Desarrollo Economico Argentino

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HECHO EN ARGENTINA industria y economía, 1976-2007

daniel azpiazu martín schorr

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siglo veintiuno

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editores

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Índice

Industria nacional. Continuidades y rupturas Presen tación 1. La dictadura

11

militar: desindustrialización

y reconfiguración

de las relaciones

económicas y sociales

19

La estrategia de agresión al sector manufacturero Golpe al mercado laboral y a la clase trabajadora industrial Cambios en la estructura de precios relativos

24

y desempeño industrial Hacia una creciente oligopolización industrial Cambios en el perfil del comercio exterior

39

33

47 53

manufacturero Consolidación de los grupos económicos Principales legados críticos de la dictadura

60 militar

71

en el ámbito industrial

2. La industria durante el gobierno radical: profundización

de las herencias de la dictadura

79

De Crinspun al Austral Del Austral al Primavera

80 85

Las industrias más castigadas por la crisis Persistencia de la regresividad distributiva y contracción del empleo Evolución del comercio exterior manufacturero

88

102

Derrumbe de la inversión y promoción industrial Reafirmación de la centralización del capital

113 131

Reconquista

de la democracia

de los legados dictatoriales

97

y consolidación 136

10

HECHO EN ARGENTINA

3. La convertibilidad como fase superior de la política desindustrializadora de la dictadura Una crisis sin precedentes Una visión de largo plazo del perfil industrial a mediados de los noventa Servicios públicos privatizados versus industria manufacturera Deterioro y precarización laboral de los obreros industriales

Industria nacional 139 148

173 181 189

Concentración,

202

4. La industria

y crisis de las pylnes

Afianzamiento de la estructura productiva Reactivación y desuno de la producción industrial El desempeño industrial desde la perspectiva del comercio exterior Ganancias extraordinarias oligopólicos

de los capitales

Concenuación del capital

y extranjerización

económica

Referencias

bibliográficas

ducto Bruto Interno (PBI) generado en la Argentina representaba más de las dos terceras partes (67,2%) del registrado en Brasil y poco menos del mexicano.

227

tres

233 242

248

268

a

Brasil (45,5%) ya México (49,0%), y los porcentuales eran aun inferiores si se consideraba el año 2001, el último de vigencia del régimen de convertibilidad (41,6% y 42,7%, respectivamente)' Ese deterioro en el posicionamiento nacional relativo a las mayores economías latinoamericanas se vinculaba directamente con los mecanismosimplementados por la última dictadura militar y sus bases de sustentación para "resolver" los problemas inherentes al modelo de sustitución de importaciones (hegemónico desde los años treinta). En palabras de Fajnzylber (1983), con la decisión de enfrentar la industrialización "por la vía de cuestionar su

284

existencia, volviendo a esquemas pretéritos de división internacional del trabajo". Esta "resolución" trascendió holgadamente lo estrictamente

289

económico -sin dejar de involucrarlo en forma activa- para centrarse en el aspecto político-social, en un intento por alterar drásticamente los basamentos que habían viabilizado el crecimiento

Índice de cuadros y gráficos

Aproximadamente

décadas después, en 2007, no alcanzaba a la mitad del correspondiente

260

La industria argentina en la posconvertibilidad: un balance preliminar

Luego de una década de crecimiento económico sostenido e ininterrumpido motorizado por el sector industrial, hacia 1974 el Pro-

de las tres cuartas partes (73,9%)

en la posconvertibilidad:

¿nuevo modelo de acumulación o etapa de recuperación?

y rupturas

157

La apertura importadora: impactos sobre el comercio exterior industrial extranjerización

Continuidades

Presentación

297

económico-industrial,

y

su corre lato en diversas expresiones políticas de los sectores populares, caracterizadas por una ostensible impronta contestataria y/o cuestionadora de, las relaciones de producción capitalistas. "Según la visión de las Fuerzas Armadas, ya no se trataba de objetar un particular- "estilo de industrialización" apuntando a sus limitaciones, insuficiencias e ineficiencias, sino el propio papel del sector manufacturero como eje ordenador de las relaciones económicas y sociopolíticas y. como tal, generador de espacios de convergencia de intereses de distintos actores sociales.

1 Estimaciones realizadas sobre la base del PBI a precios constantes (dólares de 2000) calculado por la CEPAL (disponibles en: http://websie.eclac.c1/sisgen).

12

HECHO

PRESENTACIÓN

EN ARGENTLNA

Con la profundidad que ameritan, estas cuestiones son abordadas en el primer capítulo del presente trabajo. No así aquellas que se refieren a las limitaciones o las restricciones del modelo de acumulación sustentado en la industrialización sustitutiva, que de todos modos fueron una preocupación absolutamente menor para quienes usurparon el poder el 24 de marzo de 1976. Ello por cuanto, desde esta concepción, no se trataba de superarlas en forma virtuosa sino de remover, en lo posible de manera irreversible, sus propios soportes estructurales. En cuanto a las características sobresalientes del desarrollo fabril, la vasta literatura existente sobre el proceso sustitutivo desplegado en la Argentina hasta mediados de los años setenta reconoce una amplia gama de aproximaciones teóricas y analíticas.I Más allá de las diferencias entre estos enfoques, ha sido la llamada "segunda etapa sustitutiva"la que ha suscitado los mayores y más enriquecedores debates, en parte por haberse visto profundizadas rnuchas problemáticas casi larvadas hasta entonces. Se trató de un

13

• la presencia decisiva de empresas extranjeras junto a la debilidad manifiesta de la burguesía industrial nacional. De allí la casi inexislencia de un núcleo endógeno capaz de adaptar, innovar, competir e invertir, con una por demás limitada capacidad decisoria doméstica, en la definición y la formulación de la política económica en general y la industrial en particular; • la tendencia al predominio de una suerte de proteccionismo frívolo o espurio en reemplazo del proteccionismo para el aprendizaje. Por lo general, las barreras arancelarias y paraarancelarias fueron elevadas, sostenidas en el tiempo e in discriminadas; no se adoptaron criterios sólidos de selectividad en los respectivos procesos madurativos que tuvieran en cuenta las posibilidades que podía ofrecer la economía mundial y las propias opciones tecnológicas, ni se fijaron metas de desempeño favorecidos;

a cumplir por los actores

período de importantes cambios estructurales que estuvo signado básicamente por la irrupción y el dinamismo de industrias elaboradoras de diver-

• la ausencia de articulación entre el poder de compra estatal y el desarrollo y la consolidación de agentes económicos nacionales, si-

sos bienes durables de consumo y materiales intermedios de uso difundido, en las que las escalas de producción implicaron un salto cualitativo en el tejido fabril local, tanto en términos intra e intersectorial es como en lo que respecta a los diferentes actores involucrados. Los puntos de relativa coincidencia entre los analistas del período son

tuación que resultó agravada por el desaliento implícito a la producción de bienes de capital, la innovación y el desarrollo de productos en baja escala y especialización. Todo esto concurría en la explicación del carácter adaptativo del proceso de industrialización argentino;

variados: por ejemplo, el comportamiento económico de tipo stop and go, el reconocimiento de la fase 1964-1974 como una de las más exitosas en lo referido al crecimiento industrial, y las dificultades que debían ser resueltas en materia sectorial, así como en lo atinente a las problemáticas salarial y distributiva. Ylo propio ocurre con los ejes de disidencia: el papel del capital extranjero, las "ineficiencias" en la asignación de recursos, la importancia

efectiva de las políticas públicas y sus objetivos reales se

encuentran entre los de mayor relevancia. En la medida en que no constituyen temas de este libro pero son parte de una rica experiencia previa al horizonte temporal bajo estudio, interesa resaltar algunas de las limitaciones e insuficiencias del esquema sustitutivo en relación con lo que sería el radical desmantelamiento sus bases de sustentación a partir de marzo de 1976:

de

2 Véanse, entre otros, los siguientes trabajos: Azpiazu y Schorr (2009). Ilraun y Joy (1981), Basuaído (2006), CEPAL (1959), Diarnand (1973), Diaz Alejandro (1975), Di Tella y Zyrnelman (1967), Dorfman (1983), Ferrer (2004). Heymann (1980). Katz (1983), Kan y Kosacoff (1989), Mallon y Sourrouille (1976) Sourrouille y Lucángeli (1980) y Villanueva (1972). I

• el profundo rezago, alentado de las industrias elaboradoras

por las propias políticas públicas, de maquinarias y equipos, porta-

doras del progreso técnico (en diversos gobiernos, se optó por alentar la inversión a partir del abaratamiento del costo del capital).

Es más, los desarrollos

incipientes

-incluso

en aquellos

rubros de relativamente escasa complejidad tecnológica, en los que las escalas productivas no eran condicionantes por tratarse de bienes no seriados- nunca fueron suficientemente alentados, ni siquiera para paliar uno de sus tradicionales problemas frente a la competencia externa, como ha sido el financiero; • el predominio de estructuras oligopólicas de mercado, con fuertes barreras al ingreso y, protección mediante, cuasi reservas de mercado.Jideradas mayoritariamente por empresas de capital foráneo, con patrones de consumo imitativos en el ámbito local; • la fragilidad externa del patrón de industrialización, en la medida en que la propia diversificación de la matriz fabril conllevó considerables coeficientes bienes de capital; y

de importación

de productos

intermedios

y

14

HECHO

EN ARGENTINA PRESENTACIÓN

• la escasa articulación del sector manufacturero con la producción primaria. A la débil modernización de esta última se agregaba el no menos escaso grado de elaboración de los recursos primarios y, a la vez, la por demás limitada integración en lo referido a in sumos y equiparnientos industriales que pudiera potenciar las ventajas comparativas derivadas de los recursos naturales. Se trata, sucintamente,

de las características

salientes de la naturaleza

trunca del proceso sustitutivo, que había impulsado durante largos años un modelo de acumulación en el que la industria asumió un papel protagónico. Estos datos ayudan a comprender, en su justa dimensión, el nuevo y deletéreo escenario que irrumpió con el golpe de Estado de marzo de 1976. Desde entonces, la industria argentina ingresó en un sendero evolutivo muy distinto al de las décadas precedentes. lo cual impactó decisivamente sobre los distintos actores involucrados, así como también sobre e! papel del sector en e! desenvolvimiento de! régimen de acumulación y su inserción internacional. Éste es el tema central de esta investigación, que reconoce varios propósitos. En primer lugar, se pretende reconstruir la compleja, y en más de un sentido dramática, historia de la industria argentina durante un período de más de treinta años, desde la irrupción de la última dictadura militar, con su agresión al sector manufacturero y la brutal represión sobre l~ clase obrera y la dirigencia combativa, hasta fines del mandato del presIdente Kirchner

(2007), pasando

por dos momentos

críticos y decisivos

en el desmantelamiento de la dinámica sustitutiva: el primer gobierno de la reconquista de la democracia y e! período 1989-2001. En segundo lugar, se apunta

a identificar

los principales

hitos en el transcurso

de esos

decenios,jerarquizando la visión que surge desde e! posicionamiento de las distintas clases sociales y fracciones de clase, donde la relación capitaltrabajo ocupa un lugar protagónico. En tercer lugar. )' directamente relacionado con el punto anterior, el comportamiento estructural del sector fabril es analizado a partir de su vinculación con las políticas económicas

y el instrumental

utilizado y, a la vez. con las contemporáneas p!"opues~s de los think tankS3 que las recomendaron, o que, en muchos casos, Incluso estuvieron detrás de su formulación e implernentación. En definitiva, se busca ofrecer una revisión sistémica de los avatares por los que 3 El concepto, que se traduce como "depósitos de ideas" o "tanques de pensamiento", identifica a las instituciones de investigación que ofrecen consejos e ideas en temas políticos. económicos, militares, etc. En castellano suele usarse el de "fábrica de ideas",

15

rtransitó la industria argentina desde el quiebre extemporáneo del modelo sustitutivo a mediados de los años setenta hasta la actuatidad." Para la consecución de tales objetivos, el libro se estructura en cuatro capítulos, que corresponden a distintas fases de los avatares del sector rnanu'facturero y cuya segmentación coincide con cambios políticos y/o de estrategias o proyectos económico-sociales. Así, el primer capítulo se ocupa de la gestión de la última dictadura militar y su intento de refundación de la sociedad sobre nuevas y muy diferentes bases de sustentación, o, en reali-

»')1'

dad, de la denominada reuandia clasista, que, desde el punto de vista meramente sectorial, tuvo en la industria a uno de sus principales damnificados. El inicio de un prolongado y crítico proceso de desindustrialización y de regresividad estructural del tejido fabril, e! exitoso "golpe" al salario real de los trabajadores, la creciente hegemonía de la especulación financiera y el ajuste estructural en la dinámica de la acumulación y la reproducción ampliada del capita!, las profundas transformaciones en el interior del entramado industrial así corno en su inserción a escala mundial son, entre otras, algunas de las temáticas abordadas en la interpretación de una de las fases históricas más críticas de la sociedad argentina, En el segundo capítulo se analiza la gestión de! gobierno radical (1983-1989), que conllevó la reconquista de la democracia i' un débil intento inicial por revertir los legados dictatoriales y, posteriorn;tente, la consolidación de buena parte de los sesgos estructurales heredados. El "no quíso".o "no pudo" caracterizó al gobierno de Raúl Alfonsín, en el que el afianzamiento de la desindustrialización,

la reestructuración del perfil sec-

torialJy la regresividad distributiva, así como el desplazamiento de la inversión- productiva por la valorización financiera de los capitales, la profundización

de los procesos

capitalty.la hegemonía nacional y extranjero),

de concentración

y centralización

del

de los grandes grupos económicos (de capi.tal desembocaron en un abrupto final que no hIZO

más que reflejar que los nuevos rasgos estructurales de la economía y la industria-así como de la inserción del país en el concierto mundial impuestos desde 1976 seguían vigentes y cada vez más sólidos. Nuevamente, 'o , f~ Si bien a escala mundial el neoliberalismo tendió a consolidarse como t q':'pensamiemo único" hacia fines de los años setenta y encontró, a principios de los ochenta, representates decisivos como R Reagan y M, Thatcher; el JJiej~mplo argentino presenta matices no desdeñables. Ellos cUbn!h, un amplio . abanico que va desde el virulento planteo reesu-ucturador de la dictadura militar de 1976-1983, hasta la exacerbación de los "postulados evangélicos" )~bre los que se estructuré buena parte de las políticas públicas de allí e!l 'más y las propias prácticas activas de las principales fracciones del capital r(Anderson,1994),

16

HECHO

PRESENTACIÓN

EN ARGENTINA

17

desde la economía política, el "no se quiso" o "no se pudo" se tradujo en una evidente supremacía de las continuidades por sobre las rupturas respecto de los sesgos que caracterizaron las políticas centrales de la dictadura militar. El shock instítucional impulsado por el gobierno de Carlos Menem, la convergencia de las políticas de apertura y desregulación (en ambos casos con asimetrías manifiestas), la privatización de activos estatales y los

argentina a escala mundial, las políticas públicas y el comportamiento de las distintas fracciones del capital. De esta forma, se intenta proporcionar elementos de juicio en torno a si la industria y la economía argentinas se encuentran inmersas en un nuevo modelo de acumulación inclusivo o si, por el contrario, los resabios de la fase 1976-2001 continúan impidiendo avanzar en tal sentido. A partir del análisis quedará en evidencia que el "neodesarrollismo", que parece subyacer a parte importante de las muy

efectos de la adopción de la caja de conversión fija con el dólar estadounidense conforman la parte constitutiva esencial del tercer capítulo. Allí

acotadas políticas activas hacia la industria, no ha logrado revertir muchos de los legados de largos años de desatención o despreocupación sobre el desenvolvimiento del sector fabril, y no denota la presencia de un proyecto de industrialización inclusivo y sustentable que contenga un instrumental de políticas económicas suficiente y consistente con la

se aborda también la gestión gubernamental de la Alianza, que poco o nada modificó en las tendencias consolidadas durante los dos gobiernos menemistas, que habían avanzado sustancialrnente sobre buena parte de las asignaturas pendientes de la gestión de la dictadura militar. Ya no se trató de una simple continuidad con las políticas dictatoriales sino esencialmente de profundizar sus lineamientos estratégicos y sus principales irnplicancias, como pusieron de manifiesto las privatizaciones, las tasas inéditas de desempleo, subempleo, pobreza e indigencia, la propia apertura de la economía con retraso cambiario, etc. Desindustrialización, desarticulación del tejido industrial, creciente dependencia externa, superiores inequidades distributivas, aguda crisis del mercado laboral, fenomenal extranjerización de la economía y de una cada vez más alicaída industria fueron las resultantes previsibles de la adopción plena de los postulados "evangélicos" del neoliberalismo y las recomendaciones del Consenso de Washington. La crisis terminal del régimen de convertibilidad, una depresión

económica

y social sin precedentes

con su correlato en por lo sostenida e in-

tensa, dio paso a lo que se ha dado en denominar la "posconvertibilidad". Tal es la temática que se aborda en el cuarto y último capítulo del libro, en el que se hace especial hincapié en la reactivación económica y manufacturera

que quedó

evidenciada

tras la asunción

del presidente

Néstor Kirchner. Dicho proceso de recuperación es analizado con similares enfoques que en los análisis previos, desde la visión que surge de jerarquizar la identificación gos años de hegemonía

de las continuidades y las rupturas con los larneo liberal (1976-2001). Así, más allá de los

nuevos y distintos escenarios

macroeconórnicos

en los que se inserta el

desempeño industrial, las principales preocupaciones giran fundamentalmente alrededor de los factores de contexto que contribuyen a explicar el importante, aunque débil y acotado, proceso de reindustrialización, las características estructurales de la reactivación, sus efectos sobre el mercado de trabajo y la distribución

del ingreso, la inserción industrial

consecución de dicho objetivo estratégico. En definitiva, en las páginas que siguen se propone un recorrido analítico conducente a identificar e interpretar las peculiares tribulaciones de la industria argentina en una etapa signada por profundas transformaciones, como la de las tres últimas décadas.

1. La dictadura militar: desindustrialización y re configuración de las relaciones económicas y sociales

El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 disparó una de las reestructuraciones económico-sociales más significativas y traumáticas de la historia argentina; de hecho, aún no ha sido posible revertir una parte sustanLiva de sus múltiples impactos regresivos. Sin embargo, algunos de sus "éxitos" han sido consolidados y/o profundizados en los sucesivos gobiernos democráticos, frente a los ingentes esfuerzos de amplias capas de la sociedad por retornar algunos de los aspectos positivos del patrón de acumulación estructurado en torno a la industrialización sustitutiva y superar creativamente sus insuficiencias, limitaciones y restricciones. Las políticas implementadas a sangre yJuego por la última dictadura militar determinaron el tránsito de una sociedad articulada en torno al crecimiento industrial a otra basada en un ajuste estructural regresivo con una clara hegemonía financiera. En otros términos, se produjo un desplazamiento de un esquema asentado sobre el modelo de sustitución de importaciones, que había estado vigente aproximadamente desde los años treinta y que de manera paulatina había ido consolidando al sector fabril como el eje articulador y ordenador de las relaciones socioeconómicas y políticas, hacia un "modelo financiero y de ajuste estructural". Ello fue posible merced a transformaciones radicales producidas en la relación de fuerzas entre el capital y el trabajo,junto con profundos cambios en el interior de la propia esfera del capital. Ambas situaciones trajeron como consecuencia un cuadro social caracterizado por una marcada desigualdad. En un extremo de la estructura social, los trabajadores y, más ampliamente, los sectores populares. En el otro, un reducido número de grupos económicos nacionales y extranjeros que, en el marco de un muy intenso proceso de concentración económica y centralización del capital;' pasaron a ocupar una posición de privilegio (disciplinando

I Se entiende por concentración económica la incidencia que tienen las mayores firmas o conglomerados empresarios de una actividad en la producción total de ésta. La centralización del capital, por su parte, alude a los procesos en los

20

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

a otras fracciones del capital), tanto en términos de su participación en el ingreso y la riqueza COIno por su capacidad de subordinar al aparato estatal y, en consecuencia, influir de manera decisiva y creciente sobre el rumbo del proceso económico, político y social. ' Ahora bien, el quiebre definitivo del modelo sustitutivo y de la dinámica social y económica que lo acompañaba no sobrevino en la Argen tina en razón de su irresoluble agotamiento. Cabe mencionar, en tal sentido, que entre 1964 y 1974 la tasa de crecimiento anual del PBI global a precios constantes había sido de alrededor del 5% (en el mismo periodo, el valor agregado manufacturero se expandió a un promedio anual cercano al7%). Si bien se trataba de un proceso que denotaba falencias, insuficiencias y una serie de restricciones asociadas a su condición tardía (como también a su carácter trunco y a la presencia decisiva y oligopólica de grandes empresas transnacionalesj j' la masa cr-ítica acumulada justificaba sobradamente la implementación

de estrategias que potenciaran algunos de sus rasgos vir-

tuosos al tiempo que permitieran superar sus limitaciones y desequilibrios. Sin embargo, de forma similar a lo acontecido en Chile bajo el régimen dictatorial de Pinochet, se buscó transformar de cuajo la compleja estructura socioeconómica que había ido conformándose tras largas décadas de desarrollo industrial. No se trató de cuestionar un "estilo" de industrialización, sino la articulación de las relaciones económico-sociales resultantes y, por ende, al propio sector manufacturero como eje neurálgico del patrón de acumulación. Redefinir el papel del Estado en la captación y orientación de los recursos y restringir drásticamente el poder de negociación que poseían los trabajadores en el marco de un régimen de acumulación

como el sus-

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

21

político-ideológicos, cuya fortaleza se potenciaba por su alianza histórica con ciertos estamentos del empresariado local estrechamente vinculados a la expansión del mercado interno con eje en la industria, esto es, con lo que tradicionalmente se conoció como la "burguesía nacional". En otras palabras, se orientó a modificar de modo radical las bases económico-estructurales que habían hecho posible la irrupción de fenómenos políticos como el peronismo, procesos sociales como el Cordobazo, el Rosariazo y el Tucumanazo, así como la emergencia del sindicalismo clasista y combativo. La creciente participación económica y política de los trabajadores fue percibida corno una amenaza por los sectores dominantes, lo cual colaboró para que las principales fracciones del ~apital aceptaran, y en muchos casos intervinieran activamente en, la formulación del drástico programa de cambio estructural propugnado por el tradicional sector exportador; aliado al gran comercio de exportación e importación, y el sector financiero. A ello se le agregan los capitales con un importante peso industrial en ramas no dependientes de un elevado nivel de protección por ser procesadoras de materias primas o por asentarse sobre la explotación de recursos naturales. Es decir, los capitales provenientes, en su mayoría, de las fracciones empresariales oligárquicas, que, en el marco del agotamiento del modelo agroexportador y su reemplazo por el esquema sustitutivo, habían destinado parte de la renta agraria obtenida a insertarse en la producción manufacturera y en algunas actividades vinculadas a ella (servicios, finanzas, comercio, etc.). El proyecto refundacional de la dictadura militar que procuraba concretar semejante transformación radical de la economía y la sociedad argenti-

titutivo -en el que el control de cambios impedía la fuga de capitales, el nivel de los salarios no estaba limitado por la competencia externa y existía una reducida desocupación (en lo sustantivo, a raíz de la expansión

nas -denominado reoancha clasista por la forma en que logró congregar el apoyo del conjunto de las fracciones del gran capital- fue impuesto mediante el disciplinamiento represivo de los sectores populares. Su expresión

y el desarrollo

más acabada son los 30.000 desaparecidos y presos gremiales y políticos, la proliferación de campos de concentración, la complicidad empresaria en la represión en los lugares de trabajo (Acindar, Astarsa, Dálmine Siderca,

fabriles)-

fueron

dos de los objetivos centrales

de los mi-

litares que usurparon el poder. De allí que se apuntara a alterar de manera radical la relación de fuerzas sociales derivada de la presencia de una clase obrera industrial

muy organizada

y movilizada en términos

Ford, Ledesma, Mercedes Benz) , la participación

de importantes funcio-

narios de muchas de las empresas de mayor envergadura del país en ámbitos estratégicos del aparato estatal, la intervención de los sindicatos y el cuales unos pocos capitalistas acrecientan el control sobre la propiedad de los medios de producción con que cuenta una sociedad, mediante la expansión de su presencia en uno o múltiples sectores económicos a partir de una reasignación del stock de capital existente (compra de empresas, fusiones, absorciones, asociaciones, etc.). V~aseMarx (1959). 2 Al respecto, consúltense, entre otros, los trabajos de Fajnzylber (1983), Dorfman (1967 y 1983), Katz y Kosacoff (1989) y Sourrouille (1976).

cercenamiento de conquistas laborales de larga data. ' La señalada revancha clasista también se vio reflejada en la orientación de las tres primeras

medidas

de política económica

implementadas

por

la dictadura militar, bajo la conducción del Ministerio de Economía a cargo de un hijo dilecto del poder económico local Uosé Alfredo Martínez

22

HECHO

EN ARGENTINA

de Hoz) y la inestimable colaboración de otros cuadros orgánicos de los sectores dominantes+ congelamiento salarial por tres meses, supresión del control de precios (que desembocó en una inflación del 87,5% en el segundo trimestre de 1976 y propició una reducción del salario real de más del 30%) y devaluación cambiaria. Se trató, sin duda, como se comprueba por sus efectos a largo plazo, de uno de los mayores "logros" de la gestión dictatorial, que se articuló con la feroz represión desplegada sobre los sectores populares y permitió establecer desde allí un nuevo y mucho más bajo punto de partida para la discusión respecto del nivel del salario real de los trabajadores y de la consiguiente distribución funcional del ingreso." La reestructuración económica y social puesta en marcha en esos años tuvo un indudable impacto sobre los sectores productivos, que habían venido sosteniendo el funcionamiento de la sustitución de importaciones. En efecto. la conjunción de la inicial apertura asimétrica de la economía, la reforma financiera de 1977, la adopción del denominado enfoque monetario de balanza de pagos, la "tablita" hacia fines de 1978 y la profundización de la apertura con creciente retraso cambiario desde 1979, interrumpieron el modelo sustitutivo sobre el que el comportamiento de la economía nacional se había venido estructurando durante las décadas anteriores. Desde allí en adelante el núcleo central del proceso económico y social ya no fue la vinculación entre la producción industrial y el Estado, sino la especulación financiera y la salida de capitales al exterior vinculadas a otro tipo de Estado, modificación que derivó en la contracción y la reestructuración regresiva de la producción industrial. 3 Antes del golpe, Martínez de Hoz había ocupado cargos ejecutivos en importantes grupos económicos (Acindar, Bracht y Roberts, entre los más destacados) y muchos de sus colaboradores más cercanos habían ejercido cargos similares en otros holdings y/o compañías de grandes dimensiones con mucha trayectoria en el país. A modo de ejemplo se destacan los casos de M. Braun Lasala (Braun Menéndez), G. K1ein (Shaw y Renauh),J. Nicholson (Ledesma), E. Oxenford (Roberts) y F. Soldan (del grupo homónimo). 4 En palabras de Martínez de Hoz.: "Hemos seguido durante el curso del año una política salarial que algunos han calificado de extremadamente dura, pero que desde ~I primer momento anunciamos qu~ debía tener lugar, porque los salarios habían alcanzado un nivel demasiado alto en relación con la producción global de nuestra economía y, por lo tanto, debían sufrir una contención relativa. Al mismo tiempo, esto era absolutamente necesario para quebrar la espiral preciossalarios, y revertir esa tendencia inflacionaria a que me he referido. Cuando anunciamos esta política sin esconder-la, dijimos que la alternativa era o una desocupación masiva o la aceptación por parte de los trabajadores de esta contención salarial relativa. Creo que en ese momento tuvimos un consenso tácito de aceptación, puesto que no hubo perturbaciones ni protestas en las fábricas ni en ningún otro lugar de trabajo porque la gente tenía miedo en ese momento a la desocupación" (Ministerio de Economía, 1982).

LA DICTADURA

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACrÓN

23

J Como lo han destacado Azpiazu, Basualdo y Khavisse (2004). en vista de los objetivos perseguidos por las Fuerzas Armadas y las fracciones de clase que constituyeron su principal base de sustentación, semejante alteración en el patrón de acumulación del capital en la Argentina implicaba. en primer lugar, agredir una estructura socioeconómica constituida a lo largo de varios decenios duran te los que el modelo de industrialización por sustitución de importaciones atravesó diferentes etapas. En este marco se había ido conformando una sociedad urbana con una compleja y conflictiva articulación de sus sectores sociales. En segundo lugar, por la propia solidez de la estructura socioeconómica, esta reconversión tenía que producirse necesariamen te a través de una crisis, y no mediante una fase de expansión económica, que lograse la marginación de ciertos sectores sociales, la redefinición de otros y el predominio de los restantes. En tercer lugar, los cambios a producir en los pilares básicos de la industrializa~ión sustitutiva, así como los rasgos del nuevo patrón de acumulación, debían tornarse irreversibles. -Este intento de refundar estructuralmente el capitalismo argentino debía basarse en un estricto control sobre el aparato del Estado, que posibilitara un avance simultáneo en múltiples direcciones (fuertemente relacionadas entre sí): la recomposición de la dominación social mediante el disciplinamiento fundamentalmente de la clase trabajadora y los estamentos empresarios de menores dimensiones -o los menos "eficientes" en términos internacionales, desde el punto de Vistade quienes abrevaban en la ortodoxia monetarista tan difundida en esos años-, la redistribución regresiva del ingreso, la redefinición del accionar estatal, la modificación de la estructura productiva y, en suma, la reversión de la dinámica sustitutiva en el plano socioeconómico

y político. .' 'Es en ese marco que deben ser analizadas las sucesivas políticas económicas implementadas por la dictadura militar, que, más allá de sus discontinuidades, vaivenes, diversidad de objetivos de corto plazo e incluso heterogeneidad de instrumentos utilizados, guardaron una consistencia plena en cuanto a unidad de concepción y objetivos estratégicos refundacionales de largo plazo. En este capítulo abordaremos algunos de sus principales efectos. No se pretende realizar una descripción porrnenorizada y cronológica de la política económica y las diferentes herramientas a las que se recurrió durante la dictadura militar, particularmente en la gestión ministerial de Martínez de Hoz. Sin embargo.tsin ignorar tales determinantes. el análisis se centra en algunos de sus principales efectos en el ámbito manufacturero, como el proceso de desindustrialización y

24

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

de regresividad estructural del sector; el "golpe" al salario real, el empleo y las condiciones de trabajo; los profundos cambios sobrevenidos en la estructura de precios y rentabilidades relativas de la economía y su vinculación con el desempeño fabril; las morfologías de los mercados industriales y su distinta capacidad de resistencia y adaptación a los nuevos escenarios macro y mesoeconómicos; los cambios en el perfil de especialización de la economía y el comercio exterior de manufacturas; las transformaciones en el interior del capital y las fracciones empresarias predominantes, y una somera revisión sobre algunos de sus principales legados.

LA ESTRATEGIA DE AGRESIÓN AL SECTOR MANUFACTURERO

La señalada agresión y la posterior crisis del entramado industrial reconocieron, tanto en términos del instrumental de políticas aplicado como en su secuencia temporal. una muy variada gama de situaciones que irian convergiendo en dos dimensiones relacionadas: por un lado. el quiebre definitivo del esquema sustitutivo y, por otro. un pronunciado proceso de desindustrialización y reconfiguración regresiva del tejido manufacturero. Así, en materia de política cambiaria y en el marco de ciertos principios rectores

de la pionera

vel internacional. cas demandaba

experiencia

la consolidación la recomposición

neoliberal

en el país y en el ni-

de las ventajas comparativas estátide la estructura

de precios relativos

MILITAR:

DESINDUSTRIALlZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

25

los distintos sectores de la economía. se suprimieron o redujeron significativamente los reintegros a las exportaciones fabr-iles y los derechos de exportación de productos agropecuarios que oscilaban entre el 10% y el 50%. al tiempo que se eliminaron ventajas crediticias a las exportaciones industriales y los depósitos previos de importación. En otros términos. se alteraron radicalmente los tipos de cambio múltiples que en el marco del modelo sustitutivo tendían a favorecer a los bienes industriales. en aras de una reasignación de recurso~ favorable a los sectores que contaban con ventajas comparativas. en particular. el agropecuario. La forma que presentó la apertura de la economía emerge como otra de las importantes agresiones a la actividad [abril, muy partíeularrnente cuando hacia fines de 1978 se adoptó el enfoque monetario de balanza de pagos. En realidad. en consonancia con los objetivos perseguidos. a fines de 1976, mediante el Decreto 3008, se redujeron sustancialmente los márgenes de protección arancelaria y la tarifa del arancel nominal promedio pasó del 93,7% al 52,7%. De todas maneras, a pesar de la intensidad de la reforma. su impacto se vio morigerado por el incremento en la relación entre el tipo de cambio y los salarios, sin que los márgenes de rentabilidad en el sector manufacturero resultaran mayormente afectados más allá de algunos casos puntuales. De todas maneras. se agudizaron las' asimetrías entre empresas oligopólicas -con capacidad de determiriación de los precios domésticos- respecto de las pequeñas y medianas industrias. que resultaron desfavorecidas. En paralelo con lo anterior, política

cambiaria

y antes de subrayar la confluencia

con la apertura

comercial

(importadora)

de la y la re-

de la economía en favor de los asociados directamente con la dotación de recursos naturales (esencialmente el sector agropecuario, aunque también los hidrocarburos y otros rubros de características similares) y

forma financiera de 1977 que conformó una trilogía estratégica de mecanismos de agresión al sector manufacturero. vale la pena incor-

en detrimento

consenso de las Fuerzas Armadas. más precisamente por la Comisión de Asesoramiento Legislativo, integrada por tres oficiales pertenecientes a cada una de las fuerzas militares, responsables de "estudiar" las

de los industriales

(que resultaban

"ineficientes"

a escala

mundial, en un esquema por demás simplista de la división internacional del trabajo). De allí que después del inicial desdoblamiento del tipo de cambio (comercial y financiero) con un significativo incremento del nivel cambiario (de casi el 100% en el primer caso y de más del 150% en el segundo), hacia fines de 1976 se unificaron ambas paridades, lo que llevó a un crecimiento en el tipo de cambio para operaciones comerciales del orden del 250% respecto al primer trimestre de 1976 (en un período en el que los precios mayoristas aumentaron alrededor del 160%). Asimismo. en un intento por acceder a tipos de cambio real similares para

porar una breve referencia

propuestas

de laJunta,

a algunas

de las leyes sancionadas

como paso previo a su promulgación

con el

por parte

de la dictadura. Se trata, en primer lugar, de la sanción en agosto de 1976 de un nuevo régimen de inversiones extranjeras (Ley 21.382), que implicó la desregulación generalizada del accionar de las empresas de capital extranjero. a las que se otorgó igualdad de derechos respecto de las nacionales, e incluso incorporó una especial figura legal al considerar que los actos celebrados con su matriz u otra filial de la misma transnacional

26

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

serían considerados como realizados entre "entes Independientes"." Al respecto, cabe acotar que esta medida, aunque ligeramente modificada, sigue vigente, y pone de manifiesto un argumento desmentido por los hechos: que basta una legislación generosa para atraer inversiones directas del exterior. Por su parte, en 1977 (en julio y agosto, respectivamente), fueron sancionadas, como elementos complementarios de la política económica orientada a favorecer la presencia de inversiones extranjeras en la industria, las leyes de promoción industrial. En particular se destacan la Ley 21.608, que reemplazó a la 20.560 sin introducir grandes modificaciones, y que hacía posible que las empresas de capital foráneo se acogieran a sus beneficios, y la Ley 21.617 de transferencia de tecnología, ambas plenamente inscriptas en la concepción el accionar estatal.

neoliberal

que sustentaba

A mediados de ese mismo año se implementó una de las políticas que mayor impacto negativo tuvo sobre buena parte de la sociedad y de la propia dinámica de la economía argentina: la reforma financiera. A partir de este momento el sector financiero (y la propia actividad especulativa) comenzó a desempeñar un papel hegemónico en la absorción y la reasignación de los recursos. La liberalización de las tasas de interés, de la asignación del crédito por parte de las entidades financieras y de los requisitos para su expansión (podrían participar en el capital de otras entidades), así como para la instalación de nuevas entidades -de capital nacional o extranjeroy sucursales, la garanúa estatal de los depósitos y la eliminación de restricciones cambiarías al movimiento de capitales con el exterior

constituyen

algunos

de los aspectos

centrales

de la re-

forma que ejercerían una influencia decisiva en el desenvolvimiento futuro de la economía, la transferencia intersectorial de ingresos, la propia dinámica de la acumulación

de capital y las formas adoptadas por el poder

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZAC16N

y RECONFlCURACIÓN

27

firmas que se veían imposibilitadas de fondearse en los mercados externos (en su mayoría de pequeñas y medianas dimensiones). Por otro, el creciente desplazamiento de la inversión (fundamentalmente por parte de las gt-andes firmas) hacia la valorización financiera de los recursos, es decir, la inversión en activos financieros mucho más rentables que aquellos que podía ofrecer un ya alicaído sector fabril. De todas maneras, y con múltiples irnplicancias, a punto tal que puede ser reconocida como una nueva fase de la política económica de la dictadura, a fines de 1978 se implementó el enfoque monetario de balanza de pagos esencialmente como política de estabilización de precios, sustentada sobre la base de la "apertura

de la economía

y la confianza

en las

empresas privadas como sostén y motor de la economía", que permitiría que "la tasa de crecimiento de los precios internos convergiera a un valor igual al de la inflación internacional más la tasa de-devaluación't.P En ese marco se adoptó la llamada "tablita", que; vigente hasta febrero de 1981, preanunciaba la futura devaluación del tipo de cambio a un ritmo decreciente, de f~rma tal que los precios relativos internos tendieran a converger con los internacionales. ' . En realidad, si bien se enmarcó en una estrategia antiinflacionaria, ese esquema conllevó una política cambiaría caracterizada por el creciente retraso de la paridad, en un escenario detasas de interés reales positivas, tasas locales en dólares muy superiores a las vigentes en el mercado internacional (elemento esencial para interpretar el crecimiento acelerado del endeudamiento externo en un contexto de valorización financiera transnacional de los capitales, con una activa presencia de los locales) y profundización del proceso de apertura." En efecto, también a fines de 1978 se sancionó la Resolución 1634 del Ministerio de Economía, mediante la cual se anunciaba un cronograma de reducciones

arancelarias

hasta 1984 (el arancel promedio

sería del 15%).

económico dominante. Dos tipos de efectos que irían asumiendo distintas formas e intensidades a finales de 1978 se destacan en lo que concierne al sector industrial. Por

Para ese entonces, la mitad de las posiciones tendría tarifas del'IO%, la ter-

un lado, el notable encarecimiento del crédito para el conjunto de las actividades manufactureras, situación particularmente acucian te para aquellas

una disminución

5 Esta última consideración, aún vigente (texto ordenado de la Ley 21.382, aprobado como Anexo I del Decreto 1853/93), fue una forma de respuesta institucional a dos resonados casos judiciales resueltos por la Corte Suprema de justicia (Parke Davis, 1973 y Swiñ-Deltec, 1974) en I?s que se estableció la responsabilidad de las casas matrices en su VÍnculo con sus subsidiarias locales.

cera parte de entre el 10% y el 20%, y apenas el 0,4% por encima del 30%. El programa quinquenal de reducción de las tarifas contemplaba en diciembre

progresiva

desde un nivel promedio

de 1978 hasta un 15% en enero de 1984.

cercano' al 29%

,

.

6 Discurso de Martínez de Hoz (citado en Ministerio de Economía, 1982). 7 Mientras que el impacto de las reducciones arancelarias iniciale~ Sobre las actividades [abr-iles se vio morigerado por el profundo abaratamiento de los costos laborales y una mayor explotación de los trabajado~es, la . profundización de la apertura irnportadora con un paulatino y creciente rezago cambiario afectó a casi todo el espectro manufacturero.

26

HECHO

EN ARGENTINA

serían considerados

LA DICTADURA

como realizados

entre "entes independíentes"."

Al

respecto, cabe acotar que esta medida, aunque ligeramente modificada, sigue vigente, y pone de manifiesto un argumento desmentido por los hechos: que basta una legislación generosa del exterior.

para atraer inversiones

como elementos

orientada

a favorecer

dustria,

complementarios

la presencia

las leyes de promoción

Ley 21.608, que reemplazó

de inversiones

industrial.

A mediados

a la 20.560 sin introducir

en la in-

se destacan

grandes

la

modifica-

de capital foráneo

y la Ley 21.617 de transferencia

se aco-

de tecnología,

y de la

propia dinámica de la economía argentina: la reforma financiera. A partir de este momento el sector financiero (y la propia actividad especulaun papel hegemónico en la absorción y la La liberalización de las tasas de interés, de

la asignación del crédito por parte de las entidades financieras y de los requisitos para su expansión (podrían participar en el capital de otras entidades), así como para la instalación de nuevas entidades -de capital nacional

o extranjero-

la eliminación con el exterior

y sucursales,

de restricciones constituyen

la garantía

cambiarias

algunos

estatal de los depósitos

al movimiento

de los aspectos

centrales

de la re-

decisiva en el desenvolvimiento

turo de la economía,

intersectoríal

dinámica de la acumulación económico dominante.

un lado, el notable encarecimiento

Isr"',

de fondearse en los mercados

y medianas

dimensiones).

27

externos

Por otro, el cre-

ciente desplazamiento de la inversión (fundamentalmente por parte de las grandes firmas) hacia la valorización financiera de los recursos, es decir, la mucho más rentables que aquellos que po-

día ofrecer un ya alicaído sector fabril. De todas maneras, y con múltiples implicancias, ser reconocida

a punto tal que puede

como una nueva fase de la política económica

dura, a fines de 1978 se implementó pagos esencialmente

el enfoque

monetario

como política de estabilización

tada sobre la base de la "apertura

de la economía

de la dicta-

de balanza de

de precios, susteny la confianza

privadas como sostén y motor de la economía",

en las

que permitiría

ese marco

se adoptó la llamada "tablita", que, vigente hasta febrero de

1981, preanunciaba

la futura devaluación de! tipo de cambio a un ritmo de-

creciente, de forma tal que los precios relativos internos tendieran a converger con los internacionales. En realidad, si bien se enrnarcó esquema

en una estrategia an tiinflacionaria,

conllevó una política cambiaria

retraso de la paridad. en un escenario tasas locales en dólares muy superiores nacional (elemento del endeudamiento transnacional

caracterizada

ese

por el creciente

de tasas de interés reales positivas, a las vigentes en el mercado

esencial para interpretar el crecimiento externo en un contexto de valorización

de los capitales, con una activa presencia

inter-

acelerado financiera

de los locales) y

profundización del proceso de apertura? En efecto, también a fines de 1978 se sancionó la Resolución 1634 del Ministerio de Economía, mediante la cual se anunciaba ducciones

arancelarias

un cronagrama

hasta 1984 (e! arancel promedio

de re-

seria del 15%).

Para ese entonces, la mitad de las posiciones tendría tarifas de! 10%, la ter-

Dos tipos de efectos que irían asumiendo

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fu-

de ingresos, la propia

de capital y las formas adoptadas por el poder distintas formas e intensidades

a finales de 1978 se destacan en lo que concierne vidades manufactureras,

y

de capitales

forma que ejercerían una influencia la transferencia

(en su mayoría de pequeñas

y RECONFIGURACIÓN

que "la tasa de crecimiento de los precios internos convergiera a un valor igual al de la inflación internacional más la tasa de devaluación ".6 En

una de las políticas que

tuvo sobre buena parte de la sociedad

tiva) comenzó a desempeñar reasignación de los recursos.

firmas que se veían imposibilitadas

empresas

neo liberal que sustentaba

de ese mismo año se implementó negativo

económica

extranjeras

En particular

ambas plenamente inscriptas en la concepción el accionar estatal. mayor impacto

fueron san-

de la política

ciones, y que hacía posible que las empresas gieran a sus beneficios,

DESINDUS~RIALlZACI6N

inversión en activos financieros

Por su parte, en 1977 (en julio y agosto, respectivamente), cionadas,

directas

MILITAR:

al sector industrial.

Por

del crédito para el conjunto de las acti-

situación particularmente

acuciante para aquellas

5 Esta última consideración, aún vigente (texto ordenado de la Ley 21.382, aprobado como Anexo 1 del Decreto 1853/93), fue una forma de respuesta institucional a dos resonados casos judiciales resueltos por la Corte Suprema de Justicia (Parke Davis, 1973 y Swift-Deltec, 1974) en los que se estableció la responsabilidad de las casas matrices en su vínculo con sus subsidiarias locales.

cera parte de entre el 10% y el 20%, y apenas 30%. El programa una disminución en diciembre

quinquenal progresiva

de reducción

el 0,4% por encima del

de las tarifas contemplaba

desde un nivel promedio

cercano

al 29%

de 1978 hasta un 15% en enero de 1984.

6 Discurso de Martinez de Hoz (citado en Ministerio de Economía, 1982). 7 Mientras que el impacto de las reducciones arancelarias iniciales sobre las actividades febriles se vio morigerado por el profundo abaratamiento de los costos laborales y una mayor explotación de los trabajadores, la profundización de la apertura importadcra con un paulatino y creciente ,rezago cambiario afectó a casi todo el espectro manufacturero.

28

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

Sin embargo, no se trató de una apertura indiscriminada y generalizada. Así, por ejemplo, para el caso de la industria automotriz se fijó un arancel del 95% y un sistema de precios de aforo para su cálculo, se autorizó la importación de una proporción creciente de autopartes, se eliminó la prohibición a la importación de automóviles y se dispuso una paulatina reducción de aranceles que recién alcanzaría un mínimo del 45% en 1984. Asimismo, para el ensamblaje de televisores a color y otros bienes de consumo electrónico provenientes de Tierra del Fuego se fijaron restricciones a las importaciones, lo que dio lugar a una suerte de protección efectiva "infinita". Este último tema amerita un breve comentario en torno al incentivo implícito a la generación de un enclave de ensamblaje, con nulos eslabonamientos locales y el consiguiente desplazamiento -en pleno proceso de cambio tecnológico a escala mundial- de la industria nacional de bienes electrónicos de consumo. Entre sus principales incentivos, el régimen fueguino (Ley 19.640, vigente desde 1972)· eximía a las empresas que se radicaran en la isla del pago de aranceles a las materias primas e insumos en los casos en que los consiguien tes derechos en territorio continental superaran el 90%. La propia dinámica de la apertura, sumada a los restantes beneficios fiscales como, por caso, la liberación del pago del IVA por compras y ventas, del impuesto a las ganancias y arras, activó la potencialidad inductora de tales incentivos y condujo a la consolidación del enclave" y la discontinuidad de la producción industrial de bienes electrónicos de consumo emplazada en el territorio continental. Más allá de estas asimetrías manifiestas en términos de apertura, resaltar que poco después de su anuncio, más precisamente

cabe

en enero de

1979, se dispuso la anticipación

de la reforma arancelaria como mecanismo de control de precios, contemplándose incluso reducciones más

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

29

ltJ~dieron a dinamizar el proceso de apertura de la economía sin que por éll¿'se produjera la ansiada convergencia de precios y la desaceleración j',i

significativa del ritmo inflacionario. ",\1:Por el contrario, la importación de bienes sustitutivos de la produc-ciórrlocal (subsidiada mediante la paridad cambiaria real), incluso con ~~.a.escasa -sino nula- recurrencia al control del dumping, afectó pro·i~rida~ente a una parte importante de los sectores empresarios indus;tri~les, en particular a los de menores dimensiones (muy castigados, a s~t.~ez,por el elevado nivel de la tasa de interés vigente en el mercado ,,'Jilfanciero local). La pretendida regulación de los precios domésticos p~f.,rÍiedio de la competencia de sus similares importados se encon.,,"traba restringida bien en aquellos bienes transables protegidos natural·,w.e,nte'(como en el caso del cemento), bien por normativas específicas !(automotriz, bienes de consumo electrónicos), al tiempo que el grado de transabilidad (por ejemplo, la relación precios unitarios/costo del flete) imponía una serie de matices a esa peculiar

regulación

de los precios

internos. ~Es más, en el marco de la estrategia antiinflacionaria adoptada, la evol;':;ción diferencial de los precios de los servicios, la actividad de la cons:~,ucción y el área de los energéticos (fundamentalmente petróleo y g<;lS)~ respecto de los sectores productores de bienes, muy especialmente aquéllos con mayor exposición a la competencia internacional, impidió esa ansiada convergencia. Los precios de los no transables, no afectados por }a apertura, crecieron holgadamente por encima de los transables, \:lt.?~q{¡e impulsó el crecimiento de la inflación 'hacia valores muy superio,~r~s~ los registrados

en el nivel internacional.

!~i.f1r~o,dado que la devaluación

preanunciada

y con ello el retraso carnse ubicaba por debajo de

aceleradas para aquellos bienes cuyos precios crecieran más de lo que se consideraba aceptable. Este adelanto del programa arancelario -efecti-

la real. .'1~L~ falacia del argumento teórico que esgrimía la posible convergenci~ ~ntre los precios domésticos y los internacionales y, en particular,

vizado en marzo para un grupo importante de bienes de consumo y en abril para los bienes de capital-, en conjunción con el abaratamiento re-

,entre los transables y los no transables suponía mercados de competencia perfecta y la libre movilidad de los factores. En efecto, se asume que

lativo de las importaciones derivado de la paulatina revalorización real del peso y, desde julio de 1980, la incorporación de los gravámenes extraarancelarios al arancel de importación con la consiguiente fijación

~iio~ precios de los bienes y servicios no transables crecen más gue los

de un nivel máximo para éste, sumados a la supresión de aranceles para los insumos no producidos en el país y otras disposiciones adicionales,

8 Entre 1980 y 1983 se radicaron más de la mitad de los establecimientos en 1985 y prácticamente la totalidad de las plantas de mayor tamaño.

restantes, el incremento

de las ganancias y de los salarios en tales ámbi-

tos atraerán factores productivos del resto de la economía. La realidad d~'los mercados se encargó de disciplinar a las autoridades económicas, que ya a comienzos de la década de 1980 habían perdido gran parte del apoyo de las principales centrales empresarias, a un altísimo ,~osto social y con la destrucción de una porción importante del tejido

censados

manufacturero.

LA DICTADURA 30

HECHO

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

31

EN ARGENTINA

En suma, el resultado de las diferentes medidas de política económica a las que se hizo alusión (la "represión salarial"de 1976, la reforma financiera de 1977 y la "tablita", que derivó en retraso cambiario y se articuló con una profunda apertura comercial-aunque asimétrica en cuanto a sus efectos sobre los distintos mercados y actores fabriles-) fue una contracción por demás significativa del sector industrial. Así, en los años posteriores al golpe de Estado de marzo de 1976, se produjo el cierre de más de veinte mil establecimientos fabriles, el producto bruto del sector cayó en forma pronunciada, lo mismo que la ocupación, y se redujo el peso relativo de la actividad en el conjunto de la economía (pasó del 26,9% del PBI global al 23,8%, gráfico 1). Más aún, la industria dejó de ser el núcleo ordenador y dinarnizador de las relaciones económicas y sociales en la Argentina, así como el sector de mayor tasa de retorno de toda la economía, lugar del que fue desplazado muy particularmente por las actividades financieras y las vinculadas a diversas formas de especulación.

Gráfico 1. Argen tina. Evolución del PBI total e industrial y participación de la industria en el PBI total, 1974-1983 (en índice base 1974 = 100 Yporcentajes)

28,3 27,8

.,

2B,0

,103,8

'.--

101,5 .A

á

26,0

98,7

95,0

23,8

24,0

90,0 ,2

22,2

B5,0

22,0 -

-.

PBlT0121

BO,O

------.

PBllndwtri.1.

75,0

_

PBllnd.fPBI

cambios radicales en la estructura de precios y rentabilidades relativas, la contracción de la actividad fabril en su conjunto así como de la demanda interna, el abaratamiento de las importaciones y el encarecimiento real de las exportaciones manufactureras (modalidades de la apertura y el retraso cambiario), el alza notable de la tasa de interés real y la hegemonía de la valorización financiera del capital, no todas las ramas manufactureras experimentaron la crisis con igual intensidad. , Los datos aportados por el cuadro 1 permiten concluir que actividades como las ligadas a la elaboración de textiles, confecciones y cuero o la de madera y muebles (fuertemente afectadas por la competencia externa, incluso a precios de dumPing) revelaron caídas por demás significativas en el período 1974-1983 (32,8% Y41,0%, respectivamente). Que al cabo de diez años el producto generado por tales sectores se haya contraído en casi un tercio yen dos quintas partes resulta más que emblemático en términos de las políticas públicas que desencadenaron esta reducción. Es más, a pesar de que la industria automotriz tuvo un tratamiento diferencial, la rama productora de maquinaria y equipos, una de las que Iideraron la segunda fase del proceso sustitutivo y donde se concentraba buena parte de los bienes propulsores y difuso res del progreso técnico y con mayores eslabonamientos virtuosos, se contrajo en más del 25% entre , 1976 Y 1983 (casi el 30% si se considera el período 1974 a 1981). Como resultado, la industria de bienes de capital, que en 1974 explicaba casi el \ 30% del PBI industrial, vio reducir su participación a poco más del 25% ¡.en 1983 (perdió 3,7 puntos porcentuales), casi idéntica proporción de la que ganara la elaboración de productos químicos que, junto las industrias metálicas básicas, fueron las únicas ramas industriales que revelaron un crecimiento (si bien modesto) al cabo del decenio 1974-1983. Otros rubros manufactureros que registraron caídas más O menos considerables fueron el de alimentos, bebidas y tabaco (principalmente por la alicaída demanda interna en un contexto de marcada regresividad distributiva y, en los dos primeros casos, también por la irrupción de productos importados), el de papel, imprenta y publicaciones (20,1 % en la década de referencia, por razones similares a las precedentes) y el vinculado con el procesamiento de minerales no metálicos (-15,9%). En este último caso, a pesar de que uno de sus' principales "componentes contaba con una fuerte protección natural,I(la indus~ia cementera) , la profunda contracción de la actividad de la constr uccron . (-37,3% entre 1976 y 1983), demandante privilegiado de los bienes del sector, arrastró al complejo en su conjunto. '

20,0 Tot.:l.l

70,o-l--~--~-~---.---r----'r-_-,-_-,-_-,_-I_IB.0

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del BCRA.

Ahora bien, en este contexto caracterizado por el quiebre del modelo sustitutivo, el inicio de la desindusrrialización de la economía nacional, la regresividad estructural en el interior del sector manufacturero, los

32

HECHO

EN ARGENTINA

lA DICTADURA

Cuadro 1. Argentina. PBI industrial a costo de factores según grandes divisiones, 1974-1983 (en australes a precios de 1970 y porcentajes) Años

Evolución

1974-1983 Alimentos, Textiles,

bebidas

1974 520,2

y tabaco

confecciones

v cuero

Madera v muebles Panel, imprenta

v uublicaciones

Productos

químicos

Minerales

no metálicos

Industrias

metálicas

Maquinaria

básicas

v eouiuos

Otras manufacturas

Total

1976 521,0 293,7 40,0 124,8 344,5 129,8 117,0 672,7

325,5 53,4 141,5 334,3 132,0 134,9 732,5 176,2 2550,4

166,4 2409,9

1981 514,8 196,5 38,8 100,2

1983 491,5

338,0 109,5 119,1 516,1

367,8 111,0 142,5 544,2

-20,1 10,0 -15,9 5,6 -25,7

143,3 2077,8

149,8 2170,3

-15,0 -14,9

218,8 31,5 113,1

(%)

-5,5 -32,8 -41,0

Los ejemplos atípicos ofrecidos por la industria de productos químicos y las metálicas básicas remiten. esencialmente, a la maduración de algunos grandes proyectos de inversión, concretados al amparo de la promoción industrial, que en su mayoría habían sido formulados original-

DES INDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

33

por ser mayoritariamente industrias de procesos, incluso se les concedieron beneficios adicionales para la colocación externa de sus excedentes. Cabe afirmar entonces que constituyen ejemplos del asirnéu-ico tratamiento en materia de apertura de la economía. En definitiva, más allá de las cuestiones apuntadas en torno a los disímiles patrones de comportamiento en el interior de la industria y los cambiantes instrumentos de política económica que se aplicaron (todos inscriptas en una ostensible unidad de concepción y propósitos esenciales), no cabe duda de que se trató de una profunda (y provocada) crisis sectorial que, por su naturaleza, condujo a la destrucción de una parte importante del entramado de eslabonamientos y articulaciones intra e interindustriales (y de toda la masa crítica asociada), así como también a-la remoción de los pilares básicos sobre los que se había sustitutivo hasta entonces,

GOLPE

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del BeRA.

MILITAR:

AL MERCADO

LABORAL

Y A LA CLASE

estructurado

el modelo

TRABAJADORA

INDUSTRIAL

¡ Como ya se destacó. las primeras medidas de política económica de la die-.! t;,'dura (congelamiento salarial con liberalización de precios y devaluaCión! cambiaría) manifestaban la intención de reorientar en forma radical la dis-] tribución funcional del ingreso o, en otras palabras. la relación c~pital-tia- ¡

mente en los últimos años de la fase de crecimiento ininterrumpido 1964-1974, cuando la producción local de bienes intermedios de uso

bajo en el marco de los objetivos estratégicos (económicos y políticos) tra-. zkdos por la conducción dictatorial. En el ámbito industrial eUb se tradujo'

difundido surgía como una de las grandes asignaturas pendientes. Tales son los casos de, entre otros, los emprendimientos de Indupa, Polisur, Petropol, Petroquímíca Bahía Blanca en el área de los petroquími-

e;" una contracción del salario real, que superó el 30% en ese crítico f disciplinador primer trimestre de la gestión militar (cuadro 2). Por su-parte,

cos, y de Aluar (monopolio

en la producción

Dálmine-Siderca y Acindar las metálicas básicas,

(siderúrgicas

de aluminio

integradas)

primario),

en el ámbito de

En general, y con ligeros matices, los regímenes específicos de promoción sectorial contemplaban una amplia gama de incentivos tributarios y crediticios en los que la protección de los bienes a producir frente a la industria internacional asumía un papel protagónico (prohibición de importar bienes similares a los que comenzaban a producirse en el país, fijación de aranceles diferenciales

o, como en el caso de la siderurgia, el requi-

sito de contar con licencias de importación que debían ser otorgadas por la Dirección General de Fabricaciones Militares). En algunos casos,

eh términos 1

anuales, la caída de la remuneración

real durante 1976 'al- , ¡

c~nzó casi una tercera parte del salario con respecto a 197~, año 'en 'el que, Rodrigazo mediante, ya había sufrido una reducción del '3,3,'!P 'en' relición con el vigente en 1974. Sin duda, ese profundo reajuste salarial, .concretado en apenas tres meses de dictadura, era una de las piezas clave

!

i

'de la política de estabilización (en palabras del ministro: Habs~lu,tamerite 1 -.rlecesario para quebrar la espiral precios-salarios'ü.vpero fll,n
34

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

industriales en 1979 y 1980, Yde una nueva y profunda caída en 1981 (los registros correspondientes al tercer trimestre de ese año son casi equivalentes a los correspondientes al escenario disciplinador que ofrece el primer trimestre de gestión dictatorial), el objetivo estratégico se había conseguido: la fijación de un nuevo "piso de equilibrio". Esto significó un estadio mucho más bajo en el nivel del salario real de los trabajadores industriales, que, como tal, persistió a lo largo de varias décadas y quebró definitivamente el patrón de acumulación que había ido consolidándose en el marco de la sustitución de importaciones, esquema bajo el cual el salario asumía un papel decisivo como parte constitutiva esencial de la demanda doméstica (lo cual fijaba un límite estructural a su dismin ución) .

1975

Variación

100

Periodo

De la información

1976 l trim. Il trim.

67,26 96,84 65,93

-32,7 -0,7

UI trirn.

62,99

III trim. IVtrim.

83,44

2,3 3,8 15,4

1980 Itrim. II trim.

83,15 81,24 79,40

11,3 -2,3 -2,3

III trim.

83,30

IVtrim. 1981

87,05 74,61 83,37

4,9 4,5 -10,3

-31,9

IVtrim.

61,15

-4,5 -2,9

1977 Itrim.

66,30 64,53

-1,4 -2,7

II trim. III trim.

68,21

5,7 -3,0

IVtrim. 1978

66,15 66,23 65,34 63,72

1 trim. Utrim. III trim.

62,25 64,53

IVtrim.

68,73

0,1 -1,4 -2,5 -2,3 3,7 6,5

1979 l trim. Il trim.

l trirn.

11 trim. III trim. IVtrim.

75,28 68,80 74,32

1

propia sobre la base de información

relevantes:

en el período

1979-1982 (en que descendió

casi al

• la cantidad de obreros ocupados en la industria se redujo en más de una tercera parte (tendencia que se verificó de manera sistemática entre 1976 y 1982 Yse revirtió ligeramen te en 1983 en respuesta a la recuperación experimentada en la producción y el advenimiento del ciclo electoral), mientras que las horas-obrero trabajadas declinaron algo más del 30%. Estos disímiles ritmos de contracción permiten dar cuenta del incremento registrado en la extensión media de lajornada laboral (como se desprende de la columna VI, entre 1974 y 1983 esta variable se expandió casi el 6%), expresión palpable de una mayor intensidad en el trabajo;

porcentual

14,3 -8,8

• en el transcurso de estos diez años la productividad promedio de la mano de obra experimentó un crecimiento significativo, tanto en lo que refiere a los obreros ocupados (37,6%), como en función de las horas trabajadas (29,9%). No obstante lo cual, a diferencia del último decenio de hegemonía del modelo de sustitución de importaciones, es necesario considerar este incremento de la productividad en un marco en el que la expulsión de mano de obra y la reducción de las horas trabajadas llevan un ritmo inferior al de la caída de la producción; . • se produjo una fuerte disminución en el poder adquisitivo de las 'retribuciones percibid as por los obreros del sector (17,3%), así como

11,7 -9,7 -8,6

en los costos medios salariales (18,6%), porcentuales que se elevan a 34,1 % y 38,5%, respectivamente, si se toma como referencia el último año de dictadura militar (1982); y , ,-

8,0 del INDEC.

presentada surgen algunas conclusiones

mente acentuada 19%);

,.1 Fuente: Elaboración

35

• durante el decenio aludido, el volumen fisico de la producción fabril se contrajo aproximadamente el 10%, declinación que fue particular-

Variación

Base

1975 - 100 74,69 68,14 69,68 72,33

porcentual

y RECONFIGURACI6N

importante surge de cotejar los valores adoptados por los principales indicadores del comportamiento sectorial entre 1974 (el último año de la fase histórica de sostenido crecimiento de la industria y la economía locales) y 1983, año en que se reconquista la democracia (cuadro 3).

Cuadro 2. Argentina. Evolución del salario real mensual

Base

DES INDUSTRIALIZACIÓN

A partir de estas consideraciones introductorias, vale la pena precisar con cierto detalle las transformaciones en el ámbito manufacturero en términos de la distribución funcional del ingreso. A ese respecto, una aproximación

del obrero industrial, 1976-1981 (en índice base 1975 = 100 Yporcentajes de variación respecto a idéntico período anterior) . Período

MILITAR:



como resultado del comportamiento diferencial que siguieron la productividad laboral, los salarios y los costos salariales reales, tuvo lugar una fenomenal transferencia de ingresos desde los asalariados hacia los capitalistas (las columnas IX y X del cuadro de referencia

36

HECHO

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DESINDUSTRIALIZAcrÓN

37

y RECONFIGURACIÓN

en ese año y el 66% superior que en 1974, mientras que el coeficiente productividad/costo medio salarial fue, respectivamente, el 3% y el 69% más holgado).

~K)

"

En suma, los datos analizados permiten concluir que, con independencia de su destino final específico, el capital industrial se apropió de la totalidad de los recursos generados por la mayor productividad de la mano de obra así como también de la pérdida de ingresos de los asalariados del sector, en un contexto signado por un ostensible deterioro les. Ahora bien, el notable incremento verificado

de las condiciones labora, en las ganancias brutas no

implica que éste haya sido apropiado en su totalidad por los empresarios del sector. Muy por el contrario, la mayor incidencia de los costos fijos (eapacidad ociosa por retracción del mercado) y, fundamentalmente, la vígenciade altas tasas de interés reales permiten suponer que en el marco del propio proceso de desindustrialización las "ganancias netas" de las firmas manufactureras no resultaron mayormente alteradas a pesar del notable incremento en la tasa de explotación de la mano de obra (es más, muchas sufrieron importantes quebrantos contables y no pocas registraron pérdidas 'patrimoniales de significación, incluyendo a algunas de grandes dimensiolnes y con larga trayectoria en el medio local). En otros términos, como señaló Osear Braun a mediados de 1980 en un juicioso análisis de la política económica dictatorial: "El incremento en las ganancias brutas que se obtiene a partir de la caída del salario real no se vuelca en ganancias propia-

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MILITAR:

revelan una creciente apropiación del excedente por parte del sector empresarial a lo largo del decenio, en rigor a partir de 1976: en 1983 la relación productividad/salario medio fue el 16% más elevada que

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LA DICTADURA

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EN ARGENTINA

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mente capitalistas. sino en el aumento de las rentas de los propietarios paeiwos, y por lo tanto, el estímulo a la inversión que hubiera debido generar la caída del salario real se contrarresta y elimina por el aumento de la renta, .del interés en términos reales y por otros pagos a los propietarios pasivos de 'bienes físicos y/o de activos financieros" (en Azpiazu y Schorr; 2009).' I ' .'.

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La: notable y persistente contracción interanual del empleo en la industría durante la gestión militar merece algunas consideraciones adicl~nálel

A pesar del tan men tado veto militar a la reducción de la ocupación y los recurrentes serialamientos del ministro Martínez de Hoz, para quien la re, ducción significativa del salado real era la forma de evitar una creciente desocupación, la contracción del empleo industrial se registró en forma ininterrumpida desde el inicio de la gestión militar hasta fines de 1982,

y eThforma disociada del comportamiento Com~ surge de la información

proporcionada

de la producción sectorial. por el cuadro 4, a lo largo

38

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

de veintisiete trimestres consecutivos se registraron. caídas en el ~ivel de ocu ación, con el agravante de que en diez de esos trimestres se verificaron . P t s en los volúmenes de producción manufacturera. Indudablemcremen o 1.~ di ocia mente, la magnitud y la persistencia de la pol~~c#ad~ exp~ sien y su 15 a~ d 1desenvolvimientO productivo perrruunan inferir que el em?res cion e 1" óli d pto una . d . dustrial esencialmente el segmento o IgOpO leo, a o . na O m • _las autonpolítica disciplinadora tanto o más ~nten~a.que. la p~opuesta pOI dades, desoyendo incluso los consejos ministeriales. •

#

Cuadro 4. Argentina. Evolución trimestral de la ocupaci.ón y la producción en la industria, 197&-1982 (en porcentajes de variación respecto del trimestre antenor) Ocupación

Período

obrera

Volumen

Período

físico de la

Ocupación

Volumen

obrera

físico de la nroduccién

I oroducción 1980

1976 1 u-im.

1,7

-2,9

1 u-im.

-5,5

6,1

IItrim.

-3,7

-4,1

11 tri m.

-6,5

-7,3

111 trim.

-5,0

-2,5

IIItrim.

-9,0

-1,1

Iv u-irn.

-6,1

-2,1

IVtrim.

-10,4

-4,8

1981

1977 Itrim.

-7,3

-0,6

1 u-im.

-12,5

-6,2

IItrim.

-6,4

3,7

11 trirn.

-13,8

-14,S

III trim.

-5,9

14,4

Hl u-im.

-11,9

-23,3

IVlrim.

-5,1

4,7

IVtrim.

-II,S

-IS,O

-10,5

-IS,O

Ltrirn.

-7,0

-11,5

-9,9

-12,7

Il trim.

-7,3

-6,9

-8,9

-10,4

IIItrim.

-5,2

7,4

-9,1

-3,S

IVtrim.

-1,5

8,0

1 tr-irn ,

-4,1

21,0

11 trirn.

-1,4

23,4

III trirn.

-1,9

12,0

IV trirn.

-1,2

S,4

Itrim. lltrim.

trim.

IVtrim.

9 MA la apelación directa que hicimos a los empresarios, en discu~sos y.des~ués. actuando bajo nuestras instrucciones el Secretario de Industria, qUIen amo

DESINDUSTRIALIZAC¡ÓN

DE PRECIOS

y RECONFIGURACIÓN

39

RELATIVOS

INDUSTRIAL

Si bien los objetivos antiinflacionarios o de estabilización de precios desempeñaron un papel protagónico y decisivo en la política económica de la dictadura, su éxito se redujo, paradójicamente, a producir un desplaz~miento en su propia argumentación que postulaba que la "espiral salarios-precios" era el factor desencadenante por excelencia del fenómeno inflacionario. Al cabo de los cinco años de gestión ministerial de Manínez de Hoz, durante los que se tomaron diversas acciones para evitar-lo.Jv los precios al consumidor se incrementaron a un ritmo promedio mensual del 8,2% acumulativo y los mayoristas (nivel general) lo hicieron al 6,7% mensual acumulativo. Más allá de las aceleraciones y desaceleraciones registradas a lo largo del quinquenio en los Índices agregados de precios (y en sus respectivos componentes). entre los hechos más singulares que esas variaciones en la política económica generaron (siempre en marcadas en la unidad de concepción y los objetivos estratégicos refundacionales) se encuentran permanentes, generalizadas y discontinuas modificaciones en la estructura de precios relativos de la economía. La intensidad que asumió tal fenómeno devino en una dinámica transferencia de recursos entre los distintÓs agentes y sectores económicos que favoreció a aquellos actores que e~tructuralmente estaban en condiciones de adaptarse con agilidad a los Iineamien tos y los efectos coyunturales de la política económica.

1979

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC.

EN LA ESTRUCTURA

Y DESEMPEÑO

19S2

1978

III

CAMBIOS

MILITAR:

u.

cámara por cámara a toda la industria para exigtrles esa contribución, los empresarios e industriales respondieron positivamente y no han causado una desocupación masiva; ciertamente que han sido ayudados por dos factores económicos que mucha gente no creía cuando lo anunciamos, porque no se habían percatado de su existencia. Uno es que siendo el nivel del salario real relativamente menor, era más fácil retener lodo el pusonallxm{ue la incidencia del costo salaría! solne I!ltotal de los costos em menor. Pero es muy importante recordar que un despido masivo implica fuertes indemnizaciones J #!SIl! I!5ftuTZ() financirnJ por de.!fJI!dir obreros no tenia sentido si después de tres o cuatro meses de terminada la recesión tenían que retomar-los. En segundo lugar, las /álnicaJ industriales cuidan mucho su plantl!l obrera J lo tienen muy depurado en rtlación al terrorismo" (Ministerio de Economía, 1982, el destacado es nuestro). 10 Entre otras, se destacan el llamado "sincer-amie nto " de precios (la drástica rcconfiguración de la relación capital-trabajo y. en menor escala.d a recomposición de los agropecuartos respecto de los industriales), la "tregua de precios" por 120 días, la apertura de la economía como instrumento de regulación de los precios domésticos por la vía de una oferta externa abaratada, su profundización con la adopción del enfoque monetario de balanza de pagos y la apreciación cambiaría, y la reforma financiera.

LA DICTADURA 40

HECHO

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

41

EN ARGENTINA

Cabe resaltar que la consolidación radas de organización empresaria,

Cuadro 5. Argentina. Evolución de índices de precios seleccionados y atraso o adelanto del tipo de cambio, 1976 - 1 trimestre de 1981 (en porcentajes)

estructural de las formas conglomey su correlato en una acelerada cen-

tralización del capital, no fueron para nada ajenas a esas permanentes mutaciones en los precios relativos, aunque, claro está, estaban sostenidas en un nuevo y mucho más reducido nivel salarial. Una primera aproximación a la interpretación de las 'caracterfsticas subyacentes a esas discontinuas y recurrentes mutaciones en los precios relativos remite a la consideración de aquellas variables críticas en términos de la vinculación de la economía local con el exterior, tan to en lo referido al comercio internacional -el tipo de cambio realcomo al movimiento de capitales -la tasa de interés real en pesos y en "moneda dura"-. En ambos casos, la intensidad de las modificaciones registradas durante la gestión de Martínez de Hoz no reconoce antecedentes

d976 nl trim. '; II trim. 1 III rrim. \ IVtrim. (1977 :-:1trim.

en el país. En cuanto a la evolución del tipo de cambio real, las estimaciones reali-

IItrim. ,':1IItrim. ': .Fv trím.

zadas por Sourrouille (1982) indican que los extremos de sub y sobrevaluación de la moneda nacional se registraron en el segundo trimestre de 1977

,1978 r .~ \1 trim.

Yen el primero de 1981, respectivamente (cuadro 5). Ello resulta consistente con los señalamientos mencionados antes, en tanto fueron conjugándose, en forma sucesiva, la fuerte devaluación implementada al inicio de la

1, II trim. '1 ¡·III trim.

gestión (como parte del "sinceramiento" de los precios y en el marco de las traslaciones de ingresos promovidas fundamentalmente hacia los sectores vinculados con las exportaciones tradicionales) la posterior y paulatina aproximación del tipo de cambio comercial al nivel del financiero hasta su

"Ntrim. 1979 71 trim. II trim. I·III u-ím.

unificación a fines de 1976 (depreciación que al cabo de nueve meses se ubicó holgadamente por encima del ritmo inflacionario local) y los subsi-

-Iv trlm.

del peso

1980 ; 1 trim. t-H trim.

existente en los

dIItrim. 0.•. Iv trim.

guientes ajustes graduales del tipo de cambio. Todo ello contribuye a explicar por qué 1977 emerge como el año de mayor subvaluación (en particular en el segundo trimestre). En ese sentido, la política cambiaria y la redundancia

niveles de protección arancelaria -con cierto componente frívolo, en términos de Fajnzylber (1983)- morigeraron el impacto de la apertura comercial inicial sobre una parte considerable de las actividades fabriles. El propio tipo de cambio real "elevado" operaba contrarrestando una proporción importante de la reducción generalizada (aunque con asimetrías manifiestas) de los derechos de importación. Sin embargo, ya desde el tercer trimestre de 1977, en simultaneidad con la puesta en marcha de la reforma financiera, comenzó a reducirse paulatina pero persistentemente esa "protección" cambiaria y en el segundo semestre de 1978 tendió a revertirse ligeramente, sin por ello abandonar un equilibrio relativo.

PMN/PMA

PMI/PMA

1,071 1,132

2,117 2,448

1,268 1,024 0,978 1,003

2,799 1,990 1,728 1,816

0,953 0,967

1,736 2,046

0,982 1,048 1,065

1,829 1,667 1,322

1,117 1,106 1,076 1,021 1,077 1,093 1,107

1,651 1,474 1,295 1,110 1,018 1,068 1,079

,0,998 0,963· 0,983 0,987

1,011 1,110

0,934 1,025

0,930 0,966

1,192 1,165

1,089 1,104 1,055

0,991 0,996 0,978 0,970

1,304 1,304

1,034 1,164 1,447

1,443

1,333

"1

" ;.1981 " •.Ltrim.

.'

1,148 1,140

Atraso (+) o adelanto (-) -17,8 -18,1

PMN/PMA (estimado) 1,303 1,383 1,460 1,270 1,198

-13,2 -19,4 -18,4

1,223 1,200 1;284

-18,0 -20,6 -24,7

1,226

-19,9

1,180 .1,073

-11,2 -0,7

1,176 1,122 1,0.64

1,018 1,114 1,077

PMN: pree,ios mayor.islas nacionales no agropecuarios PMA: precIos mayoristas nacionales agropecuarios. PMI: precios mayoristas importados. Fuente: Sour-rouille (1982).

-5,0 .-1,4 ,

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+1,1 +2,3 +11,8 ' 'j.' ",+1.1,2,

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',+12,2. ,+8,7 +14,9

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+20,3 ' +17,1 +17,4 +17,6 +28,1 +17,1 +34,0"

(industriales). j i

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42

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

La adopción del enfoque monetario de balanza de pagos a fines de 1978, la implementación de la "tablita cambiaria" y la no convergencia de los precios internos con los internacionales en un contexto local agravado por la vigencia de tasas de interés reales positivas trajeron aparejado un retraso cambiado cada vez más significativo, que alcanzó sus niveles ex-

financiera

Por sus implicancias directas sobre el comportamiento

de los precios

relativos de la economía nacional en esta etapa, otro de los temas a abordar es la reforma financiera (Ley 21.526, que comenzó a regir el 1° de junio de 1977). Entre otros efectos, esta norma vino a interrumpir un largo proceso de vigencia de tasas de in terés reales negativas, en especial para los sectores productivos. A partir de allí, más precisamente desde el tercer trimestre de 1977, pasaron a ser positivas en términos reales y, más allá de algunas oscilaciones, desde el cuarto trimestre de 1979 persistieron en forma sostenida e incluso, al coincidir con la profundización del retraso cambiario, devinieron en positivas reales, aun en "moneda dura" (cuadro

6).

Más allá de su impacto sobre el encarecimiento del crédito interno, con sus consiguientes repercusiones sobre los restantes sectores de actividad, en particular el industrial, que venía siendo agredido desde muy diversos frentes, los importantes diferenciales entre las tasas de interés locales respecto de las internacionales (otro de los tantos precios de la economía

y RECONFICURACIÓN

43

Cuadro 6. Argentina. Tasas de interés, inflación y devaluación, II trimestre de 1977 - 1 trimestre de 1981 (en porcentajes) Tasa interés

de sus capitales que en el plano productivo),

alteró radicalmente el escenario operativo en el que se veía inserta la mayor parte de las actividades industriales. La profundización de la crisis fabril y el propio proceso de desindustrialización fueron las resultantes inmediatas de estas tendencias.

DESINDUSTRJALlZACIÓN

crecimiento exponencial del endeudamiento externo (público y privado). fenómenos que deben ser considerados como dos caras de una misma moneda, y que tuvieron implicaciones directas en los procesos de concentración económica y centralización del capital.

tremos en el cuarto trimestre de 1980 y el primero de 1981 (28,1 % Y 34,0%, respectivamente), los últimos de la gestión ministerial de Martínez de Hoz y su equipo. La consiguiente sobrevaluación del peso, sumada a la profundización de la apertura y la creciente gravitación de los costos financieros (lo que para algunos actores económicos significó nuevas opciones de inversión mucho más lucrativas y seguras en el campo de la valorización

MILITAR:

nominal

trim. 1977 11Itrim. 1977 IV trim. 1977 1 trim. 1978 II trim. 1978 11Itrim. 1978 II

IV trirn. 1978 1 trim. 1979 11trim.1979 1lI trim. 1979 IV trim. 1979 I,trim.1980 1I"rim.1980 1lI trim. 1980 IVtrim.1980 ltrim.1981

activa=

Tasa de

Tasa de

inflación

devaluación

19,0 23,8

19,9 27,6

28,6 44,3 26,0

27,7 26,6

27,2 23,6 25,5 23,2 23,9 26,9 22,3 18,0 20,8 17,6 20,1

13,9 20,1 26,6 19,7 9,2 10,0 15,8 15,4 13,8 11,7 10,1

24,6 21,6 26,9 28,2 23,2 29,8 7,2 12,8 17,5 8,9

8,3 6,2

9,2

4,5 3,3

12,9

12,6

* Tasa para préstamos a 90 días en su equivalente trimestral. Fuente: Elaboración propia sobre la base de Sourrouille (1982).

que no convergió con los externos) obligan a consideraciones adicionales. En un escenario cortoplacista e inscripto en una lógica eminentemente financiera en lo que hace a la actitud de los principales actores económicos, además de permisivo por parte de las autoridades (liberalización de los movimientos y las transferencias de capital), quedaron configuradas las condiciones necesarias y suficientes para el surgimiento de nuevas for-

Como apunta BasuaIdo (2006), a partir de la reforma financiera y la asunción del esquema monetario de balanza de pagos "se recreó una sigpificativa y creciente renta financiera acompañada por una reesrrueturación asimétrica de la economía real, provocada por la revaluación del peso, la reforma arancelaria y la vigencia de altas, tasas de interés reales en el mercado financiero in terno. De esta manera se

mas de acumulación y reproducción ampliada del capital. Se trata, más precisamente, de la conjunción de una acelerada fuga de capitales y un

despliegan dos procesos claramente opuestos y con profundas repercusiones en la conformación de la economía interna. El primero fue

44

HECHO

LA. DICTADURA

EN ARGENTINA

la emergencia de una ingente renta financiera para las fracciones dominantes que se endeudaban en el exterior y valorizaban esos rec ursos en el sistema financiero local. El otro fue la consolidación de una elevada tasa de interés interna real que debieron enfrentar las fracciones más débiles del empresar iado, y que irremediablemente las colocó en una situación de insolvencia y crisis. Esta situación diametral-

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACIÓN

-incluso públicos- cuyos precios no encontraban "techo" alguno frente a la inviabilidad de sustitutos importados explica este fenómeno y, a la vez, cuestiona sobremanera los argumentos oficiales en torno a la paulatina convergencia que supuestamente se verificaria entre los precios locales y los internacionales.

mente opuesta que enfrentaron las fracciones dominantes y el resto del empresariado -a partir de la misma tasa de interés nominal- se de-

Cuadro 7. Argentina.

Evolución

de índices de precios

bió a que, en el primer caso, las fracciones dominantes colocaron a esa tasa los recursos obtenidos en el exterior a un costo sustancialmente menor, mientras que el resto del empresariado se endeudó a una tasa de interés interna cuya incidencia no pudo ser trasladada a los

seleccionados, 1976-1980 (en porcentajes de variación respecto a idéntico período anterior e índice base 1970 = 100)

precios,

Precios

cuyo nivel superior

estaba

regulado

por el de los productos

importados". Así, al abordar los principales cambios en la estructura de precios y rentabilidades relativas de la economía, la transformación sustantiva que se registró a partir de la reforma financiera, la vigencia durante largos años de tasas de in terés reales positivas y una marcada divergencia en tre esas tasas y el resto de los precios domésticos son fenómenos decisivos. A esta presentación general de las principales transformaciones en la estructura de precios relativos ocurridas durante la gestión de Martínez de Hoz cabe agregar una somera referencia a la señalada no convergencia entre los precios internos y los externos y a la disímil evolución de los precios agropecuarios en comparación con los industriales, en particular durante el primer año de gestión, pues luego oscilaron en torno a una nueva relación hasta casi fines de 1980. Esas temáticas conducen

a la con-

sideración del comportamiento comparativo del índice de precios al consumidor (entre cuyos componentes se encuentran diversos servicios

45

y RECONFIGURACIÓN

Precios

al

mayoristas

Nacionales

no agrop.y importo

consumidor

General

No agrop.

Importados

1970 = 100 49,1 44,8 44,0 49,9 54,8 53,5

nacional

1976

444,1

Ltrim.

59,9 87,S

IItrim. 1II uim. IVtrim.

1977 1978 1979 1980

18,2 30,1 176,0 175,6 159,5 100,8

499,0 85,7 84,4 20,5 20.9 149,4 146,0

469,2 80,9 89,1 15,7 20,3 146,9 156,6

690,4 146,4 93,0

149,3 75,4

153,5 80,0

93,1 74,5

1.8 9,4 126,2 75,9

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información

78,1 102,6 106,1 del INDEC.

no transables, no sujetos a la competencia externa) respecto del índice de precios mayoristas (que, con matices y gradaciones, induye los bienes transables con el exterior), así como de la propia dinámica de los mayoristas importados en su relación con los nacionales y, también, se relacionan con los diferentes ritmos de crecimiento de los precios mayoristas industriales. En cuanto a la primera de esas aproximaciones al fenómeno de la no convergencia, la información del cuadro 7 es concluyente: a partir del cuarto trimestre de 1976 (o tercer trimestre, en caso de considerar su relación con los industriales). el incremento de los precios al consumidor se ubicó sistemáticamente por encima de los mayoristas. La presencia, en el primero de tales índices, de una amplia gama de servicios

Esto último se ve nítidamente

reflejado en la relación entre los precios

mayoristas nacionales y sus equivalentes importados (cuadro 7 y gráfico 2). En efecto, a partir del tercer trimestre de 1977 y en forma sostenida hasta el final de la gestión ministerial de Martínez de Hoz, tanto los predos mayoristas agropecuarios como los industriales crecieron muy por encima de sus similares importados; Este incremento asumió una particular intensidad en el bienio 1978-1979, en el que la revaluación del peso, 'las teducciones arancelarias y la inacción oficial frente a operaciones

de dumping

promovieron el abaratamiento relativo de los bienes importados consiguiente desplazamiento de la producción local.

y el

46

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

Al acotar el análisis a la evolución de los precios mayoristas industriales nacionales (que entre marzo de 1976 y marzo de 1981 se incrementaron a un ritmo promedio mensual del 6,9% acumulativo), es posible precisar ciertos fenómenos que, en principio, remiten al grado de transabilidad de los distintos bienes (natural, normativa o de morfología de mercado). Así, por ejemplo, el subsector de "piedra, vidrio y cerámica", donde la industria cementera -fuerternente oligopólica y prácticamente no transable- asume un papel más que protagónico, reveló un incremento de precios muy superior (7,5% mensual acumulativo) a la media no agropecuaria. Idénticas consideraciones pueden hacerse extensivas al sector del tabaco (7,9% mensual acumulativo), en el que las dos transnacionales productoras de cigarrillos en el país controlaron también las (pocas) operaciones de importación

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZAC¡ÓN

47

y RECONFIGURACIÓN

Gráfico 2. Argentina. Precios relativos nacionales no agropccuarios respecto de agro pecuarios e importados, II trim. 1976-1980 (en índice base II trim. 1976 = 100) 250,O..-------230,0

••

210,0

_

~

- j\'ac.noagro';agmpec.

223,3

237,3:-

-~

246,8

Nac. no agro.¡imponad05

190,0

183.~

170,0 149.1

150,0

de sustitutos. En el polo opuesto, entre los rubros que registraron las menores tasas de crecimiento de precios se ubicaron las confecciones y madera y muebles (6,3% mensual acumulativo) y maquinaria y aparatos eléctricos (6,4% mensual acumulativo). Tal desempeño se debe a que estas actividades fueron sumamente castigadas por efecto de la confluencia de los siguientes factores: la apertura comercial con el exterior, el retraso cambiaría, la vigencia de tasas de interés reales positivas, la presencia proragónica de pequeñas y medianas empresas y la gravitación creciente de bienes importados sustitutivos de la producción local. Desde otro ángulo, la información suministrada por el cuadro 5 y el gráfico 2 resulta por demás ilustrativa para comparar la evolución de los índices de precios mayoristas agropecuarios y no agropecuarios (industriales): partiendo de la relación existente en el inicio de la dictadura militar, entre el tercer trimestre de 1976 e idéntico lapso de 1980, los precios agropecuarios, aunque con intensidades

diversas, se movieron sistemáticamente

por

encima de los industriales. En resumen, en el marco de una gran inestabilidad y oscilaciones no menos significativas, durante la gestión de Martínez de Hoz los precios relativos de la economía registraron cambios sostenidos que, en muchos casos, produjeron alteraciones trascendentes en el desempeño de los distintos sectores de actividad y, en todos, estuvieron asociados a las cambiantes políticas desplegadas. De otros aspectos, como la relación capitaltrabajo, puede decirse que, desde una visión de largo plazo, se tornaron permanentes. No obstante, ciertas morfologías de mercado y determinados actores económicos con presencia sectorial con taron con capacidades estructurales para morigerar tales efectos, e incluso, como se analiza más adelante, para resultar ampliamente

favorecidos.

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-

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;;

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC.

·HACIA UNA CRECIENTE OLlGOPOLIZACIÓN

INDUSTRIAL

La ruptura definitiva del esquema de sustitución de importaciones

y el ini-

cio de un prolongado proceso de desindustrialización y de reconfiguración regresiva del entramado manufacturero produjeron cambios de importancia en el interior del sector así como marcadas heterogeneidades estructurales en términos del desempeño fabril. Una de las perspectivas de análisis más relevantes, en tanto permite captar algunas de esas transformaciones y su sentido, es la que resulta de privilegiar la morfología de los distintos mercados que coexistían en el sector manufacturero o, en otros términos, de determinar qué cambios se registraron durante el período en el grado de oligopolización prevaleciente en cada una de las actividades industriales y en el agregado sectorial. Al respecto, los datos relevados en los Censos Nacionales Económicos de 1974 y 1985 (con información de los respectivos años ·calendario precedentes) permiten recomponer, en primer término, el perfil estructural de la industria al jerarquízar el grado de concentración de la producción

en las distintas ramas de actividad.

la configuración

de los distintos mercados

Esto supone

que lo integran

privilegiar en lugar de

48

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

Canto de

1973 Ramas altamente

concentradas'U

resulta posible constatar:

• Un desplazamiento prevalecían

en la cantidad de ramas industriales

formas "competitivas"

vidades medianamente

de mercado

concentradas

Establec.

94"'

23

33

69

61

establecimientos -con

muchos

establecimientos . Ramas medianamente t

Ocupación

Producción

55

concennadasv'

25

concentradas'é' Total

1973

1984

1973

1984

1973

1984

ll,O

10,9

33,6

31,4

47,2

51,8

0,5

0,6

8,4

7,5

20,0

24,4

10,5

10,2

25,2

23,9

27,2

27,5

34,4

32,2

30,0

"

:Ramas escasamente

,

1984

92

-con pocos

tructura de mercado de las distintas actividades industriales y su performance entre 1975 y 1981, se adoptan los criterios metodológicos desarrollados en Azpiazu y Khavisse (1983). En esta investigación se mantuvo constante el índice de concentración vigente en cada rama industrial en

considerables,

49

y RECONFIGURACIÓN

ramas

de la política económica de la dictadura militar. En segundo término, para determinar si existe un vínculo entre la es-

de sus respectivos mercados, Así, la comparación intercensal en términos de morfología de los mercados y de cambios en el grado de oligopolización en las distintas actividades que conforman el espectro fabril, así como en la agregación de éstas (cuadro 8), permite extraer algunas valiosas inferencias. Entre esos años, signados por un retroceso sectorial de magnitudes

DES INDUSTRIALIZACIÓN

Cuadro 8. Argentina. Distribución de las ramas, los establecimientos, la ocupacióny la producción industriales según estratos de concentración, 1973-1984 (en valores absolutos y porcentajes)

considerar los usuales criterios clasificatorios del sector.l! Surge entonces la posibilidad de delimitar, por ejemplo, qué cantidad de ramas integran cada uno de esos subgrupos, qué proporción de la producción industrial es generada, como casos extremos, en rnercados oligopólicos o de relativamente elevado grado de concurrencia, qué cantidad de plantas fabriles operan en cada uno de ellos y cuál es la respectiva dotación de personal ocupado. En ese sentido, la confrontación de las reconfiguraciones estructurales del perfil sectorial correspondientes a los años 1973 y 1984 aporta interesantes elementos de juicio en torno a algunos de los impactos

el año 1973, Y a partir de la información proporcionada por la Encuesta Industrial del INDEC se constató que el comportamiento de las distintas ramas industriales no estuvo disociado de la naturaleza y las caracteristicas

MILITAR:

172

26,4

58 20

,

6'i.7

172,. 100,0

31,8

.,

57,4

30,4 )))

36,1

J

34,2

20,6

18,1

100,0 100,0 100,0 100,0

100,0

u.'

el) Ramas en las que los prim,eros ocho estableci,mientos explican más del 50% de la producción global ("con pocos establecimientos": menos de 40 unidades productivas; "con muchos establecimientos": 40 o más unidades productivas). (2) Ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican entre el 25% y el 50% de la producción global. (3) Ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican menos del 25% de la producción global. Fuente: Elaboración propia sobre la base de Azpiazu (1998) YCEPAL (1988) .

en las que

en 1973 hacia acti-

y, a la vez, desde estas últimas

hacia sectores oligopólicos.

11 El ejemplo más ilustrativo y de uso generalizado lo brinda la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU), recomendada por las Naciones Unidas, que, como tal, permite acceder a una sectorialización de la producción manufacturera. Idénticas consideraciones podrían hacerse extensivas a la clasificación según localización territorial de las plantas, tamaño de los establecimientos, etc.

• Idéntico fenómeno

de corrimiento

hacia una creciente

imperfec-

ción de los mercados se manifiestó, con muy superior intensidad y comprendiendo también las ramas medianamente concentradas, en lo relativo a las respectivas participaciones en la producción sectorial. En este campo, sin duda el más significativo, la lnayor gravitación productiva de los mercados oligopólicos (que aumentaron en 4,6 puntos porcentuales su presencia sobre el total de la producción manufacturera, al pasar del 47,2% en 1973 al 51,8% en ~984)12 denota

12.Cabe aclarar que en todos los casos se toma como referencia la concentración "técnica" de la producción definida a partir de la participación de un número determinado de plantas [abriles (ocho). El otro nivel analítico posible sería

50

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

una creciente oligopolización de la industria en su conjunto. Las ramas medianamente concentradas y de escasa concentración (aquellas que tienden a constituir los núcleos productivos de las empresas de menores dimensiones) perdieron cada una algo más de dos puntos porcentuales en su contribución a la producción agregada. • En términos de la cantidad de establecimientos fabriles y la distribución de la ocupación en esos distintos estratos según grado de concentración, no se verifican cambios concordantes con los señalados precedentemente. Ello obedece a la convergencia de una muy amplia gama de situaciones, como las vinculadas con los desplazamientos registrados entre estratos, el redimensionamiento de muchos sectores (aun en ramas fuertemente oligopolizadas con pocos establecimientos se registró el cierre de algunas grandes plantas fabriles, como en el caso de la industria automotriz), la mayor rotación de establecimientos y la discontinuidad de muchos en el ámbito de las industrias "competitivas", etc. Así, en lo referido a plantas fabriles decayó significativamcnte (más de cinco puntos porcenruales) la participación de las ramas escasamente concentradas en favor de las formas intermedias de mercado, mientras que, en lo relativo a la distribución de la ocupación, también son éstas las que incrementan su aporte en detrimento de las dos restantes tipologías de mercado. • De las consideraciones precedentes s~ infiere que fue el estrato que agrupaba a las ramas oligopólicas el que reveló los mayores niveles de producción por planta fabril y por ocupado y que, al mismo tiempo, fue el único en el que ambos indicadores se incrementaron más que la media del conjunto de la industria. En suma, del análisis intercensal fue, sin duda, un componente riales y estructurales

se concluye que la gestión de la dictadura determinante de las transformaciones secto-

que favoreció

un proceso

de oligopolización

de la

aquel que tiene como unidad de observación a la empresa (vconcentración económica"). La presencia de firmas que tienen más de un establecimiento operando en una misma rama de actividad hace que en muchos casos difieran los valores de los respectivos índices de concentración de la producción. Sin duda, el grado de concentración "técnica" subestima el nivel de oligopolización real de los distintos mercados, pero en la.medida en que la unidad de relevarniento de los censos de referencia fue el establecimiento y no la empresa industrial, sólo el propio INDEC (secreto estadístico mediante) podría determinar los índices de concentración económica de la producción en las distintas actividades industriales.

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

51

producción man ufacturera y, en consonancia con ello, la pérdida de participación de aquellas producciones provenientes de formas intermedias de mercado y en mayor medida de las generadas en mercados "competitivos". La otra temática asociada con la morfología de los mercados fabriles es

Ir

que pretende articularla con el desempeño de las respectivas ramas en su relación con las políticas implementadas por la dictadura militar. Tal como se desprende del cuadro 9, en los primeros años posteriores al golpe de Estado, entre 1975 y 1979, mientras el PBI industrial reveló una tasa de crecimiento del 0.8% anual acumulativo, el correspondiente a la muestra de 1328 establecimientos grandes y mediano-grandes que relevaba ellNDEC en su Encuesta Industrial (sobre la que se estructuró el mencionado estudio de Azpiazu y Khavisse, 1983) mostró un ritmo de expansión ligeramente superior. del 2,2% anual acumulativo. Tal discrepancia seguramente se relaciona con su distinta cobertura. donde la presencia del subsector más afectado por las primeras

medidas de política económica

(las pequeñas

y

medianas empresas) explica la peor performance sectorial en términos agregados. En ese subperíodo, que podría considerarse como de relativo estancamiento industrial, las ramas "competitivas" o escasamente concentradas vieron decaer su nivel de actividad a un ritmo medio anual del1,5%,las industrias donde prevalecían formas intermedias de mercado registraron un crecimiento del 1,6% anual acumulativo, al tiempo que en las ramas altamente concentradas dicha tasa se elevó a u~promedio del 3,1 % anual con pocos establecimientos).

(3,9% en el caso de las ramas oligopólicas

Ror su parte, en la fase más crítica para la industria, que coincide con el final de la gestión de Martínez de Hoz (1979-1981), la contracción generalizada del sector (9,5% anual acumulativo según la encuesta del INDEC y 10,1 % de acuerdo a los datos de las cuentas nacionales) también denota disímiles comportamientos según estructuras de mercado. Mientras en el subconjunto de ramas "competitivas" la caída fue del 13,3% por año, en lasde concentración intermedia se vio morigerada (-10.3% anual), y más aún-en los segmentos oligopólicos (-8,2% anual; -7,1 % en aquellos con pocos establecimientos). En síntesis, durante el período bajo análisis, los esu:ato.s más concentrados mostraron una mayor capacidad de adaptación.)a distintos escenarios, tanto en los años expansívos (1975-1979). en los que.crecieron mucho más que el agregado sectorial, como ante simacienes.por demás críticas (1979-1981), en las que decrecieron menos que 15)•.s estratos más "competitivos",

(,.., ())

52

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

Cuadro 9. Argentina. Evolución del valor agregado industrial según estratos de concentración, 1975-1981 (en millones de pesos de 1970 y porcentajes) 1975

1979

1981

TAA

TAA

TAA

1975-1979 1979-1981 1975-1981 RAC(P) RAC(M) RAC RMC REC

Subtotal Resto* Total

4138,8 6330,5 10.469,3 4035,3 1579,3 16.083,9 1024,8 17.108,7

4822,2 6986,4 11.808,6 4302,5 1486,6 17.597,7 1031,2 18.628,6

4164,2 5795,4 9959,6 3464,5 1117,7 14.541,8 730,4 15.272,2

3,9 2,5 3,1 1,6 -1,5 2,3 0,2 2,2

-7,1 -8,9 -8,2 -10,3 -13,3 -9,1 -15,8 -9,5

0,1 -1,5 -0,8 -2,5 -5,6 -1,7 -5,5 -1,9

RAC: ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican más del 50% de la producción global ("P": menos de 40 unidades productivas; "M": 40 o más unidades productivas); RMC: ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican entre el 25% y el 50% de la producción global; REC: Ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican menos del 25% de la producción global. * Ramas residual es. Fuente: Elaboración propia sobre la base de Azpiazu y Khavisse (1983).

Tal nivel de asociación entre desempeño fabril y grado de concentración de la producción permite inferir que los mercados oligopólicos contaron con una capacidad de defensa superior ante la agresión de las políticas económicas sobre el tejido industrial. Principalmente por su propia condición de estructuras oligopólicas, pues el ejercicio pleno de las posibilidades diferenciales que les ofrecía tal característica asumió un papel protagónico. Tal es el caso de, entre otros, el lobbying empresario para mantener un mayor grado de protección arancelaria o paraarancelaria (siderurgia, ingenios azucareros, automotriz), el control oligopólico de canales de comercialización y distribución que les permitió convertirse, a la vez, en importadores centrales de bienes potencialmente sustitutos o complementarios (galletitas, cerveza, cigarrillos, golosinas, medicamentos), y los incentivos a la colocación externa de saldos exportables a industrias concentradas productoras de insumos intermedios de uso difundido (petroquímica, pastas celulóslcas, siderurgia). Si a todo ello se le agrega que, en general, los márgenes de rentabilidad en tales mercados fueron los más altos del espectro fabril, la posibilidad de que éstos se vieran ligeramente afectados no corn-

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

53

portó su reversión masiva en tasas negativas y persistentes que pudieran inducir el cierre o la quíebra.!" más aún cuando en esos mercados oligopólicos operaron en general grandes firmas o conglomerados empresarios que contaron con variadas alternativas y opciones que les permitieron "capear el temporal". Este cuadro de heterogeneidades en la perfcmnancede los diferentes rubros manufactureros (y de los actores que se desenvolvieron en ellos) se suma al carácter fuertemente regresivo derivado del drástico replanteo de la relación capital-trabajo que tuvo lugar entre 1976 y 1983.

CAMBIOS EN EL PERFIL DEL COMERCIO EXTERIOR MANUFACTURERO

Otra interesante dimensión analítica que permite comprender algunas de las implicancias de la política económica de la dictadura sobre la estructura y el patrón de desenvolvimiento del sector fabril es aquella que resulta de considerar la relación entre tales medidas y él intercambio comercial de manufacturas con el exterior. Al respecto, la apertura importadora (tanto al comienzo como luego de su profundización con la adopción del enfoque monetario de balanza de pagos y su convergencia con un creciente retraso cambiado), las modificaciones inducidas en el tipo de cambio real de las importaciones y las exportaciones industriales, así ~omo en la propia estructura de precios relativos de la economía y, en mucha menor medida, la incidencia efectiva del cambiante escenario in. ternacional produjeron cambios sustantivos en el comercio exterior de )productos industriales. La dinámica de tipo stop and go, característica del desempeño estructural de la economía argentina durante la fase sustitutiva.!" dejó paso a una alteración radical en el intercambio comercial de 'bi~~es industriales, así como en el perfil de sus dos grandes componentes, las exportaciones y las importaciones. 'i/ Tal como se desprende del gráfico 3, en 1976 el intercambio comercial 'de manufacturas producía un superávit cercano a los 900 millones de dólarrA'(a valores corrientes). Un lustro después, en 1980, en plena convergencia de la apertura de la economía y el retraso cambiario, el saldo registró un

tP 13 No obstante, como se señaló, no fueron pocas las grandes transnacionales que operaban en el país, aun en mercados oligopólicos, que optaron por discontinuar su producción local y atender el mercado vía importaciones desde una o varias de sus filiales. 14 Los rasgos estilizados dé! ciclo stop and go bajo la sustitución de importaciones pueden consultarse en Braun yJoy (1981) y Diamand (1973).

54

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

déficit superior a los 2500 millones de dólares, mientras que en el último año de la serie (1981) se verificó un desbalance comercial próximo a los 300 millones de dólares. Semejante alteración radical en el resultado del balance comercial sectorial está claramente asociada con el comportamiento de las importaciones, ya que las exportaciones, aunque con cambios importantes en su interior, revelaron un modesto pero sistemático crecimiento. En efecto, al amparo de la inicial apertura de la economía y, en especial, debido a la asunción del enfoque monetario de balanza de pagos, las compras de manufacturas en el exterior dejaron de responder, como bajo el régimen de industrialización sustitutiva, a los tradicionales requerimientos de in sumos intermedios y bienes de capital. En otros términos, abandonaron cierta correspondencia entre su propia evolución y el nivel de actividad de la economía en general, ydel sector fabril en particular. Así, mientras el PBI total y el industrial (en mayor medida) decayeron sistemáticamente a partir de 1979, las importaciones de manufacturas prácticamente se triplicaron entre 1978 y 1980, para disminuir apenas alrededor

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

55

Tal disociación se ve plasmada en los cambios registrados en el perfil de las compras en el exterior, donde, por ejemplo, la participación de los bienes intermedios (asociados mayoritariamente a las demandas industriales) pasó del 63,4% en 1976 a menos de la mitad del total de las importaciones en 1981. En contraposición, los bienes de consumo pasaron de representar apenas el 2,2% a cerca del 20% de las compras externas de bienes manufacturados (cuadro 10), proceso que tuvo lugar sobre la sustitución de producción local y, fundamentalmente, de una distribución interna regresiva favorable al consumo de los sectores de altos ingresos de la poblacíón.P

Cuadro 10. Argentina. Composición de las importaciones según tipo de bien, 197&-1981 (en porcentajes) Total

Bienes

Combustibles

intermedios

1976 1977 1978 1979 '1980 1981

de un 10% en 1981.

Gráfico 3. Argentina. Evolución del intercambio comercial manufacturero, 197&-1981 (en millones de dólares)

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

63,4 53,6 53,3 49,5 49,3 49,9

Bienes

de

consumo

17,9 16,5 12,5 16,7 10,4 10,9

2,2 3,3 5,5 10,5 17,6 17,3

. Bienes de

capital 16,6 26,7 28,6 23,4 22,7 21,8

¡

12.0oo-,--------:::25:::66::------------r3000

¡

2000

10.000

1000

883

8000

5652

»:

.

4000

1000

.30.33

2000

2000 _ •.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información y CEPAL(1986).

del INDEC

).

1190

8000

~,

Exp.

Por su parte, la importación de bienes de capital (una de las actividades donde históricamente el proceso sustitutivo se había enfrentado cont'asignaturas pendientes") incrementó su participación en casi cinco puntos porcentuales. Dada la generalizada retracción de la form~HÓn de capital durante los años analizados, ese comportamiento se encontraba estrechamente asociado al desplazamiento de una parte importante de la producción local que, si bien era limitada, al calor de la dinámica sustitutiva había experimentado antes cierta expansión en volumen y calidad. Así, como resultado del retraso cambiario y la persistente

~----_r----_r----_r----_r----_r-----t~3000 1976 Fuente:

1977

1978

1979

1980

J::laboración propia sobre la base de información

1981

del1NUEC.

O· ,

15 En cuanto a las importaciones de bienes de consumo, no deja de resultar sorprendente su crecimiento en valor: entre 1976 y 1981 se incrementaron casi veintitrés veces.

56

HECHO

EN ARGENTINA LA DICTADURA

reducción de la protección arancelaria para ese tipo de bienes, com~nzó un proceso de desmantelamiento sectorial. Por ejemplo, en. abnl,d~ 1979 se decidió adelantar el cronograma de apertura establecido onglnalmente fijando, para las maquinarias y equipos, el arancel previsto para 1984. . En cuanto al otro componente de la balanza comercial del sector, los datos aportados por el cuadro 11 indican que las exportaciones de productos industriales no tradicionales revelaron, por un lad~, una ligera expansión entre 1976 y 1981, prácticamente acompanando el comportamiento registrado en el total de las ventas externas (su parucipación se mantuvo relativamente estable en torno al 23-26%),16 Por otro, también quedan sectorial.

de manifiesto

cambios sustantivos en su perfil

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFlGURACIÓN

57

Estre estos cambios, el de mayor trascendencia es el que se vincula con las ventas al exterior de combustibles, que pasaron de menos de 20 millones de dólares en 1976 a más de 615 en apenas un sexenio (su participación en el total se incrementó del 2,1 % al 26,4%). Los nuevos precios internacionales, después del shock petrolero de 1973, y la alicaída demanda interna (el coeficiente de exportación sobre valor de producción pasó del 0,7% en 1976 al 12,4% en 1981) 17 explican esa notable expansión que, por sí sola, aporta el 42.1 % del incremento de las exportaciones al cabo del período de referencia. . En contraposición, la creciente gravitación que en la segunda fase del modelo sustitutivo había caracterizado a la industria nacional de bienes de capital se revirtió abruptamente

en consonancia

con las nue-

vas políticas económicas. En este sentido, la pérdida de participación, superior a los 25 puntos porcentuales, del rubro "maquinaria y equipo" Cuadro 11. Argentina.

Participación

de las exportaciones

industriales en el total y de las principales ramas industriales en el total de las exportaciones fabriles no tradicionales, 1976-1981 (en porcentajes) Industria

Participación

en

Alimentos

exporto

y bebidas

en

eX1

Químicos

ortaciones

Metales

Maq.y

tibles

y

no

equipo

acero

Resto

ferrosos

23,6

7,6

15,1

2,1

12,7

23,0

9,1

12,7

2,1

8,1

0,5 0,8

38,8

16,1 28,4

9,4 10,7 9,0

12,9

3,3

15,7

1,4

34,3

23,0

14,4 17,5

2,8 13,1

12,6 7,4

3,1 6,0

31,9 27,4

24,S

6,2

16,5

26,4

12,4

5,6

20,4

1978 1979

25,1 22,4

1980

26,6 25,6

1981

no tradicionales=

Hierro

totales

1976 1977

industriales

Combus-

45,9

19,5 12,6

en el total de exportaciones industriales no tradicionales del país denota con particular significación la intensidad que asumió el proceso de desindustrialización en uno de los sectores clave tanto por su capacidad y potencialidades de difusión virtuosa en el interior de las actividades fabriles y su contribución a la ampliación de la capacidad productiva potencial, como por su importancia al incorporar en forma endógena la generación de tecnología, difundir el progreso técnico al resto de la economía y contribuir a la formación y la capacitación de la fuerza de trabajo (el coeficiente de exportación de este rubro manufacturero se contrajo del 5,8% en 1976 al 4,3% en 1981). "En páginas anteriores

se mencionaron

algunos de los grandes

em-

prendimientos industriales concretados al amparo de la legislación promócional, orientados a la producción de bienes intermedios de uso difundido. En general, todos ellos fueron formulados en pleno auge del modelo sustitutivo ante los crecientes requerimientos de insurnos, que, por- entonces, en buena parte, debían importarse. Sin embargo, al mo-

* No

incluye las exportaciones de carne y sus menudencias, cueros en bruto, productos de granja y lechería, oleaginosos y.sus acei~~ y pesca. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC y CEPAL (1986).

16 En Basualdo y Khavisse (1986) se concluye que. en consonancia con las tendencias verificadas en materia productiva, tal desempeño de las exportaciones fue acompañado por su creciente concentración en torno a las grandes empresas del sector.

mento de la concreción de tales inversiones (segunda mitad de los setenta) el escenario doméstico había cambiado abruptamente al calor de la desindustrialización y la reestructuración regresiva del sector alentadas por un férreo control sobre el aparato estatal, y como se trataba de industrias de proceso y con elevadas escalas de producción, los capitales oligopólicos canalizaron sus excedentes hacia el mercado mundial (en m~chos casos con incentivos específicos). Ello explica, por ejemplo, que las exportaciones de metales no ferrosos se incrementaran entre 1976 y u» tI"" 17 Véase Azpiazu y otros (1986).

58

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

1981 de 5 millones de dólares a más de 130 millones (en esos años el coeficiente exportador del sector pasó del 1,6% al 21,2%), y que las siderúrgicas hicieran lo propio de 117,3 a 290,4 millones de dólares, respectivamente (casi duplicando el coeficiente de exportaciones del sector -del 4,0% al 7,2%-), al tiempo que las ventas al exterior de productos químicos y petroquímicos se elevaron de 139,6 a 386 millones de dólares, respectivamente. En suma, más allá de sus disímiles comportamientos durante el periodo bajo análisis, tanto las importaciones como las exportaciones de manufacturas revelaron cambios por demás significativos en sus respectivos perfiles, lo que invita a reflexionar en torno a la política económica desplegada en esos años y sus efectos. En el marco del proyecto político de orden superior que llevaron adelante los militares en alianza con ciertas fracciones de los sectores dominantes, uno de los tan tos propósitos de Martínez de Hoz y su equipo fue el de compatibilizar la especulación financiera (aprovechando la enorme liquidez existente en el mercado internacional derivada. entre otras cosas, del shock petrolero de comienzos de la década) con la expansión de los sectores agropecuario, pesquero, energético y minero, así como de algunas pocas actividades industriales muy ligadas al aprovechamien to de la dotación local de recursos naturales. Todo esto conforme al principio de las ventajas comparativas estáticas, por el cual cada país debería especializarse en la elaboración de aquellos bienes cuya producción le resultara menos costosa (según se argumentaba apelando más a mitos que a realidades, la explotación de estas ventajas "le había hecho muy bien al país" durante el modelo agroexportadar que había estado vigente entre, aproximadamente,

1880 y 1930, de lo

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

59

críticos del programa económico instrumentado durante la última dictadura militar (en especial hasta los primeros meses de 1981, cuando culmina el "mandato" de Videla y, con él, el del ministro Marrínez de Hoz) haya sido una marcada reprirnarización del tejido productivo-ex portador. Y también una ostensible "simplificación industrial" de la matriz sectorial derivada del debilitamiento y/o la destrucción de núcleos estratégicos de diversas cadenas productivas como resultado directo de las formas asumidas por la liberalización comercial y la política cambiaria, con la consiguiente caída en el grado de integración nacional de la producción. En otras palabras, se produjo el avance hacia una estructura fabril especializada en ramas ubicadas, en la generalidad de los casos, en las primeras etapas del procesamiento manufacturero, dedicadas a la elaboración de commodities de escaso dinamismo en el mercado mundial, caracterizadas por una elevada relación capital-trabajo por unidad de producto, por el predominio de estructuras de mercado altamente concentradas y por encontrarse estrechamente asociadas a la explotación de recursos básicos y/o al aprovechamiento de los regímenes de promoción industrial puestos en práctica durante esta etapa. Este proceso con trasta con lo sucedido en varios países periféricos, en los cuales por entonces se aplicaron activas y sostenidas políticas de fomento y protección a industrias consideradas prioritarias y estratégicas por parte de las autoridades gubernamentales (por su aporte a la crea'ción de empleo y cadenas de valor, a la formación de capital, su contribución en materia de investigación y desarrollo así como de generación de divisas. etc.). La mayoría de estas actividades no casualmente conformaría en los años subsiguientes las "rutas" más promisorias y dinámicas del comercio internacional de manufacturas.l? En la Argentina, mientras j

cual se seguía que la historia debía repetirse). De acuerdo con el propio Ministro de Economía, la apertura económica (tanto comercial como financiera) permitiria "no sólo la competencia sino una mayor especialización en

tanto. se agredía a sectores de una enorme potencialidad, cuyo desarrollo, si bien era incipiente, no era despreciable. dadas su corta "historia

la eficiencia y aprovechar

ejemplo, de la electrónica de consumo e industrial). Cabe resaltar que la reestructuración regresiva del aparato industrial y la

del trabajo".

is

las ventajas de la moderna

De allí que, junto con un considerable

del sector con relación

al conjunto

de la economía,

división internacional achicamiento

relativo

otro de los legados

madurativa" y las dimensiones

desindustrialización nanciero

18 Extracto del discurso pronunciado por Martinez de Hoz eniel Acto Inaugural de la Primera Conferencia sobre Modernización Industrial realizada el 17/11/80 (Ministerio de Economía, 1982). Al respecto, cabe mencionar la opinión que merece este tipo de interpretaciones de la teoría de las ventajas comparativas para Olivera (1977): "Resulta evidente pues que quienes juzgan sobre la ineficiencia de nuestras industrias comparando simplemente sus costos reales con los que prevalecen en otros países aplican, seguramente sin proponérselo, principios de comercio colonial y no comercio internacional".

del mercado

verificadas durante

interno

(como es el caso, por

la etapa formativa del "modelo fi-

y de ajuste estructural" constituyeron

el puntapié

inicial para el

creciente rezago relativo que afectó a la Argentina en relación con los países desarrollados así como con varios de los que conformaban la periferia, una tendencia que se profundizaría significativamente durante los sucesivos

19 Para un análisis detallado de prácticas de intervención estatal en el sentido mencionado, véanse Amsden (1992, 2001 Y2004), Areeo (2005) y Fajnzylber (1983).

60

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

gobiernos democráticos en forma simultánea con la consolidación de la llamada "globalización". En tal sentido. debe tenerse presente que, como destaca Arceo (2005), a mediados de la década de 1970, la Argentina, con una adecuada estrategia, estaba potencialmente en condiciones de ocupar un lugar en la división internacional del trabajo de características asimilables a las de algunos países del sudeste asiático en la actualidad, aunque. probablemente, con tasas de crecimiento inferiores a las que alcanzaron los países de esa región. En esas condiciones. el programa reprimarizador y desindustrializador de la dictadura era necesariamente un programa regresivo.

DE LOS GRUPOS

,

1976 Empresas

Estatal

GGEE ET CE Asoc. Total

ECONÓMICOS

constitutiva esencial de aquélla. Con el propósito de las características

algunas

de este último proceso, en el cuadro 12 pueden ob-

servarse las principales la cúpula empresaria

de aprehender

modificaciones

verificadas en la composición

de

del sector fabril entre 1976 y 1983.20

20 Se trata de las cien empresas industriales de mayor facturación anual del país. Este universo (móvil) de firmas fue clasificado en función del cruce entre dos dimensiones analíticas: a) la nacionalidad de los accionistas y b) si la compañía forma parte -o no- de un grupo económico. Así, además de las empresas estatales se reconocen cinco tipos de firma: 1) las que pertenecen a un grupo económico nacional (GGEE) , 2) las que son propiedad de accionistas extranjeros e integran en el ámbito local un mismo conglomerado de empresas bajo control transnacional (CE), 3) aquellas cuyos dueños son argentinos pero que no constituyen un grupo económico (ELI) , 4) aquellas que son controladas por capitales extranjeros pero que en el país no adoptan la forma de conglomerado empresario (ET), y 5) aquellas cuyo capital accionario es controlado por una asociación entre las formas de propiedad antes mencionadas. En referencia a estos criterios de análisis, cabe incorporar una breve aclaración metodológica. Tanto los grupos económicos nacionales como

y RECONFIGURACIÓN

1983 Ventas

13 22 13 30

34,3 19,4 5,4 19,4

21

21,2 0,3 100,0

I

100

Las heterogeneidades de comportamiento constatadas en el ámbito industrial no se limitan al desenvolvimiento de los distintos sectores de actividad, la reconfiguración de las estructuras de mercado o las características de los bienes elaborados en el país (grado real de transabilidad) en su relación con la sustitución "inversa" por equivalentes importados. Otra dimensión de análisis fundamental, estrechamente vinculada con la consolidación estructural de las formas de mercado de elevada oligopolización, remite al contenido clasista del proyecto refundacional de la dictadura militar y a sus bases de sustentación en el campo social: la acentuada reconfiguración del poder económico en general, y en el ámbito manufacturero como parte

DESINDUSTRIALlZACIÓN

61

Cuadro 12. Cúpula empresaria industrial de la Argentina. Evolución de la cantidad de enlpresas y de la estructura porcentual de las ventas según tipo de propiedad, 197(}'1983 (en valores absolutos, porcentajes y puntos porcentuales)

EL!

CONSOLIDACIÓN

MILITAR:

Empresas

6 32 12 22 26 2 100

Variación

Ventas

23,4 26,7 5,5 12,6 31,2 0,7 100,0

1976-1983

Ernoresas

Ventas

-7

-11,1 +7,3 0,1 -6,8

+10 -1 -8

+5 +1.

,

+10,0 +0,4

Estatal: Empresas propiedad del Estado; GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico nacional; EL!: Empresas locales independientes (no integran un grupo económico); ET: Empresas tranénacionales (no integran un conglomerado extranjero); CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero; Asoc.: Empresas propiedad de una asociación entre dos o más firmas. ' 1" Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del Área de Economía y Tecnología de la FUCSO.

los conglomerados extranjeros son complejos empresarios conformados por seis o más firmas coordinadas por un número de directores comunes a todas ellas, poseen una propiedad accionaría también común y operan en diversas actividades económicas, no sólo industriales (de ahí que uno de los principales rasgos que caracteriza a estas unidades económicas sea una inserción estructural en la economía que presenta un alto grado de diversificación y/o de lf¡ " integración tanto vertical como horizontal). Las empresas transnacionales, lo !J mismo que sus similares de origen nacional, circunscriben su ámbito operativo a un único sector (no obstante lo cual, pueden presentar cierto grado de integración vertical y/u horizontal de sus actividades). Así, aquellas firmas nc pertenecientes a un conglomerado económico (sea de origen nacional o extranjero) actúan sobre la base de una estrategia empresarial que 1<,; necesariamente debe tomar en cuenta al conjunto de la economía argentina y 1;"11..; no sólo a un sector de actividad, como es el caso de la estrategia de una firma oj;,,, . industrial (tanto nacional como extranjera) no integrada a estructuras empresarias de tipo conglomera!. En consecuencia, existen mayores semejanzas -tanto estructurales como de comportamiento- entre los grupos económicos .rro nacionales y los conglomerados extranjeros, que entre los primeros y las firmas locales independientes, o que entre los segundos y las empresas qun ht'¡ 'transnacionales. Al respecto, pueden consultarse, entre otros, los estudios de emi '! Azpiazu (1997), Azpiazu, Basualdo y Khavisse (2004); Basualdo (2006), ' Castellani (2004 y 2(06) y Schcrr (2005). ¡ •

62

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

Entre esos años las empresas de la elite pertenecientes a grupos económicos de capital nacional y extranjero incrementaron en forma significativa su participación relativa en las ventas totales: mientras que en 1976 estas dos tipologías dieron cuenta, en conjunto, del 40,6%, en 1983 explicaron el 57,9%. Este incremento no es ajeno a la incorporación a la cúpula (desplazando a otros tipos de capitales) de quince nuevas firmas integradas en estructuras conglomerales (diez de capitales nacionales y cinco transnacionales). La contracara de esta expansión fue la retracción experimentada por las compañías estatales (su presencia se redujo a menos de la mitad de firmas, con una pérdida de 11,1 puntos porcentuales en cuanto a su participación en las ventas agregadas) y las firmas extranjeras no integradas a conglomerados económicos en el medio doméstico (ocho empresas menos y una reducción de su peso en la facturación global de casi siete puntos porcentuales) .21 Los datos disponibles indican que el retroceso relativo de las firmas estatales puede explicarse por la confluencia de la mencionada caída en la cantidad de empresas dentro del panel de las cien líderes del sector y una importante transferencia de recursos desde el Estado, fundamentalmente hacia las compañías privadas pertenecientes a los principales grupos económicos locales, a partir del aumento en el volumen físico de la producción y una disminución en sus precios reladvos.V En el caso de la retracción de las empresas transnacionales concurren varios procesos, entre los que interesa destacar tres. Primero, la

21 En el período analizado la reducida participación de las asociaciones y las empresas locales independientes en la cúpula fabril prácticamente no se modificó. 22 Las evidencias disponibles indican que diversos motivos pueden explicar esta disparidad: se quiso perjudicar directamente a las empresas estatales en beneficie de la actividad no estatal o se pretendió disminuir el ritmo de crecimiento de la inflación controlando la presión que sobre ella ejercían los precios de las firmas estatales conjugando esta política con un subsidio implícito a los grandes demandantes de los bienes, en general intermedios, que el Estado produce. Varios son los ejemplos al respecto: SOMISA, en su relación con Acindar, Propulsora Siderúrgica y la entonces Dálmine Siderca, Petroquímica Bahía Blanca en la provisión de insumos básicos a las empresas mayoritariamente privadas que integraban el consiguiente polo petroquímico; YPF (más allá, o complememariamente a su condición de demandante en relación con proveedores y contratistas) respecto a las refinerías privadas (Esso y Shell); y la Central Hidroeléctrica Futaleufú en la provisión del principal insumo energético al monopolio en la producción de aluminio primario (Aluar).

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

63

.caída en las ventas globales a raíz de la crisis verificada en las actividades en las que estas firmas tenían una relevante gravitación relativa, tal es el caso de varias metal mecánicas, en especial las que conformaban el complejo automotor. Segundo, la repatriación de capitales foráneos que tuvo lugar durante esos años como producto del deterioro fabr il (téngase en cuenta que, a diferencia de las extranjeras que se integraban a holdings empresarios, estas compañías no tenían una inserción de carácter multisectorial en la economía doméstica que les permitiera compensar -siquiera parcialmente- la caída en los respectivos niveles productivos en el ámbito industrial)" Tercero, el hecho de que además de su condición de "especializadas", en numerosos casos contaron con una opción mucho más atractiva: la de seguir atendiendo la demanda doméstica mediante las importaciones de algunas de sus filiales, merced a la apertura con retraso cambiario y el consiguiente subsidio implícito a las compras en el exterior. 1, Esta primera imagen, que remite a la consolidación de las estructuras conglomeradas del capital como las "ganadoras" del proceso dictatorial, por lo menos en términos de los cambios registrados en la propia cúpula empresaria industrial, se ve enriquecida y reafirmada en su comprobación fáctica al considerar las transformaciones registradas en el interior de la producción industrial, adoptando. similares criterios de ~!ferenciac.ión entre las dis~intas fracciones de capital.P Al respecto, resultan pertinentes dos consideraciones. En primer término, algunas de l~s grandes firmas industriales integradas en estructuras conglomerales l. . . COnstItuyer~n en lmportantes. l~portadoras de bienes sustitutos complementanos de los que tradicionalmente elaboraban en el ámbito local, lo que les permitió consolidar su poderío oligopólico de mercado.

sf

°

23 La crisis desencadenada a comienzos de los años ochenta provocó un severo redimensionamieuto industrial asociado a la quiebra y el cese de actividad de numerosas empresas, así como a la fusión, la transferencia y la absorción de firmas y establecimientos productivos. Este proceso Involucré también a las compañías extranjeras. ya que muchas de ellas, líderes en sus respectivos sectores manufactureros, cesaron sus actividades en el país o fueron transferidas a otros capitales locales o foráneos (a título ilustrativo, cabe señalar los casos de General Motors y Citroén en la industria automotriz, Oliveni en máquinas de oficina, Duranor en la producción petroquímica, Sudarntex en la actividad textil, Insud y Metalúrgica Austral en la industria metalúrgica y Ascensores Otis). 24 La única diferencia respecto del análisisprecedente es que se optó por excluir a las asociaciones en función de la bajísima incidencia que por entonces tenían en el sector y dentro de la elite empresarial.

64

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

En ese plano, una mayor participación en las ventas agregadas de la cúpula empresaria no necesariamente conllevaría idénticos resultados ~n el plano de la producción. En segundo término, mientras las ~onclusIOnes que anteceden provienen de considerar las ve~:as de l~s CIen mayores empresas industriales, la referida a la pr-oducció n remlt~ a aquellos establecimientos (algo más de 1300) que por entonces explicaban alrededor del 70% Hechas estas producción de prendido entre tata la presencia

del PBI industrial. aclaraciones, en el cuadro 13 consta la las diferentes fracciones industriales en 1973 y 1983. Desde esta perspectiva de de una tendencia similar a la venficada

evolución el período análisis se en ~l nivel

de la comconsde la

cúpula industrial, es decir, la performance c1arament~ supenor de aq~~110s estamentos empresarios que ya se encontraban msertos en la actrvidad fabril antes de la irrupción de la dictadura, pero que no ejercían el liderazgo del proceso de acumulación: los grupos económicos nacionales (GGEE) y los conglomerados

extranjeros (CE).

Cuadro 13. Argentina. Evolución de la producción industrial según tipo de propiedad, 1973, 1981 Y 1983 (en millones de pesos de 1970 y porcentajes) Millones de pesos de 1970

Empresas

estatales

Empresas

extranjeras

CE ET Empresas

nacionales

GGEE EL! Total

1973 1587 8680 5235 3445 6917 2296 4621 17.184

1981 1772 6966 4887 2079 6149 2356 3793 14.887

1983 1854 7479 5306 2186 6815 2717 4085 16.148

Tasa de crecimiento

1973-1981 11,7 -19,7 -6,6 -39,7 -11,1 2,6 -17,9 -13,4

1973-1983 16,8 -13,8 1,4 -36,5 -1,5 18,3 -11,6 -6,0

CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero: ET: Empresas transnacionales (no integran un conglomerado extranJero);.GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico nadol~al;.ELI: Empresas locales independientes (no integran un grup? económico). . Fuente: Elaboración propia sobre la base de Azpiazu, Basualdo y Khavisse (2004).

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

65

Los grupos económicos nacionales aumentaron su participación en la producción industrial del 13,4% en 1973 al 15,8% en 1981 y el 16,8% en ,1983, mientras que los conglomerados extranjeros pasaron del 30,5% .~ue representaban en 1973 al 32,8% y el 32,9% en 1981 y 1983, respecti~~mente. En consecuencia, la participación conjunta de ambas fracciolJes de capital se incremen tó del 43,9% en 1973 a casi la mitad de la prod¡-ucción fabril en 1983, tratándose de las únicas fracciones de capital érivado que registran incrementos. Estas variaciones resultan altamente -sígníficatívas si se tiene en cuenta que la encuesta a partir de la cual se analiza la participación de estos capitales sólo incorpora a los mayores establecimientos del sector, que fueron los menos afectados por la crisis y .lk reestructuración regresiva sectorial. p~.Por su parte, las empresas estatales también incrementaron .su inciden~i¡t en la producción industrial, ya que de detentar el 9,2%,en, 1973 alcanzan el 11,5% en 1983. A pesar de ello su situación no es comparable .~ la de los casos anteriores, y remite a las consideraciones precedentes reltatiyas al papel de las empresas públicas subsidiando, vía precios relativos, a las fracciones más concentradas del capital. A su vez, como resultado de la profunda caída. en los niveles de producción de las empresas transnacionales (ET) (36,5% entre 1973 y 1983) Ylas empresas locales independientes (ELI) (11,6% de contracción). estos subconjuntos de empresas perdieron más de ocho puntos porcentuales en su contribución conjunta a la producción industrial re"álizada en el país. ,\Lainotable reducción de los volúmenes de bienes manufacturados por las primeras, que ni siquiera alcanzó a ser compensada por el comportamiento de las transnacionales que operan en el país como conglomerados empresarios (entre 1973 y 1983 el conjunto de las empresas extranjeras reveló una contracción en su producción del 13,8%), invita a reflexionar en' torno a uno de los objetivos largamente proclamados por las autoridadesxeconómicas y plasmados en varias de las normativas reseñadas: la atracción del capital extranjero. Al respecto, cabe una digresión analítica adicional que surge de la comparación intercensal en relación con la pre'lSenda transnacional en la industria argentina según sectores de actividad; haciendo abstracción ·de la diferenciación entre aquellas que operaban vn"~hámbito local como grupos económicos y las firmas "especializadas" q(imüp.serción en una única rama industrial y, en la generalidad de .los casos, posicionadas como oligopolios (cuadro 14). ~)¡;::n

66

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

Cuadro 14. Argentina. Participación en la producción industrial y distribución sectorial de la producción de las empresas

de capital extranjero,

1973 y 1984 (en porcentajes)

1973 Distr.

Parto en

Distr.

procl.

sect.

laprod.

sect.

la Alimentos, Textiles,

bebidas

y tabaco

confecciones

y cuero

Madera y muebles Papel, imprenta

y publicaciones

Productos

químicos

Minerales

no metálicos

Industrias

metálicas

básicas

Maquinaria y equipos Otras manufacturas

Total Fuente: Elaboración

1984

Parto en

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZAcrÓN

y RECONFIGURACIÓN

67

Electric, KICSA, National Lead) , la desintegración y la fragmentación de procesos productivos precxistentes y la relocalización territorial de algunos de ellos (E. Daneri y Galileo a favor de una peculiar legislación de promoción industrial regional).25 Ello se conjugó, a la vez, con la implantación de algunas grandes firmas de capital nacional que contaron con los generosos beneficios de la promoción industrial, particularmente en el ámbito de la producción de insumos de uso difundido.

21,2 14,3 2,8 20,2

18,8 6,2 0,2 2,6

19,4 13,5 2,1 11,6

17,4 6,3 0,1 2,1

Derivado de ello, el período intercensal muestra también una reconfiguración de la producción local de las transnacionales. La creciente contribución de los productos químicos y petroquímicos a partir de la concreción de importantes proyectos de inversión acogidos al régimen de

42,2 26,4 30,5 45,5

26,0 2,7 8,4 35,0

33,2 21,1 35,9 38,9

32,4 2,5 8,1 30,9

promoción industrial (como en los casos de Monsanto, Monómeros Vinílicos, Ducilo y Duperial), así como la retracción de la producción metal mecánica (en especial las elaboradoras de bienes de consumo durable yde capital), sugieren dos cuestiones. Por un lado, una mayor focaliza-

5,4 30,4

0,1 100,0

18,4 26,8

0,2 100,0

ción en la industrialización de recursos naturales para el mercado interno y externo; por otro, un menguado interés por aquellas actividades que tendían a verse limitadas, en su expansión, por la marcada contracción de la demanda interna y la escasa competitividad internacional de las plan laS radicadas en el país.

propia sobre la base de Azpiazu (1995).

El análisis del período 1973-1984 permite extraer importantes inferencias acerca del comportamiento de las filiales locales industriales de las empresas extranjeras y sus rasgos más relevantes en el marco del desempeño ma-

De todas maneras, ello no altera otro de los rasgos típicos de cia transnacional en la industria: su presencia protagónica en oligopólicos. Este rasgo remite a la contradicción subyacente políticas orientadas a atraer la inversión directa extranjera (las

nufacturero durante esta etapa critica. La presencia transnacional en la in-

leyes de inversiones extranjeras, de transferencia

dustria argentina no permaneció

moción industrial) y las resultantes de la política económica

ajena a ese conflictivo proceso. Tanto el

perfil productivo local de las transnacionales como su aporte a la producción de las distintas ramas de actividad revelaron cambios de diversa índole.

El "clima de inversión"

demanda

muchos

la presenmercados entre las señaladas

de tecnología,

más componentes

de pro-

en general. que una

Entre ellos, sin duda, el de mayor significación es la pérdida de casi cuatro

normativa por demás permisiva. Si bien, por ejemplo, muchas transnacionales pudieron acogerse a los beneficios de la promoción industrial

puntos porcentuales en su aporte a la producción industrial, que la retrotrae incluso por debajo del que registraba a mediados del decenio de los sesenta (28,0% de acuerdo a las cifras del Censo Nacional Económico

eq el plano doméstico, otras encontraron que esa misma "permisividad" les permitía acceder a condiciones apropiadas para la repatriación de sus capitales.

de 1964). Esa menor contribución del capital extranjero se manifiesta, en mayor o menor medida, en casi todas las ramas industriales -con la excepción de las metálicas básicas y "otras manufacturas"-, y surge como resultante del cierre de un número importante de plantas fabriles, el redimensionamiento de otras al discontinuar ciertas líneas de producción, la recon-

De todas maneras, más allá del análisis precedente, que involucra al conjunto de las transnacionales que se desenvolvían en el país, es indudable que el fenómeno más trascendente registrado durante la dictadura militar es la reconfiguración de la estructura de poder económico en

versión y la especialización en determinados segmer:ltos del mercado, la transferencia de la propiedad a empresas de capital local (Standard

1'1\

25 Se trata de los regímenes insraurados durante la dictadura militar en las provincias de La Rioja (Ley 22.021), San Luis y Catamarca (Ley 22.702) y San Juan (Ley 22.973). El tema se aborda al analizar algunos de los tantos legados de la gestión militar en el campo industrial; véase pág. ?So??

68

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

torno a los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros que se reprodujo en el interior de la industria. Entre los principales factores que permiten dar cuenta de esa creciente incidencia de las formas conglomerales de organización de la propiedad en el ámbito manufacturero, sobresalen: • la puesta en práctica por parte de estas empresas de una estrategia de integración y diversificación en línea con el proceso de reestructuración económica. en curso, lo que les permitió, entre otras cosas, participar en las actividades más rentables en una etapa caracterizada por bruscas y recurrentes fluctuaciones de los precios relativos (por ejemplo, en la "bicicleta financiera"),26 reasignar el excedente entre las firmas integran tes del conglomerado con la finalidad de trans-

(como fue el caso de muchas del sector industrial

69

y RECONFIGURACIÓN

• la participación gravitante de estos estamentos empresarios en los rubros productivos más beneficiados por la reconversí ón regresiva :, de la industria, en especial aquellos relacionados con las ventajas e comparativas estáticas del país y otras producciones favorecidas por diversos regímenes promocionales. Debe destacarse que se trata, en su mayoría, de actividades que se caracterizarían por una 111. creciente inserción exportad ora; I{-'!·

4-

~. ~I" !l"

26 A partir de 1979 se verificó un notable crecimi~nto d.e la deuda ~xtern.a tanto pública como privada, proceso que pone en evidencia los cambios verificados en el ciclo de acumulación y reproducción del capital de los actores económicos predominantes y, en ese marco, la funcionalidad del comportamiento estatal respecto de sus intereses. Dada la importante diferencia existente entre las tasas de interés locales e internacionales (las primeras eran mucho más elevadas que las segundas, como resultado de, entre otros factores, la abundante liquidez de capitales en el nivel mundial y, en el ámbito interno, la vigencia de la garantía estatal de los depósitos y la toma de deuda por parte del Estado), los principales grupos económicos se endeudaron en el exterior e ingresaron las divisas al país para colocarías en la plaza financiera. Esta operatorla les redituó cuantiosas ganancias =tanto en pesos como en "moneda dura", producto de la apreciación cam~iaria resultante de la .•tablita ••..:.que posteriormente, en su gran mayona, fueron remitidas al extranjero (lo cual resultó posible por las divisas aportadas por el endeudamiento externo del sector público). De allí que la conu-acara del incremento de la deuda externa haya sido una suba considerable en el slCdl de activos de residentes locales en el exterior. Esta dinámica funcionó hasta mediados de 1981, cuando en el marco de la crisis se decidió devaluar la moneda nacional, 10 cual generó que el sistema financiero y muchos conglomerados empresarios quedaran al borde del colapso. La "solu.ción" fue la puesta en marcha de diferentes regímenes de seguro ~e cambio p:ra . permitir a los deudores privados locales el repago de sus pasiVOSexte~nos. SI bien dicho seguro incluía una tasa de interés, la inflación y las postenores devaluaciones la fueron licuando y en los hechos se produjo la estatización de la deuda externa privada. Se trató de una fenomenal transferencia de recursos públicos hacia los sectores más concentrados del capital. Basta con mencionar, en tal sentido, que sólo treinta grupos económicos nacionales y algo más de cien grandes empresas transnacionales concentraban aproximadamente el 65% de la deuda privada {Basualdo, 1987).

DES INDUSTRIALIZACIÓN

en los momentos más agudos del proceso desinclustrializador) y acceder a niveles diferenciales de actividad a partir de la realización de operaciones de compra-venta de insumos y/o productos finales en tre compañías relacionadas;

ferir recursos desde las empresas en mejores condiciones económicas y financieras hacia las que presentaban mayores problemas de sustentación

MILITAR:

I •

:'{

• t·

el acceso a diversos beneficios extraordinarios extraídos del aparato estatal como, entre los más relevantes, los subsidios ligados a la promoción industrial, la política de compras estatales, el discrecional manejo de los precios relativos de las empresas públicas, las privatizaciones periféricas y, desde comienzos del decenio de los ochenta, la estatización del endeudamiento externo privado y la licuación de la deuda interna; y la posibilidad de ganar porciones crecientes de mercado en diversas ramas manufactureras a raíz de la intensa centralización del capital que se verificó duran te el período y del retroceso experimentado por amplias capas del empresariado, sobre todo las de menor tamaño y poderío económico que, ante el brusco cambio acaecido en los niveles macro y mesoeconómicos (y la reconversión económica a él asociada), se vieron forzadas a desplegar conductas microeconómicas

JJ1:

netamente defensivas (levantamiento de líneas de producción, cese de actividades en el ámbito [abril, repliegue hacia otros sectores económicos, quiebras y cierres de empresas, etc.).

De allí en más estos grupos económicos pasarían a detentar una enorme capacidad para definir y condicionar la trayectoria de la economía nacional y la orientación

del funcionamiento

estatal. No sólo por ser propietarios

de

muchas de las principales empresas industriales, sino, además, porque controlaban conglomerados de firmas con actividad en los más diversos sectores'económicos y, por ende, tenían una injerencia decisiva en el comportamiento de variables de ostensible significación económica y social (precios, tipo-de cambio, empleo y salarios, inversión, balanza de pagos, etc.). Af:.r~~pecto, cabe señalar que las evidencias analizadas no permiten captar, ..en toda su ditnensión y agudeza los procesos de concentración económica y centralización del capital verificados en los año~' formativos

70

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACIÓN

y RECONFIGURACIÓN

71

del "modelo financiero y de ajuste estructural". Básicamente, porque dada la naturaleza de la información básica utilizada, no se está computando una considerable porción del excedente apropiado por estos

EN EL ÁMBITO INDUSTRIAL

agentes económicos por efecto de la consolidación de. un proceso ~e transición desde una estrategia de valorización pr-o'ductiva con base In-

Antes de refle~onar en torno a los principales legados que el régimen militar le dejaría a la reriaciente democracia en el ámbito industrial, ca-

dustrial y de realización en el mercado interno, hacia .otra e~~ructu~ada en torno de la especulación financiera y con fuerte orientacron hacia el sector externo, tanto desde el punto de vista de la cuenta corriente como

ben algunas consideraciones pesadas herencias.

PRINCIPALES LEGADOS CRíTICOS DE LA DICTADURA MILITAR

La prime.fa de ellas se se presenta bajo la forma de una "fotografia", a manera.de imagen resultante de las políticas económicas implementadas por la dictadura que condujeron al quiebre de la hegemonía de la indus~~ialización como eje del modelo de acumulación y reproducción económica y social. La segunda remite a otro legado que debió asumir el con-

de la cuenta capital de la balanza de pagos. . . Puede afirmarse, en conclusión, que durante la dictadura militar se produjo en el ámbito industrial (y en el conjunto de la economía) una muy acentuada redistribución del ingreso desde los asalanados hacia los no asalariados mediante, entre otros factores, la caída del salario real, el deterioro de las condiciones laborales y el aumen to en la extensión y la

j'!nto de la sociedad argentina en beneficio de un puñado de grandes empresas y grupos económicos: los regímenes de promoción industrial regional en las provincias de La Rioja, San Luis, Catamarca y San Juan, y

intensidad de lajornada de trabajo. Sin embargo, ello no da cuenta de la totalidad de los cambios registrados, ya que entre los empresanos, en particular los pequeños y medianos, hubo sectores fuertemente ,perjudicados por la crisis socio económica y fabril, mientras que otros nucleos se beneficiaron con ella: se trata de las firmas oligopólicas, dentro de las cuales también se produjeron rupturas significativas que dieron lugar a

su trascendente aporte a la regresividad estructural co,nsolidado durante la segunda fase sustitutiva.w

a perder

río, un conjunto

importancia

en el agregado

sectorial.

acotado de grandes grupos empresanos

1:85 (datos de 1984) de los establecimientos

de más de cien ocupados-? se-

gu'l.upo de propiedad, estratos de concentración y destino funcional de los bienes elaborados. Se trata de una perspectiva que arroja interesantes elementos de juicio adicionales en relación con las bases productivas sobre las que. se estructuró la expansión fabril de los grupos económicos nacionales

Por el con,tra~umento

del tejido industrial

En cuanto al primero de tales temas, ya los efectos de complementar los desarrollos previos, en los cuadros 15 y 16 se desagrega la información referida a la producción industrial relevada en el Censo Nacional Económico de

una nueva fisonomía del poder económico. En efecto, aquellos capitales oligopólicos que controlaban pocas empresas y mercados, con escaso grado de in tegración y / ~ diversificación, tendieron

previas que igualmente se inscriben en esas

su

poderío económico y el control que ej~rcía sobre un a~pho espectro de mercados (tales son los casos de Acindar, Agea-Clann, Alpargatas,

y los conglomerados extranjeros durante la dictadura militar, es decir, el n¡levo poder económico. Y más específicamente, sobre algunos de los rasgos

Arcor, Astra, Bagó, Bernberg, Bridas, Bunge y Born, Celulosa Arge~tina, Fate-Aluar, Fortabat, Garovaglio y Zorraquín, Ledesma, Macn, Pé-

centrales que caracterizaban la configuración estructural del sector al restablecerse la vigencia de las instituciones republicanas en 1983.

rez Companc, Roggio, Soldati, Techint y Werthe:.n) .27 Este pro~e~,o se' consolidó, en gran medida, como resultado de la finanClanzaclon Y la, internacionalización de gran parte del excedente apropiado por estos' capitales pari passu la fuerte redistribución regresiva del ingr."so veri~~ cada en esta etapa. así como de la pronunciada centralización economica que tuvo lugar y la orientación asumidas desde el aparato estatal! ,1

27 De allí que la desindustrialización que sufrió la Argentina en este período no ", debería ser vista como un proceso de naturaleza antiíndustrial, dado que un.a parte significativa de la expansión de las nuevas f~ac~ione~dominant.es proViene~) de haber mantenido o incluso aumentado su ya significativa presencia en la .•• actividad fabril. .

~ 28 Similares consideracio~es podrían hacerse extensivas al régimen fueguino pero, ~ por un lado, ya fue señalado su efecto regresivo en términos industriales así tambié~ I~ "activación" de los incentivos implicados a partir de la propia política econormca de la dictadura. Por otro, mientras la llamada promoción en el entonces territorio fueguino derivó en radícaclones en unas pocas actividades de ensamblaje, la peculiar promoción a nuevas radicaciones industriales en las cuatro provincias de referencia arrastró, dada la naturaleza de los incentivos p:evistos, a empresas o ramas febriles donde las economías de escala asumían un papel más que protagónico. 29 En el año censal tales unidades productivas generaron casi ei 70% de la producción y el valor agregado del sector.

oS

.'..

CO~?

Cuadro

15. Argentina.

de cien ocupados

Estructura

de la producción

según estratos

por los establecimientos

industriales

1984 (en millones

de más

~

de pesos

''"o" o '¡z"

de 1984 y porcentajes)

argentinos

(%)

Ramas

Ramas medianamente

concentradas'U

concentradas(2)

GGEE

425.689,6

EL!

175.276,4

CE

317.018,5

14,8

54.644,2

10,4 19,8

8,6

Asoc.

86,5 3736,8

0,2

Total

71,S 1.601.555,5

100,0

1466,0

25.288,5 17.645,8

15,8

247.160,5

ll,6

ll,O

100,0 366.429,8

17,2

100,0 0,0

100,0

0,0 160.492,2

0,0

5202,S

0,2

100,0

100,0 2.131.946,1

100,0

100,0

7,5

17,4

75,1

100,0

0,4

2S,2 369.898,4

>

20,1

427.811,9

54,1

86.767,6

4,8

8,7

Z

100,0

10,2

22,1 31.765,5

67,7

23.921,1

26,3

559.762,5

14,9

20,3

38,7

41,0 167.227,8

44,8

165.767,9

10,9

'" Z -l

100,0

4,3

19,7

76,0

ET

29,8

110.151,8

26,6

"

24,7

525.578,6

4,3

6869,2 1,3

1,2

97,5

> o

concentradas(3)

1,6

6103,0

32,0

512.606.4

(%)

Total

(%)

Ramas escasamente

(%)

altamente Estatal

generada

y tipo de propiedad,

de concentración

Estatal: Empresas propiedad del Estado; GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico nacional; EU: Empresas locales independientes (no integran un grupo económico); ET: Empresas transnacionales (no integran un conglomerado extranjero); CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero; Asoc.: Empresas propiedad de una asociación entre dos o más firmas. (1) Ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican más del 50% de la producción global. (2) Ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican entre el 25% y el 50% de la producción global. 5~L~am~.~n l?-~.qUEi;I9.u~,rimeros ~hCl establecimientos explican menos del 25% de la producción global. F,",,-<:..ntt;~l;a~S?r~.t;;1~P'!"2¡:é2\ ~l?!~~a.:.~~~~a!?)-¡.~a.2.?s,l~~
PJq;tM!t.22tlQue.,

Cuadro 16.;{~&eFítina. Estructura

~¡. 9;-.

:. ~.

::..

-

de cien ocupadp~ según naturaleza argen!iñ9s de Í984 Yporcé'ncajes')

-

Bienes

Estatal

de

(%)

consumo

no durable

durable

7862.5 1,5

1,3

GGEE

184.006,8

30,2

EU

32,9 277.038,8

45,5

64,8

zr

58.364,2

9,6

80.180,9

Asee.

21,9 1466,0

Total

28,2 608.919,2

,

28,6

(%)

4,0

52.098,1 9,3

22,4

27.198,9

293.986.7 52,5

25,3

11,7

100.115,4

8,6

19,7

23,4 105.180,8

42,2

10,9

172.614,3

0,0

3736,8

100,0

71,8 1.163.968,0 54,6

(%)

Total

.•:~:,~._~

J) !kll~

(%)

5:

" " ~ E

l:

15,9

525.578.6

29.670,9 5,3

23,4

559.762,5

26,3

23.458,8 5,5

18,5

100,0 427.811,9

20,1

37.768,1

29,8

247.160,5

12,3

100,0 366.429,8

3,8

9,0 14,8

15.630,8

0,0

5202,8

100,0

100,0 2.131.946,1

0,0 100,0

126.639,7 5,9

11,6

~ l'

":;: z

o c:

1: >

r

17,2

100,0 0,0

¡:

~

100,0

4,3 0,3

24.7

100,0

15,3

47,1

232.419,2

24

c:

20.111,1

0,0 100,0

488.334,0

Bienes de

42,0

26,7 0,0

2.:0

capital

42,6

98.003,8

0,2

(%)

92,9

18,5 13,2

Bienes intermedios

9271,0 1,8

45.847,4

..

del<:tpr8ducción genera?a p,?rJo~~,¡~stab!~cynien!.osindustrial~s de más del bien élaborado y tip'b de própiedad: 1984 (éñ millones de pesos ,.

6,4

23,6 CE

Bienes de

consumo

ik

0,2

~ o

o.z o(

~ 100,0

100,0

Estatal: Empresas propiedad del Estado; GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico naciona: EU: Empresas locales independientes (no integran un grupo económico; ET: Empresas transnacionales (no integran un conglomerado extranjero); CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero; Asoc.: Empresas propiedad de una asociación entre dos o más firmas. Fuente: Elaboración propia sobre la base de tabulados especiales del Censo Nacional Económico, 1985.

O Z

."

s c: ~ o

o.z " ce

74

HECHO

EN ARGENTINA

LA DICTADURA

Los datos proporcionados por los cuadros referi~os per~iten inferir que, en esa reconquista de la democracia, el perfil mdus~lal se caracterizaba, entre otros, por los siguientes rasgos estructurales. • gran parte de la producción elaborada en los grandes estable~ímientas que eran propiedad de los conglomerados con presencia en la industria provenía de ramas altamente concentradas ~76,O% en el caso de los grupos nacionales y 86,5% en e! de los foraneos); dentro de este estrato de concentración, las plantas de propiedad de los holdings nacionales constituían la segunda típologia en cuanto a su significación en la producción total (26,6% frente al 32,0% de las de propiedad estatal), mientras que las de los conglomerados extranjeros ocupaban e! tercer puesto con un aporte cercano al 20%; • en el ámbito de las ramas mediana y escasamente concentradas,.el liderazgo era ejercido por los establecimientos que eran propIedad de firmas nacionales no integradas a formas conglomerales de organización; en el primer caso los grup~s de origen do~ésti~o ocupaban la segunda posición y los extranjeros la cuarta, mlenua.s que en la segunda upología de mercado los puestos eran, respecuvamente, el tercero y el cuarto; • en términos sectoriales, la dinámica de acumulación de los grup~s económicos locales que integraban la cúspide del poder eco~ ..omico Iabril pivoteaba, en lo sustantivo, alrededor de la elaboración de in sumos intermedios

y de bienes de consumo no durable (en

su conjunto, estos rubros explicaban algo más del 85% de la producción total de esta tipología empresaria), mientras que la de los conglomerados extranjeros lo hacía no sólo sobre esas actividades, sino también (en conjunto,

sobre la producción

de bienes de consumo

casi el 96% de la producción

durable,

global);'O y

30 En el caso de los grupos económicos nacionales, en.e1 á~?ilO de I~s bienes intermedios tenían un peso significativo las industrias básicas de.hlerro y acero y de metales no ferrosos, y la fabricación de cámaras y ~ublertas, mientras que en el de los no duraderos de consum~ ?redommaba~. la oducción de tejidos de fibra sintética, la elaboración y la refina~lon de ~~eites y grasas vegetales y de azúcar, la impresió~. de diarios y revistas, .la .. matanza de ganado y la preparación y conser vacron de car~e=:,y la fabricación de calzado de tela. En el caso de los conglomerados extranjeros, en el campo de los insumos intermedios prevalecían las indust~as ~~finadoras de petróleo en el de los durables de consumo la fabricación y el ar~ado de automotores, y en el de los no duraderos la elabo~ci.ón de cigarrillos y la fabricación de medicamentos y productos Iarmacéuucos.

MILITAR:

DESINDUSTRIALIZACIÓN

75

y RECONFIGURACIÓN

• en estos sectores los establecimientos pertenecientes a grupos económicos nacionales siempre ocuparon el segundo puesto en términos de su contribución a la producción total, mientras que los de los conglomerados extranjeros alternaron entre el primero (duraderos de consumo) y el tercero (no durables de consumo e intermedios). La última consideración remite a uno de los pesados legados de la dictadura, que continuó empujando la reconfiguración regresiva del tejido industrial durante más de una década de democracia: los regímenes especiales de promoción para las provincias de La Rioja (1979), San Luis y Catamarca (1982) y San Juan (1983). Al amparo de beneficios impositivos que trascendían toda lógica económica, esas normativas "promocionales" (similares en las cuatro provincias) fomentaron implantaciones

fabriles que reforzaron y aguoiearon

muchos

de los sesgos regresivos de la reconversión del tejido industrial resultante de las políticas económicas implementadas en el período dictatorial (en especial entre 1976 y 1981). En efecto, dentro de una muy amplia y generosa gama de incentivos tributarios, pueden reconocerse tres que explican, por sí solos, la capacidad inductora de tales regímenes, la desarticulación industrial que conllevaron y la propia fragilidad temporal de las radicaciones. Se trata del diferimiento del pago del impuesto a las ganancias para los,inversionistas, al valor agregado (IVA), así como al capital y al patrimonio neto por hasta e! 75% de los aportes de capital declarados,

la libera-

ción (para la firma promocionada) del pago del IVA sobre las compras y lasventas y la exención de! pago del impuesto a las ganancias (a ellos se le sumaron, entre otras franquicias, la exención

del pago de derechos

importación sobre los bienes de capital y de los impuestos brutos, sellos y provinciales),

de

a los ingresos

Por otro lado, estos incentivos constituían una posibilidad de fácil acceso, permeabilidad y laxitud, dado que la autoridad de aplicación de tales regímenes recaía en los respectivos gobiernos provinciales y que, en la medida en que concedían beneficios tributarios de carácter federal, su costo de oportunidad era prácticamente nulo (limitado, a lo sumo, a la cuota parte que les correspondía en el marco de la coparticipación federal de los menguados ingresos fiscales copartícipables), mientras que como contrapartida se veían beneficiados por la generación de empleos y un mayor nivel de actividad en las respectivas provincias. Dada la naturaleza y las peculiaridades de los incentivos otorgados, no resultan sorprendentes sus principales resultantes estructurales:

76

HECHO

LA DICTADURA

EN ARGENTINA

• presencia decisiva de aquellas radicaciones derivadas del traslado, previa fragmentación, de procesos productivos preexistenles en otras áreas geográficas del país (de forma tal que los complejos empresarios involucrados pudieran internalizar el IVA, e incluso manejar "precios administrados" en las consiguientes relaciones intracorporativas y "transferir" utilidades a aquellos subconjuntos empresarios exentos del pago del impuesto a las ga-

MILITAR:

DES INDUSTRIALIZACiÓN

y RECONFIGURACIÓN

77

ciales (en todo caso la significación del ámbito provincial se limita a su aporte para la maxirnizaciórr de los beneficios del complejo empresarial como un todo); y • dado el tipo de motivación que explicó la casi totalidad de los emplazamientos industriales efectivizados al alnparo de la legislación prornocional (la elusión fiscal), la fragilidad de tales asentamientos emerge corno una consecuencia lógica e indeseable, más aún cuando su articulación con el medio local fue mmima. De allí que a medida que se fueron agotando los períodos de concesión de los beneficios (hasta quince años) buena parte de tales "radicaciones"

i'"

nanciasj • radicación de nuevas industrias insertas en la consolidación del poder oligopólico de los complejos empresariales en las que se ~ntegran (vía integración vertical, con idénticos beneficios a los sena-

discontinuaron su actividad, e incluso, en muchos casos, fueron re localizadas en sus emplazamientos originales.

lados precedentemente);32 • peso significativo de aquellas industrias de ensamblaje o que circunscriben su actividad a una acotada fase final de procesamiento (valen !!Es anteriores consideraciones) ;33

En definitiva, a modo de balance de este capítulo, cabe remarcar que dados los objetivos estratégicos perseguidos por los militares, los cuadros

• escasa complejidad de los procesos productivos y requerimientos mínimos de mano de obra calificada, Ínfima demanda de in sumos

orgánicos comandados por Martínez de Hoz y las fracciones de la clase dominante que sustentaron a ambos, no sólo resultaba decisivo que la

en el ámbito local e insignificante aprovechamiento de los recursos zonales (no captarían los beneficios implícitos del no pago del IVA, en tanto desalienta todo tipo de eslabonamiento productivo

reestructuración económica con eje en la desindustrialización se verificara en el marco de una crisis de magnitudes considerables, una significativa redefinición de los liderazgos empresariales y una drástica alteración de la relación trabajo-capital. También, y por las mismas razones, era imprescindible redefinir el perfil estructural de la industria manufacturera doméstica. Desde la óptica de estos integrantes y representantes de los sectores dominantes locales. esto debía ser así por la supuesta "íneficíen-

dentro del área promocionada); • nula participación de las exportaciones en las ventas de las firmas promocionadas (en la medida en que las exportaciones no tributan

el IVA, no existiría beneficio

toria); • preeminencia del excedente de acumulación

fiscal alguno en esa opera-

cia" de numerosas ramas fabriles respecto del mercado internacional del capital generado

no local, escasa retención y total dependencia

desplegadas

por grandes

provincial

de las estrategias

empresas extraprovin-

31 Tal fue el caso, entre otros, de Acindar y la desintegración producti~ de la planta de Villa Constitución y el consiguiente traslado d~ una a.mpha gama : de productos finales (clavos, alambre de púa, ~_allas, ~nl1as, hierro re~ondo para \a construcción, etc.) a diferentes zomparuas radicadas en San LUIS, . ) todas ellas controladas por el conglomerado. . _ i 32 Un ejemplo por demás ilustrativo es el de Arcor, que mstal.o ~ma doc~?a de plantas en Catamarca, San Luis y San Juan en una compleja mtegr~clOn " vertical y horizontal tendiente a potenciar la elusión fiscal y consolidar su posicionamiento oligopólico. 33 Este fue el caso de un variado abanico de empresas PI:o?uctoras d~ artefactos para el hogar (Domec San Luis, Fribe La RIOj3. In~u~tnas Spar San Luis, Ultracomb Pumana, etc.) y de industrias rnetalmecárucas (Oalileo, Autotrol, cte.).

~

y las

restricciones que el desarrollo de éstas había impuesto, durante la sustitución de importaciones, a la actividad agropecuaria y a las asentadas en el procesamiento de recursos básicos. Y, más ampliamente, por las condiciones sociales y el tipo de alianzas políticas a las que daba lugar la existencia de un sector manufacturero dinámico (tanto en términos productivos como en 10 que respecta a la generación de empleo), el que a pesar de sus innegables limitaciones, y a favor del importante grado de integración y diversificación que lo caracterizaba, a comienzos de la década de 1970 había logrado sentar las bases estructurales para amortiguar sobremanera los' tradicionales "cuellos de botella" del sector externo, con los consigu{entes beneficios en materia de autonomía nacional. Por ello, no resulta casual que a comienzos de los años ochenta fuera po~q)le trazar en el ámbito industrial un claro "mapa" de ganadores y perdedores, tanto en términos sectoriales como en relación con los actores socioeconómicos. Ese mapa era el resultado de los profundos

78

HECHO

EN ARGENTINA

cambios producidos en la economía y la sociedad argentinas por efecto directo de las diversas medidas políticas (no sólo económicas) aplicadas a sangrey!uego entre 1976 y 1983. Así, entre las principales herencias que recibiría el primer gobierno de la recuperación democrática figuraban:

2. ~a industria durante el gobierno radical: profundización de las herencias de la dictadura

• un nuevo esquema de funcionamiento del capitalismo doméstico, que, asentado sobre una inserción internacional del país distinta, le depararía al sector manufacturero un lugar muy diferente del que había tenido hasta mediados de los años setenta; • un agudo proceso de desindustrialización y reestructuración regresiva del aparato fabril, con su corre lato en un importante y creciente distanciamiento de muchos "frontera internacional";

sectores fabriles respecto

A fines de 1983, el gobierno encabezado por Raúl AJf~nsín se encontró ante una situación económica sumamente compleja;.tanto1en el frente interno como en el externo. Entre otros aspectos críticos se

de la

• un poder económico fuertemente concentrado y centralizado, con un ciclo de acumulación y reproducción ampliada del capital cada vez más diversificado y transnacionalizado (en términos industriales, muy volcado al procesamiento de recursos naturales) y, como resultado de ello, con una decisiva capacidad estructural para condicionar el sendero evolutivo del proceso económico y polltíco-social-é" • un entramado de pequeñas y medianas empresas bastante más reducido que el existente en las postrimerías de la sustitución de importaciones y, a la vez, sumamente debilitado en términos estructurales (lo cual condicionaría sobremanera sus "márgenes de maniobra" de allí en adelante); y una clase trabajadora que a raíz de la brutal

represión

política y

destacaban: la inestabilidad y persistencia del proceso inflacionario (430% en el año), el explosivo endeudamiento externo (cerca de 45.000 millones de dólares, equivalente a las exportaciones de más de un lustro), los profundos desequilibrios fiscales (cercanos al 17% del PBI) y las acuciantes

restricciones

que implicaban

las transferencias

compro.ffi.etidas a.raíz de la estatización de la deuda privada y los ingentes subsidios asociados a la promoción industrial. entre otras prebendas estatales al nuevo poder económico. Todo ello se conjugaba, a la vez, con el estancamiento del producto. la desarticulación del proceso de acumulación anterior (ahora centrado casi exclusivamente en la especulación financiera). la caída abrupta de la inversión reproductiva, la amplia gama de demandas sociales insatisfechas precariedad laboral.

y crecientes .

niveles de desocupación

y

económica que se abatió sobre ella, y de las propias transformaciones del régimen de acumulación, se encontraba sumergida en la

En el ámbito manufacturero, los legados de la dictadura también resultaban críticos: caída de la producción inscripta en un acelerado proceso

desocupación, la precarización laboral, la fragmentación, los bajos salarios y una muy reducida participación en el ingreso nacional.

de/qesindustrialización, desmembramiento del tejido fabril, profunda contracción del empleo asociada a un cuadro de brusca regresividad distributiva, desaparición de un número muy importante de plantas, emergencia

En otros términos,

se trataba del "éxito" del proyecto refundacional

y de

disciplinamiento en lo político, lo económico y lo social, con el que la dictadura militar y determinadas fracciones de los sectores dominantes de la Argentina

asaltaron

el poder en marzo de 1976.

34 Si bien no se relaciona estrictamente con la temática abordada en este trabajo, vale la pena destacar que desde comienzos de los años ochenta irrumpen dentro del bloque de poder económico de la Argentina los acreedores externos. Dicha situación se encuentra estrechamente vinculada con el fenomenal crecimiento del endeudamiento externo por parte del Estado que se verificó durante la dictadura militar y que estuvo subordinado' al ciclo expansivo del capital concentrado interno.

de enclaves alentados por la propia política económica, reprimarización del perfil estructura] del sector y surgimiento de nuevos actores económicosihegernónícos al calor de una acentuada concentración y centralización delcapital. Por otra parte, la persistente caída de los precios de los productos colas (nuestra principal fuente de divisas), la creciente adopción de ticas proteccionistas por parte de los países centrales, las elevadas de interés vigentes en los circuitos financieros mundiales (con, su

f

agrípráctasas con-

siguiente repercusión sobre los servicios de la deuda externa y el destino.de los flujos de capitales), la ausencia de nuevas líneas de crédito

80

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTlNA

hacían del ámbito internacional un escenario no menos adverso. En ese contexto Alfonsín asumió la presidencia de la nación en diciembre de 1983. En términos generales, la gestión económica de esta administración puede dividirse de acuerdo con dos grandes lineamientos estratégicos: el inicial, a cargo de Bernardo Crinspun, que se extendió hasta principios de 1985, Y el que se desarrolló desde entonces, donde, con escasos éxitos, se priorizaron los intentos por estabilizar los precios, hasta el estallido hiperinflacionario de 1989 que derivó en la asunción anticipada de Carlos Menem. En este último período pueden

terno. El plan evidenciaba la subestimación

su paulatino fracaso, la del pragmatismo cortoplacista y los intentos (frustrados) de reformas estructurales inspiradas en los postulados de la ortodoxia

DE GRINSPUN AL AUSTRAL

En el inicio de su gestión, el equipo económico del gobierno radical tenía una visión optimista respecto de las posibilidades de avanzar en forma simultánea en la reorientación del perfil de la economía, la reactivación de los sectores productivos, la satisfacción de los reclamos de ingresos

ción de empleo,

la subordinación

de los sectores

financiera

y el acceso

a esquemas de re negociación de la deuda externa compatibles con la consecución de tales objetivos. Esta posición se sustentaba en la proyección de una recuperación

de los precios de los granos, así como en

la apertura de nuevos mercados de exportación, la configuración de un clima propicio para la inversión productiva y el esperado tratamiento privilegiado en la re negociación de la deuda externa (al tiempo que se abandonaba todo intento de investigación en torno a la misma). Pero también

prevalecía

una notable

subestimación

de la pro-

fundidad de la crisis económica, así como de la intensidad y la trascendencia de las transformaciones estructurales de los años precedentes y los cambios no menos significativos en el interior del poder económico dominante. Las primeras

acciones

jerarquizar la recuperación

del

gobierno

estuvieron

encaminadas

de los drásticos cambios regís-

mica, para el equipo que encabezaba Grinspun parecía seguir vigente el esquema de sustitución de importaciones, pero con un notorio agravamiento en la situación de la balanza de pagos debido al abultado endeudamiento externo. De allí que para intentar resolver tal situación se apeló, por un lado, a buena parte de las tradicionales medidas que solían implementarse durante el período de industrialización sustitutiva con el propósito de pasar de una fase descendente del ciclo económico a una ascendente (básicamente, la redistribución del ingreso hacia los sectores asalariados con vistas a incrementar la demanda interna y dinamizar la actividad manufacturera) y, por otro, a la iniciación de negociaciones

y de genera-

populares

de la actividad

81

trados durante la dictadura, tanto en el ámbito interno como en el propio contexto internacional. 'o. Ajuzgar por los fundamentos y el rumbo que adoptó la política econó-

neoliberal.

de recomposición

RADlCAL

En buena medida, contra las recomendaciones de la ortodoxia, se intentaba privilegiar la redistribución progresiva del ingreso como elemento propulsor del crecimiento económico, aun cuando ello conllevara cierta desatención o subordinación de la problemática del endeudamiento ex-

del Plan Austral y, dado

dos fases: la de la implementación

EL GOBIERNO

les acordes con la desaceleración del ritmo inflacionario.' A tal fin se dispuso el control de precios de una amplia gama de productos industriales mediante la regulación del comportamiento de las empresas líderes y se estableció un sistema de pautas mensuales (a tasas decrecientes en el tiempo) para la evolución de los precios, el tipo de cambio, la tasa de interés, las tarifas de los servicios públicos y los salarios. Este sistema pautado de desaceleración gradual de la inflación contemplaba, para el año 1984, tina recuperación del 7% en las remuneraciones reales.

(excluido en parte el refinanciamiento de los intereses impagos) y la irrupción de la crisis de la deuda en Arnérica Latina, entre OU'ascuestiones,

distinguirse

DURANTE

a

de la producción y los salarios reales en nive-

con los acreedores externos, en particular con el FMI. Todo ello suponía un esquema de alianzas sociales y políticas dificil de obtener en el marco de las profundas transformaciones que se hablan producido entre 1976 y 1983 en el régimen de acumulación doméstico. En efecto, una de las principales manifestaciones del surgimiento del "modelo financiero y de ajuste estructural" fue el significativo fortalecimiento de los sectores dominantes y la creciente heterogeneidad (con el consiguiente debilitamiento) de las fracciones sociales subordinadas, es decir, de aquellas

1 En un discurso pronunciado en enero de 1984 el presidente describió esta estrategia: "Vamos a combatir la inflación y. al mismo tiempo. vamos a hacer crecer el salario real y, al mismo tiempo. vamos a hacer crecer la economía argentina". Los discursos de AJfonsín de aquellos años están disponibles en: http://WW\v. ucr.org.ar.

82

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

que objetivamente debían constituirse en la base de sustentación del programa económico de Grinspun. La conjunción de esos factores fortaleció la capacidad de coacción de los diferentes integrantes del bloque de poder económico doméstico y, en consecuencia, dificultó sobremanera las posibilidades de implementar una política de corte progresista como la impulsada por el elenco ministerial. La evolución de la inflación durante 1984 puso en evidencia de manera contundente el poder de veto de las fracciones capitalistas predominantes y el fracaso del enfoque gradualista con el que se intentaba desacelerar el ritmo inflacionario sobre la base de precios controlados y pautados: en ese año los precios minoristas crecieron algo más del 688% y los mayoristas casi el 626%.2 En ese marco, el escenario externo rasgos heterodoxos

tampoco resultaba afín a ciertos

de la política económica.

Ya a mediados

de 1984,

ante las crecientes presiones de la banca acreedora y la Reserva Federal de los Estados Unidos, el equipo económico remitió una carta de intención unilateral al FMI en la que se reafirmaba la posición original de

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

83

El gobierno radical intentó resolver la crisis estableciendo acuerdos con las fracciones capitalistas que habían tenido más éxito durante la última dictadura militar (los grupos económicos nacionales y algunos conglomerados extranjeros con actividad en el país). lo que significó el reconocimiento oficial de una nueva alianza "entre la democracia y la producción", como la denominó oportunamente el presidente Alfonsín. Fue sobre la base de estos acuerdos que se produjo la llegada de Juan Sourrouille a la cartera económica y que, a mediados de junio de 1985, se.dio a conocer el llamado Plan Austral.: Previo a su lanzamiento,las autoridades económicas habían ido ajustando diversos precios internos (con el objetivo de acceder a una estructura de precios relativos que permitiera incrementar los ingresos tributarios y el excedente

comercial, y

garantizar así el pago de los servicios de la deuda externa) y habían acelerado las conversaciones con el FMI tendientes a la concesión de un nuevo acuerdo slmul-by.

lineamientos exigidos por el organismo. Finalmente, en diciembre se firmó un acuerdo stand-by que propugnaba un severo ajuste monetario y fiscal y, en febrero de 1985, luego de que el FMI cuestionara algunas medidas que a su juicio contradecían los lineamientos acordados, el equipo

Los aspectos sobresalientes del plan de estabilización fueron: a) el congelamiento de precios, tarifas de servicios públicos, tipo de cambio y salarios; b) la reducción drástica del déficit fiscal básicamente mediante la contracción de gastos e inversión del sector público, el incremento de gravámenes al comercio exterior y los combustibles y el aumento de impuestos directos; y c) la instauración de una nueva moneda, el austral, y la adopción de una tabla de conversión de deudas que permitiera neutralizar las transferencias de recursos que generaría la alteración del ritmo inflacionario y evitar a la vez el componente

económico presentó su renuncia. Sin duda, las restricciones económicas y políticas, internas y externas,

inercial de la inflación. I Sourrouille, coincidiendo

que enmarcaron la gestión Grinspun y las propias inconsistencias y debilidades del plan económico, asociadas con el "error de diagnóstico", ter-

principales

subordinar el pago de la deuda externa a la consecución de los objetivos prioritarios de crecimiento económico y recuperación del salario real. Sin embargo, unos meses más tarde el gobierno envió al FMI una nueva carta de intención en la que se comprometió a satisfacer los principales

minaron

por agudizar las dificultades

cierto grado de confrontación

que traía aparejadas

el mantener

con los grandes agentes económicos

que

se habían consolidado como ejes cen trales del proceso económico. Más aún cuando ello también implicaba un relativo enfrentamiento con la banca acreedora internacional y los organismos multilaterales de crédito (en particular, el FMI), en un escenario de ostensible desarticulación los sectores populares.

de

2 De todas maneras, al cabo de 1984. a pesar del explosivo ritmo inflacionario y las crecientes presiones de los grupos empresarios más poderosos contra el equipo económico, el salario real registró una ligera recuperación, lo mismo que el nivel de ocupación industrial.

escollos

con Crinspun,

a resolver

reconocía

que uno de los

era- la "brecha externa"

que se deri-

vaba, en lo sustantivo, del abultado endeudamiento con el exterior. Sin embargo, la superación no pasaba fundamentalmente por la renegociación de la deuda, sino por la aplicación de un programa de "ajuste heterodoxo" que sentara las bases para el despliegue de un modelo económico que priorizara el crecimiento de las exportaciones (sobre todo las no tradicionales) y la inversión, medidas que debían acompañarse con un estricto control sobre la inflación y la "brecha fiscal". ' I.'/~sí, en muy poco tiempo, comenzaban a alterarse los eje,~"ylas prioridades estratégicas de la orientación económica de la administración radical. En ese marco, la cuestión de la distribución

progresiva del in-

g~so, tan presente durante la corta gestión de Gri,nspun. quedó relegada en la agenda y su lugar empezó a ser ocupado en forma creciente

j l.

84

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

por conceptos como "economía de guerra", "ajuste", "estabilización", "modelo expor-tador", etc." Del análisis de la estrategia desplegada por el gobierno en su relación con los "generales de la economía" (es decir, con los principales grupos

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

85

DEL AUSTRAL AL PRIMAVERA

económicos nacionales y extranjeros) se desprende que una de las apuestas de fondo del equipo dirigido por Sourrouille era la de lograr que estos actores dominantes repatriaran parte de los capitales que habían transferido al exterior durante la dictadura militar, con miras a re-

En el plano productivo (en especial el manufacturero), el impacto inmediato del lanzamiento del nuevo plan económico fue el de profundizar el marco recesivo preexistente. Si bien en el cuarto trimestre de 1985 se registró una significativa recuperación, a fin del año se había contraído el PBI casi el 5%, al tiempo que el correspondiente a la industria decaía más del 10%. Ello derivó en una caída, aunque menos pronunciada, en

activar la formación de capital en los sectores elaboradores de productos transables. Para ello el gobierno destinó cuantiosos recursos estatales a estimular el crecimiento de las inversiones y las ventas al exterior de pro-

el nivel de empleo y un incremento en la tasa de desocupación. Por su parte, la formación de capital, que se contrajo por quinto año consecutivo, se vio profundamente afectada por la declinación que experimentó

ductos industriales. Dadas las características y el sentido de este viraje, no resulta casual que el Plan Austral haya contado inicialmente con el apoyo de los organismos multilaterales de crédito y la "comunidad internacio-

la inversión pública y, a la vez, por los efectos de una incertidumbre

nal"4 y, en el frente interno, de los principales grupos económicos de capital nacional y extranjero. En otras palabras, y en contraste con la gestión económica previa, "este plan, en esencia y en pocas palabras no fue sino el reconocimiento de que, frente al fracaso de las políticas de confrontación con el capitalismo local y extranjero, era necesario instrumentar mecanismos que sirvieran de base para un pacto con él" (Portantiero,

1987).

neralizada que alentaba implícitamente

muy corto plazo. Sin embargo, en abril de 1986, ante el relativo éxito alcanzado en materia de estabilización de precios y la evolución del nivel de actividad,comenzaron a flexibilizarse algunos controles con la adopción dé un sistema de precios "administrados" con las firmas IíderesIaderhás de una ligera devaluación y subas en las tarifas públicas). -Ya para entonces se trataba de una política de estabilización de corto plazo sin mayores repercusiones sobre ciertas rigideces estructurales que incidíart directamente sobre el ritmo de los precios (predominio de estructuras oligopólicas de mercado, , pronunciada regresividad de la estructura fiscal, ineficiencias y altos costos de la interrnediación

3 EI26 de abril de 1985 Alfonsín pronunció un discurso por demás significativo: "Hemos heredado una situación difícil, dificilísima. Hemos heredado una economía desquiciada y un Estado devastado, 10 que significa que al mismo tiempo que tenemos que operar debemos construir los instrumentos de la operación. [... ] En este estado dificil, frente a esta economía desangrada, tenemos que dar respuesta a requerimientos populares y, al mismo tiempo, tenemos que ordenar la economía y tenemos que crecer. Esto se llama, compatriotas, economía de guerra y es bueno que todos vayamos sacando las conclusiones ( ... ] Hay que hacer la revolución primero de las expectativas y de las esperanzas en la Argentina. Tenemos que comprender para ello, si vamos a pedir el esfuerzo de todos, cuál es ese esfuerzo, y en consecuencia cuáles son las expectativas que podrán ser satisfechas. Y cuáles las que no podrán ser satisfechas. Y yo les digo hoy, en este acto, que por ejemplo no se puede esperar en este año un mejor nivel de vida, precisamente por la gravedad de esta situación. Pero les digo también que el esfuerzo será equitativo y que primero que nada pediremos el esfuerzo a los que más tienen" (disponible en el sitio web referenciado en la primera nota de este capítulo). 4 Es el caso de P. Volcker, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que lo consideró "muy prometedor", o de D. Mulford, subsecretario del Tesoro, que señaló que "las medidas son más fuertes y van más allá de lo que se había acordado con el FMr (Azpiazu, 1991).

ge'

las colocaciones financieras de

financiera, etc.). El ajuste de corto plazo, de este

modo, terminó por constituirse en un objetivo en sí mismo y no en un ~medio para recrear las condiciones necesarias para el crecimiento econó'mico a largo plazo. Ello quedó claramente de manifiesto con el rebrote ¡inflacionario del tercer trimestre de 1986, que obligó a modificar nueva··mente algunos de los elementos de la política de estabilización. A partir de entonces, y en forma cada vez más acelerada, se ingresó en una etapa de :r.ragmatismo cortoplacista (que se aceleró de modo notable a partir del lanzamiento del Plan Primavera en agosto de 1988), mayor grado de orto, doxia en el diseño de la política económica y tibios intentos de reformas estructurales, que desembocarian en la cesación de pagos de la deuda externa y la crisis hiperinflacionaria, concluyendo con la renuncia anticipada delpresidente Alfonsín en julio de 1989. .~A pesar del discurso oficial y los objetivos y las estrategias 'explicitadas .pára el mediano y largo plazo, poco o nada se avanzó en relación con las 'r'eformas estructurales que en su momento habían concitado la preocupacíón de la conducción económica, como la apertura de la economía, el

86

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

achicamiento del Estado, la reforma del sistema financiero y la modificación de la regresividad de la estructura triburaria, entre las más relevantes. Este fracaso no puede disociarse de la demora con la que se pretendió encarar algunas de esas reformas, ni de su subordinación ante la política de estabilización, y menos aún de la relación que se estableció con el poder económico dominante. Fue en julio de 1987, más de dos años después del lanzamiento del Plan Austral, cuando se anunció una serie de medidas contenidas en el Programa de Reforma Económica, entre las que sobresalían un programa de privatizaciones y la desregulación de los monopolios estatales, el aliento a la presencia del capital de riesgo en el área petrolera, un plan de saneamiento y la especialización del sistema bancario. También se contemplaban la eliminación las retenciones a las exportaciones de una amplia gama de productos agropecuarios, modificaciones en el nomenclador arancelario, incentivación de la producción agroindustrial, ampliación del alcance del régimen de admisión temporaria y variados programas de reconversión sectorial y rebajas arancelarias. Así, al tiempo que recurrentemente se incrementaron los impuestos regresivos y las tarifas públicas como formas de paliar el déficit fiscal, nada se hizo con las sobredimensionadas transferencias derivadas de los regímenes de promoción industrial y otros esquemas de apoyo al capital privado, los sobreprecios en las compras de bienes y servicios del Estado, los subsidios implícitos en los precios de los servicios públicos y/o la provisión de in sumos, que en todos los casos tuvieron por receptores a los mismos grupos empresarios favorecidos por la reestructuración económico-industrial efectuada por la dictadura, y que, así, continuaron consolidándose. Asimismo, estos agentes, que concentraron la mayor parte de la deuda externa estatizada, cuyos servicios asumían un papel decisivo en la magnitud del déficit fiscal, fueron también los principales beneficiados por los altísimos rendimientos financieros a los que se debió recurrir -ante el retraimiento de los créditos externos a partir de 1987- para colocar títulos de la deuda pública interna que permitieran financiar el desequilibrio presupuestario. Este círculo vicioso de transferencia de recursos fiscales no sólo no se revirtió, sino que incluso se vio alentado por la propia tión del gobierno y su escaso poder de confrontación frente a las poraciones dominantes y la preocupación de la banca acreedora veía en riesgo el pago de los servicios de sus acreencias ante los cientes desequilibrios

fiscales, situación que finalmente

gescorque cre-

se concretaría

con la moratoria de hecho en la que incurrió el país a partir de abril de 1988. Más aún, cuando se intentó poner en práctica algunas de las

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

87

reformas estructurales anunciadas, la mayoría resultó trunca a causa de la debilidad política y económica del gobierno. Resultan ilustrauvos, en este sentido,los fallidos intentos por privatizar varias compañías estatales -Aerolíneas Argentinas, ENTel y SOMISA, entre ellas-, que fueron bloqueados en el ámbito parlamentario por el Partido Justicialista y cuestionados por el propio poder económico hegemónico y los sindicatos. Ya para ese entonces, en un contexto signado por enormes dificultades para asegurar un crecimiento sostenido de la economía y COntener la espiral inflacionaria y el desequilibrio de las cuentas públicas, y ante la existencia de fuertes presiones por parte de los diferentes factores de poder (el capital concentrado interno y la banca acreedora), en el diagnóstico acerca de las dificultades que enfrentaba al país en materia económica se produjo un nuevo "golpe de timón". Ahora, la "solución" pasaba por asumir como válido y propio el "recetado" que desde hacía un tiempo venían esgrimiendo los organismos multilaterales de crédito, las múltiples "usinas" del pensamiento rieoliberal y varios "generales de la economía": la reestructuración del Estado con eje en la privatización de empresas públicas, la desregulación de una amplia gama de mercados (incluyendo el laboral), un fuerte ajuste fiscal y la liberalización de la economía con la finalidad de avanzar hacia un perfil productivo que reflejara "adecuadamente" las ventajas comparativas estáticas del país y que asignara recursos en función de la (in) eficiencia de las distintos sectores en términos internacionales. A pesar de este giro del gobierno

radical hacia planteos.de

neto corte

neoliberal, a comienzos de 1989 el Banco Mundial suspendió la ayuda con que se había comprometido, y tres meses antes de las elecciones presidenciales los nuevos intentos de acuerdos de precios se vieron desbordados ante la conjunción de fuertes presiones de la banca acreedora, el drenaje explosivo de divisas y la consiguiente pérdida de reservas, y una pronunciada recesión económica, que generaron una brusca y exponencial aceleración inflacionaria. A comienzos de abril cambió la conducción económica (en menos de cuatro meses se sucedieron dos ministros -Pugliese y Rodríguez-), y se asistió a un profundo y generalizado deterioro de la situación socio económica, producto de la incapacidad de la gestión macroeconómica para evitar la intensificación de la crisis (insostenibles desequilibrios fiscales, cesación de pagos de la deuda externa e hiperinflación). Como resultado, tuvo lugar un punto de ruptura 'definitorio en términos económicos, políticos, ideológicos, sociales

e institucio-

nales, con la consiguiente renuncia del presidente Alfonsín y la asunción del justicialista

Carlos Menem.

88

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

Sobre la base de estas consideraciones analizará la forma en que los mencionados

introductorias, en adelante se vaivenes en la orientación de la

política económica durante el primer gobierno de la recuperación democrática repercutieron sobre la estructura y el desempeño del sector industrial, sus modalidades de inserción en el mercado mundial y la trayectoria de los diferentes actores económicos,

entre otras dimensiones

relevantes.

LAS INDUSTRIAS MÁS CASTIGADAS POR LA CRISIS

Uno de los objetivos básicos de los dos grandes lineamientos estratégicos que guiaron la gestión radical fue el crecimiento industrial y la reversión de las tendencias recesivas heredadas de la dictadura militar (en un caso asociado a la progresividad distributiva y el mercado interno, y en el otro a la expansión acelerada de las exportaciones industriales no tradicionales). No obstante, en los hechos, uno de los principales resultados fue la profundización de los procesos de desindustrialización de la economía y de regresividad estructural del tejido manufacturero. Es más, con escasas excepciones, las políticas que se implementaron respecto de la industria siempre estuvieron subordinadas a las macroeconómicas y, en general, fueron estas últimas las que más incidieron =directa o indirectarnente , positiva o negativamente- sobre el desenvolvimiento fabril. Así, por ejemplo, durante la gestión de Crinspun, con el objetivo de consolidar el mercado interno a partir de una mejora en la distribución de! ingreso, un tipo de cambio real relativamente alto y el aprovechamiento de la considerable capacidad ociosa resultante del shock dictatorial, se optó, entre otras acciones, por revertir los impactos de la apertura de la economía sobre el sector manufacturero. Prácticamente sin cambios sustantivos en la estructura arancelaria, el gobierno radical prohibió la importación de determinados bienes, adoptó e! régimen de consulta previa para importar como forma de proteger un instrumento

a la producción

que se remontaba

doméstica y recurrió a la aplicación de a principios de la década de 1970 y se en-

contraba en desuso, la Declaración Jurada de Necesidad de Importación (DJNI), una suerte de barrera paraarancelaria, Más allá de la preocupación oficial por los desequilibrios de la balanza comercial y la necesidad de divisas, fue también un intento de paliar los efectos de la apertura y retomar en cierta medida los senderos proteccionistas de la producción local. Por su parte, siempre en materia comercial yen relación con sus impactos sobre la industria, hacia fines de 1986 comenzaron a morigerarse

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

89

muchas de esas restricciones (eliminación de diversos bienes del régimen de consulta previa, así como la recurrencia a la DJNI como restricción cuantitativa y selectiva), y en octubre de 1988 se implementó una reforma importante en la estructura arancelaria enmarcada en una reducción generalizada de los niveles de protección nominal. A la vez, y en el marco de una estrategia tendiente a alentar las exportaciones de manufacturas no tradicionales, se apuntaló por diversas vías el incremento del tipo de cambio efectivo (reembolsos, subsidios, draw-back, exención de! pago de impuestos) y la disminución de los costos domésticos (mediante la admisión temporaria de importación de insumos, a la que se le adicionó de hecho la baja de los costos salariales reales a raíz del régimen de alta inflación existente). Desde una perspectiva estrictamente industrial, en ambos casos podrían reconocerse algunos logros, como la recuperación de ciertas actividades vinculadas al mercado interno en el primero, Í' la potenciación del crecimiento de determinadas exportaciones fabriles en el segundo. Pero también resulta posible identificar una serie de fracasos comunes como, entre otros, la no reversión del proceso desindustrializador y el mantenimiento -cuando no el fortalecimientode normas y políticas públicas que alentaron la reestructuración regresiva de la actividad en un marco de profundas y crecientes heterogeneidades estructurales y sectoriales. En ese escenario de cambiantes lineamientos estratégicos y recurrentes redefiniciones de las políticas aplicadas, donde en forma creciente el cortoplacismo, la asunción de un enfoque ortodoxo y el sometimiento a los dictados del poder económico local e internacional desplazaron los primeros intentos, de todas maneras débiles y casi improvisados, de revertir algunos de los legados dictatoriales, la gestión gubernamental del radicalismo terminó por consolidar muchos mantener el nivel de actividad económica.

de ellos sin siquiera

lograr

Después de más de una década de crecimiento sostenido e ininterrumpido de la economía dinamizado por la industria (1964-1974), con la dictadura militar y el quiebre del modelo de sustitución de importaciones se asistió a un comportamiento agregado que reconoció entre 1976 y 1983 cuatro años de crecimiento de! económicos PBI total y tres de contracción, con un resultado neto de apenas el 1,5% de incremento al cabo del período. Esa inestabilidad se reprodujo durante la gestión radical cuyo sexenio 1983-1989 concluyó con una caída del nivel de actividad del 1,2%. Si bien esta crítica evolución rnacroeconómica podría llegar a cons,iderarse corno un simple resultado de confrontar el final de la gestión dictatorial con un año particularmente crítico como 1989, la profunda crisis económica de 1989 emerge (más allá de su intensidad y de ciertas especificidades) como

90

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

la continuación y la persistencia de un fenómeno que se remonta a la irrupción del "modelo financiero y de ajuste estructural" instalado por la dictadura militar. En ese sentido, la gestión del presidente Alfonsín sólo reconoce ligeras, tibias e insuficientes recuperaciones parciales en algunos pocos años. En efecto. a pesar de la sucesión alternada de años de crecimiento (1984 y el bienio 1986-1987) y de recesión (los restantes), el PBI global se ubicó en 1989 por debajo de los registros de 1983, con la particularidad adicional de que en todos los años del período bajo análisis nunca alcanzó el generado a principios del decenio (1980). Consideraciones no muy disímiles pueden realizarse sobre el desenvolvimiento del PBI industrial, sólo que en este caso únicamente en dos años (1984 y 1986) se evidenciaron tasas positivas de crecimiento, mientras que en los cuatro restantes se verificaron caídas más O menos pronunciadas. En consecuencia, el PBI manufacturero de 1989 representaba poco más del 90% del generado en 1983 y denotaba una contracción del orden del 20% en relación con los registros correspondientes a 1980. En suma, la persistencia del fenómeno de la desindustrialización queda reflejada en la participación sectorial en el PBI total: en 1989 representó el 21,9% del PBI total frente al 23,8% de 1983 (gráfico 4).

Gráfico 4. Argentina. Evolución del PBI total e industrial y participación de la industria en el PBI total, 1983-1989 (en índice base 1983 = 100 Yporcentajes) 110,0,--------------

24,0

100,0

RADICAL

91

De todas maneras, dentro de ese panorama industrial crítico se verificaron importantes heterogeneidades sectoriales que, en la generalidad de los casos, se inscribieron en los sesgos prevalecientes en el país desde mediados del decenio de los seten ta. Al respecto, la visión global del desempeño sectorial que surge de considerar el comportamiento y la composición del PBI industrial brinda valiosos elementos de juicio. Es indudable que la involución del producto manufacturero -asociada a la inestabilidad de su comportamientoes el primer fenómeno a remarcar en cuanto a la performance fabril al cabo del gobierno radical. El quiebre definitivo de un estilo de crecimiento que hasta mediados de los años setenta se había sustentado en la dinámica impuesta por un sector industrial concentrado en atender casi exclusivamente la demanda interna queda claramente reflejado en su muy pobre desempeño. En última instancia, el marco recesivo y la inestabilidad manifiesta de la actí~idad fabril no hicieron más que poner de relieve la continuidad y la Iconsolidación del tránsito hacia la hegemonía del "modelo financiero y de ajuste estructural". Por debajo de esa involución y de las marcadas fluctuaciones en el nivel de actividad fabril subyacen modificaciones sustantivas en la 'composición del producto asociadas a las trayectorias con trastan tes de las distintas ramas industriales. Si bien en la mayoría de los rubros rna-

riamente productoras positivas de crecimiento

de bienes intermedios, registraron tasas durante la gestión radical. Así, resulta posible

corroborar (cuadro 17) que las únicas ramas en las que no tuvo lugar 'una caída del PBI entre 1983 y 1989 fueron las que agrupaban a la fa, bricación de alimentos, bebidas y tabaco (2,4% de crecimiento), la de "productos químicos (0,2%) y, con índices destacables en este marco, las industrias metálicas básicas (28,9%). , El ejemplo que ofrece la industria alimenticia podría parecer sorpren-

95,0

90,0

dente en el marco de una economía

22,5 _PBltotal

85,0

EL GOBIERNO

I nufactureros se reprodujo el fenómeno verificado en el plano agre, gado (inestabilidad y retracción), algunas pocas actividades, mayorita-

,-24,5

105,0

DURANTE

-O- PB¡ ind./PBI total

80,0--+--,,--.,---,---,---,----,---+21,5 1983

1988

Fuente: Elaboración

en retroceso y con crecientes

in-

equidades distributivas. Sin embargo, el boom exportador de la industria aceitera -y en menor medida de la pesquera- contribuye a explicar ese modesto incremento del PBI del sector, que, frente a la contracción fa-

- •• PBI industria

propia sobre la base de información

1989

del BCRA.

bril en su conjunto. consiguió un aumento de casi tres puntos porcentuales en su aporte al PBl manufacturero (de 22,6% a 25,5% entre 1983 y 1989).

I

92

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

Cuadro 17. Argentina. PBr industrial a costo de factores según grandes divisiones, 1983-1989 (en australes a precios de 1970 y porcentajes) Años

Evolución

1983-1989 Alimentos, Textiles,

bebidas

V tabaco

confecciones

v cuero

Madera y muebles

1983 491,5

1986 576,0

218,8 31,S

212,7 29,9 115,9

Papel, imprenta y publicaciones

n s.i

Productos

Químicos

367,8

Minerales

no metálicos

n i,o

Industrias

metálicas

Maquinaria

142,5

básicas

544,2 149,8 2170,3

y equipos

Otras manufacturas

Total Fuente: Elaboración

398,2 98,0 144,6 547,6 165,0 2287,9

1989 503,1 191,4

(%)

2,4 -12,5 -24,4 -10,3

23,8 101,5 368,5

0,2

82,9 183,7

·25,3 28,9 -30,1 -8,8

380,5 136,6 1972,1

propia sobre la base de información

-9,1

del BeRA.

Por su parte, el caso de las industrias metálicas básicas resulta particularmente ilustrativo dado que se trata de un fenómeno que, con menor intensidad, se vio replicado en otras ramas industriales. En realidad, tal expansión estuvo enteramente sustentada en el desempeño de la producción siderúrgica ya que la de metales no ferrosos se contrajo en forma significativa. Idénticas consideraciones merece la fabricación de productos químicos, donde el dinamismo de la industria petroquímica permitió compensar la retracción

de las restantes actividades, en especial la fabricación

de pro-

ductos plásticos. Incluso en la división que agrupaba a las industrias papeleras (que sufrió una caída del 10,3% al cabo del periodo) se registró un simi-

la retracción

del valor agregado generado

RADICAL

93

mismo, la expansión de la producción y las ventas al exterior queda explicada por un número muy reducido de grandes plantas, controladas por unos pocos conglomerados empresarios que internalizaron los generosos beneficios fiscales derivados de la legislación de promoción industrial y los subsidios a las exportaciones no tradicionales. Al margen de esas pocas industrias productoras de insumos, prácticamente el resto del espectro manufacturero se encontró inmerso en un proceso recesivo que apenas registró ligeros matices entre las diversas ramas.P La irregularidad. enmarcada en un decrecien te nivel de actividad, fue el elemento común que caracterizó el desempeño de los restantes rubros industriales. entre los que se incluyen algunos productores de bienes intermedios como minerales no metálicos (-25,3% entre 1983 y 1989) Y madera y muebles (-24,4%), otros productores mayoritarios de bienes de consumo no durable (corno textiles, coníeccionesy cuero, con una caída del 12,5%) y fundamentalmente. por su significación económica, los ligados a la fabricación de maquinaria y equipos. En el primer caso, se trata de industrias ~ltamente dependientes de la actividad de la construcción, una de las más castigadas por el deprimido escenario rnacroeconómico (en e! período 1983-1989 e! producto sectorial se contrajo alrededor de! 30%). Por su parte, e! desempeño de las industrias textiles, confecciones y cuero, a pesar de las crecientes exportaciones con escaso valor agregado realizadas por la industria curtidora, tendió a correspon· derse, aunque con distinta intensidad, con la evolución del consumo total de la economía

en el ám-

bito de los productos de papel, irnpren ta y publicaciones. En otras palabras, las excepciones al desempeño recesivo de la industria quedaron circunscriptas a un reducido núcleo de actividades que presentaban, con sus matices y especificidades, ciertos denominadores comunes de particular significación. En el caso de los rubros elaboradores de materiales intermedios de uso difundido, asumió un papel decisivo la maduración de algunos

EL GOBIERNO

grandes proyectos de inversión, cuya formulación original se remontaba a principios de los años setenta, en el marco de la propia dinámica sustitu tiva. En la generalidad de los casos, se trata de industrias de procesos que. ante las dificultades implícitas en el ajuste de sus niveles productivos. encontraron en los mercados externos una respuesta anticíclica frente a la estrechez de la demanda interna. Asi-

lar sendero evolutivo, aunque en este caso la expansión de la actividad productora de! principal insumo sectorial -pasta celulósica- resultó insuficiente para compensar

DURANTE

.Ii,.,

y e! deterioro

de los ingresos de los asalariados.

5 Pueden encontrarse algunas excepciones, como el de la producción de aceites vegetales, quc=fue el segmento más dinámico dentro de la producción de alimentos. Si bien esta actividad es típicamente de procesos, su notable inserción en el mercado externo no se asoció con políticas empresarias contracíclicas sino con el aprovecbamlernc de las ventajas co~t:tpa~ativas naturales del país. En el caso de este rubro, la instalación de 'lis Húekis plantas productivas no estuvo vinculada con la promoción-industrial sino que fue el resultado de inversiones privadas impulsadas por.la elevada. rentabilidad que ofrecía la actividad en el marco de las transformaciones que se venían verificando en el agro pampeano (Bisang. Feldriian 'y Cutman, 1989). ..,

94

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

De todas maneras, el fenómeno más significativo en términos cuantitativos y cualitativos se relaciona con la profunda contracción de las industrias elaboradoras de bienes de capital. Como se desprende de la información proporcionada por el cuadro 17, el valor agregado que generaron en 1989 se ubicó más del 30% por debajo de los ya deprimidos niveles de 1983. Tal retracción explica el 82,6% de la caída registrada en el ámbito global de actividad manufacturera entre esos años, al tiempo que el aporte de la rama al producto sectorial se redujo en el mismo período del 25,1 % al 19,3%. Las magnitudes involucradas implican, sin duda, una mutación radical y regresiva en la estructura productiva de la industria local. Esta involución en la producción doméstica de maquinaria y equipos es atribuible, en gran medida, al pobrísimo comportamiento de la formación de capital, que se vio agravada por la naturaleza de algunos de los incentivos derivados de una atípica legislación promocional que no se reformuló, como la generalizada exención arancelaria a la importación de bienes de capital y sus repuestos. Mientras para las ramas productoras de insumos intermedios los mercados externos se constituyeron como la alternativa anticíc1ica por excelencia, en el caso de la mayor parte de las industrias metal mecánicas y

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

95

Las novedades que introdujo la Resolución SI 44/85 fueron muchas. Se delimitaron segmentos de bienes informáticos (equipos de rnicrocomputación, periféricos, automación bancaria y de oficina) de producción obligatoria y no obligatoria pero deseable; se fijó un acotado número de empresas por segmento (para algunos de ellos sólo pequeñas y medianas) que debían ser de capital mayoritariamente nacional; se estableció la figura del concurso público para el otorgamiento de los beneficios (centrados fundamentalmente en estímulos de carácter fiscal y arancelario, decrecien tes en el tiempo). Asimismo, las firmas debían asumir una serie de compromisos en cuanto a inversión en investigación y desarrollo, integración local, metas de producción, exportación y empleo, marcas propias, generación de núcleos nacionales de capacidad tecnológica e industrial. En suma, se trataba de estimular la adquisición de ventajas competitivas dinámicas y el fortalecimiento de eslabonamientos productivos locales. Sin embargo, como una de las tantas inconsistencias que acuciaron la po-

etc.

lítica económica del período, al momento de la sanción del Decreto 652/86 (en mayo, cuando ya se habían realizado los concursos y preadjudicado los cupos) se vieron alterados algunos de los principios rectores de la Resolución 44/85: la condición que abogaba por un capital mayoritariamente nacional asumió un carácter bastante más ambiguo, se recortó la capacidad inductora de los incentivos fiscales al eliminarse la desgravación del IVA y flexibilizarse otros, al tiempo que se incorporó un tradicional estímulo de la legislación prornocional en el país que históricamente había conspirado contra el desarrollo local de la industria de bienes de capital (la exención arancelaria a su importación). En ese marco, buena parte de las

Cabe introducir aquí una digresión que trasciende la simple enumeración de las ramas "ganadoras" y "perdedoras" durante la gestión del radi-

empresas que resultaron adjudicatarias desistió de sus emprendimientos y muchas de las que no habían resultado favorecidas en los concursos termi-

calismo para incursionar en las propias contradicciones de la política económica en general y de la industrial en particular. Se trata de una somera reflexión en torno a la única política industrial activa y selectiva implemen-

naron por radicarse en alguna de las cuatro provincias que contaban con regímenes especiales de promoción (La Rioja, Catamarca, San Luis y San Juan), donde los incentivos operativos y a la formación de capital resulta-

tada durante

ban>mucho más atractivos que los específicos para la informática puesto que no demandaban la satisfacción de ningún requerimiento u obligación

otras con un alto componente

tecnológico

e ingenierilla

crisis produc-

tiva local alcanzó tal intensidad que provocó la desaparición de firmas (en su mayoría de pequeñas y medianas dimensiones), la destrucción de procesos madurativos y de una masa crítica acumulada durante largos años, el desrnantelamiento de equipos de investigación y desarrollo, el distanciamiento creciente de la frontera tecnológica, la pérdida de incipientes mercados

de exportación,

la gestión radical: el régimen de promoción

local de determinados

bienes informáticos

(Resolución

a la fabricación SI 44/85), luego

ampliado al conjunto de la industria electrónica (Decreto 652/86). El tema adquiere particular importancia en tanto quedan confrontadas ciertas bondades en la formulación de una política específica sectorial para una actividad de alta tecnología, con elevados requerimientos en materia de integración local y de desarrollos tecnológicos tendientes a aproximarse a la

y les otorgaban condiciones de competencia holgadamente iA estas incoherencias en la política hacia la industria

frontera internacional, con las propias debilidades y las torpezas institucionales y políticas que, finalmente, la convirtieron en una experiencia estéril.

extraordinarios por parte de las compañías "noise quiso" o "no se pudo" emerge·como

superiores. electrónica

se

sumó el mantenimiento de sistemas de promoción que, como ya estaba sufioientemente comprobado, poco o nada tenían que ver con el desarrollo industrial, pero sí con la elusión fiscal y la internalización de beneficios favorecidas. Nuevamente, el la resultante concreta de la

96

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

97

debilidad política e institucional de la administración radical. Más aún, ello de septiembre de 1988 el presidente AJfonsín prorrogó mediante el Decreto 1139/88 la vigencia de la Ley 19.640 (para las radicaciones en el entonces Territorio Nacional de Tierra del Fuego) hasta 2003. Ciertamente, una paradoja en términos de la política económica e industrial de su gestión presidencial.

agregado sectorial tanto en términos productivos de puestos de trabajo.

como en la creación

PERSISTENCIA

y

Las consideraciones precedentes referidas a la evolución estructural del PBI fabril resultan suficientemente ilustrativas de una profunda crisis de la economía argentina, en especial de su sector manufacturero, que no hace más que reflejar las vicisitudes propias de todo proceso de trans-

DEL EMPLEO

formación

profundo

como el que venimos describiendo.

Muy probable-

DE LA REGRESIVIDAD

DlSTRIBUTIVA

CONTRACCIÓN

Los cambiantes escenarios macroeconómícos y la involución del nivel de actividad de la economía en su conjunto y de la industria en particular tuvieron impactos directos sobre la distribución funcional del ingreso y la dinámica laboral en el interior del sector fabril. Si bien en este campo también

mente haya sido la intensidad de la propia crisis la que, en su momento, relegó a un segundo plano las mutaciones estructurales sobrevenidas en el interior de la industria, caracterizadas por la reprirnarización, la sim-

quedaron de manifiesto los contrastes entre la primera gestión del ministro Crinspun y la de sus sucesores, las tendencias que se consolidaron no hicie-

plificación productiva del entramado sectorial, la conformación y/o afianzamiento de "enclaves" y el deterioro profundo de la industria de

ron más que profundizar los rasgos dominantes desde la irrupción de la dictadura militar; regresividad distributiva y expulsión de mano de obra. En

bienes de capital y otros segmentos [abriles complejos. En definitiva, entre las industrias que resultaron más castigadas por la crisis sectorial acaecida durante el primer gobierno de la restauración democrática se encuentran muchas de las que antaño habían liderado la sustitución de importaciones en sus diferentes fases, mientras que un conjunto reducido de manufacturas estrechamente vinculadas a la explotación y el procesamien to de recursos básicos logró afianzar su par-

el marco de los sucesivos cambios de rumbo en la política económica y las alianzas sociales que les sirvieron de sustento, dentro de los que se inscribió el desenvolvimiento de la industria durante el gobierno radical, interesa precisar algunas de las continuidades que se manifiestan entre esta etapa y el período 1976-1983. Como una primera aproximación, el cuadro 18 refl.eja la evolución de las principales variables de desempeño del sector manufacturero entre 1983 y 1989.

ticipación en la estructura fabril, lo que profundizó la tendencia a la reestructuración regresiva del tejido productivo doméstico iniciada

Desde esta perspectiva los años de referencia:

durante

la última dictadura

militar. Al respecto,

analítica, resulta posible comprobar

que entre

los distintos patrones de • el volumen físico de la producción

comportamiento productivo que siguieron las ramas "ganadoras" y las "perdedoras" ofrecen interesantes elementos que permiten dar cuenta del proceso de expulsión de puestos de trabajo. Esto se debe a que en las primeras tienden a predominar sectores capital-intensivos, mientras que entre las segundas suelen prevalecer manufacturas caracterizadas por relaciones trabajo-capital por unidad de producto relativamente ele-

."

vadas. Asimismo, entre los motivos por los cuales durante el período de referencia se profundizó el proceso desindustrializador iniciado a mediados de los años setenta, cabe destacar que las actividades "ganadoras"

tir de entonces (en 1989 los niveles productivos se ubicaron el 15,0% por debajo de los registros del pun to máximo de la etapa alcanzado dos años antes); • como resultado de 10 acontecido

se caracterizan en su mayoría por presentar débiles articulaciones con el resto del tejido [abril, lo que contrasta con los atributos estructurales de buena parte de las que se vieron desfavorecidas, muchas de las cuales eran importantes generadoras de encadenamientos intra e interindustriales y en consecuencia poseían un importante potencial de "arrastre" sobre el

disminuyó el 10%, aunque en ese

comportamiento recesivo pueden identificarse marcadas oscilaciones: leve crecimiento en 1984, importante contracción en 1985, recuperación en el bienio 1986-1987 y nueva y brusca declinación a par-

"

con la producción

y en materia

ocupacional, la productividad del trabajo registró un leve crecimiento (algo más del 2% y e15%, según se la considere'en función de la mano de obra ocupada o de las horas trabajadas, respectivamente). Dentro de ese desempeño global es posible reconocer tres subperíodos: hasta 1985, de contracción, los dos años siguientes, de incremento, y el lapso 1988-1989, de nueva retracción;

98

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

99

• se verificó .uria fuerte caída en la ocupación en la actividad (12,0%) y las horas-obrero trabajadas (casi el 15%), que se explica por el considerable y prácticamente ininterrumpido declive que experimentaron ambas variables a partir de 1985. Así. el ajuste o, más apropiadamente. el redimensionamiento regresivo del mercado de trabajo industrial acaecido bajo el régimen militar se profundizó en los primeros años de la reconquista de la democracia; luego de la importante recuperación salarial verificada en 1984 (derivada de la política de ingresos puesta en práctica por Grinspun y su equipo), el poder adquisitivo de las remuneraciones de los obreros manufactureros sufrió un proceso de marcada disminución, a tal punto que hacia fines del período bajo análisis el salario promedio real en el sector fue aproximadamente el 34% más reducido que en 1984, y más del 20% menor que el registrado en el último año del régimen militar.

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Cabe resaltar, sin embargo, que en 1986 se verificó una muy ligera recuperación del poder de compra de los asalariados, si bien no alcanzó los registros de 1984. Ya a principios de 1987, cuando comenzaron a establecerse pautas de aumento de los salarios nominales (por debajo de la inflación)", y más aún a mediados de ese año, al fijarse un congelamien to de los precios (que, en los hechos, fue relativo) y los salarios, comenzó un franco y persistente deterioro de las remuneraciones reales que encontró en 1989 su punto extremo. Todo esto en un marco de creciente

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desempleo abierto y subempleo visible, dada la existencia de un "ejército de reserva" en franca expansión, con las consecuencias que eso implicaba para los trabajadores activos. Sobre la cuestión del deterioro salarial bajo el gobierno de Alfonsín, vale la pena realizar dos breves consideraciones. En primer lugar, como lo demuestra su persistencia temporal después de la recupera-

000 d cJ

08

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en

a5

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ción de la democracia, ese deprimido nivel salarial constituye uno de los efectos estructurales más importantes de la política económica del régimen militar; en otros términos, dados los objetivos estratégicos perseguidos, fue uno de los principales "éxitos" de la revancha clasista. En segundo lugar, el hecho de que durante casi toda la gestión gubernamental del radicalismo los salarios "corrieron detrás" de la inflación sugiere que los "desmedidos reclamos salariales" no parecen haber sido la causa del régimen de alta inflación de este período. Asimismo,

permite

identificar

algunos

que están detrás de la fuerte oposición

de los factores estructurales que tuvo el gobierno

por parte

100

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

del movimiento obrero (otro elemento decisivo fue el deterioro que experimentó el mercado laboral). A partir de estas últimas reflexiones, cabe extraer otras conclusiones sobre las características de las variables que se vinculan con la distribución del excedente dentro de la industria (cuadro 18): • como producto del disímil comportamiento que registraron los precios minoristas y los mayoristas, el costo medio salarial manifestó una evolución distinta a la de los salarios reales (sufrió importantes fluctuaciones), aunque en 1989, hiperinflación mediante, fue casi e! 20% más bajo que en 1983; y • acorde con la orientación de la política económica, el margen bruto de rentabilidad empresaria experimentó dos etapas diferentes: en 1984 cayó de manera considerable por efecto de las medidas redistributivas

el primer

EL GOBIERNO

RADICAL

101

más bajos que los trabajadores de Por otro lado, dado que en buena

medida las nuevas plantas fabriles fueron el resultado del traslado de los establecimientos o de determinadas líneas de producción que estaban emplazadas en las zonas tradicionales (Gran Buenos Aires, Rosario o Córdoba), estas políticas promocionales tendieron a consolidar la desocupación y la marginalidad social en los lugares de origen, porque si bien las plantas industriales y/o parte de los procesos fueron trasladados, no ocurrió lo mismo con los trabajadores. Por lo tanto, surgió otro estrato dentro de la clase obrera: los desocupados, con obvias diferencias respecto de los anteriores, las mismas que ambos, desocupados y nuevo proletariado industrial, mantenían respecto de los trabajadores fabriles tradicionales. Así, puede concluirse

que el pacto con los "generales

de la economía"

equipo al frente del Mi-

que optó por realizar Alfonsín poco tiempo después de iniciado su man-

nisterio de Economía, mientras que a partir de 1985, una vez consumado el pacto con los principales grupos económicos y lanzado el Plan Austral. registró un paulatino crecimiento (sobre todo si se lo mide a partir del coeficiente productividad-salario.

dato presidencial y, en ese marco, la reorientación estratégica de la política económica hacia posiciones cada vez más distantes de las del proyecto político representado en la figura de Grinspun, derivaron, en el ámbito industrial, en la consolidación de muchas de las herencias dicta-

promedio) y, como era de esperar, pegó un salto notable en 1989 a raíz del estallido hiperinflacionario (en este último año el excedente bruto captado por e! empresariado fabril fue alrededor del 56% y el 62% más elevado que en 1984, según se tome como indicador proxy a la relación entre la productividad y las remuneraciones

toriales en cuanto a la relación entre los distintos "factores de la producción". Entre las manifestaciones más relevantes de ese proceso se destacan:" la profundización del deterioro del mercado laboral (caída en la ocupación, creciente empeoramiento de las condiciones de trabajo de lalmano de obra empleada, acentuada fragmentación de! campo asala-

medias o el costo salarial).

riado, etc.), una persistente contracción de los salarios y, como resultado de'todo ello, una nueva e importante traslación de ingresos de los traba-

En referencia

que impulsó

de lucha y percibían salarios mucho los centros industriales tradicionales.

DURANTE

con la situación de los

jadores a los capitalistas del sector (en especial, hacia las empresas vincu-

trabajadores, vale la pena destacar que durante el gobierno radical se acentuó la tendencia hacia una creciente heterogeneidad dentro de la

a estos temas, y por su vinculación

ladas a los actores hegemónicos del bloque de poder económico). Las evidencias con que se cuenta permiten concluir que una parte mayoritaria del in cremen to verificado en las ganancias brutas de los capita-

clase obrera argentina tar. Sobre e! particular, los regímenes cial inductor ticularmente

que se había iniciado durante la dictadura mili- . las evidencias disponibles permiten concluir que,

de promoción

industrial

que desplegaron

todo su poten-!

a fines de los años setenta y principios de los ochenta (par-. los específicos para determinadas provincias como La

Rioja, Catamarca, San Luis, San Juan y el entonces Territorio Nacional de Tierra del Fuego), produjeron una doble fractura en la clase trabajadora. Por un lado, porque dieron origen a un nuevo estrato de obreros fabriles, constituido por los operarios ocupados en las plantas manufactureras radicadas en las regiones promocionadas, quienes tenían un muy reducido, si no nulo, grado de sindicalización, muy escasa tradición

listas industriales terminó por canalizarse hacia otras esferas de acumulación, en especial a las vinculadas con diversas formas de especulación financiera con epicentro en el mercado local." En efecto, debido a las características del escenario internacional, una parte considerable del excedente apropiado por las fracciones dominantes locales Ino culminó en'la fuga al exterior, como bajo el régimen militar, sino que se canalizó 11i

6 Entre 1983 y 1989 una de las pocas actividades económicas que registró tasas positivas de crecimiento fue la financiera (entre esos años el valor agregado sectorial se expandió un 6,9%). "

102

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

hacia colocaciones financieras en el plano doméstico, en una etapa en la que la tasa de interés interna, debido al endeudamiento del sector público, superó, por momentos con creces, el nivel de los rendimientos de

t

las restantes actividades económicas.

EVO,LUCIÓN DEL CO,MERCIO, EXTERIOR

MANUFACTURERO,

En este aspecto, quedan de manifiesto importantes puntos de ruptura" con los legados dictatoriales, aunque persisten y se profundizan en otrar escala ciertos rasgos fundamentales vinculados al patrón de especializa" . ción en materia de exportación de manufacturas y el tipo de inserción! ' en e! mercado mundial. Las políticas comerciales asumieron un papel protagónico, aunque en. diferentes oportunidades también quedaron subsumidas o subordinadas: a las macroeconómicas, particularmente cuando estaban abocadas a la! ansiada y frustrada estabilización de precios. Así, durante la primera fasede intentos redistributivos y de cierta confrontación con los factores de. poder (en especial con la banca acreedora y e! FM1) , se aunaron ligeros, cambios en la estructura arancelaria con, esencialmente, diversas restric-. ciones cuantitativas y paraarancelarias a las importaciones y un tipo de} cambio relativamente alto, medidas adoptadas con miras a mejorar la si-,:. tuación del sector externo y retomar algunos senderos de protección a la¡ , producción local, en particular la industrial. Fue también en esos inicios! ' de la gestión cuando, de Promoción

en noviembre

de las Exportaciones,

de 1984, se sancionó régimen

la Ley 23.1O~)

que en gran medida

no.L

hizo más que conjugar en una sola norma una amplia gama de mecanis-¡ mas promocionales preexisten les, y que pasaría a asumir un papel destacado en los crecientes incentivos a las exportaciones (fundamentalmentelas no tradicionales) que se irían concediendo hasta el final de la presi-] dencia de Alfonsín. ,'j Entre otros, cabe destacar los incentivos de carácter financiero (prefi.71 nanciación, financiación y posfinanciación de exportaciones) y los imp~), sitivos (exención de! pago de! NA, reembolsos en general, reernbolsosy por puertos patagónicos, draw back¿ exención de impuestos internos y d~~ ducción del 10% del valor FOB exportado del balance impositivo frente al impuesto a las ganancias). Asimismo, en el marco de dicha ley fue ac-! tivado un vasto conjunto de instrumentos de promoción de exportacio-] nes como, entre otros, el régimen para la colocación externa de plantas

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

103

llave en mano (Decreto 525/85), los Programas Especiales de Exportación ',(PEEX, Decreto 174/85), e! régimen de intercambio compensado (De'treto 184/85), la importación temporaria sin aranceles de insumos y la de.volucíón de impuestos pagados en la elaboración de bienes exportados :,(Decretos 1554/86 Y 1555/86, respectivamente). i@JElreal poder inductor de esa amplia batería de herramientas resultó muy heterogéneo según empresas, sectores, funciones de producción, etc., al tiempo que también, en muchos casos, dependió del propio escenario macroeconómico (por ejemplo, ante políticas monetarias restrictivas y el encarecimiento del crédito resultaron potenciados los estímulos financieros). Además, en la medida en que buena parte del incremento de las exportaciones industriales se vinculó con estrategias empresarias de carácter anticíclico, esa prolífica gama de estímulos no tiza más que fortalecer y subsidiar tales acciones." Por otro lado, en itantc el otorgamiento de los incentivos dependía de diversos organismos públicos, sin coordinación y por lo general con objetivos disímiles, muchas veces resultó en la redundancia de los beneficios y el casi nulo grado de selectividad. i1t;Auncuando los primeros esfuerzos institucionales por promover las e:c.portaciones industriales se remontan a la gestión del ministro Grinspun, fue a partir de la gestión de Sourrouille que, en paralelo con algunos de los nuevos lineamientos estratégicos en materia de política ~conómica (el "ajuste positivo" en el que se inscribió el lanzamiento del Plan Austral), ese instrumental de incentivo a las ventas externas pasó a asumir un papel cada vez más protagónico. También fue hacia

'19B7 cuando, de manera incipiente

primero y mucho más acelerada d~spués (a partir de la reforma arancelaria de fines de 1988), no sólo ,,~e~revirtieron las acciones proteccionistas de inicios de la gestión radieaf,' sino que se avanzó en un nuevo proceso de apertura importadora cde:laeconomía. !Más allá de! impacto efectivo de esas cambiantes políticas, no puede 'sQslayarse que el comportamiento

de las exportaciones

nesde manufacturas durante el período ',asociado a la pronunciada inestabilidad

y las importacio-

1983-1989 estuvo estrechamente de! nivel de actividad doméstica

i.nsdripta en un sesgo claramente involutivo y desindustrialízante, coI?o a una deprimida demanda interna.

así

7 Si bien en algunos casos se trataba de beneficios no acumulativos, una buena cantidad de empresas industriales llegó a acogerse a casi una decena de regímenes de promoción a las exportaciones (lNDEe, 1987).

104

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

105

Como surge de los datos presentados en el gráfico 5, la evolución de las importaciones industriales guardó correspondencia directa con el comportamiento del PBI global (al margen de cienos matices en cuanto a su intensidad relativa): alza en 1984, caída en 1985, crecimiento en el bienio 1986-1987 y brusca contracción en los dos años siguientes, para ubicarse en 1989, al igual que el PBI, por debajo de los registros de ¡983. Por su parte, también un primer síntoma de lo apuntado en cuanto al carácter contracíclico de las exportaciones: éstas revelaron, en general, una tendencia francamente expansiva, con tan sólo dos años de retracción, precisamente el bienio 1986-1987, en el

ese excedente (de 4,6 miles de millones de dólares en 1985 a apenas 0,5 millones de dólares en 1987), coincidente con la recuperación de la economía, donde la consiguiente caída de los saldos exportables resultó ser menos intensa que el crecimiento de las importaciones. En ese sentido, y a diferencia de lo acaecido en el primer lustro de la gestión militar, en el que la evolución de las importaciones y su propia composición aparecían disociados del nivel de actividad de la economía, en contraste con la experiencia de los años previos (producto de los tradicionales requerimientos de insumos y bienes de capital demandados),

que la economía argentina y la demanda interna registraron tasas positivas de crecimiento, Desde ya, no se trata de una correlación plena ya que incidieron, muchos otros factores sobre la dinámica exportadora.

duran te el gobierno radical tendieron a retomarse los sesgos característicos de la economía argentina. En otras palabras, con' sus especificidades, la' dinámica importadora volvió a acompañar el desenvolvimiento de esta última. Es más, como surge de la información proporcionada por el cuadro 19, esto también se vio reflejado en la composición de las compras

Gráfico 5. Argentina. manufacturero,

Evolución

del intercambio

10.000-,------------------------::-::::r-bOoo 9000 8000

~~O? • 7~S~.

en el exterior: los rubros que concentraron

comercial

1983-1989 (en millones de dólares)

~~6~6

4552

913\ ... ~. ~ ..• 9491 5294

.:

7000

000

3819

6000

5000

5000

Cuadro 19. Argentina. Composición de las importaciones según tipo de bien, 1983-1989 (en porcentajes)

3000

-,,_O

4000

""14

3000

--;721

Total

2131

J

2000

1983 l!i84

1000

1985 1983

1984

1985

la mayor parte de las impor-

taciones fueron los insumos intermedios y los bienes de capital, cuya participación en las importaciones totales, en los años analizados, osciló entre el 64,5% y el 69,8% para los primeros, mientras que el de bienes de capital fluctuó entre el 14,0% yel 17,9%8

1986

1987

1988

1986 1987 1988

1989

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información dellNDEC y tabulados especiales de la CEPAL, Oficina en Buenos Aires.

~

1989

Bienes

Combustibles

intermedios

Bienes

de

CODSUlTlO

Bienes

100,0 100,0 100,0

67,9 69,8 65,7

10,4 10,7 12,1

4,6 5,4 5,2

17,1 14,0 17,0

100,0 100,0 100,0 100,0

69,5

8,9 11,3

7,6 6,3 5,3

14,1 17,9 17,0

5,4

17,8

64,5 68,3 68,1

9,3 8,7

de

capital

¿r, En lo que constituye un punto de ruptura con los legados dictatoriales, donde la conjunción de la apertura asimétrica de la economía con un importante rezago carnbiario derivó en significativos desequilibrios de la balanza comercial manufacturera, entre 1983 y 1989 el superávit pasó de 3,3 a 5,3 miles de millones de dólares. De todas maneras, en esa tendencia de mediano plazo puede reconocerse un bienio (1986-1987) de pronunciada disminuciónde

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC y tabulados especiales de la CEPAL, Oficina en Buenos Aires. 8 Para destacar los contrastes con la etapa dictatorial en lo atinente al contenido importador de productos industriales, cabe recordar que en el bienio 1980-1981 los bienes de consumo llegaron a representar más del 17% de las adquisiciones externas de manufacturas, mientras que los insumos intermedios no alcanzaron a significar el 50% (véase el cuadro 10).

106

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

El análisis del perfil de las compras en el exterior de bienes industriales permite concluir que durante la gestión radical se manifestaron características similares a las que dominaron en la segunda fase del proceso sustitutivo, si bien en este caso el patrón de demandas internas distaba considerablemente de aquél, dado el desmantelamiento y la destrucción "no creativa" de buena parte del espectro fabril y sus entramados domésticos. Así, por ejemplo, la relativa estabilidad en la participación de las importaciones de bienes de capital supone, en pri-

Industria

¡

partiendo de una participación del orden del 25% a mediados de los setenta hasta la irrupción de la dictadura militar, y pasando por los registrados durante esta última (en torno al 23-26%), cabe mencio-

para la inserción

de esos productos,

la ~

!

de crecientes

ción del mercado

y el sostenimiento ventas externas.

saldos exportables

derivados

de la retrae-

interno (particularmente en industrias de procesos)! de un elevado tipo de cambio real que fomentó las.

y bebidas

Químicos

Combes- Hierro tibles

y acero

ciones

no tradicionales*

Metales

Maq_y

no

equipo

Resto

ferrosos

20,4

1984 :1985

20,2 27,7

9,4 6,7 4,1

21,8 20,0 16,3

11986

5,7 7,0

18,8

'1987

26,4 30,8

1988 ¡'1989

33,1 39,6

5,7

21,7 21,5

6,2

18,5

21,8 21,2

12,9 12,4-

5,4

27,4 9,1

15,4 19,0

5,8 5,6 6,3

5,0

19,2

6,9

5,2 8,7

22,6 25,4

6,8 6,3

18,9 24,9 23,0 29,0 22,3 19,8 17,8

9,8 9,0 8,2 12,1 17,9 18,4 17,1

• No incluye las exportaciones de carne y sus menudencias, cueros en bruto, productos de granja y lechería, oleaginosos y sus aceites y pesca. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información dellNDEC y tabulados especiales de la CEPAL, Oficina en Buenos Aires.

siones reveladoras, El ejemplo que ofrece e! comportamiento de las ventas al exterior de productos derivados de! hierro y e! acero resulta para;

puesta en práctica de agresivas estrategias empresarias tendientes al ¡ aprovechamiento pleno de sus ventajas competitivas a escala mundial, la presencia

Alimentos

exporta-

industriales

i El' análisis de la información disponible sobre la presencia relativa de las principales 'actividades manufactureras permite extraer algunas conclu-

Este fenómeno debe atribuirse a la concurrencia de diversos factores, entre los que sobresalen el poder inductor de los crecientes estípropicios

en

en ex¡ ortaciones

-1983

"

nar que a partir de 1986 se verificó un incremento vertiginoso en tal gravitación agregada, a punto tal que en 1989 las ventas al exterior de bienes industriales no tradicionales llegaron a representar casi el 40% de las exportaciones totales del país (cuadro 20)_

internacionales

,

Participación

totales

nifestaron cambios sustantivos con respecto a los años precedentes, incluyendo los de la hegemonía del planteo sustitutivo. En efecto,

de escenarios

107

.(J"

En la dinámica asumida por las exportaciones de man ufacturas no tradicionales en su relación con el total de las ventas externas se m a- ,

la vigencia

RADICAL

20. Argentina. Participación de las exportaciones industriales en el total y de las principales ramas industriales en el total de las exportaciones fabriles no tradicionales, 1983-1989 (en porcentajes)

como segundo y más relevante fenómeno a l~ notable retracción que experimentó la inversión en la segunda mitad de los años ochenta.

no tradicionales,

EL GOBIERNO

Cuadro

mer lugar, una caída en el valor de las compras en el exterior entre 1983 Y 1989, Y a la vez, en un escenario doméstico de profunda contracción en la producción local de maquinarias y equipos, remite

mulos a las exportaciones

DURANTE

I

digmático. En efecto, en apenas un sexenio las exportaciones

siderúrgicas

seincrernentaron 4,5 veces (de 207,2 millones de dólares en 1983 a más de-950 millones de la misma moneda en 1989), al tiempo que su aporte relativo a las exportaciones

no tradicionales

prácticamente

se duplicó

(d~112,9% al 25,4%, respectivamente), contemplando que estas últimas <:asiduplicaron su participación en el total de las ventas externas del país. "Una de las producciones que habían sido más críticas durante la industriiIización sustitutiva frente a los crecientes requerimientos de insumos intermedios de uso difundido se transformó radicalmente, en especial durante los años seterua.? dando lugar a un cambio en la inserción de estos rubros en el plano doméstico, e incluso en el internacional. Así, entre 9 Ello, a raíz de la ampliación y la integración vertical de Siderca y Acindar, así como de incrementos en la capacidad productiva de SOMISA, Altos Hornos Zapla y Propulsara Siderúrgica.

I

1

108

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

1970 Y 1980 la capacidad productiva de la industria siderúrgica local aumentó notablemente. Por su parte, la producción sectorial registrada en 1989 supuso un crecimiento del 30,7% sobre los niveles de apenas seis años atrás, al tiempo que el consumo aparente se contrajo en el mismo' período en más de una tercera parte y el consumo por habitante a poco más de la mitad (de 113 kg a 59 kg per cápita). En autoabastecimiento siderúrgico (que en 1970 fue de del 90,4% al 209,7%; esto significa que, en el último calla producción sectorial, alcanzó más del doble de mercado interno. Semejante corporación

reconfiguración de importantes

ese lapso, el grado de apenas el 54,7%) pasó año de la gestión radilos requerimientos del

de la oferta local, bajo la que subyacía la in-' adelantos tecnológicos, se vio favorecida por la

profusión de estímulos a la formación de capital en el sector y a las condiciones operativas y competitivas de las grandes empresas que se desenvolvían en él. Sin embargo, al madurar esas inversiones, mayoritariamente en! la segunda mitad de los años setenta, la capacidad instalada comenzó a superar holgadamente las demandas de un alicaido mercado interno y, ante la consiguiente sobreoferta local en una industria de procesos, pasó a convertirse en uno de los sectores más privilegiados por los distintos instrumentos de promoción a las exportaciones, con el objetivo de tornarlo "competitivo" a escala internacional. En ese sentido, en la segunda mitad de los ochenta la siderurgia emergia como la principal actividad fabril en materia de captación de beneficios financieros a las colocaciones externas, las empresas de la rama eran las principales beneficiadas de los PEEX y la industria se posicionaba en el segundo lugar del espectro manufacturero en cuanto a la internalización de reembolsos a las exportaciones.

1°9

el cuadro 21 se presentan los respectivos aportes a la notable expansión que experimentaron las ventas al exterior durante el periodo bajo análisis (casi se decuplicaron) ya la vez, como un indicador por demás relevante, se incorpora la información correspondiente a los respectivos coeficientes de exportación (ventas al exterior respecto del valor bruto de la producción). Cuadro 21. Argentina. Aporte al crecimiento de las exportaciones y coeficientes de exportación según grandes divisiones industriales, 1983-1989 (en millones de dólares de 1990 y porcentajes)

~

Aporte al crecimiento

1983-1989

cos (que gozaron de relativa estabilidad en la participación en las exportaciones industriales no tradicionales. si bien en un marco de expansión

Madera v muebles Panel, imurenta v publicaciones

general de estas últimas) y los metales no ferrosos (en este caso, con un ligero incremento en su aporte al total).

Productos

cuimicos

.Minerales

no metálicos

mente (de 18,9% a 17,8%, respectivamente), aunque ello supuso que en términos de valor prácticamente se duplicaron durante el periodo, y en dólares

RADICAL

en mercados externos, aunque muy distante de la de otras épocas. Una visión complementaria a la anterior. pero que trasciende la diferenciación entre exportaciones industriales tradicionales (carne. cueros, lácteos. aceites, ete.) y no tradicionales, surge de considerar el total de las ventas externas de manufacturas según la división industrial de origen, Al respecto, en

Alimentos,

sobre las exportaciones de maquinaria y equipo, que en la última fase del modelo sustitutivo, en concordancia con su papel protagónico en el desarrollo industrial. habían revelado un peso creciente en las exportaciones manufactureras no tradicionales (por ejemplo, del 30,2% en 1970 al 39,1% en 1974). En contraposición, entre 1983 y 1989 su aporte al total decayó leve-

EL GOBIERNO

constantes registraron un incremento del 29.2%.10 En última instancia. ello no hace más que reflejar la destrucción por parte de la dictadura militar de buena parte del sector y esencialmente de la masa crítica acumulada y sus potencialidades. Pero también, que durante la gestión radical los "sobrevivientes", operando en un contexto de profunda retracción de la inversión, desplegaron estrategias anticíclicas y/o pudieron man tener cierta presencia

Consideraciones similares podrian realizarse, aunque de menor intensidad y magnitud, en lo relativo a los productos químicos y petroquími-

Más allá de sus oscilaciones durante el penado, cabe hacer una digresión

DURANTE

Textiles,

bebidas

v tabaco

confecciones

v

Industrias Maculnaria

metálicas

básicas

v eouíoos

Otras manufacturas

Total

cuero

Mill.u$s 1990 1163,9 405,6 56,0 215,8 382,4 75,3 996,1 691,3 8,9 3995,3

Coeficiente exoortación

%

1983

1989

29,1 10,2 1,4

19,3

26,5 15,5 3,5 6,1 9,0 5,3 19,9 1l,8 3,7 17,1

5,4 9,6 1,9 24,9 17,3 0,2 100,0

9,3 0,1 2,0 7,0 0,7 6,4 4,0 0,9 9,4

r

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Fucha y Kosacoff (1992) y Bisang y Kosacoff (1993).

10 A partir de tabulados especiales provistos por la Oficina en Buenos Aires de la CEPAL es posible extraer otras inferencias adicionales. En los

1,10

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

Desde esta perspectiva. se comprueba una vez más que la notable expansión de las exportaciones de manufacturas constituye uno de los aspectos sobresalientes de la gestión del gobierno radical. En efecto, durante el sexenio se íncrementaron en casi cuatro mil millones de dólares constantes

rurgia y aluminio primario -metales no ferrosos-) significaron alrededor de la cuarta parte del crecimien to registrado en el plano agregado fabril.

(en millones de dólares, porcentajes

De todas maneras, el fenómeno más significativo es el que ofrece el gene-

ausegún

1",

nificativo en la otrora industria local orientada al mercado interno. En este caso, nuevamente, el ejemplo más importante lo ofrecieron las industrias metálicas básicas que en 1989 exportaron prácticamente el 20% de su producción frente a poco más del 6% en 1983. Los factores que permiten ex-

¡'Medio-alto

afirmar ciertas especificidades y consolidando

azreaado

982,8 146,9 684,1 315,4 2219,2

Medio

Alto "IT'c:ítal

% 46,2 16,4

Mill.u$s

3705,4 1355,S 2363,3 636,2 8062,4

32,2 14,9 100,0

29,4 7,8 100,0

In

y tienden a re-

del perfil de especialización

que se fue

o

f

de la consiguiente inserción en el mercado mundial. Estos últimos comentarios remiten a nuevos elementos

de juicio

torno a la reprimarización

del país y la~

de exportaciones

% 46,0 6,9

Mill.u$s

Baio

durante el gobierno de Alfonsín, así como'.

del patrón

trienales)

Promedio 1988-1990

Promedio 1974-1976

Valor

1

y promedios

valor agregado

ralizado incremento del coeficiente de exportación, que para el conjunto de la industria pasó del 9,4% al 17,1 %. La retracción de la demanda interna, las salidas exportadoras contracfclicas, el aprovechamiento integral del muy amplio abanico de instrumentos promocionales y. en muchos casos, los favorables escenarios internacionales dieron lugar a un cambio sig-

profundizando

111

Cuadro 22. Argentina. Evolución de la composición de las exportaciones de manufacturas, 1974-1976 y 1988·1990

de las industrias metálicas básicas (side-

precedentemente

RADICAL

o

ron más del 80% del aporte incremental de la división) y, en menor medida, las pesqueras y la elaboración y el envasado de frutas y legumbres. Al tiempo, decayeron, por ejemplo, las de productos cárnicos.

plicar el fenómeno han sido desarrollados

EL GOBIERNO

explotación e industrialización de recursos naturales con alta intensidad en el uso de capitales se reforzará la tendencia hacia el crecimiento, a ,mediano plazo. del desempleo estructural de la Argentina y al menor dinarnismo de la industria como generadora de nuevos puestos de trabajo". Basta una simple revisión de la información que brinda el cuadro 22 para concluir que la naturaleza de los bienes exportados hacia fines de la década de 1980 distaba mucho de la que podía observarse en el decenio

de 1990, con la particularidad de que apenas dos divisiones industriales (alimentos, bebidas y tabaco y las industrias metálicas básicas) dieron cuenta del 54% de tal crecimiento. En el primer caso asumieron un papel determinante las colocaciones externas de la industria aceitera (explica-

Por su parte, las exportaciones

DURANTE

en¡,

paulatina pérdida de "calidad". Como han apuntado Bisang y Kosacoff] (1993): "Si se profundiza el modelo de especialización basado en lal

,

I

últimos años de vigencia del modelo sustitutivo no sólo se íncrementó sostenidamente la participación de las exportaciones de maquinaria y equipo en el total de las no tradicionales, sino que, además, crecieron entre 1970 y 1974 alrededor del 435% en dólares corrientes y del 267% a dólares constantes, En este último caso, vale señalar que los registros correspondientes al bienio 1973-1974 fueron superiores a los verificados entre 1983 y 1989,

j

~,J' Promedio 1988-1990

Promedio 1974-1976

Contenido salarial

Mill.u$s

Baio Médio-baio Medio

358,1 1053,8 450,3

Alto

238,3 28,8

!fatal

2219,2

"Medio-alto

% 39,6 32,0

Mill.u$s

% 16,1 47,S 20,3

3196,3

10,7

2580,4 1496,6 740,6

1,3" 100,0,'

48,5 8062,4

18,6 ,9,2 0,6 '¡,100,O'

1,

I

Fuente' Elaboración propia y Kosa;off (1993). '

Por entonces,

t

·1'·:'

'o

sobre la base de Información de,Bisang ,',

"1""

casi el 50% de las ventas industriales

pendía a industrias que denotaban

'.'

al exterior corres-

cierto grado de madurez por efecto

1'1 I ¡"

112

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

113

de la propia dinámica sustitutiva, lo que se veía reflejado por sus valores agregados alto y medio-alto (su participación relativa superaba a las

DERRUMBE DE LA INVERSIÓN Y PROMOCIÓN INDUSTRIAL

industrias de bajo valor agregado o escaso grado de elaboración). Ello contrasta fuertemente con el perfil observable quince años después. cuando las industrias de alto y medio-alto contenido de valor agregado habían perdido cerca de diez puntos porcentuales en su participación en el total. que se habían trasladado fundamentalmente hacia activida-

Como ya se señaló, debido a su intensidad, la contracción de la inversión emerge como uno de los hechos históricos más trascendentes de la gestión económica del radicalismo. En una tendencia que se remonta a los últimos años de la dictadura militar. la inversión bruta interna y el propio coeficiente de inversión respecto al PBI decrecieron durante el pri-

des de valor agregado medio, con el agravante de que la mayor pérdida de gravitación se verificaba en las industrias de alto contenido de valor

mer bienio del gobierno, se recuperaron ligeramente en 1986 y 1987, para volver a decaer entre 1988 y 1989, a tal punto que en este último año se verificó un decrecimiento real en el propio acervo de capital (la in-

agregado

(maquinaria

y aparatos eléctricos.

maquinaria

agrícola. má-

quinas de oficina, etc.). Similares inferencias pueden extraerse al considerar el componente salarial como criterio de diferenciación entre los distintos estratos de industrias exportado ras. En este caso, aquellas más intensivas en capital y con reducida incidencia de los costos salariales (siderurgia, alumi-» nio, aceitera, pesca, etc.) ayudan a explicar, por ejemplo, que la gravitación de las exportaciones con bajo contenido salarial se incrementara de un promedio contraposición,

del 16,1 % en 1974-1976 a casi el 40% en 1989-1990. En las industrias con alto o medio-alto componente de

costos salariales vieron decaer su participación

del 12% a poco menos

del 10%. En definitiva, si bien durante la gestión de gobierno el sector industrial operó con superávits comerciales,

del radicalismo no puede sosla-

yarse que esto sucedió en forma paralela al afianzamiento de un perfil de especialización exportad ora y de inserción en los mercados mundia-rí les que resultaba

cada vez más dependiente

capital

intensivas,

controladas

por un puñado

d~

grandes empresas y conglomerados económicos, en gran medida elá~ boradoras de commodities y en las que los salarios pesaban mucho máJ. como un costo que como un elemento dinamizador de la demanda. Se tra" taba de producciones que inicialmente encontraron en las exportacionesja posibilidad de eludir el crítico contexto económico e industrial que tendió a prevalecer en esta etapa y que en los años siguientes se consolidarían como sólidas plataformas mercados externos.

lado. Ello resulta aun más significativo al considerar del PBI en esos últimos años de la gestión radical.

productivas orientadas

principalmente

hacia los

la propia contracción

Tal retracción profunda de la inversión (particularmente significativa en lo relativo a su componente de equipo durable de producción) afectó tanto a la pública (pasó del 4,9% del PBI en 1983 a apenas el 1,6% en 1989) como, con menor intensidad relativa, a la privada (del 9,2% del PBI al 7.3%, respectivamente). constituyéndose así en un fenómeno generalizado de la economía en su conjunto (gráficos 6 y 7).

Gráfico 6. Argentina. Evolución de la inversión interna fija bruta y neta, 1983-1989 (en porcentajes del PBI) 16,0,-------

de unas pocas actividades

vinculadas con la industrialización de recursos naturales (por lo general, con un muy bajo grado de elaboración, menor que el factible), pr~~ dominantemente

versión interna neta resultó negativa) 0, en otros términos. la exigua formación de capital no alcanzó a compensar la depreciación del stock insta-

--,

]4,0

14,0 11,6

12,0 10,0 8,3 8,0



6,0 4,0 ••••

2,0

2,8

rl "

-o-

Inveni6n

bruta

.•.

Invcrsi6n

neta

.'

~ .1,1

1989

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información

del BCRA.

114

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

Gráfico 7. Argentina. Evolución de la inversión bruta interna pública y privada, 1983-1989 (en porcentajes

10,2

9.2 .... _ .•9'..

.. .9.0 ......•

9.•4.. .....•..•.

••.•• ~.9

8,0

.•••• ~.3

4,9

4,0 3,0

0,0

-o-

InVl!!l1iión

2,6

vas de inversión mucho más rentables y seguras que la productiva, el llamado "festival de bonos".

pública

En ese sentido, =partícularmenre

--l--~;:"':':'-----=-.-----.---'r---,---,----I 1983

RADICAL

115

mercado internacional de capitales y el encarecimiento generalizado del crédito, el acelerado ritmo inflacionario, la inexistencia de un mercado local de capitales de mediano y largo plazo, y el surgimiento de alternati-

6,0

2,0

EL GOBIERNO

Pueden reconocerse diversos elementos que explican la contracción de la inversión privada, aunque, en la generalidad de los casos, éstos in teractuaron y se retroalimentaron. Más allá del desplazamiento del efecto propulsor que históricamente había tenido la formación de capital del sector público sobre la inversión privada, la actitud reticente del empresaríado l~cal n~ p~ede considerarse ajena a la inestabilidad macroeconómica y la discontinuidad de las políticas públicas, la involución generalizada de los mercados locales, la escasa o casi nula disponibilidad de recursos en el

del PBI)

12,0 10,0

DURANTE

1984

1985

Fuente: Elaboración

1986

1987

1988

propia sobre la base de información

como

el "clima 'de inversión" resultó muy poco propicio en la segunda mitad de los años ochentapara

atraer la formación de capital hacia los sectores productivos. Por el contrario, la aversión al riesgo, el cortoplacismo, la actitud meramente renústica, las colocaciones financieras y las transferencias de recursos

1989

del BCRA.

Los factores que explican este retraimiento son diversos. En el ámbito de la inversión pública, la llamada crisis de la deuda externa irrurnpió como un cOtnponente fundamental en la notable reducción de recursos estatales orientados a la formación de capital, con la consiguiente disrupción del potencial efecto multiplicador sobre la inversión privada. Por un lado, la ele-

al e~terior. aunque con menor intensidad que durante la dictadura, se vieron consolidadas paulatinamente como las conductas más racionales por parte del empresario local. !'!>i La notable reducción de la inversión que se verificó durante la gestión radical constituye un fenómeno económico y social de suma trascenden-

vación de las tasas de interés a escala mundial y su efecto sobre la cuantiosa deuda externa pública (engrosada por la estatización de la privada a princi-

ciá por dos motivos básicos. Por un lado, esa acentuada y casi ininterrumpida disminución de la formación de capital fue decisiva para determinar el estancamiento y la aguda crisis económico-social socioeconómica

pios del decenio) agudizaba la propia crisis fiscal. Por otro, atento a la inflexibilidad y la rigidez del gasto corriente, así como a las serias dificultades

del período (en particular la verificada en el ámbito fabril). Por otro lado, al reducir la demanda de mano de obra, fue clave en el aumento

existentes para acceder al financiamiento externo y recortar los diferentes

del desempleo

esquemas

dación de una matriz distributiva sumamente regresiva. Además, no sólo se produjo una fuerte contracción de la inversión privada sino que tam-

de traslaciones

de ingresos al capital concentrado

interno,

el

ajuste fiscal se centró en forma casi excluyente en el campo de la inversión pública. La interrupción de obras en ejecución (en especial en materia de

la caída de los salarios y, por consiguiente,

bién se verificó un cambio de significación

en la consoli-

en el perfil inversor, proceso de la formación de

qu~1.estuvo asociado a una creciente concentración

infraestructura económica, sobre todo en el área energética), la postergación o la suspensión de una amplia gama de proyectos en el ámbito de las

capital del período

comunicaciones y el transporte, así como en obras de reparación y mantenimiento de la infraestructura física y la reposición del equipamiento fueron, entre otras, las formas privilegiadas de ajustar vía egresos el desequilibrio fiscal, al tiempo que, en materia de ingresos, se mantenían inalterados

rad,?ras de insumos de uso difundido), con funciones de producción altamente intensivas en el empleo del "factor capital" y, como tales, con reducido "efecto arrastre" en materia de generación de cadenas de valor y ocupación, sobre todo en el interior del sector manufacturero.

los distintos mecanismo's estructura tributaria.

de elusión fiscal y la propia regresivídad

de la

en unas pocas actividades

(rnayoritariameme

elabo-

Lo descripto hasta aquí se asocia a una cuestión clave: el mal llamado "sistema" de promoción industrial, que en realidad de sistema tuvo poco,

LA INDUSTRIA 116

HECHO

DURANTE

EL GOBIERNO

EN ARGENTINA

en tanto se terminaron por yuxtaponer con el correspondiente al ámbito nacional una serie de experiencias regionales que dificilmente podrían lograr una genuina y "eficiente" asignación de recursos a la actividad fabril. El ejemplo comentaoc sobre la industria informática es, creemos,

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suficientemente ilustrativo. Al respecto, como una introducción al tema y aun cuando la información homogénea disponible no se extiende más allá de 1985, las estimaciones realizadas por el FMI en torno a la inversión privada en su relación con los incentivos promocionales resultan contundentes (cuadro 23). Ya sea porque "no se quiso" o porque "no se pudo", las transferencias de recursos al capital privado se concentraron en unos pocos actores sumamente relevantes por su poderío económico. que fueron receptores de incentivos en varios sentidos espurios que les permitieron llegar a representar, en los primeros años de la renaciente democracia, más del 90% de la inversión neta en la industria realizada por los agentes económicos privados." En cuanto a estaS cuestiones, cabe apuntar que, al momento de asumir el radicalismo, coexisúan tres grandes tipos de regímenes de promoción industrial, legado de la dictadura militar. El instaurado por la Ley 21.608, con vigencia en casi todo el ámbito nacional, donde a la vez se enmarcaban diversos regímenes específicos con incentivos diferenciales según se 12

priorizaran determinadas regiones de radicación fabril o sectores de actividad.13 Por otro lado, se encontraban el ya comentado régimen fueguino y los esquemas de incentivos a la implantación de nuevas actividades fabriles en las provincias de La Rioja (Ley 22.021), San Luis y Catamarca (Ley 22.702) y San Juan (Ley 22.973).

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11 En un estudio realizado por un think tanl, "insospechado" de cuestionar la actitud del gran empresariado local, en el que se evalúa el costo fiscal derivado de los regímenes de promoción industrial, se concluye: "por cada austral invertido por el sector privado el Estado contribuye con la misma suma a través de menores impuestos. De esta forma, en los hechos, los contribuyentes aportan la totalidad de los fondos invertidos" (FIEL, 1988). 12 Es el caso de la región patagónica (Decreto 2332/83), el NOA (Decreto 2140/79), el NEA (Decreto 575/74), la provincia de Formosa (Decreto 2486/84) y el resto del país, excluida la Capital Federal (Decreto 261/85). 13 Es el caso de la petroquirnica (Decreto 814/79), la siderurgia (Decreto 619/79) y la industria forestal-papelera (Decreto 1177/74), a los que se le agregó el señalado Decreto 652/86 para la industria electrónica.

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~~~~~~

RADICAL

117

118

l-!ECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

El régimen nacional de promoción industrial y sus decretos reglamentarios regionales y sectoriales contemplaban una muy variada gama de incentivos, sobre todo, fiscales y arancelarios, que, con gradaciones diversas, según fuera el tipo de inversión, intentaban alentar la formación de capital (mediante la exención de gravámenes arancelarios a la importación de bienes de capital, o el diferimiento impositivo por hasta el 75% de la inversión del aporte de recursos imputable a cualquier tributo o la deducción del monto imponible frente al impuesto a las ganancias de la inversión realizada, de otras desgravaciones o exenciones tributarias de menor significación). Además, procuraban garantizar una tasa de retorno que resultara lo suficientemente atractiva para inducir la canalización de recursos hacia el sector manufacturero (exención de aranceles a los insumos importados, desgravación o diferimiento del !VA, del impuesto al capital y ganancias con escalas decrecientes en el tiempo, reembolsos a las exportaciones en el caso del régimen patagónico, etc.). La conformación de tales ámbitos privilegiados para la acumulación y la reproducción del capital en la industria no se vio mayormente afectada y sus resultados hablan a las claras de un altísimo costo social. la concreción de algunos grandes proyectos que probablemente igual se hubieran realizado sin esos estímulos, la escasa o nula selectividad y unos pocos éxitos en el aliento a ciertas radicaciones en el interior del país vinculados a la transformación fabril de recursos zonales y/o la atención de demandas territoriales insatisfechas. Al respecto. un riguroso análisis de quien fuera subsecretario de presupuesto de la secretaría de Hacienda de la Nación entre \984 y \989 brinda algunas reflexiones

de interés en torno al "no se quiso" o "no se pudo" de la

gestión alfonsinista. En particular, en su relación con uno de los principales mecanismos de transferencia de recursos públicos al capital concentrado interno. Así, al referirse al "régimen de promoción industrial, identificado asimismo por el gobierno dios y de importantes

como una fuente excesivamente

costosa de subsi-

distorsiones en el sistema tributario", Carciofi (\990)

señala que "comparando los tiempos que demoró la amplia reforma de \ 985-\ 986 respecto del paquete promocional, podría afirmarse que las presiones corporativas y las actitudes dubitativas en el seno del gobierno fueron los factores que conspiraron

contra una acción más rápida en la materia".

Si bien no se cuenta con información detallada según gestión gubernamental de los proyectos de inversión presentados, los aprobados, los concretados (puesta en marcha total o parcial) y los desistidos, una visión global de las presentaciones acogidas al régimen nacional de promoción industrial entre \974 y \987 permite comprender algunos de sus rasgos sobresalientes.

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

119

En primer lugar. se destaca el alto grado de concentración de los beneficios promocionales. En efecto, sobre. un total de 693 proyectos aproba-

I

dos, que comprometían inversiones por casi 7300 millones de dólares y la generación de alrededor de 54.000 nuevos puestos de trabajo, los diez mayores emprendimientos dieron cuenta de cerca del 40% de la formación de capital promocionada y de apenas e17,4% de la ocupación (cuadro 24). Por su parte, tomando en cuenta los cincuenta mayores proyectos (apenas el 7,2% del total), queda involucrada más del 70% de la inversión y menos de la cuarta parte del empleo a generarse. Es más. algunos de esos grandes proyectos eran patrocinados por una misma empresa o grupo económico y, en general, se trató de emprendimientos acogidos a los regímenes sectoriales, productores de materiales intermedios de uso difundido. industrias capital intensivas que naturalmente concentraron también los mayores montos de los subsidios.

En segundo lugar, si se considera la morfología de mercado predomi~ nante en los sectores de destino de tales inversiones es posible comprobar que más de la mitad de la formación de capital promocionada (y menos del 20% de los puestos de trabajo a generarse) se orientó hacia los mercados oligopólicos, al tiempo que los "competitivos" sólo atrajeron c,erca del 10% de la inversión. Ello remite a otro de los rasgos decisivos del régimen. Si bien en principio puede suponerse que se podría haber ,)al~entado la recreación de una mayor competencia oligopólica en tales 'mercados, dado que en la generalidad de los casos se trató de proyectos p,resentados por las grandes firmas que ya ejercían un nítido liderazgo en tales mercados, funcionó en los hechos la legislación promocional reforzando y consolidando su posicionamiento. En tercer lugar, al circunscribir

el campo de estudio a los 50 mayores

proyectos queda en evidencia el papel privilegiado que asumieron los , grupos económicos locales como" sus patrocinantes, en tanto. por sí mismos o en asociación con firmas extranjeras o estatales, concentraron las dos terceras partes de tales emprendimientos, que a la vez significaron cerca del 70% de la inversión

comprometida

en ellos (cuadro

25). En

otros términos, prácticamente la mitad del total de la formación de capital alentada por incentivos promocionales correspondió a apenas 33 proyectos patrocinados por grandes conglomerados empresarios locales, en forma exclusiva o en asociación con otras fracciones del capital.

¡.,

M

¡ ¡

120

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

Cuadro 24. Argentina. Proyectos de inversión promocionados bajo las leyes 20.560 y 21.608,1974-1987 (en valores absolutos, miles de dólares y porcentajes) a) según tamaño por monto

de inversión

Estratos por monto

Miles u$s

Cantidad

%acum.

Primeros diez

37,8 56,3 70,1

3961 6576 12.537

12,2 23,3

Primeros cien

2.756.717 4.105.307 5.106.426 5.871.911

80,6

Resto

1.415.992

20.370 33.402

37,9 62,1

Total (693)

7.287.903

19,4 100,0

53.772

100,0

Primeros veinticinco Primeros cincuenta

b) según estratos de concentración

Pro eetos

Cantidad RAC RMC REC Resto

132 305 209 646 47

Total

693

Subtotal

%acum.

rama de destino

Ocu

% 19,0 44,0 30,2 93,2

Cantidad

6,8

3490 53.772

100,0

15.306 22.617 12.359 50.282

7,4

121

celulósica y papel, Pérez Cornpanc y Garovaglio Zorraquín en la rama petroquímica, Loma Negra en la industria cernentera y Acindar y Techint en la siderurgia). Pero también en la industria alimenticia (Bagley, Ledesma, Bunge y Born) y la de textiles y calzado (Alpargatas y Grafa), la promoción industrial resultó plenamente funcional a la estrategia de consolidación oligopólica, ya que demandaban mínimos

de inversión

ación

RADICAL

En ese sentido, en el interior de los cincuenta mayores proyectos promocionados quedan de manifiesto ligeros matices en términos de la presencia sectorial de aquellos patrocinados por grupos económicos y sus asociaciones con empresas estatales o extranjeras. La gravitación de los bienes intermedios asumió un papel decisivo (varios proyectos patrocinados, entre otros, por Celulosa Argentina y Massuh en pasta

Ocupación

de inversión

EL GOBIERNO

económico y social del país. De allí, por ejemplo, que el patrón de acumulación y la estrategia desplegada en la industria por estos estarnentos del gran capital se focalizara en buena medida en el reforzarnienro de su inserción oligopólica en los mercados en los que operaban algunas de las firmas con troladas,

aprobado

Inversión

DURANTE

Inversión

% 28,5 42,0 23,0 93,S 6,5

Miles u$s

100,0

7.287.903

3.810.830 2.647.794 685.513 7.144.137 143.766

% 52,3 36,3 9,4 98,0 2,0 100,0

RAe: ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican más del 50% de la producción global; RM.e: ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican entre el 25% Yel 50% de la producción global; REC: Ramas en las que los primeros ocho establecimientos explican menos del 25% de la producción global. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de Azpiazu (1988).

aportes de recursos propios y otorgaban ingentes tasas de rentabilidad a partir de la internalización de los subsidios promocionales. Otra perspectiva que trasciende la resultante del análisis de los proyectos promocionados y se focaliza exclusivamente en el comportamiento de la inversión fabril en los años de gestión radical es la que surge de un estudio realizado en la Oficina de la CEPAL en Buenos Aires a partir de un relevamiento realizado por el INDEC a 591 empresas manufactureras (las de mayor facturación del país a fines de los años ochenta), con información relativa al período 1983 a 1988 (Azpíazu, 1993). Una primera cuestión a resaltar es que los recursos canalizados a la inversión por parte de las 'principales firmas no alcanzaron a representar la vigésima parte de sus ventas totales durante el penado, .en las actividades fabriles.

lo cual expresa el desinterés

por invertir

¡ En segundo término, corresponde El notable

predominio

de los grupos

económicos

entre los beneficia-

rios reales de la promoción industrial no es más que la resultante de las formas bajo las que se implementó la normativa de fomento. Se trató de un mecanismo de transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados del capital, aquellos que a partir de la dictadura y el consiguiente aprovechamiento de los espacios privilegiados por las políticas públicas así como del usufructo pleno de las posibilidades que se les otorgaron se consolidaron

como actores centrales

en el desenvolvimiento

destacar el muy elevado grado de .concentración de la formación de capital realizada en el ámbito manufacturero local, tanto en lo relativo a la cantidad de firmas que emergie-

ron

como las más emprendedoras por los recursos asignados, como a los 'sectores de actividad de destino y el tipo de estructuras empresarias que :explican esas igualmente escasas inversiones. i-

I

122

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

Cuadro 25. Argentina. Distribución de los cincuenta mayores proyectos promocionados según tipo de empresa patrocinante, 1974-1987 (en valores absolutos, millones de dólares y porcentajes) a) según estructura

empresaria Provectos

Tipo de empresa

Cantidad

oatrocinante

GGEE

18 15 5 3 1 2 6 50

ASOC

EL! ET Estatal Otras asociaciones Sin información

Total

Ocupación

% 36,0 30,0 10,0 5,0 2,0 4,0 12,0 100,0

Cantidad

6736 2411 1060 632 214 374 1110 12.537

Inversión

Milesu$s

% 53,7 19,2 8,5 5,0 1,7 3,0 8,9 100,0

2064,S 1510,0 551,7 338,3 80,0 234,9 327,0 5106,4

% 40,4 29,6 10,8 6,6 1,6 4,6 6,4 100,0

GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico nacional; ASOe.: Asociación entre GGEE y firmas extranjeras o estatales; EU: Empresas locales independientes (no integran un grupo económico); ET: Empresas u-ansnacionales (no integran un conglomerado extranjero); Estatal: Empresas propiedad del Estado. b) según

tipo de bien

y presencia

Total

Tipo de bien/ sector

Pro ectos Canto

BCND Alimentos Textil v calzado Otros B1

Ouim. v netrou. Panel Cemento

Sideruraia Otros

de GGEE

11 6 4 1 39 17 3 8 3 8

GGEE y asociaciones Inversión

%

Mill.

22,0

u$s 429

12,0 8,0 2,0

239 161 30 78,0 4677 34,0 1908 6,0 987 16,0 963 6,0 434 16,0 385

Pro ectos

%

Canto

%tot.

con GGEE Inversión

Mill.

%tot.

u$s 8,5 4,7

8 4 4

3,2 0,6 91,5 37,4 19,3 18,9 8,5 7,5

25 13 3 5 2 2

100,0

33

72,7 66,7 100,0

301

140 161

70,2

58,6 100,0

64,1 13274 76,5 1391 100,0 987 62,S 463 66,7 291 25,0 141

72,9 100,0 48,1 67,1 36,6

3573

70,0

70,0

BaJ

-

Be

Total

50

100,0

5106

66,0

BCND: bienes de consumo no durable; BI: bienes intermedios; BCD: bienes de consumo durable y BC: bienes de capital. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de Azpíazu y Basualdo (1990).

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

123

Al respecto, la información proporcionada por el cuadro 26 permite concluir que tan sólo diez empresas dieron cuenta del 37,1 % de la inversión realizada por las firmas relevadas, porcentual que se eleva a casi el 70% del total, si se consideran las principales cincuenta firmas. Por su parte, un número muy reducido de ramas industriales, mayoritariamente productoras de bienes intermedios, concentró una proporción decisiva de la formación de capital, al tiempo que otras muchas prácticamente no denotaron mayor atracción para los inversores, salvo las requeridas para un mantenimiento mínimo de las instalaciones. Así, por ejemplo, tomando en cuenta las diez empresas que realizaron mayores inversiones, más del 93% correspondió a la actividad petroquímica y las industrias metálicas básicas. Si se focaliza la indagación en el subconjunto de las cincuenta mayores firmas inver~oras durante el período, aquellos sectores representaron tiempo que industrias alimenticias como las mieron un papel decisivo en la participación que el sector automotor en lo relativo al peso cos, maquinaria y equipos (7,9%).

casi el 75% del total, al lácteas y la aceitera asusectorial (6,7%), al igual de los productos metáli-

Por otro lado, consistentemente con su posicionamiento como núcleo central del poder económico a partir de la dictadura militar, las firmas integradas en estructuras conglomeradas -particularmente los grupos de capital nacional- concentraron alrededor del 70% de la inversión total, cualquiera sea el estrato que se considere. Esa clara hegemonía de los complejos empresarios supuso una aceleración del proceso de concentración y centralización del capital industrial en su favor. En tercer lugar, y en estrecha vinculación

con esta última considera-

ción, otra de las características significativas que se desprenden del análisis de referencia se vincula con el notable dinamismo que reveló el proceso de centralización absorción

del capital. Así, las inversiones

de otras empr~sa~ (vía adquisiciones,

orientadas

fusiones,

a la

etc.) repre-

~entaron más de la décima parte del total de las i,,\ve~sidnes del período, porcentual que se eleva aproximadamente al 20%,en el ámbito de las firmas industriales integradas en congtomerados empresarios que, por otro lado, fueron las más activas e~ el despliegue dd taies estrategias (cuadro 27). I ~

Cuadro

26. Argentina.

empresa,

1983·1988

Concentración

de la inversión

(en valores absolutos,

millones

en la industria,

según sectores

de actividad y tipo de

de dólares y porcentajes)

..." :t

i!l a) según

sectores

:t

de actividad

O

'" Z

Primeras 10

Sector de actividad

Mill.u$s

Canto

Primeras 20 %

ABT

Primeras

Canto

Mill.u$s

%

Cant

MiIl.u$s

%

I

90,0

1.8

8

443.7

6.7

1

0.7 6,4 56,8

TCC PIP

I

241,8

6,9

I

241.8

4,9

4

42.7 423,7

PO

7

2413,5

68,1

12

3134,8

63,9

23

3759,9

1

80,9

1,2

5

1184,6

17,9

MnoM 1MB

886,3

2

25,0

PMME Consto ind.

Total

10

3541,7

100,0

> o

50

3

1031,5

21,0

2 1

289,8 123,4

5,9

6

523,9

2,5

2

160,2

7,9 2,4

20

4911,3

100,0

50

6619,7

100,0

'"

'"~ Z

>

ABT: Alimentos, bebidas y tabaco; TCC: Textiles, confecciones y cuero; PIP: Papel, imprenta y publicaciones; PQ: Petroquímica; M no M: Minerales no metálicos; 1MB: industrias metálicas básicas; PMME: Productos metálicos, maquinaria y equipos; Const. ind: Construcciones industriales.

b) según tip&:~e empres3_

t

.: . r Primeras 10

Primeras 20

Primeras 50

Canto

Mill.u$s

%

Canto

MiIl.u$s

%

Cant

MiIl.u$s

%

GGEE EL!

6

1669,3

47,1

10

2149,2

43,8

22 3

2856,9

43,2

CE ET Estatal

2 I

162,5

777,2

2,5

13

1753,1

182,5

26,5

5,2

I

912,8

8,9

Total

8 4

589,3

25,8

10

3541,7

1257,9

19,0

100,0

50

6619,7

100,0

21,9

6 I

1376,3 182,5

28,0 3,7

3

1203,3

20

4911,3

24.5 100,0

Part. en

el total

37,1%

51,5%

69,4%

> Z e " ~ '"s

e c:

GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico nacional; ELI: Empresas locales independientes (no integran un grupo económico); CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero; ET: Empresas transnacionales (no integran un conglomerado extranjero); Estatal: Empresas propiedad del Estado. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de Azpiazu (1993).

~

z..,

'"~

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~ ~ O

"

i'i > r-

"

(J>

126

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

127

En cuarto lugar, otra de las peculiaridades que reveló la inversión industrial del período es la que se asocia con el tipo de proyecto que la sustentaba. De acuerdo a los datos aportados por el cuadro 28, más de las tres cuartas partes de la formación de capital se concentró en apenas tres tipos de emprendimientos: los orientados a incrementar"la capacidad productiva (poco menos de la mitad del total), la renovación de equipos sin que se tratara de un proyecto específico de inversión (16,6% del total) y la radicación de nuevas plantas fabriles (representó el 12,4% de la inversión relevada). En relación con este último rubro, cabe destacar que se trata de treinta establecimientos industriales, en promedio apenas cinco por año, lo que evidencia la reticencia empresarial por invertir en el sector. Además, excepto una pequeña planta, se trataba en todos los casos de emprendimientos realizados al amparo de regímenes promocionales, más específicamente en las actividades petroquímica y celulósico-papelera, y que fueron mayoritariamente patrocinados por grupos económicos nacionales y conglomerados extranjeros (cuadro 29).

Cuadro 28. Argentina. Proyectos de inversión en la industria y recurrencia a la promoción industrial, 1983-1988 (en valores absolutos, millones de dólares y porcentajes) Inversiones totales

Nuevas

industriales subsidiaria

Incremento

capacidad

productiva Obras civiles Renovación Otros

Promoción

Canto

Mill.

Canto

Mill.

%

empr,

u$s

empr.

u$s

Emp.

plantas

Radicación

Total

Inv. promocionadas

eq~ipos

% Inv.

30

1070,9 252,5

29 79

1070,2

84

245,0

96,7 94,0

99,9 97,0

253 185

4189,8

55

1121,3

21,7

26,8

547,4 1429,9 1133,S 8624,0

4 11

48,3 34,1 15,6 2533,5

2,2 2,6 2,1

8,8 2,4 1,4 29,4

419 429

9

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de Azpiazu (1993).

128

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

En quinto lugar, siempre teniendo como escenario de análisis las inversiones .cfectivamente realizadas entre 1983 y 1988, resulta interesante abordar la perspectiva que surge de priorizar el tipo de estructura de capital de las empresas que invirtieron durante el período, pero considerando esta vez el total de la formación de capital relevada y no sólo aquellas correspondientes a

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

129

En-\talsentido, si bien fueron los conglomerados empresarios nacionales y ext:r.:thjeroslos que concentraron la mayor parte de la inversión promocionada ('82,3%), para las empresas locales independientes y, en menor medida, las rnansnacionales, los regímenes de promoción correspondientes a las cuatro 'I?I~óVincias ya mencionadas (La Rioja, San Luis, Catamarca y San Juan) ya Tieúi' del Fuego parecen haber resultado un mecanismo propicio para el despliegue de estrategias "defensivas", enmarcadas, en última instancia, en la elusi6h fiscal como instrumento de mejora de su capacidad competitiva frente a illa,consolidación de los grandes conglomerados empresarios (cuadro 30). "Del conjunto de los desarrollos previos surge que durante el gobierno de Alfo,nsín tuvo lugar un proceso de afianzamiento estructural de los grupos

las principales firmas en función de los recursos afectados. Como era de suponer, si se extiende el campo de estudio al conjunto de las empresas que realizaron inversiones, la gravitación de los conglomerados empresarios (de casi el 95% en lo relativo a la implantación de nuevos establecimientos) es relativamente inferior a la que revelaban en el selecto subconjunto de las firmas líderes, aunque igualmente continúa siendo hegemónica (más del 60% del total). A pesar de tratarse de un proceso muy alicaído de formación de capital en la industria, queda de

económicos más concentrados, que pasaron a detentar un control determinarÍte sobre núcleos decisivos de las diferentes cadenas productivas o bien j]lFotundizaron el que ya tenían. Tales fracciones empresarias fueron las desimaiarias privilegiadas de la amplia y variada gama de prebendas estatales al "gran capital asociadas a la promoción industrial. Los mencionados incentivos

manifiesto el reforzamiento y la consolidación de las formas conglomeradas de propiedad y la consiguiente profundización de las heterogeneidades estructurales en el in terior de la industria. Por último, la generalizada actitud prescindente del empresariado local -lo que constituyó un fenómeno más o menos común a las distintas fracciones del gran capital- se vio morigerada durante el período ante la profusa concesión de beneficios promocionales que tendieron a minimizar o tornar casi nulo el riesgo empresario y, a la vez, a garantizar niveles atractivos

no hicieron más que profundizar procesos de concentración económica y centralización del capital en numerosas ramas [abriles, en especial en las productoras de bienes intermedios, corno celulosa y papel, cemento, petroquími~:,y siderurgia. Pero también posibilitaron que varios grupos económicos consolidaran el poder de mercado que ya tenían en tales actividades y en los bld.q~es productivos a los que éstas se integraban, que otros grupos se hi-

de rentabilidad.

ci#r~n fuertes en sectores en los que hasta ese momento no tenían partí,¡cipJi:ión, o bien era muy débil, y que otros incrementaran notablemente Cuadro 29. Argentina. Estructuras empresarias y modalidades de

el grado de diversificación y/o de integración sus-actividades en el país.!"

la inversión, 1983-1988 (en millones de dólares y porcentajes) Nuevas

Total Mill.u$s GGEE EL!

2963,3 994,8

CE

2235,4 1102,4

ET Estatal Total

1308,1 8624,0

plantas

vertical y/u horizontal

de

Resto inversión

Mill. u$s

% 34,4

Mill.u$s 485,0

% 45,3

11,5 26,2

45,1 528,5

4,2 49,3

12,8 15,2

12,4

1,2

1090,0 1308,1

100,0

1070,9

100,0

7553,1

2478,3 949,7 1706,9

% 32,8 12,6 22,6 14,4 17,3 100,0 '

GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico nacional; EL!: Empresas locales independientes (no integran un grupo económico); CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero; ET: Empresas rransnacíonales (no integran un conglomerado extranjero); Estatal: Empresas propiedad del Estado. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de .A.zpiazu (1993).

~

14 En referencia a estos temas, y a modo ilustrativo, Azpiazu y Basualdo (1990) destacan: "el grupo Arcor es uno de los ejemplos más notables, en tanto gran parte de las numerosas empresas que conforman el grupo en la actualidad fueron instaladas al amparo de los beneficios promocionales, tanto de aquellos vigentes en todo el ámbito nacional como de los correspondientes a las cuatro provincias con regímenes especiales de promoción (Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis). En el primer caso, las firmas promocionadas patrocinadas por Arcor son: Vitopel SA (films plásticos), Cartocor SA (cartón corrugado), Pancrek SA (galletitas), la propia Arcor SA (golosinas), Misky SA (golosinas), Milar SA (enzímas). Por su parte, en el segundo caso, los proyectos patrocinadoslP~r él grupo Arcor son los siguientes: Candy SA (golosinas depositadas en -alg9dón), Alica SA (gelatinas y helados en polvo), Flexiprln SA (laminado de películas, papeles y aluminio), Carlisa SA (galletitas, alfajores y budines), Frutos de Cuyo SA (conservas y envases de hojalata), Indal San Juan SA (embutidos, fiambres y chacinados), Du1ciora SA (mermeladas y dulces), Metalbox SÁ (envases de hojalata), Plastivil SA (productos de PVC), Productos Naturales SA (productos enlatados), Carbox SA (cartón corrugado), Converflex SA (films plásticos)".

130

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

131

Ahora bien, a pesar de la ingente transferencia de fondos públicos que supusieron estos mecanismos de aliento a la formación de capital en la industria, hacia finales de los años ochenta las inversiones realizadas no alcanzaron a cubrir las necesidades de reposición de la maquinaria ni los equipos instalados. Esto último merece destacarse no sólo por obvias razones macroeconómicas, sino también por el hecho de que una de las apuestas de fondo del gobierno radical a partir de 1985 fue la de estimular la inversión privada, sobre todo en sectores transables, En este sentido, la "desinversión" con la que culminó la década de 1980 sugiere que los cuantiosos recursos públicos ínternalizados por un núcleo reducido de empresas pertenecientes a los principales "generales de la economía" no sólo viabilizaron un nuevo salto en la concentración' y la centralización de capitales en ciertos ámbitos productivos estratégicos, sino que fue este mismo proceso el que también les posibilitó obtener elevados márgenes de rentabilidad, sin que ello afectara positivamente la formación de capital.

REAFIRMACIÓN DE LA CENTRALIZACIÓN DEL CAPITAL

Corno se señaló, durante el gobierno de Alfonsín ciertos aspectos de la política económica se modificaron con relación al período anterior: por .ejemplo, se establecieron restricciones a las importaciones, a la disponibilidad de divisas y a la liberalización del sector financiero ante la crisis dela deuda externa y la existencia de un desfavorable contexto internacional. Este giro en la orientación económica trajo aparejados algunos cambios en el régimen

de acumulación,

que había impulsado,

entre

1976 y 1983, un salto considerable en la concentración económica y la centralización del capital en el sector manufacturero. Vale la pena corroborar si, en consecuencia, se produjeron transformaciones de importancia en la estructura del poder económico fabril. Para ello, en el cuadro 31 se presenta información referida a la evolución de la composición del universo de las cien firmas de mayor facturación de la industria local entre 1984 y 1989. Se puede comprobar que después de incrementar en forma significativa su participación relativa dentro de la elite sectorial entre 1976 y L983, hacia fines de la década de 1980 los grupos económicos nacionales y. lds .de origen extranjero constituyeron las fracciones con mayor incidencia en el interior de la cúpula: en 1989 estas dos tipologías dieron cuenta en conjunto de alrededor del 52% de la facturación global. De

132

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

133

todos modos, no se puede soslayar que durante la etapa analizada las firmas pertenecientes a los principales holdings locales aumentaron su gravitación en las ventas agregadas de la elite (en casi cuatro puntos porcen-, tuales), mientras que las que se integraban a conglomerados foráneos la. redujeron de modo considerable (en algo más de siete puntos porcen-,

, productivas en las que estas firmas tenían una presencia decisiva (tal el caso del sector metahnecánico en general, y del automotor en particul'~i·).También es relevante que en el transcurso del período las automotrices Ford y Volkswagen fusionaron sus negocios en el país y formaron Autolatina, 10 que implicó una reasignación de la facturación de la cú-

tuales). Como consecuencia de ello, a fines del decenio los grupos nacio-, nales fueron la tipología empresaria más importante de la cúpula por sur contribución a las ventas totales, y los extranjeros la segunda, cuando en,

I~.uladesde los conglomerados extranjeros y las empresas transnacionales 'hacia las asociaciones. Por su parte, la expansión de las compañías nacio,nales no integradas a grupos económicos estuvo asociada al fuerte recambio de empresas que se verificó en 'el interior de este estrato entre 1984 y 1989 (durante este período.rapenas tres empresas lograron pern)fmecer en el panel) ya que en la generalidad de los casos las firmas ingresantes ocuparon posiciones más altas en 'el ranking de las cien líderes ~q~e las que salieron de él. Finalmente, la creciente incidencia de las aso-

j

1984 habían ocupado, respectivamente,

Cuadro 31. Cúpula empresaria industrial de la Argentina, Evolución de la cantidad de empresas y la estructura porcentual de las ventas según tipo de propiedad, 1984-1989



(en valores absolutos,

'1

porcentajes

Empresas

GGEE EL! ET CE Asoe. Total

5 36 12 25 20 2 100

y puntos

Ventas

Empresas

25,7 23,7 4,7 13,6 31,7

6 36 12 19 24

0,6

3 100

100,0

porcentuales)

Ventas

Emoresas

23,6 27,6 8,6 12,5

+1 O O -6

-2,1 +3,9 +3,9 -1,1

24,1 3,5

+4 +1

·7,5 +2,9

100,0

ciaciones se debe fundamentalmente a la señalada creación de Autolati'~a, mientras que el menor peso relativo de las empresas estatales se asocia a que durante la gestión gubernamental de Alfonsín se continuó con l~política, heredada de la dictadura, de realizar un manejo discrecional

Variación 1984/1989

1989

1984 Estatal

los puestos tercero y primero.

Ventas

dt¡dos precios de los bienes elaborados por estas firmas, al tiempo que fueron transferidas al capital concentrado interno algunas "esferas de negocios" hasta entonces usufructuadas por el Estado. Sin duda, la consolidación estructural que los conglomerados empresaciales con actividad en el ámbito industrial-sobre todo los de capital nacion~~L.. tuvieron bajo el gobierno de Alfonsín estuvo ligada a la concurrencia ¡" '[',

Estatal: Empresas propiedad del Estado; GGEE: Empresas propiedad de un "~:>: grupo económico nacional; EL!: Empresas loc~les indepe~dientes (no integra~) un grupo económico); ET: Empresas transnacíonales (no integran un ~ conglomerado extranjero) CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero; Asoc.: Empresas propiedad de una asociación entre dos o más firmas. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de la revista Prensa <j Económica.

r

Al respecto, interesa destacar que entre los años referidos se produjo una" caída en el aporte a las ven tas totales de la elite fabril por parte las dos formas representativas del capital extranjero (sobre todo de los conglomera-s dos económicos). Esto se debe básicamente a la mayor presencia relativa del¡' proyectos promocionados patrocinados por grupos económicos nacionales; la repatriación de importantes inversiones foráneas registrada en esta etapa~ así como la contracción experimentada por un conjunto de actívídadess

d,~anúltiples factores, entre los que interesa destacar al menos cuatro. En primer lugar, a que resultaron favorecidos por los múltiples 'deJ¡ransferencias de recursos públicos al capital concentrado p,lr,mentados,

entre los que se destacan

la promoción

mecanismos interno im-

industrial

y las me-

didas de apoyo y fomento a las exportaciones de productos fabriles, En 'est~ ;último caso. vale remarcar que se trató básicamente de subsidios ten~i~;¡tes a compensar la diferencia existente entre los precios internacionales de los bienes industriales elaborados en el país (relativamente reducid9;1 dadas las características de las manufacturas y el carácter de "tomador d~'precios" en el mercado mundial de f~ Argentina) y los vigentes en el ámbito doméstico (bastante elevados, debido a la naturaleza rnonopólica u 91,igopólica de los mercados involucrados -controlados en muchos casos BO¡ las grandes empresas y grupos económicos que se favorecieron con los s~si.dios- y al ostensible fracaso del gobierno para implemen tar una exitosa:lpolítica de control de precios). Los destinatarios de ambas políticas

1(pO; lo general. los mismos actores) encontraron c;;

)!~"

en las exportaciones

una

im~9rtante y estratégica salida contracíclica (durante esta etapa uno de los

134

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

pocos componentes dinámicos de la industria local fueron las exportacio-¡ nes de algunos commoditíes. Principalmente como resultado del achica-, mien to del mercado local por efecto de la recesión económica, pero tam-f bién debido a que contaban con escalas productivas muy superiores a los, niveles de la demanda interna, así como por las propias políticas de promoción industrial y de subsidio a las ventas al exterior de bienes manufac-¡ turados. Esto trajo aparejados dos impactos estructurales de relevancia.¡ por una parte, reforzó aun más el poder de mercado de muchos de losr principales conglomerados empresarios del país en buena parte de las ac-o tividades involucradas y, por otro, les permitió acrecentar su control sobrel un "bien" -las divisas- tan necesario para una economía como la argen-t tina, reforzando en consecuencia su poder de veto sobre las políticas públicas y el accionar del aparato estatal. 15 En segundo

lugar, el fortalecimiento

estructural

de los grupos econó-s

micos en la etapa bajo estudio fue producto del intenso proceso de des-r trucción de capital que se registró como resultado de las características" y la magnitud de la crisis económica en general, y en particular de la re-1 gistrada en numerosos ámbitos manufactureros, y que se materializó a través de las quiebras de firmas (sobre todo las de menores dimensiones). los cierres de establecimientos, la repatriación de algunas importantes inversiones extranjeras, etc. En tercer lugar, y en estrecha relación con 10 an terior, cabe destacar entre los factores que contribuyeron a la consolidación de los conglomeradosi el proceso de inversión y expansión así como la cen tralización del capital derivada de la compra y/o la absorción de firmas y/o establecimientos ins-l talados, con fuerte apoyo estatal (facilidades para endeudarse en el exteí rior, avales del Tesoro Nacional para la obtención de créditos, etc.). 15 Es importante recalcar que la promoción industrial y los subsidios a las exportaciones industriales no fueron los únicos mecanismos por los cuales se cedieron recursos públicos al capital concentrado interno durante los años analizados. En efecto, durante el gobierno de Alfonsín se avanzó y se terminó 1":;' de cerrar el proceso de estatización de la deuda externa privada iniciado en las postrimerías del régimen militar (Basualdo, 1987), se implementaron programas de capitalización de la deuda externa (Azpiazu, 1995) y el Estado <) siguió pagando abultados sobreprecios a sus proveedores y realizando transferencias de diversa Índole hacia firmas relacionadas con los principales J grupos económicos nacionales y extranjeros con actividad en el sector manufacturero doméstico, entre los que se destacan los casos de numerosas 1 compañías vinculadas con Astra, Loma Negra, Macri, Pérez Companc, Siemens';..Soldad y Techint (Castellani, 2006). Las evidencias disponibles indican que los recursos estatales cedidos a estas fracciones empresarias superaron con creces a los transferidos al otro factor de poder económico de la Argentina post· dictadura militar, los acreedores externos (Ortiz y Schorr, 2006).

DURANTE.

EL GOBIERNO

RADICAL

135

f" Finalmente, fue su inserción estructural en la economía doméstica lo gue les permitió a estos actores expandirse de manera significativa en el marco de una aguda crisis económica y fabril, tal como había acontecido durante la dictadura militar. Este proceso se concretó mediante diversos mecanismos, entre los que sobresalen la realización de operaciones entre empresas integrantes del conglomerado relacionadas vertical y/u horizontalmente, y la posibilidad de participar en las pocas actividades dinámicas del período y/o de mayor tasa de ganancia, de transferir recursos entre las distintas firmas del grupo, de usufructuar su poder olig,?pólico (en algunas ramas monopólico) y de aprovechar las distintas oportunidades que se generaron en esta etapa en materia de especula-

ción financiera, como el "festival de bonos" con el que el radicalismo financió una parte considerable del déficit fiscal del período, que tuvo a estos mismos actores como sus principales responsables y beneficiarios. Las consideraciones precedentes permiten concluir que el creciente predominio de los grupos económicos sobre la economía y la industria argentinas durante el gobierno de Alfonsín no puede ser entendido exclusivamente como un resultado de la arbitrariedad en el manejo estatal, sino que debe considerarse también como derivado de la funcionalidad que tuvo la política económica, en especial a partir del Plan Austral, respecto de las condiciones estructurales que presentaban estos grandes capitales. En este sentido, es indudable que durante la gestión de la Unión Cívica Radical estas fracciones empresarias tuvieron una notable -y vista en perspectiva histórica, sumamente efectiva- capacidad de veto sobre el gobierno, que estuvo asociada a diversos elementos.

Primero, a que estos

actores eran importantes generadores y propietarios de divisas (tanto las que tenían en el exterior como las provenientes de las exportaciones). Segundo, a su poder en materia de fijación de precios, derivado de su control oligopólico sobre un número considerable de sectores de actividad, y no sólo industriales. Tercero, por el hecho de ser destinatarios privilegiados de las abultadas transferencias de recursos que se registraron en este período, a su papel decisivo en la explicación de la "brecha fiscal" que caracterizó

a la etapa alfonsinista.

Cuarto, al haber asumido un pa-

pel protagónico en el financiarniento de dicho déficit En consecuencia, se trata de actores cuyo poderío residió en su influencia:determinante sobre la evolución de variables de ostensiblesignificación económica y social: las cuentas externas, la formación de capital, la inflación, la paridad cambiaria, la situación fiscal y el endeudamiento público. La consolidación estructural de estos grandes capitalistas durante el período, el comportamiento registrado por las variables mencionadas en esos años

136

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

y la creciente "radicalidad" de los sucesivos planes económicos instrumentados (cada vez más en línea con los intereses de esta fracción de clase) constituyen interesantes indicadores de su estratégico poder de coacción sobre el sistema político en general. y sobre la orientación de las políticas económicas en particular. El hecho de que la expansión de las fracciones más concentradas del eapitallocal-se haya verificado en forma simultánea con una recesión industrial de magnitudes considerables evidencia la crítica situación que debió transitar gran parte de los restantes segmentos empresarios del espectro manufacturero doméstico. En esta etapa. la mayoría de las pequeñas y medianas empresas del sector (aquellas que habían logrado sobrevivir al programa neoconservador instrumentado entre 1976 y 1983) debió afrontarseveros problemas de sustentación derivados del achicamiento del mercado interno a raíz de la crisis socioeconómica y la retracción de la producción manufacturera (que, replicando una tendencia que se había verificado en la fase de surgimiento del "modelo financiero y de ajuste estructural", fue particularmente intensa en gran parte de las ramas en las que estas firmas tenían una importante significación agregada), y también de la imposibilidad de desplegar "subsidios cruzados" con compañías relacionadas. De alli que éste haya sido un nuevo período de reestructuración regresiva para las pequeñas y medianas industrias asociado al cierre de establecimientos y fir; mas, el abandono (total O parcial) de líneas productivas, el desplazamientc¡ hacia otras actividades (comercio, finanzas), etc. La conjunción de todos estos elementos aumentó aun más las debilidades estructurales de este se~i mento empresario

y potenció

el cuadro de heterogeneidad

DURANTE

EL GOBIERNO

RADICAL

137

de recursos básicos, los trabajadores y. con menor intensidad relativa, los estamentos de menor, envergadura del empresariado siguieron siendo los principales perjudicados. Corno resultado, se afianzaron en sus aspectos más relevantes la revancha clasista y el disciplinamiento social puestos en marcha a mediados de la década de 1970. La evolución de estas fracciones sociales durante el periodo analizado contrasta con el exitoso camino recorrido por un puñado de grandes holdings empresarios que captaron beneficios sustanciales y que, a partir de una estructura empresaria de tipo conglomeral, incrementaron el control que ejercían sobre una amplia gama de mercados. Asimismo, denota la naturaleza regresiva. }' heterogénea de la "década perdida" de 1980. En otras palabras, y retornando algunos elementos conceptuales del recordado discurso pronunciado

por Alfonsín a fines

d~ abril de 1985, se trató de una "economía de guerra" que se hizo en contra de las condiciones de reproducción de los asalariados en particular, y de los sectores populares en general, así como de amplías capas del empresaniado, y que fue claramente ganada por "los que más tienen".

" Gráfico 8. Argentina. Evolución de la participación del PBI industrial en el PBl total, 197&-1989 (en porcentajes y tendencia)

característico

del sector manufacturero argentino.

23,4

RECONQ,UISTA DE LA DEMOCRACIA Y CONSOLIDACIÓN

23,0 22.5

DE LOS LEGADOS DICTATORIALES 22,0

21,9

De lo anterior

se concluye

que bajo el gobierno

de Alfonsín se verificó

una aguda crisis en el ámbito de la industria manufacturera que. no obstan te su virulencia. arrojó un claro panorama de ganadores y perdedores en el nivel inter e intrasectorial así como entre los distintos actores que se desenvolvían en la actividad, contribuyendo así a profundizar muchas de las herencias de la anterior dictadura militar. En un cuadro de aceleración del proceso dedesindustrialización (gráfico 8) y de crecien te repliegue

del aparato fabril hacia el procesamiento

21,0

1989

Fuente: Elaboración

propia sobre la base de información

del BCRA.

138

HECHO

EN ARGENTINA

En gran medida, esto fue posible merced a la orientación asumida por buena parte de las políticas económicas aplicadas, en el marco de un funcionamiento estatal crecientemente subordinado al nuevo podereconómico. Las apuestas iniciales de carácter progresista del radicalismo por revertir los legados de la dictadura militar en materia socioeoconómica fueron paulatinamente desplazadas por políticas mucho más severas, que redistribuyeron el ingreso nacional en forma considerable, pero de' abajo hacia arriba, es decir, con un sentido similar al que predominó en-: tre 1976 y 1983. Las reflexiones an teriores permiten re plan tear la cuestión del fracaso' de la gestión económica del radicalismo, tal como se destaca en mucha' de la literatura disponible. Si dicha evaluación se focaliza exclusivamente en el desenvolvimiento global del sector manufacturero durante esa: etapa, pocas dudas quedan acerca de la validez de tal afirmación. Sin em-

3. La convertibilidad como fase superior de la política desindustrializadora de la dictadura

,

El período

que se inició con' la asunción

'Menem a la presidencia

anticipada

en julio de 1989 y culminó

de Carlos

a fihes de 2001 con

,"'la abrupta y traumática conclusión 'del gobierno de la Alianza trajo "aparejadas nuevas y decisivas transformaciones estructurales sobre la industria local. En gran medida, esas mutaciones derivaron de la

bargo, no parece ocurrir 10 mismo cuando se indagan las principales resultantes estructurales que sobre la trama industrial se desprenden de la'

(orientación

mayoría de las políticas económicas

~.sihO que, en numerosos campos, las profundizaron, y resolvieron ::,forma superadora muchas de las asignaturas pendientes de aquélla.'

instrumentadas,

más específica-

tuvieron

de las políticas económicas

instrumentadas,

un sesgo similar a las desplegadas

durante

que no sólo

la gestión

militar de De

mente, cuando se procura identificar a las fracciones sociales ganadoras y las perdedoras. De tal modo, puede concluirse que las diversas medidas implementadas en el transcurso de la presidencia de Raúl Alfonsfn no fueron más que "retoques" sobre un patrón de acumulación y una estructura de poder económico modificadas radicalmente en la segunda mi;' tad de los años setenta y, en ese marco, que la caracterización de "décad~

atlí que sus resultados hayan sido semejantes no sólo en lo que hace a .los ganadores y perdedores del ámbito sectorial, sino también en el ,:,plano agregado en lo relativo a las diferentes clases sociales y fracciojnes de clase. Se acentuaron aun más varias tendencias sobresalientes , del desenvolvimiento fabril post-sustitutivo -en muchos casos en gra-

perdida"

:dos insospechados,

minimiza

sobremanera

las implicancias

reales de la profunda:

regresividad y la heterogeneidad que reveló la evolución económico-in" dustrial durante el primer gobierno de la reconquista de la democracia. En otros términos, que a pesar de los cambios registrados en el escenario económico local e internacional y en el régimen político, a lo largo de esta gestión se afianzó gran parte de los factores estructurales constitutivos' del proyecto refundacional

de la precedente

dictadura

militar.

sobre todo en términos

de destrucción

de masa

1 El propio Martínez de Hoz se encargó de enfatizar la continuidad y la profundización de las líneas rectoras de su gestión bajo :ondiciones democráticas y con el impacto disciplinador de los estallidos hiperinflacionarios de 1989 y 1990: "La hiperinfladón llegó a ser como una vacuna para la gente y la mentalidad fue madurando. Yo creo que la gente, después de la experiencia que hizo a través del programa nuestro (...) iniciamos un poco el proceso de enseñanza, de maduración, de lo que era la orientación moderna de una economía productiva. Val final, después del '89 la gente misma pedía esa orientación. y yo creo q~e és~ es el espí~t~ que capta el presidente Menem cuando asume la presidencia con rmmstro Cavallo y los ministros que lo a[ltec~dieron comenzaron ta~~I~n en este sentido. Dieron la orientación económica en líneas, en las grandes líneas, en las grandes bases que eran práctic~mente las mis~~ que las n~,estras~ (reportaje a Martínez de Hoz en Pigna, 2005). Asimismo, refinend~s~.a las políticas iniciales del menemismo,. en particul~: a! ,P!.ande C~n:e~tlblhdad, resaltó: "La diferencia está en que hoy, en contraste con 1976, la mayor parte de los principios y orientaciones dé .gobíerno que pr~pusiino.s,1 aplicamos o intentamos poner en ejecución, han sido adopt~dós yestán,slendo reclamados en forma generalizada t,anto en:1 in~\ndo como en nuestro país" (Martinez de Hoz, 1991).

~!

140

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILlDAD

crítica acumulada-, al tiempo que emergieron todas ellas de dificil reversión.

nuevas problemáticas,

tructurales, sin duda uno de los más intensos y drásticos de los aplicados en la región. se inició formalmente

ción de las Leyes de Reforma

con la muy rápida san-

del Estado y de Emergencia

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA..

141

Emergencia Económica) desempeñaron un papel decisivo en la recomposición y el reordenamiento del poder económico, así como en la reso-

En efecto, el escenario internacional se modificó favoreciendo a los llamados "países emergentes" (las restricciones de financiamiento que habían signado el decenio de los ochenta dieron paso a una etapa de abundante liquidez que perduró hasta fines de los noventa), y a partir de las "recomendaciones" y "sugerencias" que desde hacía unos años venían realizando los organismos multilaterales de crédito, los think tanks del neoliberalismo (del ámbito nacional y el exterior) y varios "generales de la economía" argentina, poco después de iniciarse el gobierno de Menem se puso en marcha un vasto y acelerado programa de reformas es-

Ese shock institucional

COMO

Económica

lución de las pujas internas que habían jalonado y condicionado la administración alfonsinista en sus diferentes etapas; "j '. Entre sus principales disposiciones, la primera de -las leyes mencionadas estableció la intervención de las empresas públicas; la situación de emergencia de los servicios públicos; los criterioa'que sustentarían las transferencias de los activos estatales (venta o concesión), con la posibilidad de capitalización de títulos de la deuda externa =recornponiendo la relación con la banca acreedora- y de-presencia patrimonial de proveedores locales y grandes grupos empresarios, bertad del Poder Ejecutivo para determinar

así cómo los márgenes

de li-

las áreas a privatizar

y los

li'mites temporales para el traspaso al sector privado de, por ejemplo, la empresa nacional de telecomunicaciones (ENTel), la empresa estatal de aeronavegación

(Aerolíneas

Argentinas)

y los canales de televisión.

(en agosto y septiembre de 1989, respectivamentej.I Cabe resaltar también la remoción de una amplia gama de mecanismos regulatorios, la li-. beralización del mercado cambiario y los flujos de divisas internacionales. así como del régimen de inversiones extranjeras, la supresión del control de precios, el fuerte debilitamiento del poder del Estado, la apertura externa de la economía junto con la eliminación del régimén de consulta¡ previa para la importación de diversos bienes, el reconocimiento de las' "fuerzas del mercado" como asignadoras "naturales" de los recursos, y la

'¡"Por su parte, la segunda ley dispuso la eliminación de una amplia gama de subsidios, reintegros impositivos y transferencias que tenían por destina-

llamada "desregulación" del mercado de trabajo, con la consiguiente; pérdida de conquistas laborales de vieja data. Así, a principios de los

ti¿ipar activamente en el nuevo escenario privilegiado por las políticas públicas: el de las privatizaciones. Con este esquema, el peronismo pudo sa-

años noventa se recuperó económica implementada

gran parte de las líneas centrales de la política bajo la dictadura militar, en un contexto en el

que se procuró consolidar nuevas condiciones refundacionales del desenvolvimiento económico y social del país y avanzar en muchos de los legados "truncos" de ese período. Sin duda, con matices en términos

de efectos de corto, mediano

y

largo plazo, la plena adhesión a los "postulados evangélicos" del neoliberalismo sustentó desde sus inicios la gestión gubernamentaljusticialista. El! esesentido,

las Leyes 23.696

(de Reforma

del Estado) y 23.697

(de

2 La aprobación de ambas leyes contó con la complacencia del gobierno saliente, expresada en el voto de sus legisladores. Ya en los últimos años de gestión del radicalismo habían intentado desarrollarse -aunque en forma incipiente y desarticulada- algunas de las políticas que posteriormente pasarían a asumir un papel central y decisivo en la estrategia del menemismo.

~os fundamentales a los grandes grupos económicos locales, y que en los últimos años de la gestión radical habían derivado en un déficit fiscal pronunciado e impedido el pago de los servicios de la deuda externa. lLAsí, se buscó la convergencia de intereses hasta el momento en pugna entre la banca acreedora- y los grandes grupos locales, que si bien veían menguadas las transferencias de recursos públicos hacia sus arcas, podrían par-

ti1facer plenamente

su necesidad

político-institucional

y obtener

la con-

fi'lnza plena de la "comunidad de negocios" nacional (los "generales de la e¿6nomía") e internacional (la banca acreedora, los organismos multilaterales de crédito y el capital extranjero).

De todas maneras, la consolidación

de

lds~intereses económicos que servían de sustento estructural al proyecto ser cf~político neoconservador se produjo en marzo de 1991, cuando las mend~nadas políticas de shodi pasaron a asumir un mayor grado de organicidad y ~ncionalidad

a partir de la sanción de la Ley de Convertibilidad.

En el campo estrictamente industrial, el argumento central esgrirnido ¡¡ottos propagandistas y los "hacedores de política" delneoliberalismo

3 Además de convertir títulos de escaso valor de mercado en activos físicos con alta rentabilidad los bancos acreedores lograron recuperar.los ihtereses impagos y garantizarse los nuevos flujos; proceso que'rdM~aría afianzado con la suscripción del denominado Plan Brady en 1993.

142

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

local fue que como resultado de varias décadas de proteccionismo -excepción hecha del primer quinquenio de la dictadura-, de proliferación de regulaciones de distinto tipo y de concesión de excesivos subsidios y/o prebendas estatales al sector privado, la actividad manufacturera presentaba un alto grado de ineficiencia, que se reflejaba, por ejemplo, en su baja competitividad internacional o en sus reducidos niveles de productividad.? De allí que bastaba con aplicar un conjunto de medidas tendientes a promover el libre funcionamiento de las "fuerzas del mercado" para garantizar que la economía y la industria argentinas ingresaran en un sendero sostenido de crecimiento y modernización, asociado, por un lado, a una "correcta" inserción en el mercado mundial (es decir, afincada en aquellos productos con probadas ventajas comparativas estáticas =básicamente la agroindustria

y la elaboración

de algunos

commoditie.r-) y, por

otro, a la obtención de ganancias agregadas de eficiencia. Se sostenía que la eliminación de la intervención estatal pondría a las empresas locales en la disyuntiva de transformarse en más "eficientes" para enfrentar con éxito la competencia externa, o en su defecto verse sustituidas por ella. Luego de transcurrido un lapso "razonable", todo ello se "derramaría" sobre el conjunto de la sociedad bajo la forma de más empleo, mejores condiciones laborales, mayores salarios, etc. La argumentación

anterior supone una interpretación

antojadiza y fa-

laz de los procesos históricos, ya que, cualquiera sea la variable que se tome en consideración (PBI global e industrial, ocupación y salarios, pre-. dos internos, distribución del ingreso, etc.), se constata que los orígenes del "atraso argentino" al que hacían (y hacen) referencia los defensores domésticos del neoliberaJismo

deben situarse a partir del golpe de Estado de;

marzo de 1976. Por otro lado, lo que los defensores del "pensamiento. único" del ámbito local "paradójicamente" omitían (y omiten) es que una, proporción abrumadoramente mayoritaria de los subsidios y otras preben-, das estatales fue internalizada

por empresas oligopóJicas líderes en sus res--

pectivos mercados y pertenecientes

a un número

reducido de grandes~

4 Las posturas de estos sectores sobre las cuestiones aludidas pueden consultarse, entre otros, en los siguientes trabajos: Banco Mundial (19B?), Bour (1993), Cortés Conde (2005), De la Balze (1993), Delgado y Sguiglia (1994), FIEL (1988 Y 1999).IERAL (1999). Llach (1997) y Rojo y Cano," (1992). En términos generales, estos autores coinciden en que los "grandes problemas" de la economía argentina se iniciaron a mediados de los años cuarenta y se extendieron, más allá del interregno dictatorial, hasta fines de los ochenta (cuando empezaron a irnplementarse "en serio"las reformas estructurales "necesarias").

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA..

143

conglomerados económicos de origen nacional y extranjero. que, merced a tales recursos públicos, afianzaron aun más su control sobre los r-ubros industriales más relevantes y estratégicos por su peso en el agregado sectorial y/o su ubicación en los diferentes bloques productivos. En concordancia con esa omisión. y a partir de tul basamento "conceptual" plenamente consustanciado con los lineamientos del Consenso de Washington y esa peculiar lectura del proceso histórico local, fue que durante los primeros años del gobierno de Menem se instrumentó una amplia gama de políticas, entre las que se destacan la privatización de prácticamente la totalidad de empresas estatales, la apertura de la economía a los flujos internacionales de bienes y capitales y la desregulación de múltiples mercados (muchos de ellos clave, dada su incidencia sobre determinados costos empresarios). Otros, en cambio, fueron re-regulados a favor de quienesya detentaban

un poder regulatotio

real sobre ellos debido a su po-

sicionamiento oligopólico u oligopsónico. En el sector fabril, como en los restantes, tales políticas tuvieron un marcado efecto propulsor sobre los procesos de desindustrialización y de concentración y centralización del capital, y en consecuencia estuvieron muy lejos de ser uniformes y neutrales en cuanto a sus consecuencias, como se argumentaba que iba a suceder. En este sentido, la transferencia de activos públicos al capital privado trajo aparejados distintos tipos de beneficios para los principales grupos ~conómicos con actividad en la industria local. En primer lugar, por las modalidades que asumieron las privatizaciones, estos actores lograron acceder a la propiedad de muchos de los consorcios adjudicatarios de las ex empresas públicas. Esto les permitió, por un lado, participar activamente durante buena parte de la década en uno de los negocios más rentables

del período

(junto con la especulación

bién los tuvo como actores protagónicos)

financiera,

que tam-

y, por esa vía, diversificar el

"riesgo empresario" en un contexto que, por la concurrencia de diversos factores (apertura comercial, bajo nivel del tipo de cambio real,·etc.). resultaba adverso para la mayoría de los sectores manufactureros, Por otro lado, les facilitó el ingreso a actividades que por diferentes motivos resultaban clave para las respectivas dinámicas globales de acumulación y reproducción ampliada de sus capitales. Finalmente, hizo posible que obtuvieran importantes beneficios patrimoniales a partir de la venta de gran parte de sus tenencias accionarias en los consorcios que controlaban las compañías prestatarias. I .!

_,



En segundo término, favorecido por la búsqueda del neoliberalismo por reestructurar los cuadros tarifarios de modo tal que reflejaran adecuadamente los costos de prestación (o más apropiadamente,

de avanzar hacia

144

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

..

145

una regresiva matriz de precios relativos entre los distintos tipos de usuarios). se verificó un considerable abaratamiento de las tarifas abonadas por los grandes consumidores industriales, disminución que fue particular-: mente importante en dos de los principales insumos empleados por las' firmas vinculadas a estas fracciones del capital: gas natural y electricídad.f

diario, e tc.) ,6 se enmarcaron en escenarios de sobrevaluación de la moneda doméstica que potenciaron los efectos de la brusca reducción de los aranceles y fueron utilizadas como una her rarnienta clave de la política de estabilización. De forma similar a lo acontecido a finales de los años setenta, en la dé-

Finalmente, si bien el proceso desestatizador instrumentado durante el' gobierno de Menem se circunscribió fundamentalmente al ámbito de los' servicios públicos, vale la pena mencionar que la privatización de casi todas' las compañías de propiedad estatal que operaban en el sector manufactu-,

cada de 1990 la conjunción de todos estos factores condicionó sobremanera la capacidad de respuesta de' un número-considerable de empresas del sector manufacturero, en particular las de menor tamaño, debilitadas por la reestructuración iniciada con el Plan Martínez de Hoz y la aguda crisis fabril verificada durante el gobierno de Alfonsín; no así la de buena

rero (SO MISA, Altos Hornos Zapla, las firmas del complejo FabricacionesMilitares, las empresas del polo petroquímicc de Bahía Blanca y las instala-: dones fabriles de \'PF, entre otras) promovió un importante

proceso de

parte de las más grandes, ¡

sobre todo-las vinculadas

a los principales

con-

glOlnerados económicos del país. En efecto, estas-últimas contaban con un

concentración de la producción y centralización del capital en algunas in-: dustrias de insumos básicos muy relevantes, corno la petroquímica, la refi- \

considerable poderío económico acumulado durante las dos etapas anteriores del "modelo financiero y de ajuste estructural" y una inserción en la

nación de petróleo y la siderurgia. Ello favoreció a firmas vinculadas a im-: parlantes "generales de la economía" con fuerte presencia en esos rubros,

economía

como son los casos de Garovaglio y Zorraquín,

Indupa,

Pérez Companc.!

Soldati y Techin L En cuanto al proceso de liberalización comercial implcmentado el transcurso de la década, cabe destacar que, en muchos aspectos, asimilable al aplicado durante la última dictadura militar, ya que ambos casos las medidas aperturistas fueron instrumentadas con

en ' fue ' en: es>

que les permitiría

a muchas de ellas transitar con éxito, por el

nuevo "entorno de negocios", Por ejemplo, porque controlaban ·los canales de importación y comercialización, o estaban posicionadas en sectores que por distintas razones se encontraban, en mayor o menor medida, a resguardo de las importaciones y, en otros, estrechamente ligados a la explotación y el procesarnien to de recursos naturales; o bien porque podían financiarse a tasas reducidas tanto en el mercado financiero local como, más aún, en el internacional; o contaban con suficiente margen para subsidiar a empresas pertenecientes

al mismo holding en actividades expuestas

caso gradualismo (aunque con notable inestabilidad en los primeros' años de la gestión de Menem, a punto tal que se sucedieron trece refor-> mas arancelarias entre octubre de 1989 y noviembre de 1991), exhibieron'

a la competencia externa mediante su presencia en mercados de elevada "rentabilidad, etc. Esta tendencia se vio potenciada por la existencia de un

marcadas asimetrías

'sistema aduanero

que fueron

(en los noventa hubo sectores, como el automotor.t

especialmente

protegidos,

y otros que recibieron

tratamientoj

preferencial debido a la permeabilidad oficial respecto de la capacidad d~:¡ lobbying de las empresas líderes, como calzado deportivo, papel para': ,',;1

"pcrmcable"

y por el hecho de que los me-

utilizados para controlar

las prácticas comercia-

les desleales, como el régimen antidumping, fueron aplicados con un alto grado de discrecionalidad, acentuando las asimetrías derivadas de la apertura comercial y contribuyendo l;!-,centralización

5 Las compañías de mayor envergadura del sector manufacturero no sólo'se;( vieron beneficiadas por la mencionada disminución tarifaria (que en r¡::;j' términos relativos las favoreció mucho más que a las de menores dimensiones), sino también por la posibilidad que tuvieron de acordar precios directamente con los productores de gas y energía eléctrica en el tIJ nivel mayorista, Además, en numerosos casos se trató de transacciones ,,;'!g intracorporativas por cuanto muchas de las firmas productoras de gas y ,...f generadoras de electricidad se encontraban relacionadas societartamentew con los grupos económicos propietarios de los principales oligopolios industriales. Esta situación fue inducida por las propias normativas "'y! sectoriales y les permitió a los grandes usuarios acceder a tarifas bastante" más reducidas que las correspondientes a los restantes segmentos. fft,

sumamente

'~anismos tradicionalmente

a expandir

del capital en los grandes

la concentración grupos

económica

empresarios."

6 Resultan sumamente ilustratívas bis 'afirmaciones de uno de los principales apologistas del gobierno de Menerru'el-economista ·Miguel Ángel Broda: "Hay que ser prácticos y a mis clientes les digo que hagah.loblry, porque da resultado en la Argentina." Yo corno.consultor. tengo 'que' estar en el plano no del deber ser, sino en lo que es mejor. para misclientes. Yyo.veo que ésta es una administración que no es invulnerable a las presiones", (Página/12,15 de mayo de 1994), " Ll 7 La industria siderúrgica fue la actividad en 'la' que,se registró un mayor númer-o de solicitudes cursadas favorablemente con la aplicación de

y

146

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

...

147

El carácter concentrador y centralizador del programa de reformas estructurales implementado en el transcurso del decenio pasado también queda de manifiesto cuando se analiza el tercero de los pilare.s "ordenadores" del set de políticas públicas aplicadas: la no menos asrmétrica y regresiva desregulación de los mercados. Si bien tal proceso se inició en paralelo con la asunción anticipada de Menem, tomó un nuevo impulso y funcionalidad con el Plan de Convertibilidad, al sancionarse a fines de 1991 el Decreto 2284 de desregulación económica. Para el pensamiento neoconservador hegemónico en los noventa, .las principales "fallas de mercado" radicaban esencialmente en el ex~eslvo intervencionismo estatal y la profusión de regulaCiones que impedían el

Sobre estas cuestiones, resulta pertinente analizar dos ejemplos. El primero tiene que ver con el impacto de la desregulación sobre diversos mercados vinculados con la industrialización de bienes primarios, donde la relación entre las empresas agroindustriales oligopsónicas (en la generalidad de los casos, también oligopólicas) con los productores de sus insumos básicos (atomizados y con escaso poder de mercado) derivó en una creciente imperfección de los mercados o, más precisamente, en una considerable transferencia del poder regulato-

libre desenvolvimiento de las "fuerzas de mercado" y la consiguiente "asignación óptima" de los recursos. De acuerdo con esta perspectiva, la-

carácter

regulación pública generaría imperfecciones mucho más perniciosas que aquellas que podrían provenir de la propia dinámica del libre desempeño de los mercados. Sobre esa base, se argumentaba que la remoción de tales regulaciones permitiría liberar esas fuerzas intrínsecas de la competencia y maximizar así el "bienestar general". . Ahora bien, el postulado de que todos los mercados son dehbre concurrencia o de competencia cuasi perfecta supone un desconocimiento absoluto del "mundo real" contemporáneo, tanto nacional como internacional. Además, difícilmente pueda ignorarse el hecho de que, tal como se desprende de la abundante evidencia disponible, en aquellos casos en los que existen marcadas imperfec~~ones en ~l mercado ajenas a la intervención estatal, su no compensaclOn y/o la liberalización plena de las "fuerzas del mercado" derivará seguramente en una profundización coacción

resultantes

dominantes)

de esas "fallas" (en especial de las fuerzas de del propio

poder económico

de los actores pre-

8

derechos antidumping, a la vez que sólo obtuvieron una respuesta positiva ofidallas que presentaron empresas pertenecientes a los grupos económicos líderes de la actividad, como Acindar y Techint. Las elevadas por los escasos larninadores independientes, en cambio, fueron dene~das, lo que posibilitó que posteriormente, en muchos casos, fueron absorvidas por aquéllos. 8 Cabe aquí recuperar un planteo de uno de los prindp~l~s exponentes ~e la corriente neoclásica acerca de los graves problemas teorices que se derivan de no reconocer el carácter imperfecto de los mercados reales: "El abandono general del supuesto de la competencia perfec~, la aceptación universal de que existe monopolio, ha de tener consecuencias muy ~e~tructoras Par:'".Ia teoría [neoclásica]. Cuando existe monopolio, las condiciones de estabilidad

rio hacia aquellos grandes capitales que ya detentaban una posición dominante. Este proceso se vio reforzado por la ostensible debilidad de la normativa existente para "defender la competencia" a pesar del "pro-mercado"

mas estructurales. ción del mercado

con que se anunciaba

el programa

de refor-

El segundo ejemplo es el de la llamada desreguladel petróleo y los combustibles líquidos. En los he-

chos, las potenciales fuerzas competitivas que podrían surgir de la apertura de la economía y la remoción de regulaciones en el sector se vieron fuertemente erosionadas por las propias restricciones de índole infraestructural, como el problema de los calados portuarios, el control oligopólico sobre los ductos y la capacidad de almacenamiento. A ellas se les sumaron las derivadas de la morfología de los canales de comercialización (donde la desregulación de las relaciones con traetuales entre las firmas oligopólicas y la distribución minorista no fueron motivo de preocupación oficial), así como la sanción de normas re-regulatorias (restricciones para quienes quisieran importar combustibles líquidos) que prácticamente impidieron la irrupción de nuevos oferentes en el mercado y tendieron a consolidar el poder económico de las empresas líderes locales (YPF, Shell y Esso). Las consideraciones que anteceden sugieren que lejos de haber sido . uniformes y neutrales, las políticas que constituyeron el núcleo organizador del programa neoliberal de ajuste del decenio pasado trazaron en el ámbito industrial un claro "mapa" de ganadores y perdedores, replicando en gran medida lo sucedido en las dos fases anteriores del "modelo financiero y de ajuste estructural", en las que la orientación

de la política

económica desempeñó un papel decisivo en los procesos de concentración y centralización del capital.

se hacen indeterminadas y, como consecuencia; desaparecen las bases sobre las cuales pueden construirse las leyes económicas" (Hicks, 1968).

148

HECHO

UNA

CRISIS

EN ARGENTINA

SIN

LA CONVERTIBILlDAD

PRECEDENTES

Otro resultado importante de las políticas públicas implementadas en la década de 1990, que presenta notables similitudes con los años precedentes, es el que se vincula con la continuidad y la profundización de los procesos de desindustrialización de la economía local, de regresividad es-tructural del entramado fabril, e incluso de creciente sustitución de la

~60'OI----------~

_

ción como por su profundidad, economía abandono

que repercutió

19,5

19,0 144,i

143,1

18,5 ,.. ,/"

137.6 17.7

18,0

~~~~~.•..1_25,9

'7,4 --_.••_~~:I

17,5 17,0

-, 16,5

-o--PBI

. 90,0

(01."'11

112.1

16,5 16,0

15,9

-_PBlinduslria

de casi 0,8)"

15,5

2001

tanto por su dura-

sobre el conjunto

Fuente: Elaboración

de la

del INDEC.

La aguda crisis sectorial de los últimos años del Plan de Convertibilidad también ~ueda de manifiesto dustrial per capna correspondiente

una caída del 7,2%, frente a al sector manufacturero.

De lo antedicho se desprende que en ambos subperíodos se registró un peor desempeño de la industria en relación con el resto de las actividades

propia sobre la base de información

..•

2002, previa caída del gobierno de la Alianza a fines de diciembre de 2001. Como se desprende de las evidencias aportadas por el gráfico 9, una retracción del 18,0% en el correspondiente

__'_

13t~_--I~~,7

argentina y en particular sobre la industria, y derivó en el' del régimen convertible a comienzos del mes de enero de

entre 1998 y 2001 el PBI global acumuló

149

...

J48.2

ción de referencia permite identificar dos grandes sub períodos .. EI primero de ellos, si bien reconoció dos años de contracción del PBI total y el industrial (1990 y 1995), se inscribió en un sesgo expansivo, particularmente entre 1991 y 1998. En efecto, entre 1989 y 1998 el PBI global (considerado a precios de 1993) se expandió a un ritmo promedio por año del 4,5%, mientras que el valor agregado generado en el ámbito fabril creció a una tasa del 3,5% anual acumulativo (ello supone una elasglobal para el sector manufacturero

DE LA pOLfTICA

142,8

en el gráfico 9 se presenta el comportamiento del PBI global, el correspondiente a la industria y la participación de esta última en el valor agregado total para el período comprendido entre 1989 y 2001. La informa-

A partir de 1998 se inició una crisis sin precedentes,

SUPERIOR

Gráfico 9. Argentina. Evolución del PBI total e industrial y participación de la industria en el PBI total, 1989-2001 (en índice base 1989 = 100 Yporcentajes)

del esquema de convertibilidad establecido por la Ley 23.928, que comenzó a regir el 1" de abril de 1991. Como una primera aproximación,

ticidad-producto

FASE

e:~nómic.as y, por ende, se asistió a una nueva disminución en la gt avitacion relativa del sector en el pr~ducto bruto del país. Entre 1989 y 1998 el coeficiente de Industrialización pasó del 18,8% al 17,4%, mientras ue en 2001 fue de apenas el 15,3%.10 q

producción doméstica por bienes importados. Al respecto, vale la pena realizar una serie de consideraciones sobre la forma en la que el sector manufacturero doméstico reaccionó ante el peculiar "entorno de negocios" que tendió a consolidarse fundamentalmente durante la vigencia

COMO

I

(

cuando se repara e~ que el PBI ina 2001 es uno de los más bajos de

p~r lo menos, los treinta años precedentes (Kosacoff, 2005). De al1i que pueda concluirse que, como resultado del shock neoliberal instrumentado durante la década de 1990 (con antecedentes que se remontan a 1976) y de la profunda recesión iniciada a mediados de 1998, se i

9 Esto significa que, ante un crecimiento del PBI global del 1%, el producto bruto de la industria se incrementó alrededor del 0,8%. En este sentido. cabe mencionar que durante la segunda fase del modelo sustitutivo este coeficiente se ubicaba en torno al 1,4%, lo cual constituye un indicador del efecto dinamizador que se derivaba del crecimiento fabril (Azpiazu y Khavisse, 1983).

10 De ac~erdo a ~osdatos aportados por Kosacoff (2005), dicho nivel es uno de I~s mas reduc.ldos entre 1970 2001 (junto al del bienio 1989-1990). mu dlst~n.te d~~piCOalcanzado en 1974. cuando se verificó la mayor parucipacrón industrial en el producto total.

r

r

150

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

registró un marcado proceso de deterioro que situó a la actividad en valores mucho más reducidos que los verificados más de un cuarto de siglo antes. Además de tener un tamaño considerablemente menor que a comienzos de los años setenta, a fines de la convertibilidad el sector fabril local se caracterizaba por presentar un perfil productivo mucho menos denso y articulado que el existente a fines de la época de la sustitución de importaciones.U En referencia a esta cuestión, resulta interesante introducir aquí un señalamiento tomado de Azpiazu, Basualdo y Khavisse (2004) en relación con la aguda crisis industrial verificada en el período dictatorial: "Que el PBI industrial de 1983 sea equivalente al 90% del generado una década atrás (1973) o al 85%, si se lo contrasta con el de 1974, no constituye un fenómeno común en la historia de las sociedades. Ejemplos relativamente semejantes sólo podrían encontrarse en casos de destrucción fí-

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA...

151

venido asistiendo a un proceso de disminución en la participación relativa de la industria sobre el conjunto de la actividad económica. En esta constatación se basan aquellos que, desde los campos académico, político y empresarial, han impulsado y se han beneficiado con el programa desindustrializador y reprimarizador desplegado en el nivel local durante el "modelo financiero y de ajuste estructural" vigente entre 1976 y 2001.12 Su razonamiento es bastante sencillo: si en esos países (muchos cuales son, o están en VÍasde convertirse en, potencias económicas) consolidado

tendencias

desindustrializantes,

lo sucedido

constituye un dato auspicioso en tanto nos posiciona rio hacia el desarrollo y la modernización.

de los se han

en la Argentina

en un sendero necesa-

Sin embargo, no casualmente dados los intereses en juego, estos actores evitan señalar que el mencionado proceso, para el caso de esos países, ha estado estrechamente

ligado a la maduración

y la modernización

fabriles,

sica de los medios de producción (como consecuencia de conflictos bélicos o de grandes catástrofes naturales) o de programas económicos monetaristas como los implementados, también, en otros países del cono sur latinoamericano -Chile, Uruguay-". En este sentido, el hecho de que en el último año de vigencia del esquema convertible la estructura industrial de la Argentina tuviera un tamaño menor que en las postrimerías del régimen sustitutivo y presentara un perfil signado por una importante "simplificación productiva" sugiere la existencia, como tendencia de

dares de desempeño, para lo cual resul tó decisiva la adopción de efectivos sistemas de premios y castigos. Entre otras cosas, esto ha suscitado impor-

largo plazo, de un proceso de profunda involución que, parafraseando a los autores citados, no puede ser atribuido a una guerra o a una catás-

tantes aumentos en la productividad por incorporación de una variada gama de tecnologías y bienes de capital que han generado a su vez una

trofe natural, sino que es el resultado directo de la mayoría de las políticas aplicadas en el país por los sucesivos gobiernos desde 1976 en ade-

caída en los precios relativos de las manufacturas respecto de los de los servicios, así como la expansión de los llamados servicios para la industria aso-

lante, en el marco de la hegemonía exitoso de refundar estructuralrnente

ciada al dinamismo de los sectores fabriles de punta y una creciente participación en los flujos de las mercancías más dinámicas en el comercio

del neoliberalismo, y del intento la sociedad y la economía argen-

tinas en línea con la revancha clasista propiciada nantes domésticos. Sobre estos temas, abundante

evidencia

por los sectores

domi-

indica que, en las últimas déca-.

das, en numerosos países centrales y muchos de la periferia también se ha

así como a la generación de diversos efectos propulsores por parte del sector manufacturero, para lo cual fueron decisivas las políticas públicas implementadas, así como los variables y en algunos casos importantes grados de autonomía relativa del aparato estatal respecto de las distintas clases sociales y fracciones de clase, y la capacidad de condicionar el otorgamiento al sector privado de recursos públicos al cumplimiento de diferentes están-

mundial (se trata, en su mayoria, de bienes no basados en recursos naturales y que incorporan un importante contenido tecnológico y están ligados . a actividades muy variadas de investigación y desarrollo). Por el contrario, en la Argentina, el prolongado y sostenido proceso de desindustrialización ha estado asociado a la desarticulación productiva y la reestructuración

11 Esto es: mucho más dependiente de los recursos naturales, más integrado "aguas arriba" por el crecimiento de las industrias elaboradoras de insumos intermedios pero menos "aguas abajo" por el deterioro de diversas manufacturas (por ejemplo, las de origen metal mecánico), con menor capacidad tecnológica propia, más capital-intensivo, de muy bajo dinamismo en lo atinente a la demanda de empleo (en especial de alta calificación) y con una elevada propensión irnportadora.

regresiva del aparato manufacturero

iniciadas a media-

dos de los años setenta, así como a la pobre performance agregada registrada en materia de acumulación de capital en elnivel interno, Sin duda,

12 Véase Gerchunoffy Llach (2004), L1ach (1997) y buena parte de la bibliografía citada en ambos trabajos.

152

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTlBlLIDAD

estos son los principales factores que permiten explicar el aumento, durante los últimos decenios, en la brecha que separa a la economía doméstica de las centrales y las de gran parte de los países de industrialización tardía, Este fenómeno es de suma trascendencia, por cuanto se ha dado en forma simultánea con la consolidación de la denominada "globalización", lo cual dificulta sobremanera la posibilidad de revertir el considerable distanciamiento existente en la mayoría de los rubros industriales en materia de competitividad internacional. Así, se puede afirmar que la desindustrialización por modernización y profundización industriales registrada en gran

relacionado,

es~ectro

en primer lu-

gar, con las principales características estructurales de las grandes firmas y los grupos económicos con actividad en el sector y de las ramas de mayor dinamismo e incidencia en él, en su mayoría con u-aladas por tales actores

fabr il local se caracterizan

val~eenfatI~arlo, pals a mediados

oligopólicos. En efecto, durante el período bajo análisis tendió a consolidarse una estructura manufacturera crecientemente asociada a la explota-

por presentar

mucho menos compleja de los años setenta.

privilegio (tal el caso de la industria automotriz, cuyo crecimiento, en particular durante la primera mitad de la década, estuvo íntimamente aso-

miento de las diversas divisiones industriales

ti

di

y densa que la existente

en



Evolución

1998 10.650,9

2001 10.146,6

7376,7

4782,8 3379,9 9815,6

.Jndustrias metálicas básicas

1549,3 1318,5

1479,9 1747,0

3227,1 2994,2 9443,0 1034,2

Prado metálicos, maquinaria [ry equipos

8937,8

9533,4 .",' i ,.

Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, confecciones v cuero -Papel, imprenta

relativas, el comporta-

v publicaciones

Productos auímicos

resultó similar al registrado

13 La alusión al comportamiento fabril de los países exitosos en la actual fase de desarrollo del capitalismo apunta a captar más cabalmente ciertos rasgos del proceso desindustrializador de la Argentina y no soslaya el hecho de que en muchos casos el "éxito industrial" de tales naciones ha estado asociado, entre otros factores, a un fuerte disciplinamiento de las respectivas clases trabajadoras; a la segmentación y la internacionalización de los procesos productivos, en general hacia países subdesarrollados, en pos de acceder a mano de obra barata y cada vez más precarizada, así como a abundantes recursos básicos como medios de maximizar la tasa de ganancia a escala global; y a la "emigración hacia los señalados ámbitos nacionales de producciones con impactos medioambientales nocivos.

153

1993-2001 1993

especial metales básicos y sus derivados, y productos y sustancias químicas). Al respecto, más allá de su nivel de agregación, la información proporcionada por el cuadro 32 resulta suficientemente ilustrativa en dos sentia pesar de sus intensidades

un reducid

Años

ciado al régimen especial de promoción y protección con el que fue favorecida), así como a la fabricación de ciertos commodities industriales (en

porque

..

Cu~dro 32. Argentina. PB1 industrial a precios de productor segun grandes divisiones, 1993-2001 (en millones de pesos I de 1993 y porcen tajes)

ción de ventajas comparativas naturales (como la producción de alimentos y, en menor medida, la refinación de petróleo) y/o "institucionales" de

dos. Primero,

DE LA POLÍTICA

~1S:o e~ materia ~e generación de cadenas de valor, empleo y d~sa~~;: os om~sucos de índole tecnológica. De esta manera, el fortalecimiento de e~te upo de perfil sectorial ha sido uno de los factores centr l explican p ~ a es que , or que, a pesar de que el producto bruto [abril creció en térrnmos absolut~s hasta antes de la crisis iniciada a mediados de 1998, el sector continuo perdiendo peso relativo en el PBI global, y por ué uno de los pnnc~pales legados del shock neoliberal de los noventa h¡ sido la consohda~lon de una estructura productiva de menor envergadura

industrialización por C1isisy reestructuracion regresiva de la Argentina.P En tal sentido, el afianzamiento en los años noventa del proceso de desen el país estuvo directamente

FASE SUPERIOR

durante por la prepond . en ~ '. la anterior gestión radical. Segundo ,eranCla bales.ou. de cantidad de actividades y su incidencia en los resultados gloa ~sb'que revel~aron una contracción en la generación de valor agregado a l ea o del penado 1993-2001. Así, las manufacturas de mayo r creCImIento ., , , e importancia relativa Gel

parte de las naciones más desarrolladas y en varias que se encuentran inmersas desde hace años en un proceso de desarrollo contrasta con la des-

industrialización

COMO

.Minerales no metálicos

'Otras manufacturas y madera I

-y-muebles Total

... "

8807,3 4804,6 3207,7

,

~ '.

2905,0 38.906,9

(%)

15,2 -32,8 -6,7 28,0

1519,7

-33,2 15,3

5927,0

-33,7

"" 3779,3 Iq2439,7 45.168,8·' 136.731,6,

-16,6 -5,6

1

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información

del INDEC.

154

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

...

155

El magro desempeño sectorial en materia de generación de valor agregado durante el período bajo estudio puede ser explicado también por la significativa desintegración de la producción fabril local, consecuencia de la creciente importancia que, en el marco de la asimétríca apertura

economía brasileña, las "devaluaciones competitivas" aplicadas en numerosos países, etc.) y, fundamentalmente, otro de carácter endógeno, caracterizado por la falta de implementación de un ajuste "serio" en la economía nacional.

comercial, asumió el ingreso en el ámbito nacional de bienes finales sustitutos de la producción local (que en numerosos casos incluyó el dumping) y la compra en el exterior de insumos y/o equipamiento y/o bienes complementarios por parte de las empresas del sector. Esto trajo aparejado el cierre de numerosas firmas industriales (en especial las de menores dimensiones), así como el corrimiento de muchas hacia activi-

Sin embargo, lo que estas interpretaciones no señalan es que, precisamente, ese período crítico fue contemporáneo a la aplicación, durante la última etapa del gobierno justicialista'y bajo la gestión de la Alianza, de sucesivas políticas de neto corte fiscalista, tanto en el sector público nacional como en las distintas provincias. En el marco de las crecientes dificultades generadas por la crisis financiera internacional que signó el fin del

dades vinculadas al armado y/o el ensamblado de partes, si no directamente a la venta de productos importados (a partir del aprovechamiento

siglo XX, tales medidas apuntaron, principalmente, a generar un superávit fiscal que permitiera al mismo tiempo afrontar el pago de la deuda ex-

de sus canales de distribución y comercialización) y la desverticalización de numerosos procesos productivos. Y por esa vía, también provocó el

, terna y mantener diversas modalidades de prebendas a los sectores más concentrados de la economía (por caso, el sostenimiento de diferentes alicientes a la especulación financiera y la fuga de capitales, o la reducción de las contribuciones patronales a la seguridad social y otros meca·nislnos de "devaluación fiscal").14 Así, por ejemplo, la conjunción de sucesivos ajustes del gasto público con la implementación de diversos "írnpuestazos't'" y la reducción del empleo y los salarios del sector público '(con el consiguiente "efecto demostración" sobre el ámbito privado) 'trajeron aparejado un fuerte achicamiento de la demanda doméstica, >10 cual impactó directamente sobre la actividad económica en general

debilitamiento o la desaparición de rubros estratégicos de la matriz manufacturera doméstica (sin duda, el caso de la industria local de maquinaria y equipo constituye el caso emblemático) y un acentuado repliegue del tejido fabril hacia el procesamiento de recursos básicos (tendencia esperable dados el sus trato conceptual del shock institucional neoconservador, los sesgos del entorno macroeconómico asociado a él y la vigencia de un esquema de paridad cambiaria fija y apreciada). Como se aborda más adelante, los profundos cambios registrados en la· estructura de precios relativos de la economía en detrimento de los sectores transables en general y los industriales en particular (con la excepción de los protegidos natural o normativamente), en un marco de retraso cambiario y apertura profunda aunque asimétrica, también! contribuyen

a explicar la intensidad

que asumió el proceso de desindus-j

trialización durante el período, así como una parte sustantiva de las he-' terogeneidades

estructurales

que en muchos casos se profundizaron.

Ese retroceso fabril, en particular el que empezó a mediados de 1998, adicionalmente se encuentra vinculado con la orientación que adopta-. ron ciertas políticas económicas aplicadas durante los gobiernos de Me-I nem y De la Rúa, que pueden considerarse

menores en comparación

con I

las que "ordenaron" el programa de reformas estructurales, pero que sei caracterizaron por presentar un similar contenido estratégico en cuanto a los actores socioeconómicos favorecidos y perjudicados. Al respecto, una! corriente de análisis que durante la pasada década gozó de un amplio consenso señala que la recesión económica e industrial que comenzó en el país a mediados de 1998 se explica básicamente por la articulación de dos factores: uno de índole exógena (la crisis rusa, del sudeste asiático y la

14 En 1994 el gobierno de Menem impulsó una considerable reducción en los aportes patronales a la seguridad social. Las estimaciones realizadas indican que esa rebaja comprometió en promedio el 40% del monto, a lo cual se le debe adicionar el descenso del 1% en las contribuciones al sistema de obras sociales. Los objetivos declarados de esta medida eran básicamente dos: brindar incentivos a los empresarios para incrementar la demanda de trabajo y morigerar por la vía de una "devaluación fiscal" los impactos negativos derivados del atraso cambiario (en especial para los sectores elaboradores de productos transables}. De considerar que en términos relativos las empresas de mayores dimensiones suelen ser las menos evasoras en este tipo de impuestos (Santarcángelo y Schorr; 2000), vale preguntarse si los objetivos realu de esta reforma tributaria no fueron los de mejorar la rentabilidad y el tipo de cambio real para un conjunto acotado de grandes firmas, muchas de ellas muy competitivas internacional mente, aun a pesar de la sobrevaluación de la moneda nacional. Un análisis del contenido de estas rnedidas se puede consultar en Gaggero y Gómez Sabaini (2002). 15 En lugar de incrementar la presión tributaria sobre los sectores de mayores ingresos de la población, estas medidas reforzaron el nivel de imposición principalmente sobre los de ingresos medios y bajos, es decir, aquéllos con una menor capacidad contributiva y en los que las cargas irnposirívas tienen una mayor incidencia relativa sobre sus ingresos totales.

156

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

y la productiva en particular. Ese proceso, al articularse con otras medidas también inspiradas en los postulados básicos del pensamiento ortodoxo.!" indujo una muy aguda y prolongada recesión interna, particularmente intensa en el nivel industrial. En ese marco, no resulta casual que como resultado de dicha contracción de la demanda doméstica la actividad fabril haya declinado tan pronunciadamente, dado que una parte mayoritaria del producto sectorial se destinaba al mercado interno, en especial el generado por las empresas de menores dimensiones. En suma, desde mediados de la década de 1970 la industria local ha venido atravesando una crisis de magnitudes considerables aunque sumamente regresiva y heterogénea en términos de sus efectos sobre los distintos sectores y agentes manufactureros. Ha dejado de ser la actividad de mayor dinamismo de la economía, dotada con la capacidad de "arrastrar" en su crecimiento a buena parte de los restantes sectores económicos, y ha perdido una participación creciente en el PB¡ total, rasgos que habían caracterizado a la industria durante la sustitución de importaciones. De allí que el sector ingresara en el siglo XXI con un tamaño sumamente reducido, un perfil estructural de escasa complejidad y densidad, y un ostensible retraso relativo (cuantitativo y cualitativo) en la mayoría de los rubros productivos que lo componían respecto incluso de muchos países de la periferia y, más aún, de las naciones centrales. A la par de la liberalización comercial asimétrica se consolidó así una acentuada y generalizada regresión en términos del grado de in tegración de la industria local, que tendía cada vez más a ser una actividad de armado de bienes sobre la impactos

negativos sobre los sectores proveedo-

res locales (donde las pequeñas y medianas compañías tenían una presencia relevante), que habían sido particularmente importantes durante la vigencia de la sustitución

de importaciones

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

...

157

etapa iniciada a fines de los años cincuenta). De esta manera, ciertas eaf:cterísticas que en décadas anteriores habían quedado circunscriptas a solo algunas producciones y regiones, Como las de Tierra del Fuego, sustentadas en la producción de bienes electrónicos de consumo, en los noventa pasaron a ser una modalidad bastante difundida en todo el tejido industrial. Por su relación co~ estas cuestiones, resulta interesante recuperar algunas de las conclusiones a las que arribó Katz (2000) en su análisis sobre las mutaciones verificadas en el aparato manufacturero latirroamer]; cano en l~s últimas décadas: ,"El' abandono relativo de la producción metalmecamca y de la fabricación -local de bienes de capital, por una parte, y la fuerte especialización en el procesamiento de recursos naturales y alimentos, por 0:ra, dan pie a una situación de intrínseca fragilidad en la balanz~ ,comercIal extel:n~ de las economías de la región. Los países de la reglOn se han especializado en bienes de lento crecimiento de demanda en los mercados mundiales, en tanto que paralelamente se tran~f~rmaban en ávidos importadores de bienes de capital, en los que la elasticidad de la demanda interna es muy elevada. Ello configura un claro cu.adro de. debilidad estructural, y abre un interrogante de gran irnportancia, relacionado con la capacidad de la nueva estructura productiva P3:Ta mante~~f un equilibrio 'r:zonable' en las cuentas externas de largo plazo. ¿Sera este un nuevo talon de Aquiles sobre el que la política de fomento productivo y desarrollo tecnológico deberá actuar en el futuro?".

'"

J.

base de la provisión de insurilOs importados. Este proceso produjo

COMO

(en especial en su segunda

l.

UNA VISIÓN DE LARGO PLAZO DEL PERFIL DE. LOS NOVENTA

"

Laícontinuidad 16 Entre otras, cabe mencionar: la profundízación de la apertura asímétrica de la economía y la industria, en un contexto de tipo de cambio fijo y apreciación carnbiaria: la convalidación de una estructura de precios y rentabilidades relativas discriminatoria para un número importante de sectores de la producción; la creciente priorización en las partidas presupuestarias del Estado Nacional de recursos destinados al pago de los servicios y los intereses de la deuda externa, y el cada vez más marcado desplazamiento de los dirigidos a áreas y/u organismos vinculados a la satisfacción de necesidades básicas de la población; la sanción de distintas medidas tendientes a disminuir directa o indirectamente las remuneraciones salariales; y el encarecimiento de la t.asa.de interés interna por la vía del endeudamiento del sector público.

y la profundización

INDUSTRIAL

A MEDIADOS

del atípico proceso de desindustrializa-

ción.de la economía argentina durante los años noventa o, más precisamente, bajo la vigencia del régimen de convertibilidad hasta fines de 2001 provocaron

una marcada reconfiguración

estructural

del sector fabril. Al

respecto, nada mejor que recurrir a los datos censales, que permiten considerar el fenómeno en toda su complejidad e integridad (actividades, cantídad.y tamaño de plantas, ocupación, morfología de los mercados, etc.). En ese sentido, la última información disponible remite al Censo Naciónal Económico (CNE) realizado en 1994, que suministra datos referidos a 1993 y, si bien no da cuen ta de las transformaciones registradas duran te la totalidad del período estudiado en este capítulo, permite aproximarse

lS8

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

a una visión estructural del espectro fabril de esos años, resultado de las continuidades y las pocas rupturas que mediaron entre la gestión del radicalismo y los primeros años del gobierno de Menem. A la vez, la revisión y la confrontación de los datos relevados en el CNE de 1994 respecto de años precedentes (1974 y 1985) brindan algunos ele-

COMO

FASE

SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

I..OOO'l1
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mentos de juicio interesantes acerca de las transformaciones ocurridas en el sector manufacturero al cabo de dos décadas críticas. Así, una importante expresión del proceso de desindustrialización que trajo aparejada la interrupción del modelo sustitutivo se pone de manifiesto en la pronunciada caída en la cantidad de plantas fabriles relevadas en tales censos: en 1993 fueron censadas poco más de 90.000 unidades, lo que supone la desaparición de más de 10.000 durante la década precedente y más de 15.000 respecto de 1973 (cuadro 33). Esa marcada disminución adquirió particular significación en el último periodo intercensal, no sólo por la intensidad que asumió (1l,2%), sino fundamentalmente por las características que presentó. En efecto, entre 1973 y 1984 se verificó una reducción de poco más de 4000 plantas (3,9%), donde la desaparición neta de casi 8500 microemprendimientos (menos de diez ocupados por establecimiento) adquirió un papel más que decisivo. Muy distinta fue la situación que se manifestó entre 1984 y 1993, cuando el mayor ritmo de desaparición de plantas fabriles tuvo lugar en aquellos estratos que nucleaban a las de mayor envergadura (más de cien ocupados). En consecuencia, considerando el período en su conjunto, la reducción del número de unidades productivas durante las dos décadas bajo análisis alcanzó su mayor intensidad relativa en los establecimientos que conformaban la "gran industria" (desapareció más de la tercera parte de las plantas de más de 300 ocupados que existían a mediados de los años setenta). El desplazamiento de alrededor de 200 grandes unidades fabriles, así como la desaparición de más de 300 establecimientos que ocupaban entre 101 y 300 personas, no implicó necesariamente

su cierre definitivo. En

realidad, muy particularmente en el último período intercensal, se asistió a un difundido proceso de redimensionamiento industrial, signado, entre otros aspectos, por la "racionalización"

de procesos productivos y plante-

les laborales, el desmantelamiento de algunas líneas de producción y la externalización mediante diversos mecanismos de ciertas actividades que anteriormente se realizaban adentro de las fábricas. Todo ello derivó en el desplazamiento de un número importante de plantas hacia estratos de menor ocupación relativa, de allí que aquellas que pueden ser consideradas como pequeñas

y medianas

unidad productiva)

hayan sido las menos afectadas.

empresas

(entre

II y 100 ocupados

por

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159

160

HECHO

EN ARGENTINA

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LA CONVERTIBILlDAD

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COMO

FASE SUPERIOR

de 73 mil ocupados). pacionallos

De allí que como resultado neto de esa dinámica ocu-

puestos de trabajo en las plantas de mayores dimensiones

re.

presentaron en 1993 poco más de la mitad de los registros correspondien tes a dos décadas atrás. 17 r.!La pérdida

de gravitación

agregada

de las plantas de mayor tamaño re-

dencia que se remonta a los orígenes del proceso de industrialización en la'Argentina, en tanto la ocupación media por establecimiento decayó deil3,5 a 11,2 ocupados por planta . de más de 300 ocupados

a la producción

manufactu-

rera. En este plano, y en con traste con la relativa estabilidad del período intercensal 1973-1984, en el decenio transcurrido entre los dos últimos

00

co

.

lativo (en cantidad de establecimientos fabriles y por sus efectos sobre el empleo) asumió un papel determinante en la configuración de un fenómeno novedoso en la evolución histórica de la industria nacional. dado que el análisis intercensal permite comprobar una reducción en el tamaño medio de las plantas [abriles: entre 1984 y 1993 se quebró una ten.

'El menor peso relativo de los establecimientos

;:;

161

Del análisis de la evolución del empleo manufacturero se puede concluir que en el período analizado se registró un acentuado proceso de expulsión de mano de obra (más de 360 mil personas en la década 19841993). siendo nuevamente los establecimientos productivos de pequeño y mediano porte los menos afectados. En efecto, fue en el ámbito de las plantas de mayor envergadura donde se nlanifeslaron las caídas más significativas en la ocupación, tanto en términos absolutos (casi 130 mil personas) como relativos (más de la tercera parte del total) . . Si bien durante el último decenio intercensalla expulsión de mano de obra en las grandes plantas adquirió particular intensidad, tal tendencia se remonta al período 1973-1984: entre esos años los establecimientos de más de 300 ocupados expulsaron casi el 20% de su dotación de personal (más

tuvo su correlato en un aporte decreciente "l

DE LA POLÍTICA...

censos se manifestó una pronunciada caida en la participación productiva de'estas unidades fabriles que incluso, aunque con menor intensidad, se hizo extensiva a las plantas mediano-grandes (101 a 300 ocupados). Tal

17 A los efectos de visual izar más cabalmente la intensidad del proceso de caída en la ocupación fabril de las últimas décadas, resulta pertinente realizar una comparación histórica. Mientras que en 1993 había en la industria argémina algo más de 90 mil locales que de conjunto daban empleo a 1 millón de personas, en 1946 había 85 mil establecimientos que ocupaban.a 1,1 millón de personas (Sourrouille y Lucángeli, 1980) , con la diferencia que en ese entonces la población económicamente activa del país era de aproximadamente 6 millones de personas y en 1993 superaba los 12 millones.

162

HECHO

LA GONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

como se desprende de la información proporcionada por el cuadro 33, entre 1984 y 1993 la contribución de las mayores plantas fabriles a la producción total decreció en alrededor de siete puntos porcentuales, al tiempo que el aporte de los establecimientos que ocupaban menos de 100 persona~ se incremento en aproximadamente nueve puntos, de los cuales los pequenos y medianos concentraron casi seis puntos. ElIo no hace más q~e evidenciar, desde otra perspectiva, el mencionado proceso de reorderiarniento del perfil industrial que, en el marco de un contexto macroeconómico y sectorial

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA..

163

media por ocupado como en lo que respecta al tamaño medio de planta, los registros de la industria alimenticia pasaron a ubicarse por encima de los correspondientes al sector {abril en su conjunto; • la significativa y persistente pérdida de participación relativa de las industrias textiles en la producción agregada (perdieron casi 4,5 puntos porcentuales entre 1973 y 1993). Tal manifestación en el plano productivo se reproduce. aunque con menor intensidad relativa, en lo referido a la cantidad de plantas y personal ocupado;

distinto, derivó, por un lado, en la reestructuración tecnoproductiva y el redimensionamiento de un número considerable de las mayores plantas fabriles del país y, por otro, en el cierre de algunos grandes establecimientos que

• un notable incremento en la significación estructural, cualquiera sea la variable que se considere, de las industrias celulósico-papeleras. Ayu-

se vieron imposibilitados para hacer frente a ese nuevo marco operativo. Esa reconfiguración del perfil manufacturero local queda igualmente de manifiesto en lo atinente a su conformación sectorial. Las evidencias aporta-

plantas fabriles integradas, cuya ejecución se inició en el transcurso de los años setenta al amparo de la promoción industrial, y el consiguiente

das por el cuadro 34 permiten identificar algunas de las principales tendencias características del desempeño de la industria argentina a partir de la interrupción de la sustitución de importaciones, donde la revalorización de la constelación local de recursos naturales ayuda a explicar buena parte de las trascendentales mutaciones estr-ucturales verificadas a lo largo del período. En tal sentido, resulta posible identificar los siguientes fenómenos: • el elevado peso relativo de un número acotado de actividades constituye el primer elemento a destacar en cuanto al perfil sectorial de la producción industrial. En efecto, apenas tres divisiones industriales concentraban el 75,0% de la producción fabril del país relevada en el CNE de 1994 (en 1973 respondían dustrias elaboradoras

por el 69,0%). Se trata de las in-

de alimentos, bebidas y tabaco (29,0% del to-

tal), de metales, maquinaria

y equipos (23,2%) Yproductos quínticos

(22,8%). En el primer caso con una participación decisiva de alimentos y bebidas (26,4%), en el segundo del sector automotor (9,2%), y en el tercero de las sustancias y productos

químicos

(10,5%) y las

refinerías de petróleo (9,0%%); . • la creciente gravitación agregada de la industria alimenticia, que durante el decenio 1984-1993 se consolidó como la actividad manufacturera de mayor significación económica (en relación con su aporte a la producción total). El comportamiento expansivo de las industrias aceiteras, lácteas, pesquera, de conservas (en parte asociado a una creciente inserción en los mercados internacionales) y de los propios frigoñficos trajo aparejada una presencia superior del sector en el plano global y, a la vez, tanto en lo relativo a la producción

dan a explicar esta creciente

gravitación la maduración

de grandes

aprovechamiento de, por un lado, los recursos naturales y, por otro, las posibilidades que aún ofrecían la dinámica sustitutiva interna y las propias exportaciones; • la menor incidencia de las industrias metálicas básicas, que, muy particularmente en 1993, revelaron un importante deterioro de sus precios relativos respecto de las restantes actividades industriales; • una relativa estabilidad en la participación relativa de los sectores metal mecánicos, donde, en realidad, subyacen dos comportamientos opuestos. Por una parte, el del rubro automotor, que mostró una notable expansión en el trienio 1991-1993 al calor del régimen promocional. Por otra, la contracción en la participación relativa de la mayoría de las ramas elaboradoras de bienes de capital, que, al igual que las textiles, contaban con una presencia difundida de pequeñas y medianas empresas y, en general, debieron transitar un proceso de franco deterioro estructural asociado en gran medida a las modalidades que adoptó el proceso de liberalización comercial implementado en el transcurso de los noventa; • la inexistencia de cambios en el aporte productivo de las industrias elaboradoras de minerales no metálicos, que igualmente revelaron notables ritmos de crecimiento en sus niveles medios de productividad, así como en el tamaño medio de las plantas fabriles; y • una menor contribución de las industrias química y petroquímica a la producción agregada del sector con respecto a mediados de los años ochenta (de todas formas superior a la de los setenta) y una creciente participación relativa tanto en términos del personal ocupado como de las unidades productivas (aunque con una sistemática reducción del tamaño medio de las fábricas).

Cuadro

34. Industria

producción, millones

manufacturera

el personal

ocupado

argentina.

Evolución

y las unidades

intercensal

productivas

de pesos de cada año, valores absolutos,

porcentajes,

de la distribución

según sector de actividad, puntos

porcentuales

del valor de

...en

1973-1993 (en

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e índice total = 100)

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:t o 1993 Millones $

Valor de

1984 %

%

Total

90.461,8

100,0

4.253.213

100,0

Alimentos, bebidas y tabaco

26.238,0

29,0

1.023.680

7831,1

8,7

Textiles,

confecciones

y cuero

Papel, imprenta y publicaciones Productos

auímicos

Minerales no metálicos Industrias metálicas básicas Prod. metál., mao. y equipos

~

12,5

29.628

13,1

4,7

8868

3,9

2,6

1,7

26,2 3,1

42.514

18,8

-3,4 -0,1 -1,7

26,9

5852,8

6,5 22,8 3,0

1.114.663 131.432

7031

3,1

4,1 -0,1

3922,7 21.018,5

4,3

258.568

6,1

18.923

8,3

-4,0

23,2

21,3

52.900

23,3

-0,1

2,0

2,1

2,5

-0,0

0,4

% 100,0

5737 Cantidad 1.327.137

100,0 21,9

5,5

15,2

-1,0

1,7 -0,9 Y

%

Cantidad 1.373.163

275.661

27,3

352.308

Textiles, confecciones y cuero

142.976

14,2

206.689

25,7 15,1

290.392 202.063 66.346 135.550

Papel, imprenta y publicaciones

70.303

7,0

74.311

5,4

Productos químicos

1l7.093

1l,6

148.258

10,8

.;

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%

5,0

2,0

1,6

10,2

1,4

0,8

6,4

~

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\o..:UIILlIlUaClOn)

Minerales no in~tálicos

47.114

4,7

86.199

6,3

Industrias metálicas básicas

35.91l

3,6

48.995

Prod. metál., máo. v ecuioos

259.680

25,8

59.l7i Cantidad

5,9

367.941 88.462 Cantidad

Otras y madera y muebles Establecimientos/locales Total Alimentos, bebidas

v

tabaco

8

-3,8

20.643,5 2688,1

100,0

-

4,9

530.705 201.691

1.007.909

-

1984

z'" > ~

2,1 -4,4

Total Alimentos, bebidas y tabaco

total

1993/

24,1

2,5

ocupado

1993/ 1973

100,0

2267,1 Cantidad

Personal

%

226.671 61.070

904.935 87.539

Otras v madera v muebles

Millones

Variación

$

arzentinos

producción

,

Millones $

1973

90.088 21.480

% 100,0 23,8

101.474

3,6

84.520 70.664

5,3

26,8

394.768

29,7

-1,7 -1',8 -4,0

6,4

82.834 Cantidad

6,2

-0,4

105.642

100,0

% 100,0

-1,6 -0,0

>

-1,0 -0,6

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%

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24.623

23,3

10.303

0,5

1l,4

26.538 11.609

26,2

Textiles, confecciones v cuero Papel, imprenta v nublicaciones Productos químicos

1l,4

14,0

7189

-2,6

-2,3 -0,0

;::

8,0

4972

4,9

14.795 4813

4,6

5679

3,4

6,3

3,1

6193

6,1

5,1

4096

1,2

4,5

9461

9,3

10.265

9,7

996 28.680 11.665

1,1

514

0,5

1339

1,3

-5,2 -0,2

0,2 -4,8

e o

Minerales no metálicos

5359

31,8

26.065 16.122

25,7

26.028 18.420

24,6

Industrias metálicas básicas Prod. rnetál., máo. v ecuíoos Otras y madera y muebles

12,9

15,9

17,4

7,2 -4,5

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Basualdo (1998) e información de los Censos Nacionales Económicos, 1994.

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6,1 -2,9 1974, 1985 Y

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166

HECHO

LA CONVERTIBILIDAO

EN ARGENTINA

Las consideraciones realizadas permiten inferir dos cuestiones relevantes. La primera es que a mediados de los años noventa un amplio grupo de ramas mostraba en el plano global una escasa significación dentro del espectro fabrillocal, como por ejemplo la industria de la madera y derivados, y distintos rubros vinculados a la fabricación de bienes que suponen cierto grado de ser fisticación tecnológica y que son más o menos dinámicos en lo que se refiere a la creación de empleo de elevada calificación y la generación y la difusión de conocimiento cienúfico-técnico (maquinaria y aparatos eléctricos, apara-

COMO

FASE

SUPERIOR

DE LA pOLfTICA

...

167

agrupadas 85 actividades industriales (el 51,2% del total). Por su parte, en el polo opuesto, las 20 ramas en las que prevalecían formas "competitivas" de mercado aportaban apenas el 16,9% de la producción sectorial. ~ proporciones diferían sustancialmente al considerar las respectivas cantidades de locales fabriles que operaban en cada tipo de mercado. En efecto, en el estrato en el que se nucleaban las ramas altamente concentradas (RAC) se inscribía el accionar de algo más del 11 % de las plantas industriales, mientras que el 57,2% de ellas desarrollaba su actividad en mercados

tos de radio, televisión y comunicaciones, instrumentos médicos y ópticos, y maquinaria de oficina, entre los más relevantes). La segunda es que, en línea con la reesu'ucturación regresiva del sector iniciada en el período 197&-1983 y afianzada durante la gestión gubernamental de AIfonsín, una proporción considerable de la producción industrial de la Argentina se asentaba sobre el

"~Olnpetitivos". De ello se infiere que el tamaño medio (producción promedIO) de las plantas fabriles insertas en mercados oligopólicos resultaba muy superior (casi qUince veces) al de aquellas que lo hacían en las ramas escasa-

aprovechamiento de ventajas comparativas de carácter estático y, en muchas ramas fabriles, con un ostensible desaprovechamiento de sus potencialidades

el índice de concentración de la producción de los distintos sectores de la actividad manufacturera. Ello también queda de manifiesto al considerarse la

en cuanto a la generación de mayor valor agregado local. Como era previsible, en el marco de las transformaciones

o~upación media por planta como indicador del tamaño de estas últimas. En este sentido, basta confrontar la respectiva distribución de las unidades fabriles y la ocupación industrial (11,2% y 29,0%, respectivamente, en el caso de

que se registra-

ron en el sector manufacturero durante el último cuarto de siglo, se consolidó uno de sus principales rasgos estructurales: el elevado grado de concentración que presentaban las distintas ramas que lo conformaban. Con datos elocuentes, el relevamiento censal de 1994 permite evaluar ampliamente esta cuestión e identificar los principales rasgos característicos del perfil estructural de la industria a partir de una jerarquización de las morfologías de mercado que coexisten en el sector. En este sentido, el cuadro 35 refleja la importancia

de los distintos tipos de ramas a partir de considerar

de concentración

de la producción

el índice

en los ocho locales fabriles de mayor va-

lor de producciórí.P De las evidencias presentadas se desprende, en primer lugar, que a mediados del decenio de los noventa el 48,8% de la producción manufacturera era generada

en ramas altamente

concentradas.l?

mente :oncentradas (REC). Esto sugiere la existencia de una relación positiva, teoncamente previsible, entre el tamaño medio de los locales fabriles y

las RAC, y 57,2% Y 32,0%, respectivamente, en el de los mercados "competitivos") para inferir la presencia de diferencias significativas en el tamaño medio de los locales según el tipo de rama en la que se desenvolvían: mientras qpe el tamaño medio de las plantas fabriles que operaban

en el ámbito de las

RfC e~a de 6,3 ocupados por local, el de las que actuaban ascendía a 29,1 ocupados por unidad productiva.

en las RAC

~Por su parte, las diferencias porcentuales en cuanto a la generación de valor agregado y puestos de trabajo según el índice de concentración en cada rama permiten concluir que su respectivo grado de oligopolización guarda una relación inversa respecto de la intensidad relativa en el uso de mano de

estrato en el que quedaban

18 En el Censo Nacional Económico de 1994 se introdujeron algunas modificaciones relevantes en los criterios de clasificación de los datos básicos respecto de los empleados en los dos relevamientos c~nsal~s an.~riores. De allí que la información que se analiza en esta parte de la l~vestlgacl?n no resulte estrictamente comparable con la presentada en el capitulo 1 (véase el cuadro 8). 19 Vale recordar que por definición las ramas industriales altamente concentradas son aquellas en las que los ocho mayores locales explican más del 50% de la producción. Por la naturaleza de la información censal, se trata de la concentración técnica de la producción y no de la económica (por empresa). Dado que las firmas que actúan en el sector industrial argentino,

sobre todo las de mayores dimensiones, suden ser propietarias de una o más unidad~s p~oductivas. la concentración económica siempre es igualo mayor que la tecmca. De todas maneras, en función del intenso proceso de centralización del capital que se ha venido registrando en el país desde la interrupción del régimen de sustitución de importaciones, cabe destacar que ambas formas de medir el grado de oligopolización prevaleciente en las diversas ramas manufactureras deben considerarse como de mínima. Ello, por cuanto una proporción importante de las grandes compañías que se desenvuelven en las distintas actividades fabriles (y consecuentemente de los establecimientos) se integra a conglomerados económicos. Se trata de una restricción insalvable en tanto hasta el momento, y a diferencia de otras experiencias internacionales, en el caso nacional nunca se ha utilizado al grupo económico como unidad de relevamierno y análisis censal.

168

HECHO

LA CONVERTIBILlDAD

EN ARGENTINA

Cuadro 35. Industria manufacturera argentina. Indicadores seleccionados según estratos de concentraciónt!'. 1993 (en valores absolutos, total = 100)

pesos de 1993, porcentajes

RAC

RMC

REC

e índice

Total

Ramas te¡ es

85 51,2

61 36,8

20 12,0

Cantidad Porcentaies

10.046 11,2

28.491 31,6

51.551 57,2

90.088 100,0

292.002 29,0

393.697 39,1

322.210 32,0

1.007.909 100,0

274.744 32,0

346.461 40,4

236.673 27,6

857.878 100,0

Cantidad Porccn

166 100,00

Locales

Personal

ocuoado

trabajo Millones de $ 1993 Remuneración

Porcentajes

aereeado total Millones de $ 1993 Porcentaies Valor de producción Millones de $ 1993 Porcentajes Productividad (miles $) Índice total 100,0 Salario medio (miles $) Índice total - 100,0 Productividad/Salario

5339,6 43,0

4587,0 37,0

2483,5 20,0

14.114,7 47,4

9739,6 32,7

5933,0 19,9

44.161,9 48,8 48,3 163,6 19,4 134,3

30.973,2 34,2 24,7 83,7 13,2 91,5

15.326,7 16,9 18,4 62,3 10,5 72,5

Valor

medio

Índice total = 100,0

12.410,2

2,5 122,1

1,9 91,7

1,7 85,8

2,0 100,0

"competitivo", a la vez que prácticamente a las ramas medianamente concentradas A su vez, a mediados

f

j

Definidos a partir de la participación en la producción de cada rama de los ocho locales de mayor valor de producción. RAe: Ramas Altamente Concentradas (aquellas en las que los ocho mayores locales generan más del 50% de la producción de la rama); RM:C:Ramas Medianamente Concentradas (aquellas en las que los ocho mayores locales explican entre el 25% Yel 50% de la producción de la rama); REC: Ramas Escasamente Concentradas (aquellas en las que los ocho mayores locales explican menos del 25% de la producción de la rama). . Fuente: Azpiazu (1998) sobre la base de información del Censo Nacional Económico, 1994. (1)

1

100,0 " , !~ 29.787,4 ~ 100,0 ¡¡' 90.461,8 100,0 29,5 100,0 14,5' 100,0

obra, y directa en términos de la productividad de esta última. Como era de esperar, las r amas "competitivas", en las que la presencia de pequeñas unidades productivas resulta decisiva, revelaban en 1993 una mayor recurrencia relativa al "factor trabajo" y una menor productividad que las correspondien tes a las industrias oligopólicas. Por su parte, los sectores de mediana concentración se ubicaron en una situación intermedia, tanto en términos de la intensidad en el uso de los "factores de la producción" , como en lo atinente a la productividad laboral.

mayor grado de concentración exhibía una productividad media de la mano de obra casi tres veces superior que la registrada en el- estrato más

,1

al

169

')

J

asalariado

Cantidad Porcentajes

DE LA POLÍTICA..

rr

,.

total

Cantidad

FASE SUPERIOR

~ En este último plano, cabe reconocer diferencias significativas en la performance de las distintas ramas de actividad que, COITIO tales, aparecen , estrechamente vinculadas con las respectivas formas de mercado y los , perfiles tecnoproductivos que en general se les asocian: Así, el estrato de

1,

Porcenraies Personal

I

COMO

del decenio

duplicaba a la correspondiente (RMC).

de los noventa las RAC ocupaban

el

32,0% de los asalariados y explicaban el 43,0% del total de los salarios pagados por la industria; en contraposición, en los sectores "competitivos" trabajaba casi el 28% de la ocupación asalariada, que sólo percibía el 20,0% de la masa salarial. De allí puede concluirse que los salarios medios en la industria también guardaban relación directa con el grado de concentración de la producción en los distintos sectores que la conformaban: siempre de acuerdo a las evidencias aportadas por el cuadro 35, la remuneración promedio por asalariado en las RAC resultó el 85,2% superior a la correspondiente a los mercados "competitivos", el 46,8% mayor que en las ramas medianamente concentradas y se ubicó el 34,3% por encima de la resultante para la industria en su conjunto. Se trata de resultados

previsibles, en tanto el mejor posicionamiento

de

los sectores oligopólicos para retener personal más calificado y pagar mayores salarios se ve más que compensado por sus superiores niveles de productividad. Vale destacar que las diferencias entre las relaciones de productividad y salarios promedio (consideradas como un indicador pro>:] de -las respectivas tasas medias de explotación del trabajo) fueron más'acentuadas en los sectores oligopólicos que en las ramas "competitivas". Así.jnientrasen las RAC la productividad media fue 2,5 veces superior a la retribución/salarial promedio, en las REC resultó ser de 1,8 veces y en las RMC.de veces.

1.9

"En suma, a mediados de la década de 1990, la mayor parte de la producción industrial de la Argentina provenía de mercados¡altamente concentrados en los que, en general, la intensidad relativa de uso de

170

HECHO

LA CONVERTIBILI

EN ARGENTINA

DAO COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLíTICA...

capital y el tamaño medio de planta fabril fueron muy superiores a los niveles correspondientes al sector fabril en su conjunto. También puede concluirse que la morfología de los mercados emerge como un factor decisivo -determinante, en su conjunción con los respectivos perfiles tecnoproductivos predominantesen la explicación de las diferencias de productividad y salarios medios entre las distintas ramas industriales y que, en ese marco, las primeras adquirieron una mayor significación relativa en consonancia con el respectivo grado de oligopolización. Por eso es que en los mercados altamente concentrados quedaron de manifiesto los mayores márgenes brutos de rentabilidad o, en otros términos, una ecuación distributiva más regresiva. Una perspectiva analítica complementaria de la anterior surge de la consideración de la tradicional clasificación industrial según sectores de' actividad, en su relación con las formas de mercado que coexisten en su producción (cuadro 36). A mediados del decenio

de los noventa, en el ámbito de las RAC, poco

menos de la tercera parte de la producción provenía de las refinerías de petróleo, los productos químicos y los plásticos, donde asumían un papel decisivo determinadas actividades fuertemente oligopolizadas (refinerías J y petroquímica básica), entre otros factores, a favor del papel de las eco-], nomías de escala, las indivisibilidades de la inversión y las barreras al in- ~ greso. También adquirían una importante significación agregada las in) dustrias elaboradoras de alimentos, bebidas y tabaco (28,9% del total) y! en menor medida la fabricación de equipos de transporte (13,0%). En ell primer caso, el peso relativo de ciertas industrias muy concentradas (como la elaboración de cervezas y cigarrillos) resultó decisivo, lugar que ocupó la industria

automotriz

en el caso de los equipos de transporte.

l

En

el polo opuesto, industrias como la textil o la que englobaba a las denominadas "otras manufacturas" revelaban una participación insignificante en la producción generada en las RAC. Por su parte, debido a la distribución

sectorial de la producción

.;

que ge-

neraban, las RMC emergieron como las formas de mercado de mayor especialización relativa: más del 38% de su producción correspondía a la fabricación de alimentos, bebidas y tabaco, y poco menos de la quinta parte a la industria textil y de confecciones. En otras palabras, en conjunto, alrededor del 56% provenía de aquellas actividades industriales que habían liderado la primera fase del proceso sustitutivo (los sectores alimenticios y textild)r En las REC existía, en términos relativos a los restantes tipos de mercado, una distribución más homogénea de la producción entre las distintas actividades o, si se prefiere, un mayor grado de "diversificación productiva".

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171

172

HECHO

LA CONVERTlBILlDAD

EN ARGENTINA

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA...

173

constituía una simple resultante matemática de la significacíón económica asumida por un número acotado de actividades, sino que se trataba de un fenómeno difundido, con intensidades diversas, a gran parte de los sectores que conforman el entramado fabril doméstico. En segundo lugar, que la creciente concentración y centralización económicas y la "simplificación productiva" características de la dinámica fabril post-sustitutiva son dos procesos estrechamente vinculados entre sí, dado que el marcado repliegue de la estructura manufacturera de la Argentina hacia las ventajas comparativas naturales se verificó de modo paralelo a un cada vez más acentuado control de las ramas ligadas al procesamiento de

Esta primera aproximación al tema se ve enriquecida si se integra al análisis la identificación de las estructuras de mercado en las que se generaba la producción de los distintos sectores de actividad y. en ese marco, de aquellas que hegemonizaban las respectivas producciones sectoriales. En este sentido, en la casi totalidad de los subconjuntos sectoriales, la mayor parte de la producción provenía de ramas oligopólicas, mientras que las restantes formas de mercado sólo prevalecían, en cada caso, en un sector de actividad. El predominio más nítido de las estructuras concentradas de mercado -aportaban alrededor de las dos terceras partes de las respectivas producciones sectoriales- se verificaba en los casos de las refinerías de petróleo, productos químicos y plásticos, y las manufacturas d: productos minerales no metálicos y de equipos de transporte. Esto esta directamente asociado a la gravitación económica de algunas de las ra-. mas industriales que se integran principalmente en sectores como las propias refinerías de petróleo, la petroquímica básica, la fabricación de cámaras y cubiertas, la industria cementera, la producción de vidrio

tales recursos por parte de algunas grandes empresas y grupos económicos de capital nacional y extranjero. Sin duda, es un reflejo dé la funcionalidad del pensamiento y las políticas inspiradas en el paradígma neoconservador

-pretendidamente

neutrales

y uniformes-

características estructurales y el ciclo de acumulación pliada de estos estamentos del poder económico.

plano y de envases de vidrio y la automotriz, con ciertos denominadore~:, comunes que lógicamente suponen estructuras de oferta altamente con-o. centradas (en todos los casos se trata de ramas con acentuadas economías" de escala, elevados requerimientos de inversión, que son intensivas en

MANUFACTURERA

capital y tienen altas barreras al ingreso, ete.). Aunque con menor intensidad relativa, en las RAC también se

Buena

respecto

de las

y reproducción

am-

I SERVICIOS PÚBLICOS PRIVATIZADOS

VERSUS

INDUSTRIA

;: gen~,:,:;.t

parte de los rasgos centrales

que caracterizaron

miento de la estructura de precios relativos de la economía

el comportaargentina du-

raba la mayor parte (en este caso, poco menos de la mitad) de la producción de alimentos, bebidas y tabaco, pastas celulósicas, papel e impresiones y de metales y productos metálicos. En los tres casos, se conjugaba l:q

rante las administraciones de Menem y De la Rúa, muy particularmente aquellos que se desplegaron con particular intensidad durante la larga vi-

coexistencia

gencia

de determinadas

ramas industriales de características tecno-

del régimen

de convertibilidad,

invitan

a parafrasear

a Marx

productivas asimilables a las señaladas anteriormente. con otras en las que suele manifestarse un importante grado de atomización de la oferta

(2003), quien más de 150 años atrás señaló: ''Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal se pro-

asociada a, entre otros factores, la existencia de "nichos" de mercado, opciones tecnológicas en las que las escalas no asumen un papel deter-

ducen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez corno tragedia y la otra como farsa". En el caso argentino resulta evidente que la fase de la "tragedia" corresponde a la gestión del ministro Martí-

minante, acotada significación de las barreras al ingreso, así como en materia de requerimientos de inversión. De allí que en estos últimos sectores manufactureros la gravitación siempre predominante de los mercados oligopólicos haya sido en términos relativos inferior a la que revelaban en los rubros considerados precedentemente (mucho más homogéneos en

nez de Hoz y la "farsa", a su versión de los años noventa. Bastaría con reflexionar, entre otros aspectos, en torno al creciente retraso carnbiario -lá"tablita" versus el régimen de paridad fija con el dólar-, a la apertura de la economía -con sus respectivas asimetrías-, a la dicotómica evolu-

dencia. En primer lugar, que la fuerte gravitación de los mercados oligo-

ción de los precios de los bienes en relación con los servicios -agravado dU~'}flte los noventa por los contextos operativos de privile~o q4e acompañaron a la prestación privada de los servicios públicos-, a la vigencia

pólicos en la producción

de tasas de interés reales positivas y al grado de transabilidad

materia tecnoproductiva). Los desarrollos previos permiten extraer dos conclusiones industrial

a mediados

de trascen-

de la década de 1990 no

real de los

174

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILlDAD

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

...

175

bienes y/o de oligopolización de los mercados internos como atenuantes del impacto local del abaratamiento de los bienes importados. En suma. tanto en su versión farsesca como trágica. las profundas modificaciones en la estructura de precios relativos de la economía local se caracterizaron por presentar en términos globales un claro sesgo anuindustrial, que implicó comportamientos disímiles en el interior de la propia actividad fabril. En plena crisis económica, política. social e insutucional.é? se produjo la asunción presidencial anticipada de Menen y la designación como Ministro de Economía de un representante de uno de los grupos económicos locales de mayor relevancia en el plano interno e internacional (Bunge y Born). Desde el comienzo de su gestión pueden distin-

tas en 1990 superó el 1300%, en un escenario caracterizado por la intensa volatilidad de los precios relativos de la economía. No fue SIDO a fines de marzo de 1991, con la sanción de la Ley de Convertibilidad, que, por un lado, se quebró la dinámica inflaclonar+at! y. por otro, como plan de estabilización, se inscribió y articuló funcionalmente con las principales políticas del .shock institucional neoliberal. Al

guirse dos grandes y convergentes senderos de acción. Por un lado, el inorgánico pero intenso despliegue de acciones vinculadas con la configuración de un radical shock institucional (apertura. privatización, desre-

a comienzos de 1991 trajo aparejada,

gulación, subrogación del Estado) y, por otro, los primeros intentos (fallidos) de neto corte ortodoxo de estabilización de los precios domésticos (incremento de tarifas públicas, contracción del gasto, fuerte devaluación de la moneda doméstica. etc.). En este último plano, y desde una perspectiva de muy corto plazo, una serie de indicadores parecía reflejar un relativo y parcial éxito de la política de estabilización. En efecto, la desaceleración de la suba de precios, la morigeración del desequilibrio fiscal, el comportamiento de los mercados financiero y cambiario, la drástica modificación de las expectativas, la reversión de la fuga de capitales locales al exterior, entre otros fenómenos,

parecen

similar, en la que sobresalen dos cuestiones: en primer lugar. los precios no agropecuarios nacionales fueron los de menor ritmo de crecimiento (excepción hecha de los importados, favorecidos por el paulatino y creciente retraso cambiario y la propia apertura de la economía); po:" otro lado, el proceso deflacionario se inició en 1997. De todas maneras, cabe remarcar que en dicho patrón global de desenvolvimiento se manifestaron marcadas disparidades en la dinámica de los precios de los distintos bienes y servicios, lo cual derivó en importantes alteraciones en la estructura de precios relativos de la economía. Una de las

Sin embargo,

al la

principales asimetrías en la evolución de los precios domésticos durante la vigencia del Plan de Convertibilidad fue la que se verificó entre, por un

efectividad de la política antiinflacionaria se vio acotada a unos pocos meses: en diciembre de 1989 se asistió a un nuevo brote hiperinflacio-

lado, los productos transables (como gran parte de los elaborados en el ámbito fabril) y. por otro, los bienes y servicios no transables con el exterior y

nario a raíz del cual los precios al consumidor aumentaron 40% y se produjo el recambio de la conducción económica.

los transables protegidos de la competencia externa en forma natural (es el caso del cemento o de aquellos productos de muy bajo valor unitario el su .relación con el costo del transporte) o normativa (automotriz, electrónica

experiencias

en ese sentido.

primero, una notable desaceleración

de los precios minoristas; una marcada estabilidad, después; para devenir en deflación al desatarse la crisis terminal del régimen de convertibilidad.F Con ligeros matices, los precios mayoristas se inscribieron en una dinámica

del radicalismo,

igual que en las últimas

apuntar

respecto, y en más de un sentido, el esquema convertible pasó a constituirse en la fase superior del "modelo financiero y de ajuste estructural", cuya génesis se remontaba a la gestión de la última dictadura militar. Como se desprende de las evidencias que constan en el cuadro 37. estrictamente en el campo de la política antiinflacionaria, el plan instrumentado

de la gestión

más del

Así, hasta el lanzamiento de la cája de conversión fija anclada al dólar estadounidense a principios de 1991, los sucesivos y siempre ortodoxos programas de estabilización implementados bajo la presidencia de Me, nem tuvieron resultados asimilables a los de los planes aplicados a partir de la erosión del Austral: el ritmo de crecimiento

de consumo).

de los precios minorish i')

.,

20 Como un simple ejemplo del señalado escenario cabe apuntar que en el mes del recambio presidencial (julio de 1989} los precios minoristas se ~I incrementaron cerca del 200%.

21 En los últimos nueve meses del año el índice de precios ma}'oris'(~; n':gistrú un alza inferior al 3% y los industriales bajaron en términos nominales. 22 El ritmo de crecimiento interanual de los precios al consumidor decreció sostenidamente entre 199~ y.1996 (del 17,5% a apenas el 0,1 %). se mantuvo prácticamente inalrerado en el bienio 1997·i998 y revirtió en dcflación entre 1999 y 2001.

176

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

J

Cuadro 37. Argentina. Evolución de índices de precios seleccionados, 1989-2001 (en porcentajes de variación interanual) Precios Precios al

General

mayoristas

No agrop.

Tino de cambio

Importados

nacional

consumidor

Comercio

5386,4 798,4 56,7 3,2

5289,1 879,2 55,1 2,1

5961,0 406,1 69,4

1993

7,4 3,9

0,1 5,8

0,6 5,2

0,7

0,0 0,7

1,6

6,0

5,0

-5,4 ¡9,5 -0,3

0,0 0,1

0,0 0,1

1996 1997

0,1 0,3

2,1 -0,9

2,2 -0,4

-4,3

0,0

0,0

-3,4

1998 1999 2000 2001

0,7 -1,8 -0,9

-s.s

-2,3

1,2 2,4 -5,3

-1,3 1,6 -2,5

-5,6 -1,9 -1,9 -3,5

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

-1,1

Fuente: Elaboración

4,4

propia sobre la base de información

6682,3 388,9 103,6 5,5

8236,8 286,5 93,7

la morfología

\

I

)

1

t

deIINDEC.

de los mercados

o la

mas y grupos económicos su operatoria a escala mundial (en un escenario internacional de abundante liquidez), terminaron asemejándose a los patrones de comportamiento de fines de los setenta: endeudamiento externo-especulación financiera en el circuito local-fuga de capitales al exteríor.P dinámica en la que el fenomenal endeudamiento del sector público desempeñó un papel determinante. Así, con sus aspectos específicos, en la tercera fase del "modelo financiero y de ajuste estructural" se reeditó una tendencia característica de los momentos más álgidos de la dictadura militar en materia de especulación financiera: la vigencia de elevadas tasas de interés en el nivel interno constituyó una interesante y sumamente lucrativa "ventana de oportunidades" para el capital más concentrado y un serio escollo para gran parte de las pequeñas y medianas empresas. En muchos casos, éstas enfrentaron importantes y en muchos casos insalvables restricciones para encarar procesos

50-1

breabundancia de oferta internacional), se deterioraron con respecto a los¡ servicios, en especial con los privatizados y los financieros. Esto se explica, j en lo sustantivo, por la conjunción de dos procesos: por una parte, por el} fuerte incremento que registraron los precios de distintos servicios (en par- -. ticular los públicos privatizados) yel elevado nivel interno de la tasa de interés; por otra parte, por el leve aumento, cuando no la disminución, que se verificó en los precios de un gran número de productos fabriles. Este úl-: timo fenómeno estuvo Íntimamente asociado, a su vez, al efecto disciplinador que sobre la formación de precios tuvo la apertura de la economía en su convergencia con el rezago cambiario, la sesgada aplicación de la legislación antidumpingy la debilidad institucional para realizar un adecuado tralor sobre las importaciones sustitutas de producción local.

Esta importante reconfiguración de la estructura de precios relativos de la economía doméstica impactó negativamente sobre la industria manufacturera en diversos sentidos. Por un lado, tendió a desincentivar la formación de capital en el nivel fabr-il, lo que alentó contra la capacidad de crecimiento del sector y el conjunto de la economía argentina. Además, la

en cuenta corriente. Los elevadísimos diferenciales de tasas de interés según tipo de operación y actores, involucrando para las grandes fir-

;

., (ya fuera por su naturaleza,

177

I

,

Efectivamente, en el transcurso de la década de 1990 los precios industria-¡ les en general, y particularmente aquellos más expuestos a la competencia, externa

DE LA POLÍTICA..

,

1

4923,8 1343,9 84,0 17,5

FASE SUPERIOR

vigencia de altas tasas de interés reales (cuadro 38) tornaba mucho más atractiva la colocación de recursos en los circuitos financieros que en la producción y, por otro lado, generaba altísimos y prácticamente infranqueables costos financieros que debían asumir las empresas manufactureras, en especiallas de menores dimensiones, mayoritariamente a través de los adelantos

Libre

exterior

1989 1990 1991 1992 1994 1995

1

COMO

con-

23 Un análisis de las características del acentuado proceso de fuga de capitales locales al exterior que tuvo lugar durante los años noventa (y más ampliamente desde fines de los setenta) puede ser consultado en Basualdo y Kulfas (2000) y Kulfas y Schorr (2003). Sobre el particular, en un trabajo elaborado por una Comisión Especial de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional se concluye que las mencionadas fracciones del capital tuvieron una activa participación en la fenomenal salida de divisas del país que se registró a lo largo del año 2001 y que derivó en la implementación del denominado "corralito" y el abandono de la convertibilidad: En los Anexos 1 y II de dicho Informe se listan las empresas y las personas fi:s.icasque .lidetaron el ¡fiencion~d'o "drenaje", entre las que sobresalen varias vinculadas a los grupos económicos nacionales y extranjeros más relevantes, con activa presencia fabril, corno Aci~dar, AgeaClarín, Arcor, Bagó, Bemberg, Dow Química, Esso, Fate-Aluar; Fortabat, Garovaglio y Zorraquln, La Nación, Ledesma, Macri, Pérez Companc, Pescarrnona, Repsol, Roemmers, Shell, Techlnr'y Wehhein (Comisión Especial de la Cámara de Diputados. 2005).

178

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

de reconversión en un marco de acelerada exposición al mercado mundial por efecto de la apertura económica. Es indudable que los fenómenos aludidos no se explican sólo por el carácter rentístico de los grandes capitalistas industriales locales, sino que además se vinculan con cuestiones de índole macroeconómica, en-

la especulación

financiera

y la fuga de capitales

terior por parte de los actores económicos

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA..

179

Por otro lado, la convergencia del deterioro del tipo de cambio real y la apertura importadora de la economía alentó las importaciones sustitutivas de la producción local y atentó contra la posibilidad de recurrir a las exportaciones como respuesta anticíclica. Ello afectó sobremanera a las pequeñas y medianas empresas, que en su momento habían encontrado ciertos nichos de mercado a escala regional. Este fenómeno impulsó el proceso de concentración y centralización del capital y favoreció de manera indirecta a aquellas grandes compañías volcadas al procesamiento y la industrialización de recursos naturales, cuya competitividad internacio-

tre las que sobresalen dos procesos que tendieron a desalentar la formación de capital en el ámbito fabril y, por ende, sentaron bases adicionales que minaron aun más la potencial capacidad expansiva del sector. Principalmente, la señalada vigencia de una estructura de precios y rentabilidades relativas de corte antiindustrial y la existencia de condiciones que alentaron

COMO

nal estaba dada por factores no vinculados directamente

locales al ex-

paridad

predominantes.

cambiaria.

Por cierto,

la apreciación

con el nivel de la

real de la moneda

local

en estos años recortó parte de la renta extraordinaria de estos actores. Sin menoscabar la relevancia de los señalamientos precedentes vincula1

Cuadro 38. Argentina. 1989-2001

Evolución

(en porcentajes

Respecto

Nominales Pasiva(l)

Activa(2)

2965,1

11,4

3578,8 2177,3 161,1 32,0 22,4

1994

8,2

1995

12,6

1996 1997 1998

1989 1990 1991 1992 1993

1999 2000 2001(4)

554,9 67,9 12,7

de las tasas de interés,

de variación

Activa(3)

Pasiva(l)

4047,6

-63,0 -24,8 -4,6

2971,8 65,7

interanual) de los precios Activa(2)

-55,6 162,4

I

15,6 24,2

3,1 10,7

q

7,1 7,1

25,4

11,7

11,3

7,5 6,8

19,6 14,0

7,1

7,8 7,3 8,0

14,4

7,0 7,5 7,1

6,2 7,1

19,2 13,4 13,4

7,0

8,7 9,6 15,9

18,1 19,0 22,1

12,1

1

15,4

21,1

8,2 32,7

-49,8

" b

48,4 14,0

-2,4 3,7

16,8 16,8 15,2

~

Activa(3)

253,7 -5,8 2,4 1,2

18,2 7,4 8,1

3,3

minoristas

6,2 8,4 9,8 20,2

(1) Tasa testigo (promedio ponderado de las tasas pagadas por los bancos para depósitos a 7, 15 Y30 días). Para el primer trimestre de 1990.sc= trata de la Usa testigo sobre depósitos en caja de ahorro. A partir de abril de la tasa testigo sobre depósitos a plazo, ponderada por todos los plazos. (2) Tasa aplicada por d Banco de la Nación Argentina por descuento de documentos a 30 días. (1') Tasas vigentes en operaciones interempresarias a 7 días con garantía (promedio mensual). (4) Hasta noviembre de 200l. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de la CEPAL, Oficina en Buenos Aires.

I

~os con los cambios acaecidos en los años noventa en la estructura de precios relativos de la economía argentina, el contraste entre la dinámica de los precios industriales y la de los servicios, en especial, los públicos, mayoritariamente transferidos al capital privado, ofrece una perspectiva que permite identificar "ganadores" y "perdedores" en términos sectoriales. La información que brinda el cuadro 39, en el que se relaciona la evolución de los precios industriales con la de los servicios públicos y privados, es terminante y casi no deja lugar a comentarios en torno a las vicisitudes por las que debió atravesar el sector manufacturero frente a los escenarios de privilegio para las prestatarias de servicios públicos privatizados. '- Mientras la mayor parte de las actividades industriales debió enfrentarse a un marcado proceso de apertura de la economía, un creciente retraso cambiario,

la existencia de tasas de interés reales positivas y, en particular

desde 1998, una pronunciada contracción del mercado interno, el contexto operativo de las empresas privadas prestatarias de servicios públicos fue prácticamente como la antítesis. Entre otros rasgos, basta resaltar la presencia de reservas de mercado bajo condiciones monopólicas u oligopólicas .cpn una regulación más que complaciente, la proliferación de cargos fijos y Háusulas de ajuste de las tarifas que incluso en plena deflación local se in'<;!exaron mayoritariamente por índices de precios de los Estados Unidos, la muy baja elasticidad de la demanda pese a los sostenidos incrementos tarifarios, las opacas renegociaciones contractuales que en muchos casos devinieron en aumentos tarifarios no previstos y la facilidad de un acceso privil<;giado a los mercados financieros internacionales (su patrimonio y las propias garantías regulatorias de altas tasas de ganancias les concedieron tal condición) .

I

I

!

180

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

Cuadro 39. Argentina. Evolución de los precios relativos industria/servicios, 1989-2001 (en Índice base 1993 = 100)

Total

Serv, públicos

199,5

230,0 144,5

156,3 121,1

1992 1993 1994 1995 1996 1997

112,7 100,0 95,4 97,9 98,4 98,4

106,2 100,0 98,1 98,5 95,3 87,6

99,0 100,6

1998 1999 2000

96,8 94,5 96,6 96,3

85,8 81,4 81,2 79,4

98,8 96,6 99,1 99,1

149,7 113,9 100,0 95,0 97,8

de la CEPAL,

En ese contexto, es indudable que más allá de algunas grandes industrias (particularmente en lo relativo a la energía eléctrica y el gas natural), la combinación del incremento de costos derivados de la evolución de las tarifas de la mayor parte de los servicios públicos (con escasas posibilidades de transferencia a los precios a raíz de la liberalización comercial en curso) y la consecuente distorsión en la estruc-' argentina,

así como el afiar{:

zamiento de un patrón aperturista con un claro sesgo importador;' constituyeron las causas de la aguda crisis que atravesó el sector industrial -en especial

las pequeñas

y medianas

181

muy elevadas, las características de la apertura de la economía, la cuasi omisión pública en materia de políticas y de acciones antidumpingconsti-

429,6 251,3

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información Oficina en Buenos Aires.

tura de precios relativos de la economía

DE LA POLÍTICA..

Serv. privados

363,7

2001

FASE SUPERIOR

tuyen componentes tanto o más importantes que los impactos directos de la evolución de las tarifas de los servicios públicos privatizados.

Precios industriales/servicios

1989 1990 1991

COMO

empresas-

bajo la vigenci'a'!

del régimen de convertibilidad, y de la profundización del proceso de' desindustrialización y reestructuración regresiva del tejido manufactu-« rero local. ;4;]De todas maneras, vale enfatizar que la pérdida de competitividad de! gran parte del tejido industrial (que en buena medida se reflejó en~ei desenvolvimiento de los precios relativos sectoriales) no se debió únicál mente, ni mucho menos, a los efectos derivados de las privatízacíones" Sin duda, la política cambiaría, la vigencia de tasas de interés positivas. y

DETERIORO Y PRECARIZACIÓN

LABORAL DE LOS OBREROS

INDUSTRIALES

Uno de los principales

resultados

de los análisis precedentes

es que, en lí-

nea con la naturaleza y los objetivos políticos de la revancha clasista impulsada por los sectores dominantes locales. a mediados del decenio de 1970, los obreros industriales sufrieron un profundo deterioro en sus condiciones de trabajo y reproducción, cuyas manifestaciones más visibles fueron la brusca contracción de la ocupación, el incremento en la precarización laboral, una creciente segmentación del universo proletario, una ~...fenomenal licuación del poder adquisitivo de los salarios y, como prog,:ducto de todo ello, una acelerada transferencia de ingresos hacia las ~,~fracciones más concentradas del capital. A los efectos de determinar si ·~en la tercera etapa del "modelo financiero y de ajuste estructural" se ve,~'rific~ esta orientaci~n regresiva, en el cuadro 40 se presenta el compor~ tarruento de un conjunto de variables clave entre 1989 y 2001, año del fderrumbe final del régimen de convertibilidad. ~. Tal como surge de la información ibienio 1989-1990 ponen en evidencia

presentada, el convulsionado algunos de los tantos impactos

lide sendos estalli~os hiperinflacionarios (particularrnen te significatif,'v,osen lo concermente a los salanos reales). En el plano productivo, se ,'s?nstata que persistió la contracción iniciada en 1988, que la ocupaq~ón se mantuvo prácticamente en el mismo nivel al que había caído y que la productividad laboral decayó al igual que los salarios. ~~.e todas maneras, se trata de unperíodo muy corto en el que el desI:t0rde de casi todas las variables económicas y sociales se vio en marc}ido por esos procesos hiperinflacionarios.

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EN ARGENTINA LA CONVERTIBILlDAD

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Fue a partir de 1991, en un escenario de relativa estabilidad en los niveles generales de precios, cuando se vislumbraron las principales tendencias que irían consolidándose, con distintos matices, hasta la implosión del esquema convertible. Así, y más allá de la retracción del volumen fisico de la producción indusuial registrada en 1995 (repercusión local del llamado efecto "tequila"), el volumen fisico de la producción industrial se incrementó entre 1991 y 1998 casi el 35%. Dicho crecimiento se vio acompañado de un aumento significativo en la productividad media de la mano de obra

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183

nos, que por cada punto porcentual que creció la producción, el empleo sectorial declinó más del 2%.25 En la explicación de este importante pro-

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DE LA POLÍTICA..

del sector, que superó el 60% durante

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del aumento experimentado por la productividad horaria). Si bien esa creciente productividad laboral podría haber estado asociada a una mayor inversión,24 todo parece indicar que se debió, en última instancia, al Contem-

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24 En cuanto a las características del proceso inversor en la industria local durante el lapso temporal bajo análisis, caben tres comentarios. En primer lugar, la recuperación de la formación de capital en el sector asumió cierta importancia (máxime si se considera la "desinversión" Con la que finalizó el decenio de los ochenta), pero no puede soslayarse que ésta tuvo una menor intensidad relativa que la verificada en otras actividades más favorecidas por la orientación de las políticas económicas (por caso, la prestación de servicios públicos) y que tendió a focalizarse en torno a unos pocos rubros productivos y grandes empresas. Es decir que no se manifestó una tendencia generalizada hacia nuevas inversiones industriales; en todo caso, se trató de una "modernización sesgada". En segundo lugar, fue un proceso que se asentó básicamente sobre la incorporación de maquinaria y equipo importado. lo cual tuvo repercusiones negativas sobre la industi-ia local de bienes de capital. En tercer lugar, una parte importante de la inversión verificada durante la década de 1990 en el campo manufacturero no estuvo asociada a la ampliación del stock de capital, sino a la adquisición de activos ya existentes (privatízaclén de empresas públicas: cofr¡p~ d"efirm.iJ, fusiones y adquisiciones, asociaciones de capital, etc.). Análisis de este tema pueden encontrarse en los estudios de Bisang y Cómez (~99?)~ HeY1l?an~, Lavarello y Martínez (1998), lNDEC (2004) y RamosyMarlí~ez (2000).. 25 Para comprender más acabadamente la magnitud de ese coeficiente, basta con mencionar que a principios de la década de 1970 era de 0,65, lo que constituye un indicador de que durante la sustitución de importaciones el crecimiento del sector fabril no sólo "arrastraba"a las restantes actividades económicas en términos productivos, sino que también generaba puestos de trabajo. >

184

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

ceso de expulsión de asalariados febriles en una fase expansiva concurrieron múltiples factores, entre los que se destacan: • la reestructuración regresiva verificada en el nivel sectorial que se manifestó, entre otras cosas, en la consolidación de ciertas ramas

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLíTICA...

185

ductividad, con una elevada densidad de capital por trabajador, en los sectores industriales predominantes y m ás favorecidos por acción u omisión por la reconversión económico-fabril.

elabaradoras de productos básicos industriales y la armaduría automotriz (actividades con una elevada relación capital/trabajo) y

En relación con lo anterior, cuando se analiza la evolución entre 1991 y 1998 de la producción en términos relativos al comportamiento de la productividad laboral, se constata que esta última variable se incrementó

el retroceso de manufacturas caracterizadas por una relativamente importante demanda de empleo (bienes de capital y otros sectores metalmecánicos, textil y vestimenta, etc.); • la desverticalización de numerosos procesos productivos (en par-

más que la primera en las fases de crecimiento ~on la sola excepción de 1997- y disminuyó lnuy levemente ante contracciones pronunciadas de la actividad productiva (como en el caso de la crisis de 1995)'6 El carácter que asumen estos desempeños permite inferir que el desenvolvi-

ticular por parte de las firmas líderes) y la creciente reducción del coeficiente de integración nacional corno consecuencia de la liberalización comercial, tendencias que se vieron agravadas por una discrecional aplicación de los mecanismos antidumping, la sobrevaluación de la moneda nacional y la vigencia de un sistema aduanero sumamente vulnerable; • los procesos de terciarización y subcontratación que encararon numerosas empresas (sobre todo las de mayores dimensiones), que derivaron en que muchas tareas que hasta entonces se efectuaban en el interior de las unidades productivas pasaran a realizarse en otros ámbitos, con la consecuente disminución en el empleo manufacturero y el costo laboral, así como una mayor precarización la-

miento de la productividad del trabajo en la industria argentina estuvo estrechamente asociado a la evolución del empleo o, más precisamente, a la dinámica que adoptó la casi sistemática expulsión de asalariados. En dicho contexto, si se considera que entre 1991 y 1998 las horas-obrero trabajadas disminuyeron casi al mismo ritmo y siguiendo la misma tendencia que el empleo sectorial, puede afirmarse que una proporción importante del aumento registrado en la productividad de la mano de obra fabril estuvo ligado a un incremento considerable en la intensidad del proceso de trabajo.27 Siempre entre 1991 y 1998, en una etapa en la que se produjeron aumentos en la producción y especialmente en la productividad del trabajo, el salario Inedia de la mano de obra manufacturera y los costos salaria-

boral; • la desaparición de un número considerable de pequeñas y medianas firmas mano de obra intensivas y la puesta en práctica por

les disminuyeron ligeramente. En otros términos, se verificó nuevamente una significativa transferencia de ingresos desde los asalariados hacia los capitalistas del sector, y por lo tanto una creciente apropiación del exce-

parte de varias de las que quedaron en pie de "estrategias de supervivencia", que en no pocas ocasiones derivó en el abandono de

dente fabril por parte de estos últimos. Como queda reflejado en las columnas IX y X del cuadro 40, el margen bruto (tanto si se lo ntide según la re-

su participación en la industria y su desplazamien to hacia otros rubros económicos. Esto fue, en gran medida, resultado de las carac-

'~alariales) se incrementó

terísticas del shock institucional instrumentado, las restricciones existentes para acceder al financiamiento de la inversión por parte

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materia de capacidades competitivas, muy asociados, a su vez, con sus trayectorias previas. Se trata de la fracción del capital industriaL más perjudicada por la regresiva y heterogénea crisis fabril verificada durante la dictadura militar y en el transcurso del gobierno de Alfonsín; y • el afianzamiento capital mediante,

estructural,

concentración

y centralización

del

de aquellas empresas de mayor tamaño y pro-

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26 Entre 1994 y 1995 la producción sectorial disminuyó eP7,0%f1mientras que el rendimiento productivo por trabajador descendió apenas el 1,0%. 27 En referencia a estas cuestiones, vale la pena' introducif dos brevés observaciones. La primera es que la mayor explotación- de los'obreros industriales fue alentada por un amplio'c07pusnormativorque promovió explícitamente la precarización y la "ñexibilización' de-las condiciones laborales, así como por la existencia de un "ejército-de reserva" cada vez mayor que generó ostensibles presiones sobre 10.5trabajadores ocupados. La segunda es que la caída en el empleo sectorial se verificó erl forma paralela a 'un aumento en la incidencia de los trábajadores+no registrados".

186

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

...

187

que en el último de los años mencionados fue más del 60% superior que en el primero.P Ello indica que, con independencia de su destino específico, el capital industrial se apropió de la totalidad de los recursos generados por la mayor productividad laboral y también de la disminución de los salarios de los obreros del sector (sobre todo desde 1995). Así, puede concluirse que durante el período 1991-1998 se verificaron en el ámbito manufacturero "ganancias de competitividad" que difícilmente puedan catalogarse COInovirtuosas desde una perspectiva so-

rasgos sectoriales que habían venido caracterizando la actividad desde mediados de los años setenta: una fuerte y casi ininterrumpida disminución en la cantidad de obreros ocupados, una mayor precarización laboral y, en directa relación con ello, crecientes niveles de productividad de la mano de obra (explicados, en lo sustantivo, por un incremento en la tasa de explotación de los obreros en actividad). Al no ser transferidos a los asalariados vía incrementos en las remuneraciones, esos mayores umbrales de productividad laboral viabilizaron una profundización de la re-

cioeconómica, en tanto se asentaron sobre importantes caídas en la ocupación y los salarios, con aumentos de productividad asociados a una creciente explotación de los obreros, antes que a un proceso difundido de modernización y complejización de la trama manufacturera doméstica.I?

gresividad existente en materia de distribución el sector.

A partir de 1998 se abrió una nueva fase caracterizada por una sistemática y sumamente

acentuada

disminución

de la producción

y la ocupa-

ción fabriles (cerca de! 20% en ambos casos), en un contexto en el que la productividad de la mano de obra se mantuvo relativamente estable y la horaria se expandió a un promedio superior al 2% anual, mientras que los ingresos medios de los asalariados y los costos salariales prácticamente no sufrieron modificaciones. De esta forma, quedaba cristalizada la regresiva ecuación distributiva del período anterior. El análisis de la dinámica fabril que tuvo lugar en el país durante la vigencia del régimen de convertibilidad indica que se consolidaron ciertos

del ingreso generado

en

Estas cuestiones remiten a dos grandes temas. Por un lado, a la vinculación existente entre e! decrecimiento de la ocupación fabril y la evolución de las tasas de desocupación y sub ocupación de la economía (gráfico 10), con la consiguiente gravitación de ese "ejército de reserva" en crecimiento en la generalizada baja de las remuneraciones reales de los obreros industriales. En segundo lugar, remite a la diferenciación ganancias brutas y netas del empresariado manufacturero.

entre

Gráfico 10. Argentina. Evolución de la tasa de desempleo y de subocupación horaria, mayo 1989-octubre 2001 (en porcentajes) -c-e-c-Desocupación -_

28 Los cambios sobrevenidos en los años noventa en materia de contratación laboral invitan a realizar un breve comentario de naturaleza metodológica. Las estadísticas empleadas en esta parte de la investigación no permiten captar en toda su intensidad los impactos del intenso proceso de terciarización y precarización, dado que se refieren exclusivamente a empleo directo y registrado. Muy probablemente la productividad del trabajo en el conjunto del sector manufacturero local haya sido menor a la que resulta del cuadro 40, dado que el denominador del cociente se encontraría subestimado en la medida en que no incluye a los trabajadores terciar-izados y "en negro". Asimismo, en cuanto a los salarios medios y los costos salariales, debe tenerse presente que en ambos casos se trata de variables que remiten sólo a personal ocupado "en blanco". 29 El contrapuesto desenvolvimiento de la productividad y los salarios muestra una vez más las paradojas del neoliberalismo, sobre todo en su peculiar versión doméstica. Recuérdense los recurrentes señalamientos realizados durante la década de 1990 desde distintos espacios adeptos al "pensamiento único" (empresariales, políticos y académicos) acerca de que cualquier aumento en las retribuciones de los trabajadores debía necesariamente estar "atado" a subas en la productividad de modo de no afectar la "competitividad" de las empresas y la economía y la industria nacionales.

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HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILlDAD

En cuanto 41primero de esos temas, la casi sistemática expulsión de mano de obra del sector industrial, a punto tal que los registros de empleo co-. rrespondientes a 2001 representaron menos de la tercera parte de los del, bienio 1989-1990, asumió un papel decisivo en la acelerada expansión de la desocupación y la subocupacíón en la economía argentina que, natural-,

LA APERTURA EXTERIOR

IMPORTADORA:

COMO

FASE SUPERIOR

IMPACTOS

SOBRE

DE LA POLÍTICA

...

189

EL COMERCIO

INDUSTRIAL

Antes de abordar el comportamiento del comercio externo de manufacturas durante las sucesivas gestiones de Carlos Menem y Fernando de la

mente. se acentuó en los últimos años recesivos de la convertibilidad. En ese escenario, la presión ejercida por esa masa de "excluidos" del mercado de trabajo desempeñó un rol determinante en el deterioro de las condiciones de trabajo, la reducción de las remuneraciones fabriles y la creciente apropiación del excedente por parte de los capitalistas. Sin embargo, esto remite a la necesaria diferenciación entre ganancias brutas y netas, con la particularidad de que durante la vigencia del patrón convertible, ante la presencia de muy altas y diferenciales tasas de

Rúa, resulta pertinente introducir algunos comentarios sobre dos temáticas que afectaron el desempeño comercial del sector fabril durante el período: las acciones desplegadas en materia de apertura importadora de la economía y la política cambiaría, muy particularmente durante la vigencia del régimen de convertibilidad. En cuanto al primero de estos aspectos, no cabe duda de que desde fi-

interés reales, se verificó una suerte de segmentación del empresariado industrial en su relación con los circuitos financieros. Así, aquellas firmas

pel protagónico en el programa neoliberal de corto y largo plazo. Es más, independizándose de su (en teoría) necesaria articulación con las medidas tomadas en relación con los sectores productivos, terminó por

-en su mayor parte pequeñas y medianas- que debieron recurrir al mer-. cado interno afrontando tasas de interés casi expropiatorías seguramente vieron licuadas las ganancias brutas asociadas con un mayor margen de explotación de los trabajadores. En contraposición, las grandes' firmas fabriles, con facilidades de acceso muy diferenciales tanto al crédito interno como externo, encontraron en la especulación y la valorización financiera de sus recursos una forma de potenciar aun más los exceden tes apropiados en la actividad estrictarrien te fabril. En definitiva, a partir de la estructura de precios y rentabilidades relativas de la economía local que se conformó durante la década de 1990 puede inferirse que una parte considerable de ese incremento en la tasa bruta de rentabilidad empresaria terminó canalizándose hacia otros sectores de actividad (fundamentalmente el financiero) y/o hacia la fuga de capitales al exterior. En ese sentido, la especulación

financiera, incluso a

escala mundial, se convirtió en uno. de los ejes estructuradores del proceso de acumulación del capital de las grandes firmas y grupos económicos con actividad en el ambiente manufacturero. La regresividad distributiva en la industria constituyó para las pequeñas y medianas empresas "sobrevivientes" una forma -facilitada y/ o inducida por las propias políticas económicas- de morigerar los impactos negativos de la confluencia de la apertura económica, el retraso cambiario y la vigencia de tasas de interés fuertemente para las grandes empresas y conglomerados,

positivas. En contraposición, el fenómeno operó en favor

de un proceso de reproducción ampliada de sus capitales que tuvo un referente esencial en los circuitos financieros.

nales de los años ochenta la política de apertura asumió, por su intensidad, y más allá de las asimetrías y las discontinuidades implícitas, un pa-

convertirse en un instrumento más de la política de estabilización de corto plazo, e incluso del ajuste externo y fiscal. En ese sentido, la política arancelaria desplegada desde la primera reforma (octubre de 1989) reconoció marcadas discontinuidades de corto plazo, aunque siempre inscriptas en un sesgo estratégico crítico para la mayoría de los sectores industriales, con la excepción de unas pocas actividades y ciertos oligopolios que contaron con protecciones naturales o normativas. Las permanentes modificaciones en la estructura de los aranceles a la importación y la remoción de las barreras paraarancelarias fueron una constan te durante los primeros años de la administración de Menem. Así, entre octubre

de 1989 y noviembre

de 1991 el arancel no-

minal promedio descendió del 26,5% al 11,7%, al tiempo que fueron eliminados los derechos específicos y las restricciones paraarancelarias sobre algunos bienes. En suma, si bien en octubre de;1992, por razones estrictamente fiscales, se incrementó la tasa de estadística que debían .tributar las importaciones del 3% al 10% -aunqueen.Iü'B quedaron ,desgravados los bienes, de capítal-, la intensidad del proceso de apertura queda.claramente-evi-. denciada con sólo considerar que entre.el momentodeasunción del gobierno justicialista y fines de 1992 el arancel promedio se redujo de casi el 30% al 10%, el arancel máximo pasó del 40% al 20%, el número de partidas con máximo arancel se redujo a ,~enos de~l~ quinta.parte \ removieron las barreras paraarancelarias (tu~dr9

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HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILlDAD

Cuadro 41. Argentina. Evolución de la estructura de los aranceles a las importaciones en los primeros años del gobierno de Menem,julio 1989-noviembre (en porcentajes y valores absolutos)

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1989 28,86 13,90 40,0 0,0

1989 26,46

1990 17,29 5,36 24,0 5,0

1992 10,24 5,17

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12,88 37,0 0,0

1991 11,74 7,31 35,0 0,0

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129 122

325 27

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425 1450

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aprovechamiento pleno de su poder oligopólico y los canales de distribución les posibilitaron comercializar su propia producción así como

De todas maneras. en ese escenario aperturista, las asimetrías en el trata-¡ miento arancelario de algunas actividades industriales, como es el caso't de las empresas automotrices o los electrodomésticos fueguinos, se conju-r garon con discrecionalidades no menos significativas asociadas al poder dea lobbying de algunos importantes grupos económicos locales (como de-s particularmente

a partir de 1993, la aplicación de cupos o dere-I ciertos papeles, chocolates, etc. ),4

Por su parte, esa sostenida reducción de los niveles arancelarios se vion igualmente reflejada en la evolución de la protección efectiva.é? ASÍ, en-t tre 1990 y 1995 la protección

nominal

agregada

texto operativo de la mayoría de los agrupamientos manufactureros que se vio agravado por el abaratamiento del tipo de cambio real de "las importaciones. No obstante, para unos pocos sectores de actividad, . el proceso de apertura generó otro tipo de efectos que, dadas las imperfecciones .de~ mercado doméstico. quedaron circunscritos a algunas de las principales empresas de diversas industrias. En efecto, el

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chos específicos para calzado deportivo,

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Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de Azpiazu (1994).

muestran,

DE LA POLÍTICA

casi 18 y más de 26 puntos porcentuales. respectivamente. ubicándose en 1995 en apenas el 8,4% en el caso de la nominal y en sólo el 5,4% en cuan to a la protección efectiva de la producción local (cuadro 42). En síntesis. en el ámbito fabril el proceso de apertura al exterior, puesto en marcha en los inicios del gobierno de Menem y sostenido durante la siguiente gestión. produjo una alteración radical en el con-

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2335 849

FASE SUPERIOR

cerca de tres puntos porcentuales). Por demás significativa y trascendente resulta la identificación del tipo de bien más afectado por la reducción de las tarifas de protección nominal y efectiva: se trata de los bienes de capital. que entre 1990 y 1995 vieron decaer estas tarifas en

partidas

Cyaran. máximo

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se contrajo más de ochoa

puntos porcentuales (pasó del 18,4% al 10,2%), al tiempo que la efectiva se redujo más de nueve puntos porcentuales (del 20,3% al 11,0%, respec-l tivamente), fenómenos, ambos, que se reproducen cualquiera sea el tipó. de bien que se considere con la única excepción de la protección efectiva' correspondiente a los bienes no durables de consumo (que se íncrernentó'r

¡

la de bi... enes importados sustitutivos o complementarios de aquélla. Ese fenomeno se manifestó en varias actividades (diversos productos alimenticios, bebidas, confecciones textiles, productos químicos y agroquÍmicos, cerámicos, sanitarios, etc.) e implicó el desplazamiento del núcleo técnico de las empresas involucradas desde el área de la producción a la de la comercialización. así como la morigeración del potencial "efecto precio doméstico" de las importaciones abaratadas ~or la apertura y el rezago cambiario, y la consolidación de barreras al ingreso a los respectivos mercados, entre otros fenómenos. En contraposición, fue.precisamente en uno de los sectores clave para cualquier sistema industrial donde se evidenció la mayor intensidad de la desprotección .comercial (la producción ;local de bienes de capital), agrav~da en muchos casos-por usual rerurrencia a la exención de arance-

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les para su importación el"}el inte~to¡~ei~~<;lucir la form:~ci,~n de capital.

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HECHO

EN ARGENTINA LA CONVERTIBILIDAD

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Cuadro 43, Argentina, Evolución del tipo de cambio real, 1982/1990-2001 (en Índice base 1993 = 100)

Comercio

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DE LA POLÍTICA..


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SUPERIOR

sino también del encarecimiento relativo de la producción local exportable, una situación particularmente perjudicial para las actividades no afincadas en las ventajas comparativas estáticas del país. Con ligeros matices temporales, y a pesar de los intentos por atenuar sus impactos (como Con las señaladas "devaluaciones fiscales" o los "planes de competitividad"), el atraso carnbiario constituye un marco de referencia ineludible para el análisis del comercio exterior de manufacturas (cuadro 43), Si bien la dellación nominal de los precios domésticos en los últimos años de vigencia del régimen de convertibilidad posibilitó una cierta depreciación real del tipo de cambio

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FASE

Otro campo que presenta nuevamente las figuras de la tragedia y la farsa es la pérdida de competitividad de la industria asociada a la paulatina y crecien le apreciación de la moneda local. En este caso, desde la perspectiva comercial, ya no se trata solamente del abaratamiento de los bienes importados


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Con el dólar estadounidense,

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COMO

~ '"9.! 'O bO e

E -c

Tipo de cambio exterior(l)

real Libre(2:)

Periodo 1982,1990 1990 1991

228,8 169,2 115,9

Periodo 1991,1998 1998 ,1999

96,3 90,S 81,3

2000 12001

101,8 105,4

90,2 91,7

108,8 112,0

282,8 194,1 124,3 103,7

§.

c5

~ ~ ~ ;.::;

•..~ "

(1) Los tipos de cambio reales están definidos como: tipo de cambio nominal x índice de precios internacionales/índice de precios domésticos. El de comercio exterior se calcula utilizando un tipo de cambio medio para exportaciones, que surge d~ un promedio ponderado del tipo de cambio efectivo de las exportaciones primarias y el que ri~e para las Idem~1 exportaciones. El indicador de precios internacionales es el índice de precios de las exportaciones argentinas (expresado en dólares estadounIdenses) y el índice de precios doméstico es el de precios al consumidor." • .I , (2) Surge de considerar como índice de precios internacionales); domésticos la respectiva evolución de los precios al consumidor. ' I ( -1, I Fuente: Elaboración propia sobre la base de información d~ Heyrrlarin . (2000) Yla CEPAL. Oficina en Buenos Aires.

en

194

HECHO EN ARGENTINA LA CONVERTIBILIDAD

A partir de estos datos, cabe señalar que en términos de los saldos resultantes a lo largo del período lo primero a destacar son sus marc#adas fluctuaciones: como surge de la información aportada para el gra~co 11, entre 1990 y 2001 se alternaron seis años superavitario~ (l~s bienios 1990-1991, 1995-1996 Y 2000-2001) Y otros tantos deficitarios (los restantes) .

Gráfico 11. Argentina. manufacturero,

Evolución del intercambio

comercial

COMO

FASE SUPERIOR

195

DE LA POLÍTICA..

1994 por efecto de la reactivación de la demanda interna, los primeros . impactos de la apertura y el paulatino rezago cambiario (con un claro liderazgo de los bienes de consumo y en menor medida de los bienes de capital), las exportaciones fabriles se mantuvieron relativamente estables hasta 1993, para mostrar una ligera alza en 1994, con una presencia activa de las ventas al Mercosur. El año 1995 fue, en cierto sentido, un punto de ruptura asociado al denominado "efecto tequila" y, también, una primera manífesracíon palpable de las limitaciones y las insuficiencias del régimen converti-

,

1989-2001 (en millones de dólares)

ble. Al quebrarse la expansión de la economía y el sector fabril, las demandas reales de importaciones decayeron ligeramente (6,9%), mientras

35.000~-------------------ílO.000 8331

que las exportaciones

30.000

industriales se incrementaron

aproximadamente

el

20%, por efecto del precio internacional de algunos commodities manufactureros pero también Como resultado de los mayores volúmenes colocados en el exterior como conducta contracíclica. De allí en más y

25.000 5294 20.000

hasta la implosión del régimen de convertibilidad pueden reconocerse dos grandes fases. La primera, durante el bienio 1997-1998, an-

15.000

tes de la generalizada recesión económica que desembocó en la crisis final de la caja de conversión fija con el dólar. En esta etapa las importaciones ascendieron a más de 30.000 millones de dólares, sin mayores cambios en su composición, y las exportaciones se mantuvieron prácticamente estancadas debido a la recuperación de la demanda interna. La segunda y decisiva etapa, no ya 'en términos de los resultados de la

10.000 5000

1989

1990

1991

1992

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información CEPAL. oficina en Buenos Aires.

Las evidencias de referencia

del INDEC y la

indican que en el bienio 1989-1990 se re-

gistró un notable superávit comercial (el acumulado superó los 13.50.0 millones de dólares), asociado al propIO ajuste recesivo consecuencra de sendas hiperinflaciones

que derivaron

en un ameset~miento

de las

compras al exterior y crecientes saldos exportables ~so~lados a la.pr~ pia intensidad de la retracción de la demanda domestica. A partir de 1992 se revirtió el signo de los saldos comerciales y hasta 1994 se acumuló un déficit superior a los 12.000 millones de dólares. ASÍ, por. ejemplo, en ese último año el desequilibrio externo (superior a los 5800 millones de dólares) representó más del 37% del valor de las exportaciones. Mientras las importaciones se quintuplicaron entre 1990 y

balanza comercial de manufacturas sino en lo relativo al propio régimen de convertibilidad, es la que se inició a mediados de 1998 Y concluyó con la crisis terminal: entre 1998 y 2001 las importaciones decayeron más del 35%, al tiempo que las exportaciones mostraron un incremen to muy ligero (del 2,7%), que resultó inferior al que podría suponerse dada la intensidad de la contracción de la demanda inter-na.U De

,

• '1

r

í

11'

31 La recesión que se inició a fines de los noventa respondió a factores diferentes que la que se produjo en 1995 a raíz de la crisis mexicana. Esta última'~'¡'nicióH:( en el sector financiero para luego trasladarse a la economía real. miefrlliás qúe':n la recesión originada a partir de las crisis rusa y del sudeste asiático t;~~rcu~iór. ~ profundamente en el sector real de la economía induciendo una. ¡ I I desace!eración de las exportaciones. Esto responde, entre otiJr¿b!~;tdt ¿f.l deterioro en los términos de intercambio de los principales bienes exportadoso l por el país, la pérdida de compeuuvidad relativa de la economía local asociada a las "devaluaciones competitivas" de numerosos países, el inicio de '{ne fase recesiva en el escenario internacional y la aplicación de políticas proteccionistas por parte de las naciones centrales. ,11~ fj

196

HECHO

EN ARGENTINA LA CONVERTIBILIDAD

todas maneras, como resultado de ello, entre 1998 y 2001 el intercambio comercial de manufacturas pasó de una situación de déficit considerable,

Total

pecial Ia de los sectores sociales de mayores recursos, las ~ompras del bienes de consumo en el exterior incrementaron sustancialmen te SU] participación en el total, a punto tal que en .1~94 ~~presentab~n alr~-~t dedor de la cuarta parte, frente a una parUClpaclon promedio pró-¡ xima al 7% en el bienio 1989-1990 (cuadro 44). De allí en más, con. k!' salvedad del crítico año 1995, en el que representaron poco menos del » 20%. su participación siempre superó ese porcentaje e incluso fue en aU~J mento desde poco antes del inicio de la fase terminal del régimen delA convertibilidad (1997) hasta 2001, claro que con decrecientes taciones globales. En este plano, la incorporación al mercado

im por-ds domé •.•,!

tico de bienes

y el re,~

de consumo

abaratados

por la propia

apertura

traso cambiario (en numerosos casos sustitutivos de producción local)~ no estuvo disociada de las estrategias desplegadas por muchas empre-, sas fabriles oligopólicasque

buscaban

consolidar

o profundizar

sus p0"~

siciones de mercado. Al respecto, existe una amplia gama de evidenC1as~~ puntuales (productos lácteos, galletitas, cervezas: textiles, ~edicamento~;~ etc.) que demuestran que buena parte de esas importaciones fue reahzada por un puñado

de actores oligopólicos,

que, aprovechando,

su.s

canales de comercialización y distribución, desarrollaron esas p~ac~~~ cas y desvirtuaron e! efecto disciplinador que se buscaba consegUlr:o-, bre los precios internos de las importaciones sustitutas de la producción local.

Bienes

SUPERIOR

Combustibles

intermedios

1989 1990 1991 1992

fundos cambios que se registraron a partir del lanzamiento del Plan de.¡ Convertibilidad, cuando, muy particularmente en lo que atañe a la par-I

A partir de 1991, en un marco de crecientes importaciones, en con-.l sonancia con la acelerada re activación de la demanda Interna, en es-e

FASE

DE LA POLÍTICA

..

i97

Cuadro 44. Argentina. Composición de las importaciones según tipo de bien, 1989-2001 (en porcentajes)

(casi 5500 millones de dólares, equivalentes a más del 20% de las ventas' al exterior en el año) a un superávit cercano a los 6400 millones de dÓ-1 lares (que representó más del 30% de las alicaídas importaciones del año). En este contexto. resulta interesante reflexionar acerca de la composición de las compras en el exterior y considerar. en ese marco, los pro-'.

ticipación de los bienes de consumo. se quebraron la~ te~dencias q~e ha-o bían quedado manifiestas durante la gestión de! radicalismo y volvieron» a prevalecer las emergentes bajo la dictadura militar. ~~;

COMO

,

I

1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

44,7 52,6

100,0 100,0

52,7 51,4

100,0 100,0

49,5 48,2

100,0 100,0

50,6 52,9

68,1 68,0 56,4 49,5 47,0

Bienes

de

consumo

8,7 7,9 5,5 2,8 2,3 2,8 .4,0 3,6 3,2 2,7 2,9 4,1 4,1

Bienes de capital

5,4 8,4 20,8 26,9 26,1 24,6

17,8 15,7 17,4 20,8 24,6 27,9

19,6 20,1

23,8 23,6 25,4

20,0 20,7 21,5 21,9 22,4

27,1 27,4 23,5 20,6

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC y tabulados especiales de la CEPAL, Oficina en Buenos Aires.

Por su parte, después de la profunda contracción de! proceso de forma_ción de capital manifestada en los últimos años de la década de 1980 y el .inicio de la de 1990 (recuérdese que en esta etapa la inversión f!ia neta fue :negativa), a partir de 1991 se registró una creciente participación de las compras externas de equipamiento para la producción en las importaciones totales, que se estabilizó en torno al 24-28%, hasta que en los últimos años del régimen

de convertibilidad,

y en consonancia

Con la po-

1;

bt~ dinámica del proceso inversor y un escenario de caída significativa, dr.,las importaciones globales a raíz de la crisis económica e industrial;~ l~'participación de los bienes de capital terminó por ubicarse, en '20.01,,' cill.~si dos puntos porcentuales p
l.

:1

198

HECHO

LA CONVERTIBIUDAD

EN ARGENTINA

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

de la profunda contracción del nivel de actividad local desde mediados de 1998, este segmento denotó una participación creciente en el trienio 1999-2001. Se trató, en realidad, de la simple resultante de una caída menos pronunciada que la registrada por el total de las importaciones, a punto tal que ya a partir de 1997 las compras en el exterior de materiales intermedios decrecieron en valor de manera sostenida e ininterrumpida hasta 2001. Un aspecto que se retrotrae como tendencia a la gestión del radicalismo, y que se acentuó y aceleró sustancialmente durante los años noventa, es la creciente gravitación de las exportaciones industriales no tradicionales en el total de las ventas externas. En efecto, ya hacia fines del gobierno fonsín éstas habían representado

de Al,

más del 30% del total de las colocaciones

externas, porcentual que superó el 40% en 1993 y se ubicó por encima de~ 55% en el bienio 2000-2001 (cuadro 45). Sin duda, el significativo avance de las exportaciones de manufacturas no tradicionales es un aspecto que merece resaltarse, máxime si se consideran las fluctuaciones de las ventas al exterior de este tipo de mercancías, la incidencia que tuvieron las exportaciones contracíclicas en muchos de los años del período bajo análisis y las limitaciones impuestas por el retraso cambiario. En ese escenario resultan significativos algunos de los cambios registrados en el interior de estas ventas externas. Al respecto, el ejemplo más destacado es el ofrecido por los combustibles, que no sólo incre-, mentaron sustancialmente su participación en las exportaciones no tra~ dicionales, del 8,7% en 1989 a más del 30% a principios del presente si> glo, sino que entre

1991 y 2001 acumularon

10.000 millones de dólares. Otra de las actividades que durante

ventas al exterior

por casi'

}[( el período estudiado reveló una cre-r

ciente presencia en las ventas de manufacturas no tradicionales, aunque en este caso con importantes oscilaciones interanuales, es la que agrupa a lasi distintas industrias productoras de maquinaria y equipos. En realidad, tanto por su peso específico como por su dinamismo, la rama automotriz es res!1 ponsable de una proporción decisiva de esa creciente presencia en las ven.;.l! tas al exterior, amparada

por el régimen especial de privilegio para las gran-

des terminales que consolidó un esquema de armaduría.

Entre 1991 Y2001

las exportaciones de este sector comportaron un monto superior a 19S 13.000 millones de dólares. Sin embargo, más allá de su consolidación como parte constitutiva fundamental del crecimiento de las colocaciones externas de productos no tradicioriales, no puede ignorarse que ese peculiar régimen de protección

y de "intercambio compensado

déficit comercial que superó las exportaciones

n

tuvo su correlato en un

acumuladas.

",¡

(.01000

ll'lOOt'--O)t'--O

g~~g~~~~;;~~gg

ll'l
...

199

200

LA CONVERTIBJUDAD

HECHO EN ARGENTINA

Paralelamente,

el importante

crecimiento

de las ventas al exterior

decreció significativamente (de más del 31 % en 1989, a menos del 10% en 2001), a pesar de que aumentó considerablemente en dólares corrientes entre 1991 y 2001, pero, a diferencia de los productos químicos', no implicó desequilibrios comerciales sectoriales agregados. ' En términos generales, y circunscribiendo el análisis al campo de las exportaciones industriales no tradicionales, queda suficientemente reflejado que durante los años noventa, en el marco de la implementación de una

tabaco, productos

químicos y productos

metálicos, maquinaria

y equipos)

dieron cuenta aproximadamente del 85% del crecimiento de las ventas al exterior entre 1991 y 2001, con porcentuales más o menos similares en cuanto a sus respectivos aportes relativos. Si bien sólo en el caso de las colocaciones externas de alimentos, bebidas y tabaco se verificó una pérdida de participación relativa en el total de las ventas al exterior (del 50,7% en 1991 al 38,3% en 2001), tales industrias fueron las que explicaron casi el 27% del incremento de las exportaciones industriales entre los años de referencia (particularmente las agroindustriales, vinculadas en la generalidad de los casos a las primeras fases de elaboración de las respectivas materias priWas). Al distinguir el total de las ven tas al exterior de acuerdo con el sector de actividad, los datos resultan plenamente consistentes con lo analii:a.do en relación

con las no tradicionales.

201

y

industriales, porcentajes)

y

1991-2001

(en millones

de dólares corrientes

Aporte al crecimiento 1991·2001 Mili. U$S %

1991

1994

1998

50,7

46,1

44,1

38,3

2461,7

26,6

confecciones y cuero Papel,

9,7

11,0

6,6

6,4

312,0

3,4

imprenta y publicaciones Productos I Químicos

1,3

1,9

2,3

2,1

261,1

2,8

16,4

14,8

15,5

23,2

2734,6

29,6

1,0

0,7

0,7

0,6

17,7

0,2

9,4

5,9

5,9

7,6

546,4

5,9

11,0

17,2

23,8

20,1

2641,7

28,6

0,4

2,4

1,1

1,7

272,0

2001

Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, !

I

Minerales no metálicos Industrias metálicas básicas Maquinaria

I v eouioos Otras

manuf. y madera y muebles Total

2,9 "1

100,0

100,0

100,0

100,0

9247,3',: ,

,

~,I,,"¡ ••

Más allá de las frecuen tes exporta-

ciones contracíclicas, el patrón de especialización externa del país que fue consolidándose desde la segunda mitad de los años setenta no hizo

..

Cuadro 46. Argentina. Composición de las exportaciones aporte al crecimiento agregado según grandes divisiones

Años

política económica que estaba lejos de propender a un proceso de desarro110 industrial "sano", el perfil de las ventas al exterior continuó profundizando rasgos que se remontaban al proceso dictatorial: reprimarización,

nes sectoriales (cuadro 46). Así, apenas tres divisiones (alimentos, bebidas y

DE LA POLÍTICA

naJ

productos de la química y la petroquímica básica (con la salvedad de los combustibles), y aun de abonos y plaguicidas, resultó contemporáneo a un déficit comercial asociado, en la generalidad de los casos, a bienes de mayor valor agregado y complejidad tecnológica. No sucedió lo mismo en el caso de las industrias metálicas básicas (siderurgia y aluminio primario). cuyo aporte a las exportaciones manufactureras no tradicionales

dógeno y una limitada generación de puestos de trabajo. 2; No difieren mayormente las inferencias que pueden extraerse al ampliar la perspectiva de análisis al conjunto de las exportaciones industriales (incluyendo las tradicionales) a partir de su diferenciación según grandes divisio-

FASE SUPERIOR

más que fortalecerse durante Jos años noventa y co J .. d 1h . mo e emento edícío, se e~Laca e echo de que muchos de los rubros de mayor dinamismo en materia exportadora operaron con saldos comerciales más o deficitarios. menos

de

aprovechamiento de ventajas comparativas estáticas asociadas a la dotación local de recursos naturales, usufructo de espacios de privilegio espurios, escasos eslabonamientos internos y/o propulsores de un cierto desarrollo en-

COMO

Fuente: Elaboración

propia sobre la base de información

del INOEe

'f I

"

,,100,0

"

!'NI!

1,

")1

" Y

el CEPo

202

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

CONCENTRACIÓN, EXTRANJERIZACIÓN

y

CRISIS DE LAS PYMES

las firmas líderes (1l,3% acumulado entre 1993 y 2001) se produjo en forma simultánea con un importante crecimiento de la productividad laboral, del orden del 45,1% entre esos años (gráfico 12).33 Este hecho estuvo

el superávit

bruto de explotación

por ocupado

(la parte del producto

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

l~'°-y---=_~__p.P'~OOfu"~,ti~~"~.;d--------------------

~

-o-S3lariorncdio

150,0

140,0

salarial por ocupado (salario medio) creció alrededor del 29%. De ello sej deduce que una parte mayoritaria del aumento en la productividad media

130,0

_Superávit

155,3

bruto por ocupado

149,1

153.3 146,9

/-----i45,l <,....,//"/ 128,4

133.2

de la mano de obra ocupada en los principales oligopolios fabriles fue aca-•.. parada por sus propietarios: la distribución funcional del ingreso en el in71 terior de esta cúpula empresaria industrial denotó una pérdida de cuatro puntos porcentuales del sector asalariado en favor del capital.

128,7

Entre las principales conclusiones se destacan la consolidación de·} una tendencia que se remonta a mediados de los años setenta, com8t es la creciente apropiación del excedente por parte del capital en gel.. neral, y de las grandes corporaciones de la industria en particular. Se (1973):

"Nuestro

que avalan

análisis abstracto

sistencia de la competencia

las argumentaciones

2001

Fuente: Elaboración

de Robinson

nos lleva, pues, a pensar que la per-

imperfecta

en el mundo real entraña una

,nI ,

20

Gráfico 12. Argentina. Evolución de la productividad, el salario medio y el superávit bruto de explotación por ocupado en la cúpula industrial, 1993-2001 (en Índice 1993 = 100)

bruto por obrero percibida por e! empresario una vez descontada la masa salarial) se incrementara aproximadamente el 53%, mientras que la masa

trata de evidencias

3

...

tendencia a la expl~tación y que esta tendencia se ve f d I enormemente reorza a pOI" a ~reación de grandes corporaciones que absorben en su seno un gran numero de empresas que antes competían entre sí".

Con respecto a los cambios sobrevenidos dentro de la cúpula empresaria fabril durante los gobiernos del justicialismo y la Alianza.32 una primera cuestión a destacar es que el incremento registrado en el valor agregado de

asociado esencialmente al fuerte ritmo de expulsión de asalariados, que superó, los 68 mil obreros; a fines de la convertibilidad la masa de ocupados representaba e! 77% de la registrada en 1993. De allí que en idéntico lapso

COMO

propia sobre la base de información

dellNDEC.

f~.

,

¡;' ,

~~m.~especto a las formas que asumió el proceso de concentración y centraIización del capital en la industria manufacturera argentina en el transcurso'.

.:;.>,'.

1

32 En aquellos casos en los que la información disponible lo justifique,la delimitación de la "cúpula industrial" trascenderá la consideración de las cien mayores empresas del sector. La evidencia provista por la Encuesta Nacional a Grandes Empresas del INDEC (ENGE) constituye un claro ejemplo de la .;;( distribución funcional del ingreso en las grandes compañías manufacturerasu relevadas entre 1993 y 2001 que. con oscilaciones decrecientes en cuanto a r',~: cantidad, se u-ató en promedio de poco más de 300 de las 500 grandes firmas-· que integraron el panel cada año. ,./t 33 El comportamiento de estas dos variables se encuentra muy influido por la crisis iniciada a fines de la década de 1990: entre 1993 y 1998 el producto bruto de la cúpula Febril se expandió un 27,2% y la productividad de la mano de obra empleada en las empresas que la integran un 40,7%. mientras que en el cuau-ienio 1998-20011a primera cayó un 12,5% y la í segunda se incrementé un 3,2%.

de la tercera e~pa de! "modelo financiero y de ajuste estructural", cabe eva- rr luar la evolución de la participación de las cien empresas industriales del' mayor enver~adura en el conjunto de la producción sectorial. La ausencia'§! ,de mfo~maclOn oficial relativa a la evolución del valor bruto de próducCiófi industrial agregado a precios corrientes= obliga a recurrir a un índícadnj-«. .)

,u·;
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C\

204

HECHO

EN ARGENTINA LA CONVERTIBILIDAD

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLfTICA...

205

proxy, que, si bien no permite ponderar exactamente

el peso relativo de tales firmas en el valor agregado generado por la industria nacional, ofrece elementes de juicio suficientes para establecer cierto orden de su magnitud y, a la vez, apreciar su dinámica desde principios del decenio de los noventa. Se trata, en otros términos, de la consideración del PBI a precios corrientes asumiendo, como primer supuesto, que al cabo de los años bajo análisis (19932001) no se habrían registrado cambios de trascendencia en la relación valor agregado/valor bruto de producción en el interior de la industria. Al respecto, y siempre recurriendo a las mejores aproximaciones con que se cuenta, de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (ENGE) elaborada por.

cúpula empresaria no difiere mayormente del valor de producción generado por ella. En otras palabras, desatiende la posibilidad, particularmente pr~~able durante la convertibilidad, de que las Ventas dé las grandes cornp_a~las~uedan ~ncorporar una cierta proporción vinculada con la comerclahza~~on de bienes finales importados y/o de producción'tle'terc.eros. La ado~clOn ~e este supuesto, de cualquier modo. no afecta mayormente las c~nslderaclones ~recedentes respecto de la trascendencia económica de la cúpula empresaria y. menos aún. la de su evolución duranté horizonte temporal analizado.w

el 1,

el INDEC sobre las 500 mayores empresas surge que en el ámbito de las manufactureras entre 1993 y 2001 tal coeficiente fluctuó en torno al 33,2%, con¡

, Cuadro 47. ~gentina.

picos del 31,8% en 1996'y 34,7% en 1993. En otras palabras, más allá de la asimilación (al sólo efecto analítico) y del valor bruto de producción" ven-¡

PBI industrial (1) "1993

dría en realidad un aporte de poco más del 26% a la generación de val.qr agregado en la industria (nuevamente, aproximaciones mediante). . Hechas estas necesarias aclaraciones metodológicas, la información que se expone en el cuadro 47 permite concluir que entre 1993 y 2001.el PBI industrial a precios corrientes creció a una tasa anual acurnulativa del

1999

por las del co-

eficiente valor agregado/valor bruto de producción que surge como promedio de la información de la ENGE,35 tal relación proxy de la signifidación de la cúpula fabril en la industria en su conjunto pasó de un piso; del 26,6% en 1993 al 37,9% en 2001. . '1M El segundo supuesto implícito en este intento de establecer el orden de

del PBI industrial.y

Ventas

Relación

Relación

(2)

(2) / (1)

(2)

j

(1)

43.138 45.873 44.502 47.723 53.382

42.717 45.888 50.975

80,0 90,0 96,0 96,1 95,5

53.326 48.090

54.259 51.459

101,7

33,8

107,0

35,5

34.503 41.287

26,6 29,9 31,9 31,9 31,7

"2000

46.877

52.100

2001

111,1

36,9'

43.242

49.310

114,0

37,9

TAA 1993-2001

"'

e!

3,0%

4,6%

, • Considerando la ~elación valor agregado/valor

bruto de producción de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (INDEC) du ti' . d 1993-2001;; 33,2%. ran e e peno ~, ~uente: Elaborac!ón propia sobre la base de información Area de Econon~lIay Tecnología de la Fl.ACSO.

del INDEC

y el; .

magnitud de la gravitación relativa de las grandes firmas fabriles que operan en el país se relaciona con la consideración de que la facturación de la

,11' ~¡i ,., t -1)

En srntesis, más allá de que la estimación 35 Si bien en el cuadro 47 se presenta la relación directa entre el PBI a precios corrientes y las ventas de las cien mayores empresas industriales, lo realmente importante, por las razones apuntadas precedentemente, son las respectivas evoluciones en el transcurso del período analizado.

las

correaída=

'1994 "1995 "1996 fl997 ¡¡998

3,0%, prácticamente las dos terceras partes del ritmo evidenciado ventas de la cúpula empresaria. Si se considera el factor corrector

Evolución

ventas de la cúpula empresaria del sector, 1993-2001 (en' "" millones de pesos corrientes, relación y porCentajés)' ¡-,t'

tas, y del valor agregado" PBI, ese nivel promedio de alrededor del 33,2% que representa la relación valor agregado respecto de valor bruto de producción puede ser considerado un buen proxy a ~osefectos de estimar la magnitud o la significación de las 100 mayores empresas fabriles en la industria del país. En términos excesivamente simplistas. pero igualmente útiles a los fines analíticos, podría considerarse que si las ventas de las 100 mayores firmas de] país representaran el 80,0% del PBI sectorial (como en 1993), ello supon-

.'.

may¡res empresas manufactureras



de la participación

d~;'las cien

del país en la generación

de riquezas

!.J>l

r

m.

~ij ,. ~.

_.~

36 Véase el Anexo 2 de Schorr (2004).

. 'Ip ~',;:I~ I¡:>A

206

HECHO

EN ARGENTINA LA CONVERTIBILIDAD

COMO

FASE

SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

..

207

en el sector es aproximada, resulta irrefutable que fue en aumento y se acentuó significativamente a partir del inicio de la fase terminal de vigencia de la convertibilidad (1998).37 Se trata, sin duda, de un eleva~o nivel de concentración productiva que, no obstante, hace abstracción de un fenómeno característico de la economía argentina posdictadura militar: el control de un número importante de las principales empresas del país por parte de algunos grandes grupos económicos de capital nacional y extranjero. Así, el índice de concentración industrial glo-

mercado de los combustibles políticas en la consolidación macéuticos;

• las transferencias de capital. registradas en distintas ramas fabriles que tuvieron lugar sobre todo en la segunda mitad de la década; que supusieron en la mayoría de las ocasiones el traspaso de firmas nacionales a distintas compañías y conglomerados extranjeros. En este caso, tal proceso derivó en un. aumento, en las ventas de la elite ern pr'esar-ia manufacturera dado que. en muchos casos, por

bal que consta en el cuadro 47 no refleja en toda su di~ensión -si~o que subestima- el grado de oligopolización real del conjunto de la mdustria manufacturera local. 38 Los datos disponibles

indican que entre los procesos que asumieron

efecto de la operación se incrementaronlla ración de la firma compradora;

nes y adquisiciones y, más ampliamente, las formas que adoptó la aceleración de la concentración y la centralización del capital en el transcurso de los años noventa, así como sobre el comportamiento

• al margen de ciertas heterogeneidades, se trata de firmas lí~eres cuyos patrones de especialización e inserción en el mercado lnte~nacional trascendió el mero comportamiento contracíclico frente~ a la retracción de la demanda doméstica. El crecimiento de las ex-

de las grandes empresas (por ejemplo, en lo atinente de precios);

especial de diversas commodities provenientes de las industrias ~limenticia, petrolera, de metales básicos y química; .:. ( y "desregulación"

los pr
como, a título ilustrativo¿as

J.•.•

h

agroindustriales,

la peculiar

"desregulación

"<del

"r

37 Al decir de Kalecki (1977): MEIgrado de monopolio tiende a elevarse durante la depresión de la actividad económica general, y a volver a disminuir durante el período de auge".. . 38 A simple título ilustrativo, cuando se analiza el panel de las cien firmas ~'; industriales de mayor envergadura en 1998 se:comprueba que el grupo local Pérez Companc participaba en la propiedad accíonaria de Pas~, Pecom'Agra y Refisan: el conglomerado Techinr contTa.laba ,cuatro fir,mas hdere~ en la producción sidero-metalúrgica (Comesi.' ~Iat, .~Iderar y Siderca): mientras que el holding español Repsol tenía parucrpacron, entre otras empresas, en Asu-a. Refinor e YPF.

por una inserción en la economía de tipo integrado y/o diversificado, muchas de las corporaciones líderes de la industria doméstica pudieron apropiarse de porciones crecientes de excedente. Ello, entre otras cosas, como resultado de: a) su activa ~articipación -directa o a través del grupo económico al que se

que se vinculan con el privilegiado régimen p~ra la lndustn~ automotriz, la transferencia de poder regulatono real a los 011gopsonios

a la fIjación

• el hecho de que a lo largo del decenio pasado se produjo la radicación o, en algunos casos, el regreso al país de varias compañías extranjeras que por el elevado valor de sus Ventas ingresaron en los primeros puestos entre las de mayor facturación; a favor de su integración a unidades económicas caracterizadas

portaciones de este reducido universo de grandes a~t~:es e~on~ micos durante la etapa analizada evidencia la cornpetitividad ln~~rnacional de buena parte de los productos elaborados por ellos.ien

asimetrías en las formas que adoptaron

y la factu'.

• estrechamente vinculado a los dos puntos anteriores, se destaca la casi total ausencia de control oficial sobre la creciente ola de fusio-

entre otros, los siguientes:

sos de apertura

producción

t

un papel decisivo en el fortalecimiento del poder económico de ese aco- \ tado centenar de grandes empresas fabriles y sus propietarios sobresalen,

• las señaladas

líquidos y la confluencia de ambas de los principales oligopolios far-

mtegraban-,

en los distintos

"nichos" de beneficios

extraordina-

\'

rios que se generaron durante la década de 1990; b) la posibilidad de redireccionar parte de los recursos generados por el con~ junto del conglomerado hacia aquellas empresas que por

P'

diversas razones enfrentaban problemas de sustentación (como muchas del sector [abril). así como de acceder a niveles diferenciales de actividad a partir de la realización de transacciones de

t distinto tipo con otras firmas (no necesariamente manufacuo-e. -ras) pertenecientes al mismo holding económico; y,c) el haber resultado beneficiarias directas o indirectas de los cuantiosos¡re_ cursos que bajo diferentes modalidades se transfIrieron etapa al capital concentrado interno; y

en esta

, 208

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

• la magnitud y la naturaleza de la crisis socioeconómica que comenzó a mediados de 1998 con su correlato en términos de elevada "tasa de mortalidad" y/o profundo debilitamiento estructural de amplias capas del empresariado fabril, procesos que derivaron en una considerable

centralización

del capital.

De modo que, independientemente de los motivos por los cuales se incrementó la facturación de la cúpula manufacturera durante el decenio de los noventa (tanto de carácter estructural como coyuntural), uno de los rasgos centrales que caracterizó el desempeño global de los oligopolios industriales líderes fue su capacidad para crecer muy por encima del conjunto del sector, lo cual trajo aparejado un notable incremento en el grado de concentración global de la producción fabril en el ámbito nacional. En este marco, el estudio de la forma en que ese proceso repercutió sobre las distintas fracciones del poder económico del sector cobra particular importancia. Para ello, se presenta en el cuadro 48 la evolución de la distribución de las empresas y las ventas según las distintas tipologías

empresarias

que conforman

que surge de estos datos es la existencia de

pautas de comportamiento se toman en consideración

diferenciales entre los diversos segmentos. Si los extremos del período 1991-2001 se com-

prueba que tanto por la cantidad de compañías que integran la cúpula como por su peso relativo en las ventas totales. las empresas nacionales (tanto las independientes

como las que forman

una pérdida

de gravitación

~ g1 i ~ g ~ ~ ~-1 ~r-~+-+-+-4-4-~~~~-+~ ~~::e~s:~~s:~~~~

la elite empre-

sarial de la actividad. Una primera conclusión

micos) revelaron

G"!C(')tO(!)C(')OOO"<1ftOf-..OO

t#. iÑ ~

parte de grupos

econó-

por demás significativa

(de

55 a 32 firmas y del 32,1 % al 20,8%, respectivamente). En contraposición, se registró un significativo incremento en la presencia y la inciden-

~f-t--H-++++-+-+-+-I--I

3~~~~~~ "i11

cia de los oligopolios extranjeros: mientras que las empresas transnacionales que integran el ranking de las cien líderes, que aumentaron de 17,á 40, incrementaron su participación en las ventas agregadas del 12,6% en 1991 al 26,1 % en 2001, la significación de las vinculadas a conglomerados económicos en el medio doméstico aumentó en 23,6 puntos porce'1tuales (manteniendo la cantidad de firmas) y se constituyó en la de mayor gravitación dentro de la cúpula (44,8%). Por su parte, la incidencia relativa de las asociaciones pasó del 10,2% al 8,3%, al tiempo que se pn¡dujo la salida definitiva del panel de las empresas estatales debido a su privatización.

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8

000000000

...

209

210

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILIDAD

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLiTICA

...

211

Ahora bien, dentro de este patrón global se pueden reconocer dos fases claramen te diferenciables. La primera de ellas com prendió hasta 1995 y reconoció un notable incremento en la participación en las ventas de la elite fabrtl de las asocíaciones'? y, en menor medida, de las d9S formas representativas del capital extranjero así como de las firmas integrantes de grupos económicos locales (a fines de esta etapa este segmento del gran capital se constituyó en el de mayor participación en la facturación de la elite rnanufactureraj.v'

de la historia argentina contemporánea (tanto por la cantidad de operaciones como por los montos involucrados) , proceso que abarcó a muchas empresas que lideraban diferentes mercados fabriles y poseIan una vasta trayectoria en el país. Como se desprende de la información presentada en el cuadro 48, entre;l995 y 2001 se produjo una significativa disminución en el peso relativo que las asociaciones de capital y las empresas pertenecientes a-grupos económicos locales poseían en el total de las ventas de la cúpula. la la par de una considera-

Cuando se analiza la composición de los rankings de las cien mayores empresas correspondientes a 1991 y 1995, resulta posible corroborar que esa mayor participación de las empresas pertenecientes a gru-

ble expansión de ambos tipos de firmas extranjeras, situación que, en buena medida, refleja la adquisición de-empresas-nacionales por parte de capitales foráneos.;',;¡ ~!IJ;\ \'1·'1 ri! ,~

pos económicos locales y ambos tipos de capital extranjero estuvo directamente relacionada con el dinamismo registrado por sus ventas. En efecto, de la comparación señalada surge que la cantidad de em-

En e! caso de las asociaciones.iesa pérdida de¡participación (de 20,4 puntos porcentuales) se explica básicamente por-dos procesos. De manera determinante, por la adquisición de YPF por parte del conglome-

presas de cada una de esas categorías se mantuvo relativamente estable entre ambos años, así como también que, dentro de cada uno de esos universos, se registró un muy bajo grado de recambio entre fir-

rado español Repsol en 1999, y también por el hecho de que durante estos años se produjo la disolución de tres asociaciones que operaban en la industria automotriz (Autolatina, Ciadea y Sevel),' proceso que trajo aparejada una reasignación de la facturación de tal tipología empresaria hacia las empresas transnacionales (Peugeot-Citroén y Volkswagen) y los conglomerados extranjeros (Fiat, Ford y Renault). La sistemática disminución en la cantidad de firmas y su gravitación

mas. En otros términos, se trató prácticamente de las mismas compañías en los dos años. En función de ello se puede concluir que la mayor gravitación de estos segmentos empresarios en la cúspide del poder económico fabril y el conjunto del sector manufacturero de la Argentina devino del notable incremento en su facturación, que les posibilitó posicionarse estratégicamente en el marco del crecimiento 1 del sector y apropiarse de manera significativa de las nuevas porcio- ,

en la facturación global de la cúpula por parte de los grupos económicos locales (que ascendió 16 empresas y 13,1 puntos porcentuales entre 1995 y 2001, respectivamente) se debe a que ciertos conglomera-

nes de mercado que se crearon en ese período como consecuencia esa expansión fabril.

dos nacionales se desprendieron de numerosas firmas industriales de su propiedad que integraban e! panel de las cien de mayor facturación

de

A partir de 1995 se inició una nueva etapa en la que se alteró sustan-

del país, en la mayoría

cialmen te la dinámica previa, aspecto que se ve reflejado en los profundos cambios registrados en e! peso relativo de los distintos tipos de firmas en la facturación

de la elite. Fue en esta etapa en que tuvo lugar

una de las mayores alteraciones

en la propiedad

del capital industrial..

pos económicos I

de los casos para cederlas

extranjeros,

a compañías

como Astra, Bagley, Canale

o gru-

e Indupa.

La

contracara de estas tendencias fue la notable expansión que experimentaron las dos formas representativas del capital extranjero con actividad en la industrial local. Como evidencian los datos presentados en el cuadro 48, entre los años de referencia la participación conjunta de las empresas transnacionales y los holdings extranjeros en la factura-

39 A la presencia de WF se le adicionó el ingreso a la cúpula de asociaciones de capital como Alpargatas Textil, Pecom Nec y Refinar, a lo que se sumó el considerable incremento de las ventas de firmas automotrices como' Autolatina, Ciadea y Sevel. 40 Con respecto a las firmas locales independientes que integraban el panel, cabe destacar que entre 1991 y 1995 se consolidaron como el segmento empresario de la cúpula de menor significación agregada. El grueso de la facturación provino de oligopolios vinculados a la producción agroindustrial como, por ejemplo, Buyatti, Milkaut y San Sebasrián.

c'ión global de la elite pasó del 38,9% al 70,9%. Cabe destacar que no se trató, como en la primera mitad de la década, de una mayor gravitación en las ventas acompañada por un muy ligero incremento en la cantidad de empresas que aportaban, sino esencialmente de. un efecto conjunto. que se registra más precisamente en el caso delas empresas transnacionales, que duplicaron la cantidad de firmas que se'integraron a la elite de 20 a 40.

212

HECHO

EN ARGENTINA

LA CONVERTIBILlDAD

En definitiva, puede concluirse que la concentración de la producción fabril en torno de las compañías líderes constituyó el rasgo central de la fase 1991-1995, mientras que entre 1995 y 2001 esa tendencia se conjugó con una extraordinaria centralización y desnacionalización del gran capital manufacturero. Ambas etapas estuvieron signadas por una importante aceleración del cuadro regresivo que en materia de distribución del ingreso ha caracterizado a la industria local fundamentalmente desde' mediados de los años seten ta.

chos casos, a favor del aprovechamiento de la constelación local de recursos naturales), como tampoco de los "atractivos" que se ofrecieron me-, de promoción

y aliento a la

la privatización de empresas públicas, la extrema liberalización del régimen legal con el establecimiento de distintas garantías y beneficios para; los inversionistas extranjeros'" y la celebración de tratados bilaterales del inversión con cláusulas "leoninas" para la Argentina; b) la decisión gubernamental de consolidar el Mercosur, con la consiguiente ampliación de lademanda "interna" y la posibilidad de desplegar estrategias de comple-> mentación productiva entre filiales radicadas en los países miembro (sobre' todo en Brasil); e) la vigencia de ciertos incentivos de carácter institucional,

I

la sobrevaluación

de la moneda

a la industria automovilística; y d)'

doméstica en el esquema de convertibili>

dad, que en algunos sectores viabilizó, en términos internacionales,

DE LA POLÍTICA..

213

de la transferencia de varias de sus principales empresas y/o participaciones accionarias en distintas firmas, muchos de estos actores recibieron cuantiosos recursos que les permitieron desplegar U-esgrandes estrategias (no necesariamente excluyentes): • en el plano productivo interno, afianzaron un proceso de acumulación y reproducción ampliada del capital con epicentro en un número reducido de actividades sumamente importantes por su aporte a las exportaciones totales del país, en particular las agro industriales y del sector siderúrgico,H De allí que conforma-

inversión extranjera. Se destacan, entre otras: a) la puesta en práctica de políticas de tipo horizontal, entre las que sobresalen la liberalización comercial y financiera, la "desregulación" de una amplia gama de mercados,

como el régimen especial de promoción

FASE SUPERIOR

Si bien uno de los cor relatos de la exrranjerización industrial fue la declinación del peso de los principales grupos empresarios de origen nacional (muchos de los cuales habían venido ejerciendo elliderazgo fabril desde mediados de los setenta), de ello no debería inferirse que debieron afrontar un proceso de disolución.42 En efecto, como producto

El mencionado proceso de extranjerización durante la década de 1990 no estuvo disociado de una serie de factores domésticos de atracción que ofrecieron ciertas ventajas para la localización de la producción (en mU-1

diante diversas medidas directas e indirectas

COMO

la ob-¡

tendón de una elevada masa de ganancia en dólares como resultado de la \ conversión 1 a 1 de los ingresos generados en ellos. 11

41 A título ilustrativo, cabe señalar la vigencia de una legislación sumamente ) perrnisiva en lo relativo al tratamiento de los capitales foráneos que actuaban en la economía doméstica (tras las modificaciones a la Ley de Inversiones ¡') Extranjeras realizadas en 1993, las firmas extranjeras tuvieron los mismos ')?, derechos y obligaciones que las nacionales, y absoluta libertad en la remisión J de utilidades y la repatriación de capitales). asi como las ventajas provenientes de la importación de bienes de capital, con la reducción <..~ arancelaria y la adopción de sistemas de promoción (plantas "llave en .'}.J mano", admisión temporaria, etc.) que facilitaron el establecimiento localfd~J firmas extranjeras, utilizando la misma red de proveedores que el resto de las filiales de su casa matriz. r.1

ran el "elenco estable" de la cúpula exportadora argentina junto con un número considerable de grandes compañías de origen extranjeroj+' • en un escenario

de creciente

transnacionalización

por parte de firmas y grupos económicos

productiva

de países periféricos,

42 De todas maneras, no puede dejar de mencionarse que algunos grupos quebraron y/o se sometieron a fuertes procesos de reestructuración y achicamiento y/o se vieron forzados a asociarse con el capital extranjero como "mecanismo de supervivencia" (fue el caso de Alpargatas, Bridas, Corcemar, Massuh y Soldati, entre otros). 43 Los que brindan claros ejemplos de este accionar estratégico son los grupos económicos Macri y Pérez Companc. En el primer caso, el conglomerado se retiró de la producción automotriz para concentrar una parte significativa de sus actividades fabriles en la elaboración de productos agrcalirnenticios, tanto en el mercado argentino como en el brasileño. En el segundo, el holding vendió la participación que tenía en numerosas empresas privatizadas y en algunas firmas industriales, y destinó buena parte de los fondos generados a la adquisición de importantes empresas alimeruarias, como la compra de Molinos Río de la Plata. También se destaca el caso de Bunge y Bcrnr que en el transcurso de la década de 1990 se desprendió prácticamente de la 'totalidad de sus empresas manufactureras para focalizarse-cas¡ en forma exclusiva en la comercialización de bienes agro pecuarios; y de' Terrabusi, que se retiró del sector fabril y adquirió vastas extensiones de tierra en la provincia de Buenos Aires. d .t ~ 1 ~I 44 En ellistado de las principales firmas exportadoras del país hay varias pertenecientes a los grupos económicos locales más relevantes; que conservaban aún una presencia importante en el ámbito manufacturero: Arcor, Ledesma, Fate-Aluar; Mastellone, Pérez Companc, Techtru, Urquía y Werthein.

214

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

algunos de estos capitalistas fortalecieron su proceso de internacionalización a partir de la adquisición y/o la apertura de nuevas empresas y unidades productivas y/o comerciales en otros países.43 De todos modos, se trata casi sin excepciones de "jugadores de segunda" en el "tablero" regional y particularmente en el mundial; y • lejos de viabilizar un incremento en la acumulación de capital en el nivel doméstico, una parte importante de los recursos percibidos pasó a engrosar sus activos financieros en el extranjero. Se trata del segmento empresario que explicó el grueso de la ingente fuga de capitales verificada durante la década de 1990 y en el último año de vigencia del régimen

convertible.

Esa suerte de repliegue de los grupos económicos locales hacia actividades fabriles con una importante inserción exportad ora invita a reflexionar brevemente sobre un tema de particular significación que trasciende la presencia exportadora de las grandes firmas industriales integradas en conglomerados de capital nacional. Se trata de la relación de la elite fabril

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA...

215

Cuadro 49. Cúpula empresaria industrial de la Argentina. Evolución de las exportaciones, las importaciones, el saldo comercial y el coeficiente de dólares y porcentajes) Exportaciones

exportador,

,

Impor-taciones

5624,6 707,7 10.093,5

1997

12.081,2 13.421,0

1998 1999

12.788,8 11.680,5

2000 2001

13.521,1 13.942,4

*

Cociente

,.,

Saldo. "

1993 1994 1995 1996

1993-2001

2337,11,1,

6392,8

7028,2

8961,5

3827,3

6452,6 6855,6 5396,5

5227,9 6665,5

entre las exportaciones

~ exportador*

,··", ••16,3

2179,011'

5016,0 5915,7

"

~,Coeficiente

comercial

3445,6 4870,6 5077,5 6165,5

del panel.

.

(en millones

·¡)f·'~".i 17,5

.

"1'

. ~ 23,6 .

,

"26;3 df' 26,3,· " '23,6 22,7 .,

8545,9

26,0 28,3

"

y las ventas globales de las firmas •

con el comercio exterior durante el período 1993-2001 (entre estos años, las exportaciones manufactureras aumentaron en más del doble, mientras las importaciones se incrementaron el 21,2%). A tal fin, en el cuadro 49 se presenta la trayectoria de las exportaciones, las importaciones, el saldo comercial y el coeficiente exportador correspondiente al conjunto de la cúpula empresaria industrial para el período comprendido entre

Una primera inferencia remite al patrón de crecimiento diferencial que registraron las exportaciones y las importaciones totales de la elite: mien-

1993 y 2001.

tras que las ventas al exterior se incrementaron

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de Economía y Tecnología de la FUCSO.

del Area

casi el 148%, las compras

de equipamiento y/o insumos para la producción y/o bienes finales importados lo hicieron en aproximadamente el 57%. Como consecuencia, la cúpula fabril obtuvo saldos comerciales crecientemente superavitarios: mientras que en 1993 el balance comercial global de las empresas delpanel fue de 2179 millones de dólares, en 2001 alcanzó los 8546 millones de dólares. Este dato reviste especial importancia por cuanto contrasta notablemente 45 Por ejemplo, fuera de la Argentina el grupo Arcor tiene activos en Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, Estados Unidos, México, Perú, Suiza y Uruguay. El conglomerado Techint es propietario de numerosas empresas en el exterior. Entre las más relevantes figuran: Dálmine (Italia), NKK Tubes (japón}, Maverick Tube (Estados Unidos), Tamsa e Hylsamex (México), Confab Industrial (Brasil). Algoma Tubes (Canadá) y Silcotub (Rumania); además tiene oficinas comerciales y centros de servicios en numerosos países de América Latina, Europa y Asia. También se destacan los casos de los grupos locales Bagó y Roemmers, del sector farmacéutico.

momentos

con lo sucedido

del período

en el conjunto

de referencia-

del sector, qua--en.varios-

comportó

saldos comerciales

ne-

gativos (véase el gráfico 11). La importancia de los mercados externos en el ciclo de acumulación y reproducción ampliada del capital de las firmas que.integraban el núcleo selecto de las mayores de la industria argenrína.uarnbién queda reflejada en el análisis de la evolución del coeficiente exportadoro De la información suministrada por el cuadro 49,:se¡,desprende que entre 1993 y 2001 la relación expor taciones.zventastotales pasó

216

HECHO

EN ARGENTINA LA CONVERTIBlLIDAD

del 16,3% al 28,3%, respectivamen te.t'' Ese notable incremento del coeficiente exportador de los principales oligopolios fabr iles lleva a plantear un segundo nivel de análisis que permite explicar ese importante fenómeno. Entre otros, se destacan los siguientes: a) se trató de compañías que contaron con escalas tecnoproductivas que excedieron, en varios casos con creces, las dimensiones del mercado interno; b) muchos de estos capitales, en su carácter de importantes plataformas exportadoras, tuvieron alternativas para usufructuar las ventajas comparativas derivadas de la dotación de recursos naturales con que cuenta el país; c) en algunos rubros productivos (como en varios elaboradores de "bienes salario ") estas firmas resul taron favorecidas por la regresiva matriz distributiva existente que, al comprimir el nivel de la demanda interna, incrementó los saldos exportables; d) las firmas líderes y/o sus propietarios tuvieron la posibilidad de acceder a líneas crediticias a tasas de interés relativamente reducidas y/o prebendas estatales de diversa naturaleza; y e) la realización de transacciones comerciales con compañías relacionadas societariamente emplazadas en el exterior y, en ese cuadro, la recurrencia transferencia.

a la fijación de precios de

En ese marco, cabe hacer algunas consideraciones respecto del comportamiento de las distintas fracciones de capital que coexistieron en la cúpula manufacturera. En primer lugar, se destaca el hecho de que los grupos económicos de capital nacional constituyer~n, ~~ la etapa ~l~dida, el primer estamento empresario por su contribución al superavit comercial de la elite industrial: considerando el período 1993-2001 en su' conjunto,

se comprueba

que esta fracción

saldo positivo de comercio

exterior

del gran capital registró un,

que representó

el 37,1 % del obte-,

nido por la elite (cuadro 50). Se trata de una resultante previsible dada¡ la importancia de la agroindustria como núcleo ordenador del ciclo de acumulación de estos actores económicos, sobre todo a parur del rephegue estratégico instrumentado por varios de ellos durante la segunda mitad, del decenio estudiado. .rt

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

...

217

Un segundo elemento a remarcar es el considerable incremento verificado en la incidencia relativa de las empresas transnacionales y los conglomerados extranjeros en las exportaciones totales del panel: mientras que en 1993 ambos segmentos explicaron cada uno algo más del 18% del total, en 2001 -fuertemente influenciados por su inserción oligopólica en la industria automotriz- dieron cue¡nta de alrededor ~eI 30% yel 40%, respectivamente. ! En relación con las imp~)ftaci?nef' la prin~ip~l conclusión que surge de las evidencias que constan en el cuadro de referencia es el alto grado de concentración que presentaron en términos de los segmentos empresarios asociaciones

que las realizaron mayoritariamente: entre 1993 y 2001 las y los dos tipos de firma extranjera dieron cuenta conjun-

tamente de casi el 86% de las importaciones participación de tales formas de propiedad

globales. Esta significativa en el total de las compras

en el exterior realizadas por el conjunto de los oligopolios de la elite está estrechamente vinculada a la importante participación que esos actores tuvieron en dos de los tres agrupamientos sectoriales que registraron durante este período déficits comerciales más o menos abultados: la producción automotriz y la industria químico-petroquímica. Sin embargo, mientras que la gravitación de ambos tipos de empresa extranjera en las importaciones globales se incrementó casi ininterrumpidamente, la de las asociaciones disminuyó en forma pronunciada. La señalada disolución de las asociaciones del ramo automotor (una de las actividades de la cúpula más deficitarias en términos de comercio exterior) , así como la radicación en el país de grandes firmas extranjeras vinculadas a ese rubro, como Chrysler, General Motors y Toyota, resultan datos cen trales para explicar estos procesos. En definitiva,

durante

la tercera

etapa del "modelo

financiero

ajuste estructural" se tendió a afianzar un perfil de comercio

y de

exterior

en el nivel de las líderes industriales caracterizado por la marcada prioridad de la explotación de ventajas comparativas naturales, por el lado de las exportaciones, y el régimen de intercambio "compensado" de la industria automotriz, de relación con las importaciones. Si se considera que buena parte de las actividades que dinamizaron el signi-

46 Cabe destacar que esa propensión exportadora es casi cinc? vece~más elevada que la que registraron en promedio los ~randes ollgop<:,llOs de la )!Jp actividad a mediados de los años setenta y aproximadamente seis veces __ f. superior a la verificada a comienzos de los ochenta (Basualdo y Khavisse, .0 ) 1986).

ficativo crecimiento registrado por las exportaciones de l~..:c~p~la fabril presenta una escasa importancia en términos de la confor~á~iór~ de encadenamientos productivos (fundamentalmente .en,el interior del sector industrial), puede concluirse que, en materia de ¡coptercio exterior, tuvo lugar un proceso de "simplificación productiva'tque también se reflejó en que muchas de las principales empresas oligópólícas del sector se

~

00

:I: Cuadro

50. Cúpula

importaciones porcentajes)

empresaria

Exportaciones (%)

Importaciones (%)

Saldo 1997

Exportaciones (%)

Importaciones (%)

Saldo

de la Argentina.

según

tipo de propiedad,

Evolución

de las exportaciones,

1993-2001

(en millones

'"o:I:

las

de dólares

y

O

'" Z

GGEE 1993

industrial

y el saldo comercial

EU

CE

El'

> o Asociación

'"

653,7

1029,8

1043,8

1622,0

5624,6

22,7

11,6

18,3

18,6

28,8

554,9

99,S

720,7

627,4

1443,2

100,0 3445,6

16,1

2,9

20,9

18,2

41,9

100,0

720,4

554,2

309,1

416,4

178,8

2179,0

3716,3

626,4

3235,9

3327,2

2515,2

13.421,0

27,7

4,7

24,1

24,8

18,7

100,0

780,8

41,8 0,7

2299,2 36,0

2124,2

1146,8

33,2

17,9

6392,8 100.0

584,7

936,7

1203,0

1368,4

7028,2

12,2 2935,S

'"j

Total

1275,3

(continuación)

z

>

~. o O

2001

Exportaciones (%) Importaciones (%)

Saldo Total 1993-2001

Exportaciones (%) Imoortaciones (%)

Saldo (%)

2402,6

387,0

5597,9

4156,3

1398,6

13.942,4

17,2

2,8

40,1

29,8

10,0

100,0

640,2

65,8

2072,0

2492,0

126,5

5396,5

11,9 1762,4

1,2

38,4

46,2

2,3

100,0

321,2

3525,8

1664,3

1272,1

8545,9

24.328,6

5081,5

28.738,3

25.688,7

16.523,9

100.360,8

24,2

5,1

25,6

16,5

100,0

6975,9

612,6

28,6 18.033,1

19.817,2

8179,8

53.618,2

13,0

1,1

33,6

37,0

15,3

100,0

17.352,7

4469,2

10.705,1

5871,6

8343,9

46.742,6

37,1

9,5

22,9

12,6

17,9

100,0

GGEE: Empresas propiedad de un grupo económico nacional; EU: Empresas locales independientes (no integran un grupo económico); CE: Empresas propiedad de un conglomerado extranjero; ET: Empresas transnacionales (no integran un conglomerado extranjero); Asoc.: Empresas propiedad de una asociación en~e dos o más firmas. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del Area de Economía y Tecnología de la FLACSO.

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220

HECHO

LA CONVERTIBILIDAD

EN ARGENTINA

volcaron hacia el armado y/o el ensamblado de partes y piezas (cuando no directamente a la venta de productos finales importados), disminuyendo en algunos casos notablemente el "grado de industrialización" de su oferta al calor de la apertura económica, la apreciación cambiaria y la ausencia de mecanismos efectivos de regulación del comportamiento empresario en diversos frentes (dumping, transferencia, etc.).

precios de

COMO

fASE

SUPERIOR

DE LA POLÍTICA..

221

un nuevo tratamiento para los bienes de capital que se sostuvo en la exención del pago de aranceles a la importación y el otorgamiento de un reintegro a las ventas en el mercado interno. Estas medidas opera:' ron en favor de un creciente reemplazo de la producción local (mayoritariamente realizada por pymes) por maquinarias y equipos importados, lo que produjo un efecto desfavorable sobre la rama. Esta tendencia se vio reforzada por la sobrevaluación de la moneda nacional que tuvo lugar durante la vigencia de la convertibilidad y por las contrastantes po-

El hecho de que la elite [abril haya presentado una notable inserción exportadora merece ser destacado puesto que indica que, en las postrimerías del régimen de convertibilidad, la lógica de acumulación de muchos de sus integrantes se estructuraba en forma cada vez más

sibilidades que en materia financiera debieron enfrentar las distintas fracciones del empresariado industrial. A ello se le sumó la considerable

acentuada

importación

sobre la base de los mercados

de la venta de los denominados

"bienes

externos salario").

(sobre todo a partir Esto significa

que

para estas firmas los salarios habían perdido su importancia como elemento dinamizador de la demanda agregada y se habían convertido en un costo empresario que debía contraerse tanto como fuera posible. En otras palabras, la caída de las remuneraciones salariales y la concentración del ingreso resultaban funcionales al patrón de acumulación y reproducción ampliada del capital, característico de un número importante de grandes empresas manufactureras en un doble sentido: inducían una mejora del tipo de cambio real e in crernen taban los saldos exportables disponibles y la rentabilidad. Todo ello reviste particular importancia a la hora de entender los motivos por los cuales en los últimos años de vigencia del Plan de Convertibilidad, en el marco de una fuerte pugna dentro de los sectores dominantes domésticos en torno de las posibles "vías de salida" de la crisis socioeconómica,

muchos

de estos grandes

impulsores de la "opción en el próximo capítulo).

capitalistas

devaluatoria"

fueron

(cuestión

los principales

que será abordada

Por último, cabe señalar que el proceso de concentración y centralización de capital, articulado con la propia reestructuración industrial, contribuyó a la consolidación del "mapa" de ganadores y perdedores que se remontaba a mediados de los setenta, de allí la crisis más O menos generalizada que debieron atravesar las pequeñas y medianas empresas del sector (pymes). Al respecto, la industria productora de maquinaria y equipo, una de las actividades fabriles en la que históricamente la presencia de pyrnes ha resultado decisiva, ofrece uno de los ejemplos más ilustrativos. En ese ámbito, con el argumento

de abaratar

el precio del "factor capital" y, por

esa vía, de alentar la inversión, a partir de 1992 el gobierno

implementó

propensión

importadora

de tecnología

(en particular

de los sistemas de

de tipo "llave en mano"), con la consecuente

pérdida de im-

portancia de la ingeniería local y los procesos de investigación y desarro110,así como los generalizados efectos perniciosos sobre los sectores locales dedicados a la producción de bienes de capital. Independientemente de las especificidades de cada una de las ramas fabriles en las que la presencia de las pymes era significativa, la apertura económica afectó a estas firmas en mucha mayor medida que a las de grandes dimensiones. En algunas producciones el impacto fue directo, dado que las pymes no pudieron hacer frente a la creciente competencia de los productos provenientes del exterior (por ejemplo en los ámbitos de la industria textil, de vestuario, de calzado y marroquinería, etc.). En otros casos, los efectos fueron indirectos y estuvieron asociados a la estrategia de las grandes compañías que buscaban sustituir insumos nacionales y/o bienes finales elaborados localmente por importados, proveedores

lo cual se tradujo

domésticos.

en una menor

demanda

hacia sus

En este orden resulta por demás ilustrativo

lo

sucedido con los pequeños y medianos productores de autopartes. El carácter netarnente importador que adoptó el proceso de liberalización comercial en gran parte de las ramas industriales en las que las pyrnes tenían una presencia decisiva contrasta con la significativa creciente "apertura exportadora" que caracterizó a las líderes.manu-] factureras, y pone en evidencia la naturaleza asimétrica zación comercial implementada en el período.

'1

de la liberali.\ '} fI

Ahora bien, los comportamientos opuestos que registraron .losdís-' tintos tipos de agentes manufactureros en el transcurso derla década no sólo remiten a los sesgo s de la política de liberalización comercial implementados durante el gobierno de Menem y continuados bajo' el de la Alianza, sino que, además, se explican por las desigu,!-les condiciones.que debieron afrontar los diferentes estamentos.delrempnesaniado,

222

HECHO

LA CONVERTIBILlDAD

EN ARGENTINA

fabril en lo atinente al acceso al crédito. Como se comentó, durante la década de 1990 fue posible advertir que las características internas e in ternacionales adoptadas por el mercado financiero produjeron una acentuada segmentación del crédito con fondos y tasas de interés diametralmente distintas. Por lo general, las pyrnes sólo pudieron acceder a un financiamiento restringido mediante los adelantos en cuenta corriente o documentos descontados, que exhibieron tasas de interés mucho más elevadas que las del mercado internacional, así como plazos muy cortos de amortización. En lo sustantivo, esto se debe a que en el nivel local (donde se endeudó

o podría

haberse

endeudado

prácticamente

la totalidad

de las

pyrnes), el costo y las modalidades de obtención de los créditos dependieron mucho más del tamaño patrimonial del solicitante que de la naturaleza del proyecto a financiar. Lo anterior se vio agravado porque el aporte de créditos promocionales provenientes del sector público resultó mínimo (no tan to por no disponer de ese tipo de fondos, sino por las dificultades que encontraron las pyrnes para acceder a ellos, ya que estuvieron altamente concentrados en grandes empresas). Por su parte, las corporaciones líderes obtuvieron financiamiento externo (mediante la emisión de obligaciones negociables colocadas en el exterior o el en-: deudamien to con la banca transnacional, en cienos casos abonando la tasa Libar) e interno (a las tasas más reducidas del mercado, equivalentes' a la Prime en pesos). Al respecto,

en el gráfico 13 puede observarse

la evolución de las dis-!

tintas tasas de interés entre 1994 y 2000. Aquí se comprueba

COMO

FASE SUPERIOR

tructurales

y las trayectorias

previas de las pymes del sector es lo que

permite explicar la elevada "tasa de mortalidad" que registró este segmento empresario a lo largo de la década, así como la endeble situación estructural en la que quedó sumergida la mayoría de las firmas que lograron sobrevivir a un entorno desfavorable.

macroeconómico

60,0,-------------::-----

--, -+-

50,0

T:U:l

activa

(emp~e5<-¡s

-

Obligaciones n-egociab1cs(Libor + !I%)

superó con holgura cualquiera "de)

q

Así, Y a diferencia de lo que señalaron quienes impulsaron y conva-t lidaron el shock neoliberal instrumentado en la década de 1990, du-I

vio agravado por las ostensibles dificultades que enfrentaron para recurrir al autofinanciamiento. De modo que, ante un escenario de apreciación

primera !'nea)

-OTasa para pymes [adelantes en cucnt
externo, y que a pesar de que esas brechas se redujeron a lo largo del' tiempo, hacia finales del período de referencia la tasa accesible para las'

rante esta etapa no se logró reducir el costo del financiamiento para' las pymes ni los diferenciales de tasas de interés con respecto a-las compañías oligopólicas líderes. Y son precisamente éstos los principal les factores explicativos de la aguda crisis que debieron transitar las firmas de menor tamaño del sector manufacturero local, proceso quejse

y sectorial tan

Gráfico 13. Evolución de las tasas de interés seleccionadas, 1994-2000 (porcentajes)

que la que

\,;T

.. ~ 223

cambiaria y creciente exposición a la competencia de productos irnportados (en muchos casos a precios de dumping), las pymes debieron enfrentar severos problemas de sustentación en el ámbito crediticio problemas que se vieron agravados por la vigencia de una estructur~ impositiva sumamente regresiva y la profundización del cuadro de inequidad distributiva característico de la Argentina posdictadura militar, con el consecuente achicamiento del mercado interno, destinatario del grueso de la producción de las empresas de menores dimensiones de la industria local. Sin duda, la articulación de todos estos factores con las características y los objetivos políticos del programa de reformas es-

debieron afrontar las pymes fue notablemente más elevada que las que! pagaron las grandes firmas, tanto por su endeudamiento interno corno]

empresas de menores dimensiones las restantes.

DE LA POl:íTICA'

Fuente: Elaboración propia sobre la base de BeRA.

224

HECHO

EN ARGENTINA

lA

De lo expuesto se concluye que el éxito o el fracaso de los distintos tipos de firmas industriales no dependió prioritariamente de las decisiones microeconómicas que ellas asumieron, sino fundamentalmente de los contextos macro y mesoeconómico en los que tuvieron que desenvolverse. Más específicamente, las asimetrias registradas en el desempeño estuvieron mucho más asociadas a las políticas públicas aplicadas que al despliegue de estrategias más O menos adecuadas por parte de los diversos actores manufactureros, En ese marco, pare,ce por demás discutible la afirmación de que una de las características básicas de las reformas estructurales instr urnenta-, das en el país en el transcurso de los años noven ta fue "su unifor mi-,

CONVERTIBILlDAD

COMO

FASE SUPERIOR

DE LA POLÍTICA

...

225

reducido coeficiente de integración nacional por el debilitamiento y/o la desaparición de muchos de los segmentos de mayor complejidad y de numerosos núcleos estratégicos de la matriz insumo-producto, un ostensible retraso relativo frente a los países desarrollados y muchos periféricos (salvo en el caso de unas pocas manufacturas vinculadas en su mayoría con el procesamiento de recursos básicos), y un notable deterioro en la situación de los trabajadores (salarial y ocupacional) y las pyrnes. De allí el carácter profundamente ción fabril instrumentada

regresivo y heterogéneo entre 1976 y 2001.47

de la reestructura-

dad, en el sentido de no elegir ganadores y perdedores ex ante" (Sguiglia, 1997). A la luz de los análisis realizados resulta evidente que, a· diferencia

de lo que pregonan

sus defensores,

las políticas

de ajuste

ortodoxo inspiradas en los principales postulados del "pensamiento único" no fueron ni uniformes ni neutrales en términos de sus irnpac-. tos sobre los distintos tipos de empresas que conforman el espectro industrial argentino. En ese sentido, el crítico derrotero que siguió la mayoría de las pymes durante el decenio referido no sólo derivó en un debilitamiento aun mayor de este sector del capital (tanto en términos económicos como políticos), lo que profundizó el carácter heterogéneo de la reestructuración fabril iniciada con la última dictadura mílitary afianzada

bajo el gobierno

de Alfonsín,

sino también

en la destruc-

ción de una importante masa crítica acumulada durante largos años. En suma, puede afirmarse que la última dictadura militar y, con sus variantes, los gobiernos democráticos que la sucedieron hasta 2001 redefinieron en forma radical la fisonomía y el funcionamiento del capitalismo argentino, con el trasfondo de la revancha clasista sobre la que se estructuró

ese proyecto

refundacional,

"teorizado"

y ejecutado

por

los elencos económicos y políticos de la "nueva derecha" neoconservadora. Es indudable que ese proceso perjudicó en especial a la industria. En efecto, en el transcurso de ese cuarto de siglo la actividad sufrió profundas transformaciones estructurales que no afectaron de la misma manera a los distintos actores y ramas que formaban parte del entramado manufacturero local, sino que produjeron numerosos p,erdedqr,
47 Cabe recuperar aquí un comentario esclarecedor de Kaleck¡ (1977): "Las variaciones del grado de monopolio no sólo tienen importancia decisiva en la distribución del ingreso entre trabajadores y capitalistas, sino en cienos casos también en la distribución del ingreso entre la propia clase capitalista: ' El aumento del grado de monopolio ocasionado por la expansión de las ¡, grandes empresas da lugar a que las industrias en que éstas predominan absorban una proporción mayor de los Ingresos totales y las demás industrias una parte menor, es decir, el ingreso se redistribuye de las empresas pequeñas a las más grandes".

4. La industria enIa posconvertibilidad: ¿nuevo modelo de acumulación o etapa .,' ',t l· de recuperaciónz','. ", " i"

"}

r

.,

\,

A principios de enero de 2002, poco tiempo después de la declaración unilateral de cesación de pagos de la deuda externa y de la sucesión de cinco mandatarios presidenciales en menos de dos semanas, con la sanción de la Ley 25.561 de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario se formalizó la demorada salida del régimen de con. vertibilidad. En los últimos días de 2001 una masiva movilización popular, violentamente reprimida, había exigido cambios radicales en la institucionalidad gubernamental, así como en las orientaciones estratégicas de las políticas públicas, en el esquema de caja de conversión y, en suma, en el propio "modelo financiero y de ajuste estructural" gestado y consolidado de la mano del neoliberalismo. e-Para ese entonces, la Argen tina atravesaba una de las crisis más profundas y prolongadas de su historia, que entre otros aspectos se reflejaba en casi cuatro años consecutivos de recesión económica y acentuada retracción industrial signadas por una intensa centralización de capitales, en los dramáticos niveles de pobreza e indigencia, en las elevadísimas tasas de desocupación y subocupación de la fuerza de trabajo, así como en un déficit fiscal insostenible, y en crecientes desequilibrios en el sector externo agudizados por una fuga de capitales muy pronunciada. Todo ello, acompañado de re, currentes renegociaciones

de una deuda externa impagable,

tanto en los

términos en los que había sido acordada como en sus numerosas y opacas renegociaciones posteriores. Ese cuadro crítico y por demás regresivo se veía agravado por la existencia de fortísimas disputas dentro de los sectores dominantes respecto de las "formas" que debía asumir la "solución" de la crisis terminal de la convertibilidad, que se expresaron en el debate ;'devaluación 'tsersus dolarización ".1 ! Esi~'conflicto se había hecho cada vez más explícito desd~ '1998, en forma contemporánea con el ingreso de la economía doméstic~,en la ,.

ti

s; ~ Sobre

el particular, consúltense, entre otras, las investigaciones' d~ Basualdo \. ' (2001), Caggero y Wainer (2004), Peralte Ramos (2007), Schorr (2005) y Schorr y Wainer (2005). ., tr,1 ';li,

I

228

HECHO

EN ARGENTINA

. es dis uestas en varios países asiáticos y B~~. fase recesiva y las devaluaclOn p fi de 2001 cuando la movilid" ...en los años siguientes hasta rrres . ' y se agu I~O ., I fin del patrón convertible. zación SOCIalpreanunclo e 1 d 1 ización de la economía la presenLos sectores que impulsaban a o a~ ••de la convertibilidad, y se end "fase supenor taban como una suerte e . es transnacionales ligadas fundad ... de las corporaclOn . columnaron etras .. .... de serVICIOS pu..blicos y el sistema financiero. mentalmente a la prestación tos grandes capitales podrían pretarse la propuesta, es . En caso de concre d d . ••de sus activos . sus mgresos . 1 "mane a Ul a servar o potencIar el va or en 1 había acontecido bajo el régimen Y sus rentabilidades futuras, ta como 11 S que propugnaban la "salida ., P su parte aque o de caja de conversion. or., 1 liberalización del tipo de " . 1 han el Incremento o a devaluatoria Impu sa . de activos en el exterior y sus po. ... d en sus tenencias di al cambio, asentan ose venientemente en el mercado mun I a sibilidades de poslClonarse con. entaias comparativas estructu.ones de bienes con v ::J partir de las exportacl . , I al de recursos naturales y, devaluaI b de la dotación oc . al radas sobre a ase 1 bien términos internaClon es. d ido costo a ora , ción mediante, un re liC.l '1 algunos grandes grupos econo. alinearon no so o 1 En este subconjunto se '1 importante presencla,en e . . 1 Y extranjero con , ,,micos de capital naciona bié diversos actores de la producción sector manufacturero, SIno ta:n ien 1 di almente sus excedentes, ibilid d de incrementar ra te , primaria con pOSI 1 1 a es , 1 los salariales muy dificilmente en tanto sus costos locales, en es~eCla uedó so~radamentedemo -,. 1 itmo devaluatorio, como q a" acompananan e n ro uesta contó con el respaldo e aro trado.I Cabe destacar que esta p p 1 f rmación de una alianza he' . d d a partir de a con o " . plias capas de la socie a . políticos, académicos ~ dO s sectores empresanos, 1 terogénea entre Iverso, lo id Iógico-discursivo, alredédor de turo en o 1 ea . sindicales que se estruc , 1 tr dición del movimiento popular e defensa de categorías muy caras a a., a b . " "burguesía. nacion • . ("·ndustria" y tra aJo, la Argentina 1 , "producción es "nación", etc.). o

..¡

LA INDUSTRIA

En definitiva, se trataba de Una puja entre dos fracciones del poder económico que en la década de 1990 habían resultado ampliamente favorecidas por la liberalización comercial y financiera, el desmantela_ miento del Estado, la desindustrialización y la reprimarización y la regresión del aparato productivo-manufacturero. y que, frente al agotamiento del "modelo financiero y de ajuste estructural" y la imposibilidad de transferir la totalidad de los costos de la crisis sobre los sectores populares, procuraban que fuera la otra fracción la que asumiera los remanen_ tes. Así, la magnitud de la crisis socioeconómica y político-institucional imposibilitaba la conformación de Una nueva "comunidad de negocios" que aglutinara política, ideológica y económicamente a los distintos sectores del gran capital local, como había sido posible a comienzos de los años noventa.

En última instancia,

1

!

lo que estaba en discusión

era si la

forma en que se saldría del régimen de convertibilidad derivaría en el mantenimiento o la modificación del mapa de ganadores y perdedores dentro de los sectores dominantes No obstante la agudeza del conflicto, las propuestas de los grupos contendientes tenían Un denominador común: cualquiera fuera la solución, la caída de los ingresos de los trab'!iadores, y más ampliamente de los sectores pOpulares, debía constituirse en el factor preponderante. An te ese escenario estructural y las apuestas estratégicas de los diferen_ tes factores de poder económico, la salida del esquema convertible no podía resultar sino traumática y profundamente regresiva. Los bruscos e inte,'¡¡sos cambios en la estructura de precios relativos de la economía, incluyendo sobre todo el tipo de cambio y los ingresos de los asalariados, desembarcaron en convulsionados reacomodamientos en diferentes sectoreS;q~ actividad, una profunda crisis económica (con caída Superior al 10% ,n el PBI total y el correspondiente a la industria), y Una pronunoiada retracción de los salarios reales (superior al 30%). En suma, Un por ¡ demás ~~tico año 2002, que expresó,

."t tras . . ioo d e cambio, del 40%, devíno al poco u~m~, 2 El aumento inicial del tipOen una r demás considerable depre 1aclonde fuerte. presiones del FMI, 2002 el :1" llegó a cotizarse a cuatro ~').l moneda local (en a~nl de . d cambiaría fue de 3,65 pesos POI¡dolar u Hada ~~me, de junio la pa:'~:,ultado de lo cual paca fin de t~,9.'" hab)a decreció ligeramente, com 250% Así al cabo de un crruco 2002 ei acumulado una su~a d"e1ord: fue ~ás d'et doble que el ritmo ,de. " tipo de cambio regtstro ,un al ;'stas (1l8,O%). que a su vez ca:-i triplicó al crecimiento de los precIos mayo donde asimismo se regtstraron registrado por los minoristas (40,9%), y ondientes a los bienes (67,7%) comportamientos disímiles entre los corresp no los servicios (14,8%).

229

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

en toda su intensidad,

el punto de

Sjuiebre,de la hegemonía de la valorización financiera y el '!iuste estruc- I tural, as! como el tránsito hacia un nuevo, impreciso y aún incierto régí-

¡

men de jCl!IDulación que hasta el momento ha tenido en el Uamado dólar alto" o,fcompetitivo" su pilar constitutivo esencial.! 1

d:~

3 Desde mediados de 2008, en especial a partir de la agudización dé la crisis internacional y las depreciaciones monetarias en numerosas países:'Se ha venido planteando de modo insistente la necesidad de una [uene devaluai':ióno. al decir del entonces titular de la UrA,]. La.scurain,de volver a~"tener un tipo de cambio real competitivo". De acuerdo con algunos voceros del poderc

230

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

En efecto, una de las características sobresalien res de la posconvertibilidad es que la principal "política" hacia el sector manufacturero ha sido el sostenimiento de una moneda nacional devaluada, por lo que puede afirmarse que desde 2002 no ha existido en el país una estrategia de desarrollo productivo en general ni industrial en particular. De lo que se sigue que, para los defensores del actual esquema macroeconómico, el "dólar alto" constituye una condición necesaria y suficiente para avanzar en la reindustrialización y la reversión de muchos de los legados críticos de la etapa 197&-2001. Así, la lógica del "piloto automático" tan cara al neoliberalismo parecería seguir vigente. esto es, la idea de que la instrumentación de ~a "adecuada" política macroeconómica es la condición para resolver los problemas heredados, y que casi no se precisan políticas activas si "la macro funciona bien"y '10s precios son los correctos"." ~"( Las profundas transformaciones en la estructura de precios relativos de la economía que resultaron de las modalidades resolutivas de la crisis del régimen convertible han afectado el posicionamiento del de las actividades económicas y en el propio interior del sector turero. Esas previsibles y radicales alteraciones en los precios -fundamentalmente el nuevo nivel cambiario y salarial- se

conjunto manufacrelativos volvieron

económico local, los porcentajes de incremento en la paridad cambiari~i deberían situarse en el orden del 40% (véase La Nación, 19(10/08, Clari7h 21/10/08, Cruíca de la Argentina; 10/5/09. La OpiniándeRaj",,¡,,. 17/5/o:lr Página/l2. 18/5/09 y 24/5/09). Sobre este tema, caben dos comentarios, En primer lugar, durante 2008 el tipo de cambio se incrementó el 9,1 %, pór encima del 7,2% de los precios minoristas y el 9,0% de los mayoristas, claro qu después de ubicarse muy por debajo entre 2003 y 2007. De allí que la evolució de los precios domésticos podría haber licuado una proporción de ese "dólar alto" o "competitivo" que sustentó buena parte del crecimiento industriallocal En segundo lugar, muy particularmente desde la intervención oficial del INDE a principios de 2007, la escasa con fiabilidad de los indicadores de prefcios ~Y: d otros vinculados con el desenvolvimiento de la economía) impide precisar co un mínimo de rigor científico la evolución efectiva del tipo de cambio real (Bevacqua y Salvatore, 2009). En ese marco, y aceptando que algunos de los índices elaborados por el INDEC para 2007 puedan traer aparejados ciertos sesgos no deseados y lamentablemente insalvables, todos los enfoques con b empírica en el INDEC que se emplean en este capítulo tienen como última referencia temporal el año 2007. 4 De acuerdo con esta perspectiva, al abaratar el costo internacional de la m de obra en relación con el del capital, el "dólar alto" promueve un crecimiento intensivo del empleo; este "efecto precio relativo" se ve potenciado por el "efecto demanda" asociado a la creación de puestos de trabajo a raíz de la expansión de los sectores productores de bienes transab (estimulada por los mayores niveles de producción de las actividades exportadoras y las sustinnivas de importaciones),

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

23 I

particularmente virulentos durante 2002 1 " ¡ ello implicara su estabiliz __ E ,para llego mongerarse sin que acion. sto porque y " " factores estrictamente int bi " a sea por la incidencia de . ernos o ren denvados del o d ' a persistir cierta volatilidad 1 r en mundIal, tendió en a estructura de J ' des relativas de la economía. os precios y las rentabilida_ Un primer aspecto a remarcar es ue si ' , dUstriales nacionales remstraro q . bien los preCIOS mayoristas in"" n una Importante 1 d d " la convertibilidad (172 O'" 20 a za es e la salida de , /0 entre 01 y 2007) " _ de la correspondiente al coniu t dI' esta se ubICO por debajo " n o e os productos " " 7 los agropecuarios (2232"') 1 pnmarIos (2 8,8%), , /0 , os ganaderos (220 691: ) 1 crudo y el gas natural (3913"') A _ ' o y os del petróleo . , /0. raiz de estos patrones d miento, en la posconvertibilidad se ha ido asi e comporta_ de los precios industriales respecto d ~ent ~ asIstiendo a un deterioro (gráfico 14)" En otros térmi e rnve general de los mayoristas mos, y Contra la opí "lizada que considera a la indusnnron mas o menos generaustrra como una de Ias ae-r¡ . ras" desde el derrumbe de 2001 11 e as actIVIdades "ganado' d d e precios en el plano agregad ,e o no se _ha VIStor e fl eJa o en materia o, aunque SI se ha if d heterogeneidades en el in teri d 1 n ven ica o marcadas , or- e sector.

,

Gráfico 14" Argentina" EvolUción-relativa de los " m '. , preCIOS ayonstas mdustrlales respecto al nivel gene 11 agro ' rat, os yecuanos y de petróleo y gas, 2001-2007 (en mdICe base 2001 ~ 100)

1; ,-,

"

) 100,0

~'\,

92.2

93.3

93.3

932

~~--~~--~

"809

8.3,8

91.7

_--89,5---90•8<;

921

~ 84.2

.

J

I

232

HECHO

EN ARGENTINA

LA

Así, por ejemplo, la evolución de los distintos precios industriales re- . vela la presencia de trayectorias muy disírniles, cuyos puntos extremos son los casos de la fabricación de conductores eléctricos (alrededor del 725% de incremento entre los años señalados) y de calzado (59%). El margen de dispersión revela la incidencia de diversos factores. entre los que, en principio, el nuevo y mucho más elevado tipo de cambio real asumió un papel protagónico. El encarecimiento de insumos importados

de dificil o imposible

susti-

tución local. las modificaciones en las respectivas funciones de producción (aun en términos físicos), la traslación a los precios internos de sus "equivalentes" a escala internacional, entre otras cosas, ponderan de distinta manera e intensidad en el conjunto de las manufacturas. Sin embargo, más allá de la influencia de estos y otros elementos, parecería quedar en evidencia

cierta

asociación

entre

la evolución

relativa

de los

precios mayoristas de una amplia gama de rubros fabriles y la respectiva morfologia de los mercados. En efecto, aquellas actividades en las que prevalece cierta atomización de la oferta local, con el margen de protección resultante del dólar "alto" o "competitivo" y una considerable presencia de pequeñas y medianas empresas, revelaron tasas de incremento de precios relativamente bajas (siempre entre 2001 y 2007). Tal es el caso de las ramas elaboradoras de calzado y máquinas herramientas (61,0%). productos farináceos (83,7%) y prendas de materiales textiles (99,4%), volcadas casi exclusivamente a! mercado interno y, por diversas razones, con escasas posibilidades de acceso fluido al internacional. En contraposición, y como consecuencia de la no muy significativa gravitación

del encarecimiento

de los insumos

impor-

tados, ciertas industrias caracterizadas por mercados altamente concentrados, que adicionalmente han contado con la mencionada protección surgida del nivel de la paridad

cambiaria,

han

presentado

una

mejora

sustantiva en sus precios relativos en el interior del sector y, en consecuen cia, una considerable captación diferencial de excedentes. Basta Iresalta los ejemplos que ofrecieron de cervezas (237,1% mento y cal (212,4%),

en el mismo período

los rubros elaboradoré

de aumento), maquinaria agrícola (237,1%), c siderurgia (248,9%), aluminio primario (2,41.8%)

aceites y grasas vegetales (304,0%). Sin duda, particularmente en! los tre últimos casos, a su condición de fuertes e importantes oligopolios loca! con capacidad decisiva en la fijación de precios en el ámbito d_oméstic -en un cuadro institucional de escasa, cuando no nula, efectividad de lo mecanismos existentes en materia de "defensa de la competcncia"s sumó la de contar con elevados y crecientes coeficientes de exportación e

INDUSTRIA

EN

LA

POSCONVERTIBILlOAD

233

un con texto in ternacional de alza de precios d . el que estuvo vigente hasta la irru cié :' .emanda expansiva, como p on de la última crisis muridial

~FIANZAl\nENTO

DE LA ESTRUCTURA

PRODUCTIVA

Una vez transcurrido el crítico año 2002 . tre, que estuvo signado por b al' ~arucularmen te::su primer semesruscas teracionee en lo .. ron sen tándose las base I .. s precios relativos fues para e surgrmrenro de ' en la economía doméstica y de l disti nuevos senderos evolutivos mente a raíz de la vigencia de u ~s Idsuntos s~ctores de actividad, básican npo e cambio "alto" Id d e Ia especulación financiera com • I )' e esplazamiento .- 5 o nuc ea aglutinant d I d I mu acron. A partir de allí y h 2007 e e rno elo de acu, asta la econo ' tna en particular revelaron Un ac I _ d rnra en general y la induse el a o y sostenido rin d que permitió revertir el prolo d no e crecimiento nga o proceso de d . d .. cadenado desde la últim d· d .. esm ustnallzación desena lCta ura militar Tal fonnación proporcionada o lcrá . como se desprende de la inse expandió el 36 191 . P r e gráfico 15, entre 2001 y 2007 el PBI global , 0, mientras que el corresp di nufactureras se incrementó el 45 6%.6 ' on len~e a las actividades mación pasó del 15,4% al 16,5%. ,o, asi, el coeficiente de industrializa_

:sí

~ respecto, numerosos analistas y cuadros ,sarial, como altos funcionarios úblicos orga~icos del ~ector ernpreque la Industria logró in p , han senalado reiteradamente . . ~ gresar en una etapa de '. '. pido e medito en la histo .. crecimienm mtnlerrumna argentma gracias ". el "dólar alto". 7 Indudable I a una política sustentada en .• mente, uego de largos a d d . Clan y reestructuración reg . d nos e esmdustria1izabri I resiva el sector la acel d ril registrada durante el' . ' era a recuperación faqUinqueniO 2003-2007 dei ser resaltado. No obstante dimens¡ no eJa de ser un dato a , para imensrona- en su ¡ . ~os, cabe destacar que recién en 2005 lo su Justa medida tales 10ano 1998 -tanto en lo relativo al PBl tal graron superarse los registros del Se inició la prolongada f . to como al del sector Iabril-, cuando ase recesrva que culminó l vertibilidad. Por otro lado . d . no en e estallido de la ConJI ' a partir e ese mismo año (2005). el crecimiento, e

i'

5 Respecto de estos temas se pueden consultar las inv . . " Schorr- (2008). Boyer-y Neffa (2007) F. eStlgaclones de Azpiazu y 6 ~saco(f (2007) y Sehorr (2005). ,ernand~l. Bugna y Porta (2008). ,. SI se conside,.a el periodo 2002.2007 bl·/~olalac~muló una suba del 52,7%, al ~:o:prueba que el.valor agregado industrial se expandió el 63,5%. p que el generado en el ámbito 7 Estos planteos son analizados po Sch H" "r ., r orr (2005) y Azpiazu y Schorr (2008).

'f'

234

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

de la indusuia se ubicó por debajo del agregado, con la consiguient: reducción en el aporte relativo del sector," Por último, SI bien el ~e~lodo 2002-2007 emerge como una de las fases de mayor ritmo de crecrrmento de la economía y la indusuia argentinas, a diferencia de la fase 1964-1974 (el lapso más prolongado de expansión ininterrumpida .de ambas), el se~manufacturero no parece ser, como entonces, el eje propulsor y d . ador de la economía en su conjunto. el núcleo central del modelo narmz dor" . I d de las de acumulación y. menos aún, el vector "ordena or y arucu a or . relaciones económicas y sociopolíticas en el país. '.• tor

l Gráfico

15. Argentina.

y participación

Evolución

de la industria

(en índice base 2001;

en el PBI total, 2001-2007

136,1

metalmecánicas,

que en conjunto

to de esta división sobresale el ejemplo de la

producción de equipos y aparatos de radio, televisión y comunicaciones, que se expandió a una tasa media del 51,9% por año sobre la base del enclave fueguino y la recuperación de la demanda interna, en especial de los estratos sociales de ingresos medios y altos. Y también el del sector automo-

//

16,6

16,

16,5

130,0

tor, que creció a un ritmo del 20,3% anual y aportó el 9,8% del crecimiento global del PBI fabril, sólo superado por el aporte relativo de la industria alimenticia (18,1 %) y el de las sustancias químicas básicas (9,9%).10

120,0 115,4

I?e todas maneras, no puede soslayarse que el perfil manufacturero afianzado en los últimos años no difiere sustancialmente del que fue

110,0 100,0

90,0

consolidándose durante el decenio de los noventa. En otras palabras, el dólar "alto" o "competitivo" como rasgo preponderante de la "polí-

-+-PBI ___

lndu.stria

~

PBI indJPBI

total

tica industrial"

89,0

80,0

las industrias

junto.? En el desenvolvimien ~ 16,6

140,0

se destacan

crecieron a un promedio anual acumulativo del 20,2% hasta 2007 y dieron cuenta del 32,5% del crecimiento que experimentó el sector en su con-

"

100 Yporcentajes)

150,0-,r---------------------114!45;:i,6'r 16.8

235

primera la expansión manufacturera se vio sustentada básicamente por la -tirr upción y el acelerado ritmo de crecimiento de las actividades metalmecá-nícas (complejo automotor, maquinaria eléctrica y ha eléctrica) y químicas y petroquimicas, con transformaciones estructurales muy relevantes en el perfil productivo sectorial y los liderazgos empresariales, durante la posconvertibilidad no se produjeron alteraciones significativas en la composición de la producción industrial ni en los respectivos liderazgos empresarios. En este sentido, los datos aportados por el cuadro 51 permiten t'o'rt~luir que a partir del punto crítico que supuso el año 2002 la industria 'teV¡'ló una expansíón notable (tasa anual acumulativa del 10,9%) Yque esa expansión in'volucró a la totalidad de las actividades fabriles. En términos de ritmo de expansión

del PBI total e industrial

EN LA POSCONVERTIBILlDAD

--1---..,..------¡---,--2Q04--,--2:-:00-::5:-r-=2=Q06-::-'-:2QO::;7r-r2001

~2

2003

minos de empleo Fuente: Elaboración

Otra discrepancia

propia sobre la base de información

a profundizar

algunos

de los rasgos de una

y encadenamientos

virtuosos hacia crecientes

estadios

del INDEC. ,

no menor, y que reviste suma trascendencia

vincula con las dinámicas estructurales de la industria fases de crecimiento sostenido (1964-1974 y 2002-2007).

contribuyó

estructura de especialización de escaso dinamismo a escala mundial (agroíndustrias y commodities fabriles), con acotados efectos locales en tér-

cuali~ti~,

se

en ,las distintas Mle')tras en la

,~ 8 Entre 2005 y 2007 los ámbitos de mayor dinamis~~ en lo atinente ,a.la s generación de valor agregado fueron la construcción .. en~e las actividade productoras de bienes, y el transporte, l~ ~elecomuOlcaclones y la . iruermediación financiera, entre los servrcros.

, II

9 Entre los años de referencia, la segunda división industrial en términos .de ritmo de crecimiento del producto bruto fue la de minerales no metálicos, que, a partir de una tasa de expansión del 16,9% anual acumulativo, contribuyó corl 0" el 4,7% del incremento del PBI industrial. Todo esto está estrechalncm!t'e ¡oriOl • asociado a la considerable reactivación de la actividad de la construcción.nr '{ 10 Cabe resaltar que la mayor parte de las ramas industriales sólo en 2005 s.u~róflosi j ~ registros de 1998, Hasta entonces eran holgadamente mayoritarias las acthidad,:s ! ~ fabriles que no habían logrado esa recuperación (las principalefekce~io'ntl~ } j fueron la industria alimenticia,la de cueros y las químicas y metálicas básicas, a lO' 'favor de su creciente orientación hacia los mercados externos)?'! (

¡

I

236

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

en materia de productividad agregada. Se trata, en su mayoría, ~e m~nufacruras que se caracterizan por poseer estructuras de ~ferta ~hgopolica y en las que los salarios desempeñan un papel mucho rrras asociado a su condición de costo empresario que de factor dinamizador de la demanda !

interna.

1), Cuadro 51. Argentina.

PBI industrial

según grandes divisiones, 2002-2007

a precios de productor. (en millones de pesos",.!

de 1993 y porcentajes)

"1 Evolución

Años

2005

2007

9683,8

12.090,7

13.665,4

41,1

2471,0

4275,6

4915,0

98,9

2663,6

3890,8

4671,0

75,4

8504,3

10.593,4

11.653,0

(%)

Alimentos, bebidas y tabaco Textiles. confecciones cuero Papel, imprenta y ublicaciones Productos uímicos Minerales no metálicos Industrias metálicas básicas Prod. metálicos, maquinaria e u¡ os Otras manufacturas Ymadera y muebles Total industria

La información que brinda el cuadro 52 resulta suficientemente ilustratíva: apenas cinco sectores de actividad dieron cuenta en 2007 de más de las dos terceras partes de la producción fabril, todos ellos con participaciones crecientes respecto de los niveles promedio de los años noventa. La industrialización de recursos naturales (esencialmente agropecuarios, aunque también de hidrü:carburos), los productos químicos, la siderurgia, la producción de aluminio primario y la armaduría automotriz se consolidaron como los rubros 'centrales del . sector industrial, en la generalidad de los casos a favor de' credien tes exportaciones, con muy bajos salarios a escala internacional yen COI1.dicíones externas sumamente propicias hasta entonces. (

(aunque con complicaciones y limitaciones de diversa índole). Por el contrario, en los últimos años el patrón de especialización sectorial se asentó en unas pocas actividades con limitados efectos propulsores internos, intensivas en recursos naturales y tecnologías maduras y/o dependientes en gran medida de las estrategias desplegadas por un grupo acotado de grandes corporaciones transnacionales y un número muy reducido de grupos económicos de capital nacional.

37

(La identificación de los ámbitos fabriles que traccionaron la reactivación en 'la posconvertibilidad

871,5

1570,9

1902,9

118,3

1493,2

2045,2

2357,0

57,8

o, en otros términos,

ron una mayor contribución

al incremento

ofrece una perspectiva complementaria rmer'fenómeno

9113,6

11.876,6

150,7

2068,0

2975,7

3438,6

66,3

32.492,0

46.555,9

54.479,5

67,7

que realiza-

(cuadro 53). En ese sentido, el prí-

el 80% del incremento

registrado en el PBI

para el periodo 2001-2007, al tiempo que, en el polo opuesto, un número similar de ramas no alcanzó a representar el 3% del crecimiento del PEI manufacturero. Entre estas últimas se encuentran algunas de suma relevancia en términos de diversificación y contribución al progreso técnico como la electrónica industrial, maquinaria eléctrica, otros equipos de transporte -excluyendo el automotriz-, máquinas de oficina e informática. í lO!

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información

de aquellos

agTegado de! PBI industrial

a destacar es que apenas nueve actividades industriales die-

ron"cuenta de prácticamente

4736,6

237

A la escasa diversificación del tejido industrial se le adiciona su limitada capacidad difusora de eslabonamientos productivos virtuosos. En este aspecto también se manifiesta una gran diferencia respecto de la fase final del modelo de sustitución de importaciones, que, entre otros rasgos, se caracterizó por la diversificación del entramado industrial

2002·2007 2002

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

i

-io,s

del.INDEC.

1,

i

238

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

Cuadro 52. Argentina. Estructura de la producción industrial según sector manufacturero, promedio 1993-2001 Y2007 (en porcentajes)

Alimentos Sustancias

bebidas roductos

uimicos

Metales comunes Vehículos automotores, remolques semirremol ues Fabricación de coque y refinación de etróleo Má uinas e ui os Productos de caucho lástico Productos minerales no metálicos Pa el derivados Edición e im resión Industria metalmecánica (excepto máq. e ui .) Cuero derivados Productos textiles Madera roductos de madera corcho Muebles colchones e industrias n.c. Confección de rendas de vestir

*

% 33,2 12,9 7,8

6,6

54,6

6,9

4,9

59,5

6,1

63,6

5,0

4,6 2,9 3,0 3,9

68,1 71,0 74,1 78,0

4,2 3,1 2,9 2,9

3,6

81,6

2,9

2,6 3,8 1,7

84,3 88,1 89,8

2,3 2,1

e impresiones Caucho v plástico Cuero v marroquiner-ía

2,4

92,2 95,2

1,8 1,4

Minerales no metálicos Metales comunes

1,0 0,9 0,4 0,6 0,3

96,8 97,8 98,7 99,1

100,0

0,3 0,3 0,1 111 100,0, ~~¡,LJ ~~

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información

tema se asocia a las consideraciones

~.

Maquinaria

del

INDgF~

precedentes

relacion -

das con el perfil sectorial, que, remontándose a los años novenlt cluso al período iniciado en 1976-, tendió a consolidarse e cien te fase expansiva industrial. Con la salvedad de la fabrica ..2i~m de

v

bebidas v eoutoo

n.c.u."

automotores .Sustancias v nroductos Químicos -Vehfculos

I¡V

,,~.! Ediciones

% 19,7 11,7 11,4 9,5 6,1 5,5

Acum. 19,7 31,4 42,8 52,3 58,4 63,9 69,1 74,0 78,7

5,2 4,9 4,7

* n.c.p.:

no clasificado en otra parte. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de Economía y Finanzas Públicas.

0,6 0,6.

99,7 100,0

Alimentos

1,3 1,3

* n.c.p.: no clasificadas en otra parte.

Un segundo

Cuadro 53. Argentina. Principales ramas de actividad según su aporte al crecimiento del PBI industrial 2001-2007 (en porcentajes)

4,1

2,9 1,7

2~9

maquinaria y equipo (donde queda incluida la producción de maquinaria agrícola y otras destinadas a los propios "núcleos de especialización': local, como la siderurgia), fueron las agroindustrias (incluyendo el cuero. y la marroquinería), la automotriz (favorecida por regímenes de privile-. gio con considerables costos económicos y sociales) y las productoras de commodities (siderurgia, aluminio primario, química básica, cemento) las que realizaron una mayor contribución al crecimiento industrial verificado entre 2001 y 2007.

2007

1993-2001 % Acum. 31,8 31,8 11,6 43,4 4,6 48,0

EN LA POSCONVERTIBILIDAD.

del Ministerio

¡¡/,' Otro de los importantes aspectos que revela la considerable reactivaci?n del sector manufacturero en la posconvertibilidad es elgrado de o,siosidad de la capacidad instalada en la industria. Al respecro.icabe, '!':Har que, durante

la fase recesiva, esta variable sobrepasabatholgada-

~fnte los requerimientos de la contraída demanda interni¡}~Jas!.pos.ibilidades exportado ras (disminuidas por efecto de la aprec,I~,~i,9~lG~m~!' biar.~a bajo el esquema convertible y la vigencia' dé~,_uXIJ;l'e,s~enario iptérnacional que s~ encontraba atravesando una"f~~:~'I~¡~flf;ra~tiva). ~ast~ba, e~ e~e sentido, una mínima recuperación.del, aljcaído tonsur:no doméstico y/o un nuevo y mucho más elevado tip'0~de cambio ~,&?,Hna expansión del mercado mundial para rriddifitá~f1elcoh'texto"~ -1

'!'iHI

~;!#.)k,~q:

240

HECHO

LA INDUSTRIA

EN ARGENTINA

en cuanto al grado de utilización de la Yeso fue justamente lo que sucedió, a tante del crecimiento manufacturero base de sustentación un lnayor empleo

capacidad productiva instalada. tal punto que una parte imporde los últimos años tuvo como de las propias potencialidades

productivas sectoriales. Así, mientras en el crítico 2002 la capacidad ociosa del parque industrial de la Argentina alcanzaba casi el 40% -porcentual que superaba el 50% en los sectores productores de bienes de consumo durable y de eapiral-e, en 2007 el grado de utilización de la capacidad instalada se aproximó a las tres cuartas partes y, por ejemplo, en el caso de los bienes intermedios, resultó aun superior (cuadro 54). En otras palabras, poniendo de

mente, su orientación, dimensiones que a su vez se ven condicionadas dos elementos concurrentes: el carácter escasamente "schumpeteriano"

po~ del

cmpresariado nacional y los escenarios para nada promisorios en el corto¡ y mediano plazo que se desprenden del complejo contexto económico interriacional.l ' ,r,í f,

" 11 A un mayor nivel de desagregación, y de acuerdo a información del Centro de Estudios para la Producción (CEP) dependiente del actual Ministerio de Producción, en 2007 sectores como refinerías de petróleo (95,7%) y metálicas básicas (88,8%) se encontraban prácticamente en el límite técnico del aprovechamiento de sus respectivas capacidades productivas. Al respecto, y en función de las evidencias del cuadro 54. vale la pena acotar que los datos proporcionados por FIEL sobre la capacidad utilizada en la industria no difieren mayormente de los publicados por el CEPo A su vez, este último organismo ofrece información relativa a ciertos incrementos en la capacidad productiva instalada (tasa negativa en 2003, en torno al 3% en el bienio 2004-2005 y del 7,1 % en los dos últimos años bajo estudio),1.:'les ritmos de crecimiento de la inversión en la industria resultan relativamente reducidos en relación con la magnitud de la recuperación fabril. Po't'o'tro lado, cabe apuntar que mientras la inversión en equipo durable en la_,~ economía argentina (valuada a precios constantes de 1993) creció el ~2;2% anual acumulativo entre 2002 y 2007, la correspondiente a equipos"H 1 importados lo hizo al 53,9% anual. Por eso es que, mient~as en 2002 estos últimos representaban el 28,2% de la inversión total en equipo durable, en 2007 pasaron a significar el 60,3% del total. Esto demuestra hasta qu~ punto la paulatina y persistente destrucción de la industria local d¿'bienes

:;!41

Sobre el particular, cabe mencionar que, a pesar de la vigencia de tasas de interés real predominantemente negativas, de la considerable reactivación de la demanda interna y de un escenario internacional que hasta el desencadenamiento de la crisis resultaba por demás favorable para la colocacióri de los principales rubros de exportación del país, la formación de capital en la industria no respondió con la intensidad que podía preverse y buena parte de los principales proyectos de inversión contaron con subsidios estatales por demás redundantes (más adelante se retorna esta cuestión).

Cuadro 54. Argentina. instalada en la industria (en porcentajes)

manifiesto nuevamente claras asimetrías con la anterior etapa de expansión fabril ininterrumpida, que entre 1964 y 1974 se sustentó en la incorporación de nuevas plantas fabriles y ramas de actividad, la importante y reciente recuperación de las actividades manufactureras guardó relación directa con un mayor grado de utilización de la capacidad instalada. De' allí que la posible continuidad de tal expansión esté cada vez más supedi~ tada a la dinámica que asuma la formación de capital en el sector y~natural-

EN LA POSCONVERTIBILlOAD

2001 2002 2003

Grado de utilización

de la capacidad

según tipo de bien, 2001-2007

Promedio

Bienes

Bienes

Bienes

industria

consumo

consumo

intermedios

durable

no durable 52,7 49,6 61,3 65,3 67,9

2004 2005 2006

65,5 61,8 66,4 69,7 71,5 72,2

69,0 64,4 64,3 71,2 73,9 71,4

2007

72,2

67,9

Bienes de capital

68,2 67,0 70,9 71,3

64,4 49,5 58,2

69,8

72,7 74,8

64,4 65,4 65,5

70,3

76,4

65,6

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de FIEL.

• {I.r.

En síntesis, en la posconvertibilidad se experimentó un proceso de reindustrialización, si bien acotado tanto cuantitativa como cualitativarnente. Es indudable que se trata de una constatación que merece ser planteada, en especial si se considera la aguda y sumamente regresiva desindüstrialización verificada entre 1976 y 2001. De todos modos, no' ésrfnenos berto que de la mano del "dólar alto" no se produjo un caíniiio estructural en la industria doméstica, es decir, que no se avanzó en la redefinición del perfil de especialización

productiva

resultante , >

de las políticas

'"b<"{~ -il

"'if1'lpil!R

tI, tT

I

de capital restringe las potencialidades que provieh~¡t"tlb.Pafpropta reactivación manufacturera y sus impactos sobré 1~lt8rTi\á~ión de-capital en general, y en el sector fabril en particular. ·Otn'd.t

242

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

del neoliberalismo. El argumento que postula que se trata de un lapso relativamente corto luego de largos años por demás críticos para que pudieran registrarse modificaciones estructurales se ve rebatido en la medida en que no se han manifestado tendencias que permitan avizorar tal tipo de transformaciones en el perfil constitutivo del sector fabril.

REACTlVACIÓN

y

DESTINO DE LA PRODUCCIÓN

INDUSTRIAL

A principios de 2002, la implosión del régimen de convertibilidad devino en un proceso de modificaciones radicales en la estructura de precios relativos enmarcado en una profunda retracción de la economía en general, en especial del sector manufacturero. La convergencia de una fuerte devaluación de la moneda local con altas tasas de inflación, el intenso deterioro que experimentaron los salarios reales y la elevada ociosidad de la capacidad productiva fabril sentaron las bases para el despliegue inicial del tradicional comportamiento contracíclico de las ventas al exterior de commodities, en especial las agroindusuiales. En los años sucesivos, esos rul bros productivos se afianzarían aun más como plataformas industriale~ . orientadas en buena medida hacia lo.s n:ercad~s externos fav~reCldas po~ la vigencia de un elevado nivel carnbiario y baJOScostos salanales a escala

rácter estructural, la importante recuperación industrial producida durante la posconvertibilidad remite al comportamiento sectorial, el perfil productivo y las características de esa reactivación en su relación con los mercados que la hicieron posible. En otros términos: ¿fue la paulatina f'!lejora del alicaído mercado interno y/o el mejor posicionamiento a escala mundial lo que suscitó la reversión del proceso de desindustrialización de larga data y el alto ritmo de crecimiento

de la industria local? Para aBor-

dar la cuestión, es interesante dimensionar

la importancia que asurr:~o el <3

.:

12 De acuerdo con las estimaciones del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, entre 2002 y 2007 el país experimentó una mejora significativa (del orden del 20%) en sus términos del intercambio con el resto del mundq.¡. (datos disponibles en: http://www.mecon.gov.ar/peconomica/baseho~e/ infoeco.btml) .

243

mercado externo como componente más o menos decisivo para la recuperación manufacturera de los últimos años. Al respecto, la información que brinda el gráfico 16 permite constatar que entre 2001 y 2007 las ventas externas de productos manufacturados se incrernenraron el 127,0%, al tiempo que el valor de la producción local (valuado en dólares corrientes) lo hizo en el 53,3%. De ello se sigue que la recuperación del nivel de actividad fabril orientada a atender las demandas locales asumió un papel secundario frente a las ventas al exterior. En efecto, en el período de referencia el valor de producción destinado al mercado interno creció el 36,5%. De todas maneras, dada la naturaleza relativamente mercado-internista de la industria local, esas divergencias en los respectivos ritmos de crecimiento implícitos podrían no ser significativas en su relación con la gravitación de ambos mercados. Sin embargo, en la posconvertibilidad, favorecidas por el "dólar alto" o "competitivo" y el auspicioso escenario internacional existente hasta la irrupción de la crisis internacional para el patrón sectorial de las exportaciones industriales del país. las ventas al exterior fueron consolidándose como uno de los factores dinamizadores del sector.

,

mundial, ventajas comparativas asociadas a la constelación de recur~9~ naturales y un muy favorable escenario Internacional.U "'~f En ese sentido, más allá del crítico año 2002, en el que la virulencia del cambio de contexto macroeconómico relativiza cualquier inferencia de ca-

EN LA POSCONVERTIBlLIDAD

Gráfico 16. Argentina.

Evolución de la producción

y las exportaciones industriales (en dólares corrientes) y coeficiente de exportación, 2001-2007 (en índice 2001

=

100 Yporcentajes) -r-
250,O',--------230,0 210,0

-_

Valor de producción

-O-

Exportaciones Coeficiente expertador

190,0 170,0 150,0 130,0

227,0 28,6 26,5

26,3

22.9 18.!'

27,5

92,8 160,8

244

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

En primer lugar, cabe hacer referencia al coeficiente global de exportaciones, que entre 2001 y 2007 se incrementó casi diez puntos porcentuales y que alcanzó en 2003 su pico máximo, cercano al 29%, En segundo lugar, es destacable que el 44,1 % del incremento registrado entre 2001 y 2007 por el valor de producción industrial medido en dólares corrientes respondió a la atención de la demanda externa, porcentual que se eleva al 85,7% al considerar el quinquenio 2001-2005 (año, este último, en el que se alcanzó a superar el PBI sectorial de 1998 y en el que el valor de producción en dólares superó los registros de 2001),13

Gráfico 17, Industria alimenticia argentina. Evolución de la producción y las exportaciones industriales

nes ya apuntadas, su sustento esencial y determinante y fue responsable de la profundización de rasgos estructurales asociados a la elaboración de commodities.t"

más aportó a la recuperación sectorial durante el período estudiado. Cabe precisar que, en consonancia con las posibilidades que brinda la información más desagregada con que se cuenta, en las consideraciones que siguen sólo se incluyen los productos alimenticios (carne, pescado, frutas, legumbres, hortalizas, aceites y grasas), Así, queda delimitada una clasificación más restringida de las agroindustrias de alimentos y bebidas (por ejemplo,

no se incluyen

industrias

como las lácteas, molienda

(en dólares corrientes) y coeficiente de exportación, 2001-2007 (en índice base 2001 = 100 Y porcentajes) 300,0 70,0 63,9

En 2007 tales productos portaciones

manufactureras

alimenticios

en 2001).

45,4

13 Recién en 2005 la producción industrial orientada al mercado interno alcanzó a superar los registros de 2001. A partir de entonces, en consonancia con la sostenida reactivaclón de la demanda doméstica, pasó a explicar cerca del 70% del destino final de la producción fabril (trienio 2005-2007), 14 Esto también permite explicar los motivos por los cuales en el transcurso de la' posconvertibilidad se ha venido asistiendo a un incremento de conside~ación en el grado de concentración económica prevaleciente en el sector, dado que las actividades [abriles exportadoras son controladas por un puñado de ' grandes empresas.

i

50,0 200,

/'

176,4

30,0

140,8

-a---~4,J ....a---

109,4

96.8

140,0

//126,6

---o----a'" 100,0

40,0

///196,1

162,

el 37,2% de las ex-

valor de la producción representó el 16,8% del agregado 'industrial, 'casi cuatro puntos porcentuales más que en 2001. Se trata del principal rubro

60,0 261,3

51,~

de

al tiempo qu/el

60,S

57,2

250,0

I

conformaron

del país (32,2%

60,7

58,1

trigo, legumbres y cereales, panadería, bebidas gaseosas, vino, jugos, etc.), pero particularmente significativa por su gravitación en las exportaciones y la atención de la demanda interna.

245

en l:s ve.nlas externas del país y también uno de los de mayor dinamismo en termln~s del valor de producción y, va de suyo, de generación de ventas al extenor. En efecto, el ritmo de crecimiento de las exportaciones de produ~to~ alimenticios entre 2001 y 2007 se elevó a 161,3%, mientras que pracucamente se duplicó el valor de la producción medido en dólares (gráfico 17). En consecuencia, el coeficien te de exportación se incrementó algo más de 15 puntos porcentuales en un lapso acotado (del 45,4% al 60,5%),

En otras palabras, la re activación industrial verificada a partir del abandono del régimen convertible tuvo en el sector externo, y por las razo-

Al respecto, resulta de sumo interés replicar el análisis precedente, relativo al crecimiento sectorial en su vinculación con las ventas al exterior, pero tomando como referencia a la agroindustria, el rubro fabril que

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

20,0

,/

100,1

-

-a Valor de: producci6n

-+-

Exporucione:s

--o-

Coeficiente: e:lIportador

10,0

1-----:2-=-00:-:11'--'--,--,------.---.;.---+0,0

50,0

2005

2006

2007

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información deIINDEC.

El fenómeno más relevante en términos del perfil de especialización industrial en relación con el nivel del tipo de cambio es el hecho de que el 76:2% del aumento verificado en el valor de la producción medido ten dólares se destinó a la atención de la demanda externa, a pesar de t~atarse, en la generalidad de los casos, de bienes estrechamente asociados a los requerimientos del mercado interno, especialmente de los sectores populares, para los que el gasto en aJimen tos suele absorber

246

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

una proporción significativa y creciente de sus ingresos. En consecuencia, ya no se trataría de simples saldos exportables o de ventas al exterior con un propósito anticíclico, sino de una creciente especialización en actividades asociadas al aprovechamiento de las ventajas comparativas derivadas de la dotación de recursos naturales. La conclusión anterior refuerza lo señalado acerca del papel de los salarios en la dinámica de acumulación del capital en el ámbito industrial, valorado más como costo empresario que como factor dinamizador de la demanda interna. A pesar de que estas cuestiones se abordarán más adelante, cabe destacar que tal patrón de especialización en producciones sujetas a la volati1idad de los mercados internacionales genera fuertes incertidumbres en torno a sus potencialidades difusoras en el ámbito local. Más aún

(cada vez más enclaves de ensambl . mésticos), el papel decisivo a .daJe con escasos efectos difusores do-: surrn o por los bai . tér mln os internacionales se vio re licado :Jos costos salanales en acumulación definidas por 1 p , ~n el marco de estrategias de as casas matnces en 1 di . rial, tanto productivo como e d ,e manusme sectoxporta oro

=~

Gráfico 18. Industria automotriz argentina. Evol . _ ~~ dpr.o uccion y las exportaciones (en dólares cor-rten tes y coeficlen te de exportación 2001-2007 ( _ . ) 'en índice base 200 1 = 100 Y porcentllJes)

cuando, en la mayor parte de los casos, el grado de transformación manufacturera de las materias primas se ubica muy por debajo de sus poten-

!lOO'ol-----

cialidades reales, limitándose a las primeras fases de elaboración, de escaso

250,0

valor agregado. Similares consideraciones pueden hacerse extensivas a otras agroindustrias, en las que también convergen crecientes aportes a las exportaciones sectoriales e incrementos en los respectivos coeficientes de exportación de la producción doméstica, pero en las que el grado de rnanufacturación local no se corresponde con las potencialidades que ofrece la adquisición de ventajas comparativas adicionales a las que resultan de los propios recursos naturales. Basta considerar, entre otros, los productos lácteos, el sector de cueros y marroquinería y la elaboración de bebidas (en particular, de vinos, en los que las ventas a granel continúan asumiendo También resulta sugerente, quema

analítico

un papel protagónico). aunque por otras razones, reproducir

para la industria

automotriz,

el sector manufacturero

que, después de la industria alimenticia, más aportó al incremento de las exportaciones

--,70,0 63,0

53,7

60,0

58,3

54,7

60,0

52.5

50,9

200,0

50,0

200,3 150,0

40,0 100,0

30,0

100,0 108,6

20,0 50,0 43,6

el es-

247

EN LA POSCONVERTIBllIDAD

0,0

-+-

Valor de producci6n Exportaciones

-o--

Coerteicntc exportador

1~200;;I-,-;;;;;_T_==Ir-=_:_T--,---r_--_io,o Fuente: Elaboración propia sobre la base de información

10,0

2007

deIINDEC.

fabriles en la posconvertibilidad.

Las evidencias

disponibles

indican

que entre 2001 y 2007 el ritmo d

crecimiento de las ventas externas fue del 166,9%, mientras que. el vaa lor de producción sectorial se duplicó. A raíz de ello, el coeficiente exportador de la industria terminal pasó del 53,7% al 63,0%, respectiva-

En su " j I del ma, mas alla de las especificidades sectoriales, a partir del aban~ollo' I esquema de caja de conversión y hasta 2007, una parte im

mente

~~:~:,mlento ~anufacturero

(gráfico

18). En el marco

de lo que se ha dado en llamar los

"sistemas internacionales de producción integrada" por parte de las corporaciones transnacionales con eje en los mercados subregional~sj el 75,6% del crecimiento del valor de producción autornotriz'Tmedido en dólares) se orientó al mercado externo (en 2007 aproximadament el 60% tuvo por destino a Brasil). En este caso, bajo otras formas y C
tadam~~~:e:~:::i~

que tuvo lugar se vinculó Con el

:~:::~:doO

::~lr=:;:~~7:::::.:iuna,fase

que se VIO_ potenciada por la vigencia de una paridad cambí :~en~::::~, ::b~:

~:e:::!:~

~::Oo:~i~::;~o~:a~~

in~_si-' ber), :tuaclOn

;~:~~~C!~~::a:~:;a~~or~ue;:

blernática dlstributiva: es indudable que Uno d 1 < a con la pr<¡_ . e os J.actores que pe . ten explicar los motivos por los cuales la reactivación de la economíar~~

248

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

EN LA

.

industria domésticas en los años recientes no se tradujo en una mejora significativa en materia de distribución del ingreso fue el señalado sesgo "proexterno" de la dinámica fabril. Este fenómeno es particularmente trascendente para los rubros elaboradores de "bienes salario", en los que se manifestó una cierta tendencia a la "dolarización" de los precios internos, lo que a su vez repercutió en forma negativa sobre las remuneraciones reales. La segunda se asocia a los interrogantes que se derivan de la drástica reversión acaecida en el escenario mundial, al calor de la crisis, para este patrón de comportamiento sectorial, y sus importantes implicancias recesivas tanto para los países centrales

EL DESEMPEÑO INDUSTRIAL

DEL COMERCIO

Gráfico 19. Argentina . Ex portaclOnes . ir . comercial del total de f , nportaclOnes y saldo de dÓlares) manu acturas, 1993-2007 (en millones

EXTERIOR

Uno de los principales argumentos utilizados por diversos sectores (políticos, académicos, empresariales e incluso en ciertos ambientes sindicales) en las postrimerías del régimen de convertibilidad para justificar la necesidad de una "salida devaluatoria" fue que la vigencia de un "dólar alto" constituiría un estímulo decisivo para el crecimiento

un aliciente necesario -y de acuerdo con algunos enfoques, también suficiente- para propiciar una expansión de las actividades fabriles, sino .además para avanzar en la modificación del perfil de especialización industrial inserción internacional del comercio de mercancías.

de la Argentina en las corrientes mundiales En consecuencia, no se necesitarían políticas

activas, ni mucho menos un plan integral de desarrollo industrial, sino que hiculizar la reindustrialización del país de acuerdo con los ejes señalados. De allí la importancia de realizar un análisis de la evolución del intercambio comercial de manufacturas. Interesa especialmente identificar los rasgos sobresalientes

del comportamiento

y el saldo comercial

de las exportaciones,

de la industria,

las

_p5.0 00_

tI5.00 0-

5000)1, ¡

y sectorial

en relación

,-

·5000

1 ~'

I 11'

1

I l'

j' l'

I l'

~ ~, J' ~' ,

, ~ 1, 1

,

h

1

1993 1994 1995 1996 1997

n

.. \

-15.000 J998

1999

~----Fuente: Elaboración propia sobre la b

__

. ase de Información del INDEC~

1;

k..,

así como las, caracte-

rísticas más distintivas del perfil productivo-exportador que se configuró en el escenario de la posconvertibilidad. Se trata de una perspectiva interesante puesto que arroja variados y muy ricos elementos de juicio para r flexionar acerca de las continuidades y las rupturas que presenta'el actu esquema económico

• ExporUdores Olmporudorcs o Saldo comercial

35.0 00-

un "tipo de cambio competitivo y estable" para ve-

bastaría con garantizar

importaciones

45.000

industrial, asociado a un incre-

mento de las exportaciones y a la sustitución de importaciones por producción local. Según esta perspectiva, la existencia de un "dólar alto" no sóloies

y de

(249

económica insLrumentado dur:nCt:r:~len~~lcas del proceso de apertur~ :,or el ~e la Alianza, que, en un mar go lernO?e Menem y Sostenido falencIas" de distinto Lipa der-ivó co de ostenSIble atraso tambiario y 0-. r .~ ,en un ac . . la rzacrorr y reeslructul-ación re res¡ ucrann- cuadro de desindusmanifestó en una acelerada .g es~va del aparato fabril. Este cuadro se . repnlnanzac· ~ d 1 ~clOne~ sectoriales, yen la desintegra . _ IOn e a ?roducción y las expormdustnas y entramados o bl cien o.desartIculación de numerosas oques productivos.

como para los periféricos.

DESDE LA PERSPECTIVA

POSCONVERTIBILIDAD

De la mformación proporcionada al' e ~ durante la convertibilidad I p I gráfico 19 se desprende qu d ~fi . ,e sector rnarruf tt e, . e ICltS comerciales sumament b ac rrer-o doméstico operó con por efecto de la intensidad y la e a ultad~s: Ello sucedió, básicamente

con el precedente.

EIJ¡J~stesentido, a partir de 2002 se asistí . que p . o a un camb¡ d . . ,<1 .,' or pnmera vez en mucho 1" o e sl~lficación ya . sanos a induso-t '.'.!ld¡'" registrar supcrávírs en su balanza ea' .. ustria manufactuEera volvió a cada de 1980 para encontr s: m.erc,al. Hay que remontárse a la dé. ar un renorneno . "l·' cronado, en ese momento, Con 'la agud Sl~l a.r e~H:~c~~;\TIenterelaa recesión mterll~lque'"lmotorizó

,

250

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

una declinación considerable en la demanda de productos importados y un crecimiento de las exportaciones de un puñado de sectores fabriles. En estos últimos predominaban grandes empresas y grupos económicos, que resultaron muy favorecidos por la orientación del accionar gubernamental. Sin embargo, como surge de las estadísticas, a pesar de la vigencia de un "dólar competitivo" y un mercado internacional en franca expansión, tal balance comercial positivo tendió a decrecer hasta tornarse negativo en 2007, año en e! que la industria registró un déficit agregado que se ubicó en el orden de los 720 millones de dólares, 15 lo cual se vincula con la evolución diferencial que experimentaron las exportaciones y las importaciones durante la posconvertibilidad. Si se considera el periodo 2002-2007, las primeras crecieron a una tasa anual acumulativa próxima al 18%, mientras que las segundas lo hicieron a un promedio anual cercano al 39%. En el gráfico 20 se presenta una visión que complementa los señalamientos referentes al comportamiento disímil de las ventas y las adquisiciones externas de la industria local bajo el esquema de "dólar alto". Desde este enfoque es posible constatar cómo el coeficiente exportador

tado durante el "boom importador" del decenio de 1990. Se trata de tendencias esperables dada la ausencia de una política in .• dustrial que trascendiera gia nacional

el "dólar alto" y, más ampliamente,

de desarrollo.

Y son muy importantes

porque

una estratealuden':'~¡~u

vez, a tres cuestiones sumamente relevantes. En primer término, al escas0 dinamismo relati~o de las exportaciones manufactureras de nuestroipaís en términos del mercado mundial. En segundo lugar, a los límites estruG~urales a la sustitución de importaciones

que se derivan de! desmantelamiento '!~

";",~

~

15 Si bien, como se señaló, el horizonte temporal de análisis se extiende hasta '2007. (en lo sustantivo, por los efectos perniciosos derivados de la manipulacióri ó~fiti~ sobre numerosas variables del sistema estadístico nacional), las evidenciasr*!' elaboradas por el Centro de Estudios de la Producción sobre la base de {J-, ~ información proporcionada por el INDEC señalan un déficit comercial, '. manufacturero en 2008 superior a los 2400 millones de dólares. ..'l..l{;_~.

25

1

J.~

(básicamente, el comportamiento

agregado de li' actividad (medido por la relación entre las exportaciones y la producción) se incremento en el bienio 2002-2003 para luego estabilizarse en torno al 27%. Asimismo, luego de experimentar una fuerte contracción en el primer año de la posconvertibilidad a raíz de la profundidad asumida por la crisis económíco-fabril, la relación entre las'i~-; portaciones y el consumo aparente subió en forma pronunciada y sostenida: pasó de representar algo más del 10% en 2002 a casi el 27% en 2007, una participación aun más elevada que la que se había manifes-

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

del tejido manufacturero local verifi d _ . debilidad de un número co id nb,lca o en las últimas décadas y de-lanSI era e de empresa ' , Iación Con los de otros países ( or eiem I ~10S naclonales,en·re;! sectores cuenta con grados d p J .p. ~ de Brasil, que en numerosos, e competIl:lVIdad m . entre otros factores a sus Jnay . 1 uy superiores .debido., . ' ores ruve es de producti id d v a.la ev: era de una estructura fabr-i] _ d VI a ya, a exrstén, n mas ensa y ar ti Id' tatal). Yen tercer lugar, al hecho de cu a ~' Con fuerte apoyo\e.f--¡ finición del grado d que en ausencia de una radical redé-j e apertura de la eco n " d arancelaria y del perfil exportad" omia, e la estructuraconstrucción de encad . or, aSI como de Una política activa de ré-: enarnlentos productivos ( 1 no se percibirían sino en 1 di cuyos ogros, por cierto,; e me rano o largo pl ) tarde podrían surgir presiones por el lado de azo,' ,mas temprano que importaciones demandadas por la' d ia) las divisas (para pagar las las actuales tendencias negat' dInl ustria ,~o~re todo si se consolidan ivas e escenarIO In t . 1 podría reactualizar ciertas problemátic . ", ernaclOna, algo que de la economía argentina bajo el ré . as car acten~tIc~" del funcionamiento d~::

s~~S:~~;~lOn de importaciones

Gráfico 20. Industria manufacturera argentína R 1 __ l' . e acion entre as exportacIOnes y la producción y las im taci yel consumo aparente 1993-2007 (' por ciones , en porcentajes) -

..•. Expo/Proeí

-O-Illlpo/CA

26,5 24,5

21,2

23,2 21,6

Ji-i .

u;,,¡j ,:,1\,r;'nl?,'!~·

"'1; :).} J:Jt

252

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

ás a ab arcauva . del desenvolvi. caracterización mas Para avanzar hacia una ~ . d l intercambio comercial, en el cuamiento manufacturero en terr:n~~osd e las importaciones industriales dudro 55 se presenta la composlclon e tiva revela algunas sorpresas, en rante el período 2002-2007. Esta pedrspec ica sustitutiva en determinado refiere a la marm d especial en lo que se . ~ con un erfil de la demanda interna e tipo de bienes. en su relación 1 pt res de ingresos medios y altos bienes manufacturados en ~a .que os sec o asumirían un papel protagonIco.

Cuadro 55. Argentina. Composición de las importaciones - upo . de bien , 2002-2007 (en porcentajes) segun Total

Bienes

intermedios

' y combustibles

2002

100,0

71,0

2003 2004 '2005 2006 2007

100,0 100,0 100,0 100,0

65,6 59,8 59,0 58,2 59,0

100,0

Bienes

de

Bienes de capital

consumo

14,6 16,3

14,4 18,0 23,8 24,4 24,6 23,3

16,5 16,6 17,2 17,7

--

.• la sobre la base de Información del INDEC Fuente: Elaboracl.on pro~ CEPAL Oficina en Buenos Aires. y tabulados especiales de a ,

. ~ de los crecien tes valores de las importacioEn términos de la confor~aclO~ 2002 y 2007), el único grupo - . quintuplicaron entre nes (prácticamente se. _ 'da fue el de los bienes de consumo, que en,! que reveló una expanslOn soste;'791 d I tal de las compras de manufactu2007 alcanzó a representar e11, o el to bi _ ligeramente por debajo de . S' b' tal porcentua se u lcO . ras en el extenor. 1 ien ~ h I damente a los predominanventa supero o ga los registros de los anos no . ' . I I vigentes en el transcurso de, d 1 titutivo e me uso a os ~ l tes durante el mo e o sus .. La señalada recuperacion de a tal del radicalismo. " la gestión gubernamen _.. or un lado, que el perfil del consumo, demanda interna parecena indicar, p. l d mayores ingresos, tendió a red 1 e tratos socia es e fundamentalmente e os s. t en los países centrales (en otras P
EN LA POSCONVERTIBILIOAO

253

dólares en 2002 a casi 8000 millones en 2007, casi el 25% por encima de los mayOJ"es valores registrados en el decenio de los noventa). Por su parte, la participación relativa de los bienes de capital {estabi, lizada en torno al 24% del total de las importaciones en el último cuatrienio de la serie analizada) resulta consistente con lo apUntado sobre las limitaciones que presentaba la alicaída oferta local frente a la recuperación de los niveles de inversión durante la posconvertibilidad. A diferencia de losbienes de consumo, el potencial proceso de sustitución debió enfrentar en este ámbito mayores dificultades tecnológicas, de especificidades técnicas y de financiamiento, vinculadas a los complejos senderos evolutivos del período 1976-200i. IndUdablemente, las políticas públicas deberían haber intentado romper con el extendido período de desatención sobre este segmento, cuando no de agresión efectiva hacia la industria local de equipos para la producción, como eje neurálgico de todo proceso de industrialización. Pese a los valores alcanzados

en plena crisis de 2002, y en menor

me-

dida en el inicio de la recuperación posconvertibilidad, las importaciones de bienes in termedios y combustibles se estabilizaron en torno al 60% del total (en un marco de crecientes compras en el exterior), un valor bastante SUperior a los registrados en la fase expansiva del período de vigencia de la convertibilidad y que parecería poner de relieve las insuficiencias del proceso sustitutivo en el marco del "dólar alto". En forma complementaria, cabe reflexionar acerca de las características de la oferta exportadora de la industria local desagregada según los principales rubros productivos (cuadro 56). Desde esta perspectiva se comprueba, que, en la posconvertibilidad, el perfil exportador heredado de la década 1: de 1990 no se vio mayormente alterado. En efecto, en 2007 apenas cinco' sectores fabriles dieron cuenta de casi el 85% de las ventas externas totales, frente a una participación

algo superior al 78% en el período

1993-2001: la'

agroindustria, el sector automotor, la refinación de petróleo, la elaboración.1 de productos y SUstancias químicas y la manufactura de metales comunes (hierro, acero y aluminio primario). Más allá de las respectivas especificida:¡ des sectoriales, en la generalidad de los casos se trata de actividadd ccln es1 tructuras de oferta fuertemente concentrada alrededor de un número muy reducido de grandes compañías y conglomerados

empresarios udn s¡{'ma-I

yoría de capital extranjero-, escasas articulaciones internas en el plano'prO'l, ductivo, relativamente poco demandantes de mano de obra, e~ las que'los salarios bajos (en pesos y, más aún, en "moneda dura") consqiuyen un dato, un comportamiento muy dependiente de los ciclos del 'l1S'r9d,? .rpundial en materia de precios y demanda (en la mayoría de estos,rubros,el país es ,,,

.t.

f'

254

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTR1A

"tomador de precios") y una tendencia secular a perder participación relativa en el comercio De lo expuesto dos argumentos rante los últimos

mundial. surgen numerosos cuestionamientos en relación con ampliamente difundidos en el plano nacional duaños: a) que este perfil de especialización pr-od'uc-

tivo-exportador es condición necesaria y suficiente para que la Argentina ingrese en un sendero de desarrollo con crecientes niveles de inclusión económico-social; y b) que la vigencia del "dólar alto" como eje ordenador y prácticamente excluyente de la "política industrial" posibilita una modificación positiva para la inserción nacional en los flujos mundiales del intercambio comercial manufacturero. Estas consideraciones se enriquecen al analizar el saldo comercial de los diferentes ámbitos manufactureros. A este respecto, los datos aportados por el cuadro 57 indican que en 2007, en un escenario global de déficit comercial, la mayoría de las actividades industriales registró considerables desbalances en sus transacciones de bienes con el exterior, mientras que apenas cinco operaron con superávits: la industria alimenticia y. en muy menor medida, la refinación de petróleo, la metálica básica, la producción de cuero y sus derivados y, marginalmente, la industria maderera. Por eso es que puede afirmarse que durante la posconvertibilidad se asistió a un afianzamiento de la "dualidad estructural" del sector manufacturero argentino gestada al calor. de las políticas desindustrializadoras instrumentadas entre 1976 y 2001. Este fenómeno es puesto en evidencia en la medida en que un, puñado

de rubros

productivos

ligados al procesamiento

de recurso~

Alimentos

Vehículos automotores,

refinación

de petróleo

Sustancias

y productos

Máquinas

13,6

57,1

5,9

61,9

10,2

67,3

10,0

71,9

10,1

77,4

6,5 3,2 5,7

78,4 81,6 87,3

7,4 2,9 2,7

84,8 87,7 90,4

y eouioos

y derivados

Cuero

Productos

de caucho

y plástico

1,6

88,8

1,8

92,2

Papel y derivados

1,5 0,9 1,6

90,3 91,2 92,8

1,3 1,0 0,9

93,5 94,5 95,4

Equipo

de transporte

Productos

textiles

Industria

metalmecánica

(excepto

máq.

Madera

y productos y corcho

0,8

96,3

0,8

97,1

0,4

95,4

0,7

97,8

0,7

96,0

0,5

98,2,

0,6

96,7

0,5

98,7

1,0

97,7

0,3

99,1

0,8

98,5

0,3

99,4 ,99,7

de

minerales

no

metálicos Instrumentos

93,7 95,0

eléctricos

madera Productos

0,9 1,2

veouin.)

MáQ. y aparatos

médicos

y

y colchones

e industrias

n.c.o.

Confección

de prendas

jido económico y social, y que por lo general han venido conformando los senderos de mayor dinamismo en el comercio mundial de

Equipos

de vestir de radio, 1V

y comunicaciones

0,4

98,8

0,3,

Edición

0,7

99,6

0,2"

0,3

99,9

0,1

100,0

0,1 100,0

100,0

0;0. _IPO,O

100,0

e impresión

Máq. de oficina,

contabilidad

e informática Productos

de tabaco

Total industria en las últimas décadas r ~

56,0

Metales comunes

elevada calificación, con mayores potencialidades para traccionar co~ su crecimiento a otras industrias y difundir el progreso técnico al te-

16 Un estudio de las tendencias del comercio Internacional se encuentra en Mceo (2005).

12,2

remolques

, químicos

de precisión

industria.

2007 Acum. 43,4

de coque y

Fabricación

Muebles

manufacturas.l'' De allí que el rubro más deficitario en 2007 haya sido el de maquinaria y equipos, con un desbalance comercial aproximadamente seis veces más elevado que el correspondiente al conjunto de, la

%43,4

Lsemirremolaues

miento científico-tecnológico,

de mano de obra con

1993-2001 % Acum. 43,9 43,9

v bebidas

básicos presentó una balanza comercial positiva, mientras que los re~i tantes fueron deficitarios, sobre todo a medida que se consideran roa? nufacturas más complejas, más intensivas en la utilización de conocimás demandantes

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

Cuadro . ..56 Arge n ti nao Estr uctura de las exportaciones IndustrIales según sector manufacturero promedio 1993-2001 y 2007 (en porcentajes) ,

* n.c.p.:

no clasificadas en otra parte.

".



99,9

<{j

nI J

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC.

J

256

HECHO EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

Cuadro 57. Argentina. Saldo comercial de lo~ distintos . . 1es. 2007 (en millones de dolares) sectores industria

comercial v bebidas

Fabricación

de

17.107,2 2349,0 721,2 689,2 87,1 -7,8 -56,1

~ y refinación

COQue

de petróleo

Metales comunes Cuero v derivados Madera v oroductos

de madera

v corcho

Productos de tabaco Edición e irnoresión Confección

de prendas

Productos minerales no metálicos v colchones

e industrias

Productos textiles Industria metalmecánica (excepto Productos de caucho v ulásuco

n.C.D.

* .

máa. y equip.}

Total industria Instrumentos Eouino

médicos

v de precisión

de transnorte

..

Máa. de oficina,

contabilidad

Máq. Y aoaratos

eléctricos

e informauca

Vehí~ulos automotores, remolaues y semirremoloues Eouioos de radio, 1V v comunicaciones Sustancias

y productos

Máauinas

v eauioos

dro de "dualidad estructural" en lo que respecta al comercio internacional, los pocos sectores y actores generadores de divisas asumen una centralidad decisiva en la dinámica sectorial y, por esa vía, en la del

·263,7 -363,6 -509,4

Panel v derivados Muebles

La segunda se asocia a una cuestión relevante en términos económi_ cos y políticos: en una industria caracterizada por el mencionado cua-

-77,2

de vestir

auímicos

conjunto de la economía nacionaL En consecuencia de ten tan un significativo y determinante poder de Veto sobre la orientación de las políticas públicas e incluso sobre el funcionamiento del aparato estatal, que tiende a

-520,2 -704,5 -710,2 -719,2 -798,6 -941,1 -1329,3

acrecentarse en escenarios externo,

¡Ir

·1663,4 -1701,3

¡

·3132,9 -4246,2 -4647,3

1 I "

• n.c.p.: no clasificadas en. olr3bPartebase de información Fuente: Elaboración propIa so re a

del INDEC.

,.1



"',

. vale la' Pena hacer dos breves digrr~IOde estas cuestiones, h h de que dos de las actividades . . cula con el ec o __ nes. La pnmera se vm d de la industria argen tina son que conforman el núcleo exporta or. s comerciales con el7estb fici . en sus operaclone . fuertemente de icrtarras . . tomotriz y la química. En ~!!pnS t de la industria au ._ del mundo. e tra a " . en especial de promo~!9n Y d on tar con un reglffi , mer caso. ., a pesar .. edc d puesto en marc h a en los años noventa y rsafir, protecClon a la acuvi a . ta a lograr un "intercambio mado recientemente (que en lo SUStanUVO apun

Respecto

257

compensado" Con Brasil), en 2007 se registró un déficit comercial muy acentuado en el subsector autopartista (cercano al 80% del desba, lance global de la rama). Asimismo, las evidencias disponibles indican que en el segundo caso el déficit de comercio correspondiente a 2007 (superior a los 4200 millones de dólares} se debe fundamentalmente a las fuenes importaciones de sustancias químicas básicas y de abonos, plaguicidas y otros químicos de uso agropecuario (en conjunto, estos rubros explicaron más de las tres cuartas partes del déficit de la actividad).

Saldo Alimentos

EN LA POSCONVERTIBILlDAD

de escaso o nulo acceso a financiamiento

Lo anterior invita a reflexionar sobre el comportamiento de los diferen tes segrnen tos de firmas en materia de comercio exterior. En el cuadro 58 se presenta la evolución del saldo comercial de la CÚpula empresaria industrial (las cien compañías Con mayores montos anuales de facturación), el del sector y el del conjUnto de la economía nacional en el período 2001-2007. Su lectura permite concluir que en la posconvertibili_ dad la elite empresaria fabril registró abultados superávits comerciales, mientras que el resto de la industria operó con desbalances muy acenms, dos y crecientes. A tal punto que, en el último año de la serie bajo estudio, las firmas líderes tuvieron un saldo superior a los 15.800 millones de dólares mientras que el resto del sector registró un déficit cercano a los 17.000 millones de dólares. Indudablemente, el principal factor que permite explicar semejante cuadro de heterogeneidad estructural es el hecho de que las firmas que conforman

la elite sectorial suelen integrarse

a grandes unidatlés .

económicas, que cuentan COn favorables posibilidades y perspec'tivas en materia financiera y Un ciclo de acumulación y reproducciohl arn'pliada de sus capitales fuertemente transnacionalizado y, en el plano interno, de escaso "grado de industrialización". Esto último se debe a -que se insertan principalmente en ramas ligadas al procesamiento de recursos básicos (agroindustria, hidrocarburos. acero y aluminio y sus derivaciones,

y algunos

productos

químicos)

y al ámbito autolnotor,

258

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

Dicho perfil estructural y de especialización contrasta marcadamente con el de los restantes segmentos empresarios, que, en su mayoría, presentan una ostensible debilidad por las características de la crisis de desindustr ialización iniciada a mediados de la década de 1970, desarrollan sus actividades en rubros mucho más expuestos a la competencia de productos importados (aun a pesar del nivel de protección brindado por el "dólar alto") y deben hacer frente a variados, complejos y adversos "factores de contexto interno" (institucionales, normativos, financieros, que caracterizan

Evolución del saldo comercial

Cuadro 5~. Argentina.

Evolución de los coeficientes

de la

Coeficiente

de

exportación

(1)

Cúpula

Total

Coeficiente

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Total

Resto de la

Resto de la

industrial

industria

economía

industria

economía

A 7050,6 9676,7 12.841,1 12.343,7 12.059,7 13.423,0 15.810,5

B -1151,6 9659,4 7568,2 4030,6 2145,7

C 6288,9 16.661,1 15.670,8 12.104,9 11.663,2

D~B-A -8202,2

-9914,0

E-C-A -761,7 6984,4 2829,7 -238,8 -396,5

2582,3 -719,2

12.308,0 11.153,0

-10.840,7 -16.529,7

-1115,0 -4657,5

-17,3 -5272,9 -8313,1

• Se trata de las cien empresas industriales de mayor facturación anual. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del Área de Economía y Tecnología de la FUCSO y et INDEC.

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

28,3 43,4 53,2 48,4 46,1 42,1 41,S

.

de

imnortación(!)

Cúpula

industria

Total

de

export~clOn e Importación y del grado de apertura total de la cúpula empresaria' y el c0rUunto de la' d . 2001-2007 (en porcentajes) In usu-ra,

cúpula empresaria" el total industrial y el conjunto de la economía, 2001-2007 (en millones de dólares) Cúpula

,259

de referencia se incremenló en al o más d fue mucho más elevado que el c g . e 13 puntos porcentuales) [abril, mientras u e el rado orrespond.lente al conjunto del sector g (28,1 % en 2007 :frente al 19,~~a~~r;~~al;mpOrtadora de este últir~lO empresaria. fue supenor al de la elite

etc.) en escenarios de apertura económica como los a la actual fase del capitalismo a escala global:

Cuadro 58. Argentina.

EN LA POSCONVERTIBILlDAD

Total

Grado de apertura total(3) Cúpula

industria

18,5 22,9 28,6 26,S

11,2

19,7

10,3 13,2 17,4

10,5 18,0 22,2

26,3 27,S 27,4

19,9 17,7 17,7

24,4 25,4 28,1

Total industria

39,S 53,7 66,4 65,8 65,9 59,8 59,2

38,2 33,S 46,6 48,8 50,7 52,9 55,S

Se trata de las cien empr d' El codicien te de la cúp::::~~ ~~nlales ~e mayor facturación anual. ventas totales, mientras que el dercon~u~:,~:;e entre las expOrtacion~~y las (1)

" f)

Respecto de estos temas, la información que proporciona el cuadro. 59 indica que la "salida devaluatoria" de la convertibilidad trajo aparejado un importante salto en el grado de apertura total de la industria y la elite empresarial: en 2001 dicho coeficiente fue, respectivamente, del 38,2% y el 39,5%, mientras que en 2007 ascendió al 55,5% y el 59,2%. Pero ese incremento en el nivel de inserción del conjunto, m'anufacturero y las firmas líderes en las corrientes mundiales de comercio permite delimitar dos ejes de acumulación diferenciados en la medida en que el coeficiente exportador de la-cúpula (que entre los años

~27trelas exportaciones y e! valor brut~ de la pr;;~~o:.~~rge de la relación El coefiCiente de la cúpula surge de!' . ventas to~les, mientras que el del con.u~:~:~:;e entre las importacion~~ y las entre las Importaciones y el vale b ~ disector surge de la relación ., U) Surge de la suma entre el coe~ci:~t~d: ::roduc.~ión. . Fuente: Elaboración propia sobre la base d . 7rtaclC:~~y e! d~ Importación. Economía y Tecnología de la FLACSO y el ;~~~~~aclon del Area de

".r¡lJ ')1

El incremento que experimentó en los últi _ . iI H ~1I portador de las firmas líderes de la i d ~os anos el coeficlenteJw.c_ conclusiones relevantes La' n ustrra argentina conduce a dos . primera es que estas gra d consolidaron c~mo sólidas plataformas productivas :ri:~~~pr~sa~s~ rentemente hacia los mercados del exterior debido a la' . :s pre~ecostos salariales a escala mundial 1 1 ... vigencia de baJOS . ' a exp oración de las . para Uvas asociadas a la dotación de rec i It ventajas cornursos natt~~a,esP~,~.priviIegialdo

260

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

entorno normativo del que gozaron las grandes terminales automotrices y, al menos hasta 2007, un escenario internacional.n:uy favorable. La segunda, estrechamente vinculada, es el papel decisivo q~~ le correspondió al desenvolvimiento de las exportaciones de.l~s comp~flI~s de la cúpula en la aceleración del proceso de concentracion ecoriorruca experimentado desde el abandono del régimen convertible. En definitiva, en la posconvertibilidad se afianzó aun mas un perfil de comercio exterior de la industria que expresaba el agudo proceso de reestructuración regresiva iniciado con la última dictadura militar. consolidado durante el gobierno de Alfonsín y profundizado a niveles extremos en los años noventa. Ello expresa la ostensible debilidad del

1:.

sector en términos in ternacionales, pacios de acumulación lización " y controlados

Una primera aproximación a estas temáticas resulta de cotejar la dinámica seguida en los últimos años por algunos de los principales indicadores de la performance sectorial. A este respecto, la información que proporciona el cuadro 60 permite obtener varias conclusiones trascendentes:

Cuadro 60. Industria argentina. Evolución de la producción, la ocupación, la productividad laboral y la relación productividad/costo salarial, 2001-2007 (en índice base 2001 = 100)

caracterizados por un bajo "grado de indusu:iapor grandes compañías y holdings empresarIos

en el sector industrial. Es indudable que tal situación difícilmente pueda revertirse con la simple vigencia de un "dólar alt~ •.•es d~cir, sin un conjunto articulado de políticas activas de fomento industrial que, inscriptas en una determinada estrategia nacional de desarrollo, persigan, entre otras cuestiones relevantes, un profu~do repl.anteo de las formas de inserción de la Argentina en el comercio mundial de manufacturas.

261

trata de un enfoque que arroja nuevas evidencias para rcflexíonar acerca de las continuidades y las rupturas entre el escenario de la posconvertibilidad yel "modelo financiero y de ajuste estructural".

con la salvedad de unos pocos es-

con una significativa y creciente capacidad de coacción a partir de su posicionamiento estructural. Y refuerz~ lo señalado ace~ca de que en los años recientes no se manifestó un proceso de cambio estructural

EN LA POSCONVERTIBILlDAD

Producción

Obreros

Productividad

ocupados

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

100,0 90,4 106,1 120,8 132,0 144,2 156,8

100,0 90,8 95,6

104,8 111,9 117,9 123,8

Productividad/ costo salarial.

100,0 99,4 110,9 115,2 117,8 122,3 126,7

100,0 155,4 173,4 152,6 140,0 138,8 123,0

• El costo salarial surge de deflactar el salario nominal por el Índice de precios internos al por mayor (IPIM) sectorial. Fuente; Elaboración propia sobre la base de información deIINDEC. GANANCIAS EXTRAORDINARIAS

DE LOS CAPITALES

"f

OLIGOPÓLICOS

• luego de experimentar una. contracción sumamente pronunciada Una vez identificadas las características y las implicancias estructurales más relevantes de la trayectoria productivo-exportadora reciente de la industria manufacturera, es pertinente adentrarse en el estudio de las formas en las que ésta repercutió sobre la relación capital-trabajo. Para ello,se realiza un breve análisis de la evolución de la distribución funcional del Ingreso en el interior del sector, así como del comportamiento

del mercado laboral. Se

17 Cabe señalar que, en 2001, las ventas al exterior de la elite empresaria representaron el 65,2% de las exportaciones industriales y el 43,9% del total) exportado por la Argentina, porcentuales que se elevaron en 2007 al 67,8% y . el 49,3%, respectivamente.

h

entre 1998 y 2002, que derivó en una elevada subutilización de la capacidad instalada, la producción generada en el ámbito manufacturero local se expandió muy fuertemente y de manera. sostenida: entre el último año mencionado y 2007 acumuló un incremento del 73,5% (56,8% respecto de 2001); , • este desempeño productivo impactó positivamente sobre la creación de puestos laborales, a punto tal que en 2007 la industria ocupó el 36,3% más trabajadores que en 2002; . • a raíz de los señalados patrones

de desenvolvimiento

de la produc-

ción y la ocupación, en el transcurso de la posconvertioilidad se asistió a un considerable incremento en la productividad de la

262

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

mano de obra: entre 2002 y 2007 este coeficiente se expandió el 27,4% (26,7% en relación con 2001); y • a partir del alza de la productividad y la evolución de los costos salariales, que cayeron en forma acen tuada hasta 2003 para luego ingresar en una fase de recuperación, tuvo lugar un importante aumento en el margen bruto de explotación (al final del período analizado se ubicó el 23,0% por encima de sus ya elevados registros de 2001), lo que significa que los capitalistas del sector se apropiaron de una proporción creciente del excedente generado en la órbita industrial. Así, puede concluirse

263

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

Gráfico 21. Evolución de los salarios reales, la productividad laboral y la apropiación de excedente por parte de los capitalistas en la industria argentina, 1992-2007 (en índice base 1991

=

100 Y millones de pesos de 2007)

25o,o',---------c:::::JApropi:oci6n

~25.oo0 •..•.• S:ol:o.rios re:ole.

-...Productivid:od

20.000

200,0

15.000

que en los últimos años el sector manufacturero

fue un importante generador de puestos de trabajo, dato que merece ser resaltado tras el largo período en el que funcionó como expulsar neto de mano de obra y que, como tal, desempeñó un papel determinante en la explicación de la hiperdesocupación y la precarización laboral con las que el país ingresó en el siglo XXI. Sin embargo, no puede soslayarse que su desempeño en la posconvertibilidad pivoteó una vez más sobre una-fenomenal transferencia de ingresos (particularmente en 2002) desde los trabajadores hacia los empresarios. El carácter regresivo de la dinámica industrial reciente (asociado a la vigencia de bajos niveles salariales y una elevada tasa de explotación de los obreros en actividad) constituye una de las principales líneas de continuidad con el "modelo financiero y de ajuste estructural". Con respecto a estas cuestiones, cabe introducir dos comentarios. En primer lugar, resulta interesante destacar que la brusca caída que

Fuent~: Elaboración propia sobre la base de información y del Area de Economía y Tecnología de FLACSO.

En segundo

lugar, resulta relevante

que la profunda

dellNDEC

modificación

en la

los salarios y los costos salariales luego de la "salida devalua-

estructura de precios y rentabilidades relativas de la economía local verificada a partir del abandono de la convertibilidad haya viabilizado un

toria" de la convertibilidad, junto con el comportamiento de la productividad laboral, motorizaron entre 2002 y 2007 una apropiación de

cambio significativo en ciertos aspectos relevantes de la dinámica de acumulación y reproducción ampliada del capital de las firmas pertenecien-

sufrieron

excedente por parte de los capitalistas industriales que promedió 19.737 millones de pesos por año (a precios constantes de 2007).

los Tal

cifra supera holgadamente los significativos montos promedios anuales captados por el sector empresarial durante la regresiva década de 1990 (gráfico 21).18

18 La estimación del excedente apropiado por el sector capitalista como consecuencia de la evolución de la productividad y las remuneraciones de los trabajadores surge de estimar la diferencia entre la masa salarial real y la que hubiera existido si los salarios hubieran seguido el ritmo de crecimiento de la productividad.

tes al ámbito manufacturero,

básicamente

de aquellas que ejercen lide-

r~gos oligopólicos. Como se mencionó en el capítulo 3, durante los anos noventa una parte .importante del excedente captado por el empres~riado (aun por los segmentos de mayores dimensiones) se desplazólWfJ era otros sectores económicos más favorecidos que la industria borlel comportamiento de sus precios. como por ejemplo los servicios pú'blicos privatizados y diversas actividades financieras. En la fase iniciada ei2002, dados los reacomodami~ntos de 10: precios in~ustriaJ~s en relaciór con los de muchos sectores ganadores del decenío anterior, los incrementos en las ganancias brutas de las empresas se tradujeron en un increme~t~ ~otable de sus beneficios ver tibifidad el mayor excedente

netos. En otras palabras'l~n la posconinternalizado por los capitalistas por

26

HEC~O

EN ARGENTINA

.•

4 1 cien te pro d uc tividad tendió a de reciación salarial y a cre marco a concentrarse en efecto de la p de la esfera fabril y, en ese , turales. Como se mantenerse dentro minantes en términos estruc . stria en torno de los a;tor~:

~~:::ica

de los precios

relaúv~~ e: ::e~:~Uaqu;llos

~;:~II~~O:S:~~~os

rubros ppr~:~~~~~sp:~of:~~~:~teOde m~rcados altaanifiesta una d xportaclon. en los que se m d y/o elevados coeficientes e e I áfico 22 se premente concentra a os a roximarse a lo señalado, en e gr ex lotación .. Como una for:n de p 994 2007 del margen bruto de p factura~:~:;;o~V:I::::~~~c::r:;o .• ~::de

d

\ la ~a

las 67 empresas :ste encuadn:

líderes

resuI:

de 1990 se expandlO_Ia

':uy

~:d:;:z:~::a:~I~a q

bar cómo durante

~~:i!I~:Oe::;:tación pobres

n~~s:o~:e

V~ores. la decada

y las firmas ~:~~~n~~

(en varios años operaron

rtibilidad

registraron desempen:bleS). En cambio, durante la poscon:~mamente tados quebrantos con lotación se expresaron en oeficientes de exp los mayores e b ficio sobre ventas. elevados márgenes de ene

. • d e I margen ia al en tina. Evolución Gráfico 22. Industr g bilídad sobre ventas rial y la ren ta 1 de explotación secta ouzan en la Bolsa, del sector que c ) de las 67 empresas 1994 = 100 Y porcentajes 250,0

___ ~1~9~9~~~2~0~0~7~(:e~ní~n~d=,c~e __b_a_se

~~

bruto

-r=¡__~

235,0 c:::IRentabfVtas. emp. (OUt. 80153 -e- Margen bruto de explot,

200,0

150,0

LA INDUSTRIA

26

algunas conclusiones.

1995. Consolidado el reordenamiento local de los precios relativos, en Un contexto de SOstenida recuperación del mercado interno, Con Una considerable baja en los Costos salariales y precios internacionales en alza para los principales rubros de eXportación, a partir de 2003 queda en evidencia

la internalización

que años se ubicaron los noventa. holgadamente

de márgenes por encima

de utilidad de los mejores

sobre ventas registros

Por su importancia sobre la problemática distribuúva y COn vistas a avanzar hacia Una caracterización más abarcadora del comportamiento del mercado

50.0

de trabajo industrial,

ción de la estructura entre 1995 y 2006.

1997 1998 1999 2000 2001

2002 2003 2004 2005

ocUpacional

en el cuadro

61 se pres~nta

del sector manufacturero

la evolu-

doméstico

.

1994 1995 1996 ase del INDEC y balance, empre,anos. Fuente: Elaboración propia sobre la b ,b,,}

de

Así, en el transcurso del esquema convertible, las grandes firmas fabriles que cotizaban en la Bolsa de Valores registraron comportamien_ tos muy disímiles en su interior según el efectivo nivel de exposición a la competencia externa, el grado de transabilidad real de los bienes producidos, las posibilidades de expOrtación (acotadas básicamente a Un núcleo relativamente reducido de firmas agroalimenticias, produc_ toras de insumos difundidos y ligadas a la armaduría automotriz) y los ciclos de la demanda doméstica. El resultado de tales heterogeneidades en términos de performance económica general se vio reflejado en márgenes de rentabilidad relativamen te reducidos o negativos. Superado el año 2002, la situación resultó muy distinta. La conjunción de la

recuperación de la demanda doméstica y la reducción de los costos salariales permitieron que las empresas líderes del sector pasaran a operar COn tasas de rentabilidad por demás significativas. 19

136,9

El de-

rrumbe del esquema de caja de conversión y la "salida devaluatoria" condujeron a Una profunda caída de la actividad económica e indus_ trial domésticas. Sin embargo, en el ámbito de las grandes firmas fabriles, elJo no se vio reflejado en los balances corporativos, por lo que no resulta sorprendente que en el crítico año 2002 la rentabilidad media sobre ventas de las empresas [abriles (1,3%) haya sido la más alta desde

reformulación de la estrUCtura de precios relativos a favor de las actividades productivas y fabriles, en particular las exportadoras, la propia 135.2

5

EN LA POSCONVERTIBlLIDAD¡

En cuanto a este último tema, cabe extraer

19 InclUSoen e1lransc,"", del convulsionado 2008 (que estu""jalonado perel prolongado Wck-auldelas patronales del sector agropecuario). el panel de empresas que conforman la muestra a panir de la cual se elaboró el g¡-áfico22

266

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

Cuadro 61. Argentina. categoría ocupacional,

Patrones

Evolución del empleo industrial 1995-2006 (en porcentajes)

1998 6,6

2001 6,6

2002 5,4

2003 5,3

2004 4,8

2005 5,3

2006 4,5

13,7

13,3

17,6

21,3

18,3

20,2

16,5

17,4

13,4

13,0

17,2

20,0

17,7

18,5

14,4

16,3

0,3

0,4

1,2

0,6

1,7

2,1

1,1

79,8 23,1

76,4 31,8 44,6

78,1 31,4

78,1

ció y el desempleo disminuyó. En segundo lugar, y derivado de lo anterior,

26,5 49,4

73,3 28,3 45,0

75,0 31,0

56,7

80,0 27,3 52,7

0,5 75,8

100,0

100,0

100,0

100,0

46,7 100,0

30,2 48,0

100,0

43,9 100,0

cabe destacar que se profundizó la fragtnentación de la clase obrera argentina, con su consiguiente debilitamiento en términ9s políticos. En este sentido, el "dinamismo" que en la pOsconvertibilidad exhibió el em-

ronia

- profesionales Asalariados

rezistrados

- registrados Total

1312 pesos (lo que da una media de 934 pesos). El valor de la línea de pobreza para un "hogar tipO'''1 fue del orden de los 906 pesos. El fenómeno de los "trabajadores pobres por ingresos" (presente en muchos sectores de la actividad económica, no sólo en el ámbito fabril) constituye una nueva e ineludible constatación que explica por qué la distribu-

-no Iprofesionales

- no

aglomerados urbanos), en el cuarto t1imestre de 2006 los asalariados fabrí, les no registrados recibieron en promedio un salario nominal de 556 pesos, mientras que la retribución media de trabajadores "en blanco" se ubicó en

1995 6,5

Trabajadores por cuenta

267

EN LA POSCONVERTIBILlDAD

según

Fuente: Elaboración

propia sobre la base de información

100,0

delINDEC.

Focalizar el análisis sobre los trabajadOresTerdmeiltoeSc:~oa:;~:~;r~~~~ ferenci la paruclpaclOn del penado de re eren~la . . modificaciones significativas. . . su 1ntenor se reg¡srraron . . mayontana y que en . trados tendieron a aumentar su inciEn efecto, a partir de 1995 los no relgts_ tir de 2001: si en 1995 repre. que se ace era a par . dencia relativa, proceso asal . d n 2001 alcanzaban el 35% Y . l 29'1< del total de ana os, e . sentaban casi e o 6.20 Se trata de una comprobación muy lmp~ralrededor del 39% en 200. l ue refleia una profundización En pnmer ugar, porq " tante por dos razones.. ue erciben los distintos estratos que de la heterogeneidad de mgresos q . p Al especlo es importante tener l l traba. adora argenuna. r , conforman a c ase:J b industriales _y una cantidad h de los nuevos o reros I en cuenta que muc os 'be salario que no les permite acceder "vi' " percl n un considerable de los eJos .. D acuerdo con la información b _. de bienes y servicios. e a una canasta asica d Hogares del INDEC (total de suministrada por la Encuesta Permanente e

ción del ingreso siguió ubiéándose en umbrales que revelan una marcada regresividad a pesar de que en los años recientes la economía

nacional cre-

pleo "en negro" del sector manufacturero, sobre todo en los primeros años, introdujo una nueva brecha en la conformación de la clase trabaja, dora. que se agregó a las existentes e incrementó su segmentación. La creciente presencia de obreros empleados bajo modalidades precarias de contratación y con remuneraciones reducidas (muy distantes de la "línea" que define el "ingreso de pobreza") y de los que tienen empleo registrado y perciben salarios relativamente elevados constituye Una diferenciación que se agrega a la que ya exisúa entre los nuevos trabajadores de las regiones con promoción industrial y los radicados en las ZOnas fabriles tradicionales que se cristalizó en los años ochenta, y a la cual se adicionó durante desocupados.

el decenio

siguiente

la escisión

entre los ocupados

y los!

Así, si bien en la etapa reciente la industria fue uno de los sectores, de actividad más dinámicos en lo que se refiere a la creación de em-i pleo y, Como resultado de ello, desempeñó un papel decisivo en la explicación de la caída verificada en la tasa de desocupación, no puede soslayarse que en una proporción considerable ello fue el resultado de la incorporación de mano de obra Con un costo netamente inferior ah promedio

(asalariados

no registrados)

y cuyo costo de expulsión

es

'/;;¡dw· Tdad sumamente elevadas. Basta con mencionar que en registró tasas de rentabili _ I Td d s totales superaron el 20% de los el segundo semestre ~~ ese ano as uu I a e ingresos por f~clUraCtO~~ rtada r el cuadro 61, interesa precisar que hasta 20 En cuanto a la lIlfor~aaon apo cu:ta Permanente de Hogares (E.PH) puntual. 2003 los datos provienen d~ la En od\ñ . la metodotogia de la encuesta, que Como a mediados de ese ano se m co ndieruesno son estrictamente pasó a ser de carácter continuo, \os datos correspo

".U

A

, no I . comparables con los de los años previos. Sin embargo, tal limitación introduce sesgos de relevancia en el análisis de estructuras porcentuales! El cuadro aludido tiene como horizonte temporal el año 2006 dada que fue el t ultimo en el que se publicaron en. forma oficial las base~dt; ra\OS de l~,~PH. I ) 2.1 Formado por un varón 'f una mujer de entre SO 'f 59 anos con dos '."JO$ (urio deentr~4.y6años'fotrod~enlre7y9). .' .1"1t. 11111) "-1 tn I

268

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

EN LA

'2.69

POSCONVERTIBIlJIDA:D

prácticamente nulo ante una eventual reversión del ciclo económicofabril. Todo esto fue posible por la concurrencia de distintos elementos, entre los que sobresalen: a) la vigencia de un' -corpus normativo heredado de los noventa que aún induce y convalida la precarización laboral; b) un ostensible déficit en materia de regulación estatal sobre el mercado de trabajo doméstico; c) la existencia de un "ejército industrial de reserva" de cierta envergadura, con evidentes efectos disciplinadores sobre los obreros ocupados; y d) el "déficit de representatividad" de muchos sindicatos asociado tanto a cuestiones de índole interna como a la señalada fragmentación del universo laboral. En síntesis, los análisis que anteceden ponen en evidencia la regresi-

200 l Y 2007 el PBI fabril a precios corri ._ anual del 24,2% por deb . del ri entes creció a Una tasa promedio d '€lJo e ntmo eVIdenciad 1 as de la cúpula empresaria fabril u o .por as Ventas agrega:acumulativo. Así, si se considera I'.c:q e se expandIeron al 27,2% anual e lactar corree to d l fici agregado/valor bruto de prod .~ r e cae icrem¿ valor uccion que surge cuesta Nacional a Grandes E COmopromedio de la En. mpresas del INDEC l 1" nlficación de la elite emrn-esar' a re acion pro'l'"\J de la sigpresana en el ea' d "J el último año de vigencía de l . nJunto el sector fue del 31,5% en a converlIbilid d 1para luego fluctuar entre Un _. a , se e evo al 56,3% en 2002 del 41;7% (2006). maxlmo del 45,1 % (2005) Y Un mínim;

vidad de la dinámica manufacturera que se desplegó desde el abandono de la convertibilidad hasta fines del gobierno de Néstor Kirchner, cuestión que se encuentra estrechamente relacionada con la .baja de los salarios obreros (que se suma a las numerosas caídas que se habían acumulado desde mediados de la década de 1970), así como la magnitud que cobró con la explotación de los trabajadores y la calidad de una parte importante del empleo generado. A su vez, esto motorizó una fenomenal recomposición de las ganancias empresariales, en particular. ~ de las líderes de los rubros fabriles preponderantes en el nivel estructural que poseen una elevada capacidad para exportar. La c0!lsiderablbi~ apropiación del excedente, fundamentalmente por 'parte de los gran¡' des capitalistas, sumada a los deprimidos niveles salariales indican qué; a diferencia de lo que las múltiples instancias representativas del secton patronal

y diversos integrantes

del elenco gubernamental

plantean, de'

modo recurrente, aún queda por recorrer un camino para' nada.desf, preciable con vistas a lograr la recuperación de los salarios en el sector manufacturero.

'

Cuadro 62 Ar . E " . genuna. voluclOn del PBI industrial y l as ventas de la cúpul . (en milI a empresana del sector, 2001-2007 o~es de pesos corrientes, relación y porcentajes) PBI industrial (1) r ,

2001

43.242 63.603 84.530 99.793

2002 2003 ' 2004 • 2005' • 2006 12007·

114.091 134.709 l'

158.821

TAA 2001-2007

24,2%

q'¡

Ventas

Relación

(2)

(2)/ (1)

Relación

(2)/

(1)

corre~da*

49.310 108.759 113.864 135.880

114,0 171,0 134,7 136,2

156.536

137,2 126,8 131,7

170.828 209.223

37,5 56,3 44,3 44,8 45,1

,

41,7 43,3

27,2%

-

'

,

,

* Considerando

la relación valor a re ad de la Encuesta Nacional a G d g Eg. o/valor bruto de producción

ECONÓMICA Y EXTRANjERIZACIÓN

'TtJt

",

l{f

2001.200~ (últim,o dato disp;~~l:; = ~f~~as (INDEC) durante el periodo, Fue~te: Elaboración pro ia s b I " y el ATea de Econ _ !:;. re, a base de Información del INbEC'" jf:¡O~t,fl orrua y J:ecnologla de la FLACSO

f'!

CONCENTRACIÓN

oj'

°

DEL CAPITA,Lr)

0:

¡

~o

,

o,

o



I

l

,n!J:1:f

'f

La indagación de los rasgos sobresalientes del desenvolvimiento de

't:)h'J

dustria manufacturera argentina en la posconvertibilidad no puede cindir del estudio de las características del proceso de conce:ntra centralización de capital que constituyó uno de los elementos distintivos del "modelo financiero y de ajuste estructural". Con respecto a la.

'Rara dotar de significac' .,¡ \iO¡lJ\"'lt 'If' t Ion estas CIfras es . ._. -.chodeque, más allá deJ.fenomenal i' Importante reparatieIÍ'eI he'de concentración industrial lob 1 ncrement.o.venfica~d1fh·'é¡;giatlo . g a en plena cnSISpor e1'ábahaóno del

ción del peso relativo en el PBI industrial global de las cien e~!'fi: mayores dimensiones del sector,22 según consta. en el cuadrq¡.62; e

j";'Ji11'

"}t.¡

22 Se trata de los mismos criterios _ . capítulo 3. metodologlcos

1':

1

que se utilizaron en ei

..,. "'I'.!

I

~f,

~¡:I.tw\

270

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

régimen convertible, en los años posteriores, de notable reactivación fabr il, este indicador tendió a estabilizarse, pero en un estadio superior al que predominó en los años noventa. Este fenómeno pone en evidencia un nuevo elemento de continuidad entr-e la posconvertibilidad y el "modelo financiero y de ajuste estructural", que se suma a los señalados al analizar las características del perfil productivo-exportadar y el comportamiento de la distribución funcional del ingreso. Las evidencias disponibles indican que entre los factores que concurrieron a generar esa mayor concentración económica en la industria se destacan, entre otros, los siguientes: a) la importante y creciente inserción exportadora de la mayoría de los oligopolios líderes de la actividad; b) su integración a unidades económicas complejas que cuentan con un amplio abanico de opciones en materia productiva, tecnológica, comercial y financiera; c) las variadas posibilidades que tienen estas grandes corporaciones para captar excedentes de manera diferencial a partir del poder de mercado que deteritan en diversos ámbitos manufactureros críticos para el funcionamiento del conjunto de la economía nacional (como aquellos vinculados con la elaboración de materiales intermedios de uso difundido); d) los sesgos manifiestos en el nivel normativoinstitucional en 10 referido al control sobre la relación entre grandes empresas y pymes; y e) la considerable centralización de capitales desen- . cadenada a partir de la profunda crisis que marcó el fin del régimen de convertibilidad. Ahora bien, en la creciente elite empresaria

concentración

en un escenario

industrial

de reactivación

en torno

sectorial

a la

Cuadro ~3. Argentina. Distribución

uno de los rasgos evidenciados

noventa:

la sostenida

extranjerización

desde mediados de la cúpula

a)

en algo más de 15 puntos porcentuales formas de propiedad.



cantidad de empresas

GGEE EL! ET CE Asoc.

b) distribución

GGEE ELI ET CE

, Asoc. -Total

2002 27 7 42

2004

2007

23 8 42

20 6 47

16

18 9 100

20 7 100

2004 23,2 3,7 31,1 35,8 6,2 100,0

2007 24,0 3,0 42,7 26,6 3,7 100,0

8 100

Total

de las ventas 2002 25,6 3,3 27,6 38,4 5,1 100,0

~GEE: Empresas propiedad de un grupo económico nacional' EU' ~p:e.sas locales mde~ndiente.s (no integran un grupo econÓmic~)' . mpresas transnacíonales (no integran un con lomerado e .' CE: ~mpresas propiedad de un conglomerado extr~njero' Asoc ~~nJero); propiedad de un~ asociación entre dos o más firmas. mpresas p

de los años

industrial,

I

funda-

trativa: desde el año crítico de la salida del régimen de convertibilidad hasta 2007 las empresas extranjeras no integradas en el país a conglomerados incrementaron su gravitación en las ventas de las cien firmas las restantes

de las empresas

como el de

mentalmente a partir de la i~rupción de nuevas transnacionales que pasaron a controlar el capital de grandes empresas locales. Al respecto, la información que ofrece el cuadro 63 resulta por demás ilus-

más grandes

271

~ la par.tIcipac!ón .porcentual en las ventas de la cúpula mdustnal segun tipo de propiedad, 2002, 2004 Y2007 (en valores absolutos y porcentajes)

la posconvertibilidad se verificaron, a la vez, procesos importantes en cuanto a su conformación según tipo de firma que tendieron a profundizar

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

en detrimento

d

••

Fuente: ~Iaboraclón propia sobre la base de información del Ár y Tecnología de la FLACSO. ea de

Economía

I,.-q

n ,JIJ

, La PF~fundizac!ón del proceso de transnacionalización de una elit~ ernpresana sectorial, qU,e al mismo tiempo explica una proporción creciente de la producción industrial argentina, reconoce varias formas no excluyerues, aunque de distinta intensidad en términos de-sus impa td generales: desde compañías extranjeras que incrementaron sustan~ial~ rnentersus ventas a partir de la fusión de algunas de las fÚ-mas trolaba ( que conDOwAgrn. com~ el caso de Dow Química, que absorbió a PBB Polisur y osciencies), hasta la compra de las tenencias accionarías de algunas

272

HECHO

EN ARGENTINA LA INDUSTRIA

grandes empresas con importante presencia exportadora y/o posic íonamientas oligopólicos en el mercado doméstico, Tales fueron los casos de, entre otros, los frigoríficos Swift, Finexcor y Quickfood, la cementera Loma Negra, la cervecería Quilmes, uno de los integrantes del duopolio siderúrgico local (Acindar) y la textil Alpargatas. Vale apuntar que buena parte de esas transferencias de capital hacia inversores extranjeros tuvo como actor central a compañías o holdings brasileños, que en gran parte de los casos contaron con el apoyo financiero del Banco Nacional de Desenvolvimento Económico e Social (BNDES) a través de líneas crediticias preferenciales orientadas a la "internacionalización de las empresas brasileras", La selección local de compañías que contaban con mayores potencialidades de crecimiento, muy particularmente en el escenario internacional, pero también en el local (dada su condición de oligopolios enfrentados a la reactivación de la demanda interna), denota la presencia de estrategias transnacionales que encontraron en el nuevo contexto macro , y mesoeconómico local la posibilidad de consolidarse como la principal fracción del capital en el ámbito domésti~o con, a la vez, una creciente inserción en los mercados externos. Por su importancia sobre el proceso de concentración

')4

y centralizacíóji

del capital, cabe realizar un breve análisis sobre la orientación del fU~f*' namiento estatal vinculado con el sector manufacturero durante eIg~:bierno de Néstor Kirchner. )(>~!}', De ~anera reiterada, en las consideraciones precedentes se h_a.)p~,.eho mención al tipo de cambio "alto" o "competitivo" como uno de los factores decisivos.junto

con las tendencias

prevalecientes

en el mercado

mun-

dial, en la reactivación de la industria local (sobre todo en la medida en que potenciaron la traslación hacia las primeras fases de elaboración-manufacturera de recursos

de las propias ventajas comparativas asociadas a la dotaciópq naturales). Sin duda, el mantenimiento de Iosequíhbríos

macroeconómicos y la recuperación de la demanda interna (en especial hacia mediados de la década), asociados a una mayor generación de empleos y a cierta mejora de los salarios reales, también asumieron-un papel relevante puesto que impulsaron y sustentaron, con intensidades"; . de acuerdo al sector, el crecimiento fabril por medio de un may" de utilización de la capacidad instalada y, en menor medida.spo mación de capital en la actividad, En ese escenario macroecohóm construido sobre la base de elevados costos sociales, prácticam'~nte n desplegaron políticas industriales activas que, por un ladowpúdier'arr namizar a las ramas manufactureras y, por otro. contribuyerán'X,·~t6rnatlo

EN LA POSCONVERTIBILiDAD

27'3

Sostenible en el largo plazo Con a la vez u ... modelo de acumulación y d'e .'. 11 . ' ~ sólido aporte del sector a 'un sal 1 o o InclUSIVOqu t . . . a uno de sus pilares básicos de sustent '" e uVl:ra ~n la mdustria alto" con bajos salarios a escala mund::ll~n. En o.~os.termInos, el "dólar COS,el tan pregonado "su .... ' os equIlIbnos macroeconómi_ pelavltgeme10" (fiscal y . 1) ración del mercado interno 1 b-" COlnerexa y la recupela rian configurado e . diciones necesarias pero no fici ' n CIerto sentido, con. su icren tes para ga . mdustrial que cuando m 11 ranuzar un desarrollo , en os, con evara Una paul ti del propio perfil productivo sect . Ii a na transformación modalidades de inserción en la divís . ~ns~npta en. Una re definición de las Las .. '. IVISlonInternaCIOnal del trabajo 23 . escasas polfticas mstrumentadás en el sector de 1 _ . dianas empresas dan'prueba de 10 . '. as pequenas y me"problemática pyme" cobró ci ta an tenor: SI bien en los últimos años la ter re 1evancía en la di ... 'presarial y académica, es insosla able re ISCUS.IOD política, ernde gobierno con incumbencia y l parar en que las dIversas instancias 1 en e segmento de las o general, con bajo presupuesto con u '. p~es operaron, por "respecto de las medida . ' na limitada artIculación entre sí y s mstrumentadas en el niv 1 'Una ostensible falta de continuidad . e m,acroeconómico, y .rucionaj, como evidenc' 1 consecuencIa de la Inestabilidad insti, tan os recurrentes recambios d f, . "ello se añadieron los'ostensibles déf . .' e uncIOnarios. A }S,en'cuanto a la "defensa dIe icrts en matena de regulación estatal " e a competenc' "1 leci 1 -'Yel anti-dumPing así COmo la au . d la , a eglS acron antimonopólica , ' sencra e estructuras de ti '. 1argo plazo. Todo esto tuvo' InanClarnlento de ,repercusIones estructural tre las que sobresalen dos' a) I ti di ._ es trascendentes, en' . . a pro un lzaClOn de la .d'UCllvo-regional del tejido . segmentaclOn pro' . . " pyme, que se mamfestó en mamente acotado de firmas d que un numero sue este estrato pudo captar I Itecursos públicos disponibles (se trató e grueso de los ,tiré se trato, en su gran mayoría, de las más for'J,i

23 Al respecto, poco es lo que se avanzó en I ~ _ desplegadas que podrían haber generad;~ ~~~mos anos las políticas u: directa o indirecta un arrn ~ 1 ucido Pcstuvamente, en forma desarrollo industria¡ en su ::I~~~a:eá;~~ol~ sustentable proceso de "\1 J;~l parCIales, descoordmadas y desa ti I d ~ o fueron en general escasas¡ lO) Ley~de Promoción del Software (;5 ~~;) ~l.deec~:s 7como los ofrecld~~ l?~r¡!~l el reglmen de incentivo a la c • 74/05 por el3ue se creó I promoción del desarrollo y I ompedtltJVI~adde autopartes locales, i~ li'f~~ 1 - a pro uccrom de bíotecnot - (he 2" • I'~ " ~as aun, las disposiciones del Decreto 1234/07 ogra j n y ¡ 1~~/.70(y. 'r\ 1 ss regunen de Tierra del Fuego hasta 2023 ' • por el que se P~flJ~ó el li' InsufiCientes, más allá de los problemas (vencía en 2013), r~s~!ta/¡~n rbU h{.>, Implel)1entaclón efectiva y su respectiva ~~ea~~deadaronde maniIiesfp1bh'".ffi t{¡'l .adicionar el man}emmlento, con ligeros r:ro ue~ mdu~tora rA elld)cabe~l 81 Parael ~sector automotor (particularmente enqe! á'~~llt:e!lmll Á't~( '1 b fr~,"lIegtC;t)b enep lacuo de las tra I e Mercosur. Rara nsnaclOna es que controlan la actlVtdaHri}ru t1 )Irrll~~~ I

jP!~

ID)

Jt~.~f

!

274

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

males, de mayor dinamismo y que se desenvuelven en las regiones del p~s de superior poderío económico), y b) la agudización de las profundas m-

Al amparo del esquema establecido por la Ley 25.924, el monto total de inversión industrial promocionada -al cabo de los seis llamados a concurso

tendencias a la centralización del capital. La situación de las pymes contrasta con los cuantiosos fondos públicos destinados a la "promoción" de inversiones por parte de las firmas de mayores dimensiones. Sobre el particular, cabe destacar que la principal "política industrial" implementada en la posconvertibilidad fue la vmculada con el fomento a determinadas inversiones sectoriales, que se vio plasmada en

~ue se con~r~taron- asc~ndj~ a casi 10.000 millones de pesos, con un costo fisc~ ligeramente inferior a los 1800 millones de pesos (el 17,9% de la formación de capital), una proyección de creación de poco menos de 7800 nuevos puestos de trabajo (lo que supone una inversión de poco más de 1,2 millones de pesos por ocupado, con un "sacrificio fiscal" de casi 226 mil pesos por puesto de trabajo) y un incremento neto de las exportaciones previsto en cast 4500 millones de dólares. Se trata, en suma, de un total de

la Ley 25.924 de Promoción de Inversiones en Bienes de Capital y Obras de Infraestructura, sancionada a mediados de agosto de 2004 y VIgente entre octubre de ese año y fines de septiembre de 2007. En abril de 2008, a

125 proyectos de inversió~ 'patrocinados por 93 empresas locales de gran envergadura. ~. información con que se cuenta indica que, por 10' engorroso de las solicitudes, las pyrnes prácticamente no realizaron presentaciones en el marco de este régimen promocional.

través de la Ley 26.360, se prorrogó la vigencia de este esquema de incentivos con modificaciones mínimas, hasta el 30 de septiembre de 201p. ': Una caracterización muy simplificada de los rasgos centrales de este régi-

para aquellos desarrollados por pyrnes) , la rec~rrencia al p~oc~dimiT,nto de concurso público para su asignación, la mexistencta de pnondades seetoriales o territoriales, etc. En cuanto a los dos tipos de incentivos fiscales, sólo en caso de presentar proyectos de inversión destinados exclusivamente

275

res montos de inversión, se trataría de una promoción superflua o redundante dado que, con seguridad, las inversiones se hubieran realizado igualmente por las razones antes apuntadas.

equidades existentes entre las distintas fracciones e~~resarias (grand.es empresas y grupos económicos. pymes, etc.) en relación con. la apropIación del excedente, lo cual sentó las bases para un afianzamiento de las

men remite, por ejemplo, al tipo de beneficios fiscales ofrecidos (amortización acelerada en el pago del impuesto a las ganancias y/o devolución anticipada del !VA correspondiente a los bienes de capital invertidosj jtla fijación de montos de cupos fiscales anuales (l000 millones de pesos para proyectos de inversión en actividades industriales y 200 millones de-pesos

EN LA POSCONVERTIBILlDÁD

La evaluación de los resultados requiere varias dim~nsiones de análisis. Lo primero que se destaca es, sin duda, la elevada concentración de

¡

t

la inversión promocionada y la concesión de beneficios superfluos. De los datos que ofrece el cuadro 64 puede concluirse que apenas quince proyectos concentraron más de las tres cuartas partes de la inversión ' ,p.o.co má~ del 82% de los. beneficios

fiscales concedidos

y el 83,2% de l~

.. ~;~portaClone~ l~crementales derivadas de la concreción de los respecti_'v t ~5!sem~rend~mIentos. Para ese subconjunto de proyectos, mayoritaria-o .ll.lente lnt.enslv~~ en capital. cada nuevo puesto de trabajo generado su- '1"

la posibilidad de acceder a ambos beneficios impositivos. Se ~ata, en. smtesis, de la promoción de la formación de capital en la industria; con incen-

pus~ ~na mversion superior a los 2,9 millones de pesos y un "costo fiscal" • ~:, casi 700 mil pesos. En contraposición, el resto de los proyectos aprobad7s -los pocos que fueron patrocinados por pyrnes, pero también los reahzados por algunas grandes compañías como Celulosa Argentina,

tivos superiores para las que estuvieran orientadas a incrementar las expor-

Asefos Zapla, Alparg~tas

a la exportación de manufacturas,

taciones.

Cabe destacar

las empresas patrocinantes contaron~con

que se trataba

de un contexto

signado

por la

convergencia de un tipo de cambio "competitivo", un acelerad~ y ~ostenido crecimiento de la demanda externa y de los precios de los prm.Clpales ru bros exportables, y muy bajos costos salariales en térm_inos internaci_onales. Esto es, anterior a la crisis mundial actual. En otros termmos, un regtmen promocional tendiente a favorecer a las grandes. industrias ex~ortadoras que contaban con incentivos "de mercado" más que suficientes:para enc~ rar nuevos emprendimientos y/o ampliaciones en sus respec?vas ca~aCl dades de producción y exportación. En efecto, las evidencias ,1,ispombl permiten inferir que, por lo menos en los casos que involucrarorr los may

Textil, Ferrum y General Motors de 1rgen~aT-dl~ cuenta de mas de las dos terceras partes de los nuevos empleos, Inte¡nahzando apenas el 17,1 % del total del "sacrificio fiscal". -

I

. UPl pruner~

aproximación general a los principales proyectos promocionados pernute inferir que se trató, e.n gene.ral, del desarrollo de .!'!pprendimientos que ya contaban con suficientes Incentivos "de mercado" (interno y/o externo) para justificar la decisión empresaria de invertir I con O ~in beneficios fiscales. Más aún, en algunos casos ya habían' fo~m~lado e ncluso iniciado la ejecución de los respectivos proyectos de inversióh.

1 I

Cuadro

64. Principales

pesos y dólares

proyectos

de inversión

aprobados

bajo la Ley 25.924 (en valores absolutos,

miles de '"" O>

y porcentajes)

X

Descripción

Razón

del proyecto

Beneficio

social

otorgado

(miles de esos)

AluarSAlC

Ampliación

Ampliación de planta

T 6 Industrial SA

Ampliación molienda de poroto de saja con destino de exportación

Río de

Ampliación

molienda

La PlataSA

de sola

Peugeot Citroén

Dos nuevos

modelos

\;

Incremento

Daim!§r ~hrYsle! I ArQ:.

SA '~".

AOc;-

'1f1""'~--

netas

O

(miles U$S)

Z

X

'"

>

279.149,0

410.567,0

1.947.863,8

19,8

204

154.922,5

121.125,8

117.424,2

968.831,1

9,8

115

72.196,9

17.147,2

36.109,5

727.295,8

7,4

40

573.949,8

23.013,8

41.006,0

542.629,1

5,6

79

694.977,7

448.018,9

4,5

1326

373.137,9

42.173,7

383.706,0

3,9

215

450.237,1

87.927,0

375.390,0

3,8

105

149.500,0

r

374.442,2

3,8

260

129.716,0

S

~

de la capacidad

en alto horno y laminado en caliente

,

de empleo

~

de soia

:;;

ii

AA

Planta de procesamiento

Siderar SAlC

Exportaciones

IVA

47.043,0

de vehículos

Arl(.SA Cargill SACI

sinIVA (miles de pesos)

Generación

primario

AluarSAlC

Molinos

la inversión

% total

de planta

productora de aluminio

Monto de

Línea:Clelnontaje p~ra , 'l'~uev(rmgd~fu,~ -~ ':'~..;" -1O,62~,1

.,p,

(continuación)

SA Louis Dreyfus y Cía. Ltda. Cargill SACI

Complejo

industrial

portuario

procesam.

embarque

de semilla de

Ampliación

Cambio

de

oleazinosas

optimizar

productiva

3,1

40

410.683,4

26.741,1

267.688,.1

2,7

22

483.143,7

50.226,4

259.311,.0

2,6

19

2360,0

29.284,5

221.176,6

2,3

12

135.613,1

existentes

Adecuación

de las

instalaciones

AcindarSA

300.171,7

de configuración

instalaciones

VPFSA

32.044,5 soia

de una planta

procesadora

Siderar SAlC

y

de

destilería

de La Plata

Aumento

de la capacidad

producción

y actualización

30.188,5

204.325,4

2,1

38

51.900,9

o/cemento

Cargill SACI

Planta de procesamiento

planta de clinker

de cebada

--

-

destinada

elaboración

Subtotal.I " Resto A. ~ Total

~.;

~

-

..

a la

-

-

-

-:.::

27.714,1

191.271,2

1,9

40

5338,7

15.518,4

187.020,0

1,9

25

36.830,0

946.925,0 231.883,2

7.399.141,1

75,1

2540

3.724.506,7

2.443.782,5 9.841.923,6

24,9

5241

100,0

7781

752.257,5 4.476.764,2

de cerveza

,

z'"

¡; ;g o '" o Z

-c 498.107,9

E

~

:;

Petroq. Cdro. RivadaviaSA

].

'" e

tecnolózica Nueva

e z

de

79.926,7 578.034,5 1.178.808,3

Fuente: Elaboración propia~bre I~:basede información de la Subsecretaría de Industria del Ministerio de Economía y Finanzas PUbli,k,as,. ;; ~ -: ~ ~ .

~ ;; r

~

'"

"

-> ->

278

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

La ampliación de la única planta productora de aluminio del país (Aluar), así como los proyectos que le fueran aprobados a Terminal 6 Industrial, Molinos Río de la Plata, Cargill o Louis Dreyfus (rnayoritariamente procesamiento de soja, cuando, en paralelo, se planteaba la necesidad de "desojizar" la producción agraria), estuvieron destinados a atender una demanda externa creciente, en un escenario de elevados precios internacionales, tipo de cambio local "competitivo" y reducidos costos salariales; en otras palabras, se trató de beneficios promocionales redundantes. Por su parte, casos como los de algunas de las terminales automotrices (Peugeot Citroén y Daimler Chrysler), Siderar (seis proyectos), Acindar, YPF y Petroquímica Comodoro Rivadavia resultan ilustrativos en la medida en que constituyeron estrategias para reforzar los respectivos posicionamientos oligopólicos frente a una demanda doméstica en ascenso y, a la vez, con distinta gradación o intensidad, para incrementar sus exportaciones (en el caso de las automotrices y en el de Petroquímica Rivadavia hacia el mercado chileno) .

Comodoro

Aluar SAlC T 6 Industrial SA Molinos Río de La Plata SA Peugeot Citroén Arg. SA Can!illSACI Siderar SAlC Dairnler Chrysler Arg. SA SALouis Dreyfus y Cía. Ltda. Yl'FSA

nuevos emprendimientos exitoso s -mayoritariamente, ampliaciones de escala-, de escasa o nula incertidumbre en cuanto a la tasa de retorno de las inversiones, incluso cuando no se recibieran incentivos fiscales.

AcindarSA Petroq. Cdro.

A la vez, las beneficiarias. fueron casi en su totalidad compañías exportadoras de importancia que, favorecidas por la vigencia de un contexto

Rivadavia SA

ejemplo acordes

para el desenvolvimiento

de sus actividades

o, como en el

automotor, para el desarrollo de estrategias transnacionales con el diseño del mercado subregional, se afianzaron como

parte sustantiva de la elite empresarial en materia de crecientes ventas al exterior. Es más, a pesar de la franca y sostenida expansión de la demanda interna, casi todas ellas (con la salvedad de Peugeot Citroén y Siderar) incrementaron sustancialmente sus respectivos coeficientes de exportación, que llegaron en varios casos (como Aluar, Molinos Río de la Plata, Cargill y Louis Dreyfus en 2005) a ubicarse por encima del 50% de la respectiva

facturación

anual (cuadro

65).

279

Cuadro 65. Indicadores de performance de las principales. empresas patrocinantes de los proyectos de inversión presentados al amparo de la Ley 25.924,2001 y 2005 (en porcen tajes y millones de .dólares)

En todos los casos se trató de grandes firmas con un poder decisivo en la fijación de los precios domésticos en un marco de acelerado y sostenido crecimiento del mercado interno. Si bien en su mayoría son tomadoras de precios en el contexto internacional, debe considerarse que hasta hace poco tiempo las condiciones para las ventas al exterior resultaban excepcionales, en especial, precisamente, para sus principales rubros de producción (agroindustrias de escaso valor agregado y diversos commodities). Es decir, se trataba de una situación favorable para encarar

muy propicio

EN LA POSCONVERTIBILlDAD

Utilidades

Exportaciones

Coeficiente

sobre ventas* (%)

(millones de u$s)

exportación

2001 16,1

2005

(%)

20,6

2001 338,5

2005 408,0

2001 53,8

2005 68,8

'Id

,Id

sld

'Id

'Id

'Id

3,9

1,5

145,0

678,9

23,3

-1,8

5,3

251,2

232,5

35,7

25,9

3,6

1,5

54,9

26,4

2281,0 417,0

52,6

-3,5

1465,8 297,9

32,2

27,5

0,0

3,7

72,0

267,5

25,0

37,0

4,6

1,6

953,0

1339,0

94,5

97,3

10,0 -23,2

23,3 21,6

1773,5

2930,0 168,0

21,7 16,3

37;2

-31,6

21,5

'Id

a/d

a/d

s/d , ;

80,0

71,3

19,2 lO,

tI'

';.1,) ~

'" La tasa de rentabilidad media sobre ventas de las 200 mayores empre~as país se ubicó en 2001 en 0,5% y en 2005 en 9,2%. ,\ s/d: sin datos f'll) Fuente: Elaboración propia sobre la base de información Economía y Tecnología de la FLACSO.

del Áre,a J

:4~1 ~

oe¡~~1

! ,,;,~t!¡),

J

.t ·}:~di~.)( ,':.(i,:i:

, pjí'Wthfli Así, puede concluirse que la pronunciada concentración Jd~do~¡lf,1centivos fiscales en un núcleo sumamente acotado de proyectos S~JC9jljpgó,CO;\ el carácter superfluo -si no espurio- de los beneficios otor9a,9.~§I~Plrlpjano impos~tivo. Ala vez, resultó plenamente funcional a la GQPceAtr~eióneconómica, así como a la persistente recurrencia, port parte.d,.~il~stgra\ld,es

280

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

empresas, a los nichos de privilegio ofrecidos por las políticas públicas de "promoción" a la formación de capital. Ello involucró tanto a algunos grandes grupos económicos nacionales como también a importantes corporaciones transnacionales, que tanto en la producción agroindustrial como en el sector automotor, la refinación de petróleo o la siderurgia pudieron usufructuar los generosos beneficios fiscales concedidos por el Estado argentino a inversiones que igualmente se hubieran concretado en el marco de la estrategia a escala mundial de sus respectivas matrices. Los datos del cuadro 66 son elocuentes: un reducido número de proyectos (26) patrocinados por una aun más acotada cantidad de firmas (8) que intengran tan sólo cinco grupos empresarios locales (Madanes, Techint, Urquía, Molinos Río de la Plata y Petroquírnica Cornodoro Rivadavia) explican el 56,9% del total de la inversión promocionada tres cuartas partes (74,3%) del consiguiente

y casi las

"costo fiscal". Entre ellos se

destaca nítidamente el grupo Madanes (Aluar y Fate), muy particularmente por la incidencia de los proyectos aprobados al monopolio productor de aluminio (que fueron los de mayor trascendencia. por los montos de inversión comprometidos y, más aún, por sus "costos fiscales"). Otro gran grupo económico al que el gobierno le aprobó ocho proyectos es Tech int (seis emprendimientos de Siderar y dos de Si' derca). Consideraciones no muy disímil es podrían hacerse extensivas a los restantes grandes conglomerados. En suma, la promoción industrial desplegada en los últimos años propició la consolidación oligopólica de determinados grandes agentes locales y, en ese marco, la profundización del proceso de concentración eco~ nómica y centralización

del capital en el país, que se vio potenciado

por

los señalados sesgos del accionar estatal en el campo de las políticas hal cia las pymes. Basta un simple repaso del posicionamiento de mercado de las firmas favorecidas por el esquema promocional analizado. Cargill, Urquía (Aceitera General Deheza), Molinos Río de la Plata y Louis Dreyfus constituyen el núcleo de cuatro de las cinco principales agroindustrias del país (la restante, Bunge Argentina, es co-controlante.junto con Aceitera General Deheza, de uno de los mayores proyectos de inversión aprobados, el de Terminal 6 Industrial). Por su parte, las empresas del grupo Techintjunto con Acindar conforman el duopolio que caracteriza a la producción siderúrgica del país. Las firmas controladas por el grupo Madanes son, en un caso, monopólica en el mercado interno (Aluar) Ty en el otro (Fate) la principal firma del oligopólico mercado de los neumáticos. Dadas las peculiaridades del mercado cementero (muy alto-costo de transporte en relación con el peso y el valor unitario del producto)'

EN LA POSCONVERTIBlLIbAo

281

en una menor escala emerge prácticamente monopólico en lo territorial el caso de Petroquímica Comodoro Rivadavia. En el ámbito del oligopóIico ~ercado auto~otriz están presentes tres de las cinco principales cap pora:=lOnes del p3.IS (Peugeot Citroén, Daimler Chrysler y Volkswagen). P~r ultxm~, .YPFno sólo es la principal empresa local sino que, a la vez, ejerce posrcrones dominantes en todos los segmentos de mercado en los que opera. Ahora bien, más allá de la redundancia de beneficios y del consíguiente aporte fiscal a la concentración de la economía, el perfil productivo de los proyectos aprobados evidencia otro rasgo distintivo: la profundización de los sesgos de la estructura productiva manufacturera heredados de la larga hegemonía de políticas neoliberales. A este respecto, cabe rec.uperar algunos elernen tos ilustrativos qUe ~o p~rece~ ... tender a reverurse con la política promocional analizada: S1,;,phficaclon del aparato productivo, desintegración y desarticulaClan. del tejido manufacturero, explotación de ventajas comparativas aso~~adas a ~aconstelación doméstica de recursos naturales, profundizacI~n en CIerta especialización en commodities industriales de uso difundido, escaso dinamismo en materia de eslabonamientos intraindustrial~s y, más aún, de generación de empleo y mayores retribuciones sala~,ales, desatenc,ión de la producción de bienes de capital y la generación y apropiacion de ventajas dinámicas en actividades portadoras del progreso técnico. \(



Como era de esperar dados los aspectos distintivos del régimen fomento analizado y la peculiar dinámica manufacturera reciente el perfil sectorial de la inversión. agregada en la industria no hizo ~ás que profu~dizar los rasgos que habían venido definiendo el patró~ de reaCUvaClon fabríl en la posconvertibilidad. Así, de acuerdo con las evidencias aportadas por el cuadro 67, apenas nueve ramas dé activi, dad explicaron más del 90% de la inversión fabril. En éste marco es ~ notable la preeminencia de las actividades agroindustriales las pro~_ductoras de commod~ttes (sIderur~ia. aluminio, refinerías; químicos y s, celulosa y papel), aSI como de la industria automotriz y la cernentera, ~ que derivan en el fortalecimiento de un patrón de industrialización li. ~itado en términos de sus potencialidades, e insuficiente en cuanto a [unpactos propagadores sobre el tejido sectorial yeconórnico-socicil.

I ,

282

HECHO

EN ARGEl'o"TINA

LA INDUSTRIA

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

283

En definitiva, se puede concluir señalando que el período comprendido entre el fin del régimen de caja de conversión y el año 2007 estuvo signado por una importante expansión fabril acompañada por una no menos intensa aceleración de la concentración económica, lo cual refleja el carácter heterogéneo de la dinámica sectorial verificada. A pesar de que la etapa fue expansiva y viabilizó cierto grado de reindustrialización del país -aunque acotada en lo temporal y muy ligada a la utilización de capacidades productivas preexistentes-, se trata de una nueva línea de continuidad con el "modelo financiero y de ajuste estructural". El señalado cuadro de heterogeneidad en el desempeño empresarial se artic~ló con el sesgo regresivo que caracterizó a la relación capital-trabajo. De esta forma quedó de manifiesto que los principales estamentos de clase ganadores en la posconvertibilidad fueron aquellos grandes capitales insertos en los sectores fabriles privilegiados por las acciones y las omisiones estatales en diversos frentes (como, a título ilustrativo, el "dólar alto" y la "promoción industrial" entre las primeras, y diversos "vacíos" regulatorios e institucionales entre las segundas) y estrechamente vinculados con el mercado

mundial, fundamentalmente

pólico en los rubros productivos

debido a su posicionamiento

"bendecidos"

Cuadro 67. Perfil de las inversiones sectores manufactureros porcentajes)

por la dotación

anunciadas

de la Argentina,'

en los distintos

1990/2001-2007

1990-2001 Alimentos y bebidas Industrias básicas de hierro v acero Industrias básicas de metales no ferrosos Automotriz v auto partes Derivados de oetróleo v vas Ouímicos Materiales oara la construcción Celulosa y papel Textiles Vprendas de vestir Resto Total industria

oligo-

de factores.

(en'

2007

%

Acum.

27,0 3,1

27,0 30,1

25,4 19,4

1,5 17,5

31,6 49,0

15,2

64,3

10,1 3,7

74,3 78,0

10,9 "55,8 10,1 ·,,1.65,9 1 74:4 8,4 6,3,.,>,;"80,7' 3,8" I.,'¡ 84,5

5,0

83,1

1,5 15,5

84,5 100,0

100,0

%

Acum. 25,4 . 44,9

3,0;; 1 '87,5 I

.,

2,8'< " 90,3 9,7 100,0

"'100,0 t(



,

• Se computan fundamentalmente 105 grandes proyectos de inversión anunciados (incluye: ampliaciones, apertura de nuew,srunidade,s pi'~ductiVas y fusiones adquisiciones). .l ~ Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del centro de EStudios de la Producción dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

y

r

284

HECHO

LA INDUSTRlA

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

ARGENTINA

EN LA POSCONVERTIBILIDAD:

parte de la recuperación industrial y condujeron de concentración económica.

UN BALANCE

PRELIMINAR

hegemonía de la especulación financiera en ~etrimen.to de los sec~ores productores de bienes. Se trató, variados ~allces medlante.: de un.a geración simplista de la actual crisis internacional, dond~ las burbujas financieras a escala mundial descansan en el desplazamlento insostenible en el mediano y largo plazo de la economía real como núcleo central e ineludible de la acumulación y la reproducción ampliada del capital.

e:a-

recesión

económica

desatada

en el transcurso

mutaciones

radicales en la estructura

a un estadio superior

significativas en la demanda y los precios internacionales. El más que auspicioso ritmo de crecimiento fabril se focalizó, en gran medida, en un grupo acotado de ramas que no suponen

de 1998

con el patrón de especialización lismo, ni tampoco una alteración

terminó por hacer eclosión económica, política y SOCiala fines de 200~. ~ reforma cambiaria de principios de 2002 formalizó el fin de la convertibilidad, trajo aparejadas

285

Al respecto, desde la perspectiva de la "oferta", los avances sustantivos en el grado de utilización de la capacidad instalada asumieron un papel fundamental a la hora de dar respuesta a la incipiente reactivación de la demanda interna (siempre hasta mediados del decenio), yen particular a las favorables condiciones que ofrecían las exportaciones a raíz de la conjunción de un tipo de cambio "competitivo" en lo doméstico y alzas

La cr-isis final del régimen convertible y la "salida devalu atoria" condujeron a un punto de quiebre histórico, por demás crítico y regresivo, de la

La prolongada

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

una ruptura

legado de largos años de neoliberareal del modelo de acumulación y la

consiguiente inserción en él de las actividades industriales. En ese sentido, en la medida en que la reactivación manufacturera estuvo esencial-

de pr_ecios rela-

tivos de la economía y desembocó en una profunda CrISISeconorruca que -algo ya recurrente- fue regresiva y heterogénea, con denorninado~es comunes entre los sectores perdedores -Ios trabajadores- y reordenarnieruos dentro de las distintas fracciones del capital entre los ganadores. Todo ello inscripto en una aceleración de las tendencias a .la .co~~entración y la centralización del capital, con eje en una extranJenzaclOn del aparato manufacturero doméstico, y un correlato en la acucian te pérdida de "decisión nacional" en la definición de cuestiones centrales para el devenir

mente vinculada a un nuevo nivel cambiario, a la vigencia de salarios deprimidos, en particular para las actividades y/o actores exportadores y a la consolidación de poderes oligopólicos en un mercado in terno paulatinamente recuperado, parecería que algunas de las restricciones y/o limitaciones de la segunda fase de la industrialización sustitutiva resurgieran bajo nuevas formas, claro que ahora con niveles salariales y distributivos que permiten añorar los vigentes más de treinta años atrás. En efecto, incluso en un escenario de "dólar alto" la dinámica del corner-'

económico, social y político del país. La profundidad de la crisis económica

cio exterior man ufacturero reveló como tendencia una réplica matizada de las fases del stop andgo, por cuanto las evidencias analizadas remiten a

y fabril de 2002 no puede ser

obviada ni ignorada cuando se intenta analizar la conslglllente

la reversión del superávit comercial industrial

reacuva-

cimiento

ción de los últimos años. En efecto, tanto en el plano agregado como en el industrial demandó un trienio de crecimiento elevado, sostenido e ininterrumpido

(2003-2005), al cabo del cual, sin embargo,

zaron los niveles de actividad

sólo se alcan-aí

de 1998. La brusca reconfiguración

de los'

precios relativos que se verificó a partir de la devaluación de la moneda generó escenarios muy favorables tanto para aquellos rubros productivo-industriales como para los actores económicos que, ante el nue~ol nivel del tipo de cambio, pudieron consolidar sus fortalezas y pote~Clalidades exportadoras en objetivo y fuente decisiva de la acumulación y reproducción del capital. Aun cuando se tratara de firmas. to~adoras ~e precios a escala mundial, el alza generalizada de los pre;los lnter~~qonales de las principales exportaciones manufactureras asi lo ga~anuzab~. De allí que no resulta sorprendente que hasta mediados de la pnmera decada del siglo XXI las exportaciones hayan sido las que sustentaron gran

t

muy diferenciales

(resultante

entre las importaciones

de tasas de

cdJ

y las exportaciones

que en su momento se vieron opacadas ante la persistencia del saldo comercial "favorable"). Por otro lado, de modo complementario, mientras las ventas externas mantuvieron cierto ritmo de crecimiento, la potencial dinámica sustitutiva no parecería haber contado con las condiciones necesarias y suficientes, más allá del tipo de cambio, para no quedar entrampada en las viejas y tradicionales restricciones y limitaciones 'del modelo sustitutivo. I Esto remite, por ejemplo, al análisis de los sectores industriales superavitarios o deficitarios desde la perspectiva de comercio exterior. En gran medida, las exportaciones agroindustriales fueron las qu~~p~¡mitieron compensar los desequilibrios crecientes en materia de in sumos intermedios, durables de consumo y bienes de capital. Esto último ¡'tie'n!sultado directo de largos años de desatención

de, en particular, li í'áma JlaDoradora

286

HECHO

EN ARGENTINA

LA INDUSTRIA

de maquinaria y equipos y otras industrias complejas (como la electrónica de consumo e industrial), en las que la masa crítica acumulada hasta mediados de los años setenta se vio sistemática y permanentemente agredida por políticas simplistas y cortoplacistas que encontraron en el abaratamiento de los costos de inversión el principal aliciente para la formación de capital, mediante la recurrente promoción a la importació~ de bienes de capital y rubros afines. La profundización de un perfil de especialización fabril y de inserción internacional estructurado en torno a ventajas comparativas asociadas a los recursos naturales y a algunas industrias maduras productoras de commodities evidencia muchas más continuidades que rupturas respecto allegado del "modelo financiero y de ajuste estructural". Similares consideraciones podrían hacerse extensivas a la problemática distributiva en el interior de la industria, aunque, en parte, se vean rnorigeradas si se toma como punto de referencia la brutal transferencia de recursos del trabajo al capital en el crítico año 2002. La posterior recuperación de los salarios y, fundamentalmente, del empleo permitió a los trabajadores recomponer parte de sus ingresos, sin que ello implicara modificación alguna en la extraordinaria apropiación del excedente por parte de los capitalistas industriales, en especial por las fracciones más concentradas. En este campo, cabe enfatizar que, a diferencia de los años noventa, cuando una proporción no desdeñable de ese exceden te se desplazó hacia el sector financiero y/o el ámbito de los servicios públicos privatizados.ra partir de 2003 la capacidad

de acumulación

del capital por parte del ern-

EN LA POSCONVERTIBILIDAD

287

no ~~ avan~ó ~i en la definición estratégica ni en la instrumentación de ~ohucas publIcas.tendientes a Sustentar una reindustrialización del país hga~a a una c~nsldera.ble re~efinición del perfil de especialización produc~va, una diferente IIlSerCIÓnen la división internacional del trabajo y crecrentes grados de autonomía nacional asociados, entre otras cosas a una mayor i.nl~gra~~ón local de la producción, todo esto acompaña~o p.~r una redIstnbuclon progresiva del ingreso y la consecuente potenciacion del mercado interno. . Prueba de todo lo que no se ha hecho es que, como surge de las evideneras analIzadas, la expansión reciente del sector manufacturero derivó a pesar del ostensible y en muchos sentidos favorable cambio acaecido en los contextos

macro y mesoeconómico,

en la consolidación

de dos de los

pri,~cipales legados críticos del "modelo financiero y de ajuste estructural :~) una estructura fabril desarticulada y trunca, muy orientada hacia las pnmeras etapas de la transformación manufacturera y con marcadas heter~geneidades estructurales y desacoples en los niveles intra e ínterindustriales, y b) una fuerte redistribución de ingresos en detrimento de l~s tra~aJadores y en favor de las fracciones más concentradas y transnaclOnallzadas del capital. En el marco de la crisis in ternacional desatada en 2008, y consider.~~o los rasgos distintivos de la trayectoria fabril durante la posconvertibilidad (en o~os t~rminos, teniendo en cuenta todo lo que no se ha hecho en una fase musrtadamenn- expansiva que conformó en numerosos aspectos una verdadera -¿e irrepetible?-

'ventana de oportunidades"),

presariado industrial alcanzó niveles extraordinarios, muy distantes de los de otras épocas. Ello se vio reflejado en los más que considerables márge-

se plantean numerosos interrogantes en cuanto a las posibilidades de enc~rar una reindustTi~lización de la Argentina aJrededor de los ejes rnen-

nes de rentabilidad

que, por una parte, no fueron más que la resultante esperable de la depre-

cionados, Lo ,que es mdudable es que la concreción de un proyecto de tales caracterrsucas no puede ser librada al "mercado" ni llevada a cabo

ciación salarial y la creciente productividad

con "piloto automático", sino que es necesario

internalizados

por las grandes firmas manufactureras, y, por otra, sólo en una propor-

ción minoritaria se canalizaron hacia la formación de capital. Para ello, contaron con el invalorable aporte de recursos estatales por demás red undantes, altamente concentrados en unas pocas empresas de gra~ envergadura que, a la vez, tendieron a profundizar un perfil de especialización de escasas potencialidades, limitados efectos difusores y muy dependiente de las estrategias desplegadas por las compañías transnacionales y, ,en menor grado, por un grupo selecto de holdings locales. .j Los señalamientos previos invitan a una última reflexión. Es cierto que:; desde el abandono de la convertibilidad -y al menos hasta la indus-

20p?,-

tria logró recuperar

parte del terreno

perdido

no debe soslayarse que, con independencia

entre 1976 y,;1001. Pero

del "dólar alto", p~ácticame",te

ción de u~ esquema

de alianzas

avanzar en la conforma-

con aquellos .sectores

genuinamente

cons~sta~cla~os con .la rein~ustrialización y la redistribución del ingreso. Esto lffiphcana asumir las dIficultades derivadas de enfren tar, en los campos e,conómico y político-ideológico, a importantes y poderosos sectores académicos, políticos, sindicales y empresarios (muchos del ámbito manufacturero). Esto, sin embargo, no sería más serio ni más riesgoso que I~. co.~secue~cias de no hacerlo o de llevar a cabo una estrategia de concl~laclon d~ intereses inadecuada, que, a la larga, resultaría inapropiada e mconvemente en tanto profundizaría aun más el cuadro de subdesarrollo económico e industrial iniciado en 1976.

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\ ,A

Índice de cuadros y gráficos

Cuadro l. ·PBIindustrial a costo de factores según grandes divisiones, 1974-1983

32

Cuadro 2. Evolución del salario real mensual del obrero industrial,1976-1981

34

Cuadro 3. Industria manufacturera argentina. Evolución de los principales indicadores de comportamiento, 1974-1983 36 Cuadro 4. Evolución trimestral de la ocupación y la producción en la industria, 1976-1982

38

Cuadro 5. Evolución de índices de precios seleccionados y atraso o adelanto del tipo de cambio, 1976 -1 trimestre de 1981

41

Cuadro 6. Tasas de interés, inflación y devaluación, II trimestre de 1977- 1 trimestre de 1981

43

Cuadro 7. Evolución de índices de precios seleccionados, 1976-1980

45

Cuadro 8. Distribución de las ramas, los establecimientos, la ocupación y la producción industriales según estratos de concentración, 1973-1984

49

Cuadro 9. Evolución del valor agregado industrial según estratos de concentración. 1975-1981

52

Cuadro 10. Composición de las importaciones según tipo de bien, 1976-1981

55

Cuadro 11. Participación de las exportaciones industriales en el total y de las principales ramas industriales en el total de las exportaciones fabriles no tradicionales. 1976-1981

56

Cuadro 12. Cúpula empresaria industrial de la Argentina. Evolución de la cantidad de empresas y de la estrucrura porcentual de las ventas según tipo de propiedad, 1976-1983

61

Cuadro 13. Evolución de la producción industrial según tipo de propiedad, 1973, 1981Y1983

64

2g8

HECHO

EN ARGENTINA

Cuadro

ÍNDICE DE CUADROS Y GRÁFICOS 299

14. Participación

y distribución

sectorial

industrial

de la producción

de las empresas

15. Estructura

industriales

según estratos

de concentración

16. Estructura

establecimientos naturaleza Cuadro

generada

de la producción

industriales

generada

1984

según

según 73

18. Industria

de los principales

92

manufacturera indicadores

19. Composición de bien, 1983-1989

Cuadro

argentina.

Evolución

de las importaciones

según

98

tipo

105

20. Participación de las exportaciones industriales y de las principales ramas industriales en el total de las exportaciones fabriles no tradicionales, 1983--1989 en el total

21. Aporte al crecimiento

y coeficientes

de exportación

22. Evolución

23. Evolución 1980-1985

de la inversión

24. Proyectos de inversión promocionados las leyes 20.560 y 21.608,1974-1987

26. Concentración

de la inversión

27. Inversión

de empresas

en la industria

(centralización

del capital)

34. Industria

manufacturera

153 medio

de la distribución

Cuadro

ocupado

35. Industria manufacturera según estratos

36. Industria

de la producción

productivas

argentina.

1993

de concentración 171

de Índices de precios

seleccionados,

1989-2001

176

manufacturera

de los principales

180 argentina.

indicadores

de comportamiento,

1989-2001 41. Evolución

178

relativos

1989-2001

industria/servicios,

Cuadro

168

Distribución

1993

Cuadro

Evolución

Indicadores

de concentración.

según estratos

40. Industria

según

164-165

argentina.

manufacturera

37. Evolución 1989-2001

Evolución

del valor de producción,

y las unidades sector de actividad, 1973-1993 el personal

159-160

argentina.

117

182 de la estructura

de los aranceles

en los primeros

años del gobierno

a las importaciones

de Menem,julio 1989-noviembre 1992

190

42. Evolución de la protección nominal (PN) y la efectiva (PE) según tipo de bienes, 1990-1995

Cuadro

124-125

Cuadro 43. Evolucióndel tipo de cambio real, 1982;1990-2001

según

Cuadro

126

28. Proyectos de inversión en la industria y recurrencia a la promoción industrial, 1983-1988

127

29. Estructuras empresarias de la inversión, 1983-1988

128

Cuadro

Cuadro

Cuadro

de los precios

122

132

Evolución

el tamaño

39. Evolución

ligada a la absorción

tipo de empresa inversora, 1983-1988

de las plantas, la ocupación,

Cuadro

120

1983--1988

argentina.

111

en la industria,

según sectores de actividad y tipo de empresa, Cuadro

intercensal

manufacturera

de las tasas de interés,

Cuadro

Cuadro

33. Industria

38..Evolución

bajo

25. Distribución de los cincuenta mayores proyectos promocionados según tipo de empresa patrocinan te, 1974-1987

1984-1989

32. PBI industrial a precios de productor según grandes divisiones, 1993-2001

Cuadro

Cuadro

en la industria,

Cuadro

1983-1988 130

y la estructura

de las ventas según tipo de propiedad,

Cuadro

de las exportaciones

privada

de empresas

te,

de la Argentina.

de la cantidad

y sector de actividad,

109

de la composición

de manufacturas, 1974-1976y 1988-1990 Cuadro

107

divisiones

industriales, 1983-1989 Cuadro

industrial

porcentual

Cuadro

de las exportaciones según grandes

promocionados

patrocinan

Evolución

seleccionados

Cuadro

Cuadro

y tipo de empresa

31. Cúpula empresaria

intercensal

1983-1989

de comportamiento,

de los proyectos

de las plantas y la producción, 1973-1993

grandes

divisiones, 1983-1989 Cuadro

Cuadro

Cuadro

1984

y tipo de propiedad,

a costo de factores

72

por los

de más de cien ocupados

del bien elaborado

17. PBI industrial

por los

de más de cien ocupados

y tipo de propiedad,

30. Distribución

según regímenes 66

de la producción

establecimientos

Cuadro

Cuadro

1973y 1984

de capital extranjero, Cuadro

en la producción

44. Composición

de las importaciones

192 193

según tipo

de bien, 1989-2001

197

45. Participación de las exportaciones industriales en el total y de las principales ramas industriales en el total de las exportaciones fabriles no tradicionales, 1989-2001

199

Cuadro

y modalidades

300

HECHO EN ARGENTINA

Cuadro

ÍNDICE

46. Composición

crecimiento

y aporte

de las exportaciones

agregado

según

grandes

divisiones

al

industriales,

1991-2001 Cuadro

47. Evolución

48 ..Distribución

porcentual

del sector,

en las ventas

49. Cúpula

empresaria

comercial

y el coeficiente

50. Cúpula

empresaria

según Cuadro

grandes

52. Estructura

del

54. Grado

'en la industria Cuadro

de la Argentina.

de utilización según

1993-2001

industrial

según Cuadro

sector

239

empresaria,

2001-2007

de las exportaciones

241 según

promedio

1993-2001

y 2007

de la

y el conjunto

de los coeficientes

y del grado empresaria

60. Evolución

y el conjunto

y la relación

total

61. Evolución

de la industria.

ocupacional,

1995-2006

según

Y 2005

279

principales

del régimen

establecido 282

anunciadas

en los distintos

de la Argentina,

1990;2001-2007

la ocupación,

la

según

en el

2. Precios

283

y participación

PBI total, 1973-1983

relativos

nacionales

de agropecuarios

30

no agropecuarios

e importados,

11 trim.,

1976-1980

'

4. Evolución

de la industria

47

en el

PBI total, 1983-1989

del intercambio

Gráfico

Gráfico

Gráfico

categoría

90

comercial

manufacturero,

266

1983104

6. Evolución

de la

inversión interna

fija bruta

y neta, 113

7. Evolución

de la inversión

bruta

interna

pública

1983-1989

8. Evolución

114

de la participación

del PBI industrial

PBI total, 1976-1989 9. Evolución

mayo

1989-2001

PBI total, 1989-2001

de la tasa de desempleo

1989-octubre

11. Evolución

137

y participación

del PBI total e industrial

en el

10. Evolución

horaria, Gráfico

54

y participación

del PBI total e industrial

1989

de la industria

productividad/costo

industrial

del PBr total e industrial

l. Evolución

1976-1981

en el

261 del empleo

beneficiarias

manufactureros

respecto

Gráfico

salarial,2001-2007 Cuadro

de variables

67. Perfil de las inversiones

y privada,

de exportación

de apertura

de la producción,

laboral

de inversión

de la Ley 25.924,2001

1983-1989

de la economía,

259

productividad

66. Distribución

de las principales

de los proyectos

al amparo

de la industria

Gráfico

cúpula

2001-2007 Cuadro

patrocinantes

Gráfico 5. Evolución 256

del saldo comercial

59. Evolución

de la cúpula

255

sectores

258

e importación,

Cuadro

Gráfico

2001-2007 Cuadro

de performance

Gráfico 3. Evolución del intercambio comercial manufacturero

tipo

industriales

de los distintos

el total industrial

Cuadro

Gráfico

instalada

2007

58. Evolución

aprobados 276-277

65. Indicadores

Gráfico

su aporte

de la capacidad

manufacturero,

271

de inversión

238

según

de las importaciones

57. Saldo comercial

industriales, Cuadro

218-219

252

56. Estructura

industrial

2002, 2004 Y2007

según sector

de bien, 2002-2007 Cuadro

Cuadro

sectores

2001-2007

tipo de bien,

55. Composición

269

y la participación

de la cúpula

proyectos

gOl

236

de actividad

PBI industrial

2001-2007

por la Ley 25.924

1993-2001' y 2007

ramas

64. Principales

grupos/empresas

de productor

de la producción

53. Principales

215

2002-2007

promedio

al crecimiento Cuadro

a precios

divisiones,

en las ventas

presentados

las importaciones

según tipo de propiedad,

51. PBI industrial

manufacturero, Cuadro

industrial

del sector,

de las empresas

tipo de propiedad,

empresas

el saldo

1993-2001

empresaria

Y GRÁFICOS

y las ventas

bajo la Ley 25.924

de la Argentina.

exportador,

de las exportaciones,

yel saldo comercial Cuadro

según

las importaciones,

según

DE CUADROS

del PBI industrial

63. Distribución

Cuadro 209

industrial

de las exportaciones,

Evolución

industrial

1991-2001

Evolución

Cuadro

y la participación

de la cúpula

Cuadro

porcentual

205

1993-2001

de las empresas

tipo de propiedad, Cuadro

y las ventas

del PBl industrial

empresaria

62. Evolución

de la cúpula 201

de la cúpula Cuadro

Cuadro

149

y de subocupación

2001

del intercambio

187 comercial

manufacturero, 194

302

HECHO EN ARGENTINA

Gráfico 12. Evolución de la productividad, el salario medio yel superávit bruto de explotación por ocupado en la cúpula industrial,1993-2001

203

Gráfico 13. Evolución de las tasas de interés seleccionadas, 1994-2000

223

Gráfico 14. Evolución relativa de los precios mayoristas industriales respecto del nivel general, los agropecuarios y de petróleo y gas, 2001-2007

231

Gráfico 15. Evolución del PBI total e industrial y participación de la industria en el PBI total, 2001-2007

234

Gráfico 16. Evolución de la producción y las exportaciones industriales (en dólares corrientes) y coeficiente de exportación, 2001-2007

243

Gráfico 17. Industria alimenticia argentina. Evolución de la producción y las exportaciones industriales (en dólares corrientes) y coeficiente de exportación, 2001-2007

245

Gráfico 18. Industria automotriz. Evolución de la producción y las exportaciones (en dólares corrientes) y coeficiente de exportación, 2001-2007

247

Gráfico 19. Exportaciones, importaciones y saldo comercial del total de manufacturas, 199~2007

249

Gráfico 20. Industria manufacturera argentina. Relación entre las exportaciones y la producción, y las importaciones y el consumo aparente, 199~2007

251

Gráfico 21. Evolución de los salarios reales, la productividad laboral y la apropiación de excedente por parte de los capitalistas, 1992-2007

263

Gráfico 22. Evolución del margen bruto de explotación sectorial y la rentabilidad sobre las ventas de las 67 empresas del sector que cotizaban en Bolsa, 1994-2007

264

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