Apolo El Dios Sol

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APOLO EL DIOS SOL En este artículo Liz Greene detiene su mirada sobre el Sol y Apolo, el dios Solar. Con un estilo claro y vivaz nos cuenta sobre las principales funciones míticas de Apolo y su importancia para comprender al Sol astrológico: cosmocrator ("dueño del mundo"), profeta, el que rompe maldiciones familiares, sanador, portador de cultura. "¿Qué es un poeta? Es un hombre con experiencia religiosa que tiene el don de comunicar verdades universales a los hombres. Su poesía puede liberarnos de la muerte espiritual llevando a quienes le escuchan hacia una nueva comprensión de su divino Creador, quien le ha dado este poder especial. Así pueden sanarse las almas trastornadas y restaurarse el vínculo deteriorado con Dios... este es el fruto y seguramente el propósito de la música y la poesía, regalos directos de Dios a la humanidad." Elizabeth Henry. Orfeo y su laúd. La Mitología y la Astrología han estado al servicio de la percepción humana del cosmos, ya que ambas son expresiones simbólicas de este. Desde la época babilónica en adelante, los planetas, las luminarias y las estrellas fijas, no solo simbolizaron fuerzas o sirvieron como mediadoras en las relaciones humanas, sino que también se erigieron como protagonistas de historias que expresan imaginariamente los modelos arquetípicos inherentes a la vida y a la psiquis humana. El astrólogo que está dispuesto a explorar las condiciones mitológicas de los planetas, penetra en una rica fuente de comprensión, ampliando el espectro de su visión interior y de la comprensión del simbolismo astrológico. Esto a su vez nos hace mejores astrólogos porque podemos adentrarnos en el mundo interior de nuestro cliente y transmitir nuestra interpretación con un lenguaje que toca tanto al corazón como al intelecto. Es en la interpretación del Sol astrológico donde la importancia del mito adquiere mayor fuerza. El Sol ha sido entronizado en la mitología a lo largo de las épocas y a través de muchas culturas. Las palabras claves como "autoexpresión", son de gran ayuda. En las imágenes mitológicas del Sol confluye algo más que lo referente a su energía y propósito. Dichas imágenes míticas de la naturaleza y el protagonismo del dios griego Apolo (de cuyo nombre original "Apollon" nos hemos permitido omitir la "n" final) no podrían ser más perfectas a la hora de compararlas con el significado del Sol en un horóscopo personal. Detrás de esta deidad subyacen no solamente las raíces de la cultura occidental, sino también muchos atributos que posteriormente el mundo cristiano termina utilizando y asociando con Cristo. Apolo ha sido denominado "el caballero del Olimpo", el más exquisito y agraciado entre todos los dioses griegos. Esculturas y frescos lo retratan habitualmente bello, joven y de escasas vestimentas, luciendo un cuerpo atlético de proporciones perfectas, tan idealizadas por los Griegos. Pero los orígenes de Apolo se remontan más allá de la Grecia clásica, tal como lo atestiguan ciertos restos arqueológicos que indican el inicio de este culto con anterioridad a la Edad del Bronce. El surgimiento de este dios está rodeado de muchos misterios, por empezar el de su nombre mismo, que aún hoy sigue provocando vehementes discusiones entre los eruditos. Rastreamos sus orígenes griegos allá por el siglo VIII a.C. y por el siglo V a.C. ya se le asociaba no solamente con el Sol, sino también con el don de la profecía, la curación, la ruptura de maldiciones familiares y la inspiración artística (especialmente de la música y la poesía). Se nos

hace difícil comprenderlo a causa de estas múltiples facetas y al principio puede que tampoco captemos bien la interrelación de tantos atributos. Pero a medida que profundizamos en ellos, logramos ampliar nuestro conocimiento del Sol hasta que ser capaces de desentrañar lo que realmente significa en un horóscopo. Apolo, el dador de luz De la misma manera que en el mundo antiguo se concebía al Sol como el que daba la luz, a Apolo se lo percibió como el dios que logra encender la luz interior. "Conócete a ti mismo" era la inscripción a la entrada de su templo en Delfos, y esto realzaba la importancia que tenía el dios como símbolo de la conciencia. A este dios no se lo entendía como al Sol físico que se ve en el cielo; él era el portador del Sol, el que lo llevaba del Este al Oeste cada día en su carroza de oro. El Sol físico era lejano e intocable; era "lo Unico", la esencia de la vida misma, imposible de alcanzar o de comprender acabadamente. La forma humana de Apolo nos remite a un reflejo de algo que hay en la psiquis humana -el contenedor o portador de lo inefable. No sorprende entonces que Pitágoras y Platón apoyaran a Apolo, ya que el profundo sentido de la Filosofía -el amor por la sabiduría- está ligado a este proceso de adquirir conciencia con el fin de reconectarnos con eso que Platón llamó "las realidades eternas". Era extraordinario su rol de romper maldiciones familiares y asesino de la oscuridad. Y a él se encomendaban los atormentados por la culpa. En Mitología, sus conflictos con el submundo ctónico de las deidades femeninas, tales como Pitón, la serpiente gigante y las terribles Erinyes o Furias, lo marcaron como el campeón que vence a las fuerzas del destino y las compulsiones ancestrales. Y aún cuando se trata del mismo conquistador de estas fuerzas, también las incorpora a su culto. La Pitón se convierte en uno de sus símbolos más emblemáticos, tanto por la forma iconográfica de la serpiente grecorromana, como por la figura de la Pitonisa, la sacerdotisa del oráculo que se comunicaba con los dioses. Estas deidades-madres ctónicas eran también veneradas en Delfos a través del ónfalos o piedra-ombligo, el centro de la Tierra, el preciso lugar donde se manifestaba la luz del Sol. Podemos observar la imagen del ónfalos, en algunas monedas acuñadas en Delfos, como representada por un punto en el centro de un círculo; el círculo era asociado con Apolo por el halo que se forma alrededor del Sol y se ve a través de los cielos, y también porque el círculo no entraña ni comienzo ni final y por ende sugiere la idea de divinidad y de eternidad. Aunque no haya una documentación cierta que sugiera que el uso de esta imagen -el punto en medio del círculo- diera posteriormente origen al glifo astrológico que usamos para designar al Sol, y que se usara inicialmente en el Renacimiento, es imposible ignorar la conexión. Cuando interpretamos el Sol en un horóscopo, ¿qué implicaría este rol del Sol como dador de luz? Primero de todo, nos sugiere que el símbolo de Apolo describe un centro fundamental de nuestro interior -el corazón de la identidad- o el sentido de un destino personal que se alza desde la conciencia de nuestro ser como individuos y que tiene el poder de desvanecer las compulsiones que nacen en la infancia y el contexto familiar. La "maldición familiar" griega es una descripción de los conflictos inconcientes sin resolver que vienen de generación en generación, eventualmente llegando al umbral psíquico del "paciente identificado" (tal como se lo conoce en terapia familiar), quien actúa el peso de esta herencia inconciente a través de una enfermedad física o psicológica. Cualquiera que haya experimentado el poder

de las compulsiones -ya sea hacia las drogas, el alcohol, la comida o las conductas autodestructivas- sabrá lo imposible que es llegar a identificar todo esto de forma razonable y lograr cierto alivio, sino a través de una prolongada y honesta exploración de los sentimientos atrapados en el pasado. El proceso terapéutico se trata, pues, de un proceso apolónico, no por ser algo intelectual, sino porque apunta al crecimiento de la conciencia y a iluminar la oscuridad. Aquello que se guarda en lo oscuro no puede cambiar o crecer. Las terapias no verbales también pueden lograr este objetivo. Apolo en sí no apunta hacia una escuela de pensamiento psicológico en particular, en tanto que el proceso sirva para lograr el sentido del crecimiento interior. En un horóscopo el Sol es, entonces, una imagen de algo dentro de nosotros que es capaz de formar una identidad central e indestructible y alrededor de la cual gira el mismo horóscopo; un ego que puede contener e incluso transformar varios conflictos y aquellas discrepancias que todo horóscopo suele tener. Tales conflictos y discrepancias si fueron exacerbados por dificultades a una edad temprana, sin la menor posibilidad conciente de iluminar sus orígenes y su naturaleza, pueden dar como resultado un gran sufrimiento. ¡Error!Marcador no definido. Apolo el cosmocrator ("Dueño del Mundo") Apolo es también el cosmocrator, el "Dueño del Mundo", el centro alrededor del cual gira el sistema Solar. Es así como a menudo el arte antiguo suele retratarlo como sosteniendo la rueda del zodíaco, ya que este es el símbolo de la eclíptica -el camino aparente que recorre el Sol alrededor de la Tierra- una forma en sí imaginaria, que refleja un ciclo de desarrollo y que se percibe con el paso de las estaciones y en los multifacéticos ciclos de nuestra vida personal. Sería bueno traer a colación que el zodíaco es un invento griego y que coincide en el tiempo con el crecimiento del poder del culto de Apolo, que tuvo lugar en el siglo V a.C. Tanto la Astrología, que hemos heredado de los griegos, como Apolo mismo, están muy ligados entre sí y ambos reflejan la misma percepción básica del orden cósmico. El movimiento sistemático del cosmos depende de la imagen de aquel Apolo que lleva el propósito y la inteligencia de la luz divina del Sol. Y es gracias a su forma de razonar que logra mantener a los planetas en sus órbitas. Nuevamente nos encontramos con la oportunidad de mejorar mucho nuestra comprensión respecto de la función Solar en un horóscopo, dado que ese centro ubica al individuo en el centro mismo de su propia vida, permitiendo que otros aspectos de la carta natal armonicen entre sí. Al movimiento sistemático del cosmos se lo conoce también como "la música de las esferas" y es aquí donde el dios de la música y cosmocrator va más allá y logra establecer un patrón fundamental en la vida que a la vez sea sistemático y hermoso. Cada carta natal debería ser vista de esta manera, a pesar de todos los demás aspectos nefastos o planetas en detrimento o en caída que pudiéramos encontrar. Y quizá, hasta deberíamos decir que depende más de nuestra habilidad para expresar nuestro Sol, que se destraben aquellos aspectos menos armónicos más que por la naturaleza de los aspectos planetarios en sí mismos. En otras palabras, una cuadratura Marte-Saturno o bien una oposición Luna-Plutón, puede generar un conflicto, pero es en realidad destructiva sólo cuando no haya un centro al cual pueda atenerse el individuo en cuestión y equilibrar así las necesidades

de estos planetas. El Sol es el gran conciliador de los conflictos planetarios internos, permitiendo que trabajen más a favor que en contra de la vida. Otra vez es ese sentido del sí mismo, el que unifica toda la carta, no para ser controlado por él, sino para permitir su expresión y reflexionar sobre él. Apolo el artista Apolo trae consigo a la cultura e inspira creativamente a los humanos gracias a la intervención de las Musas. Este grupo de figuras femeninas representa a cada una de las artes. Es interesante percatarnos de lo que los Griegos consideraban como arte. Calíope, la Musa de la Música era la principal, atributo que también compartía con Apolo; de aquí viene la imagen de la lira que suele acompañarlo en algunas esculturas y frescos antiguos. Urania es la Musa de la Astrología, que entonces era una combinación de Astrología con la ciencia que ahora conocemos como Astronomía. Desde esta perspectiva mitológica, a la Astrología no se la concebía como una ciencia en el sentido que ahora le damos, sino más bien se la consideraba como un Arte, por lo que la intervención de la Musa era más que necesaria para decodificar la sabiduría de estos mensajes. La Mitología establece que la relación que mantenían las Musas con Apolo, podía darse en tres categorías: como simples compañeras, como amantes, o como hijas. Pero lo que está claro, es que cualquiera que haya sido la relación que mantuvieren entre sí, ellas eran la viva expresión del poder que emanaba de Apolo para encender la creatividad humana. No debería sorprendernos entonces la conexión entre el Sol astrológico y el área de nuestra creatividad, como concepto de la Casa V de un horóscopo. El dios provee la inspiración, pero son sus Musas quienes lo encarnan de forma perceptible actuando como puentes para unir la imaginación con lo divino. En la soberbia pintura de Apolo y las Musas, de G. Moreau, se lo muestra enviando a las Musas para que eduquen e inspiren a la humanidad. (ver imagen opuesta). Así entendemos a Apolo como educador, una palabra griega cuya raíz significa "conducir hacia delante". Esta es la idea platónica de la educación -obtener una respuesta del alma que nos haga recordar que provenimos de las altas esferas. El arte como camino educativo es bastante diferente del arte tomado sólo como entretenimiento o como mensaje político. La dimensión Solar que adquiere la expresión artística es algo muy personal, que arranca de muy adentro nuestro y refleja una especial conexión con la fuente de la vida. No se trata de algo colectivo aunque podemos decir que cuando logramos crear mediante la inspiración, suele arribarse al terreno de lo colectivo, siempre y cuando tengamos la mente lo suficientemente abierta. Pero la fuente de la inspiración no abreva en lo colectivo, sí en el Sol personal, en la esencia personal. El arte que comprende al Sol astrológico puede no necesariamente ser reconocido como arte en si mismo; ya que es posible que se manifieste en la forma que vivamos nuestra vida. Esta conexión Solar con la inspiración y como reflejo de la conciencia en la vida de una persona, nos está sugiriendo que, cualquiera sea el emplazamiento del Sol en la carta, este es el que nos va a hacer experimentar esa sensación de unión con lo divino por cualquier medio creativo que elijamos para expresarnos y que sea el más inspirador de nuestras almas. Así veremos la conexión entre el Sol y la vocación, ya se trate de una vocación que sea financieramente remunerativa o bien una tarea a la que nos aboquemos en nuestras horas de ocio. También nos sugiere que todos tienen una "vocación" en el sentido más profundo, incluso si no se trata de algo que implique

ganar dinero. Pero a menos que una persona se abra a la inspiración, no puede dar lugar a su vocación y mantener con lealtad sus valores y su propia visión. Apolo el profeta Comúnmente no asociamos al Sol con una profecía. Sí asociamos profecía con lo relativo a lo mediúmnico, aunque lo mediúmnico tiene que ver con borrar los límites del individuo y la capacidad de entrar en la vastedad del cosmos (o en la vida de otro ser humano) y percibir lo que allí sucede. Tal como lo dijeran los oráculos de Apolo, la profecía es algo por completo diferente. A Apolo se lo llamó el dios de la doble lengua porque sus predicciones dejaban a la gente totalmente perpleja; pero lo que en verdad allí se decía era algo muy básico que luego podía interpretarse desde un punto de vista muy personal (y frecuentemente eso era lo que sucedía). Entonces se decía que el oráculo había fallado y de aquí es como surgen muchas situaciones donde el héroe o la heroína hace trampas o bien asume las predicciones de manera equívoca llegando a resultados desastrosos. En otras palabras, el mensaje del oráculo no era de contenido psíquico, pero sí revelaba al instante la pauta sobre la que se apuntalaba la vida del consultante, o resaltaba con pelos y señales un capítulo específico en la vida de esa persona. Estamos hablando de lo que solemos calificar como destino, pero en un sentido menos compulsivo del término. Las profecías de Apolo están absolutamente emparentadas con el Sol astrológico. Cuando vislumbramos un diseño interior de nuestro destino, nuestra vida cobra sentido y tenemos un motivo para vivir, y podemos tomar conciencia de ello, si miramos en una carta natal el emplazamiento del Sol por casa, signo y aspecto. Aquí está nuestro futuro, la persona en que potencialmente somos capaces de convertirnos, la persona que tanto deseamos y necesitamos ser, si es que tenemos como objetivo de vida algo más que comer, reproducirnos y morir. Sin embargo, podemos malinterpretar esa luz que aporta la interpretación del Sol, dependiendo mucho de nuestra edad, circunstancias, conflictos y necesidades emocionales. Pero de cierto modo sabemos que la historia central del destino personal está en algún lugar de nuestro interior, y ésta es quizá la razón por la cual el Sol está tan estrechamente relacionado con la vocación, con nuestro "llamado", o, como dice Howard Sasportas "un llamado del yo interior". Profecía como destello del destino y destino encarnado en vocación, son las características que quizá reflejan los más profundos vínculos de Apolo con el Sol astrológico. Es importante señalar que la predicción del oráculo era provista por una Pitonisa, lo que significa que no podemos escuchar la sabiduría directamente del Sol, sino a través de nuestros sentimientos, cuerpo e imaginación. De no mediar este portavoz, el conocimiento de Apolo sería inaccesible. Pero a menos que busquemos enérgicamente la sabiduría de Apolo, la Pitonisa quedará muda. También podemos observar la pertinencia de la Astrología con Apolo en el sentido de que como astrólogos buscamos encontrar aquel esquema que sea la historia central de la vida de una persona. De hecho, la carta natal es un oráculo, aunque no en el sentido predictivo -si bien esta área es inherente a la Astrología desde siempre- sino para comprobar que ese esquema básico existe y que eso es lo que constituye nuestro destino. Se trata de algo más interno que externo, por eso la Astrología hace tanto hincapié en este concepto, aún cuando las circunstancias de la vida tiendan a reflejar y

personificar la historia interna. Tal como sucedía en el oráculo de Apolo, las configuraciones de la carta natal pueden ser malinterpretadas tanto por el astrólogo como por el cliente, porque uno carece de la perspectiva para ver el panorama completo y generalmente tiene una fijación en lo inmediato o con una preocupación en particular. Apolo el Sanador El papel que desempeñara Apolo como médico-sanador condujo al nacimiento de muchos Asclepios o centros de sanación en todo el mundo antiguo. Según cuentan, Asclepios era hijo de Apolo, una forma personificada del dios en carne humana, y en todos estos lugares sagrados de curación siempre se asociaba la figura de Asclepios con su divino padre. Todavía sigue siendo un misterio, qué tipo de medicina se practicaba en estos centros curativos, pero sabemos por ejemplo que la música cumplía un papel terapéutico muy importante, tanto como lo hacían la guía e inspiración que se aprendía de los sueños. Por lo tanto tomamos al Sol como un sanador interior y sería importante para nosotros, como astrólogos, entender precisamente qué significa todo esto a nivel psicológico. Lo que se entiende por enfermedad según el concepto de Apolo, era aquello que se apagaba, que se quedaba sin la luz del Sol. Los griegos entendían la enfermedad como algo que sucedía tanto a nivel psíquico como físico y la forma de restablecer la armonía con el alma, residía en trabajar con la música y con los mensajes de los sueños. En otras palabras, algo que actualmente denominaríamos: una conexión con el inconciente. Hoy en día, muchos de nosotros, olvidamos lo profundo que puede afectarnos la música y de qué manera puede, no sólo armonizarnos, sino también desarmonizarnos. La música se ha convertido actualmente en algo tan político como cultural y corremos el peligro de perder de vista su función educativa y como fuente de inspiración. La música es el instrumento principal que utiliza Apolo el sanador, y se sabía que esa música reflejaba la música de las Esferas -la armonía cósmica. Así se entiende a la enfermedad como un estado inarmónico del alma, una ruptura de la conexión humana con el orden cósmico mayor, por ende, lo que hace la curación es restaurar la armonía interior y reconectarnos con la fuente. En un horóscopo, la voluntad de vivir está profundamente ligada con el Sol, y la voluntad de vivir tiene que ver con la búsqueda del significado y a su vez este es el sentimiento de estar conectado con algo más grande que uno mismo. El Sol nos da esa sensación de ser como una vasija que contiene algo más grande, algo superior, y si logramos armonizar con ello, encontramos el significado de la vida, incluso en aquellas circunstancias que se nos presentan como trágicas o de pérdida. Bien sabe todo médico que sin la voluntad de vivir, el paciente se muere, a pesar de la eficacia con que se pretenda curar al cuerpo físico. En el mundo antiguo el Sol era Hyleg, el que daba la vida, y perder esa conexión significaba la pérdida de la voluntad de vivir. Lo que sugieren estas antiguas metáforas por armonía, no se aplica al sentido ordinario del término armonía que entendemos hoy por hoy; no existe ninguna carta natal exenta de conflictos como tampoco lo está ninguna vida humana. Pero la gracia reside en ese sentido de alineación que puede darnos el Sol en un horóscopo y esa alineación con respecto a un modelo superior -un sentimiento del destino personal y el propósito de vida- puede elevar nuestro entendimiento al concepto de curación que rige Apolo. El proceso de la psicoterapia es hoy un escenario más que evidente donde podemos

reconectarnos con ese sentido de lo que tenemos que ser, liberados de toda presión y expectativas del contexto familiar y del inconsciente colectivo. Existe otro territorio donde esta reconexión puede manifestarse y se trata del terreno artístico, siempre y cuando esté exento de tintes políticos y lejos de las banales gratificaciones del entretenimiento. Pero tal perspectiva tal vez sea incorrecta en estos días, ya que la palabra "elitista" siempre está a flor de labios en quienes no tienen la menor intención de lograr esa conexión que el Sol nos pide que hagamos. Ser una persona significa estar solo y estar en grupo al mismo tiempo, tal como lo es el Dios-Sol per se. Cuando el Sol no brilla Depresión, pérdida de la voluntad de vivir, sentirse dominado por compulsiones internas, excesiva dependencia de los demás, identificarse con los resultados colectivos en el aspecto de no ser auténticos, a menos que existan otros para servirnos como espejos -son todas las experiencias que pueden sobrevenir si no nos atenemos a expresar nuestro Sol natal. Y expresar nuestro Sol significa hacer lugar en nuestra vida a los valores y necesidades del signo Solar, involucrándonos enérgicamente en la esfera de vida representada por su casa natal y honrando las necesidades de los planetas que lo aspectan. Cuando nos alejamos de las funciones simbolizadas por el mítico Apolo, lo que experimentamos es pasividad, debilidad, insignificancia y falta de confianza. Necesitamos de otros para afirmarnos constantemente, y tenemos miedo de tener cualquier sentimiento que sea individual u opinión que nos pueda aislar del grupo que nos rodea. En la carta natal no hay ningún planeta que esté totalmente completo y hasta el Sol puede estar sobre enfatizado a costa de necesidades instintivas o a expensas de otros; Apolo no es el único dios. Los astrólogos se han topado alguna vez con un cliente que no despliega nada de su Sol natal y no puede reconocer ninguno de sus atributos en su temperamento. ¿Por qué esto es así? La incapacidad o falta de voluntad para construir un ego lo suficientemente fuerte se debe a varios factores. El primero de ellos es el efecto de nuestro entorno primitivo, que a pesar de las otras fortalezas internas que tengamos, puede ser muy destructivo y anular en una sofocante oscuridad a nuestro Sol e impedirle brillar. El desgaste sistemático del sentido de sí mismo de un niño puede ser parte de esto. Aquellos padres que a su vez no pudieron conectarse con la luz de Apolo, pueden sentirse resentidos al verlo refulgir en sus hijos y tratar de convencerlos que lo que importa es la familia, no el individuo. Las presiones colectivas también contribuyen, especialmente las provenientes de sociedades donde la expresión individual es equivalente a un acto criminal, tal como lo era para el antiguo régimen de la vieja Unión Soviética. Pero también es dable cuestionarnos si un medio ambiente destructivo puede desbaratar completamente la luz del Sol, si la persona por sí misma no se encuentra de cierta manera atrapada en un conflicto interno. Para comprender esto necesitamos mirar los aspectos solares en la carta natal y también cómo está ese emplazamiento solar en relación al balance de los demás elementos. Una carta donde falte el elemento fuego, puede sugerirnos que a la persona se le dificulta tener confianza en la inspiración del Sol y se puede ver a si misma como alguien para nada creativo o destinado a servir a aquellos que sí lo son. Esto genera un conflicto interno y que podría ser evitado si detectamos y vemos en la carta esos deseos exigentes de seguridad o esa extrema dependencia del pensamiento ajeno. Un

niño con semejante balance en su carta, nacido en el seno de una familia que le diera mucha importancia a la responsabilidad hacia los otros, puede rápidamente adoptar el rol de guardián y experimentar temor de su propia expresión, entendiendo a la misma como un instrumento de soledad y enajenación de la familia. Aspectos desafiantes hacia el Sol provenientes de planetas como Saturno y Quirón también pueden reflejar un conflicto interno, una profunda deuda con nuestro propio valer como individuos y que no nos hace confiar en la luz del Sol. El Sol puede estar bloqueado o existir una penosa sobre compensación que no ofrece ningún alivio real. Tales aspectos hacia el Sol también podrían estar reflejando asuntos relacionados con el padre, quien a su vez pudo estar herido o inhabilitado para expresar su propia visión individual o haber actuado como una figura muy crítica, indiferente o desinteresada como para alentar el desarrollo del sentido de sí mismo en su hijo. Independientemente de que haya aspectos difíciles al Sol, este puede en verdad lograr su expresión, pero debe haber un compromiso entre la visión y la realidad de los propios límites. Los aspectos difíciles del Sol hacia los planetas exteriores también sugieren un profundo conflicto entre nuestra imparcialidad y la lealtad hacia lo colectivo y nuestra propia necesidad de brillar como individuos. Tal conflicto también requiere de un compromiso -un vehículo a través del cual podamos expresar nuestra propia identidad y valores sirviendo también al colectivo al cual representamos. Aquí todo depende del equilibrio, o como bien decía la inscripción de Delfos: "Nada en exceso". Los emplazamientos de las casas también nos señalan un conflicto interno entre la expresión propia y los factores colectivos; el Sol en casa VIII, XI o XII, puede estar sugiriendo, tal como lo hace en sus aspectos a los planetas exteriores, una profunda apertura hacia la psiquis colectiva y la necesidad de encontrar un medio a través del cual podamos expresar nuestra visión individual como contribución a ese factor colectivo. El Sol en Casa IV ó X, puede reflejar una poderosa unión con alguno de los padres, lo que dificulta la transmisión de la luz del Sol a nuestro propio ser; más bien seríamos como una especie de vasija donde el padre vierte lo que él no pudo vivir. En la carta natal aparecen muchas otras formas en que se expresa el conflicto interno, quizá exacerbado desde el primitivo medio ambiente y que termina con la pérdida de la luz solar. Entonces sucede que tenemos que trabajar muy duro para encontrar y expresar esta luz. No tenemos que pensar que el tener un Sol bien aspectado en el signo en que está dignificado o exaltado, significa que no vayamos a tener problemas en la vida, hasta un muy buen Sol podría ser algo demasiado bueno y hasta para aquellos que tienen un Apolo próspero, la pérdida del contacto lunar puede presentarles un tipo de desconexión totalmente diferente pero igualmente dolorosa. Pero si recordamos el símbolo del dios Sol como cosmocrator, la pérdida de su luz es equivalente a perder el sentido del propio significado como individuo y ninguna realización emocional absoluta de la luna puede compensarlo. Podemos encontrar una razón para seguir viviendo aún si nos quedamos solos. Pero si no tenemos ninguna razón para vivir, entonces intentaremos vivir a través de los otros, y cuando ellos nos desilusionen o se rehusen permitirnos continuar con esta conducta, entonces deberemos arreglárnoslas con esa falta de voluntad para vivir que en los tiempos antiguos solamente se curaba con la intermediación de Apolo. El precio que debemos pagar

La Mitología de Apolo nos dice que hay un precio que pagar si decidimos desarrollar nuestro Sol y definirnos como personas. Apolo es un dios que se yergue solo, no está casado y a menudo fue rechazado por amantes, y también tuvo mala suerte con sus hijos, ya que todos terminaron sus vidas violentamente. Orfeo terminó destrozado en pedazos por las Ménades; a Asclepios lo golpeó el rayo de Zeus; Faetonte se estrelló con la carroza solar y fue consumido por las llamas. A Apolo lo amaron tanto los humanos como los dioses, pero no tenía familia y no estableció dinastía alguna. No obstante esta imagen no debe ser tomada en sentido literal, porque permitirnos expresar nuestro Sol no significa de ninguna manera que se nos negará el derecho a tener una familia o a entablar buenas relaciones con otros seres humanos. Si elegimos erigirnos como individuos tendremos que sacrificar el lujo de vivir a través de otras personas, y en especial de nuestros padres e hijos, una experiencia que ellos podrían sufrir como una dominación extrema. De esta forma Apolo se traduce como la imagen de algo en nuestro interior que está solo y se auto sostiene y que puede brillar solamente si estamos dispuestos a separarnos de los demás, lo suficiente como para afirmar nuestro propio centro y sentido. El precio de disfrutar la luz del Sol es en cierta medida la soledad, aunque esto no signifique literalmente falta de compañía. Pero por dentro uno no puede jamás sucumbir a ese estado interior de fusión inconciente que existe cuando el ego nunca llegó a formarse del todo. Algún conflicto con la familia o con la comunidad es inevitable. Sin embargo, la antigua asociación astrológica del Sol con el corazón y el amor, nos sugiere que eso que comúnmente denominamos amor puede en verdad ser un estado psíquico de fusión y dependencia, e inclusive puede que eso nos impida amar verdaderamente a otro como alguien separado de nosotros y digno de respeto, porque nosotros mismos no nos hemos delimitado como individuos. Por supuesto Apolo es solamente uno de una familia de dioses y el Sol es solamente uno de una familia de planetas dentro de la carta natal. No podemos estar completamente solos, ya que formamos parte de un sistema más grande y no sería para nada sabio olvidarnos de nuestros antecedentes y participación en la comunidad en la cual vivimos, nos movemos y somos. No es sorprendente que nos rehusemos a pagar este precio, a pesar de la infelicidad que experimentemos por no vivenciar su luz. El miedo a la soledad es el gran enemigo de la luz solar así como lo es el miedo a la envidia, puesto que la envidia que otros sienten nos lastima profundamente cuando en realidad necesitamos ser amados y aceptados. Si estamos demasiado inseguros de nosotros mismos como para arriesgarnos a que otros nos desaprueben, no seremos capaces de expresar satisfactoriamente nuestro Sol. Si nos preocupa el hecho de que otros se resientan por lo que hacemos o por que seamos algo "especial", entonces nos ocuparemos de asegurarnos de ser ordinarios y luego atacaremos e intentaremos destruir a los que se atrevan a expresar su propio Sol, porque por dentro nos devorará la envidia. Este dilema arquetípico puede observarse no sólo en los mitos, sino también en la historia, a través del lugar que ocupa el artista en la sociedad. Se lo reconoce como a alguien especial y envuelto en un halo glamoroso, así como también suele atacárselo e incluso llega a ser destruido por la misma gente que lo representa. No se trata de ningún asunto político, pero sí de una situación arquetípica, aunque a lo largo de los siglos se nos haya presentado como coyunturas políticas. Platón podría ser un muy buen

ejemplo: él era el más grande seguidor de Apolo, a quien sacaron de Siracusa y casi asesinan cuando intentaba restringir las representaciones teatrales a figuras educativas y no a meros entretenedores. De igual manera, la Historia y la Mitología nos dan muchos ejemplos de cuán amenazante puede resultar ser la luz del Sol y no solamente por lo que es en sí misma, sino cuando adquiere formas dominantes y expresadas mediante la tiranía. Para cada persona, este conflicto arquetípico es importante por cuanto hace a la creatividad personal, estamos hablando en verdad de la definición del individuo como esencia, diferente de cualquier otro ser, que tiene su propio destino y una contribución que hacer a la vida. Y porque la Astrología en su totalidad se encuentra gobernada por Apolo, a través de su rol como cosmocrator y a través de Urania, su inspiradora musa, nosotros como astrólogos debemos asumir ese mismo llamado y encarnarnos como el Sol cuando interpretamos la carta de un cliente, para lograr encender su propia luz y esclarecer las razones por las cuales puede no estar brillando en la actualidad y el precio que deberá pagar para hacerlo.

EL ATAQUE TERRORISTA EN ESTADOS UNIDOS UNA PERSPECTIVA ASTROLÓGICA por LIZ GREENE Acerca de Liz Greene La descripción astrológica de un acontecimiento siempre presenta varios niveles de significado e implica una situación mucho más compleja que la aparente en la superficie. El terrible ataque terrorista ocurrido el 11 de setiembre del 2001 en Estados Unidos no constituye una excepción. Desde aquel día, han aparecido en Internet numerosos artículos ofreciendo una interpretación astrológica de lo sucedido y muchos pueden ayudar a su comprensión. No habrá interpretación alguna de símbolos planetarios que pueda mitigar la pena y el atropello sentido por tanta gente, ni tampoco modificar las decisiones tomadas por gobiernos que no se valen de intuiciones astrológicas. Sin embargo, las intuiciones astrológicas a veces pueden ayudar al individuo a encontrar una perspectiva más equilibrada. Me parece que, en el presente clima astrológico, [1] y tras tan terrible y aterrador acontecimiento, una perspectiva equilibrada es muy necesaria. 1. La carta del Acontecimiento Al igual que muchas de las cartas levantadas para el comienzo de la guerra, la de la colisión del primer avión secuestrado contra el edificio del World Trade Centre muestra un aspecto benigno decepcionante. Posee una configuración poderosa y aparentemente armónica entre los planetas Mercurio, Saturno, Urano y Neptuno. 2] No es mi intención argumentar acerca de las implicancias predictivas u horarias de esta carta, otros astrólogos especializados en estos temas ya lo han hecho, sino acerca del cuadro más profundo que ella describe de la psique colectiva en el momento del ataque. Al igual que la similar configuración benigna en la carta del comienzo de la Segunda Guerra Mundial,[3] esta disposición de planetas nos dice algo que tal vez no

deseamos reconocer: es fácil que estos acontecimientos sucedan cuando la Psique colectiva flota en un estado de complacencia e inconsciencia. Este tipo de configuraciones planetarias son aspectos blandos y reflejan dones y aptitudes innatas en una carta individual, pero también pueden describir una actitud simplista que considera que todo esta bien en el mundo. Son los aspectos "duros" o "inarmónicos" [4] los que nos fuerzan a hacer conciencia y a trabajar para contener nuestros conflictos y desarrollar nuestros potenciales. Esta carta contiene una sorprendente yuxtaposición de ambos tipos de aspectos - un gran trino y una T-Cuadrada. Cuando esto sucede en una carta individual, es característico que los trinos inicialmente dominen y que los aspectos duros se hagan presenten a través de algún tipo de crisis, que fuerza a la persona a enfrentar realidades dolorosas que hubiera preferido evitar. La alineación planetaria se encuentra en el elemento de aire, relacionado con las ideas, ideales y conceptos, y tal vez refleja el idealismo peligrosamente auto satisfecho con el cual nosotros, en el mundo Occidental, comenzamos la semana del 9 de setiembre. El dominio de lo políticamente correcto por sobre la realidad humana y la creencia de que puede resolver los problemas del mundo, puede ser una de las muchas cosas que justamente han llegado a un final abrupto. Otros aspectos de esta carta son agresivos y potencialmente muy destructivos. Si en una carta individual son trabajados a conciencia, pueden producir resultados extremadamente positivos. Sin embargo, cuando aparecen como marca distintiva del clima del momento, pueden ser explosivos .[5] Los aspectos del 11 de setiembre describen este acontecimiento como originado en conflictos ideológicos, siendo el fanatismo y la intolerancia, que anualmente se han incrementado [6] en todas las naciones del mundo, el sonido subyacente del batir de tambores. El centro de la tensión se encuentra en el ámbito del mapa natal que se relaciona con los fantasmas ancestrales, la herencia del pasado, tradicionalmente llamada la casa de los "enemigos secretos". [7] Desde una perspectiva psicológica, este área de la carta se refiere a los arquetipos del inconsciente colectivo que se remontan hacia el pasado por muchas generaciones. En pocas palabras, esta configuración explosiva de aspectos duros describe la consumación de problemas de ira, agresión, victimización propiciatoria y fanatismo que tienen sus raíces en un pasado mucho más lejano. No creo posible poner la carta de un acontecimiento o los tránsitos sobre la carta de un país y pronosticar en términos concretos lo que "va a suceder". A veces, el esbozo de un tránsito sobre la carta de un país es muy sugerente cuando se lo une con el conocimiento de las cuestiones políticas, tal fue el caso de la Unión Soviética en 1989. [8] Pero aquí las configuraciones no son tan obvias. Amenazantes y perturbadoras, si; claras y simples, no. Mucha gente con la percepción de los hechos luego que han ocurrido, ahora con orgullo declara lo fácil que es leer los hechos del 11 de setiembre en esta carta, y en los tránsitos sobre la carta de los Estados Unidos, que se describen más adelante. Esta es una opinión superficial, al igual que los pronósticos del Fin del Mundo que han estado circulando desde que el mundo es mundo. El pregonar que se posee este tipo de conocimiento anticipado de las cosas, tal vez otorgue un sentimiento de poder e importancia personal, pero podría ser más constructivo- y verdadero- admitir no solo nuestra ignorancia, sino también nuestra necesidad de ver objetivamente la variedad de diferentes niveles y perspectivas para tratar de dar sentido a la catástrofe que se ha producido, y conducir nuestro camino hacia un futuro constructivo, en vez de

destructivo. Si creemos que existe alguna posibilidad de libre albedrío, y alguna capacidad de trabajar sobre las configuraciones difíciles para generar resultados creativos, en vez de destructivos, debemos aceptar el hecho de que el ataque terrorista en Estados Unidos no fue un hecho "del destino". Es inútil decir cómo se podría haber evitado si alguien hubiera hecho o no, tal o cual cosa. Hay demasiados "si tan sólo..." y tal vez también demasiadas declaraciones presumidas echando culpas en todas direcciones, incluso de auto culpabilidad. Esto no sirve para nada y es como decirle a alguien que padece de cáncer que es "culpa" suya porque no pudo resolver sus problemas psicológicos o porque diez años antes no ingirió el tipo de comida adecuada. Para mejorar las cosas necesitamos examinar el significado de estos acontecimientos primero, y luego buscar la manera de convertir un gran mal en una oportunidad para mejorar la situación. Por supuesto Estados Unidos tiene una "sombra" psicológica. Al igual que todas las naciones del mundo. En algún punto puede ser adecuado investigar la naturaleza de esa "sombra". Pero de la misma forma en que no habrá auto-análisis que pueda proteger a un individuo de lo inesperado, tampoco lo hará en el caso de una nación. Aquellos que dan por sentado que los actos terroristas son el "resultado" inevitable de los errores de una nación, están, en efecto atribuyendo lógica, imparcialidad y justicia a gente que las ha abandonado hace mucho tiempo. Se trate de la carta de un acontecimiento, la de una nación o la de un individuo, es sorprendente el contraste entre una buena configuración que refleja ideales elevados y nobles y otra tensa que indica elementos de victimización propiciatoria, agresión, fanatismo obsesivo y violencia potencial nacida de la ira impotente.[9] Las buenas configuraciones de una carta natal, a menudo esconden una multitud de pecados. Psicológicamente, tenemos tendencia a esconder nuestros dones y aptitudes para evitarnos el dolor de tratar con nuestras limitaciones y conflictos. Se podría decir que la mañana del 11 de setiembre, el colectivo- a nivel global, y no exclusivamente de los Estados Unidos- se encontraba precisamente en este estado de optimista negación de la realidad. 2. La Carta "Sibley" para los Estados Unidos Si yuxtaponemos esta carta con la natal de los Estados Unidos- en otras palabras, si examinamos los tránsitos- obtenemos un cuadro claro de lo que significa este incidente para el país. La carta del acontecimiento es la de la psique colectiva del momento, pero como carta de tránsitos nos dice de qué manera la cualidad de ese momento afecta a los Estados Unidos. Estos tránsitos son muy perturbadores, aunque debería recordarse que el más importante de ellos [10] ha estado afectando por algún tiempo y no es exclusivo del 11 de setiembre. El conflicto con los "otros" se sincroniza con una profunda transformación interna, y las transformaciones de este tipo generalmente son extremadamente desagradables, hasta devastadoras en principio, aunque a largo plazo sean infinitamente creativas. Para el resto del mundo, la cualidad del Ascendente en Sagitario de Estados Unidos, la personalidad de la Nación, siempre ha sido evidente, de manera más y menos atractiva- el impertérrito espíritu explorador, el ilimitado entusiasmo y la fe en el futuro, la predisposición profundamente religiosa, el exceso material y emocional, el arrogarse superioridad moral, el valeroso rechazo a aceptar la derrota, el perpetuo optimismo.

Todas estas cualidades, agradables y menos agradables, reflejan un admirable candor en el mejor y el peor sentido - inocencia acerca de lo que la gente es realmente capaz de hacer, una actitud simultáneamente tolerante y santurrona hacia cuestiones espirituales y filosóficas más amplias, un deseo de creer lo mejor de todos y una convicción firme de que todas las cosas, aún las malas, pueden deparar oportunidades para el crecimiento. La transformación que ahora está teniendo lugar, reflejada por Plutón en tránsito por este Ascendente en Sagitario, es una especie de Final de la Infancia que trae consigo la pérdida de la inocencia, y el desafío de transformar la intuitiva e infantil visión de propósito superior de Sagitario, en una sabiduría genuina y una visión más realista de la humanidad. Plutón nos puede llevar al infierno y de regreso, y su proceso puede significar pérdida, humillación, depresión y una sensación de estar chocando con el destino o con fuerzas que trascienden nuestro control. Los tránsitos de Plutón producen sentimientos de humildad y pueden estar acompañados también por sentimientos de impotencia y gran ansiedad. El ataque terrorista del 11 de septiembre es el principal disparador de la transformación Plutoniana, pero representa sólo uno de los distintos aspectos que operan y reflejan que hay un proceso más profundo en marcha. Se debe recordar que este tipo de movimientos planetarios tiene un largo período progresivo y que el primer acercamiento que hizo Plutón al Ascendente de Estados Unidos coincidió con el escándalo del Presidente Clinton y Mónica Lewinsky. No importa cuán tonta y superficial puede haber parecido a muchas personas esta situación, ya que puso en evidencia cuestiones más profundas sobre moralidad y responsabilidad pública. La crisis actual es un asunto enteramente diferente, Estados Unidos está bajo ataque, más de cinco mil personas inocentes han sido asesinadas y, a menos que se tome acción, pueden ocurrir más tragedias. Pero por debajo, el cuestionamiento moral ahora exigido a todos los Estadounidenses está incentivado por la misma búsqueda de Sagitario de definir la naturaleza esencial y absoluta de lo correcto y lo incorrecto, la verdad y la mentira, lo bueno y lo malo. Y debido a que Plutón transitando a través de Sagitario refleja un proceso en todos nosotros, cada nación ahora debe esforzarse por resolver este mismo dilema moral. El tiempo de la hipocresía ha terminado. Psicológica y también astrológicamente [11] es natural buscar la identificación de los culpables de la tragedia, y sentirse víctimas de aquellos que son obsesivamente rígidos con sus ideologías e intolerantes con los puntos de vista diferentes de los propios.[12] Generalmente, cuando este tipo de tránsito importante pasa por esta parte de la carta natal, el "otro" realmente se encuentra allí afuera. Esto no es sólo "proyección" como algunas personas algo tontas están reclamando. Existen redes terroristas activas reales alrededor del mundo, dedicadas a derribar las instituciones Occidentales; ellos realmente matan gente, y lo harán alegremente otra vez. Por más de veinticinco años los Británicos han soportado actos de terrorismo y el asesinato de gente inocente en sus ciudades, a manos del Ejército Revolucionario Irlandés, y saben qué se siente. Pero al mismo tiempo, el enemigo "otro" es un catalizador, como también un perpetrador, y puede ser necesario reconocer que durante un largo tiempo se ha ido construyendo una polarización que necesita ser integrada. Los hechos del 11 de setiembre coinciden con el comienzo de un largo tránsito continuo de Saturno a través de la Séptima Casa de la carta natal del país. Serán las consecuencias y los inevitables

cambios en el pensamiento colectivo, los cuales harán destacar el significado real y el resultado potencialmente creativo del presente desastre. Con cualquier oposición planetaria, es extremadamente importante no polarizar. La polarización-"nosotros contra ellos"- y -"cacemos al chivo expiatorio" -es la forma más fácil, y a veces inevitable de tratar con las oposiciones al principio. Pero, a la larga, no es el camino más útil. Permanecer tan objetivos como sea posible y esperar hasta que la razón pueda contener y dirigir al impulso, nos puede permitir hacer lo que es necesario, sin abandonarnos a la regla de la masa que destruye las vidrieras de los negocios y amontona a todos los individuos de una raza, religión o nacionalidad determinada en una misma bolsa. Aquellos que en Estados Unidos y Europa están perpetrando actos de violencia contra inocentes familias musulmanas que viven entre ellos, no son diferentes de los terroristas que ponen a todos los Estadounidenses bajo el rótulo de "el diablo". [13] Los que han sido víctimas propiciatorias -en este caso, Estados Unidos mismo- necesitan poder responder sin convertirse en victimarios. Psicológicamente, la ira y los sentimientos de venganza son una parte necesaria y normal del proceso de duelo, y no deberíamos estar avergonzados de sentirlos. La cuestión crítica es si y de que manera obramos de acuerdo con ellos. Hay muchos otros tránsitos notables. Uno, que involucra al planeta Mercurio, se relaciona con la imagen de Estados Unidos ante los ojos del mundo, tanto la positiva como la negativa -como el "juez moral", el defensor de la sociedad civilizada, el pacificador, el bastión del "elevado fundamento moral", el "policía" del mundo.[14] Esta es una imagen ambivalente, a veces inmensamente fuerte y justa, otras, opresiva y puritana. Es posible que este tránsito sobre la carta de Estados Unidos pueda, con optimismo, señalar un nuevo, y más positivo uso del poder de la Nación como juez compasivo y líder sabio.[15] El ciclo de Mercurio en tránsito que comenzó el 11 de setiembre estará llegando a completarse el 23 de octubre, aunque no desearía arriesgar una suposición respecto de cómo va a finalizar. Puede ser que los responsables sean llevados ante la justicia. O tal vez, sea un ciclo de índole psicológica y refleje un endurecimiento y cristalización de las estructuras morales, políticas y legales que tenga como resultado una acción medida, cuidadosamente pensada. Los efectos financieros de la catástrofe se reflejan en otro tránsito, esta vez relacionado con el planeta Neptuno. Más importante que la pérdida financiera es que se socavan las presunciones de seguridad y protección.[16] Aquí también se produce una manifestación respecto de los recursos y la manera en que éstos se utilizan y se comparten. La tendencia regresiva es al aislamiento y al proteccionismo, mientras que la progresiva es a mancomunar recursos y reconocer la necesidad de cooperación, tanto material como psicológica. A menudo, los tránsitos de Neptuno vienen acompañados de pérdidas que deben ser aceptadas; y bajo Neptuno, es más sabio dejar ir y confiar en la resolución eventual de las cosas, que pelear ciegamente para aferrarse a una sensación de seguridad que ya se ha marchado. Los recursos pueden ser psicológicos como también materiales, y el esfuerzo inmediato realizado por los Estados Unidos para crear una mayor cooperación con otras naciones, es una respuesta extremadamente positiva a este tránsito de Neptuno que pide que la Nación se concentre menos en cuantos millones costó el edificio del World Trade Centre, y más, en como todos nos necesitamos mutuamente, si deseamos vivir pacíficamente con otras naciones y otros pueblos. Los países que han sido

aislados o considerados faltos de importancia, pueden convertirse en amigos; aquellos que se han presentado como amigos pueden tener que examinar otra vez sus propias actividades destructivas secretas. El tránsito de Neptuno pone de manifiesto el tema de la relación con otros países, y en este aspecto la carta de Estados Unidos no es especialmente indicativa de distensión. Tiene una tendencia a enfatizar el nivel material de la realidad y a rechazar la mirada sobre los niveles más profundos del fundamento del ser humano [17]. La interdependencia con otras naciones y un espíritu de igualdad psicológica, si no económica, a veces puede haber sido difícil de lograr. [18] Tal vez merece recordarse que durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, a regañadientes pero en forma decisiva, ingresó en la guerra luego del bombardeo de Pearl Harbour-en sí mismo un ataque terrorista [19]; y a pesar de las terribles pérdidas, este involucrarse en un esfuerzo global, ayudó a generar un mundo en el cual, a veces, ha habido mayor reconocimiento de la dependencia mutua de todas las naciones. Este tránsito de Neptuno, que ha coincidido con una gran aflicción y pérdida en muchos niveles, puede, a la larga, dar paso a un espíritu de unidad y cooperación perdurable. 3. La Carta Progresada de los Estados Unidos Una carta progresada retrata el significado más profundo del tiempo, y es menos descriptiva de los tipos de experiencias externas que probablemente van a afectar las vidas del individuo o de la nación. Esta carta progresada se nos presenta con un aspecto sorprendente que sugiere una mayor honestidad y un diálogo más abierto entre el gobierno y el pueblo; y el comienzo de un nuevo ciclo de desarrollo que implica una intensificación de la comprensión y la sensibilidad, respecto de la entidad global de la cual la Nación es parte.[20] Es un aspecto extremadamente positivo y creativo. Es mi experiencia que los acontecimientos externos dolorosos a menudo se producen cuando este tipo de aspecto progresado positivo está en marcha - como si, de alguna forma, fuera necesario limpiar, vaciando lo gastado, y atravesar una clase de prueba de fuego para liberar el potencial que intenta nacer. Este aspecto progresado, tan diferente de los tránsitos sobre la carta de Estados Unidos, me da esperanza respecto del resultado de los acontecimientos en curso, ya que implica una capacidad creciente de claridad, concientización e integración, que podría inaugurar un tipo de renacimiento. Aunque probablemente habrán más pruebas que soportar en el futuro inmediato [21], este aspecto progresado es muy prometedor respecto de la manera en que eventualmente se llevarán a cabo las cosas. Un tránsito del Planeta Urano en la carta progresada revela una imagen bastante literal de lo que ha sucedido: una experiencia inesperada y espantosa que surge de la esfera de "los otros", despierta el espíritu apasionado de la Nación y la lanza a patadas a la vida .[22] Este tránsito podría señalar un tipo de despertar positivo que involucra no sólo la actitud pública, sino también la naturaleza de las relaciones de Estados Unidos con el mundo exterior. Con esta clase de aspectos, todo depende de la forma en que la gente responde. En otras palabras, cada individuo elige: polarizarse y llevar adelante una campaña de odio y proteccionismo; meterse en un análisis pesimista de cada falla y error del Estadounidense, real o imaginario; o permanecer objetivo, centrado y comprensivo con todas las personas que se hallan del lado de la vida, no importa cual sea su nación, religión o raza, y que están haciendo lo mejor que pueden para contener los elementos destructivos que existen dentro de todos nosotros.

Es probable que en las próximas semanas esa agresión se despliegue contra aquellos que llevaron a cabo el ataque terrorista; aunque esperemos se haga en forma realista y medida y no desenfrenada.[23] De igual modo, el tránsito que lo sugiere describe también la ira y la indignación que se ha sentido en toda la Nación. Hacia finales de diciembre, un nuevo tránsito relacionado con el planetoide Quirón comenzará a iluminar la carta natal de Estados Unidos.[24] Este tránsito va a permanecer por largo tiempo, durante todo el 2002 y comienzos del 2003. No es un tránsito violento, pero si de duelo, tristeza, de búsqueda espiritual, y además de curación. También describe un sentido de vulnerabilidad y reconocimiento de las heridas, las fallas y los problemas nacionales. Cuando sea el momento, esta búsqueda espiritual debe llegar en forma orgánica y natural; no debe ser forzada por aquellos que quieren encontrar a alguien a quien hacer cargo y se permiten culpar a su propia nación, debido a los sentimientos de humillación e impotencia que a nivel colectivo las grandes catástrofes siempre generan. Como un acompañamiento del profundo proceso de transformación descripto por Plutón en la carta natal, este sugiere una importante reelaboración de actitudes internas y una voluntad de trabajar sobre la propia imagen y admitir y prestar atención a debilidades y fallas que son humanas, antes que "malas" o "diabólicas". El campo de la búsqueda espiritual bien puede comprender el despliegue real y no idealizado de la historia nacional y el uso de los recursos naturales, el país y la Tierra misma.[25] 4. La Carta del Presidente Por último, sería útil mirar la carta natal y la progresada del Presidente Bush. Como líder electo, la responsabilidad para enfrentar la presente crisis con firmeza y cordura fundamentalmente recae sobre sus hombros. Las conexiones entre su carta natal y la de Estados Unidos son impresionantes, en si mismo un estudio interesante, ya que los tránsitos sobre una carta siempre van a coincidir con los que se producen sobre la otra. [26] El presente tránsito de Neptuno sobre ambas cartas puede reflejar no sólo el encuentro del Sr. Bush con un "otro" neptuniano, evasivo, amenazador, sino también el desafío a su Ascendente en Leo y a su capacidad para valerse de su potencial nobleza y cualidades de líder antes que de sus potenciales tendencias a auto engrandecerse. A ambas cartas, otro tránsito significativo las está despertando a la importancia de una comunidad mundial más amplia.[27] Un tránsito adicional describe con claridad el choque emocional y el dolor evidente en la respuesta del Presidente.[28] Un próximo tránsito de Júpiter a fines de setiembre, que va a repetirse el año entrante, puede ser un buen presagio, tanto para el Sr. Bush como para su país, sobre todo respecto de la apertura de lazos positivos con "amigos" y "socios". 5. Carta Progresada del Presidente Bush En los próximos seis meses, los aspectos progresados en la carta del Presidente sugieren la posibilidad para el Sr. Bush de constituirse, ante el mundo, como un líder mundial firme, pero civilizado, que cumple con la necesidad, indicada en su carta natal, de labrar su propio camino, en vez de caer otra vez en lo heredado de su padre y los sistemas de valores y creencias con los que ha crecido.[29] Cualquiera que sean nuestros propios puntos de vista políticos, este hombre es el que ahora está en el cargo y debe tratar con la presente crisis. En este momento no es especialmente útil denigrarlo, dado que todavía no ha tenido la oportunidad de demostrar totalmente de qué forma se propone lograr su cometido en medio de la pesadilla. Él (o aquellos con los que trabaja) puede sorprender a los que lo tildan de incompetente para manejar la

crisis.[30] En algunos ámbitos o situaciones puede ser el presidente "equivocado", pero es posible que en el clima que impera actualmente pueda ser precisamente el "adecuado". Hay muchos aspectos en tránsito, progresados y natales que en este artículo no se han tratado. He intentado abarcar los aspectos principales y el significado que podrían tener desde una perspectiva psicológica. Una vez más, no creo que los ataques del 11 de setiembre pudieran haberse anticipado. Tampoco creo que se pueda asegurar que los mismos se podrían haber evitado, aún si hubiera sido posible preverlos. De la misma manera en que las experiencias se producen en la vida de un individuo, estos terribles acontecimientos conforman el aspecto exterior de un dilema mucho más profundo, que en el fondo, implica la reorganización de la auto imagen de Estados Unidos y sus relaciones con otras naciones. Se trata de una verdadera crisis vital plutoniana y al igual que para el caso de un individuo, se dispone de una oportunidad para crecer y florecer, si se puede renunciar a actitudes y perspectivas viejas y el entendimiento logra contener y neutralizar al extremismo y a la polarización. Esto queda en cada individuo, es inútil andar gritando por ahí: "¡Es culpa de de la derecha/la izquierda/de los comunistas/los capitalistas/los anarquistas/los Musulmanes/los Judíos/los Cristianos/las políticas gubernamentales/los inmigrantes/los extraterrestres!". Los mismos terroristas recibirán, esperemos, su justo castigo. Pero, esto es sólo un nivel de estos tránsitos. En cualquier psique colectiva, el cambio comienza en el corazón de cada individuo y en la forma en que cada hombre o mujer tiene para enfrentar una crisis. El espíritu de compasión, apoyo mutuo y unidad que estos terribles acontecimientos ya han generado en Estados Unidos es profundamente conmovedor; asegura que la propensión transformadora de Plutón ha comenzado a revelar su más profundo significado. La oposición Saturno-Plutón que en este momento se encuentra presidiendo los cielos, es un aspecto tenso y doloroso, y cada persona lo está experimentando de una forma u otra; algunos a través de su vida íntima, otros de su salud, otros con problemas financieros o atrapados en crisis colectivas. Esta oposición enfrenta dos principios arquetípicos: -la razón con el caos; la civilización con la anarquía; las estructuras atrincheradas con la inevitable necesidad de cambio; el control racional con las fuerzas de la más profunda psique inconsciente; la voluntad humana con lo que llamamos "destino". Ninguna es la "correcta" o "mejor" que la otra. Se requiere equilibrio y resistencia para no polarizarse. El resultado final del tránsito podría ser una mayor comprensión, estructuras económicas y sociales más flexibles y compasivas, mayor realismo, menos hipocresía y un incremento de la propia honestidad, y una verdadera madurez y tolerancia de espíritu. Y la gente sólo puede atravesar esta dolorosa iniciación como individuos. Ese es, fundamentalmente, el verdadero mensaje de la astrología, no si podemos "predecir el futuro" o "individualizar al tipo malo" y utilizar nuestra intuición para aporrear a los que personalmente desaprobamos por motivos emocionales o ideológicos. Dondequiera que se encuentren el odio, la crueldad y la intolerancia, son grandes males. Saturno-Plutón tiene una manera de correr el velo y ponerlos totalmente a la vista. Sin embargo, existen en cada ser humano y en cada nación. Fanáticos, matones y terroristas de una clase más sutil podrían también estar conviviendo bien entre nuestras propias familias, entre nuestros líderes religiosos, nuestros amigos y nuestros contactos de Internet. Saberlo no nos impide actuar como

corresponde para asegurar justicia o condenar a aquellos que cometen crímenes. Pero, quizás pueda ayudar a no permitirnos caer precisamente en el mismo fanatismo y ceguera que desataron los trágicos acontecimientos del 11 de setiembre. Liz Greene Zürich, 15 de Setiembre de 2001 [1] Se refiere a la oposición Saturno-Plutón que presidía el cielo en ese momento y que lleva implícita desagradables connotaciones para los astrólogos, dada su coincidencia histórica con los estallidos de guerra. La conjunción de estos planetas en 1914 acompañó al comienzo de la Primera Guerra Mundial, la conjunción de 1946 ocurrió exactamente después del final de la Segunda Guerra Mundial cuando se dio a conocer la verdadera devastación del Holocausto; y la oposición a mediados de los años sesenta coincidió con la Guerra de Vietnam. [2] La presente configuración es: un gran trígono en el elemento de aire, que involucra a Mercurio en Libra exactamente sobre el Ascendente, en trígono exacto a Saturno en Géminis en la Novena Casa y también a Urano en Acuario en la Quinta y a Neptuno en Acuario en la Cuarta Casa. [3] La carta de iniciación para el momento en que los Alemanes abrieron fuego en Danzig, dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial, tiene un gran trígono en el elemento tierra que relaciona a Urano, Neptuno y Marte. [4] Es decir, cuadraturas, oposiciones, semicuadraturas y sesquicuadraturas. [5] Aunque bien pasado su punto exacto, la conjunción de Plutón y Quirón es todavía operativa. Saturno en Géminis se opone a Plutón en Sagitario, el "culpable" obvio (aunque tal vez no tan obvio como parece), y la Luna al final de Géminis se opone a Quirón y a Marte en Sagitario, todos distribuidos en el eje de la tercera y la novena casas. [6] Esto refleja el lento recorrido de Plutón a través de Sagitario, el signo relacionado con los temas religiosos, morales y filosóficos. [7] El Sol en Virgo, formando una T-Cuadrada con estos planetas en Sagitario y en Géminis, también ubicado exactamente en el punto medio de Plutón/Quirón, focaliza firmemente el punto crítico de las oposiciones en la Casa 12. [8] Plutón en tránsito pasando sobre el Sol natal de la Unión Soviética en 1989, sugiere una transformación total o final definitivo ("muerte") de esta entidad política en la forma en que había existido desde su nacimiento. [9] La cuestión del chivo expiatorio está particularmente relacionada con el ciclo PlutónQuirón, que se produce cada 60 años aproximadamente. Durante la última conjunción de Plutón-Quirón los Alemanes comenzaron el asesinato en masa de Judíos en los "campos de la muerte". La actual conjunción, mientras pasaba por su punto exacto, ha comprendido no sólo la masacre de los Kosovares en manos de los Serbios, sino también el bombardeo de Belgrado y la epidemia de fiebre aftosa en Gran Bretaña que concluyó en un sacrificio general de animales. La oposición de Marte y la Luna reflejan agresión; el fanatismo obsesivo es una característica de Saturno en Géminis en oposición a Plutón en Sagitario; y la rabia impotente a través de la amplia, pero sin embargo operativa, conjunción de Marte y Quirón. [10] Saturno oposición Plutón. Esta oposición cae exactamente sobre el eje Ascendente-Descendente de Estados Unidos, con Plutón en el Ascendente en

Sagitario y Saturno en el Descendente en Géminis. En la carta de un país el Ascendente se refiere a la auto imagen y a la identidad, mientras que el Descendente a los "otros", en otras palabras, a otras naciones y a otras asociaciones políticas. [11] Saturno en tránsito se encuentra en la cúspide de la Séptima Casa-la Casa de los otros y de los "enemigos declarados". [12] Saturno en Géminis, el signo relacionado con las actitudes mentales. [13] Las configuraciones de Saturno-Plutón y Quirón-Plutón son particularmente buenas para este tipo de odio grupal y victimación propiciatoria. [14] Mercurio en tránsito y el Ascendente en tránsito caen exactamente sobre el Saturno natal de Estados Unidos que se encuentra a los 14º de Libra. Este Saturno natal se encuentra en la Décima Casa, relativa a la "imagen pública" y al rol ante los ojos del mundo. [15] Dados el trígono entre Saturno y Mercurio en la carta del acontecimiento, y el que forman Saturno en tránsito con el Saturno natal, esta conjunción de Mercurio en tránsito con el Saturno de la Décima Casa en la carta natal de Estados Unidos, (a su vez en trígonos con Urano y Marte en Géminis en la Séptima Casa), podría ser un buen presagio para el futuro. Mercurio estará retrogradando a los 29º de Libra el 2 de octubre y se volverá directo a los 14º de Libra el 23 de octubre, el mismo grado en que estaba ubicado el 11 de setiembre, el grado del Saturno natal de la carta de Estados Unidos. [16] En la carta levantada para el 11 de setiembre, Neptuno en tránsito se encuentra exactamente sobre el Nodo Lunar Sur en la Segunda Casa de la carta de Estados Unidos. En la carta natal de Estados Unidos el eje nodal se ubica en la Segunda Casa (Nodo Sur) y en la Octava (Nodo Norte). [17] Cualquier tránsito que toca al eje nodal concierne a las relaciones. El Nodo Sur en la Segunda Casa tiende a una autosuficiencia instintiva y al proteccionismo (y además a la buena fortuna de la riqueza natural), mientras que el Nodo Norte en la Octava sugiere que se debe hacer esfuerzo en reconocer la necesidad de cooperar y compartir los recursos con los otros. [18] Marte Natal en la Séptima Casa. [19] En ese momento, Plutón transitaba sobre el Nodo Norte en Leo en la Octava Casa. [20] El Sol Progresado se aproxima a una conjunción con la Luna natal. Se hará exacta en alrededor de cinco meses. Se produce en la Tercera Casa de la carta natal. [21] Saturno en tránsito todavía tiene que hacer conjunción con Marte en la Séptima Casa; Quirón en tránsito todavía se encuentra a un par de grados de su oposición a este Marte, y Marte en tránsito hará oposición a todos los planetas natales ubicados en el signo de Cáncer en el próximo par de semanas. [22] Las cartas progresadas deberían levantarse como cartas por propio derecho, completarse con los ángulos progresados y las cúspides de las casas progresadas. Esto revela mucho más que el colocar simplemente los planetas progresados alrededor de la rueda natal. La carta progresada también es muy sensible a los tránsitos (en especial a los ángulos progresados). En la carta progresada de Estados Unidos, el Descendente se encuentra a los 21º del signo de Acuario, y en el momento del ataque terrorista, Urano en tránsito se encuentra ubicado exactamente sobre este Descendente. En cierta forma, este tránsito es más descriptivo de lo que está realmente sucediendo, que la oposición Saturno-Plutón atravesando el Ascendente

natal. La oposición Saturno-Plutón es más una descripción de cuan profundamente dividida, amenazada y apesadumbrada la Nación se siente, que lo que le ha sucedido a nivel concreto. En breve, Urano en tránsito va a llegar a los 27º de Acuario, a tiempo para unir al Sol progresado y a la Luna natal en la Tercera Casa natal y la Séptima Casa progresada. La energía de Urano es innata en la carta de Estados Unidos por su Luna en Acuario (dispositora del Sol natal en Cáncer) y su Urano natal angular lo que sugiere una respuesta positiva a la configuración que se aproxima. [23] Marte en tránsito moviéndose a través de Capricornio pronto hará oposición a la conjunción Venus-Júpiter natal de Estados Unidos y luego al Sol natal. [24] Quirón ingresará en Capricornio luego de su larga estadía en Sagitario, y hará oposición a los planetas que se encuentran en el signo de Cáncer en la Séptima Casa de la carta de los Estados Unidos. [25] Quirón se encuentra en la Cuarta Casa de la carta natal de la Nación, y para comprender el significado de cualquier tránsito se debe observar dónde está ubicado en la carta natal. [26] Por ejemplo, Neptuno en tránsito sobre el Nodo Sur de Estados Unidos también transita sobre el Descendente de la carta del Presidente y Júpiter transitando por el grado 13 de Cáncer sobre su Sol natal a fines de septiembre, también transitaba sobre el Sol natal de Estados Unidos. [27] La oposición Saturno-Plutón llega a su Urano natal que se encuentra en la Casa Once. [28] Urano en tránsito se encuentra a los 21º de Acuario en el Descendente progresado de Estados Unidos y hace oposición a Venus natal que se encuentra a los 21º de Leo en la carta del Presidente. [29] En la carta progresada del Presidente, el MC progresado está exactamente sobre el Nodo Norte lunar progresado y en el 2002, la tercer fase de la oposición SaturnoPlutón va a caer a un grado de este eje progresado. [30] Dados los trígonos fuertes que Urano en tránsito hace al stellium progresado en Libra en la Tercera Casa progresada, el Sr. Bush finalmente podría encontrar su voz y enfocar su energía sobre lo que él considera que es su "misión" para traer la paz (Libra) al mundo.

La secuencia inicial de "El Gladiador", con su violencia, crueldad y la exhibición del poder de una despiadada máquina de guerra, puede resultar chocante y ofensiva, por no decir políticamente incorrecta, para cualquier astrólogo cuyo objetivo principal sea el desarrollo espiritual y psicológico. Películas tales como "Más allá de los sueños" pueden resultar más aconsejables. Cualquiera se preguntará, ¿Dónde queda la espiritualidad (sin incluir el sentimiento humano de compasión) de un comandante romano cuyo fin es la total destrucción de una tribu recalcitrante? La imagen del general romano Maximus, interpretada por el genial Russell Crowe, es en sí misma la esencia de Marte. Russelll Crowe, por supuesto, tiene el Sol en Aries. La película, cuyos vistosos decorados, quedan empañados por un guión bastante simple y la típica tendencia de Hollywood a no preocuparse en exceso por el desarrollo

de la historia, es sin embargo un retrato destacado de un tipo especial de fervor espiritual - la pasión del dios de la guerra, cuya divina embriaguez llevó a las invencibles tribus del Norte a la guerra y catapultó a una pequeña tribu de nativos italianos a la supremacía de todo el Mundo conocido hasta el momento. Como astrólogos que somos, deberíamos tratar de comprender la perdurable atracción del dios de la guerra teniendo en cuenta que, en una época en que la guerra muestra su más terrorífica cara Plutoniana y la pérdida de la nobleza y el honor que una vez formaron parte del conjunto de atributos de Marte, hemos perdido la comprensión de por qué a algunas personas les gusta luchar. La mitología puede enseñarnos mucho acerca de la naturaleza divina de las hazañas y el honor en la lucha. "The Norse Valhalla" y Los Campos Elíseos de los griegos son sólo dos ejemplos que dan fe de las recompensas después de la muerte para aquellos que viven y mueren de una forma honorable por la espada. Iconos como Napoleón y Alejandro Magno siguen ejerciendo una poderosa atracción sobre aquéllos que buscan un modelo humano para una pauta arquetípica que una vez fue la esencia de Marte. La película "El Gladiador", puede enseñarnos bastante sobre dicho dios, y a pesar de sus efectos hollywoodenses y su exagerada emotividad, también puede ayudarnos a entender por qué aquellos cuya carta natal tiene un Marte prominente, necesitan manifestar de qué están hechos, y encontrar una manera constructiva de expresarlo, en lugar de sentirse que son malos, poco espirituales o poco evolucionados. La imagen del general romano Maximus, interpretada por el genial Russell Crowe, es en sí misma la esencia de Marte. Es muy varonil y hermoso. Su cuerpo es una expresión de la energía y el instinto propio de una deidad, no de los altos dioses de El Olimpo, sino del obscuro ámbito terrenal. Propio de un Marte dominante y fuerte, no se aflige al tener que expresar su crueldad de una manera abierta y gratuita, contrariamente a la forma en que lo haría un Marte bloqueado o afligido por fuerzas opuestas. El general vive para servir a su imperio y a su Dios, y su honor vale más que su vida. Es apasionado, devoto, intrépido, honesto y leal. También es realista, no se detiene a pensar sobre los méritos de la espiritualidad superior cuando se encuentra frente a la cruda necesidad de ganar o morir. En un tiempo en que nos encontramos virtualmente amordazados por la idealización colectiva surgida de Neptuno en Acuario, Maximus resulta ser gratificantemente realista. Incluso el principio de venganza "Ojo por ojo y diente por diente" que forma parte de la naturaleza marciana y no de la naturaleza cristiana y moderna, es reflejado en su sentido de nobleza. Sin duda, esto forma parte de la enorme popularidad de la película, nos enfrenta a emociones secretas que tenemos miedo de expresar. Maximus no es tan estúpido como para pensar que la guerra no es otra cosa que una brutal necesidad, pero elige luchar con disciplina, claridad, nobleza y destreza. Este es el lado obscuro de Marte con su Escorpiana devoción y propia disciplina, reflejada por el "Geburah Sephira" en otro gran sistema simbólico, la Kábala. También en él, Marte es reconocido como un principio divino, y no una manifestación aleatoria de destrucción y caos. El interés de la película por el "lado femenino", como eufemísticamente se dice en Hollywood es simbólico. La mujer de Maximus, española de nacimiento, y Lucilla, la

princesa romana por quién él se siente profundamente atraído, son ambos estereotipos. Es una película basada en la masculinidad, lo cual no quiere decir que no pueda ser disfrutada y apreciada por las mujeres. Las relaciones entre Maximus y Commodus, el cobarde, neurótico y profundamente dañado joven Emperador, son bastante importantes, e insinúan (quizás de un modo inadvertido aunque subjetivo), un profundo asunto humano que refleja las distorsiones de Marte. Commodus, al fin y al cabo, es en la película (aunque no en la historia), un hijo rechazado. Mientras que el guión no está sobrecargado desde un punto de vista psicológico, sin embargo, la imagen anterior es bastante común en la vida diaria – el joven que es una decepción para su padre, y que en lugar de satisfacer los impulsos de su propia naturaleza, se adapta de una manera obsesiva a aquellas cualidades que su padre más valora. Commodus odia a Maximus porque Maximus refleja las cualidades que el viejo Emperador, Marco Aurelio, hubiera deseado en un hijo. Commodus no es un guerrero, y él lo sabe; es sensible e indolente en lugar de bravo, indulgente en lugar de disciplinado. De este modo, empieza a odiar. Le remuerden los celos, y esto lo vuelve destructivo. Podemos observar esta dinámica en muchas familias, entre padre e hijo, y también entre madre e hija. Cuando Marte no es expresado de una manera constructiva, con honor y respeto, puede volverse venenoso y emerge como cobarde crueldad y malicia dirigida a menospreciar a aquellos que desencadenan el sentimiento de impotencia del individuo. Muchos casos de abusos a menores y de violencia domestica son debidos a dicho patrón de conducta. En un sentido simple, la relación entre estas dos figuras masculinas en la película, nos muestra una imagen de cómo la envidia destructiva surge y de cómo puede convertirse fácilmente en algo peor. La película no pretende ser ni profundamente filosófica ni de adentrarse en el carácter humano – después de todo es un espectáculo de Hollywood – sin embargo, puede hacernos reflexionar sobre la naturaleza del mal, las raíces de la violencia y la innegable magia y el misterio de un resplandeciente Marte que refleja la divinidad del guerrero arquetípico. En cualquier caso, podría haberse prescindido de la segunda mitad de la película, dado que el argumento pierde su sentido y el guión se vuelve cada vez más triste y simplista. La película no es una obra de arte. Ni siquiera es una obra maestra la grabación de la escena de la gran batalla entre la armada romana - con Maximus a la cabeza - y las tribus germánicas que rechazan admitir que han sido conquistadas. Al final de la película, cuando Commodus es finalmente asesinado por Maximus en la arena y el Senado implora que la República Romana sea restaurada, aquéllos de nosotros que conocemos la historia, nos echamos a reír. Los romanos del siglo II DC no estaban ni remotamente interesados en la restauración de la república y el enlace anacrónico de esa imagen con el concepto moderno de democracia es totalmente absurdo. Commodus fue de hecho asesinado por un esclavo llamado Narcisus, y más que suponer el amanecer de una nueva república, el asesinato del emperador, simplemente se tradujo en la elección de un nuevo emperador. La industria americana cinematográfica, con el apoyo de Mel Gibson, parece inclinada a convertir eventos históricos en proselitismo emocional. Pero la representación de Gladiator es convincente, y la recreación del mundo romano - Marte embuido en gloria - es vívida y

realista. Hay muchos tipos de batallas y de heroísmo; y si somos lo bastante afortunados de vivir en una cultura que, recientemente, comienza a darse cuenta de la mala idea que es precipitarse ciegamente en una batalla, podemos ejercer la auténtica espiritualidad de Marte encaminada hacia la lucha con nuestros propios demonios internos y también con los demonios que se desatan a nuestro alrededor, y conseguir mantener el coraje y la lealtad que nos son innatos, para vivir nuestra vida con honor. El aficionado al fútbol o el gamberro, el mercenario inconsciente y el dictador corrupto, son ejemplos deformados de un Marte que no exhibe su total belleza y potencial. En lugar de menos energía marciana, necesitamos más. La deidad sin Marte es igual a una deidad castrada que nos priva de nuestra capacidad para mantener nuestra integridad; corremos el riesgo de comvertirnos en personas tan horribles como Commodus, en pensamiento y en sentimientos, incluso en nuestras acciones. Gladiator, aunque indudablemente resulta ser una película violenta para el gusto de muchos espectadores, muy simple para los intelectuales y quizás espectacularmente brutal para la refinada sensibilidad de muchas almas espirituales, puede hacernos reflexionar sobre los aspectos fundamentales de la vida que generalmente damos por sentado. Cada planeta tiene su propia forma de espiritualidad y también su propia forma de favorecer o destruir. La próxima vez que interpretemos a Marte en una carta natal, haríamos bien en recordar a Maximus.

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