Egger Lecturas Del Nuevo Testamento Pdf

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Wilhelm Egger

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Metodología lingüística históricor-crítica •

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EDITORIAL VERBO DIVINO Avda. de Pamplona, 41 ·31200 ESTELLA (Navarra) - España 1990

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Cubierta; .Mariano Sinués. Traducción y adaptac~&n:·-C?nstantino. Ruiz~Garrido. Titulo original: Methoden-Lehre· zum 'Neuen Testament. © Verlag Herder © Editorial Verbo Diyino, 1990 . Es propiedad . Printed in Spain . Fotocomposición: Cometip, ~s. L., Plaza de los . Fueros, 4. 3101 O Barañain (Navarra) . Impresión: Gráficas .Lizarra, S. L., Ctra. de Tafalla, km. l . 31200 Estella (Navarra) . Depó.sito Legal: NA . 1.127-1990 ISBN 84 7151 685 3, Verbo Divino. ISBN 3 451 21024 X, Herder.

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Presentación .... ..... ..... ... . ....... . ... ..... .. .... .... .. ... ...... .............. .. ....... ..... ....

11

1. Introducción: La ,metodología como iniciación a la lectura ... ....... l. Leer como acceso al sentido del texto ... .................... ....... ...... .... 1.1. Experiencias con la lectura y la comprensión ....................... 1.2. La lectura científica como medida para cerciorarse . .. . .. .... .. .. 1.3. Modelo de lectura científica .... ,.... .... .... . .. .. .. . .. .. .. .. . .. .... ..... .. 2. Métodos exegéticos como ayudas para la lectura y la comprensión científicas ......... ~ .......................................................................... . 2.1. Variedad de métodos científicos e integración de los métodos 2.2. Empleo de diversos métodos ......... ................... ...... ..... .. .. .. 3. Peculiaridad de la presente metodología .................................... j 3.1. Puntos esenciales en cuanto al contenido ........................... . 3.2. El círculo de lectores ....................................................... . 3.3. Estructura de la presente metodología ............................... .

13 14 14 16 20

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21 22 23

24 24 26 26

1 TEORIA DEL TEXTO



.

2. El texto como magnitud estructurada .......................................... 1. El texto como declaración lingüística estructurada y coherente .... 1.1. Estructura ........................................................................ . 1.2. Factores de la coherencia de textos .................................... .

2. El modelo de lectura de la perspectiva estructuralista ···~·········· · .. . :

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Textos como. parte de un acontecer de comunicación ................... : . . 1. La comunicaci9n por medio .de_textos .(escritos) .. . .. .. . . .. .. .. . .. .. . . .. . : 2. La comunicación mediante -textos del pasado ............................. . 2.1. El _papel del auto: ····~·················~···· ................................. . 2.2. La recepción del texto por el lector .................................. .. 3. La lectura como camino para la reconstrucción del acontecimiento .

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de com.un1cac1on ................................................... ~ .................. .

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42 43

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Contenido

6

4. Textos como resultado de la recepción y la reelaboración ............ .

46

1. El origen de los escritos del Nuevo Testamento ................ ........ . 1.1. Las etapas del origen de los textos ............ ........ ............... . . 1.2. Modelo de la reelaboración de los· textos ..... .......... ............ .

46

2.

La lectura como búsqueda de las huellas de.} origen de los textos . .

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51

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II

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ETAPAS PREPARATORIAS DEL ANALISIS 5.

Asegurar la forma del texto (crítica textual) .............................. . .

55

1. Teoría subyacente a la crítica textual sobre el origen de variantes y tipos de textos ........................................................................ . 1.1. Origen de las variantes ...................................... ............... . 1.2. Origen de las familias de manuscritos y de los tipos de textos 1.3. Ediciones manuales modernas del Nuevo Testamento ...... .. .

56 56 57

2. El método de la crítica textual . .. .. . ... ... .. ... .. .. . . . . . .. . ... . .. .. . . .. .. .. .. .. .

61

3. Ej emp1os ........... ........... ...... ...: . ... .. . .. . ... .. .. ... .. . . .. .. .. . ... . .. .. . .. .. .. . . . 3.1. Ef 1, ]: ««EV 'EcpÉO> • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

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60

1

. . ., sobre e1texto ..1. .. .. . .. .. .. .. .. . . . .. .. .. .. . ... .. . . .. .. . ... . . 6. Primera or1entac1on 1. Deslinde y estructuración del texto (segmentación) .. .. .. . . .. .. . .. . . .. . 1.1. Determinación del comienzo y del fin del texto que ha de • examinarse .............................. .................................. ...... . 1.2. Tener en cuenta el contexto ............................................. . 1.3. Estructuración del texto en pequeñas unidades de lectura ... . 1.4. Determinación de la uniformidad / falta de uniformidad del texto ................................................................................. ·.

2. ObjetÍ\·ación de la primera comprensión del texto ..................... . 2.1. Traducción sin pulir y empleo de traducciones ... ... ............ . 2.2. Reflexión sobre la primera comprensión .del texto .............. .

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7. Traducción del texto y empleo de traducciones ............... .... .... .... . 1. Teorías sobre la traducción ........ ... :......... ................................. . 1.1. La traducción como proceso de comunicación .......... ......... . 1.2. Tipos de traducción .................. .... .... ........ ........................ . 1.3. Valoración de las traducciones .... ...... ................................ . .

2. Visión de conjunto de las traducciones oficiales del Nuevo Testamento en lengua alemana ... ..... .................. .... .......................... . [Perspectivas de las traducciones españolas] .............................. .

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3. La elaboración de la traducción ................. ..... .................. ·....... .



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Conteni'Oó

7







. III •

LA LECTURA BAJO EL ASPECTO SINCRONICO . 1·mgu1st1co-s1ntact1co .. , . . , . ................................................. .... . 8. An a'lisis

96

1. Características lingüístico-sintácticas de los textos .................. .. .. 97 1.1. Léxico (vocabulario) ............................. ... ... ;..................... . 97 1.2. Partes y formas del discurso (gramática) ........... ................. . 98 1.3. Enlace de palabras y frases ............................................... . 98 .4. otas caracter1st1cas ael est1 o ............................. ~.·... :~ .":.*... . ---~ 101 1.5. Constitución y estructura del texto ................... ............... .. 102

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2. Realización del análisis lingüístico-sintáctico ............................ .".

104 •



3. Ejemplos ....... ......... ........... ................................... ............... .... 3.1. Mt 8, 15-17 ....................................................................... . 3.2. Mt 28, 18-20 ............... .................................................... . 3.3. Me 1 ............................................................................... . 3.4. Flm ....................................................... ................ ·············

107 107 108 110

. seman , t'1co ......... ......... .............. ..... .......... ........ ................... 9. A.na' l'.1s1s

114

A. , Semántica del texto ................ ...................................................

115

1.

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~odelo de texto y modelo de lectura subyacentes al análisis se~in-

111

rico del texto ........................................................................... .

115

2. La realización del análisis semántico de textos .......................... .

117 118 123 124

2.1. Realización de un inventario semántico ............................. . 2.2. Procedimientos abreviados para el análisis semántico ......... . 2.3. Proporcionarse informaciones adicionales ... ...................... . .

3. Ejemplos ........................................: .................... ................. .. . 3.1. Le 4, 16-30: Lugar y tiempo de la oferta de salvación ... .. .... . 3.2. Me 9, 14-29: El poder de la fe ........... ................................ 3.3. Gál 1, 1-5: La acción salvífica de Dios ............................... . 3. 4. Me 1: La rápida difusión del evangelio .............................. . 3.5. Flm: La Iglesia doméstica como lugar de integración ......... .

126 126 127 128 130

B. :Semántica de la palabra (concepto), del motivo y del campo léxico

133

1. Modelo, subyacente al análisis, de la estructura de significado de los lexemas ............. ....... .................. ... :......................................... 1.1. Significado - dependiente del campo c.ircundante ........ .. ....... 1.2. Significado - suma de notas semán.ticas . .. . ... .. .. . ... .. . .. .. .. .. .. . . .

135 135 13 7

131

2. Realización del análisis de semántica de la palabra y de semántica

del motivo ............. ..................... .......... ................ .................. 2.1. Averiguar el contexto sintagmático y paradigmático ............ . . -. ... . . .

137

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Contenido

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3. Ejemplos ...................................... .......................................... .

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3. l.. <(Apóstol» ....................................................................... . 3.2. JtaL6íov en el ºNuevo Testamento .........:................... .........

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C. El análisis narrativo ... .......................................................... . 1. Los . modelos ,.de"iexfo sübyácentes aI analisis -ñ.arrativo ... :-.-.-........".. .. .1..l .. M,9de.lQ.$ ~pa.ra el análisis .de se.cuencias d.e acciones ............. . · 1.2. Modelos para el análisis de personajes que llevan la acción .. 2. Realización del análisis narrativo .............................................. . fFI&

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3. Ejemplo: Me 10, 46-52: Narración de un milagro como historia de

fe ............ ·..................................~ ............................................. .

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3.1. Transformación del texto ................................................. . 3.2. Aplicación de esquemas ................................................... .

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. pragma. ,. t1co . ...................................................................... . .10. Ana 1s1s 1. El modelo de texto para el análisis pragmático ...... .................... . 1.1 . .Funciones de los textos (fines para los que se utilizan) ....... . 1.2. Medios P.ara dirigir (u orientar) al lector ....... .................. .. . 1.3. Condiciones para que se logre la acción lingüística ............ . 2. ]\ealización del análisis pragmático ............ ............................... . 3. Ejemplos ............................. .......;........................................... . 3.1. 1 Cor 7: Un diálogo diferenciado con la.comunidad ....... ... . 3.2. Flm: Instrucción sobre la fraternidad de hermanos ...... ...... . ~ 1·

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11. Análisis de las .clases (tipos) texto ...... ..................................... . 1. El modelo de texto y el modelo de lectura subyacentes al análisis de las clases de .texto .... ........................................... .................... . 1.1. El modelo .de texto: clases de texto y actos vitales de la ·COm unidad

...........................................................................

1.2. La lectura como diferenciación de 'las clases de texto .......... . 1.3 . ,Denominación de las clases de·texto"y,listas . . ;·:............ .- ....... .

2. Realización de la determinación de la clase de texto .................. . 3. Ejemplos: Los sumarios de la actividad de Jesús en el evangelio de Marcos ................................................................................... .

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LA LECTURÁ.'BAJo···E i ASPECTO DIAC·RONICO

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12. La crítica.literaria. Búsqueda de la prehistoria escrita de los textos

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1. Los modelos de texto y de lectura subyacentes al análisis de crítica . . l1terar1a ......•·-·....•..... ................................................................ ..

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197

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·Contenidt.

9 •

2. Realización del análisis de crítica literaria ................................. . 2.1. Observaciones sobre la interr~pción de la conexión ........... . 2.2. Duplicaciones y repetíciones ............................................ . 2.3. Tensiones y contradicciones ................. :·... ....................... ..

198 .. 199 200 201

3. Ejemplo; Jn 13, 34s: El mandamiento nuevo ............................. .

204

13. Crítica de las tradiciones. Búsqueda de la prehis_toria oral de los textos ............................. .................................. "'.......... . . ..... .. . .. .. . . e

, l. El rood~lQ de tgx:to.s11by-acep¡e al análisis de 'rítica

206

de las ti;adicio., ... ·- ,._.. -· ... ......... .. .

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207

2. Realización del análisis de crítica de las tradiciones ..... ....... ..... .. .

208

3. Ejemplos ........................................................................... ....... 3.1. Me 14, 3-9: Confesión de fe en la dignidad de Jesús ........... 3.2. Rom 1, 3s:. Confesión de fe ...............................................

212 212 218

14. Crítica de la redacción .. . . .. . ... . .. . . .. . . .. .. . .. .. . .. . . .. . . .. ... . .. .. . ... .. .. .. ... . .. . .

222

.

1.

El modelo de formación del texto, subyacente al análisis de crítica de la redacción ... .... ............ ........... ... ............... ........................

223

2. La realización del análisis de crítica de la redacción . ............. ...... 2.1. Conclusiones sobre el redactor y s~ forma de trabajo .. . . .. .. . 2.2. Conclusiones sobre los destinatari~s . .. .. ... . ... . .. .. . ... . .. . .. .. ... . . . 2.3. Conclusiones sobre el lugar y tiempo de la composición .. ...

225 225 227 229

3. Ejemplo: Me 3, 7-12: El ocultamiento de Jesús ..........................

231



V LA LECTURA BAJO EL ASPECTO HISTORICO 15. La pregunta aclaratoria acerca de la historia . .. . .. .. ... .. .... ... .... .. . ... .

23 7

1. El modelo de texto en la pregunta aclaratoria acerca de los hechos



. , . his toricos ................................................................................ . 2. Realización de la pregunta aclaratoria ....................................... .

238

3. Ejemplo; El motivo del seguimiento

243

•••• • • •••••••••••••••••••• •••••••••••••••

239

VI •



LA LECTURA BAJO EL ASPECTO HERMENEUTICO 16. Interpretación de textos ................ ......................................... .... .

250

1. Modelo de «interpretación» en teoría de la comunicación . .. .. .. ... .

250 250

1.1. Interpretación y mirada a la «cosa» .. . . .. . .. ... .. .. ... .. . .. ... ... . . .... 1.2. La interpretación como objetivación y mediatización de la --------=~- ...J _l ------

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Contenido

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255

1. Modelos de lectura y de comprensión para la lectura actualizante de la Escritura ................................................... ~....................... . 1.1. Tener en cuenta una tradición eclesial viva .-. ..- ..................... · 1.2. Tener en-cuenta la·eficacia histórica· ......... :.; ..';.................... 1.3. Tener en cuenta la exp.eriencia del lector ....... ;. ~:........ :;.........

257 258 260 260

17. Actualización de los textos

•• ••••• •• •••• • • • • •• •• • • •• •• • • • • • • •• • •• • ••• • ••• • ••••• • • • ••

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2. Realización de la actualización .. ... ... ..... ...... ..... .... .... ...... .. ... .. ... .. 2.1. Visión conjunta de los textos bíblicos y de los ·problemas MIJPT ' W 11 a!

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Comparación del texto con sus efectos ...... .... ~:. .................. Buscar los cuatro sentidos ................................ ................. Actualización mediante modelos estructuralistas ..... .. ... ... .... Métodos psicológicos de actualización .......................... :.... Reglas para la lectura espiritual de la Escritura .. .. ..... . .. .. .. ... La Sagrada Escritura en la liturgia ... ....... ..................... ... ....

265 266 267 269 270

Bibliografía····························-··· ·········· ···································· ········· 1. Obras ·de ayuda para el estudio del Nuevo Testamento ........... ...

271 271

2. Repertorio bibliográfico sobre lingüística y ciencias bíblicas .......

274

2.2. 2.3. 2. 4. 2.5. 2.6. 2.7.

Autores citados

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La presente metodología quiere ser una iniciación al trabajo científico con textos del Nuevo Testamento. Característica especial de esta metodología es el intento de asociar determinados métodos lingüísticos modernos con los procedimientos de análisis de la exégesis histórico-crítica. La conexión entre los métodos se estable:ce principalmente gracias al modelo de teoría del texto denominado <> y con ayuda de la reflexión acerca del acto de leer y comprender . La selección y disposición de los diversos pasos metodológicos, q~e difiere a veces de la tradicional y que no pretende ser la ÚI?-Íca, sei fue elaborando durante el tiempo de mi actividad docent~ en Brixen, Innsbruck y Erfurt. Quisiera dar las gracias principalmente a dos personas que han sido mis interlocutores en el diálogo: a mi hermano Kurt y a mi colega Claus-Peter Marz, de Erfurt. Estoy también muy agradecido a mis colegas Jacob Kremer, de Viena, y Hubert Frankemolle, de Paderborn, que revisaron el manuscrito y me sugirieron nume• rosas correcciones . El manuscrito quedó terminado en julio de 1986. Cuando me nombraron obispo de Bozen-Brixen (en el Tirol del Sur), sentí que llegaba a ser una tarea más especial lo que Heinrich Zimmermann describía así como tarea en su estudio sobre los métodos históricocríticos en el Nuevo Testamento: << ... introducirnos en el conocimi~nto cada vez más profundo de la palabra de Dios tal como se nos aparece en el conjunto histórico de la alianza nueva, y, por este camino, penetrar en su contenido teológico y en el modo. de presentar su mensaje a los hombres de nuestro tiempo>> (Los métodos histórico-críticos en el Nuevo Testamento. Madrid 1969, 3). No podemos renunciar a estudiar. científicamente la palabra de Dios. Brixen (Tirol del Sur), julio de 1986. El Autor

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Introducción

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La metodología como iniciación a ·la lectura

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La metodolo.g ía es .siempre una iniciación a la recta comprensión de los textos. Como no ofrece más que un camino para la comprensión de los mismos, a saber, el camino de la lectura, la metodología para el estudio del Nuevo Testamento será primordialmente u~a iniciación a la recta lectura de los textos del Nuevo Testamento. · -

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Las primeras indicaciones para la recta lectura nos las dará la reflexión acerca de cómo llegar, mediante la lectura, a comprender el sentido de los textos. Por consiguiente, la metodología es una teoría de la comprensión. Tal teoría de la comprensión, que comienza con la lectura, ·10 hace con algo muy personal y subjetivo, pero en un terreno en el que el lector es competente ~n virtud de su • • exper1enc1a.



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H. Glinz,. Textana:lyse und Verstehenstheorie. Glinz estudia detalladamente la situación, las intenciones y los intereses del autor y de los lectores. .

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K. Weimar, Enzyklopadie 163-227. Weimar ofrece una :hermenéutica que estudia los problemas específicos de · los textos literarios .

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O. Schober (ed.), Text und Leser. Zur Rezeption von Literatur. Esta colección de textos ofrece una primera perspectiva, muy buena, y hace que los representantes de las teorías actuales de la lectura se



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Introducción

14

expresen con sus propios textos y con introducciones del editor que establecen el contexto 1•

Leer .como acceso

1.

al sentido del texto 1.1.

Experiencias con la lectura y la comprensión

Al leer un texto, se comienza automáticamente a comprenderlo: Quien lee un texto en una lengu3: que él conoce, asocia involuntariamente con lo leído un significado. Es algo que no se puede evitar en absoluto: <> • El lector da a las palabras el sentido que él conoce; establece líneas asociativas entre lo leído y su propia experiencia subjetiva; asocia los enunciados del texto con otros enunciados que tienen para él un sentido familiar. Mediante la actividad de leer, el nuevo texto llega a poseers.e personalmente.

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La comprensión adquirid~ en la primera lectura tiene todavía matices muy personales y subjetivos. 1

Entre los factores que caracterizan la primera comprensión se hallan: la intensidad de la lectura, el conocimiento de la lengua, la experiencia de la vi.da, la familiaridad con la literatura, la condición en que el lector se halle aquel día, etc . .

Así que el comprender se pone en marcha mediante la lectura; pero la primera lectura no garantiza todavía la rectitud de la com. . ,

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Más bibliografía: A. y J. Assmann - Ch. Hardmeier, Schrift und Gedéichtnis. Beitrage zur Archaologie der literarischen Kommunikation (Munich 1983); Brackert - Lammert, Funk-Kolleg Literatur; ·R. Detweiler (ed.), Reader Re~ponse Approaches to Biblical and Secular Texts: Semeia 31 (1985) ; U . Eco, Lector in Fabula (Milán 1979); R. M. ·Fowler, Who Is «the Reader» of Mark's Gospel: SBL Seminar Papers 22 (Chico 1983) 31-53; G. Griinm (ed.), Literatur und Leser: Theorien und Modelle zur Rezeption literarischer Texte (Stuttgart 1975); Iser, Akt des Lesens; Schlingmann, Methoden. der lnterpretation, 135-165 ; Link, Rezeptionsforschung; W. Magass, Elf Thesen zum Bibellesen und zum «Suchen» in der Schrift üoh 5, 39): LingBibl 47 (1980) 5-20; J. P. Tompkins (ed.), Reader-Response Criticism. Frorn Formalism to Post..:Structuralism (Baltimore 1980); S. R. Suleiman - T. Crossan (eds.), The Reader in the Text: Essays on Audience and lnterpretation (Princeton 1980); H. Türk, Wirkungsasthetik (Munich 1976); Warning (ed.), Rezeptionsasthetik; W einrich, Literatur für Leser. . 1

2

Weimar, Enzyklopadie, § 287. Sobre ·el comprender espontáneo, véase E. Coreth, Grundfragen der Hermeneutik (Friburgo 1969) 119-123. ·

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La metodología como iniciarión a la lectura

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prensión. En efecto, en una primera lectura hay no raras veces incomprensión y comprensión errónea. En algunos l~gares del texto observa el lector su incapacidad para comprenderlo, por ejemplo cuando encuentra conceptos que no le son conocidos, o cuando halla un <<mundo>> con el que no está familiarizado. Pero puede ocurrir también que el lector piense comprender el texto y en realidad lo esté comprendiendo erróneamente. Sin que él se dé cuenta, el lector cree que su comprensión errónea.es lo que el texto , ....q.iJiere decir. IaJ . incomprensión y. comprensión· errón~ª .s.ur_g~p~ .. por ejemplo, cuando el lector comprende palabras en el sentido que le resulta familiar, o porque él clasifica el texto entre aquellas clases de textos que. se emplean en el círculo en que se desenvuelve su v1.da, etc. 3 Como la lectura está expuesta siempre al ·p eligro de la incom. prensión y de la comprensión errónea, el lector tendrá que aplic.a r determinadas estrategias para penetrar en el.sentido del texto y no sucumbir ante los <> del mismo .



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Cuando en una conversación no está claro algo· que nos quiere decir nuestro interlocutor, existe siempre la posibilidad de formular una nueva pregunta. Algunas veces, por el curso ulterior de la conversa.c ión se ve que hay un malentendido. El volver a preguntar pidiendd aclaración y el hecho de tener en cuenta el contexto del diálogo son formas de asegurarse de que se está comprendiendo rectamente. Otra manera de captar el sentido de un diálogo consiste en .que el oyente adquiera distancia con respecto a la situación . Desde la distancia, algunas cosas se <> de manera distinta a como parecía al principio. Lo mismo que en el caso de la conversación, la lectura de textos tiene también sus formas de cerciorarse de que el texto se ha comprendido rectamente. La lectura atenta y repetida de un texto llega más fácilmente al sentido _d el mismo que una ·lectura rápida y superficial. U na carta, al leerse por segunda vez, causa una impresión distinta.

En la vida cotidiana se conocen determinadas formas de cerciorarse de que se está comprendiendo rectamente. . •

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En textos antiguos, la distancia temporal, lingüística y cultural dificulta la comprensión. Semejantes textos se cierran a la comprensión. Y, así, el lector de textos antiguos tiene que adoptar de ,

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Weimar, Enzyklopadie, §§ 300 y 297. Sobre los límites del comprender, véase Coreth, Hermeneutik, 123.

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antemano, por regla general, ciertas medidas de prudencia. Claro que puede.darse el.caso, como en la ,B iblia, que los textos sean muy conocidos y se interpreten así en un sentido determinado. .J



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• La índole de la lectura científica



,El ocuparse científicamente de textos es una forma especial de leer 4 • Lo mismo que en otras fo·r mas de lectura, el hecho de . '

ocuparse científicamente de textos comienza con la lectura del texto y con una primera comprensión del mismo determinada por div·ersos factores subjetivos. La lectura científica se diferencia de otras·formas .de lectura en el esfuerzo sistemático por cerciorarse de que se comprende·re.c tamente. En la -primera lectura comienza ya la comprobación de la comprensión adquirida y la reflexión sobre la 5 misma • Se adquiere esa certeza cuando el lector examina atenta~ente los -fonemas .del texto, trata de .establecer conexiones, aspira a ser completo en .,cierto modo·en cuanto a tener en cuenta la multiplicidad de los aspectos, expone los argumentos que sustentan la pr.opia comprensión ..del textQ, y hace así qj.ie una tercera persona sea capaz de verificar intersubjetivamente el proceso de la comprensión. . 1

La lectura científica se cerciora del sentido del texto mediante un examen sistemático, -lo .más ·completo p.osible, de .los fonemas del texto y -estudiando bien las razones que hablan en favor o en contra de una determinada.,comprensión. De este modo,. \a 'lectura científica evita el eli ro de adueñarse dél' señtid~': dé1' i enienderlq__~-~ ~~ . ~9 ~ que E.ª1:~.~e 9,byio..en l;1_J]...ª--F.f1-~~~~ lect1:!3· .La lectura científica conduce así de una lectura con intensos-"niatices subjetivos a una lectura <> que reconozca la alienidad del texto. Tal lectura .adopta también_siempre una ª'?titu4 1·críti~a frente a las. forma$ subjetivas .de comprenSión de ~e~os .Y fr~rlte ·a_.l~s_·formas de comprensión de los mismos determir:radas pór~,grupos 6 ., ·

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Sobre la relación-·íntima entre el leer y la.actividad de estudio sistemático de la literatura, véase Weimar, Enzyklopiidie, §§ 46-70. 5 Weimar, Enzyklopiidie, § 305. 6 Por este motivo, será tarea permanente de la exégesis el ser no sólo histórica, sino también crítica.



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• El lector competente .

Por <> del lector 1se entiende en el presente contexto la ca cidad del lector ara ca tar el sentido de un texto. Es . ...¡ . -----~ -.. ..... verdad qu~ ~9_slo lec~.2!l~_Rti_meram~?,!~ ,4,~na manera .su Jetiva, · :, 'p .:, . ~s tam?ién .co~pet:n~e p~ra.l~-~r ,~-e•.1!1a11;e!ª-~.e~t~.- Fñ.etect¡ ------ .. ..f>. ero pesar de la 1nfluenc1a de factores su61et1vos sobre la comprensión ~ '. de un texto, la lectura no es puramente subjetiva ni caprichosa. La ~ •

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el texto, cual interlocutor de un diálogo, le conduzca al mundo del texto; percibe la característica del t~xto; · adquiere intuiciones que para él son evidentes. Además, el lector puede acudir a· algunas instancias para verifica·r la rectitud de la lectura.

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Todo lector es competente para hacer observaciones relativas al texto, para sacar conclusiones y abrigar sentimientos con respecto al mismo .

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La competencia del lector se muestra en varios aspectos: En primer lugar, el lector de un texto es competente para hacer obser7 vaciones con respecto al texto y para establecer conexiones • Así como el que contempla un edificio es capaz también de hacer deter111inadas observaciones, .incluso sin tener a mano una guía (núµiero ,de ventanales, notas . caracterís~icas, etc.), así también el lec.tor pued~ hacer diyersas observaciones con respeGtO al texto y establecer una conexión entre dichas observaciones. .





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El lector, luego, :es competente ·para sacar conclusiones de las • -. .... . ·0bservaciones y las : comparaciones. Quien contemple una casa ·desde un determinado ángulo y no observe puertas, podrá deducir -~--~- · que la casa tiene una puerta (podrá deducirlo así, al menos en • ~-- .: :.-. ~~ircunstancias normales). Está capacitado para sacar esta conclu' . .. •

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Introducción

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sión en virtud de su saber cultural. Asimismo, el lector, por las observaciones que ha hecho con respecto al texto, podrá sacar ·conclusiones, por ejemplo, con respecto al autor, el receptor, el tiempo y lugar de la composición del texto·, etc. El lector podrá ampliar su comp·etencia para hacer observa~iones y ·f ormula·r conclusiones., obteniendo informaciones adicionales.

IX

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Además, el lector es co~petente, en todo caso, para abrigar sentimientos con respecto al texto. Puede decir si el texto le gusta o Ie disgü"S'i:a: etc~""'tr_ 'Seº'podría ºf>i-égünºiºir; a 10" 'SI !'aies "reºacciories' son adecuadas. El 1ector debiera formarse también una determinada conciencia sobre los límites de su propia capacidad (con respecto al conocimiento de lenguas, de culturas, etc.). Conf~sar así las propias limitaciones y aplicar por tanto la debida prudencia salva de no . . ,, pocas 1nterpretac1ones erroneas.

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Las diversas etapas de trabajo de una metodología conducen a efectuar observaciones en el texto y muestran de qué manera se pueden sacar conclusiones. La presente metodología se propone servir de ayuda para el desarrollo de.esta competencia cuyas bases se dan ya en todo lector: El lector empleará su capacidad de hacer observaciones, de establecer conexiones entre las observaciones y deducir conclusiones de las observtciones para comprender mejor el texto bíblico. La lectura científica de la Escritura se basa en esta • competencia.



• Instancias para controlar la rectitud de la lectura



El problema de la incomprensión y de la comprensión errónea surge en numerosas conversaciones de la vida cotidiana. En la vida· diaria se puede resolver este p·roblema preguntando y volviendo a preguntar para solicitar aclara~iones. Cuando se lee un texto, éste no reacciona si lo comprendemos mal. Por eso, el lector tiene que preocuparse por sí mismo de ·s aber si su comprensión es la recta. Puede utilizar diversas instancias .de control para confirmar la rectitud de su lectura.

8

Véanse, a este propósito, diversas obras que ofrecen metodologías para la práctica del estudio bíblico y que se basan en m étodos psicológicos, por ejemplo W. Wink, Bibelarbeit. Ein Praxisbuch für Theologen und Laien (Stuttgart 1982); H. Barth - T. Schramm, Selbsterfahrung mit der Bibel. Ein Schlüssel zum Lesen und Verstehen (Munich 1977).



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El lector dispone de «instancias de control» para comprobar.la rectitud de la lectura, es decir, dispone de ayudas para verificar si ha comprendido rectamente .

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Una primera instancia de control es la lectura repetida, la acción . constante de preguntar, comparar y tener en cuenta el contexto. Tan sólo aquel que pregunta constantemente al texto, llegará hasta el sentido del mismo 9 • ______.

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Estas palabras podrían .estar tomadas de un libro de ayuda práctica para el estudio de la Biblia (véase Egger, Gemeinsam Bibel lesen, 10), pero de hecho se encuentran en Weimar, Enzyklopadie, § 309. Más claramente aún lo dice Glinz, Textanaly se und Verstehenstheorie, I, 47s: <<••• Si se quiere alcanzar una comprensión intersubjetiva científica, y si se quiere que.los actos espontáneos de comprender se hagan conscientes y se aclaren en un análisis científico, entonces habrá que confrontar, en relación con cada texto, varias formas individuales de comprensión que sean lo más diversas que se pueda».

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1.3. · Modelo de lectura científica

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El modelo de lectura científica parte del hecho de que.incluso la recepción científica de textos está influida de muchas maneras por factores. subjetivos. Entr.e est~s facto.res s_e cuentan, además de las decisiones previas de· carácter .científico, datos de la historia de la propi:a rvida; etc. 'El proceso ·mismo de la lectura ·científica comienza·, .como: C~-alquier· con6'ciniiento,' con el ºhecho de .leer el texto. La tarea :cons'is.te »en' ·verificar~ c'o n···ayuda del texto, la primera · comp·rerisión del inismo, en" la que a menudo se mezclan incomprensión . .

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La metodología comoini&ición a la lectura

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y comprensión errónea con· ideas rectas, o la comprensión previa orientada ya por determinados carriles en textos que son conocidos. Esa verificación se lleva a cabo mediante observaciones y conclusiones. Los resultados tienen ·que exponerse de manera que ...- -.. ·puedan comprobarse con argumentaciones e intersubjetivamehte. Eorma parte también de ella la confrontación con la llamada literatura secundaria, es decir, con las <<experiencias de lectura>> de otros científicos 14•

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2. Métodos.exegéticos como ayudas para la lectura y la comprensión científicas

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La exégesis bíblica se entiende a sí misma como el ocuparse científico de la Sagrada Escritura. Como forma científica de la lectura de la Escritura, muestra las notas características que son aplicables a la lectura científica de textos: con ayuda de procedimientos de seguridad científica, trata de cerciorarse del sentido del texto y de conseguir una verificabilidad intersubjetiva de los resultados: !rata de hace,r j_us7ici~ a las especiales dificultades ?e ~<:m­ prens1on del texto b1bl1co por tratarse de un documento h1stor1co. Y,. así, la exégesis tendrá.que ser siempre histórica y crítica (frente a la aceptación simplificadora).



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cerciorarse científicamente no es igualmente necesario para cada lector: hay también otras forrnas de cerciorarse que están justificadas y son necesarias: la lectura personal y espontánea de la Escritura, la palabra de Dios en la liturgia y en la predicación eclesial, el coloquio bíblico y e1 estudio práctico de la Escritura. Las diversas formas se diferencian entre sí por la intención, la intensidad del trabajo, el grado de reflexión, la relación con la vida, la 15 situación de comunicación, etc. •



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Véase Gliñz (nota 10).

Acerca de la reflexión sobre el estudio no científico de la Escritura, véase W . Egger, Die zweite Unbefangenheit des Bibellesens: BibLit 50 (1976) 247-255; J. Kremer, Die Bibel einfach lesen. Bibelwissenschaftliche Erwagungen zum nichtwissenschaftlichen Umgang mit .der Heiligen Schrift (FS Kardinal Konig) (Viena 1.980) 327-361; Id.;.,Die Bibel:.. ein Buch für alle (Stuttgart 1986). Entre las ayudas para el estudio práctico de la Biblia, mencionaremos: W. Erl - F. Gaiser, Neue . Methoden der Bibelarbeit (Tubinga 1969); Praktische Bibelarbeit heute. Publicado por la Katholische~ Bibelwerk .(Stuttgart 1973); W. Egger, Gemeinsam ·Bibel lesen.



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Introducción

22



2.1.



.Variedad de métodos científicos e integraci.ón de los métodos

Para. hacer justi~ia a los variados aspectos de los textos del Nuevo

Testamento, se emplea en el estudio científico del Nuevo Testamento un variado instrumental de ·métodos. ·· .-

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de métodos que se compendian en el concepto de <<métodos histórico-críticos». Entre ellos se cuentan: la crítica textual (la reconstrucción del texto griego original del Nuevo Testamento), la crítica literaria (la determinación de las fuentes históricas del Nuevo Testamento), la crítica de las tradiciones / historia de las tradiciones (prehistoria oral de los textos) y la crítica de la redacción / historia de la redacción (compilación y refundiciones del material) 16 • Estos métodos leen principalmente el texto desde .el aspecto diacrónico, es decir, desde el aspecto del origen del texto, y consideran principalmente la reconstrucción de la historia de la aparición del texto como el camino para llegar al sentido del mismo. A estos métodos, ya clásicos, han venido a añadirse, en tiempos muy recientes, numerosos impulsos procedentes de las nrodemas ciencias del lenguaje (lingüística textual, estructuralismo, semántica, pragmática). Estos métodos recientes se esfuerzan más que nada por captar el texto en su aspecto sincrónico. Sirven de complemento a los procedimientos histórico-críticos, convirtiendo la observación de los fenómenos textuales en una etapa explícita del análisis de textos y continuando el proceso de formalización de los textos comenzado ya en la historia de las formas. La división que acaba de mencionarse entre aspectos sincrónicos y diacrónicos se ha implantado ya en el estudio de los métodos: los métodos <<sincrónicos>> (en griego, <<simultáneos>>) investigan un sistema en la forma que tiene en un determinado momento, por ejemplo la lengua alemana de la actualidad, o la lengua alemana del siglo XIX. En el análisis textual sincrónico del texto del Nuevo Testamento, ·se investiga el texto en la :forma que tiene en un



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16

La estructuración en cuatro partes de la obra de Zimmennann, M ethodenlehre (l.:1 a 6.ª edición - la traducción española: Los métodos histórico-críticos en el Nuevo Testamento. Madrid 1969, está hecha sobre la primera edición alemana-) nos da una idea de las etapas de trabajo del método histórico-crítico; la mayor parte de las obras de metodología estructuran más detalladamente los métodos.

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determinado momento de su historia, teniéndose en cuenta siempre el sistema de comunicación en el que se halla integrado el texto 17 • ... El análisis sincrónico pu~de efectuarse en la etapa de la redacción .. .,,, final, y también en las di,rersas versiones del texto en las etapas de la • ' . tradición. Por el contrario, el origen y modificación de un sistema ·-:. ...__ .. (en los textos: el empleo y refundición de fuentes) se investigan , mediante los llamados métodos diacrónicos. Los métodos recientes de exégesis acentúan m.uchas ".eces ,con dem.~siad~ intensida4 la 1 . .J ae·=o~· ~ ,i· · · , · 12 L~ ··r1ecegr ac p,reee tm1eat~-e ft'fta is1s s1neren1ee-. · H~~en:; .. • -' el método histórico-crítico' ocupa especialme.n te del origen de los textos, pero no debe equipararse sencillamente con los métod.o s ..• ' diacrónicos; en efecto, tiene en cuenta también muchos aspectos .... sincrónicos; y, de manera análoga, no todos los métodos recientes , estudian el texto de una manera puramente sincrónica. . •. .

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Cada método se fija, mediante su problemática, en determinados aspectos del texto. A la variedad de los aspectos del texto corresponde la variqdad de los métodos. Para que, al dirigir la atención a los numerosos aspectos, no se desatienda la unidad del texto, habrá que aclarar la relación íntima que existe entre los métodos. Esto se logra principalmente mediante el modelo de teoría del texto de la <> 18 y con ayuda de las reflexi<;>nes hermenéuticas sobre el acto de <> •

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Empleo de diversos métodos

La función de los diversos métodos se describe muy bien mediante una comparación: hay una serie de formas para captar un paisaje en todo lo que tiene de peculiar y en toda su belleza. Cada una de esas formas descubre algo de la peculiaridad y la belleza. Quien no utilice más que una sola forma, pasará por alto muchas cosas. Claro que hay formas que son especialmente fructíferas para ~ 7 En efecto, el análisis sincrónico no significa necesariamente una exégesis

puramente inmanente del texto. 18 Véase c. 2-4. 19

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Sin emb.argo, al comienzo de .la labor científica, se recomienda seguir un orden determinado para efectuar las diversas etapas metódicas, orden que podrá variar según la clase de texto de que se trate. De esta man.era, el principiante no omitirá nada importante. Luego, en ·el transcurso del trabajo con un texto concreto, se verá qué etapa metódica resulta especialmente adecuada para el texto y es, por lo mismo, especialmente fructífera.

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La metodología como inidáción

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la. lectura

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Fue necesaria también una limitación con respecto a la medida de reflexión que debe aplicarse a los métodos. Hay que reflexionar sobre métodos discutido.s, pero en este contexto, y teniendo en cuenta la complicada discusión sobre los métodos, con una termi·nología difícil de la que muchos ·se lamentan, y en consonancia con la finalidad de aplicación que se propone la presente metodología, nos limitaremos a exponer sólo las razones más importantes en cada caso para la selección efectuada y para el orden en que se ..presentan las etapas metódicas. Las referencias .bibliográficas, teniendo en cuenta los destinatarios de la presente obra, se han hecho con la correspondiente concisión .

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Se reflexiona, en la medida de lo posible, sobre las diversas etapas del trabajo y sobre los presupuestos subyacentes al mismo, ya que la reflexión sobre las posibilidades y los límites de una 21 ci.encia es también una tarea científica • Forma parte principalmente de· esta reflexión el ponderar bien la relación íntima entre la metodología, la t~oría del texto y la hermenéutica. Por varias razones se imponen ciertas limitaciones en el estudio de .la materia. En primer lugar, hay que hacer una selección entre los 'riiétodos dé que s'e'dispone' "( esto"se aplicáparticu!ármente' a' los . métodos recientes). Los criterios para la selección _fueron los siguientes: Debe tratarse de métodos que permitan hacer muchas observaciones con respecto al texto y que, no obstante, no sean de 22 aplicación demasiado difícil , ofreciéndose por lo menos un método correspondiente a cada uno de los aspectos de la investigación de un texto (lingüística del texto, semántica, etc.). Se empleó también como criterio de selección entre los métodos recientes el que dichos métodos hayan encontrado cierto asentimiento entre los 23 representantes de la lingüística , y el que, por otro lado, puedan 24 armonizarse con el método histórico-crítico tradicional • Esto se ha hecho, entre otras cosas, porque sin tlicha armo°'ización co·n los estudios histórico-críticos, el es~udiante verá bloqueado el acceso a gran parte de la bibliografía exi!tente a este respecto.

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Véase la nota 20.



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La presente iniciación a los métodos de la exégesis del Nuevo Testamento se propone principal1nente servi1· de ª)'Uda a los estudiosos de las ciencias neotestamentarias, para que se familiaricen, tanto en sentido teórico como prá.c tico, con las formas de trabajo de las cicncia.s bíblicas. A fin de conseguirlo, se expone.irán sie111pre, en el estudio de cada uno de los métodos, los correspondientes fundan1entos de teoría del texto. Se de1nostrará en textos concretos la aplicabilidad de los métodos, y se darán indicaciones de trabajo para el ejercicio personal . La obra se dirige luego al círculo, más amplio, de lectores que desean comprender los textos de inanera exacta y verificable 25 , y que quieren conocer la forn1a en que trabaja u11a exégesis del Nuevo Testamento influida por los resultados de las modernas cie11cias del lenguaje.

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El círculo-de lectores



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3.3.

Estructura de la presente metodología

Expondremos brevemente las reflexiones que 11os han conducido al orden seguido en las etapas de trabajo y, con ello, a la estructuración de la metodología. ~.

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Para la formulación, véase Gli11z, Textanalyse und Verstehenstl'Jeorie, I, 3 .

La tnetodología como iniciación a la lectura

27

En la tercera parte se exponen, desde el aspecto .sincrónico, los procedimientos para la lectura, propiamente tal, del texto 26 • En primer lugar, se estudian los proble1nas que dimanan del deslinde de los textos; luego se estudian detalladamente esos problemas con arreglo a los métodos de la lingüística (claro está que teniendo en cuenta parcialmente las etapas de trabajo del n1étodo históricocrítico): el análisis li11güístico-sintáctico (lenguaje, estilo, disposición, estrt1cturación del texto), el análisis se1nántico (los co11te11idos 27 de significado) , el análisis pragmático (efecto que el texto pretende conseguir) y el análisis de las clases de textos (puntos comu11es co11 textos análogos). Las observaciones relativas a los elementos del texto y a la relación íntima entre los misn1os, tal como las fomentan especialmente los n1étodos sincrónicos, constituyen también un presupuesto i1nportante para el análisis sincrónico. En la cua1·ta parte -siguiendo estrechamente las etapas de trabajo del método histórico-crítico- se exponen los métodos diacró11icos: análisis de crítica literaria, análisis de crítica / historia de las tradiciones, análisis de crítica / historia de la redacción. Claro que en esta parte habrá algunas diferencias con respecto a otros proyectos de metodología, porque en ella se recogen únicame11te aquellas etapas de trabajo que corresponden estricta1nente al punto de vista de la diacro11ía (historia del origen). Los elementos de la exégesis histórico-crítica, que corresponden más bien a un aspecto si11-crónico, se integran ya en la exposició11 de los inétodos sincrónicos. En la quinta parte se expone la lectura del texto desde el aspecto histórico . Se trata en ella de la cuestión d~ cómo puede llegar el lector del texto a la reconstrucción de heclíos históricos. En la sexta parte se estudia el problema hermenéutico del leer: se trata en ella de la cuestión de saber en qué forma el texto puede hablar al lector actual mediante la interpretación del sentido que el texto pretendió tener originalmente )' mediante una actualización que esté al servicio de la apropiación personal del texto. Los diversos capítulos están estructurados, todos ellos, de 1na~ nera análoga: Después de una breve definición del aspecto sobre el 26

La exposición por separado de los métodos sincrónico y diacrónico es recomendable no sólo en virtud de la distinción teórica entre «Sincrónico» y <-
El análisis narrativo se estudia en el análisis semántico. ..

28

1ntroducción

que versa el análisis, se esclarecen los aspectos del método relativos a la teoría del texto y la forma. de trabajo del correspondiente procedi1niento de análisis, y en una síntesis se dan indicaciones para las etapas de trabajo en una labor de estudio persona] de los textos del Nuevo Testamento. Luego, con ejemplos de textos, se exponen de manera patente las posibilidades y las limitaciones de las diversas etapas del inétodo. ·

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Teoría del texto

30

Las introducciones al análisis y a la interpretación tienen que adec~arse a la índole e historia del 01-igen los textos qt1e l1ay que investigar. Y, así, una metodología se basa siempre en una concepción determinada del texto que hay que investigar y de los elementos y factores que influyen en el orige11, la índole peculiar y la eficacia del texto. Una concepción así de amplia sobre el texto puede designarse en un sentido muy general como teoría del tex. to 1•

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Los textos del Nuevo Testamento, tanto en su situación original con10 en la recepción por el lector (n1ediante el cual esos textos despiertan de nuevo a la vida), son parte de un proceso más amplio de comunicación. Bajo este aspecto, una «teoría del texto neotestame11tario» estudia los diversos factores que, con su concierto, hacen que sea posible la comunicación mediante textos del Nuevo Testamento.

La teoría del texto neotestarnentario in,1estiga los elen1entos y los factores que participan ei1 el origen del Nuevo Testamento, y trata de investigar cómo transcurre la comunicación mediante textos del mismo . •

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Las cuestiones relativas a este tema se estudian en las ciencias del lenguaje bajo los conceptos de «teoría» (semiótica) del texto», «ciencia del texto», «lingüística del textO>>. Entre la bibliografía me11cionaremos: Ak1najian - Demers - Harnish, Linguistica; van Dijk, Textwissenschaft; U. Eco, Einführt.tng in die Semiotik (Munich 1972); Id., Trattato di semiotica genera/e; Güttgemanns, Einfü/Jrung i11 die Linguistik für Textwissenscl;aftler; Id ., Elementare semiotisc/Je Texttheorie: LingBibl 49 (1981 ) 81-111; E. U. Grosse, Was ist Semio.tik?: LingBibl 52 (1982) 87-113; 54 (1983) 27-52; Hardmeier, Textt/Jeorie; Hen11ing - Huth, Komnzunikation; Kall111e)1er, Lektürekolleg; Kalverkamper, Orientierung zur Textlinguistik; Sowinski, Textlinguistik. En los diversos capítulos se cita más bibliografía.

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Teoría del texto

31

la historia del origen, aunque apenas existan formalmente teorías del texto a est~ respecto 2 • Pues bien, en las páginas siguientes, esa teoría del texto del método histórico-crítico se va a ampliar con ayuda de los resultados de las mod·e rnas ciencias del lenguaje. Los textos del Nuevo Testamento adquieren más detalles que de ordinario cuando se los contempla ·en el marco de una teoría del texto: con arreglo a la moderna teoría del texto, se dilucidará la relación íntima entre los diversos factores que participan en la índole propia, la función y el . • origen. Claro está que los principios que se ofrecen en la investigació11 sobre la comunicación por n1edio de textos y en la reflexión sobre el leer, se refieren mucl1as veces a textos del lenguaje actual, a textos de uso o a textos ficticios. Como los textos bíblicos se compusieron en gran parte en condicio11es entera1nente distintas a las de los textos de hoy día, y como los textos bíblicos, por su distancia temporal )' cultural, sitúan al lector moderno ante problemas enteramente distintos de los que plantean los textos actuales, hay que aportar a los modelos de las teorías lingüísticas del texto varias diferenciaciones }' precisiones, a fin de poder aplicar a los textos bíblicos los puntos de vista de la teoría del texto. De la teoría del texto se deducen conclusiones para el estudio metódico de textos, tanto para la reconstrucción del proceso de comunicación en el que se hallan integrados los textos, como también para un modelo científico de lectura de los textos bíblicos .

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Véanse las metodologías que utilizan el método histórico-crítico (en cuanto hace11 declaraciones sobre u11a {)) )' los trabajos exegéticos que se sirven del método histórico-crítico. En e] ámbito católico> la Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II sobre la Divina Revelación (1965) ofrece un consenso así sobre la índole )' e] origen de Ja Sagrada Escritura. Y> por lo que se refiere a los evangelios, este consenso se halla expuesto en la Instrucción sobre la verdad histórica de los evangelios (1964) .

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2. .

El t·exto como magnitud estructurada



El que escuche o lea varias palabras o frases colocadas unas a continuación de otras, observará (en la mayoría de los casos apenas sin reflexionar) si se trata de un texto completo, de u11a sección de texto, o de palabras incol1erentes. De las cuestiones acerca de la cohesión interna del texto que exista entre los elementos de un texto, se ocupa tanto la llamada lingüística del texto como también la perspectiva estructuralista.

Lecturas Una iniciación a los problemas de la lingüística del texto la ofrece W. Dressler, Einführung in die Textlinguistik. Con los conceptos fu11damentales de la perspectÍ\'a estructuralista, nos familiarizará Funk-Kolleg Sprache, I, 115-206 3• l: ¡;



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En virtud de las múltiples refundiciones que la tradición y la redacción efectuaron en los textos bíblicos, es tanto más urgente saber qué es lo que hace que un texto sea un texto, en qué consiste la <> de los textos. 3

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Más bibliografía: Barthes, lntroduction l'analyse structurale de_s récits; De Beaugrande - Dressler, Einführung in die Textlinguistik; Fages, Den Strukturalismus verstehen; Fossion, Leggere Le Scritture; Marguerat, Strukturale Textlektüre der Evangelien; Groupe d,Entrevernes, Analyse sémiotique (trad. esp.: Análisis semiótico de los textos); Groupe d'Entrevernes, Signes et paraboles (trad. esp.: Signos y parábolas); L. Panier (ed.), Petite introduction a l'anal11se des textes: SemBibl 38 (1985) 3-31; Patte, What is Structural Exegesis?; D. y A. Patte, Structural Exegesis. From Theory to Practice (Filadelfia 1978); D. Parisi - C. Castelfranchi, La comprensione dei brani come costruzione di t/.na corretta rete di conoscenze, en D. Parisi ( ed. ), Per una educazione ling11.istica razionale (Bolo11ia 1979) 161-193.

El texto como magnitud estruct11rada

1.

33

El texto como declaración lingüística estructurada y coherente La misma palabra «texto» (de] latín textus = tejido, estructura-



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do) nos expresa ya que eJ texto muestra una conexión de elementos. Si en una sucesión de palabras o frases que alguien enuncie, hay uno o varios textos, eso l1abrá que deducirlo de la L1nifor1nidad y la coherencia de la declaración: Si las palabras y las frases de la declaración están relacionadas entre sí, entonces hay que .decir que la declaración es un texto (uniforme); si falta la cohesión entre los elementos, enton.ces se tratará de dos o más textos, y eventualmente de segmentos o fragn1entos de textos o de una sucesión de palabras sin sentido.

Una declaración lingüística demuestra ser un texto cuando las partes de dicha declaración hacen referencia un~s a otras, y únicamente pueden explicarse por la cohesión .

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1.1.

Estructura

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El texto debe considerarse como sistema cuyos elementos (palabras, frases, partes del texto, y también contenidos de significado, etc.) están relacionados entre sí; las relaciones entre los elementos se ordenan según determinadas reglas (comenzando por las reglas de la gramática y pasando por las reglas de la rectitud lógica, etc.) y pueden ser diversamente densas; no cualquier elemento tiene que estar asociado con cualquier otro. •

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Se entiende por estructura de un texto la red o la su1na de las relacio11es entre los elementos del texto. Por eso, la perspectiva que contempla principalmente en el 6 texto la estructura y las estructuras se de11omina <<estructuralista» .

1.2.

Factores de la coherencia de textos

Un texto es 111ás que una mera sucesión de palabras y frases . Mediante diversos factores, el texto se constituye como estructura que trasciende las frases. Las relaciones entre los diversos elen1entos no están co11solidadas de manera uniforn1e. Ha)' textos en que los elementos están yuxtapuestos con bastante soltura. Ejernplos de esa compaginación suelta so11 algu11as series de i11strucciones morales que Jee1nos e11 las cartas paulinas: Flp 4, 4-7 y otras por el estilo. En cambio, algunos textos muestran alto grado de coherencia (enlace): en la breve sección Gál 3, 23-29, una sola frase no tiene ninguna partícula de ei1lace. La co1nbinación de los elementos se somete a determinadas reglas de enlace 7• 4

Siguiendo a Fossion, Leggere le Scritture, 24.

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Funk-Kolleg Sprache, l, 118. '' El método estructuralista se cuenta entre los métodos sincrónicos, pero esto '.'

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no quiere decir que los textos se l1allen ú11icamente en un s1stema de relaciones sincró11icas. Una tendencia extrema deJ estructt1ralismo defiende una teoría del texto (que 110 se propugna en la presente metodología), según la cual el texto que tenemos a la vista tiene absoluta prioridad. Tal método se con\'ierte e11 método antil1istórico. Es verdad que l1ay que co11siderar el texto como totalidad coherente, pero el texto no es nu11ca un sisten1a cerrado. Ha)' textos que tienen múltiples relaciones con factores externos al propio texto (por ejemplo dentro de un acontecer de comunicación). En su forma extrema, el estructuralisn10 es antihistórico (únicamente el sistema), antipsicológico (únicamente la obra )' la conexión que se da e11 ella), a11tisociológico (no ha)' <~Sitz im Leben>) [ «SÍtuació11 vital»]). E11 la presente metodología se e1nplea el método estructt1ralista como uno de tantos n1étodos. Véase, a este propósito, Ricoeur, Du conflict (véase c. 1, nota 20, 37-39) . 7

Plett, Textwissenschaft, 61. A propósito de los factores de col1erencia, véase De Beaugrande - Dressler, 50-87; Kalln1eyer, Lektürekolleg, I, 177-252; Plett, Textwissenscl1aft, 60-70; Egger, Faktoren der TeJ:tkonstitution. Esos factores se estudian detalladan1ente en las secciones correspo11dientes a los diversos métodos.

El texto como magnitud estructi~rada

35

Los factores que asocian entre sí los elementos de u11 texto )' contribu)1e11 de esta manera a la coherencia del mismo, son de índole diversa y actúan en diversos planos del texto.

• Pla12os de co/Je1·encia La conexión de los ele1nentos puede comprobarse en diversos planos : En el pla110 de la sintaxis y del estilo actúan especialmente los siguie11tes factores de coherencia: referencia pronominal (referencia a lo que precede o a lo q11e sigue en el texto, con ª)'Uda de pronombres y pro-formas), conjunciones, determinadas repeticiones (por ejemplo estribillos y otras cosas por el estilo). Un ejemplo de alta coherencia sintáctica lo ofrece Ron1 8, 1-17 con numerosas partículas y co11junciones qt1e aseguran la conexión de las frases del texto. En el plano de la se1nántica (cie11cia del sig11ificado ), el texto se hace coherente por el tema del mismo, por repeticiones de palabras clave, etc. El texto, )'ª citado, de Rom 8, 1-17 se caracteriza por la recurrencia (repetición) de expresiones: <<JtVEܵa / espíritu» y <
• Grado de co/Jerencia •

El grado de coherencia en los diversos planos puede tener •

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intensidades diversas: algunos textos se hallan muy íntimamente ligados desde el punto de vista sintáctico; otros textos se hallan estructurados con especial densidad por la recurrencia semántica (por ejemplo, en un parte meteorológico aparecen expresiones puramente de meteorología), etc. En todo caso, el concierto de todos los factores de coherencia es lo que produce la coherencia del texto. 8

W. Egger, Gál, sub loco.

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Teoría del texto

36

• Falta de coherencia

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Claro está que en algunos textos del Nuevo Testamento se observa también falta de coherencia: desigualdades en la forma lingüístico-estilística, interrupciones de la conexión,. repeticiones perturbadoras, y otras cosas por el estilo; en una palabra: hay <
En la llamada crítica literaria se hacen observaciones sobre tales «tensiones» . que hay en el texto )' se las utiliza como referencia ·a la historia del origen del mismo : Cuando en el texto se comprueba que l1ay tensiones, entonces hay que suponer que las fuentes fueron reelaboradas; en un texto con tales tensiones no se trataría de un texto único, sino en realidad de varios textos. Tales operaciones de crítica literaria se emprenden con respecto a los evangelios (sobre todo en la cuestión sinóptica) y a las cartas paulinas (cuestión de la uniformidad de 1 y 2 Cor, Flp, 1 Tes). Según Richter, Exegese als Literaturwissenschaft, 49-72; Fohrer e.a., Exegese, 44-56; Strecker - Schnelle, Einführung, 40s, la crítica literaria -como determinación de la uniformidad/ falta de uniformidad- constituye el punto de partida del análisis. Con razón acentúa Merklein, Einheitlichkeit, 156-159, que los criterios clásicos de crítica literaria son totaln1ente criterios de incoherencia, criterios que ayudan a descubrir la deficiente coherencia del texto; antes de buscar tensiones, discontinuidades, etc., habría que servirse del análisis de la ciencia textual para determinar la calidad coherencia! del texto. 10 «Las tensiones y discontinuidades en el texto no son importantes primariame11te para señalar diversos niveles y fuentes; remiten, más bien, a la intención pragmática del autor, que con discontinuidades quiere, por ejemplo, aguzar la sensibilidad auditi\ a del oyente/lector» (Frankemolle, H andlungsanweisungen, 26 ). 1

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El texto como magnitud estructurada

37

coherencia que a las tensiones. No consta de antemano ni la uniformidad del texto ni su falta de uniformidad. Si se efectúa el análisis.con10 es debido; entonces, basándose en los factores de coherencia comprobados Y.en las discontinuidades de coherencia comprobadas, se puede ya emitir un juicio sobre la uniformidad/falta de uniformidad . •



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El modelo -de lectura de la perspectiva estructuralista

2.





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La perspectiva estructuralista utiliza un método que está en consonancia con ella: Puesto que se concibe el texto como una red de relaciones en la que los elementos están relacionados unos con otros, el texto puede también emplearse con10 sistema de referencia: un elemento (e11 virtud de la referencia que hay entre los elementos) re1nite al otro. Y, así, como método de descodificación, se emplea un método que pregunta sistemáticamente acerca de los elementos del texto .



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Desde el punto de vista herroenéutico, este principio estructuralista fo1·mula la tarea de buscar el sentido del texto, pero de buscarlo principalmente en el texto mismo, es decir, en las relaciones entre los elementos del texto. En efecto, según esta perspectiva, el texto debe considerarse como una suma de elementos y relaciones. El texto que el lector tiene a11te sí, con sus estructuras, es el lugar privilegiado para la búsqueda del sentido del texto 11 • Por eso, el que desee comprender un texto, tendrá que atender a las estructuras de dicho texto. Claro está que, para la descodificación de un texto, hay que tener en cuenta también conexiones de índole histórica y otras cosas más 12 •





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Barthes, L 'analyse structurale, 188.

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Frente . a un estructuralisn10 concebido con criterios demasiado estrecl1os, vease anteriormente nota 6. ,

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Textos como parte de un acontecer de comunicación

Los textos no son magnitudes aisladas, sino que se 11alla11 i11tegrados ei1 un contexto mayor: son uno de los elementos en un p1·oceso de comunicación lingüística. . .

Lecturas U na primera )' buena iniciación a la teoría de la «comunicación por medio de textos» nos la ofrecen E. Gülich - W. Raible, Linguistische Textmodelle, 14-58; D. Breuer, Textpragmatik, 44-71.



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Para una teoría del texto acomodada a los textos bíblicos, habrá q·ue remitir a Chr. Hardmeier, Texttheorie 1-tnd bibliscl1e Exegese, 52-153, y H. Frankemolle, Kommunikatives Handeln in den Gleichnissen Jesu. Frankemolle presenta bajo el concepto de «pragmática» (entendida en sentido amplio) una amplia teoría del texto, en la que el método l1istórico-crítico debe integrarse mediante una nu·eva orientación 13 •

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La comunicación por medio de textos (escritos)

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El artículo de H. Frank.en1olle, Kommunikatives Handel11 in den Gleichnissen }esu. Historisch-kritiscl1e und pragmatiscl1e Exegese. Ei11e k:ritiscl1e Sichtung: NTS 28 (1982) 61-90, se cita segú11 su rein1presión en Fra11ken1olle, Handlttngsanw eisut1gen, 14-49. Se encuentran también explicaciones sobre el <
Textos como parte de un acontecer de

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com1~nicación

39

Ondas sonoras· - - sobre algo

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Código (puede ampliarse mediante preguntas aclaratorias)

Situación común extralingüística de la comunicación I:igura 2.

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Af otlelu de /ll cor111111icació11 l111giiistica en gc:11eral. 1

En el n1odelo (figura 2) 14 se han presentado sólo los factores más iinportantes: el l1ablante I e1nisor con1u11ica al oye11te / receptor un contenidc). Hablante )' oyente están e11 el inisn10 lugar )' hablan I 0)1 en al misn10 tien1po. La co1npre11sión )''la inflL1enciación entre e] hablante )' el O)'ente son posibles ú11ican1ente cuando ambos dispo11en de u11 código común, de un conjunto con1ún de signos, de un «lenguaje» cor11ún; de lo contrario, l1ablará11 diferentes «lenguajes». Ciar() que el oyente, er1 un diálogo, puede ampliar inmediata111ente el conjunto de signos de que dispone, haciendo preguntas aclaratorias al hablante. El 0)1 ente I receptor puede utilizar la informació11. El hal)la11te )' el oyente, e11 algu11os casos, están vinculados por la situación extra)ingüístjca de la con1unicación, de tal manera que, por ej en1plo, la percepción se11sible y el saber común sobre detern1inadas realidades facilitan la comprensión. Tal rnodelo no basta para la con1unicación mediante textos consignados por escrito, con10 son los textos del Nuevo Testan1ento. Los textos escritos no sólo riene11 una detern1inada existe11cia especial 1;; en efecto, los enunciados escritos llevan inherentes toda 1"' l.a exposición está tc.in1ada, cc)n T11 C.)dificaciones, de ¡:,"nk-A."olleg Sprac!Je, l; 41; véase ~alln1c}·er, Lektiirekollc.g, I, 26~~0~ Plctt, Textwissensc!Ja/t, 45; Sch111~dt, TcxttlJeor1c:, 107-1l1 . En el traba¡<) cxcget1co en1plean tales m(>dcÍos: Hard1ne1er, Tc.x:ttl;eoriC' 1111{/ biblisc/Je E.regese, 106, 108s; r:ranke1nollc, Kor111111.t11ikatives l-f ar1 de/11, 28; G. Altpctcr, Tc.rt-li11g1<Ístisc/Je Ex:egese a.lttesta111e11clic/Jcr Litcrat1~r. Einc Dekt)dicrung (Bcr11a 1978) 24-28. 1 " I)l' los textn1t> r11unciad<.1 lin~üístico escrit() se puede afirn1ar lo que dice \X'cin1ar. l.11z.vl?!<Jptidie: Los tcxtc>s cie11cn una duración que depende de la situación (§ 80); los textos pertenecen a dc.>s situaciones separadas por el ticn1po y sc)n Lll' una duración que depende de la situaci()n (§ 81 ) ; los textos están sien1prc en pre.sen te

Teoría del texto

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(§ 82; a pesar de toda la «historicidad»); los textos 110 ca111bian (§ 83); los textos son atemporales y consun1ados (§ 84); un texto es el presente real de un pasado(§ 85); los textos son el so11ido del lenguaje transformado en trazos (§ 86) . 16 De la existe11cia esp·ecial de los textos (desligados de la situación original de comunicación), una existencia que de hecho tienen los textos.~por independizarse n1aterialmente del medio, se ocupan K. Ehlicl1, Zum Textbegrifj; A. Rothkegel - B. Sandig (e-ds.), T~xte - Textsor~en -.S~mantik. Linguistische Modelle und mascl1inelle Verfahre11 (Pap1er zur Texcl1ngu1st1k 52; Han1burgo 1984) 9-25, }' Frank.e1nolle, _H andlungsanweisungen, 19-49. 17 Ehlich, Zum Textbegriff, 18. 18 Grimmir1ger, Literariscl1e J(ommu11ikation, en Bra-cl{erc - La111mert, Fu.nkJ(olleg Literatur, I, 104-106.

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Siguie11do los modelos de Ehlicl1, Zun1 Textbegriff, 18, '' de Frankemolle, Handlungsanweisu.11gen, 28. · '



Textos con1cJ parte de 11. 11 acontecer de comunicació11

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El gráfico debe interpretarse así: De la fuente (F ) llega una información al autor (A), quien en un determinado momento, en un determinado lugar y en deter1ninadas circunstancias escribe un texto. El texto se transmite a través de un canal (C) susceptible de perturbaciór1 (papiro ... ). El lector (lector 1 hasta lector x: L) vive en otra época distinta· (desde el siglo 1 hasta nuestros días) y en un lugar distinto. El conjunto de signos del que disponen el autor y el lector (comen zando por el conocimiento de la lengua griega hasta el saber cultural) puede ser muy distinto.



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En e] modelo d e la figura 3, el lector moderno ocupa un lugar descrito exactamente como lector. Aunque él n o se identifique con los destinatarios a los qu e primera·m ente fueron dirigidos los textos (por ejemplo, en las cartas paulinas; otra cosa ocurre con los evangelios, en los que la transmisión de la tradición acerca de Jesús se dirige a un público más amp lio) y aunque las condiciones de recepción sean distintas hoy día de las que existieron en el caso de los primeros lectores, el lector actual recibe directamente el texto y no por mediación de lectores anteriores 20 •

° C laro

2

está que la eficacia histó rica (Wirkungsgeschichte) del texto y la tradición en q ue se transmite el texto son poderosas para dirigir al lector.

Teoría

42



del texto

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mediante textos del .pasado

e uan do la co111 unicació11 .se efectúa 1nedia11tedtextos del. pasado, ·,

se derivan de ahí cor1 secuenc1as para el proceso e co111p1ens1011

21

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El co 11oci111ie11to de la dista11cia te111poial e11trc el autor y el lecLor influye en la acción de escribir )' de leer textos. Las explicaciones que dare1nos a continuació11 se hallan estructuradas según Jos dos polos de la comt111icació11: la notificación po r el autor)' la recepción por el lector. Los e11u11ciados siguie11tes son, en parte, evidentes por sí misn1os, pero dese111peñan ( e11 el aspecto hermenéutico) t111 gran papel para la co111pre11sió11 de textos. 2.1.

El papel del

a14to;·

El aL1tor está i11fluido, e11 la co11figuración del texto, por los factores a11tes rnencionados, es decir, por el conjunto de signos qt1e están a disp osición (ideas de pensan1iento, lenguaje), por las fue11tes existe11tes, por la in1age11 qu e él se l1ace del lector,)' por la intenció11 que tiene de lograr L111 efecto. Esto, e11 concreto, sig11ifica:





- El autor escribe el texto como «l10111bre de su época». El aL1tor se 111ueve dentro del horizonte d e pensamiento y de ' 'ida de su época )' dispone de un determi11ado y li1nitado conjunto de signos consistentes en ideas del pensan1iento, med ios li11güísticos, etc.

• •

El autor elabora sus ideas y, en caso dado, el 1naterial recibido de las fuentes orales o escritas, hacie11do de ello una totalidad nue\ra .



- El lector a quien se dirige el autor (y que no debe equipararse con el lector de hecl10) pL1ede ser una perso11a determi11ada, puede ser un grupo, por ejemplo u11a co1nunidad; pu eden ser las personas de una época determinada o también lectores del futuro. La in1agen que el autor se hace del lector i11fluye· ese11cialn1ente e11 la plas111a-

21

Los estudios de Grin1111inger, LitcrarisclJe f(ornn11f11ikatio11, 104-116, sobre la acción de leer)' escribir textos lite rarios se aplican tan1bién, con ciertas 111odificacic.)nes, a las forn1as de comunicación mcd ia11te otros textos escritos. Véase ta111bién, con respecto a la situación, intenció11 e intereses de emi tentes )' recipientes, Glinz, TextanalJ 1Se, I, 67-105; Il , 42-48 (con lista de factores que influ )·e11).

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Textos con10 parte de tt11 acontecer ele com1111icació11

43

ció11 del texto. Esto se refiere especialmente a la elección d e códigos )' a lo «C01npleto» que sea el texto . Si el autor p11ed e presuponer)'ª que existc11 111uchos conocimientos e11 el lector a q11ier1 él se dirige, . . . entonces no t1e11e )' ª que menc1011ar esos presupuestos n ecesarios para la con1prensión del texto . Cuanto menos sepa el autor acerca d el lector a quien él se dirige, tanto n1ás completo y ta11to 111ás <> . Como n1edios para dirigirle, el autor dispone de los m ed io s del lenguaje; los 1nedios extratextuales, que precisa111cnte en u11a con ,rersació n oral desen1peñan tal papel, por ejemplo el contexto de la situ ació n , no se hallan ordi11arian1 e11te a disposició11 . - E11 c11a11to el texto está escrito )' el aL1tor lo ha d esp ach adc> )' entregado, el texto se i11depend iza )' en1pre11de s11 camino . El a11tor, presci11diendo de escasas excep ciones, r10 p u ede )'ª proteger el texto escrito por él co11tra la i11con1prensió11 )' la comprensión errón ea. Co1no, pasado cierto tien1po, no se le puede11 dirigir)'ª al autor pregu11tas aclarato1·ias, res ulta que habrá una comu11icació11 en se11tido {1n ico .

·

2.2.

La ;-ecepción del texto po;· el lector

L os enunciados escritos se han h echo ind ependientes (autó110n1os ). Es verdad qu e los textos pueden ir aco1npañados de ayudas extratextuales para la co111pren sió11, por ejemplo mediante explicaciones dadas por el que entrega el texto. Con10 en los textos del Nuevo T estamento el texto es el único acceso abierto al lector para la comprensión del mismo, esta «comu11icació n sin interlocutor» tiene lugar en un <<estrechamiento de la percepción que se r educe al texto mismo» 22 • En cuanto a la con1prensión del texto, eso tiene las sigui entes consecuencias para el lector: - T am bién el lector d e un texto , que 11 0 tiene qt1e vivir 11ecesaria1nente en la rnisma época que su autor, es, lo niisn10 que este ú ltimo, un hon1bre de su tiempo; dispone de un determinado conju nto de signos r elativos al saber cultural, a id eas, a inedios lingüísticos, etc. Como el autor ) el lector son h on1bres influidos por el tiempo e11 que cada uno vive, el lector 1noderno de textos 7

12 Grin11ninger, literarischc !{on1m1t1zikation, 105.

1 1

44

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antiguos no posee sin más el conju11to de signos i1ecesario para la comprensión de textos antigL1os. El problema co11siste en có1110 se las arreglará el lector para conseguir ese conjunto de signos.

• 1 •

Teoría del texto

- No ct1alquier lector de un texto es propiamente el lector a quien el autor quería dirigirse. Pero incluso el lector a quien el autor no quería dirigirse puede co111prender en determinadas circu11stancias el texto que no está dirigido a él. - La recepción del texto por el lector puede quedar perturbada, por eje1nplo, por la transmisión fragmentaria del texto, por la trans1nisión defectuosa debida a errores de copista, etc. La recepción puede q uedar tan1bién irnpedida por el deficiente conocin1iento de la lengua y mundo de id eas del autor. El texto puede comp re11derse erróneamente. U11 texto, por el 11echo de ser leído y aplicado en situaciones nuevas, puede también producir efectos que originahne11te no se l1abían pretendido . - El texto se l1a l1echo duradero . Y, así, el lector puede consultar in cesanten1e11te el texto y revisar las i11terpretaciones que l1ace de él.

3.

1



La lectura como camino para la reconstrucción del acontecin1iento de comunicación



El texto es parte de un proceso de comu11icación )' depende de los numerosos factores de dicho proceso. Para con1prender el texto, hay que reconstruir también el acontecimiento de comunicació11 en el que está integrado el texto . Pues sólo cuando el intérprete se forma una i1nagen global de los diversos factores, es posible u11a interpretación adecuada. El acceso al aco11tecimiento de comunicación, en el caso de textos bíblicos, poden1os lograrlo únicamente a tra,rés del texto inismo. Mediante la aplicación y utilización exacta del modelo de con1unicación expuesto, se pueden deducir del texto mismo algu11as conclusiones retrospectivas sobre los de111ás factores de la comunicación, es decir, sobre el autor y su época, sobre los lectores a quienes él quería dirigirse, etc .

La aplicación del modelo de comunicación a textos antiguos permite, en cierta inedida, sacar conclusiones retrospectivas sobre el acontecimiento de comunicación e11 el que está integrado el texto.

45

Textos como parte de uri acontecer de comunicación

La medida de los conocimientos adquiridos mediante conclusiones retrospectivas difiere según los textos: es mayor en las cartas paulinas que en los evangelios; en efecto, Pablo se refiere a menudo a ideas}' act.i tudes de los destinatarios, inientras que eso ocurre sólo indirectamente en los evangelios. Las etapas metódicas qt1e hay que hacer para sacar conclt1siones retrospectivas aparecen en el gráfico de la figura 4. S.e describirán más detalladamente cuando se haga la exposición de los diversos m étodos. •

Fu ente

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de • In formación '

Autor ••



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Utilizac1on • destinatarios de la

-+ Lectores

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Partiendo del texto, se reúnen observa• c1ones y se sacan reconclusiones • trospect1vas sobre las condiciones extratexruales de producción y recep ., c1on.

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informac1on

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Situación de comunicación

Etapas e11 el trabajo de reco11strucción del acontccin1iento de con1Hnicación. figura 4.



La recon strucción del acontecimiento de con1unicación en el que está integrado el texto queda terminada cuando se ha logrado respuesta a las sigu ientes preguntas 23 : Autor: Lecto r:

¿Quién con1 u ni ca? ¿A quién?

Tema:

¿Sobre qué? ¿Qué?

Tiempo : ¿Cuándo? Lugar:

¿Dónde?

Código:

¿Cuál es el conjunto de signos co1nún entre el autor y el lector?

Objeto:

¿Para qu é?

~ 3 \ léase también Lc,vandowski, Ling1,tistiscl1es 1vlorterbucl1, artículo «Tex tanalyse» (trad. esp.: Diccio11ario de Li11gi'iística, artícul<.) «Análisis del texto») : Un

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análisis del texto sistemático ha de o ri entarse por la fórn1u la de Laswell ('qu ién dice qué, por qué medio, a quién, con qué efectc)') (en L. Br:·.'SOn (ed.), The C<>mm1111icatior1 of Ideas, 1948, 37) (p. 25 de la versión esp.).





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4 Textos como resultado de la recepción y la reelaboración



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Los textos del Nue''º T esta1nen to no están sólo integrados en u11a red sincró11ica d e relacio nes, si110 que se hallan ta111bién dentro d e u11 desarrollo diacrónico, por cu anto son resultado de t1n proceso bastante largo de trans1nisjó11 oral )' escrita .

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Lecturas

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En los libros de metodología p ara el estudio del Nuevo Testamento se exponen casi sien1pre, al hablar de las diversas etapas metódicas, las ideas sobre el o r igen de los textos, aunque dicl1a exposición sea breve.

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1' ' 1

Los fundamentos para una teoría, basada en una reflexión sistemática, sobre el origen de los textos bíblicos se exponen admirablen1ente e11: Ch r. H ardmeier, Texttl?eorie und Exegese (en relación con el A11 tigt1 0 Testamento) y F. Mussner, Methodologie der Frage nac/J dem

1 1 1 1

historisci1en Jesus

1.

24



El origen de los escritos del Nuevo Testamento Los textos del NL1evo Testamento son el producto de un proceso, que duró bastante tien1po, de reelaboración ) transn1isión oral )' escrita. 1

La tradición de las palabras )' hechos de J esús )' del n1ensaje acerca de la mu erte y la resurrecció11 es recepción )' reelaboración 24

Hard1neier, Textt/Jeorie ttf1d Exegese, 109-153; F. Mussner, A1et/Jodologie der }'rage nac/J de111 lJistorisc/Je11 }es1~s; K. I<.ertelge (ed.), Riick(rage nac/1 }es1-1s (QD 63; r:riburgo 1974) 118-147. Las refJexio11es qt1e van1os a ofrecer a continuació11 siguen de cerca a estos dos autores.

Textos como resultado de la recepción ;1 la reelaboración

47

de textos: El acontecimiento, lleno de sentido, de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús de Nazaret fue tra11smitiéndose con reflexiones )' actualizaciones. En las distintas etapas de la transmisión se pusieron nuevos ace11tos )' quedaron también relegados algunos aspectos.

1.1.

Las etapas del origen de los textos •

El origen de los escritos del Nuevo Testamento puede estructurarse en tres etapas: el tiempo pre-pascual 25 , la tradición oral pos-pascual, )' la puesta por escrito de los textos 2<'. Logia de Jesús Relatos sobre Jesús Fórmulas de fe y confesión Cartas de Pablo

Tradición oral de logia, relatos, homologías («textos utilizados ,, en la Iglesia)

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r·it•ura 5. Etapas c11 el orige11 de los te.-rtos d e7 Nuevo Testan1ento.

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En la figura 5 se indican gráficamente las etapas y los grupos de textos más importantes del Nuevo Testamento. f f

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El fac tor desencadenante para el origen de los textos son las palabras y las obras de Jesús de N azaret. Formulá11dolo n1ás exactan1ente: las palabras (logia) enunciadas por Jesús misn10 )' los

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En la historia de las forn1a:i (for111gesclJiclJtc) clásica se pasó en silencio la impc>rtancia del tien1pt) pre-pascual para la forrnación de las tradiciones. Abrió una nueva pcrspcctiYa H. Schürn1ann, Die vorosterlic/;c11 Anja11gc der Logientraditio11. Versuch cine~ forn1geschichtlichcn Zugangs zun1 Lebcn Jesu, en Traditio11sge sc/1ic/1tlichc U11tcrs1,c/J1,(11ge11 zu de11 s.v11optisc/Je11 Ev angelie11. Bcitrage (Düsseldorf 1968) 39-65. 21 '

Esta estructuración la escoge el C<1ncilio \laticano II en su Constitución Dei Verb1.f111 sobre la DiYina Revelación, c. 5.

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Teoría del texto

48

,. d l testigos (relatos) . Claro que textos acerca d e J esus crea os por os ., .







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1

'· · to proceso de recepc1on, por cuanto se ya en esta etapa actua cier . . 'b ,. · t textos del Antiguo Testamento. Ya e11 el t1emrec1 en cr1t1camen e · ·¿ .scípulos son alumnos en el genuino sent1 o de dl 1 1 po pre-pascua , os , , . han congregado en torno a] esus, comparten con el su 1 b 1a pa a ra. se . bl' d h . ·¿ · · erante y su forma de vida, se sienten o iga os ac1a su VI a ltin d · · ,, 1) J 1 . la pe1·son a 27 . Con ellos co111ienza . . tra 1cion (pre-pascua ,, e og1a. . Una serie de observaciones relatr\1as a las palabras de Jesus co11f1rma esta concepción acerca de la producción y recepción de textos 28 ya en el tiempo_ pre-pasc__ua~ :. a) co1110 n1aterial mes~ánico que eran, las sentencias de] esus invitaban a que se las retuviera; b) era corrie11te que Jesús diera resúmenes concisos de su doctrina; c) algunas expresiones de Jesús se entiende11 como invitaciones a la memo1·ización; d) el carácter enigmático y profético de mucl1as palabras de Jesús sugería q11e se las retuvi era bie11 para re(lexionar sobre ellas; e) la forma, co11scienten1ente n1nen1otéc11ick, de la mayor parte de la tradición sinóptica de palabras fomentaba e incluso exigía que esa tradició11 se grabara bien en la memoria. Debemos supo11er que el n1étodo que se utilizaba para grabar bien 29 esa tradición era apre11dérsela de men1oria, memorizarla • Por eso, l1ay que contar ya con que en el círculo pre-pascual de los discípulos había ;1 a un principio de tradición 30 y más fidelidad en la transmisión de la tradición que lo que había supuesto la l1istoria clásica de las formas 31 • Y a en el tiempo pre-pascual, la producción textual de textos narrativos y la recepción de los logia de J esús por los discípulos están sometidas a aquellas condiciones que los investigadores han estudiado principalmente por lo que respecta a la tradición pos -pascual. E11tre estas condiciones se cuentan, por 32 ejemplo, la selección, la refundición y la reinterpretación • 27

Véase, a este propósito, R. Riesner, ]esus als Le/Jrer. Eine Untersuchung zum Ursprung der Evangelien-Ueberlieferu11g (\XIUNT 2.7; Tubinga 21984) 408419. 28

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La lista que se ofrece ahora de las peculiaridades está tomada casi literalmente de Ries11er, }esus als Lehrer, 433 (aquí con las citas correspondientes para comprobación). Es funda1nental también para esta concepción: Schi.irn1ann, Die vorosterlichen Anfange der Logientraditíon. 29

Riesner, jesus als Lehrer, 440-443.

30

Riesner, }esus als Lehrer, 423s.

31

P. Stuhlmacher (ed.), Das Evangelium und die Evangelien (WUNT 28; Tubinga 1983) 431. 32

\1 éase, a este propósito, F. Hahn, M et/Jodologisc/Je Ueberlegu11gen zur

Rii.ckfrage nac)J }es¡,ts, e11 K. Kertelge (ed.), Rückfrage nach .Jesus, 11-77, espec. 14-26 (claro que allí se habla principaln1ente de la transición del tiempo pre-pascual al tie111po pos-pascual).

Textos conio res1-1ltado de la recepción)' la reelaboración

49

Por la experiencia de pascua se llega a la producció11 de nuevos textos: la experiencia de pasct1a se formula con10 l1omológesis en las co11fesiones de fe pascuales 33 : <
1.2.

Modelo de la reelaboración de los textos

El proceso en que se originaron los escritos del Nue''º Testamento es u11a sucesión de reelaboraciones de los textos . En cada reelaboración de textos se efectúa una recepción y (re-)producción de textos, e11 la cual la reelaboración de textos debe concebirse siempre como parte de un proceso de· comunicación. El resultado de la reelaboración de textos puede volver a ser luego el punto de partida para una nueva reelaboración 36 . La figura 6 ilustra el transcurso de las reelaboraciones. 33

Perte11ecen a otro género distinto los relatos de pascua.

34

Véase más adelante.

35

Véase anterior1nente, cua11do se l1abló de la í11dole de los textos (escritos). En la investigació11 sobre Jos eva11gelios, fue pri11cipalmente E. Gi.ittgema11ns, Offene Fragen zur For1ngesc/Jic/Jte des Eva11geli1"'n1s (Munich 21971), quien lla111ó la atenció11 sobre esta diferencia entre el carácter escrito )' el carácter oral. 36

El modelo, con algunas modificaciones, está tomado de Hardmeier, Texttl1eorie, 80. '

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Teoría del te:xto

50

Eje del ' tiempo

Texto de -+ partida

2.ª Etapa de reelaboración

1.ª Etapa de reelaboración Reelaboración del texto por medio de recepción del texto )' (re- )producción -+Texto final del texto

Texto de partida

Recepción del texto

(rc-)producción del texto

-+ Texto

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J:igura 6. !~a tradició11 de te:(tos co1110 co,1sc:c1fencit1 {ll' las reelaboraciot1es ele te>.:tos.

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Mediante la reelaboración, los t extos adquiere11 nue''ª eficacia, al l1aberse 111odificado el .círculo de l<.)S destinatarios, )' se con\ Ícrten e11 respuesta en situaci ones que han cambiado. Los factores 111ás i111portantes que influyen en la reelaboración (selección, 1nodifica37 ción )' reacuñación, nueva interpretación) son los siguientes : 1

- La influen cia de una cristología explícita: Llegó a conocerse cada vez con más claridad la sign ifi cación de la persona de] esús, )' esto llegó a sedime11tarse en los textos, principal111e11te rnediante la · introducción de fórmulas de confesión de fe ei1 los textos de los e\'angelios (véase por ejemplo Me 8, 27-30). - La influencia del Antiguo Testamento, ta11to mediante citas con10 también por la oferta de patrones de 11arración (por ejemp lo acerca del justo perseguido en la historia de la pasión). - Modificaciones más o menos insignificantes en los textos y duplicaciones, por ejemplo el 111ilagro de la multiplicación de los panes, las versiones del Padrenuestro. . - L a influencia de formas populares de relatar, por ejen1plo la intensificación de lo milagroso, etc. - La contamin ación de textos originalmente separados . - La orientación de perícopas aisladas l1acia la historia de la ., pas1on. 37

Estos factore~ fueron cxpuest<>5· detalladan1cnre por Hahn, A1ct/,udologisc/Jc Ueberlegu11ge11, 14-26.

Textos como res1-tltado de la recepción)' la reelaboración

51

- La apertura de las comuni dades, que dejaban entrar ahora a los gentiles. - La creciente contro\rersia con el judaísmo, p rincipalmente con el judaísrno de sello farisaico. •

2.



La lectura como búsqueda de las huellas del origen de los textos

El proceso, que duró bastante tiempo, de la producción, recepción )' reelaboración de textos dejó sus huellas en el texto del Nuevo Testamento. Algunos textos (parciales) refleja11 una situación singular e irrepetible, e11 la que ] esús se hallaba, antes de pascua, con respecto a Israel; ha)' textos que están en contradicció11 con la situación misior1era de después de pascua; algu11os textos propugnan una cristología )' soteriología abierta, «\1 aga» ( « indirecta»), etc. Otros textos delatan la influencia de la homológesis cristológica )' de la soteriología pos-pascual, de la experiencia misionera pos-pascual)' de la experiencia de persecucion es, el intento 38 de descifrar palabras oscu ras de Jesús, etc. . Y, así, el texto lleva en sí las huellas de su origen. Para el exegeta, tales observaciones relati\1as al texto so11 t111 índice para reconstruir el orige11 del texto.

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Mussner, Met/Jodologie, 133s, 136s, aduce estas). o tras obse1·vacio11es con10 criterios que per1nite11 conocer si un logion es genu i11an1ente jesuá11ico o es de formación pos -pascual; pero esas observaciones pueden servir ta1nbién, en térn1inos mu~· generales, de indicaciones sobre el origen del texto. Ji.

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11

.ETAPAS PREPARATORIAS DEL ANALISIS







54

Etapas preparatorias del análisis

Para la ejecución del análisis propiamente tal de textos son n ecesarias algt1nas etapas preparatorias: asegurar por medio de la crítica textual que el texto tenga su forma original, la propia traducción (provisional) del texto original o la elección de una de las traducciones ya existentes, y una primera orientación sobre el texto. •



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5 Asegurar la forma del texto (crítica textual)

1 1

La primera tarea, al estudiar los textos del Nuevo Testan1er1to, consiste en cerciorarse de que el texto que tenernos a la vista concuerda con el que salió de la ma110 del autor. De ello se ocupa una ra1na especializada de las ciencias del Nuevo Testa1nento, a saber, la crítica textual.

La crítica textual del Nue''º Testamento parte de los manuscritos existentes para reconstruir el texto original (que ya no se conserva) del Nuevo Testarnento. Teniendo en cuenta la alta especialización de las investigaciones de crítica textual, aquí no podremos más que exponer algunos conceptos fundamentales que por lo menos permitan al principiante utilizar adecuadamente las dos ediciones manuales más usadas del Nuevo Testamento : Nestle - Aland, 26.ª edición, y Tl?e Greek New Testament, 3.ª edición. En adelante nos referiren1os a estas dos ediciones. Además, el estudiante tendrá que conocer los manuscritos más importantes )' las familias de manuscritos más importantes, y teniendo en cuenta los criterios de la crítica textual, deberá verificar las decisiones de crítica textual que se adoptan en 1 los come11tarios y estudios científicos •

1

Un fin didáctico parecido se propone también Conzeln1ann - Linden1ann, Arbeitsbuc/1, 20.

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56



Etapas preparatorias del análisis

í.

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·I

Lecturas •

Casi todos los libros de metodología ofrecen también una i11troducción e11 los métodos de la crítica textual. Como obra fu11da1nental de introducción y con10 obra de const1lta por su riq11ísima informació11, puede recome11darse: K. y B. Ala11d, Der Text des Neu.en. Testaments. Einführung in die wisse11schaftlicl1en Ausgaben und in Theorie wic Praxis dcr lv1etl1ode11 der ,_fcxtl(ritil( (Stt1ttg,1rt 1982) 2•

1.

Teoría subyacente a la crítica textual sobre el origen de variantes y tipos de textos





3

El texto griego del Nuevo Testa1nento se difu11dió en 1nanuscritos hasta que se prodt1jo la inve11ción de la in1pre11ta. No se conservan los originales de los escritos del Nt1evo Testan1ento; se conservan las copias del texto en lengua griega y los textos de las traduccio11es (algunas de las cuales son mu)' antiguas). Los ma11uscritos co11servados se extienden desde el a11.o 130 p. C. hasta entrado el siglo XV. ·Los 1nanuscritos n1ás fan1osos son los papiros, que datan de principios del siglo III, y los grandes códices del siglo IV. Aden1ás de los testi1nonios directos del texto griego que se hallan en los manuscritos, l1ay tambié11 testin1onios indirectos en los escritos d·e los Padres de la Iglesia.

1.1.

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01-igen de las variantes

Los manuscritos ofrecen el texto del Nuevo Testa1nento con nun1erosas variantes (o lecciones diversas) de escasa importancia o también más importa11tes .

Las variantes surgen cuando al copiar los manuscritos se deslizan errores o cua11do se introducen conscientemente correcciones.

1

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2

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Una introducción detallada y u11a ejercitació11 e11 la crítica textual la ofrece11 ·tan1bién: B. M. Metzger, The Text of the New Testament (Nueva York - Londres 1964; trad. alemana: Der Text des Neuen Testaments (Stuttgart 1966]), )' las obras de i11troducción de Kümn1el y Wik.enhauser - Scb111id. I11troduccio11es breves se encuentran en Co11zelma11n - Li11de1nann, Arbeitsbuch, § 4; Strecker - Schnelle, Einfüf.Jrung, 23-39; Zin1mer1nann, Methoderilehre, cap. 1 (trad. esp. de la prin1era edició11 alen1ana: Los métodos /Jistórico-críticos en el N1lf.evo Testamerzto); B. M. Metzger, A Textual Commenta?)' on the Greek New Testan1ent (Lo11dres 1971) XIII-XXXI; C. M. Martini, JI testo bíblico: 1 libri di Dio. Introduzione ge11erale alla Sacra Scrittura (Turín 1975) 502-551. 3

A propósito de ello, véase especialn1ente Aland, Der Text, 57-81. 1

j

Ascg1trar la forma del texto

57

No ha)' nj dos manuscritos que sean comp letamente iguales. (Original)

Copia

Copia •



x-var1antes

I;igura 7.



y-var1antes



Copia Copia • x+a variantes x+b variantes

Copia

1 Copia )'+e varían tes

z -var1antcs

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Copia z+d variantes z+e variantes

Origet1 (Le las v ariatitcs. .

Las fuentes inconscientes de errores son: confusión de letras por el cop ista (J\.J\. - M); errores de audición (cL1ando se cop ia a] dictado, )' ª que el y· l se pronunciaban igual); eq uivocada separación de palabras ()' ª q L1e era corriente la scriptio continua o escribir sin separar las palabras); duplicación de letras o de palabras; 01nisiones (por saltarse de un a frase a otra, cuando las dos com enzaban o terminaban igual); inserción de notas al margen; armonización con lugares par~lelos que le resultaban fa111iliares al copista (asimilación de Me 1, 34 a Le 4, 41 ). La corrección consciente puede basarse en la intención de enmendar lugares del texto que al copista le parecían defectuosos (Me 1, 2: «en los profetas», en vez de «en el profeta Isaías»; Le 2, 43: «]osé)' María», en vez de «sus padres»; Le 24, 13: «ciento sesenta», en vez de «sesenta » estadios); alteración de la ortografía, la gramática y el estilo (por ejen1pl o supresión del asíndeton), etc. Las alteraciones pueden ser más bi en de naturaleza casual o se pueden efectuar también de manera sistemática. Cuando hay una modificación sistemática (es decir, c;uando se establece un texto con arreglo a determinados criterios), se habla de revisión/ recensión. Claro está que en los estudios. de investigación se discute hasta qué punto los tipos de textos que se van a mencionar a continuación son resultado de una recensión.

1.2.

Origen de las familias de manusc1·itos J' de los tipos de textos

La listá de los manuscritos n1ás in1portantes y de las indicaciones necesarias para reconocerlos se .halla en N estle - Aland y en Tf?e





58

Etapas preparatorias del análisis

Greek New Testament. Ofrecemos a continuación datos estadísticos acerca de los manuscritos

Núrnero •

Nombre

4

:

Designación •

p + nÍlmrro

Material Papiro

Edad .

88

Papiros

274

Mayúsculos

A, B, C, etc. 01,02,03, ...

Pergamino

2800 (en cifras redondas)

Minúsculos

1,2,3, ...

Pergamino

211 o (en cifras redondas)

Leccionarios

11,12, 13, ...

Pergamino

1-Iasta entrado el s. VIII Siglos IV-IX DW Siglos IX-XV

Algunos manuscritos son tan importantes que, en la edición de Nestle - Aland, se citan en relación con cada pasaje 5. Se consideran 5 6 75 , , como los manuscritos más i1nportantes: ?4 ?6 P (especialmente valioso); B (Codex Vaticanus, especialn1ente valioso); ~ (Codex Sinaiticus); D (con numerosos proble1nas); W y e.

En los primeros siglos de la era cristiana se desarrollan los llamados 6 «textos locales» • . •

Con motivo de la fundación de nuevas comunidades en las cercanías de las grandes ciudades, por ejemplo Alejandría, Antioquía, Roma, etc., se transmitían también ejemplares de los escritos sagrados, y por cierto en la forma textual que era corriente en aquellas ciudades. A partir de mediados del siglo II, «la formación de cada una de las comunidades cristianas nuevas significa la aparición de nuevos manuscritos del Nuevo Testamento » 7 . Cuando se sacaban copias, éstas mostraban las mismas variantes textuales que las que había en los textos empleados en las comunidades madre (a lo que se añadían a veces nuevos errores/varianies al confeccionar



~

Datos según Alar1d Der Text, 94-171 . 1

s La lista en Alar1d 1 Der Text, 247-251.

" Sobre los «textos locales» (local texts), véase también Metzger, Commenta1)

1,

XVII. - Aland, Der Text, 65.

Asegurar la forma del texto

59

las copias). De esta manera aparecen «familias de textos», es decir, grupos de n1anuscritos que dependen unos de otros y cuyo árbol genealógico se puede reconstruir, por ejemplo las familias 1 y 13 8 atestiguadas por manuscritos desde el siglo XII • En los diversos ámbitos geográficos había actitudes distintas con respecto a la exactitud Y. El texto sigue siendo aún un «texto vivo» 10 • En algunas regiones se· co11sideraba como obligación suprema la fidelidad literal en la transcripción, ateniéndose por ejemplo a las ideas de la crítica textual, como existían ya en la antigüedad. Esto se aplica seguramente a la región de Alejandría, concretamente a los manuscritos P6('>, P75 y al manuscrito B (Codex Vaticanus). En otras regiones había más libertad con respecto a la fidelidad al pie de la 5 letra (por ejemplo en la región del ?4 • Este origen local de los manuscritos y la manera de copiar son las condiciones previas que deter1ninaron que hubiese varios tipos textuales del Nuevo Testamento. Cuando, después del giro constantiniano en el siglo IV, hubo que proporcionar manuscritos a muchas comun idades, adquirieron influencia determinante aquellas formas textuales y aquellos manuscritos que servían de modelo en los escritorios eclesiásticos 11• En la investigación se mencionan principalmente cuatro tipos de texto 12 • El tipo de texto alejandrino se halla atestiguado por los papiros P66, P75 , los códices B, K, A (Hch) y por las antiguas traducciones coptas. El arquetipo de esta forma de texto puede seguirse hasta los siglos II/ III de nuestra era. Las características de la forma de texto alejandrino son la brevedad y el rigor de la forma de expresión . 8

Martini, !L testo, 509.

9

Esto se prueba mediante un anál isis de los errores de los diversos manuscritos; véase Martini, JI testo, 519: P71 tiene principalmente errores de letras, ?66 errores de sílabas, P"j errores de palabras (trasposiciones). 10

Aland, Der Text, 79.

11

Aland, Der Text, 80s.

1

12

1

Por «tipo de texto» se entiende, según Martini, JI testo, 509, no tanto un grupo de manuscritos cuanto una totalidad de variantes que aparecen en determinados códices y que parecen tener origen común. En la investigación, la clasificación de n1anuscritos según tipos de textos ha desempeñado un gran papel: Zimmermann, Methodenlehre (trad. esp.: los métodos histórico-críticos); Metzger, Commentary, )' Martini, // testo, los mencionan, y lo mismo hacen Conzelmann - Lindemann y Strecker - Schnelle. Aland, Der Text , 57-81, no agrupa tanto los manuscritos por tipos de texto, sino que hace diferencia entre un «texto anterior» (que existió como texto-norma, como texto un tanto libre y como texto fijo) y las formas de texto posteriores obtenidas mediante una determinada <
60 •

Etapas preparatorias del análisis

Este texto es, e11 general, más. breve que los demás tipos textuales )' muestra menos correcciones gratnaticales y estilísticas. El «texto occidental», cuyas formas precedentes y for1nas colaterales pueden seguirse l1asta los siglos III/ IV, está atestiguado por los códices D, W (para Me 1, 1 - 5, 30), P38 y ?48, las traducciones vétero-latinas y los escritores eclesiásticos latinos. Esta fortna del texto (especialn1ente en la versión de D) gusta de la paráfrasis y efectúa trasposiciones y correcciones. Los Hechos de los apóstoles son un 10°/o n1ás extensos que en el texto de los demás manuscritos. La peculiaridad y el valor de este tipo de texto son objeto de controversia e11 la investigación 13 •

1 ~

El tipo de texto bizantino, al que pertenece11 casi todos los i11anuscritos d esde los siglos VII/VIII, es un tipo de texto bastante u11iforn1e que muestra que ha sido pulido lingüísticamente (predilección por las composiciones sintácticas), es elegante en la expresió11, tiene correcciones estilísticas (el aoristo en 1L1gar del presente histórico). Esta forma 'de texto es resultado de un proceso de recensión que segurame11te con1e11zó en Antioquía y que luego co11tinuó e11 Biza11cio. Este texto fue utilizado co1no texto koiné ( = <
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1.3.

Ediciones manuales modernas del Nuevo Testamento

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1

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¡•

Co11 ayuda de la crítica textual puede reconstruirse la forma de texto qu e se usaba corrientemente en las Iglesias hacia mediados del siglo II. El resultado de las investigaciones en materia de crítica textual está condensado en las ediciones críticas del Nuevo Testame11to 14 • Para comenzar el estudio científico del Nuevo Testamento so11 suficientes las me11cio11adas ediciones n1anuales de Nestle Aland y The Greek New Testament (de este último existe una

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• 13

Principaln1cnte Aland, Der Text, 63s, se declara en contra de la idea de que el occidente haya desarrollado una forma de texto propia. Segú11 Aland, Der Text, 248, el c?dice D tiene particular in1portancia cuando concuerda co11 los den1ás grandes testigos.

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14

Para una visión de conjunto sobre la 11istoria de las investigaciones en materia de crítica textual, véase Ala11d, Der Text, 13-56, )' los 1nanuales. 1 •

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Asegu:rar la forma del texto

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edición especial con introducción en español y vocabulario griegoespañol del NT). Ambas ediciones ofrecen como texto principal el texto del Nuevo Testa1nento reconstruido por reconocidos especialistas de nivel internacional e intercor1fesional, gracias a una ardua labor de crítica textual. En cuanto al tenor del texto principal, las dos ediciones : Nestle - Aland y The Greek New Testament son idénticas 15 •

Tl1e G·reek New Testament es una edición crítica para traductores, en la que se l1allan consignadas y atestiguadas detalladamente las variantes principales (u11as 1.440). Además, los editores ofrecen una \raloración de las diversas variantes, un índice de lugares paralelos )' , lo que es importante para los traductores, u11 aparato con signos de puntuación que muestra la estructuración que se hace de las frases del texto en las ediciones modernas más importantes del Nuevo Testamento. En un tomo complementaric) se expone11 las razones en que se han basado los editores para adoptar sus decisiones relativas al texto . 16

Nestle - Ala11d ofrece un aparato crítico mucl10 más detallado que el de The Greek New Testament )', además, una indicación muy abundante de los pasajes paralelos.

2. El método de la crítica textual La reconstrucción del texto griego se efectúa en sucesivas etapas de trabaj
Para la reconstrucción del texto original se aplican criterios extrínsecos (exteriores al texto) )' criterios intrínsecos (interiores al texto) 18 • 15

Sobre el origen del nuevo «texto estándar», véase Aland, Der Text, 40-46.

16

Nestle - Aland, 26.ª edición, es una refundición completa de la 25. ª edición, en lo que se refiere a las variantes aducidas, a las introducciones, etc. 17

Esto no puede hacerse hO)' día si110 en grandes centros de investigación con10 el «lnstitut für neutestamentliche Textforschung » («Instituto para la in·vestigación del texto del Nuevo Testan1ento»), de Münster en \Xlestfalia (República Federal de Alemania). 18

Véase, a propósito de ello, Ala11d, Der Text, 288s: Doce reglas fundame11tales, )' entre los manuales véase principalme11te Metzger, Comn1entary1, XX\1XXVIII.

1

Etapas preparatorias del análisis

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Si se tienen en cuenta los criterios extrínsecos (es decir, basados en la peculiaridad de los manuscritos), una variante estará probablen1ente ei1 el texto original, - cuando la variante se halla atestiguada numerosas \reces, es decir, si se encuentra docun1entada en muchos 1nanuscritos. Esto se denomina atestación múltiple; - cuando la variante aparece en manuscritos antiguos)' conocidos por su fidelidad (por ejen1plo el Codex Vaticanus) o cuando está atestiguada por un tipo de texto que en general merece confianza. El principio dice así: la mayor antigüedad de un manuscrito habla en favor de una mejor calidad, y : la calidad prima sobre la ca11tidad; •

1

- cuando la variante está atestiguada en manuscritos que son independientes u11os de otros tanto en el aspecto genealógico (o de su origen) como en el geográfico. Por consiguie11te, una variante será la lección origi11al cua11do esté documentada por testigos textuales procedentes de diversos tipos de texto. Este criterio es especialmente importante para la valoración de las lecciones variantes que proceden del manuscrito D . Si se tienen en cu en ta los criterios intrínsecos (es decir, los criterios basados en la comparación de las \ ariantes y en las ideas sobre cómo se transmitieron en general los textos), entonces una ''ariante se hallará probable1nente en el texto original, 1

.:.. si la lección variante es e11 sí difícil (ardua) y pudo dar moti''º a que el copista la corrigiera, la lección más difícil será más probablemente la original (lectio difficilior - potior); - si la lección variante es más concisa (lectio brevior - potio1·); - si la lección variante es la que más corresponde al estilo, al léxico y a las ideas teológicas del correspondiente autor, y al contexto inmediato; - si la lección variante no delata la influencia de pasajes paralelos (lección i10 ar111onizante). En efecto, la Jnodificació11 de textos para adaptarlos a textos paralelos se explica por el l1echo de que, al copiar textos, al copista se le deslizan palabras de un texto paralelo que le resulta familiar. Será con n1ás probabilidad la lección origi11al aquella \ ariante en la que concuerden los criterios extrínsecos )' los criterios intrínsecos. Pero es mu3 frecuente que an1bas clases de criterios no señalen en la misma dirección; y así, por ejemplo, u11a ·lectio difficilior 1

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Aseg11rar la fc>rn1a tlel te-"Cto

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atestiguada pc)r un solo 111anuscrito difícilmente será la lección original. Luego, 111 ediantc una especie de prueba a la inversa, puede expl icarse también por qué el texto original se fue 111odificando en un sentido deter1ninado al irse efect uando las sucesivas copias .

.INDICACIONES PARA HACER TRABAJOS DE CRITICA TEXTUAL Determinar, mediante ediciones recientes del texto del NT, las \'ariantes que existen en la Ject11ra de 11n lugar bíblico deter1ninado. 1

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Las \'ariantes ¿pueden relacionarse con detern1inados tipos de texto? ¿Qué diferencias de significado dimanan de las diversas ,-ariantes? ¿Se trata de \'ariantes que n1odifican el sentido? Reflexio11ar, basándose en los criterios intrínsecos ,. extrínsecos de la ' crítica textual, para dcter1ninar qué lección \'ariantc pudiera ser la origi11al. Establecer con10 control retroacti\'O de la \'ariante prcfcrida, siempre que sea posible, el árbol -ge11calógico de !as \'ariantcs docun1entales. Cuando se utilizan comentarios: determinar qué criterios han determinado la elección del texto, al efectuarse la crítica text11al.

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3. Ejemplos

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Entre los fines didácticos de la presente secc ión, se mencionaba el de capacitar para la verificación de las decisior1es de crítica textual adoptadas en los comentarios }' en los trabajos cie11tíficos. Con arreglo a este fin didáctico, se estudiarán de manera especial en los siguientes ejemplos las decisiones de crítica textual que se adoptaron en esos trabajos. 3. l.

Ef l, 1:

«

¿,, 'Eq;ta Q.> »

La indicación de lugar «en Efeso» falta en importantes manuscritos antiguos. St1rge entonces el problema de saber a quiénes iba dirigida la carta. Esta cuestión de críti ca textual está asociada con la cuestión de saber quiénes son los destinatarios de la ca rta, porque Ef no ofrece indicaciones sobre destinatarios concretos )' sobre la si t11ación en que éstos se enco11 traban. La dificultad inherente a ~ste problema de crítica textual apare-

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Etapas preparatorias del análisis

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ce )'ª en las ediciones manuales: The Greek New Testament y Nestle - Aland i11sertan <<EV 'EcpÉO(P» en el cuerpo principal del 19 texto, pero lo encierran entre corchetes • En The Greek New Testament, la inserción de <<EV 'EcpÉOQJ» está valorada con /C/, es decir, los editores tenían considerables dudas de que la variante mejor se encontrara en el cuerpo del texto o en el aparato crítico. Los resultados del estudio son los siguientes: El texto más breve, sin i11dicación de lugar, lo ofrecen algunos testigos importa11tes: ?4 6, B, l\, 424c 1739, y algunos manuscritos mencionados por Basilio el Grande, y asimismo el texto que fue utilizado por Orígenes. El texto más largo se encuentra en los mejores manuscritos; Ja variante fue consignada tamb.ién por los correctores en los manuscritos l\ y B.

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E11 favor de la lección breve, que es también lectio brevior )' lectio diffl,c·ilio1·, y que aden1ás está atestiguada por manuscritos antiguos de la 1nejor calidad (como l\ y B ), habla la siguiente observación: «Según todas las reglas de la crítica textual, esta variante es la más antigua» 20 . La traducción del texto breve dice 21 así : «a los santos y creyentes en Cristo (que hay allí)», porque las palabras «tül.<; o'ÓoLV» no pierden su sentido cuando no se hace indicación de lugar, sino que n1uy bien pueden sign ificar «los de allí», según confirman las expresiones idiomáticas atestiguadas en papiros griegos. •

1



Tal como están las cosas, Schnackenburg y Mussner 22 se deciden' en favor del texto breve. Ambos explican la inserción del non1bre de lugar diciendo que se echaba de menos una indicación de lugar (como aparece en todas las cartas paulinas) y que, sabiendo que Pablo había trabajado mucl10 tien1po e11 Efeso, se insertó este dato sobre el lugar. Aunque la aplicación de los criterios intrínsecos y de los criterios extrínsecos habla en favor del texto breve, Gnilka sostiene que la indicación de 1ugar pertenece al texto original. Aduce los siguientes argumentos: «La falta de una indicación de lugar sería un ejemplo sin precedentes»; «No habría caso alguno en que tina con1unidad l1ubiera usurpado para sí una carta» 23. Los editores de TJ1e Greek New Testame11t fundamentan esta valoración en la difícil situación del text o. Véase Metzger, Com1nentar; 601. l'J

1,

2

c H. Schlier, Ep/1 (Düsseldorf 6 1968) 30 (Traducción española en prensa).

21

Según R. Schnackenburg, Eph (EKK; Zurich 1982) sub loco.

22

Schnackenburg, //:;íd.; ce ... que no es ()riginal » ). 23

J.

r:. Mussner, Ep/1 (ÓTB;

Gütersloh 1982) 35s («pare-

Gnilka, Epl; (HThK; Friburgo 1971 ); asi111is1no A. Lindemann, Bemer-

Aseg11rar la _for1na del texto

3. 2.

65

Me 1, 1: «utoü {}c:oü »

Al comienzo del evangelio de Marcos, la variente «'\Jloü (-coü) 'frcO'Ü», en la que aparece un título cristológico importante para Me, no se l1alla atestiguada en algunos documentos textuales importan . tes y antiguos . .

El problema de crítica textual aparece también en las ediciones 111anua les Thc Greek New Testa1nent, 3.:i ed., y en Nestle - Aland, 26:' ed., pero no encuentra en ellas una solución definitiva : en el cuerpo del tex·to se pone entre cor chetes «'\JLO'Ü 1tcO'Ü»; The Greek New Testament valora con /C/ la originalidad del texto extenso (duda consid erable). La aplicación de los criterios extrínsecos indica 1nás bien que la versión larga es la original. En efecto, la versión larga está, cuan titati\1am ente, n1ucho mejor docume11tada que la versión breve (véase el aparato crítico); se halla atestiguada, además, por r epresentantes de diversos tipos de texto (el tipo alejandrino y el tipo occidental). Indud ablemente, la versión breve posee gran antigüedad. Pero la abreviación de la versión larga podría explicarse por un error del copista, )'ª que las abreviaturas que se e1npleaban corrientemente para escribir los nombres divinos (Gcós;, Ytós;) podían inducir a confusión, haciendo que se saltara algo (lo que suele llamarse «l1omeoteleuton» ). L os criterios intrínsecos hablan parcialmente en favor de la versión breve : Se trata de una lectio brevior que está documentada por importantes )' buenos testigos de la tradición textual. La ampliación de la versión breve se explicaría por la 24 tendencia a insertar títulos cristológicos • Claro que a esto se opone el hecho de que la designación de «Hijo de Dios», que figura ya al comienzo de la obra, corresponde a la teología de Me: La obra habla de la revelación paulatina del «Xgtatós;» (Me 8, 29) y luego del « Yto~ 8cO'Ü» (Me 13, 39) 25 • Mediante el título que figura al corllienzo, Me crea un arco de tensión que abarca toda la obra (véase también 1, 11 ; 8, 29; 9, 7; 14, 61) y ofrece al lector una ayuda para la lectura.

ku11gen zu den Adressaten u11d zum Anlass des EplJeserbriefes: ZNW 67 (1976) 235-251. 24

Principalmente por esta razón, R. Pesch, Mk (HThK; Friburgo 1976) 1, 74, cree que la versión breve es la original. 25

Aunque el título de «Hijo de Dios», empleado en Me con bastante frecuencia, no sea producto de la redacción, con10 supone Pesch, Mk, I, 74, hay que tener en cuenta, además, que la cristología del Hijo de Dios es típica de M e.

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6 Primera orientación sobre el texto



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Como preparación para el análisis, propian1 ente tal, de un texto, ay uda n1u cl10 una pri111 era orientación sobre el texto qt1e se va a a11alizar. Al pri11cipio pueden surgir )'ª problen1as sobre la extensión del texto que ,,a a estudiarse. Habrá que decidir también h asta gué punto se va a trabajar con el texto original griego y/o en qué medida, por lo n1enos en t1na prin1era fase, se van a utilizar traducciones y de qué forma; e11 este caso, habrá que elegir las traducciones sobre las que se vaya a trabajar. En prirner lugar, será útil reflexionar acerca de por qué u11a determinada porción se convierte en objeto de investigación científica.

Lecturas Las siguientes obras explican la mane~a de lograr una prin1era orientación sobre el texto: _Glinz, TextanalJ1Se und 'lerstehenst/1eo1-ie, )' Wein1ar, EnzJ1klopadie der Literaturwissenscl?aft, 163-181. [F. L. Carreter, Có1no se comenta un texto literario (Madrid 1977) )' F. M. Marín, El comentario lingüístico. Metodología )' práctica (Madrid 1981 )].

Deslinde y estructuración del texto (segmentación)

1.

«Para el éxito o, por lo menos, para practicar fácilmente los análisis suele ser decisivo efectuar la acertada segmentación del texto en unidades 26 de lectura 1nás pequeñas» •

2



Glinz, Texta1ialysc r4nd Verstc/Je11stlJeorie, l , 52.

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Pri1nera orientació11 sobre el texto

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67

Puesto que u11 texto revela únicame11te su sentido cuando lo co11templamos como totalidad, sería necesario propia1nente analizar un texto en toda st1 extensión, es decir, un escrito entero del Nuevo Testamento. En la labor detallada de exégesis, algo así es prácticamente in1posible, a no ser en Flm. Sin en1bargo, no deja de ser verdad : «Los segme11tos de texto no son unidades significativas sino cuando pern1iten reconocer un conte11ido que se 11alla er1 conexión con el se11tido total del texto » 27 • Se nos plantean, por 28 tanto, las •cuestiones sobre qt1é parte del texto habrá que escoger entre un texto 1nás extenso, y sobre có1no l1abrá que efectuar )' fu ndamentar la segn1entació11. En la parte de texto que se 11a)'ª elegido, habrá que efectuar a su vez cierta segrnentación.

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J.1.



Determinac:ión del comienzo )' del fin del texto q¡,te /-;a de examinarse

El comienzo y el fin de una porción no pueden determinarse, por ejemplo, por la di,1isión en capítulos )' versículos que aparece en nt1estras ediciones de la Biblia, porque tal división no corresponde exactamente a porciones de sentido. La determi11ación del pri11cipio )' del fin de una unidad textt1al es de i111portancia decisi''ª para la recta comp1·ensión del texto. Pero, al co111ienzo de la i11vestigación, no podrá efectuarse sino de manera pro,risional. En el transcurso de la investigación se verá luego hasta qué punto el deslinde efectuado se ajustaba al texto. El deslinde pro,risional se puede efectu ar ateniéndose a las ediciones cor1·ientes de la Biblia, pero tenie11do bien presente que, en el transcurso de la inv estigación, habrá que revisar a veces esa idea sobre dónde comienza y dónde termina un texto. Como el texto es una 1nagnitud estructt1rada en la que los diversos elementos _están relacionados unos con otros, el análisis minucioso mostrará cuál es la extensión del texto .

El deslinde preciso del texto que ha)' que investigar, es decir, la determinación de cuál es el principio )' cuál es el final de la unidad del texto, no puede fundamentarse sino en el transcurso del análisis; de rnomento se puede efectuar el deslinde valiéndose de las ediciones corrientes de la Biblia. 27

H. Wei11rich, Tcxtgrammatik der fra11zosisc/-Je11 SJJrtiche (Stuttgart 1982) 29.

2 b

Las designaciones son: texto parcial, segn1ento de texto, perícopa ( = «sec-

ción», «porción») . •



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Etapas preparatorias del análisis

Metódicamente, para determinar el principio y el final de un texto, es muy útil comparar diversas ediciones de la Biblia. Por la comparación se ve si ha)' problemas con respecto a la extensión del texto: si las ediciones de la Biblia se diferencian considerablemente en este punto, entonces es que existen tales problemas. En este caso, habrá que investigar las razones de que haya esas diferencias e11tre las ediciones. Las seriales más importantes para reconocer la estructuración y, por tanto, tambié11 las ayudas para la segn1entación son las indicaciones de tien1po y lugar y el cambio de tema 29 . Presentaremos como ejen1plo de segmentación del texto el pasaje de Mt 7, 7-12. The Greek New Testament agrupa los versículos 7, 7-12 bajo el epígrafe: «Ask, Look, Knock» («pide», «busca», «llama»). Nestle - Aland (esta edición no ofrece epígrafes) pres en ta el texto en dos secciones: 7, 7-11 y 7, 12 . La tr_a ducción alemana Einheitsr~bersetzung pone a Mt 7, 7-11 el epígrafe: «Vom Vertrauen beim Beten» («de la confianza en la oración»), y a 7, 12 el epígrafe: «Die goldene Re gel» («la regla de oro »); la traducción alemana Die Gute Nachricht pone a Mt 7, 7-11 el epígrafe: «Bittet, sucht, klopft an !» («pedid, buscad, llamad»), y a 7, 12-14: «Die 'Goldene Regel' und die beiden Wege» («la 'regla de oro' y los dos can1inos» ), pero poniendo un plinto y aparte antes de 7, 13. [La Biblia de jerusalén antepone a 7, 7-12 el epígrafe: «eficacia de la oración», y a 7, 13: «la regla de oro» . El Nuevo Testamento de la Casa de la Biblia antepone a 7, 7-12 el epígrafe: «tened confianza», y a ~' 13: <<dos caminos» J. Pues bien, ahora hay gue determinar la extensión del texto que va a examinarse. Entre Mt 7, 11 y 7, 12 no es recomendable establecer ninguna cesura: en efecto, Mt 7, 12 está unido con lo que precede mediante la partícula ou\1 ; la exhortación a portarse de conformidad con la regla de oro es casi una especie de consecuencia de la 1nanera que tiene Dios de comportarse. Como entre 7, 12 y 7, 13 no hay ninguna unión lingüístico-sintáctica de ese tipo, y con 7, 13 comienza un nuevo tema, es recomendable establecer más bien ente ambos una cesura 30 .

1.2.

1

1 1

Tener en cuenta el contexto

El sentido de las palabras, las sentencias y los textos parciales se determina esencialn1ente por el contexto. Por eso, hay que tener en 2 ''

Exposiciones más detalladas sobre la constitución y la estructuración de textos se ofrecen en el c. 8.

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30

\ léase. Egger, Faktoren der Textko11stit1-1tio11, 182; Id., Ueberschrifte11 in Bibela1-1sgaben als Lese/Jilfen, 8. 1

Primera orientación sobre el texto

1 1



69

cuenta siempre la conexión de un texto parcial con el texto total. De lo contrario, será fácil entender erróneamente el texto parcial. Por eso, hay que determinar ya al principio cuál es el contexto a1nplio y el contexto inn1ediato, qué lugar ocupa un texto parcial e11 la progresión del texto total y, dado el caso, qué puesto ocupa ei1 el desarrollo narrativo del texto. Así, por ejen1plo, la historia de Lázaro Q11 11, 1-46 ), l1acia el fi11al Je la 11arración j oánica de la actividad pública de Jesús, constituye u11 punto ct1l1ninante (co1110 el últi1no de los «signos>>) y está relacionado varias veces con la l1istoria de la pasión, que viene a continuación. De ahí adquiere el relato mismo su propio colorido 31 • Tener en cuenta la relación de las perícopas con el texto total es especialmente de importancia decisiva para la crítica de la redacción. 1.3.

Estructuración del texto en pequeñas unidades de lectura

Al principio mismo del trabajo, la estructuración del texto en pequeñísimas unidades de lectura permite una mejor visió11 de 32 conjunto • La división corriente en versículos que aparece en l as ediciones de la Biblia no efectúa tal estructuración. Para dividir en unidades de lectura, se recomienda de ordinario estructurar el texto según las frases que lo componen, incluso cuando esas frases no constan más que de una sola palabra (por ejemplo, «¡ay!>>); más detallada aún es la división en líneas separadas según el sentido , como se hace en algunas ediciones modernas del texto destinadas al uso litúrgico. En una división en líneas separadas por el sentido, se hace también patente la subordinación de las frases y los miembros de las frases 33 • En 1 Tes 1, 1 se puede establecer la siguiente división en lí11eas de sentido:

Pablo, Sil\ ano )' Timoteo a la comunidad de Tesalónica, que es en Dios, el Padre, y en Jesucristo, el Señor: La gracia sea con vosotros y la paz. 1

31

J.

32

Véase H. Schweizer, MetaphorisclJe Grammatik, 21-25.

Kremer, Lazarus. Die Gescl-Jic/Jte eirier A11ferstel1ung. Text, Wirkungsgeschichte und Botschaft von Joh 11, 1-46 (Stuttgart 1985 ). 33

Bussemann - Van der Sluis, Die Bibel st1tdieren. Einführung in die Methoden der Exegese (Munich 1982) 76. Schnackenburg, Eph, ofrece la traducción estructurada en líneas separadas según el sentido.

Etapas preparatorias del a11álisis

70

1. 4. Determinación de la unzforniidad I falta de uniformidad del texto Es de i1np o rtancia decisiva para la con1prensión de un texto el saber si éste tie11e u11ifor1nidad o si es u11 texto co111pt1esto. A l co111ienzo del análisis no podrán hacerse más que algunas observaciones a este respecto. Tan sólo cuando se l1a efectt1ado el análisis sincró11ico, se verá si ciertas observaciones relativas al texto pueden explicarse p or el rect1rso a la t1tilizaciór1 de fuentes 3·1 ; se verá, por tanto, si e] texto que te11em os a11te nosotros es r eal1ne11te 11om ogé. . ., neo o const1tU)'e u11a compos1c1on .

INDICACIONES PARA TRABAJAR EN LA SEGMENTACIÓN DEL TEXTO - Determinar> co11 a;ruda de ediciones de la Biblia )' de traducciones, dó11de comienza }' dó11de termina el texto que va a i11vestigarse. - Estructurar el texto en líneas de sentido. - Determinar el contexto del texto, especial1nente por lo que respecta al te111a )' a la acción narrada.

2. ,.Objetivación de· la prin1era comp1·ensión del texto Como se expuso ya al reflexionar sobre la lectura, la prim era lectura de un texto puede estar asociada con incompre11sión )' co111prensión erró11ea . C o1110 esa prin1era i11con1pre11sión o compren sión erró11ea tie11e m uchas con secuencias para la i11terp retació11, el l1echo de i11terpretar con1ienza con la objetivación de esa primera con1prensión 35 • 34

Richter, Exegese, 49ss, y Fol1rer e.a., Exegesc, 25, abogan porque el trabajo científico comience por la investigación de crítica literaria, es decir, por la detern1i nación de la uniformidad/ no u11iforn1idad. Y, así, el orden en que han de seguirse las etapas de trabajo según Fohrer es el siguiente: crítica del texto, crítica literaria, análisis lingüístico, etc. f>uesto qu e la decisión acerca de si un texto tiene o no unidad presupo11e u11 a11álisis mi11ucioso de la índole lingü ístico-sintáctica, se111á11tica )' pragn1ática, tal decisión no puede fallarse antes de dicl10 a11álisis. Evidenten1entc, ha)' que contar desde un principio con la posibilidad de que un texto carezca de u11iforn1idad. 35

\Xleimar, E11z.vklopadie, § 305.

Primera orientación sobre el texto

La

objeti\1 a~ión

71

de la pri111era cornprensión del texto significa que el

lector expresa en palabras su compre11sión del texto )' lo convierte así en algo que está ante él )' que él pt1ede obser\rar )' con1probar .

2.1.

.

Trad1,¡,cción sin puli1· )' empleo de t1·aduccÍ(Jnes

Una pri111era objetÍ\ ación de la co111prensión del texto se logra confeccionando l1na traducción sin pulir del texto del Nuevo Testan1ento que ''ª a investigarse. La labor científica se l1ace co11 el original griego del Nt1evo Testa1nento. La opi11ión sostenida por algL111os representantes de los n1étodos estructuralistas de que es i11difere11te trabajar con el texto origi11al o con trad uccio11es , hace caso 0111iso de la in1portancia que tiene ya para la co111pre11sió11 del texto la for1na li11güístico-si11táctica del inisn10. Por lo que respecta a la base textual, 11a)' que trabajar te11iendo co1no l1ase aqt1ella for111a del texto que se l1a reconstrL1ido media11te la lla1nada crítica textual co11 ª)' Uda de los documentos que so11 testigos del texto. 1



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Aunque una traducció11 que haga justicia ple11a1nente al texto original es la que termina propiar11ente el trabajo cie11tífico co11 un texto 36 , sin embargo al co1nienzo del análisis 11ay que confeccionar )'ª una traducción provisional. Esa traducción sin pulir delata al mismo tie111po la con1prensión del texto que el tradL1ctor tiene al pri11cipio. Co11 esa traducción sin pulir l1a)' que trabajar en todas las fases del análisis del texto. Los rnedios para confeccionar esa traducción si11 pulir son los i11strumentos corrientes que sirve11 de 37 ª)' Uda • Aden1ás, ayuda mucho examinar. las traducciones que hay de u11 texto. Tal comparación po11e de rnanifiesto in1nediata1nente en qué lugares ha;' problemas de traducción y, con ello, de . co1nprens1011. /

36

37

\Téasc el c. 7 sobre la traducción del texto.

Las gran1áticas corrientes, especialmente Blass - Debrunner - Rel1k.opf, )' los diccionarios, especialrnente el Bauer; se l1an concebido especiali11ente para pri11cipiantes: Rienecker, Spracl1liclJer Scl-Jliissel [traducció11/adaptación española: C'lave li11güística del Nuevo Testame11to griego (Bue11os Aires 1986)]; Zerwick., ArzalJ1sis pl1ilologica Novi Testamenti ~raeci. [Es muy (1til para principiantes: F. Lacueva, Nue·vo Testa1ner2to .J11terlineal Griego-Español (Tarrasa 1984)].

Etapas preparatorias del a11álisis

72

2.2.

Reflexión sobre la primera comprensión del texto

Se considera esencial no sólo para el estudio práctico de la Biblia, sino tan1bié11 para el a11álisis de los textos, tal corno propugnan los representantes de las ciencias literarias, el dar un primer paso: esclarecer la comprensión previa y objetÍ\rar la cornprensión del texto adquirida en la pri111era lectura 38 . Para objetivar la primera comprensión .del texto, que a n1enudo es todavía difusa, servirán de ayuda algunos métodos que están tomados de] estudio práctico de la Biblia, pero que tendrán que ·ocupar también un lugar en una r11etodología científica que reconozca la importancia de la subjetividad, ya que esos métodos ayudan a esclarecer la prin1era co111pre11sión personal y subjetiva del texto, comprensión por la que estará influida toda lectura ulterior 39 • Para la objetivació11 de la pri1nera comprensió11 del texto son de especial utilidad el método de señalar frases y el análisis de vive11• c1as. El método de señalar frases 40 consiste en que el lector señale frases haciendo anotacio11es al margen del texto: en lugares que son oscuros para el lector, se pone al margen un signo de ii1terrogación; en lugares que al lector le parecen i1nportantes, se po11e un signo de exclamación (o .sencillamente pt1ede subrayarse el pasaje); los lugares que al lector le parecen existencialmente significativos se señalan con u11a flecha. Este procedin1iento, que está también en consonancia con la técnica usual de lectura, ayuda al lector a adquirir una visión de conjunto de los proble1nas que el texto le plantea. Ahora el texto no es ya incomprensible en su totalidad: las dificultades han quedado definidas exacta1ne11te; y, así, el lector puede proceder ya a resolver problemas -de fondo mediante informaciones adicionales, y puede adoptar una actitud ante sus propios sentin1ie11tos. El método de señalar frases es especialmente adecuado para el trabajo en grupo, porque va mostrando exactamente las etapas que hay que seguir en el trabajo: el diálogo lo inician aquellos participantes que 11a11 puesto un signo de i11terrogación al margen de un pasaje. Exponen su problema; da11 una respuesta los que r10 han 38



J

1

1

1

¡

Así lo sostienen especialmente Glinz y Weimar (véase anteriormente).

39

Cuando esos métodos se emplean en grupos> entonces el grupo puede ser la pri1nera insta11cia para controlar la rectitud de la cornprensión.

J

40

W. Erl - F. Gaiser> Neue Methoden der Bibelarbeit (Tubinga 1969) 109-111; PraktisclJe Bibelarbeit J?eute (editado por la Katl1. Bibelv.rerk> Stu ttgart 1973) 71 -73; Egger, Gemeinsam Bibel lesen, 48s. .

1



• •

Primera orientación sob1·e el texto

73

puesto ningu11a señal al margen de ese pasaje, es decir, aquellos para quienes dicho pasaje resulta comprensible. Aquel que ha llegado a con1prender algo, completa lo que se ha dicho y lo amplía. 41



El análisis de vivencias es apropiado para revisar la propia actitud con respecto a la palabra bíblica: el lector se pregu11ta qué impresión le causa el texto. En efecto, en virtud de la postura adoptada, ·d e la historia de la propia vida, de las experiencias y ten1ores, cada lector se siente impresionado por el texto de una manera personalísima. Como vía de acceso a la Biblia a través de la propia experiencia, n1uchos textos se prestan para que se pregunte qué es lo que al lector le ha gustado en el texto, qué es lo que le ha molestado en el texto, en dónde ve el problema central, y qué pudieran significar las diversas frases, personas y cosas que se • mencionan.

INDICACIONES PARA TRj\BAJAR EN LA OBJETIVACION DE LA PRIMERA COMPRENSIÓN DEL TEXTO Además del n1étodo de señalar frases y del análisis de vivencias, son de 42 utilidad las siguientes for1nas de trabajo : - Anotar las expectaciones que uno tiene cuando va a leer un texto determinado. - Anotar, después de la lectura, las propias impresiones y comparar los resultados con los obtenidos por el grupo que trabaja en la misma labor de seffilnar10. •





41

Véase W. Egger, Kleine Bibelkunde zum Ne1ten Testament (l11nsbruck 3 1984) 20. 2

Sobre lo que sigue a continuación, véase Glinz, Textanalyse und \lerstel1enstheorie, I, 186. -i

-



7

Traducción del texto y empleo de traducciones



Para la n1a)'Oría de los lectores de la Biblia, bastará al pri11cipio del estudio de los textos bíblicos la traducción (pro\1Ísional) l1 ecl1a por uno n1is1no o t111a traducción aje11a.

La traducción es la reproducció11 escrita del texto griego del Nuevo Testamento en u11a determi11ada lengua objetivo 43 • Incluso al comienzo del estudio científico de textos bíblicos se empl ean a me11udo tradt1cciones no sólo de los textos bíblicos, sino también de los textos procedentes del entorno de los escritos bíblicos. .

Al comienzo )'ª de los trabajos cie11tíficos, es necesaria una \ isión de conjunto sobre proble111as i1nportantes de la traducción, por ejen1plo sobre los pri11cipios de la teoría de la traducción; sobre las posibilidades )' los lín1ites de las traducciones; sobre la índole y la función de las traducciones más importantes a nuestra lengua. 1

U11a buena trad11cción presupone el conocimiento exegético, adquirido a través de largos trabajos, del texto que hay que traducir )' , asin1is1no, el co11ocimicnto de la lengua )' del grupo de i·eceptores. Por ta11to, e11 el trabajo cie11tífico co11 los textos bíblicos, la tradu cción del texto constitU)'e la terminació11 de la labor cie11tífica 43

Así define Koller la <
e11

Die Uebersctz1tr1gswisse11sc/1aft, 12.

Tradu.cción del texto J' en1pleo de trad11.CcÍ0;1es

75

con el texto. ~a traducción es la objetÍ\1 ació11> e11 forn1a tnuy co11de11sada, d e la con1prensió11 del texto adquirida por el intérprete. La tradt1cción expone a qt1é compre11sión del texto ha llegado el intérprete; con10 resultado de la recepción del texto lograda por el intérprete, no es posible sino a la tern1i11ación d el trabajo 44 •

Lectu1·as Para fa1niliarizarse con los problen1as generales de la ciencia de la tradt1cción, es in1portar1tc la obra de ·~/. Koller, EinfiilJrung ir1 cLie Uebersetzit11gswissensclJaft. Para iniciarse en la proble111ática (ie las traducciones de la Biblia y e11 la í11dole de la L11tl1er!Jibe! («Bibli a de Lt.1tero »), Einl1eitsübersetz1111g («traducció11 unida») )' la Bibe! i11 heutige11 De14tsc/J («Biblia en alen1án actual») nos í11for111a la obra de n1iscclánea: J. Gnill'-a - H. P. Rüger, Die Uebersetz1¿,ng der B1:bel -

A11fgabe der Tl1eologie

45

.

[l\11. U)' i11teresantc para lectores españoles es la ol1ra de L. Alonso Scl1okcl - E. Zurro, La traducéión bíblica: lingiiíst1:ca JI estilística. l11icia en los problen1as de la traducción bíblica)' estudia la índole de las n1ás in1portantes traduccio11cs de la Biblia al español: Rci1ia- Valera) Biblia de Jerusalén, Carltcra-B1-trgos, Nueva Biblia Española) y de las llan1adas trad uccio11es populares].

4

.,

~

La traducción es, de por sí, la tern1i11ación )' re111ate de Ja labor de interpre-

tac1011. 45 \Y/ .

Koller, Ei;1fül;rt1r1g i11 die Uebersetzungswisse11sc/Jaft (UTB 819; Heidelberg 2 1983); ]. Gn illca - H. P. Rüger (eds.), Die Uebersetzung der Bibel - Aufgabe der T/Jeologie. Stuttgarter Sy'tnposiun1 1984 (Bielefeld 1985 ). [L. Alonso Scl1ol\el E. Zurro, La trad1-1cció11 bíblica: Lingüística )1 estz:Lística (Mad rid 1977)] . .l\1ás bibliografía: Sobre la teoría general de la traducción : E. A . Ni da - Cl1. R. Taber, Tl;eorie itnd Praxis des Uebersetzens, rttnter besonderer Berücksic/Jtigu.11g der Bibeliibersetzt1ng (Stuttgarr 1969) [la obra apareció origi11aln1ente en inglés co11 el título: T/Je T/JeO~J' and Practice ofTranslatio11 (Leiden 1969); traducción esp.: La traducció11: teoría)' práctica (.l\1adrid 1986)]; K. Reiss, TexttJ'P une/ Uebersetzungsmet/Jode. Der opcrati,,e Text (Kronbe rg 1976); W. \\!ilss, Uebersetz11ngswissc11sc/Jaft. Problcn1e ur1d 1vletl1oden (Stuttgart 1977); E. A. Nida, Sig11s - Se11sc Translatio11 . Sobre la tradt1cción de textos bíblicos: C. Buzzetti, La parola tradotta. Aspetti linguistici,, ern1eneutici e teologici della traduzione della Sacra Scrittura (Brescia 1973); S. Meurer (ed.), Eine Bibel - 'oiele Uebcrsetz1t11gerl. Not oder Notwendigk:eit ?; E. A . Nida, Ei11ige Gr1-1r1dsdtze lJc11tiger Bibel1~bersctz1111g, en Meurer (ed.), Eine Bibel -viele Uebersetz1111ge11, 11-18; R. Kassül1lk.e, Uebersetzendas U11111og/1:c/-1c n1oglic/; niacl;en, 1bíd., 19-62; Ritt> Biblisc1'1r: « Uebersetzungskritik»: BZ 20 (1970) 161 -179. Reflexio11es n1etódicas sobre la labor de traducción las e11conrra111os tan1bié11 e11 las rece11siones de P. G. 1vlüller, Zi-tr f1t11/~tion der BibcLiibersetz1111g «Die G1,rte N(lc/Jric/Jt": Una Sancta 38 (1983) 234-249; I-I. Fra11ke111olle, Die Bibel 1111d clcr /Jcu tige Lcser. Zur neuen Uebersetzung «Die Bibel i11 l1euri gem Deutscl1» - \Xlürdigt1ng und Kririk.: Dial\011ia 15 (1984) 119-132 . •

'

Etapas preparatorias del análisis

76

1. Teorías sobre la traducción 1.1.

La traducción como proceso de comunicación

La «traducción », la «acción de traducir» se represe11ta en la figl1ra 8, en el rnarco de L1na teoría sobre la coniun icació11 . Autor ---• Texto l.f. - - •

figura 8.

Lector Traductor Lector convertido • en emisor

_ __,•• Texto l.o. --••Lectores

La tradttcciór1 como proceso de comunicación.

Tradu cir es efectuar un proceso de com unicación: la con1u11icación original (que se realiza en una lengua determinada, la llamada le11gua fuente [l .f.], y en un detern:_i_inado marco cultural, y que está integrada en ur1 determir1ado proceso de con1unicación) debe convertirse en comunicación )', si las circunstancias lo req uieren, en llamamie11to dirigido a lectores que no están familiarizados con la lengua fue11te )' que viven en otra cu ltura distinta. En este proceso, el traductor es el mediador. La actividad de traducir co1nienza cuando el traductor se con''ierte en lector del texto. Y, así, la primera fase de la acción de traducir es la fase de co111prender, fase en la que el traductor analiza el texto de la lengua fuente (l.f.) para averiguar su sentido, su i11tención, las condiciones de su aparición, los lectores a quienes pretende dirigirse, etc. La segunda fase es la de trasladar las ideas de las estructuras de significado halladas a la lengua de los receptores. La tercera fase es la de reco11strucción, en la que el traductor «reproduce, teniendo en cuenta óptimamente los puntos de equivalencia comunicativa» 46 , el texto de la le11gua fuente analizado en su aspecto lingüístico, semántico, pragmático, etc. Para que el traducir se convierta de hecho en un proceso de comunicación , hay que tomar en consideración toda una serie de factores y elementos 47 : la

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Nida, Sig11s, 98, l1abla de tres fases: analysis, transfer, restructuring; lo n1ismo dice, siguiendo a Nida, Kassühlke, Uebersetzen, 43. Wilss, Uebersetzungs wisse11sc/Jaft, 72, menciona dos fas~s: la fase de entender y la fase de reconstrucción lingüística. 47

Siguiendo a Koller, Uebersel'l.11ngswissenschaft, 114-134; Kassühlkc, Uebersetze11, 35; Ritt, Uebersetzu11gskritik, 167; K. Reiss, \X'as heisst .. LJebcrsetzen », en Gnilka - 1Züger, Die Uebersetzung der Bibel, 33-47, especialmente 36-40. r 1



l

Traducción del texto J' empleo de traducciones



77

lengua fuente, la lengua objetivo (l.o. ), la forma lingüística del texto, el contenido (sentido, significado), el tipo de texto, los receptores a qt1ie11es el texto pretende dirigirse, etc. Por lo que respecta a la traducció11 misma, el traductor tiene que hacerse a sí mis1no las siguientes preguntas )' responderlas pór rnedio de l~ traducción 48 : Quién (en1isor) dice sobre algo (= temática, contenido) algo ( = superficie del texto, tenor literal, léxico y si11taxis), no dice algo ( = saber que se presupone; co11ocimiento previo de la te1nática; conocimiento de antecedentes de í11dole sociocultural), cómo lo dice ( = lecto, registro, estilo), cuándo y dó11de lo dice ( = sitt1ación en e] tiempo )' en el lugar), por qué canal ( = lengua l1ablada o lengua escrita; clase de texto, tipo de texto), a quién lo dice(= receptor), con qué fin(= intención de la comunicación y efecto que se pretende conseguir). Según la pregunta a que se dé preferencia, la traducción resultará diferente. Para la teoría de la con1unicación n o sólo es importa11te la pregunta acerca del contenido y la forma lingüística del original, sino también la pregunta acerca de quién va a ser el receptor de la traducción. De acuerdo con esa teoría pragmática o sociolingüística de la traducción, no se puede considerar una sola traducció11 co1110 la mejor; según sean los receptores, tendrá que l1aber traducciones plasmadas de manera diferente 49 • En todo caso, la traducción tendrá que ser tal, que el receptor, con el conjunto de signos de que dispone, sea capaz de comprender el texto . El texto de la lengua fuente y el texto de la lengua objetivo tendrán que se1· lo más equiv alentes que sea posible. Esto quiere decir: ha)' que conservar la calidad del texto fuente. Por <
Reiss, Was J1eisst «Vebersetzen», 41.

49

Nida, Einige Gri1.12dsatze, 15-17; a propósito de Nida, véase Koller, Uebersetzungswisse11schaft, 86. 50

Sobre los diversos factores, véase Koller, Uebersetz11ngswisscnscl1aft, 125-

51

Sobre la equivalencia, véase Jbíd., 85-88 (a propósito de Nida) y 176-191 .

133. •



Etapas preparatorias del análisis

80

Original

Biblia de las Américas (1986)

ÓLXaLOOllVY]

yaQ{}cou ,

,

-

E'V UU1üJ'

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,

EX

,

ELC

-

JtLOT.EW~

,

JtLO'tl \ 1•••

La Biblia {Casa de la Biblia) (1988)

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela

Porque la fuerza salvadora de Dios

por fe y para fe ...

a través de una fe • siempre creciente ...

se manifiesta en el que cree •

Die Gute Nachricht [su equivalencia española más próxima sería: La Biblia: N1-tevo Testamento, nueva traducción de la Casa de la Biblia, Madrid 1988] ofrece una nueva versión del texto Sll: después de una descodificación del texto en \;Írtud de una serie determinada de preguntas (por ejemplo acerca del objeto, del suceso, de las relaciones), el texto se codifica de nuevo, apareciendo entonces claro en la traducción quién es el que actúa (Dios), qt1e se trata de u11a acció11 de Dios, y que n1ediante esa acción se establecen nuevas relaciones. A p~sar de la lejanía en que se halla el texto original, se conserva11 los contenidos semánticos esenciales de la Ól,'X.CX.LOOÚVY) 'LO'Ü {)coi).

La importancia de esta teoría de la trad ucció11 consiste en servir de 59 base a los proyectos internacionales de trabajos sobre la Biblia . Con razón, esta teoría de la traducción se considera la teoría más intensa60 mente reflejada en el terreno de las traducciones de la Biblia . Sobre todo, el principio de orientarse hacia la recepción merecerá en el futuro gran atención 61 • El inconveniente de esta teoría de la traducción consiste, además de la relativa lejanía del texto a que tales traducciones conducen, en las numerosas decisiones exegéticas que preceden a la traducción propiamente tal, y que luego configuran esencialmente su forma. Las traducciones fo11nales e\'itan esa intensa aportación de decisio11es exegéticas a la traducción.

·-

La distinción, que antes se acentuaba más intensamente, entre las traducciones propiamente tales y las traducciones ampliadas o 58

A propósito de Rom 1, 17a, véanse también las reflexiones de C. Buzzetti, Parola del Signare. Una traduzione «popolare» della Bibbia in Italia, en C. Mesters, Lettura popolare della Bibbia (Bolonia 1978) 120-126. 59

S. Meurer, Die Uebersctz1-tngsstrategien des Weltbundes der Bibelgesellschaften, en Eine Bibel - viele Uebersetz1-tngen, 173-189. 60

Müller, Zur Funktion, 236.

61

Frankemolle, Die Bibel und der l1eutige Leser, 122.





Traducción del texto J' empleo de traducciones

81

parafraseadas, es una distinción que apenas se mantiene ya hoy día. E11 efecto, la distinción entre una traducción propiamente tal y una reproducción un tanto libre del sentido del original se ha desvanecido prácticamente en virtud de las modernas teorías sobre la traducción. •

En la traducción desempeña a veces un papel importante la cuestión de la llamada <>. Cuando 11na traducción de la Biblia es apreciada tanto por su importancia y significado, que los creyentes no quieren apartarse esencialmf.!nte de ella, pero se siente que es necesaria la acomodación del lenguaje a la sensibilidad lingüística de l1oy día, o porque los nuevos conocimientos adquiridos en las ciencias bíblicas de_ben incorporarse a la traducción, entonces habrá que corregir la traducción ya existente, pero sólo en los lugares en que sea necesario, conservando e11 todo lo den1ás la forma tradicional con su le11guaje familiar. Con este criterio se terminó en el año 1984 l1na revisión del texto de la Biblia alemana de Lutero. [Algo parecido ocurrió en el n1undo eva11gélico de lengua española con la antigua versión de Reina-Valera, revisada últiman1ente-aunque de manera insuficiente- en 1960. Una reciente traducción evangélica, de excelente calidad : la Biblia de las Aniéricas (1986 ), ha sido rechazada prácticamente por todas las Iglesias].

1.3.

Valoración de las traducciones



En co11sonancia con la teoría de la traducción y con el marco de la teoría de la comunicación en que ella se integra, hay que tener en cuenta dos aspectos a la l1ora de enjuiciar una traducción.

La calidad de una traducción se mide no sólo por su fidelidad a los autores )' al texto, sino también por su orientación a los lectores.

1

1

La fidelidad al original, juntamente con la capacidad para expresarse bien en la lengua objetivo, se consideró siempre como la norma para determinar qué traducción es buena. Para las r1uevas teorías acerca de la traducción, es importante también el tener en cuenta al lector, sus circunstancias culturales)' sus posibilidades de comprensión. Y estos elementos se juzgan también como norma para la valoración . Según sea el lector a quien vaya destinada la traducción, el traductor tendrá que proceder de manera distinta. Para lectores r10 fan1iliarizados con el le11guaje religioso y eclesial, no so11 ya comprensibles muchas expresiones bíblicas que aparece11





78

Etapas preparatorias del a11álisis

1. 2.

Tipos de t1·aducción

En las traducciones modernas de la Biblia se utilizan principal111e11te dos tipos de traducción (tratándose siempre de tipificaciones que nunca se dan en forma pura): según el tipo de equivalenc.ia a la que se tienda, ha)' traducción formal o traducción de equivalencia . , . . 5? dinam1ca -. En las traducciones formales se tiende a una traducción palabra por palabra. La traducción estará lo más posible en relación 1 : 1 con eJ original, i11clt1so e11 el pla110 de la sucesión de las palabras. Se trata de «un tipo de traducción que, n1ediante la imitació11 verbal )' sintáctica deJ original, quiere familiarizar al receptor co11 la comu11icación» 53 . No hay divergencias con el original en cuanto a la sucesión de las palabras, sino cua11do la lengua objetivo así lo exige. Mediante este tipo de traducción, quiere salvaguardarse la fidelidad al origi11al. Puesto que la traducción forn1al se esfuerza sobre todo por ofrecer t1na reproducció11 equivaler1te de la forma y del contenido de t1n mensaje, se halla intensame11te orientada l1acia el auto1·. Las tradt1ccio11es forn1ales llegan a ser incluso tradt1cciones concordantes, en las qt1e una deter111inada expresión griega del Nt1e\'O Testan1ento se traduce siempre por la misma palabra de la lengua objetivo s.¡. El valor de las traducciones formales consiste principalmente en tra11smitir un lenguaje marcadamente bíblico. Para las comunidades de fieles que 11ecesitan un lenguaje co1nún )'que sienten, además, la 11ecesidad de un lenguaje religioso y teológico especializado 55 , las traducciones formales son -seguramente- irrenunciables.

El valor de las traducciones formales de los textos bíblicos consiste en proporcionar expresiones fundamentadas en el lenguaje bíblico, para formular la experiencia de la fe (gue se basa en la Escritura como palabra de Dios). 52

Sobre los tipos de traducción, véase Reiss, \Xlas /Jeissl « Uebersetze11 », 34-36.

53

Kassühlke, U ebersetz en, 39s, )' Reiss, \:\'/as /Jeisl «U ebersetzen», distinguen aden1ás e11tre traducción i11terlincal (traducció11 palabra por j)alabra) )' traducción literal (gramn1ar tra11slatio11). 5

~ Por ejen1f)lo en las sinopsis. Sobre la traducción de los testigos de Jehová,

hablaren1os más tarde. 55

Así con10 deter111inadas asig11aturas (por ejen1plo las matemáticas, Ja medicina, etc.) no pueden presci11dir del en1pleo de determinados térn1i11os especializados por razo11es de econon1ía de lenguaje y de precisión, así ta1nbié11 la fe que quiere expresar sus experiencias no puede renunciar a determinados términos técnicos con10 «gracia », «reino de Dios », etc. En este se11tido se habla de un lenguaje

1

79

Trad1-tcción del texto J' en1pleo de trad1-1ccio11es

1 1

1 1

1

1 1

Las traducciones for111ales son particularmente adecuadas pa1·a el estudio, porque acercan n1ucho al original. Sobre todo para investigaciones sinópticas, la traducción que se acerque 111ucl10 al original, aunque algunas veces resulte dura, es el único camino que permite hacer un estudio sinóptico significativo. Entre l~s tradt1cciones formales se ct1e11tan la mayoría de las traducciones alemanas hasta ahora existentes, e11tre ellas la Biblia de Lute1·0 (Lutherbibel), la Biblia de ZurZ:cl? (Zii1·cl1e1· Bibel), la T1·aducción tl{,nida (Einheitsübe1·setzung). [En español, las traducciones for1nales más conocidas son Reina-Valera, Nácar-Colunga, Bove1·-Cante1·a, Cantera-Burgos, la Biblia de jerusalén y, recientemente, la Biblia de Las Américas}. Otro 1nodelo de traducción, la traducción de la equ ivalencia dinámica 56 , se basa en la consideración de que una traducci.ón debe causar en el lector nioder110 el mismo efecto qt1e el texto origi11al cat1saba en el O)' ente de entonces. •

El valor de una traducción de equi\ alencia dinámica consiste en estar intensamente orientada al lector )' a la recepción. 1

1 1 t

1

1

El proceso de traducción transcurre de la siguiente ma11era, segú11 el método de traducción de equivalencia dinámica: análisis del texto mediante la descomposición del mismo en sus elementos (en el análisis semántico, valiéndose especialmente del análisis componencial 57), la traslación de las id eas y la constitución de una nueva unidad textual en la lengua objetivo. Según esto, se traducirá así Rom 1, 17.

teológico especializado. Sobre la necesidad de una deter1ninada forn1a de lenguaje para salvaguardar la 1nemoria con1ún )' expresa de la sal\'ación, véase Ritt, Uebersetz1111gskritik, 178. 56

1

Müller, Z1tr F1111ktio11, 237, propone traducir «d)rnamic equi\•alent translation » (traducción de equivale11cia dinámica) por ~
82

Etapas preparatorias del análisis

en las traducciones formales. Para esta clase de lectores es n1U)' útil ltna traducción que rent1ncie a los extranjerisn1os y (en la n1edida de lo posible) a los térn1inos especializados que se usan en la tradición eclesial. Una traducción así cun1ple una funció11 propedéutica y pastoral. Claro que, entonces, u11a traducción así difíciln1ente será adecuada para los cristianos ql1e l1a11 reflexionado sobre su fe)' que la co11ficsan co11sciente111ente 62 • La comparación e11tre las traducciones tie11e una fi11alidad descriptivo-comparativa y tarnbién de crítica de las 111isrnas 63 •

2. Visión de conjunto de las traducciones oficiales del Nuevo Testamento en lengua alemana 64 Las traducciones oficiales son traducciones de la Sagrada Escritura qt1e son propuestas por las autoridades eclesiásticas con1pete11tes como texto nor111ativo para el culto divino y la enseña11za. Con ello no se emite juicio algu110 sobre la calidad de la traducción. Las traducciones oficiales so11 necesarias, porgue la co1nunidad eclesial necesita un pu11to de referencia lingüístico que sea comunitario, para el culto divino y para la enseñanza, y necesita tan1bién un lenguaje religioso común, una especie de terminología técnica religiosa. Para la Iglesia latina, la t1·aducció11 efectuada por san Jerónimo _,s, e convirtió en la t1·aducción «Vulgata» (es decir, reconocida universal1nente). La revisión de la Vulgata, la llan1ada N eovt1lgata, se ter111i11ó en 1979 y es el texto oficial para la Iglesia latina. . Como en los países de lengu~ alemana, desde los tie111pos de la Reforn1a, l1abía grandes diferencias i11cluso en la transcripción de los nombres de los personajes bíblicos, se llegó a un acuerdo ecuménico sobre la for1na que había que dar a los nombres propios que aparecen en la Biblia: acuerdo que está expresado en las llan1a-

-

62

!bid., 123s.

63

Para la comparación de las traducciones dentro de las cie11cias del lenguaje, véase K. -R. Bausch, Sprac/Jmitteil11ng: Uebersetzen 14nd Dolnietsc/Je11, en H. P. Altl1aus, H. He11ne, I-I. E. Wiega11d (eds.), Lexikon der ger1na12istisclJen Linguistik (Tubinga 2 1980). 64

Perspectivas de las traducciones de la Biblia al ale1nán: O. K11ocl1, «Die Alte BotsclJaft 12eu sagen)J. Eine UebersiclJt über «moderne» Uebersetzt1ngen: TQ 154 (1974) 137-165 (cor1 ejen1plos de textos) ; R. Steiner, Ne1-te Bibel1~bersetz1411ger1 vorgcstellt, verglicl1e11 und gewertet (Neulcirchen 1975); H. Frankemolle, Bibelübersetzungen - fur we12?: Díakonia 16 (1985) 338-345 . •

'



Traducció,1 del texto)' empleo de traducciones

83

65

das Direct1·ices de Loccum (Loccumer RiclJtlinien) . [Este problema existe en grado a{1n ma)'Or e11 los países de 11abla hispana, donde i10 ha)' siquiera dos traducciones de la Biblia -sean católicas o protestantes- qt1e co11cuerden en la transcripción de los nombres J.

l

En los países de lengua ale111ana, las grandes Iglesias utilizan oficialmente las siguie11tes traducciones: los católicos, la T1·aducción unida ·(Einl?eitsübersetzung); los evangélicos, la Biblia de Lutero (LutJJerbibel) o la Biblia de Zürich (Z1~rche1· Bibel).

1

La T1·a.ducción unida (tern1inada en 1979/1980) es católica y es la traducción destinada a las diócesis de los países y territorios de lengua alemana 66 • Esta trad t1cción, elaborada e11 ale111án actual de estilo elevado, pern1ite la uniformidad en la utilizació11 de textos bíblicos en los cultos litúrgicos )' en las esct1elas de todas las diócesis .

j

«La versión uniforn1e de los textos pern1ite esperar que los enunciados in1portantes de la Biblia se graben de n1anera pern1a11ente en el oído de los fieles. Además, esa versión u11ifor111e será muy útil para el en1pleo de la Biblia e11 pí1blico, especialn1ente en los 1nedios de difusió11: prensa, radio )' tele,1isión» ''7 •

1

l

1



1

1 •

La Traducción 14nida está desti11ada a los católicos, pero fue elaborada en colaboración ecuménica.

1

11 1

En las Iglesias e\rangélicas se utiliza la Biblia. de Lutero. L a 68 última re\'Ísió11 de la misma quedó ter1ninada en el año 1984 •

• 1

1

1

La Biblia de Zuric/1, que se re1nonta a la Reforma de Zuinglio> fue traducida de nuevo, e11 los años 1907-1931 > por encargo del Sínodo de la Iglesia. La nueva traducción se basa en los textos originales 69 . Esta traducción es elogiada por su gran exactitud 70 •

l ¡ .

1

1

1 •

-

65

Oekumenisches \! crzcichnis der biblisclJe,1 Eigenriamen rzac/1 den loccumer Richtlinien (Stuttgart 21981). 66 Sobre la Ein¡.Jeitsübersetzung (Traducció11 unida) católica de la Sagrada Escritura, véase ] . G. Ploger - O. Knoch (eds.), Ei11heit im \Vort. Inforn1atic>nen, Gurachren, Dokume11te zur Einl1eitsübersetzung der Heiligen Schrift (Stuttgart 1979); J. Scl1arberr, Enstel11"'ngsgescl1icl1tc und l1erme11eutischc Prínzipien der « EinJ;eitsiibersetzur1g der H cilige11 Sc/Jrift», en Gnill\.a - Rüger, Die Uebersetz1¿11g der Bibel, 149-168 . 67

Prólogo de la Ei11/1eits1~bersetzu11g.

6

. 1

s B. Lol1se, Entste/Jungsgeschicl?te und hern1eneutische PrinzipieY1 der Lutl1erbibel, ei1 Gnilka - Rüger, Die Uebersetzung der Bibel, 133-148; T. Holz, Die deutsc/1e Bibel: Erbc L1ttl1ers u,1.d A11ftrag: TLZ 108 (1983) 785-801 . 9

Sobre la Zürc/1er Bibel (Biblia de Zuríc/;), véase Steiner, Neue Bi/:;elübersetz11¡zge11, 47-56. <>

70

Entre las traducciones oficiales al alemán se CLtenta tambié11: Die neue V:!eltiibersetzung der H eiligen Scl?r1ft [título de la traducción oficial al español:

Etapas preparatorias del análisis

84

Las Sociedades Bíblicas católica y evangélica colaboraron ecun1énican1ente para publicar en el á1nbito de lengua alen1ana la traducción: La Biblia en alemán actual (Die Bibel in l;eutigem Deutscl; ). Las Iglesias no la consideran traducción oficial. La traducción quedó terminada en el año 1982 71 • «En la l1istoria de la traducción de la biblia al·alcn1án, esta vcrsió11 representa el primer intento de aplicar consecuentemente la teoría de la traducción, en su forma más reciente y mejor ft1ndada científican1e11te» ?"-,

'

a saber, según el 1nétodo de la equivalencia dinán1ica desarrollado por E. A. N ida. Ha11 publicado y apo31ado esta traducció11 las Sociedades Bíblicas católica )' eva11gélica de los países de lengua alemana. Esta ed ición se entiende a sí n1is1na «como oferta nt1eva }' adicio11al }' con10 11ue\ a oportu11idad pastoral de utilizar los textos para la proclamación del mensaje bíblico y la difusión de la palabra de Dios, con destino a aquellas personas que l1an perc.1ido en gran parte la relación viva con la Iglesia y también con la BI'bl'1a » 73 . 1

Esta traducción es particula1·n1ente adecuada para la lectio continua y como traducción auxiliar junto a las traducciones forn1ales de carácter oficial 74 •

Trad'¡,¡,cción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras}. Está «traducida de la versión en inglés de 1961, pero consultando fielmente los textos hebreo, arameo y griego». Tal es el título que lleva esta traducción. La traducción es rigurosamente concordante, de manera ql1e las palabras «11efesh» (l1ebrea) )' «psiché» (griega) están traducidas sien1pre por «alma », aunque dicl1a palabra no signifique en 111ucl1os lugares -según el contexto- lo misn10 que nuestra palabra vernácula «aln1a». Mediante esta traducción, se asienta la base para la concepción que los testigos de Jehová tienen sobre el «aln1a». Por lo que respecta al nombre de Dios, esta traducción es tendenciosa, ya ql1e en el Nuevo Testan1ento, sicn1pre que se trata de citas del Ai1tiguo Testan1ento, traduce el nombre de Dios por «Jehová», au11que eso i10 corresponda a lo que dice el texto original. 71

J.

de Waard, Die lJermeneutisc/Jen Pri11zipie11 der "Bibe/ in iJe11tigem De14tsc/1», en Gnill(a-Rüger, Die Uebersetzung der Bibel, 169-179. Sobre los fines que se propone )' los. pri11cipios en que se basa esta traducción, nos informa (con ejen1plos de textos) un folleto informativo publicado por la Sociedad Bíblica Alemana (Deutsche Bibelgesellschaft): Die Bibel in /1eutigem Deutsc/1. Die gute Nachricht des Alten und Neuen Testan1ents. Zielsetzu11gen und Uebersetzungsgrundsatze (Stuttgart 1983); véase también Mi.iller, Zur Fttnktion, y Frankemolle, Die Bibel und

der /Jeutige Leser. 72

Müller, Zitr Funktio11, 236.

73

!bíd., 243.

I



74

lbíd., 244.

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1

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1 1

Traducción del texto y empleo de traducciones

1

85

[• Perspectivas de las traducciones españolas

1

' 1



Los e'{_angélicos de lengua española utilizan prácticamente de manera exclusiva la traducción de Reina-Valera, revisada últimamente en 1960. Sigue fielmente el «Textus receptus» . Tiene grandes bellezas literarias, pero ta1nbién algunos deslices li11güísticos. Necesita urgenten1ente una adaptación al lenguaje actual y a los modernos conocimientos bíblicos. La publican las Sociedades Bíblicas (protestantes). Hubo un intento privado por revisarla (en 1977), . ,, . pero sin ex1to. Como versión auxiliar (no ha sido aceptada como versión oficial) se publicó en 1986 la Biblia de las Américas. No es revisión de Reina-Valera, sino nueva traducción. El lenguaje es literario y moderno y tiene en cue11ta los avances de las ciencias bíblicas. La traducción católica más conocida y aceptada ha sido la Biblia de Jerusalén. Se terminó la segunda edición (corregida) en 1976. No es traducción oficial ni se utiliza en la liturgia. Pero muchos, tanto católicos como evangélicos, la consideran de gran valor para el estudio bíblico . • Una traducción <<de avanzada», basada en el principio de la equivalencia dinámica, es la Nueva Biblia Española. Su afán de llegar hasta el hombre moderno es elogioso, pero algunos creen que incurre en excesiva <<Secularización» de los conceptos (por ejemplo, traducir «justificación» por «amnistía>>). Existe una <


Etapas preparatorias del análisis

86

3. La elaboració11 de la traducción En prin1er lt1gar, el traductor tiene que detern1i11ar el texto 75 que va a servir de base a su traducción • Para ello hay que dilucidar los criterios para la crítica textual, )', dado el caso, l1ay que resolver los problemas relativos al ca11011 76 . En la traducción l1ay que tener n1uy e11 cuer1ta ta11to la lengu·a fuc11te como la lengua objetivo. Al efectuar el 'a nálisis del texto en la lengua fuente, el traductor es ante todo lector del texto y tiene que servirse de los procedin1ientos usuales de análisis científico 77 para con1pre11der el texto. Ese a11álisis tiene por objeto Ja índole lingüístico-sintáctica, semántica y pragmática del texto y el tipo del mis1no. El análisis permitirá dar respuesta a cuestio11es i111portantes para la trad.u cción 78 •

Al efectuar el análisis de la lengua objetivo)' del grupo objetivo, el traductor tendrá que hacerse idea clara de la índole del grupo objetivo para eJ que está destinada la traducción, y tendrá que conocer sus capacidades culturales )' lingüísticas, cte. 79 • El análisis permitirá dar respuesta a los siguiente pro~lemas relativos a los 80 receptores : - cuál es el grado de familiaridad de los receptores con el lenguaje y la práctica religiosa;

75

La edición crítica The Greek New Testament, que ofrece las 1.440 lecciones variantes n1ás in1porta11tes, está co11cebida propiamente para ser utilizada por los traductores (\réasc la sección sobre la crítica textual). 76

Véanse las Normas para la cooperació11 de miembros de diversas confesiories en la trad1"'cción de la Biblia (véase nota 82). 77

Véase la sección sobre la sen1ántica en la prese11te obra de n1etodología.

7

s \Téase más adelante.

79

La Ei,1l-Jeitsübersetz1tng (Trad1-tcción 1-1nida) aspira, según se nos dice en el prólogo, a expresarse en un alemán actual de estilo elevado; segú11 el folleto informati\'O sobre Dz:e Gute Nac/Jricht (véase la 11ota 71 ), esta edición (La B11ena Nueva ) va dirigida a <
Nida, Einigc Gr11ndsatze, 15.

1

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Traducción del texto)' empleo de traducciones

87



- cuál es el grado de su pro11titud para co11for1narse afectivan1e11te a los patrones existentes de conducta lingüística)' no li11güís• t1ca; cuál es su nivel de forn1ación; cuál es su edad; qué ~so hacen de forn1as de lenguaje especializadas. El proceso propiame11te tal de la traducción co11siste primera111e11te en trasladar las ideas de las estructuras de sig11ificado l1alladas a la lengua de los receptores, y consiste luego en reconstituir el texto en la lengua objeti\'O, for1nulando los e11unciados del texto co11 palabras, estructuras de frases y formas textu.ales de la lengu a objetivo. Ha)' que tender a la correspo11dencia i1atural 1nás estrecl1a con el original, es decir, el texto en la le11gua objetivo debe ace1·car81 se lo más posible al significado • Para las traducciones ecun1énicas l1a)' que observar las Normas

pa1·a la coope1·ación de miembros de diversas con/esiones en la t?·ad1lf.cció11 de la Biblia) relatÍ\' aS a la elección del texto, a la exégesis y al lenguaje )' , asin1ismo, a los procedin1ie11tos prácticos de colaboración 82 .

4. Empleo de traducciones

1

En los grupos de estudio bíblico práctico y en los círculos para el estudio científico de los textos se puede11 utilizar traducciones como ayuda para comprender los textos. Todas las traducciones quedarán sien1pre por detrás de las posibilidades de sentido que tiene el original. Esta deficiencia de las traducciones podrá subsanarse de algún modo empleando varias traduccio11es de un mis1no pasaje bíblico. 83

Si comparan1os distintas traducciones, vere1nos con claridad e11 los diversos pasajes qué plenitud de significado se encie1·ra en el tex~o. Puede servir de ejemplo Me 1, 15: 111

lb ¡,'d., 13-15.

82

Las norn1as fueron trazadas en común, el 1 de junio de 1965, por las Sociedades Bíblicas Unidas (Londres) y el Secretariado para la Pron1oción de la Unidad de los Cristianos (Roma). El texto español puede obtenerse e11 la Sociedad Bíblica o en la Casa d e la Biblia. · 83

Véanse las metodologías para el estudio práctico d e la Biblia.



88

Etapas preparatorias del análisis

1



Texto griego:

xai ~YYLXEV ~ ~aOLAE(a "COÜ fuoü

Reina-Val era:

y el reino de Dios ~e ha acercado

Biblia de las Américas:

y el reino de Dios está cerca

Nuevo Testamento (Casa de la Biblia):

y el reir10 de Dios está llegando

l



Gute Nachricht:

ahora quiere Dios instaurar su reinado y consumar su obra [traducido del alemán J.

La comparación entre estas traducciones muestra ya la tensión de significado con que se ha recogido el texto bíblico en las diversas traducciones: La expresión ~aoLAECa se entiende como «reino/reinado/acción de Dios»; f)yyLXEV se entiende y traduce de manera disti11ta, tanto en el significado misrno de «está cerca/se ha acercado/está llegando/(Dios) quiere instaurar y consun1ar», como en el tiempo del verbo (presente, pasado, sentido futuro). Esta diversidad está en consonancia con la plenitud de significado del término griego: en efecto, f)aoLt1.ECa significa la intervención de Dios que se siente ya en el presente y que se consumará en el futuro. Se trata de la acción de Dios y de un á1nbito en que se ejerce el reinado 84 • El empleo de traducciones puede tener otra función más: Cuando un pasaje bíblico no está claro para el lector, la comparación con otra ..,traducción puede servir a veces para aclarar. Sobre todo, la Bibel in heutigem Deutsch. Die gute Nachricht puede utilizarse en muchos pasajes como una especie de comentario para aclarar los lugares difíciles, porque, «como traducción auxiliar, es capaz de ofrecer ayudas muy valiosas para esclarecer la interpretación» 85 . [En español, podría decirse lo mismo especialmente de la traducción de la Casa de la Biblia, Nuevo Testamento (1988), que tiene además notas breves y muy profundas J.

1

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I

,• 84

Véase el Exegetisches Wortcrbuch zum Ne1.¡,en Testament (EWNT), artículo



«ÓlXULOOÚVl')». 85

Müller, Zur Funktion, 244. l

Traducción del texto )' empleo de t,-aducciones

SÍNTESIS DE LAS ETAPAS DE TRABAJO YDE LAS INDICACIONES PARA EL MISMO - Para la traducción Procurar hacer una primera traducción, sin pulir todavía, con ayuda 86 del diccionario y de la gramática • - Empleo de traducciones Mediante el empleo de traducciones (por ejemplo la Biblia de jerusalén, la Biblia de las Américas, el Nuevo Testamento de la Casa de la Biblia), determinar en qué lugares del texto surgen problemas de traducción. Determinar luego en qué lugares difieren notablemente las traducciones y qué diferencias de significado dimana11 de esas distintas interpretaciones de un mismo pasaje. Al principio podrá llevarse uno del sentimiento para escoger la traducción que más le guste. Valiéndose de traducciones como medios para comprender los textos (por ejemplo la Biblia de jerusalén o el Nuevo Testamento de la Casa de la Biblia), determinar cuál es el significado de «espíritu y carne» en Rom 8, 1-13.





86

Utilícense los medios de trabajo habituales.

89









III •

LA LECTURA BAJO EL ASPECTO SINCRONICO

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92

La Lectura bajo el aspecto sin.crónico



La mejor manera de comenzar el a11álisis de un texto es analizar tomando como pt1nto de partida inmediato el ·texto qt1e se halla ante nosotros y las estructuras del mismo. Esto ocurre con el 1 análisis sincrónico • • •

• El modelo de texto J' de comprensión de la lectura sincrónica Los n1étodos sincrónicos contemplan el texto como u11a magnitud estructurada y col1erente. Los elementos del texto se hallan en relación mutua. De estas relaciones nace una unidad de forma. Claro que el texto no es un sisten1a cerrado; puede hallarse en multitud de relaciones con otras magnitudes, y sobre todo hay que tener en cuenta la integración del texto en un aconteci1niento de · . ., comun1cac1on.

En el análisis sincrónico, el texto se analiza con10 una magnitud coherente y estructurada que se halla integrada en un proceso ma)'Or de comunicación 2•

.. Con este modelo de texto viene dado también un modelo de comprensión (figura 9) 3 : El sentido del texto no se encierra de algún modo detrás del texto, sino que se encierra en las relacio11es (interiores y exteriores al texto) de los elementos del texto. Pues bien, el análisis sincrónico da instrucciones para hallar las relacio11es entre los eleme11tos i11teriores del texto y las relaciones entre el texto y los factores extratextuales. Con ello da instrucciones, al mismo tiempo, para hallar el sentido del texto.

1

Acerca de la primacía de la sincronía sobre la crítica literaria, véase también M. Theobald, Der Primat der Synchronie vor der Diachronie als Grundaxiom der Literarkritik. Methodische Erwagungen an Hand von Mk 2, 1-17 I Mt 9, 9-13: BZ 22 (1978) 161-186. 2 E11 los c. 2-4 se expusieron detalladamente los factores del modelo que sirve de fundamento al análisis sincró11ico. 3

Siguiendo a Fossion, Leggere le scritture, 24.

-

1

1

La lectura bajo el aspecto sincrónico

• 1

Modelo 1: Sentido detrás del texto

1

93

Modelo 2: Sentido dentro de las estructuras del texto



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Figura 9.

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Dos modelos de comprensión del texto.

• Las etapas de trabajo del análisis sincrónico Después de asegurar previamente la forma del texto, y de una primera orientación sob re el texto, )' después de la traducción (c. 5-7), se aplican al texto elegido los diversos n1étod os d el análisis . " . s1ncron1co .

1

En la lectura desde el aspecto sincrónico se realizan las siguientes etapas metódicas: el análisis lingüístico-sintáctico, el análisis semántico, narrativo )' pragmático y el análisis de los tipos de texto. 1

La separación m etódica y la clasificación por su orden de las etapas de trabajo está fundamentada objetivamente y ha adquirido carta de ciudadanía entre los propugnadores de estos métodos 4 • Se

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Según C. W. Morris, uno de los fundadores de la sen1iótica moderna, la semiótica (ciencia de los signos) se divide en los siguie11tes ca-mpos: semántica, sintáctica y pragmática. Véase, a este propósito, C. V//. Morris, Foundations of the Tl1eOrJ' of Signs (Chicago 1938), quien sintetiza así su pensamiento: «La semántica trata de la relación de los signos con las 'cosas'; la sintáctica, de las posibilidades de combinación de los signos independientemente de las cosas designadas, y trata asin1ismo de la conducta de los usuarios i la pragmática, de las relaciones entre los signos y los usuarios, es decir, de los fines y efectos de los signos en la condu cta». La división en tres ámbitos: sintáctica, pragmática )' semántica, es propugnada entre otros por Akmajian - Demers - Harnish, Linguistica. Introduzione al linguaggio e alla comunicazione; Funk-Kolleg Sprache; Kalverkamper, Orientieri!ng zur Textlit1g1tistik; Plett, TextwissensclJaft; Sowinski, Textlinguistik (en vez de sintáctica, prefiere hablar de gram ática y estilística del texto). En el án1bito exegético, y n1ovidos por razones metód icas y de técnica de trabajo, propugnan tal división en análisis desde el punto de vista de la sintáctica, de la semántica y de la pragmática: H. Ritt, Das Reden Gottes im SolJn. Zur textlinguistischen Methodc der neutestamentlichen Exegese; Schreiner-Dautzenberg, Gestalt itnd Ansprucl1 des Ne1fe11 Testaments; Zimmermann, Methodenlel1re [en edición alemana posterior a la trad. esp.:

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94

la lect11ri1 bajo el aspecto si11cró11ico

basa e11 los planos de referencia er1 los que se hallan los signos lingiiísticos: la relació11 signos-sig11'os, la relación signos-intérprete, )'la relació11 sig11os-objetos 5 . Recalquen1os u11a \rez r11ás que, incluso e11 el análisis sincrónico, en todas sus etapas de trabajo, es absolutame11te 11ecesario te11er en CL1enta el n1undo cultural de los textos. .

El a11álisis pro pia111c11te tal co111ie11za co11 el a11álisis li11güísticosi11táctico. La transparencia del texto en cuanto a los signos lingüísticos en1p]eados e11 él )' la co111binación de esos signos son el pri111er paso para captar la í11dole del texto, «pues todos los pasos siguientes tie11en con10 punto de partida las obser\racio11es que di1nanan del análisis lingüístico del texto» 6 . La scgu11da etapa de trabajo es el análisis se111á11tico. En él se trata de saber lo que significa t111a palabra / t111a frase I un texto, )' a qué datos se refiere una palabra I u11a frase/ u11 texto. Forn1a parte ta111bié11 de la se1nántica el análisis na1-rativo. La tercera etapa de trabajo es el análisis prag111ático, que investiga la relació11 entre el texto y el lector, es decir, el efecto que el texto ejerce e11 el lector, tenié11dose en cuenta especialn1e11te la situación concreta de comunicación )' de acción . E11 la etapa siguie11te, el análisis de los tipos de texto, hay que in\'estigar a qué tipo/género de texto pertenece L1n texto determinado. Pa1-a ello se utilizan las etapas precedentes de trabajo: inediante la con1paración de textos (ctl)' ª índole lingüística, semántica, narrativa ·y pragn1ática debe estar exami11ada )'a), se exa111i11a la se111ejanza de los textos)' se detei-minan los patrones estructurales que so11 co111t111es a varios textos . •

Gracias a estos inétodos, el método 11istórico-crítico ve a111pliados sus recursos de investigación: es verdad que ta1nbién el método l1istórico-crítico parte de una serie de obser,racio11es efectuadas en el textó; pero en este 1nétodo reciben a menudo tratamiento privilegiado dete1-mi11adas observaciones (por eje1nplo tensiones en el texto), n1ientras que de otras observaciones se hace caso 01niso. los métodos }Jistórico-críticos ...}; Fra11ken1olle, !(or11n1u11ileativ es Ha11deln, 21s; \'I/. Schenk, P/Jilipperbriefe, 19-26. En ''arias n1onografías se utilizan los análisis desde el punt() de vista de la si11táctica )' de la se1nántica, pero sin incluir el punto de vista de Ja pragmática. Así lo hace, por ejeniplo, Olsso11, Str11ctr1re ar1d 11•1ea11ing; Mínguez, Per1tecostés; Hauser, Al1sc/Jl11sserzd/;1/1,111g; M. Tl1cobald, lm Anfa11g war das \\'lort. Texrli11guistiscl1c Srudie zum Joha11nesprolog (SBS 106; Stuctgart 1982). \ léase Eggcr, Nac/Jfolgc:, 195-207 («Die Kon1n1un ik.ario11s-st:ruk.tur von Mk 10, 17-31 »). s Plett, Textwissensc/?a_ft, 52. •

<•

Fohrer, Exegese, 57.



La lect1i.ra bajo el aspecto si11o·ó11ico

95

Pues bien, en los métodos sincrónicos, la obser\ ación sistemática )' an1plia de los fenómenos del texto co11stituye una etapa explícita del trabajo. Aden1ás, se sigt1e desa1·rollando la te11dencia a la for111alización, que se observaba)'ª en la l1istoria de las formas. Mediante esta formal ización n1ás intensa y la obser\1ación sistemática de los fenón1enos del texto, los métodos más recientes se convierten en i11strL11nc11to a{111 1nás adcct1ado de control para verificar la recta comprensión de los textos,)' con ello en instrumento n1ás ad ecuado para la exégesis 7 . 1

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1 1 1

1 1







7

Sobre Ja integración de los n1étodos, véase el c. 1.

8

Análisis lingüístico-sintáctico

En el diálogo, los interlocutores muestran predilección hacia detern1inadas palabras y expresiones, enlazan frases de manera deter1ninada, utilizan detern1inados recursos del lenguaje, etc., para influir en el interlocutor. Para compre11der un enunciado y ponerlo en su lugar debido, no sólo hay que tener en cuenta el conte11ido del enu11ciado, si110 también la índole li11güística individual del mismo. A ''eriguar la correspondiente índole lingüística de los textos es u11 paso que está al servicio del análisis lingüístico-sintáctico ..

En el análisis lingüístico-sintáctico de un texto se Ín\restiga la forma ljngüística concreta de un texto: las relaciones entre los recursos lingüísticos etnpleados en el texto )' las reglas según las cuales se formula lingüísticamente lo que pertenece al contenido de un texto. El a11álísis de los signos lingüísticos y de su enlace es el punto de partida de todo trabajo ulterior. Sob1-e él se basa el análisis semántico, que se ocupa del significado de los enunciados lingüísticos: ta111bién el a11álisis pragmático presupone el análisis lingüísticosi11táctico, ya que mediante la elección de determinados recursos lingüísticos el hablante/autor prete11de conseguir dete1-minados efectos en el lector. Lo mismo que para la compre11sión del texto, el conoci111iento de la índole lingüística es también importante para reco11struir el origen de un texto.

Lecturas Con10 iniciación a la índole li11güístico-sintáctica de los textos son ·n1U)' útiles las obras sigt1ie11tes: W. Dressler, Einfül?rung in dz:e TextLing¡,tistile, )' W. Fleischer - G. Micl1eJ (con la colaboració11 de R.

A t1álisis lingii íst ico-sir1 táctico

97

Glascr, W. Hei11emann, U. Kandler y G. Starke), Stilistik der deutsclJen GegenwartsspraclJe; en el terreno exegético presta una buena ayuda la obra de K. Bcrger, Exegese des Ne11e17 Testame;zts, § 3 y 4 8 .

1.

Características lingüístico-sin tácticas de los. textos

Mediante el a11álisis lingüístico-si11táctico, se describe la í11dole lingüística del texto : sonido, ritmo, léxico, recursos sin tácticos, cohesión de los elementos del texto, constitu ción )' estructuración.

La índole lingüístico-sintáctica de un texto se caracteriza por un «léxico» de signos lingüísticos (conjunto de palabras)' frases) y una «gran1ática» que rige el enlace entre los elementos.

1.1.

Léxico (vocabulario)

La índole de un texto depende, entr e otras cosas, del léxico de que dispone un auto~. U11 texto no utiliza nunca el léxico entero d e 9 una len gua, sino únicamente una selección . Esa selección caracteriza al texto. La extensión del léxico puede ser distinta: así, por ejemplo, Juan emplea sólo mil palabras diferentes (que, en total, se utilizan 19.000 veces). En palabras importantes del Nuevo Testamento, llama la atención el empleo caract erístico que se hace de ellas en los diversos escritos: por ejemplo , « EuayyÉAt.OV» (en los evangelios, 12 veces; en los Hechos, 2 veces; en las cartas paulinas auténticas, 4 7 veces); «axoA.ou-Ot:iv» (evangelios sinópticos, 60 veces; Jn, 19 veces; cartas paulinas, una vez. La visión global del léxico de un texto, e incluso de u n segmento del texto, nos ofrece una primera perspectiva de los acentos teológicos del corresponMás bibliografía: J. Anderegg, Literat1{rwissenscl1aftliche Stilt/1eorie (Goringa 1977); Guiraud-Kuentz, La stylistique; W. Sanders, Linguistiscl1e Stiltl1eorie (Gotinga 1973); Id., Linguistische Stilistik, Grundzüge einer Stilanal)•Sc spracl1/icher Komm11nikation (Gotinga 1977). Consúltense también los capítulos que tratan sobre est e tema en: De Beaugrande - Dressler, Einfiihrung, 50-87; Egger, Nac/1[0/ge, 60-78; Fohrer, Exegese, 57-81; G. Michel, Einführung in die Met/Jodik der Stil1{ntersucl1ung. Ein Lehr- und Uebungsbuch (Berlín 1972); Plett, Textwissenscl1aft, 56-79; Ricl1ter, Exegese, 72-125; Sowinski, Textli11guistik; Z imn1ermann - Kliescl1, Methodenlehre, 282s. 11

9

1

1

Sobre el análisis de frecuencia de palabras, véase Guiraud - Kuentz, La stylistique, 222-224. En la nota 30 se mencionan estadísticas sobre el vocabulario del Nuevo Testamento.

98

La lcct tira bajo el aspecto sincró11ico

die11te texto bíblico (en la que l1abrá que ahondar n1ediante el a11álisis se1ná11tico ), y nos pe1·111itc aden1ás sacar dedt1ccio11es sobre la tradición )' la redacción) gracias a la in,restigación diacró11ica 10 •

1.2.

Partes)' [01-nias del discu1·so (g1·amática)

Los textos of1·ece11 luego u11a selección de las partes y for111as del discurso que son posibles en virtud de la gran1ática. Si te11en1os c11 CL1enta las partes del discurso, co1110 so11 el susta11tivo/no1nbre, el artículo, el pro110111bre) el ''erbo, el adjetivo, el adverbio, las preposiciones, etc., )' las for111as del discurso, por ejemplo -en el caso del \1 erbo- el tie111po (y el 111odo d e la acción, el inodo verbal, etc.), er1tonces r1uestra ate11ció11 se orie11ta l1acia los pu11tos esencia11 les del texto • Los textos co11 n1l1cl1os i111perativos co11tiene11 i11struccio11es )' órde11es; los textos con mucl1os pronon1bres perso11ales ()'O, ''OSotros, él) se ocupa11 predo1ninanten1ente de cuestio11es de con1unicación (como, por ejen1plo, Gál 1, 1-5 ). Ha)' qL1e te11er en cuenta aden1ás la prefere11cia por determinadas clases de oraciones en el texto (por ejemplo, las proposiciones enunciativas, los i111pe1·ati,1 os); el empleo de oracio11es de predicado verbal o de predicado no111inal; la posició11 del st1 jeto y del predicado 12 ; el empleo de sinó11i1nos (a Le especial1nente le gusta ''ariar de expresión); la frecue11cia de determinados giros; la frecue11cia del carnbio e11 el e1npleo de los tien1pos (por ejen1plo el cambio de aoristo, in1perfecto, presente histórico; e11 el bre\1 e texto de Me 1, 40-43 se l1alla el verbo pri11ci pal e11: prese11te) aoristo, pres en te, tres veces aoristo )' prese11 te).

1.3.

Enlace de palab1-as )'frases

También el enlace de palabras para formar proposiciones de diversa í11dole ( oracio11es de predicado no1ninal )' oraciones de 10

Sobre eJ ar1álisis del léxico (o vocabulario) co1110 etapa de trabaj o dentro del n1étodo de Ja crítica de la redacción, veáse más adelante. 11

Véase Richter, Exegcse, 89-92. Guiraud - Kuentz, La stJ1listiq1-te, 214-222, n1uestra co11 ejemplos ton1ados del francés y del alen1án que los autores alen1anes cn1plcan por rérn1i110 medio n1ás pro11on1bres y n1cnos st1stanrivos, n1ás co11junciones subordinantes )' verbos, me11os adjetivos y adverbios que los autores franceses. 11

A unqt1e en ale111án la posició11 de las palabras en la frase obedece a leyes n1u cho n1ás rígidas que e11 griego, si11 e111bargt.) Ja posición del verbo en alen1án puede te11er ta111bié11 significación estilística: si en Me 1, 15 se conserva tan1bién en ::dc1ná11 el orde11 de las palabras en la frase: verbo - sustantivo, entonces se ace11túa 111ás intensa111e11te el carácter de suceso que tiene: ese acontecer: «Erfü llr ist die Zeit,

1

A11álisis li11giiistico-sintáctico

1

99

predicado \1 erbal) )' el enlace que se establece entre las proposiciones son características de un texto. El autor, como es natural, está ligado a detern1inadas reglas de la gramática de su idio1na )', por ta11to, en los textos del Nt1evo Testa1nento al griego de la l(oiné )'a la i11fluencia de sen1itisn1os, aramaísmos )7 hebraísn1os 13 , pero toda gramática pern1ite cierta libertad en la manera de enlazar los ele111entos. El enlace lingüístico de textos, )' con ello la col1esión lingüística de textos, puede tener diferente densidad. Hay textos en los que cada frase está e11lazada lingüístican1ente con la otra, )' textos e11 los qt1e se an1011tonan los asíndeta (frases )'UXtapuestas ).

t

'

Los 1nedios lingüísticos para ge11erar la col1esión de los textos 14 son la repetición y el empleo de proformas )' co11junciones • En la repetició11 (recurrencia parcial o total) se recoge un elemento (palabra o grupo de palabras) en di, ersos lugares del texto : por ejemplo, en la parábola del hijo pródigo (Le 15, 11-31 ), los v. 18s se recogen, transforn1ados, e11 el\' . 21; se repite11 también el''· 24 en el\'. 31, y el \'. 13 en el ' ' . 3C 15 • La repetició11 puede efectuarse volvie11do a recoger los ele111e11tos en forma literal o e11 forn1a parafraseada. 1

Entre los medios n1ás in1portantes para el enlace se cuenta el e1npleo de preformas 16 : por ejen1plo una fi-ase se enlaza con la a11terior por 111edio de t1n pronombre (\rerbigracia, por n1edio de «él») ; co11 ello se hace i-eferencia a una persona 111e11cio11ada anteriorme11te. Es un hecho característico de los e\ angelios sinópticos el que la n1a) 0ría de las perícopas no comiencen con el 11ombre de «] esús», si110 con el pronombre. Co1no los pro1101nbres no sólo están en lugar del non1bre, sino que a menl1do están en Jugar de todo u11 grupo de palabras, por ejemplo «El se fue, y por ello estaban sobresaltados», se habla también de preformas (en vez de 1

1

1

und nahegeko1nn1en isr die Gottesl1errscl1aft» («Se ha cu1npliclo el rie1npo, )' está cerca el reino de Dios»). 13

1

1

\léase K. Be) er, Semitisc/Je SJ ntax i11 Neuen Testan1e11t (SrUNT 1; Gotinga 1962); J. ~1 . \ 1oelz, TlJc La11guage of t/Je New Testament, en W. Haase (ed.), Pri11zipat; Il, Band 25.2 (Berlín 1984) 894-977, M. ~'ilcox, Seniitisms in t/Je New Testame11t, lbíd., 978-1.029. \ léase tan1bién P.-R. Berger, Z11m Aramá~isclJ der Eva11gelie11 une/ cler Apostelgesc/Jicl1te: Tl1R 82 (1986) 1-18, )' la respL1esta de M. Black, 1bíd., 18-22. 1

1

\léanse las listas en De Beaugrandc - Dressler, Einfiil1r1tng, 51; I.;lciscl1er Michel, Stilistik, 190-207; Plett, Textwisse11scl1aft, 62; Bcrger, Exegese, 13-17; W. Scl1enk, Die Pl1ilippcrbriefe des Pa1tlus. l(on1n1entar (Stuttgart 1984) 22s. i-1

15

1

Véase Berger, Exegese, 14. Para el a11álisis del texto de Le 15, véase tan1bién F. Schnidcr, Die verlorenen Sol1ne. Srrul~turanalvrische und l1istorisch-l\ritische Untersuchungen zu Lk 15 (Orbis Biblict1s et Orieiitalis 17; Gotinga 1977). "' Sobre el problen1a de la «refercncia en los textos», ' 'éase Kallineyer, Lektj,irekolleg, 177-25 7.

1

La lectura bajo el aspecto sincrónico

100

hablarse de pronombres). También el artículo definido, cuando acon1paña a un sustantivo, puede desempeñar tal función de referencia, )'ª que el artículo definido se emplea únicamente cuando es conocida ya la persona o cosa de que se habla. Otro medio importante para el enlace de textos es el empleo de partículas y conjunciones : por «partículas» se ~ntienden aquellas palabras que realzan la 111odalidad de una frase, por ejemplo las partículas modales como av, '/E, las partículas interrogativas como 17 Jt:Ól:EQOV .. . ~; aga; las partículas aseverativas EL µÉv • Las «COnjuncio11es>>. son palabras de unión que sirven para enlazar entre sí diversos miembros de una rnisma frase o bien diversas frases. La unió11 entre los ele1nentos puede ser coordinante o subordinante. E11tre las conjunciones coordinantes se cuentan: las copulativas xaC (con n1uchas subclases: adversativas, consecutivas, introductivas, etc.), tÉ, o'ÜtE, ouOÉ; las disyuntivas 'fí, ~ - ~, ElTE-El'tE; las adversativas ÓÉ, µÉv, aA..A..á, nA..i¡v; las coordinantes consecutivas, como o-6v, aga, i;oi,yagoüv, ÓlÓ; las coordinantes causales, como yá.Q . .

Entre las conjunciones subordinantes se cue11tan: las comparativas, como Ws, wont:Q, xafunEQ, xaitcós; las hipotéticas (o condicionales), como EL, EL µi¡v, El ÓÉ; las temporales, como w~; las causales, como Otl, E:rtE( y otras 18 • Las conjunciones que aparecen con más frecuencia en el Nuevo Testamento son: xa( (empleada 9.164 veces), ÓÉ (2 .801 veces), yá.g (1 .Q.ft2 veces), aA..A..á (638 veces).

• Falta de col1erencia •

En los textos del Nuevo Testamento no sólo hay que tener en cuenta los factores de coherencia, sino también las referencias a cesuras en el texto . En varias frases, el enlace con otras frases se establece por muchos medios lingüísticos; en cambio, en otras frases falta semejante enlace. Por observaciones de esta índole, se puede determinar hasta qué punto el ·autor de un texto del Nuevo Testame11to realizó ya cierta división del texto en secciones 19 • La falta de cohesión puede ser también una indicación para la historia 20 de la formación del texto . 17 18

Blass - Debrunner - Rehkopf, Grammatik, § 438-441.

Ibíd., § 442 -457.

19

..

Sobre el enlace y la falta de enlace entre las frases en el ejemplo del sermón de la montar1a, véase Egger, Faktoren der Textkonstitution. 20

I

Véase la crítica literaria.

1 1

1 1 •

1

An.álisis lingüístico-sintáctico

1

101



1.4.

Notas ca·racterísticas del estilo

• •

1





1

En el análisis del estilo en sentido estricto se investigan no sólo 21 «expresiones lingüísticas preferidas y peculiares del texto» , sino ta1nbién divergencias que se apartan del uso normal del idioma.



De los empleos divergentes que se apartan del uso normal del idio1na se· ocupa especialn1ente la estilística tradicio11al bajo el concepto de <
1

- Lítotes (en vez de un enunciado positivo, se formula la negación de lo contrario): <
•'

1

1 1

1

1

- Personificación: «El evangelio no vino a vosotros solarnente en palabras, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en gran ple11itud» (1 Tes .1, 5 ). - Ironía (afirmación de un hecho para expresar lo contrario), por ejemplo reprochando: «Porque vosotros, siendo tan sabios, con gusto toleráis a los insensatos» (2 Cor 11, 19s ). - Comparación y alegoría. ~

1 '

1

Empleo del término abstracto en lugar del concreto: <<El ministerio apostólico con la circuncisión», en vez de «Con los circuncisos» (Gál 2, 7). Hipérbole (exageración). 21

1 l

' 1

1

'

1



1

Fohrer, Exegese, 68.

22

Sobre lo que sigue, véase especialmente: Fleischer - Michel, Stilistik, 151187. Sobre las diversas figuras de estilo y los correspondientes ejemplos, véase: W. Bühlmann - K. Scherer, Stilfiguren der Bibel. Ein kleines Nacl1schlagewerk (Friburgo de Suiza 1973); L. Alonso Schokel, Das Alte Testament als sprachliches Kunstwerk (Colonia 1971; publicado originalmente en español con el título: Interpretación literaria del Antiguo Testamento); F. Rehkopf, Der «Parallelismus» im Neuen Testani.ent: ZNW 71 (1980) 46-57; A. Di Marco, Der Chiasmus in der Bibel, III y IV: LingBibl 39 (1976) 37-85 )' 44 (1979) 3-70; J. Zimijewski, Der Stil der paulinischen «Narrenrede)), Analyse der Sprachgestaltung in 2 Kor 11, 1-12, 10 als Beitrag zur Methodik von Stiluntersuchungen neutestamentlicher Texte (BBB 52; Colonia 1978) . Meynet, Initiation a la rhétorique biblique, estudia bajo el concepto de «retórica» muchos fenón1enos lingüísticos que aquí se estudian bajo el concepto de «estilo». Sobre las figuras de estilo de la retórica clásica, veáse H. Lausberg, Handbuc/1 der literarischef1 Rhetorik. Eine Grundlegung der Literaturwissenscl'laft (Munich 7 1973); Id., Elemente der literarischen Rhetorik. Eine Einfül1rung für Studierende (Munich 71982). Sobre la retórica bíblica: R. Bultman11, Der Stil der paulinischen Predigt und die ky12isch-stoische Diatribe (FRLANT 13, Gotinga 191 O); N. Schneider, Die rhetorisclJe Eigenart der paulinischen Antitl1ese (Hern1 UTI1 11; Tubinga 1970) .

'

La Lect¡,1ra bajo el aspecto sincrór1ico

102

Eje1nplos de figuras de estilo co11sisten tes e11 la adición ( et1 las que t1na expresión se precisa n1ás con otras expresiones): - A11títesis : «No somos señores sobre vuestra fe, si110 colaboradores de vuestro gozo» (2 Cor 1, 24 ). - Meris1110 (en vez d·e L111a sola expresió11, se mencionan las partes qL1e «co1npone11» el todo: «Car11e y sangre» = [según concepción del Antiguo Testame11to] «l1on1bre» (Gál 1, 16). - Repetición en la estructura de Ja frase )' en paralelisn10: «No os preocupéis - fijaos en lo que os preocupáis - aprended a 110 preocuparos - buscad» (Mt 6, 25-33), y quiasmo (ordenación cruzada de los ele1nentos de la frase). - Inclusión (repetición al final del texto de las locucio11es que se l1abía11 e111pleado al co111ie11zo del 111is1no); así, las palabras clave «bienaventurados»)' «reino de Dios» enn1arcan (inc1L1)1 e11) las bienª''entura11zas (Mt 5, 3-1 O), )' las palabras clave «la ley y los profetas» enmarca11 (inclL1ye11) el i11eollo del sermón de la mo11tana. - Pleonas1nos (redundancias para añadir belleza al estilo). Tie11e tan1bién efectos estilísticos la 01nisió11 de ele111entos, así el a11acoluto (se deja si11 terminar una frase, por eje111plo Gál 2, 4s .6), o tan1b.ié11 la disposició11 de los ele111 e11tos (por eje111plo Me 1, 15, donde se pone el verbo al pri11cipio ). Er1 el aspecto li11güístico-sintáctico, los textos n1uestra11 a veces te11sio11es, las ll amadas disco11ti11uidades de estilo. Entre tales te11siories se cuentan 23 : duplicaciones )' repeticiones perturbadoras, datos opuestos, diferentes 1101nb1·es para desig11ar a las 1nismas 24 personas )' cosas • Tales discontinuidades de estilo i10 deben leerse primerame11te como i11dicación que oriente sobre la historia de la forn1ación del texto, sino con10 n1edio que el autor e111plea para suscitar la atención.

1. 5.

Constitución J' estructu1·a del texto

E11 el a11álisis de la constitución )' estructura del texto se i11,restiga la disposició11 de los elementos. En los textos poéticos, el orden )' disposición es particular1nente importante, pero tiene también un papel en los textos e11 prosa. 23

Véase la lista en Srrecl\er - Scl111elle, Ei11fül;rtir1g, 41. \1éase tan1bié11 la

sección sobre el anális is diacrónico . • 24

Claro está que las variaciones de expresió11 puede11 ser tan1bién un recurso

estilístico.

Ariálisis li11g ii ístico-sintáctico



103

Son, por ejen1plo, notas características de la estructuración de 1111 texto : - la repetició11 de palabras )' orden de sucesió11 de las palabras en una especie de «estribillo»; - la inclusión; - el qt1iasn10, por eje111plo A B A', o, más artística1ne11te at1n, estructt1ra co11céntrica, con10 por ejen1plo A B C B' A'.

la

La estructt1ra de u11 texto la ve111os pri11cipaln1ente por los 25 sigui en tes recursos li11güísticos : - ca1nbio de la narració11 )' del discurso directo; - ca1nbio de ten1a (se11alizado a 111ent1do por una fór1nt11a, por ejen1plo «por lo de111ás» : 1Tes4, 1; 2 Cor 13, 11); - ca1nbio de lugar)' tie111po r11ediante i11dicacio11es de lt1gar )'de tiernpo (n1ostradas a 1ne11udo por n1edio de partículas); - introdt1cción de nue\1os personajes; - acu1nulació11 de notas sintácticas, estilísticas y se111ánticas, con10 por ejen1plo el e111pleo frecue11te de vocablos que sorpre11de en algu11as secciones del texto. Así, por ejemplo, el eva11gelista Mateo en1plea a m e11 udo ~LO.XÓ.QLO~ e11 Mt 5, 1-11; en Mt 5, 18-48 : tyw ót /1.Éyw 'Úµi v; er1 Mt 6, 19 - 7, 6, negacion es, etc., )' nos l1ace \rer así las estructuració11 26 ; - fórn1 t1las cor1.1 0 frase de i11iciación: «¿ Quié11 (Le 11, 5, e11tre n1ucl1os otros pasajes);

de \'OSOtros ... ?,,

- partículas (Me con1ienza casi todas sus perícopas co11 xa.C; ad\rerbios e indicaciones de tiempo («en aquel tie1npo»; Mt 11, 25); la expresión <<por lo de1nás» para introducir un paréntesis (1 Tes 4, 1; 2 Cor 13, 11; 2 Tes 3, 1) 27 ; - epígrafes y directrices: Mt 6, 1 como introducción a 6, 2-18 ; . Mt 5, 17 y 7, 7- 14 como u11a especie de epígrafe )7 de síntesis co11firmadora 28 • 25

Sobre las notas características de la estructura, véase Bcrger, Exegese, § 4; E. Gülich - 'Y./ . Raible, Ueberleg1t11ge11 zu einer niakrostrukt¡,irclle11 Textanalyse, en E.

Gi.ilicl1 - I\.. Heger -

'V(! .

Raíble, Ling11.istisc/Je Te:i:ta11al.vse. Ueberlegunge11 zur

Gliederu11g von Texten (Papiere zur TextlingLtistik; Hamburgo 1974) 73-126, especialn1ente 75-99. 2 •

c' \ Téase Egger, Faktore11 der Textkonstitution, 184.

27

"'véase Berger, E-"'egese, 17-27 .

is Egger, Faletoren der Te::i::tkorzstitutio11; sobre los epígrafes, véase ta111bién Berger, Exegese, 24.

La lectura bajo el aspecto sincrónico

104

2.

Realización del análisis lingüístico-sintáctico

El análisis lingüístico-sintáctico nunca podrá darse por terminado. Ningún método garantiza la exhaustividad del análisis, ni puede pretender ser la única vía de acceso al mismo. El análisis no queda jamás concluido; la 1neta es una descripción cada vez n1ás exacta del texto. Como punto de partida, se recomienda también orientarse por elementos lingüísticos del texto que nos sorprendan. Esto evita de antemano un inventario esquemático y formalista de todos los posibles elementos estilísticos 29 •

El análisis lingüístico-sintáctico consiste, entre otras cosas, en confeccionar listas sirviéndose de los conceptos gramaticales básicos, en sencillos métodos estadísticos y en la comparación con otros textos.



Para describir la peculiaridad lingüística de un texto, hay que confeccionar en primer lugar una lista de los elementos lingüísticos , sirviéndose para ello de los conceptos básicos de la gramática, por ejemplo : sustantivos, artículos, pronon1bres, verbos (tiempo, modo), adjetivos, adverbios, juntivos (preposiciones) partículas, conjunciones, construcciones de relativo). E.r general, prestan una gran ayuda las investigaciones estadísticas sencillas 30 • El punto de partida pu ede ser la determinación de frecuencias de los medios lingüísticos empleados. Las cifras sobre la fre cuencia de la utilización de palabras (en el texto parcial o en los escritos del Nuevo Testamento) nos proporciona una primera aproximació11 a la peculiaridad del texto (véase, por eje1nplo, la dispersión de expresiones como ~aOLAE(a i:oü ftt:oú o i:wv ouºª''WV, EuayyÉALO'\', 61,xa1,ooúv'Y) en lo s diversos escritos del

29 30

r:leischer - Michel, Stilistik, 340.

Véase, a este propósito, M. Reiser, S_yntax und Stil des Mark r<s-evangeliums im Lic/Jt der l1ellenistische11 \!olksliteratur (WUNT, R. 2, t 1; Tubinga 1985); P. Dschulnigg, Sprac/Je, J< edaktion 1.fr1d lnt ention des Markr,¡s-Evangeliums. Eigcntürnlichkciten dcr Sprachc des Markus-Evangeliums und il1re Bedeutung für die Redaktionskritik (StBB 11; Stuttgart 1984) 74-83. Son una valiosa ª)'Uda para las estad ísticas: R. Morgcnthaler, Statistik des r1eutestame11tlicl1en Wortsc/Jatzes (Zurich 1958); Id., Statistisc/Je S) 111opse (Zurich 1971); K. Aland (ed.), Vollstandige Konkordanz zum griec/Jisc/Jen Ne1-1en Testa111ent (Berlín 1978) II, 1-305; f. Neirynck -

Análisis lingüístz:co-sintáctico

105

Nue''º Testan1ento ). Se puede calcular también la frecuencia de determinadas introduccio11es a frases, la frecue11cia co11 que se en1plean las formas de los tien1pos, por ejen1plo - en los relatos- el i1nperfecto, el aoristo, el presente histórico; puede ser tan1bién típica de u11 autor la frecuencia con que él car11bia de tiempo, y asimismo la frecuencia con que aparecen los tipos de palabras (artíct1los, SL1stantivos, pronon1brcs, \rerbos, adjetivos, etc.).

1 •

Los estudios estadísticos ayudan tan1bién a averiguar las peculiaridades lingüísticas de los textos, es decir, aquellas notas caracte1·ísticas por las cuales tin escrito se diferencia de otros. 5011 particularme11te importantes las palabras preferidas para la redacción, es decir, las palabras que en t1n autor aparecen co11 especial frecuencia e11 con1paració11 con otros escritores del Nuevo Testa1nento, y l1abida cue11ta de la extensión de st1s respectivos escritos 31 • Un tercer 111étodo, de11tro del estudio del Nue''º Testame11to, es la co111paració11 sinóptica: método que promete abundantes resultados. Mediante la cornparación de textos, se captan rápidan1en te las diferencias estilísticas, y con ello tan1bién las peculiaridades de los correspondientes textos 32 •

l

Algo parecido puede decirse de la con1paración con la literatura l1elenística (por eje111plo, de la con1paración de Me co11 la ·novela de Aleja11dro [Histo1·ia Alexand1·i Magni}) 33 . Para la literatura epistolar del Nuevo Testa1nento, es tan1bién ffiU)' inst ructiva la comparaF . van Segbroek, New Testament Vocabular; A Con1pa11ion Volt1n1e to rl1e Concordance (BETl1L 69; Lovaina 1984). 31 Berger, Exegese, 213. Para]. C. Hawkins, Hora.e S)1nopticae (Oxford 2 1909), 1



••



3.10.15, son palabras preferidas aquellas palabras que se utilizan por lo menos cuatro veces (e11 Me, tres veces) )' 110 se encuentran en absoluto en los demás sinópticos, o en el correspondiente evangelio se encuentran por lo 11"1enos el doble de veces (e11 Me, más frecuenren1ente) que en los otros dos evangelios juntos; véanse también los criterios en Dscl1ulnigg, Spracf-1e, 75s . Son especialn1ente numerosas las investigaciones relativas al le11guaje )' estilo del evangelio de Marcos: H . Cancil\ (ed.), Markus-Philologie. Historiscl1e, literargescl1icl1tliche u11d srilistiscl1e Untcrsuchungen zu1n z'\·v eiten Eva11geliun1 (\XIUNT 33; Tubinga 1984); F. Neiry11ck, Dualit)' in Mark. Contributio11s to rl1e Stud)' of Marl
li11n1s. 31 La con1paración sinóptica es tan1bién 111U)' fructt1osa, claro está, en los den1ás planos del a11álisis (sen1á11tica, pragn1ática, tipos de texto, historia de la for111ación). Para comparar el léxico empleado por los sinópticos, véase Neir)1 ncl( - van Segbroek, New Testame11t \locab14.la;J1, 203-436. 33

1\1. Reiser, Der Alexa11dcrroman und das A1arki1sevangelium, en Cancjl< (ed .), Mark11s-Pl1ilologie, 131-163 . •

La Lectura bajo el aspecto sÍnC1'Ónico

106

ción co11 la literatura del gé11ero epistolar retórica 35 .

34

,

teniendo e11 ct1e11ta la

RESUMEN E INDICACIONES PARA EL TRABAJO Las siguientes cuestiones ª)'Udarán a descubrir el léxico)' la gramática, es decir, los rnedios li11gliístico-sintácticos que se utilizan en un texto. Estas obser\ acio11es sir,re11 luego para a\ieriguar el efecto que un autor quiere co11seguir r11ediante los n1edios lingüísticos )' estilísticos. 1

- A propósito del vocabulario (léxico) Deter111inar si ha)' expresiones )' frases que se repiten; si existe predilecció11 por deter1ninadas locuciones. Deterrninar si l1a) palabras que sean típicas del léxico del autor correspondiente (efectuar la co111probación con ª)'Uda de estadísticas de ''ocabl1lario )', para la comparación entre escritos del Nue\70 Testan1ento, con ª)ruda de t111a concorda11cia). 1

- A propósito de los tipos de palabras J' partes del discitrso · Mencionar los tipos de palabras )' partes del discurso más importantes (en categorías gran1aticales: sustantivo, \rerbo, etc.).

·- A propósito del enlace Subra)'ar los pronon1bres )' conjuncio11es. Confeccionar la lista de las conjuncio11es empleadas. Mencionar los medios más in1portantes de enlazar frases, que se en1plean en el texto, )' las forn1as de yuxtaposición ;· subordinación de proposiciones, especialmente xa(, ÓÉ, yá.Q, etc. Deterrninar si ha)' predilección por ciertas fórn1ulas de i11troducción de frases. · Registrar el su jeto )' el objeto )', asin1ismo, la repetició11 léxica. 34

H. Cancik, Unters1,tcl?it,nge11 z11 Se11ecas Epistrtlae Morales (H ildeshein1 1969); K. Tl1raede, Grundziige griec/1isc/1-ro111iscl1er Brieftopik (Mu ni ch 1970);]. L. \Xll1ite, Nei•-' Testament Epistoral)' Literal1tre iJ1 the Fra111ework of Ancie11t Epistolograpl1J', en \XI. Haase (ed.), Prinzipat, 11 25.2 (Berlín 1984) 1.730-1.756. Bultmann, Der Stil der pauliniscl?er1 Predigt ('•éase la nota 22) ; S. K. Srovler~, T/Je Diat1·ibe and JJa11l's Letter to tl1e Ron1a11s (SLB DissSer 57; Ann Arbor 1981 ); H .-D. Bctz, Galatia11s. 35

Análisís lingüistico-si11táctico

107

.



Reunir los verbos que aparece11 )' su e\rentual repetició11. Deter111inar el orden de sucesión entre st1jeto )' predicado. Describir el uso de los tiempos. Deter1ninar las clases de oracio11es que aparecen con más frecuencia en el texto qt1.e se investiga .

- A propósito del estilo Mencio11ar, con ayt1da de la lista prese11tada en 1.4, las figuras de estilo e111pleadas en el texto.

- A propósito de la const1:t1rtción J' estr11ctura Detern1inar si l1a)' repeticiones de secuencias de palabras (estribillos ti otras cosas por el estilo), inclusiones )' quias111os. Deter1ninar 11asta qué pu11to se utiliza11 la narración )' el discurso . Deter111inar dónde ha)' can1bio de tenia, personajes, lt1gar )' tie111po. Co111parar la estructuració11 del texto en di, ersas ediciones de la Biblia. Tratar de explicar las eve11tuales difere11cias. Media11te las obser\ acio11es efectuadas, propo11er la estructura gt1e se cree que tiene el texto que se examina. 1

1

3. Ejemplos 3.1.

Mt 18, 15-17

El análisis de este texto n1uestra que, incluso en textos n1uy conocidos, el análisis lingüístico-si11táctico ª)'Uda a descubrir n1ás exactan1e11te el sentido del texto. 36

Al pasaje Mt 18, 15-17 suelen dársele los siguientes epígrafes ei1 las edicio11es de la Biblia: La responsabilidad con respecto al l1erma110 (T1-aducción urzida). Acerca de la respo11sabilidad con respecto al hermano (Die Gute Nacl;ricl?t). La conducta debida con el hern1a110 pecador (Pescl1, S)1noptisches A 1-beitsbuch ). El texto, en el aspecto si11táctico-gramatical, se con1pone de la 36

Bibliografía: 'V:/ . Pesch, MattlJa1-ts der SecLsorgcr. Das neue \1erstand11is der Evangelie11 dargestellt an1 Beispiel von Mt 18 (SBS 2; Stuttgart 1966); W. G. Tl1ompson, !11attl1eu.-•'s Advicc to a Divided Corrzniunity. Mt 17, 22 - 18, 35 (AnálBib 44; Ron1a 1970). I

La lectura bajo el aspecto sincrónico

108

repetició11 de una sola estructura proposicio11al en la que se da u11a instrucción para obrar: u11a oración secundaria introducida por EÚ'\' y una oració11 principal con el verbo e11 imperativo (con una excepció11).; la partícula DÉ contribuye al encadenamiento de las propos1c1011es . •

f-av eav

()f,



áµaQt1ía1J

obu &xo'Ú01J 1 DÉ µi) axo'Ú01J eCT'\1 ÓÉ JLUQUXO'Ú01J ÓÉ xal nagaxo'Úo11

ea'\ ea'\!

'Ünayt: Et"cy~ov EXÉQÓY}CTQ~

nagáA.a0n '

/

cLJtOV ·

Partie11do pues de esta f orina lingüística, se ve que el texto r10 trata en pri111er lugar de la responsabilidad con respecto al her111a110, sino que expresa r11ás que nada la preocupación por la santidad de la Iglesia. Mediante la exhortación y eventualme11te n1edia11te la expulsión (tales son las dos instruccio11es para la acción, que se dan en imperativo), hay que sal,raguardar la santidad de la Iglesia. Un texto análogo aparece en 1QS 5, 25 - 6, 1. En Qumrán, el pasaje consiste en una advertencia contra el odio 3' en ofrecer protecció11 a quien yerra, cuyo pecado no debe ser i1otificado i11mediata1ne11te a la com11nidad. La comparación del texto evangélic..,o y de la estructura proposicional que lo caracteriza con las i11strucciones que se dan en 1 QS 5, 25 - 6, 1 nos per1nite reconocer aú11 rnás clara111ente qué es lo que el texto de Mt quiere acentuar.

3.2.

Mt 28, 18-20 37

La comprensión de Mt 28, 18-20 se hace n1ás profunda, si se tie11en en cue11ta las peculiaridades lingüísticas del texto. Las tres proposiciones del texto se hallan ínti111a111e11te aso~iadas nlediante

37

Bibliografía: '«'. Trilling, Das wahre Israel. Studien zL1r Tl1eologie des Martl1aus-Eva11geliun1s (StANT 1O; Municl1 3 1964 ) ; F. Hahn, Der Sendungsa1,¡,ftrag des A1"ferstandenen. Matthaus 28, 16-20, en FestsclJrift H.-V:.1. Gens1:c/1en (Güterslol1 1980); G. Friedrich rel="nofollow"> Die formale S'truktur vo11 Mt 28, 18-20: ZThK 80 (1983) 137-183 (co11 una visió11 detallada del estado de la i11vestigación); H. Franken1olle, Jal1we - Bund und J(irche C/1risti. Studien zur Forrn- u11d Traditio11sgescl1ichre des «Eva11geliums» 11ach Mattl1aus (Münster 1984) 42-72.

A 11álisis li11 gii íst ico-si11 Lact icu

109

las conjunciones 01J\ 19) )' xui lbou ('' · 20b ). El texto adg uiere principaln1e11te su sello característico por medio de las formas \ 1 erbales: e11 el'' · 18b, el \1 erbo está en aoristo de indicativo; en los v. 19 )' 20a ha)' un verbo en aoristo de imperativo,)' tres verbos se hallan en participio (uno de ellos en aoristo, y dos en presente); en el v. 20b, el verbo está en presente de i11dicativo. Por el l1echo de que Ebóft11· (v. 18) esté al principio del discL1rso, se acentúa el carácter dinán1ico del aconteci111iento mencionado. Por consiguiente, el manda to q ul~ se da está íntin1amen te relacio11ado con el l1echo de que al hablante se le ha dado autoridad plena. El 1nandato rnis1110 se expresa en i1npcrativo, niientras qL1e la ejecución del n1andato se describe por 1nedio de participios. En una fórrnu la final, sobre la que se llama la atención media11te la introducción «)' he aquí», se promete la prese11cia auxiliadora de Jesús. 1

( '' .

Según eso, la estructuración del texto es la siguie11te:

Se n1e ha dado autoridad plena 1

f



en el cielo )' en la tierra. Yendo, pues, haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo )' del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y he aquí, )'O estO)' con vosotros hasta la consumación del mundo. )

1



Mediante una gran abundancia de relaciones con el e\rangelio total, aparece 110 sólo un interés en la composición, sino tan1bién el empeño del evangelista por sintetizar el contenido esencial del evangelio 38 . Tales relaciones son principalmente: las indicaciones de lugar («Galilea» y el «mo11te» ), los 111otivos de la duda (véase 14, 28-3 l) y de la adoración 39 , la relación objetiva con la promesa inherente al nombre de «En1manuel» en Mt 1, 23 y con la promesa de la presencia de JesL1s en Mt 18, 20.

l

El estudio de la estructura formal del texto es ta1nbién importante para determinar el tipo de texto, )' ª que para ello se pueden aducir únicamente textos co11 parecida estructura lingüístico-sin-

1

A propósito de lo que sigue, vcase especialmente Hahn, Ser1d1-tngsa1--

vi Mt, 13 veces; Me, 2 veces; Le, 3 veces;

,•

Jn,

11 veces; Hch, 4 veces. •

11 o

La lectura bajo el aspecto si11cró11ico

táctica. Teniendo esto en cuenta> \1 emos que tanto en el aspecto de la forma como en el del contenido ha) paralelismo con las palabras egóticas de sa11 ] uan (las palabras del evangel io de] uan con1ienzan por «Y o SO)'»), y·a que también éstas constan de una au torrevela40 ción> de u11a exigencia ) de u n a prom esa . 1

1



3.3.

Me 1

Au11que Me 1 está compuesto en su mayor parte por perícopas sueltas, sin embargo el redactor ha plas1nado la sección para cor1vertirla e11 ur1 todo t1n ifor111e. Así apa rece ya e11 la for111a lingüístico-sin táctica del texto 41 • Caracteriza a este ca1-1ítulo la predi lección por determinadas palabras: en Ul1 texto tan breve Se em pJea Ol1Ce veces eu{}ú~ 4 ~; ade1nás, ha)' t111a serie de vocablos preferidos de Me: «impuro> entrar> doctrina> asombrarse, nát.. l.'\1 , nol"/1.(1, pregt1ntar, notorio» ·t.'. Se titilizan preferentemente detern1inadas con1binaciones de palabras )' frases: duplicaciones de expresiones las en con tramos en 44 1, 14s; 1, 32; 1> 45 ; las frases se uner1 paratáctica1nente por medio 45 de xa( ; i11cluso las nue\ras secciones con1ienza11 por xa[; en el e1npleo de los tiempos, alternan el aoristo)' el presente l1istórico, )' a esto se añade el empleo de la conjugación perifrástica. Can1bia la posición del \rerbo en las frases (verbo delante del sujeto o \1 e rbo 46 después del sujeto) • Por lo que respecta al enlace por 1nedio de pronombres, nos llama la atención el l1echo de que, al con1ienzo de las perícopas, el nombre de «] esús » no se halle sino en 1, 9 )' 1, 14. Forn1an parte también del estilo de Me los detalles pintorescos e intu itivos (1> 33) y las explicaciones subs iguientes (1, 19). 4

Se csrudi:l esto dctalladan1entc en J.'ricdrich, forn1ale S'tri mensaje del Apocalipsi5. · :

41

Véanse los co1ncntarios; concrctan1ence, Egger, FrolJbotsc/Jaft f{11d Lel;re,

39-43. 4

-

~

41

En tota l, 41 ' 'ecc5 en Me. r:i1{}ü; (Mt 18; Me 41; Le 7; independienten1ente dC' Jv1 c, 5 veces en Mt, una

vez en Le); núJ,t\' (7-28 -3); Jft)i,i,á (cc)mo adverbi(); 0-9-0). 14 · 4

Véase Neirvnck, D11alit¡•, . . sub lc)CO.

~ A excepción del v. 14, incierto dc5de el punt() de vista

4 "

de la crítica textual.

La parátaxi5, el orden de las palabra5, el en1pleo de lo5 ticn1po5, el plconas1110, la n1on oto r1ía léxica y la técnica narrativa corresponJcn mucha5 veces al libre> popular helenístic<.) de 1,1 novela de Alejandr(1: f(c.:iscr, A/c).-a11derroma11 11r1d A1arkrtSC"i.'ar1geli11111, en Cancik (ed.), A1arkusp/1ilologie; Id., .S~vnta.\· u11d .S'til des /\fark1{seva11geli11n1s ir11 Lic/.11 rlcr /Jclle11istiscl.1e11 \lofkslitcrat1-1r.

Análisis lingüístico-sintáctico •



Como armazón para la estructura del capítulo se utilizan tres sumarios con la palabra clave X.'Y)QÚOOEL'\ que, mediante la forma de la inclusión, l1acen una unidad con todo el material del capítulo: 1, 14s - 1, 39 - 1, 45. Por n1edio de los ' '· 1)'14, se precisa que esa proclamación es la proclamación del «evangelio». También los v. 1, 4s (acti\ idad del bautista: proclamación )' afluencia del pueblo) y 1, 45 (proclamació11, aflL1cncia) se puec1c11 ver co1no L111<1 gran «inclL1sió11» del capítulo. Por medio de estos su1narios, Marcos designa, dada la estrL1ctura exterior del texto, el conte11ido del capítulo con10 procla111ación. Aden1ás de este enmarcamiento entre 1, 4s y 1, 45, se ()bser\ a11 otros enn1arcan1ientos menores, por ejemplo 1, 21 s y 1, 28 ( <<ense1ianza»); 1, 14s y 1, 39 («proclamación») y un q uiasmo e11 1

.1 1

1l 1

,

1

1

1,32-34.

Las \ ariadas narraciones particulares están t1nidas entre sí de 1

1

di\ Crsas n1aneras. El capítulo muestra la for1na episódica de narrar, que· es típica de 1\1arco~ -1"' . 1

' " 1-8: preparación para 9, 14; el\'. 1 remite al'' · 15;

' •

, .. 9-13: estructurados mediante c.1r&tit;, que aparece dos veces; \'. 14-39: estribillo en 1, 14 )' 1, 39~ Jos''· 21-38, que son la

descripción del < )' por indicaciones de lugar y de tiempo; 1



\'. 40-45: u11idos de mar1era bastan te libre; el ' ' · 45 es el punto

cul111inante semá11ticamente del capítulo -1x.

La uniformidad ). forma acabada del capítulo aparecen también en las cinco diatribas que siguen a continuación (Me 2, 1 - 3, 6)> )' e11 las que \ emos el contraste \ ivo con ese ilin1itado círculo de acción ) con esa afluencia de multitudes entL1siasmadas; ahora sigue 49 el e11frenta1niento con los adversarios . 1

1

1

'

3.4.

Flm

Por St1 brevedad, poden1os analizar e11 .su totalidad, y no sólo en seccio11es, la carta del apóstol san Pablo a Fil~n1ó11. Esta carta es> 4

C. Breytcnbach, Das A1ark1tscva11gcliu111 als cpisodisc/Je Erzá"/;/1111g. Jv1it Ucbcrlcgungen zu n1 vAufbau» de:-. Z\Veiten Evangcliun1s, en r-:. Hahn (ed.), Der Erz.i/Jler lles E·vangeli11111s. Mcthodi~chc Neuansatzr in dcr Mark.usforscl1ung (SBS 118 1 119; Scuttgart 1985) 137-169, cspccialn1enrr 157-161. -

• 1

4



Ciare> c:stá que Me 1, 45, según la tcrrninología y la sen1ántica de Jvlc, debe tra11 1111ida ) e~ diferente. 4 ''

'

Sc>brc la peculiaridad !><:mánrica de Me se hablará n1ás tarde.

La lectura bajo el aspecto sincrónico

112

por tanto, especialmente adecuada para poner en práctica las diversas etapas metodológicas 50 . Flm n1uestra una estructura clara: dirección con bendición (''. 1-3), parte de acción de gracias (v. 4-7), parte de súplica/exhortación (v. 15-21), saludos finales y bendición (v. 23-25) 51 • Es verdad que en la parte de súplica hay una cesura entre el v. 20 y el v. 21; no obstante, los v. 21 y 22 deben atribuirse a esta parte, ya que el v. 21 hace hincapié en el deseo de la parte de súplica y el v. 22 añad e un nuevo iinperativo (véa11se los imperativos de los v. 17s.). La dirección y el final de la carta constituyen también u11 paréntesis que enmarca e incluye a la carta, porque ofrecen el tema de los colaboradores y una bendición. Asimismo, la parte de acción de gracias y la parte de súplica están íntimamente engranadas la una con la otra, porque palabras y temas importantes de la parte de acción de gracias se repiten en la parte de súplica, aunque en esta última aparecen como una con cretización de lo s enunciados ge11erales de la parte de acción de gracias 52 . Por lo que respecta a los tipos de palabras, sorprende el que se empleen muy pocos adj etivos. Pronombres los hay en cada frase, y entre ellos el uso d e f.yw en varios lugares hace referencia con marcado énfasis a quien remite la carta: v. 13.19 (dos veces) .20 53 • Los tiempos de los verbos cambian n1ucho : el prese11te para los verbos que introducen las partes de la carta; aoristo (epistolar) para los procesos que se refieren a la acción de escribir y enviar la carta (v . .21 y 12). Los imperativos no aparecen sino en los v. 17s y luego en el v. 22. En la carta, la concatenación está asegurada por m edio de pronombres, ya que cada frase contiene un pronombre 54 • Las conjunciones producen también un efecto parecido ; es notable 50

Véanse los comentarios. Estudian la carta a Filemón (Flm) desde el punto de vista del método: F. F. Church, Rl?etorical Structure and Design in Paul's Letter to Pl1ilemon: HThR 71 (1978) 17-33; Groupe de Montpellier, L ,építre de Paul a Philémon: SémBible n. 11 (1978) 7-17; M. M. de Gaulmyn, Réflexion sur l,épitre a Pl?ilemon: !bid., 18-23; J. Lal1nemann - G. Bohm, Der Philemonbrief Zur didaktiscl1e11 Erschliessung eines Paulusbriefes (Gütersloh 1973); J. Z111ijewski, Beobachtungen zur Struktur des Philemonbriefes: BibLeb 15 (1974) 273-296. 51

Se discute la estructura del final de la carta. Lohse, Phlm, agrupa los v. 21-25; lo mismo hace Stuhlmacl1er, Phlm; Gni lka, P/?lm, estructura la carta según los puntos de vista de la antigua retórica: prescripto (v. 1-3), proemio (v. 4-7), argum ento (v. 8-16), epílogo (v. 17-22), postscripto (v. 23-25). 52

Groupe de Montpellier, L,épitre de Paula pJ,ilémon, 19.

53

Una frecuencia sorpre11dente en las cartas de Pablo: Rom, 20 veces; 1 Cor, 30 veces; 2 Cor, 19 veces; Gál, 10 veces; Flp, 6 veces; 1 Tes, 2 veces. 54

\léase Zmijewski, Beobachtungen, 282.

Análisis lingüístico-sintáctico

113

especialmente la conjunción concatenadora ÓLÓ al comienzo de la parte de acción de grac.ias, y yag en el v. 15. Los v. 20s.23s )' 2 5 causan la impresión de estar menos concatenados.

¡

1 1

1• 1



j

1

En la presente carta se crea una concatenación de particular 55 intensidad mediante la recurrencia y paráfrasis de expresiones • Así ocurre pri11cipalmente con las secciones de los v. 4-7 y de los v. 8-22, pero. sucede tan1bié11 en los demás versículos : ayán:'Yl : V. 5.7.9.16 y ayan'Yl't:Óc;: v. 1.16; 'I11ooüc;: v. 1.3.5.9.23 .25; Kúg1.,oc;: V. 3.5.16.20.25; Xgto-róc; : v. 1.3.6.8.9.20.23; xotvwvCa : v. 6 y x.otvwvóc; : v. 13; orc/"áyxva : v. 7.12.20; avarcaúoµa1., : v. 7.20; Ó.ÓcAcpÓ~: v. 1.7.16.20 )' aOcAcpÉ: v. 2; Oo'ÜAo<; : v. 16 (dos veces); JCQOOE'tJXa( : 56 v. 4.22; ITaüA.oc; : v. 1.9.19 ; ófoµtoc;: ''· 1.8 y OEoµoC: v. 10; O'lJ'\'EQyóc;: v. 1.24 y u niones con oúv : o'Uo-rgai:LW1:1'l<;: v. 2; o'Uva1.,xµá/"w-roc; : v. 23; nCotL<;: v. 5.6; nagax.aA.fw: v. 8.1 O; EX ELV: v . 7.8.17 y compuestos x.ai;ÉXElV: V. 13; an:ÉXEL'\': v. 15; JCOLELV: v . 14.21; xág1.,c; : v. 3.2s: oc; : v. 9.14.16.17. Otros medios lingüísticos empleados 57 son: antítesis : v. 11 (<>); 14 («por coacción - por libre voluntad»); 16 (<<esclavo-hermano»); paralelismo: v. 13 (configuración paralela de las frases); merismo: v. 16 («en la carne y en el Señor>>); precisiones: v . 12 («a él, es decir, a mi propio corazón>>), 19 («por no decir»); gradación : sobre todo en el v. 16; detenninación más concreta de las personas por medio de aposicio11es, por cuanto todos los nombres propios que se mencionan en la carta reciben una aposición 58 .

1 1







55

Véase Ibíd., 277-285.

56

Además de e11contrarse en la dirección de la carta, «Pablo» se encuentra también en 1Cor1, 12.13 (2 veces); 3, 4.5.22; 16, 21; 2Cor10, 1; Gál 5, 2; 1Tes2, 18.

1



1 . 1

57

Véase Zmije~rsk.i, Beobacl1tu11gen, 283-285.

58

Más tarde se hablará del análisis semántico y pragn1ático de Fln1.

9 '

Análisis semántico

Cuando alguien pregltnta: «¿Qué sig11ifica la palabra que acabas de decir?», o «¿Qué quieres decir con eso?», entonces está pregunta11do el sig11ificado 59 de u11 sig110 lingüístico o de L111a secue11cia de sig11os; está i11teresado en la faceta del co11te11ido, en el conte11ido e11u11ciatÍ\ro de la palabra o de la declaración. E11 la \ ida cotidia11a l1ay di,1 ersos medios para esclarecer el significado de L1na declaració11, por ejen1plo el de l1acer preguntas aclaratorias. En los textos antiguos, co1no so11 los textos bíblicos, i10 existe esta posibilidad, y, sin embargo, en ellos, por la dista11cia temporal y cultural, es especialn1e11te grande el peligro del malentendido. Y, así, la búsqueda del sentido )' del significado de los textos bíblicos es una tarea especialme11te difícil. De esta tarea se ocupa la sen1ántica. 1

La se1nántica es la ciencia que estudia el sig11ificado de los signos )' secuencias de signos lingüísticos 60, es decir, de las relacio11es entre la forn1a de los signos y el contenido de los mis1nos en las palabras, las frases )' los textos. El análisis se111ántico de un texto busca una respuesta a la pregunta sobre qué es lo que u11 texto quiere decir, )' qué es lo que se quiere dar a ente11der co11 detern1inadas expresiones )' frases utilizadas en el mis1uo.

·una

n1etodología para el est11dio de la se1ná11tica nos e11se11.a có1no puede averiguarse el sig11ificado de las palabras, las frases )' los textos. Es verdad ql1e algu11as expresiones 110 i·evela11 su sentido 511

G. Leecl1, SeniaJ1tics (Middlesex 1974) ren1ite a C. K. Odge11 - l. A. l\.icJ1ards» T/Jc A1ea11ing of t/Je lvlcar11:11g (1923) 186s, qu e aducen 22 definicio11es del

«sig11ificado» de significado. t.r-

Ulricl1, Li11g11istisc/Je Gr1111dbegriffe, 138.

1

1

A11álisis semá11tico

1

• 1

115

si110 dentro del contexto de frases )' textos, pero se pueden exa111inar por separado ''arios pu11tos esenciales: la semántica del tér1nino )' del co11cepto )7 la semántica -propiamente tal- del texto, así con10 también la semántica de las estructt1ras 11arrati"\1 as .

1

1



La semántica del término se ocupa del significado de una palabra; la sen1ántica del texto, del significado de todo un texto. Sin co11ocer el significado de las palabras, no puede entenderse clara111e11te un texto; y sin e11tender el significado de un texto, no pL1ede e11tenderse claramente L111a sola palabra aislada. La con1prensión, ta1nbién en este caso, se realiza en círculo .

1 1

'



1



1 '

SEMANTICA DEL TEXTO

1

En la primera lectura de un texto, el lector adquie1·e )'ª una determinada idea sobre el contenido )' el sentido del inismo. El lector es capaz de decir de alguna n1anera de qué trata el texto; es capaz de sintetizar el texto. El análisis semá11tico de un texto ª)'Udará a 11acer que sea i11ás profunda esa prin1era co1npre11sión del sentido de dicl10 texto, a superar cualquier malentendido, y a fundan1entar la idea que se posee sobre el se11tido del texto.

1

Lecturas Ha)' iniciaciones al método del análisis semántico de textos en

\'arios estudios sobre textos concretos: H. J. Hauser, St1·ukturen der Abscl;lusserzdhlung der ApostelgesclJicl;te, 51-177; D. Mí11gt1ez, Pen61 tecostés, 71-150; W. Egger, Nac/1folge, 79-136 •

1.

Modelo de texto y modelo de lectura subyacentes al análisis semántico del texto

El modelo de texto sub;1 acente al a11álisis sen1ántico corresponde a la visión estructt11·alista del texto, tal con10 se expuso e11 el c. 2.



l 1

1

1

Mínguez, Pe11tecostés; Hauser, Str11kt1tre11 der AbsclJl11sserzalJl1111g der ApostelgescJJicJJte; Egger, Nacl~folge. Para la se111á11tica de los textos propian1e11te tal, ha)' que re1nitir a Grein1as )' su escuela (también los autores mencio11ados recogen n1uchas sugerencias a Grein1as) : Courté~, l11trod1!Ctio11 a la sérniotic¡rte narrative et disc11rsiv c; Grein1as) Se111a11tica str11tl11rale; Id., D11 sens; Cahiers Eva11gile, !11iciació11 al a11álisis estr1,1cl1-tral (Estclla ~ 1985); Grot1pe d'Entrever11es, A11alJ•Sc sémiotiqi-te fles te,"l:tes (trad. esp.: A11álisis semiótico de los textos); Id., Sig1ies et pariiboles (erad. esp.: S'ig12os J' parábolas); 1.:ossion ) Leggerc le S'critttrre . "





La lect1fra bajo el aspecto sincrónico

116

1

El texto, en el aspecto sen1ántico, es el conjunto de relaciones (estructura) existe11tes entre los elen1entos de sig11ificado del texto. El texto es un todo, una especie de «microuniverso semántico»

62



Los diversos contenidos de significado pueden estar inás o menos íntimarnente asociados tinos con otros (o. puede11 no estarlo en al1soluto), como se \ 'C c11 la figt1ra 10. ,



e

a •

d----

1

f

e I; igura 1O.

l 1

1

t

!

Estr14-clura de los co11te11idos de significado.

La acción de leer y d e descifrar el sentido está e11 consonancia co11 la producción de un texto. Para la producción de textos, desde el punto de vista sen1ántico, podrá servirnos de modelo el proceso de hacer una co111posición sobre algo : Ei1 prin1er lugar se tien e sólo el téma; ese te1na se desarrolla luego, exponiendo uno por uno los diversos aspectos del mismo, es decir, los contenidos de significado que se encierran en el tema, y poniendo tales contenidos en una sucesión determinada. El desarrollo del tema se efectúa principalmente por medi o de la redundancia (la repetición) de los elementos de se11tido; con el fin de aclararlos, se pueden introducir también oposiciones, etc. La uniformidad del texto, en el aspecto se1ná11tico, es determinada por la uniforn1idad de los objetos y realidades designadas 63 • La coherencia semántica d e un texto puede ser más o menos sólida. En la recepción, el lector recorre el can1ino inverso, tratando de \ 1 er en su conexión los elementos de sentido dispersos por el texto y 62

R. Lack, Lett1-1re strutturaliste del/' antico testanie11to (Roma 1978) : «uni, erso semár1tico» (a propósito de Os 4, 1-14); Mínguez, Pe11tecostés, 74, 145-150, l1abla 1

de un «u11iverso significativo»)' de un «SÍsten1a semántico», que consta de contenidos de significado relacionados n1utuan1ente. 63

Plett, Textwisse11schaft, 102.

Análisis semántico

117

de descifrar de esta manera el n1Ísmo 64 • Con10 la acción de leer se entiende con10 desciframiento, con10 u11 descubrir las co11exiones de sentido entre los ele1nentos del texto, resulta que la lectura, por principio, no se conclu)'e nunca. El lector puede descubrir siemp r e nuevas conexiones de sentido. Por tanto, según esta concepción, el texto, tanto en virtud de su estructura con10 en ''irtud de la pecL1liaridad del acto de leer, 110 es portado1· (Íe un se11tido claro y distinto , sino «el lugar de posibilidades de sentido».

El texto, con sus elementos de significado, es el «ll1gar de sentido múltiple» 65 • El texto es tan1bién, en sí 111ismo, el sisten1a de refere11cia: cada elen1ento ren1ite a otro elemento

66

.



1 •

1 1

' •



l

. l



t

Hallar el sentido de un texto no es un procedimiento inecánico, sino que se encuentra ínti111a111ente relacio11ado con la índole personal y el saber cultural del lector. Sin recurso al saber cultural, no se pueden descifrar sobre todo los textos del pasado. Las informaciones adicionales, que son necesarias para co111prender, pueden o bien reelaborarse en cada caso a base de los textos de la correspondiente cultura, o bien averiguarse (en síntesis) a base de monografías )' diccionarios. Para trabajar sobre textos bíblicos es necesario tener en cuenta, por lo menos, los paralelos más i1nportantes to111ados del entorno, por ejemplo mediante la comparación con paralelos del Antiguo Testamento )' con paralelos del mundo circundante hele, . n1st1co.

2.

La realización del análisis semántico de textos

En la primera lectura, el lector se halla ante un conjunto de <


64

Consúltese todo lo que se dijo sobre la lectura.

65

Bartl1es, L 'anal)1se str1-1.cturale, 188: «le lieu des se11s, le lieu des possibles du

1





texte». 66

Barthes, L'a12al;1se st1·itcl1trale, 185;-véase Egger, NaclJfolge, 81.

67

A las palabras se las llan1a lexe1nas en cuanto so11 elementos que constituyen el vocabulario: elementos que, con10 entradas de u11 léxico, existen tan1bién ir1d ependienteme11te de los textos. 1

-·-

La lectura bajo el aspecto sincró11ico

118

Pues bien> cornprender u11 texto consiste en clasificar )' ver en su conexió11 el gran co11j unto de elen1e11tos que constituyen el 68 texto> )' con los que el lector se encuentra . La se111ántica da instrucciones para reconocer ese conjunto como multiplicidad ordenada, con elen1e11tos que se hallan en determinadas relaciones 111utuas. Para averiguar el se11tido de los textos, se enseña un procedi111iento detallado de a11álisis )' que reqt1ie1·e mt1cho tien1po, )' varios procedimientos de a11álisis abreviados, )' se lla1na la ate11ción sobre la importancia de las infor1naciones adicionales.

2.1.

Realización de 1-in inventa1-io seniántico

Un primer procedi111ie11to para averiguar el sentido de un texto es la realización de u11 Ín\rcntario de las notas características del 69 sig11ificado de un texto • La expresió11 <
En una primera etapa se reúnen en grupos los lexemas / palabras afines por su significado. E11 cada texto aparecen detern1i11adas expresiones )' detern1inados co11te11idos de sig11ificado que tienen afinidad entre sí por razón de su significado. Un ejen1plo extremo es un informe meteorológico, que casi no consta más que de una lista de denominaciones de fenón1enos meteorológicos; algo parecido podría decirse, por ejemplo, de una composición literaria sobre la primavera. Y lo mismo hay que decir de todo texto col1erente. Así, por ejemplo, e11 Así describe Marguerat, Strukturale Textlektitren, 64, la idea que tanto acaricia Barthes. t.ii

69

Barrhes, L 'anaÍ)'Se str1,¡cturale, expone el método )' lo pone en práctica en Hch 10-11 ; véase también Grein1as, Sen1a11tica str1ttt11rale, 169-205 ; ade1nás, Greimas, L 'a11al; se struct11rale, 269- 308, nos ofrece un a11álisis del universo semá11rico de Bernanos. 1

70

Las etapas i11etódicas se exponen en Mínguez, Pe?:Jtecostés, 73- 85; Hauser, Str11kt11ren, 51-59; Fo!>sion, Leggere le Scr1:ttttre, 67-74; L. Pani er (ed.), Petitc introductio11 a l'anaÍJ Se des Lextes ... : Sé1nBibl 38 (1985) 3-31. 1

..

Análisis sen1ár1tico

119

el texto sobre la vocació11 del joven rico e11 Me 1 O, 17-31, ju11to a otros grLipos de palabras afi11es por su significado, l1a)' u11 grupo de verbos de ino\1 i111ien to: po11erse en camino, correr, llegar, seguir, marcl1arse, entrar ( ei1 el reino), alca11zar (el reino), etc.; u11 segu11do grupo lo co11stituye11 las palabras sobre pobre/rico. Para el «inventario» del texto hay que realizar tal agrupació11. Un examen atento del texto ·de Me 10, 17-3111os 111t1cstra c11to11ccs que casi todos los lexemas del texto pertenece11 a una de las tres clases paradign1áticas siguientes 71 :

-

Hacer

Poder

\!ida eterna

l1acer algo vender

capacidad huma11a

dar a los pobres

difícil

dejarlo todo

posible/in1posible

l1eredar la ''ida eter11a tesoro ei1 el cielo entrar en el reino de DLos ser salvo

a)'uda divina •

Y, así, el prin1er paso consiste en deter111i11ar qué elementos de un texto se corresponden por su significado. De esta I11anera se for1na11 grL1pos de expresiones afines ei1 cuanto a su significado. Esos grt1pos de ele1nentos que se corresponden se deno111inará11 e11 adelante «lí11eas de sentido » 72 . La expresión «lí11ea de sentido>> es una 111etáfora: tal línea recorre el texto corno u11 l1ilo rojo. En el caso extre1110, por ejemplo er1 un informe meteorológico o en una lista, el texto contiene sólo una línea de sentido; pero en la mayoría de los casos el texto contie11e diversas líneas de sentido.

, •

E] inventario completo de un texto trata de deter1ninar todas las líneas de sentido de un texto, es decir, trata de 11allar, en relación con cada elernento del texto, comenza11do por la primera palabra, 73 los ele1nentos que le corresponde11 . Tal i11ventario completo de todas las líneas de sentido i1npide que sólo se tenga11 en cuenta detern1inados elementos, pero su elaboración requiere mucho tiempo y algunas veces pod1·ía inducir a co11fusión; así que, a los con1ienzos, es reco1nendable averiguar sólo cuáles so11 las lí11eas de sentido inás in1portantes. Claro que, con ello, surge al 1nis1no tiempo la cuestión de saber cuáles son esas líneas. 71

A propósito de Me 10, 17-31, véase Egger, Nachfolge, 84-120.

72

No ha)' u11iformidad en cua11to a la manera de designar a los elen1entos que se corresponden por stt sig11ificado. En los .estud ios de i11vestigación se habla a este respecto de «isotopía » o de <(ca1npo léxico» («Worrfeld»), pero con estos términos no se piensa er1 los n1isn1os aspectos a que nos rC?ferin1os co11 el térn1ino propt1esto de «línea de se11tido». 73

Traté de confeccionar u11 inve11tario en cierto modo completo a propósito de Me 10, 17-31: Egger, Nachfolge, 84-120.

La lecl1tra bajo el aspecto sincrónico

120

Para reducir el material de in\restigación, hay que ter1er e11 74 cue11ta deter111i11ados criterios • Tales criterios para la selección de los portadores de sig11ificado más i111portantes pueden ser: conceder privilegio a las expresio11 es autosernánticas (q u e llevan en sí un determinado sentido), ya que éstas contribuyen más al sentido de un texto que los lexemas sinse111ánticos (denorr1inados ta1nbién palabras ele funció11, y que son las preposicio11es, las c,onju11cio11es, las r1egaciones, etc.) 75 . Con ello, en la ina)roría de los textos, se aparta rnás o menos del a11álisis u11 grar1 grupo de palabras, a las que se considera n1enos i111porta11tes 76 • Para la co11stitució11 del se11tido del texto so11 especialmente i111portantes aquellas expresio11es que aparecen a menudo en el mismo. Esto se determina efectuando u11a estadística de palabras que salen en el texto 77 • De esta nlanera se puede averigt1ar ya cuáles so11 los pu11tos ese11ciales en el 111isn10. Su i111portancia la adquiere11 las palabras (aunque aparezca11 una sola \rez) por su situación en la frase, por el paralelisn10, etc. 78 • Al efectuar el a11álisis de los segn1entos de texto, hay que tener en cue11ta tan1bién, en el caso de un autor determinado, cuáles son los vocablos preferidos que le caracteriza11 79 •

1

-

En la segunda etapa de trabajo se averiguan cuáles son las oposiciones sen1ánticas, es decir, las oposiciones que l1ay entre los conte11idos de significado del texto. De esta n1anera se hace patente de qué cambio se habla en el texto. Y esto no se aplica sólo a los textos narrativos. En el caso de Me 10, 17-31 se observan las siguientes oposiciones: rico - pobre • • ser rico - 1r en segu1m1e11to ir en seguirniento - marcharse ir en seguimiento - afligirse ser pobre - tesoro en el cielo adherirse a Jesús - adl1erirse a la riqueza •



74

Sobre los criterios: Grein1as, Sen1antica, 169-205; Mí11guez, Pentecostés, 77-85; Hauser, Strukture11, 54s. 75

Mí11guez, Pentecostés, 75; Hauser, Strukture11, 54s.

76

Los «verba dicendi» 110 pertenecen sin más a las expresiones sinsernánticas (véase el estudio sobre los verbos de decir en el a11álisis 11arrativo). 77 78 79

Mí11guez, Pentecostés, 81s; Hauser, Strul~turen, 46s.54. Hat1ser, Str1"'kt1,,,re11, 55. Mí11guez, Pentecostés, 78s. •

1

Análisis se1nántico

121

familia terrena - hermanos bun1ano - divino en la tierra - e11 el cielo el primero - el últin10

En la tercera etapa se ordenan las líneas de sentido )' las oposiciones para constituir grupos que las abarquen. A propósito de Me 1O, 17-31 ., pac1on: •

rico riqueza l1umano primero

80

obtendre1nos la siguie11te agrt1-

,

pobre





afligirse último·

divino reino de Dios tesoro en el cielo hermanos )' hern1anas primero •

Para tern1inar, l1ay que i11e11cio11ar aquella t111idad de sig11ificado ( «Sen1a») que recorre el texto entero y que explica las tra11sformaciones presentadas en el texto . P ara ilustración, es muy adecuado el «cuadrado semiótico >>. Se e11tiende por él una representación gráfica en la que (co11 modificación del cuadrado lógico) se van representando las relaciones entre los elementos de significado 81 • Partiendo de una categoría semántica binaria del tipo de «negro versus blanco» (s l versus s2), el cuadrado semiótico tendrá las siguientes formas, que se presentan en la figura 11 82 .

••



¡¡:¡ 81

Véase Egger, Nachfolge, 153s.

Greimas, Du sens, 137. \léase la exposició11 que se l1ace ei1 Egger, Nachfolge, 19-27. Para una tende11cia de la escuela sen1iótica, este cuadrado sen1iótico es instru111ento ese11cial de trabajo: Cahiers E''angile, !t1iciación, 39; Groupe d'E11r r cver11es, A11aÍ')1se séniiotique, 129-135; Id., Sig11es el paraboles, 23-34. A propósito de Os 4, 1-14, Lack, Lettttre str1-ttt1traliste (véase 11ota 62) 146, ofrece u11 cuadrado así con las categorías «la vida vers1<s Ja muerte». 82 Greimas, D¡,1 sens, 137 (n1odelo 1), 139 )' 160 (modelo b). l

122

Lc1 leccurtz /;ajo el aspecto si11crcí11icu

s a)

s

Serna/co ntenido de significado -- -- Relación e11tre contrarios Relación entre contradictorios . . . . . . ... .... Relación de implicación

s 1- - - - - - - - - - - - s2 • •

.. .•



• •

. • .• ..•

.• . •

• • • • • • • ••

=



.• ,

.. • •

s2 ____ ________ s 1

s p

Presuposición

...~1------~... Contradicción

s2

sl

r:igura 11.

El c1"adrado ser11iócico.

Este cuadrado 1nuestra las estructuras de sentido dentro de un universo semántico. Con10 la aplicación de este cuadrado ex ige un análisis n1uy exacto y muestra una serie de premisas, no podemos detener11os aq uí en su estudio. A propósito de Me 10, 17-31, el 83 cuadro semiótico se representa en la figura 12 : Riqueza Apego a la familia y a la riqueza

Tesoro en el cielo Adhesión a Jesús Seguimiento



No hay teso ro en el cielo No hay adhesión a Jesús

No hay riqueza Despego de la familia y de la riqueza '

r:igura 12.

El cuadrado semiótico aplicado a Me JO, 17-31.

El inventario de las características semánticas necesita bastante tiempo, porque algunas conexiones no se desvelan sino después de

to

Egger, Nachfolge, 159.

Análisis semá11tico





123

una lectura prolongada. Con10 tal inventario completo exige n1ucl10 tien1po, van1os a exponer algunos procedin1ientos abreviados para el análisis sen1á11tico.

2. 2.

Procedimientos ab1·eviados pqra el análisis semántico

Ade1nás del procedi111iento, que exige mucho tien1po y que 110 ofrece iguales resultados en todos los textos, l1a)' tarr1bién varias forn1as de procedimiento abreviado que pern1iten cierto control de la idea que uno se forma del texto.

• \! olve1· a escribir el texto Se adquiere una visión de conju11to del sentido del texto, cuando se procede a escribir el texto, pero con otra disposición, por ejen1plo escribiendo unas debajo de otras, en colum11as, todas las palabras que pertenecen a una deter1ninada clase: todos los sujetos, predicados, objetos, circunstancias.

• Jndicación del contenido textos un tanto largos, es recomendable ofrecer prin1eramente una sobria indicación del contenido, siguiendo por eje1nplo la siguiente lista: qué sucede - quién (habla o actúa) - para quién(es) - cuándo - dónde - por qué, etc. Ei1

• Redacción )' comparación de epíg1·afes

1

. El epígrafe que se pone sobre un texto tiene la finalidad de proporcionar al lector su primer acceso al texto . Los textos de nuestros días llevan, todos ellos, un epígrafe (o título). También las modernas ediciones de la Biblia ponen casi sie111pre epígrafes a las diversas perícopas. El epígrafe del)iera ser fiel al texto resumiendo su mensaje y, al n1isn10 tiempo, debiera ayudar al lector ofrecién84 dole una especie de fó1·mula • La redacción de epígrafes no sólo es útil con10 método para el estudio práctico de la Biblia 85 , sino que 84

\7éase Egger, Ueberscl1rifte11 als LeselJilfc.

ii:. Las orientaciones para la redacción de epígrafes (o títulos) so11: «Busca para

un texto bíblico un epígrafe q.ue compe11die el mensaje/ llaman1iento del texto». Como verificación se pueden discutir en grupo los epígrafes gue a cada uno se le l1an ocurrido. Sobre el método, véase Egger, Gen1ei11san1 Bibel lesen, 35s.



La lectitra bajo el aspecto si11crónico

124

este método ª)'Uda ta111bién en el trabajo exegético propiamente tal, per111itiendo captar r11ejor el contenido y la intenció11 e11unciativa de un texto . Los epígrafes pueden ser l{erig1náticos, con1pendiando el 1nensaje del texto: Jesús, la luz del mundo (para J n 9), o parenéticos (exhortativos), l1acie11do un llamamiento al lector: decisión e11 favor del Hijo del hombre (tan1bién para Jn ~) . Asin1ismo, la co111paración e11tre los epígrafes qt1c se da11 a 'Un texto e11 las di,1 ersas edicio11es de la Biblia ofrece un primer acceso a la con1pre11sió11 del texto. Este 1nétodo, que procede del estudio práctico de la Biblia, a)1 uda tarnbién a la reflexió11 sobre la prir11era con1pre11sió11 del texto.

• Elección del versículo más importante El n1étodo co11siste en que el lector rnencione el versíct1lo que a él le parezca ser el 1nás i111porta11te en t111 texto. Luego l1abrá que dar razones de la elecció11 que se 11a 11ecl10.

• Comparación entre textos afines Con1parando textos, se ve de manera patente en qué se hace r11ás l1incapié en los diversos textos. Así lo vemos, por ejemplo, con1parando los p1·aescripta de las cartas paulinas y cotejando los textos paralelos de los eva11gelios sinópticos 86 • De esta manera, nuestra n1irada se aguza más para captar inejor el enunciado del texto que se examina o de los elementos del mismo.

2.3.

Proporciona1·se irzformaciones adicionales

Tratándose de textos antiguos, que se hallan a distancia temporal y cultural de nosotros, las informaciones adicionales son absolutamente necesarias para la recta comprensión de dichos textos 87 • En el caso de los textos bíblicos, esta necesidad es tanto más imperante por la limitación del «corpus» textual que tenen1os a11te nosotros. Las ii1formaciones adicionales, al comienzo del trabajo cie11tífico, pueden tornarse de la bibliografía especializada sobre el ten1a. Para el trabajo científico propia1nente tal, l1ay que tener en cuenta los paralelos de la historia contemporánea, especialmente los paralelos en n1ateria de historia de las reli86

Sobre la co111paració11 entre los sinópticos, véase el c. 12.

87

Titzn1an11, St1·1"'kturale Texta11al;1se, 263-322.

1 • 1

Análisis sen1ántico

125

88

giones . Claro está que el sig11ificado sacado del 111is1no texto, y debidamente probado, no puede confirmarse ni refutarse por lo 89 qt1e se sep a de datos exteriores al texto (datos extra textuales ) .

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO Y DE LAS INDICACIONES PARA EL MISMO Resumiremos breve111ente las etapas de trabajo que se deducen de la aplicación del método. 1

1 1

• ,



1

1

i

1 1

'

- Realizar un i11ventario semántico La realización de un inventario completo de los elementos de significado se efectúa confor1ne a la siguiente regla: En relación con cada elemento del texto, comenzando por la primera palabra, hay que deter1ninar qué 90 elen1entos ha)' en el texto que se corresponden por su significado . Pri1neramente, reunir en grupos los lexemas del texto que aparecen en él ''arias veces, )' los lexemas afines a ellos por su significado (líneas de sentido). Averiguar luego las oposiciones (explícitas e implícitas) entre los elementos de significado que hay en el texto. En cuanto se ha efectuado el inventario de los elementos de significado que se corresponden )' que están en oposición, reunir en grupos mayores las líneas de sentido y las oposiciones y mencionar las notas características de significado que aparecen con más frecuencia. - Procedimientos abreviados Sobre la indicación del contenido, la redacción de epígrafes y la elección del \7ersículo n1ás importante, se encuentran )'ª en la exposición del método las indicaciones necesarias para proceder al trabajo. Para la comparación sinóptica de textos, que también es mU)' útil para el análisis semántico, véase la sección sobre la comparación sinóptica. - Informaciones adicionales Para evitar comprensiones erróneas, las necesarias informaciones sobre los conceptos fundan1entales de un texto deben tomarse de un diccionario de conceptos del Nuevo Testamento. 88

K. Müllcr, Die religionsgesc/Jicl:itlic/Je /11 etl:iode. Erwagunge11 standnis und zur Praxis ihrer Vollzüge: BZ 29 (1985) 161-192.

zt1

il1ren1 Ver-

Titzn1ann, Str1-tlcturale Textat1al)1se, 275s: «Lo que pt1edc verse en el 'texto' 111ediantc el suficiente conoci1niento del siste1na de signos)' observa11do las n1i11i1nas reglas científicas, no puede confirmarse ni refutarse mediante datos extratextuales». b"J

90

Véase también la lista en Bartl1es, L 'a11aLJ1Se struct11rale, 191 -204.





La lecti"'ra bajo el aspecto sincrónico

126

3. Ejemplos 3 .1.

91

Le 4, 16-30: Lugar)' tiempo de la oferta. de salvación 92

El inventario se1nántico de la sección sobre <<] esús es rechazado en st1 propia patria» contiene las sigt1ientes !íneas de sentido, es decir, grupos de elen1entos que se corresponden por su significado, y las siguientes oposiciones :

• Verbos de movimiento: llegar, ir, levantarse, sentarse, levantarse de pronto, echar fuera, pasar por en medio, rnarcharse. Las oposicior1es más in1portantes son : llegar - marcharse, (estar en pie) - sentarse, querer arrojarle - pasar por entre la multitud.

• Palabras para designar «salvación» : bue11a nueva, liberación, la vista, libertad, año de gracia, (palabras de) gracia, médico, grandes cosas, (saciar el hambre), sanar (a Naamán). Las oposiciones: ayuda en Israel o únican1ente fuera de Israel (para la viuda de Sarepta )' para el sirio Naa1nán).

• Indicaciones de lugar: Nazaret, si11agoga, Cafarnaún, la patria, (la pagana) Sarepta en la región de Sidón, sirio (de la pagana Siria), ciudad. • •

91

Como ejernplo de un análisis sen1ántico de un texto del Antiguo Testa1ne11to, realizado con precisión, véase el análisis de Gn 11, 1-9 en Fossion, Leggere le Scritture. El a11álisis se realiza en cuatro etapas: - Averiguación de los ca111pos léxicos («inventario de las notas sen1ánticas» ). Tales campos son: «construir» y otros térn1inos por el estilo (sustantivos y verbos), lengua, totalidad, personas actt1an tes, lugar, etc. - Ordenación de las oposiciones en series:

el Señor

hon1bres la tierra humano abajo

el cielo di,rino arriba

- Intcrpretació11: Fossion propone las siguientes categorías sen1ánticas, que él considera muy importantes para captar el sentido de la historia: totalidad/falta y lo mismo/de manera distinta (llamar lo mismo/ser llamado lo n1ismo; en la traducción italiana de la que yo dispuse: auto-denor11i11arse/denon1inarse). 92

E. Grasser (ed.),}esits in Nazaret/1 (Beil1ZN\X' 40; Berlín 1972); R. Me)1net, lnitiation a la rl1étoriqr1e bibliq1-te, 28-54; H. Baarlink, Ei11 gniidiges }ahr des Herrn 1-t12d ei11 Tag der Vergeltung (Lk 4, 18-19): ZN\Xl 73 (1982)204-220; R. Albertz, Die

"A ntrittsrede » Jes 1<



ª"'f i/1 ren1 allleslamen tliclJ en Hin tergritnd: Aletti, .Jésr<s a Nazaret/1 (Le 4, 16-30). Prophétie,

in1 L 1-1 kasevan geli,,1m

ZNW 74 (1983) 182-206; J. N. Ecriture et Typologie, en Festsc/Jrift Dupont (París 1985) 431-451.

127

Análisis semántico t

.

1

Las oposiciones : N azaret - Cafarnaún, Israel - fuera de Israel (Sarepta/sitio ) .

• Indicaciones de tiemp·o: sábado, año de gracia del Señor, hoy, en los días de Elías, en tien1po del profeta Eliseo. Oposición : antes-hoy .

Verbos de decir: leer, (procla111ar), (provocar).

o

• Palabras de reconoci1niento )' rechazo: aprobación, crítica, furor, \1 oluntad de destrucción. •



Una \rez determinadas las líneas de sentido y las opos1c1ones, puede procederse a agruparlas: .

Lugares

1

Tiempos

ii 1

Oferta Reacciones

Nazaret/sinagoga/ • patria Israel antes sábado mensaje profético rechazar destruir

Presencia de Jesús fuera de Nazaret gentiles 110)'

año de gracia oferta de sal\ ación sal\'ación (Is 61) (aceptar) (reconocer) 1



Resultado del análisis semántico: el texto se ocupa de la cuestión de si Cafarnaún se convierte en lt1gar de salvació11 y el sábado en el «hoy» de la gracia y en la i11auguración del año de gracia del Señor. No ocurre eso; y, así, la salvación se ofrece ahora a los que 93 se cuentan entre los de fuera, como la viuda y el sirio • l

3.2. 1 1

1

Me 9J 14-29: El pode1' de la. fe

94

Se deduce que las líneas de sentido son: Verbos de movimiento: llegar, expulsar, etc.

1 1

1 1 1

1



93

El a11álisis narrativo que se ofrece a continuación permite ver co.n claridad el carácter de decisión que ha)' en este relato: se ofrece la salvación; la gente de N azaret la rechaza; otros ()' Lucas lo describe extensamente e11 Hcl1) aceptan el mensaje. El aJ1álisis de los tipos de texto determi11a que la clase de texto es la siguiente: se trata de una historia acerca de la decisión, como las que ofrece Lucas con bastante frecuencia: los judíos recl1azan la oferta de salvació11; los gentiles la aceptan (Hch 13, 14-52; idea expresada con especial claridad en 13, 46; 14, 1-7; 17, 1-15; 28, 23-28, con10 final de todos los Hcl1). Sobre el relato final de Hch, desde el punto de vista de la semántica del texto, véase Hauser, Strukt11ren, 81-11 O. 9

~ F. G. Lang, Sola gratia im Mark11sC'l.Ja11geli11n1. Die Soteriologie des Mark.us

nacl1 9, 14-29 und 10, 17-31: Recl?tjertigurzg, en Festscl?rift Kaseman11 (Tubinga 1976)



128

la lect1fra bajo el aspecto si11cró11ico •

Expresiones para designar los fenómenos de la p osesión 1

«poder» «creer».

i

Oposiciones:

1



j '

1nt1chcdumbre no poder dcn1 onio incredulidad atormentar (hasta: «Como muerto») estar do111inado n1uch edumbre

discípulos poder Jesús

fe liberar, hacer que se levante levantarse solo

La agrupación de las lír1eas de sentido y de las oposicio nes da el sigl1ien te resu ltad o:

muchacl10 poseso discípulos demonio atormentar 1mpotenc1a incredulidad



'

alzar poder fe





salvación Jesús

Como palabra central se revela: Todo es posible para el que cree. El texto es un desarrollo semántico de esta palabra: todo (l1asta e] ~YELQE'\' a'lrtóv, x.ai avÉO'tl'J en oposici ón al hecho de ser atormen tado por el den1onio) és posibl e (óúvao{}aL.) para el que tien e fe. El poder/la impotencia es el elemento que recorre todo el texto : creer es tener una fe que obra milagros; la fe se entiende como un orar lleno de confianza. El poseso se halla bajo el pode,r del demonio; ese poder es quebrar1tado por J esús. Los discípulos aparecen· como no creyentes, a quienes no se ha conferido ningún poder. En el padre está representado el cambio de papeles.

3.3.

Gál 1) 1-5: La acción salvífica de Dios

Desde e] punto de vista lingüísti co-estilístico, Gál 1, 1-5 es una sola frase. La estructura fundamental que era corriente para las direcciones de las cartas: «Pablo, a las comunidades de Galacia: •

.

321-337; J. Carmígnac, «A IJ, Si Tu peu;i:!... Tout est possible e11 fave1ir de cefui qui croit » (Me 9, 23 ), en Festschrift Bo Reicke (Macon 1984) 83-86. •



Análisis semá11tico

129

gracia)' paz», se amplía co11 muchos elementos: con aposicio11es (v. 1), locuciones preposicionales, construccio11es de participio (v. 1.4) y oraciones de r elativo (v . 5 ). D esde el punto de vista lingüístico, se ' 'e claramente que quieren aportarse muchas precisiones. En el aspecto semántico, la agrupación de los eleme·11tos se puede realizar sin mayores dificultades: la estadística de palabras muestra que los 75 lexe1nas l1ay 32 palabras de fu11ció11 (p1-eposiciones, artículos, etc.), 34 palabras at1tosemánticas y 9 pronombres. Es digno de tenerse en cuenta sobre todo que 18 sustantivos y los pronombres se refieren a personas. Hay únicame11te tres verbos.

en

Las líneas de sentido son las siguientes: En la línea de sentido «portadores de la acción>> se presenta a : Pablo, hombres, Jesucristo, Dios el Padre, los hermanos que están conmigo (los colaboradores), las co1nunidades de Galacia, nosotros . En un texto tan corto, ha)' muchas personas .e11 acción, cuyas relaciones mutuas se aclaran luego . A la línea de sentido <> pertenecen las expresiones : resucitar, entregarse, voluntad de Dios (sustantivo), (vocación para el apostolado); se expresan implícitamente peticiones ( e11 la be11dición) y alabanza (en la doxología) . Junto a estos grupos claramente palpables, hay además elementos aislados que a primera vista no son tan fáciles de agrupar: gracia y paz, pecado, el actual mundo perverso, gloria. La coordinación entre las personas actuantes y las expresiones de acción nos ofrece la siguiente estructura semántica: •

Dios el Padre

Jesucristo

Pablo

los hermanos que , •

estan con1n1go

resucitar \ 70luntad (dar: gracia·)' paz) llamar a ser apóstol nuestro llamar a ser apóstol entregarse por nuestros pecados para librarnos del eón perverso. (desea gracia)' paz) (interlocutor del diálogo con las co1nunidades) (colaboradores de Pablo) (interlocutores de las comu11idades) «nosotros» en sentido amplio

La lect11ra bajo el aspecto sincró11ico

130

las co111unidades

(los desti11atarios) ·· (los que recibe11 la be11dición)

Las oposicio11es son n1U)' variac-las :

Pablo los que recibe11 la carta (situación epistolar) Pablo Dios )' Jes{1s como los que llan1an con10 el que ha sido lla1nado Gracia )' paz . pecado )' eó11 per\'erso Por ta11to, desde el pu11to de ' 'ista se1ná11tico, se ve qt1e el texto es u11 e11 unciado sobre 111Ll)' variadas 1-e]aciones ei1 tre personas: por un lado, «Dios el Padre )' Jesucristo»; por otro lado, «nosotros», pro11ombre co11 el que P ablo agru}1a a los colaboradores y a las co111unidades; de11tro de ese «nosotros» ha)' luego diferenciaciones. Las diversas personas actuantes son descritas 111ás detalladan1ente i11 edia11 te datos saJ,,íficos : la acció11 salvífica de Dios )' la red e11ció11 de los cristianos 95 .

3.4.

Me 1: La 1·ápida d1f usión del evangelio

El inventario de las líneas semá11ticas más importa11tes del texto i1os per111ite ver clara111e11te cuáles so11 los pu11tos te111áticos ese11ciales del misn10 96 : - Los ent111ciados cristo lógicos: «] est1cristo, el Hijo de Dios » (1, 1); «el santo de Dios» (1, 24); «porque ellos sabían quién era é] » (1, 34 ), orientan la mirada del lector hacia la esencia de J esús, la cual luego debe pern1a11ecer oculta (1, 45 ). 95

El análisis pragn1:ítico lo sigue explicando todo: mediante la for111a que se da al i11icio de la carta, Pablo quiere preparar en1ocionaln1ente a los lectores para la lectura; los lectores deben acoger la misi,•a con10 una carta apostólica (de al1í la acenruació11 que se l1ace de la autoridad ),)' deben e11contrar en la carta una respuesta a la cuestió11 sobre Ja salvación (la le)' o la gracia) por la que 'siente11 inquietud. El análisis del tipo de texto muestra sen1cjanza con los inicios de las cartas de Pablo. Apartándose del forn1ulari o epistolar (pero ''éase, a este propósito, Ap 1, 4-6), Pablo d.a al inicio de la carta la for111a de u11a alabanza divi11a. Así que arn1011iza11 perfectame11te el efecto que se pretende causar, la tra11sformación del tipo de texto)' las líneas semánticas: todo ello es u11a alabanza de Ja acción salvífica de Dios, por la cual se e11salza la actttación de Dios )' se exhorta a la co11fianza. 96

El análisis li11gi.iístico-sintáctico se prese11tó )' ª e11 el c. 8. Para el análisis semántico, veáse \Y/ . Egger, Fro/1botsc/1a_(t 1111d Lel1re. Die San1111elbericl1te des \Xlirke11s] esu in1 Marl{useva11geliun1 (Frankfu rt del Mai11 1976) 39-4 3 (bibliografía) . •



1 •

Análisis sernántico

1 1

131



- El énfasis que se hace en el «evangelio» (1, 1.14.15) y los ,,erbos que significan procla111ar (1. 4.7.14.38 .45) y enseñanzas (1, 22.28) constittl)'en u11 segu11do punto ese11cial. - Media11te \ arios grt1pos de ele1nentos semá11ticos, el texto adquiere intenso dinan1ismo: por medio de los verbos de n10\'imiento (y de la acción de enviar) (v. 2); cami110 (''· 2.7.9.14, etc.); n1ediante indicaciones de tie1npo (1, 32.35); inmediatame11te (l, 10.12.18.20.21 .23 .28.29.30.42.43); por n1edio de indicaciones de lugar: Jordán, Galilea (1, 9.14.16.28.39), todas partes (1, 45). 1

1

¡



Por medio de las indicaciones de tien1po (especialmente por medio del «i11n1ediatamente»), de las indicaciones de lugar, de los ''erbos de 111ovimiento )' de los verbos y susta11tivos que significan proclamació11, adquiere el capítulo un dinan1is1110 interno: ta11 rápida111e11te se realiza la difusión del e\ angelio, )' ta11 extenso es el círculo de acción de Jes{1s. Y, así, la estructura i11terna del capít11lo está detern1inada por la idea de la ''enida de Jesús a modo de epifanía)' de la difusió11 relán1pago del e\1a11gelio. El''· 45 con1pe11dia las líneas semánticas: la proclamación sigue efectuándose; Jesús es conocido en todas partes, l1asta tal punto q11e llegan a él perso11as procedc11tes de todos los sitios; claro que Jesús tie11e que co11servar a11ora st1 misterio (lo cual está relacionado con la teoría del 111isterio mesiár1ico del e\ angelio ). 1



1

3.5. 1 '

1

1

1

Flm: La Iglesia doméstica conio f¡,iga1· de i12tegración

97

Los di,rersos lexe111as del texto se agrupan fácilmente e11 series de elementos afines por su significado. Las líneas de sentido más importantes son las siguientes 98 : Jesucristo el Señor : a pesar de la bre\redad del texto, este elemento aparece once veces. Una serie de expresiones se corresponden, porque todas ellas poseen como propia la nota sen1ántica «comu11 ión )' relación»: her111ano, compañero, co111unión por 1nedio de participación, la Iglesia (que está e11 tu) casa. Esta nota característica «solidaridad» aparece también en los lexe111as colaborador/ con1pañero de milicia/ compañero de cautiverio: v. 1.2 (13: <<ser, irme>>). 23.24. El tema de la unión)' solidaridad se inte11sifica con la aparición de la palabra «a1nor» (''· 1.5.7.8). 1

1

1

97

Para el análisis lingüístico-si11táctico y las citas bibliográficas, véase el c. 8:

98

\ léase anteriormente la lista de los conceptos que aparecen.

'

132

La lectura bajo el aspecto sincró11ico



Varias designaciones se refieren expresa o implícitamente a lugares : la Iglesia que está en tu casa (la Iglesia doméstica), el cautiverio; otras se refiere11 a la ausencia: separado, retener conmigo, hospeda. Je. Las oposiciones entre los elernentos semánticos del texto permiten reconocer que a Pablo lo que esencialmente le interesa es una transforn1ación de las circunstancias. E11tre las oposiciones rnás in1portantes que hay en el te.x to 99 , una primera serie se refiere a las relaciones entre Filemón )' Onésirno:

6crü)1.o;

abe)1.cpó; o·ú·v (colaborador, compañero, etc.) rt:QOoAaµ~óvoµaL

extra110

derechos de Filen1ón deber. algo (v. 18.19) , coacc1on

la comunidad qt1e se reúne en tt1 casa re11uncia a esos derechos condonar/co111pensar (v. 18-20) voluntariamente ..,

Forma de las siguientes oposiciones que se refieren a Pablo: .

.

caut1ver10 ausencia de Pablo , )

ETCL1aOOEL'\1

. {autoridad . del apóstol)

libertad preparar hospedaje rragaxa/,eiv

(renuncia a los derechos)

El texto expone los ca·m bios que deben efectuarse: hay que pasar de la ausencia/separación del esclavo Onésimo y de la culpa que se ha producido eventualmente por su presencia al lado de Pablo, a una nueva presencia (que, según Pablo, durará «para siempre») junto a Filemón y la Iglesia que se reúne en su casa. La figura 13, al presentar e.s te acontecimiento mediante el cuadrado semiótico, nos permite interpretarlo como cambio, como movimiento de un «lugar» a otro 100 • 99

Véase, para ello, especialmente: Groupe de Montpellíer, L'épi.tre de Paula

Philémon. 100

Por contraste con la proyección del cuadrado semiótico relativo a Flm, tal como lo presenta el Groupe de Montpellier, L 'épi.tre de Paul d Philémon, 14- 17 (y que no está completamente elaborado) y M. M. de Gaulmyn, Réflexion, 25, el análisis que aquí ofrecemos emplea únicamente expresiones del texto. Ello acrecien ta ·1a precisión del análisis.

133

Análisis semántico

Hermano/ eternamente en Jesu cristo el Señor, al servicio del evangelio. El amor, como nuevo vínculo, renuncia a los derechos xot.vwv(a, ouv-, comunidad doméstica



Esclavo Poder, coacción El debe y el haber Superioridad/ subordinación

A------------B

.. .

• •

.



• • •

• • •

. .•• ..

•• • • • • •

• • •



.. . • .• ..•

• • • • • •

• • •

.

No B - - - - - - - - - - - - No A no hermano

1

1-:igura 13.

Esclavo 'fugitivo Separación durante determinado tien1po

Relación er1tre los co11te11idos de sigr1ificado e11 Flm .



Así se representa el «transcurso » (parcours) del acontecer: de A (esclavitud y lo que ella lleva consigo) se pasa a no-A (separació n, estancia provisional junto a Pablo y servi cio pro\risional en favor del evangelio) y a B (l1erm ano ). La negación de B en no-B puede conducir únicamente a A.

1

1 1

1

La nota característica que recorre todo el texto es «integración y renun cia a los derechos»: el texto quiere mover a Filen1ón y a la Iglesia que se reúne en su casa a qu e acepten a Onésimo corno hermano, integrado en esa Iglesia qu e se reún e en la casa. La Iglesia doméstica es, por tanto, un lu gar en el que se superan las oposiciones sociales. Pablo puede mediar para que acojan al esclavo,)' ª qu e él tiene lazos que le unen con Filemón. La vinculación entre P ablo y Filemón debe conducir ahora a la vinculación entre Fil en1ón y Onésimo. Esta integración será posible úni ca111er1te si Filemón renuncia a sus derechos; para fa cilitar esa renuncia , Pabl o el ige com o estrategia para su carta el renunciar también al ejercicio de su autori dad apostólica.

B 11 1

1 1

'

t f

SEMANTICA DE LA PALABRA (CONCEPTO), DEL MOTIVO Y DEL CAMPO LEXICO Ya er1 la \'ida cotidi ana, la gente se entiende porque las palabras se ii1terpreta11 en su co11texto. El sign ificado de una palabra




La Lectura bajo el aspecto sincrónico

134



'

de e11 n1t1chos casos del contexto en que se en1plea. Esto es particularmente importante cuando se utilizan palabras polisémicas (es decir, que tienen varios significados): cabo puede ser un cabo de vela, un grado del ejército, t111 hilo o l1eb1·a, un cabo geográfico, etc . Pero au11 en palabras n1onosémicas (es decir, con un solo significado), pueden resaltar más detern1inados ace11tos segú11 el contexto; poi- ejemplo, en la frase : << j No seas i1iño !», rio se hace referer1cia tanto a la edad cuanto al grado de desarrollo intelectt1al de una persona. Tan sólo el co11 texto hace que las palabras tengan t1n sentido claro y disti11to. Co1no las palabras, a este respecto, se considera11 n1ás que nada como ele111entos del ''ocabulario (o léxico), se deno111i11a11 e11ton ces «lexe1nas)) . Del significado de los lexemas se ocupa aquella parte de la se1nántica que e11 adelante desig11aremos con10 se1ná11tica de la palabra, del motivo y del campo léxico. La sen1ántica de las palabras estudia prin cipalmente el significado de los diversos lexe111as (cada u110 de ellos situado, desde luego, e11 su co11texto); la sen1á11tica de los campos léxicos estudia el significado de las palabras que se usan en combinaciones fijas. Se dan lexemas aislados o asociaciones de lexen1as .

En la semántica de la palabra, del motivo}' del campo léxico se estudia la cuestión acerca de lo qu e un lexen1a significa en general )' luego en un detern1inado contexto. ~- En el caso de las expresiories bíblicas, y debído a la distancia

temp oral y cultural de los textos, hay que prestar pa1·~icular atención a la semántica, a fin de no caer en compre11siones erróneas. La iniciación a la semántica nos permite ver también cómo se confecciona u11 diccionario bíblico y qué fu11ciones y aplicaciones tienen los diccionarios y enciclopedias de la Biblia. Lecturas Una primera iniciación a la sen1ántica de las palabras la ofrece la obra Funk-f(olleg Spracl1e, II, 13-101 . La semá11tica bíblica puede estudiarse en varios trabajos de E. Nida )' en B. Kedar, Biblische

Semantik 101

101

.

Ya se n1encionó la bibliografía sobre la semántica del texto. Las obras siguientes exponen principalmente la semántica, por cuanto se ocupan de los lexe1nas/palabras: R. Barthes, Eléme11ts d11 sén1iologie (París 1964; trad. ital.: Ele1ne11ti dí semiología [Turí11 1966]); G. Berruro, La semantica (Bolonia s.a.); G. H. Bla11l\e, Einfü/Jr1-t.ng in die semantisc/Je A11a/J1se (M unicl1 1973); F1111k-J\.olleg Sprac/Je, II, 23-39; Mounin, lntrodttzione alfa sen1a12tica; Kallmeyer, Lektiirekolleg, 97-176; G. Leecl1, Sema11tics (Middlesex 1974 ); So~rinsl\i, Textlinguistik, 79-106.



A11álisis semántico

1. 1

135

Modelo, subyacente al análisis, de la estructura de significado de los lexemas

El análisis sen1ántico de expresiones se basa en una deter111inacla co11cepción acerca de cón10 se origina el significado de ur1a expresió11.

SigriifZ:cado - depend1:e1ite del ca1npo ci1-cuncLante

1.1.

Cada lexe111a adquiere Sll significado preciso por las relacio11es en que se 11alla, es decir, por el contexto. Las relaciones, co1no se ' 'e por la figura 14, son de dos clases: l1a)' relacio11es si11 tag111áticas )' relacio11es paradign1áticas 102 •

Paradigma 1 a a1 a2

Sintagn1a 1 Sintagma 2 Sintagma 3 Figura 14.

Paradigma 2 b b1 b2

Paradigrna 3 e c1 b3

I?elacior1es sen1á11ticas.

Por si11tagn1a se e11tie11de la u nión lineal de lexe1nas que co11stitLI)1en tina cadena significativa de palabras, por ejemplo : «la casa es gr-a11de)), «el l1on1bre lle''ª un bastó11» . En muchos casos, la relació11 si11tag1nática 11ace que el significado de una palabr a sea preciso, por ejemplo: «] ua11 al segundo piso», «)'º piso la cola del per ro». Tan sólo en \1 Írtud de las dos cade11as de palabras, se ''e clara111e11te en cada caso cuál es el significado de «piso».

''ª

!

Sobre la sen1ánrica de la palabra bíblica, véase la crítica que hace del Tb \X' NT J. Barr, Bibelexegese 1,¡_11d moder11e Seniantik.Theologische und linguistische 1v1et11ode in der Bibel\\ issenscl1aft (Munich 1965) )' la respuesta de G. Friedricl1, 21,1711 Problern der Sema11tik: KuD 16 (1970) 41-57; Id., Z11r \lorgeschiclJte des TlJeologisc/Je11 'Xlorterb1tcl1es 21-tm l\'T; Tl1 \X1N T X 1-52, especialn1enre 5 ls. 1v1.ás bibliografía: Berger, E.'legese, § 20-22; Kedar, Bibliscl.1e Ser11a11tik; Nida, E."K-plori12g Sen1ar1tic Str11ct1,1res; Id. , C'o1J1jJor1eJ1tial Ana/J1siso_( A.feaning; Id., Signs - Se11se - Tra11slation. Un análisis sen1ántico concreto lo ofrece M. Ossege, Aspekte z11r Glieder1rr1g des 11e1ttesta111e11tliclJe11 'Xlortsc/1atzes (,zm Beispiel vo11 dikaiOS)'Jle bei 111t): LingBibl 34 1

¡



(1975) 37-101. ••

ic.?

Bartl1es, Ele111e11ti, 53-78; espec. 60; véase tan1bié11 Fr-tnk-J(ofleg Spra-

c/Jc, I, 119-124.

••

La lect1-1ra bajo el aspecto sincró11ico

136

•1





Pero las palabras se 11allan> aden1ás> en relación paradigmática> es decir> detern1inadas palabras pueden agruparse e11 clases paradign1áticas. Se e11tie11de por tal un grupo de expresiones que puede11 i11terca1nbiarse en un lugar determinado de u11a cadena de palabras, y produce11 no obstante e11u11ciados significativos. Así> po1· ejemplo> en la cadena de palabras: «el hombre lleva u11 bastón»> el lexe111a «bastó11» pL1cde sustituirse por <


1



El significado preciso de una palabra depende de las relaciones sintagn1áticas )' paradigmáticas que son propias de la palabra. Pt1es bien, las relacio11es ei1tre expresiones, tanto por l~ que se refiere a los paradigmas co1110 a los sintagn1as, tiene11 difere11te fijeza. E11 el aspecto paradigmático, las expresiones «\'arón», <<mujer»> «nino » tienen entre sí una afinidad mayor que, por ejemplo, «varó11» )' <> y <> es un motivo: por el contexto total del evangelio de Marcos, los di,re1·sos pasajes ad quiere11 el sig11ificado de que la fe resulta difícil para los discípulos )' de que es necesario iniciarlos pa11latina1nente en lo que es Jesús. Por <
El co11cepto, co1110 observa ati11ada111ente Berger, Exegese, 169, se utiliza casi sien1pre de n1anera n1uy i1nprecisa. Una excepc ión la co11stituye Fohrer, Excgese, 99-106. 104

Berger, Exegese) 138.





'



Análisis se111ántico

137

palabras que se correspo11den paradigmátican1e11te, por eje111plo <<prudente, sabio, .a stuto, etc.» . Un can1po léxico especialme11te n1arcado es el can1po léxico correspondiente que se utiliza e11 textos apocalípticos. Abarca, entre otras cosas, «tribulación, ira, persecu• , •/ 1os c1on, gozo, tentac1on>> .

'

1. 2.

s·i gnificado - suma de nota~ semánticas

Muchos lexemas tienen en con1ú11 con otros lexemas algunos elementos de sig11ificado: así, por ejemplo, «varón» tiene, juntamente con «n1ujer », «niño», «anciano », etc., la nota co1nú11 «hun1ano»; apa1·te de eso, el lexen1a «varón» tiene también otras notas, como se ve en la figura 15 106 , que lo dife1·encian de los de1nás conceptos n1encionados : por eje111plo, lo difere11cia de «mujer» el «sexo»; de <>, la nota de «adulto», etc.

El significado de un lexema se compone de elementos de significado n1ás reducidos. Esos elementos de significado más reducidos se denominan frecuentemente ·«componentes de significado», «notas semánticas» 107 •

[ •



' 'aronil ,

adulto .

JOVen

Figura 15.

fe111e11i110 .

va ron

n1u1er

111uchacho

cl1ica

Las notas diferenciantes del lexema «Varón)>>etc.

Co1no, segú11 esta co11cepción, el significado de un lexen1a es la suma de las notas se1nánticas, si se quiere detern1inar el significado exacto de una palabra, l1ay que descomponer un lexe111a en sus co1npo11e11 tes.

1

2.

Realización del análisis de semántica de la palabra y de semántica del motivo

Entre las inuchas posibilidades de análisis semántico, se estudiarán a continuación aquellas etapas de trabajo que cor1-esponden a los n1odelos presentados a11teriorn1ente de estructt1ra de significado de lexemas. 105 1



\ léase Jbíd., 143.

106

Leech, Semantics, 95-125; Berruto, Sema11tica, 77-115; Nida, Signs - Sense Translatio11, 47-90. 107

Leecl1, Semantics, 96.

'\





••

la Lect1-tra bajo el as¡)ecto sincrónico

138

2.1.



Averiguar el contexto sintagmático

;1 paradigmát1'co Por de pro11to, para consultar un diccionario es necesario ya tener en cuenta elementalme11te el co11texto de un pasaje, a fin de hallar la traducción correcta. .

E l contexto deci
2.2 .



El análisis de los componentes

Ei1 consona11cia con la idea de que el significado es la st11na de los ele111entos de significado está el llamado análisis de los componentes o análisis componencial. Cuando este método se aplica no exclusivamente, entonces es un buen m edio heurístico para realzar 109 las notas características de significado de las palabras . Para poner en claro el sig11ificado de una palabra, l1ay que clescomponer en sus elementos el contenido de significado de dicha palabra. Esta «descon1posició11 » se efectúa principalmente valién10

~ \léase H. Merklein, }rs11 Botscl?a(t vo11 der G'ottesl1errscl1afl. Eine Skizze

(SBS 111; Srt1ttgarr 1983) 23s. Merklei11,· al co rnprobar que «reinó de Dios» esLá conectado sien1prc con estas dos detcrn1inaciones concretas, deduce de ahí co11clusiones para la historia de las tradiciones. Este mét()dt) es i11tcresante, entre o tras cosas, porque grandes ¡.1r<>yectos de traducción con1<> [Jie g11ll' Nac/Jricl1l. Das Neue Tcsrarnent in heutigen1 Deutsch (la Buc•11a Noticia . El Nuevo Tcstan1ento en alen1án actual ) y otros prO)'CCtos f)arecidos en otras lcngu.is (Dios l1abla al l1on1brr, 1301111es l\1011velles ar1jo1-1rd'l1ui) trabajan con este n1érodo. Véase, a este pr<.>pósitt), el c. 7 (traducciones). l:J'I

A 11álisis semá11tico

139

dose de u11 recurso: la comparación cor1 otras palabras. El prest1puesto necesario para este t rabajo es la co1npete11cia li11gi.iística de quien i11vestiga los co11ceptos. Concreta111e11te, el método está i11tegrado por las siguientes etapas de trabajo: para deter111ir1ar los co111ponentes de significado de una palabra, se escogen er1 primer lugar palabras que son afines o que so11 opuestas en cua11to a su sig11ificaclo. Por ejc111plo, c11 relació11 co11 la palabra «correr», las palabras: «andar, bailar, arrastrarse, vagar, precipitarse» )' «estar parado», «estar sentado» 110 • Despu és se for111ula11 proposicio11es ei1 las que aparezca la palabra que se investiga,)' ta111bién proposicio11es en las que aparezcan las palabras escogidas para comparación, o bie11 se pregunta sencilla111ente : <<¿En qué se diferencia correr de arrastrarse?>>, etc. En relación con las n1encio11adas palabras, se puede11 coordi11ar deter111inadas i1otas características: <~a11dar» lle''ª la r1ota característica de «111ovin1ie11tO»; «Correr » lleva la nota característica ele «m0\1 Ír11ientO» )' , ade1nás, de «111ovi111ie11to rápido»; «arrastrarse>> lle''ª la nota característica de «estar tirado al suelo )' desplazarse penosa1nente co11 ª)'uda de pies)' n1anos», etc. De esta manera va111os formándonos una lista de notas sen-iánticas. Para el análisis de las exp1-esiones bíblicas, la co11corda11cia 11os facilita ta1nbié11 t1na serie de frases e11 las que se e1n ple a a la vez la expresión que nos i11teresa. Ha)' qt1e te11er e11 ct1enta, ade111ás, los tipos de texto en los qt1e aparece u11 lexema. Esto i1os per111ite )'ªtener una \ 1 isión de conjunto de las i1otas de sig11ificado de una palabra. El resultado del trabajo se representa gráfica1ne11te en u11a n1atriz con ª)' Uda de descriptores sernán ticos 111 • Junto a tal lista de notas semánticas puede escoge1-se tan1bién una paráfrasis que tra11scriba el sig11ificado 112 •



~.



Co1110, según el análisis componencial, toda expresión ( concepto) consta de una su1na de notas semá11ticas, ha)' que poner de relieve por lo menos los componentes de significado más in1portantes, a fin de captar el sentido preciso de una expresión.

2.3.

Análz:sis de niotivos )' campos léxicos

Para el a11álisis de 1notivos se aplica11 pri11cipios análogos a los en1pleados para el análisis de lexemas. Para averiguar los campos 11 •

c Nida, Sig11s - Se11se - Tra11slatio11, 47, 101na con10 punto de partida e11 su

explicación el cje1nplo: correr, andar, bri11car, bailar, arrastrarse . 111

F1111k-l\olleg Spra.cl1e, 11, 26-29, 58-61. \ léase, a propósito de ello, el eje111plo anterior. .

112

I\.alln1eyer, lekt1~rekolleg, 133.



••

La lect1-1ra bajo el aspecto si11crónico

140



léxicos que l1ay en el sentido de composiciones de palabras que reaparecen periódican1e11te> es inuy ventajoso confeccionar una matriz . En esa matriz se consigna11 aquellas expresiones con las que está asociado el lexen1a.

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO E INDICACIONES PARA EL MISMO Para deter1ninar los compo11e11tes de significado de una palabra, ha)' que dar los siguientes pasos: - Confeccionar, con ª)'Uda de una concordancia, la lista de los pasajes en los que aparece la palabra correspondiente. ~

Determinar en qué contexto se emplea la expresión que nos intere-

sa. -, Agrupar los textos en que aparece la palabra, según tipos de texto o generes. - Mencio11ar las expresiones con las que la palabra esté asociada frecuente111ente. - Confeccio11ar una lista de palabras con las que tenga un significado afín la palabra que investigamos, o que se opongan a ella en cuanto al significado. ,

- Confeccionar una matriz er1 la que se consignen, en relación con las palabras cornparables, las notas semánticas comunes )' diferenciantes. - Mencionar ento11ces las notas de significado que corresponde11 a la palabra que se investiga, )' buscar en nuestra lengua \1ernácula una palabra que muestre una riqueza análoga en Cl1anto a notas de significado.

3. Ejemplos 3.1.

«Apóstol»

Como vemos en la figura 16, el co11cepto de <
1

' \

A11álisis sen1á1itico



pasajes

141

Hch 1, 21s

Me 6, 7.30 Le 6, 13

1 Cor 9, 1 1 Cor 15, 8

Flp 2, 25

+ +

+ +

+ +

+

Notas semánticas enviado por Cristo por las .comunidades , comun1on COil el Jesús terreno encuentro con el Resucitado idéntico con el círculo de los doce



Figura 16.

+ +

+

+

+

+

+

+

Notas semánlicas ele • apósto/,,, 1

Por este estudio se explican las diferencias del título de «apóstol » e11 Pablo y en ]os Hch 113 •

3.2.

nalÓLO\'

en el Nuevo Testamento

Con la expresión «niño» asocia toda persona determinados contenidos de significado, marcados todos ellos por la experiencia personal )' el ambiente social y cultural. Para entender la expresión en el sentido en que la entie11de el Nuevo Testan1e11to, so11 muy útiles las diversas etapas de trabajo del análisis de la palabra y del análisis del 114 motivo • Desde el punto de vista estadístico, el Nuevo Testa111ento emplea el lexema naLb(ov 58 veces; el lexema aparece con frecuencia en los sinópticos: en Mt, 18 veces; en Me, 12 veces; en Le, 13 veces; en Jn, 3 veces; en Heb, 3 veces; en 1 Jn, 2 veces; en 1 Cor, una vez.

' •



«

Niño/-a» y expresiones afines

La figura 17 nos da una primera visión de conjunto del significado de «niño/-a» y de expresiones de sentido afín. La distribución de las notas semánticas en las expresiones que siguen a continuación ser á distinta según el contexto. El signo + significa que hay que dar una nota o la nota opuesta a ella (1nasculino-femenino); el signo «p» indica que en algunos contextos es posible la nota correspondiente 115 • 113

Véanse los comentarios sobre los Hechos de los apóstoles (Hch).

114

El siguiente estudio expone el análisis de semántica de la palabra que sirve de fundamento al artículo rra1,b(ov: EWNT 3, 9s. Pero las premisas metodológicas se han puesto de relieve más claramente de lo que lo hace el citado artículo del diccionario. Véase también el fascículo 29 de Semeia (1983), editado por D. Patte: Kingdom and Cl1ildren. 115

Véanse los correspondientes artículos del EWNT.



142

.

La lectura bajo el aspecto sincrot1ico

Pasajes .rr a1o(o·v ~Qf<(•O;

,

XOQUOl()\'

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N()tas sen1ánticas n1asculino fcmenino

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parentesco relación de . . serv1c10 n1etáfora

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géner<J

Para con<.)Cer el significado de esta palabra en el Nuevo Testa111c11to, dcsen1peiia11 u11 papel eSJ-)tcial l<>s tip os/~é n e ros de text<> en los q ue se utiliza este lexema. U11a \ Ísión global en una concc)r» (l\1t, 9 \ Cces ; Le, 3 \ eces). E11 eso~ textos, la palabra «niñ o» tie11e a11te t<)do un sig11 ificado c1e edad, por C<.)ntraste con el sig11ificado de «adulto» . Sin en1bargo, su 111atiz especial lo adquiere la expresión por el tipo de texto en que se utili za: Mt 1-2 )' Le 1-2 so11 «l1istorias de la infancia », es decir, tipos de textos en los que la significació n de un gran ho111bre se caracteri za )'ª por el hecho de que i_p cluso la infancia de ese l10111bre aparece especial n1 ente 1narcad a por la n1ilagrosa co nducci ón de Dios 111'. Y así la expresió r1 ((niño», en \ Írtud del contexto de tipo de texto, adquiere entre otras· cosas la nota de <<ar1ti cipación mil ag rosa de lo que ha de se r la vid a posterior ». 1

1

1

1

1



.La palabra puede adquirir ta111bién deterrninadas no tas de significado por el l1 echo de ser utilizada en in1áge11es. Según Mt 11, 16s par Le 7, 32, la comparación con los niños debe inducir a una nueva co11d ucta. Los 0)1 e11 tes de J es ús no deben parecerse a los r1iñ os que no quiere11 participa r en el juego )' que, por desgana, no quieren q uc se 1es i11vi te 11i a jugar a L1na boda ni a jugar a un entierro. Los oyentes deben con1prer1der el rnomento propicio de la hora. Por tanto, «11iñ o» -en este contexto- desig11a una conducta «falta de decisió11 )' que lo recl1aza todo». En Me 10, 15 ha)' ta111 bién una bre\1e c<)rnparació11: La entrada en el reino de Di os depende de la 11

St)brc las historias de la infanci:1, véast: cspcci:1lrnente l .. Zani, lr1flusso del genere fetler.zrio t11idras/Jico s11 A1t 2, 1-12: StI)at 19 (1972 ) 257-320. ''

A?1álisis semántico •



143

1

1

~.

1

1 1

11 • !

co11dición de que <<Se acepte co1110 i1i11o » ese rei110. El pu11to de com paració11 del <(logion », mtl)' disct1tido ei1tre los especialistas, se deduce de la forn1a )' del trasfo11do de la l1istoria conte111porá11ea : Me 1O, 15 es tina pr0\1 ocació11 paradójica ..Tesús recoge la forn1a de las co11dicio11es de ad111isió11 que eran corrientes en el jt1daís1110 de la época, )' en las que a un obrar de manera determi11ada se le promete t111 . rest1ltado determinado, pero c11 vez de 1nencio11ar el cun1plimiento de la ley, que era lo que todos 11abrían esperado, po11e co1no eje1nplo a u11 «11i11o», es decir, a t111a persona q ue i10 pu ede cu1nplir en absoluto la le)'. Y, así, a pesar de conservarse la forn1a, se rompe la conexión entre el obrar y el resultado. <): ge11te qu e no guarda la le;'. El tér111ino «11iño» adquiere otra sigr1ificación n1etafórica en Me 7, 27s : Sólo los «hijos>} [en griego, la n1is1na palabra significa <>], i10 los perros, tie11en derecho a recibir al in1ento de la mesa del padre de fa1nilia. Y, así, en este caso, «ni11o» (o «l1ijo») tiene la i1ota de significado : «aquel q L1e tiene derecho».

• «Niño» en el contexto de tin campo léxico 1

1

1 . 1¡ 1

1

E11 Me 1O, 14 se les promete a los niños el reino de Dios : a ellos les perte11ece ese reino. Con ello se cuenta a Jos i1i11os entre aquel grupo de perso11as a quienes se les aplican los macarismos. Entre los receptores a quienes se promete el reino d e D ios> se enumeran en el Nuevo Testamento : los menores de edad (Mt 11, 25), los niños)' los pequeñitos (Mt 18, 1-14 ), los pobres, los que lloran, los no ' 'iolentos, los humildes, los que a1nan la paz, los perseguidos por causa de la justicia (sermón de la i11011taña) . El co11cepto 118 opuesto lo constitU)'en los sabio s (Mt 11, 25) • Los 11iños p ertenecen tan1bién al grupo de aquellas perso11as de quienes se ha11 de 11

C ita ton1ada de E gger, E\X'NT 3, 9s. El luga r paralelo de Mt 18, 4 convierte Ja pro,·ocación en u11a enseñanza, :va que el hecl10 de «ser niñ o» se interpreta con10 l1umildad, y Jas palabras acerca de la con1u nidad de la casa de Dios se sitúan bajo el signo del niño (Mt 18, 1s). 1

-

••:. Sobre el ca111po léxico relativo a esto, ''éase Frar1kc111olle, Die Offe11barung a?1 die Unn1iindigen: Biblische Handlungsanweisunge11, 80-108, especialmente 89s, 99s.

''

la lectura bajo el aspecto sincrónico

144

preocupar los discípulos (Me 9, 37 par). Este grupo abarca a los pt1blica11os y pecadores (véase Le 15), a los enfern1os, a los que tienen hambre, etc. (véase Mt 25). Otro acceso a la comprensión de la palabra <
'

e

EL ANALISIS NARRATIVO •

Pertenece también al án1bito de la semántica el llamado análisis narrativo, que estudia la índole y la función de las narraciones 122 • El análisis 11arrativo podría estudiarse también bajo el concepto de «Sen1ántica del texto>>, ya que se oct1pa principalmente de dos líneas de se11tido, a saber, de las acciones (línea de sentido de las palabras de <
D. Patte,}esus' Proriou¡1cemer1t about Entering the J(ingdom like a child. A

Structural Exegesis: Semeia 29 (1983) 3-42, especialmente 4-11. 120

Sobre las oposiciones, véase Patte,}esus' Prono11-rice1nent, 22-38, 39.

121

Patte, }esus' Pronouncenient, 24s, determina, basándose en el análisis interno del texto, las oposiciones «unión-separación» . Pero l1abría que investigar n1ás 111i11 uciosan1e11te las oposiciones observadas por él: «Santo-profano» y <
. Greimas, Semantica strutturale, ofrece estudios muy extensos sobre textos

narrativos.



1

Análisis semántico

145

quienes lle\ a11 la acción )' que actúan para que se produzca11 cambios. Lo mismo qL1e las acciones, los que lleva11 la acción se encuentran al1ora en relació11 mutua. En la exposición, el narrado1· puede emplear variados recursos lingüísticos para dar efectividad a las narraciones conforme a sus deseos (conforn1e a su i11tención «pragmática»). 1

El análisis narrati''º i11vestiga textos desde el aspecto de las accio11cs/sccuencias de acciones narradas en ellos )' de los que en ellos se presentan como rortadores de la acción, )' asimis1no desde el aspecto de las relacio11es que existen entre ellos. Además, el análisis narrativo pretende destacar los rect1rsos lingüísticos empleados en los textos bíblicos )' de los que se sirve el narrador. A la vista de los intentos recie11tes de la investigació11 sobre las narraciones por poner de relie\re sus estructuras fundamentales, será tarea del análisis de las narraciones bíblicas el investigar qué peculiaridades muestran esas narraciones, tanto por lo que respecta a la secuencia de acciones como a las fuerzas ql1e act~an. Hay que elaborar, pues, una teoría narrativa adecuada a los textos bíblicos que corresponda a la índole específica del Nuevo Testan1ento (y de la Biblia en general) 123 • Ha)' toda una serie de teorías narrativas elaboradas, pero co1110 éstas muestran frecue11temente alto grado de abstracción, la metodología que sólo pretenda ofrecer una iniciació11 no podrá hacer referencia si110 a u11 a selecció11 de los 1nétodos existentes a este respecto.

Lecturas Nos ofrecen una visión de conjunto de los modelos de análisis narrativos: E. Gülich - W. Raíble, Ling11istisc/Je Textmodelle, 192-314. Podemos ver análisis narrati,1 os de textos bíblicos en los trabajos de H. ] . Hauser, D. Mínguez )' W. Egger. Sigue siendo una obra fundamental: V. J. Propp, Mo1pl1ologie des i\1arc/1ens 124 •

En primer lugar, habrá que aclarar la terminología, que no es 123

124 Gülicl1 - Raíble, Lingu.istisc/Je Textmodelle, 192-314; V. J. Propp, A101fologia della fiaba. Con u11 interven to di Claude Lévi-Strauss e una replica delJ'autore, a cura di G. L. Bra''º (Turín 1966). Más bibliografía: R. Barthes, Introduction a l'a11alJ Se str1tcturale des récits; Bren1ond, Logiq1-te du récit; W. Haubrich (ed .), Erza/J/{orsc/J1t11g. Tbeorien, Modelle und Methode11 der Narrativik (Gotinga 1976 ); C. Kal1rmann e.a., Erzd/Jlte.\:tana~11se. Einführu11g in Gru11dlagen und Verfahre11 (Kronberg 1977); K. Kanzog, Erza/Jlstrategie. Eine Einführung in die Norn1einübung des Erzahlen (UTB 495; Heidelberg 1976); E. La1nmert (ed.), Erzal1lforsc/J1tng. Ein S)1 n1posion (Stutrgart 1982); K. El1licl1, Alltaglicl1es Erza/Jle11, en I\.. \Xlegcnasr (ed.), Erza/J/e11 f1¡r f(inder. Erzd/;le11 vo11 Gott (Suttgart 1980). -Estudios 1

1 1 1 1

Egger, Nacl1fofge, 3.

La lect1,1ra bajo 'el aspecto sincró12ico

146

uniforn1e ni i11u cho 1nenos. ¿Hasta qué punto se diferencia11 la narraci ón, la l1istoria )' el relato? 125 • En adelante entenderemos p o r narració11 un texto qu e cue11ta co1110 elen1entos acciones )' p erso11as que lle\1 an la acció11. D ejare1nos a un lado la referencia a la realidad ( )1 a los problen1as de Ja historicidad).

La necesidad de co1nprender 1nás precisam~nte la índole propia de las i1arracior1es se deriva ele la i111porta11cia qL1 C les ~ orrespo11de

,

en mucl1os aspectos : Por Jo que respecta al m e11saje bíblico, es 126 característica· u11a estructura funda111e11 tal narrati''ª • Ei1 el aspecto antropológico, narrar es «U11 a acti,,idad fundamental, t1na actividad social, q Lle sirve para la elaboración d e vivencias y que debe 127 constitL1ir id e11tid ad social » • En mucl1as conversaciones de la ,,ida cotidiana 11a)' narraciones. Ha)' n1ucl1as cosas que n o pueden • co111unicarse en absoluto si110 a través d e narraciones. Esto se aplica especial111e11te a las experiencias )' a la l1istoria de la ''ida de una p erso11a, así con10 también a la 11istoria de la fan1ilia y de la con1unidad en la que la persona vive. Las l1istorias ª)' Udan mucho para que nos orienten1os en 11uestro rnundo, para qt1e nos con1porten1os ad ecuadamente. Ade1nás, la comunidad de la I glesia se e11ti ende a sí inis111a con10 «con1t1nidad narradora» en la que se tra11sn1i ten por i1arració11 las palabras y los h echos d e Jesús 128 •

Los modelos de texto subyacentes al análisis narrativo

1.

·Tanto el inétodo histórico-crítico con10 las teorías de la narrati,,idad propugnan mod elos de textos, es decir, propugnan concepcio11es sobre la peculiaridad de los textos narrativos . E n parte, esas exegéticos: J. Calloud, L 'anal)1se stru.cturale d11 récit. Quelq ues éléme11ts d'une n1éthode: FoiVie 73 (1974) 28- 65; Id. , Str1tct1-tral Ar1al)1sis o( t/Je l\1arraci·ve (Filadelfia 1976); Egger, Nac/1folge, 6-48 (perspectiva de las teoríás sobre la narración); E . Güttgemanns, Ei11leitc11de Bcn1erk11ngen z14r str11kti1ralerz Erza/-;LforscJJtf.ng: LingBibl 23/24 (1973) 2-47; Id., Narrative Anal)'Se S)' rel="nofollow">1optischer Tc.Y:te: LingBibl 25/ 26 (1973) 50- 73; Margucrat, Str1f.ktMrale._Textleleti-iren; Ha}1n (cd. ), Der Erzal;Ler des Eva11geli1trns. 1

~=- I\.re111er, Lazar11s, 28, prefiere para la perícopa de Lázaro Un 11) el tér111inc)

«na rración »,)' ª que la «11arraciór1 >, está caracterizada por u11a estructura n1ás n1arcada gue la «historia» . 126

Sobre la estructura f u11dame11tal narratÍ\'ª del n1ensaje bíblico, véase entre otros E. Are11s, Narrative T/1eologie 1t11d tl1eologiscl1e TJ1eorie des Erzal-J/ens: KBI 110 (1985) 866- 871 (bibl.). 127

Lev.rando•vski, 'V:/orterbuc/J, artículo Erza/;fe11.

12 ¡;

E11 este aspecto causaron gran sensación los siguientes artícul os: J-i. \Xlein rich , Narrative T/1eologie: Conciliu m 9 (1973 ) 329-334; J. B. Metz, Kleine Apologie des Erza/,fens: Jbíd., 334-341 . •



A11álisis semá11tico

concepciones se refieren sólo a algt1nos factores que inter,rienen en la co1nu11icación por 1nedio de textos narrativos. Tambié11 los textos narrativos deben contemplarse en el campo total d e la con1unicación: hay un narrador que escribe un <> ;.habrá q uc aclarar tambié11 11asta qué punto coinciden el narrador real y el «11arrador 11arrado», o bien el O)' e11te real y el «O)'e11te narrado» 130•

1

1



1 ~

1



1

Entre los diversos procedimientos de análisis, y dentro del n1arco de una iniciación a los n1étodos, no podremos exponer sino unos cuantos 131 • El pri11cipio elegido por V . J. Propp para el a11álisis de los cuentos de hadas 132 ha te11ido a1nplia eficacia histórica. Las narraciones, para Propp, so11 co111binaciones fijas de acciones )' portadores de la acción. Segú11 Propp, ·para los cue11tos de hadas so11 esenciales las «funciones », es decir, las accion es de los personajes que aparecen desde el punto de vista de su vinculació11 co11 el tra11scurso de la acció11. Según Propp, el 11ú1nero de las «funciones» (así denomina Propp a las acciones en el cuento de hadas) es limitado)' alcanza la cifra de 31 133 • Su orden de sucesión es siempre el mis1110 134 • Todos los cue11tos de l1adas son desarrollos y variantes de esa misn1a f órn1ula fundame11tal. El nú1ne1·0 de los personajes que actúan en el cuento de hadas asciende a 7; esos personajes se hallan en relaciones fijas unos con otros 135 , así con10 129

1

147

Véase, a este propósito, J. Anderegg, Fiktion 11.nd I\.ommuriikation (Gotinga

1977). 130

Véase, a propósito de elJo, entre otros autores: lser, Der Akt des Lesens, 50-66 (concepto de lectores y co11cepto del lector implícito); R.M. Fo~vler, \Y.lho Is «tl1e Reader,. of Mark's Cospel, 38-49 (véase anteriormente c. 1, nota 1). 131

1vlás extensamente en Egger, Nachfolge, 8-48: a propósito de Propp, Dundes, Bremond, Grei111as, Güttgen1an11s y Bartl1es. 132

De ahora en adela11te se citará la edición italiana (nota 124), porque en ella se aclararo11 algunos pasajes oscuros que había en la edición original, )' la aclaració11 se efectuó en parte mediante correspondencia epistolar con Propp; véase lo que expone el editor con respecto al niétodo de la traducción: lbíd. , 229s. La edición original rusa se publicó en Leningrado (1928); la traducción alemana: A1or·p/7ofogie des Alfiirchens, en lvl unich (1972). La edición alemana contiene un artículo de colaboración escrito por E. Meletinskij, Ztfr str11kt11rell-t;1pologisc/Jen ErzaJJlforscl111ng des Volksmarcl1ens, 179214. U11a iniciación a la ~vida y la obra nos la ofrece: R. Breimeyer, Vladimir}akovlevic Propp (1895 -1970). Leber1, Wirke11 und Bedeutsarnlteit: Li11gBibl 15/16 (1972) 36-66. Véase más inforn1ación bibliográfica en Egger, Nacl1folge, 7. 133

Propp, AJ01fologia, 27s.

134

Jb 1'd., -18 s. 13 ~ Jbíd. , 85s, menciona: antago11ista, dona~te generoso, auxiliador, princesa (la

l1ija del Zar) )' su padre (tina pareja), mensajero, héroe, falso héroe.

-

La lectura bajo el a~pecto sirtcrónico

148



existe también u11~ conexión determinada entre las funciones y los portadores de la acción 136 • Sobre este principio, es decir, sobre el inventario de las acciones y de los personajes que actúan )' de las estructuras existentes e11tre ellos, se basa11 muchos análisis modernos de textos 11arrativos 137• Esos análisis se esfue1·zan muchas veces en efectuar una reducció11 del conjunto de la acción y en determinar con precisión la relación entre las personas act.L1a11tes 138 • Vamos a presentar ahora varios modelos qt1e los investigadores desarrollaron siguie11do a Propp, y que pudieran subyacer a un análisis de un texto narrativo. Para ofrecer una perspectiva más clara, distingui111os aquí entre modelos que tienen en cuenta más bien las secuencias de la acción, y modelos que se fijan más bien en los perso11ajes que llevan la acción.

1.1.

Modelos para el análisis de secuencias de acciones

• La na11ación como ape1-tura de posibilidades

C . Bremond 139 , en el análisis de narraciones, dedica especialmente su interés a los puntos neurálgicos de la narración. En efecto, en toda narración habría puntos neurálgicos en los que se abren alternativas para el transcurso ulterior. Es importante para la comprensión de las narraciones el tener en cuenta tales puntos decisivos. Es verdad que en la narración se cue11ta únican1ente una de las posibles alter11ativas. Sin embargo, en virtud de reflexio11es lógicas y de experiencias generalizadas, y por la comparación con otras narraciones, se puede averiguar en qué lugares de la narración se abren alternativas. El esquema fundamental, representado e11 la figura 18, es d'e nominado por Bremond <<secuencia elemental» 140 • 136

1bíd., 85s, 105s.

Una aplicación n1inuciosa intenta hacerla P. J. De Pomerol, JI vangelo come racconto. Analisi morfologica del va11gelo di Matteo (Turín 1983; traducción del francés: Qr-tand u12 évangile nous est conté [Bruselas 1983]). 137

138

Sobre todo E. Güttgemanns, Ei11leitende Bemerkungen, ha desarrollado más este enfoque )' ha confeccionado un repertorio de función transformada. También para el análisis de un texto narrativo bíblico son esenciales las constantes de una narració11 n1encionadas por Propp, a saber, las acciones )' los personajes qu e llevan la acción. 139

Bremond, Logique du récit. Véase, a propósito de elJo, Egger, Nac/1folge, 28-34 (bibl. ). 140

Brernond, Logique du récit, 131.

A11álisis semántico

149

Exito !

1



Actualización Situación que abre una posibilidad

Fracaso

No actualización Un ejemplo concreto ------ curado llega el médico llama al médico/

l.

~ no llega

Alguien está enfermo

--___no curado

el médico no llama al médico



l

figura 18.

.

La sec1-tcncia elc1ne11tal seg 1~r1 Bremo11d.

Este modelo nos invita a reflexionar sobre lo que l1abría sucedido si u110 de los personajes que lle\1 an la acción hubiera adoptado una decisión distinta. Esta representació11 gráfica de las alternativas de acción ofrecidas por el texto se efectúa por medio de u11 «árbol» de consecuencias. .

f 1 1 1.



Un procedimiento de análisis orientado de esta manera es especialmente adecua.do para textos que tratan de decisiones. Pone en claro el significado de las alternativas y muestra las consecuencias de una decisión. Como la conexión entre el «hacer» y las «consecuencias» se cuenta entre las estructuras fundamentales de las narraciones bíblicas y de las instrucciones que nos da la Biblia, esta perspectiva es también muy apropiada para los textos bíblicos, como vemos también por el hecho de que Bremond mismo tome para el análisis muchos ejemplos de la Biblia 141 • •

• La narración como combinación de motivos La clásica historia de las formas se ocupó ya de la cuestión acerca del transcurso de la acción, sobre todo en las historias de milagros. La atención se fija en las pequeñas unidades de acción de las que están compuestas las narraciones: una narración es una 14 1

Jbíd., 234, 236, 244s, 257 y otros pasajes.

1

t

1

~--

La lect1-1ra bajo el aspecto si11crónico

152

2. Realización del análisis nar1·ativo Los 111odelos presentados so11 apropiados para su utilización en el análisis a 111odo de ci1adro o cuestior1ario para el estudio de cualquier texto. Natural111ente, no todo cuadro o cuestio11ario vale para ct1alquier texto . Probando ese cuadro o cuestio11ario, se verá si pueden adqt1irirse id eas gracias a él. En general, i10 toda for111a de análisis narrativo será igualmente fecunda para el estudio de cualquier texto bíblico. En el a11álisis de textos i1arrativos , lo pri111ero qu e l1a)' que 11acer es transformar el texto en un objeto de investigación 1101nogé11eo. 2. 1.

La t1·ansformación del texto en un objeto 1'Jomogéneo de investigación

Co1no el análisis i1arratÍ\ 0 se lin1ita i11etódica111ente a las acciones )' a los personajes que llevan la acción, es decir, analiza únican1ente las estrt1cturas de la acción y hace abstracció11 de otras estructuras (aunque, como es 11atural, el texto narrativo debe investigarse tan1bién con los inétodos del análisis lingüístico-estilístico, del análisis semá11tico, etc.), el texto r1arrativo debe transfor1narse en objeto de in, estigació11 adcct1ado p ara se1nejante análisis. La transformación en una versió11 ab re\riad a, que es necesaria para el análisis de textos narrativos largos, no suele ser necesaria en el caso de ..las narraciones bíblicas, ya que en ellas se tr,ata de textos breves, en cuyo análisis pueden tenerse en cue11ta todos los ele111entos narrativos. Sin embargo, son necesarias dos formas de transforma., c1on. 1

1

• La t?'ansf01·mación de discu1·sos di1-ectos e indirectos Como e11 el análisis narrativo se i11vestigan únicamente acciones, resulta que los discursos directos que se encuentran a inenudo e11 las narraciones no son objeto directo del análisis narrativo . Sin e1nbargo, los verbos de decir con que se introduce el discurso directo no deben elin1inarse del análisis de la acción 146, porqu e esos \rerbos, con10 n1edios que son de ejercer i11fluencia entre los perso11ajes, suponen acción )' por este motivo son importantes para el análisis narrativo. La li11güística emplea, a este respecto, la expre146

Con10 propone Mí11guez, Pen tecostés, 81.

,





AJ1álisis seniántico

153

147

sió11 <> • Cua11do alguien dice a otra perso11a: <<¡ Haz esto! >> , entonces la acción verbal es in1ponerle u11a «exige11cia>»; cuando le d ice : «Si haces eso, tendrás que cargar con las consecuencias», e11tonces la acción verbal co11sistirá en u11a <
• La t1'ansformació11 de la secuencia de acciones En la exposición de acciones, el narrador no está ligado a la secuencia cro11ológica o causal; siguiendo técnicas narrativas, puede narrar con posterioridad las razones qt1e n1ovieron a la acció11 , etc. Si11 embargo, para el análisis na1·rativo l1ay que establecer el orden de sucesión o la secuencia de las acciones según las conexiones cronológicas, causales y lógicas . Esto sig11ifica que los sucesos/ acciones debe11 orde11arse de la mis1na n1anera que se sucediero11 en el tiempo; significa, asimisn10, que las causas debe11 ponerse antes de los efectos; y que deben realzarse claran1ente las oposiciones contradictorias o contrarias, por ejemplo la oposición entre el estado inicial y el resultado final .

¡

2.2.

El análisis propiamente tal

En el a11álisis propiamente tal, se investiga el texto desde el aspecto de la secuencia de la acción y desde el aspecto de los personajes que llevan la acción .

!

• Determi1iación de los puntos neu1·álgicos



Son plintos neurálgicos de la narración aquellos lugares en los que la acción pudo haber transcurrido de nlanera distinta a lo que se l1a narrado . Algu11os puntos i1eurálgicos son in1portantes; otros lo son menos. La exposición del análisis puede representarse ei1 for1na de árbol. 147



1

Véase más adelar1te (pragn1ática) .

La lectura bajG el aspecto sincrónico

150

co111binación más o n1e11os sólida de motivos (así se denon1i11an los más diminutos ele1nentos de la narración). Según sea la índole de la con1binación, se podrá distinguir también e11tre los diferentes géneros y subgéneros 142 •

1. 2.

Modelos para el análisis de pe1·sonajes que llevan la acción

Se l1an presentado también diversos modelos para el análisis de las personas que actúan .

1.2.l.

El niodelo de actantes

Continuando el e11fogue esbozado por Propp, vemos que Grei143 mas define así más co11creta1ne11te la relación entre las personas que actúan . Grei1nas habla de «actantes», )' se refiere co11 ello a los actuantes en sus relaciones recíprocas (a las personas concretas que actúan, las lla111a él «actores»). Greimas reduce a tres pares el n(1mero de actantes : sujeta-objeto, emisor-receptor, auxiliadoradversario. El primer par tiene en común el plano del querer; el segundo par, el plano de la co1nunicación ; el tercer par se cue11ta entre las circunstancias de una ac~ión. La figura 19 n1uestra los pares de actantes y su disposición como tales . 14

Los análisis de motivos en las l1istorias de n1ilagros, tal como los efectuaba la l1istoria de las forn1as, fueron desarrollados ttlteriormente sobre todo por G. Tl1eissen, Urc/Jristliche ~lundergeschichten. Ein Beitrag zur formgeschichtlichen Erforschung der S)' noptischen Evangelien (StNT 8; Gütersloh 1974), y luego por Pesch Kratz, So liest man s;1noptisc/J, 3, )' X. Léon-Dufour, Str14.cti1,re et fonctio11 du récit de miracle, en J. N. Aletti e.a., Les miracles de Jésus (París 1977) 289-353. La lista dada por Theissen, WundergeschiclJten, 82s, comprende cuatro grupos de n1otivos: entre los motivos introductorios se cue11tan: 1) la llegada del taun1aturgo; 2) la aparición de la n1ultitud; Ja aparición de 3) los que están necesitados de ayuda; 4) Jos representantes; 5) los emisarios; 6) los adversarios; 7) la motivación para que aparezcan los antagonistas; e11rre los motivos expositivos se cuentan: 8) la caracterización de la situación desgraciada; la aproximación al taumaturgo con 9) dificultad, 10) postrá11dose ante él, 11) con clan1ores pidiendo ayuda, 12) con súplicas )' expresiones de confianza; el recl1azo por 13) incomprensión, 14) escepticisn10 )' mofa, 15) crítica, 16) resistencia del demonio; conducta del taumaturgo con 17) excitación p11eu1nática, 18) palabras de co11suelo y aliento, 19) argumentación, 20) el l1echo de st1straerse; entre los n1otivos centrales se cuentan: 21) la preparación escénica: la acción milagrosa 22) toca11do, 23) pronunciando palabras qu e sanan, 24 ) pronunciando palabras que obran prodigios, 25) la oración, 26) la co111probación del rnilagro; entre los n1otivos finales se cuentan: 27) la den1ostraciór1, 28) el despedir a la ge11te, 29) el mandan1iento de n1a11te11er en secreto, 30) la admiració11, 31) la aclamació11, 32) la reacción de rechazo , 33) la di\ ulgación de lo sucedido. :?

1

143



Greimas, Sema11t1:ca, 207-232 .



Ar1álisis semántico



dador



st11eto

auxiliador

f'igura 19.

receptor

objeto

r

151



adversario

El modelo de actantes segiír1 Greimas . •



1.2.2.

Modelo de comunicación e interacción .

Para explicar las relaciones entre las personas actuantes, es decir, para explicar las interacciones en una 11arración, nos será útil un m odelo sencillo d e interacción (figura 20). influye mediante influencia verbal o no verbal ., reacaon

Actuante

Figura 20.

en el otro

Un modelo de interacción._ •



La influencia qu e el emisor ejerce sobre el receptor puede precisarse más \'aliéndose d e una lista de las llamadas acciones verbales. Aduciremos algunos ejemplos: preguntar, responder, afirmar, describir, explicar, interpretar, saber, esperar, desear, rnantener en secreto, revelar, mandar, exigir, aconsejar, nombrar, dar gracias, etc. 144 • •



Las relaciones entre las personas se explican por medio de preguntas sencillas: ¿Qué relación 1nantiene a con b? ¿Qué relación mantien e b con a?, etc. Tal modelo, relativan1ente sencillo, )' tal cuadro de preguntas ª)' Udan a describir las relaciones entre las personas actuantes, y a describir las interacciones en las que consis145 te esencial111ente la actuación humana • •

144

Este análisis tiene por objeto los sucesos narrados (es decir, interiores al texto). En el análisis pragn1ático se estudiarán de nu evo las acciones consistentes en hablar. 14

Aquí no podemos sino referirnos de pasada a otro modelo que ayuda a esclarecer las relaciones entre los personajes actuantes, a saber, el modelo del «can1po de los personajes•,, propuesto por Gerd Theissen, Urc/Jristliche 'J:l1indergesc/Jic/Jte11, 53-56. :.

/_,¡ leer 1
154

szncronico

• Detern1i1z,1ció11 de Las relaciones entre los personajes t¡ue Llevan la acciór1 Para detern1inar la posicic)11 de los diversos personajes que llevan la acció11, le rel="nofollow"> pri111cro que ha)' que l1acer es confecc ionar una lista de tales personajes. I)ara definir las relaciones entre los personajes actLt antes, 11C)S serán c1 e uti lida el las preguntas consignadas e11 la figura 21. .,

quien

(da)

•t

.,

,

a quien

que

busca

.,

quien

(a)' Uda)

f.'igura 2 1. f)etcr111int1ciá>1 {/l' seg1i11 el 111oclelu tic actt1111es.

...

t.

'

q u 1en

~

(obstaculiza)

.'

quien

/os fJl'rSOJltl/l'S (/lfl' f/(!'U t-lJJ Ía tlCCiÓn,

Este modelo es particular111ente adecuado para 11arraciones que tratan de que se piden cosas; cua11do en una narraci ón el ace11to recae sobre las relacio11es in terl1umanas, el esquema difíciln1e11 te se rá aplicable. Para este último caso es n1ás apropiado u11 inod elo de con1unicación e i11teracció11.

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO E INDICACIONES PARA EL MISMO Después de haber efectuado el análisis lingüístico-sintáctico )' el análisis semántico del texto que se investiga, l1a)' que dar los siguientes pasos en el análisis narrativo: • Establecer un objeto de investigación homogéneo - Subrayar primeramente las palabras de «acción» que l1a)'ª en el texto. - Luego, sustituir los ''erbos de decir)' los discursos directos e indirectos asociados con ellos; sustituirlos por verbos que expresen la índole de la inflt1encia interl1u1nana y que con1unique11 al mismo tiempo el conte11ido del discurso sustituido. - Finalmente, hay que poner las acciones en una secuencia lógica, cronológica)' causal, e indicar la oposición que exista entre el estado inicial y el resultado final de la secuencia de la acción 11arrada.

155

Análisis se1nántico

• Aplicación de esquemas de secuencia de acciones



En la realización práctica del análisis narrativo son particularmente apropiados el modelo de los puntos neurálgicos de la narración según 1 8 Bre111011d ·y el i11ve11tario de i11otivos según G. Tl1eissen ~ . Qué esquerna sea 1nás adecuado para un texto determinado, eso es algo que sólo podrá decidirse n1edia11te la aplicación misma. - Análisis de una narración segií11 el modelo de Bremond. Detern1i11ar los puntos neurálgicos de la narració11, es decir, aquellos lugares en que se adopta u11a decisión, )' que influ)ren esencialmente en el transcurso ulterior de la narración. Mencionar las alternativas que se abren en esos puntos neurálgicos. l11tenrar consignar en eJ esquen1a de Bren1ond los elen1entos de la ., acc1on: 1 •









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Narrar la historia en ur1a ''ersión alternati,,a: Si en ese punto de la acción, uno de los personajes actuantes ht1biera actuado de manera distinta, la l1istoria habría transcurrido así: ... - Inventario de motivos. \Taliéndose del esquema de motivos elaborado por. G. Theissen, determinar cuáles de esos moti,ros aparecen en la . . narrac1on que se 1nvest1ga. ~

• Aplicación de esquemas relativos a los personajes que llevan la acción Por lo que respecta a los esquemas relati,1os a los personajes que lle,1an la acción, la aplicación de dichos esquemas a un texto concreto n1ostrará si los esquemas son apropiados para el análisis y e11 qué n1edida lo son. - Por lo que respecta al niodelo de actantes según Greimas. Confeccionar la lista de los personajes que actúan )' ordenar la lista según los portadores de la acción que actúen coordinadamente o que se hallen e11 . ., opos1c1on. 148

Para la aplicación de los restantes modelos presentados, sería necesaria un a base teórica n1ás amplia que no pode1nos ofrecer aquí.

156

La lectura bajo el aspecto sincrónico .

Tratar de responder a estas preguntas con ayuda del texto: ¿Quié11 busca qué? ¿Quién da qué a quién? (Quién ayuda/quiere obstaculizar? En caso de que pueda darse respuesta a estas preguntas (cosa que no ocurrirá necesariamente en cualquier texto), rellenar el esquema de Greimas : •





















































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•• •••••••• • • ••••••• ••• • • •• ••











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1 •







- f orlo que respecta al modelo de interacción. Determinar cuáles so11 las influencias que se narran en el texto)' que se ejercen por acciones y por «acciones verbales» . Esclarecer las relaciones entre los personajes actuantes, con ayuda de las siguientes preguntas: ¿Cómo se comporta a con respecto a b; b con respecto a a, etc.?

3.

1 1 .¡

•1 •

Ejemplo: Me 10, 46-52 : Narración de un milagro 149 como historia de fe

El a11álisis narrativo debe ir precedido por el análisis lingüísticoestilístico y por el a11álisis semántico. A propósito de estas dos etapas de trabajo, haremos tan sólo unas cuantas observaciones importantes relativas al texto . .

Por lo que respecta al análisis estilístico y lingüístico, vemos que todas las frases están coordenadas paratácticamente por m edio de xaC; únicame11te los v. 48 y 50 se enlazan con óé. L os verbos se hallan, todos ellos, en formas finitas, con excepción de algunos pocos participios (v. 46, 4 7, 49 [dos veces], 50 [2 veces]) . En la 11arración, Me pasa dos veces al presente histórico: en la introducción (v. 46) y en la descripció11 del clamo1· con que la multitud llan1a al ciego (v. 49). El imperfecto, u tilizado en los v. 46, 48 (2 veces) y 52, expresa u11 comportamiento permane11te, una acción duradera. E11 el discurso directo de los v. 49b y 52 e11contramos dos casos de asíndeton. En el aspecto semántico se observan principalmente tres grupos de expresiones que, como líneas de sentido, recorren el texto y dejan en él su impronta: 149

Stock, Umgang mit theologischen Texten, 85-93.



f 1

Análisis semáritico

' \1erbos de mo,1imiento llegar \1erbos de llan1ar

1

1

t.





gritar, llamar Palabras para designar salvación/desgracia: • ciego

157

()' de oposición al movimiento): estar sentado, etc.;

()' oposición) callar

Las oposiciones 111ás in1porta11tes del texto se hallan for1nuladas claramente al principio y al final del mismo: estar sentado, ciego, junto al can1ino -recibiendo la vista, seguir (a Jesús) por el camino. Por la transición de un estado al otro, transición que se hace posible por el hecl10 de pedir a gritos, se ve claramente lo qt1e para Me significa la <
'

3 .1.

1

'

T1-ansformación del texto

Ape11as ofrece dificultades la transformación del texto en un objeto de investigación homogéneo : La unión de palabras <>) (v. 47s) debe tra11sformarse en una expresión que enuncie no sólo la confianza en Jesús como hijo de David, sino también la súplica implorando n1isericordia. Parece que la expresión apropiada es «petición llena de confianza». Ofreceremos en perspectiva la transformación de las demás uniones de palabras:

''· 49: Jesús dice: Lla1nadle ''· 49: llaman al ciego)' le dicen : ¡Anímate! ¡Levántate! ¡Te llama! ''· 51: Jesús dice: ¿Qué quieres que haga por ti? ''· 51: le dice: Rabbuni, que recobre la vista \'. 52: dice: Vete, tu fe ... •

hacer venir llamarle preguntar qué deseo se tiene responder, orar con plena confianza conceder la petición •

La secuencia de las acciones es de orden cronológico y causal, de forma que no es i1ecesario volver a ordenar las acciones para proceder al análisis. Claro que en este proceso de tra11sformación quedan sin tenerse en cuenta mucl1os aspectos.

,

158

La lectura bajo el aspecto sincrónico •

3.2.

Aplicación de esquemas

Mediante la aplicación de los esquem as desarrollados para el análisis de sec11encias de acciones y de personajes que llevan la acció11, se puede describir con más precisión la índole narrativa de Me 10, 46-52. En los diversos esquemas .se describen las posibilidades y los límites de la aplicación. • Alternativas de la narración (según C. Bremond)

Me 1O> 46-52 muestra n1uchísimos puntos neurálgicos en los que la narración l1abría podid o prc)seguir de manera distinta. 1)

2)

3)

4)

5)

7)

6)

. , /seguirle curac1on

~ no

ser / · a's llamado"'-. gritar m ::--"'-.no /fuerte~ salud obstáculo no ser ~ llamado gritar___.-no gritar ~ más fuerte estar / ""ningún se~ tado~ obstáculo ciego ' 110 gritar r:igura 22.

segui rle

Alternativas de la 11arració11 e11 A1c 10, 46-52.

En la figura 22 se han numerado los diversos pasos por los que avanza la acción. Los correspondientes lugares son tan1bién puntos r1eurálgicos de la secuencia de la acción, como ve1nos por consideraciones generales («aquí la historia podría haber seguido adelante de u11a man era distinta ») y principaln1ente por la comparació11 con otras narraciones en las que el hilo de la acción prosigue efecti\ amente de manera distinta (por ejernplo Me 3, 1-6; 7, 27; 8, 11 ; 5> 19). 1) Es la situación inicial (ciego; que está sentad o); frente a esta situación se hallan 6) (= ,·iendo) )' 7) (= ca1n inar) como oposición. 1

2) Significa: aprovechar la ocasió n. 3) Los obstáculos que tratan de in1pedir una petición aparecen en las historias normales de 1nilagros (por ejemplo en Me 3, 1-6). 4) Se su pera el obstáculo; de lo contrario, el ciego volvería a la posición 1). 5) Reacción de] es ús a la petició11. El hecl10 de que] esús por1ga objecio11es a una petición aparece en Me 7, 27 ). cuando se le exigen 111ilagros espectaculares (Me 8, J 1s).

1. 1

1

A?iálisis semá11tico

1

1

l

159

6) Es expresión de la fe que Jesús reclarna aquí. 7) Una alternativa sería que el l1ombre se l1icie1-a misionero (como e11 Me 5> 19s). · Con este n1odelo se captan bien las alte1·nati\ as y las decisiones de las que l1abla el texto : el que elige clamar a Dios y elige la fe, consigue la_ salud. 1





~-

• La armazón de motivos El tener en cue11ta los diversos 111oti,ros que aparecen en el 150 texto, tal )' como se expo11e en la figura 23 , nos pern1ite tan1bién reco11ocer los pasos que va dando la acció11. •

1

1. Indicación localizada de la situación, con la aparición del taumaturgo, de sus acon1pañantes (los discípulos) )' de una 1nucl1edt1mbre de gente (\'. 46ab, 111oti\1os 1, 3, 4). 2. Aparición del necesitado de ayuda (a quien se n1enciona por st1 1101n·bre) con escasa caracterización de la necesidad (v'ariante i1arrati\ a: el taun1aturgo encuentra al necesitado de a;ruda) (\ 46c, 1notivos 2, 11 ). 3. Cla1nor pidiendo socorro (\ 47, motivo 14). 4. Le mandan callar (lo hace la mt1chedun1bre, moti·vo de los qt1e obstaculizan) ('' · 48ab, n10tÍ\10 12). 5. Re110\'ado clamor pidiendo socorro(\'. 48cd; motivos 14, 15). 6. Se entabla contacto, se le l1ace venir(\'. 49ab, motivos 7, 10). 7. Palabras de aliento ;r consuelo (\ 49cd, motivo 25).



1

1



1



1

1 '

1

1

1 1

1

1

1



8. Preparación escénica (v. 50, moti''º 29). 9. Exploración (v. Sla, motivo 11 ). 1O. Súplica pidiendo la curación (,,. 51 b, motivo 15). 11. Palabras de curación: en for1na de orden de que se marcl1e )' de reconocimiento de su fe(''· 52abc, moti, os 32c, 25). 12. Comprobación del rnilagro (v. 52d, n1otÍ\ 0 37). 13. Demostración (\ 52 d, n1oti\ 0 39). 1

1

1



1

Figura 23. La arn1azó11 de n7otivos c12 el relato de curacióri e11 A1c JO, 46-52.

isc Pesch - Kratz, So liest ma11 sy11optisc/J, II, 79.



160

La lectura bajo el aspecto sir1crór1ico

Seg{1n este 1nodelo, se representan las diversas unidades n1enores de la acció11, pero 110 aparecen muy claras la oposición ) las alter11ativas (es decir, la estrtictura propian1ente tal). El resultado del análisis es bastante apropiado para comparar este texto co11 otros textos analizados de n1anera análoga . 1



o

El rnodelo de til·tantes

Los personajes que actúan son: .Jesús - los discípulos - el ciegola multitud. Las relaciones entre los perso11ajes que actúa11 se pueden explicar clara1nente, en parte, según el modelo de actantes que aparece en la figura 24. · Jesús - - - - - •

la multitud (v. 49)----•.-

Figura 24.

la vista

Bartimeo

- - -- -•.- el ciego

....1 - - - - - - la multitud (v. 48!) ·

Los pcrsor1ajes q1"e acti{a,1 en Me JO, 46-52.



El modelo po11e en claro las opos iciones entre los personajes que actúan, )' diseña bie11 cómo la i11uchedt1mbre se oponía al principio, pero después prestó ayuda. Tan1bién la fe presta ª)'Uda. El modelo no es capaz de describir más detalladamente los proces~s interpersonales que son importantes para este texto .

• Modelo de i12teracción La relación entre los personajes que actúa11 se indica en palabras clave.

El ciego ante Jesús: Jesús ante el ciego: La multitud ante el ciego:

petición llena de confianza . . . 1r en seguimiento llamar curar obstaculizar ayudar

f 1

J

10 •

Análisis pragmático

El que habla con alguien o le envía un n1ensaj e escrito se propone influir en el oyente/lector: Pretende sugerirle dete1·n1inadas ideas, inducirle a cambiar de opinión, moverle a participar en sentimientos, co11ducirle a la adopción de determinadas formas de conducta, etc. El hablante está interesado en <<servirse de su me11saje para inover al oyente a una conducta adecuada a la situación. El 151 oyente debe reaccionar a11te el texto» • La llamada «pragmática» 152 se dedica a estudiar los enunciados y textos lingüísticos, en cuanto tratan de influir en el o;rente/lector.

La pragmática del texto estudia la fun~ión dinán1ica de los textos , es decir, las instrucciones para la acción y la orientación del lector que se 154 efectúa por medio de textos • 153

1 .

t

El objeto de investigación de la pragmática lo constituyen rnuchas veces textos (orales) encaminados al uso y procedentes de la actualidad, para lo ct1al existe en los lectores variado saber extratextual. Cuando se aplica a los textos bíblicos la problemática p1·ag1nática, hay que tener en cuenta la circunstancia de que poseemos únicament~ los textos, 1nientras que apenas existe el saber extratex-

151

H. Weinricl1, Komn11-lnikation, lnstruktion, Text: Sprache in Texten, 11-20, espec. 16. 152

En griego, ngay~La significa «acción».

153

Van Dijk, Textwissenschaft, 68.

154

La pragmática se entiende aquí de11tro de un 1narco n1ás estricto que, por ejemplo, en Breuer, Ei11fü.hr14.12g, y en Franken1olle, Kon11n11.nikatíves Handeln.

!~a

162

lectura bajo el aspecto si11crór1ico

tt1al o el «saber cotidia110>) sobre la con1unicación> que existía e11 el n10111e11to de la con1posición. Y, así, la orientación del lector se 155 averigua única111e11te por inedia del texto n1is1110 .

· •

Lecturas Nos ofrecen una iniciación a la pragmática la obra Fu.nk-Kolleg Sprac/Je, II, 113-123, )' la obra de miscclá11ca pt1l)licada bajo la <.lirccción de O. Scl1ober: F1>irtktio11en der Sprac/Je 156 . Ha)' i~1\1 estigaciones específicas <::11 tor110 al N ti evo Te.sta111e11to, especialn1c11tc por lo q11e se refiere a la retórica (partict1larme11te c11 las cartas paulinas) 157 )' al empleo del lenguaje c11 las parábolas de Jesús 158 .

1. •

El modelo de texto para el análisis prag1nático

El análisis prag1nático de textos escritos trata de responder a la 159 pregunta de por qué )' para qué se con1puso t111 escrito . El 155

Puede sernos de cierta ª)'Uda la eficacia l1istórica (V:lirk1t11gsgesclJic/Jte) de los textos, por cuant<.) ésta nos hace ver el potencial de se11tido que "Se er1cierra en los textos )' Jos efectos éstos produce11. De esta rnanera se capta tarnbién la función dii1án1ica de los textos. 156

Ade111:is de los estudios sobre la teoría del texto (en la prcsei1te obra, en los c: 2-4),, véans~ especial1ne11te las in~ciaciones a _l_a prag111~tica: B!·euer, Ei11fi-i/1r1111g; 1·1t11k-l\olleg SpraclJe, 11, 113-123; Ka11zog, Erzal1lstrategie; Scl1l1eben-Lange, Pragniatik, )' las secciones correspondientes e11 las siguie11tes obras: Al<111ajian - De1ners - Harnisl1, Ling11istica, 299-337; \ 7an Dijl.;., Textwisse11sc/1aft; Leo11i - Pigliaccio, Retorica e scienze del linguaggio; Plett, Textwissenscl;aft, 79-99. Sobre la pragn1ática bíblica: E. Are ns, l\.omm14n1:J?.ative H a11tili111ge11. Die paradign1atische Bcdeutung der Gleichnisse Jesu f ür ei11e I-i~ndlu ngsth_eorie (Di.issel?orf. 1982); _B_er~er, Exegese, § 14- 17; D. Dormcyer, Der Si11n des Leidens }esit. H1stor1scl1-lcr1t1scl1e und textpragn1atische Anal)1Se der Marl<uspassion (SBS 96; Sruttgart 1979); Egger, Nac/J_(olge, 195-203; Franke1110Jle, !{onim1111ikatives Handel11; Lacls., Lett11re str1-t.tt11raliste, 25-28; Meynet, lnitiat1:on a la rlJétorique biblique; Schv.1eizer, lv!etap/,orisclJe Gra1nmatik, 211 -324; Patte, Pa.14/>s Fait/J ancL tl"Je Power of t/Je Cospel; C. J. Reedy, R/1etorical Concer11s a1id Arg14me11tative Tec/J11iq11es i11 Matt/1ea11 Proriounceme1zt Stories (SBL Sen1Papers 1983); Tl1eissen, Urc/Jristlic/Je \Ylit11dergesc/Jic/Jten, 229-297 (trata sobre la funció11 social, histórico-religiosa )' existencial de las l1istorias de tnilagros en el cristianisn10 prin1itivo); W. H. \Xlucllner, Der}akobi1sbrief in1 lic/1t der R/Jetorik 1411d Textpragniatik: LingBibl 43 (1978) 5-66; D. Zeller, Z1tr Prag1natik der pa1"'li11isc/1e11 Rech~fertigr,tngsle/Jre: ThPh 56 (1981) 204-217; Id., \Xliencler 1.f11cl Bekenntnis. Zu111 Sitz in1 Lcbe11 urcl1ristlicher Wundergesc hichten: BZ 25 (1981) 204-222; Id., Die Hei/r,t11g des Aussdtzige11 (A1k l, 40-45). Ein Beispiel bel,e11nender und \verbe11der Erzahlu11g: TTbZ 93 (1984) 138-146. 157

Sobre la retórica en Pablo, véase especialn1e11te H.-D. Betz, Galatians (Filadelfia 1979). 15

Véase especial11)e11te Arcns, l\.onim1r11ikative Ha.ndl1111ge11; Frank.en1olle, J( ommrtn ikati·ves 1-fa11 deln. ¡¡

159

\léase Schlieben-La11ge, JJragmatik, 97: «Para qué 11ablan1os, )' qué nos pron1eten1os con ello».

Análisis pragmático



163

enu11ciado lingüístico o el texto se entiende como instrumento utilizado por el autor no sólo para establecer comL1nicació11 lingüística, sino tan1bié11 para influir e11 el lector con arreglo a la situación )' para n10\1 erle a una deter1ninada actuación .



Como por i11edio del hablar/escribir se pueden lograr efectos, se entien~e el hablar/escribir como una acción, comprend ida, eso sí, en el se11tido más amplio de la palabra: mediante el l1ablar/escribir se quiere qt1e aparezcan actitudes, sentin1ie11tos )' forn1as de cor1ducta, )' se pretende i11fluir en tales actitudes, sentimie11tos )' for1nas de conducta, )' rnodificarlos. Hablar/escribir es tan1bién u11 obrar, en cua11to por ello se producen IDU)' a ment1do ca1nbios incluso de las circunsta11cias, como su cede, por ejemplo, por obra de la redacción de un testa1nento, por un decreto de non1bran1iento, etc. Para caracterizar este aspecto de acción que tiene el hablar, se i11trodL1jo la expresión <
La teoría pragn1ática del texto considera la redacción de un texto co1110 «acción por rnedio del escribir» («acción escrita»), por cuanto se pretende que el texto influ)'ª en las relaciones entre el autor )r el lector )' en el co11texto de la situación, para modificar tales relacio11es )' tal situación, consiguiéndolo así a \ eces. 1

1.1.

Funciones de los textos (fines pa1·a los que se utilizan)

El que l1abla/ escribe puede proponerse como finalidad diversas cosas: unas veces querrá sencillamente expresarse)' hacer partícipes a otros de sus propios sentimie11tos; o querrá comunicar i11forn1aciones, o mover a la acción. Algunas veces, el escribir (por ejemplo, cuando se escribe11 unas sencillas palabras de saludo) servirá para el 160 fin de hacer más profunda la unión entre dos personas , etc. Los fines que se propone el hablar no tienen por qué ser siempre conscientes; muchas veces se persiguen fines no i11mediatos; preci-

160

\léase la breve carta enviada desde Hermópolis en el siglo I de 11uestra era: «Filia saluda al n1U)' apreciado Apolo11io. En cuanto e11cuentro personas que ~yana ir de ' 'iajc adonde tú estás, siento la necesidad de enviarte saludos )-. .. » (aquí ter111ina el fragn1ento de papiro). Tomado de J. He11gstel (ed.), PapJ1ri als Ze11g11is des offentlic/Jen 1-1nd privaten Lebens (en griego y e11 ale111án) (Darmstadt 1978) 85.

La lect1-tra bajo el aspecto sincrónico

164

sainen te los fines del hablar son a menudo de naturaleza vaga y, más bien, etérea 161 • Así, pues, el análisis pragn1ático parte de la observación de que las declaraciones li11güísticas y, por tanto, ta1nbién los textos no deben considerarse sólo desde el aspecto del contenido, sino tan1162 bién desde el aspecto de la finalidad con que se utilizan • Seg{1n sea el co11texto de la situació11 en que acontece una declaración, o a la qt1e está destinado t1n texto, puede tener efectos difere11tes una inisn1a y ú11ica declaración. La palabra «llueve» puede ser, e11 un contexto, la respuesta a una pregunta sobre el tiempo que hace, y otra vez puede ser la negativa a una invitació11 a salir de paseo. 1

El análisis prag1nático distingue entre el contenido del enunciado (proposición), la finalidad de la utilización (función) y el efecto de un texto. Para sistematizar las distintas funciones de las declaraciones o textos, se propusieron diversos n1odelos 163 • En consonancia con el modelo de comu11icación propuesto en la sección «teoría del texto», y con sus factores : autor, lector, texto (como magnitud estructL1rada co11 un te111a), código, canal, contexto de la situación, se pueden distinguir los siguientes fines de utilización, según sea el factor acentuado nJás i11tensa1nente por el escribir 164 : •

- la funció11 expresiva (emotiva), cuando se trata pri11cipaln1e11·te de la expresión de los senti1nientos del emisor; •

- la función directiva (conativa), cuando se trata de un llan1amiento dirigido al receptor; 161

Schlieben-Lange, Pragmatik, 70.

162

Muchas veces se hace diferencia (con can1biante terminología) entre el acto de la declaración, el contenido del enunciado (proposición), la finalidad con que se utiliza (il ocución) )' el efecto logrado (perlocución); véase el cornpendio en Ulrich, Linguistisc/-;e Gr1411dbegriffe, a propósito de «Sprechakt» (acto verbal). La ilocución (por ejemplo una pron1esa) puede a veces especificarse n1ediante un llan1ado verbo performativo (por ejen1plo «Te pro111eto» ). 163

Mu)' significativo e i11fluyente fue el n1odelo de órga110 del le11guaje propuesto por Bühler, SpraclJtheorie, 28s: Las funciones del 1e11~uaje son la expresión (fuerza sinton1ática de la depende11cia e11 que el lenguaje se halla del emisor, cuya interioridad exp resa), el llamamiento (co1110 dirección que se quiere dar a Ja co11ducta del O)'ente) )' la representación (en virtud de la ordenació11 11acia Jos objetos). 164

El n1odelo de con1u11icación co11 los diversos factores y las funcio11es del le11guaje están en conso11ancia con el n1odelo propuesto por R. J akobson, Style a11d Language, 350-377; se l1an tomado de Lack., Letture strutturaliste, 25-28. La lista propuesta se confeccionó según Dell H. Hyn1es, EtlJnographie des Sprecl1ens, citado por Schober, Funktio11, 18. E11tre paréntesis figuran las correspondientes denominaciones en Jakobson, Style and Language, citadas por Lack, Lett1-tre strutturaliste, 25-28.

Análisis pragmático

165

- la función referencial (información), cuando se trata de la representación de un tema; - la función contextual 165, cuando se trata de tener en cuenta el contexto de la situación (por ejen1plo : «Lea usted la siguiente nota»); - la f·unción poética, cuando la for111a li11güística halla particular interés; - la función de contacto (contacto-fática), ct1a11do el contacto entre el emisor y el receptor se con\rierte principaln1ente en problema (\ éase, por ejen1plo, el «¡Oiga !» que se dice al come11zar una conversación telefónica); 1

- la función metalingüística, cuando el texto mismo se convierte en el «tema rel="nofollow">> (por ejemplo : «¿Qué sig11ifica esa palabra?>>). Claro que pueden actuar al mismo tiempo \ arios fines de utilización o funciones, pero u11a u otra predon1inará. 1

En las cartas pauli11as sobre todo se e11cuentra11 ejen1plos de las diversas funciones del lenguaje :



- función de contacto del le11guaje: el encabezan1ie11to de las cartas e11 el que se indica a quién van dirigidas, los saludos finales (con especial intensidad en Rom 16); Gál 4, 20: «Q uisiera estar con vosotros ahora y hablar con vosotros de otra inanera»; - función expresi\ra: por ejemplo la emotiva presentación que Pablo hace de sí n1ismo en 2 Cor 11;



- función directiva : las numerosas y variadas instrucciones que Pablo da a las comunidades, principalmente en las secciones introducidas por: <
165

166

;

y la

Jakobson

)' Lack consideran en conjunto la representació11 de u11 ten1a )' la cuenta en que se tiene el contexto de Ja situación. 166

Betz, Galatians, teniendo en cue11ta la antigua retórica, se dedica especiaJn1ente al estudio de los recursos retóricos. •

La lectura bajo el aspecto si11c:rónico

166

- tu11ció11 n1etalingüistica: Gál 4, 24: «Esto es una alegoría (U./1.A.YJ''l'OQOÚ µEva)».

1.2.

Medios pa1·a

dz:1~igi1·

(u or·ientar) al Lecto1· En los actos verbales/ actos escritos ha)' que distinguir e11tre la i11strucció11 )' la estrategia. P()r i11st1·ucción se entie11de11 las i11dicaciones que el texto da al lector para que éste pueda orientarse de11tro del inis1no y en la situación dada 167 , ) ' asi1nismo aquellas i11dicacio11es que da el texto para que el lector sepa enct1adrar debida111ente el i11is1no (por ejen1plo : «Esto es t1na alegoría»: Gál 4, 24 ). Con el fin de dar eficacia a la i11strucción, se en1plea u11a estrategia, es decir, se u tiliza11 determinados medios para alca11zar el fi11. La palabra oral puede ir aco111pañada ta111bié11 de 111edios extralingüísticos (gestos, por ejemplo actitlJd es de súplica, etc.) . En el caso de textos, el autor no dispone n1ás que de 1nedios li11güísticos. La elección de estos n1edios depe11de, entre otras cosas, de la capacidad de actuación lingüística del autor, de la situación existe11te en cua11to a la con1u11icación, de las formas de cortesía, de los co11ver1cionalisn1os, etc. Y, así, una orden puede forn1ularse co1110 deseo, co1110 petición, como pregunta («¿Podría usted ... ?»).

Se denomina estrategia al en1pleo de los 111edios lingüísticos para lograr el efecto. Las i11strucciones está11 clarísin1as cuando se formulan en i1nperativo, por ejen1plo : «¡Cierra la ventana!». Pero una misma)' única instrucción puede expresarse también de ma11era diferente, por ejemplo en enunciados (proposiciones) de co11tenido di,1erso, verbigracia como obser\1 ación formulada lingüísticamente: «Ha)' corriente de aire», o: <
167

\7 éase H. \XIei11rich, Tcxtgra1nmatik der franzosisc/1en Spracl'Je (Stuttgart

1982)213.

167

ca puede ser u11a orden \1 elada, etc. 168 • Como ejemplo de orientación del lector por medio de recursos lingüísticos, n1encionemos e] sern1ón de la n1011taña (Mt 5-7) : En él encontra111os provocación, 111a11eras agL1das ele hablar, ejen1plos, alt1sio11es a la experiencia, forrnación de series 16'' .

1.3.

Condiciones pa1·a que se log1·e la a.cción lir1güística

Para que la acción pueda lograr n1ediante el hablar/escribir el efecto deseado, debe cL1111plirse sie111pre una serie de condiciones.



U11a orde11 que te11ga sentido presupone sie1npre en el hablante u11a detern1inada situación, )' lt1 cgo prest1pone que el habla11te está poi· e11ci111a de aq ti el a g uien se dirige la palabra ( derecl10 a dar instrL1cciones o at1 toridad para l1acerlo ), y presupon e ta111bié11 el poder de aplicar sa11cio11es para lograr que se cumpla la orden. Para dar un consejo qu e te11ga se11tido, hacen falta deter111inadas experiencias, conoci111iento de la acción )' de sus co11secuencias, saber lo que le co11vie11e al que busca consejo. En u11 auté11tico consejo, el que lo solicita debe conser\rar st1 libertad de decisión; algt1nas veces será preciso n1encio11ar expresamente esa libertad de decisión: «Te aconsejo, pero 110 te n1ando » (véase 1 Cor 7) . Al pron1eter algo, el hablante debe saber que es capaz de cumplir lo pro111etido; debe saber ta111bié11 que el 0)7 ente da \1 alor al l1echo de recibir algo (de lo contrario, la pro111esa sería, a lo sumo, una a1nenaza).

La acción por i11edio del hablar/escribir es u11a acción que depende decisi\1a111ente del contexto de con1unicaciór1 )' del contexto vital; )1 en esto depe11de, a su \ ez> especialísin1an1ente de las estructuras de cornunicación que existan entre eJ emisor )' el receptor. 1

De ahí se deducen consecue11cias para el a11álisis de los textos bíblicos, textos e11 los cuales no existe mucl1as veces ni11gún <<saber cotidiano» sobre el fi11 con que se utilizan: basá11dose en la simple forma de la declaración lingüística, sin co11ocimiento de las estructuras de autoridad )' del contexto de la situación i10 puede deter111i16

~ Dieciocho variaciones de «¡J\1ón ica, cierra la ventana !», e11

Sprac/Je, JI, l 13s. 16

''

\léase Egger, Ha11df¡.t11gsorie11tirrte A11slegung, 135s.



F11.11k-Kolleg

La lectura bajo el aspecto si11a·ónico

168 •

narse el acto verbal existe11te e11 u11a declaración. Tan sólo cua11do se co11oce )' ª toda la estructura de co111u11icació11 y de autoridad, se ve patenteme11te si una declaració11 formulada co1110 súplica es real111ente u11a súplica o sí se trata de una orden velada. El a11álisis trata ta1nbién de dilucidar qué condicio11es sociológicas i11fluyen en el acto de l1ablar y escribir, dentro de la correspondie11te situació11 de con1unicación y de acció11. Por esta razó11, el análisis pragmático presupone el pu11to de vista l1istórico )' el pt1nto de \ ista sociológico 170 • Y, así, la prag111ática, en sentido amplio, se puede e11tender con10 una perspectiva abarca11te que l1ace justicia a la ma31 oría de los aspectos de u11 texto y que tie11e en cue11ta la i11tegración de u11 texto en detern1i11adas estructuras de comu11icación 171• Al misn10 tie111po, desde esa perspectiva puede11 _trazarse 111ucl1as líneas para el a11álisis de los tipos/géneros de textos. 1

2.

.1

1

l

Realización del análisis pragmático

En el caso de n1uchas declaracio11es li11güísticas de la actttalidad, se capta sin rnayores esft1erzos el efecto que se pretende lograr, ya que mediante informaciones exteriores al texto se co11ocen las estructuras de co1nu11icación y de autoridad existentes entre el hablante y el 0;1 ente, entre el autor y el lector. En el caso de los textos bíblicos no dispo11emos 1nás que del texto. Así que te11e111os que dedt1cir del texto n1is1no la idea sobre el acto verbal de que se ttata, la inte11ció11 que persigue el autor, de qué 111anera utiliza él los recursos lingüísticos para 11acer reaccionar al lector. Por diversas 1·eferencias qt1e hay er1 un texto puede conocerse la fuerza diná1nica y la intenció11 de mover que tie11e el mis1110. El 111étodo no puede aplicarse mecánicamente; no da n1ás que i11dicacio11es sobre la manera de lograr el objetivo del análisis prag1nático. 2.1. Hay acceso directo a la orientación del lector, cuando el autor n1ismo se manifiesta en este sentido. E11 los evangelios ocurre así en Le 1, 1-4 y ] n 20, 30s. Según ] n 20, 30, la reacción del lector -prete11dida por el autor- ante la lectura del texto es una co11fesión de fe e11 ] esús, que es el Mesías y el Hijo de Dios. Ei1 los textos pat1linos se nlenciona a veces la índole misn1a del acto verbal, por 170

H. Fra11ken161le, Sozialet/1ik

171

Véase Fra11k.e111olle, Sozialetl-Jik im Neue11 Testament, 63-68.

Ne11en Testament. Neuere Forscl1ungstende11zen, offene Fragen und l1crn1eneutiscl1e A11merl~un gen: T11Berichtc 14 (Zuricl1 1985) 15-88, es pee. 65. Véase también H.-J. Ve11etz, Der Beitrag der Soz iologie zur Lektüre des Neuen Testame12ts. Ei11 Bericl1t: Tl1Bericl1te 13 (Zuricl1 1983) 87-121. ir11



Análisis pragmático

169

ejemplo: <<Üs pido, os exhorto, os aliento», como sucede por eje111plo ei1 las partes paren éticas de las cartas paulinas, en las que Pablo aduce a nienudo la autoridad del Señor y subraya el carácter autoritativo de sus exhortaciones. 2.2. La instrucción que da un texto puede verse )'ª por la forma lingi.iística, ct1ando la instrucción se expresa en imperativos. En efecto, los imperativos son una instrucció11 partict1larn1ente clara para la adopción de detern1inadas formas de pensar y de conducirse 172 : «Haya en vosotros los misn1os senti1nientos que .. . » (Flp 2, 5); «No os preocupéis ... » (Mt 6, 25). Se entienden muy bien con10 i11strucciones las a111enazas y las adverte11cias. Y lo n1Ísn10 se diga cuando se en1plea el esquema hacer/ resultado («El que hace . .., ese tal ... »; <<el que no l1ace .. . , ese tal .. »). Aparece ento11ces clara1nente el esquema de instrucción. 2.3. La instrucció11 del texto se puede reconocer tan1bién por los valores qt1e se expresa11 en el mis1110, )' ta111bién por la co11ducta de aquellas personas CU)' OS actos se p1·eser1ta11 más o n1enos claran1ente como ejen1pla en el texto . Así, J n prese11ta ante el lector muchas figuras en las que éste podrá ver una fe ejemplar (J n 4 : la san1aritana que llega a creer en Jesús; Jn 9 : el ciego que fue ct1rado; véase tambjén Me 1O, 46-52: Bartimeo va en segui1nie11to de Jesús). •

2.4. Un problema especial es la función diná1nica de las narracio11es. Es verdad que las narraciones no debe11 entenderse como instrucción directa. Las palabras que una persona actua11te dirige a otra en una narración no van dirigidas directamente al lector de la historia, )' , no obstante, una narración da al O)' ente muchas su gerencias e incentivos para que piense de ma11era distinta. Al1ora bien, en algunas narraciones, el narrador se dirige directamente al lector a tra\rés de los perso11ajes mencionados en el texto (por ejemplo e11 Jn 11, 4 .25s ). En una narración se representa la solución del problema, )' por ella el lector puede apre11der cuál debe ser su conducta, si desea algo parecido. Asimismo, se representan diversas formas de conducta)' papeles, con lo cual se hace al lector u11a oferta para que dese1npeñe aqt1el papel. U 11a histo1·ia presenta ante los ojos del lector unas posibilidades poi· las que él pudiera decidirse. A rnenudo la narración (lo mismo que un drama) incita al oyente a identifi. . . . carse 1nconsc1enten1ente con uno o con varios personaJeS, y en esos casos no sólo se habla al entendimiento, sino ta1nbién al corazó11 del oyente. Por consiguiente, la función dinámica de las narraciones consiste en que éstas invitan a reflexio11ar sobre la propia 171

\Xfeinricl1, Textgran1n1atik , 213 . •

La lectura bajo el aspecto si¡1crónico

' 170

cor1dL1cta, a co11ocer alter11ati\1 as, )' a 11acerle participar en los st1fri111ie11tos, e11 las alegrías )' en las forrnas de conducta. 2.5. Otro procedi1nie11to para captar los efectos que trata de producir un texto, desde el aspecto de la acció11 \'erbal, consiste en establecer u11a coordinación entre las accío11es ''erbales bíblicas )' las acciones verbales que se producen en otr.o s terrenos. Di,1ersos autores l1a11 co11feccio11aclo listas de actos verbales que puede11 utilizarse tambié11 para la descripció11 de textos bíblicos. To111ados de u 11a lista preparada por Jürgen Habermas 173 , 111encionaren1os los sigu ientes grupos de actos ' 'erbales: - describir, relatar, cornunicar, narrar, 11acer obser\1aciones, prese11tar contradiccior1es; afirmar, asegt1rar, responde1· afi1-n1ativan1e11te, i1egar, in1pug11ar; re\1 elar, desvelar, expo11cr, co11fesar, aparentar, negar; mandar, exigir, pedir, requerir, exl1ortar, per111itir, aconsejar, advertir, C()nsolar; - salt1dar, felicitar, agradecer, etc. •

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO Y DE LAS INDICACIONES PARA EL MISMO .• Las siguientes preguntas ª)'Udarán a encor1trar en el texto indicacio11es de la orientación que el autor pretende dar al lector 174:

- Sobre el proceso de coniun1:cación ¿De qué proceso con1unicati\ 0 se trata? ¿Qué normas de comportan1iento lingüístico )r social se presuponen en el texto? 1

- Sobre la orielitación del lector ¿Qué indicacio11es expresas sobre la finalidad del hablar/escribir se encuentran e11 el texto? ¿Qué instruccio11es directas e indirectas para el pensar )' el obrar de los lectores se encuentran e11 el texto?



173

Hab er1nas, citado por Scl1li e be11-La11ge, Pragr11atik, 48s .

1 1

Véase, a este propósito, Bret1er, EiJ1fiilJr1tJ1g, 212-220.

.7·

Análisis prag1nático

171

¿Hasta qué pu11to se hacen explícitos los proble1nas de la relación entre el autor )' el lector? ¿Qtié \ialores. prese11ta el texto ante los ojos del lector? Especialn1ente para la orientación del lector por n1edio de textos 11arrat1vos: •



¿Con qué personajes que aparecen en el texto sin1patiza el 111isn10? ¿Hasta qt1é pt1nto el texto l1ace patente a qué lector se dirige?

¿Qt1é posibilidades de solución ofrece el texto para deter1ninados problen1as de la comunidad (o del lector)? ¿Con qt1é personajes sin1patiza (o se identifica) el lector?

- Sobre los actos verbales Las pregu11tas sigL1ientes sor1 n1ás apropiadas para textos paulinos; en lo qtie respecta al acto verbal «narrar», se aplican las preguntas expt1estas inás arriba. ¿Quién l1abla/escribe, )' ql1é credibilidad le corresponde? ¿A qué i1orn1as de conducta se somete el círculo de destinatarios a quien se qt1iere dirigir la palabra? ¿Qué indicaciones ofrece el texto sobre la estructura de autoridad existente entre el aL1tor )' los lectores? Mencionar, con ª)'Uda de una lista (por eje111plo la de Haberr11as ), algt1nos actos verbales que pudieran ser pertinentes para el texto que se examina, tales como «mandar, aconsejar, explicar, etc.». ¿Qué condiciones deberán cumplirse para que el correspondiente acto verbal te11ga éxito?

3. Ejemplos 3 .1.

1 Co1- 7: Un diálogo diferenciado

co12 la comunidad 175

1 Cor 7 es uno de aquellos textos en los que se hace explícita varias veces la relación entre Pablo con10 autor )' los in ie1nbros de 175

\X'. Egger, E/1e urid ]1tt1gfra1-tlíc/1keit. 1 Kor 7 als Beispiel ethischer Argumentatio11 des Aposrels Paulus: I<.onfere11zblatt (Brixe11) 90 (1979) 89-97; N. Bat1n1ert, E/Jelosigkeit 1-f11d El1e im H err11. Eine neue I11terpretation von 1 Kor 7 (FzB 47; \Xfürzburgo 1984).

- -

172

La lectura bajo el aspecto sincrórlico

la comunidad de Corinto, )' en los que Pablo inismo se ma11ifiesta con respecto a las forn1as elegidas para influir, inencio11ando los actos verbales que él en1plea ( co11fesión, n1a11dato, súplica, opinión, consejo, etc.). Así que puede11 definirse con precisión la intención subyacente al texto, la i11strucció11 de los lectores y la reacció11 que se desea de los mismos.

• Los destinatarz:os

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Pablo hace disti11ción clara entre los destinatarios a quie11es se dirige en las di,rersas seccio11es de 1 Cor 7: Después de hablar sobr·e el peligro de i11moralidad (v. 1-7), él se dirige a las personas no casadas y a los viudos (v. 8s) 17(', a qui~nes aconseja que no se casen; lL1ego se dirige a los casados, repitiendo ento11ces a los cristianos casados la prol1ibició11 del divorcio (v. 1Os), al n1ismo tiempo que a las parejas en que uno de los cónyuges es pagano, les l1ace una concesión (v. 12-16); después se dirige a <
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• Actos verbales J' papel de Pablo

178

En esta sección, Pablo mis1110 explica el alca11ce de sus afirmaciones, precisa11do de qué actos verbales se trata: en el v. 6, Pablo l1abla de una concesió11 que se co11trapone a un «mandato>>; en el v. 7 habla de lo que él «desearía»; en los v. 1O )' 12 distingue él con toda precisió11 e11tre la instrucción de Jesús (a la que corresponde particular auto1·idad) y la norma que él mismo propo11e pa1·a casos n1atri1noniales difíciles. E11 el v. 17, la inst1·ucció11 de que cada uno viva según la vocació11· que le ha sido concedida es declarada con10 instrucció11 válida 110 sólo para la con1u11idad de Corinto, sino para todas las con1u11idades (<<de validez universal para los cristianos»). Sobr·e la cuestió11 de las «vírgenes» e11 el v. 25 179, Pablo no 11a 176

Según Bau111ert, E/Jelosigleeit, 49-52, Jos v. 6-9 forman un conju11to único.

177

!bíd., 99.

17

Para la explicació11 de Jos diversos actos verbales, véa11se los con1e11tarios su.b loco )', principalmente, Baumert, Ehelosigleeit. 1;

179

Según Bau111ert, El?closigkeit) 162-164, se trata de u11 grupo concreto dentro de la co111unidad.

1

1

Análisis pragmático

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173



recibido del Señor ningún mandamiento. Como razón para preferir la vida célibe, Pablo adttce la ma11era en que él mismo vive: él puede sostener una «Opinió11/idea» como persona calificada con10 digna de confianza por el Señor mismo. Pues bien, con ello, además d e los actos verbales <>. En el v. 26 se califica cxpresamc11tc de opi11ión la idea de que debe preferirse la vida célibe. En el v. 32 se expresa que el deseo de Pabl o es que las personas a quienes él se dirige estén libres de preoc11paciones. En el v. 35, Pablo da a entender que su i11vitación a vivir una vida célibe no debe aplicarse a todo cristiano. Pablo está refiriéndose constantemente a que cada individuo «debe hallar la norma para la recta conducta en la calidad de su 'vocación ' espiritual, y por tanto en su propia disposición natural )' en las circunstancias espe180 ciales en que vive» • Pablo no desea qt1e nadie corra peligro, sino que lo que quie1·e es ayudar. En el ''. 40, Pablo se refiere a la propuesta de vivir célibe (dirigida en este caso a las viudas): idea que adqt1iere peso por la persona misma de Pablo. Por el contexto de la carta, la palabra <
1 1

1

Mediante estas precisiones sobre el carácter vinculante de sus palabras )' mediante la precisión de los actos verbales, el texto de 1 Cor 7 adquiere su in1pronta característica. Se trata de u11 diálogo, muy diferenciado, de Pablo con su comunidad. Así como Pablo sabe hacer distinción entre los destinatarios de su carta, así también distingue él entre el p eso que tienen sus distintas afirmaciones. Por eso, la idea que él tiene de que debe preferirse la vida célibe no le lleva a dar carácter absoluto a esta instrucción o a convertirla en mandamiento.

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3.2.

Flm: Instrucción sobre la frate1~nidad de hermanos

181

El contexto de la situación y el contexto de la acción, sobre el que pretende influir la carta a Filemón, es una sociedad que consideraba la esclavitud como cosa obvia. En esa sociedad ha)' personas que poseen esclavos y, no obstante, se han convertido al cristianis•

l!IO

1111



Jbíd., 338 . Para el análisis lingüístico-sintáctico de Flm, véase el c. 8.



La lect1f.ra bajo el aspecto sincrónico

174

n1o, )' ha)' <
• lnst1·14cciones del texto





Las instrucciones las da Pablo, en parte, en imperativos (v. 17s) : las relaciones personales q L1c existen c11tre I:;iler11ó11 y Pablo deben extenderse tarnbién a Onésin10. La instrucción no pretende la supresión de la esclavitud, si110 establecer t111a relació11 de l1ern1a11os ta11to e11 las condiciones sociales como en la prese11cia del Señor 182 • Además de darlas en i111perativos, Pablo da ta111bién instruccio11es expo11ie11do el nuevo siste1na de valores que tie11e vigencia en ese grupo 183 • Se ponen e11 claro las nue\1as relaciones)' cstrt1cturas de co1nu11icació11 l1aciéndose referencia a la relació11 Pablo-Onésin10 )' niencio11ando tan1bié11 a Jesucristo. La instrucción de que Onésin10 sería al1ora un her111a110 a111ado 110 debe entenderse co1110 c11u11ciado pura111ente religioso en el sentido de que todos los l1ombres son igt1ales ante Dios, si110 co1no instrucción para introducir cambios sociales. 1\1.ás detalles sobre los cambios sociales que se pusieron en nlarcha gracias al 111ensaje cristiano, podemos verlos e11 Gál 3, 28; 1 Cor 7, 21-24 )' 12, 13: ya no l1a)' judío y griego, ya 110 l1a) escla''º )' libre, )'ª no hay 1101nbre y i11ujer. Mientras que la co11cepción de Pablo sobre la integración entre judíos)' ge11tiles aparece claramente con10 st1peración del tabique de separació11 qt1e impedía la comunión de mesa (Gál 2, 11-20), )' , a través de la superación de las diferencias e11tre ricos )' pobres (1 Cor 11, 11-20), aparece claran1ente como superación de abusos sociales, )' la superació11 de los papeles sociales atribuidos estereotipadamente al hombre )' a la inujer se ''e en el papel asignado a las nlujeres en las comunidades, 11ay poco que decir. con respecto al car11bio social e11 las relaciones con los esclavos cristianos. El co11texto de la carta a Filemón nos hace \ er que Pablo ve la solución del problema e11 la integración de. todos en la comunidad doméstica (e11 la Iglesia q tle se reu11ía en tal o cual casa) y en la vinculación personal entre el amo de esclavos )' " estos. 1

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181

«En la carne )' en el Señor>1 debe traducirse, seguramente, de la manera más adecuada por: «En las relaciones sociales de la vida y en el nue''º ámbito de la vida abierto por la fe». Lingüística1nente se trata de lo que se llan1a u11 111erismo: la totalidad se expresa por n1ed io d e dos partes. 183

Sobre el sisten1a de valores que l1a)' ei1 las cartas paulinas en lo concerniente a la esclavitud, véase R. Gayer, Die S'tellung der Sklaven in cien pa1-t-linischen Gen1eir1den. Zugleicl1 ein sozialgescl1icl1tlich vcrgleicl1ender Beitrag zur Wertu11g der Sklaven in der Antil(e (Berna 1976).

Análisis pragniático

175

• Las «accio1ies esc1-itas» 1





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Los «actos escritos» que Pablo realiza en este texto están descritos por Pablo n1ismo: se trata de una súplica. Pablo re11uncia expresa111ente a po11er en juego su propia autoridad apostólica (\r. 8-1 O). Es ' 'erdad que Pablo puede invocar la «autoridad» que le correspond.e corno a11ciano qt1e se halla en prisió11 por Cristo. La súplica \'a acompañada por tantas razo11es, que el destinatario de tal carta dificiln1ente podrá resistirse. Con ello, el acto ve.rbal se acerca a la índol e de súplica con me11ció11 de numerosas razones convincentes. Este acto verbal I escrito adquiere especialme11te su índole propia )1 su vigor por el hecho de que se realiza a11te la <
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La estrategia utilizada en la carta para orie11tar al lector convierte a esta carta en una peque11a obra maestra para convencer al lector de que deje de co111portarse con10 <
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11

Análisis de las clases (tipos) de texto



Toda c9munidad li11güística desarrolla detern1inadas reglas para las situacio11es de diálogo y de comunicación que se producen frecuentemente: reglas según las cuales se efectúan las declaraciones lingüísticas. Así, por ejemplo, ha)' en general formas fijas para la ton1a de contacto con el fin de entablar una conversació11 (verbigracia los saludos iniciales). Las cartas se escriben con arreglo a un modelo determinado . Los tarjetones que comunican la próxi1na celebración de una boda y las esquelas que notifican un fallecimiento se redactan según determinados esquemas. De ~~os esquemas se pueden sacar conclusiones sobre el contexto sociocultural de los textos (por ejemplo las costumbres en caso de celebración de nupcias, etc.). «En todos estos casos, experiencias e intenciones análogas crean formas lingüísticas parecidas dentro del i11isn10 án1bi to lingiiístico (del mismo en el espacio y en el tien1po): formas lingüísticas que son típicas de la correspondiente situación» 184 .



En la lingüística, a los grupos de textos con notas características comunes se los denon1ina <>. Ei1 la literatt1ra, los problemas correspondie11tes se estudian bajo el concepto de «géneros» y en la exégesis histórico-crítica, bajo el concepto de <>.

184

Fohrer, Exegese, 83.



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1

Análisis de las clases (tipos) de texto

1

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177

El análisis de las clases de texto o géneros se propone clasificar los textos que aparecen e11 el Nuevo Testamento)' reunirlos en grupos de textos estrl1cturados análogamente, determinando su índole propia )' tratando de comprender el entorno social)' los á1nbitos de interacción 185 en que se halla11 integradas las clases de texto . Co1110', a pesar de las diversas relaciones)' de algu11as cuestiones en litigio que ha)' en el estudio de las clases de texto o de los gé11eros, se trata esencialme11te de los n1ismos problemas 186 , no se hará diferencia en lo sucesivo e11tre los dos conceptos de clase de texto y de género, y para sin1plificar las cosas se empleará el concepto de <
Lecturas 1 1

Estudian las clases de texto K. W. He111pfer, Gattitngsti1eorie, )' E. Gülich - W. Raible, Textso1·teri; y los problemas de la teoría

t 18

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1

s Lohfink, }etzt versteiJe ic/-J die Bibel (véase la i1ota 189), 29, describe con otras palabras (y otra tern1inología, en la que «Crítica de las forn1as» significa algo parecido a lo que designa1TlOS por «análisis de las clases de texto») el mismo objeto: «La crítica de las for111as no es más que descubrir, describir )7 , finaln1ente, definir en su intención lingüística )' en su situació11 vital las formas fijas de la índole descrita que se dan en la ,,ida cotidiana o en la literatura, en los ent1nciados orales)' escritos del ser humano». Claro está que, con10 acentúan con razón Strecker - Sch11elle, Einfüi1rung, 70, en la coordinación e11tre textos y géneros i10 deben desate11derse los elementos típicos del género que constituyen lo pecuLar de t1n fragn1ento único. 186

Sobre la equiparación entre clases de textos y géneros, véase Raible Lockmann, Textsorte11 vers1"'s Gattungen: GermRon1Mo11atsscl1rift 55, NF 24, 284304. El hecl10 de que se trata de los n1isn1os problemas, aparece tan1bié11 en el estudio de las clases de texto que 11ace He1npfer, GattungstlJeorie (véase la 11ota 189), c. 4; véanse también las listas en Berger (véase la nota 189).

'

187

E11 algunos libros de metodología no se disti11gue esto clarame11te; )', así, los géneros en Zim1nern1a11n, Jvlet/Jode11lehre, c. 3, se estudian bajo el epígrafe de <<el método de la historia de las for1nas»; en Strecker - Schnelle, Ei11führung, 67, bajo el epígrafe de «historia de las formas». 18 ¡¡

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Zin1111er1nan11, Jvf et/Jodenle/Jre, 133, entiende por «género» la forn1a qt1e tiene n'lás exte11sión y es n1ás abarcadora, y por «forn1a» u11a unidad literaria nl.ás pequeña -fijada oralmente o por escrito-, clasificando e11to11ces entre los «géneros» a los e\•angelios, Jos Hechos, las cartas )' los apocalipsis, y entre las «for111as» a la tradición doctrinal )' a la tradición histórica .



la lectu.ra bajo el aspecto sincrÓJ1Íco

178

acerca de los géneros bíblicos los estL1dian K. Berger, Formgescl?icl;te )' F. Lentzen-Deis, M etl1odische UeberlegJ-tngen zrtr Besti1nmung litera-

riscl1er Gattu11gen im Ner1en Testa1nent

1.

-

189



El modelo de texto y el modelo de lectura subyacentes al análisis de las clases de texto

En consonancia con la teoría de] texto aqt1Í propuesta, se estudiará11 ]as clases de texto/géneros en relación íntima con la teoría de la comu11icación y de la acción. La perspectiva histórica trad icio11al l1abía ace11tt1ado )'ª la depe11de11cia general o influe11ciación de los hablantes/esc1·itores y de sus ideas teológicas por la correspondiente sitt1ación y por el correspondiente grupo de 190 comunicación .



189

K. W. Hen1pfer, Gatt11-11gst/-;eorie. lnforn1ation u11d S)'I1these (UTB 133; Munich 1973); E. Gülich - ~/ . Raible, Textsorte11. Differenzieru11gskrirerien aus Jinguistischer Sicht (Wiesbaden 21972); K. Berger, H ellenistisc/Je Gattu11ge11 1111d Ne11es Testan1ent; W. Haase (ed.), Aufstieg und !Y'iederga11g der ¡·omiscJJe11 Welt ,II, 25, 2 (Berlín 1984) 1.031-1.432 )' Reg. 1831-1885; Id., Formgesc}Jic/Jte des Ne11 er1 T~stan1e11ts (Heidelberg 1984 ); G. Lohfink., }etzt versteJJe 1:cJJ die Bibel. Ein Sachbuch zur Formk.ritik (Stuttgart 13 1986); G. Lentzen-Deis, Methodische Uebcrlegu11 gen zur Bestimn1ung Literarisc/-;er Gatturzgen i1n Neuen Testament: Bib 62 (1981) 1-20. Los clásicos de la l1istoria de las forn1as son: Bultma11n, Dibelius )' J(. L. Sch1nidt. Más bibliografía: E. Gülich - W. Raíble, Textsortenproblen1e: ling1-tistisc}Je Probleme der Textanaf)ise («Spracl1e dcr Gcgenv.•art» 35; 1975); W. Raíble, Gatt11r1ge11 als Textsorten: Poetica 12 (1980); H. Ise11berg, Gru11dfragen der Textt)1pologie, en Danes - Viehweger (eds.), Ebenen der Textstruktur (Berlín, RDA, 1983; Ak.ademie der Wissenscl1aften der DDR, Zentralinstitut für Sprachwissenschaft, Linguistische Studien Reil1e A, 112) 303-342; Id., Textt.)1pen als l11teraktionstypen: Zeirscl1rift für Gern1a11istik (Leipzig) 5 ( 1984) 261-270; Kalverka1nper, Orientierung z11r Textlinguistik. -Trabajos exegéticos: G. Fohrer e.a., E.xegese, § 7; D. Hellholn1, Das \lisior1enbi1ch des Hermas als ApoleaÍJ1pse. Forn1geschichtlicl1e ur1d texttheoretiscl1e Studien zu einer literariscl1e11 Gattu11g, I: Metl1odologische Vorüberlegunge11 und niak.rostrukturelle Textanal)' Se (CBib NT 13, 1; Lund 1980) ; K. Koch, \,\'las ist FormgescJ1ic/Jtc? Neue ~1 ege der Bibelexegese (Neukirc}1e11 .;1981 ) ; V. McKnight, \~l/Jat is For1n Criticism? (Filadelfia); Richter, Exegese, 75-152 (Die Forn1 ; die Gattu11g); G. Schcll1ert, '\.\'lo ste/Jt die For1ngesc/Jic/Jte: A1et/Joden der Eva11gelienExegese: Tl1Berichte 13 (Zurich 1985) 11-39; Strecl(er - Sch11elle, Ei11fid/Jrung, 67-90; Zimmer1nann, A1ethoc.Le11/el-Jrc, c. 3; Id., Forme11 uJ1d Gatt11ngen in1 NT, en]. Scl1reiner (ed.), Ei11fii}Jr11ng i11 die A1etl1ode11 der biblisc/Je11 Exegese, 233-260. 19 ::

\léase franl\emolle, So'l.ialct/Jik (véase c. 10, nota 170), 65. Berger, Exegese, 134, exhorta a te11er cierta prudencia en la clasificación sociolé>gica.



Análisis de las clases (tipos) de texto

1.1.

179

El modelo de texto: clases de texto y actos vitales de la comunidad

Por clases de textos se entienden grt1pos de textos que tienen e11 191 común determinadas notas • Co1no en toda con1unidad lingüística, l1ubo e11 la Iglesia primitiva situacio11es que se repetían con frecuencia )' que condt1jeron a la formación de patrones lingüísticos fijos . Determinadas situaciones exigían dominio del lenguaje. Y, así, en la confrontación con el judaísmo, determi11adas formas de argumentación demostraron ser adecuadas y se convirtieron de esta manera en «for111as» fijas.



Los textos del Nt1evo Testan1ento, en virtud de la semejanza no sólo de contenido, si110 también de configuración lingüística, de la intención de producir un· efecto)' del entorno social del que nacían, se pueden clasificar en grupos y reunir en grupos, ei1 todo lo cual ha)r q ue tener en cuenta, para la descripción precisa, no sólo puntos de vista i11ternos al texto, sino tambié11, en consonancia con el enfoque de la teoría de la con1u11icación, pu11tos de \ 1 ista externos al texto )' relacionados con la situación de la . ., comun1cac1on .

La semejanza característica de textos de una misma )' única clase textual, en virtud de notas características comu11es, debe darse no sólo en el plano lingüístico-sintáctico del texto, sino también en el plano semántico )' de contenido )' en el plano pragmático. Los textos de tina misma clase textual están integrados en una situación vital («Sitz im Leben») semejante. Los textos pertenecen, además, a una misma y única clase textual, cuando son semejantes entre sí bajo el siguiente aspecto 192 : 191



Stammerjohann, \'>Vorterbttc/;, 496, define así la clase de texto: «Co11junto parcial de textos que pueden describirse)' difere11ciarsc de otros conju11tos parciales de textos mediante determinadas notas comunes relevantes »; véase Fol1rer, Exegese, 84: «Prescindiéndose de la impronta individual de las unidades, se determinan e11 un proceso de abstracción las 11otas estructurales típicas que les son con1unes )' se describen como caracterización de un género». 192

Véanse las correspondientes listas. Como eje1nplo mencionaremos la lista que ofrece Zin1mern1ann, A1et/JoclenlelJre, c. 3, III B:



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La lect1-tra bajo el aspecto sincrónico

180

M uestra11 t111 a estructura li11gi.iístico-sin táctica parecida: esto puede referirse a elementos lin güísticos parecid os, por ejen1plo: «Quién de \1osotros ... », y tie11en parecida secu encía de elen1e11 tos y estructura parecida . - Tienen una estructura semántica y narrati''ª parecida, por ejemplo son relatos de curació11 o de expt1lsión de demonios. - Tienen una intención parecida en cuanto a producir un 193 efecto . - Muestra11 una situac.ión \1 Ítal parecida, es decir, han nacido de un entorno social parecido, de una parecida s ituación de comunicación, acción y vid a, y así lo refleja11; mediante la i11tención de producir un efecto, contribuy~n a su vez a la consolidación/n1odificación de ese entorno o campo circu nd ante . Los textos pt1eden llegar a ser eficaces en una serie de situaciones típ icas . Tales son, por eje111plo : Misión . Confrontación con los demás grt1pos judíos o independización del judaís1110 . Situación de minoría. Discutidos puntos con1u11es entre judíos y ge11tiles . Necesidad de organización y de conservación de la unidad dentro del grupo. Grupos cristianos en con1petencia.

El escánd alo de la igno1niniosa muerte de J esús en la cruz. Aceptación de la estructura de la diáspora judía.



- Los diversos gé11eros de los escritos deJ Nuevo Testan1ento comprenden: los evangelios, los Hechos de los apóstoles, las cartas )' el apocalipsis. - Las «formas» compre11den: 1) los evangelios: a) la tradición de palabras : palabras ptoféticas, palabras de sabidL1ría, palabras sobre leyes, parábolas, palabras egóticas («yo ... »), palabras que habla11 de seguimiento, composiciones de palabras; b) la trad icié)n de historias: paradigmas, litigios, relatos de n1ilagros, i1arracio11es 11istóricas, la l1istoria de la pasión, co111posicio11es 11arrativas; 2) las cartas: a) n1ateriales de las tradicio11es litúrgicas: l1i1nnos, co11fesio11es de fe, textos eucarísticos; b) materiales de las tradicio11es parenéticas: catálogos de vicios)' de virtudes, tablas de deberes do111ésticos, catálogos de obligaciones; c) las fór1nulas: hon1ología, fórmula de fe, fórmulas de loor )' alabanza. 193

K. Berger, FormgesclJicl1te, 18s, clasifica los géneros según las funciones de los mismos: «textos si1nbuléuticos: se proponen n1over al lector a la acción o a la on1isión; textos epidéil(ticos: se quiere i11fluir en el lector para que muestre adn1iración o aborrecimie11to; se habla a su sensibilidad 11acia los valores en el ámbito pre-rn oral; textos dikánicos: su finalidad consis te e11 logr ar que se ll egue a una decisió11 o e11 sugerir la decisió11 en una cuestió11 discutida».

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Análisis de las clases (tipos) de texto

181

Problemas con los carisn1áticos itinerantes. La relaciór1 con la opi11ión pública del paganisn10. •

La santa cena .

El bautismo. lni~iación de neófitos, etc.

194



1. 2. La lectu1·a co1no diferenciación de las clases de texto El lector de un texto realiza ya en la primera lectura cierta diferenciación de los textos por sus clases. Por lo que respecta a los textos inodernos, el saber cotidiano proporciona n1ucl1as \reces las necesarias condiciones para clasificar adecuadan1e11te e] texto, y esta clasificación se realiza n1uchas veces de ma11era espontánea. La cuestión es distinta cua11do se trata de textos antiguos: como las clases de texto se desarrollan sien1pre a partir de determinadas situaciones y se utilizan para el dominio de las mismas, hace falta un amplio saber cultural como condició11 para agrupar los textos de la antigüedad según clases textuales. •



En el caso de textos de la antigüedad, la clasificación de los textos en clases de texto presupone de n1anera especial un determinado saber cultural. Para una diferenciación científicamente fundada, hay que mencionar los criterios qt1e co11ducen a la mis1na. Al1ora bien, las clasificaciones de los géneros realizadas por la historia de las formas y por la historia de las tradiciones nos hacen echar de menos, muchas veces, la aplicación de criterios u11iforn1es de diferenciación. En consonancia con ello está también n1uchas veces la manera de designar a los géneros : ju11to a denominaciones que se refieren al contenido (como «relato de un n1ilagro», «historia de la pasión»), se utilizan tan1 bién denomi11acio11es que se refieren a la forma («parábolas», <
La lista está ton1ada, co11 ligeras n1odificaciones, de Berger, Exegese, 1 l 3s.

La lectrira bajo el aspecto sincróriico

182

relación entre los criterios 195 • Tan sólo cua11do se tengan en cuenta, en su relación mutua, las peculiaridades lingüístico-sintácticas, se111ánticas )' pragmáticas, )' la relación de las mismas co11 el campo social circundante, se podrá )'ª efectuar t1na diferenciación de los textos. En todo ello le corresponde particular importancia a la función prag1nática de los textos y a su relación con la <<sitt1ación vital» ( «Sitz i1n Leben·»); pues en ellas se expresa con especial claridad el carácter de acció11 del hablar/escribir 196 .

Para diferenciar las clases de texto, l1a)' que tener en cuenta, además de las peculiaridades lingüístico-sintácticas y semánticas, sobre todo la · fl1nción pragn1ática del texto co1110 instrucció11 para la acción (en el sentido más amplio))' la situación vital como situación de comunicación )' ámbito de interacción. Ha)' que poner en claro la conexión entre la instrucción para la acción )' las situaciones típicas . •

1.3.

Denominación de las clases de texto )' listas

virtud d e la gran variedad existe11te, ape11as será posible establecer siste1nática1nente una «tipología del texto» e11 la que todas las clases de texto queden catalogadas según puntos de vista t1niformes. Promete más éxito u11 procedin1iento que regis197 tre sencillan1e11te las clases de texto • En conso11ancia con ello , la mejor manera de denominarlas será fijarse en los aspectos en que puede determinarse la semejanza entre los textos, por ejemplo «Series» (secuencia seriada de frases parecidas), <
Berger, Formeeschic/Jte, 19; Hempfer, Gattungstheorie, 137-139. Ha)' que tener en cuenta los criterios i11ter11os al texto )' los criterios externos al texto; véase Gü licb - Raible, Textsorte11, 151. 195

196

La configuración lingüística y el contenido semántico no tienen la misma importancia~ para la determi11ación del género, que la func ión pragmática · y la . ., s1tuac1on. 197

En contra de Isenberg, lo sostiene así E. Gü lich, Textsorlen der Komn1unikationspraxis, en W. Kallmeyer (ed.), f(ornni¡,1nikationstypologie. Handlungsn1uster, Textsorten, Situatio11st) pen. Jal1rbuch 1985 des lnstittttes für deutsche Spracl1e (= Sprac}1e der Gegen\\1 arr 67; Düsseldorf 1986) 15-46; H. Aust, Lese11. Ueberlegungen zun1 sprachlicl1en Verstel1en (Tubinga 1979); Frank Kern1ode, T/Je Genesis of Secrecy. On the Interpretative of Narrative (Cambridge MA/ Londres, Harvard Un iversit)' Press 1979). 1



'

Al1álisis de las clases (tipos) de texto

183

ca), «111acarismos » (fó rmula de introducción). Las denominaciones, ctaro está, no debieran ser den1asiado generales, y, siempre que sea posible, deben dar a co11ocer cuál es su e1npleo típico de Ja situación 198 . Una visión de conjunto de los géneros que aparecen en el Nuevo Testan1ento, tal co1110 los l1an detern1i11ado los estudiosos, puede verse en las obras que tratan sobre esta 111ateria 199 •

2.

Realización de la determinación de la clase de texto Los procedimientos tradicionales para determinar las clases de texto se orientan, en último térn1ino, a i11\ estigar en un grupo de textos los elementos que son comunes a todos los textos de dicho grupo 2º:i. 1

La determinació11 de las clases de texto utiliza la con1pa1·ación entre ·textos semeja11tes. Tal comparación exige, claro está, que primero se ha)'ªn investigado los textos que luego se van a co111parar, )' que se los ha)'ª i11vestigado en el aspecto sintácticoestilístico, en el aspecto semántico (de contenido), (en caso dado) en eJ aspecto narrativo )' en el aspecto pragmático 201 . Una vez determinadas las peculiaridades que tienen a este respecto los diversos textos, pueden determinarse, n1ediante la cornparación de los textos elegidos, los ele1nentos que son comunes a todos los textos. Esos elementos comunes que se han determinado entre los textos constitu)ren luego las notas características de la correspondiente clase de texto. Por consiguiente, para definir la clase de texto, se saca la suma de las obser, aciones efectuadas mediante el análisis lingüístico-sintáctico, sen1ántico, r1arrativo y pragn1ático de los diversos textos. En ocasiones, la definición de las clases de texto contribuye a que se comprenda n1ejor la función prag1nática de un texto particular 202 . 1

J'.ls Véase, a este propósito, Fol1rer, Exegese, 92s. 199

Remitin1os especial111ente a Bultn1ann, Gescl1icl1te der S)'noptischcn Traditio11; Zimmern1ann, A1etl1ode11lehre; Berger, Forrngesc/1ic/1te des Neuen Testaments; Id., Hclle1zistische Gatt1t.11gen im Netfen Testame11t; K. Berger - H. D. Preuss, Bibelku12de des Alten u1id Ne1ie11 Testan1ents, II (Heidelberg 1980) 475-502. 20 :

Véase Hempfer, Gatt1t11gstheorie, 136s.

201

Richter, Exegese, 138; Fohrcr, Exegese, 86.

202

No ha)· que pasar por alto, 11i mucho rnenos, las desviaciones con que un texto particular se aparta de la índole propia de la clase de texto.

La lect14ra /Jajo el aspecto sincró rel="nofollow">1ico

184

Es relati\1amente fácil observar los elen1entos con1unes que existe11 entre los textos en el aspecto sintáctico-estilístico, de co11te11ido )' semántico, narrativo y prag1nático; más difícil es deter1ninar la «situació11 vital» ( <<S itz im Leben» ), es decir, el ca111po circundante social del q11e ha nacido la clase correspondiente de text o, y las interaccio11es para C~)'º do111inio quiere e111plea1-sc el texto. I-Iabrá 1)ri11cip~1l111c11te pt1ntos de apoyo para detern1i11ar la «situación vital», cu ando en el texto se me11cione11 deter111i11adas institucio11es o actos vitales de u11a con1unidad, por eje111plo, e11 las cartas paulinas, los proble111as relativos a la autoridad apostólica (Gál 1-2), a los colaboradores (Flp 2, 19-30), )' 203 otros problen1as , o cuando e11 los e\1 angelios se ine11cio11e el círculo de los discípulos 204 . La mejor 1nanera de designar a las clases de texto, mient1-as que no haya obser\racio11es que 11ablen e11 contra, es atenerse a las listas de clases de texto y géneros que se ofrecen en las obras de investigación 205 • Por razones de eco110111ía de trabajo, habrá que propo11er ordi11ariamente al principia11te q t1e siga otro carnino para deter1ninar las clases de texto: después del análisis de la estructura lingüístico-s intáctica, se1ná11tica, ( eventual1nente 11arrativa) y pragmática, se intenta asignar el texto a u11a de las clases de texto detern1i11adas l1asta ahora por la i11vestigación 206 • Claro está que en tal asignación existe el peligro de que se desatiendan detern1in·~das peculiaridades del texto por precipitarse en hacer la asignación. Precisamente en la determinación del gé11ero, el aferrarse a c1-iterios rígidos de clasificación puede conducir a que se e11tienda erróneamente el texto en cuestión.

203

W.-H. Ollrog, Pa1,,L1-1s 1tr1d sei>ie A1itarbeiter. Untersucl1u11gen zur Thcorie u11d Praxis der pauli11isch en Mission (WMANT 50; N eukirchen 1979); A. Fu11l<.., Stat14s l"-nd Rollen i11 den Paul11sbriefe11. Ei11e inhaltsa11al} tiscl1e Untersucbung zur Religionssoziologie (Innsbruck 1981); 'V/./. Egger, Die Mitarbez:ter des Pa14-l11s. Hinweisc auf die Ordnung der Ge1neinden i11 den Briefen des Apostels Paulus: Ko11fere11z.blatt (Brixen) 92 (1981) 12- 17. 1

204

A propósito de Me: N. R. Peterscn, Litera1J' Criticism for New Testament Critics (Filadelfia 1978) 49- 80. 20 =- Fohrer, Exegesc, 92s; de manera distinta pie11sa lsenberg, Textt)1 pc11 (véase la nota 189) 265s. 206

Fohrer, Exegese, 92.

185

A11álisis d e las clases (tipos) de texto

1

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO Y DE LAS INSTRUCCIONES PARA EL MISMO Condición previa para co1nparar textos es que el lector logre prin1ero una visión de conjunto de las estructuras sintáctico-estilísticas, se1nánticas· y de contenido, narrativas }' pragmáticas de cada L1no de los textos. Para determinar a qué clase textual pertenece un texto, ha;' qL1e realizar las siguientes etapas de trabajo : - Buscar un texto que sea seinejante del que se exan1ina. Lo i11 ás fácil, al principio, es buscar textos parecidos porque sea parecido su respecti\ 0 contenido, por ejen1p1o relatos de milagros (especialn1ente relatos de curación y de expulsión de demonios), historias de \rocación (Me 1, 16-20 par). Las referencias a textos sen1ejantes.pueden l1allarse en las referencias a textos paralelos, en las ediciones de la Biblia, )' sobre todo en los con1entarios a los diversos escritos del Nue\ 0 Testamento . - Detern1inar, primeramente en el plano lingüístico-sintáctico )' en el sen1ántico, los puntos comunes que ha; en los textos parecidos. Esos elementos con1unes pueden referirse a fórmulas de introducción y fórmulas finales, secuencia de elementos, personajes que actúan, etc. Confeccionar una lista de los elernentos con1unes qt1 e ha)' en textos parecidos. - Luego hay que an1 pliar la co1nparació11 (que sigue situándose en el plano lingüístico-sintáctico }' en el sen1ántico )' el narrativo) a otros textos parecidos. De esa comparación dimana el esquema característico de la correspondiente clase de texto. - Mencionar la función pragrnática propia de esa clase de texto . Pueden ser mU)' útiles las siguientes preguntas : «¿Quién es el que habla? ¿Quiénes son los o;rentes? ¿Qué estado de ánimo domina en la situa207 ción? ¿Qué efecto se trata de conseguir?» . - Mencionar cuál es la «situación ''ital », es decir, el entorno social en el que ha nacido el texto, y mencionar la situación en que ese texto se utilizaba )' en la que debía ejercer su eficacia. Las siguientes preguntas orientarán para enco11trar la «Situación vital» : ¿Qué .instituciones se mencionan en esos textos y que desempeñaron un papel en la Iglesia prin1iti\1a? ¿Qué actos \ itales de la comunidad se presupo11en para semejante texto? 1

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Fohrer, Exegese, 94, aduce estas preguntas a fin de compre11der la «Situ ación vital » ( «Si tz im Lebe11»); estas preguntas son tan1bién apropiadas para co111 prender la fu11ción pragmática . •

1



La lect11.ra bajo el aspecto sincrónico

186

3.

Ejemplo: Los sumarios de la actividad de Jesús en el ~vangelio de Marcos

208

Marcos ofrece en varios lugares de su evangelio breves con1pend ios de la acti\ridad de Jesús . Semejantes textos narrativos, gue co1npendian varias cosas y presentan de n1anera gene ral determinados rasgos de la actividad de J esús)' los destacan co1no característicos de él, se denominan, desde K. L . Schmidt, «Sumarios» (Samnielbericl;te) 209 . La lista de los su1narios que aparecen en el evangelio de Marcos es : 1, 14s; 1, 21s; 1, 32-34; 1, 39; 1, 45; 2, ls; 2, 13; 3, 7- 12; 4, 1s; 6, 6b; 6, 30-34; 6, 53-56; 10, 1. Estos textos, en forma compe11diada y gen eralizadora, hacen referencia a una extensión grande, grande en el tie111po )' en la geografía, de la acti,1idad de Jesús, y mayor d e Jo g u e en las narraciones particulares puede ofr ecerse.

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Por una serie de peculiaridades, esos «sumarios» se disti11gt1e11, con10 grupo de textos de índole especial, de las di,rersas perícopas )' de las breves noticias sobre los caminos recorridos por J esús: les falta, por un lado, la indi vidualidad de las dive1·sas perícopas, y se distinguen, por otro lado, de las rn eras introdu ccio11es o p alabras fi n ales de transición a otro tema, por poseer cierta form a acabada y co111pleta )' por el contenido que es con1prensible e11 sí mismo.

• La índole lingüístico-sintáctica La generalización se co11sigue et1 primer lugar por medio de recursos li11güístico-sintácticos 2 10 : con frecuencia se utilizan las expresiones návi:E~, náALV, no/1.Ao(. El verbo se halla frecuentemente en imperfecto, es decir, en aquella forma verbal gue expresa repetición y acción duradera. El deseo de ofrecer descripciones que sirva11 de sumarios se traduce estilística1nente e11 el hecho de que los sumarios 208

Bajo el aspecto de las clases de texto se estudian tambiér1 en el c. 13 ejemplos de textos en el marco de la crítica de las tradiciones. 209

Para u11 estud io detallado de los «sumarios», véase W. Egger, Frol;botscl'Jaft f{,nd Le/;re. Die Sa1n1nelberichte des \X'irl\ens Jesu im MarkusevangeJium (Frankfurt del Main 1976). Observaciones básicas sobre los sumarios pueden verse en l(. L. Scl1midt, Der Rahmen der Geschicl1te }es11. 21 0

\léase Egger, Frohbotscl1aft, l s.

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Análisis de las clases (tipos) de texto

187



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188

La fect1tra Í?ajo el aspecto sincrÓl1Íco

causan una sensación de mayor pesadez que las historias aisladas, ya que en aquéllos se acun1ulan los enunciados. Por lo que respecta a la estru ctura 211 , cada su111ario, co1110 puede verse en la figura 25, contiene por lo general tres elementos: una indicación sobre la llegada de Jesús a un lugar n1encionad o con precisión; la descripció11 de cómo la 1nultitud se congrega e11 torno a Jesús; la descripció11 de la actividad de Jesús.

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Estos tres elen1entos se prcse11tan casi sien1pre en el 1nisn10 orden de Sl1cesió11. A las tres partes corresponde ta111bién un crnpleo diferenciado de los tien1pos verbal es: en la noticia breve sob re la llegada de J esús, el verbo SL1ele l1allarse en aoristo (o en presc11te l1istórico: Me 1, 21 ; 1O, 1); la conducta del pL1eblo se describe en distintos tien1pos verbales (presente, aoristo, i111perfecto, co nstrucción perifrástica); la activid ad de Jesús se describe en imperfecto (o er1 un participio equi, ale11te al i111perfecto). 1

• la índole semántica

Por el co11tenido )' la ser11ántica 212 , los «su111arios» ofrece11 u11a generalización de la actividad de ]es{is. So11 niuy 111arcadas las se111ejanzas entre los «Su111arios» en cua11to a los co11te11idos (y al correspondiente. vocabL1lario): se l1abla d e la prese11cia de] esús e11 un lugar; se l1abla sien1pre de la llegada de Jesús, utilizá11dose los vocablos EA{}cL\' (1, 14.39) , c:tot:A.{}t:l.v (l, 21; 1, 45; 2, 1), t:í.crn:oQ~ÚEo{}at (1, 21 ), E~E)"{}EL'\' (2, 13: 6, 54 ). Para describir la afluencia d el pueblo se utilizan verbos de movimiento, y se designa a J esús con10 Ineta a la que se dirigen las muchedun1bres: n:go; au1:Ó'\1 (2, 13; 3, 8; 4, 1; 6, 30; 10, 1). Según sea la actividad de Jesús que se narre, los «sumarios» se pueden reunir en los siguientes grupos: «Sumarios» sobre curaciones (Me 1, 32-34; 6, 53-56); «sumarios» sobre la predicación (1, 14s; 1, 39); «Sun1arios» de enseñanzas (1, 21s; 2, ls; 2, 13; 4, l s; 6, 6b; 6, 30-34; 10, 1); enunciados de carácter general sobre el hecl10 de que Jesús se mantuviera oculto (1, 45; 3, 7-12).

• La f unc:ión pragmática

Los «Sumarios» no logran su función pragmática si110 por el contexto global 215 • En primer lugar, esos resú1nenes tienen la fu11•



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Jbíd., 27-31.

212

Véase Jbid., 27-31.

213

Véase ibid., 162s.

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Análisis de las clases (tipos) de texto

189

1 11

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ción de continuar la marcha de la acción: los «surnarios» de Me 1, 14s.21s.39.45 exponen la rápida difusión del eva11gelio. Los «St1marios>> de Me 3, 7-12 y 4, ls muestran qué dialéctica de revelación)' ocultamiento recorre todo el evangelio. Los sun1arios de enseñanzas tienen las funciones de hacer que el lector no ol\ ide el carácter per1nanente de la actividad de Jesús. 1

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Para ef evangelista, los «Su111arios>> son u11 i11edio in1porta11 te para estructurar su obra; esto se aplica especialn1ente a los su111arios de Me 1, 14s; 3, 7-12 y a los dos sumarios de 6, 6b ), 6, 30-34. La estructuració11 se efectúa principaln1ente porgue estos su1narios son transiciones entre los bloques de materiales de la tradición. Son, al rnis1no tiempo, una mirada retrospectiva a lo que se ha dicho antes )' una \1 isión panorá1nica de lo que va a segu ir; proporcionan al autor la posibilidad de hacer reflexiones: de esta manera, Marcos 214 recobra la visió11 de conjunto de la acción • La función prag111ática inás importante de los sumarios consiste en que el evangelista, 1nediante la repetición de los sun1arios y de sus palabras clave XYlQ'ÚOOcL\' y ÓLbáoxcL\1 , presenta al lector la suprema)' más abarcante interpretación de la actividad de Jesús 215 • La actividad de Jesús es <> )' enseñanza. Y así es corno el lector debe entender el evangelio.

• La «situación vital>> (Sitz im Leben)

1

1

C . H. Dodd 11abía supuesto que los sun1arios que aparecen e11 el evangelio de Marcos eran un esbozo tradiciona1 de la vida y obra de Jesús: ese esbozo habría te11ido una función kerigmática y una 216 «Situación vital» correspondiente • Ahora bien, los sun1arios (como lo demuestra el análisis basado en la lustoria de la redacción) son esencialmente una creación redaccional 217 • Se hallan anclados en la totalidad del evangelio, y no en un contexto de comu11icación de la comunidad primitiva. El campo circundante social, la «situa214

Claro está que esto no se aplica en ig11al manera a todos los sumarios; véase Jbíd., 162s. 215

Jbíd. , 165-167. Sobre el complejo temático de la enseñanza en Me, véase también Dschulnigg, Sprache, 359ss. 216

C. H. Dodd, The Fra1nework of the Cospel Narrative: ExpT 43 (19311932) 396-400. Sobre Dodd )' sobre la discusión suscitada e11 torno a su tesis, ''éasc Egger, Frol1botsc/Jaft, 13-17. 217

\1 éase Egger, Frol1botscl1aft, passirn; de la tradición proceden los st1n1arios

de n1ilagros en Me 1, 32-34 }' 6, 53-56. A propósito de Me 3, 7-12, véase n1ás adelante, c. 14 .



190

La lectura bajo el aspecto sincrónico

ción vital» de los sumarios debe contemplarse en relación íntima con la totalidad del evangelio. Su lugar debe verse en aquella situación de comunicación y de vida, en la que el evangelio global dirige su mensaje al lector. Al evangelista lo que le interesa es asociar la tradición acerca de Jesús con el mensaje sobre la muerte y la resurrección. El án1bito de interacción y la «Situación vital>> del evangelio son una comunidad en la que, a 1a luz del kerigma de la muerte y la resurrección, se profundiza en la tradición acerca de Jesús. Esa profundización la proporciona Marcos ofreciendo una profundización «kerigmática» )' «didáctica».



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IV LA LECTURA BAJO EL ASPECTO DIACRONICO

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Los procedimientos sincrónicos de análisis abren el ca1nino para llegar al sentido del texto mostrando las estructuras existentes en un texto; en cambio, los procedi~ientos de análisis diacrónico abrc11 el acceso al texto dilL1cida11do la prel1istoria i11tcrna del n1ismo . Si se tienen en cuenta las relaciones dialécticas e11tre los fenómenos del texto )' las fue11tes del mismo, se logrará un profundo conocimiento del texto: un conocin1iento del que el hon1bre no puede prescindir 1• Aden1ás, si nos adentrarnos en la historia de la for1nació11 de los textos del Nuevo Testamento, lograren1os u11a visión honda de la vida de fe de las prin1eras con1unidades cristianas y del esfuerzo de las n1ismas por interpretar la buena nueva del eva11gelio para situacio11es nuevas .

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Las i11for111aciones sobre la prehistoria de los textos del Nuevo Testamento hay que co11seguirlas ese11cialmente con ayuda de los textos mis1nos. Es verdad que ha)' también otras noticias sobre ella (desde Papías de Hierápolis, etc.), pero esos testimonios plantean n1uchos problemas y necesitan, sobre todo, una revisión atenta con ayuda de los textos bíblicos 2 • El acceso metódico a la historia de la formación de los textos del Nuevo Testamento consiste en reunir observaciones de las que pueda11 deducirse luego conclusiones ,.,. sobre la historia de la formación de dicl1os textos.

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Mientras que los procedimientos de análisis sincrónico contempla11 el texto bajo el aspecto de que el texto es parte de un proceso de comunicación dado en un momento determinado, y parte de una red múltiple de relaciones (dadas simultáneamente), los procedi1nientos de análisis diacrónico consideran el texto bajo el aspecto de su formación. r

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La lectura bajo el aspecto diacrónico

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193

Los textos del Nuevo Testamento son resultado de un proceso, que 3 duró bastante tiempo, de reelaboración y transmisión de textos •

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Los diversos métodos del análisis diacrónico corresponden, como vemos en la figura 26> a las etapas de la formación de los textos: •

Transmisión oral (antes y después de pascua) Logia de Jesús Narraciones sobre Jesús Fórmulas de fe y fórmulas de confesión de fe Composición por escrito (en etapas)

Crítica de las tradiciones

Crítica literaria Crítica de la redacción

Etapas de la formación de los textos )' 111étodos exegéticos. r:igura 26.

• Los métodos del análisis diacrónico Los propugnadores del método histórico-crítico elaboraron las etapas del método que hO)' día se consideran clásicas: crítica textual, crítica literaria, historia y crítica de las formas y de las tradiciones, historia y crítica de la redacción 4 • Claro que la exposición que vamos a ofrecer a continuación (y a diferencia del método histórico-crítico corriente) se limitará estrictamente al aspecto diacrónico, es decir, a la reconstrucción de la historia de la formación de los textos del Nuevo Testamento 5. Algunas etapas de trabajo que se exponen en el método histórico-crítico, y que son más bien de naturaleza sincrónica, se estudiaron ya al exponer el análisis sincrónico. L-a crítica textual, por el lugar especial que ocupa, se estudió ya en la segunda parte. Por lo que respecta a la terminología técnica, que no sien1pre es uniforme, hay que tener en cuenta lo siguiente: el objetivo del análisis sincrónico es la reconstrucción del transcurso histórico a



3

Véase el c. 4.

4

Indudablemente, sería posible una integración mayor del método históricocrítico en los procedimientos modernos del análisis; sin embargo, por razones didácticas, se estudiarán aparte los métodos tradicionales del método históricocrítico, a fin de hacer practicable para el principiante el acceso a los estudios que tienen que ver con ese método. El método histórico-crítico distingue entre los aspectos sincrónicos }' los diacrónicos en cuan to hace distinción a menudo entre crítica de Jos géneros e historia de los géneros, entre crítica de la redacción y composición e historia de la redacción.

s El aspecto sincrónico de las clases de texto se estudió aparte.

1

... 194

La lect11ra bajo el aspecto diacróriico

tra\rés del cual los textos alcar1zaron su forn1a defi11iti''ª· Las expresiones <> co11 respecto al texto. A ellas se refieren las expresiones, favoritas hoy día, de «Crítica literaria, crítica de las tradiciones )' crítica de la redacción» 6 . Como en los estudios de investigación las diversas deno111inaciones no sien1pre significa11 lo rnis1no, dilt1cidare111os de la sigt1iente n1anera las ideas que soste11en1os en la prese11te 111etodología. Con arreglo al 111odelo de teoría de] texto, habrá que recorrer las siguientes etapas de trabajo: La crítica literaria investiga la versión existe11te del texto, con el fin de ·determi11ar eve11tualmente las fuentes literarias (escritas).

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La crítica de las tradiciones investiga la prel1istoria de los t extos bíblicos, er1 cua11to éstos se basa11 e11 tradicio11es orales . L as co11clusiones a este respecto )' las deducciones sobre la «situación ''ital» ( «Sitz in1 Lebe11>>) de las unidades textuales transmitidas originalmente de manera aislada se basan en obser,1 acio11es relativas al contexto, la forma y la clase textual de los textos del Nuevo T estam ento .

La

crítica de la redacció11 i11vestiga có1110 el redactor creó u11a obra uniforme a base de los 111ateriales que te11ía a st1 disposición. La estin1ación del e\1angelista co1110 at1tor era escasa al principio de la l1istoria de las forn1as, ya que se consideraba al e\1a11gelista como simple compilador de tradiciones; no obstante, se conte1npló también la labor teológica de los eva11gelistas. Por lo que respecta al orden de sucesión de las etapas de trab ajo, lo cierto es que no puede recorrerse u11a sola etapa sin.ir acon1pañada de las d emás . La crítica de la redacción puede considerarse n1ás analíticamente y constituir así el comienzo de las etapas, o puede considerarse más de 1nanera sintética)' compendiadora : entonces se halla (como en la presente obra) al final de los procedimientos diacrónicos.

6

Esta reglamentación de la 1nanera de l1ablar ton1a con10 punto de partida la sigt1ie11te base (que se entiende po r el lenguaje corriente) : «Por n1edio de obser'laciones críticas efectuadas en el texto, se puede reco11struir la historia de las tradiciones y de la redacción del texto». Por tanto, la «l1istoria de las tradicio11es / l1istoria de la redacció11 » no es, según esta manera de hablar, la designación de un n1étodo; desde el pu11to de vista del le11guaje, so11 posibles las de11ominaciones: 1nétodo de crítica de la redacción /método de historia de la redacción. Esta reglan1entació11 de la 111a11era de l1ablar no prete11de resolver los proble111as que se suscitan a este respecto, si110 que lo ú11ico que quiere es exponer la tern1inología elegida en la presente obra.





12 La crítica literaria Búsqueda de la prehistoria escrita de los textos

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El autor de una obra literaria puede utilizar para la composición de su obra di,rersas fuentes )' n1odelos. Cuando, al 11acerlo así, ofrece los datos sobre el origen del inaterial utilizado, como se hace hO)' día por ejemplo en las obras científicas, en las qt1e en notas se n1encio11an las fuentes, e11to11ces el lector atiende a esta realidad . Sin . embargo, existe tambié11 una utilización )' reelaboración de n1odelos, que no es co11ocible si11 más. Claro que, aun en las obras que n o indican las fuentes y modelos utilizados, hay a me11udo algu nos indicios que señalan la utilización de modelos. Las observaciones efectt1adas principalm ente en los evangelios sinópticos, y también en el evangelio de Juan y en algunas cartas p~ulinas, sugieren la idea de que una serie de «incongru encias>> se debe a que en la con1posición de esos escritos se utilizaron fuentes escritas ()' tan1bién orales).

t. La crítica literaria m\1estiga los textos del Nue\10 Testamento para saber si, en su composición, se t1tilizaron fue11tes escritas, )' se propo11e la tarea de reconstruir esas fuentes )' dilucidar los acentos de las mismas )' su «situación vital».

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La tarea de la crítica es muy diversa: en los evangelios sinópticos trata d e aclarar las relaciones de dependencia entre los sinópticos)' de reconstruir las fuentes; en el evangelio de Juan, lo que ha)' que aclarar son las etapas de la redacción (reelaboración de fuentes, niveles de tradición y modelos); en las cartas que se nos ha11



transmitido con el nombre de Pablo, l1ay que investigar, por un lado, la cuestión de si algunas cartas son en realidad compilaciones de cartas que originaln1ente estuvieron separadas (así ocurre, por ejemplo, en relación con 1 y 2 Cor; 1 Tes; Flp ), y, por otro lado, 11ay que investigar la cuestión acerca de una eventual dependencia de las cartas más tardías con respecto a las cartas anteriores (Ef con respecto a Col; 2 Tes con respecto a 1 Tes). Lo que es verdad con respecto a la crítica de Juan, se aplica también a otras investigaciones: «La crítica literaria 110 es fin en sí n1is1na, sino que es únicamente un medio que ayuda para ver cuál es el proceso de formación de esa obra, y con1prender al misn10 tiempo la historia teológica de las co1nunidades joánicaS>> 7 •

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La lectura bajo el aspecto diacróriico

196

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La diferencia entre la crítica literaria y la crítica de las tradiciones está en c~ nso11 ancia, qué duda cabe, con el modelo teórico de la formación del texto; pero, en la práctica, n o siempre se puede establecer separació11 entre an1bas etapas metódicas. La crítica literaria se aplica más fácilmente a textos un tanto largos, redactados coherente111ente. Esto está relacionado con el hecho d e que, en textos un tanto largos, se determinan más fácilmente las notas características de la fijación por escrito. Las notas características de la fijación por escrito son : menor sujeción de un texto a una forma rigurosa, y con exión de un texto ·breve con una unidad más extensa (por ejemplo referencia a la muerte de Jesús, que puede verse ya en 8 Me 3, 6 etc.) •

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Lecturas Una iniciación a Jos métodos de la crítica literaria con ª)'Uda de muchos ejemplos puede verse en M. E. Boismard - A. Lamouille, Aus der Werkstatt der Evangelisten. La siguiente obra está destinada a un estudio intenso)' n1inucioso de los evangelios sinópticos: R. Pesch - R. Kratz, So liest man synoptisch 9 •

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J. Becl\.er, Aus der Literatur zum johannesevangelium (1978-1980): ThR 47

(1982) 294-301 (sobre la crítica literaria de Jn), especialmente 301. 8

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El problema de la transmisión oral ! fijación por escrito está todavía por resolver; véase, a propósito, Güttgema11ns, Offene Fragen. 9

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Boisrnand - Lan1ouille, Aus der Werkstatt der Evangelisten; Pesch - Kratz, So liest man synoptisc/J. Véase también Richter, Exegese als Literaturwissenschaft, 50-72; Fohrer e. a., Exegese des Alten Testaments, § 5. Sobre las cartas pauli11as, véase entre otros H. Merklein, Die Einheitlichkeit des l. Korintherbriefes: ZNW 75 (1984) 153-183; J. Murphy - O'Co11nor, lnterpolations in 1 Corir1thians: CBQ 48 (1986) 81-94; R. Pesch, Die Entdeckung des a/testen Paulusbriefes. Die Briefe an die Gemeinde der Thessalo11icher (Friburgo 1984). Una reflexión sobre los métodos, basándose en un texto concreto, la· ofrece también H.-J ., Klauch., Die Frage der Sündenve>·gebung in der Perikope von der Heilung des Gelahmten (Mk 2, 1-12 par): BZ 25 (1981) 223-248.

!

La crítica literaria

1.

197

Los modelos de texto y de lectura subyacentes al análisis de crítica literaria

El problema de la utilización de fuentes escritas afecta, como ya se dijo, a numerosísimos escritos del Nuevo Testamento. Para los diversos .escritos se han desarrollado diversos modelos que tratan de explicar el devenir literario de tales escritos.

1.1.

Modelos de texto

Las teorías más importantes sobre la cuestión sinóptica son conocidas )'ª por las obras de introducción al Nuevo Testan1ento. La teoría clásica de las dos fuentes es considerada por muchos " tan segura, ·que esos autores no tratan autores como un·a teor1a siguiera de enfrentarse concretan1ente con otras teorías. Pero existen también otras teorías: la teoría de las fuentes múltiples, la teoría 10 de la <> de Marcos a base de Mateo y Lucas • Hay, además, teorías especiales sobre la formación del evangelio de Marcos, y conviene tenerlas en cuenta 11 • Por lo que respecta al evangelio de Juan, suele suponerse de n1anera casi universal qt1e hubo varios estadios de desarrollo literario del texto . En cua11 to a las fuentes utilizadas, se cuenta generalmente con una fuente de 12 <<semeia» y un i·elato de la pasión • Por lo que respecta a las cartas paulinas, hay muchísimos autores que hace ya bastante tien1po consideran 2 Cor y quizás también 1 Cor como una compilación de varias cartas 13 • Algo parecido se piensa también muy recientemente acerca de Flp )'de 1 Tes 14 • En el caso de 2 Tes, hay que contar, e\}identemente, con que esta carta depende literariamente de 1 Tes 15 • •

Las mencionadas teorías del texto ofrecen también muchas precisiones sobre los modelos correspondientes. Las diferencias 10

Véanse, a este propósito, las obras de introducción.

11

Por ejemplo, R . Pescl1, Markus.

12

Visión de co11junto del estado de la investigación: Becker, Au.s der Literatu1·

zum ]ol1annesevangelium. 13

U11 resumen de los problemas relativos a las cartas prin1era y segunda a los Corintios: G. Bornkamm, Paul11s (Stuttgart 1969) 246-249. 14

Ultimamente, R. Pesch, Er1tdeck11-ng, nota 9.

15

Véase \Xf. Trilling, Unters11.chungen z11.m zweiten Thessalonicherbrief (Leipzig 1972).

- --

198

La lectura bajo el aspecto diacrónico '

entre las teorías consiste11 en que se atribuye di,,ersa importancia a algu11os elen1e11tos observados en el texto.

1.2.

El modelo de lectu1-a

La reconstrucción de las fuentes utilizadas para confeccio11ar un texto 110 sólo es útil porque proporciona ideas sobre la historia de la for1nación del texto de que se trate, sino tan1bién porque tal reconstrt1cció11 da i·cspuesta a J.) roble111as que se suscita11 al lee1· un texto: algu11as veces, el lectoi· recibe la impresión de que un texto está sobrecargado de repeticiones; de que es difícil seguir el curso de las ideas, y de que no es fácil con1pre11der si11 111ás la lógica del texto, o de que al texto le falta cohere11cia. Con10 ocurre sien1pre e11 la exégesis, la lectura ate11ta resulta luego ser n111y útil, porque co11 ella se reúnen las observaciones efectuadas al respecto, y de ellas se pueden sacar conclusiones. El 111odelo de lectura de la crítica literaria 110 es de por sí el niodelo de lectura de un lector, porque 110 es n1tl)' posible qt1e diga111os leer a distintos 11iveles. U11 111odelo adect1ado de lectura parte, 111ás bien, de la experiencia del lector que siente las dificultades mencionadas )' anda pensando luego sobre ellas 16 .

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2. .·

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Realización del análisis de crítica literaria

Para averiguar con precisión las fuent_es escritas utilizadas por un autor, los acentos teológicos que se dan en esas fue11tes, y la <<situación vital» de las n1ismas, con,riene principalmente leer el texto con el fin de descubrir en él «tensiones>>, es decir, repeticio11es perturbadoras, discontinuidades en el estilo, contradicciones internas con respecto al contenido, etc. Cuando se observa que en el texto hay falta de col1erencia, ello puede deberse a las fuentes utilizadas·. Y, así, los criterios de crítica literaria son plenamente criterios de incoherencia 17 • Claro está que la <
Frankemolle, Komn21t11ikativcs Ha11deln, 23, siguiendo a B. ''ªn Iersel, Der Exeget u11d die Ling1tistik: Concilium 14 (1978) 313-318, espec. 317. 17 18

Merk:lein, Ei1iheitlic/Jkeit, 157.

Así describe Ricl1ter, Exegese, 48, el primer paso del métodcl de crítica literaria.

La crítica literaria

199 '

un texto. Porque, en virtud de tal «disposició11 del ensayo», existe el peligro de que únicamente se descubran tensiones en el texto. Hace falta una instancia de control. Y esa instancia es el hecl10 de tener e11 cuenta también los factores de cohere11cia del texto 19 •

En los estudios de investigación se n1encionan como criterios que per1niten deter1ninar la existencia de fuentes: la interrupción de la conexió11 cr1 ttn texto, las duplicacio11cs y rcpcticio11cs, las tc11sio11es )' co11tradicciones 20 • •

Estos criterios son reglas e1npíricas que permite11 sacar u11a conclusión. Claro que, por regla ge11eral, un solo criterio no basta; tan sólo la concentració11 d e indicios permite forn1ular u11 juicio. Así con10 la coherencia de textos está producida por factores de í11dole diversa (a saber, por la col1erencia en el plano lingüísticosintáctico, en el plano semántico )' en el plano pragmático, así como ta111bién por la conexió11 dada e11 \rirtud de la clase de texto), así ta111bién la incoherencia puede existir en distintos planos. La sin1ple falta de col1erencia en un plano no basta toda,ría para suponer que en u11 texto l1a)' falta de u11ifor111idad 21 •

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2.1.

Observaciones sob1-e la interrupción de la ., conexion •

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«Cuando un texto, col1erente en sí, es interru111pido por las i11serciones de una temática que le resulta extraña, e11tonces poden1os deducir con alguna probabilidad que la primera versión del texto fue reelaborada» 22 • Ejemplos de tales interrupciones son: Hch 5, 12b-14- interrumpe la conexión con Hch 5, 12a.15s; Hcl1 4, 33 rompe la conexión con Hch 4, 22.34s; Jn 13, 34s rompe la conexión co11 J11 13, 33.36-38. Tal interrupción tiene a veces la consecue11cia de que, después de la parte i11serta, \ruelva11 a repetirse •

A esta exigencia de 1vlerk:lein, Ein/Jeitlicl1keit, 157s, responde nuestra 1netodología, )'ª que co11sidera que el pri1ner paso del análisis co11siste en deter111inar los factores de coherencia. Ricl1ter, Exegese als Literat1frwisse11sc/1a_ft, )' Fol1rer, Exegese, 25, creen que la crítica literaria es condición previa de todo análisis. Claro está que el análisis que busque los factores de coherencia no debe pasar por alto las tensiones )' las repeticiones perturbadoras. l"

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c Véase Jv1erklein, Einl1eitlic/,keit; Pcsch , E11tdeck1t11g, a propósito de 1 Tes)' Flp, y véanse tarn bién las obras de n1etodología. 21

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22

Boismard-Lan1ouille, A1-1s cler Werkstatt, 34 .

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200

La lectura bajo el aspecto diacrónico

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las últi111as palabras del texto original que preceden a la complementación 23 . Ejemplos de tal <
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2.2. 1

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Por «duplicación y. repetición>> se entiende la aparición repetida de unidades de texto, porciones de texto y composiciones de palabras que son parecidas por su le11guaje )' su contenido 26 • Esos textos que aparecen varias veces son especialmente adecuados para esclarecer las relaciones literarias entre los textos. Desde el punto de vista del método, lo primero que ha)' que hacer es determinar en cada caso las concordancias )' las diferencias . La determinación de las concordancias entre los textos sirve para de111ostrar la existe11cia de fuentes: las grandes concordancias entre los textos de la 1nultiplicación de los panes no se explican sino en el caso de que ha)'ª conexión mutua entre ambos textos. Las diferencias entre los textos ayuda e11to11ces a conocer las relaciones de dependencia, para lo cual se aplica una regla empírica: será más recie11te aquel texto que, por razón de las correcciones estilísticas y de la interpretación de los enunciados que contiene, deba considerarse como modificación ,... del otro texto . Hay que hacer ver qué texto inuestra modificaciones intencio11adas: debe co11siderarse co1no más reciente (co1110 compuesto más tarde) aquel texto en el que pueda mostrarse que hay trasposición intencionada de las secuencias (por ejemplo, en Le 4, 16-30 con respecto a Me 6, 1-6) o intencionadas modificaciones del lenguaje o del conte11ido (intencionadas quiere decir: realizad as en i11terés de la redacción global) . Así,' por ejen1plo, Mt 13, 58: <> 23

24

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Duplicaciones)' repeticiones

Jbíd., 29-34. !bíd., 29-31 .

25

Véanse, a este propósito, los comentarios .

26

Richter, Exegese, 51-55; Boisn1ard-Lamouille, Aus der Werkstatt, 36-40.

La critica Literaria

201

concebir. De manera parecida, Mt 19, 17 es un texto en que se l1a 27 pulido el contenido de Me 1O, 18 • Por ta11to, en los textos paralelos, denominados aquí «a» )' <>, ha)' que investigar cuál es la modificación del texto que ~parece n1ás clara: si la modificación del texto <>, o la modificación del texto «b» para convertirlo en «a>». .

Cuando textos enteros aparecen duplicados, eso es indicio de que se ha11 utilizado fuentes; cua11do se repiten porciones más pequeñas o expresiones dentro de un texto, eso no es siempre necesariamente un indicio de que se han utilizado fuentes, porque todo texto lleva co11sigo cierta redundancia en la nlanera de expresarse.

2.3.

Tensiones J' contradicciones

Un medio importante para probar la utilización de fuentes son las «tensiones y contradicciones en el texto» 28 , es decir, la falta de coherencia dentro de un texto. En la hipótesis de que un autor se haya esforzado por logra1- la mayor col1erencia posible de su texto, la falta de coherencia se atribuye a la circunstancia de que la reelaboración de una fuente deja a veces l1uellas, ya que el redactor no logró o no pretendió la completa reelaboración del texto. Ahora bie11, es propia de todo texto, especialn1ente de los textos narrativos, cierta tensión, lo mismo que en todos los textos suele haber repeticiones. Por eso, las tensiones y repeticiones del texto son únicamente un indicio de fuentes cuando se trata de «tensiones incompatibles y de repeticiones perturbadoras» 29 • Semejante tensión en el texto y una contradicción en virtud de dato.s que no concuerdan entre sí 30 existe, por ejemplo, en Me 6, 45 y 6, 53: los discípulos navegan l1acia Betsaida y llegan a Genesaret. Me 6, 53-56 es un llan1~do <<Sumario», es decir, una d~scripción resu1nida de la actividad de Jes{1s. Por de pronto, la circunstancia de que Me, en este sumario (y a diferencia de lo que suele hacer en otras ocasiones), dé una localización exacta, está indicando ya que se trata de '

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27

Véase W. G. Kürnmel, Einleitung in das Neue Testament, § 5, 3.6, )' los • corn en tar1os. 28

Richter, Exegese, 55-59; Fohrer, Exegese, 45s; Boismard-Larnouille, Aus der Werkstatt, 24-27, 40-45. 29

Fohrer, Exegese, 46.

30

Véase Richter, Exegese, 56. t

-----

La fect¡,rra bajo el aspecto diacrÓ>2ico

202

una tradició11. Y lo que, sobre todo, señala la existencia de una tradició11 es la circunsta11cia de que la refere11cia geográfica se l1alle en co11tradicción co11 la n1eta del viaje indicada en 6, 45 31 • En el texto se ge11era otra clase de tensiones por el hecho de que e11 el inismo se yuxtapone11 ele111e11tos dispares . Te11e1nos un eje111plo de ello en Me 10, 23-27 : aquí enco11tra1nos prin1eramente una <<Í11co11grue11cia y u11 duplicado», porgue la afir111ación. de que es i111posible qt1e un rico «er1tre er1 el reino de Dios» está asociada con la afir111ación de qt1e absolutame11te i1adie podrá «Ser· salvo>> 32 • La primera afirn1ació11 está formulada n1edia11te una imagen; la segunda se enuncia e11 le11guaje teológico técnico 33 • La afir111ación sobre el sal\1 arse tiene un paralelo objetivo e11 Le 13, 23-24: es difícil para 34 cualquiera llegar a salvarse •



Las tensio11es e11 e] texto se origi11an por co11tradicción en st1 co11 te11ido (por eje111plo, Jn 13, 36: «Señor, ¿a dó11de vas?», a diferencia de Jn 16, 5: «Ninguno de vosotros n1e pregu11ta a dónde ' 'º)'>>) )' también por obser,racio11es fi11ales a las que el autor r10 se atie11e (por ej en1plo Jn 14, 31 ; 20, 30s ). •

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SINTESIS E INDICACIONES PARA TRABAJAR EN EL ANALISIS DE CRITICA LITERARIA

1 ••



A propósito de esto, ha)' qt1e l1acer una observación preli1ninar: el prin1er paso es hacer una verificación exacta; para la i11 terpretación de los datos que se ha11an \1erificado, ha)' que prescindir de momento de un detern1inado modelo de texto. Son medios para el trabajo una sinopsis, una concordancia )' una estadística de palabras. Condición previa para la reconstrucción de fuentes es el análisis sincrónico de los textos correspo11dientes; l1ay que determinar la índole li11güístico-sintáctica, la índole semántica )' la índole pragmática de los textos, así como tan1bién el tipo de texto al que correspondan (sie111pre a reserva de

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31

Véase e11 particular Egger, Fro/,botsclJaft

32

Boismard-La111ouille, A11s der \'Klerkstatt, 80-82.

33

Véase Egger, Nac/Jfolge, 191s.

34

Boismard-Lan1ouille, A1{s der \V'erkstatt, 82s.

ur1d

Le/Jre, l 35s (bibliografía).

1

l La critica literaria

203

l •

que se introdt1zcan las 111odificaciones necesarias en ''irtud de la adquisición de nue,·as ideas). Este análisis ad,rierte sóbre las rupturas )' tensiones en los textos.

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1

• El trabajo con los evangelios sinópticos Para determinar los ele111e11tos co111u11es de los textos que se estudian, puede ser muy í1til come11zar n1arcando co11 colores las diversas palabras: - subra}'ªr de azt1l todo lo qt1c es con1ún a los tres sinópticos; - st1bra) ar de amarillo lo que es con1ún a Me )' Mt; - subrayar de verde lo qt1e es común a Me )' Le; - subra) ar de rojo lo que es común a Mr )' Le. Lt1ego ha)' que averiguar las diferencias entre los textos: ¿Se trata de - diferencias sin1plemente de lenguaje; - o ha)' también diferencias de contenido? Ahora pueden describirse )'ª los acentos de los correspondientes pasa1

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- e11 11c se trata más bie11 de... ; - e11 Mt, de ... ; - en Le, de .. . Fi11almente, se sacan conclusiones: ¿En qué texto se sospecha 111ás bien que ha habido reelaboración de otro texto? Pt1lir el lenguaje)' desplazar los acentos en las afirmaciones son indicio de ello.

• EL trabajo con textos no sinópticos Después del análisis sincrónico, ha;' que exarninar el texto para descubrir eventuales faltas de coherencia. Y ha;' que hacerlo en los di,,ersos planos: E11 el plano lingüístico-sintáctico: - Interrupciones del texto )' reanudación del n1ismo. - \1 oca bulario que el autor, por lo demás, no utiliza, pero que se encuentra en otros textos. En el plano semántico : - Cambio abrupto e infundado de tema. - Temas que, por lo demás, son extraños para el redactor, pero que se encuentran en otros textos .

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204

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La lectura bajo el aspecto diacrónico



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- Repeticiones perturbadoras.

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- Contradicciones en el texto. En el plano prag1nático:

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- Tensión en la intención pragmática del texto.

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- Elementos extraños al género.

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- Tensiones con respecto a la «situación vital» presupuesta.

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3.

Ejemplo: Jn 13, 34s: El mandamiento nuevo

Una serie de observaciones lleva a la conclusión de que Jn 13, 34s no se encuentra en un contexto original, sino que fue ii1sertado con posterioridad en un texto ya existente 35 .



En prin1er lugar, Jn 13, 34s interrumpe la conexión entre 13, 33 y 13, 36. Los v. 31-33 y 36-38 l1ablan de que J esús se marcha )' de que Pedro está al lado de Jesús. El v. 36 enlaza d irectamente con el v. 33. Asi1nismo, los v. 36-38 no hacen referencia alguna al mandamiento nuevo de que se habla en los v. 34s 36 • Lingüísticamente, la expresión "lt,VWCTXEl,'\1 f.v, que por lo den1ás no aparece en J n, remite a 1 J n 2, 7 37 • Tambié11 la expresión de <<mandamie11to 11uevo» apar§ce únicamente en 1 Jn 2, 7. Por su contenido temático, el significado de €v-ro/1.ij, como instrucción moral, se diferencia del uso que por lo demás se hace de esta expresión en Jn 14, donde el contenido de la instrucció11 es guardar la palabra o las palabras de Jesús 38 . E l tema del amor domina hasta tal punto 1 J n, que este te1na, juntamente con la fe, se convierte en la exhortación fundamental 39 • Así que Jn 13, 34s se diferencia, por la <
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Esta opinión la sostienen: R. Schnackenburg,Joh, III, 59-61; ]. Becker,Joh, 447s; F. F. Segovia, The Structure, Tendenz, and Sitz im Leben of]ol1n 13: 31-14,



31: JBL 104 (1985) 491-493. 36

Scl1naclce11burg, ]0/1, III, 59.

37

1 Jn 2, 3. 5; 3, 16. 19. 2 4; 4, 2 .1 3; 5, 2.

38

Schnacl<enburg, ]0/1, III, 59; Segovia, Structi-tre, 491. Scl111acl<.enburg, ]oh, III, 59 .

39





La critica literaria

205

intención pragmática, del discurso de despedida de Jesús en Jn 14 40 . Hay, pues, incol1erencia en el plano lingüístico-sintáctico, en el plano semántico y en el plano pragmático. Esta observación lleva a la conclusión de que Jn 13, 34s es un fragme11to insertado posteriorn1ente. Por su procedencia, el mandamiento del amor nos señala hacia el grupo de la comunidad descrita en 1 Jn. E l hecho de que el frag1nento pudiera insertarse allí sin rnayores dificultades depende estrechamente del tipo de texto <




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"º Segovia, Structure, 492.

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13

Crítica de las tradiciones

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Búsqueda de la prehistoria oral de los textos 1



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Las observacio11es efectuad as e11 los textos del Nuevo Testa111ento, especial1nente e11 los e\rangelios sinópticos, sugieren la idea de qu e, antes de st1 co1nposició11 por escrito, circulaban )'ª oraln1e11te fragmentos aislados de diversa í11dole, por ejemplo narraciones sobre ] esús, palab1·as de ] esús, f ó rn1ulas de fe, etc. Esos fragmentos sueltos se r ecogieron primero en grandes compilaciones (por ejen1plo evangelios) o se integraron co1110 citas en u11 co11texto ma)'Or (por eje1nplo el de las cartas paulinas).

La crítica de las tradiciones intenta lograr una visión de la prehistoria oral de los textos del Nuevo Testa1nento. Para ello l1a) que con1prender las modificaciones que experin1entaron los textos que originalmente circulaban de manera aislada, en el transcurso de la transmisión oral, )' ha)' que saber los círculos de tradentes que fueron responsables de la inodificación. 1

Por «c1·ítica de las tradicio11es» se entiende el método, y por <
A propósito de la tern1inología, ''éase s11pra. En las obras de n1etodología suele asociarse la crítica de las for111as y la crítica de los gé11eros co11 la l1istoria de las for1nas )' la historia de los gé11eros. Aparece una separación entre ellas, según el aspecto sincrónico )' el aspecto diacrónico del problema, en Ricl1rer, Exegese, 152-164; Fol1rer, Exegese, 118-136; Berger, Exegese, 16~-201, do11de Berger, por



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1 •

Crítica de las tradicio11es •

207

1

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La tarea del análisis de crítica de las tradiciones consiste en reconstruir en su forma más antigua las diversas perícopas y t extos breves que original1nente circularon aislados, y en reco11struir ta1nbién los cambios que experimentaro11 en el curso de la tra11smisión, describiendo su índole propia )' las notas características de su género en las distintas fases, mostrando las situaciones vitales y de con1unidad en las que se fuero11 utilizando los textos en las diversas etapas, determinando los círct1los de tradentes que se ocuparon de la trans1nisión )' 1nostra11do las reglas según las cuales esos textos se plasmaron )' modificaron.



Lecturas La realización del método )' las reflcxio11es sobre el 111is1no, a base de u11 texto concreto, pueden vese e11 la obra de L. Schenl(e, Brotverniehrr-tng 42 •



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1.

El modelo de texto subyacente al análisis de crítica de las tradiciones

Según el modelo sub)racente al análisis de la historia de las tradicio11es, al pri11cipio del desarrollo de u11 texto hay siempre u11a L111idad textual breve, relativamente uniforn1e, arn1ónica y co here11te en sí. Esa unidad textual está relacionada con una situación concreta de la comunidad. Por tanto, los breves textos sueltos co11 los que comienza la tradición neotestan1entaria son <
razones históricas)' siste1náricas, asigna a la l1isroria de las tradiciones el ámbito del Antiguo Testamento, judaísmo, Nuevo Testamento e historia de la Iglesia incipiente y de las sectas, n1ientras que la comparación con textos de grupos que están fuera la as igna como tarea a la historia comparada de las religiones. Fohrer, Exegese, 99-116, espec. 101 )' 11 O, emplea la expresión «tradición» en relación con la crítica de los motivos y la crítica de las tradiciones, es decir, bajo el aspecto, n1ás bien, del conte11ido: la tradición es un fondo de ideas)' temas acuñados que está a disposició11 de determinadas situaciones de enunciación, y en cuya transn1isió11 está interesado un círculo de tradentes. Para la historia de las tradiciones son tan1bién importantes una serie de obras que se citaron ya en el capítulo sobre los tipos de texto (véase el c. 11, nota 189). 42

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L. Schenke, Die wunderbare Brotvern1ehrung. Die neutestamentlic11en Erzal1lt1nge11 u11d ihre Bedet1tu11g (Würzburgo 1983). Las obras clásicas en 1nareria de l1istoria de las tradicio11es son: R. Bultmann, Die GesclJicl1te der s11noptischen Traditio11; M. Dibelit1s, Die formgesc/Jic/Jte des Eva11geli14.1ns; K. L. Scl1n1idt, Der Ra/J11ier1 der Geschic/Jte }es1f. Sobre el estado de la investigació11, véase G. Scl1elbert, Wo steht die Formgeschicl;te: Tl1Bericl1te 13 (Zurich 1983) 11-39.



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208

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La lectura bajo el aspecto diacrónico

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ca11do, e11tre otras cosas, por inflt1encia de las situaciones de la comunidad, por los i11tereses de determinados círculos de tradentes, por el contacto con otros géneros>> 43 •

l1 •

La tradición de las prin1eras comunidades se va sedimentando en «textos para el uso». Esos textos se desa.rrollan )' modifican. Los textos lle,ran en sí las huellas de su historia. Las modificacio11es y el desarrollo se efectúan por influencia de diversos factores 44 • Valiéndose de las parábolas de Jesús, J. Jeremias determinó ciertas reglas que regían la reelaboración de textos 45 • Según él, en la tradición de las parábolas l1abría11 influido los · siguie11tes factores : la traducción de las parábolas al griego; •

- las 1nodificacio11es del inaterial intuitivo; - los adornos;



la influencia del Antiguo Testamento )' de los temas narrativos populares;

el cambio de auditorio; el empleo de las parábolas para la parénesis de la Iglesia; la influencia de la situación de la Iglesia (la de1nora de la parusía, la Iglesia misionera, las normas de la dirección de las comunidades); .

- la alegorización; - las colecciones de parábolas y la fusión de parábolas; el marco.

2.

Realización del análisis de crítica de las tradiciones

Para comprender el desarrollo de un texto y las modificaciones por las que ha pasado, y para establecer así una relativa cronología de los diy.ersos niveles de la tradición, se buscan primero las tensiones que hay en el texto . Cuando se comprueba la existencia de 43

Ricl1ter, Exegese, 164: modificación en sí o por contacto co11 otros gé11eros.

44

Véase anteriorme11te c. 4.

45

J. Jeremias,

Die Gleichnisse }esu (Gotinga 6 1962) 19-114. (Trad. española: Las parábolas de jesús [Estella 1970] 29-142). 1 ,,



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Critica de las tradiciones

209



tensiones en un texto, especialmente por lo que respecta a la uniformidad del género y a la orientación de los lectores (finalidad del texto), entonces este hecho permite deducir .que hay niveles en la reelaboración del texto. La determinación de los niveles (o estratos) que ha)' en un texto se puede efectuar luego mediante la comparación con otros textos, en todo lo cual habrá que tener en cuenta no tanto los aspectos de co11tenidos cuanto los aspectos de forn1a . La co1nparació11 de textos con estructuras lingüístico-sin tácticas, semánticas y pragmáticas parecidas puede ser muy interesante y aleccionadora para la historia de las tradiciones 46 • Otro camino para ir trazando la historia de la formación de un texto es el intento de contemplar la formación del texto en relación íntima con otros diversos factores. De esta 1nanera se pueden sacar conclusiones sobre la formación o la fisonomía característica de un texto : •



- en virtud de una imagen global acerca del origen y el desarrollo del mo,rimiento de renovación desencade11ado por Jesús 47 , o (por lo que se refiere a los escritos joánicos) en virtud de la imagen global de una escuela joánica 48 ; - te11iendo en cue11ta los grandes temas teológicos)' los círculos de la tradición (e\rangelios, literatura epistolar) de los escritos del Nuevo Testamento; - a veces pueden desempeñar también un papel las reflexiones de índole histórica (por ejemplo sobre los doce en los evangelios). Para mayor claridad, se exponen por separado las etapas metódicas encaminadas a investigar los evangelios y a investigar los escritos paulinos.

• Investigación de crítica de las t?'adiciones relativa a los evangelios La comprobación de tensiones sirve aquí, en pri1ner luga1·, para «aislar» las u11idades que antes fueron independientes, es decir, para 46

Berger, Exegese, 168, menciona los siguientes elen1entos comparables entre sí: campos semánticos, formas retóricas y literarias, todos los demás criterios de género (por ejen1plo historias de la infancia), tradjciones que pueden fijarse en el tiempo y en el espacio. 47

Véase, por ejemplo, G. Theissen, Soziologie der}esusbewegung. Ein Beitrag zur Entstehungsgescl1ichte des Urchristentums (TEH 194; Munich 1977). 48

Véase, por ejemplo, R. E. Brown, Ringen um die Ge1neinde. Der Weg der •

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La lectura bajo el as¡>ecto diacrónico

210

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desligarlas del co11texto ma)' Or en que fuero11 insertadas. El primer paso, al menos por lo que a los evangelios se refiere, es la llamada «destrucción del marco de los evangelios». En efecto, los eva11gelios r11uestran clar as sutu ras entre las diversas perícopas : la unión es bastante floja y está hecha, por ejemplo, por «y», «)' entonces»; a veces falta la conexión cro11ológica y de lógica causal; con frecuencia ha)' fór1nulas que sirven de introducción, o también datos por los que el fragmento st1elto se integra er1 la estrt1ctt1ra total del evangelio. (Tales peculiaridades de dicción y de contenido, qt1e aparecen con frecuencia, sobre todo al comienzo y al final de las perícopas, pt1eden atribuirse, en el curso de la i11vestigació11, al estado de la redacción, y por tanto no dese1npeñan )'ª ni11gún papel para la 11istoria de las tradiciones). Med ia11te esta «destrucció11 », se 49 logra por de pronto aislar los fragn1entos de textos •

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Para la reco11strucción de la forma gue el texto tenía origi11al1ne11te )' en el curso de la tra11s111isió11, 'I1ay que exan1i11ar el texto para descubrir las te11siones interiores al mismo. Hay que pregu11tarse, sobre todo, si el texto sigue u11 patró11 uniforme de género )' si la finalid ad del texto (la ft111ció11 prag1nática) es uniforn1e.

I



• La crítica de las tradiciones en la lite1·atu1·a epistola1· 1

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Por lo que respecta a la literatura epistolar, podemos servirnos de los siguie11tes criterios para sacar conclusiones sobre la utilización de fuentes: los textos con las siguientes peculiaridades indican una tradición prepaulina so: - la observación expresa de Pablo de que se trata de tradiciones, por ejemplo en 1 Cor 11, 23; 15, 1; - la introducció11 de u n pasaje por el vocablo «creer>> o «Confesar» (estos vocablos son típicos como introducción a-fórmulas de fe y de confesión de fe); - el paralelismo, los enlaces de relativo, la construcción de

Kirche nach den johanneischen Schriften (Salzburgo 1982). 49

Se aplican tan1bién principios parecidos al análisis de la crítica de las tradiciones e11 Hcl1 y Ap. 50

La bibliografía se menciona más adelante, a propósito de] a11álisis de Ron1 l,

3s.



Crítica de las tradiciones

211

participio que sirva para introducir, el ritmo, por eje1nplo Rom 4, 25; 1 Tim 3, 16; - el contexto no mt1y ligado y las tensiones en el texto, por eje1nplo Ron1 1, 3s; Flp 2, 6; 1 Ti111 3, 16; - el lenguaje no pauli110 (esa manera de l1ablar no p auli11a se puede comprobar mediante una estadística de palabras);



- paralelos de real id adcs ·y de palabras, expresiones estereotipadas que se utilizan también e11 los den1ás escritos del Nuevo T esta1ne11to, es decir, una especie de testificación múltiple en los escritos • neotestame11 tar1os .

RESUMEN E INDICACIONES PARA EL TRABAJO DE ANALISIS EN CRITICA DE LAS TRADICIONES - Aislamiento de las diversas perícopas Detern1inar lo intensamente unidos que están el comienzo )' el final de la perícopa con lo que precede y lo que sigue, es decir, con el contexto. Una vez que, teniendo en cuenta la estilística)' las líneas teológicas, se han detern1inado los toqt1es redaccionales, tendremos el estado del texto en su etapa pre-redaccional. El análisis de crítica de la redacción es necesario ya aquí para separar la tradición de la redacción. •



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- Reconstr1Jcción de la f ornia original J' de las distintas versiones de un texto Ha)' que determinar, en primer lugar, cuál es la versión más antigua desde el punto de ''ista de la crítica literaria. Detern1inar luego las transformaciones del texto mediante el tenor interno del mismo )' la comparación con textos temática )' estructuralmente se1nejantes, haciéndolo, por ejemplo, con arreglo a la lista propuesta por J. Jeremias )' a listas generalizadas. - Las líneas teológicas de las versiones del texto en sr¡,s distintos niveles (o estratos) ¿Qué acentos de contenido teológico aparecen claramente en las diversas \ ersiones del texto? ¿Qué cristología se expone en las diversas \ ersiones del texto? 1

1

- Conclusiones sobre el efecto que se preten.de causar (la función pragmática)

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212

La lectura bajo el aspecto diac1·ónico

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¿A qué n1anera de pensar )' conducirse quería llevar el texto en las diversas versiones reconstruidas a aquellas comunidades en las que dicho texto se utilizaba? ¿Qué función pudo tener el texto, en las diversas etapas de su desarrollo y transmisión, por lo que respecta a la vida de fe )' a la forma de vida?

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- Conclu.siones sobre la «situación vital», el ambiente sociocultural

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¿Qué indicaciones dan las diversas versiones del texto sobre el desarrollo de la vida de la comunidad, de la constitución de la misma,)' sobre los actos de vida comunitaria?

1

¿Qué indicaciones contiene el texto sobre los diversos trader1tes de la tradición )' sobre el cambio en el círculo de los destinatarios? '

¿Qué situaciones del entorno)' de la historia contemporánea se transparentan en el texto?

3. Ejemplos )

Veremos en dos ejemplos la h istoria, el <<destino», de textos .

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3.1. !

Confesión de fe en la dignidad de Jesús

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L a aplicación a ·M e 14, 3-9 del modelo de texto para el análisis de la crítica de las tradiciones m u estra cómo un texto originalmente uniforme y compacto en sí, con estructura y fi11al idad claras, se fue m odificando y ampliando por múltiples razones en el transcurso de la transmisión 51 •



1

Me 14, 3-9:

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.

El an álisis de crítica de las tradicion es presupone el análisis ;

.

s1ncron1co.r •

51

Para conocer bibliografía, véase C.-P. Marz, « ... mich /1abt il1r nicht allezeit». Sobre la historia de las tradiciones de Me 14, 3-9 )' sobre los lugares paralelos, véase Studien z1.tm Ne1./.en Testament und seine1· Umwelt: 6-7 (1981) 89-112 (con bibliografía); F. Schnider, Christusve1·kiindigung und }esuserzdhl1,¡,ng. Exegetische Ueberlegung zur Mk 14, 3-9: Kairos 24 (1982) 171-180. Véanse tan1bién los comen• tar1os.

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1 Crítica de Las tradiciones

213

• Análisis sincrónico de Me 14, 3-9 La estructuración del texto es clara: t

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v. 3: narración (introducida por x.aC); v. 4s: palabras que pronuncian algunos (aparecen clararne11te con10 objeción por el OÉ) v. 6-9 : réplica de Jesús (otra vez con óé.)

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La narración cuenta detenida1ne11te los detalles del suceso; luego los elementos narrativos ' 'ªn queda11do cada vez más relegados : las palabras de los v. 4s tienen todavía dos verbos narrativos; la réplica de Jesús no tiene ya más verbo narrativo que «él dijo» 52 • Mientras que la objeción contra la mujer está for1nulada de manera bre\1e y coherente, las palabras de Jesús se l1allan estructuradas de manera complicada desde el punto de vista li11güístico-sintáctico : es verdad que ha}' una estructura paralela en 4b.5a (pregu11ta y razonamie11to anexo introducido por yág) y 6d.7 (enunciado y razonan1iento introducido por yág) 53 , pero luego la frase intermedia (v. 7b) interrumpe el razonan1iento del v. 7a.c.; 8a es t1na continuació11 no del todo acorde; 8b ofrece una nueva justificación de la n1ujer y causa la sensación de ser un apéndice a los v. 6s; todo el conjunto va seguido por las palabras introducidas por el «amén» en el v. 9 s-1. Algunas trayectorias que recorren todo el texto son. características de la estructura semántica del texto: <
despilfarro dar a los pobres • siempre '¡ l

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buena obra / sepultura «Conmigo» • no s1e1npre.

Es característico de la estructura narrativa el que muchos elementos se refiera11 al caso concreto. Sin embargo, algunos elementos rompen el marco de un suceso concreto y presentan una secuencia de acción mucho más extensa: la unción con perfume hace referencia a la sepultura; la narración del suceso se convertirá en parte de la predicació11 evangélica. 52

Marz, Traditionsgeschichte, 91.

53

Ibíd.

54



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Pesch, Mk, sub loco, r10 ve, en cambio, ninguna clase de tensiones ni de duplicaciones perturbadoras. 55

Menos clara es la contraposición: uno - muchos, de la que habla Scl1nider, Christusverkündigung, 176-178 .

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La lectura bajo el aspecto diacrónico

214

La fu11ción pragn1ática del texto es múltiple : la acción de la mujer es presentada con10 una buena obra, )' de esta manera se describe a la muj er como ejen1plo para el lector. Al misn10 tiempo , se procla1na el mensaje acerca de la n1uerte de Jesús. Se dice, además, expresa1nente que la 11istoria es digna de ser narrada. Por lo que se refiere al tipo de texto.en el que ha)' que encuadrar el texto en cuestión, debemos aducir co1no lugar paralelo L e 1O, 38-42. Ta111bién en este caso se trata de u11a co11ducta que suscita objecio11es y 1·éplica. Desde el punto de vista lingüístico-si11táctico, la estructura es sernejante: descripción de una co11ducta - objeción (introd u cida, co1no en Me 14, 4, por un bÉ) - réplica de Jesús (introducida otra vez, co1no en M e 14, 6, por un 6€) 56 • Por lo que respecta al conte11ido, en los dos textos se trata de algo parecido: l1a)' dos formas de conducta, de las cuales una se desig11a como «la parte buena>> (L e 1O, 42) o co1no «obra b uen a» (Me 14, 6 ). Por tanto, no ocurre con10 en los litigios, en los que se hace una contraposición entre lo que es <
l 1

• Análisis de c1·ítica de las t1-adiciones "

M e 14, 3-9 )' paralelos se consideran como caso para poner a 57 prueba la indagación aclaratoria de la crítica de las tradiciones • Para el análisis, es in1portante la comparación co11 Jn 12, 1-8 y Le 7, 36-38. Por lo que respecta a la historia de las tradiciones relati\ras a estos dos textos, se sostienen las siguientes opiniones acerca de la <
56

Frente a los litigios, se trata aquí de una estructura lingüístico-sintáctica distinta; véanse los textos Me 2, 1 - 3, 6. 57

Marz, Tradition sgeschichte, 89.

58

Presentamos tan sólo algu11as opini o nes de especial rel ieve.

59

Marz, Traditio11sgescl1icl1te, 104, 106.

60

Brown, ]0/1, 45 ls.



c,·itica de las tradicio11es

215

1



los pies es anterior, desde el punto de vista de la 11istoria de las tradicio11es, )' se halla más cerca del suceso l1istórico 61 • La concepción que se tenga sobre la l1istoria de las tradiciones en relación con este texto depe11de de las observacio11es que se ha)1 an l1ecl10 en el texto y del e11juicia1niento de las realidades apreciadas por parte del investigador. El cuadro de la figura 27, en el que· se establecen las coi11cidencias y las diferencias, perrnite sacar conclt1siones sobre la historia de las tradicio11es 62 . .

1

t •

A1c 14, 3-9

}11 12, 1-8

Dos días antes de pascu~ (v. 1) Betan1a Sin1ón el leproso

Seis días antes de



Una n1ujer in11on1inada un frasco de alabastro perfume \

1

áQÓO; 1Cl01:lXlÍ

derrama sobre la cabeza al~unos

paSCU?

Betan1a Lázaro Marta María una libra perfun1e ·vágóo; nt.o-c:Lx~ unge los pies los seca con los cabellos Ju das 300 denarios Jesús defiende «Déjala» « ... sepultura»

Le 7, 36-38

(e11 Galilea) el fariseo S1mó11 una pecadora u11 frasco de alabastro perfume riega los pies los seca con sus cabellos unge los pies

mas de 300 denarios Jesús perdona Jesús defiende «Dejadla» <
Esq11enia si11óptico de Me 14, 3-9; ]n 12, 1-8; Le 7, 36-38.

El cuadro muestra una extraña coincidencia de estos textos hasta en los detalles; pero luego ofrece ta1nbién diferencias y trasposiciones entre los elementos. La afinidad entre éstos es manifiesta. Para remontarnos de las versiones del texto que tenemos ante nosotros hasta una versión anterior del texto, desempeñan un papel. las reflexiones de crítica de la redacción, crítica literaria y crítica de los géneros. Y con todo ello hay que entreverar también reflexiones 11istóricas. 61

Un juicio crítico de Daube )' Holsr puede verse en Marz, Traditio11sgescl1ic/1-

te, 105. < rel="nofollow">:?

Véase Broi;vn, ]ol1, 450.

-----•

216

La lectura bajo el aspecto diacrónico

Por las reflexiones de crítica de la redacción (que l1ay que i11tegrar ya aqt1í), sabe1nos que Me 14, 9 debe atribuirse a la redacción, porque el vocabulario y la temática corresponden ei1 tan · gran ri1edida a la peculia1-idad del evangelista 63 , que este versículo fue insertado seguran1ente por él. Igualmente, e11 la versión joá11ica, los elementos que establecen la conexión de esta narración con la 11arración de Lázaro deben atribuirse ·a la redacción joánica. Para J n, la t1nción con perfume y la entrada tr.iunfal en J ert1salén so11 repercusión de la l1istoria de Lázaro y se l1allan en el l1orizonte de la decisión adoptada por los judíos de dar muerte a Jesús n 11, 49-53) 64 • La relación íntima con la pasión se había establecido ya a11tes de Me y antes de Jn.

a

Desde el punto d.e vista de la crítica literaria, es difícil admitir que Jua11 dispusiera co1no fue11te del texto de Me; es ve1-dad que hay n1ucl1as coi11cidencias asombrosas, pero las difere11cias son tambié11 muy importa11tes. Hay que supo11er, por tanto, que hubo u11 tnaterial con1ún de tradición, pero de índole oral, en el que hallaron acceso, ei1 el curso de la trans1nisión, las diferencias con1probadas 65 •

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Por lo que respecta a la critica de los géneros, tanto Me 14, 3-9 con10 J n 12, 1-8 se caracterizan por no referir ambos textos u11 suceso acabado en sí, sino que u110 y otro coloca11 este st1ceso en el l-1orizonte, más amplio, de la pasión de J esús. En virtud del presupuesto, aceptado universalmente en la i11vestigación de crítica de las tradiciones, de que al principio se transmitieron sólo perícopas breves y completas en sí mis1nas, que no se hallaban incluidas aún en un contexto mayor, se deducen las siguie11tes conclusiones para la historia de la unción con perfume: pudo ocurrir mu;r bien que al principio hubiera una narración breve sobre la acción de una mujer que, al ungir a Jesús con perfume, le honrara. En esta versió11 original se relata la acció11 de la mujer, la objeció11 de algunos )' la réplica de Jesús. El texto así reconstruido es <
f • 1

Marz, Traditionsgeschichte, 102, refiriéndose a Strecker, en FS Cr.{,llmann, 1972, 91-104.

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64

Marz, Traditionsgeschic/1te, 107.

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65

Brown, ]oh, 451; Schnacke11burg, }oh, II, 465s.

66

Marz, Traditionsgeschichte, 104.

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Crítica de las tradiciones 1 •

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217

que se halla atestiguado tambié11 en Le 1O, 3 8-42 67 • A la estructura sencilla del género, que consta de narración, objeción relacionada con ella y réplica, tal con10 aparece en Me 14, 3-7, se añaden en Me 14, 8s algunos elementos extraños a esa estructura se11cilla: la referencia a la muerte de Jesús y a la predicación del eva11gelio. Cuando en u11 texto aparecen diversos patrones estructurales, ello es indicio de que ha habido una an1pliación en el curso de la tradición 68 . Tal reconstrucción explica bien qt1e en Me el filo de la narració11 se 11alle en las palabras de J esús : <



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67

Sobre las notas características del género, véase anteriorn1ente.

68

Sobre este pri11cipio n1etodológico, véase Richter, Exegese, 161. Es verdad que la referencia a la pasión es )'ª anterior a Marcos, pero 110 es necesariamente original, ya que la creación de un contexto narrativo más amplio es seiial de que hubo ampliación. 69

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Según Brown, ]oh, 454, no hay indicio de que la narración se haya contado alguna vez sin referencia a la historia de la pasión. 70

Véase, a propósito de ello, Marz, Traditionsgeschichte, 101, quien remite a J. Jeremias, Salbuligsgesc!?ichte, 109. 71

Marz, Traditionsgescl?icl?te, 105.

72

Bibliografía en Marz, Traditionsgeschichte, 105.

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La lectura bajo el aspecto diacrónico

218

1

73

ta111bi é11 sobre la probabilidad 11istórica . En. la tradición se obser· ''ª la te11dencia a presentar la figura de Judas a una luz mu) desfavorable. Esto se observa principalmente en Jn. La tradiciór sabe qu e Judas era el depositario del dinero que todos te11ían er con1ú11 (Jn 13, 29), y así pudo ser él perfectamente el que protestar< contra la conducta de la mujer n 12, 4); en el curso de la transmi· sión, este detalle se perdió.

a

El a11álisis 111 ues tra la co11fl L1e11cia de traclicio11es y la crc~1ción de u11 contexto I1arrativo más an1plio con10 te11dencias q11e actúan er la transmisión de tradicio11es. Por de pronto, la tradició11 con oce y< la co11taminación, es decir, la influencia múltiple de las ''ersiones dt los textos : Le 10, 38-42 influye en la historia de la unción cor perfume recogida por .Jn; en Jn influ)'e tan1bién la escena de le: unción de lo s pies y del secar los pies con los cabellos, qu e leemo ~ en Le 7, 38. La co1nprobación de conta1ninacio11es es válida tantc en el caso de qu e Le 7, 36-50 deba considerarse como versiór original ju11to a u11 relato sobre la unción para la muerte, con1c ta111bién en el caso de que Me 14, 3-7/8 sea la \'ersión original. Le tendencia a crear u11 contexto narrativo n1ás amplio 1nediante le asociación con la l1istoria de la pasión es una tend encia que se v~ con especial claridad en J n.

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3.2.

Rom 1, Js:

Confesión de fe



El «p raescriptun1 » de la carta a los Romanos (Ro1n 1, 1-7: qu eda in t~rrumpid o evidentemente, en los v. 3-4, por una afirmación sobre el co11tenido del evangelio propug11ado por Pablo. Una serie de observacio11es hablan en favor de que Pablo haya utilizadc en los v. 3s una fórmula procedente de la tradición. En adelanté vamos a mostrar los motivos que abogan por ello, aplicando los criterios que se mencionaron antes para la reconstrucción de los materiales de la tradición 74 • • ' 73

Véase, . , . a este ,propósito, . . . Brown, jo/1 rel="nofollow"> 453s. BrO'\\'n, Ibíd., 451s, cree que la vers1on 1oan1ca es n1as pr1m1t1va. .,

74

Entre la extensa bibliografía, mencionen1os únicarnente: Zimn1er1nann, /11et}Joder1Le/1re> 193-203 (Ha)' trad. española, pero h ecl1a sobr e la primera edición alen1ana, no sobre la séptin1a, que es la que se cita aquí: Los métodos l1istóricocríticos en el Nuevo Testaniento [Madrid 1969] 206-218 ); Kasemann, Romerbrief, sub loco; Schlier, Romerbrief, sub loco; Wilckens, Romerbrief, sub loco. E11 la exposición trataremos únicame11te de los problen1as centrales de Rom 1, 3s. •



' 1 C'rít ica de las tradiciones

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• La reco11st;·11cción de la . fórmula pre-paulina dC:· fe El con1i enzo de la carta a los Romanos causa la impresión de estar sob recargado,}'ª que el «evangelio » del \1 • 1 se 11alla detern1inado más precisamente por una oración de relativo en el v. 2 }' !Liego por un a indi cación qL1e se hace de su co r1tenido. La construcción de pa·rtici pio de los \'. 3b.4a podría desligarse perfecta1nente si11 qLt c sufriera ci,111os la estructura J el «praescriptun1» 75 . E11 virtud de la int errupción del texto, qu e vemos en los \'. 3b.4a, )' de la reanudació n de la co nexi ón en el v. 5, pueden desligarse, por tanto, los\'. 3b.4a. Ha)' toda u11a serie de palabras )' expresiones en esta fórmula que Pablo no utili za nunca en otros pasajes: ulo; .6.au Cb aparece únican1en te c.:11 la tradic ión de los evangel ios )' en la Ji teratura episto lar que no procede de Pabl o (2 Tim 2, 8; véase también A p 5, 5; 22, 16); "{Í"'VEO&it EX aparece también única1nen t e en Gál 4, 4 (q ue es tan1bién una fórn1ula de la tradición); OQLSEL'\' 110 aparece en ningún Otro lu gar deJ «CO rpUS » paulino. JCVEܵC~ ayt.WOÚV'Y); (ge11 itivo hebraico, correspondie11te al «espíritu de santidad» atestigL1ado en QL1n1rán) 110 aparece en ningún otro lugar del «corp us» paulino, aunque rrvEüµa }' :rc:vEüµc1(iyLov se emplean con mucl1ísima frecuencia. Como Pablo, por lo demás, u ti liza a rnen udo la oposición oág~ - rrvEüµa, sería mu}' posible que él hubiera inse rtad.o, frente al trad icional :rc:vcü µa éxytu>Oll'\''Y)~, la oposición xata oágxa. tv Óu\1áµEL aparece con frecuencia en Pablo (11 veces). «Este examen estadístico demuestra que, fuera d e la expresión E\' btivá~tEL, todas las demás palabras y giros no las usa Pablo, y naturalmente no las encontramos en sus cartas» 76 • Pued en considerarse como redaccionales las expresiones E'\1 bu\iáµEL y quizá también xa1a oágxa.

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Como nota distintiva de las fórmulas de confesión de fe o de las fórmulas literarias puede considerarse tambié11 la forma del paralelismo 77 . La falta de artículo en las palabras es un fen ómeno que 78 aparece en rr1uchos frag1n entos de la tradición , así como también la estilización denota un carácter arcaico 79 •



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7 ;

Zim mermann, M et}1ode11/ehre, 194.

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lbíd., 196; de manera análoga Wilckens, Romerbrief, 57s.

77

Schlier, Romerbrief. 24; Wilckens, Romerbrief, 56s.

7

Zimmermann, Metl1ode11lehre, 199 .

7

Schlier, Rornerbrief, 24 .

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220

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La lectura bajo el aspecto diacrónico

Desde el punto de vista del contenido de la confesión de fe, diremos que para Pablo la institución de Cristo como Hijo de Dios es cosa extraña. Y la descendencia del Jesús terreno no es nunca un tema paulino (con excepción de Rom 9, 5). En otros diversos á1nbitos de la tradición se encuentran paralelos con un conten ido parecido: la cristología del hijo de David (Mt 1, 1.20); la institución com o rey mesiánico (Hch 13, 32s y Heb 1, 5; 5, 5). El en unciado sobre la rest1rrección y la cristología del mesías se hallan también asociad os e11 2 Tim 2, 8.

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Por consiguiente, la fórmul a de fe de Rom 1, 3s no está en la lín ea de Pablo ni lingüísticamente (se utiliza un léxico no paulino) ni semánticamente. Pero se halla atestiguada en otros ámbitos de la tradición. Esto nos permite concluir que aquí encontran1os un material procedente de la tradición . La fórmula original podría l1aber sido de este tenor 80 : (In troducción de Pablo: JtEQl 1o'Ü u toü au1o'Ü). Fórmula: 10Ü ''¡'EVOµÉvov EX anÉgµai:oc; ~au[6 (quizá plural: X(X"CÓ. oágxa) 1o'Ü bgt.aftévi:o~ uloü -0-eo'Ü xai:a :rr:vEüµa aytWOÚVY)t; E~ avaa1áaccut; VE'X.Q(DV.

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• El sentido de la fórmula tradicional

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En Rom 1, 3s vemos una antigua cristología : la resurrección, en una relectura de textos del Antiguo Testamento, especialmente de 2 Sm 7; Sal 2 y 11 O, se entiende como institución de Cristo corno rey mesiánico, y así se proclama. Con ello, «Se hace distinción entre un primer estadio del camino de Cristo como hijo terreno de David, y otro segundo estad io, subsiguiente a él, que consiste en que el Hijo de Dios es entronizado celestial y escatológicamente en todo su po der ... » 81 . U na paráfrasis del texto podría decir así 82 : « .. . nacido de la simiente de David en cuanto a su existencia terrena, entronizado (no : revelado) como rey mesiánico (en el sentido de las ideas y concepcion es del Antiguo Testamento, véase 2 Sin 7; Sal 2 y 110), en poder (en . el ámbito de la 1uz de Dios) según el espíritu de santidad (genitivo de cualidad) desde/por la resurrección (de) entre los muertos». r

xo Las reco11strucciones difieren.

Wilckens, Ron1erbrief, 60. Wilckens ve atestiguado en 2 Tim 2, 8 el cornienzc> de la tradición hon1ológica con u11a etapa inmediatan1ente posterior en Rom 1, 3s. Zimn1crn1ann, A1ethode11le/Jre, 201 s, considera Rom 1, 3s como una agrupación de dos fórn1ulas breves que originaln1ente se habrían utilizado por separado. si

1

82

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Tenic11do en cuenta lo discut ido que es el origen de la tradició11 de los diversos clcn1entos, prcfe rimos expresarlos todos ellos en paráfrasis.

Crítica de las tradiciones

1

221

Una concepción parecida acerca de un can1ino de Cristo con distintos estadios la vemos propugnada tambié11 en Jn 7, 39; Flp 2, 5-11, y también, aunque en la forma narrati''ª del misterio del mesías, en el evangelista Marcos. • Origen de la fórmula )' <<situación vital» de la misma .

Esta fórmula de fe lleva esencialmente la impronta de ideas del Antiguo Testame11to. La cristología mesiánica remite a círculos judeo-cristianos que hicieron de tradentes. Hay que st1poner como «situación ' 'ital» aquel ámbito en que se reconocía a Jest1cristo como rey mesiánico. Este ámbito r10 tiene que ser necesaria1nente 84 83 el culto divino o una confesión bautismal de fe • Es más obvio suponer que la <<Situación vital>> fue aquel ámbito de interacción en el qt1e era especial1nente significativa la cuestión acerca de ] esús como mesías: el ámbito de la confrontación entre cristianos y judíos acerca de la dignidad mesiánica de Jesús.



83

Zimmerma11n, MetlJoderilehre, 202.

84

1vlicl1el, Romer, 31.

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-

14

Crítica de la redacción •



Los textos del N ue''º Testame11to recorrieron e11 su forrnación una larga l1istoria 11asta alcanzar su for1na definitiva. Se recogieron 1nL1ltiples tradicio11es )' se las reunió en una unidad. La versión final de los textos se debe a ll11 reelaborador, quien en1prendió - como «redactor» - la nueva versión de tales textos.

1

El análisis de crítica/ l1istoria de la redacción, en los escritos del Nuevo Testamento, trata de reconstruir el proceso de redacción )' el papel del redactor. ....

H ay que deter111inar, e11 concreto, cómo adquirió el texto su forma definitiva, qué materiales se l1allabar1 a disposición del redactor, y desde qué pun to de vista escoge él, reelabora y ordena ese i11ateria] ; qué elementos aport a él n1ismo y qué medios utiliza para orientar y dirigir al lector, y ei1 general por qué factores se ve él influido en la realidad. Por medio del redactor, el t exto adquiere la fo rma en que se presentará al lector que venga después. El texto, en su forma final, es objeto también del análisis sincrónico 85 .

1



Lecturas E11 85

la obra de H. Franl~emolle, Evangelist und Ge1neinde

86

pode-

Los problemas relativos al análisis sincró11ico se estudiaron en la tercera

parte. se. H. Frankemolle, EvaJ1gelist utzd Gen1eiJ1de. Ei11e methodenk.ritische Besinnung (111it Beispiele11 aus dem Mattl1auseva11oeliun1): Bib 60 (1977) 153-190; este artículo se cita según su rein1presión en l-Ja11dr,JJ1gsaJ1weisur1gen, 50-79. Más bibliografía: Berger, Exegese, § 29-30; Co11zeln1ann-Linden1an11, Arbeitsb1-1c/J, 94-99;

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Critica de la redacció11

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223

mos ver una reflexión mu)' profunda, de crítica de los n1étodos, sobre los problemas asociados con la redacción: una reflexión que tiene en cuenta el aspecto sincrónico y el de la teoría de la coml111ícación .

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El modelo de formación del texto, subyacente al análisis de crítica de la redacción

1.

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El proceso de redacción de los escritos del Nuevo Testamento

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se cor1ten1pla, conforme al enfoque qL1e se da e11 la presente metodoJ·ogía, dentro del marco de un 1nodelo de interacción y comunicación 87 : El n1odelo universal de con1u11icación por n1edio de textos es así i;ii : Fuer1te de inforn1ación - autor - texto - lector - empleo de la información.

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La redacción, según la figura 28, debe entenderse como «recodificación» de los textos que proceden de la tradición con10 fuente de información, i11fluyendo di\'ersos factores en la 111encio11ada 89 recodificación . Fuente de información ----~· Autor

J

Reelaboración del texto («recodificación») 1

Recepción del texto: Recopilar )' escoger Reelaboración del texto: ordenar, completar, refundir, crear una nue\•a unidad de forma (Re)producción del texto Figura 28.

influida por ....-- la finalidad fijada ~la situación de la comunidad

/el

entorno

---lllo .. Texto ---•Lector

La redacción como recodificación.

Fohrer, Exegese, § 9; N. Perrin, \Y/hat is Redaction Criticism (Londres 1970); J. Rohd e, Die redaktionsgeschicl1tliciJe A1rthodc (Han1burgo 1966); Strecker~Schnelle, Eil1fül1r11ng , § 9; Zimmern1ann, A1 etlJodenlel1re, § 4. Los siguientes trabajos abrieron nuevos derroteros: H. Conzelma11n, Die Mitte der Zeit (Tubinga 1954); W. Marxscn, Der Eva11geiist Markus. Studien z.ur. Redaktionsgeschicl1te des Evangeliums (FRLANT 67; Gocinga 1956); G. Bornkan1m - G. Barth - H. J. Held, Ueberlieferung und Auslegung im A1a~thausevangelium (\XIMANT 1; Neukircl1en 1959); W. Trilling, Das wal-1re 1srae!. Studien zur Theologie des Matthausevangeliums (StANT 10; Munich 3 1964). 7

Véase Franken1olle, Handl1-tngsa11iveisungen, 59, 75. 8~ , · V case e1 e. 3.

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Sobre el modelo de reelaboración, véase anteriormente, c. 4.

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224 •

La lectura bajo el aspecto diacrónico

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No sólo a los evangelios, sino también (aunque no en la misn1a medida) a todos los escritos del Nuevo Testamento, se aplica aquello de que el redactor es recopilador, escritor, teólogo)' «evangelista» 90 • El tiene que recopilar· y elegir el n1aterial necesario; lo reelabora estilística y temáticamente; se preocupa de orde11ar y estructurar la materia; en ocasiones con1pl_eta el n1aterial con textos más breves o más largos 91 • Mediante ·este trabajo, surge un nuevo 92 texto qt1e constituye una t111idad de forma • L9s frag1nentos, originalme11te separados, adquieren una nueva cohesión, y de esta n1anera un se11tido an1pliado 93 •

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la redacción, el redactor está influido por i11ucl1os factores:

por la índole ()7 también por la dignidad) del material transmitido, por los puntos de vista y las 111etas que el redactor se ha propuesto, por los problen1as y las necesidades religiosas de la(s) co111unidad (es). No sólo la comunidad ii1fluye en el redactor, sino que ta1nbién el entor110 marcado por tradiciones escritas ejerce su influencia: «El Antiguo Testa111ento, el entorno judío y el l1elenístico, sobre todo las primitivas tradiciones cristianas pre-evangeliarias y evangeliarias, etc., fueron configuradoras para el evangelista, por lo que a la extensión de la n1ateria se refiere, y lo fueron en grado mucho inayor que la con1u11idad ... >> 94 •



9

° Claro está que esta manera de ver las cosas se fue desarrollando poco a poco.

Para la 11istoria de las formas, en sus comienzos los evangelistas fueron si1nplemente recopiladores de tradiciones. 91

Siguiendo a Zimmermann, M ethodenlehre, 226-234, poden1os caracterizar concretamente la forn1a de trabajo del redactor mediante los siguientes conceptos: mejoras estilísticas, aclaración del texto previan1ente existente, omisión de una expresión o frase difícil de ente11der, transposición de in1ágenes )' de fragmentos de la tradición, i11versiones de11tro de la misma perícopa 1 adición e inserción de otros frag1nentos de la tradició11, complen1entación con otros fragn1e11tos de la tradició11, co1nposición sirviéndose de palabras clave, enlace de fragmentos sueltos de la tradición qt1e originalmente estuvieron aislados .

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Frankemolle, Handlungsanweisungen, 63. Esto lo había ace11tuado principaln1ente E. Güttgemanns, Offene Fragen zur Formgeschichte (Munich 1970) 184188. U11 esqt1ema metodológico de la problemática de los fu11damentos, de la l1istoria de las formas )' de la redacción. 93

La teología del redactor no ha)' que averiguarla extrayéndola de la tradició11 reelaborada, sino dentro de ella y en ella: Dscl1t1lnigg, Sprache (véase el§ 8, nota 30) 297s. Véase tan1bién Franke1nolle, Haridlungsanweis1,¡,11ge11, 66. 94

Fra11kemolle, Har1.dlungsanweis11nge11, 71.

Crítica de la redacción

1

225

La realización del análisis de crítica de la redacción

2.

El método para el análisis de crítica de la redacción consiste en un procedimiento de sacar conclusiones.

En virtud de las observaciones efectuadas con respecto a las peculiaridades lingüístico-estilísticas, semánticas y pragn1áticas y, asin1ismo, e11 lo que respecta al tipo de texto de una obra, se pueden sacar conclusiones sobre la redacción. En lo referente a las perícopas sueltas, tales conclusiones se pueden sacar únicamente teniendo en cuenta la obra total. 1

Las conclusiones se refieren a la persona del redactor y a su forma de trabajo (recepción del texto y reelaboración del mismo), a los destinatarios)' su mundo, y al lugar)' tiempo de aparición de la obra.

2.1.

Conclusiones sobre el redactor J' su f arma de tJ·abajo

Los textos, aunque se trate de composiciones integradas por tradiciones, per1niten sacar conclusio11es sobre su redactor y sobre su trabajo literario y teológico.

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2 .1.1. Con respecto a la persona del redactor, las indicaciones aparecen con diversa claridad: Mientras que Pablo, en sus cartas, habla frecuentísi1namente de sí mismo, los evangelios apenas hacen manifestación alguna acerca de su autor. Enunciados sobre el autor los encontramos en Le 1, 1-4 (por lo menos en cuanto a su manera de proceder y a sus intenciones) y en los enunciados del evangelio de Juan acerca del discípulo amado que fue testigo. De los evangelios se p11eden deducir indirecta1nente algu11os rasgos de la intención y de los centros de interés teológico del redactor. Hay indicaciones sobre los autores en las obras de los pad1-es apostólicos y de los escritores eclesiásticos, sobre todo en Papías de Hierápolis, en Ireneo y en los prólogos anti1narcionistas de los evangelios. Claro que se discute hasta qué punto esos testirnonios se basan en infor95 maciones que dependen de los e'rangelios mismos . Con resp ecto a los escritos pseudoepigráficos, hay que aplicar un procedimiento para sacar conclusiones, en el que, por las observacio11es efectuadas en el texto, se determine la situación presupuesta en la carta, la 9

s Véanse las obras de introducción.

-•

La Lect11ra bajo el aspecto cliacrónico

226



constituciór1 de la co111u11idad )' el desarrollo del pensamiento teológico. Y ento11ces se pueden sacar )'ª co11clusiones sobre el autor 96 • Por lo qu e respecta a la for1na de tr
1

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• •

- En ''irtud de la peculiaridad lingüístico-estilística de un escrito del N11e\ 0 Testa111e11to 98 , se pu ede conocer la forn1a típica d e l1ablar del redactor )', con ello, su forma de trabajo. Por eje1nplo, c11a11do e11 un e\ angelio l1a)' 1111 \rersícu lo que co11tiene de ma11era especial n1uchas peculiaridades lingü ístico-estilísticas de u11 e\ a11gelista, 11abrá qu e dedt1cir que ese versículo se debe 111ás a la redacció11 99 que otros \ ersículos ; por el contrario, un vocab11lario no típico per111ite deducir sobre todo que se l1a recogido 11na tradición. Especialme11te, las palabras redaccionales preferidas so11 u11a clave para la historia de la redacció11. Claro está que los i11dicios li11güísticos 110 bastan por sí solos; tan sólo cua11do se hallan asociados con puntos de ''Ísta relati,ros al co11tenido )'cuando se tiene e11 cue11ta el contexto global, se pt1eden llegar a conocer form aciones redaccio11ales 100 • - Tan1bié11 la disposición/con1posición de la materia en un e\1 angelio es indicio importante de los intereses teológicos del 1

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96

Véase, ader11ás de las obras d e introducción al Nuevo Testan1ento, F. Laub, FalsclJe \le1fasserangaben in ne11testanientlic/1en Sc/1riften. Aspek.te der gege11\\ artigen Diskussio11 t1n1 die neutesta111entlicbe Pse.udoepigrapl1ie: TThZ (1980) 228-242. 1

97

Bergei·, Exegese, 205.

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Para el vocabulario, ver c. 8.

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Strecl~er - Scl111elle,

9

Ei?1fü l1rung, 11.

100

Sobre los vocablos preferidos, véase anteri orn1ente, c. 8. Dscht1l11igg, Sprache, 293ss, n1erece nuestro asentin1iento, cua11do te11ie11do e11 cuenta la co11stante uniforn1idad lingüística -por eje111plo- del e' ·angelio de Nlarcos, afirn1a que 110 bastan las 111eras obser1:aciones lingüísticas para concluir que ha habido redacción. A las observaciones li11güísticas tiene11 qu e ai1adirse Jas obse rvaciones re111ático-sen1án ticas. Claro que, cuando se acumula11 las peculiaridades lingüísticas )' semánticas, l1ay que concluir que l1a habido redacción. Sobre la problemática de la estadística de



r Crítica de la ,·edacción

227

e\1angelista 101 • 1\tfediante la prese11tación )7 la estructuración de st1 obra, quiere él transn1itir una determinada imagen de Jesús, por eje1nplo mediante la re\1 elación paulati11a de la esencia de] esús en el evangelio de Marcos 102 • Y, así, \1 ersículos qt1e se hallan en relación íntin1a co11 la disposición total del e\1 angelio, permiten sospechar que ha intervenido en ellos la n1ano del redactor. 1

- Cada evangelio tiene, aden1ás, centros esenciales de interés e11 SLI conte11ido. Ct1ando en algt1nos 1L1gares st1rgen esos te1nas in1portantes para el evangelista, por eje111plo la teoría sobre el secreto mesiánico en Marcos, el ten1a de la justicia en Mateo, la bondad de ] esús )' su an1or a los hombres en Lucas, hay que sacar la conclusión de que ello se debe al interés redaccional del evangelista. Es verdad que se1neja11tes textos 110 l1a11 sido creados r1ecesarian1ente por el e\ angelista, pero la frect1e11cia de los 111isn1os es i11dicio del interés qL1e siente el e\1angelista por el tema.



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- El n1étodo de historia de la redacción es relativan1ente fácil de aplicar, cuando ha)' textos de los cuales u110 es la reelaboració11 del otro, co1110 se prueba por n1edio de la crítica literaria. E11 este caso se puede determinar claramente de qué manera el redactor reelaboró su material 103 • - Se pueden desligar de la redacción algu11os textos q Lle de110tan la presencia de la tradición por l1allarse e11 cierta tensión con las líneas principales de la obra 104 .

palabras, véase]. H. Friedrich, \"rlortstatistik als Methode am Beispiel der Frage einer Sonderquelle im Mattha11seva11gelium: ZNW 76 (1985) 29-42. 101

Strecl-~er - Schnelle, Ei11führu11g, 111; Zimmermann, M et/Jodenlel1re, 225.

102

A propósito del secreto mesiánico corno linea directriz del evangelio de Marcos, ' 'éase Egger, Fro/Jbotsc/,aft ur1d LelJre (véase c. 11, 11ota 209) 85-91. 103

Y, así, los e''angelios sinópticos son especialrne11te apropiados para el principiante en análisis de l1istoria de la redacción. Claro qt1e, por lo que respecta a la teoría de las dos fuentes, ha)' que tener en cuenta que a veces hay también e11 Mt o en Le material más antiguo, desde el punto de ' 'ista de la historia de las tradiciones, qu e en el modelo literario de ambos, que es Me. 104

Claro está que esas tradiciones, corno acentúa co11 razón F ra11ke111olle, Handlitngsanweisungen, 66, i10 queda11 sustraídas a la respo11sabilidacl del redactor. Ha)' que tener en cue11ta plenamente el interés del redactor en la selección de las tradiciones que están a su disposición )' en la decisió11 de recoger detern1inadas tradicio11es. 10

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~ Sobre todo Berger, Exegese, 202, considera la l1istoria de la redacción bajo el



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228

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La lectura bajo el aspecto diacrónico

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co11oce1nos a través de los textos del Nuevo Testamento; por co11siguiente, las comunidades existen sólo n1ediatan1ente para el lector,)' existen como <
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El análisis prag1nático nos ofrece más indicaciones sobre los destinatarios: por la orientación que el autor quiere dar al lector, pueden sacarse algunas conclusiones sobre la situación de la con1unidad. Claro está que la situa.ción no es sencillamente el negativo de la película de las exhortacio11es ·)' afirmaciones del autor 107 • La exhortación a la fidelidad puede servir, por ejemplo, para fortalecer a una comunidad (que se esfuerza ya por ser fiel), o puede ser también una genuina exhortación )' advertencia para la comunidad • re1n1sa. El co11tenido de la obra nos proporciona, además, otras indicacio11es: cuando se mencionan, por eje111plo, detern1inados problemas, verbigracia sobre las relaciones entre judíos y cristianos.

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En primer lugar, el análisis semántico permite también sacar conclusiones sobre la situación de la comunidad : cuando el redactor dice con insistencia a la comunidad ciertas cosas (puntos esenciales del contenido), eso tendrá que ver algo con la situación. Es verdad qt1e, e11 todo ello, quedarán algu11as cosas por aclarar.

En la reconstrucción de la situación de los destinatarios, no pueden utilizarse de la misma manera los evangelios, los Hechos de los apóstoles)' las cartas : en efecto, 11ay diferencia en que un autor quiera transmitir textos para mantener vivo el rect1erdo de J es{1s o de la historia de la Iglesia primitiva, a fin de que esa <> no se pueden definir con la misma seguridad que, por ejemplo, las comunidades de Pablo; e11 ca1nbio, Juan da algunas indicaciones concretas sobre la situació11 de los oyentes: s·egún Jn 9, 22; 16, 2, los discípulos se l1allan bajo la pu11to de vista de la innovación a que el texto tiende. 106

Frankemolle, Handlungsanweisungen, 67. 107 \léase principaln1ente K. Berger, Die impfi¿iten Gegner: Zur Metl1ode des Erscl1liesse11s von «Gegner11» in neutestamentlichen Texte11 , en Festschrift G. Bornkan11n (Tubi11ga 1980) 373-400.

Crítica de la redacción

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229

amenaza de ser expulsados de la sinagoga a causa de su confesión de fe, lo cual permite concluir que se l1a producido un detern1inado desarrollo de las relaciones entre judíos y cristianos, tal y como debió de darse en los años 80-90 de nuestra era 108 •

2.3.

Conclusiones sob1-e el lugar J' tiempo de la composición

Como en los textos, aunque traten de tiempos anteriores, reflejan problemas del tiempo, problemas entre los que vive autor, de los textos podrán sacarse co11clusiones no sólo sobre tiempo al que se refieren, sino tambié11 sobre el tiempo en que compusieron los textos .

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Por lo que respecta a los textos del Nuevo Testamento, son principalmente de extraordinaria in1porta11cia los siguientes temas : a) la destrucción d e Jerusalén; b) la transición del mensaje cristiano, que pasó del judaísmo a la gentilidad; c) el desarrollo de la constitución de la Iglesia; d) la demora de la parusía, y e) (refiriéndonos ahora a la historia de los textos mismos) la cuestión de la dependencia literaria, por eje1nplo en los sinópticos o ta1nbién en las relaciones 1 Tes/2 Tes 109 y Col/Ef 110 • Las referencias a los mencionados l1echos l1istóricos pern1iten 111 sacar algu11as conclusiones para la datación de los escritos : - Si se describe con detalles la destrucción de] erusalén, e11tonces se trata de un escrito posterior al año 70 de nuestra era. - Si en los escritos del Nuevo Testamento se presenta como obvio el camino de la Iglesia hacia los gentiles, entonces ello presupone que ya e·s taba plenamente en marcha la misión entre los gentiles.

1

- Por la presentación que se hace de las relaciones entre el judaísmo y la comunidad cristiana (en J n vemos que los cristianos

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108

K. Wenost, Bedrangte Gemeiride und verherrlichter C/Jristus. Der histori-

sche Ort des Johan11esevangeliurns als Schlüssel zu seiner Interpretation (Neul{irche11 1981 ). 109

Véase W. Trilling, Untersucl1ungen zum zweiten Tl1essaLonicl1erbrief (Leip-

zig 1972). 110 Véase, a propósito de ello, R. Sclmackenburg, Ep/J (EKK X; Zuricl1 1982) 26-30. 111

Para la datación: R. Wegner (ed. ), Symposion: Die Datierung der EvangeLien (Paderborn 1982).

--

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la lecti1ra bajo el aspecto diacrónico

230 1

so11 expt1lsados de la si11agoga 11 2 ; en Mt ha)' polémica contra lo: judíos), podrán sacarse conclusio11es sobre el tien1po y el lugar del< redacción .

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Para sacar correcta111e11te las co11cl11sioncs, l1abrá que te11e1· er cue11ta las i11for111aciones· ext1·abíblicas sobre el desarrollo del jt1· daís1110; aden1ás, 11abrá que aportar ~ambién cierta idea sobre e tra11scu rso de la más te111prana historia de la Iglesia. Aparte de eso l1abrá qt1e estt1diar ta111bién los testimonios n1ás antigt1os sobre e tier11po y el lugar de la con1posición de los eva11gelios.

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1

RESUMEN E INSTRUCCIONES PARA EL TRABAJO •

Como el método de la crítica de la redacción tiene que sacar conclusiones de las observaciones efectuadas e11 el texto, en las instrucciones que se den para el trabajo habrá que señalar qué obser\raciones efectt1adas en el texto, 1nás allá del análisis de crítica literaria, serán especialn1ente importantes para el análisis de historia de la redacción, )' cómo de esas obser\ aciones se pueden sacar conclusiones. Para los comienzos ayudan 111ucho las listas de peculiaridades li11güísticas )' ten1áticas que se ofrece11 en los n1anuales e introducciones al Nue\'0 Testamento . Se deducen las sigui en tes tareas para el análisis: Por lo que respecta a La redacción

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- Hallar en ese texto ele1nentos que sea11 característicos del léxico )' de la peculiaridad lingüística del correspondiente redactor, o temas que sea11 característicos del correspondiente autor. ¿Es posible hallarlos? - ¿Có1no encaja la perícopa en el contexto total de la obra )' en la intención pragn1ática de la obra total? '

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1

Por lo que respecta al autor - ¿Se hallan indicaciones directas de quién es el autor? Por .lo. , que respecta a los destinatarios, al lugar J' al tiempo de la composicion - Reunir las referencias directas a los destinatarios; - Describir el efecto que pretende lograr la obra, y sacar co11clusiones sobre la situación de la com11nidad.

112

We11gst, Bedréir1.gte Ge1neinde

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verl:Jerrlicl1ter Chríst1-1s.



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C'rítica de la reclacción

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- ¿Qt1é actitud delata el texto con respecto a los problen1as judíos/ cristia11os> constitución de la Iglesia> de1nora de la parusía? - ¿Qué conclusiones se puede11 sacar de ahí para la cuestión relativa al tien1po de la co1nposició11? :--- Mencionar los problemas de la comunidad de los que habla el texto y sacar conclusiones sobre la situación de la comunidad a la que el autor excribe. - ¿Qué datos proporcionan los testin1oniós más antiguos (Papías, Ireneo> los prólogos a11tin1arcionistas)? ¿Se co11firn1an tales afirmacio11es por los correspondientes escritos del Nue''º Testan1ento?

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Eje1nplo: Me 3, 7-12: El ocultamiento de Jesús El pasaje de Me 3, 7-1 2

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113

pertenece a los llamados «su1na114 rios» • Este texto desem peña un papel i111portante en la constit11cjón )' e11 la estructura del evangelio de Marcos. En ' 'arias propuestas de estructuració11 se co11sidera el texto co1110 introd11cción a una 115 o como final de una gran gran porción del evangelio de Marcos 116 porción • En el e11ju ician1iento sobre l1asta qué p tLnto el texto se deri'' ª de la tradició11 o de la r edacción, las opiniones so11 diverge11tes, )' va11 desde la opinió11 de q ue todo el texto es una tradición recogida por Marcos hasta la opinión de que el texto es una simple f orn1ación redaccional 117 •

El análisis de crítica de la tradición)' de crítica de la redacción se basa en obser\1aciones relativas a la estructura lingüístico-sintáctica, semántica y pragmática, y al tipo de texto . 113



La siguiente exposición se basa en los estudios de Egger , Frol-Jbotschaft und Lehre, 91-111. Se hacen precisio11es metodológicas detalladas. Para n1ás bibl iografía, co11súltense los comc11tarios . 11 4

Sobre eJ gé11ero de «sumario» , véase anterior111e11te, c. 11.

11 5

Según Schweizer, Mk, sub loco, Me 3, 7-12 es la introducción al pasaje 3, 7-6, 6a; asirnisrno, segú11 l. De la Potterie, De compositione eva11gelii A1arci: VD 44 (1966) 135-141; según Pesch, Mk, sub loco, la sección es Ja i11troducció11 para Me 3, 7-6, 29. 116 117

Así en Gnilka,

Mk, sub loco.

Pesch, A1k, l, 201, considera el texto co1110 u11a formació n (claro está, secundaria) procedente de la tradición, y qt1e se creó en virtud de historias de n1ilagros que existía11 y a con anterioridad; L. E. I\.eck, Mk 3, 7-12 and A1ark's C/Jristolog)': JBL 84 (1965) 341 -358, considera trad icionales los versículos 3, 7.8a. 9s, p ero cree que el r esto procede de la redacción; Egger, Fro/JbotscJJaft itnd Le/Jre, 1OOs, cree que el texto es puran1ente redaccional .





1

232

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la lectura bajo e:/ aspecto diacrónico

• Peculiaridad Lingüístico-sintáctica

1

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El texto n1uestra una serie de 11otas li11güísticas que son típicas de Me. Se aplica esto especial111ente a la oración causal que sigue a contin ti ación e11 el v. 1Oa )' a las oraciones enlazadas por las partículas C\ a, r,,a· µi], ¡1ág, 0)01:c 118 • Para la co1nprensión del texto es importante la obscr\1ación de que ffic:gánEuoEv en el ''. 1O se añade sólo co1no fundamentación. 1

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• Estructura semántica

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Es verdad que, co1110 tenia del «Sun1ario», se indica a menudo: «G ran afluencia de pueblo y curaciones» 11 '', u otras expresiones por el estilo. Pero el análisis detallado 111uestra que no se trata de un sumario de cu raciones, sino qu e el ten1a es el ocultan1 ien to de ] esús 120 : en efecto, 110 se 11arra una expulsión de de1non ios, si110 únicame11te qu e Jesús impone a los demonios el mandamiento de callar; asimis1no, la mención de las curaciones se hace en una o raci ón secundaria que explica qu e ya estaba preparada la barca. El l1echo de tener lista l_a barca expresa determinada distancia entre ] esús )' la multitud de gen te. El te1na exacto del texto es: gran aflue11cia de pueblo y retirada de Jesús I mandamiento de callar que él impone. Y, así, basá11donos en los datos estilísticos y temáticosemán ticos, veremos que el texto ofrece la siguie11te estructura:

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a) ] esús se retira; b) la n1ultitud le sigue.

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II (v. 9-12 en estructu ra quiástica)

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a) Jesús busca distancia; hace que le tengan lista una barca, b) para qu e r10 le apretujen los que quieren tocarle. b) Por los gritos de los espíritus, a) ] esús impone el manda1niento de callar. f 118

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Sobre las peculiaridades del lenguaje: Gnilka, Mk, sub loco, cree que el texto, incluso li11güísticamente, es obra de Me; Pesch, Mk, opina que partes esenciales del vocabulario re111iten a tradición pre-1narquina. Pesch se basa para ello en la estadística de vocablos, según la cual los vocablos correspondientes aparecen tam bién en fragmen tos de la tradición. 119

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Gnilka, Mk, sub loco; Pesch, Mk, sub loco: gran afluencia para ver al terapeuta y exorcista Jesús. 120

Egger, FrolJbotsclJaft und Lehre, 93 -95.

Crítica de la redacción

233

Para el problema de la tradición o la redacción, de estas observacion es sobre el ten1a del texto se deduce que ha)' una gran proximidad temática entre este texto (con el tema del ocultan-iiento de Jesús) y la idea fundamental (típica de Marcos) del secreto mesiánico. También este texto expresa la dialéctica de revelación y encubrimiento. Y tal comprobación habla en favor del carácter redaccional del texto 121 •

• Función del texto e intención pragmática

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El sumario t iene claramente una función narrativa en relación con la totalidad del e\iangelio: el texto, en muchos aspectos, es una síntesis de lo que precede, ya que recoge muchos motivos de la narración precedente: cu raciones (Me 1, 32-34 ); demonios (Me 1, 23ss.34); fórn1ulas de co11fesión de fe (Me 1, 24 .34); retirada de Jesús (Me 1, 38.45). El pasaje, al mis1110 tiempo, es una visión anticipada )' sintetizadora de lo que''ª a segu ir: está especialn1ente marcada la conexión con Me 5, 1-20; 5, 21-34. Sen1ejante enlace de un texto breve con el contexto que lo rodea indica la for1nación redaccional del texto. Este pasaje, en for111a 11arrati\•a, prosigue tan1 bién aquella línea de la historia de la revelación, propugnada por Marcos principaln1ente a través de su teoría del secreto mesiánico: frente al endurecimiento de los fariseos y a la incomprensión de la n1ultitud, se halla la iniciación de los discípulos en el misterio 112 de Jesús • En el aspecto prag111ático, este texto correspo11de a la intención pragmática que Marcos persigue a tra\1 és de toda su obra : quiere conducir al lector a comprender la esencia de] esús con10 el Mesías )' el Hijo de Dios 12 -1. Por tanto, también e11 este aspecto el texto corresponde al interés redaccional de Marcos .

• La formación del texto El '' Ocabulario ernpleado en esta sección rnuestra clarísiman1ente que el texto es una generalización de di\1ersas l1istori as. La estadística de las palabras nos hace ver la conexión que hay entre

121

1

En virtud de estas ol)servacioncs, n<) puede considerarse el texto, sin más, c ~) 1no intrt)ducción gcncraliz.ac.l()ra a un cicl<) tradici(>nal dr n1ilagro~. 12

~ C <Jncrctan1cnr<: Eggcr,

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Le/Jre, 109s.

Véase el ar<.:() tie tcnsi()l1Cs cntr<.' 1, 1 ~· l<)S pasaje~ centrales - inclusL) narrativa111cntc- 8, 27-29 •,. 15, .39 . 12 1

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La f ect 1frt1 Í;.,ijo el aspecto

234

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(/i,1cro~11co

este texto }' la historia particular de la curación de la niujer que padecía l1e111()rragias de sar1grc (Me 5, 21.24-34): e11 a111L1os ¡..1asajes se utiliza11 palabras que 110 aparecen)'ª o qL1e sólo aparece11 una \ ez 124 en los e\ angelios: {}/1.Cí1
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(3, 11; 5, 6), u[o~ -&coiJ (3, 11; 5, 7). Sin

en1bargo, la universalizacié>n de historias particulares no se efectúa prosiguie11do los ten1as de las historias particulares hasta constituir con ellas un solo sun1ario de CL1ración )' expulsió11 de demonios, sino u11 sL1111ario sobre el <>cultamiento de Jesús. Marcos da a los diversos n1otivos orden )' CO()rdi11aciór1 recíproca, en tramá11dolos de tal 111anera que aparezca la tensión «re,1elación }' ()culta111ie11to». Y, entonces, al servicio de la idea de revelación se hallan los n1otivos de la congregación del gentío)' de l()S gritos de los de1110nios; al servicio de la idea del ocultan1ie11to se hallan de 111a11era especial los n1otivos de la barca y del n1anda1nie11to de callar. Y este sumario correspor1de e11 el aspecto lingüístico-sintáctico, en el aspecto sen1ántico y en el aspecto pragmático, a la peculiaridad de Marcos. Ha)' que suponer, por tanto, que esta for111ación se deriva de Marcos )' no de la tradición.

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Así, pues, las estructuras si11tácticas, sen1á11ticas )' pragmáticas que acaban de observarse, sugieren la idea de que Me 3, 7-12 es una formación redaccional debida a Marcos . •

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F:reeueneia: ),(rw: Mt, una vez; Me, una vez; Le, nunca; Jn, nunca; Hch, nunca; at1v A.C~úJ: únicamente en Me 5, 24.31; µ.áor.t~: Mt nunca; en Me únican1ente aquí y en Me 5, 29.34; Le, una vez; Jn, nunca; 1-ich, una vez; ErrLrc:CJrt:ELV: Mt, 9 veces; Me, 11 veces; Le, 13 veces; Jn, una vez; Hcl1, una vez.



V

LA LECTURA BAJO EL ASPECTO HISTORICO

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236

La lectura bajo el aspecto histórico

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Cuando se leen textos bajo el aspecto histórico, se trata de saber qué enraizan1iento tie11en e11 la historia las afirmaciones de esos textos . Hay qt1e esclarecer la relación entre el texto y el suceso que e11 él se e11u11cia. Esta relació11 entre el texto y el suceso es, junto a la cuestió11 de las relaciones «Antiguo Testame11to - Nuevo Testan1ento» y las 1-elaciones <<palabra de Dios - existencia del hon1bre>>, u110 de los proble111as centrales de una hermenéutica bíblica 1 • Se trata de saber có1110 ha transcurrido la lenguajización (y escrituriza2 ción) del suceso y qué interpretaciones se han dado con ello . La p1·egunta aclaratoria de carácter histórico está n1arcada por la co11vicción de que la 11istoria )' los sucesos. l1istóricos son rele,ra11tes pa1·a la fe 3 •

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P. IZ.icoeur, Préface BuLtnzann, en Le conflit des interprétations. Essais de l1erméneutique (Paris 1969) 373-392, espec. 377-380. R. Schnackenburg, Der geschichtlic/;e Je sus in seiner std1idige11 Bedeut1,¡,r1g für T/Jeologie 1-ind Kirc/;e, en· K. Kertelge (ed.), Rückfrage nac}; ]csu.s, 194-220 . 2





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3

A propósito de ello, véase pri11cipaln1ente E. Kasemann, Das Problem des historisc;lJen .fes1,¡,s: ZTl1K 51(1954)125-153 -también en Id., Exegetisc/Je \lersuche 1-t1i.d Besinnz,¡ngen (Gotinga 1965) I, 187-214-, por quien volvió a plantearse la pregunta reprír11ida por la teología del «l{erigma».



15

La pregunta aclaratoria acerca de la historia

Por la sin1ple circunstancia de que un incide11te o una palabra se transn1ita, no puede inferirse todavía que ese suceso ocurrió o que esa palabra fue pronunciada de hecho por aquel a quien se le atribu)1 e. De esta sospecha, a la que están expuestas todas las narraciones y tradicio11es, no se hallan exentos tampoco los escritos del Nuevo Testamento. De la cuestión acerca de l1asta qué punto se puede trazar, con ayuda de los textos del Nuevo Testa1nento, una imagen de los sucesos históricamente acertada, se ocupa la pregunta aclaratoria acerca de los sucesos históricos.

En la pregunta aclaratoria acerca de los sucesos históricos se in\ estigan los textos del Nuevo Testamento (que, según su intención principal, son testimonios de fe), para ver si sucedieron realmente los acontecimientos referidos en ellos. 1

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En la exégesis del Nuevo Testamento, la pregunta aclaratoria tiene que contar con la peculiaridad de los escritos neotestamentarios como testin1onios qt1e son de fe: esos textos no se compusieron como protocolos, no tienen interés primarian1ente histórico. El objetivo de esos escritos es la proclamación de ] esucristo: una proclamación que lo que pretende es conducir al lector hasta la fe. Y, así, la imagen de Jesús se presenta a la luz de la fe pascual. En virtud de esa peculiaridad, los textos del Nuevo Testamento no ofrecen todas aquellas informaciones que un historiador desea recibir. Sin embargo, gracias a ellos se proyecta una imagen históricamente cierta de Jesús y de la I glesia primitiva.

La lectura ba_io el aspecto lJistórico

238

La pregu11ta: ¿Qt1é st1cedió real1nente ?. es una pregunta n1oder11a qlJe resultaba extraña para los trade11tes y escritores del primer 4 tie111 po • La pregu11ta aclaratoria acerca de los hecl1os l1istóricos se desarrolló especialísin1a111e11te en la pregur1ta acerca del Jes{1s histórico )' d e los ipsissima ve1-ba )' fa.eta. de Jesús, pero tie11e ta1nbié11 por objeto todos los fenómenos del cristi~nisn10 prin1iti''º· Lectt1ras 1\.. Kertelge (ed.), Die Rückf·rage nach ]esus. Esta obra colectiva fa111iliariza con los proble111as 111ctodológicos 111ás i1nportantes, siendo de especial i11terés los artíct1los de F. Le11tzen-Deis )' F. Muss11er 5 .

La pregt111ta aclaratoria de carácter histó1·ico se difere11cia de los pL111tos de vista de c1·ítica literaria, de crítica de las tradicio11es y de crítica de la redacció11, )' se diferencia porque al1ora 110 se i11vestiga )'ªel clesarrollo de los textos, sino que se exan1ina la relació11 de los n1isn1os co11 la realidad. La pregu11 ta, al1ora, dice así : «¿ Cón10 se logra, de inanera inetódica1ne11te recta, dar un salto hacia atrás, desde el texto hasta la historia?» 6 .

El 1nodelo de texto en la pregunta aclaratoria acerca de los hechos históricos

1.

La pregunta aclaratoria acerca de los l1echos 11istóricos 110 lee los textos del Nue''º Testame11to co1110 testi1no11ios de fe, sino que los utiliza con10 fue11tes. E11 la ciencia l1istórica se considera11 «fuentes» «aquellos textos, objetos o hecl1os por los que se adquiere co11ocimie11to de la antigüedad>> 7 . Hay que disti11guir entre •

Sobre la aparición del plantean1iento 11istórico> véase W. G. Kü1nn1el> Das Neue Testa1nent in1 20. JalJr/?14.ndert. Ein Forscl1ur1gsbericl1t (SBS 50; Stuttgart 1970); Id., 30.falJre}esusforscl?ung (7950-1980 ) (Konigstein 1985). Para la aplicación de los criterios, véase Larnbiasi, L'a1J.te11ticita, 21-134. .i

5

Entre la extensísin1a bibliografía, mencio11aren1os única111ente trabajos gue ofrece11 11na visión de conjunto sobre los proble111as de los criterios: Kertelge (ed.), Ri-i.ckfrage nacl1 ]esus; F. Lentze11-Deis, ](riterien fiir die historiscl?e Beurteilu11g der ] esr-ts1~Í?erlieferung, en R1:ickfrage nac!?Jes14s, 78-117; F. 1vluss11er, M etl'Jodologie der Fra~e 11acl? der11 l?istoriscl?e11 Jes1J.s: l bíd., 118-14 7; J. Dupo11t (ed . ),]ésus au>.· origines de la cl1ristologic (Ge111bloux 1975); Lambiasi, L'autenticita; R. Latourelle, A Ges1~ attraverso i va11geli. Storia e er111eneutica (Asís 1979; traducción del fra11cés). 6 7

Muss11er, M etl?odologie, 122.

P. I\.irn, citado por A. vo11 Brandt, Werkzeug eles 1-fistorikers. Eir1e Ei11fübru11g i11 die historiscl1e11 Hilfswisse11scl1aften (Stu ttgart 1958) 58.

La preg11nta aclaratoria acerca de la /Jistoria

1

239

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restos, es decir, «todo el i11aterial que sirve de fuente, pero que quedó di1~ecta111e11te de los acontecimie11tos - por ta11to, si11 el n1edio de un i11tern1ediario que lo refiere con el fi11 de proporcionar conocimiento l1istórico- (utensilios, edificios, i11sti tt1cio11es ), )' las tradiciones, es decir, «todo lo que ha quedado de los acontecin1ientos, pero pasando a tra\rés de la concepción l1un1a11a )' refl ejado por ella» ~. Los restos no muestran conexión alguna e11tre las cosas que l1an q Ltedado; en ca1nbio, no lle''ªº la tara q Lle hace que pesen sobre el los las te11dencias de la cxposició11; las tradicjo11es ofrecen los sucesos de11tro de u11a co11exión, pero lo l1 ace11 seleccio11á11d olos y alorándolc>s 9 . \

1

2. Realización de la pregunta aclaratoria La realidad efecti\•a de lo relatad o no se puede den1ostrar i1i por la sola crítica de las fue11tes i1i por la sola crítica de los géneros)' de la redacción. Todos esos 1nétodos sir,1 en para conocer la índole de los textos, pero e11 cada caso l]e,·an únicamente hasta un texto, 110 11asta el st1ceso 10 •

Para demostrar la historicidad de t111os Sl1cesos, ha)' que leer los textos te11ie11do e11 ct1enta deter1ninados criterios encaminados a averiguar las i11formaciones l1istórican1e11te fidedignas que contienen. Para ello, aden1ás de te11er en cuenta la pecL1liaridad de los textos del Nue''º Testamento como textos qL1e hablan de la fe, ha), que fijarse ta111bién en que se trata de textos antiguos en los que actúan mucl1os factores condicionados por el tien1po )' el entor110 11 • E11 la investigació11 se elaboró una serie de criterios que pt1eden aplicarse para ''erificar la fidelidad histórica de los textos. Claro está que la aplicació11 de uno solo de esos criterio? difícilmente será st1ficie11te; tan sólo la aplicación conjunta de los diversos criterios perrnitirá un juicio, e11 cierto modo, segL1ro. Tales criterios son: ~ \1011 9

Bra11dt, \>;l erkzei1g, 66, 71.

1bíd., 67, 72s.

ic Aunque para la pregunta aclaratoria acerca de Jesús se desarrolló un 111étodo

1

especial, ese método 110 obtuvo acogida e11 los textos de n1etodología. El l1ccl10 de que se trata de t1n método independiente, lo acentúa F. Hahn, A'1etf;odologiscl1e Ueberleg1t11ge11 zur Ri-ickfrage 11acl1 }es1ts, en K. Kertelge (ed.), Rii.ckfrage nac/J }es11s, 11 -26, espcc. 27, do11de se hace referencia a M. Dibelius: Tl1R NF 1 (1929) 214: con ello «Se l1a penetrado en un ca1npo que queda fuera del trabajo de l::i historia de las forn1as». 11

Lc11tz.c11-Deis, Kritcrie11, 95.

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240

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La lectura bajo el aspecto histórico

1

• El c1-iterio de la antigüedad de las fu entes «Hay que tomar como pu11to de partida las fuentes que sean lo más antiguas y seguras que sea posible» 12 . Y, así, las fue11tes más antiguas desct1biertas por la crítica literaria, la historia de las for111as y la 11istoria de los géneros, son de ordinario inás fidedignas l1istóricamente que los textos redaccionales, que son más tardíos; nos aproxi1nan al ipsissimu1n verbum 1esu los textos que, por su forma 13 li11güística, de11otar1 un lugar de origen en Palestina •

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• El crite1-io del testimonio múltiple

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Este criterio es conocido y aceptado en la investigación histórica y en muchos otros án1bitos (por ejen1plo la crimi11alística). Dice así : Los sucesos ha11 acaecido, y las palabras se derivan de Jesús, cuando están n1últiple1nente atestiguadqs, es decir, cuando están atestiguados en varias fuentes, independie11tes las u11as de las otras, esto es, cuando se halla11 atestiguados por Me, por ft1e11tes de <
Jbíd., 94.

13

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Lambiasi, L'autenticita, 175; véanse especialn1ente los trabajos de J. Jeremias, por ejemplo Theologie des Neuer1 Testarnents (trad. esp.: Teología del Nr.ievo

Testamento) .

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14

Latourelle, A Ge su, 249-252; Lambiasi, L 'autenticita, 141-153.

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Mussner, Methodologie, 135.

16

Lentzen-Deis, /(riterie12, 101.

17

A propósito de lo que sigue, véase Lambiasi, L'autenticita, 145 (donde hace referencia a H. K. McArthur; W . Trilling).

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La pregunta aclaratoria acerca de la historia

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241

se halla atestiguado e11 algunas parábolas (Le 15, 11-32: la parábola del 11ijo pródigo), en un litigio (Mt 21, 28-32: «Los publicanos y las prostitutas se os anticipan en el reino de Dios»), en el relato de un n1ilagro (Me 2, 1-12), en una historia de vocación (Me 2, 13-17). Con10 este tema se halla atestiguado e11 diversos géneros y también en distintas fuentes, es probable que deba co11siderarse como parte auténtica de la predicación de ] esús.

• El crite1-io de la falta de analogía

18

Un hecho o una palabra de Jesús es auténtico cuando no p uede · deri\ arse ni de las concepciones del judaísmo en otros testimonios, ni de las co11cepciones de la primera co1nunidad cristiana 19 • Este criterio se basa en la reflexión de que la comunidad pone rnás bien en labios de Jesús palabras que corresponde11 a sus p1·opios in tereses. Este criterio de la falta de analogía (i1nposibilidad de una invención) se basa, por tanto, en la demostración de la dife1-encia existente entre las palabras y formas de conducta de Jesús y las palabras / forn1as de conducta del judaísmo de la época )' de la p1·imera co111t1nidad cristiana. El inconvenie11te de este criterio es que, mediante su aplicación, se puede averiguar sólo un mínimo·de datos. Ejemplo de la aplicación de este criterio es la prueba de la autoridad singularísima y única de Jesús que se expresa en las palabras: «Pero yo os digo» 20 , y en la vocació11 que l1ace de sus discípulos 21 • 1

• El criterio de la continuidad )' la coh.erencia

22

En determinadas circunsta11cias, partiendo de lo que se l1a· concluido que es material que se deriva de Jesús, por los criterios de la testificación múltiple y de la falta de analogía, se puede deducir también que hay otros materiales, también auténticos, que se derivan de J esús. En efecto, cuando hay palabras o actos de Jesús q ue se hallan íntimamente ligados con el material que se ha revelado como auténtico en virtud de esos criterios (por razón de las conexiones que ha)' en materia de crítica literaria, historia de los géneros, etc.), 18

Lentzen-Deis, Kriterien, 97-99; Lambiasi, L'autenticita, 155-164.

19

Latourelle, A Gesu, 252.

20

Véase a11teriormente, nota 3.

21

Véase más adelante.

21

Lentzen-Deis, Kriterie11, 100; Lambiasi, L 'a1,¡,tenticita, 164-173 .



La lect1-era bajo el aspecto histórico

242



entonces ese n1ateria1 puede considerarse también como auténtico. A este respecto l1a)' que tener también en cuenta el entorno de Jesús; en algunas cosas de impo1-tancia, la actuación de Jesús concue1-da con la que era corriente ento11ces; en otras cosas de importancia, la actividad )' condL1cta de Jesús son nue\ras . Los co11ocimientos alcanzados por la arqueología, la judaística, etc., ayudan a captar la imagen con n1ayor 11itidez. ·

• El crite1·io de la ?'azón suficiente Debe co11siderarse corno l1istórico un l1echo o una realidad, cuando, al no adn1itirse st1 realidad efectiva, no puede explicarse 23 una serie de l1ecl1os distintos . ;

l .

En general l1abrá que decir: con ayuda de los criterios de historicidad puede trazarse cierto marco global )' , l1asta cierto punto, una in1agen global del ] esús histórico 24 • E11 algunos casos, estos criterios no bastan para log1-ar una prueba. E11tonces, la 110 posibilidad de probar 110 debe equipararse con la no realidad efectiva. El ca111i110 del texto al suceso presupone un enorn1e co11oci1niento del entorno de Jes{1s.

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO E INDICACIONES PARA EL MISMO La pregu11ta aclaratoria acerca de los hechos históricos se basa siempre en la circunstancia de tener en cuenta ''arios textos. Y, así, el primer paso de la pregunta aclaratoria lo constÍtU)'e la compilación de textos que tienen que ver con el mismo hecho, co11 la misma conducta o con una palabra semejante. Claro está que la solución de estos problemas es posible únicamente cuando se procede a un estudio detenido de la literatura secundaria que trata de este aspecto.

- Edad de las fuentes En prin1er lugar, ha)' ql1e detern1inar ql1é texto que trate de u11 determj11ado te1na és el n1ás antiguo (esto se hace con ayuda de la historia de la redacción, la crítica literaria )' la 11istoria de los géneros).

23

Lambiasi, L 'a1tte11ticita, 191 - 194.

Véa1~se, a este propósito, las obras sobre Jesús de Nazaret )' las exposiciones de la teología del Nuevo Testamento. 24



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prcgtf)Jla

adaratori,1 acerca de la /Jistoria

243



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- Tcst1ficació11

1

tn1~ltiple

¿En gúé fuentes, i11dependie11tes L1nas de otras, se halla atestiguado el hecho / la palabra?¿ En qL1é tipos de texto / géneros se halla atestiguada la correspondiente conducta u otra semejante?

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- Falta de a11alogia

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¿Qué actitud acloptan los textos paralelos procedentes del entorno judío )' de las comunidades cristianas acerca del hecho o de la palabra que . . "' se investiga~

1

- Continuidad)' coherencia ¿Cón10 encaja L1na palabra o un acto de] esús en el n1arco del entorno )' en el n1arco total de su actividad?

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- C'riterio de la raz ón s1"ficiente ¿Hasta qué punto se explica la aparición del texto, sin suponer la historicidad de lo relatado?

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3.



Ejemplo: El motivo del seguimiento

1

La aplicación de los criterios de historicidad muestra que la palabra de Jesús «¡Sígueme!», con la que J esús llam ó a determinadas personas a que le siguieran, pertenece al n1aterial auténtico de las palabras de Jesús. En lo siguiente , aplicaremos los criterios de historicidad no a un solo texto, sino al moti''º del «seguimiento » 25 • El signifi cado conceptual del moti''º hay que averiguarlo mediante estudios es tadísticos, diferenciación por razón de los tipos de texto y consid eración de los temas asociados con el «seguimiento» .

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15

De los problen1as de la historicidad relativos a este aspecto se ocupa principalmente R. Riesner, jesus als Lel1rer. Eine Untersuchung zum Ursprung der Evangelien -Ueberlieferung (WUNT 2, 7; Tubinga 2 1984) 408-440 (con datos bibliográficos); véase también W. Egger, /\1ac1Jfolge als Weg z1<m Leben, 86-89, 9?-107; Id., Der R1,f ir1 die Nachfolgc als ln1¡Ju/s für das Ordensleben: Ordensnachr1chten 21 (1982) 215-226. El motivo del seguimiento se menciona frecuenteme1~tc como ejemplo para la aplicación del criterio de falta de analogía: l. de la Potter1e, Come in1postarc il problema del Gcsú storico: CivCatt 120 (1969) fase. 2.855, 447-463, espec. 458; Lambiasi, L 'autenlicita, 221-224.

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l. 244

La Lectura bajo el aspecto histórico

• Utilización de la palab1·a < <seguir» en el Nuevo Testamento



El verbo «seguir» axoA.ou-&civ se emplea en el Nuevo Testamento 90 veces; además, y co11 significación análoga, se emplea 35 veces la expresión Ón(ow EQXt:o-OaL. La expresión aparece casi excl usivamente en los evangelios (4 veces en Hch; una vez en 1 Cor; 6 veces en Ap), así con10 también la expresión «d iscípt1lo/alumno» está atestiguada en 225 casos de los 271 con que aparece en el sentido de seguir al Jesús terreno. Por consiguiente, en su utilización de esta palabra, el N uevo Testamento ha reservado el verbo <<seguir» para la descripción de la actividad terrena de] esús. El in1perativo «j Sígueme!» es, aden1ás, una nota característica de la manera de hablar d e Jesús 26 • La palabra puede significar el ir físicamente en pos de una persona; pero, en la mayoría d e los casos, esta palabra se emplea en el Nuevo Testamento como término técnico)' significa el constante acorhpa11an1iento de Jesús por sus discípulos 27 •

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• Grupos de textos

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H ay dos grupos de textos qL1e tratan especialmente del seguimiento: narracion es de vocaciones y palabras d e seguimiento. Las i1arraciones de vocaciones (M e 1, 16-20 par; Me 2, 14 par; M e 1O, 17-22 par) narran una acció11 propiamente tal, y está11 construidas de manera estereotipada : Al principio hay u11a breve introducción narrativa col) las palabras clave : «pasar por allí, ver, llamar»; viene lu ego la vocación para el seguimiento con las palabras: «Sígueme I ven en pos de mí »; después, con las palabras clave: «abandonar y seguir », se narra la ejecución (o en Me 1O, 22, la no ejecución) del acto de seguir el llamamiento 28 • En estas narraciones se acentúan la autoridad de ] esús y la obediencia incondicional de los que son llamados. La intención parenética d el texto es manifiesta. En Le 5, 11 aparece una reelaboración especial , al conectarse el m otivo del seguimi ento con una historia de milagro 29 , y en Jn 1, 35-51, donde r



26

H. Schürma11n , Die Sprache cles CIJristus. Sprachliche Beobachtungen ari den sy noptiscl1en Herren,vorten: BZ 2 (1958) 54- 184, espec. 105. 27

Véase, en concreto, Egger, Ruf, 216s.

:!x Sobre los elen1cncos del género interesantes a este respecto, véase Lambiasi, L 'a11 te11ticita, 222. 29

R. Pesch, Der rcic/Je Fisc/Jjang. Lk 5, 1-11/}n 21, 1- 14. Wundcrgeschichtc, Berufungserzahlung, Erscbeinungsberich t (Düsseldo rf 1969).

La. pregunta aclaratoria acerca de la historia

245

se hace ver que el camino en seguimiento de Jesús es el can1ino que conduce a la fe y a la comunión con él 30 • .

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Notas caJ·acte1·ísticas del «segi4Í1nie11to» y del «círculo de disdp1-ilos»

Jesús reúne en torno suyo un círculo de discípulos, cuya con1posición carece, a ojos vista, de hon1ogeneidad (pescadores galileos, a11tiguo publicano, a11tiguo zelota) 31 • Las r1otas características del círculo de discípulos son la vocación de los discípulos por Jesús, la vinculación personal con Jesús, el ser\ icio a Jesús, la participació11 en la vida itinerante y en las actividades de Jesús,)' la vida comunitaria en un círculo de discípulos 32 • 1

1

• Aplicación de los crite1·ios de historicidad Al tema del «seguimiento>> (no tanto a los textos en particular) se aplican principalmente los criterios de la testificación múltiple y de la falta de analogía.

1

1

El tema del <<seguimiento» aparece, como ya dijimos, e11 varios tipos de texto: en una historia de vocació11 (Me 1, 16-20 par), en relación íntima con la 11istoria de un milagro (Le 5, 11 ), en la reelaboración joánica de la vocación como camino para la fe (Jn 1, 35-51), en los <
1

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3

Hal1n, Die ]üngerberuf1-tng }o/J 1, 35-51: Ne1,¡,es Testament und Kirche, Festschrift R. Scl1nackenburg (Friburgo de Brisgo,ria 1974) 172-190 .





31

32

1

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1

Riesner, ]esus als Le/Jrer, 408-414 .

Ibíd., 414-419; Egger, Ruf, 219-222. 33 Ries11er,]esus als Lehrer, 421s; de la Potterie, Problema, 457, llama tan1bién la ate11ción sobre esta diferencia con respecto al cristianisn10 prin1itivo.





La lectura bajo el aspecto histórico

246

vocació11 y del círculo de discípulos) es la diferencia entre Jesús y el 34 judaísmo : según las narracio11es sinópticas de vocación) la iniciativa pa1·te de Jesús) n1Íe11tras que en el caso de los rabinos el discípulo se buscaba u11 1naestro. Los discípulos de J esús y los alumnos de los rabinos se disti11guen, además, porque para el alun1110 de un rabino la iniciación a la ley co11stituía el centro del interés) al misn10 tiempo que se consideraba conveniente buscar el co11oci111iento de la ley en más de t1n rabí. Jesús vinct1la consigo a los discípulos, y lo l1ace para u11 aprendizaje que ha de durar toda la vida (véase Mt 23, 8-1 O). El discipulado con ] esús -y esto es otra nota característica que diferencia al discípulo de Jesús del alun1no de un rabino- está n1arcado por el l1echo de no te11er patria) cosa que no se exigía nunca entre los doctores de la ley 35 • Y, así, el lla111a1nie11to de Jesús para que le sigan es un n1aterial auténtico que procede de él. En los textos que se refieren a esto (narraciones, <
r

3



~ Las diferencias que siguen a continuación, aparecen con especial claridad en

Riesner, .fesus als Lehrer, 415-419. 35

Sobre las palabras de vocación especialmente «escandalosas», en Mt 8, 21 s, véase M. Hengel, Nachfolge itnd CIJarisma. Eine exegerisch-religions\vissenschaftlicl1e Studie zu Mt 8, 21 s und Jesu Ruf in die N acl1folge (BZNW 34; Berlín 1968).



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LA LECTURA BAJO EL ASPECTO HERMENEUTICO

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La lectura bajo el aspecto /1erme11é14tico

248

«Las ciencias del Nuevo Testamento tienen la tarea de cond ucir a una comprensión más profunda de la palabra de Dios, tal con10 ésta se p1·esenta en la figt1ra -u11a figura ligada a la historia- del Nuevo Testa1ne11to, y de pe11etrar en su co11te11ido teológico y 1 lograr que su mensaje 11able a los hombres de 110)' día» • En una reflexió11 l1er111e11éutica l1ay que aclarar qué es lo que quiere decir con1pre11der el texto bíblico )' captar el significado que ese texto tiene para l1oy día. Así con10 para leer rectamente, es condición 2 i1nporta11te reflexionar sobre ello , así ta1nbié11 la reflexión l1er111enéutica es indispensable para la recta comprensión. •

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Lectu1·as '

E. Coretl1, G1·undfragen der Hermeneutik, )' P. Stul1ln1acher, Vom Verste/1en des Ne u en Testamentes ( co11 la exposición de las n1ás i111por-



tantes concepciones l1ermenéuticas). Los inanuales recientes para el estudio del Nuevo Testan1e11to ofrecen ta1nbién reflexio11es para la in terpretació11 y la l1ern1enét1tica 3 . 1

La co1nprensiÓ11 de los textos bíblicos tiene que tener e11 cuenta una doble peculiaridad de los textos. Los textos bíblicos son textos del pasado. El texto, en virtud de su le11guaje, de su lógica interna y de la i11tegración en un contexto de la historia del tiernpo, resulta extraño para el lector 4 • El lecto1· se halla e11 una situación distinta de compre11sión : él vive en circunstancias de vida distintas )' posee u11a actitud de espíritu disti11ta a la que poseían los primeros lectores del texto. Esta dista11cia ten1poral )7 cultural puede ser un i1npedin1ento para el comprender: pero, al mismo tien1po, ofrece también una posibilidad positiva, ya que en determinados textos 11ace falta una distancia te1nporal para descubrir su pleno sentido y

1

Zimmern1ann, M etl1odenlel?re, 17.

2

\ 1~ase el c. 1. La reflex ión sobre la lectura no es sino u11a l1erme11éutica

especial. La reflexión sobre la lectura l1a)' que integrarla al1ora en la reflexión general sobre el comprender. 3

Fol1rer, Exegese, 148-171; Strecker-Schnelle, Einfiihr1-t11g, 122-151 (con presentación de \1arios proyectos l1ern1enéuticos). Berger, Exegese, 246-249, ve la u11idad de los diversos métodos en el concepto 11erme11éutico de la «eficacia histórica» (\Xlirk11ngsgescl?icl1te). 4

El método histórico-crítico consolida aún más esta extrañeza.

'



La lectura bajo el aspecto hermenéutico

249

significado. La subjetividad con que comienza toda lectura y con1prensión es tan1bién, a un 111isn10 tien1po, ayuda e impedimento para la con1prensión de lo leído. Indudablen1ente, hace falta una reflexión sobre la con1prensión previa que todo lector aporta, ya que una recepción espontápea del texto dificulta su comprensión 0 incluso la impide por completo.

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La segunda peculiaridad del texto consiste en que, en el caso de la Sagrada Escrit111·a, se trata de textos que, para el lector cristiano, poseen validez nor111ativa como «palabra de Dios». Leer la Biblia como «palabra de Dios>> presupone la fe e11 la revelación )' la disposición para aceptar la palabra con10 directriz para la interpretación )' configuración de la propia vida. De esta doble problemática se deriva11 para la lectura de la Biblia bajo el aspecto her1nenéutico dos tareas: la de la interpretación y la de la actualización. La <> expone el sentido que el texto, como texto de la antigüedad y como palabra de Dios, tiene en la actual situación concreta social, eclesial y personal. Tal actualizació11 puede efectuarse de muchas maneras, pero se rige por determinados crite. ríos. Y esos criterios son objeto de reflexión científico-1netódica. La <> es la exposición del sentido del texto y lo de sus exigencias en la predicación, la catequesis, la lectura en público, etc. Las formas específicas de mediatización no constitu)1 en ya el objeto de la presente rnetodología.

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16

Interpretación de textos •

La ii1terpretación de un texto 5 se propone averiguar ~l se11tido que el texto tiene e11 su situación original.

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Modelo de <> en teoría de la comunicación

Además de los variados puntos de \'Ísta bajo los que se expone11 las actividades hern1e11éuticas, la interpretación puede estudiarse también en el marco de un enfoque de teoría de la con1unicació11. El intérprete, que por su trabajo es testigo de un proceso de cornuni... cación de tiempo pasado, es u11 lector que reflexiona sobre el texto y su integració11 en el suceso de comunicación, y transmite esa comprensión suya al hombre de hoy .



1.1.

j

Interpretación)' mi1·ada a la «cosa»

Para la interpretación es esencial que la cosa que le interesa al texto penetre en el campo visual. La comprensión parte primeramente de los enunciados del texto y se esfuerza por «comprender lo más exactamente posible los enunciados de un texto, tal y co1no 6 debía comprenderlos el oyente o lector de entonces» • Claro está que con eso no se puede dar por terminada la interpretación. 5

Fohrer, Exegese, 148-156; F. Mussner, Geschicl1te der !-! ermeneutik. Von Schleiermacher bis zur Gege11"\vart (Friburgo 2 1976); P. Stul1lmacl1er, Vom Verstehen der H eiligen SclJrift; Id., M ethoden- und Sachprobleniatik einer interko71fessionelle1i. Auslegung des Neu.en Testaments: Vorarbeiten EKK fase. 4 (Zurich 1972) 11-55. 6

Fohrer, Exegese, 150. .

1 •

lnterpretació11 de textos

251

1

No se da la adecuada comprensión de un texto si110 cuando el interpretante ha divisado la «cosa» que interesaba al autor )' a sus primeros oyentes .

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A ui1a persona que n1e 11abla, no la podré comprender sino cuando yo 1nire y vea lo que ella me dice, cua11do )'º deje que n1e muestre la cosa y cuando <<mirando, yo mismo, con la visión y la 7 interpretación de ella, n1e confronte con ello » • En efecto, comprender i10 significa trasponer sencillamente lo que fue dicho entonces por el at1tor, sino que quiere decir que uno mismo tiene que entender la cosa 8 . Sería de1nasiado poco escucl1ar ú11icamente la palabra del autor; la «cosa» podría tener más sentido y un sentido más permanente que el sentido que el autor consigu ió exponer. Y, así, la interpretación reconstruye el proceso de la mediatización -comt111icación- lograda sólo en parte 9 • Y, así, a veces será posible entender n1ejor un curso de ideas que lo que el autor pudo enten10 der , o tambié11 -por eje1nplo, con respe~to a la actividad de J esús- captar aquel excedente de sentido que no pudo sedimen tarse en los textos 11 • Tomando como punto de partida la mirada a la cosa, sería tan1bién posible distanciarse de la visió11 propia del at1tor e intentar, uno 1nisn10, una interpretación 1111eva, actual y conc1·eta de la cosa, aunque haciéndolo siempre en confrontación con quien 12 hizo posible la primera mi1·ada a la misma • De semejante comprensión, orie11~ada a la «cosa», son características algunas estructuras fu11damentales 13 • Con arreglo a la estructura del horizonte, el co11tenido particular se capta sólo dentro de la totalidad del contexto de sentido : lo particular adquiere su sentido por la totalidad,)' la totalidad lo adquiere por lo particular. .Las afirmaciones bíblicas aisladas y los tex~os aislados deben enten-

1

7

E. Coreth, Grundfragen der H ermeneutik (Friburgo 1969) 64.

1 1.

8

Coreth, Hermene1-1tik, 67.

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1• 1 1

9

K. Niederwimmer, Unmittelbarkeit 1J.nd Vermittlung als /Jermerieutisc/Jes Problem: KerDogma 17 (1971) 97-112, espec. 103. 10

(Tubinga 1967) 601; Coretl1, Hcrmeneutik, 135s. 11

R. Scl1nackenburg, Der geschicl?tlicl?e ]esus in seiner standigen Bedeutung für Theologie JJ.nd Kircl1e, en Kertelge (ed.), Rückfrage nach ]esus, 194-220.

1

12

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13



! 1

E. Betti, Allgemeine Auslegungslehre als A1ethodik der Geisteswissenschafterz

Coreth, H errriene11-tik, 132s.

Las siguientes reflexiones 11ermenéuticas siguen casi literalmente a Coretli, H ermeneutik, 115- 118. Se 11an añadido las aplicaciones a la labor de estudio de los textos bíblicos.

252

La lectura bajo el aspecto herme11é14tico

derse, por eso, dentro de un contexto mayor de sentido; y las diversas perícopas, de11tro del contexto del texto en su totalidad . E11 virtud de la estructura de círculo del con1prender, el comprender es un acontecer progresivo en forn1a de espiral, un acontecer que parte de u11a co111prensión previa, pe1·0 que, no obsta11te, tiene que abrirse a la cosa n1is1na y desarrollarse l1asta ser u11a co1nprensión de la cosa. Y, así, se logrará únican1ente la comprensión de los textos bíblicos, CL1ando el lector esté abierto a 11uevas intuiciones. De la estructura dialogal del comprender se deduce que el con1prender sólo es posible cuando se mira a la cosa; pero que no l1ay cosa sin mediatización lingüística. Para el estudio de los textos bíblicos se deduce de al1í que de lo que se trata en últin10 término no es de una <
1.2.

En la interpretación, llega en cierto modo a su termi11ación la labor sobre el texto como docun1ento 11istórico.

1

1 •

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La interpretación como objetivación y mediatización de la comprensión del texto

••

La interpretación se entiende como objeti, ación de la comprensión del texto alcanzada por medio del análisis. Claro que esta objetivación queda abierta a nue''ª comprensión. 1

En el análisis se abrieron por medio del texto multitud de can1inos; en la interpretación se registran los resultados del recorrido por los textos. Por tanto, la interpretación es la síntesis de las i11tuiciones con respecto al texto que son posibles para el exegeta en un deter111inado n1omento . La forma más breve de i11terpretación es la confección cle una buena traducción 15 • En la etapa denominada 14

G. Strecl(er (ed.), Das Problem der Theologie des Ne1+en Testamentes (Wege der Forschung CCCLXVII; Darn1stadt 1975). 15

Propia1nente, la traducción no es posible sino con10 final )' remate del estudio científico de los textos. Sin e111bargo, como el conocin1iento de los problemas de la traducción es ya necesario al comienzo de u11a labor científica, se trataron ya los problemas correspondientes e11 el c. 7.

lnterpretació11 de textos

253

habitual1nente <
Interpretar significa presentar la oferta de sentido contenida en un proceso de comunicación de tien1pos pasados, como oferta de sentido para los hombres de nuestro tiempo. «Interpretar no es un fin en sí misn10, sino que está orientado a los destinatarios -lectores u oyentes-, y depende por tanto de las circunstancias en que se encu entre>> 18 •

-

2. Realización de la interpretación



La interpretación de un texto presupone el análisis de dicho texto e intenta ofrecer al lector ayudas para la comprensión del . ,. texto en cuest1on .

El problema n1etódico de la interpretación consiste en plasmar la interpretación con arreglo al texto y con arreglo a los 0) entes. 1

Esto se puede realizar de maneras di,rersas.' Para lograr que el texto sea comprensible para el lector actual, el intérprete tiene que exponer primero el contenido, las peculiaridades formales, las formas de narración y de argumentación y el efecto que el texto se propone causar. Ahora bien, como el lector de hoy día no posee ya algunas informaciones que estaban a disposición del p1-in1er lector (por ejemplo los co11ocimientos del entorno social, etc.), el intér•

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17

En concreto, son Jos resultados del anális.is lingüístico-sintáctico, sen1ántico, pragmático )' de crítica del tipo de texto, y los resultados, asimisn10, de la reconstrucci ó n de Ja l1istoria de la formación del texto. 1

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Fohrer, Exegese, 158.

~ Schlingmann (cd.),

MetlJode11 der lnterpretatio11, 9.

La lectura bajo el aspecto /7ern1ené11t1:co

254 •

prete tendrá que aportar tan1bién el saber que se presupone en el texto, pero que l1oy día no es co11ocido por todos. La m edida de las infor1naciones adicionales a este respecto dependerá de las condiciones prc\rias que el lector, a quien uno pretende dirigirse, aporte a la interpretación . Como se trata de procesos y acontecimientos del pasado, el narrar es una forn1a adecuada de interpretació11. La interpretación abarca no sólo la exégesis sintetiz~dora de textos bíblicos, si110 ta111bién l~ exégesis por111enorizada que co11siste en la explicació11 de in1portantes expresiones teológicas del texto y e11 el esclarecimiento de cuestiones objeti\ras 19 • La f or111a en q Lle se coordinan los 1·est1ltados del análisis )' se ofrece la interpretación de u11 texto es ITIU)' variada : un comentario de corrid o 20 , u11a perspectiva de teología bíblica, una n1onografía científica, i11troducción a la con1prensión del texto (por ejen1plo para la preparación exegética de los sern1011es ). Con10 la interpretación de textos bíblicos tiene la finalidad de hacer con1pre11sible para el hon1bre de hoy e] texto de la Biblia co1no palabra de Dios, habrá que reco1·rer ta111bién otros can1inos, además del de la interpretación más bien teórica, basada en el análisis de los textos.

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19

Fohrer, Exegesc, 149-151.

20

G. Lol1finl~,

als Gatt1111g: BibLeb 15 (1974) 7-16; L. Panier, Le Cornmentar:re: expansion figurative et sélection sémique: SémBibl, fase. 31 (1983) 43 -75; W. Schenk, U'l as ist ein Kon1mentar?: BZ 24 (1980) 1-20. J{onimentar

17

Actualización de los textos

El estudio d e la Sagrada Escritura no llega propiame11te a u11 final sino cuando se logra u11a co111prensión existe11cial d e la misma, es decir, ct1ando la Escritura se ha convertido en la <<palabra de Dios)' en la fuente de vida espiritual » 21• El texto, en ese caso, no se lee y a con la distancia que es propia de la lectura h istórica, sino co1n o L1n texto «actual » que prese11ta hoy día sus exigencias al lector, dando 01·ientaciones, instrucciones e impulsos para nuestro ti ernpo, y a)ruda11do a interpretar y don1i11ar la p1·opia vida )' las tareas de nuestro tien1po . En el encuentro co11 el texto, el intérp1·ete debe experimentar «1) qt1ién es él frente a los textos, y 2) quién debiera ser él en confrontación co11 los mis1nos » 22 •

La lectura actualizadora busca en el texto bíblico orientación para interpretar e i111pulsos para dominar la ''ida. El texto bíblico, que procede del pasado, es percibido por un lector que está mo,rido por los problemas de nuestro tiempo )' que bl1sca en la Biblia respuesta a las cuestiones de la ''ida e instrucciones sobre la manera de obrar. La actualización de la Escritura se logra de m u ch as maneras : en los sern1ones, en la enseñanza, en la lectura personal de la misma. La exégesis científica apenas refleja la significación. de un texto para los tiempos actuales. Esta exégesis, «en virtud de sus princip ios metodológicos, sitúa primeramente los textos a dista11cia del presente y no ha considerado hasta ahora como tarea suy a el dar por sí misma o preparar el siguiente paso, que consiste en la nueva actu a21

Concilio Vatican o II, DV 21 . .

21

1

LttZ,

A1t, 79.

-

La lectttra bajo el aspecto l?ermenéutico

256

lizació11 de los textos» ? 3 • Frente a esta re11uncia fáctica 24 , se l1alla, claro está, la aspiración n1uy difundida de leer «sencillan1ente» un texto bíblico, renunciando al instrun1ental de la exégesis científica, )' de aplicar ese texto a la vida 25 • Sobre todo en el estudio práctico de la Biblia, en los círculos de estudio bíblico, se for111ula hoy día la exigencia de esta actualizació11 de la Escritura: tan sólo cuando se haya cerrado la sima que separa el estL1dio ácadén1ico de la Escritura y los problemas de la vida cotidiana, es decir, la sima qt1e ha)' entre el cuarto de estudio y la lucl1a cotidiana por la existencia, el 26 estudio de la Sagrada Escritura habrá alcanzado su meta • .·

Lecturas

Las orientacio11es para el estudio práctico de la Biblia en círculos

bíblicos las ofrece11, ade111ás de las instrucciones para este trabajo práctico, r11últiples reflexiones sobre las relaciones del texto bíblico con la vida. Sobre la asociació11 entre la exégesis y la apropiación existe11cial', véase principalme11te Barth-Schra111n1, Selbste1fahrung mit t



der Bibel



r

27

.

No obsta11te, para los cristia11os que reconocen el texto bíblico co1no palabra norn1ativa de Dios, es tarea irrenunciable continuar el trabajo científico con el fin de «traducir» lo.s ei1unciados de la fe

,¡r-

23

Bartb-Schram111, Selbsterfahrung mit der Bibel. Ein Scl1lüssel zum Lesen und Verstehe11 (Municl1 1977) 9. De manera parecida se expresa Lu z, /11 t, 79: «Por mí1ltiples razones, la interpretación 11is.tórico-crítica no ha cu111plído l1asta al1ora sino Ínsuficienten1ente, a mi parecer, el segundo aspecto de su doble tarea » (quiere· decir: no ha conseguido hasta ahora si110 insuficie11temente hacer consciente al intérprete de Sll propia con1prensió11 previa y enseñarle algo sobre sí n1Ís1110 ). 24

Claro está ql1e l1ay algunas obras que hacen indicacio11es más extensas o n1ás breves sobre el significado de un texto para la propia \ ida, por ejemplo J. Kren1er, Die Osterevangelie11 - Gescl-Jicl-Jter1 um Geschichte (Stuttgart 21981); Id., Lazarus. Die Geschichte einer Auferstel1ung (Stuttgart 2 1985). 1

1



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25

J.

Kremer, Die Bibel - Ein Bucl; für alle. Berechrigung und Gre11zen einfacl1er Schriftlesung. 26

1

Wink., Bibelarbeit (véase la nota 27), 21 s; véase, a propósito, BarthScl1ramm, Selbsteifa/Jr11ng mit der Bibel, 14-18. 27

H. Barth-T. Scl1ra111m, Selbste1fa.hrurzg mit der Bibel; W. \x:fink, Bibelausle-

gung als lnteraktion. Ueber die Grenzen l1istorisch-kritischer Methode (Urban TB 622; Stuttgart 1976); Id., Bibelarbeit. Ein Praxisbucl1 für Theologen und Laie11 (Stuttgart 1982). En las n1odernas obras de i11etodología se estudia bajo denominaciones diversas la .etapa de trabajo de la actualización: Fohrer e.a., Exegese, 156-171: «crítica teológica»; Berger, Exegese, 242-268: «l1e rmen éutica de la eficacia histórica»; Streck.er-Schnelle, Einfü/1rung, 122-151: «hermenéutica». En la labor práctica de los círculos de estudio bíblico, esta etapa es especialme11te importante, y en las metodologías se reflexiona bastante sobre las características de esta etapa de trabajo.



1

Actualización de los textos

257



y de las exigencias que ellos contienen a un lenguaje distinto: el lenguaje y el mundo de ideas de nuestro tiempo 28 .

Modelos de lectura y de comprensión para la lectura actualizante de la Escritura

1.

Si el texto bíblico 11a de convertirse en orientación para la existencia )' la acción en los tiempos actuales, ello no sólo presupone conocimiento del texto bíblico, sino también reflexión sobre el hombre actual, es decir, t1na conciencia de su situación l1ermenéutica 29 •

El texto ª)'Udará únicamente a interpretar)' plasmar la actual situación del mundo en transformación, si se integran en el proceso de comprensión las nuevas experiencias con respecto al inundo, la sociedad y la Iglesia (experiencias que, entre otras cosas, se manifiestan en el correspondiente estado de las ciencias naturales, la psicología y las ciencias sociales. Así, pues, para la comprensión de la Escritur a es esencial tina <<estructura dialogal» 30 • El texto y el exegeta se convierten en interlocutores de un diálogo, pero, eso sí, en interlocutores de índole mU)' especial, ya que hay que salvaguardar la ventaja y 31 eminencia que la Escritura tiene por su autoridad • A este diálogo se le aplican determinadas reglas: el texto quiere que lo tomemos en • • • serio como texto que tiene un mensa1e que comunicar, un texto que es del pasado, pero que quiere hablarnos hoy. Toda actualización tiene en ello su razón de ser, y comienza por tanto cuando se escucha el texto para percibir supre1namente, por medio del texto y en el texto, la «palabra de Dios>> que afecta a nuestra vida. Según la doctrina, rectamente entendida, de la inspiración, Dios mismo, en último término, se dirige por medio del texto al lector, para comunicarle su palabra. Por eso, <<palabra de Dios», en el pleno sentido, no lo es el texto por sí mismo, sino por el mensaje de Dios que llega hoy día a través de él ; 2 • . •

28

Véase, a propósito de ello, Strecker - Schnelle, Einfü/Jrung, 123 y 150; Barth-Scl1ramm, Selbste1falJrung mit der Bibel, 48. 29

H. G. Gadamer, JI problema della coscienza storica (Nápoles 1969) 82.

° Coreth, Hermeneutik, 101s, 116s.

3

31

Co11súltense las observaciones críticas de Berger, Exegese, 243, 251.

32

Kremer, Die Bibel - ein B1"c/J fü1· alfe, 36s.



La lect11ra bajo el aspecto /Jermené1.ttico

258

1

Los siguientes n1odelos de lectura actualizante proceden de círcu los de estudi o bíblico, pero resisten perfecta111e11te un exame11 h erme11éutico 33 . En lo ese11cial, la actL1alización, en esos i11odelos, se e11tiende co1no a111plificació11 del texto: el lector a1nplía su con1prensió11 del texto, en riqu ecié11dola co11 nue,1 os elen1entos. Por tanto, la actualización consiste en leer Jos textos bíblicos en t111 nuevo contexto. PL1eden ser conexiones que el texto r10 te11ía aún)' no podía tener ei1 el tien1po de SLl for111ación. Co11cretamente, tal «a111plificación» pu ede llevarse a cabo de distintas n1a11eras.

1.1.

Te1ie1' en cuenta 1-tna t1·adición eclesial viva

La primera rnanera de a111plificación es característica de la co1nprensió11 católica y ortodoxa de la Escritura, pero encuentra tan1bién aplicació11 e11 la lectt1ra práctica de la Bi8lia e11 n1ucl1as co111unidades protestantes 34 • Para la lectura católica de la Escritt1ra es co11stitutivo el ten er e11 . ct1enta u11 contexto bíblico )' un contexto eclesial-extrabíblico.

Los textos bíblicos se l1allan integrados en transmisión eclesial.

u11

proceso de recepción )'

" La co11stitució11 Dei \!e1·bum sobre la divina re\1 elación, del Concilio Vaticano II, en su n. 12, resun1e las ideas a este respecto: «La Escritura se l1a de leer e i11terpretar con el n1ismo Espíritu co11 que fue escrita : por tanto, para descubrir el verdadero se11tido del texto sagrado ha)' que tener e11 cue11ta con no menor cuidado el co11tenido y la u11idad de toda la Escritura, la Tradición ,,¡,,ª de toda la Iglesia, la a11alogia de la fe» . Este r11odelo <<normativo» de lectura de11tro de u11 co11texto mayor corresponde al modelo de u11a her1ne11éutica de la eficacia histórica, según la cual la tradición es la que hace posible en absoluto la con1pre11sión 35 • Correspo11de sobre

33

Sobr e la l1 erm e11éutica, véase especialmente H. G. Gadamer, \)í!ahr/Jeit ¡4.nd A1ct/Jode (trad. esp.: \lerdad J' niétodo); Id., JI proble1na della coscie11za storica; E. Betti, Allge1neine A1tsleg14ngsle/Jre als /11 et/Jodik der Geisteswisse11schaften (Tubinga 1967); Corerl1, !--!er1nene1ttik. 34

J(ren1er, Die Bibel - ein B1-1cJ.1 fi{r alle, 51.

35

Véase, a propósito, Bei·ger, Exegese.

Actualizació11 de los textos

l 1•

259

todo a la tradición eclesial, que nos ofrece la Biblia como «palabra de Dios», la ct1al sólo se puede leer )' entender rectamente a la luz del Espíritu Santo.

1

E11 concreto, esto significa:

l

- el texto particular se lee e11 el contexto de toda la Escritura; - los textos se leen teniendo en cue11ta otros enunciados de la fe )' la tradición viva de la Iglesia total (la Ilan1ada a1ialogia fidei), en la cual las confesiones de fe, los textos litúrgicos y las definiciones de la Iglesia son puntos de orientació11 incluso para la experiencia propia de la lectura )' para la exégesis científica;



1

l1

- los textos se leen e11 el co11texto de la litt1rgia;



- los textos se leen teniendo en cue11ta la historia y experie11cia ''ital de u11a persona, de una sociedad, de la Iglesia, )' se leen también a la lt1z de la eficacia l1istórica.

1

1



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Los teólogos niedievales compe11diaron en unos versos de mnen1otecnia sus procedin1ie11tos basados e11 esta concepció11 y qt1e hablan de los cuatro sentidos de la Escritura:



Littera gesta docet, quid credas allegoria, moralis quid agas, quo rendas, anagogia.

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La letra / el sentido literal enseña los sucesos, la <>, lo que has de creer, el se11tido n1 oral, lo que has de hacer, la <
1 36

La obra clásica sobre el cuádruple sentido es la de .H . de Lubac, Exégese médiévale. Les quatrc sens de l'écriture (París 1959). Un con1pendio de la teoría del cuádruple sentido puede verse en Stuhl1nacl1er, \lom \lerstel1en, 83s. 37

1



1

Stul1ln1acher, \ l on1 \' erstelJe11, 83.

1 1 '

La lectura bajo el aspecto /Jermené11.tico

260

1 1

1. 2.

1

Tener en cuenta la eficacia l?istórica

1

Guarda afinidad con la an1pliación de la comprensión del texto en la tradició11 eclesial otro m étodo: el de la amplificación en virtud 38 de la eficacia histórica del texto . .

«La historia de la interpretación y la eficacia histórica recuerdan la plenitl1d de potencial de sentido que se encierra en los textos bíblicos. Nos recuerda que los textos bíblicos no tienen sencillan1ente un sentido fijo y 39 acabado, sino que se encierra en ellos una plenitud de posibilidades rel="nofollow">) .

f

Los textos bíblicos experimentaron muy variada recepción: n o sólo tienen una historia interpretativa en textos escritos, com9 son los comentarios, etc., sino qu e poseen también u11a eficacia históri40 ca en el hacer y padecer de la Iglesia • La l1istoria de la Iglesia se definió ya como l1istoria acerca de las relaciones de la Iglesia con la 41 palabra de Dios • La eficacia histórica muestra cómo 11ay textos que, de repente, vuelven a adqt1irir ''italidad )' ejercer influencia. Y, así, principaln1ente los santos son un comentario vivo del e\1angelio. Para el lector moderno, la con1prensión de la eficacia histórica le transmitirá i1uevas ideas sobre el significado del texto. Esta visión de la l1istoria de la interpretación y de la eficacia histórica <




1.3. 1.3 .1.

Tene1- en cuenta la experiencia del lector Tene1· en cuenta los aspectos emocionales

El método de estudio bíblico propuesto por Walter Wink desearía ayudar al lector a asimilarse los textos bíblicos de una manera subjetivo-emocional. Semejante actualización tiene que ver más

1.



38

Sobre la eficacia histórica: H.-Tl1. Wrege, WirkungsgesclJicl?te des Evangeliums (Gotinga 19'81 ), espec. 11-31 (ideas fundamentales); Berger, Exegese, § 35-37 .

.. 1

39



Luz, Mt, 81. La eficacia histórica de Me 10, 17-31 en Francisco de Asís se halla expuesta en \Y/. Eg()"er, Nachfolge als Wleg zum Leben, 237-284; sobre la influencia de los textos bíblicos en Francisco de Asís, véase W. Egger, Franz von Assisi. Das Evangelium als Alternative (lnnsbruck 1981) . 40

Véase, a este propósito, Luz, Mt, 78-82; 'V:'rege, Wirku11gsgescl?icl?te .

41

G. Ebeling, Kirchengesc/Jichte als Ar"slegung der 1-Jl. Scl?rift.

42

Luz, M t, 82.

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Actualización de Los textos



261

1

bien con los problemas subjetivos de los lectores. Wink asocia las reflexiones sob~e los lí1nites del método histórico-crítico 43 con un alegato en favor de la utilización de métodos psicológicos de estudio bíblico. Como elementos para el estudio de los textos, principalmente en trabajos de grupo, Wink propone, adernás de la d iscusión del texto bíblico, la amplificación y los ejercicios prácticos. Como irnportante.instrumento de tr·abajo, Wink establece un catálogo de cuestio11es con las que los participantes pueden adqt1irir por sí misn1os ideas profundas. ·

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En la discusión del texto bíblico, además de aplicarse el método l1istórico-crítico, se estudian con ayuda de él los problernas que surgen. El método propuesto por Wink ton1a e11 serio el texto como texto y toma igualn1e11te en serio al lector con10 sujeto, pero no pasa por alto ni la distancia ni la cercanía del texto con respecto al lector. Al mismo tiempo da instrucciones sobre la manera de captar la distancia del texto )7 asimilárselo subjetivamente. El método to1na n1uy en serio la convicción: «Una cosa no existe sub44 jeti,1amente sino cuando está asociada con una en1oción» • El diálogo se logrará únicamente cuando en los dos interlocutores del diálogo 11a)'ª conciencia y experiencia; el método propuesto por Wink, que reclama intensísimamente la au_toexperiencia del lector y la traspone en la lectura, podrá ayudar a supera1· «la deficie11te conciencia y el déficit de experiencia por parte nuestra en el diálogo» 45 •

1

1.3.2.

\

Preguntas que el l1ombre hace al texto

1 1

i

Este segundo modelo de actualización refleja, que aparece en la figura 29, se basa en el modelo propuesto por Carlos Mesters para 46 el estudio de la Biblia • El modelo parte de que el hombre actual busca una respuesta a sus preguntas. Como cristiano, el hombre se dirige, entre otras cosas, a la Sagrada Escritura.

1

43

1



4

Así lo hace principalme11te en su obra: Bibela1,t,slegung als lnteraktion. MacLean citado por W ink., Bibelarbeit, 95.

45

Así, Barth-Schramn1, Selbste1falJrung mit der Bibel, 74, sig1tie11do la idea expuesta en \Xf ink. 46

30.

1 1

1

El 1nodelo está tomado de C. Mesters, lncontri biblici (Asís 1974), fase. 1,

262

La lectura bajo el aspecto l1ermer1éutico

Nuestra vida

???-: rel="nofollow"> • • • •

Biblia ? • 1



1 1





I,'igu ra 29. A1otlclos sobre las rc:lclC1oncs e11trc c1testíones vitales}' el tc.x·10 /Jíblico.

A pesar de su sencillez, este 1noc!elo 11os permite conocer claran1ente la concepción her1nenéutica sub) acente: la actualización de 1

,.



los textos se lle''ª a cal)o 111ediante la a111p lia,ción del l1orizonte )' presupone 110 sólo la co11ciencia de la propia situaciór1, sino ta111bié11 la de la extrañeza del texto. La representación gráfica n1uestra el proceso de con1prensió11 como ampliació11 del l1orizo11te: las perso11as que se n1ue\1en dentro de la rueda de la vida tienen que enfrentarse cor1 los proble1nas de la n1isma. Esos proble111as son de índole intelectual, emotiva )'práctica. Un prin1 er presupuesto para recibir, a partir de la Biblia, u11a orientación para la existe11cia )' la acción, es la conciencia de las co11diciones de la propia ,,ida )' de la 47 propia situación . Esta conciencia de la propia situación sig11ifica para el exegeta no sólo u11a co11cie11ciación del propio pL1nto de vista teológico o confesio11al -i~i, si110 ta1nbién una co11cienciación de los problen1as del inundo actual, )' por cierto en forrna tal qu e se conten1plen los aspectos más importantes de un can1po de probler11as. Claro está qL1e existe el peligro de que el exegeta reflej e los problen1as del inundo actual, pero «l1aciéndolo sólo en conoci111ie11tos de segu11da 111a110 )' con la sin1plificación de un profano»; no obstante, el exegeta tiene que dar un primer paso en un proceso que, propia111e11te, es interdiscjplinar, preguntando a los textos desde las proble111áticas rnodernas, pero sin l1acer violencia ~ los 111 i s111 os .¡ t.I • Los cristianos, para resol, er detern1i11ados problemas, busca11 ª)' Uda e11tre otras cosas er1 la Escritura, hacie11do preguntas a la 1

4

1'vler<)dcJlógican1c.:ntr se aplicará el n1t>del() de Mcsrcrs cu::u1dc) en cada ca:;() narre un incidente concreto que llan1c la at<.:nci t'>n ~t)l)rc prtiblcn1as actuales. 4

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Así lt> acc.:nrúa principaln1cnte r:ohrer, [.tcgese, 158~. 166. O . H. Stcck, \\icft 1t11
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Act1ializació11 de los textos

263



Biblia. Claro que la Escritura es un interlocutor i11u; especial e 11 el diálogo,)' ª que <<sólo de 1nanera l~mitada es capaz de dar infor11iación» 50 . Y, así, las p1·eguntas que se le 11acen a la Biblia i10 debe11 estar fo r111uladas de n1anera excesivan1ente estricta, y deben ser ta111bién preguntas adecuadas 51 • La Escritura no existe para r esolver e11 sentido fu11da1ne11talista cualquier problen1a. P ero, eso sí, la Escritura nos da u11a especie de plano de orientación. El lector le hace al texto st1s preguntas, )' n1ira a ver si el texto puede dar respt1esta. E11 \rirtud de la dista11cia ten1poral y cultl1ral e11tre el texto bíblico )' los problen1as de hO)', l1abrá que bt1scar prin1e1-o, en muchos casos, una perspectiva que permita relacionar entre sí las afirn1aciones bíblicas y los problemas actuales, )' relacionarlos con sentido 52 . De esta n1anera se va desarro llando un diálogo e11 t re el lector )' el texto. Este 111étodo satisface la exige11cia de qu e se desarrolle un inétodo que in te1-rogt1e l1oy día i10 sólo al texto, si110 también al s11jeto que l1a de co111pre11der 53 • 1



1

1

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2. Realización de la actualización La actualizació11 de textos es subjetiva en la 111edida e11 q L1e el lector está integrado expresame11te e11 el proceso de con1pre11sió11.

Un n1étodo de actualización qt1e se acomode al texto )' a la situación actual tiene que dar instrucciones sobre la n1anera de ret1nir el texto )' la experiencia del lector (es decir, el conoci111iento del texto bíblico, basado en una exégesis precisa, ) el saber reflejo acerca de la sitt1ación )' de las co11diciones ''itales del hornbre actual). 7



Va111os a prese11tar ahora algunos métodos que corresponden a los modelos de texto )' de lectura aducidos . La dificultad de 11na actualizació11 científica consiste en que la actualización de textos se cue11ta entre las llamadas forn1as creativas de abordar los textos . La actualización no es una deducción que se saque del texto bíblico, sino qL1e sucede e11 el e11cuentro entre el texto bíblico )' el lector de l1oy . La actualizació11 i10 puede l1acerse «a como caiga», con10 si

se Fohrer, Exegese, 158. \léase ta111bié11 lo que se dijo a11terior111ente sobre la lectura en el c. 1. •

51

Fol1rer, Exegese, 160s.

51

Véase O. H. Steck, \~le/t i1nd Umwelt, 17s.

53

Bartl1-Schran1111, Sclbste1fal1r11ng

111it

der Bibel, 48.

,



1

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264

La lectura bajo el aspecto her11ie12éutico

1

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cualquier aplicación se ajustara ya a la Escritura; pero 110 se puede planificar un fructífero e11cuentro con el texto i1i la adquisició11 de nuevas ideas ni el éxito de la actualización. No obstante, se puede crear un 111arco favorable para u11 encuentro fructífero . Aden1ás, toda actualización debe ir aco111pañada por la pregunta crítica que trate de averiguar 11asta qué pu11to las r1uevas ideas se hallan en la n1isma línea que las afirn1aciones de la Escritura.

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2.1.

Visión conjunta de los textos bíblicos y de los problemas actuales

Un primer p1·ocedimiento de actualizació11 en el sentido expuesto podría ser el siguie11te : A u11 texto bíblico co11 deter1ninado ten1a se le agrega11 prin1era111e11te palabras clave relativas a problen1a·s del inundo actual. Luego hay que esclarecer los problemas mencionados en las palabras clave, para que no se trate11 de 111anera pre-científica problemas del 1nu11do actual, mie11tras que el texto bíblico se trata de n1anera científica. Claro que el ocuparse de los proble1nas actuales no puede hacerse a me11udo sino a base de si1nplificaciones. El caso ideal sería el diálogo interdiscipli11ar. Mencio11e1nos u11os ejen1plos de tal ma11era de ocuparse del texto: en la actualizació11 de la l1istoria de la· pasión, habría que reflexio11ar sobre la 11istoria del sufri1niento de los l1ombres en general; en la cuestión acerca de ~< la ley y el eva11gelio», habría que estudiar el problen1a de la libertad, la autoridad y la sujeción e11 la sóciedad n1oderna. Aduciremos ta111bién palabras clave relativas a la lectura de Flp: si se concibe la carta co1110 u11a 111isiva en la que Pablo hace que la comunidad sea partícipe de su expe1·iencia del sufrimie11to y de su experie11cia de Cristo, y transn1ite a dicha comunidad el sentido que él l1a descubierto hallándose en prisió11, entonces pueden mencionarse con10 palabras clave que sinteticen problemas actuales: el sentido de la vida, la voz de los perseguidos, las formas de co111unicación que se inspiren e11 el eva11gelio 54 • 2.2.

Comparación del texto con sus efectos r



Es evidente que algunas personas significadas toman de la Biblia los i1npulsos para Sll actuación. La n1irada puesta en la vida y en la obra (;r, e\rentualmente, en los escritos) de tales hon1bres )' mujeres puede dar11os nuevas intuicio11es en el sentido del texto: ' '

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4

W. Egger, Philipperbrief, 47-51.

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Act1,aLización de Los textos •

265

- ¿Qué palabras de la Escritura dieron a tal hombre o a tal niujer el in1pulso para la vida y la acción? - ¿Cómo se entendieron determinadas palabras de la Biblia, )' qué efectos ejercieron?

2.3.

Buscar los c1"atro sentidos

En versión moderna, el tener en cuenta los cuatro sentidos de la Escritura prop.orciona un modelo de lectura que abarca muchos pasos particulares de la actualizació11 científicame11te refleja. 1

Los diversos pasos: .



-

I



• •

- Atendiendo al sentido literal (litte1·a), el texto se lee como texto del pasado. Tal lectura es co11dición indispensable para seguir estudiando la Escritura. En el estudio científico de los textos, hay que integrar en este paso los métodos sincrónicos y diacrónicos. - La visión de fe (así se traduce la palabra allegoria, que a menudo se presta a malentendidos) trata de ''er el suceso o la palabra en el contexto de toda la Escritura, de la fe (con arreglo a la llamada analogía fidei) )' de la vida cultual de la Iglesia (sin tratar de descubrir con ello en un texto bíblico toda clase de afir1naciones). Se esfuerza por dar este paso, al que pudiera llamarse amplificación <
1



266

La lect1:ra bajo el aspecto /Jern1e11éutico 1

indicaciones para la consun1ació11 )' perfecció11 de la historia )' de la propia \1ida. Se pregu11ta al texto bíblico cuál es su sentido. Y se l1ace así sobre el trasfo11do del problen1a actual acerca del sentido y del futuro .



Actualización mediante modelos est1·14ctu1·a.listas

2.4.

Algunos r11étodos estructl1ralistas se11cillos se puede11 aplicar si11 gra11des dificultades a la actualización de textos. Prese11taren1os como eje111plo la aplicación del n1odelo de actantes a los relatos de milagros 55 .

INSTRUCCIONES PARA EL TRABAJO En este texto se mencionan los siguie11tes personajes: ••• •• •••• • • • ••••• • • • • • • • • •• •••••••••••••• • ••••••••• • ••• • •• • •••••••

••••••••••••• • ••••••••

Para averiguar qué es lo que se desarrolla ei1tre los personajes de quie11es trata la historia, pode111os ser\ ir11os del siguiente esql1en1a:

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dador

don

••••••••••• • •••••• ••••••••••••••

• ••• • •• •• ••• • •••••• •• • • •••••••• •

receptor del don

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al1xiliador

sujeto que busca

••••••••••••• • • • •• • •••••••• • •• • •

• •• •• • • ••• • •••••••••• • •• • •••••••

••• • ••• • ••• •• •• • •• • •••• • • • • • •• •• • •• • • ••• • •••••• • •• ••••• • ••• •• •• ••••••• • ••••• •• •• •• ••• ••••• •• ••• • •• • ••••



¿En qué lugar de este esque1na situarías a los personajes mencio11ados en el texto? Describe qué relaciones guardan entre sí los personajes del texto. ¿En qué lt1gar de este esque111a se l1alla el l10111bre/el cristia110 actual? (o bi e11): (

. 1

¿Dónde puedes/quieres/debes integrarte tú a ti n1isn10? Razona la respuesta.

To111adc1 d e ~/ . Egger, Das Prograrr1111./es11. Ei11 Arbeitsl1eft zu1n Luk:ase\•angcliu111 (I~loster11cubt1rg 1976) 35. 55





A ct¡,talizacÍÓ1"1 de los textos

2. 5. 2. 5.1.

267

Métodos psicológicos de actualización Ap1·opiación e11iocional de textos

El rnétodo de estudio bíblico prop11esto por W alter \Xfi11k da i11str11cciones pri11cipal111ente para la apropiació11 afectiva de textos . .

Para ·fon1e11tar en el lector la co111prensión, <
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- Preguntas para la an1plificación: ¿ Quié11 es en nosotros el fariseo, el pecador? En la llan1ada amplificació11 se trata de <<Íncorporar11os a i1osotros mis1nos a la l1istoria>> 59 • El texto tiene que aparecer a11te nuestros ojos con la n1ayor viveza posible, siendo las realidades 11istóricas )' literarias las co11traserl.as que nos libre11 de caer en la especulación 60 . Luego 11a)' que experi1nentar la resonancia del ;¡,

Bartl1-Scl1ra1nm, Selbste1fa/-Jrur1g mit der Bibel, 75.

57

\Xfink, Bibela11slegung, 43-47: las preguntas se for111ulan a propósito de Me

2, 13-17. 58

Wi11I-., Bibelau.sleg1/.11g, 39. E11 esto se difere11cia Winl\. de diversos intentos por actualizar textos bíblicos si11 tener ei1 cuenta el sentido origi11al del texto, porque \\l i11k sale por los derecl1os del texto. S'>

\Xfi11k, Bibelarbeit, 40.

60

\Xfink, Bibela11slegung, 43.

-----

La lectura bajo el aspecto herrrien.éutico

268

1

texto en el sujeto que lee. Las preguntas para este paso dicen así: por ejemplo, con respecto a Me 2, 1- 12 : «¿Quién es en ti el 61 paralítico?» ; a propósito de Me 2, 13-17: «¿Quién es en i1osot1-os el fariseo y el pecador?» 62 • - lndicacio11es para el ejercicio. Escribe, por eje1nplo,-un diálogo con el fariseo que hay dentro de ti. Medi~nte ejercicios práctico~, con ayuda de rnúsica, inovimiento rít1nico, la práctica de la pin·t ura, el arte de inodelar, escribiendo diálogos e intercambiando experie11cias en grupos reducidos, el texto actuará profundamente en el lector.

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1

Un ejemplo para esta «confrontación», más bien individual, es el siguie11te 63 : a11tes de la lectura de Mt 7, 1-5; Le 6, 37s.41s, que escriba11 el 11on1bre de Lln «enemigo » (de una perso11a a la que aborrezca11, a la que i10 quiera11 o que les irrite) y que anoten en palabras cla,,e todo lo que i10 agua11ta11 en esa persona. Después se " deja la lista a un lado. Una vez que se ha examinado el texto bíblico, los participantes deben reflexionar para ver cuá11tas de las cosas que han esc1-ito se les puede11 achacar ta1nbién a ellos.

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2.5.2. Sob1-e la ÍJ1terpretación de textos valiéndose de la psicología profundá

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La aplicación de ideas de psicología profunda, siguiendo especialn1ente la doctrina sobre los arquetipos elaborada por C. G. Jyng, ha conducido a lo que se co11oce como interpretación de los textos valié11dose de la psicología profunda 64 • Dentro de esta interpretación, se considera a los textos bíblicos en la fu11ción que tie11en como energías que ª)'Udan e11 el proceso psíquico de maduración, de una manera parecida a como tienen también esas energías los sueños y los cuentos, etc. Y, así, los textos bíblicos sirven como una especie de espejo en el que el lector puede leer etapas del p1-oceso l1un1ano de n1aduración. «El método permite identificarse con diversos personajes y sucesos de u11 texto y percibirlos como aspectos psíquicos propios, que son aceptados o rechazados. En la i111aginación se traduce una palabra bíblica a una afirmación del r

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61

Winl<., Bibelauslegttng, 44.

62

\Xfink:, Bibelarbeit, 112.

63

Wink, Bibelarbeit, 49.

64

Ultiman1ente: E. Dre\vern1ann, Tiefenpsychologie und Exegese (Olfe11 1984); M. Kassel, Biblische Urbilder. Tiefe11psychologiscl1e Auslegung oacl1 C. G. Ju11g (Munich 21982).



1

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Actualización de Los textos



269

1

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6

Este método, que sirve para el desarrollo de la pe1·sona, se 66 atiene a detern1inadas reglas • )'O»

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El texto bíblico tiene indudablemente la fu11ción de ser,,ir al

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lector de espejo de sí mis1no 67 . Claro está que una aplicación exclt1si''ª de este método 110 corresponde a la índole propia de los textos b~blicos. El interés del método histórico-crítico por lo que sucedió se halla tan íntimamente asociado con la índole del n1ensaje cristia110 en general, que te11dría n1ucl10 que objetar el querer prescindir de esta problemática 68 • Prescindir de lo histórico puede ser útil, en lo esencial 69 , como procedimiento terapéutico. Pero, para una utilización justa y objetiva de los textos bíblicos, habrá que destacar bie11 la referencia cristológica de esos textos (por ejemplo de la historia de la infancia), antes de proceder a la amplifi., cac1on. No debiéramos renunciar a la aportación d e la interpretació11 de los textos bíblicos con arreglo a la psicología profunda: en efecto, este m étodo orienta la mirada hacia componentes importa11tes de la comprensión hun1ana, al significado de los se11tin1ientos. Y, de hecho, el estudio de los textos bíblicos no puede renunciar a ello. Algunos métodos de actualización, que pueden utilizarse ta1nbién sin aceptar la doctrina de los arquetipos, como son la libre asociación, la asociación dirigida, la amplificación, la identificaciór1 espontánea y dirigida, se exponen en las instrucciones para el estudio práctico de la Biblia 70 . · •

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2. 6.

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Reglas para la lectura espiritual de la Escritu1-a

En muchos libros de ayuda para la lectura de la Biblia y para diálogos sobre la Biblia, se dan reglas breves para la lectura espiritual de la Escritura. Esas reglas están inspiradas en n1ultitud de

1 65

M. l\..assel, Biblísche Urbilder - Begegnung mit vergessenen M enschheitse1fahrungen in der Bibel: Bibel und Kirche 38 (1983) 105-112, espec. 11 O. 66

Consúltese el canon que compendia las reglas en Drewermann, TiefenPSJ'CJ1ologie 1end Exegese, 376-383. 67

Véase el sensus moralis según los cuatro sentidos.

s Véase J. H. Schroedel, RemJ1t/Jologisierung der Bibel? Bemerkt1ngen zu einer ·Situationsanalyse Eugen Drewermans: HerderKorr 39 (1985) 275-279. 6

69

Drewermann, Tiefenpsycl1ologie, I, 381 .

70

Véanse, a este propósito, los libros de metodología para el estudio práctico de la Biblia.



La lect11rn bajo el aspecto /Jcrrr1ené1,1tico

270

1

1



principios tradicion ales )' modernos para la labor exegética. Por «lectura espiritual de la Escritura» 110 se entiende, contra lo que se opina a m enudo, una lectura orie11tad a ú11icamente a la edificació11, sino una lectura de11tro del seno de la Iglesia, una lectura a la que está prometida la asistencia del Espíritu Santo 0 n 16, 13 ) .

2.7.

La Sag1·ada Escrit1,tra en la lit11rgia

En su utilización litúrgica, los textos bíblicos se sitúa11 dentro del contexto d e otros textos bíblicos y litúrgicos )' dentro también del contexto de las fiestas)' de la co1nunidad que las celebra. Bajo el aspecto hern1e11éutico, el texto adquiere así i11te1·pretación y actualización. <<(Cristo) está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es él qui en habla>> 71 • •

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71

Concilio Vaticano II, SC 7; véase, además, Sc/Jriftgebra1-tcl1 und -si1111 gottesdienstlicl1e11 Feiern: Co11ciliu1n 11 (1975) fase. 2.

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The Greek New Testament. Ed. por K. Aland )' otros. Con i11troducción en castellano )' diccionario griego-español del NT (3 1975 ).

Nova Vulgata Biblior1tm Sacrorum. Editio Sacros. Oecum. Concilii \ 7aticani

II ratione habita, iussu P auli PP. VI recognita, auctoritate Ioa11nis Pauli PP. II pron1.t1lgata. Editio typica altera (Vatica110 1986).

Novum Testamentum Graece et Latine. Textus graecus, cum apparatu critico-exegetico, Vulgata Clementina et Neovulgata. Ed. por G. Nolli (Vaticano 1981). Fra11cisco Cantera Burgos, Manuel Iglesias González, Sagrada Biblia. Versión. crítica sobre los textos hebreo, arameo y griego (Madrid 1979).

Biblia de Jerusalén. Nue''ª edición totalmente revisada y aumentada (Bilbao 1975 ).

Biblia de Refere11cia Thompson, con versículos en cader1a temática (versión l\.eina-Valera 1960) (Miami, E. U.A. 1988).

::· Adaptada por el traductor .



Bibliografía

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SJ1nopsis quatt1"'01· Evangeliorum locis parallelis evangeliorun1 apocrJ1p!-Jo1·um et patrum adl1ibitis. Ed. por K. Aland (Stuttgart 13 1985). Evangelio y Evangelistas. Las perspectivas de los tres primeros evangelios e11 sinopsis. Ed. por J. Alonso Díaz y A. Sánchez-Ferrero (Madrid 1966). Sinopsis de Los Cuatro Evangelios, con paralelos de Los apóo·ifos y de los 3 Padres. Ed. po r P. Bc11oit, M.-E. Bois111ard )'J. L. l\1alillos (Bilbao 1987). A. Polag, Fragme12ta Q. Textheft zur Logie12q1"'elle (Neukircl1e11 2 1982). G1·iechiscl1-deutsche Synopse der Q-Ueberlieferung. Ed. por S. Schulz (Zurich 1972). • Concordancias

Coniputer-Konkordanz zum Novum Testamentr-t-m Graece vo11 Nestle-Aland, 26. Auflage, und zum Greek New Testament, 3ru Edition. Ed. por el Institut für neutestamentlicl1e Textforschung und vom Rechenzentrum der Universitat Münster (Berlín 1980). Handkonkordanz zum Griechischen Neuen Testament, nach dem Text des Novum Testamentum Graece von Nestle-Aland, 26. Auflage. Ed. por Alfred Schmoller (Stuttgart 1989). Léxico-Concordancia del Nuevo Testamento en Griego)' en Español, compilado por Jorge G. Parker (El Paso, Texas 1982). José Luján, Conco·rdancias del Nuevo Testamento (Barcelona 1982).

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Die Apokry1phen und Pser"'doepigraphen des Alten Testaments. Ed. por E. Kautscl1, 2 vols. (Tubinga 1900). Jüdiscl;e Schriften aus hellenistisch-1·oniiscl;er Zeit. Ed. por W. G. Kümmel (Gütersloh 19(3s). Altjüdisches Schriftum ausserhalb der Bibel. Ed. por P. Riessler (Heidelberg 2 1966). Die Texte aus Qumram. Hebraisch und D eutsch. Ed. por E. Lohse (Munich 2 1971 ). J. Maier - K. Schubert, Die Qumram-Essener. Texte der Schriftrollen und Lebensbild d~r Gemeinde (UTB 224; Munich 1973 ). J. Maier, Die Tempelrolle vom Toten Meer (UTB 829; Munich 1978). A. de Santos Otero, Los Evangelios Apócrifos. Edición crítica y bilingüe (Madrid 6 1988). D . Ruiz Bueno, Padres Apostólicos. Edición bilingüe completa (Madrid 5 1985). . Flavio Josefo, Las guerras de los judíos, 2 vols. (Tarrasa 1988) . .



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pletamente refundida por K. y B. Aland (Berlín - Nueva Yorl< ·1988s ). E. Tamez, Diccionario Conciso Griego-Español del Nuevo Testamento (Stuttgart 1978). F. Blass - A. Dcbrunner - F. 1Zel1kopf, G1·ammatik des neutestamentlicl1en G?·iechisch (Gotinga 14 1975). -

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Bibliograffas para trct.bajos c1:eJ1tificos 1-elacionados coJ1 el Nuevo Testan1ento

Las no\icdadcs bibliográfica~ pL1edc11 ''Crsc en: «Ele11cl1t1s BiblicttS » (en relació11 con Ja revista Bib ), l11tcr11ationalc Zeitscl1rift f\.1r Bibel,,1 isscnscl1aft u11d Gre11zgcbicte (IZBG), Nev. Tcsta111cnt Abstracts. 1

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2. 1

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1

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Repertorio bibliográfico sobre lingüística y ciencias bíblicas

E11 las 11otas del libro se cita11 las obra~ de 111a11era abreviada: at1tor )' parte cse11ci ~ l del tÍttilo. Aqt1Í se da la refcrc11cia bibliográfica co1n}1lcta. Co11súltese también el í11dice de a11tores.

• Lingüística A. Al<:1najja11 - R. A. De111ers - R.M. Harnisl1, Li11g11.Íst1:ca. Introdt.1zione al li11g11aggio e al la c9n1unicazione (Bolo11i


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Autores citados

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Akn1ajian/Den1ers/ Harnish 30 93 162 Aland 56 58 59 60 61 104 Albcrtz 126 Alcrti 126 150 Alonso Schok.el 75 101 Althaus 82 Alrpeter 39 Anderegg 97 147 Arens 146 162 Assn1ann 14 Ausr 182 Baarlinl( 126 Babilas 192 Barr 135 Barrb 233 Barth/ Schran1m 18 256 257 261 263 266 Barthes 24 32 37 117 118 125 134 135 145 147 Baun1ert 171 172 Bausch 82 Becker 196 197 204 Berger K. 24 97 99 103 105 135 136 162 177 178 180 181 182 206 209 222 226 227 228 248 256 257 258 259 Berger P. R. 182 Berruto 134 137 Betti 251 258 Betz 106 162 165 Be)1 er K. 99 Black M. 99 Blanke 134

Blass/ Debrunner / Rel1kopf 71 100 Bois1nard/ Lamouille 196 199 200 201 20? Bornkamn1 197 223 Brackcrt/Lamn1ert 14 19 40

Bra11d, von 238 239 Brcir11eyer 147 Brcn1ond 145 14 7 148 Breuer 38 161 162 170 BrC)' tenbach 111 Brown 208 214 216 217 Bryson 45 Bühler 164 Bühln1ann/Scl1erer 101 Bultn1ann 101 106 178 182 207

Bussemann/van der Sluis 69

Buzzetti 75 80 86 Calloud 146 Cancik 105 106 110 Carmignac 128 Carreter 66 Cl1urch 112 Conzeln1ann 223 Conzelmann/Linde1nann SS 56 59 222 Coreth 14 15 248 251 257 258 Courtés 115 Crossan 14

Danes/Vieh"\\ eger 178 . Daube-Holst 214 De Beaugrande/Dressler 1

32 34 97 99

De Gaulmyn 112 134 De la Potterie 231 243 245

De Pon1erol 148 Detweiler 14 Dibelius, 178 207 239 Dijk, van 30 161 162 Di Marco 101 Dodd 189 Dorrne)'Cr 162

Dressler 32 96 97 Drev. ern1ann 268 Dscbulnigg 104 105 189 1

224 226 Du11des 147 Dupo11t 238

Ebeling 260 Eco 14 30 Egger 19 21 34 35 68 72 73 94 97 100 103 115 117 119 121 123 130 143 145 147 148 162 167 184 186 189 202 231 232 233 243 245 260 264 265 El1lich 40 145 Erl/ Gaiser 21 72

110 122 146 171 227 244

Fages 32 Fleischer/Micl1el 96 99 101 104 Fohrer 24 36 70 94 101 136 176 182 183 184 185 196 201 206 223 248 250 253 254 256 262 Fossion 32 34 92 115 118 126 Fo,·vler 14 147 Frank:e111olle 11 24 36 38 39 40 75 80 82 84 94 108 143 161 162 168 178 179 198 222 223 224 227 228 Friedricl1 G. 108 109 11 O 135 Friedricl1 J. H. 226 Funk 184 Gadamer 257 258 Ga)rer 174

Autores citados

282 (JLl . . :--l'.r 97 (; 1i11 z J 3 19 2 l 2. 6 42 6 6 72 73 G ni JI" a 64 112 231 232 Gnilk.a l lZüger 75 76 83

84 G rasser l 26

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Grein1:is 115 118 ·120 121 144 14 7 150 Grin1111 14 Grin1111inger 19 40 42 43 Cro~e 30 G rou pe d 'En trcvcr11cs 32 115 121 Grc>u¡)c de M<.>ntpellier 112 134 G uiraud / l\.ucntz 97 98 G ü 1i e h I H e ::>(' e r / JZ :i i b 1e 103 Gülich / I~aiblc 38 103 14 5 177 1 78 l 81 182 Gi."1rtgen1a11ns 30 49 146 147 148 196 224 Haasc: 99 106 178 Hal)crn1;1s 170 Hahn 48 50 108 109 111 146 239 244 Hard111cier 14 24 38 39 46 49 Hau brich J45 Hauser 94 115 11 8 120 127 145 Ha'''k.i11s 105 Heine111ann 97 I-JeJd 223 H ellholn1 178 H e n1 p fer 1 7 7 17 8 1 8 1 183 He11gel 246 Hengstel 163 He11ne 82 Henning/Huth 30 38 Holz 83 Hyn1es 164

1

Iersel, va11 198

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Ise11berg 178 184 lser 14 147

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Jaltobson

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164 165 Jeren1ias 208 217 240 Ju11g 268

l\.al1r111ann 38 145 Kalln1e) er 30 34 39 99 134 139 182 Kalverl<.a111per 30 93 178 l\.andler 97 I\.anzog 145 162 1

l\.asen1a1111 218 236 I\.assel 268 I\.assül1lke 75 76 78 Keck 231 l\.cdar 134 135 Kern1ode 182 l\.crrelgc 46 +8 238 239 I\.irn 238 J<.laucl< 196 Knoch 82 Koch, K. 179 J\.ollcr 74 75 76 77 Kre111er 11 21 24 69 146 256 257 258 l\.ün1n1cl 56 201 238

Lack 11 6 12 J ·1(,2 164 165

Lacucva, 71 Lahnc1rlan11/ Boh111 1J2 La 111 b i as i 2 3 8 2 4 o 2 4 1 242 243 244 Lan11ncrt 145 Lang l 27 Latourelle 238 240 241 Laul) 226 Lausberg J 01 Leecl1 11 i 134 13 7 Lcntzen-l)eis 178 1 38 239 240 241 Léon-Duft)ur 150 Leoni/Pigliaccio 162 LC\\'and0\\ Sl
.l'v1.ac Lean 261 Maga~ 14 Marguerat 24 118 146 Marír1 66 Marci11i 56 59 Marxse11 223 Marz 11 212 ?13 214 215 216 217

Me Artl1ur 240 Me Ki1igl1t 179 Meleti11skij 147 MerkJei11 36 138 196 198 199 Mesters 80 261 262 Metz 147 Metzger 56 58 59 61 64 Meurer 75 80 Me)'net 1O1 126 162 M ichel G. 97 i\1icl1el O. 221

1vlíngue:z. 94 115 116 118 120 145 ] 52 Mc.)1«h1 cnthaler 104 Morris 93 .Nlou11in 134 Müller K. 125 Müller I).G. 75 79 80 84 88 . Jv1ur~)l1)1 -0' C(>nnor 196 MuG11er 46 51 64 238 240 250

Ncir\. nck 105 1

Ncirynck./Sc~br<.)Ck

104

105 11 o Nida 75 76 77 79 84 86 134 135 13 7 139

Nida/Taber 75 N iedc:r,vin1n1cr 251 Odocn 114 l"I C)ll rc> :-->0 184 Ols~on 9-1

Ossegc 135

Panicr 32 118 254 J>arisi/Castelfranchi 32 I'attc: 32 141 144 162 I>crrin 223 I>csch I\. 65 196 197 213 231 232 ?44 Pcsch/ l\.ratz 150 159 196 Pesch 'V:/. 107

Pctersen 184 Plctt 34 39 93 94 97 99 116 162

Ploocr/ Knoch 83 Propp 145 147 ~

Raiblt 178 Raible/Lockn1ann 177 Reed,· 162

Rel11~·opf 101 Reiscr 104 Reí~ 75 76 77 78 105 110 Richards 114 Richter 24 36 70 98 179 183 196 198 199 200 201 206 208 Ricreur 24 25 34 236 Rienecl~er 71 Riesner 48 243 245 Ritt 75 76 79 93 Rol1dc 223

Rorl1kegel-Sandig 40 Sa11dcrs, 97 Scl1arbcrt 83 Schelbert 179 207 Scbenk 94 99 254



Scl1cnke 207 Schliebc11-La11ge 16') 164 Scl1lingn1ann 253 Scl1li cr 64 1 18 '19 Schn1idt K. L. 178 186 207

Schn1idt S.]. 39 Sch11ack~11bur~ 64 69

204 21 (¡ 22 9 236 25 1 Scl1ncidcr 101

Scl1nitlcr 99 2 12 213 Sclll)l)cr 13 162 164 Sch re iner 179 Scl1 rc i nc:1·/Da u tzen bcrg ?4 93 Scl1rt)c,·ia 204 So\\'inski 30 93 97 134 Stan1111criohann 179 Starke 97 Sttck 262 263 Steincr 82 83 Stock 'J 56

A1ttores citados

Sto"\\ ers 106 Screcl\.er 215 252 Si:recker/Schnelle 36 56 59 102 177 179 223 226 227 248 256 257 Stul1l111achcr 48 112 248 Sulei111an/Crossan 14

\\i' egenast 145 \XI eg11er 229 \Xi ein1ar 13 14 15 16 19 39 66 70 72 \Xleinrich 14 67 147 161 166 169 "V::engst 229 \Xfhite 106

Theobald M. 92 94 Theil1en 150 151 162 209 1'ho111pson 107 'fhracdc 106 Titzn1an11 124 125 Ton1pkins 14 TriJling 108 197 223 229

\\' iegand 82 \Xlikenl1auser/Scl1111id 56 \Xl iJcl\.ens 218 219 220 \X'ilcox 99 \X1ink 18 256 260 261 267 \Xlil~ 75 76 \X1rege 259 260 \\1ucllncr 162

1

250 259

240

Zani 142 Zcllcr 162 Zer,vicl\ 71 Zin1111ern1ann/Kliescl1 11

Türk 14

Ulricl1 114 164

22 24 56 93 177 179

\ 1cnctz 168

218 219 220 221 223

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224 227 248 Zn1ije\\•sk.i 101 112 113

\X'aard, de 84 \Xlarning 14

Zu rro 75



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l)ANORAMAS DEL NUE\10 TESTAl\1ENTO

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Giusep¡1eSegalla

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LuisAlons() Schókel

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