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Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos

Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos

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Bahía de Tumaco

Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos Dirección General Marítima, DIMAR Director Contralmirante Carlos Humberto Pineda Gallo

Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP Director Capitán de Fragata Carlos Enrique Tejada Vélez MSc en Ciencias y Tecnologías para la Gestión de la Costa

Autores Capitán de Fragata Carlos Enrique Tejada Vélez, MSc en Ciencias y Tecnologías para la Gestión de la Costa Capitán de Corbeta Luis Jesús Otero Díaz, MSc en Ciencias y Tecnologías para la Gestión de la Costa Luz Ángela Castro Suárez, Química Fernando Afanador Franco, Ingeniero Catastral y Geodesta Andrea Devis Morales, Oceanóloga Jorge Ernesto Solano, Ingeniero Catastral y Geodesta Alba Lucía Fonseca Camelo, Bióloga Marina

Coordinación Editorial Angélica María Castrillón Gálvez, Comunicadora Social

Revisores Externos Profesor Raúl Medina Santamaría, PhD Ingeniería de Costas Profesor Mauricio González, PhD Ingeniería de Costas

Colaboradores Suboficial Primero Fabián Molina Urueta, Tecnólogo en Oceanografía Física Suboficial Primero Jorge Carmelo Batista Núñez, Tecnólogo en Oceanografía Física Suboficial Tercero Charles Antonio Muñoz Velásquez, Tecnólogo en Hidrografía Suboficial Tercero Jairo Segundo Paternina Yepez, Técnico en Oceanografía Física Harry Quiñónez Torres, Delineante Arquitectónico Paula Judith Rojas Higuera, Bióloga Marina

Editorial DIMAR Diseño y producción: Editorial Sepia Ltda. www.editorialsepia.com [email protected] Dirección editorial: Diego Miguel Garcés Guerrero © Fotografías: Diego Miguel Garcés Guerrero y CCCP Diagramación: Angelica Galvis Diaz - Juan Pablo Murillo Parra Impresión: Panamericana Formas e impresos S.A. quién sólo actua como impresor

© Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, 2003.

ISBN: 958-33-5222-5 Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en sistema recuperable o transmitida en ninguna forma o por ningún medio electrónico, fotocopia, grabación u otros, sin el permiso escrito de los editores.

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Bahía de Tumaco

Tabla de Contenido

PROLOGO

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INTRODUCCION

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CAPITULO I - Generalidades de la Bahía de Tumaco

17

1.1. 1.2. 1.2.1.

UBICACION GEOGRAFICA Breve reseña histórica Fechas que han marcado la historia de Tumaco

19 20 20

CAPITULO II - Aspectos Socioculturales y Económicos

21

2.1. 2.1.1. 2.1.1.1. 2.1.1.2. 2.1.1.3. 2.2. 2.2.1. 2.2.1.1. 2.2.2. 2.3. 2.3.1. 2.4. 2.4.1. 2.4.2. 2.4.3.

23 24 24 25 25 26 27 28 29 29 30 31 31 34 35

POBLACION Calidad de vida Vivienda Educación Salud DESARROLLO ECONOMICO Actividad portuaria Movimiento portuario Sector turístico USOS DEL SUELO Y COBERTURA VEGETAL Mapa de uso del suelo y cobertura vegetal de la bahía de Tumaco BIENES DE USO PÚBLICO EN LA ZONA COSTERA DE LA BAHÍA DE TUMACO Conceptos básicos Utilización de los bienes de uso público en la bahía de Tumaco Usos inadecuados en bienes de uso público bajo jurisdicción de DIMAR

CAPITULO III – Aspectos Geológicos, Geomorfológicos e Hidrográficos

39

3.1. 3.1.1. 3.1.2. 3.1.3. 3.2. 3.2.1. 3.2.1.1. 3.2.1.2. 3.2.2. 3.2.3. 3.3. 3.4. 3.5.

41 41 41 42 42 42 42 43 44 44 44 46 47

GEOLOGÍA Litología Tectónica Hidrología subterránea GEOMORFOLOGÍA Ambiente litoral Unidades geomorfológicas de dominio supramareal Unidades geomorfológicas de dominio intermareal Ambiente morfoestructural Ambiente aluvial HIDROGRAFÍA BATIMETRÍA EDAFOLOGÍA

4

Bahía de Tumaco

3.5.1. 3.5.2. 3.5.3. 3.5.4. 3.6.

Suelos de planicie marina Suelos de planicie aluvial Suelos de lomerío Clasificación agroecológica de los suelos de la bahía de Tumaco UNIDADES DE PAISAJE

47 47 47 48 48

CAPITULO IV – Aspectos Meteorológicos y Oceanográficos

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4.1. ASPECTOS METEOROLOGICOS 4.1.1. Precipitación 4.1.2. Temperatura ambiente 4.1.3. Humedad, presión y evapotranspiración 4.1.4. Vientos 4.2. CARACTERIZACION FISICOQUIMICA 4.2.1. Comportamiento de los parámetros de calidad de aguas de la bahía de Tumaco 4.2.1.1. Salinidad superficial del agua 4.2.1.2. Temperatura superficial del mar 4.2.1.3. Comportamiento del Oxígeno disuelto, O2 4.2.1.4. Distribución de la materia orgánica 4.2.1.5. Demanda biológica de Oxígeno, DBO5 4.2.1.6. Nutrientes 4.2.1.6.1. Distribución del Amonio 4.2.1.6.2. Distribución de Nitratos 4.2.1.6.3. Distribución de Fosfatos 4.2.1.7. Transparencia 4.2.2. Influencia de la marea en los parámetros fisicoquímicos 4.3. DINAMICA MARINA 4.3.1. Mareas 4.3.1.1. Fuentes de datos 4.3.1.2. Niveles de referencia 4.3.1.3. Régimen medio del nivel del mar total 4.3.1.4. Marea astronómica 4.3.1.5. Marea meteorológica 4.3.1.6. Constantes no armónicas de marea 4.3.2. Oleaje 4.3.2.1. Regímenes medios en profundidades indefinidas 4.3.2.2. Oleaje en profundidades objetivo 4.3.2.2.1. Regímenes en los puntos objetivo 4.3.2.2.2. Regímenes medios direccionales y escalares de alturas de ola significante en los puntos objetivo 4.3.2.2.3. Oleaje en la zona de estudio 4.3.3. Corrientes 4.3.3.1. Corrientes inducidas por el oleaje 4.3.3.2. Corrientes por marea y otros factores 4.4. DINAMICA LITORAL 4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco 4.4.1.1. Geoformas costeras depositacionales

53 53 53 54 54 58 58 58 58 60 60 61 62 63 63 64 65 65 68 70 70 70 70 71 72 73 73 73 75 76 77 80 81 82 83 84 85 85

5

Bahía de Tumaco

4.4.1.2. 4.4.1.3. 4.4.2. 4.4.2.1. 4.4.2.2. 4.4.3. 4.4.4. 4.4.4.1. 4.4.4.2.

Geoformas costeras erosivas Geoformas aluviales Fuentes de sedimentos Provenientes de los ríos Provenientes de la erosión de acantilados Composición y tamaño de sedimentos Transporte de los sedimentos Cálculo del transporte a partir de la evolución histórica de la línea de costa Cálculo del transporte potencial de sedimentos

CAPITULO V - Aspectos Biológicos 5.1. 5.1.1. 5.1.2. 5.2. 5.3. 5.3.1. 5.3.2. 5.3.2.1. 5.3.2.2. 5.3.2.3. 5.4. 5.4.1. 5.4.2. 5.4.3. 5.4.4. 5.4.5. 5.4.6. 5.4.7. 5.4.8. 5.5. 5.6.

FAUNA TERRESTRE Diversidad faunística Especies faunisticas en peligro de extinción FLORA MARINA FAUNA MARINA Ictioplancton Organismos bentónicos Composición de especies Aspectos generales Distribución espacial POTENCIAL PESQUERO Pesca industrial Pesca artesanal Recursos explotables más importantes Zonas de pesca Pesca por época Volumenes de pesca por familia Indices de captura y unidades económicas de pesca Número de empresas pesqueras EXTRACCION Y RECOLECCIÓN DE MOLUSCOS CAMARONICULTURA

87 89 89 89 90 90 92 92 94 97 99 99 100 100 103 103 105 105 105 105 106 106 106 107 108 109 109 110 112 112 113

CAPITULO VI - Riesgos Naturales y Antrópicos

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6.1. 6.1.1. 6.1.1.1. 6.1.2. 6.1.2.1. 6.1.2.2. 6.1.2.3. 6.1.2.4. 6.1.3. 6.1.3.1. 6.1.3.2.

117 117 118 121 122 122 123 123 125 125 125

RIESGOS NATURALES Tsunamis Mapas de inundación Fenómeno de El Niño Temperatura Superficial del Mar (TSM) Distribución vertical de temperatura Efectos de El Niño sobre el fitoplancton Efectos de El Niño sobre la fauna marina Erosión y sedimentación El proceso de erosión El proceso de sedimentación

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Bahía de Tumaco

6.1.3.3. Análisis detallado de las islas barrera de la bahía de Tumaco 6.1.4. Ascenso del nivel medio del mar a causa del cambio climático global 6.1.4.1. Incidencia del aumento del nivel medio del mar en el casco urbano de Tumaco 6.2. RIESGOS ANTRÓPICOS 6.2.1. Contaminación del agua 6.2.2. Fuentes de contaminación en la bahía de Tumaco 6.2.2.1. Vertimientos industriales 6.2.2.2. Vertimientos domésticos 6.2.2.3. Actividad portuaria 6.2.3. Sustancias contaminantes en la bahía de Tumaco 6.2.3.1. Hidrocarburos 6.2.3.1.1. Niveles de hidrocarburos en la bahía de Tumaco 6.2.3.1.2. Monitoreo en aguas 6.2.3.1.3. Monitoreo en sedimentos 6.2.3.1.4. Monitoreo en organismos 6.2.3.1.5. Indices de sensibilidad ambiental 6.2.3.2. Compuestos Organoclorados 2.3.2.1. Monitoreo en sedimentos 6.2.3.2.2. Monitoreo en organismos 6.2.3.3. Metales pesados 6.2.3.3.1. Monitoreo en aguas 6.2.3.3.2. Monitoreo en sedimentos 6.2.4. Alteraciones en fauna y flora 6.2.4.1. Sobreexplotación de recursos pesqueros 6.2.4.2. Sobreexplotación del recurso maderero 6.2.4.3. Impactos en zonas de manglar

126 131 131 132 132 132 133 134 135 136 136 138 139 140 142 143 146 147 147 147 148 149 150 150 151 151

CAPITULO VII - Programa de Modelado Integral de Zonas Costeras

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7.1. 7.2. 7.3.

156 157 157

MODULO DE PREPROCESO METODOLOGÍAS HERRAMIENTAS

AGRADECIMIENTOS

160

BIBLIOGRAFIA

161

7

Bahía de Tumaco

Tabla de Contenido de Mapas, Figuras y Tablas

MAPAS Mapa Mapa Mapa Mapa Mapa Mapa Mapa Mapa Mapa Mapa Mapa

No. 1 No. 2 No. 3 No. 4 No. 5 No. 6 No. 7 No. 8 No. 9 No.10 No.11

División políticoadministrativa de la bahía de Tumaco. Uso del suelo y cobertura vegetal de la bahía de Tumaco. - Bienes de uso público bajo Jurisdicción de DIMAR. Geomorfología de la bahía de Tumaco. Hidrografía de la bahía de Tumaco. Edafología de la bahía de Tumaco. Inundación por tsunami en el casco urbano de Tumaco. Inundación por tsunami en la población de Salahonda. Aumento del nivel medio del mar en el casco urbano de Tumaco. Aumento del nivel medio del mar en la población de Salahonda. Índice de sensibilidad ambiental de la bahía de Tumaco.

20/21 30/31 34/35 42/43 44/45 50/51 120/121 120/121 130/131 130/131 144/145

FIGURAS Figura 1.1. Figura 2.1. Figura 2.2. Figura 2.3. Figura 2.4. Figura 2.5. Figura 2.6. Figura 2.7. Figura Figura Figura Figura

2.8. 2.9. 2.10. 2.11.

Figura 2.12. Figura 2.13. Figura 2.14. Figura 2.15. Figura 2.16.

Panorámica del casco urbano del municipio de San Andrés de Tumaco. Las edificaciones palafíticas predominan en el estilo de construcción de viviendas en la bahía de Tumaco. La bahía se encuentra poblada, en su mayoría, por comunidades negras. Zonas de reubicación urbana por convenios de cooperación técnica entre el Gobierno Nacional y entidades internacionales. Niños en edad escolar del casco urbano de Tumaco. Pobladores de la región dedicados a la pesca artesanal, practicada en aguas someras. Mujer disponiendo la pesca en la bahía de Tumaco. Instalaciones de la Sociedad Portuaria y Puerto Pesquero de Tumaco, ubicadas en la isla de El Morro. Aspecto del muelle, sector La Taguera. Playa de El Morro, reconocido sector turístico de Tumaco. Al fondo ‘El Quesillo’. Aguas jurisdiccionales colombianas consideradas desde la zona de estudio. Bienes de uso público y zona de jurisdicción para el caso de playas que no superan el límite de la zona de los 50 metros. Bienes de uso público y zona de jurisdicción para el caso de playas que superan el límite de la zona de los 50 metros. Panorámica de un sector de la isla de Tumaco donde se aprecian viviendas palafíticas, de precaria construcción. Predios localizados en zonas de bajamar en el área urbana de Tumaco (color rojo). Predios localizados en la zona de 50 metros de jurisdicción de Dimar. Escena típica del borde costero, playas y terrenos de bajamar en Tumaco, donde se aprecia el problema de basuras arrojadas al mar.

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Bahía de Tumaco

Figura 3.1. Figura 3.2. Figura 3.3. Figura 3.4. Figura 3.5. Figura 3.6. Figura 4.1. Figura 4.2. Figura 4.3. Figura 4.4. Figura 4.5. Figura 4.6. Figura 4.7. Figura 4.8. Figura 4.9. Figura 4.10. Figura 4.11. Figura 4.12. Figura 4.13. Figura 4.14. Figura 4.15. Figura 4.16. Figura 4.17. Figura 4.18. Figura 4.19. Figura 4.20. Figura Figura Figura Figura Figura Figura

4.21. 4.22. 4.23. 4.24. 4.25. 4.26.

Litología y estructuras generales de la bahía de Tumaco (Tomado de Correa y González, 1989). Cordón litoral, playa activa de la isla-barrera de Bocagrande, unidad geomorfológica de dominio supramareal. Plataformas intermareales no vegetadas en el sector de Salahonda. Diagrama explicativo de un cuello o ‘notch’. Variación media mensual multianual de caudales (m3/s). Estación San Juan Río Mira (1980-1995) Ideam. Paisaje de lomerío, sector de Llanaje, bahía de Tumaco. Variación multianual de la precipitación (mm) en Tumaco (Ideam-CCCP 1992/2001). Variación multianual de la temperatura ambiente (° C). En Tumaco (Ideam-CCCP 1992/2001). Variación multianual de la humedad (%) en Tumaco (Ideam-CCCP 1992/2001). Velocidad (m/s) y dirección (º) del viento en la bahía de Tumaco. Rosas de vientos mensuales para Tumaco, con base en los datos colectados en la estación ubicada en la Base de Infantería de Marina, isla de El Morro. Estaciones de medición de parámetros fisicoquímicos en la bahía de Tumaco y alrededores de las islas de El Morro y Tumaco. Distribución superficial de la salinidad en ups en la bahía de Tumaco. Distribución de los valores promedios de la temperatura para la bahía de Tumaco. Distribución del oxígeno disuelto en la bahía de Tumaco (pleamar y bajamar) en el 2001. Distribución de la materia orgánica en la bahía de Tumaco en marea alta y baja durante el 2001. Distribución superficial de la DBO5 (mL/L). Distribución del amonio en la bahía de Tumaco en marea alta y baja durante el 2001. Distribución de nitratos en la bahía de Tumaco, en las dos fases de marea, durante el 2001. Distribución de fosfatos en la bahía de Tumaco, en las dos fases de marea, durante el 2001. Distribución superficial de la salinidad en la bahía de Tumaco. Distribución superficial del amonio (µg-at N/L) y nitratos (µg-at N/L) en marea alta y marea baja. Distribución superficial de fosfatos (µg-at P/L) y nitritos (µg-at P/L) en marea alta y baja. Distribución superficial de sólidos suspendidos (mg/L) y transparencia (m) en marea alta y marea baja. Régimen medio del nivel del mar en Tumaco, elaborado con base en los datos para 1985. Comparación marea observada (color negro) y calculada (rojo), parte superior de la figura. En la parte baja la marea meteorológica (azul). Régimen escalar del oleaje frente a Tumaco. Régimen direccional del oleaje frente a Tumaco. Distribución por direcciones del oleaje en profundidades indefinidas. Régimen escalar del período de pico frente a Tumaco. Régimen direccional del período de pico frente a Tumaco. Mallas y direcciones de oleaje considerados. Se aprecia el uso de mallas anidadas para lograr mayor detalle en el sector de las islas.

41 43 43 44 45 49 53 53 54 55 56 58 59 59 60 61 62 63 64 64 66 67 68 69 70 72 74 74 74 75 75 76

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Bahía de Tumaco

Figura 4.27. Puntos objetivo seleccionados para el análisis de regímenes. Figura 4.28. Régimen escalar y de la dirección WSW en la desembocadura del río Mira. Figura 4.29. Régimen escalar y de la dirección WNW a la altura de la antigua isla del Guano, desaparecida en el tsunami de 1979. Figura 4.30. Régimen escalar y de la dirección W en inmediaciones de la playa del Batallón de Infantería de Marina, en la isla de El Morro. Figura 4.31. Rosa de direcciones del oleaje en indefinidas y puntos objetivo. Obsérvese el cambio de la dirección predominante. Figura 4.32. Batimetría de la zona de estudio. Figura 4.33. Isoalturas y vectores del oleaje significante en el sector entre el río Mira y Bocagrande. Figura 4.34. Isoalturas de oleaje significante en marea alta(a) y baja (b). Figura 4.35. Vectores de altura significante en marea alta (a) y baja (b). Figura 4.36. Corriente por oleaje resultante de un oleaje proveniente del SW. Figura 4.37. Corrientes inducidas por el oleaje entre 0.0 y 0.22 m/s (marea alta). Figura 4.38. Vectores de corriente marea baja (velocidades entre 0.0 y 0.17 m/s). Figura 4.39. Transeptos realizados para la determinación del patrón de corrientes predominante en la bahía de Tumaco. Figura 4.40. Patrones de corrientes encontrados en marea alta y marea saliendo (reflujo). Figura 4.41. Patrones de corrientes encontrados en marea baja y marea entrando (flujo). Figura 4.42. Llanura costera de la bahía de Tumaco, una de las geoformas costeras depositacionales más comunes de la zona. Figura 4.43. playa amplia localizada en el sector de Salahonda. Figura 4.44. Vista aérea de la espiga de Bocagrande. Foto aérea No. 054, vuelo C-836, 1958. Figura 4.45. Ilustración de los cordones litorales de las islas en la bahía de Tumaco. Figura 4.46. Panorámica del tómbolo que une al pilar de El Quesillo con la isla de El Morro. Año 2000. Figura 4.47. Laguna interior en las playas de Salahonda. Figura 4.48. Dunas características de la isla de Bocagrande con marea baja. Figura 4.49. Acantilado continuo localizado en El Morro. Figura 4.50. Zona de desprendimiento de bloques de los acantilados. Figura 4.51. Pilar de El Quesillo en cercanías de la isla de El Morro, marea alta año 2000. Figura 4.52. Cuellos de erosión. Figura 4.53. Escarpes de playa en la isla de Bocagrande. Figura 4.54. Grandes bajos de arena localizados en la desembocadura del estero Aguaclara. Fotografía aérea No. 191, vuelo C-2509 de 1993. Figura 4.55. Acantilado y arcos afectados por la acción marina en la isla de El Morro. Figura 4.56. Ubicación de estaciones sedimentológicas en la bahía de Tumaco. Los puntos rojos indican zonas con alta concentración de sedimentos en suspensión. Figura 4.57. Comparación de líneas de costa de 1969 y 1995 (26 años). Verde erosión, azul sedimentación. Figura 4.58. Comparación de la línea de costa entre 1992 y 1995. Figura 4.59. Comparación de las lineas de costa entre 1986 y 1993. Figura 5.1. a-i Diatomeas más frecuentes en la bahía de Tumaco. a. Chaetoceros curvisetus., b. Chaetoceros didymus var. anglica., c. Chaetoceros peruvianus., d. Coscinodiscus eccentricus., e. Leptocylindrus danicus., f. Rhizosolenia setigera.,

77 78 78 79 79 80 80 81 81 82 82 82 83 83 84 85 85 86 86 86 87 87 87 88 88 88 88 90 90 92 93 93 93 101

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G. Thalassionema frauenfeldii., H. Thalassionema nitzschioides. (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Figura 5.2. La marea roja es producida, generalmente, por la especie Alexandrium catenella (Tomado de archivo fotográfico del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Figura 5.3. Áreas de distribución de las abundancias fitoplanctónicas en la bahía de Tumaco (Modificado de CCCP, 2001a). Figura 5.4. Zonas de desove en la bahía de Tumaco (Modificado de Cediel, 2000) Figura 5.5. a-d Larvas de peces más frecuentes de la bahía de Tumaco. a. Benthosema panamense., b. Nomedae psenes., c. Familia Scianidae., d. Familia Carangidae. (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Figura 5.6. a-k. Algunas de las especies bentónicas encontradas en zonas de playa de la bahía de Tumaco. a. Poliqueto ( Familia Chaetopteridae), b. Crustáceo (Familia Xanthidae), c. Crustáceo (Familia Diogenidae), d. Equinodermo (Ophiurido), e. Phyllum menor (Sipunculido), f. Molusco (Chama macerophylla), g. Molusco (Conus daucus hwass), h. Molusco (Olivella nivea), i. Molusco (Polinices hepaticus), j. Molusco (Familia Pectinidae), k. Equinodermo (Encope insularis) (Tomados de la Colección de Referencia Biológica del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Figura 5.7. Zonas de distribución de ensamblajes comunitarios del bentos de fondo blando en la bahía de Tumaco. Figura 5.8. a-d. Algunas de las especies explotables dentro de la bahía de Tumaco. a. Callinectes arcuatus, b. Lutjanus colorado, c. Pomadasys sp., d. Caranx caballus. (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Figura 5.9. Zonas de pesca ubicadas en la bahía de Tumaco (Borda et al, 1995) Figura 5.10. a-f. Especies de moluscos extraídas en la bahía de Tumaco a. Anadara Tuberculosa., b. Anadara similis, c. Mytella guyanensis, d. Chione rubgosa, e. Mactra fonsecana, f. Tellina hertlen. (Tomado de la Colección de Referencia Biológica del CCCP). Figura 5.11. Penaeus vannamei, especie de camarón de aguas someras cultivada en la bahía de Tumaco. (Tomada de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Figura 6.1. Evolución de una ola de tsunami en su recorrido hacia la costa. Figura 6.2. Aspectos de los daños causados en Tumaco por el tsunami de 1979. Figura 6.3. Mapas de inundación por tsunami generados a partir del modelo Time, que muestran la altura de ola máxima registrada sobre el área de estudio durante dos horas de evolución de un tsunami. Las áreas blancas representan los lugares que permanecen secos. Los colores representan la altura de ola en metros de acuerdo a la escala adjunta. Casos 1 y 2 corresponden a sismos de magnitud 7.9 con marea media (izquierda) y alta (derecha) respectivamente, casos 3 y 4 corresponden a un sismo de magnitud 8.2 en las mismas dos condiciones de marea. Figura 6.4. Comportamiento de la TSM y promedio histórico mensual en la bahía de Tumaco para el período 1995-2001.

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Figura 6.5. Figura 6.6. Figura 6.7. Figura 6.8. Figura 6.9. Figura Figura Figura Figura Figura Figura

6.10. 6.11. 6.12. 6.13. 6.14. 6.15.

Figura 6.16. Figura 6.17. Figura 6.18. Figura 6.19. Figura 6.20. Figura 6.21. Figura 6.22. Figura Figura Figura Figura Figura Figura

6.23. 6.24. 6.25. 6.26. 6.27. 6.28.

Figura 6.29. Figura 7.1. Figura 7.2. Figura 7.3.

Variación de la temperatura (° C) del agua a 10 MN de Tumaco, entre agosto de 1999 junio de 2002. Distribución de la TSM para cada época climática y su relación con la abundancia promedio de diatomeas y dinoflagelados. Cambios en la captura de carduma durante los años 1998 y 2001. Eliminación de zonas de manglar y relleno de áreas marinas con aserrín en el aserrío Lombana. Estructura morfológica de la isla de Bocagrande en 1958. Fotografía No. 003, vuelo Igac C-836. Isla de Bocagrande en 1969. Fotografía No. 022, vuelo Igac C-1243. Fotografías aéreas de las islas de Bocagrande y Vaquería en 1993. Aspecto del sector hotelero al sur de la isla de Bocagrande. Septiembre de 2000. Panorámica del puente El Morro, que comunica las islas de Tumaco y El Morro. Zonas de bajamar entre La Viciosa y Tumaco con marea baja. Zona de bajamar entre Tumaco y La Viciosa. Al fondo se aprecia el bajo del Guano, 2000. Línea de costa de Tumaco en bajamar. Septiembre de 2000. Comportamiento de las abundancias planctónicas durante el derrame del B/T Daedalus, 1996 en tres puntos de la bahía de Tumaco (Prodycon Ltda. 1996). Relación observada entre abundancia de fitoplancton vs. hidrocarburos en 1998 en la bahía de Tumaco, Estación 26 (CCCP-Ecopetrol, 2001). Valores promedio de los HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco. Comportamiento de los HATs en la desembocadura del río Rosario y en Vaquería (E26) (CCCP-Ecopetrol, 2001). Estaciones muestreo para HATs 1997 2001. Promedios anuales de HATs en sedimentos marinos de la bahía de Tumaco entre 1997 y 2001 (CCCP, 2001a). Hidrocarburos aromáticos en la bahía de Tumaco (CCCP, 1996) Acantilado, sector de El Morro. Playa de arena fina, isla Vaquería. Playa de arena fina, isla de El Morro. Plano de marea expuesto, bocana de Salahonda. La vegetación de manglar predomina en el ISA10 identificado para la bahía de Tumaco. Concentración de p,p’- DDT’s en la bahía de Tumaco entre 1992 y 1993 (CCCP, 1996). Estructura del Sistema de Modelado Costera (SMIZCO). Interfaz gráfica del programa SONDAS. Interfaz gráfica del programa OLAS.

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Clasificación de los buques según el tipo de carga que movilizaron durante el año 2001 en el puerto de Tumaco. Clasificación de las embarcaciones menores según el tipo de carga que movilizaron durante el 2001 en el puerto de Tumaco. Clasificación por actividad y número de muelles del puerto de Tumaco 2001.

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123 124 126 126 126 127 127 128 128 128 129 129 137 138 138 140 141 143 144 145 145 145 146 147 156 156 157

TABLAS Tabla 2.1. Tabla 2.2. Tabla 2.3.

28 28

12

Bahía de Tumaco

Tabla 2.4. Tabla 2.5. Tabla 3.1. Tabla 4.1. Tabla 4.2. Tabla 4.3. Tabla 4.4. Tabla 4.5. Tabla 4.6. Tabla 4.7. Tabla 4.8. Tabla 4.9. Tabla Tabla Tabla Tabla Tabla

4.10. 4.11. 5.1. 5.2 5.3.

Tabla 5.4. Tabla 5.5. Tabla 5.6. Tabla 5.7. Tabla 5.8. Tabla 5.9. Tabla 5.10. Tabla 5.11. Tabla 6.1. Tabla Tabla Tabla Tabla

6.2. 6.3. 6.4. 6.5.

Tabla 6.6. Tabla 6.7.

Especies florísticas que predominan en la cobertura vegetal de la bahía de Tumaco. Resumen de la situación de los predios en jurisdicción de DIMAR en Tumaco. Balance hídrico de la bahía de Tumaco (Balances hídricos para el aeropuerto Tumaco-Nariño/Climatología del Pacífico Colombiano). Criterios de evaluación de algunos parámetros fisicoquímicos. Valores promedios de los parámetros fisicoquímicos en las fases de marea para la bahía de Tumaco, según monitoreos del CCCP. Alturas máximas de la marea en metros para el puerto de Tumaco entre 1976 y 2000 (Ideam, 2000). Constituyentes armónicas calculadas para Tumaco. Constantes no armónicas de marea para Tumaco. Regímenes medios direccionales y escalares de alturas de ola significante en los puntos objetivo. Resumen de frecuencias direcciones de oleaje en puntos objetivo. Inventario sedimentos litorales. Modificado de Komar (1976) (En: Tovar, 2000). Relación de geoformas costeras con los procesos de erosión y sedimentación de la bahía de Tumaco (Tovar, 2002). Resumen de los datos sedimentológicos colectados sobre la bahía de Tumaco. Resumen del cálculo de transporte potencial de sedimentos (m3/año). Especies de aprovechamiento comercial e interés especial en la bahía de Tumaco. Clasificación de especies amenazadas, según la Uicn. Rangos de variables para cada zona de distribucción de abundancias fitoplanctónicas en la bahía de Tumaco, dentro de las cuatro fases de la marea (Tomado de la Base de Datos del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Desembarque de la pesca industrial en la bahía de Tumaco en toneladas (Inpa, 1998 y 2000). Productos provenientes de la pesca artesanal en unidad de toneladas (Inpa, 1998 y 2001). Recursos pesqueros explotados en la bahía de Tumaco artesanal e industrialmente. Valores obtenidos de Unidad Económica de Pesca y Captura Total para 1995 (Borda et al., 1995) Composición en porcentaje de la pescadilla a nivel de familia en las capturas para los años 1994, 1995, 1996 y 1999 (Inpa, 1996 y 2001). Porcentajes de la captura para cada grupo de especies en cada zona según la UEP, para los años 1994 y 1995 (Borda et al., 1995). Especies de moluscos explotados en la bahía de Tumaco. Camaroneras de la bahía de Tumaco y situación actual (CP-2, 2002) Alturas y tiempos de llegada de la primera ola de tsunami sobre el área urbana de Tumaco, para sismos de diferente intensidad. Resumen de eventos considerados para la generación de mapas de inundación. Impactos generados por el fenómeno de El Niño, evento 1997-1998. Gases que incrementan el efecto invernadero (IPCC-1995). Fuentes y tipos de contaminantes derivados de actividades antrópicas en la bahía de Tumaco. Cargas generadas por la industria de productos hidrobiológicos en la bahía de Tumaco (Corponariño, 2001). Valores de OD y DBO5 en algunos aserríos de la bahía de Tumaco en mL/L (CCCP, 1996).

29 37 46 59 62 71 72 73 77 80 84 89 91 95 99 100 102

106 107 107 108 110 111 113 113 119 119 124 131 133 133 134

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Tabla 6.8. Tabla 6.9.

Tabla 6.10. Tabla 6.11. Tabla 6.12. Tabla 6.13. Tabla 6.14. Tabla 6.15. Tabla 6.16. Tabla 6.17. Tabla 6.18.

Tipo de residuos que se generan en el casco urbano de Tumaco (Fundación San Francisco, 1996). Resumen de cargas aportadas por los vertimientos de residuos líquidos domésticos a la bahía de Tumaco (Basado en datos teóricos de consumo de agua habitante/día de Metcalf y Hedí, 1995) (Cálculos realizados por el CCCP, 2002). Promedios anuales obtenidos entre 1988 y 1995 de hidrocarburos disueltos dispersos (µg/L) en la bahía de Tumaco (CCCP,1996). Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco en (µg/g) (CCCP, 1996). Promedio de HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco en µg/g (CCCP, 2001a). Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs (µg/g) en bivalvos en la bahía de Tumaco (CCCP,1996). Concentraciones de DDT obtenidas en diferentes muestreos en la bahía de Tumaco en ng/g (CCCP, 1996). Niveles de metales pesados (µg/L) en aguas de la bahía de Tumaco, monitoreadas por el CCCP en 1994 (CCCP, 1996). Rangos de metales pesados (µg/L) en aguas de Tumaco (Ingeominas, 1992 1993 y Cortés, 1997). Niveles de metales pesados (µg/g) en sedimentos de la bahía de Tumaco, monitoreados por el CCCP en 1994. Rangos de metales pesados (µg/g) en sedimentos de Tumaco (Ingeominas, 1992 1993 y Cortés, 1997).

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PRÓLOGO Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco, Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos presenta una visión amplia y detallada de resultados de los estudios más significativos que sobre esta área del litoral Pacífico colombiano ha adelantado a el Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, en 19 años de investigación. Así, la presente publicación entrega, capítulo a capítulo, diversos aspectos de la bahía, partiendo de una descripción precisa y muy actualizada de la misma hasta llegar a la presentación de resultados de análisis y monitoreos de estudios adelantados por el grupo de investigación sobre Modelado Integral de la Zona Costera y algunos aportes de los grupos de Contaminación Marina y de Estudio del Fenómeno de El Niño. En el ámbito nacional, San Andrés de Tumaco constituye el segundo puerto de carga en importancia sobre el litoral Pacífico, precedido por Buenaventura; sin embargo, es el primer terminal petrolero que sirve, simultánemente, a Colombia y a la vecina República de Ecuador. Cabe anotar su reconocida vulnerabilidad frente a riesgos antrópicos y naturales, especialmente los generados por procesos erosivos, de sedimentación y fenómenos oceánicos como el tsunami, El Niño y La Niña; además de la presencia de alterágenos en sus ecosistemas tales como hidrocarburos, metales pesados, sustancias organocloradas y otras de origen orgánico. De allí el evidente interés de la Dirección General Marítima, DIMAR, y en particular del CCCP por hacer monitoreos, adelantar investigaciones y obtener resultados de estudios y modelos de simulación, efectuados durante casi dos décadas de trabajo continuo sobre la bahía de Tumaco. Este libro es el segundo volumen de la serie de Publicaciones Especiales que el CCCP pone al alcance de la comunidad científica, académica e interesados en el tema, con el fin de dar a conocer de primera mano datos y registros de investigaciones que permitan establecer la importancia ecológica, geográfica y económica que para la Nación representa esta área de estudio. Por la amplitud y rigor como ha sido tratado el contenido de la publicación, el CCCP pretende satisfacer las expectativas del lector y dar un paso que permita evolucionar sobre el estudio integral de la zona costera de esta bahía. Sin embargo, este no es un punto final, es el inicio de una sustentada etapa de estudios, pues la investigación científica y los monitoreos en la bahía de Tumaco siguen un curso constante; debido a la interacción del hombre con los ecosistemas presentes en la zona, las actividades productivas que en ella se realizan y su, ya mencionada, alta vulnerabilidad frente los a fenómenos naturales y antrópicos, factores que no dan descanso a la ciencia.

Dirección General Marítima, DIMAR Director Contralmirante Carlos Humberto Pineda Gallo

Bahía de Tumaco

INTRODUCCIÓN El Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, de la Dirección General Marítima, DIMAR, inició labores en 1984, con una misión encaminada como su nombre lo indica hacia el monitoreo de la contaminación marina sobre la cuenca Pacífica colombiana. Ello como consecuencia de los hechos que dieron origen a su creación como fue el derrame de crudo del petrolero Saint Peter, en 1976, en límites con el Ecuador. El siniestro dejó en evidencia la falencia del país al no contar con una institución que diera luces a los administradores públicos y a la comunidad, en general, sobre las consecuencia de un evento de contaminación marina de esas dimensiones. También por ello fue lógico pensar que su sede se ubicara en San Andrés de Tumaco, principal puerto petrolero del país sobre la costa Pacífica. Con el tiempo, la misión del CCCP fue ampliándose, para suplir la carencia en el país de un centro de investigaciones sobre temas oceanográficos y costeros para la cuenca Pacífica colombiana. Fue entonces cuando, en 1991, recibió la responsabilidad del componente oceanográfico del programa Estudio Regional del Fenómeno El Niño, ERFEN, (de la Comisión Permanente del Pacífico Sur, CPPS, que une esfuerzos investigativos y de monitoreo de Chile, Perú, Ecuador y Colombia) y con ella la realización de cruceros oceanográficos. Asímismo, para 1996 le fue asignada la responsabilidad de caracterizar y diagnosticar la zona costera del Pacífico colombiano, con el fin de facilitar la administración de los litorales encomendada a DIMAR. Poco a poco y dados los hechos mencionados se fueron conformando en el CCCP tres grupos de investigación, a saber: • Grupo de investigación sobre el Fenómeno de El Niño y de las condiciones oceanográficas de la cuenca Pacífica Colombiana. • Grupo de Investigación en Contaminación Marina, con énfasis en hidrocarburos y calidad de aguas. • Grupo de Investigación en zonas costeras, con énfasis en riesgos ambientales marinos. Y es precisamente en el seno de este último grupo de investigación que surge la idea de compilar los resultados de todas las investigaciones hechas sobre la bahía de Tumaco, en una publicación especial que diera a conocer todo cuanto se ha estudiado de ella en el centro de investigaciones. El desarrollo de esta labor exigió la incorporación del conocimiento generado por los otros dos grupos de investigación, ya que la bahía también ha sido estudiada con relación al fenómeno de El Niño y a los riesgos por contaminación marina. En concreto el aporte de estos grupos se refleja en los capítulos IV y VI. Por lo anterior, se dispuso de amplia información, no sólo por el aporte de los tres grupos de investigación, sino porque al hablar de un ecosistema tan complejo como el de la bahía de Tumaco son muchos los aspectos que se deben cubrir para su cabal entendimiento; puesto que las zonas estuarinas y costeras son ambientes que, particularmente, requieren una aproximación integrada para el estudio y manejo de sus recursos, ya que están sometidas a una multitud de actividades que compiten entre sí, como son: el desarrollo urbano, las diversas formas de contaminación, la destrucción de hábitats, la acuacultura, la recreación, los derechos de propiedad territorial, etcétera (Clark, 1998). Son, además, varias las circunstancias que han favorecido el hecho de contar con una vasta información sobre la bahía; iniciando por ser la sede del CCCP y pasando por hechos significativos como la conclusión de cinco años de monitoreo en toda su extensión que, con el apoyo económico parcial de la Empresa Colombiana de Petroleos Ecopetrol, han permitido colectar registros sobre aspectos oceanográficos, biológicos, geológicos y de la más diversa índole de la zona de estudio. Éstos se presentan en siete capítulos, cuyo contenido se describe brevemente a continuación: El capítulo inicial ubica al lector sobre aspectos generales del área de estudio, así como antecedentes históricos más relevantes de la población de Tumaco, todo ello a manera de introducción. El Capítulo II cubre aspectos socioculturales y económicos de las poblaciones asentadas sobre la bahía, con especial énfasis en datos del municipio de San Andrés de Tumaco.

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Esta información se entrega con el ánimo de que el lector se forme un marco de referencia que le permita evaluar la situación de las variables ambientales que se presentan y son objeto principal de la publicación. Estos aspectos también serán claves para comprender la evaluación de los riesgos ambientales marinos que se plantea en el Capítulo VI. El Capítulo III recoge la información colectada en el Centro sobre aspectos geológicos, geomorfológicos e hidrográficos. La descripción de la geomorfología es ampliada, más adelante, y se establece su relación con los aspectos hidrodinámicos de la bahía. El Capítulo IV es uno de los ejes del libro y reúne información sobre los aspectos meteorológicos y oceanográficos de la bahía. Éste describe, en detalle, las variables atmosféricas, al igual que las mareas, el oleaje y las corrientes gobernantes en el área de estudio. Finalmente, toda esta información se conjuga al lograr una descripción de la dinámica litoral y explicar el porqué de las formas y el relieve de las islas que conforman el casco urbano de San Andrés de Tumaco. El Capítulo V cubre los aspectos biológicos, con especial énfasis en la fauna, dado que el Capítulo II trata el tema de cobertura vegetal de la región. Éste capítulo centra su interés en el potencial pesquero de la bahía y aporta datos sobre la realidad de la pesca y su impacto en la región y sus pobladores. El Capítulo VI trata sobre los riesgos ambientales marinos que afectan la bahía y han sido estudiados por el CCCP. Éstos se presentan clasificados en dos tipos, de acuerdo con su origen: naturales o antrópicos. Entre los primeros se habla de los tsunamis, el fenómeno de El Niño, los procesos de erosión-sedimentación y el aumento del nivel medio del mar; en el segundo tipo se abre una amplia discusión sobre el panorama de contaminación marina de la bahía, que pone a consideración del lector comentarios sobre temas como la sobreexplotación de los recursos pesqueros y madereros. Para concluir, el Capítulo VII presenta un modelo de ayuda para la gestión costera, denominado Sistema de Modelado Integral de Zonas Costeras, SMIZCO, en desarrollo a partir del 2001 por el CCCP, bajo la asesoría del Grupo de Ingeniería Oceanográfica de la Universidad de Cantabria, GIOC; cuyo propósito es disponer de una serie de herramientas y metodologías que suministren el soporte técnico para el correcto manejo de la zona costera en los litorales colombianos. El total de la información de esta publicación es soportada con textos, tablas, figuras e imágenes recientes del área de estudio; además de una decena de mapas, generados a partir del sistema de información geográfica disponible en el CCCP. Todo ello con el ánimo de presentar una información clara y completa. El propósito fundamental de la DIMAR, al entregar esta publicación, es facilitar el acceso a las investigaciones generadas por el CCCP, de manera que puedan ser consultadas no sólo por otros investigadores científicos, sino por los administradores públicos que deben tomar decisiones sobre la bahía de Tumaco y, muy especialmente, por todos aquellos interesados en conocer una zona tan importante de la geografía nacional. Es oportuno agradecer, en estas últimas palabras de introducción, a Ecopetrol, en especial a su distrito sur, por haber facilitado los dineros para cubrir buena parte de las investigaciones adelantadas sobre la bahía, así como de la publicación que aquí se entrega.

Capitán de Fragata, Carlos Enrique Tejada Vélez, Director Centro Control Contaminación del Pacífico

CAPITULO I

Generalidades de la Bahía de Tumaco

La población de San Andrés de Tumaco está compuesta, en su mayoría, por comunidades negras.

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Bahía de Tumaco

Bahía de Tumaco

1.1. UBICACIÓN GEOGRÁFICA Al extremo sur de la costa Pacífica colombiana se encuentra la bahía de Tumaco, sector del departamento de Nariño que posee una particular organización políticoadministrativa, determinada por su localización espacial y dinámica funcional. En la actualidad, la bahía se encuentra integrada por un considerable número de poblaciones ubicadas sobre el litoral, siendo estas: Llanaje, La Chorrera, Curay, Colorado, La Caleta, Chajal, Trujillo, San Pedro Albino, Vaquería, Bocagrande y San Andrés de Tumaco, el asentamiento urbano más importante dentro de su ámbito de influencia. El borde costero de esta bahía comprende dos municipios: Tumaco, propiamente dicho, y Francisco Pizarro. El primero cubre el 75% de la zona y el segundo el porcentaje restante. La bahía constituye la mayor entrante de la costa Pacífica colombiana y está ubicada en cercanías de la frontera con Ecuador entre las latitudes 1° 45’ y 2° 00’N y las longitudes 78° 30’ y 78° 45’O, comprendiendo un área de, aproximadamente, 350 km2 y sus aguas presentan profundidades que varían entre 0 y 50 metros (Tejada, 2002a). San Andrés de Tumaco es el mayor de los 64 municipios nariñenses y su vasto territorio está integrado por su casco urbano, una extensa zona rural y el centro poblado San Juan de la Costa, localizado sobre el litoral, al Norte, colindando con el municipio de Francisco Pizarro. Su casco urbano y zona de expansión están dispuestos en área continental e insular; esta última conformada por las islas de Tumaco, La Viciosa y El Morro, las cuales se encuentran unidas al continente y comunicadas entre sí por los puentes de El Pindo y El Morro. Asímismo y como se aprecia en el Mapa No.1, los corregimientos costeros del municipio de Tumaco son: La Ensenada, Chagüí, Tablones, Mejicano, Rosario, San Luis Robles, El Bajo Mira y Frontera. El municipio cuenta con la particularidad de poseer la mayor cantidad de veredas, de acuerdo con los registros nacionales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, más de 360 distribuidas en su zona rural. De igual forma, una rica hidrografía caracteriza el territorio tumaqueño, compuesta por cuencas y microcuencas de importantes tributarios de la cuenca Pacífica, entre los que se encuentran los ríos Tablones, Rosario, Patía, Caunapí, Mejicano

Chagüí, Colorado y Curay; además de una extensa zona de esteros, siendo los más reconocidos: El Guandarajo, Natal, Aguaclara, Resurreción, Las Varas, La Pampa, Tambillo, Trapiche, Cuéllar, Curay, Micay y Llanaje. Todo este territorio está inserto dentro de la planicie deltáica de Nariño, desarrollándose en su litoral los deltas de los ríos Patía y Mira (CCCP, 2001b).

Figura 1.1. Panorámica del casco urbano del municipio de San Andrés de Tumaco. Por presentar las menores variaciones de temperatura en el Pacífico colombiano, San Andrés de Tumaco cuenta con unas condiciones climáticas favorables para sus pobladores y el desarrollo de la agricultura. Registra, además, una alta humedad cuyo promedio anual es superior al 86%, presentando un cielo muy nublado y pocas horas de brillo solar durante la mayor parte del año.

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1.2. BREVE RESEÑA HISTÓRICA Muchas son las hipótesis que se tejen sobre la fundación de San Andrés de Tumaco, hecho que se ubica en diferentes épocas posteriores al descubrimiento de América. Telmo Leusson Flórez, educador y escritor tumaqueño, cita en su libro ‘Tumaco Historia y Cultura’: “De acuerdo con la documentación que se ha aportado, Tumaco carece de un fundador conocido. Primeramente fue habitado por los indios tumacos y posteriormente por diversos núcleos de indígenas que arribaron a este puerto. Más tarde otros núcleos humanos se establecieron en él. Desde su comienzo recibió el nombre de Tumaco”. Sin embargo, tres versiones recrean la historia de su fundación. Se cree que el cacique Tumas fundó a Tumaco en 1570. Pero, este hecho histórico también se le adjudica a Francisco Pizarro, quien arribó por primera vez a la isla en 1526 y la encontró habitada por una tribu de indígenas pescadores. De todas las versiones la más aceptada y difundida declara al jesuita Francisco Ruggi como su legítimo fundador en 1640. Dice la historia que el sacerdote, de origen italiano, llegó al lugar en misión el 30 de noviembre de 1640, en compañía de 1900 pobladores procedentes de la zona selvática, entre negros cimarrones y esclavos libertos en el Siglo XVII, a quienes bautizó y catequizó en la fe cristiana (Leusson, 1986). El nombre de San Andrés de Tumaco proviene de la conjugación del nombre tradicional de la zona y la costumbre de la época de usar el nombre del santo del día del calendario en que ocurrió el hecho. Desde esa época San Andrés es el santo patrono del municipio.

1.2.1. Fechas que han marcado la historia de Tumaco Del municipio de Tumaco se registran algunos eventos de gran relevancia; unos marcan el desarrollo de la región y otros confirman la hipótesis de su relativa alta vulnerabilidad a los fenómenos naturales, entre los más significativos y recordados se encuentran (Leusson, 1986): 1567 Primer terremoto del que se tienen registros en el Pacífico Sur colombiano. 1640 Fundación de Tumaco por el jesuita Francisco Ruggi y llegada de los negros cimarrones y criollos provenientes de Esmeraldas, Ecuador.

1778 Terremoto en el Pacífico Sur colombiano. 1781 Insurrección de Tumaco, independencia de Quito. 1813 Sacrificio de la heroína Rosa Zárate y su esposo Nicolás Peña. 1855 Terremoto en el Pacífico Sur colombiano. 1868 Terremoto que afectó a Ecuador y Colombia. 1906 Terremoto y tsunami. 1917 Promulgación de la Ley 43 que incorpora a Tumaco los terrenos de bajamar. 1918 El municipio extiende sus dimensiones, se desarrolla en dos islas separadas por esteros de aguas y unidas por los puentes de El Comercio y La Paz, cuenta con 24.037 habitantes. 1920-1930 Inicio de la construcción del ferrocarril que une a Tumaco con Pasto. 1928 Se desarrollan obras civiles de defensa natural contra tsunamis. 1947 Destrucción de la ciudad por un incendio. 1950 Inicio de la carretera Pasto-Tumaco. Se detiene la obra del ferrocarril. 1952 Segundo incendio que destruye la ciudad por completo. 1955 Tercer gran incendio desvastador para una amplio sector habitado. 1979 Terremoto en el Pacífico Sur colombiano y tsunami. Destrucción de San Juan de la Costa. 1983 Marejadas en el Pacífico Sur colombiano a causa del Fenómeno de El Niño. 1986 Tumacazo: destrucción de predios y archivos institucionales. 1991 Epidemia de cólera en Tumaco.

Mapa No. 1 - División políticoadministrativa de la bahía de Tumaco.

CAPITULO II

Aspectos Socioculturales y Económicos

Gran parte de San Andrés de Tumaco se levanta sobre palafítos

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Bahía de Tumaco

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La mayor parte de las tradiciones culturales, los patrones de comportamiento, la lengua, los ritos religiosos y el folclor de la bahía de Tumaco corresponden a la herencia de los negros africanos y sus descendientes esclavizados en las minas de Barbacoas e Iscuandé entre los siglos XVII y XIX. Estos ocuparon las tierras bajas y costeras, desarrollando unas prácticas armónicas con el entorno natural a lo largo de la costa Pacífica (Leusson, 1986).

Otro factor influyente ha sido la actividad portuaria que entre 1961 y 1976, se estima, provocó la duplicación de la población del municipio, debido a la apertura de empresas de transformación maderera, que aprovechaban esta riqueza y la ubicación estratégica del puerto. El fracaso de esta actividad dejó graves secuelas de desempleo y desplazamiento de población.

Figura 2.1. Las edificaciones palafíticas predominan en el estilo de construcción de viviendas en la bahía de Tumaco. Así, los aspectos socioculturales en la bahía se encuentran estrechamente ligados a la dinámica de las poblaciones que la integran; siendo San Andrés de Tumaco la que ha orientado ampliamente el establecimiento de dichas características en el área. De allí que muchos de sus aspectos cotidianos estén directamente relacionados con los atributos climáticos, geomorfológicos y paisajísticos de la zona de estudio. Por tal razón, actividades como la pesca condicionan la construcción de las viviendas muy próximas al mar; sobre pilotes de madera de 1 a 4 metros de altura; con tablas para paredes y pisos, y techos de zinc o tela asfáltica, resistentes a las épocas de intensa lluvia (Bravo-Pazmiño, 1998) (Figura 2.1.).

2.1. POBLACIÓN De acuerdo con las cifras del censo poblacional de 1993, registradas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, Dane, se estima que San Andrés de Tumaco cuenta con 159203 habitantes; de los cuales 80108 ocupan la cabecera urbana y los 79095 restantes viven en la zona rural. Su mayor porcentaje poblacional se encuentra en las áreas de bajamar, con un promedio de 13.2 habitantes por kilómetro cuadrado y se espera que para el año 2010 la población se incremente en un 17%. La totalidad de la bahía de Tumaco está habitada por comunidades negras, en su mayoría, e indígenas,

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en menor proporción. La mayor parte de la población asentada en la zona rural es negra, la cual ha desarrollado un gran sentido de pertenencia por su entorno y ha solicitado la titulación colectiva de su territorio con base en la división de cuencas y microcuencas, a través de los consejos comunitarios. El proceso de asentamiento de las comunidades en esta bahía se ha dado por diferentes particularidades históricas. En general para la zona del Pacífico puede ser consecuencia de dos hechos: el cimarronismo, negros esclavos escapados, y la libe-ración de esclavos en el Siglo XVII. Desde el punto de vista de la localización, podría decirse que el municipio de Tumaco y sus alrededores constituían un atractivo núcleo poblacional, en virtud a sus condiciones climáticas y su cercanía al mar que favorecían el desarrollo de actividades portuarias, silvícolas, ictiológicas y de explotación forestal (Pinzón, 2001).

Figura 2.2. La bahía se encuentra poblada, en su mayoría, por comunidades negras. En la actualidad, se pueden apreciar dos tipos de asentamientos: los de tipo externo o vivos que se localizan a lo largo de los principales ríos del litoral, como son las comunidades de Llanaje, La Chorrera, Curay, Colorado, La Caleta, Trujillo, Vaquería y Bocagrande; y los asentamientos inte-riores, constituidos en cercanías a quebradas o campamentos de trabajo como Salahonda, Chajal y San Pedro Albino.

Las comunidades de pescadores están localizadas sobre esteros, playas y en las desembocaduras del río Mira y de algunos de sus afluentes (Bravo-Pazmiño, 1998).

2.1.1. Calidad de vida 2.1.1.1. Vivienda La vivienda tradicional de los habitantes negros de los caseríos en la bahía de Tumaco se levanta sobre pilotes de mangle. Ésta se construye a partir del manglar, con paredes de machimbre, tablas de nato y techos entramados de palma ‘chalar’ o ‘palmicha’; actualmente, se generaliza el uso de techos de ‘tejalit’. Las viviendas ubicadas fuera del casco urbano no cuentan con servicios públicos, lo cual genera ambientes propicios para la proliferación de enfermedades y disminución de las condiciones de calidad de vida.

Figura 2.3. Zonas de reubicación urbana por convenios de cooperación técnica entre el Gobierno Nacional y entidades internacionales. Sin embargo, la vivienda prototipo de la bahía consta de una terraza al frente, dos o tres habitaciones, salacomedor y una terraza posterior para la cocina; algunas cuentan con un pequeño espacio a manera de baño, donde las aguas residuales y desechos orgánicos caen directamente al mar (Bravo-Pazmiño, 1998).

Bahía de Tumaco

Para contrarrestar los desastres ocurridos como consecuencia de los fenómenos naturales que han azotado la zona (terremoto y tsunami de 1979 y las marejadas de 1983) se dio inicio al proceso de reordenamiento del casco urbano de San Andrés de Tumaco, con la construcción de la ‘Ciudadela Tumaco’, a través de un convenio de cooperación técnica entre la Comunidad Económica Europea y el Instituto de Crédito Territorial, ICT (POT, 2000). Igualmente, hacia 1992, debido a las marejadas que se registraron, el Gobierno Nacional en cooperación con esta misma entidad internacional inició el programa de reubicación del hábitat de aquellas familias que el Plan de Desarrollo Municipal identificaba como asentadas en zonas de alto riesgo. Un factor determinante del proceso de localización espacial en la zona está constituido por el sistema vial, conformado primordialmente por la carretera Pasto-Tumaco, sobre la cual se encuentran corregimientos importantes, haciendas palmicultoras y centros recreativos (POT, 2000). Dicha vía modificó el antiguo patrón de poblamiento, en sentido orienteoccidente, originalmente dado por la distribución natural de las cuencas hidrográficas, debido a la tendencia de las poblaciones a conectarse a la vía. En relación con las condiciones de vida, según reportes de la Defensoría del Pueblo, la población de la costa Pacífica nariñense presenta, históricamente, los índices más bajos de Calidad de Vida. Así lo confirma el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam: “Las malas condiciones de vida se ubican, entre otras, en la región suroccidental de Nariño y buena parte del Chocó. Se calcula que el 80% de las comunidades negras tienen sus necesidades básicas insatisfechas y viven en extrema pobreza”.

2.1.1.2. Educación En el campo de la educación se registra una tasa de analfabetismo del 43.9% en el área rural y del 20% en el área urbana; la cobertura de la educación básica primaria es del 60% en el área urbana y del 41% en la rural; para el caso de la educación secundaria la cobertura es del 38% en el área urbana, y de cada cien jóvenes que terminan este nivel sólo dos ingresan a la educación superior.

Figura 2.4. Niños en edad escolar en el casco urbano de Tumaco. Adicionalmente, el 48% de la población se sitúa en un nivel de educación media sin llegar a concluirla, destacándose en este grupo un 68% de población adulta, mayor de 20 años. Igualmente, se ha determinado que el 24.1% de la población no supera el nivel de educación primaria. Los principales centros educativos de la bahía de nivel secundaria y profesionales están ubicados en el casco urbano de Tumaco; mientras en el área rural sólo se cuenta con centros educativos de básica primaria (Anuario Estadístico de Nariño, 2001). La situación actual en materia de recreación y deporte se caracteriza por la baja cantidad y mal estado de los escenarios deportivos.

2.1.1.3. Salud De acuerdo con la Dirección de Asuntos para Comunidades Negras, las condiciones de salud en la bahía de Tumaco son bastante deficientes. Se estima que cerca del 60% de la población no tiene acceso al servicio de salud. Mientras en el ámbito nacional existen siete médicos por cada 10.000 habitantes, en el Pacífico colombiano la proporción llega a 1.6 médicos. En la zona se prestan servicios de salud de primer y segundo nivel en el área urbana, así los casos que revisten algún grado de complejidad son remitidos a Pasto y Cali. En el área rural sólo algunas comunidades cuentan con promotores de salud.

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Bahía de Tumaco

San Andrés de Tumaco dispone de un hospital nivel II y seis centros de salud en los barrios La Cordialidad, Viento Libre, Iberia, Las Flores, El Divino Niño y El IPC. De otro lado, en su sector rural existen, aproximadamente, dieciocho puestos de salud (diez en funcionamiento, cinco fuera de servicio y tres en etapa de construcción), dependientes del Instituto Local de Salud, donde se prestan servicios de enfermería permanente y atención médica por visitas periódicas con frecuencia semanal, quincenal o mensual (POT, 2000).

2.2. DESARROLLO ECONÓMICO El municipio de Tumaco se caracteriza por tener una economía tradicional y de subsistencia, basada en el sector primario; específicamente en la producción agropecuaria, registrándo un alto potencial agrícola, dado que produce y comercializa: caucho, palma africana, cacao, coco, plátano, banano, arroz, ñame, maíz, caña, yuca, papachina, fríjol, palma de chontaduro para palmito y naidí; en menor escala, árboles frutales como zapote, caimito, naranja, piña y el árbol del pan; además de plantas ornamentales y medicinales.

Figura 2.6. Mujer disponiendo de la pesca en la bahía de Tumaco.

Figura 2.5. Pobladores de la región dedicados a la pesca artesanal practicada en aguas someras. A menudo, estos productos son utilizados para consumo doméstico y sólo una pequeña parte es comercializada (Bravo- Pazmiño,1998).

Así pues, la agricultura genera el nivel de empleo más alto en la región, ya que ocupa un significativo sector de población, principalmente con el cultivo de palma africana con 4000 empleos. La ganadería es practicada por algunos consejos comunitarios como sistema de manejo agrotecnológico, combinado con el cultivo de árboles maderables. Actividad que conjugan con pequeños criaderos de aves de corral, utilizadas para consumo familiar en épocas de fiesta o cuando escasean otros productos. Un sector de la población fabrica artesanías para venderlas a turistas, pero su principal actividad es la explotación del manglar y la pesca; especialmente en las zonas costeras, donde esta última constituye una de las principales fuentes económicas de la población, tanto a escala artesanal como industrial.

Bahía de Tumaco

La pesca artesanal es desarrollada en aguas someras de la bahía, a menos de 10 millas de la costa, generando una fuerte presión sobre las especies costeras (Pinzón, 2001). En cuanto a la pesca industrial su producción está dirigida fundamentalmente al mercado externo y lo que se comercializa para consumo nacional es en su mayoría productos de pesca blanca. La pesca y recolección de crustáceos está dirigida a la captura de especies típicas del manglar como cangrejos terrestres y nadadores, y camarones (Pinzón, 2001). Por otra parte, la acuicultura le representa al municipio un significativo mercado, específicamente externo, dado que se exporta el 90% de su producción resultante de la cría de camarones en cautiverio y la extracción de piangua (POT, 2000). Las favorables condiciones climáticas de la región hacen de la reforestación una importante opción para exportar y comercializar internamente especies forestales maderables, como la guadua y la tagua, entre otras de reconocida calidad. Cabe anotar que la alta rentabilidad económica que presenta el desarrollo de esta industria ha desplazado, paulatinamente, actividades como la agricultura y, a su vez, establecido una infraestructura productiva para la transformación de los recursos como los aserríos y las empresas palmicheras (CCCP, 2001a). En el sector rural de la bahía existen organizaciones independientes que desarrollan actividades específicas de producción y comercialización. Las comunidades negras se encuentran organizadas por palenques y en las zonas de los resguardos indígenas opera la Asociación de Cabildos Indígenas Eperara Siapidaara de Nariño, Aciesna. Igualmente, se encuentra la Asociación de Concheras de Nariño, Asconar, dedicada a explotar técnicamente y comercializar especies hidrobiológicas y algunos productos agrícolas de la región (POT, 2000). La mayoría de los carboneros y leñateros del Pacífico colombiano habitan en la bahía de Tumaco y se encuentran agremiados por la Asociación de Carboneros y Leñateros de la Ensenada de Tumaco, Asocarlet. Muchas familias de la zona utilizan la leña del manglar y carbón de nato para consumo doméstico y comercialización en las zonas desprovistas de interconexión eléctrica, por ser un combustible económico.

De otro lado, Tumaco sostiene relaciones comerciales muy estrechas con la provincia de Esmeraldas de Ecuador, representadas por el comercio que se adelanta a través del cabotaje. En la actualidad, se cuenta con una línea regular que hace semanalmente esta ruta en pequeñas embarcaciones. Además, el vecino país hace uso de un tramo del oleoducto colombiano y del puerto de Tumaco para la exportación de su crudo (CCCP, 2001b).

2.2.1. Actividad portuaria Tumaco es el segundo puerto marítimo colombiano sobre el océano Pacífico, después de Buenaventura, con una capacidad de carga instalada para 5276729 toneladas (Corpes, 1999). Su sistema portuario se encuentra constituido, por un total de 29 muelles, la gran mayoría no legalizados; 21 de ellos son pesqueros, tres generales, uno turístico, un amarradero y tres para venta de combustible. Los de mayor importancia son el amarradero de la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, el de la Sociedad Portuaria Regional y el Muelle Pesquero. El 51.7% de los muelles están construidos en madera y el resto en concreto. El Terminal Petrolero de Ecopetrol, ubicado a 8 kilómetros con respecto a la costa, se compone de una tubería de 36 pulgadas de diámetro y cuatro tanques de almacenamiento, emplazados en la zona del continente.

Figura 2.7. Instalaciones de la Sociedad Portuaria y Puerto Pesquero de Tumaco, ubicadas en la isla de el Morro.

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Bahía de Tumaco

La tubería tiene una longitud de 6.8 kilómetros a lo largo del lecho marino y termina en un mainfold de distribución, a 30 metros de profundidad en marea alta, con capacidad para conectar tres mangueras de 12 pulgadas cada una. Los crudos transportados son procedentes de los oleoductos de Orito, Putumayo y de Esmeraldas, Ecuador. La zona portuaria de Tumaco es la de más baja utilización de toda la capacidad portuaria instalada en el Pacífico colombiano con el 27.24%; en primera instancia por la gran capacidad con que cuenta el Terminal Petrolero de Ecopetrol y las dificultades de mercadeo de la Sociedad Portuaria Regional.

Tabla 2.1 Clasificación de los buques según el tipo de carga que movilizaron durante el año 2001 en el puerto de Tumaco. Tipo Carga

Zarpes Cabotaje

%

Internacional % 114 56.4 65 32.2

Granel sólido

229

49.9

Pesquero

130

28.3

Carga general

47

10.2

Remolques

37

8.1

-

16

3.5

2.3

11.4

459

100

202

100

Tanqueros Total

-

*Fuente: Capitanía de Puerto No. 2 La Tabla 2.2. registra la movilización de 1383 embarcaciones menores (menos de 25 toneladas de registro bruto) al año en el puerto de Tumaco (CP2, 2001); de las cuales 936 (67.7%) son de pesca, 264 (19.1%) de carga general y 183 (13.2%) de pasajeros. Tabla 2.2. Clasificación de las embarcaciones menores según el tipo de carga que movilizaron durante el 2001 en el puerto de Tumaco. Tipo Carga

Zarpes Embarcaciones menores

Figura 2.8. Aspecto del muelle, sector La Taguera.

936

67.7

Carga general

264

19.1

Pasajeros

183

13.2

1383

100

Total

2.2.1.1. Movimiento portuario De acuerdo con los registros de la Capitanía de Puerto No. 2, CP2, en el puerto de Tumaco se movilizan alrededor de 661 embarcaciones al año; de las cuales 459 (69.4%) son de cabotaje y 202 (30.6%) internacionales. De los buques de cabotaje, 229 (49.9%) transportan granel sólido, 130 (28.3%) son pesqueros, 47 (10.2%) llevan carga general, 37 (8.1%) son remolques y 16 (3.5%) tanqueros. Entre las embarcaciones internacionales se tiene que 114 (56.4%) transportan granel sólido, 65 (32.2%) son pesqueros y 23 (11.4%) tanqueros.

%

Pesquero

*Fuente: Capitanía de Puerto No. 2 Tabla 2.3. Clasificación por actividad y número de muelles del puerto de Tumaco 2001. Actividades

No. Muelles

%

Pesqueros

21

72.4

Carga general

4

13.8

Petroleros

3

10.3

Servicios

1

3.5

29

100

Total

*Fuente: Capitanía de Puerto No. 2 y CCCP.

Bahía de Tumaco

2.3. USOS DEL SUELO Y COBERTURA VEGETAL Para este movimiento portuario, la Tabla 2.3. reporta un censo de los muelles y la clasificación de ellos por actividad que se realiza en el puerto de Tumaco.

2.2.2. Sector turístico El turismo constituye una reserva potencial importante para la bahía de Tumaco, con atractivos como esteros, mar y playas. Su desarrollo se generó a partir de la llegada de lanchas y pequeñas embarcaciones procedentes de Buenaventura, zonas aledañas al puerto y de la costa norte ecuatoriana. Sus playas suelen ser el principal punto de atracción, por lo que es allí donde se desarrolla la infraestructura para el alojamiento y atención a visitantes. Se reconocen como sitios de gran afluencia turística la isla de Bocagrande, ubicada a 30 minutos de la isla de Tumaco por vía marítima; las playas de El Morro, y el río Mira de exuberante vegetación (Anuario Estadístico de Nariño 2001).

La bahía de Tumaco se encuentra ubicada en una región lluviosa que incluye zonas de bosque pluvial premontano (bp-pm), en su forma transicional a bosque pluvial tropical (bp-t), que ocupa la mayor parte del área boscosa y se encuentra desde el nivel del mar hasta los 600 metros de altura. Posee semejanzas notables, en cuanto a sus formas vegetales, con el bosque pluvial tropical, presentando una vegetación exuberante y diversa con alturas promedio de 30 metros, gran cantidad de epífitas, bejucos y cañas; sostiene una fauna muy variada de especies, pero con baja densidad. También presenta una zona de bosque muy húmedo tropical (bmh-t), con menores registros de pluviosidad, localizada formando una franja hacia las costas (Calero, 1995). En el Mapa No. 2 de la zona de estudio se identifican los tipos de vegetación y el grado de intervención al cual ha sido sometida; así como también las áreas utilizadas para actividades tales como el desarrollo urbano, la agricultura y la acuicultura, entre otras. En la Tabla 2.4. se relacionan las especies florísticas que conforman la cobertura vegetal de la bahía de Tumaco. Tabla 2.4. Especies florísticas que predominan en la cobertura vegetal de la bahía de Tumaco.

Figura 2.9. Playa El Morro, reconocido sector turístico de Tumaco. Al fondo ‘El Quesillo’. No obstante, la oferta turística de Tumaco se amplía por su cercanía con áreas protegidas de vocación ecoturística, como son los parques nacionales naturales Sanquianga e isla Gorgona, la reserva de La Planada y las islas ecuatorianas de Galápagos; lugares reconocidos por sus valores naturales, fauna de tortugas y la presencia de especies endémicas.

Nombre Común

Nombre Científico

Bejuco

Rhabdadenia biflora

Calabacillo arisco

Crescentia spp. o Amphitecna sp.

Sapotolongo

Pachira aquatica

Chupallas

Bromeliaceae

Icaco

Chrysobalanus icaco

Cañabrava

Gynerium sagittatum

Majagua

Hibiscus tiliaceus

Imbiande

Hibiscus spp.

Pelaojo

Ardisia sp.

Naidi

Euterpe oleracea

Bambudo suela

Pterocarpus officinalis

Barbasco

Papilionaceae

Ranconcha cangrejal

Acrostichum aereum

Yazmandé o matapalo

Rubiaceae

La vegetación de la región es principalmente de tipo arbóreo, caracterizada por su diversa composición florística; la cobertura vegetal forma varios estratos

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Bahía de Tumaco

estructurando doseles espesos. Se presentan además dos tipos de bosques a saber: • De llanura, con flora marina que corresponde a playones de arena con escasa cobertura de arbustos, formados por vegetación pionera que se desarrolla sobre arenas de origen marino. En él predominan las gramíneas, las hierbas de bajo porte con cobertura escasa y arbustos, todos distribuidos en forma de parches discontinuos a lo largo de la franja costera en zonas no cubiertas por manglar. • De manglar, reconocido como la principal asociación vegetal de esta unidad fisiográfica. Está constituido por arbustos y árboles entre los 25 y 30 metros de altura, con raíces epígeas en forma de zancos y neumatóforos en suelos inundados. Los ecosistemas de manglar ocupan una franja continua por la costa de la bahía, viéndose interrumpida por algunos acantilados ubicados en la punta Isla del Gallo; en otros sectores se encuentran mezclados con gramíneas, icacales (Chrysobalanus icaco) y vegetación firme, especialmente en la zona comprendida entre el estero Llanaje y las poblaciones de Soledad y Curay.

2.3.1. Mapa de usos del suelo y cobertura vegetal de la bahía de Tumaco La información base para delimitar la cober-tura vegetal y uso del suelo en la bahía de Tumaco fue extraída de los mapas del bosque de manglar de la costa Pacífica colombiana de los años 1969, 1996 y multitemporal, realizados por el Ministerio del Medio Ambiente y la Corporación Nacional de Investigación y Fomento Forestal, Conif, para el proyecto Manglares de Colombia, donde se identificaron diversos tipos de manglar, de acuerdo al grado de intervención, textura, altura y especies características; bosques de colina; bosques aluviales, y los principales usos del suelo en áreas sin vegetación. A dicho material cartográfico le fue actualizada la línea de costa y se le aplicaron correcciones al sistema de coordenadas utilizado. A continuación se describen las unidades de cobertura vegetal y usos del suelo registrados en la zona de estudio:

• Bosque de manglar poco intervenido Esta unidad hace referencia al bosque de manglar modificado por efecto de la tala selectiva y aprovechamiento para carbón y leña. También se encuentran allí pequeñas áreas de manglar en etapa de sucesión temprana; éste presenta una altura variable que en algunas zonas puede ser homogénea (25-35 metros) o heterogénea (20-40 metros), con dominancia de Rhizophora spp, asociado con Avicennia germinans, Laguncularia racemosa, Pelliciera rhizophorae, Conocarpus erectus y Mora megistosperma. • Bosque de manglar de baja altura Se caracteriza por ser de porte bajo (4-12 metros), debido al parecer a las condiciones edáficas que no permiten un mejor desarrollo. Se encuentra poco o nada intervenido y frecuentemente dominado por Rhizophora spp, asociado con Avicennia germinans, Laguncularia racemosa, Pelliciera rhizophorae, Conocarpus erectus y Mora megistosperma. • Bosque de manglar medianamente intervenido Con una altura variable (12-25 metros), registra aprovechamientos selectivos para obtener leña, carbón y pilotes, entre otros. Presenta las mismas especies del bosque de manglar de baja altura. • Bosque de manglar altamente intervenido Presenta una altura heterogénea (12-25 metros), con intervenciones entre talas selectivas o rasas por mechones, para aprovechamientos intensivos de la madera. Exhibe una mezcla de zonas muy intervenidas con manchones medianamente o poco intervenidos, con dominancia de Rhizophora spp, asociado con Avicennia germinans, Laguncularia racemosa, Pelliciera rhizophorae, Conocarpus erectus y Mora megistosperma. • Bosque de manglar natal En este tipo de bosque la intervención normalmente es baja, presentando alturas de 10 a 30 metros, con dominancia de Mora megistosperma, asociado con especies de mangle, palmas (Euterpe spp) y algunas especies de bosque aluvial contiguo. • Cultivos de coco Cobertura de cultivos de coco con presencia de manglar de porte bajo, con alturas de 4 a 12 metros; suelen observarse además cultivos como la palma africana, caña y arroz, entre otros.

Mapa No. 2 - Uso del suelo y cobertura vegetal de la bahía de Tumaco.

Bahía de Tumaco

2.4.1. Conceptos básicos • Bosque aluvial Regularmente se encuentra cercano a la costa y presenta una topografía plana y ondulada. Está ubicado detrás de los bosques de mangle, con especies típicas del bosque húmedo tropical como sajo, macharé, palma naidí y tachuelo, entre otras. • Bosque de colina Presenta una topografía que va de quebrada a abrupta, se ubica después del bosque de mangle o del bosque aluvial; se caracteriza por poseer una vegetación frondosa y heterogénea. • Sin vegetación Hacen parte de esta unidad las zonas de playa y las zonas sin vegetación. • Camaroneras Ubicadas en zonas de manglar normalmente de porte bajo, taladas para el establecimiento de esta industria. • Areas urbanas El núcleo urbano está definido por las áreas construidas y adecuadas para la consolidación de asentamientos humanos como zonas verdes, sistemas viales, construcciones y edificaciones en general.

2.4. BIENES DE USO PUBLICO EN LA ZONA COSTERA DE LA BAHIA DE TUMACO DIMAR, entidad de la cual hace parte el CCCP, es la autoridad marítima de Colombia, cuya jurisdicción se extiende hasta el límite exterior de la Zona Económica Exclusiva en las siguientes áreas: Aguas Interiores, incluyendo canales intercostales y de tráfico marítimo y todos aquellos sistemas marinos y fluviomarinos; Mar Territorial, Zona Contigua, Zona Económica Exclusiva, lecho y subsuelo marinos, aguas suprayacentes y litorales incluyendo playas y terrenos de bajamar, islas, islotes, cayos y sobre algunos ríos; además, de las costas de la Nación y las riberas del sector de los ríos de su jurisdicción, en una extensión de 50 metros medidos desde la línea de más alta marea y más alta creciente hacia adentro. La mayoría de estos espacios constituyen bienes de uso público que se agrupan de forma genérica en: aguas marítimas, terrenos de bajamar y playas. A continuación se hace una ampliación sobre sus características, particularidades y su actual situación en la bahía de Tumaco.

Los bienes de uso público son aquellos que pertenecen al Estado y se encuentran destinados a la satisfacción de necesidades e intereses colectivos que priman sobre el derecho individual, siendo por tanto, inalienables, imprescriptibles e inembargables. Es decir, incomerciables e intransferibles a particulares, quienes sólo podrán obtener concesiones o licencias para su uso y goce de acuerdo con las disposiciones legales vigentes en el Decreto 2324 de 1984. Dentro de las aguas marítimas se tienen unos espacios bien definidos por la Ley del Mar e incorporados a la legislación nacional mediante la Ley 10 de 1978, sobre áreas marítimas jurisdiccionales de Colombia. Allí se establece la clasificación de las Aguas Interiores, el Mar Territorial, la Zona Contigua y la Zona Económica Exclusiva. Las Aguas Interiores se consideran parte del territorio mismo y sobre elllas tiene plena soberanía el Estado. El Mar Territorial tiene una extensión de 12 millas, medidas a partir de las líneas de base, que unen los puntos más externos de la costa y que para el caso colombiano estan definidos en el Decreto 1436 de 1984. Sobre este sector existe lo que se denomina el ‘Paso Inocente’ para las embarcaciones extranjeras que naveguen en la zona, aunque el Estado tiene plenos derechos. Más hacia afuera sigue la Zona Contigua, que es una franja también de 12 millas de ancho, medidas a partir del borde externo del mar territorial, donde el Estado ribereño tiene derechos únicamente sobre aspectos de inmigración, aduanero, sanitario y fiscal. Siguiendo mar abierto se tiene la Zona Económica Exclusiva, que es la zona más amplia y va hasta las 200 millas náuticas medidas desde las líneas de base antes anotadas hacia mar afuera, donde el Estado ribereño tiene derechos de exploración y explotación de los recursos que allí se encuentren disponibles. Sobre los espacios antes descritos se realizan las actividades marítimas cuya administración está asignada a la Dimar, de acuerdo con los parámetros establecidos en el Decreto Ley 2324. Más hacia la costa se encuentran los terrenos de bajamar, constituidos por áreas de la costa que se cubren y descubren con las mareas alta y baja, respectivamente.

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Bahía de Tumaco

Estas áreas son muy poco extensas en el litoral Caribe debido al poco rango de la marea; sin embargo, en la costa Pacífica pueden comprender grandes extensiones. Para el caso de Tumaco, como se analizará más en detalle en el Capítulo IV, el rango de marea promedio es de 2.5 metros y el máximo puede superar los 4 metros. Éstas variaciones de nivel pueden implicar que grandes áreas queden descubiertas si la pendiente de la costa es muy baja, como ocurre en una gran porción de la bahía; pero en otras áreas, cerca de acantilados, donde la pendiente es muy fuerte éstas áreas pueden tener muy poca extensión. En el caso de la bahía de Tumaco la parte sur contiene extensas zonas de bajamar, las cuales se encuentran cubiertas de manglar y en algunos casos pueden alcanzar hasta 25 km de ancho. El anterior concepto está asociado con el de la línea de más alta marea, el cual no está claramente definido por la ley, pero se puede interpretar como el máximo nivel alcanzado por las aguas del mar en un sector de costa dado.

La anterior definición presenta el inconveniente de no definir un marco temporal y por lo tanto cabría preguntarse si ese máximo nivel ya ocurrió en el pasado o es uno por definir en el futuro. Igualmente, no existe claridad sobre si se trata de un máximo absoluto o de un nivel al que recurrentemente llegan las aguas. A todo esto hay que sumar el efecto de otras dinámicas marinas, como puede ser el caso del ascenso del nivel del mar debido a los efectos del viento, y la sobreelevación por la rotura del oleaje. Al ser estos últimos valores no determinísticos, es necesario definir el nivel del mar en términos estadísticos, de tal manera que se permita difinir la frecuencia con que se presenta un determinado nivel en la costa; lo que significa que no se trata de un único valor o nivel, sino que cada nivel del mar presenta una cierta probabilidad de ocurrencia en un intervalo de tiempo dado, ya sean meses, años o décadas.

Figura 2.10. Aguas jurisdiccionales colombianas consideradas desde la zona de estudio.

Bahía de Tumaco

Este tema se ampliará en el Capítulo IV, en la parte correspondiente a la descripción de las mareas en Tumaco. La importancia de definir la línea de más alta marea radica en que éste es uno de los parámetros clave para definir el límite interno, tierra adentro, de los bienes de uso público bajo la jurisdicción de DIMAR. Si se establece un nivel muy alto, como un máximo absoluto dado en una condición excepcional, se declararían como bienes de uso público sectores muy extensos de la costa, que para el caso del casco urbano de Tumaco, que presenta una topografía muy plana y baja, implicaría que la totalidad las islas se considerarían terrenos de bajamar. Definir uno u otro valor lleva implícita una consideración de riesgo, entre más alta sea la cota de la más alta marea, más segura, pero a la vez más complicada la administración de

sector correspondiente a grandes extensiones sin un uso claro y con una probabilidad muy baja de inundación. Dadas algunas de las consideraciones anteriores el CCCP propuso para Tumaco se considere como la línea de más alta marea aquella correspondiente a la cota 3.68 metros, que corresponde al promedio de las más altas pleamares anuales de los últimos 25 años, de acuerdo con los registros del Ideam. DIMAR tiene, igualmente, bajo su jurisdicción las playas que al tenor del artículo 167 del Decreto 2324/84 son zonas de material no consolidado que se extienden hacia tierra desde la línea de más baja marea hasta el lugar donde se presenta un marcado cambio en el material, forma fisiográfica o hasta donde se inicia la línea de vegetación permanente, usualmente límite efectivo de las olas de temporal.

Figura 2.11. Bienes de uso público y zona de jurisdicción para el caso de playas que no superan el limite de la zona de los 50 metros.

Figura 2.12. Bienes de uso público y zona de jurisdiccón para el caso de playas que superan el límite de la zona de los 50 metros.

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Bahía de Tumaco

Estas áreas son escasas dentro de la bahía y por lo mismo representan un recurso muy importante por el que hay mucho interés; siendo, tal vez, las dos playas más reconocidas las de Bocagrande, con más de 7 km de largo, y las de El Morrro, con cerca de un kilometro de extensión. Existen otras playas como las de la isla La Viciosa, con menor presión de uso. Debido al importante transporte de sedimentos que ocurre en la bahía de Tumaco, dichas playas son muy inestables y presentan grandes variaciones en el tiempo como se describirá en el Capítulo IV. Otro espacio jurisdiccional pendiente por describir es el correspondiente a una franja de 50 metros de ancho, medida a partir de la línea de más alta marea, que también está bajo la tutela de DIMAR, sin importar las características del terreno en sí, puede ser roca sólida o material fino. Esta última zona no está incluida dentro de los denominados bienes de uso público y por lo mismo es susceptible de propiedad privada. La anterior diferencia es fundamental, ya que sobre las primeras clasificaciones de espacios para su uso y goce por parte de un particular se requiere tramitar una concesión que otorgue la autoridad administrativa del área, para el desarrollo de un proyecto productivo o recreativo, sin que se constituya propiedad sobre el terreno y garantizando que al final de la concesión se devolverá el predio ocupado y las obras que sobre él se construyan. En las zonas que no están clasificadas como bienes de uso público DIMAR otorga permisos de construcción, con el ánimo de prevenir la construcción de obras civiles que alteren la estabilidad de la línea de costa o afecten de algún modo el ecosistema marino, la hidrodinámica del área o modifiquen el régimen de transporte de sedimentos, entre otros efectos, por parte de algún particular. El único caso en que la competencia de DIMAR excede los 50 metros, antes mencionados, es cuando existe una playa con una extensión superior a esa dimensión, allí la jurisdicción continúa hasta el límite interno de la playa.

2.4.2. Utilización de los bienes de uso público en la bahía de Tumaco En cuanto a los usos que a estos espacios públicos se da en la bahía de Tumaco se resaltan las actividades

pesqueras y portuarias; así como la navegación en aguas interiores; la camaronicultura; el desarrollo de numerosos asentamientos humanos con construcciones palafíticas en terrenos de bajamar, y la construcción de hoteles y espacios dedicados a la explotación turística en las playas. De los anteriores usos se destaca por sus múltiples implicaciones el de las construcciones palafíticas, las cuales alcanzan un total de 5885 predios localizados, principalmente, en la isla de Tumaco y el sector continental del casco urbano de Tumaco. En la isla de El Morro también se presentan, en menor proporción, este tipo de construcciones en los sectores de Exporcol, Playa Arrecha y El Morrito. Salahonda es otro de los asentamientos humanos de dimensiones considerables en la bahía, éste registró 819 viviendas palafíticas, de acuerdo con los datos obtenidos en el censo realizado por el CCCP en el año 2000, cifra que está en constante incremento pese a las acciones para limitar su desarrollo.

Figura 2.13 Panorámica de un sector de la isla de Tumaco, donde se aprecian viviendas palafíticas y de precaria construcción. Cabe anotar que debido a la acción de los habitantes de la bahía se han rellenado varios terrenos de bajamar, con el ánimo de evitar su inundación y cambiar su condición de bien de uso público, logrando así su escrituración y adjudicación como bien particular.

Mapa No. 3 - Bienes de uso público bajo jurisdicción de DIMAR.

Bahía de Tumaco

Figura 2.14. Predios localizados en zonas de bajamar en el área urbana de Tumaco (color rojo). Algunos de esos rellenos han sido ejecutados por el Estado para realizar obras como terminales petroleros, facilidades portuarias o líneas férreas, los cuales han cambiado, significativamente, las características del área; es así como por ejemplo se tiene ahora la isla de Tumaco como una sola, cuando a principios del Siglo XX estaba conformada por cuatro islas más pequeñas. En relación con la franja de 50 metros de jurisdicción de DIMAR y para el caso del casco urbano de Tumaco se tiene un total de 2418 predios, los cuales en principio deberían contar con el permiso de construcción de la autoridad marítima, en complemento a los permisos y autorizaciones que expide la alcaldía por hacer parte del casco urbano.

2.4.3. Usos inadecuados en bienes de uso público bajo jurisdicción de DIMAR Los espacios antes mencionados son muy apetecidos por el hombre, debido a la variedad de beneficios y posibilidades de explotación que estos brindan.

Estos usos no siempre se dan de forma ordenada, de acuerdo con la normatividad vigente o considerando la fragilidad y dinámica de estos ambientes. Siendo bienes de uso público, tanto playas como terrenos de bajamar son, además, zonas de interfase entre la tierra y el mar, y por tanto amortiguadoras de los procesos que allí se presentan. Así, dependiendo de las condiciones dinámicas pueden ser ocupados indistintamente, por el mar o por tierra, por tal razón deberían preservarse libres de infraestructuras que limiten esa dinámica. Ahora bien, en caso de ser imprescindible la construcción de obras civiles, éstas deben tener un diseño que les aporte firmeza frente a los efectos del mar, además su forma y localización no deben afectar otras porciones del litoral. Las construcciones que se efectúen en estas zonas presentan un alto riesgo, ya que deben soportar el efecto del oleaje y las corrientes, los cambios producidos por los procesos de sedimentación y erosión; asímismo, son las primeras que sufren en caso de evidenciarse variaciones del nivel del mar, ocasionadas

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Bahía de Tumaco

por fenómenos puntuales como tsunamis, El Niño, marejadas o fenómenos lentos y de gran escala como el ascenso del nivel del mar. Dichos sucesos como se hace visible a lo largo de esta publicación, están latentes en la bahía de Tumaco y en el pasado han causado varias emergencias con pérdidas materiales y de vidas humanas. Todos los usos de los bienes de uso público que generen problemas de orden legal, por ocupación indebida; de orden técnico, por construcciones no aptas o mal localizadas; de orden ambiental, por generación de contaminación; o de riesgos, por la alta vulnerabilidad a fenómenos naturales, son por tanto usos inadecuados. En el caso de la bahía de Tumaco el uso inadecuado más extensivo y problemático es el de las viviendas palafíticas, que por las precarias condiciones en que son construidas no cumplen con las condiciones de sismoresistencia necesarias; asímismo son altamente susceptibles a inundaciones, ya que están construidas escasamente sobre el nivel de la más alta marea y por su ubicación son las primeras en recibir el efecto de fenómenos como el tsunami.

Estas construcciones presentan problemas adicionales como la dificultad para realizar en ellas obras de infraestructura como sistemas de alcantarillado o de recolección de basuras, este último debido a que las viviendas se encuentran muy cercanas entre sí, apenas separadas por una intrincada red de puentes en madera que no permiten el uso de ningún sistema de recolección adecuado. Igualmente, generan problemas de orden legal, ya que no son susceptibles de titulación por la prohibición expresa de la ley colombiana de utilizar los terrenos de bajamar para la construcción de viviendas. La zona de bajamar de la bahía de Tumaco ha presentado cambios morfodinámicos importantes a través del tiempo, como la erosión y acreción en el sector de El Pindo, años 1921 y 1948; la erosión del costado sur de la isla en 1969; los procesos erosivos ocasionados por el tsunami de 1979 y las marejadas de 1982 y 1983. El impacto de éstos últimos eventos naturales sobre la isla de Tumaco ha sido menguado en gran parte por la presencia de las islas de El Gauno y La Viciosa, que

Figura 2.15. Predios localizados en la zona de 50 metros de jurisdicción de DIMAR.

Bahía de Tumaco

han actuado como ‘barreras protectoras’; sin embargo, la presencia de estas islas no otorga el carácter de seguridad para el asentamiento de viviendas en esta zona de bajamar, máxime si se tiene en cuenta que la isla de El Guano desapareció durante el tsunami de 1979 y aunque está en proceso de formación, nuevamente, no ha emergido aún y por tanto no puede cumplir su papel de elemento protector. Como puede apreciarse en la Figura 2.13., la ocupación con viviendas palafíticas en la isla de Tumaco es tan densa que un poblador que se encuentre allí no se percata de que está en una isla, pues no tiene oportunidad de ver el mar, ya que la visual está ocupada en su totalidad por una amplia red de viviendas. Es de anotar que del total de predios ubicados en jurisdicción de DIMAR, sólo existen 89 concesiones y seis permisos de construcción, por lo tanto el resto de ellos constituyen construcciones ilegales (Tabla 2.5.). Tabla 2.5. Resumen de la situación de los predios en jurisdicción de DIMAR en Tumaco. Predios en playa Predios en bajamar

275 5855

Predios en concesión

66

Predios con permiso

6

el desarrollo urbano de Tumaco; además de la aprobación final del Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio, el cual debe incorporar la variable de riesgos ambientales. Otro problema asociado con el uso inadecuado de los bienes de uso público para vivienda urbana es el de la recolección de residuos sólidos, que presentan inconvenientes en su disposición final, los cuales sumados a los deficientes servicios con que cuenta el municipio y la costumbre de los pobladores de votar directamente al mar los desechos, descubren un panorama crítico, considerando la vocación turística de la región. Estimados hechos en el año 2000 señalan que Tumaco genera 57 toneladas de basuras por día; de las cuales, aproximadamente, el 52% va al mar. Por lo anterior es común en Tumaco ver las playas y zonas de bajamar cubiertas de basuras. Solucionar este problema conlleva un esfuerzo importante de educación ambiental y el concurso de entes de los sectores público y privado que concienticen a la población de los inconvenientes de esta práctica.

de construcción Predios en la

2418

jurisdicción Total Invasiones

Predios con solicitudes 23 de concesion

8558

Total

95

8483

Como se aprecia en la tabla anterior, en Tumaco confluyen muchos riesgos para la población allí asentada, es por ello que el Gobierno Nacional con apoyo de la Comunidad Europea inició en 1999 un proceso para la reorientación del desarrollo urbano del municipio hacia el área continental. Para ello, entre otras acciones, se construyó el sector conocido como ‘La Ciudadela’, el cual cuenta con 1024 soluciones de vivienda, que se entregaron a los poseedores de viviendas palafíticas de los sectores identificados como de más alto riesgo. En la actualidad, se espera la destinación de nuevos recursos financieros que permitan dar continuidad a este proyecto y la definición de medidas complementarias como la Ley de Desafectación de Bienes de Uso Público, que pretende habilitar desde el punto de vista legal los predios sobre los cuales se continuará

Figura 2.16. Escena típica del borde costero, playas y terrenos de bajamar en Tumaco, donde se aprecia el problema de basuras arrojadas al mar.

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Bahía de Tumaco

CAPITULO III

Acantilado de El Morro.

Aspectos Geológicos, Geomorfológicos e Hidrográficos

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Bahía de Tumaco

Bahía de Tumaco

3.1. GEOLOGIA El litoral sur del Pacífico colombiano, donde se encuentra localizada la bahía de Tumaco, hace parte del terreno suprayacente Atrato-San Juan-Tumaco (Etayo et al., 1986) y es el resultado de la colmatación de la cuenca formada durante la colisión entre el continente y la placa oceánica al occidente de Colombia. Esta zona de estudio se ubica en la región de la llanura del Pacífico, constituida por un amplio depósito de materiales semiconsolidados del Pliopleistoceno y edades recientes, en las que emergen pequeñas colinas de rocas sedimentarias de la edad Terciaria, ligeramente plegadas.

Sobre esta unidad se encuentran localmente niveles de tobas de composición intermedia y horizontes de suelos rojos altamente arcillosos, que no presentan evidencias de estructuras geológicas. Estos horizontes fueron considerados por Van Es, 1975 (En: Correa et al., 1989) como restos de una capa de lavas básicas fuertemente meteorizada. Hacia el Sureste de la bahía se hallan sedimentos Pliocuaternarios semiconsolidados, que constan de conglomerados con cantos de rocas volcánicas y niveles tobaceos de arena. El resto de la planicie costera está constituida por gravas, arenas, limos y arcillas (Figura 3.1.).

3.1.1. Litología 3.1.2. Tectónica La litología del terreno se constituye, principalmente, por una secuencia aflorante de arcillolitas y limolitas, con bancos de areniscas y conglomerados agrupados por Arango y Ponce, (1980), como la formación Naya-Guapi (Figura 3.1.). Rocas de esta formación que afloran en la isla de El Morro fueron consideradas por Royo y Gómez, (1948), (En: Correa et al., 1989) como pertenecientes al Mioceno Superior con base en determinaciones paleontológicas de fósiles de lamelibranquios.

El principal elemento estructural del área lo constituye una serie de domos y cuencas, alargados y paralelos a la cordillera Occidental, inicialmente identificados por Van Es,1975 (En: Correa et al., 1989) en imágenes satelitales. La formación de los domos y las cuencas se asocia a los últimos movimientos importantes de los Andes colombianos, a finales del Pleistoceno inferior (Van der Hammer, 1963, En: Correa et al., 1989).

Figura 3.1. Litología y estructuras generales de la bahía de Tumaco (Tomado de Correa y Gonzáles, 1989).

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Bahía de Tumaco

El mapa de la Figura 3.1. indica que la parte occidental de la isla de El Morro, la punta Cascajal y la isla del Gallo, representan los restos de un domo alargado; mientras que directamente al Oeste del río Mejicano se ubica una cuenca tectónica. Hacia el Noreste, exactamente al Sureste del río Patía, se localizan tres domos separados por cuencas menores. Otros rasgos estructurales que afectan la zona son las fallas de Remolino El Charco y de Tumaco, según Gómez,1986 (En: Correa et al., 1989). Este autor reporta que la primera falla tiene una expresión superficial sobre los sedimentos cuaternarios y presenta algunas evidencias de neotectonismo en punta Cascajal. La falla se prolonga desde el Norte de esta punta hasta el Suroeste de Tumaco. El mismo autor sugiere que las rocas que atraviesan esta falla se han levantado, progresivamente, insinuando basculamiento del bloque oriental hacia el Suroeste y del bloque oeste hacia el Noreste. A la falla Tumaco se le asigna un rumbo N45W y se clasifica como transcurrente.

3.1.3. Hidrología subterránea La provincia hidrogeológica costera de la vertiente del Pacífico carece por completo de estudios de aguas subterráneas. Sin embargo, las figuras que hacen parte de la memoria explicativa del Mapa Hidrogeológico de Colombia 1989, de Ingeominas, indican que esta zona no se considera con posibilidades de explotación de aguas subterráneas, ni existe interés por intensificar la exploración. La razón es obvia, debido a la alta concentración de aguas superficiales, que no hará necesaria la utilización de aguas subterráneas en el largo plazo (Dehave Nedeco, 1999).

3.2. GEOMORFOLOGÍA Las formas costeras están determinadas por los procesos morfodinámicos y estructurales, en estrecha relación con los aportes continentales y la dinámica litoral (Ideam, 1997). De acuerdo con este enfoque, las costas presentan elementos asociados con los distintos procesos dinámicos complementarios tales como deltas fluviales, acantilados, terrazas marinas, marismas litorales y cordones litorales.

El aporte fluvial con sus descargas de sedimentos, el rango mareal y el oleaje se constituyen en factores primarios para la configuración de las diversas formas costeras. La bahía de Tumaco se encuentra ubicada en la planicie deltáica de Nariño, enmarcada dentro de un ambiente litoral relacionado con la dinámica marina y un ambiente fluvial caracterizado por el desarrollo de los deltas de los ríos Patía y Mira, como también con un ambiente morfoestructural de colinas en constante interacción. Dichos ambientes se describen a continuación.

3.2.1. Ambiente litoral El ambiente litoral corresponde a la interfase entre los procesos netamente marinos y los procesos continentales, siendo la intensidad relativa de estos dos procesos decisiva para la configuración de la línea de costa (Bird y Davis, 1996). En la bahía de Tumaco el ambiente litoral se encuentra influenciado por la dinámica marina, por tal razón sus unidades morfológicas han sido clasificadas de acuerdo a su ubicación con respecto al nivel medio del mar en términos de unidades de dominio supramareal, intermareal y submareal (Correa y Gonzáles, 1989).

3.2.1.1. Unidades geomorfológicas de dominio supramareral La zona de dominio supramareal comprende los terrenos no sujetos a inundaciones periódicas relacionadas con los ciclos de la marea; sin embargo, pueden ser inundables parcial o totalmente por eventos de la naturaleza como maremotos, oleajes y pluviosidad. Entre las unidades geomorfológicas de dominio supramareal presentes en la bahía de Tumaco se encuentran los cordones litorales, las playas, las lagunas interiores, las llanuras costeras y las dunas, cuya ubicación se aprecia en el Mapa No. 4 de Geomorfología de la bahía de Tumaco (CCCP,2002) y son descritas con mayor detalle en el Capítulo IV, numeral 4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco.

Mapa No. 4 - Geomorfología de la bahía de Tumaco.

Bahía de Tumaco

Figura 3.2. Cordón litoral, playa activa de la isla barrera de Bocagrande, unidad geomorfológica de dominio supramareal.

3.2.1.2. Unidades geomorfológicas de dominio intermareal La zona de dominio intermareal comprende los terrenos litorales cuyos límites geográficos están definidos por los niveles de pleamar y bajamar, inundables dos veces al día de acuerdo al régimen semidiurno de las mareas en la bahía de Tumaco. Hacen parte de esta zona las plataformas intermareales no vegetadas y las planicies de manglar, definidas por Correa y González (En: Ingeominas, 1989). • Plataformas intermareales no vegetadas (Pinv) En esta unidad se agrupan los depósitos de sedimentos no consolidados, ubicados en los bordes interiores de la bahía y rodeando el perímetro de las islas de Tumaco, El Morro y otras menores entre Tumaco y Bocagrande, exceptuando los sectores acantilados. Durante mareas bajas, las áreas ocupadas por esta unidad son la expresión superficial del frente de los depósitos de relleno o colectación de la bahía, sumergidos completamente en mareas altas. En dirección al mar, estos depósitos continúan constituyendo los fondos someros de la bahía, mientras que hacia tierra pasan a ser terrenos de playa o a conformar la base de la acumulación de sedimentos-materia orgánica de los pantanos de manglar.

Figura 3.3. Plataformas intermareales no vegetadas, Pinv, en el sector Salahonda. La constitución granulométrica de los sedimentos superficiales de esta unidad va desde arenas finas muy finas, hasta limos arenosos y lodos, mezcla de limos y arcillas; dependiendo del momento en el ciclo mareal y de la intensidad del oleaje incidente en un sector particular. En presencia de turbulencia asociada a oleaje y corrientes de marea, los sedimentos finos de estos sectores son puestos en suspensión y depositados en aguas más calmadas o transportados hacia otros sectores de la bahía. Parte de estos sedimentos, junto con los finos en suspensión aportados por los ríos y esteros, son transportados hacia el interior de la bahía confiriéndole turbidez a sus aguas. Las Pinv se encuentran mejor desarrolladas en el litoral sudeste de la bahía, entre las desembocaduras del estero Aguaclara y del río Chagüí, debido, probablemente, a que este sector recibe gran cantidad de aportes sedimentarios y está protegido, relativamente, de los oleajes incidentes. En esta parte de la bahía las Pinv conforman una franja extensa, hasta de 1.5 km de amplitud, interrumpida por los canales de los ríos y esteros (Figura 3.3.). En mareas altas estos terrenos constituyen un cinturón de bajos y zonas someras que dificultan la navegación de botes y aún de canoas ligeras. Entre tanto, en mareas bajas la morfología típica de estas áreas es la de un plano irregular, ligeramente

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Bahía de Tumaco

inclinado hacia el mar, con formas de relieve bajo consistente en canales de drenaje, elevaciones y depresiones elongadas, oquedades e irregularidades menores. La totalida de las caracterísitcas morfológicas de esta unidad son altamente cambiantes en el tiempo. Las geoformas más características de las Pinv son los estuarios, espigas y flechas, tómbolos y las planicies de marismas, su descripción se detalla en el numeral 4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco.

3.2.2. Ambiente morfoestructural Este ambiente está integrado por los terrenos topográficamente más altos de la bahía de Tumaco, correspondientes a las estribaciones occidentales de las colinas costeras y el conjunto de remanentes rocosos de erosión litoral. Dentro de estos se encuentran los pilares, las paleoplataformas de abrasión, los cuellos, las colinas disactadas, los alcantilados y paleoacantilados, y las plataformas de abrasión (ver descripción más detallada en el Capítulo IV, numeral 4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco).

• Valles aluviales En el área de la bahía de Tumaco los forman los ríos Mira y Patía, que recorren amplias llanuras y traen consigo una gran carga de sedimentos provenientes de la cordillera Occidental, que depositan a lo largo de su recorrido al llegar a terrenos más bajos. En las zonas de influencia de mareas se forman múltiples brazos que originan deltas. • Llanuras de inundación Estas zonas se encuentran a nivel con los cauces de los ríos y se caracterizan por presentar pantanos y lagunas comunes, sensibles a la fluctuación de los ríos cercanos. Típicamente desarrollan una vegetación de pantano con turberas. • Pantanos de agua dulce Se forman en terrenos más bajos inundados por desbordamientos de los ríos. • Terrazas fluviovolcánicas de Nariño Sobre el piedemonte de la cordillera Occidental de Nariño se encuentran acumulaciones fluviovolcánicas,de gran extensión, provenientes de los volcanes ubicados en dicha cordillera al Sur del país. En el terreno se aprecian como una superficie suavemente inclinada hacia la costa, con una red de drenaje distributaria bien incisada y taludes de hasta 10 y 15 metros en las proximidades de los ríos Mira y Patía.

3.3. HIDROGRAFIA

Figura 3.4. Diagrama explicativo de un cuello o ‘notch’.

3.2.3. Ambiente aluvial Estructurado por terrenos anegadizos de relieve plano-cóncavo sobre los cuales corren los ríos y quebradas depositando sus materiales y moldeando el paisaje. El ambiente aluvial está formado por innumerables lagunas, pantanos y llanuras aluviales que han sido cartografiadas en el Mapa No. 4 de Geomorfología de la bahía de Tumaco que y son descritos a continuación:

En la bahía de Tumaco se identifican cinco grandes cuencas importantes: • Cuenca vertiente suroccidental o cuenca del río Mira en su parte norte. • Cuenca o zona de manejo de esteros, localizada en la parte Sur conformada por los esteros Natal, Aguaclara, Resurrección y Trapiche. • Cuenca Suroriental, formada por los ríos Rosario, Mejicano, Caunapí, Gualajo e Imbilpí. • Cuenca Oriental, conformada por los ríos Changüí, Tablones, Colorado y Curay. • Cuenca Norte, que corresponde al sector de Bocas de Curay y la desembocadura del río Patía.

Mapa No. 5 - Hidrografía de la bahía de Tumaco.

Bahía de Tumaco

De los ríos antes mencionados se destacan el Mira, el Rosario y el Patía, de los cuales se hace una descripción detallada: • El río Mira Localizado al Sur de la zona de estudio, posee una cuenca internacional que nace en la zona montañosa volcánica del noroeste ecuatoriano, en las faldas del Mojado, pero su verdadero origen es el río Blanco en Ibarra, al cual se le conoce también como río Chota. Este río crece su caudal con las aguas del lago San Pablo y numerosos afluentes, pero sólo al penetrar al territorio nariñense recibe el nombre de río Mira. La dirección del Mira es noroeste y en la confluencia con el río San Juan entra en territorio colombiano en el municipio de Tumaco para desembocar en el océano Pacífico a través de un delta de aproximadamente 20 km. La hoya hidrográfica corres-pondiente a Colombia cubre una extensión de 4800 km2, su longitud total es de 1993 km, de los cuales 150 km corresponden a territorio colombiano. Unos 25 km antes de llegar al mar se divide en dos grandes brazos, que a su vez se subdividen en esteros y caños transversales.

Figura 3.5. Variación media mensual multianual de caudales (m3/s). Estación San Juan - Río Mira (19801995) Ideam. El principal caudal del río corre por un cauce central que divide a Cabo Manglares en dos sectores. El lecho del Mira en su parte alta está formado por roca consistente y cascajo, mientras que en su parte baja es de aluvión, arena y arcilla. Su cuenca alta es rica en oro, que se explota en forma artesanal. Sus principales afluentes colombianos son los ríos San Juan y Güiza.

El río Mira se considera como el mayor aportante de sedimentos hacia la bahía de Tumaco, debido a que su carga es transportada por el oleaje que tiene un flujo medio de energía en dirección hacia el noreste (Tejada, 2002b).( Restrepo y Kjerfur, 2000). Se calcula para el río Mira, una descarga de sedimentos de 0.234 X 106 ton/año, con un caudal aproximado de 839m3/seg +/-213, dentro de una cuenca de 4.8 X 103 Km2 y una precipitación media anual de 5546 mm. Asímismo, Tejada calculó un transporte potencial de sedimentos cercano a los 94000 m3/año. • La cuenca del río Rosario Conformada principalmente por dos subcuencas; la primera de ellas integrada por la quebrada Pilví o Pilvicito, a la que tributan sus aguas el río Pulgandé y las quebradas India, Ambupí, Sabaneta y Tangereal, entre otras, cubriendo una superficie total de 53080 ha. La otra subcuenca es la del río Imbilpí, con las quebradas Negra, Vaquería, Sabaletas y La Chorrera, entre otras, que cubren una superficie de 37760 ha, y una longitud total de cauce de 68 km (Corponariño - Minambiente, 2000). El río Rosario nace en la cordillera Occidental, su curso es de 75 km y es navegable por sus aguas mansas. Atraviesa por varias zonas que presentan diferentes gradientes de pluviosidad, los cuales oscilan entre los 3000 y 5000 mm/año. En la parte más alta de la microcuenca la precipitación oscila entre los 4000 y 5000 mm/año, representando el 40% de toda la cuenca del río; mientras en su parte media la precipitación desciende hasta los 3500 mm/año y a nivel de la desembocadura está alrededor de los 3000 mm/año, condición que comparte con los ríos Mejicano, Caunapí y Guadalajo. • El río Patía Ubicado al Norte de la bahía de Tumaco, tiene una longitud de 360 km y su hoya hidrográfica cubre una extensión cercana a los 24000 Km2. Su desembocadura forma un delta de más de 500 km2 y cuenta con la cuenca más grande de los ríos colombianos que vierten sus aguas al océano Pacifico, cubriendo un área de 23700 km2, con un caudal de 300 m3/seg, con una carga de sedimentos de 21.1X106ton/año y una precipitación media de 2821 mm/año (Restrepo y Kjerfue, 2000).

45

46

Bahía de Tumaco

Los ríos Mira y Patía poseen amplias llanuras de inundación, sus cauces son meándrico y presentan deltas redondeados con desembocaduras de sus cauces y esteros típicamente estuarinos. Una característica importante es la deflexión presentada hacia el Norte que sufren las diversas bocas de los ríos al llegar al mar, esto debido al ángulo con el que llega el oleaje a la costa.

Balance hídrico A continuación se presenta el balance hídrico registrado en la bahía de Tumaco. Como se observa en la Tabla 3.1. sólo se presenta deficiencia de agua en los meses de octubre y noviembre, con niveles relativamente bajos y un exceso en los niveles de agua durante el resto del año.

3.4 BATIMETRIA De acuerdo con el Mapa No. 5 Batimetría, la zona interior de la bahía de Tumaco se caracteriza por presentar profundidades someras menores a los 10 metros; mientras que la zona exterior, a partir de la línea imaginaria que une a Bocagrande con punta Cascajal, la profundidad aumenta rápidamente debido a que esta línea coincide con el límite de la plataforma continental, registrando profundidades de 1000 metros, a 40 km de la línea imaginaria anteriormente mencionada.

Hacia el interior de la bahía se presentan grandes áreas que se descubren en marea baja y que corresponden a sedimentos provenientes de los ríos que desembocan en la parte más interna de la bahía. Tomando como referencia la enfilación del farillo El Viudo, la isóbata de los 5 metros se extiende hasta unas 3 millas, aproximadamente, en dirección norte. Continuando con ese mismo azimut, la profundidad aumenta hasta alcanzar los 20 metros sin encontrar bajos o áreas que se descubran. Bordeando la isla de El Morro se encuentra el canal de acceso a Tumaco, el cual presenta una profundidad promedio de 6.5 metros, una extensión de 825897 metros, 60 metros de ancho, con taludes 1:6 y una zona de dársena con una longitud de 280 metros sobre el área de muelles. El sector más crítico de este canal se encuentra ubicado en el área conocida como ‘La Barra’, donde la profundidad actual (agosto 2003) alcanza los 3.5 metros en bajamar. Este sector está expuesto a procesos de sedimentación acelerada, por lo cual es necesario efectuar dragados de mantenimiento para alcanzar la profundidad óptima del canal que permita la navegación. En términos generales, al describir la batimetría de la bahía de Tumaco se destacan las extensas zonas de baja profundidad que se encuentran mar afuera de las islas de Tumaco, La Viciosa y El Morro, factor que como se verá en el próximo capítulo constituye la principal protección contra la acción del oleaje.

Tabla 3.1 Balance hídrico de la bahía de Tumaco (balances hídricos para el aeropuerto Tumaco -Nariño / Climatología del Pacífico Colombiano). ENE

FEB

MAR

ABR

MAY

JUN

JUL

AGO

SEP

OCT

NOV

DIC

AÑO

128

124

141

137

136

131

133

132

128

133

128

131

1582

Precipitación (mm)

269

228

220

282

274

289

158

94

97

93

81

132

2217

Almacenaje de

100

100

100

100

100

100

100

62

31

0

0

1

0

0

0

0

0

0

0

0

0

9

47

0

56

42

104

79

145

138

25

25

0

0

0

0

0

691

128

124

141

137

136

131

133

132

128

124

81

131

1526

Evapotranspiración Potencial (mm)

agua (mm) Deficiencia del agua (mm) Exceso de agua (mm) Evapotranspiración real (mm)

Bahía de Tumaco

Asímismo, se detecta que éstas áreas son producto de la sedimentación que se da por la pérdida de velocidad de las corrientes de oleaje y la llegada de los sedimentos provenientes del río Mira, que posteriormente son colonizados por los manglares, dando origen a colchones de manglar que emergen y se convierten en islas.

3.5. EDAFOLOGIA En Colombia existe una gran diversidad de unidades de suelo, formados a través del tiempo como producto de la acción de diferentes factores como: el relieve, el clima, el material parental (roca madre), la vegetación, los microorganismos y el hombre. La determinación de dichas unidades resulta muy compleja y el criterio de agrupación lo constituyen el paisaje geomorfológico y el clima. Así, los suelos en Colombia se han clasificado de acuerdo con el Sistema Taxonómico Americano, según el cual se determinaron nueve unidades de paisaje geomorfológico, con características de humedad, relieve, profundidad, fertilidad, evolución y drenaje (Igac, 1988). • Suelos de montaña denudacional estructural • Suelos de planicie aluvial • Suelos de piedemonte • Suelos de altiplanicie • Suelos de altillanura • Suelos de planicie marina • Suelos de planicie eólica • Suelos de peniplanicie • Suelos de lomerío De acuerdo con esta clasificación en la bahía de Tumaco se encuentran las unidades de suelos que se describen a continuación (POT, 2000):

3.5.1. Suelos de planicie marina Localizados en áreas que bordea el mar, sobre terrenos de topografía plano-cóncava afectados permanentemente por la marea. Son suelos arenosos, generalmente mal drenados, poco evolucionados, con presencia de sales y materiales orgánicos y de baja fertilidad; por lo general presentan vegetación de manglar y otras especies hidrófilas y halófilas.

Entre las formas de relieve asociadas a los suelos de planicie marina se encuentran las playas, las barras marinas y los marismas, entre otras formas litorales.

3.5.2. Suelos de planicie aluvial Se encuentran, principalmente, a lo largo de los ríos que desembocan en la bahía de Tumaco o próximos a esta. Son suelos de clima cálido húmedo y muy húmedo que se desarrollan en terrazas, diques, vegas y otras formas aluviales; poco a moderadamente evolucionados, con limitaciones de uso por presentar fluctuaciones del nivel freático, debido a la alta precipitación, a su reacción ácida y su baja fertilidad. En estas áreas se distinguen las siguientes asociaciones de suelos: • Suelos de guandales y diques naturales Originados por sedimentos de origen aluvial, mezclados con limos y arcilla, presentan una profundidad muy superficial debido a la fluctuación del nivel freático, en la mayoría de los casos permanecen encharcados. Son suelos moderadamente ácidos a muy fuertemente ácidos, con poco fósforo y alto contenido de carbón. • Suelos de terrazas Son suelos formados a partir de sedimentos coluvioaluviales a muy aluviales. Presentan una profundidad efectiva que va de superficial a moderada, debido a la fluctuación del nivel freático; son suelos ligeramente ácidos a fuertemente ácidos y presentan un bajo contenido de fósforo.

3.5.3. Suelos de lomerío En el área central de la bahía de Tumaco se encuentra un sector de colinas con relieve ondulado a quebrado, formado por limolitas, arcillocitas y, en menor proporción, por conglomerados y arenisca que conjuntamente con la unidad climática del área (cálido húmedo y muy húmedo) han determinado la formación de suelos poco evolucionados, con baja saturación de bases, bien drenados, baja fertilidad y profundidad superficial a moderada; estos tienen algunas limitaciones de uso por la presencia de piedras, gravas y gravillas.

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3.5.4. Clasificación agroecológica de los suelos de la bahía de Tumaco La clasificación agroecológica tiene por objeto agrupar los suelos con base en su capacidad para el desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas, forestales o de conservación del medio natural, señalando los problemas más evidentes que pudieran limitar su uso y desarrollo (Igac,1988). El sistema de clasificación agroecológica empleado en Colombia es el Sistema Americano o de las ‘Ocho Clases de Clasificación de Tierras por Capacidad de Uso’ propuesto por Klingenbiel y Montgomery en 1965 y ajustado para nuestro medio por el Igac; en el cual se tienen en cuenta las características morfológicas, las propiedades físicas y químicas de los suelos, al igual que algunos factores extrínsecos como variaciones topográficas y climáticas. A continuación se especifican: Características de los suelos: profundidad de exploración radicular, textura, permeabilidad, fertilidad natural, pH, salinidad y pedregosidad. Características topográficas: pendiente y relieve. Características de drenaje: inundación, encharcamiento y dinámica del nivel freático. Características climáticas: cantidad y distribución de lluvias. En esta clasificación se establecen ocho clases, las cuatro primeras (I-IV) pueden ser explotadas para producir cultivos adaptados a las condiciones climáticas de la zona, como también a pastos y árboles. Las limitaciones de uso y riesgos de daño al suelo se incrementan de la Clase I a la IV. Las clases V a la VII son, en general, adecuadas para la explotación con plantas nativas, principalmente, pastos y árboles. La Clase VIII, debido a los grandes limitantes edáficos, topográficos o climáticos, no tienen aptitud de uso agropecuario y sólo se pueden utilizar para vida silvestre, conservación de la vegetación natural, recreación y propósitos estéticos. De acuerdo con esta clasificación agroecológica, los suelos de bahía de Tumaco se encuentran dentro de las siguientes clases:

• Suelos de Planicie Marina – Clase VIII Suelos afectados por inundaciones frecuentes y encharcamientos continuos, originados por la alta precipitación y el movimiento de la marea. Las inundaciones y la alta salinidad dan a estos suelos una aptitud exclusivamente conservacionista, de protección del manglar. • Suelos de Planicie Aluvial - Clase IV Suelos con limitaciones de uso agrícola, dadas por su baja fertilidad, variaciones del nivel freático y el exceso de lluvias; estas condiciones limitan la aptitud del suelo a unos pocos cultivos mediante el uso de prácticas intensivas de conservación del suelo. • Suelos de Lomerío - Clase VII Los suelos de esta clase presentan limitaciones para su explotación agrícola por las abundantes lluvias que caen durante casi todo el año y el relieve quebrado. Estas condiciones hacen que sean suelos donde se debe mantener la cobertura vegetal boscosa.

3.6. UNIDADES DE PAISAJE Las unidades de paisaje se establecen por las relaciones entre las condiciones climáticas, la forma del relieve, el tipo de suelo y las asociaciones de vegetación que en ella existen. En el sector de la bahía de Tumaco se identifican los siguientes paisajes: fluviomarino o costero, aluvial y de lomerío. • Paisaje fluviomarino o costero Este tipo de paisaje se presenta en los sectores que bordea el mar en terrenos de relieve planocóncavo, afectados permanentemente por la marea. Va desde la línea de costa hacia el continente, en una franja que varía entre 2 y 10 km de ancho, donde hay plena influencia mareal. La zona se caracteriza por presentar un importante número de ríos y esteros que la atraviesan y desembocan al mar. El paisaje fluviomarino corresponde a la franja que bordea la parte central y suroccidental de la bahía de Tumaco; tiene una longitud de costa aproximada de 70 km; hacia el Sur se extiende desde la isla de Tumaco hasta Cabo Manglares, en la desembocadura del río Mira; en dirección norte va hasta la desembocadura

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del río Colorado, con una línea de costa de 35 km, pasando por las desembocaduras de los ríos Rosario, Mejicano, Tablones y Chagüí. La vegetación dominante de este paisaje es el manglar, tolerante a inundaciones y altas concentraciones de salinidad. Las especies más frecuentes en la zona son: Rhizophora mangle, Avicennia germinans, Laguncularia racemosa, Pelliciera rhizophorae; los pantanos con vegetación herbácea (Acrostrichium aureun) y natales (Mapa No.2). • Paisaje de planicie aluvial Este paisaje comprende las zonas planas localizadas detrás de natales, a lo largo de los valles de los ríos Mira, Rosario, Mejicano y Chagüí, y después de los diques de los mismos. Estas áreas son inundadas por la acción mareal, el desbordamiento de los ríos y las lluvias. Los bosques de este paisaje se diferencian del bosque tropical común por que poseen una vegetación natural con tendencia a la homogeneidad, en donde las especies predominantes son el cuangare (Otobo grocilipes) y el sajo (Cammosperma panamensis). • Paisaje de lomerío El paisaje de lomerío se presenta generalmente en la zona de transición entre las terrazas de la planicie aluvial y el piedemonte cordillerano.

Figura 3.6. Paisaje de lomerio, sector de Llanaje bahía de Tumaco.

En esta zona se pueden distinguir dos tipos de lomas, las primeras comprenden áreas muy disectadas que conforman lomas semejantes y de la misma altura; y las segundas comprenden las estribaciones de la cordillera, donde las lomas son de diferentes formas y tamaños (Figura 3.6.). En la bahía de Tumaco el paisaje de lomerío se localiza en el sector central y está conformado por colinas bajas, originadas por disección hídrica y formadas por acumulación de sedimentos del Pleistoceno y el Terciario. Las colinas presentan una vegetación de bosque húmedo tropical mixto, favorecida por las condiciones del relieve. En este paisaje nacen la mayoría de los ríos que surcan el municipio de San Andrés de Tumaco y se localizan las cuencas de los ríos Chagüí, Mejicano y Tablones.

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Mapa No. 6 - Edafología de la bahía de Tumaco.

CAPITULO IV

Aspectos Meteorológicos y Oceanográficos

El Pacífico colombiano experimenta cambios que obedecen a fenómenos de interacción océano-atmósfera como El Niño y La Niña.

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Bahía de Tumaco

Bahía de Tumaco 4.1. ASPECTOS METEOROLOGICOS

4.1.1. Precipitación Este comportamiento es determinado principalmente por la influencia de la Zona Convergencia Intertropical, ZCIT, sobre la región.

El análisis de los valores anuales de precipitación registrados a través del tiempo en la región de Tumaco dan a entender que el orden de precipitación en el área de estudio es de 3066.9 mm, con fluctuaciones entre 1928 mm y 4206.3 mm, donde los valores inferiores sugieren la presencia del Fenómeno de El Niño. Las lluvias tropicales deben su intensidad y abundancia a la fuerte inestabilidad de masas de aire húmedas que son simultáneamente cálidas. El calentamiento diurno acentúa esta inestabilidad y así en la zona son muy frecuentes las precipitaciones en horas de la noche.

La zona de estudio presenta durante la época húmeda temperaturas superiores o iguales a 25.8°C, exceptuando el mes de enero cuyo registro es de 25.5°C, siendo abril y mayo los meses de mayor valor con 26.1°C; condicionada en sus características por el desplazamiento hacia el Norte de la ZCIT en la región Pacífica durante esta época.

Figura 4.1. Variación multianual de la precipitación (mm) en Tumaco (Ideam - CCCP 1992/2001).

Figura 4.2. Variación multianual de la temperatura ambiente (º C) en Tumaco (Ideam - CCCP 1992/2001).

Por estar cerca de la costa la región recibe aire oceánico y por consiguiente hay mayor actividad convectiva. Durante la época húmeda sobre el área de Tumaco se registra un acumulado de precipitación entre 200 a 300 mm/mes, siendo abril y mayo los meses que presentan mayores índices de pluviosidad. Entre junio y julio el área se somete a una época de transición de húmeda a seca, en la que las lluvias disminuyen paulatinamente con rangos que oscilan entre los 150 a 200 mm/mes. La época seca se ubica entre agosto y noviembre, con promedios entre los 50 a 100 mm/mes. Diciembre y enero se podrían calificar como una época de transición de seco a húmedo, donde las lluvias aumentan considerablemente (Figura 4.1.).

Posteriormente, entre julio y diciembre, época seca, la temperatura disminuye y se estabiliza por debajo de los 25.7°C (Figura 4.2.), ajustándose el comportamiento de la temperatura a manifestaciones monomodales, con un período caliente de febrero a junio y otro relativamente frío de julio a enero. Las temperaturas durante el día y la noche, y entre las épocas seca y humeda tienen muy poca variación debido a que la zona se encuentra muy cerca al mar, lo cual ha originado condiciones favorables para sus pobladores y para el desarrollo de la agricultura. El promedio medio anual es del orden de los 25.7°C, con fluctuaciones extremas entre 19.0 y 32.0°C.

4.1.2. Temperatura ambiente

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Las anomalías de la temperatura del aire durante 1999 mostraron valores anómalos intensos entre -0.4 a 1.1°C, relacionándose con la presencia del evento frío de La Niña. En el 2000 se mantuvieron estas anomalías negativas con valores alrededor de los -0.5°C. Desde comienzos de 2001 hasta julio las anomalías negativas oscilaron entre 0.2 y 0.5°C y a partir de julio se ha iniciado una serie de fluctuaciones alrededor de su media climatológica. La información sobre el comportamiento de la precipitación y la temperatura ambiente en la zona de estudio se efectuó a partir de los registros históricos recolectados en la estación climatológica principal del Ideam, ubicada en el CCCP, en el lapso correspondiente a los años 1992 - 2001.

4.1.3. Humedad, presión y evapotranspiración La humedad relativa, de acuerdo con los registros históricos obtenidos desde el año de 1992 hasta el 2001, oscila en un rango del 80 al 90% durante el transcurso del día, correspondiendo los porcentajes más altos a las horas de la mañana, debido a que la temperatura del aire es más baja. También se observa incremento en este parámetro cuando se generan precipitaciones, alcanzando valores por lo general entre el 94 y 96%.

Figura 4.3. Variación multianual de la humedad (%) en Tumaco (Ideam - CCCP 1992/2001).

Asímismo, se deduce que la razón por la cual se generan altos valores de la humedad relativa en el área de Tumaco se debe a la constante permanencia de aires fríos. El promedio multianual para este parámetro es del 86%, con valores medios muy constantes durante el transcurso del año, mostrando durante los meses de julio y agosto los menores registros con el 85% (Figura 4.3.). La presión atmosférica media sobre el nivel del mar en la región baja por temporadas hasta los 1008 mb y sube hasta los 1012 mb, dependiendo de la situación sinóptica que se esté presentando (Ideam, 1998). La evapotranspiración potencial fluctúa entre 100 y 150 mm por mes, valores que resultan mayores que los promedios de lluvia mensual entre julio y diciembre.

4.1.4. Vientos La bahía de Tumaco se caracteriza por un fenómeno de viento local denominado brisa marina. Frecuentemente, al final de la mañana se establece un viento que sopla del mar, alcanza su intensidad máxima al comienzo de la tarde, después disminuye progresivamente y cesa en la noche. La intensidad de esta brisa es mayor cuando el día es cálido, pero puede ser menor cuando el día está nublado. La causa de este movimiento del aire es la diferencia de calentamiento de la superficie del mar y de la tierra causado por la radiación solar. Otro factor a tener en cuenta lo constituye la incidencia sobre la región de los vientos Alisios, los cuales se ven afectados por la ZCIT. Cuando ésta se localiza sobre el área hace que converjan aquí los vientos Alisios provenientes del Noreste y los Alisios del Sureste. Cuando la ZCIT se desplaza hacia el Norte, en la región predominan los vientos del Sureste, que adquieren localmente componentes SW y NW. Según el desplazamiento de la ZCIT hay cambios en la intensidad y dirección del viento en el Pacífico colombiano. Desde enero hasta marzo predomina el viento con dirección desde el Norte, lo cual corresponde a la máxima posición sur de la ZCIT. Desde junio hasta octubre hay debilitamiento de los Alisios del Noreste y en septiembre su área de influencia y sus fuerzas son mínimas.

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Figura 4.4. Velocidad (m/s) y dirección (º) del viento en la bahía de Tumaco. En la gráfica se observan las tendencias de velocidad y dirección del viento en la bahía de Tumaco (Figura 4.4.). Las características del viento sobre la bahía de Tumaco también dependen de la hora del día en que se observen, por ejemplo: en la mañana el viento por lo general presenta una tendencia no muy definida, proveniente del Sur, Suroeste y Oeste; con velocidades que fluctúan de 0.5 a 3.0 m/s. En la tarde la tendencia del viento por lo general es del Suroeste y Oeste, con velocidades un poco mayores de 3.5 a 7.5 m/s. Lo anterior corresponde a las mediciones obtenidas en el CCCP desde 1994 en estaciones fijas, con monitoreos quincenales. De acuerdo con los datos de viento tomados de la estación automática del CCCP, los cuales fueron promediados en forma diaria durante el período de muestreo de 1999 y el 2000, se observa que el viento sufre cuatro cambios de dirección y velocidad en el día, generando así cuatro períodos: • 08:00 a 12:00 velocidad varía de 2.5 a 4.5 m/s y la dirección de 240 a 263° • 13:00 a 15:00 velocidad oscila de 5.3 a 5.8 m/s y la dirección de 291 a 312° • 16:00 a 19:00 velocidad oscila de 2.7 a 4.1 m/s y la dirección de 295 a 308° • 20:00 a 07:00 velocidad oscila de 1.6 a 2.4 m/s y la dirección de 254 a 289°

Con base en las mediciones de la estación meteorológica del CCCP se describe, aunque preliminarmente, el comportamiento del viento superficial mes a mes así: • En enero se observa el predominio de vientos procedentes del W, en menor cantidad del WSW y WNW en ese orden; aunque también se presentaron vientos procedentes del SW, SSW, S, ESE y del E. La velocidad se mantuvo variable entre los 1 y 6 nudos, observándose en algunos casos rachas de velocidad con rangos entre 7 y 10 nudos. • Durante marzo se observaron direcciones del viento muy variables, no obstante los vientos predominantes fueron de componente W-WSW con velocidades que oscilaron entre 4 a 10 nudos. En este mes también se observaron vientos provenientes del E, con velocidades ligeras entre 1 a 6 nudos. • Para abril se presentaron vientos en su mayoría del SW, en menor cantidad se observaron vientos de componente WSW, S y SSW, dentro del margen de velocidad comprendido entre 4 a 6 nudos; hubo incremento en la velocidad con rangos entre 7 a 10 nudos para vientos que provenían del W. • Durante mayo se obtuvieron principalmente vientos del W, en menor proporción direcciones del SW, WSW y WNW, con velocidades constantes entre 4 a 6 nudos. • En junio se tiene un comportamiento con predominio del componente W, con velocidades entre 4 y 6 nudos en promedio; asímismo se presen-taron vientos provenientes del SW y del WSW con el mismo rango de velocidad. • Para julio hubo dos componentes predominantes de dirección del viento: W y WNW, con velocidades promedio entre 4 a 6 nudos. • En agosto se observaron vientos provenientes de WNW y W, en su mayoría con velocidades entre 4 a 10 nudos; de igual forma, se presentaron direcciones que oscilaron entre S, SSW y SW manteniendo el rango de 4 a 6 nudos. • Comportamiento similar al de agosto presentó el mes de septiembre, salvo que hubo más concentración de vientos procedentes del W, con velocidades entre 4 a 6 nudos. Se observaron vientos del WNW, cuyas velocidades presentaron incremento con valores entre 4 a 10 nudos.

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Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Figura 4.5. Rosas de vientos mensuales para Tumaco (enero - junio), con base en los datos colectados en la estación ubicada en la Base de Infanteria de Marina, isla de El Morro.

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Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

Figura 4.5. Rosas de vientos mensuales para Tumaco (julio - diciembre), con base en los datos colectados en la estación ubicada en la Base de Infanteria de Marina, isla de El Morro.

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• Durante octubre predominaron vientos procedentes del W en su mayoría y en menor cantidad provenientes del WNW. El rango de velocidad se mantuvo entre 4 a 6 nudos, aunque se observa un incremento con valores que oscilan entre 7 a 10 nudos, que vendrían a ser calificados como vientos moderados. No se presenta descripción para febrero, noviembre y diciembre, debido a los vacíos en la base de datos. Asímismo, se resalta que dada la corta duración de los datos obtenidos no se pudo efectuar un tratamiento estadístico que permita determinar el clima de vientos de la región; por tal razón sólo se presenta la información descriptiva válida para la época de los datos y utilizable como referencia indicativa para otras variables climáticas a analizar dentro de esta publicación.

4.2. CARACTERIZACION FISICOQUIMICA 4.2.1. Comportamiento de los diferentes parámetros de calidad de las aguas de la bahía de Tumaco Existen tres indicadores para determinar la calidad del agua marina, entre ellos se encuentran: el Oxígeno Disuelto (OD), la Demanda Biológica de Oxígeno (DBO) y la materia en suspensión (SST). Otros parámetros son: el pH, la temperatura, la salinidad y la presencia de elementos minerales nutritivos (N y P) indispensables para el desarrollo de organismos. El estudio de la caracterización fisicoquímica y la variación del comportamiento de estos parámetros para establecer la calidad de las aguas en la bahía de Tumaco ha sido desarrollado por el CCCP desde 1997. El comportamiento de los parámetros estudiados constituye una herramienta básica para la evaluación del estado actual del ecosistema de la bahía, por lo que son ellos los que controlan la vida en el medio acuático. Este análisis se basa en la variación de rangos de valores de cada uno de los parámetros durante las diferentes fases de marea. Los datos son obtenidos a través de una serie de 33 estaciones distribuidas en una grilla que cubre todo el espejo de agua de la bahía, incluyendo el área interna de las islas de Tumaco y El Morro (Figura 4.6.).

Figura 4.6. Estaciones de medición de parámetros fisicoquímicos en la bahía de Tumaco y alrededores de las islas de El Morro y Tumaco. Con base en los datos obtenidos por el CCCP a lo largo de los últimos cinco años, se ha establecido la calidad del agua de la bahía y la variabilidad de los datos de cada parámetro con los cambios de marea. Los niveles obtenidos para el área de estudio se encuentran dentro de los rangos normales reportados en la literatura para aguas marinas y estuarinas del Decreto 1594 de 1984.

4.2.1.1. Salinidad superficial del agua Los cambios de la salinidad del agua en superficie se deben, principalmente, a los procesos de evaporación y precipitación.

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Tabla 4.1. Criterios de evaluación de algunos parámetros fisicoquímicos. Fuente: Informe CCCP 1998. Parámetro pH

Valor 6.5 - 8.5

Referencia

Criterio

Decreto 1594/84. M.S de Colombia

Rango Normal, Agua Marina y Estuarina

NO2-

0-2 µg.at.N-NO2/L

Carpenter, 19

NO3-

0-30 µg.at.N-NO3/L

Carpenter, 1975

NH4+

0-25 µg.at.N-NH4+/L

Carpenter, 1975

PO4-3

0-0.65 µg.at.P-PO4/L

García, 1970

OD

2.8 ml O2/l

Decreto 1594/84. M.S de Colombia

Rangos en el Océano

Rango Normal, Agua Marina y Estuarina

Así, durante la evaporación se pierde agua en forma de vapor, aumentando la concentración de sales. El proceso de precipitación agrega agua, provocando una disminución de la salinidad. Los valores de salinidad más bajos se encuentran en las zonas más lluviosas y en las cercanías de las costas donde desaguan los grandes ríos. Las características de la salinidad del agua para la bahía de Tumaco indican una época de más baja salinidad durante el primer trimestre del año, con valores más bajos sobre el sector interno, como consecuencia del aporte continental de importantes afluentes del Pacífico, entre los que se cuentan los ríos Mejicano, Rosario, Curay y Tablones. Los valores de salinidad sobre este sector pueden variar de 12 a 22 psu (también ups o unidades prácticas de salinidad), dependiendo del aporte de los ríos, de las lluvias y del comportamiento del régimen mareal.

La temperatura afecta tanto la distribución de muchas especies marinas, fitoplancton y peces en general, como la velocidad de las reacciones de descomposición de la materia orgánica.

Figura 4.7. Distribucción superficial de la salinidad, en ups en la bahía de Tumaco.

Figura 4.8. Distribucción de los valores promedios de la temperatura para la bahía de Tumaco.

Al Oeste de la bahía se registra una zona más salina, con valores que oscilan de 26 a 30 psu, influenciados por las corrientes oceánicas (CCCP, 2000) (Figura 4.7.). Para el segundo semestre del año las salinidades aumentan llegando a valores de 30 a 32 ups (Figura 4.7.) y el aporte costero no es tan importante como durante el primer semestre del año (CCCP, 2000), lo cual coincide con lo anotado en la descripción de los parámetros meteorológicos, donde se reseña que las precipitaciones son mayores durante el primer semestre del año.

4.2.1.2.Temperatura superficial del mar

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Igualmente, altera parámetros físicos como la densidad del agua y la solubilidad de los gases, entre ellos el oxígeno, compuesto indispensable para la respiración de los organismos. Los valores promedios de temperatura obtenidos entre los años 1997 y 2001 se muestran en la Figura 4.8., donde se aprecian núcleos de mayor temperatura sobre las zonas someras y sobre las descargas continentales provenientes de ríos o aguas residuales de la isla de Tumaco, principalmente.

4.2.1.3. Comportamiento del oxígeno disuelto, O2 La distribución del oxígeno en cuerpos de aguas naturales está determinada por el intercambio gaseoso a través de la superficie del agua, la producción fotosintética, el consumo respiratorio y por procesos físicos de advección y difusión. En la bahía de Tumaco el oxígeno disuelto superficial varía entre 2.32 y 4.37 mL/L en marea baja y entre 3.42 y 4.70 mL/L en marea alta. La región central y la de mayor influencia oceánica corresponden a las zonas que presentan los mayores valores de oxígeno; mientras que la región este y sureste son las que presentan menor cantidad de oxígeno, sin que las variaciones sean significativas como para que se genere un gradiente muy marcado de distribución. Es esta la razón por la cual en la Figura 4.9. se observa una distribución muy uniforme para los dos períodos de marea, con un aumento en la concentración durante la marea alta, por lo que durante este período llegan aguas oceánicas limpias y ricas en oxígeno disuelto. El oxígeno en el fondo de la bahía se encuentra en un rango de concentración que va de 3.3 a 4.4 mL/L, en marea alta; y entre 2.7 y 4.3 mL/L ,en marea baja, lo cual representa un valor más alto de lo esperado, pues por los diferentes procesos que ocurren en la bahía a nivel de fondo debería presentarse un mayor consumo de éste. Estos valores de fondo tan similares a la superficie muestran la poca o mínima estratificación que tiene la bahía debido a los intercambios de agua realizados por las corrientes, especialmente los generados por la marea. Los procesos que se llevan a cabo en la bahía que involucran consumo y producción de oxígeno se realizan de forma tal que la disponibilidad es permanente sin llegar a eventos de hipoxia o anoxia.

Figura 4.9. Distribucción del oxígeno disuelto en la bahía de Tumaco (pleamar y bajamar) en el 2001. En cuanto al consumo, éste puede ser considerado el necesario para la limpieza del ecosistema en la zona de mayor degradación de materia orgánica y para el sostenimiento de la vida acuática, por lo que siempre hay presencia de oxígeno inclusive en el fondo. Los niveles bajos de oxígeno disuelto, OD, (2.32 mL/L) que se han presentado, eventualmente, en la bahía son de carácter puntual y han sido relacionados con las descargas de aguas domésticas en cercanías a la isla de Tumaco o en la zona cercana a la desembocadura de los ríos. Sin embargo, con el cambio de la marea de baja a alta, el oxígeno de la bahía tanto superficial como de fondo se ve recuperado (Figura 4.9.). Se puede concluir que el OD presente en la bahía de Tumaco no es un limitante para los diferentes procesos químicos y bioquímicos que se llevan a cabo, favorecido, además, por el cambio de marea puesto que entre marea baja y marea alta se presenta un 8% de variación positiva.

4.2.1.4. Distribución de la materia orgánica La materia orgánica al igual que la DBO tienen un comportamiento inversamente proporcional al del OD,

Bahía de Tumaco

puesto que donde se detecta la menor cantidad de oxígeno es donde se presenta la mayor cantidad de materia orgánica y la mayor DBO. La materia orgánica proviene del plancton y especialmente del bolo fecal del tracto digestivo de los animales, también se produce por las plantas muertas del fondo y otra parte es transportada por los ríos. Los microorganismos consumen esta materia orgánica, agotando el oxígeno disponible del ecosistema. Los ríos, además de materia orgánica, arrastran lodo en el que viven muchas de las comunidades ecológicas del fondo, los bentos. En la zona sureste de la bahía se observan las mayores concentraciones de materia orgánica y la mayor presencia de lodos, por ser el área de desembocadura de los ríos y una de las zonas más vegetada por mangle, incluyendo los esteros. Gracias a la disponibilidad permanente de OD, en la bahía de Tumaco la oxidación de la materia orgánica no llega a producir zonas de hipoxia ni eutrofización, puesto que en el balance general de la oxidación de la materia orgánica puede ser mayor la producción que el consumo del oxígeno presente; además, porque dentro del ciclo de marea entran permanentemente aguas más frías, más claras y ricas en oxígeno.

Como resultado de estos procesos, la bahía evidencia presencia permanente de materia orgánica, nutrientes y OD, con gradientes de concentración que van de la zona más cercana al continente a la zona oceánica. La distribución de la materia orgánica está controlada tanto por procesos biológicos como físicos, pues el proceso de oxidación depende de la temperatura, del oxígeno disponible y de la microfauna presente, entre otros factores. Esta distribución se aprecia en la Figura 4.10., donde la mayor concentración se presenta hacia el Sureste de la bahía, área que por excelencia es la más rica en materia orgánica; asímismo, es la que registra mayor cantidad de nutrientes y más alta productividad primaria, siendo la menos salina, debido a la fuente directa que posee como es la de los ríos que allí llegan. Se ha observado que en las dos fases de marea se presentan concentraciones más altas en el fondo de la bahía que en la superficie, lo cual se explica por el proceso de sedimentación y la condición de aguas someras de la mayor parte de la bahía que hace que la materia orgánica se deposite rápidamente en el fondo.

4.2.1.5. Demanda biológica de oxígeno, DBO5

Figura 4.10. Distribucción de la materia orgánica en la bahía de Tumaco en marea alta y baja en el 2001.

La DBO 5 en cualquier ecosistema costero es inversamente proporcional al comportamiento del OD, como se dijo anteriormente. Esto obedece a la disponibilidad de materia orgánica y la actividad bacteriana en el proceso de oxidación. La DBO mide sin dificultad el carbono orgánico biodegradable. En la bahía de Tumaco estos valores medios oscilan entre 0.48 (0.69 mg/L) y 1.48 mL/L (2.11 mg/L) (Tabla 4.2.), para las dos fases de marea. El promedio general de la DBO para el área de estudio es de 0.87 mL/L (Figura 4.11.). Los estuarios no contaminados suelen tener una DBO de 0.7 a 1.4 mL/L (Kiely, 1999), lo que permite catalogar las aguas de la bahía de Tumaco como de buena calidad. La variabilidad de los datos está directamente ligada con los aportes de materia orgánica provenientes de los ríos en la zona sureste y hacia las islas de El Morro y de Tumaco por recibir el vertimiento de aguas servidas de la población asentada.

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Figura 4.11. Distribucción superficial de la DBO5 (mL/L). Hacia la zona externa de la bahía la DBO presenta el menor rango de fluctuación, así como también la menor variabilidad de salinidad y los mayores valores del OD. En esta área los valores de la DBO no superan los 1.15 mL/L en superficie y los 1.30 mL/L en el fondo. Tal como se observa en la Figura 4.11., las zonas que se ven con valores más altos de DBO durante los episodios de marea baja se recuperan durante la marea alta con un porcentaje de variación del 20.1%, (Tabla 4.2.), favoreciendo la dilución de las aguas y la disminución en el consumo de oxígeno por parte de los organismos. Hacia el área de las islas de Tumaco y El Morro los valores de la DBO se encuentran en un rango de 3.3 y 0.1 mL/L en marea alta y 8.03 y 0.14 mL/L en marea baja, respectivamente.

Debido al continuo aporte de aguas residuales, sin ningún tipo de tratamiento por parte de los asentamientos humanos ubicados en las dos islas y por la misma dinámica del área, esta zona presenta mucha variabilidad en sus propiedades fisicoquímicas.

4.2.1.6. Nutrientes El nitrógeno, N, y el fósforo, P, son de gran importancia para la vida acuática. El conocimiento de su concen-tración permite explicar la distribución de los orga-nismos y sus ciclos anuales (Margalef, 1982). Los nitra-tos representan la forma más oxidada del nitrógeno inorgánico y los nitritos son las sustancias intermedias que se presentan durante el proceso de oxidación del amonio a nitrato.

Tabla 4.2. Valores promedios de los parámetros fisicoquímicos en las fases de marea para la bahía de Tumaco, según monitoreos del CCCP. PARÁMETROS

PH

SAL. UPS

OD

NO3

mL/L µg-at P/L

NO2

NH4

µg-at N/L

µg-at N/L

[PO4]-3

DBO5

µg-at P/L

mL/L

TRAN m

Marea alta superficie

7.92

23.15

3.9

0.44

0.26

0.43.

0.81

1.31

1.21

Marea baja superficie

7.69

17.5

3.58

0.77

0.37

0.54

1.06

1.64

0.92

% de variación

3.00

32.3

8.93

-39.0

-29.7

-23.6

-20.4

-20.1

43.5

Fuente informe CCCP, 2001.

Bahía de Tumaco

Los niveles de amonio (NH3 + NH4+) se deben a la actividad biológica, principalmente (Carpenter y Capone, 1983). En el área cercana a las islas de Tumaco y El Morro la mayor fuente de N se presenta en forma amoniacal (NH4+), con un variación entre 12.1 y 0.01 µg - at N/L, debido a la continua introducción de materia orgánica por los vertimientos de las aguas servidas que hace la población. Los nitratos proceden, especialmente, de la escorrentía de ríos y esteros convirtiéndose en un aporte importante de N a la bahía.

4.2.1.6.1. Distribución del amonio El amonio es una forma muy común en los ecosistemas estuarinos y su permanencia es constante a lo largo del ciclo anual. En ocasiones su disminución está relacionada con una mayor actividad fotosintética o una mayor oxigenación del agua, sin ser una regla.

En la Figura 4.12. se apreciar que en las dos fases de la marea se presenta este nutriente, tanto en la superficie como en el fondo de la bahía. Sin embargo, esta distribución no es uniforme ya que pueden ser fuentes puntuales de N y P de las cercanías a las desembocaduras de los ríos, los depósitos de materia orgánica, la resuspensión y oxidación del detritus; por esta cantidad de fuentes se presentan en varias ocasiones núcleos de alta concentración en varios lugares de la bahía. Se ha mostrado que las mayores concentraciones de amonio están hacia la zona sureste de la bahía, lugar donde desembocan los ríos Rosario y Mejicano. Otro núcleo de concentración se aprecia alrededor de Vaquería, en la zona suroeste, posiblemente por el arribo de aguas provenientes del río Mira. Los valores máximos para el amonio en la bahía están entre 4.81 y 1.72 µg - at N/L, para superficie y entre 6.78 y 1.84 µg - at N/L, para el fondo, mientras que los mínimos valores están en 0.19 y 0.22 µg - at N/L, para superficie y entre 0.59 y 0.45 µg - at N/L, para fondo, tanto en marea alta como baja. Los valores altos se encuentran asociados a salinidades bajas y los menores a salinidades altas. Sin embargo, en la Figura 4.12. se aprecia el efecto que ejercen las corrientes empujando los nutrientes que salen de los ríos hacia punta Laura, creando un núcleo de alta concentración, especialmente, en el fondo y durante la marea baja. En la superficie, aunque sigue presentándose este represamiento del amonio en esta área, es un poco menos marcado que en el caso anterior. Durante la marea alta la distribución es similar, pero con menor concentración por lo que se presenta el efecto de dilución.

4.2.1.6.2. Distribución de nitratos

Figura 4.12. Distribucción del amonio en la bahía de Tumaco, en marea alta y baja durante el 2001.

Los valores promedio de esta forma nitrogenada tienden a ser más bajos comparados con los del amonio para el caso de la bahía de Tumaco. Las concentraciones de nitratos (N03-N) halladas en la zona de estudio son superiores a 1.0 µg at N/L, sólo durante la marea alta y en puntos específicos del Sureste de la bahía, encontrándose los máximos valores asociados a las aguas de salinidades bajas.

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Bahía de Tumaco

Los valores más altos se acercan a 3.0 µg at N/L, mientras que para mientras que para el resto del área los valores fueron inferiores a 1.0 µg - at N/L. Como se observa, los nitratos al igual que los otros nutrientes tienden a disminuir en la superficie y a acumularse en el fondo, pero en zonas muy someras puede darse una resuspensión de estos en momentos en que las corrientes pierden fuerza y comienzan a salir hacia el océano. Esta puede ser la situación de punta Laura durante el período de marea baja (Figura 4.13.), donde se observa un núcleo fuerte que a su vez es mayor en la superficie que en el fondo.

Mientras que la mínima en superficie fue de 0.01 µg at N/L, y de 0.01 y 0.03 µg at N/L en el fondo, tanto para marea alta como baja, respectivamente.

Figura 4.13. Distribucción de nitratos en la bahía de Tumaco, en las dos fases de marea, durante el 2001.

Figura 4.14. Distribucción de fosfatos en la bahía de Tumaco, en las dos fases de marea, durante el 2001.

Para los nitratos las máximas concentraciones que se presentaron durante los cinco años de muestreo fueron de 2.95 y 0.77 µg at N/L, en superficie, y 1.4 y 0.89 µg at N/L, en el fondo.

4.2.1.6.3. Distribución de los fosfatos En la bahía de Tumaco la entrada de nutrientes, entre ellos el fósforo, P, se produce desde el fondo, donde el material se hunde y se acumula, o por los aportes directos de las escorrentías de los ríos cuando desembocan en la bahía. También tienen que ver en este proceso los residuos líquidos domésticos provenientes de la población de la isla de Tumaco.

Los nutrientes y la materia orgánica de estos sedimentos poseen cantidades variables de P, que superan la capacidad de fijación, originando una continua liberación de éste nutriente hacia la columna de agua.

Bahía de Tumaco

En la Figura 4.14. se observa que, tanto para marea alta como marea baja, las mayores concentraciones de P se encuentran en la superficie. Esto se debe a varias razones; una de ellas está relacionada con la metodología de muestreo, ya que durante la marea baja varias estaciones sólo pueden ser muestreadas a nivel superficial. La otra razón es de carácter físico, puesto que los mayores aportes de los fosfatos provienen de aguas dulces, las cuales por diferencia de densidad van en la parte superior de las aguas marinas. El fósforo regresa a la superficie a consecuencia del mezclado físico, por corrientes verticales, por difusión y resuspensión. Estos procesos son responsables de que algunas de las áreas sean más productivas que otras. Es así como en la Figura 4.14. se observan dos núcleos de mayores concentraciones: uno alrededor de la isla de Tumaco, por ser un lugar donde se encuentra el mayor asentamiento humano con aportes de aguas ricas en fosfatos, provenientes del uso de detergentes caseros; y otro en la zona de la desembocadura de los ríos, al Sureste de la bahía, por el aporte continental de estos, con una pluma de entrada hacia punta Laura. Los fosfatos, al igual que los otros nutrientes, presentan una permanente variación tanto espacial como temporal. Sus niveles medios oscilan entre 0.09 y 1.06 µg - at P/L. En mares fértiles estos pueden alcanzar hasta 1.6 µg - at P/L (Margalef, 1982).

4.2.1.7. Transparencia La transparencia es uno de los factores limitantes en la producción primaria, pues ésta es la medida de la penetración de la luz que se hace mayor en aguas oceánicas y menor para las aguas costeras, debido a la influencia de los sólidos en suspensión provenientes de los ríos, sustancias orgánicas disueltas y de organismos vivos microscópicos como el fitoplancton. El sector correspondiente a la parte interna de las islas de Tumaco y El Morro (Figura 4.6.) es una zona que no se encuentra expuesta a la influencia directa del mar, sin embargo, se observa una buena transparencia de las aguas al igual que en la zona central y oceánica de la bahía, principalmente durante la marea alta.

El valor promedio de la transparencia medida con disco Secchi para la bahía durante marea baja es de 1.3 m y para marea alta de 1.8 m. Los lugares con influencia de aguas oceánicas como la estación 10, denominada ‘El Quesillo’, situada al Noroeste de la isla de El Morro, y las estaciones ubicadas hacia el centro del área de estudio (11, 12 y 13) (Figura 4.6.) presentan las aguas más claras y, generalmente, de mayor transparencia, con rangos que oscilan entre 50 470 cm y 30 - 320 cm, para marea baja y alta, respectivamente. Los valores promedio mensuales de la transparencia oscilan entre 54 y 180 cm, con un promedio global de 111 cm; estos valores hacen que la zona oriental de la bahía muestre aguas turbias con mayor concentración de sólidos en suspensión, por la influencia de la desembocadura de los ríos, siendo el Rosario el de mayor caudal y en consecuencia el que trae consigo la mayor cantidad de partículas en suspensión.

4.2.2. Influencia de la marea en los parámetros fisicoquímicos Un factor que influye en la variación de concentración de los diferentes parámetros fisicoquímicos y biológicos es la marea, por lo que se considera un factor determinante de la calidad del agua para la bahía de Tumaco (CCCP, 2000). Esta variación de nivel que se lleva a cabo diariamente, con un rango de 2.5 m en promedio y un régimen semidiurno en la bahía, provoca una dilución y una concentración de los distintos parámetros, así como variaciones en los valores de otros parámetros fisicoquímicos. Al comparar la salinidad con la altura de la marea en dos puntos del área de estudio con diferentes características, como son la zona de influencia oceánica y la zona de influencia costera, se observa que para la primera se presenta poca variación en los valores de salinidad; contrario a la gran variabilidad registrada por ésta en la zona de influencia costera, con un notable incremento de los valores en marea baja y una disminución en marea alta, con un porcentaje de variación de 32.3 % entre estas dos (Tabla 4.2.) (Figura 4.15.).

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Bahía de Tumaco

Figura 4.15. Distribucción superficial de la salinidad en la bahía de Tumaco. Los nutrientes presentan una tendencia similar a la salinidad, sin embargo, en algunos puntos no muy profundos de la bahía este comportamiento no obedece a los cambios de marea. Estos comportamientos son diferentes durante un cambio de marea, dado que los vegetales para llevar a cabo la fotosíntesis necesitan nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, sílice, hierro, bióxido de carbono y otros elementos que fijan del agua del mar (Figura 4.16). Otra forma de observar el efecto de dilución que ejercen las aguas oceánicas entrantes a la bahía se aprecia al comparar en marea baja y alta la distribución espacial de los parámetros fisicoquímicos. En las Figuras 4.9. y 4.11 se observa la distribución superficial del OD y la DBO5; amonio y nitratos en la Figura 4.16.; nitritos y fosfatos en la Figura 4.17. Los valores promedio para cada parámetro en bajamar y pleamar se identifican en la Tabla 4.2. El aporte de nutrientes por parte de las fuentes tanto alóctonas como autóctonas favorece su disponibilidad permanente, ya que a pesar de ser consumidos por algas y microalgas no se llega a casos donde los nutrientes no sean detectados (Figura 4.10.).

Esto se debe a la permanente presencia de materia orgánica, que se encuentra en partículas suspendidas; la constante presencia de oxígeno, y por supuesto, de bacterias reductoras que favorecen este proceso. En las Figuras 4.16. y 4.17. se establece que el gradiente de concentración en términos generales para cada uno de los parámetros se presenta en sentido del continente hacia el mar. El fenómeno de dilución y concentración se hace notorio, especialmente, hacia la zona donde se encuentran los mayores aportes continentales, por lo que es allí donde se encuentran las concentraciones más altas. Los procesos de oxidación de la materia orgánica encuentran en las aguas de origen oceánico un suministro continuo de oxígeno, de tal forma que no se alcanzan valores que constituyan una limitante para el ecosistema. Tal como se observa en la Figura 4.10., los valores de OD se recuperan durante el período de marea alta en toda la bahía (Tabla 4.2.). Otros parámetros como la transparencia y los sólidos suspendidos presentan un comportamiento similar a la salinidad, es decir, mayor concentración

Bahía de Tumaco

Figura 4.16. Distribucción superficial del amonio (µg at N/L) y nitratos (µg at N/L) en marea alta y marea baja. de sólidos suspendidos hacia la zona oriental donde llega el mayor aporte de los ríos a la bahía y mayor transparencia hacia la zona oceánica, aguas limpias, claras y transparentes (Figura 4.18.).

En la variación de los niveles de los diferentes parámetros en términos de porcentajes, durante el paso de marea alta a marea baja, se registra un incremento de 39.0% para los nitratos; 29.7% para los nitritos;

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68

Bahía de Tumaco

Figura 4.17. Distribucción superficial de fosfatos (µg at P/L) y nitritos (µg at N/L) en marea alta y marea baja. 23.0% para el amonio; 20.4% para el fósforo; 3.0% para el pH; 32.3% para la salinidad; 8.93% para el OD y 1.64% para la DBO. La transparencia se incrementa en un 43.5% en el cambio de marea baja a alta.

4.3. DINAMICA MARINA Esta sección recopila información relacionada con mareas, oleaje y corrientes, éstas últimas inducidas

Bahía de Tumaco

Figura 4.18. Distribucción superficial de sólidos suspendidos (mg/L) y transparencia (m) en marea alta y marea baja. tanto por el oleaje como por otros factores como la misma marea, los aportes fluviales y las variaciones termohalinas de la bahía de Tumaco. Si bien habla del comportamiento de estas variables en toda

la bahía, hace especial énfasis en lo que ocurre en cercanías de las islas que conforman el casco urbano de Tumaco, área conocida localmente como la bahía interna.

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Bahía de Tumaco

4.3.1. Mareas 4.3.1.1. Fuentes de datos La información necesaria para la definición del régimen medio de niveles del mar se ha obtenido del mareógrafo instalado en el terminal marítimo de Tumaco. Las series de datos han sido suministradas por el Ideam, comprendiendo mediciones desde el primero de noviembre de 1951. Estas presentan numerosos vacíos que sólo permitieron contar con siete años completos de datos horarios de los 51 posibles: 1957, 1960, 1961, 1971, 1981, 1982 y 1985. Teniendo en cuenta esto y la proximidad en el tiempo de tres años completos (1981, 1982 y 1985), se seleccionaron éstos para hacer los análisis que a continuación se presentan. Es de anotar que también se utilizaron de forma complementaria datos mareográficos colectados por el CCCP durante los años 2000 y 2001, en tres puntos de la bahía de Tumaco, los cuales se establecieron con el fin de comprender mejor las variaciones de la onda de marea al ingresar a la zona.

4.3.1.2. Niveles de referencia El cero o nivel de referencia vertical en Colombia está definido por la estación mareográfica de Buenaventura, este cero para alturas representa el nivel medio del mar y para la medición de profundidades coincide con el nivel promedio de las bajamares de sicigia, época en que se producen las mayores mareas a consecuencia de la alineación del sol, la luna y la tierra. Estas referencias han sido transferidas hasta Tumaco mediante nivelación convencional, por tanto las lecturas de la mira y mareógrafo de Tumaco, aunque con un cero arbitrario, pueden aludir a los mismos niveles de referencia. Es de anotar que el cero de la mira de Tumaco ha sido cambiado en varias ocasiones y para el 2002 estuvo muy cercano al nivel medio de las bajamares de sicigia. El Ideam, entidad nacional encargada de la recolección de información mareográfica, reporta para Tumaco un promedio multianual de pleamares de 2.807 metros y de bajamares de 0.294 m; un rango medio de marea de 2.513 m, y el nivel medio del mar para la última década de 1.530 metros (Ideam, 1997).

Estos datos difieren en parte de los hallados en el presente estudio como se apreciará más adelante.

4.3.1.3. Régimen medio del nivel del mar total El nivel del mar total con respecto al cero del puerto está compuesto por la suma del nivel del mar debido a la marea astronómica y el de la marea meteorológica. El nivel del mar total se separa mediante un análisis armónico de las componentes de marea en marea astronómica y marea meteorológica. Dado que la marea astronómica es determinista, bastará para su definición establecer la amplitud y fase de sus componentes principales. La marea meteorológica, asociada a las perturbaciones atmosféricas, tiene un carácter aleatorio, por lo que es necesario definir su distribución estadística, tanto para el régimen medio como para el extremal (Gioc, 2001). Para el caso de Tumaco y con base en los datos horarios del nivel de marea medidos en 1985, tomado como año de referencia, se obtuvo el régimen medio del nivel del mar expresado en la Figura 4.19. Es de anotar que el régimen es más confiable en la medida que sea más extensa la serie de tiempo de la cual se dispone.

Figura 4.19. Régimen medio del nivel del mar en Tumaco, elaborado con base en los datos para 1985.

Bahía de Tumaco

Con base en la figura anterior se observa que el nivel medio tiene una cota de 2.45 m, el nivel del 90% de probabilidad es de 3.6 m y el del 95% es de 3.8 m. Estos datos difieren ligeramente de un año a otro, siendo lo más recomendado contar con un análisis multianual, que en este caso no se realiza por las limitaciones anotadas anteriormente sobre la gran cantidad de vacíos en la serie de tiempo.

Línea de más alta marea Uno de los parámetros de mayor importancia a determinar es el nivel de la más alta marea, debido a que en el país constituye el elemento clave en la determinación del límite entre los bienes públicos y los privados. Éste concepto, sí bien puede resultar ambiguo, es necesario tratar de definirlo de alguna forma técnica que bien podría ser el nivel más alto medido en los últimos 50 o 20 años, según decida el legislador o administrador público responsable; o el nivel del 10.5 ó 1% de probabilidad de excedencia; o el promedio de las más altas mareas de los últimos años, de acuerdo a lo que establezca con el responsable de esta decisión. Como el país adolece de un documento que soporte este tema con recomendaciones técnicas y metodologías a usar y sí, además, se tienen en cuenta los inconvenientes reportados de la serie de datos mareográficos, el grupo de trabajo del CCCP estableció el uso de la más alta marea determinado por el promedio de los últimos 25 años de datos medidos. Ver resultados en la Tabla 4.3. A partir de lo anterior se concluye que para la bahía de Tumaco el nivel de más alta marea promediado con base en los datos de 25 años es de 3.68 m. Este valor establece la cota a partir de la cual se define la jurisdicción de DIMAR y es base para determinar los límites entre los bienes de uso público y los que son susceptibles de propiedad privada. Asímismo, instaura la cota de referencia para el tema de las inundaciones y las obras costeras.

Tabla 4.3. Alturas máximas de la marea en metros para el puerto de Tumaco entre 1976 y 2000. AÑO

ALTURA MÁXIMA

1976

3.66

1977

3.4

1978

3.29

1979

3.56

1980

3.77

1981

3.72

1982

3.74

1983

3.8

1984

3.66

1985

3.9

1986

3.7

1987

3.67

1988

3.76

1989

4.05

1990

3.54

1991

3.82

1992

3.48

1993

3.71

1994

3.67

1995

3.49

1996

3.53

1997

4.02

1998

3.65

1999

3.67

2000

3.7

Promedio

3.68

Fuente: Ideam

4.3.1.4. Marea astronómica Con miras a determinar el mayor número de constituyentes armónicas posible se seleccionaron de la base de datos disponible aquellos registros que completaban una serie de tiempo continua de 369 días. Nuevamente, se determinó 1985 para efectuar el análisis armónico, utilizando para ello el programa ARM, desarrollado por el Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la universidad de Cantabria, Gioc, y se obtuvieron las 27 constituyentes armónicas de la marea astronómica de mayor amplitud (Tabla 4.4.).

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72

Bahía de Tumaco

Tabla 4.4. Constituyentes armónicas de la marea astronómica, calculadas para Tumaco. Componente

Frecuencia

A (m)

B (m)

Amplitud (m)

Fase [º]

-0,75488 -0,13322

1,16667 0,32341

-40,31860 -24,32545

0,07189

0,10482

136,70029

M2 S2 K2

28,98410 30,00000 30,08214

0,88954 0,29470 -0,07628

N2

28,43973

0,23647

0,08377

0,25087

19,50701

Q1

13,39866

0,00157

-0,00574

0,00595

-74,74282

O1

13,94304

-0,01212

0,02213

0,02523

118,71332

M1

14,49669

-0,00494

0,00278

0,00567

150,64675

P1

14,95893

0,00497

0,03355

0,03391

81,57612

K1

15,04107

0,05091

0,10590

0,11750

64,32525

Msf

1,01590

0,00517

0,00068

0,00521

7,45082

Mf

1,09803

-0,01844

0,01140

0,02168

148,26201

Msm

0,47152

0,00317

0,00821

0,00880

68,89107

Mm

0,54438

0,00287

-0,00979

0,01020

-73,69466

Sa

0,04107

0,05382

0,05274

0,07535

44,41594

SSa

0,08214

0,02209

-0,03446

0,04093

-57,33609

M4

57,96821

0,00867

-0,00922

0,01265

-46,75724

S4

60,00000

0,00311

-0,00076

0,00320

-13,71266

S4

58,98410

0,00407

-0,00259

0,00483

-32,44098

M6

86,95231

-0,00245

0,00025

0,00247

174,11392

2MS6

87,96821

-0,00163

0,00053

0,00171

162,01579

MK3

44,02520

-0,00065

0,00159

0,00171

112,39687

L2

29,52850

-0,00093

0,02028

0,02030

92,63270

1,64240

0,00552

0,00063

0,00555

6,56281

J1

15,58540

0,01001

0,00147

0,01011

8,33953

S6

90,00000

0,00093

-0,00012

0,00094

-7,21904

2N2

27,89540

0,00356

0,03200

0,03219

83,64686

29,95900

-0,01599

0,00775

0,01777

154,13048

Mtm

T2

4.3.1.5. Marea Meteorológica El residuo meteorológico que se obtiene tras la realización del análisis armónico se debe a las variaciones de presión atmosférica y al arrastre del viento causado por las perturbaciones meteorológicas y otras aleatorias del nivel medio del mar. Dicho residuo tiene carácter aleatorio y su régimen medio sigue una distribución aproximadamente normal (Gioc, 2001). En la Figura 4.20. se observan los resultados de la comparación entre la marea observada en 1985 y la calculada a partir de las 27 constituyentes armónicas presentadas anteriormente.

Figura 4.20. Comparación marea observada (color negro) y calculada (rojo), parte superior de la figura. En la parte baja la marea meteorológica (azul).

Bahía de Tumaco

La curva resultante de las diferencias entre las dos curvas se presenta en la parte baja de la figura, donde se puede observar su carácter aleatorio e irregular. La máxima altura de marea meteorológica fue de 0.38 metros y la raíz media cuadrática es de 0.06 metros.

4.3.1.6. Constantes no armónicas de marea Adicionalmente, se han calculado varios niveles de referencia para Tumaco, como se aprecia en la Tabla 4.5., donde se resalta por su importancia para evaluar los posibles efectos de inundación por tsunami, en la explicación de la hidrodinámica de la bahía o cualquier otro fenómeno, el rango medio de la marea corresponde a 2.45 metros y el rango máximo alcanza un valor de algo más de 4 metros. Este valor calculado difiere de los reportados en varios artículos científicos y publicaciones para la zona (Palacios, 1990; Peña, 1995; Montagut y Cabrera 1997). También se observan pequeñas variaciones con respecto a los datos reportados por el Ideam, tanto en lo que respecta a los valores máximos para cada año, como en los del rango medio y nivel medio del mar. Tabla 4.5. Constantes no armónicas de marea para Tumaco. TUMACO

1985 1981 1982 Promedio Promedio Datos

Datos Ideam

Máximo Mínimo

3.83 3.78 3.77

*3.83

-0.43 -0.29 -0.32 **-0.43

Nivel medio del mar 1.65 1.69 1.72

1.69

Rango máximo

4.26 4.07 4.09

4.14

1.53

Rango medio

2.39 2.49 2.48

2.45

1.66 1.70 1.72

1.70

2.86 2.94 2.96

2.92

2.807

0.46 0.46 0.48

0.47

0.294

3.27 3.35 3.32

3.32

0.00 0.00 0.00

0.00

2.513

Nivel medio de marea Nivel medio de pleamares Nivel medio de bajamares Nivel medio pleamares en sicigia Nivel medio bajamares en sicigia

* registro máximo de los tres años ** registro mínimo de los tres años

4.3.2. Oleaje 4.3.2.1. Regímenes medios en profundidades indefinidas Metodología Este punto describe la metodología para obtener los regímenes medios anuales de oleaje en profundidades indefinidas, determinado como la distribución en el año medio de un parámetro de estado de mar en profundidades indefinidas frente al puerto de Tumaco. Los regímenes medios que se presentan son los direccionales y escalares de los parámetros de estado de mar, la altura de ola significante y el período de pico. Al no contar Colombia con un sistema de medición de datos de oleaje, ni haberse encontrado datos sobre las aguas colombianas en proyectos oceanográficos del orden internacional, se usó como fuente primaria de información la base mundial de datos de oleaje visual tomados por barcos en ruta, programa desarrollado por la Organización Meteorológica Mundial con la participación de buques mercantes, la cual ha sido utilizada con éxito en varios países para determinar el régimen de oleaje. Los datos fueron obtenidos de la base denominada Comprehensive Ocean Atmospheric Data Set, Coads (por sus siglas en inglés), que es administrada por el Centro Nacional Estadounidense para la Investigasción Atmosférica, US National Center for Atmospheric Research, Ncar, de la Administración Nacional de los Estados Unidos para el Océano y la Atmósfera, National Ocean and Atmospheric Administration, Noaa. Para el caso de la bahía de Tumaco se seleccionaron los datos comprendidos entre las latitudes 01 y 03º Norte y entre las longitudes 78 y 81º Oeste, que corresponde a un total de 10207 registros de datos de oleaje de viento (sea) y de fondo (swell). Para obtener los regímenes medios se utilizó el paquete informático ‘Olas’ (Tejada, 2002b), realizado por el CCCP en convenio con el Gioc de España. Los regímenes direccionales se han organizado en sectores de 22.5º en el arco correspondiente al tercer y cuarto cuadrante, ya que por la ubicación de la costa no se esperan oleajes provenientes de componente este. La altura significante del oleaje en profundidades indefinidas al frente de Tumaco se representa mediante distribuciones lognormales, donde en el eje Y se tiene la altura en metros y en el eje X la probabilidad acumulada de una altura dada.

73

74

Bahía de Tumaco

Figura 4.21. Régimen esacalar de oleaje frente a Tumaco. Las Figuras 4.21. y 4.22. muestran los resultados para los regímenes escalares y direccionales. En la Figura 4.21. se observa que la altura de ola significante escalar del 50% de probabilidad acumulada es de 1.2 m, sin tener en cuenta su dirección, y la del 99 ó 1% de probabilidad de excedencia es de 4 m.

SW

WSW Figura 4.22. Régimen direccional del oleaje frente a Tumaco.

calmas

4.9%

N

3.3%

NNE

1.8%

NE

4.4%

ENE

2.6%

E

1.8%

ESE

0.4%

SE

1.0%

SSE

1.4%

S

5.9%

SSW

10.9%

SW

27.7%

WSW

19.4%

W

9.3%

WNW

1.7%

NW

1.4%

NWN

2.5%

Figura 4.23. Distribucción por direcciones del oleaje en profundidades indefinidas. En otras palabras, existe un 1% de probabilidad de que la altura del oleaje sea superior a 4 m al frente de Tumaco. En las figuras subsiguientes se muestra el régimen direccional, observándose que los oleajes hacia la bahía de Tumaco provienen, principalmente, de direcciones SW, WSW, W, WNW y NW. En complemento a lo anterior, en la Figura 4.22. se observan las direcciones predominantes del oleaje y los porcentajes de ocurrencia de cada una de éstas direcciones. En la Figura 4.23. se aprecia que el oleaje que predomina proviene de dirección SW (27.7%), seguido del WSW (19.4%), con lo cual los regímenes direccionales del SW y WSW se convierten en los más importantes a tener en cuenta en el entendimiento del oleaje que se aproxima a Tumaco.

Regímenes medios escalar del período de pico De forma similar a la descrita para la altura significante se obtuvo el régimen medio para el período de pico, el cual se presenta en la Figura 4.24.

Bahía de Tumaco

W

Figura 4.24. Régimen escalar del período de pico frente a Tumaco. Donde se aprecia que el período medio del oleaje en profundidades indefinidas al frente de la bahía de Tumaco es de 6 segundos y que pueden llegar oleajes de hasta 15 segundos de período de pico, aunque con una probabilidad de ocurrencia muy baja.

WNW

4.3.2.2. Oleaje en profundidades objetivo Una vez conocido el oleaje en aguas profundas o mar afuera se procede a establecer el comportamiento del oleaje en inmediaciones de la costa, para ello se determinan profundidades objetivos o puntos de la costa de interés para determinar el comportamiento del oleaje. La diferencia entre el régimen de oleaje en profundidades indefinidas y el costero dependerá de los fenómenos que se presenten en la propagación de dicho oleaje hacia la costa.

N

Propagación del oleaje Conocer la propagación del oleaje es útil para detectar zonas de concentración o expansión de la energía de oleaje. Éste ayuda a entender el transporte litoral de sedimentos y permite establecer los regímenes medios y extremales, tanto en profundidades indefinidas como en los puntos objetivos que se seleccionen a lo largo de la costa de interés. Para conocer la forma en que se propaga el oleaje en la bahía de Tumaco se utilizó el modelo ‘Mopla’ versión 2.0, que considera los fenómenos de refracción, asomeramiento y difracción que sufre el oleaje en su aproximación a la costa.

WSW

SW

Figura 4.25. Régimen direccional del período de pico frente a Tumaco.

75

76

Bahía de Tumaco

Este modelo resuelve la forma parabólica de la ecuación de la pendiente suave e incorpora términos no lineales, simulación de la capa límite turbulenta y rugosidad por fondo, entre otros aspectos. El modelo se basa en el Refdiff, desarrollado por la Universidad de Delaware, que ha sido perfeccionado por el Gioc, entre los nuevos ajustes se incluye la propagación de oleaje irregular. Para su empleo básicamente se construyeron dos juegos de mallas de propagación, uno para cubrir los oleajes con componente sur y otro para los que tenían componente norte. De acuerdo con los datos obtenidos con Olas se pudo comprobar que los oleajes comprendidos entre el Sur y el Oeste son los de mayor importancia, presentándose en más de un 50% del tiempo, los oleajes entre el Norte y el Oeste ocurren sólo un 12% del tiempo.

En la Figura 4.26. se aprecian la utilización de mallas anidadas con el fin de obtener una mejor resolución espacial en el sector de las islas de Tumaco, El Morro y La Viciosa. En el primer caso se consideraron dos direcciones de oleaje con componente norte y en el segundo tres con componente sur. Se propagó oleaje irregular, siendo la forma espectral seleccionada el TMA, (Bouws et al., 1985), a la que se le aplica la función de dispersión direccional propuesta por Borgman (1984). Cada espectro propagado se definió por cinco parámetros: • Altura de ola significante, asimilada a la altura del momento cero (Hs) • Período de pico (Tp) • Dirección media (qm) • Factor de pico (g) • Parámetro de dispersión angular (sq ) Los parámetros que se variaron en las diferentes simulaciones comprendieron la altura significante y período de pico, el nivel del mar con bajamar (nivel 0.0 metros) y pleamar (nivel 2.5 metros). Asímismo, las direcciones consideradas fueron: NW, WNW, W, WSW y SW.

4.3.2.2.1. Regímenes en los puntos objetivo Metodología

Figura 4.26. Mallas y direcciones de oleaje considerados. Se aprecia el uso de mallas anidadas para lograr mayor detalle en el sector de las islas.

Una vez efectuadas las propagaciones de los datos de oleaje visual es posible efectuar la propagación de toda la base de datos a todos los puntos objetivo. Dicha propagación se realiza asignando a cada dato (Hsi, Tpi, qi) de profundidades indefinidas un dato (Hsp, Tpp, qp) en el punto objetivo. Conocido un dato Hsi, Tpi, qi en profundidades indefinidas, el valor de la altura de ola significante y de la dirección en el punto objetivo Hsp, Tpp, qp se determina mediante cuatro interpolaciones lineales en la tabla de propagaciones. El período de pico en el punto objetivo se asume sin variación. Los puntos seleccionados para el análisis de regímenes son: 1. Desembocadura del río Mira 2. Noreste de punta Purún 3. Camaronera 4. Bocana Papayal 5. Playa de Bocagrande

Bahía de Tumaco

6. Paso entre Bocagrande y Vaquería 7. Isla Vaquería 8. Isla del Guano 9. Boca exterior del canal de navegación 10. Estrecho del canal de navegación 11. Playa de El Morro 12. Playas frente al Batallón de Infantería de Marina No. 2. Una vez propagada la base de datos hasta el punto objetivo se determinaron los regímenes medios direccionales y escalares.

Tabla 4.6. Regímenes medios direccionales y escalares de alturas de ola significante en los puntos objetivo. Desembocadura río Mira Dirección

Rama Alta

λ

δ

Rama Baja

λ

δ

N

0.21604403 1,162579783

0.39289264 0.67437142

NW

0.16803413 1,418440928

0.36366512 0.89105512

W

0.11490222 1,987710358

0.38284481 0.60164635

WSW

0.17892056 1,693253542

0.40748296 0.62814641

Playas de Bocagrande (terminal boyera Ecopetrol) Dirección

Rama Alta

λ

δ

Rama Baja

λ

δ

NW

0.14776157 1,444688115

0.42410338 0.78695159

W

0.13079485 1,929884675

0.37436467 0.5986356

WSW

0.2061166

0.36493434 0.53775322

1,311782834

Isla del Guano Dirección

Rama Alta

λ

Figura 4.27. Puntos objetivo selecionados para el análisis de regímenes.

4.3.2.2.2. Regímenes medios direccionales y escalares de alturas de ola significante en los puntos objetivo Todos los regímenes medios de altura de ola significante se describen mediante dos distribuciones Gumbel, representativas de la parte inferior y superior del régimen. La forma general de la distribución utilizada es: F(x) = P(X< x) = exp[ -exp(x-λ λ/δ)]

δ

Rama Baja

λ

δ

NNW

0.18146762

1,182921438

NW

0.12552606

1,001720254

WNW

0.13834886

0.783194665 0.2781

W

0.06231849

0.592466184 0.32336345 0.244157483

0.53471671

WSW

0.06920458

0.347160585 0.15676888 0.300545875

SW

0.1632636

-0.120360742 0.13800915 0.141340495

SSW

0.08656502

0.330793112 0.02320124 0.261889652

Playa de El Morro Dirección

Rama Alta

λ

δ

Rama Baja

λ

δ

NNW

0.07190363

1,132036025 0.19558658 0.382471142

NW

0.1335799

0.906954646 0.26940896 0.435729746

WNW

0.13944584

0.667136862 0.32630845 0.179290888

W

0.20061155 -0.306079114 0.04385934 0.071743276

Playas frente al Batallón de Infantería de Marina No. 2

En la Tabla 4.6. se presentan los parámetros de ajuste de los tramos superior e inferior de los regímenes medios direccionales y escalar de altura de ola significante, y la altura de ola significante que separa ambos tramos de cada regímen para cada uno de los puntos objetivo.

Dirección

Rama Alta

λ

δ

Rama Baja

λ

δ

NW

0.08998023 0.102053569

0.19093207 0.221184127

WNW

0.1318837

0.689479863

0.29392681 1,118287755

W

0.1011028

1,2615211386

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Bahía de Tumaco

Figura 4.28. Régimen escalar y de la dirección WSW en la desembocadura del río Mira. Dada la gran cantidad de figuras que conforman el régimen medio del oleaje (una por cada dirección y por cada parámetro de estado de mar en cada uno de los puntos objetivo), se presentan sólo algunas de ellas a manera de ejemplo de los resultados obtenidos.

Figura 4.29. Régimen escalar y de la dirección WNW a la altura de la antigua isla del Guano, desaparecida en el tsunami de 1979. En la Figura 4.28. se observan los oleajes más altos de toda el área considerada, también se aprecia que el mejor ajuste para el régimen medio lo constituye una línea de dos tramos, uno para el régimen bajo y otra para el alto.

Bahía de Tumaco

Figura 4.30. Régimen escalar y de la dirección W en inmediaciones de la playa del Batallón de Infantería de Marina, en la isla de El Morro.

Figura 4.31. Rosa de direcciones del oleaje en indefinidas y puntos objetivo. Obsérvese el cambio de la dirección predominante.

Al igual que la descripción en profundidades indefinidas, en la Figura 4.31. se presentan las direcciones predominantes en cada uno de los puntos objetivos, primero a manera de rosa de direcciones y

luego como tabla (Tabla 4.7.), de tal forma que se logren visualizar las direcciones de mayor importancia a considerar para cada caso y el proceso de cambio del oleaje de un punto a otro.

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Bahía de Tumaco

Tabla 4.7. Resumen de frecuencias direcciones de oleaje en puntos objetivo. Punto Objetivo

NW

Boca Mira

9.7% 30.7% 48.0%

WNW

W

NNW WSW SW

SW

11.5%

Punta Purún 21.1% 67.8% 11.0% Camaronera 22.4% 43.7% 33.9% Bocana

23.1% 66.9% 10.0%

Papayal Bocagrande 22.4% 43.7% 33.9% Bocagrande 61.0% 20.8% 10.6%

7.6%

- Vaquería Isla Vaqueria 39.7% 37.7% 19.7% 2.9% Isla Guano Canal

27.6% 40.5% 15.9% 2.8% 11.0% 0.5% 1.6% 6.1% 86.6% 7.3%

Navegación Playa Morro 35.9% 26.9% 19.4% 17.9% Frente

3.0% 56.5% 40.4%

Batallón

Figura 4.32. Batimetría de la zona de estudio. En la Figura 4.33. se tienen para la primera zona las isoalturas de oleaje y los vectores de dirección del oleaje.

4.3.2.2.3. Oleaje en la zona de estudio Al propagarse el oleaje hacia la costa se producen fenómenos que modifican los frentes de ondas tales como refracción, difracción, reflexión, asomeramiento y disipación de energía por fondo, que modifican la distribución espacial de la energía del oleaje. Para describir el comportamiento del oleaje es necesario tener en cuenta la conformación batimétrica de la zona de estudio; donde se observa que en la parte externa de la bahía y en el tramo entre la desembocadura del río Mira y las islas de Tumaco las isobatas son aproximadamente rectas y paralelas a la orientación de la costa, por lo que no se espera en este sector que el oleaje sufra grandes cambios. Caso diferente ocurre alrededor de las islas, donde la batimetría es mucho más irregular y somera, y es muy posible la aparición de importantes variaciones en el oleaje (Figura 4.32.). Teniendo en cuenta la descripción batimétrica se puede dividir en dos la zona a considerar: una comprendida entre la desembocadura del río Mira y la isla de Bocagrande y otra en la denominada bahía interna de Tumaco, que comprende el área que circunda las islas.

Figura 4.33. Isoalturas y vectores del oleaje significante en el sector entre el río Mira y Bocagrande.

Bahía de Tumaco

Se aprecia, además, que el oleaje conserva sus características de mar abierto hasta que siente el fondo y disminuye su altura por procesos de disipación, que incluyen rotura y fricción por fondo. En los vectores de dirección se observa cómo en inmediaciones de la costa y dado que el oleaje no llega paralelo a las isobatas, éste sufre un proceso de refracción, que se evidencia con mayor claridad hacia el sector de punta Purún. También se aprecia la concentración de oleaje en la punta que conforma la desembocadura del río Mira, lo que genera en el sector un importante transporte de sedimentos. Las figuras 4.34. y 4.35. corresponden a la propagación de un oleaje del SW (sector de mayor probabilidad) cuando llega a las proximidades de las islas, allí se observa que las características del oleaje no son tan homogéneas como en el sector antes considerado (tramo de costa entre la desembocadura del río Mira y Bocagrande). En el área ilustrada se observa un mayor efecto de la baja y muy irregular batimetría que registran los alrededores de las islas. (a)

(b)

(a)

(b)

Figura 4.35. Vectores de altura significante en marea alta (a) y baja (b). Los procesos de refracción, difracción, asomeramiento y disipación por fondo, son más intensos y generan complicadas variaciones en la dirección del oleaje, presentando zonas de concentración y otras de disipación de energía. Además, la altura del oleaje disminuye considerablemente cuando llega a las islas de Tumaco y El Morro. Asímismo, se observa que la situación varía si se trata de marea baja o alta, ya que se evidencian extensas zonas que se descubren en marea baja modificando el patrón del oleaje y las corrientes inducidas.

4.3.3. Corrientes

Figura 4.34. Isoalturas de oleaje significante en marea alta (a) baja (b).

Para describir el comportamiento de las corrientes en la bahía se dividió su estudio en dos zonas: la primera de ellas concentrada en lo que sucede alrededor de las islas, describe las corrientes más costeras generadas por el oleaje, responsables del transporte de sedimentos a lo largo del litoral y generadoras de las geoformas existentes en la costa.

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Bahía de Tumaco

Figura 4.37. Corrientes inducidas por el oleaje entre 0.0 y 0.22 m/s (marea alta).

Figura 4.36. Corriente por oleaje resultante de un oleaje proveniente del SW. La segunda describe las corrientes en zonas más abiertas generadas en la bahía, principalmente, por la marea y modificadas localmente por gradientes termohalinos y la batimetría.

4.3.3.1.Corrientes inducidas por el oleaje Al igual que en la descripción del oleaje la zona de estudio se dividió en dos partes. Inicialmente, se presenta el comportamiento de las corrientes inducidas por el oleaje sobre el sector comprendido entre la desembocadura del río Mira y la isla de Bocagrande, allí se observa que se trata de corrientes de poca intensidad, las cuales son más intensas en la desembocadura del río Mira, donde se bifurca y forma dos corrientes costeras una en dirección noreste y otra sureste. En las figuras de corriente por oleaje se observa su orientación en sentido SW a NE, asímismo, los cambios en su intensidad (magnitud de las flechas) sugieren zonas donde el transporte es más fuerte y zonas donde el sedimento tiende a depositarse. En este sentido se observa una fuerte dinámica en la isla de Vaquería, cuya forma actual puede variar significativamente con el tiempo. También se aprecia que, tanto en marea alta como baja, existe una tendencia a depositar sedimentos en la zona donde anteriormente se encontraba ubicada la isla del Guano, situación que favorece su regeneración.

Al observar los datos de corrientes también se explica la variación que ha sufrido en los últimos años la isla La Viciosa, que hasta ahora está alcanzando una forma de equilibrio con el oleaje predominante, llegando a alcanzar la costa una forma aproximadamente paralela a los frentes de oleaje. Otro aspecto que se aprecia es la muy baja dinámica que se presenta en las proximidades al puente El Pindo, punto de comunicación entre la isla de Tumaco y el continente, tanto en marea alta como baja; lo que explica la tendencia a depositarse sedimentos en esa zona y consecuentemente a una muy baja profundidad.

Figura 4.38. Vectores de corriente marea baja (velocidades entre 0.0 y 0.17 m/s). Estas bajas profundidades aumentan la fricción del agua y disminuyen aún más la dinámica de la zona, lo cual también ayuda a explicar porqué en el sector de El Pindo el reflujo se dirige hacia la parte más interna de la bahía, para luego bordear la isla de Tumaco y,

Bahía de Tumaco

finalmente, salir por el espacio de separación entre las islas de Tumaco y El Morro, y no lo hace directamente desde El Pindo en dirección a Vaquería y de allí al mar, cumpliendo la regla básica de buscar el sitio de menor resistencia.

4.3.3.2. Corrientes por marea y otros factores Para describir el comportamiento de las corrientes en la bahía de Tumaco se efectuaron mediciones en transeptos considerando las variables: nubosidada; velocidad y dirección del viento; altura, dirección y período de la ola; dirección y velocidad de las corrientes en las profundidades 0, 1, 3, 5, 10, 15 y 25 metros; temperatura y salinidad en cada metro de la columna de agua; parámetros químicos y biológicos en tres profundidades (superficie, a la mitad de la columna de agua y en el fondo). Para obtener la información se utilizaron entre otros equipos: anemómetro Kalshico, correntómetro ACM200D, termómetros invertidos, CTD y botellas Nansen de 5 litros. Los seis transeptos efectuados se observan en la Figura 4.39., donde se aprecia el cubrimiento de toda la bahía y la búsqueda de las posibles variaciones de la dinámica.

Figura 4.39. Transeptos realizados para la determinación del patrón de corrientes predominante en la bahía de Tumaco.

El ejercicio fue realizado en dos ocasiones, la primera en septiembre de 2000 y la segunda en mayo de 2001. Los datos obtenidos fueron visualizados a través de los programas Surfer y Grapher para cada estado de la marea considerado (alta, baja, entrando, saliendo) y se obtuvieron los siguientes resultados: • Las flechas describen la dirección e intensidad de las corrientes, siendo las azules las resultantes durante el primer ejercicio y las negras las del segundo ejercicio de transeptos.

Figura 4.40. Patrones de corrientes encontrados en marea alta y marea saliendo (reflujo).

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Bahía de Tumaco

4.4. DINÁMICA LITORAL • De los cuatro estados o momentos de marea el comportamiento de la dinámica de la bahía es más homogéneo con marea saliendo (reflujo), como se apreciar en la Figura 4.40. • En otros estados de la marea no se aprecia con tanta claridad el comportamiento de la dinámica, pues debido a la escasa profundidad de la bahía los patrones de corrientes están muy relacionados con los canales de desague que se forman.

La remoción, transporte y depositación del material disponible en los bordes costeros es función de varios factores, siendo la variación de estos la que determina la principal preocupación del hombre en el manejo de zonas costeras, conocida como la dinámica litoral. En la siguiente tabla, se presentan las posibles fuentes y pérdidas de arena en un sistema, de acuerdo con Komar, (1976). Tabla 4.8. Inventario sedimentos litorales. Modificando de Komar (1976) (En: Tovar, 2002) ENTRADAS

SALIDAS

BALANCE

• Transporte

• Transporte por la

• Depositación-

desde los ríos.

deriva fuera del

erosión de la

área.

línea de costa.

• Transporte por • Transporte eólico la deriva litoral

fuera de la costa.

dentro del área. • Transporte

• Transporte fuera

hacia la costa

de la costa (hacia la

(desde la plata-

plataforma).

forma). • Depositación

• Disolución y

biogénica.

abrasión de arena.

• Depositación

• Extracción de los

hidrogénica.

sedimentos de la playa.

• Erosión de los

• Depositación en

acantilados.

cañones submarinos.

• Regeneración de playas.

Figura 4.41. Patrones de corriente encontrados en marea baja y marea entrando (flujo).

En este capítulo se presentan los principales rasgos morfológicos de la bahía de Tumaco, haciendo especial énfasis en el sector suroeste, donde se encuentra el área de mayor interés para este estudio, desde la desembocadura del río Mira hasta las islas que conforman el casco urbano de la población de Tumaco. También se aportan datos sobre sedimentología y se efectúan aproximaciones para calcular el transporte litoral a partir de la evolución histórica de la línea de costa y de cálculos teóricos basados en las características del oleaje incidente, el tipo de sedimento y la pendiente de la costa.

Bahía de Tumaco

Las características geológicas y los procesos que aislan el transporte litoral de sedimentos permiten que dichas zonas costeras sean dividas en compartimientos adjuntos. El balance de sedimentos es establecido por las pérdidas y ganancias en cada uno de estos compartimientos, el cual se refleja en fenómenos de erosión y sedimentación (Tovar, 2002).

4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco Tomando como base el estudio realizado por el geólogo Alejandro Tovar en el CCCP, denominado Variación de la Línea de Costa entre los años 1958 y 2000 en la Bahía de Tumaco, Departamento de Nariño, se realiza la descripción geomorfológica del área de estudio, donde las formas se clasifican en tres grupos, a saber: depositacionales, erosivas y aluviales.

de toda la bahía de Tumaco y las ondulaciones son causadas por los esfuerzos orogénicos, generando anticlinales y sinclinales, especialmente en los sectores este y noreste (Tovar, 2002). Playas Las playas en la zona de estudio pueden catalogarse como playas naturales, por presentar una mínima intervención antrópica. Este tipo de playas pueden subdividirse en: playas amplias, playas moderadas y playas angostas.

4.4.1.1. Geoformas costeras depositacionales En la bahía de Tumaco se encuentran tales como: formas costeras depositacionales, llanuras costeras, playas, espigas y flechas, cordones litorales, tómbolos y dunas.

Figura 4.43. ‘Playa amplia’ localizada en el sector de Salahonda.

Figura 4.42. Llanura costera de la bahía de Tumaco, una de las geoformas costeras depositacionales más comunes de la zona. Llanuras costeras Es el nombre genérico dado a las planicies bajas y extensas, que se presentan algunas veces con ligeras ondulaciones topográficas. Se encuentran a lo largo

• Las playas amplias son aquellas cuyo ancho supera los 20 m, en ellas se observa claramente su playa trasera, muchas veces colonizada por vegetación; además se pueden apreciar grupos de dunas longitudinales y cordones litorales que no exceden los 70 cm de altura, como ocurre en el sector de Salahonda y la parte norte de la isla de El Morro. • Las playas moderadas cuentan con una amplitud que oscila entre los 5 y 20 m. En este tipo de playas también puede diferenciarse la playa trasera vegetada, pero las dunas son incipientes cuando se presentan. Ejemplos de estas se encuentran en las islas de Bocagrande, La Viciosa y Vaquería. Las playas angostas son aquellas que presentan una amplitud inferior a los 5 metros. En la zona se presentan en el sector sur de Bocagrande, Trujillo y el sector más norte de la playa de El Morro (Tovar, 2002).

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Bahía de Tumaco

Se trata de acumulaciones de arena en forma de crestas de baja altura dispuestas paralelas a la costa o haciendo un pequeño ángulo con respecto a ésta. Son muy comunes en costas constructivas o en las que predominan los procesos de acresión. En la bahía de Tumaco son frecuentes los cordones litorales en las playas de las islas de Bocagrande, La Viciosa, Vaquería, El Morro y Salahonda.

Figura 4.44. Vista áerea de la espiga de Bocagrande. Foto áerea No. 054, vuelo C - 836, 1958. Espigas y flechas Son barras de arena unidas a tierra por uno de sus extremos, que se proyectan en la dirección de la deriva litoral. En la zona de estudio la más importante espiga era la que conformaba la actual isla de Bocagrande, que se rompió tras el sismo de 1979. Esta espiga se está formando nuevamente con los sedimentos que aporta el río Mira, afluente del Pacífico que también alimenta las islas de Bocagrande y Vaquería, tomando estas una morfología y comportamiento muy similar a una espiga o flecha litoral (adaptado de Tovar, 2002).

Tómbolos Esta geoforma depositacional se caracteriza por presentarse como una espiga o barra de arena que conecta una isla o pilar de erosión (‘stack’) con un punto fijo en tierra o con otra isla. Los tómbolos son comunes en la bahía, especialmente en punta Cascajal, punta Laura, Llanaje y la isla de El Morro; esta última se encuentra unida con una barra de arena fina a media, de aproximadamente 40 metros de ancho y 150 metros de largo, al pilar de El Quesillo. Este tómbolo queda expuesto en marea baja.

Cordones litorales

Figura 4.46. panorámica del tómbolo que une al pilar de El Quesillo con la isla de El Morro. Año 2000.

Figura 4.45. Ilustración de los cordones litorales de las islas en la bahía de Tumaco.

Lagunas interiores Se pueden observar este tipo de lagunas en los sectores de las playas de Salahonda (Figura 4.47.), El Morro y Bocagrande, en los cuales la característica común es que los cuerpos de agua son atrapados por el crecimiento progresivo de las barras de arena y espigas.

Bahía de Tumaco

muy continua hacia el extremo norte y noreste de la bahía. Estas geoformas están compuestas por acantilados, paleoacantilados, pilares de erosión y plataformas de abrasión, entre otras.

Figura 4.47. Laguna interior en las playas de Salahonda.

Acantilados y paleoacantilados En la bahía las zonas de acantilados se pueden diferenciar en dos grupos: el primero compuesto por acantilados continuos dispuestos a lo largo de la línea de costa y el segundo como islotes. Los acantilados continuos se encuentran en el Noreste al Este de la bahía, desde la desembocadura del río Curay hasta el Este de la punta Cascajal. Mientras que los acantilados de islotes están en las islas de El Morro y del Gallo, separándolas de los acantilados continuos por encontrarse aislados.

Dunas Son acumulaciones de arena fina emplazadas y desplazadas por el viento. En la zona son frecuentes en las playas de las islas de Vaquería, La Viciosa, Bocagrande, El Morro y Salahonda. Son, generalmente irregulares, redondeadas y con alturas que no superan los 80 cm. Muchas de ellas están colonizadas por vegetación, lo cual indica un proceso de estabilización de éstas.

Figura 4.49. Acantilado continuo localizado en El Morro.

Figura 4.48. Dunas características de la isla de Bocagrande con marea baja.

4.4.1.2 Geoformas costeras erosivas Estas constituyen una gran parte de la línea de costa de la zona de estudio, ubicándose de manera

Plataformas de abrasión (‘wave cut platforms’) De esta geoforma se distinguen dos tipos: las plataformas de abrasión en formación, cuyo proceso de formación se está dando en el presente. Es el caso de la plataforma que se extiende a lo largo de la base del acantilado ubicado en punta Cascajal, más específicamente en el sector sur de esta punta. El segundo tipo lo constituyen las plataformas de abrasión que con las mismas características de las plataformas de abrasión activas se encuentran elevadas con respecto al nivel del mar, bien sea por un descenso de éste o por un levantamiento tectónico. Sobre dicha plataforma, se encuentran las

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Bahía de Tumaco

poblaciones de Curay, La Chorrera y Llanaje, su amplitud hacia el Este está limitada por las colinas adyacentes, las cuales constituyen un paleoacantilado en este sector.

Cuellos (‘notch’) Es una geoforma que se encuentra asociada a los acantilados y pilares cuando estos son ‘labrados’ en su base por la acción del mar, por actividad bioquímica, meteorización o disolución, formando una especie de hendidura o muesca denominada cuello de erosión o ‘notch’. Geoformas de este tipo se hallan en la mayoría de los sectores acantilados de la bahía, especialmente en punta Cascajal, por estar más expuesta a la acción del oleaje.

Figura 4.50. Zona de desprendimiento de bloques de acantilados. Pilares (‘stacks’) Son remanentes de roca que por la resistencia de su material quedan a manera de pequeñas islas, como resultado de los procesos erosivos que realiza el mar sobre un acantilado o una plataforma de abrasión. Es el caso de los pilares encontrados frente a punta Cascajal, El Viudo, al frente y al Sur de la población de Llanaje y frente a la isla de Vaquería por el lado interno.

Figura 4.51. Pilar de El Quesillo en cercanías de la isla de El Morro, marea alta. Año 2000.

Figura 4.52. Cuellos de erosión Escarpes de playa

Figura 4.53. Escarpes de playa en la isla de Bocagrande.

Bahía de Tumaco

Se encuentran en sectores en los cuales las playas presentan bermas con escarpes entre los 10 y 60 cm; especialmente en las playas de la isla de Bocagrande, en el sector sur de la isla de Vaquería y en el sector centro y norte de la bahía.

4.4.1.3. Geoformas aluviales Dentro de estas geoformas se agrupan los abanicos aluviales, las terrazas y las llanuras de inundación. En la Tabla 4.9. se muestran las principales geoformas costeras y el tipo de proceso asociado: Tabla 4.9. Relación de geoformas costeras con los procesos de erosión y sedimentación de la bahía de Tumaco (Tovar, 2002). TIPO DE GEOFORMA

PROCESO GENERADO SEDIMENTACION

Llanura costera

Presente

Playas

Presente

Espigas y flechas

Presente

Cordones litorales

Presente

Estuarios

Presente

Tómbolos

Presente

Dunas

Presente

Lagunas interiores

Presente

Zonas de manglar

Presente

EROSION Presente

Presente

Escarpes de playas

Presente

Plataformas de

Presente

abrasión

Presente

Paleoplataforma de

Presente

abrasión

Presente Presente

Cuellos

Presente

Línea de costa

Presente

Abanico aluvial

Presente

Terrazas Son geoformas aluviales que se hallan en un nivel más alto respecto al del mar, ya sea por cambios eustáticos o por eventos tectónicos. Éstos se observan sobre el río Caunapí y al Sureste y Noroeste de la confluencia con el río Rosario. Una terraza aparece en un trayecto de alrededor 5 km sobre el río Caunapí, y aguas arriba de la confluencia de los dos ríos nombrados anteriormente. Llanuras de inundación Son áreas llanas y bajas, cercanas a la costa, de extensión variable, y se caracterizan por ser vulnerables a inundaciones en épocas de invierno o por las crecientes de los ríos. Los ríos Mira y Patía poseen amplias zonas pantanosas a nivel con el cauce del río, correspondientes a llanuras de inundación. Teóricamente y dependiendo del tipo de geoforma presente en un área se puede llegar a relacionar la influencia de procesos de erosión o sedimentación.

4.4.2. Fuentes de sedimentos 4.4.2.1. Provenientes de los ríos

Acantalidos

Pilares

constituido, principalmente, por materiales arenosos y arrastrados desde la cordillera.

Terraza Llanura de inundación

Abanicos aluviales Son superficies ligeramente inclinadas en el sentido de la corriente. El más importante abanico aluvial corresponde al delta del río Mira y está

Es la principal fuente de sedimentos en la gran mayoría de zonas costeras. El volumen de los sedimentos se relaciona con el gradiente de la corriente, el tipo de roca, el área de drenaje de la cuenca, la densidad de la vegetación, el promedio de precipitaciones, la presencia de estuarios y construcciones hechas por el hombre, tales como presas, piscinas (camaroneras) y sistemas de riego, las cuales atrapan sedimentos (Tovar, 2002). En la bahía de Tumaco es la principal fuente de sedimentos, destacándose los aportes que recibe del río Mira, los cuales son responsables de la existencia de islas como Tumaco, El Morro, La Viciosa y Bocagrande, entre otras. Al interior de la bahía también son importantes los aportes de ríos más pequeños, como el Rosario y Curay, entre otros que generan extensas zonas de bajamar y numerosos bajos que dan lugar a varios canales internos.

89

90

Bahía de Tumaco

A pesar de esto, se cree que no representa más del 5 al 10% del material en la mayoría de las playas (Komar, 1976). En la bahía este tipo de sedimentos, que son de mayor tamaño que el aportado por los ríos, se encuentran sobre la parte norte en la isla del Gallo o también conocida como punta Cascajal, en una extensión de 3.5 km, y en los sectores de Llanaje, Curay y Colorado. Aunque se evidencian formas sobre la costa que indican procesos de erosión sobre estos acantilados, su magnitud es mucho menor a la de los aportes de los ríos, por lo que puede considerarse despreciable, aunque si da lugar a las denominadas playas de bolsillo, de corta longitud y amplitud (Sánchez-Páez et al., 1997). Figura 4.54. Grandes bajos de arena localizados en la desembocadura del estero Aguaclara. Fotografía áerea No.191, vuelo C-2509 de 1993. Sobre el extremo norte del área de estudio se encuentra el río Patía, el cual no desemboca a la bahía sino que conforma la extensa red de bajos, esteros y canales del Parque Nacional Natural de Sanquianga.

4.4.2.2. Provenientes de la erosión de acantilados Después del aporte fluvial, es en general considerada la segunda fuente en importancia de aporte de sedimentos.

Figura 4.55. Acantilado y arcos afectados por la acción marina en la isla de El Morro.

4.4.3. Composición y tamaño de los sedimentos El mapa de repartición de las facies sedimentarias de la plataforma continental colombiana, realizado por el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, CIOH, con la Misión Técnica Francesa en 1989, muestra que el fondo de la bahía de Tumaco está compuesto, principalmente, por sedimentos finos que varían entre arenas y lodos, de origen litoclástico. Teniendo en cuenta que el área más activa en cuanto a transporte de sedimentos es la parte suroeste de la bahía, se tomaron datos adicionales a los mencionados en el anterior mapa con el fin de conocer en mayor detalle las características de los sedimentos y con base en ellas efectuar cálculos teóricos de transporte potencial de sedimentos. Los puntos de muestreo seleccionados corresponden a perfiles orientados en sentido perpendicular a la línea de costa (figura 4.56.). De los resultados de los muestreos se obtuvo que los sedimentos en la zona corresponden a arenas finas a lodosas, con un D50 que varía entre 0.3 y 0.1 mm y una media de 0.2 mm, la densidad del sedimento varió entre 3.1 y 2.2 gm/cm3, con una media de 2.7 gm/cm3, de otro lado, la porosidad cambio significativamente dependiendo del punto de muestreo con valores entre 2 y 48% y una media del 26%. Estos valores como ya se anotó serán utilizados posteriormente en el cálculo del transporte potencial de sedimentos.

Bahía de Tumaco

Tabla 4.10. Resumen de los datos sedimentológicos colectados sobre la bahía de Tumaco

ESTACIONES DE MUESTREO A LA ALTURA DE LA BAJAMAR

Estacion Total Peso Resultado Porcentaje Porcentaje Porcentaje Indice Arenoso Muestra

Tamazido Humedad (%)

Sedimentos Lodos (%)

(%)

D50 (mm)

D90

Porosidad Densidad

(mm)

(%)

(%)

Real

(grs.)

(grs.)

gr/cm3

1

100

82.6

15.4

84.6

2.2

98

1.183

0.089

9.8

2.6

2

100

88.1

9

91

3

96.8 Arenas

0.17

0.082

7.3

2.7

3

100

82.8

13.6

86.4

4.2

95.8 Arenas

0.301

0.108

11.7

2.7

4

100

81

7.2

92.8

12.9

87.3 Arena lodosa

0.108

L

4.8

2.8

5

100

62.7

25.3

74.6

16.1

84

0.117

L

42.2

2.7

6

100

75.5

21.6

78.4

3.9

96.2 Arenas

0.18

0.082

34.8

2.9

7

100

66.7

23.5

76.6

13

87.1 Arena lodosa

0.212

L

27.8

2.3

8

100

72.7

24

76

4.4

95.6 Arenas

0.215

0.089

26.6

2.7

9

100

59.7

36.9

63.1

5.3

94.6 Arenas

0.174

0.075

47.5

2.3

10

100

70.5

27.3

72.6

3.2

96.8 Arenas

0.241

0.081

49

2.5

11

100

63.9

30

70

8.8

91.2 Arenas

0.124

0.065

31

2.8

12

100

60.1

21.8

78.2

23.3

76.7 Arena Lodosa

0.24

L

21

3.1

promedio

0.2

0.1

26.1

2.68

desv. Est.

0.06

0.01

15.52

0.23

Arenas

Arena lodosa

ESTACIONES DE MUESTREO A LA ALTURA DE LA PLEAMAR

Estacion Total Peso Resultado Porcentaje Porcentaje Porcentaje Indice Arenoso Muestra

Tamazido Humedad

Sedimentos Lodos (%)

(%)

(%)

D50 (mm)

D90

Porosidad Densidad

(mm)

(%)

(%)

Real

(grs.)

(grs.)

gr/cm3

1

100

92.9

7

93.1

0.4

99.1 Arenas

0.155

0.08

9.9

2.35

2

100

96.8

3

97.1

0.4

99.7 Arenas

0.172

0.088

2.5

2.7

3

100

95.1

4.2

95.8

0.9

99.2 Arenas

0.209

0.095

3.6

2.6

4

100

85.6

8.4

91.6

6.3

93.7 Arenas

0.142

0.069

6.5

2.8

5

100

95.8

4.3

95.6

0.2

99.9 Arenas

0.18

0.093

4

2.7

6

100

94.4

5.2

94.4

0.7

99.4 Arenas

0.141

0.079

3.8

2.7

7

100

86

9.4

90.6

5.3

99.5 Arenas

0.189

0.0078 7.4

2.5

8

100

94.4

5.1

94.9

0.6

96.3 Arenas

0.145

0.078

4.1

3.1

9

100

83.8

13

87

1.4

94.6 Arenas

0.193

0.09

9.9

2.2

10

100

91.6

3.2

96.9

5.6

96.8 Arenas

0.163

0.073

3.5

2.5

11

100

87

3.6

96.4

10

90.2 Arenas

0.163

0.063

3.2

3

12

100

87.1

3.6

96.2

9.5

90.5 Arenas

0.145

0.064

5

2.6

promedio

0.2

0.1

5.3

2.65

desv. Est.

0.02

0.02

2.56

0.25

91

92

Bahía de Tumaco

Figura 4.56. Ubicación de estaciones sedimentológicas en la bahía de Tumaco. Los puntos rojos indican zonas con alta concentración de sedimentos en suspensión.

4.4.4. Transporte de sedimentos El estudio en el área se aproximó a partir de dos métodos. Uno de ellos comparó la línea de costa, obenida a partir de diferentes fuentes espaciadas a lo largo del tiempo; el segundo método calculó los transportes potenciales de sedimentos, empleando las formulaciones más aplicadas en la actualidad.

4.4.4.1. Cálculo del transporte a partir de la evolución histórica de la línea de costa En adición a las fuentes de sedimentos ya señaladas es necesario recordar que en la bahía de Tumaco han influido otros factores en la variación de la línea de costa, haciendo referencia a aspectos no necesariamente relacionados con el transporte de sedimentos como son: la intervención humana con el relleno artificial de la isla de Tumaco en los años 60; la unión de la isla La Viciosa con la isla de Tumaco en los 70; el impacto del tsunami de 1979, y los efectos del fenómeno de El Niño de los años 82/83 y 95/96. Para la determinación de la evolución histórica de la línea de costa se consultaron las siguientes fuentes de datos:

• Vuelo C 836 escala 1:30.000 de 1958. • Vuelo 1243, escala 1:25.000 de 1969. • Planchas del IGAC 1:25.000 restituidas con fotos de 1979. • Vuelo C 2191 y C 2193 escala 1:21.500 de 1985. • Imagen Landsat de febrero de 1986 (máxima resolución espacial 25 m). • Vuelos C 2509 (escala 1:40.000) y C 2510 de febrero y marzo de 1993. • Imagen Spot de abril de 1994 (máxima resolución espacial 10 m). • Línea de costa de la carta náutica COL 310 con datos de 1996 escala 1:100.000. • Mosaico de Tumaco escala 1:10.000 de 1998. • Línea de costa de la carta náutica COL 102 con datos de 1999. • Imagen Ikonos de febrero 2002 (resolución espacial 1 m). Como se aprecia se tuvo acceso a once líneas de costa diferentes, espaciadas entre sí irregularmente sobre un lapso de 44 años, con escalas que variaron entre 1:10.000 y 1:100.000 e imágenes de satélite con resolución espacial entre 1 y 25 m. Esa variabilidad de la información presenta limitaciones en el nivel de detalle de las comparaciones; sin

Bahía de Tumaco

embargo, permite visualizar la gran variabilidad de la zona y la complejidad del transporte de sedimentos que allí se da, así como comprobar lo que la dinámica marina mostraba proponiendo un transporte de sedimentos desde la desembocadura del río Mira hasta las islas de Tumaco. En las figuras 4.57. y 4.58. se aprecian algunas de las comparaciones hechas que si bien no permitieron establecer un valor preciso del transporte de sedimentos, dejan apreciar la forma en que se sucede ese transporte y la gran variación de la línea de costa por este proceso. En el esquema de la Figura 4.57. se presentan las variaciones entre 1969 y 1995, es decir las diferencias encontradas en 26 años. Se puede observar como una amplia zona de erosión es seguida por una de sedimentación, insinuando un transporte de sedimentos en saltos.

Figura 4.57. Comparación de líneas de costa de 1969 y 1995 (26 años). Verde erosión, azul sedimentación. Ese transporte avanza en dirección al Este (interior de la bahía, alejándose de la desembocadura del río Mira), lo que concuerda con los datos reportados con antelación en este capítulo y que describe la dinámica marina del área. Otro factor a resaltar en este esquema es el de la desaparición de la isla del Guano, ilustrada en color verde, evento ocurrido en el tsunami de 1979. En el esquema de la Figura 4.58. se presentan los resultados de las comparaciones entre 1992 y 1995. En este se aprecian, no obstante el corto lapso comparado, importantes cambios en la línea de costa, como consecuencia de procesos sedimentarios de acresión, indicados por el predominio del color azul.

Figura 4.58. Comparaciópn de la línea de costa entre 1992 y 1995. Aquí se evidencia como las islas de El Morro y La Viciosa, se están acomodando a la nueva dinámica que reciben tras la desaparición de la isla del Guano. La Figura 4.59. muestra un tercer esquema, que compara las líneas de costa de 1986 y 1993.

Figura 4.59. Comparación entre las líneas de costa de 1986 y 1993. Este confirma lo comentado sobre el transporte en dirección este de los sedimentos, así como la secuencia de tramos de erosión y sedimentación que sugieren un transporte en saltos. Allí los principales cambios se concentraron sobre el sector de las playas turísticas de Bocagrande. Las comparaciones dejan evidencia de la complejidad de los procesos que se dan en la zona, los cuales no sólo son consecuencia de la dinámica marina, sino de las acciones del hombre como se aprecia en una detallada revisión de los cambios historicos que ha presentado el sector de Bocagrande. Así, a principios de los años 70 la isla barrera de Bocagrande se encontraba

93

94

Bahía de Tumaco

unida al continente como una flecha litoral; alrededor de una semana después del terremoto del 12 de diciembre de 1979 una fuerte marejada azotó la flecha litoral, a la altura del delta del río Mira, separándola del continente y convirtiéndola en una isla. A raíz de este hecho, el Gobierno Nacional, teniendo en cuenta que Bocagrande se convirtió en zona de alto riesgo, reubicó a los habitantes en un nuevo lugar llamado Vaquería, a orillas del río Mira. Esta reubicación originó problemas de índole social, debido a que las principales actividades de los habitantes de la zona eran la pesca y el turismo, y el sitio de reubicación no presentaba condiciones físicas que permitieran desarrollar esta última. Esto desencadenó la invasión de los predios de la nueva isla de Bocagrande, aún en formación. A principios de los años 80 el flujo turístico retorno a su normalidad hasta que el fenómeno de El Niño de los años 82/83 provocó fuertes inundaciones y una acelerada erosión de las playas, lo que obligó que a finales de 1983 se hiciera una nueva reubicación de las cabañas, con las respectivas consecuencias económicas y sociales. Este mismo fenómeno se presentó en los años 91 y 92, generando una nueva reubicación. Otro factor que influyó en el aceleramiento del deterioro de la flecha litoral fue la ampliación de un canal que comunicaba el estero La Carga con el océano, a la altura de la finca ‘La Matilda’, con el fin de sacar de forma más rápida madera para los aserríos de Tumaco. Adicionalmente desapareció la barrera natural de manglar lo cual aceleró la erosión por la dinámica marina (Tovar, 2002). Al intentar estimar un volumen de sedimentos transportados se obtuvo una gran dispersión de los resultados dependiendo de los años a comparar, así como del tramo de costa utilizado. Por lo anterior sólo se presenta como indicativo el valor de 93884 m3/año, obtenido como promedio de las comparaciones efectuadas.

4.4.4.2 Cálculo del transporte potencial de sedimentos En 1994 y 1996 Schoonees y Theron publicaron dos artículos donde revisaban todas la formulaciones existentes para calcular el transporte de sedimentos

a lo largo de una playa. Allí compararon los resultados de diferentes formulaciones, con un extenso ‘set’ de datos de varias playas, determinando la mejor formulación que recalibraron para obtener mejores resultados. Las ecuaciones recomendadas en sus publicaciones son las utilizadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EEUU, que aparecen en el Shore Protection Manual, SPM, (por sus siglas en inglés) y la de Kamphuis expresada en 1991. La primera por ser la más ampliamente difundida y la segunda por ser la más precisa. La formulación del SPM es recomendada para elaborar un cálculo total y grueso del transporte de sedimentos, incluyendo transporte por fondo y suspendido, más no para estimar ratas locales de transporte. Como se aprecia esta formulación no incluye datos sobre el tipo de sedimento, ni la pendiente de la playa, sólo toma información sobre la energía incidente con el oleaje. S = K1 Pls donde: K1 = 1355 Pls = Ebnbsinθbcosθb con: 1 E = ρ gHbs2 8

1 nb = 1+ 2

Cb =

4πhb Lb 4πhb sinh Lb

Lb Tb

Para la utilización de la fórmula de Kamphuis es necesario obtener datos del sedimento, que para el caso específico de la zona de estudio fueron: P = 26% ρ = 1030 kg/m3 ρs = 2600 kg/m3 D50 = 0.2 mm

Bahía de Tumaco

También se incorporaron a la formulación datos de altura y período en el punto de rotura, así como el ángulo de aproximación del oleaje con respecto a la costa, obtenidos a partir de los resultados del modelo ‘Mopla’, facilitado por el Gioc al CCCP. Este último permite estimar las variaciones que sufre un tren de ondas irregular al aproximarse a la costa y la intensidad de las corrientes derivadas. La formulación es la siguiente:

S = 64433 Xkamphius

Xkamphius =

1 (1-p)ρs

*

m3 yr

(

ρ Tp

)Lo1.25Hbs2(tanαk)0.75

1 D50

0.25

(sin 2θb)0.6

Los resultados de aplicar estas dos formulaciones en diferentes puntos del área de estudio se resumen en la Tabla 4.11. Tabla 4.11. Resumen del cálculo de transporte potencial de sedimentos (m3/año). m3/año Vaquería Isla Guano Playa Morro Batallón Kamphuis SPM

7454

7882

4544

5001

60356

60356

13190

31145

Si se comparan estos resultados con los encontrados por medio de la evolución histórica de la línea de costa se observará que estos son menores. Teniéndose para el caso particular del sitio donde se encontraba ubicada la antigua isla del Guano, que por Kamphuis el transporte es de 7882 m3/año, por SPM es de 60356 m3/año y por la evolución histórica de la línea de costa es de 93884 m3/año. Lo anterior hace necesario buscar otros métodos que permitan obtener una información más confiable del valor del transporte litoral, como los de medición instrumental.

95

96

Bahía de Tumaco

CAPITULO V

Aspectos Biológicos

Los fenómenos de escala global afectan la abundancia y la distribución de los organismos marinos y estuarinos en la bahía de Tumaco.

98

Bahía de Tumaco

Bahía de Tumaco

El presente capítulo hace una descripción de varias poblaciones que habitan los ecosistemas de la bahía de Tumaco como son el fitoplancton, el ictioplancton, el bentos y otras pertenecientes a la fauna terrestre; las cuales son presentadas de manera independiente para mayor claridad del texto, ya que difieren en sus características ecológicas y en cada una de ellas se hacen anotaciones referentes a su composición y distribución espacial. Los datos aquí registrados corresponden a la compilación y síntesis de la información biológica de la bahía de Tumaco elaboradas por el CCCP, donde se presenta una descripción actualizada de la distribución espacial de los principales recursos vivos, que puede ser utilizada como línea base para investigaciones de los componentes biológicos menos conocidos, detectar especies (grupos) dominantes y suministrar herramientas científicas necesarias para las estrategias de manejo. Asímismo, en el componente pesquero se entrega información disponible sobre distribución de las principales zonas de pesca, índices de captura, zonas de desove, poblaciones y su estado actual de explotación; pese a que aún no se ha estimado el potencial de extracción pesquero de muchos recursos de importancia comercial para la bahía de Tumaco.

5.1. FAUNA TERRESTRE 5.1.1. Diversidad faunística Los animales representan una pequeña fracción de la biomasa total de los ecosistemas y consumen sólo una pequeña porción de la producción neta de éstos. Desde este punto de vista desempeñan una función menor que la vegetación, en lo que concierne al flujo de energía y la circulación mineral; sin embargo, es evidente que el papel funcional de los animales consiste en el control de procesos tales como la polinización, la fructificación, la dispersión de semillas, la descomposición de detritos y el consumo de plantas verdes (Minambiente, 1997). Los estudios adelantados para esta caracterización en la bahía de Tumaco son muy escasos, limitándose a listados de especies que tienen aprovechamiento comercial e interés especial, algunos de los grupos más significativos son (Tabla 5.1.):

Tabla 5.1. Especies de aprovechamiento comercial e interés especial en la bahía de Tumaco. Aves Nombre Común

Nombre Científico

Pato cuervo

Phalacrocoraz olivaceus

Patillo pody

Podilymbus podiceps

Garzas

Casmerodius albus Egretta thula Bubulcos ibis

Espigueros

Sporophila spp.

Comilinche

Nyctassa violacea

Tijereta

Elanoides foficatus

Chorlitos de playa

Aramides sp

Chorlitos

Charadrius spp

Torcazas

Columba spp Geotrygon sp

Panchana

Pionus menstrus

Lora

Amazona spp

Colibrí

Amazilia spp

Martín pescador

Ceryle torquata

Golondrina

Progne sp

Chango

Quiscalus mexicanus

Pichicho

Ramphocelus icteronotus

Primates Nombre Común

Nombre Científico

Mico cariblanco

Cebus capucinus

Mongón o mono aullador

Alouatta palliata

Crustáceos Nombre Común

Nombre Científico

Cangrejo de tierra

Cardisoma crassum Cardisoma occidentalis

Anfibios y reptiles Nombre Común Sapos

Nombre Científico Familia Bufonidae Familia Hylidae Familia Leptodactylidae

Tortugas

Chelydra sp Kinosternon sp lepidochelys olivacea Caretta caretta Dermochelys coriacea Eretmochelys imbricata

Iguana

Iguana iguana

Piandé

Basilicus sp

Lagartijas

Anolis antonii

Nupa

Boa constrictor

99

100

Bahía de Tumaco

Anfibios y reptiles Nombre Común

Nombre Científico

Chonta o cuatro narices

Bothorops asper

Tulicio

Caiman crocodylus

Mamíferos

Tabla 5.2. Clasificación de especies amenazadas según la Uicn. Nombre Común

Nombre Científico

Tortuga caguama

Lepidochelys olivacea

Categoria EN

Nombre Científico

Tortuga cabezona Caretta caretta

EN

Ratón de monte

Proechymis sp

Tortuga canal

Dermochelys coriacea

EN

Rata

Rattus rattus

Tortuga carey

Erectmochelys imbricatta CR

Ratón común

Mus musculus

Lagarto

Crocodylus acutus

VU

Ardilla

Scirius granatensis

Nupa

Boa constrictor

LR / pm

Chucha

Didelphis marsupialis

Guagua

Agouti paca

LR / ca

Tayra

Eira barbara

Guatín

Dasyprocta punctata

LR / pm

Zorra

Chalorumis sp

Tatabra

Tayassu tajacu

LR / ca

Zorra de agua

Chironectes minimus

Pava de monte

Penelope perspicax

EN / ca

Tigrillo pianguero

Procycon cancrivorus

Tucanes

Andigena sp

LR / ca

Tatabra

Tayassu pecari

Mongón

Alouatta sp

VU / LR

Nombre Común

Gaugua o conejo

Agouti paca

Ocelote

Felis pardalis

VU

Cusumbo

Nasua sp

Puma

Felis concolor

VU

Nutria

Lutra longicaudis

Tigre mariposa

Panthera onca

VU

Venado

Odocoileus sp

Nutria

Lutra longicaudis

VU

Oso hormiguero gigante

Myrmecophaga tridactila

Tayra

Eira barbara

NE

Perezoso

Bradypus variegattus

LR /ca

Armadillo

Dasypus sp

DD

Hormiguero

Ciclopes didactilus

NE

Albacora

Thunnus alalunga

VU

Mero

Epinephelus itajara

EN

Carduma

Cetengraulis mysticetus

EN

5.1.2. Especies faunísticas en peligro de extinción Para la bahía de Tumaco se observa como la caza, tanto para consumo familiar como para la comercialización de especies nativas, y la sobreexplotación de algunos recursos han generado el desmedro de algunas especies. Estas y otras causas, como las relacionadas con la disposición del recurso para la conservación y la importancia ecológica, económica y cultural del taxón han llevado a que muchas especies se consideren hoy en peligro de extinción. El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboltd ha utilizado las categorías sobre las especies que se encuentran en peligro de extinción a nivel mundial con ayuda de las listas rojas producidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, Uicn. De aquí los reportes hechos para mamíferos (Rodríguez, 1998), aves (Renjifo, 1997), peces (Acero et al., 1998), anfibios y reptiles (Rueda, 1998), que mencionan para la región las especies amenazadas (Tabla 5.2.)

La abreviatura asignada a cada categoría corresponde a la nomenclatura establecida por la Uicn así: CR, críticamente amenazada; EN, en peligro; VU, vulnerable; DD, dato deficiente; NE, no evaluada; LR, bajo riesgo; ca, casi amenazada; pm, preocupación menor.

5.2. FLORA MARINA Todos los recursos biológicos del mar proceden de diversas fuentes de producción primaria como las microalgas macrófitas, fanerógamas y por las descargas de aguas continentales. En la región oceánica el sistema pelágico es dominado por el fitoplancton, grupo que necesita luz y sales nutritivas para su óptimo desarrollo que, posteriormente, sirve de alimento a una gran cantidad de animales, incluidos los pequeños invertebrados que constituyen el zooplancton y cierto tipo de peces.

Bahía de Tumaco

5.1.a

5.1.b

5.1.c

5.1.e

5.1.f

5.1.g

5.1.d

5.1.h

Figura 5.1. a-i Diatomeas más frecuentes en la bahía de Tumaco. a. Chaetoceros curvisetus., b. Chaetoceros didymus var. protuberans., c. Chaetoceros peruvianus., d. Coscinodiscus eccentricus., e. Leptocylindrus danicus., f. Rhizosolenia setigera., g. Thalassionema frauenfeldii., h. Thalassionema nitzschioides. (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). De esta forma la materia orgánica y, en consecuencia, la energía se transforma al pasar de unos animales a otros en la cadena alimenticia, (CPPS, 1982). La columna de agua contiene un amplio conjunto de organismos microscópicos de alta importancia en los niveles tróficos acuáticos. Se trata de los productores primarios, constituidos por la parte vegetal del plancton (fitoplancton) que se encuentran suspendidos en ella y sometidos a merced de las corrientes. De estos se distinguen, básicamente, dos grupos: las diatomeas, las más representativas y dominantes en la bahía, y los dinoflagelados. Algunas de estas especies se caracterizan por ser euritípicas, es decir resistentes a los cambios ambientales, como por ejemplo: Chaetoceros curvisetus, Chaetoceros didymus var. anglica, Chaetoceros lorenzianus, Chaetoceros peruvianus, Coscinodiscus eccentricus, Hemiaulus sinensis, Leptocylindrus danicus, Rhizosolenia setigera, Skeletonema costatum,Thalassionema frauenfeldii y Thalassionema nitzschioides. Asímismo, algunas especies varían su aparición a través del tiempo, las cuales se conocen como estenotípicas, cuyos rangos de tolerancia ambiental son estrechos y por ello son indicadoras de una condición fisicoquímica concreta que las hacen proliferar en ciertos períodos.

Un caso típico de especies que se ven favorecidas por algún factor ambiental son las que producen las conocidas mareas rojas. En el área de la bahía de Tumaco se registró uno de estos fenómenos en marzo de 2001, en el cual la especie dominante fue el dinoflagelado Alexandrium catenella (Figura 5.2.).

Figura 5.2. La marea roja es producida, generalmente, por la especie Alexandrium catenella (Tomado de archivo fotográfico del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).

101

102

Bahía de Tumaco

Distribución espacial Para el área de estudio en general el fitoplancton presenta una distribución espacial en parches, generados por las altas tasas de renovación, las corrientes y las mareas. Se observa, además, una mayor cantidad de células al interior de la bahía por la presencia de grandes concentraciones de nutrientes, aportadas por aguas continentales, las cuales disminuyen hacia la región oceánica, donde se detectan concentraciones menores. Estudios adelantados por el CCCP desde 1996 muestran que las abundancias se pueden clasificar, espacialmente en zonas que presentan condiciones fisicoquímicas similares (Tabla 5.3.), obteniendo así cuatro zonas de distribución (Figura 5.3.). La Zona I se caracteriza por presentar abundancias medias-bajas, con promedios de 698 cel/mL para marea alta; de 818 cel/mL para reflujo; de 1137 cel/mL para marea baja, y de 752 cel/mL para flujo. Esta zona presenta mayor influencia de aguas oceánicas con bajas temperaturas que oscilan entre los 26.9 y 27.9° C y los registros más altos de salinidad entre 27 y 30 ups (CCCP, 2001a).

Figura 5.3. Areas de distribucción de las abundancias fitoplanctónicas en la bahía de Tumaco (Modificado de CCCP, 2001a). En la Zona II se presentan los registros de abundancia más bajos de toda el área con 401 cel/mL para marea alta; 585 cel/mL para reflujo; 731 cel/mL para marea baja, y 641 cel/mL para flujo. Esto se debe a que en esta zona los registros de nutrientes son bajos, a causa de las corrientes que dificultan la entrada de estas sales al área.

Tabla 5.3. Rangos de variables para cada zona de distribucción de abundancias fitoplanctónicas en la bahía de Tumaco, dentro de las cuatro fases de la marea (Tomado de la Base de Datos del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). No.

Abundancia

zona Marea Alta I

II

III

°C

Horas

NO2

0-24

NO3

PO4

NH4

mg.at.N/L

mg.at.N/L

mg.at.P/L

mg.at.N/L

27.1-27.7

12:05-16:55

0.01

0.01

0.08-0.2

0.01-0.81

Reflujo

302-1509

27.3-27.7

10:00-15:50

0.01

0.01

0.05-0.35

0.11-1.61

Baja

256-2486

27-27.9

7:55-15:30

0.01

0.01

0.05-0.5

0.01-1.01

Flujo

82-1740

27-27.9

8:29-17:55

0.01

0.01

0.01-0.4

0.11-0.81

Alta

120-706

27.2-28.3

8:30-17:14

0.01-0.11

0.01-0.21

0.08-0.22

0.21-2.6

Reflujo

190-1181

27.1-28.7

6:45-15:48

0.01

0.01

0.11-0.17

0.21-3.96

Baja

246-1528

27.1-29.3

9:50-16:35

0.01

0.11-0.51

0.08-0.24

0.01-0.81

Flujo

80-1658

27-28.1

7:50-14:05

0.01-0.11

0.01

0.11-0.17

0.01-0.21

Alta

734-2016

27.3-27.9

6:45-15:25

0.01-0.11

0.01-1.01

0.08-0.26

0.11-1.21

Reflujo

1229-2726

27.5-28.5

10:00-17:20

0.01-0.11

0.01-1.31

0.05-0.59

0.01-2.96

Baja

1094-3041

27.7-29.5

9:20-15:00

0.01-0.21

0.01-1.91

0.08-0.25

0.11-0.91

Flujo

1118-2559

27.3-28.9

7:15-16:45

0.01-0.21

0.01-0.81

0.17-0.38

0.11-2.43

203-985

28-28.2

6:45-07:50

0.51-1.41

0.71-4.71

0.34-0.54

0.2-2.4

Reflujo

1983-2253

27.9-28.5

9:30-10:40

0.31-2

0.11-2.41

0.25-0.3

0.18-2.96

Baja

1386-2840

29-31.5

13:00-13:53

0.01-0.91

0.11-4.01

0.05-0.8

0.7-1.7

Flujo

1271-2436

29.5-31.3

15:10-16:10

0.11-0.71

0.51-3.01

0.05-0.7

0.6-1.3

Alta IV

Fitoplanctónica 296-1510

TSM

Bahía de Tumaco

Por otro lado, la temperatura presenta registros altos de 27 a 29.3° C, mientras que la salinidad resulta un poco más baja que para la Zona I, con un promedio de 27 ups (CCCP, 2001a). En la Zona III se presentan los valores más altos de abundancia, con registros de 1365cel/mL para marea alta; 2094 cel/mL para reflujo; 2252 cel/mL para marea baja, y 1782 cel/mL para flujo. Esto se debe al amplio rango de salinidad observado en esta zona de 18 y 30 ups, lo que posibilita encontrar especies tanto de carácter oceánico como estuarino. La concentración de nutrientes es más elevada que para las zonas I y II, ya que hacia el extremo sur las corrientes permiten la llegada de aguas provenientes de la Zona IV y al extremo norte se observa la desembocadura del río Patía, con aguas más ricas en nutrientes. La temperatura registrada para esta zona es de 27.3 a 29.5° C (CCCP, 2001a). La Zona IV se caracteriza por presentar abundancias medias-altas durante todos los períodos de marea, con promedios de 631 cel/mL para marea alta; 2086 cel/mL para reflujo, 1999 cel/mL para marea baja, y 1894 cel/mL para flujo. Esto se debe al aporte de aguas provenientes de los ríos Rosario, Mejicano y Tablones, que contienen altas concentraciones de nutrientes.

y larvas de peces coinciden con los florecimientos fitoplanctónicos y mayores abundancias zooplanctónicas (Cediel, 2000).

Distribución espacial Según Cediel (2000), la comunidad ictioplanctónica ha presentado aumentos en la abundancia a través del tiempo, tanto de huevos como de larvas de peces, ya que se han registrado 1070 ind/mL para 1997; 4360 ind/mL para 1998, y 7600 ind/mL para el 2000.

5.3. FAUNA MARINA 5.3.1. Ictioplancton El ictioplancton es un grupo que hace parte del zooplancton y está constituido por larvas y huevos de peces. Mediante su estudio es posible determinar las zonas y épocas de desove, los patrones de migración de los adultos y el crecimiento y mortalidad de formas larvales. La mayoría de los peces de valor comercial de la bahía de Tumaco empiezan su vida en el plancton y pueden vivir allí dos o tres meses después de la eclosión del huevo. Debido a que estos huevos y larvas contribuirán a las futuras reservas pesqueras explotables, su posición en la comunidad planctónica es muy importante (Flores-Coto y Alvarez, 1980). La abundancia del ictioplancton en la bahía presenta, por lo general, una relación directa con las abundancias del fitoplancton y del zooplancton, ya que los mayores registros de abundancias de huevos

Figura 5.4. Zonas de desove en la bahía de Tumaco. (Modificando de Cediel, 2000). Estos incrementos coinciden con el aumento del fitoplancton en el área de estudio, a excepción del año 1999, en el cual fue posible detectar que tanto huevos como larvas se vieron bastante afectados por los cambios de temperatura registrados en la columna de agua como consecuencia de la presencia del evento La Niña. Durante este año se apreció una disminución de la comunidad ictioplanctónica con un promedio de 830 ind/mL, lo cual podría indicar que los peces que habitan la bahía están mejor adaptados a temperaturas superiores a los 27° C. La distribución espacial de huevos y larvas de peces dentro de la bahía ha sido determinada por Cediel (2000).

103

104

Bahía de Tumaco

Las zonas de desove se ubican en la parte norte de la bahía y las mayores abundancias se registran hacia la región costera (Figura 5.4.), donde estos individuos se encuentran más protegidos de la depredación; mientras que a nivel oceánico los valores de abundancia fueron muy bajos y en muchos de los casos se observó ausencia de organismos.

5.5.a

5.5.b

5.5.c

5.5.d

Figura 5.5. a-d Larvas de peces más frecuentes de la bahía de Tumaco. a. Nomedae psenes ., b. Benthosema panamense., c. Familia Scianidae., d. Familia Carangidae (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). 5.6.a

5.6.f

5.6.b

5.6.c

5.6.g

Dentro de las especies ícticas encontradas por Cediel (2000) para el área de estudio se destacan trece familias y quince géneros; representadas en orden de importancia por las familias Sciaenidae (peladas y corvinas) y Carangidae (jureles), siendo éstas las de mayor importancia comercial en la zona, las cuales se caracterizan por ser peces pelágicos (oceánicos) durante su fase adulta (Figura 5.5.). Les siguen las familias Soleidae (lenguados); Engraulidae (carduma, anchoa); destacándose a final de año (noviembre y diciembre) la especie Cetengraulis mysticetus, conocida comúnmente como carduma, lo cual confirma los resultados obtenidos por Beltrán et al. (1996) quien afirma que esta es la época de alevinaje de la especie. Esta familia se caracteriza por pertenecer al grupo de pequeños pelágicos. Finalmente, las familias menos frecuentes en la bahía son: Clupeidae (sardinas y sábalos); Syngnathidae (agujitas y caballitos); Labridae (señorita y viejas); Eleotridae (dormilones y bocones); Gobiesocidae (pejesapos) y Paralepididae (barracudinas). Durante 1999 se registró la aparición de las familias Myctophidae (peces linterna) y Gobiidae (gobios y sapitos), ausentes en otros años (Cediel, 2000). 5.6.d

5.6.h

5.6.i

5.6.e

5.6.j

5.6.k

Figura 5.6. a-k. Algunas de las especies bentónicas encontradas en zonas de playa de la bahía de Tumaco: a. Poliqueto (Familia Chaetopteridae), b. Crustáceo (Familia Xanthidae), c. Crustáceo (Familia Diogenidae), d. Equinodermo (Ophiurido), e. Phyllum menor (Sipunculido), f. Molusco (Chama macerophylla), g. Molusco (Conus daucus hwass), h. Molusco (Olivella nivea), i. Molusco (Polinices hepaticus), j. Molusco (Familia Pectinidae), k. Equinodermo (Encope insularis) (Tomadas de la Colección de Referencia Biológica del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).

Bahía de Tumaco

5.3.2. Organismos bentónicos Este grupo está compuesto por todas aquellas especies que viven en relación con el sustrato, ya sea para fijarse en éste, excavarlo, marchar sobre su superficie o nadar en sus vecindades, sin alejarse del mismo.

5.3.2.1. Composición de especies Gran variedad de organismos integran este grupo, representados por diversas especies que se encuentran ampliamente distribuidas dentro de la bahía. Sobre estos invertebrados se tiene un conocimiento muy limitado en esta área de estudio, por tal razón se hace referencia, de manera específica, a los que se encuentran asociados a zonas de playa y de manglar, ya que aún hacen falta investigaciones para conocer la diversidad de los demás ecosistemas litorales (rocosos y acantilados) presentes en la bahía de Tumaco. El CCCP ha reportado para la bahía hasta el momento un total de 86 especies, contenidas en siete phyllum, Annelida: Polichaeta; Arthropoda: crustáceos decápodos, copépodos y anfípodos; Mollusca: bivalvos y gasterópodos; Equinodermatha: Ophiuroidea y Equinoide y los phyllum menores Sipunculida, Nemátoda y Braquiópoda (Figura 5.6.)

5.3.2.2. Aspectos generales El tamaño de los sedimentos es el parámetro que posiblemente tenga mayor efecto sobre estos organismos, ya que de él depende en gran medida la cantidad de agua retenida en los espacios intersticiales, los cuales son vitales para el establecimiento de las diferentes especies de bentos. Se ha registrado que los poliquetos de la bahía de Tumaco no son selectivos con respecto al tipo de sustrato; mientras que los moluscos presentan una marcada preferencia por la arena fina, ya que las partículas pequeñas les permiten alimentarse de la materia orgánica adherida a ellas. Los anfípodos también prefieren la arena fina, en la cual pueden deslizarse con mayor facilidad empleando sus apéndices (Méndez et al., 1986). En las playas de Salahonda, Cascajal y Trujillo, generalmente en arenas finas, se observa la presencia de animales excavadores, que requieren un tipo de cavernas o galerías más permanentes en las que

pueden mantenerse en constante movimiento, como es el caso de poliquetos tubícolas, de las familias Terebellidae y Sabellariidae (CCCP, 2001b). La mayoría de los excavadores son animales filtradores, capaces de alimentarse de detritos que colectan en la superficie de la arena. Las galerías, por las cuales circula el agua, favorecen la presencia del comen-salismo de una variedad de animales pequeños como cangrejos y copépodos. En su lugar, los poliquetos son modifi-cadores de los fondos blandos, que forman galerías que cambian las condiciones de oxigenación del suelo por medio del acarreo de partículas hacia la superficie, modi-ficando la consistencia del sedimento por la formación de cápsulas fecales de alta resistencia a la acción mecánica y bacteriológica (Salazar Vallejo, 1988). Es importante tener en cuenta la relación que se presenta entre las variables salinidad y temperatura para el ecosistema bentónico, ya que algunos organismos pueden mejorar su osmoregulación por medio de la tolerancia a salinidades bajas conjugadas con tempe-raturas mayores.

5.3.2.3. Distribución espacial Con base en estudios realizados por el CCCP sobre la fauna marina asociada a zonas de playa se reconocen cuatro agrupaciones comunitarias relacionadas a características sedimentológicas, composición especiológica, ubicación geográfica y condiciones ambientales propias.

Figura 5.7. Zonas de distribucción de ensamblajes comunitarios del bentos de fondo blando en la bahía deTumaco.

105

106

Bahía de Tumaco

La Zona I se ubica en la parte interna de la bahía; la Zona II tipifica la parte intermedia norte y sur; la Zona III caracteriza el extremo oeste, y la Zona IV se ubica al norte (Figura 5.7.). Dentro de esta zonación se detectan mayores abundancias de invertebrados en la Zona I o parte interna de la bahía, mientras la mayor diversidad se registra en la Zona II.

5.4. POTENCIAL PESQUERO 5.4.1. Pesca Industrial La pesca en la bahía, al igual que en el resto del trópico, está basada en el desarrollo de un ejercicio multiespecífico desempeñado por las diferentes comunidades asentadas en el litoral como una actividad productiva y de sobrevivencia.Uno de los principales problemas con que cuenta el sector pesquero es el desconocimiento de los recursos explotables y de los volúmenes de captura disponibles que podrían llegar a permitir una diversificación de la pesca. En la región la pesca industrial se concentra en la explotación del camarón de aguas someras, debido a su alto valor comercial, facilidad de captura y poco costo de extracción. Sólo existe una compañía que captura carduma para la producción de harina de pescado. Tal concentración en un sólo recurso ha generado una considerable disminución en los volúmenes de desembarque, por el alto esfuerzo que soporta en la actualidad (Tabla 5.4.). Tabla 5.4. Desembarque de la pesca industrial en la bahía de Tumaco en toneladas. (Inpa, 1998 y 2001).

CATEGORIAS

1997

Peces bentónicos Peces bentónicos demersales Peces pelágicos Peces pelágicos costeros Otros en general Crustáceos Moluscos Total

1998

1999

53.93

31.43

93.09

14.04

110.92

18.2

51.97

82.97

76.01

5031.32 6613.46 3980.89 28.09

536.84

40.36

141.35

67.56

22.72

3.28

0.99

0.72

5323.98 7444.15 4231.99

Los productos provenientes de la pesca industrial tienen como principal destino el mercado externo y una pequeña proporción se emplea para consumo nacional e interno. Dentro de cada categoría las siguientes especies son las más representativas: • Peces bentónicos: corvina (Brotula clarkae y Micropogonias altipinus), pargo (Lutjanus argentiventris y Lutjanus aratus) y berrugate (Lobotes pacificus). • Peces bentónicos demersales: toyo (Carcharhinus falciformis, Mustelus dorsalis y Rhizoprionodon longurio) y cachuda (Sphyrna zygaena). • Peces pelágicos: sierra (Scomberomorus sierra), carite (Isurus oxyrinchus), dorado (Coryphaena hippurus) y atún (Thunnus thynus). • Peces pelágicos costeros: carduma (Cetengraulis mysticetus) y plumuda (Opisthonema berlanga y Opisthonema libertate). • Crustáceos: camarón blanco (Penaeus occidentalis), camarón tití (Xiphopenaeus riveti) y camarón tigre (Trachypenaeus byrdi). • Moluscos: calamar (Loliolopsis diomedeae y Lollinguncula panamensis) y caracol (Melongena patula).

5.4.2. Pesca Artesanal Las principales formas de aprovechamiento artesanal son la pesca blanca, la pesca y recolección de crustáceos, y la extracción y recolección de moluscos. Esta actividad es ejecutada por pescadores de escasos recursos económicos, con mínimas posibilidades de agremiación y de acceso a líneas de crédito. Por tales razones dependen de intermediarios, quienes compran su producción y financian la compra de insumos para la pesca y sus necesidades familiares inmediatas. Según Borda et al. (1995), la mayoría de los pescadores se dedican a la captura de camarón tití (Xiphopenaeus riveti), tigre (Trachypenaeus byrdi) y blanco o langostino (Penaeus occidentalis), especies que representan el 25% de las capturas totales. Pescan, igualmente, jaibas (Callinectes arcuatus y C. toxotes), pargos (Familia Lutjanidae) y chernas (Familia Serranidae) (Figura 5.8.).

Bahía de Tumaco

5.8.a

industriales al interior de la bahía de Tumaco (Tabla 5.6.):

5.8.b

Tabla 5.6. Recursos pesqueros explotados en la bahía de Tumaco artesanal e industrialmente. 5.8.c

5.8.d

Peces Nombre Común Róbalo

Nombre Científico Centropomus armatus Centropomus nigrescens Centropomus robalito

Figura 5.8. a-d. Algunas de las especies explotables dentro de la bahía de Tumaco. a. Callinectes arcuatus, b. Lutjanus colorado, c. Pomadasys sp., d. Caranx caballus. (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).

Centropomus unionesis Ambulú

Epinephelus acanthistius

Zafiro

Cynoponticus coniceps

Berrugate

Lobotes pacificus

Pargos

Lutjanus jordani Lutjanus guttatus Lutjanus colorado

Uno de los problemas más frecuentes de este tipo de pesca es la rusticidad y primitivismo de sus artes. En la bahía se suelen emplear con mucha frecuencia artes perjudiciales como el trasmallo, el riflillo y la changa, que capturan tallas promedio por debajo de la media de madurez. Mientras que el trasmallo electrónico, única arte reglamentada por el Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura, Inpa, es la menos empleada (Borda et al., 1995) (Tabla 5.5.).

Lutjanus. argentiventris Bagres

Galeichtys peruvianus Arius dowi Arius dasycephalus Arius jordani Arius multiradiatus Arius troshell

Corvina

Brotula clarkae

Cherna

Epinephelus analogus Mycteroperca olfax

Tabla 5.5. Productos provenientes de la pesca artesanal en toneladas (Inpa, 1998 y 2001).

Mycteroperca xenarcha Meros

Epinephelus itajara Epinephelus nigritus

CATEGORIAS Peces bentónicos Peces bentónicos demersales

1997

1998

1247.57 1328.03 1312.35 165.8

126.8

166.67

Peces pelágicos

1544.4

816.37

703.18

Peces pelágicos costeros

344.57

320.27

235.79

Otros en general

714.87

742.37

817.03

1634.14 1212.73

825.54

Crustáceos Moluscos Total

855.52

98.56

Epinephelus niveatus

1999

40.30

6506.87 4645.26 4097.86

Cephalopholis panamensis Tiburón aletinegro Toyos

Carcharhinus limbatus Mustelus dorsalis Mustelus lunulatus Carcharhinus falciformis Carcharhinus galapagensis

Barracudas

Sphyrna lewini Sphyrna tiburón

Sardinas

Familia Engraulidae Familia Clupeidae

5.4.3. Recursos explotables más importantes Los siguientes listados hacen referencia a los recursos pesqueros explotados por las flotas artesanales e

Carduma

Cetengraulis mysticetus

Burique

Caranx caballus

Ronco

Bairdiela armata

Peladas

Cynoscion albus Cynoscion reticulatus

107

108

Bahía de Tumaco

Cajero

Cynoscion praedatorius

Crustáceos

Cynoscion xanthulus

Nombre Común

Nombre Científico

Macrodon mordax

Camarón blanco

Penaeus occidentalis

Larimus acclivis

Penaeus stylirostris

Larimus effulgens Botellona Mojarras

Canchimala Lisa

Penaeus vannamei

Menticirrhus panamensis

Camarón tigre

Trachypenaeus byrdi

Diapterus peruvianus

Camarón tití

Xiphopenaeus riveti

Eugerres lineatus

Camarón coliflor

Solenocera agassizii

Eugerres periche

Jaiba

Callinectes toxotes

Arius multiradiatus

Callinectes arcuatus

Mugil cephalus

Portunus spp.

Mugil curema Rascapalo

Oligoplites sp

Espejuelo

Selene brevoortii Selene oerstedii

Leiro

Eugerres sp

Bocón

Nebris occidentalis

Brujo

Gobionellus sp

Tamborero

Sphoeroidea annulatus

Sábalo

Brycon oligolepis

Sabaleta

Brycon americus sp

Cagua

Diplectrum sp

Moluscos Nombre Común Calamares

Nombre Científico Loliolopsis diomedeae Lollinguncula panamensis

Piangua

Anadara tuberculosa Anadara similis

Caracoles

Melongena patula

Sángara

Anadara grandis

Cholga

Mytella guyanensis Chione subrogosa

Peineta

Pinna rugosa

Ostión

Pteria sterna Striostrea prismatica

Ostra perlera

Pinctada mazatlanica

Ostión de mangle

Crassostrea columbiensis

Chiripiangua

Polymesoda notabilis Polymesoda inflata Polymesoda anomala Pitar paytensis

5.4.4. Zonas de pesca Por las características de la flota industrial sus faenas de pesca le permiten tener una mayor cobertura en aguas más profundas, mientras que los pescadores artesanales acceden a zonas de poca profundidad donde los barcos industriales no llegan por su calado. Sin embargo, en la bahía de Tumaco las zonas sobre las cuales ejercen su esfuerzo los pescadores artesanales son las mismas donde actúan las flotas industriales y semi-industriales, por la alta presencia de camarón y algunas especies de pesca blanca. Se distinguen, además, cuatro zonas características de pesca dentro de la bahía, con base en datos obtenidos por Borda et al. (1995), diferenciadas entre sí por los tipos de artes empleados para la captura; especies más significativas; número de pescadores; Captura por Unidad de Esfuerzo (Cpue), y Unidad Económica de Pesca (UEP). Siendo la de mayor importancia, en términos de volúmenes de captura la Zona II, con el 40.83% de la producción total anual; seguida por la Zona III, con el 26.12%; luego la Zona IV, con el 17.98%, y por último la Zona I, con el 15.07% (Tabla 5.7. y Figura 5.9.). Tabla 5.7. Valores obtenidos de Unidad Económica de Pesca y Captura Total para el año de 1995 (Borda et al., 1995).

Protothaca asperrima Almeja

Almejón

Tivela argentina

ZONAS

Mactra fonsecana

I

UEP/DÍA/AÑO UEP/AÑO 34

11729

CAPTURA TOTAL 75724.42

Tellina laceridens

II

55

19129

205141.84

Donax assimilis

III

40

13861

131229.22

Mactrellona exoleta

IV

20

6842

90341.84

Bahía de Tumaco

Teniendo en cuenta esta zonación se pueden ubicar los principales recursos para la pesca artesanal en estas áreas así: el camarón blanco se encuentra preferiblemente en las zonas I y III; el tití en las zonas II y III; el tigre en las zonas I y II; la pomada en la Zona III; la pelada en la Zona I; la pescadilla en las zonas I y IV, y las jaibas en las zonas I y II. Cabe destacar que aunque las zonas I y IV presenten valores similares de producción difieren en el esfuerzo, siendo mayor en la Zona I, donde está dirigido al camarón de aguas someras, mientras que para la Zona IV la producción se centraliza en la pesca blanca (Borda et al., 1995).

Según el resumen de comercialización de productos hidrobiológicos movilizados durante 1996, arrojado por el Inpa, existen en la bahía cuatro familias representativas con los siguientes patrones de temporalidad: Carangidae es homogénea todo el año a excepción de mayo, cuando presenta un máximo; Ariidae abunda en agosto; Engraulidae es determinada por el comportamiento de la carduma, y Sciaenidae que siendo la más errante presenta un pico máximo en mayo, uno mínimo en septiembre y vuelve a aumentar en marzo. En general las especies de la pescadilla presentan un comportamiento de abundancia a finales y principios de año (Borda et al., 1995).

5.4.6. Volúmenes de pesca por familia

Figura 5.9. Zonas de pesca ubicadas en la bahía de Tumaco (Borda et al., 1995).

5.4.5. Pesca por época En la pesca artesanal de la bahía no se reportan épocas especialmente críticas o de ausencia del recurso, pero existen factores que marcan una mayor o menor producción de acuerdo al comportamiento de las mareas, la luna, las lluvias, etcétera (Borda et al., 1995). Los pescadores consideran que la época de mayor productividad es la cuaresma, comprendida entre febrero y abril. Las lluvias (enero-julio) favorecen el uso de malladores cerca del litoral, mientras que en la época seca (julio-septiembre) se propicia el uso de artes construidos con anzuelos (Inpa, 1996).

Las familias de peces que dominan las capturas varían año tras año. Así, para 1994 las principales familias que se capturaron en la bahía de Tumaco fueron Ariidae, Pomadasyidae y Engraulidae; en 1995 fueron Pomadasyidae, Sciaenidae y Ariidae; para 1996 fueron Merlucciidae, Scombridae y Sciaenidae, y en 1999 se trató de la familia Engraulidae (Tabla 5.8.). Esta variabilidad en las familias encontradas caracteriza las pesquerías tropicales multiespecíficas que presentan una alta diversidad de especies, pesquería poco selectiva y, generalmente, una tendencia al deterioro de las poblaciones explotadas por prácticas de pesca inadecuadas, asociadas con el descarte de especies poco deseables y la destrucción del hábitat (Pauly, 1994). Las pesquerías de la bahía de Tumaco han exhibido un patrón común a muchas pesquerías tropicales del mundo; con una fase inicial de desarrollo dominada por pescadores artesanales, en la cual la captura total no es muy grande y la abundancia de sólo algunas especies es sustancialmente influenciada por la pesca. Posteriormente, la pesca de arrastre de mayor escala es introducida y empieza a competir con la pesquería artesanal, el esfuerzo de pesca total se incrementa progresivamente y la captura se incrementa hasta un nivel máximo. A medida que el esfuerzo total de las flotas industriales y semi-industriales se incrementa la captura total puede mantenerse, pero surgen cambios en la composición de especies de dicha captura, desapareciendo primero las especies de mayor valor

109

110

Bahía de Tumaco

comercial, por lo cual los pescadores artesanales obtienen una menor proporción de la captura total. Tabla 5.8. Composición en porcentaje de la pescadilla a nivel de familia en las capturas para los años 1994, 1995, 1996 y 1999 (Inpa, 1996 y 2001). %1994

%1995

%1996

%1999

Ariidae

Familias

17.8

8.74

6.40

2.27

Balistidae

2.91

2.87

0.08

0.03

Belonidae

0.1.8

0.03

0.04

0.12

Bothidae

0.54

0.07

0.37

0.12

Carangidae

04.5

8.35

15

3.66

Carcharhinidae

0.14

0.28

1.34

1.33

Centropomidae

2.70

1.90

6.24

1.16

Clupeidae

1.72

7.13

0

0

Engraulidae

13.8

1.95

0

60.7

Gerreidae

03.8

6.12

2.71

0.40

Lobotidae

0.07

0.13

2.38

1.30

Lutjanidae

4.42

0.26

5.83

5.24

Merlucciidae

0

0

21.8

1.02

Mugilidae

2.83

5.69

0.45

0.40

Mullidae

1.54

1.61

0.01

0

Muraenesocidae

0

0.92

0.54

0.52

Ophidiidae

0.94

0.98

0.01

0.015

Polynemidae

6.60

7.60

0

0.004

Pomadasyidae

15.9

13.9

0

0.03

Sciaenidae

3.63

14.6

9.96

7.24

Scombridae

2.34

5.39

14.38

9.31

Serranidae

0.14

0.21

1.94

1.36

Sphyraenidae

3.82

0.96

2.88

1.50

Stromateidae

0.64

1.19

0

0

Torpedinidae

0.32

0.53

0.04

0.01

Triglidae

0.01

0.06

0.01

0

Otras

7.08

8.52

7.57

2.26

Algunas de las especies que han presentado una captura con tendencia al aumento en los últimos años son: • La carduma (Familia Engraulidae) y la plumuda (Familia Ophidiidae), que ocupan un lugar importante en la economía por ser la materia prima para la elaboración de harina de pescado. • El cajero (Familia Sciaenidae), hace parte de la pesca incidental de la captura de camarón.

• El jurel (Familia Carangidae), que gracias a sus hábitos migratorios y estilo de vida pelágico posee una alta riqueza, además no presenta una selectividad al arte de pesca. • El lenguado (Familia Bothidae), especie a la cual la apertura de nuevos mercados le ha incrementado su importancia en el renglón pesquero. • La lisa (Familia Mugilidae), que se presenta por épocas ya que forma cardúmenes y suelen alejarse de las costas para desovar, pero regresan para completar su ciclo. • El pargo rojo (Familia Lutjanidae), la pelada (Familia Sciaenidae), la sierra (Familia Scombridae) y las mojarras (Gerreidae) son de alto interés comercial y no presentan selectividad por el arte de pesca. • El róbalo (Familia Centropomidae) y el ronco (Familia Pomadasyidae) son apreciados como base del consumo de los pescadores artesanales y el comercio local (Inpa, 2001).

5.4.7. Indices de captura y unidades económicas de pesca Este factor mide la abundancia del recurso en un área específica y agrupa toda la variedad de especies comercializables que se pueden capturar en cada faena. Según datos proporcionados por el Inpa, la zona de mayor captura para el período comprendido entre junio de 1994 y junio de 1995 fue la II, siendo la de menores índices la I (Borda et al., 1995). Aunque la pesca de pequeños pelágicos se efectúa con intensidad, en la bahía no existe información completa y actualizada sobre este componente. Según Borda et al. (1995), es evidente cómo algunas artes de pesca presentan selectividad por el recurso capturado (Tabla 5.9.), por ejemplo: la changa es el mejor arte para la captura de camarón tití en las cuatro zonas; el riflillo para camarón blanco y pescadilla; el espinel, boliche y volantín para pescadilla y otros recursos; el cabo, empleado únicamente en la Zona II para capturar jaibas. Por otra parte, se puede afirmar que la pesca industrial del camarón en la bahía de Tumaco es sustentada por el tití, ya que representa las 2/3 partes de la captura.

Bahía de Tumaco

Tabla 5.9. Porcentajes de la captura para cada grupo de especies en cada zona según la UEP, para los años 1994 y 1995. (Borda et al,. 1995).

ZONA I ARTES

Blanco

Pomada

Tigre

Tití

Pelada

Pesacadilla

Jaiba

Otros

Suma (Kg)

Changa

0.06

4.14

31.46

44.62

0.23

6.71

12.56

0.21

25671.90

Riflillo

34.18

0.00

5.16

0.37

11.97

42.69

3.46

2.16

24793.17

Electrónico

16.47

0.01

1.62

0.04

9.05

61.11

0.78

10.91

22684.80

Espinel

0.00

0.00

0.00

0.00

3.25

82.14

0.00

14.61

1698.53

Volantín

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

100.00

0.00

0.00

75.20

Trasmallo pej.

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

38.46

0.00

61.54

46.80

Boliche

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

100.00

0.00

0.00

228.00

Chinchorro pej.

0.00

0.00

0.00

0.00

0.01

99.65

0.00

0.34

525.60

Tigre

Tití

Pelada

Jaiba

Otros

ZONA II ARTES

Blanco

Pomada

Pesacadilla

Suma (Kg)

Changa

019

5.45

9.94

73.71

0.005

3.47

6.89

0.35

153279.08

Riflillo

24.32

0.08

3.79

0.65

10.37

39.60

7.17

14.03

25352.60

Electrónico

35.45

0.13

1.66

0.07

19.10

37.04

6.44

0.11

15003.71

Espinel

0.00

0.00

0.00

0.00

5.12

39.99

0.00

54.89

4926.50

Chinchorro cam.

6.21

7.90

12.10

63.33

0.00

10.46

0.00

0.00

4863.12

Trasmallo pej.

0.00

0.00

23.40

46.60

0.00

0.00

0.00

0.00

18.00

Atarraya

1.62

0.00

0.00

0.00

0.00

98.38

0.00

0.00

136.00

Trasmallo lis.

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

100.00

0.00

0.00

21.76

Cabo

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

100.00

0.00

877.400

Tigre

Tití

Pelada

Jaiba

Otros

ZONA III ARTES

Blanco

Pomada

Pesacadilla

Suma (Kg)

Changa

0.18

22.68

2.73

66.59

0.00

4.14

3.37

0.30

7359924.24

Riflillo

41,48

3.07

0.61

4.85

7.97

37.36

3.29

1.37

35456.26

Electrónico

20.70

0.004

0.47

0.72

12.55

48.93

0.00

16.62

11883.14

Espinel

0.00

0.00

0.00

0.00

8.12

16.42

3.48

71.98

4223.08

Chinchorro cam.

0.00

28.60

0.00

50.00

0.00

21.40

0.00

0.00

896.00

Trasmallo pej.

0.37

0.00

0.00

0.00

14.02

32.87

0.00

52.74

957.42

Tigre

Tití

Pelada

Jaiba

Otros

Suma (Kg)

ZONA IV ARTES

Blanco

Pomada

Pesacadilla

Changa

0.07

2.55

0.00

92.24

0.00

3.94

0.89

0.31

22575.03

Riflillo

33.57

0.00

0.13

2.25

6.77

56.65

0.00

0.64

7902.35

Electrónico

5.47

0.00

0.00

0.04

11.57

31.95

0.00

51.01

13075.53

Espinel

0.00

0.00

0.00

0.00

8.40

26.75

0.00

64.85

9498.05

Volantín

0.00

0.00

0.00

0.00

0.74

88.17

0.00

11.09

34176.03

Trasmallo pej.

0.00

0.00

0.00

0.00

10.53

28.72

0.00

60.75

2742.13

Boliche

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

100.00

0.00

0.00

372.00

111

112

Bahía de Tumaco

Es de destacar cómo, aunque el esfuerzo está orientado hacia las especies de camarón, la fauna incidental constituye más del 40% de la captura, siendo la base para la subsistencia de la familia del pescador.

5.4.8. Número de empresas pesqueras Según Borda et al. (1995), el número de empresas pesqueras para 1995 en el puerto de Tumaco era de 32 comercializadoras, de las cuales el 75% permanecen activas regularmente, y ocho de éstas movilizan el 70% del total del producto pesquero del área. Sin embargo, existen otras pesqueras de menor escala que no se encuentran registradas en los listados de la Cámara de Comercio. Actualmente, las comercializadoras más importantes de este sector por sus volúmenes de venta e inversión son: Alcomares, Bahía Cupica, Cimar’s, Colmar del Pacífico, Compromar, Copromar, Coral del Pacífico, Costa Azul, Isla Dorada, Delimar, El Cabo, El Puerto, El Tiburón, FrigoPac, Frigoríficos del Mar, Gilmar, Gladfort, Indupez, Isla Milagros, Kosta Mar, La Bahía, Los Veleros, Luz Mar, María del Mar, Marpez, Ocean Pacf, Pelícano, Pez Dorado, Pingüino, Prodemaco, Puerto Pesquero de Tumaco y San Marcos. Asímismo, existen plantas industriales como Balboa SA. dedicada a la producción y exportación de camarón, producto de las fincas camaroneras de la región; y Proteínas del Mar Ltda. dedicada a la elaboración de aceite y procesamiento de harina de pescado, cuya materia prima son los pequeños pelágicos de poca profundidad y planos lodosos, como la carduma y la plumuda. Esta harina se emplea como suplemento para la alimentación animal.

del recurso piangua alrededor de 765 familias de escasos recursos económicos, que tienen en esta actividad la única fuente de ingresos (Borda et al., 1996). De acuerdo con información suministrada por las pesqueras de la región, la producción de piangua para el área representa, aproximadamente, entre el 15 y el 20% de la producción total, el resto de las capturas se exportan a Ecuador; sin embargo, no existen estadísticas o registros que permitan conocer el volumen exportado y por ende la extracción anual que se hace del recurso. Pese a lo anterior, con datos parciales, se detectó que entre 1994 y 1997 se redujo la comercialización en volumen de la piangua hacia el Ecuador en un 73.4%, ya que para el año de 1994 se comercializaron 35.8 millones de unidades de conchas, mientras que para el año de 1997 la comercialización fue de 9.32 millones (Díaz, 1999). En Tumaco existen pocas investigaciones sobre este tema, algunas tratan sobre aspectos biológicos del género Anadara (Squires et al., 1975; Borrero, 1982; Naranjo, 1982; Herrán, 1983; Rengifo, 1985; Montenegro, 1995), otras tratan sus aspectos económicos y ecológicos (Betancourth y Cantera, 1978; Contreras y Cantera, 1978; Rodríguez, 1985; Prahl et al.,1990), y recientemente los estudios se orientan hacia la evaluación biológico-pesquera del recurso (Borda et al., 1996; Borda y Portilla, 1999; Díaz, 1999; Borda et al., 1997).

5.10.d

5.10.e

5.10.f

5.10.a

5.10.b

5.10.c

5.5. EXTRACCION Y RECOLECCION DE MOLUSCOS Esta forma de aprovechamiento de recursos del manglar y sus zonas vecinas está dirigida, principalmente, a la recolección de la piangua (Anadara tuberculosa y Anadara similis). Se caracteriza por ser una actividad de tipo artesanal, desarrollada, generalmente, por mujeres y niños de 65 comunidades pesqueras a lo largo de la costa de nariñense. Se estima que en la bahía de Tumaco y, específicamente, en la comunidad de Salahonda y en las veredas adscritas a Asconar subsisten de la explotación

Figura 5.10. a-f. Especies de moluscos extraídas en la bahía de Tumaco: a. Anadara Tuberculosa., b. Anadara similis, c. Mytella guyanensis, d. Chione rubgosa, e. Mactra fonsecana, F. Tellina hertlen (Tomado de la Colección de Referencia Biológica del CCCP).

Bahía de Tumaco

Otras especies que se extraen según Agudelo (1994) e Inpa (2001) son: (Tabla 5.10) (Figura 5.10.) Tabla 5.10. Especies de moluscos explotados en la bahía de Tumaco. Nombre Común

Nombre Científico

Sangara

Anadara grandis

Cholga

Mytella guyanensis Chione subrogosa

Hacha

Atrina tuberculosa Pinna rugosa

Ostión

Pteria sterna Isognomon recognitus Striostrea prismatica

Ostión de Mangle

Crassostrea columbiensis

Concha Espinosa

Spondylus calcifer

Chiripiangua

Protothaca asperrima Polymesoda notabilis Polymesoda inflata Polymesoda anomala Pitar paytensis Pitar unicolor

Almeja

Donax assimilis Macrocallista aurantiaca Mactra fonsecana Tellina laceridens

Almejón

Mactrellona exoleta

Almeja Blanca

Tellina hertleni

Calamar

Loliolopsis diomedeae

Ollita

Fissurella virescens

aumentos, pues mientras en 1996 se capturaban 148 conchas/persona/día, para 1997 y 1998 se capturaron 207 y 220 conchas/persona/día, respectivamente. Sin embargo, aunque se note un leve incremento en el número promedio de captura, en general, la situación es bastante preocupante, ya que de una u otra manera se ha reflejado una franca disminución de la abundancia relativa de este recurso, puesto que entre 1972 y 1996 disminuyó en un 86.7% su captura promedio. Es de anotar, igualmente, que esta actividad dejó de ser propia de las mujeres de la región y ahora participan hombres y niños de estas comunidades y algunos pescadores provenientes de Ecuador, por lo cual el esfuerzo sobre el recurso se ha multiplicado (Borda y Portilla, 1999).

5.6. Camaronicultura Esta actividad hace referencia a la producción de camarones penaeidos en condiciones controladas, la cual se lleva a cabo en dos fases: producción de semillas en laboratorios y siembra de larvas en estanques. Las tierras más apropiadas para el establecimiento de proyectos de cultivo son las que están aledañas a las zonas estuáricas, descubiertas de manglar. A continuación se listan las camaroneras presentes en la bahía y su situación actual (Tabla 5.11): Tabla 5.11. Camaroneras de la bahía de Tumaco y situación actual (CP-2, 2002).

Lollinguncula panamensis Camaronera

Estado actual

Nautilus Ltda.

Activa, 4 Piscinas (40%)

Agromarina (San Luis y Napasa) Activa, 6 piscinas (80%)

Captura y esfuerzo Las faenas de captura de la concha de piangua se efectúan de acuerdo con el comportamiento de las mareas, cuando la marea comienza a bajar los recolectores ‘entran’ al manglar. El tiempo real de faena es de cuatro a seis horas, durante las cuales la concha es buscada en las cavidades que se observan al lado de las raíces de mangle (Rhizophora spp.), introduciendo la mano entre cinco y 30 centímetros, aproximadamente, en todas las direcciones (Borda y Portilla, 1999). Estos mismos autores estimaron que la Cpue para la Anadara tuberculosa ha reportado

Balboa Camaronera

Activa, 28 piscinas (90%)

Maja de Colombia

Activa, 12 piscinas (70%)

Camaronera del Pacífico

Activa, 40%

Acuacultura Matilde

Inactiva

Aguaclara

Inactiva

Tecnimar

Inactiva

Barraquetes

Inactiva

Perla del Pacífico

Inactiva

Calamar

Inactiva

Mar Agrícola (Piscicultura)

Activa

Cripomar (Lab. de larvas)

Activa

Balboa (Lab. de larvas)

Activa

Postlarvas (Lab. de larvas)

Activa

113

114

Bahía de Tumaco

En la bahía de Tumaco esta labor se inició en 1984 y tuvo gran desarrollo a mediados de los años 90, gracias a su rentabilidad y a la disminución de las capturas en el medio natural. Las camaroneras se ubicaron al lado de los esteros de Aguaclara, Piñal, Salado, Chapilar, Sábalos, Purún, Caunapí, Inguapi, Chilví y Guandarajo; en los ríos Tabacal y Rosario; en el sector de Cabo Manglares y cerca de la carretera Tumaco-Pasto (Mapa No. 2). Para la instalación de estas fincas camaroneras se talaron alrededor de 5000 hectáreas del manglar y los cultivadores obtenían las semillas del medio natural (Borda et al., 1997). El camarón que se produce en los laboratorios se conoce como ‘camarón blanco’, corresponde a las especies Penaeus vannamei, Penaeus stylirostris y Penaeus schmitti (Figura 5.11.). Siendo la primera la más explotada, debido a su capacidad de ser sembrada en altas densidades y por la obtención de un buen crecimiento (Newmark et al., 1996).

Figura 5.11. Penaeus vannamei, especie de camarón de aguas someras cultivada en la bahía de Tumaco. (Tomada de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP). Estas especies, por ser de aguas someras, soportan en forma directa el impacto de las descargas continentales de los numerosos ríos que desembocan en esta zona costera; es probable que estén migrando hacia aguas más productivas y de mejores condiciones de salinidad (33-35 psu) que les permitan desarrollar sus ciclos reproductivos, como es el caso de las costas de Ecuador y Centroamérica. El estudio llevado a cabo en la bahía de Tumaco por Newmark et al., (1996) reporta que en promedio las fincas para el cultivo semiintensivo de Penaeus

vannamei presentan un rendimiento de 796.76Kg./ ha/ciclo; una sobrevivencia del 41.76%; una densidad de siembra de 14.43 PL./mg; un peso de cosecha de 14.14g; una duración de ciclos de 118.04 días/ciclo; una rotación de estanques de 3.1 ciclos/año, y una productividad de 2466.66 kg/ha/año. Al inicio de esta actividad la mayoría de estas empresas productoras importaban larvas y otros insumos desde Ecuador y Panamá. Actualmente (2003), existen tres laboratorios encargados de la producción de peneidos, los cuales abastecen la producción de las fincas locales y exportan larvas a Ecuador. A mediados de 1999 se detectó formalmente la presencia del virus de la mancha blanca Wwsv (por sus siglas en Inglés) que causó estragos en la industria camaronícola. Cabe mencionar que esta actividad iniciaba apenas la recuperación de los daños causados por otros síndromes y efectos climáticos tales como el síndrome del Taura (TSV), que atacó entre 1994 y 1995; el síndrome de Las Gaviotas (1990-1991), y del fenómeno de El Niño, que había golpeado duramente la actividad en los tres años anteriores. Sumado a esto y de fecha más reciente se ha reportado presencia del virus de la cabeza amarilla. El virus de la mancha blanca tuvo su origen en Asia y actuó en forma devastadora a principios de los noventa. En América Latina se detectó por primera vez en 1999 en granjas camaronícolas de Honduras y Nicaragua, de donde pasó a Panamá, país eminentemente exportador de larvas de camarón para cultivos, y de ahí se difundió rápidamente por la región afectando, principalmente, a Ecuador, Perú y Colombia. Por otro lado, la industria camaronera atraviesa una etapa crítica en su proceso de desarrollo, la cual afecta su productividad por diversos factores, entre los que se encuentran: la baja sobrevivencia; la multiplicidad de enfermedades; las variaciones en la temperatura; la reducción de la tasa de crecimiento del camarón; una posible incidencia del fenómeno de El Niño, que modifica el medio donde se encuentran las fincas camaroneras y como resultado puede llegar a incrementar o reducir los rendimientos de la región; la inestabilidad del suministro del mercado de postlarvas, tanto a nivel nacional como regional; el manejo inadecuado del proceso de cultivo; la fluctución de los precios internacionales del mercado, y el incremento en los costos de producción y operación de las fincas camaroneras (Newmark et al., 1996).

CAPITULO VI

Riegos Naturales y Antrópicos

Las construcciones en terrenos de bajamar ofrecen grandes riesgos frente a fenómenos naturales como los tsunamis.

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Bahía de Tumaco

Bahía de Tumaco

Dada su ubicación geográfica, la bahía de Tumaco se encuentra expuesta a los efectos de diferentes fenómenos naturales y antrópicos que, dependiendo de las circunstancias bajo las cuales se presenten, pueden generar impactos negativos sobre sus pobladores y ecosistemas. El conocimiento de la intensidad, duración, probabilidad de ocurrencia y efectos esperados es determinado a través de lo que se conoce como Evaluación de Riesgos Ambientales, lo cual en los últimos años se ha convertido en uno de los principales temas de estudio e investigación para el CCCP. Hacer una evaluación de riesgos ambientales implica identificar los tipos de peligros o amenazas y su magnitud, así como determinar la probabilidad espacial y temporal de ocurrencia; entendiendo como peligro o amenaza la probabilidad de ocurrencia de un potencial fenómeno peligroso dentro de un período de tiempo específico y un área determinada. Son numerosas las amenazas que pueden afectar la bahía de Tumaco, por ello para facilitar su análisis se han clasificado en dos tipos. Las primeras, de origen natural, incluyen fenómenos como El Niño, tsunami, erosión y aumento del nivel medio del mar; las segundas, de origen antrópico, agrupan la contaminación marina y la sobreexplotación de los recursos. La afectación de la bahía a consecuencia de estás amenazas constituye el tema central de este capítulo.

6.1. RIESGOS NATURALES 6.1.1. Tsunamis Los tsunamis son trenes de ondas (olas) generados por la actividad sísmica en el lecho marino, que se propagan a velocidades de 500 a 900 km/hora, con períodos entre 5 y 70 minutos, longitudes de onda entre 100 a 600 km y amplitudes en alta mar entre 30 a 60 cm (Wiegel y Robert, 1964). Los tsunamis transportan gran cantidad de energía y pueden generar fuertes inundaciones a las costas donde llegan, causando daños en las infraestructuras por el impacto y la erosión de las corrientes entrantes y salientes (flujo y reflujo) (Figura 6.1.). Lo anterior debido a que el oleaje producido en aguas profundas se altera al arribar a aguas someras costeras, disminuyendo la longitud de onda de las olas y aumentando

su amplitud y altura (fenómenos de refracción y asomeramiento). Una de las causas de los tsunamis son los sismos que se originan sobre la corteza oceánica, éstos son particularmente frecuentes en las franjas de unión de las placas tectónicas. En el caso de Tumaco, la franja sísmica colombo-ecuatoriana que se observa como resultado de la subducción de la Placa de Nazca bajo la Placa Suramericana se encuentra ubicada a sólo 100 km de distancia y ella dio origen durante el Siglo XX a varios eventos tsunamigénicos.

Figura 6.1. Evolución de una ola de tsunami en su recorrido hacia la costa. Cabe mencionar de forma particular el tsunami de 1906, generado por un terremoto considerado como uno de los más grandes que se han registrado en el mundo, con una magnitud de 8.7 en la escala de Gutenberg-Richter. También se presentaron tsunamis de menor intensidad en los años de 1942 y 1958, y el último de ellos ocurrió en 1979, causando grandes estragos en las costas nariñense y caucana. Los daños, materiales y pérdidas humanas, derivados como consecuencia del tsunami de 1979 afectaron la costa sur de Colombia, desde Tumaco (Nariño) hasta Guapi (Cauca). En Nariño, según datos proporcionados por la Defensa Civil, se registraron 452 muertos, 1011 heridos, 3081 viviendas destruidas y 2119 averiadas. En Tumaco fueron averiadas cerca de 900 viviendas situadas a la orilla del mar y otras más hacia el interior de la isla, principalmente las edificadas sobre los terrenos de relleno. Las construcciones del puerto y el viaducto entre las islas La Viciosa y El Morro sufrieron desperfectos. Minutos después del terremoto, parte de la línea costera de Colombia fue impactada por un tsunami que destruyó por completo a San Juan de la Costa, población ubicada 60 km al Norte de Tumaco.

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Bahía de Tumaco

Además, arrasó la isla barrera sobre la cual estaba asentada esta población, arrastrando todas las construcciones y dejando un saldo de por lo menos 220 víctimas, en su mayoría niños. Gracias a que el tsunami llegó a la costa con marea baja, los daños causados no fueron más considerables (Figura 6.2.).

Figura 6.2. Aspectos de los daños causados en Tumaco por el tsunami del 1979.

La presión ejercida por el movimiento vibratorio de la tierra hizo salir a borbotones chorros de agua y arena hasta de dos y tres metros de altura; se formaron cráteres de 80 cm de diámetro y casi un metro de profundidad, llamados por la gente ‘oídos de mar’, que luego desaparecieron por la erosión y el arrastre de arena tras la invasión de aguas marinas. Por la comparación entre el nivel de mareas anterior y posterior a este fenómeno; los relatos de los habitantes; las señales recogidas en campo; la presencia de árboles antes verdes, medio secos y sumergidos, y las marcas de las viejas y las nuevas mareas en los edificios, entre otras, se verificó la subsidencia o hundimiento de por lo menos 200 km de la costa del sur del Pacífico colombiano y del norte de Ecuador. Lo anterior muestra que cuando se habla de este fenómeno en realidad se trata de tres amenazas distintas, cuyos efectos se suman entre sí, puesto que inicialmente se tiene un sismo, el cual genera licuación de los suelos arenosos (todas las islas de Tumaco, son de este material) y un tiempo después sobreviene la inundación por el tsunami. De estos tres fenómenos el CCCP se ha centrado en estudiar la inundación ocasionada por el tsunami; sobre el tema sísmico y la licuación de terrenos se han desarrollado estudios por parte de Ingeominas y el Observatorio Sismológico del Suroccidente, Osso.

6.1.1.1. Mapas de inundación Otro de los efectos a resaltar fue la desaparición de la isla del Guano, ubicada un kilometro al norte de la isla de Tumaco. El movimiento sísmico generó licuación del suelo, con los consecuentes derrumbes, deslizamientos y agrietamientos en la zona. Este fenómeno explica el notable hundimiento y agrietamiento observado en las vías de acceso a los puentes de Tumaco y las zonas del puerto rellenadas con arena y arcilla. Los pilares de muelles y edificaciones levantadas en esta clase de terreno se corrieron, averiando y destruyendo totalmente las construcciones. A este fenómeno se le atribuye la destrucción de la mayoría de las viviendas en Tumaco y El Charco, y el agrietamiento en las calles y el aeropuerto La Florida (Tumaco), que en algunos casos presentaron dimensiones hasta de un metro.

La transferencia de tecnología para modelación de tsunamis con fines preventivos se ha puesto de manifiesto a través del proyecto Tsunami Inundation Modeling for Exchange, Time (por sus siglas en inglés), como resultado directo del esfuerzo coordinado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, COI, y el Grupo de Coordinación Internacional para el Sistema de Prevención de Tsunami en el Pacífico, ICG/ ITSU, en su contribución a la década internacional de reducción de desastres naturales. El CCCP ha utilizado el modelo numérico desarrollado en el proyecto Time para determinar el tiempo de llegada de un tsunami a la bahía de Tumaco, así como las corrientes inducidas y las consecuentes inundaciones. Para ello se ha seleccionado un escenario sísmico dado (epicentro y magnitud), y se ha

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introducido información sobre la batimetría del área y la topografía de la franja costera. La salida del modelo Time, relativa a alturas de ola, se ha pasado al sistema de información geográfica Caris para sobreponerlo a otra información disponible del área, tal como: cotas de nivel, construcciones, predios, etcétera. Esto con el fin de evaluar la extensión de las inundaciones y la población e infraestructuras que se verían afectadas por este fenómeno natural. La magnitud de un tsunami sobre un área está determinada por tres factores a saber: • El epicentro del sismo • La magnitud del sismo • El nivel de marea Sí el sismo ocurre a considerable distancia del lugar de interés se trata de un tsunami de origen lejano y por tanto existe suficiente tiempo para prever sus efectos y alertar a la población. Sí por el contrario es un tsunami de origen cercano, éste llega tan rápido que no da tiempo para activar un sistema de alerta y evacuar la población, en cuyo caso las consecuencias son devastadoras. Este último caso es en el que se vería avocado la población de Tumaco, ya que la franja sísmica se encuentra muy cercana y sólo se tendrían, aproximadamente, 30 minutos para la llegada de la primera ola de tsunami (Quiceno y Ortiz, 2001). A partir de los diferentes casos simulados, se pudo establecer que un sismo en la región aledaña al lugar del ocurrido en 1979 (1.7N, -79.9W) generaría el tsunami más peligroso para Tumaco, pues no sólo se tendría un tiempo de respuesta menor, sino que las alturas de ola para los diferentes lugares serían mayores (Tabla 6.1.). Tabla 6.1. Alturas y tiempos de llegada de la primera ola de tsunami sobre el área urbana de Tumaco, para sismos de diferente intensidad. Intesidad del sismo, Mw 6.9

T, min

H, m

36

0.04

7.2

34

0.05

7.5

32

0.2

7.7

31

0.4

7.9

30

1.8

8.0

30

2.4

8.1

30

3.0

8.2

30

3.5

Asumiendo el epicentro del sismo en la posición más desventajosa para Tumaco, quedan dos variables por definir: la magnitud del sismo y el nivel de marea; la combinación de éstas arroja innumerables escenarios posibles de inundación. De todos los escenarios posibles se extraen cuatro eventos que combinan dos magnitudes de sismos con dos niveles de marea distintos (Tabla 6.2.); las respuestas obtenidas permiten visualizar diversas posibilidades de la inundación ante las variables anotadas. Se observa que el lugar de mayor riesgo sobre el área urbana de Tumaco es el sector noroccidental de las islas, donde se registra un tiempo de llegada menor y una altura de ola mayor. Tabla 6.2. Resumen de eventos considerados para la generación de mapas de inundación. Caso

Mw

Nivel de Marea

Hmax

1

7.9

Medio

2.75

2

7.9

Alto

4.64

3

8.2

Medio

4.91

4

8.2

Alto

6.37

Teniendo en cuenta lo somera que es la región, se observa que en caso de marea baja la mayor parte de la energía de las olas es disipada en las proximidades de la isla La Viciosa y los efectos del tsunami se reflejan en un rápido pero leve cambio del nivel del mar, que puede o no alcanzar el límite máximo del rango de mareas, dependiendo de la intensidad del evento (Quiceno y Ortiz, 2001). Es importante notar que aunque la altura máxima sobre el área de estudio para el Caso 3 es mayor que para el Caso 2, las consecuencias son más graves en el último caso en respuesta a la condición de la marea. En general, se observa que la situación más crítica se presenta cuando el evento tsunamigénico coincide con un período de alta marea. En este caso la disipación, que tiene lugar gracias a las características del terreno es mínima comparada con la energía transportada por una mayor masa de agua en la cercanía de las islas y aún un evento no muy intenso podría inundar un alto porcentaje de la zona urbana.

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Bahía de Tumaco

El caso extremo lo constituye un evento de 8.2 en la Escala de Richter, con condiciones de marea alta, como se observa en la Figura 6.3.-Caso 4. En este caso más del 90% del territorio urbano podría, eventualmente, inundarse como consecuencia de este fenómeno. En síntesis, el Caso 1, observado en 1979, no representa daños considerables por tsunami para la región, pues dadas las condiciones de marea los niveles de agua no alcanzan a superar el límite máximo del rango de mareas (Quiceno y Ortiz, 2001).

De igual manera, como se anotó anteriormente, el Caso 3 no tiene efectos representativos para la región por su condición de marea, a pesar de registrar una altura máxima mayor que el Caso 2. El Caso 2 da una clara idea de la importancia de la condición de marea para un evento dado y el Caso 4, considerado extremo, permite visualizar la desventaja que representa la escasez de terrenos elevados para la comunidad de San Andrés de Tumaco (Quiceno y Ortiz, 2001).

Caso 1

Caso 2

Caso 3

Caso 4

Figura 6.3. Mapas de inundación por tsunami generados a partir del modelo Time, que muestran la altura de ola máxima registrada sobre el área de estudio durante dos horas de evaluación de un tsunami. Las áreas blancas representan los lugares que permanecen secos. Los colores representan la altura de ola en metros, de acuerdo con la escala adjunta. Casos 1 y 2 corresponden a sismos de magnitud 7.9, con marea media (izquierda) y alta (derecha), respectivamente; casos 3 y 4 corresponden a un sismo de magnitud 8.2 en las mismas dos condiciones de marea.

Mapa No. 7 - Inundación por tsunami en el casco urbano de Tumaco.

Mapa No. 8 - Inundación por tsunami en la población de Salahonda.

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Revisado lo anterior y ante la variabilidad de resultados, viene la pregunta sobre cúal escenario escoger para implementar planes de atención de la posible emergencia, siendo el más recomendable el de mayor probabilidad de ocurrencia. De acuerdo con el Ingeominas y el Osso, el escenario sísmico más probable para Tumaco en los próximos 50 años es de un sismo de hasta 7.9, lo cual descartaría los casos 3 y 4 mostrados anteriormente. Teniendo en cuenta lo anterior se presentan los mapas No. 7 y 8, en los cuales se señalan las áreas que serían susceptibles de inundación tanto en el casco urbano de San Andrés de Tumaco como de Salahonda, las dos principales poblaciones de la bahía.

6.1.2. Fenómeno de El Niño ‘El Niño’ es el término empleado para describir la eventual aparición de aguas superficiales relativamente más cálidas que lo normal en el Pacífico Tropical Central y Oriental, frente a las costas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Los eventos de El Niño son aperiódicos y oscilan entre dos a siete años con diferentes intensidades; sus anomalías térmicas observadas en toda la cuenca del Pacífico tienen un promedio de duración de un año. Cuando no se presenta evento El Niño los vientos Alisios del Norte y Sur son fuertes y soplan de oeste a este, desde Sudamérica hacia el continente Indo-asiático; las corrientes marinas se dirigen en ese mismo sentido, apilando las masas de agua al Occidente, por lo cual el nivel del mar se eleva en esa zona. Este movimiento hace que lleguen aguas frías y ricas en nutrientes a las costas suramericanas, especialmente en Chile, Perú, Ecuador y el sur de Colombia, en menor proporción, haciendo que éstas se tornen muy productivas en recurso pesquero. Cuando aparece El Niño los vientos Alisios se debilitan; las corrientes se invierten arrastrando las masas de agua cálida hacia el Pacífico Sudeste; las temperaturas de las aguas costeras suramericanas aumentan, disminuye el contenido de nutrientes y por ende la pesca; además, se incrementa el nivel del mar y se altera el patrón de lluvias. La amenaza del fenómeno de El Niño se centra sobre la biota y las pesquerías, pero también afecta el clima en las zonas continentales, generando sequías

extremas o aumento en las precipitaciones, estimulando la erosión. El cambio en el régimen climático se manifiesta sobre la población, destruyendo sus viviendas y bienes, y afectando sus condiciones de vida. También se despliega un gran impacto sobre la agricultura, la ganadería, la industria, el transporte y, en sí, afecta todos los sectores de la economía. En los últimos años se han presentado los siguientes fenómenos: entre 1997-1998 se observó el que se considera El Niño más intenso del último siglo, que causó grandes pérdidas socioeconómicas en todo el continente suramericano y en el que particularmente la bahía de Tumaco registró ascenso del nivel del mar e incremento de la temperatura superficial del mar, TSM. Durante los años 1999 y 2000 se evidenció la presencia del evento frío, La Niña, con el transporte de agua más fría, por efecto de la reactivación de los vientos del Sureste, reflejado en una disminución de 1.0 a 2.0° C en la TSM y en el aumento de la salinidad en 2 ups en la cuenca del Pacífico colombiano. En el año 2001 se estaba dando el retorno a condiciones normales, cuando a finales del 2002 se detectó el nuevo aumento de las temperaturas y la presencia del fenómeno de El Niño, aunque de características moderadas, el cual estuvo presente durante el segundo semestre del 2002 y el primero del 2003.

6.1.2.1. Temperatura superficial del mar (TSM) Un año promedio histórico para la TSM en la bahía de Tumaco se caracteriza por presentar registros altos el primer semestre, con un pico definido entre los meses de abril y mayo; para el segundo semestre los registros son menores en comparación al primero. La Figura 6.4. registra el comportamiento de la TSM a partir de 1995, apreciándose entre mayo y agosto de 1997 las primeras manifestaciones del fenómeno de El Niño en la bahía de Tumaco, con incrementos en la temperatura del orden de 1 a 2° C. A comienzos de 1998 se observó el desarrollo de este fenómeno con los máximos incrementos, 2.5° C, hasta registrarse la culminación del mismo entre julio agosto de este mismo año. A finales de 1998 y comienzos de 1999 se observó una tendencia de la TSM hacia los valores promedio.

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Bahía de Tumaco

costa afuera, frente al puerto de Tumaco, registró condiciones propias del evento frío a principios del año 2000, reflejadas en la capa isotermal con un espesor de 30 m, aproximadamente, y la termoclina a una profundidad que varió de 35 a 45 m. Se resalta el comportamiento a principios de los años 2000 y 2001 donde se observó la disminución de la temperatura subsuperficial, ocasionando el ascenso de las isotermas de 17 a 19° C hacia la superficie, localizándose estas normalmente por debajo de los 50 m (Figura 6.5.).

Figura 6.4. Comportamiento de la TSM y promedio histórico mensual en la bahía de Tumaco para el período 1995-2001. A partir de mayo de 1999 la TSM comenzó a descender por debajo de los valores históricos, indicando el inicio de un evento frío. Esta tendencia se mantuvo el resto del año hasta abril de 2000. Durante el resto del año 2000 y el 2001 se presentaron oscilaciones muy cercanas al promedio histórico mensual con valores de 0.2° C por debajo de los mismos, lo cual corresponde a un comportamiento para la TSM característico de una época con condiciones de normalidad. Durante el primer semestre del 2002 se aprecia un comportamiento de la TSM cercano a los valores históricos, con oscilaciones de 0.4° C, tanto positivas como negativas sobre los mismos. Para el segundo semestre del 2002 se observa un ligero aumento hasta alcanzar anomalías positivas cercanas a 1° C.

6.1.2.2. Distribución vertical de temperatura La distribución vertical de temperatura depende de muchos procesos físicos entre los cuales sobresalen la concentración de calor y su intercambio a través de la superficie; la mezcla turbulenta; la circulación de aguas y el paso de calor por medio de las corrientes. El funcionamiento conjunto de dichos procesos llevan a la formación de un perfil vertical de temperatura muy complejo que permite determinar los comportamientos generales de los océanos. La composición de la estructura térmica de la estación fija del CCCP, ubicada a 10 millas náuticas

Figura 6.5. Variación de la temperatura (ºC) del agua en la estación fija del CCCP a 10 MN de Tumaco, entre agosto de 1999 y junio de 2002. Entre abril y septiembre de 2001 se observaron, a nivel superficial temperaturas con valores superiores a 27° C; la capa isotermal hasta los 40 m; la termoclina más profunda en los niveles de 50 a 60 m, lo cual no se presentó durante los años 1999 y 2000, y una profundización de la isoterma de 16° C hasta los 80 m. Durante octubre y noviembre de 2001 la capa de mezcla se mantuvo en los mismos niveles, mientras que la termoclina se localizó entre los 40 y 50 m de profundidad, observándose que las isotermas de 15 y 16° C se encontraron en el límite inferior de la termoclina a 55 m, aproximadamente (Figura 6.5.). Para el primer trimestre de 2002 se observa un comportamiento sostenido de la temperatura en profundidad, un poco más largo en el tiempo comparado con los años anteriores, que se prolongó hasta finales de abril. Sin embargo, los valores bajos de temperatura iniciaron su descenso en profundidad a inicios de mayo, siendo remplazados por valores promedio para la época a nivel superficial.

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6.1.2.3. Efectos de El Niño sobre el fitoplancton Generalmente, los valores de abundancia fitoplanctónica son afectados por cambios ambientales producidos durante la evolución de las distintas fases del fenómeno de El Niño. Es así como durante la etapa pre-Niño el número de células se incrementa, a causa de la intensificación de la surgencia de aguas profundas más frías y más ricas en nutrientes, disminuyendo, paulatinamente, durante la etapa de El Niño hasta alcanzar niveles bajos en la fase de post-Niño. En estas dos últimas fases se presenta una acumulación de aguas cálidas pobres en nutrientes. Esto se puede corroborar de acuerdo con los estudios de Gershanovich y Muromcev (1982), donde la temperatura del agua influye activando o limitando la producción biológica del océano, por lo que las épocas climáticas con rangos extremos de temperatura determinan la distribución, abundancia y diversidad de las especies fitoplanctónicas, debido a que en su mayoría éstas son muy sensibles a los cambios que se presentan en la columna de agua.

Figura 6.6. Distribución de TSM para cada época climática y su relación con la abundancia promedio de daitomeas y dinoflagelados. La Figura 6.6. muestra la incidencia temporal y espacial de la temperatura en la distribución y la cantidad de células presentes en el área. Los rangos arrojados de abundancia entre las tres épocas indican que bajo condiciones normales se registran valores promedio de diatomeas entre 193 y 836 cel/mL; esta época presenta una gran inestabilidad debido a que las comunidades están sujetas a cambios de temperatura mensuales y las variaciones en las abundancias dependen, además, de los parámetros

químicos presentes en el área. Durante esta etapa se detectaron dos blooms o afloramientos de diatomeas de la especie Skeletonema costatum, relacionados con el ciclo anual de variación de temperatura, correspondiendo estos aumentos con las bajas de temperatura dentro del rango normal. En el caso de La Niña la temperatura activó, de manera general para toda la bahía, la producción de diatomeas. Lo anterior indica la afinidad de este grupo por las temperaturas bajas, obteniéndose valores que oscilan entre 520 a 1588 cel/mL. De manera contraria, durante El Niño la temperatura fue un fuerte limitante para el desarrollo de diatomeas, viéndose disminuidas de forma drástica la cantidad de células en el área en un rango de 172 a 336 cel/mL. Para el caso de los dinoflagelados se observó un comportamiento contrario al registrado para las diatomeas durante El Niño y La Niña, presentándose los valores promedio más bajos durante la época fría, en un rango de 0 a 21 cel/mL; para la época cálida los valores más altos fueron de 44 y 139 cel/mL. Para la época normal la variación en abundancia celular es más amplia con un rango de 13 a 51 cel/mL, debido a que la temperatura se comporta según la variación promedio normal y cualquier cambio dentro del año puede causar variaciones en la temperatura y, a la vez, producir cambios bruscos en la abundancia. La diferencia entre el comportamiento de diatomeas y dinoflagelados se confirma con el estudio realizado por Ochoa et al. (1985), donde las condiciones de temperaturas extremas producen tendencias opuestas entre estos dos grupos, observándose aumento en las poblaciones de dinoflagelados ante temperaturas altas con disminución de diatomeas y un comportamiento contrario frente a temperaturas bajas.

6.1.2.4. Efectos de El Niño sobre la fauna marina Durante los eventos El Niño se presentan drásticas alteraciones en la composición de especies foráneas y emigración de otras autóctonas, colapso de redes alimenticias, fallas de reproducción y reclutamiento, y hasta mortandades masivas. Al mismo tiempo, se sabe que este fenómeno afecta una amplia gama de recursos pesqueros, observándose efectos de diversos

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tipos e intensidad, dependiendo de la especie; los cuales se manifiestan en cambios en el patrón de distribución, alteraciones de ciertas condiciones fisiológicas, fallas en la reproducción y sobrevivencia de los huevos y larvas (Avaria, 1985). Este tipo de anomalías determinan cambios en la migración de aves guaneras, en el régimen de lluvias de la costa que modifica la composición del fitoplancton y zooplancton, además de la distribución y disposición del recurso pesquero (Pesantes, 1980).

Impactos sobre la pesquería El mayor impacto del evento El Niño ocurre sobre las especies ligadas a la zona costera, ya que afecta no sólo su distribución sino también su abundancia de manera considerable. Si bien las especies puramente oceánicas resultan afectadas en su distribución, no hay evidencia clara de que estos cambios inter-anuales de corto plazo afecten de manera significativa su abundancia. Son varias las maneras en que El Niño puede afectar el recurso pesquero. La principal es el efecto de las surgencias, que normalmente son muy ricas en nutrientes; éstas se pueden ver afectadas por la presencia de masas de agua caliente que empobrecen el recurso y producen una falla en la cadena trófica. Además, con la presencia de la masa de agua más cálida los organismos tropicales con capacidad para nadar grandes distancias tienden a seguir estas aguas y a distribuirse de una manera diferente a la normal. La redistribución de estos organismos afecta de una manera positiva o negativa su disponibilidad a las artes de pesca, lo que produce variaciones en las producciones pesqueras donde, normalmente, habitan o se redistribuyen. Sin embargo, no todas las especies tienen la capacidad de moverse a las distancias adecuadas, por lo que sufren la influencia directa de la temperatura alta del agua, lo cual afecta su fisiología, incluso letalmente. Por ejemplo, el recurso carduma presentó notorias diferencias en las capturas (Figura 6.7.), siendo mucho más bajas para 1998 con valores que van de 104000 a 928000 k, mientras que para el año 2001 los valores estuvieron entre 425000 y 1860000 k (Inpa, 1998 y 2001). Otro efecto importante que pueden producir las temperaturas altas es el diblitamiento de los organismos

Figura 6.7. Cambios en la captura de carduma durante los años 1998 y 2001 sésiles. Es el caso de especies como la piangua y el ostión, que al estar en un período de estrés térmico pueden tornarse susceptibles a enfermedades. Todos estos impactos dependen de la intensidad y duración de dicho fenómeno. Por último, es importarte hacer notar que éste y otros efectos que tiene el fenómeno de El Niño son netamente temporales y, después de un período corto, tienden a desaparecer.

Impactos en la camaronicultura La acuicultura del camarón es altamente dependiente y vulnerable a las variaciones climáticas. El camarón se cría en granjas que dependen del cultivo de las larvas capturadas en el mar o producidas en laboratorios, que a su vez dependen de las pesquerías para colectar adultos maduros y postlarvas silvestres. Los efectos del evento El Niño 1997-1998 en la industria camaronera fueron tanto negativos como positivos. Tabla 6.3. Impactos generados por el fenómeno de El Niño, evento 1997-1998. Impactos positivos Suministro constante y abundante de larvas de camarón durante 1997, lo que favoreció el incremento en el número de hectáres de cultivo.

impactos negativos

Bahía de Tumaco

Impactos positivos Aumento en la producción

Impactos negativos El exceso de lluvias (agua

camaronera por condiciones dulce) en los primeros meambientales adecuadas durante todo el año 1997.

ses de 1998 alteró la calidad del producto modificando su sabor.

6.1.3. Erosión y sedimentación La bahía de Tumaco, al igual que varios sectores de la costa Pacífica colombiana, presenta importantes procesos de erosión y sedimentación, los cuales afectan de manera general los componentes biótico, litológico y paisajístico, al igual que las actividades de desarrollo social. A continuación se señalan algunos casos en los cuales la bahía se ve afectada por tales procesos.

6.1.3.1. El proceso de erosión La erosión es el desplazamiento de terreno debido a la fuerza de la lluvia, del viento, de la gravedad, del agua en movimiento o de las actividades humanas. Este proceso corresponde al desgaste de la superficie terrestre bajo la acción de agentes erosivos, siendo el viento y el agua los más frecuentes. En general, podría afirmarse que los procesos erosivos se generan por dos causas: de tipo natural y por presión antrópica. Esta última puede controlarse e incluso ser evitada en la mayoría de los casos, a diferencia de la erosión natural que es difícil de manejar, pero pueden establecerse algunos controles. En otras ocasiones los procesos erosivos provienen de fenómenos que en principio parecen no estar relacionados, tal es el caso del evento El Niño; el cual genera efectos en la meteorología y en la temperatura de las aguas del Pacífico, pero también produce un aumento del nivel medio del mar sobre la costa oeste de Suramérica e incrementa las lluvias del sector sur de la costa Pacífica colombiana, donde se ubica Tumaco, lo cual puede acelerar los procesos erosivos. Durante eventos extremos, como el de 1982-1983, las fuertes lluvias produjeron inundaciones, derrumbes y erosión de la costa. Entre 1992-1993, en una nueva manifestación de este fenómeno se presentaron grandes desastres en la costa Pacífica por el alto oleaje,

la invasión de aguas y las fuertes marejadas; viéndose especialmente afectada el área de Tumaco, por el incremento de la precipitación hasta en un 300%. Así, debido al aumento del nivel del mar y a la consecuente pérdida de las playas por las fuertes marejadas los pobladores de la bahía de Tumaco desplazaron sus poblados, tal fue el caso del caserío de Bocagrande. No sólo fenómenos naturales modifican el frágil equilibrio de las costas, la acción del hombre también genera procesos erosivos con actividades como la tala del manglar, bien sea para la producción de carbón o para habilitarlo como zona de asentamiento humano. Asímismo, el sistema utilizado en la zona para la nivelación de terrenos con rellenos de basura o aserrín, que posteriormente se degradan, forman una capa de terrenos inestables y poco consolidados, con características no aptas para la construcción, por tanto susceptibles a la erosión costera (Figura 6.8.).

Figura 6.8. Eliminación de zonas de manglar y relleno de áreas marinas con aserrín en el aserrio Lombana.

6.1.3.2. El proceso de sedimentación La sedimentación es el proceso mediante el cual se mezclan en el agua partículas desprendidas del terrero y de desechos de actividades humanas, con su correspondiente depositación en los cuerpos de agua y estructuras relacionadas.

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Bahía de Tumaco

Este proceso tiene efectos dañinos en los cuerpos de agua cuando se trata de sedimentos cargados con sustancias tóxicas y pesticidas, arrastrados por la escorrentía proveniente de áreas agrícolas y zonas industriales, o cuando hay una alta densidad de partículas como resultado de la erosión del terreno. Otro impacto negativo lo constituye la interferencia en la penetración de la luz solar al agua, reduciendo la cantidad de oxígeno disuelto, OD, y poniendo en riesgo la vida de los organismos acuáticos.

6.1.3.3. Análisis detallado de las islas barrera de la bahía de Tumaco Tomando como punto de partida planchas topográficas, fotografías aéreas del Igac, cartas náuticas e imágenes satelitales Spot y Landsat, el equipo de Zona Costera del CCCP ha desarrollado una detallado análisis de los cambios presentados por las islas barrera de la bahía de Tumaco. Éste deja en evidencia la inestabilidad del sector, la cual constituye un riesgo más a considerar para la bahía de Tumaco, especialmente al Suroeste, donde se encuentra el asentamiento humano más importante y hasta donde llegan los sedimentos del río Mira.

Islas de Bocagrande y Vaquería En 1958 Bocagrande era una flecha litoral, su zona hotelera se encontraba al Norte y Noroeste de la desembocadura del brazo del río Mira. El punto más angosto de esta flecha litoral era de 60 m y se ubicaba al Norte del sector hotelero. La playa tenía una longitud de 5.6 km y en su extremo norte se apreciaba la tendencia a la acreción. (Figura 6.9.)

Figura 6.9. Estructura morfológica de la isla de Bocagrande en 1958. Fotografía No. 003, vuelo Igac C-836.

La isla barrera de Vaquería se observaba como un bajo de arena. Once años después, en 1969, la flecha litoral se erosionó dividiéndose en tres al formarse dos canales de 200 y 400 m de ancho, los cuales sirvieron como bocanas del río Mira. En el extremo norte, la antigua punta de la flecha se incrementó, extendiéndose hacia el Noroeste y tomando la conformación de isla barrera como tal (Tovar, 2002). La zona hotelera permaneció en el mismo lugar, en el remanente de la flecha que quedó adherida al continente (Figura 6.10.).

Figura 6.10. Isla de Bocagrande en 1969. Fotografía No. 022, vuelo Igac C-1243. Los bancos arenosos que estaban al Norte, se consolidaron y dieron origen a la isla barrera de Vaquería, tomando una morfología alargada, como las demás islas de la zona. A principios de los años 70 la isla de Bocagrande se encontraba unida al continente como una flecha litoral. Alrededor de una semana después del terremoto de 1979, una fuerte marejada azotó la flecha litoral, a la altura del delta del río Mira, separándola del continente y convirtiéndola en la actual isla barrera de Bocagrande. Ya para 1986, debido al tsunami de 1979 y las marejadas de El Niño 1982, 1983, se erosionó el cordón litoral al Sur, donde se encontraba el sector turístico. Además, se abrió un pequeño canal de 80 m al Oeste del brazo del río Mira, sector de asentamientos hoteleros; su altura sobre el mar disminuyó quedando expuesta a inundaciones en marea alta y con riesgo al desplome de las construcciones existentes. Lo anterior obligó a los residentes a desplazarse un kilómetro al Noreste, conformándose el segundo Bocagrande.

Bahía de Tumaco

Figura 6.11. Fotografías aéreas de las islas de Bocagrande y Vaquería en 1993 El antiguo canal de 400 m se sedimenta, uniéndose a la isla barrera, la cual presentaba una longitud de 2.8 km y en su parte más ancha tenía 450 m, allí se encuentra ubicado el sector turístico. El antiguo canal de 200 m se reduce en un 50%. La anterior isla barrera, formada en 1969, se erosiona en su totalidad. Al Noreste de su antigua posición se produce una sedimentación importante; podría decirse que la isla barrera erosionada se desplazó al Este, integrando la isla barrera de Vaquería, con una longitud aproximada de 3.4 km. En 1993 el canal Suroeste de la isla se erosiona, ampliándose de 80 a 500 m en marea alta. El canal anterior, al Noreste, de 100 m es sedimentado acrecentando la isla a 5.2 km, 2.4 km más que en 1986. El sector turístico y hotelero, que se encontraba en el extremo suroeste, se desplaza al Noreste, ya que el mar continua el proceso de erosión. La isla de Vaquería se erosiona, reduciéndose a 2.6 km (Figura 6.11.) (Tovar, 2002). Para 1995 no se registraron cambios importantes, pero si se presentó una inversión temporal en los procesos de erosión y sedimentación. Al Suroeste la isla se amplió 300 m y al Noreste se erosionó 100 m. El ancho del canal entre las islas de Bocagrande y Vaquería es de 900 m, aproximadamente. Las construcciones permanecieron en el mismo lugar (Tovar, 2002). En 1997 Bocagrande se erosiona 1200 m, aproximadamente, en el extremo suroeste, afectando una buena parte del sector hotelero, que desplaza su infraestructura 1500 m al Noreste. La zona hotelera queda dividida en dos sectores. la isla

Vaquería sufre cambios importantes, reduciéndose 400 m en promedio. Para el año 2000 la apariencia de Bocagrande es similar a la que se aprecia en la Figura 6.12.

Figura 6.12. Aspecto del sector hotelero al Sur de la isla de Bocagrande. Septiembre de 2000.

Isla La Viciosa El análisis de la línea de costa de esta isla parte de la carta náutica de la US Naval, Oceanographic Office, H.O. 1540, escala 1:97280. Este levantamiento fue hecho por el Almirantazgo Británico en 1847 (Tovar, 2002). Para esta época La Viciosa era una flecha litoral de la isla de El Morro, con una longitud de 1.4 km. ubicada al Suroeste. Frente a ella existía un bajo arenoso con el mismo nombre.

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Bahía de Tumaco

Figura 6.13. Panorámica del puente El Morro, que comunica las islas de Tumaco y El Morro.

Figura 6.14. Zonas de bajamar entre La Viciosa y Tumaco con marea baja.

Para 1921 la flecha se parte, erosionándose y separándose de El Morro a una distancia de 700 m, constituyendo una isla barrera con una longitud de 1500 m y un ancho de 120 m, en promedio. A finales de la década de los 40 y a comienzos de los 50 se efectuaron rellenos hidráulicos, con el fin de construir el puente que comunica la isla de El Morro con la isla de Tumaco (Figura 6.13.). En 1948 la isla sufre una fuerte erosión reduciéndose a 350 m, quedando un remanente en forma de trébol. Diez años más tarde, en 1958, la isla se encuentra unida a las islas de El Morro y Tumaco a través de un puente de 700 m de longitud y de un relleno de 800 m de largo por 100 m de ancho, respectivamente. La Viciosa presenta algunas construcciones en el sector sur, en el punto de unión. Además, experimenta un proceso de sedimentación que incrementa su longitud en 1100 m, 750 m más que en 1948. Hacia 1969 la isla se estabiliza, presentando una pequeña sedimentación al Suroeste, como un pequeño brazo de 300 m en dirección al relleno (Tovar, 2002). Con el tsunami de 1979 desaparece la isla del Guano y se sedimenta la isla de La Viciosa. En 1985 la isla se consolida y crece hacia Tumaco, produciéndose una sedimentación entre sus extremos Sur y Norte. Cerca a la vía se observan construcciones tipo palafíto. Ocho años después, en 1993, se erosiona al Norte y se sedimenta su extremo suroeste. Para ese entonces, al Noroeste, ya la vegetación había colonizado este sector.

La isla se inunda en las más altas mareas; un kilometro al Norte de la isla se encuentra en formación, de nuevo, la antigua isla del Guano. En 1997 continúa el proceso de sedimentación y consolidación de la Isla; al Noreste se sedimenta, cerca a la vía. Asímismo, la laguna formada entre las islas de Tumaco y La viciosa tiende a colmatarse. En los bajamares de sicigia (conocidos como períodos de quiebra) las dos islas quedan unidas (Figuras 6.14. y 6.15.). Los pobladores de la isla fueron reubicados hacia el interior del continente en el sector conocido como La Ciudadela, gracias al proyecto ALA 93/51 desarrollado, conjuntamente, por la Unión Europea y el Estado colombiano, tendiente a reducir los riesgos de la población ante la ocurrencia de un tsunami.

Figura 6.15. Zona de bajamar entre Tumaco y La Viciosa. Al fondo se aprecia el bajo del Guano, 2000.

Bahía de Tumaco

En general y con base en los análisis anteriores, se puede afirmar que la estabilidad de la isla barrera de Bocagrande y La Viciosa está supeditada, en gran medida, al aporte de sedimentos del río Mira y a la ausencia de eventos naturales extremos como tsunamis y el fenómeno de El Niño.

Isla de Tumaco El análisis efectuado para la evolución de la línea de costa de la isla de Tumaco se basó en la misma información utilizada para la isla La Viciosa. Para 1847 la isla de Tumaco se encontraba dividida en tres secciones por un canal longitudinal. En 1921 el sector de El Pindo se une a la isla de Tumaco, persistiendo el canal interior longitudinal. Para 1948 se presentaba un pequeño archipiélago conformado por las islas de El Morro, Tumaco y La Viciosa; esta última seccionada en tres partes, dos longitudinales separadas por un canal y El Pindo.

En esta misma época se empiezan a evidenciar los primeros asentamientos palafíticos sobre el canal interior. Tres puentes permiten la comunicación entre los sectores: el del Medio, El Progreso y El Pindo. Diez años más tarde, en 1958, las tres islas se unen entre sí por medio de un puente de 700 m y un terraplén construido a través de La Viciosa. Asímismo, el territorio insular se comunica con el continente por medio de la construcción de un puente y el relleno en El Pindo. Al interior de la isla de Tumaco ya se han construido dos vías principales que la cruzan de Este a Oeste. El canal interno está en su mayoría rellenado por las construcciones palafíticas. Al Norte de Tumaco, a 2 kilometros de distancia aproximadamente, se observa la isla del Guano. Para 1969 no se presentaron cambios importantes. La isla del Guano se mantuvo estable. En 1985 en la isla de Tumaco se incrementaron las zonas de bajamar.

Figura 6.16. Línea de costa de Tumaco en bajamar. Septiembre de 2000. Después de 1948 las islas se unieron entre sí y con el continente, a través de puentes y terraplenes. El canal interior que dividía longitudinalmente a Tumaco fue rellenando progresivamente con intervención incluso del Estado para la construcción de la línea del ferrocarril. Posteriormente, el sector de El Pindo se vuelve a erosionar separándose de la isla.

Para el período comprendido entre 1993 y 1997 la línea de costa no sufre modificación alguna. Los sectores que se estaban sedimentando y los rellenados ya se encuentran consolidados. En el sector de El Pindo se observa la reducción de la longitud del puente, debido a los rellenos efectuados para la construcción de viviendas, empresas madereras y estaciones de servicio (Tovar, 2002).

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Bahía de Tumaco

La isla del Guano, antes de su desaparición en 1979, constituía una defensa para la población de Tumaco contra el impacto de un tsunami. En la actualidad los procesos sedimentarios la están formando nuevamente, lográndose observar como un bajo en marea baja, con una dirección noreste a 1.5 km de la isla de Tumaco (Tejada, 2002a). Actualmente, la totalidad de la isla de Tumaco está construida y sobre su perímetro se conformó un anillo de construcciones tipo palafito sobre la zona intermareal, ocasionando la interrupción de la visual del mar y constituyéndose como zonas vulnerables y de alto riesgo expuestas a las amenazas naturales. Las áreas de mayor riesgo ante las amenazas de origen natural son las islas tipo barrera, expuestas a la acción frontal del oleaje y constituidas, principalmente, por sedimentos arenosos con topografías bajas, entre ellas se pueden citar las islas de Bocagrande, Vaquería, La Viciosa, El Morro y Tumaco.

Isla de El Morro La verificación de los cambios registrados sobre la línea de costa de la isla de El Morro se basó en el estudio efectuado en 1989 por Correa y González, denominado Geomorfología General y Sedimentología de la bahía de Tumaco, complementado con fotografías aéreas y levantamientos de campo efectuados por el CCCP en 1997 (Tovar, 2002). En este lapso de tiempo se presentaron varios períodos de erosión y sedimentación. Cabe resaltar, especialmente, la unión y separación del pilar de El Quesillo con El Morro, creando una gran extensión de playa en bajamar de aproximadamente 200 m. La unión de las islas La Viciosa y Tumaco, el tsunami de 1979, los efectos del fenómeno de El Niño de1982/1983 y 1995/1996, y el transporte de sedimentos por efecto de la deriva litoral, son los principales factores que han influenciado los cambios de la línea de costa de la isla de El Morro (Tovar, 2000). Para 1958 las fotografías aéreas muestran al Norte un sector rocoso con presencia de acantilados, desde el cerro El Morro, lugar de las instalaciones del CCCP y la Capitanía de Puerto, hasta El Quesillo, con una longitud de 1.5 km. Desde el sector noroeste al sureste se presenta una larga y extensa playa hasta el inicio del puente

de El Morro, que comunica la isla de El Morro con las islas de Tumaco y La Viciosa; esta última conformada por depósitos de arena, con una longitud de 2.7 km y un ancho de 500 m en el sector noroeste, en forma de espigas y flechas. Para 1969 el proceso de erosión cambia y se produce una sedimentación a lo largo del costado noroeste y suroeste. El sector noroeste, frente a los acantilados, presenta un avance de la línea de costa notorio con un ancho de 250 m, aproximadamente, llegando a unirse el pilar con la costa. Al Oeste de El Quesillo se presenta un sector de erosión menor (Tovar, 2002). Dos años más tarde, en 1971, la playa aledaña a El Quesillo se erosionó, separándolo de la costa, evidenciándose un retroceso de 100 m, mientras que el sector suroeste presentó una sedimentación leve de 50 m en promedio. La playa frente a los acantilados se mantuvo estable. En el lapso 1971 a 1983 y a consecuencia del tsunami de 1979 y las marejadas del fenómeno de El Niño de 1982/1983 se presentó un proceso de erosión continuo sobre el litoral noroeste, con un retroceso de la línea de costa del orden de 230 m, aproximadamente. Para esta época la playa localizada al frente de los acantilados desapareció en un 50% y El Quesillo quedó separado de la costa unos 240 m. Dos años más tarde, en 1985, se presentaron cambios mínimos, produciéndose una pequeña sedimentación en algunos sectores del occidente y una leve erosión de la zona de playa frente a los acantilados (Tovar, 2002). Finalmente, durante 1997 los cambios fueron pequeños: la costa noroeste muestra erosión seguida de una sedimentación; la playa frente a los acantilados vuelve a sedimentarse hasta la altura del arco y la zona supramareal comienza a ser vegetada. En la actualidad el pilar de El Quesillo se encuentra separado de la costa unos 200 m en marea alta y en marea baja queda unido a la costa, convirtiéndose en un tómbolo. En términos generales, la isla de El Morro ha sufrido un proceso de erosión progresivo en su costado noroeste y una amplia sedimentación hacia el Norte, que genera un sector extenso de playa y terrenos de bajamar.

Mapa No. 9 - Aumento del nivel medio del mar en el casco urbano de Tumaco.

Mapa No. 10 - Aumento del nivel medio del mar en la población de Salahonda.

Bahía de Tumaco

6.1.4. Ascenso del nivel medio del mar a causa del cambio climático global La discusión sobre el ‘calentamiento global’ actualmente suscita controversia entre la comunidad científica ya que los estudios, congresos, seminarios y reuniones para analizar el tema aún no concluyen y continúan. Entre los organismos que se dedican a este tema se destaca el Intergovermental Panel on Climatic Change, Ipcc (por sus siglas en inglés), constituido en 1988 por las Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial, OMM, con el fin estudiar el ‘cambio climático’. Éste publicó a finales de 1995 un documento cuya principal conclusión fue: «...El conjunto de evidencias sugiere una cierta influencia humana en el conjunto del clima...». Aunque no llegan a señalar concretamente la influencia de la actividad humana en el clima, se encuentra mayor claridad que en su informe anterior de 1990, en el cual manifestaron que no podían afirmar si el incremento de 0.5ºC en la temperatura media del planeta registrado en el último siglo era una consecuencia directa de la intervención antrópica. Cuando se habla de intervención humana, se hace referencia al incremento en la emisión de gases a la atmósfera, principalmente de dióxido de carbono, CO2, lo cual acelera el Efecto Invernadero, alterando el balance de energía en la Tierra (Tabla 6.4.). Tabla 6.4. Gases que incrementan el Efecto invernadero. (Ipcc-1995). Gases

Contribucción real

CO2

76%

CFCs

5%

CH4

13%

N2O

6%

Esto ha llevado a que muchos científicos piensen que a mayor concentración de gases con Efecto Invernadero se producirá un aumento en la temperatura de la Tierra. La temperatura media de la Tierra ha aumentado unos 0.6ºC en los últimos 130 años y los estudios más recientes indican que se está produciendo un aumento de algunas décimas de grado, de hecho el IPCC predice un calentamiento de 1.0 a 3.5ºC para el año 2100.

No obstante, existen científicos que mantienen sus reservas frente al tema, tal es el caso de Richard S. Lindzen, experto en el estudio de la atmósfera del Massachusetts Institute of Technology, MIT(por sus siglas en inglés), quien afirma que las predicciones hechas por el IPCC se basan en modelos de ordenador tan incompletos que las hacen inservibles.

6.1.4.1. Incidencia del aumento del nivel medio del mar en el casco urbano de Tumaco A causa del ‘cambio climático global’ es difícil predecir con seguridad lo que pasaría en los distintos lugares del planeta, pero se prevée, según el informe del Ipcc, que el nivel del mar se incrementará entre 33 cm y 1 m para el año 2100. Lo anterior supone que grandes extensiones costeras podrían desaparecer inundadas por las aguas que ascenderían; tierras con vocación agrícola se convertirían en desiertos, y, en general, se producirían grandes cambios en los ecosistemas terrestres. Estos cambios supondrían una gigantesca convulsión en la sociedad, que en un tiempo relativamente breve tendría que hacer frente a muchas obras de contención del mar, emigraciones de millones de personas, cambios en los cultivos, etcétera. La zona costera de la bahía de Tumaco ha sido catalogada como una de las áreas más críticas de los litorales colombianos (CCCP, 1998) debido al aumento progresivo del nivel del mar. Con base en la información cartográfica, fotográfica, geomorfológica y el análisis de información secundaria, se ha hecho una clasificación de su frente costero, de acuerdo con su vulnerabilidad ante los cambios del nivel del mar y se han estimado los límites de la transgresión y de la inundación según las condiciones propuestas. Como nivel de referencia se ha tomado un altura máxima de marea de 3.68 m, que es el promedio de las más altas mareas presentadas en la bahía en los últimos 25 años, como se anotó en el Capítulo IV. Para el área urbana de San Andrés de Tumaco, conformada por las islas de El Morro, La Viciosa y Tumaco, y un sector del continente, en la eventualidad de un ascenso del nivel de pleamares en 0.33 m el agua cubriría 1044 Ha, equivalentes a una inundación del 71.8%.

131

132

Bahía de Tumaco

Esto indica que, en pleamar los predios afectados serían 9696, quedando al descubierto únicamente un área de 410 Ha (Mapa No. 9). Las principales áreas afectadas serian el Sur de la isla de El Morro; el sector turístico de las playas, y las áreas de viviendas palafíticas. Las zonas descubiertas en la isla corresponden al cerro El Morro, con una altura de 80 m; la pista del aeropuerto, que se encuentra sobre terrenos de relleno; la zona portuaria, y parte del sector residencial. Sobre la isla de Tumaco se afectarían las zonas palifíticas, principalmente. Si el ascenso es de un metro, el agua en pleamar inundaría unas 1321 Ha, correspondientes a un 90.8% del área total del casco urbano, quedando únicamente descubiertas 133 Ha, que corresponden al sector del cerro El Morro (Mapa No. 9). Este mismo ejercicio se efectuó para Salahonda, donde se tomó como nivel de referencia una altura máxima de 3 m de marea para evaluar un eventual impacto del ascenso del nivel del mar. Con un incremento de 0.33 m se afectarían 6.5 Ha de las 29.8 Ha que cubren el casco urbano del municipio; con lo que se anegarían 108 predios, equivalentes al 22% de inundación. Con el incremento de un metro se inundaría el 100% del casco urbano, afectándose 819 predios (Mapa No. 10). En la bahía de Tumaco este cambio en el nivel del mar provocará transgresiones de la línea ribereña actual y ampliación de las áreas sujetas a inundación mareal. Los tipos de costa predominantes en la bahía, playas en el frente de llanuras aluviales y marismas estuarinos, serían los más vulnerables ante un ascenso del nivel del mar. En el caso de las primeras unidades geomorfológicas, el ascenso del nivel implicaría un retroceso de la línea ribereña, transgresión a posiciones donde encuentre un nuevo perfil de equilibrio. En su lugar las áreas sujetas a inundación mareal se ampliarían sensiblemente. El ascenso del nivel del mar a causa del cambio climático en Tumaco no ha sido comprobado de acuerdo con los registros mareográficos; sin embargo, conviene tener en cuenta los siguientes aspectos para mitigar su impacto: • No construir en el rango de los 200 m de los manglares. • Reducir ciertas áreas de cultivo y pastoreo y compensar esto con la explotación intensiva de las restantes.

• Implementar mecanismos que permitan mantener una zona restringida de amortiguamiento entre las áreas explotadas y las de conservación. • Evitar desarrollos en las áreas susceptibles de inundación. • Estimular desarrollos de mediano y largo plazo y y elaborar un plan regulador que considere la reubicación de las zonas residenciales a áreas de mayor altitud. En materia de riesgos, siempre en Tumaco se ha tenido especial consideración con el tsunami por las grandes inundaciones que se generarían, pero a la luz de los datos, de confirmarse los escenarios propuestos por la Ipcc, éste es sin lugar a dudas es el riesgo más importante frente al cual es necesario empezar a tomar medidas.

6.2. RIESGOS ANTRÓPICOS Los riesgos antrópicos son todos aquellos generados por la actividad del hombre. Entre estos existen problemas ambientales serios de los cuales se destacan la contaminación y el agotamiento de los recursos costeros y marinos, entre otros. Las ciudades en Colombia, entre ellas Tumaco, han experimentado un crecimiento desordenado y muy superior a las posibilidades reales de dotarlas de infraestructura, servicios y de fuentes de trabajo; ello ha traído consigo problemas de contaminación del agua y el aire, principalmente, con marcados efectos sobre la salud de la población.

6.2.1. Contaminación del agua El uso del agua para propósitos particulares está determinado por su calidad. Sí las actividades humanas alteran sus características naturales se dice que no es apta para el fin que está destinada, implicando que se encuentra contaminada.

6.2.2. Fuentes de contaminación en la bahía de Tumaco En la bahía de Tumaco se pueden identificar tres tipos de desechos: industriales, domésticos y de actividad portuaria. Estos se vierten a los cuerpos de agua donde el impacto a largo plazo afecta la biota

Bahía de Tumaco

marina con contaminantes como el petróleo y sus derivados, principalmente aceites y lubricantes; el aserrín y los desechos hidrobiológicos de las pesqueras y orgánicos del matadero, entre otros. Las principales fuentes de contaminación presentes en la bahía se señalan en la Tabla 6.5. Tabla 6.5. Fuentes y tipos de contaminantes derivados de actividades antrópicas en la bahía de Tumaco.

principal contaminante (CCCP, 2001a). A continuación se listan las cargas de contaminantes producidas por la industria pesquera en el área de estudio (Tabla 6.6.). Tabla 6.6. Cargas generadas por la industria de productos hidrobiológicos en la bahía de Tumaco (Corponariño, 2000)1. Nombre

C.C. DBO (Kg/dia) C.C. S.S. (Kg/dia)

Compez

2.50

1.20

Fuente Contaminante

Tipo de Contaminante

Bahía Cupica

8.57

1.40

Industria

-Productos hidrobiológicos

Alcomares

-Disposición costera de resi-

Coral del Pacífico

duos madereros. -Residuos orgánicos del matadero

Planta procesadora

3.29

0.42

13.93

2.28

128.70

8.72

0.60

0.32

del Pacífico Pesquera el

Domésticos

-Aguas residuales

Tiburón

-Residuos sólidos

Climars

12.16

1.99

Actividades portuarias

-Vertimientos de crudo por

Copromar

21.46

3.52

cargue -Vertimientos aguas de sentinas -Residuos de embarcaciones pequeñas

0.00

0.00

Proteimar Proceso*

1020.89

964.63

Proteimar Mombeo*

Lizmar

642.44

484.60

Gladford Ltda.

9.30

5.39

Comercializadora

6.51

1.07

4.55

0.75

y Procesadora López

No obstante lo anterior, existen vertimientos alrededor de las islas como son: descargas provenientes de muelles con expendios de combustible a embarcaciones menores; residuos de embarcaciones pequeñas; así como también los provenientes de talleres mecánicos en donde se efectúan cambios de aceite y lubricantes, que no se cuantifican y, sin embargo, constituyen agentes contaminantes de gran impacto sobre las aguas de la bahía.

Pez Dorado

13.83

1.01

Oceanpac

0.70

0.31

Delfín Blanco

3.00

0.57

Dinaesmar

5.00

3.13

0.30

0.09

13.70

2.24

Gilmar

Pesquera El Puerto Colmar Marpez Total

5.60

0.92

1917.11

1484.56

* Opera aproximadamente 100 dias al año

6.2.2.1. Vertimientos industriales La industria pesquera de San Andrés de Tumaco se encuentra ubicada, principalmente, en la bahía interna de la isla de Tumaco, con 22 pesqueras y otras pocas que funcionan en la isla de El Morro. Estas empresas de procesamiento de productos hidrobiológicos generan residuos orgánicos y aguas residuales caracterizadas por contener en forma disuelta, particulada y suspendida materia orgánica como

1 Héctor Mario Gutiérrez y Adriana Riomalo

Uno de los parámetros claves en la evaluación de la calidad del agua es la Demanda Bioquímica de Oxígeno, DBO5. El agua de un estuario se considera no contaminada cuando su valor de la DBO5 está entre 1 y 2 mg/L (Kiely, 1999). Con base en los resultados obtenidos para la bahía de Tumaco se tiene un valor promedio para la DBO5 de 1.21 mg/L (CCCP, 2000).

133

134

Bahía de Tumaco

Tabla 6.7. Valores de OD y DBO5 en algunos aserríos de la bahía de Tumaco en mL/L (CCCP, 1996). Los Cedros

Lombana

Licsa

Laura

Matco

Maderas del sur

Promedio

B

2.5

2.8

-----

3.3

2.7

2.6

2.78

A

4.9

3.8

3.9

3.4

3.5

3.8

3.88

B

3.0

3.7

2.2

2.3

5.6

3.4

3.37

A

5.6

3.2

3.9

3.4

4.0

3.5

3.93

Parámetro OD DBO5

A: Marea alta B: Marea Baja

El aserrín y otros desechos de la madera al entrar en contacto con las aguas producen efectos negativos al ecosistema como la disminución del Oxígeno Disuelto, OD; la generación de ácidos grasos; la disolución de taninos; la producción de metano y alcoholes, entre otras sustancias tóxicas que van en detrimento de la vida acuática e incrementan la DBO5. El efecto del aserrín sobre el medio marino en los lugares próximos a algunos depósitos de madereras (seis aserríos tomados como ejemplo) arrojaron valores de DBO5 entre 2.2 y 5.6 mL/L, en marea baja, y 3.2 y 5.6 mL/L, en marea alta, (Tabla 6.7.). Estos registros son ligeramente inferiores al valor establecido por el Decreto 1594/84, para conservación de aguas marinas y estuarinas (CCCP 1996).

Tabla 6.8. Tipo de reiduos que se generan en el casco urbano de Tumaco (Fundación San Francisco, 1996). Tipo

Cantidad (kg/día) 34400

59.47

Plástico

2300

3.98

Vidrio

2120

3.67

Papel

2460

4.25

Carton

2140

3.70

Metal

460

0.80

Textil

80

0.14

Huesos

120

0.21

Pescado

7280

12.59

Caucho

6.2.2.2. Vertimientos domésticos Residuos sólidos

Cuero Madera Estopa de coco

Un estudio realizado por la Fundación San Francisco en 1996 encontró que de 57840 kg de desechos que genera el casco urbano de Tumaco en un día, 30457 kg (52.7%) de estos van al mar; 85.5% de los cuales, 26.947 kg, son orgánicos y el 11.5%, 3.510 kg, son inorgánicos (Tabla 6.8.) (CCCP 1996). Dado que los materiales sintéticos y el vidrio no se degradan representan una amenaza para los organismos vivos y el medio natural, aunado al problema de la disposición final ya que no existen industrias recicladoras de este tipo de desechos en la zona. Los 3510 kg/día de desechos inorgánicos que llegan al cuerpo de agua de la bahía, que se convierten en 1281 Ton/año, afectan la vida marina, rompiendo el equilibrio natural y desplazando las especies de su hábitat. Es de destacar que los desechos sólidos descargados en la playa, ya sea por acción indirecta o directa del hombre, se convierten en trampas para las aves marinas y otros organismos acuáticos (CCCP, 1996).

Porcentaje (%)

Comida

Higiénicos

1

0.0009

230

0.40

60

0.10

4430

7.66

360

0.02

Otros

1400

2.41

Total

57840

99.4009

Pese a la gran cantidad de desechos orgánicos que llegan a las aguas de la bahía de Tumaco, la amplitud de la marea y su conformación facilitan que estos sean degradados y asimilados por el medio, sin llegar a generar procesos de eutroficación, excepto en el sector de El Pindo.

Residuos líquidos La contaminación por residuos líquidos, básicamente, comprende la generada por las aguas servidas de la población de Tumaco, las cuales se estima provienen de 80108 habitantes, en la zona urbana y repartidos desequilibradamente, ya que el 65,9% se

Bahía de Tumaco

encuentra ubicado en la isla de Tumaco y el 13.4% en la isla de El Morro (Censo CCCP, 2001a). Del total de la población, 50985 habitantes se encuentran ubicados en la zona de las islas, las cuales vierten sus aguas directamente al mar. La población restante, ubicada en la zona continental, drena las aguas residuales a través de pozas sépticas. El tipo de vivienda palafítica, predominante en el área de estudio, dificulta la construcción de un sistema de alcantarillado. Asímismo, la red de acueducto existente para la zona urbana presenta deficiencias y dificultades en la prestación del servicio, por lo que la comunidad se ha encargado de realizar conexiones no autorizadas, dificultando la medida de consumo de agua para efectos de determinar la carga contaminante de aguas domésticas en términos de DBO y otros parámetros fisicoquímicos. Por lo anterior, se efectuó una aproximación teórica para cuantificar la carga de las aguas domésticas que le llegan a la bahía de Tumaco, estimándose el consumo de agua y la DBO que genera cada habitante por día, según Metcalf y Hedí, (1995), y el dato del censo poblacional actualizado a 2001 por el CCCP (Tabla 6.9.). Tabla 6.9. Resumen de cargas aportadas por los vertimientos de residuos líquidos domésticos a la bahía de Tumaco (Basado en datos teóricos de consumo de agua habitante/dia de Metcalf y Heddí, 1995) (Cálculos realizados por CCCP, 2002). Caudal aguas Habitantes

Flujos aguas

residuales

zona mareal domésticas

380

50985

L/(hab*dia) Parámetro

20559900

Prisma mareal m3

Se han determinado lugares puntuales en condiciones críticas como el sector de El Pindo, ubicado al Sur de la isla de Tumaco, donde se comunica el conjunto de islas con el continente. Otro de los puntos críticos es la plaza de mercado, por el tipo de actividades que allí se realizan. Otras zonas de la bahía que merecen atención son las áreas cercanas a la desembocadura de los ríos, extremo sureste; por lo que allí se presenta la mayor actividad en cuanto a la variación de los niveles de los diferentes parámetros fisicoquímicos y biológicos, debido a los aportes de aguas continentales, material orgánico y demás sustancias provenientes de los ríos, que al mezclarse con las aguas saladas sufren constantes cambios tanto por dilución-concentración, como por transformación. Debido a la dinámica del área de estudio, la llegada de aguas oceánicas limpias y ricas en OD, desde el Noroeste y Suroeste a la parte central, contribuyen al proceso de dilución, autodepuración o asimilación y oxidación de los materiales vertidos a ella, manteniendo los niveles de las distintas sustancias dentro de la norma para aguas marinas y estuarinas (Decreto 1594/84) (CCCP, 2001a). Sin embargo, es de considerar que esta capacidad de asimilación de la bahía puede perderse con el tiempo, especialmente hacia la zona de las islas habitadas, Tumaco y El Morro. En teoría se ha considerado siempre que el mar tiene una función ‘depuradora’ sobre la mayoría de las sustancias, porque en él se ‘disuelven’, ‘diluyen’ o ‘desaparecen’; pero el aporte continuo deteriora paulatinamente los cuerpos receptores, disminuyendo su capacidad de asimilación.

12250000000

6.2.2.3. Actividad portuaria

L/dia Valor típico

Concentración en el

g/(dia*hab)

afluente (mg/l)

DB05

110.0

289.47

Sólidos susp.

130.0

342.11

N amoniacal

3.5

9.21

N orgánico

10.0

26.32

N KT

13.5

35.53

P orgánico

1.5

3.95

P inorgánico

3.0

7.89

P total

4.0

10.53

La actividad portuaria es considerada otra de las fuentes de contaminación, generada principalmente por los aportes continuos a la bahía de residuos de aceites y lubricantes de las embarcaciones pequeñas que transitan en la zona de estudio. Los buques internacionales y los de cabotaje también se constituyen en fuentes potenciales de contaminación, por lo que los residuos producidos por la navegación pueden ser vertidos a las aguas de la bahía de Tumaco durante su tránsito por ella, siendo esta

135

136

Bahía de Tumaco

una de las razones por las que se mantienen los niveles de hidrocarburos petrogénicos en el área de estudio. Aunque no existe aún un dato concreto sobre la cantidad de residuos generados por los buques que arriban a Tumaco, se cuenta con un promedio de movilización de embarcaciones mayores y menores que permite tener una idea de la susceptibilidad que tiene este ecosistema a la contaminación por residuos petrogénicos, datos que fueron presentados en el Capítulo II y que en resumen muestran que en promedio se movilizan al año 661 buques y 1383 embarcaciones menores (ver apartado 2.2.1.1. y tablas 2.1., 2.2. y 2.3.). Con este tráfico marítimo de embarcaciones menores, con motores fuera de borda, como de embarcaciones mayores, de cabotaje e internacionales, la bahía enfrenta problemas de contaminación por la operación de buques y muelles y otras razones a saber: • Fallas en las operaciones de cargue y descargue de buques especialmente los tanqueros, caso B/T Daedalus,1996. • Instalaciones portuarias sin la infraestructura adecuada para la recepción de residuos líquidos y sólidos. • Vertimientos voluntarios e involuntarios de residuos aceitosos, sentinas, slops, lodos lastres, combustibles, aguas sucias y lubricantes, entre otros, de las embarcaciones fondeadas o en movimiento.

6.2.3. Sustancias contaminantes en la bahía de Tumaco 6.2.3.1. Hidrocarburos Derrames de crudo En la bahía de Tumaco han ocurrido varios derrames de crudo que han afectado los diferentes elementos que conforman su ecosistema. Cada accidente se ha presentado por diversas causas, pero al final el resultado ha sido el mismo: “Derrame de petróleo crudo sobre las aguas de la bahía”. A continuación se presentan los casos más importantes y recientes de derrames que han ocurrido:

• Caso B/T Saint Peter,1976 El incidente que marcó el inicio de estas actividades de monitoreo y vigilancia de la contaminación

de hidrocarburos en el Pacífico colombiano está dado por el siniestro ocurrido en 1976 con el hundimiento del petrolero Saint Peter, de bandera liberiana, ocurrido el 4 de febrero de 1976. Este buque transportaba 33000 Tn de crudo y 300 Tn de Bunker oil. De acuerdo con los estudios efectuados por instituciones del Estado y la FAO, el impacto de la contaminación afectó un área de 1300 km 2 , equivalente al 10% del Pacífico colombiano. Con esta experiencia se determinó que no existían los medios, tanto en recurso humano como tecnológico, planes de contingencia ni reservas para atender este tipo de emergencias. A raíz de este siniestro, el Gobierno crea en febrero de 1984 el CCCP, a través de DIMAR, otorgándole, entre otras funciones, la vigilancia de la contaminación por hidrocarburos en la costa Pacífica.

• Caso B/T Daedalus, 1996 Veinte años más tarde, el 26 de febrero de 1996, ocurre otro accidente marítimo en la bahía de Tumaco durante la maniobra de cargue del petrolero griego Daedalus. Cerca de 1500 barriles de crudo fueron vertidos al mar en el Terminal Convencional Multiboyas de Ecopetrol, ocasionado por la ruptura de la tubería submarina principal (CCCP, 1996). El mayor impacto se ocasionó sobre un área de 3 km de longitud por 100 m de ancho de la playa de Salahonda, 20 Km al Norte de Tumaco. Un factor que evitó que se produjera un impacto más negativo fue el cambio de la dirección de las corrientes durante el cambio de la marea, de alta a baja, modificando la ruta de desplazamiento de la mancha de crudo, haciendo que ésta se alejara de la bahía. Por esta razón cierta cantidad arribó a la costa y el resto continuó su destino hacia mar abierto. Asímismo, se evitó el impacto sobre el bosque de manglar que se encuentra en algunas zonas del borde costero de la bahía. Después de este incidente se detectó una disminución temporal de algunos productores primarios en el área de influencia y desplazamiento del crudo. Para verificación de campo se tomaron tres puntos como El Viudo, otro en un sitio intermedio entre El Viudo y Salahonda, y el tercero propiamente en Salahonda. El muestreo se realizó por tres meses consecutivos, a partir del día del derrame, y se encontró ausencia total de estos organismos fitoplanctónicos.

Bahía de Tumaco

Figura 6.17. Comportamiento de las abundancias planctónicas durante el derrame del B/T Daedalus, 1996. en tres puntos de la bahía de Tumaco (Prodycon Ltda. 1996.) Como se observa en la Figura 6.17., en febrero no parece ninguna especie y en los meses siguientes se observa un comportamiento con tendencia al aumento. Sin embargo, no existen indicios que indiquen que el derrame haya afectado otras áreas tales como los parques nacionales naturales de Sanquianga e isla de Gorgona.

• Caso derrame de Esmeraldas, Ecuador, 1998 El 6 de julio de 1998 se evidencia una mancha de crudo de un área aproximada de 45 km de largo y 50 m de ancho, comprendida desde Cabo Manglares hasta Bocagrande. Se encuentra que parte de este crudo había penetrado en zonas de manglar e infiltrado en la arena lo que dificultó su detección en las playas. Esta mancha venía desplazándose a causa de las corrientes desde el 3 de julio, cuando ocurrió el siniestro en Ecuador. Se calculó que en este incidente el derrame fue de alrededor 18000 barriles de petróleo en la zona continental del sector de Winchele, ubicada a 15 km del puerto de Esmeraldas. El crudo llegó al océano Pacífico a través del río Esmeraldas; una vez allí y por la dinámica oceánica del área el crudo fue transportado por la corriente costera del Perú y, posteriormente, por la corriente de Colombia, las cuales se proyectan con componente sur-norte, paralelas a la costa colombiana. Al llegar a la costa nariñense cierta cantidad del crudo se depositó en las playas de Bocagrande y Salahonda (CCCP 1998).

Tras este incidente se tomaron muestras en cuatro puntos, desde el amarradero de Ecopetrol hasta Vaquería. El análisis determinó que el efecto del derrame tuvo acción temporal y directa sobre las especies productoras, autótrofas, lo que se evidenció por una baja productividad referida al componente fitoplanctónico y la ausencia total de zooplancton. Es decir que influyó sobre los dos primeros niveles de la cadena trófica (CCCP, 1998), influencia que también fue percibida en el derrame de 1996 (Figura 6.18.).

Figura 6.18.Relación observada entre abundancia de fitoplancton vs. hidrocarburos en 1998 en la bahía de Tumaco, Estación 26 (CCCP-Ecopetrol, 2001b). En cuanto a los niveles de hidrocarburos aromáticos totales, HATs, monitoreados en los sedimentos de la bahía se evidenció un aumento, con un máximo hacia septiembre de 1998, volviendo a los niveles normales en noviembre del mismo año (Figura 6.19.).

137

138

Bahía de Tumaco

Figura 6.19. Valores promedio de los HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco. Sin embargo, la estación denominada La Vaquería fue la que presentó los promedios más altos, resultando la más afectada durante este incidente.

• Caso derrame en el río Rosario, 2000 Año y medio más tarde, el 18 de febrero de 2000, por manipulación de la válvula de drenaje en la estación reductora La Guayacana, en el km 226 del oleoducto Trasandino ocurrió el derrame de 3500 barriles de crudo, que se extendió de 40 a 50 Km a lo largo del río Rosario, amenazando con llegar al océano Pacífico a través de la bahía de Tumaco. Dado que la mancha corría río abajo, ésta se contuvo en tres puntos antes de llegar a la bahía usando barreras de contención. Además, las condiciones de marea facilitaron el control de la mancha debido al contraflujo que ésta genera en el drenaje hacia la desembocadura en la bocana del río Rosario. A causa de estas fluctuaciones de nivel del río Rosario, las riberas y vegetación aledañas presentaron impregnación de crudo en alturas que oscilaron entre los 2 y 3 m. Este río se constituye en la principal fuente de abastecimiento para las comunidades ribereñas, pero la contaminación de sus aguas impidió que se utilizaran para consumo humano. Se estableció una estación de monitoreo en la desembocadura del río Rosario para medir los niveles de hidrocarburos y detectar el ingreso de éstos en la bahía. Además, se compararon los niveles medidos en ésta estación con los del punto llamado Vaquería, ya que éste presenta un promedio bajo de HATs (Figura 6.20.).

Figura 6.20. Comportamineto de los HATs en la desembocadura del río Rosario y en Vaquería (E26) (CCCP-Ecopetrol, 2001). Los sedimentos muestreados en la desembocadura del río Rosario, entre febrero y agosto del año 2000, presentaron niveles tan altos como 20.14 µg/g, muy por encima del nivel crítico establecido por la Noaa, 3.9 µg/g; con un descenso en la concentración hasta de 0.954 µg/g al cabo de tres meses. Se determinó así que debido a la contención y recuperación oportuna de la mancha, sumado a las condiciones del área no se alcanzó a tener una influencia notoria dentro del ecosistema de la bahía por efecto de los HATs (CCCP-Ecopetrol, 2001). Debido a estos incidentes y a la actividad portuaria mencionada anteriormente, que tiene lugar en Tumaco, se considera necesario continuar el monitoreo y vigilancia de los niveles de hidrocarburos en la bahía en diferentes matrices.

6.2.3.1.1. Niveles de hidrocarburos en la bahía de Tumaco Los hidrocarburos del petróleo presentes en el ambiente marino provienen de diversas fuentes que incluyen perforaciones naturales, intercambios atmosféricos, drenajes urbanos, desechos industriales y transporte. Este último representa, aproximadamente, el 45% a nivel mundial (Noaa, 1997). Según la Noaa, todos los tipos de crudos y sus derivados son perjudiciales para los organismos marinos. Bioensayos llevados a cabo en organismos marinos adultos muestran que los efectos letales de la fracción soluble del petróleo ocurren en un rango

Bahía de Tumaco

de 1 a 10 mg/L, mientras que para los estadios larvales y juveniles estos se presentan a 0.1mg/L. Los efectos subletales tienen lugar en concentraciones de 1 a 10 mg/l. Por otro lado, las fracciones insolubles producen muerte por sofocación en diferentes organismos marinos (Bishop,1983). El comportamiento del petróleo en el mar varía según su composición, características físicas y temperatura del agua. Así el espesor de la capa aceitosa puede variar de unos milímetros a varios centímetros. El tiempo de residencia, es decir el tiempo durante el cual el petróleo puede ser detectado, depende del método que se emplea para identificar su presencia. Su degradación y la velocidad de este factor están influenciadas por la luz, la temperatura, el tipo y número de sustancias nutrientes e inorgánicas que contiene, además de losvientos, mareas, corrientes, etcétera.

demás productos derramados en el mar, ya que afectándose ésta se perjudica todo el ecosistema marino (Galán, 1997). Debido a las características físicas del petróleo y los factores ambientales que influyen fuertemente sobre su comportamiento en el medio acuático, un análisis de carácter puntual y eventual en aguas no es representativo. Sólo partiendo de información de varios años se puede hacer un análisis relativo a los niveles de este tipo de sustancias en los sitios estudiados. Para el estudio en la bahía de Tumaco se involucraron las siguientes estaciones: Puente El Pindo, El Viudo, Isla del Gallo, Ecopetrol y Trujillo. Cada una de ellas seleccionadas bajo los siguientes criterios: • Puente El Pindo, por ser el lugar de mayor tránsito de embarcaciones con motor fuera de borda.

Tabla 6.10. Promedios anuales obtenidos entre 1988 y 1995 de hidrocarburos disueltos dispersos (µg/l) en la bahía de Tumaco (CCCP,1996). Estación

1988

1989

1990

1991

1992

1995

Promedio

Puente El Pindo

0.60

0.17

0.25

0.21

0.20

0.28

0.28

El Viudo

0.36

0.17

0.36

0.08

0.28

-----

0.25

Isla del Gallo

0.13

0.13

0.42

-----

0.25

0.30

0.25

Ecopetrol

0.32

0.14

0.60

0.12

0.26

-----

0.29

Trujillo

0.31

0.31

0.47

0.08

0.22

-----

0.28

Promedio

0.34

0.18

0.42

0.11

0.29

0.29

0.27

Otros factores que afectan la degradación microbiana del petróleo son la evaporación, la disolución, la dispersión y los procesos de sedimentación. Las fracciones más tóxicas son, generalmente, las menos susceptibles a la degradación microbiana. Los residuos densos pueden flotar, depositarse en los sedimentos o llegar a la costa como manchas de alquitrán (Galán, 1997).

6.2.3.1.2. Monitoreo en aguas La ‘columna de agua’ se refiere al segmento vertical del mar cuyo techo es la superficie del mar y su base es el fondo marino. Ésta constituye una refe-rencia de estudio y permite analizar y explicar el biodinamismo del océano. Tiene suma importancia en el comportamiento y circulación del petróleo y

• El Viudo, por encontrarse ubicado en un punto de influencia oceánica. • Isla del Gallo, por hallarse alejada de las actividades antrópicas, permitiendo tener en ella un punto de referencia. • Ecopetrol, por ser el sitio donde llegan las aguas decantadas de los tanques de almacenamiento de crudo del terminal terrestre. • Trujillo, para establecer la posible incidencia por aportes de ríos (CCCP 1996). Partiendo de los promedios anuales obtenidos entre 1988 y 1995 para la bahía de Tumaco se obtuvo un promedio histórico de 0.27 µg/L (Tabla 6.10.). Con respecto a los promedios anuales por estación de muestreo el valor más alto se presentó en Ecopetrol en 1990, con 0.60 µg/L; registrándose éste mismo en la estación Puente El Pindo para 1988.

139

140

Bahía de Tumaco

El promedio histórico más bajo lo presentaron las estaciones de El Viudo e Isla del Gallo con 0.25 µg/L, y de igual forma el más alto fue para la estación Ecopetrol con 0.29 µg/L (CCCP 1996).

6.2.3.1.3. Monitoreo en sedimentos Tras permanecer cierto tiempo en la columna de agua los hidrocarburos se precipitan al fondo del mar. Proceso que es favorecido por la presencia de partículas y material en suspensión. El petróleo alcanza los sedimentos mediante la absorción de partículas de lodo o limos presentes en el agua. Posteriormente, partículas pequeñas se funden en partículas más grandes y suficientemente densas como para hundirse, llevando consigo los hidrocarburos de petróleo. Cuanto menor sea la solubilidad de un determinado hidrocarburo en el agua, más posibilidades tiene de ser absorbido o adsorbido y, de este modo, sedimentarse. Sólo un 20% de los hidrocarburos más solubles, los aromáticos de bajo peso molecular, terminan en los sedimentos del fondo (Galán 1997). Para el caso específico de los HATs, estos alcanzan los más altos niveles después de un período de tiempo de haberse depositado sobre los sedimentos, debido a su relativa persistencia en el medio y su resistencia a la degradación. Por lo que los niveles de hidrocarburos en sedimentos se convierten en un excelente indicador para determinar el grado de contaminación de un área.

La mayor concentración promedio de HATs la presentó la estación Puente El Pindo con 3.12 µg/g (Tabla 6.11.), lo que puede asociarse con la capacidad de absorción y adsorción originada a partir del contenido de materia orgánica proveniente del aserrín depositado en los alrededores del sector, de los desechos del matadero y de las aguas domésticas, que generan un medio propicio para la retención de dichos contaminantes.

1997 - 2001 A partir de 1997, después del derrame ocurrido en febrero de 1996 durante la operación de cargue del B/T Daedalus, se incrementa la red de puntos de monitoreo a diez estaciones, con una frecuencia mensual, a fin de establecer la variabilidad de los niveles de HATs de la bahía de Tumaco.

1986 - 1995 El promedio de los datos obtenidos para los HATs en los sedimentos de la bahía de Tumaco en los diferentes muestreos realizados entre 1986 y 1995 fue de 1.39 µg/g, con base en peso seco, mientras que el rango de promedios anuales osciló entre 0.34 µg/g, para 1986, y 2.78 µg/g, para 1995.

Figura 6.21. Estaciones muestreo para HATs 1997 2001.

Tabla 6.11. Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco en (µg/g) (CCCP, 1999). Estación

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1995

Promedio

Puente El Pindo

0.35

2.77

4.36

2.00

3.62

5.04

2.31

4.48

3.12

El Viudo

0.55

-----

0.20

0.02

0.03

0.02

0.04

-----

0.14

Isla del Gallo

0.17

2.64

0.49

0.12

0.22

0.04

0.07

1.08

0.60

Trujillo

0.27

1.76

1.34

0.28

0.63

0.61

0.97

-----

0.84

Promedio

0.34

2.39

1.60

0.60

1.12

1.43

0.85

2.78

1.39

Bahía de Tumaco

Figura 6.22. Promedios anuales de HATs en sedimentos marinos de la bahía de Tumaco entre 1997 y 2001 (CCCP, 2001a).

141

142

Bahía de Tumaco

Tabla 6.12. Promedio de HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco en µg/g (CCCP, 2001a). Estación

1997

1998

1999

2000

2001

Promedio anual

10

0.099

0.044

0.108

0.084

0.024

0.072

11

0.300

0.238

0.345

0.237

0.455

0.315

12

0.283

0.136

0.172

0.256

0.229

0.215

13

0.288

0.372

0.375

0.481

0.392

0.382

14

0.192

0.095

0.159

0.283

0.191

0.184

15

0.153

0.082

0.197

0.124

0.161

0.143

16

0.437

0.407

0.487

0.369

0.573

0.455

17

0.314

0.265

0.329

0.398

0.493

0.360

20

0.816

0.527

0.518

0.870

0.981

0.742

26

0.272

1.362

0.333

1.542

1.759

1.054

Promedio anual

0.315

0.353

0.302

0.464

0.526

0.392

De esta forma se obtendrían más herramientas de comparación en caso que ocurrieran nuevos derrames, especialmente en las operaciones de carga de crudo (Figura 6.21.). El comportamiento espacio-temporal de los hidrocarburos en la bahía, desde 1997, presenta niveles considerados bajos dentro de un rango de concentración de 0.015 a 1.14 µg/g. Sin embargo, los niveles encontrados pueden tener origen tanto petrogénico como biogénico, puesto que hidrocarburos similares o idénticos a los encontrados en el petróleo son constituyentes comunes en muchos vegetales (fitoplancton) como producto de la fotosíntesis. Los microorganismos contienen, a su vez, aproximadamente 0.03% de hidrocarburos (Galán, 1997). Estos hidrocarburos reportados y considerados como los valores normales para la bahía pueden verse alterados en la medida que se presenten eventos como derrames u otros aportes que provienen de las actividades marítimas, turismo, transporte, pesca y actividad portuaria. Así, aunque potencialmente se mantiene una gran fuente de hidrocarburos en la bahía, representada por el Terminal Multiboyas de Ecopetrol, los niveles de HATs no deben presentar anomalía alguna mientras éste opere adecuadamente y sin que existan, además, aportes significativos al ecosistema por las otras actividades consecuentes del movimiento portuario. Por lo tanto, las concentraciones altas en la bahía presentan características específicas dependiendo de

la posición de la estación, sitio de muestreo y del evento que se registre. De acuerdo con los datos colectados durante los derrames de 1996 y 1998 se observó en algunos lugares un incremento en los niveles de HATs por encima de los normales, en los lugares por donde hizo su arribo la mancha como en la estación Vaquería que durante 1998 presentó un valor de 3.69 µg/g. Durante el lapso de 1997 al 2001 el nivel promedio anual de los HATs para toda la bahía osciló en un valor de 0.302 a 0.526 µg/g y un promedio ponderado de 0.392 µg/g; siendo la Estación 26, Vaquería, ubicada en la zona suroeste, la que presentó el mayor promedio anual de estos hidrocarburos con 1.054 µg/g (Tabla 6.12.). En el resto de estaciones (Figura 6.21.) las concentraciones se encontraron dentro de los valores normales para el área de estudio y por debajo de los 3.9 µg/g, definidos por el Programa de Monitoreo NS&T de la Noaa como concentración alta para sedimentos (Tabla 6.12. - Figura 6.22.).

6.2.3.1.4. Monitoreo en organismos Los hidrocarburos vertidos en el mar al penetrar y ser ingeridos en distintos niveles de la cadena alimentaria son concentrados gradualmente hasta llegar al hombre, el cual ingiere todos los tóxicos acumulados por los niveles tróficos anteriores. Entre estos tóxicos se encuentran los hidrocarburos aromáticos polinucleares.

Bahía de Tumaco

Tabla 6.13. Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs (µg/g) en bivalvos en la bahía de Tumaco (CCCP, 1996). Estación

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1995

Promedio

Puente El Pindo

2.06

6.20

30.08

14.24

3.34

19.87

4.08

14.54

8.05

11.38

El Viudo

0.80

2.37

1.31

1.09

1.33

2.97

4.95

-----

-----

2.12

Isla del Gallo

-----

0.63

2.87

0.73

-----

3.84

2.07

0.36

4.71

4.17

Promedio

1.43

3.07

11.42

5.35

2.34

8.89

3.70

7.45

6.38

5.22

Teniendo en cuenta que la cadena alimentaria se compone en el siguiente orden: vegetales, animales herbívoros, animales carnívoros, hombre; es este último el que recibe una importante dosis de contaminación, aunque los organismos consumidos no presenten evidencia de ésta. Los organismos utilizados como mejores bioindicadores son los bivalvos, cuyo mecanismo de alimentación lo hacen a través de filtración, presentando la propiedad de biomagnificar el contenido de los hidrocarburos. Los niveles de las concentraciones de estos compuestos en organismos dependen de diversos factores físicos, tales como: edad, tamaño, madurez sexual y contenido graso, entre otros (Farrington y Tripp, 1984). El promedio obtenido para el área de la bahía de Tumaco, en general hasta 1995, fue de 5.22 µg/g con base en peso seco; donde el promedio más alto fue de 11.38 µg/g correspondiente a la estación Puente El Pindo; seguida de la estación Isla del Gallo, con un valor promedio de 4.17 µg/g(Tabla 6.13.). A excepción de El Pindo, donde se registraron concentraciones que alcanzaron los 49.67 µg/g, en 1998, todos los valores muestreados se encontraron por debajo de 35.0 µg/g, considerada como concentración tóxica para la mayoría de las especies (Long y Morgan, 1990).

Figura 6.23. Hidrocarburos aromáticos en la bahía de Tumaco (CCCP, 1996).

En general, se presentó una variabilidad significativa de las concentraciones de hidrocarburos en los organismos analizados durante el tiempo de estudio, lo cual se corrobora con lo reportado por Farrington y Tripp (1985) sobre la irregularidad de la acumulación del contenido de hidrocarburos en bivalvos. ` Comparando el comportamiento de los niveles promedio de HATs en las diferentes matrices durante el tiempo de estudio como: aguas con 0.27 mg/L; sedimentos con 1.39 µg/g y organismos con 5.22 µg/g, se obtiene una relación de 1:5:19 que muestra claramente el carácter lipofílico de estos compuestos y por ende su tendencia a quedar atrapados en la grasa de los tejidos animales, para este caso en la de los bivalvos. En la Figura 6.23. se observa la afinidad que tiene la matriz con el contaminante hidrocarburos, encontrándose los mayores valores para organismos, seguido de sedimentos y por último en aguas.

6.2.3.1.5. Indices de sensibilidad ambiental El objetivo principal de la respuesta ante un derrame de hidrocarburos y sustancias relacionadas, después de proteger la vida humana, es reducir sus consecuencias ambientales y centrar los esfuerzos de limpieza. Para ello es imprescindible identificar las zonas costeras más vulnerables, con el fin de establecer las prioridades de protección, las estrategias de limpieza y la restauración de los ambientes costeros impactados (Noaa, 1997). Ante la necesidad de estar preparados frente a un posible derrame de hidrocarburos en la bahía de Tumaco, el CCCP ha elaborado el mapa de 'Índices de Sensibilidad Ambiental, ISA', que integra los elementos geomorfológicos, biológicos e hidrodinámicos y, a su vez, clasifica los litorales de acuerdo con la guía para mapas de sensibilidad de la Noaa, que despliega la información costera a partir de aspectos tales como:

143

144

Bahía de Tumaco

• Clasificación de los litorales: Según su sensibilidad, la persistencia natural del petróleo y la facilidad de la limpieza. • Recursos biológicos: Incluye tanto animales como plantas sensibles a los hidrocarburos, así como los hábitats utilizados por las especies afectadas por posibles derrames de hidrocarburos o aquellos sensibles a los derrames como vegetación acuática sumergida y arrecifes de coral. • Recursos de uso humano: Recursos y lugares sensibles a ser contaminados, importantes para el uso humano, tales como playas y parques públicos, marinas, fuentes de agua dulce y sitios arqueológicos, entre otros. Las graduaciones del litoral del ISA se han definido con base en los siguientes factores que influencian la sensibilidad a la contaminación del litoral: • Nivel de energía hidrodinámica (exposición al oleaje y la marea). • Pendiente de la costa. • Tipo de sustrato (tamaño del grano, movilidad, penetración). • Productividad y sensibilidad biológica. Así, según la clasificación ISA, los litorales presentan una graduación de 1 a 10, donde los calificados como '1' corresponden a los menos susceptibles a sufrir daños por contaminación con hidrocarburos; incluyen los acantilados y los bancos rocosos escarpados expuestos, donde esta sustancia no puede penetrar en la roca y es lavada rápidamente por la acción de las olas y la marea. En su lugar, los litorales calificados con '10' representan las áreas que más se impactarían en un derrame; incluyen zonas con vegetación de tierras encharcadas, tales como pantanos de mangle, pantanos de agua salobre y fresca, donde el contaminante permanecerá por un período de tiempo largo, penetrará profundamente el substrato y causará daño a muchas clases de plantas y animales. Los diferentes tipos de litorales de acuerdo con la clasificación ISA son: ISA 1 - Orillas rocosas expuestas. ISA 2 - Plataformas rocosas expuestas. ISA 3 - Playas de arena de grano fino. ISA 4 - Playas de arena de grano grueso. ISA 5 - Playas mixtas de arena y grava. ISA 6 - Estructuras de riprap, playas de grava.

ISA 7 - Planos de marea expuestos. ISA 8 - Estructuras artificiales sólidas. ISA 9 - Planos de marea protegidos. ISA 10- Manglares, pantanos de agua dulce, salobre y salada. De acuerdo con esta clasificación y teniendo en cuenta las características costeras de la bahía de Tumaco, descritas rn los capitulos III y IV, el área de estudio presenta los siguientes tipos de litoral ISA (mapa No. 11): ISA 1 – Orillas rocosas expuestas – acantilados Corresponde a los sectores acantilados de la bahía de Tumaco, ubicados entre la desembocadura del río Colorado y la isla del Gallo, así como el islote rocoso ubicado al Este de la isla de El Morro (Figura 6.24.).

Figura 6.24. Acantilado, sector de El Morro. Las principales características de esta unidad son: • Exposición regular a la energía fuerte de las olas y a las corrientes de marea. • Substrato impermeable, generalmente de roca, sin potencial para penetración del subsuelo. • Pendiente de la zona intermareal mayor de 30 grados. • Por la naturaleza de alta energía, los organismos asociados son robustos y acostumbrados a los impactos hidráulicos altos y a las presiones. Estos tipos de costa se exponen a olas grandes que tienden a guardar aceite, los restos del aceite en la superficie se eliminan rápidamente por procesos naturales en pocas semanas, cualquier rastro de aceite tiende a formar una línea a lo largo de la ISA sobre la zona de salpicadura de la marea alta.

Mapa No. 11 - Indice de sensibilidad ambiental de la bahía de Tumaco.

Bahía de Tumaco

Este tipo de litoral, generalmente, no requiere ninguna limpieza. ISA 3 Playas de arena fina En la bahía de Tumaco esta clasificación corresponde a los sectores de playas activas y cordones litorales no vegetados ubicados en las islas de El Morro, Tumaco, Vaquería y Bocagrande, con características tales como (figuras 6.25. - 6.26.): • Substrato semipermeable, compacto de arena de grano medio a fino que inhibe la penetración del aceite (normalmente menor de 10 cm), minimizando la cantidad de sedimentos engrasados. • Pendiente muy baja, menor de 5 grados. • Proporción de movilidad del sedimento baja, así que el potencial de entierro rápido es bajo. • Los sedimentos de la superficie están sujetos a movimientos regulares por acción del oleaje y la corriente. • Densidades relativamente bajas de bentos, que varían tanto espacial como temporalmente. En playas expuestas el aceite puede enterrarse profundamente si éste llega después de una tormenta erosional o al inicio de un período de acreción. La limpieza en estas unidades se simplifica por presentar un substrato duro, que permite el apoyo y tránsito de vehículos. ISA 7 Planos de marea expuesto Esta clasificación se refiere a las áreas descubiertas durante la marea baja, cuyo substrato es de arena fina poco consolidado y muy permeable. Se encuentran a lo largo de toda la bahía y en las bocanas (Figura 6.27.). Estos presentan las siguientes características: • Planos de marea llanos, formados por acumulación de sedimento con pendientes menores a 3 grados, se extienden desde unos pocos metros hasta casi un kilometro. • Sedimentos saturados de agua que limitan la penetración del aceite. • La exposición a la energía de la marea se evidencia por las ondas en la arena. • Densidades de bentos muy altas. En los planos de marea expuestos el aceite no se adhiere prontamente en los sedimentos de arena saturados de agua. Éste es empujado por la superficie hacia la línea de marea alta e Incluso la mancha puede desplazarse y ser movida por las corrientes de marea a lo largo de la costa, ampliando la zona afectada.

Figura 6.25. Playa de arena fina, isla Vaquería.

Figura 6.26. Playa de arena fina, isla de El Morro.

Figura 6.27. Plano de marea expuesto, bocana de Salahonda.

145

146

Bahía de Tumaco

Debido al alto uso biológico los impactos pueden ser significativos, principalmente, en los organismos bentónicos expuestos a la mancha de hidrocarburos. La limpieza de un derrame en este tipo de litoral se dificulta debido a la facilidad del aceite para penetrar profundamente en el sedimento. ISA 10 – Manglares y pantanos de agua salobre y salada Esta clasificación corresponde a las planicies de marismas, dominantes desde el estero Guandarajo hasta el río Colorado; algunos sectores entre los acantilados de la bahía y los cordones litorales recientes ubicados hacia la parte sur de la isla de Tumaco, sobre los cuales se ha establecido vegetación de manglar (Figura 6.28.). Esta unidad se caracteriza por presentar: • Substrato de barro llano con un alto contenido orgánico. • Vegetación de pantano sobre el substrato. Tal es el caso de especies acuáticas flotantes y sumergidas de agua salada y de transición a pantanos de agua dulce.

En este litoral factores como el tipo de aceite, la cantidad de vegetación alcanzada, el tipo de sedimento, la exposición a los procesos de limpieza natural, la época del año del derrame y los tipos de especies afectadas, influencia el grado de contaminación. Los pantanos, los manglares y otros tipos de vegetación acuática y de transición son los hábitats más sensibles, debido a su alto contenido biológico y a la dificultad que representa su limpieza, lo cual incrementa el potencial del impacto hacia muchos organismos a largo plazo. La clasificación ISA para el litoral en el área de estudio, entre Cabo Manglares y la bocana de Hojas Blancas, con una extensión de 140 km se presenta así: Clasificación ISA 1 (acantilados) = 31 Km Clasificación ISA 3 (playas) = 36 Km Clasificación ISA 10 (manglares) = 73 Km La clasificación ISA 7, corresponde a las zonas descubiertas durante marea baja, cuya extensión cubre un área de 92 km2, correspondientes al 23% del área total de la bahía, 400 km2. Si bien es cierto que cerca del 50% del litoral de la bahía de Tumaco presenta una baja sensibilidad ante un derrame de hidrocarburos, no se deben limitar esfuerzos por contener rápidamente una mancha que se desplace hacia los sitios menos sensibles, ya que dependiendo de las condiciones hidrodinámicas de la bahía, descritas en el Capítulo IV, y el desplazamiento del hidrocarburo se podrían afectar las zonas de mayor producción pesquera. Partiendo de este riesgo latente, el CCCP adelanta estudios de las condiciones hidrodinámicas de la zona, mediante ejercicios de seguimiento de boyas de deriva, que han permitido identificar a la bahía interna de Tumaco, las playas de Salahonda y el Norte de la isla del Gallo, como los sitios más propensos a recibir el impacto por un derrame de hidrocarburos.

6.2.3.2. Compuestos Organoclorados

Figura 6.28. La vegetación de manglar predomina en el ISA 10 identificado para la bahía de Tumaco.

El compuesto de mayor interés al que se enfocó este análisis, entre 1992 y 1993, estuvo relacionado con el p,p’- Diclorodifeniltricloroetano, p,p’ DDT, puesto que ha sido de gran polémica a nivel mundial, debido a su alta persistencia en el medio ambiente y sus efectos tóxicos en los organismos. Este en el proceso de desintegración pasa por una serie de

Bahía de Tumaco

metabolitos, que son de propie-dades químicas similares, a saber: el p,p’- Diclorodifenildicloroetano, p,p’-DDD, y el p,p’- Diclorodifenildicloroetileno, p,p’-DDE. Compuestos como los DDT’s (p,p’-DDT + p,p’-DDD + p,p’-DDE) son de gran efectividad para los usos a los que se destinan, pero muy perjudiciales para el medio ambiente debido a su persistencia, con períodos que superan los doce años. Así, su uso fue prohibido en Colombia desde 1974 (CCCP, 1996).

6.2.3.2.1. Monitoreo en sedimentos Las estaciones de muestreo se ubicaron hacia la desembocadura de los ríos de mayor influencia en la bahía, como son el Rosario y el Mejicano. Adicionalmente, se ubicaron otras estaciones en El Pindo y en la playa de Salahonda. Los promedios obtenidos en sedimentos fueron similares. El promedio más alto con respecto al p,p’DDT lo presentó la estación El Pindo, con 5.46 ng/g; seguida por el río Rosario, con 4.98 ng/g; río Mejicano, con 2.89 ng/g, y Salahonda, con 2.47 ng/g, obteniéndose un promedio general de 3.95 ng/g. (CCCP, 1996). Los niveles más altos detectados en sedimentos para los metabolitos del DDT fueron para el p,p’-DDE, lo que indica que este tipo de sustancias fueron usadas hace varios años. Los valores promedios para los p,p’DDT’s en sedimentos de las diferentes estaciones, a través de los cinco muestreos, oscilaron entre 2.17 y 13.36 ng/g. Con respecto a las concentraciones individuales escasos valores superaron el nivel de 40 ng/g, definido por la NS&T de la Noaa como concentración alta para sedimentos (CCCP, 1996).

6.2.3.2.2. Monitoreo en organismos Para el caso de los bivalvos el rango obtenido para el p,p’-DDT estuvo comprendido entre 5.58 ng/g, en Salahonda, y 73.06 ng/g, en río Mejicano; registrandose un valor promedio para el área de 34.48 ng/g (Figura 6.29.).

Figura 6.29. Contración de-p,p’- DDT’s en la bahía de Tumaco entre 1992 y 1993 (CCCP, 1996). En éste mismo período, el programa adelantado por la NS&T y la International Mussel Watch de Estados Unidos recolectó muestras de bivalvos en la bahía de Tumaco, reportando una concentración para el DDT total con valores comprendidos entre 10 y 100 ng/g (Sericano et al., 1995). El máximo valor permitido por la Food and Drug Administration, FDA, para el DDT y el DDE es de 5000 ng/g. Con base en estos niveles permisibles las concentraciones detectadas en este tipo de organismos de consumo humano no son preocupantes. De igual forma que en el caso de los hidrocarburos, para los DDT las concentraciones encontradas en organismos fueron mayores a las obtenidas en sedimentos (Figura 6.29. Tabla 6.14.).

6.2.3.3. Metales pesados Se considera metal pesado aquel elemento que tiene una densidad igual o superior a 5 gr/cm3 en su forma elemental. Dentro de los metales pesados se distinguen dos grupos: • Oligoelementos o micronutrientes, requeridos enpequeñas cantidades o cantidades traza por plantas y animales para completar su ciclo vital. Pasado cierto umbral se vuelven tóxicos.

Tabla 6.14. Concentraciones de DDT obtenidas en diferentes muestreos en la bahía de Tumaco en ng/g (CCCP, 1996). Matriz

May1992

Ago1992

Nov1992

Jun1993

Sep1993

Ago1995

Promedio

Organismos

24.16

31.75

51.22

26.34

12.61

60.83

34.48

Sedimentos

6.88

2.43

4.22

7.36

2.71

13.36

6.07

147

148

Bahía de Tumaco

Dentro de este grupo se encuentran: As, B, Co, Cr, Cu, Mo, Mn, Ni, Se y Zn. • Los metales pesados sin función biológica conocida, cuya presencia en determinadas cantidades en seres vivos lleva aparejadas disfunciones de sus organismos, resultan altamente tóxicos y presentan la propiedad de acumularse en los organismos vivos. Estos son principalmente: Cd, Hg, Pb, Cu, Ni, Sb, Bi. La presencia de estos elementos en aguas de la bahía se origina en los vertidos de origen antropogénico, procedentes de actividades industriales, mineras, de la aplicación de plaguicidas o también del tráfico rodado (García I. y Dorronsoro C.,)

6.2.3.3.1. Monitoreo en aguas Mercurio (Hg)

Según Cortés, el rango para la bahía de Tumaco estuvo comprendido entre 0.1 y 0.5 µg/L, califi-cándose por debajo del valor del criterio de calidad admisible establecido en el artículo 45 del Decreto 1594/84 correspondiente a 10 mg/L (CCCP, 1996). El nivel natural de Hg para aguas marinas es de 0.011 µg/L y para aguas dulces es de 0.01 µg/L (Marciales, 1987). El valor de la concentración de Hg registrado en la estación Bocatoma del río Mira se encontró próximo al límite máximo permisible para aguas de consumo humano, el cual corresponde a 2.0 µg/L, según el Decreto 1594/84. El estudio más reciente, publicado por Granobles en 1999, dirigido a la evaluación de los niveles de Hg en agua de mar reporta un rango comprendido entre 0.22 y 1.09 µg/L, este último valor fue encontrado en la desembocadura del río Curay.

La máxima concentración registrada fue 3.6 µg/L, para la estación Bocana Telembí, ubicada en la zona continental de Barbacoas; siendo similar al valor de 3.7 µg/L, repor-tado por el Inderena en 1987 para esta misma área (Tabla 6.15.). La concentración más baja correspondió la estación Mina El Morro con un valor de 1.3 µg/L.

Uniendo los rangos encontrados por Ingeominas (1992-1993) y Cortés (1997) (Tabla 6.16.) se obtuvo un nuevo rango comprendido entre 1.6 y 10 ppb para el área de estudio, indicando que las concentraciones están dentro del límite establecido en el Decreto 1594/84.

Tabla 6.15. Niveles de metales pesados (µg/L) en aguas de la bahía de Tumaco, monitoreadas por el CCCP en 1994 (CCCP, 1996).

Tabla 6.16. Rangos de metales pesados (µg/L) en aguas de Tumaco (Ingeominas, 1992-1993 y Cortés 1997).

Cadmio (Cd)


Cortés

Ingeominas

Decreto

Estaciones

Hg

Cu

Pb

Cd

Fe

Cabo Manglares

2.9

10.6


92.0

11.4

Pb

13.3-27

10

Teherán

3.2

3.0

----

1.0

----

Cr

3.5-7.0

10

Ensenada Cova

2.4

3.7


13.0

47.8

Cu

1.5-3.1

<10-20

100

Patía

2.4

28.0


23.6

----

Cd

1.6-28

<10-10

10

Ecopetrol

2.9

6.7



69.7

Hg

0.1-0.5

Puente El Pindo

2.1

12.6


----

86.1

Mina El Morro

1.3

43.0

----

19.7

88.1

(río Telembi)

3.3

Mina Damián

3.1

3.9

5.0

7.1

----

(río Telembi)

3.6

C. Pámpana

1.8

6.7



74.9

Bocana Telembi

2.0

8.3



67.6

27.9



----

7.7

7.3

7.3

----

Bocatoma del río Mira Estero Cova

1594/84

10

Según Báez, et al. (1992), el rango normal de Cd en aguas para bahías y costas está comprendido entre 10 y 150 µg/L y existen indicios de contaminación cuando los valores se encuentran por encima de este rango. En otros lugares del mundo se han obtenido concentraciones comprendidas entre 8 y 109 µg/L, con un promedio de 54.5 µg/L (Kin, 1983), que comparadas con las detectadas en la costa Pacífica colombiana son altas (CCCP, 1996).

Bahía de Tumaco

6.2.3.3.2. Monitoreo en sedimentos Plomo (Pb) En las mediciones realizadas el rango estuvo comprendido entre valores no detectados y 7.3 µg/L, sus concentraciones se califican por debajo del límite establecido 10 µg/L (Decreto 1594/84). Sin embargo, el rango 13.3 27 µg/L reportado por Cortés supera esta norma (Tabla 6.16.).

Cobre (Cu) Los niveles naturales de Cu en aguas marinas superficiales están entre 0.01 y 0.04 ppb. En la bahía se encontró entre 3.0 y 43.0 µg/L, correspondientes a las estaciones Teherán y Mina El Morro, respectivamente; es probable que estas concentraciones obedezcan a la remoción del suelo por la explotación de oro. Los niveles encontrados por el CCCP en la bahía fueron similares a los hallados por Cortés, mientras que para Ingeominas el rango de concentración fue menor a 30 µg/L. En general, los valores obtenidos se encontraron por debajo del nivel de 100 µg/L, establecido por el Decreto 1594 de 1984 (Tabla 6.16.). Las concentraciones de Cu comprendidas entre 80 y 100 µg/L alteran la rata de crecimiento de postlarvas de camarón (Wong, et al.,1995) (CCCP, 1996).

Hierro (Fe) Los niveles obtenidos de este metal se agruparon por debajo del límite establecido en el Decreto 1594/ 84, con una concentración máxima de 100 µg/L. Nuevamente, las mayores concentraciones se encontraron en la zona continental, en Barbacoas, al igual que para el Cu.

Zinc (Zn) El promedio obtenido por Ingeominas, para 1992, fue de 360 µg/L encontrándose por encima del valor de 10 µg/L, establecido como CL50 en el Decreto 1594/84. El valor natural para el Zn en aguas superficiales marinas es de 0.01 µg/L; el rango obtenido para 1993 estuvo entre 14 y 750 µg/L, el cual fue ligeramente menor al detectado en 1992, oscilando entre valores no detectados y 1200 µg/L en la estación cercana al farillo de El Viudo.

Mercurio (Hg) De acuerdo con Johnston (1971), los niveles máximos naturales de metales pesados en sedimentos varían entre 0.1 y 0.4 µg/g para Hg. La estación Puente El Pindo presentó un valor alto de 0.69 µg/g, las demás concentraciones estuvieron por debajo de 0.51 µg/g (Tabla 6.17.), valor límite establecido por el programa de monitoreo de la NS&T, de la Noaa (1990). Éste valor es mayor al del criterio establecido por el Joint Group of Experts on the Scientific Aspects of Marine Environmental Protection (GESAMP IV) de 0.36 µg/g.

Plomo (Pb) El rango para este elemento osciló entre 8.3 y 17.9 µg/g, éstas concentraciones resultaron similares a las obtenidas por Inderena en 1987, que reportó un rango comprendido entre 12.18 y 16.65 µg/g en el área de estudio (CPPS, 1982). El programa de monitoreo de la NS&T define el valor de 87µg/gcomo concentración alta para sedimentos (Noaa,1990). Con base en este criterio no existe riesgo de contaminación por este metal en los puntos monitoreados.

Cobre (Cu) Las concentraciones oscilaron entre 30.65 y 96.30 µg/g, encontrándose dentro del intervalo de máximas concentraciones naturales que componen el rango de 10 a 700 µg/g reportado por Jhonston (1971). Tabla 6.17. Niveles de metales pesados (µg/g) en sedimentos de la bahía de Tumaco, monitoreados por el CCCP en 1994. Estaciones

Hg

Cu

Pb

Cd

Fe

Patía

ND

73.69

17.9

0.84

9504

Ecopetrol

0.11

30.65

10.9

0.51

8964

Salahonda

0.33

37.30

10.7

0.58

13287

Puente El Pindo 0.69

54.10

14.9

0.44

8914

Mina El Morro

0.48

92.60

10.1

0.19

49284

0.38

96.30

14.5

0.29

61728

0.31

87.33

14.9

0.34

58004

Bocana Telembí 0.27

52.84

8.3

0.05

31808

(río Telembí) Mina Damián (río Telembí) C. Pámpana

149

150

Bahía de Tumaco

Según estudios del Inderena (1987), para la bahía de Tumaco las concentraciones oscilaron entre 47.4 y 64.26 ppm y el rango determinado por Cortés (1997) estuvo comprendido entre 20 y 44 µg/g (Tabla 6.17.). Según la Noaa que establece un valor de 87 ppm como concentración alta para sedimentos, los sedimentos de la bahía no presentan contaminación por este metal; sin embargo, estos valores superan el criterio establecido por Gesamp VI, de 2 a 30 µg/g. Los niveles altos en la mayoría de los registros pueden relacionarse con procesos de origen geológico.

Hierro (Fe) Tomando como base el rango de concentraciones naturales reportadas por Jhonton (1971), que va desde 20000 a 60000 µg/g, las concentraciones determinadas para este elemento fueron normales, con un rango comprendido entre 8914 y 61728 µg/g (Tabla 6.17.). El valor obtenido para la estación Mina Damián supera, ligeramente, el rango establecido, lo que se puede relacionar al igual que para el caso del Cu con procesos geológicos.

Cadmio (Cd) El rango de concentraciones máximas naturales establecidas por Jhonston (1976) y Báez et al., (1992) va desde 0.2 hasta 2.0 µg/g. Los valores obtenidos por el CCCP oscilaron entre 0.05 y 0.84 µg/g. Según los resultados de Ingeominas, las concentraciones en las diferentes fracciones del sedimento estuvieron comprendidas entre valores menores a 0.1 y 1.0 µg/g; mientras Inderena, en 1987, reportó un promedio de 0.56 µg/g, con un rango que osciló entre 0.39 y 1.06 µg/g. Tabla 6.18. Rangos de metales pesados (µg/g) en sedimentos de la bahía de Tumaco (Ingeominas, 1992 1993 y Cortés, 1997). Metal

Cortés

Pb

6.0-18

Cr

7.0-16

Cu

20-44

<0.01-52

2-30

Cd

2.1-4.1

<0.01-1.0

0.5-20

Hg

0.1-1.6

Ingeominas

Gesamp IV 1-20 10-100

0.1-0.35

En las costas chilenas se han registrado concentraciones de Cd entre 3.4 y 8.8 µg/g, mayores a las reportadas para esta área de estudio. Lo anterior permite afirmar que los sedimentos de la bahía de Tumaco no presentan contaminación por Cd (Tabla 6.18.) (CCCP, 1996).

6.2.4. Alteraciones en Fauna y Flora 6.2.4.1. Sobreexplotación de recursos pesqueros Este es un hecho comentado muchas veces, pero sobre el cual el CCCP no cuenta con datos para confirmar o descartar su veracidad, salvo la queja de los pescadores por la disminución del recurso. Del único tipo de extracción que se tienen datos que demuestran la disminución es del recurso concha, aspecto tratado con antelación en el Capítulo V. Otra evidencia de la disminución del recurso son las medidas impuestas por el Inpa para la bahía, decretando dos vedas: una para el recurso carduma que va del primero de noviembre al 31 de diciembre; otra para las especies de camarón de aguas someras langostino, tití, tigre y pomada, y las de aguas profundas pink, coliflor, café y cabezón, que va del 26 de enero al 20 de marzo. Estas vedas están dirigidas a la prohibición de extracción, posesión, proceso, almacenamiento, comercialización y transporte de éstas especies y es aplicable tanto para la pesca artesanal como para la industrial. De ellas, sin embargo, no se presentan más comentarios, por desconocerse los resultados de las evaluaciones sobre el efecto que las medidas han tenido sobre el recurso. Se conoce, además, y está documentado el uso de artes y métodos de captura destructivos como la pesca indiscriminada con dinamita; el uso de artes no selectivos como las redes de atajo, red de enmalle multifilamento con tamaño de malla entre 1.5 y 2.0 pulgadas en los esteros; las changas, que son redes de arrastre de fondo a pequeña escala para la captura de camarón de aguas someras; las redes de enmalle monofilamento con tamaño de malla de 2 y 2.0 pulgadas, utilizadas para la captura de camarón de aguas someras y peces con tallas menores a las permitidas; el deterioro que sobre las zonas costeras ejercen los barcos arrastreros de fondo, pesca industrial de camarón de aguas someras; la

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contaminación y destrucción del medio ambiente ocasionados por el desarrollo urbano, industrial y turístico; la tala del bosque de manglar, y el vertimiento de sustancias tóxicas (Inpa Vecep, 2000). Estos factores han ocasionado una disminución de algunas especies dentro de la bahía de Tumaco, lo cual se traduce en el desmejoramiento de las condiciones socioeconómicas de la zona. Esta es una consecuencia común en muchas pesquerías del tercer mundo que experimentan la denominada ‘sobrepesca maltusiana’, que ocurre cuando los pescadores pobres enfrentan una disminución sostenida en sus capturas y, a falta de alternativas de trabajo, inician la destrucción de todos los recursos pesqueros en su esfuerzo por mantener sus ingresos económicos (Pauly et al., 1989).

6.2.4.2. Sobreexplotación del recurso maderero La riqueza forestal que presenta la bahía de Tumaco hace que el aprovechamiento del recurso maderero sea común; dicha explotación se ha desarrollado alrededor de la tumba de árboles para la producción de leña y carbón en los esteros. Esta actividad realizada con tendencia al agotamiento del recurso, explota la madera sin atender las debidas consideraciones para su conservación, alterando los componentes biótico y social. Según Pinzón (2001), cuando se habla de explotación de recursos forestales se debe tener en cuenta que existe una clasificación que establece el tipo de aprovechamiento que de estos se hace, de acuerdo con los permisos emitidos por las diferentes entidades ambientales. A continuación los niveles de clasificación: • Unicos: Hace referencia a los aprovechamientos que se realizan por una sola vez, en áreas donde con base en estudios técnicos se demuestre mejor aptitud de uso del suelo diferente al forestal o cuando existan razones de utilidad pública e interés social. Los aprovechamientos forestales únicos pueden contener la obligación de dejar limpio el terreno al término del aprovechamiento, pero no la de renovar o conservar el bosque. • Persistentes: Aprovechamientos que se efec-túan con criterios de sostenibilidad y con la obligación de

conservar el rendimiento normal del bosque bajo técnicas silvícolas que permitan su renovación. Por rendimiento normal del bosque se entiende su desarrollo o producción sostenible, de tal manera que se garantice la permanencia del bosque. • Domésticos: Los que se efectúan, exclusivamente, para satisfacer necesidades vitales domésticas sin que se comercialicen sus productos. En la bahía de Tumaco se hace aprovechamiento selectivo y a tala rasa; el primero consiste en la extracción de madera de algunas especies apetecidas y el segundo no plantea ningún tipo de selección. Actualmente, en el Pacífico existen entre 250 y 300 especies maderables, siendo las más conocidas el sajo, cuangare, cedro, mangle, peinemono, otobo, tangaré, machare, etcétera (Pinzón, 2001). Una de las asociaciones forestales que más se explota en Tumaco es el manglar, este bosque cumple un papel muy importante al servir como área nodriza de muchas especies comerciales, como estabilizador del depósito de sedimentos en los estuarios y por actuar como barrera de protección. Además, la madera que provee puede ser usada como leña, para producir carbón o como material de construcción. La economía de gran parte de la población de la bahía depende en una alta proporción de la madera, al punto que un alto porcentaje de los ingresos monetarios provienen de esta actividad (Martínez, 1996. En: Del Valle, 1997). El colapso de la industria maderera en la zona de estudio, por agotamiento del recurso, ha tenido graves consecuencias económicas, sociales y ambientales. Desde 1984, aproximadamente, se inició en la zona el cultivo de la coca en pequeñas parcelas. Aunque no existe suficiente información sobre este cultivo ilícito, los datos revelan que para algunos habitantes es ya la primera o la segunda fuente de ingresos monetarios (Molina, 1996 En: Del Valle, 1997). Esta actividad ilícita, es sin lugar a dudas, la causa más importante en la actualidad de deforestación en la región.

6.2.4.3. Impactos en zonas de manglar La explotación intensiva del recurso mangle en la bahía se remonta a mediados de la década de los años 40, cuando las empresas productoras de taninos

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comenzaron a hacer la extracción de cortezas, principalmente de Rhizophora. Esto produjo una disminución continuada de la etapa fustal, aunque latizales y brinzales también se vieron afectados con la caída de los árboles (Álvarez et al., 1997). Adicionalmente, en el área, las prácticas tradicionales de extracción, leñateo y producción de carbón, impactaron considerablemente en la medida que estas hacían parte de un renglón comercial y laboral muy importante, pues representaba el combustible más económico y accesible a los sectores marginados de la población. Igualmente, la camaronicultura ha causado importantes perturbaciones en los bosques ya que desde los años 80 se han talado más de 5000 Ha de manglar para la construcción de estanques, pues las características sedimentológicas de estas áreas favorecen la construcción y mantenimiento de esta industria. Otros usos tradicionales que se le han dado al manglar (Prahl et al., 1990) son: • Rhizophoraceae: Madera para construcción, piletas, puntales, leña, pulpa, carbón vegetal, postes para cercas, estacas para pescar, madera para ahumar, corteza para obtención de taninos, medicina para infecciones de la garganta y protección de productos pesqueros expuestos al sol. • Caesalpinaceae: Varas, soportes, leña, carbón, pilotes, pulpa, mangos de herramientas y partes de embarcaciones. • Avicenniaceae: Madera para construcción, puntales, pilotes, leña, postes, soportes y medicina. • Combretaceae: Construcción, leña, pulpa, protección para aparejos de pesca. • Pellicieraceae: Madera para la construcción, leña y pulpa. Estos usos unidos al crecimiento desordenado de las poblaciones costeras han ocasionado cambios bruscos en las características estructurales de la vegetación, que se manifiestan en la disminución de la densidad y área basal de los árboles e incluso en el cambio de usos del suelo de zonas ocupadas originalmente por manglar.

CAPITULO VII

Programa de Modelado Integral de Zonas Costeras

Los modelos numéricos y las herramientas de cálculo permiten sistematizar la información y proveen avanzadas herramientas para la gestión de la costa.

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Como se sabe, toda actuación en la costa comienza cuando la sociedad demanda la solución de problemas o conflictos generados por el uso no adecuado de los litorales o por afecciones debidas a procesos naturales. A partir de ese momento se inicia una serie de pasos que concretarán la actuación a realizar. En cada uno de esos pasos las autoridades e instituciones involucradas en el manejo integral de la zona costera, de acuerdo con otras condiciones, tales como: demandas y necesidades sociales, prioridades políticas, disponibilidad económica y aspectos estratégicos, entre otras, deciden sobre la conveniencia de continuar el proceso de definición de la actuación. En este proceso se distinguen las siguientes fases: Diagnóstico: Tiene como objetivo la determinación de las causas que han originado el estado actual del ecosistema costero. Su desarrollo es de extrema importancia y en él se pone de manifiesto la capacidad para entender y evaluar los procesos costeros, naturales y antrópicos, que han dado lugar a dicha situación. Sí el diagnóstico realizado no es correcto, difícilmente lo será la actuación propuesta. Anteproyecto: La fase de anteproyecto o prediseño tiene como objetivo el establecimiento de alternativas de solución. En esta fase prima la obtención de alternativas, sobre la precisión en la definición de la solución, dado que el fin último es comparar alternativas y, de acuerdo con otros condicionantes, elegir la que ha de convertirse en solución-proyecto. Proyecto (diseño): Comprende la recopilación y generación de datos para el cálculo detallado de la alternativa de solución seleccionada. Dicho cálculo suele llevar la utilización de herramientas o modelos que requieren un mayor número de datos de partida. Seguimiento y Evaluación: Esta fase tiene como objetivo la verificación de la evolución de la actuación, de acuerdo con lo previsto en el diseño. Su implementación es necesaria dado que toda actuación marítima está sujeta a la acción de dinámicas aleatorias (oleaje, viento, etcétera), por lo que siempre existe un determinado riesgo de que la actuación evolucione con cierta variación respecto a la evolución prevista.

En los capítulos anteriores se ha presentado información recopilada y analizada al interior de los programas de investigación en protección del medio marino, oceanografía física y manejo integrado de zona costera, que el CCCP ha ejecutado desde su creación. Lo anterior se constituye en el primer paso, es decir, la Fase de Diagnóstico de las diferentes problemáticas que confluyen en la bahía de Tumaco, que a su vez permitirá a los potenciales usuarios de dicha información implementar políticas de manejo, con una visión integradora de los aspectos físicos, ecológicos y medioambientales, apoyados en el desarrollo y adaptación de metodologías y herramientas que faciliten el entendimiento y conocimiento del funcionamiento de los diferentes ecosistemas y sus interrelaciones en la bahía de Tumaco. Siguiendo la línea de trabajo propuesta y en respuesta a la necesidad de abordar la problemática presente en los ecosistemas costeros de la zona de estudio, abarcando todos los aspectos que la afectan, el CCCP inició desde el año 2001 el diseño de un modelo de ayuda para la gestión costera, denominado Sistema de Modelado Integral de Zonas Costeras (SMIZCO), bajo la asesoría del Gioc. El propósito de dicho Sistema es: • Facilitar el acceso a datos clave (batimetría, olas , línea de costa, fotografía aérea) a través de módulos específicos que aporten la información requerida por el gestor y faciliten su uso en modelos numéricos. • Establecer metodologías para el diseño, ejecución y seguimiento de las actuaciones en la costa. • Disponer de una serie de herramientas (modelos numéricos) para diferentes propósitos que serán requeridos en la aplicación de las metodologías propuestas. Este Sistema surge de la necesidad de contar con metodologías y herramientas que suministren el soporte técnico que las instituciones, autoridades y personas involucradas en la gestión litoral, requieren para la toma de decisiones en el manejo de un determinado sector de la zona costera. Básicamente, este Sistema se encuentra estructurado en tres módulos, esquematizados en la Figura 7.1. El SMIZCo incorpora herramientas informáticas de simulación, que permiten al usuario ensayar y diseñar alternativas de solución para la gestión del litoral.

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Figura 7.1. Estructura del Sistema de Modelado Costero (SMIZCO). Por el momento, este modelo ha posibilitado cinco aplicaciones recientes: • Estudio del Clima Marítimo en la Bahía de Tumaco. • Evaluación para la Regeneración de la Isla del Guano como Elemento Protector del Casco Urbano de Tumaco contra Tsunamis. • Estudio Preliminar de los Efectos Medioambientales de la Regeneración de la Isla del Guano en los Ecosistemas Contiguos a la Bahía de Tumaco. • Atlas de Riesgo de Inundación en el Litoral Pacífico Colombiano. • Evaluación del Impacto en la Calidad de las Aguas de la Bahía por los Vertidos Domésticos del Municipio de Tumaco. A continuación se describen brevemente cada uno de los módulos que conforman el SMIZCO:

7.1. MÓDULO DE PREPROCESO Estos módulos permite procesar gran parte de la información que necesitan como entrada las diferentes herramientas del SMIZCO: Programa Sistema de Información Geográfica CARIS Útil para elaborar, manipular y analizar información cartográfica de las zonas costeras. Adicionalmente, cuenta con funciones de análisis espacial de la información, las cuales podrán ser utilizadas por varios de los componentes del SMIZCO como información de entrada dentro de sus respectivos procesos.

Figura 7.2. Interfaz gráfica del programa SONDAS. Programa de Batimetrías Costeras, SONDAS El objetivo fundamental de éste es suministrar información batimétrica a partir de las cartas náuticas de los litorales colombianos, con la idea de facilitar, dentro del SMIZCO, la labor de combinar información batimétrica proveniente de diversas fuentes. SONDAS se compone de una base de datos con información sobre cartas náuticas de los litorales colombianos, provenientes del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, CIOH, y archivos con las batimetrías originales de las cartas náuticas. Programa de Caracterización de Oleajes y Dinámicas, OLAS Algunos de los programas del SMIZCO necesitan definir las condiciones iniciales o de entrada del oleaje, que varían dependiendo del tipo de modelo y las escalas temporales o espaciales de los procesos. El objetivo de este programa es caracterizar todos los oleajes que el usuario necesita dentro del SMIZCO (Figura 7.3.). La caracterización del oleaje se lleva a cabo a partir de una base de datos de oleaje visual de barcos en ruta. OLAS permite obtener, para cualquier área de las costas colombianas, información sobre: regímenes medios direccionales del oleaje visual (alturas de ola y períodos) en profundidades indefinidas y una profundidad objeto; características del oleaje asociadas al flujo medio de energía, para definir la forma

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Regeneración de Playas Incluye la metodología y las herramientas que permiten realizar todas las fases del estudio: diagnóstico, diseño y evaluación de la regeneración de playas, con especial atención hacia los posible impactos ambientales.

Figura 7.3. Interfaz gráfica del programa OLAS. en planta y perfil de una playa en equilibrio a largo plazo, y los oleajes que caracterizan las condiciones medias anuales, información de entrada al programa de propagación de ondas. Programa de Cota de Inundación, ATLAS Algunos de los programas dentro del largo plazo, como son los modelos de playas en equilibrio (planta-perfil), modelos de una línea y el diseño de obras, entre otros, requieren definir una cota de inundación hasta donde actúa la dinámica marina. De manera similar, algunos modelos de corto plazo necesitan definir un nivel de marea, el cálculo de la misma se obtiene a partir del Atlas de Inundación. El programa ATLAS permite obtener, para cualquier punto del litoral Pacífico colombiano, la siguiente información a saber: cota de berma asociada a los perfiles de playa, cota asociada al nivel de marea y cotas de francobordo para el diseño de obras costeras tales como: diques, paseos marítimos, muros, etcétera.

7.2. METODOLOGÍAS Este módulo contempla la implementación y formulación de metodologías correspondientes a los temas de actuaciones costeras y contaminación marina. El primero de ellos comprende lo relativo a:

Obras Marítimas Recoge la metodología necesaria para la construcción de obras marítimas (diques sumergidos o espigones, paseos marítimos, tuberías submarinas, dragados y canales de navegación, entre otros), incluyendo los criterios generales de diseño y cálculo, la ejecución del proyecto, seguimiento y evaluación del impacto medioambiental. Sobre el tema de contaminación marina se presentan diversas metodologías para estudios de impacto ambiental, diseño de saneamiento de litorales y la evaluación y seguimiento de contaminación marina por hidrocarburos. Con el propósito de realizar la planificación en las diferentes fases que cada problemática ofrece es necesario seguir tres pasos que son comunes a la aplicación de cada una de ellas, dependiendo del tipo de contaminación: • Ordenamiento del litoral, que comprende la definición de usos, zonificación, establecimiento de objetivos de calidad y selección de normas y criterios. • Recopilación y generación de datos, estudios de impacto en el litoral, valoración económica y comparación de alternativas. • Implementación de planes de vigilancia y control ambiental.

7.3. HERRAMIENTAS El SMIZCO integra una serie de modelos numéricos y herramientas de cálculo que permiten sistematizar y aplicar las metodologías para cada una de las problemáticas identificadas en el litoral. Este módulo comprende modelos hidrodinámicos, de calidad de aguas, y de propagación de oleaje y circulación costera, los cuales se definen a continuación: Modelos Hidrodinámicos En la actualidad se cuenta con varios modelos de diversa aplicación, a saber:

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• Modelo ENSTUM, desarrollado en coordenadas curvilíneas y en versión 2D. • Modelo TIME, desarrollado por el Disaster Control Research Center de la universidad de Tohok, Japón, que aplica las ecuaciones de onda larga y se orienta, especialmente, a evaluar el tiempo de arribo de un tsunami a la costa y las sobreelevaciones generadas a consecuencia del mismo. • Modelo CODEGO, desarrollado por el CIOH a partir el modelo MECCA, en coordenadas cartesianas y versión 2D, validado y calibrado para la bahía de Cartagena y utilizado en varias regiones del Caribe Colombiano. • Modelos H2D y H3D, desarrollados por el Gioc. El primero corresponde a un modelo para la simulación de niveles y velocidades en estuarios, bahías y plataforma continental; resuelve las ecuaciones no lineales de Navier-Stokes, integradas en vertical mediante un esquema de diferencias finitas (esquema ADI) y es adecuado para la simulación de corrientes debidas a la acción combinada de marea, caudal fluvial y viento, actuando sobre la superficie del mar. En su lugar, el modelo H3D resuelve las ecuaciones tridimensionales de flujo de onda larga en lámina libre (presión hidrostática). Éste puede ser usado en fluidos no homogéneos verticalmente (estratificación) y resuelve los perfiles de velocidad del fluido. Este modelo es adecuado cuando se prevé la existencia de termoclina y en la simulación de corrientes debidas a viento en masas de agua homogéneas.

Modelos de Calidad de Aguas Se dispone de varios modelos, desarrollados por Gioc, calibrados y validados para las aguas de la bahía de Tumaco. Cabe mencionar el T2D y el T3D, son bloques de advección-dispersión de contaminantes y/o productos de dragado, el primero promediado en vertical (T2D) y el segundo en tridimensional (T3D) que se adicionan al H2D o al H3D, respectivamente. Se trata de modelos genéricos, aplicables a cualquier tipo de sustancia de la cual se conozcan sus características en el punto de vertido y su ecuación de estado.

Modelos de Propagación de Oleaje y Evolución Costera • Modelo de Propagación de Oleaje, OLUCA, desarrollado por las universidades de Cantabria y Delaware, utiliza la aproximación parabólica de la ecuación de la pendiente suave (Mild-Slope) derivada por Kirby (1986) y sirve para modelar la propagación de un espectro direccional sobre una batimetría irregular; considerando los procesos de asomeramiento, refracción-difracción, disipación por fricción con el fondo y rotura del oleaje. Aunque, inicialmente, el modelo ha sido concebido para oleaje aleatorio, también es apto para simular oleajes monocromáticos. • Modelo Avanzado No Lineal de Ondas, MANOLO, desarrollado conjuntamente por las universidades de Cantabria y Cornell. Es un modelo en elementos finitos que evalúa la agitación portuaria inducida por ondas transitorias no lineales, utiliza las ecuaciones de Boussinesq. Su principal aplicación es el estudio de la resonancia portuaria. • Modelo de Circulación Costera, COPLA, éste permite la simulación de niveles y corrientes inducidas por la rotura del oleaje. COPLA resuelve ecuaciones de las ondas largas integradas en vertical y en un período, utilizando el tensor de radiación debido al oleaje como motor generador de corrientes. El modelo utiliza los resultados de salida del OLUCA, como datos de entrada para la simulación. • Modelos de evolución costera, los cuales se encuentran agrupados de acuerdo con la escala temporal de los diferentes procesos en corto y largo plazo. Para la evolución costera en el corto plazo se dispone de los modelos MOPLA y PETRA. El primero es un modelo de simulación de la evolución de la batimetría que, mediante el balance de sedimentos por celdas, permite estudiar la evolución morfo-dinámica a corto plazo de un tramo de costa. Este modelo toma como entrada los resultados de OLUCA y COPLA, calculando el transporte por fondo y en suspensión (Bailard, 1981, Soulsby, 1997) en cada una de las celdas en que ha sido discretizado el dominio de cálculo. Mediante el balance de sedimento transportado se establece el incremento neto de sedimento en cada celda, modificándose la batimetría.

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En su lugar, el modelo PETRA resuelve para un perfil de playa las ecuaciones del flujo de sedimentos dentro de la zona de rompientes, así como los cambios en la batimetría asociados a las variaciones espaciales del transporte de sedimentos. La magnitud del transporte es función de las características del medio (agua, sedimento y batimetría) y de las condiciones hidrodinámicas (oleaje y corrientes inducidas por el mismo). Este tipo de modelos es útil para simular el comportamiento de una playa (volumen de arena erosionada, retroceso de la línea de costa) sometida a la acción de un temporal (mar de leva) o huracán. Para los procesos de largo plazo no es de interés la variabilidad de la morfodinámica de la playa en función de las características de oleaje y marea, sino el estado modal o más frecuente que será el resultado de las condiciones modales energéticas de oleaje que aborda la playa. Por lo tanto, dentro de este modelo se cuenta con las formulaciones de equilibrio de planta y perfil de una playa, así como de las formulaciones para el cálculo de los estados morfodinámicos de la misma. En complemento a los modelos numéricos, el SMIZCO cuenta con el Tutor de Ingeniería de Costas, TIC, que porta aquellas formulaciones y procedimientos de cálculo de mayor utilidad para la gestión del litoral. Éste se encuentra dividido en módulos que incluyen cálculos relativos a las dinámicas, procesos litorales y obras de impacto ambiental.

Aplicaciones del SMIZCO El SMIZCO es un instrumento que permitirá estudiar, proponer o evaluar actuaciones costeras para un adecuado uso de los litorales colombianos y la evaluación de riesgos ambientales marinos, incluidos los de contaminación. Dentro de las potenciales aplicaciones directas e indirectas que pueden derivarse de su uso se encuentran: • Delimitación de áreas de interés naturalístico. • Planes de uso público de las playas. • Plan integral de ordenación de litorales. • Delimitación entre el dominio marítimo público y privado. • Plan de seguimiento de la calidad ambiental del litoral. • Elaboración de estudios relativos al medio marino del litoral.

• Evaluación de impactos por derrames de hidrocarburos. • Identificación de zonas en riesgo por inundación debido a sobreelevacaciones del nivel del mar de corto y largo plazo.

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AGRADECIMIENTOS El editor y los autores agradecen especialmente a los profesores Raúl Medina Santamaría y Mauricio González del Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la Universidad de Cantabria, por la revisión de los manuscritos que integran esta publicación, así como su acertados comentarios y observaciones. A los ingenieros de sistemas Carolina Jerez Romero y Fredy Rodríguez Garavito por su apoyo en el procesamiento de la información digital. A Ecopetrol, por el apoyo financiero parcial dado para la publicación de esta obra y la confianza depositada en el Centro de Investigaciónes durante cinco años de monitoreos multidisciplinarios en la bahía de Tumaco. Igualmente, al Capitán de Corbeta Esteban Uribe Alzate por el suministro de información estadística de marina mercante registrada por la Capitanía de Puerto No. 2 de Tumaco. A Iván Alberto Valderrama Campaz, Edgar Portilla y a Juan Valverde, director e investigadores, respectivamente, del Inpa Seccional Buenaventura, por el aporte de información actualizada sobre el potencial pesquero y productividad del suroccidente del Pacífico colombiano.

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BIBLIOGRAFIA Acero, A., L. S. Mejía y M. Santos-Acevedo. 1998. Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia e Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar). Informe final presentado al Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. [on-line]. URL: http://www.humboldt.org.co/conservacion/Listas Preliminares.htm Agudelo, D. 1994. Sistemática y posibilidades de comercialización de los lamelibranquios en la ensenada de Tumaco. San Juan de Pasto, 83 pp. Trabajo de grado (Tecnólogo en Acuacultura). Universidad de Nariño. Colombia. Álvarez-León, R., H. Sánchez-Páez, O. Guevara–Mancera, A. Zamora–Guzmán, H. Rodríguez–Cruz y H. Bravo–Pazmiño. 1997. Diagnóstico y zonificación preliminar de los manglares del Pacífico de Colombia. Ministerio del Medio Ambiente. Bogotá : El ministerio, 343 p. Arango, J. y A. Ponce. 1980. Reseña explicativa del mapa geológico del departamento de Nariño. Ingeominas. Informe 1818. Bogotá. Colombia, 37 pp. En: Correa, I.D. y J.L., González. 1989. Geomorfología General y Sedimentología de la Bahía de Tumaco. Ingeominas, Progoc. Asesorías Municipales. 1997. Plan de ordenamiento territorial de San Andrés de Tumaco. Alcaldía de San Andrés de Tumaco. Colombia. Avaria, S. 1985. Efectos de El Niño en las pesquerías del Pacífico Sudeste. Inv. Pesq. Chile, 32: 101–116. Báez, M. C., L. Bobadilla y M. C. de Villaveces. 1992. Estudio y Evaluación de la Contaminación por metales traza en zonas del Pacífico colombiano. Fase I. 120 pp. Santafé de Bogotá. República de Colombia. Ministerio de minas y energía. Instituto de Investigación en Geociencias, Minería y Química 1993. Bailard,J.A., 1981. An energetics total load sediment transport model for a plane sloping beach. J.Geophys.Reseach, No.C11,10938-10954 Beltrán, B., L. Cediel y R. Ávila. 1996. Cruceros de evaluación de huevos y larvas de pequeños pelágicos. Informe técnico. Inpa / Vecep Peq / Pelag 9404, 9407 y 9412, Buenaventura, Colombia, 10 pp. Betancourt, J. y J. Cantera. 1978. Estudio ecológico y económico de la piangua. Mem. Sem. Ocean. Pac. Sudam. Universidad del Valle, Cali, Pp. 475- 499. Bishop, P.L. 1976. Marine Pollution an its Control. MacGraw-Hill. Serie in Water Resources: Environmental Engineering. Borda, C., J. Díaz y E. Portilla. 1995. Evaluación de las pesquerías artesanal e industrial en la ensenada de Tumaco. Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura, Inpa. Informe técnico, San Andrés de Tumaco, Colombia, 42 pp. Borda, C., E. Portilla y C. Montenegro. 1996. Evaluación de esfuerzo y captura de la piangua (Anadara tuberculosa y Anadara similis) realizada por la asociación de concheras de Nariño (Asconar) en la ensenada de Tumaco. Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura. Informe técnico, San Andrés de Tumaco : Inpa, 42 pp. Borda, C., E. Portilla e I. Arizala. 1997. Monitoreo biológico-pesquero del camarón de aguas someras en la ensenada de Tumaco. Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura. Informe técnico, San Andrés de Tumaco : Inpa. Colombia, 63 pp.

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Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos

Armada Nacional de Colombia Dirección General Marítima, DIMAR Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP Teléfono: (092) 727 26 37 Fax: (092) 727 11 80 URL: www.cccp.org.co

Tsunamis, derrames accidentales de petróleo, fenómeno de El Niño, agotamiento de recursos pesqueros, regímenes de corrientes; éstos y otros temas de gran interés para la población del municipio de San Andrés de Tumaco y para la comnunidad de científicos del mar, se tratan en esta publicación que se convierte en referencia para el ordenamiento territorial, la prevención de desastres y la interpretación de los ciclos naturales. Con Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco, el Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, contribuye al conocimiento de la zona y sienta las bases para que, tanto la gestión pública, como las inciativas privadas, se integren con armonía y coherencia, a los procesos naturales. El Editor

Email: [email protected] Apartado Aéreo: 187 Vía al Morro Tumaco, Nariño, Colombia

Serie Publicaciones Especiales Volumen 2

Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco

Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco

Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos

Aportes el Entendimiento de la Bahía de Tumaco, Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos constituye, sin duda, un conjunto de valiosas herramientas para conocer, recuperar y conservar los recursos naturales de una región privilegida de nuestra jurisdicción. Observando los lineamientos de la Armada Nacional y la Dirección General Marítima, el Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, ha reunido en esta publicación los resultados de casi dos décadas de investigación científica.

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