Antropologia Social Y Cultural I: Pablo A. Montero Apuntes De Textos (t3 Y T5) Uned

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ANTROPOLOGIA SOCIAL Y CULTURAL I Pablo A. Montero Apuntes de textos (T3 y T5) UNED

TEXTOS TEMA 3 RAZA E HISTORIA Claude Lévi-Strauss Lévi Strauss dice que el primero que hizo las teorías racistas (sin mala intención) fue Gobineau, pues en aquel momento de la historia se planteaba la cuestión de que si la civilización blanca occidental no tenía por qué ser superior, ¿por qué era la que había hecho mayores progresos? Para contestar a esta pregunta, Lévi-Strauss hace un recorrido por varios campos para llegar a la respuesta: En primer lugar, hace referencia al tema de la diversidad de las culturas, aludiendo que realmente nunca podremos conocer a todas las culturas existentes, tanto contemporáneas como a través del tiempo. Además, añade que dentro de una misma cultura, puede haber subculturas dependiendo del clan, clase o grupo social al que se pertenece, estableciendo que las culturas no son algo estático, sino continuamente dinámico. En cuanto a las costumbres, Lévi-Strauss hace hincapié en que las costumbres no tienen por qué nacer de la necesidad, sino que muchas veces adoptamos costumbres de otras culturas que consideramos que hacen un avance. En segundo lugar, aborda el tema del etnocentrismo. Según Lévi-Strauss, la actitud más antigua consiste en repudiar las instituciones culturales de aquellos a los que llamamos ‘otros’. Desde la tradición grecorromana que denominaba al extranjero ‘bárbaro’, hasta la civilización occidental que utilizó más tarde el término ‘salvaje’. Así, no se admite la diversidad cultural, y la humanidad acaba en las fronteras de la tribu, del grupo lingüístico, etc. considerándose a si mismos como los ‘buenos’ y al extranjero como un ‘extraño’. Aunque esto ha intentado ser cambiado por casi todos los sistemas filosóficos y religiosos dictando la igualdad y fraternidad de todos los seres humanos, esta afirmación nunca ha hecho conforme al hombre que se encuentra con un teórico hermano que nada se parece físicamente a él. Por último, Lévi-Strauss establece al evolucionismo como un maquillaje falsamente científico ante el problema del etnocentrismo. Tras abordar el etnocentrismo, se centra en la comparación que se hace usualmente entre culturas occidentales arcaicas y culturas primitivas actuales. Es obvio que ambas tienen en común los útiles y herramientas que se usan, así como su alimentación basada en la caza y la recolección, pero esta comparación no hace nunca referencias comparativas ante ideas filosóficas, tradiciones o las instituciones sociales creadas por la supuesta sociedad primitiva. La idea de que todas las sociedades pasan por los mismos estadios resulta falsa, ante la evidencia, por ejemplo, de que en occidente la agricultura y la domesticación de animales fueron a la par, mientras que en América la agricultura tenía muchísimos avances, y apenas sabían de la domesticación de animales. Es obvio que todos los pueblos tienen un pasado que nunca llegaremos a saber, y a menudo, se habla de los ‘pueblos sin historia’ como los más felices, pero no es que no tengan historia, sino que no la conocemos, pues, no existe ningún pueblo sin historia, feliz e inocente. Lévi-Strauss sigue el recorrido poniendo el ojo sobre la idea del progreso. Cuestiona la idea del progreso clásica, como una línea del tiempo en la que el humano (occidental) va evolucionando, dividiendo las épocas por el surgimiento de un avance tecnológico que aparece como repentino. Es claro que el ser humano ha progresado, pero hay que concebir esta idea con más prudencia, y no con el objetivo de dictaminar unas formas de evolución superiores a otras (que es lo que realmente ha ocurrido con el mundo occidental). Así, Lévi-Strauss nos trae ejemplos como el uso anterior del cero por los mayas 500 años antes que en Europa o la cuestión de si el régimen inca era socialista o totalitario, muchos siglos antes de que estos fenómenos surgieran en Europa. Para Levi Strauss, siempre concebimos la historia de nuestra sociedad como una historia acumulativa, mientras que la historia de otros pueblos la concebimos estacionaria, pues no significa nada para nosotros. Esto, incluso, pasa dentro de la propia cultura, pues los ancianos a menudo sienten que la historia que viven ya de viejos pasa de manera estacionaria, pues no están implicados directamente en ella, mientras que los jóvenes la viven con fervor porque se mueven y cambian junto a ella. Además, en cuanto a los avances en otras culturas, cuanto más se acercan a la nuestra más positivos nos parecen, y viceversa. Pero, la civilización occidental no es suprema, sí lo es en avances tecnológicos, pero si tomáramos la ‘supremacía’ desde el punto de vista de supervivencia en sitios más hostiles, Lévi-Strauss nos indica en este ejemplo que los esquimales o beduinos serían la civilización mejor. Se insiste demasiado en qué pueblos descubrieron algo antes que otros, simplemente para poner a uno como superior al otro, olvidando que, como bien nos muestra Lévi-Strauss, todos los hombres tienen en común que son seres culturales. Levi-Strauss nos pone de manifiesto que todas las sociedades han admitido la civilización occidental como superior, puesto que hasta los países subdesarrollados reprochan a los organismos internacionales que les

permitan ‘occidentalizarse’. Pero, con la exportación de este modelo a todo el mundo, se está apostando por la ‘occidentalización’ del mundo como algo óptimo, y ¿es esto verdaderamente así? Según Lévi-Strauss se le atribuyen dos propósitos al a civilización occidental: acrecentar la cantidad de energía per capita y proteger y prolongar la vida humana. Pero, no buscando la igualdad, pues para regular estas variables se han cometido matanzas y la repartición de la energía depende de la clase social a la que se pertenezca. Así, los avances tecnológicos que ha producido la civilización occidental, tapan el gran descubrimiento de la agricultura, ganadería, alfarería, tejido, etc. que sustentan aún esta civilización tecnológica, que valora primeramente los últimos descubrimientos, y por ello también, se establece como superior. Muy relacionado con este último punto, Levi-Strauss nos dice que no hay mayor azar en el descubrimiento del fuego que en el descubrimiento de la penicilina, no hay un hombre primero peor que un hombre actual. En palabras del propio autor del texto: “…cuando nos interesa determinado tipo de progreso, reservamos el mérito a las culturas que lo realizan en más alto grado, y nos quedamos indiferentes frente a los demás”. Según Lévi-Strauss, la colaboración de las culturas es esencial si se quiere una civilización mundial, pues la coalición de culturas conservando su originalidad sería lo que haría de esta idea un propósito mejor. Una cultura no es superior a otra, y las invenciones de cada cual no sirven para competir entre sí, sino para adaptarse a su medio y mejorar sus condiciones. Es decir, todo progreso cultural está en función de una coalición entre culturas. REPRESENTACIÓN: REPRESENTACIONES CULTURALES Y PRÁCTICAS SIGNIFICANTES Stuart Hall Stuart Hall pone de manifiesto que la cultura versa sobre ‘significados compartidos’ entendidos por el medio que nos hace común, el lenguaje, por el cual damos el significado a las cosas y lo compartimos, pues el lenguaje es nuestro sistema representacional. Cultura como término tiene bastantes referencias. Por un lado, es lo ‘mejor que se ha dicho y pensado’, es decir, la ‘alta cultura’ de una época. Por otra parte, ‘cultura’ como las formas ampliamente difundidas de música, publicidad, arte, diseño y literatura populares, accesible a la ‘gente ordinaria’, por lo que se suele denominar como una cultura ‘popular’ o ‘de masas’ (de manera peyorativa). Por último, ‘cultura’ se usa para referirse a lo que resulta distintivo en la forma de vida, es decir, resulta la definición antropológica. Según Stuart Hall, la cultura tiene que ver con la producción e intercambio de significados, ya que cuando decimos que dos personas pertenecen a la misma cultura es que interpretan el mundo de maneras aproximadas, es decir, tienen los mismos ‘códigos culturales’. En esta visión, se incluyen tanto conceptos e ideas como sentimientos, vínculos y emociones. De hecho, los mismos participantes de la cultura son los que otorgan significado a las personas, objetos y acontecimientos. Puesto que son las personas quienes otorgan el significado de lo que les rodea, el significado será aquello que da sentido a nuestra propia identidad, de modo que se encuentra relacionado con la cuestión de cómo la cultura se usa para marcar y mantener identidades y diferencias entre grupos y al interior de los mismos. En la actualidad, los medios de comunicación realizan significaciones a una velocidad nunca antes vista, lo que supone un gran cambio con respecto a la anterioridad. Los significados regulan todos los aspectos de nuestra vida, tanto los cotidianos como nuestras conductas y prácticas. Stuart Hall hace hincapié en que el lenguaje no solo es escrito o hablado, sino que existe un lenguaje de símbolos en lo gestual, lo musical, la moda, etc. Todo nuestro entorno está lleno de signos que nos envían o por los que enviamos una información. Este es uno de los conceptos desde el ‘giro cultural’ en las ciencias sociales y humanas que nuestro autor comenta: “…se considera que el significado es producido y construido más que simplemente encontrado”. Así, la cultura se conceptualiza como un proceso primario tan importante para dar forma a los sujetos sociales y acontecimientos históricos como lo es la base económica o material. Por tanto, el lenguaje adquiere un papel importantísimo en cómo trabajan la cultura y la representación tanto desde el enfoque semiótico (sobre los signos) como desde el enfoque discursivo (atendiendo más de los efectos y consecuencias). Tras esta presentación de su obra, Hall hace un resumen del contenido de su obra por capítulos. - Cap. 1: ¿Tienen las cosas y seres del mundo su significado propio o es construido?¿Es fijo o cambia constantemente?¿Fijamos el significado a través de nuestros sistemas de representación o está ‘en el mundo’? - Cap. 2: se cuestiona si el lenguaje visual refleja una verdad sobre el mundo o si más bien produce significados sobre el mundo mediante la representación.

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Cap. 3: se centra en lo que se muestra en los museos como elección de representar otras culturas de una manera determinada. Nombra a Henrietta Lidchi como analista de hasta qué punto esta práctica hace significar las relaciones de poder - Cap. 4: ‘El espectáculo del otro’ (siguiente texto de reseña) - Cap. 5: aborda las prácticas de representación respecto a la masculinidad en la sociedad - Cap. 6: último capítulo donde analizan las series de ficción televisivas como productoras de pautas y significados de la ‘vida moderna’. Por último, Stuart Hall quiere destacar que el lenguaje de las imágenes no es un único y verdadero, no es transparente. Los significados, incluso, ponen en cuestión nuestra identidad misma, organizados tradicionalmente en dicotomías de opuestos. Si el poder interviene en el discurso, es para tratar de fijar el significado (la forma de ser y no ser), por lo que Hall nos propone que deberíamos aprender a pensar en el significado menos en términos de ‘precisión’ y ‘verdad’ que en términos de un intercambio efectivo. EL ESPECTÁCULO DEL OTRO Stuart Hall A través de situaciones del atletismo y publicaciones periodísticas nos muestra como la ‘poética’ de las imágenes tiene una profunda ‘política’ en tanto a dar cierto significado a las ideas, por ejemplo, de raza. La primera imagen es de la final de los 100m de 1988 donde el Sunday Times pone en su portada “Héroe y Villanos”, donde aparecen todos los finalistas negros y que tanto puede significar que hubo trampas en la carrera, como glorificar la falsedad del atletismo en la velocidad (haciendo referencias por tanto a los negros). Por tanto, una imagen acompañada de un texto nos puede decir múltiples ambigüedades. Ben Johnson, ganador de aquella carrera, jamaicano nacionalizado canadiense, fue condenado al ostracismo, y el triunfo de Carl Lewis y su subida al olimpo del atletismo fue debida, como se ha descubierto años después a un positivo tapado que tan villano lo hacía como lo era Johnson. La segunda imagen es la de Linford Christie, que ganó la medalla de oro en los JJOO de 1992 en los 100m masculinos. Los diarios ingleses, en vez de destacar su victoria, destacaron la notoriedad de su miembro viril por su raza, algo que cabreó a Christie, que simplemente declaraba sentirse inglés por haber pasado la mayoría de su vida en Gran Bretaña. De esta manera, se menosprecia un triunfo de Gran Bretaña, de la Gran Bretaña ‘más negra’ para comunicar trivialidades que minusvaloren el gran triunfo de Linford Christie. (Otros ejemplos son el de Florence Griffith-Joyner, Jackie Joyner-Kersee y el de Pirelli de Carl Lewis). A continuación analiza los cuatro enfoques sobre la diferencia: 1. Enfoque lingüístico I (Saussure): la diferencia cuenta porque es esencial al significado; sin ella, el significado no podría existir. Es decir, sin lo otro, no existe el yo, no existe la diferencia. Cuando definimos negro, es porque lo ponemos en contraposición con blanco, porque existe la diferencia. El significado depende de la diferencia entre opuestos. 2. Enfoque lingüístico II (Mijail Batjín): la diferencia es necesaria porque sólo podemos construir significado a través del diálogo con el otro. Lo que signifique ser ‘ruso’ o ‘jamaicano’ no puede ser controlado por los rusos o los jamaicanos, sino que se halla siempre abierto, en el diálogo entre esas culturas nacionales y sus otros 3. Enfoque antropológico (Lévi-Strauss): los grupos sociales imponen significación a su mundo por la vía de ordenar y organizar las cosas en sistemas clasificatorios. Una forma de darles significado es dividiéndolos en dos grupos (lo que se puede comer crudo/lo cocinado; lo que se puede comer de aperitivo/ lo que se puede comer de postre, etc.). Por tanto, la diferencia es fundamental para el significado. Cuando el otro se introduce en ‘nuestro’ terreno, se produce un desvarío, un clic en nuestra cabeza que lo hace ver como desorden, como extraño, por lo que se explica el rechazo de ciertas culturas contra extranjeros (otros), como proceso de purificación (Kristeva, 1982). 4. Enfoque psicoanalítico: el otro es fundamental para la constitución del yo (yo del psicoanálisis). El niño empieza a asumir la diferencia al mirarse en el espejo y reconocerse como un yo independiente de su madre. Jacques Lacan define a esto como ‘la mirada desde el lugar del otro’, como lo que proporciona al niño la capacidad de reconocerse al niño como sujeto unificado. Esta perspectiva nos dice que la subjetividad solamente puede emerger y formarse mediante las relaciones simbólicas e inconscientes que el niño pequeño forja con otro significativo que se encuentra fuera. Nunca somos sujetos plenamente unificados, sino que nuestra subjetividad se forma a través de este dialogo problemático, inconsciente y siempre incompleto con el Otro. Esto puede explicar el racismo, según

Frantz Fanon, pues buena parte de la violencia y el estereotipado racial surgen de la negativa por parte del ‘Otro’ blanco a dar reconocimiento ‘desde el lugar del otro’ a la persona negra. GRAMÁTICAS DE IDENTIDAD/ALTERIDAD. UN ENFOQUE ESTRUCTURAL Gerd Baumann En este texto, Baumann se va a ocupar de las gramáticas que sirven para autoidentificarse a uno mismo y para alterizar a los otros. Para ello, utilizará los modelos clásicos de Edward Said (1978), Evans-Pritchard (1940) y Louis Dumont (1980). - Orientalismo: de la clasificación binaria al reflejo invertido (E. Said) E. Said dio un gran paso adelante superando la gramática blanco/negro clásica. El orientalismo no consiste en una simpe oposición binaria (“nosotros=bueno” y “ellos=malo”), sino en una inversión especular del tipo: “lo que es bueno en nosotros, es [aún] malo en ellos; pero lo que se torció en nosotros, [aún] sigue recto en ellos”: Occ. +: racional, ilustrado, tecnológico→irracional, supersticioso, atrasado: Or. – Occ. -: calculador, sobrio, materialista → espontáneo, refinado, místico: Or. + En el orientalismo la grámatica infantil “lo nuestro es bueno y lo de ellos malo” se transforma para construir lo propio de uno mismo y alterizar lo ajeno de los otros dotado de doble filo. La construcción de uno mismo y del otro se condicionan mutuamente, por el hecho de que tanto las características positivas como las negativas están hechas para reflejarse unas a otras de manera inversa. - Segmentación: de la “anarquía ordenada” al desorden federal (Evans-Pritchard) Evans-Pritchard acuña la expresión de ‘anarquía ordenada’ a la gramática de los Nuer, pueblo que estudió con detenimiento: En los Nuer, cada individuo forma parte de una pirámide de identificaciones que oscila entre cuatro y seis niveles genealógicos, yendo desde linajes mínimos hasta clanes máximos, y, finalmente, una identidad tribal compartida en tanto que nuer. Así, esta gramática segmentaria determina identidades y alteridades en función del contexto. Mientras que en una deuda de sangre un nuer debe considerar como ‘otro’ a un vecino implicado, hasta amenazarlo de muerte, ese mismo vecino puede ser un aliado en el contexto de otro conflicto a nivel de clanes, o por ejemplo, ante una amenaza colonial.

Esta gramática era invisible en el fluir diario de la maniobra y la manipulación políticas. Esta estructura es similar a la de una hinchada futbolística, de manera que los que se enfrenten en el nivel más bajo de segmentación como rivales, se unirán cuando el equipo ganador tenga que enfrentarse con los equipos del distrito (nivel superior). Quien gane en el distrito, tendrá el apoyo de todos las hinchadas del distrito, pues pasará a competir al nivel provincial. Entonces, el equipo 1.1 atraerá a todos los 4.1-4.8 cuando se enfrente con 1.2 que tendrá los apoyos del 4.9-4.16. Tras este ejemplo que nos explica la gramática, podemos decir que se trata de un sistema acéfalo, pues a la cabeza no hay nada, a menos que resulte una amenaza como los colonos británicos, que entonces se unirán contra un enemigo mayor. Es decir, alguien puede ser mi aliado en un contexto de segmentación más alto, mientras que puede ser mi rival en uno más bajo, por lo que identidad y alteridad es una cuestión de contexto. Este sistema tiene un vago acercamiento de los estados federales, que constituyen un sistema segmentario, en el que se determina cuando el habitante tiene que tomar partido en calidad de ciudadano del estado-federal,

de ciudadano del estado-nación, y finalmente, de ciudadano de la UE. Es un sistema empobrecido, pues corresponde a uno u otro centro de poder el dictarnos qué nivel de identidad está en juego en cada momento. En este tipo de organización, se reconoce la unidad dentro de una mutua diversidad, por ello, cuando los centros de poder presionan a favor de una centralización, los estratos subordinados tienden a revelarse. - Englobamiento: de las castas indias a la cooptación de los excluidos (L. Dumont) Esta tercera gramática tiene un pleno carácter universalizante. Dumont trae el ejemplo de los indios y los sij, haciendo ver que lo que importa en esta gramática es la operación formal del englobamiento en tanto que gramática de identidad/alteridad. En el ejemplo de los hindúes y los sij en el barrio londinense de Southall, donde existían tensiones mutuas, el argumento era el siguiente: “los sijs son hindúes, lo que pasa es que ellos no lo saben”. Por tanto, subsumen a los sijs en ellos, aludiendo que en realidad lo que les hace comunes es que ambos son hindúes, por lo que no es necesaria la violencia. Es decir, algo como lo siguiente: “puedes pensar que difieres de mí en tu sentido de los valores o en tu identidad; pero en el fondo (arriba), no eres más que una parte de mí mismo”. (“tu bajo nivel de consciencia puede necesitar de mi otredad para definirse, pero mi corazón es lo bastante grande para nosotros”).

- Las gramáticas en competencia e interacción: ejemplos de política y religión En diversos contextos se ve la imagen del otro utilizada en espejo, como un adversario o como un aliado segmentario en uno u otro contexto convenientemente, o como un otro que exagera su diferencia cuando es una parte englobable de ‘nosotros’. Por ejemplo, de cara a estructurar la UE se contraponen dos posibles versiones de la gramática segmentaria. La actual, la Europa de estados-nación y la posibilidad de crear una Europa de las Regiones, saltándose así el nivel de estados-nación, favoreciendo la diversidad y la independencia, de manera que pudiera haber, por ejemplo, una región vasca de Europa. Los sistemas segmentarios solamente pueden funcionar cuando existe consenso sobre los niveles clasificatorios. Resulta errado separar los discursos religiosos respecto de cualquier discurso de autoridad. Los católicos establecen una gramática de orientalismo con respecto a los protestantes. Pero, cuando ambas ramas del cristianismo sufren el ataque del agnosticismo, sus mutuas diferencias son relativizadas mediante una gramática segmentaria, uniéndose por la cúspide de la pirámide (adorar al mismo Señor Universal). Otro ejemplo, es la idea musulmana de ‘gentes de libro’ que postula un parentesco cercano entre judíos, cristianos y musulmanes pues todos siguen un libro como dogma. Podríamos ver el ejemplo de los partidos políticos: mientras un partido afirma englobar al otro, éste último a menudo responderá postulando una gramática de segmentación. Cuando un partido desea excluir a otro de un orden segmentario potencialmente compartido, a menudo retornará a una gramática orientalizante para enfatizar la alteridad del partido opuesto. Es por todos estos ejemplos, que podemos concluir que las gramáticas proporcionan un repertorio de estructuras mediante las cuales desplegar argumentos sobre si mismo y los otros; todas las gramáticas están siempre a disposición de todos los actores sociales implicados, y dicha gramática está en continuo desplazamiento y cambio, no es algo fijo. - Las gramáticas en competencia e interacción: ejemplos de estética Las producciones estéticas deben crear un sí mismo con el cual el lector, espectador u oyente pueda identificarse; y otro que el consumidor o decodificador de la obra pueda comprender como el polo contrario. El despliegue de las diferentes gramáticas son de una difusión global (novelas, dramas, películas, teleseries, óperas, cultura popular,…) proporcionando todo tipo de fisiones y fusiones segmentarias. La gramática de oposiciones orientalizantes permite al lector clasificar las relaciones mutuas entre los símbolos, aun cuando los símbolos mismos no han sido descifrados todavía (ej.: el amado es inmortal porque…el poema de su amante es inmortal – soneto XVIII de Shakespeare).

- La formulación del desafío ternario: Benveniste, Lévi-Strauss y Mròz Las tres gramáticas parecen binarias, pues crean la identidad y la alteridad, adecuándose así a la clásica visión binaria del mundo blanco/negro del estructuralismo. Sin embargo, los binarismos concitan la posibilidad de una tripartición, sobre todo si ordenamos el mundo social según las relaciones de interacción (por estructuras lingüísticas y maritales). Bienveniste trató de entender el lenguaje no como un sistema de señales operado por un emisor y un receptor, sino con la implicación de un tercero. Así, la frase hecha ‘¿Podemos hablar?’ no solo implica al receptor de esa frase, sino la exclusión de un tercero al que no nos estamos dirigiendo pero que entiende que no es con él con quien queremos hablar. De esta manera, Bienveniste nos dice que los pronombres ‘yo’ y ‘tú’ siempre implican un ‘él/ella’, y así postula que toda gramática binaria es, en su raíz, de naturaleza ternaria. Mròz, para demostrar que las gramáticas, en realidad, eran ternarias, usó el ejemplo de los gitanos en Polonia, desde el punto de vista de éstos en cuanto a la relación con los polacos. Así, los gitanos organizaban las interacciones en tres círculos concéntricos: el primero, nosotros, el segundo los otros y, el tercero los exteriores, los extraños con los que no se puede dialogar. Por este ejemplo, Mròz dictamina que para entender la construcción de los otros y de sí mismos que hacen los gitanos en Polonia, se necesita una gramática ternaria, no una binaria. Lévi-Strauss, al que se le conoce como el binarista por excelencia, dictaminó que las organizaciones duales pueden existir solamente, en virtud de sus implicaciones ternarias. Por esto mismo es, por lo que Baumann, autor del texto propone que cada gramática binaria es en realidad ternaria. - La solución al desafío ternario: las tres gramáticas lo son, cada una a su manera →Gramática segmentaria: muestran lo cambiante que puede ser la cúspide del sistema segmentario. En función de que éste se coloque más arriba o más abajo se crean diferentes formas de Tercer Término, un ellos que no es interlocutor, sino que está fuera de los límites de aplicabilidad de dicha gramática. →Gramática de englobamiento: decir que ‘los sijs son hindúes’ implica que los musulmanes no lo son, y que se hallan excluidos como interlocutores en ese diálogo, por lo que el englobamiento es siempre selectivo. →Gramática orientalizante: con el ejemplo de inmigración en Europa podemos ver cómo el binarismo muta en una gramática ternaria. Los europeos en general, cuando llegan inmigrantes los ponen en la posición del ‘otro’, pero cuando estos, pasados los años se asientan, y llegan nuevas oleadas de inmigrantes, pasan a ser otro nivel de los otros, quedando una gramática orientalizante escalonada (técnica de Barthes). - Respuesta al escepticismo por parte de Baumann Según Baumann, el escepticismo humeano ha traído la cuestión de si estas gramáticas se producen siempre. Por ello, Baumann esgrimirá que no siempre resultan, pues los alemanes quisieron destruir la población judía (su otro), pero eso implica también la autodestrucción de la propia identidad, pues la eliminación del otro implica la falta de delimitación de la propia identidad. Por ello, hace alusión a las investigaciones de Victor Klemperer que demostró que mucho antes del holocausto, ya se empezaban a usar términos deshumanizantes para designar a los judíos.

TEXTOS TEMA 5 SÍMBOLOS EN EL RITUAL NDEMBU Victor Turner Turner nos explica un rito de paso que ocurre en la tribu de Zambia Ndembu y la dificultad que este rito y todos en general que atañe al antropólogo extraer el significado de sus símbolos cuando se encuentra en el trabajo de campo. Para realizar estas significaciones, y descubrir la estructura y propiedades de los símbolos rituales, Turner alude a tres fases principales: 1. Forma externa y características observables del rito. 2. Interpretaciones ofrecidas por los especialistas religiosos y por los fieles 3. Contextos significativos en gran parte elaborados por el antropólogo. Nuestro autor nos presenta el rito de la pubertad en las mujeres, donde el árbol mudyi exuda gotas lechosas cuando se araña su fina corteza. El tema principal del rito es el vínculo de la lactancia entre la madre y el hijo. Lo que simboliza el ritual es la matrilinealidad, y la costumbre tribal en sí misma, las interrelaciones entre los grupos y las personas, el árbol como símbolo de unidad en el rito de todo el pueblo, como una bandera en el mundo europeo. En este rito se indica el papel central de la madre, que pierde a una hija cuando ésta hace el ritual de paso, ya que ésta pasa a ser adulta, pasa a tener la posibilidad de ser madre. Nuestra observación, de alguna manera, desde un punto de vista más absoluto por ser externo, nos hace ver en los diferentes pasos del rito ciertos aspectos que conforman la sociedad Ndembu, tales como la confrontación entre la virilidad local y la matrilinealidad con una lucha simbólica que se produce durante la ceremonia. Cierto es que nuestra visión siempre va a ser un cúmulo de interpretaciones, que pueden ser algunas comprendidas por los pertenecientes a la tribu, o éstos nos pueden dar una visión ampliada siempre de cómo lo viven ellos y qué significa en sus vidas.

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