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Verbum

POESÍA

POESÍA ZEN. ANTOLOGÍA CRÍTICA DE POESÍA ZEN DE CHINA, COREA Y JAPÓN

Juan W. Bahk

Poesía Zen Antología crítica de poesía Zen de China,Corea y Japón

EDITORIAL

Verbum

CALIGRAFÍA DE LA CUBIERTA: SRA. TOSHIKO SUGISHIMA

© Juan W. Bahk, 2001 © Editorial Verbum, S.L. 2001 Tr.ª Sierra de Gata, 5. La Poveda (Arganda del Rey) 28500 - Madrid Teléf.: (+34) 910 46 54 33 e-mail: [email protected] https://editorialverbum.es I.S.B.N.: 84-7962-188-5 Depósito Legal: SE-1755-2002 Diseño de cubierta: Pérez Fabo Fotocomposición: Origen Gráfico, S.L. Printed in Spain /Impreso en España por TG Tecnología Gráfica Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

A la memoria de mis padres, cuyas virtudes son más altas que el cielo y más profundas que el mar.

AGRADECIMIENTOS Agradezco en todo lo que vale el apoyo económico que me brindó la Citadel Development Foundation, sobre todo al Dr. Isaacs S. Metts Jr, Dean of Plan and Assessment, The Citadel, por la confianza que me ha otorgado y las facilidades dadas para el desarrollo de esta obra. A1 mismo tiempo, deseo agradecer a Pío E. Serrano –editor y amigo– por sus observaciones y sugerencias, y por su incansable entusiasmo por la poesía oriental.

ÍNDICE Introducción, Juan W. Bahk ...............................................................................

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Antología de la poesía Zen

Wangiu (701-761) ........................... Tu Fu (712-770) .............................. Han Shan (771-853) ....................... Baek Kui (772-846) .........................

CHINA 55 Sozan-Kyonin (s. IX) ...................... 60 Shofu (s. XIII)................................. 66 Suian (s. XIII) ................................. 74 Tekkan (s. XIII) ..............................

85 85 86 86

Jecho (s. VI) ..................................... Wolmyong (s. VIII) .......................... Chungdam (s. VIII).......................... Esposa de Kwangdok (s. VIII) ......... Uichon (1055-1101) ....................... Chingak Heshim (1178-1234)........ Won-Gam (1226-1292) ................... Baikun Kyonghan (1299-1375) ...... Talgo (1301-1382) .......................... Naong Hegun (1320-1376) ............ Hamhu Duktong (1376-1433) ....... Pyoksong (1433-1534) .................... Houng Bowu (?-1565) .................... Chunghu Hyuchung (1520-1604) . Buhiu Sunsu (1543-1615)............... Soyo Tainung (1562-1649)............. Chuimi Sucho (1590-1668) ............

COREA 89 Baikok Chunung (1617-1680) ...... 89 Wolcho Doan (1638-1715)............ 90 Sulam Chubung (1651-1706)........ 90 Muyong Suyun (1651-1719 ........... 90 Whangsung Chian (1664-1729).... 91 Mukam Choinul (1722-1795) ....... 93 Kyonghu Sungwu (1849-1912) ..... 94 Yongsung Chinchong (1864-1940) 95 Yongho Chungho (1870-1948) ..... 96 Kuha (1871-1960).......................... 98 Man-Going (1872-1946)................ 99 Hahnam Chungwon (1876-1951). 99 Manhae (1879-1944) ..................... 100 Yongwun Bongwan (1879-1944)... 102 Hyobong (1888-1960) ................... 102 Kyongbong (1892-1982) ............... 103 Kyongbong Wonkwang (1895-1969)

104 104 104 105 106 106 107 108 108 110 111 111 111 113 113 114 115

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Yongun Hahn (1897-1944) ............ Kwangsop Kim (1905-1977) ........... Sokchong Shin (1907-1974)........... Dalchin Kim (1907-1989) ...............

115 118 118 120

Chongju So (1915) ........................ Chichun Cho (1920-1968) ............ Koun (1933) .................................. Chechun Bahk (1945)...................

120 124 128 131

Dogen (1200-1253)......................... Soichi (1202-1280).......................... Ryuzan (1274-1358)........................ Gasan (1275-1365).......................... Muso (1275-1351)........................... Daito (1282-1337)........................... Getsudo (1285-1361) ...................... Jakusitsu (1290-1367) ..................... Daichi (1290-1366) ......................... Chikusen (1291-1348) .................... Betsugen (1294-1364)..................... Juo (1296-1380) .............................. Fumon (1302-1369)........................ Shutaku (1308-1388) ...................... Ryushu (1308-1388)........................ Shunoku (1311-1388)..................... Tsugen (1322-1391)........................ Guchu (1323-1409)......................... Mumon (1323-1409)....................... Zekkai (1336-1405)......................... Eichu (1340-1416) .......................... Hakugai (1343-1414)...................... Nanei (1363-1438).......................... Kodo (1370-1433)........................... Bokuo (1384-1455) ......................... Kukoku (s. XV) ................................ Ikkyu (1394-1481)........................... Kokai (1403-1469) .......................... Nensho (1409-1482) ....................... Genko (?-1505) ...............................

JAPÓN 137 Saisho (?-1506) .............................. 137 Yuishun (?-1544)............................ 137 Takuan (1573-1645) ...................... 137 Gudo (1579-1661) ......................... 138 Ungo (1581-1659) ......................... 138 Daigu (1584-1669)......................... 138 Manam (1591-1654) ...................... 138 Fugai (s. XVII)................................. 139 Bunan (1602-1676)........................ 139 Tosui (?-1683)................................ 139 Gesshu (1618-1696)....................... 139 Baiho (1633-1707)......................... 140 Manzan (1635-1714) ..................... 140 Tokuo (1649-1709)........................ 140 Sokaku (1649-1773) ...................... 141 Hakuin (1685-1768) ...................... 141 Sengai (1750-1837)........................ 141 Ryokan (1758-1831) ...................... 141 Shozan-Kyonin (?-1873) ................ 141 Kanemitsu-Kokun (s. XIX)............. 142 Kosen (1808-1893) ........................ 142 Tanzan (1819-1892) ...................... 142 Kando (1825-1904)........................ 142 Nantempo (1839-1925)................. 142 Sodo (1841-1920) .......................... 143 Mokusen (1847-1920) ................... 143 Soen (1859-1919) .......................... 143 Tesshu (1879-1939) ....................... 143 Shinkichi Takahashi (1901).......... 144

144 144 144 145 145 145 145 145 146 146 146 146 147 147 147 147 148 148 161 162 162 162 162 162 163 163 163 163 163

Bibliografía...................................... 191

Introducción 1. CARACTERÍSTICAS DEL ZEN La llegada del budismo indostánico a China tuvo como resultado el florecimiento del pensamiento y la cultura chinas, así como el enriquecimiento del budismo mismo. Su influencia se esparcería por otros países, como Corea y Japón, y a lo largo de los siglos se convertiría en el precursor de la civilización en el Extremo Oriente. El primer contacto con el budismo tuvo lugar en la China del Asia Central durante el primer siglo d. C. Doscientos años después surgirían las diferentes sectas del budismo. Una interpretación del budismo en términos neo-taoístas daría lugar al budismo Zen. A medida que el budismo procedente de la India se arraigaba en China, varios elementos de la cultura china –como la tradición, el pensamiento, las creencias y las características nacionales– intervinieron para dar origen a una religión diferente, el budismo indostánico. La práctica estática del yoga, que intenta la liberación del materialismo, se transformó en la dinámica del Zen en China. Por entonces el taoísmo exponía una doctrina sumamente sincrética, que predicaba la idea de la longevidad y la inmortalidad. El taoísmo situaba el principio unitario por encima de toda existencia individual y de todo cambio en el universo, y hacía hincapié en la armonía entre la materia y el espíritu, entre lo físico y lo psíquico. El budismo Zen abraza la visión metafísica del monismo chino, el cual reconoce solamente una realidad unitaria, orgánica y entera. Surge el el budismo Zen en China, pues, como un entrelazamiento de factores exteriores e interiores, al tiempo que presta atención sobre todo al estudio de la mente humana en la búsqueda de la Ilumina13

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ción. Los maestros del Zen querían encontrar al verdadero “yo” penetrando en el misterio interior de la mente humana. El resultado fue un salto increíble al pretender discriminar tiempo y espacio hacia un estado de liberación similar al alcanzado por Buda. Desde ese estado de Iluminación, los maestros Zen aprehendían que todas las cosas son interdependientes y están relacionadas unas con otras; todo cambia y todo se renueva. Entonces, ¿qué es el Zen? “Zen” es la pronunciación japonesa de la palabra china “Chan,” y “Chan” es la forma abreviada de la frase original “Chan-na” –una mala pronunciación del vocablo sánscrito “Dhyana”1 o “Jhana” en pali. En otras palabras, el término “Zen” es una corrupción fonética de otra corrupción fonética. No obstante, esto es secundario. Lo importante es el hecho de que el Zen representa una enseñanza considerada como la cumnbre del budismo. La enseñanza más directa, profunda y práctica, capaz de conducirnos a la total liberación y a la perfecta iluminación. Siempre resulta muy difícil poder resumir la idea del Zen. Un ejemplo de ello es esta definición común en el Oriente: “Zen es algo redondo y rodante, resbaladizo y deslizante que no puede ser explicado ni interpretado”. Sin embargo, merece la pena tratar de superar esta dificultad para alcanzar una idea más clara del Zen. Históricamente, el Zen es una escuela del budismo mahayana, originado y desarrollado en China. Su filosofía y su práctica no son esencialmente diferentes de aquellas otras escuelas de origen mahayana. El Zen no posee una enseñanza propiamente única o exclusiva, y sus huellas se pueden encontrar en el budismo mahayana. La diferencia entre ambas se encontraría en el estilo poco convencional y en la forma inhabitual de expresiones adoptadas por el budismo Zen. Este “estilo zenista” o “tradición zenista,” formado en el periodo posterior del surgimiento del Zen, es tan destacado y original que llegó a convertirse en una forma extraordinaria y sin precedentes de la enseñanza en el campo de la filosofía y de la religión. Siendo así, ¿qué es el estilo zenista? Si lo definimos brevemente, el estilo zenista consiste en el empleo de un lenguaje enigmático, acompañado de actitudes desconcertantes y cuyos métodos sorprendentes emplean los maestros del Zen en sus enseñanzas y prácticas. 1

Dhyana significa la meditación; un estado de ensimismamiento que resulta de la práctica de la meditación.

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Por ejemplo, un monje preguntó al maestro: “¿Qué significado hay en la llegada de Bodhidharma2 del oeste?” (En otras palabras: “¿qué es la Verdad?”). El maestro contestó: “El ciprés está en el patio.” La misma pregunta hecha a otro maestro fue respondida: “En los dientes de la tabla crece pelo.” Estas respuestas se podrían interpretar como una insinuación de la Realidad ubicua; porque la verdad se encuentra en todas partes y es algo que se difunde en todas las cosas. En otras palabras, el ciprés o el soplo del viento, el aullido del perro o incluso en los dientes dela madera donde crece el pelo, son las cosas vibrantes en el presente “aquí y ahora.” El significado de la llegada de Bodhidharma desde el oeste es una forma verbal para elucidar esta Verdad universal. Quizá podamos interpretar el verdadero propósito de la respuesta “En los dientes de la tabla crece pelo,” como la intención del maestro para desviar al discípulo del razonamiento habitual, de su pensamiento secuencial, y precipitarlo directamente en el “estado del más allá” por medio de una respuesta aparentemente ilógica y fuera de lugar. Quizás otra persona vaya más lejos, y piense que el maestro zenista no tenía intención de contestar la pregunta; que sólo estaba haciendo una declaración clara y directa de lo que vio y sintió en el momento de la pregunta. Todo el secreto del Zen yace en este sentimiento claro y sincero de su estado natural y genuino. Este sentimiento ordinario, pero maravilloso, es la piedra angular más apreciada del Zen, a la que se refiere como “el pensamiento instantáneo.” Dado que es instantáneo –no de carácter artificial–, la conceptualización o la idea dualista queda descartada. En este pensamiento instantáneo no tiene cabida el acto de ponderar para llegar a una racionalización. A través de la realización de esa “mente instantánea,” la persona consigue la total libertad, desatada de todas las ligaduras y los dolores ambientales que nos rodean. El maestro Zen nunca se

2 Es el vigésimoctavo patriarca desde Buda, y fue el primer patriarca Zen en China. Los expertos no están de acuerdo con la fecha de su llegada a China. No sabemos cuánto tiempo permaneció allí ni cuándo murió. No obstante, se acepta la teoría de que llegó a China en barco alrededor de 520 d. C, y fue a Lo-yang en el norte de China y estableció el templo de Shao-lin situado en la montaña Su, donde practicó el zazen (meditación sentada) durante nueve años. Aquel período se conoció como “nueve años en la pared de enfrente”.

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separa de esta “instantaneidad” eterna, y ve todo como el gran Tao3, desde el ciprés hasta una rama con excremento seco. Se hace evidente, pues, que el maestro no se ha esforzado por dar una respuesta relevante; él acaba de atestiguar de manera ordinaria lo que vio y sintió en un momento determinado. Por más que se trate de buscar el significado o la interpretación de las respuestas de los maestros Zen, persiste un hecho indisputable: las respuestas ofrecidas en muchos koanes4 entre maestro y discípulo son de una naturaleza fuera de lo común. Por lo tanto, la primera lección es familiarzarse con “la manera” del Zen, un verdadero “estilo extraño de expresión”. Si no lo entendiéramos así, el Zen dejaría perplejo al que se acerque a sus enseñanzas. Tengamos presente que por más que parezca misterioso o absurdo, en el koan siempre hay algo muy profundo detrás de su expresión coloquial. Estos inusuales comentarios implican siempre “algo”. Para poder decodificar este enigma no sólo se requiere conocer la forma de elocución del Zen y su tradición, sino que se recomienda una experiencia directa y personal con el Zen mismo. Sin estos conocimientos el Zen puede ser realmente difícil de entender. De todos modos, cualquier persona que se interese por el Zen deberá primero familiarzarse con su estilo y sus tradiciones. El siguiente aprendizaje importante consiste en saber cómo hacer frente a las dificultades y los obstáculos que nos vienen a medida que avanzamos en los estudios del Zen. El Zen no es un tema que se pueda entender a través de un esfuerzo superficial. Presenta un desafío formidable; en realidad, es el punto más difícil del budismo. Sería insensato que una persona tratara de entender el Zen leyendo uno o dos libros, o 3

Tao: “el camino.” Es la realidad última donde ni la razón ni el conocimiento pueden demostrar lo que es. Tao está más allá del reino de los sentidos y del intelecto; es decir, el ojo no llega allí, ni la palabra, ni la mente; es un mundo que no podemos conocer ni entender. 4 Koan: “cuento” o “suceso.” Sin embargo, en el Zen un koan es una formulación en un lenguaje desconcertante que señala la verdad fundamental. Los koanes no pueden resolver la disonancia de sí mismo a través de un razonamiento lógico, sino que la persona que practica el koan despierta el nivel más hondo de su mente más allá del intelecto discursivo. Los koanes consisten en las preguntas de los discípulos y las respuestas de los maestros junto con los sermones de los maestros, así como los textos de los sutras y otras enseñanzas que han sido acumuladas a lo largo de los siglos. Se estima que hay unos 1700 koanes.

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sentándose varias horas a meditar. Se necesitará un trabajo duro, al menos, durante varios años para alcanzar la meta. De todas formas, es importante saber a qué dificultades se enfrentará desde el principio de su aprendizaje. La primera dificultad es la incapacidad aparente de captar la esencia del Zen debido a su naturaleza indefinida que no dirige al discípulo a un sistema organizado, ni a una filosofía definida. Aparecen contradicciones e inconsistencias por todas partes. Aunque podamos explicarlo aludiendo a la lógica ilógica del Zen, el hecho de no poder definirlo perturba al discípulo. Por ejemplo, la pregunta más común entre un maestro y su discípulo, la ya citada: “¿Qué significado hay en la llegada de Bodhidharma del oeste?” tiene más de doscientas respuestas diferentes. Aquí tenemos algunas de ellas. Un monje hizo la pregunta a Hsian Lin y éste contestó: “Sentándose muchísmo tiempo en un lugar se siente agotado.” A la misma pregunta, Chin Feng respondió: “Una pulgada del pelo de tortuga pesa nueve libras.” En otra ocasión, la respuesta de Tung San a Lung Ya fue: “Te diré, cuando el arroyo de valle fluya otra vez.” Hay tres razones para comprender lo indefinido del Zen. Primero, la Verdad final llena de “prajna,”5, la que el Zen trata de ilustrar, es indefinible e intocable en su naturaleza. Segundo, el Zen es una enseñanza muy práctica, en la que su principal meta es traer la Iluminación a los practicantes por medio de una vía más directa y rápida. Como cada discípulo es distinto en su disposición, capacidad y estado de progreso, el maestro zenista debe de dar la instrucción de diferente manera y adecuar los diferentes niveles del acercamiento para que el Zen se haga práctico y efectivo. Este factor ha dado lugar a una gran variedad de expresiones, lo que hace que se complique aún más y dificulta la comprensión del Zen. Tercero, después del período correspondiente al sexto patriarca, Hui Neng (638-713), el Zen llegó a ser gradualmente un “Arte”; un arte singular destinado a ayudar la transmisión de la Verdad final, rehusando seguir otro tipo de forma o de sistema en su expresión. Esta actitud excepcionalmente liberal dio lugar a aquellas expresiones radicales del Zen, las que contribuyen mucho a su complejidad e incomprensibilidad. 5 Prajna: la sabiduría pura o Iluminación. Denota el conocimiento intuitivo con el que podemos llegar al otro lado de la orilla.

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Algunas explicaciones breves acerca de estos tres puntos nos van a ayudar en esta difícil tarea. El primer punto: ¿Por qué es indefinible e intocable esa Verdad final llena de “prajna,” que los maestros tratan de ilustrar? “Definir” significa “establecer el límite” o “expresar el significado exacto de una cosa”. “Tocar” en el sentido aplicado aquí significa “comprender una cosas para retenerla”. Dado que el acto mismo de definir es confirmar algo dentro de una cierta frontera, el Zen se resiste a ser algo finito, estrecho y exclusivo en su naturaleza. De nuevo, ya que “comprender” significa agarrar ‘algo’ mentalmente, pero no ‘todas las cosas,’ debe ser restrictivo y por lo tanto limitativo en su naturaleza. No obstante, la Verdad final de “prajna” que el Zen trata de transmitir no puede ser una cosa estrecha, finita o exclusiva, sino debe ser algo vasto, universal e infinito –todo inclusivo y todo abrazador–, resistente a definiciones y designaciones. ¿Cómo entender entonces que la Verdad del Zen pueda ser indefinible e intocable? La misma palabra “definir” sugiere la manipulación del objecto en particular, y la palabra “tocar” insinúa una mano palpando algo con el propósito de retenerlo. Estas dos referencias expresan lo estrecha y pequeña que puede ser la mente humana. Con esta limitación deplorable de la mente humana y la estrechez hondamente arraigada en la manera de pensar, no es de extrañar que la Verdad final del prajna con su carácter libre y todo-abarcador se perfile como una sombra evasiva que elude siempre la asimilación de los asprirantes. Los siguientes koanes entre dos maestros ilustran claramente la resbaladiza naturaleza del Zen. El sexto patriárca preguntó a Huai Jang: “¿De dónde vienes?” Huai Jang contestó: “Vengo de la montaña Su”. Entonces, el patriarca preguntó: “¿Qué es esto y qué significa?” Y Huai Jang contestó: “Cualquier cosa que diga perdería el sentido punto”. Otro ejemplo. Fu Ta Shih dijo en una estrofa famosa: Me voy con las manos vacías, mas hay un pala en mis manos. Voy sobre mis pies, mas estoy montando un buey. Cuando cruzo el puente, ¡he aquí que el puente fluye, no el agua!6 6 Suk, Chihyun, Antología de la poesía zenista, Seúl, Editorial Hyunam, 1976, pág. 268.

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Segundo punto: ¿con qué instrucciones diferentes y desde qué niveles diferentes ha aplicado el Zen su enseñanza práctica para provocar la Iluminación directamente a cada discípulo? Esta es una pregunta muy difícil de contestar, porque incluye todos los aspectos del budismo Zen. Una respuesta satisfactoria exigiría un repaso completo del Zen, que no es el propósito de este libro. En realidad muchos maestros del Zen y los eruditos en el pasado se propusieron esta tarea, intentando señalar las enseñanzas diferentes del Zen y de numerosos koanes del Zen a varios grupos de distintos niveles. Sin embargo, ninguno de ellos ha tenido éxito. Hay dos razones: primero, el Zen no es posible de clasificar, ni se permite disecar; segundo, faltan las personas calificadas, y las que se han creído capaces de hacer tales clasificaciones han ido en contra de la tradición y del espíritu del Zen. Hay varias maneras de explicar el Zen, ya que no existe una determinada “instrucción” para su enseñanza. Los grandes maestros siguieron muy pocas veces un conjunto de pautas fijas para expresarse o para enseñar a sus discípulos. No obstante, para facilitar la comprención del Zen, consideremos provisional y arbitrariamente varios tipos de expresiones zenistas que han sido encontradas en los koanes. Para facilitar nuestro propósito, vamos a reunir los koanes en los siguientes tres grupos. Primero, un grupo de los koanes que ilustran la Verdad del Zen mediante un relato ordinario y directo, al que llamáremos del tipo afirmativo y explícito. Veamos unos ejemplos. Ejemplo 1: Un diálogo entre los maestros Chao Chu y Nan Chuan. Chao Chou: “¿Qué es el Tao?” Nan Chuan: “La mente ordinaria es Tao”. Chao Chu: “Cómo se puede aproximar una persona al Tao?”. Nan Chuan: “Si quieres aproximarte, sin duda vas a fallar.” Chao Chu: “Si no te aproximas al Tao, ¿cómo sabes que es el Tao?” Nan Chuan: “El Tao no es una cosa de saber o cosa de no saber. Saber es una manera engañosa de pensar, y no saber es una cosa de insensibilidad. Si una persona se da cuenta de que el Tao es un gran espacio (o sea, su mente se hace como el espacio), que es vasto, vacío y claro, entoces ¿cómo una persona puede tener en cuenta que esto es ‘bueno’ y aquello es ‘malo’? Al escuchar esta observación, Chao Chu despertó inmediatamente.

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Wu Men hizo un comentario interesante con respecto al koan anterior: “Aunque Chao Chu llegó a iluminarse, tendría que estudiar todavía por otros treinta años para graduarse”. Ejemplo 2: El maestro Huang Po dijo en un sermón: “Todos los Budas y seres humanos no son más que la mente de la persona. Aun desde antes del comienzo del tiempo esta Mente nunca había surgido ni se había extinguido. No es azul ni amarilla. No tiene forma ni figura. No es existente ni inexistente, ni vieja ni nueva, ni larga ni corta, ni grande ni pequeña. Está más allá de todas las limitaciones y de toda medida; está fuera de todas las palabras y nombres; trasciende todos los rasgos y la relatividad. Está aquí y ahora. Pero en cuanto surge un pensamiento (en tu mente) vas a extrañar en seguida. Es como un espacio que no tiene borde; es algo inconmensurable e inconcebible. El Buda es sólamente esto, tu mente misma.” Ejemplo 3: El segundo patriarca preguntó a Bodhidharma: “¿Cómo puede entrar una persona en el Tao?” Bodhidharma respondió: Por fuera, todas las actividades cesan; Interiormente, la mente detiene su jadeo. Cuando la mente de uno se ha hecho una muralla, Entonces empiezas a entrar en el Tao.

Esta estrofa altamente significativa es uno de los tipos de respuesta esotérica de los koan que los maestros del Zen se muestran poco dispuestos a discutir. A pesar de su aparente sabor místico y de profundidad significativa es muy explícito y directo. Describe claramente la experiencia actual del estado de pre-iluminación. Este koan, por lo tanto, pertenece al tipo afirmativo y explícito. Ejemplo 4: El maestro Shen Tsan alcanzó la iluminación después de varios años de lucubración con su maestro, Pai Chang. Posteriormente regresó al monasterio en el que se ordenara con su primer maestro, el monje que lo crió desde la infancia y que tenía una edad muy avanzada por entonces. Un día Shen Tsan ayudaba a bañar a su maestro anciano. Mientras limpiaba la espalda del anciano, Shen Tsan le dijo: “¡Este es un templo primoroso, pero el Buda en él no es muy sagrado!” Enton-

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ces, el maestro anciano giró su torso, lo miró y le dijo: “Aunque el Buda no es sagrado, él irradia la luz, todavía.” En otra ocasión, mientras el anciano leía un sutra cerca de una ventana cubierta por un montón de papeles, una abeja trataba de salir desesperadamente del cuarto entre los papeles dispersos por todas partes. Pero la abeja no podía salir. Shen Tsan miró a su maestro y le dijo: “El mundo es tan vasto y ancho que puedes alcanzar fácilmente la libertad. Entonces, ¿por qué te molestas neciamente enterrado debajo de estos papeles viejos y podridos?” Y recitó unos versos: Mientras la puerta vacía permanece abierta de par en par, ¡cuán tonto eres, tratando de escapar por la ventana! ¡Ay de mí! ¿Cómo no puede usted, el Maestro, levantar la cabeza por encima de la ciénaga, y mantiene su nariz contra papeles viejos y casi podridos durante cien años?

Después de oír esta observación de Shen Tsan, el maestro anciano bajó su libro y dijo a su discipulo: “Has hecho observaciones extraordinarias varias veces. ¿Dónde conseguiste los saberes, mientras estabas fuera de la casa?” Shen Tsan contestó: “He alcanzado el estado del descanso pacífico a través de la gracia del maestro Pai Chang. Ahora he vuelto a casa para pagar mi deuda de gratitud con usted”. El anciano maestro preparó entonces una fiesta grande en honor de su joven discipulo, llamó a los monjes del monasterio, y les pidió un sermón a todos. Shen Tsan subió al podio y predicó según la tradición de Pai Chang: Lo que irradia singularmente es la maravillosa luz; es libre de la esclavitud de asuntos y de sentimientos. No está apegada a las palabras ni a las letras. La Escencia está expuesta desnudamente en su eternidad pura. Nunca es mancillada la naturaleza de la Mente; Existe en su forma perfecta desde el comienzo del tiempo. Desechando simplemente tus ilusiones, Tal alto estado de Buda ha sido alcanzado.

En cuanto escuchó esta estrofa el maestro anciano alcanzó inmediatamente la Iluminación.

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Ejemplo 5: La observación del sexto patriarca es un buen ejemplo: “Si has venido aquí por Dharma7, debes abandonar todas las actividades mentales y no dejar entrar ningún tipo de pensamiento en ti. Entonces, predicaré el Darma para ti.” Tras un silencio largo, el sexto patriarca continuó: “No pienses en lo bueno, ni pienses en lo malo, justamente en este mismo momento, está, es tu rostro original.” Hui Ming alcanzó inmediatamente la Iluminación. Si tenemos en cuenta la frase, “No pienses en lo bueno, ni pienses en lo malo,” este koan puede ser malinterpretado como negativo o inútil. Sin embargo, el verdadero punto del patriarca está en las palabras que siguen: “justamente en este mismo momento está, es tu rostro original”. Nada podría ser más directo y afirmativo que esto. Ahora tornemos a los koanes que pertenecen al segundo grupo, o sea al tipo implicito y negativo; es decir, los ejemplos que aclaran la Verdad del Zen mediante las expresiones anulativas y abrogatorias. Ejemplo 1: Un maestro del Zen dijo: “Si tienes un empleado, te daré uno; si no tienes un empleado, te quitaré uno.” Ejemplo 2: Te Shan dijo: “Si no puedes contestarme, te daré treinta palizas; si puedes contestar, te daré también treinta palizas.” Ejemplo 3: –“¿Qué es el Buda?” –“Un palo de mierda seca.” Ejemplo 4: Un monje preguntó a Chao Chou: “¿Qué es Chao Chou?”. Éste contestó: “La puerta del este, la del oeste, la del sur y la del norte.” Ejemplo 5: Un monje preguntó a Tung Shan: “Cuando el invierno y el verano vienen, ¿cómo puedes evitar el frío y el calor?” Tung Shan: “¿Por qué no te escapas a un lugar donde no haya frío ni calor?” El monje: “¿Dónde está este lugar sin invierno ni verano?” 7 Dharma: es un término budista que contiene varios significados, entre los cuales: (1) “fenómeno.” Todos los fenómenos pertenecen a la ley de la causalidad, y esta verdad fundamental forma parte de la esencia de la enseñanza del Buda. Así que dharma significa también : (2) ley, (3) verdad fundamental, (4) la enseñanza del Buda, y (5) doctrinas del budismo.

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Tung Shan: “En el invierno el maestro está congelado y en el verano está muerto del calor”. Ejemplo 6: Un día I Shan, Wu Feng y algunos otros monjes estaban atendiendo a Pai Chang. Pai Chang preguntó a I Shan: “¿Cómo puedes hablar sin tu garganta, labios, y lengua?” I Shan: “Pues, maestro, en ese caso, dígalo usted, por favor”. Pai Chang contestó: “No me molesto en decírtelo, no quiero asesinar mi posteridad.” Ejemplo 7: Un monje preguntó a Nan Chuan: “¿Hay alguna enseñanza que no debemos enseñar a la gente?” “Sí.”, respondió Nan Chuan. “¿Cuál?”, demandó el monje. “No es la mente, ni Buda ni cualquier otra cosa”, respondió Nan Chuan. Ejemplo 8: Un monje estaba recitando el Sutra del Diamante: “ Si una persona ve que las formas no son formas, entonces ve al Buda.” En ese momento pasó un maestro y lo oyó. El maestro: “Estás recitándolo de una manera equivocada. Debe ser así: ‘Si una persona ve que las formas son formas, ve al Buda.” El monje: “¡Lo que ha dicho es lo contrario de las palabras del Sutra!” El maestro: “¿Cómo puede leer el Sutra un ciego?” Ejemplo 9: Un día, cuando Lin Chi vio a un monje acercarsele, levantó su bastón. El monje, entonces, inclinó la cabeza para mostrar respecto al maestro. Pero Lin Chi le pegó. Unos minutos después, al pasar otro monje Lin Chi de nuevo levantó su bastón, pero esta vez el monje no inclinó la cabeza, y Lin Chi le pegó igualmente. Ejemplo 10: Al sexto patriarca le gustaba repetir esta célebre estrofa: El Bodhi no es como un árbol. El reluciente espejo no luce por parte alguna. Desde el comienzo nada existe. ¿Dónde poder encontrar el polvo acumulado?

Si, de acuerdo con su pensamiento, nada está desde el comienzo, ¿cómo podemos acusar a los maestros del Zen de que sean negativos?

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Lo que sucede es que ellos no niegan nada. Se limitan a señalar nuestra ilusión al pensar en las cosas inexistentes como existentes, y en las cosas existentes como inexistentes. Estos dos grupos de koanes, tanto los tipos explicitos y afirmativos como los implicitos y negativos, están clasificados arbitrariamente. Por lo tanto, no son definitivos ni irrevocables; no significa que sean totalmente afirmativos o completamente negativos. Hay elementos negativos también en los tipos de koan afirmativos, y elementos afirmativos en los tipos negativos. Ningún koan pertenece absolutamente a un tipo u otro. La Verdad del Zen es que ambos tratan de transmitir lo que no ha sido modificado ni mutilado a pesar de la diferencia externa de la presentación. Los koanes que pertenecen al tercer grupo son un poco más difíciles de entender y explicar, puesto que no es fácil trazar sus fronteras entre los koanes del primer y el segundo grupo. Los monjes zenistas los describieron con dos palabras, “tipo impenetrable.” Algunos los llamaron “montañas de plata con murallas de hierro.” Estrictamente hablando, sólo pueden ser entendidos por las personas avanzadas, cuyas profundas intuiciones igualan a las de los maestros del Zen. Es decir, estas personas superdotadas podrían discernir directa y claramente el significado del koan sin acudir a la adivinación o al análisis. Para alguien dispuesto a arriesgarse, quizás estos koanes no sean tan incomprensibles o inexplicables. No obstante, la conveniencia de tal acierto es muy dudoso. Sin embargo, expondremos varios ejemplos para los lectores que quieran interpretarlos según sus propios conocimientos y perspicacias. Ejemplo 1: Un día en el monasterio de Nan Chuan, los monjes de ambas alas del edificio tenían una disputa sobre la posesión de un gato. Decidieron acudir al maestro Nan Chuan para que fuera el juez en la disputa. Nan Chuan tomó un cuchillo con una mano, el gato en la otra mano, y dijo: “Si alguno de ustedes actúa correctamente, este gato no morirá; ¡si no, lo cortaré en dos pedazos!” Ninguno de los monjes pudo decir nada. Nan Chuan entonces mató al gato. Por la noche, cuando Chao Chou regresó al monasterio, Nan Chuan le preguntó qué habría dicho en cuanto al caso del gato, si hubiera estado allí durante la disputa. Chao Chou se quitó las sandalias de paja, las puso encima de su cabeza, y salió. Después de lo cual Nan Chuan comentó, “¡Oh, si hubiera estado usted aquí el gato habría salvado su vida!”

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Ejemplo 2: Teng Yin Feng fue discípulo de Ma Tsu. Un día Yin Feng decidió visitar al maestro Shih Tou (que significa piedra o roca). Cuando lo mencionó a su maestro Ma Tsu, éste le dijo: “Puedes visitarlo, pero el camino hacia Shih Tou es muy resbaloso.” A lo que Teng Yin Feng respondió: “Llevaré a un compañero conmigo. Puedo desempeñar el papel ante cualquier accidente que me ocurra.” Después de lo cual fue a la residencia de Shih Tou. Entró al salón, dio una vuelta alrededor de la tarima de meditar en la cual Shih Tou estaba sentado. Golpeó el suelo junto su colega, y preguntó al maestro: “¿Cuál es el significado de esto?” Shih Tou exclamó:“¡Ay de mí, Díos¡ ¡Ay de mí, Dios!” Ying Feng no dijo nada y regresó a Ma Tsu para pedir su consejo. Ma Tsu sugirió: “Vete a Shih Tou y repite exactamente lo mismo. Si te da una respuesta, exhala tu aliento con el sonido de ‘¡vaya! ¡vaya!’” Con este consejo en mente, Ying Feng fue a Shih Tou por segunda vez y le hizo la misma pregunta. Pero Shih Tou no le dio respuesta alguna. En su lugar, aspiró hondamente dos veces y exclamó “¡vaya! ¡vaya!”, antes de que Yin Feng lo hiciera. Éste no encontró la respuesta en esta situación inesperada, y regresó a Ma Tsu para contarle lo sucedido. Entonces Ma Tsu dijo: “Ya te dije antes que el camino de Shih Tou es muy resbaladizo.” Ejemplo 3: Un monje llamado Tien Jan fue a visitar al Maestro Real, Hui Chung. En cuanto llegó, preguntó al monje ayudante, si el Maestro Real estaba en casa. El monje contestó: “Sí, pero no recibirá ninguna visita.” Tien Jang exclamó: “¡Oh, no puedo creerlo!” Y el monje ayudante replicó: “Ni siquiera los ojos de Buda pueden verlo,” Tien Jan comentó: “El dragón da a luz al pequeño dragón y el fenix da a luz al pequeño fenix.” Y salió del lugar. Más tarde, cuando Hui Chung despertó de su sueño y supo lo ocurrido, dio una paliza a su ayudante. Cuando Tien Jan lo supo, comentó: “¡Este anciano es digno de ser llamado el Maestro Real! Al día siguiente Tien Jan fue a visitar de nuevo a Hui Chung. En cuanto vio al Maestro Real, cubrió la tierra con su chal como si fuera a sentarse en él. Hui Chung advirtió: “No es necesario, no es necesario.” Entonces Tien Jan dio unos pasos hacia atrás, por lo cual el Maestro Real dijo: “Está bien, está bien.” Pero de repente, Tien Jan dio unos pasos adelante. El Maestro Real, entonces, dijo: “No, no.” Después de lo cual Tien Jan dio una vuelta alrededor del Maestro y se marchó. Mucho tiempo después, el

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Maestro Real hizo la siguiente observación: “Hace mucho tiempo que he visto a Algunos Sagrados. La gente es ahora muy perezosa. Han pasado treinta años; será muy difícil de encontrar a un hombre como él.” Ejemplo 4: Chao Chou fue a visitar Huang Po. Cuando Huang Po vio que venía, cerró la puerta. Entonces Chao Chou cogió una antorcha y gritó ruidosamente en la sala de la congregación: “¡Fuego! ¡Fuego!, ¡Socorro! ¡Socorro!” Al oír los gritos, Huang Po abrió la puerta y salió. En cuanto vio a Chao Chou, lo cogió por un brazo y le dijo: “¡Dilo! ¡Dilo!” Chao Chou respondió: “Tú comienzas a tensar el arco después de la huida de ladrón.” Ahora llegamos al tercer punto de nuestra reflexión: ¿por qué es un arte especial el Zen en expresar la Verdad de Prajna? Ahora, la respuesta debe ser más obvia. El Zen es un “arte,” en el sentido de que para expresarse a sí mismo, sigue sus propias intuiciones e inspiraciones, pero no dogmas ni reglas. Algunas veces parece que es serio y solemne, otras trivial y alegre, sencillo y directo, o enigmático y ‘redondeado.’ Cuando los maestros del Zen predican, no sólo lo hacen con palabras sino que utilizan las manos y piernas, las señales simbólicas o las acciones concretas. Gritan, pegan, empujan, y si alguien pregunta, algunas veces huyen, o simplemente no dicen nada y simulan ser tonto. Tales acciones no tienen lugar en la retórica, la filosofía o la religión, y pueden ser descritas como “arte.” Este arte zenista que es poco ortodoxo y radical, tiene cuatro propósitos diferentes Ellos son: (1) conducir al individuo a la Iluminación directa;. (2) ilustrar una determinada enseñanza budista, (3) expresar el humor del Zen y su agudeza, (4) comprobar la hondura y autenticidad del discípulo, verificar su entendimiento. Algunos de los ejemplos que ilustran al primer grupo son los siguientes: Ejemplo 1: Una noche Te Shan estaba asistiendo al maestro Lung Tan, cuando éste dijo: “Ya es tarde. ¿Por qué no te vas a tu cuarto y descansas?” Entonces, Te Shan dio las buenas noches a su maestro y se despidió. Pero regresó en seguida diciendo: “Está muy oscuro afuera.” Lung Tan encendió una vela y la pasó a Te Shan, y, de repente, sopló hacia la llama y la apagó. Te Shan alcanzó la Iluminación en seguida.

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Ejemplo 2: Un monje llamado Hung Chou fue a visitar a Ma Tsu y le preguntó: “¿Cuál es el significado de la llegada de Bodhidharma desde el Oeste? Ma Tsu respondió: “Primero inclina la cabeza hacia mí.” Cuando Hung Chou se estaba postrando, Ma Tsu le dio una fuerte patada en el pecho. Entonces el monje quedó inmediatamente iluminado. Se levantó, aplaudió, rió a carcajadas y exclamó: “Oh, ¡estupido! ¡Qué maravilla! ¡Cientos y miles de Samadhis8 y las infinitas maravillas de la Verdad han sido realizadas en la punta de un pelo!” Entonces rindió homenaje a Ma Tsu. Más tarde repetía: “Desde que recibí aquella patada de Ma Tsu, me he sentido más alegre y risueño que nunca.” Ejemplo 3: Cuando Lin Chi vivía en el monasterio de Huang Po el jefe de los monjes le pidió que hiciera una pregunta al maestro Huang Po. Lin Chi obedeció y preguntó a Huang Po: “¿Cuál es la esencia del Budismo?” Al oírlo, Huang Po le pegó. No obstante, Lin Chi repitió la pregunta tres veces y fue golpeado tres veces. Inmediatamente después decidió salir del monasterio. Antes de su partida, dijo al jefe de los monjes: “Debido a su petición fui golpeado tres veces. Ahora voy a otro sitio para aprender el Zen.” El jefe respondió: “Será mejor para ti decir adiós al Maestro antes de tu salida.” Luego, visitó a Huang Po en privado y le dijo: “El hombre que hizo la pregunta ayer es un novato. Pero me parece que es un hombre bueno y sincero. Si viene y se despide de ti, dale algunas instrucciones.” Al día siguiente, cuando Lin Chi fue a despedirse de Huang Po, éste le dijo que visitara a Ta Yu. Al llegar a la residencia de Ta Yu, éste preguntó a Lin Chi: –“¿De dónde vienes?” Lin Chi: “De Huang Po.” Ta Yu: “¿Qué enseña Huang Po?” 8

Samadhis: Este término tiene varios significados: en el Zen “samadhi” implica no sólo equilibrio, tranquilidad y lo puntiagudo sino también un estado de intensa concentración sin esfuerzo, de completo ensimismamiento de la mente misma, y de elevado y expandido conciencia. Samadhi y Bodhi son formas idénticas desde la perspectiva de la mente iluminada, aunque samadhi e iluminación son diferentes desde el punto de vista de los pasos hacia el despertar de una elevada consciencia.

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Lin Chi: “Le pedí tres veces que me enseñara la esencia del budismo, pero me pegaba cada vez que le preguntaba. No entiendo qué hay de malo con mi pregunta.” Ta Yu: “Huang Po es amable como una madre. Lo que hizo fue para iluminarte de pies a cabeza. ¡Cuán estúpido eres al venir y hacerme esa pregunta necia!” Al oírlo, Lin Chi fue inmediatamente iluminado, y exclamó: “¡Oh, ahora ya sé que al fin y al cabo no hay mucha cosa en el budismo de Huang Po!” Ta Yu lo cogió por un brazo y le gritó: “¡Eres un fantasma que orina en su propia cama! Acabas de preguntarme cuál fue tu falta. Ahora denuncias el budismo de Huang Po. ¿Qué verdad has visto, atreviéndote hacer tal declaración?” Lin Chi le pegó inmediatamente a Ta Yu con su puño tres veces. Ta Yu se defendió y dijo: “Tu maestro es Huang Po: esto no tiene nada que ver conmigo.” Entonces Lin Chi regresó a Huang Po. En cuanto Huang Po lo vio, comentó: “Vienes y te vas; ¿cuándo vas a terminar con esto?” Lin Chi replicó: “Todo esto se debe a su gentileza.” Entonces Huang Po gritó rencorosamente: “¡Maldito sea Ta Yu que tiene una lengua larga! ¡La próxima vez que lo vea, le pegaré fuerte por esto!” “No tiene que esperar hasta la próxima vez,” dijo Lin Chi. “Puede pegarle ahora mismo!” Huan Po comentó: “¡Este hombre loco se atreve ahora a venir aquí, y a desafiar al león en su jaula!” Lin Chi entonces gritó a Huang Po, a quien le dijo que se largase. Estos koanes muestran que no hay un método definido que el maestro del Zen deba usar para llevar la Iluminación a su discipulo. Una patada, un puñetazo, un comentario simple, o cualquier otra cosa funcionará, si el estado de la mente del discípulo está maduro y listo para recibir este empujón final. Sin embargo, no se dice que las patadas zenistas, los puñetazos y la agresividad verbal sean los que lo provoquen. Si se pudiera llegar a la Iluminación de esta manera, los campos de esclavos y prisioneros serían una factoría de iluminados. Igualmente, si una persona pudiera alcanzar la Ilustracióncon sólo escuchar lo que los maestros dicen, sería suficiente grabar los famosos koanes en cintas para oírlos repetidamente hasta que seamos iluminados. Ahora llegamos al segundo grupo: ¿cómo ha sido aplicado el arte zenista para aclarar ciertas enseñanzas de los budistas?

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Ejemplo 1: Un anciano asistió al sermón de Pai Chang varias veces. Un día, trás un sermón particular, todos los oyentes se marcharon, excepto este anciano. Pai Chang le preguntó: “¿Quién es usted?” El anciano contestó: “No soy un ser humano. Cuando vivía en esta montaña durante el tiempo de la última kalpa,’9 uno de mis estudiantes me preguntó: ‘¿Están los yoguis sujetos a la ley de la causa y el efecto?’ Yo respondí: ‘No, no están sujetos a ella.’ Debido a esta respuesta engañosa creé un mal karma10 que me causó ser zorro durante quinientas vidas sucesivas. Ahora le ruego que me dé una respuesta correcta para que se me libere del nacimiento como zorro.” Pai Chang le dijo: “Está bien. Ahora hágame su pregunta original.” El anciano dijo: “¿Están los yoguis sujetos a la ley de la causa y el efecto?” Después de lo cual Pai Chang replicó: “¡Los grandes yoguis no son ciegos a la ley de la causa y el efecto!” Al escucharlo, el anciano fue iluminado. Se postró ante Pai Chang y dijo: “Ahora estoy libre de mi mal karma.” Sea verdadero o simbólico, este ejemplo refleja la actitud típica del Zen hacia el karma, o la Ley de Casualidad. Indica que el Zen no reniega de la enseñanza básica de esta ley que ha sido aceptado por todas las escuelas budistas como una de las supremas doctrinas de la se enseñanza. Muestra igualmente que el Zen no es nihilista como algunos creen que lo es. Todo lo contrario a lo que algunos creen, los seguidores del Zen son más sinceros en cumplir sus deberes religiosos y más rigidos en su conducta moral que otros. No es gente poco escrupulosa de ninguna forma. El Zen trae la libertad; no la corrupción ni la disolución. La Iluminación no enceguece a los discípulos ni los convierte en malhechores o transgresores. Ejemplo 2: El primer ministro Kuo Tze I de la dinastía Tang fue un hombre de Estado por excelencia y un general sobresaliente. Su éxito tanto en la política como en el servicio militar lo convirtió en el heroe 9

Kalpa significa el eón; cien mil millones de años. Es un ciclo reiterativo de la creación y la descomposición de un universo. 10 Karma es una de las doctrinas fundamentales del budismo. Significa acción y reacción; el proceso continuo de la causa y el efecto. Por lo tanto, nuestra vida presente y sus circunstancias son el producto de pensamientos y acciones del pasado, y al mismo tiempo nuestros actos en esta vida va a moldear nuestra existencia futura.

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más admirado en su época. Ni el poder, ni el dinero ni el éxito pudieron distraer al primer ministro de su intenso interés y devoción al budismo. Se consideró a si mismo como un budista ordinario y humilde, y visitaba a su maestro favorito con frecuencia para estudiar los dificiles textos del Zen. Parecía que él y su maestro se llevaban bien. La alta posición gubernamental de la que se encargaba no afectaba las relaciones personales con el maestro. En su amistad no existió aparentemente ningún tipo de excesiva pomposidad del político ni vana altanería del religioso; parecía verdaderamente una relación normal entre un discípulo obediente y un maestro venerado. Sin embargo, un día Kuo Tze I visitó al maestro reverente como cualquier ocasión anterior, e hizo la siguiente pregunta al maestro: “Su Reverencia, ¿cómo el budismo explica el egotismo?” La cara del maestro se tornó azulada, y de una manera extremadamente arrogante y despreciativa se dirigió al primer ministro replicando: “¿Qué estás diciendo, tú calavera entumecida?” Esta provocación inesperada e irracional dañó muchísimo los sentimientos del político, y el enojo se reflejó en su rostro. En ese momento el maestro zenista sonrió y dijo: “¡Su Excelencia, esto es egotismo!” Tenemos aquí el tercer grupo que aclara la manera en la que el “arte del Zen” asume la expresión de humor y agudeza. Ejemplo 1: Su Tung Po, el poeta famoso de la dinastía Sung, fue un budista devoto. Tenía un amigo íntimo, un maestro Zen por excelencia, llamado Fo Ying. El templo de Fo Ying estaba en la orilla oeste del río Yang Tse, mientras la casa de Su Tung Po estaba en la orilla este del río. Un día Su Tung Po visitó a Fo Ying quien no estuvo en la casa en aquel momento. Se sentó en su escritorio y lo esperó. Pronto, se aburrió de esperar, y empezó a escribir sobre un papel que se encontraba en el escritorio. Las últimas palabras decían: “Su Tung Po, el gran budista, a quien no puede mover siquiera las fuerzas combinadas de los ‘Ocho Vientos del Mundo`.”11 Esperó un rato más, pero ya estaba cansado y regresó a su casa. Cuando Fo Ying regresó y vio el escrito de Su Tung Po, 11 “Ocho vientos del mundo” es un termino ampliamente usado por budistas para denotar las ocho influencias de este mundo o los intereses que abanican las pasiones humanas; somos esclavos de nuestra propia querencia. Los ocho elementos son beneficio, pérdida, difamación, elogio, alabanza, burla, tristeza y alegría.

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el maestro zenista agregó la siguiente línea: “¡Basura! Lo que has dicho no es mejor que romper el viento,” y se lo envió a Su Tung Po. Éste se indignó con el comentario ultrajante, y estaba tan enojado que en seguida cogió el barco y cruzó el río hacia el templo de Fo Ying. Tomó del brazo a Fo Ying y le gritó: “¿Con qué derecho me insultas con tal lenguaje? ¿No soy yo un budista devoto que cuida sólamente al Dharma? ¿Estás ciego después de conocerme por tantos años?” Fo Ying miró a su amigo por unos segundos, sonrió y dijo lentamente: “Su Tung Po, el gran budista, quien reclama que la fuerza combinada de los Ocho Vientos no puede moverlo una pulgada, está ahora al otro lado del río Yang Tse por un solo resoplido del viento del ano.” Ejemplo 2: Un día el rey de Yen visitó al maestro Chao Chou, quien ni siquiera se levantó cuando vio llegar al rey. El rey preguntó: “¿Cuál es más alto el rey del mundo o el Rey de Dharma?” Chao Chou respondió: “Entre los reyes humanos soy más alto; entre los reyes de Dharma, soy más alto también.” Al oír esta respuesta, el rey quedó muy complacido. Al día siguiente un general vino a visitar a Chao Chou, quien no sólo se levantó de su asiento, cuando vio llegar al general, sino que le mostró una hospitalidad agradable. Cuando se fue el general, el ayudante del maestro preguntó: “¿Por qué se levantó usted cuando una persona del rango más bajo vino a verlo y no lo hizo ante el rango más alto?” Chao Chou contestó: “Tú no entiendes. Cuando viene la gente de calidad más alta, no me levanto de mi asiento; cuando ellos de calidad media, me levanto; pero cuando son de la calidad más baja, voy hasta la puerta para recibirlos.” Ejemplo 3: Un día Chao Chou y Wen Yuan entraron en un debate. Se pusieron de acuerdo de que el que ganara la disputa sería el perdedor, y el que perdiera sería el ganador. Como premio, el perdedor debería entregar alguna fruta al ganador. “Hábla primero,” Wen Yuan dijo a Chao Chou. Así formularon el siguiente diálogo: Chao Chou: “Soy un asno.” Wen Yuan: “Soy el estomago de ese asno.” Chao Chou: “Soy la mierda que el asno dejo caer.” Wen Yuan: “Soy el gusano en la mierda.”

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Chao Chou: “¿Qué haces en la mierda?” Wen Yuan: “Paso mis vacaciones del verano allí.” Chao Chou: “Está bien. Ahora dame la fruta.” El cuarto grupo sobre el “arte del Zen” cubre la manera en la que los maestros del Zen comprueban el entendimiento de los discípulos. Estas pruebas son muy variadas, incluyendo las maneras del comportamiento y el lenguaje. Las pruebas del comportamiento se muestran a través de las acciones radicales e inesperadas; las pruebas del lenguaje se presentan mediante la “decisiva contienda verbal.” La contienda verbal es quizás la técnica más popular aplicada muchas veces por los budistas Zen. Consiste en una sesión de preguntas y respuestas, o sea la conversación con su especial significado. Este diálogo del catequismo budista tiene un aspecto punzante siempre listo para atravezar sin piedad el corazón del contrario. Hecha la pregunta, la otra persona debe contestar tan pronto como sea posible de manera igualmente penetrante. Una vez lanzada la pregunta no hay tiempo para racionalizar o buscar la respuesta adecuada. Ninguna respuesta puede ser aceptada a menos que sea dada instantánea y espontáneamente sin esfuerzo. Por lo tanto, como sabemos que las preguntas zenistas son desconcertantes y frecuentemente no tienen contestación, cuando el estudiante no responde inmediatamente, porque intenta buscar la respuesta “correcta” mediante un rezonamiento lógico, este intervalo revela entonces su falta de entendimiento interior. Así que por muy “correcta” que sea su respuesta, no será aceptada por el maestro iluminado. Por consiguiente, esta “decisiva contienda verbal” es una técnica especial concebida por los maestros del Zen hace muchos años para poder probar el entendimiento interior de sus estudiantes. Un ser iluminado debería haber podido contestar en seguida y de una manera fácil cualquier pregunta desconcertante sin vacilación. La respuesta debe ser como un relámpago, como una chispa entre dos piedras. No hay espacio para la “elaboración” ni tiempo para la “formulación.” 2. LA ESENCIA DEL ZEN Los ejemplos anteriores nos dan una visión de algunas facetas poco comunes del Zen. Sin embargo, tenemos que examinar el principio

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básico que defiende esta enseñaza, cuyo meollo no se puede comprender intelectualmente sin tener un entrenamiento en la filosofía de Mahayana en general, y un conocimiento adecuado de la filosofía de Hua Yen12 en particular. En China el budismo Zen es conocido también como “la Doctrina de la Mente,” o “la Enseñanza de la Mente.” Este término es probablemente el mejor resumeno de lo que es el Zen, puesto que lo que enseña es el camino hacia una realización completa de la Mente. “La Iluminación” no es más que otro nombre para designar el despliegue completo de “la Mente recóndita.” La verdad es que fuera del vasto y profundo dominio de la Mente, no hay nada que esté iluminado. Por lo tanto, el único propósito del Zen es hacer que una persona entienda, realice y perfeccione su propia mente. La Mente es el tema y la piedra angular de los estudios del Zen. El budismo y la sicología moderna nos dicen que la mente tiene muchos “aspectos y estratos,” los cuales son importantes en los campos de la sicología, la filosofía y la religión. No obstante, al Zen no le interesan estos “campos” diferentes, sólo le interesa penetrar en la Esencia, o sea, en la médula más profunda de la mente, ya que una vez podamos llegar ahí, todas las otras cosas llegan a ser relativamente insignificante, y las demás se harán muy claras. Antes de abordar esta “medula recóndita” veamos lo que el budismo dice sobre los rasgos generales de la mente humana. Según los eruditos budistas, hay tres aspectos o capas de la “estructura de la mente.” El primer aspecto, o la capa exterior es la faceta activa y manifiesta. Esto incluye las funciones mentales muy activas como amor, odio, deseo, razón, fantasía, memoria, etc. Son los aspectos obvios, puesto que todo ser 12 Hua Yen significa “ornamento de flor” o “guirnalda bonita” en chino y se refiere al título de una sagrada escritura de Mahayana llamada Hua Yen Chin o el Sutra de Guirnalda (en sánscrito, Sutra de Avatamsaka). Ya que el sistema y el dogma de esta filosofía se basa en el Hua Yen o Sutra de Guirnalda, ha sido llamada “la Filosofía de Hua Yen.” Se estableció esta filosofía por el fundador de la escuela del Hua Yen, maestro Tu Hsun de la dinastía Tang, y ha sido considerado como uno de los logros más grandes del saber del budismo chino. La filosofía de Hua Yen es la filosofía de la totalidad; es decir, la elucidación de la insondable esfera de la naturaleza de Buda, y el espíritu valiente y el profundo entendimiento de aquellas personas que se esfuerzan por la iluminación para poder salvar a los seres sensibles.

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humano tiene siempre una experiencia directa en estas áreas. La sicología moderna los ha estudiado extensivamente, pero para el Zen tienen poco interés. El segundo aspecto, o la capa interior de la mente es “forma” o “naturaleza.” Nos preguntamos, ¿qué es esta naturaleza de la mente? En pocas palabras, la naturaleza de la mente es encontrar el conocimiento de sí misma. Estar consciente significa “estar consciente del resultado del juego de la consciencia”; es decir, “estar consciente de las impresiones recibidas o las imágenes capturadas por la consciencia.” Estar consciente de este juego es una experiencia absoluta y pura, en la que no hay un sujeto que entiende ni un objeto que va a ser entendido, dado que tanto el sujeto como el objeto han sido fundidos como una entidad del “sentimiento puro.” En este “sentimiento puro” no hay espacio para la dicotomía de dualismo. Estar puramente consciente es intrínsecamente no-dualista, como vemos en testimonios de los sabios budistas y de otras personas de religiones diferentes a lo largo de los siglos. El conocimiento de s mismo no es una función de conocer algo, sino que ya es un estado de “conocer a sií mismo en su forma más intrínseca.” Cuando una persona descubre este especial conocimiento, encontrará su entero ser cambiado. Mientras entabla alguna actividad, siente como si estuviera trascendiendo esta actividad; habla y camina, pero siente que sus actos de hablar y caminar no son iguales que antes –camina ahora con una mente abierta. Sabe verdaderamente que es él o ella quien está haciendo “el caminar.” El “sí mismo/a” está sentado en el centro de su mente, controlando todas sus acciones con espontaneidad. Desempeña el papel de su vida con clara consciencia y con espiritu iluminado. En otras palabras, la persona que se da cuenta de su propia consciencia observa que ya no es un sirviente obediente a impulsos ciegos, sino que es “su propio maestro.” Si este, “conocimiento de sí mismo” puede ser retenido y cultivado, la persona experimentará el aspecto iluminador de la mente, a la que muchos místicos llaman la Consciencia Pura. Cuando esta consciencia iluminadora se haya cultivada a su máximo potencial, todo el universo se verá claramente abrazado consigo. Muchos místicos y budistas han sido malentendidos y se ha creído que éste es el estado más alto de la consciencia humana, o sea, el estado de Nirvana, o la última etapa de unificación con la Consciencia Cósmica o la Gran Consciencia Uni-

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versal. Sin embargo, según el Zen, esta etapa está todavía en el borde de Samsara13. Los yoguis que han llegado a este nivel están todavía sometidos por la idea monista no pudiendo cortar el cordón de su atadura. Si lo cortaran, podrián llegar “al otro lado de la ribera” asegurándose de libertad perfecta. Por consiguiente, aunque el “estar consciente de sí mismo,” o su forma cultivada –la consciencia iluminadora – sea un clave a todas las realizaciones interiores, se permanece ceñido básicamente a la visión monista. La Iluminación budista no se puede adquirir por medio de agarrar algo o de ensanchar el “despertar de la consciencia.” Al contrario, se puede alcanzar mediante la supresión de todos los vínculos a esta consciencia iluminadora. Solamente por la fuerza trascendental quizá llegue a la médula más profunda de la Mente –el Vacío iluminador perfectamente libre y completamente no substancial. Esta característica del Vacío iluminador, vacío aún dinámico, es la Esencia de la mente. El punto importante aquí es que cuando la palabra “Esencia” se menciona, inmediatamente se piensa en algo tajantemente concreto; y cuando la palabra “Vacío” se menciona, se imagina automáticamenate la muerte y la “nada” estática. Estos conceptos no nos dan un entendimiento verdadero de la “Esencia” ni del “Vacío,” dado que el pensamiento humano se ha desarrollado unilateralmente mediante la limitación de la dicotomía. La manera ordinaria de pensar es aceptar la idea de que algo es existente o inexistente, pero nunca se acepta la noción de que algo es existente e inexistente al mismo tiempo. A es A, o no A; pero A nunca puede ser tanto A como no A simultáneamente. De la misma manera, la opinión del sentido común sobre “Vacío opuesto a existencia” es: “Vacío no es existencia; y existencia no es Vacío.” Esta forma del razonamiento, que se considera como un ejemplo correcto y racional en nuestra manera de pensar, ha sido abogada por los lógicos como algo indispensable y ha sido aceptada por el sentido común. No obstante, el budismo no sigue este camino de la lógica, especialmente cuando 13 Samsara significa principalmente dos cosas: (1) es un ciclo de nacimiento, misería y muerte que se repite indefinidamente causado por el karma; (2) es una existencia temporal en este mundo cambiante; la vida de esta sociedad en contraste con el nirvana.

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se trata de la verdad de Sunyata14 . El budismo afirma: “la forma no es diferente al Vacío, el Vacío no es diferente a la forma; la forma es el Vacío y el Vacío es la forma.” El budismo dice también que debido al Vacío, las cosas pueden existir, y debido al hecho de que las cosas existan, éstas tienen que ser Vacío también. Hace hincapié en que el Vacío y la existencia son complementarios uno a otro, y no se oponen. Se incluyen y se abrazan más que excluírse o negarse uno a otro. Cuando los seres ordinarios y sensibles ven un objeto, miran solamente el lado del aspecto existente; no observan el lado del Vacío. Sin embargo, un ser iluminado mira los dos aspectos al mismo tiempo. Esta actitud de “no distinguir las cosas,” o “la unificación” del Vacío y la existencia, es llamada la Doctrina del Centro del budismo de Mahayana. Por consiguiente, el Vacío según lo entiende el budismo no es algo negativo, ni siquiera significa ausencia o extinción. El Vacío es simplemente un término que indica la naturaleza de los seres no sustanciales, y señala el estado de no fijación, y por ello, la libertad. El Vacío no se explica fácilmente. No es definible ni descriptible. Como el maestro chino Huai Jang dijo: “Cualquier cosa que diga perderá el punto focal.”15 El Vacío no puede ser descrito ni expresado por palabras. Es así porque el lenguaje humano ha sido creado ante todo para designar las cosas existentes; el lenguaje no es adecuado para expresar las cosas inexistentes ni los sentimientos. Sería futil y engañoso tratar de discutir el Vacío dentro de las limitaciones de un lenguaje. Esta es la razón por la que los maestros del Zen gritan, lloran, patean y pegan. ¿Qué otra cosa pueden hacer para manifestar este Vacío indescriptible sin recurrir a las palabras? La enseñanza de los budistas sobre el Vacío es amplia y profunda, y se requiere mucho estudio antes de comprenderlo. Este estudio es la esencia preliminar al entendimiento del Zen. Volvamos al tema original, la Esencia, o la médula interior de la mente, para, primero, definirla con exactitud. La Esencia de la mente es el Vacío iluminador. Un maestro del Zen iluminado no sólo conoce el 14 Sunyata significa la inexistencia de las cosas y de sí mismo. Es la verdad absoluta, cuya realidad no reconoce la existencia del ser ni del no ser. Es decir, es el vacío trascendental. 15 Kim, Hokey. Modernidad y Zen, Seúl, Shidaesa, 1994, pág. 90.

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aspecto iluminador de la consciencia, sino que conoce también la importancia del aspecto vacío de la mente. La Iluminación fijada a algo se consiedra como “agua muerta,” pero la Iluminación sin fijación alguna, o la Iluminación-Vacía, es elogiada como “la gran vida.” El comentario de Hui Neng: “Desde el principio ninguna cosa existía” expresó sin lugar a dudas la Esencia de la Mente, aligual que la médula interior del Zen. Debido a ese entendimiento profundo, Hui Neng fue reconocido como el Sexto Patriarca. A manera de hacer un resumen del concepto esencial del Zen, podríamos señalar lo siguiente. Como concepto básico de una variante del budismo, “Zen” significa meditación considerada como un método de acercamiento a la enseñanza del Buda; su primer objetivo no fue el establecimiento de una religión normal, sino crear una manera de vivir basada en la meditación. Sin embargo, la meditación dentro del contexto del budismo Zen no equivale al análisis de la realidad que hace el filósofo occidental para buscar respuestas a problemas metafísicos, religiosos o éticos. El Zen no trata de examinar lógicamente el universo y la vida, sino que intenta ver la naturaleza como es y vivir la vida como debería haber sido. El Zen no es algo divisible sino completo; no es esquemático, sino orgánico; no es un pensamiento que traza planes a largo plazo sino inmediatos, y no es analítico sino integrador. En otras palabras, el Zen es una manera de vivir, lo cual no admite división entre pensamiento y acción. Trata de los hechos de la vida; no de conceptos. No hay distancia entre la consciencia y la inconsciencia; no hay dicotomía entre el yo y el mundo externo. Así que no hay contradicciones en el Zen entre los hechos y la acción. Es la lógica la que concilia las contradicciones. El problema con la mente humana es que mientras es capaz de crear conceptos para interpretar la realidad, suele hacerlo mediante hipótesis tratándolos como si fueran las cosas verdaderas. Por lo tanto, la mente considera “las ideas construidas por sí mismas” como la ley impuesta externamente sobre la realidad. La vida vista por este dualismo induce a la confusión del pensamiento. El Zen es esencialmente una manera de ver la naturaleza del hombre, la cual no vacila en sacudirse del sometimiento de algo para conseguir la libertad. La meditación del Zen, por consiguiente, no consiste meramente en la contemplación. La verdad del Zen se expone a sí misma desde el interior y nada tiene que ver con la práctica del ascetismo.

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En el Zen, para llegar a ser libre, se tiene que lograr la Iluminación o el despertar espiritual. No hay Zen sin Iluminación. Una vez que se está despierto, se puede ver la realidad de las cosas sin los impedimentos que producen la mezcla de ideas erróneas. La Iluminación llega con la intuitiva mirada de la naturaleza del ser en contraste con el entendimiento análitico o intelectual de ella. Dado que no es un proceso pensante a través de la concatenación de un discurso, el maestro zenista niega completamente el poder del lenguaje y del pensamiento. El Zen no intenta explicar, sino simplemente señalar o indicar el camino; no admite el acceso hacia la circunlocución y tampoco generaliza. El Zen es personal y subjetivo, y se preocupa de los actos concretos y tangibles. Una vez, un discípulo hizo una pregunta a un maestro Zen chino: “¿Qué quiere decir llegar al ‘estado del Buda’”? El maestro no dijo nada, solamente extendió su dedo índice. ¿Qué quiso significar, cuando extendió su dedo índicé? Su acto no tiene una explicación precisa. Quizá quiso decir “aquí,” o “ahora.” Así se comprende que el acto de ver no requiere esfuerzo. No hay que usar palabras, ni hay que pensar. La verdad de la realidad fundamental no está lejos, ya que te mira a la cara. El ademán del maestro Zen recuerda el del Buda. Una vez el Buda dio un sermón pero sus discípulos no lo entendieron entonces. Sin decir ni una palabra levantó un ramo de flores y lo mostró a los oyentes. Un hombre, de nombre Mahakasyapa, lo entendió; asintió con la cabeza, sonriendo. Tradicionalmente este episodio constituye el origen del Zen. Contrariamente a la creencia popular, el Zen no apunta a una vida letárgica, perdida en la contemplación de las cosas y de la vida. La ermita o el templo aislado en las montañas no significa un paraíso lejos del mundo profano, cuyas ansiedades invaden nuestra vida. Al contrario, es un campo de instrucción donde un hombre aprende por su fuerza de voluntad a armarse a sí mismo en el campo de batalla: el Zen no nos aleja del mundo; no nos permite permanecer como meros espectadores en la agitación que envuelve la vida humana. No es misticismo tampoco como muchos piensan. El Zen vive en medio del océano donde crece para enfrentar valiente y serenamente las olas invasoras del mundo y la vida. El Zen trasciende la mutabilidad y el panorama mutante de los asuntos humanos, pero al mismo tiempo cumple las leyes de la naturaleza. Todos nosotros somos un ser finito y no podemos vivir fuera del tiempo y del espacio. La libertad o la liberación debe ser encontrada en

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la finitud misma, porque no hay nada infinito separado de las cosas finitas. El nirvana se encuentra en medio del nacimiento y la muerte. Nuestra vida ordinaria toca solamente el borde de nuestra personalidad; no llega a una profundidad suficiente para poder levantar la parte más profunda del alma. El Zen nos facilita remodelar nuestro propio carácter, puesto que nos ayuda a abrir el “tercer ojo,” con el que podemos ver la esfera de nuestro ser. El Zen tiene por objeto enseñarnos a vivir la vida entera y completamente. En este mundo cada uno tiene que vivir esencialmente sólo para sí mismo; el Zen tiene, por tanto, su fondo en la soledad interior. Cuando esta soledad se encuentra cara a cara con la inevitable realidad, la cual es un vacío inmenso, surge la abrumadora sensación de carecer de valor. Entonces la frustración nos invade. En el vacío, no obstante, no hay dualismo entre lo bueno y lo malo o entre ser y no-ser. El Zen tiene como objetivo abolir el pensamiento y sustituir la consciencia con la inconsciencia, ya que no analiza la realidad sino la experimenta directamente. El Zen, por último, nos trae un sentido de la integridad y la realización de nuestro ser. El especial mensaje que Bodhidharma trajo consigo puede resumirse en las siguientes líneas: Una especial transmisión fuera de la escritura: No se fia de las palabras y las letras; indicando directamente al alma del hombre; mirando su propia naturaleza, logrando luego el estado de Buda.

Estas líneas que describen los principios de la enseñanza del Zen distinguen el Zen de otras escuelas del budismo que existían en China. Cuando Bodhidharma declaró su mensaje a los chinos, la doctrina ya estaba impregnada de los atributos que venían de la India. Se tardó unos doscientos años para que el Zen diera sus ricos frutos a la vida humana. Mientras tanto, el budismo Zen conseguía la esencia de lo que hace el Zen hoy en día. Después de Bodhidharma surgieron muchas figuras destacadas, quienes lograron mantener la antorcha del Zen en China. En la época del tercer patriarca chino, Seng Chan, el Zen pudo arraigarse en la cultura china. Sin embargo, fue en la época del sexto patriarca Hui Neng, cuando se fortaleció la enseñanza y se propagó el Zen a través de China. Uno de sus discípulos, Yung Chia escribió Las canciones

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de la iluminación, libro que sirvió como guía espiritual para los creyentes y principiantes. Los maestros chinos, como Chao Chou (778-897) y Lin Chi (¿-366), se distinguieron en difundir la esencia de la enseñanza del Buda en China y en otros países. En aquel entonces, China produjo tan buenos poetas como Li Po (701-762) y Tu Fu (712-770). Se cree que el poeta Han Shan prosperó en la misma época de Li Po, pues nada quedó de sus datos personales, excepto sus poemas escritos en las piedras y la madera. Los críticos coinciden en creer que unos trescientos poemas de Han Shan son auténticos poemas del Zen. Con la caída de la dinastía Tang (618-907) la gloria de la Edad de Oro se desvanece poco a poco y se prepara la llegada de la dinastía Song (960-1279). No obstante, a pesar del debilitamiento de la dinastía Tang, la poesía del Zen alcanza su mejor momento con el advenimiento de Yeh Fu, quien compone las famosas Odas del Sutra Diamante. Junto con las Cien reglas para la poesía Zen escritas por su maestro Hsueh Tou, los escritos de Yeh Fu permanecen como las piezas monumentales de la literatura del Zen. Mientras la dinastía Song decaía, el monje Hyesim del reino Koryo, en Corea, recopiló en treinta volúmenes la antología de la poesía del Zen más completa en el año 1226. La dinastía Yuan sucede a la Song, y el aura y las llamaradas de la poesía del Zen se apagan. Desde estas cenizas, Chongho, el monje Sou Shan (Montaña Oeste) de la dinastía coreana Li, revivifica el espíritu del Zen con su transplante de la objetividad a la naturaleza subjetiva de los poemas del Zen. De nuevo el brillo y la llama del espíritu Zen encontraron su camino en las obras de los coreanos Soyo y Chongmae quienes sobrepasaron a su maestro, Sou Shan. Ellos escriben una obra monumental, Ciento cincuenta reglas para koanes, que supera el trabajo de Hsueh Tou en las ámbito del vigor y el acercamiento intuitivo. El impacto de estos dos maestros continúa hasta el final de la dinastía Li, cuando Kyongho sintetiza con éxito la subjetividad y objetividad de la poesía del Zen hacia una unión total. Los poemas del Zen derivados de la palabra “gatha” son las odas de los maestros del Zen, cuyo propósito fue alabar los hechos del Buda o destacar el espíritu del Buda como esencia de la enseñanza. Algunas veces, cantan la intensidad de la vida contemplativa de los maestros del Zen. Los poemas del Zen recogidos en esta antología no sólo representan la culminación del espíritu de los maestros del Lejano Oriente, sino

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que son una crónica de la búsqueda espiritual de cada uno de ellos, quienes fueron recompensados por momentos con la satisfacción, pero otras veces frustrados por la soledad y la tristeza del mundo transitorio. Puesto que la Iluminación no se da a través de las palabras, sino que viene con el acercamiento de la exploración intuitiva, cada buscador de la verdad llega al estado de su propio ánimo, como el poeta canadiense Irving Layton expresa bien en su poema, “Artista del Zen”: A través de la contemplación amorosa de la transitoriedad y mutabilidad recibo una anticipación de la eternidad y vi con certeza luninosa que la rueda dio vueltas y no las dio. Pintando diez años una hoja de rosa flui por fin en la hoja; me estremecí ante el tacto de la gota de lluvia hasta que me hice gota y salpiqué: entonces perfectamente pinto la hoja de rosa.

Este poema es el resultado del acercamiento de la exploración intuitiva, por medio de la cual el poeta se une con los elementos de la naturaleza. Esta captación inmediata de la realidad tiene un poder creador que nos abre un nuevo mundo lleno de energía e iluminación. Por último, citemos a D.T. Suzuki, el gran maestro del Zen: “El método Zen consiste en penetrar directamente en el objeto mismo y verlo, como si dijéramos, desde dentro. Conocer la flor es convertirse en flor, florecer como la flor, y gozar de la luz del sol y de la lluvia. Cuando se hace esto, la flor me habla y conozco todos sus sufrimientos; es decir, toda su vida vibrando dentro de sí misma.” 3. LA RELACIÓN ENTRE ZEN Y POESÍA Según las tempranas obras del Zen chino, el quinto patriarca Hung Jen animó a sus discípulos para que escribieran en versos y poder evaluar así su nivel de entendimiento. Los expertos creen que la escuela del Zen empezó a practicar el uso de versos para expresar las ideas doctrinales y los niveles de la Iluminación. Aunque el budismo Zen se muestra generalmente de acuerdo con

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los principios básicos de otras escuelas de la tradición de Mahayana, dos características sobresalen particularmente en sus enseñanzas. Primero, hay una tendencia a dejar de lado las teorías doctrinales muy elaboradas, y exhorta a los estudiantes a que se concentren directamente en la experiencia básica de la Iluminación. Segundo, el Zen demanda que el estudiante vea la Iluminación y sus implicaciones desde el punto de vista de su situación inmediata. De esta manera, cuando el Zen utiliza la poesía para expresar sus ideas o perspectivas, prefiere las expresiones poéticas breves y compactas, las que son sugestivas, más que las de naturaleza expositivas. La poesía del Zen se abstiene específicamente de la terminología religiosa o filosófica y favorece el lenguaje cotidiano. Busca las expresiones del sentimiento interior con respecto a las imágenes y formas del verso, las cuales son manifestaciones de lo común y corriente en la cultura secular del periodo al que se pertenece. El hecho de que evita deliberadamente la terminología religiosa es una reflexión de la creencia del Zen, según la cual la gente común no puede captar el significado de la Iluminación hasta que pueda manifestarla con el lenguaje de la vida cotidiana. En cuanto a la variedad de la poesía del Zen, sería difícil de enumerar todos los tipos que se encuentran en la tradición. No obstante, una observación atenta nos permite clasificarla en las categorías siguientes. Primero, hay dos tipos de poemas entre maestros y discípulos. Como los maestros intentaban probar constantemente el nivel de sus estudiantes los animaban a que expresacen la altura de su entendimiento mediante la poesía. Los poemas de este tipo continuaron a lo largo de la historía del Zen. Algunas veces, los maestros escribían poemas dirigidos a un estudiante particular, si éste había obtenido el nivel satisfactorio de iluminación. Tales poemas eran presentados al discípulo con el sello oficial de aprobación que, a su vez, le permite hacerse un maestro del Zen por su propio derecho. Estos poemas tienden a emplear el lenguaje más técnico que otros tipos de poesía zenista. La segunda categoría de poemas del Zen consiste en los versos que loan la apreciación de los koanes y expresan los comentarios sobre algunos koanes particulares. Los versos de este tipo utilizan una variedad de versos largos, cuyo contenido está lleno de ironía y secreto, ya que el autor no quiere proveer naturalmente la respuesta al koan, lo que requiere una explicación elaborada.

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Tercero, las ocasiones ceremoniales ofrecen un estímulo para otro tipo de la poesía zenista. Lo vemos en los cantos que celebran el nacimiento del Buda y su Iluminación final en el frío mes de diciembre. Las ceremonias que conmemoran los días festivos del budismo continúan todavía en los grandes monasterios del Extremo Oriente. Los fieles de Buda disponen normalmente de una semana de preparativos para una variedad de actividades, incluidos los concursos de poesía. Son momentos alegres que proporcionan una experiencia familiar y cultural en la que participan todos los miembros de la familia, desde los niños hasta los abuelos. Sobre todo, los niños y los jóvenes enriquecen su cultura personal mediante los ritos elaboradamente preparados, por los cuales adquieren una sensibilidad expresiva. Cuarto, otro tipo de poemas generados en el círculo del Zen son aquellos que se escriben en companía de la pintura, la que representa alguna figura o anécdota en el saber del Zen. Algunas veces el artista mismo escribe los versos, y otras veces provienen de los grandes maestros del budismo. Quinto, además de los contextos especializados que acabamos de ver, hay poemas que reflejan la vida del monasterio y los eventos sociales que se producen a lo largo del año. Entre ellos se pueden citar los que interpretan la visita o la despedida de los miembros familiares o amigos, y los que exaltan los sentimiento hacia los hermanos o amigos. Sexto, los monjes han sido grandes viajeros de un templo a otro y como tantos caminantes de otras partes del mundo, escribieron poemas para captar las escenas de sus viajes. La mayoría de estos poemas canta la belleza e inmutabilidad de la naturaleza, la vanidad de nuestra vida y la quieta voz interior que nos dice de lo Absoluto en nosotros. Los maestros presentan la vida tranquila y meditabunda, y el estado de la iluminación interior. Tales poemas están caracterizados por las imágenes evocadoras de frialdad, claridad y silencio, o de ociosidad y somnolencia. Séptimo, hay otra ocasión que impulsa a los creyentes del Zen a componer poemas, al saber el acercamiento de la muerte. Sin embargo, algunos maestros rehusaron escribir deliberadamente un poema de última hora, ya que la muerte no concedía siempre el ocio requerido para tal composición. De todos modos, algunas composiciones en el lecho de la muerte nos revelan la sutileza entre la vida y la muerte por medio de imágenes reveladoras y clarividentes.

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Ahora vamos a ver la relación entre el Zen y poesía. Considerando el importante papel que desempeña la poesía en la tradición literaria, no es sorprendente que los budistas empleen las formas póeticas para expresar sus creencias religiosas. La mayoría de los sutras contienen secciones en verso, y esas partes en verso fueron sido usadas más tarde en las labores doctrinales. No obstante, escribir poesía no dejó de plantear problemas a los creyentes del budismo Zen, puesto que, como hemos visto, su enseñanza expresa frecuentemente una desconfianza radical hacia el lenguaje. Por ejemplo, en el Lankavatara, un sutra que influyó mucho en los tiempos tempranos del desarrollo del Zen en China, hay pasajes donde se leen: “No se conocen las palabras en todas las tierras del Buda,” y “Lo que tu enseñas, lo transgredes; porque la verdad está más allá de las palabras.”16 Y en el Sutra de Vimalakirti, cuando un discípulo del sabio le pregunta sobre la naturaleza de no-dualidad, el concepto que forma la esencia del budismo de Mahayana, su respuesta toma la forma del estruendoso silencio. Como es sabido, la desconfianza de la expresión verbal fue declarada en el Zen, que describió sus enseñanzas como independientes de la palabra escrita, una transmisión separada fuera de los sutras. Cuando el quinto patriarca pidió a sus discípulos que escribieran versos para expresar sus entendimientos, es posible así que los estudiantes trataran de olvidar el lenguaje doctrinal de los sutras y que formularan sus ideas en el lenguaje contemporáneo mediante versos seculares. Esta tendencia no ayudaba obviamente al desarrollo de los aspectos literarios, que requieren la pericia estilística y la elocuencia del texto. Como si fuera una advertencia ante tal peligro, la historia del Zen nos dice que el futuro patriarca Hui Neng “no sabía escribir,” y, por lo tanto, no sentiría una pasión especial con las composiciones poéticas. Sin embargo, a los monjes zenistas les interesaba a veces escribir poesía, consecuencia de lo cual muchos sentían un arrebato de culpa. Una inquietud excesiva por la expresión literaria trajo un marcado ocaso del ardor religioso en China, Corea y Japón. El asunto molestó enormemente al monje chino Chiao Jan (730?799?), un poeta eminente y autor de un importante trabajo de la poéti16

pág. 86.

D.T. Suzuki, What is Zen, Harper & Row Publishers, New York, London 1972,

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ca. Según su biografía, decidió abandonar la composición poética en su vejez, creyendo que no era apropiada para un practicante del Zen. Decidió no hablar una palabra más y dedicarse a la meditación. Puso fin a los esfuerzos literarios y pidió a sus discípulos que retiraran los pinceles y tinteros de su despacho. Uno de los personajes más eminentes que vivió este dilema fue Po Chu I, poeta de la dinastía Tang. Aunque tenía una carrera muy activa como funcionario gubernamental, en su vida privada era un entusiasta estudiante de la escuela sureña del Zen. Durante el período de su exilio en la Montaña Lu y después de su jubilación del servicio público, pasó mucho tiempo practicando la meditación Zen y llevando a cabo otras actividades religiosas. En sus versos, escritos alrededor del año 818, Po Chu I confiesa: Murmurando vanamente Desde que estudiaba seriamente la doctrina budista del Vacío he aprendido a calmar el estado común de la mente. Solamente me queda la diabólica poesía, a la que estoy por conquistar, todavía; déjame acercarme al paisaje un poco y empiezo a murmurar vanamente.17

Hasta pocos años antes de su muerte, Po Chu I indica que la cuestión de escribir poesía le agobia todavía. Aquí tenemos un poema que reitera el mismo problema en 840, y que fue enviado a los monjes de la Montaña Lu, donde él mismo practicaba el Zen: He dominado al diablo del sake, ya no soy un borracho perdido; mas mi boca sigue haciendo movimientos bucales, sin haber cesado el garabato del poema.18

Más tarde durante la dinastía Song, cuando el Zen chino había perdido mucho su vitalidad religiosa, los monjes se dedicaron cada vez más a la poesía, la pintura, la caligrafía y otras artes. Aquella actitud nueva reflejaba la tendencia del tiempo que apoyaba las teorías metafísicas y 17 Suk, Chihyun, Antología de la poesía zenista, Editorial Hyunam, Seúl, 1976, pág. 476. 18 Suk, Chihyun, Antología de la poesía zenista, Editorial Hyunam, Seúl, 1976, pág. 482.

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las posibilidades expresivas tanto en la literatura como en la pintura. Pronto, los críticos comenzaron a comparar la Iluminación alcanzada por el estudiante del Zen con la habilidad del poeta que aprehende intuitivamente la naturaleza de realidad y que la vuelca en su obra. Al principio, la Iluminación zenista se valió del argumento de la eficacia poética de la metáfora, pero a medida que esta idea ganaba en aceptación, los escritores ya estaban hablando como si el Camino del Zen y el Modo de la Poesía fueran uno, o que el escribir poesía fuera tan importante como la práctica de la meditación. Esta teoría se encuentra en los escritos de Yen Yu (activo entre 1180-1235) de la dinastía Song.19 Este enfoque hacia la literatura, tan diferente a las actitudes anteriores del Zen, provocó una fuerte reacción entre maestros de China, Corea y el Japón, hasta el punto que algunos de ellos condenaron todas las actividades poéticas de los monjes. En esta coyuntura veremos las implicaciones expresivas entre dicción y acción zenista. Cuando una persona tiene hambre y quiere comer, debe preparar los ingredientes y cocinarlos para saciar su deseo en lugar de hablar sólo de comida. Hablar sobre Zen nunca va a satisfacer el hambre, ya que el Zen significa la experiencia y la vivencia. Si no vivimos el Zen, no sabremos nada de él. Aunque estudiemos extensamente la filosofía del Zen, si no lo practicamos conoceremos muy poco el Zen. Un conocimiento intelectual es un conocimiento de segunda mano; no es una experiencia directa. Para poder poseer la experiencia directa la persona debe practicarla. Como un estudiante de caligrafía que debe coger el pincel, mojarlo en tinta y hacer sus trazos sobre el papel, plumada tras plumada, así el estudiante del Zen practica su meditación sentada y la aplica en su vida cotidiana. Una persona puede estudiar el Zen académicamente con su instructor o, si tiene suerte, con su maestro. Esa persona puede estudiar el Zen mediante la investigación, la lectura o asistiendo a las conferencias de los maestros del Zen. No obstante, el estudiante del Zen tiene que tener presente que el entendimiento intelectual no es la médula del Zen. Eso no es más que el conocimiento, un entendimiento indirecto; no es una experiencia actual o la verdadera realización del Zen. 19 Chin, Yoongil, La literatura china y el Zen, Editorial Minjoksa, Seúl, 1992, pág. 231.

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Nuestro lenguaje es muy limitado, mientras que la verdad o la realidad es ilimitada. Por lo tanto, la herramienta limitada del lenguaje no puede expresar la ilimitada verdad de la realidad. Como Lao-tse declaró: “El Tao que se puede hablar, ya no es el Tao eterno. El nombre que le nombra no es el nombre verdadero.” 20 Puesto que la realidad o la verdad no se puede describir adecuadamente, el maestro del Zen hace recordar continuamente a sus estudiantes que las enseñanzas del maestro, incluso las de Buda, son solamente un dedo que señala la luna. El dedo es demasiado corto para llegar a la luna, y el dedo no es la luna misma. Si deseamos ver la luna, quizá sea necesario seguir la dirección del dedo, pero debemos dejar el dedo allí al fin y al cabo, y experimentar la luna para nosotros mismos. Desde ese punto podemos ver finalmente lo que es la luna. Cuando Sakyamuni Buda estaba vivo, muchos discípulos se reunían con él. Tenía más de mil seguidores, entre los cuales había todo tipo de gente: hombres, mujeres, mendigos, intelectuales, etc. Cuando llegó la hora de escoger a su sucesor, eligió a Mahakasyapa, un experto de meditación práctica, a pesar de que Ananda fue un intelectual brillante. Hung Jen, el quinto patriarca del budismo Zen en China, tenía quinientos devotos que estudiaban en su monasterio. El jefe de los monjes fue Shen Hsiu, un intelectual brillante que tenia mucho conocimiento de los sutras. Sin embargo, Hung Jen escogió a Hui Neng, un analfabeto que trabajaba en la cocina, como sucesor suyo no por su educación o conocimiento intelectual, sino por su práctica religiosa que demostraba un alto nivel de la realización más allá de las palabras y el lenguaje. Debido al hecho de que el lenguaje y el conocimiento intelectual son instrumentos indirectos no forman la médula del Zen. Como ya vimos, el Zen quedó fundado en un momento histórico entre Buda y su discípulo Mahakasyapa, cuando éste hizo una pregunta al Maestro. Buda no le contestó, sino que levantó una flor; su discípuolo inclinó la cabeza sonriendo, y así llegó a ser el segundo patriarca del budismo en la India. Bodhidharma enseñó que las escrituras de varios maestros y patriarcas, incluso las enseñanzas del Buda, sólo son los instrumentos con20 Chan, Wing-tsit. The Way of Lao Tzu, New York, The Bobbs-Merrill Company, Inc. 1963, pág. 21.

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venientes. Pero el discípulo no debe depender únicamente de ellas. El método más importante en la enseñanza del Zen es la experiencia directa y la mirada directa a sí mismo para descubrir la naturaleza del Buda que tenemos cada uno de nosotros, y llegar a ese nivel que consiguió el Buda. En otras palabras, es una búsqueda hacia dentro, no hacia afuera: esta es la médula de la enseñanza del Zen. Quizá la lectura de los libros del Zen provea el fundamento para el entendimiento del Zen, pero el conocimiento y la sabiduría no son lo mismo. El conocimiento se adquiere por el aprendizaje de las fuentes externas, mientras la sabiduría se desarrolla dentro de la experiencia y la realización interiores. En el Zen la sabiduría es más importante y se adquiere por la práctica y la perspicacia. La práctica del Zen no está limitada en sentarse a meditar. Es muy difícil de sentarnos constantemente a menos que participemos en un periodo del entrenamiento especial, o sea sesshin.21 Así que los monjes orientales prolongan el periodo de meditación aplicando la técnica del Zen a la vida diaria y a sus actividades. Hay zazen22 durante su jardinería, en su ceremonia del té, en su lectura y en su estudio. El zazen puede estar en la limpieza de los platos, la cocción o el acarreo de agua. El zazen está con todas las actividades cotidianas. Hui Neng practicaba zazen en su vida cotidiana. No tenía tiempo para sentarse y meditar, puesto que estaba siempre muy ocupado en cocinar, llevar agua y limpiar platos para quinientos compañeros en el monasterio. Sin embargo, durante sus labores manuales disciplinaba y controlaba la mente hasta que conseguía la Unidad de la mente y el cuerpo, del sujeto y el objeto, y de sí mismo y el universo. Su realización fiel de la rutina diaria junto con la profunda comprensión de la unión del mundo interior y exterior fue aceptada por el quinto patriarca, Hung Jen, quien le presentó la túnica patriarcal como símbolo de su sucesión y autoridad. Una pregunta frecuente hecha por el estudiante del Zen es: “Si el conocimiento no es importante, entonces ¿por qué hay enseñanzas verbales? Si nada es bueno o malo, correcto o equivocado, ¿por qué se si21

Sesshin es el período especial que los monjes practican una meditación intensiva que dura desde unos días hasta unos meses. 22 Es la meditación zenista en una posición de piernas cruzadas.

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guen códigos morales?” Para contestar todas estas preguntas debemos recordarnos que el Zen verdadero no se puede practicar si el estudiante no sigue las enseñanzas del Buda y los maestros. Sakyamuni Buda enseñó que la persona tiene que desarrollar dos cualidades para obtener la Iluminación perfecta: la sabiduría (prajna) y la compasión (karuna); prajna eliminará todos los engaños de la vida, y karuna será representado por Avalokitesvara. Avalokitesvara, Kwan Yin en chino, representa el Bodhisattva de la compasión universal. Este maestro iluminado lleva el agua sagrada que cura las enfermedades y consuela los sufrimientos. Para desarrollar la sabiduría que destruye la ignorancia y la ilusión el seguidor del Zen debe comenzar con la observancia de los preceptos y la práctica de la meditación. Para fomentar la compasión que ayuda a otros y que práctica el amor, la persona debe poner en práctica los siguientes seis elementos: generosidad, moralidad, paciencia, energía, meditación y sabiduría. De los seis elementos el cimiento más importante es la generosidad. El practicante del Zen debe disponer de su generosidad hacia los otros, tanto espiritual como materialmente.

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CHINA

WANGIU (701-761) 1 La montaña vacía; no se ve una persona. Mas se oye el murmullo. Penetran los rayos del sol poniente y llegan los musgos verdes. 2 Miro atrás, allí están los picos cubiertos por las nubes blancas, y aún más arriba los cielos azules. Cuanto más camino, más se alejan. 3 Es un día frío y despejado. Miro la montaña a lo lejos. Allí habita el color verde encima de la nieve acumulada. Salí del pueblo del este sin una razón, sin hacer caso del mundo. 4 Sentado en el profundo bosque de bambúes toco el laúd y canto. Rodeado de bambúes solitarios lejos del ruido del mundo. El rayo de luna, único visitante, ilumina a uno y al otro. 55

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5 Despertó la ansiedad de repente, se convirtió en rocío del alba. Si pudiéramos ver más allá ¿dónde el yo, el tú y los otros...? 6 Como una flecha ya llega el frío. Me miro en el espejo. Cantando viene el viento sobre el bosque de bambúes, Abro las ventanas para recibirlo. La nieve cubre las montañas de alrededor, aumentando la tranquilidad del cielo despejado y azul. Cierro las ventanas. Al amigo Uimok Somos amigos entregados a la risa y a la fraternidad. Compartimos la vocación del ermitaño en la montaña. ¿Por qué permaneces aquí sin irte a las montañas de las nubes blancas dejando al bosque primaveral más espeso que nunca? *** Rodeado por la tranquilidad de la noche, la montaña primaveral permanece vacía y desierta. Ni personas ni sombras, caen los pétalos del cinamono. La luna luce abandonada en el cielo, las aves se alborotan. El arroyo primaveral canta por el valle y calla. *** El lago primaveral ancho y profundo. Una barca veloz espera el regreso. Las hierbas flotantes lentamente se juntan. Las ramas del sauce llorón barren las hierbas flotantes.

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*** Las incesantes olas de las aves hacia el Sur, continuas montañas llenas de otoño. Subo y bajo sin cesar la colina de Juacha. Pregunto qué hacer con la perturbadora emoción. *** La viga del albaricoque bien desbastada, el techo de hierbas aromáticas trenzadas. El duende entre la viga y el aguilón, nadie lo sabe, volará al mundo laico y se convertirá en lluvia. *** Un arroyo atraviesa por el bosque de bambúes. Se quiebran las olas limpias como el cielo despejado. Entro solo al camino crepuscular hacia el otro lado. Ni el leñador conoce la densidad de lo intrincado. El lugar de las magnolias En las laderas del valle disminuyen los rayos del sol. En el camino lejano las aves se precipitan hacia su pareja. Los colores del grandioso otoño resplandecen. Me pierdo en el bosque sin enterarme de la puesta de sol. *** Un sendero escondido debajo de los robles, los verdes musgos crecen en la oscuridad. ¡Mozos! Barred el sendero de la humedad. Quizá baje el maestro del templo entre los árboles. ***

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La melodía de la flauta llega al puerto. Me despido de un viejo amigo en el crepúsculo. Si miras el contorno del lago Kijo mientras lo atraviesas las nubes blancas cubrirán el valle alrededor. *** Beber el agua de la Fuente Dorada diariamente te garantiza mil años de juventud. El dragón de vivos colores tira de la carreta del ermitaño, será un vuelo al paraíso para ver a los dioses. La señora Sihk Aunque hoy es la amada del rey, no olvida la virtud que le debe a su marido de ayer. Llora la gran dama rodeada de lujo . No ha hablado ni una palabra con el rey Cho. Elegía por la ministra Amante I Las luciérnagas pasan fuera de las ventanas de jade. Ya ha dejado de pasar la gente por este lado del palacio de oro. Sólo guarda la cortina de seda en las noches de otoño. Se consume la lámpara solitaria melancólicamente. Elegía por la ministra Amante II Las hierbas otoñales prosperan en el patio del palacio. No se ven los pasos del rey a este lado del ala. Ni se oye la música de la flauta que lo acompaña. La carreta dorada pasa a lo lejos imperceptiblemente. Elegía por la ministra Amante III Es extraño que esté cerrado este lado del palacio. Ya se alejó el rey; no hay sonrisas de bienvenida.

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Mientras las damas del palacio celebran la llegada de la primavera, las sonrisas, carcajadas y gritería de los preparativos. *** Las bellas hojas verdes relucen serenas y tranquilas. Los pétalos rojos se tornan del rosado al encarnado. El corazón de la flor ansioso y desesperado. ¿Cómo sabría el atardecer primaveral de la mente de la flor? *** Caen las blancas flores del peral en el reposo. Los pétalos vuelan levemente llevados por la brisa. Una oropéndola galantea con los pétalos ondulantes, y vuela alrededor del palacio con una flor en el pico. *** Las hierbas espesas esparcen la fragancia de la verde primavera. Los altos pinos del pueblo entregan la frescura del verano. Las vacas y las ovejas regresan a casa por el sitio conocido. Los niños no saben reconocer el uniforme de un oficial del gobierno. *** Una botella del sabroso sake cuesta diez mil dineros. El pueblo Jamyang está lleno de jóvenes patriotas. Se reúnen, beben y se animan a hablar. Al lado de la taberna los caballos descansan bajo los sauces. ***

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TU FU (712-770) El blanco destella la grulla a través de las olas oscuras, parece que las flores rojas arden en la cuesta verde; ¡Ay! Veo que otra primavera ha pasado... ¿Cuándo vendrá el día de mi retorno? Una noche en la tierra forastera Un viento ligero está soplando en la ribera herbosa, a mi alto poste sin movimiento por toda la noche. Las estrellas se inclinan hacia un espacio abierto, y la luna viene corriendo por el río. No sé si el arte de escribir me traiga la fama; la vejez y la enfermedad me han quitado el oficio. ¡Cómo vuela el tiempo fugaz! No soy más que un ave en este vasto mundo. Un concurso de poesía trás la cena en la Villa de Tso La luna creciente ha caído detrás del bosque airoso, las cuerdas del laúd húmedas de rocío vibran sonoramente. Un arroyo escondido pasa por debajo del jardín; encima del techo, el firmamento bordado por las estrellas primaverales. Consultamos los libros, percibimos que las velas son cortas; examinamos de nuevo la espada, tomando un sorbo del vaso. Los poemas ya están; los cantamos en el dialecto del Oh. No puedo olvidar el concurso de poesía en el barco. Una vista de la primavera Aunque un país esté arruinado, los ríos y las colinas permanecen: y la verde primavera regresa a los árboles y las hierbas. Allí donde los pétalos han caído como lágrimas, los pájaros solitarios han cantado su dolor. Tras mirar el fuego de las atalayas por tres meses, una noticia de mi familia vale una tonelada de oro. Miro mis canas blancas y ralas; no hay donde poner las horquillas.

POESÍA ZEN

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Una canción de sollozos por el río Soy solamente un guardabosque viejo que llora, cuando salí furtivamente al río sinuoso como la sombra primaveral. Puesto que están cerrados los palacios ribereños por miles de puertas, ¿para quién verdean los sauces y los juncos? Recuerdo una nube de banderas que venía del jardín del sur, diez mil colores intensificándose uno a otro, desde el Palacio del Sol la primera dama del Reino acompañaba al Emperador en su carroza real; con arcos y flechas aguardan las damas, los caballos blancos tascan el freno dorado, un arquero, su pecho hacia el cielo, apunta a la nube, derriba un par de aves con un dardo. ¿Dónde están aquellos ojos perfectos y los dientes nacarados? Un espíritu manchado de sangre no tiene casa ni a donde regresar. Las aguas claras de Wei corren al este por la hendidura de la Torre del Puñal. Sin noticias de él ni de ella ha sido llevada de aquí para allá. Las lágrimas de la gente compasiva Desean que ella sea tan eterna como el río y las flores. Los jinetes tártaros levantan el polvo en el crepúsculo amarillo. Vacilo en ir al sur, mas persisto en mirar al norte hacia el trono. Después de ver a Li Po en sueño 1 Hay sollozos, cuando la muerte es la causa de la despedida; mas la vida contiene su despedida una y otra vez. Desde la humedad venenosa del río sureño no me has enviado noticia de tu exilio. Por fin viniste anoche en un sueño, porque estoy siempre pensando en ti; me pregunté si eras verdaderamente tú, el que se arriesga a un viaje tan largo. Viniste por un bosque verde, y desapareciste por una fortaleza sombría. Aun despojado de tu malla y de tu celada, ¿cómo podías levantar las alas y batirlas?

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Me desperté, y la luz tenue de luna Semejaba tu rostro, flotando todavía en el aire. Había aguas que cruzar, salvajes y agitadas; si te cayeras, habría dragones y monstruos en el río. Después de ver a Li Po en sueño 2 Esta nube que ha flotado todo el día en el cielo, quizá no vuelva nunca como un vagabundo. Durante tres noches te he soñado; has sido tan tierno, íntimo y real como estar despierto. Entonces, bruscamente al levantarte para irte, me advertiste de peligrosas aventuras. Hay tormentas y naufragio en ríos y lagos; el miedo que ha nacido en un barco pequeño. Y aquí en mi portal, frotaste tu cabello blanco, como si algo te dejara perplejo. Nuestra capital hierve de gente ocupada, mientras estás solo, desamparado y pobre. ¿Quién dijo que la investidura divina nunca fracasa? Te ha traído mala fortuna, alguien tan viejo como tú. …. una fama de mil años, de diez mil años. ¿Qué cosa buena habrá, si mueres y te vas? Un verso improvisado A sólo unos pocos pasos la luna flota en la superficie del río. La llama de la lámpara oscila despreocupadamente iluminando la noche profunda Las garzas blancas se duermen en el arenal; los peces saltan vivamente al lado de la popa. Lleno de alegría 1 Planté el melocotonero y el ciruelo, ellos saben quien es el dueño.

POESÍA ZEN

Un anciano que vive en una casa del campo rodeada por una valla baja. Quizá me desdeñe el viento de la primavera, anoche quebró las pequeñas ramas en flor. Lleno de alegría 2 Ya se ha ido febrero, y viene marzo; ¿cuántas primaveras podré ver? No pensaré en los dolores de la vida, alzaré las copas antes de morir. Despejando las inquietudes 1 Anidada en el valle al lado del río, el techo de dos pisos cubierto de paja, la puerta trenzada con ramas de arbustos está fragmentada como las estrellas en el cielo. Las gotas de lluvia sobrevuelan las negras aguas del río de olas embravecidas. Las aves alimentan sus polluelos con bayas rojas. Una mujer entrega su pescado a cambio de dinero. Despejando las inquietudes 2 Para entrenar la naturaleza moral nada mejor que la poesía; La escribes, la adornas y la cantas. Los poetas como Saryonwoon y Sacho1 seguían escribiendo y puliendo su canto; quiero aprender el ánimo de Umgang y Jason2.

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Poetas del periodo de los Seis Reinos en China. Poetas de los reinos Chin y Yang.

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La primavera llega La languidez primaveral embellece los ríos y las montañas; la brisa del sur trae la fragancia de las flores y las hierbas. En cuanto la tierra se deshiela, empiezan a volar las golondrinas; encima de la arena se duermen los periquitos. Ocho estrategias La hazaña del Chegalyang1 sobresale en los Tres Reinos2. Su renombre ha sido alzado por las ocho estrategias. Las aguas del río se han ido, dejando sólo las piedras. No haber atacado al reino Wu le mortifica. La amistad en la pobreza La palma arriba o abajo; las nubes crecen y llueve. Los frívolos y perturbados no saben qué hacer. ¿No conociste la amistad entre Kwanchung y Posuk3, cuando eran pobres? Lo bello fue su amistad, hoy convertida en polvo. La lluvia en la noche primaveral La lluvia placentera cae a tiempo; toda la creación brotará en seguida. La lluvia primaveral corre en la dirección del viento y satura la noche; la llovizna cae sin ruido y moja diez mil cosas. El campo está cubierto por la nube sombría; 1

Chengalyan: Estratega del periodo de los Tres Reinos en la China medioeval. Los Tres Reinos: Wu (222-280), Shu (221-263) y Wei (220-265). 3 Kwanchung fue un hombre pobre en su juventud y acostumbraba a mentir a su amigo Posuk. Sin embargo, Posuk creyó siempre en Kwanchung y lo recomendó a su amigo Whangong, de la corte del reino Che. Kwanchung apoyó a Whangong en las grandes hazañas del reino y se convirtió en un hombre poderoso. Kwanchung pudo decir: “Mis padres me dieron la vida, pero quien me reconoció fue Posuk”. 2

POESÍA ZEN

el río refleja la luz de la lámpara en una barca. El alba pura se tiñe de rojo y es húmeda; en el Castillo de la Corona pesarán mucho las ramillas de las flores mojadas. En el pabellón de la ribera Yazgo en el pabellón de la ribera relajante; canto a media voz mirando el campo. Aunque fluye el agua, no estoy afligido; con las nubes viajeras me siento tranquilo. La primavera quiere irse sin ruido; toda la creación disfruta de la vida. Mas no puedo regresar a mi pueblo natal; escribo versos para alejar la ansiedad. Grillo Eres tan pequeño y tan frágil, entonas una canción triste que nos hace llorar. En la hierba hay un monólogo que no cesa. Debajo de la cama, como si conversara conmigo, un viajero llora sin remedio. Una mujer abandonada partirá antes del alba. Ni la tristeza del laúd ni la melódica flauta se pueden comparar con tu emoción. Sentado solo Lamento el otoño del que huyó la cabeza blanca. El bastón me sostiene apoyado en el muro. Bajó el agua del río, la arena y una isla desierta. El cielo está vacío; alrededor está límpio. Quiero retirarme al mar; mas me lo impide la vejez. Ajeno a mi voluntad, recibí un rango oficial. Las alas de las aves se ven más ligeras en el crepúsculo; Siento envidia de ellas que regresan al bosque.

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HAN SHAN (771-853) 1 ¡Qué estrecho es el camino a la Montaña Fría! No hay huellas de caballo ni de carreta. El riachuelo del valle serpentea sin fin. Las escarpadas rocas se enciman unas sobre otras. Las hierbas resplandecen con el rocío. Los pinos se tuercen según la dirección del viento. He perdido el camino; pregunto a mi sombra: ¿a dónde voy? 2 Este sitio es bueno para esconderse del polvo y de las manchas del mundo. Los pasos, leve huella en el césped. Contemplo la luna, mi buena vecina. Las aves me acompañan cantando. No puedo preguntar el Camino a nadie. Oh, el árbol del mundo terrenal, ¿cuántos años necesitas para florecer tu primavera? 3 Me preguntan el camino a la Montaña Fría. Mas no hay camino a la Montaña Fría. El hielo no se derrite aún en el verano. Aunque el sol ascienda, la niebla se hace más densa. Y puedo hacerlo si me gusta. Mi mente no es igual que la tuya. Si tu mente fuera como la mía, podrías llegar al corazón directamente. 4 Con las espuelas pico mi caballo hacia la fortaleza en ruinas, la que despierta en mí el pensamiento del viajero.

POESÍA ZEN

El antiguo campo de batalla ha desaparecido completamente; las viejas tumbas, las grandes y las pequeñas, deshechas por todas partes. Se mueve la sombra de la maleza enmarañada. Giran los vientos silbantes alrededor de los ataúdes azotados por el tiempo. ¡Qué lástima, huesos sin nombre! Nada merece entrar entre los inmortales. 5 Adornadas con perlas, rubíes y collares, las bellas mujeres de la capital gustan jugar con las flores y el loro. Tocan el laúd bajo la luna, y sus voces flotan en la brisa primaveral. Bailan alegremente ante un público numeroso. Pero nada dura para siempre. Las rosas no soportan el frío. 6 Mi refugio yace en la base del precipicio verde. No tengo que cortar las hierbas en el jardín. Una parra exuberante y fresca baja copiosa, colgada en los ásperos peñascos. Las frutas de la montaña son buenas para los monos, los peces en el lago van al pico de la garza. Con uno o dos libros en la mano leo debajo del árbol susurrante. 7 Las cuatro estaciones nunca se detienen. Pasan los años y regresan. Toda la creación está sometida al cambio, solamente los Nueve Cielos permanecen.

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Mientras el este ilumina, el oeste oscurece. Las flores caen y florecen de nuevo. Sólo el hambre en su camino a las Fuentes Amarillas1 nunca regresa si se aleja una vez. 8 La tristeza del año ha terminado con el cambio de estación. La primavera ha traído los colores frescos a todos los seres vivos. Las flores silvestres de las montañas desprenden carcajadas en las aguas verdes. Los árboles sobre el precipicio bailan con la niebla azul. Se divierten las abejas y las mariposas. Me encantan las aves y los peces. Abrumado por el deleite de esta camaradería interminable no puedo acostarme hasta el amanecer. 9 Hay un sentimiento inmortal en la niebla. Lejos de los asuntos mundanos vivo en una choza al pie del precipicio verde. Es agradable oír su comentario sobre el tiempo, refrescante como el pensamiento del otoño en verano. Del pozo escondido mana agua fría. Los vientos frescos atraviesan por el bosque de pinos. Si te sientas aquí a mitad del día, olvidarás las inquietudes durante cien años. 10 Oigo decir que es difícil sacudir las inquietudes. ¿Es verdad lo que dicen? Ayer por la mañana las deseché, mas hoy regresan a hostigar. Los meses pasaron, pero nunca me dejan en paz el dolor y la inquietud. 1

Fuentes Amarillas: la muerte.

POESÍA ZEN

Las inquietudes nuevas vienen con el año nuevo. ¿Quién conoce a una persona que lleva un sombrero cargado de inquietudes todo el tiempo? 11 Una anciana vive en una casa al este de aquí. Ha disfrutado su riqueza durante quince años. Años atrás fue más pobre que yo. Ahora ríe porque no tengo ni un centavo. Esta vez se ríe de mí; pero antes yo me reí de ella. Nunca cesamos de reír uno del otro como si el este fuera el oeste, y el oeste fuera el este. 12 ¡Qué deslumbrante la belleza de la hija del señor Lu! Al nacer se le dio el nombre de “Sin Pesar”. Recogía las flores, disfrutaba montar a caballo; navegaba en velero, recogía las flores de loto. Se sentaba en la piel del oso azul y se ponía el vestido del plumón de fénix. ¡Qué pena! Dentro de cien años no podrá escapar de la tumba. 13 Me tiendo solo al pie de los peñascos amontonados. La niebla sofocante nunca desaparece. Aunque el cuarto esté oscuro y sombrío, mi mente está libre del bullicio y la perturbación. En sueño paseo por el palacio dorado. Mi espíritu regresa del puente de piedra. He desechado todo lo que me molesta, incluso el cucharón de calabaza colgado en el árbol.

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14 He permanecido durante treinta años en la Montaña Fría. Ayer fui a ver a mis amigos; más de la mitad se fue a las Fuentes Amarillas1, y el resto parece tan débil como la vela que se consume y se desliza como un río infinito. Esta mañana enfrento mi fantasma; de repente, lágrimas brotan en mis ojos. 15 Mi pensamiento es como la luna otoñal, emite una luz radiante sobre el agua del lago verde. Nada puede compararse adecuadamente. Dime, ¿cómo podría explicártelo? 16 Los perales están en plena floración; durará hasta el verano. Mas los vientos y las lunas apresurarán al tiempo. Ve y busca a los hombres de la dinastía Han: no encontrarás persona viva alguna. Día tras día las flores se marchitan y caen, año tras año el hombre envejece y se debilita. Este lugar donde el polvo se levanta hoy debió ser el fondo del mar. 17 Las muchachas juegan en el crepúsculo. La fragancia llevada por el viento llena el aire del camino. Sus faldas brocadas están bordadas con mariposas doradas. Sus moños están adornados con patos de jade, las criadas llevan la seda teñida de carmesí. 1

Fuentes Amarillas: la muerte.

POESÍA ZEN

Los muchachos con capas moradas las esperan atentamente. Miradlos perdidos en el camino, están desorientados, sus cabellos pronto se tornarán blancos. 18 Anchas y libres son las Fuentes Amarillas1 que fluyen lenta e infinitamente hacia el Este, su agua turbia mana hacia todos los lados. La vida del hombre es demasiado breve. Quieres subir a la nube blanca; ¿cómo podrán crecer las alas a tu espalda? Mientras tu pelo se mantenga negro, esfuérzate sin cesar día y noche. 19 Un hombre se sienta en el sendero pedregoso de la montaña. Las nubes se alejan, la niebla me envuelve. Me gustaría llevar esta flor como un regalo, mas el camino se extiende fatigoso y lejano. Vacilo en dar el primer paso; mi pensamiento se ahoga en la tristeza. Alcancé la mayoría de edad; no he alcanzado nada. Se reirán de mí por la carga pobre. Aún me sostengo en pie solo, erguido y seguro. 20 Lo bueno viene por el mejoramiento de la mente. Es la manera con la que consigues la Iluminación. El cambio viene si modificas la forma de tu vida. Es la manera con la que te haces un nuevo hombre. Una vez alcanzados la buena mente y el cambio puedes entrar en el sitio de los inmortales. Sin haberlo logrado, nadie puede escapar del dolor de la muerte. 1

Fuentes Amarillas: la muerte.

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21 El agua primaveral fluye hacia el río verde. La luna ilumina sobre la Montaña Fría. El silencioso despertar: mi espíritu se hace cristalino. Contempla al Vacío que excede toda quietud. 22 El que codicia la ganancia y la riqueza es como un búho que adora a su criatura. Una vez crecida el ave devorará a sus padres. Del mismo modo la riqueza perjudica al rico. Suprime la riqueza y la bendición será tuya. Los ricos acumulan lo que trae la maldad. Aléjate de los ricos y de las maldades, entonces podrás volar libremente a través del cielo azul. 23 La furia es fuego en el corazón que quema la madera de la caridad. Si quieres seguir el camino del bodhisattva, ten paciencia con la desgracia y conserva tu mente en orden. 24 Vasto y ancho es el mundo de la maldad, oscuro y anochecido, sin rayos de sol. Ochocientos años de la vida del hombre son más breves que la mitad de la noche. Los tontos que entran en este mundo son objeto de la pena y del dolor. Aléjate de la senda de la maldad, acata la ley de las leyes.

POESÍA ZEN

25 Veo que hierves los granos de arena para la comida; excavas el pozo sólo cuando tienes sed. Aunque trates de pulir la teja nunca será espejo. Buda dijo que todos son iguales al principio y que poseen la naturaleza de Buda. Piénsalo: la pelea y la discordia no sirven para nada. 26 Si necesitas una imagen para la vida y la muerte, búscala en el agua y el hielo. El agua se hace hielo cuando se solidifica. El hielo vuelve al agua cuando se derrite. Lo que ha muerto debe nacer otra vez. Lo que ha nacido debe morir. Agua y hielo no se dañan uno a otro. Vida y muerte son sin duda dulces. 27 No debemos acusar a los otros por sus faltas. ¿Para qué sirve jactarte de tu propia acción? Tenemos que hacer lo que hay que hacer. Mas tenemos que dejar lo que hay que dejar. Una gratificación aguarda la responsabilidad importante. El discurso profundo previene los pensamientos frívolos. Escúchalo con cuidado y piénsalo bien, hasta un niño puede comprenderlo. 28 Todas las cosas pasan por interminables cambios, así es también el ciclo de la vida y la muerte. En los Tres Caminos algunos nacieron gorriones; otros como dragones y peces en las Cinco Montañas.

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En los tiempos malos se ven muchas ovejas; en los tiempos buenos nacieron los caballos veloces. En mi vida anterior fui rico, mas ahora soy un pobre miserable. 29 No me faltan el aprendizaje y el juicio, y siento no haber conseguido un empleo en el gobierno. Los examinadores frustraron mi deseo y dicidieron exponer mis faltas y debilidades. Es, sin duda, mi destino. Sin embargo, intentaré tomar el examen nuevamente este año. Un niño ciego que apunta al ojo de un gorrión puede tener suerte. 30 El novio de la familia Yu tiene ochenta años y la novia de la familia Yan dulces dieciocho. Como marido y esposa han empeñado sus palabras por cien años de unión. Se amaron y se cuidaron mutuamente. Tuvieron un hijo y lo llamaron Tigre. A la muchacha la llamaron Dulce-Gorda. Mas veo que el sauce viejo pronto se marchitará por la helada de la joven esposa.

BAEK KUI (772-846) Mi retrato Yo no conocía mi apariencia hasta que me pintara Li Bang. Escudriñé con calma la forma y el espíritu, vienen bien con el retiro en la montaña. El sauce ribereño es endeble y marchito, mas su entereza es como el cuerno de venado,

POESÍA ZEN

difícil de disciplinar. ¿Cómo es que comenzó a trabajar en el Palacio Real, y que pasara cinco años sirviendo a Su Alteza el Rey? Terco y recalcitrante, y de carácter fuerte, difícil de relacionarse con los laícos del mundo. No es guapo ni noble; temo que traiga un infortunio. Es mejor que se resigne temprano al oficio, y siga en las montañas y las aguas del valle.

A mi biblioteca No soy viejo ni joven, tengo treinta y seis. No soy vil ni noble, recibí un oficio del Gobierno. Soy un hombre regular, por eso estoy contento con lo que tengo. Mi espíritu y mi cuerpo disfrutan la paz debido a la mente generosa. Si está lleno mi estomago, toda la comida es deliciosa. Si puedo extender las rodillas, es mi hogar. Además, hay un laúd y los libros en mi biblioteca. No procuro indagar demasiado el profundo significado de las lecturas. Me divierto moderadamente tocando el laúd. Por la noche regreso tarde a la casa; toda la noche en Palacio. Vivo de acuerdo con lo dispuesto por la naturaleza. Vacío la mente como su estado original. Viviré con la naturaleza tranquila y magnánima. Es un lugar oscuro y pacífico, sin ruido. No es un sitio sabio ni torpe. En nombre de la grulla Yo era una grulla que cruzaba el mar, cuando encontré casualmente a un viajero del sur. Me llamó, y emocionado y agradecido, vinimos juntos a Nakyang, donde no encuentro a mi gente. Tenía sólo dos alas. Su apariencia era noble y hermosa; su color era de un blanco puro que lo protegía del sol.

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Quería servir al dueño manteniéndose a su lado, pero tanto la choza como el patio eran angostos. Comía y bebía entre aves y gallinas; perdió su personalidad al llegar a la vejez. Mi pueblo natal está muy lejos encerrado entre aguas y nubes. Enjaulado durante siete años, no sabía que perdería su plumaje. Después de regresar a la casa Me despedí del oficio, y disfruto del ocio. No hay visitantes ni deberes, ni inquietudes. Los monjes del templo se preocupan de mi salud. Tengo diez mozos de labranza y cuatro caballos. En los días de pereza estoy tumbado por diez días. Si estoy de buen humor, salgo todos los días. El lugar que más me apetece es la montaña Sungui. El cielo está despejado y agradable; es una estación ociosa que domina la tranquilidad. Si mantengo la paz a mi alrededor, un alto espíritu vivirá conmigo. No hay razón para necesitar el lujo y la pompa. Si mi mente está satisfecha, no soy pobre; la casa no necesita oro en el cofre fuerte. Los que tienen el poder hoy en día llegaron a ser esclavos del materialismo. Por fuera son el poder y la influencia; por dentro tienen miedo de pisar una hoja de hielo delgado. Aunque tienen hambre en la mañana, no tienen apetito; en la noche se preocupan por el poder. Del poder no tienen más que el nombre; no saben cómo gozar la riqueza ni el honor. A mi esposa En vida nos amamos en la misma casa; estaremos enterrados en la misma tumba en la muerte.

POESÍA ZEN

Otros se protegen en el voto del matrimonio; aún más hacemos entre tú y yo. Gumlu fue un erudito pobre en el reino Che, la sagaz esposa olvidó la pobreza. Kikyul era campesino, aún así su esposa lo aceptaba como si fuera dignatario. Doyunmyong no podía ganarse el sustento, su mujer Chuk mantuvo la vida de su familia. El erudito Yanghong rechazó la alta posición del gobierno, su esposa estaba contenta con vestidos del lino. No lo has leído en los libros; mas lo has oído en las palabras. Mil años han pasado de aquel entonces Cuando aquellas mujeres mostraran las virtudes. Mientras vivimos en este mundo, el hombre no olvida la presencia de la carne y el hueso. Para alimentarnos y abrigarnos tenemos que comer y cubrir el cuerpo. Cuando tenemos hambre, basta tener vegetales; ¿por qué necesitas carne y arroz? Nos protegemos con lino y algodón; no necesitamos sedas de lujo. Los preceptos de tus padres te enseñaron que conservaras las manos limpias y el corazón puro. Soy una persona docta que proclama la felicidad y la diligencia. Somos más que el esposo y la esposa; espero que te complazcan la pobreza y la sencillez, y que envejezcamos juntos con felicidad. Viviré neciamente Si el hierro se curva, no llega a ser espada. Si hay una madera torcida, no se hace un yugo. Soy torpe, uno de éstos; no valgo para nada. Con gusto abandono la fama y la ventaja; regreso al campo y me escondo; me siento y me acuesto bajo el techo de paja,

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toco el laúd tomando sake, me libero de la rienda del yugo, me tapo las orejas para no oír el ruido del mundo, paso los días sin hacer nada, y leo de vez en cuando las palabras de Lao tse. Como no tengo ansias, se alegra mi ser. Como no tengo codicia, se aclara mi mente desde su raíz. No soy más que un torpe que no tiene talento, Pero comprendí que debía encontrar el origen del Tao. Imitando el poema de Doyunmyong 1 Tomo una copa de sake en la mañana; el espíritu armonioso coincide con el universo. Estoy solo de pie sin poseer avidez. Es mediodía, aún yazgo sin prisa. Cuando se pone el sol, sigo leyendo el libro. Nos comunicamos bien, como si fuéramos buenos amigos. Me sobra la alegría, como si encontrara a un viejo amigo. Es la noche profunda, aún me siento solo. Toco el laúd cuyas cuerdas tiemblan pausadamente. Además, estoy loco con la poesía; escribo versos sin cesar. He pasado los días y las noches con sake, libros y el laúd. No he salido, aún es la época de lluvia. Al fin conozco la lección importante; vivir solo es la mejor vida que uno puede disfrutar. Imitando el poema de Doyunmyong 2 La mujer que vive en la ladera oriental está triste, la lluvia incesante impide su trabajo animoso. Los gusanos de seda que crecieron en el norte de la aldea tienen frío y no producen seda. El anciano que lleva la azada deplora la lluvia y murmura; plantó judias en el pie de la sierra sureña, pero no hay más que cabezas vacías del grano.

POESÍA ZEN

Ahora estoy solo y soy la persona más feliz, elaboro sake cuando quiera, el sake está maduro aunque llueva, abro el jarro oloroso y saco el sake, vierto el liquido de jade en la copa de oro. Levanto la copa y mi espíritu se alza, saboreo el sorbo; una dulce alegría me invade. Florece en mi cara después de una copa; despeja mi inquietud al terminar la segunda. He vaciado cuatro, cinco copas de sake, ya no tienen fuerzas los brazos ni las piernas. El mundo me olvida de repente, no hay por qué preocuparme. No me importa que llueva o no, soy un borracho que pretende no saber, estoy perturbado y completamente perdido, he sido el hazmerreír al verme embriagado. Imitando el poema de Doyunmyong 3 Me emborracho en la mañana y canto solo; me emborracho en la noche y me duermo solo. No he vaciado el jarro, aún tres veces borracho. No me culpes la capacidad de beber, cuánto más rápido me embriago tanto mejor. Una copa y la otra, ya son suficientes; no he tomado más de cuatro. Me siento aliviado hasta el corazón; Me olvido de los problemas del mundo. Si tomo difícilmente la quinta copa, desaparecen diez mil penas de la vida. El que toma un jarrón de sake hace alarde de su capacidad. Después de estar empapado del aguardiente no hay diferencia entre tú y yo. Suelto carcajadas y digo a los ebrios que no gasten su dinero vanamente.

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Imitando el poema de Doyunmyong 4 En medio del otoño la noche de luna llena, la luz lunar entra en el suelo de madera. Tengo la taza de sake, mas no puedo beber; pienso en mis viejos amigos. Mis amigos Choi Hyunrang y Chun Hui viven lejos, aunque compartimos el mismo espíritu. Mis compañeros de juventud Li Kun y Won Jin están lejos. Uno sobresalió en el gobierno; otro humilde en una aldea ribereña. No nos hemos visto en cuatro o cinco años. No tengo el mágico método de reducir el espacio, no puedo montar el viento como un ermitaño. Quiero platicar con los amigos bajo la luna llena, mas no hay manera de reunirnos. Estamos lejos de la cita para el encuentro. La luna grande no cesa de caminar, y va al suroeste sin mirar atrás. Lamento la noche clara ante mi soledad. Una visión filosófica de Baek Kui Baek Kui, que entiende la vida y la concoce, fue enviado a Nakyang hace trece años. A los setenta renuncié a mi trabajo; me retiré voluntariamente antes de ser jubilado, abandonando así el pago de indemnización por el despido. En primavera frecuentaba los viajeros; en la noche me sentaba con los monjes a meditar. No hice trabajos caseros por dos años; crecieron hierbas en el patio, ya no hubo fuego en la cocina. Por la mañana el mozo de casa me dice que no hay arroz ni sal; por la noche la criada se queja de no tener ropas. Tanto mi esposa como los hijos y los sobrinos se preocupan por mi conducta, ya que estoy tumbado borracho. Por fin me levanto y empiezo a planear la vida de mi familia y los sobrinos. No tengo mucho, pero voy a vender los bienes que tengo.

POESÍA ZEN

Primero vendo el bosque en el sur; luego el campo de vegetales en el este. Si traspaso la casa en la que vivimos, llegaría a unos tres mil dineros. La mitad va a los gastos de vuestra vida; la otra a mi licor y comida. Ahora tengo setenta y un años; no veo bien ni pienso con claridad. La barba está blanquísima: quizá no pueda gastarlo todo; y me vaya a las Fuentes Amarillas1 más rápido que el rocío de la mañana. Sin embargo, no está mal vivir más de lo que merezca; comeré cuando tenga hambre, beberé cuando esté alegre y me dormiré quietamente. Ya sea que viva o que muera, no hay tanta alegría ni maldades. Entendido y comunicado, Baek Rakchun iluminado. Grulla Los hombres tienen gustos diferentes. En las cosas del mundo no hay criterio universal. ¿Quién dice que eres más bella cuando vuelas? Me gustas más cuando te pones en pie. *** Es otoño, los grillos cantan y reposan. Los faroles del alba casi se extinguen y de nuevo lucen. Me entero de la lluvia nocturna fuera de las ventanas. Oigo las gotas de lluvia que caen en las plantas. *** ¡Qué mantas y almohadas tan frías tengo! La escena nocturna resplandece fuera. La caída de la gran nevada a medianoche pesa tanto que derriba los bambúes. ***

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Es la muerte.

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Los rayos del sol descienden en el agua. La mitad del río azul; la otra mitad roja. Es el tres de septiembre; llega a tiempo la noche clara. Las gotas del rocío parecen perlas; la luna, un arco. *** Las plantas se marchitan por la escarcha, los insectos cantan con melodías melancólicas. No se ve un alma por las calles del pueblo. Estoy solo delante del pueblo; miro al campo. La luz lunar desciende sobre las flores del alforfón como si fuera la nieve. *** Cuando el sol se pone al oeste, estoy de pie ante el santuario del Buda. Oigo las cigarras que cantan entre las flores silvestres del campo. Siempre me invade la inquietud con el cambio de las estaciones. El otoño es una de las peores. Canción de los insectos Cantan y cantan escondidos toda la noche. El cielo otoñal gris y oscuro está para llover. Como si entretuviera la ansiedad de los otros, la música triste acrecienta la mía. *** Bajo la oscuridad, en la orilla del río, el viento que escarcha me produce escalofrío. Miro la barca que me aguarda en el embarcadero. Se ve una linterna solitaria detrás de los junquillos. ***

POESÍA ZEN

Exiliado a diez mil leguas, sólo miro hacia el cielo de mi pueblo. Allá, el río del reino Cho; y más allá, las montañas del reino Oh. Escribo las líneas llorando y pensando en mi pueblo. Te ruego que entregues esta carta a mis hermanos. *** Al terminar la lectura de los poemas, suspiro. Delante de una linterna el anciano llora y moja su barba. Piensa en los amigos que escribieron estos versos. Hace ya veinte años. Nueve de diez ya se fueron al otro mundo. *** Rocío blanco, viento transparente, campo frío. El anciano se puso el abrigo antes que los otros. Ya no vienen las bailarinas ni los músicos. Abandonado y solo, el laúd sin cuerdas. *** Se discute si es hermoso o feo, inteligente o torpe. ¿Qué te parece olvidarlo todo con una jarra de sake? ¿Sabes que el mundo es vasto y también angosto? Tanto el buitre feroz como el fénix pueden volar. *** ¿Por qué se pelean encima del cuerno del caracol? La vida es un relámpago como la piedra de yesca. La vida es agradable, sea rica o pobre. Los que no ríen son tontos. *** Aunque viva cien años, la juventud es breve. Hay pocos días despejados en la primavera.

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Es un encuentro muy poco frecuente; no temas embriagarte. Escucha bebiendo la canción de la despedida. *** La repetida escarcha dejó el sauce marchito. El viento incesante desarraigó los lotos. La luz lunar más que nunca está pálida, perdida su blancura. El otoño es una estación melancólica. El invierno aún es peor. La canción de las aves se tornó en ruido en el invierno. El color de la cerveza que elaboro en casa es como la mente que flota sobre las aguas primaverales. *** La cerveza está hecha; mas no hay compañeros. No hay más remedio que beber solo y cantar los versos. Como si fuera uno de los cuatro sabios del reino de Chin, como si fuera un ermitaño que descendiera a la tierra, me despierto y me embriago repetidamente. No me queda mucho tiempo, seguiré viviendo en la ebriedad. *** Doy un paseo bajo la luna, me gusta su luz seductora. Me duermo bajo los pinos, me place la sombra azul. Cuando joven, aprendí a escribir poesía. Cuando envejecí, me dediqué a la enseñanza del Tao. Por la noche practicaba el Zen meditando en la posición del loto. Cantaba los versos animado por la ansiedad del otoño. Sólo tengo dos cosas que hacer, lo demás no me interesa. ***

POESÍA ZEN

Vivo solo cerca del portón occidental. He cerrado la puerta de mi hogar. Desearía una posición en el reino con la esperanza de obtener riqueza y honor. Mas sólo me aguarda el campo. Jubilado y enfermo, ya no me buscan. La tortuga no puede seguir al caballo. El ave lesionada no puede seguir al fénix. En el mundo laico son pocos los que se conocen a sí mismos. Aunque torpe, estoy cerca de la verdad. *** Hace mucho que me encerré en mi hogar. ¿Cómo puedo pasar el tiempo? ¿Con quién puedo jugar? Abro la jaula de la grulla y la trato como a un caballero. Leo los libros para encontrar a los antepasados. Si me calmara, podría alargar la vida. Si no persigo la materia, la mente se hará lúcida y elevada. Esto es el cultivo de mí mismo. ¿Por qué hay tanto jaleo alborotando al demonio?

SOZAN-KYONIN (siglo IX) Un árbol sin raíz. Las hojas amarillas en todas partes. Más allá el azul, sin nubes, sin manchas.

SHOFU (siglo XIII) El no-polvo habla en ninguna parte. ¿Qué hay nuevo o viejo? A gusto estoy en mi montaña azul. No quiero aspirar a nada más.

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SUIAN (siglo XIII) Sin huella no es necesario esconderme. Ahora el espejo viejo lo refleja todo. La luz otoñal humedecida por la niebla borrosa.

TEKKAN (siglo XIII) No mente, no Buda, no ser. Huesos del Vacío esparcidos. ¿Por qué el león dorado anda buscando la guarida del zorro?

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COREA

JECHO (siglo VI) A un enviado chino Te quejas del largo retorno a la casa del oeste, yo suspiro por el camino infinito hacia el este. Mi viaje es fatigoso a través de los pasos nevados. Ladrones y bandidos rondan en los valles. Hasta los pájaros agobiados suspiran en los altísimos picos. Los caminantes temen cruzar los puentes angostos. En toda mi vida no me he lamentado por la tristeza, pero hoy no puedo aguantar las lágrimas. Paso del altiplano Pamir La nieve fría se amontona sobre el hielo, el viento glacial agrieta el suelo. El ancho mar se convirtió en un resbaloso cristal. Los peñascos están gastados y lisos por las oleadas del agua, y no hay más cascadas en el portón del dragón. La boca de la fortaleza está enrollada como una culebra de hielo. Debajo de un farol agitado por el aire lanzo un suspiro.

WOLMYONG (siglo VIII) A mi hermana Los caminos de la vida y la muerte divergen aquí y te has ido sin despedirte de mí. Todas las hojas caerán tarde o temprano por un viento otoñal. Criados en la misma rama, no sabemos a dónde vamos.

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Déjame orar y depurarme hasta que nos encontremos de nuevo en el Nirvana.

CHUNGDAM (siglo VIII) Para el bienestar del pueblo Que el monarca sea padre, sus cortesanos madre y el pueblo común sus hijos. Agradecerán su amor aunque el sufrimiento cerque sus vidas. Aliméntalos bien antes de mandarlos, entonces nadie querrá salir del país y vivirán felices donde habiten. Todo el mundo debe conocer su sitio: el rey como rey, los cortesanos como cortesanos y el pueblo como tal. Entonces la paz reinará. LA ESPOSA DE KWANGDOK (siglo VIII) Canción para el Nirvana ¡Oh, luna! ¿Sigues hacia el oeste? Ve y di al Buda la inmensa beatitud que hay en un alma que permanece orando a la misericordiosa Amitaba. Se juntaron sus manos para que su esposo entre al Nirvana. Arrodillada y sola suplica que se realicen sus cuarenta anhelos. UICHON (1055-1101) El templo de Chongmyong Apartado en la quieta soledad, limpio del polvo del mundo. Las aguas frescas y limpias vienen de la montaña.

POESÍA ZEN

La escarcha cayó sobre sus cabellos. El monje vive solo, olvidado del mundo y alejado de los asuntos humanos. Retirado en el templo Haein La riqueza y la fama son sólo un sueño de la primavera. Saludos y despedidas, vida y muerte, una burbuja en el agua. Sólo la paz eterna en el Nirvana, nada vale la pena en este mundo del ruido. En el templo Chongsong de la montaña Kaya El camino del mundo está pavimentado por muchos peligros. Reina la tranquilidad para lo bueno en el interior de este templo. Por supuesto, me regocijan la pereza y el ocio. ¡Imagínate soportar los males del mundo!

CHINGAK HESHIM (1178-1234) Banano Fibras de seda verde en ambas mejillas, tejidas en mil cabos de hueso. Es un jade verde que forma la columna, adornado por plumas ondulantes. Cuando las alas ondeantes juegan con la brisa, un pavo real despliega la cola en busca de las hembras. Fuente de loto Aguas claras y arena de oro; el lago está abierto. La caña de pescar adornada de jade verde cuelga de la fuente que mana. ¿Será la lluvia del cielo despejado? Bellos abalorios sobre pétalos de loto.

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Para el monje Sagom La sombra del bambú atraviesa el patio como si lo barriera, pero no ha levantado el polvo. La luz lunar penetra al fondo del mar mas no hay olas que muestren su paso. Duelo por el monje Pojo La primavera plena en el templo bien dispuesto. No hay pétalo caído que dure diez días sobre el musgo verde. ¿Quién diría que no se oye nada aquí? Flota una leve fragancia llevada por la brisa nocturna. *** Se repiten para siempre la vida y la muerte. ¿Por cuánto tiempo la gente ha venido y se ha ido? A menos que se haya perdido el camino llegaremos al Nirvana dondequiera que vayamos. *** Las hojas susurran y caen en el bosque otoñal. Un ganso salvaje y solitario grazna anunciando la llegada del alba. A pesar de la vista y del oído si no estamos despiertos es posible que rehuyamos aceptar el amor de Buda. *** El viento en el pino suelta una nota triste. El agua fluye murmurando entre las piedras. Cuando la luna está por hundirse en el alba, un ruiseñor canta en las montañas.

POESÍA ZEN

WON-GAM (1226-1292) Evitando los límites de la confusión, vivo a mi gusto, libre en las montañas. Pausada ha llegado la primavera a mi choza. La puerta de bambú permaneció cerrada todo el día. *** Donde termina la inquietud, la alegría y la tristeza no ocupan espacio. Pocos visitantes, no hay alboroto en el saludo ni en el adiós. Tiernos brotes cuidan mi hambre, y el agua clara entre las rocas satisface mi sed. *** La lluvia y el sol se alternan; el cielo, sobre la nube negra. Aún no hace suficiente calor para ser primavera, el frío reina todavía. Me echo en el suelo con la puerta cerrada hasta la puesta de sol. Las campanadas llegan en oleadas, vibra el papel de las ventanas. *** Sobre la cumbre rocosa y elevada, rodeada por el acantilado cubierto de verde musgo, mi maestro tiene su hogar en una choza de paja. Vive una vida de Buda, liberado de las preocupaciones del mundo. ¡Qué envidia le tengo! *** Un plato de legumbres satisface mi hambre. Una taza de té verde apaga la sed.

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Mi vida está llena de alegría. No codicio ni dinero ni fama. Imitación al estilo clásico Mil surcos debajo del lago, no hay vientos, todo permanece tranquilo. El corazón del hombre del tamaño de un puño, se agranda en oleadas mil veces altas.

BAIKUN KYONGHAN (1299-1375) Un elogio al monje Chigong La mujer de piedra da a luz de repente; el hombre de madera asiente con la cabeza. La sierra Kunlun monta un caballo de hierro; el látigo aureo azota el vacío. Vive en la montaña El agua que fluye en valles rocosos parece teñida de azul marino. Aunque pinto la montaña lujuriante, no sirve. La vejetación verde y el murmullo del agua, la verdadera naturaleza del alrededor, que enseña a todos la inexistencia de la vida. *** A los sesenta han pasado los años de ilusión. La ribera me regala el mejor lugar posible. Me alimento y duermo a mi antojo. Nadie sabe de dónde vengo ni a dónde voy. ***

POESÍA ZEN

El día está despejado, ¡qué bellos el río y la montaña! Brillan las flores y las hierbas de la primavera. No hay razón para llamar al sermón. Todas las cosas permanecen en perfecta armonía. *** Las aguas del valle parecen teñidas de esmeralda. La verde primavera es una pintura. La revelación surge tanto de los colores como del susurro del agua. ¿Se comprenderá la inmutabilidad del ser? *** La realidad no tiene forma ni figura. La búsqueda de la ilusión termina en nada. La realidad y la ilusión no son diferentes. Son idénticas, una y la misma.

TALGO (1301-1382) Amigo mío, no oyes la canción que libera la alegría. ¿Qué otra cosa mejor que cantar y estar alegre? Este júbilo es tuyo, conócete a ti mismo. *** Retorno al retiro en los claros valles, en el susurro del agua. Se ve borrosa la choza vieja velada por la niebla. No se aparta la nube. Están cubiertos por el musgo los senderos resbaladizos. *** Ni la tempestad puede sacudir esta vivienda, ni el fuego infernal se atreve a invadirla.

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El verdadero hombre no habita en la vivienda. Nubes blancas y ociosas pasan ante la puerta. *** La mente misma es la creación de Buda. ¡Cuánto trabajo has perdido buscándola fuera! Abandónalo todo y míralo bien: un callejón sin salida llega a ser una fortaleza inquebrantable. *** Líberate de todas las ideas aparentes y borra las huellas en las que habitan. Entonces el cuerpo y la mente flotarán en el espacio y la luz resplandecerá. *** Poca gente visita este lugar, los pájaros vienen raras veces. Las nubes van y vienen, los pétalos cubren el verde musgo. Un viejo monje mira la luna colgada entre los pinos. Le envía una sonrisa.

NAONG HEGUN (1320-1376) Viviendo en la montaña Dentro de las nubes blancas amontonadas, una cabaña de tres cámaras. Me siento, me acuesto y salgo durante mi tiempo de ocio; el murmullo del riachuelo recita el sutra de Prajna-para-mita;

POESÍA ZEN

el viento transparente mezclado de la luz lunar me rodea de un manto frío. Templo de fantasma El cuerpo verdadero es como una flor vacía; no hay manera de encontrarlo. La luna y el viento viven en el vacío transparente; viajan más allá de las seis ventanas1. Parece que es el ser dentro del no-ser; No es la imagen real la verdadera. Nos inclinamos hacia cuatro paredes iluminadas. La luna llena y fría Se rompió el espacio; no hay interior ni exterior. Ni una gota de polvo ocupa el lugar. Se despertó el cuerpo y penetró al otro lado del gran sonido. La luz lunar y fría ilumina el mundo todo de la criatura. Mosquito Insensible a su fragilidad propia chupa demasiada sangre para volar. No codicies las riquezas que pertenecen a otros, algún día las tendrás que devolver. La cueva de la ilusión Como tratar de observar las estrellas que no existen, así es el cuerpo. Contiene el viento y la luna de las seis ventanas, así es el Vacío. Aunque lo parezca,

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Los cinco órganos sensoriales más la fuerza de la voluntad.

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no hay sustancia alguna en el Vacío. El cuerpo presta el ser a los cuatro elementos1.

HAMHU DUKTONG (1376-1433) La comida hecha de corteza Me sentaba en rocas y atrapaba las nubes. Así envejecía. Se caía todo el follaje, mas aguantaba el invierno. Molía las cortezas y las cocinaba. Este frío áspero me enseña el sabor de la corteza. En una calle Un sendero atraviesa bajo la montaña de Nueve Dragones. El sol primaveral envuelve el día y luce infinitamente. Las flores blancas y rojas aquí y allá llenan los ojos a la sombra de las montañas. Camino y sigo caminando, mirando el cielo y la tierra. *** Este apacible Vacío contiene nada. La misteriosa luz de mi interior se extiende por el cosmos. Este cuerpo y esta mente no son lugares para la vida y la muerte cuando son libres de llegar y partir. *** Las montañas y el lago otoñal están pintados en el lago. Debes irte al oeste y yo al este. En este mismo lugar recordaremos las horas de nuestro cariño, hablaremos cuando nos veamos de nuevo en las nubes. 1

La tierra, el agua, el fuego y el aire, constitutivos del cuerpo.

POESÍA ZEN

PYOKSONG (1433-1534) En la inmensidad del espacio desprovisto de las seis ventanas1 no se encuentran el Buda ni el diablo. Intenta atrapar la verdad aquí. Las nubes negras ensombrecen al sol. *** Las flores sonríen como un charco en el patio. Los pinos gimen al lado de la baranda. ¿Por qué vagas en tu búsqueda? Lo que buscas te mira a la cara. *** Vístete sencillamente, con una taza de latón en la mano. ¡Cuántos monjes han pasado por el umbral del maestro Cho! Después de vagar tantas veces por los senderos nevados vuelvo a casa tranquilo sobre una nube flotante.

HOUNG BOWU (?-1565) Ermita de un verdadero Buda Una ermita escondida debajo de nubes traslapadas, su portal está desierto, no hay nadie alrededor. Rodeada del verdor tardío de cedros muy espesos, adornada por bellos crisantemos iluminados por la puesta de sol. Frutas cubiertas de escarcha que caen de los árboles; el monje está cosiendo la ropa del verano pasado. En la soberbia del tiempo ocio en que vive sigue escribiendo perdidamente los versos. Se olvida del camino lejano que le está esperando. 1

Los cinco órganos sensoriales más la voluntad.

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Encima de la montaña de Iluminación Se llama “El Camino” esta montaña. La emprendí todo el día apoyado en el bastón. Subía y subía; al fin vi su verdadero perfil. Visité nubes flotantes y aguas fluyentes. Contemplación ¿Quién habrá dado más vueltas al mundo que yo? Sigo andando a dondequiera que sea. Me siento encima de una roca y allí reposo. Cuando regresen las flores en las colinas, mis zapatos y el bastón emitirán fragancias. La tabla del juego bajo la sombra avisa del ocio. Mas, ¿quién conocerá los altibajos de nuestra vida? Ya llega el cielo azul y alto con aromas de té caliente. Vendrá el crepúsculo del anochecer. Una línea del humo dibuja el espacio. CHUNGHU HYUCHUNG (1520-1604) Ermita del Buda diurno En un templo del valle profundo las flores caen como lluvia roja. Los bambúes de un espeso bosque crecen como humos azules. Allí en los picos de las montañas duermen nubes blancas. Una grulla dormita acompañada del monje. Canción de tres sueños El ventero habla con el huésped en sueño. El huésped conversa con el ventero en sueño. Los que platican son viajeros en sueño. De veras son personas en sueño.

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Canción de purificación Tú tienes el laúd de seis cuerdas y te inclinas hacia el pino grande. El pino grande es la mente que no cambia. Canto y sigo cantando sentado al lado del agua azul. El agua azul es transparente como la mente vacía. La mente, la mente; sólo tú y yo. La muerte inminente Mil pensamientos, diez mil pensamientos encima de la estufa candente. La nieve cae sobre la hoguera. Una vaca de barro anda encima del agua, la tierra y el espacio están rotos. Tres sueños El anfitrión cuenta el sueño a su invitado y el invitado, a su vez, cuenta el suyo. Anfitrión e invitado sueñan. Quizá sueñan un sueño dentro de un sueño. *** Todas las ciudades en el país son hormigueros. Todos los héroes a lo largo de la historia son mosquitos. La luna sacude levemente mi ventana y mi almohada. Disfruto la eterna rima de la luna y la brisa entre los pinos. *** Fue una noche profunda, mas no viniste. La naturaleza reposaba y las aves se fueron a dormir. La luna detrás de los pinos ilumina los bosques florecientes. Mi cuerpo se empapa de rojo y de verde.

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A las notas de Komungo Las delicadas manos de blanca nieve se mueven ágilmente en las cuerdas. No se oye más que las notas, permanece la dulzura. Los sonidos de un río otoñal, limpio como un espejo, y las verdes melodías de una pintura maestra cubren los picos nublados sobre las cabezas. Despedida de un compañero del templo Como un ganso salvaje que vuela en el otoño tardío y que deja una fría sombra, ascienden las sombras de las montañas en la tarde. Mi bastón me urge el camino. Me pongo el sombrero contra el viento del río.

BUHIU SUNSU (1543-1615) A los superiores Entra una vez en el mundo de los eremitas; llegarás al lugar de los iluminados. Los ojos no siguen los colores de la humanidad, el bastón no toca el polvo del mundo. Pregunta por “el Camino” y mira el árbol del patio. Quema incienso y mira la cara del santo. Si ilunina su rostro una mañana, el mundo estará colgado en la punta de un pelo. SOYO TAINUNG (1562-1649) Respuesta al maestro Uihyun Todas las cosas expuestas en el mundo son fantasmas. Las aves que atraviesan por el inmenso espacio

POESÍA ZEN

no dejan huellas. El espacio no es lugar donde uno se pueda quedar. Miro el pino que ha sido acosado por la lluvia y el viento. Sin problema La lluvia en el patio trae la sonrisa de las flores. El viento azota los árboles alrededor y llora. Allí está la belleza del entendimiento. ¿Por qué buscar la verdad fuera de tus ojos? *** Las aguas azules del mar son los ojos del monje. La sierra del denso bosque es la cabeza del Buda. La luna es una firma mental. La nube es diez mil volúmenes de libros.

CHUIMI SUCHO (1590-1668) Viviendo en la sierra Las montañas no me llaman, tampoco las conozco. Cuando nos olvidemos uno del otro, habrá un tiempo libre especial. No pelees Tú y yo somos sujetos de transmutación, nacimos en el mundo transmutatorio. No deberíamos pelear por la transformación, si vivimos en ella.

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BAIKOK CHUNUNG (1617-1680) Un regocijo de la vida retirada Acompañado por crepúsculo desciendo por un sendero solitario; el templo está por cerrar, llega la oscuridad. De repente, esa montaña refleja la luna; Las aves que dormitaban están asustadas. La brisa silbante que corre entre ramajes acaricia mi alma llena del sueño primaveral. El bosque de bambúes que me rodea me deleita el oído con su chasquear de hojas. ¡Ay qué frío está el murmullo del agua que brota del manantial centenario! Canto solo; me divierto solo. ¿Para qué necesito instrumentos musicales? WOLCHO DOAN (1638-1715) Divertimiento del solitario Para la agradable sierra y el agua grata dependo del bastón. La luna que flota en el mar no me perturba, ni el viento que arranca los peñascos. Mi bastón cuelga en el cielo este de la montaña Myohyang. Descanso en los picos, en los precipicios y en la ladería de los valles. Bajan las cigüeñas distraídas de vez en cuando. Chillan los monos atentos saltando entre árboles. De ahora en adelante, este jardín natural es mi compañero. ¿Para qué necesito de otros difíciles? SULAM CHUBUNG (1651-1706) Una vida tranquila en retiro En una vida tranquila no hay idas ni venidas. Me levanto y me siento; disfruto la paz en mi ser.

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En cuanto recogí frutas en el huerto, cayó el rocio otoñal. La tetera hierve; el humo sale por la chimenea. Se congregan los patos salvajes en lagunas aquí y allá. Cuando las nubes yacen en el patio, corren los ciervos. Un silencio profundo alrededor resalta la ley de la naturaleza. Toda la creación crece abundantemente a su manera. MUYONG SUYUN (1651-1719) Al maestro Li Vivo en una sierra profunda; te voy a describir el paisaje. Hay un arroyo con corrientes caudalosas, las aguas penetran en los cantos rodados, lanzan chorros blancos hacia los muros de piedra caliza. Las campanas del viento cantan, rompiendo el silencio. Las campanadas llegan a las nubes y a la luna. Los rayos del sol entre grietas de nubes bajan e irradian sobre la niebla como si tejieran la seda. Cuando el viento sopla en el lago, adorna la superficie con mil dibujos caprichosos. Toda esta genuina vida en Zen quiero compartir contigo. Aún no lo puedo hacer. A Shin Suche Oigo los torrentes transparentes que se deslizan por el valle. Miro la niebla que cubre la cuenca del río. Allí están los monjes que caminan por senderos rocosos. El viento del sur empuja los cúmulos algodonosos hacia los altos picos. Encima de las ramas del roble las aves baten las alas. Un visitante descansa en el suelo de madera. El jardín de bosques y las fuentes me dan una inmensa alegría. La ansiedad mundana está fuera de mi terreno. Los placeres de los tres reyes y los cinco emperadores del pasado no llegan al de los gorriones que cantan.

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WHANSUNG CHIAN (1664-1729) Al maestro Keam La luna colgada encima de la montaña, la luz lunar penetra hasta el hígado y la vesícula biliar. El viento que mueve ramajes de pino invade los huesos. Este es el verdadero aspecto del maestro. ¿Cómo poder encontrarlo en otros lugares? Un día primaveral Yazgo sobre la estera de bambú, cubierto de ropas andrajosas. Un mundo flotante y un nombre vano tan ligeros como un pelo. Ya han caído los pétalos del albaricoquero, amontonados en el patio. El templo está desierto, Lleno aún de la noticia primaveral. Las aves cantan en el bosque; son los sonidos de la primavera. MUKAM CHOINUL (1722-1795) A los zenistas Si se excava la tierra, sale agua. Si se va la nube, el cielo es azul. Allí están las aguas y las nubes, en el río y la montaña. Nada hay que no sea Zen. Sentado solo Sentado solo en el silencio, miro el agua y la sierra. Una potente fuerza cubre todo, y fluye entre diez mil figuras.

POESÍA ZEN

KYONGHU SUNGWU (1849-1912) Pueblo Hongryu en la montaña Kaya ¿Qué es agua? ¿Qué es montaña? En las nubes flotantes hay montañas entre agua y piedra. Miro más allá, fuera de la luz donde existe el claro cuerpo; la mente está abierta de par en par hasta más allá del límite. Aguas y montañas, unas tras otras, abren sus corazones. Oda al despertar espiritual Al oír de la persona que no tiene las ventanillas de la nariz, me di cuenta de que tres mil mundos son mi casa. Escucho el sendero de junio en la montaña Yunam; los campesinos entonan una canción de paz. *** En el crepúsculo la ermita parece desierta. Tumbado procuro tomar una siesta despreocupada. Cuando me despierta el susurro del viento me encuentro en el patio cubierto por las hojas teñidas de colores. *** El desolado viento otoñal brama en el aire. La noche se hace más profunda, mas no puedo dormir. Escucho cómo desatan la tristeza los insectos. Empapo la almohada con lágrimas. *** Dime dónde el camino se bifurca. Pregunto a un anciano por una línea que termina en el río. No dice nada: la oscuridad desciende en los valles. En alguna parte se oye el susurro del agua. ***

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El río suena atronador en los ojos. El relámpago ilumina en las orejas. La imagen pedregosa inclina la cabeza. Todo sabe. YONGSUNG CHINCHONG (1864-1940) Pasando por el río Nakdong La luna está colgada encima de la montaña Kumo, donde descansa la eternidad. Las olas del río Nakdong extiende diez mil li1. ¿Dónde está la pescadora? Duerme como antes bajo las flores de juncos. Oda al maestro Yongsung El agua y la montaña se parecen a ti. Las flores y las plantas son tu voluntad. Vino a este mundo descuidadamente. Se va al otro mundo descuidadamente. La luna reluciente cruza; el viento agradable me acaricia. YONGHO CHUNGHO (1870-1948) En el templo Shimwon de la montaña Bokae Cayó el follaje otoñal multicolor, la ladera de la sierra está aún verde. Las casas nuevas que acaban de abrirse son como pinturas en un biombo plegable. La luz de mil Budas regresa a la tierra. La corriente del arroyo refleja las sombras de dos lápidas. La primera nieve está amontonada sobre los peñascos. El viento que nació en el lago se oye alrededor de los pinos. 1

li: Medida china de longitud equivalente a 576 m.

POESÍA ZEN

Hasta hoy he arrendado los pasos mas todavía no es el tiempo de devolverlos. En el patio aún la luna está viva; lucen las flores de crisantemo. Al discípulo Byun Sankang No seas el fantasma de la letra; sé discreto y toma el palacio de conejos. Si la Iluminación llega al vértice y entra en la mente interior, el vacío que no tiene límites es vacío también. ¿En dónde se encontrarán la amabilidad y la aversión? Si domesticamos el tigre y el cocodrilo, se convierten en ovejas. Si olvidas el duro trabajo del espejo, hay la luna fresca fuera del cielo. *** En mayo el frío todavía perdura en la sombra de los alerces. El sendero se extiende hasta la densa niebla del arroyo. Las campanadas del templo y el susurro del arroyo cubren los valles verdes y profundos. Con el nenúfar lustrado por el arroyo nuestra dulce charla nunca cesa de fluir. *** El rocío desciende y la luna ilumina. Un cúmulo de nubes invade mi patio como oleaje del mar. No puedo escapar de un laberinto de sueños otoñales. ¿Cuánto tiempo he rondado las célebres montañas? Despierto en el alba No se oyen los cantos del gallo. La aldea de los pescadores permanece dormida.

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La franja de luna ancló en el pico occidental, deleitándome con su belleza. ¿A dónde va esa barca que se desliza por el viento? Ya ha pasado por la niebla que se extiende por el mar oriental. Otoño tardío Ya se han ido los gansos, las nubes pasan apresuradas ante mis ojos. En el espacio frío aguardo la salida de la luna. La nieve azota contra mis cejas. El valle está lleno de las voces del otoño mezcladas por el viento y la lluvia. La cabaña solitaria se queda inmóvil en medio del crisantemo amarillo. KUHA (1871-1960) Elegía para mi maestro, el ermitaño de nube Asciende la luna y aún no se ha levantado. Se ha ido y aún no ha desaparecido. Donde no ocurren la crecida ni la desaparición usted es la primavera fuera del límite del tiempo. En el templo de Poduk Los pinos y los alerces son verdes y las flores son rojas por naturaleza. Los gansos salvajes se han ido, y me vuelvo solo con tristeza. A una monja novata Hay una pérdida en todo provecho, y un provecho en todas las pérdidas. Líbrate de la pérdida y del provecho, así alcanzarás la Iluminación.

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MAN-GOING (1872-1946) La sombra No me he alejado nunca de ti, ni tampoco me has dejado solo. Antes de que naciéramos ¿habríamos podido conocernos?

HAHNAM CHUNGWON (1876-1951) El perro aldeano ladra al instante, sospechando siempre del convidado. Las aves en la arboleda cantan tanto que dispersan a la gente. La luna que luce eternamente barrió el viento del mundo en una mañana.

MANHAE (1879-1944) Separación del señor Wanho Somos meras cizañas flotantes y no podemos escapar de la separación. Me despediré de ti cuando los crisantemos dorados florezcan. Los caballos de correo parecen inmutables y la tristeza permanece también. *** El sol vierte la luz y el viento revolotea la nieve hacia la montaña. La fuerza doble de la naturaleza trabaja misteriosamente. El poeta se duele en vano.

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Respuesta al poema del maestro Yongho Soy un enfermo al que encantan la poesía y el sake. Usted es un maestro de la poesía a quien también visita la vejez. Su carta ha llegado en un día de nieve y viento enfurecido. Los dos hilos de ternura permanecen trenzados. *** ¡Cómo la luz lunar llena las montañas desiertas! Paseo sólo para explorar. ¿A quién le gustan mis pensamientos? Casi no puedo resistir los deseos que tengo esta noche. El río Hahn Vengo a ti, ¡qué quieto fluyes! Las aguas son profundas y quietas, llenas del otoño. El imperceptible olor del crisantemo silvestre viene arrastrado por un suave viento. En el camino al templo Yaksa He andado diez li1 en medio día. Mas el sendero en las nubes parece infinito. Donde termina una corriente del arroyo el denso bosque es fragante aun sin flores. En prisión Despierto, limpio hasta de una mota de polvo. La luna vieja más allá de las rejas parece completamente nueva. Las inquietudes y las alegrías no son más que vacío. Buda, el extraordinario, al principio fue un hombre ordinario.

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li: Medida china de longitud equivalente a 576 m.

POESÍA ZEN

Florecer del cerezo Este invierno los últimos copos de nieve parecían floraciones. Las flores de esta primavera parecen más bien nieve. La nieve y la floración carecen de sustancia. Entonces, ¿por qué me duele el corazón?

YONGWUN BONGWAN (1879-1944) La flor del cerezo El invierno pasado, la nieve parecía flor. Esta primavera, la flor parece nieve. Ni la nieve ni la flor son verdades. ¿Por qué me duele tanto el corazón?

HYOBONG (1888-1960) Un sermón Cada vez más el pelo del hombre se hace blanco y escaso, mientras, las montañas permanecen iguales. Olvida todo sobre el hombre y la montaña, no encontrarás lo blanco ni lo verde, no existen. *** Si alguien dice que Buda consiguió la Iluminación, ha tirado barro sobre sí mismo. Cuarenta y cinco años de sermones y enseñanzas fueron la razón de estar con los niños.

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KYONGBONG (1892-1982) El camino mayor está en el fondo, más allá de la profundidad. Atraído por la vista, he venido al bosque nublado. El espíritu de la primavera llena el aire iluminado por el sol. El ciruelo en flor brilla en la nieve. *** Si la gente viviera cien años, sería tan bueno como un sueño, a menos que conociera la mente. ¿Por qué buscar a Buda a lo lejos? Lo vemos tan claro como me miras. *** El sol se levanta sobre la montaña. La oscuridad desapareció enseguida. Los pájaros cantan en coro y refulgen las flores aquí y allá. Me siento a gusto oyendo las olas del mar. En la isla Hansan Con una jarra de sake a bordo, estoy en alta mar. Puedo mirar tan lejos, hasta donde mi vista alcance. La agitada alegría es irresistible. Tomaré una siesta, dejando la inquietud a las nubes. En el templo Haein A través de las aguas del valle las aguas serpentean sin fin. El verde musgo y los arces enrojecidos llenan el bosque. No ignores la delicada belleza del lugar. La lluvia quitará las nubes aclarando la mañana.

POESÍA ZEN

KYONGBON WONKWANG (1895-1969) Espantapájaros Se irguió un espantapájaros hecho de heno y harapos. Aves y animales salvajes sospechaban que sea un hombre real. No se preocupa de la escasez de comida, ni tiene un registro civil en tiempos de guerra. Su apariencia parece la de un bailarín; su aspecto se destaca aún más en la noche. Un búfalo fuerte y con buena vista, entró en el campo y se lo comió.

YONGUN HAHN (1897-1944 Sumisión Quizás otros prefieran la libertad, mas escojo la sumisión. Aunque conozco bien la libertad, sólo quiero someterme a ti. La sumisión voluntaria es más dulce que la bella libertad, es mi felicidad. Sin embargo, si me dices que someta a otros, no podré hacerlo, puesto que entonces no podré someterme a ti. Si no fueras tú Si no fueras tú, ¿por qué hay arrugas en la cara que era tan suave y dulce? Si no sufriera por ti, no envejecería. Me quedaría como aquella que abrazabas.

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Sin embargo, si fuera por ti, no me aborrecería hasta que enferme y muera. Dame la vida o la muerte; seguiré tu voluntad. Yo soy tú. Pétalos girando en el vacío Mientras tengo mi nariz en el Sutra con el sol a mi espalda, los pétalos empezaron a girar cubriendo las páginas. ¿De qué me servirá tratar de leerlas, enterradas bajo un montón de pétalos? La naturaleza del Buda y el nirvana Si quieres obtener la naturaleza del Buda, no te alejes de la multitud. Si quieres entrar en el nirvana, no evites nunca el infierno. El camino hacia el Buda y el nirvana está entre la gente, en la calle y en el infierno. Flores otoñales Una persona ociosa se mudó a una choza en la montaña por amor a las flores otoñales, cortó el seto vivo para dejar que el sol llegara. El viento de oeste ha saltado sobre el seto y tirado las flores al suelo. El cosmos ondea en el viento otoñal. ¿Son tus pétalos alas o tus alas pétalos? Tu alma, en la que creo, no es más que una mariposa.

POESÍA ZEN

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La casa en busca del buey1 Puesto que el buey no se ha perdido, es un disparate buscarlo. Si se hubiera perdido, aunque lo buscara no habría podido encontrarlo., Vale más abandonar tu búsqueda y evitar el dolor. No lo sé ¿De quién es el paso de la hoja de peonía que cae silenciosamente en vertical ondulación contra el cielo sin viento? ¿De quién es el rostro que el cielo azul atisba a través de la grieta entre las oscuras nubes después de una lluvia larga? ¿De quién es el aliento de este olor sutil que flota en el aire desde el verde musgo al otro lado del árbol sin flor en la antigua posada? ¿De quién es la canción que susurra sobre las piedrecillas del riachuelo que serpentea el camino hacia quién sabe dónde? ¿De quién es la oda hecha con manos de jade en el arrebol de la puesta de sol [que adorna el día moribundo a medida que sus pies de loto se dirigen al mar sin límite? La ceniza nuevamente se convierte en combustible. ¿De quién es la lámpara que arde en mi corazón parpadeando toda la noche sin saber a quién eleva su luz?

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En el budismo el buey representa la médula del ser.

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KWANGSOP KIM (1905.1977) Todas las flores del lenguaje sólo fueron un huérfano mudo al sueño y al dolor. Algo me llama. Voy a la deriva llevado por el viento en la noche sin estrellas. En la oscuridad, opresiva como una pesadilla, se acomodó una clara imagen en todo mi cuerpo.

SOKCHONG SHIN (1907-1974) Madre ¿conoce usted aquella tierra apartada? A lo largo de aquel bosque sin límites las aves acuáticas circulan sobre un lago tranquilo. Las bayas rojas sobre las rosas silvestres abren una senda estrecha. ¿Conoce usted aquella tierra apartada donde nadie habita excepto los cervatillos que juegan en paz y libertad? Cuando vayamos a aquella tierra no olvidemos criar las palomas allí. Madre, ¿conoce usted aquella tierra apartada? Bajo la desfallecida lana los blancos corderos pastan idílicamente al sol. La débil luz de la tarde se junta al tallo del maíz. ¿Conoce usted aquella tierra apartada donde nadie habita salvo el sollozo lejano del mar?

POESÍA ZEN

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Madre, recuerde que regresaremos a casa con el rebaño que pasta. Madre, ¿conoce usted aquella tierra apartada? Cuando llueve como hoy las palomas vuelan al cielo de mayo; puedo oír la alegre canción del faisán; los cuervos saltan en lo alto, sobre las ramas del crisantemo y las hojas amarillas del gingko vuelan en el cielo otoñal. Madre, cuando las abejas zumban en la huerta de sol, ¿no quiere recoger aquellas manzanas rojas? No es el tiempo para prender la vela. Los rayos segados del sol poniente iluminan todavía. Madre, no es tiempo para prender la vela. ¿No están volando los pajarillos de mi meditación en el cielo azul? Si el cielo se torna rojo como la manzana, entonces los pajarillos regresarán con el crepúsculo. Nuestros corderitos en la ladera descansan en el verde canapé para calentarse [al sol poniente. Por fin la niebla de la noche cae sobre el lago. Pero, madre, no es tiempo para prender la vela, pues la cara meditativa de la vieja ladera no se ha desvanecido todavía; apenas se puede oír la caída de la noche o el susurro de su falda negra contra las piernas al emerger desde aquel bosquecillo. El sonido de las olas que chapotean contra la represa ya se está calmando. No es extraño que los cuervos del otoño pasado hayan huido a lo lejos con el [viento. Ahora a su espalda dormita el niño como si le pidiera de nuevo una canción [de cuna.

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Madre, no prenda la luz todavía. Verá usted una estrella asomándose en el cielo más allá del bosque de pinos.

DALCHIN KIM (1907-1989) Peonía Esparcidos rojos pétalos de la peonía debajo de su propia sombra cansados. Es una tarde veraniega y encantadora, tan profunda como la luz caísa. En un camino del sueño más allá de una montaña hay luces trémulas. La canción del cuco resuena en el valle vacío y llega a la ventana perezosa. Cierro el libro, cruzo los brazos y entorno los ojos; la rosa amarilla dormita bajo el sol, de par en par se abre fulgurante la mente.

CHONGJU SO (1915) Si llego a ser piedra Si llego a ser piedra, la piedra se convierte en loto; el loto se hace lago. Si llego a ser lago, el lago se convierte en loto; el loto se hace piedra.

POESÍA ZEN

Me duermo despierto Sobre tus manos el cuco descansa y canta. En la playa de mi mar inmenso la rosa silvestre enciende la antorcha. Tú duermes en el mar, y tocas la flauta. Mi mar de la mente se lleva un anillo de oro. Una campanilla de rubí procedente de tu montaña de rubí se hundió al fondo del mar. Como si fuera una vaca que tiene catarro me duermo despierto. Los días azules En los deslumbrantes días azules Añoramos a los seres queridos. Las flores otoñales caídas; el verdor marchito matiza los arces. ¿Qué pasará, si nieva? ¿Qué pasará, si vuelve la primavera? ¡Si muero y tu vives! ¡Si tú vives y muero! El mediodía Por la senda entre flores rojas, cuyo gusto causa una muerte soñolienta;

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por la cadena de montañas tortuosas dando tumbos, como narcotizado, mi amor se escapa, llamándome para que la siga. la sigo, y la abrazo. Sangre de olor fuerte brota de mi nariz. En la quietud del mediodía abrasador todo calló como la noche. Nuestro dos cuerpos se queman y enardecen. Junto a un crisantemo Para que florezca un crisantemo la lechuza debe cantar hasta la primavera. Para que florezca un crisantemo el trueno debe bramar y retumbar en la nube azul. ¡Qué tierno es recordar a mi hermana mirándose al espejo, regresaba de la callejuela de su juventud, agitada por la ansiedad y la melancólica desazón! Para que abrieras tus pétalos dorados, endurecidos por la helada de la anoche, he debido velar largas horas despierto. La culebra En una acera de menta y almizcle yace una bella culebra. ¡Qué tristeza ha formado tu cuerpo tan repulsivo! Bello como un cinturón de siete colores.

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Tu lengua de tenedor, con la que sedujiste a Eva, se alza al cielo azul, entra y sale de una roja cueva. ¡Aléjate con tu repulsiva cabeza! La persigo arrojándole piedras por el camino de menta y de flores, y no porque Eva fuera la esposa de Adán. Jadeante como si hubiera bebido querosén. Podría tenerte alrededor de mi cuerpo. Tu color irradia más que el cinturón de colores. Tus labios son más rojos que los de Cleopatra. ¡Húndete en mi alma, culebra! Tiene veinte años nuestra doncella, sus labios son tan bellos como los del gato. ¡Húndete en mi alma, culebra! La ruta del ruiseñor Lágrimas fulgurantes caen gota a gota cuando las azaleas se inundan de pétalos. Mi amor se ha ido mil millas al oeste tocando la flauta. Envuelta en su blusa de algodón mi amor ha marchado al oeste por un camino que no tiene regreso. Debí tejerle unas sandalias de cáñamo con una triste historia o haberme cortado la cabellera inútil con un puñal de plata para hacerle unas [trenzas. Arde una lámpara de papel, el cielo nocturno está fatigado; su garganta mojada en la galaxia curva el ruiseñor fuerza un tono desgarrador como si estuviera ebrio de su propia sangre.

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Oh, mi amor, que se ha ido solitario a lo lejos, más allá del borde del cielo. El cielo invernal En un sueño de noches milenarias he despejado las delicadas cejas de mi dulce amor. El cariño depositado en mi corazón ya se ha mudado al cielo. El ave más feroz vuela en invierno dejando una distancia cautelosa de la formidable belleza. Hasta ver una flor Al salir solitario del pueblo natal vagas en la playa árida de los confines. ¿De qué sirve llenar el estómago? Si llegara el día en que no tenga sentido alimentarse, descálzate y ven a este sendero entre hierbas que desconoce el sufrimiento y anda con la despreocupación del solitario. Verás así a tu hermana que se presenta con los ojos sonrientes después de tanto tiempo, como una flor depositada en un peñasco desde hace mil años en el rincón de una montaña. Flor serena Alma, dejemos de partir volando como las aves. Alma, dejemos de llegar como nubes y volver como lluvia. ¿Me transformaré en un quieto pozo que ni va ni viene? ¿O seré quizá una flor serena?

POESÍA ZEN

Sueño al mediodía Olvido una palabra del libro sagrado del budismo. Esa palabra que no puedo rescatar del negro abismo. aunque ofreciera quinientos dineros de propina en una taberna del centro de Seúl, ¿En la lluvia que se dispersa, en el campo crecido de cebada, quizá pintara allí el faisán del naipe coreano y dormiría al mediodía?

CHIHUN CHO (1920-1968) Un templo viejo Aguijoneado por el sueño, mientras suena la campanilla de madera para orar, un monje joven empezó a dormitarse. Buda sonríe, silencio. El camino se dirige diez mil leguas al oeste. Bajo el resplandor arrebolado de la tarde, los pétalos de peonía están cayendo. La danza de la monja Doblada de manera sutil, la capucha blanca de gasa fina se tambalean suavemente. La cabeza azul afeitada, cubierta bajo la tenue capucha.

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El brillo en su mejilla la adorna en su tristeza. La candela de cera quema quietamente en una sala vacía, y la luna desciende bajo las hojas de peonía. Sus mangas largas contra el vasto cielo ondulan como si fueran alas. ¡Oh qué bien se acoplan los calcetines blancos con sus movimientos! Ella levanta los ojos negros para clavar la mirada en una estrella en el lejano cielo. Sus mejillas, tan claras como flores del melocotón están manchadas con una lágrima o dos. En la cara de las inquietudes mundanas su sufrimento brilla como una estrella. Sus brazos oscilan y voltean, plegándose y desplegándose, corazón devoto en oración. Cuando el grillo llora por la noche, la capucha blanca de gaza pura se estremece suavemente y de manera delicada se dobla. Al caer los pétalos Si cayesen los pétalos, ¿debemos culpar a la brisa? Las estrellas escasamente tachonadas desaparecen una tras otra sobre el bosquescillo. Tras la canción del ruiseñor se ven más cerca las lejanas colinas.

POESÍA ZEN

¿Debemos apagar la vela porque los pétalos están cayendo? Al caer los pétalos ruedan sus sombras en el patio. La deslizante puerta de papel enrojece. Sepan todos los del mundo laico que las almas bellas viven apartadas. Cuando caigan los pétalos en la mañana las lágrimas descenderán al corazón. Los pétalos en las mangas Se ha extendido el cielo sobre la roca fría donde gorjean los pájaros salvajes. Las nubes flotan sobre el río de trescientas millas de largo. Los pétalos caen en las mangas del viajero. El crepúsculo tiñe la aldea ribereña donde el vino de arroz fermenta. Cuando haya dormido toda la noche llegará el día, las flores se marchitarán. Como si una mezcla de cariño y dolor lo hubiera querido se marcha con un quieto ademán bajo la luna. La cabaña de la montaña La puerta de ramillas está cerrada y los pétalos del cerezo silvestre caen. Los susurros del riachuelo salpican con sus leves gotas en la cabaña por donde pasan las nubes.

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Mojadas por el dulce aguacero las hojas de orquídeas destellan, refrescadas. Una abeja zumba por la deslizante puerta. Las rocas se asientan inmóviles y el silencio domina benignamente. La suave brisa acaricia la manta de musgo haciendo un remolino en el aire. Los helechos brotan enrollándose como la cabeza del violín. KOUN (1933) Amigo ¡Hola! Con el barro que sacaste se ha hecho el Buda. Cayó la lluvia; Buda se convirtió en barro. Lo futil es el cielo despejado tras la lluvia. El éxtasis de la noche ¿Dormida, madre? ¿Seguro que no estás dormida? Todas las cosas que fluyen, el día y la noche, están calladas ahora. Me pregunto, ¿a qué distancia estará el murmullo del agua para tomar su sueño, cuyo sonido ha sido oído a lo largo del otoño?

POESÍA ZEN

Fría, sí, mas llena de alegría. Muy pronto, una obscuridad profunda, verás mi corazón reflejado en el susurro del agua agitándome dentro de mí. La lluvia primaveral Sobre el silencio del sueño, olas, la lluvia primaveral cae y muere. Quizás la noche oscura ascienda en el agua, por la lluvia primaveral de tu ola soñolienta, a lo lejos por el poder de la lluvia, las rocas en la distancia se convirtieron en primavera. Sobre esta agua donde dormimos, una masa de roca aparece en silencio. La lluvia primaveral cae y muere, todavía. Sueño Por mucho que yo duerma profundamente, la luz lunar en la noche permanece tan brillante como nunca. Si me despierto una vez, me volteo, y me acurruco de nuevo. Cierro los ojos, la luz lunar quedó atrapada en ellos, y llega a formar parte de mí. Mas, ¿han sido limpiadas las nubes puras? ¿Son suficientemente puras para la luna, cuando caigan detrás de las colinas del oeste?

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Ahora mi sueño es una sombra del sueño, una sombra arrojada en la noche lunar. Sensaciones en el templo Una libélula vuela muy alto. No caen lágrimas, y en mi ceja, lágrimas, el cielo está cayendo. Sin el aliento del viento, sin el pensamiento del viento, las hojas caen. Con los ojos de un ciego viendo por primera vez, un corazón vacío ilumina al corazón vacío. El mañana de aquel monje yace en el cielo que nació en su espalda. La campanilla del viento otoñal vuela muy alta, o más bien sea la noche. Quizá el río fluya ¿Puedo acunar este bebé para que duerma con estas manos frías y llenas de la luz otoñal? Ahora te estoy meciendo. Arrorró, arrorró. ¡Qué cómodo estás! Me mezo para dormir contigo. Me siento como si fuera ladrón a la luz del día, pretendiéndo que seas mi hija. ¡Tengo ganas de llevarte en un barco!

POESÍA ZEN

Quizá el río fluya Y permanezca tan extraño como antes. El bebé en la ribera se parece verdaderamente a un bebé real. El vigía de la tarde En la noche tan negra como el carbón una flor ha brotado. Después de gritar solo a su lado una flor roja ha brotado callada como el hierro. Destrucción de la vida ¡Sepárate de tus padres, sepárate de tus niños! Esto y aquello y esto, no ése; y sepárate de otras cosas también, córtalos con las hojas de la noche. Todas las mañanas en el cielo y en la tierra amontona las cosas muertas. Nuestro trabajo es enterrarlas todo el día, y establecer allí un nuevo mundo.

CHECHUN BAHK (1945) La mente, su historia Nacieron sólo para ser pisadas, las hierbas comunes segadas aquí y allá. El agua ensordecida encuentra la voz de nuevo, mientras da vuelta por una curva en el caudal. He observado las innumerables estrellas que suben como de costumbre

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en competencia una con otra. Anidado precariamente sobre la copa del árbol el ave en la pintura de Paitaishan-ryen; su vista está cubierta o más bien una mirada en blanco. Mira hacia un camino lejano a diez mil leguas de aquí. Desconfianza Es mejor no haber nacido; morir es sufrir. No abandones la vida, nacer de nuevo es sufrir. Es lo que Cristo dijo del mismo modo. Tanto la vida como la muerte son sufrimientos, como lo dijeron los maestros anteriores. Es futil hablar de la vida desde la muerte. ¿Quién podrá dejar la presencia atrás, y, más tarde, recuperarla? Para una mera hierba es ridículo también que aluda a esto y a aquello. Chuangtse 33 Cada órbita en el cielo está surcada por un jardin de rosas. Mi vida se pone la ropa del viento. El camino está abierto sobre el filo del karma que corta ramitos de rosales a medida que va y que viene. ¡Oh el caudal de mi sangre escapa al viento! ¡Oh los pétalos de rosas vuelan al espacio! Caza de liebres 13 Estaba ardiendo, una columna de humo salía de mi cuerpo, y se desvanece la visión. Visto de lejos una bola de fuego saltando, rodaba hacia un campo vacío.

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Por un tiempo el campo aldeano y el fuego Luchan uno contra otro. Un fósforo encendió el carbón o lo redujo en polvo de ceniza: estaba ardiendo. Un viajero divino –Tu Fu – ¿Qué pasaría, si me quedara sordo e insomne, cuando sea viejo. ¿Dejaría de fumar? Entonces, déjame recoger los chillidos del mono en el viento. Velaría toda la noche meditando sobre las hojas que cayeron en la lejanía. Seguiría el susurro del agua desvaneciéndose en la curva. Volaría como un viajero divino pensando en las canas debajo de las orejas. Moriría mirando las patas frías del ganso salvaje.

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JAPÓN

DOGEN (1200-1253) ¡La doctrina del Patriarca Occidental se ha trasplantado! Pesco bajo la luz lunar hasta que lleguen los días nublados. ¡Limpio, limpio! Ni una mancha de tierra se mezcla con la nieve. Con las piernas cruzadas en esta choza de la montaña me siento aquí toda la [tarde. SOICHI (1202-1280) Todo el significado del círculo1: no interior, no exterior; no luz, no sombra. Aquí nacen todos los santos. RYUZAN (1274-1358) ¡Despejado en el azul, la luna! El agua fría en el horizonte, se define alta y baja. Asustado el dragón se desliza en oleadas. GASAN (1275-1365) De gran valor es la Vía de Soto. ¿Por qué llegar a ser esclavo de la disciplina? Crujiendo la cadena de oro, atrevido, doy pasos hacia la puesta del sol.

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El círculo es simbolo de la naturaleza del Buda, la Vía.

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MUSO (1275-1351) Muchas veces, desde el verde hasta el amarillo, las montañas han cambiado de color. ¡La tierra tan caprichosa! Polvo en tus ojos, el triple mundo es angosto. Nada en tu mente, tu silla es bastante amplia. *** En vano ahondé por un cielo perfecto. Amontonando alrededor de una barrera. Y entonces una noche, al levantar una losa pesada ¡oprimí el vacío esquelético! DAITO (1282-1337) ¡Al fin he roto la barrera de Unmon1! Hay salidas hacia todas partes: este, oeste, norte, sur. Entro en la mañana, salgo en la tarde; no hay anfitrión ni invitado. Todos mis pasos provocan leves brisas. GETSUDO (1285-1361) Avanzo al mundo de la naturaleza de Dharma. La tierra flotaba, maravillosa. Esa misma noche, azotando su caballo de hierro, el Vacío galopaba hacia la vía nebulosa. JAKUSITSU (1290-1367) Refresca el viento que viene de la catarata. La luna cuelga como una lámpara en el pico. La ventana de bambú está encendida. 1

La barrera de Unmon: sugiere una barrera de nubes.

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En mi vejez las montañas están más majestuosas. Mi deseo: que estos huesos se purifiquen en roca. DAICHI (1290-1366) El pensamiento surge infinitamente. La vida dura en cualquier cosa. Cien años, treinta y seis mil días: toda la primavera, sueños de una mariposa. CHIKUSEN (1291-1348) Él es una parte del todo, todo trasciende. Sólo por su provecho se conoce al maestro. ¿Quién se atreve a decir que lo ha encontrado? En este pueblo ruidoso preparo a los discípulos. BETSUGEN (1294-1364) Toda la noche pienso en el laberinto de la vida. Es imposible visitar a los habitantes del infierno. Un intento autoritario para ahuyentar un caballo resultó tan vano como si fuera un ciervo. Así fue el impulso a la encantadora vida del dragón. ¡Despreciable! Está en la oscuridad de esos ojos que exploran la tierra y el cielo. En sueño la búsqueda tormentosa presenta el pasado. ¡Ya basta! La luna de la montaña llena la ventana. Durante todo el solitario otoño, el jardín resonó con las canciones del grillo. JUO (1296-1380) Más allá de un fragmento del tiempo mi vida cotidiana desprecia al Estado. Me despego del universo, repudio la causa y el efecto. Como el cielo de primavera, mi carrera agitada ni Buda, ni patriarcas pueden expresarla.

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FUMON (1302-1369) ¡Magnífico! ¡Magnífico! Nadie conoce la última palabra. El fondo del mar está en llamas. Fuera del Vacío saltan los corderos de madera. SHUTAKU (1308-1388) Durante todos estos años, el verdadero Zen: ni el mundo ni yo existimos. Los sutras a buen recaudo en el cajón, mi bastón colgando en la pared. Tumbado en paz bajo la luz lunar o escuchando el agua que salpica en la roca. Sentado aquí, nadie puede comprar un placer como éste. ¡Adornadas con musgo, un millón de monedas! *** La mente libre flota en el reino de Dharma. Me siento junto a una ventana llena de luz lunar, mirando las montañas con las orejas, escuchando el arroyo con los ojos abiertos. Cada partícula predica la ley perfecta, cada momento canta el verdadero sutra: el pensamiento más fugaz es intemporal, un sólo cabello es suficiente para agitar el mar. RYUSHU (1308-1388) ¿Por qué preocuparse por el mundo? Deja que otros peinen sus canas; bullicioso este, oeste. En este templo de la montaña, tendido en el umbral, la mitad fuera, la mitad dentro, ajeno a la alegría y al dolor.

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SHUNOKU (1311-1388) Después de la canción primaveral, “Inmenso vacío, no santidad”, viene la canción de la ventosa nieve a lo largo del río Yangtze. Tarde en la noche soplo la flauta en el templo Shorin, penetra en la montaña con su sonido, el río. TSUGEN (1322-1391) Ni una mota en la luz, ni el alma misma puede ofrecer tal visión. Aunque el alba no haya llegado, el gallo canta, el fénix, flor en su pico, da la bienvenida. GUCHU (1323-1409) Hombre sin rango, paletada de excremento1. Venid juntos a la perfumada tierra y al cielo. Congenian en el tranquilo templo. Como la mente vacía, llega la Iluminación. MUMON (1323-1409) La vida: una nube cruzando el pico de una montaña. La muerte: la luna navegando. Admite la verdad de una vez. El número, el fenómeno, eres una estaca de burro2. ZEKKAI (1336-1405) El mundo se ha derrumbado sobre la tierra. Estrellas ardiendo pasan sobre la Montaña de Hierro3. Salto, me libero del pasado. 1 A la pregunta de un monje, “¿Qué es Buda?”, el maestro Unmon respondió: “Una paletada de excremento”. 2 Una estaca de burro: una futilidad. 3 La Montaña de Hierro: Cakravala: montaña de la cosmología antigua de la India.

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EICHU (1340-1416) Mis ojos escuchan indiscretos tus burlas. ¡He puesto fin a lo ordinario! ¿De qué sirve la rienda al que sacudió al ingenio? HAKUGAI (1343-1414) Un año pasado en un bello templo en Hirosawa, ha sido este año entre las rocas de Nikko. Todo es igual para mí: ¡Aplausos! ¡Los picos de las montañas que rugen hacia el azul! NANEI (1363-1438) Quebrando el vacío a la mitad, haciendo la tierra añicos, miro la luna cubierta de nubes que avanza hacia el río. KODO (1370-1433) Sirviendo al Shogun en la capital, manchado por el polvo mundano, no encuentro la paz. Ahora, con el sombrero de paja sobre mi cabeza, camino siguiendo el río. ¡Qué fresca la vista de las gaviotas al otro lado de la arena! BOKUO (1384-1455) Durante setenta años he guardado el pozo del buey1. Hoy vuelve a florecer el ciruelo. Lo dejo pasear por la nieve. 1 El

buey está íntimamente vinculado al Zen. Aquí es símbolo de disciplina.

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KUKOKU (S. XV) Subido al caballo de madera al revés, estoy a punto de galopar por el vacío. ¿Tratarás de seguir mi pista? Intenta atrapar la tempestad con una red. IKKYU (1394-1481) Después de diez años en el mundo laico, qué solitaria temporada en las montañas. Puedo ver las montañas mil leguas a lo lejos. Escucho la música antigua de los pinos. Vacío en la forma Tal como son, el blanco rocío se une a las hojas del arce escarlata. Mira, las gotas escarlatas. La forma en el Vacío El árbol está deshojado. El color afligido, no tiene fragancia. En la rama, la primavera se desentiende. KOKAI (1403-1469) Al atrapar la pérdida en el Vacío dejo que se vaya al Origen recuperado. Terminada la música que no ha sido tocada ni por la sombra. Mi puerta: otra vez subió la luna encima del río. NENSHO (1409-1482) Solamente un verdadero despertar resulta en eso. Solamente los tontos buscan la santidad por provecho.

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Al levantar la mano, la lámpara de piedra anuncia el amanecer. Sonriendo, el Vacío asiente con su enorme cabeza. GENKO (? - 1505) Ignorante de la ilusión o el saber, miro las montañas desde este peñasco. Escucho la corriente del río. Tres días de lluvia han lavado la tierra. El bramido del trueno agrieta el cielo. Con él llega la perpetua serenidad. Aunque la mente esté despierta, no es más que un puñado de cenizas. Frío, desolado como un crepúsculo, sigo trabajando. Regreso con la cesta llena de duraznos en mi brazo. SAISHO (? - 1506) La tierra, las montañas, los ríos, escondido en este vacío. En este vacío, la tierra, las montañas, los ríos se revelaron. Flores primaverales, nieves invernales: no hay ser, ni no-ser, ni la negación misma. YUISHUN (? - 1544) ¿Por qué? No es más que la propuesta de los ojos y las cejas. Aquí lo he estado buscando por todas partes. Iluminado al fin, encuentro la luna encima de los pinos, el río se eleva en lo alto. TAKUAN (1573-1645) Aunque noche tras noche la luna se refleje en el arroyo, trata de encontrar dónde ha tocado. Ni siquiera palpa una sombra.

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GUDO (1579-1661) La naturaleza no se aprovecha. Fíjate, hasta el árbol desarraigado se desarrolla con el florecimiento, poco importa si rojo o si blanco, pero igual de hermoso. ¿Cuántos pueden semejarse a una primavera tan generosa? UNGO (1581-1659) Dando vueltas entre los árboles queridos, los ojos se ciegan. Cerca del mundo de la naturaleza vivo así, con mi sombrero de paja y el bastón en mano, me muevo libremente por la tierra y el cielo. DAIGU (1584-1669) Aquí nadie piensa en riqueza ni en fama. La charla sobre lo bueno y lo malo se mitiga. En otoño rastreo las hojas en el arroyo. En primavera atiendo al ruiseñor. *** ¿Quién se atreve a acercarse a la cueva del león? Frío y robusto un hombre del Zen lo soporta. Dejo que la brisa primaveral entre por el portal. MANAM (1591-1654) Liberado al fin, un monje caminante. Ha superado la antigua barrera del Zen. Tengo una vida sin huellas como el arroyo o la nube. Entre aquellas montañas, ¿cuál será mi hogar? FUGAI (siglo XVII) Sólo el hombre del Zen conoce la tranquilidad. El fuego que consume al mundo no puede llegar a este valle.

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Debajo de una rama agitada por el viento las ventanas de la carne se cierran firmemente. Sueño, me despierto, sueño. BUNAN (1602-1676) La luna es la misma luna vieja. Las flores son exactamente lo que fueron. He hecho mi ser de todas las cosas que he visto. *** Cuando estás vivo o muerto, si verdaderamente mueres ¡cuánta felicidad en el pequeño placer! TOSUI (? - 1683) Contento con un tazón desportillado y la ropa andrajosa, mi vida pasa con tranquilidad. La única tarea: aliviar el hambre y la sed. Indiferente al mundo murmurante. GESSHU (1618-1696) Siete océanos bebieron juntos. El dios del dragón está expuesto. Corre hacia atrás la corriente del Zen Soto: iluminado al fin, respiro. BAIHO (1633-1707) Nunca pensé en la fama. Sólo molesta la vida anterior. Las piernas cruzadas en el ataúd, estoy a punto de deshacerme de la carne.

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MANZAN (1635-1714) Un minuto sentado, una pulgada de Buda. Como un relámpago todo pensamiento viene y va. Recorre la profundidad de tu mente: nada más ha pasado por allí. TOKUO (1649-1709) El pueblo está en llamas con el calor del verano. Sin embargo, la montaña Koma está llena de nieve. Así es la vida cotidiana de un hombre del Zen. El loto sobrevive a todo fuego terrenal. SOKAKU (1649-1773) Fuerte viento, furia lunar. Un largo arroyo a través del cielo. Más allá de la puerta, no hay sombras. Cuatro lados, ocho direcciones. HAKUIN (1685-1768) Pasado, presente, futuro: inalcanzables. Tan claro como el cielo sin una mota. Tarde en la noche, el banquillo está tan frío como el hierro, mas huelo a ciruela desde la ventana de la luz lunar. *** Lo inapreciable es un conjuro de gente, cambio de una bola de hierro caliente y roja a la grasa de mantequilla. ¿Paraíso? ¿Purgatorio? ¿Infierno? Los copos de nieve caen sobre la estufa roja. ***

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¡Cuán deficiente es la mente sensible inmutable! Es el nirvana consumado de todos los Budas. Una gallina de madera con un huevo en la boca se sienta a horcajadas sobre un ataúd. Un caballo de loza se quiebra como el viento en la tierra iluminada. *** En cuanto alcances el gran Vacío, poco después pierdes el cuerpo y la mente. Paraíso e Infierno, una paja. El sitio de Buda, el Pandemonio, ruinas. Escucha, el ruiseñor aguza la voz, dando una serenata a la nieve. Mira, una tortuga vestida con una espada sube a la lámpara. Si deseas la gran tranquilidad, prepárate a sudar con gotas de abalorio. SENGAI (1750-1837) Debajo de un precipicio nuboso, cerca del portón del templo, entre oscuras plantas primaverales en la charca, una rana salta al agua, ¡plap! Asustado, se le cae el pincel al poeta. RYOKAN (1758-1831) En el alto espíritu El sayón demasiado corto, la chaqueta excesivamente larga, persiste el alto espíritu, lleno de ánimo, es la manera en que vivo. En el camino los niños me espían, me aplauden, todo el mundo canta a la vez la canción de “temari.”1 1

temari: pelota hecha de paños de colores con la que juegan y cantan los niños.

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Temari En mi manga las pelotas de color valen un tesoro: me atrevo decir que nadie es tan bueno en temari como yo. Y si me preguntas de qué se trata: uno – dos – tres – cuatro – cinco – seis – siete La pelea de pasto1 I Otra vez con los chicos a quienes peleaba cien pastos, peleaba aquí y allá . ¡Qué pelea más valiente tuvimos! Llegó la puesta del sol, Las calles están desiertas, todo el mundo se ha ido. La luna reluce, más blanca que el otoño. II La primavera verde, comienzo del segundo mes, los colores de la naturaleza renovados y frescos. Esta vez agarro el tazón de mendigar, con el alto espíritu ando por las calles de la aldea. Los chicos me reconocen de repente, vienen y me rodean alegremente, me acompañan hasta el pórtico del templo, tirando de mis brazos, retardando mis pasos. Coloco el tazón encima de una piedra blanca, cuelgo el saco de limosna en la rama de un árbol verde; aquí jugamos a la pelea de pasto cien veces. 1

Este juego aparece en la dinastía Tang (VIII-IX d. C.) en China. Los niños juegan esta competencia cortés como pasatiempo el 5 de mayo del calendario lunar. Es una variante del juego de la cuerda.

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Aquí tiramos las pelotas de temari. ¡Voy a lanzar; tú cantas! ¡Ahora yo canto; tú lanzas! Los jugadores se mueven por aquí, por allá, sin saber nunca cómo pasa el tiempo. Los transeuntes me miran y se ríen, ¿Qué te hace actuar de esta manera? Bajo mi cabeza, no les contesto. Podría responder, pero ¿para qué? ¿Quieres saber lo que tengo en mi corazón? Desde el comienzo, ¡sólo esto! ¡sólo esto! III Termino de mendiguar en la aldea del cruce, ahora paseo por templo de Jachiman. Cuando me encuentran los niños, se llaman unos a otros: “¡Aquel monje loco del año pasado ha vuelto otra vez!” IV Poco a poco se suaviza el aliento de la primavera; con el sonido de los anillos de mi bastón, camino hacia la aldea del este. Verde y verde, los sauces en el jardín; se mecen las hierbas de pato en la charca. El tazón de limosna oliendo dulce con arroz de mil casas; el corazón indiferente a la gloria de diez mil carros1. Siguiendo los pasos del Buda de antaño, mendigando la comida, voy hacia mi camino.

1 “La gloria y la riqueza de un soberano con una multitud de diez mil carros” es una expresión tradicional china.

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V Hora: primer día del octavo mes1; Con el tazón de mendigar entro en la ciudad. En el alba mil puertas sin cerrojos; diez mil casas cocinando y echando humos. La lluvia anoche limpió las calles; el viento otoñal sacude los anillos de mi bastón. Me tomo mi tiempo, voy a mendigar la comida. ¡Este mundo de Dharma tan ancho y sin límites! Tazón de mendigar vacío En el cielo azul y frío gansos salvajes llorando. En las cuestas desiertas revolotean las hojas caídas. El ocaso, una calle, por la aldea neblinosa: voy a casa solo, llevo conmigo el tazón de mendigar. *** Termino de mendigar en un pueblo ruinoso, regreso a casa pasando por rocas musgosas. El sol tardío se esconde detrás de los picos occidentales; la luz de la luna pálida dirige al riachuelo delante de mí. Me limpio los pies, subo a la roca, incienso ligero, me siento a meditar. Al fin, me pongo la ropa de monje. ¿Cómo podría pasar los años sin hacer nada? *** En la noche tranquila al lado de la ventana, cubierto con la ropa de monje, me siento a meditar, el ombligo y las ventanillas alineados, 1 El año nuevo del calendario lunar comienza en febrero; el otoño comprende los meses séptimo, octavo y noveno.

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las orejas emparejadas a las espalda erguida1. Las ventanas blanquean – la luna sube; la lluvia cesó, aún chorrean las gotas. ¡Magnífico – el talante de este momento – distante, vasto, solamente conocido por mí! *** Se cayó el rollo del sutra, cabizbajo y dormido; Estoy sentado cómodamente en el cojín; copiando el viejo cuaderno. Las ranas cantan cerca y lejos incesantemente; la lámpara brilla y desvanece detrás de persiana. Visitado por ladrones Mi plataforma del zazen, mi cojín ¡se lo llevaron todo! Los ladrones escalaron la choza de paja, sin embargo, ¿quién se atreve a detenerlos? Toda la noche me siento solo al lado de la ventana oscura, la llovizna susurra en el bosque de bambúes. *** El invierno oscuro, el onceno mes la lluvia y la nieve chapotean; miles de colinas todo en un color, diez mil senderos donde casi nadie va. Las andaduras pasadas se convirtieron en sueños; la puerta de hierba está cerrada firmemente; por la noche quemo los pedacitos de madera, leo quietamente los poemas de la época antigua. *** 1

Esta es la postura del zazen, apropiada para la meditación.

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Cargado de leña a mi espalda desciendo de la cumbre verde de la montaña. Los senderos de la cuesta verde nunca están allanados. A veces descanso debajo de un pino alto, y escucho quietamente las voces de pájaros primaverales. *** Me despedí del padre siendo un muchacho, me marché para otros lugares del mundo. Traté de ser un tigre. ¡Ni siquiera me hice un gato! Si me preguntas qué tipo de hombre soy: sólo el mismo viejo Eizo1 que siempre he sido. Una petición de arroz Desolado, descalzo, mi choza reducida; un naufragio, este cuerpo viejo y poco seguro. Ahora, especialmente en la oscuridad de los meses de invierno, me apena decirte todos los infortuios que sufro. Sorbiendo gachas paso por la noche fría, contando los días, esperando la primavera soleada. No obstante, si no te pido un saco de arroz, ¿cómo puedo pasar la estación? Reflexiono, aún no he podido encontrar un proyecto factible, por eso, escribo este poema y te lo mando, mi viejo amigo. *** Harapos y jirones, harapos y jirones, harapos y jirones – esto es mi vida. La comida, de algún modo la encuentro por la calle; mi casa, dejo crecer las hierbas a su alrededor. Mirando la luna paso la noche entera, 1

Eizo fue el nombre de Ryokan antes de ser monje.

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mascullando poemas. Perdido entre flores, nunca vuelvo a casa. Desde que salí del templo que me entrenó este es el tipo de caballo viejo y perezoso que he sido. *** Los picos delante, los picos detrás, la blanca nieve resplandeciendo; mi puerta de hierba cerrada firmemente, al oeste del arroyo rocoso. Durante la noche larga en la hoguera quemo pedazos de madera, tocando mi barba, recordando mi juventud. Una larga noche invernal Me acuerdo del tiempo cuando era joven, leía solo en la sala vacía, una y otra vez rellenando la lampara con aceite. No me preocupaba entonces cuán larga la noche invernal era. *** Me tumbo solo en mi choza de hierba todo el día sin ver un alma. El saco de limosnas hace tiempo que cuelga en la pared, el bastón abandonado y cubierto de polvo. Mi sueño vuela hacia la pradera de la montaña; Me despierto, mi espíritu vaga por la ciudad. Por el borde de la carretera, los chicos, como siempre, quieren que vuelva. *** Acabo de terminar la mendicidad de un día largo, regreso a casa, cierro la puerta de mimbre, en la estufa se queman las ramas con hojas.

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Leo en paz los poemas de la Montaña Fría. El viento del oeste arranca la lluvia nocturna, aguacero sobre aguacero empapando el techo de paja. De vez en cuando saco las piernas, tumbado. ¿Qué es lo que hay para pensar? ¿Cuál es la inquietud? Diálogo en un sueño Mendigando la comida fui a la ciudad, en la calle encontré a un anciano. Me preguntó: “Maestro, ¿qué está haciendo, viviendo allí entre aquellos picos cubiertos por la nube blanca?” Le pregunté: “Señor: ¿qué está haciendo, envejeciéndo en medio de esta ciudad roja y polvorienta?” Estábamos por respondernos uno al otro, cuando el sonido de la quinta hora rompió mi sueño. *** Tengo un bastón, no sé por cuántas generaciones transmitido unas a otras. Hace mucho tiempo que perdió la corteza, nada quedó salvo un centro duro. Durante los años anteriores probó la profundidad de los arroyos. ¡Cuántas veces sonó en los senderos rocosos! Ahora se apoya en la pared del este, abandonado, mientras pasan los años. *** En una ráfaga de relámpago, sesenta años1; la gloria del mundo y su decadencia, 1

Ryokan se mudó de su choza de la montaña al templo de Otogo, al pie de la montaña Kugami, donde vivió los diez años siguientes.

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las nubes que van y vienen. Llueve en la noche profunda y golpea el pie del acantilado; la mecha de la lámpara centellando, derritiéndose al lado de la vieja ventana. *** De muchacho estudié los textos, mas era demasiado perezoso para hacerme un Confucio; en mi juventud trabajé en el Zen, mas no era digno de recibir el Dharma. Ahora acabo de levantar una choza de hierba, soy portero de un templo de Shinto, la mitad hombre, la mitad monje. *** ¡Este es el lugar donde viví por tantos años!1 Lo visité acompañado por mi bastón. La pared caída, zorros y liebres corren; la humedad rodea el lado de bambúes altos. La telaraña en la ventana donde yo leía, la plataforma del zazen cubierta de polvo, las malezas caen tapando las escaleras en su maraña, un grillo frío cantando en mi cara. Voy y vengo por la ruina, no me atrevo a marcharme, desolado, miro el sol poniente de la tarde. *** ¡Cuán admirable ese buen caballero, en su tiempo de ocio con frecuencia pone la mano en la poesía! 1 Aparentemente Ryokan escribió este poema en su vejez, cuando pasó por su vieja choza en la montaña. La vista de su antigua casa en ruinas le produjo una fuerte emoción. Posteriormente, aquella choza (Gogo-an) en la montaña fue reconstruida.

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Sus versos de estilo clásico se inspiraron en las obras de las dinastías Han y Wei; para el estilo moderno toma la dinastía Tang como ejemplo; con ello da forma a su elegante escritura, añadiendo toques que son llamativos y diferentes. No obstante, como nunca escribe de las cosas en el corazón, por mucho que escriba versos, ¿para qué sirven? *** Buda es algo hecho en la mente; el modo, no existe tampoco. Te estoy diciendo, cree en lo que te digo, ¡no tomes el camino equivocado! Dirige el carro hacia el norte y trata de llegar al trópico. ¿Cuándo crees que llegarás allí? *** Buda predicó las divisiones del doce1, cada división llena de la pura verdad. El viento del este, la lluvia viene en la noche, refrescando y renovando el bosque. No hay sutra que no deje de salvar, ni ramas en las montañas que no haya visitado la primavera. Aprende a entender el significado de los sutras, ¡no trates de decidir cuál es válido, cuál no es válido! Para inscribir en un cuadro de calavera que pinté Todas las cosas nacidas por causas terminan cuando las causas se agotan; 1 “Las

divisiones del doce” son las doce secciones en que se divide la escritura sagrada del budismo. El poema es un ataque al sectarismo común del budismo oriental que busca exaltar la verdad y el valor en un sutra, desconociendo los demás.

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mas, las causas, ¿de dónde nacieron? La primera causa, ¿de dónde viene? En este momento las palabras me faltan, las actividades de mi mente se extinguen. Llevé estas palabras a la anciana en la casa al este; la viejita no estaba complacida. Pregunté al anciano en la casa al oeste; el viejito frunció el ceño y se marchó. Escribí la pregunta en galletas. Se las di al perro, mas hasta el perro la rechazó. La conclusión es que éstas deben ser las palabras de una desdicha, una mera mezcolanza de dudas. Envolví la vida y la muerte en una pastilla, amasándolas juntas, y la di a la calavera en la pradera. Súbitamente la calavera vino dando saltos, empezó a cantar y bailar para mí, una canción larga, la balada de las Tres Edades1, un magnifico baile, las posturas de los Tres Mundos2. Tres mundos, tres edades, tres veces bailaron. “La luna llega a Ch’ang-an y toca el timbre de medianoche.”3 Feliz tomando sake con Yoshiuki4 Se encuentran los dos hermanos: uno mayor, otro menor. Ambos con cejas blancas que se inclinan hacia abajo. ¡Qué deleitoso este tiempo de paz, día tras día emborrachándonos como tontos!

1 Tres

Edades: pasado, presente y futuro. Mundos: deseo, forma y no forma. 3 El último verso es una cita del poeta chino Li Tung (siglo IX). 4 Yoshiyuki, el hermano cuatro años menor que Ryokan. 2 Tres

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Cuando llegó la noticia de la muerte de Saichi1 ¡Ah, mi seglar! Estudió el Zen conmigo durante veinte años. Comprendió lo que no pude enseñar a los otros. Soñé con Saichi y me desperté con un sentimiento de desasociego Después de veintitantos años, nos vimos solamente una vez; brisa gentil y luna neblinosa en el puente oriental de la aldea. Seguimos caminando, mano a mano, platicando hasta que llegamos el templo de Hachiman en tu pueblo de Yoita. Presentando mis respetos a la tumba de mi maestro Shiyo La tumba vieja en una loma desierta, donde año tras año crece la hierba triste, nadie la atiende ni cuida, solamente un cortador de juncos pasa de vez en cuando. Me recuerdo hace mucho tiempo, pelo en la trenza del muchacho, caminando hacia la escuela al lado del río Seba. Entonces una mañana partimos en direcciones diferentes y después ni una palabra entre el uno y el otro. Ahora he vuelto a la casa y te has marchado. ¿Cómo puedo encontrar tu espíritu? Vierto un cucharón de agua sobre la lápida, un gesto pequeño de respeto a mi maestro. El sol reluciente se hunde al oeste, en los valles de la montaña sólo el sonido de los pinos. Doy vueltas por el lugar, no puedo dejarlo, mis lágrimas mojan la ropa continuamente. 1 Miwa Saichi fue un seglar que estudió el Zen con Ryokan hasta su muerte en 1807. Para Ryokan, quien tenía otros estudiantes del Zen, su muerte fue un fuerte golpe, y lo refería a menudo en sus poemas.

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*** Ser un monje errante era mi único objetivo; ¿cómo he podido vagar tanto tiempo? Llevando un jarro de agua, me despedí del viejo maestro; en el alto espíritu me puse en camino hacia otras partes. En las mañanas, emprendiendo el pico solitario; en las tardes, cruzando la oscuridad del río que fluye. Mientras una palabra no corresponda a la Verdad, hago voto de no descansar en toda la vida. *** Me recuerdo cuando estuve en Entsu-ji, me apena que el camino haya sido siempre solitario. Llevando leña a la espalda, pensé en el señor Pang;1 moliendo el arroz, me acuerdo del viejo Lu.2 En el nisshitsu3 no quería ser el último, al zazen4 de la mañana siempre llegué primero. Desde que salí del templo de aprendizaje, treinta y tantos años han transcurrido. Montañas y mares yacen entre mí y aquella tierra. No hay nadie que me traiga noticia. Pienso en la deuda que tengo con el maestro, y termino en lágrimas, las dejo fluir, fluir al río. Molesto por algo Me afeité la cabeza, y me hice monje, me abrí paso entre la maleza, y pasé los años buscando el Camino. 1

Pang fue un creyente del Zen que vivió en la dinastía Tang. La tradición conserva muchas de sus anécdotas. 2 Lu es Hui-neng, el Sexto Patriarca del Zen chino del siglo VIII. En el templo se ocupaba del molino de arroz. 3 nisshitsu: la entrevista privada entre el maestro del Zen y el discípulo 4 zazen: postura y tiempo de meditación.

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Todavía dondequiera que vaya, me entregan papel y pincel, todo lo que dicen es “¡Escríbanos una waka!”1 “¡Escríbanos un poema chino!” Séptimo mes, décimosexto día ¿A dónde se puede escapar de este calor sofocante? Me encanta el templo de Izuruta.2 Miiin-miiin, el chillido de las cigarras llena mis orejas; la brisa fresca viene del bosque. *** Lejos de toda ambición dejo fluir mi naturaleza libremente. En mi saco hay arroz para diez días. Junto a la estufa una brazada de leña. ¿Quién parlotea sobre la Iluminación o el nirvana? Olvidado del polvo del nombre y de la fortuna, oyendo la lluvia nocturnal en el tejado, Estoy a gusto con las piernas estiradas. SHOZAN-KYONIN (¿ - 1873) La muerte Un árbol sin raíz. La hojas amarillas por todas partes. Más allá el azul, sin nubes, sin manchas.

1

waka: estrofa tradicional de cinco versos muy cortos. del pueblo de Shimazaki, donde Ryokan pasó sus últimos años.

2 Templo

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KANEMITSU-KOKUN (siglo XIX) Mis manos libres al fin, el precipicio es muy alto. Desde diez mil metros, lanzo una yesca. Todo está consumado en mi cuerpo renacido. El camino va recto, el pozo para el arroz en mi oreja. KOSEN (1808-1893) Un caballo cegado trota hacia un saliente cubierto de hielo. Así es el poeta una vez aliviado de la ilusión de la rana en el pozo. El sutra es una lámpara contra el sol. TANZAN (1819-1892) ¡Locura, la manera en que se galopa a la costa extranjera! Vuelvo a la Única Mente y encuentro al Buda. Encima de mí y de los otros, más allá del ir y venir, esta voluntad permanecerá cuando los demás se hayan ido. KANDO (1825-1904) Como si nuestras cabezas estuvieran ardiendo así nos dirigimos a la perfección de Aquello. El futuro no es más que un centelleo, te apegas a ti. Persiste, el esfuerzo más recio no es suficiente. NANTEMPO (1839-1925) Recién despertado en la nueva manta, la tierra y el paraíso, saludo a mis ochenta y una primaveras. La ambición arde todavía, sujeto mi bastón. Apartándolo todo, doy vueltas a la Ley de la Rueda.

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SODO (1841-1920) La pregunta clara, la respuesta honda. Cada partícula, cada instante una realidad. La llamada de un ave chilla por el alba de esta montaña: mira donde se sienta el viejo maestro del Zen, en una roca. MOKUSEN (1847-1920) Por difícil que sea el precipicio, sólo lo percibimos cuando estamos arriba. Seguí sin prisa los pasos de Tathagata. Rugiente abajo, un tigre enfrió el día. SOEN (1859-1919) El reposo, la actividad, cada uno tiene su uso. A veces este polvo mundano se acumula como una montaña. Ahora los vecinos duermen, recito un sutra. El incienso se consume, canto ante la luna. TESSHU (1879-1939) La tierra sagrada está cubierta de hojas. El viento atraviesa las mil millas del campo otoñal. La luna que cruza la montaña Sokei platea. En este instante, lejos del Japón. SHINKICHI TAKAHASHI (1901) Concha Nada nada nace. Absolutamente nada muere. Lo dice la concha repetidas veces desde el fondo del vacío. Su cuerpo es arrebatado por las olas. Qué importa?

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Se duerme en la arena, secándose en el sol, bañándose en la luz lunar. Nada tiene que ver con el mar ni nada más. Repetidamente desaparece con las olas que golpean. Champiñón Soplo el humo del tabaco en sus orejas congeladas. Una golondrina se lanza hacia arriba. Los placeres son como champiñones, sin raíces, sin flores, aparecen por todas partes. Un anillo metálico cuelga de su oreja, los hongos relucen en la oscuridad. Vuelo del gorrión Un gorrión se lanza del techo al suelo, un viaje largo. Un cohete sube a la luna, muchos globos se vienen abajo. Una movimiento lento: veinte metros abajo, diez mil millones de años. El casquivano gorrión no piensa, ni filosofa, aún todo está debajo de sus alas. ¿Qué es el Zen? El pensamiento hace un tonto, dicen los maestros. ¡Tanta libertad tiene el gorrión sin seso! El gorjeo, antes de su primer trino en diez mil millones de años.

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En el instante de abrir y cerrar los ojos el género humano va y viene, tan fácilmente, no hay fin del tiempo. Un trago engulle el universo. Sacude las alas en la rama o el techo –guerra, paz, a quién le importa–. Nada permanece, ni una manchita. El tiempo se despliega en los aleros. El gorrión canta, picotea de vez en cuando. El gorrión en el campo marchito Las patas encogidas, un gorrión muerto debajo de un lienzo de nieve. El gorrión es un ave negra y roja, alguien dice entonces ‘El sol es un ave de alas blancas.’ Si el ave duerme, el hombre descansa también. Las cosas se evaporan en el aire; sólo hay respiración. Eres visible de la nariz a los pies. Mientras la hormiga de guardia ataca un trozo de madera los genitales se pasean por la acera. Muévelos, darán vueltas vierte el aceite y pon la luz. Átomo del pensamiento, diez mil millones de años. Una respiración, pasado, presente, futuro. La madera es tan quieta. Cubro las orejas. El universo se derrumba tan lentamente.

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La nieve en el campo marchito, no hay nada que tocar. La cabeza del gorrión es tan clara como el cielo. Mano Extiendo la mano, todo desaparece. Vi en la cabeza de la culebra la cara de mi madre muerta; en nubes dispersas las aflicciones de mi padre muerto. Castañeteo los dedos, no existe más el tiempo. Mi mano es el universo, puede hacer todo. Camello La giba del camello movida entre nubes. Tal soledad decapita. Mis brazos se extienden más allá de los picos de las montaña; llamas en el desierto. Pescado crudo y vegetales Cuando mi madre estaba embarazada, rebanaba el tiempo con su cuchillo oxidado. La suave lluvia, veteada como la hueva del bacalao. Cuando estube listo, reventé de su útero.

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No tengo mejores cosas que hacer. Trato de revivir ese primer hogar: nadie está allí, sin embargo daba patadas, no pudiendo tocar nada en la obscuridad. Acárido en una ballena. De aquí a un eón de posteridad, oye: el tiempo es un rábano amarrillo y encurtido. Mi padre nadó con pescado crudo en vinagre y vegetales. Pilosidad Encantado por las suaves orejas de una chica, amontoné hojas y las quemé. ¡Cuán inocente su cara en el humo que sube! Deseo rondar la espiral de aquellas orejas, pero ella se agarró fuertemente a la correa del tranvía. Pilosidad fragante como el humo del follaje. Sapo En un instante se embarcó en un avión. El sapo estuvo en Londres – equivocado. El sapo no se da cuenta de la distancia, entre su panza y la del hombre, entre él mismo y la rueda aplastante. Se encoge completamente, no está en ninguna parte – correcto. Londres, Tokio aplastados en seguida por las palmadas.

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En el pantano – ni distancia ni sonido – una espalda escamosa está cubierta de flores nocturnas. Llovizna Un gato corre la valla mojada, desaparece en la sombra verde vacío como pensamiento perdido. La tierra en la garra de un gato muerto, intestinos desparramados en el pavimento –el tiempo, aquellos ojos como agujas. En el desván tres gatitos se amontonan. Una anciana, como un billete arrugado, trata de recordarse del nombre del gato. Mar del olvido Futuro, pasado, el mar del olvido, con presente volcado. El sol divide el mar en dos –la mitad ya está embotellada. Las piernas desplegadas en la playa, una mujer se sabe de memoria el cangrejo que se arrastra hacia su muslo. En alguna parte su amante se ahoga. Untada de arena, bañándose en la ilusión, la juventud salta uno contra otro. Nube Estoy alegre, pase lo que pase,

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una bocanada en el cielo –lo que es espléndido existe, estoy allí. Cielo Subo al árbol de cera, al cielo estruendoso, saco la lengua –¡oh, que aguacero! La tarde Pierdo el pelo rápidamente –esta tarde voy a Asia Menor. Madre y yo Mientras las lanchas están en el puerto el ocaso madura el bosque de Hakone. Los hombres caen como gotas de lluvia. Me siento en una silla, abro el paraguas. La nube ha estallado. Hace tiempo que la madre se sienta en su ataúd, sonriendo. Mañana Cristobal Colón llegará (¿llegó?) a Venezuela. Esta mano abrazará o matará. –Sólo necesita un dedo. Debajo de la vela blanca, el universo.

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Oveja Al despertarse sobre el pasto, Las ovejas y las cabras permanecen allí sin hacer nada. El cuervo observa desde una rama muerta. A la oveja nada le importa – la vida y muerte todo es uno–. Donde se echa es suave y caliente. La cabra bala, los cuernos en alto. ¿Qué es mejor que el calor? La oveja contempla, compartiendo su asombro con la cabra, con el cuervo. Eternidad Hielo en el alero, el gorrión desaparece en mi cabeza, roto, sin forma, ni pisca de cerebro. Un viaje largo el del gorrión. Ahora entre las flores silvestres, las jóvenes se enfrentan al trigo. (Una vez frito voló río arriba, hacia las nubes) El gorrión parpadeó: a la deriva en el mar, bajo la luz lunar, una mujer, las piernas, los brazos de pulpo, olas picando los ojos negros. No es necesario agarrar, no hay borde, ni profundidad ni superficialidad –el sol guía. El ombligo es redondo, las galaxias dan vueltas a la columna vertebral. La nieve llega a la cintura, los muslos se ponen tiesos con la escarcha. (Dulce como pescado, cuán fresca es la brisa de la muerte.)

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Gorrión y la red para pájaro El gorrión siempre duerme –mientras lo rodea un edificio. Entremetido, el ascensor sube rápidamente absolutamente solo: el edificio es un pellizco de polvo. Ni día ni noche, por lo tanto, la luz pega desde su garganta, debajo del ala lucen el sol, la luna, las estrellas. nadie está aquí, no se espera a nadie en mil milllones de años. El gorrión sueña, el gorrión sabe. La imagen de barro Cerca del santuario, una joroba, un ave en un poste – los ojos, ardientes como las alas plegadas, reflejan la penumbra del universo. En el horizone, un edificio cilíndrico, antes pájaro, ahora barro y piedra. El pájaro es una abertura en el suelo. Puesto que el universo no es tan grande como su cabeza, ¿adónde puede volar? ¿Quién dice que las pestañas del pájaro son cortas? Un montón de tiempo rueda de la ventanilla de la nariz.

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El pájaro se enfría la lengua caliente, la imagen de un barro rojo no vidriada. En sus ojos negros y en sus cavidades –vibraciones diminutas, terremotos. Dioses Los dioses están en todas partes: la guerra tribal entre Koshi y Izumo arde todavía. Al fin uno termina con las distinciones. Tres mil mundos están en aquellas flores del ciruelo. El olor es Dios. Pato fanfarrón Los patos viven para simpre, diariamente. Caminando, se da cuenta de que han dormido mil millones de años. El mismo centro del universo, no tiene el uso de los ojos, ni orejas ni patas. ¿Qué necesita si conoce el mundo de la estación satélite? Liberado del tiempo, inmutable. Un pato no es tan listo como un perro disparado hacia el espacio en un cohete. Además ya ha estado allí.

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Tapia de piedra Las flores revientan desde la piedra, en lluvia y viento. Un perro olfatea y apunta la orina. Una mariposa atraviesa por la colina donde un niño chapotea. Detrás del biombo de papel, las piernas de mujer, blacas y rápidas. No más deseo, estoy contento. Después la vi, sus manos detrás de la espalda –realmente sin rechazar nada, dando la bienvenida al sol entre sus muslos. Cerca de la tapia de piedra, una rama dorada. Playa Vendaval: las tejas y el techo revoloteando, desapareciendo en seguida. Piedras rodando sobre los pueblecitos, insectos y pajaros cantando aún al lado del puente destrozado. Los hombres tiran hacia el espacio, la carrera suena. En la televisión los países se vapulean unos a otros, sin fin. ¿Por qué esta confusión? ¿Cómo se restaura el cuerpo de un mundo tan asolado?

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La luna y la liebre Las cosas existen solas. Arriba en la luna encontré la liebre en un cráter moliendo arroz, haciendo pasteles. Le pido uno. “¿De qué forma?” pregunta la liebre. “Uno como un cohete.” “Aquí va.” Arriba y más allá, Pasando sobre todo, liberado al fin –sin darma cuenta a dónde voy. Perro faldero El perro faldero en una cesta acomodado con trapos, los ojos y la nariz humedecidos. Te llevo al lugar de tu dueña evaporada. Me gustaría elaborar y devorar, diez mil piernas de minifaldas. El cuerpo desgarrado aún con el espíritu entero, Ni el puñal pudo alcanzarlo. Abajo se rompe desde su nalga.

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Un tranvía incontrolado truena, un fogonazo del sol. Tira el perro faldero al alcantarillado. ¡Ha! una hoja de sol en su espalda. Luna Hay un claro de luna mientras se pudren mil millones de cadáveres debajo de la tierra. Soy el que se levanta entre ellos, a unirme con todos. ¿Dónde flota la luna? En las inspiraciones de mi cerebro. Vimalakirti Vimalakirti, Vaishali millonario, el héroe del sutra, en su cama en su espacio diminuto –mientras estás malo me tumbo aquí. Revivo, estoy completo. La enfermedad, una noción, para él el cuerpo es césped, agua –mueve el fuego y el viento. Vimalakirti, el héroe seglar, en una palabra atrae las galaxias al pie de su cama. El cielo nevado El mirlo se precipita, los ojos siguen la pista en la tierra,

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las hojas muertas, las plumas cubiertas de nieve. Uno encuentra playas en cualquier parte, aeropuertos, cielos de nieve, el mirlo mira aterrizar el avión de cuatro motores, las hélices se han calmado. Las hojas muertas revolotean en el cielo. Vivamos alegremente En busca de la paz, el hombre muerto pasa por un durmiente sudoroso sobre la plataforma. El alba estruendosa enciende la tierra. Aplastado por el tren, la cabeza mancillada en el carril –no es una mancha del cerebro. Nada quedó: pensamiento – humo; un momento – mil millones de años. No te acurruques como piel de naranja, no imites un pasado momificado. Desenjaula la eternidad. Cuando el egoísmo deja pasar, el universo es todo, o deja que transcurra el tiempo a toda velocidad. Cerca de la charca de Shinobazu Un sargo nadó por la ventana del tranvía, la pagoda de cinco pisos reluce en la lluvia.

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Sobre el cable telefónico, gorriones, entretenidos, en el diálogo secreto. Sin voz la roca brilla tenuemente con mil millones de año. Anteayer, el gorrión muerto saltó al estanque de peces en el que descansa la salamandra de ojos espumosos y un pez tropical acurrucado en su aleta. El gorrión, un lugar de rosas entre las hojas de loto, excita el aire de la tarde. Piedras A causa de los intereses que estaban en el arrozal, el mundo estaba enterrado en el barro. Las piedras cayeron como pájaros desde el cráter: el ser es moho untado sobre no-ser. Las rocas en las que se apoyaban las mujeres, fueron los intereses inexpresivos; donde quiera que sea, dieron a luz a las piedras. No mentes; revoloteando, volando los pájaros. Urna La explosión de otoño – un jabalí salvaje cojea, muertas las piernas y las hierbas. Un pájaro canta, plumas desgarradas,

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ojos y ramitas duras. El jabalí cuida al cochinillo. A medida que se descomponen aquellas cavidades de bronce, se funde con roca, lo coloca, y los pájaros en llamas y los meteoros al cielo. El jabalí brilla en el sol, se le cortó la cola roja, quemando: la urna, inválida con oro y plata, mantiene la imagen. Toda la noche, reluciendo con semillas de mijo, el jabalí vuela una cometa. Primavera Hace cien años hizo mucho calor en la primavera: está en la palma de mi mano, esa vida, esa alegría. El mañana es un pájaro revoloteando sin dirección. El pasado es heces. todas las cosas están aquí, ahora. El pensamiento chispeando, el pensamiento chispeando, el pensamiento: las puntas perforadas por el tiempo, el carnero de las mareas. La roca subiendo y bajando. No espacio, lo que fue es ninguna parte. De aquí a cien años, hará calor en la primavera.

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Flor de melocotón y paloma (Cuadro por Kiso) Los pétalos rosados de la flor de melocotón, la cabeza de paloma azul y verde, los ojos achinados como bambú que hiende el arco iris en cuyas alas se pliega toda la historia. La cola negra abajo, vuela al fin del futuro, al otro lado del sol. Para limpiar el aire, haz la fragancia más dulce, alza tu seno. Extiende tus garras de color café, espera hasta que revienten las burbujas fantasmagóricas alrededor. Rueca de Dharma Nunca me canso del reposo pétreo: Buda de tamaño natural, la nariz destrozada, el pelo ascendiendo en espiral, los ojos serenos como lunas, los dedos de mudra desportillados en el pecho, las piernas cruzadas en loto. Bajo los brazos una línea roja corre –la sangre caliente. Alrededor de la aureola, los ángeles entre flores, a ambos lados, bestias con bocas abiertas, están de guardia. Da vueltas a la rueda del tesoro. Tres mil años desde que Buda encontró la estrella de la mañana –ahora el sol mismo se quedó ciego por su luz.

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Cuatro animales divinos Una culebra nadó a través del riachuelo azul. Has visto su abismo – ¿el tuyo? El tigre en el bambú blanco, ojos fuertes: aprende de él –ver la muerte es ver a otro, nunca a sí mismo. Las llamas carbonizan el bosque de bambú, el gorrión bermejo ha volado al mundo del fósil –en un instante. Una tortuga se mueve, a fuego lento, el declive, resplandecida en la puesta del sol –las garras muertas al trozo, rojo, castaño. La lengua suave del tigre lame al dragón del mar. Un gorrión se monta en un tanque de conchas, crea su barriga. ¿Qué es esto? Mi cuerpo tiembla de risa. Un poco del sol Los árboles en el bosque sin vida, las hojas inundan la tierra. Sobre un promontorio la mujer del suéter rojo espera. En un destello del sol una hoja vuela a su cara. El hombre viene quietamente, se tumba a su lado. Pronto se marcha sola, acabando su caso.

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El ora (lo oígo ahora). todo le va a salir bien. Un avión zumba arriba, él inhala el cigarrillo. Las dos hojas muertas vuelan separadamente. Explosión Soy un perro que no piensa, un gato inútil, una niebla en canalón, una lluvia que golpea flores. Cierro los ojos, respiro –¡el aire radioactivo! Mil millones de años y estaré encogido a la mitad, la contaminación golpea mi médula. ¡Qué importa! – Gritaré a lo que queda. Aún un poco de sangre queda reducida al vacío por la fisión núclear, corro muy rápido. Estación de ferrocarril Una estación de ferrocarril, unos pasajeros suben al vagón otros bajan, una parada aburrida en el andén. ¿Está allí o en mi cabeza, flotando en el pliegue de mi cerebro? No es necesario quedarme o marcharme a un lugar más tranquilo:

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la ventanilla de boletos, el portillo, los empleados –nada. Pero hay un samurai suicidándose. El jefe de la estación levanta el ojo de la cámara, prueba de su diligencia. El tren roza carriles de mi cerebro, lo que está pendiente a la correa es la cartera, la cámara, no el hombre. El melocotón Una niña bajo un melocotonero cuya flor cae en las entrañas de la tierra. Allí estás de pie, pero quizá una montaña esté allí en su lugar. No es improbable que la tierra seas tú misma. Avanzas contra una chapa de hierro y la mitad de tu rostro se dirige a la chapa. Voy a destrozar la carne y el hueso. Y chupo el melocotón agrietado. Ella subió a la montaña para esconder su seno en el barranco nevado. Las piernas de las mujeres son más o menos iguales. Las hojas del melocotonero se extienden a través del mar hasta el confín del continente. El mar estaba en el arroyo de la niña pequeña y en la llamada. Voy a cruzar el mar como oruga una vellosa para tomar el olor de tu cuerpo. Codorniz Es la hierba la que se mueve, no las codornices. Cansado de abrazos, pensaba arrojar su cuerpo a las llamas.

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Cuando cierro los ojos, escucho a lo lejos. El aire de la época glacial se mueve. Cuando los abro, un cohete sobrevuela un meteoro. Un huevo de corniz es completo en sí mismo, deja un espacio en la punta de una daga. Todo el fenómeno en el universo: yo mismo. Las codornices están sostenidas por el universo (me pregunto si eso significa que Dios las alimenta). Una codorniz ha cogido a Dios por el cuello con su pico negro, ya que no hay Dios más grande que una codorniz. (Pedro, Cristo, Judas: una codorniz). Un huevo de codorniz: filosofía vana en solución. (No hay esposa mejor que una codorniz). He puesto un huevo de codorniz en mi sopa de tallarines y he hecho una broma sobre la Constitución Democrática. Un trozo de palillo pinchó en la garganta. El marido de la codorniz llevará los platos adonde quiera que sea. La pierna amarilla y delgada sube al Gólgota. ¡Aquellas codornices que estaban de pie sobre la roca se volvieron roca! La noche es tranquila, pero adentro los restos coagulados. Innumerables insectos desfilan en zigzag. Caballo Las jóvenes brotan como flores. Sin arreos, un caballo trota alrededor del jinete que sostiene la rienda.

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Allí un caballo continúa trotando alrededor de una plaza desierta. Ni miserable ni alegre, el caballo rugiente salta de alegría, sacudiendo la cabeza, alzando las patas. A ratos, no corre. Mas no hay expectadores en lo que llamaríamos un anfiteatro. Los pétalos blancos del cerezo caen como copos de nieve en el viento. Todo a la vez, las casas, la gente desaparecen en silencio. Nada se mueve. Los tranvías, los autobuses están detenidos silenciosamente. Todo está quieto. Todas las cosas visibles llegan a ser esta nada. Un caballo sigue trotando. Ahora baila, con la alegría de vivir, al fondo del precipicio de la muerte. Sol Tendida bajo el sol vivificante la culebra de la montaña divierte su cuerpo entre las rocas. El viento susurra al sol, mas la culebra, plenamente desenrollada, permanece quieta. ¡Hace cincuenta mil años! Más tarde el mismo sol brilló entre las pirámides. Ahora calienta mi pecho, pero abajo entre las rocas destrozadas, la culebra,

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lanza su hocico, sus dientes crujiendo mis pensamientos. Roció los fragmentos de roca como violetas. Eres, tú, rostros cortados como triángulos, has mantenido la culebra viva. El pavimento se tornó verde con las exuberantes hojas. La cubierta Si el tiempo es un arroyo que fluye del pasado al futuro, ¿por qué no es más que intestinos de sardinas? Si todo es arrastrado por el arroyo, ¡entonces todo es alga a lo largo de la costa desierta! ¿No hay desembocadura de este arroyo? Entonces debe haber un océano desconocido a su alrededor. La marea se mueve por su dulce voluntad, Si se mueve o no, ¿qué importa? Todavía un barco permanece inmóvil al lado del muelle, si su ancla llega al fondo del tiempo lo habremos detenido. Se secará completamente. Un marinero se dirige a tierra, caminando junto a la existencia en la palma. Nada hay debajo de él. Sus alargados dedos del pie se extienden. En seguida, como un meteoro, desaparece. El marinero es libre de irse donde quiera. No haber cubierta es más grande que su palma. La nube y la mariposa La idea que se me ocurrió de repente es aquella mariposa posada en la cerca de bambú que rodea el campo.

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A veces junta las alas y descansa. Luego revolotea frenéticamente alrededor del campo, la cerca no tiene nada que ver con la mariposa. Nada tiene que ver con mi idea. Vete y excava en el campo. No me encontrarás. No soy ni cerca ni campo. Hay una nube blanca arriba, mas tampoco soy yo. ¿La nube? Busca la mariposa que, con las alas plegadas, yace en el frío suelo. Humo negro He tirado mi “yo” fuera: el sauce del río echa botones azules. ¿Adónde arrojé ese “yo”? Lo busqué en el viento y en el agua. Desistido, miré hacia arriba: ¡un gato en el control de un helicóptero! Aterriza y avanza hacia mí, me coloco de espaldas, y me pregunta: ¿Has brotado de la tierra? ¿Quién, yo? Bueno, entonces, ¿qué es ese césped que brota en tu espalda? Mi mano se extendió y lo agarró. Sujetaba la cola del gato cuando el helicóptero vino otra vez.

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Por fin he encontrado mi “yo”. Lo creí, pero no por mucho tiempo. Quietamente llegó la noche, pero arriba dos pupilas relucientes se negaban a desaparecer. Se quemaban en mí, como si hubiera abandonado al “yo”. Vencido por la soledad, me estaba deseando ardientemente. ¡Oh!, comprendí que aquellas pupilas habrían podido ser las del gato. ¡Debió sufrir sin la cola! Encendí un cigarrillo, ascendió el humo negro, enceguida lo aplasté. Luego se me ocurrió una idea maravillosa: aunque no haya encontrado a mi “yo”, ¡tendría todavía mi cola! Puntos Mi esposa está tejiendo siempre. Teje, no porque la mire, ni porque yo sé lo que piensa. (Despierto hasta la madrugada me ahogué en tus ojos. Debo estar muerto, quizá sea la mente quien me incite). Con esa aguja de bambú teje todo el espacio, pieza por pieza. De prisa acarrea el tiempo.

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Con el frío, agotada, se acuesta en la cama, y respira suavemente, se queda dormida. Su sueño se ahonda. Se detiene el trabajo de punto. La cometa Una palabra nada por el aire. El pescado vomitó una mota de polvo. Un avión pasó la barrera del sonido lleno de la niebla del Támesis. ¿Hasta dónde vuela? Alguien escurre una red en la alta tensión de la Vía Láctea: la lluvia se vierte por sus sesos, los precipicios se revelan a sí mismos. El sol, ¡oh!, el sol se disuelve en azul. Y ahora el vidente y lo visto son uno: mojado, ahumado. No hubo piedras alrededor. Se arrojó la palabra hacia el precipicio, ahora palidecida, muerta. El esqueleto del propio tiempo oscila como las algas en la playa. Sus ojos devorados por los cuervos, son salpicados por las olas. Entonces, desde el interior de un violonchelo, alguien se dijo a sí mismo: “El sol está escondido en un grano de arena”.

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Un aeródromo exuberante con sufijos de palabras, contacta las nubes blancas y negras, seguidas por el trueno. El nacimiento de figuras nuevas. Al momento en que se anuncia, sube con el globo a la estratosfera hasta la orilla de la constelación, la palabra. Caracol El caracol se desliza en la negrura. Ahora mismo, en el jardín, un montón sólido de nieve se desliza del techo para decapitar un mahonés. ¡Date prisa! Allí está un tallo roto: dejemos al viento que brame sobre la tierra, no se da cuenta. Su cabeza vuela hasta el fin del mundo. Su cuerpo está destinado a la lata de ceniza. ¿Puede ser que él sea la nieve que cae?

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Verbum

POESÍA

Títulos publicados: GASTÓN BAQUERO: Poemas invisibles. HUGO GUTIÉRREZ VEGA: Cantos del despotado de Morea. EDUARDO MORA ANDA: Palabras personales. ELINA WECHSLER: Mitomanías amorosas. EDUARDO ZEPEDA-HENRÍQUEZ: Al aire de la vida y otras señales de tránsito. ORLANDO ROSSARDI: Los espacios llenos. JOSÉ ABREU FELIPPE: Cantos y elegías. PEDRO SHIMOSE: Reflexiones maquiavélicas/ Machiavellian Reflections. CARLOS M. SUÁREZ RADILLO: La caracola y la campana. WALTER ADET: El hueco. SANTIAGO SYLVESTER: Escenarios. RICARDO PASEYRO: Para enfrentar al ángel. D. MACÍAS SILVA: Pentagrazul. LUIS MARÍA SOBRÓN: Salmo de cenizas. REINALDO GARCÍA RAMOS: Caverna fiel. TESA DUNCAN: Alquimia. ANA MARÍA FAGUNDO: El sol, la sombra, en el instante. BEATRIZ MORALES-ROSADO: Bautismo de eros. FRANCISCO TORRES CÓRDOBA: La flauta en el desierto. HJALMAR FLAX: Razones de envergadura. LEOPOLDO CASTILLA: Baniano.

ELINA WECHSLER: Progresiones en un cierto mes de julio. MIGUEL SALES: Desencuentros. NONI BENEGAS: Cartografía ardiente. OSCAR GÓMEZ-VIDAL: Poemas del hombre y su sombra. FRANCISCO MATOS PAOLI: Poesía esencial. ALAN WEST: Dar nombres a la lluvia/ Edición bilingüe. CARLOS DE LA RICA: Oficio de alquimista. LUIS MARÍA SOBRÓN: Máscaras sin rostro. EDUARDO ZEPEDA-HENRÍQUEZ: Responso por el siglo vigésimo. MANUEL FEDERICO PONCE: PoemAmor. ROSARIO MARINAZ: Agua. VÍCTOR MONSERRAT: Sonetos prohibidos. PASCUAL LÓPEZ SANTOS: Poemas recuperados. JOSÉ MASCARAQUE: Pentateuco poético. LOUIS BOURNE: Ráfagas de un signo. GONZALO GARCÍA BUSTILLOS: El mamut. CONSUELO TRIVIÑO (Coord.): Norte y Sur de la poesía Iberoamericana. Antología. RICARDO PASEYRO: Ajedrez. JUAN RUIZ DE TORRES: Poesía Vol. 2. UMBERTO TOSO: Poemas de navegación.

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GRASSA TORO: De las pérdidas la cuenta. GASTÓN BAQUERO: Poesía Completa. VÍCTOR MONSERRAT: Amiga soledad. PAULO A. LIMA DA CRUZ: Remolinos del tiempo. MANUEL MARTÍNEZ MALDONADO: Hotel María. Finalista Premio Gastón Baquero 1998. CHUNSU KIM: Poemas. H. BARRERO: In tempore belli. Premio de Poesía Gastón Baquero 1998. HJALMAR FLAX: Poemas de la bestia. STEVEN F. WHITE: Fuego que engendra fuego / Fire that Engenders Fire. JUAN RUIZ DE TORRES: Herencia. OLGA M. MUÑIZ: The Sparrow’s Song . (El canto del gorrión). CHON SANGBYONG: Retorno al cielo. SO CHONJU: Poema de un niño vagabundo de ochenta años y otros poemas escogidos.

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YUN TONG-JU: Cielo, viento, estrellas y poesía. EDUARDO ZEPEDA-HENRÍQUEZ: Concierto nacional de la gesta de Sandino. JOSEFINA VERDE: Una ventana para decir vida. EFRAÍN RODRÍGUEZ SANTANA: Otro día va a comenzar. Premio de Poesía “Gastón Baquero” 1999. MARIO MERLINO: Missa pedestris. ANTONIO CILLÓNIZ: Un modo de mostrar el mundo. JUAN CUETO: Palabras en fila, en clase y en recreo. VÍCTOR MONSERRAT: Historia de un país que no conozco (1936-2000). CHRISTIAN NOËL FOURNIER: Descubrimiento Découverte. RAMIRO LAGOS (editor) Poetas sin fronteras (Antología). FRANCISCO MORÁN (editor) La Isla en su tinta (Antología de la poesía cubana). JUAN W. BAHK: Poesía y Zen. Antología crítica de poesía Zen de China, Corea y Japón.

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