jesús, le sean agradables (Juan 14:13-14).

Es así como el altar del incienso está estratégicamente colocado en el lugar santo, en la era de la iglesia, simbolizando la forma en la cual el Pueblo de Dios está en relación constante con el Padre a través de Su Hijo.

59

El tabernáculo (Ex. 36.8-38)

Después de las indicaciones dadas para el Arca, la mesa de los panes de la proposición y el candelabro, en este capítulo es en el que se dan las indicaciones relativas para el Tabernáculo.

Era menester primeramente dar las instrucciones de lo previamente comentado ya que el sentido de todo el Tabernáculo depende en primera instancia del Arca, figura e imagen de Cristo. De ahí se desprenderá todo el resto, de igual forma la mesa de los panes de la preposición y el candelabro siguen después del Arca pues, como se verá conforme se desarrolle el tema, los primeros representan a los llamados y elegidos mientras que el segundo, representando el Espíritu de Dios, alumbra a estos, siendo que tanto la mesa de los panes de la preposición como el candelabro van después del Arca pues sólo tienen sentido en función de esta.

Con todo y todo puede verse que la disposición subsecuente del Tabernáculo apunta al Arca en primera instancia, sí, pero de igual forma a los llamados y elegidos, parafraseando una frase de nuestro Señor Jesucristo, el Tabernáculo están en función del hombre, más bien de la humanidad, no al revés, función que se abordará conforme se avance en este tema.

Éxodo 26 1

Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y

carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa. 2

La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma

cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida. 3

Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas

unidas una con la otra.

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4

Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina de la primera unión;

lo mismo harás en la orilla de la cortina de la segunda unión. 5

Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás

en la orilla de la cortina que está en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas la una a la otra. 6

Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las

cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo. 7

Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta sobre el

tabernáculo; once cortinas harás. 8

La longitud de cada cortina será de treinta codos, y la anchura de cada

cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán las once cortinas. 9

Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas aparte; y doblarás la

sexta cortina en el frente del tabernáculo. 10

Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la cortina, al borde en la unión, y

cincuenta lazadas en la orilla de la cortina de la segunda unión. 11

Harás asimismo cincuenta corchetes de bronce, los cuales meterás por

las lazadas; y enlazarás las uniones para que se haga una sola cubierta. 12

Y la parte que sobra en las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que

sobra, colgará a espaldas del tabernáculo. 13

Y un codo de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo largo de

las cortinas de la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo a un lado y al otro, para cubrirlo. 14

Harás también a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de

rojo, y una cubierta de pieles de tejones encima. 15

Y harás para el tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén

derechas. 16

La longitud de cada tabla será de diez codos, y de codo y medio la

anchura. 17

Dos espigas tendrá cada tabla, para unirlas una con otra; así harás todas

las tablas del tabernáculo.

61

18

Harás, pues, las tablas del tabernáculo; veinte tablas al lado del

mediodía, al sur. 19

Y harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas; dos basas

debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas. 20

Y al otro lado del tabernáculo, al lado del norte, veinte tablas;

21

y sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos

basas debajo de otra tabla. 22

Y para el lado posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablas.

23

Harás además dos tablas para las esquinas del tabernáculo en los dos

ángulos posteriores; 24

las cuales se unirán desde abajo, y asimismo se juntarán por su alto con

un gozne; así será con las otras dos; serán para las dos esquinas. 25

De suerte que serán ocho tablas, con sus basas de plata, dieciséis basas;

dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. 26

Harás también cinco barras de madera de acacia, para las tablas de un

lado del tabernáculo, 27

y cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras

para las tablas del lado posterior del tabernáculo, al occidente. 28

Y la barra de en medio pasará por en medio de las tablas, de un extremo

al otro. 29

Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de oro para meter por

ellos las barras; también cubrirás de oro las barras. 30

Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el

monte. 31

También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será

hecho de obra primorosa, con querubines; 32

y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de

oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata.

62

33

Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo

adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo. 34

Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo.

35

Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente de la mesa al

lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado del norte. 36

Harás para la puerta del tabernáculo una cortina de azul, púrpura,

carmesí y lino torcido, obra de recamador. 37

Y harás para la cortina cinco columnas de madera de acacia, las cuales

cubrirás de oro, con sus capiteles de oro; y fundirás cinco basas de bronce para ellas.

Como primer paso para abordar lo relativo a las indicaciones respecto del Tabernáculo, es menester comprender su disposición, es decir, forma y tamaño.

Los versículos 15 y 16 mencionan que la estructura del Tabernáculo estaría dada por tablas de madera de acacia y que la longitud de las mismas sería de diez 63

codos y su anchura de codo y medio. Los diez codos de longitud nos dicen la altura misma del Tabernáculo.

Los versículo 18, 20 y 22 mencionan que veinte tablas estarían al sur, veinte al norte, y seis al occidente (no se mencionan tablas al oriente pues el Tabernáculo no estaría cerrado sino que en esa parte estaría el acceso al mismo).

Estas tablas de madera de acacia estarán sostenidas cada una por dos basas de plata donde emboarían sus dos espigas (v. 19), lo que darían un total de cuarenta basas (v. 19) para cada lado del Tabernáculo y doce para la parte posterior.

Con estas indicaciones se puede dar una idea clara de la forma y medidas del Tabernáculo.

Lo primero que se observa es que el mismo tenía una forma rectangular, ya que los lados que daban al sur y al norte tenían veinte tablas mientras que el lado que daba al occidente tenía seis.

Dado que las tablas median de anchura codo y medio, los lados sur y norte en totalidad daban 30 codos, resultante de multiplicar veinte tablas por codo y medio. De igual forma el lado que daba al occidente medía 9 codos resultante de multiplicar seis tablas por codo y medio, más sin embargo se considera que estas seis tablas estaban en su totalidad en la parte posterior del Tabernáculo, contenidas por los lados sur y norte, por lo que la medida interior sería 9 codos pero la medida exterior, considerando la parte proporcional de los lados sur y norte, daban medio codo más por lo que la medida exterior sería de diez codos.

Este medio codo no se inventa de la nada sino que se toma de base la misma Escritura. El templo que construyó Salomón era en cuanto al Tabernáculo el doble en proporciones, 1 Reyes 6:2 menciona que el Templo medía 60 codos de largo

64

(el doble de los 30 del Tabernáculo) y 20 de ancho, con lo que siguiendo la proporción, el ancho del Tabernáculo sería de diez codos.

Se sugiere ver la figura que se agrega al final de la presente obra para comprender la disposición y medidas del Tabernáculo.

Así tenemos que el Tabernáculo era un rectángulo de 30 codos de largo por 10 codos de ancho y 10 codos de alto.

Ahora bien, se sabe que el Tabernáculo estaba interiormente divido en lo que se conoce como el lugar santo (donde estaba la mesa con los panes de la preposición y el candelabro) y el lugar santísimo (donde estaba el Arca), ¿cuánto media cada uno? Si bien las indicaciones del Tabernáculo no señalan esto de manera explícita, las dimensiones de ambos lugares pueden deducirse por las mismas instrucciones.

El Tabernáculo estaba cubierto en una primera instancia por diez tapices (v. 1), la longitud de cada uno era de 28 codos y su anchura de cuatro (v. 2). Cinco tapices estarían unidos entre sí, lo mismo que los otros cinco (v. 3), y estos dos conjuntos de tapices, de cinco tapices cada uno, estaría unidos entre sí por broches de oro y lazos (v. 4-6).

La anchura total de cinco tapices unidos es de veinte codos (resultante de multiplicar cinco tapices por cuatro de anchura de cada uno), la anchura total de los dos conjuntos de tapices, de cinco cada conjunto, es de cuarenta codos. Dispuesta esta cobertura desde la entrada del Tabernáculo, que como se dijo medía de largo 30 codos, se tiene que los cuarenta codos de ancho cubrían enteramente el techo del Tabernáculo sobrando diez codos que caían en la parte trasera, de diez codos de altura, cubriéndola.

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El versículo 33 señala que el velo que dividía el lugar santo del lugar santísimo se colgaba precisamente de los broches de oro que unían los dos conjuntos de cinco tapices cada uno.

Si se tiene que la entrada del Tabernáculo era de donde comenzaban a colocarse esos tapices se tiene que el lugar santo medía lo que medían el primer conjunto de tapices, es decir, 20 codos de largo, el lugar santísimo medía los otros diez codos y el resto colgaba detrás de la pared posterior del lugar santísimo.

Así que se tiene que la medida del Tabernáculo es de 30 codos de largo por diez de ancho, mientras que las dimensiones del lugar santo es de 20 codos de largo (por 10 de ancho) y del lugar santísimo de 10 codos de largo (por 10 de ancho).

Como observación final, dado que cada cortina media 28 codos de longitud y el ancho del tabernáculo era de 10 codos, a cada lado del mismo caían 9 codos de ese cortinaje.

Estas medidas del Tabernáculo, incluyendo las dimensiones del lugar santo y del lugar santísimo, son extremadamente importantes para conocer y entender el plan de Dios respecto de la humanidad, como se verá más delante.

Antes de comentar lo anterior veamos algunos detalles de las indicaciones relativas al Tabernáculo.

El versículo 1, referido a las cortinas, menciona que las mismas serían de lino torcido, azul, púrpura y carmesí, ¿qué significan estos colores? Téngase en mente esta pregunta que se responderá más delante.

De igual forma ese cortinaje incluía como efecto de decoración, no de culto, querubines.

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Como ya se mencionó, el cortinaje estaba dado por diez cortinas en dos grupos, cinco unidas entre sí que se unían a otras cinco unidas entre sí. Esta unión de los dos conjuntos estaba dada, como mencionan los versículos 4 al 6 por broches de oro y lazos, cincuenta lazos donde terminaba el primer conjunto de cinco cortinas y cincuenta lazos donde comenzaba el segundo grupo de cinco cortinas, esos lazos estaban unidos entre sí por los cincuenta broches de oro.

Ahora bien, el Tabernáculo tenía tres coberturas más: una de piel de cabra (v. 7), otra de piel de carnero y otra de piel de tejones (v. 14). La cubierta de piel de cabra estaba dada por once cortinas (v. 7), cada una midiendo 30 codos de longitud y 4 codos de ancho. Con esto puede verse que cubrían completamente el Tabernáculo ya que si medían 30 codos de longitud, colocadas las pieles encima del Tabernáculo cubrían los 10 codos de su anchura y caían a cada lado 10 codos dando así los 30 de longitud de cada cortina de piel.

Como menciona el versículo 9 cinco cortinas estaba unidas en un grupo y seis en otro, ambos grupos estaba unidos entre sí por cincuenta broches bronce. Al final del primer grupo de seis cortinas habían cincuenta lazos, lo mismo que al inicio del segundo grupo de cinco cortinas (v. 10), lazos que servían para unir ambos grupos de cortinas con los cincuenta broches de bronce (v. 11). En realidad diez cortinas cubrían el Tabernáculo pues del primer grupo con seis cortinas, la sexta, como menciona el versículo 9, estaba doblada al frente del tabernáculo.

Así que el conjunto de cortinas relativo a las pieles de cabra cubrían enteramente el Tabernáculo ya que el mismo media 30 codos de largo y 10 de ancho, y diez pieles de cabra unidas (la undécima estaba doblada al frente del Tabernáculo) dan una longitud de 40 codos (resultante de multiplicar las diez cortina de pieles de cabra por el ancho de cada una de 4 codos), así que esos 40 codos de longitud cubrían enteramente los 30 codos de longitud del Tabernáculo y caían los 10 codos restantes en la parte posterior (v. 12), cuya altura como ya se dijo era de 10 codos, con lo que quedaba todo cubierto a lo largo. De igual forma la longitud de 67

cada cortina de piel de cabra era de 30 codos por lo que cubrían el techo cuya anchura era de 10 codos cayendo 10 codos a cada lado del Tabernáculo del cortinaje relativo a las pieles de cabra (v. 13), con lo que a los ancho el Tabernáculo quedaba cubierto y con ello todo el Tabernáculo, a lo largo y a lo ancho.

Por último, en cuanto a la cobertura del Tabernáculo, después de la cobertura relativa a las pieles de cabra se tenían otras dos coberturas, una de pieles de carnero y luego otra de pieles de tejones (v. 14).

Los versículos 23 al 25 señalan unas tablas adicionales puestas exteriormente en los ángulos posteriores del Tabernáculo para darle soporte y firmeza al mismo. En este mismo sentido los versículos 26 al 29 señalan cinco barras de madera de acacia que se colocarían a cada lado del Tabernáculo para darle soporte y firmeza al mismo.

Estas barras pasaban por anillos de oro que exteriormente tenían cada tabla (v. 29), se menciona cinco pero se indica que la de en medio pasa de un extremo a otro (v. 28) por lo que se deduce que las otras cuatro son la mitad del tamaño de esta barra central, así que vista exteriormente una de las paredes laterales del Tabernáculo se tendría, de arriba abajo, que primero había dos barras puestas que se tocaban en sus extremos interiores, una barra del doble de las medidas de cada barra anterior, que corría de lado a lado de la pared, y luego otras dos barras que se tocaban en sus extremos interiores.

Como se mencionó, el Arca se encontraba colocada en el lugar santísimo (v. 34), mientras que la mesa de los panes de la proposición y el candelabro estaban en el lugar santo, el primero al lado norte del Tabernáculo y el segundo enfrente de este al lado sur (v. 35).

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Por último, la entrada del Tabernáculo al lugar santo y de igual forma la entrada del lugar santo al lugar santísimo, tenían una cortina de azul, púrpura, carmesí y lino torcido (vv. 31, 36), al igual que, como se verá en el apartado siguiente, la entrada al atrio del Tabernáculo -de nuevo estos colores, ¿qué significarán?-, y para esa cortina cinco columnas de madera de acacia, cubiertas de oro, con sus capiteles de oro, pero sus basas de bronce (v. 37).

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El atrio del tabernáculo (Ex. 38.9-20)

Se han visto muchas indicaciones respecto del Tabernáculo, indicaciones que requieren ser explicadas pero para poder proceder a la explicación de estas es menester considerar la última parte relativa a la construcción del Tabernáculo que si bien no forma parte del mismo si lo considera: el atrio.

El atrio era la parte externa del Tabernáculo, lo que lo rodeaba. Si bien el atrio no era parte del Tabernáculo la Escritura contiene indicaciones respecto a la disposición del mismo. De inicio lo que debe tenerse en cuenta es que el atrio delimitaba el espacio relativo al Tabernáculo. Este espacio, como se verá, rodeaba el Tabernáculo separándolo con sus paredes del resto del campamento y teniendo una sola entrada para acceder al mismo (de nueva cuenta se sugiere ver el esquema contenido al final de la presente obra).

Éxodo 27 9

Asimismo harás el atrio del tabernáculo. Al lado meridional, al sur, tendrá

el atrio cortinas de lino torcido, de cien codos de longitud para un lado. 10

Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de bronce; los capiteles de

las columnas y sus molduras, de plata. 11

De la misma manera al lado del norte habrá a lo largo cortinas de cien

codos de longitud, y sus veinte columnas con sus veinte basas de bronce; los capiteles de sus columnas y sus molduras, de plata. 12

El ancho del atrio, del lado occidental, tendrá cortinas de cincuenta codos;

sus columnas diez, con sus diez basas. 13

Y en el ancho del atrio por el lado del oriente, al este, habrá cincuenta

codos. 14

Las cortinas a un lado de la entrada serán de quince codos; sus columnas

tres, con sus tres basas. 70

15

Y al otro lado, quince codos de cortinas; sus columnas tres, con sus tres

basas. 16

Y para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte codos, de azul,

púrpura y carmesí, y lino torcido, de obra de recamador; sus columnas cuatro, con sus cuatro basas. 17

Todas las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas de plata; sus

capiteles de plata, y sus basas de bronce. 18

La longitud del atrio será de cien codos, y la anchura cincuenta por un

lado y cincuenta por el otro, y la altura de cinco codos; sus cortinas de lino torcido, y sus basas de bronce. 19

Todos los utensilios del tabernáculo en todo su servicio, y todas sus

estacas, y todas las estacas del atrio, serán de bronce.

Las instrucciones para el Atrio, al igual que el resto del Tabernáculo, son claras y concretas, y de la misma forma que el resto de indicaciones que con respecto al Tabernáculo se han comentado, hay información que permite la comprensión de los símbolos que representan verdades subyacentes.

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Como puede verse el perímetro del Atrio, al igual que el Tabernáculo, tiene una forma rectangular. El lado que da al sur mide cien codos de longitud (v. 9), lo mismo que el lado norte (v. 11), por su parte el lado que da al occidente mide cincuenta codos (v. 13), lo mismo que el lado que da al oriente (v. 13), por último la altura del perímetro del Atrio es de cinco codo (v. 18). Este perímetro del Atrio está dado por paredes de fino lino torcido, así como una puerta, lo cual se abordará más delante, pero antes y en este punto, puede comenzarse a entender mucha de la información que anteriormente se vio, aunque en su momento no se comentó, respeto de las indicaciones relativas al Tabernáculo, incluyendo el lugar santo y el lugar santísimo, esto considerando las medidas hasta ahorita entregadas.

Como se comentó, el perímetro del Atrio mide 300 codos en total de largo (100 de cada lado sur y norte –o sea 200 en total- y 50 codos de cada lado occidental y oriental –o sea 100 en total-), de igual forma ese perímetro mide cinco codos de altura, así se tiene que el área del perímetro del Atrio mide 1,500 codos en total (resultantes de multiplicar 300 codos de largo del perímetro del Atrio por sus cinco codos de altura).

Si se continúa enfocándose en las medidas del Tabernáculo, las siguientes son las relativas al lugar santo, las cuales en su momento se analizaron y que eran de veinte codos de largo, por diez codos de ancho, por diez codos de alto. El lugar santo, al igual que el lugar santísimo están techados, lo cual nos da cubos para los cuales calcular el volumen (a diferencia del perímetro del Atrio que no está techado por lo que no hay volumen que calcular), es así como el volumen del lugar santo es de 2,000 codos (resultantes de multiplicar 20 codos de largo, por veinte codos de ancho, por veinte codos de alto).

Por último, considerando las medidas del lugar santísimo que eran de 10 codos de largo, por 10 codos de ancho, por 10 codos de alto, siguiendo la misma argumentación que para el lugar santo, se tiene que el volumen del lugar 72

santísimo es de 1,000 codos (resultante de multiplicar 10 codos de largo, por 10 codos de ancho, por 10 codos de alto).

En este punto puede comenzar a entenderse el concepto que entrega el diseño del Tabernáculo. El perímetro del Tabernáculo mide 1,500 codos, lo que sigue es el lugar santo que mide en volumen 2,000 codos, por último está el lugar santísimo que en volumen mide 1,000 codos. ¿Qué pueden significar estas medidas?

Aparte de las medidas en sí, hay que considerar que las mismas van apareciendo ante cualquiera que accediese al Tabernáculo en ese orden, es decir, primero se encontraría uno con el perímetro del Tabernáculo, luego con el lugar santo, y luego con el lugar santísimo. En ese orden de ideas, ¿dónde encontramos una sucesión cronológica de eventos relacionados con los números 1,500, 2,000 y 1,000? Para el estudioso de las Escrituras esto no representa mayor problema pues la historia misma de la salvación entrega de manera específica, y no sólo específica sino incluso exclusiva para evitar confusiones, esa sucesión numérica, a saber: 1,500 años relativos a la era de las leyes mosaicas, 2,000 años relativos a la era de la iglesia, y 1,000 años relativos al milenio.

No existe en toda la Escritura una sucesión cronológica de eventos relacionada de manera consecutiva con los números que el Tabernáculo entrega.

Esta comprensión, aunada al entendimiento del Arca y su contenido, que en su momento se comentó, sientan las bases para entender la simbología del Tabernáculo y las verdades subyacentes que esta entrega.

De esta forma puede comenzarse a comprender que las verdades que entrega la simbología del Tabernáculo no se refiere a algo estático, sino a algo dinámico, a un proceso en sí mismo, al proceso relativo a la historia de la salvación, como dice el subtítulo de la presente obra: una fotografía de la familia de Dios.

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Por cierto, de todo el Tabernáculo el lugar santísimo es el único que, como ya se observó, forma un cubo perfecto: 10 por 10 por 10 codos, de igual forma como se comentó este espacio hace referencia al milenio, inicio del Reino de Dios, ahora bien ¿en qué lugar de toda la Escritura, aparta del lugar santísimo del Tabernáculo, se menciona otra estructura similar al cubo? ¡en Revelación!, respecto de la Nueva Jerusalén se dice que “la ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales” (Revelación 21:16). Interesante que en el milenio, representado por el cubo del lugar santísimo, descienda la Nueva Jerusalén que de igual forma es un cubo, solo que en proporción 1:480,000. Esto cobra mayor relevancia pues en el milenio comenzara a constituirse la familia de Dios, primero con los santos resucitados al inicio, siendo así que si el lugar santísimo albergaba el Arca como símbolo de Cristo, la Nueva Jerusalén albergará a los santos, a los hijos de Dios resucitados en cuerpo de gloria, por eso el tamaño representativo de todos los hijos llamados a ello.

Continuando con este análisis, lo segundo que salta a la vista es que el perímetro del Atrio excede en cuanto al área del Tabernáculo permitiéndole a éste estar dentro de él, de igual forma esos tres espacios, a saber: Atrio, lugar santo y lugar santísimo, están claramente delimitados, así que si bien tienen relación de igual forma están diferenciados.

La característica principal relativa a la era de las leyes mosaicas era precisamente la enorme cantidad de disposiciones reglamentarias relativas a la vida como pueblo de Dios, 613 mandamientos contenidos en las leyes mosaicas; por su parte, la era de la iglesia contempla como superada la temporalidad de las leyes mosaicas, pero retiene la Ley de Dios, Sus Diez Mandamientos (los cuales de igual forma estaban vigentes en la era de las leyes mosaicas), con lo que podría decirse que la legislación se ha visto reducida, por eso el área del lugar santísimo

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es mucho menor que el área del perímetro del Atrio2. Por último el área más compacta del Tabernáculo, el lugar santísimo, reduce aún más el área siendo que la Ley ha quedado reducida a los dos mandamientos de los cuales pende toda la ley y los profetas: Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo (Mateo 22:37-39). Con todo y todo el Tabernáculo es uno sólo por lo que queda claro que mientras que las leyes mosaicas eran temporales, la Ley de Dios, Sus Diez mandamientos, son eternos, mismos que en la era del milenio se siguen guardando pendiendo ellos de los dos mandamientos clave de amar a Dios y al prójimo.

Con esto en mente puede continuarse con al análisis del resto de información que entregan las indicaciones relativas al Atrio del Tabernáculo.

Como ya se vio, el perímetro del Atrio estaba dado por cortinas cuyas medidas totales ya se han comentado, pero estas cortinas eran de fino lino torcido (v. 9, 18), ¿qué significará esto? Echando a volar la imaginación uno puede encontrar diferentes significados con relación al lino fino con el que estaba hecho al perímetro del Atrio, pero en la presente obra, siguiendo la regla de que sea la Escritura la que se interprete a sí misma, se ha buscado encontrar en ella los significados de lo que se va analizando, de esta forma podemos ver como en Revelación 6:11 se habla de que a los justos “se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”, en Revelación 7:9 se menciona que Juan miró “una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”, y en Revelación 7:14 se aclara que los santos “han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han 2

Para un discernimiento de la cuestión de las dos leyes se sugiere la obra “Muerto a la ley por la

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emblanquecido en la sangre del Cordero”, aun así ¿qué significa esto?, Revelación 19:8, referido a la Esposa del Cordero, menciona que se la concedido vestirse de lino de deslumbrante blancura, señalando ese mismo versículo el significado de esto: el lino fino es las acciones justas de los santos.

Así tenemos que lino de las cortinas relativas al perímetro del Atrio significan escrituralmente las acciones justas de los santos. Dado lo que hasta ahorita se ha comentado del perímetro del Atrio esto comienza a tener sentido ya que era precisamente la Ley de Dios y en su momento las leyes mosaicas, las que declaraban lo que tenía que hacerse o no hacerse para cumplir la voluntad de Dios, llegando de esta forma a ser declarado justo, que no salvo, sino justo.

Sobre esto para el cristiano queda claro que la Ley no salva, sino que es Cristo con su sacrificio redentor el que salva, más sin embargo la Ley permite conocer lo que es pecado (Romanos 7:7) al señalar lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse, haciendo que las acciones de uno sean justas, justas respecto de la justicia de Dios.

Sobre esto es interesante que Lucas menciona, respecto de los padres de Juan el Bautista, Zacarías e Isabel, que ambos eran justos (Lucas 1:5-6), aclarando a qué refiere ese término al decir que “andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor”.

Siguiendo con la simbología del perímetro del Atrio del Tabernáculo, el primer paso cronológico en la historia de la salvación de la humanidad estaba dado por el pueblo que Dios había escogido como suyo, siendo que la participación en ese pueblo, para propios y extraños, estaba dada por la aceptación del Pacto que Dios había hecho con Israel en Sinaí y que incluía la Ley de Dios, Sus Diez Mandamientos, así como lo que se conoce como las leyes mosaicas, representado esto por el perímetro del Atrio del Templo.

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El siguiente paso cronológico era la era de la iglesia de Dios, donde las leyes mosaicas habían dejado de tener vigencia en su forma material, pero la Ley de Dios, Sus Diez Mandamientos, al ser eternos, seguían y seguirán vigentes.

El último paso cronológico, aún por venir, se refiere al lugar santísimo, a la era relativa al milenio donde comienza el Reino de Dios, donde sigue vigente Su Ley, pero Su Pueblo, Su iglesia, Su familia, ha sido transformada gloriosamente pudiéndole adorar de manera perfecta y santa.

Es interesante como es que el perímetro del Atrio está construido considerando basas de bronce mientras que los capiteles de sus columnas y sus molduras son de plata (v. 11), por su parte, en cuanto al Tabernáculo, las basas de su construcción son de plata (Éxodo 26:19) mientras que los anillos que unían las pieles eran de oro (Éxodo 26:6) lo mismo que el revestimiento de tableros y travesaños así como las anillas para los travesaños (Éxodo 26: 29). Esto muestra el refinamiento de la humanidad que el proceso relativo a su salvación trae, de la misma forma, como señala la Escritura, señala la superioridad del Nuevo Pacto con relación al Antiguo Pacto (Hebreos 8 y 9). Con todo y todo, con relación al Tabernáculo, solamente la primer cobertura, la de Éxodo 26:1, la hecha de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, estaba unida por broches de oro (Éxodo 26:6), la subsecuente cubiertas de pieles de cabra estaba unida entre sí por broches de bronce (Éxodo 26:11), esto implica que la espiritualidad de las leyes mosaicas siguen en la vida cristiana, ya no como observancias materiales de la misma, pues su temporalidad ha sido superada, sino como parte de su vivir para Dios.

El perímetro del Atrio del Tabernáculo, si bien delimitaba lo relativo al mismo, no era un lugar cerrado, sino que estaba abierto de un lado, el lado oriental, por una puerta, esta puerta estaba dada por una cortina de veinte codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido (v. 16), en este punto se enlazarán diferentes simbologías que se han ido entregando relativas al diseño del Tabernáculo tales como las 77

distintas coberturas del Tabernáculo, la cobertura principal del mismo, y lo relativo a la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo.

Como puede verse la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo estaba dada por una cortina de veinte codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido, ¿qué significará esto?, curiosamente tanto la puerta de entrada del Tabernáculo, la que permite ingresar al lugar santo, como la de la entrada del lugar santo al lugar santísimo, presentan el mismo diseño (Éxodo 26:31, 36); la otra parte donde vemos la misma constitución es en la primer cobertura del Tabernáculo (Éxodo 26:1), ¿qué significará?, ¿habrá alguna relación entre las puertas y de estas con con las cubiertas posteriores del Tabernáculo de pieles de cabra, carnero y tejón (Éxodo 26:7, 14)?

Para responder las preguntas anteriores debe primero responderse la pregunta sobre ¿cuál era la finalidad última del diseño del Tabernáculo?, dicho de otra forma ¿hacia dónde señalaba todo este diseño? Y para responder esto es necesario saber cuál era la parte más importante del mismo. Ahí está la clave.

En este punto no debe ser muy difícil concordar que el espacio más importante del Tabernáculo era el lugar santísimo y que lo más importante de ese lugar era el Arca, la cual como en su momento se dijo, representa a Cristo en sus manifestaciones como profeta, sacerdote y rey, ¿habrá alguna relación de esto con el diseño de la puerta de entrada al Atrio del Tabernáculo, con el diseño de las puertas de ingreso al lugar santo y al lugar santísimo?, lo que permitirá entender y enlazar dos puntos, es decir, al inicio del Tabernáculo, dado por la puerta de acceso al Atrio, y el final del mismo dado por el Arca contenida en el lugar santísimo, así como el resto de puertas y cubiertas, es entender qué significa esa primera puerta de acceso.

Dado que se está hablando del plan de salvación de Dios para con la humanidad, con Su familia, ¿cuál es la puerta de acceso para esto?, ¡Cristo!, así es, la puerta 78

por la que se entra a la salvación y con ello a formar parte de la familia de Dios es Cristo (Juan 10:9), no hay otro nombre dado a los hombres con el que se alcance salvación (Hechos 4:12), este entendimiento permite enlazar la entra al Tabernáculo dado por la puerta de acceso al Atrio con el fin del mismo que es el Arca contenida en el lugar santísimo, de igual forma concordar esto con la Escritura que menciona que todo fue hecho por Él y para Él (Colosenses 1:16) y que Él es el el primogénito de toda creación (Colosenses 1:15 ) y que tiene primacía en todo (Colosenses 1:18)

Ahora bien, la puerta estaba dada por una cortina de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido, ya se vio que el lino son las acciones justas de los santos, siendo Cristo el primogénito de muchos hermanos (Romanos 8:29), entonces ¿que significarán los colores azul, púrpura y carmesí? Si todo el diseño del Tabernáculo lleva al punto focal del lugar santo y en el del Arca, ¿qué relación puede haber entre este lugar y aquellos tres colores de la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo?, la misma pregunta va dirigiendo la atención para que pueda ser respondida, para mayor claridad: los tres colores de la puerta de entrada al Atrio del Tabernáculo, dado que son diferentes entre sí y si bien son mencionados como parte de la puerta misma también son diferenciados entre ellos ¿a qué grupo de tres cosas puede estarse refiriendo que de igual forma formen parte de una sola entidad pero sean diferentes entre sí? La respuesta obvia, y no sólo obvia sino evidente en cuanto a la finalidad última del diseño del Tabernáculo, es al Arca y su contenido.

Como se vio en su momento el Arca contenía las tablas de la ley, la vara de Aharón y una vasija de oro conteniendo el maná, de igual forma como ya se vio, esas tres cosas representaban a Cristo en sus funciones preponderantes, cronológicas y sucesivas de profeta, sacerdote y rey, funciones que, como se dijo, la simbología de estar contenidas en una sola Arca implicaban que serían desempeñadas por una sola persona: Jesús.

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Es así como los tres colores de la puerta de entrada al Atrio del Tabernáculo, así como las puertas de entrada al lugar santo y al lugar santísimo, apuntan a lo que se encontraría al final del mismo: El Arca y su contenido, en este sentido se mantiene y refuerza la idea de que la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo, así como las puertas de entrada al lugar santo y al lugar santísimo, representa a Cristo, que los tres colores de ella son las tres funciones relativas a su ministerio que visto como una sola cosa, o más bien, desempeñado por una sola y una misma persona, es el lino blanco, las acciones justas de los santos, en este caso del Santo de santos: Jesús, de igual forma la tres puertas (atrio, lugar santo, lugar santísimo) apuntan a los tres momentos claves de la historia de la salvación, momentos claves de los cuales se hablará más delante.

Sin pretender ser dogmático en esto pudiera tratar de establecerse una correspondencia en cuanto a los colores de la puerta y las funciones de Cristo simbolizadas por los contenidos del Arca: el carmesí, color de la sangre, implicaría la función de profeta de Cristo que incluye el sacrificio redentor de él, el púrpura al estar asociado históricamente a la realeza simbolizaría su función como rey, siendo así que por eliminación el color restante, el azul, representaría a Cristo en su función sacerdotal. Como se dijo este ejercicio no busca ser dogmático en cuanto al mismo, lo importante es que los tres colores de la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo representan a Cristo en sus tres funciones.

De igual forma, con este entendimiento, puede comprenderse el significado de la primer cobertura del Tabernáculo, la hecha de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata (Éxodo 26:1), la cual de igual forma apunta a Cristo en sus tres funciones. Aun así hay que diferenciar que si bien la entrada al Atrio del Tabernáculo, así como las puertas de entrada al lugar santo y al lugar santísimo, está dada por la puerta, que simboliza a Cristo, no es sino en el Tabernáculo donde Su presencia lo cubre exclusiva y completamente, de nueva cuenta esto es porque las etapas relativas al lugar santo, la era de la iglesia, y el lugar santísimo, el milenio, son posteriores a Su sacrificio redentor. 80

Pero queda un punto por aclarar, el cual es este el momento preciso para abordarlo: las coberturas del Tabernáculo subsiguientes a la principal.

Como señala Éxodo 26:1 la primer cobertura del Tabernáculo estaba dada por lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, la cual ya se comentó simboliza, al igual que la puerta de entrada al Atrio del Tabernáculo y el Arca del lugar santísimo con su triple contenido, a Cristo en sus tres funciones. Pero después de esta primer cobertura había otras tres: una inmediatamente después de pieles de cabra (Éxodo 26:7), luego otra de pieles de carnero teñidas de rojo y una última de pieles de tejón (Éxodo 26:14), ¿qué pueden significar?

Si la primera cobertura del Tabernáculo de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata simboliza a Cristo en sus tres funciones de manera plena y total, las tres posteriores coberturas vienen a simbolizar el proceso para llegar a ello. Como se comentó, Cristo es profeta, sacerdote y rey, pero esas tres funciones tienen preponderancia en cierto período de la historia: primero profeta, luego sacerdote, y luego rey, pero las tres funciones son de una sola persona. La primer cobertura señala al Arca simbolizando a Cristo en sus tres funciones, pero las coberturas posteriores son el proceso para llegar a ello, de igual forma que el resto del diseño del Tabernáculo, como se verá más delante, apunta a lo mismo: el proceso de la familia de Dios para llegar a ser lo que el Padre pensó desde la eternidad.

Aquí la parte interesante es ¿qué significa cada piel?, pero más interesante que esto es que cada cobertura apunta al proceso histórico en que cada función de Cristo tendría preponderancia.

Como ya se vio anteriormente, si bien el contenido del Arca -las tablas de la ley, la vara de Aharón y la vasija de oro con maná- apuntan a las tres funciones de Cristo como profeta, sacerdote y rey, sólo existe una secuencia posible, relevante, coherente y pertinente, para acomodar en el tiempo esas tres funciones: primero 81

profeta, luego sacerdote y por último rey, pero de igual forma, a manera de corroborar esto, las tres coberturas del Tabernáculo posteriores a la primer cobertura de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, señalan la preponderancia de las tres funciones de Cristo en la historia.

Si se comienza desde el exterior la primer cobertura que se encontraría sería la de tejón, luego la de carneros teñida de rojo y por último, antes de la de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, la de cabra. Esa consecución de pieles, del exterior al interior, apuntan hacia la preponderancia histórica de las tres funciones de Cristo: profeta, sacerdote y rey.

Lo primero que salta a la vista es que de las tres coberturas de pieles previa a la de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, la de tejón es la única que se trata de un animal impuro ya que carneros y cabras son animales puros, con esta característica puede dilucidarse a qué función se refiere esta cobertura, en este caso la de profeta.

De las tres funciones de Cristo la de profeta es la única que cuenta con un rechazo, condena y muerte, es la única que carga sobre sí misma los pecados, las faltas y las transgresiones, es la única que por lo anterior se vuelve rea de destrucción terminando la misma en la tumba.

Sobre esto es curioso que en la Escritura la función de profeta desempeñada por otros siervos de Dios consta de las mismas características y que es una función donde el desprecio, el señalamiento, el rechazo y en muchos casos la persecución y la muerte estaban aunadas a ella.

El tejón como animal impuro implica el rechazo, la condena, las mismas leyes Escriturales señalan una actitud negativa hacia los animales impuros, como en este caso el tejón, por lo que la referencia de estas características relativas al

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tejón pueden muy bien encajar -y de hecho sólo pueden encajar, con la función de profeta, relacionada con la figura del Mesías sufriente.

La cobertura que sigue a la de pieles de tejón, es la hecha con pieles de carnero teñidas de rojo. Sobre estas dos características resaltan: el animal del cual se obtiene la piel y el color rojo con las cuales las mismas están teñidas.

El carnero era el animal que se utilizaba como holocausto cuando la investidura de los sacerdotes (Levítico 8:1-3, 18-21), aunado a esto el color rojo simboliza la sangre derramada de Jesús por la cual entró en el lugar santísimo, como dice la Escritura “Pero cuando Cristo apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna” (Hebreos 9:11-12), lo cual tiene aún mayor énfasis en las profecías relativas al Cristo triunfante que se presenta con las túnicas manchadas de rojo (Isaías 63:1-3, Revelación 19:13).

Por último la cobertura inmediata antes de la de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata era la de cabra. En este punto por un proceso simple de eliminación, la función que simbolizaría esta cobertura sería la de rey. La cabra es un animal puro, al igual que el carnero apto y normado para sacrificio, a diferencia del carnero de menor solemnidad por tamaño, precio y valor, de igual forma, si bien los becerros, carneros y corderos eran sacrificios aptos para holocaustos, el cabrito está referenciado con la expiación por el pecado.

Sobre esto último, todas las profecías relativas al regreso de Cristo como rey de reyes son referidas como al día de la venganza de Jehová (Miqueas 5:15; Isaías 2:12; 34:8 Sofonías 1:7; Ezequiel 30:3), el tiempo en que Dios a través de Cristo pagará a cada cual según sus obras (Romanos 2:6; Revelación 22:12).

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Sobre esto es interesante lo que presenta la Escritura a través de Lucas cuando señala que “[Jesús] vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo[a] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: << El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor>>. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:16-21), se dice que esta referencia es interesante pues Jesús lee una profecía aplicable a Él pero la interrumpe a la mitad enrollando el rollo y entregándolo al ministro, ¿por qué?, porque el resto de la profecía de Isaías hace referencia precisamente a Su regreso, ejecutando Sus juicios con poder y gloria sobre las naciones. La profecía relacionada dice “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya” (Isaías 61:1-3).

Las imágenes proféticas del regreso de Cristo luchando, venciendo y sometiendo a las naciones y estableciendo juicio y justicia tienen una fuerte carga relacionada con estas ideas relacionadas con el ejercicio monárquico. De esta forma la cobertura de pieles de cabra apunta a la función de rey.

De esta manera, el orden consecutivo de las pieles que cubren el tabernáculo, desde el exterior hacia el interior -tejón, carnero y cabra- apunta a la 84

preponderancia histórica de las tres funciones de Cristo en ese orden: profeta, sacerdote y rey, pero como se verá más delante, también apuntan al proceso relativo a los llamados y elegidos que son encontrados fieles.

Volviendo sobre el diseño general del Tabernáculo, como ya se comentó, al atrio representa los 1,500 años referidos a las leyes mosaicas, el lugar santo se refiere a los 2,000 años referidos a la era de la iglesia, y el lugar santísimo se refiere a los 1,000 años relativos al milenio con el que inicia el Reino de Dios, y es precisamente en este punto de la presente obra que con esta información puede entenderse otra simbología relacionada con las coberturas del Tabernáculo.

Como se señala en Éxodo 26, la primer cobertura del Tabernáculo dada de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, estaba confeccionada por diez cortinas (v. 1), cinco unidas a las otras cinco a través de cincuenta -este número es importante- anillos de oro (v. 3-6), lo interesante de esto es que ese punto de unión, como ya se vio, es de donde se colgaba el velo que dividía el lugar santo del lugar santísimo (v. 33), ¿qué puede significar esto? Dado que el velo señalaba la división entre el lugar santo y el lugar santísimo, y dado que ambos simbolizan la era de la iglesia y el milenio, respectivamente, el significado divisorio debe tener alguna relación con el proceso temporal de la historia, ¿qué sucede, qué cambio hay relativo a la conclusión de la era de la iglesia y el inicio del milenio?, ¡la liberación de la corruptibilidad en la que cayó la humanidad como causa de la desobediencia!: “Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios” (Romanos 8:19); “cuando estas cosas empiecen a suceder [el tiempo del fin], erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención” (Lucas 21:28). Curiosamente en la Escritura el número cincuenta, relacionado con un período temporal al final del cual hay liberación, sólo tiene un referente: el año del jubileo.

El jubileo era una indicación dada por Dios y que uno puede leer en el capítulo 25 de Levítico, donde cada cincuenta años se ponían los esclavos en libertad, se 85

dejaban de trabajar las tierras y se restituían las posesiones que se habían comprado, lo interesante es que el inicio del jubileo estaba decretado a iniciar, cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación, la cual era en el día 10 del séptimo mes. 8

Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que

los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. 9

Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez

días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. 10

Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a

todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.

Pudiendo iniciar en cualquier momento o en cualquier fiesta, Dios decreta que el inicio del jubileo coincida, cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación, declarando aún más la naturaleza de esta última, pues el jubileo gira en torno a la liberación del esclavo o cautivo, la restitución de los familiares y la reintegración de las posesiones perdidas.

Así que los cincuenta anillos de oro que están en la división del lugar santo y del lugar santísimo apuntan al momento preciso en que la liberación comenzará para la humanidad: el inicio del milenio con el regreso triunfante de Cristo y la unión con él de sus santos resucitados.

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El altar de bronce (Ex. 38.1-7)

Ya se ha visto el contenido del lugar santísimo, de igual forma se ha comentado el contenido del lugar santo, siguiendo con este orden de ideas queda comentar el contenido del atrio del tabernáculo: el altar de bronce y la pila de bronce.

Cuando uno entraba al atrio del Tabernáculo lo primero con lo que se encontraba era con el altar de bronce. Después del altar de bronce estaba la pila de bronce y luego la entrada al lugar santo.

El altar de bronce era el lugar donde se quemaban los holocaustos, ofrendas y libaciones, de igual forma era donde se quemaban los sacrificios. La ubicación de este en el atrio del Tabernáculo, referido a la era de las leyes mosaicas, apunta a los ritos relacionados con los holocaustos, ofrendas y libaciones, así como con los sacrificios, relacionados con dichas leyes y con dicha era, holocaustos, ofrendas y libaciones así como sacrificios que concluirían una vez iniciara la era de la iglesia.

Éxodo 27 1

Harás también un altar de madera de acacia de cinco codos de longitud, y

de cinco codos de anchura; será cuadrado el altar, y su altura de tres codos. 2

Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán parte del

mismo; y lo cubrirás de bronce. 3

Harás también sus calderos para recoger la ceniza, y sus paletas, sus

tazones, sus garfios y sus braseros; harás todos sus utensilios de bronce. 4

Y le harás un enrejado de bronce de obra de rejilla, y sobre la rejilla harás

cuatro anillos de bronce a sus cuatro esquinas. 5

Y la pondrás dentro del cerco del altar abajo; y llegará la rejilla hasta la

mitad del altar. 87

6

Harás también varas para el altar, varas de madera de acacia, las cuales

cubrirás de bronce. 7

Y las varas se meterán por los anillos, y estarán aquellas varas a ambos

lados del altar cuando sea llevado. 8

Lo harás hueco, de tablas; de la manera que te fue mostrado en el monte,

así lo harás.

Muchos de los símbolos aunados al diseño del altar de bronce ya se han comentado para otras disposiciones del Tabernáculo, no se ahondará más en ello, pero si se señalará la información nueva que con respecto al mismo se entrega.

Lo primero que salta a la vista, al igual que con la pila que más delante se verá, es que ambos eran de bronce, no de oro como las disposiciones relativas al lugar santo y al lugar santísimo, relacionadas con la divinidad, con la magnificencia, con la plenitud. En este caso el bronce es un metal de menor dignidad, de menor nobleza que el oro, lo cual es acorde a la era de las leyes mosaicas imperfectas

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(Romanos 8:3; Hechos 13:39), que sólo apuntaban como sombras al sacrificio redentor de Jesús (Hebreos 9:11; 10:1).

Sobre esto Pablo señala en Hebreos 7:11-16, 22-28

11

Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12

Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13

y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14

Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. 15

Y esto es aún más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, 16

no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. … 22

Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

23

Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24

mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25

por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26

Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;

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27

que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28

Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

Volviendo sobre el altar de bronce, las medidas del mismo están dadas por cinco codos de longitud, cinco codos de anchura y tres codos de altura, es decir 75 codos de volumen total, ¿qué significará? Si bien en otras mediciones de las otras disposiciones relativas al Tabernáculo el volumen total arroja alguna comprensión subyacente, en este caso las medidas del altar de bronce deben ser abordadas de forma diferente.

Como se vio cuando se abordó el análisis del altar del incienso ubicado en el lugar santo, éste media un codo de largo, un codo de ancho y dos codos de altura, dando un volumen total de dos que ya se comentó, pero lo interesante es como la altura excede lo largo y lo ancho, es decir, en cuanto a la relación hacia arriba, con Dios, es mayor, más pleno, más completo.

Pero en el caso del altar de bronce no es así, sus medidas con cinco codos de longitud, cinco codos de anchura y tres codos de altura, siendo que son estas medidas las que nos arrojan luz sobre el mismo, no el volumen total como en otras disposiciones del Tabernáculo, ¿por qué?, porque queda evidente que la altura es mucho menor que lo largo y lo ancho, es decir, los holocaustos, ofrendas y libaciones, así como los sacrificios, son muy limitados, de hecho incluso imperfectos, en la relación hacia arriba, con Dios, por tratarse simplemente de sombras de lo venidero: el sacrificio perfecto y santo de Cristo, nuestro Señor y Salvador.

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Por último, los cuatro cuernos (v. 2) representan los cuatro puntos cardinales, es decir, la simbología relativa al altar de bronce aplica para los redimidos de toda nación, raza, pueblo y lengua, como sombra del sacrificio redentor de Cristo que nos redime ante el Padre (Hebreos 10:10).

En este punto es importante reparar en algo: Sólo dos cosas del Tabernáculo tienen cuernos, el altar de bronce, en el atrio del Tabernáculo, y el altar del incienso en el lugar santo, ¿qué significará esto? El altar de bronce, como ya se vio, está relacionado con el sacrificio redentor de Cristo, mientras que el altar del incienso con las oraciones que por medio de Él y en Su nombre se expresan. Esta correlación está evidenciada en dos momentos del Éxodo, cuando el Pueblo de Israel andaba por el desierto, dos momentos referidos en imagen a Cristo, imágenes que tienen su contraparte en el altar de bronce y en el altar del incienso. Esos dos momentos se refieren uno a cuando Moisés golpea la roca para dar agua al pueblo de Israel (Éxodo 17:1-7), el otro a la instrucción que Dios dio (aunque Moisés no la siguió, lo que le causó no entrase a la tierra prometida) de que, en una segunda ocasión que el pueblo tuvo sed, ya no golpear la roca para obtener agua sino hablarle (Números 20:1-12).

En estos dos relatos de Éxodo y Números la roca simboliza a Cristo (Mateo 21:42; Marcos 12:10; Lucas 20:17), la primera vez que se le golpea para obtener agua se refiere a la muerte de Jesús que nos redime ante el Padre dándonos vida; la segunda vez que se le debió hablar a la roca, ya no golpearla, se refiere a las oraciones que por Cristo son recibidas por el Padre para darnos vida.

Este pequeño detalle tan significativo, el de los cuernos del altar de bronce y del altar del incienso, que nos permite entender lo que ambos simbolizaban, todavía nos permite ir más allá en esta comprensión ya que el altar de bronce, símbolo del sacrificio redentor de Cristo, se halla en el atrio del Tabernáculo, por su parte el altar del incienso, símbolo de las oraciones que por medio y en nombre de Cristo se dicen está en el lugar santo. El atrio del Tabernáculo, como ya se vio, 91

representa los 1,500 años relativos a las leyes mosaicas, por su parte el lugar santo, como ya se vio, representa los 2,000 años de historia de la iglesia, pero vemos que todo el diseño del Tabernáculo tiene un tercer espacio relativo al lugar santísimo, relacionado, como ya se vio, con el milenio, ¿podrán estos tres espacios de igual forma estar relacionados con las tres funciones de Cristo de profeta, sacerdote y rey? Así es.

El atrio representa los 1,500 años de la ley, al altar de bronce, donde se hacían los holocaustos, ofrendas y sacrificios, apuntan al sacrificio redentor de Jesús. Ese sacrificio redentor de Jesús, como se ha señalado en diversos momentos de la presente obra, tiene su realización en la función preponderante de profeta de Cristo. Esto es sumamente emblemático pues habla de Cristo como fuente y centro de los 1,500 años relativos a las leyes mosaicas que culminan con su muerte.

El lugar santo representa los 2,000 años de la iglesia, el altar del incienso simboliza las oraciones que por medio y en nombre de Jesús, desempeñando en esta era la función preponderante de sumo sacerdote, por lo que de nueva cuenta Cristo es fuente y centro de esta era.

Por último, y aunque el Arca no tiene cuernos, a través de un proceso de eliminación simple, puede entenderse que el lugar santísimo, referido al milenio, hace referencia a Cristo como rey de reyes y señor de señores.

Este entendimiento, si bien corrobora aún más las tres funciones de Cristo y su orden consecutivo representadas en todo el diseño del Tabernáculo -funciones que de igual forma, como se verá más delante, apuntan al proceso a seguir por todo llamado y elegido-, proporciona una comprensión que servirá para entender, más delante, una duda que siempre han tenido los estudiosos de la Escritura: ¿a qué se refiere la Escritura cuando menciona el Tabernáculo de David?

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Aceite para las lámparas (Lv. 24.1-4)

El candelabro de oro que estaba en el lugar santo requería de aceite para arder.

Éxodo 27 20

Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas

machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. 21

En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del

testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.

Respecto de esto la información que da relevancia para la comprensión del simbolismo aunado al aceite de las lámparas es que el mismo estaba hecho de olivas y estas debían ser machacadas.

La imagen del olivo señala a la familia de Dios, esto es importante comprenderlo pues en la actualidad grupos mesiánicos señalan que los gentiles son injertados en el pueblo histórico de Israel, por lo que deben guardar cuestiones de las leyes mosaicas ya superadas, pero la lectura que de esto da la Escritura no deja lugar a dudas, los gentiles no son injertados en el pueblo histórico de Israel, sino en la familia de Dios.

Sobre esto Romanos 11:11-24 señala: 11

Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna

manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.

93

12

Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de

los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? 13

Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los

gentiles, honro mi ministerio, 14

por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y

hacer salvos a algunos de ellos. 15

Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su

admisión, sino vida de entre los muertos? 16

Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es

santa, también lo son las ramas. 17

Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo

silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, 18

no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la

raíz, sino la raíz a ti. 19

Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.

20

Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en

pie. No te ensoberbezcas, sino teme. 21

Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te

perdonará. 22

Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente

para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 23

Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues

poderoso es Dios para volverlos a injertar. 24

Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y

contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

El versículo 17 de Romanos 11 es el que permite entender esta cita. Para ello es menester fijarse que hay tres actores en esta relatoría: las ramas naturales, las 94

ramas injertadas y la raíz. Las ramas naturales tal como se deduce de la exposición de ideas (v. 11 ss) es el pueblo histórico de Israel, las ramas injertadas (v. 11 ss) son los gentiles, pero ambos son sostenidos por la raíz, ahora bien la raíz no es la rama, la raíz es lo que sostiene a ambas ramas: el pueblo histórico de Israel y los gentiles, la raíz, que es una, es la familia de Dios, la congregación del Antiguo Testamento (Hechos 7:38), el pueblo histórico de Israel, y la iglesia de Dios del Nuevo testamento (Mateo 16:18), a esa raíz pudiéramos referirnos como al Israel de Dios (Gálatas 6:16), entendiendo Israel, como ya se comentó, a todo aquel que vence, considerado por ello parte de la familia de Dios (Efesios 2:19).

Por su parte la referencia al machacar apunta al proceso de acrisolamiento mediante los cuales los hijos de Dios van adquiriendo el carácter perfecto y santo de Dios (1 Pedro 1:7; Job 23:10).

95

La fuente de bronce

En el atrio del Tabernáculo, entre el altar de bronce y la entrada al lugar santo, se encontraba la fuente de bronce, esta fuente era un receptáculo con agua la cual se utilizaba para los lavamientos de los sacerdotes.

Viendo su disposición, entre el altar de bronce y el lugar santo, puede entenderse como algo aplicable a ambos o bien un puente entre esos dos espacios, el entendimiento de la misma está dada por su contenido, el agua, y su uso, el lavamiento, los cuales aplican a la Palabra de Dios: “…Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5:25-26).

Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento tienen su referente en la Palabra de Dios, la fuente de bronce conteniendo agua para el lavamiento apunta a esto, con todo y todo que la misma puede verse como un puente de enlace entre ambos espacios la fuente se encuentra en el atrio del templo, ya que la totalidad de la Palabra de Dios apuntaba y apunta a la figura de Cristo: “Escudriñad las Escrituras [Jesús les dijo]; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).

Éxodo 30 17

Habló más Jehová a Moisés, diciendo:

18

Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavar;

y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua. 19

Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies.

20

Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para

que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para Jehová, 96

21

se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por

estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.

Lo interesante de esta disposición, a diferencia de todas las que se han visto relacionadas con el Tabernáculo, es que las instrucciones relativas a la fuente de bronce no incluyen medida alguna, esto porque la Palabra de Dios, no tiene límites, es eterna.

Las indicaciones sobre el uso del agua apuntan a disponer correctamente a los sacerdotes para el desempeño de sus funciones, lo cual está referenciado con la disposición que genera en los llamados y elegidos la Palabra de Dios la cual “es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). El lavatorio de pies apunta a caminar delante de Dios: “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1). El lavatorio de manos apunta a obrar conforme Su voluntad: “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad” (Mateo 7:21-23).

Al igual que el altar que estaba en el atrio del Tabernáculo, el material de la fuente es de bronce, ya que la totalidad, la perfección de lo que apuntaban en la era de las leyes mosaicas tendría su cumplimiento pleno con la vendida de Cristo.

97

98

Una fotografía dinámica de la familia de Dios

En este punto de la obra uno puede tener ya una visión panorámica del tema, es decir, del Tabernáculo, y de cómo su diseño es una fotografía dinámica de la familia de Dios.

Cuando uno ve una fotografía lo que mira es la captura de un momento preciso en el tiempo de algún acontecimiento, situación o persona, pero en el caso del Tabernáculo el mismo, si bien representa a la familia de Dios, dado que se trata de un proceso, el mismo es dinámico.

La representación del Tabernáculo, como ya se vio, apunta a Cristo, en el proceso relativo a Sus tres funciones, Él es el origen y consumación de nuestra fe (Hebreos 12:2), pero de igual forma apunta a todos aquellos llamados, elegidos y fieles de todos los tiempos en su proceso para ser como Cristo.

El Arca, como ya se comentó, representa a Cristo, su contenido apunta a las tres funciones relativas a Su persona, el hecho de que su contenido triple esté en una sola Arca y no en tres, implica que las tres funciones, profeta, sacerdote y rey, son realizadas por una misma persona.

La deducción lógica del proceso consecutivo a realizar esas tres funciones está de igual forma corroborada por el orden consecutivo de las capas de pieles que cubrían el Tabernáculo, de igual forma las puertas de todo el conjunto apuntan a Cristo en sus tres funciones.

Todas las puertas son Cristo (Juan 10:9), la de entrada al atrio, la de la entrada al lugar santo y la de la entrada al lugar santísimo. Es por eso que las tres están diseñadas de igual forma (Éxodo 26:31, 36; 27: 16). Sólo hay una puerta, Cristo, tres momentos, sí, donde el mismo va abriendo camino hacia la consumación del plan de Dios respecto de Su familia, pero una sola puerta. Los materiales de 99

dichas puertas apuntan precisamente a las tres funciones que Cristo realizaría en los tres momentos de la historia de la salvación: en la era de las leyes mosaicas, en la era de la iglesia y en la era del milenio, dicho de otra forma Cristo en la era de las leyes mosaicas entregando la Ley3, Cristo en la era de la iglesia edificándola, y Cristo en el milenio estableciendo Su reinado. Esos tres momentos están correlacionados con sus tres funciones: la era de las leyes mosaicas con su función preponderante de profeta, la era de la iglesia con su función preponderante de sacerdote, la era del milenio con su función preponderante de rey.

Visto el proceso desde el lugar santísimo hasta la puerta del atrio del Tabernáculo, dicho de otro modo: de adentro hacia afuera, presenta los tres momentos de la salvación referidos a Cristo, los llamados y elegidos que son encontrados fieles y el resto de la humanidad. La resurrección de Cristo lo hizo el primero de entre los muertos (Colosenses 1:18), los llamados y elegidos que sean encontrados fieles serán aquellos que a Su regreso serán transformados en cuerpos de gloria como el suyo (Filipenses 3:21), después vendrá la etapa donde el resto de la humanidad de todos los tiempos tendrá la oportunidad de conocer la Verdad y aceptándola ser salvos (1 Corintios 15:23-24)4. Esos tres momentos, representados por los espacios del Tabernáculo de adentro hacia afuera son el lugar santísimo, el lugar santo y el atrio del Tabernáculo, es decir, en cuanto a la conformación de la familia de Dios: uno (Cristo), algunos (llamados, elegidos y fieles en el presente siglo), todos (resto de la humanidad).

Pero de igual forma, todo el diseño, visto desde la puerta del atrio del Tabernáculo y hasta el lugar santísimo, representa el proceso a seguir por cada persona en lo 3

Para un discernimiento del papel de Cristo en el Antiguo Testamento se sugiere la obra “La imagen del Dios invisible -el Hijo unigénito como revelador de Dios Padre-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo. 4 Para un discernimiento del destino de aquellos que a lo largo de toda la historia de la humanidad no conocieron la Verdad se sugiere la obra “Los otros muertos -¿Qué pasa con quienes no conocieron a Jesús?-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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individual y por la humanidad en lo general, para llegar a ser como Cristo: primero profetas, luego sacerdotes y por último reyes. Estos tres momentos a su vez apuntan a los tres nacimientos necesarios para ser considerados llamados, elegidos y fieles: el natural, el del agua y el del espíritu. El nacimiento natural es el que todos experimentamos al nacer carnalmente de nuestra madre, el nacimiento del agua es cuando al ser bautizados venimos a nacer a una nueva vida en la iglesia de Dios, el nacimiento del Espíritu será cuando a la venida de nuestro Señor, aquellos que sean encontrados fieles serán transformados en cuerpos de gloria como el suyo para ser con él reyes y sacerdotes. Estos tres momentos son necesarios para ser parte de la familia de Dios (Juan 3:5), es por ello que en revelación a los santos se les define como aquellos que son considerados llamados, elegidos y fieles (Revelación 17:14).

Las tres grandes áreas del diseño del Tabernáculo apuntan de igual forma a estos tres grandes momentos en la vida de cada persona en lo particular y de la humanidad en sí en lo general: el atrio representa a los que son llamados, considerando el área del mismo muchos por cierto (Mateo 22:14 p.p.); el lugar santo representa a aquellos llamados que con elegidos, considerando el área del mismo pocos por cierto (Mateo 22:14 u.p.); y el lugar santísimo representa a aquellos llamados y elegidos que son encontrados fieles (Revelación 17:14), considerando el área del mismo sólo algunos de los llamados y elegidos.

De igual forma todos los enseres del Tabernáculo tienen una correspondencia con las fiestas santas que Dios dio a Su pueblo5: En el atrio del Tabernáculo, la era de las leyes mosaicas, la Pascua está representada por el altar de bronce (símbolo de la muerte de Cristo); Primicias está representada por la fuente de bronce (símbolo de la resurrección de Cristo); en el lugar santo, la era de la iglesia, Panes sin levadura está representado por los panes colocados en la mesa de la

5

Para un discernimiento de las celebraciones que Dios encomendó a Su pueblo se sugiere la obra “Las Fiestas Solemnes de Jehová -El Plan de Dios con respecto a Su familia-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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proposición (símbolos de la vida perfecta y santa a las que los llamados y elegidos han sido convocados), Pentecostés está representado por el candelabro de oro (símbolo del Espíritu Santo), Trompetas está representado por el altar del incienso (símbolo de los llamados y elegidos que son aceptos para reinar con Cristo); y en el lugar santísimo, la era milenial, Expiación está representada por el propiciatorio, la tapa del Arca, sobre la cual una vez al año el Sumo Sacerdote vertía la sangre para la expiación de los pecados del Pueblo (símbolo del sacrificio de Cristo que redime a la humanidad, con lo que el inicio de los enseres del Tabernáculo –el altar de bronce- y el final del mismo –el Arca- se unen lo que apunta a Cristo como iniciador y consumador de nuestra fe -Hebreos 12:2-), y Tabernáculos está representado por el Arca en sí (simbolizando la estatura perfecta de Cristo (Efesios 4:13) alcanzada por los llamados, elegidos y fieles quienes han llegado a ser semejantes a Jesús -1 Juan 3:2-).

En este punto, así como se hizo al inicio de la presente obra al hablar de las tres funciones de Cristo, es menester señalar que los cristianos de igual forma tenemos que replicar esas tres funciones ya que ese es nuestro llamamiento.

En la figura de Cristo podemos ver reestablecido el sacerdocio de Melquisedec, aunque en esta ocasión de manera eterna, de igual forma, si se ha restablecido el sacerdocio de Melquisedec en la figura de nuestro Señor Jesús (Hebreos 7:12), y si nosotros estamos llamados a ser coherederos con Él (Romanos 8:17) y de igual forma ser profetas (Marcos 16:15-18), reyes y sacerdotes (Revelación 1:6), se hace necesario que en nuestra persona se identifiquen esas tres funciones, “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios 2:10).

102

Profeta Al igual que Cristo, quien decide seguirle como parte de la respuesta al llamamiento del que se ha sido objeto, tiene la encomienda de proclamar la verdad que del Padre ha sido revelada.

Romanos 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?

Hechos 8:30-31, Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él… Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.

Estas dos citas hacen énfasis en la necesidad que tiene quien quiere conocer la verdad del Padre, de contar con alguien que lo guíe en el conocimiento de Dios de manera correcta, lo cual es corroborado con la sentencia siguiente:

Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Es por ello que lo que se conoce como la Gran Comisión implica, para el cristiano, proclamar el mensaje del Evangelio:

Mateo 28:19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. 103

Marcos 16:15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.

Lucas 24:47-48 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando por Jerusalén. De esto, ustedes son testigos.

Hechos 1:8 pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Mateo 5:14-16 14

»Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no

puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.

El entendimiento, acatamiento y realización de esta función, la de profeta, puede verse desde los primeros momentos de la iglesia naciente:

Hechos 2:38 Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.

104

En ese sentido, quien así hiciere será reconocido, más sin embargo quien no desempeñe esta función será rechazado:

Mateo 24:45-51 45

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su

casa para que les dé el alimento a tiempo? 46

Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle

haciendo así. 47

De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.

48

Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;

49

y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los

borrachos, 50

vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora

que no sabe, 51

y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el

lloro y el crujir de dientes.

Sacerdote La función sacerdotal, bajo al sacerdocio de Melquisedec reestablecido por Cristo, implica para el cristiano su desempeño a través de Jesús como Sumo Sacerdote:

Hebreos 10:19-20 Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne

105

Este acceso al Lugar Santísimo, ganado por Cristo, implica para los cristianos la compartir con Jesús la función sacerdotal:

1 Pedro 2:9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.

Romanos 15:16 para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.

Este desempeño de la función sacerdotal por los cristianos no implica la perfección y santidad de estos últimos sino el inicio de la función en tanto los creyentes son edificados:

1 Pedro 2:5 también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

Y como parte de esta función hay desempeños específicos a los que los creyentes con llamados unidos a Cristo Jesús:

106

Romanos 12:1 Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable (agradable) a Dios, que es el culto racional de ustedes.

Romanos 6:13 ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Hebreos 13:15-16 Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios.

Rey

La función de rey como parte de quienes han sido llamados a salvación en el presente siglo, tiene una connotación principalmente profética:

Revelación 1:5-6 Y Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los signos de los siglos. Amén

107

Revelación 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

Revelación 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Isaías 2:3 (Miqueas 4:2) Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.

Más sin embargo los desempeños inherentes a la función real, tienen verificativo inicial en el presente siglo en la vida de los creyentes:

Mateo 20:25-28 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

1 Corintios 6:1-4 ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, 108

¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Sí, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?

Esta función real implica que en el presente siglo, los llamados a salvación, deben poner a trabajar los talentos con los que han sido dotados, ya que quien hace así será reconocido, mientras que quien no produce será condenado:

Mateo 25:14-30 14

Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos,

llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15

A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme

a su capacidad; y luego se fue lejos. 16

Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó

otros cinco talentos. 17

Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.

18

Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero

de su señor. 19

Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló

cuentas con ellos. 20

Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos,

diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21

Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre

mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 22

Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos

talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.

109

23

Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre

mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 24

Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te

conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25

por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo

que es tuyo. 26

Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que

siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27

Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo,

hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28

Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.

29

Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo

que tiene le será quitado. 30

Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el

crujir de dientes.

Lo anterior puede enlazarse con la parábola de las minas ya que, quienes en este siglo trabajen con aquello que se les dotó buscando primero el Reino de Dios y SU justicia, serán recompensados en el siglo venidero, bajo el reinado de Cristo, de dominio sobre ciudades:

Lucas 19:11-27 11

Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto

estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 12

Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino

y volver. 13

Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad

entre tanto que vengo. 110

14

Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada,

diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15

Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él

a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16

Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.

17

Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel,

tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18

Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.

19

Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades.

20

Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada

en un pañuelo; 21

porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo

que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22

Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo

era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 23

¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo

hubiera recibido con los intereses? 24

Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene

las diez minas. 25

Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.

26

Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; más al que no tiene,

aun lo que tiene se le quitará. 27

Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre

ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí. Como puede verse, los cristianos, a imagen de su Señor, incorporan en su persona las tres funciones de profeta, sacerdote y rey, con todo y todo la pregunta sería ¿cuál de estas tres funciones tiene preponderancia en el siglo actual? “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte 111

segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años” (Revelación 20:6), como puede verse, si bien en el presente siglo las tres funciones de profeta, sacerdote y rey están siendo desempeñadas por los cristianos, la realización plena de las dos últimas está condicionada a ser considerados para participar en la primer resurrección, luego entonces la función que en la actualidad tienen mayor preponderancia es precisamente la de profeta.

Si bien la cita anterior permite llegar a esta conclusión, este razonamiento no es del todo necesario ya que leyendo las citas referidas a las funciones que como profeta, sacerdote y rey debe desempeñar un cristiano, como ya se han visto, puede evidenciarse que el llamado preponderante para este siglo, que no el único, es precisamente el ser profeta.

Entender esto no es cosa menor ya que implica el comprender, aceptar y ejercer los desempeños aunados con la función de profeta proclamando el Evangelio, siendo de esta forma luz del mundo, y dando testimonio a las naciones de la verdad del Padre.

De esta forma comprender el diseño del Tabernáculo permite conocer a Cristo en sus funciones a lo largo de la historia de la salvación, lo cual arroja muchas luces sobre ello, pero de igual forma permite conocer el proceso a seguir por cada persona y por la humanidad en su proceso a ser conformados a la imagen de Cristo (Gálatas 4:19).

112

Otros templos

En estricto orden de ideas el capítulo precedente bien podría ser el último de la presente obra ya que la misma versa sobre el Tabernáculo, pero en la Escritura hay ideas relacionadas con este tema que merecen ser consideradas cuando se trata este tema siendo esas ideas principales las relacionadas con aquellos otros templos que menciona la Escritura: el Templo de Salomón, el Tabernáculo de David y el Templo de Ezequiel.

Templo de Salomón (1 Reyes 6-7)

Conocidos es por todos la construcción de lo que se conoce como el Templo de Salomón: David tiene la intención de construir el Templo pero Dios le dice que no será Él sino su hijo quien lo haga (2 Samuel 7:12-13; 1 Reyes 8:19), es así como Salomón se da a la tarea en su reinado de construir el Templo (1 Reyes 6) que sería un referente para hablar de los tiempos de gloria del Pueblo de Israel, ¿qué nos dice esta construcción?

1 Reyes 6 (2 Cr. 3.1-14) 1

En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron

de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová. 2

La casa que el rey Salomón edificó a Jehová tenía sesenta codos de largo

y veinte de ancho, y treinta codos de alto. 3

Y el pórtico delante del templo de la casa tenía veinte codos de largo a lo

ancho de la casa, y el ancho delante de la casa era de diez codos. … 113

17

La casa, esto es, el templo de adelante, tenía cuarenta codos.

… 20

El lugar santísimo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte

codos de largo, veinte de ancho, y veinte de altura; y lo cubrió de oro purísimo; asimismo cubrió de oro el altar de cedro.

Lo más importante del diseño del Templo de Salomón son las medidas del equivalente al Tabernáculo, como dice el versículo 2, éste “tenía sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto”. Si se compara con el Tabernáculo se verá que el Templo de Salomón era exactamente el doble en cuanto a dimensiones del Tabernáculo, el cual medía de largo 30 codos y de ancho 10 codos como se vio en su momento.

Estas proporciones se mantienen en cuanto a las dimensiones del lugar santo y del lugar santísimo del Templo de Salomón con respecto del Tabernáculo. El versículo 17 señala que “el templo de adelante”, es decir, el lugar santo, “tenía cuarenta codos” de largo, lo cual es el doble de los 20 codos que media el mismo espacio en el Tabernáculo, de igual forma, como menciona el versículo 20, el lugar santísimo tenía 20 codos de largo, lo cual es el doble de lo que medía el mismo espacio en el Tabernáculo. Ambos espacios, como ya se comentó, medían de ancho 20 codos, el doble que el ancho del Tabernáculo, y de igual forma medían 20 codos de altura, el doble de la altura del Tabernáculo.

Si bien el tema del Templo de Salomón da para un estudio específico, la gran mayoría de los símbolos relacionados con su diseño son un redundancia de los mismos ya comprendidos respecto del Tabernáculo, es por ello que no se ahondará en ellos en la presente obra, más sin embargo el doble de las dimensiones del Templo de Salomón con respecto al Tabernáculo sí es un punto de extrema relevancia para la comprensión del tema relativo a la historia de la salvación.

114

Si puede establecerse una analogía de los tres templos mencionados -el Tabernáculo, el Templo de Salomón y el Templo de Ezequiel, puede verse que existe una correspondencia con las tres eras relativas a la historia de la salvación la era de las leyes mosaicas, la era de la iglesia, la era milenial. De esta forma al Templo de Salomón le correspondería la era de la iglesia, ¿y qué sucede en la era de la iglesia? “ambos pueblos [judíos y gentiles] hizo uno” (Efesios 2:14), ¡de los dos pueblos hizo uno!, ¡por eso se doblan las dimensiones del Templo de Salomón respecto del Tabernáculo!, porque hay dos pueblos igual de valiosos, igual de importantes para Dios, el pueblo histórico de Israel y las naciones gentiles del mundo, de los cuales viene a conformarse un solo pueblo, más bien una sola familia: la familia de Dios.

Tabernáculo de David

Lo que se denomina el Tabernáculo de David ha sido un punto de confrontación entre los diferentes estudiosos de la Escritura porque la misma Palabra casi no dice nada de este tema, con lo que las elucubraciones están al orden del día: que si se trataba del correspondiente sólo al lugar santísimo, que si no había propiamente un tabernáculo sino que se trataba del arca colocada en una tienda, que si era otra construcción diferente a la mencionada en Éxodo para resguardar el Arca, y a cada interpretación acompaña una comprensión que decanta hacia un lado u otro las ideas que sobre esto pudiera tenerse, ¿de dónde viene toda esta confusión?

El término Tabernáculo de David aparece en una profecía de Amos, que se verá más delante, así como en una sentencia usada por Jacobo con referencia a dicha profecía, ¡pero la Escritura no menciona más!

Muchos tratando de identificar a qué se refiere la expresión Tabernáculo de David buscan alguna referencia escritural que les permita dilucidar el significado de este 115

término y en la mayoría de los casos lo referencian con una cita contenida en 2 Samuel 7.

2 Samuel 7 (1 Cr. 17.1-27) 1

Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová

le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor, 2

dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el

arca de Dios está entre cortinas. 3

Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque

Jehová está contigo.

Como en este cita David expresa que el Arca de Dios está en cortinas, muchos deducen que el diseño del Tabernáculo de Éxodo ya no existía como tal, que el Arca estaba simplemente en una tienda o cuando mucho en lo que se conoció en su momento como el lugar santísimo, pero la cita no dice nada de eso, sólo indica que el Arca estaba entre cortinas.

En este punto de la presente obra no debe extrañar a nadie ese termino ya que como se vio, el diseño del Tabernáculo tal como se señalaba en Éxodo, constaba precisamente de cortinas, así que este señalamiento de David en ese sentido no cambia para nada la idea original sobre el diseño del Tabernáculo, es decir, y es la premisa que se sostiene, la referencia en esta cita de David respecto del lugar donde estaba el Arca apunta a que el diseño del Tabernáculo seguía respetándose, así como las funciones aunadas a él (1 Crónicas 16:2), pero esto se corroborará con las citas siguientes relacionadas con una profecía y con su cumplimiento, más sin embargo, ¿no habrá algo en la Escritura que nos permita concluir esto? Claro que lo hay.

116

Hechos 7:44‭-48 ‭ Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto. El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. Éste halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. Mas Salomón le edificó casa

Como puede leerse en la cita en cuestión, es el mismo Tabernáculo que el pueblo de Israel tuvo en el desierto el que fue introducido por Josué en la tierra de Canaán y el mismo que existía hasta los tiempos del Rey David quien tuvo en su corazón la intención de construir un templo que lo sustituyese.

Ahora bien, en cuanto a la profecía en cuestión mencionada, esta está contenida en Amós 9:11 y dice “en aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado”, ¿a qué Tabernáculo de David se estará refriendo Amós?, ¿alguna construcción diferente el Tabernáculo de Éxodo?

Para responder a esto lo primero que uno debe ver es que la palabra que se está utilizando para referirse a esa edificación es Tabernáculo, no es tienda, templo, espacio o demás, sino Tabernáculo, nomás con esa indicación uno debería seguir considerando el mismo equivalente que escrituralmente se ha venido entregando respecto del Tabernáculo, es decir, se trata de la misma construcción hecha por Moisés en cuanto a diseño y disposición, pero -y esto es sumamente importantela profecía se refiere a esta construcción como Tabernáculo, lo cual en estricto orden de ideas se refería, como ya se vio, a la construcción que albergaba al lugar santo y al lugar santísimo ya que el área externa a esta construcción se conocía como atrio del Tabernáculo, pero no era parte del Tabernáculo en sí. Es así como la referencia al Tabernáculo de David se refiere al mismo diseño y 117

disposición de lo que se conocía como Tabernáculo pero referido sólo a la construcción que albergaba al lugar santo y al lugar santísimo, esto será corroborado con la última cita relativa a esto que se refiere al cumplimiento de esta profecía y que terminará calzando todas las ideas aquí expresadas.

Hechos 15 12

Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que

contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 13

Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos,

oídme. 14

Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para

tomar de ellos pueblo para su nombre. 15

Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:

16

Después de esto volveré

Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, 17

Para que el resto de los hombres busque al Señor,

Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, 18

Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

Esta cita es la que terminará dando comprensión sobre el tema del Tabernáculo de David, y para ello hay que entender el contexto en la cual es dicha por Jacobo como el cumplimiento de la profecía dada por Amós.

La lectura de la cita permite entender que Jacobo estaba hablando de la historia de la salvación referida a la era de la iglesia, esta era, abierta con la venida del Hijo del Hombre, su muerte y resurrección, concluyó con la era de las leyes mosaicas y abrió el tiempo donde los dos pueblos, judíos y gentiles, podrían venir 118

a conformar la familia de Dios, los versículos 14 al 17 son clave para entender esto.

Si se está refiriendo a la era de la iglesia en la misma el atrio del Tabernáculo había dejado de tener existencia temporal en cuanto a lo que el mismo significaba en la historia de la salvación, pero lo que es el lugar santo y el lugar santísimo por exigencia lógica debían de seguir subsistiendo, ¿por qué?, porque la era de la iglesia está representada por el lugar santo, pero la iglesia no puede existir sin la cabeza, Cristo (Efesios 1:22; 5:23; Colosenses 1:18), representado por el lugar santísimo.

Esta comprensión referida a que el Tabernáculo de David es indicativa de la era de la iglesia (lugar santo) con Cristo como cabeza (lugar santísimo), tiene concordancia con lo dicho de Jesús al respecto:

Juan 4:21-24 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre… Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

La cita anterior, tan conocida por todos, es sumamente importante para entender el apartado siguiente relativo al templo de Ezequiel. La cita es más que clara en cuanto a que a partir de la era de la iglesia la adoración al Padre habría de hacerse por los verdaderos seguidores en espíritu y verdad y que “ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre”, es decir, ya no en un lugar físico y especifico, sino en espíritu y verdad.

119

Si bien lo anterior es claro, cuando se aborda la cuestión al templo de Ezequiel se generan confusiones contradictorias que terminan confundiendo más, de las cuales se abordarán en el siguiente apartado, por ahorita quedémonos con la comprensión de que el Tabernáculo de David (que Dios comienza a reconstruir en la era de la iglesia) son la adoración espiritual (sin un lugar físico y específico) referida propiamente al Cuerpo de Cristo (lugar santo) con Cristo a la cabeza (lugar santísimo).

Así que el Tabernáculo de David se refiere a la construcción que albergaba al lugar santo y el lugar santísimo, ya sin el atrio, y en palabras del profeta Amós apuntaban a la era de la iglesia donde todas las naciones podrían llegar a conformar parte de la familia de Dios, de hecho esta profecía referida a la construcción que albergaba al lugar santo y al lugar santísimo, y que señala la era de la iglesia, también hace referencia al restablecimiento del sacerdocio de Melchisedec, interrumpido temporalmente por el sacerdocio de Aharón, donde las leyes mosaicas han dejado de tener vigencia, no así la Ley de Dios, Sus Diez Mandamientos que siempre han estado vigentes y que lo siguen estando. La profecía referida al Tabernáculo exclusivamente, no al atrio, implica que aquellas leyes que fueron añadidas a causa de las transgresiones (Gálatas 3:19) han sido superadas quedando el Pueblo de Dios, más bien Su familia, así como la Ley de Dios, eterna e inmutable.

Con todo y todo queda una pregunta en el aire, ¿por qué la Escritura se refiere a este Tabernáculo como de David?, para hacer referencia a un momento específico de la historia de Israel, un momento de gloria, unidad, dominio y señorío.

Decir Tabernáculo de David hace referencia al Tabernáculo en sí pero en las condiciones relativas al reinado de David, es algo así como decir Tabernáculo de Moisés, término que algunos utilizan para referirse al Tabernáculo tal como fue construido, dispuesto y operado en tiempos de Moisés, pero igual ¿por qué Tabernáculo de David?, para diferenciar al Tabernáculo en otros momentos de la 120

historia de Israel: el Tabernáculo de Moisés hace referencia al mismo en la época del Éxodo, pero la misma es símbolo de prueba, penitencia, corrección; luego viene el Tabernáculo de Josué, ¿cuál es este?, el mismo Tabernáculo pero referido al momento y circunstancias de la época de Josué (Josué 18:1), pero la misma es símbolo de asedios, escaramuzas, batallas y guerras; así puede uno dar seguimiento a la historia de Israel en la cual decir el Tabernáculo de tal o cual personaje (por ejemplo y siguiendo este ejercicio: el Tabernáculo de tal o cual juez) y llegar hasta la época de David como rey con lo que se diría el Tabernáculo de David, sólo que esta época hace referencia a un momento de gloria, unidad, dominio y señorío como no volvería a haber en Israel, es por eso que la profecía de Amós apunta a la era de la iglesia, a la construcción que albergaba al lugar santo y al lugar santísimo, y toma de referencia como sombra de lo venidero la condiciones y circunstancias del miso referido a la época de David. Mayor referencia de esto se tiene cuando se considera que es en la época de David donde el Arca, después de cientos de años, deja de andar errante y viene a asentarse en el lugar definitivo que Dios había establecido desde el principio: Jerusalén (2 Samuel 6).

Por último, y ya con la comprensión debida al término de Tabernáculo de David, puede entenderse una profecía crucial que Cristo hizo respecto de Su segunda venida y que responde a la pregunta de ¿cuántos serán considerados de ser con Él reyes y sacerdotes en el Milenio?

Mateo 24:40-41

Lucas 17:34-36

Entonces estarán dos en el campo; el

Os digo que en aquella noche estarán

uno será tomado, y el otro será

dos en una cama; el uno será tomado,

dejado. Dos mujeres estarán moliendo

y el otro será dejado. Dos mujeres

en un molino; la una será tomada, y la

estarán moliendo juntas; la una será

otra será dejada

tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. 121

Las citas anteriores no pueden referirse a que los recogidos son los miembros de la iglesia de Dios mientras que los dejados atrás son aquellos que no aceptaron la verdad, ¿por qué?, porque dada la proporción que la profecía entrega donde uno es tomado y otro dejado tendríamos que concluir que el 50% de la humanidad está en la iglesia de Dios mientras que el otro 50% no lo está, lo cual no es así, por lo que dicha profecía se refiere n su totalidad a la iglesia de Dios donde el 50% es tomado y el otro 50% es dejado.

La idea de los campos y los obreros trabajando en ellos son el referente del mundo (Juan 4:35) y del trabajo que en el realiza la iglesia de Dios (Lucas 10:2), pero el sólo hecho de ser parte de la iglesia no garantiza ser considerados dignos de reinar al regreso de Cristo, de hecho, según esta profecía, sólo la mitad de los integrantes de la iglesia de Dios serán considerados no sólo como llamados y elegidos sino también como fieles (Revelación 17:14).

Ahora bien, ese 50% de la iglesia de Dios que será considerado digno de estar en pie al regreso de Cristo, ¿se refiere a los miembros que estén vivos a Su regreso?, no, se refiere a todos –muertos o vivos al regreso de Cristo- los que en algún momento han aceptado la salvación de Cristo y llegado a formar parte de Su cuerpo, ¿cómo podemos saber esto?, porque no sólo se menciona agente que esté trabajando sino también a gente que de noche está en cama, es decir durmiendo, referencia a la muerte.

Con todo y todo, ¿hay más elementos que permitan entender de esta forma esa profecía?, sí que lo hay ¡y está precisamente dado por el Tabernáculo de David! Como ya se vio cuando se analizó el diseño del Tabernáculo, incluso cuando se vio el Templo de Salomón, siempre el lugar santo es el doble de tamaño del lugar santísimo, en otras palabras, el lugar santísimo es la mitad, 50%, del tamaño del lugar santo. El lugar santo es la era de la iglesia, el lugar santísimo el Milenio, siendo así que no todos los que están en la era de la iglesia como parte de esta serán considerados dignos de entrar al Milenio como reyes y sacerdotes con 122

Cristo sino sólo la mitad, el 50%, esto arroja concordancia y coherencia sobre las profecías que al respecto se han comentado así como con el diseño del Tabernáculo.

Con este entendimiento vuélvase a leer la parábola de las diez vírgenes, 5 prudentes (50%) y 5 fatuas (50%), todas ellas invitadas a las bodas, y se verá que la referencia es en concordancia con lo comentado:

Mateo 25 1

Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que

tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2

Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.

3

Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;

4

mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus

lámparas. 5

Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

6

Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a

recibirle! 7

Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus

lámparas. 8

Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque

nuestras lámparas se apagan. 9

Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras

y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10

Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban

preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11

Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor,

ábrenos! 12

Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

123

13

Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre

ha de venir.

Sirva lo anterior para no dar por sentada la justificación que por medio de la salvación podemos alcanzar sino a trabajar con temor y temblor en ello y ser considerados dignos de reinar con Cristo a Su regreso.

Tercer templo Ezequiel 40-48

La tercer idea relacionada con el Tabernáculo es lo que se conoce como el Templo de Ezequiel, más comúnmente conocido como Tercer Templo, en la presente obra de igual forma se referirá a éste como Tercer Templo, pero entendiendo esto de otra forma a la tradicional.

Quienes se refieren al Templo de la profecía de Ezequiel como Tercer Templo cuentan como el primero al Templo de Salomón, como el segundo al Templo reconstruido por Esdras y Nehemías, siendo que este, el de la profecía de Ezequiel sería así el tercero en ese orden. Más sin embargo el Templo de Esdras y Nehemías solamente significó la reconstrucción del Templo de Salomón, no implicó cambios en su diseño o disposición, por lo que no puede considerarse este como un segundo templo, ¿entonces cómo es que aquí se le llama al Templo de la profecía de Ezequiel como Tercer Templo? Por qué en efecto es el tercero si se considera que el primero fue el Tabernáculo y que el segundo es el de Salomón.

En el Tabernáculo, como ya se vio, se ven representadas, entre otras cosas, las tres eras de la historia de la salvación, la era de las leyes mosaicas, la era de la iglesia y la era milenial, de igual forma esas tres eras tienen su referente en estos tres templos: el Tabernáculo referido a la era de las leyes mosaicas, el Templo de Salomón -doble en dimensiones con respecto al Tabernáculo por representar a los 124

dos pueblos de los cuales en la era de la iglesia se han hecho uno- referido a la era de la iglesia, y el Tercer Templo referido a la era milenial.

Esto último, es decir, la referencia al Tercer Templo como parte de la era milenial es evidente por el contexto de la profecía en la cual está dado, con todo y todo hay diferentes opiniones encontradas respecto de cuándo será construido este Tercer Templo, algunos suponen que será antes de la venida de Cristo para que en él pueda sentarse aquel inicuo que habla la profecía que se sienta en el trono de Dios y se hace pasar por Dios (2 Tesalonicenses 2:4), otros señalan que este Tercer Templo se construirá en el Milenio restableciendo los sacrificios (Ezequiel 43:19) y siendo el lugar a donde todas las naciones peregrinarán cada año siendo que las que no lo hicieren así acarrearán sobre ellas maldiciones (Zacarías 14:17), y unos terceros señalan que este Tercer Templo será construido después del Milenio cuando ya no exista más muerte, ni dolor, ni sufrimiento.

Estas tres opiniones tienen sus puntos débiles, la primera que considera la construcción del Tercer Templo antes del Milenio al parecer no considera que el contexto profético de la construcción del mismo apunta al regreso de Cristo, pero aunque se obvie esto, las dimensiones del mismo -que abarcarían en la actualidad gran parte la Ciudad de Jerusalén (ver imagen comparativa al final de este apartado)- hacen literalmente imposible su construcción al menos por manos humanas: “A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano” (Ezequiel 42:20), una caña mide casi tres metros, así que 500 cañas serían alrededor de 1,500 metros, eso sólo para el Templo en sí, pero el espacio de tierra destinado para servicio de Dios, que incluye el Templo, es veinticinco mil cañas de medir y diez mil de ancho (Ezequiel 45:1), es decir, casi 75,000 metros por 30,000 metros o 75 por 30 kilómetros (ver imagen al final de este apartado).

125

La segunda, que señala la construcción del mismo en el Milenio, implica un restablecimiento de nuevo del sacerdocio de Aharón y los sacrificios aunados al Templo, sacerdocio ya superado por el restablecimiento del sacerdocio de Melchisedec en Cristo y sacrificios ya ineficientes pues los mismos en su momento apuntaban al sacrificio redentor de Cristo.

La tercera, los que señalan la construcción del Tercer Templo posterior al Milenio no consideran que la muerte ya no existe y por lo tanto es imposible llevar a cabo sacrificios de animales, que por ende requieren de morir, en ese Tercer Templo milenial.

Antes de tratar de resolver esto la pregunta sería ¿cuándo se construye este Tercer Templo? En este momento de la obra no debe ser muy complicado responder esta respuesta pues el diseño del Tabernáculo, como ya se vio, apunta a las tres eras de la historia de la salvación y a los tres templos simbólicamente aunadas a ellas, siendo así que este Tercer Templo estaría relacionado con el inicio del Milenio, así que este es el punto de partida para la construcción del mismo, pero ¿y lo señalado anteriormente en contra al respecto?

La gran confusión que origina todos estos puntos de vista divergentes está dada por que se considera que este Tercer Templo será físicamente construido, lo cual aquí se sostiene no será así. Todas las referencias contenidas en la profecía de Ezequiel referidas al Tercer Templo, incluso su simbología, medidas, dimensiones, oficios, apuntan a la familia de Dios resucitada, espiritualizada y glorificada. No se refieren a un templo físico.

Además de los literalmente insuperables obstáculos físicos para construir algo con las dimensiones del Tercer Templo, la presunción de ello va contra lo enseñado por la Escritura y que ya se comentó cuando se vio lo relativo al Tabernáculo de David.

126

Juan 4 19

Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.

20

Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21

Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22

Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23

Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Señalar que antes, durante o después del milenio se construirá físicamente un Tercer Templo implica ignorar la sentencia de Cristo o por lo menos completarla para señalar que primero se iba a adorar en Jerusalén, luego ya no, y luego otra vez; de igual forma implica no considerar o reformar lo dicho en la misma cita por Cristo señalando que primero la adoración sería física, luego espiritual (en Espíritu y en Verdad) y luego volvería ser física. Ambas presunciones anulan o modifican lo dicho por Cristo y van contra la Escritura. Además Cristo señala claramente que a partir de su venida, con la que inicia la era de la iglesia, los verdaderos adoradores adorarían al Padre en espíritu y en verdad, si en el Milenio de nuevo se construye un templo físico, ¿estamos hablando que quienes acudan a Él para adorar de nuevo de manera física y material no serán los verdaderos adoradores?, además Cristo es enfático al decir que “la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre”, ¿se habrá equivocado al no saber que de nuevo se adoraría física y específicamente de nuevo en Jerusalén en un templo, el de Ezequiel-, físico y material? Todo un problema para quienes literalmente leen la construcción del templo de Ezequiel como física y material.

127

La única forma de salvar esto es dándole el peso debido a las palabras de Cristo y aceptando que ya no habrá lugar físico de culto, como en épocas del Antiguo Testamento, menos esto aunado al regreso de los sacrificios relativos.

Como punto interesante de lo dicho sobre este tema es de observarse que lo que equivaldría propiamente al templo, es decir, la construcción que alberga al lugar santo y al lugar santísimo, las dimensiones del Templo de Ezequiel son las mismas que las del Templo de Salomón. Ya se comentó que el significado de que el Templo de Salomón doble las dimensiones del Tabernáculo implica que de dos pueblos, judíos y gentiles, Dios ha hecho uno sólo, pero el hecho de que el Tercer Templo siga respetando dichas dimensiones corrobora aún más lo dicho para el Templo de Salomón pues ya no habría ninguna justificación para que las dimensiones del Tercer Templo crecieran con respecto del Templo de Salomón.

Pero ¿qué no se ha dicho que el Tercer Templo abarca mucho del territorio actual de la Ciudad de Jerusalén?, si, así es, claro esto si se construyera, lo cual como ya se comentó no será así sino que el referente del mismo apunta a la familia de Dios glorificada, pero para contestar la pregunta hay que señalar que lo que excede el espacio relativo al Templo de Salomón -considerando incluso el atrio del mismo- son construcciones adicionales, no parte de la construcción del lugar santo ni del lugar santísimo, las cuales apuntan a la familia de Dios que abarca toda la humanidad.

No es espacio este para abordar toda la simbología aunada a los detalles relativos al diseño del Tercer Templo, diseño que como ya se dijo apunta a una realidad espiritual, detalles que por cierto en la mayoría de los casos, incluso para quienes adoptan la postura de que el Tercer Templo será físicamente construido pre, inter o post milenio, permanecen en la actualidad velados y no pueden interpretarse o comprenderse, lo cual cambiará una vez lo referido al mismo se realice.

128

129

130

Conclusión

El análisis de la simbología que entrega el diseño del Tabernáculo permite entender que el sentido del mismo es Cristo, tanto en su acepción personal bajo la figura de Jesús, el Mesías, nuestro Señor y Salvador, como bajo la figura de aquello a lo que está destinado a ser cada llamado y elegido que sea encontrado fiel, lo anterior representado por el Arca, centro de todo este proceso, de todo este fluir.

Cristo, en su acepción personal como Jesús, está representado por las tres puertas: la de ingreso al atrio del Tabernáculo, la de ingreso al lugar Santo y la de ingreso al lugar Santísimo. De igual forma estos tres espacios están dados por los tres momentos relativos al plan divino sobre la humanidad: los 1,500 años de vigencia de las leyes mosaicas, los 2,000 años de historia de la iglesia de Dios, y los 1,000 años relativos al milenio, respetivamente.

Esos tres momentos de igual forma representan el fluir a través de ellos de la humanidad en su camino a alcanzar a la estatura perfecta de Cristo (Efesios 4:13) y llegar, reflejándole a ser semejantes a Él (1 Juan 3:2).

Si bien esa es la idea general que se desarrolló a lo largo de la presente obra, la misma tiene un sinfín de detalles que arrojan mayor comprensión, tanto en extensión como en profundidad, sobre ello.

Sobre esto último, y considerando, como se dijo en la introducción, que no hay una sola y única comprensión de los temas de la Escritura ya que esta, como su autor, representa multiforme sabiduría, de la cual en el presente siglo “en parte conocemos, y en parte profetizamos” (1 Corintios 13:9), el análisis de este tema es prácticamente inagotable, quedando bajo el lector la tarea de profundizar en él con el entendimiento base que se ha compartido.

131

Con todo y todo, y sobre esto último, hay que advertir de la cautela requerido para ello pues, tal como se comentó en la introducción, hay muchos estudios sobre el tema que bien pueden arrojar interpretaciones que coadyuven a una mayor y mejor comprensión sobre el tema, pero de igual forma hay otros que estirando al máximo las interpretaciones prácticamente crean nuevas y peligrosas doctrinas, ¿el consejo para quien busque ahondar aún más en este tema?, el mismo que da la Escritura: que la profecía –no nomás entendida como la capacidad de ver acontecimientos futuros sino también la de enseñar- se use en la medida de nuestra fe (Romanos 12:6), es decir, que aquellas interpretaciones a las que se acceda e incluso aquellas a las que se llegue a través del propio estudio, análisis, reflexión, meditación y oración, sean acordes, vayan en conformidad y estén circunscritas a los principios doctrinales de la iglesia de Dios.

Salvo esa advertencia, de ahí en fuera, uno puede seguir sacando cosas nuevas y cosas viejas del estudio, reflexión y meditación que sobre este tema, y sobre la Palabra en general, se haga, pidiendo en todo momento luz al Padre para que ese entendimiento conlleve a una comprensión de lo que es bueno, aceptable y perfecto para Dios (Romanos 12:2), para nuestra edificación, conforme a la voluntad del Padre y para SU mayor gloria en Cristo Jesús.

132

Medidas y distribución del Tabernáculo

133

Paz a vos

134

El tabernáculo de reunión - Una fotografía dinámica de la familia de Dios-

Todos los derechos reservados por el autor ©2019

Primera edición

Se permite la reproducción total o parcial de la presente obra, así como su comunicación pública, divulgación o transmisión, mediante cualquier sistema o método, electrónico o mecánico [incluyendo el fotocopiado, la grabación o cualquier sistema de recuperación y almacenamiento de información], siempre y cuando esto sea sin fines de lucro y con la condición que se señale la fuente

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Todas las citas bíblicas de esta publicación han sido tomadas de la Reina-Valera 1960. Utilizado con permiso.

Reina-Valera, 1960® es una marca registrada de Sociedades Bíblicas Unidas, y puede ser usada solamente bajo licencia. 135

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