La Iglesia Nueva Y Dinámica. Por Victor Paul Wierwille.pdf

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La Iglesia Nueva y Dinámica Por Victor Paul Wierwille

Estudios sobre la vida abundante Volumen II

American Christian Press The Way International New Knoxville, Ohio 45871 EE. UU.

Originalmente publicado en 1971 Por The Way International como “The New Dynamic Church” Traducido en 1981 Por The Way International

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A mi hijo John Paul Wierwille

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TABLA DE MATERIAS PREFACIO……………………………………………………….4 PRIMERA PARTE: LA IGLESIA DINÁMICA…………………5 1. Ekklësia: ¿Esposa o cuerpo?...............................................6 SEGUNDA PARTE: EL NACIMIENTO Y CRECIMIENTO DE UN CRISTIANO……………………….15 2. El Compromiso incondicional…………………………...16 3. Cómo ser un cristiano………………………………...… 20 4. Su poder legal de representación……………………….. 23 5. La Clave al poder………………………………………...28 6. Estar en comunión es el secreto………………………….34 7. ¿Qué es la adoración verdadera?.......................................38 8. La Responsabilidad del creyente……………………….. 43 TERCERA PARTE: LA BASE DEL PODER CRISTIANO…....47 9. El Hablar en lenguas……………………………………. 48 10. Cómo hablar en lenguas………………………………….53 11. Llenos hasta desbordar………………………………….. 58 CUARTA PARTE: LA IGLESIA DE HOY……………………..65 12. La Iglesia del primer siglo en el siglo xx………………. 66 13. ¿Por qué hay división?.......................................................75 QUINTA PARTE: VIVIENDO LA PALABRA………………..78 14. El Supremo llamamiento………………………………...79 15. El gozo y la corona del cristiano………………………... 84 16. La Respuesta……………………………………………..91 Sobre el autor…………………………………………………….108

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PREFACIO La Iglesia nueva y dinámica está organizado en cinco partes: "La Iglesia dinámica", "El Nacimiento y crecimiento de un cristiano", "La Base de poder de un cristiano", "La Iglesia de hoy", y "Viviendo la Palabra". Dentro de cada parte hay capítulos, cada uno de los cuales fue investigado y escrito originalmente como un estudio individual. Al agrupar los estudios en temas generales, una persona puede obtener una perspectiva amplia de cómo las partes encajan unas con otras para formar el todo. Sin embargo, ya que los capítulos se escribieron como estudios individuales y luego se clasificaron en unidades según su tema, de vez en cuando el lector notará que no se cubren todos los aspectos de un tema; sin embargo, éstos se han cubiertos en otras investigaciones. Sé que el contenido del Volumen II de Estudios sobre la vida abundante no sólo abrirá más de la Palabra de Dios para usted, sino que también le engrandecerá --mental y física y espiritualmente. Pongamos la Palabra de Dios en nuestros corazones y en nuestras mentes pues es lo único que nos puede dar completa liberación de las tinieblas de este mundo.

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Primera Parte LA IGLESIA DINÁMICA La palabra "Dinámica" en el título de esta parte tiene un significado doble. "Dinámica" denota primordialmente la habilidad de cambiar; lo dinámico está en contraste directo con lo estático, que muestra inercia o invariabilidad. Durante varias administraciones, Dios ordenó que Su pueblo fuera organizado en la ekklësia, la iglesia, los llamados. Bíblicamente a la ekklësia de Israel se le llama la esposa de Cristo, mientras que a la ekklësia de Gracia se le llama el Cuerpo de Cristo. Tanto error ha surgido a causa de confundir estas dos iglesias distintas y separadas que ciertamente se necesita hacer un estudio minucioso tanto de la Iglesia de Israel como de la Iglesia de la Gracia. La iglesia dinámica es la iglesia transformada y en cambio constante. El plan de Dios para la Iglesia de Israel fue llevado a cabo durante la era de la Ley y durante la presencia de Jesucristo sobre la tierra. Sin embargo, desde el día de Pentecostés la ekklësia de Israel ha estado temporáneamente suspendida. Nosotros estamos viviendo durante la era de la ekklësia de Gracia. Pero algún día cuando el retorno de Cristo dé fin a esta era de Gracia la ekklësia de Israel será restablecida. Históricamente la iglesia ha sido dinámica no sólo en el cambiar de una administración a otra, sino también en el poder que Dios le ha dado. Para usar nuestro poder dado por Dios con la máxima efectividad posible, nosotros, como miembros de la Iglesia, debemos tener primero el conocimiento de Su voluntad, la cual está declarada en Su Palabra. Entonces nosotros también podemos ser dinámicos; esto es, teniendo la habilidad de cambiar y enfrentar efectivamente cada situación nueva y diferente con el poder eficaz de Dios.

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Capítulo Uno Ekklësia, ¿Esposa o cuerpo? A menudo los comentarios bíblicos y los que escriben acerca de la Biblia hacen referencia tanto a la Iglesia de los Evangelios como a la Iglesia de las Epístolas llamándolas la esposa de Cristo. Como resultado hacen que ambos usos sean sinónimos. Por lo tanto, no se ha entendido apropiadamente la relación de Cristo con la Iglesia de los Evangelios y con la Iglesia del Libro de Apocalipsis en contraste con la Iglesia de las Epístolas. La Palabra de Dios separa estos dos cuerpos declarando que la esposa de Cristo es la Iglesia de los Evangelios y el Cuerpo de Cristo es la Iglesia de las Epístolas. Pero antes de comenzar un estudio del significado de las dos iglesias, examinemos lo que queremos decir por la palabra "iglesia". Cuando vemos un edificio con un campanario lo señalamos y decimos: "Eso es una iglesia". Este es uno de sus usos --un edificio. Otro uso corriente de "iglesia" es un grupo de gente que se reúne para participar en ciertos ritos religiosos. También nos referimos a distintas denominaciones tales como la Metodista, la Presbiteriana o la Católica Romana como iglesias. Otro uso de la palabra "iglesia" es un grupo de personas que son renacidas del Espíritu de Dios. El significado de "iglesia" varía con su contexto. La palabra griega para nuestra palabra en español "iglesia" es ekklësia, que quiere decir "los llamados". La gente puede ser llamada por varias razones; por ejemplo, si un grupo de gente decide ir a jugar fútbol y entonces se reúne en la cancha, ellos serían una ekklësia porque ellos son llamados a jugar fútbol. En Hechos 19 una turba es llamada una iglesia, una ekklësia. ¿Por qué? Porque una turba está compuesta de un grupo de gente que se ha reunido para un propósito específico. Hechos 19:23-32: Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas [que decía Demetrio], se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! 6

y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia [ekklësia, la iglesia] estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. Una gran compañía de plateros bajo la influencia de Demetrio fue agitada por miedo de que la venida de Pablo al pueblo estaba disminuyendo su cómodo ingreso económico. Pablo predicaba la grandeza de la Palabra de Dios que está en contra del uso de medallas, amuletos y talismanes para representar a Dios y Sus bendiciones. Aunque la turba no estaba segura de cuál era el verdadero asunto bajo consideración, Demetrio los había incitado emocionalmente en contra de Pablo. Un grupo gritaba una cosa y otros otra porque la iglesia, la concurrencia, la ekklësia, estaba confusa. "Y los más no sabían por qué se habían reunido". Esto es una turba --todos se dejan llevar por la asamblea confusa. La palabra "concurrencia" en Hechos 19 es ekklësia, iglesia, los llamados. La ekklësia o los llamados de Israel, la esposa de Cristo, abarca el espacio de tiempo de los Evangelios. Jesucristo vino a la gente de Israel, a los suyos. Esta era de la ekklësia de la esposa es llamada el Reino del Cielo porque el rey proveniente del cielo estaba sobre la tierra. Antes de seguir adelante es necesario aclarar la diferencia entre el Reino del Cielo y el Reino de Dios. El Reino de Dios no tiene principio ni fin. El Reino de Dios abarca toda la existencia. Sin embargo, bajo este Reino de Dios que lo abarca todo, hay varios períodos, uno de los cuales es el Reino del Cielo. El período del Reino del Cielo es para los llamados de Israel, la Iglesia de Israel, la cual es la esposa de Cristo. Cada vez que se hace referencia al Reino del Cielo, se indica la presencia personal del rey mismo sobre la tierra. USO DE LA PALABRA “IGLESIA” EKKLESIA - LLAMADOS ------------------------------------------ REINO DE DIOS ---------------------------------------EKKLESIA EKKLESIA EKKLESIA Israel

Judío y Gentil

Israel

Esposa de Cristo

Cuerpo de Cristo

Esposa y Esposo Reino del cielo

Reino del cielo

El gran misterio

LEY Evangelios

GRACIA Epístolas

LEY Apocalipsis

Mantenido-en-suspenso

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La raíz de la palabra "reino" es "rey". La palabra "reino" quiere decir "el gobierno de un rey". No puede haber un reino sin un rey. Gran Bretaña puede decir de sí misma que es un reino a causa del reinado de un rey o de una reina. Los ciudadanos de los Estados Unidos de América no pueden decir que su tierra es un reino pues no hay un monarca. Mientras Jesucristo estaba sobre la tierra, era su reinado. Durante su reinado él llamó a aquellas personas de Israel que creyeron que él era el Mesías. No sólo le ministró Jesús mismo a Israel, sino que envió también a los doce apóstoles a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Cuando Jesús envió a los setenta, él los dirigió también a las ovejas perdidas de la casa de Israel. El les dijo que no fueran a los gentiles porque Jesús había venido a los de Dios, Israel, y llamó de Israel a aquellos que formarían la esposa. Jesucristo era el esposo. La iglesia, los llamados de Israel, se llamaba la esposa mientras el esposo estaba sobre la tierra. Pero, ¿qué le pasó al esposo? El fue clavado a la cruz. Cuando el rey del reino fue crucificado, la Iglesia de la Esposa fue interrumpida porque el esposo estaba muerto. Dios prometió que no habría fin para el Reino del Cielo.* pero el hombre mató al rey. ¿Qué le pasó a la promesa de Dios? Dios prometió que cuando el rey viniera él edificaría la Iglesia y las puertas del Hades no prevalecerían contra ella. Pero cuando el rey fue crucificado, el esposo estaba muerto, y parecía que el Reino había sido derrotado. Sin embargo, esto no es así, pues la Iglesia de la Esposa todavía se ha de cumplir en el futuro. La misma iglesia a la cual se hace referencia en Apocalipsis será nuevamente la Iglesia de la Esposa, al igual que lo era en los Evangelios.** Con la muerte del rey, el Reino del Cielo fue interrumpido; pero Dios levantó a Jesucristo de los muertos y él regresará a la tierra. Cuando Jesucristo retorne él no nacerá en un establo ni le acostarán en un pesebre. El no viene para ser escarnecido y ser clavado a una cruz. El hombre no le va a escupir en la cara ni le va a apretar una corona de espinas sobre la cabeza. Cuando Jesucristo regrese, él vendrá como rey de reyes y señor de señores. El Reino de la Iglesia de Israel se está manteniendo en suspenso hasta que sucedan estos acontecimientos. Entonces la esposa y el esposo estarán juntos otra vez, y las "puertas del Hades no prevalecerán contra ella [la Iglesia en el Reino del Cielo]”. Entonces estará en vigencia otra vez. Pero mientras tanto, mientras no esté el esposo, se ha hecho un arreglo diferente. El versículo a continuación, en Efesios 1, explica lo que es la Iglesia con Cristo como la cabeza. Efesios 1:23: la cual [la Iglesia] es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Mientras el esposo esté ausente, los miembros de la Iglesia forman el Cuerpo de Cristo. En esta Iglesia del Cuerpo, hay sólo una cabeza y ésta es el Señor Jesucristo. ______________________________________________________________________ *Lucas 1:33: y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. **La iglesia que se describe y de la cual se habla en Apocalipsis no tiene nada que ver con nuestra época y nuestra administración.

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La Iglesia del Cuerpo, que en esta Administración de la Gracia es la Iglesia de Gracia, se llama también la Iglesia de Dios. Efesios 1:22,23: “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. Efesios 3:2 “si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros”. I Corintios 1:2 “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”. Jesús vino a cumplir la ley y a hacer disponible la Iglesia de Gracia. Cuando todas las cosas estuvieron dispuestas, se fundó la Iglesia de Gracia y fue hecho disponible el nuevo nacimiento. Desde el día de Pentecostés hasta el retorno de Cristo todo aquel que es renacido por el Espíritu de Dios es un miembro de la Iglesia de Gracia, el Cuerpo de Cristo. Los miembros de esta Iglesia del Cuerpo son todos los que son llamados, tanto de entre los judíos como de entre los gentiles. Por lo tanto, cualquier judío o gentil que confiesa a Jesucristo como su señor y cree que Dios le levantó de los muertos se hace miembro del Cuerpo de Cristo. Aunque los creyentes en el día de Pentecostés recibieron el nuevo nacimiento, el poder desde lo alto, ellos no podían explicar ni comprender la plenitud del milagro que había ocurrido, igual como yo no puedo explicar la electricidad y sin embargo disfruto de su uso. En el día de Pentecostés, y por un período de tiempo a continuación, los creyentes se beneficiaron del nuevo nacimiento y del poder proveniente del Espíritu Santo, pero no podían explicar lo que tenían. Finalmente, años más tarde, la revelación para explicar el don que vino en Pentecostés le fue dada al Apóstol Pablo. A Pablo se le reveló el misterio más grande que el mundo jamás haya conocido --el misterio del Cuerpo de Cristo, el cual es su Iglesia. Para descubrir cuándo le fue revelado el misterio a Pablo, examinemos Romanos 16 y Efesios 3. Romanos 16:25,26: Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas [no los profetas del Antiguo Testamento, sino los profetas de después de Pentecostés que son miembros de la Iglesia del Cuerpo], según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe. Efesios 3:2-5: 9

si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu. La fundación de la Iglesia del Cuerpo no se dio a conocer en otras generaciones; así que los profetas del Antiguo Testamento no sabían acerca de la Iglesia de Gracia; ni tampoco lo sabía la gente que vivía en el tiempo de los Evangelios. Pero "ahora [recientemente] es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu". Una vez aclarado el momento de la revelación del misterio, queda una pregunta esencial: ¿Qué es el misterio? Efesios 3:6 que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio. No era misterio alguno que los gentiles serían bendecidos bajo los ministerios de Abraham y de David y durante el reino de Israel. Ejemplos de bendiciones sobre los gentiles se encuentran esparcidos a través del Antiguo Testamento. Pero el Antiguo Testamento no da la menor indicación de que los gentiles serían "coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio". La revelación de que los gentiles son coherederos en Cristo fue, como mínimo, una noticia revolucionaria. Efesios 3:7,8: del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo. La palabra "inescrutables" significa "que no se puede rastrear". Literalmente, el misterio de las riquezas de la gracia de Dios para con los gentiles no se podía rastrear (no se le podía seguir la pista) en la Palabra de Dios desde el Antiguo Testamento hasta el fin de los Evangelios. Que los gentiles serían coherederos y del mismo Cuerpo era un secreto, escondido desde el principio del mundo. Efesios 3:9: y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas la cosas.

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La revelación fue dada a conocer para "aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio". La palabra "dispensación" en el texto griego es la palabra "administración". La "dispensación del misterio" es literalmente la "Administración de la Iglesia de Gracia". Colosenses 1:26,27: el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. El misterio, tan importante que fue mantenido oculto desde la fundación del mundo, es que todos los creyentes renacidos, judíos y gentiles, serían coherederos con Cristo y que Cristo estaría en cada uno de ellos. ¡Imagínense! Cuando Jesucristo estaba aquí sobre la tierra, él podía estar solamente en un sitio a la vez. Pero una vez que él ascendió al cielo, y que Dios dio el poder del espíritu santo en el día de Pentecostés, entonces Cristo podía estar en cada creyente renacido. Donde quiera que esté un creyente, allí está Cristo presente. Si el Diablo hubiera conocido este misterio él nunca habría crucificado a Jesús. Mediante la muerte, resurrección y ascensión de Jesús, se hizo disponible un poder hasta entonces desconocido en la historia. El Diablo ignoraba totalmente el plan de Dios, como lo dice 1 de Corintios. 1 Corintios 2:7,8: Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. El Diablo, como príncipe soberano, hubiera preferido mucho haber tenido a Jesucristo presente personalmente en la tierra en vez de tener a miles de creyentes con Cristo en ellos esparcidos a través del mundo. Al crucificar al señor de gloria, Satanás contrajo para sí mismo un problema insoluble. Obviamente el Diablo no era el único que ignoraba las intenciones de Dios. Muchos hombres antes de la Era de la Iglesia de Gracia trataron de averiguar acerca de este período. Pedro habló de las búsquedas de los profetas del Antiguo Testamento. I Pedro 1:10,11: Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 11

La traducción literal del versículo 11 de acuerdo al uso lee: "Escudriñando o buscando hasta el tiempo que el espíritu que estaba sobre ellos indicaba de Cristo al anunciar de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos". Estos profetas del Antiguo Testamento diligentemente indagaron la Palabra buscando aquel lapso de tiempo entre los Evangelios y el Libro del Apocalipsis, entre el sufrimiento de Cristo y su gloria. Pero este período de gracia no se podía encontrar porque estaba completamente oculto. El período de gracia está indicado en la lectura que hizo Jesús de Isaías 61, lo cual se relata en Lucas. Lucas 4:16: Vino [Jesús] a Nazaret, donde se había criado y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Una sabia e interesante tradición en las sinagogas de aquel tiempo era que cuando un hombre leía de la Palabra de Dios, siempre se ponía de pie para mostrar respeto por los sagrados pergaminos y para indicar que estaba leyendo, no simplemente hablando por su cuenta. Cuando una persona terminaba de leer la Palabra de Dios y comenzaba a enseñar o explicar, el hombre se sentaba. Cuando un hombre se sentaba, los oyentes no estaban seguros de si el hombre que les ministraba estaba dando la Palabra; pero cuando el ministro estaba de pie y leyendo, la congregación sabía que lo que oían era la Palabra de Dios. Por eso es que Jesús se puso de pie para leer. Lucas 4:17: Y se le dio el libro [pergamino] del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito. ¡Cuán a fondo debe haber estudiado Jesús el pergamino de Isaías! Aunque él no tenía la ayuda de capítulos y versículos o referencias, él “habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito”. Hay una historia de un hombre que decía que él no tenía que estudiar para llegar a saber el mensaje de la Biblia para él. Lo único que tenía que hacer para encontrar la guía de Dios cada mañana era hojear la Biblia y, cubriéndose los ojos, poner el dedo en un versículo. El versículo en donde caía su dedo era su guía para el día. Una guía interesante le fue dada a este hombre una mañana cuando despreocupadamente hojeó su Biblia y llegó a una página en el Nuevo Testamento. El puso el dedo en un versículo, abrió los ojos, y leyó: "Y Judas fue y se ahorcó". El hombre no quedó muy satisfecho con esta guía, así que fue a otra página y esta vez leyó: "Ve, y haz tú lo mismo". Disgustado, el hombre le dio una tercera oportunidad a su método pero lo que leyó fue: "Lo que vas a hacer, hazlo más pronto". En contraste con este individuo, Jesús halló el lugar donde estaba escrito; él deliberadamente localizó la escritura que necesitaba en ese preciso momento. Jesús estaba preparado, como lo demuestra Lucas 4. 12

Lucas 4:18-21: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Jesús paró de leer con la frase: "A predicar el año agradable del Señor", y se sentó diciendo: "Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros". Comparen Lucas 4 con Isaías 61 de donde Jesús leyó. Isaías 61:2: a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro... Isaías dice: "a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro", pero Jesús no llegó a leer las últimas ocho palabras. ¿Por qué se detuvo en medio de la frase? Si Jesús hubiera leído las palabras "el día de venganza del Dios nuestro", y luego hubiera dicho: "Hoy se ha cumplido esta Escritura", Jesús hubiera estado equivocado. Jesús no podía decir: "Hoy se ha cumplido el día de venganza del Dios nuestro delante de vosotros", porque el día de venganza no había venido todavía. El "día de venganza del Dios nuestro" se cumplirá con la profecía de Apocalipsis cuando Cristo regrese como rey de reyes y señor de señores con todo el poder de Dios. Jesús dividió con exactitud la Palabra de Dios, Jesucristo había de predicar el año agradable del Señor--eso se había cumplido. El día de venganza aún no había venido. En Isaías 61:2 hay una coma después de la expresión "a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová", mientras que en Lucas 4:19 lo que sigue a la expresión equivalente es un punto. La coma en Isaías 61:2 representa todos los años desde el día de Pentecostés hasta el momento en que el Señor Jesucristo venga otra vez. El tiempo entre estos dos acontecimientos es el período de Gracia, la Iglesia a la cual pertenecen los creyentes de después de Pentecostés, la cual todavía era un misterio en la época en que escribió Isaías y que le era desconocida a Jesús. La época de la Iglesia de Gracia es el día del tribunal humano. I Corintios 4:3: Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano... Las palabras "tribunal humano" son "el día del hombre". El hombre es el que juzga hoy durante la Era de Gracia pues es el día del hombre. Si esto no fuera así, un hombre no podría maldecir a Dios, usar Su nombre en vano, ni vivir como el Diablo mismo. En esta Era de Gracia el hombre es libre, pero vendrá otro juicio como lo indica Apocalipsis. 13

Apocalipsis 1:10: Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor... ¿Qué es exactamente el Día del Señor? Algunos dicen que el Día del Señor es el domingo, y sin embargo para otro grupo de gente el Día del Señor es el día de reposo, el sábado. Hablando bíblicamente, el Día del Señor no tiene nada que ver con el día de la semana. El Día del Señor es la era en la cual el señor es el que juzga. En esa era nadie lo clavará a una cruz, nadie lo maldecirá, nadie se burlará de él, pues su regreso como rey de reyes dará comienzo a la era de la venganza de Dios de la cual se habla en Isaías 61. Vivir en esta Era de Gracia, una era que se mantuvo oculta desde la fundación del mundo hasta que le fue revelada a Pablo, es un grandioso privilegio. El hombre tiene un poder y una posición en Cristo que ninguna otra era ha conocido. La Iglesia de la Esposa no sabía acerca de la Iglesia de Gracia que había de venir. La Iglesia de Gracia, la Iglesia del Cuerpo, se fundó después de que la Iglesia de la Esposa fue suspendida en el momento de la crucifixión y muerte del esposo. La Iglesia de la Esposa permanecerá en ese estado hasta que Cristo regrese. Mientras tanto, durante el período de la Iglesia del Cuerpo, todos los creyentes son uno en Cristo Jesús, la cabeza de ese Cuerpo. Cada creyente renacido tiene a Cristo en él, la esperanza de gloria. Ninguna otra era ha tenido este poder potencial para manifestar la grandeza de Dios como lo tienen los miembros de la Iglesia de Gracia. No debemos permitir que este poder de Cristo en nosotros permanezca inactivo. Ahora que Cristo está en nosotros espiritualmente, vistámonos de su mente y demostremos nuestro poder para derrotar al Diablo y sus fuerzas del mal. ¡Somos más que vencedores ahora! Ahora tenemos a Cristo en nosotros y ahora somos coherederos con él.

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Segunda Parte EL NACIMIENTO Y CRECIMIENTO DE UN CRISTIANO Para ser miembro de una familia terrenal una persona tiene primero que nacer. De la misma forma, para ser un miembro de la familia celestial de Dios, una persona tiene que nacer dentro de la familia de Dios. En ambos casos empezamos como bebés. En la familia humana un bebé madura paso a paso, día a día. Sin embargo, en la familia de Dios, para que un bebé madure no se requiere tiempo solamente, sino algo más. De hecho, algunos bebés en Cristo nunca maduran debido a dos posibles razones: primero, puede que nunca hayan sido enseñados o que nunca hayan aprendido otra cosa aparte de cómo nacer dentro de la familia, o segundo, puede que hayan rechazado el plan de desarrollo que se debe llevar a cabo si es que van a madurar espiritualmente. La madurez no surge espontáneamente como un simple acto de Dios. En esta parte sobre "El Nacimiento y crecimiento de un cristiano" estudiamos la Palabra de Dios para aprender acerca de nuestro desarrollo cristiano. Este estudio erradica el primer problema: la ignorancia. El próximo paso--la aplicación del plan de Dios para nuestro crecimiento espiritual--sigue estando en nuestras manos. "El Compromiso incondicional" y "Cómo ser un cristiano" muestran el paso fundamental de nacer dentro de la familia de Dios. "Su poder legal de representación" y "La Clave al poder" exponen los derechos y privilegios que tenemos como miembros de esa familia. Hasta este punto nosotros mismos no hemos hecho nada para obtener lo que tenemos como hijos de Dios. Dios en Cristo hizo el trabajo requerido para darnos la salvación y los derechos de filiación. Sin embargo, después del nacimiento espiritual con su inherente poder potencial, tenemos que seguir el plan de Dios si vamos a sobrepasar nuestra "etapa infantil" cristiana. Tenemos que poner en aplicación nuestro poder legal de representación y los otros derechos legales que se nos han conferido. En "Estar en comunión es el secreto" se revela la fuerza que tenemos cuando nos mantenemos en comunión y alineamiento con Dios. "¿Qué es la adoración verdadera?" estudia lo que la Palabra dice que la adoración es. De acuerdo con la Biblia, la adoración no tiene nada que ver con edificios de iglesias o altares o candelabros. La adoración es tener comunión con Dios por medio del espíritu santo. Esta verdad responde a una pregunta que por largo tiempo ha mantenido perplejas a muchas personas e ilumina nuestro entendimiento para que sepamos cómo Dios espera que le adoremos. El capítulo final de esta parte muestra al cristiano maduro en pleno florecer. Primero aprendimos de la inversión que Dios depositó dentro de nosotros cuando nacimos como cristianos. Luego aprendimos que al crecer cultivamos esa inversión inicial mediante el permanecer en comunión y el adorar a Dios por medio del espíritu. Cuando como cristianos estamos listos para aceptar "La Responsabilidad del creyente", eso muestra que hemos progresado más allá de la primera etapa con su enfoque egoísta. El cristiano ha madurado espiritualmente hasta el punto de aceptar su responsabilidad, que sencillamente 15

es dar testimonio de la grandeza de Dios y de Su Palabra a aquellos que no tienen conocimiento. Luego, depende de ellos mismos decidir si aceptan o rechazan el nacimiento y crecimiento dentro de la familia de Dios.

Capítulo Dos El Compromiso incondicional Romanos 10 contiene el compromiso incondicional. Romanos 10:9,10: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Cuando un hombre confiesa con su boca que Jesús es el señor y cree en su corazón* que Dios levantó a Jesús de los muertos, Dios crea un nuevo espíritu en ese hombre que antes de esta confesión tenía solamente cuerpo y alma.** En el momento en que usted cree en lo más profundo de su ser que Dios levantó a Jesús de los muertos, usted es salvo--tiene vida eterna dentro de sí. Este es el milagro de la conversión, el nuevo nacimiento, un milagro de Dios mediante el cual un hombre o una mujer de cuerpo y alma se vuelve una nueva creación en él, teniendo así cuerpo, alma y espíritu. Que un hombre crea en su corazón que Dios levantó a Jesús de los muertos es "creer para justicia". Solamente después de que una persona cree para justicia le es posible confesar que Jesús es el señor. En esta confesión yace la salvación que un hombre recibe porque él cree. ¿Qué quiere decir la palabra "salvación"? Quiere decir integridad o sanidad: mental, física, espiritual. Colosenses 2:10 define "integridad" como "completo". Dios nos ha hecho "completamente completos", teniendo todas las cosas necesarias en esta vida y en aquella que está por venir. ________________________________________________________________________ *“Corazón es la figura literaria catachresis y quiere decir: “la parte más íntima de la mente”. **2 Pedro 2:12 y Judas 10 se refieren a los hombres de cuerpo y alma como "animales irracionales".

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Justicia, por otro lado, es nuestra habilidad dada por Dios de estar y andar ante Dios sin ningún sentido de pecado, culpa o miedo. La justicia es nuestra por creencia única y exclusivamente. Nosotros no hacemos obras para obtener la justicia; pues si lo hiciéramos, sería algo ganado. No podemos hacer obras para obtener la justicia; simplemente aceptamos la justicia de Dios como un don. El compromiso incondicional da tanto justicia como integridad. Efesios 2:8,9: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 4:7: Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Todos los creyentes renacidos tienen "la fe de Jesucristo" que es la medida dada a cada uno cuando cree.* Después de que una persona ha confesado con su boca al señor Jesús y ha creído en su corazón que Dios levantó a Jesús de los muertos, esa persona es un hijo privilegiado de Dios con acceso a todas Sus promesas. Todos los creyentes renacidos tienen el derecho legal y la oportunidad de recibir lo que Dios ha hecho disponible. Todos tienen la misma justicia, la misma cantidad de fe y la misma perfección ante Dios. ¿Cree usted que Dios es poderoso para hacer todo lo que ha prometido? Si usted lo cree, verá poderosas señales, milagros y maravillas en su vida. Usted debe creer que Dios no solamente es capaz sino también deseoso de hacer lo que El ha prometido. Efesios 1:7: en quien [Jesucristo] tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. Tenemos redención por su sangre según las riquezas de Su gracia. ¿Cree usted que Dios es rico en gracia? "Porque de tal manera amó Dios... que ha dado a su Hijo unigénito..." Eso es ser rico en gracia, ¿no le parece? A mí sí. Efesios dice que hemos recibido redención así que no tenemos que suplicarle a Dios que nos la dé. La única cosa que tenemos que hacer es recibirla. ______________________________________________________________________ *Romanos 3:22 “la justicia de Dios por medio de la fe en [de] Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia”. Romanos 12:3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”. Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

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Colosenses 1:13,14: el cual nos ha librado [tiempo pasado] de la potestad de las tinieblas, y trasladado [tiempo pasado] al reino de [por] su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Si Dios nos ha librado de la potestad de las tinieblas (eso es, la potestad de Satanás), ¿cómo podemos estar todavía bajo esa potestad siniestra? Si hemos sido librados, ¿para qué seguir buscando liberación? ¿Para qué esperar liberación cuando ya se ha hecho disponible? Satanás no tiene derecho legal alguno sobre un creyente porque todos los creyentes han sido librados de la potestad de Satanás por medio de Jesucristo. Cuando creemos podemos apropiarnos de lo que Dios logró para nosotros cuando nos rescató de la potestad de Satanás. Así que la próxima vez que se enferme, diga: "Un momento, dolor de cabeza [resfriado, o cualquier síntoma negativo que sea], no tienes poder alguno sobre mí. Fuiste derrotado hace más de mil novecientos años. Lo dice la Palabra y yo creo la Palabra; por lo tanto, vete de mí". Cuando tenemos salvación, tenemos integridad, incluso integridad física, si simplemente la aceptamos. A excepción de la Palabra revelada de Dios, no tenemos nada en lo cual estar firmes para obtener nuestra integridad. Cuando estamos firmes en la Palabra tenemos solamente una manera de vivir: la de Cristo Jesús. En él tenemos integridad. 2 Corintios 5:7: (porque por fe [creencia] andamos, no por vista). La Biblia dice que hemos de creer primero, y entonces veremos. Estamos firmes en la Palabra y declaramos la Palabra. Si yo oro por los enfermos y nadie es sanado, continúo orando por los enfermos porque la Palabra dice que la sanidad está disponible. Si nadie creyera en recibir el poder proveniente del Espíritu Santo, yo seguiría enseñando acerca del Espíritu Santo de todos modos porque la Biblia amonesta en Efesios 5:18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”. Debemos andar creyendo las promesas de la Palabra de Dios; entonces nos está garantizado el cumplimiento de la promesa aun cuando es posible que no veamos los resultados inmediatamente. Al pertenecerle a Cristo, usted es un hijo de Dios. En el momento en que usted se vuelve un hijo de Dios, pasa a ser heredero de todo lo que Dios ha hecho disponible. Romanos 8:17: Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo... Entonces, ¿cómo puede usted, como cristiano, hablar negativamente? ¿Cómo puede continuar estando lleno de miedo? ¿Cómo puede vivir en su comunidad y actuar como si estuviera derrotado? Usted no está derrotado. Satanás ha sido derrotado y el poder de Dios está en usted hoy.

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Romanos 8:11: Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. ¿Quiere usted que su cuerpo sea vivificado--hecho vivo, vital, vigoroso? La Palabra dice que si usted hace el compromiso incondicional de confesar a Jesús como su salvador y señor creyendo que Dios levantó a Jesús de los muertos, no sólo es usted vivificado espiritualmente sino que también su cuerpo físico es vivificado ahora mismo. Ya que usted tiene adentro el espíritu proveniente de Dios, usted es justo; ya no está separado de Dios. Después de que Dios da todo esto, usted tiene una responsabilidad. El dice que usted tiene que renovar su mente. Efesios 4:23,24: y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Usted no solamente ha de ser renacido del espíritu proveniente de Dios, sino que tiene que cambiar su forma de pensar. Filipenses 4:8: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Cambie lo que pone en su mente. Cambiar el alimento que usted está enviando a su mente es "renovar su mente". Piense esas cosas que son verdaderas, honestas, justas, puras, amables y de buen nombre. Si por su libre albedrío usted acepta a Cristo como su salvador y renueva su mente de acuerdo a la Palabra, usted encontrará que cada palabra que le he escrito es verdad. Le desafío a estar firme en la Palabra de Dios, a declarar su autoridad en Cristo y a reclamar sus derechos. Romanos 10:11: La Escritura dice: ningún hombre que crea en él--que se adhiera a, se atenga a y confíe en él--será [jamás] avergonzado o desilusionado. [Traducción amplificada.] Hagamos nuestro compromiso incondicional; confesemos a Jesús como señor y creamos que Dios le levantó de los muertos. Nunca seremos desilusionados.

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Capítulo Tres Cómo ser un cristiano EL ALUMNO QUE BUSCA: Durante años he tratado de ser un cristiano. He tratado y he fracasado tantas veces que no voy a tratar de nuevo porque ya no me queda fe para tratar. EL MAESTRO: ¿Qué es lo que trató usted y en qué ha perdido la fe? EL QUE BUSCA: Supongo que traté de darle lugar a Dios en mi vida, pero he sido derrotado así que he perdido la fe en mí mismo. Vea usted, yo realmente quería ser un cristiano, tener la presencia, la guía y la ayuda de Dios en la vida. Tomé clases especiales, me uní a la iglesia, me esforcé en ser un cristiano; pero en mi corazón sabía que no había ningún cambio. Fui al altar una y otra vez y sin embargo no recibí nada. Le he implorado tanto a Dios y le he buscado tantas veces que me siento un fracaso total. EL MAESTRO: ¿Se ha puesto usted a pensar alguna vez que la salvación es un don, que no es necesario que usted vaya a ningún lugar en particular para obtenerla? Usted podría hallar a Dios en cualquier parte, tanto como podría no dar con El en ninguna parte. ¿Se da cuenta de que recibir la salvación no depende de lo que usted haga sino de lo que Cristo Jesús hizo por usted? ¿Se da cuenta de que ser un hijo de Dios, recibir vida eterna, ser salvo, convertido, renacido, es recibir algo en vez de dar algo? Usted se hace cristiano por medio de recibir un don que le viene directamente desde el corazón mismo de Dios. Usted, al igual que tantos otros, pensaba que recibir a Cristo dependía de lo que usted abandonara, de las cosas a las cuales renunciara, de cuántos pecados confesara. No es cierto. Usted se hace cristiano creyendo que Dios levantó a Jesús de los muertos confesándole como señor en su vida. EL QUE BUSCA: Dudo que sea tan sencillo como eso. Yo pensé y oí y se me enseñó que tengo que hacer ciertas cosas y renunciar a otras. EL MAESTRO: Si eso fuera cierto, entonces usted estaría ganándose la salvación; estaría haciendo obras por ella. No hay nada en la Biblia que indique tal proceso. Mire en Isaías 53:6: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros". Dios está describiéndole a usted así como al resto de nosotros. Usted se ha apartado por su camino. Es por eso que anda perdido. Pero Dios cargó en Jesús el pecado de todos nosotros. Usted no puede salvarse a sí mismo por sus buenas obras y esfuerzos. Dios simplemente cargó en Jesús los pecados suyos. Hasta ahora no se ha exigido nada de su parte, ¿verdad? Fíjese en Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. 20

Este es el Padre, Dios, dando a Su Hijo como sustituto por usted y pidiéndole simplemente que crea que Dios hizo esto por usted y que reclame a Jesús como su salvador. El no le pide a usted otra cosa sino que crea, y creer es actuar según lo que la Palabra dice que El hizo por usted. No, usted no ha pecado tanto que Jesús no pueda salvarle. Fíjese en Su Palabra en Hebreos 7:25 : “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Jesús salva perpetuamente, y como se puede dar cuenta usted, aún no se exige obra alguna de su parte excepto creer para recibir lo que El ha hecho. Romanos 10:9 y 10 dice: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación". Miremos cuidadosamente estos versículos. Si usted confiesa con su boca que Jesús es su señor, usted está actuando según su creencia. Aún no ha hecho obra alguna para su salvación, ¿no es cierto? Esto no es difícil hacerlo, ¿verdad? Su propio camino hasta ahora no ha sido un camino feliz, un camino de gozo y paz, ni ha sido un camino exitoso. Ha sido un camino de privaciones y derrota. Romanos 5:1 dice: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo". Somos justificados en él y tenemos paz para con Dios. Ahora Dios dice que todo esto es suyo y que El quiere que usted cambie de ser el señor de su propia vida: que ceda y que confiese con su boca que Jesús es su señor. EL QUE BUSCA: Me es fácil hacer eso. Yo sé que Dios envió a Jesús al mundo y que él fue levantado de los muertos. Es fácil confesar que Jesús es el señor. EL MAESTRO: Si ha confesado que Jesús es el señor, ¿qué dice la Palabra que usted es? EL QUE BUSCA: Que soy salvo. EL MAESTRO: ¿Cree usted que Dios levantó a Jesús de los muertos y ha confesado que Jesús es el señor? EL QUE BUSCA: Yo sí creo, y he confesado. Pero nunca pensé que la salvación fuera tan fácil de recibir. ¿Soy ahora un hijo de Dios? EL MAESTRO: I Juan 3:2: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste... le veremos tal como él es”. ¿Cómo sabe usted que es renacido y que es un hijo de Dios?

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EL QUE BUSCA: Porque la Palabra dice que lo soy. Yo creo que Dios levantó a Jesús de los muertos y le confesé como mi señor, así que la Palabra declara que soy un hijo de Dios. Pero, ¿qué me dice de tener vida eterna? EL MAESTRO: I Juan 5:13 “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios”. ¿Cree usted en el nombre de Jesús? EL QUE BUSCA: Sin duda que sí. EL MAESTRO: Entonces, ¿qué tiene usted? EL QUE BUSCA: Yo tengo vida eterna. Ahora sé que de acuerdo a la Palabra no tengo que esperar hasta que muera para averiguar si tengo o no vida eterna. Yo tengo vida eterna ahora. Pero, ¿qué me dice de esta justificación de Dios que me hace posible estar en Su presencia sin ningún sentido de pecado o culpa o derrota? ¿Tengo eso también? EL MAESTRO: Fíjese en 2 Corintios 5:21: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. Dios hizo pecado a Jesús para que usted pudiera llegar a ser la justicia de Dios en él. Si él se hizo pecado por usted, y si usted lo acepta como su salvador (su sustituto), usted es hecho justicia de Dios en él ahora. EL QUE BUSCA: ¿Han sido dados todos los dones de Dios tan gratuitamente? EL MAESTRO: Efesios 2:8-10 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas". EL QUE BUSCA: Nunca soñé que recibir a Cristo pudiera ser así de fácil. Ahora sé que soy una nueva criatura en Cristo, que tengo vida eterna ahora, y que soy justo ante Dios, y que Satanás ya no tiene más poder sobre mí si no le doy lugar. ¡Cómo le doy gracias a Dios por medio de Jesús, mi nuevo salvador y maravilloso señor!

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Capítulo Cuatro Su poder legal de representación Toda persona en el mundo desea un nombre bueno y respetado. La gente desea que se piense bien de ella, y con razón. Yo deseo tener un buen nombre, y deseo que la gente piense bien de mí. Pero los nombres de muchas personas hoy día no se respetan. Un hombre le dice a usted: "le pagaré en tal y tal día". Cuando ese día llega, él no paga. Alguien promete: "Te encontraré a tal y tal hora". Cuando esa hora llega, no está allí y le deja esperando. Los nombres de tales personas no se respetan porque ni sus promesas ni sus palabras son verdaderas. En contraste con la palabra del hombre, la palabra de Cristo siempre es verdadera. Más aun, yo sé que Cristo está en mí y que yo estoy en él (Colosenses 1:27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria). No importa lo que la gente diga, mi nombre está escrito en el Libro de la Vida. Pero, para ser capaces de ayudarnos a nosotros mismos y de ayudar a otros, tenemos que saber más que esto: tenemos que saber qué poder tenemos ahora mismo, antes del retorno de Cristo. Uno de los poderes que tenemos ahora como hijos de Dios se llama "el poder legal de representación". ¿Qué es el poder legal de representación? El poder legal de representación es el derecho legal de usar el nombre de la persona que le ha entregado el poder. Lo único que limita este poder es los recursos que hay detrás de ese nombre. Si se le ha dado a la Iglesia el poder legal de representación, ella tiene únicamente tanto poder como lo hay en el nombre de Jesucristo. Si el nombre de Jesucristo tiene poder, y ese nombre le ha sido dado a usted, entonces usted tiene el poder legal de representación para ejercer en ese nombre cualquier recurso que Cristo haya hecho disponible. El propósito que Dios tuvo en mente al darnos su nombre está declarado en Efesios. Efesios 1:18-23 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cuál operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

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y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Todos los individuos en la Iglesia verdadera (el cuerpo de creyentes) pueden reclamar el poder en el nombre de Jesucristo. Pero antes de estudiar el poder que se nos ha dado, quiero mostrarles tres razones para el poder que hay en su nombre. Primeramente, Jesús heredó un nombre más excelente que cualquier otro porque es el unigénito del Padre. Esto le dio a él los derechos legales de un hijo primogénito. El es más grande que cualquiera de los ángeles o cualquier otro ser humano individual que haya vivido o que vivirá. Junto a Jesucristo, en la presencia de Dios, se encuentran los creyentes. ¿Sabía usted eso? Romanos 8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo... Jesús dijo: “Salí del Padre” y en otra ocasión dijo: “Yo y el Padre uno somos”, y también: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. ¿Recuerda? Jesús heredó un nombre maravilloso. En segundo lugar, Dios le dio a Jesús un nombre que es sobre todo nombre. Filipenses 2:9,10: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. En tercer lugar, Jesús adquirió para sí mismo un nombre por sobre todo nombre. Efesios 4:8: Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad... Colosenses 2:15: y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Jesús logró estas cosas. El adquirió este nombre por su conquista del Diablo, del infierno, de la enfermedad y de la dolencia. El adquirió un nombre exaltado debido a sus logros. El poder que Jesús adquirió es el derecho legal de todo creyente renacido. Pero para que un creyente manifieste el poder de Cristo en su vida, debe renovar su mente de acuerdo a la Palabra de Dios. Romanos 12:2 24

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Debemos hacer que nuestras mentes piensen como lo dicta la Palabra de Dios para que entonces podamos comprobar la voluntad de Dios. Para poder entender nuestro poder en el nombre de Jesucristo, le llevaré directamente a la Palabra de Dios. Mateo 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. La profecía dice que el nombre de este niño será Jesús. Jesús quiere decir "Salvador". Mateo 1:23: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Su nombre quiere decir "El es nuestro salvador", y Dios está con nosotros por medio de él, de la misma forma como usted puede estar conmigo por medio de sus hijos. Hechos 4:12: Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. No hay otro nombre excepto el de Jesucristo en que podamos ser salvos. No podemos ser salvos con sólo pertenecer a una iglesia o con ir a la iglesia en la Navidad y en la Pascua de Resurrección. Tenemos que ser salvos confesando al Señor Jesucristo y creyendo que Dios le levantó de los muertos. (Romanos 10:9,10: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación). Hechos 2:38: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Juan 14:13,14: Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre [Ahí está ese maravilloso nombre otra vez.], lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

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La bendición de usar el nombre de Jesucristo nos pertenece porque pertenecemos al Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Pablo dijo: "Oro para que Dios abra su entendimiento para que vean algunas de las riquezas de la herencia de los santos en el precioso nombre--Jesús". Efesios 1:18: “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”. En Hechos 3 otra vez vemos el poderoso nombre de Jesucristo en el día en que Pedro y Juan fueron al templo y hablaron al hombre que estaba pidiendo limosnas en la puerta. ¿Se arrodillaron Pedro y Juan y le suplicaron a Dios durante una hora para sanar al hombre? No. ¿Qué dice el relato? Hechos 3:6,7: Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y los tobillos. En el nombre de Jesucristo hay poder. Hechos 3 relata que el hombre a quien Pedro le habló se levantó y anduvo cuando el discípulo le tomó por la mano. Hechos 3:16: Y por la fe en su nombre [el de Jesucristo]... ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros. Pablo usó el poderoso nombre de Jesucristo como se relata en Hechos 16, para liberar a otra persona esclavizada. Hechos 16:16-18: Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió [el espíritu diabólico] en aquella misma hora. ¡Qué poder que tiene hoy en día la Iglesia en el nombre de Jesucristo! Necesitamos reclamar ese poder. La Iglesia de hoy día apenas ha usado el poder de su nombre; sin usarlo, la Iglesia nunca puede manifestar poder. En el nombre de Jesucristo los enfermos son sanados. En el nombre de Jesucristo la gente es librada de la esclavitud mental. Qué privilegio y qué poder debería tener la Iglesia. 26

Filipenses 3:10: a fin de conocerle, y el poder de su resurrección... Qué gozo es pertenecer a la Iglesia. Cuando pertenecemos a la Iglesia, pertenecemos al cuerpo más grande y más poderoso en el mundo; nada hay, en ninguna parte, como la Iglesia. La Iglesia tiene un poder tan grande que ni siquiera las puertas del Hades prevalecerán contra ella. Es por eso que el Diablo no puede hacerle daño a la gente de la Iglesia cuando ellos conocen el nombre de Jesucristo y usan ese nombre, creyendo en él. ¿Puede ver por qué nuestras oraciones tienen que ser respondidas cuando creemos que Cristo está en nosotros? Podemos recibir de Dios cualquier cosa que El haya prometido en Su Palabra si sólo lo sabemos y lo creemos. Podemos dar gracias a Dios por todo lo que ha sido revelado en la Palabra, y si nosotros lo creemos, sucederá. Colosenses 3:17: Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Efesios 5:20: dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Hágalo todo en el nombre del señor Jesús, dando siempre gracias. Filipenses 4:19: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. En otras palabras, se garantiza suplir sus necesidades por Cristo Jesús. I Corintios 6:11: Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. Usted ha sido lavado y santificado, y ha sido justificado en su nombre; pero tiene que recibirlo antes de manifestarlo. ¿No es maravilloso? Tenemos todo poder en ese nombre. Tenemos el poder legal de representación para que cuando usemos el nombre de Jesucristo, sucedan cosas poderosas. Hebreos 13:15: Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Santiago 5:14,15: ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceiten el nombre del Señor. 27

Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados. ¿Tienen poder los ancianos en la Iglesia? ¡Los ancianos tienen poder para mover las puertas mismas del infierno! La Palabra lo dice. I Juan 3:23: Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Debemos amarnos unos a otros a causa del nombre de Jesucristo. La Iglesia tiene el poder legal de representación, el derecho de usar el nombre de Jesucristo. Yo le he mostrado los pasajes de la Escritura que enseñan sobre el nombre de Jesucristo, que muestran el poder que hay detrás de ese nombre. Pregúntese honestamente: “¿tengo el poder legal de representación?” Usted sí tiene el derecho, la autoridad dada por Dios, de usar el nombre de Jesucristo y ver los resultados. Aun así, por años y años la gente dentro de la comunión de los creyentes no ha visto sino pocos resultados positivos. ¿Por qué? Sólo decir el nombre de Jesucristo no es todo lo que se necesita; usted tiene que creer que lo que está diciendo sucederá. Todo poder es activado por la creencia y de usted depende el operar la creencia. La creencia es acción. Usted tiene que saber lo que la Palabra de Dios dice, y luego actuar según esa Palabra. A medida que usted escuche Su Palabra y actúe según ella, Dios responderá a sus pedidos. Ahora que sabe que tiene el poder como representante legal, ¡úselo! ¿De qué le sirve a usted tener dinero en el banco si no sabe que lo tiene? Es la misma situación que cuando tenemos todo el poder en el nombre de Jesucristo y no nos damos cuenta de ello. Tenemos a Cristo en nosotros, así que tenemos el poder legal de representación. En el nombre de Jesucristo active ese poder y viva la vida más abundante.

Capítulo Cinco La Clave al poder Cuando Dios creó a Adán y lo puso en el huerto del Edén, El le dio a Adán ciertos derechos legales. Estos derechos legales no eran de Adán por naturaleza, no eran derechos innatos. Estos derechos legales eran derechos conferidos. Siempre que usted recibe derechos conferidos, no solamente tiene el privilegio y la oportunidad de tenerlos, sino también la posibilidad de perderlos. Dios le confirió a Adán la autoridad y el poder para gobernar la tierra con todas sus criaturas. Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Así pues, Dios 28

Se limitó a Sí mismo al darle esa responsabilidad legal a Adán. Entre otros derechos legales que Dios confirió a Adán estaban los derechos al amor perfecto, al gozo completo, a la felicidad y a la salud perfecta. El derecho a la vida eterna era otro derecho conferido. Adán --o el hombre en general-- no solamente tenían ciertos derechos conferidos, sino también derechos naturales. Estos derechos naturales no se pueden perder. A diferencia de un derecho natural, usted puede usar un derecho legal en cualquier forma que usted desee, aunque no tenga el derecho moral para hacerlo. El derecho legal para usar aquello que le ha sido conferido a usted es absolutamente suyo. Si yo le otorgase a una persona un título universitario con ciertos derechos y privilegios, la persona podría tomar el poder que está latente en ese título y usarlo para bien o para mal, usarlo para beneficiar al hombre o para perjudicarle. Esta verdad se puede ilustrar aun más pensando en términos de una corte de justicia. Ante el tribunal, se lee un testamento donde se estipula que se le ha dado a usted cierta cantidad de dinero. ¿Diría usted entonces que la cantidad de dinero es suya? Sí, porque se le ha otorgado legalmente. Una vez que esa cantidad de dinero le ha sido otorgada y usted la recibe, puede gastarla sabia o tontamente, en la manera que usted escoja. Cualquier cosa que se otorga al hombre puede usarse bien o mal. Cuando Dios le dio a Adán todos los privilegios mencionados en la Palabra, Dios también le confirió ciertos derechos legales que a su vez le dieron a Adán control absoluto sobre los privilegios concedidos a él. Adán tomó esos derechos legales, y, por su propia decisión intencionada, transfirió la autoridad y el poder de esos derechos a Satanás. Adán pudo haber rehusado la seductora invitación a pecar que Eva le hizo; sin embargo, haciendo uso de su libre albedrío, él tomó sus derechos conferidos, el dominio de la tierra, y se los dio a Satanás. Con esa decisión, el hombre perdió los derechos legales que Dios le había dado, transfiriéndoselos legalmente a otro. El pecado original del hombre tuvo consecuencias legales. Adán tenía el derecho de transferir la autoridad y el poder y el dominio que él tenía porque Dios se lo había otorgado. Pero Adán cometió una traición al hacerlo. El transferir a Satanás, el archienemigo de Dios, el poder que Dios le había otorgado originalmente, fue traición. Desde ese día, Romanos 8:22 relata que “...toda la creación [la tierra] gime a una, y a una está con dolores de parto [aún] hasta ahora. El pecado y las consecuencias del pecado estuvieron sobre el hombre desde ese día en que Satanás recibió el derecho legal para regir al hombre y a toda la tierra. Satanás tiene ahora el derecho legal para gobernar sobre los hombres que no son salvos y sobre el mundo entero. Así pues, cuando Adán pecó, Satanás, que era el enemigo supremo de Dios, obtuvo control absoluto sobre todo eso que Dios había dado originalmente a Adán. La redención del hombre de este estado caído fue un acto único. Debemos recordar siempre que Dios es absolutamente justo. Cuando El hace un compromiso legal, El lo respeta. Cuando Dios le otorgó a Adán ciertos derechos legales y Adán los transfirió a Satanás, Dios tuvo que reconocer esos derechos legales transferidos. 29

Dios, siendo justo, tiene necesariamente que redimir al hombre según principios legales, para ser justo consigo mismo, con el hombre y con Satanás. Para llevar a cabo esta justicia completa, el redentor tenía que venir a la tierra. Este redentor tenía que ser un hombre porque era el hombre el que había cometido el pecado original. Para completar todos los requisitos de la justicia, el Espíritu Santo, efectuó la concepción de Jesús, quien habría de ser el Cristo. El niño nació de una mujer. El era hombre en todo sentido, pero el poder de Satanás no tenía autoridad ninguna sobre él porque no había muerte en su cuerpo debido a que la vida en su sangre era sin pecado o pura, y, por consiguiente, incorruptible. En varios lugares en el Nuevo Testamento leemos que la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado.* No podría limpiar si no hubiera sido limpia. El niño Jesús no era súbdito de la muerte ni súbdito de Satanás. Satanás sabía el propósito de Dios y trató de frustrar el plan de la redención legal haciendo que Herodes ejecutara un decreto según el cual todos los niños de dos años o menos a través de toda la provincia debían ser matados. Satanás sabía que si Jesús vivía y crecía, él reclamaría lo que el hombre había perdido, que en ese entonces eran los derechos legales de Satanás. Cada paso que Dios dio mediante Jesucristo fue un paso basado en principios legales. La redención del hombre está basada en principios legales. Jesús satisfizo las demandas justas de Dios porque era humano, y aun así creyó perfectamente la voluntad de Dios. El satisfizo las demandas de un Dios justo por todos los pecadores para siempre. Hebreos 4:15 dice que el Hijo de Dios “... fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. La redención incluyó su crucifixión, según nos dice 1 de Pedro. 1 Pedro 2:24: quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Jesús pagó el precio legal completo por el pecado del hombre y las consecuencias del pecado.** El descendió al Hades (la tumba), y en algún momento entre la resurrección y su aparición a María, él predicó en su cuerpo resucitado a los espíritus encarcelados. 1 Pedro 3:19: “en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados”. El rompió legalmente las cadenas de autoridad y poder de Satanás. Jesús redimió lo que Adán había legalmente transferido a Satanás. Desde la resurrección de Cristo y el dar el espíritu santo en el día de Pentecostés, el poder y dominio de Satanás sobre el hombre están rotos. No hay absolutamente ningún control que Satanás tenga o que sostenga legalmente sobre cualquier hombre salvo. _______________________________________________________________________ *1 Juan 1:7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. **Hebreos 9:12 “y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”.

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Jesucristo ascendió al cielo y se llevó consigo las muestras de su victoria sobre el Diablo. Efesios 4:8-10: Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Basado en la victoria completa de Jesús, el pecador hoy tiene un derecho legal a la salvación. Si Jesucristo no hubiera completado esa justa victoria, por medio de ser un hombre y derrotar a Satanás y su poder, no habría ningún lector de este libro que pudiera reclamar la salvación basándose en fundamentos legales. La victoria completada de Cristo le da derechos legales al cristiano renacido. Usted tiene derecho legal a la vida eterna por lo que Jesús hizo. Usted tiene derecho legal a la victoria sobre todo pecado y las consecuencias del pecado. Todo lo que el hombre perdió en Adán, Cristo lo ha redimido legalmente para la humanidad. Usted tiene hoy derecho legal a un hogar en el cielo. Usted tiene el derecho legal de usar la autoridad del nombre de Jesucristo en oración a fin de obtener resultados.* Usted tiene el derecho legal de ser hijo de Dios, amigo de Dios, heredero, sí, coheredero con Cristo Jesús en la familia de Dios.** Usted tiene el derecho legal de recibir la presencia residente del espíritu santo. Usted tiene el derecho legal de ser transformado en el momento de su segunda venida, si está vivo en ese momento.*** Usted tiene derecho legal a un cuerpo inmortal.**** Usted tiene derecho legal a una herencia en el cielo nuevo y la tierra nueva. Esto es solamente una parte de los derechos legales que son suyos por lo que hizo Jesucristo. El compró y entregó a Dios la completa redención del hombre. Jesucristo le compró a usted, y esa compra fue entera y completa. Por la compra que él efectuó tenemos derechos legales que son un don de gracia. Los cristianos tienen hoy en día una autoridad delegada que ha dado Dios en Cristo. Pero la Iglesia no ha reclamado ni se ha apropiado de sus justos derechos. La Iglesia no ha reclamado sus derechos, su poder y su autoridad porque Satanás nos ha disuadido de ello. Mi amigo Rufus Mosley solía decir: “Dios siempre está tratando de hacer lo mejor que El puede por usted, y el Diablo siempre está tratando de hacer lo peor por usted; lo que usted elija determina el resultado”. _______________________________________________________________________ * Filipenses 2:10: “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”. Usted tiene derecho legal a la protección, cuidado y guía del Padre. ** Romanos 8:17 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. ***1 Tesalonicenses 4:17: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. ****1 Corintios 15:52,53: “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad”.

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Solamente hay un poder bueno en el mundo--el poder de Dios. Satanás también tiene poder, pero sólo poder destructivo, que él puede usar cuando las personas le permiten que les gobierne. Puesto que tenemos derechos legales en Cristo Jesús, no nos acercamos a Dios como mendigos pidiendo comida. Vamos a Dios como hijos y nos apropiamos, mediante la creencia, de nuestra autoridad y derechos legales. Cuando voy a Dios en oración, tengo conocimiento de las promesas de Dios y le creo a Dios. Dios es fiel a Sus promesas y yo reclamo ante El mis derechos legales como hijo. En el momento en que una persona confiesa que Jesucristo es señor en su vida, creyendo en su corazón que Dios le levantó de los muertos, se convierte en un hijo de Dios, nacido de Su Espíritu.* Si somos hijos, somos herederos. De acuerdo con Romanos 8:17 somos coherederos con Cristo. Nosotros tenemos derecho legal a todo lo que Cristo tenía, si creemos. Todo lo que Jesús hizo mientras estuvo sobre la tierra, nosotros lo podemos hacer, y aun más, si creemos.** Esto es un don de la gracia de Dios. Dios hará lo que El dijo que haría. Nosotros hemos creído tantas cosas que Satanás ha dicho, pero hemos creído tan poco de lo que Dios ha dicho. Cuán a menudo Dios hace una promesa en la Palabra diciendo que El hará tal y tal cosa, pero no creemos ni una palabra. Cuando un amigo nos hace una promesa le creemos cada palabra; pero cuando se trata de las promesas que Dios nos da en la Biblia, decimos: "¡Oh no! Eso no puede ser verdad. Eso estaba bien para hombres espirituales como los apóstoles, pero no para cristianos como yo". ¡Por favor deme el capítulo y versículo que respalde tal declaración! Cristo ha delegado su autoridad a los creyentes que constituyen la Iglesia, los santos de la casa de la fe. Si la Iglesia no asume su responsabilidad y las oportunidades que le han sido delegadas, el poder y la autoridad de Dios quedan paralizados. Dios ha tomado acción en Jesucristo. Jesucristo tomó acción para reconquistar los derechos legales para el hombre. Ahora le toca al hombre tomar acción con la autoridad y el poder que le han sido delegados por Jesucristo, porque Satanás no tiene derecho legal alguno sobre el hombre convertido, renacido. Romanos 6:14: Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros... Satanás, sin embargo, todavía tiene derechos legales definitivos sobre el pecador. El pecador no convertido pertenece legalmente al Diablo en cuerpo y alma. Pero Cristo ha quebrantado ese poder para los que hemos nacido del Espíritu de Dios y conocemos Su poder dentro de nosotros. _______________________________________________________________________ * Romanos 10:9,10: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”. ** Juan 14:12: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará porque yo voy al Padre”.

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Observe la autoridad y el poder de Cristo. Filipenses 2:5-11: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. I Corintios 3:21 y 23: ...porque todo es vuestro: y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios. Si 1 Corintios 3:21 y 23 son verdad, entonces, ¡levántese como un hombre de Dios y reclame la autoridad que se le ha delegado como creyente! El poder y la autoridad de Cristo se nos delega por medio del nombre de Jesucristo. Es su maravilloso, incomparable y poderoso nombre el que anula las fuerzas del mal cuando lo nombramos desde nuestro corazón y lo tenemos a flor de labios. Tenemos un Cristo que libera y su autoridad es nuestra autoridad para actuar en su nombre a través de la Iglesia que él estableció. Las palabras en Marcos son verdad para todo creyente. Marcos 16:17-20: Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.

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Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén. La autoridad delegada a un creyente es el derecho legal de liberación de todos los poderes del enemigo. Si usted tiene mil dólares en el banco, usted tiene la autoridad o el derecho legal para escribir un cheque por mil dólares. No se requiere fe para hacerlo; se requiere acción y denuedo. A menos que reclamemos nuestros derechos delegados con acción y denuedo, estamos atando las manos de Dios. Dios está limitado hasta el punto donde lleguen la creencia y la obediencia de un hombre. Permítame exhortarle a que estudie la Palabra de Dios diligentemente para saber cuáles son sus derechos legales en Cristo Jesús. Esta es la clave al poder.

Capítulo Seis Estar en comunión es el secreto La clave principal en la vida cristiana exitosa es estar en comunión con el Padre Celestial. Los cristianos manifiestan la vida más abundante en proporción directa a la comunión que mantienen con El. Pero antes de que una persona pueda tener comunión, tiene que tener filiación. No podemos tener comunión con el Padre hasta que nos hayamos convertido en hijos Suyos. La filiación nos hace justos ante Dios y sin mancha alguna, y da comienzo a nuestra relación con El, nos inicia en comunión perfecta con nuestro Padre. Nuestra relación de Padre e hijo nunca cambia, pero nuestra comunión continua depende de nuestra renovación de la mente según Su Palabra. Un creyente tiene tanto posición como estado en la casa de Dios. Su posición permanece constante: siempre será hijo. Pero el estado de este creyente varía directamente de acuerdo con su comportamiento, eso es, su vivir en comunión de acuerdo a la Palabra de Dios. ¿Qué sucede cuando una persona se convierte en un hijo de Dios y pasa a formar parte de la familia de Dios? En el momento en que renace, el creyente es hecho absoluta y completamente justo--tan justo como Jesucristo mismo, con la misma justicia de Dios. Nos la da el Padre mismo. 2 Corintios 5:21: Al que no conoció pecado [Jesús], por nosotros lo hizo [Dios] pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Como creyentes, tenemos la justicia de Dios. Esto es demasiado maravilloso como para comprenderlo. Nuestra posición como hijos del Padre quiere decir que estamos vestidos de la justicia con la cual Cristo Jesús nos vistió, no por nuestras propias obras o por nuestros propios méritos, sino por la gracia de Dios.

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¡Ojala creyésemos! Tantos cristianos están convencidos de que tienen que esperar hasta morir para saber si van al cielo. La Palabra dice que no hay espera alguna. Los creyentes son justos ahora. Ellos no vendrán a juicio o condenación. Juan 5:24: De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree [oír no es suficiente, tiene que estar acompañado de creencia o de la acción correspondiente] al que me envió [el Padre], tiene [tiempo presente; tiene ahora mismo] vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. Este versículo nos dice lo que le sucede a los creyentes ahora, no lo que sucederá cuando mueran. Tenemos vida eterna ahora. Hace algún tiempo fui llamado al Hospital, para ver a un hombre que estaba al borde de la muerte debido a un problema cardíaco. El estaba en una cámara de oxígeno y su vida se estaba extinguiendo rápidamente. El hombre no era salvo, pero Dios es tan grande en Su misericordia y gracia que aun los no salvos son sanados. Yo le ministre sanidad en el nombre de Jesucristo para su liberación física. Al día siguiente este hombre, en perfecta salud, dijo: "Si Dios es tan bueno como para sanarme, cuando yo no he hecho nada por El, quiero conocer a ese Dios". El aceptó a Jesucristo como su señor y salvador personal confesando con su boca al señor Jesús y creyendo en su corazón que Dios había levantado a Jesús de los muertos. En el momento en que este hombre confesó y creyó, él fue salvo y recibió vida eterna. Dios le dio justicia, que es la remisión de todo pecado, poniendo por lo tanto al hombre liberado en la familia de Dios y en comunión con Dios mismo. Dios, por medio de Cristo, nos ha hecho herederos legales con Jesucristo y nos establece en perfecta comunión. Job 33:26 dice: “... El restaura al hombre su justicia” (traducción literal). Por lo tanto un hijo de Dios en el momento en que renace es restaurado en la presencia del Padre con la propia justicia del Padre. En la familia de Dios todo creyente tiene la posición legal de un hijo. Decir, como hijos, que somos indignos o ineptos, o no perdonarnos a nosotros mismos cuando Dios nos ha perdonado, confesar constantemente nuestra debilidad e inhabilidad, negar nuestra justicia perfecta en El, es negar a Dios, Su Palabra y Su poder. Muchos creyentes están negando lo que recibieron cuando creyeron, y así pues están limitando críticamente la habilidad de Dios en ellos mismos. De acuerdo con la Palabra de Dios, el creyente es justo, pero el creyente, como dice en: 1 Juan 1:7, tiene que andar “… en luz, como él [Dios] está en luz…” El creyente tiene que andar en luz, andar como Dios dirige, someter su cuerpo y alma a la Palabra por medio de la renovación de su mente. Renovar la mente quiere decir vivir como la Palabra de Dios dice que debemos vivir. Esto nos mantiene en comunión. Nuestra filiación no puede ser puesta en duda porque depende de Dios y de Su obra finalizada en Cristo Jesús, pero nuestra comunión depende de nuestro andar ante Dios. La comunión con Dios como nuestro Padre es la clave al poder en nuestro diario andar sobre la tierra. Sin la comunión no podemos producir los frutos de justicia. La comunión 35

hace que la vida de la familia sea una vida feliz. La comunión rota no rompe el parentesco, pero le quita la felicidad. Si su hijo le desobedece, él sigue siendo su hijo; simplemente ustedes dos no están disfrutando de la compañía mutua al mayor grado posible. La comunión es lo único que contribuye a desarrollar una situación feliz tanto en una familia humana como en una familia espiritual. La comunión con Dios es la clave al poder; es la única manera de manifestar la vida más abundante o manifestar que somos "más que vencedores". La mente, renovada de acuerdo a la Palabra, puede permanecer en comunión con Dios y expresar los resultados de tal unión. Juan 15:5 dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí [el que vive de acuerdo a la Palabra]... lleva mucho fruto...” No renovar la mente, que es no vivir según dirige la Palabra, es comunión rota. La comunión rota no destruye el parentesco entre Dios y Su hijo, pero sí empaña y deteriora la relación, robándola de sus bendiciones y poderes. Cuando un hijo está fuera de comunión con Dios, no puede recibir respuesta a sus oraciones. No es que Dios no desee responder a los pedidos de Su hijo, sino que la comunión rota de parte del hijo, hace de su confianza en Dios algo vacilante e incierto. 1 Juan 3:21,22: Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de él... Cuandoquiera y dondequiera que los hijos no reciben respuesta a sus oraciones la causa es la comunión rota, ya sea por desconocer o por no vivir la Palabra. Dios es fiel a Sus promesas y El hará lo que pidamos; por lo tanto, si no llega a suceder se debe a que el hombre no ha cumplido con su parte en la relación. Un ingeniero diseñador de radios empleado por un fabricante de radios me contó acerca de sus más recientes experiencias en creerle a Dios. El había diseñado una nueva radio y ya había dado las instrucciones para su producción cuando uno de los hombres prominentes de su compañía vino a él y dijo: “Es obvio que usted no sabe mucho acerca de diseños de radios si piensa que la producción de ese nuevo diseño va a resultar”. Esto perturbó a mi amigo y por siete días él estuvo negativo y resentido. Consecuentemente la producción del nuevo diseño permanecía estancada. Finalmente, en medio de sus cavilaciones él se acordó que: “Si Dios es por mí, ¿Quién contra mí?” Así que, le dijo a su Padre: “Dios, tu me ayudaste a diseñar esta radio, me diste el deseo y los pensamientos; por lo tanto, ahora te entrego también la producción, dejo a un lado mis sentimientos heridos al respecto y lo siento por haber sido tan negativo”. En dos días el nuevo diseño de la radio estaba en producción. El resultado fue sorprendente. El número usual de aparatos rechazados en las primeras 1500 radios es de un cinco por ciento o más; sin embargo, esta producción en particular tuvo menos de cuatro por ciento en las primeras 1500 radios y menos de dos por ciento cuando la producción alcanzó los 3000. Cuando un hijo de Dios está fuera de comunión con su Padre celestial, nada sale bien; pero cuando la comunión se restablece, las cosas comienzan a funcionar. 36

La comunión rota le quita el sabor al vivir cristiano. Cuando un hijo está en comunión con su padre terrenal, él goza de derechos y privilegios, pero cuando él está fuera de comunión, está miserable y frustrado. De igual modo, un hijo de Dios fuera de comunión está miserable y frustrado en su búsqueda de resultados positivos a sus peticiones. Tenemos que mantener la comunión si queremos el poder de Dios manifestado en nuestro diario vivir. La vida más abundante--nuestra liberación del poder de Satanás en este mundo--depende de mantener la comunión establecida con Dios. La epístola de 1 Juan ilustra dramáticamente la relación y comunión de un hijo con Dios. 1 Juan muy simplemente declara cómo una persona mantiene la comunión y qué debe hacer cuando ha roto comunión y es necesario restablecerla. 1 Juan 1:3-10:2:1,2: ... y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. [El gozo cumplido en la vida de un cristiano depende de mantener intacta su comunión con Dios.] Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas [estar fuera de comunión es andar en tinieblas], mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros [porque como creyentes estamos en Cristo], y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado [cuando quiera que estemos fuera de comunión]. Si decimos que no tenemos pecado [que no tenemos comunión rota], nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros [en nuestras mentes]. Si confesamos nuestros pecados [comunión rota], él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados [comunión rota], y limpiarnos de toda maldad [todo pecado es maldad]. Si decimos que no hemos pecado [comunión rota], le hacemos a él mentiroso, y su Palabra no está en nosotros [en nuestras mentes]. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis [Es la voluntad de Dios que no nos salgamos de comunión.]; y si alguno hubiere pecado [roto la comunión], abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados [comunión rota]; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

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La voluntad de Dios para todo creyente se declara en I Juan 2:6 donde está escrito: “El que dice que permanece en él [permanece en Dios por medio de Cristo Jesús], debe andar como él [Jesucristo] anduvo. Cuanto más profundamente nos adentramos en la Palabra de Dios y cuanto más profundamente la Palabra se adentra en nosotros, más rica y plena se vuelve nuestra comunión. Andar en comunión es andar en amor pues "Dios es amor". La comunión es nuestra continua relación con Dios. La filiación es la permanente relación de Dios con nosotros. La comunión se mantiene sólo mediante la renovación de la mente de acuerdo a Su Palabra y, por ende, vivir Su voluntad. Romanos 12:2 dice: “…transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Filipenses 2:5 dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. También Colosenses 3:16 advierte: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros...” Al grado que la Palabra mora en abundancia en nosotros, tenemos una comunión rica y plena con nuestro Padre. Al grado que creamos y actuemos de acuerdo a la Palabra de Dios, nuestras vidas serán plenas, ricas y llenas de fruto porque nuestra comunión con Dios es fuerte. Tenemos entonces confianza en Dios, de tal manera que "cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de él...”

Capítulo Siete ¿Qué es la adoración verdadera? Estoy seguro de que al observar los diferentes grupos religiosos, las diferentes iglesias y diferentes denominaciones usted se ha preguntado muchísimas veces: ¿qué exactamente es la adoración? Mientras que algunas iglesias tienen altares, tienen velas, incienso, agua bendita, otras denominaciones no tienen símbolo alguno. Seguramente usted ha notado tantas variaciones que ha llegado a preguntarse: "Si así es como ellos adoran, ¿por qué este otro grupo adora de manera tan diferente?" Puede que cada grupo tenga un granito de verdad, pero tal diversidad de ritos religiosos entre los creyentes cristianos no pueden estar todos en armonía con la Palabra de Dios. ¿Qué es la adoración verdadera? Es críticamente importante entender los versículos hablados por Jesús en Juan 4. Juan 4:22-24: Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 38

Jesucristo dijo: "Vosotros adoráis lo que no sabéis..." Yo creo que eso se aplica a la mayoría de la gente. Todos adoran. La cuestión es: ¿estamos adorando correctamente? ¿Sabemos que, cómo o por qué adoramos? Acerca de la adoración, Jesucristo dijo que "la hora viene... cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu [La palabra "en" es la misma palabra griega traducida "por medio de", "por medio de espíritu".] y en verdad". ¿Cómo adorar al Padre? No por medio de velas, ni por medio de altares, ni por medio de la lectura bíblica, ni por medio de cantos, sino que usted le adorará, a El por medio del espíritu. "... En espíritu y en verdad... “es la figura literaria hendíadis: o sea, la utilización de dos sustantivos a pesar de que el sentido es sólo uno. "Espíritu" es un sustantivo y "verdad" también lo es. Así que se usa el doble sustantivo para duplicar el énfasis de que es "espiritualmente verdadero" o "verdaderamente espiritual". El Padre busca al verdadero adorador que le adore así--en espíritu y en verdad. Si podemos averiguar lo que es adorar a Dios por medio del espíritu, entonces sabremos cómo adorarle a El verdaderamente. La cuestión no es qué piensa tal o cual persona, sino, ¿que dice la Palabra de Dios? Se le han introducido tantas ideas al cristianismo que a menudo es difícil, incluso para los eruditos bíblicos, distinguir entre aquello que es genuino y lo que es falsificado. En otras palabras es difícil separar el verdadero cristianismo de la religión. La religión es lo que el hombre ha introducido. Hay mucha religión en lo que se llama "cristianismo", mas el verdadero cristianismo no contiene ni una pizca de religión. A menos que usted sepa cuál es la diferencia que hay entre la religión y el cristianismo, su confusión será grande. En pocas palabras, el cristianismo es lo que Dios hizo en Cristo Jesús cuando le levantó de los muertos. El cristianismo es Cristo en usted, la esperanza de gloria. La Biblia enseña que Dios es Espíritu y que hemos de adorarle en espíritu y en verdad. Jesús declaró esta verdad cuando le habló a la mujer samaritana. En Juan 4:20 la mujer le dijo a Jesús: “Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar”. Jesús le respondió en el versículo 21: “Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre”. ¿Cómo entonces se le adorará a El? Filipenses 3:3: Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Esto es la adoración verdadera. Los llamados de Dios somos aquellos que “en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús...” Nos gloriamos en Cristo Jesús, no en Jesucristo. Hay una gran diferencia. No nos gloriamos en Jesús, el humillado, sino en el Cristo glorificado. Nuestro gloriarnos no está en aquel Jesús a quien se le escupió, se le golpeó, se le persiguió o se le ridiculizó. Nos gloriamos en que él fue más que vencedor, en que venció y ascendió a los cielos, en que está sentado a la diestra de Dios, y en que en el día de Pentecostés envió "... esto que 39

vosotros veis y oís", como lo declara: Hechos 2:33. Gloríese acerca de Cristo Jesús, aquél que fue humillado pero que ha sido resucitado y ha ascendido a la gloria. Adorar es gloriarse en Cristo Jesús por lo que él hizo, no por lo que nosotros hacemos, ya que la carne es débil. No juzgue al hombre por la carne. No ponga su confianza, su seguridad, su dependencia ni su creencia en la carne. La carne es tan débil que Juan 6:63 dice:...la carne, para nada aprovecha...” Cuando ponemos nuestra confianza en la carne, es posible que valoremos a un hombre como mejor que otros basados en las apariencias, mas Dios mira en nuestros corazones. Cuando nosotros renacimos del Espíritu de Dios, ¿de quién somos hijos? ¡De Dios! Ante los ojos de Dios somos igualmente preciosos. Hay muchas cosas que se están llevando a cabo so pretexto de ser cristianismo que no son nada más que tener "confianza en la carne". Pero nosotros verdaderamente tenemos nuestra confianza en lo que Dios hizo en Cristo Jesús. Cristo Jesús nos hizo presentables para adorar a Dios. Colosenses 1:12: con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos [adecuados] para participar [compartir plenamente] de la herencia de los santos en luz. Mateo 15 presenta un relato acerca de la adoración, pero una vez más, no es adoración verdadera. Mateo 15:6b-9: …Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. ¿Parecía genuina su adoración? ¿Llevaban a cabo su rito religioso? A juzgar por la carne, nosotros les hubiéramos dado nuestra aprobación. Pero, ¿qué dijo el Señor? "... pues en vano me honran..." ¿Por qué adoraban en vano? Porque ellos estaban “...Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”. En Marcos hay otro ejemplo de adoración vana. Marcos 7:5-9: Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 40

Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien [con pleno conocimiento] invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. ¿Qué clase de adoración es ésta? Adoración vana. Simplemente llevar a cabo las tradiciones de los hombres es una acción hueca. Romanos 1:25: Ya que cambiaron [la gente] la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador... Ellos adoraron al hombre más de lo que adoraron a Dios. La adoración vana ha estado ocurriendo por mucho tiempo. Los hijos de Israel se alejaron de Dios y adoraron en vano. En Hechos 7 y Apocalipsis 9 se encuentran relatos acerca de cómo los hijos de Israel rechazaron la predicación de su hombre de Dios, Moisés, y empezaron a adorar a espíritus diabólicos. Hechos 7:40-47: cuando dijeron a Aarón [los hijos de Israel dijeron a Aarón]: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo [espíritus diabólicos]; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta años, casa de Israel? Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para adorarlas... Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto. El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. 41

Mas Salomón le edificó casa. Apocalipsis 9:20: Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar. Adorar al Diablo y a los espíritus diabólicos y todo lo que esté relacionado con ellos es adorar en vano. Satanás trató de engañar incluso a Jesús mismo para que adorara en vano. Mateo 4:8,9: Otra vez le llevó [a Jesús] el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. La victoria más grande para el Diablo hubiera sido conseguir que Jesús le adorase a él. Como seres humanos tenemos dos, y solamente dos, alternativas de adoración: el Dios verdadero y el Diablo. Si nosotros adoramos en espíritu al Dios verdadero, nos gloriamos en Cristo Jesús, no tenemos confianza en la carne. Si lo que nos rodea se ve negro y la sociedad parece ponerse cada vez peor, no se ponga nervioso, sino adore a Dios en espíritu y en verdad. Aquellos que adoran cualquier otra cosa que no es el Dios verdadero acabarán mal. Apocalipsis 19:20: Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Esta destrucción se puede evitar fácilmente; debemos adorar a Dios. Apocalipsis 22:9: Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. ¿Cómo vamos a adorar a Dios por medio del espíritu si no somos renacidos del Espíritu de Dios? Es imposible. Si somos renacidos del Espíritu de Dios, llenos del poder del espíritu santo, podemos adorar al Dios verdadero en espíritu y en verdad. Y para adorar por medio del espíritu debemos operar una manifestación del don, espíritu santo. La manifestación de espíritu santo que produce adoración verdadera es el hablar en lenguas. Cuando adoramos a Dios por medio del hablar en lenguas, eso es hablar a Dios. 1 Corintios 14:2: Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios... 42

Hablar en lenguas es hablar las maravillas de Dios. Hechos 2:11: cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Hablar en lenguas es magnificar a Dios. Hechos 10:46; Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Hablar en lenguas es oración perfecta. Romanos 8:26: Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros... Hablar en lenguas es dar gracias bien. I Corintios 14:17: Porque tú, a la verdad, bien das gracias... Hablar en lenguas es adorar “en [por medio de] espíritu y en verdad”. Hablar en lenguas es adoración verdadera. Dios, quien es Espíritu, está comunicándose con Su don de espíritu santo que es Su nueva creación en mí. En otras palabras, la adoración verdadera es el Espíritu de Dios hablándole a mi espíritu, lo cual se evidencia por medio del hablar en lenguas. Cuán hermosa y sencilla es la adoración, y sin embargo, cuánto se ha malentendido.

Capítulo Ocho La Responsabilidad del creyente Los creyentes durante todas las épocas de la historia han tenido la oportunidad y la responsabilidad de dar testimonio de la Palabra de Dios. Nosotros, los de la Era de la Iglesia, también tenemos nuestra "comisión" específica. En Filipenses 2 el Apóstol Pablo nos revela las condiciones en que está el mundo y cuáles son nuestras responsabilidades para con él. Filipenses 2:15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida... Este pasaje está dirigido a la Iglesia. Los creyentes están capacitados para vivir vidas irreprensibles y sencillas porque ellos son los hijos de Dios. 43

¿Qué circunstancias dice Dios que rodean a Sus hijos? Ellos viven “en medio de una generación maligna y perversa”. Como creyentes, estamos justo en el centro, como el eje de una rueda, con todas las posibilidades de resplandecer como luces en un mundo tortuoso y deforme. Para resplandecer como luminares, primero tenemos que conocer la luz, la cual se encuentra en Cristo y en el conocimiento de La Palabra de Dios. Juan 12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Cristo era esa luz, pero ahora somos nosotros los que resplandecemos como luminares, asidos de La Palabra de Dios como es en verdad: La Palabra de Vida. Usted no necesita preguntarle a una persona si es salva. La Palabra dice que simplemente hemos de resplandecer, asidos de La Palabra de Vida, presentándola, exhibiéndola, mostrándola, para que ellos puedan ver. La Palabra es en sí misma el testimonio. Piense en el privilegio que tenemos de poder alcanzar a alguien con el Evangelio de Luz, aunque sea a una sola persona en toda nuestra vida. Ella podría ser la persona clave en una comunidad o en toda un área. La persona que usted gane para Cristo podría ser la que a su vez ganará a cientos de miles. Alguien, alguna vez, le testificó y ganó a los más grandes santos de todos los tiempos; sí, alguien que estaba mostrando la Palabra de Vida, asido de ella. El creyente es el que tiene la ocasión y la responsabilidad de exhibir la Palabra en un mundo maligno y perverso. Para poder compartir efectivamente la Palabra de Vida, nosotros como creyentes primero debemos saber y luego practicar el conocimiento dado en 2 Corintios 5. 2 Corintios 5:17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. A mí me enseñaron a creer que esta escritura quería decir que cuando Cristo entraba en un hombre, entonces esa persona era una nueva criatura. Esto no es en absoluto lo que el versículo 17 de 2 Corintios 5 dice. Léalo otra vez: "De modo que si alguno está en Cristo [en Cristo]... " Este versículo no dice nada acerca de Cristo, estando en un hombre, como lo hace Colosenses 1:27 "...Cristo en vosotros [en vosotros], la esperanza de gloria". El milagro del nuevo nacimiento significa Cristo en usted. Sin embargo, Cristo en usted no le pone a él automáticamente en la mente de usted, o sea, usted en Cristo, usted en comunión. Romanos 12:2 declara que somos nosotros mismos los que tenemos que ponernos a Cristo y la Palabra de Dios en nuestras mentes: "transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento". Filipenses 2:5 estipula: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús".

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2 Corintios 5:17 está hablando del creyente que ha renovado su mente, el que ha sido transformado mediante la renovación de su entendimiento según el Cristo que vive dentro de él. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es". Una cosa es que Cristo permanezca en usted, y otra totalmente diferente que usted permanezca en Cristo. Cuando usted está en Cristo, cuando ha puesto a Cristo en su mente, entonces tiene usted poder en manifestación. Juan 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. A medida que usted renueva su mente de acuerdo a la Palabra, usted llega a ser una nueva criatura. Las cosas viejas [en la mente] pasaron. Los viejos deseos, los viejos anhelos y las viejas tentaciones desaparecen. He aquí todas son hechas nuevas. Después de decirnos como creyentes que renovemos nuestras mentes, 2 Corintios 5 nos dice primeramente de nuestro estar reconciliados con Dios y luego de nuestra responsabilidad de testificarle a todos los hombres. 2 Corintios 5:17,18: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto [cuando hemos renovado nuestras mentes, cuando estamos en Cristo] proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. Es por medio de Jesucristo que estamos reconciliados con Dios. Perdimos nuestra conexión espiritual con Dios por medio de Adán. A consecuencia de la desobediencia de Adán, el pecado pasó a todos los hombres, pues todos los hombres están muertos en delitos y pecados. Pero Jesús vino y reparó la línea de comunicaciones que estaba rota; Jesús restableció la conexión apropiada. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. Una vez que estamos reconciliados con Dios por medio de Jesucristo, entonces Dios nos da a nosotros el ministerio de la reconciliación. Entonces nuestra función como creyentes es reconciliar. ¿Qué quiere decir la palabra "reconciliar"? Quiere decir: volver a juntar aquello que ha sido separado. Dios le ha dado a usted, como creyente, ese ministerio de traer de vuelta a El a aquellas personas que están separadas. Nuestra responsabilidad es hablar de las grandes posibilidades que cada hombre tiene en Cristo Jesús. Simplemente hemos de mostrar el amor de Dios; mostrar a la gente que por ellos Jesucristo murió y fue resucitado hace más de mil novecientos años. Tenemos que demostrar el poder de Dios, manifestar lo que un creyente tiene en Cristo, mostrar cuán grande Cristo es. Ese es el ministerio de la reconciliación. ¡Qué ministerio el que tenemos! 45

2 Corintios 5:19: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la, reconciliación. Cuando Cristo mora dentro de su corazón, usted tiene el ministerio de tomar Su Palabra y reconciliar a la gente con Dios. Isaías nos habla de la necesidad extrema que tiene la gente de ser traída de vuelta a Dios. Isaías 53:6: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas”. Cada uno está perdido en algún momento. La razón: “cada cual se apartó por su camino”. Perdimos el verdadero camino porque nos hemos apartado por nuestro propio camino. Dios tuvo que hacer algo acerca del embrollo en que nos habíamos metido, así que El nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo Jesús. ¿Cómo lo hizo? "Cargando en él [Jesús] el pecado de todos nosotros". Dios cargó en Jesús todos nuestros pecados y todos los pecados de todos los demás. La gran responsabilidad del creyente es el ministerio de la reconciliación--volver a juntar aquello que ha sido roto o separado--entre Dios y el hombre. Hemos de compartir la Palabra de Vida con todos, porque todos se han descarriado. Nosotros ya hemos sido reconciliados con Dios; ahora es responsabilidad nuestra resplandecer, asidos de Su Palabra “en medio de una generación maligna y perversa”. Cuando exhibimos la Palabra de Vida, resplandecemos como luminares en el mundo. Este es nuestro ministerio de reconciliación. Esta es nuestra responsabilidad.

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Tercera Parte LA BASE DE PODER DE UN CRISTIANO En un capítulo previo titulado "¿Qué es la adoración verdadera?" estudiamos brevemente lo que la Tercera Parte, "La Base del poder de un cristiano", examina más detalladamente. Al tener una base de poder, los cristianos no tenemos que conformarnos con lo que "la suerte" nos depare en la vida; nosotros podemos hacer nuestros los deseos de nuestros corazones ejerciendo el poder potencial que Dios ha dado. Pero antes de que podamos manifestar externamente ese poder, tenemos que activarlo. Y la clave para transformar nuestro poder potencial en poder activo yace en nuestra adoración, específicamente en nuestro hablar en lenguas. El primer capítulo en esta Parte nos explica y nos muestra de la Biblia misma lo que es el hablar en lenguas. Después de la explicación viene un capítulo práctico: "Cómo hablar en lenguas". Luego se da un entendimiento completo del poder del hablar en lenguas en el magnífico estudio: "Llenos hasta desbordar". Ese capítulo es un estudio bíblico de dos palabras griegas: plëroö y plëthö. En forma apasionante, la Palabra de Dios nos dice que no solamente estamos llenos hasta el borde con el poder de Dios, sino que estamos llenos hasta desbordarnos. Ahora es el momento de hacer conexión con este poder, con esta fuerza y abundancia que puede rebozar a cada faceta de nuestras vidas.

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Capítulo Nueve El Hablar en lenguas Nadie puede ir más allá de lo que se le ha enseñado, y un maestro solamente puede enseñar lo que sabe. Si usted desea ayudar a otra persona, primero usted mismo tiene que recibir ayuda; de otro modo sería como un ciego que guía a otro ciego, y ambos van tropezando. Una de las áreas menos entendidas en la Biblia es la relacionada con el Espíritu Santo, tanto el Donador como el don de espíritu santo. Acabemos con nuestra ceguera. Estudiemos la Palabra de Dios para entender Su voluntad. Primero que nada aclaremos que Dios es Espíritu Santo. Cuando una persona renace, Dios le da un don a Su nuevo hijo. Y puesto que Dios es Espíritu Santo, El solamente puede dar lo que El es: espíritu santo. Para ayudar a distinguir entre Dios el Donador y Su don, el Donador, Espíritu Santo, se escribe siempre con mayúsculas, mientras que Su don, espíritu santo, se escribe siempre con minúsculas. Una persona recibe el espíritu santo cuando confiesa que Jesús es el señor y cree que Dios le levantó de los muertos, tal como enseña Romanos 10:9-10. El don de espíritu santo tiene 9 partes o manifestaciones en 1 Corintios 12 enumera estas manifestaciones: 1) palabra de sabiduría; 2); palabra de ciencia; 3) fe; 4) dones de sanidades; 5) milagros; 6) profecía; 7) discernimiento de espíritus; 8) lenguas; 9) interpretación de lenguas. En este estudio queremos examinar específicamente la manifestación de hablar en lenguas--cuándo se habla en lenguas y por qué se habla en lenguas. Un creyente que opere la manifestación del espíritu llamada lenguas será edificado espiritualmente, será fortalecido espiritualmente. Hay dos situaciones en que él puede operar esta manifestación: en público y en privado. 1) La mayor parte del hablar en lenguas de un creyente es en su propia vida privada. Como tal, el hablar en lenguas en privado será una oración o alabanza al Padre y, por lo tanto, nunca se interpreta. Se habla de esta oración o alabanza como de "orar en el espíritu". 2) Un creyente puede hablar en lenguas públicamente en una reunión de creyentes. Cuando una persona habla en lenguas públicamente, siempre tiene que interpretar. Sin embargo, un mensaje público nunca es una oración; es una comunicación proveniente de Dios dicha para la gente presente. Al hablar en lenguas tanto en público como en privado se le llama hablarle a Dios. Cuando usted ora silenciosamente en el espíritu, usted está hablando en lenguas. Cuando en una reunión de creyentes usted habla en el espíritu en voz alta, también está hablando en lenguas. Estos usos diferentes del hablar en lenguas se deben mantener separados el uno del otro. Tenemos que aprender cómo operar el hablar en lenguas, y manifestarlo con exactitud según la Palabra. Consideremos el hablar en lenguas dentro de la Iglesia. En la Palabra de Dios la "Iglesia" se refiere a los hijos de Dios renacidos, los que están llenos con el poder proveniente del Espíritu Santo y que operan las manifestaciones del espíritu. En la Iglesia el hablar en lenguas con interpretación por un creyente es un mensaje proveniente de Dios o en nombre de Dios dirigido al cuerpo de creyentes para edificación del grupo por medio de 48

exhortación y consolación. "Exhortar" significa "alentar a un esfuerzo más digno". "Consolar" es "brindar una serenidad apacible, una tranquilidad y aquiescencia a la grandiosidad de las cosas que Dios quiere comunicar". El hablar en lenguas con su interpretación edifica a la Iglesia por medio de exhortarles y/o consolarles. Esta edificación del cuerpo de creyentes por medio del hablar en lenguas con interpretación es un mensaje directo proveniente de Dios, como si Dios mismo estuviera en la reunión de creyentes. Dios le está hablando a Su gente. Al hablar en lenguas e interpretar en una reunión de creyentes hoy, recibimos el mensaje proveniente de Dios dirigido a esa reunión en particular. Lo que El quiera para nosotros mañana, lo averiguaremos mañana. Nosotros no sabemos ahora cuál es el mensaje específico para el futuro, pero sí sabemos cuál es el mensaje para este día en particular si tenemos oídos para oír. El hablar en lenguas en privado y el hablar en lenguas con interpretación en público tienen dos maneras de edificar claramente diferentes. El mensaje privado es una oración que edifica el espíritu del que habla. El mensaje público es una comunicación que edifica las mentes de las personas presentes, incluso la del que habla. Ahora bien, ¿es edificada en su espíritu la persona que habla en lenguas e interpreta en una reunión de creyentes? No. El hablar en lenguas en una reunión de creyentes por uno que también interpreta, no edifica a ese creyente en el espíritu, pues el mensaje hablado es de Dios a la gente, y la interpretación, en el idioma de la mayoría de la gente presente, es para la edificación del cuerpo de creyentes. Un mensaje público con su interpretación no nutre el espíritu del que habla, sino que más bien, edifica las mentes de las personas reunidas. La Palabra de Dios enseña explícitamente que cuando una persona habla en lenguas en una reunión de creyentes, él tiene que interpretar para edificar las mentes del Cuerpo. Sin embargo, hay hijos de Dios que hablan en lenguas en una reunión de creyentes pero que no tienen suficiente creencia o conocimiento como para inspirarles a que interpreten. Ellos son lo que yo llamo "creyentes incrédulos". Ellos saben que pueden hablar en lenguas en sus vidas privadas y algunos de ellos incluso hablan en reuniones de creyentes, pero no creen para interpretar. Si estos "creyentes incrédulos", que no creen para interpretar, hablaran en lenguas en la Iglesia, bajo tales circunstancias, su espíritu sería edificado. Su hablar no sería un mensaje de Dios a la gente, porque si lo fuera, tendría que ser interpretado. Para entender esto, usted tiene que entender acerca de la presciencia de Dios. ¿Sabe Dios antes de que yo hable en lenguas en una reunión de creyentes si voy a interpretar o no? Como Dios sabe que yo voy a interpretar cuando hable en lenguas, El da un mensaje a la gente; y viceversa, si Dios sabe que yo voy a hablar en lenguas pero que no voy a interpretar, El inspira una oración que, repito, edifica el espíritu del que habla. En el cuerpo de creyentes, el hablar en lenguas con interpretación es siempre un mensaje proveniente de Dios o en nombre de Dios dirigido a la gente, y su interpretación edificará al cuerpo de creyentes en sus mentes renovadas por medio de exhortación y consolación. No solamente son alentadas y consoladas las mentes de los creyentes, sino que 1 Corintios 14:22 dice que el mensaje dado es también una señal para los incrédulos. Estos incrédulos 49

no son los incrédulos que no son salvos, sino más bien los creyentes incrédulos. La palabra "incrédulo" es una forma de apistia.* El creyente incrédulo necesita esta señal de oír a alguien hablar en lenguas para saber que hay poder en los creyentes, que los creyentes sí hablan en lenguas y que los creyentes sí interpretan. Tanto al orar privadamente a Dios en el espíritu como al dar un mensaje en lenguas con interpretación en una reunión de creyentes se le llama hablar en lenguas. La razón por la cual se confunden los dos usos es porque la gente siempre está buscando la manera de romper la Palabra de Dios. ¿Por qué no buscar la forma de ver cómo la Palabra encaja en vez de hacerla pedazos? Deberíamos creer en la integridad de la Palabra y permitir que la Palabra hable. Luego armonizamos nuestras vidas y nuestra creencia según lo que dice en la Palabra. Investigamos la Palabra para ver cómo toda la Palabra encaja con precisión. En la Iglesia, el hablar en lenguas lo tienen que hacer creyentes que crean para interpretar, o no se estará usando con el propósito específico que Dios quiso. Aquellos cristianos que hablan en lenguas pero que no creen para interpretar en una reunión de creyentes simplemente están diciendo una oración. Estas personas no han de hablar en voz alta en la Iglesia sino que han de orar silenciosamente en lenguas para sí mismos y para Dios. 1 Corintios 14:2: Porque el que habla en lenguas no, habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. El hablar es en una lengua desconocida para el que habla. Como sabemos, "lenguas" quiere decir "idioma desconocido". "Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende... "La palabra "le" no figura en los textos griegos y se debe descartar porque hace inexacta a la Biblia. Hablando de cuando los apóstoles recibieron el don proveniente del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, Hechos 2:4-11 dice que los apóstoles hablaron en lenguas según el Espíritu les daba que hablasen. Los inconversos que les oyeron hablar entendieron las lenguas que estos doce apóstoles hablaron por inspiración. Ellos dijeron que estos apóstoles estaban hablando "las maravillas de Dios". Por lo tanto sabemos que el hablar en lenguas fue entendido en Pentecostés--no por los hombres que hablaban, sino por aquellos que les oyeron hablar. El contenido de lo que usted habla en lenguas es asunto de Dios, pero el hecho de hablar es responsabilidad suya. En el día de Pentecostés, como siempre, lo que la persona habló era un idioma desconocido para él, pero no necesariamente para los oyentes. En Pentecostés un grupo de oyentes entendió lo que Pedro decía, otro entendió a Mateo, otro entendió a Juan, y así sucesivamente con los otros apóstoles. Existe la posibilidad de que un oyente entienda la lengua, porque es Dios el que da lo que se ha de hablar. El Espíritu Santo, Dios, lo da, pero es usted quien por su propia voluntad tiene que hablar. _______________________________________________________________________ *Apistia.-- la incredulidad de uno que ha tenido alguna instrucción y enseñanza, pero no lo suficiente como para creer plenamente. Apeitheia.-- la incredulidad de uno que ha sido plenamente instruido y enseñado, pero que rehúsa creer.

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1 Corintios 14:2: Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a [¿a quién?] Dios… Otro aspecto en esta escritura es que los que hablan, hablan a Dios. Esto no anula la verdad de que el mensaje total --lenguas con interpretación-- va a ser un mensaje proveniente de Dios o en nombre de Dios dirigido a la gente. Puede que algunos digan que es el hombre hablándole solamente a Dios. Permítame hacerle una pregunta: cuando usted dice que le habló al Presidente por teléfono, ¿qué quiere decir? Usted quiere decir que cuando le habló a él, él también le habló a usted. Usted no fue el único que habló. Esta verdad aquí en la Palabra es la misma: usted le habla a Dios y El le habla a usted. Esa es la esencia. Ahora bien, un punto que se debe estudiar y entender es que el hablar en lenguas en la vida privada de oración de uno, edifica al que habla. I Corintios 14:4: El que habla en lenguas... a sí mismo se edifica... En una reunión de creyentes soy yo el que hablo en lenguas; mas a medida que hablo, Dios da qué hablar. Luego yo doy la interpretación proveniente de Dios, la cual edificará las mentes de los creyentes. Hay dos maneras básicas en que usted puede edificar su mente: 1) Estudie la Palabra y permita que more en abundancia en su mente. 2) Participe en una reunión de creyentes donde se interpreta el hablar en lenguas, pues la interpretación le dará a su mente conocimiento que exhortará y consolará. Cuando se da un mensaje en lenguas con su interpretación, ¿es edificado mi espíritu? No. Pero mi mente, al igual que las mentes de las otras personas presentes, es edificada. La mente del cristiano tiene que ser edificada, porque la mente --el pensamiento-- es lo que hace a una persona lo que es. La Biblia dice en Proverbios 23:7: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él...” Cuando un hombre de cuerpo, alma y espíritu habla en lenguas en su vida privada de oración o en una reunión de creyentes y no cree para interpretar, su hablar en lenguas será oración o alabanza a Dios, y edificará el espíritu del hombre que habla. Es por eso que el versículo 4 de 1Corintios 14 estipula: “El que habla en lengua... a sí mismo se edifica...” Cuando nosotros hablamos en lenguas sin interpretación, edificamos el espíritu que está en nosotros, llamado el hombre interior. Ahora, el problema con el cual nos encontramos es que algunos dicen que el espíritu del Cristo en usted es perfecto, por lo tanto, ¿cómo puede este hablar en lenguas, edificar el espíritu? ¿Por qué necesita ser edificado el espíritu de un cristiano? El espíritu es igual que un bebé, el cual, aunque perfecto, de todos modos necesita ser alimentado. Lo mismo sucede con su espíritu, usted lo alimenta mediante el hablar en lenguas. La ley fundamental involucrada en todo este asunto es que Dios es Espíritu y solamente puede hablarle a lo que es espíritu. Casi todos los grupos confunden la carne y el espíritu 51

porque no mantienen claros sus principios bíblicos. Yo sé que el espíritu es perfecto. Pero los cristianos mismos se estancan espiritualmente. No mantienen su frescura porque muchos de ellos no edifican sus espíritus mediante el hablar en lenguas. En su vida privada de oración, su espíritu es edificado, crece mediante el hablar en lenguas --no mediante la interpretación, no mediante la profecía. La interpretación y la profecía edifican el cuerpo de creyentes, no en sus espíritus sino en sus mentes. 1 Corintios 14:5: Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis... Es aquí donde generalmente la gente deja de leer para decir que el hablar en lenguas en la Iglesia no es muy importante. Ellos preferirían que un creyente profetizase. La mayoría de la gente que expone este argumento, a su vez, nunca profetiza. ¿Ve usted el engaño sutil de Satanás? El quiere empequeñecer la Palabra, hacer pedazos la Palabra. No hay nada que iguale el hablar en lenguas en su vida privada. Esto le edificará espiritualmente, mientras que hablar con denuedo en lenguas con su interpretación en una reunión de creyentes edifica el cuerpo de creyentes. I Corintios 14:5: Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis [en la Iglesia]; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación. Cuando el creyente habla en lenguas e interpreta, la Iglesia recibe edificación. ¿En el espíritu? No. ¿Dónde? En la mente. La interpretación es siempre en el idioma de la mayoría de la gente presente. Es por esto que en 1 Corintios 14:3 “Pero el que profetiza habla a los hombres...” ¿Por qué? Porque profecía es en el idioma de la mayoría de la gente presente. Así que, si la congregación fuera alemana, la profecía tendría que ser en alemán. I Corintios 14:3: Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. Por lo tanto, cuando usted habla en lenguas con interpretación o profetiza, usted y los otros creyentes presentes son edificados por medio de exhortación y consolación. ¿Quién es el que tiene que estar bendecido en su vida privada? Usted, el creyente individual. Sin embargo, en una reunión de creyentes, cada uno tiene que ser edificado. I Corintios 14:12: Así también vosotros; pues que anheláis dones [cosas o asuntos] espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la Iglesia. La palabra "dones" no figura en los textos griegos y debe ser descartada. La palabra "espirituales" es la palabra pneumatikos que significa "cosas del espíritu". Debemos anhelar las cosas del espíritu, ya sea privadamente para nosotros mismos espiritualmente, o 52

públicamente para las mentes de todo el cuerpo de creyentes. ¡Hágase todo para edificación!

Capítulo Diez Cómo hablar en lenguas Ahora que usted sabe por qué se habla en lenguas y cuándo se habla en lenguas, sé que le gustaría recibir en manifestación el poder de la plenitud del Espíritu Santo. Sé que a usted le gustaría hablar las maravillas de Dios y magnificar a Dios. Para hacer esto hay una cosa que usted tiene que hacer y esa es: creer la Palabra de Dios. Sin duda usted cree la Palabra de Dios pues lo que El ha prometido, no solamente desea hacerlo, sino que es capaz de hacerlo. Yo le puedo asegurar, por la integridad de la Palabra de Dios, que cuando usted hable en lenguas estará hablando las maravillas de Dios y magnificando a Dios.* Antes de hacer conexión con cualquiera de los recursos de Dios usted tiene que saber, primero que nada, "qué está disponible". Usted sabe que hablar en lenguas está disponible porque la Palabra de Dios dice que todos los creyentes renacidos tienen el espíritu santo dentro de ellos, el cual es la habilidad de hablar en lenguas. Luego usted tiene que saber cómo recibirlo, lo cual se expone a continuación. Permítame revelarle las claves y muy pronto usted también estará hablando las maravillas de Dios. Hechos 2:4 dice: “y fueron todos llenos del Espíritu Santo”. Todos fueron llenos, nadie fue pasado por alto. Nadie es pasado por alto si ha oído la Palabra y si la cree y luego actúa según ella. Dios es siempre fiel y en consecuencia nadie puede ser pasado por alto. Haga exactamente lo que yo le diga hasta el más mínimo detalle. En 1 Tesalonicenses 2:13 Pablo le agradeció a Dios de que “cuando recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios”. Usted también tiene que seguir la verdad de Dios según se declara en la Palabra de Dios. Pero si usted piensa que es solamente Victor Paul Wierwille quien escribe o le habla, nunca recibirá. Si usted tiene la certeza de que lo que yo le estoy diciendo son las palabras que el Espíritu Santo ha hablado y está hablándole a usted por intermedio mío, entonces usted también manifestará la grandeza del poder de Dios. Si usted hace literalmente lo que yo le pido que haga, entonces podrá manifestar la plenitud de la abundancia de Dios, el maravilloso poder de Dios. Recuerde que Hechos 2:4 dice: “y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron [ellos] a hablar...” Ellos mismos fueron los que hablaron. ______________________________________________________________________ *Hechos 2:11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Hechos 10:46: “Porque los oían que hablaban en lenguas y que magnificaban a Dios”.

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¿Alguna vez ha analizado usted la mecánica del hablar? Usted, con sus propios órganos vocales tiene que producir el habla. La misma mecánica que se utiliza para hablar español o cualquier otro idioma conocido es la que se utiliza en el hablar en lenguas. Por ejemplo, si yo digo: "Yo amo al Señor Jesucristo", ¿qué fue lo que hice mecánicamente? Moví los labios, moví la lengua, moví la garganta, yo hice los sonidos y yo tuve que pensar. Todo esto está involucrado en la mecánica del hablar. Diga en voz alta: " Yo amo al Señor Jesucristo". ¿Qué fue lo que hizo? Movió los labios, la garganta y la lengua para hablar. Usted formuló las palabras; usted las impulsó hacia afuera. La única diferencia entre hablar en lenguas y hablar en español es que cuando yo digo: "Yo amo al Señor Jesucristo", tengo que pensar. Cuando hablo en lenguas no pienso las palabras que hablo. Dios da las palabras a mi espíritu, y yo las formulo en mis labios. Yo no pienso las palabras, pero ellas están allí cuando muevo los labios, la garganta, la lengua. Crea como para estar muy a gusto y tranquilo. Usted tiene que mover los labios, la garganta, la lengua; usted impulsa el aire a través de las cuerdas vocales para producir los sonidos. Usted tiene que formular las palabras, pero las palabras que usted habla, como en Hechos 2:4, son según el Espíritu le da que hable. El contenido de lo que usted habla es asunto de Dios, pero el hecho de hablar es asunto suyo. Yo produzco los sonidos, pero las palabras que yo hablo le son dadas a mi espíritu. Dios da lo que se ha de hablar, y son palabras que magnifican Su Nombre, que hablan de las maravillas de Dios. Esta es la grandeza de la manifestación de hablar en lenguas. Si usted entiende la mecánica de hablar en español o en cualquier otro idioma que conozca, entonces usted entiende la mecánica de hablar en lenguas. Si usted es renacido del Espíritu de Dios, el poder está en usted, pero es usted el que tiene que hablar--no Dios--usted lo hace. No tendrá ninguna dificultad con Dios; la única dificultad que usted podría tener sería en su propia mente y en su entendimiento de lo que tiene que hacer. Usted, no el Espíritu, mueve los labios; usted mueve la lengua; mueve la garganta; usted le da sonido a las palabras por el poder de Dios que hay en usted. Así pues usted está declarando las estupendas maravillas de Dios. ¡Qué sencillo y bello que es! Hechos 2 es la orden del día para la Iglesia. Hechos 2:38: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón [remisión] de los pecados; y recibiréis [lambanö,* manifestaréis] el don del Espíritu Santo [pneuma hagion]. ______________________________________________________________________ *Hay dos palabras griegas para "recibir" que se usan con relación a recibir el espíritu santo. Dechomai quiere decir “recibir el poder y la habilidad inherentes”. Lambanö quiere decir “recibir al grado de manifestar exteriormente”

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Esto es para la Era de la Iglesia en la cual usted y yo vivimos. Cuando usted confiesa con su boca que Jesús es el señor y cree que Dios le levantó de los muertos, usted tiene la remisión de pecados.* La Palabra dice: "recibiréis". Usted ha de manifestar en el mundo de los sentidos la prueba de que ha recibido espiritualmente. Al manifestar, usted habla las maravillas de Dios; usted magnifica a Dios. Juan 7 nos dice una gran verdad que usted y yo necesitamos entender cuando manifestamos el poder del Espíritu Santo. Juan 7:37,38: ...Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. La palabra "interior" indica la profundidad del alma de un hombre. "De lo más profundo de ese hombre correrán ríos [no pequeños riachuelos] de agua viva". Cuando usted recibe en manifestación el poder proveniente del Espíritu Santo, usted no recibe más sustancia espiritual; usted simplemente recibe en evidencia, en manifestación en el mundo de los sentidos, lo que usted ya tiene espiritualmente en su interior. Manifestar el espíritu santo no quiere decir que se le ha dado a usted algo nuevo; usted simplemente está manifestándole a sus sentidos lo que tiene adentro. El don ya está en usted. Dios le dio la habilidad de hablar en lenguas cuando usted renació. La acción de hablar en lenguas es su responsabilidad; usted ya tiene el potencial. Si usted no habla en lenguas, no es porque Dios no le haya dado la habilidad. Dios prometió por medio de Su hijo: "de su interior correrán ríos de agua viva". Esto es lo que Jesucristo habló y lo que dijo a los apóstoles antes de ascender. De su interior, de lo más profundo de su ser, correrían ríos de agua viva. Así que cuando usted comience a hablar en lenguas, formule las palabras, hable las palabras y deje que broten burbujeantes, deje que fluyan libremente, no gota a gota. Cuando usted comience a hablar en lenguas, deje que fluya con un sonido tras otro. Eso es lo que dice la Palabra y eso es lo que quiere decir. Lucas 11:11: ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? Suponga que usted tiene un hijo que tenga hambre y usted tiene pan en la casa; si él se lo pidiera, ¿le daría usted una piedra? Estoy seguro que no. ________________________________________________________________________ *Romanos 10:9: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”.

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Lucas 11:12,13: ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros [como padres], siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? La palabra "pidan" es la misma palabra que "exijan". ¿Sabe usted por qué puede exigir el pago de un cheque? Porque el dinero que lo respalda ya se ha depositado en el banco. Todo lo que tiene que hacer es presentarse a la ventanilla de pagos y pedir el dinero de ese cheque. ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan [se lo exijan]? ¿Por qué podemos exigir el espíritu santo? Porque ya se nos ha dado. Quiero hacerles notar una cosa más. Los más grandes cargamentos en la vida entran al puerto cuando los mares están serenos. Cuando los mares están agitados, los barcos esperan mar adentro; pero cuando los mares se aquietan, los grandes barcos de carga vuelven al puerto. Los más grandes cargamentos de nuestra vida espiritual se reciben cuando nuestros mares interiores están tranquilos. Una de las cosas que la Palabra de Dios ha hecho para mí es darme paz interior para poder recibir la abundancia del poder de la plenitud de Dios. Gálatas 3:5: Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Cómo ministro yo el espíritu santo a la gente? ¿Lo hago por el oír con fe? ¡Sí! No hago esto por las obras de la ley. Estoy ministrándole el espíritu santo a usted, estoy enseñándole a usted exactamente qué hacer. Después de que haya leído todas las instrucciones. Quiero que cierre los ojos y se siente tranquilamente. Recuerde que cuando le haya ministrado el espíritu santo a usted, quiero que mueva los labios, la garganta, la lengua. Haga usted los sonidos. Siéntese tranquilamente y haga exactamente lo que yo le digo. Recuerde que la Palabra de Dios dice en Job 29:23: “Y abrían su boca como a la lluvia tardía”. Para beber usted tiene que abrir la boca. En Juan 20:22, antes de la ascensión, Jesús le dio instrucciones a los apóstoles de inhalar. El abrió su boca e inhaló.* Dentro de poco quiero que usted abra su boca e inhale. Mientras esté sentado, siga esta instrucción. Abra su boca e inhale. Usted no va a recibir nada más espiritualmente; ahora usted va a manifestar la presencia del espíritu. Simplemente inhale. Abra su boca. Mientras inhale, agradézcale a Dios por haberle llenado con la plenitud del poder de Su espíritu santo. No le suplique; agradézcaselo. ______________________________________________________________________ *Vea la explicación de Juan 20:22 en la página 58.

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Cuando comience a hablar en lenguas, mueva los labios, la garganta, la lengua. Hable. Cuando haya terminado un sonido, hable otro. No preste atención alguna a lo que está pensando. Formule las palabras; mueva los labios, la garganta, la lengua; dígalo. Usted está magnificando a Dios no importa cómo le suenen las palabras a sus oídos. La tarea suya es hablar en lenguas; la tarea de Dios es dar lo que se habla. Siga moviendo los labios, la garganta y la lengua. Formule otro sonido. Usted tiene que formular sonidos diferentes con los labios. Dios se los ha dado a su espíritu. Ellos están en su espíritu y vienen brotando a su lengua; usted tiene que hablarlos. Usted está hablando las maravillas de Dios; usted está magnificando a Dios; usted está hablando en lenguas. La manifestación externa es su prueba en el mundo de los sentidos de que tiene a Cristo adentro. Hágalo con denuedo. Deje que fluya; deje que entre en efervescencia. "De su interior correrán ríos de agua viva". Siga hablando. Dios está dándole las palabras a su espíritu; su espíritu las está llevando hasta su garganta y usted las está impulsando hacia afuera. "Padre, en el nombre de Jesucristo y por el poder de Dios que está en mí, yo ministro ahora la plenitud de tu espíritu santo en manifestación en la vida de este creyente". Inhale profundamente y ahora comience a hablar en lenguas como yo le acabo de instruir. ¿No es Dios maravilloso? Si usted puede hablar una palabra, puede hablar diez mil; porque si puede hablar una palabra, usted tiene el poder, la habilidad dada por Dios, de hablar más. Cada vez que hable recuerde que usted se está edificando a sí mismo espiritualmente. Usted está hablando las maravillas de Dios; está magnificando a Dios. Ahora usted tiene la prueba en el mundo de los sentidos de que tiene a Cristo adentro, que es coheredero con él. Dentro de poco quiero hable otra vez; que hable una vez más para que por la experiencia pueda adquirir fluidez y confianza. Aprender otro idioma usando la mente tomaría meses; pero el hablar en una lengua desconocida sucede instantáneamente. Dios conoce las lenguas, así que El se las da a su espíritu y usted las habla. Cualquier persona que sepa aunque sea un poquito acerca de idiomas sabe que "pi, pi, pi, pa, pa, pa" no sería hablar en lenguas. Hablar en lenguas es hablar un idioma desarrollado. Ahora una vez más quiero que usted hable en lenguas. Esté tranquilo. Mueva los labios, la garganta y la lengua y comience a hablar otra vez. Siga hablando. Usted está hablando las maravillas de Dios, magnificando a Dios. Ahora usted le ha probado a sus sentidos que Cristo está en usted y que usted tiene el poder del espíritu santo. Esta es la grandeza del maravilloso poder de Dios a usted como creyente.

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Capítulo Once Llenos hasta desbordar Inmediatamente antes de su ascensión, según lo relata el capítulo 20 de Juan, Jesucristo instruyó a sus discípulos acerca de una nueva dimensión que ellos tendrían en su glorioso andar a partir del día de Pentecostés. Juan 20:22: Y habiendo dicho esto, sopló [en griego dice "sopló hacia adentro": inhaló] y les dijo: Recibid el Espíritu Santo [el texto griego usa las palabras lambanö pneuma hagion,* "manifestad espíritu santo”]. En la primera hora de oración en el día de Pentecostés, cuando los apóstoles "inhalaron", ellos confesaron con su boca que Jesús es el señor creyendo que Dios le había levantado de entre los muertos, y así renacieron del Espíritu de Dios y espiritualmente fueron llenos a capacidad máxima. La palabra "recibid", lambanö, en Juan 20:22, indica que en el día de Pentecostés los apóstoles manifestaron el don que acababan de recibir espiritualmente en toda su desbordante plenitud. Nacer del Espíritu --renacer o nacer de lo alto-- es estar espiritualmente lleno a capacidad máxima (plëroö), mientras que la plenitud en manifestación de ese nacimiento es estar lleno hasta desbordarse (plëthö). La salvación da plëroö, una plenitud a capacidad máxima: manifestar el espíritu santo da plëthö, plenitud desbordante. Este estudio se enfoca esencialmente en plëroö y plëthö, que describen todas las facetas de conocimiento que nos están disponibles en cuanto al nuevo nacimiento. Plëthö es una forma más reciente de la palabra pimplëmi, un derivado de pleos. Tanto plëroö como plëthö son derivados de la palabra raíz básica pleos, que quiere decir "lleno". pimplëmi quería decir "lleno a capacidad máxima y desbordar". En la literatura griega, se usa pimplëmi en el caso de un río que desborda sus riveras. También se usa para describir la luna llena cuando está desbordando en toda su brillantez. Plëroö significa "llenar solamente a capacidad normal" como un río lleno con su caudal natural o normal; plëthö significa "llenar hasta desbordarse en abundancia". Lucas 1:57: Cuando a Elizabeth se le cumplió [pimplëmi, plëthö] el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. Elizabeth estaba plëthö pues ella dio a luz el niño--el alumbramiento es el desbordarse. _______________________________________________________________________ *El Donador es pneuma hagion, Espíritu Santo; el don es pneuma hagion, espíritu santo. Para un estudio detallado de los usos de estas dos palabras griegas en la Biblia, así como de las palabras griegas lambanö y dechomai, lea Victor Paul Wierwille, Recibiendo el espíritu santo hoy, segunda edición (New Knoxville, Ohio: American Christían Press, 1981) págs. 1-11 y 273-370

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Colosenses 2:9: Porque en él [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud [plëröma, proveniente de plëroö, lleno a capacidad] de la Deidad. Cristo estaba lleno a capacidad con la plenitud de la Deidad. La plenitud de Dios desbordándose de Jesucristo hizo posible que Jesús dijera: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre". Jesucristo declaró al Padre; dio a conocer a Dios. Jesús estaba rebozando con la presencia, el poder y la Palabra de Dios, y así declaró a Dios. Hay una ilustración que enseña muy bellamente el nuevo nacimiento y las manifestaciones. Supóngase que tenemos un vaso que representa al hombre natural; el líquido dentro del vaso representa espíritu. Cuando el espíritu entra (al confesar el hombre con su boca que Jesús es el señor y creyendo que Dios le levantó de los muertos), este hombre de cuerpo y alma es lleno (plëroö) a capacidad normal en todo su ser. Esto es el llenar del nuevo nacimiento indicado en Juan 20:22 por "inhaló". Luego "Recibid [lambanö, recibid al punto de manifestarlo]" es estar lleno (plëthö), que es la plenitud desbordante. Bíblicamente el llenar con el nuevo nacimiento (plëroö) ha de asociarse siempre con el desbordar (plëthö) en manifestación. En el día de la ascensión Jesús le habló a los doce apóstoles. Hechos 1:5: Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con [en] el Espíritu Santo [espíritu santo el don] dentro de no muchos días. Ese "bautizados con espíritu santo" es el llenar del nuevo nacimiento, plëroö, lleno a capacidad. Hechos 1:8: pero recibiréis [lambanö; desbordaréis, plëthö, manifestaréis] poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y [entonces] me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. El desbordamiento ocurre con la operación de las manifestaciones del espíritu. Juan 7:38,39: El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir [lambanö, recibir en manifestación] los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. La palabra "interior" en el versículo 38 quiere decir "la parte más íntima de una persona". La palabra "correrán" es rheusousin, que proviene de la palabra raíz rheö. La forma obsoleta de la palabra rheö significa "hablar". De esta misma raíz proviene la palabra rhëma que significa "aquello que es hablado". "De lo más profundo de su ser serán hablados ríos [no chorritos, sino "ríos"] de agua viva". 59

Esto se relaciona directamente con la plenitud (plëthö) del espíritu santo, como lo muestra el versículo 39. El día de Pentecostés fue cuando se dio el don, el nuevo nacimiento, fue cuando fueron llenos del espíritu, Cristo en vosotros. Los históricos acontecimientos de Pentecostés, incluyendo el nuevo nacimiento con sus varios atributos desbordantes, están relatados en Hechos 2. Hechos 2:1 Cuando llegó [sumplëroö] el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio [fuerte respirar]* que soplaba, el cual [el inhalar de todos ellos] llenó [plëroö] toda la casa donde estaban sentados. Y fueron todos llenos [plëthö] del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. La palabra "llenó" en el versículo 2 es plëroö, que significa "lleno a capacidad máxima". Al inhalar los discípulos, el sonido de su inhalar llenó a capacidad máxima, plëroö, el templo. Al inhalar los discípulos fueron llenos a capacidad máxima, plëroö, pues el versículo 4 dice que ellos fueron todos llenos, plëthö, y comenzaron a hablar en otras lenguas (el desbordar, hablar en lenguas, una de las nueve manifestaciones del espíritu). Si lo permitiera el lenguaje, Dios podría haber tomado los cuatro primeros versículos de Hechos 2 y haberlos condensado en uno solo, porque el nuevo nacimiento y las manifestaciones han de ser como una sola cosa. El llenar de los apóstoles en el versículo 2 es plëroö, el llenar inherente del nuevo nacimiento; el llenar en el versículo 4 es plëthö, la manifestación externa o el desbordamiento del llenar inherente. Las manifestaciones del espíritu son el poder desbordante en la vida del creyente, que a su vez produce el "fruto del espíritu" de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. A partir de Pentecostés los creyentes habían de desbordar inmediatamente al ser renacidos por el Espíritu de Dios. No sólo habían de estar llenos a capacidad normal, natural, (plëroö), sino que también habían de desbordar, (plëthö). El Apóstol Pedro es un ejemplo de esto. Hechos 4:8: Entonces Pedro, lleno [plëthö] del Espíritu Santo [el don de espíritu santo]... Pedro estaba lleno hasta desbordarse (lo demuestra el uso de la palabra plëthö en vez de plëroö) operando todas las nueve manifestaciones. Por ello Pedro tenía conocimiento de todos los asuntos relatados en Hechos 4 que son una continuación de lo relatado en Hechos 3. ______________________________________________________________________ *Pnoës no es "un viento" sino "un respirar”.

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Después de documentar en el versículo 8 que Pedro estaba lleno del espíritu santo, el capítulo cuatro de Hechos continúa contándonos de las cosas que les sucedieron a Pedro y a Juan. Hechos 4:31: Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos [plëthö] del Espíritu Santo... La gente congregada estaba llena hasta desbordar. Debido a las manifestaciones del espíritu, a saber, hablar en lenguas, interpretación de lenguas y profecía, esa reunión de oración fue genuinamente poderosa y edificante para los creyentes, quienes fueron todos exhortados y consolados. No dice en Hechos 4:31 que los creyentes fueron "llenos nuevamente". Nunca hay una rotura por donde se escape el espíritu o una necesidad de "llenar nuevamente". El creyente está siempre lleno (plëroö) a capacidad normal; mas el estar lleno al punto de desbordar (plëthö) comienza cuando el creyente inicia las manifestaciones. Hechos 8 contiene el primer relato en la historia de la Iglesia cristiana acerca de nuevos cristianos que renacieron sin manifestar inmediatamente el espíritu santo. Puesto que este grupo de samaritanos no manifestó, se mandó a buscar a Jerusalén a Pedro y a Juan. Hechos 8 cuenta de lo que hicieron estos dos apóstoles para remediar la situación. Hechos 8:15: los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen [lambanö, manifestasen] el Espíritu Santo [espíritu santo, el don]. Los creyentes en Samaria estaban llenos (plëroö) mas no estaban llenos (plëthö) al punto de estar manifestando el espíritu santo. Hechos 8:16: porque aún no había descendido [el don, espíritu santo] sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Ser bautizado en el nombre de Jesús no tiene nada que ver con agua pero tiene todo que ver con estar lleno (plëroö), con tener a Cristo en usted la esperanza de gloria, que es el nuevo nacimiento. Aunque los samaritanos habían recibido el nuevo nacimiento, ellos todavía no habían sido llenos hasta desbordar. El uso de la frase "aún no había descendido sobre ninguno de ellos" significa, gramatical y bíblicamente, que el espíritu no estaba desbordando en manifestación. Hechos 8:17: Entonces les imponían [Pedro y Juan] las manos, y recibían [lambanö, manifestaban pneuma hagion] el Espíritu Santo [el don, espíritu santo]. Con esto el don comenzó a desbordarse, a rebosar. 61

En Hechos 9, en el relato del joven Saulo (cuyo nombre en griego es Pablo), hay otro ejemplo en que la "plenitud de la salvación" sucede antes del "desbordamiento de la manifestación". Hechos 9:17: Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él [Pablo] las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno [plëthö, desbordar] del Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don]. Pablo confesó al señor Jesús como su salvador en el camino a Damasco pero él no desbordó, él no recibió, lambanö, en manifestación. Cuando Ananías vino a la casa de Judas para ministrarle a Pablo, él le dijo a Pablo: "Hermano Saulo", indicando así que Pablo era un hermano espiritual. El propósito de Ananías al visitar a Pablo era "para que recibas la vista y seas lleno [plëthö] del Espíritu Santo". Pablo había renacido (dechomai, plëroö, lleno a capacidad máxima), pero no fue sino hasta que Ananías le ministró que estuvo lleno con abundancia desbordante (lambanö, plëthö). Pablo, no obstante, pronto rebosó con las manifestaciones del espíritu, pues en 1 Corintios 14:18 se dice de Pablo: “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros”. Hechos 10 informa de la ocasión en que Pedro le ministró por primera vez a una casa gentil--la casa de Cornelio en Cesarea. Hechos 10:44-46: Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don] cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo [pneuma hagion]. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. El desbordamiento, que indica la operación de las manifestaciones, está puesto en evidencia por la palabra "derramase". El último versículo citado nos informa específicamente que el desbordamiento fue manifestado por medio del hablar en lenguas: "Porque los oían que hablaban en lenguas". Hechos contiene la defensa que hizo Pedro por haber ido a la casa de Cornelio y presentar a Cristo y su evangelio por primera vez a los gentiles. Hechos 11:15: Y cuando comencé [Pedro] a hablar, cayó el Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don] sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

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Según Hechos 19, Pablo tuvo en Éfeso la misma experiencia que tuvieron Juan y Pedro en Samaria. El encontró discípulos que eran renacidos, que espiritualmente estaban llenos a capacidad máxima (plëroö), pero que no habían desbordado (plëthö) Hechos 19:6: Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don]; y hablaban en lenguas... Nuevamente ésta es una plenitud hasta desbordar experimentada por gente en la Iglesia que ha renacido del Espíritu de Dios. Efesios 5 contiene un interesante uso de la palabra plëroö. Nuevamente se refiere a cuán profundamente hemos de estar llenos de tranquilidad. Efesios 5:18: No os embriaguéis con vino... antes bien sed llenos [plëroö] del Espíritu. Este versículo nos indica que "llenos del Espíritu" es el nuevo nacimiento, Cristo en usted la esperanza de gloria. Sea lleno a capacidad máxima, plëroö, en lo más profundo de su ser, que es Cristo en usted. Veamos cómo se usa la palabra griega plëthö, lleno hasta desbordar, en otras pocas escrituras que no tratan directamente con el nuevo nacimiento. Lucas 1:41: Y aconteció que cuando oyó Elizabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elizabet fue llena [plëthö, desbordó] del Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo]. Como lo revelan los versículos que siguen en Lucas 1, Elizabet estaba "llena hasta desbordar", lo cual se sabe por haber dado ella una palabra de profecía. También nos habla Lucas 1 del esposo de Elizabet, el padre de Juan el Bautista. Lucas 1:67: Y Zacarías su padre fue lleno [plëthö, desbordó] del Espíritu Santo [pneuma hagion], y [él] profetizó... Zacarías estaba lleno hasta desbordar. El profetizó. Lucas 5 relata que en el lago Genesaret Jesús le dijo a Simón que echara sus redes "para pescar". Lucas 5:7: Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron [plëthö, desbordaron] ambas barcas, de tal manera que se hundían. 63

Tenían tantos pescados en las barcas que éstas estaban llenas hasta desbordar y se hundían. Obviamente no puede haber desbordamiento sino hasta que el recipiente esté lleno a capacidad máxima. En Hechos 6:3 notamos que cuando siete hombres fueron elegidos de entre los discípulos, la Palabra dice: "Buscad, pues; hermanos, de entre vosotros a siete hermanos de buen testimonio, llenos [plërës, forma adjetival de plëroö] del Espíritu Santo [pneuma hagion]”. Ellos eran hombres llenos a capacidad máxima. Hechos 7:55 dice: "Pero Esteban, lleno [plërës] del Espíritu Santo", lleno a capacidad máxima. Hechos 5 da también un relato de los apóstoles enseñando en Jerusalén. Hechos 5:28: diciendo...Y ahora habéis [los apóstoles] llenado [plëroö] a Jerusalén de vuestra doctrina... La doctrina de los apóstoles había penetrado Jerusalén al punto de que la ciudad estaba "llena a su capacidad máxima" con la Palabra. Colosenses 1 contiene una maravillosa oración por los creyentes--que estén llenos a capacidad máxima. Colosenses 1:9: Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos [vuestro amor en el espíritu], no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos [plëroö] del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Sea lleno a capacidad máxima. Esta es nuestra oración por usted y por toda la gente de Dios. Yo deseo que su oración por mí también sea que podamos ser llenos a capacidad máxima "del conocimiento de su voluntad" y luego desbordar con esa abundancia. La única forma en que podemos tener un conocimiento de la voluntad de Dios es conociendo la Palabra de Dios. Ser llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual es lo primero, lo esencial, para todo creyente. Entonces el desbordamiento será una bendición poderosa. Es así como las enseñanzas de los apóstoles penetraron toda Jerusalén. La ciudad entera fue llena a capacidad máxima con la Palabra de Dios porque el conocimiento de la Palabra de Dios vivía en los apóstoles, y ellos desbordaron (plëthö) al hablar esa Palabra de Dios con denuedo, operando las manifestaciones del espíritu, especialmente el hablar en lenguas.

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Parte Cuarta La Iglesia de hoy Desde su fundación en el día de Pentecostés, la Iglesia de Gracia ha estado investida con el poder del espíritu santo. Sin embargo, la Iglesia del primer siglo era una iglesia que avanzaba, algo que no hemos visto en nuestros días. La Biblia dice que Dios no cambia. Si Dios no ha cambiado, ¿por qué entonces esa diferencia entre la Iglesia del principio y la Iglesia del presente? “La Iglesia del primer siglo en el siglo xx” estudia a la Iglesia del principio para que podamos aplicar sus puntos fuertes a la Iglesia del siglo xx y prosperar igual que ella. Una debilidad obvia en la iglesia actual es la falta de unidad. "¿Por qué hay división?" examina este aspecto de la iglesia moderna para ver dónde estamos limitando el poder de Dios por no tener un mismo sentir. La Iglesia de Gracia, a lo largo del tiempo, está formada de los miembros del Cuerpo de Cristo. Ningún edificio o etiqueta de denominación califica como una iglesia a los ojos de Dios. Sólo a medida que los que han sido llamados se unan según la exactitud de la Palabra de Dios y maduren plenamente siguiendo la exacta Palabra podremos tener la esperanza de ayudarnos y ayudar a otros, y así vivir la vida abundante.

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Capítulo Doce La Iglesia del primer siglo en el siglo xx La Iglesia del primer siglo tenía enorme poder porque los cristianos creían que al ser salvos recibían el poder proveniente del Espíritu Santo, y que por lo tanto podían operar las nueve manifestaciones del espíritu. Además de tener tal poder interno, los creyentes del principio estudiaban la Palabra de Dios y actuaban según ella, aceptándola como la voluntad de Dios. La Iglesia del primer siglo fue una iglesia dinámica, según lo que relata el Libro de Hechos. Nosotros nunca hemos visto a la Iglesia moverse con tal ungimiento. Algunos dicen que Dios ha derramado un ungimiento especial en estos últimos tiempos, pero eso simplemente no es verdad. La Palabra dice que El envió Su don en el día de Pentecostés. Su don está aquí. Obviamente, la Iglesia del primer siglo era más dinámica y rebosante de vida, no porque Dios era más poderoso, sino porque los creyentes que formaban la Iglesia operaban más efectivamente. Según lo que se relata en el Libro de Hechos y en las Epístolas Eclesiásticas, la Iglesia del principio, el Cuerpo de Cristo, desarrolló un patrón para el crecimiento en sus diferentes localidades. 1. Cada persona era responsable de testificar con denuedo acerca de la Palabra de Dios. Cuando una persona aceptaba a Jesús como su señor, los cristianos "mayores" continuaban nutriendo y pastoreando al nuevo cristiano hasta que estuviera lo suficientemente establecido como para pararse firme y andar por sí solo según la Palabra dada. 2. Se llevaban a cabo pequeñas reuniones supervisadas, llamadas "iglesias", en casas particulares, cada una con un anciano jefe o pastor que supervisaba las unidades hogareñas. 3. Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros visitaban fielmente a cada grupo, a cada iglesia, y mantenían la comunicación escrita con ellos. 4. Los cristianos no habían de ser apartados de su camino por los bienes materiales: por lo tanto ellos vendían sus posesiones innecesarias para fomentar la obra del ministerio. La Iglesia del principio nació en medio de una sociedad que era tan indoctrinada y endurecida como cualquier otra sociedad en cualquier otro tiempo. Los romanos tenían el control gubernamental y el paganismo reinaba desenfrenado. Sin embargo la Iglesia cristiana del primer siglo trastornó al mundo --que significa que lo pusieron al derecho. Ellos tenían la habilidad espiritual potencial que se hizo cinética en una forma maravillosa y dinámica. Dentro de una generación los creyentes del principio cambiaron el curso espiritual de los eventos de esa parte del mundo. No sabemos cuántos cristianos durante el primer siglo realmente anduvieron según la Palabra de Dios y testificaron al mundo entonces conocido, pero sabemos que de acuerdo con Hechos 19:10 en dos años y tres meses “...todos... en Asia [lo que hoy se conoce como Asia Menor] judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor”.

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Esta hazaña ciertamente no hubiera podido lograrse, y no fue lograda, por un hombre. Pero bajo el ministerio y la enseñanza de Pablo, los originales, "unos doce hombres...",* (familias) fueron inspirados y aprendieron a andar según la Palabra de Dios y a compartirla con otros. Por ejemplo, cuando el área conocida como Asia oyó esta maravillosa Palabra de Dios a medida que se esparcía desde Éfeso, cada creyente trató de ganar a otro, y nutrirlo hasta que ese cristiano recién nacido fuera lo suficientemente fuerte como para estar firme y andar según la Palabra de Dios, operando las manifestaciones del espíritu. Todo esto se logró sin ayudas modernas como radio, televisión o materiales impresos. Juan 1:40 se halla una de las primeras narraciones acerca de un creyente ganando a un amigo. Es el relato donde Andrés halló primero a su hermano Pedro y le trajo al señor. Al igual que hoy, no todos en el primer siglo creyeron y fueron salvos cuando un cristiano les testificó. Cuando usted predique la Palabra de Dios y la comparta con una persona o un grupo, descubrirá que la respuesta será como en Hechos 28:24: “Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían”. Por supuesto que dentro del grupo de los incrédulos estaban aquellos que, de acuerdo con Hechos 17:32, cuando oyeron la Palabra de Dios en relación con la resurrección de los muertos “se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez”. Los líderes de la Iglesia del principio incluyendo a Pedro y los otros apóstoles, eran muy osados en la presentación de la Palabra de Dios; y a causa de su denuedo, gran número tanto de hombres como de mujeres fueron añadidos a la Iglesia según nos dice Hechos 5:14: “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres”. Sin embargo, como dice a continuación el relato en Hechos 5, el sumo sacerdote y los saduceos echaron mano a los apóstoles y los metieron en la cárcel. Sin embargo, tan pronto como los cristianos fueron sacados de allí, Dios les dijo: “Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida”, así que volvieron al templo a enseñar. Pronto vino también el sumo sacerdote al templo e hizo reunir al Sanedrín para traer ante ellos a los prisioneros; pero los apóstoles no estaban en la cárcel. Cuando el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes (de acuerdo con Hechos 5:24) supieron lo que Dios estaba haciendo y cómo Él había sacado a estos hombres de la cárcel, se turbaron. Ellos no querían que creciera este nuevo movimiento. Se necesitó gran coraje de parte de los apóstoles para volver al templo y enseñar a la gente, sabiendo de antemano que se presentarían problemas cuando ellos hablaran la verdadera Palabra de Dios. Pero, de acuerdo con Hechos 5:29: “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. Después de ser interrogados implacablemente, los apóstoles fueron azotados e intimidados a que no hablasen en el nombre de Jesús. Sin embargo los apóstoles perseveraron, pues en Hechos 5:42 dice: “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”. ______________________________________________________________________ *Hechos 19:7: “Eran por todos unos doce hombres”.

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Aquellos de la sinagoga no los aguantaban, igual como en muchos lugares hoy, los verdaderos creyentes en la Palabra de Dios no son tolerados en las iglesias organizadas y establecidas. Esto hizo necesario el segundo punto de este estudio, a saber: pequeñas reuniones supervisadas, llamadas iglesias, en los hogares. Le daré a conocer a usted las escrituras que yo he observado, para que usted pueda leer exactamente lo que está escrito en la Palabra de Dios en referencia a tales reuniones. En Hechos 5 leímos que los apóstoles iban de casa en casa hablándole a la gente acerca de la Palabra de Dios. Este es el primer relato que demuestra cómo los apóstoles declararon la Palabra en los principios mismos de la Era de la Iglesia, la era a la que usted y yo pertenecemos. Más adelante, en Hechos 8:3, leemos que antes de ser salvo, Pablo (cuyo nombre en hebreo es Saulo) entraba “casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel”. Era necesario entrar a las casas para hallar a los cristianos ya que ellas, eran sus lugares de reunión. En Hechos 10 está el primer relato acerca de la casa de un gentil que pasa por la experiencia del nuevo nacimiento y del recibimiento en manifestación del poder proveniente del Espíritu Santo. Hechos 10:2 piadoso y temeroso de Dios [Cornelio] con toda su casa... Esta reunión, también en una casa, era una característica de la Iglesia del primer siglo. Hechos 16 cuenta de cuando Pablo y Silas ministraron en una casa inmediatamente después de que Dios los había sacado de la cárcel. El carcelero preguntó en Hechos 16:30: ..."Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?" Hechos 16:31,32: Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Este es un significativo versículo de escritura pues establece el precedente de testificarle a casas enteras a la vez. No hemos de tratar de ganar para el señor sólo una persona en una casa, sino que debemos tratar de ganar a toda la casa: el padre, la madre y todos los niños. Aunque la cultura del Oriente difiere de la cultura nuestra, por lo menos podemos aplicar los principios de la Palabra de Dios. Yo estoy seguro que si podemos persuadir al padre y a la madre, entonces los niños más jóvenes pueden ser ganados, especialmente si al padre y a la madre se les enseña la exactitud de la Palabra de Dios en cuanto a su responsabilidad para con Dios y para con sus familias. Hechos 18:8: Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. 68

El jefe del hogar fue convertido; le fue enseñada la exactitud de la Palabra de Dios, y a su vez toda la casa vino a formar parte de la casa de la fe, recibiendo la fe del Señor Jesucristo. En Hechos 21 hay otro ejemplo de una casa como lugar de reunión. Hechos 21:8: Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesárea; y entrando en casa de Felipe el evangelista... La casa de Felipe se había convertido en un lugar de reunión para los creyentes. También el lugar donde Pablo vivía en Roma se convirtió en un lugar de reunión para la difusión y la enseñanza de la Palabra de Dios en los tempranos días de la Iglesia cristiana. Hechos 28: 23, 30,31: Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos lo que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento. Esa es la crónica de la Iglesia del primer siglo en el Libro de Hechos, que es la presentación histórica de la fundación y el crecimiento de la Iglesia cristiana. Vaya a Romanos 16:3 y 5: Pablo le escribió a los romanos diciéndoles: "Saludad a Priscila y a Aquila... Saludad también a la iglesia [el grupo cristiano local] de su casa...” 1 Corintios 1:11 nos muestra otro ejemplo de reuniones en casa. 1 Corintios 1:11: Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 1 Corintios y Colosenses nos dan otros ejemplos de reuniones en una casa. 1 Corintios 16:19: Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor. Colosenses 4:15: Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. Hay un versículo en 1 Timoteo que debe leerse muy cuidadosamente. 69

1 Timoteo 3:15: para que si tardo, sepas como debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. Los hogares en los cuales se reunían las iglesias se conocían como casas de Dios. Estos hogares eran las columnas de la Iglesia porque estas comuniones estaban edificadas sobre la fundación de la verdad. Filemón, versículo 2: y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa. En vista de que estos versículos que he compartido con usted son lo que dice la Palabra de Dios en cuanto a las reuniones con apropiada supervisión de las iglesias del primer siglo, entonces este tiene que ser el método de Dios para ganar a hombres y mujeres para la Iglesia y sustentarlos. Si usted dice que los tiempos han cambiado, entonces a mi me gustaría decir que la Palabra de Dios no ha cambiado. Cuando las iglesias se reunían en los hogares, lo pequeño del grupo permitía la participación de cada uno, a la vez que se les podía prestar atención y ayuda en forma personal. Tiene que haber liderazgo en ese grupo o iglesia que se reúne en un hogar. La obra del Señor no puede hacerse al azar. Yo creo que nos podríamos reunir en hogares, en grupos de seis a posiblemente 20 personas más o menos, dependiendo de la capacidad del cuarto. Entonces podríamos ayudar a los creyentes en cada área en particular. Nadie necesitaría viajar muy lejos, más la gente oiría la maravillosa Palabra de Dios. Nuestros niños podrían reunirse ya fuera en un cuarto separado con un adulto enseñándoles la Palabra de Dios o junto con los adultos. Oír la Palabra de Dios apropiadamente explicada y la operación de las manifestaciones sería la cosa más grandiosa que se pudiera hacer por ellos. Recuerde, son las iglesias, la comunión de creyentes, lo que nos interesa; nada que el hombre haya edificado servirá. En cuanto a los ancianos o los pastores para cada grupo, veamos el ejemplo de Pablo según se relata en Hechos 20. Pablo reúne a los ancianos de la iglesia de Éfeso para amonestarles. Hechos 20:28,29: Por tanto, mirad por vosotros [que es el primer requisito de cualquier líder], y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. El "obispo" se refiere a un anciano (no necesariamente en edad, sino anciano en experiencia con la Palabra) que era el gobernante, el coordinador, el supervisor en la casa, la iglesia. Los ancianos eran los pastores de las unidades locales, a veces llamados obispos. Este supervisor tiene que estar muy, pero muy atento a lo que sucede en la casa donde se reúne la iglesia, la comunión de creyentes. 70

Hechos 20:30: Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. En otras palabras, Satanás engañaría a algunos de los supervisores mismos. Habría divisiones en las iglesias que se celebran en los hogares porque la gente estaba llena de orgullo y quería llevar los discípulos tras de sí mismos y no tras la Palabra de Dios. Por lo tanto, era esencial un liderazgo fuerte y preciso. Y este liderazgo no se determinó al azar. El supervisor era elegido por un hombre de Dios quien era guiado por el Espíritu Santo. Tito 1:5: Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé. En 1 Pedro se les dice a los ancianos cómo han de comportarse. 1 Pedro 5:2: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto, no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Ahora bien, en cuanto a las visitas hechas por los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, el Libro de Hechos constantemente cuenta de las veces en que Pablo empezó comuniones de creyentes en varios lugares y luego volvió a visitarlas. Vemos también a otros hombres --Timoteo, Tito, Silvano, y otros-- visitando iglesias, comuniones de creyentes. Al estudiar los viajes misioneros podemos ver que Derbe, Cesarea, Antioquía de Pisidia, Tarso, Iconio, Pessino, Éfeso, Troas, Neápolis, Filipo, Anfípolis, Apolonia, Tesalónica, Berea, Atenas, y Corinto estaban entre los lugares que se visitaron de nuevo. En Hechos 20 tenemos el relato de cuando Pablo volvió a visitar a los efesios y envió a llamar a los ancianos de la iglesia para reunirse en Mileto. La razón por la cual había ancianos (plural) en la iglesia es que había muchas casas en las cuales se reunía la gente y cada casa era supervisada por un anciano. En el siguiente versículo, Pablo se está dirigiendo a los ancianos en Éfeso. Hechos 20:20: y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente [eso es, en reuniones de grupos en casas amplias] y por las casas. El Apóstol Pablo no solamente fue por las casas enseñando la maravillosa Palabra de Dios, sino que también escribió cartas a las iglesias dispersas, a las reuniones de comunión locales, que formaban la Iglesia, el Cuerpo. Entonces se leían estas cartas en los diferentes hogares donde se reunían los cristianos. Así es cómo la Iglesia del principio recibió 71

instrucción y creció. Podemos darnos cuenta que 1 y 2 Timoteo especifican el procedimiento completo y la conducta para los líderes en relación a la Iglesia. Hemos de leer cuidadosamente estas epístolas porque en ellas encontramos la verdad que necesitamos saber para manifestar con exactitud la grandeza de la Palabra de Dios. El cuarto punto que explica el dinamismo de la Iglesia del principio fue que los cristianos dieron todos los bienes materiales que no necesitaban, para fomentar el ministerio cristiano. Pero antes de examinar este punto específico, miremos los antecedentes en Hechos 4 para ver los otros elementos de crecimiento que se desarrollaron antes de que los cristianos renunciaran al exceso de posesiones materiales. De acuerdo con Hechos 4, Pedro y Juan acababan de ministrarle sanidad a un hombre de más de cuarenta años de edad, obra por la cual fueron encarcelados e intimados que ni siquiera hablaran o enseñaran en el nombre de Jesús.* Sin embargo, apenas librados de la cárcel, Pedro y Juan empezaron a predicar nuevamente. Hechos 4:29: Y ahora, Señor, mira sus amenazas [de los líderes de la sinagoga], y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra. ¿No es esa una maravillosa oración? Este es el primer relato de una oración por la Iglesia del primer siglo. Los apóstoles habían sido encarcelados, humillados, heridos y amenazados por su enseñanza y por la forma en la cual ministraban sanidad. Sin embargo, cuando Pedro y Juan retornaron junto al grupo de creyentes--en vez de pedir unas vacaciones, en vez de pedir un lugar donde fuera más fácil servir--ellos oraron: “Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra”. Fue el hablar la Palabra lo que desde el principio los puso en aprietos, pero solamente su perseverancia les haría progresar en su misión. La Iglesia del principio siempre predicó la Palabra de Dios y nada más que la Palabra de Dios--no las opiniones personales. Ellos hablaron solo la Palabra con denuedo; y a menudo, cuando ellos hablaron la Palabra, se metieron en líos; la pregunta ahora es: ¿estamos enseñando la Palabra? Puede que, cuando realmente presentemos la Palabra de Dios y andemos en la luz de la Palabra de Dios, recibamos persecución por aquí y por allá. Pero esto no debería disuadirnos. Debemos simplemente decir: “Bueno, si Satanás está tratando tan fuertemente de obstruir nuestros esfuerzos, debe ser que estamos haciendo algo que vale la pena. Si nuestras metas no tuvieran ningún valor, seguro que Satanás no se tomaría la molestia de inmiscuirse. El pelea porque le estamos haciendo batalla”. ______________________________________________________________________ *Hechos 4:18 y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.

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Fíjese que los discípulos oraron: "... concede a tus siervos... "Estos hombres eran hijos de Dios en su relación celestial; pero en sus responsabilidades terrenales, ellos estaban para servir a Dios, y por lo tanto se les llamaba siervos. Hechos 4:31,32: Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la Palabra de Dios. Y la multitud [El texto es "cada uno de ellos"] de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. ¡Imagínese esto en la Iglesia del principio! Todas las personas renacidas del Espíritu de Dios y llenas con el poder del Espíritu Santo eran de un corazón y un alma. Ellos tenían la Palabra y estaban de acuerdo en la Palabra. Esto es lo que le dio poder a la Iglesia del principio. Al estudiar "tenían todas las cosas en común" vemos que de acuerdo con los textos críticos griegos la palabra que se usa para "común" en el versículo 32 significa: "a fin de que en sus creencias y en sus acciones estaban comúnmente unidos". Ninguna de las cosas--las pluralidades--que una persona poseía era realmente suya propia. La pluralidad de lo que poseía era común en lo que a necesidad se refería. Cuando la Iglesia del principio comenzó a moverse, toda la pluralidad de cada miembro era común entre ellos. Si un miembro tenía una necesidad, la pluralidad era usada para proveer lo que se necesitaba. Hechos 4:33-35: Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia [favor divino] era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades [plural] o casas [plural], las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Fíjese que la última palabra en Hechos 4:35 no es "codicia", sino "necesidad". Había personas en la Iglesia que tenían más de lo que necesitaban en materia de comida, vestuario y vivienda. Por lo tanto, ellos vendieron sus pluralidades--aquello que no necesitaban--para ayudar a algún otro en la Iglesia que tenía una necesidad. Supongamos que en la Iglesia hubiera un matrimonio joven que estaban dedicados al Señor, que amaban la Palabra de Dios y que querían empezar a cultivar un terreno; ellos tenían una necesidad. La Iglesia había de ayudar a la pareja a comenzar. Fíjese cuidadosamente en las palabras "todos los que poseían" en el versículo 34. ¿Qué hicieron estas personas que poseían heredades (plural) y casas (plural) cuando renacieron? Vendieron sus pluralidades. Ellos vendieron aquello que no necesitaban. La pluralidad es 73

codicia, no es necesidad. Si queremos que la Iglesia avance bajo el ungimiento del poder del Espíritu Santo como avanzó la Iglesia del principio, tenemos que ser obedientes a la Palabra de Dios y superar, vencer nuestra codicia. El exceso de peso nos sobrecarga, y los cristianos no han de quedarse atascados por las cosas de este mundo. Dios nunca le pidió a un hombre, en ningún lugar en la Biblia, que vendiera o se deshiciera de aquello que él necesitaba para su subsistencia. Ellos vendieron lo que no necesitaban, sus pluralidades, y el dinero lo trajeron a los apóstoles quienes lo distribuyeron de acuerdo a la necesidad de cada creyente en particular. Las necesidades de una persona pueden ser más que las de otra. Cada uno debe determinar dentro de sí mismo su necesidad, de acuerdo a la renovación de su propia mente una vez que ha renacido. Puede que usted pregunte: "Bueno, ¿y a quién le confiamos las posesiones recogidas?" ¿A quiénes se las confió la Iglesia del principio? A los apóstoles. Si usted como cristiano no confía que la persona o el grupo o la organización usará apropiadamente su donación, debería darla en otra parte, a algo o a alguien en quien usted confíe que lo usará como se supone que debe ser usado. Los apóstoles distribuyeron los bienes. Hechos 4:36,37: Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una heredad [singular], la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles. Acabamos de leer que los primeros cristianos vendieron sólo sus pluralidades. Sin embargo, aquí hay un hombre que vendió su tierra, un bien único. ¿Por qué? Porque era un levita. De acuerdo con el Antiguo Testamento, un levita no podía ser dueño de ninguna propiedad. Este José, cuyo sobrenombre era Bernabé, de Chipre, entendiendo y creyendo lo enseñado, fue convertido y hecho salvo. Por lo tanto vendió su única propiedad (que nunca debiera haber poseído) y trajo el dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles. Así tenemos en pocas palabras una idea de cómo la Iglesia del primer siglo operó y prosperó al punto de que muchos fueron ganados para el Señor Jesucristo y manifestaron su poder. Una y otra vez vemos estos principios: 1. Cada persona era responsable de testificar con denuedo acerca de la Palabra de Dios y luego respaldar a esos nuevos cristianos renacidos hasta que ellos pudieran andar y a su vez testificar por sí solos. 2. La Iglesia prosperó cuando pequeños grupos (iglesias, reuniones de comunión) se reunieron en los hogares y ministraron bajo la supervisión de coordinadores capaces.

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3. Los apóstoles, los profetas, los evangelistas, los pastores y los maestros mantuvieron contacto continuo con cada grupo por medio de visitas y comunicaciones escritas. 4. Los cristianos contribuyeron al bienestar de la Iglesia y de sus miembros dando para las necesidades comunes, contribuyendo las pluralidades de sus bienes materiales. Al leer Hechos y las Epístolas Paulinas, rápidamente nos damos cuenta del crecimiento numérico y de la prosperidad espiritual de la Iglesia del primer siglo. Obviamente, la Iglesia del siglo veinte no se le compara en su vitalidad. Por lo tanto, tenemos todo para ganar si seguimos el ejemplo de la Iglesia del principio. Dios no ha cambiado. Y como todavía tenemos Su poder, ciertamente podemos adaptar las técnicas de la Iglesia del principio. Somos nosotros quienes tenemos que aplicar estos principios y este poder y el denuedo de los apóstoles para hacer a la Iglesia del siglo veinte más fuerte y más vital de lo que ha sido jamás la Iglesia cristiana. Esta es nuestra oportunidad y nuestro desafío.

Capítulo Trece ¿Por qué hay división? De una manera u otra, en nuestro modo de pensar, muchos hemos abrazado erróneamente la idea de que cuando Dios se mueve, la paz y la tranquilidad prevalecen. Este concepto fue expresado concisamente en una transmisión de radio cuando un ministro lo explicó así: “Frecuentemente nos confundimos cuando se trata de definir un movimiento de Dios. Pensamos que cualquier tipo de confusión indica que todo el asunto es de Satanás. Nada podría estar más lejos de la verdad. Cuando Dios se mueve siempre se altera el equilibrio del statu quo. Por un período de tiempo parece suscitar caos en las metódicas vidas e iglesias. Los conformistas, los satisfechos y complacidos de sí mismos se molestan grandemente. Se cita que "Dios no es Dios de confusión, sino de paz". Esto es cierto, pero esta paz se hallará solamente en la Iglesia. En el mundo, así como en la iglesia "meramente profesante", se halla confusión y toda mala obra. Cuando Dios se mueve se altera todo lo carnal, lo egoísta y lo diabólico.” El capítulo catorce de Hechos nos cuenta de un movimiento de Dios. Tuvo lugar en Iconio, y los evangelistas fueron Pablo y Bernabé. Lo que sucedió no fue sólo un caso aislado; tales eventos parecen haber sido la norma dondequiera que Pablo y Bernabé predicaban. Al llegar a Iconio desde Antioquía en Pisidia, presenciaron la misma clase de confusión que había ocurrido en los otros lugares. Hechos 14:1: Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. 75

Hubo una gran cantidad de judíos y gentiles que se volvieron hacia Dios, pero no todo era dulzura y luz. Hechos 14:2: Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. ¿Impidió la actitud de los incrédulos que Pablo y Bernabé siguieran ministrando? De ninguna manera. Hechos 14:3: Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios. ¿Cómo podían dejar de predicar cuando Dios seguía haciendo grandes señales y prodigios bajo su ministerio? Pero a pesar de estas maravillas de gracia, había aquellos que no querían creer. Hechos 14:4: Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. Aquí había división y confusión. No sólo un hogar o una iglesia estaba dividida, sino una ciudad entera. La tensión no disminuyó, sino que empeoró. Hechos 14:5: ...los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos. Aquí había disturbios y violencia. Algunos dirán: "Seguro que si esto fuera de Dios, todo esto no hubiera ocurrido". Sin embargo eso fue lo que ocurrió y lo que todavía ocurre cuando se enseña la verdad. Las potestades de las tinieblas, aunque ataviadas religiosamente, lucharán. El mal siempre tiene que ser expuesto y destruido cuandoquiera y dondequiera que suceda un despertar espiritual. No fueron los disturbios, sino las señales y los prodigios que acompañaron a Pablo y Bernabé los que dieron testimonio al hecho de que Dios los había llamado y de que ellos en verdad llevaban a cabo el movimiento de Dios. Las señales siguen a aquellos enviados por el Señor. Ellos hablan nuevas lenguas. Ellos echan fuera demonios en su nombre. Cuando hombres de Dios le imponen las manos a los enfermos, éstos se levantan sanados pues con Dios “no hay mudanza, ni sombra de variación”. El responde a las necesidades constantemente.

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Estos santos de Dios, Pablo y Bernabé, a duras penas escaparon de Iconio con vida, pero continuaron hasta Listra y Derbe. En Listra la gente quiso hacer dioses de Pablo y Bernabé, y apenas se podía contener al sacerdote de Júpiter para que no les ofreciera sacrificios. Pero Pablo y su acompañante no permitieron ninguna de estas actividades. Ellos intervinieron entre estos idólatras y lograron detener todo el procedimiento. De hecho, Pablo y Bernabé lo lograron con tanto éxito que la corriente se volvió en contra de ellos y en poco tiempo la gente atacó y apedreó a Pablo y le arrastraron fuera de la ciudad pensando que estaba muerto. La cantidad de nosotros a los cuales les gustaría formar parte de tal clase de movimiento probablemente es infinitesimal, y sin embargo éste era un movimiento de Dios. Son muchas las experiencias de este tipo que se podrían relatar tanto de los días de los apóstoles como de ahí en adelante. Los Lolardos --reformadores organizados por Wycliffe en el siglo catorce-- fueron instruidos a “salir y predicar a los pobres en su propia lengua, trabajando en armonía con el clero si ellos les permitían hacerlo, pero en contra o independientemente de ellos si les eran hostiles”. Los líderes de los movimientos espirituales en la Iglesia siempre han sido ridiculizados y calumniados. El elemento de confusión en toda la situación es que es la gente religiosa, aquellos que son profundamente sinceros, los que causan la división. El mundo parece mostrar poco interés inicial con respecto a un movimiento de Dios y prácticamente no le presta la menor atención. Como lo señala Hechos 7, son los del elemento religioso quienes son los perseguidores y quienes ponen resistencia. Hechos 7:51,52: ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores. Los fariseos no quisieron aceptar a Jesús como el Cristo. Los judíos sublevaron a la multitud en contra de Pablo y Bernabé. La gente religiosa de la época apedreó a Esteban. La división siempre frustra los esfuerzos cristianos. Que Dios nos libre a nosotros, la Iglesia, de ser contenciosos y difíciles, de calumniar a nuestros hermanos, de reñir y pelear, de dividir el Cuerpo de Cristo por nuestra falta de claro entendimiento. Hay demasiada división fuera de la Iglesia; nuestra solidaridad es imperativa para que nos dé fuerza para avanzar a pesar de la oposición. Que el Padre en el cielo, por amor al Hijo unigénito, nos bendiga con tal abundancia que dejemos de ser parte del problema y nos hagamos parte de la solución. Que nosotros como miembros del Cuerpo de Cristo estemos tan llenos de amor que seamos dóciles para aprender y tengamos nuestros corazones abiertos a Su Santa Palabra. Y que recibamos de El y llevemos esa bendición a todos los que encontremos, para que nos vean y sepan que somos Suyos. 77

Quinta Parte Viviendo la Palabra La estructura general de este libro edifica paso a paso el conocimiento en cuanto a la Iglesia nueva y dinámica, la Iglesia del Cuerpo. Después de establecer la diferencia entre la Iglesia de la Esposa y la Iglesia del Cuerpo, estudiamos el plan de Dios para nosotros como miembros del Cuerpo de Cristo. Dios puso en nosotros, Sus hijos, Su inversión de vida eterna y las manifestaciones del espíritu santo. Recibimos todo este poder latente cuando confesamos que Jesús era señor en nuestras vidas y creímos que Dios le había levantado de los muertos. "La Base de poder de un cristiano" mostró cómo activar ese poder latente y manifestar la presencia y el poder de Dios en el mundo de los sentidos. Luego de entender la relación personal que Dios tiene con cada uno de Sus hijos en particular, vimos en forma breve a Sus hijos actuando juntos como la Iglesia. La iglesia dinámica del principio estableció ciertas pautas de organización y comportamiento que podemos aplicar con los llamados de nuestros tiempos para conseguir resultados eficaces para la Iglesia en el siglo veinte. La culminación de todo nuestro conocimiento de la Palabra de Dios llega con nuestro andar día a día como cristianos maduros. Para andar en comunión con el poder que Dios nos dio, tenemos que estudiar y conocer el mensaje que Dios tiene para Sus hijos en esta Era de Gracia. La última parte de "Viviendo la Palabra" es un estudio alumbrador de varios capítulos de algunas de las epístolas de Pablo. Estos estudios, "El Supremo llamamiento", "El Gozo y la corona del cristiano" y "La Respuesta", nos dan conocimiento, exhortación, corrección y todas las cosas necesarias para vivir el estilo de vida que Dios quiere que vivan Sus hijos quienes forman la Iglesia del Cuerpo, la Iglesia nueva y dinámica.

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Capítulo Catorce El Supremo llamamiento Un Estudio de Filipenses 3 En el primer versículo de Filipenses 3, dice Pablo por revelación: “Por lo demás hermanos, gozaos en el Señor... Nosotros nos gozamos en el Señor; si nos gozamos en cualquier otra cosa seremos desilusionados. Filipenses 3:1: Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto [fastidioso] el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro [da certidumbre, refuerza]. ¿Cuáles "mismas cosas"? Las cosas que ya les había dicho por intermedio de su colaborador Epafrodito. Filipenses 3:2: Guardaos de los perros*, guardaos de los malos obreros [aquellos con malas intenciones], guardaos de los mutiladores del cuerpo. El término "mutiladores del cuerpo" es muy interesante en este caso en particular pues se refiere a la mutilación de los cuerpos físicos. Cristo fue el fin de la ley, pero los creyentes apegados al legalismo continuaron enseñando que el que creyera en Cristo tenía que ser circuncidado para ser cristiano, así como se enseñan distintas cosas hoy en día, tal vez sustituyendo otras prácticas legalistas. Versículo 3: Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Nosotros, los que servimos a Dios en espíritu, somos la circuncisión. La traducción literal de acuerdo con los textos críticos griegos y el texto arameo Peshitta es: "Nosotros somos la circuncisión los que adoramos por medio del espíritu de Dios" o "... los que adoramos a Dios por vía del espíritu". "Los que adoramos a Dios por medio del espíritu" no significa que adoramos por medio de contribuciones al platillo de la colecta. Hay solamente una manera en que podemos adorar, servir a Dios "en espíritu", y eso es por medio de hablar en lenguas. Para adorar en el espíritu, una persona tiene que tener espíritu; cualquier otro rito es parte del mundo de los sentidos. No podemos adorar a Dios por medio de los sentidos pues El "no habita en templos hechos por manos humanas".** _______________________________________________________________________ *“Perros” es la figura literaria hipocatastasis. Su uso aquí significa “murmuradores”. **Hechos 17:24 “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas”.

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Como lo especifica enfáticamente Juan 4:24 “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren". Adorarle en espíritu puede ser solamente mediante el hablar en lenguas. Si la Palabra quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir, entonces estas verdades son fabulosas. La Palabra siempre nos hace gozar y regocijarnos. La última parte de Filipenses 3:3 dice: “y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne”. La "carne" se refiere al cuerpo y al alma. Los que hemos renacido del Espíritu de Dios tenemos una tercera parte--espíritu. El espíritu debe acaparar todo el interés en nuestro ser. Nosotros somos la circuncisión, los elegidos, los que adoran por medio del espíritu. Podemos gloriarnos en Cristo Jesús porque hubo un momento en que experimentamos gozo en Cristo Jesús. El gloriarse en Cristo Jesús es posible únicamente por medio de la renovación de la mente y concentrarnos en los asuntos espirituales, confiar en lo espiritual en vez de confiar o tener seguridad en la carne. No nos dejamos guiar por lo que los sentidos promueven; permanecemos en la Palabra y en la revelación del espíritu. Versículo 4: Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: Versículo 5: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; Versículo 6: en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Versículo 7: Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado [declarado] como pérdida por amor de Cristo. ¿Qué cosas eran ganancia personal para Pablo? El acaba de enumerar siete de ellas en los versículos cinco y seis. Versículo 8: Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo. Pablo estimaba todo su entrenamiento académico previo, y sus antiguas posiciones sociales y religiosas, como desperdicios en comparación con el “conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor... para ganar a Cristo”. Versículo 9: 80

y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe. Si la justicia se lograra por los esfuerzos personales y el buen comportamiento de uno, entonces una persona no podría gloriarse en Cristo. La gloria le pertenecería a ella misma. Pero la justicia no se logra por medio de obras o guardando la ley. La justicia es a través o por medio de la fe de Jesucristo para todos los que creen en él.* Versículo 10: a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte. "Conocer" significa: "conocer mediante la experiencia espiritual personal" lo cual es posible solamente para los que son justos. "A fin de conocerle por experiencia como mi salvador y el poder inherente [el dunamis] de su resurrección". "Y la participación" se refiere al bautismo en Cristo Jesús. Esto quiere decir que fuimos sepultados con él, y levantados de entre los muertos, para ahora andar plenamente en esta vida nueva. Legalmente, cuando él murió, nosotros morimos con él; cuando él fue sepultado, nosotros fuimos sepultados con él; cuando resucitó, resucitamos con él.** Al estar con él en "la participación de sus padecimientos" fuimos hechos "semejantes a él [como él fue] en su muerte". “A fin de conocerle [por experiencia como mi salvador] y el [inherente] poder [el dunamis] de su resurrección, y la participación [de su muerte, su entierro, su resurrección] de sus padecimientos, llegando a ser [por lo tanto, somos] semejantes a él [como él fue] en su muerte". Versículo 11: Si en alguna manera llegase [viniese] a la resurrección de entre los muertos. La preposición "a" es la palabra griega eis que se usa siempre con el caso acusativo. En las matemáticas esta palabra eis, "a" del versículo 11, es el movimiento hacia un objeto con la intención de alcanzar el objeto. Ese es su uso literal: "Si en alguna manera viniese hacia el objetivo con la intención de alcanzarlo". La palabra traducida "resurrección" es la palabra griega exanastasis que significa "resurrección hacia afuera". Aquí Pablo no está interesado en las resurrecciones de los justos y de los injustos de las que habla Apocalipsis 20:5 y 13; él está interesado en una "resurrección hacia afuera". 1 Tesalonicenses 4:16 y 17 hablan de esa "resurrección hacia afuera": "... y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, ______________________________________________________________________ *Romanos 3:22: “La justicia de Dios por medio de la fe en [de] Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia”. **Colosenses 2:12 “sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos”.

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los que hayamos quedado, seremos arrebatados..." Pablo no quería morir; él quería ser cambiado por medio de la "resurrección hacia afuera". Esta "resurrección hacia afuera" o exanastasis debería traducirse literalmente "fuera de entre". "Si en alguna manera alcanzara hacia la venida del señor". Versículo 12: No que lo haya alcanzado ya [Pablo no había llegado aún a esa "resurrección hacia afuera".], ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir [alcanzar a] aquello para lo cual fui también asido [alcanzado] por Cristo Jesús. El fue designado por Cristo Jesús para vivir esta vida, para llevar a cabo el ministerio, para creer, para saber que fue crucificado con Jesús, para saber que se levantó con él. Versículo 13: Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante. Pablo dice que se está olvidando de sus antecedentes: hebreo de hebreos, su educación a los pies de Gamaliel, y otras razones dignas de aclamación terrenal. Ahora Pablo se está extendiendo a esas cosas que están delante. Si solamente hiciéramos esto--olvidarnos del pasado nos beneficiaríamos. Versículo 14: prosigo a la meta [la línea final], al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. En una carrera, o en una competencia de atletismo, la línea final determina quien es el ganador. Pablo dice que proseguirá a la línea final que culminará en el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Versículo 15: Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. La palabra "perfectos" significa "los iniciados", aquellos a quienes se les ha llevado al conocimiento de los secretos profundos del gran misterio, ese misterio que fue mantenido en secreto desde la fundación del mundo y que fue hecho manifiesto por primera vez al Apóstol Pablo según lo dice Efesios 3:3. Aquí Pablo le está hablando a aquellos que conocen ese misterio, los iniciados, aquellos que en su andar con el Señor han progresado más allá de ser neófitos o cristianos carnales. “Así que, todos los que somos perfectos [iniciados], esto mismo sintamos”--estemos resueltos a alcanzar la línea final. "Y si otra cosa sentís"--si usted tiene cualquier otra meta-- "esto también os lo revelará Dios" por medio de un continuo estudio exacto y el dividir correcto de la Palabra o por revelación. Versículo 6: Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos [todos] una misma regla, sintamos una misma cosa [con las mismas mentes]. 82

Versículo 17: Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Versículo 18: Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun [de nuevo] ahora lo digo llorando, que [los que así andan] son enemigos de la cruz de Cristo. Los hermanos en Cristo deben ser ejemplos, no falsificaciones. La gente en el versículo 18 lucían sinceros y religiosos, sin embargo la Palabra dice que eran enemigos de la cruz de Cristo porque no estaban andando según la Palabra revelada, con el mismo sentir. Versículo 19: el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. "El fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre". La palabra "vientre" es la figura literaria que se llama sinécdoque, y significa que una parte o miembro representa el todo. Los enemigos de la cruz se hacen dioses a sí mismos, "cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal". Las cosas terrenales son las cosas de la carne, las cosas de los sentidos. Obedecen a las cosas de los sentidos, tienen confianza en la carne en vez de en las cosas de la Palabra de Dios. Versículo 20: Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. ¿Oramos para que vuelva el señor? No, solamente esperamos al salvador; nosotros no podemos influir en su retorno. El hombre no tuvo nada que ver con la primera venida de Cristo pues la Biblia dice en Gálatas 4:4: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo [unigénito]...” De igual modo, cuando venga nuevamente el cumplimiento del tiempo, Hechos 1:11 revela que “... Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir...” Todo lo que hacemos es esperar con grandes expectativas esta "resurrección hacia afuera". "Esperamos al Salvador, al [quien es el] Señor Jesucristo". ¿Qué hay entonces de la enseñanza de que hemos de edificar el reino de Dios sobre la tierra, que hemos de traer la Utopía a este mundo? La Biblia dice que la tierra se va a volver progresivamente peor. El Señor Jesucristo es el único que rescatará al mundo de la confusión que el hombre ha hecho. Nosotros tenemos que fijar toda nuestra atención en el Señor Jesucristo, esperándolo. Versículo 21: el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder [la habilidad] con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. 83

Nuestros cuerpos físicos llevan escritos en ellos la naturaleza de muerte; es por eso que Filipenses 3:21 los llama de "humillación". Nuestros cuerpos propensos a la muerte serán hechos "semejante al cuerpo de la gloria suya". ¿Quién transformará nuestro cuerpo en uno "semejante al cuerpo de la gloria suya"? El Señor Jesucristo lo hará "por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas". Cuando tengamos un cuerpo semejante al cuerpo de la gloria suya, entonces conoceremos como fuimos conocidos. Mientras tanto, nos gloriamos y nos regocijamos en él porque tenemos la certeza de su presencia y poder en nosotros.

Capítulo Quince El Gozo y la corona del cristiano Estudio de Filipenses 4 Filipenses 4:1: Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados. Las dos primeras palabras en Filipenses 4 indican que hay algo antes de esta declaración. "Así que" es una conjunción, y para poder entender entonces lo que "así que" concluye, tenemos que retroceder dos versículos. Filipenses 3:20,21: Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. Como cristianos, nuestra ciudadanía está en los cielos y podemos esperar expectativamente el retorno de Cristo cuando nuestros cuerpos serán como su cuerpo resucitado y cuando Cristo sujetará a sí mismo todas las cosas--así que, a consecuencia de este saber, nosotros los "hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados". Todo hombre y mujer debería desear estar firme en el Señor a causa de lo que Cristo ha hecho por ellos y porque él retorna. De acuerdo con este primer versículo de Filipenses 4, ¿quiénes son el gozo y la corona del Apóstol Pablo? Aquellos a quienes él enseñó la Palabra de Dios. Pablo les dijo a aquellos que fueron salvos bajo su ministerio: "Ustedes son mi gozo y mi corona; estén firmes". En dos oportunidades llama "amados" a los que ha enseñado. Se ve claramente que Pablo le tiene un gran afecto a esta gente.

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En 1 Tesalonicenses Pablo nuevamente destaca que sus hermanos en Cristo --aquellos que habían llegado a ser hermanos por su ministerio-- eran su gozo y su corona. 1 Tesalonicenses 2:19,20: Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo. Con la venida del Señor Jesucristo, aquellos a quien Pablo había enseñado, aquellos que eran su esperanza, su gozo y su corona, aparecerán ante el Padre, "... lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida". Las palabras "estad así firmes" que se usan en Filipenses 4:1 en la frase “estad así firmes en el Señor, amados” son el mismo uso que en Filipenses 1:27: “... que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe [la fe de familia]*, del evangelio”. "Estad firmes" significa literalmente "permanecer fuertes". Cuando estamos firmes y unidos, somos fuertes. Si yo estoy fuerte en el señor y usted está fuerte en el señor, juntos avanzaremos. El ministerio del Apóstol Pablo, según está relatado en Hechos 19, es un ejemplo de personas que estuvieron firmes en el señor y que por lo tanto produjeron fruto. Hechos 19 dice que Pablo tomó a aquellos fuertes en la fe y discutió la Palabra de Dios en la escuela de Tirano. En dos años toda Asia Menor había oído acerca del señor Jesús. Fue simplemente milagroso cómo la Palabra de Dios fue difundida por toda la tierra. Sin embargo, fíjese que en 2 Timoteo 1:15 dice que toda Asia abandonó a Pablo. Aparentemente los que eran el "gozo y corona" de Pablo no estuvieron "firmes" por mucho tiempo y sus músculos espirituales se pusieron flácidos. Los que eran el "gozo y corona" se debilitaron a tal punto que aun antes de que Pablo muriera la grandeza de la revelación que Dios le había dado ya se había perdido. Y, en su mayor parte, este conocimiento sigue perdido hoy; muy pocas personas saben acerca del misterio de "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria".** La Palabra dice que toda Asia oyó la Palabra del señor Jesús; sin embargo más adelante, toda Asia había dejado a Pablo. Esto le recuerda a uno del Señor Jesucristo que tenía multitudes siguiéndole debido a las señales, los milagros y las maravillas. Sin embargo, cuando se acercó el momento en que había de ser crucificado, todos huyeron y la canalla (turba) gritó: "¡crucifícale! ¡crucifícale!" Seremos testigos de la grandeza de la Palabra solamente cuando como creyentes estemos firmes en el señor. Filipenses 4:2: Ruego [imploro] a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. ______________________________________________________________________ *La "común" fe de Tito 1:4 y la casa de la fe de Gálatas 6:10 componen la fe "de la familia" porque el cristianismo es un asunto de familia: es el Padre con Su familia, con Sus hijos; Dios es nuestro Padre, nosotros somos Sus hijos. **Colosenses 1:27: “a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Pablo dice: "Les imploro a ustedes dos

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que sean de un mismo sentir en el señor". Estas dos personas estaban en desacuerdo, tenían un sentir diferente; por lo tanto, no podían estar fuertes en el señor. Si vamos a estar firmes en el señor no podemos tener dos opiniones respecto a la verdad. Puede haber dos opiniones con respecto a los hechos, pero no con respecto a la verdad. En el momento en que empezamos a tener una opinión acerca de la verdad ya estamos errados. La verdad es la verdad; es "así dice el Señor". No importa lo que pensemos. La razón por la cual se tienen opiniones es que no se "usa bien",* no se divide correctamente, la Palabra. Si se divide correctamente la Palabra de Dios, entonces tenemos la verdadera Palabra; cuando se divide incorrectamente, tenemos error. Cuando dividimos incorrectamente la Palabra estamos trabajando para Satanás. Cuando quiera que se divide correctamente la Palabra de Dios, nuevamente significa: "Así dice el Señor". Pablo le imploró a Evodia y a Síntique diciéndoles: "si ustedes quieren estar firmes en el señor, ustedes tienen que ser de un mismo sentir". Uno no puede estar tirando por un lado y el otro por el otro lado, y contar con estar firmes en el señor. Filipenses 2:2 corrobora la verdad de que la firmeza se logra por estar unánimes: "completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa". El gozo de Pablo fue completo cuando todos anduvieron con un mismo sentir. Tener un mismo sentir es estar unánimes, tener unidad de propósito. Filipenses 4:3: Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. "Compañero" en los textos griegos la traducción de compañero es sunzugos. Este es el único lugar en la Biblia donde se usa. Note que las mujeres también trabajaron, se esforzaron, con el Apóstol Pablo difundiendo el Evangelio. ¿Cómo puede entonces la gente decir que las mujeres no tienen derecho a predicar, enseñar o compartir la Palabra? Cuando la Palabra dice: "cuyos nombres están en el libro de la vida", el libro de la vida significa un vivo y espiritual registro de eventos que pertenece a Dios. Este no es un libro en el sentido literal, sino más bien una figura literaria. Nuestros padres no necesitaron un cuaderno en el cual escribir nuestros nombres para saber que les pertenecíamos; ni tampoco necesitamos un cuaderno para mantener un registro con los nombres y las obras de nuestros niños. El registro es simplemente vivir. De la misma forma estamos en la mente de Dios. La Palabra dice que El nos conoció desde antes de la fundación del mundo. Dios sabía quién creería en Su hijo y por consecuencia sería parte de Su familia. Versículo 4: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Si sabemos lo que tenemos en Cristo, entonces deberíamos regocijarnos en él. _______________________________________________________________________ *2 Timoteo 2:15: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien [divide correctamente] la palabra de verdad”.

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Versículo 5: Vuestra gentileza [paciencia o dominio propio] sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. La palabra "conocida" es una palabra muy especial. Hay cinco palabras diferentes en griego para "conocer"; son las pequeñas diferencias en significado las que iluminan la exactitud de la Palabra. "Conocida" aquí es: "saber por haber aprendido o experimentado". "Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres" no calza con la Palabra. ¿Por qué ha de ser conocida de todos los hombres nuestra gentileza? La gente no debería meterse en nuestros asuntos. Ningún hombre debe ser juzgado en comida, o en bebida, o en cuanto a días de fiesta. Ningún hombre ha de ser nuestro juez. Cuando las palabras son entendidas exactamente el versículo dice: "Aprende por experiencia paciencia para con todos los hombres". "El Señor está cerca" quiere decir "el Señor siempre está cerca". Esta declaración no tiene nada que ver con la segunda venida. Simplemente exhorta a los creyentes recordándonos que tenemos Cristo en nosotros. El vela por nosotros, así que tengámoslo en cuenta. El versículo 5 dice: "Aprende por experiencia paciencia para con todos los hombres porque Cristo está en nosotros". Versículo 6: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas (declaradas) vuestras peticiones (pedidos especiales) delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. El versículo 6 empieza con la frase "Por nada estéis afanosos". Estas palabras no están muy claras en el sentido en que un lector moderno las podría entender. La palabra "afanosos" aquí significa "ansiosos". Literalmente la declaración quiere decir "No estén llenos de ansiedad con respecto a nada". Hemos de ser solícitos cuando se trata de la Palabra de Dios, pero no hemos de preocuparnos ni estar ansiosos porque Cristo está en nosotros. La clave en cuanto a la "oración y ruego" está en ser específico respecto a las necesidades y deseos personales. "Específicamente, declare usted sus necesidades delante de Dios con acción de gracias", para que su mente sea renovada en lo que usted tiene en él. Versículo 7: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará [futuro absoluto] vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Cuando declaremos con agradecimiento nuestras peticiones, la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús. ¿No es maravilloso este versículo? Hay dos puntos que se señalan en este versículo: uno es salvación y el otro es comunión. "La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará [futuro absoluto] vuestros corazones..."La sede de su vida espiritual permanece al cuidado de Dios porque es simiente; ésta es la vida eterna. Por lo tanto, puesto que esto es cierto, nosotros guardamos nuestros pensamientos en Cristo Jesús y tenemos un mismo 87

sentir andando según la Palabra de Dios. Pablo dice: "Entonces ustedes son mi gozo, mi corona". Versículo 8: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. ¡Pensad! Aquello en lo que pensamos constantemente, eso es lo que vamos a manifestar. Jamás nos elevamos más allá de lo que pensamos. La Palabra de Dios dice que nuestros pensamientos han de estar en Cristo Jesús. Si nuestros pensamientos están en Cristo Jesús, entonces pensamos aquello que es verdadero, honesto, justo, puro, amable y de buen nombre. Pensar bien es tan fácil como pensar mal, sólo que la influencia de nuestra sociedad es tan negativa que debemos esforzarnos expresamente para mantener positivos nuestros pensamientos. Por nuestra propia voluntad debemos determinar si vamos a pensar como la Palabra dice que pensemos o como el mundo dice. Versículo 9: Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y [si lo hacéis] el Dios de paz estará con vosotros. Versículo 10: En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado [vuestro pensar] de mí; de lo cual también estabais solícitos [atentos], pero os faltaba la oportunidad. Versículo 11: No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Pablo dijo que no estaba reclamando acerca de sus propias necesidades pues había aprendido, cualquiera que fuera su situación, a ser autosuficiente, no "contentarse" como dice la Versión Reina Valera. Literalmente el texto dice: "He aprendido que soy autosuficiente cualquiera que sea mi situación". "Cristo en usted" le hace a usted auto suficiente. De acuerdo a la Palabra de Dios, ¿le falta algo a usted? La Palabra dice: "vosotros estáis completos en él".* Si estamos completos, estamos completos; nada nos puede faltar. Por lo tanto, en toda situación somos más que vencedores, somos autosuficientes porque estamos completos en él. Versículo 12: Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. _______________________________________________________________________ *Colosenses 2:10: “y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

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Aun cuando Pablo tuviera muy poco, seguía siendo autosuficiente. "En todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad". El significado de "enseñado" en el texto es: "ser iniciado en el secreto", el secreto de cómo ser autosuficiente o adecuado ya sea que tengamos o no tengamos abundancia--"en las buenas o en las malas". Pablo había sido "iniciado en el secreto" de cómo vivir. Algunos se quedan empobrecidos porque nunca han sido iniciados en el secreto. Si tuvieran alguna vez abundancia, no sabrían qué hacer con ella. Podríamos parafrasear la declaración de Pablo de esta manera: "He sido iniciado en el secreto. Cuando se trata de tener necesidades físicas o materiales, sigo adelante; cuando tengo abundancia de cosas materiales, también sigo adelante. En toda situación, soy autosuficiente". Filipenses 4:13: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Pablo estaba hablando acerca de cómo vivir en abundancia, y cómo vivir en escasez; en cualquiera de las dos situaciones somos autosuficientes. ¿Por qué somos autosuficientes? Porque tenemos fortaleza por medio de Cristo que nos fortalece. Muchas personas utilizan esta escritura en relación a dejar de fumar, dejar de beber o cualquier otro hábito poco beneficioso. Este versículo no tiene nada que ver con tales cosas. Trata específicamente de tener o no tener suficiencia en cosas materiales. Versículo 14: Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. La mayoría de la gente cree que "tribulación" significa "enfermedad". La palabra "tribulación" está explicada en la última palabra del versículo 16: "necesidades". Pablo les dijo: "hicieron bien habiendo participado conmigo en mi necesidad". Este versículo se puede entender más fácilmente si alguna vez hemos estado en la misma situación. Si hemos tenido siempre una abundancia de cosas materiales y nunca hemos sufrido necesidades, no hemos experimentado "la participación de las necesidades". Pablo estaba diciendo que los creyentes en Filipos le entendían porque en un tiempo ellos mismos padecieron de necesidades y en otro tiempo habían conocido la abundancia. Versículo 15: Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; Versículo 16: pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez [dos veces] para mis necesidades. Versículo 17: No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. 89

Pablo no estaba buscando dádivas de parte de los filipenses puesto que no les pedía cosas materiales; sino que él deseaba fruto que abundara en la cuenta de ellos. Cada vez que estas personas participaban en las necesidades del Apóstol Pablo, cada vez que contribuían para suplir sus necesidades materiales, Dios les acreditaba las buenas obras a sus cuentas. Versículo 18: Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Lo único que ellos hicieron fue participar en las necesidades del Apóstol Pablo, y Pablo enseñó que esto era agradable y aceptable para Dios, y que se les acreditaba a sus cuentas. Sus acciones de generosidad no tenían nada que ver con la salvación de ellos; sus buenas obras eran acreditadas en la cuenta de su andar y recompensas. Versículo 19: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Usted entenderá este versículo en el contexto: "Dios, pues, suplirá todo lo que os falta" se refiere literalmente a las cosas materiales, no a los asuntos espirituales. Los filipenses habían dado de sus cosas materiales al Apóstol Pablo, le ministraron a sus necesidades. Pablo está diciendo: "Ahora que ustedes han compartido para conmigo, Dios les suplirá todo lo que ustedes necesiten conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Nuevamente vemos en evidencia la ley del dar y recibir. Esta ley funciona con toda exactitud. Dios suplirá todo lo que les falte de las necesidades materiales “conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Debido a Su presciencia El sabe nuestras necesidades antes de que le pidamos. Versículo 20: Al Dios y Padre nuestro sea gloria [nuestro conocimiento de El] por los siglos de los siglos. Amén. Versículo 21: Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan. Este versículo nos amonesta a que saludemos a todos los creyentes en Cristo Jesús. La Palabra nunca dice que un creyente está en Jesús. Eso no sería exacto porque el nombre de Jesús va siempre asociado con su humillación. Cuandoquiera que la gente quisiera humillarle, le llamaban "Jesús". Aun los espíritus diabólicos nunca le llamaron "Cristo" en la Palabra; ellos siempre dijeron "Jesús". El nombre "Cristo" quiere decir "ungido" o "ungimiento". En Juan 1:41 está esa misma palabra, "... Mesías (que traducido es, el Cristo [el prometido, el ungido]". Según Hechos 2:36: "A este Jesús [el humillado]... Dios le ha hecho Señor y Cristo". De acuerdo con Hechos 10:38 “Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret". Este ungimiento hizo a Jesús el Cristo, el ungido prometido (Mesías) a Israel. Estamos en Cristo Jesús y no en Jesús. 90

Versículo 22: Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César. Es interesante observar que la Palabra de Dios por lo menos rozó los altos círculos del gobierno en los primeros tiempos. Aquí nos dice que el evangelio había entrado en la casa de César. Versículo 23: La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. Como cristianos deberíamos "estar firmes en el Señor" en nuestro diario andar, pues mientras andamos tenemos el gozo y la paz que existen en el "mismo sentir", y tenemos las bendiciones físicas y materiales requeridas para la vida en abundancia ahora. Sí tenemos "en todas las cosas todo lo suficiente", y como hijos de Dios somos autosuficientes en cada situación. La gracia de nuestro Señor Jesucristo está con cada uno de nosotros. Amén.

Capítulo Dieciséis La Respuesta Estudio de 1 Juan La Iglesia de Gracia fue fundada en el día de Pentecostés y con su fundación comenzó una nueva administración. Juan dirigió su primera epístola a aquellos recién nacidos a la comunión de creyentes para informarles acerca de su posición, sus derechos y sus responsabilidades ante Dios. Cuando se usan las palabras "desde el principio" en el primer versículo, no se refiere a "en el principio" como en Génesis 1:1. "El principio" aparece nueve veces en esta epístola; ocho veces se refiere al principio de esta administración, el período de la Iglesia de Gracia; la novena vez se refiere al tiempo del principio cuando fue hallada iniquidad en el Diablo. 1 Juan 1:1: Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo [logos, la Palabra] de vida. El oír, el ver, y el palpar, están todos en el reino de los cinco sentidos. El hombre natural puede conocer la Palabra por medio de sus cinco sentidos--él no tiene ninguna otra manera mediante la cual adquirir conocimiento. Versículo 2: (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó). Juan le está informando a la gente que él va a dar a conocer su revelación respecto a esta "Palabra de vida".

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Versículo 3: lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Un niño no puede tener comunión en una familia terrenal sino hasta después de su nacimiento. Esto también es verdad en la familia espiritual de Dios. Tenemos que ser renacidos de Dios antes de poder tener comunión con Dios en Su familia. Juan no le está escribiendo a los incrédulos, sino a aquellos que son hijos, a aquellos que son renacidos para que así puedan tener comunión con Dios y con los otros creyentes. Versículo 4: Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. El gozo también es un fruto del espíritu como se menciona en Gálatas 5:22 donde dice: "Mas el fruto del Espíritu es... gozo..." El fruto del espíritu no incluye la felicidad. Una persona puede tener felicidad por las cosas materiales que le rodean; puede que la abundancia de cosas le haga feliz. Pero el gozo es algo interior. El gozo es una cualidad espiritual. La revelación en 1 Juan está escrita para que el creyente renacido no sólo tenga gozo en su interior, sino que también el gozo de su mente renovada sea cumplido, completo. Versículo 5: Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si Dios es luz, entonces no puede haber tiniebla alguna en El. Toda cosa negativa, mala, dañina, pecaminosa y que provoque la muerte tiene que proceder de otra fuente, no del verdadero Dios de luz. Versículo 6: Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad. Después de que una persona pasa a ser un hijo en la casa de Dios, él puede tener comunión en la familia mientras sigue utilizando la Palabra como su libro de guía. Si como hijos decimos que tenemos comunión con Dios y sin embargo no seguimos el reglamento y andamos impíamente, mentimos. Cuando nos salimos fuera de los preceptos, estamos fuera de comunión, pero sin embargo seguimos siendo hijos en la familia. Tenemos que fijarnos claramente en la diferencia que hay entre comunión y filiación. "Andar en tinieblas" no afecta el parentesco de Padre e hijo; rompe la comunión. Versículo 7: pero si andamos en luz, como él [Dios] está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

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El andar en luz nos da comunión con Dios. Cuando estamos fuera de comunión, andamos en tinieblas, lo cual es pecado, pues toda comunión rota es pecado. Sin embargo, cuando confesamos nuestra comunión rota, la sangre de Jesucristo nos limpia, nos hace sin mancha. "La sangre" es una figura literaria que se refiere al hecho de que Jesucristo dio su vida. Es la figura metalepsis que incluye sinécdoque. La figura sinécdoque hace que "sangre" represente "derramamiento de sangre" e indica la muerte de Jesucristo y no su vida. Luego va más allá de la acción de su muerte, indicando los méritos que él logró para nosotros, los cuales efectuó por medio de su muerte y por lo tanto lógicamente se asocian con ella. La palabra "limpiar" señala un lavamiento íntegro y total, sin dejar ninguna imperfección o impureza. Versículo 8-10: Si decimos que no tenemos pecado [comunión rota], nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados [comunión rota], él [Dios] es fiel y justo para perdonar nuestros pecados [comunión rota], y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado [roto comunión], le hacemos a él [Dios] mentiroso, y su palabra [de Dios] no está en nosotros [en nuestras mentes]. Nadie puede vivir en comunión con Dios si vive de acuerdo a cualquier otro principio que no sea de la Palabra de Dios. Cuando andamos por otras sendas pecamos, lo cual es injusticia. Si confesamos nuestros pecados a Dios cuando estamos fuera de comunión, Dios es fiel a Su promesa de proveer justicia legal. Dios es capaz de absolvernos de toda comunión rota, pecado del cual todos los hijos son culpables. 1 Juan 2:1,2: Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis [que no rompan comunión]; y [pero] si alguno hubiere pecado [roto comunión], abogado [un abogado defensor] tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él [Jesucristo] es la propiciación [el pago] por nuestros pecados [comunión rota]; y no solamente por los nuestros, sino también los de todo el mundo. Jesucristo es la propiciación por nuestros pecados, que quiere decir que él no sólo pagó por ellos sino que también, cuando rompemos comunión, nos trae de vuelta para disfrutar del favor de Dios. Nuestra confesión de pecado produce el perdón de nuestra comunión rota. Dios puede remitir nuestro pecado solamente una vez y eso es en el momento de la salvación. La remisión de pecados es para el pecador que no es salvo; el perdón de pecado es para el pecador salvo que está fuera de comunión con Dios. Versículo 3: Y en esto sabemos que nosotros le conocemos [a Dios], si guardamos sus mandamientos [los de Dios].

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Hemos de probarnos a nosotros mismos que conocemos a Dios. Las formas griegas para "sabemos" y "conocemos" en el versículo 3 se usan con la siguiente precisión: "Sabemos [tiempo presente--por estar personalmente muy familiarizados] que nosotros le conocemos [tiempo pretérito perfecto--por un encuentro inicial con Dios, la salvación]..." ¿Cuáles son Sus mandamientos? Hacer esas cosas acerca de las cuales El nos acaba de instruir--andar en la luz. Hemos de declarar la Palabra después de que nuestras mentes han sido iluminadas por ella. Versículo 4: El [el hombre] que dice: Yo le conozco [a Dios, por estar familiarizado personalmente con El], y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él [el hombre]. Si una persona no es renacida, la verdad no está en ella espiritualmente. Pero si un creyente renacido dice que conoce a Dios íntimamente y no observa el mandamiento de andar en la luz, la verdad de la Palabra no está en la mente de ese hombre. La verdad permanece en el ser espiritual del creyente, pero esa persona no ha puesto la verdad en su mente. Versículo 5: pero el que guarda su palabra [de Dios], en éste [el hombre] verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él [Dios por medio de Jesucristo]. Guardar la Palabra de Dios es vivir de acuerdo a Su voluntad. Nosotros somos los que guardamos Su Palabra, y al guardarla, el amor de Dios es perfeccionado en nosotros. El amor, agapë en griego, se recibe con el nacimiento espiritual. "El amor agapë de Dios" se manifiesta externamente cuando andamos en la luz. Lo que hace posible la comunión perfecta es tener el espíritu de Dios en nosotros y además andar en Su amor. Versículo 6: El [el hombre] que dice que permanece en él [Dios por medio de Cristo Jesús], debe andar como él [Jesucristo] anduvo. Cualquiera que dice que permanece o que está continuamente en la presencia de Dios, tiene que tener la mente renovada de acuerdo a la Palabra y andar con esta mente renovada como lo hizo Jesucristo. Porque tiene libre albedrío, el creyente renacido puede decidir vivir conforme a este mundo; pero, para estar en comunión, un creyente tiene que decidir renovar su mente y actuar según la Palabra de Dios. Versículo 7,8: Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que [el proceso total de palabra y obra] es verdadero en él [Dios] y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. 94

Se da ahora un precepto nuevo. Toda la transacción de Dios fue hecha genuina y aplicable, y por lo tanto puede ser, y es, manifestada en el mundo de los sentidos. Las tinieblas pertenecen al pasado porque Dios en Cristo en nosotros es luz. Sin embargo, otros no pueden ver esta luz a menos que la manifestemos, la mostremos con nuestro andar. Versículo 9: El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El aborrecer es posible solamente cuando alguien es nacido de la simiente del Diablo, de la misma forma como el amor agapë es posible únicamente cuando uno es nacido de la simiente de Dios. Las dos palabras griegas para "aborrecer", misos y stugos, al igual que todas sus derivadas, tienen que entenderse de acuerdo con su uso en el contexto. Pueden significar "antipatía" o "antipatía que resulta en el odio absoluto del Diablo". Este odio, lo opuesto de agapë, es una cualidad espiritual que una persona recibe cuando nace de la simiente de la serpiente. Versículo 10,11: El [el hombre] que ama a su hermano, permanece en la luz [andando en la mente renovada según la Palabra], y en él [el hombre] no hay tropiezo. Pero el que aborrece [le tiene antipatía] a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. Si mantenemos renovadas nuestras mentes según la Palabra de Dios, el amor de Dios se perfecciona en nuestras mentes, y no le damos oportunidad alguna a la carne para menospreciar o tenerle antipatía a un hermano en Cristo. Aquel que le tiene antipatía o menosprecia a su hermano no ha renovado la mente según la Palabra de Dios. Satanás trata constantemente de disuadirnos de andar en la verdad de la luz y así pues nos hace andar en tinieblas. Para continuar firmes en la luz, un creyente tiene que tener un conocimiento de la Palabra de Dios. Sin ese conocimiento, el creyente es desarraigado y fácilmente llevado a las tinieblas debido a la ignorancia. Versículo 12: Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre [de Dios]. Una persona no puede ser hijo de Dios sino hasta que sea renacido de la simiente de Dios, El pecado de un hombre, comunión rota, es perdonado por amor del nombre de Dios, porque el hombre está en la familia de Dios. Literalmente, todos los pecados fueron cargados en Jesucristo cuando él hizo su sacrificio. Versículo 13,14: Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno [Satanás]. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

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Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es [Dios] desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno [Satanás]. La Palabra de Dios solamente puede morar en los hombres después de que hayan renacido y tengan vida eterna. Los creyentes permanecen en la Palabra según renuevan sus mentes de acuerdo a esa Palabra. Esta es la única forma de vencer al maligno. Versículo 15: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Si el amor del Padre no está en una persona, esa persona no tiene vida eterna. Si un hombre ama de verdad las cosas del mundo (lo cual alude a Satanás quien gobierna y es dueño legal del mundo), el amor del Padre no puede estar en él. Versículo 16: Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. La codicia (desear más de lo que se necesita), los deseos posesivos ("los deseos de los ojos") y la jactancia ("vanagloria") son cualidades de hombres en quienes no mora la Palabra. Versículo 17,18: Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace [practica] la voluntad de Dios permanece para siempre. Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Cualquier persona nacida de la de la serpiente es llamada “anticristo” porque está en oposición a Cristo. Versículo 19: Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Los anticristos, aquellos nacidos en la familia del Diablo, querían separarse a sí mismos de los creyentes, aquellos nacidos en la familia del Dios verdadero. Versículo 20-24: Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas [porque tenemos Su Palabra escrita].

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No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros [en vuestras mentes]. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros [en vuestras mentes], también vosotros permaneceréis [andando] en el Hijo y en el Padre. Si aquello que hemos oído desde el principio, la vida eterna, está en nosotros espiritualmente y andamos en comunión por medio de la renovación de nuestras mentes, permaneceremos en el Padre. Para renovar la mente hay que dar tres pasos: (1) conocer la Palabra de Dios, (2) Ponerla en nuestras mentes. Y (3) Manifestarla en acciones. La salvación nos da la filiación; la mente renovada nos da la comunión perfecta con el Padre. Versículo 25-27: Y esta es la promesa que él [Dios] nos hizo, la vida eterna. Os he escrito esto sobre los que os engañan [os hacen dudar]. Pero la unción [el nuevo nacimiento] que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe [instruya]; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él [Dios]. La unción que tenemos de Dios es la unción del espíritu santo. Es recibir la plenitud del don proveniente del Espíritu Santo quien es Dios. No necesitamos a ningún hombre para que nos enseñe porque tenemos la Palabra y el poder y las manifestaciones del espíritu santo. Versículo 28: Y ahora, hijitos, permaneced en él [en Dios por medio de Cristo Jesús], para que cuando se manifieste [Cristo], tengamos confianza [denuedo], para que en su venida [de Cristo] no nos alejemos de él [Dios] avergonzados. En el retorno de Cristo, vamos a ser juzgados y recompensados por nuestro andar con Dios. Si vivimos con la mente renovada en manifestación y estamos en comunión con Dios, no estaremos avergonzados ni nos sentiremos deshonrosos. Al contrario, tendremos confianza. Versículo 29: Si sabéis que él [Dios] es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él [Dios].

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"Hace" es la palabra clave. Quiere decir practicar una habilidad tal como un cirujano, o un pintor o músico profesional. Hemos de practicar en el mundo de los sentidos lo que hemos recibido en el espíritu. Somos justos porque Dios nos hizo justos; pero nuestra justicia se manifiesta al mundo según practicamos la voluntad de Dios, y la voluntad de Dios se conoce solamente de la Palabra de Dios. 1 Juan 3:1: Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él [Dios]. El mundo nunca entenderá eso de que seamos "hijos de Dios". La salvación es una obra interna, espiritual, y el hombre natural no puede entender los asuntos espirituales. El mundo desconoce a Dios, pues como lo explica 1 Corintios 2:14: “...el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir [los asuntos espirituales] espiritualmente”. Versículo 2: Amados, ahora somos hijos de Dios, y [pero] aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él [Cristo] se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. La sección que empieza con "y aún no se ha manifestado" en el versículo 2, hasta el fin del versículo 4 es parentética y se refiere a Cristo. Entonces en el versículo 5 retornamos al tema: Dios. Ser semejantes a él (Cristo) es ser como él será en su cuerpo resucitado en su retorno. Cuando Cristo regrese, seremos semejantes a él porque somos coherederos con Cristo* e hijos del mismo Padre. Versículo 3: Y todo aquel que tiene esta esperanza [el retorno de Cristo] en él, se purifica a sí mismo, así como él [Cristo] es puro. Tenemos la esperanza de la segunda venida de Cristo. Por lo tanto, nosotros los que tenemos esta esperanza debemos purificarnos a nosotros mismos por la renovación de la mente. Personalmente deberíamos purificar nuestras mentes así como nuestros espíritus son puros, el don proveniente de Dios. Versículo 4: Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. La frase "infracción de la ley" es la palabra griega anomia, "sin ley". Uno que practica ilegalidades, y que por lo tanto no observa la ley, es un infractor. Para cumplir la ley, el hombre tiene que seguir las instrucciones dadas en Gálatas 6:2 donde dice: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo". ______________________________________________________________________ *Romanos 8:17: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”.

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Versículo 5,6: Y sabéis que él [Dios] apareció [en Cristo y fue mostrado al mundo] para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él [Dios]. Todo aquel que permanece en él [Dios], no peca; todo aquel que peca, no le ha visto [a Dios], ni le ha conocido [a Dios, más allá del conocimiento inicial]. El versículo 6 está hablando de un creyente que permanece en Dios (comunión), no de Dios permaneciendo en el creyente (salvación). Un creyente peca y rompe comunión con Dios, no en la vida espiritual que él recibió cuando renació, porque esa vida es perfecta y no puede pecar. Si uno tiene la mente perfectamente renovada, no peca y no rompe comunión. Versículo 7: Hijitos, nadie os engañe; el [el hombre] que hace justicia es justo, como él [Dios en Cristo en usted] es justo. Nadie puede hacer justicia sino hasta que él mismo sea justo. La justicia es de Dios y por lo tanto está incluida en el don, espíritu. La justicia es Dios en Cristo dentro de uno, lo que hace posible manifestar la justicia exteriormente. Versículo 8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo pecado se debe a la influencia de Satanás sobre la persona que comete el pecado. Jesucristo apareció para deshacer el poder de Satanás. En su primera venida él derrotó la obra del Diablo; sin embargo, la destrucción total está aún por manifestarse cuando Cristo venga por segunda vez. El Hijo de Dios ha derrotado a Satanás para aquellos que son renacidos y que han renovado la mente de acuerdo a la Palabra. Si una persona no renueva la mente, Satanás no es derrotado en la vida de esa persona. En tal situación, Satanás frustra a esta persona con enfermedades, preocupaciones, necesidades, temores y otros negativos satánicos. Las palabras "desde el principio" en el versículo 8 se refieren al principio de la maldad encontrada en Lucifer, el Diablo. Observe Ezequiel 28:15: “Perfecto eras [tanto Adán como el Diablo] en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. Versículo 9: Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado [en el espíritu], porque la simiente [Cristo] de Dios permanece en él [el hombre]; y no puede pecar [en eso, de lo cual es nacido, la simiente de Dios, Cristo en él], porque es nacido de Dios. El hombre no puede pecar en esta simiente de la cual es renacido. Es simiente espiritual perfecta. 99

Versículo 10: En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Fíjese cuán marcada es la diferencia entre las simientes espirituales. Los hijos siguen el patrón de sus respectivos padres. Versículo 11,12: Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Caín era "del maligno"; él era nacido de la simiente de la serpiente y manifestó el odio y las malas obras del Diablo. Versículo 13,14: Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. La palabra "hermanos" tiene la connotación de "santos" como hijos de Dios. Sabemos que hemos pasado de muerte a vida cuando nuestras acciones son motivadas por el amor de Dios. Nuestra salvación se manifiesta a nosotros mismos y a los otros santos según amamos con el amor de Dios en nuestras mentes renovadas. Nadie tiene este amor agapë sino hasta que renace de Dios. El hombre natural a lo sumo solamente puede tener philia, amor humano. En la última parte del versículo 14 las palabras "a su hermano" no figuran en los textos más antiguos. "El que no ama" se refiere al hombre no salvo. La persona no salva no puede amar con el amor agapë y permanece en tinieblas. Versículo 15: Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. Algunas iglesias han enseñado que cualquiera que comete un homicidio, uno que en realidad toma la vida de otro, no tiene vida eterna permanente en él. La Palabra de Dios no dice eso. "Todo aquel que aborrece [aborrecer es del Diablo y solamente los hijos del Diablo pueden hacerlo] a su hermano [en la carne] es homicida". El hermano no es víctima del homicidio sino que el hombre que aborrece, que es nacido de la simiente de la serpiente, está causando su propia muerte. "Y sabéis que ningún homicida [que causa su propia muerte porque es nacido de la simiente de la serpiente] tiene vida eterna permanente en él". No puede tener vida eterna, es nacido de la serpiente. 100

Versículo 16: En esto hemos conocido [entendido] el amor, en que él (Jesucristo) puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos [santos]. Debemos poner nuestras vidas, debemos poner nuestros deseos egoístas en sujeción a nuestro espíritu, para ayudar a los creyentes. Versículo 17: Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano [santo] tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? A menudo se nos ha enseñado que hemos de ayudar a los no salvos que están hambrientos. Esta escritura nos dice que nuestra responsabilidad primaria es hacia nuestros hermanos en Cristo.* Versículo 18-22: Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad [amemos y no solamente hablemos del amor]. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él [Dios]; pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él [Dios], porque guardamos [en nuestras mentes] sus mandamientos [de Dios], y hacemos [en nuestras acciones] las cosas que son agradables delante de él [Dios]. Si nuestro corazón nos reprende, estamos fuera de comunión con Dios. Hemos pecado por no andar en la mente renovada. Cuando estamos fuera de comunión, no tenemos confianza para con Dios, y no podemos tener respuesta a nuestras oraciones. Versículo 23: Y este es su mandamiento [de Dios]: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado [Dios en Cristo Jesús]. Podemos jugarnos el todo por el todo en la bondad que Dios ha provisto para nosotros si practicamos Su voluntad. Aquí tenemos un mandamiento, no una petición: que creamos en el nombre de Su Hijo, Jesucristo. Jesús, el primogénito, y nosotros, sus hermanos, hemos de manifestar el amor del Padre dentro de Su familia. _______________________________________________________________________ *Gálatas 6:10: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.

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Versículo 24: Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él [Dios] permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. La persona que guarda los mandamientos no sólo tiene filiación sino también comunión. Podemos saber que Dios en Cristo mora en nosotros por medio de manifestar el espíritu que El nos ha dado. 1 Juan 4:1-3: Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. No hemos de creer toda manifestación sobrenatural sino que hemos de poner los espíritus a prueba para ver si son del verdadero Dios. Para hacer esto necesitamos operar la manifestación de discernimiento de espíritus. El espíritu de un falso profeta no podrá confesar que Jesucristo ha venido en la carne. Este es anticristo pero no el anticristo mismo. Versículo 4: Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el [Dios en Cristo] que está en vosotros, que el [el Diablo y sus espíritus diabólicos] que está en el mundo. Dios en Cristo en nosotros, el espíritu santo, es mayor que los espíritus del Diablo en el mundo. Cuando nosotros los creyentes comencemos a ejercer nuestros derechos legales de filiación usando el nombre de Jesucristo, verdaderamente viviremos con poder y venceremos las fuerzas de Satanás en nuestras vidas. Versículo 5-12: Ellos [los anticristos] son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad [Dios] y el espíritu de error [un espíritu diabólico]. Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 102

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación [pago] por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros [con la mente renovada]. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. Ningún hombre ha visto jamás a Dios pues Dios es Espíritu. El amor de Dios se perfecciona en nuestro andar a medida que renovamos nuestra mente. Versículo 13-15: En esto conocemos que permanecemos en él [Dios], y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu [Su don, espíritu santo]. Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Cuando Dios permanece en un hombre, él ha recibido una nueva creación, vida eterna. Cuando un hombre permanece en Dios, el hombre está andando en comunión en la mente renovada. Versículo 16: Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor [agapë]; y el que permanece en amor [agapë], permanece en Dios, y Dios en él. El amor de Dios se perfecciona en nuestras mentes al grado que nosotros permanecemos en Dios, y así manifestamos Su Don al mundo. Versículo 17: En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él [Dios] es, así somos nosotros en este mundo. Como Dios es, así somos nosotros, los que somos renacidos y que demostramos amor. Entonces tenemos confianza y poder en los momentos críticos porque nos hemos vestido de la armadura de Dios. Versículo 18,19: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. 103

Dios nos amó primero y nos dio vida eterna lo cual hace posible que nosotros amemos [agapë]. Ahora debemos renovar nuestras mentes de acuerdo al Espíritu, Dios, y andar ante El en amor. Versículo 20,21: Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. "Aborrecer", según se usa en esta escritura, es "no amar". La prueba para nosotros mismos y para otros de que amamos a Dios es manifestar a los santos el amor de Dios. 1 Juan 5:1: Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró [Dios], ama también al que ha sido engendrado [Cristo y los hermanos] por él. Todo el que ama a Dios en la mente renovada ama a los hermanos porque es imposible tener el amor de Dios en la mente renovada sin amar a los hermanos. Tanto Cristo como nosotros hemos sido engendrados por Dios. Cristo es nuestro hermano y junto con él todos nosotros somos hijos de Dios. Versículo 2: En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Guardamos Sus mandamientos mediante la renovación de nuestras mentes de acuerdo a Su Palabra. Al andar en esta luz, nos probamos a nosotros mismos que somos los hijos de Dios. Versículo 3,4: Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos [de Dios]; y sus mandamientos no son gravosos [pesados]. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo [Satanás], nuestra fe. A lo largo de esta epístola la palabra "mundo" se refiere a Satanás. El mundo incluye todo el reino de Satanás y las cosas que hay en él. Tenemos la habilidad dada por Dios de vencer toda opresión porque “mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Nuestra victoria viene con: 1) Nuestro creer en la Palabra de Dios. Y 2) Renovar nuestras mentes de acuerdo a ella. Versículo 5: ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 104

Jesús venció al mundo y ese mismo poder nos pertenece según ministramos y operamos las manifestaciones del espíritu.* Versículo 6-8: Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio [con nuestro espíritu, el hombre interior]; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.** De acuerdo al versículo 6, Jesucristo vino mediante agua y sangre. Sabemos que Jesús fue concebido en María por el Espíritu Santo. En el momento del nacimiento de Jesús, el saco amniótico que rodeaba al feto fue roto y por lo tanto salió del agua. También se derrama sangre cuando la madre da a luz. Por lo tanto Jesús, al igual que todos nosotros, "vino mediante agua y sangre". Por mi nacimiento natural yo también nací de agua y sangre. Pero el espíritu dentro de mí, que vino en el momento de mí nacimiento espiritual, indica que ya no soy solamente un hombre natural pues tenemos vida eterna que es espíritu. Estos tres --agua, sangre y espíritu-- dan testimonio del mismo Dios de quién se dio testimonio cuando nació Jesús. Versículo 9-12: Si recibimos el testimonio de los hombres [en cuanto a nuestro nacimiento de sangre y agua], mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho [a Dios] mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. ______________________________________________________________________ *Juan 14:12: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre”. **De acuerdo al texto crítico griego las siguientes palabras fueron por primera vez añadidas en los versículos 7 y 8 en el siglo dieciséis: “…en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres los que dan testimonio en la tierra..."

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Cuando nosotros creímos en el Hijo de Dios, recibimos el testimonio de la vida eterna dentro de nosotros. "El que tiene al Hijo, tiene la vida", según el texto. No nos ganamos esta vida que Dios nos ha dado; no imploramos por ella; no la podemos robar, y no la podemos perder porque Dios nos la dio como simiente. Versículo 13,14: Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Sin embargo, con esa misma lógica, si pedimos cualquier cosa que no sea la voluntad de Dios, no recibiremos nada. Tenemos que conocer Su voluntad para saber qué pedir en forma apropiada y legítima. Versículo 15: Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos [tiempo presente] las peticiones que le hayamos hecho [tiempo pasado]. Tenemos lo que hemos pedido antes de tenerlo en manifestación. Esto es grandioso. ¿Por qué? La Biblia es la Palabra de Dios, y la Palabra de Dios es la voluntad de Dios. Por lo tanto, si conocemos la Palabra de Dios, conocemos la voluntad de Dios. Si la Palabra dice: "Ora por los enfermos", entonces sabemos que hemos de orar por los enfermos; estamos haciendo la voluntad de Dios. Ya no necesitamos usar la desgraciada frase "Si Dios quiere". Solamente alguien que no sabe o que es ignorante de la Palabra de Dios dirá "Si Dios quiere". El hombre que conoce la Palabra de Dios sabe lo que Dios quiere. Versículo 16: Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. El "pecado de muerte" es el pecado imperdonable.* Si un hombre comete este pecado, la oración no le servirá de nada porque ese hombre es nacido de la simiente de la serpiente. Sin embargo, si un hermano en la carne no ha cometido el pecado imperdonable, Dios le dará a ese hermano vida eterna si se lo pedimos. La palabra "hermano" en el versículo 16 se refiere específicamente a un hermano de nacimiento. Podemos orar por la salvación de un miembro de la familia que quiere oír y creer la promesa de Dios. Orar por vida eterna para un pariente, hermano o hermana, que no ha cometido el pecado imperdonable es una clave que podemos aplicar para los miembros de nuestra familia que no son salvos. Versículo 17: Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.

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Cualquier cosa pensada, hablada o hecha que no esté en armonía con la Palabra de Dios es injusticia. La injusticia de aquellos que son renacidos no es de muerte porque Dios ha prometido perdón. Versículo 18: Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado [en el espíritu, el hombre interior], pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. Si este versículo fuera traducido así: "Sabemos que eso que es nacido de Dios dentro del creyente no peca", la gente lo podría entender más fácilmente. "Todo aquel que ha nacido de Dios" permanece en comunión con Dios mediante la renovación de su mente. El creyente con la mente renovada no puede ser tocado por el maligno. La clave está en vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Mediante acción positiva no daremos oportunidad alguna a Satanás a que interfiera en nuestras vidas. Como Efesios 4:27 exhorta: “ni deis lugar al diablo”. Versículo 19,20: Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. El mundo entero está impotente, a la merced del maligno, Satanás. El es el príncipe de este mundo según Juan 14:30 y el dios de este mundo según 2 Corintios 4:4. No obstante, nosotros que somos renacidos hemos sido alumbrados porque conocemos al Dios verdadero. Versículo 21: Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén. "Hijitos" es un término de cariño, tal como lo usaría un maestro que ama y que se preocupa de sus estudiantes. "Guardarse de los ídolos" quiere decir no buscar ayuda, guía o instrucción de cualquier otra fuente que no sea nuestro Padre celestial, quien es el Dios vivo y verdadero. No debemos dejar que nuestras mentes sean apartadas de Dios y de Su Palabra. Nuestro vivir victorioso, después de recibir nuestra filiación, está en relación directa con nuestro permanecer en comunión por medio de pensar y actuar según la voluntad de Dios, la cual se puede conocer solamente por la Palabra de Dios. _______________________________________________________________________ *Wierwille, Victor Paul, The Word’s Way—Vol. III, Studies in Abundant Living (American Christian Press, New Knoxville, Ohio, USA, 1971), Capítulo 4, “The Unfordable Sin” (“El Pecado Imperdonable”).

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Acerca del Autor Victor Paul Wierwille ha pasado muchos años buscando esclarecimiento de la Palabra de Dios por medio de hombres de Dios diseminados a lo largo del continente. Su trayectoria académica después del colegio secundario continuó en el Colegio y Seminario “Mission House” (Lakeland), donde recibió sus diplomas universitarios en Artes y en Divinidad. El Dr. Wierwille estudió en la Universidad de Chicago y en el Seminario Teológico de Princeton, donde recibió el diploma de Maestro de Teología en Teología Práctica. Tiempo después completó su trabajo para graduarse como Doctor en Teología. Durante 16 años el Dr. Wierwille sirvió como pastor en el noreste de Ohio. Durante estos años escudriñó la Palabra de Dios para obtener claves para un vivir abundante y victorioso. El Dr. Wierwille visitó a E. Stanley Jones y estudió su programa “Ashram”. Hombres tales como Glenn Clark, Rufus Mosley, Starr Daily, Albert Cliff, el Obispo K.C. Pillai y otros, fueron huéspedes de la congregación local del Dr. Wierwille. Karl Barth de Suiza fue su amigo y consultor, y también George M. Lamsa, el erudito arameo, así como otros eruditos europeos y del lejano oriente. Con estos hombres el Dr. Wierwille buscó entendimiento bíblico. En 1953 comenzó a enseñar clases sobre Poder Para la Vida Abundante. Estas sesiones concentradas están específicamente orientadas hacia revelar la Palabra de Dios como la voluntad de Dios, y contestar preguntas cruciales acerca del espíritu santo y su actual disponibilidad y eficacia en las vidas de los creyentes. El conducir a hombres y mujeres de todas partes del mundo a recibir la vida más abundante, rápidamente absorbió todo el tiempo disponible del Dr. Wierwille, de manera que se hizo necesario que renunciara de su posición de pastor local. Por veinte años el Dr. Wierwille ha dedicado toda su energía a enseñar la exactitud de la Palabra de Dios al establecer el Centro de Investigación Bíblica El Camino en New Knoxville, Ohio, y sus ramas a través de los Estados Unidos, al igual que en la India, Australia, Canadá, Europa y América del Sur.

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