Biblioteca.cumorah.org-evolucion El Mito Mormon De La Maligna Evolucion

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Evolucion – El mito mormon de la “maligna” evolucion http://biblioteca.cumorah.org/evolucion-el-mito-mormon-de-la-maligna-evolucion/

February 06, 2011

Por Michael R. Ash Traducción Libre: Luis Edgardo Juarez Hurtado Correcciones: admin at cumorah.org Hace varios años atras, mientras daba la clase del quórum del sacerdocio, parte de mi lección se centró en los métodos engañosos utilizados por Satanás. Le pedí a mi clase que diera sugerencias en cuanto a qué herramientas, técnicas y enseñanzas engañosas emplea Satanás. Algunas de sus respuestas incluían la inmoralidad en las películas, la televisión y la música, o la noción de que no hay Dios. A continuación, el obispo, como presidente del quórum de sacerdotes y un asistente regular de la clase, dijo: “Evolución”. En los años posteriores a este evento, he encontrado que existe un número de miembros que creen que la evolución es una doctrina del diablo. Es evidente que muchos miembros no están familiarizados con la posición oficial de la iglesia sobre el tema de la evolución, ni de las últimas noticias asociadas a este tema. El propósito de este trabajo es no tomar una posición sobre si la evolución es correcta o de que trata de una teoria erronea, sino más bien demostrar que la iglesia en su posición oficial sobre el tema es neutral y que muchos fieles Santos de los Últimos Días, incluyendo científicos SUD, aceptan la evolución como una teoría científica valida. La controversia entre los miembros de la iglesia respecto a la evolución ha existido desde poco después de que Darwin publicó su libro “Sobre el origen de las especies mediante la selección natural”. Parte de esta polémica tuvo lugar entre los profesores de BYU, así como entre el liderazgo de los miembros de la iglesia. Mientras que algunos prominentes Santos de los Últimos Días consideraron que la enseñanza de la evolución eran teorías de los hombres o las artimañas de Satanás, otros han visto la evolución como el método por el cual Dios creó tabernáculos para sus espíritus. En 1909, después de décadas de controversia, la Primera Presidencia emitió una declaración oficial sobre este asunto, titulado “El Origen del Hombre “: Adán, nuestro gran progenitor, “el primer hombre”, fue, al igual que Cristo, un espíritu pre-existente, y como Cristo tomó sobre él un cuerpo apropiado, el cuerpo de un hombre, y así se convirtió en un “alma viviente.” La doctrina de la preexistencia, – revelada tan claramente, particularmente en estos últimos días, vierte una maravillosa inundación de luz sobre el de otra manera misterioso problema del origen del hombre. Esto demuestra que el hombre, como un espíritu, fue engendrado y nació de padres celestiales, y se ha criado hasta la madurez en las eternas mansiones del Padre, antes de llegar a la tierra en un cuerpo temporal a someterse a una experiencia en la mortalidad. Enseña que todos los hombres existian en el espíritu antes de que el hombre existiese en la carne, y que todos los que han habitado la tierra desde Adán han tomado cuerpos y se ha convertido en almas [vivientes] de la misma manera.

Es sostenido por algunos de que Adán no fue el primer hombre sobre esta tierra, y que el ser humano original partió del desarrollo de órdenes inferiores de la creación animal. Estas, sin embargo, son teorías de hombres. La palabra del Señor declara que Adán fue “el primer hombre de todos los hombres” (Moisés 1:34), y es, por lo tanto nuestro deber de considerarlo como el primer padre de nuestra raza. Le fue mostrado al hermano de Jared de que todos los hombres fueron creados en el principio a imagen y semejanza de Dios, y de cualquier forma que tomemos este significado tanto como para el espíritu o el cuerpo, o ambos, nos lleva a la misma conclusión: el hombre comenzó su vida como un ser humano, a semejanza de nuestro Padre Celestial. Cierto es que el cuerpo del hombre comienza su carrera como un pequeño germen o embrión, que se convierte en un infante, y se acelera su crecimiento en un determinado momento por el espíritu cuyo tabernáculo es, y el niño después de nacer, se desarrolla en un hombre. No hay nada en esto, sin embargo, que indique que el hombre original, el primero de nuestra raza, halla comenzado la vida como algo menos que un hombre, o menos que un germen o embrión humano que se convierte en un Hombre 1. Algunos han sugerido que esta declaración toma una postura anti-evolución. Sin embargo, la declaración de la Primera Presidencia no se refiere a la mutabilidad de las especies. Algunos también han afirmado que al ser considerado Adán “como el primer padre de nuestra raza”, esto excluye la posibilidad de evolución. La raza, sin embargo, no es una distinción biológica. James C. King, de la New York University School of Medicine, señala: Lo que constituye la raza es una cuestión de definición social. Cualquier cosa que un grupo acepte como parte de ellos dentro de su color de piel, lo que hace es rechazar lo distinto. Aceptación y rechazo no son absolutos sino que pueden existir en diversos grados… …El hecho [es] que lo que constituye una raza y cómo se reconoce la diferencia racial es algo determinado culturalmente. Si dos personas respecto a sí mismas son de la misma o de distintas razas no depende del grado de similitud de su material genético, pero si a la historia, la tradición, la formación personal y la experiencia que han dado lugar a que se consideran a sí mismos como pertenecientes al mismo o diferentes grupos… Las Diferenciaciones entre grupos estan… basadas en el comportamiento cultural y no en la diferencia genética.2 Por lo tanto, Adán puede ser el “primer padre de nuestra raza” o grupo cultural sin descartar el modelo evolutivo. Cuando fue reconocido de que la declaración de la Primera Presidencia no aborda el origen del cuerpo físico del hombre, las preguntas entre los miembros persistieron. Menos de seis meses después de la “declaración oficial” se publico la siguiente información en la revista Improvement Era en abril de 1910 : Si los cuerpos mortales del hombre evolucionaron por procesos naturales hasta llegar a la presente perfección, a través de la dirección y el poder de Dios; si los primeros padres de nuestras generaciones, Adán y Eva, fueron transplantados desde otra esfera, con tabernáculos inmortales, y se

corrompieron a través del pecado y por los productos de alimentación naturales que tomaron, por el proceso del tiempo; si ellos nacieron aquí en la mortalidad, como otros seres mortales lo han hecho, son preguntas que no están totalmente contestadas en la palabra revelada de Dios. 3 Por tanto, tres posibilidades fueron sugeridas para la creación del cuerpo físico del hombre: 1) evolución vía un proceso natural dirigido por el poder de Dios; 2) trasplante desde otra esfera; 3) nacimiento en mortalidad como otros mortales. Ninguno de estos tres encaja el modelo típico del “creacionismo”. Como “la declaración oficial” no resolvió el tema de la evolución o la mutabilidad de las especies, la controversia entre miembros y aún entre los academicos de la BYU, continuaron. Evolocion fue enseñado por fieles profesores SUD en BYU, mientras que otros profesores de BYU (y de vez en cuando, estudiantes o padres de estudiantes) se opusieron a tales enseñanzas. 4 En 1911 la controversia se puso más intensa, y varios miembros de la academia en BYU se vieron envueltos en estos temas, causando sentimientos amargos y aún algunos cambios de empleo. 5 La controversia en BYU en 1911 motivo al Presidente Joseph F. Smith para concluir que “Seria mejor excluir la evolución de las discusiones en las escuelas de nuestra Iglesia”. 6 La materia fue relegada a un segundo plano. Mientras el Presidente Smith personalmente creyó que la teoría de evolución era “una hipótesis” y “más o menos un falacia,” él también declaró que la iglesia “no se comprometía a decir cuánto de la evolución es verdadero, o cuanto es falso” y que “la Iglesia en sí misma no tiene ninguna filosofía sobre el modus operandi empleado por el Señor en Su creación del mundo.” 7 Entonces en 1913, atendiendo una conferencia en Arizona, el Presidente Smith añadió otro comentario interesante al tema: El hombre nació de una mujer; Cristo, el Salvador, nació de una mujer y de Dios, el Padre, nació de una mujer. Adán, nuestro padre terrenal, también nació de una mujer en este mundo, así mismo como Jesús, ustedes y yo. 8 Seis años más tarde Heber J. Grant se convirtió en el presidente de la iglesia. Después de seis años en funciones, el Presidente Grant vio la necesidad de reiterar la declaración oficial de 1909 sobre “El Origen del Hombre” con algunas modificaciones. La declaracion de la primera presidencia “La vision mormona de la evolucion” reafirmo la divinidad y el rol de Jesucristo, que Adán es “nuestro gran progenitor, el primer hombre” y que “la doctrina de la preexistencia vierte una maravillosa inundación de luz sobre el de otra manera misterioso problema del origen del hombre.” La declaración también reafirmó que el hombre es “un hijo de Dios, formado a la imagen divina e investido con atributos divinos.” 9 Dieciséis años antes, la declaración original de 1909 había concluido con: “Es sostenido por algunos de que Adán no fue el primer hombre sobre esta tierra, y que el ser humano original era un desarrollo de las órdenes inferiores en la creación animal. Estos, sin embargo, son teorías de hombres.”. Como fue notado anteriormente, algunas personas incorrectamente interpretaron esto como un comentario de anti evolución. Este comentario ambiguo fue borrado y ya no se encuentra en la declaración 1925. Algunos Apóstoles habían tomado un interés a este polémico tema, y ellos no siempre estaban de acuerdo el uno con el otro. Joseph Fielding Smith fue opuesto a la evolución, mientras que B. H. Roberts era más abierto a la posibilidad. Durante mediados de 1920, el elder B. H. Roberts comenzó a compilar apuntes para un libro sobre la historia de

iglesia y su doctrina. En 1927 él comenzó a desarrollar sus apuntes en lo que él esperaba sería un curso de estudio para los setentas[en ese tiempo un llamamiento del sacerdocio ligado a la obra misional y no a las autoridades generales como actualmente] en todas partes de la iglesia. 10 Roberts creyó que “Adán representa el principio de la Dispensación Adámica, pero antes de él, había una raza entera de seres humanos habian vivido y muerto sobre la tierra. Estos ‘pre-adamitas’ simplemente fueron destruidos en un gran cataclismo que ‘limpio’ la tierra antes de Adán, dejando solo restos fosilizados como pobres pruebas de su presencia.” 11 Para Roberts, las pruebas pre Adamitas eran aplastantes. En 1928 él terminó su obra magna y más tarde envio su obra al comité de publicación, consistente en cinco apóstoles, los que rechazaron su trabajo principalmente debido a su referencia a pre-Adamitas. Le dijeron a Roberts que podría ser posible imprimir su libro, con modificaciones, pero él rechazó la sugerencia. En abril de 1930, discursando en una conferencia genealógica, el joven Apóstol Joseph Fielding Smith – mientras que admitia que el Señor no había revelado el método de la creación- denuncio la creencia en la existencia de la muerte o de la existencia mortal antes de la caída: “La doctrina de los ‘pre-Adamitas’ no es una doctrina de la Iglesia, y no es apoyada ni aprobada por la Iglesia.” La charla de Smith fue reimpresa en octubre 1930 en el Utah Genealogical and Historical Magazine.12 Cuando los comentarios de Smith salieron impresos, B. H. Roberts se quejó ante sus hermanos, desafiando la validez de las reclamaciones de Joseph Fielding. Las opiniones de Smith eran ahora un registro público, mientras que las opiniones de Roberts estaban aun confinadas solo a su manuscrito no publicado. Tres meses más tarde, el Quórum de los Doce reviso los argumentos tanto de Smith como de Roberts. Durante ese tiempo, el Apóstol James E. Talmage, un biólogo titulado, se interesó en el asunto y aparentemente “simpatizo bastante con el espíritu de los esfuerzos de Roberts.” 13 Después de alguna constrarestacion de las fuentes geológicas de Smith, Talmage “aclaró a los hermanos de la asamblea [los apostoles] de que todos los geólogos serios reconocen la existencia tanto de la muerte y de los ‘pre-Adamitas’ antes de 6,000 años atras, la fecha supuesta de la caída de Adán.”14 Smith desde luego discrepó, pero la Primera Presidencia adoptó una actitud de neutralidad declarando: La declaración hecha por el élder Smith de que la existencia de los preAdamitas no es una doctrina de la Iglesia es verdadera. Asimismo es igualmente cierto que la declaración: “No hubo pre-Adamitas sobre la tierra” tampoco es una doctrina de la Iglesia. Ninguna de las partes de la controversia ha sido aceptada como una doctrina en absoluto. Ambas partes hacen de las escritura y las declaraciones de los hombres que han sido prominentes en los asuntos de la Iglesia la base de su postura; ninguno ha dado la prueba definida en apoyo de sus opiniones…. Sobre las doctrinas fundamentales de la Iglesia estamos todos de acuerdo. Nuestra misión es la de llevar el mensaje del evangelio restaurado a la gente del mundo. Dejad a la Geología, la Biología, la Arqueología y la Antropología, ninguna de las cuales tiene nada que ver con la salvación de las almas de la humanidad, a la investigación científica, mientras nosotros magnificamos nuestro llamamiento en el reino de la Iglesia…. 15 Los hermanos así sugirieron que Smith y Roberts dejesen a un lado el tema. Talmage, quien no había sido parte del comité de publicación que había revisado y rechazado el libro de Roberts, ahora estaba enterado de la discusión porque el tema fue llevado ante

libro de Roberts, ahora estaba enterado de la discusión porque el tema fue llevado ante el Quórum entero de los Doce 16 Talmage había dedicado la mayor parte de su vida adulta a la armonización de la ciencia y la religión. En 1884, asistiendo a la Universidad John Hopkins, Talmage escucho a un predicador Metodista denunciar “los males de Darwinismo. ” Después de la conferencia, Talmage escribió en su diario: ” ‘ [La] creencia en un Dios amoroso perfectamente concuerda con mi reverencia para con la ciencia, y no puedo ver ninguna razón por qué la evolución de cuerpos animales no puede ser verdadera como señala la observación de los hechos que se hacen difícil de negar – y de todos modos el alma del hombre es de origen divino.” 17 Después de sus años de universidad, Talmage parece que eventualmente rechazo la evolución del hombre por falta de pruebas, pero no por razones escriturales. Él sin embargo, creyó en pre-Adamitas. Tomando una posición de neutralidad, la Primera Presidencia pidió que el tema fuera dejado fuera del discurso público. James Talmage, que estaba en la reunión en la que la presidencia hablo de su decisión, escribió en su diario: “esto es una de muchas cosas de las cuales no podemos hablar con aseguramiento y aseveraciones dogmáticas en ninguno de los dos lados ya que probablemente haria más daño que bien.” 18 Lamentablemente, el discurso de Smith – y su posición – ya había sido publicada, y Talmage, así como otros, encontraron que muchos estudiantes siguieron “infirieron de las declaraciones del elder Smith de que la Iglesia rechaza reconocer las conclusiones de la ciencia si hay alguna palabra en los registros de las escrituras y en nuestra interpretación, en la cual podamos encontrar aun un probable conflicto con los descubrimientos o deducciones científicas, y que por lo tanto ‘la política’ de la Iglesia es en efecto opuesta a la investigación científica.” 19 De hecho, Talmage registro en su diario de que un miembro no identificado de la Primera Presidencia consideró que “en algún momento, en algún lugar, algo hay que decir por uno o más de nosotros para dejar claro que la Iglesia no se niega a reconocer los descubrimientos y las manifestaciones de la ciencia, especialmente en relación con el tema en cuestión. ” 20 En agosto de 1931, ese “algo” vino de James E. Talmage. El apóstol geólogo titulado dio una charla en el tabernáculo titulada “La tierra y el hombre” en el que él habló de “restos fósiles de plantas y animales” que, según científicos, indicaban “un orden muy definido en la secuencia de incorporación de la vida.” “Estas especies primitivas, ” explico Talmage, “eran acuáticas; las formas de vida en la tierra eran de desarrollo posterior. Algunas de estas formas más simples de vida han persistido hasta el presente, aunque con gran variación como el resultado de un ambiente cambiante.” Talmage también se refirió a los estudios de los geólogos que demostraron que “muy simples formas de plantas y cuerpos de animales fueron seguidos por otros más complicados; y en el registro indestructible de las rocas se lee la historia de la vida que avanza de lo más simple a lo más complejo, de lo protozoico unicelular a los animales más grandes.” Nunca mencionando directamente la evolución, por las palabras de Talmage se sugiere que él era abierto a la posibilidad. En cuanto al principio de la humanidad, Talmage escribió: “A su debido tiempo vino la coronación de este trabajo en esta secuencia creativa, el advenimiento del hombre!” Mientras Talmage creyó en pre-Adamitas, él no estaba muy seguro en cuanto a la conexión entre estos seres “y el hombre”. Él dijo que él no consideraba “a Adán muy relacionado con -y ciertamente no descendiendo de- el Neanderthal, el hombre de Cromagñón, el hombre de Pekín o el de Piltdown.” Talmage también reconoció que nosotros, aún no tenemos toda la información. “Las discrepancias que nos preocupan ahora irán disminuyendo en cuanto nuestro conocimiento de los hechos pertinentes sea ampliada. El creador ha hecho el registro en las rocas para que el hombre pueda descifrarlo; pero Él también ha hablado directamente en cuanto a las etapas principales

del progreso por la cual la tierra ha llegado a ser lo que es. Las historias no pueden ser fundamentalmente opuestas; una no puede contradecir a la otra; aunque la interpretación del hombre de cualquiera de las dos pueda ser seriamente errada.” 21 Después de que mucha discusión entre los hermanos (durante el cual Talmage envió una carta a John A. Widtsoe, el que le contestó con palabras de aliento), y después de unas modificaciones menores, la charla de Talmage fue impresa en noviembre de 1931 en el Deseret News, así como en un folleto de la iglesia por separado casi al mismo tiempo (“el folleto” se remitió al artículo original en el Deseret News). Fue reimpreso otra vez en diciembre en la Millennial Star. Asimismo en diciembre de 1965 y en enero de 1966, fue impreso como un artículo de dos partes en el Instructor. Las historias varían en cuanto a por que, o si alguien, le habían dado el tema a Talmage, el contenido, y la publicación de su discurso. El historiador James B. Allen cree que Talmage dio su discurso “a petición de la Primera Presidencia.” 22 Según el diario de Talmage, el Presidente Anthony W. Ivins (el primer consejero en la Primera Presidencia) así como otros tres miembros del Consejo de los doce incluido Joseph Fielding Smith – estuvieron presentes durante su charla. Y aun cuando los hermanos reconocieron que los comentarios de Talmage eran contrarios a las declaraciones anteriores de Smith, los hermanos (excepto Smith) expresaron su “aprobación provisional” de lo que Talmage dijo en esa ocasion 23 Sin embargo, en 1935 el Presidente Heber J. Grant y sus dos concejeros enviaron una respuesta a Sterling Talmage, hijo (del ahora fallecido) James Talmage, aclarando que era el Presidente Ivins (también ahora falleció) quien discrepó con la opinión de Joseph Fielding Smith y quien había pedido que Talmage diera su charla en una reunión que Ivins presidió. Según esta carta, Grant expuso que todos excepto uno del Quórum de los Doce estaban en contra de la publicación de la charla de Talmage. Sin embargo, finalmente Ivins se ocupo de la impresión de la charla sin el consentimiento del presidente Grant. Grant fue rápido en precisar en su carta que él no condenaba el material en la publicacion de Talmage, pero ese discurso no fue asumida como oficial por la iglesia. “Esto no significa que sus opiniones [de Talmage] sean no ortodoxas,” escribió la primera presidencia, “ellas pueden o no puede ser; Significa solamente que independiente de si son [correctas], no son declaraciones oficiales de la iglesia y no son vinculantes con la iglesia sino que solo son los puntos de vista de un erudito y un apóstol de la iglesia.24 Esta carta a Sterling Talmage sugiere que la publicación de la charla de Talmage no sólo habia sido opuesta por la mayor parte de los hermanos, si no que habia sido publicada sin el consentimiento de la Primera Presidencia. Sin embargo, esto contradice lo escrito en el diario de James Talmage el 21 de noviembre, en el que él registró que aquel discurso había “sido bajo consideración… investigación… y discusión” por “la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce.” Talmage escribió en su diario que “la mayoría de los Doce habían estado a su favor en la publicación del discurso desde el tiempo en que el lo habia tomado a consideración.” 25 En el diario de Reed Smoot de la misma manera se menciona que “una mayoría” de los hermanos favorecieron la impresión de la charla con algunos cambios menores 26. Incluso el reporte oficial de Rudger Clawson registró que después de que Talmage estuvo de acuerdo con hacer algunas modificaciones, los hermanos adoptaron la posición de publicar el discurso27 Finalmente, la propia entrada del diario del Presidente Grant del 17 de noviembre de 1931, contradicen su carta 1935 anotando que “nosotros .. .Autorizamos [el discurso de Talmage] la publicación y también dieron la autorización para ser impresa en la misma forma que los discursos radiales, para su distribución.” 28

Hay varias teorías en cuanto a por qué las historias son diferentes, pero al final simplemente no conocemos por qué parecen estar en desacuerdo las historias. Cuando el Presidente Grant envió esta carta a Sterling Talmage en 1935 (cuatro años después del discurso de su padre en el tabernáculo), James Talmage y los dos consejeros de la Presidencia originales -Ivins y Charles Nibley- habían fallecido. Quizás las historias están en desacuerdo debido a no recordar bien el hecho con el paso del tiempo. A pesar de todo, la presentación de Talmage y la publicación de “La Tierra y el Hombre” son la única exposición de un miembro de Quórum que fue revisado y aprobado por al menos uno, si no toda, la Primera Presidencia, y luego publicado oficialmente por la iglesia. Mientras tanto John Widtsoe también se había interesado en el asunto de la evolución. En 1927, Widtsoe dio una conferencia en un instituto para educadores de las escuelas de la iglesia. Un participante registró: El hermano John A. Widtsoe trazo un curso, tratando de proveer a estos hombres de seminario de una perspectiva racional sobre la relación de la ciencia y la religión…. [Widtsoe] me convirtió a la teoría biológica de la evolución….Yo pensaba… que la teoría de la evolución era un asunto juzgado y terminado. Pero el Hermano Widtsoe en su modo muy tentativo y muy cauteloso no abogo abiertamente por ella, pero presentó la teoría tan básica y tan lógicamente que, en parte, esto me condujo a mi aceptación de [ella]. 29 En 1934 Tres años después de la presentación del discurso de Talmage en el tabernáculo, Widtsoe escribió una carta a Sterling Talmage: Es muy probable que este sea el tiempo para que alguien comience a elaborar una declaración sabia, templada, científica sobre la doctrina de la evolución, no olvidando la relación de la doctrina a otras buenas doctrinas del evangelio. Nuestras propias opiniones [Widtsoe y Talmage Sterling] con respecto a la evolución son bastante bien conocidas. La evolución como ley me parece a mí que ha sido demostrada. Sus alcances y límites están siendo gradualmente determinandos. En cuanto al origen del hombre, o al origen de los animales, o al origen de todo lo demás, no veo que la ciencia nos haya dado una respuesta satisfactoria hasta ahora. Acepto sin reservas la doctrina de que el hombre era un ser preexistentes que vino a la tierra para habitar en un cuerpo mortal. ¿Cómo se creó ese cuerpo, por lo que sé, no ha sido revelado al hombre.30 En otra carta a Sterling tres meses más tarde, Widtsoe añadió que él era cauteloso sobre la evolución de las especies, y él “sostendría [su] juicio en lo que concierne al origen de hombre en el suspenso” porque “los hechos actuales” no satisfacian su mente. Sin embargo, “no dañaría mis sentimientos en absoluto si en la sabiduría del Todopoderosos el cuerpo del hombre hubiere sido preparado justamente en la dirección que usted [Sterling] esbozo en su artículo ["¿es la Evolución un principio de la promocion de la fe? "], y luego que el espíritu del hombre, el alma eterna, fue colocado dentro del cuerpo para esto preparado. “31 La decisión de la iglesia de permanecer neutral sobre el asunto de la evolución previno a todos los hermanos (los doce) de que trataran de conseguir la aprobación de iglesia

para publicar nada oficial sobre el tema. Sin embargo, asuntos relacionados, incluyendo la controversia sobre la edad de la Tierra, continuaron apareciendo en la revista oficial SUD, the Improvement Era. Al menos en 1939, algunos artículos de la revista comenzaron a hablar, otra vez, de pre-Adamitas y la evolución. En 1943, Widtsoe publicó su “Evidencias y Reconciliaciones”, en el que él escribió: La ley de la evolución o cambio puede ser aceptada completamente… No es más ni menos que la ley del evangelio de progreso o su oposición… La teoría de evolución puede contener verdades prácticas, debería ser vista como una de las cambiantes hipótesis de la ciencia, la explicación del hombre de una multitud de hechos observados. Sería una insensates que se le hiciera el fundamento de la filosofía de la vida.32 Widtsoe también estuvo implicado en varios escritos para el Improvement. Uno de ellos, impreso en 1948, fue titulado “¿Estuvieron allí los Pre Adamitas?” En este artículo, Widtsoe siguió siendo cauteloso en cuanto a la creación del hombre, pero escribió, “debe ser también admitido que nadie puede con seguridad negar que tales seres realmente en cierta época vagaron sobre la tierra…” Como todo esto sucedió no se conoce. El misterio ‘de la creación’ de Adán y Eva aún no ha sido revelado.” 33 Hacia 1952 los líderes-científicos SUD quienes eran abiertos a la posibilidad de la evolución habían todos fallecido, incluyendo a James Talmage (murió en 1933), B. H. Roberts (1933), y John Widtsoe (1952). El apóstol Joseph Fielding Smith, que todavía se oponía a la creencia de pre-Adamitas, se quedo con poca oposición para sus opiniones. En 1953 probando las aguas dio un discurso público en BYU titulado “El Origen del Hombre.” Un año más tarde él publicó, sin la aprobación del entonces profeta David O. McKay, un libro sobre este tema, “El Hombre: Su Origen y Destino”, que fue extensamente aceptado por los miembros de la iglesia. El Investigador Duane E. Jeffery menciona: “Ese trabajo marcó un hito. Por primera vez el Mormonismo tenía un libro abiertamente agnóstico a la mayor parte de ciencia. ” 34 Asi como Smith promovió su libro, otros líderes SUD procuraron advertir que sólo el presidente de la iglesia podría declarar la doctrina. El Presidente J. Reuben Clark Jr, el segundo consejero en la Primera Presidencia, dio un discurso titulado “¿Cuándo los Escritos o los Sermones de Líderes de Iglesia tienen el derechos de ser escritura?” justo nueve días después de que Smith presentara sus teorías a los profesores de Seminario y de Instituto en BYU.35 Las teorías científicas de Smith también fueron criticadas por el eminente científico SUD y decano de la Universidad de Utah, Henry B. Eyring.36 Otros, sin embargo, dieron el apoyo a Smith. Añadiendo credibilidad a la publicación de Smith, el elder Sterling Sills dijo en la conferencia de octubre de 1954: Espero no avergonzar al Presidente Joseph Fielding Smith hablando sobre su reciente libro titulado “El hombre: Su Origen y Destino” que creo que es uno de los grandes libros de la Iglesia. Me gustaría que cada persona en el mundo leyera este gran libro, cuyo conocimiento puede ser muy importante y útil para el hombre por las ideas ahí presentadas. El Presidente Smith ha empaquetado en este libro el estudio, la meditación y la devoción de toda una vida, pero a través de nuestra lectura podemos hacer todas estas ideas nuestras en una semana o un mes. Esa es una de las ventajas de una gran libro.37 Durante la controversia sobre la publicación de Smith, Williams Lee Stokes, el jefe del Departamento de Geología en la Universidad de Utah, escribió al Presidente McKay preguntando por la posición de la iglesia sobre las teorías de Smith. El presidente McKay

preguntando por la posición de la iglesia sobre las teorías de Smith. El presidente McKay respondió haciendo notar: “Sobre el tema de la evolución orgánica la Iglesia oficialmente no ha tomado ninguna posición. El libro El Hombre, Su Origen y Destino no fue publicado por la Iglesia y no es aprobado por la Iglesia. El libro contiene expresiones de las opiniones del autor de las cuales él solo es responsable”.38 El historiador Richard D. Poll y su esposa también hablaron del libro de Smith con el Presidente McKay y registraron los comentarios de McKay: El presidente McKay dijo que el libro ha creado un problema. Siendo escrito por el presidente del Quórum de los Doce, esto tiene las implicaciones que todos podemos apreciar. El libro no ha sido aprobado por la Iglesia; fuimos autorizados para citarlo sobre esto. El trabajo representa las opiniones de un hombre sobre las escrituras. Hace mucho tiempo se conocían las opiniones del hermano Smith. Golpeando el escritorio para dar énfasis, el Presidente McKay repitió este libro no es la posición autorizada de la Iglesia. Y no conocía como fue que fue seleccionado como texto para instruir a profesores de seminario e instituto el verano pasado, pero esta elección fue desafortunada. 39 El historiador SUD Lowell Bennion recuerda una reunión similar con McKay donde el profeta dijo a los presentes que es el trabajo del Elder Smith “‘no había tenido la autorización o no se había aprobado, y que no representa la posición de la iglesia … sobre tales asuntos como la edad de la tierra y la teoría de evolución.” Él añadió que, si lo hubiera conocido por adelantado, “el libro nunca habría sido usado como un texto de estudio en las clases de BYU del verano.”40 Un preocupado David O. McKay solicito a Adán S. Bennion, un apóstol y el antiguo superintendente de las escuelas de la iglesia, que solicitara a un grupo de calificados científicos SUD dieran respuesta al libro del elder Smith. El elder Bennion pidió las opiniones de Henry Eyring, el geólogo Williams Lee Stokes, y el químico Richard P. Smith. Eyring escribió a Bennion: “Puedo entender a ‘El Hombre – Su Origen y Destino’ como el trabajo de un gran hombre que es falible… contiene muchos serios errores científicos y mucho mal humor, lo que estropea muchas cosas hermosas en el libro. Ya que solo el evangelio es verdadero, este libro no puede ser más que la opinión privada de uno de nuestros grandes hombres. “41 Luego en una entrevista 1973 a Eyring, cuando se le pregunto sobre la edad de la Tierra, citó su desacuerdo con el libro de Smith, pero añadió: Yo diría que sostuve al Hermano Smith como mi líder de Iglesia el cien por ciento. Pienso que él era un gran hombre. Él tenía una formación y preparación diferente sobre este tema. Tal vez él tuvo razón. Pienso que él tuvo razón sobre la mayor parte de las cosas y si usted lo siguiera a Él, lograría llegar al Reino Celestial – tal vez del modo más duro, pero conseguiría llegar allí. La Iglesia, según una carta del Presidente McKay, no tiene ninguna posición sobre la evolución orgánica. Independientemente de la respuesta a esa pregunta, el Señor ya ha terminado aquella parte de Su trabajo. El asunto entero no me plantea ningún problema. El Señor organizó el mundo y estoy seguro que Él lo hizo del mejor modo. 42 Smith, sin embargo, era muy firme y vocal sobre sus opiniones y hacia junio de 1955 había rumores de una desavenencia creciente entre Smith y el Presidente McKay. McKay estaba a disgusto con las controversias en la iglesia y no estuvo contento con la controversia que el libro de Smith había creado. Sin embargo, el profeta no hizo

ninguna tentativa públicamente o en privado de hacer callar al elder Smith. Algunos intelectuales SUD reconocieron que habría diferencias inevitables de opinión sobre una variedad de asuntos entre miembros, y aún entre los hermanos (los doce). Hablando a estudiantes y facultativos de BYU en 1958, Elder Hugh B. Brown dijo: Tanto los religiosos como científicos deben evitar el dogmatismo arrogante… Los científicos y los profesores de religión discrepan entre ellos sobre lo teológico y otros temas… Incluso en nuestros propios hombres de la iglesia toman la cuestión entre ellos y compiten con sus propias interpretaciones. Pero este libre intercambio de ideas no debe ser deplorado mientras los hombres permanecen humildes y enseñables.43 El yerno de Joseph Fielding Smith, Bruce R. McConkie, tomó partido del lado de su suegro y en 1958 el publico Doctrina Mormona. Como el libro de Smith, Doctrina Mormona fue extensamente aceptada por los miembros. Siguiendo sobre las pisadas de las teorías de Smith (casi un tercio de sus referencias eran a los diez libros escritos por Smith),44 McConkie denuncio la evolución. “aquellas filosofía educacionales, ” escribió él en su compendio de 1958, “quien niega a Cristo y el origen divino del hombre como un descendiente de Dios (especialmente sobre todo en las teorías de evolución orgánica), son engendrados y patrocinados por Satanás.”45 Aun cuando el libro de McConkie se dirigió a miembros SUD en general, no todos los miembros o autoridades generales dieron la bienvenida a esta nueva publicación de McConkie. Desde la perspectiva presentada por los escritos de Smith y McConkie, muchos miembros han llegado a una conclusión que la iglesia es oficialmente anti evolución. Sin embargo, hubo otras publicaciones durante los años que deberían haber disipado tal mito. En 1965, por ejemplo, David Lawrence McKay, hijo de del Presidente McKay y miembro de la superintendencia general de la escuela dominical de la iglesia, trajo la atención de su padre a un artículo del botánico Bertrand Harrison de BYU que habló de la evolución orgánica. McKay disfrutó bastante del artículo el cual aprobó su publicación en el Instructor de julio de 1965. Bergera y Priddis hacen notar que este “era el mayor artículo a favor de la evolución que alguna vez apareciera en un periódico oficial de la iglesia.”46 Hacia diciembre del mismo año, el artículo de Talmage “La Tierra y el Hombre, ” fue reimpreso también en el Instructor . Sin embargo, Bruce R. McConkie, siguió adelante con sus opiniones anti evolutivas, y en 1980 enlisto a la evolución como una de “las siete herejías mortales.”47 Otros apóstoles de la misma manera favorecieron la opinión de Smith-McConkie de la evolución. P or ejemplo en la conferencia general de octubre de 1970, el elder Ezra Taft Benson dijo: Si a sus hijos les enseñan las falsedades de la evolución en las escuelas públicas o incluso en las escuelas de nuestra Iglesia, proporcióneles una copia del libro del Presidente Joseph Fielding Smith el Hombre: Su Origen y Destino.48 Para una perspectiva más equilibrada o neutral, citamos las palabras del entonces profeta Spencer W. Kimball, quien, hablando en una charla fogonera para las mujeres, dijo: El hombre llego a ser un alma viviente, creado varón y hembra… No conocemos exactamente cómo llegamos a este mundo, y cuando seamos

capaces de entenderlo el Señor nos lo dirá 49 En 1971 Dallin Oaks substituyó a Ernest Wilkinson como el presidente del BYU y rápidamente descubrió la seria naturaleza de la controversia sobre la evolución entre estudiantes y facultativos. Mientras Oaks tomo un papel más equilibrado, él permitió y defendió la enseñanza de la evolución en BYU.50 La opinión corriente de BYU hacia la evolución es expresada en una carta de Michael Whiting (un profesor de BYU que enseña la evolución) a mi amigo Marc Schindler, que preguntó en cuanto a una discusión en la cual alguien afirmo que si la evolución era “verdadera” entonces se enseñaría en BYU. Y ya que no la enseñaron en BYU, esta persona afirmo, entonces la iglesia tiene un problema con esta teoria. Michael Whiting a Marc Schindler, Marzo 3, 2000 Querido Marc. El asunto de la evolución es manejado en BYU del mismo modo que en otras universidades. Yo enseño Zoología 475 (la Biología Evolutiva) a aproximadamente 150 estudiantes cada semestre, el curso ha estado en el curriculum durante al menos los 15 años pasados, y no hay ninguna indicación que alguna vez será abolido. La primera presidencia ha dado su aprobación del curso, (y sabiamente) permite a los profesores enseñarlo en linea a las actuales teorías y datos en la biología evolutiva. El grupo de biólogos evolutivos en BYU en realidad ha crecido en los pasados 3 años, y tenemos uno de los programas de graduado más grandes y más activos en la filogenética sistemática (esencialmente, la genealogía organismal) en el país. Y más recientemente recibimos una gran inyección de dinero de la administración de BYU para ampliar el programa de biología evolutiva para promover la colaboración con estadístios y cientificos informaticos. La única cosa diferente sobre la biología evolutiva en BYU consiste en que intento incorporar unas cuantas catedras sobre la historia de la idea de la evolución en la fe SUD dentro de los cursos que yo enseño. Entonces la biología evolutiva es de hecho uno de los programas de graduados más grandes y de mas exito en BYU (durante los tres años pasados mis colegas de investigación y yo trajimos aproximadamente 2 millones de dólares en becas de investigación externas, el 48 % de cual directamente fue depositado en las arcas de la iglesia como “costos indirectos”), y hay muchos SUD fieles a quién no les molesta la noción de una creación que sigue los principios naturales. Así que siguiendo la lógica del miembro que te desafió, viendo que BYU realmente enseña la evolución y esto es un programa muy exitoso en la “Universidad del Señor,” entonces la evolucion debe ser verdadera. Aunque desde luego yo deteste tal lógica Saludos Mike 51 Durante los años, varios líderes SUD han tomado un lado u otro sobre el tema de la evolución. Mientras los artículos o comentarios anti evolución de vez en cuando

aparecían en el Ensign unos neutros o sutiles artículos a favor de la evolución han también aparecido. El más reciente, y de más autoridad, son las palabras sobre la posición oficial SUD sobre la evolución que se encuentran en la Enciclopedia del Mormonismo. Este libro de referencia de cinco volúmenes que fue impreso en 1992 con la más estricta supervisión de los hermanos (los doce) supervisado por Neal A. Maxwell y Dallin H. Oaks y corregido por Daniel H. Ludow, que era el secretario ejecutivo del Comité de Correlación de la Iglesia, contiene dos artículos relevantes en nuestro tema. En el articulo de la Enciclopedia, “el Origen de Hombre” escrito por el antropólogo SUD, John L. Sorenson, leemos: Muchos simpatizantes de la ciencia interpretan ciertas declaraciones en las escrituras SUD para pensar que Dios usó una versión de la evolución para preparar cuerpos y el entorno ambiental conveniente para los espíritus premortales…Ciertas declaraciones de varias Autoridades Generales también son usadas por los defensores de esta idea para justificar sus opiniones. Otros Santos de los últimos días aceptan más la lectura literal de los pasos bíblicos que les sugieren una creación abrupta. Los defensores de esta opinión también apoyan sus proposiciones con declaraciones de las escrituras y Autoridades Generales. 52 Sorenson también nota que “el estado actual de la verdad revelada sobre la doctrina SUD del origen del hombre puede permitir algunas diferencias de opinión concernientes a la relación de la ciencia y la religión”. Bajo el articulo “La Evolución”, encontramos un artículo por Williams E. Evenson, un profesor de BYU en física, que trabajó en un largo proceso para completar el artículo que tarde o temprano fuese usado en la Enciclopedia. El artículo comenzó con 1,000 palabras, pero creció hasta que alcanzo 4,500 palabras. Evenson relata que “finalmente, en la primavera 1991, la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce ‘revisó el material’ y decidió que ellos sólo querían un artículo corto que se refiera a las Primeras declaraciones de la Presidencia sobre el asunto, que son la única fuente definitiva de doctrina de la Iglesia.” El resultado que se escribió en la enciclopedia fue de solo 258 palabras”53. El artículo dice: La posición de la Iglesia sobre el origen de hombre fue publicada por la Primera Presidencia en 1909 y declarada otra vez por una diferente Primera Presidencia en 1925: La Iglesia de Jesucristo de Santos de los últimos días, basanda su creencia sobre la revelación divina, antigua y moderna, declara que el hombre es el descendiente directo y lineal de la Deidad… El hombre es un hijo de Dios, formado en su imagen divina y dotado con atributos divinos…. Las Escrituras cuentan por qué el hombre fue creado, pero ellas no cuentan cómo, aunque el Señor ha prometido que él nos los dirá cuando venga otra vez (DyC 101:32-33). En 1931, cuando había una discusión intensa sobre la cuestión de la evolución orgánica, la Primera Presidencia de la Iglesia, constituida por los Presidentes Heber J. Grant , Anthony W. Ivins, y Charles W. Nibley, Instruyeron a todas las autoridades generales de

la Iglesia sobre el asunto, y concluyeron: Sobre las doctrinas fundamentales de la Iglesia hemos estado todos de acuerdo. Nuestra misión es de llevar el mensaje del evangelio restaurado al mundo. Dejad a la geología, la biología, la arqueología, y la antropología, ninguna de las cuales tiene que ver con la salvación de las almas de la humanidad, la investigación científica, mientras magnificamos nuestro llamamiento en el reino de la Iglesia…. Sobre una cosa nosotros deberíamos ser todos capaces de estar de acuerdo, a saber los Presidentes Joseph F. Smith, John R. Winder, y Anthon H. Lund tuvieron razón cuando ellos dijeron, “Adán es el primer padre de nuestra raza” [First Presidency Minutes, Apr. 7, 1931].54 Evenson nota que “el papel de evolución orgánica en el desarrollo de vida sobre la tierra es un buen ejemplo de un tema que no está resuelto en la Iglesia. ” 55 En el mismo año en que la Enciclopedia de Mormonismo fue publicada (1992), pidieron a Evenson reunir un paquete sobre la evolución para los estudiantes BYU que estuvieron interesados en la posición de la iglesia. El contenido de este paquete formalmente fue aprobado por el Consejo de Fideicomisarios de la BYU, que incluyen a la Primera Presidencia, una mayoría del Quórum de los Doce, y varias otras autoridades generales56 Este paquete, que está todavía disponible en la biblioteca BYU así como en la Internet, 57 contiene las tres primeras declaraciones de Presidencia sobre el asunto (1909, 1910, y 1925) así como el artículo sobre la evolución de la Enciclopedia de Mormonismo.58 La cubierta de estos apuntes dice: “Aunque nunca hubiera una declaración formal de la primera Presidencia dirigiéndose al asunto general de la evolución orgánica como un proceso para el desarrollo de especie biológica, estos documentos aclaran la posición oficial de la Iglesia en cuanto al origen de hombre ” (énfasis original). Irónicamente mientras la posición oficial SUD sobre la evolución es neutral, la mayoría de los comentarios relacionados con la evolución que aparecen en publicaciones oficiales de la iglesia han sido hostiles a la evolución59 Por ejemplo, en la guía de estudio del Sacerdocio de Melquisedec 1980/81, en una lección titulada “el Origen Divino del Hombre” el manual cita al libro de Joseph Fielding Smith “Buscad con seriedad: ” Ahora, la evolución conduce a los hombres lejos de Dios. Los hombres que han tenido la fe en Dios, cuando han convertidos a esa teoría, lo abandonan. “60 Más recientemente, dos otros artículos que sugieren la hostilidad a una postura neutra sobre la evolución pueden ser encontrados en las Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith y en el Ensign de febrero de 2002. En las Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia, que era el manual de instrucciones para el Sacerdocio de Melquisedec y la Sociedad de Socorro para el año 2001, encontramos las partes seleccionadas de la declaración de la Primera de Presidencia de 1909 sobre “el Origen de Hombre ” que insinúan que la aceptación de la evolución es contrariamente al evangelio.61 En el Ensign de febrero de 2002, encontramos una reimpresión de la misma declaracion de 1909 de la Primera Presidencia sin hacer referencias de las declaraciones de 1910, 1925, 1931, o las adiciones en la Enciclopedia de Mormonismo sobre el asunto.62 A los lectores del Ensign le son desconocidos las ideas adicionales añadidas después de las declaraciones de 1909, la declaración reimpresa de 1909

puede implicar un rechazo de la evolución en el terreno del evangelio. Como otros mitos tanto dentro como fuera de la iglesia, el mito “de la maldad de la evolución” es perpetuado por las masas que desconocen la información que refuta tales falsedades. El asunto de la evolución no es el único en este aspecto. Por ejemplo, mientras los lectores de Dialogue son conscientes de que el Presidente George Albert Smith refutó en junio de 1945 el mensaje de los Maestros Orientadores que señalaba que “cuando nuestros líderes hablan, el pensar ya ha sido hecho”63 muchos Santos de los últimos días no sólo son inconscientes de la refutación del Presidente Smith de la declaración, si no que algunos Santos repite la declaración como si esto fuera doctrina. Asimismo un estudio de 1985 conducida por Richley Crapo en la Universidad de Utah, encontró que un número de temas que son aceptados o rechazados por los “miembros comunes”, en su mayoría no esta en linea a la posición oficial de la Iglesia.64 En el tema de la evolucion, por ejemplo, la encuesta de Crapo descubrio que un 57% de los encuestados creian que la posicion de la Iglesia era anti-evolucion y solo un 38% identifico correctamente la posicion como neutral. Asi tambien un 25% de aquellos que personalmente aceptaban la evolucion creian que su posicion era contraria a la supuesta posicion oficial antievolutiva en la Iglesia y un 70% de aquellos que rechazaban la evolucion creian que habia una declaracion oficial de la Iglesia al respecto. Mientras un número mayor de Santos de los últimos días leeran los artículos del Ensign que generalmente desestiman la evolución, hay algo de confort en el hecho que además del artículo en la Enciclopedia del Mormonismo ya mencionado y el paquete de evolución de BYU, otras conservadoras aunque menos familiares publicaciones SUD son más liberales en su acercamiento a la evolución orgánica. BYU Studies y FARMS Review of Books, por ejemplo, tienden a expresar una aplastante postura pro o neutral hacia el asunto 66 La popularidad de estas fuentes alternativas de publicaciones relacionadas a la Iglesia, así como publicaciones como Dialogue y Sunstone y el crecimiento expotencial en la información SUD vía websites, mucho del cual avanza a una posicion neutra o pro evolución 67 -sugiere que en un tiempo nosotros podriamos ver el fallecimiento del mito de mormón de que el que ha enseñando o aceptando la evolución ha cometido apostasía 68 Notas: 1. Improvement Era, November 1909, 75-81. 2. James C. King, The Biology of Race (N.Y.: Harcourt Brace Jovanovich, Inc., 1971), 160, 163. See also http://www.standard.net/standard/news/news_story.html?sid=20010628232006.6C A90+cat=news+template=news1.html 3. Improvement Era, April 1910, 570. Although there was no author’s name attached to this statement, a number of scholars have suggested that Joseph F. Smith was responsible for the material since he and Edward H. Anderson were the editors (see Duane E. Jeffery, “Seers, Savants and Evolution: The Uncomfortable Interface,” Dialogue 8 (Autumn/Winter 1973): 60; David John Buerger, “The Adam-God Doctrine,” Dialogue 15 (Spring 1982): 41;

41; Erich Robert Paul, Science, Religion, and Mormon Cosmology [Urbana and Chicago: University of Illinois Press, 1992], 175). 4. Gary James Bergera and Ronald Priddis, Brigham Young University: A House of Faith (Salt Lake City: Signature, 1985), 150. 5. Ibid., 134-48. 6. The Juvenile Instructor 46 (April 1911): 208. 7. Ibid., 208-9. 8. Deseret News, December 27, 1913, sec. 111, p. 7; reprinted in the Church News section of Deseret News, September 19, 1936, pp. 2, 8; quoted in Jeffery, “Seers, Savants and Evolution,” 62. 9. Editors’ Table, Improvement Era 28 (September 1925): 1090-91 10. Richard E. Sherlock and Jeffrey E. Keller, ” ‘We Can See No Advantage to a Continuation of the Discussion’: The Roberts /Smith/Talmage Affair,” Dialogue 13 (Fall 1980): 63 11. Ibid., 65. 12. Joseph Fielding Smith, “Faith Leads to a Fulness of Truth and Righteousness,” Utah Genealogical and Historical Magazine 21 (Oct. 1930): 145-58; quoted in Jeffery, “Seers, Savants and Evolution,” 63. 13. Sherlock and Keller, “We Can See No Advantage,” 98. 14. Ibid., 99. 15. Quoted in Jeffery, “Seers, Savants and Evolution,” 64. 16. Jeffrey E. Keller, “Discussion Continued: The Sequel to the Roberts/Smith/Talmage Affair,” Dialogue 15 (Spring 1982): 81. 17. Ibid., 81. 18. April 7, 1931, reprinted in The Essential James E. Talmage, ed. James P. Harris (Salt Lake City: Signature, 1997), 237. 19. Talmage Journals, Nov. 21, 1931, quoted in Keller, “Discussion Continued,” 84. 20. Keller, “Discussion Continued,” 84. 21. James A. Talmage, “The Earth and Man,” address delivered in the Tabernacle, Salt Lake City, Utah, Sunday, August 9, 1931; also available on-line at http://www.fri.com/~allsop/eyring-l/faq/evolution/Talmage/1931.html 22. James B. Allen, “The Story of The Truth, The Way, The Life,” BYU Studies 33 (1993): 727. 23. April 5, 1930; reprinted in Harris, The Essential Talmage, 239. 24. Reprinted in Sterling B. Talmage, Can Science Be Faith-Promoting?, ed. Stan Larson (Salt Lake City: Blue Ribbon Books, 2001), 245. 25. April 5, 1930; in Harris, The Essential Talmage, 239; emphasis added. 26. Keller, “Discussion Continued,” 39. 27. Ibid., 86-87. 28. Heber J. Grant Diary, 16 and 17 November 1931, according to typescript in Strack Collection; quoted by Stan Larson, ed., in Talmage, Can Science Be Faith Promoting?, lviii (emphasis added). 29. “The Twentieth Annual Convention of Teachers in the Schools and Seminaries of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints,” 21-22 Oct. 1925, Brimhall Papers, quoted in Bergera and Priddis, BYU: A House of Faith, 150. 30. April 20, 1934, reprinted in Talmage, Can Science Be Faith-Promoting?, 222-23. 31. July 17, 1934, reprinted in ibid., 228-29.

32. John A. Widtsoe, Evidences and Reconciliations, 156. 33. John A. Widtsoe, “Evidences and Reconciliations,” Improvement Era, May 1948, 205. 34. Jeffery, “Seers, Savants and Evolution,” 65. 35. Ibid., 66. 36. See Steven H. Hatch, “The Reconciliation of Faith and Science: Henry Eyring’s Achievement,” in Dialogue 15 (Autumn 1982): 89. 37. Conference Report, October 1954, 28. 38. McKay to Stokes, February 15, 1957, cited in William Lee Stokes, “An Official Position,” in The Search for Harmony Essays on Science and Mormonism, ed. Gene A. Sessions and Craig J. Oberg (Salt Lake City: Signature Books, 1993), 291-94. 39. Richard D. Poll, “The Swearing Elders: Some Reflections: A Response to Thomas Blakely,” Sunstone 10 (January 1986): 16. 40. George T. Boyd, “”Notes from an Interview with President David O. McKay,” March 1955, as quoted in Bergera and Priddis, BYU: A House of Faith, 154n. 41. Quoted in Hatch, “Reconciliation of Faith and Science,” 89. 42. Edward W. Kimball, “A Dialogue With Henry Eyring,” Dialogue 8 (Autumn/Winter 1973): 103. 43. Hugh B. Brown, “What Is Man and What He May Become,” 24 March 1958, in Speeches, 1957-58, quoted in Begera and Priddis, BYU: A House of Faith, 157. 44. Bergera and Priddis, BYU: A House of Faith, 157-8. 45. Bruce R. McConkie, Mormon Doctrine (Salt Lake City: Bookcraft, 1958), 180. 46. Bergera and Priddis, BYU: A House of Faith, 159. 47. Bruce R. McConkie, “The Seven Deadly Heresies,” BYU fireside at the Marriott Center June 1, 1980; transcript available on-line at http://www.coolcontent.com/McConkie/heresies.html 48. Conference Report, October 1970, 49. 49. Spencer W. Kimball, “The Blessings and Responsibilities of Womanhood,” 1 Oct. 1975, printed in Ensign, March 1976, 72. 50. See Bergera and Priddis, BYU: A House of Faith, 161-68; also available online at http://www.fri.com/~allsop/eyring-l/faq/evolution/Relatedness_1965.html 51. About.com, LDS Apologetics message board; “The Question,” #71, 2608.71 in reply to 2608.64; online at http://forums.about.com/n/mb/message.asp?webtag=ab-lds&msg=2608.71. Michael Whiting and BYU undergraduate, Taylor Maxwell, were responsible for the 16 January 2003 cover story for the scientific journal, Nature. Using some of the latest DNA researching techniques, Whiting and Maxwell discovered revolutionary information which enhances the study of evolutionary biology. (“Loss and Recovery of Wings in Stick Insects,” Nature, 421: 264-267.) 52. Ludlow, Daniel H. et al., eds., Encyclopedia of Mormonism: The History, Doctrine, and Procedure of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 4 vols. (New York: Macmillan,

1992) 3:1053. 53. William E. Evenson, “LDS Doctrine and the Theory of Evolution,” cited by Stan Larson, ed., in Talmage, Can Science Be Faith Promoting?, xxxi. 54. Encyclopedia of Mormonism 2:478. 55. Evenson, cited by Larson, ed., in Talmage, Can Science Be Faith Promoting?, xxxii. 56. Ibid., xxxiii and nn 5 and 6. 57. See http://zoology.byu.edu/zool475/pdf%20files/Evolution%20Packet.pdf and http://eyring.hplx.net/Eyring/faq/evolution/trustees1992.html 58. Evenson, cited by Larson, ed., in Talmage, Can Science Be Faith Promoting?, xxxii n6. 59. For example, a search for stances on evolution as recorded in the past thirty years of church publications yielded some lopsided results. I was able to find ten instances wherein a given LDS speaker/author expressed hostility towards evolution: see Elder Ezra Taft Benson, “The Book of Mormon is the Word of God,” Ensign, May 1975, 63 ff; Elder Bruce R. McConkie, “The Glorious Gospel in Our Day,” Tambuli, April 1980, 82 ff; Elder Bruce R. McConkie, “Christ and the Creation,” Tambuli, Sept. 1983, 22 ff; Elder Boyd K. Packer, “The Pattern of Our Parentage,” Ensign, Nov. 1984, 66 ff; Bruce R. McConkie, “The Caravan Moves On,” Ensign, Nov. 1984, 82 ff; Elder Russell M. Nelson, “The Magnificence of Man,” Ensign, Oct. 1987, 44 ff; Robert L. Millett, “So Glorious a Record,” Ensign, Dec. 1992, 6ff; Elder George R. Hill, III, “Seek Ye Diligently,” Ensign, June 1993, 21 ff; Lisa M. G. Crockett, “Roots and Branches,” New Era, August 1999, 28 ff; “Gospel Classics: The Origin of Man,” Ensign, Feb. 2002, 26ff. In contrast, I found six comments on evolution that were either liberal, neutral, or open-ended: see Dr. Sherwood B. Idso, “Visitors from Outer Space—Meteorites,” Friend, Jan. 1979, 11 ff; F. Kent Nielsen, “The Gospel and the Scientific View: How Earth Came to Be,” Ensign, Sept. 1980, 67 ff; George A. Horton, Jr., “A Prophet Looks at Genesis; Insights from the Joseph Smith Translation” Ensign, Jan. 1986, 38 ff; Don Lind, “Things Not Seen,” Tambuli, June 1987, 42 ff; Morris S. Peterson, “Questions and Answers: Do We Know How the Earth’s History as Indicated from Fossils Fit with the Earth’s History as the Scriptures Present It?” Tambuli, April 1988, 29 ff; Robert J. Woodford, “In the Beginning: A Latter-day Perspective,” Ensign, Jan. 1998, 12 ff. 60. “The Divine Origin of Man,” Choose You this Day: Melchizedek Priesthood Personal Study Guide 1980-81 (Salt Lake City: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1979), 39; see also Joseph Fielding Smith, Seek Ye Earnestly (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1970), 283. 61. “Sons and Daughters of the Eternal Father, From the Life of Joseph F. Smith,” ch. 37 in Teachings of Presidents of the Church: Joseph F. Smith (Salt Lake City: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1998), 331 ff. 62. “Gospel Classics: The Origin of Man,” Ensign, Feb. 2002, 26 ff.

63. Ward Teachers’ Message for June 1945, “Sustaining the General Authorities of the Church,” Improvement Era, June 1945,. 354. For President Smith’s refutation of the idea, which he said did “not express the true position of the Church,” see “A 1945 Perspective,” an accompaniment to L. Jackson Newell’s “An Echo From the Foothills: To Marshal the Forces of Reason,” Dialogue 19 (Spring 1986): 36-38; emphasis in original. 64. Richley H. Crapo, “Mormonism and Evolution,” working draft for the August 2001 Sunstone Symposium, originally posted to Mormon-L and reposted August 13, 2001 on Eyring-L ([email protected]). Copy of repost in author’s possession. 65. Richley H. Crapo, “Grass-Roots Deviance From Official Doctrine: A Study of Latterday Saint (Mormon) Folk-Beliefs,” at http://cc.usu.edu~FATH6/grassrts.htm. See also Crapo, “Mormonism and Evolution” (ibid.). 66. See Nissim Wernick, “Man, the Pinnacle of Creation,” BYU Studies 10 (Autumn 1969), 31 ff; Hollis R. Johnson, “Civilizations Out in Space,” BYU Studies 11 (Autumn 1970), 3 ff; Richard Sherlock, book review of Neal Gillespie, Charles Darwin and the Problem of Creation, in BYU Studies 22 (Winter 1982), 119 ff; A. Lester Allen, “Science and Theology: A Search for the Uncommon Denominator,” BYU Studies 29 (Summer 1989), 71 ff; Scott Wolley review of The Book of Mormon: Jacob through Words of Mormon, to Learn with Joy, eds., Monte S. Nyman and Charles D. Tate, Jr., in FARMS Review of Books, 3 (1991): 106; Michael F. Whiting, review of Clark A. Peterson, Using the Book of Mormon To Combat Falsehoods in Organic Evolution, in FARMS Review of Books, 5 (1993): 212; Daniel C. Peterson, “Editor’s Introduction: Doubting the Doubters,” FARMS Review of Books, 8, no. 2 (1996): x. 67. For a few examples see http://www.cs.umd.edu/users/seanl/stuff/Evolution.html, http://www.etungate.com/Evolution.htm, and http://zoology.byu.edu/bioethics/chapter4.htm. 68. Special thanks to Marc Schindler for his helpful comments and suggestions. Print PDF No related posts.

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