Vermeer - Vista De Deft

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Ficha de catalogación de Pintura:

AUTOR: Johannes Vermeer TÍTULO: Vista de Delft Fecha: 1660-61 aproximado Técnica: Óleo sobre lienzo Estilo: Barroco Centroeuropeo Características:98,5 x 117,5 cm. Museo: Mauritshuis, La Haya, Holanda. Contexto Histórico: En la Holanda del siglo XVII existirá una amplia demanda de paisajes ya que el grupo social dominante, la burguesía, solicitaría este tipo de temáticas para adornar las paredes de sus casas. Este tipo de trabajos alcanzaba un elevado precio en el mercado, existiendo una amplia escuela dedicada a esta temática, en la que destacan Jan van Goyen, Meindert Hobbema o Jacob van Ruysdael. Vermeer no renunció a estos paisajes y en los primeros años de la década de 1660 realizó este excelente lienzo, por el que se pagaron 200 florines en la venta del legado de Vermeer, en 1696. El género de paisajes urbanos fue muy cultivado durante la época barroca; las holandesas destacaron especialmente, mediante vedute que buscaban la imagen más típica de una ciudad, un punto de vista «pintoresco». Pintor holandés especializado en la plasmación de paisajes de una forma realmente increíble, pertenece al movimiento del Barroco, pero a causa del protestantismo no se suelen encontrar temas religiosos como en el resto de Europa, ellos cristos en la cruz con un marcado tenebrismo. Así que por esa razón los pintores holandeses se especializan en lo que serían retratos individuales, de corporación, interiores, escenas de la vida cuotidiana y paisajes. Análisis Técnico:

Vermeer ejecutó su Vista de Delft en el lugar con un instrumento óptico que apuntaba a la ciudad y que proporcionaba al artista el aspecto trasladado al lienzo, que se admira actualmente por su concisión y especial estructura, no era una cámara oscura sino el telescopio invertido. Sólo este último condensa la vista panorámica de un sector determinado, disminuye las figuras del primer plano a una dimensión inferior a la normal, enfatiza el primer plano tal como puede verse en el cuadro, y de la misma manera hace que el resto de la composición retroceda en el espacio. La imagen así obtenida proporciona efectos ópticos que, sin ser únicos en la pintura holandesa del siglo XVII, como a menudo se ha dicho, transmite un paisaje urbano que está unido en la composición y está envuelto atmosféricamente en una luz brillante. De esta manera se reforzaría el verismo que caracteriza la imagen, gozando de cierta calidad fotográfica. Pero el acento de aquella capacidad visiva, no siempre careció de intenciones limitativas y reprobatorias; como si el mero hecho de pensar en el recurso del mecanismo óptico, determinase la mayor o menor excelencia y calidad de lo pintado. El empleo del instrumento, además de unas enormes cualidades inventivas, exigiría por parte de su "operador" no sólo una gran habilidad técnica-traductora de lo observado, sino, -y quizás esto sea lo más importante-, una sorprendente capacidad de percepción; la facultad (y obligatoriedad) de "saber ver", en este caso a través del mecanismo visor. La escena está tomada desde un lugar elevado, tal y como observamos los grupos de figuras que se sitúan en primer plano, a las orillas del río Schia.. Así, tras el río, observamos los edificios que forman el cinturón defensivo de la ciudad, presididos por la puerta Schiedam, mientras que en una segunda línea queda un grupo de edificios entre los que sobresale la elevada torre de la Nieuwe Kerk. En las dos zonas encontramos una división lumínica al quedar en sombra el primer plano e iluminado el fondo, sobresaliendo la torre de la iglesia. También debemos advertir que, a diferencia de otros paisajistas de su tiempo, Vermeer no hace una reproducción a distancia de Delft sino que sólo presenta un detalle y de cerca. Los edificios oscurecidos de primer plano muestran una amplia gama de puntos de color, lo que permite vibrar a la materia pictórica, utilizando la característica técnica "pointillé" con la que reparte los chispeantes puntos de luz por toda la superficie del lienzo, luz que, como viene siendo habitual en la obra del maestro de Delft, se convierte en la protagonista de la composición. Luces y sombras se incluyen en el agua y en los edificios, haciendo de la luz el marco en el que destacan los motivos y el ipso fundamental de la construcción plástica. De esta manera, las diferencias lumínicas se captan de manera espectacular, aunque la sensación de tranquilidad se convierta en una de las características de la escena, a diferencia de los demás maestros barrocos contemporáneos. La Vista de Delft es cronológicamente la última pintura de Vermeer ejecutada en una pigmentación rica y plena, con acentos de color puestos con un pincel cargado. El artista se superó a sí mismo con esta representación de su ciudad natal, que permanece como una interpretación verdaderamente grande de la naturaleza. La composición aparentemente sencilla encierra algunos elementos excepcionalmente interesantes: en primer lugar, destaca la claridad, casi pureza, con la que Vermeer representa los edificios de la ciudad, para lo cual ha tenido sin duda que eliminar varias embarcaciones que sin duda vararían en el puerto de la ciudad. Esto permite resaltar la visión de la arquitectura de Delft, que a su vez constituye una barrera visual que impide la visión más allá de la profundidad decidida por el pintor. Esto divide la composición claramente en tres planos: el superior, que ocupa aproximadamente tres quintas partes de la pintura, representando el cielo; un intermedio que corresponde a la muralla visual arquitectónica, y un inferior, en el que, junto al agua –que actúa como espejo del plano anterior- aparece un pequeño grupo de figuras, pintadas –a diferencia de en otros

muchos paisajes de la época- por el mismo pintor. Inventa como si fuera un iluminador, y para intensificar la expresión distribuye sutilmente la luz. Elige colores originales que armonizan perfectamente y que se ponen de manifiesto gracias a los blancos: el azul zafiro, el amarillo limón, el bermellón, el ocre rojo. Los dispone unas veces como si se tratara de una pasta untuosa, de consistencia semejante a la de la porcelana, mientras que otras veces son pequeños toques granulosos que absorben la luz, y otras, aún veladuras translúcidas. Análisis Simbólico: La ciudad que se puede admirar en este cuadro no es un perfil de un municipio, sino una representación idealizada de Delft, con sus características principales simplificadas y luego encajadas en el marco de una bahía. Domina el cuadro el cielo rico, lleno de formaciones nubosas avecinándose sobre la ciudad. Se representa una hilera del puerto de Delft, con casas de ladrillo rojo en su mayoría. Detrás de ella puede verse la ciudad y algunas torres. Los muros se reflejan en el agua. La transparencia de su luz, el majestad de su cielo nublado y las reflexiones sutiles en el agua todos contribuyen a su subyugante impresión. Las nubes flotan altas sobre la ciudad. Una gran nube oscura lanza sombras sobre el agua y los edificios delanteros. Los extensos tejados a distancia son encendidos por la luz del sol lo que crea un sentimiento de gran profundidad que la propia luz nos dibuja en el cuadro. A diferencia de el movimiento que presenta el Barroco en este cuadro la calma y la tranquilidad gobiernan en su totalidad, no hay tenebrismo, ya que la luz se reparte en de manera global. Todo el movimiento ha cesado; un sentimiento de tranquilidad cae sobre la escena. El barco amarrado tienen las velas bajadas. Una brisa mansa ondula la superficie del agua. Los transeúntes conversan. Los árboles tienen hojas, por lo que debe ser avanzada la primavera o el verano, y algún momento de la mañana, porque el sol está en el este. Todo parece apacible y tranquilo, aunque esos nubarrones negros no recuerdan la calma antes de la tormenta porque ocupan una parte importante en el lado superior del cuadro. "Esta obra única es, desde luego, la más próxima a una fotografía coloreada que la pintura haya logrado producir. Vermeer no sólo tiene un sentido del tono misteriosamente verdadero, sino que lo ha usado con un distanciamiento casi inhumano". Kennet Clark No hay muchas pinturas que reflejan realidad a esta magnitud. Es como si nosotros miráramos por la ventana el Delft de hace 350 años. Análisis Sociológico: Entre los edificios presididos por la puerta Schiedam y una segunda línea queda un grupo de edificios entre los que sobresale la elevada torre de la Nieuwe Kerk, en las dos zonas encontramos una división lumínica al quedar en sombra el primer plano e iluminado el fondo, sobresaliendo la torre de la iglesia, lo que hace pensar a algunos expertos que nos encontramos con una clara referencia política ya que en la Niuewe Kerk estaba enterrado Guillermo I de Orange, gobernador holandés asesinado en 1584 en Delft, siendo considerado por la ciudad un héroe en la lucha contra los españoles. Se dedicó con preferencia a temas de género burgués, cargados de símbolos y de intenciones morales, tal como lo hicieron sus coetáneos Metsu, Terborch y Pieter de Hooghe. Esta preocupación por reproducir las costumbres y el ambiente de los Países Bajos se refleja en sus dos únicos paisajes conocidos La callejuela y La vista de Delft.

Obras de referencias: Esta “vistas” es un género pictórico muy típico del Settecento (siglo XVIII) italiano, desarrollado sobre todo en la ciudad de Venecia. Enmarcadas dentro del paisajismo, las “vedute” son vistas generalmente urbanas, en perspectiva, llegando a veces a un estilo cartográfico, donde se reproducen imágenes panorámicas de la ciudad, describiendo con minuciosidad los canales, monumentos y lugares más típicos de Venecia, solos o con la presencia de la figura humana, generalmente de pequeño tamaño y en grandes grupos de gente. Concebidas como recuerdos –casi como postales– para viajeros extranjeros, las vedute tuvieron mucho éxito, llegando su influencia a casi todos los rincones de Europa, e iniciando una característica forma de representar el paisaje que fue imitada por muchos artistas europeos. Sus mayores exponentes fueron Canaletto, Bernardo Bellotto, Francesco Guardi, Michele Marieschi y Luca Carlevarijs. Por lo tanto, cuando Vermeer pintó este famoso lienzo, ya era tradicional pintar vistas topográficas de ciudades. Hendrick Cornelisz Vroom fue el autor de dos obras semejantes describiendo Delft, pero son más arcaicas, puesto que siguen un enfoque tradicional panorámico que puede verse en los dos paisajes urbanos de Hercules Seghers en el museo de Berlín. Este último artista fue uno de los primeros en usar el telescopio de Galileo invertido para transcribir los dibujos preliminares y sus proporciones (más del doble de alto que de ancho) al formato más convencional de sus pinturas. Ese tipo de composición, con la ribera ligeramente en diagonal, está inspirada en obras de Esaias van de Velde y Pieter Brueghel el Viejo. Los elementos arquitectónicos son ordenados de manera paralela, de la misma manera que Vermeer hace en sus escenas de interiores, siguiendo la perspectiva ortogonal tradicional en el Renacimiento Italiano. "En la primera década del siglo XVI los pintores holandeses utilizaban ya aparatos ópticos. Carel Fabritius (...) en su cuadrito La tienda de violines, audaz ensayo de vista gran angular, utilizó probablemente un espejo convexo. Se cree que Vermeer empleaba la cámara óptica, aunque quizás se haya exagerado al respecto." Curiosidades: Vermeer se atiene con fidelidad a la representación de la villa de Delft tal y como nos hace referencia una descripción de la obra con motivo de su venta en Ámsterdam el 22 de mayo de 1822: "Esta pintura, la más importante y la más célebre de este maestro, cuyas obras son escasas, representa la villa de Delft sobre el Schia; puede verse la villa completa con sus puertas, torres, sus puentes tal y como eran; en el primer plano hay dos mujeres hablando, mientras que a la izquierda algunas personas parecen prepararse para embarcar en una gabarra. Delante de la villa varios navíos y embarcaciones. La manera es audaz, de las más poderosas y magistrales que puedan imaginarse; todo está agradablemente iluminado por el sol; la tonalidad del aire y del agua, la calidad de las construcciones y de los personajes forman un conjunto perfecto, y esta pintura es absolutamente única en su género". De esta pintura se ha dicho que es la primera obra impresionista de la historia de la pintura. Marcel Proust llegó incluso a asegurar que era “el más bello cuadro del mundo”. Elogios al margen, la pintura es la cumbre del paisajismo holandés del siglo XVII y, por consiguiente, uno de los grandes paisajes de todos los tiempos.

Alusión a aspectos de la experiencia: lo percibido, a primera vista, el motivo artístico Significado tradicional: (sensaciones, emociones, actitudes, comportamientos, objetos reconocibles, significativos para quien estudia el cuadro) Elementos formales. - Direcciones de las formas en el espacio. - Organización de tensiones en el espacio. - Relaciones forma – fondo. - Luz y sombra, peso y contrapeso. - Color. -Textura - En todo lo anterior, cómo se aplica la técnica. Significado más profundo: Valor simbólico - El tema de la obra cómo es tratado por el mismo autor en otras obras. - País y momento histórico en el que se hace la obra. - Qué pasaba en Colombia en el arte en ese mismo momento. - Qué pasaba en el contexto social en de la época en la que se hizo la obra.

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