Manual De Celadores Para Estudiar

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3ªEdición colección sanitaria

Manual del Celador de Instituciones Sanitarias

Manual del Celador de Instituciones Sanitarias Materias específicas

Autores ALVARO GORDÓN FERNÁNDEZ TÉCNICO ESPECIALISTA CELADOR MIGUEL ÁNGEL ÉSTEVEZ CELADOR JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO JOSÉ MANUEL PÉREZ SANTANA DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN ENFERMERÍA LUIS SILVA GARCÍA DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN ENFERMERÍA PILAR LÓPEZ MARTÍNEZ ENFERMERA SUPERVISORA DE CUIDADOS INTENSIVOS Y HEMODIÁLISIS DOMINGO GÓMEZ MARTÍNEZ LICENCIADO EN DERECHO

DOLORES PIÑA RUIZ DIPLOMADA UNIVERSITARIA EN ENFERMERÍA M.ª JOSÉ GARCÍA BERMEJO LICENCIADA EN BIOLOGÍA TÉCNICÁ ESPECIALISTA EN LABORATORIO JAIME BOCETA OSUNA MÉDICO ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR Y COMUNITARIA HOSPITALIZACIÓN DOMICILIARIA JOSÉ MANUEL CARA CAÑAS DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN ENFERMERÍA UNIDAD DE CRÍTICOS EVA PUERTAS CALDERÓN DIPLOMADA UNIVERSITARIA EN ENFERMERÍA UNIDAD DE CRÍTICOS

JOSÉ MANUEL ANIA PALACIO LICENCIADO EN MEDICINA Y CIRUGÍA

DOMINGO MUÑOZ ARTEAGA DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN ENFERMERÍA RECUPERACIÓN DE URGENCIAS

MANUEL ALÉS REINA DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN ENFERMERÍA

JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ RABANAL LICENCIADO EN DERECHO

LUIS FERNANDO RODRÍGUEZ SUÁREZ LICENCIADO EN MEDICINA Y CIRUGÍA MAGDALENA CERVERA MELLADO TÉCNICA SUPERIOR EN DIETÉTICA Y NUTRICIÓN DIPLOMADA EN PODOLOGÍA POSTGRADO EN PREVENCIÓN SANITARIA

©Editorial Mad, S.L. ©Los autores Primera edición revisada, junio 2012 Derechos de edición reservados a favor de EDITORIAL MAD, S.L. IMPRESO EN ESPAÑA Diseño Portada: EDITORIAL MAD, S.L. Edita: EDITORIAL MAD, S.L. P.E. Merka, c/ Merka Cuatro, 1-15. 41500 ALCALÁ DE GUADAÍRA (Sevilla) Teléfono: 902 452 900 WEB: www.mad.es EMAIL: [email protected] ISBN: 978-84-676-7921-2 Coordinación editorial: Jose Manuel Pérez Santana Coordinación técnica: Estanislao Martos Sánchez Diseño interior: Estanislao Martos Sánchez Diseño Portada: Francisco José Rubio Rodríguez Composición y montaje: M.ª José Lara Caro, Ana Rosa Barrera Pino, Susana Pérez Sualís

Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento sin la autorización por escrito del editor.

Presentación Tercera edición del Manual de Celadores de Instituciones Sanitarias diseñado como producto de un aplicado desarrollo por parte de sus autores, que puede facilitar al opositor una herramienta útil para superar las pruebas selectivas, así como llegar a ser considerado por este como un material muy valioso para conseguir una inmejorable formación, tanto a nivel individual como a nivel grupal, a través de cursos de formación. La base de este material está fundamentada en la competencia profesional de sus autores, así como en la experiencia y conocimiento de Editorial Mad de las distintas pruebas de oposiciones que se celebran en todo el territorio nacional. Para lograr sus fines en cuanto a didáctica se refiere, ha sido estructurado en 23 capítulos donde se analizarán todas las funciones que deben realizar los celadores, también se abordará el traslado de objetos y documentos junto con un análisis riguroso sobre los derechos a la información y a la confidencialidad y funciones que los celadores tienen en los diferentes servicios (generales, especiales y urgencias) de una Institución Sanitaria. Por último se hace un recorrido por la diferentes normas que legislan la prevención de riesgos laborales y se desarrolla la participación de los celadores en los planes de emergencia de un centro sanitario. Para completar el estudio de los temas le será muy útil el libro de test, y el libro de simulacros y supuestos prácticos, indispensable, para autoevaluar el aprendizaje de cada uno de los aspectos tratados. Sólo nos queda animarle para que obtenga de este material el mejor aprovechamiento posible y pueda, así, acceder al puesto de trabajo deseado.

Índice Capítulo 1. Funciones de los Celadores y del Jefe de Personal Subalterno....

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Capitulo 2. Funciones de asistencia al Personal Estatutario Sanitario. Trabajo en equipo .................................................................................................................. 21 Capitulo 3. Documentación clínica y no clínica. Actuación del Celador en el traslado de documentos y objetos ........................................................................ 37 Capítulo 4. Confidencialidad, consentimiento informado y derecho de la información ........................................................................................................................ 67 Capítulo 5. El servicio de admisión de pacientes. El Servicio de información/ atención del usuario. Actuación del Celador en la vigilancia de centros .............. 91 Capítulo 6. Actuaciones del Celador en las habitaciones de los enfermos y en las estancias comunes ........................................................................................... 107 Capítulo 7. El traslado y la movilidad de enfermos. Actuación del Celador en el servicio de rehabilitación y fisioterapia ......................................................... 127 Capitulo 8. El aseo del paciente ................................................................................. 167 Capítulo 9. Atención al enfermo y a los familiares .............................................. 179 Capítulo 10. Actuación del Celador en quirófano. Normas de higiene. La esterilización .............................................................................................................................. 203 Capítulo 11. Actuación del Celador en las Unidades de Psiquiatría ............. 243 Capítulo 12. Actuación del Celador en relación con los pacientes fallecidos. Actuación en las salas de autopsias y los mortuorios ................................ 271 Capitulo 13. Actuación del Celador en el servicio de farmacia y almacén. 295 Capítulo 14. Cuidado de los animales utilizados para experimentación y otros fines científicos. Actuación del Celador en el animalario ....................... 317 Capítulo 15. Actuación en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI/UVI) .... 337 Capítulo 16. Actuación del Celador en relación con el enfermo terminal . 347

Capítulo 17. Actuación del Celador en relación con el enfermo contagioso .... 357 Capítulo 18. Actuación del Celador en unidades de urgencia y ambulancias...... 383 Capítulo 19. Soporte Vital Básico .............................................................................. 415 Capítulo 20. Actuación del Celador en las urgencias respiratorias. Oxigenoterapia ............................................................................................................................. 445 Capítulo 21. Traumatismos, heridas y quemaduras ........................................... 463 Capítulo 22. Estudio de los Riesgos Laborales más importantes en el puesto de trabajo de Celador....................................................................................... 485 Capítulo 23. Actuación del Celador en el Plan de Emergencia de una Institución Sanitaria............................................................................................................... 541

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1. Introducción 2. Funciones del Celador 3. Funciones del Jefe de Personal Subalterno

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Funciones de los Celadores y del Jefe de Personal Subalterno

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1. Introducción Después de la promulgación de la Constitución Española, el personal estatutario sanitario no se había actualizado, siendo regulado por estatutos preconstitucionales; es por ello que ha sido necesario actualizar y adaptar el régimen jurídico de este personal. Esto se lleva a cabo por medio de una nueva Ley (Ley 55/2003, 16 diciembre, del Estatuto Marco del personal estatutario de los Servicios de Salud), que establece las normas básicas relativas a este personal y aprueba su Estatuto Marco, todo ello de conformidad con la Constitución Española, en su artículo 149.1.18. Hasta hace bien poco, el personal que prestaba sus servicios en Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social se regían por tres estatutos: – Estatuto Jurídico del Personal Médico de la Seguridad Social (Decretos 3169/1966 y 1873/1971). – Estatuto de Personal Sanitario no Facultativo de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social (Orden de 26 de abril de 1973). – Estatuto de Personal no Sanitario al servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social (Orden de 5 de julio de 1971).

Los pediatras se regían por el Estatuto Jurídico del Personal Médico de la Seguridad Social

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Los Celadores se regían por el Estatuto de Personal no Sanitario al servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social

CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE LOS CELADORES Y DEL JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO [[[[\

Los fisioterapeutas se regían por el Estatuto de Personal Sanitario no Facultativo de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social

Estos tres Estatutos son: el estatuto de personal médico, el estatuto de personal sanitario no facultativo y el estatuto de personal no sanitario de tales centros e instituciones. Como comentamos al principio del tema, estos fueron publicados hace más de 30 años, por lo que cuando se publicó la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, en su disposición transitoria cuarta se establecía que, el personal regulado por estos tres Estatutos citados, se regirían por la legislación que al respecto se dictare. Así, la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, mantuvo vigente en su totalidad el régimen estatutario de este personal. Asimismo, la Ley 14/1986, General de Sanidad, determina que los profesionales se regirán por lo establecido en el Estatuto Marco que tendría que aprobar el Gobierno, así como los diferentes Reales Decretos sobre reestructuraciones del Ministerio responsable de sanidad y sus correspondientes Órdenes de delegación de las atribuciones, han ido detallando las competencias que en materia de personal tienen los diversos Órganos del Departamento. Una vez aprobada la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, se regula este personal estatutario. En este nuevo Estatuto Marco las funciones de los Celadores no vienen recogidas, pero en la disposición transitoria sexta de la Ley 55/2003 se da validez a las antiguas funciones (Estatuto Personal no sanitario de las Instituciones sanitarias de la seguridad social) mientras no se desarrollen normas nuevas.

2. Funciones del Celador El Celador suele ser la primera persona con la que contactan enfermos y familiares al llegar a la Institución; de la forma en que se establezca este contacto se puede originar una buena o mala impresión de los mismos. Por eso es necesario la adecuada formación de este personal, tan indispensable en todo el ámbito de las Instituciones por los múltiples servicios que presta. El trabajo de los Celadores es tan necesario que sin el concurso de los mismos se llegaría a paralizar la marcha de la Institución. 13

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Sus funciones vienen recogidas en el Estatuto de Personal no Sanitario concretamente en el artículo 14.2. Los Celadores, en el ejercicio de sus funciones: 1. Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, documentos, correspondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así como habrán de trasladar, en su caso, de unos servicios a otros, los aparatos o mobiliario que se requiera. 2. Harán los servicios de guardia que corresponda dentro de los turnos que se establezcan. 3. Realizarán excepcionalmente aquellas labores de limpieza que se les encomiende cuando su realización por el personal femenino no sea idónea o decorosa en orden a la situación, emplazamiento, dificultad de manejo, peso de los objetos o locales a limpiar. 4. Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan uso indebido de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro o instruyéndoles en el uso y manejo de las persianas, cortinas y útiles de servicio en general. 5. Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometido o las necesidades del servicio lo requieran. 6. Vigilarán las entradas de la Institución, no permitiendo el acceso a sus dependencias más que a las personas autorizadas para ello. 7. Tendrán a su cargo la vigilancia nocturna, tanto del interior como del exterior del edificio, del que cuidarán estén cerradas las puertas de servicios complementarios. 8. Velarán continuamente por conseguir el mayor orden y silencio posible en todas las dependencias de la Institución. 9. Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías que encontraren en la limpieza y conservación del edificio y material. 10. Vigilarán el acceso y estancias de los familiares y visitantes en las habitaciones de los enfermos, no permitiendo la entrada más que a las personas autorizadas, cuidando no introduzcan en las Instituciones más que aquellos paquetes expresamente autorizados por la Dirección. 11. Vigilarán, asimismo, el comportamiento de los enfermos y de los visitantes, evitando que estos últimos fumen en las habitaciones, traigan alimentos o se sienten en las camas y, en general, toda aquella acción que perjudique al propio enfermo o al orden de la Institución. Cuidarán de que los visitantes no deambulen por los pasillos y dependencias más que lo necesario para llegar al lugar donde concretamente se dirijan. 14

12. Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución como en el servicio de ambulancias.

CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE LOS CELADORES Y DEL JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO [[[[\

13. Ayudarán, asimismo, a las Enfermeras y Ayudantes de planta al movimiento y traslado de los enfermos encamados que requieran un trato especial en razón de sus dolencias para hacerles las camas. 14. Excepcionalmente, lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o que no puedan realizarlo por sí mismos, atendiendo a las indicaciones de las Supervisoras de planta o servicio o personas que las sustituyan legalmente en sus ausencias. 15. En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento, rasurarán a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a intervenciones quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requieran. 16. En los quirófanos auxiliarán en todas aquellas labores propias del Celador destinado en estos servicios, así como en las que les sean ordenadas por los Médicos, Supervisoras o Enfermeras.

17. Bañarán a los enfermos masculinos cuando no puedan hacerlo por sí mismos, siempre de acuerdo con las instrucciones que reciban de las Supervisoras de plantas o servicios o personas que las sustituyan. 18. Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda éste ser movido sólo por la Enfermera o Ayudante de planta, ayudará en la colocación y retirada de las cuñas para la recogida de excretas de dichos enfermos. 19. Ayudarán a las Enfermeras o personas encargadas o amortajar a los enfermos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio. 15

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20. Ayudarán a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que no requieran por su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el cadáver. Limpiarán la mesa de autopsias y la propia sala. 21. Tendrán a su cargo los animales utilizados en los quirófanos experimentales y laboratorios, a quienes cuidarán, alimentándolos, manteniendo limpias las jaulas y aseándolos, tanto antes de ser sometidos a las pruebas experimentales como después de aquéllas y siempre bajo las indicaciones que reciban de los Médicos, Supervisoras o Enfermeras que les sustituyan en sus ausencias. 22. Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se estén realizando a los mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las consultas hacia el Médico encargado de la asistencia del enfermo. 23. También serán misiones del Celador todas aquellas funciones similares a las anteriores que les sean encomendadas por sus superiores y que no hayan quedado específicamente reseñadas. El personal cuyas funciones a realizar no hayan sido objeto de especial desarrollo en el Estatuto, las efectuarán en consonancia con las características propias de su especialización.

3. Funciones del Jefe de Personal Subalterno El Jefe de Personal Subalterno pertenece al grupo de personal subalterno concretamente a su escala general (junto con los Celadores), sus funciones vienen recogidas en el Estatuto de Personal no Sanitario concretamente en el artículo 14.1. Le corresponde la ejecución de las siguientes misiones, sin perjuicio de las que independientemente puedan confiársele por el Director Gerente y el Director de Gestión y Servicios Generales de la Institución: 1. Ejercerá, por delegación del Director de Gestión y Servicios Generales, la jefatura del personal de Celadores y ordenará y dirigirá el cumplimiento de su cometido. 2. Instruirá convenientemente al personal a sus órdenes para que la realización de su trabajo sea eficaz y de calidad. 3. Constatará que el personal de oficio y subalterno cumple el horario establecido en la Institución y permanece constantemente en su puesto de trabajo. Existen situaciones urgentes en las cuales los Celadores deben permanecer en su servicio una vez acabado su turno (ausencia de algun compañero, ser requerido por la supervisora para ayudar, etc.). Si esto ocurriese el Celador se quedará e informará al Jefe de Personal Subalterno para que este tome las medidas oportunas. 4. Vigilará personalmente la limpieza de la Institución. 5. Ejercerá el debido y discreto control de paquetes y bultos de que sean portadoras las personas ajenas a la Institución que tengan acceso a la misma. 6. Mantendrá el régimen establecido por la Dirección para el acceso de enfermos, visitantes y personal a las distintas dependencias de la Institución. 16

7. Cuidará del orden del edificio, dando cuenta al Administrador de los desperfectos o alteraciones que encuentre.

CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE LOS CELADORES Y DEL JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO [[[[\

8. Cuidará de la compostura y aseo del personal a sus órdenes, revisando y exigiendo que vistan el uniforme reglamentario. 9. Informará a los familiares de los fallecidos en la Institución sobre trámites precisos para llevar a cabo los enterramientos y en caso necesario, les pondrá en contacto con la oficina administrativa correspondiente para completar la información. 10. Realizará aquellas funciones de entidades análogas a las expuestas que les sean ordenadas por el Director Gerente o el Director de Gestión y Servicios Generales de la Institución.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno (2 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario, escala general del personal subalterno, jefatura del personal subalterno (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha – SESCAM– convocatoria 2008). 2 Número de Estatutos preconstitucionales (Servicio de Salud Castilla y León .SACYL-, convocatoria 2006). 2 Jefatura del personal subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario, funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario, normativa que regula las funciones de los Celadores, funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (6 preguntas) (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador (2 preguntas) (Servicio Gallego de Salud-SERGAS- convocatoria 2007). 2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno (2 preguntas), funciones de los Celadores (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Jefatura del personal subalterno, funciones de los Celadores (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Jefatura del personal subalterno (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno, año de publicación del Estatuto de Personal no Sanitario, artículo del Estatuto donde se regulan las funciones de los Celadores (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Estatutos preconstitucionales, funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario (2 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (3 preguntas) (Servicio Vasco de Salud – OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario (2 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (3 preguntas), grupo laboral al que pertenece el Celador, normativa que regula las funciones de los Celadores (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario (9 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (18 preguntas) (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador según el Estatuto de Personal no Sanitario (Servicio Murciano de Salud –SMS–, convocatoria 2009). Funciones de los Celadores (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 18

CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE LOS CELADORES Y DEL JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO [[[[\

2Estatutos preconstitucionales, funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario (2 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (3 preguntas), (Servicio Vasco de Salud– OSAKIDETZA-, convocatoria 2009). 2Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario (2 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (3 preguntas), grupo laboral al que pertenece el Celador, normativa que regula las funciones de los Celadores (Servicio Extremeño de Salud –SES-, convocatoria 2009). 2Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario (9 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (18 preguntas) (Agencia valenciana de Salud –A.V.S-, convocatoria 2009). 2Funciones del Celador según el Estatuto de Personal no Sanitario (Servicio Murciano de Salud–SMS-, convocatoria 2009). 2 Funciones de los Celadores (Servicio Aragonés de Salud-SALUD- convocatoria 2010). 2Normativa que regula las funciones de los Celadores, funciones del Jefe de Personal Subalterno (4), funciones del Celador, grupo de personal subalterno de la escala general (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4.

Funciones de asistencia al Personal Sanitario Facultativo y no Facultativo El Grupo de trabajo El trabajo en equipo El liderazgo en el grupo

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Funciones de asistencia al Personal Estatutario Sanitario

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1. Funciones de asistencia al Personal Sanitario Facultativo y no Facultativo El personal sanitario de las Instituciones Sanitarias, ya sea personal facultativo (médicos, farmacéuticos, analistas, biólogos, etc.), como no facultativo (enfermeros, matronas, fisioterapeutas, auxiliares de enfermería, etc.) realiza las funciones propias de su categoría: asistenciales, de investigación, de cuidados de enfermería, etc. El Estatuto de Personal No Sanitario asigna a los Celadores determinadas funciones de asistencia al personal sanitario cuando éste actúa en el ejercicio de las tareas sanitarias que les corresponden. El carácter de funciones de asistencia al personal sanitario lo pone de manifiesto el hecho de que la mayor parte de ellas sean funciones de «auxilio» o de «ayuda» a dicho personal, si bien algunas son tareas ejercidas autónomamente a indicación del personal sanitario. En todo caso se trata de funciones no sanitarias que el Celador debe realizar bajo la dependencia del personal sanitario.

Estas funciones de asistencia suponen el desempeño en los centros sanitarios de las siguientes tareas por parte de los Celadores: – Ayuda en el aseo de los pacientes hospitalizados.

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– Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda éste ser movido sólo por la Enfermera o Ayudante de planta, ayudará en la colocación y retirada de las cuñas para la recogida de excretas de dichos enfermos.

CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\

– Ayudarán, asimismo, a las enfermeras y ayudantes de planta al movimiento y traslado de los enfermos encamados que requieran un trato especial en razón de sus dolencias para hacerles las camas. La responsable de la acción será siempre la enfermera. – Prestar ayuda al personal técnico superior en la realización de placas realizadas con material portátil. – En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento, rasurarán a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a intervenciones quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requieran. En el resto de los casos (siempre que no haya peluquero) y en áreas donde no exista un Celador lo hará la auxiliar de enfermería o la enfermera. – Acompañar al personal de enfermería cuando traslada niños ingresados fuera de las unidades infantiles. – Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, documentos, correspondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así como habrán de trasladar, en su caso, de unos servicios a otros, los aparatos o mobiliario que se requiera. – Pasar a las parturientas a la mesa de paritorio (potro ginecológico), colocándole las perneras si es preciso. – Ayudar en los casos en que haya que practicar a la parturienta anestesia epidural. – Ayudar a situar a los pacientes en las mesas de exploraciones, de placas radiográficas, etc. – Ayudar al personal de enfermería cuando tiene que medicar o curar a pacientes que no colaboran (niños, encamados, enfermos mentales...). Su ayuda estará siempre dentro de sus funciones sin extralimitarse en ellas (traer el carro de curas, sujetar al paciente, colocarlo en determinada postura, etc.). – Ayudar al personal médico en pruebas que requieran la sujeción de niños: punciones lumbares, extracciones, etc. – Ayudar a los pacientes al aseo e inmovilización de enfermos recién operados cuando aún se encuentran en la sala de despertar/reanimación.

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– Ayudar a colocar los pacientes que van a ser intervenidos en la mesa de quirófano. – Colaborar en las maniobras de reducción de pacientes psiquiátricos agitados. – Acompañar a los pacientes y el personal de enfermería en los paseos de los enfermos psiquiátricos. – Inmovilizar o practicar sujeción mecánica a los enfermos mentales agitados que lo requieran, a indicación del personal sanitario. – Sujetar a los pacientes a los que se les va a realizar lavados gástricos o suturas. – Ayudar al personal sanitario en la colocación de yesos en pacientes traumatizados, cuando se le requiera. – Ayudar al personal sanitario en la preparación de cadáveres. – Ayudar a mover de posición a los enfermos ingresados que por su estado lo requieran.

2. El Grupo de trabajo 2.1. Concepto Para que pueda considerarse como un grupo a un número de personas, es preciso que concurran una serie de elementos o circunstancias: – Decisión voluntaria y consciente por parte de los que lo forman, de conseguir la obtención de un fin común, que será el propio del grupo. – Perfecta integración de todos sus miembros de modo que estén atemperados los caracteres de los mismos, para que resulten lo más homogéneos posibles. – Existencia propia, esto es, tener personalidad propia distinta a la de sus miembros. En consecuencia, puede definirse al grupo como «conjunto de individuos que actúan integrados hacia la consecución de un fin común».

2.2. Funcionamiento La dinámica o funcionamiento de un grupo de trabajo puede estudiarse desde dos puntos de vista:

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– Subjetivo: desde el cual se incluirían los factores tales como: procurar la adecuación de carácter con los demás miembros para una mejor integración; identificación total con el fin del grupo al que se pertenece; capacidad y eficacia en la ejecución del trabajo; y entusiasmo ante los obstáculos y resistencia ante la frustración.

CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\

– Objetivo: que exige las siguientes características de la actividad: determinación del fin a obtener de modo transparente y conocido para todos sus miembros; descripción de soluciones mediante la utilización de las sugerencias y soluciones expuestas por los miembros; decisión por el superior, teniendo en cuenta los niveles de sugerencias expuestos por los miembros; ejecución, a través de las funciones de cada miembro, e intentando evitar todo conflicto entre los mismos.

3. El trabajo en equipo 3.1. Concepto de equipo El trabajo en equipo representa, hoy día, la forma de funcionamiento a la que aspiran todas las organizaciones modernas. Es importante aclarar y diferenciar los conceptos, pues el término “trabajo en equipo” hace referencia a una forma muy específica de desarrollar unas funciones, que va más allá del hecho de trabajar en grupo o muy cerca los unos de los otros. Grupo y equipo son dos conceptos diferentes. En el contexto de los trabajadores de la salud, un grupo sería un conjunto de personas que desarrolla su labor en un espacio o institución sanitaria. Cada uno realiza su trabajo, responde individualmente del mismo y no depende directamente del trabajo de sus compañeros. Por ejemplo el grupo de Celadores de un determinado centro, o el grupo de personal de un determinado servicio. Un equipo, sin embargo, sería un grupo de personas que se organiza para realizar una actividad con un objetivo preciso. Responden en conjunto del trabajo realizado por cada uno de ellos, por ejemplo, los diferentes miembros de una UCI-móvil. El equipo se refiere a un conjunto de personas interrelacionadas que se organizan para llevar a cabo una determinada tarea, mientras que el grupo se refiere a ese conjunto de personas sin considerar un objetivo común y sin interrelación. En el grupo de trabajo cada miembro puede tener una manera particular de funcionar, mientras que en el equipo es necesaria la coordinación, lo que va a exigir establecer unos estándares comunes de actuación, que propiciará la estrecha colaboración y la cohesión entre sus miembros, que no encontramos habitualmente en los grupos de trabajo. Para que exista un equipo, debe haber un conjunto de personas relacionadas entre sí que trabajan para conseguir objetivos comunes y que, además, están convencidas de que los objetivos se alcanzan mejor trabajando juntas. La organización en los grupos de trabajo es muy jerárquica, mientras que en los equipos las jerarquías, aun existiendo, se diluyen. Existe un responsable, pero dentro del equipo todas las categorías laborales funcionan con igualdad porque comprenden que todas son necesarias para conseguir su objetivo. Todos los equipos son grupos, pero no todos los grupos son equipos. A lo largo de este tema, esperamos aclarar suficientemente estos conceptos, e insistir en la importancia de un verdadero trabajo en equipo entre los profesionales de la salud.

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Parece obvia la utilidad de los equipos multidisciplinares, pero la experiencia demuestra que, en muchos casos, no se conoce en profundidad cuál es su funcionamiento, las ventajas que presenta, ni tampoco las dificultades que suelen aparecer y que en la mayoría de los casos tienen fácil solución. Este desconocimiento da al traste, en numerosas ocasiones, con la buena voluntad de muchos grandes profesionales.

3.2. Importancia y utilidad del trabajo en equipo Se sabe hace mucho tiempo que la capacidad de resolver problemas, especialmente si son complejos, es mucho mayor por parte de los equipos, que de los individuos aislados. Se suele decir que “ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos”. El trabajo en equipo implica que todas las personas involucradas estén orientadas hacia una meta común, logrando la sinergia que les permitirá llegar más rápido y mejor que si cada uno hace simplemente una parte del trabajo. La sinergia es la integración de elementos que da como resultado algo más grande que la simple suma de éstos, es decir, que todos juntos trabajando en equipo somos más eficaces que la sumatoria de todos nuestros trabajos individuales. El ejemplo más característico es el de la orquesta. El sonido de cada instrumento por separado puede ser más o menos agradable, pero no se puede comparar con los resultados que se obtienen cuando todos funcionan a la vez y de forma coordinada. El trabajo en equipo no es simplemente la suma de aportaciones individuales, implica un grupo de personas trabajando de manera coordinada en la ejecución de un proyecto, de cuyo resultado final es responsable todo el equipo a pesar de que cada uno desarrolle tareas diferentes.

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Un ejemplo de equipo sanitario sería el personal que trabaja en el área quirúrgica. Para que una intervención quirúrgica concluya con éxito, necesitamos de muchos profesionales realizando su aporte. Previamente al acto quirúrgico, el personal administrativo habrá citado al enfermo, el enfermero realizará las pruebas de preanestesia, el Celador trasladará el paciente, el personal de limpieza tendrá todas las instalaciones preparadas, el auxiliar de enfermería confirmará la existencia del instrumental necesario asegurando su esterilidad. En el propio acto, el cirujano, el anestesista, los enfermeros instrumentista y circulante, el AE, etc., deben funcionar coordinadamente realizando cometidos específicos. Desde luego que para realizar un tipo de trabajo se necesita más cualificación que para realizar otro, pero para el trabajo en equipo es importante comprender que es necesaria la intervención coordinada de todos ellos y que todos se necesitan para poder actuar.

CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\

La salud de la población es un fenómeno complejo que no puede ser entendido sólo desde el punto de vista de un profesional: médico, enfermero, farmacéutico, psicólogo, fisioterapeuta, auxiliar de enfermería, Celador, etc.; son necesarias diferentes perspectivas en los análisis y las intervenciones. La noción de equipo implica, por un lado, una visión global que se aporta desde diferentes puntos de vista y, por otro, el aprovechamiento del talento colectivo, producido por cada persona en su interactuación con las demás. Todos los miembros de los equipos de salud tienen como objetivo último la mejora de la salud de la población y en esta aspiración, son en gran medida interdependientes los unos de los otros y cada uno de ellos debería apreciar el valor de los conocimientos y las habilidades de los demás. El espíritu del equipo al enfrentar cada nuevo problema sería: “todos nosotros contra el problema, y no los unos contra los otros”. Es por esto que la decisión de trabajar en equipo va más allá de ser una “imposición de la institución” y tiene necesariamente que ser compartida por cada uno de los integrantes. La utilidad del funcionamiento en equipos está fuera de toda duda, y aporta beneficios que pueden ser constatados: – Disminuye la carga de trabajo, ya que varias personas colaboran. – Se desarrolla el respeto y la escucha. – El trabajo, la reflexión y la discusión conjunta producen mejores resultados que los aportes individuales. – Permite organizarse de una manera mejor. – Mejora la calidad de los resultados. Con una mayor satisfacción percibida por el paciente y su familia. – Optimización de recursos materiales y humanos. – Aumenta la motivación de los profesionales. Pero para que un equipo pueda ser eficiente debe cumplir con determinadas características: – Complementariedad. Los diferentes miembros deben dominar todas las parcelas del proyecto que aspiran a realizar. – Coordinación. El grupo de profesionales, con un responsable bien definido a la cabeza, debe actuar de forma organizada con vista a sacar el proyecto adelante. Es fundamental la elaboración consensuada de protocolos y guías de actuación.

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– Valoración. La labor que cada miembro del grupo desempeñe debe ser reconocida y valorada por el resto, y al mismo tiempo ser satisfactoria para él mismo. Estas dos características, valoración de los demás y autovaloración, se convierten en el mejor factor motivacional de los individuos y del equipo. – Motivación-incentivación. Acción encaminada a impulsar el comportamiento de otras personas en una determinada dirección, que se estima conveniente. – Comunicación. El trabajo en equipo exige una comunicación abierta entre todos sus miembros, esencial para poder coordinar las distintas actuaciones individuales. Hay que asegurarse de que existan suficientes canales de comunicación que permitan a todos los miembros conocer los objetivos generales que guían su trabajo. Las estructuras muy jerarquizadas dificultan la comunicación, por lo que conviene desarrollar un estilo de relación que, aun respetando las funciones de cada cual, permita la expresión franca y directa. – Compromiso. Cada miembro asume voluntariamente el compromiso de aportar lo mejor de sí mismo, para conseguir los objetivos del grupo y de la organización en general. – Aprendizaje. El aprendizaje colaborativo se caracteriza por la interdependencia positiva entre las personas participantes en un equipo, quienes son responsables tanto de su propia formación como la del equipo en general. Sus miembros se necesitan unos a otros y cada uno aprende de los demás compañeros con los que interactúa día a día. – Confianza y empatía. Si bien los miembros no tienen por qué ser amigos íntimos, sí es importante que entre ellos exista una buena relación de trabajo y que cada uno confíe en el trabajo de los demás. Cada persona se fía del buen hacer del resto de sus compañeros. Esta confianza le lleva a aceptar anteponer el éxito del equipo al propio lucimiento personal. – Cohesión. Para que un equipo funcione es fundamental que esté cohesionado. La cohesión probablemente aparecerá si se cumplen algunas de las características anteriores: si hay confianza y empatía entre sus miembros se pueden comunicar con libertad y se sienten valorados y motivados.

3.3. Proceso de integración A la hora de constituir un equipo de salud, existen determinados factores que, si bien no nos aseguran el éxito en la consecución de sus objetivos, sí que facilitan su desarrollo.

3.3.1. Número de participantes

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No existe un número ideal en su composición, pero en general se admite que deben ser grupos reducidos. La cifra recomendada suele estar en torno a 10, aunque puede variar dependiendo de la función que cumplan. Un grupo menor puede ser insuficiente y carecer de recursos y uno mayor volverse poco operativo.

CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\

3.3.2. Participación y consenso Es conveniente mantener una participación equilibrada de todos los miembros, por lo que es preferible un bajo perfil jerárquico, que facilite y estimule la expresión de todos los puntos de vista. Un momento importante será durante las reuniones, que se debe procurar sean frecuentes y provechosas y donde se estimulará la participación y comunicación de todos los integrantes del equipo.

3.3.3. Objetivos y reglas establecidas Además de los objetivos mayores, propios de la institución donde se enmarca el equipo, se deben definir los objetivos propios, que deben ser realistas, alcanzables y conocidos por todos. Los procedimientos y guías de actuación también suelen derivar de la institución mayor, pero conviene definir por acuerdo el ajuste de estos a la realidad concreta, así como las reglas de funcionamiento que sean propias a las situaciones en las que trabaje el equipo. Las normas establecidas deben ser claras, conocidas y aceptadas por todos los miembros.

3.3.4. Clima favorable Para conseguir un clima de trabajo cordial y transparente, donde los integrantes trabajen en armonía e involucrados con los resultados del conjunto, probablemente el factor más importante será partir de una actitud favorable de los integrantes al trabajo en equipo. Otros factores como la edad de los miembros, la buena formación o la experiencia laboral, pueden también influir aunque en menor medida.

3.3.5. Roles y responsabilidades Cada integrante debe ser consciente de sus habilidades, comprender lo que se espera de él y conocer su rol y el de los demás. Es fundamental que quien estructura el equipo conozca estas habilidades. Los roles implican responsabilidades, que serán utilizadas para evaluar el rendimiento de los miembros del equipo.

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3.3.6. Autoevaluación Los equipos más eficaces son aquellos capaces de realizar su propia autocrítica. Un equipo necesita examinarse periódicamente y revisar su proceder. Las reuniones de autoevaluación deben estar incluidas dentro de la planificación de actividades grupales. Se debe remarcar equilibradamente lo positivo y lo negativo, sin ignorar ninguno de los dos aspectos.

3.4. Los equipos multidisciplinares: ventajas y dificultades Expresiones como “trabajo en equipo” o “equipo multidisciplinar” parecen estar de moda en el ámbito de la sanidad, pero ni todo grupo de profesionales constituye en sí mismo un equipo, como explicábamos anteriormente, ni para todas las actividades son necesarios los equipos multidisciplinares. Hay muchas actividades que, por su poca complejidad, pueden realizarse de forma autónoma por un solo profesional. Son trabajos donde una sola persona es autosuficiente y sería innecesario e incluso tedioso la participación de otros. No es que sean tareas poco importantes, sino que admiten poca variabilidad aun teniendo mucha importancia. Por ejemplo, la unidad de esterilización de instrumental dentro de un hospital, suele contar sólo con uno o varios auxiliares de enfermería que conocen perfectamente el funcionamiento de la maquinaria. No es necesaria la opinión de nadie más. Es un procedimiento importante pero de un funcionamiento simple, por lo que no es necesario ningún equipo específico para llevarlo adelante. Construir y hacer funcionar un “equipo de trabajo multidisciplinar” es una labor lenta que exige esfuerzo y dedicación, y que se reserva para aquellas actividades en las que el nivel de complejidad es tan alto que sería imposible que un solo profesional pudiera abarcar los diferentes aspectos que presenta. En estos casos sí sería necesario constituir un equipo de trabajo formado por especialistas que cubran todas las áreas afectadas. El caso más claro en sanidad son los Equipos de Atención Primaria, que no sólo prestan asistencia sanitaria, sino que se ocupan de la promoción de la salud en la zona, la educación sanitaria de la población, los estudios epidemiológicos, etc.; en este caso, dada la complejidad de los objetivos a conseguir y que afectan a distintas especialidades profesionales, sí está claramente justificada la creación de equipos multidisciplinares. La puesta en marcha de un equipo de trabajo es un proceso complejo que pasa por diferentes etapas: – Inicio. Suele predominar la disponibilidad y la visión positiva. Los miembros se sienten ilusionados con su proyecto y mantienen relaciones cordiales entre ellos. – Primeras dificultades. Cuando la actividad va desarrollándose aparecen también las primeras dificultades que originan tensión y roces entre sus miembros, aflorando los diferentes puntos de vista. – Acoplamiento. Se tarda un tiempo hasta que se produce el acoplamiento de los miembros. Normalmente se superan los enfrentamientos personales y el proyecto sale adelante.

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– Madurez. El equipo está acoplado, controla el trabajo y sus miembros han aprendido a trabajar juntos (conocen los puntos débiles de sus compañeros y evitan herir sensibilidades). El equipo entra en una fase muy productiva.

CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\

– Agotamiento. Los equipos pueden funcionar con eficacia durante años, pero en ocasiones, alguno de sus miembros debe ser reemplazado, bien por cuestiones administrativas o personales o bien por padecer el síndrome de burnout. Sea cual fuere el motivo, deberemos afrontar la incorporación de un nuevo miembro que habrá de pasar por las diferentes etapas por las que pasó el equipo en su conjunto. Al estar el equipo consolidado, la incorporación de nuevos miembros resultará menos traumática. Pero además de ser un proceso complejo y laborioso, presenta otras dificultades, entre las que cabe destacar: – La dilución de responsabilidades. Si la responsabilidad cae sobre todo el grupo, puede ocurrir que determinadas actividades asistenciales no se realicen convenientemente y no se sepa exactamente quién es el responsable. Aunque la responsabilidad global debe ser de todo el grupo, debe quedar claro qué profesional se ocupa de cada uno de los aspectos. – Lentitud en la respuesta. Al tender a tomar las decisiones de forma colegiada, puede ocurrir que una respuesta necesaria se demore en el tiempo. – Diferente consideración de los miembros del equipo. En la dinámica de funcionamiento se considera a todos los miembros del equipo por igual, pero social y administrativamente esto no es así. Unas profesiones están mejor remuneradas y consideradas que otras y esto puede ser fuente de conflictos. – Las actitudes individuales. El individualismo o la falta de visión de conjunto de uno de los miembros puede afectar al trabajo de todos ellos. – La dificultad para mantener la cohesión. Los equipos de trabajo más eficientes son aquellos en los que existe una gran cohesión entre sus miembros. La cohesión depende de muchos factores y no es algo que tienda a surgir de forma espontánea. – El pensamiento de equipo. Una de las dificultades para el buen funcionamiento de los equipos es lo que se denomina “pensamiento de equipo”. Es un proceso que se desarrolla a veces dentro de los equipos de trabajo que les lleva a tener una visión particular, propia, de la realidad. Sería algo así como “Nosotros tenemos razón y los demás están equivocados”. Este fenómeno es muy habitual en los equipos sanitarios, que en ocasiones tienden a pensar que sólo ellos hacen las cosas “bien”.

3.5. Roles Al margen de la distribución oficial de funciones, que vendrá determinada prioritariamente por la categoría profesional de cada uno de los miembros, en todos los equipos podemos encontrar diferentes roles (entendidos como funciones o papeles que alguien cumple dentro de un grupo humano, sin haberle sido asignados), que en ocasiones pueden ser de mucho interés para el grupo y en otras dificultar el normal funcionamiento. Cada uno de los miembros del equipo, tiene tendencia a desarrollar más un tipo de rol que otro, aunque una misma persona puede desarrollar en el tiempo roles diferentes e incluso antagónicos. Este cambio de roles puede producirse incluso durante una misma jornada. Se habla de roles funcionales y disfuncionales.

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Los roles disfuncionales son aquellos orientados a la satisfacción de los intereses individuales y suelen expresar las dificultades por las que pasa el equipo. – El crítico. Es una persona destructiva, todo le parece mal pero no aporta soluciones. Suele deteriorar el ambiente de trabajo. – El negativo. Tiene una visión negativa y tortuosa de todo lo que le rodea. No le parece bien lo que se hace pero tampoco considera que se pueda hacer otra cosa. – El pícaro. Se aprovecha de manera sutil del resto de los compañeros. Su aportación al equipo es nula y suele terminar deteriorando el ambiente de trabajo. Los roles funcionales se dividen en roles de producción y de mantenimiento. Los roles funcionales de producción son todos aquellos comportamientos que contribuyen al desarrollo del grupo y a la productividad: – El iniciador. Es el que siempre está dispuesto a probar cosas nuevas. Suelen ser poco permanentes pero son ideales para implantar nuevos procedimientos. – El activador. Su principal característica es el dinamismo. Es la persona idónea para impulsar proyectos que estén funcionando con poca fuerza. – El intelectual. Es el que tiene mayor gusto por las cuestiones teóricas. No es especialmente dinámico, pero suele ayudar a aclarar ideas y procedimientos. – El colaborador. Siempre está dispuesto a ayudar a sus compañeros. Los roles funcionales de mantenimiento son aquellos comportamientos que contribuyen a que el grupo continúe unido mediante la creación de una atmósfera agradable para los miembros. – El empatizador. Son individuos con mucho gusto y facilidad para las relaciones humanas. Es imprescindible para convertir al equipo en un lugar acogedor. – El gracioso. No suele faltar en los equipos. Sus aportaciones profesionales suelen ser muy discretas pero en cambio cumple un papel fundamental: relaja el ambiente, quita tensión, crea una atmósfera más cálida, lo que puede contribuir a una mayor cohesión del equipo. – El positivo. Empuja hacia delante, busca el éxito del equipo y se involucra decididamente en el proyecto; contagia su entusiasmo al resto de los compañeros. Estos roles son modelos teóricos que difícilmente encontraremos “puros” en nuestra práctica diaria, pero que sí pueden ayudarnos a comprender la dinámica dentro de los propios equipos.

4. El liderazgo en el grupo 4.1. Consideraciones generales

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Partiendo de la distinción entre autoridad y poder, basadas en la legitimación y en la fuerza respectivamente; la dirección, en cualquier organización, debe ser considerada en un doble aspecto: jefatura y mando; la primera corresponde a la estructura lógico formal de la organización, mientras que el segundo se refiere a la capacidad de formación de las personas que la integran, a la autoridad que se ejerce sobre otros, de ahí la diferencia entre jefatura y mando y entre jefe y líder.

CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\

En consecuencia, la función de mando y el liderazgo consiste en integrar individuos o grupos hacia los fines de la Administración, o sea, dirigir eficazmente la conducta de otros. A este respecto, su estudio podría efectuarse desde un doble punto de vista psicológico (de las personas con sus cualidades correspondientes) y sociológicos (sobre la organización o grupo humano en el que se desenvuelve la persona). De lo anteriormente expuesto podemos definir al líder como «aquél con capacidad para formar, orientar y dar criterio a un determinado grupo de Celadores, en una institución sanitaria». El liderazgo se ha definido en términos de rasgos individuales, conductas, influencias sobre otras personas, patrones de interacción, relaciones entre roles, ocupación de una posición administrativa, y la percepción de otros acerca de la legitimidad de la influencia.

4.2. Características que deben reunir los líderes Podemos citar: – Decisión, iniciativa y responsabilidad. – Inteligencia, capacidad y experiencia profesional. – Actividad, vigor físico y capacidad de trabajo. – Equilibrio emotivo. – Integridad moral y aptitud para el trato. – Sentido práctico y capacidad organizativa. Las funciones del líder, con relación al grupo, deben ser: – Definir la misión y el papel del grupo. – Imbuir el espíritu del grupo. – Ordenar y controlar los conflictos internos. De donde se deduce que el líder debe abandonar la idea simplista de que la organización lo que debe es marchar, funcionar sin más, sino que el objetivo último debe ser la realización de sus fines pero coadyuvando con ellos a la consecución del bien común. Por ello, su ejercicio requiere: la adecuación del líder con el grupo; la decidida voluntad de ser líder, aplicando las reglas y principios de las relaciones humanas; elogiar más que reprender; interesarse por los problemas individuales y del grupo; informar en la mejor medida posible; buscar la participación en las decisiones y encontrar el apoyo de sus superiores y subordinados.

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La capacidad para dirigir se pone de relieve en la consecución de los objetivos de orientar, motivar y guiar a los subordinados. Los esfuerzos que realice el directivo para influir en el comportamiento del individuo o del grupo tendrá éxito en la medida en que éstos respondan a sus intentos. Si el individuo responde por el líder, este habrá tenido éxito, y el liderazgo será eficaz ya que el individuo responderá dado que deseará ganar algo por su actividad y esfuerzo. Para lograr los objetivos reseñados, el líder ha de ocupar una posición de autoridad legítima, pues en caso contrario su papel podría llegar a distorsionar los objetivos globales de la organización. La autoridad legítima debe ir acompañada de unos conocimientos técnicos que sustenten y respalden su tarea directiva, así como el estar dotado de un poder coercitivo y premiador que, en definitiva, le permita apoyar la actividad dirigida a los objetivos de la organización. Por último, el líder debe ser una persona atenta a los intereses del grupo y a sus preocupaciones, capaz de conseguir y de aproximarse a los objetivos individuales de los miembros del grupo.

4.3. Habilidades de dirección de grupos Uno de los requisitos básicos en la dirección de grupos es tener la capacidad de formar y desarrollar un equipo eficaz; esto no sólo consiste en seleccionar a los miembros del grupo en función de sus conocimientos, capacidades, posición, etc., sino también en emplear las habilidades necesarias para que se den las siguientes condiciones: – Objetivos y tareas claramente comprendidos por todos, y de carácter cooperativo. – Compromiso de los miembros con los objetivos del equipo. – Comunicación abierta, precisa y eficaz de ideas y sentimientos. – Confianza, aceptación y apoyo elevados entre los miembros. – Aprovechamiento de las capacidades, conocimientos, experiencia y habilidades de los miembros. – Distribución de la participación. – Afrontamiento constructivo del conflicto. – Procedimientos adecuados de toma de decisiones y solución de problemas. Alcanzar estos supuestos exige del líder llevar a cabo y/o coordinar una serie de funciones y habilidades como son: establecer el punto de partida del grupo (planificar), ponerlo en marcha (iniciar), vigilar que vaya por el camino adecuado (controlar), procurar que sus miembros mantengan relaciones óptimas (apoyar), distribuir la información necesaria (informar) y comprobar lo adecuado del proceso (evaluar).

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CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Funciones de los Celadores en ausencia de los peluqueros (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Ausencia del peluquero, retirada de cuñas (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Concepto de trabajo en equipo, finalidad de las unidades de gestión clínica, funciones de asistencia del Celador, condiciones básicas para una Unidades de Gestión Clínica, realización de curas al paciente, colocación y retirada de cuñas (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Transmisión de órdenes, rasurado en consulta, responsable de la movilización de enfermos (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 En UCI responsable de rasurar (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Funciones de los Celadores (Servicio de Salud de las Illes Balears -IBSALUT-, convocatoria 2010). 2 Colaboración con el fisioterapeuta (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Retirada de cuñas (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones de los Celadores antes las curas, ayuda a los enfermeros ante una cura, retirada de cuñas (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Retirado de cuñas (2), rasurado de enfermos (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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3

1. 2. 3. 4. 5. 6.

Sistema de información sanitaria del Sistema Nacional de Salud Historia Clínica Conceptos generales en documentación y tipos de documentos clínicos Archivo La Tarjeta Sanitaria Individual Actuación del Celador en el traslado de documentos y objetos

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Documentación clínica y no clínica

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1. Sistema de información sanitaria del Sistema Nacional de Salud Viene regulado a partir de la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, concretamente en su Capítulo V “Del Sistema de Información Sanitaria”. En el artículo 53 se especifica lo siguiente: “El Ministerio responsable de Sanidad establecerá un sistema de información sanitaria del Sistema Nacional de Salud que garantice la disponibilidad de la información y la comunicación recíprocas entre las Administraciones sanitarias. Para ello en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud se acordarán los objetivos y contenidos de la información. El objetivo general del sistema de información sanitaria del Sistema Nacional de Salud será responder a las necesidades de los siguientes colectivos, con la finalidad que en cada caso se indica: a) Autoridades sanitarias: la información favorecerá el desarrollo de políticas y la toma de decisiones, dándoles información actualizada y comparativa de la situación y evolución del Sistema Nacional de Salud. b) Profesionales: la información irá dirigida a mejorar sus conocimientos y aptitudes clínicas. Incluirá directorios, resultados de estudios, evaluaciones de medicamentos, productos sanitarios y tecnologías, análisis de buenas prácticas, guías clínicas, recomendaciones y recogida de sugerencias.

c) Ciudadanos: contendrá información sobre sus derechos y deberes y los riesgos para la salud, facilitará la toma de decisiones sobre su estilo de vida, prácticas de autocuidado y utilización de los servicios sanitarios y ofrecerá la posibilidad de formular sugerencias de los aspectos mencionados. d) Organizaciones y asociaciones en el ámbito sanitario: contendrá información sobre las asociaciones de pacientes y familiares, de organizaciones no gubernamentales que actúen en el ámbito sanitario y de sociedades científicas, con la finalidad de promover la participación de la sociedad civil en el Sistema Nacional de Salud.

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El sistema de información sanitaria contendrá información sobre las prestaciones y la cartera de servicios en atención sanitaria pública y privada, e incorporará, como datos básicos, los relativos a población protegida, recursos humanos y materiales, actividad desarrollada,

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

farmacia y productos sanitarios, financiación y resultados obtenidos, así como las expectativas y opinión de los ciudadanos, todo ello desde un enfoque de atención integral a la salud, desagregando por sexo todos los datos susceptibles de ello. Con el fin de lograr la máxima fiabilidad de la información que se produzca, el Ministerio responsable de Sanidad, previo acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, establecerá la definición y normalización de datos y flujos, la selección de indicadores y los requerimientos técnicos necesarios para la integración de la información y para su análisis desde la perspectiva del principio de igualdad entre mujeres y hombres. El sistema de información sanitaria estará a disposición de sus usuarios, que serán las Administraciones públicas sanitarias, los gestores y profesionales de la sanidad y los ciudadanos, en los términos de acceso y difusión que se acuerden en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Las Comunidades Autónomas, la Administración General del Estado y las Entidades Gestoras de la Seguridad Social aportarán a este sistema de información sanitaria los datos necesarios para su mantenimiento y desarrollo. Del mismo modo, las Administraciones autonómicas y estatal tienen derecho de acceder y disponer de los datos que formen parte del sistema de información que precisen para el ejercicio de sus competencias. La cesión de los datos, incluidos aquellos de carácter personal necesarios para el sistema de información sanitaria, estará sujeta a la legislación en materia de protección de datos de carácter personal y a las condiciones acordadas en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.”

2. Historia Clínica 2.1. Historia Clínica en Atención Primaria ¿Qué es la Historia Clínica? – Información necesaria para cumplir el objetivo asistencial. – Incluye: *

Área Social: datos familiares, laborales, educacionales, etc.

*

Área Preventiva: perfil de las actividades preventivas, de vacunaciones previas.

*

Área médica: problemas atendidos y su seguimiento.

¿Cuál es la utilidad de la Historia Clínica? – Asistencial (médico, enfermera, auxiliar de enfermería, trabajador social, facilitando la atención sanitaria del paciente individual, estableciendo un seguimiento y detectando problemas). 39

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– Información sanitaria (cuantificar la incidencia y prevalencia de las enfermedades, haciendo posible formular y contrastar hipótesis sobre factores que las condicionen). – Evaluación (básicamente del proceso, pero también de la estructura y del resultado. Aporta los elementos necesarios para programar acciones de salud, orientar la asignación de recursos humanos y materiales así como planificar problemas de salud). – Investigación epidemiológica, docencia y médico-legal. Premisas de trabajo con la Historia Clínica – Registro de datos que se integran en un formato organizado. – Los datos se refieren sólo a un paciente en concreto, pueden obtenerse directa o indirectamente. – Registro de datos exactos, completos y particulares. – Características variables de los datos según el Centro de Salud y el aspecto a considerar. – Dependencia de los sistemas de información en la calidad de los registros. Información del área social – Datos de identificación: nombre y apellidos, dirección postal y teléfono, sexo, lugar y fecha de nacimiento, número de S.S. y DNI, médico y enfermera asignados y fecha en la que se realizó la historia. – Otros datos: situación familiar, situación social, estudios y otros. Datos preventivos – Datos de comienzo: actividades preventivas y vacunaciones. – Datos de seguimiento: prevención de infecciones, prevención del cáncer, hábitos de vida inconvenientes, enfermedades crónicas y complicaciones del embarazo y parto. Documentación básica de una Historia Clínica – Adulto; hoja de Historia Clínica, hoja de seguimiento y carpeta con datos administrativos. – Niño; hoja de Historia Clínica, gráficas de desarrollo y hoja de seguimiento. – Documentación complementaria; hojas de protocolo de programas, informes de interconsulta, informes hospitalarios, etc. Elementos de documentación básica de la Historia Clínica – Es una carpeta de cartulina que tiene dos funciones: servir de continente al resto de la Historia Clínica y registrar la información de identificación del usuario. La información que se recoge en esta carpeta es la siguiente: – En el anverso: número de Historia Familiar, fecha de apertura de Historia, apellido y nombre del cabeza de familia, apellido y nombre del cónyuge, domicilio, teléfono, tiempo de asentamiento en la localidad, nombre del médico, de la enfermera y del trabajador social y nombre del Centro de Salud.

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– En el reverso: composición del grupo familiar, características de la vivienda, datos ambientales, observaciones…

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

2.1.1. Elementos de la Historia Clínica 1. Código de la historia individual, compuesto por ocho dígitos: – Dos últimas cifras del año de nacimiento. – Mes del nacimiento. – Día del nacimiento. – Iniciales de los dos apellidos. 2. Datos de la historia sociolaboral: Actual: – Nombre de la empresa. – Profesión. – Mutuas de accidentes. Anteriores: – Trabajos previos en ambientes nocivos. – Si es estudiante o ama de casa. 3. Antecedentes familiares: referidos a padres, hermanos, etc., sobre todo los referidos a IAM, ACV, HTA, diabetes, dislipemia, cáncer, e. renal. 4. Alergias medicamentosas: en (+) o en (-) subrayar con rotuladores fluorescentes y ponerlo también en la hoja de seguimiento. 5. Antecedentes personales: deben figurar en (+) o en (-) para que conste si se le ha preguntado al paciente como mínimo los referidos a HTA, diabetes, intervenciones quirúrgicas. En caso de mujer se añade: menarquía, tipo de regla, H. obstétrica, abortos, embarazos, partos prematuros, menopausia, cirugía ginecológica (legrados, histerectomías) y anticonceptivos (especificar métodos). 6. Hábitos tóxicos: – Tabaco en (+) o en (-). Edad de inicio expresando el número de paquetes/año. – Alcohol en (+) o en (-). Calculada la cantidad en gramos de etanol al día. – Otras drogas. Tipo y forma de consumo. Años de consumo. 7. Ejercicio físico tipo. 8. Resumen de problemas: anotar si proceden los problemas de salud más importantes, sobre todo los que se contemplan en el listado de patologías crónicas. 41

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9. Otros datos de interés. 10. Tablas accesorias. 11. Monitorización de actividades preventivas. 12. Hoja de seguimiento. En el encabezamiento: nombre y apellidos, número de historia individual y familiar, alergias medicamentosas si existen… En el margen izquierdo: toma de constantes vitales. En el margen derecho: medicación crónica que toma, con nombre y dosis.

2.1.2. Archivo de la Historia Clínica Puede ser: – Por orden alfabético: sólo es útil en el medio rural con poca densidad de población. – Por orden de apertura: *

Ventajas: rápida manipulación del archivo.

*

Inconvenientes: necesita un fichero accesorio por orden alfabético que dé seguridad al archivo.

– Por orden numérico (según la clave de la fecha de nacimiento): *

Ventajas: rápida manipulación del archivo y facilidad de recuerdo del número para el paciente.

*

Inconvenientes: necesita un fichero adicional y alteraciones de las fechas de nacimiento de algunos pacientes.

– Por orden correlativo (según el número de Historia Clínica). Con la entrada de los sistemas informáticos uno de los mejores métodos es esta clasificación secuencial de las Historias Clínicas. Permite una rápida recuperación de las mismas y además facilita su manipulación. La utilización de la Historia Clínica se debe restringir al centro pudiendo ser utilizada por todos los profesionales pero con la máxima garantía de confidencialidad.

2.2. Historia Clínica en Atención Hospitalaria

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La Atención Hospitalaria es muy distinta a la Atención Primaria; en el hospital el paciente pierde sus conexiones, se le aísla y se le estudia intensamente, la historia se reconstruye hasta el tiempo presente y se expande de forma horizontal y transversal solamente hasta el alta por curación, mejoría, voluntad personal o muerte. En Atención Primaria el paciente es estudiado longitudinalmente y la Historia se expande a lo largo del tiempo; a veces, desde su conocimiento hasta la muerte, el paciente no pierde sus conexiones familiares, sociales y laborales. Incluso el personal sanitario se convierte en un huésped del paciente y su familia en la atención domiciliaria.

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

A. Primaria

A. Hospitalaria

– Atención intermitente al paciente/sano. – Dificultad de ción del principio y fin enfermedades y los episodios.

– Comienza desde el ingreso hasta el alta al paciente no/sano.

definide las – Se delimitan con mayor exactitud ambas fases y episodios.

– Se trabaja con problemas y no con diag- – Se trabaja con enfermedades que casi nósticos. siempre se diagnostican. – Los pacientes/sanos conservan grandes – Registros uniformes. parcelas de libertad. – Los pacientes se ven desvinculados de su – Dilema continuo cura/cuidados. medio y carecen de libertad. – Pluralidad de ambientes, necesidad de – Dilema muy evidente. adaptarse a los mismos. – Ambiente único.

Centro CAMA

HABITACIÓN •











CARPETA DE HISTORIA CLÍNICA

Profesión --------------------------------------------------------------------------------------------------------------Nombre del padre--------------------------------------Nombre de la madre----------------------------Nombre y dirección pariente más próximo---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Nombre y dirección Médico de cabecera-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Entidad colaboradora---------------------------------------------------------------------------------------------

DEPARTAMENTO/SERVICIO

DOCTOR

FECHA INICIAL

FECHA ALTA

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

---------------------------------------------------------

-----------------------------------------------------------------------------

-----------------------------------------------------------------

DIAGNÓSTICO

Cód 55 13 12

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2.2.1. Elementos de documentación básica de la Historia Clínica Hospitalaria 1. Carpeta con datos administrativos. Es una carpeta que tiene dos funciones: – Servir al resto de la H. Clínica. – Registrar la información de identificación del usuario. La información que se recoge en esta carpeta es la siguiente: En la cara exterior: N.º de Historia, N.º de cama, nombre y apellidos, servicio al que está adscrito, edad y fecha de ingreso. En el interior: orden de las hojas de la H. Clínica en el momento del alta, N.º de estudios radiológicos que se entregan para archivo y claves de cada servicio. 2. Documentación de una Historia Clínica – Órdenes terapéuticas. Gráfica diaria. – Observaciones de Enfermería. – Valoración del paciente al ingreso. – Historia Clínica y Exploración Física.

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CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

– Curso Clínico. – Listado de problemas. – Informe de analítica. – Petición de estudios complementarios. – Hoja Clínico-Estadística. 3. Al alta del paciente: informe de enfermería e informe médico.

2.3. Documentación clínica en la Ley 41/2002, de Autonomía del Paciente 2.3.1. La Historia Clínica Antes de aparecer esta Ley la Historia Clínica única se mencionaba en el artículo 61 de la Ley General de Sanidad. A raíz de la publicación de la Ley 41/2002 se derogó el mencionado artículo 61 y pasó a ser la Norma reguladora de la documentación sanitaria en general y de la Historia Clínica en particular. Atendiendo a la Ley 41/2002, la Historia Clínica comprende el conjunto de los documentos relativos a los procesos asistenciales de cada paciente, con la identificación de los médicos y de los demás profesionales que han intervenido en ellos, con objeto de obtener la máxima integración posible de la documentación clínica de cada paciente, al menos, en el ámbito de cada centro (art. 14.1. de la Ley 41/2002). El derecho a la intimidad resulta afectado por la gestión de las Historias Clínicas, por tanto, cada centro procederá al archivo de las Historias Clínicas de sus pacientes, cualquiera que sea el soporte papel, audiovisual, informático o de otro tipo en el que consten, de manera que queden garantizadas su seguridad, su correcta conservación y la recuperación de la información (art. 14.2. de la Ley 41/2002). Las Administraciones sanitarias establecerán los mecanismos que garanticen la autenticidad del contenido de la Historia Clínica y de los cambios operados en ella, así como la posibilidad de su reproducción futura (art. 14.3. de la Ley 41/2002). Las CC. AA. aprobarán las disposiciones necesarias para que los centros sanitarios puedan adoptar las medidas técnicas y organizativas adecuadas para archivar y proteger las Historias Clínicas y evitar su destrucción o su pérdida accidental (art. 14.4. de la Ley 41/2002). La Historia Clínica incorporará la información que se considere trascendental para el conocimiento veraz y actualizado del estado de salud del paciente. Todo paciente o usuario tiene derecho a que quede constancia de la información obtenida en todos sus procesos asistenciales, realizados por el servicio de salud tanto en el ámbito de atención primaria como en el ámbito de la atención especializada, por escrito o en el soporte técnico más adecuado (art. 15.1. de la Ley 41/2002).

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La Historia Clínica tendrá como finalidad principal facilitar la asistencia sanitaria, dejando constancia de todos aquellos datos que, bajo criterio del facultativo, permitan el conocimiento veraz y actualizado del estado de salud. El contenido mínimo de la Historia Clínica será el siguiente: a) La documentación relativa a la hoja clínico-estadística. b) La autorización de ingreso. c) El informe de urgencia. d) La anamnesis y la exploración física. e) La evolución. f ) Las órdenes médicas. g) La hoja de interconsulta. h) Los informes de exploraciones complementarias. i) El consentimiento informado. j) El informe de anestesia. k) El informe de quirófano o de registro del parto. l) El informe de anatomía patológica. m) La evolución y planificación de cuidados de enfermería. n) La aplicación terapéutica de enfermería. ñ) El gráfico de constantes. o) El informe clínico de alta. En todo caso, la autorización de ingreso, el informe de urgencia, el consentimiento informado, el informe de anestesia, el informe de quirófano o de registro del parto, el gráfico de constantes, y el informe clínico de alta, sólo serán exigibles en la cumplimentación de la Historia Clínica cuando se trate de procesos de hospitalización o así se disponga (art. 15.2. de la Ley 41/2002). La cumplimentación de la Historia Clínica, en los aspectos relacionados con la asistencia directa al paciente, será responsabilidad de los profesionales que intervengan en ella (art. 15.3. de la Ley 41/2002). La Historia Clínica se llevará con criterios de unidad y de integración, en cada institución asistencial como mínimo, para facilitar el mejor y más oportuno conocimiento por los facultativos de los datos de un determinado paciente en cada proceso asistencial (art. 15.4. de la Ley 41/2002). En algunas Comunidades Autónomas hay desarrollos normativos sobre la Historia Clínica, como por ejemplo en Castilla y León por el Decreto 101/2005 de 22 de diciembre. 46

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

2.3.1.1. Usos de la Historia Clínica La Historia Clínica es un instrumento destinado fundamentalmente a garantizar una asistencia adecuada al paciente. Los profesionales asistenciales del centro que realizan el diagnóstico o el tratamiento del paciente tienen acceso a la Historia Clínica de éste como instrumento fundamental para su adecuada asistencia (art. 16.1. de la Ley 41/2002). Cada centro establecerá los métodos que posibiliten, en todo momento, el acceso a la Historia Clínica de cada paciente por los profesionales que le asisten (art. 16.2. de la Ley 41/2002).

El acceso a la Historia Clínica con fines judiciales, epidemiológicos, de Salud Pública, de investigación o de docencia se rige por lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y en la Ley General Sanidad (art. 16.3. de la Ley 41/2002). El acceso a la Historia Clínica con estos fines obliga a preservar los datos de identificación personal del paciente, separados de los de carácter clínico-asistencial, de manera que como regla general quede asegurado el anonimato, salvo que el propio paciente haya dado su consentimiento para no separarlos. Se exceptúan los supuestos de investigación de la autoridad judicial en los que se considere imprescindible la unificación de los datos identificativos con los clínico-asistenciales, en los cuales se estará a lo que dispongan los jueces y tribunales en el proceso correspondiente. El acceso a los datos y documentos de la Historia Clínica queda limitado estrictamente a los fines específicos de cada caso (art. 16.3. de la Ley 41/2002). En el ámbito procesal, la Historia Clínica es el documento que permite constatar si se ha dado cumplimiento a los derechos de los pacientes en la relación médico-paciente y, además sirve como medio de prueba principal en los procesos de responsabilidad de los profesionales sanitarios. El personal de administración y gestión de los centros sanitarios sólo puede acceder a los datos de la Historia Clínica relacionados con sus propias funciones (art. 16.4. de la Ley 41/2002). El personal sanitario debidamente acreditado que ejerza funciones de inspección, evaluación, acreditación y planificación, tiene acceso a las Historias Clínicas en el cumplimiento de sus funciones de comprobación de la calidad de la asistencia, el respeto de los derechos del paciente o cualquier otra obligación del centro en relación con los pacientes y usuarios o la propia Administración sanitaria (art. 16.5. de la Ley 41/2002). El personal que accede a los datos de la Historia Clínica en el ejercicio de sus funciones queda sujeto al deber de secreto (art. 16.6. de la Ley 41/2002).

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Las CC AA (Comunidades Autónomas) regularán el procedimiento para que quede constancia del acceso a la Historia Clínica y de su uso (art. 16.7. de la Ley 41/2002).

2.3.1.2. La conservación de la documentación clínica Los centros sanitarios tienen la obligación de conservar la documentación clínica en condiciones que garanticen su correcto mantenimiento y seguridad, aunque no necesariamente en el soporte original, para la debida asistencia al paciente durante el tiempo adecuado a cada caso y, como mínimo, cinco años contados desde la fecha del alta de cada proceso asistencial (art. 17.1. de la Ley 41/2002).

La documentación clínica también se conservará a efectos judiciales de conformidad con la legislación vigente. Se conservará, asimismo, cuando existan razones epidemiológicas, de investigación o de organización y funcionamiento del Sistema Nacional de Salud. Su tratamiento se hará de forma que se evite en lo posible la identificación de las personas afectadas (art. 17.2. de la Ley 41/2002). Los profesionales sanitarios tienen el deber de cooperar en la creación y el mantenimiento de una documentación clínica ordenada y secuencial del proceso asistencial de los pacientes (art. 17.3. de la Ley 41/2002). La gestión de la Historia Clínica por los centros con pacientes hospitalizados, o por los que atiendan a un número suficiente de pacientes bajo cualquier otra modalidad asistencial, según el criterio de los servicios de salud, se realizará a través de la unidad de admisión y documentación clínica, encargada de integrar en un solo archivo las Historias Clínicas. La custodia de dichas Historias Clínicas estará bajo la responsabilidad de la dirección del centro sanitario (art. 17.4. de la Ley 41/2002). Los (profesionales sanitarios) que desarrollen su actividad de manera individual son responsables de la gestión y de la custodia de la documentación asistencial que generen (art. 17.5. de la Ley 41/2002). Son de aplicación a la documentación clínica las medidas técnicas de seguridad establecidas: – En la legislación reguladora de la conservación de los ficheros que contienen datos de carácter personal. 48

– En general, por la Ley 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal (art. 17.6. de la Ley 41/2002).

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

2.3.1.3. El derecho de acceso a la Historia Clínica El paciente tiene derecho de acceso a la Historia Clínica, con la reserva de las anotaciones subjetivas de los facultativos, y a obtener copia de los datos que constan en ella. Los centros sanitarios regularán el procedimiento que garantice la observancia de estos derechos (art. 18.1. de la Ley 41/2002). El derecho de acceso del paciente a la Historia Clínica puede ejercerse también por representación debidamente acreditada (art. 18.2. de la Ley 41/2002). El derecho de acceso del paciente a la documentación de la Historia Clínica no puede ejercitarse en perjuicio del derecho de terceras personas a la confidencialidad de los datos que constan en ella recogidos en interés terapéutico del paciente, ni en perjuicio del derecho de los profesionales participantes en su elaboración, los cuales pueden oponer al derecho de acceso del paciente la reserva de sus anotaciones subjetivas (art. 18.3. de la Ley 41/2002). Los centros sanitarios y los facultativos de ejercicio individual tan sólo facilitarán el acceso a la Historia Clínica de los pacientes fallecidos a las personas vinculadas a ellos por razones familiares o de hecho, salvo que el fallecido lo hubiera prohibido expresamente y así se acredite. En cualquier caso el acceso de un tercero a la Historia Clínica motivado por un riesgo para su salud se limitará a los datos pertinentes, sin que pueda facilitarse información que afecta a la intimidad del fallecido, ni a las anotaciones subjetivas de los profesionales sanitarios, ni que perjudique a terceros (art. 18.4. de la Ley 41/2002).

2.3.1.4. Derechos relacionados con la custodia de la Historia Clínica El paciente tiene derecho a que los centros sanitarios establezcan un mecanismo de custodia activa y diligente de las Historias Clínicas. Dicha custodia permitirá la recogida, la integración, la recuperación y la comunicación de la información sometida al principio de confidencialidad (art. 19 de la Ley 41/2002).

2.3.1.5. La coordinación de las Historias Clínicas El Ministerio responsable de Sanidad, en coordinación y con la colaboración de las CC AA competentes en la materia, promoverá, con la participación de todos los interesados, la implantación de un sistema de compatibilidad que, atendida la evolución y disponibilidad de los recursos técnicos, y la diversidad de sistemas y tipos de Historias Clínicas, posibilite su uso por los centros asistenciales de España que atiendan a un mismo paciente, en evitación de que los atendidos en diversos centros se sometan a exploraciones y procedimientos de innecesaria repetición (disposición adicional tercera de la Ley 41/2002). 49

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2.3.2. Informe de alta y otra documentación clínica 2.3.2.1. Informe de alta Todo paciente, familiar o persona vinculada a él, en su caso, tendrá el derecho a recibir el informe de alta del centro, servicio o establecimiento sanitario, una vez finalizado el proceso asistencial. Las características, requisitos y condiciones de los informes de alta se determinarán reglamentariamente por las Administraciones Sanitarias Autonómicas (art. 20 de la Ley 41/2002). Dicho informe de alta dispondrá de los siguientes contenidos mínimos: – Los datos del proceso asistencial del paciente. – Un resumen de su historial clínico. – La actividad asistencial prestada. – El diagnóstico. – Las recomendaciones terapéuticas. El informe de alta se regirá, mientras no se desarrolle legalmente lo dispuesto en la Ley 41/2002, por la Orden del Ministerio de Sanidad y Consumo, de 6 de septiembre de 1984, por la que se regula la obligatoriedad del Informe de Alta (disposición transitoria única de la Ley 41/2002).

2.3.2.2. El alta del paciente: alta voluntaria y forzosa del paciente En caso de no aceptar el tratamiento prescrito, se propondrá al paciente o usuario la firma del alta voluntaria. Si no la firmara, la dirección del centro sanitario, a propuesta del médico responsable, podrá disponer el alta forzosa en las condiciones reguladas por la Ley. El hecho de no aceptar el tratamiento prescrito no dará lugar al alta forzosa cuando existan tratamientos alternativos, aunque tengan carácter paliativo, siempre que los preste el centro sanitario y el paciente acepte recibirlos. Estas circunstancias quedarán debidamente documentadas (art. 21.1. de la Ley 41/2002). En el caso de que el paciente no acepte el alta, la dirección del centro, previa comprobación del informe clínico correspondiente, oirá al paciente y, si persiste en su negativa, lo pondrá en conocimiento del juez para que confirme o revoque la decisión (art. 21.2. de la Ley 41/2002).

2.3.2.3. Emisión de certificados médicos Todo paciente o usuario tiene derecho a que se le faciliten los certificados acreditativos de su estado de salud. Estos serán gratuitos cuando así lo establezca una disposición legal o reglamentaria (art. 22 de la Ley 41/2002).

2.3.2.4. Obligaciones profesionales de información técnica, estadística y administrativa

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Los profesionales sanitarios, además de las obligaciones señaladas en materia de información clínica, tienen el deber de cumplimentar los protocolos, registros, informes, estadísticas y demás documentación asistencial o administrativa, que guarden relación con los procesos clínicos en los que intervienen, y los que requieran los centros o servicios de salud competentes y las autoridades sanitarias, comprendidos los relacionados con la investigación médica y la información epidemiológica (art. 23 de la Ley 41/2002).

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

3. Conceptos generales en documentación y tipos de documentos clínicos 3.1. Conceptos generales A efectos de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de Información y Documentación Clínica se entiende por: – Centro sanitario: el conjunto organizado de profesionales, instalaciones y medios técnicos que realiza actividades y presta servicios para cuidar la salud de los pacientes y usuarios. – Certificado médico: la declaración escrita de un médico que dé fe del estado de salud de una persona en un determinado momento. – Consentimiento informado: la conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifestada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud. – Documentación clínica: el soporte de cualquier tipo o clase que contiene un conjunto de datos e informaciones de carácter asistencial. – Historia clínica: el conjunto de documentos que contienen los datos, valoraciones e informaciones de cualquier índole sobre la situación y la evolución clínica de un paciente a lo largo del proceso asistencial. – Información clínica: todo dato, cualquiera que sea su forma, clase o tipo, que permite adquirir o ampliar conocimientos sobre el estado físico y la salud de una persona, o la forma de preservarla, cuidarla, mejorarla o recuperarla. – Informe de alta médica: el documento emitido por el médico responsable en un centro sanitario al finalizar cada proceso asistencial de un paciente, que especifica los datos de éste, un resumen de su historial clínico, la actividad asistencial prestada, el diagnóstico y las recomendaciones terapéuticas. – Intervención en el ámbito de la sanidad: toda actuación realizada con fines preventivos, diagnósticos, terapéuticos, rehabilitadores o de investigación. – Libre elección: la facultad del paciente o usuario de optar, libre y voluntariamente, entre dos o más alternativas asistenciales, entre varios facultativos o entre centros asistenciales, en los términos y condiciones que establezcan los servicios de salud competentes, en cada caso. – Médico responsable: el profesional que tiene a su cargo coordinar la información y la asistencia sanitaria del paciente o del usuario, con el carácter de interlocutor principal del mismo en todo lo referente a su atención e información durante el proceso asistencial, sin perjuicio de las obligaciones de otros profesionales que participan en las actuaciones asistenciales. – Paciente: la persona que requiere asistencia sanitaria y está sometida a cuidados profesionales para el mantenimiento o recuperación de su salud.

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– Servicio sanitario: la unidad asistencial con organización propia, dotada de los recursos técnicos y del personal cualificado para llevar a cabo actividades sanitarias. – Usuario: la persona que utiliza los servicios sanitarios de educación y promoción de la salud, de prevención de enfermedades y de información sanitaria.

3.2. Documentos clínicos de uso en Atención Primaria Son los siguientes: – Historia Clínica. – Historia Médica. Es parecida a las hojas médicas y de enfermería que se verán en el caso hospitalario. – Historia de enfermería. La consulta directa que los diplomados de enfermería ofrecen a los pacientes en los Centros de Salud precisa de una Historia de enfermería. Esta historia se centra en los cuidados de enfermería que hay que dispensar a la población relacionados, por ejemplo, con los programas específicos para crónicos, hipertensos, diabéticos, vacunaciones y educación sanitaria a los enfermos y a la población en general. – Impreso de citación. Se refiere a la cita para la próxima consulta. Recoge datos de filiación del paciente, día, hora, lugar y servicio al que se cita al enfermo, así como instrucciones al enfermo de lo que tiene que hacer en caso de que se requiera algún tipo de preparación previa para acudir a la consulta. – Impreso de solicitud de pruebas complementarias. Para dirigir a otros Servicios o a otros centros sanitarios:

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*

Laboratorios (bioquímica, lenatología, microbiología, etc.).

*

Radiodiagnóstico.

*

Anatomía Patológica.

*

Medicina Nuclear.

Solicitud de pruebas para el laboratorio de microbiología

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

3.3. Documentos clínicos de uso hospitalario Son los siguientes: – Historia Clínica. – Hoja de ingreso. Es cumplimentada por el personal administrativo. Incluye datos de filiación del paciente, teléfono de contacto con familiares directos, servicio en el que ingresa, habitación y motivo de ingreso (diagnóstico probable). – Informe médico de urgencias. Recoge los resultados del interrogatorio, exploraciones y pruebas complementarias realizados en el Servicio de Urgencias a la llegada al hospital, así como la impresión diagnóstica. – Hoja de enfermería de urgencias. Recoge las atenciones de enfermería que se prestaron al paciente en el Servicio de Urgencias, así como la evolución en los cuidados de enfermería en el caso de que estuviera varias horas en este servicio. – Hoja de evolución médica. En ella cada médico anota, durante la estancia del paciente en el hospital, sus reflexiones sobre la evolución del paciente, pruebas a realizar, alternativas de tratamiento, etc. – Orden de tratamiento. Se actualiza a diario. Incluye los tratamientos prescritos por los médicos, dosis, frecuencia de administración y tiempo de duración. Según sea la evolución del paciente será necesario cambiar los tratamientos o no, de ahí que este documento tenga que actualizarse a diario. – Hoja de observaciones tanto para los diplomados en enfermería como para los auxiliares. Se constata la evolución experimentada por el paciente sobre la base de los cuidados de enfermería realizados. Además, esta hoja describe las atenciones de enfermería realizadas. – Gráficas de constantes vitales. – Impresos de consentimiento informado. Ante la necesidad de realizar una prueba complementaria o un tratamiento que entrañe cualquier tipo de riesgo para la vida del paciente, es necesario informarle a él, o a los responsables familiares en caso de menores, estados de coma, etc., mediante documento escrito que debe firmar a modo de autorización, en el caso de que esté de acuerdo. – Hojas operatorias. Hay tres tipos de hojas operatorias: *

La hoja de intervención quirúrgica. La utiliza el cirujano responsable de la intervención y registra en ella el diagnóstico, tipo de cirugía a realizar, técnica operatoria, duración de la intervención, toma de muestras para anatomía patológica, colocación de prótesis y tipo, etc.

*

La hoja de anestesia. Es rellenada por el médico anestesista. En ella se anotan los anestésicos utilizados, dosis y tiempo de administración, gráfica de constantes vitales, balance hídrico y cuantos problemas surjan con relación a la anestesia.

*

La hoja de enfermería. Es cumplimentada por la enfermera encargada de quirófano y en ella se hacen constar las peticiones al banco de sangre, radiodiagnóstico, los envíos a anatomía patológica, etc. 53

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– Informe clínico de alta. Lo redacta y firma el médico del Servicio encargado del paciente. Es una especie de resumen de su Historia Clínica en el que se recogen los antecedentes personales y familiares, motivo de ingreso, diagnóstico, tratamientos médicos y quirúrgicos aplicados, y recomendaciones terapéuticas para el médico de familia. – Impreso de alta voluntaria. Al igual que el anterior lo rellena el médico encargado del paciente. Se hace a petición del propio paciente y debe ser firmado por él o quien lo represente.

4. Archivo El archivo es el lugar donde quedan almacenadas y ordenadas todas las Historias Clínicas de los pacientes que son atendidos por un centro sanitario. Las funciones generales del archivo son la conservación de los documentos, acceso a la documentación, sistematización del archivo, información, educación… Las historias se ordenan según el número que se les asignó cuando se abrieron. El Celador es el responsable del traslado de las Historias Clínicas y documentación complementaria desde la unidad hospitalaria correspondiente al archivo central. La periodicidad en la recogida de Historias Clínicas por el Celador será fijada por el Jefe del Archivo Central de Historias Clínicas. La información clínica de un paciente puede quedar almacenada de la siguiente manera: – En un fichero. En él van a quedar archivados únicamente los datos esenciales del enfermo. Este fichero podemos encontrarlo en todas las consultas y salas de un centro sanitario. – En el archivo de consulta o de planta. En él permanece guardada la Historia Clínica del enfermo mientras está siendo tratado de su enfermedad. En el caso de que el paciente fuera ingresado dicha ficha pasaría a planta.

Archivo de Historias Clínicas de una planta de hospital

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Archivo central de un hospital

– Archivo central. En él quedan almacenadas todas las historias del centro una vez que se han cerrado, es decir, cuando el enfermo ha sido dado de alta o ha fallecido. En este archivo permanecen almacenadas durante años.

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

– Libro de urgencias. En él van a quedar registrados los datos más esenciales de todo paciente que requiere de una atención urgente. Dichos datos serán: los datos de identificación del paciente, la hora a la que acude al servicio de urgencia, si es traslado a otra unidad y a cuál, el juicio clínico y la hora en la que es dado de alta o, en último caso, la hora a la que ha fallecido.

5. La Tarjeta Sanitaria Individual 5.1. Introducción La tarjeta sanitaria individual es el documento individual y personalizado que identifica y acredita al usuario para acceder a los servicios sanitarios de la Seguridad Social. Tiene un carácter estrictamente sanitario, es decir, permitir el acceso a la asistencia sanitaria, pero no es extensible su validez para el resto de las prestaciones de la Seguridad Social. Su regulación actual se articula a través de dos normas, que son Ley 16/2003, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud y el Real Decreto 183/2004, de 30 de enero, por el que se regula la tarjeta sanitaria individual. La Ley 16/2003, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud en su artículo 57 regula la tarjeta sanitaria individual y establece: 1. El acceso de los ciudadanos a las prestaciones de la atención sanitaria que proporciona el Sistema Nacional de Salud se facilitará a través de la tarjeta sanitaria individual, como documento administrativo que acredita determinados datos de su titular, a los que se refiere el apartado siguiente. La tarjeta sanitaria individual atenderá a los criterios establecidos con carácter general en la Unión Europea. 2. Sin perjuicio de su gestión en el ámbito territorial respectivo por cada comunidad autónoma y de la gestión unitaria que corresponda a otras Administraciones públicas en razón de determinados colectivos, las tarjetas incluirán, de manera normalizada, los datos básicos de identificación del titular de la tarjeta, del derecho que le asiste en relación con la prestación farmacéutica y del servicio de salud o entidad responsable de la asistencia sanitaria. Los dispositivos que las tarjetas incorporen para almacenar la información básica y las aplicaciones que la traten deberán permitir que la lectura y comprobación de los datos sea técnicamente posible en todo el territorio del Estado y para todas las Administraciones públicas. Para ello, el Ministerio responsable de Sanidad, en colaboración con las comunidades autónomas y demás Administraciones públicas competentes, establecerá los requisitos y los estándares necesarios. 3. Con el objetivo de poder generar el código de identificación personal único, el Ministerio responsable de Sanidad desarrollará una base de datos que recoja la información básica de asegurados del Sistema Nacional de Salud, de tal manera que los servicios de salud dispongan de un servicio de intercambio de información sobre la población protegida, mantenido y actualizado por los propios integrantes del sistema. Este servicio de intercambio permitirá la depuración de titulares de tarjetas.

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4. Conforme se vaya disponiendo de sistemas electrónicos de tratamiento de la información clínica, la tarjeta sanitaria individual deberá posibilitar el acceso a aquélla de los profesionales debidamente autorizados, con la finalidad de colaborar a la mejora de la calidad y continuidad asistenciales. 5. Las tarjetas sanitarias individuales deberán adaptarse, en su caso, a la normalización que pueda establecerse para el conjunto de las Administraciones públicas y en el seno de la Unión Europea.

5.2. El Real Decreto 183/2004, por el que se regula la Tarjeta Sanitaria Individual 5.2.1. Introducción Este Real Decreto viene a desarrollar lo dispuesto en el art. 57 de la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud. Con el objetivo de poder identificar de forma segura y unívoca a cada ciudadano, la Ley encomienda al Ministerio de Sanidad y Consumo la generación de un código de identificación personal único para el Sistema Nacional de Salud, mediante el desarrollo de una base de datos que recoja la información básica de usuarios del Sistema Nacional de Salud, de tal manera que los servicios de salud dispongan de un servicio de intercambio de información sobre la población protegida, mantenido y actualizado por los propios integrantes del sistema. Para dar cumplimiento a las previsiones legales es necesario abordar, en primer lugar, los aspectos relativos a la emisión de la tarjeta por parte de las Administraciones sanitarias, como elemento necesario para acceder a los servicios en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Del mismo modo, debe normalizarse la información mínima que la tarjeta ha de suministrar acerca de los ciudadanos, a través de la incorporación de un conjunto básico común de datos en todas las tarjetas sanitarias emitidas. Con el fin de minimizar los costes de transición y posibilitar el desarrollo y adecuación técnica de las nuevas tarjetas sanitarias, se prevé la sustitución de las actuales a medida que éstas vayan caducando, estableciéndose, además, un plazo para la preparación de los requerimientos necesarios para el inicio de su sustitución. El Real Decreto aborda también la regulación del código de identificación personal que establece la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, que será único a lo largo de la vida de la persona. Ello facilitará, entre otros aspectos, la búsqueda y consulta de la información clínica de cada paciente, posibilitando el intercambio de dicha información dentro del Sistema Nacional de Salud en las condiciones legalmente permitidas y siempre con la finalidad de contribuir a la mejora de la calidad asistencial.

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De igual forma, es necesario regular el funcionamiento de la base de datos de población protegida del Sistema Nacional de Salud, que tiene como objetivo fundamental la generación de este código de identificación personal con la mayor certidumbre posible de su carácter único.

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

La base de datos se concibe como un sistema de intercambio de información sobre la población protegida entre las Administraciones sanitarias, con el fin de mantener la coherencia de los datos de aseguramiento y ser fuente fiable para la gestión de las políticas de cohesión sanitaria. Es también preciso establecer los aspectos de seguridad y acceso a la información y la cesión de datos. Por último, es necesario incorporar a este mismo sistema a todos aquellos colectivos cuya cobertura sanitaria se financia públicamente y que están incluidos en regímenes especiales a través del mutualismo administrativo. Con ello se logrará la correcta ordenación de las situaciones y se colocará a todos los asegurados en pie de igualdad respecto a las utilidades que proporciona el sistema de intercambio de información sobre población protegida del Sistema Nacional de Salud.

5.2.2. Regulación de la Tarjeta Sanitaria Individual Las Administraciones sanitarias autonómicas y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria emitirán una tarjeta sanitaria individual con soporte informático a las personas residentes en su ámbito territorial que tengan acreditado el derecho a la asistencia sanitaria pública. La tarjeta sanitaria individual emitida por cualquiera de las Administraciones sanitarias competentes será válida en todo el Sistema Nacional de Salud, y permitirá el acceso a los centros y servicios sanitarios del sistema en los términos previstos por la legislación vigente. Datos básicos comunes de la tarjeta sanitaria individual Establece el Real Decreto 183/2004, de 30 de enero, que con objeto de disponer de datos normalizados de cada persona, en su condición de usuario del Sistema Nacional de Salud, independientemente del título por el que accede al derecho a la asistencia sanitaria y de la Administración sanitaria emisora, todas las tarjetas sanitarias incorporarán una serie de datos básicos comunes y estarán vinculadas a un código de identificación personal único para cada ciudadano en el Sistema Nacional de Salud. Sin perjuicio de la información que la Ley autorice a incorporar a cada Administración competente, la tarjeta sanitaria individual contendrá, de manera normalizada y de forma visible, los siguientes datos: a) Administración sanitaria emisora de la tarjeta. b) Apellidos y nombre del titular de la tarjeta. c) Código de identificación personal asignado por la Administración sanitaria que emite la tarjeta. d) Modalidad de la prestación farmacéutica. e) Leyenda que informa de su validez en todo el Sistema Nacional de Salud: esta tarjeta le permite el acceso a los servicios de todo el Sistema Nacional de Salud. El Ministerio responsable de Sanidad, de acuerdo con las Comunidades Autónomas y demás Administraciones públicas competentes, establecerá los requisitos y los estándares necesarios sobre los dispositivos que las tarjetas incorporen para almacenar la información básica, y las aplicaciones que las traten deberán permitir que la lectura y comprobación de los datos sea técnicamente posible en todo el territorio del Estado.

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Código de identificación personal del Sistema Nacional de Salud Regulado por dicho Real Decreto 183/2004, dispone la norma que la asignación del código de identificación personal del Sistema Nacional de Salud se realizará en el momento de inclusión de los datos relativos a cada ciudadano en la base de datos de población protegida por el Sistema Nacional de Salud, desarrollada por el Ministerio de Sanidad y Consumo, y actuará como clave de vinculación de los diferentes códigos de identificación personal autonómicos que cada persona pueda tener asignado a lo largo de su vida. El código de identificación personal del Sistema Nacional de Salud tendrá carácter irrepetible y será único a lo largo de la vida de cada persona, independientemente de la Administración sanitaria competente en su atención sanitaria en cada momento. Dicho código de identificación facilitará la búsqueda de la información sanitaria de un paciente que pueda encontrarse dispersa en el Sistema Nacional de Salud, con el fin de que pueda ser localizada y consultada por los profesionales sanitarios, exclusivamente cuando ello redunde en la mejora de la atención sanitaria, con pleno respeto a lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, garantizando asimismo la confidencialidad e integridad de la información. Base de datos de población protegida del Sistema Nacional de Salud Con el fin de proceder a la generación del código de identificación personal del Sistema Nacional de Salud, el Ministerio de Sanidad y Consumo, a través del Instituto de Información Sanitaria, desarrollará una base de datos que recoja la información básica de los usuarios del Sistema Nacional de Salud, así como el fichero histórico de las situaciones de aseguramiento y de la adscripción de la persona, en su caso, a diferentes Administraciones sanitarias a lo largo de su vida. Para facilitar la gestión de la población protegida, su movilidad y el acceso a los servicios sanitarios, dicha base actuará como un sistema de intercambio de información entre las Administraciones sanitarias. La información que recoja deberá posibilitar la coherencia de los datos de aseguramiento, evitar la adscripción simultánea a distintos servicios de salud y obtener la mayor rentabilidad posible en los cruces de datos entre los ficheros oficiales necesarios para su correcto mantenimiento. La base de datos de población protegida del Sistema Nacional de Salud será mantenida por las Administraciones sanitarias emisoras de la tarjeta sanitaria individual. Dichas Administraciones serán las competentes para la inclusión en aquélla de las personas protegidas en su ámbito territorial. Del mismo modo, serán las responsables del tratamiento de los datos, actuales e históricos, de su población protegida. Dicha base de datos respetará el modelo de funcionamiento y de gestión de las bases de datos de tarjeta sanitaria individual de cada Administración sanitaria. La base de datos incorporará información del sistema de Seguridad Social y del mutualismo administrativo, con el fin de suministrar a las Administraciones sanitarias datos permanentemente actualizados que permitan la correcta gestión de las situaciones de las personas respecto a altas, bajas, cobertura de prestaciones y movilidad de pacientes en la Unión Europea, de acuerdo con los reglamentos comunitarios vigentes en esta materia. 58

El plan de explotación estadística de la base de datos será acordado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, y la información obtenida se pondrá a dispo-

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

sición de las Administraciones sanitarias. En todo caso, la información que se facilite a estos fines será previamente objeto de disociación. El Ministerio de Sanidad y Consumo atenderá con los medios de que disponga el funcionamiento de la base de datos. Otras disposiciones recogidas en el Real Decreto 183/2004, de 30 de enero, por el que se regula la tarjeta sanitaria individual a) Respecto a la cesión de datos recoge la norma que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en caso de considerar necesaria la cesión de los datos de esta base, recabará la asistencia de la Agencia Española de Protección de Datos, a fin de que por ésta se determinen los supuestos bajo los que podrá efectuarse la cesión a terceros. Dicha cesión se atendrá, en todo caso, a la normativa vigente en materia de protección de datos personales. b) Asimismo y por lo que respecta a colectivos asegurados a través de regímenes especiales, establece que las Administraciones públicas competentes en materia de cobertura sanitaria por razón de determinados colectivos expedirán a cada uno de sus asegurados una tarjeta sanitaria, con soporte informático y con las características básicas que se definen en este Real Decreto, incluida la asignación de código de identificación personal del Sistema Nacional de Salud, y se incorporarán al sistema de intercambio de información que la base de datos de población protegida del Sistema Nacional de Salud proporciona. c) En la medida en que se establezcan por la Unión Europea criterios de normalización que faciliten la circulación y mejora de la asistencia sanitaria de pacientes en el ámbito comunitario, las tarjetas sanitarias individuales del Sistema Nacional de Salud deberán adaptarse a aquéllos. d) El proceso de sustitución de las tarjetas actualmente existentes por las que cumplan los requisitos establecidos en este Real Decreto deberá iniciarse dentro del plazo de seis meses a partir de su entrada en vigor. La sustitución, una vez iniciado el proceso, se producirá a medida que las tarjetas vayan caducando, o cuando por cualquier motivo vayan a renovarse.

5.3. Tarjeta sanitaria europea Es el documento que permite el acceso de sus titulares a los servicios sanitarios de la red pública de cualquiera de los Estados de la Unión Europea, Suiza y los países del Espacio Económico Europeo en sus desplazamientos temporales. Características: – Es un documento individual que acredita el derecho de su titular a recibir las prestaciones sanitarias que sean necesarias desde el punto de vista médico, durante una estancia temporal en cualquiera de los países antes citados. – La asistencia sanitaria se recibirá en igualdad de condiciones que los asegurados del país al que se desplaza. – Puede ser solicitada por Internet y en los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS) y del Instituto Social de la Marina, organismos que la expiden.

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El periodo de validez consta en la Tarjeta Sanitaria Europea. Con carácter general será de 1 año, desde la fecha de expedición.

6. Actuación del Celador en el traslado de documentos y objetos Las funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario al servicio de las instituciones sanitarias relacionadas con la documentación clínica se traducen en la tramitación o traslado sin tardanza de las comunicaciones verbales, documentos, correspondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así como el traslado de aparatos o mobiliario de unos servicios a otros.

6.1. Funciones principales Estas funciones se desarrollan de la siguiente forma: 1. Tramitación de comunicaciones verbales Los Celadores han de transmitir a sus compañeros, superiores, subordinados o público las comunicaciones verbales (instrucciones, mensajes, información, etc.) que les indiquen sus superiores (médicos, personal de enfermería, Jefe de Personal Subalterno, etc.) o profesionales autorizados, por delegación de éstos. 2. Traslado de documentación clínica y documentos El Celador trasladará las Historias Clínicas y documentación complementaria desde la unidad hospitalaria correspondiente al archivo central de la Institución. Trasladará las historias junto con los pacientes cuando se traslade a los mismos o cuando se le solicite. Es importante conocer que el Celador solo deberá acceder a los datos de la Historia que le sean imprescindibles para realizar las funciones encomendadas (nombre, habitación, cama, etc.). Además el Celador no esta autorizado para facilitar el acceso a una Historia Clínica, si alguien se lo solicita le indicará los pasos a seguir para solicitarlo.

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Tradicionalmente el documento ha sido el «escrito con que se prueba, acredita o se hace constar una cosa». Modernamente es «todo soporte de información que trata de enseñar algo a alguien» o «todo elemento de información fijado sobre un soporte material o toda expresión de pensamiento fijada materialmente y susceptible de ser utilizada para consulta, estudio o prueba».

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

El concepto de documento abarca, pues, mucho más que el documento escrito. Así, distinguimos los siguientes tipos de documentos: – Según su forma, hay documentos: *

Gráficos: manuscritos, Historias Clínicas.

*

Tipográficos: libros, impresos, fotocopias.

*

Iconográficos: retratos, grabados, fotografías, microfichas, planos, ilustraciones, radiografías.

*

Plásticos: sellos, monedas, medallas.

*

Fónicos: discos, compactos de música.

*

Audiovisuales: diapositivas, películas, vídeos.

*

Informáticos: cintas magnéticas, CD ROM, disquetes.

– Según su origen, hay documentos: *

Primarios: libros, folletos, informes catálogos, Historias Clínicas.

*

Secundarios: revistas de sumarios, de resúmenes o citas.

*

Terciarios: perfiles bibliográficos.

Son documentos de traslado ordinario por los Celadores: hojas de interconsulta, pedidos a almacén (general, almacén de fungibles, farmacia, lencería…), partes de mantenimiento, Historias Clínicas, peticiones y resultados de analíticas y pruebas diagnósticas (radiografías, ecografías, urografías, arteriografías, etc.), peticiones de ambulancia, partes de quirófano, petición de exploración en otros centros e instituciones, órdenes de hospitalización, etc.

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3. Trabajo en oficinas. Los Celadores que trabajen en oficinas del hospital dependerán del área de Gerencia y de Dirección , y se encargarán del: – Traslado de correspondencia. Reparto de correspondencia (cartas, impresos, revistas y correo externo o interno, en general) dentro del centro, franqueo de las correspondencia que se emita al exterior, devolución al remitente cuando el destinatario esta ilegible, traslado de documentos y de la correspondencia que impliquen salidas al exterior del centro sanitario, etc. Lo tipos de correspondencia son: *

Carta ordinaria. Es la modalidad más utilizada entre particulares cuando el envío no supera los 2 kg y no requiere entrega urgente.

*

Carta certificada. Entregas en las que se garantiza la recepción mediante la firma del destinatario o una persona autorizada. Si no pudiera entregarse, se advertirá al receptor mediante un aviso de que dispone de 15 días para recoger el envío en una oficina de Correos.

*

Carta certificada urgente. Para aquellos envíos más urgentes. El envío de su documentación estará registrado y controlado, la entrega se realiza en domicilio y mediante firma del destinatario en 24 horas (promedio según origen/ destino) cuando los envíos se han depositado en oficinas antes de las 18.00 horas, y antes de las 19.00 horas en unidades de admisión masiva para clientes con contrato.

*

Postal Exprés. Con Postal Exprés dispone de un tratamiento que le garantiza en el ámbito nacional, la entrega de sus documentos en un máximo de 48 horas, a domicilio y bajo firma.

*

Carta urgente. Estos envíos llegan a su destino en un día hábil en el caso de España y tres en el de Europa. Siempre se entregan en el domicilio del destinatario y pueden tener carácter certificado entregándose bajo firma en los mismos plazos.

– Traslados de documentos; tanto internos que competan a su oficina, como el traslado de documentos al exterior. – Realización de fotocopias. 4. Traslado de muestras biológicas. Los Celadores se encargarán de trasladar las muestras a los laboratorios correspondientes y recoger los resultados de las mismas. Debido a que la proliferación bacteriana es muy intensa a temperatura ambiente el traslado de algunas muestras no admite demoras, otras se pueden posponer refrigerándolas: – Gasometría arterial; debe ser enviada de forma inmediata al laboratorio porque se alteran los valores. – Examen básico de orina y urocultivo; si no puede ser procesado inmediatamente se mantendrá en el frigorífico a una temperatura de 4 ºC, no más de 24 horas.

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– Coprocultivo (estudio de heces); si no puede ser procesado antes de 30 minutos se conservará en la nevera.

CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

– Esputos; si no puede ser procesado antes de 2 horas se conservará en la nevera a 4 ºC. – Líquido cefalorraquídeo; en caso de que no se pueda enviar a laboratorio, la muestra se conservará siempre a 37 ºC, nunca se mantendrá a temperatura ambiente ni se guardará en la nevera. – Sangre; se conservará en anticoagulantes pudiéndose conservar 4 horas tanto a 20 ºC como a 4 ºC sin que se produzca alteración. 5. Traslado de objetos Todos los de uso común en las Instituciones sanitarias: cajas, carros, envases, medicamentos, tubos y muestras y enseres en general.

Traslado de muestras al Laboratorio

En los casos en los que no exista personal de hostelería en algún servicio concreto podría trasladar material desde el almacén de hostelería (como por ejemplo ir al almacén de hostelería y traer por mandato de la supervisora una caja de botellines de agua para los pacientes que van a realizar pruebas en radiología).

6. Traslado de aparatos y mobiliario de un servicio a otro Aparatos electromédicos y/o diagnósticos (electrocardiógrafos, aparatos de Rayos X, espirómetros, etc.), muebles, bala de oxígeno para oxigenoterapia, proyectores, fotocopiadoras (si se le encomienda a un Celador la realización de una fotocopia la hace pues también es función suya), ordenadores, etc.

Celador trasladando un Electrogardiógrafo

Celador trasladando sueros desde el almacén

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En caso de haber peones en la plantilla del Hospital (categoría creada por el Real Decreto Ley 3/1987, de 11 de septiembre), habrá que delimitar las funciones entre éstos y los Celadores en esta función de traslado de aparatos y mobiliario. El modo en que los superiores «confían» a los Celadores el traslado de documentos, correspondencia, objetos, aparatos y mobiliario no ha de ser siempre mediante una orden verbal directa. Lo habitual es asignar por escrito los deberes que corresponden a los Celadores de cada servicio y su ejecución puede realizarse por iniciativa del propio Celador o a petición de otros profesionales, aunque no sean sus superiores, y, por supuesto, por orden de aquéllos.

6.2. Otras funciones Aparte de lo ya indicado, se recogen a continuación algunas de las tareas más frecuentes de los Celadores de las Instituciones Sanitarias relativas a esta función de traslado de documentos y objetos: – Entrega de avisos verbales y escritos a los compañeros, superiores o público. – Tramitar los pedidos al almacén, recogiendo el material cuando esté dispuesto, y traslado del mismo a la unidad correspondiente. – Traslado de Historias Clínicas entre el archivo y las unidades del hospital: consultas, servicios diagnósticos, plantas de hospitalización. – Traslado de portafirmas desde las unidades administrativas a asistenciales hasta las Direcciones o Jefaturas correspondientes para que los escritos sean firmados y/o registrados, en su caso, y posterior devolución a las Unidades. – Reposición de colchones, trasladando los viejos al almacén y recogiendo de allí mismo los nuevos. – Reposición de determinado material de lencería, haciendo lo mismo que con los colchones (almohadas, fundas de colchón). – Los Celadores adscritos a servicios de almacén se encargarán del traslado del material dentro del mismo. – El Celador de quirófano transportará los aparatos del área quirúrgica que le requiera el personal sanitario.

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CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Tiempo de conservación de la documentación clínica, funciones del Celador en el traslado de documentación clínica, concepto de tarjeta sanitaria individual, finalidad de la Tarjeta Sanitaria individual, concepto de médico responsable (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Código de una historia clínica, validez de la tarjeta sanitaria, funciones del Celador en el traslado de aparatos, tramitación de documentos, artículo derogado de la LGS (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Funciones del Celador en el traslado de aparatos, funciones del Celador en relación a la documentación sanitaria, obligaciones del Celador para con la Historia Clínica, concepto de documentación clínica, manejo de fotocopiadoras, consulta de la Historia Clínica (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Funciones de traslado de mobiliario, traslado de la Historia Clínica, transporte de documentación clínica, conducir documentos sin tardanza, entrega de Historia Clínica (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Traslado desde el almacén, traslado del mobiliario, traslado de hostelería, traslado de muestras, reparto de correspondencia (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Tipos de documentos, traslado de las balas de oxígeno, traslado del carro de curas (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Concepto de tarjeta sanitaria individual, gestión de la Historia Clínica (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Criterios de atención de la Tarjeta Sanitaria Individual, acceso a las prestaciones, funciones de traslado de documentación (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Celadores destinados en las oficinas, organismos que emiten la tarjeta sanitaria, concepto de tarjeta sanitaria individual, funciones de trasporte de documentación clínica, concepto de usuario (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Regulación de acceso a las Historias Clínicas, derecho de acceso a la Historia Clínica (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Historia Clínica en la Ley General de Sanidad, funciones de trasporte de documentación clínica, concepto de archivo central, orden de tratamiento, finalidad de la tarjeta sanitaria, reparto de correspondencias, documentos de traslado ordinario de los Celadores, contenido de la tarjeta sanitaria, manejo de fotocopiadora, servicio responsable de la custodia de las Historias Clínicas, traslado de mobiliario (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Norma que regula la tarjeta sanitaria individual, acceso al contenido de la Historia Clínica, regulación del uso de Historias Clínicas, artículo 53 de la Ley 16/2003, traslado de mobiliario (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 65

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2 Derecho de acceso a la Historia Clínica, concepto de servicios de envíos certificados (Servicio Murciano de Salud –SMS–, convocatoria 2009). Contenidos de la Historia Clínica, garantías de la tarjeta sanitaria individual, periodicidad de la recogida de Historias Clínicas, traslado de documentación, funciones del archivo, traslado de las comunicaciones verbales, acceso a la Historia Clínica, traslado de mobiliario, traslado de aparatos diagnósticos (Servicio Aragonés de Salud -SALUD- convocatoria 2010). 2 Obligación de conservar la documentación clínica, Tarjeta Individual Sanitaria (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4.

El secreto profesional El consentimiento informado El derecho a la intimidad (Art. 7) El derecho de información sanitaria

4

Confidencialidad, consentimiento informado y derecho de la información

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1. El secreto profesional 1.1. Concepto En sentido objetivo se entiende por secreto, aquello que debe permanecer oculto a los demás y sobre lo que hay que guardar sigilo. Subjetivamente, es la obligación de no revelar lo conocido que contrae quien ha llegado a saberlo de forma justa o injusta. El secreto profesional del sanitario es «la obligación permanente de silencio que contrae el sanitario respecto a todo lo sabido o intuido sobre una o más personas en el transcurso de su relación profesional». En esta definición se incluyen los tres elementos básicos del secreto profesional, que son: – El contenido de la información captada. – La permanencia de la obligación. – La intrascendencia del tipo de actuación profesional. 1. Respecto del contenido de la información, aunque se pueda creer que lo único secreto son los aspectos que reflejan datos de salud, se debe considerar secreto todo lo percibido, presentido o adivinado que tenga su origen en la relación profesional, por lo que incluye el conocimiento sobre costumbres y hábitos domésticos, relaciones interpersonales, ideas políticas y cualesquiera otros aspectos no sanitarios. 2. Respecto del tiempo de vigencia del secreto, se debe tener presente que ni la muerte del enfermo descarga al profesional de la obligación contraída. 3. Respecto del tipo de actuación profesional comprende cualquier acto profesional por el que se accede a la información que se ha de guardar en secreto; por lo que resultan afectados los actos no asistenciales tales como las actuaciones periciales, de inspección, de investigación, docencia, etc.

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CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

1.2. Naturaleza Se trata de un secreto confiado mediante el cual el profesional se obliga a mantener ocultas todas aquellas confidencias que reciba en el ejercicio de su profesión. El secreto profesional tiene una condición moral y otra jurídica. – Desde el punto de vista moral, existe el deber de guardar el hecho conocido cuando éste pueda producir resultados nocivos o injustos sobre el paciente si se viola el secreto. – En el ámbito legal existen diversas normas que imponen al profesional tanto el deber legal de guardar secreto como el de revelarlo en determinados casos.

1.3. Sujetos obligados Están sometidas al secreto profesional todas aquellas personas que por razón de su profesión prestan unos servicios en virtud de los cuales acceden a determinada información, o son confidentes necesarios. El secreto profesional es un deber de los profesionales de la salud que es compartido en los equipos de trabajo y que, por tanto, obliga a todos sus componentes.

1.4. Objeto Son objeto de secreto profesional todas las circunstancias y situaciones conocidas por el profesional en el ejercicio de sus funciones: todo aquello que el paciente le haya confiado, lo que haya visto, haya deducido y toda la documentación producida en su ejercicio profesional, y procurará ser tan discreto que ni directa ni indirectamente nada pueda ser descubierto.

El Celador cuando traslada documentación sanitaria esta obligado a mantener el secreto de lo que haya visto

En el caso de los Celadores están comprendidas en el secreto profesional; las enfermedades y demás circunstancias conocidas durante la realización de las actividades propias de su curso (traslado de documentos, etc.) o por manifestación espontánea o provocada del paciente y cuya divulgación pueda ocasionar perjuicio al paciente o a su familia. Se incluyen además de los datos sobre salud y enfermedad del paciente todos los datos que se conocen por causa del trabajo realizado con o sin autorización y consentimiento del paciente, todas las confidencias que proceden o deriven del entorno del paciente y cualquier otra circunstancia sobre la que éste desee guardar el secreto, aunque su conocimiento no parezca que pueda acarrear daños objetivos. 69

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1.5. Aspectos éticos El deber de secreto es una norma ética de la profesión. Todo profesional debe valorar, desde el punto de vista meramente ético, las consecuencias que se derivan de su decisión de mantener o revelar el secreto que conoce. Estas consecuencias pueden afectar al paciente, a las personas que se relacionen con él o, finalmente, al propio profesional. La evaluación debe realizarse en función de los derechos humanos y fundamentales que puedan verse conculcados en cada caso: 1. Efectos sobre el paciente: debe valorar si con el mantenimiento del silencio como expresión del respeto al derecho a la intimidad puede ponerse en peligro el derecho a la integridad personal o a la vida del propietario del secreto. Ésta es quizá la situación más conflictiva, puesto que entran en conflicto los principios bioéticos de beneficencia y autonomía. 2. Efectos sobre otras personas relacionadas con el enfermo o sobre un grupo social: ha de considerar que el derecho a la intimidad de un paciente nunca debe poner en peligro el derecho a la integridad personal o la vida de otros. Evidentemente, aquí no cabe el anterior conflicto bioético, ya que los principios señalados son de aplicación a cada persona y su respeto nunca debe afectar a los derechos fundamentales de otros. 3. Efectos sobre el profesional sanitario. En este punto cabe poca discusión, dado que existen disposiciones legales que obligan al profesional, sea a la denuncia de determinados hechos que pudieran ser constitutivos de delito, sea a la comparecencia como testigo. Sin embargo, aun en estos casos, no puede olvidarse que pueden quedar aspectos reservados de la información, en cuanto no afecten a lo sustancial de los hechos denunciados o declarados. Fuera de estos casos la actitud del profesional sanitario debe ser siempre de absoluto respeto al secreto profesional y cualquier postura contraria deja suponer menosprecio a los principios éticos, deontológicos y legales de la práctica sanitaria.

1.6. Régimen legal Existen distintas disposiciones legales y reglamentarias que, de una forma u otra, regulan y protegen el derecho a la intimidad de las personas e imponen la obligación de guardar sobre ella el sigilo, la reserva o el secreto profesional.

1.6.1. Constitución El art. 20.1.d) establece que la Ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades. Este apartado parece referirse sólo al secreto profesional de la profesión periodística en su ejercicio del derecho a la libertad de expresión y de información.

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El artículo 24.2 de la Constitución, en su inciso final, precisa que la Ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

Actualmente no existe una Ley que específicamente desarrolle el secreto profesional.

1.6.2. Normas sanitarias El deber de sigilo se proyecta a lo largo de toda la actividad asistencial en el Sistema Nacional de Salud y se reconoce como un derecho de los pacientes y usuarios. Como recuerda la sentencia del Tribunal Constitucional de 20 de junio de 1993, toda la información que las Administraciones Públicas recogen y archivan ha de ser necesaria para el ejercicio de las potestades que les atribuye la Ley, y ha de ser adecuada para las legítimas finalidades previstas por ella. En el ámbito de la salud, la finalidad esencial para la que se recoge, documenta y conserva la información es para la atención del paciente. Ley de Autonomía del Paciente El artículo 7 de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, de autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, establece que «toda persona tiene derecho a que se respete el carácter confidencial de los datos referentes a su salud, y a que «nadie pueda acceder a ellos sin previa autorización amparada por la Ley». El art. 16.6, al regular los usos de la Historia Clínica, establece que «el personal que accede a los datos de la Historia Clínica en el ejercicio de sus funciones queda sujeto al deber de secreto». El mismo artículo establece que el acceso a la información contenida en las historias clínicas, en buena medida recogida hoy día en soportes informáticos, sólo está permitido a las personas autorizadas y para los fines legítimos que el precepto determina. Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de medidas especiales en materia de salud pública Mención especial merecen, por la incidencia que pueden tener sobre la intimidad de los ciudadanos, las potestades excepcionales de la Ley orgánica 3/86, cuando existan razones sanitarias de urgencia y necesidad que así lo aconsejen. Estas medidas, por razón de su excepcionalidad, pueden afectar a la confidencialidad de los datos relativos a la salud, dada la amplitud con que son contempladas por la Ley. Ley 29/2006, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios El derecho a la confidencialidad y la reserva del paciente se manifiesta también en la Ley 29/2006, de 26 de julio, de diciembre, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios. El artículo 77.8. establece que no es necesario el consentimiento del interesado para el tratamiento y la cesión de datos que sean consecuencia de la implantación de sistemas de información basados en receta médica en soporte papel o electrónico, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 7, apartados 3 y 6; 8; y 11, apartado 2.a), de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. Las citadas actuaciones deberán tener por finalidad facilitar la asistencia médica y farmacéutica al paciente y permitir el control de la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. En lo relativo a la gestión de información sobre recetas el artículo 97 precisa que la información agregada resultante del procesamiento de las recetas del Sistema Nacional de Salud es de dominio público, salvando siempre la confidencialidad de la asistencia sanitaria y de los datos comerciales de empresas individualizadas.

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Orden ministerial del 6 de junio de 1994 Desde la vigencia de esta Orden quedó sin efecto la obligación de inscribir en el Registro Civil la causa de la muerte, previéndose además el tachado de oficio de las causas de muerte registradas con anterioridad, de modo que queden ilegibles en lo sucesivo.

1.6.3. Régimen del personal estatutario El artículo 19.j) de la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, del Estatuto Marco del personal estatutario de los Servicios de Salud recoge entre las obligaciones del personal la de «mantener la debida reserva y confidencialidad de la información y documentación relativa a los centros sanitarios y a los usuarios obtenida, o a la que tenga acceso, en el ejercicio de sus funciones». El art. 72.2.c) del Estatuto califica como falta disciplinaria muy grave «El quebranto de la debida reserva respecto a datos relativos al centro o institución o a la intimidad personal de los usuarios y a la información relacionada con su proceso y estancia en las instituciones o centros sanitarios».

1.6.4. Otras normas Código Penal de 1995 El Código Penal castiga la conducta del profesional que incumple su deber de sigilo y viola el secreto profesional: el art. 199.2 del CP señala: «El profesional que, con incumplimiento de su obligación de sigilo o reserva, divulgue los secretos de otra persona, será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para dicha profesión por tiempo de dos a seis años». Ley 31/95, de Prevención de Riesgos Laborales, de 8 de noviembre Esta Ley garantiza el derecho a la intimidad de los trabajadores. Por ello, cuando son sometidos a los preceptivos exámenes de salud, la información que puede facilitarse al empleador debe expresarse únicamente en términos de aptitud para el trabajo, sin desvelar, en ningún caso, las características de la enfermedad ni otros aspectos conexos.

1.7. Violación del secreto profesional Además de incurrir en una falta de responsabilidad profesional o estatutaria y de tener responsabilidad civil, el incumplimiento del deber de secreto está castigado como delito. En efecto existen varios preceptos en el Código Penal que castigan las conductas de violabilidad del secreto, como los referidos al descubrimiento o divulgación de secretos de otros. El simple acceso a la Historia Clínica sin autorización es un delito grave, castigado con no menos de dos años de prisión. Artículo 197. (...)

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2. Las mismas penas [prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses] se impondrán al que, sin estar autorizado, se apodere, utilice o modifique, en perjuicio de tercero, datos reservados de carácter personal o familiar de otro que se hallen registrados en ficheros o soportes informáticos, electrónicos o telemáticos, o en cualquier otro tipo de archivo o re-

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

gistro público o privado. Iguales penas se impondrán a quien, sin estar autorizado, acceda por cualquier medio a los mismos y a quien los altere o utilice en perjuicio del titular de los datos o de un tercero. (...) 5. Igualmente, cuando los hechos descritos en los apartados anteriores afecten a datos de carácter personal que revelen la ideología, religión, creencias, salud, origen racial o vida sexual, o la víctima fuere un menor de edad o un incapaz, se impondrán las penas previstas en su mitad superior. Artículo 199. 1. El que revelare secretos ajenos, de los que tenga conocimiento por razón de su oficio o sus relaciones laborales, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses. 2. El profesional que, con incumplimiento de su obligación de sigilo o reserva, divulgue los secretos de otra persona, será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para dicha profesión por tiempo de dos a seis años. También es posible quebrar el secreto debido a la empresa. Artículo 200. Lo dispuesto en este capítulo será aplicable al que descubriere, revelare o cediere datos reservados de personas jurídicas sin el consentimiento de sus representantes, salvo lo dispuesto en otros preceptos de este Código.

1.8. La revelación del secreto No obstante, existen determinados supuestos tanto éticos como legales en los que queda exceptuada la obligación del sanitario de guardar el secreto pues el derecho a la intimidad de una persona no es ilimitado y cede cuando con él se conculca el derecho a la vida, la integridad psicofísica o la libertad de otra u otras personas y también cuando se compromete el bienestar social. Así, el sanitario se verá obligado a romper el secreto profesional: – Cuando haya peligro para la Salud Pública o esté en juego la vida de terceras personas. – Cuando declaren como testigos en un juicio. Y está obligado a denunciar a la autoridad competente si tiene conocimiento de algún hecho delictivo al que haya tenido acceso por la actuación profesional (art. 262 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal). A título de ejemplo: – Aquellos casos en los que atienden a personas que hayan podido ser víctimas de un delito, por ejemplo un lesionado. – Cuando reconozca a un cadáver que se sospeche que ha podido morir como consecuencia de algún acto delictivo. – Los casos de mala praxis, aunque esta denuncia es inusual dado el corporativismo existente en ciertas profesiones.

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2. El consentimiento informado 2.1. Introducción En su acepción general consentir consiste en permitir una cosa y condescender en que se haga. Desde un punto de vista jurídico, el Código Civil determina que el consentimiento es uno de los requisitos esenciales para la validez de los contratos (art. 1.261 y siguientes). Los otros dos requisitos necesarios son el objeto y la causa del contrato. En este sentido el consentimiento es la conformidad de voluntades entre los contrarios, o sea, entre la oferta y su aceptación.

2.2. Antecedentes – Aunque en la literatura científica médica el concepto “Informed Consent” es citado en nueve ocasiones entre 1930 y 1956, fue utilizado como tal por vez primera en la legislación en 1957 en un recurso judicial en California. Varias sentencias posteriores en Estados Unidos hicieron que el Consentimiento Informado se convirtiera en un derecho de los pacientes y un deber de los médicos. – En España, ya en 1972, el Reglamento General de Gobierno y Servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social establecía que los enfermos tenían derecho a autorizar –directamente o a través de sus allegados– las intervenciones quirúrgicas y actuaciones terapéuticas que implicaran riesgo notorio previsible, así como a ser advertidos de su gravedad. – En 1976, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó un documento en el que se hacía un llamamiento a los Estados miembros para que tomaran medidas de forma que los pacientes estuvieran completamente informados, y recomendaba la armonización de los derechos de los pacientes, entre ellos el derecho básico del Consentimiento Informado. – Pero es con la Constitución de 1978, cuando en España el concepto de consentimiento informado comienza a tener auténtico sentido e importancia, a partir de la defensa que en ella se hace del libre desarrollo de la personalidad sobre la base de la libertad, y del reconocimiento, en su artículo 43, del derecho a la protección de la salud. – En 1986, el Instituto Nacional de la Salud puso en marcha un plan de humanización de la atención sanitaria, con la implantación de una Carta de Derechos de los Pacientes. – Basándose en los principios recogidos en la Carta Magna, la Ley 14/1986, General de Sanidad, reconoce para todos el derecho al consentimiento y a la información en los apartados 5 y 6 del artículo 10. – Más recientemente, la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, trata específicamente el consentimiento informado. En el mismo sentido y dirección inciden también: 74

– El Convenio para la protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina de 4 de abril de 1997.

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

– El Código de Ética y Deontología Médica de la Organización Médica Colegial de 1999 (art. 10). –

El Código Deontológico de la Enfermería española de 1989 (Capítulo II).

2.3. Concepto A lo largo de su corta historia el Consentimiento Informado ha sido definido de múltiples formas: 1. El “Manual de Ética” de 1984 de la Asociación Médica Americana dice que el Consentimiento Informado consiste en “la explicación, a un paciente atento y mentalmente competente, de la naturaleza de la enfermedad, así como del balance entre los efectos de la misma y los riesgos y beneficios de los procedimientos terapéuticos recomendados, para a continuación solicitarle su consentimiento para ser sometido a esos procedimientos. La presentación de la información al paciente debe ser comprensible y no sesgada; la colaboración del paciente debe ser conseguida sin coerción; el médico no debe sacar partido de su potencial dominancia psicológica sobre el paciente”. En nuestra opinión, todo lo referido en la definición anterior debe aplicarse también a los procedimientos diagnósticos. 2. Hoy es comúnmente aceptado que el consentimiento informado es un proceso gradual y verbal en el seno de la relación médico-paciente, en virtud del cual, el paciente acepta, o no, someterse a un procedimiento diagnóstico o terapéutico, después de que el médico le haya informado en calidad y cantidad suficientes sobre la naturaleza, los riesgos y beneficios que el mismo conlleva, así como sus posibles alternativas. El formulario escrito de consentimiento representa el soporte documental que verifica que el paciente ha recibido y entendido la información facilitada por el médico. 4. La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, de Autonomía del paciente, define el consentimiento informado como la conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifestada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud (art. 3). 5. En consecuencia, se entiende por consentimiento informado el que presta el paciente para que se lleven a cabo en su persona determinadas terapias o intervenciones no exentas de ciertos riesgos para su vida, una vez que se le ha suministrado la información adecuada y la necesidad y el riesgo de aquéllas.

2.4. Fundamentos éticos Todos aceptamos la existencia de unos fundamentos éticos que obligan a los profesionales de la salud en su trabajo cotidiano. La relación médico-paciente durante mucho tiempo se ha dado en un contexto paternalista, guiado por el principio de la beneficencia, esto es, buscando el bien del otro, por el que el médico, siguiendo su exclusivo criterio personal, era quien decidía por el paciente. La creciente complejidad de la estructura sanitaria, los avances en la tecnología sanitaria, el número de nuevas técnicas sanitarias, la aparición de nuevas y complejas enfermedades, junto con el reconocimiento de que el paciente no sólo es un pa-

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ciente sino una persona con unos derechos y libertades fundamentales (y unas emociones, sentimientos, pensamientos, valores y deseos propios), han provocado un salto a un nuevo tipo de relación médico-paciente, basado fundamentalmente en la autonomía y en la capacidad de decisión del paciente. Los fundamentos éticos se estructuran hoy en dos niveles: 1. El primero es de obligado cumplimiento, cuyos contenidos suelen estar recogidos en las leyes de los países democráticos y hacen referencia a: – La no maleficencia (principio que exige que todas las personas sean tratadas con el mismo respeto y consideración en los órdenes físico y psíquico). – A la justicia (que exige que todas las personas sean tratadas con el mismo respeto y consideración en el orden social). 2. El segundo nivel no es de obligado cumplimiento si la Ley no lo menciona explícitamente, pero constituye un objetivo al que los profesionales de la salud, como personas civilizadas, deben tender, y está relacionado: – Con la beneficencia (que supone la obligación de hacer el bien tal y como cada uno lo entiende, procurando siempre minimizar los riesgos previsibles). – Con la autonomía (que defiende la necesidad de considerar a todos los seres humanos capaces de tomar decisiones por sí mismos en relación con todo lo que afecta a su modo de vida). Por resumirlo, podemos afirmar que los profesionales sanitarios tienen el deber ético de: – Evitar el mal. – Actuar con justicia y sin discriminación. – Buscar el bien de los pacientes. – Respetar su autonomía, su voluntad y sus decisiones.

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CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

2.5. Régimen jurídico 2.5.1. Ley de Autonomía del Paciente La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, considera el consentimiento informado como un principio básico de la Ley (art. 2.2.). Capítulo I. Principios generales. Artículo 1. Ámbito de aplicación. Artículo 2. Principios básicos. Artículo 3. Las definiciones legales. Capítulo II. El derecho de información sanitaria. Artículo 4. Derecho a la información asistencial. Artículo 5. Titular del derecho a la información asistencial. Artículo 6. Derecho a la información epidemiológica. Capítulo III. Derecho a la intimidad. Artículo 7. El derecho a la intimidad. Capítulo IV. El Respeto de la Autonomía del Paciente. Artículo 8. Consentimiento informado. Artículo 9. Límites del consentimiento informado y consentimiento por representación. Artículo 10. Condiciones de la información y consentimiento por escrito. Artículo 11. Instrucciones previas. Artículo 12. Información en el Sistema Nacional de Salud. Artículo 13. Derecho a la información para la elección de médico y de centro. Capítulo V. La Historia Clínica. Artículo 14. Definición y archivo de la Historia Clínica. Artículo 15. Contenido de la Historia Clínica de cada paciente. Artículo 16. Usos de la Historia Clínica. Artículo 17. La conservación de la documentación clínica. Artículo 18. Derechos de acceso a la Historia Clínica. Artículo 19. Derechos relacionados con la custodia de la Historia Clínica. Capítulo VI. Informe de alta y otra documentación clínica. Artículo 20. Informe de alta. Artículo 21. El alta del paciente. .../... 77

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.../... Artículo 22. Emisión de certificados médicos. Artículo 23. Obligaciones profesionales de información técnica, estadística y administrativa. Disposición adicional primera. Carácter de legislación básica. Disposición adicional segunda. Aplicación supletoria. Disposición adicional tercera. Coordinación de las historias clínicas. Disposición adicional cuarta. Necesidades asociadas a la discapacidad. Disposición adicional quinta. Información y documentación sobre medicamentos y productos sanitarios. Disposición adicional sexta. Régimen sancionador. Disposición transitoria única. Informe de alta. Disposición derogatoria única. Derogación general y de preceptos concretos. Disposición final única. Entrada en vigor. Estructura de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica

2.5.1.1. Regla general – El consentimiento informado se desarrolla en el Capítulo IV, dentro del respeto a la autonomía del paciente, en los siguientes términos: “toda actuación en el ámbito de la salud de un paciente necesita el consentimiento libre y voluntario del afectado, una vez que, recibida la información comprensible y adecuada a sus necesidades, haya valorado las opciones propias del caso” (art. 8.1). “El paciente o usuario tiene derecho a decidir libremente, después de recibir la información adecuada, entre las opciones clínicas disponibles” (art. 2.3.). – Como regla general el consentimiento será verbal. Sin embargo, se prestará por escrito en los casos siguientes: intervención quirúrgica, procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos que suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente. – Todo paciente o usuario tiene derecho a ser advertido sobre la posibilidad de utilizar los procedimientos de pronóstico, diagnóstico y terapéuticos que se le apliquen en un proyecto docente o de investigación, que en ningún caso podrá comportar riesgo adicional para su salud. – El paciente puede revocar libremente por escrito su consentimiento en cualquier momento.

2.5.1.2. Límites al consentimiento y a la información Existen determinados supuestos legales en los que se limita el consentimiento o la información. a) Renuncia del paciente a recibir información

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Cuando el paciente manifieste expresamente su deseo de no ser informado, se respetará su voluntad haciendo constar su renuncia documentalmente, sin perjuicio de la obtención de su consentimiento previo para la intervención.

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

La renuncia del paciente a recibir información está limitada por el interés de la salud del propio paciente, de terceros, de la colectividad y por las exigencias terapéuticas del caso. b) Actuación en el paciente sin su consentimiento Existen determinados casos en los que los facultativos pueden llevar a cabo las intervenciones clínicas indispensables en favor de la salud del paciente, sin necesidad de contar con su consentimiento: – Cuando existe riesgo para la Salud Pública a causa de razones sanitarias establecidas por la Ley. En todo caso, una vez adoptadas las medidas pertinentes, de conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica 3/1986, se comunicarán a la autoridad judicial en el plazo máximo de 24 horas siempre que dispongan el internamiento obligatorio de personas. – Cuando existe riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del enfermo y no es posible conseguir su autorización, consultando, cuando las circunstancias lo permitan, a sus familiares o a las personas vinculadas de hecho a él. c) Actuación en el paciente con el consentimiento de su representante Se otorgará el consentimiento por representación en los siguientes supuestos: – Cuando el paciente no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del médico responsable de la asistencia, o su estado físico o psíquico no le permita hacerse cargo de su situación. Si el paciente carece de representante legal, el consentimiento lo prestarán las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho. – Cuando el paciente esté incapacitado legalmente. – Cuando el paciente menor de edad no sea capaz intelectual ni emocionalmente de comprender el alcance de la intervención. En este caso, el consentimiento lo dará el representante legal del menor después de haber escuchado su opinión si tiene doce años cumplidos. Cuando se trate de menores no incapaces ni incapacitados, pero emancipados o con dieciséis años cumplidos, no cabe prestar el consentimiento por representación. Sin embargo, en caso de actuación de grave riesgo, según el criterio del facultativo, los padres serán informados y su opinión será tenida en cuenta para la toma de la decisión correspondiente. La práctica de ensayos clínicos y de técnicas de reproducción humana asistida se rige por lo establecido con carácter general sobre la mayoría de edad y por las disposiciones especiales de aplicación (modificación aportada por la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo). La prestación del consentimiento por representación será adecuada a las circunstancias y proporcionada a las necesidades que haya que atender, siempre en favor del paciente y con respeto a su dignidad personal. El paciente participará en la medida de lo posible en la toma de decisiones a lo largo del proceso sanitario.

2.5.1.3. Instrucciones previas La Ley reconoce el derecho a que se respeten los deseos expresados anteriormente en el documento de instrucciones previas: “Por el documento de instrucciones previas, una persona mayor de edad, capaz y libre, manifiesta anticipadamente su voluntad, con objeto

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de que ésta se cumpla en el momento en que llegue a situaciones en cuyas circunstancias no sea capaz de expresarlos personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o de los órganos del mismo” (art. 11).

La voluntad expresada anticipadamente en dicho documento no habrá de ser cumplida cuando las instrucciones previas sean contrarias al ordenamiento jurídico, a la lex artis, o bien no se correspondan con el supuesto de hecho que el interesado haya previsto en el momento de manifestarlas. Para asegurar la eficacia de las instrucciones previas la Ley prevé la creación de un Registro de instrucciones previas de ámbito nacional.

2.5.2. Convenio para la protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano Especial mención merece el Convenio Internacional para la protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano con respecto de las aplicaciones de la biología y la medicina, hecho en Oviedo el 4-4-97 (conocido por ello como Convenio de Asturias), que obliga a los países que lo han suscrito a adoptar en su legislación interna las medidas necesarias para dar aplicación a lo dispuesto en el mismo. Tiene como objeto proteger al ser humano en su dignidad y su identidad y garantizar a toda persona, sin discriminación alguna, el respeto a su integridad y a sus demás derechos y libertades fundamentales con respecto a las aplicaciones de la biología y la medicina. En él se recogen derechos relativos a: – Consentimiento informado. – Vida privada y derecho a la información (y a que se respete la voluntad de la persona que no quiera ser informada). – Genoma humano. – Investigación científica. 80

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

– Extracción de órganos y de tejidos de donantes vivos para trasplantes. – Prohibición de lucro y utilización de una parte del cuerpo humano. Este Convenio fue ratificado por España el 1 de septiembre de 1999 y es de aplicación en el Estado desde el 1 de enero de 2000. Respecto del consentimiento informado establece el siguiente régimen:

2.5.2.1. Regla general – Una intervención en el ámbito de la sanidad sólo podrá efectuarse después de que la persona afectada haya dado su libre e informado consentimiento. – Dicha persona deberá recibir previamente una información adecuada acerca de la finalidad y la naturaleza de la intervención, así como sobre sus riesgos y consecuencias. – En cualquier momento la persona afectada podrá retirar libremente su consentimiento.

2.5.2.2. Protección de las personas que no tengan capacidad para expresar su consentimiento – Sólo puede efectuarse una intervención a una persona que no tenga capacidad para expresar su consentimiento cuando redunde en su beneficio directo. – Cuando, según la Ley, un menor no tenga capacidad para expresar su consentimiento para una intervención, ésta sólo podrá efectuarse con autorización de su representante, de una autoridad o de una persona o institución designada por la Ley. La opinión del menor será tomada en consideración como un factor que será tanto más determinante en función de su edad y su grado de madurez. – Cuando, según la Ley, una persona mayor de edad no tenga capacidad, a causa de una disfunción mental, unaS enfermedad o un motivo similar para expresar su consentimiento para una intervención, ésta no podrá efectuarse sin la autorización de su representante, una autoridad o una persona a institución designada por la Ley. – La persona afectada deberá intervenir, en la medida de lo posible, en el procedimiento de autorización. – El representante, la autoridad, persona o institución indicados recibirán, en iguales condiciones, la información de la regla general. – La autorización podrá ser retirada, en cualquier momento, en interés de la persona afectada.

2.5.2.3. Protección de las personas que sufran trastornos mentales La persona que sufra un trastorno mental grave sólo podrá ser sometida, sin su consentimiento, a una intervención que tenga por objeto tratar dicho trastorno, cuando la ausencia de este tratamiento conlleve el riesgo de ser gravemente perjudicial para su salud y a reserva de las condiciones de protección previstas por la Ley que comprendan los procedimientos de supervisión y control, así como los de recurso.

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2.5.2.4. Situaciones de urgencia Cuando, debido a una situación de urgencia, no pueda obtenerse el consentimiento adecuado, podrá procederse inmediatamente a cualquier intervención indispensable desde el punto de vista médico a favor de la salud de la persona afectada.

2.5.2.5. Deseos expresados anteriormente Se trata del reconocimiento del llamado “testamento vital” o “instrucciones previas”: serán tomados en consideración los deseos expresados anteriormente con respecto a una intervención médica por un paciente que, en el momento de la intervención, no se encuentre en situación de expresar su voluntad. Respecto de la vida privada y derecho a la información establece que: – Toda persona tendrá derecho a que se respete su vida privada cuando se trate de informaciones relativas a su salud. – Toda persona tendrá derecho a conocer toda información obtenida respecto a su salud. No obstante, deberá respetarse la voluntad de una persona de no ser informada. – De modo excepcional, la Ley podrá establecer restricciones, en interés del paciente, con respecto al ejercicio de los derechos mencionados en el apartado anterior.

2.5.3. Normativa internacional La Declaración sobre Protección del Genoma Humano elaborado por el Comité Internacional de Bioética de la UNESCO contempla que «no se puede llevar a cabo ninguna actividad que afecte al genoma de una persona, sin el previo consentimiento informado y libre del afectado o de sus representantes autorizados». En este mismo sentido el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha rechazado la posibilidad de realizar el test de VIH si no ha mediado consentimiento previo y expreso del interesado, pues lo contrario supone un intromisión en la esfera privada de las personas, y más cuando el dato del test pude ser utilizado como elemento discriminatorio en la vida laboral y social.

2.6. Características de la información previa al consentimiento 1. La información será habitualmente verbal y constará además por escrito en aquellos actos diagnósticos y terapéuticos que entrañen un riesgo considerable para el paciente. 2. La información será veraz, comprensible, continuada, razonable y suficiente. 3. La información se facilitará con la antelación suficiente para que el paciente pueda reflexionar y decidir libremente. 4. La información será objetiva, específica y adecuada al procedimiento, evitando los aspectos alarmistas que puedan incidir negativamente en el paciente. 82

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

5. La información deberá incluir: – Identificación y descripción del procedimiento. – Objetivo del mismo. – Beneficios que se esperan alcanzar. – Alternativas razonables a dicho procedimiento. – Consecuencias previsibles de su realización. – Consecuencias de la no realización del procedimiento. – Riesgos frecuentes. – Riesgos poco frecuentes, cuando sean de especial gravedad y estén asociados al procedimiento de acuerdo con el estado de la ciencia. – Riesgos personalizados de acuerdo con la situación clínica del paciente.

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2.7. La manifestación por escrito del consentimiento El consentimiento puede manifestarse en forma expresa, tácita o implícita. Asimismo en forma verbal o escrita. La Ley 41/2002, de Autonomía del paciente, exige siempre un consentimiento previo del afectado antes de someterse a cualquier actuación en el ámbito de la salud. Pero la regla general es que el consentimiento sea verbal por lo que sólo exige un consentimiento manifestado por escrito en determinados casos (art. 8.2.): – Intervención quirúrgica. – Procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores. – En general, aplicación de procedimientos que suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente. Se permite la posibilidad incorporar al consentimiento escrito anejos y otros datos de carácter general.

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CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

El art. 10 regula las condiciones de la información y consentimiento por escrito obligando al facultativo a que proporcione al paciente, antes de recabar su consentimiento escrito, información suficiente sobre el procedimiento de aplicación y sobre sus riesgos y, en concreto, la siguiente información básica: – Las consecuencias relevantes o de importancia que la intervención origina con seguridad. – Los riesgos relacionados con las circunstancias personales o profesionales del paciente. – Los riesgos probables en condiciones normales, conforme a la experiencia y al estado de la ciencia o directamente relacionados con el tipo de intervención. – Las contraindicaciones. El médico responsable debe ponderar en cada caso que cuanto más dudoso sea el resultado de una intervención más necesario resulta el previo consentimiento por escrito del paciente. No obstante, se admite la conveniencia de recoger el consentimiento del paciente por escrito, aunque no sea una exigencia legal, en los procesos que superan el riesgo mínimo, que es aquel que en el común del conocimiento de la gente se hace sin mayor cautela. A título de ejemplo, el acto sanitario de extracción de sangre no supera este índice mínimo de riesgo y, por tanto, no requiere consentimiento escrito. La forma escrita es una de las formas de manifestación del consentimiento. En ella el usuario expresa su conformidad en acogerse a determinado tratamiento, técnica o terapia, plasmando su firma en un documento formulario que le presentan, denominado «Documento de Consentimiento Informado» o simplemente «Consentimiento Informado». Este es el motivo por el cual en ocasiones se confunde el consentimiento informado con la forma escrita del consentimiento, identificándolos a ambos. Como ya se ha dicho anteriormente, el consentimiento informado puede manifestarse en forma expresa, tácita, implícita, verbal o escrita. A pesar de ser obligatoria sólo en determinados supuestos, cada vez es más utilizada la forma escrita del consentimiento informado en intervenciones y procedimientos para las que la Ley no la exige, pues con ello queda plasmado en forma fehaciente que se han cumplido los requisitos de información y consentimiento, teniendo en cuenta, sobre todo, que cuando hay que delimitar responsabilidades por resultados indeseados o errores médicos es fundamental probar si ha habido o no consentimiento informado del paciente, y la forma escrita se convierte en un documento probatorio, de que sí lo ha habido. La mera firma del usuario en el documento de consentimiento informado no significa que éste ha sido prestado válidamente. La firma es uno más de los requisitos. No habrá un verdadero consentimiento si el usuario no ha recibido antes la información adecuada, o no se le han planteado opciones. Son los propios Servicios Sanitarios, Sociedades Científicas, Centros hospitalarios, etc., los que fijan sus propios modelos de Documento de Consentimiento Informado. En todo caso dicho Documento debe contener estas tres partes:

2.7.1. Preámbulo En esta parte figuran el nombre o nombres de las personas que son informadas y deben consentir, así como el del facultativo responsable, los testigos y representantes, en su caso.

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2.7.2. Cuerpo Recoge la información que suministra al usuario. Esta variará según el acto médico, la intervención el procedimiento, etc., de que se trate. En todo caso la información debe ser «adecuada» (art. 2.2. Ley 41/2002) y comprender «como mínimo la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias» (art. 4.1.). A título de ejemplo se expone el contenido de la información a transmitir en el caso de una intervención quirúrgica o técnica exploratoria: – Técnica quirúrgica a seguir o procedimiento exploratorio que va a llevarse a efecto. – Riesgos o peligros que conlleva la intervención quirúrgica o exploratoria, enumerando los más frecuentes y los más importantes: si la muerte estuviera entre ellos, sería preciso indicar su incidencia. – Existencia de procedimientos alternativos para llevar a la curación o al diagnóstico.

– Previsión del curso de la enfermedad de no practicarse dicha intervención, o estado en el que quedaría el diagnóstico de no practicarse dicha prueba exploratoria. – Sufrimiento o incomodidades derivados de la intervención o exploración.

2.7.3. Aceptación Recoge la manifestación de conformidad del usuario de acogerse a la intervención o el procedimiento, debiendo suscribirla con su firma o la de su representante. En esta parte el usuario manifiesta que ha sido informado por el facultativo, que ha entendido lo que ha dicho y que consiente en acogerse a la actuación médica propuesta. También firmarán el facultativo y los testigos o representantes que, en su caso, proceda. Tal y como establecen distintas leyes autonómicas, el documento formulario de consentimiento informado debe contener, además de la información del procedimiento diagnóstico o terapéutico, los siguientes datos mínimos: – Identificación del centro. 86

– Identificación del procedimiento.

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

– Identificación del paciente, representante legal, familiar o allegado que presta el consentimiento. – Identificación del médico que informa. – Consentimiento del paciente o del familiar, allegado o representante legal que autoriza. – Declaración del paciente de que conoce que el consentimiento puede ser revocado en cualquier momento sin expresión de la causa de la revocación. – Lugar y fecha. – Firmas del médico y persona que presta el consentimiento. – Apartado para la revocación del consentimiento. En el documento de consentimiento informado quedará constancia de que el paciente o la persona destinataria de la información recibe una copia de dicho documento y de que comprendió adecuadamente la información.

2.8. La negativa al tratamiento La Ley de Autonomía del Paciente reconoce al paciente o usuario no sólo el derecho a decidir libremente entre las opciones clínicas disponibles, una vez que ha recibido la información adecuada, sino también el derecho a no elegir ninguna. En efecto, el art. 2.4. recoge el derecho del paciente o usuario «a negarse al tratamiento, salvo en los casos determinados en la Ley». La negativa al tratamiento debe constar por escrito. En caso de no aceptar el tratamiento prescrito se propondrá al paciente o usuario que firme el alta voluntaria, y si no la firma, la Dirección del centro sanitario, a propuesta del médico responsable, puede disponer el alta forzosa en las condiciones reguladas por la Ley. En caso de que el paciente no acepte el alta, la Dirección del centro oirá al paciente y, si persiste en su negativa, lo pondrá en conocimiento del juez para que confirme o revoque la decisión. La negativa al tratamiento no puede ejercerse en los supuestos del art. 9.2. de la Ley en los que no es necesario contar con el consentimiento del paciente o usuario. Este derecho es una manifestación del derecho constitucional a la libertad (art. 17 CE) pero encuentra su límite en otros derechos fundamentales como el derecho a la vida y a la integridad física y otros sociales como el derecho a la protección de la salud. El ámbito de cada uno de estos derechos se halla limitado por el ámbito de los otros. Y esta cuestión no es intrascendente en el mundo sanitario en el que se dan con relativa frecuencia situaciones conflictivas sobre las que se ha tenido que pronunciar con su doctrina el Tribunal Constitucional. Como ejemplo el caso de los testigos de Jehová que se niegan a recibir sangre transfundida o el de los presos en huelga de hambre que se negaron a recibir alimentación para dejarse morir. ¿Qué es prioritario, el derecho a la propia salud o el derecho a la libertad? ¿Se puede elegir no tener salud? ¿Y si se pone en peligro la propia vida? El Código Deontológico Médico en su art. 31 establece: «El médico en ningún caso dejará de prestar asistencia al paciente que la necesitara por intento de suicidio, huelga de hambre o rechazo al tratamiento. Respetará la libertad de los pacientes y tratará de persuadirlos para que depongan su actitud, aplicando, en las situaciones límites, previo requerimiento de la autorización judicial, la imprescindible asistencia médica».

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Se han de respetar las decisiones del usuario aun cuando, incluso, la ciencia médica considere que perjudique a su propia salud. No obstante, cuando lo que se pone en juego es ya el derecho a la vida, el Tribunal Constitucional ha declarado en Sentencia 121/1990, que la preservación de la vida prevalece sobre el respeto de la autonomía de la persona. En consecuencia, el derecho a la vida prevalece sobre el derecho a la libertad.

3. El derecho a la intimidad (Art. 7) Toda persona tiene derecho a que se respete el carácter confidencial de los datos referentes a su salud, y a que nadie pueda acceder a ellos sin previa autorización amparada por la Ley. Los centros sanitarios adoptarán las medidas oportunas para garantizar los derechos a que se refiere el parrafo anterior, y elaborarán, cuando proceda, las normas y los procedimientos protocolizados que garanticen el acceso legal a los datos de los pacientes.

4. El derecho de información sanitaria 4.1. Derecho a la información asistencial (Art. 4) Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma, salvando los supuestos exceptuados por la Ley. Además, toda persona tiene derecho a que se respete su voluntad de no ser informada. La información, que como regla general se proporcionará verbalmente dejando constancia en la Historia Clínica, comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias. La información clínica forma parte de todas las actuaciones asistenciales, será verdadera, se comunicará al paciente de forma comprensible y adecuada a sus necesidades y le ayudará a tomar decisiones de acuerdo con su propia y libre voluntad. El médico responsable del paciente le garantiza el cumplimiento de su derecho a la información. Los profesionales que le atiendan durante el proceso asistencial o le apliquen una técnica o un procedimiento concreto también serán responsables de informarle.

4.2. Titular del derecho a la información asistencial (Art. 5) El titular del derecho a la información es el paciente. También serán informadas las personas vinculadas a él, por razones familiares o de hecho, en la medida que el paciente lo permita de manera expresa o tácita. El paciente será informado, incluso en caso de incapacidad, de modo adecuado a sus posibilidades de comprensión, cumpliendo con el deber de informar también a su representante legal.

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Cuando el paciente, según el criterio del médico que le asiste, carezca de capacidad para entender la información a causa de su estado físico o psíquico, la información se pondrá en conocimiento de las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho.

CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\

El derecho a la información sanitaria de los pacientes puede limitarse por la existencia acreditada de un estado de necesidad terapéutica. Se entenderá por necesidad terapéutica la facultad del médico para actuar profesionalmente sin informar antes al paciente, cuando por razones objetivas el conocimiento de su propia situación pueda perjudicar su salud de manera grave. Llegado este caso, el médico dejará constancia razonada de las circunstancias en la Historia Clínica y comunicará su decisión a las personas vinculadas al paciente por razones familiares o de hecho.

4.3. Derecho a la información epidemiológica (Art. 6) Los ciudadanos tienen derecho a conocer los problemas sanitarios de la colectividad cuando impliquen un riesgo para la salud pública o para su salud individual, y el derecho a que esta información se difunda en términos verdaderos, comprensibles y adecuados para la protección de la salud, de acuerdo con lo establecido por la Ley.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Derecho a la información de los pacientes, negación del tratamiento (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Modo de facilitar la información asistencial al paciente, Ley que regula la autonomía del paciente (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Titular del derecho a la información asistencial, derecho a la intimidad, consentimiento informado (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Concepto de secreto profesional (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Características del consentimiento informado (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Información a los familiares, prohibición del paciente de información a algún familiar (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Consentimiento informado por escrito, derecho a la intimidad (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Derecho del paciente a ser o no informado, confidencialidad de la información (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Información a los usuarios, revocación del consentimiento (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Concepto de secreto profesional, información a familiares, negativa al tratamiento, tipo de información al paciente, consentimiento informado, titular del derecho de información, forma de expresar el consentimiento, forma de expresar la renuncia a la información, obligación del secreto profesional, derecho a no ser informado (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Concepto de documento de instrucciones previas, consentimiento por representación, consentimiento por escrito, titular del derecho de información, derecho de información, características del consentimiento, revocación del consentimiento, revelación de secretos (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Revocación del consentimiento, facilitar información a los familiares de los pacientes, persona que garantiza la información (Servicio Murciano de Salud–SMS–, convocatoria 2009). 2 Excepciones al consentimiento, quebrantamiento del secreto profesional, derecho a la intimidad (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 2Garantía del secreto profesional, forma de recibir la información, negación al tratamiento, acceso a la Historia Clínica, forma de proporcionar la información (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. La Unidad de Admisión de Pacientes 2. Servicio de Atención al Paciente 3. Vigilancia

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El Servicio de Admisión de Pacientes. El Servicio de Atención al Paciente. Actuación del Celador en la vigilancia de centros

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1. La Unidad de Admisión de Pacientes Aunque la cumplimentación administrativa viene desarrollada por auxiliares administrativos, siempre se encontrarán, en las distintas unidades de Admisión, Celadores, los cuales suelen conducir a los usuarios hacia las distintas dependencias que les vienen asignadas previa indicación del Jefe de Personal Subalterno. Esta área de actividad depende y está adscrita a la Gerencia del hospital (en el caso de los hospitales donde no exista Gerencia esta actividad queda adscrita a la División Médica).

1.1. Admisión de ingresos La unidad de admisión de ingresos se ubicará próxima a la puerta principal del Hospital, en lugar fácilmente accesible y convenientemente señalizado.

A) Funciones Las funciones en Admisión de Ingresos son: 1. La gestión de las camas de hospitalización, según la ordenación establecida por la Dirección del Hospital: – Asignación de cama: cuando sea precisa una cama, tanto solicitada de urgencias, consultas externas o lista de espera, admisión se encarga de localizar y adjudicar dicha cama (todo ingreso o consulta en el hospital se realizará siempre a través del Servicio o Unidad de Admisión).

– Organización de la lista de espera: si no hay disponibilidad de camas, el paciente será incluido en la lista de espera, con indicación médica. La gestoría de usuarios desarrollará en admisión la gestión de la lista de espera de los pacientes cuyo ingreso no es urgente sino ordinario, pasando, por tanto, a ser un ingreso programado, con distintos grados de prioridad, a la espera de cama disponible. La lista de espera se actualizará constantemente. 92

– Aviso a los pacientes del día y hora del ingreso.

CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\

– Recepción y registro de los pacientes. Admisión cumplimentará todos los registros de ingreso y alta, en sistema manual o informatizado, y mantendrá los archivos y Libros de Registro según las disposiciones reglamentarias vigentes. Se registrarán los siguientes datos: *

Nombre y apellidos del paciente.

*

Sexo y fecha de nacimiento.

*

Domicilio y localidad de residencia.

*

Profesión o actividad.

*

Números de DNI y de Documento de la Seguridad Social.

*

Personas allegadas. Teléfono de contacto.

*

Número de ingreso y de Historia Clínica.

*

Fecha y hora del ingreso.

*

Facultativo o autoridad que ha dispuesto el ingreso.

*

Especialidad médica a la que se ha adscrito.

*

Constancia de si el ingreso es como: beneficiario de la Seguridad Social, como privado, con cargo a mutuas de Accidentes de trabajo, compañías de seguros, etc.

*

Diagnósticos de entrada y de salida.

*

Fecha del alta.

*

Causa del alta: curación, alta voluntaria, traslado a otro centro, defunción, otras causas.

*

Otros.

2. Identificación de los pacientes. Admisión procederá a garantizar la identificación del paciente y conocerá en todo momento la exacta localización del mismo dentro del hospital, para lo cual es imprescindible la colaboración de los enfermeros de las plantas de hospitalización. Se podrá utilizar el sistema de pulsera donde consten nombre y dos apellidos del paciente y la cama asignada. Igualmente, se proveerá a los recién nacidos en el hospital del mismo sistema de identificación. 3. Control y autorización de traslados. Cualquier servicio del hospital, en el momento de traslado de un paciente a otro servicio, y previo a producirse, solicitará del servicio de Admisión la autorización de dicho traslado, el cual no se producirá hasta que el servicio de Admisión lo conceda.

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Sólo en el caso de un traslado urgente se realizará el trámite a posteriori. En caso de traslado a otro hospital se interpretará como un alta del hospital. 4. Control y autorización de altas. Cualquier servicio de hospitalización del hospital, en el momento de producirse el alta del paciente, notificará en la Unidad de Admisión tal alta, la cual se producirá formalmente cuando Admisión la anote en sus registros. Admisión llevará un registro diario de camas ocupadas y camas libres, con lo cual conocerá de forma permanente la relación de camas disponibles y elaborará diariamente el censo de ocupación de camas. 5. Establecimiento del régimen económico provisional de la prestación asistencial. El régimen definitivo lo determinará la unidad de cargos con la que Admisión estará adecuadamente coordinada. 6. Custodia de pertenencias. Cualquier paciente puede utilizar la unidad de Admisión como depósito de pertenencias. Admisión garantizará su custodia y registrará debidamente los bienes u objetos en depósito. En la práctica sólo se custodian provisionalmente los bienes de los pacientes ingresados por urgencias.

B) Actividades Las actividades más relevantes en Admisión de Ingresos son: – Registro de datos administrativos, tanto en soporte manual como informático: libro de ingresos-altas, historia clínica, ficha u hoja de ingreso-alta, libro de ambulancias, etc. – Localización en archivo de Historia Clínica de ingreso anterior, en los reingresos. – Confección diaria y actualización constante de la «Planilla» (o «Planning») de situación de enfermos. El censo diario de pacientes ingresados se referirá a una única hora censal, normalmente a las 00:00 horas de cada día, independientemente de la hora real a la que se realice. – Recuento diario de movimientos para proceder al «cuadre» de datos sobre camas disponibles, ocupadas, libres, en relación con los ingresos, altas y traslados. – Impresión de listados diarios de ingresos y altas (gestión por ordenador). – Confección y entrega de pases de visita. Entrega de documentación o folletos informativos sobre los servicios del hospital e información de la existencia del servicio de información al usuario.

1.2. Admisión de urgencias La unidad de admisión dispondrá de un dispositivo orgánico en la puerta de urgencias del hospital a fin de recibir al paciente, registrar su entrada y salida, y distribuirlo a la consulta o servicio que corresponda. Admisión de urgencias puede actuar de dos maneras: – Como oficina delegada durante el día. 94

– Como unidad central de Admisión en festivos, noches, etc.

CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\

A) Funciones Son funciones específicas de Admisión de urgencias: 1. Recepción y registro de los pacientes: se registrarán los siguientes datos, tanto en los soportes manuales como mecanizados de que disponga la Unidad (libro de urgencias, HC de urgencias, etc.): – Número de orden. – Nombre y apellidos del paciente. – Sexo y fecha de nacimiento. – Números de DNI y de Documento de Seguridad Social. – Teléfono. – Persona que lo remite a urgencias: médico de familia, especialista, autoridad, propia iniciativa. – Nombre del facultativo encargado del paciente que ha solicitado el ingreso. – Motivo de la urgencia. – Medio de acceso. – Fecha y hora de ingreso. – Servicio que lo atiende. – Si ingresa cadáver. – Diagnóstico provisional. – Destino: ingreso en observación, en planta, traslado a otro hospital, remisión a las consultas externas del hospital, a su médico de cabecera o al especialista. 2. Remisión del paciente al Servicio que corresponda. 3. Determinación del régimen económico provisional. 4. Custodia de pertenencias del paciente, si es necesario.

B) Actividades Las principales actividades en Admisión de urgencias son: – Registro de datos administrativos, tanto en soporte manual como informático: libro de urgencias, HC de urgencias, libro de ambulancias, etc. – Avisos al servicio de ambulancias. – Cumplimentación de partes por lesiones al Juzgado de Guardia o partes de defunción. – Cumplimentación de modelos estadísticos básicos. – Todas las derivadas de las funciones de Admisión de hospitalización en los horarios en que urgencias funcione como unidad central de Admisión en noches y festivos.

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1.3. Traslado de enfermos El traslado de un paciente puede realizarse dentro del mismo centro asistencial u hospital de un servicio a otro, o bien de un centro asistencial a otro diferente. Por lo general, las causas que motivan el traslado de un paciente suelen deberse a: – Un cambio en la evolución de su enfermedad. – A petición del propio enfermo o sus familiares en algunos casos. – La necesidad de aplicar un tratamiento médico o quirúrgico que no puede suministrarse en el primero de los casos. Cualquier traslado implica seguir el protocolo ya señalado en el servicio de la Admisión. Además, es necesario que para el traslado del paciente de una unidad asistencial a otra se tenga en cuenta y a punto, lo siguiente: – Vestir al paciente para ser trasladado, aunque algunos enfermos abandonan el servicio en pijama o bata. Si el paciente puede hacerlo por sí mismo hay que facilitarle un ambiente de privacidad para que se cambie el pijama y se ponga ropa de calle. Si presenta limitaciones en la movilidad y no puede hacerlo por sí mismo hay que ayudarle a cambiarse de ropa. – Verificar el servicio a donde va destinado y solicitar la autorización tal y como se ha señalado. – Disponer el medio en el que va a ser trasladado y transportado: cama, camilla, silla de ruedas, ambulancia, etc. – Es necesario explicarle al paciente y/o sus familiares lo que se va a hacer y por qué se va a trasladar. – Disponer todas las pertenencias personales del paciente para ser trasladadas o bien entregarlas a sus familiares cuando proceda. – Hay que ayudarle a sentarse, acostarse, etc., en el dispositivo en que va a ser trasladado. – Realizar el transporte con la mayor comodidad posible para el paciente y realizarlo en el menor tiempo.

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CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\

– Informar al servicio receptor sobre la incidencia del traslado para el paciente. – Informar al servicio desde donde fue trasladado sobre la hora, lugar y servicio que se ha hecho cargo del mismo. Sólo en casos urgentes, de extrema gravedad, que no permiten espera de trámites administrativos, se puede realizar el traslado y hacer a posteriori la solicitud del cambio. El enfermo será dado de baja en el hospital desde el que es trasladado y posteriormente se le dará de alta en el que es acogido. Los traslados dentro del mismo hospital, de un servicio a otro, exige también que el servicio de Admisión lo autorice siguiendo el protocolo de solicitar la autorización de un Servicio y la conformidad del servicio receptivo.

2. Servicio de Atención al Paciente El Servicio de Atención al Paciente (SAP) o Servicio de Información al Usuario (SIU) es el responsable de informar al mismo, así como de atender y garantizar la tramitación de las reclamaciones que se puedan producir. Esta área de actividad depende y esta adscrita a la Gerencia del hospital (en el caso de los hospitales donde no exista Gerencia esta actividad queda adscrita a la División Médica).

2.1. Funciones 1. Orientación al usuario durante su estancia en el centro sanitario, referida al propio centro: – Ubicación de los servicios y unidades del centro. – Horarios de los distintos Servicios. – Información a los pacientes sobre las horas de visita y consulta para la información médica. – Referida a servicios ciudadanos ajenos al centro: *

Medios de transporte.

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Hospedería para familiares.

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2. Procurar una mayor colaboración entre los usuarios y el personal que trabaja a su servicio. 3. Tutelan el cumplimiento de los derechos de los/as pacientes y usuarios/as. 4. Atención personalizada a familiares: – Disminuir la preocupación de los familiares. – Información a los familiares sobre la planta o servicio en el que se encuentran los pacientes, incidencias, tiempos de espera, traslados, etc. – Localización de familiares por el servicio de megafonía para traslado de avisos, información o llamadas telefónicas del exterior. 5. Proponer a la Dirección las normas de estancia en el centro: – Normas de régimen interno. – Recomendaciones de estancia. – Organizar el sistema de visitas. – Acreditar a los visitantes en horarios especiales. – Realizan encuestas entre los usuarios, comunicando sus resultados a la dirección del centro. – Confeccionar y entregar a los usuarios protocolos conteniendo documentación relativa a los servicios de Admisión, plantas, urgencias, servicios generales, etc. y toda la información y servicios que puede ofrecer; se incluye la carta de derechos y deberes de los usuarios de los Servicios de Salud. 6. Canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias: – Existe un Libro de Reclamaciones oficial a disposición de los usuarios. Toda reclamación es atendida puntualmente y contestada por el Director Gerente o persona en quien delegue del centro. La tramitación que se deriva de la reclamación es confidencial. – En el caso de los centros sanitarios donde no exista Servicio de Atención al paciente existirá igualmente Libro de Reclamaciones. Otra entidad donde se puede presentar una reclamación es en el Registro de la Delegación Provincial de Salud. – Existen buzones de sugerencias, dispuestos para recoger felicitaciones y propuestas para la mejora de la atención sanitaria, así como los impresos cumplimentados de la encuesta de opinión. – La encuesta de posthospitalización es un impreso que se entrega a todo paciente hospitalizado, durante su estancia o en el momento del alta, para que conteste a las cuestiones que se le plantean, con la finalidad de conocer el estado del centro desde el punto de vista del usuario para corregir posibles deficiencias y mejorar los servicios. – Los Servicios de Información al Usuario (SIU) complementan su función informativa con medios técnicos que, además, aportan entretenimiento a los usuarios:

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*

Puntos de información interactiva.

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Información en pantallas de televisión.

CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\

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Videos de entretenimiento.

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Paneles de «cinta sin fin».

– Los impresos de quejas, encuestas y de sugerencias pueden ser cumplimentados en forma anónima o nominativa si así lo desea el paciente.

2.2. Actividades Las principales actividades que se desarrollan en el SIU/SAP son: – El servicio de atención al paciente estará a disposición de atender personalmente al mismo, o a sus parientes próximos, representantes o acompañantes. – En particular proporcionar información a los pacientes y a sus familiares sobre la organización del hospital, servicios disponibles, horarios de funcionamiento y de visitas y otras actividades que puedan contribuir a ayudarles, facilitarles y mejorar su estancia en el mismo. – Las reclamaciones a que hubiere lugar se tramitarán por escrito a través de este servicio, siendo estas sometidas a los responsables de la división que corresponda, debiendo darles respuestas por escrito, firmada por el Director Gerente, o persona en quien delegue. – Coordinar la atención a la persona maltratada. – Transmisión inmediata de la información solicitada. – Recepción y aviso de llamadas telefónicas. – Elaboración de informes referidos a las reclamaciones. – Coordinación con otros servicios y unidades del centro.

– Elaboración de estadísticas: *

Nivel de satisfacción de los usuarios.

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Motivos de queja o reclamación.

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Tipo de información solicitada.

– Mantenimiento y actualización de la cartelería de Información.

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3. Vigilancia 3.1. Consideraciones generales Una de las funciones de los Celadores es la vigilancia tanto de las entradas de la institución, como el acceso y estancias de los familiares y visitas de los enfermos, al igual que el comportamiento de los enfermos y visitantes dentro de la institución. El Celador de puerta (ya sea del hospital general como el de urgencias) recibirá con prontitud y cortesía a los visitantes que accedan a la institución dispuesto a atender y contestar las preguntas que puedan formularle y estén dentro de su competencia. Con carácter general, no se permiten las visitas de niños menores de 12 años. Informará de las consultas externas, indicando lugar, día y hora de las mismas. Controlará así mismo la entrada de toda persona prohibiendo el paso a toda aquella que no vaya provista del correspondiente justificante. Cuidarán para que no deambulen por los pasillos más de lo necesario para llegar al lugar concreto donde esté el paciente. El Celador podrá también desempeñar la misión de vigilancia nocturna interior y exterior del edificio (en muchos hospitales estas funciones han sido delegadas a guardias de seguridad), cuidando que las puertas de los servicios complementarios queden bien cerradas, el control de las luces, tanto interiores como exteriores y dar parte a sus superiores de cualquier anomalía que observe. En cuanto a las funciones sobre control de entrada y salida de personas ajenas a las dependencias, tales como trabajadores de reparto de objetos adquiridos, mensajeros, etc., o de usuarios o administrados que vengan a efectuar gestiones administrativas, procederá a controlar la identificación de dichas personas. Las visitas externas programadas sin relación con los pacientes suelen portar un pase especial emitido por la dirección del centro. La labor de vigilancia conlleva también el control sobre la apertura y cierre de los accesos a la misma, su iluminación, etc. Siempre que se les solicite, por parte de alguna persona de la institución (médicos, jefes de servicios, etc.), que dejen abierta alguna puerta, deben ponerlo en conocimiento del Jefe de Personal Subalterno. Tomarán también las medidas necesarias en aras a la seguridad de los edificios, locales o espacios confiados, anotando y dando cuenta a sus superiores de las anomalías e incidencias que observen. En los casos en que alguna anomalía pueda ocasionar peligro inminente a los usuarios (un extintor en el suelo, una cornisa a punto de caer, un ascensor con la puerta abierta sin la cabina dando paso al foso, etc.) y el Celador no pueda solucionarlo permanecerá allí hasta que pueda comunicárselo a alguien. El Celador, con la necesaria prudencia y buen criterio, deberá comprobar si las personas que están en el interior de los locales han sido debidamente autorizadas para ello, no permitiendo la presencia de quienes no lo estén. Así mismo prohibirá la entrada a toda persona que presente muestras de suciedad, promueva alborotos o vaya embriagada.

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Tampoco permitirá la entrada de personas que lleven comida o bebida, obligándoles a dejar ésta en la portería para su posterior entrega a la salida de la Institución. Si observara alguna persona fumando le recordaría la prohibición de fumar en toda el área hospitalaria (Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco).

CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\

El Celador vigilará la salida de los enfermos, quienes deberán acreditar el alta o autorización para abandonar la Institución. En el caso de no tener la acreditación se pondriá en conocimiento de los inmediatos superiores. Como se deduce de lo anteriormente expuesto, es esta una función extremadamente delicada en donde se ponen en juego los «valores humanos» de la persona del Celador, ya que debe informar, permitir o prohibir accesos, vigilar, inspeccionar, impedir comportamientos o acciones, etc., y a veces pueden parecer contradictorios con los derechos de los usuarios de los servicios de salud.

3.2. Funciones de control Las labores de acogida y asistencia a los usuarios pueden llevar aparejada la función de control de su entrada y salida. El ejercicio de esta función supone una filtración de los contactos a mantener, orientando y registrando los mismos y sus posteriores salidas, con objeto de controlar y regular adecuadamente el acceso a los locales de las personas externas al centro. El personal encargado del control recibirá con prontitud y cortesía a los visitantes que acceden a los locales de recepción del centro, utilizando, cuando fuere necesario (y su puesto de trabajo exija un perfil lingüístico del otro idioma oficial) el idioma requerido. En cuanto a las funciones anteriormente descritas sobre control de entrada y salida de personas ajenas a la dependencia, tales como trabajadores de reparto de objetos adquiridos, mensajeros..., o de usuarios o administrados que vengan a efectuar gestiones administrativas, se seguirán los siguientes trámites: – Requerirán la identificación de la persona mediante la exhibición del DNI, cuya numeración se apuntará en un libro de registro habilitado al efecto con sus hojas debidamente foliadas y selladas. En dicho libro se consignarán los datos personales (nombre y apellidos) y dependencia a la que se dirige entregándole una tarjeta identificativa. – Solicitarán la identificación, procedencia o destino de los objetos o muebles (máquinas de escribir, ordenadores, etc.), que pretendan introducirse o sacarse de la dependencia. – En caso de que existiera aparato de detección (escáner) se utilizará para cerciorarse sobre la ausencia de objetos o armas peligrosas. Significar que dichas tareas de vigilancia se extienden a las dependencias situadas en otras plantas superiores a la de acceso al edificio, efectuándose rondas de comprobación conforme a instrucciones del servicio para determinar la normalidad de las oficinas o instalaciones. Estas funciones se podrán efectuar en varios turnos de mañana, tarde y noche, y una vez terminados se elaborará una parte de incidencias que se remite al superior, a los efectos oportunos. Cuando proceda, el personal controlador emitirá el correspondiente pase de visita que facilitará al visitante.

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Mientras hacen labores de control y vigilancia pueden encontrar o les pueden hacer llegar algún objeto que se haya olvidado en la institución; en ese caso el Celador lo entrega en la unidad destinada a objetos perdidos, o en su defecto a su inmediato superior. Otro supuesto que puede encontrarse un Celador mientras hace sus funciones de vigilancia es encontrar a alguien haciendo fotos sin permiso dentro de la institución (alguna persona ingresada de relevancia social, fotos de las instalaciones, etc.), la actuación del Celador sería no permitir que saque más fotos y avisar al Jefe de Personal Subalterno. Por último, hay que añadir que este personal controlará visualmente la salida de las visitas, procediendo cortésmente a su despedida y, en su caso, recogiendo los correspondientes pases de visita emitidos. Al finad de cada jornada elaborará un parte de incidencias.

3.3. Tarjeta de control e identificación A los efectos de identificación en el exterior del espacio donde desarrolla su labor, estando el empleado público en el desempeño de su función, bastará la tarjeta de control del Departamento u Organismo, siempre que incluya fotografía y las denominaciones del Departamento u Organismo, nombre, apellidos, número del documento nacional de identidad y el puesto de trabajo. Todo ello sin perjuicio de otras medidas de seguridad que en el proceso de identificación y circulación tengan establecidas desde la Dirección. El personal deberá llevar en sitio bien visible la tarjeta de identificación mientras esté de servicio. Las tarjetas de identificación son personales e intransferibles.

3.4. Control de bultos o paquetes sospechosos En el Estatuto de Personal no sanitario, en relación con las funciones de los Celadores en el tema del control de paquetes dice lo siguiente: “se debe cuidar que no se introduzca en las instituciones más que aquellos paquetes autorizados por la dirección”.

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Los Celadores encargados del control de entrada y salida podrán comprobar, cuando así se les encomiende, el contenido de los bultos o paquetes sospechosos que el personal o los usuarios del servicio entren o saquen de los locales. Con amabilidad se le comunicará que para pasarlo debe comunicarlo a un superior concretamente al Jefe de Personal Subalterno.

CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\

Deben declararse a la entrada los objetos que a la salida pudieran dar lugar a dudas sobre la licitud de su tenencia. Todo el personal ha de colaborar con estos vigilantes facilitándoles estas comprobaciones, de acuerdo con el art. 18 del Estatuto de los Trabajadores, el cual declara lo siguiente: «Sólo podrán realizarse registros sobre la persona del trabajador, en sus taquillas y efectos particulares, cuando sean necesarios para la protección del patrimonio empresarial y del de los demás trabajadores de la empresa, dentro del centro de trabajo y en horas de trabajo. En su realización se respetará al máximo la dignidad e intimidad del trabajador y se contará con la asistencia de un representante legal de los trabajadores o, en su ausencia del centro de trabajo, de otro trabajador de la empresa, siempre que ello fuera posible». No se deberá permitir la salida sin autorización de ningún objeto o material de servicio que no hubiese sido declarado a la entrada. Cuando por obras u otra causa, alguna dependencia precise dar salida a un considerable volumen de objetos o material, deberá participarlo al personal de control de entrada y salida para su debido control. Si la persona afectada por estas comprobaciones se negase a facilitarlas, se le identificará y retendrá dando cuenta al responsable de seguridad en la unidad respectiva, quien se personará inmediatamente en el lugar de los hechos resolviendo lo procedente. Si se tratase de un individuo al servicio del propio organismo, el mismo podrá solicitar la presencia de su Jefe inmediato para que informe o esté presente en las comprobaciones necesarias y en tanto se produce la presencia de dicho Jefe y del de Seguridad, el interesado podrá ausentarse dejando en depósito los objetos o paquetes sospechosos, de los que se le dará recibo.

3.5. Estancia de los usuarios de los servicios del centro El personal vigilante se compone de los trabajadores que tienen a su cargo la seguridad y vigilancia de locales o dependencias abiertas o cerradas, zonas, instalaciones o fincas que se les asignen y con sujeción a las instrucciones generales o específicas que se les imparta. Sus trabajos podrán realizarlos bien en turnos de día o de noche, según se especifique en su contrato de trabajo y/o puesto de trabajo que ocupe en la relación de puestos de trabajo. Los vigilantes (que pueden ser los Celadores) realizarán labores de información sobre la dependencia; apertura y cierre puntual de los accesos a ella; control de la iluminación, etc. Tendrán y tomarán aquellas medidas necesarias en aras a la seguridad de los edificios, locales o espacios confiados. También tomarán nota y darán cuenta de cuantas anomalías e incidencias observen y les ocurra.

Los Celadores velarán por el buen funcionamiento de la Institución

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Denunciarán a sus superiores, para traslado, en su caso, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado o Policía Local, todas las infracciones que se produzcan en las zonas y actividades que estén sometidas a su vigilancia y custodia. Centrándonos en la estancia de los usuarios de los servicios del centro, los vigilantes podrán, durante su misión de vigilancia en el interior de los edificios, exigir la identificación de cuantas personas no lleven la tarjeta y le ofrezcan dudas en cuanto a la misión que ejerzan. En las zonas «reservadas», de máxima seguridad, sólo permitirán la estancia o circulación de quienes lleven la tarjeta especial que autoriza su presencia en ellas. Los autorizados a entrar, no adscritos a la dependencia, deberán firmar en un libro de control la entrada y la salida de la misma. Los vigilantes, no permitirán que nadie permanezca, sin autorización, en los distintas unidades en las horas que no se presta servicio en ellas. Los vigilantes ejercerán la vigilancia debida en los espacios muertos de los locales, evitando manipulaciones ilícitas, circulación indebida de personas u ocultación de objetos en ellos. Si alguna persona estimase que un vigilante se excede en su cometido o trata de ejercitar acciones injustificadas lo pondrá en conocimiento de sus Jefes y éstos en el de la Inspección General.

3.6. Medidas ante situaciones de atentado o altercado público Entre las medidas previstas ante riesgos de atentado o altercado público, la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana señala las siguientes: a) Desalojo de locales y disolución de reuniones o manifestaciones. Las autoridades competentes adoptarán las medidas necesarias para proteger la celebración de reuniones o manifestaciones procurando que no se perturbe la seguridad ciudadana. Sin embargo, podrán disponer el desalojo de los locales y el cierre provisional de los establecimientos públicos mientras no existan otros medios para evitar las alteraciones graves de la seguridad que se estuviesen produciendo. Dichas autoridades, por medio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, podrán disolver, en la forma que menos perjudique, las reuniones en lugares de tránsito público y las manifestaciones, en los supuestos prevenidos en el artículo 5 de la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión. También podrán disolver las concentraciones de vehículos en las vías públicas y retirar aquéllos o cualesquiera otra clase de obstáculos cuando impidieran, pusieran en peligro o dificultaran la circulación por dichas vías. Antes de llevar a efecto dichas medidas, las unidades actuantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán avisar de tales medidas a las personas afectadas. En el caso de que se produzcan alteraciones de la seguridad ciudadana con armas o con otros medios de acción violenta, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán disolver la reunión o manifestación o retirar los vehículos y obstáculos, sin necesidad de previo aviso. 104

b) Registro de armas. Los agentes de la autoridad podrán realizar, en todo caso, las comprobaciones necesarias para impedir que en las vías, lugares y establecimientos públi-

CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\

cos se porten o utilicen ilegalmente armas, procediendo a su ocupación. Podrán proceder a la ocupación temporal, incluso de las que se llevan con licencia o permiso y de cualesquiera otros medios de agresión, si se estima necesario, con objeto de prevenir la comisión de cualquier delito, o cuando exista peligro para la seguridad de las personas o de las cosas. c) Limitación de permanencia en lugares públicos. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán limitar o restringir, por el tiempo imprescindible, la circulación o permanencia en vías o lugares públicos en supuestos de alteración del orden, la seguridad ciudadana o la pacífica convivencia, cuando fuere necesario para su restablecimiento. Asimismo, podrán ocupar preventivamente los efectos o instrumentos susceptibles de ser utilizados para acciones ilegales, dándoles el destino que legalmente proceda. Para el descubrimiento y detención de los partícipes en un hecho delictivo causante de grave alarma social y para la recogida de los instrumentos, efectos o pruebas del mismo, se podrán establecer controles en las vías, lugares o establecimientos públicos, en la medida indispensable a los fines de este apartado, al objeto de proceder a la identificación de las personas que transiten o se encuentren en ellos, al registro de los vehículos y al control superficial de los efectos personales con el fin de comprobar que no se portan sustancias o instrumentos prohibidos o peligrosos. El resultado de la diligencia se pondrá de inmediato en conocimiento del Ministerio Fiscal. d) Identificación de personas. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán requerir, en el ejercicio de sus funciones de indagación o prevención, la identificación de las personas y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía pública o en el lugar donde se hubiere hecho el requerimiento, siempre que el conocimiento de la identidad de las personas requeridas fuera necesario para el ejercicio de las funciones de protección de la seguridad que a los agentes encomiendan la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana y la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. De no lograrse la identificación por cualquier medio, y cuando resulte necesario a los mismos fines del párrafo anterior, los agentes, para impedir la comisión de un delito o falta, o al objeto de sancionar una infracción, podrán requerir a quienes no pudieran ser identificados a que les acompañen a dependencias próximas y que cuenten con medios adecuados para realizar las diligencias de identificación, a estos solos efectos y por el tiempo imprescindible.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Dirección responsable del Servicio de Atención al Paciente, de la vigilancia nocturna de las instituciones, y de la vigilancia de las entradas de urgencias (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2Dirección responsable del Servicio de Atención al Paciente, funciones del Servicio de Atención al Paciente, funciones del Celador del Servicio de Admisión, detección de desperfectos en la institución, cierre de instalaciones, control de pacientes (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2Características de las quejas y sugerencias (Servicio de Salud de Castilla y León – SACYL–, convocatoria 2009). 2 Prohibición de fumar en las Instituciones, lugar de presentación de reclamaciones, detección de desperfectos en la institución, funciones del Servicio de Atención al Paciente, vigilancia de personas sin autorización, funciones del Servicio de Admisión, alta del paciente (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Funciones de control de accesos de visita, objetos perdidos, funciones de apertura y cierre de instalaciones, vigilancia del interior de la institución, actuación ante una persona que está fotografiando el interior de la institución, acceso de personas autorizadas, control de bultos o paquetes (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Servicio de Admisión de Urgencia, apertura y cierre de oficinas, acceso de familiares, concepto de pase especial, detección de desperfectos en la institución, funciones en el servicio de admisión de urgencias, funciones del Servicio de Admisión (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Acceso de familiares, funciones del servicio de admisión, funciones del Celador de puerta (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Funciones de la unidad de admisión (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Responsable de firmar el ingreso, responsable de la vigilancia nocturna (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Funciones de la unidad de admisión, detección de desperfectos en la institución, funciones del Celador de admisión, control de accesos (Servicio Vasco de Salud – OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Servicio de Atención de Pacientes, función de vigilancia y control, acceso de personas autorizadas, acceso de personas con muestras de suciedad, ingreso de forma programada, personas que atiende el Servicio de Atención de Pacientes, control de la iluminación, funciones de acceso, asignación de camas, introducción de paquetes en la Institución, orden de ingreso (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Dirección responsable del Servicio de Atención al paciente, funciones del Servicio de Atención de Pacientes, control de paquetes y bultos, contro de quejas y sugerencias (Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Cierre de instalaciones (Servicio Murciano de Salud –SMS–, convocatoria 2009). Dirección responsable del Servicio de Atención al paciente, funciones de la unidad de admisión, cierre de instalaciones (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 2 Responsable de la vigilancia nocturna, responsable de la vigilancia exterior, notificación de desperfectos del edificio (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAMconvocatoria 2010).

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1. Unidad del paciente 2. La cama hospitalaria 3. Actuaciones del Celador en las habitaciones de los enfermos

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Actuaciones del Celador en las habitaciones de los enfermos y en las estancias comunes

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1. Unidad del paciente 1.1. Estructura general y composición La unidad de paciente es el área formada por el espacio de la habitación, el mobiliario que en ella hay y los materiales que utiliza el enfermo durante el tiempo que esté hospitalizado. En una habitación de hospital habrá tantas unidades de pacientes como número de camas. Una unidad tipo está formada por: – Cama hospitalaria. – Accesorios para la cama: colchón, almohada, barandillas, etc. – Lencería de cama. – Ropa para el paciente: pijama, camisón, bata, etc. – Mesita individual. Al lado de la cama y accesible por parte del paciente. – Silla o sillón para la persona enferma y silla o sillón para el acompañante. Colocado en lugares que no corten el paso a la cama ni al baño. – Vaso. – Caja para guardar las prótesis. – Palangana. – Cuñas o botellas. – Lámpara de luz indirecta. – Piloto o luz de emergencia. Luz que permanece encendida por la noche para entrar en la habitación sin molestar al paciente o en los casos que el paciente necesite levantarse por la noche. – Timbre de alarma. Actualmente se utiliza un sistema de luces para evitar los ruidos. – Toma de oxígeno y toma de vacío. – Pie para suero. – Escabel. – Armario ropero. – Biombo o cortinillas para asegurar la intimidad del residente. – Útiles para el aseo personal (jabón, peine, esponja, etc.). – Material para movilizaciones: silla de ruedas, muletas, andador, etc. La habitación debe ser lo suficientemente amplia como para que quepa todo el mobiliario con holgura, y estar ordenada de manera que la limpieza sea fácil. El mobiliario debe ser blanco o de color claro para poder ver fácilmente la suciedad. El material del que esté hecho debe ser lavable. 108

CAPÍTULO 6. ACTUACIONES DEL CELADOR EN LAS HABITACIONES DE LOS ENFERMOS Y EN LAS ESTANCIAS COMUNES [[[[\

La silla o sillón para el enfermo debe estar al lado contrario de la mesita de noche, cerca de la cabecera de la cama, de manera que al paciente le resulte fácil sentarse sin tener que desplazarse.

1.2. Características El Celador debe conocer las características mínimas que debe reunir la habitación del enfermo, cuidando de manera especial de que las condiciones sean las mejores posibles. Estas son: – Espacio suficiente. – Debe recibir luz directa del sol, a ser posible. – De fácil ventilación. – Tranquila y a poder ser sin ruidos. – Pintada en tonos claros, sin manchas ni deterioros importantes en las paredes. – Temperatura adecuada. – A poder ser con baño incorporado o posibilidad de acceder a un baño próximo. – Con mobiliario adecuado.

1.2.1. Espacio La habitación debe tener el espacio suficiente para que los cuidados al paciente puedan hacerse de la mejor manera posible. Además, si es amplia, permite al paciente sentirse más cómodo y confortable. En las habitaciones de dos o más camas debe existir el espacio suficiente entre cada dos, siendo el mínimo espacio aconsejado de 1,20 m. Entre la cama y la pared lateral también debe existir un mínimo de 1,10 m.

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La altura de los techos mínima debe ser de 2,50 m. La puerta de entrada a la habitación debe tener el ancho suficiente que permita el paso de carros, camillas, camas, aparatos para exploraciones, etc.

1.2.2. Iluminación La luz natural es un elemento indispensable en las habitaciones de los enfermos. La luz del sol influye positivamente en el estado de ánimo de los pacientes y favorece su recuperación. La entrada del sol directamente en las habitaciones es también un agente desinfectante importante (agente antituberculoso). No siempre es posible en la habitación conseguir una iluminación natural de intensidad suficiente para favorecer el estado de ánimo. Cuando ello no sea así debe complementarse con la iluminación artificial, cuya intensidad debe estar bien calculada.

1.2.3. Ventilación Cuando el hospital no disponga de aire acondicionado habrá que ventilar abriendo la ventana de la habitación (10-15 minutos día). En otras bibliografías consultadas indican que se debe abrir las ventanas en espacios cortos de tiempo y alternativamente. En definitiva, para que el aire no esté viciado, debe renovarse todos los días, ya sea por aire natural o de aparato acondicionado. Hay que procurar que, cuando se abra la ventana, el aire que entre no incida directamente sobre el enfermo, evitando así cambios bruscos de temperatura en el aire que respira, sobre todo en invierno. En los hospitales modernos, con circuito cerrado de aire acondicionado, no deben abrirse las ventanas para ventilar. El aire se renueva constantemente y, además, si se abre, el circuito se descompensa.

1.2.4. Color de las paredes Debe estar pintada con colores claros y sin brillo, que no absorban la luz ni produzcan reflejos molestos. El blanco mate parece el color más adecuado para las habitaciones. El estado de la pintura debe estar intacto, sin manchas ni deterioros importantes. Periódicamente deben adecentarse las habitaciones realizando una limpieza con desinfección en profundidad, y volviendo a pintarlas. De esta manera se garantiza un estado de conservación e higiene de las instalaciones que influye en la calidad asistencial prestada. 110

CAPÍTULO 6. ACTUACIONES DEL CELADOR EN LAS HABITACIONES DE LOS ENFERMOS Y EN LAS ESTANCIAS COMUNES [[[[\

1.2.5. Sonorización Las habitaciones deben ser tranquilas y sin ruidos, ya que un excesivo ruido ambiental puede provocar trastornos nerviosos a los pacientes. Los modernos hospitales son construidos teniendo en cuenta la necesidad de un aislamiento acústico de las habitaciones. El personal sanitario utilizará calzado con suela de goma, para que no haga ruido. Los aparatos de radio y TV en las habitaciones deben tener el volumen muy bajo. La conversación con los enfermos debe hacerse también en tonos bajos. A las horas del descanso, el Celador/a debe bajar las persianas para evitar una gran intensidad de luz, o apagar las luces y velar porque no se produzcan ruidos.

1.2.6. Temperatura de la habitación Los hospitales con circuito cerrado de ventilación disponen de sistemas automáticos de control de la temperatura adecuando esta a las necesidades programadas. La temperatura de las habitaciones debe oscilar entre los 20-22 ºC, según las épocas del año. Temperaturas inferiores pueden hacer al paciente sentir frío. Temperaturas superiores hacen que se sienta molesto por el calor.

1.2.7. Humedad Definimos la humedad como la cantidad de agua que permanece en el ambiente. Los límites que se consideran aceptables oscilan entre 40-60%, si bien, existen patologías que requieren una disminución del grado de humedad. Como norma general entendemos que el calor se hace más insoportable con un grado de humedad alto y una temperatura elevada, ya que se ralentiza la evaporación a través de la piel.

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1.2.8. Mobiliario Es imprescindible que en toda habitación exista: cama, mesita de noche, armario, silla y/o sillón, baño incorporado si es posible y si no fuera así un lavamanos, toma de oxígeno, toma de aspiración e interfono. La cama y el mobiliario en general debe estar adaptado a las características de los pacientes. Así, por ejemplo, el servicio de traumatología debe disponer de camas ortopédicas, entre otros.

1.2.9. Baño El baño está incorporado a las habitaciones y consta de todas las piezas de un baño completo. Además presenta barras de seguridad en sanitario, ducha, bañera para evitar accidentes.

2. La cama hospitalaria Las camas de hospital tienen unas características adaptadas particularmente a las personas que están continuamente o durante mucho tiempo en ellas.

2.1. Características de la cama hospitalaria – Están equipadas para que el enfermo ahorre energía. Muchas de ellas están mecanizadas. – Están constituidas de forma que el personal que atiende a los enfermos llegue fácilmente a ellas. – Los colchones son generalmente duros para facilitar un buen soporte al cuerpo.

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– Se mueven fácilmente, para ello están provistas de un sistema de ruedas y frenado de las mismas. Las ruedas deben ser de goma para que protejan de la humedad, aíslen de posibles fugas eléctricas (electricidad estática) y no hagan ruido en su traslado.

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– Las dimensiones de una cama estándar son: *

Ancho: 80-90 cm.

*

Largo: 190-200 cm.

*

Altura: va a depender de si lleva o no colchón; sin colchón unos 70 cm.

– Una vez instalada en la habitación, la cama debe de reunir una serie de requisitos: *

Debe de ser accesible desde tres lados (por ambos laterales y los pies de la cama).

*

Frente a ella no habrá ninguna fuente de luz.

*

Su ubicación nunca será debajo de una ventana ni muy cerca de una puerta.

2.2. Tipos de camas hospitalarias La más utilizada en los hospitales es la denominada cama mecánica articulada. Aparte de este tipo de cama existen otros modelos diferentes, cada uno de los cuales está diseñado para cumplir una determinada función. Entre ellos destacamos: – Cama articulada. El somier se divide en dos o tres segmentos móviles, encargados cada uno de ellos de alojar diferentes zonas corporales. El superior es para la cabeza y espalda, el central para la pelvis (en el caso de presentar tres segmentos) y el inferior para las extremidades inferiores.

Los distintos segmentos de somier se mueven mediante la utilización de una manivela, o bien, mediante sistemas electrónicos. Otro de los dispositivos con los que está equipada esta cama es de ruedas para su transporte, además de un sistema de frenado. – Cama metálica de somier rígido. Es una variación de la anterior pero no permite la movilidad por segmentos, presenta el inconveniente de no poder colocar a los pacientes en determinadas posiciones anatómicas importantes como, por ejemplo, Fowler. – Cama ortopédica, traumatológica o de Judet. Está indicada para pacientes que sufren fracturas o parálisis de las extremidades. Posee un marco, marco de Balkan, cuya finalidad es la de sujetar las poleas y el resto del equipo de tracción, que cuelga de él.

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El equipo de tracción mencionado anteriormente tiene por finalidad aplicar fuerzas sobre un hueso, músculo o articulación para alinear fracturas, evitar deformidades o disminuir el dolor.

– Cama o mesa de exploración, potro ginecológico. Es utilizada para la exploración ginecológica así como para el momento del parto. Se compone de un colchón duro que se cubre con una sábana. Hay un modelo articulado y otro no articulado. – Incubadora. Se emplea para mantener al recién nacido prematuro en un ambiente propicio de temperatura y humedad. En la incubadora se consiguen una serie de objetivos que sin ella sería imposible alcanzar; estos son: conservar el calor corporal, mantener la humedad, proporcionar O2 y prevenir las infecciones al estar aislado. – Armazón para el volteo (Foster). Su misión es la de facilitar el cambio postural en aquellos pacientes que únicamente pueden hacerlo con gran dificultad y bajo control. El cambio se realiza de manera manual. Está compuesta por dos armazones sobre uno de los cuales se encuentra siempre descansando el paciente, mientras que el otro se encuentra recogido en un soporte situado en la parte inferior de la cama cuando no se usa.

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El dispositivo para voltear al paciente está situado a la altura normal de la cama y permite conservar la tracción que se ejerce sobre cabeza y/o pies mientras dura dicho volteo. Debido a la aparición de la cama electrocircular está en desuso.

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– Cama electrocircular o de Striker. Consta también de un doble dispositivo para el volteo pero, a diferencia del anterior, el viraje se realiza por medio de un motor eléctrico, permitiendo giros de 180º. Está indicada para pacientes en los que la inmovilización corporal debe de ser absoluta pero respetando siempre una posición normal, como es el caso de lesionados medulares, politraumatizados y quemados.

– Cama libro. Es una variedad de la cama articulada con la particularidad de que permite la angulación lateral. En cuanto a su utilidad se reserva a personas que deben permanecer largos periodos de tiempo inmovilizadas. – Cama de levitación. Utiliza un flujo continuo e intenso de aire que permite que el paciente permanezca en suspensión, de esta forma se evita el contacto con cualquier accesorio de la cama. Se emplea en unidades de grandes quemados. – Cama roto-test. Es una cama que mantiene en un giro continuo al paciente, por lo que es considerada un magnífico mecanismo para la prevención de úlceras por presión (UPP), ya que produce una disminución de los puntos de roce en el cuerpo del enfermo. – Camillas. Son camas ampliamente utilizadas en los ámbitos sanitarios, principalmente para traslados de pacientes o bien en consultas para exploración. Las hay rígidas y articuladas. Otros tipos de camas de descanso menos utilizadas o en desuso son: – Gatch. Cama con un dispositivo articulado por el que puede levantarse al paciente hasta una posición de semisentado. – Nelson. Cama metálica con ruedas, en la que el enfermo puede adoptar diversas posiciones por angulación del colchón para el drenaje postural de la bronquiectasia. – Sanders. Cama adecuada para cambios posturales pasivos en el tratamiento de las afecciones arteriales oclusivas crónicas. (Fuente: diccionario terminológico de ciencias médicas)

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2.3. Accesorios de la cama hospitalaria – Barra de tracción. Armazón metálico que pende del denominado marco de Balkan (también llamado cuadro balcánico) y su misión es la de facilitar la incorporación del enfermo. Está indicada para enfermos que presentan fracturas de miembros inferiores. Al no requerir herramientas para su instalación y montaje, es el Celador el responsable de su colocación en las camas de traumatología. – Rejas de seguridad o barandillas. Protectores de metal que se sujetan en los laterales de la cama y su principal misión es la de evitar caídas de niños y enfermos que presentan alteración del nivel de consciencia o se encuentran en estado de agitación. Generalmente, dichas barandillas poseen un mecanismo que permite bajarlas para que se pueda acceder cómodamente al enfermo sin necesidad de que sean quitadas.

Barandillas de seguridad

Soporte o pie de suero

– Tabla de cama. En ocasiones recibe el nombre de tabla de fracturas; consiste en un soporte que se coloca debajo del colchón de la cama hospitalaria para darle mayor rigidez favoreciendo la postura anatómica del cuerpo. Existe también una tabla específica para los pies denominada soporte para los pies donde se evita la rotación al estar en decúbito. – Soporte o pie de suero. Generalmente se adapta a la cabecera de la cama. De él penden los botes de suero. Hoy en día suelen ser dispositivos autónomos de la cama y regulables en altura, también los hay que cuelgan del techo. – Centinelas de cama o protectores de las barandillas. Son almohadillas de polietileno hinchadas con aire y ubicadas a los lados de la cama con la finalidad de prevenir lesiones y caídas. – Arco de cama o férula de acero. Se trata de un dispositivo que se coloca sobre el paciente para que la ropa de la cama descanse sobre él y evitarle el peso de la misma. 116

– Pupitre. Se trata de un respaldo regulable, compuesto por un marco metálico colocado a 45 ºC, que ayuda al paciente a adoptar la posición de Fowler.

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– Almohada. Facilita que el paciente pueda adoptar diferentes posiciones sin resbalarse. Siempre se utilizan varias para cada paciente, ya que ayudan en los cambios posturales (actualmente hacen estas función los denominadas cuñas-tope). – Colchón. Hoy día podemos encontrar en el mercado una amplia variedad de colchones, entre los que destacamos: *

Colchón de muelles. Es el tipo de colchón que podemos ver en el hospital con más asiduidad. Dependiendo de su demanda, podrá constar de una o varias piezas.

*

Colchón antiescaras o alternating. Está compuesto por dos motores que accionan un compresor-descompresor, que permiten el llenado y vaciado sucesivo de una especie de bolas neumáticas. Generalmente, cada cuatro minutos se invierte el ciclo. Su finalidad no es otra que la de evitar la aparición de úlceras por presión sobre una misma zona del cuerpo facilitando la circulación sanguínea. Es muy utilizado.

*

Colchón de agua. Es otro dispositivo utilizado en la prevención de escaras, puesto que reparte las presiones sobre una gran superficie, reduciendo de esta manera los puntos de apoyos locales. Necesita 100 litros para llenarse. No es muy utilizado hoy en día.

*

Colchón de agua y bolas de poliuretano. Tampoco son muy utilizados hoy en día. Están compuestos por bolas de poliuretano y por agua (de 10 a 12 litros). Se coloca encima de un colchón normal y a continuación se cubre con una sábana. La temperatura adecuada tiene que ser de unos 30 ºC, aproximadamente. Las bolas actúan como aislante y así evita la sensación de frío que se produciría al enfriarse el agua.

2.4. Ropa de cama o lencería Las unidades del hospital que están relacionadas con la ropa y el vestuario del centro son la lavandería, lencería y costura. Estas unidades están gestionadas por las gobernantas/es cuya misión es organizar, supervisar y distribuir las tareas realizadas por el personal de lavandería y los suministros necesarios para la producción y la distribución de ropa.

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En la lavandería se procesa la ropa sucia y contaminada, la lencería se ocupa de la clasificación y distribución de los uniformes del personal del hospital y del control del almacén de ropa y la costura de etiquetado, reparación, confección, etc. Las funciones de los Celadores en estos servicios pueden variar de un hospital a otro, destacando: descarga de ropa sucia en cinta, carga-descarga de lavadoras, transporte, carga y descarga de carros para lavar en el túnel de lavado, reposición de detergentes, etc.

2.4.1. Piezas de lencería La cama hospitalaria debe tener los siguientes elementos de lencería: – Cubierta de colchón. Se trata de una funda impermeable utilizada para cubrir el colchón, protegiéndolo así de la humedad. Actualmente existen colchones con ella ya incorporada. – Sábanas. Bajera y encimera. Que deberán ser sustituidas por otras cada vez que se ensucien o mojen y su tacto no será rugoso (suelen ser de algodón). La sábana que ejerce la función de entremetida se sitúa entre la pelvis del enfermo y el hule. Es de tamaño inferior a la bajera. Su misión fundamental es la de proteger. También la podemos utilizar para desplazar al enfermo (es necesario dos personas) hacia la cabecera de la cama cuando éste se ha ido resbalando y se encuentra muy cerca de los pies de la cama.

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CAPÍTULO 6. ACTUACIONES DEL CELADOR EN LAS HABITACIONES DE LOS ENFERMOS Y EN LAS ESTANCIAS COMUNES [[[[\

– Hule impermeable. Su ubicación es entre la sábana bajera y la entremetida. Su finalidad es la de proteger. Son de material de plástico por lo que aumenta la incomodidad del paciente, se puede sustituir por pañales de celulosa desechables. – Mantas. Su composición es lana ya que este material es más caliente y ligero. Generalmente son de color claro y nunca deben estar en contacto con la piel del enfermo. – Colcha. Se coloca cubriendo la manta. Generalmente es blanca. – Funda de almohadas. Se les coloca una funda de tela que debe ser cambiada al menos diariamente, además de cada vez que sea necesario.

2.4.2. Orden de la lencería en la cama 1. Colchón y su funda. 2. Bajera. 3. Hule. 4. Entremetida. 5. Encimera. 6. Manta. 7. Colcha. 8. Almohada y su funda.

2.4.3. ¿Cómo se dobla la lencería? – La sábana bajera se dobla a lo largo y con el derecho hacia adentro. – La sábana encimera se dobla a lo ancho y con el revés hacia adentro. – La sábana entremetida y el hule se doblan a lo ancho con el derecho hacia adentro. – La manta y la colcha se doblan a lo ancho y con el derecho hacia adentro.

2.4.4. Técnica para hacer la cama desocupada 2.4.4.1. Colocación de la sábana bajera 1. Colocar la ropa que se va a utilizar para hacer la cama sobre el sillón del enfermo. 2. Utilizando ambas manos, coger la parte superior de la colcha y doblarla hacia el centro y realizar el mismo procedimiento con el borde inferior. A continuación proceder a retirarla. En caso de que no se vaya a volver a colocar se introduce sin airearla en la bolsa que se ha preparado para echar la ropa sucia. 3. La manta y la sábana superior se retiran de igual forma que la colcha. 4. Para quitar la entremetida, se coge ésta por el centro de los bordes superior e inferior. 119

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5. Para quitar la sábana bajera hay que seguir el mismo procedimiento empleado para la entremetida. 6. Una vez que se haya retirado toda la ropa sucia hay que lavarse las manos. 7. A continuación se extiende la sábana bajera sobre la cama de tal manera que no queden ni pliegues ni arrugas que puedan contribuir a la formación de úlceras por presión y a que el enfermo se sienta incómodo. Las esquinas se doblan en forma de mitra, inglete o pico. Seguidamente se procede a remeter los lados. El procedimiento a seguir para realizar la esquina de mitra o inglete es el que a continuación se detalla: 1. Remeter la sábana en la parte de la cama en la que se quiera realizar la esquina. 2. Levantar la sábana para formar un triángulo. 3. Traer hacia abajo la parte superior del triángulo. 4. Remeter la parte que queda debajo del colchón. Mitra o inglete

2.4.4.2. Colocación de las demás piezas Una vez tengamos ya colocada la sábana bajera, se continuará de la siguiente forma: – Lo primero que haremos será extender de forma transversal el hule en el centro de la cama (el borde superior debe de quedar de 30 a 37 cm de la cabecera de la cama) y con los lados remetidos. – Encima del hule colocaremos la entremetida, de forma que lo cubra completamente (la finalidad de ambos es evitar que el enfermo moje la sábana inferior). – El siguiente paso consistirá en desdoblar la sábana encimera, empezando desde la cabecera hacia los pies de la cama. Si lo que vamos a hacer es una cama cerrada doblaremos entonces las esquinas en forma de mitra y remeteremos los laterales. Por contra, si lo que vamos a realizar es una cama abierta, sólo doblaremos la esquina en forma de mitra. – Es conveniente la realización de un pliegue a los pies de la cama o bien aflojar la sábana, con la finalidad de que el enfermo pueda mover los pies. – A continuación colocaremos la manta sobre la sábana encimera, realizando también las esquinas de mitra y el pliegue. El borde superior de la manta debe quedar a unos 15 cm del cabecero de la cama. – Colocar la colcha de forma que el pliegue superior de la colcha se extienda aproximadamente 2,5 cm más allá de la manta. Remeter el borde superior por debajo de la manta. – Realizar el mismo procedimiento ya comentado para la colcha. 120

CAPÍTULO 6. ACTUACIONES DEL CELADOR EN LAS HABITACIONES DE LOS ENFERMOS Y EN LAS ESTANCIAS COMUNES [[[[\

– Doblar la parte superior de la sábana de arriba sobre la colcha formando un embozo de unos 15 cm aproximadamente. – Colocar la funda de almohada. – Si la cama está asignada a un paciente, doblar hacia detrás la ropa de arriba hacia un lado o bien hacia el centro de la cama. – Eliminar la bolsa de la ropa sucia según la política del centro. – Por último, lo que tenemos que hacer es lavarnos las manos y cambiarnos de guantes, para evitar la transmisión de microorganismos.

2.4.5. Técnica para hacer la cama ocupada Cuando el enfermo deba guardar reposo absoluto o se encuentre incapacitado para levantarse, se le debe hacer la cama con él acostado y manteniendo una alineación corporal adecuada y cómoda. La cama ocupada se debe realizar entre dos auxiliares (o un auxiliar y un Celador) que se colocarán cada uno a un lado de la cama, de forma que mientras uno hace su parte de la cama el Celador sostiene al enfermo.

2.4.5.1. Técnica 1. Explicar el procedimiento al paciente y pedir su colaboración si es posible. 2. Lavarse las manos. 3. Preparar la ropa de lencería. 4. Retirar la ropa superior, a excepción de la sábana, doblando el borde superior hacia el inferior y luego en cuartos. 5. Colocar la ropa sucia en la bolsa destinada para ello. 6. Colocar al enfermo en decúbito lateral y retirar por el lado libre de la cama la bajera, el hule y la entremetida, enrollándolo todo hacia el centro de la cama procurando que no entren en contacto con el enfermo. 7. A continuación se procederá a extender la sábana bajera limpia y sobre ella el hule y la entremetida. 8. Posteriormente se colocará al paciente en la otra posición de decúbito lateral, para entonces retirar, por el lado de la cama que queda ahora libre, la ropa sucia y colocar luego correctamente la limpia. 9. Una vez realizado el paso anterior, proceder a la colocación de la ropa superior como se describió anteriormente, procurando extender la sábana encimera desde la cabecera hacia los pies. 10. Eliminar la bolsa de la ropa sucia según la política del centro. 11. Por último proceder al lavado manos y al cambio de guantes, para evitar la transmisión de microorganismos.

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2.4.6. Técnica para hacer la cama quirúrgica El procedimiento es el mismo que para la cama desocupada, pero añadiendo un hule y una entremetida más, que se colocarán en la cabecera de la cama o en la parte alta de la bajera, para, de esta forma, facilitar la limpieza ante un posible vómito. En este tipo de cama queda prohibida la colocación de la almohada y las medidas de asepsia deben cuidarse al máximo.

2.4.7. Formas de abrir la cama para la recepción del enfermo 2.4.7.1. Cama desocupada La cama desocupada se puede abrir de tres formas diferentes: a) En pico. Para ello se procede a doblar dos veces en el mismo sentido el extremo superior de la cama correspondiente al lado por donde va a entrar el paciente. b) En abanico o fuelle. Para abrirla de esta forma, tenemos que coger los dos extremos del embozo y doblarlos hacia los pies de la cama para luego volver a subirlos hacia la mitad de la cama en sentido inverso. c) La tercera forma consiste en tirar del extremo de la ropa de cama hacia los pies, hasta que quede descubierta la mitad de la cama, y después volver a doblar hasta llegar al final de la cama.

2.4.7.2. Cama quirúrgica Antes de proceder a abrirla hay que realizar una especie de embozo o dobladillo a los pies de la cama. A partir de aquí la cama quirúrgica se puede abrir de dos maneras diferentes: a) En triángulo o pico. Para conseguir este tipo de apertura tenemos que coger los extremos de cada embozo y unirlos de tal forma que a la altura de la mitad de la cama obtengamos el pico del triángulo que se ha formado. A continuación se coge el pico del triángulo y se comienza a plegar en abanico hasta el lado opuesto de la cama. b) En abanico lateral. Para ello tenemos que tirar de los extremos de los dos embozos y plegarlos en abanico hacia el lateral de la cama.

3. Actuaciones del Celador en las habitaciones de los enfermos Cuando un Celador comienza a trabajar en una unidad de hospitalización lo primero que debe hacer es presentarse a la supervisora/o de enfermería ya que es la/el responsable principal del funcionamiento de la planta.

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Una vez que le indican su cometido se observa que las funciones a realizar por los Celadores en las habitaciones de los enfermos y zonas comunes de las Instituciones son muy variadas, pudiéndose destacar, entre ellas:

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– Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan uso indebido de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro o instruyéndoles en el uso y manejo de las persianas, cortinas y útiles de servicio en general. – Se evitará al enfermo o a los familiares tocar equipos o aparatos que sólo deben manipular los profesionales. – Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometido o las necesidades del servicio lo requieran.

– Realizar excepcionalmente aquellas labores de limpieza que se les encomiende cuando la realización por el personal femenino no sea idónea o decorosa en orden a la situación, emplazamiento, dificultad de manejo, peso de los objetos o locales a limpiar. – Velarán continuamente por conseguir el mayor orden y silencio posible en todas las dependencias de la Institución. Esto incluye control del volumen de la televisión, control del tono de voz del paciente y de los familiares, control de los aparatos de radio y música, etc. En los casos que se incumpla esta premisa se entrará en la habitación y se les pedirá que bajen el volumen pues están causando molestias al resto de los enfermos. – Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías que encontraren en la limpieza y conservación del edificio y material. Si detectaran que algún artículo del mobiliario (cortinas, persianas, mesilla, sillón, etc.) de la Institución estuviera dañado lo pondrían en conocimiento de sus superiores. – Vigilarán el acceso y estancias de los familiares y visitantes en las habitaciones de los enfermos, no permitiendo la entrada más que a las personas autorizadas, cuidando que no introduzcan más que aquellos paquetes expresamente autorizados por la Dirección. – En el momento de la visita médica se encargarán de desalojar a las visitas de las habitaciones, incluso las que dispongan de pase permanente (una excepción a esta función

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es el caso de los pacientes pediátricos ya que se les permite estar al familiar con pase permanente). No olvidemos que el acceso y las estancias de los familiares está condicionado a las necesidades asistenciales. – Vigilarán el comportamiento de los enfermos y visitantes, evitando que estos últimos fumen en las habitaciones (está prohibido fumar en todas las instituciones sanitarias), traigan alimentos o se sienten en las camas y, en general, toda aquella acción que perjudique al propio enfermo o al orden de la Institución. – Cuidarán que los visitantes no deambulen por los pasillos y dependencias más que lo necesario para llegar al lugar donde concretamente se dirijan. – Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos. – Excepcionalmente, lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o que no puedan realizarlo por sí mismos, atendiendo a las indicaciones de los Supervisores de planta o servicio o personas que los sustituyan legalmente en sus ausencias. – Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda éste ser movido sólo por el enfermero o el auxiliar de enfermería, ayudarán en la colocación y retirada de las cuñas para la recogida de excretas de esos pacientes. – Ayudarán al personal Sanitario o personas encargadas a amortajar a los enfermos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio.

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CAPÍTULO 6. ACTUACIONES DEL CELADOR EN LAS HABITACIONES DE LOS ENFERMOS Y EN LAS ESTANCIAS COMUNES [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Funciones de los Celadores en las habitaciones de los enfermos (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Acceso y estancia de visitas en las habitaciones, comportamiento de los visitantes y enfermos, actuación ante desperfectos de una habitación, armazón para volteo, asistencia según las necesidades asistenciales (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Concepto de cuadro balcánico (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Condiciones de temperatura y humedad en las habitaciones, características de la cama articulada, mal uso de enseres y ropa de la Institución, ruidos en las habitaciones, manejo de las persianas, acceso y estancia de visitas en las habitaciones, concepto de barandillas de seguridad, funciones del Celador en las habitaciones de los enfermos (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Montaje de un cuadro balcánico, desperfectos en las habitaciones de los enfermos, accesorios de la cama, responsable de una planta de hospitalización, cama de somier rígido (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Concepto de centinelas de la cama, características de las ruedas de las camas, dimensiones de una cama hospitalaria, cama de Gatch, concepto de unidad del paciente, límites de camas en cada habitación, iluminación piloto, actuación ante la visita médica, funciones de la gobernanta (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Control de visitas (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Situación de la cama hospitalaria (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Control del comportamiento de las visitas, tipos de colchón (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Temperatura de las habitaciones, concepto de unidad del paciente, tablas de cama, camas más utilizadas, actuación ante el uso indebido de enseres y ropa, cama de somier rígido, camas para la prevención de úlceras, cama electrocircular, características del armazón de Balkan (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones de repaso de la lenceria, funciones de los Celadores en las habitaciones de los enfermos (Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Utilidad del arco de la cama, cuadro balcánico, condiciones medioambientales de la habitación de los enfermos (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 2Funciones del Celador en las habitaciones de los enfermos (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010). 125

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1. Conceptos fundamentales 2. Movilización de pacientes 3. Principios de mecánica corporal para la correcta manipulación de personas inmovilizadas 4. Técnicas de movilización de pacientes con importantes limitaciones de movilidad 5. Traslados 6. Deambulación del paciente 7. Actuación del Celador en el servicio de rehabilitación

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El traslado y la movilidad de enfermos. Actuación del Celador en el servicio de rehabilitación y fisioterapia

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1. Conceptos fundamentales Dos de las funciones más importantes de los Celadores de Instituciones Sanitarias son el traslado de los enfermos, en camilla o en silla de ruedas, a las consultas o dependencias de la institución (también en el servicio de ambulancias) y la participación junto con otros profesionales en la movilización de pacientes. Para llevar a cabo este cometido el Celador debe conocer una serie de conceptos, que ayudarán a realizar su labor correctamente.

1.1. Ejes y planos en el espacio Para conocer mejor las estructuras anatómicas, el cuerpo humano puede ser dividido en planos y ejes. Los principales son: – Eje longitudinal. Es aquel que recorre el cuerpo en toda su longitud. – Eje transversal. Va de derecha a izquierda y es perpendicular al anterior. – Eje sagital. Posee una orientación de adelante hacia atrás. Existe una correspondencia entre cada uno de estos ejes básicos y una serie de planos principales, que se utilizan como referencia para situar y orientar las diferentes posiciones del paciente en el espacio. Estos planos son los siguientes: – Plano sagital o plano medio. Es un plano vertical que atraviesa longitudinalmente el cuerpo (está situado en la línea media del cuerpo). Lo divide en dos mitades especulares, derecha e izquierda. – Plano transversal u horizontal. Se trata de un plano que divide el cuerpo en una zona superior y una zona inferior. Es perpendicular al plano sagital. – Plano coronal medio o frontal. Es el plano que, situado a la altura de la sutura coronal, divide el cuerpo en una parte anterior y una parte posterior. Es paralelo a la frente. – Plano oblicuo. Presenta una angulación de 45º respecto al plano sagital y al plano frontal.

1.2. Regiones y cavidades del cuerpo humano Clásicamente, en el cuerpo humano se han descrito dos cavidades situadas en el tronco, que se hallan separadas por el diafragma: la cavidad torácica y la cavidad abdominal. – Cavidad torácica: en ella se encuentran la cavidad pleural, la cavidad pericárdica y el mediastino, de situación central, y que se sitúa entre ambos pulmones, la columna vertebral y el diafragma. – Cavidad abdominal: contiene la cavidad peritoneal y la cavidad pélvica. Además de las cavidades antes referidas existen otras regiones anatómicas, como son: extremidades superiores, inferiores, cabeza, tórax y abdomen. El abdomen se ha dividido clásicamente en nueve cuadrantes: 128

– Cuadrantes superiores: hipocondrio izquierdo, hipocondrio derecho y epigastrio.

CAPÍTULO 7. EL TRASLADO Y LA MOVILIDAD DE ENFERMOS [[[[\

– Cuadrantes medios: vacío renal derecho, vacío renal izquierdo y zona periumbilical. – Cuadrantes inferiores: fosa ilíaca izquierda, fosa ilíaca derecha e hipograstrio en el centro.

1.3. Direcciones de los movimientos Describen los movimientos y cambios de posición que efectúen los miembros en las distintas situaciones: – Flexión: movimiento que implica plegar o doblar una extremidad sobre una articulación. – Extensión: movimiento que implica extender o estirar una extremidad sobre una articulación. – Abducción: movimiento de alejamiento del plano medio. – Aducción: movimiento de acercamiento al plano medio. – Eversión: cambio de dirección hacia fuera. – Rotación: movimiento de giro sobre un eje. – Circunducción: movimiento circular alrededor del eje del cuerpo. – Pronación: giro del antebrazo que coloca la palma de la mano hacia atrás o hacia abajo. – Inversión: cambio de dirección hacia dentro.

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a. Abducción

b. Adducción

– Supinación: giro del antebrazo que coloca la palma de la mano hacia delante o hacia arriba.

a. Pronación

b. Supinación

1.4. Posiciones anatómicas básicas 1.4.1. Concepto Se conocen como posiciones básicas del paciente encamado, todas aquellas posturas o posiciones que el paciente puede adoptar en la cama, camilla, mesa de exploraciones, etc., que son de interés para el manejo del enfermo por el personal sanitario y no sanitario y, de manera especial, por el Celador.

1.4.2. Tipos de posiciones anatómicas Son las siguientes: a) Posiciones de decúbito: – Decúbito supino o dorsal o posición anatómica. – Decúbito lateral izquierdo o derecho. 130

– Decúbito prono.

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b) Posición de Fowler. c) Posición de Sims o semiprona. d) Posición ginecológica o de litotomía. e) Posición mahometana o genupectoral. Los cambios frecuentes de postura en los pacientes encamados tienen como finalidad: – Evitar la aparición de isquemia en los llamados puntos de presión, debido a la acción de la gravedad y al propio peso. – Evitar que la ropa que cubre la cama roce la piel y llegue a producir lesiones. – Prevenir la aparición de úlceras por presión (anteriormente denominadas úlceras por decúbito). – Proporcionar comodidad al paciente. Para ello el Celador debe prestar atención a que: – Las sábanas estén limpias, secas y bien estiradas. – Las zonas de mayor presión corporal estén protegidas. – Las piernas estén estiradas y los pies formen ángulo recto con el plano de la cama. Para realizar los cambios posturales se necesitan los siguientes materiales: – Almohadas y cojines. – Férulas. – Ropa limpia para cambiar la cama. – Protectores de protuberancias si fueran necesarios. Definimos los cambios posturales como las modificaciones realizadas en la postura corporal del paciente encamado para evitar patologías derivadas de la inmovilidad (úlceras por presión, atrofia muscular, etc.). – El enfermo no permanecerá nunca más de tres horas en la misma posición. Deberá ser colocado sucesivamente en decúbito supino, lateral derecho e izquierdo y prono, tanto durante el día como por la noche. – Los decúbitos laterales se llevarán a cabo inclinando al paciente sobre un lado y apoyándole la espalda con almohadas, las piernas se doblarán según el lado del que esté y entre las rodillas se pondrá un cojín. – El programa de cambios posturales debe estar previsto para el día y la noche, de manera que se consiga una continuidad entre las diferentes personas que cuidan durante las 24 horas al paciente. Generalmente se realizan cada 2-3 horas para prevenir la aparición de úlceras, salvo en los casos en que la presión es mayor (posición de sentado donde se descarga todo el peso en una sola zona), los cambios se tratan cada 15 o 30 minutos. Siempre que la enfermedad lo permita se recomendará al paciente que camine o cambie de posición frecuentemente en la cama. Programa de cambios posturales

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Úlcera por presión

1.4.3. Posiciones de decúbito Posición de decúbito dorsal, supino o anatómica: El paciente está acostado sobre su espalda. Sus piernas están extendidas y sus brazos alineados a lo largo del cuerpo. El plano del cuerpo es paralelo al plano del suelo. Se puede colocar un pequeño cojín bajo la zona lumbar para mantener la curvatura anatómica. Es una posición utilizada para la exploración del tórax, abdomen, piernas y pies así como para la palpación de las mamas en las mujeres. Se emplea para comenzar con la higiene del enfermo y como punto de partida para diferentes movilizaciones. Junto con una tabla bajo el colchón y con almohadas se utiliza en los traumatismos dorso-lumbares.

Posición de decúbito lateral izquierdo y derecho El paciente se halla acostado de lado. Las piernas extendidas y los brazos paralelos al cuerpo. El brazo inferior, es decir, el que queda del lado sobre el que se apoya, está ligeramente separado y hacia delante, evitando que quede aprisionado debajo del peso del cuerpo. La pierna que no está en contacto con la superficie de apoyo, está ligeramente flexionada para dar mayor estabilidad.

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El eje del cuerpo es paralelo al suelo. Es una posición que se emplea para realizar cambios posturales en los enfermos encamados. También para la administración de enemas de limpieza, para evitar broncoaspiraciones en pacientes que presentan vómitos o para realizar la higiene del paciente (zona anal, genital, etc.). Es de mucha utilidad en las embarazadas para evitar el “síndrome de hipotensión en decúbito supino” que se produce como consecuencia de la compresión del útero sobre la vena cava inferior.

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Posición de decúbito prono También llamado decúbito ventral. El enfermo se encuentra acostado sobre su abdomen y pecho (tumbado boca abajo). La cabeza girada lateralmente. Las piernas extendidas y los brazos también extendidos a lo largo del cuerpo. El plano del cuerpo paralelo al suelo. Esta posición se utiliza para las exploraciones de espalda, así como alternativa para cambios posturales.

Las tres posiciones son fundamentales para los enfermos encamados, ya que los cambios posturales realizados frecuentemente (cada 2-3 horas) evitan la aparición de úlceras por presión, al evitar una presión excesiva, mantenida durante mucho tiempo sobre una parte o zona corporal.

1.4.4. Posición de Fowler El paciente se halla semisentado, con la cabecera levantada formando un ángulo de 45º. Las piernas están ligeramente flexionadas (semiflexionadas) y los pies en flexión dorsal. Existen dos variantes que se denominan posición de semiFowler en la que la inclinación es de 30º, y se utiliza básicamente para cambios posturales y para transporte del enfermo (cuando su estado lo permita) y la posición de Fowler alta en la que la inclinación es de 90º.

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Los enfermos con patologías cardiacas, digestivas como la hernia de hiato y respiratorias (enfermedades pulmonares obstructivas crónicas –EPOC–), tales como el asma, enfisema, bronquitis crónica, etc., prefieren esta posición para estar en la cama, puesto que facilita la respiración. Se utiliza para cambios posturales y exploraciones de cabeza, ojos, cuello, oídos, nariz (otorrinolaringología), garganta (ej. cambios de cánula traqueal) y pecho. Es una posición usada muy frecuentemente en los traumatismos costales.

1.4.5. Posición de Sims También llamada posición de semiprono o inglesa. Es similar al decúbito lateral izquierdo, pero el brazo que queda en la parte inferior se lleva hacia atrás y el otro se coloca en flexión del codo. La cadera superior y rodilla del mismo lado están flexionadas sobre el pecho. La cabeza está girada lateralmente. En esta posición se colocan los enfermos inconscientes para facilitar la eliminación de las secreciones y evitar la broncoaspiración. Es una posición frecuente para la exploración del recto. También se utiliza en la administración de enemas y medicamentos por vía rectal. Es en esta posición donde se colocan las sondas rectales.

1.4.6. Posición ginecológica También llamada de litotomía. La paciente se halla acostada boca arriba. Las piernas separadas y colocadas sobre los estribos. Rodillas y cadera flexionadas 90º. Muslos en abducción. Esta posición es utilizada en ginecología para el examen manual de pelvis, vagina, recto y para la exploración de la embarazada. Es también la posición a adoptar en el parto.

1.4.7. Posición de Trendelenburg 134

El enfermo se coloca como en decúbito supino, pero a diferencia de aquella posición, el plano del cuerpo está inclinado 45º respecto al plano del suelo. La cabeza del paciente está mucho más baja que los pies.

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En esta postura hay que colocar a los pacientes con shock hipovolémico, desmayos, lipotimias para intentar restablecer y salvaguardar el riego sanguíneo cerebral.

1.4.8. Posición de Morestin o antiTrendelenburg o Trendelenburg inversa Es la posición contraria a la anterior en la que el plano del cuerpo está inclinado 45º respecto al plano del suelo pero la cabeza está mucho más elevada que los pies. Esta posición es utilizada en pacientes que presenten problemas digestivos con reflujo gastrointestinal, hernias de hiato y enfermedades respiratorias.

1.4.9. Posición genupectoral También conocida con el nombre, aunque menos frecuente, de posición mahometana. El paciente adopta una posición similar a la que adoptan los mahometanos para sus prácticas religiosas. El paciente se coloca boca abajo apoyado sobre su pecho y rodillas. Para colocarse en esta posición primero se arrodilla y luego flexiona su cintura de forma que sus caderas quedan arriba y la cabeza abajo en el suelo. Sirve para extraer fecalomas, exploraciones del recto y ano, etc.

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1.4.10. Clasificación según su finalidad terapéutica Otra clasificación de las posiciones anatómicas que podemos encontrar en diferente bibliografía consultada es la diferenciación entre posiciones quirúrgicas y no quirúrgicas.

Posiciones no quirúrgicas: – Posiciones decúbito: *

Posición decúbito dorsal, supino o anatómica.

*

Posición de decúbito lateral izquierdo y derecho.

*

Posición de decúbito prono.

– Posición de Fowler. – Posición de Sims.

Posiciones quirúrgicas: – Posición de litotomía o ginecológica. – Posición de Trendelenburg. – Posición genupectoral. – Posición de Morestin.

Posición de Trendelenburg

Posición de Morestin

2. Movilización de pacientes Definimos movilización como el desarrollo de un programa de ejercicios encaminado a conseguir el restablecimiento de las funciones disminuidas por la enfermedad. Hay dos tipos de movilización: – Activa: las realiza el propio paciente bajo la supervisión del profesional. Consiste en la movilización de los segmentos corporales que quiera ejercitar por medio de los músculos y articulaciones de esos segmentos. 136

Se puede realizar con resistencia o contrarresistencia (poleas, manos, etc.).

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– Pasiva: son realizadas sobre los distintos segmentos corporales del paciente por fisioterapeutas. Se trata de pacientes que, por su incapacidad o bien por indicación médica, no pueden realizar el esfuerzo que requiere el ejercicio. La inmovilidad se define como la disminución o interrupción de la capacidad para desempeñar las actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras o también como la incapacidad para desplazarse de forma independiente en su espacio vital.

2.1. Causas del inmovilismo El conjunto de causas desencadenantes de inmovilidad lo podemos dividir en dos grandes grupos:

Causas físicas Dentro de las causas físicas se encuentra el envejecimiento fisiológico, el cual es responsable de una disminución de las facultades físicas y psíquicas y, como consecuencia de ello, podrá llegar la inactividad del anciano. El otro gran grupo de causas físicas que son productoras de inmovilidad tenemos que relacionarlo con determinadas enfermedades: – Enfermedades musculoesqueléticas: son responsables de dolor y rigidez (osteoporosis, artrosis, fracturas, etc.) y es una de las causas más frecuentes de invalidez. – Enfermedades neurológicas: las más frecuentes son la enfermedad de Parkinson, los accidentes cerebrovasculares, las neuropatías, etc. – Enfermedades cardiorrespiratorias: insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, vasculopatías periféricas, cardiopatía isquémica, etc. – Alteraciones de la marcha y el equilibrio: hipotensión ortostática, caídas, síndrome postcaída, problemas podológicos, etc. – Pérdidas sensoriales auditivas y de visión: presbiacusia, tapones de cera, presbicia, cataratas, glaucoma, etc. – Enfermedades endocrinometabólicas: diabetes mellitus, hipotiroidismo, deshidratación, hiponatremia, etc. – Enfermedades agudas: traumatismos, fracturas, posoperatorio, etc.

Causas psíquicas Dentro del conjunto de causas psíquicas que pueden desencadenar un síndrome de inmovilismo se encuentran: la depresión, las demencias y los estados confusionales. Además de estos grandes grupos reseñados como elementos clave en el síndrome de inmovilismo, no debemos desmerecer la repercusión que tienen otros elementos como los que se citan a continuación: las recomendaciones erróneas de reposo, el consumo de determinados fármacos, la hospitalización, las barreras arquitectónicas en el domicilio y en el exterior, la ausencia de ayudas técnicas, la falta de apoyo social y la soledad y el aislamiento.

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2.2. Consecuencias del inmovilismo Las repercusiones en la movilidad son: 1. En la función respiratoria: se presenta una disminución en los requerimientos de oxígeno y tiende instintivamente a respirar de forma más lenta y superficial. La capacidad ventilatoria disminuye, por lo que se produce un aumento de gases residuales. Hay un decrecimiento de secreciones, que puede acumularse y favorecer el medio para el crecimiento bacteriano (infección respiratoria). 2. En la función motriz: hay una pérdida de tono muscular unida a la posibilidad de aparición de contracturas y de dolor (lumbalgias), alterando o lesionando el tejido muscular. Aparición de atrofia muscular progresiva. 3. En la función cardiovascular: aparece hipotensión ortostática, con aumento del trabajo cardiaco, además de la posibilidad de formación de trombos. 4. En la función gastrointestinal y metabólica: puede darse un problema de alteración nutricional con anorexia, deshidratación o alteración de la temperatura corporal. Aparición de estreñimiento. 5. En la función urinaria: puede darse una alteración en el vaciado vesical (retención urinaria), con riesgo de infección y formación de cálculos. 6. En la integridad cutánea (sistema tegumentario): dos son las problemáticas que con mayor frecuencia afectan la integridad de la piel. Por un lado las úlceras por presión, sobre las que la presión mantenida y el tiempo expuesto a ella juegan un papel crucial para su aparición. Y, por otro, las dermatitis de pañal ligadas a la incontinencia urinaria. 7. En la función cognitiva: la presencia de una deprivación sensorial al disminuir los estímulos sensoriales (visuales, auditivos, táctiles…) lo que le hará cada vez más dependiente.

3. Principios de mecánica corporal para la correcta manipulación de personas inmovilizadas Las reglas básicas para los Celadores que realizan cambios posturales y transporte de personas son las siguientes: 1. Proporcionar una base amplia de apoyo, manteniendo separados los pies, uno ligeramente delante del otro. Se sabe que la estabilidad de un objeto es mayor cuando tiene una base de sustentación ancha y un centro de gravedad bajo.

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2. Hacer el máximo uso de su centro de gravedad sosteniendo los objetos cerca del cuerpo. La fuerza requerida para mantener el equilibrio del cuerpo aumenta conforme la línea de gravedad se aleja del punto de apoyo.

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3. Proteger la espalda: – No doblarla incorrectamente. – Hacer uso de los músculos de las piernas para moverse y levantarse. De este modo el levantamiento estará a cargo de los músculos más grandes y fuertes (abdominales y glúteos) que no se fatigan tan rápidamente como los pequeños. – Considerando exclusivamente la fuerza, el ángulo de tracción óptimo para cualquier músculo es de 90 grados. 4. Contraer los músculos abdominales y glúteos para estabilizar la pelvis antes de movilizar un objeto. Esto protege los ligamentos y articulaciones contra la tensión y las lesiones. Espirar en el momento de la fuerza. 5. Reducir al mínimo la fricción o el roce entre el objeto en movimiento y la superficie en que está siendo movida. Esto requerirá menos energía. Poner a favor del cuidador la fuerza de gravedad, a ser posible no trabajar en contra de ella. 6. Hacer que alguien le ayude o usar un medio mecánico, cuando se tenga alguna sospecha de que la carga resulte demasiado pesada o difícil. 7. Colocar correctamente el pie en dirección hacia donde debe hacerse el giro para no hacerlo con la columna. 8. Utilizar el contrapeso del propio cuerpo para aumentar la fuerza aplicada al movimiento. 9. Ayudarse con puntos de apoyo exteriores. 10. Siempre es mejor empujar o deslizar un objeto que tirar. 11. Trabajar, si es posible, a una altura adecuada. Demasiado alto: hipertensión lumbar. Demasiado bajo: espalda doblada. 12. Antes de mover a un enfermo es necesario saber qué enfermedad o lesión tiene, si se le puede mover y por dónde se le puede coger. 13. Explicarle lo que se le va a hacer y buscar su colaboración.

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4. Técnicas de movilización de pacientes con importantes limitaciones de movilidad Antes de iniciar cualquier movimiento explique al enfermo lo que vamos a hacer y el procedimiento a seguir. Pídale que participe y ayude en la medida de lo posible, salvo contraindicaciones. Los pasos previos a toda movilización son: 1. Preparar el material que vamos a utilizar. 2. Frenar la cama. 3. Lavado de manos. 4. Solicitar información acerca del paciente (al médico, enfermera, fisioterapeutas, etc.). Es importante saber que no existe contraindicación alguna. 5. Observar con detención al paciente (sondas, sueros, drenajes, sistemas de inmovilización, etc.). Los tubos de drenaje estarán en todo momento más bajos que el paciente para drenar favoreciendo la gravedad, la bolsa de orina por debajo de la altura de la vejiga para que no exista rebosamiento de orina y los botes de sueros (gotero) colocados en los soportes del cabecero preparado para tal fin. Si hay alguna incidencia con el gotero o con los drenajes se le comunicará al personal sanitario responsable del paciente. 6. Hablar con el paciente; explicarle lo que vamos a realizar. Averiguar su estado anímico (valoración mental); valoración física de las partes de su cuerpo que mueve con facilidad y cuáles no. 7. Utilizar ayudas mecánicas cuando sea posible, en caso contrario adoptar una posición adecuada (mecánica corporal).

4.1. Movilización del paciente imposibilitado en la cama Una de las funciones más importantes del personal sanitario es la de mover y acomodar al paciente en la cama, de forma que se sienta confortable y cómodo. Con una sistemática de cambios posturales frecuentes y buenas posiciones se evitan las úlceras por presión. Además, al realizar movilizaciones frecuentes se mejora el tono muscular, la respiración y la circulación. Para ello es necesario colocar al paciente en unas posiciones o posturas especiales. A la hora de movilizar al paciente encamado hay que tener en cuenta su estado y saber si éste está en condiciones de colaborar o no y si es posible su ayuda para cambiarlo de postura.

A) Cuando el paciente no colabora 140

Cuando no es posible la colaboración del enfermo/a para hacer un cambio postural, hay que hacerlo entre dos Celadores.

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Se lleva a cabo de la siguiente forma: a) Se coloca un Celador al lado derecho y otro al lado izquierdo de la cama, frente al enfermo/a. b) Los pies del Celador deben estar separados y las rodillas ligeramente flexionadas. c) Se retira la almohada al paciente. d) Cada Celador introduce un brazo por debajo del hombro del paciente y el otro por debajo del muslo. Se sujeta al paciente y se va levantando con cuidado hasta llevarlo a la posición deseada. Otra forma de hacerlo es colocándose los dos Celadores al mismo lado de la cama. a) Un Celador coloca uno de sus brazos por debajo de los hombros del enfermo y el otro brazo por debajo del tórax. b) El otro desliza los brazos a la altura y por debajo de la región glútea. Se eleva con cuidado hasta llevarlo a la posición deseada. c) Alinear correctamente el cuerpo del paciente.

B) Cuando el paciente colabora Cuando es posible la colaboración del enfermo/a para hacer un cambio postural, puede hacerlo una sola persona. a) Debe colocarse al lado de la cama del enfermo, frente a él y a la altura de su cadera. b) Indicarle al enfermo que se agarre a la cabecera de la cama y flexione sus rodillas colocando la planta de los pies apoyada sobre la superficie de la cama.

c) El Celador debe colocar sus brazos por debajo de las caderas del paciente. d) Pedirle que haga fuerza con sus pies y brazos intentando elevarse. En ese momento los brazos del Celador deben ayudarle a subir hacia la cabecera. e) En la posición anterior puede desplazarse incluso sólo si se encuentra ágil.

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4.2. Movilización del paciente con ayuda de una sábana Se realiza entre dos Celadores o bien entre un Celador y un auxiliar de enfermería, uno a cada lado de la cama. a) Doblar la sábana en su ancho a la mitad. b) Hacer un segundo doble en su largo a la mitad.

c) Colocarla al paciente por debajo, de forma que llegue desde el hombro hasta el muslo. d) Se enrolla la sábana por los laterales sujetándola cada persona fuertemente, pudiendo mover al paciente hacia cualquier lado de la cama.

4.3. Procedimiento para mover al enfermo hacia el borde de la cama Su empleo está justificado en todo enfermo que por cualquier circunstancia no coopere. Los pasos a seguir son: 1. El Celador se ubicará en el lado de la cama hacia donde se moverá al enfermo. Esta posición va a evitar que el paciente se caiga. 2. Quitar la ropa de la cama, a excepción de la sábana encimera que quedará cubriendo al paciente. 3. Colocar el brazo del paciente que se encuentre más cercano a nosotros a lo largo de su tórax. De esta manera se evita la resistencia al movimiento del paciente y se impide que se lesione el brazo.

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4. Colocar un pie delante del otro y flexionar las rodillas; de esta forma aseguramos el uso del grupo de músculos de las piernas más adecuados durante el movimiento.

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5. Situar un brazo debajo del hombro más alejado del paciente, de forma que la cabeza de éste descanse en el antebrazo manteniendo el codo doblado. Poner el otro brazo debajo de la curvatura lumbar del paciente. 6. Tensar los músculos glúteos y abdominales, para de esta forma prepararlos para el movimiento y proteger a la vez a los órganos internos de lesiones. 7. Tirar de la cabeza, hombros y tórax del paciente hacia el lado que se quiere mover, balanceándose hacia atrás y cambiando el propio peso al pie trasero. 8. Para mover la zona de los glúteos del paciente, poner un brazo debajo de la cintura de éste y el otro debajo de los muslos. Repetir los pasos 6 y 7 tirando de los glúteos. 9. Para mover los miembros inferiores del paciente, situar un brazo debajo de los muslos y el otro debajo de las piernas. Repetir los pasos 5 y 6 tirando de las piernas.

4.4. Procedimiento para colocar al enfermo en decúbito lateral Este procedimiento se lleva a cabo con el objeto de aliviar las zonas de presión potencial desde la posición anterior, para proporcionar comodidad, para realizar la higiene de la zona posterior del cuerpo, para la ejecución de curas en la misma zona mencionada anteriormente, etc. Los pasos a desarrollar son: 1. Verificar que el enfermo no se encuentra muy cerca del borde de la cama. Si lo está, hay que moverle hacia el centro. 2. Desnudar la cama, dejando únicamente cubierto al enfermo con la encimera. 3. Situarse en el lado de la cama hacia el que se quiere girar al enfermo. 4. Colocar un pie delante del otro.

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5. Situar el brazo del paciente que se encuentre más cerca lo más próximo a ti que puedas y fuera de su cuerpo. Realizando esta maniobra se impedirá que el paciente ruede sobre él. 6. A continuación flexiona el otro brazo del paciente sobre su tórax y coloca la pierna más alejada sobre la más cercana. Al tirar hacia adelante del brazo y de la pierna más alejados se facilita que el paciente se vuelva hacia este lado. 7. Tensa tus músculos glúteos y abdominales y flexiona tus rodillas. 8. Coloca una mano sobre el hombro más alejado y la otra sobre la cadera más alejada. 9. A continuación gira al paciente hacia ti balanceándote hacia atrás y cambiando el peso hacia el pie trasero a la vez que flexionas tu rodilla y bajas la pelvis. 10. Finalmente proceder a la alineación correcta del paciente y a la colocación de la ropa de la cama.

4.5. Procedimiento para mover al enfermo hacia arriba de la cama Estos procedimientos también se pueden emplear para los cambios posturales.

Primer Procedimiento Se emplea cuando los enfermos no cooperan, lo cual implica que se necesitan para llevarlo a cabo dos Celadores. Los diferentes pasos a seguir son: 1. Explicar al paciente el procedimiento. 2. Quitar la almohada. 3. Cada uno debe de colocarse a un lado de la cama con el cuerpo girado ligeramente hacia la cabecera de la cama, con el pie más cercano a la cabecera de la cama mirando en esa dirección y con las rodillas flexionadas. 4. A continuación cada Celador colocará su brazo más cercano al hombro del paciente por debajo de éste mientras que el otro lo colocarán debajo de los muslos del paciente. 5. Finalmente, proceder a levantar y mover al enfermo manteniendo las rodillas rectas. No debemos olvidar que el grupo de músculos que interviene de forma decisiva en el levantamiento del paciente es el de los miembros inferiores.

Segundo Procedimiento Tiene la misma indicación que el anterior pero se lleva a cabo con la sábana de arrastre. Para su ejecución es necesaria también la presencia de dos Celadores. 1. Desnudar la cama, dejando únicamente cubierto al enfermo con la sábana encimera. 2. Cada uno se situará a un lado de la cama.

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3. Para la colocación de la sábana se pondrá primero al paciente a un lado de la cama y por el lado que queda libre se colocará la sábana doblada por la mitad. A continuación se volverá al paciente hacia el otro lado de la cama y el Celador que ahora queda libre terminará de colocar la sábana.

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4. Coger la sábana entre los dos Celadores y, a la vez que se levanta al enfermo, moverlo hacia arriba. 5. Retirar la sábana siguiendo el mismo procedimiento que se ha empleado para colocarla.

Tercer Procedimiento Se ejecuta cuando el enfermo coopera. Se requiere sólo una persona. 1. Utilizar el procedimiento del entrecruzamiento de brazos para levantar al paciente y así poder retirar la almohada. 2. Acostar al enfermo de nuevo e indicarle que flexione las rodillas apoyando los pies en la cama y que se agarre al cabecero de la cama con las manos. 3. Seguidamente pasar el brazo que se encuentra más cercano al hombro del paciente por debajo del cuello de éste, mientras que el otro brazo lo situamos debajo de sus muslos. 4. Una vez que se esté preparado, se le indica al paciente que tire con sus manos hacia la cabecera, a la vez que se le ayuda moviendo su cuerpo hacia la misma. 5. Por último, se le coloca la almohada y se le arregla la cama.

4.6. Procedimientos para ayudar a un enfermo a ponerse de pie 4.6.1. Cuando el enfermo está acostado en su cama Se pueden emplear dos procedimientos:

Primer Procedimiento 1. Incorporar al paciente aplicando el procedimiento de entrecruzamiento de brazos. 2. A continuación proceder a girar las piernas del enfermo hacia nosotros, dejándolas caer por el borde de la cama. 3. Una vez que el enfermo se encuentra sentado en el borde de la cama, debemos colocar un pie delante de los pies del enfermo y el otro a un lado. Seguidamente le metemos por debajo de la axila la mano que tenemos libre. 4. El siguiente movimiento consiste en doblar nuestras rodillas para así obtener la fuerza necesaria para levantar de forma suave y rítmica al enfermo. Para facilitar aún más la movilización le indicaremos al enfermo que, mientras nosotros realicemos el movimiento, se apoye en nuestro hombro.

Segundo Procedimiento 1. Colocar al paciente en decúbito lateral (el tipo de decúbito lateral debe coincidir con el lado hacia el cual se va a levantar al paciente). 2. Elevar el segmento superior de la cama hasta conseguir un ángulo comprendido entre 45º y 60º. De esta forma la movilización requerirá menos esfuerzo y resultará más fácil.

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3. A continuación nos colocamos en la posición opuesta a las caderas del paciente. Esta posición mejora el equilibrio y previene la torsión de nuestro cuerpo. 4. El paso inmediato es pasar nuestro brazo más cercano a los hombros del enfermo por debajo de ellos, mientras que el otro brazo lo colocamos sobre el muslo más lejano. Con este movimiento prevenimos que el paciente se caiga hacia atrás cuando esté sentado. 5. Girar hacia la pierna de detrás de forma que las piernas del paciente se columpien hacia adelante y nuestro peso cambie a la pierna de atrás. 6. Una vez que el enfermo está sentado en el borde de la cama, proceder como en el primer procedimiento.

4.6.2. Cuando el enfermo está sentado en un sillón – Introducir nuestros brazos por debajo de los suyos. – Pedirle que sitúe uno de sus brazos alrededor de nuestra cintura. – A continuación flexionamos las rodillas manteniendo la espalda lo más recta posible y levantamos al paciente de forma suave y firme. – Mientras dura el proceso se debe proteger el cuerpo del enfermo con el nuestro.

4.7. Movilización en pacientes con afecciones graves en la movilidad Básicamente la movilización de pacientes con graves afecciones sigue el mismo procedimiento que la de pacientes inconscientes o no colaboradores, pero hay que tener en cuenta varios aspectos que, si no se realizan bien, pueden incluso agravar la patología del paciente; por ello es fundamental que el Celador se informe sobre los pacientes que debe movilizar y los identifique correctamente. Algunas situaciones de las que hay que tener en cuenta son: – Existen patologías en las que el movimiento está contraindicado; algunas de éstas son aquellas en las que el paciente presenta un traumatismo craneoencefálico o espinal con un aumento de la presión intracraneal.

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– Las personas con hemiplejía (parálisis de la mitad del cuerpo) y las que presentan tetraplejías (parálisis de las extremidades superiores e inferiores) necesitan constantemente del apoyo de los Celadores para cubrir sus necesidades básicas. Además, la inmovilidad puede provocar complicaciones por lo que debemos tener consciencia de regular el tono normal mediante posturas corregidas para evitar daños secundarios.

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Cuando se cambia de posición a un paciente con hemiplejía, el Celador debe colocarse del lado del que conserva su movilidad, de esta manera el paciente puede colaborar para realizar los cambios. Los Celadores, al igual que el resto de profesionales sanitarios, deben fomentar la autonomía del paciente y, cuando ésta no sea del todo posible, al menos propiciar al máximo posible su independencia. Cuando se pase a una persona hemipléjica de la cama al sillón debemos evitar que el pie del lado afectado se deslice a la hora de realizar el apoyo y que la rodilla del lado afecto se pueda doblar al realizar fuerza para erguirse. Para lograr la deambulación lo más pronto posible, se pone énfasis en el lado sano, que ayudará a compensar al lado afectado y la movilización se realizará con un apoyo externo (bastón en el lado sano). – Cuando la gravedad lo exija el movimiento del paciente politraumatizado o con traumatismos craneoencefálicos se hará con tres Celadores y bajo la supervisión del personal sanitario diplomado, de esta manera se aumenta la seguridad. – Cuando el paciente presenta fracturas y se encuentra encamado con aparatos de tracción por medio de pesas en los miembros inferiores, hay que realizar su higiene evitando que se pierda la alineación de las fracturas. Para ello, una persona debe presionar los miembros inferiores con la misma fuerza que realizan las pesas, mientras otra eleve al paciente y realiza la higiene de los genitales, glúteos y miembros inferiores. Tracción esquelética (cruentas) Para el tratamiento de algunas fracturas de fémur, tibia y columna cervical. La tracción se aplica directamente al hueso a través de un tornillo (Steinmann) o un alambre metálico (Kirschner). En la tracción esquelética se aplican 7 a 12 kg para obtener el efecto terapéutico. Tracción cutánea Para controlar los espasmos musculares e inmovilizar una zona antes de la cirugía. Se utilizan pesas sobre una cinta o pieza de hule-espuma unida a la piel. En la tracción cutánea se aplican 2 a 3 kg en una extremidad para obtener el efecto terapéutico. Tipos: tracción de extensión de Buck, dispositivo de tracción cervical y el cinturón pélvico. Elaboración propia a partir de “Enfermería médico-quirúrgica” Brunner y Suddarth. Editorial Mac Graw Hill

– En caso de pacientes tetrapléjicos, para realizar su higiene no se les debe girar hacia la posición de decúbito lateral, sino levantarlos en bloque para llevar a cabo la higiene posterior. – Al movilizar pacientes con fracturas en las extremidades inferiores y que como medida terapéutica las tienen enyesadas se sostiene la extremidad respetando su posición.

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– En la sala de reanimación con pacientes recién operados que tengan prescrito por el cirujano una movilización precoz, se pondrá especial atención en acomodar al paciente, alinearlo y el movimiento/levantamiento se hará por fases. Al comienzo se harán movilizaciones simples donde se precise menor ayuda del paciente. – Para proceder a la movilización de un paciente asistido por ventilación artificial debe estar presente un DUE/ATS que vigile los sistemas y conexiones del respirador, así como los tubos y cánulas, de manera que en ningún momento se altere o interrumpa la ventilación.

5. Traslados En las instituciones sanitarias los traslados constituyen una práctica diaria; son muy comunes los desplazamientos de pacientes de unas áreas a otras (generalmente a servicios como: radiología, quirófanos, etc.). En el Estatuto de Personal No Sanitario se recoge que los Celadores “tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución como en el servicio de ambulancias”. Cuando el Celador es requerido para trasladar un paciente a un determinado lugar del hospital, debe hacerlo con profesionalidad, proporcionando a la persona seguridad y bienestar. El traslado es la movilización del paciente de una zona a otra dentro del Hospital; para ello el Celador debe cumplir una serie de normas: – Cuando un Celador va a recoger a un paciente para trasladarlo a algún servicio del hospital se presentará a la supervisora o persona delegada de esta explicándole su misión. – Una vez que explica al paciente el propósito del traslado se comienza con este. Desde ese momento el Celador es el responsable del paciente y de la documentación que le acompañe. – Si no es un traslado urgente y el paciente está estable el traslado se hará proporcionando seguridad y bienestar al paciente y sin prisas. – Una vez llegado al destino el Celador, y si el paciente se queda allí, se volverá cuando la persona responsable se haga cargo de él. Hay dos medios habituales para el traslado de los enfermos: la silla de ruedas y la camilla. Se realiza el transporte en un medio u otro según sea el estado físico del paciente.

5.1. Traslados de la cama a la silla de ruedas Hay dos situaciones: a) Cuando el enfermo colabora. b) Cuando no colabora porque está imposibilitado. 148

CAPÍTULO 7. EL TRASLADO Y LA MOVILIDAD DE ENFERMOS [[[[\

5.1.1. Cuando el enfermo colabora Si el enfermo puede colaborar es suficiente con la ayuda de un solo Celador. Forma de hacerlo: – Se coloca la silla frenada en paralelo a la cama, con los soportes de los pies levantados. – Se coloca la silla con el respaldo en los pies al lado de la cama que se considere más conveniente para el paciente. Se extiende una manta sobre la silla. – Se ayuda al paciente a sentarse en la cama de la forma indicada y las piernas colgando hacia ese lado. – Se le pone la bata y las zapatillas. – Se le pide al paciente que coloque su brazo por encima de los hombros del Celador y éste, a su vez, debe pasar sus brazos por debajo de las axilas del paciente tratando de rodear su cintura. – Se le sujeta y se le ayuda a incorporarse de pie. – Ahora hay que indicarle que se gire hasta colocarse de espaldas a la silla. Indicarle a continuación que apoye sus manos sobre los apoyabrazos de la silla. – Está en disposición de sentarse, asegurándose de que queda bien sentado. – Se le cubre con la manta. Está en disposición de ser trasladado.

5.1.2. Cuando no colabora porque está imposibilitado Si el enfermo no puede colaborar no es suficiente con la ayuda de un solo Celador; es preciso la colaboración de dos. Forma de hacerlo: – Hasta sentar al paciente se hace de forma similar al caso anterior. – Los dos Celadores se colocan al mismo lado de la cama, uno a cada lado del paciente. – Cada Celador pasará un brazo por debajo de la axila del enfermo y el otro por debajo del muslo. Los Celadores se cogerán de las manos, y, poniéndose de acuerdo, levantarán al paciente al mismo tiempo hasta colocarlo en la silla. – Cubrirlo con la manta y asegurarse de que quede sentado cómodamente. Ya se puede trasladar.

5.2. Traslado de la silla de ruedas a la cama En ambos casos se hace siguiendo los pasos anteriores pero a la inversa.

5.3. Forma de transportar al paciente en una silla de ruedas Siempre se empuja por detrás, excepto cuando se sale o entra en el ascensor. En este caso se vuelve la silla y el Celador entra o sale primero que el paciente, caminando hacia atrás. 149

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De igual forma se hace cuando se cruza una puerta de hojas elásticas (volverá la silla y pasará el Celador antes que el paciente, caminando hacia atrás) o se baja una rampa (el Celador camina hacia atrás). Otros supuestos que ocurren muchas veces a lo largo de la jornada laboral de un Celador (sobre todo en urgencias) son: – El acompañar a un paciente en silla de ruedas hacia un vehículo cuando es dado de alta. Aquí se coloca la silla paralela al coche, frenada con los reposapiés levantados y se sigue el mismo procedimiento. – Levantar a un paciente del suelo (desmayo, lipotimia, etc.) para colocarlo en una silla de ruedas; para ello situamos la silla detrás del paciente y lo cogemos por las axilas levantándolo y llevándolo hacia atrás hasta sentarlo. Si el paciente está consciente puede colaborar sujetando los hombros de los que le van a sentar.

5.4. Traslado de la cama a la camilla La camilla se coloca en paralelo a la cama, en posición horizontal y pegada a ella, asegurándonos de que la cama y la camilla están frenadas. Debe retirarse la sábana y el cubre hacia atrás para poder colocar al paciente. Según la constitución del paciente se necesitan dos o tres Celadores.

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Es importante respetar la intimidad de los pacientes; para ello, además de utilizar biombos o separadores, se cubrirán con una sábana.

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Forma de hacerlo: – Uno de los Celadores coloca uno de sus brazos por debajo de los hombros del paciente y el otro brazo por debajo de la espalda. – El otro Celador debe colocar uno de sus brazos bajo la región sacra del paciente (nalgas) y el otro debajo de las rodillas. Si fuera necesario una tercera persona se encargaría de cogerle a la altura de los pies. Los tres al unísono deben levantar al paciente y colocarlo en la camilla. – Se cubre el cuerpo del paciente con la ropa de la camilla. – Si el paciente llevase una sonda colocada o un gotero de perfusión, la tercera persona se encargará de atenderlo, mientras que los dos Celadores restantes harían el traslado. En este caso el primer Celador colocaría uno de sus brazos bajo los hombros del paciente y el otro brazo bajo la cintura. El segundo Celador colocaría uno de sus brazos debajo de la región sacra y el otro debajo de los muslos.

5.5. Forma de transportar a un paciente en camilla El Celador siempre va detrás de la cabecera del paciente, colocando al paciente de cara al sentido de la marcha. Los pies del paciente van por delante. Al entrar en el ascensor, primero pasa la cabecera de la camilla y, al salir del mismo, primero salen los pies del paciente. El Celador camina hacia atrás al entrar en el ascensor. Lo mismo ocurre al subir y bajar una rampa; al subir el Celador empuja la camilla por los pies y al bajarla el Celador se coloca delante de la camilla y camina de espaldas a la pendiente.

6. Deambulación del paciente 6.1. Técnica para caminar correctamente Una vez que se consigue la bipedestación (mantenerse parado en ambos pies) se comienza a entrenar la deambulación. En la deambulación el paciente debe empezar adoptando la llamada posición de pie correcta. Para ello debe adelantar una pierna a una distancia que le resulte cómoda inclinando a la vez la pelvis ligeramente hacia delante y abajo. Al posar el pie, debe apoyarse en el suelo en primer lugar el talón seguido de la protuberancia situada en la base de los dedos y finalmente los dedos. A la vez que se hacen los movimientos anteriores se adelanta la otra pierna y el brazo para que se mantenga el equilibrio y la estabilidad. Para evitar accidentes es muy importante que el Celador esté continuamente atento a los movimientos del paciente.

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6.2. Técnica para el uso de bastones en la deambulación

Poner el bastón a unos 10 cm de la pierna no afectada. Distribuir el peso entre los pies y el bastón

A continuación se desplazará el peso a la pierna no afectada y se moverá el bastón unos 10 cm por delante del cuerpo

Desplazar el peso a la pierna no afectada y al bastón. Mover la pierna no afectada por delante del bastón. Si se ha dado correctamente este paso, el talón quedará ligeramente más allá del extremo del bastón

Mover el pie o pierna afectada hacia adelante, de forma que quede paralelo con el bastón

Adelantar la pierna afectada, de forma que quede paralela a la otra pierna

Movimientos a seguir para una deambulación correcta con bastón

El uso de bastones en la deambulación proporciona apoyo y seguridad al caminar y disminuye el esfuerzo que tiene que realizar el paciente para desplazarse. El uso de bastón está indicado en pacientes que presentan algún tipo de lesión unilateral, pérdida del equilibrio o problemas inflamatorios de una articulación que causa dolor al apoyarse y precisa de descarga. Por el contrario, el uso de bastón está contraindicado cuando la afectación es bilateral, en cuyo caso es preferible la utilización de muletas o las andaderas. La longitud del bastón debe adaptarse a la talla del paciente y debe extenderse desde el trocánter mayor hasta el suelo. El extremo del mismo para su apoyo debe tener un regatón de goma que evite que éste resbale en determinado tipo de suelos.

6.3. Técnica para el uso de muletas en la deambulación Hay tres tipos fundamentales de muletas:

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– De aluminio o madera, que son las muletas de uso habitual: es frecuente su uso en casos de enyesado de miembro inferior o esguinces. Su utilización exige fuerza de la mitad superior del cuerpo y de las extremidades superiores.

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– Muletas de Lofstrand o muletas para antebrazo: tienen un anillo que se adapta al antebrazo y una asidera para apoyarse. Se utilizan para personas que no tienen fuerza en la parte inferior del cuerpo. Se suelen utilizar en pacientes parapléjicos. – Muletas de plataforma: presentan superficies forradas o acolchadas. Son utilizadas en pacientes que no pueden soportar la descarga del peso corporal sobre sus muñecas. Está indicado el uso de muletas en el caso de lesión o debilidad de los miembros inferiores en los que no es recomendable descargar el peso del cuerpo sobre ninguno de los miembros.

Para el uso de muletas es necesario: 1. Seleccionar el tipo de muleta que se debe utilizar. 2. Graduarla en altura estando el paciente de pie, ajustándolas a la talla del mismo. Los artefactos deben quedar situados 4-5 cm por debajo de la axila. Al apoyarse sobre ellas los codos del paciente deben quedar ligeramente flexionados formando un ángulo de 15 grados. 3. Hay que indicarle al paciente el tipo de marcha que debe realizar con las muletas en función de la lesión que presenta. 4. Enseñarle la marcha utilizando la secuencia de apoyo para caminar de cuatro puntos, tres puntos o dos puntos, según que pueda soportar peso en ambas piernas, pueda soportar algo de peso sobre una pierna, o no pueda soportar ningún peso sobre ellas. Para la secuencia de apoyo sobre cuatro puntos debe indicársele que apoye muleta derecha, pie izquierdo, muleta izquierda, pie derecho. Para la marcha sobre tres puntos debe avanzar primero ambas muletas y la pierna afectada y luego que adelante la pierna sana soportando el peso sobre ambas muletas. Para realizar la marcha sobre dos puntos hay que ejecutar un tipo de marcha oscilante que consiste en la alternancia de brazos y pies. Debe avanzar simultáneamente muleta derecha y pie izquierdo, seguida de muleta izquierda y pie derecho.

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Con las muletas en su sitio, se pondrá de pie erguido, con los hombros relajados y los brazos ligeramente doblados. Utilizar las manos para apoyar el peso

Adelantar la pierna lesionada al mismo tiempo que mueve las muletas hacia adelante. Mantener el equilibrio, cargando algo de peso en la pierna no lesionada

Avanzar la pierna sana hasta la posición que se muestra aquí. Apoyar el peso en esta pierna mientras mueve las muletas hacia adelante

Equilibrar el peso en ambas muletas mientras hace avanzar la pierna lesionada

Adelantar la pierna lesionada a la primera posición y comenzar de nuevo desde el primer punto

Movimientos a seguir para una deambulación correcta con muletas

7. Actuación del Celador en el servicio de rehabilitación La medicina física y rehabilitación es la especialidad médica que estudia el diagnóstico, evaluación, prevención y tratamiento de la incapacidad, encaminadas a facilitar, mantener o devolver el máximo grado de capacidad funcional e independencia posible. Dentro del Servicio de Rehabilitación de un hospital, aparece la figura de distintos profesionales, entre ellos el médico rehabilitador, el fisioterapeuta, auxiliar de enfermería, logopeda, terapeuta ocupacional, Celador... todos ellos trabajando de forma coordinada dentro del Servicio con el objetivo de conseguir un óptimo tratamiento del paciente.

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La disposición geográfica de este personal dentro del Servicio varía de un hospital a otro, así como la inclusión o no de algunos de estos profesionales; variará según la cartera de servicios ofertada por cada hospital.

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Todos los hospitales con servicio de rehabilitación disponen, al menos, de una o varias consultas médicas, donde pasarán consulta los diferentes especialistas (médico rehabilitador, foniatra, psicólogo, etc.) Y una o más áreas de fisioterapia, además de las áreas administrativas.

7.1. Funciones del Celador en el área de rehabilitación y en la sala de fisioterapia La figura del Celador dentro de las áreas de fisioterapia es fundamental ayudando al traslado de documentos y pacientes dentro de la zona. Dentro de las tareas más comunes de un Celador en el servicio de rehabilitación están:

7.1.1. En la zona de puerta del área de rehabilitación − Vigilarán las entradas de la Institución, no permitiendo el acceso a sus dependencias más que a las personas autorizadas a ello. − Recogerán los pacientes de Rehabilitación desde las ambulancias o cualquier otro medio de transporte. Estarán con ellos hasta que la persona responsable se haga cargo de él. − Vigilarán el acceso y estancia de los familiares y visitantes, según las normas del Centro, cuidando que no se introduzcan en el hospital más que aquellos objetos y paquetes autorizados. − No dejarán nunca abandonada la vigilancia de la puerta de entrada. − En caso de conflicto con un visitante o intruso, requerirán la presencia del personal de Seguridad. − En casos excepcionales podrán ser requeridos para cualquier otra actividad contemplada en su estatuto. − Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se estén realizando a los mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las consultas hacia el médico encargado de la asistencia del enfermo.

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− También serán misiones del Celador todas aquellas funciones similares a las anteriores que les sean encomendadas por sus superiores y que no hayan quedado específicamente reseñadas.

7.1.2. En la sala de fisioterapia − Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, documentos, correspondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así como habrán de trasladar, en su caso, de unos servicios a otros, los aparatos o mobiliario que se requieran. Cuando un Celador traslada a un paciente siguiendo las instrucciones del personal sanitario se hará responsable del mismo y de la documentación que se le entregue. − Realizarán, excepcionalmente, aquellas labores de limpieza que se les encomiende en orden a la situación, emplazamiento, dificultad de manejo, peso de los objetos o locales a limpiar. − Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan uso indebido de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro o instruyéndoles en el uso y manejo de persianas, cortinas y útiles del servicio en general. − Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías que encontraran en la limpieza y conservación del edificio y material. − Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que estén realizando a los mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las consultas hacia el médico encargado de la asistencia al enfermo. − Estarán siempre localizados en la unidad a la que estén adscritos. − En caso de conflicto con un visitante o intruso requerirá la presencia del personal de Seguridad. − Etc. Dentro de todas estas tareas, quizás la más importante sea la de ayudar al fisioterapeuta con el enfermo durante su tratamiento así como realizar los distintos traslados de éste dentro de la sala de fisioterapia o a las distintas salas del hospital o a puertas para el transporte a su domicilio. Para el correcto manejo del paciente durante los traslados, el Celador deberá conocer cuál es la forma de manejar el paciente según su patología, sus características físicas y cuáles son los instrumentos y materiales más comunes utilizados por el paciente dentro de la sala.

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Es imprescindible saber manejar al paciente atendiendo a su patología; la figura del fisioterapeuta será de gran ayuda, ya que será quien aconseje realizar el traslado del paciente de una manera u otra. Por ejemplo, un tetrapléjico en fase aguda deberá ser manejado “en bloque”, para no alterar la recuperación de la lesión; o un hemipléjico deberá ser transportado de la silla de ruedas a la camilla de una manera concreta, sin tirones del brazo afecto, ya que podríamos ocasionar una lesión en ese hombro.

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7.2. Funciones de los fisioterapeutas y de los auxiliares de enfermería Para contestar a este epígrafe recurriremos al Estatuto que regulaban estas profesiones y donde estaban reflejadas sus funciones (aunque fue derogado por el Estatuto Marco, las funciones siguen en vigor):

Funciones de los fisioterapeutas según el Estatuto de Personal Sanitario no Facultativo Artículo 70. Son funciones de los fisioterapeutas la aplicación de tratamiento con medios físicos que por prescripción facultativa se prestan a los enfermos de todas las especialidades de Medicina y Cirugía donde sea necesaria la aplicación de dichos tratamientos, entendiéndose por medios físicos: eléctricos, térmicos, mecánicos, hídricos, manuales y ejercicios terapéuticos con técnicas especiales en: respiratorio, parálisis cerebral, neurología y neurocirugía, reumatología, traumatología y ortopedia, coronarias, lesiones medulares, ejercicios maternales pre y post-parto y cuantas técnicas fisioterápicas puedan utilizarse en el tratamiento de enfermos. Estas funciones se prestarán a Instituciones abiertas y cerradas, siendo lugares de tratamiento las consultas y locales de rehabilitación, los gimnasios terapéuticos y a la cabecera del enfermo en los Centros de hospitalización. Artículo 71. Los fisioterapeutas realizarán bajo la prescripción del médico las funciones generales y específicas siguientes: 1. Colaborar en las actividades deportivas de los pacientes en el plano de asesoramiento a los encargados de dichas funciones. 2. Aplicar las prescripciones médicas cumplimentando las instrucciones que reciban en relación con la especialidad. 3. Tener a su cargo el control de ficheros y demás antecedentes para el buen orden y funcionamiento del servicio. 4. Vigilar la conservación y el buen estado del material que se utiliza en fisioterapia, así como de los aparatos, procurando que estén en condiciones de perfecta utilización. 5. Poner en conocimiento de sus superiores cualquier anomalía o deficiencia que observen en el desarrollo de la asistencia o en la dotación del servicio encomendado. 6. Realizar las exploraciones manuales prescritas por el Médico. 7. Cumplimentar igualmente aquellas otras funciones que se señalen en los Reglamentos de Instituciones Sanitarias y las instrucciones propias de cada Centro, en cuanto no se opongan a lo establecido en el presente Estatuto.

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Funciones de los auxiliares de enfermería según el Estatuto de Personal Sanitario no Facultativo en el área de rehabilitación Artículo 83. Las funciones de las auxiliares de enfermería en la Unidad de Rehabilitación serán: 1. El aseo y limpieza de los pacientes. 2. La limpieza y ordenación del material utilizado en la Unidad, bajo la supervisión del Personal Auxiliar Sanitario Titulado. 3. Ayudar a dicho personal en la colocación o fijación del paciente en el lugar especial de su tratamiento. 4. Controlar las posturas estáticas de los enfermos, con supervisión del Personal Auxiliar Sanitario Titulado. 5. Desvestir y vestir a los pacientes cuando lo requiera su tratamiento. 6. Recoger y reponer las ropas de uso en la Unidad. 7. En general, todas aquellas actividades que, sin tener un carácter profesional sanitario, vienen a facilitar las funciones del Médico y de la Enfermera o Ayudante Técnico Sanitario, en cuanto no se opongan a lo establecido en el presente Estatuto.

7.3. Uso y mantenimiento del material auxiliar utilizado en rehabilitación 7.3.1. Limpieza, ordenación y uso a) La limpieza y ordenación del material y aparataje utilizado La disposición del material en el entorno ha de favorecer la seguridad del paciente para las actividades de desplazamiento. Hay algunos aparatos de mecanoterapia, ayudas técnicas para la marcha y mobiliario que son utilizados por más de un paciente. Es necesario que el uso compartido de los mismos se realice en condiciones de limpieza e higiene eliminando los restos orgánicos (piel, pelos...) y sudor que su empleo pudiese haber producido.

b) La asistencia en la colocación y posicionamiento del paciente en el lugar de su tratamiento Aspectos a considerar: esta asistencia se proporcionará, teniendo en cuenta aspectos de seguridad así como las particularidades propias de la afectación de cada paciente.

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En el uso del diferente aparataje y recursos terapéuticos, los apoyos, contactos y ajustes han de ser los adecuados (no han de estar ni demasiado apretados ni demasiado sueltos). Han de tener la fijación adecuada para que no compriman los paquetes vasculonerviosos y estar atentos a cualquier alteración de la piel (p. e. alteraciones de sensibilidad).

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Es también importante estar pendiente de las reacciones adversas que produce ese posicionamiento (por ejemplo, una incorporación o verticalización puede inducir mareos o vértigos por hipotensión ortostática).

c) Vestir y desvestir a los pacientes Algunas consideraciones: asiste al paciente en las actividades de autocuidado de vestido y calzado, por lo que es necesario llamar la atención sobre tres puntos de interés: – Elección de la ropa adecuada para realizar las actividades de rehabilitación física: se elegirá ropa cómoda que permita libertad de movimientos confeccionada en un tejido que no produzca reacciones en la piel a la sudación (se recomienda el uso de ropas de algodón para evitar alergias). – La elección del calzado se realizará, por un lado, atendiendo a la idoneidad para la actividad física y, por otro, a la seguridad. El calzado ha de tener una buena base de apoyo, ha de ser plano y correctamente ajustado; las suelas del calzado han de ser flexibles y antideslizantes. Los zapatos han de adaptarse perfectamente a la anchura y longitud del pie del paciente y la parte posterior ha de ser cerrada. La buena adaptación evita resbalones o torceduras de tobillo. Hay que desechar los calzados tipo chancleta o con suelas de madera. Es conveniente revisar las suelas y tacones del calzado con regularidad así como las buenas condiciones del calzado. Las zonas desgastadas pueden ser motivo de caídas. – Recoger y reponer las ropas de uso (sábanas para cubrir las camillas, fundas para las almohadas...). El uso de cada paciente de las camillas de tratamiento y del plano inclinado vendrá precedido de la reposición del material de lencería correspondiente. Se actuará de igual forma en la interposición de diferente ropa en la aplicación de las técnicas de frío y de calor para evitar el contacto directo de estas aplicaciones con la piel de paciente cuando la técnica así lo requiera.

7.3.2. Ayudas técnicas para la marcha Es importante la comprobación del buen estado de las conteras (parte distal de bastones, muletas y andadores) y de las ruedas (en el caso de tratarse de andadores con ruedas). Las conteras han de ser anchas y cóncavas para permitir una buena fijación al suelo. La parte de la contera que contacta con el suelo no debe estar gastada y las estrías han de estar bien marcadas ya que, de lo contrario, pueden producirse resbalones y caídas. Es también un elemento importante a comprobar el estado de la empuñadura o apoyos de los miembros superiores en ayudas técnicas, su adecuada conservación para realizar una prensión correcta y su higiene, dado que es la zona que se halla en contacto con la piel del paciente (más aún si son de uso compartido) pues, en ocasiones, el empleo de ayudas técnicas es temporal.

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Otro punto a tener en cuenta en el mantenimiento, es comprobar si en la regulación en altura de las ayudas técnicas los tubos se deslizan con facilidad y la fijación de la altura resulta estable y segura.

Sillas de ruedas Constan de diferentes elementos cuya correcta conservación y mantenimiento favorecen la comodidad y la alineación corporal adecuada en sedestación (posición sentada), la seguridad, las transferencias y el desplazamiento.

Hay que considerar la idoneidad de: la anchura del asiento, la altura a la que está del suelo, la altura del respaldo y de los apoyabrazos y la longitud de los apoyapiés. – Ruedas: hay que comprobar el buen estado de las cubiertas así como de los aros manuales (si posee) para realizar el autoimpulso. – Frenos: los frenos han de trabar correctamente el giro de las ruedas. Esta es una maniobra básica para realizar cualquier traslado o transferencia. Los frenos deben soltarse fácilmente y permitir el giro de las ruedas. – Apoyabrazos: la altura del apoyabrazos ha de ser 2,5 cm más alta que la distancia entre el asiento de la silla y el codo del paciente. Los apoyabrazos se han de poder retirar con facilidad para poder despejar el campo de acción en los traslados y transferencias y así poder actuar con mayor seguridad. – Apoyapiés: para las transferencias es importante que éstos sean móviles y giratorios. Si posee un soporte para apoyar las piernas, ha de evitarse la compresión sobre el hueco poplíteo (parte posterior, de la rodilla), posicionando este soporte 2,5 cm inferior a éste. Hay que evitar que el paciente se incline hacia delante para evitar las caídas. Si al paciente se le cae un objeto hay que instruirle para que sobrepase ese objeto y que para recogerlo se incline hacia un lado de la silla de ruedas. En los casos de amputaciones bilaterales se lastrarán ambos apoyapiés para corregir el desequilibrio.

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En el caso de amputación por debajo de las rodillas, para prevenir el flexo de rodillas se utilizará una tabla almohadillada para favorecer la extensión de la rodilla.

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Diverso material ortoprotésico – Cojines antiescaras: se utilizan en personas afectadas por la inmovilización para la prevención de las úlceras por presión en la región de apoyo isquiático. Para este objetivo resulta también importante la corrección de los apoyos y de la oblicuidad pélvica, así como los cambios posturales. Para las regiones muy húmedas se recomiendan cojines transpirables y para las regiones cálidas los cojines de silicona (porque pierden temperatura). Los cojines antiescaras de materiales plásticos dan mayor calor y aumentan la sudación por lo que hay que tener precaución con las lesiones en la piel. – Cinturón de movilización: sirve para facilitar el levantamiento, el giro, el acompañamiento en la marcha y movimiento a los pacientes sin tener que sujetarles por sus ropas. Proporciona un incremento de la capacidad física para sujetar al paciente y previene lesiones al realizar estos procedimientos a la vez que proporciona al paciente una mayor sensación de comodidad y seguridad en el inicio de los procesos de rehabilitación. – Órtesis posturales y de función. Su objetivo es prevenir la aparición de actitudes viciosas a consecuencia de la inmovilidad (dispositivos para evitar la rotación externa de caderas, p. e.) o bien compensar una función deficitaria (órtesis antiequina). Estas órtesis suelen estar fabricadas con materiales plásticos termoconformables por lo que hay que tomar dos precauciones: se produce una mayor sudación de la piel con el mayor peligro de reacciones alérgicas por lo que se interpondrá alguna prenda de algodón entre la piel y los materiales plásticos. Por otro lado, al ser termoconformables, hemos de tener la precaución de no acercarlos a las fuentes de calor para evitar deformaciones y preservar su buen uso. Por último hay que señalar que ciertos materiales sintéticos (neopreno o elásticos con que están confeccionados las coderas, cabestrillos, rodilleras y tobilleras) pueden provocar escozor en pieles sensibles, por lo que hay extremar la higiene tanto de estas prendas como de la piel del paciente.

7.3.3. Medios auxiliares de la marcha – Ayudas fijas: *

Pasamanos: se usan en pasillos, en hospitales, en residencias de ancianos...

*

Barras paralelas. Se usan en la reeducación inicial de la marcha.

– Ayudas autoestables: *

Barras paralelas

Andadores. Se usan generalmente con personas de edad. Permiten una marcha en tres tiempos (avance del andador, avance de un miembro, avance del otro miembro). Existen gran variedad de andadores: de ruedas, fijos, articulados (avance alternativo de un lado y luego del otro, del andador, sin levantarlo).

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*

Bastones multipodales. Disponen de tres o cuatro puntos de contacto con el suelo, lo que otorga una amplia base de sustentación. Son difíciles de utilizar en escaleras. Obliga al paciente a realizar pasos cortos debido a que la fuerza que se ejerce debe estar centrada sobre la base de apoyo del bastón para que no pivote. En terrenos irregulares funcionan mejor los trípodes que los bastones de cuatro puntos.

– Bastones: *

Bastones simples. Son los más utilizados. Proporcionan estabilidad y equilibrio. Son inestables, si sobre el bastón se ejerce una fuerza superior al 20-25% del peso corporal. Si su empleo es bilateral se apoya en un mismo tiempo los bastones y el miembro afecto.

7.3.4. Transfer, grúas – Grúas. Dispositivos metálicos que por medio de una bomba hidráulica y de determinados complementos, permiten la elevación, transporte y acomodamiento de personas en diferentes lugares (cama, baño, etc.).

– Distintos tipos de transfers:

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*

Cabestrillo flexible de gran ayuda para los asistentes a transferir y volver a colocar pacientes. Permite sujetarlos por detrás o por debajo según la situación, y ya se trate de uno o de dos asistentes. Reduce considerablemente el esfuerzo y aumenta la seguridad de las transferencias.

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Fabricada en madera laminada con sección que disminuye en los extremos para deslizar suavemente la tabla por debajo del paciente. Con orificios asidera en ambos extremos para facilitar su agarre y transporte.

*

De forma curvada para salvar fácilmente la rueda grande de las sillas de ruedas. Sus cantos redondeados y superficie lisa permiten deslizarse cómodamente sobre la

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tabla. De plástico macizo y reforzado, resiste al agua y al astillado. Las almohadillas antideslizantes de los extremos de la parte inferior aumentan la estabilidad durante la transferencia.

7.3.5. Otros materiales empleados en fisioterapia Dentro del área de fisioterapia, además de los mencionados anteriormente existen materiales que el Celador adscrito a tal área deberá conocer como: – Planos inclinados y bipedestadores, utilizados, mediante diferentes fijaciones o cinchados, para colocar el paciente en posición vertical y realizar ejercicios posturales y de columna. – Barras paralelas regulables, de base móvil o fijas. – Rueda de hombro, se coloca fija a la pared. Mediante un soporte móvil puede subirse y bajarse el eje de giro para adaptarlo a la altura del paciente. Se utiliza para realizar ejercicios de hombro. – Espejo de reeducación, de luna cuadriculada, de pared, con ruedas... – Saquitos de arena, utilizados como pesas en rehabilitación (antes se empleaba en planta como apoyo de uno de los miembros inferiores del paciente para favorecer su estabilidad cuando está acostado, hoy en día hay otros productos que cumplen la misma función). – Poleas de pared, se le adaptarán unas pesas y se utilizarán, sobre todo, para realizar ejercicios de musculación de miembros superiores – Mesa de mano universal o mesa de Kanavel, está diseñada para la recuperación funcional de las extremidades superiores. – Banco de cuádriceps o de Colson, su utilización más común es la de fortalecimiento de cuádriceps. – Bicicleta cinética. – Tablas o discos de Böhler o Freeman, son tablas de madera de forma rectangular o circular, utilizadas para la realización de diferentes ejercicios propioceptivos. – Jaula de Rocher, formada por cuatro planos enrejados de unos 2 x 2 m de superficie, dispuestos en forma cúbica que permiten la colocación de sistemas de suspensión mediante la utilización de eslingas o reguladores, cuerdas, mosquetones, eses metálicas, cinchas o hamacas de distintos tamaños, tobilleras, testeras y una camilla de tratamiento para colocar al paciente. Existen multitud de materiales utilizados en las unidades de fisioterapia y Rehabilitación, los anteriores son algunos ejemplos, los más comunes, los Celadores deberán conocerlos y así integrarse dentro del equipo multidisciplinar del Servicio de Rehabilitación.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2Posición de Fowler, decúbito prono, concepto de cambios posturales, preparación de caminar para el traslado, uso de bastones y muletas (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2Indicaciones de la posición de Fowler, posición de Trendelenburg, posición en la extracción de fecalomas, posición en la hernia de hiato, beneficios de la movilización del paciente encamado, traslado en camilla, posición de Fowler, traslado de la cama a camilla, decúbito prono, silla de ruedas ante una puerta de hojas elásticas (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Tabla de Bohler, posición de antitrendelenburg, traslado de la cama a camilla, utilidad plano inclinado, movilización de un paciente encamado, posición semiprona, traslado de camilla a cama, traslado en silla de ruedas (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2Posición anatómica básica, posición de litotomía, protección de las articulaciones, técnicas de movilización y transporte, decúbito supino, posición de Morestin, Trendelenburg, traslados con piernas enyesadas, colocación de los tubos de drenajes en los traslados, responsabilidad en el traslado, camilla por una rampa, posición de tendido a sentado, posición de Proetz, posición inglesa, decúbito prono, posición genupectoral, técnicas de movilización de pacientes, bajar la rampa con una camilla, movimiento de un paciente hemipléjico, colocación de drenajes, concepto de movilización activa, bolsa de orina en el traslado (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Efectos de la inmovilización, indicación del uso de bastones, movilización del paciente hemipléjico, concepto de sedestación, tracciones cruentas, traumatismo dorso-lumbar, principios básicos de mecánica corporal, posición de decúbito supino, movilización con miembro traccionado, funciones del Celador en el traslado de pacientes, control del ascensor, traslado de la cama a la silla de ruedas, movilización de pacientes tras intervención, deambulación de un paciente hemipléjico, colaboración en la movilización, colocación de los drenajes en el traslado (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2Utilidad de los saquitos de arena en los servicios de rehabilitación, principios básicos de mecánica corporal, acercamiento al plano medio, posición de decúbito lateral derecho, secuencia de movilización de un paciente, plano sagital o medio, incorporación de la cama, movilización de un lesionado medular, levantar un paciente hemipléjico de la cama al sillón, funciones de los auxiliares de enfermería en rehabilitación (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2Movilización del paciente que no colabora, transferir cama a sillón, entrar y salir del ascensor, posición de Fowler, decúbito supino (Servicio Madrileño de Salud – SERMAS–, convocatoria 2006).

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2Traslado de cama a la camilla, concepto de cambio postural, decúbito prono, sentar al paciente en el borde de la cama, bipedestación, bolsa de diuresis en el traslado, responsable de los traslados, complicaciones del inmovilismo (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). .../...

CAPÍTULO 7. EL TRASLADO Y LA MOVILIDAD DE ENFERMOS [[[[\

.../... 2Posición de Fowler, posición de Morestin, posición de Sims, entrar y salir de un ascensor (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2Funciones del Celador en el traslado de enfermos, concepto de supinación, posición de litotomía, posición de Trendelenburg, muletas de plataforma (Servicio Vasco de Salud – OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2Concepto de movilización activa, posición anatómica, posiciones no quirúrgicas, transporte de un enfermo en camilla, decúbito prono, traslado a paciente con yeso, transferencia de decúbito supino a decúbito lateral, posición genupectoral, concepto de bipedestación, posición de decúbito supino, posición de litotomía, traslados de enfermos por parte del Celador, transporte de pacientes con goteros, posición ginecológica, posición de Trendelenburg, finalidad de los cambios posturales, decúbito prono, paciente hemipléjico, traslado en silla de ruedas, concepto de hipocondrio, Fowler alta, posición mahometana (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador en los traslados (Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2Funciones del Celador en los traslados, posición genupectoral (Servicio Murciano de Salud–SMS–, convocatoria 2009). 2Concepto de cambio postural, funciones del Celador en el área de rehabilitación, movilización de un paciente hemipléjico, posición de Sims, sonda rectal, traslado en camilla a través de una rampa, traslado de enfermo con gotero, transporte en camilla, posición ante el shock (Servicio Aragonés de Salud–SALUD– convocatoria 2010). 2Funciones de los Celadores en el transporte de pacientes, traslado de la cama a la camilla, decúbito supino, funciones de ayuda al fisioterapeuta, posición para administrar un enema, funciones del Celador en el servicio de rehabilitación, principios básicos de mecánica corporal (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4.

Atención a las necesidades de higiene del paciente Concepto de higiene Generalidades de la piel. Higiene de la piel Higiene del enfermo

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El aseo del paciente

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1. Atención a las necesidades de higiene del paciente Entre los hábitos y estilos de vida saludables figura la higiene adecuada de las personas. Esta higiene tiene como base para su desarrollo una evaluación adecuada y la existencia de los medios necesarios para llevarla a cabo. En las personas enfermas (hospitalizadas o no) la higiene adquiere una importancia esencial en cuanto pasa a depender, en gran medida, del grado de invalidez o de las capacidades para realizarla. Así, la higiene de los pacientes enfermos, sobre todo hospitalizados, recae en el auxiliar de enfermería (apoyado a veces por los Celadores), lo que exige una serie de atenciones a las necesidades de los pacientes en cuanto a la higiene corporal (piel), cabellos, ojos, oídos, genitales, etc.

2. Concepto de higiene La higiene es una suma de procesos que permite una mejor defensa de la piel contra las enfermedades. Sin higiene personal corporal, la enfermedad es más grave ya que el organismo se hace menos resistente. El auxiliar de enfermería (como hemos visto en temas anteriores, el Celador podrá ayudar al auxiliar e incluso realizar la higiene él solo) es el responsable de la limpieza del enfermo; su papel consiste en dejarlo en las mejores condiciones de defensa posible, asegurándole una higiene perfecta.

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En la persona enferma la higiene debe hacerse más minuciosamente que en un individuo sano, ya que los cuidados de limpieza se efectúan con objeto de que la piel cumpla eficazmente sus funciones.

CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\

3. Generalidades de la piel. Higiene de la piel El sistema tegumentario está formado por la piel y sus anexos (faneras). Las faneras construyen o ayudan a la piel en sus funciones, son: pelo, uñas, glándulas sudoríparas y glándulas sebaceas. La piel es el órgano de mayor extensión en el cuerpo humano. Representa una superficie de más de 2 m2. Es una envoltura o cubierta resistente y flexible. Pesa entre 4-5 kg. Tiene un grosor variable según las partes del cuerpo oscilando entre 0,5-2 mm (aunque hay zonas donde el grosor puede ser de 4 mm o más). La piel está formada por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.

La piel sucia de orina o excrementos corre el riesgo de macerarse e infectarse. Por eso se explica igualmente la importancia de los cuidados de limpieza y la necesidad de aseo en los genitales varias veces al día (todas las veces que sea necesario). Con un correcto aseo del paciente se pretende: – Conservar el buen estado de la piel, eliminando la suciedad y el sudor (con este procedimiento eliminamos también el mal olor). Sólo con una buena limpieza e higiene se consigue que la piel realice sus funciones con normalidad y no se produzcan infecciones, etc.

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– Estimular la circulación sanguínea, al estar el paciente mucho tiempo acostado se disminuye el retorno venoso. – Reducir la temperatura corporal en caso de fiebre, si se realiza el baño o ducha con agua fría. – Refrescar al paciente, para que sienta sensación de confort y bienestar aumentando así su autoestima. Trátese del aseo completo o del aseo de una zona del cuerpo, debemos referirnos a los mismos principios que se abordan en el cuidado del enfermo, la técnica y el material.

3.1. El enfermo – Tener en cuenta el pudor de la persona, pues a nadie le gusta mostrar su desnudez en esas circunstancias y ante personas extrañas. Para minimizarlo se cubre al paciente con una sábana de forma parcial. – Moverlo con suavidad. – Actuar rápidamente para disminuir el riesgo de cansancio. – Evitar el enfriamiento. Para esto, descubrir sólo la región a limpiar y cubrir el resto del cuerpo. Utilizar biombos o cortinas que eliminen las corrientes de aire. – Secar después de los cuidados y recalentarlo si se ha enfriado. – Reinstalar cómodamente a la persona.

3.2. La técnica Se actuará con metodología durante el aseo. Se limpiará cada zona del cuerpo una a una. La secuencia del procedimiento seguirá este orden: 1. Preparación del material antes del procedimiento, que se instalará al alcance de la mano. 2. Informar al paciente del procedimiento a realizar y pedir su ayuda si es posible. 3. Posición sistemática del enfermo, la más cómoda posible, reduciendo al máximo sus movimientos. 4. Protección del enfermo y de la cama. 5. Evacuación de las aguas, ropas sucias, etc. 6. Volver a poner todo en orden. 7. Los cuidados se administrarán desde la derecha, a excepción del lavado, que se hará desde arriba hacia bajo.

3.3. El material – Los elementos de protección: hule, sábana pequeña, manta de baño. 170

– Los elementos de lavado: toallas, guantes, esponjas, palangana, agua, jabón, crema hidratante, jarra, etc.

CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\

– Los elementos de recambio: ropa del enfermo, ropa de cama. – Los elementos de evacuación: orinal plano o cuña, bolsa para la ropa sucia o cubo, etc.

3.4. El aseo completo y el baño – Lavado de pies, diario. Lavado de cabellos, una vez a la semana. Baño de limpieza, en principio diario, bien en la bañera si se puede o, si no es así, en la cama. – Cualquiera que sea el aseo que se practique y sobre todo si es completo deberá vigilarse, como ya se ha dicho, la temperatura de la habitación y las corrientes de aire. – El aseo diario es aquel que se realiza todos los días, pero de una manera más simplificada, es decir, todos los días no se lavan los cabellos, etc. – Protección: la piel evita la entrada de microorganismos al medio interno, al comportarse como una estructura semipermeable. – Regulación térmica: ayuda a mantener la temperatura corporal dentro de un valor constante. – Excreción: eliminación del sudor. – Síntesis: en la piel se sintetizan carotenos, vitamina D y la melanina. – Discriminación sensorial: en la piel se alojan receptores para el tacto, presión, calor, frío y dolor. – Secreción de sebo con propiedades antimicrobianas. Principales funciones del sistema tegumentario

4. Higiene del enfermo Tomando como referencia el Estatuto de Personal No Sanitario vemos que se le atribuyen a los Celadores en relación con esta temática las siguientes funciones: “Excepcionalmente, lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o que no puedan realizarlo por sí mismos, atendiendo a las indicaciones de los Supervisores de planta o personas que los sustituyan legalmente en sus ausencias”. “Bañarán a los enfermos masculinos cuando no puedan hacerlo por sí mismos, siempre de acuerdo con las instrucciones que reciban de los Supervisores de plantas o servicios o personas que los sustituyan”.

Para la realización de este cometido es necesario que el Celador conozca los tipos de aseo y la forma de realizarlo. Los aseos de los enfermos pueden realizarse en ducha, bañera o en la cama.

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4.1. Baño en ducha Se realiza a los pacientes que pueden levantarse o aquellos que tienen alguna indicación específica. Normalmente este paciente sólo necesita una ayuda mínima, para ello se dispondrá del equipo necesario (dos toallas, pijama o camisón, bata, zapatillas, jabón o gel, peine, pasta de dientes y bolsa para la ropa sucia) y se procederá de la siguiente forma: – Se explicará al paciente lo que va a realizar. – Se preparará el equipo necesario para hacerlo, poniéndolo todo a su alcance. – Se le acompañará, si fuera necesario, hasta el cuarto de aseo para comenzar la ducha. – Procederá a recoger todo lo utilizado y acompañará al paciente a la cama, una vez hubiera concluido.

4.2. Aseo en Baño Se realizará con aquellos pacientes que pueden levantarse pero que, por determinadas circunstancias, no pudieran ducharse. Se prepara el equipo necesario para poder realizarlo y se procederá de la siguiente forma: – Se llenará la bañera con agua caliente, comprobando su temperatura con un termómetro de baño para que tenga la adecuada. – Se explicará al paciente lo que se va a realizar. – Colaborará con el paciente en el aseo, en mayor o menor medida, según la independencia del mismo para poder realizarlo por sí solo, ayudándole a desnudarse, a entrar en la bañera, etc.

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CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\

– Atenderá al paciente mientras se baña y le ayudará a secarse, vestirse e instalarse de nuevo en su cama. – Procederá a recoger el material que se ha utilizado en el baño.

4.3. Baño en la cama completo Se realiza en aquellos pacientes que, conservando o no la movilidad, deben permanecer en la cama. Es conveniente que lo lleven a cabo dos personas, para aumentar la seguridad del paciente y disminuir el tiempo empleado. Se debe realizar tantas veces como sea necesario pero, como mínimo, una vez al día, por la mañana, coincidiendo al mismo tiempo con el cambio de sábanas de la cama.

4.3.1. Normas generales para el aseo – Evitar que en la habitación haya corrientes de aire. La temperatura ambiental adecuada es de 24 ºC aproximadamente. – Temperatura del agua para el baño entre 37-40 ºC. – Preparar el material necesario y tenerlo a mano. – Lavar cada zona del cuerpo una vez. – Colocar al paciente en la posición más cómoda posible. – Es importante incidir en el secado para evitar la aparición de alteraciones cutáneas. – Procurar preservar la intimidad del paciente, manteniéndolo desnudo el menor tiempo posible.

El secado exhaustivo evita la maceración de la piel

4.3.2. Material necesario para el aseo del paciente – Material de protección: hule, entremetida, manta de baño y biombo, si fuese preciso. – Material para el lavado: toallas (2), esponja, palangana con agua caliente (45 ºC).

Carro con material necesario para el aseo y baño del paciente

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– Jabón desinfectante. – Jarra con agua. – Alcohol. – Gasas y pinzas de Kocher y de Duval. – Cuña. – Tijeras de punta roma para uñas. – Pasta de dientes, cepillo y seda dental para la boca. – Champú, peine, cepillo y secador para el pelo.

4.3.3. Procedimiento Para hacer el baño en cama, completo, se procede de la siguiente manera: – El Celador debe lavarse las manos previamente. – Informar al paciente del procedimiento a realizar. – Paciente en decúbito supino, retirar la colcha y la manta de la cama. Tapar al enfermo con una manta de baño, destapando sólo las partes que vayamos a lavar. – El aseo se realiza por partes, haciendo enjabonado, enjuague y secado antes de pasar a la zona siguiente. – En todos los pasos a seguir se colocará la toalla de forma que proteja la almohada o la cama. – El orden de lavado es el siguiente: *

Cara, cuello y orejas. Se moja una torunda en el agua, cogiéndola con las pinzas para limpiar los párpados (una para cada ojo); seguidamente el pabellón auricular y posteriormente el contorno de la boca y aletas de la nariz. Finalmente cara y cuello, secándolos con otra toalla.

*

Brazos y manos. Se coloca una toalla debajo y se lava de arriba hacia abajo. Meter las manos del paciente en un recipiente con agua caliente, para facilitar la limpieza y el cortado de las uñas. Se lavan las axilas.

*

Tórax. En las mujeres lavar y secar bien el pliegue submamario. Para limpiar la zona pectoral hay que tenerla descubierta el menor tiempo posible o bien hacerlo por debajo de la toalla que la cubre.

*

Abdomen. Proceder igual que en todas las partes descritas.

*

Extremidades inferiores. Se le coloca el pie en un recipiente con agua como ocurría con la mano. Primero se lava un miembro siempre de arriba hacia abajo y después se hace lo mismo con el otro. Se prestará especial atención a la limpieza entre dedos. Hay que secar muy bien los pliegues interdigitales (entre los dedos) para evitar complicaciones como la maceración, esto nos llevaría a edemas y rotura de la piel provocando la aparición de úlceras.

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La humedad también facilitaría la aparición de hongos precursores de enfermedades micóticas.

CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\

*

Espalda y nalgas. Colocar al paciente en decúbito lateral con una toalla extendida a lo largo de la espalda. El lavado se hace también de arriba hacia abajo.

*

Genitales externos (región perineal). Se le coloca una cuña debajo del periné con las piernas separadas y flexionadas. La higiene de los genitales se hace siempre en la dirección de genitales a región anal y nunca a la inversa. Se trata de evitar el arrastre de gérmenes del ano hacia los genitales, sobre todo en las mujeres. Se hace con agua y un antiséptico no irritante, en lugar de jabón.

Después del baño se le cambia el pijama o camisón y a continuación se cambia la cama.

4.4. Vestido y desvestido del enfermo En el hospital se suele utilizar como ropa de los pacientes el camisón y el pijama de dos cuerpos. Tanto los tejidos empleados como su propio diseño hacen que sea cómoda y de fácil manejo. El procedimiento de vestido y desvestido del paciente incluye: – Colocarse guantes para realizar el procedimiento (informar al paciente). – Desnudarlo procurando que el paciente esté tapado con una toalla o con la sábana. – El camisón se retira por la cabeza. Se enrolla previamente, sacándole, si se puede, los dos brazos a la vez. Si no se puede, sacar primero un brazo y después el otro. – La ropa se introduce en una bolsa para posteriormente mandarla a la lavandería. – Para vestirle el camisón limpio se hace igual que para quitarlo pero a la inversa. – Pijama: la chaqueta se desabrocha y se saca primero un brazo y después el otro. El pantalón se va bajando y se retira. – En los pacientes con venoclisis o traumatismo en un miembro, debe ser el miembro afectado el último en desvestir y el primero en ser vestido. Cambio de camisón del enfermo encamado con suero – Proceder a la abertura del camisón. – Sacar la manga del camisón del brazo libre del sistema de suero.

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– Quitar el bote del palo de suero y después sacar la manga del brazo que tiene el sistema, considerando el sistema de suero y el recipiente del mismo como partes del brazo. Es decir, pasar la manga por el brazo, sobre el sistema y hacia el bote de suero. – Tener la precaución de no bajar el bote de suero por debajo de la zona del brazo del paciente en la que está insertado el catéter, ya que si ocurre lo contrario refluirá sangre por el sistema de suero. – Colocar de nuevo el bote sobre el palo de suero. – Poner el camisón sucio sobre la silla o en la bolsa de la ropa sucia. – Para poner el camisón limpio, comenzar por el brazo que tiene el sistema de suero. Para ello, desenganchar el frasco y hacer pasar el camisón por el bote de suero y por el sistema. – Enganchar de nuevo el frasco y deslizar la manga del camisón por el brazo. Luego, deslizar la otra manga por el brazo libre.

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CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Actuación del Celador en relación con el baño de pacientes, funciones del Celador en el aseo según el Estatuto de Personal No Sanitario (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Lavado de los pies, complicaciones de la higiene de los pies, orden correcto del aseo (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Actuación del Celador en relación con el aseo de pacientes, funciones del Celador en el aseo según el Estatuto de Personal No Sanitario (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Complicaciones en el aseo de pacientes (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Actuación del Celador en relación con el baño de pacientes (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Aseo de un paciente con perfusión intravenosa, aseo de paciente encamado (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Personal que puede ordenar a un Celador el aseo de un paciente, temperatura del agua en el aseo (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Personal que puede ordenar a un Celador el aseo de un paciente, características de la ropa del paciente (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador en el aseo según el Estatuto de Personal No Sanitario (Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2Funciones en el aseo de pacientes (3) (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAMconvocatoria 2010).

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1. Atención y acogida al público 2. Elementos de la comunicación paciente-celador-familia 3. Atención e información al enfermo y familiares

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Atención al usuario y a los familiares

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1. Atención y acogida al público 1.1. Atención y servicio Incluso las Instituciones públicas conservan ciertas debilidades en cuanto a la atención al público se refiere. No se debe endosar este planteamiento a la escasez de recursos materiales, financieros o humanos, sino simplemente a la desorganización, y quizás la falta de interés en quienes han tenido el poder de decisión. Debido al dinamismo que rodea el ambiente sanitario y las exigencias de un mundo cambiante, los entes públicos deben incorporar nuevas herramientas administrativas que les permitan hacer uso efectivo de los recursos propios o asignados. Todo esto en virtud de hacer más eficaz su función primordial como lo es cubrir las necesidades del público. Hoy en día, existen todavía muchas organizaciones que confunden esta finalidad, por lo que sus esfuerzos encaminados a mejorar el servicio fracasan rotundamente, sin importar el sincero interés que se tenga en lograrlo. Entonces, si la atención en sí misma no es servicio para el público, ¿qué es en realidad el servicio? Para el público, servicio no es simplemente cortesía, sino que este concepto tiene que ver con una serie de factores: 1. Elementos tangibles: van desde la apariencia de las instalaciones y el equipo (exterior e interior), la presentación del personal y materiales de comunicación, hasta la explicación de las materias.

2. Cumplimiento: implica desarrollar el servicio prometido correcta y oportunamente. ¿Recibió el resultado en la fecha prometida? ¿Lo recibió en las condiciones solicitadas? 3. Disposición: significa ayudar a los ciudadanos y ofrecer un servicio ágil.

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4. Cualidades del personal: demuestran que los profesionales sanitarios son competentes en su trabajo y capaces de inspirar confianza. ¿El médico fue cortés? ¿Conocía los requisitos y condiciones del servicio?, etc.

CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

5. Empatía: ofrecer acceso fácil para el ciudadano; entender sus necesidades; mantener una comunicación constante en un lenguaje claro y sencillo.

En primer lugar, el profesional debe centrarse en el factor más importante para el ciudadano: el cumplimiento. Todos solicitamos servicios con la finalidad de recibirlos a tiempo y en la forma correcta. En opinión del ciudadano, atención y servicio no es lo mismo, como se demuestra en esta analogía, enfocarnos en mejorar la atención al público o la imagen de los elementos tangibles (modernizar las instalaciones, uniformar al personal, etc.) no nos ayuda a que el ciudadano perciba un servicio de calidad si no hay cumplimiento de ejecución del servicio. Aunque cumplir los objetivos del servicio debe ser la regla en todas las organizaciones, más de la mitad de las quejas y problemas que experimentan los ciudadanos se derivan del incumplimiento de los mismos. Atención y servicio no son lo mismo; el ciudadano evalúa un servicio con base en los cinco factores mencionados anteriormente y, de entre estos, el cumplimiento es el más importante, pues representa más de la mitad de la evaluación. Por eso, enfocarse en el cumplimiento permitirá a la Institución Sanitaria mejorar inicialmente el servicio y su usuario quedará satisfecho. Los factores para lograr que una estrategia de relaciones con el usuario sea exitosa son los siguientes: 1. La gestión de relaciones con el ciudadano debe de ser lo más eficaz posible. 2. Se debe definir hasta dónde se desea llegar en la atención al público. 3. Siempre hay que recordar que el ciudadano desea negociar con quien le conozca, que comprenda lo que necesita y que satisfaga sus necesidades. Gestionar la relación con él significa asegurarse de disponer de la información para realizarla. 4. Las mejores herramientas no son necesariamente las de más alta tecnología. Son aquellas que permiten recopilar y preservar información para la organización y para el ciudadano.

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La mejora de las técnicas de atención al público requiere la aplicación de una metodología diseñada para responder a los siguientes interrogantes: 1. ¿Conoce cómo funcionan los procedimientos actuales? Si están documentados, será necesario actualizarlos constantemente. En caso de no tenerlos documentados, será imprescindible emplear un esfuerzo en hacerlo. 2. ¿Están los procesos orientados al ciudadano? Al tenerlos documentados habrá que verificar cuál es el grado de “amigabilidad” de cada proceso con el usuario. Es lo mismo que preguntarse ¿Le resuelvo un problema al ciudadano? 3. ¿Cómo orientar la organización al ciudadano? Lo primero es definir el alcance de esta orientación a través de la investigación del tema y el asesoramiento adecuado de un experto, para luego construir un plan estratégico para gestionar el cambio en la organización. 4. ¿Se lograrán los objetivos? El adiestramiento adecuado del recurso humano, la elección de la tecnología acorde con el alcance del plan, la implantación y el monitoreo, son técnicas que orientarán la estrategia al camino correcto en caso de alguna desviación en las actuaciones de atención al público. En un entorno cada día más exigente en el que los destinatarios principales de las actuaciones de la Administración, los ciudadanos, exigen una mayor cercanía, eficacia y eficiencia en la prestación de los servicios públicos, la Administración pública ha de esforzarse por satisfacer mejor sus necesidades y requerimientos, anticipándose a los mismos. Es decir, uno de los principales objetivos de la Sanidad es conseguir unas instituciones modernas, abiertas, transparentes y accesibles a los ciudadanos.

1.2. Derechos de los ciudadanos Los ciudadanos tienen una serie de derechos frente a la Administración: 1. Derecho a obtener información sobre cualquier asunto relacionado con sus derechos, obligaciones e intereses legítimos, con la utilización de los servicios públicos, y con la organización y competencias de la Administración. 2. Derecho a ser asesorado acerca de los requisitos jurídicos o técnicos que debe cumplir en sus actuaciones ante la Administración.

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3. Derecho a identificar a las autoridades y al personal al servicio de la Administración que tramiten los procedimientos y a exigirles responsabilidades cuando legalmente corresponda.

CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

4. Derecho a ser tratado con respeto y deferencia por las autoridades y funcionarios al servicio de la Administración. 5. Derecho a conocer, en cualquier momento, el estado de la tramitación de los procedimientos en los que tenga la condición de interesado, y a obtener copias de los documentos contenidos en ellos. 6. Derecho a obtener copia sellada de los documentos que presente, a la devolución de los documentos originales y a no presentar documentos no exigidos por las normas o que ya se encuentren en poder de la Administración. 7. Derecho a formular alegaciones y a aportar documentos, en los términos legalmente establecidos, que deberán ser tenidos en cuenta por la Administración al resolver. 8. Derecho a que la Administración dicte resolución expresa ante sus peticiones, solicitudes o reclamaciones, y a que le notifique dicha resolución en los términos establecidos legalmente.

9. Derecho a acceder a los archivos y registros de la Administración, con los límites legalmente establecidos. 10. Derecho a presentar sugerencias y quejas en relación con el funcionamiento de los servicios públicos y los órganos y unidades de la Administración.

1.3. Los usuarios 1.3.1. Tipología Los usuarios de una institución sanitaria son distintos entre sí, por lo tanto no responden o reaccionan de la misma manera ante la atención recibida, de ahí que cada usuario sea único y requiera un trato personalizado, y debemos recibirle como si fuera el primer ciudadano que vemos.

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Además, los rasgos de personalidad, junto con otros factores “ambientales” (características educativas, económicas, sociales, etc.), determinarán las motivaciones que llevan al usuario a requerir un servicio. Tradicionalmente se han distinguido los siguientes tipos de usuarios más habituales: – Usuario prepotente. Cree saberlo todo y es dominante. La actitud correcta respecto al mismo será: no discutir, demostrarle interés por sus asuntos, y pedirle su consejo y su opinión. – Usuario desconfiado. Duda de todos y de todo, rechaza hasta los argumentos más lógicos y es susceptible. La actitud correcta respecto al mismo será: no contradecirle, respetar sus ideas, buscar puntos comunes y no afirmar nada que no podamos demostrar.

– Usuario discrepador. Quiere discutir, no importa sobre qué cosa. Es polémico y agresivo. Buscará algún punto discordante, el que sea, para generar polémica. La actitud correcta respecto al mismo será: con educación y respeto no polemizar, dar servicio prescindiendo de sus provocaciones y argumentar a partir de sus propias palabras. – Usuario indeciso. Nunca está seguro. No sabe lo que le conviene. Se decide y retrocede. Impreciso en sus argumentos. La actitud correcta respecto al mismo será: darle argumentos aclaratorios y tomar la decisión por él, poniendo las ventajas de una opción sobre la otra.

– Usuario impulsivo. Quiere respuestas rápidas. Es nervioso, va con prisas. Conciso y breve. La actitud correcta respecto al mismo será: valorar su tiempo dándole la información precisa y correcta.

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– Usuario imitador. Es influenciable y dependiente. Concede gran valor a las opiniones de los demás. Se acostumbra a que le trate siempre la misma persona. La actitud correcta respecto al mismo será: darle seguridad y confianza. Presentar opiniones favorables a nuestro servicio. Preocuparse por él, pero no decidir por él.

CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

– Usuario agresivo. Hay situaciones donde los pacientes o sus familiares pierden la calma ante una situación límite relacionada con su enfermedad. La actitud correcta respecto al mismo será: intentarlo calmar, escuchándole, transmitiéndole comprensión y razonándole la situación. Como vemos, las tipologías aquí recogidas reflejan bastante bien lo que nos podemos encontrar cuando atendemos a un usuario. Lógicamente existirán muchas más, y la principal misión del Celador será identificar las principales pautas de su comportamiento, sus motivaciones y necesidades, y así adaptar su comportamiento para atenderle de la manera más satisfactoria.

1.3.2. Necesidades de los usuarios Es fundamental tratar de detectar las principales necesidades del paciente, no sólo en cuanto al servicio que está buscando, sino también en cuanto a sus valores, motivaciones, sentimientos y especialmente a las expectativas que se ha formado sobre la atención que se le va a prestar. Si este proceso se desarrolla correctamente, el resto del mismo evolucionará bien, puesto que ya tendremos definidas las pautas de actuación para con el paciente. Para poder ofrecer al usuario una atención que genere satisfacción, es preciso tener en cuenta lo que espera recibir cuando entra en una institución sanitaria, es decir, sus expectativas. El ciudadano no sólo espera recibir un servicio de calidad y con instrucciones claras (estas son algunas de las necesidades racionales más importantes), sino que también quiere que se le trate con educación, amabilidad, cortesía... (necesidades emocionales). Las necesidades más comunes que tiene el usuario son: ser atendido sin esperar demasiado, ser acogido, ser orientado en buena dirección, sentirse cómodo, ser tranquilizado y ser aconsejado. Las respuestas a estas necesidades deben ser del tipo siguiente: – Necesidad de ser atendido sin esperar demasiado: para ello, se debe interrumpir lo que se esté haciendo con el fin de ocuparse de la persona que acaba de llegar. Es la mejor forma de hacerle ver que es más importante él, que las tareas que se estaban ejecutando. – Necesidad de ser acogido: es preciso que el local sea acogedor, confortable, bonito, ordenado..., pero también que la persona sea acogedora. Esto se manifiesta a través de nuestra mejor sonrisa, acompañada de unas palabras de bienvenida, dichas en un tono amistoso. Ej. “Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?”. – Necesidad de ser orientado en la buena dirección: ser orientado en la buena dirección significa guiarle correctamente. Eventualmente puede ser necesario dirigirle a un com-

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pañero. El primero deberá asegurarse con absoluta certeza que ha sido correcta su orientación, y el segundo, debe atender con suma cortesía al usuario, de manera que perciba un mismo nivel de atención en ambos, sin fisuras. – Necesidad de sentirse cómodo, de estar bien instalado. La sensación de bienestar proviene de un conjunto de elementos: local, mobiliario, materiales, temperatura, espacio, luz y sobre todo de la limpieza y orden que encuentre. Para cubrir adecuadamente las necesidades de atención al usuario, debemos atenderle transmitiendo: – Seguridad: emitiendo confianza sobre el servicio que ofrecemos y en lo que decimos sobre el mismo. – Eficacia: trabajando rápido y bien. – Amabilidad: tratando con agrado al usuario y siendo considerados. – Cortesía: siendo respetuosos y educados. – Discreción: en el manejo de la información interna y de los usuarios. – Profesionalidad: asesorando con honestidad a los ciudadanos y conociendo con detalle el servicio. En general se usarán fórmulas sociales de cortesía habituales en nuestra cultura, tanto en la comunicación oral como en la escrita, siendo absolutamente respetuosos.

1.3.3. Actuaciones frente al usuario Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo que se debe hacer para crear una imagen de profesionalidad frente al usuario es: – Actuar con naturalidad. – Sonreír. – Ser sincero. – Mantener informado al usuario. – Tener toda la información relevante encima de la mesa. – Emplear el nombre y apellidos del ciudadano así como identificarnos ante él. Por el contrario, lo que no se debe hacer es: – Mantener al ciudadano en suspense. – Hablar a la vez con otros compañeros. – Infravalorar al usuario. – Hacer promesas que no se puedan cumplir. – Ser negativo. 186

CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

Uno de los puntos principales de la atención al público es el de las relaciones con el usuario satisfecho o insatisfecho. El usuario satisfecho es aquel que encuentra el servicio que necesita y ha sido atendido de la forma que esperaba. Los usuarios satisfechos, sobre todo los asiduos, comentan a sus conocidos el servicio recibido, e incluso animan a otros a visitar el organismo. Un usuario satisfecho es el mejor indicador de calidad que existe, ya que publicita el buen servicio de forma desinteresada. Pero hay que tener en cuenta el lado contrario, pues un ciudadano que considere que se le ha atendido mal, por muy bueno que sea el servicio que ofrecemos, no hablará bien de nuestro departamento, y seguramente dará malas referencias de nosotros a la gente de su entorno. El gran problema no es el lugar donde el usuario se manifiesta, sino en todos aquellos en los que, por distintas razones de tiempo, comodidad, timidez, el usuario no comunica su experiencia y por tanto no se puede reaccionar. Es de suma importancia proporcionar una buena atención y servicio a los usuarios, solucionando todas sus quejas y objeciones a fin de evitar su insatisfacción. Por otra parte, el comportamiento del Celador ha de ser el de un profesional, y esto implica respetar la regla de oro de la organización de calidad: Trate a los demás, como usted quiera que ellos le traten.

1.4. Formas de atención al público En otro orden de cosas, se puede hablar de varios tipos de formas de atención al público:

1.4.1. Atención presencial Por lo que se refiere a la atención presencial, la mayor demanda de información administrativa de los ciudadanos, en la moderna Sociedad de la Información, hace que haya que determinar los instrumentos necesarios para fomentar y ofrecer información a distancia, procurando evitar los desplazamientos de los interesados, así como unificar y coordinar la múltiple información administrativa que produzcan los diferentes órganos y unidades administrativas mediante la creación de un órgano colegiado, participado por todas las Administraciones. Como novedad importante en la atención e información al administrado, se recoge un concepto amplio de documento que abarca no sólo los emitidos en soporte papel, sino también los transmitidos por medios electrónicos y telemáticos, facilitando con ello una comunicación más ágil entre los propios órganos administrativos y entre éstos y los usuarios, al amparo de las nuevas tecnologías. Las autoridades y profesionales tienen el deber general de tratar con respeto y deferencia a los ciudadanos, facilitándoles la atención precisa para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. 187

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1.4.2. Atención telefónica El servicio telefónico realizará las siguientes funciones: a) Ofrecer, mediante un único canal, información administrativa a través de la cual los ciudadanos puedan acceder al conocimiento de asuntos relacionados con sus derechos, obligaciones e intereses legítimos, individuales o colectivos, y sobre la utilización de los bienes y servicios públicos. b) Ofrecer información administrativa de carácter general que sirva de orientación a los ciudadanos que hayan de relacionarse con la Administración, y verse sobre la identificación, fines, competencia, estructura, funcionamiento y localización de los distintos departamentos, centros directivos, órganos y unidades administrativas. c) Informar, con carácter general, sobre los requisitos jurídicos o técnicos que las disposiciones impongan a los proyectos, actuaciones o solicitudes que los ciudadanos se propongan realizar, así como sobre los procedimientos administrativos, los servicios públicos y demás prestaciones que se lleven a cabo por la Administración.

d) Asistir a los ciudadanos en el ejercicio del derecho de petición reconocido en el artículo 29 de la Constitución. e) Informar sobre cualesquiera otros datos que los ciudadanos tengan derecho a conocer en su relación con la Administración en su conjunto, o con alguno de sus ámbitos de actuación. f) Ofrecer información administrativa de carácter particular, en la medida en que ello vaya siendo posible técnicamente, concerniente al estado o contenido de los procedimientos en tramitación o finalizados, y a la identificación de las autoridades y personal al servicio de la Administración bajo cuya responsabilidad se tramiten aquellos procedimientos. g) Permitir el acceso telefónico directo a los órganos y unidades de la Administración, cuando así lo exija la índole de la consulta formulada por el usuario. h) Ofrecer un servicio reactivo, poniéndose en contacto con los ciudadanos cuando no hubiera sido posible resolver una petición de información de forma inmediata. 188

i) La realización de determinados trámites administrativos, cuando los avances técnicos de la Administración lo permitan.

CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

La prestación del servicio telefónico se realizará salvaguardando los principios de autenticidad, confidencialidad, integridad, disponibilidad y conservación de la información, así como la protección de los datos de carácter personal de los ciudadanos que accedan a este servicio.

1.4.3. Atención telemática Así, la plena consolidación de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, como elemento clave para el desarrollo económico y social, hace que se incluya como línea estratégica sectorial la implantación de la administración digital con un doble objetivo: en primer lugar, acercar al máximo los servicios de la Administración al ciudadano por medio de la diversificación de los canales de acceso, otorgando prioridad al canal Internet pero sin olvidar los canales alternativos; y, en segundo lugar, mejorar la calidad de los servicios prestados mediante el empleo de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTICs).

La atención telemática consiste en acercar la tecnología a los ciudadanos, en una primera fase, en aquellos espacios en donde se relaciona presencialmente con la Administración, a fin de promover y fomentar la implantación paulatina de la administración electrónica y posteriormente en aquellos espacios públicos de amplia utilización por los ciudadanos, al objeto de facilitar sus relaciones con las Administraciones públicas.

2. Elementos de la comunicación paciente-Celador-familia Una de las características por las que los seres vivos se diferencian del mundo vegetal es la comunicación. La comunicación es una necesidad básica del ser humano, y dentro de todos los tipos de comunicación humana la más potente es la comunicación oral (se realiza por medio del habla). Por ello, desde sus orígenes ha potenciado la comunicación como medio de relacionarse con sus congéneres, bien para pedir ayuda, para atemorizar o quizás también para buscar compañía como medio de perpetuar la especie. Inicialmente la comunicación se realizaba por gestos o mediante sonidos guturales hasta que apareció el lenguaje oral. Con la invención de la escritura por los caldeos, hace 5.300 años, la capacidad comunicativa de las personas ha aumentado y se potenció de forma considerable. La comunicación es importante porque cumple diversas funciones: permite la relación de las personas, fomenta la motivación de las mismas, permite la integración social para la satisfacción de las necesidades sociales y personales, proporciona la información que los individuos y grupos necesitan para tomar decisiones y evaluar opciones alternativas.

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2.1. Definición de comunicación La primera definición que se conoce con consenso internacional fue la aportada por la UNESCO en la Conferencia General que sobre comunicación tuvo lugar en Nairobi, en el año 1976: “se entiende por comunicación un proceso de interacción social, a través de un intercambio equilibrado de información y experiencia”. No tuvo mucha aceptación por la ambigüedad que conlleva. Fue por ello que, en la Conferencia General celebrada un año después en Yugoslavia, se añadieron las palabras emisor y receptor. Quedando entonces como sigue: “se entiende por comunicación un proceso de interacción social, a través de un intercambio equilibrado de información y experiencia entre un emisor y un receptor”. En sentido genérico se puede decir de la comunicación que es el “proceso mediante el cual se transmite información, sentimientos, pensamientos, y/o cualquier otra cosa que pueda ser transmitida”. De una forma sencilla se puede decir que comunicación es la “capacidad para hacerse comprender por los demás”. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la comunicación como la “transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor”. Para Arcadi, la comunicación “es un medio por el cual dos o más personas pueden intercambiar frases a través de un proceso en el cual se ven relacionados el emisor, que es la persona que envía el mensaje, el receptor, que es la persona que lo recibe y que a su vez se vuelve emisor, el cual lo manda a través de un canal por medio de códigos”. Para Alexandra Navarro, la comunicación es “todo proceso social de producción de formas simbólicas, considerando tales procesos como fase constitutiva del ser práctico del hombre y del conocimiento práctico que supone este modo de ser”. Para nosotros, la comunicación es el “proceso mediante el cual la persona se relaciona con su entorno, o con otras personas, utilizando un código común (lingüístico o no lingüístico), que se envía a través de un medio (canal de comunicación), con la finalidad de conseguir un objetivo (una respuesta)”. Por ello, podemos decir que la comunicación es relación y no sólo información. Cuando en la comunicación no se produce una respuesta por parte del receptor, no se ha entendido la información.

2.2. Elementos del proceso de la comunicación Para que tenga lugar la comunicación se requiere de la existencia de seis elementos: fuente o emisor, mensaje, un canal de comunicación, receptor, proceso de codificar, proceso de decodificar: – Emisor: es la fuente productora del mensaje; es decir, la parte de la comunicación que produce el mensaje. – Receptor: es la parte de la comunicación a quien se le transmite el mensaje. – Mensaje: es el primer elemento de la comunicación. Es todo aquello que se desea transmitir.

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– Código: es el conjunto de signos que le permite al emisor transmitir el mensaje, de manera que el receptor pueda entenderlo. Estos códigos pueden ser: lingüísticos (oral y escrito), no lingüísticos (visual, gestual, auditivo).

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– Medio o canal de comunicación: es el vehículo en el que se transmite el mensaje (aire, papel, etc.). Atendiendo a esta función (medio o canal empleado) la comunicación se clasifica en: oral, por gestos, escrita y por símbolos. En la comunicación, todos los elementos son importantes y absolutamente imprescindibles. Si cualquiera de ellos faltara, el proceso quedaría incompleto y la comunicación no se realizaría. El emisor y el receptor son los elementos subjetivos de la comunicación, el mensaje es el objeto de la transacción comunicativa y el canal es el medio físico de transmisión.

Emisor

Receptor

2.2.1. El proceso de comunicación El proceso de la comunicación consiste en que el emisor y el receptor han de estar sintonizados para un mismo mensaje. Esto requiere que la fuente emisora codifique una idea (mensaje) en forma de señal, que pueda ser vehiculizada posteriormente hacia la fuente receptora y que ésta sea capaz de descodificarla apropiadamente. El proceso de comunicación comienza en el emisor y finaliza cuando el receptor ha descodificado y entendido el mensaje. Si el mensaje no es codificado adecuadamente, es decir, acorde con el nivel o desarrollo cognitivo de la persona o personas a las que va dirigido, éstas no podrán descodificarlo y por tanto no entenderán dicho mensaje. En estos casos no se produce el proceso de la comunicación. Ej. Un médico no puede hablar a su paciente en términos o lenguaje científico si este es profano en ese campo, puesto que será incapaz de descodificar el mensaje y no entenderá lo que se le quiere transmitir. Cuando entre dos personas que conversan se establece comunicación se habla de retroalimentación o feedback. La retroalimentación indica cómo se ha establecido el mensaje entre ambas y permite ir viendo que se asimila bien el mensaje y se comprende lo que se quiere transmitir. A través de la retroalimentación la fuente puede comprobar en qué grado el mensaje se ha descodificado por el receptor (interpretado). Además en la comunicación pueden presentarse «ruidos». Un ruido es la interferencia que tiene el mensaje para llegar al destino y se refiere a los elementos que pueden dificultar una buena percepción por el destino. Los ruidos pueden ser físicos o psíquicos. Son ruidos físicos la contaminación acústica generada por múltiples elementos (circulación, herramientas, voces, etc.). Los ruidos psíquicos se refieren al estado psíquico y emocional en que se encuentra el individuo, por lo que dependen de factores subjetivos (grado de interés, atención, motivación, ansiedad, etc.).

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Para que la comunicación sea efectiva han de cumplirse varios requisitos: claridad (accesible para quien va dirigida), prudencia (permita la cooperación para conseguir un objetivo), aprovechamiento (tenga utilidad), equilibrio (no lo discrimine de otros), moderación (la estrictamente necesaria y lo más concisa posible), difusión (llegue a otros) y evaluación (revisar y perfeccionar con el fin de mejorar). También es importante mantener una relación de confianza con los pacientes, respetando su intimidad, para que la comunicación sea fluida y sincera. Es importante animar, fomentar y favorecer las relaciones sociales para que realice actividades que le mantengan ocupado. El proceso de comunicación utiliza el modelo de comunicación de Shannon y Weaver basado en la “teoría de los códigos”. Existiendo dos tipos de códigos: – Código lingüístico: aquel que utiliza letras o grafos (para formar lexemas). – Código no lingüístico: el que no utiliza grafos. Puede ser: * Código no lingüístico visual: aquel que se utiliza en las señales, carteles, etc. (mediante dibujos, fotografías, etc.) o el que se hace mediante gestos y signos (código semiótico). Para captar el mensaje, el receptor debe ver la señal que el emisor le envía. No debemos confundir ver con leer. Si bien es cierto que el código lingüístico escrito también hay que verlo, más cierto es que no sólo basta con eso, sino que también hay que saber leer y conocer el idioma para entender el mensaje. En cambio, cuando nos comunicamos con el código no lingüístico visual, sólo basta con ver.

NOTA: En ciertas culturas orientales se considera de mala educación mirar directamente a los ojos de otra persona. Acto semejante es considerado por el interlocutor como un desafío y no como una señal de mayor atención al mensaje.

*

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Código no lingüístico gestual y postural: aquel en el que el emisor transmite su mensaje a través de gestos, muecas, utilizando su cuerpo.

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Código no lingüístico acústico: aquel en el que emisor es un dispositivo que emite un sonido que es captado por el oído, es decir, el receptor debe escuchar la señal para recibir y entender el mensaje. Ejemplos serían la sirena de una ambulancia, de un detector de fuego, la bocina de un coche, el zumbador de la puerta, etc.

2.2.2. Tipos de comunicación La comunicación está basada en el lenguaje de códigos. Dependiendo del signo que se utilice o del emisor y receptor, los tipos de comunicación son: – Según el código utilizado: lingüística y no lingüística. – Según la relación emisor – receptor: *

Comunicación horizontal. Se emite un mensaje por parte del emisor que llega al receptor, consiguiendo que este ejecute una tarea o una función. Es decir, emisión de un mensaje que finaliza en el receptor con la ejecución de una tarea.

*

Comunicación participativa. La fuente emisora emite un mensaje que es recibido por el receptor consiguiendo la participación de este y la emisión de un nuevo mensaje. Es decir, se emite un mensaje que recibido por el receptor consigue en este un efecto y que a su vez participe en la emisión de un nuevo mensaje.

– Según el canal de comunicación: *

Unidireccional. Un solo sentido.

*

Bidireccional. Comunicación con posibilidad de retroinformación.

*

Multidireccional. Pluralidad de participantes.

– Por el radio de acción respecto a la institución: *

Internas. Emisor y receptor pertenecen a la misma institución.

*

Externas. No pertenecen a la misma institución.

Sea cual sea el modo (lingüista o no lingüista) de comunicarse entre el paciente y su interlocutor, la importancia del proceso de la comunicación radica en que esta sea bidireccional, interactiva y comprensiva. Recuerde que el 75% de la comunicación es del tipo “no lingüista”.

2.3. Actitudes La actitud es una disposición estable de la personalidad para reaccionar ante ciertas situaciones mediante conductas sistemáticas y uniformes. Otros autores definen la actitud como una forma organizada y duradera de pensar, sentir y reaccionar hacia un objeto, situación o persona. Teniendo en cuenta lo anterior, se establecen tres aspectos a considerar en las actitudes: – Objeto: es todo aquello frente a lo cual el sujeto puede reaccionar (personas, objetos,

situaciones, etc.). – Dirección: las actitudes se relacionan con el estado afectivo de la persona y pueden

oscilar entre una aceptación total o un rechazo total, pasando por todas las situaciones intermedias posibles. – Intensidad: las actitudes varían según la fuerza o intensidad con que se vive el fenómeno.

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En toda actitud hay varios componentes: – Componente cognoscitivo: formado por la idea, el conocimiento o la creencia que se

posee de una persona, objeto o hecho. – Componente afectivo: se refiere al grado de motivación que hace ser favorable o desfa-

vorable la vinculación afectiva con la persona o el hecho. Se refiere a los motivos que impulsan a actuar de una determinada manera. – Componente conductual: formado por la tendencia de la conducta que se traduce en

comportamientos determinados. Existe una interrelación entre el componente cognoscitivo y el afectivo, pero no está bien establecida la que pueda existir entre el componente afectivo y el comportamiento. Las actitudes se adquieren por métodos diversos: – Imitación: las conductas o reacciones se aprenden espontáneamente por trans-

misión mimética de los semejantes. Se imitan sobre todo las actitudes de los más capacitados. – Instrucción: la persona es instruida por otra sobre las actitudes que debe asimilar. Es una

forma específica de transmitir la información. – Enseñanza: es la forma más correcta de promover actitudes favorables aunque también

la más difícil en la obtención de éxitos. Respeta la independencia de la persona y le permite ir construyendo y consolidando su forma de ser y actuar. A la vez se favorece la aparición de nuevas actitudes.

2.4. Elementos de la comunicación paciente/Celador/familia Es necesario hacer algunas consideraciones prácticas en la comunicación con el paciente y sus familiares. Por parte del Celador es necesario: – Conocer el contexto sociocultural del paciente. Cuando el Celador tiene que hablar con

el paciente o sus familiares debe hacerlo utilizando un lenguaje claro, que evite, en la medida de lo posible, los tecnicismos científicos. Las palabras deben ser conocidas en el lenguaje coloquial y las frases han de ser cortas, precisas y claras. Debe hablarse lo justo y necesario, evitando cualquier tipo de tertulia. – Estar atento, saber callar para escuchar adoptando una actitud favorable de escucha,

en la que se demuestre interés por el paciente y su entorno inmediato. – Se debe favorecer la expresión y comunicación con el paciente cuando quiere transmi-

tir algo. Se trata de crear un ambiente distendido y manifestar cierta empatía hacia el propio enfermo o/y sus familiares. – Favorecer situaciones de comunicación con el paciente, aunque evitando que se sienta

presionado a hablar, ya que eso genera desconfianza y aislamiento. – En la medida de lo posible no debe interrumpirse al paciente cuando trata de expresar 194

alguna preocupación, dolencia, sentimiento, etc.

CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

– El Celador debe ser consciente de que su actitud general, forma de presentación ante

los pacientes y/o familiares, aspecto físico y forma de vestir, expresión corporal y mímica influyen de manera favorable o desfavorable en la comunicación con el paciente. Manifestar una actitud positiva. – Los familiares y el paciente no deben percibir, en ningún caso, en los Celadores desin-

terés por su situación, bien sea porque se trata de un proceso habitual, por prisas, falta de empatía, etc. – El Celador debe evitar emitir cualquier juicio de valor u opinión sobre el proceso del

enfermo, tanto al propio enfermo como a la familia. Tiene que ofrecer soluciones no nuevos problemas. – El tono de voz debe adecuarse a cada paciente y circunstancia y las expresiones cor-

porales y mímicas deben ser mínimas, ya que se trata de un lenguaje ambiguo, poco preciso y susceptible de valoraciones muy subjetivas. – Descubrir la importancia que tiene entender al paciente como persona teniendo en cuenta sus necesidades (fisiológicas, de autorrealización, religiosas y culturales, de autoestima, de afecto, etc.). – Adecuarse, en la medida de lo posible, al tipo de paciente (quirúrgico, psiquiátrico, geriátrico,

pediátrico, etc.), teniendo en cuenta la clase y características de la enfermedad que padece. Por parte del paciente y los familiares: – Deben conocer la carta de derechos y deberes del paciente, ya que tienen derecho a recibir cuanta información deseen sobre aspectos de las actividades asistenciales que afectan a su proceso de tratamiento y situación personal. – Los familiares deben conocer las horas de atención que el hospital tiene establecidas para poder hablar con el médico responsable.

2.5. Reglas del arte de escuchar: activa y pasiva La escucha activa puede definirse como un conjunto de comportamientos y expresiones que adopta el Celador ante el enfermo o sus familiares para comunicarle, de distintas maneras, que ha entendido y/o comprendido lo expresado por el propio enfermo. Reglas básicas para una escucha activa: – Estar en silencio durante la escucha. – Responder estrictamente cuando sea preciso a lo manifestado por el paciente y/o

familiar. – Resumir lo que ha dicho el paciente o sus familiares, resaltando los aspectos más im-

portantes, como una manifestación de interés y comprensión. – Demostrarle, además, que se ha entendido y comprendido bien lo que el enfermo o fa-

miliar ha dicho a través de alguna afirmación o pregunta clave sobre sus sentimientos. La escucha pasiva, en cambio, se refiere al procedimiento seguido por el Celador para demostrarle al paciente que ha entendido y comprendido su mensaje, pero sin utilizar para ello el lenguaje verbal. Se vale de un gesto, una palmada, un movimiento afirmativo, una sonrisa, etc.

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2.6. Factores que facilitan y obstaculizan la comunicación interpersonal: paciente/Celador/familia Para establecer una buena relación de empatía y la comunicación adecuada con el paciente y/o sus familiares es necesario tener en cuenta los siguientes factores: – Léxico: usar un lenguaje adecuado a cada caso. No todos los pacientes tienen el mismo nivel cultural y por tanto las palabras y su significado deben ser conocidas, en el momento del diálogo, tanto por la fuente emisora como por el destinatario. – Terminología científica: es conveniente evitar la terminología científica y médica, puesto que la población en general la desconoce. – Expresión: hablar correctamente, con lógica y precisión. – Comentarios: evitar comentarios improcedentes o innecesarios. – Atención: procurar hablar siempre mirando a la cara y atendiendo a las expresiones del paciente, ya que los enfermos transmiten mensajes a través de la comunicación no verbal (gestos, posturas, actitudes, etc.). – Respeto: saber escuchar para después hablar (respeto a quien habla). Pero también existen barreras o dificultades para la comunicación con el paciente y/o los familiares, entre las que se encuentran: – Lenguaje: cuando el Celador usa distinto lenguaje, de manera que el paciente no pue-

de descodificarlo y por tanto interpretarlo. – Fluidez verbal: hablar demasiado deprisa dificulta la comprensión. Hablar muy lenta-

mente puede aburrir y hacer que el paciente pierda el interés. – Momento: hablarle al paciente en momentos inoportunos (dolor, somnolencia, etc.). – Valoraciones: hacer juicios de valor o dar opiniones sobre temas para los que no existe

una moral universal y por tanto no se comparten opiniones. – Sinceridad: la percepción de que se ocultan cosas, cambiar de tema en una conversa-

ción inacabada en la que el paciente tiene interés, etc., dificultan de forma significativa la relación y la comunicación. – Discapacidades físicas: sordera, ceguera, etc. – Discapacidades psíquicas: cuando existen alteraciones psíquicas que cursan con dis-

minución de las capacidades intelectuales y, a veces, físicas (psicosis, neurosis, alteraciones de la memoria, etc.).

2.7. Fases de una relación interpersonal (Celador/paciente/familia) de ayuda Las fases que caracterizan una relación de ayuda interpersonal entre el Celador y el paciente y/o sus familiares se pueden resumir en las siguientes:

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1. Fase receptiva o contacto: al producirse el encuentro entre el Celador y el enfermo, se origina una primera reacción de expectación que permite al Celador orientarse, situarse respecto al paciente, ya que este pone de manifiesto un determinado problema que demanda algún tipo de ayuda.

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2. Fase de ejecución: el Celador ya ha procesado la información recibida y se ha planteado mentalmente lo que puede decir o hacer para establecer una relación adecuada con el paciente. Se inicia una relación profesional con el enfermo y sus familiares. 3. Fase de conclusión: prestada la asistencia o ayuda necesaria en la fase de ejecución, este proceso de asistencia y atención al paciente debe terminar de manera que el Celador se sienta satisfecho de haber podido aportar algo provechoso al paciente, ayudándole así a mejorar su estado anímico, físico, etc.

2.8. Actitudes del Celador en una relación de ayuda El Celador debe adoptar una actitud positiva en cualquier relación de ayuda de manera que, si lo expresado en la fase de conclusión del apartado anterior fracasa por alguna circunstancia, debe replantearse nuevamente todo el proceso seguido. Es necesario en todo momento adoptar algunas actitudes determinadas que son muy importantes en una relación de ayuda: – Respeto: la relación de ayuda al enfermo se basa en la confianza y respeto mutuos. La

comprensión de su situación, sin hacer juicios de valor, la tolerancia a las distintas situaciones y realidades son valores básicos y fundamentales para una relación de ayuda provechosa. – Sinceridad: es necesario que la sinceridad en el trato sea percibida por el paciente y sus familiares para que se produzca esa relación de confianza expresada anteriormente. – Empatía: una relación de empatía se produce cuan-

do hay una comunicación mutua en la que ambas personas son capaces de captar la sensibilidad, los sentimientos y la realidad del otro. Es un elemento fundamental en la relación con los Celadores. – Rigor, seriedad y precisión en el trabajo: son cualidades muy apreciadas que favo-

recen la confianza y la relación de comunicación, sobre todo cuando se trata de una asistencia sanitaria. – Asertividad: podríamos definirla como la competencia del individuo para desarrollar la labor que le exige su rol profesional. Esto es, conocer y aplicar los derechos que pertenecen tanto al Celador como al enfermo. Ser asertivo implica: saber decir «no» ante una demanda no justificada, saber y reconocer que podemos equivocarnos pero, sobre todo, que asumimos esta responsabilidad, saber que no tenemos respuestas ni soluciones para todo, saber que hay pacientes con los que la relación puede ser muy distante, saber que trabajamos en equipo y que no tenemos por qué conocer todo lo que nos pregunten, que podemos consultar o derivar a otros profesionales… En definitiva, ser asertivo implica tener el valor suficiente para mostrarse como uno es, con nuestras limitaciones y virtudes. – Reactividad: o capacidad para dejar hablar y para escuchar. Se refiere al tiempo que pasa entre que el paciente deja de hablar y comenzamos a hacerlo nosotros.

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2.9. Habilidades de relación interpersonal La relación interpersonal es aquella que se establece entre dos o más personas y que consisten en la interacción recíproca entre ellas. El fundamento de la relación está apoyado en la vinculación que se establece entre estas personas, por el hecho de haberse encontrado como tales. Esta relación interpersonal involucra los siguientes aspectos: habilidad para comunicarse clara y directamente, habilidad para escuchar atentamente, habilidad para solucionar conflictos y habilidad para expresarse de manera honesta y auténtica. Estas destrezas o habilidades en las relaciones interpersonales también pueden desarrollarse a nivel social, de comunicación, de autoconocimiento y de límites. En la relación interpersonal el objetivo es la ayuda. En las relaciones interpersonales hay cinco procesos fundamentales que impactan directamente en ellas: – La percepción es el proceso mediante el cual las personas interpretan y organizan la información con la finalidad de darle significado y comprensión a su mundo. Gracias a la percepción se inician los procesos del pensar, sentir y actuar. En este proceso también influyen los valores personales, las creencias, los pensamientos y el mundo de la acción. – El pensamiento es la idea inicial a partir de la cual se analizará y evaluará la situación, para emitir un juicio sobre lo que nos afecta y así plantear conductas y organizar acciones de acuerdo con la información que se posee. Pensamiento y lenguaje son dos realidades distintas pero inseparables. – El sentimiento es el estado afectivo del ánimo que se produce por causas que lo impresionan vivamente y según el cual se tomarán las decisiones. – La intencionalidad es la determinación de la voluntad en orden a conseguir un fin (objetivo). Estos objetivos constituyen el “activador” de la conducta y son la fuente principal de la motivación. – La acción es el hacer consciente que se expresa en objetivos. Está basado en la percepción, en los sentimientos, en el pensamiento y en la intencionalidad. Las relaciones interpersonales han de ser saludables y eficientes. Para que sean saludables han de cumplir las siguientes premisas: 1. Honestidad y sinceridad. Nos permite explorar los límites sociales y contrastar nuestra verdad con la de los demás. 2. Confianza. La seguridad de uno mismo alienta a obrar. 3. Respeto y afirmación. Permite la creación de un espacio psicológico y social en el que desarrollar la relación personal según la propia visión de las cosas de uno y de los demás. Gracias a ello podremos saber si la relación es saludable o no. Es saludable cuando existe compasión (capacidad humana de sentir con el otro, de identificarse con él y de ponerse en el lugar del otro), comprensión (capacidad humana para entender y penetrar las cosas) y sabiduría (conocimiento profundo que permite tener un comportamiento prudente, honesto y sincero con respeto a la libertad de decisión).

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Las relaciones interpersonales son eficientes (buenas) cuando producen: satisfacción (se describe el problema existente), autenticidad (está orientada al problema existente), empatía (se identifica el sujeto con el otro), compañerismo (se desarrolla en un régimen de igualdad) y efectividad (produce provisión).

CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

Las relaciones interpersonales son deficientes cuando producen: frustración (no se consigue lo que se esperaba), ansiedad (produce inquietud, zozobra, agitación), enojo (origina ira contra alguien), agresividad (provoca respuesta violenta, desproporcionada), actitud negativa (provoca repulsa) y deserción (provoca desamparo o abandono).

3. Atención e información al enfermo y familiares No hay dos personas iguales en este mundo. No podemos predecir las reacciones de una persona por lo que haríamos nosotros en su caso ya que, como dijimos antes, existen grandes diferencias entre una persona y otra. Todo individuo debe ser tratado con arreglo a su personalidad, no piensa ni actúa igual una persona joven que otra mayor, ni un hombre como una mujer en determinadas circunstancias, etc. El Celador debe tener esto siempre muy presente e intentar comprender a quién está tratando. Esta actitud del empleado hacia las personas es de suma importancia, pues para el público ese empleado representa a la Institución misma y el concepto que tenga de él es el que tendrá de la propia Institución. Por la peculiaridad del trabajo del Celador (suele ser el primer profesional que entra en contacto con los pacientes), debe tener en cuenta que en determinados momentos llega a ser alguien vital para quien le consulta o necesita, por lo tanto la experiencia le enseñará que debe tener muy en cuenta el efecto de sus actos sobre dichas personas. En las Instituciones Sanitarias, nuestro trato directo con el asegurado, con el beneficiario que tiene necesidad de su uso, tiene que extremarse al máximo, procurando por todos los medios humanizar esas relaciones entre el empleado y el público. Que las personas no sean un número, sino individuos que necesitan comprensión, deferencia, amabilidad, corrección y atención. El Celador ha de tener muy presente que va a tratar en muchos casos a personas que sufren y que por lo tanto su comportamiento delante de ellos o sus familiares ha de ser siempre muy humano y delicado.

El enfermo, casi siempre, se encuentra deprimido por los problemas que la enfermedad acarrea a su familia y para esta es un momento muy difícil, la preocupación por su estado de salud, por saber cuándo recibirá los primeros cuidados, quién va a ocuparse de él, etc.; en estas circunstancias, enfermo y familiares se hacen más susceptibles y detectan con mayor facilidad los pequeños detalles; una desatención por parte del Celador al entrar en el hospital es suficiente para crear un estado de desánimo.

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El enfermo ha de ser tratado con amabilidad y corrección, prestándole la máxima atención de tal manera que crea que sólo nos interesan sus problemas, por tanto hay que ser pacientes, saber escuchar, tener cuidado de no herir su susceptibilidad ni sus sentimientos. No nos creamos superiores y les demostremos esa especie de despotismo que a veces se nota a través de nuestras conversaciones poco amables, y tengamos siempre presente que la Seguridad Social fue creada para los trabajadores y sus familiares, que a ellos nos debemos y que hay que tratarlos en todo momento con la máxima corrección y deferencia. Dentro de las relaciones con el público está la faceta de la información, que entraña una máxima atención por parte del personal informador ya que de ella se puede derivar la pérdida de un derecho o la demora en una asistencia sanitaria. La información al público debe ser siempre clara, completa, amable y sencilla para poder ser entendida por cualquier persona. Los trámites administrativos, la burocracia, el papeleo y las colas son los problemas inherentes a cualquier gestión con la Administración que más detestan los usuarios; por ello debemos poner nuestra mejor voluntad en aquellas cosas más difíciles de entender para evitar roces y suspicacias con los mismos. Por otra parte, el Celador, dada su movilidad en las Instituciones, puede llegar a enterarse del estado de un paciente, del diagnóstico, de una posible intervención, etc. Por ello está obligado a guardar silencio acerca de todo lo que conozca a causa del ejercicio de su profesión, ante los enfermos, familiares, visitantes, compañeros e incluso personas ajenas a su trabajo. Callará incluso las cosas que crea que no tienen importancia. Si es interrogado por la familia no deberá dar ninguna información sobre el estado del enfermo, sino dirigirla amablemente hacia el personal facultativo que es el único autorizado para dar explicaciones en estos casos. En el Estatuto de Personal no Sanitarios, en respuesta a este caso indica: “Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se estén realizando a los mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las consultas hacia el Médico encargado de la asistencia del enfermo”. En resumen, la atención al enfermo y a los familiares se concreta en las siguientes funciones: a) Orientación al usuario durante su estancia en el centro sanitario, referida tanto al propio centro: – Ubicación de los servicios y unidades del centro. – Horario de los distintos servicios.

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CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\

– Información general a los pacientes sobre las horas de visita y consulta para la información médica. Como referida a los servicios ajenos al centro: *

Medios de transporte.

*

Hospedería para familiares.

b) Procurar una mayor colaboración entre los usuarios y el personal que trabaja a su servicio. c) Atención personalizada a familiares: – Disminuir la preocupación de los familiares. – Información a los familiares sobre la planta o Servicio en el que se encuentra el paciente, incidencias, tiempos de espera, traslados, etc. – Localización de familiares por el servicio de megafonía para traslado de avisos, información o llamadas telefónicas del exterior. d) Canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias de los usuarios.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2Responsable de la información a los familiares (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM–convocatoria 2008). 2Responsable de la información a los familiares, actuación de los celadores ante la demanda de información por parte de los pacientes (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2Funciones de los celadores en la información a pacientes (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2Concepto de comunicación asertiva, clasificación de la comunicación, pensamiento y lenguaje, actuación ante un cliente conflictivo, relación profesional con los usuarios, concepto de receptor, concepto de interferencia en la comunicación, elementos que integran la comunicación, actitudes que favorecen la comunicación, funciones de los celadores en la información a pacientes, actuación ante un cliente agresivo (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Formas de hablar del celador a los pacientes (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2Tipos de comunicación, actuación de los celadores ante la demanda de información por parte de los familiares, información general (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2Responsable de la información a los familiares (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2Responsable de la información a los familiares, actuación de los celadores ante la demanda de informaciónpor parte de los familiares, relación del celador con los pacientes (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2Responsable de la información a los familiares (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2Concepto de empatía, funciones de orientación, concepto de retroalimentación, factores que obstaculizan la comunicación (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2Primer contacto de los pacientes en la Institución, responsable de la información a los familiares, actuación de los celadores ante la demanda de información por parte de los familiares (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2Responsable de la información a los familiares, actuación de los celadores ante la demanda de información por parte de los familiares (Agencia Valenciana de Salud – AVS–, convocatoria 2009). 2Componentes de la comunicación no verbal, concepto de feedback, elementos subjetivos de la comunidad humana (Servicio Murciano de Salud–SMS–, convocatoria 2009). 2 Trato de los celadores a los pacientes (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 202

2Información que puede proporcionar un celador a los familiares (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4. 5.

Normas de actuación en los quirófanos Normas de higiene La esterilización La higiene personal del Celador Técnica de lavado de manos

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Actuación del Celador en el quirófano

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1. Normas de actuación en los quirófanos 1.1. Introducción El quirófano es una de las áreas, dentro de la Institución Sanitaria, en la que los Celadores desempeñan funciones propias. La zona quirúrgica es bastante compleja en cuanto al material y equipo que se utilizan, por lo que se requiere que los Celadores guarden una serie de normas en el desarrollo de su actividad. El trabajo que va a realizar en este servicio difiere del que lleva a cabo en el resto del hospital. Los grandes progresos en medicina y cirugía han permitido un desarrollo importante en esta área, aumentando el número de intervenciones, la cantidad de aparatos y materiales quirúrgicos, así como la formación del personal que desarrolla su labor en el área quirúrgica. Por todo ello, hablaremos en esta unidad de las características generales de los quirófanos, del papel del Celador en este servicio y de las peculiaridades en cuanto a vestimenta y distribución de espacios y zonas.

1.2. Concepto de quirófano El quirófano es el área de la Institución Sanitaria donde se realizan las operaciones quirúrgicas. La cirugía se puede definir como la parte de la medicina que tiene como fin curar, paliar o diagnosticar enfermedades así como reparar o mejorar sus posibles secuelas por medio de intervenciones manuales. Existen muchos tipos de intervenciones quirúrgicas, con mayor o menor complejidad y riesgo, pero todas requieren unas condiciones específicas de higiene y esterilización para poder realizarlas con seguridad.

Una intervención quirúrgica puede ser clasificada atendiendo a diversos parámetros: En función del objetivo que se persigue con su realización, la intervención se clasifica en: 1. Diagnóstica: para determinar la causa de los síntomas (ej.: extracción de un fragmento de tejido para biopsia). 2. Curativa: resección de la parte enferma (ej.: extirpación de una masa tumoral). 204

3. Reparadora o reconstructiva: fortalecer zonas debilitadas, volver a unir zonas que se encuentran separadas, corregir deformidades, etc.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

4. Estética: mejorar el aspecto. 5. Paliativa: aliviar los síntomas (ej. dolor) sin curar la enfermedad. 6. Exploratoria o exploradora: sería, por ejemplo, realizar una laparotomía exploratoria para observar los órganos de la cavidad abdominal después de un traumatismo abdominal severo. La cirugía también se puede clasificar en menor o mayor, según su complejidad y el riesgo que conlleve, por lo que pasaría a denominarse cirugía de alto riesgo o cirugía de bajo riesgo. Según el grado de contaminación de los tejidos, se clasifica en: – Limpia: cuando no se penetra en vía respiratoria, tubo digestivo, tracto genitourinario o cavidad orofaríngea, ni se accede a tejidos infectados. Son aquellas heridas que cicatrizan por la denominada primera intención. El riesgo de contaminación es exógeno. – Limpia-contaminada: cuando se penetra en cavidades comunicadas con el exterior. – Contaminada: son las heridas abiertas recientes (menos de 4 horas), operaciones con alteraciones de la técnica estéril. – Sucia o infectada: cuando se trata de heridas traumáticas no recientes (más de 8 horas) con tejido desvitalizado. Al período de tiempo que transcurre desde que un paciente va a ser intervenido, se prepara la intervención, se realiza la misma y hasta que es dado de alta en el hospital, se le conoce con el nombre de perioperatorio. Dentro de él podemos distinguir tres fases claramente identificadas. Dichas fases son: – Preoperatoria: es la fase que antecede a la intervención. Comienza con la preparación del paciente y finaliza cuando éste es colocado en la mesa de operaciones. Algunos autores sitúan el inicio de esta fase en el momento de decidir que se va a intervenir quirúrgicamente al paciente. – Transoperatoria: es la que transcurre desde que el paciente es colocado en la mesa de operaciones hasta que abandona el quirófano. También se denomina acto quirúrgico y se puede desarrollar a su vez en 5 fases (sección y separación de tejidos, unión de los tejidos para conseguir su cicatrización, hemostasia, exploración operatoria y cirugía endoscópica). – Postoperatoria: es la fase que precede a la intervención. Comienza con el traslado del paciente a la sala de reanimación/recuperación, más comúnmente conocida como sala de despertar, y finaliza cuando el paciente es dado de alta.

1.3. Estructura y organización del bloque quirúrgico El denominado bloque quirúrgico está funcional y físicamente diferenciado del resto del hospital. Se compone de un conjunto de instalaciones acondicionadas y equipadas para poder realizar en ellas las intervenciones quirúrgicas con las mayores garantías, y de un personal (sanitario y no sanitario) asignado al servicio, que debe poseer una formación específica (aunque no siempre académicamente reconocida), para realizar con eficiencia su trabajo. 205

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1.3.1. Instalaciones El bloque quirúrgico suele situarse en una zona del hospital tranquila y con poco tránsito, aunque bien comunicada con el resto de las unidades. Atendiendo a las normas de asepsia y antisepsia, se divide en varias áreas con diferente tipo de restricciones en lo referente a la circulación de personal, enfermos y material: – Área de intercambio. Aquí encontramos el área de recepción de pacientes, los despachos, los vestuarios y la sala de estar del personal: * Los almacenes, en el bloque quirúrgico existen diversos almacenes para guardar el material quirúrgico, aparatos, sueros, camillas, farmacia en general, etc. *

La zona de descanso del personal está compuesta por salas acondicionadas para el descanso del personal entre cada intervención.

*

Los vestuarios son zonas de intercambio, poseen dos puertas, una por la que se accede con ropa de calle y otra de salida al pasillo de quirófano, una vez uniformado o vestido con el traje de quirófano. Existen vestuarios para los profesionales que forman el quirófano y otros para los pacientes que llegan en régimen ambulatorio.

*

La zona de recepción de pacientes es la sala donde se instala y permanecen los enfermos que vienen en cama o camilla hasta que se les pasa a la camilla quirúrgica para ser operados, también denominada transfer o zona de transferencia de camas. La cama vacía se deposita en la esclusa.

– Área limpia. Para esta área es necesario el uso de gorro y “papis”. A este espacio pertenece el pasillo limpio y el almacén de material estéril.

– Área estéril o aséptica. En esta área será necesario el uso de gorro, papis o calzas y mascarilla, incluso cuando no se esté realizando ninguna intervención. Está formada por los quirófanos, la zona del lavado quirúrgico y las áreas de preparación del instrumental estéril:

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* La sala de lavado de manos quirúrgico es la sala anexa al quirófano, donde el personal estéril (el cirujano, sus ayudantes y la enfermera instrumentista), realizará el lavado quirúrgico de manos, para así, proceder al acto quirúrgico.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

* La intermedia es el almacén o dependencia anexa al quirófano, que se comunica con este a través de una ventana. En este almacén se guardan las cajas de instrumentación, así como el material fungible y sueros de uso frecuente en las intervenciones quirúrgicas. En cada quirófano suele haber una intermedia, que estará asistida por una auxiliar de enfermería, la cual trasladará el instrumental quirúrgico y suministrará el material necesario para la intervención. – Área sucia. También llamada zona séptica, es un área adyacente al quirófano o pasillo de circulación, por la que se va eliminando todo el material sucio procedente de la intervención. No necesita ninguna indumentaria especial. – El antequirófano es la sala o dependencia, anexa al quirófano, que sirve para proporcionar atención y asistencia al paciente, así como llevar a cabo los cuidados que requiera este antes de ser operado (también es el lugar donde se queda la cama del paciente al pasarlo a la mesa de operaciones). También es el lugar donde el Celador debe permanecer durante la intervención estando atento a aquello para lo que se le pudiera requerir. – La sala de reanimación, es aquella donde se recibe a los pacientes una vez practicada la intervención quirúrgica, dándoles los cuidados y asistencia necesaria hasta que estos se recuperen de la anestesia y estén en condiciones para su traslado a la planta de hospitalización que corresponda.

Para el control de acceso al quirófano y en función de la vestimenta necesaria podemos dividir el área quirúrgica en varias zonas: – Zona sin limitaciones de acceso: es la que hay a la entrada del bloque quirúrgico y va desde la puerta que delimita el principio de esta zona hasta los vestuarios y zona de recepción de pacientes. A esta zona se puede acceder con ropa de calle o con un uniforme normal. – Zonas semilimitadas: en ellas se requiere el uso de uniforme aséptico de dos piezas. Además del uniforme también se requiere el uso de zuecos quirúrgicos o, en su defecto, se cubrirán los zuecos con calzas o papis para evitar la contaminación del área. Además es preceptivo el uso de gorro para cubrir el pelo. Son zonas semilimitadas los pasillos de limpio y sucio, además de los almacenes de aparatos y demás locales situados a partir de los vestuarios.

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– Zonas limitadas: en estas zonas, además de uniforme quirúrgico, calzas o zuecos quirúrgicos y gorro, es obligatorio el uso de mascarilla. Están formadas por las salas de intervenciones, así como los antequirófanos y los cuartos de lavado de manos prequirúrgico. Otros autores consultados nombran estas 3 zonas como: negra (se corresponde con la zona sucia), gris (zona limpia) y blanca (zona estéril). Los Celadores destinados al área de quirófanos tienen acceso permitido a todas sus áreas, por lo que deben conocer cuáles son las prendas que deben llevar en cada momento. El quirófano debe estar construido con unas determinadas características para prevenir posibles contaminaciones: − Las paredes, techo y suelo deben estar construidas con un material no poroso de fácil limpieza. − No debe haber ventanas y existirá una instalación de aire acondicionado independiente de la del resto del hospital y con capacidad para renovar el aire entre 15 y 20 veces por hora. El sistema poseerá filtros de partículas de alta seguridad. − Puertas que disminuyan la turbulencia del aire, al abrirse y cerrarse. − La temperatura debe mantenerse entre 17 y 23 ºC (la excepción está en los quirófanos de pediatría que pueden necesitar temperaturas superiores a 25 ºC) para disminuir el crecimiento bacteriano evitando así la aparición de infección. Una temperatura alta aumentaría el riesgo de explosión de los gases empleados. − La humedad del ambiente debe mantenerse entre 50 y 60%, así se genera un medio relativamente conductor, permitiendo que la electricidad estática se descargue a tierra a medida que se genera. − La combinación de humedad elevada y temperatura baja es deseable también para evitar la deshidratación del tejido expuesto del paciente. − Las unidades de iluminación del techo se instalarán en un solo pivote en vez de sobre raíles (los raíles de las luces del techo son difíciles de limpiar y los mangos pueden contaminarse). − La instalación debe estar insonorizada.

1.3.2. Equipo quirúrgico El equipo que atiende al paciente durante el periodo operatorio puede dividirse en dos categorías básicas: miembros lavados estériles y miembros no estériles. Los miembros del equipo lavados estériles son los siguientes: 1. Cirujano: especialista médico que realiza la intervención. 2. Ayudantes del cirujano: pueden variar en número. 3. Enfermera instrumentista. Aunque tal categoría no está reconocida académicamente en la actualidad, es indudable que esta función debe cumplirla alguna enfermera con conocimientos y experiencia suficientes. 208

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

Los miembros no estériles del equipo pueden incluir los siguientes: 1. Anestesista. Médico especialista en anestesiología y encargado de todo el proceso anestésico. 2. Enfermero/a circulante. Asiste al paciente a su llegada a quirófano, lo cuida (constantes vitales, perfusiones endovenosas…) durante la intervención y sirve de intermediario entre los miembros estériles y no estériles, aporta el material que se pudiese necesitar… 3. Auxiliar de enfermería. Durante la intervención permanece en la zona intermedia y entregará a la enfermera circulante lo que esta le solicite. 4. Otros (enfermera de apoyo al anestesista, Celador, limpiadora...).

1.4. Conocimiento de los recursos técnicos, instrumental y material en general Los elementos más habituales que nos podemos encontrar en la sala de operaciones son: – Mesa quirúrgica o mesa de operaciones: donde se coloca al enfermo para ser operado. Es una camilla especial provista de dispositivos para modificar la altura (autoelevables) y las articulaciones (articulada), que además consta de diversos accesorios para colocar al paciente en la posición adecuada (correas para brazos o muñecas, tabla braquial o soporte para brazos, soportes para hombros, estribos o perneras, bolsas de arena, etc.). El colchón suele estar cubierto de caucho conductor. Es imprescindible, que disponga de una buena toma de tierra. La mesa quirúrgica puede ser fija o disponer de ruedas. Según la especialidad del quirófano (traumatología, oftalmología, ginecología, etc.), existirán modelos de mesas y accesorios adecuados para cada especialidad quirúrgica. – Arco de anestesia, es un accesorio metálico, que se fija a la mesa quirúrgica encima del paciente y permite separar la zona de anestesia de la zona de intervención o campo quirúrgico. – Lámpara quirúrgica o cialítica, normalmente son dos y se encuentran suspendidas del techo por encima de la mesa quirúrgica. Pueden ajustarse con libertad en cualquier posición o ángulo sobre la mesa quirúrgica. Deben estar diseñadas para proporcionar una luz focal y no producir sombras. Deben ser de fácil limpieza. 209

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– Lámparas supletorias: además de la iluminación general del quirófano y de las lámparas quirúrgicas, también se dispone de lámparas auxiliares provistas de ruedas para su desplazamiento, que pueden trasladarse por los distintos quirófanos. – Aparato de anestesia, también llamado carro o equipo de anestesia. Es un armario con ruedas que permiten su desplazamiento; va equipado con diversos aparatos y material de anestesia como monitores cardíacos, pulxiosímetro, esfigmomanómetro, electrodos para la monitorización cardiaca, recipientes de gases anestésicos, etc. Dispone de diversos compartimentos y cajones que contienen material variado para la anestesia como laringoscopio, tubos endotraqueales y sondas de diversos tamaños, cánulas de Guedel, fiadores o guías, mascarillas oronasales de diversos tamaños, sondas nasogástricas y de aspiración, etc. – Sistema de aspiración, recipiente que se conecta a las tomas de vacío y sirve para aspirar sangre y secreciones del paciente durante la intervención. – Mesa de instrumentación, es una mesa metálica provista de ruedas, en la cual, la enfermera instrumentista coloca el instrumental quirúrgico necesario para la intervención. Suele tener forma semicircular y se recubre con paños estériles durante la intervención. – Mesa auxiliar, llamada también mesa mayo o cigüeña, es una mesa metálica provista de ruedas, donde se coloca el material de uso continuo para la intervención (bisturí, separadores, pinzas, tijeras, batas, guantes, etc.).

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– Escabel: especie de taburete o banqueta sin respaldo utilizado en quirófano.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

– Armarios con material indispensable, sirven para el almacenamiento de suturas, apósitos, sistemas de drenaje, bolsas colectoras, etc. – Negatoscopio: es una pantalla provista de un sistema de iluminación que permite visualizar radiografías, tomografías, resonancias magnéticas del paciente. – Bisturí eléctrico: utiliza corriente eléctrica modificada, para cortar tejido y para coagular pequeños vasos sanguíneos. Posee un terminal negativo o placa, que se fija al paciente y permite recoger la corriente eléctrica que circula por su cuerpo durante la intervención. – Carro de parada: también llamado carro de Soporte Vital o de emergencia. Es un mueble con ruedas, donde podemos encontrar todo el material y la medicación necesaria para resolver una situación de extrema urgencia, como, por ejemplo, una parada cardiorrespiratoria. Dispone entre otros con los siguientes elementos: *

Tabla de parada cardiorrespiratoria, es una superficie dura que se coloca bajo el paciente y permite practicar adecuadamente la técnica de SVB (Soporte Vital Básico).

*

Desfibrilador con palas, cardiocompresor, marcapasos externo…

*

Resucitador, respirador manual o balón de oxígeno (ambú), con mascarilla oronasal.

*

Diversos cajones con material para intubación endotraqueal, electrodos, sondas y medicación diversa.

– Aparatos de RX portátiles: permiten el estudio radiológico del paciente en el transcurso de una intervención. Suele estar formado por dos elementos que son: un tubo emisor de RX y monitores de visualización de la imagen. El Celador es el encargado de su traslado dentro del área quirúrgica y el técnico en radiodiagnóstico es el que se encarga de su manejo y aplicación de técnicas radiológicas. – Instrumental. Tijeras de Mayo, bisturíes, pinzas de Kocher, pinzas de Pean, pinzas de Kelly, pinzas mosquito, agujas de sutura, hilo de sutura, portaagujas, separadores, valvas, etc.

1.5. Riesgos relacionados con quirófano 1.5.1. Riesgo de infección relacionado con la intervención Reglas básicas de la asepsia quirúrgica Durante la cirugía deben seguirse determinadas reglas para crear y mantener un campo estéril con un margen de seguridad bien definido. La práctica estricta de las siguientes reglas elimina o minimiza la posible contaminación: 1. Dentro del campo estéril debe usarse sólo material estéril. Si hay alguna duda sobre la esterilidad de un objeto se considera como no estéril. 2. Las batas del personal lavado se consideran estériles por delante, del hombro a la cintura, y las mangas hasta cinco centímetros por encima del codo. 211

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3. Las mesas cubiertas con paños se consideran estériles sólo en la superficie. Cualquier objeto que pase del extremo de la mesa se considera contaminado y no puede ser colocado otra vez sobre ésta. 4. Las superficies estériles deben contactar sólo con otras superficies estériles. Las personas lavadas deben mantenerse cerca del campo estéril y, si cambian de posición, deben girar cara a cara o espalda contra espalda. 5. Los extremos de un paquete o contenedor estéril se consideran no estériles (los límites de lo estéril no están siempre bien definidos). 6. El campo estéril debe crearse lo más cerca posible del momento en que va a ser utilizado. El grado de contaminación es proporcional al tiempo que permanecen sin tapar las cosas. Las zonas estériles deben estar siempre a la vista, y una vez que se abren los paquetes de cosas que se van a utilizar, alguien debe permanecer en la habitación para asegurar la esterilidad.

1.5.2. Riesgo de lesión relacionado con el uso de material eléctrico La cirugía y la anestesia dependen en gran medida de los equipos eléctricos como monitores, lámparas de cabeza, microscopios, equipo endoscópico, mesas de quirófano eléctricas y bisturíes eléctricos, aparatos que suponen una amenaza para la seguridad del paciente. Los peligros eléctricos más frecuentes son el fuego, la descarga eléctrica y las quemaduras. Las chispas provocadas por las averías de los equipos, la electricidad estática o el uso de láseres y bisturíes eléctricos son posibles focos de ignición. Ya no se emplean gases anestésicos explosivos, pero el uso de oxígeno a altas concentraciones para la anestesia incrementa el riesgo de fuego. Existe la posibilidad de que se produzcan quemaduras eléctricas y térmicas, que pueden deberse al contacto con conductores eléctricos o al paso de la corriente a través del organismo no bien aislado. La protección frente a los peligros eléctricos obliga a un uso y mantenimiento adecuados de todos los equipos quirúrgicos, y al aislamiento y toma de tierra del paciente cuando se utiliza el bisturí eléctrico.

1.5.3. Riesgo de lesión relacionado con el uso del láser Cada vez es mayor la frecuencia con que se utilizan distintos tipos de láser en la asistencia a los pacientes, sobre todo en las técnicas quirúrgicas. El láser sirve para cortar, vaporizar, coagular y soldar tejidos. El haz del láser libera energía directamente a los tejidos, lo que se traduce en temperaturas extraordinariamente elevadas. Sus peligros, tanto para el paciente como para el personal sanitario, consisten en lesiones directas de la piel y los ojos por el haz del láser, la inhalación de humos y partículas de material y el fuego. Todo el personal de quirófano y los pacientes conscientes deben utilizar protección ocular frente al láser.

1.5.4. Riesgo de lesión relacionado con la posición del paciente 212

Durante la intervención, en especial mientras se mantienen los efectos de la anestesia, el paciente no puede protegerse a sí mismo frente a ningún posible peligro, por lo que el personal de quirófano debe ayudarle para prevenir las lesiones.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

Para proteger la seguridad del paciente debemos: – Traspasar al paciente de la camilla a la mesa de operaciones, asegurándonos que lo realizamos correctamente. – Comprobar la colocación adecuada del paciente en la mesa de operaciones, evitando posturas forzadas y asegurándonos una buena sujeción. – Comprobar periódicamente la posición y los dispositivos de apoyo (correas, apoyacabeza…) durante la intervención.

1.5.5. Riesgo de alteración de la temperatura corporal relacionado con las condiciones quirúrgicas Debido a la exposición a la baja temperatura del quirófano, la administración de líquidos intravenosos y la reducción del metabolismo impuesta por la anestesia, muchos pacientes sufren una importante pérdida de calor corporal, con la consiguiente disminución de la temperatura central del organismo. Para limitar la pérdida de calor en el quirófano es posible utilizar distintas medidas: – Colocar mantas calientes o térmicas al paciente cuando entra en el quirófano. – Aumentar la temperatura ambiente mientras el paciente se halla expuesto y se prepara la piel. – Utilizar líquidos templados para las irrigaciones y administración intravenosa.

1.6. Actuación de los Celadores en el quirófano Además de las funciones propias de un Celador (transportar del almacén los aparatos y utensilios necesarios en los quirófanos para el normal desarrollo de las intervenciones), sus principales tareas en esta área son: – Trasladar a los pacientes desde sus respectivas habitaciones a las zonas de quirófano para la realización de las intervenciones programadas, para lo que, a la vista del parte diario de quirófanos y en coordinación con quienes realizan las intervenciones, va llevando a los enfermos en el orden y con la premura que le sean solicitados. Antes de cada traslado comprobarán que la identidad del paciente se corresponde con la Historia Clínica que le acompaña.

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– Colocarán a los pacientes en la mesa de operaciones según la posición anatómica que dictamine el cirujano. – Posteriormente, después de la intervención, los trasladará a la sala de reanimación o donde proceda (UCI, UVI, etc.). Este traslado se realizará extremando las medidas de seguridad, cuando el paciente ha sido sometido a anestesia general se colocará la cabeza de forma lateral para evitar que, si tuviera vómitos, penetrasen en el aparato respiratorio del paciente provocando broncoaspiración. Además acompañan al paciente en el traslado el Celador, el anestesista y la enfermera de anestesia. – Si el paciente fallece lo trasladaran al mortuorio. En los casos de amputaciones de miembros también los trasladará el Celador al mortuorio previa orden del cirujano encargado de la operación. – Al final de la intervención ayudarán al personal de enfermería en la retirada del paciente de la mesa de operaciones. En el caso de intervenciones urgentes y en ausencia del peluquero, en las que el paciente no se encuentre debidamente aseado y rasurado, ayudará al personal auxiliar a su adecentamiento, rasurando a los enfermos masculinos (Orden de 5 de julio de 1971) en aquellas partes que lo necesitase. Debe permanecer en la zona de los antequirófanos atento a aquello para lo que se le pudiera requerir y, en caso de tener que acceder al interior del quirófano, deberá cuidar al máximo la asepsia, utilizando bata, gorro, mascarilla y calzas. Ejemplos de las tareas que se le pueden pedir en una intervención son: – Transporte de muestras al servicio de Anatomía Patológica (biopsias intraoperatorias). – Transporte de concentrados de hematíes, plaquetas, etc. desde el banco de sangre. – Transporte de aparatos diagnósticos (Rx, ecógrafo, etc.).

Concentrado de hematíes

Un punto importante a tener en cuenta es que en ningún momento hará comentarios sobre las intervenciones realizadas a los pacientes o a los familiares ya que les está expresamente prohibido, remitiendo para ello al facultativo correspondiente. Para sintetizar, podemos llegar a las conclusiones siguientes: 214

– Es necesario a la hora de trabajar en un quirófano conocer la delimitación de las zonas del área quirúrgica.

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– La propia higiene del personal es sumamente importante para evitar la contaminación. Es necesario conocer la vestimenta que se requiere en cada zona de quirófano y la manera correcta de colocársela y utilizarla. – Los Celadores de quirófano auxiliarán en todas aquellas labores que les sean propias al ser destinados en estos servicios, así como las que les sean ordenadas por los médicos, supervisores o enfermeras (Orden de 5 de julio de 1971). Técnica de rasurado a) Material. Para efectuar el rasurado se necesita el siguiente material: – Guantes desechables. – Batea. – Esponja, compresa o gasa. – Jabón. – Maquinilla de afeitar desechable. – Palangana con agua caliente. – Toallas, empapadores. – Esparadrapo ancho. – Tijeras o rasuradora eléctrica, en caso necesario. b) Procedimiento. – Preparar el material. – Lavado de manos y empleo de guantes. – Explicar al paciente el procedimiento a realizar. – Colocar al paciente en función de la zona a rasurar. Respetar la intimidad del paciente y aislarlo del entorno, si fuera necesario. – La zona a rasurar debe estar limpia; en caso contrario se debe lavar con agua y jabón. – En intervenciones de neurocirugía, cuando el cabello sea largo, recortar previamente con tijeras. – El rasurado debe efectuarse en el sentido de crecimiento del vello. Es decir, nunca se debe rasurar a contrapelo, para evitar cortes o lesiones cutáneas que favorecerían la infección. – Para evitar que queden restos de pelo en la cama del paciente, es conveniente colocar empapadores, sabanillas o toallas. – Enjabonar y enjuagar la zona de rasurado y a continuación afeitar con cuidado con la maquinilla, evitando dar tirones y producir cortes o lesiones en la piel. – Secar la zona con una toalla limpia. – Es conveniente pasar un trozo de esparadrapo ancho por la zona rasurada para que no queden pelos sueltos. – Aplicar algún antiséptico, si es necesario. – Recoger el material empleado. 215

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1.7. Colocación del paciente en la mesa quirúrgica La posición quirúrgica debe proporcionar una exposición y acceso óptimo a la zona a intervenir, sin poner en peligro la función de los órganos ni la seguridad del paciente. Además, debe permitir el acceso para que el anestesista induzca la anestesia y pueda controlar la vía aérea y la administración de fármacos y líquidos intravenosos. La anestesia suele iniciarse en decúbito supino, colocando después al paciente, si fuera necesario, en la posición requerida para la intervención.

Todas las posiciones quirúrgicas, aunque algunas más que otras, pueden ser potencialmente peligrosas a causa de sus efectos sobre la respiración, la circulación, los nervios periféricos y la piel. Una colocación segura debe tener en cuenta las alteraciones fisiológicas producidas por la anestesia y por la ubicación. Los cambios de postura de los pacientes anestesiados deben hacerse de forma lenta, para permitir que el aparato circulatorio se adapte a los cambios de la distribución de la sangre. Bajo los efectos de la anestesia, pueden superarse las limitaciones del paciente, como las limitaciones de la movilidad articular, causando lesiones o dolores postoperatorios. Las limitaciones o restricciones de los enfermos deben valorarse antes de inducir la anestesia. Las posiciones más usadas en las diversas intervenciones quirúrgicas son: – Decúbito supino: plano sobre la espalda con los brazos a un lado, las palmas hacia abajo y las piernas rectas con los pies ligeramente separados. Es la posición utilizada con más frecuencia, usándose para intervenciones de hernias, laparatomía exploradora, colecistectomía, resección intestinal y gástrica, y mastoidectomía. – Decúbito prono: el paciente yace sobre el abdomen con la cara girada a un lado, los brazos a los lados con las palmas pronadas, los codos ligeramente flexionado y los pies elevados sobre la almohada para prevenir la flexión plantar. El paciente se anestesia en decúbito supino, luego se pasa a prono. Se utiliza para cirugía de la espalda, espina dorsal y área rectal.

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– Trendelenburg: la cabeza y el cuerpo se bajan hasta colocarse a un nivel por debajo de las piernas y pies. Se sujeta al paciente con apoyos en los hombros y las rodillas se doblan por medio de una mesa vasculante. La expansión respiratoria está disminuida por el desplazamiento hacia arriba de las vísceras; se utiliza para cirugía del abdomen inferior y pelvis.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

– Trendelenburg invertido, antritrendelenburg o posición de Morestin: se eleva la cabeza y se bajan los pies. Se utiliza para cirugía biliar. – Litotomía o ginecológica: el paciente yace sobre la espalda con las nalgas en el extremo de la mesa; los muslos y las piernas se colocan simultáneamente sobre estribos para prevenir la lesión muscular; la cabeza y los hombros se sujetan para prevenir lesiones. Se utiliza para cirugía perineal rectal y vaginal. – Decúbito lateral: el paciente yace sobre el costado; la mesa puede estar doblada por la mitad. Se utiliza para cirugía renal. – Posición de Roser o Proetz: paciente tumbado sobre su espalda con el cuello en hiperextensión. Se emplea en exploraciones, intervenciones quirúrgicas de las vías respiratorias, intubación endotraqueal, etc. – Posición raquídea o de punción lumbar, paciente en posición en decúbito lateral con la espalda flexionada, piernas y caderas flexionadas, intentando acercar al máximo la cabeza y las rodillas. Se emplea para la realización de técnicas anestésicas de la columna (raquianestesia, epidural, etc.), también se emplea para realizar punciones lumbares y para la extracción de líquido cefalorraquídeo. – Posición de kraske o Jaknnite, es una modificación del decúbito prono en la cual el paciente se coloca en decúbito prono con las caderas elevadas respecto al resto del cuerpo, la cabeza está ladeada y los brazos se colocan flexionados sobre un soporte y las palmas de las manos hacia abajo. Se utiliza en cirugía de hemorroides y procedimientos del área rectal y coccígea. También es conocida como posición de navaja.

Faja de sujeción

La almohada protege cadera e ingle La almohada protege la oreja

La almohada protege pies, rodillas, piernas

Mesa quebrada a nivel de la cadera

Abrazadera de seguridad

– Posición de laminectomía, el paciente se coloca boca abajo sobre la mesa con el tronco sobre un soporte especial que eleve el tronco sobre la mesa (trineo). Se emplea sobre todo en intervenciones de la columna torácica o lumbar (laminectomías). 217

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La almohada protege los pies

Faja de sujeción

Soporte acolchado

El acolchado protege el plexo branquial

Abrazadera de seguridad La almohada protege la rodilla

– Posición de craneotomía, el paciente es colocado en decúbito prono con la cabeza sobresaliendo del borde de la mesa y la frente apoyada en un soporte en el que la cabeza queda suspendida y alineada con el resto del cuerpo. Faja de sujeción

La toalla eleva el pecho y protege la axila

La almohada protege las piernas

NOTA: existe una clasificación clásica que refiere que las posiciones quirúrgicas básicas son litotomía o ginecológica, Trendelenburg, genupectoral y Morestin.

1.8. Vestimenta de quirófano En el área de quirófano se utiliza una vestimenta diferente a la que lleva el resto del personal del hospital. La ropa debe ser de algodón, con tejido o malla fuerte para dificultar el paso de los gérmenes, aunque, actualmente, cada vez se tiende más a utilizar materiales desechables de papel impermeable y que son un filtro efectivo que impide el paso de las bacterias. 218

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

Los colores de la ropa de quirófano y, especialmente, las batas, deben ser sólidos, relajantes y que absorban la luz, de manera que no reflejen la luz emitida por las lámparas, y enmascaren el color rojo de la sangre. Los colores más usados son el verde quirófano, azul verdoso y verde aceituna. Este tipo de ropa se utiliza para evitar que el personal entre con la ropa de la calle o desde otras dependencias del hospital a la zona quirúrgica. El uniforme incluye: guantes, mascarillas (evita el paso de gérmenes del aparato respiratorio al paciente), batas, calzas y gorro (el pelo contiene gérmenes que pueden afectar al paciente).

La desinfección de las manos, aun en el caso de realizar el lavado correcto, no garantiza la eliminación completa de los microorganismos, por lo que es necesario utilizar guantes estériles (equipo estéril). El equipo no estéril basta con que utilice guantes no estériles. Los gorros están hechos de papel o tela, de muy distintos modelos, que se utilizan en el quirófano para cubrir el cabello. Hay que colocárselo de manera que lo cubra totalmente, incluyendo las patillas y el vello facial. Las calzas o papis son una especie de fundas, que se usan en quirófano y áreas estériles (aislamientos) para cubrir el calzado y evitar la propagación de la contaminación en esas zonas. Deben colocarse sin tocar el calzado y es lo primero que hay que ponerse para acceder a un área estéril. También se utilizan las calzas para aislar los pies del paciente, sobre todo en cirugía rectal, vaginal, de extremidades inferiores, etc. La bata rusa es usada en el quirófano por cirujanos e instrumentistas. Es una bata amplia, de manga larga y puños elásticos que, en su parte posterior, lleva una especie de pinza triangular que al atarla cubre completamente la espalda. Las mascarillas son piezas de un solo uso, desechables, que, al colocarlas sobre la boca y la nariz actúan de filtro para el aire exhalado. El aire que se expele está repleto de microorganismos, que se quedan en la cara interna de la mascarilla. Para colocarse correctamente la mascarilla hay que tener presentes una serie de consideraciones: – Al colocarla debe adaptarse perfectamente a la fisionomía de la boca y la nariz, de manera que no queden huecos para que se escape el aire exhalado. – En el caso del personal que lleve barba, la mascarilla debe cubrirla completamente. – Una mascarilla sólo sirve para una intervención. Cada vez que se inicia un nuevo acto quirúrgico hay que utilizar una nueva.

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El orden de la colocación de estas prendas son: calzas, gorro, mascarilla (en el caso del equipo estéril aquí es donde se procede al lavado quirúrgico), bata estéril y guantes estériles. El Celador, al entrar en quirófano, llevará gorro, mascarillas y calzas.

2. Normas de higiene 2.1. Conceptos generales 2.1.1. Asepsia Se habla de asepsia para referirse a un conjunto de técnicas que garantizan la ausencia de materia séptica o microorganismos infecciosos, tanto en superficie como en profundidad, de los materiales expuestos o de los seres vivos. Utiliza agentes físicos como medio para conseguir matar y eliminar los microorganismos. El calor seco y húmedo son los más utilizados. En la práctica clínica la asepsia se refiere al empleo de material estéril (no posee ningún tipo de microorganismo, ni siquiera sus formas de resistencia) y su protección contra la contaminación. Las principales técnicas de asepsia que se emplean en clínica son:lavado de manos, utilización de guantes, limpieza de instrumental, desinfección, esterilización, etc.

2.1.2. Antisepsia Consiste en utilizar productos químicos para intentar destruir los microorganismos contaminantes. En la práctica, la antisepsia consiste en el uso de desinfectantes. No se consigue la esterilización, es sinónimo de desinfección.

2.1.3. Infección Se conoce como infección la invasión y entrada en el organismo humano de agentes extraños vivos, ya sean bacterias, virus u hongos. No siempre que hay una infección se produce una enfermedad infecciosa, dado que el organismo dispone de mecanismos de defensa capaces de luchar contra el agente agresor.

Bacteria en el torrente circulatorio

Cuando el agente infeccioso vence a los mecanismos de defensa, crece y prolifera invadiendo tejidos y células a los que lesiona. Aparecen signos y síntomas (fiebre, malestar general, erupciones cutáneas, etc.) y se habla de enfermedad infecciosa. 220

Se habla de Infestación cuando la agresión se produce por parásitos, como es el caso del plasmodium, tenias, helmintos, ascaris y oxiuros.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

2.2. Desinfección Consiste en suprimir los microorganismos patógenos existentes en la habitación del enfermo, ropa, manos, piel, etc. No elimina todos los microorganismos ni sus formas de resistencia (esporas). Es un procedimiento de antisepsia. Para conseguir la desinfección hay que: – Hacer un cepillado y lavado con agua y detergente del objeto que se quiere desinfectar. – Utilizar sustancias químicas con acción desinfectante o antiséptica. Se denominan desinfectantes los productos químicos usados para la desinfección de objetos y materiales clínicos. Son de uso frecuente la lejía, jabón, formol, etc. Los desinfectantes son bactericidas, es decir, capaces de matar los microorganismos. Clasificación de los desinfectantes – Aquellos que desarrollan su acción sobre la pared y las membranas celulares. – Aquellos que desarrollan su acción sobre las proteínas (fenol, alcohol, etc.) y las enzimas (cloro, yodo, etc.). – Aquellos que desarrollan su acción sobre el núcleo celular (aldehídos). Se dice que un buen desinfectante es aquel que tiene amplio espectro, no es tóxico ni corrosivo, es de bajo costo, olor agradable, biodegradable y se puede usar diluido en agua o alcohol. Se denominan antisépticos aquellos productos químicos utilizados para la desinfección de piel, heridas y cavidades del organismo. Son de uso frecuente la tintura de yodo, agua oxigenada, alcohol 70º, clorhexidina, mercurocromo (cada vez menos utilizado), etc. Impiden o retardan el crecimiento de los microorganismos. Pueden ser bactericidas (matar) o bacteriostáticos (inhiben en el crecimiento) de las bacterias. Un material desinfectado no está esterilizado; la desinfección no elimina a todos los microorganismos y sus formas de resistencia (esporas). Pero un material que ha sido sometido a la esterilización está por ende desinfectado, puesto que se ha eliminado cualquier forma de vida o resistencia de las bacterias, virus, etc.

2.2.1. Tipos de desinfección Los diferentes niveles de desinfección que se pueden llevar a cabo en un hospital varían dependiendo de los productos que se utilicen y de su concentración: – Desinfección de alto nivel: se realiza cuando el producto que estamos utilizando es activo frente a virus lipídicos de tamaño medio, virus no lipídicos pequeños, bacterias en su forma vegetativa, bacilos de Koch, esporas (en determinadas circunstancias) y hongos. – Desinfección de nivel intermedio: este nivel tiene las mismas características que la desinfección de alto nivel pero no es activo frente a las esporas. – Desinfección de bajo nivel: es aquella que sólo es activa frente a virus lipídicos de tamaño medio, bacterias en forma vegetativa y hongos.

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En una desinfección de alto nivel para material de riesgo (semicrítico), el tiempo de actuación del desinfectante será de 20-30 minutos. Para la desinfección de bajo nivel, es suficiente con 10 minutos. Una vez conocidos los niveles de desinfección existentes, hay que tener en cuenta varios conceptos: ² Desinfección final: es aquella que se realiza cuando se ha producido el alta del paciente y las circunstancias lo indican (ej.: paciente que presentaba infección por Neisseria meningitidis). – Desinfección concomitante o concurrente: es aquella que se realiza cuando el paciente está ingresado.

2.2.2. Consideraciones generales – Cualquier microorganismo que contacte con tejidos humanos que son normalmente estériles puede producir infección; por esta causa es imprescindible que todos los objetos que puedan contactar con los tejidos estériles sean a su vez previamente esterilizados. – Existen tejidos humanos que no requieren que los objetos que entren en contacto con ellos estén esterilizados, pero sí que hayan pasado por una desinfección de alto nivel; un ejemplo de este tipo de tejidos son las membranas mucosas. – Una de las barreras más efectivas para evitar el contacto de los microorganismos con tejidos estériles es la piel intacta; de este modo no es necesario que los objetos que entren en contacto con la piel sean esterilizados o desinfectados a alto nivel. – Antes de proceder a la esterilización o a la desinfección de un objeto hay que limpiarlo, para evitar que tenga acumulada sangre seca, pus, etc., y dificulte el paso del calor, el gas, etc., impidiendo así una total desinfección o esterilización.

2.2.3. Métodos de desinfección del material sanitario La desinfección del material sanitario se define como el conjunto de técnicas destinadas a eliminar del mismo los microorganismos patógenos. Algunos desinfectantes son capaces de desinfectar y esterilizar a la vez, en función de su composición química, concentración a que se usan y tiempo de acción. Los métodos de desinfección de material se clasifican en dos grandes grupos, según utilicen procedimientos físicos o químicos:

2.2.3.1. Procedimientos físicos Hervido o ebullición

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El hervido consiste en sumergir en agua a la temperatura de ebullición el material que se quiere desinfectar. Es un método bastante efectivo, ya que produce la inactivación de gran parte de los gérmenes, aunque no garantiza la eliminación de las esporas.

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Pasteurización Esta técnica consiste en calentar el producto durante 30 minutos a una temperatura de 68 ºC, produciéndose posteriormente un enfriamiento rápido del producto. Con este procedimiento se suele tratar la leche, zumo de frutas, etc. Existe una diferencia importante entre la leche pasteurizada y la leche esterilizada y consiste en que la primera no contiene gérmenes patógenos y la esterilizada no contiene ningún tipo de germen. La leche esterilizada es la que más se utiliza actualmente, ya que es más cómodo y sencillo realizar la esterilización, consiguiéndose así un mayor tiempo de conservación. Una técnica similar a la pasteurización es la uperización, que consiste en calentar la leche a 130-140 ºC durante 1-2 segundos. Cuando el calentamiento de la leche es a 110-115 ºC durante 30 minutos hablamos de la leche esterilizada. Rayos solares Por medio de la acción de los rayos ultravioletas. Estos rayos son uno de los muchos tipos de radiación producidos por la luz solar. Son rayos que tienen una cierta acción bactericida, pero sólo a una determinada longitud de onda. Actualmente se utilizan lámparas de rayos ultravioletas en quirófanos, salas de prematuros y, en especial, en el tratamiento de la tuberculosis; la luz ultravioleta se usa en las habitaciones de aislamiento de tuberculosos para disminuir la posibilidad de contagio. Este tipo de radiación tiene como inconvenientes que puede llegar a producir cáncer de piel (melanoma) y daños en la conjuntiva (conjuntivitis). Ultrasonido Se trata de ondas ultrasónicas producidas por la alta velocidad de giro del aparato. Estas ondas actúan destruyendo las paredes de las bacterias.

2.2.3.2. Procedimientos químicos Antisépticos Son soluciones que se usan de forma tópica sobre tejidos vivos (piel, mucosas, etc.). Entre los que más se usan se encuentran la clorhexidina al 5%, povidona yodada, alcohol etílico al 70%, etc. La clorhexidina es un compuesto bifenólico con acción bactericida que posee un mecanismo de acción basado en atacar a las proteínas de las membranas celulares desnaturalizándolas y produciendo la muerte de la célula. Se utiliza para el lavado de manos quirúrgico. Dentro de los antisépticos destacan los compuestos yodados, que tienen efectos bactericidas y fungicidas. El más utilizado en el hospital es la povidona yodada (Betadine®). Para los campos operatorios se suele emplear el yodo unido al alcohol etílico (irrita mucho la piel por lo que no es acto para el lavado quirúrgico). Cloruros El de mayor uso es el hipoclorito sódico (lejía). Se usa sobre todo para desinfección de equipos, superficies, suelos, lavabos, ropa, etc.: – Ventajas: es barato, efectivo y actúa rápidamente. – Inconvenientes: inestable, es muy irritante y es corrosivo para los metales.

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Fenol y derivados El fenol como tal es poco usado en la actualidad al haber sido sustituido por los metilfenoles en la limpieza de superficies. El hexaclorofeno, debido a su eficacia antimicrobiana limitada, no se recomienda su uso para el lavado quirúrgico o la preparación de los pacientes. Los alcoholes más utilizados en clínica son el isopropílico y el etílico. El alcohol etílico de 70° es un potente bactericida, mucho mayor que el de 90°. Se usa en la desinfección de la piel. Aldehídos El formaldehído es un importante bactericida. Se usa para la esterilización de material de goma, caucho, etc. El glutaraldehído 2% es también un bactericida muy potente capaz de destruir también esporas, hongos y virus. Se usa en desinfección por inmersión durante 10 minutos y en esterilización durante 10 h.

2.2.4. Técnicas de desinfección – Inmersión: consiste en introducir instrumentos en una solución desinfectante durante cierto tiempo. – Loción: se empapan las bayetas en una solución y luego se utilizan para fregar. – Vaporización y fumigación: se trata de producir vapores o gases capaces de impregnar el aire y las superficies. – Brumas o aerosoles: se forma un aerosol de gotas microscópicas (menores de 20 micras de diámetro) que por su escaso peso permanecen cierto tiempo en suspensión en el aire atmosférico. – Pulverización: formación de gotas de mayor tamaño que en el caso anterior. Por su peso caen rápidamente.

2.2.5. Clasificación del instrumental y material clínico Se pueden clasificar los materiales utilizados en clínica, según las características y duración de los mismos en: – Material fungible: se caracteriza porque se deteriora con el uso, es frágil en algunos casos y tiene una vida corta. Se trata de materiales que por sus características no pueden ser inventariables. Puede ser desechable, es decir, de un solo uso o bien reutilizable después de una limpieza adecuada y esterilización posterior. Se refiere al material de vidrio, sondas, bisturí, tijeras, pinzas, etc. – Material inventariable: se trata de materiales que tienen una vida larga y por tanto un carácter más definitivo. Por ello deben formar parte del inventario del centro, aunque tengan un cierto desgaste y deterioro. Se refiere al mobiliario en general (camas, mesitas, sillas, mesas, vitrinas, aparatajes o máquinas, etc.). Siguiendo a Spaulding se puede clasificar el material sanitario según la peligrosidad infectiva del mismo en:

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– Crítico: requiere total asepsia. Es instrumental que temporal o definitivamente va a quedar en el interior del organismo. Ej.: prótesis de cadera, válvulas cardiacas, hilos de sutura, cemento óseo, instrumental quirúrgico, etc.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

– Semicrítico: debe estar desinfectado. No es imprescindible su esterilización. Ej.: mascarillas. – No crítico: estará rigurosamente limpio. En la medida de lo posible desinfectado. Este tipo de material no está en contacto con cavidades internas del organismo, ni vías de entrada al mismo. Ej.: ropa de la cama, orinales. Si llega a estar en contacto con un enfermo contagioso es necesario desinfectarlo o incluso esterilizarlo.

2.2.6. Limpieza del material e instrumental clínico Instrumentos son todos aquellos materiales de los que se vale el personal sanitario para realizar exploraciones, curas e intervenciones quirúrgicas. Normalmente es de acero inoxidable o bien una aleación de metales. Es resistente, no se oxida y el instrumental de corte tiene buen filo. La limpieza del instrumental debe hacerse lo antes posible, para evitar que las manchas biológicas (sangre, heces, pus, restos de tejidos, etc.) se sequen y adhieran al mismo. Además se limpiará también el material que no ha sido utilizado, pero sí seleccionado en un acto quirúrgico.

– El instrumental debe desmontarse para hacer bien su limpieza y, si es articulable, debe abrirse bien su articulación para garantizar la eliminación de cualquier resto o mancha biológica. – Se sumergen en una solución antiséptica (que inhibirá o destruirá los microorganismos) con agua fría. No debe hacerse en agua muy caliente porque el calor coagula los restos orgánicos, haciéndose más gravosa la limpieza. – Se desmontan o desarticulan. Practicar un cuidadoso cepillado, con especial atención a las juntas y ranuras. Si existen orificios en el instrumental asegurarse de que están permeables y limpios. – Una vez que se ha comprobado que está bien limpio, hay que sacarlo del medio líquido, enjuagarlo con agua caliente y secarlo perfectamente para evitar posibles oxidaciones y la proliferación de microorganismos en las juntas o ranuras húmedas. 225

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2.2.7. Limpieza de áreas y zonas de la institución sanitaria La limpieza en los centros sanitarios va a depender del lugar donde nos encontremos; para ello se establecen tres áreas según los niveles de contaminación existentes: áreas críticas (UCI/ UVI, quirófano, área de esterilización, etc.), semicríticas (zona de habitaciones de enfermos, hospital de día, urgencias, zona de consultas externas, rehabilitación, fisoterapia, etc.) y no críticas (oficinas, dependencias de Celadores, vestuarios, capilla, etc.). Las áreas criticas, al tener una concentración de placa patógena muy alta, requiere un tratamiento de limpieza especial con desinfectantes específicos que indicará el Servicio de Medicina Preventiva.

3. La esterilización Es un procedimiento empleado para la destrucción de todos los microorganismos y formas de resistencia de los mismos (esporas). Los métodos utilizados deben garantizar la destrucción total de cualquier forma de vida, ya sea tanto en la superficie como en la profundidad del objeto a esterilizar. Todo objeto esterilizado está desinfectado, pero ningún objeto desinfectado está esterilizado, al menos por principio. Cuando un objeto está esterilizado se dice que es aséptico. Esto se explica porque en la desinfección sigue habiendo microorganismos en el material desinfectado. Sólo se han eliminado los patógenos que son los más sensibles a los agentes utilizados. Cuando se ha sometido el objeto a la esterilización se eliminan los microorganismos patógenos y además los saprofitos o no patógenos. Por eso se dice que un objeto esterilizado está siempre desinfectado.

3.1. Métodos de esterilización 3.1.1. Esterilización por agentes físicos Las diferentes formas de esterilización por agentes físicos son: calor (húmedo o seco), radiaciones ionizantes (rayos gamma o beta), rayos ultravioleta y filtros microporosos.

3.1.1.1. Esterilización por calor húmedo: autoclave La técnica utiliza vapor saturado a presión. El vapor por sí mismo no esteriliza. Para conseguirlo hay que someterlo en el interior de un recipiente a una presión mayor que la presión atmosférica, aumentando la temperatura del vapor, consiguiendo así la destrucción de todas las formas de vida. Se utiliza para ello el autoclave. En definitiva, el vapor de agua a presión, para que esterilice, debe estar sometido a una temperatura determinada y durante el tiempo necesario.

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El autoclave es un recipiente de cierre hermético, comparable a una olla a presión que consta de una cámara de esterilización, que lleva una llave y un manómetro para regular la presión y temperatura que se desea alcanzar dentro. Existe además una llave de purga para la eliminación del aire que exista dentro de la cámara.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

El vapor penetra en la cámara de esterilización y alcanza la presión (P) deseada; este vapor se empieza a condensar por contacto con los materiales expuestos a la esterilización ya que están fríos. – 1 kg de presión: 120 ºC = 1 atmósfera. – 2 kg de presión: 134 ºC = 2 atmósferas. – 3 kg de presión: 144 ºC = 3 atmósferas. La condensación del vapor desprende calor, humedeciendo y calentando simultáneamente el material expuesto. Es necesario para ello la eliminación del aire existente en la cámara. El aire se elimina o purga por un sistema de vacío o bien introduciendo el vapor muy rápido para así forzar la salida de aire. En los autoclaves actuales todo el proceso es automático. La esterilización en autoclave tiene las siguientes ventajas: económica, segura, rápida, no contamina ni deja residuos y es cómoda puesto que los autoclaves son automáticos. Pero tiene algunas desventajas o inconvenientes: deteriora los materiales de goma o plástico, se necesita mucho tiempo para envolver los materiales que se van a introducir, exige mucho cuidado en la carga (disposición de los paquetes dentro de la cámara de esterilización) y los materiales metálicos se oxidan al esterilizarlos en calor húmedo. Materiales que pueden esterilizarse por calor húmedo: – Textiles (paños, gasas, ropas, etc.). – Materiales duros (envases, bateas, etc.). – Frascos de líquidos y medios de cultivo. Los materiales a esterilizar en autoclave pueden ir envueltos en papel (crepé, celofán), que es poroso y permite el paso del vapor, impidiendo después de extraerlo la entrada de aire en el envoltorio. Las telas (hilo, algodón, renselina) tienen poca duración y no garantizan la protección del contenido después de extraer los paquetes del autoclave, debido a su excesiva porosidad. Las cajas metálicas y los contenedores tienen filtros de papel bacteriostáticos en las zonas perforadas que garantizan su hermeticidad.

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7HPSHUDWXUD

7LHPSR

121º

15-20 minutos

126º

10 minutos

134º

5-7 minutos

Tiempo necesario para la esterilización en autoclave

3.1.1.2. Esterilización por calor seco A) Flameado Consiste en exponer a la llama durante unos minutos el material que se quiere esterilizar, sólo se puede esterilizar material metálico, asas de siembra, etc. Para hacerlo se utilizan, generalmente, mecheros Bunsen de gas o mecheros de alcohol.

Mechero Bunsen

B) Incineración Consiste en el uso de hornos crematorios (horno de Pasteur) para quemar el material de un solo uso (jeringas, guantes, catéteres, agujas, etc.), así como otros materiales contaminados biológicamente. C) Estufa Poupinel – Utiliza únicamente el calor seco. – El calor seco es bactericida (mata las bacterias) y actúa por oxidación física o por coagulación de las proteínas bacterianas debido a la acción exclusiva del calor. – Hay que tener en cuenta que el calor seco en forma de aire caliente es de difícil control y su penetración en los materiales es lenta y desigual, no llegando uniformemente a todas las partes. Para conseguirlo hay que exponer el material a la acción del calor durante largos períodos de tiempo. 228

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

– La estufa dispone de un termostato para el control de la temperatura y dos pilotos o testigos: uno que indica que la corriente eléctrica llega al aparato y el otro que está pasando a las resistencias que deben calentarlo. – No es necesario que los envoltorios del material a esterilizar sean porosos como en el autoclave. El más utilizado es el aluminio en forma de bolsas. Es resistente, seguro y económico. También se usa a veces poliamida. 7HPSHUDWXUD

7LHPSR

180 ºC

30 minutos

170 ºC

60 minutos

160 ºC

120 minutos

150 ºC

2 h 30 minutos

140 ºC

3 h.

120 ºC

Más de 6 h

Tiempo necesario para la esterilización en la estufa Poupinel

Se emplea básicamente para esterilización de vidrio y material de laboratorio, polvos y sustancias oleosas (aceites, parafina, grasas).

3.1.1.3. Esterilización por radiaciones ionizantes o esterilización en frío El principio de esta técnica se basa en irradiar productos con radiaciones de energía alta que lesionan la materia de los organismos vivos, por efecto fotoquímico, al ocasionarse iones sobre éstos. Los iones resultantes producen diversos tipos de reacciones químicas, cuyo efecto (el fotoquímico) causa la muerte de los microorganismos. Se utilizan varios tipos de radiaciones, pero de ellas destacaremos dos modalidades: – Radiaciones gamma (rayos gamma): Son las radiaciones ionizantes más empleadas como germicida. Con los rayos gamma se logra la esterilización en frío o radioesterilización, que se origina al producirse la desintegración espontánea de determinados isótopos radiactivos fabricados artificialmente. El radionúclido o isótopo radiactivo más frecuentemente empleado como productor de radiación gamma es el Cobalto 60, que posee un gran poder de penetración sobre la materia y una gran eficacia en la esterilización, incluso en productos ya envasados en cajas o plásticos, ya que su desintegración genera radiaciones gamma de gran energía. Para la aplicación de los rayos gamma se utiliza un aparato en forma de cámara donde incide la radiación sobre los materiales, y con las paredes plomadas, con la finalidad de prevenir los riesgos laborales derivados de la irradiación exterior. Además de estos usos hospitalarios, las radiaciones ionizantes poseen otras aplicaciones higiénicas, tales como: *

La depuración de aguas residuales de instituciones como son los campings, u otras, donde se producen aglomeraciones de personas por temporadas.

*

En la alimentación, para la prevención de determinadas zoonosis e infestaciones por la dieta.

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– Rayos ultravioleta: Son radiaciones que se producen en lámparas específicas para su aplicación germicida, que posee un tubo emisor de las mismas. Éste debe colocarse a 40 cm de la superficie del material. La radiación ultravioleta es considerada como un buen procedimiento esterilizante, aunque debido a su aplicación en grandes espacios ha ocasionado que se le incluya dentro del grupo de las técnicas desinfectantes. No obstante, el efecto que posee sobre los microorganismos es puramente esterilizante, siempre que estas funcionen de manera adecuada y con el espectro ultravioleta antimicrobiano deseado. Los rayos del sol emiten radiaciones ultravioleta que tienen efectos esterilizantes.

3.1.2. Esterilización por productos químicos Los productos químicos que se utilizan en esterilización son el óxido de etileno, glutaldehído, ácido paracético, etc. Esterilización por óxido de etileno El óxido de etileno es un gas incoloro, de olor parecido al cloroformo, altamente inflamable en presencia de aire, y tóxico. Para evitar el riesgo de inflamación, se presenta diluido con otros gases inertes como el anhídrido carbónico. Su acción esterilizante se debe a su toxicidad que altera las proteínas de los microorganismos. Se dice que es bactericida porque es capaz de matar las bacterias presentes en el medio. Su acción bactericida depende de: la concentración del gas, la temperatura de exposición, la humedad relativa existente en la cámara de exposición y el tiempo de exposición. La temperatura idónea del gas, para que pueda impregnar mejor los objetos a esterilizar, es de 55-60 ºC. Aunque a partir de los 30 ºC ya puede ser efectivo. La humedad es necesaria para que actúe sobre las formas de resistencia de las bacterias (esporas). En condiciones adversas las esporas están deshidratadas y en ese estado no pueden ser atacadas. Debe haber una humedad del 50% dentro de la cámara y nunca podrá ser inferior al 30%. Se necesitan de 3 a 8 horas de esterilización, dependiendo de la humedad y la temperatura. El óxido de etileno es un producto muy utilizado en los hospitales a pesar de los grandes inconvenientes que presenta: – Es un gas muy inflamable (explosivo). – Puede producir intoxicaciones agudas y crónicas (por sus condiciones de uso el tóxico penetra fundamentalmente por la vía cutánea y respiratoria):

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*

Agudas; exposición única caracterizada por irritación de las mucosas, alteraciones gastrointestinales, alteraciones respiratorias, alteraciones cardiacas y alteraciones neurológicas.

*

Crónicas; exposición repetida a lo largo del tiempo y que se caracteriza por el deterioro cognitivo y neuropatías.

– Existen estudios que revelan que puede ser cancerígeno, teratogénico y productor de abortos.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

Además de los inconvenientes anteriormente expuestos existe otro, ya que algunos de los materiales esterilizados con óxido de etileno deben ser aireados para evitar que los restos de este gas produzcan efectos negativos en el paciente. La aireación se puede realizar de dos maneras: – Aireación normal: dejando el objeto en el ambiente hasta que desaparezcan los restos de gas. – Aireación forzada: se realiza en unas cámaras especializadas (10-12 horas) introduciendo aire a presión para hacer desaparecer el óxido de etileno. Los materiales que se pueden esterilizar con óxido de etileno son: material de goma, plástico, caucho (guantes, sondas, etc.), antibióticos, etc.

3.2. El servicio de esterilización La central de esterilización en un hospital ha de estar ubicada en un lugar de fácil comunicación con todas las unidades clínicas principalmente del bloque quirúrgico. Para evitar toda posible contaminación del material sucio al limpio se ha de restringir al máximo la manipulación y traslado de dicho material. Se sitúa normalmente en planta baja o sótano. Dado que el quirófano es el principal cliente de la central, la comunicación será directa con éste, bien en horizontal o verticalmente. Si la comunicación es en sentido horizontal, se hará con dos circuitos (pasillos): uno para sucio y otro para limpio. Si la comunicación es en sentido vertical se utilizarán dos montacargas: uno que comunique las zonas limpias y otro las zonas sucias. En todo caso siempre hay dos circuitos perfectamente diferenciados: – El circuito de material limpio. – El circuito de material sucio.

Área de preparación y empaquetado

La extensión, dotación de personal y utillaje, estarán en relación con la actividad quirúrgica, número de quirófanos, número de partos y número de camas de que disponga el Hospital.

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La central de esterilización debe contar con las siguientes áreas: – Área de recepción de material sucio.

– Área de esterilizadores.

– Área de lavado de carros.

– Área de esterilizadores óxido de etileno.

– Área de lavado y secado de aparataje de anestesia. – Área de lavado, descontaminación y secado de material. – Área de revisión, selección y preparación de material. – Área de preparación y empaquetado del material textil, instrumental y fungible.

– Área de entrega de material estéril y descontaminado. – Área de almacén de material estéril. – Almacén de material limpio. – Despacho del Supervisor. – Sala de docencia y reuniones.

3.2.1. Riesgos en la central de esterilización Al igual que en cualquier área de hospital, en la central de esterilización existen riesgos de padecer accidentes. El conocimiento sobre los riesgos más habituales por parte de los profesionales que desarrollan su trabajo en esta área hace que se aumente la seguridad en este servicio. Los riesgos derivados del trabajo pueden ser generales o específicos. Entre los riesgos generales destacan por su frecuencia las caídas, las heridas, cortes y abrasiones. Las caídas pueden estar producidas por diversas situaciones, como son: – Falta de iluminación en algunas áreas. – Mala distribución del mobiliario, objetos e incluso de las personas. – Falta de adherencia del suelo; esto sucede cuando se utiliza un material inadecuado para la solería o bien el profesional emplea un calzado resbaladizo. La prevención de este tipo de accidentes se basa en una rápida actuación sobre los factores anteriores: limpieza correcta del suelo, organización del mobiliario, correcta ubicación de personas, iluminación adecuada en todas las áreas del servicio, etc. Las heridas, cortes, abrasiones y contusiones se producen generalmente por el material empleado y por el tipo de trabajo que se realiza. Estos riesgos se minimizan con información sobre las actividades a realizar, utilización de guantes, separación de los objetos punzantes y cortantes de los que no lo son, etc. Los riesgos específicos son los derivados del material utilizado así como de las características propias del servicio; se pueden clasificar según la naturaleza del agente que los produce, en: – Riesgos físicos: *

* 232

Quemaduras: se suelen producir al sacar el material que se ha esterilizado. Una correcta información de los tiempos, así como el uso de guantes, evita en gran medida estos accidentes. Calor excesivo: en la central de esterilización hay una gran cantidad de aparatos que generan calor, por lo que una deficiencia en los sistemas de ventilación provocan una alteración del bienestar en el trabajador.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

*

Cansancio visual: la iluminación de los servicios de esterilización, al estar situados normalmente en sótanos, plantas bajas, etc. tiene que ser artificial, por lo que es importante estudiar correctamente la distribución de la luz para disminuir el riesgo de caídas.

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Descargas eléctricas: procedentes de los aparatos allí utilizados; un correcto mantenimiento y una adecuada instalación disminuyen estos riesgos.

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Levantamiento de pesos: con la utilización de medios de transporte adecuados se evitan lesiones musculares y articulares.

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Ruidos: los aparatos en su funcionamiento emiten ruidos y vibraciones. La utilización de un paño verde debajo de los aparatos minimiza estos efectos perjudiciales; también es importante un ajuste correcto de los mismos.

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Incendios: conocimiento del plan de emergencia.

– Riesgos químicos: *

Óxido de etileno: este gas es un producto muy tóxico produciendo alteraciones respiratorias y dermatológicas principalmente, además de transformación tumoral y alteraciones cromosómicas. Los efectos perjudiciales de este gas se pueden evitar con una adecuada instalación, aireación forzada, detector ambiental, sistemas de ventilación y formación adecuada del personal que lo maneja.

*

Eczemas: los eczemas son alteraciones de la piel producidos por la utilización de ciertos productos químicos como pueden ser detergentes, jabones, etc. La mejor manera de disminuir estos riesgos es la utilización de guantes.

*

Toxicidad aguda respiratoria: existen productos muy utilizados en las centrales de esterilización que emanan vapores y puede producir toxicidad respiratoria. Las medidas preventivas irían encaminadas a una correcta manipulación del producto así como una adecuada ventilación de la unidad.

– Riesgos biológicos: Los pinchazos, cortes o erosiones con material contaminado. Las medidas de protección efectivas son la manipulación de objetos con guantes y vacunación antitetánica y anti-hepatitis B.

3.2.2. Actuación del servicio de medicina preventiva en la prevención de riesgos Cuando una persona es contratada en la central de esterilización deberá: – Pasar un reconocimiento médico para comprobar si es la persona idónea para el puesto. – Vacunación antitetánica y anti-hepatitis B si no está inmunizado previamente. Las dosis de recuerdo son cada 10 años para la vacuna antitetánica y de 5 años para la vacuna de la anti-hepatitis B. – Realización de Mantoux, siempre que no tenga uno previo positivo. El Mantoux es una prueba que se realiza para detectar la tuberculosis. Cada año de servicio se realizará un examen médico prestando especial atención a los siguientes sistemas: piel, aparato respiratorio, aparato digestivo y realización periódica del Mantoux a aquellas personas que lo presentaron negativo al ingreso.

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3.3. Tipos de controles de esterilización – Control físico: con registros de presión, tiempo y temperatura. – Control químico: se conocen con el nombre de indicadores colorimétricos. Son tiras reactivas con franjas de colores compuestas por sales metálicas que viran (cambian) de color solamente si se alcanzan determinados parámetros (sobre todo la temperatura). – Control biológico: se basa en la utilización de esporas atenuadas de microorganismos dentro de ampollas de vidrio o plástico. Se colocan en el interior de los paquetes a esterilizar. Las esporas que se utilizan son: *

Bacillus subtilis (variedad niger) en los ciclos del óxido de etileno.

*

Bacillus stearothermophilus para los ciclos de vapor.

NOTA: los autoclaves modernos llevan integrado en el mismo aparato controles físicos y químicos de esterilización.

3.4. Manipulación y conservación del material estéril Una vez esterilizado el material, el periodo de duración de la esterilización es variable. Depende de: el tipo de envoltorio utilizado, las condiciones de almacenamiento, tipo de material, transporte, etc.

3.4.1. Almacenamiento Para que la conservación del material estéril sea la más adecuada el almacén debe reunir los siguientes requisitos: – Las paredes deben ser lisas, sin rugosidades, para facilitar su limpieza. – El lugar donde se ubicará el almacén debe tener un acceso restringido. – Las condiciones climáticas ideales para el mantenimiento son: ventilación (6 renovaciones 1 hora), temperatura (15 ºC-25 ºC) y humedad: 40%-60%. El procedimiento a seguir, una vez esterilizado el producto, para proceder a su almacenamiento es el siguiente: – El material se dejará enfriar una vez esterilizado para evitar condensaciones.

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CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

– Se comprobará: que el paquete tenga su identificación así como la fecha de esterilización, que el envoltorio esté intacto (sin roturas ni humedades) y que los controles de esterilización hayan sido correctos. – El material debe ser colocado de forma que se evite su manipulación, así como organizado, para asegurar su rotación teniendo en cuenta la fecha de caducidad.

3.4.2. Transporte Cuando se transporta material esterilizado a los distintos servicios del hospital, se tiene que hacer de manera que se garantice la integridad del envoltorio. Se suele utilizar para su transporte: – Material voluminoso o carros herméticos. – Material pequeño o bolsas de plástico cerradas. El material que se vaya a almacenar en las plantas debe ser utilizado en 24-48 horas y se colocará por orden de caducidad. El material esterilizado y debidamente empaquetado y sellado debe guardarse en lugar seco, en cajones o vitrinas fuera del contacto directo con el aire y polvo de las habitaciones. Debe evitarse que esté próximo a fuentes de calor o humedad que puedan alterar su envase de aislamiento.

3.4.3. Caducidad La caducidad de un material esterilizado está estrechamente relacionada con las condiciones del envasado y almacenamiento. Este tiempo de caducidad garantiza la viabilidad de la esterilización.

En condiciones normales de conservación se aceptan los siguientes tiempos: – Triple barrera: máximo tres meses.

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– Papel de grado médico (bolsa o papel mixto): *

Envase simple: seis meses.

*

Envase doble: doce meses.

– TYVEK £: (hoja opaca fabricada con fibra de polietileno) 12 meses.

– Contenedores: 6 meses (con protección del filtro). (Fuente: Manual de gestión de los procesos de esterilización y desinfección del material Sanitario, INGESA).

4. La higiene personal del Celador El cuidado de los pacientes en un hospital comporta para el personal no sanitario (Celadores) en contacto con aquéllos determinados riesgos de tipo infeccioso (hepatitis, tuberculosis…). Para su control es conveniente seguir las normas preventivas generales y específicas siguientes: a) A su incorporación al Centro se ha de realizar una valoración del estado inmuno/vacunal frente a hepatitis, tétanos, tuberculosis, rubéola, parotiditis, sarampión, polio, difteria y tos ferina. b) Se ha de valorar el estado de salud con el fin de descartar la posible presencia de enfermedades transmisibles. c) Ha de seguir los controles periódicos realizados por el Servicio de Medicina Preventiva de acuerdo con criterios de exposición a riesgos específicos de tipo infeccioso (tuberculosis, hepatitis, salmonelosis, etc.). d) Ha de cumplir las normas de higiene recomendadas, especialmente las referidas al lavado de manos, utilización de guantes de un solo uso, mascarillas y otros elementos profilácticos.

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– Entre las normas generales de asepsia el lavado de manos es el procedimiento más sencillo y de mayor importancia para la prevención de la infección hospitalaria. Las manos son el vehículo más importante de contaminación exógena de infección nosocomial. El escaso cumplimiento de la práctica del lavado de manos por el personal puede estar relacionado con la falta de motivación o de conocimiento sobre su

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

importancia así como por la falta de recursos disponibles (lavabos suficientes o situados de forma incorrecta, carencia de toallas de papel, jabones no aceptados por el personal). Deben identificarse cuáles son los factores responsables de la posible práctica incorrecta del lavado de manos. – Los guantes de plástico o goma se utilizarán de conformidad con los protocolos de actuación en cada unas de las Unidades del Hospital. – El uso de mascarillas de alta resolución es imprescindible para el manejo de enfermos ingresados en planta con infecciones respiratorias como la tuberculosis. – En las zonas y servicios en los que se exija (área quirúrgica) el Celador llevará la ropa aséptica, gorro, calzas y mascarilla obligatorios. e) Si padece una exposición accidental (pinchazo, salpicadura, ingestión) con sustancias biológicas o materiales potencialmente contaminados, debe acudir al Servicio de Medicina Preventiva inmediatamente y en todo caso en un plazo de tiempo no superior a 24 horas. f ) Si presenta alguna enfermedad infecciosa transmisible (diarrea, herpes, infecciones cutáneas...) debe extremar el cumplimiento de las Normas de Higiene. Debe consultar en cualquier caso con el Servicio de Medicina Preventiva. g) Este Servicio facilita la vacunación contra: el tétanos, hepatitis B, gripe y fiebre tifoidea.

5. Técnica de lavado de manos El lavado de manos del personal sanitario es una práctica higiénica muy importante y obligada, para prevenir la transmisión de agentes infecciosos del personal a los pacientes y de unos pacientes a otros, a través de las manipulaciones realizadas por el personal. Las manos se consideran en clínica hospitalaria como el principal vehículo en la transmisión de microorganismos. Es necesario recordar que, para realizar el lavado de manos de forma correcta: – Las uñas deben ser cortas y no llevar ningún tipo de esmalte. – No se deben llevar reloj de pulsera, anillos, sortijas, etc. El lavado de manos en clínica se puede clasificar, según la tarea que se vaya a desarrollar, en: – Lavado de manos rutinario o preventivo. Es aquel que debe realizarse como una medida de higiene personal, después de las tareas habituales y cotidianas de la vida. – Lavado de manos especial. Se diferencia del anterior en que precisa de mayor tiempo de dedicación, generalmente se realiza durante un minuto y se hace con jabón antiséptico. – Lavado de manos quirúrgico. Hay que enjabonarse las manos y antebrazos con jabón antiséptico durante dos minutos. El antiséptico más utilizado es la clorhexidina cuyo nombre comercial es hibiscrub® o hibitane®.

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El lavado de manos debe realizarse, en la medida de lo posible, con jabón líquido, en dosificador que no sea necesario pulsar con las propias manos. Es preferible hacer el lavado con agua fría.

Está indicado realizarse el lavado de manos: – Al llegar al trabajo y al terminar la jornada. – Después de estornudar, toser, limpiarse la nariz, etc., es decir, después de cualquier acto en el que haya que hacer uso de las manos y pañuelos. – Después de utilizar los servicios. – Antes de comer y al terminar. – Antes y después de realizar la higiene del paciente. – Antes y después de movilizar un paciente. – Después de manipular ropa sucia, cuñas, orinales, etc. – Antes de servir las comidas y al terminar. El lavado reiterado de las manos, es una sobrecarga para la piel de las mismas, ya que se elimina parte de la grasa protectora que poseen y pueden aparecer irritaciones molestas (eritema). Por eso conviene usar cremas protectoras para las manos al finalizar la jornada laboral. Hay preparados especiales para la protección cutánea.

La técnica del lavado de manos se realiza de la siguiente manera: Material – Agua. – Jabón antiséptico. 238

– Toalla desechable.

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

Procedimiento A) Lavado de manos rutinario de tipo preventivo 1. Se aplica sobre las manos agua y jabón frotándolas entre 10 y 30 segundos, prestando especial atención a los espacios interdigitales y uñas. Los movimientos de lavado serán desde el brazo hacia los dedos. 2. Aclarado con agua templada. 3. Secado con toalla desechable de papel, desde la punta de los dedos hacia el codo. 4. Cerrar el grifo con el codo si tiene el dispositivo adecuado, o bien con una toalla seca de papel. B) Lavado de manos especial 1. Se realizará con jabón antiséptico. 2. La duración será de 1 minuto. 3. Proceder según los pasos 2, 3, 4 del lavado de manos rutinario. C) Lavado de manos quirúrgico 1. Enjabonado con jabón antiséptico durante 2 minutos, aclarado con agua tibia. 2. Cepillado de uñas 30 segundos cada mano con un cepillo jabonoso, aclarado con agua tibia. 3. Enjabonado de 2 minutos, aclarando con las puntas de los dedos hacia arriba. 4. Secado por aplicación, sin frotar, con una toalla estéril.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Finalidad del lavado de manos, funciones del Celador asignado a quirófano, el Celador y el personal de quirófano (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Concepto de antiséptico, fases del acto quirúrgico, controles integrados en los aparatos esterilizadores, métodos de esterilización, estufa poupinel, funciones del Celador en las intervenciones de urgencias, información al paciente preoperatorio, funciones de la ventilación en quirófano, temperatura de quirófano (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Concepto de antequirófano, funciones del Celador en el quirófano, procedimiento del lavado quirúrgico, funciones del Celador en las intervenciones de urgencias (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Ubicación de los Celadores en quirófano durante la intervención, clasificación del instrumental y material clínico, indumentaria de quirófano, funciones del Celador en el quirófano, información a los familiares, concepto de zona séptica, concepto de material fungible (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Características del óxido de etileno, mobiliario de quirófano, tipos de desinfección, lavados de mano de tipo preventivo, características de una mesa quirúrgica, conceptos de antiséptico y desinfectantes, funciones del Celador en el quirófano (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Traslado de instrumental quirúrgico, áreas semicríticas, renovación de aire en quirófano, funciones del Celador en el quirófano, frecuencia de lavado de manos, concepto de escabel, concepto de lámpara escialítica, rasurar en intervenciones de urgencia, tipo de material sanitario (Servicio Gallego de Salud –SERGAS-, convocatoria 2009). 2 Traslado de un paciente a quirófano, servicio de esterilización, concepto de esclusa, concepto de zona séptica (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Indumentaria del Celador de quirófano, indumentaria del paciente para ir a quirófano, concepto de desinfección, concepto de áreas criticas (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Concepto de antequirófano, ubicación de los Celadores en quirófano durante la intervención, características del óxido de etileno, riesgos de la central de esterilización (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Ubicación de los Celadores en quirófano durante la intervención, posiciones quirúrgicas, tipos de cirugía, características del óxido de etileno, humedad del quirófano, riesgos de la central de esterilización, concepto de fase preoperatoria (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 240

CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\

2 Traslado de pacientes operado con anestesia general, concepto de autoclave, temperatura de estufa poupinel, humedad del quirófano, funciones del Celador en quirófano, ubicación de los Celadores en quirófano durante la intervención, concepto de antisepsia, duración del periodo postoperatorio, concepto de autoclave, dilución del óxido de etileno, clasificación de la cirugía, duración de preopertatorio, agentes bacteriostáticos, concepto de zona aséptica, características de los antisépticos, concepto de esterilizando, ubicación de la sala de reanimación, humedad y temperatura del quirófano, duración de transoperatorio, concepto de desinfección, concepto de zona séptica, método de esterilización por calor seco, características del mercurocromo, funciones del Celador en quirófano, personas que acompañan al paciente recién operado a la sala de preanimación (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador en quirófano, rasurar en intervenciones de urgencia (Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Técnicas asépticas (Servicio Murciano de Salud –SMS–, convocatoria 2009). 2 Tipos de cirugía según la complejidad, esterilización por autoclave, tipos de tejido en las prendas de quirófano, funciones del Celador en quirófano, rasurar en intervenciones de urgencia (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 2Permanencia del Celador en el área de quirófano durante la intervención (3), información a la familia, funciones de los Celadores en el quirófano, recogida del instrumental (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Concepto de psiquiatría y salud mental Recursos asistenciales en salud mental Principales patologías en salud mental La actuación del Celador en relación con el enfermo mental Actuación del Celador ante una urgencia psiquiátrica Internamiento del enfermo mental Traslado psiquiátrico

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Actuación del Celador en las Unidades de Psiquiatría

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1. Introducción Con la Ley General de Sanidad en el año 1986 (Ley 14/1986, de 25 de abril) se produjo la plena equiparación del enfermo mental con los demás pacientes y usuarios que requieren servicios sanitarios y sociales, sobre la base de la plena integración de las actuaciones relativas a la Salud Mental en el sistema sanitario general (art. 20 LGS). Como consecuencia, en el ámbito de la Salud Mental, las Administraciones Sanitarias competentes adecuarán su actuación a los siguientes objetivos: – La atención a los problemas de salud mental de la población se realizará en el ámbito comunitario, potenciando los recursos asistenciales a nivel ambulatorio y los sistemas de hospitalización parcial y atención a domicilio, que reduzcan al máximo posible la necesidad de hospitalización. – Se considerarán de modo especial aquellos problemas referentes a la psiquiatría infantil y psicogeriatría. – La hospitalización de los pacientes por procesos que así lo requieran se realizará en las unidades psiquiátricas de los hospitales generales. – Se desarrollarán los servicios de rehabilitación y reinserción social necesarios para una adecuada atención integral de los problemas del enfermo mental, buscando la necesaria coordinación con los servicios sociales. – Los servicios de salud mental y de atención psiquiátrica del sistema sanitario general cubrirán, asimismo, en coordinación con los servicios sociales, los aspectos de prevención primaria y la atención a los problemas psicosociales que acompañan a la pérdida de salud en general. En aplicación de estos objetivos: 1. La Salud Mental se aborda desde la Atención Primaria y de la Atención Especializada, para ello se han creado múltiples dispositivos en ambos niveles asistenciales que asisten al enfermo mental en el ámbito extrahospitalario. 2. Han ido desapareciendo los Hospitales Psiquiátricos o Manicomios que aislaban al «loco» de la sociedad y del resto del sistema sanitario. En efecto, la red de Hospitales Psiquiátricos constituía un subsistema sanitario propio y excluido del Sistema de la Seguridad Social hasta la Ley General de Sanidad. El propósito de la LGS es integrar al enfermo mental en el sistema general de asistencia sanitaria. 3. Se han creado, en los Hospitales Generales, Unidades de Psiquiatría/Salud Mental de pacientes agudos como una unidad asistencial especializada más del Centro para ingresar a los enfermos mentales que, finalmente, requieren hospitalización. 244

CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\

2. Concepto de Psiquiatría y Salud Mental Entendemos por psiquiatría aquella rama de la medicina que tiene por objeto el estudio, diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades mentales, así como de ciertos trastornos de la personalidad y la conducta. También trata de evitar y poner remedio a ciertas variantes psíquicas anormales. Entendemos como anormal a lo que se desvía de la normalidad. Se considera como normal lo que coincide con el término medio y como anormal lo que se desvía apreciablemente de éste hacia arriba o hacia abajo (en términos estadísticos). Hasta hace poco tiempo, toda la atención sanitaria estaba centrada en la enfermedad; actualmente, el énfasis se sitúa cada vez más en la promoción y prevención de la salud. La definición de la OMS sobre la salud deja claro que el estado mental forma parte de la idea de salud de las personas y de las sociedades. Según la OMS, se define la salud como el estado completo de bienestar físico, psíquico y mental, y no solamente la ausencia de enfermedades. Y la salud mental como la capacidad para conseguir unas relaciones armoniosas con los demás y para participar o contribuir de manera constructiva a la modificación del medio social o físico. ¿Es posible tener un adecuado nivel de salud sin salud mental?, la respuesta es claramente negativa. A pesar de ello, la sociedad sigue marcando unas líneas de comportamiento y de pensamiento, unos elementos culturales que sistemáticamente excluyen esta parte del ser humano relegándola a lo marginal. La asistencia psiquiátrica ha estado segregada del resto de la atención sanitaria, hasta que la Ley General de Sanidad lo recuperó en la red asistencial general. En los últimos años la asistencia psiquiátrica ha cambiado en muchos aspectos. Se han creado centros de salud mental, hospital de día, pisos protegidos, comunidades terapéuticas… desapareciendo el llamado manicomio, donde se intentaba encerrar y alejar al enfermo mental de la población sana. Actualmente, los manicomios han dado paso a las unidades de agudos de los hospitales, donde se tratan casos de carácter temporal.

3. Recursos asistenciales en Salud Mental Nos referimos a todos los dispositivos integrados en el área de Salud, encaminados a la prevención, asistencia y rehabilitación de las personas. La distribución de estos recursos se atiene a determinaciones de tipo epidemiológico, existiendo un reparto proporcional al censo demográfico. La salud mental en nuestro país está conformada por: a) Dispositivos sanitarios. b) Dispositivos intermedios o rehabilitadores. 245

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3.1. Dispositivos sanitarios 3.1.1. Centro de salud mental La estructura asistencial está sectorizada y dividida en áreas sanitarias que dependen de las respectivas Comunidades Autónomas. También existen conciertos entre el Servicio Sanitario Público y otras instituciones de carácter privado. El objetivo de la red asistencial es la atención psiquiátrica especializada a pacientes remitidos desde la Atención Primaria o de otros niveles sanitarios, con seguimiento continuado. Para ello se realizarán consultas de acogida, consultas de revisión, psicoterapias individuales, de grupo, de pareja, administración de medicación y otros tratamientos, seguimiento de enfermería, asistencias domiciliarias, etc. Se constituye con un equipo multidisciplinar en el que se incluyen psiquiatras, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería y Celadores, principalmente.

El Centro de Salud mental es la vía de acceso al resto de dispositivos sociosanitarios en este campo de la salud

3.1.2. Unidad de hospitalización psiquiátrica (unidades de corta estancia) Son unidades adecuadas a la hospitalización de pacientes con enfermedades mentales, localizadas la mayor parte en Hospitales Generales. Están sectorizadas, y se coordinan con el resto de los recursos de salud mental y asistencia psiquiátrica. Se encuentran atendidas por un equipo multidisciplinar. Trabajan las 24 horas del día, y se dedican a la atención de los siguientes casos: – Cuando la patología presentada pueda ser una amenaza para el propio paciente o para los demás. 246

– Fracaso de tratamientos ambulatorios en otras instituciones.

CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\

– Separación del entorno sociofamiliar, por ser negativo para el paciente o viceversa, cuando la enfermedad del paciente no puede ser atendida en condiciones por la familia. – Evaluación y proceso diagnóstico. – Desintoxicación. – Enfermedad física que se agrava con patología psíquica.

3.1.3. Hospital de día Es una alternativa al ingreso total; se puede definir como una hospitalización parcial. Se debe realizar una programación individual que comprenda: tratamientos, psicoterapia, terapia ocupacional, socioterapia y reeducación.

Unidad de hospitalización psiquiátrica

El horario generalmente es de mañana y media tarde (9 h a 17 h), y se permanece en el propio domicilio el resto del tiempo. El tratamiento tiene una duración de uno a seis meses.

3.2. Dispositivos intermedios o rehabilitadores 3.2.1. Centro de día También denominados centros de rehabilitación psicosocial. Trabajan con pacientes crónicos en situación de dependencia o con medio sociolaboral desestructurado. Su finalidad es la recuperación de habilidades o destrezas para integrarse en la sociedad. Se debe llegar a la autonomía e independencia. Se utilizan técnicas de psicoterapia individuales, grupales, terapias ocupacionales, etc.

3.2.2. Centro de media estancia También denominados unidades rehabilitadoras de media estancia. Pertenecen al nivel terciario y su objetivo es la rehabilitación del paciente después de haber pasado un ingreso de 6 a 12 meses. Utiliza terapias de grupo, individuales, terapia ocupacional y formación en actividades y oficio.

3.2.3. Centros de larga estancia También denominados unidades residenciales-rehabilitadoras de larga estancia. Son centros para pacientes sin autonomía, que carecen de recursos sociofamiliares; son pacientes que no pueden seguir ningún tratamiento rehabilitador.

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3.2.4. Talleres ocupacionales Estos centros proporcionan a los pacientes derivados de otros recursos asistenciales, una formación, orientación y adiestramiento en el trabajo de manera considerada «protegida». Posteriormente estos pacientes pasan a talleres protegidos, donde se les acercará al mundo laboral.

3.2.5. Pisos protegidos Se les considera de carácter terciario, y la mayoría de sus pacientes derivan de otros recursos rehabilitadores. Su finalidad es que consigan llevar una vida completamente autónoma, en régimen de convivencia de grupo y bajo supervisión de un trabajador social. Tiene carácter transitorio; sin embargo, en algunos casos en los que no se dispone de recursos laborales, sociales o familiares, puede llegar a ser permanente. Estos pisos varían en número de ocupantes, grado de autonomía, movilidad de los integrantes, autonomía económica, sexo, etc.

4. Principales patologías en Salud Mental 4.1. Trastornos del estado de ánimo/afectividad Afecto es un término que se refiere al tono emocional de una persona, que da color a su vida psíquica. Oscila entre la euforia y la tristeza en condiciones normales, y no interfiere en la vida habitual. Cuando estos estados de ánimo interfieren en el comportamiento ordinario, se habla de trastornos afectivos. Las emociones son manifestaciones afectivas de la mente y se desarrollan en forma de modificaciones en el organismo. 248

Efectivamente, los estados emocionales van acompañados de temblores o bien tensión muscular, sequedad de la boca, lagrimeo, taquicardia, palidez por vasoconstricción periférica, etc.

CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\

La regulación nerviosa de las manifestaciones emocionales radica en una serie de centros conectados entre sí y hace muy complicado el estudio fisiológico. La neurosis es un trastorno emocional y se diferencia de la psicosis en que es reconocido por el paciente afectado, mientras que los pacientes psicóticos ignoran su propio estado debido a la alteración que presenta su integración mental. Las neurosis emocionales aparecen en pacientes con shock emocional. La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la neurosis como trastornos mentales sin base orgánica demostrable en los que el paciente puede tener considerable introspección y tiene indemne el sentido de la realidad, de forma que habitualmente no confunde sus experiencias subjetivas y fantasías mórbidas con la realidad externa. La conducta puede estar seriamente afectada, pero la personalidad no está desorganizada. Según el DSM-IV los trastornos del estado de ánimo o afectivos se clasifican, a su vez, en tres grupos: 1. Episodios afectivos: – Episodio depresivo mayor. Trastorno afectivo mayor caracterizado por un humor disfórico persistente acompañado de ansiedad, irritabilidad, temor, trastornos del sueño y del apetito, disminución de la energía, sentimientos de culpabilidad, disminución de la concentración, pensamientos de muerte o suicidio (comprobar que no tiene a su alcance medios con los que pueda autolesionarse). – Episodio maníaco. En el episodio maníaco encontramos un estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo o irritado y dura por lo menos una semana. – Episodio mixto. Se dan episodios tanto maníacos como depresivos y con un período de tiempo al menos de una semana de duración. Se pasa de la alegría a la tristeza y se acompañan de síntomas del episodio maníaco y depresivo mayor. 2. Trastornos depresivos: – Trastorno depresivo mayor. Está caracterizado por uno o más episodios depresivos mayores, pero sin episodios maníacos, mixtos o hipomaniacos. Este trastorno puede ser un único episodio o recidivante. Su riesgo se da con mayor frecuencia en mujeres. – Trastorno distímico. Es un trastorno que se caracteriza por un estado de ánimo crónicamente depresivo, con una duración de al menos dos meses, la mayor parte del día. 3. Trastornos bipolares. Según la OMS «constituye una psicosis afectiva que puede aparecer ya en forma depresiva, ya maníaca, en forma sucesiva o con un intervalo de normalidad». Se le denomina también psicosis afectiva bipolar, psicosis fasotímica y ciclotimia. Los síntomas y signos de los estados depresivos son: – Manifestaciones emocionales de afecto o estado de ánimo tales como depresión, tristeza, desesperación, desaliento, vacío, anhedonia o incapacidad para sentir placer, baja autoestima (sentimientos negativos acerca de sí mismo), sentimientos de inutilidad, vergüenza y culpa, ansiedad o agitación, ira, dependencia y conducta absorbente, dudas de sí mismo y sentimientos de impotencia.

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– Manifestaciones como: ideas cognitivas tales como inquietud, preocupación, autocrítica, pensamientos de autodevaluación, ideas lentas y empobrecidas, dificultad para pensar, alteración de la memoria y de la concentración, lapsos cortos de atención, negación de perspectivas o expectativas, indecisión, ambivalencia, exageración de los problemas, percepción e imagen del propio cuerpo distorsionadas, excesiva preocupación por la salud física (puede progresar hacia delirios somáticos), alucinaciones (delirios de autodevaluación), e ideas de muerte o suicidio. – Manifestaciones de conducta y motivacionales, tales como retraso psicomotor (habla lenta, falta de energía, fatiga), agitación psicomotora (incapacidad para estar sentado tranquilo, yendo de un lado para otro, retorciéndose las manos y estirándose o frotándose el pelo, la piel, la ropa u otros objetos), discurso elaborado, expresión facial triste, falta de atención a la higiene personal, pasividad y dependencia, ataques de fobia o pánico, lloro, llanto, evitación, escapismo y abandono. – Manifestaciones de síntomas físicos, tales como aumento o disminución del apetito, pérdida o aumento de peso, insomnio (dificultad para dormir, sueño interrumpido, despertar temprano), estreñimiento, sequedad de boca, dolores generalizados, impotencia, pérdida de deseo sexual, dolores de cabeza y visión borrosa.

4.2. La ansiedad El temor y la ansiedad son una experiencia universal. Se siente ansiedad desde el nacimiento, y los métodos que se aprenden para combatirla forman la base de la personalidad. La ansiedad no se puede considerar por sí sola como un estado patológico. Se podrá considerar como tal cuando su duración e intensidad sean excesivas. La ansiedad es un trastorno neurótico cuando se caracteriza por cansancio mental, alteraciones de la personalidad, estado intenso de la ansiedad, pensamientos obsesivos y actos compulsivos, que producen sentimientos de angustia y sufrimiento desproporcionados a la realidad de la situación. Según Bernard Chauveau, la ansiedad y angustia son independientes de cualquier objeto o situación real. Es un sentimiento de peligro indefinible; es la espera de una amenaza inminente. Resumiendo: la ansiedad es «un miedo sin causa». Este es el motivo por el que se diferencia del miedo. Existen varios tipos de ansiedad: – Trastorno por ansiedad simple: no tiene tratamiento farmacológico, siendo el equipo de salud el que colabora para una resolución positiva. – Trastorno por ansiedad generalizada: la alteración emocional es de carácter más o menos persistente con tendencia a la cronicidad. Se trata con terapias de apoyo y relajación. – Trastorno de ataque de angustia: crisis recurrentes de angustias que surgen espontáneamente. Sólo se ve seguro con un profesional a su lado. – Trastornos fóbicos: rasgo especial, es la presencia de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad y situación que determina una conducta de evitación (evitación, negación, racionalización...) del objeto o situación temidos: 250

*

Agorafobia: temor a los espacios abiertos.

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Fobia social: el sujeto teme y evita situaciones en las que puede estar expuesto a las miradas de otros.

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Fobia simple: temor irracional a situaciones concretas, distinta de las dos fobias anteriores.

Los síntomas y signos de la ansiedad son: Ira, hostilidad, sentimientos «inestables», alteraciones en el apetito, ya sea aumento o disminución, expectativas inquietantes y aprensión intensa. Dolor torácico, malestar, quemazón, achaques, palpitaciones, sensación de opresión y sofoco, sequedad de boca, disnea, etc.

Psicopatología Alteraciones de la sensopercepción Trastornos centrales de las sensaciones – Hiperestesia. Aumento de la percepción o sensibilidad sensorial. Se presentan en neurosis (hipocondrías, depresiones, ansiedades). – Hiperalgias. Aumento de dolor persistente, sordo y por lo general de intensidad moderada. – Hiperacusia. Los sonidos se perciben con mayor intensidad de lo normal. – Hipoanalgesias. Disminución de dolor. – Analgesia. Carencia de dolor sin pérdida de consciencia. Errores sensoriales – Ilusiones: percepciones reales alteradas (en síndromes encefálicos agudos y psicosis). Se falsifica la percepción del objeto. – Alucinaciones: percepciones sin objeto real. El paciente tiene el convencimiento absoluto de que se trata de algo real. No es voluntario. No se debe confundir con delirios, que constituyen trastornos del pensamiento. Pueden ser visuales, acústicas, gustativas olfativas... Alteraciones del pensamiento Según el curso del pensamiento – Fuga de ideas: se observa en los estados maníacos; se nota porque el paciente empieza a hablar sin parar, pasando de un tema a otro. El individuo presenta distraibilidad por las cosas de alrededor, lo cual conduce a que se aparte del tema que estaba tocando y prosiga con otro totalmente diferente. – Inhibición del pensamiento. Va ligado a cuadros depresivos; el sujeto tiene dificultad en el curso del pensamiento, que se ve enlentecido y con poca verbalización. Predominan los monosílabos. El paciente no tiene interés por la charla, puesto que tiene gran dificultad para cambiar de pensamiento, centrándose en uno solo. Todas las ideas son pesimistas, tristes, desagradables y desgraciadas. .../...

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.../... – Destrucción del caudal del pensamiento. El sujeto presenta disminución de la cuantía de conceptos, por lo que cuando quiere utilizarlos no los encuentra o presentan olvido. Aparecen dos síntomas muy habituales: *

Perseveración. La respuesta de la primera pregunta que se le formuló permanece en todas las preguntas. Es incapaz de cambiar el sentido de la respuesta. Se da una repetición persistente de palabras o ideas.

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Confabulación. La respuesta no guarda relación con lo preguntado, se rellenan las lagunas con lo primero que se le ocurre.

– Pensamientos en conceptos no elaborados y próximos a lo sensorial. Se da en cuadros oligofrénicos donde faltan las ideas que no están ligadas a lo próximo y sensorial. No poseen la inteligencia necesaria para transmitir pensamientos alejados de lo sensorial. – Disgregación del pensamiento. Es la dificultad del esquizofrénico para articular sus pensamientos, ya que hay un desbordamiento de la canalización de los mismos produciéndose asociaciones imprevisibles que los dispersan. – Pensamiento inconexo. Es típico de las psicosis agudas orgánicas donde surge un estado confusional. Según el contenido del pensamiento – Ideas sobrevaloradas y obsesivas: ligadas a vivencias personales que ocupan el primer plano del pensamiento del sujeto. No se ven como inexactas; destaca la permanencia de estas ideas en el sujeto: ideas de inferioridad, prejuicios, machismo, racismo, etc. – Ideas obsesivas: se presentan en el sujeto constantemente; van a tener una valoración de absurdidad. El sujeto las ve como involuntarias pero las siente como impuestas, y el contenido es vivido como absurdo. Dan nombre a las neurosis obsesivas. – Ideas delirantes: son representaciones falsas irrebatibles por la lógica, ya que el individuo mantiene un alto grado de convicción (ejemplo, ideas delirantes de grandeza, de persecución, etc.). Constituyen el trastorno mental denominado paranoia. Según la forma del pensamiento – Autismo, que se define como un aislamiento en un mundo de fantasía, propio y artificial; el sujeto se desinteresa del mundo exterior y no siente necesidad de nada.

Alteraciones del lenguaje Trastornos del lenguaje primarios – Afasias. Se deben a una lesión cerebral localizada y afecta tanto a la lectura como a la escritura. Según la zona afectada por la lesión se verán alteradas unas u otras funciones del lenguaje. 252

.../...

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.../... – Disfasias. Es un trastorno del lenguaje que afecta principalmente a la comprensión y a la expresión. – Dislalia. Consiste en la pronunciación errónea de determinados sonidos. El más frecuente es el rotacismo o dificultad para pronunciar la «r». El problema puede darse en cualquier fonema, o incluso en varios a la vez, con lo que el lenguaje puede llegar a ser ininteligible. Cuando este trastorno persiste más allá de los cuatro años de edad requiere la intervención del logopeda. Trastornos del lenguaje secundarios – Logorrea. Compulsión de hablar de forma acelerada. Se observa en los maníacos (llamada también: taquifasia, verborrea y bradifasia). – Mutismo. Renuncia a hablar. El sujeto no se expresa verbalmente. Se encuentra en diversos síndromes (cuadros depresivos, estados demenciales). – Musitación. Lenguaje demasiado bajito (estados demenciales). – Disartria. Dificultad para articular palabra (depresiones, autismo…). – Coprolalia. Lenguaje con tacos. – Disgregado. Palabras sueltas sin sentido (demencias). – Pararrespuestas. Acción de responder a cosas que no se les pregunta. – Estereotipia verbal. Es cuando la persona repite siempre lo mismo. – Tartamudez. Pacientes con ansiedad. – Ecolalia. El paciente repite de forma automática lo que acaba de oír. Es involuntaria y carece de sentido. – Glosolalia o esquizofasia. Lenguaje incoherente en el que se utilizan formas sintácticas anormales. Típico del esquizofrénico agudo. – Neologismos (palabras inventadas). Característico de la esquizofrenia.

Alteraciones de la consciencia – Confusión. El sujeto no recuerda lo que percibe, es incapaz de integrarlo en el pensamiento. Es una pérdida del control voluntario sobre las facultades intelectuales. Por lo tanto hay desconexión de los tres procesos psíquicos: percepción, recuerdo y pensamiento. – Delirio. Son trastornos de curso rápido que están unidos a trastornos sensoperceptivos (alucinaciones) y a la configuración que se hace de ellos (ideas delirantes). El pensamiento es incongruente o inconexo y casi siempre hay un sustrato orgánico que lo justifique: delirium tremens (alcoholismo), delirios causados por fiebres altas… .../...

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.../... – Estados crepusculares. El crepúsculo se presenta como una situación borrosa donde las percepciones están dificultadas; se falsean las situaciones, es como si se recordara en sueños. Su aparición es repentina y su desaparición también, y son estados cortos en el tiempo. Suelen aparecer en enfermedades orgánicas (lesiones cerebrales, reacciones exógenas agudas, etc.), en cuadros histéricos y en la epilepsia. – Hipervigilia. Sensación subjetiva de claridad mental, que no se relaciona con una mayor atención real y que puede acompañarse de distraibilidad.

Alteraciones de la atención y orientación Perturbaciones de la atención – Distraibilidad: concentración de la atención por poco espacio de tiempo y ante múltiples estímulos. Suele acompañarse de un estado de inquietud en el sujeto. – Inatención selectiva: bloqueo de las cosas que generan ansiedad. – Trastorno de la sugestionabilidad. – Folie á deux: enfermedad emocional comunicada entre dos o tres personas. – Hipnosis: modificaciones de la consciencia inducidas artificialmente. Perturbaciones de la orientación – La desorientación orgánica (dificultad para situarse correctamente en cuanto fecha, hora, lugar...). – La doble orientación (el paciente se orienta respecto a parámetros incorrectos o correctos, alternativamente). – Falsa orientación: el paciente se maneja por sus propios parámetros incorrectos.

Alteraciones de la memoria Alteraciones cuantitativas – Hipermnesia. Aumento anormal de la capacidad de recordar en determinadas situaciones. – Amnesia. Incapacidad para el recuerdo de forma total o parcial. Puede ser:

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Retrógrada (respecto al período previo a la aparición del trastorno).

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Anterógrada (comprende el período siguiente a la aparición del trastorno).

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Lagunar (respecto a un período concreto).

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Afectiva (ciertos factores afectivos y emocionales hacen que la persona olvide acontecimientos determinados de su vida). .../...

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.../... Alteraciones cualitativas – Paramnesia. Lo constituyen los falsos recuerdos, las distorsiones y los errores amnésicos patológicos. Puede referirse al recuerdo y al reconocimiento. – Paramnesia del recuerdo. Se trata de una distorsión del recuerdo que la persona hace respecto a situaciones ya vividas. – Paramnesia del reconocimiento. El sujeto distorsiona el reconocimiento de lo vivido, quizá por una codificación errónea.

Alteraciones de la afectividad – Tristeza patológica. La persona se siente abatida y triste, con una disminución de su autoestima. Se acompaña de aislamiento, inhibición psicomotriz, tendencia al llanto, etc. Es característica de la depresión. – Angustia patológica. La angustia es un estado de inquietud que el sujeto no puede concretar; es una situación de miedo que tiene la característica de la expectativa, y que mantiene al paciente en estado de alarma, a la espera de que algo le suceda. – Alegría patológica. El paciente se siente eufórico, enérgico, optimista, hiperactivo y con una alta autoestima. Se acompaña de expresividad, desinhibición, atención fugaz, hiperactividad motora, verborrea, etc. Es característica de episodios maníacos. Pero también puede aparecer en cuadros hipomaniacos cuando va acompañado de esquizofrenia o neurosis. – Labilidad afectiva. Variabilidad en la afectividad del paciente, que se manifiesta por cambios súbitos que no guardan relación con los estímulos externos. Suele aparecer en los estados demenciales.

Psicopatología de la psicomotricidad – Estereotipia. Es la repetición continua e innecesaria de un movimiento simple (rascar, flotar) o complejo (alisarse el cabello). Determinados movimientos se estereotipan y el sujeto los ejecuta de manera repetitiva, perdiendo finalmente el sentido que tenían en un momento determinado. – Tics. Son movimientos rápidos automáticos, repetidos e involuntarios. Aumentan en situaciones de ansiedad. – Catalepsia. Actitud de inmovilidad mantenida por el sujeto, incluso con posturas que suponen incomodidad; se acompaña con otros síntomas como obediencia automática, negativismo, y estupor. – Ataxia (trastorno patológico). Caracterizado por la disminución de coordinar movimientos. La marcha tambaleante y el desequilibrio postural se deben a lesiones de la médula espinal o cerebelo que pueden ser, a su vez, secuelas de traumatismos del parto, trastornos degenerativos, neoplasias, infecciones... .../...

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.../... – Agitación psicomotriz. Es la alteración motora más frecuente. Se trata de movimientos rápidos, continuos y sin finalidad aparente. En muchos casos va acompañada de agresividad hacia sí mismo o hacia los otros. Puede aparecer en cuadros depresivos y psicóticos, pero también suelen ser consecuencia del consumo de drogas, alcohol o determinados medicamentos, así como de diversos trastornos orgánicos cerebrales. – Estupor. Es un estado de paralización del cuerpo acompañado de mutismo que puede durar desde segundos a semanas. – Temblores. Movimientos musculares rápidos, involuntarios y rítmicos que afectan especialmente a la cara, cabeza y extremidades. – Convulsiones. Son contracciones bruscas e incontroladas de la musculatura voluntaria. Son características de la epilepsia y de algunas enfermedades tóxico-infecciosas. – Espasmos. Se trata de contracciones musculares involuntarias, exageradas y persistentes que pueden afectar tanto a la musculatura voluntaria como a órganos internos. Psicopatología de la inteligencia – Retraso mental. Funcionamiento intelectual por debajo del promedio, que aparece junto a déficit de adaptación, y que se manifiesta durante el período de desarrollo. Coeficiente Intelectual; menor 69 (deficientes), entre 70 y 79 (borderline o de inteligencia límite), entre 90 y 109 (inteligencia normal), entre 110 y 119 (superdotado) y mayor de 140 (genio). Conceptos básicos de psicopatología

4.3. Trastornos obsesivo-compulsivos 6HJ~QOD206ODGHILQLFLyQTXHVHGDDHVWRVWUDVWRUQRVHV ´Estados cuyo síntoma sobresaliente es un sentimiento de compulsión subjetiva (que debe ser resistido) para efectuar alguna acción, persistir en una idea, recordar una experiencia o rumiar acerca de un asunto abstracto. Los pensamientos no deseados que se entremeten, la insistencia de las palabras o ideas, las reflexiones... son percibidas por el paciente como inapropiadas o carentes de sentido. La idea obsesiva es reconocida como ajena a la personalidad, pero proveniente de dentro de sí misma. Las acciones obsesivas pueden adquirir un carácter casi ritual con el fin de aliviar la ansiedad. Las tentativas para desechar los pensamientos que no son aceptados pueden conducir a una lucha interna más acentuada con ansiedad intensa.”

6HFDUDFWHUL]DSRUODLQFDSDFLGDGGHUHVLVWLUODLQWUXVLyQGHSHQVDPLHQWRVRLGHDV SHUVLVWHQWHVLUUDFLRQDOHVHLQFRQWURODEOHVRWHPRUHVFRQWUDULRVDODIRUPDGHVHUGHOD SHUVRQD6XHOHDSDUHFHUGHVSXpVGHODDGROHVFHQFLDRULJLQiQGRVHWHPRUVHQWLPLHQWRV GHFXOSD\DQWLFLSDFLyQGHOFDVWLJR 256

(OWUDWDPLHQWRVHSXHGHEDVDUHQODSVLFRWHUDSLDSDUDGHVFXEULUORVWHPRUHVEiVLFRV \SDUDD\XGDUDOHQIHUPRDGLVWLQJXLUORVSHOLJURVREMHWLYRVGHORVLPDJLQDGRV

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4.4. La conducta psicótica Los trastornos psicóticos se caracterizan por una importante alteración del yo y sus funciones, que produce graves distorsiones en el pensamiento y en la percepción de la realidad. La manifestación más importante de las psicosis es la esquizofrenia. A continuación enunciamos los distintos tipos de psicosis y nos centraremos en la esquizofrenia: – Esquizofrenia. – Trastorno delirante o paranoide. Es una enfermedad mental crónica que presenta un único síntoma importante: ideas delirantes o paranoia secundaria, ideas falsas absurdas, patológicas, pero derivadas de sucesos vividos por el sujeto y que son comprensibles psicológicamente. – Trastorno psicótico breve. Este trastorno es de inicio agudo, pudiendo aparecer de forma repentina o como consecuencia de un acontecimiento estresante. Su sintomatología se caracteriza por la presencia de delirios, alucinaciones de cualquier tipo y confusión mental. La sintomatología es cambiante y variable, tanto en forma como en intensidad y su duración es de días o semanas. Es de buen pronóstico. – Psicosis puerperal. Es un trastorno psicótico agudo que aparece la primera semana después del parto, es de carácter transitorio y presenta episodios de confusión mental, hiperactividad o inhibición de trastorno afectivos. – Trastorno esquizofreniforme. Sus síntomas son similares al trastorno esquizofrénico pero su evolución no es mayor de seis meses, y por tanto no produce un deterioro de la actividad social ni laboral. – Trastorno esquizoafectivo. Se caracteriza por síntomas similares a la esquizofrenia, a los que se les suma algún trastorno del estado del ánimo o de tipo afectivo (depresivo, maníaco o maníaco-depresivo). – Otras psicosis: trastorno psicótico compartido. Trastorno psicótico por enfermedad médica, psicosis confusoníricas o psicosis de Korsakoff (trastorno psicótico por abuso de sustancias en este caso alcohol).

Esquizofrenia La OMS la definió como (1958): “Grupo de psicosis en las que se presenta una deformación fundamental de la personalidad, una distorsión característica del pensamiento, una sensación de ser dominado por fuerzas extrañas, delirios que pueden ser extravagantes, percepción perturbada, anormalidades en el aspecto y que no se ajustan a la situación real y autismo. Sin embargo, se mantiene usualmente una consciencia clara y una capacidad intelectual intacta.”

Es una psicosis de inicio precoz, de curso crónico, que se caracteriza por una gran distorsión de la realidad, con trastornos del lenguaje y la comunicación, aislamiento social y desorganización y fragmentación del pensamiento, la percepción y las reacciones emocionales.

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Con frecuencia hay también apatía y confusión, delirios y alucinaciones, formas del lenguaje peculiares con evasividad, incongruencias y ecolalia, conducta extraña y labilidad emocional. Este trastorno puede ser leve o requerir una hospitalización prolongada. No se conoce su etiología (origen), aunque, por lo general, se invocan factores genéticos, bioquímicos, psicológicos, interpersonales y socioculturales. El tratamiento consiste en la administración de tranquilizantes y antidepresivos junto con ansiolíticos. La terapia ambiental y la psicoterapia de grupo pueden resultar muy útiles para conseguir un ambiente adecuado en el cual el paciente pueda ponerse en contacto con la realidad, aumentar su capacidad de comunicación y aprender a adaptarse al estrés.

4.5. Las demencias La demencia se caracteriza primariamente por el deterioro de la memoria y los múltiples déficit cognitivos, así como sus efectos sobre la personalidad y la conducta de la persona. La demencia es un síndrome adquirido, producido por patología orgánica, que en un paciente sin alteración del nivel de conciencia ocasiona un deterioro persistente de varias funciones mentales superiores, y provoca una incapacidad funcional en el ámbito social. Suele ser de curso progresivo y crónico. Existen varias clasificaciones. Se distinguen entre enfermedad degenerativa del tipo Alzheimer y la demencia vascular. La primera suele aparecer en general entre los 55-64 años, y es más frecuente en mujeres. La segunda incluye un grupo heterogéneo en cuanto al origen y evolución. En su evolución se pueden diferenciar: período de comienzo (reacción depresiva, trastornos del sueño, de la memoria, errores de cálculo, etc.; puede durar de 1 año a 3); período de estado o de confirmación de la demencia (desorganización intelectual que lleva a la desorientación espacio-temporal, manifestaciones sexuales, actos incoherentes y antisociales, inicio de la incontinencia esfinteriana, etc.; puede durar de 2 a 10 años); período avanzado en la demencia confirmada (grave deterioro intelectual, descontrol de esfínteres, decadencia física y moral, agravación de la sintomatología motora y muerte psíquica que antecede a la física). Hay que aclarar que, aunque la demencia suele aparecer en la vejez, no debe considerarse como una consecuencia normal del proceso de envejecimiento, sino que es un estado patológico.

4.5.1. Alzheimer “Proceso degenerativo con cuatro estadios de gravedad y dependencia. De curso crónico. Inicio insidioso (pérdida de memoria) hasta alcanzar un estadio máximo incapacitante”.

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Demencia presenil caracterizada por confusión, inquietud, agnosia, alteraciones del lenguaje, incapacidad para realizar movimientos intencionados y alucinaciones. El paciente puede caer en hipomanía, rechazar los alimentos y perder el control de la función esfinteriana. Los hallazgos patológicos son las placas miliares de la corteza y la degeneración fibrilar en las células piramidales ganglionares. No existe tratamiento para la curación, pero el mantenimiento de una nutrición adecuada puede retrasar la progresión de la enfermedad.

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4.5.1.1. Etiología La etiología de tipo Alzheimer es desconocida aunque algunos estudios apoyan que es de transmisión genética. Las investigaciones demuestran que en familias con esta demencia, más de un miembro está afectado. Otros estudios señalan que los agentes virales, desórdenes metabólicos, y los pesticidas son causa de esta demencia, pero estos estudios no son concluyentes.

4.5.1.2. Clínica Período inicial o estadio inicial (leve) En esta etapa temprana la actividad social y laboral está alterada pero se mantiene la capacidad para el autocuidado. Este estadio tiene una duración aproximada de 2-4 años y se observan: – Pérdida lenta y progresiva de la memoria, incapacidad de asimilar nueva información, pérdida de la capacidad de abstracción. – El paciente en esta fase se encuentra apático y desinteresado. – Comienzan las alteraciones del lenguaje (afasia). Tiene dificultad para nombrar personas y cosas (agnosia). – Desorientación espacial, no reconoce bien el lugar donde está. – Cambios de humor y síntomas de depresión. En esta etapa el paciente es capaz de mantener una conversación, comprende bien y utiliza los aspectos sociales de la comunicación.

Fase confusional o estadio II (moderado) Este período puede comprender de dos a diez años. Surgen problemas de orientación temporo-espacial, pérdida de comunicación interpersonal, la motilidad espontánea disminuye. Comienzan los trastornos apráxicos: “incapacidad de vestirse si se altera el orden de las ropas”.

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También existe agnosia y problemas de cálculo simple. Dentro de las alteraciones del lenguaje, en esta fase encontramos: – Ecolalia: repetición de palabras que se le dirigen. – Palilalia: repetición de palabras que él mismo dice. – Logoclonía: repetición de la última sílaba. Es descuidado en su higiene personal. Como compensación a su falta de memoria, a veces confabula o dice reconocer lo que realmente no reconoce. Aparecen signos psicóticos, como alucinaciones e ilusiones. Es necesaria la ayuda de un cuidador. Fase terminal o estadio III (severo) En esta fase el paciente tienen importantes deterioros tanto psíquicos como orgánicos. Hay rigidez generalizada, posición fetal y crisis epilépticas. Los pacientes se muestran profundamente apáticos, perdiendo las capacidades automáticas adquiridas como lavarse, vestirse, andar o comer. Presentan una cierta pérdida de respuesta al dolor. La pérdida de peso es importante. El enfermo presenta incontinencia y es totalmente dependiente. Los pacientes terminan encamados, con alimentación asistida y suelen fallecer por neumonía, septicemia u otra enfermedad accidental.

4.5.2. Demencia vascular Se caracteriza por un deterioro progresivo de la función intelectual debido a una enfermedad cardiovascular. Los síntomas son: alteraciones de la memoria, alteración del juicio, mal control de los impulsos y alteración del pensamiento abstracto. Pueden aparecer delirios y alucinaciones. Puede presentar hiperactividad o inactividad. Los hiperactivos padecen deambulación, confusión y agitación. La demencia vascular se cree que es debida a la hipertensión arterial, la enfermedad vascular extracraneal y la enfermedad valvular del corazón; todo esto lleva a la formación del trombo que lleva a la disfunción cardiovascular.

4.5.3. Enfermedad de Pick Forma de demencia presenil que aparece en personas de mediana edad. Este trastorno afecta sobre todo a los lóbulos frontales y temporal del cerebro y produce típicamente una conducta neurótica con desintegración lenta del intelecto, la personalidad y las emociones. 260

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4.5.4. Demencia senil Trastorno mental orgánico propio del envejecimiento. Se debe a la atrofia generalizada del cerebro sin signos de afectación cerebrovascular. Los síntomas más importantes son pérdida de memoria, alteración del juicio, disminución de los valores morales y estéticos, afectación del pensamiento abstracto, períodos de confusión, fabulación e irritabilidad, todo ello en un grado mayor o menor. Este trastorno, de naturaleza irreversible, es más frecuente en la mujer que en el hombre, sigue un curso progresivo y puede ser una forma tardía de la enfermedad de Alzheimer.

5. La actuación del Celador en relación con el enfermo mental En una unidad de agudos de salud mental de un hospital, el Celador realiza las siguientes funciones: – Cuida del entorno ambiental de los pacientes, levantando persianas por la mañana y bajándolas por la noche. Favorecerá el descanso nocturno controlando los ruidos. – Vigila a los pacientes ante posibles agresiones o autolesiones. Las unidades de agudos poseen sistemas de seguridad para evitar “accidentes” en pacientes con ideas delirantes o suicidas; para ello se utilizan enchufes e interruptores especiales, las ventanas poseen una cerradura para ser abiertas, sistemas antiincendios, etc.

– Ayuda al aseo personal de los pacientes que lo precisen. – Vigila a los pacientes que no quieren asearse para que lo hagan. – Controla el acceso y la circulación de las personas por la Unidad/Servicio. – Recoge medicación y otros productos de la farmacia en carros de unidosis. – Anima y acompaña a los pacientes con prescripción médica a pasear por las zonas ajardinadas contiguas al centro sanitario. Es importante recomendar la realización de ejercicio físico. – Vigila a los pacientes en sus paseos o cuando salen al exterior en recintos acotados. – Vigila el orden y la armonía entre los pacientes.

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– Ayuda al personal sanitario en la administración de inyectables y tratamiento de pacientes incapaces que se niegan a colaborar. – Colabora con el equipo de profesionales de la unidad en la reducción de pacientes agitados utilizando los medios adecuados. Por ejemplo, ayudando a sujetar a los pacientes alterados a los que hay que aplicar sujeción mecánica. – Vigila la puerta de acceso a la Unidad. Control de entradas y salidas. – Controla el suministro de tabaco a los pacientes que lo tienen permitido en su tratamiento. – Traslada pacientes a las Unidades y Consultas del Centro que sea preciso. – Trasladar a los/las enfermos/as en el servicio de ambulancias. – Recoge pedidos de los almacenes. – Realiza las funciones de traslado de documentación sanitaria y no sanitaria, así como, objetos o mobiliario de la unidad.

6. Actuación del Celador ante una urgencia psiquiátrica 6.1. Actuación en pacientes con riesgo suicida – Orden médica escrita y motivada en hoja de curso clínico. – Evaluación diaria del nivel de precauciones contra el suicidio por su médico, actualizada en órdenes médicas. – Contacto personal continuo con algún miembro del equipo, con actitud de escucha. – Algún miembro del equipo asistirá a las actividades en común con estos pacientes (en la planta o fuera de ella), si así lo autoriza su médico, y siempre que sea posible. – Si precisa utilizar material de riesgo (máquinas de afeitar, etc.) permanecer a su lado mientras lo use. – Conocer la deambulación (situación) del paciente en cada momento. Siempre que sea preciso y si no hay otra opción permanecerá en el control de enfermería (si hay poco personal) o en aislamiento en caso de máxima vigilancia. – Controles frecuentes durante la noche.

6.2. Actuación en pacientes agresivos o agitados – El médico y la enfermera responsable del paciente deben ser avisados de inmediato. 262

– Control ambiental, disminuyendo estímulos externos (iluminación excesiva, ruidos, voces, público, etc.).

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– Si fuera necesario se procederá al aislamiento y sujeción mecánica, siempre bajo prescripción médica. Este procedimiento se utilizará como ultimo recurso y sólo si otros métodos (verbal, ambiental, etc.) han fracasado. – En el momento de la reducción del paciente se procurará no causarle daño. – El resto de pacientes no deben colaborar en este procedimiento por lo que se pedirá que se retiren. – La sujeción se llevará a cabo por todo el equipo presente, incluido el médico psiquiatra. – Informar al paciente de todo el procedimiento que se va a realizar de forma clara y simple, si es posible, antes de actuar. – Si es en presencia de otros pacientes se hablará con ellos después de resolver la situación, para tranquilizarlos. – El médico realizará una valoración continua para comprobar el estado del paciente, indicando el momento de la liberación. Estas prácticas no se prolongaran más del periodo estrictamente necesario para alcanzar su propósito. – Información por parte del médico al paciente y a la familia, en el caso de que el paciente deba ser ingresado.

6.3. Protocolo de la sujeción mecánica y terapéutica En el campo de la salud mental siempre se han empleado tratamientos de tipo somático. A medida que avanzan las investigaciones sobre la fisiopatología de las enfermedades mentales, se van desarrollando nuevas modalidades de tratamiento somáticos más perfectas y sofisticadas. Al mismo tiempo, se siguen manteniendo modalidades terapéuticas tales como las restricciones, que fue uno de los primeros métodos de asistencia para los pacientes psiquiátricos. Actualmente existen tres tipos de contención del enfermo psiquiátrico que son la reducción verbal (tranquilizar, estimular la confianza, etc.), la farmacológica (fármacos para relajar al paciente) y la reducción física (algunos autores nombran una cuarta denominada reducción ambiental –control de los estímulos, espacios adecuados...–). A continuación desarrollaremos el procedimiento de reducción física:

6.3.1. La sujeción mecánica/física Consiste en el empleo de sistemas de inmovilización mecánicos para el tórax, las muñecas, los tobillos, etc. En esta era de preocupación por los derechos humanos y las libertades civiles, las sujeciones mecánicas o el aislamiento deben aplicarse con suma discreción y las máximas garantías de seguridad y debe estar siempre recomendada por un facultativo médico. La principal acción es impedir las conductas que obligan a utilizar las sujeciones mecánicas, este debe ser siempre el último recurso.

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6.3.2. Indicaciones 1. Conducta violenta de un paciente que resulte peligrosa para él mismo o para los demás. 2. Agitación no controlable con medicamentos. 3. Representan una amenaza para su integridad física debido a la negación del paciente a descansar, beber, dormir, etc. 4. En situaciones de riesgo que no puede ser controlado de ninguna otra manera, pueden contenerse temporalmente, para recibir la medicación, o durante largos periodos, si no se pueden administrar los fármacos o no le hacen el efecto esperado y continúan siendo peligrosos. Es frecuente que los pacientes sujetos se calmen después de transcurrido algo de tiempo. 5. A nivel psicodinámico, estos pacientes incluso pueden recibir con satisfacción el control de sus impulsos, pero deben estar indicados terapéuticamente.

6.3.3. Principios generales Son aplicables en cualquier situación, aunque no existen normas fijas sobre cómo hay que actuar ante una situación de violencia (muchas veces reina la improvisación). 1. Distraer al paciente: se intervendrá cuando exista un número suficiente de personas, cuatro o cinco, se informará al resto de compañeros a través del teléfono o la alarma. Mientras, se deberá vigilar y distraer la atención del paciente. Nos colocaremos a una distancia adecuada. Se le informará de que está perdiendo el control pero que se le va ayudar si él lo desea. Todo ello en un tono firme pero comprensivo. 2. Debe existir un plan de actuación preacordado. La implicación en la actuación de reducir al paciente debe ser de todo el personal, independientemente del estamento profesional. 3. Preparación del personal: debe despojarse de todo objeto peligroso para su integridad física y también la nuestra (gafas, relojes, pulseras, pendientes, etc.). 4. Evitar público: ya que el paciente va a adoptar una posición más heroica que la que tendría si estuviera solo. Además servirá para aumentar la ansiedad en los demás pacientes (especialmente en pacientes paranoides). 5. Momento de la intervención: en el momento que muestra signos de violencia inmediata: ejecuta actos violentos contra objetos, si observa personas cerca, actuará contra ellas. El momento indicado será: mientras destruye los objetos, cuando se detiene a recuperar fuerzas. 6. Número de personas: será de cuatro o cinco, es importante que el grupo sea lo más numeroso posible, porque una demostración de fuerza puede ser suficiente para interrumpir la acción. Cada una de las extremidades será sujetada por un miembro del equipo. 264

7. Actitud del personal: se va a reducir a un paciente con intención terapéutica. Deben disponerse de sedantes parenterales. Nunca utilizarlo como un castigo.

CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\

8. El personal será en todo momento: profesional, no mostrará cólera, ni afán de castigo, actitud enérgica pero amable, respetuoso, evitando golpearle o someterlo a posturas humillantes, se actuará impidiéndole el movimiento, evitar insultos, blasfemias. 9. Sujeción: cada miembro tiene asignada una extremidad. Se deben evitar los huesos largos y tórax, por riesgo de lesiones. Se sujetarán las extremidades en la zona más distal. 10. Siempre debe estar autorizada por el médico, aunque sea de forma de verbal, pero siempre mejor por escrito en la hoja de órdenes médicas. 11. Se debe registrar minuciosamente la razón de la contención, la duración, el curso del tratamiento y la respuesta del paciente mientras esté sujeto. 12. Se deben emplear exclusivamente sistemas homologados de sujeción física (ejemplo; segufix£).

6.3.4. El equipo de sujeción de segufix£ Consta de distintos elementos: – Cinturón ancho abdominal. – Arnés hombros-tórax. – Tiras para cambios posturales. – Muñequeras. ² 7RELOOHUDV ² %RWRQHVPDJQpWLFRV ² /ODYHVPDJQpWLFDV

6.3.5. Técnica de la sujeción terapéutica Explicarle al paciente por qué se le va a sujetar: – Para sujetar a un paciente deberían estar un mínimo de cuatro personas. – Un miembro del equipo siempre debería estar visible para el paciente, y su cometido será tranquilizarle durante la sujeción. De esta manera se ayuda al paciente a aliviar su temor al desamparo, impotencia y pérdida de control. – Deberían sujetarse con las piernas extendidas y ligeramente abiertas para agarrarlas por los tobillos bien a las tiras del segufix£ o al travesero de la cama. – Los brazos extendidos a lo largo del cuerpo (no se deben entrecruzar) y separados ligeramente de éste, para sujetarlos por las muñecas, a las tiras del segufix£ o al travesero de la cama.

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– El tronco se debe sujetar firmemente a la cama con la correa especial (más ancha) diseñada para ese efecto. Cuidando que no esté floja, porque podría deslizarse por ella y ahorcarse, ni tampoco excesivamente fuerte, que le dificulte la respiración. – La sujeción debe permitir administrar perfusión endovenosa por el antebrazo, así como recibir líquidos o alimento. – Mantener la cabeza del paciente ligeramente levantada para disminuir sus sentimientos de indefensión y para reducir la posibilidad de aspiración pulmonar. – Comprobar periódicamente cada poco tiempo las sujeciones por la seguridad y la comodidad del paciente. – Después de contener al paciente, el médico debe comenzar el tratamiento mediante una intervención verbal. – Incluso cuando están sujetos, la mayoría de los pacientes necesitan medicación antipsicótica de manera concentrada y por vía intramuscular. – Cuando el paciente esté bajo control, se deben ir eliminando las restricciones a intervalos de cinco minutos, hasta que el paciente tenga sólo dos. Las restantes se eliminaran al mismo tiempo, ya que el paciente no se puede contener con una sola sujeción. – La sujeción mecánica debe continuar el menor tiempo posible, a medida que el paciente se va tranquilizando se le deben ir retirando sujeciones. Prevenir los tromboembolismos: a) Para evitar tromboembolismos, sobre todo en ancianos, debe liberarse una extremidad de las cuatro cada 30 minutos. b) Para una inmovilización superior a las 24 h o en pacientes con factores de riesgo requerirá hacer profilaxis de trombosis, con heparina de bajo peso molecular (HBPM).

6.3.6. Acciones del equipo sanitario en un paciente sujeto terapéuticamente Mantener la dignidad y la autoestima del paciente porque la pérdida de control y la imposición de sujeciones mecánicas pueden resultar muy penosas para este: – Preservar la intimidad del paciente. – Explicar la situación a los otros pacientes sin revelar la información que el paciente considere confidencial. – Mantener contacto verbal con intervalos regulares mientras se halle despierto. – Implicar al paciente en planes para poder finalizar la sujeción mecánica. – Desacostumbrar progresivamente al paciente a la seguridad que supone un entorno de aislamiento. Mantener la integridad física porque ellos no van a poder atender sus necesidades fisiológicas y pueden sufrir los riesgos que implica la inmovilidad: – Comprobar las constantes vitales periódicamente (enfermero). – Ayudar al paciente en la higiene personal. 266

– Acompañarle al cuarto de baño o proporcionarle cuña u orinal.

CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\

– Regular y controlar la temperatura de la habitación. – Realizar los cambios posturales necesarios. – Almohadillar las sujeciones. – Ofrecer alimentos y líquidos si están prescristos por el médico. – Observarle frecuentemente y retirar todos los objetos peligrosos de su entorno.

7. Internamiento del enfermo mental La Ley de Enjuiciamiento Civil (Ley 1/2000, de 7 de enero), en su artículo 763 , señala que el internamiento forzoso del enfermo mental, requiere para ello previa autorización judicial; y en la misma no se regula al internamiento voluntario o involuntario, que es el más frecuente. Dentro del internamiento forzoso encontramos dos situaciones: 1.ª Internamiento urgente: en este caso se permite y recomienda el traslado del paciente de forma inmediata a un centro psiquiátrico por decisión médica o por la persona que esté al cuidado del interesado. Tal y como indica el art. 763, se dará cuenta dentro de las 24 horas primeras al Juez, o bien, si existieran problemas para ingresarlo, se solicitará en el Juzgado de Guardia su ingreso urgente con la documentación acreditativa de encontrarse en tal situación clínica. Ortega Monasterio y Talón Navarro (1986), dan como indicaciones médicas que aconsejan un internamiento forzoso las siguientes: 1. Riesgo de autoagresividad. 2. Riesgo de heteroagresividad. 3. Pérdida o grave disminución de la autonomía personal (con incapacidad para realizar las tareas de cuidado personal más necesarias). 4. Grave enfermedad mental, que aunque no incluya inicialmente ninguno de los supuestos anteriores, suponga un riesgo de agravación en caso de no ser adecuadamente tratada. 2.ª Internamiento ordinario no urgente: igualmente está contemplado en el art. 763 del CC y tiene las mismas indicaciones que en el ingreso urgente. Se solicitará a la autoridad judicial, bien por parte de familiares, tutores o centros asistenciales, la propuesta de ingreso del paciente, y el Juez, tras examen directo del afectado y el dictamen de un facultativo por él designado (Médico Forense u otro médico), para llegar a la existencia o no de una causa médica que justifique el ingreso, concederá o denegará la autorización del internamiento, poniéndolo en conocimiento del Ministerio Fiscal, como indica el art. 763 del Código Civil y a los efectos preventivos del art. 757 apartado tercero y art. 758. El Juez de oficio recabará información sobre la necesidad de proseguir el internamiento, cuando lo crea pertinente, y, en todo caso, cada seis meses, y acordará lo procedente sobre la continuación o no del internamiento (art. 211). La información el Juez la solicitará bien a los facultativos que le están asistiendo en el centro donde se encuentra ingresado el paciente, o puede indicar que sea reconocido y emitir informe al respecto por un Médico Forense o un médico especialista por él designado.

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8. Traslado psiquiátrico El Celador es el personal encargado de acompañar al paciente psiquiátrico en su traslado tanto a unidades del mismo centro como a otras instituciones (ambulancia). Son pacientes que presentan especiales dificultades en el manejo previo y durante el traslado. En los casos de agitación psicomotriz será preciso la contención física y, en muchas ocasiones, la administración de fármacos que procuren la sedación suficiente, sin olvidar, en ningún momento, la utilización de habilidades comunicativas y otro tipo de intervenciones de tipo psicológico. No debería, en ningún caso, iniciarse el traslado de un paciente agitado hasta que se ofrezcan las garantías de seguridad imprescindibles para su realización.

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CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Año de integración de la Salud Mental en el SNS (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM–convocatoria 2008). 2 Indicaciones de la sujeción de los pacientes (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Atención a la salud mental como prestación del SNS, indicaciones de la sujeción terapéutica, funciones del Celador en Salud Mental (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Concepto de salud de la OMS (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Concepto de Salud Mental, valoración de la sujeción mecánica, requisitos de ingreso de enfermos psiquiátricos (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009  2 Traslado de enfermos psiquiátricos, indicaciones de la sujeción de los pacientes (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Papel del Celador en la sujeción mecánica (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Centros de Salud Mental en Atención Primaria, tipos de reducción del paciente psiquiátrico, actuación ante un paciente agitado, indicaciones de la sujeción terapéutica, cómo proceder a una inmovilización (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Norma jurídica que posibilita la integración del enfermo mental en el SNS, funciones de los Celadores en los servicios de salud mental, sujeción ante procedimiento cruento (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Necesidades fisiológicas del enfermo mental, funciones de los Celadores en los servicios de Salud Mental, concepto de paranoia, objetivos de la Administración ante la salud mental, actuación ante la depresión, concepto de neurosis, paciente de los centros de día, control y orden de las unidades de psiquiatría, ansiedad ante un shock emocional, concepto de paramnesia, síndrome de Korsakoff, síntomas en la depresión, cociente intelectual normal, cómo proceder a una inmovilización, trastorno de la percepción (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones de los Celadores en los servicios de Salud Mental (Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Dispositivos asistenciales para la Salud Mental (Servicio Aragonés de Salud–SALUD– convocatoria 2010).

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12

1. 2. 3. 4.

Conceptos generales Actuación del Celador en relación con los pacientes fallecidos Actuaciones en las salas de autopsias y tanatorios Medidas de prevención en la sala de autopsias y tanatorios

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Actuación del Celador en relación con los pacientes fallecidos

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1. Conceptos generales El trabajo a realizar en el área del tanatorio por parte del Celador conlleva una serie de situaciones que precisan del conocimiento de algunos conceptos: – Exitus: palabra que proviene del latín y que significa muerte. Se utilizan también como sinónimo defunción, deceso u óbito. – Tanatorio, mortuorio: el tanatorio es una institución situada en un edificio separado del hospital que presta servicios funerarios. – Mortaja o sudario: la mortaja se emplea como vestimenta que envuelve al cadáver para enterrarlo. – Tanatopsia, autopsia y necropsias postmorten: consiste en la disección y examen del cuerpo de una persona fallecida, para determinar la causa de la defunción o la presencia de un proceso patológico. Se distinguen dos tipos de autopsias: *

Autopsia clínica: es el examen realizado sobre el cadáver de una persona fallecida a causa de enfermedad y que tiene como objetivo final la confirmación de las causas de la muerte.

*

Autopsia médico-forense: es el estudio de un cadáver o restos humanos con el fin de informar a la autoridad judicial de las causas y circunstancias de su muerte.

– Tanatología: se entiende por tal la suma de conocimientos relativos a la muerte, desde el punto de vista médico-legal especialmente. – Cadáver: todo cuerpo humano durante los cinco primeros años siguientes a la muerte real. Esta se computará desde la fecha y hora que figure en la inscripción de defunción en el Registro Civil. – Restos cadavéricos: todo lo que queda del cuerpo humano terminados los fenómenos de destrucción de la materia orgánica, una vez transcurridos los cinco años siguientes a la muerte real. – Restos humanos: partes del cuerpo humano de entidad suficiente procedentes de abortos, mutilaciones, operaciones quirúrgicas o autopsias. Para su inhumación o cremación sólo se necesita el certificado facultativo en que se acredite la causa y procedencia de tales restos. Cuando el médico que lo extienda deduzca la existencia de posibles riesgos de contagio lo pondrá inmediatamente en conocimiento de Sanidad, que adoptará las medidas oportunas. – Cuidados postmortem: conjunto de atenciones que se presta a la persona fallecida para su posterior traslado al mortuorio. – Rigor mortis o rigidez cadavérica: es el endurecimiento del cuerpo que se produce de dos a cuatro horas después de la muerte. – Livideces cadavéricas: como consecuencia del cese de la circulación sanguínea, los hematíes comienzan a romperse liberando hemoglobina y decolorando los tejidos. A esta decoloración se la conoce con el nombre de livor mortis. 272

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

– Algor mortis: es el enfriamiento del cuerpo después del fallecimiento; se realiza en condiciones normales a razón de un grado por hora. También denominado frío de la muerte. – Putrefacción: es la descomposición de la materia orgánica muerta por la acción de las bacterias. – Tanatopraxia: es toda práctica mortuoria que permite la conservación y exposición del cadáver con las debidas garantías sanitarias. Tienen esta consideración los siguientes métodos: a) Climatización: acondicionamiento térmico que permite mantener al cadáver durante las primeras veinticuatro horas retardando los procesos de putrefacción. En todo caso la climatización mantiene las condiciones ambientales de temperatura, humedad y ventilación mínimas necesarias para la vida. b) Refrigeración: mantenimiento de un cadáver a temperatura muy baja mediante su introducción en cámara frigorífica con el fin de retrasar los procesos de putrefacción.

c) Congelación: método de conservación del cadáver por medio de la hipotermia. d) Embalsamamiento: métodos tanatopráxicos que impiden la aparición de los fenómenos de putrefacción. – Tanatoplastia: método de adecuación de cadáveres por medio de técnicas de reconstrucción. – Tanatoestética: conjunto de técnicas de cosmética y modelado que permiten mejorar la apariencia externa del cadáver. Tanto las prácticas de tanatopraxia, como de tanatoplastia y de tanatoestética están prohibidas en cadáveres de personas cuya causa de defunción represente un riesgo sanitario tanto de tipo profesional para el personal funerario como para el conjunto de la población, según normas y criterios fijados por la Administración Pública, tales como cólera, carbunco, rabia, peste, Creutzfeldt-Jakob u otras encefalopatías espongiformes, contaminación por productos radiactivos o cualquier otra que en su momento pudiera ser incluida en este grupo por las autoridades sanitarias.

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– Crematorio: establecimiento funerario habilitado para la incineración de cadáveres y restos humanos o cadavéricos. – Incineración o cremación: reducción a cenizas del cadáver, restos cadavéricos o restos humanos por medio del calor. La regulación de toda clase de prácticas sanitarias sobre cadáveres y restos cadavéricos se regula en España al amparo del Decreto 2263/1974, de 20 de julio, Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria y de la Legislación Autonómica que regula la Policía Sanitaria Mortuoria correspondiente a cada región. El control sanitario de los cementerios y la sanidad motuoria corresponde a las Corporaciones Locales.

2. Actuación del Celador en relación con los pacientes fallecidos 2.1. Funciones del Celador en relación con los pacientes fallecidos La muerte es el cese total y definitivo de todas las funciones vitales del organismo humano. En los documentos oficiales y partes de defunción es frecuente el término exitus para referirse al momento del fallecimiento, no obstante también recibe el nombre de defunción, deceso u óbito. La valoración y certificación de la muerte es competencia del personal sanitario, concretamente del facultativo médico encargado del paciente, no obstante señalaremos algunos de los signos que manifiestan que el paciente ha fallecido: – Signos precoces: ausencia de movimientos respiratorios en la auscultación, no hay movimiento del tórax ni del abdomen, no se ausculta el latido cardíaco, desaparece el pulso, pérdida de sensibilidad cutánea y ausencia de tono muscular. – Signos tardíos: enfriamiento del cadáver, rigidez cadavérica, aparición de livideces y putrefacción cadavérica. 1ª fase: Muerte aparente: es aquella en que desaparecen aparentemente los fenómenos vitales. Disminuyen los latidos cardiacos, la respiración, la tensión, hasta llegar a estar inconsciente. 2ª fase: Muerte relativa: prolongación de la agonía, se suspenden de forma efectiva y duradera las funciones nerviosas, circulatorias, respiración y siendo posible todavía mediante maniobras de reanimación, la recuperación en algunos casos. 3ª fase: Muerte intermedia: se produce una extinción/desaparición progresiva e irreversible de la actividad biológica de los diferentes órganos y tejidos. 4ª fases: Muerte absoluta: desaparición total / absoluta de cualquier actividad biológica del organismo. Fases de la muerte según Gisbert Calabuig

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La actuación de los Celadores en relación con los pacientes fallecidos, según el Estatuto de Personal No Sanitario, se centrará en ayudar a las enfermeras o personas encargadas de amor-

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tajar a los enfermos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio. Sobre esta función conviene destacar dos aspectos, en primer lugar nos habla de una colaboración o ayuda al personal sanitario relativa a la movilización y aseo del paciente fallecido para que el personal sanitario proceda al amortajamiento. La segunda parte de esta función establece una función exclusiva del Celador del servicio correspondiente como es el traslado del cadáver hasta el mortuorio (si fallece en urgencias será el Celador de urgencias quien traslade el cadáver al tanatorio). La situación que se produce entre los familiares cuando el paciente agoniza y especialmente en el momento del óbito es muy particular, por lo tanto es necesario prestar especial atención a dichas personas. En dicho momento se debe tranquilizar a la familia, pedirles serenidad y silencio y, con cierta amabilidad, que se retiren a otras dependencias. Ante cualquier pregunta de los familiares relacionada con la muerte del paciente, causas, patología, etc., el Celador les remitirá al facultativo responsable.

2.2. Amortajamiento y traslado del cadáver al tanatorio El amortajamiento del cadáver consiste en la preparación del mismo para que pueda ser velado por los familiares antes de proceder a su entierro o incineración. El amortajamiento deberá realizarse en la mayor intimidad posible y en el menor plazo, para evitar que aparezca el rigor cadavérico y, posteriormente, el cadáver pueda ser trasladado al tanatorio. El amortajamiento consiste básicamente en: – Desconectar y retirar los dispositivos, sondas y catéteres que tuviera el cadáver. – Retirar los objetos personales del cuerpo. – Asear el cadáver. – Taponar los orificios naturales, por donde es frecuente que el cadáver pierda sangre o secreciones, mediante algodones o gasas. – Cerrar los ojos y la boca del cadáver y, si no fuera posible, anudar una venda desde el mentón a la cabeza. – Sujetar los tobillos con una venda. – Colocar el cadáver encima de una sábana grande (sudario) en posición de decúbito supino con brazos (palmas hacia abajo) y piernas extendidas de forma alineada sobre la cama, antes de que actúe el rigor mortis. También se puede cruzar las manos sobre el abdomen. – Doblar la sábana de forma que cubra todo el cadáver e identificarlo con una etiqueta colocada en un lugar bien visible. – Cubrir el cuerpo totalmente con otra sábana o con una funda con cremallera fabricada específicamente para envolver cadáveres y pasarlo a una camilla para su traslado al mortuorio. 275

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El traslado al mortuorio deberá realizarse, una vez recibido el parte de traslado correspondiente, por lugares poco frecuentados y de una forma discreta frente al resto de los enfermos o familiares que los visitan. Si al cadáver debiera realizársele previamente una autopsia, deberá ser conducido por el Celador hasta la sala correspondiente, donde será depositado en una cámara frigorífica. El Estatuto de Personal no Sanitario establece con respecto a las funciones del Jefe de Personal Subalterno: “Es misión suya informar a los familiares de los pacientes fallecidos en la Institución, sobre los trámites precisos para llevar a cabo los enterramientos, y si es necesario los pondrán en contacto con la oficina administrativa correspondiente para completar dicha información”.

2.3. Zona mortuoria hospitalaria El complejo de la zona mortuoria requiere de: a) Espacios para: recepción de cadáveres desde dentro y fuera del hospital, depósito de cadáveres: – Realización de autopsias y traspaso del cadáver a los trabajadores de la funeraria. – Estancia de familiares para ver y acompañar al cadáver. Cada vez en este apartado es más utilizado los tanatorios de empresas funerarias privadas no pertenecientes al hospital, estas sobre todo dan servicios de vela de cadáveres y traslado a cementerio. b) También se requiere de entradas para depósito de cadáveres (ocultas si es posible a la vista del público), estas entradas deben ser dos: una interna desde el hospital y otra externa. c) El complejo requiere de una zona de transición entre las áreas de: depósito de cadáveres (zona limpia) y área de disección (zona sucia). d) Despachos para manejo de documentos por parte de: patólogos, técnicos, clínicos, personal de funeraria, etc.

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CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

Entre la zona de depósito y la zona externa encontramos: – Los vestuarios, adyacentes a la zona de disección, sin pasillos, con otra entrada desde el área limpia. Femeninos y masculinos (ropa protectora, material de ducha). – Barreras físicas: que marquen los límites entre zona limpia y zona sucia, invitando al personal ajeno a mantenerse en la zona limpia.

2.3.1. Depósito de cadáveres – Para unos días se recomiendan 4 ºC, si han de estar más tiempo, más frío. Existe normativa autonómica (Islas Baleares) que obliga para que un cadáver pueda ser sometido a refrigeración, deben haber transcurrido, al menos, cuatro horas del fallecimiento. – Cámaras frigoríficas adecuadas con puertas a ambos extremos (disección-tanatorio), con bandejas metálicas con ruedas.

2.3.2. Almacén de piezas – Separados de las otras zonas, para guardar las piezas en formol. – Con sistema de extracción de aire para prevenir aumento de gases de formol (máximo permitido 2 ppm).

2.3.3. Despacho y teléfono – Línea de teléfono externo con sistema de manos libres, para hablar con clínicos, funeraria… mientras se realiza la autopsia.

2.3.4. Área de disección – Superficies no porosas de limpieza fácil y con drenaje rápido. – Actualmente, mesas de acero inoxidable (la porcelana y la cerámica se deterioraban con facilidad).

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– Sistema propio de ventilación y extracción de aire. Drenaje extractor para las mesas de disección. – Luminosidad intensa adecuada, con capacidad mayor en las zonas de particular interés para prevención de infecciones o cortes para detección de lesiones sutiles. – Para disección de órganos, tras la extracción del cuerpo, se ha usado una mesa pequeña sobre la mesa de disección. Lo mejor es una zona más amplia con: mesa grande, armario para instrumental y agua para lavar órganos durante la disección.

2.3.5. Área de observación – Médicos clínicos, postgrado, estudiantes de medicina, enfermería, técnicos, pueden observar las autopsias que se les autorice. Suelen venir con sus ropas de hospital debiendo evitar la diseminación de infecciones por las salas del hospital. – Zona limpia, separada del área de disección por pantalla transparente y sistema para comunicación oral. El flujo de aire no vendrá desde la zona “sucia”.

3. Actuaciones en las salas de autopsias y tanatorios La autopsia o necropsia es la intervención que se realiza en un cadáver para examinar sus órganos con el objetivo de averiguar las causas de la muerte. Existen dos tipos de autopsias: clínica y médico-forense. La autopsia la realizará el personal médico especializado y consiste en la apertura del cráneo, tórax, abdomen y raquis del cadáver. La apertura del cráneo se realiza mediante una incisión cutánea que va de una oreja (apófisis mastoide) a la otra, separando el cuero cabelludo y posteriormente se debe serrar la bóveda craneal con una sierra circular, se retira la bóveda craneal y se extrae el cerebro. La apertura del abdomen y tórax se lleva a cabo mediante una incisión desde el cuello hasta el pubis, posteriormente para la apertura completa del tórax se realiza una resección de la parte ósea que comprende el esternón y la parte anterior de las costillas. Posteriormente se extraen los órganos internos del tórax como corazón, pulmones, etc. Y los del abdomen como hígado, estómago, intestinos, etc. En apertura del raquis se coloca el cadáver en decúbito prono y se realiza una incisión sigue una línea media y vertical sobre la apófisis espinosa. Para abrir el conducto raquídeo se secciona las láminas vertebrales. 278

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

3.1. Autopsia clínica Etimológicamente el término “autopsia” deriva del griego y significa “ver uno mismo”, es decir, “ver con los propios ojos”. El termino “necropsia” también procede del griego y significa “observar un cadáver” “ver un cadáver” o “examen de un cadáver”. La autopsia clínica se regula en España mediante la Ley 29/1980, de 21 de junio, de Autopsias Clínicas y el Real Decreto 2230/1982, de 18 de junio, sobre Autopsias Clínicas. La autopsia clínica es el procedimiento postmortem que estudia las alteraciones morfológicas de los órganos y tejidos como consecuencia de la enfermedad. Determina, por tanto, la naturaleza y extensión de la misma, comprueba los resultados del tratamiento médico o quirúrgico e investiga el posible componente contagioso, hereditario o transmisible. Todo estudio anatomopatológico postmortem, independientemente del tamaño de la muestra (autopsia parcial o completa) o de la técnica empleada, tiene la categoría de autopsia o necropsia, sin embargo “no se entiende formalmente como autopsia las tomas de muestras y exploraciones realizadas dentro de las veinticuatro horas siguientes al fallecimiento, con el objetivo de comprobar la causa de la muerte. Las autopsias clínicas, según su procedencia, pueden ser: a) De pacientes ingresados en el propio hospital: autopsias clínicas hospitalarias, desglosadas por Unidades o Servicios. b) De pacientes no ingresados en el propio hospital (Urgencias, Hospitalización Domiciliaria, Centros de Salud, domicilios) o de pacientes provenientes de otros hospitales: autopsias clínicas extrahospitalarias. c) Autopsias fetales: son las autopsias practicadas a los fetos fallecidos antes de nacer. Los criterios para establecer lo que es una autopsia fetal no están establecidos homogéneamente en todos los hospitales, lo que dificulta comparar cuantitativamente la actividad de este tipo de autopsias. Sería adecuado poder delimitar en los fetos lo que corresponde a biopsia y lo que es autopsia. Dentro de los criterios que establecen la autopsia fetal, encontramos: 1. Criterios biológicos: el período fetal, comienza a partir de la décima semana de gestación, después de finalizar el período embrionario. 2. Criterio temporal: corresponde al segundo trimestre de gestación, que comienza a partir de la 12 semana de la fecha de fertilización, que corresponde a la 14 semana desde el primer día del último período menstrual normal, que es la forma de valorar habitualmente la edad de gestación. Si se aplicara este criterio temporal, habría que considerar autopsias fetales a partir de la 14 semana de gestación. 3. Criterio de viabilidad: las muertes fetales de menos de 22 semanas de gestación, o de menos de 500 gramos, corresponden a fetos que no son viables. Son definidos

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según la OMS como abortos, y deben ser considerados como biopsia o patología quirúrgica. La autopsia fetal hace referencia, según este criterio, a la practicada a un feto muerto en la fase fetal intermedia y la fase fetal tardía.

3.1.1. Situaciones en las que está indicada la práctica de la autopsia clínica – Muertes en las que la autopsia pueda contribuir a la explicación de las complicaciones médicas surgidas. – En los casos en los que la causa de la muerte o el diagnóstico principal no sea conocido con seguridad. – Casos en los que la autopsia aporte a la familia o a la sociedad en general datos importantes. – En caso de muerte inesperada o inexplicable tras procedimiento diagnóstico o terapéutico, sean médicos o quirúrgicos. – Muerte de pacientes que participaban en protocolos de investigación hospitalaria. – Muertes aparentemente naturales no esperadas o inexplicables, no sujetas a la legislación forense (autopsias médico-legales). – Muertes por infecciones de alto riesgo y enfermedades contagiosas. – Todas las muertes perinatales o infantiles precoces. – Muertes por enfermedades ambientales o laborales. – Muertes de donantes de órgano, en vida, en los que se sospeche la existencia de algunas enfermedades que pueda repercutir al receptor. – Muertes ocurridas en las primeras 24 horas tras el ingreso en un hospital. – Muertes que pudieran estar influidas por una estancia hospitalaria.

3.1.2. Utilidad de la autopsia clínica – Control de calidad hospitalaria: confirmando diagnósticos clínicos, completándolos y a veces refutándolos. – Colaboración con Organismos de Gestión y Estadística Sanitaria: registros de mortalidad, tumores, etc., aportando datos. – Formación de estudiantes de Medicina y Médicos Especialistas en Anatomía Patológica. – Sesiones: conferencias clínico-patológicas con presentación de casos abiertos y/o cerrados.

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– Proveedora de órganos, tejidos y extractos: que puedan servir para ser utilizados en beneficio de los vivos, siempre que se cuente con la autorización de los familiares directos.

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

– Investigación: el estudio de un grupo de pacientes sometidos a estudio necrópsico puede llevar a la identificación de una enfermedad desconocida o conocida, que se sospechaba. – Contribución social: aparición o confirmación de enfermedades profesionales, que deben tener compensación económica, descubrimientos inesperados de enfermedades contagiosas y demostración de enfermedades de carácter familiar.

3.1.3. Sala de autopsias Condiciones de los locales para la realización de estudios autópsicos clínicos: – Sala de autopsias con una superficie mínima de veinte metros cuadrados, dotada con una mesa de autopsias, agua corriente: fría y caliente, sistema de aspiración, desagüe accesible, mecanismo antirretorno, iluminación eléctrica adecuada, ventilación directa o forzada y, en cualquier caso, extractores de aire directos al exterior. – Refrigeradores de cadáveres con capacidad para dos cadáveres cada doscientas camas de hospitalización o fracción. – Aseos con duchas de agua caliente y fría. – Local de secretaría. – Laboratorio histopatológico, propio o concertado. – Archivo de piezas, preparaciones, informes y fotografías, propio o concertado. Todas las instalaciones estarán dotadas de mobiliario, utillaje e instrumental necesario.

3.1.4. Técnica de autopsia Se denomina técnica de autopsia al conjunto de operaciones encaminadas a investigar lesiones capaces de producir muerte. Deducimos, por tanto, dos consecuencias de esta afirmación: – Que la autopsia no es una disección general del cuerpo, sino que requiere una técnica anatómica minuciosa. – Debe respetarse toda anomalía y toda lesión que se encuentre, hasta la finalización de su estudio. Todas las incisiones cutáneas que se le realizan al cadáver deben ser lineales y perpendiculares a la superficie del cuerpo, para facilitar su posterior recomposición mediante el cosido de la piel. No debe olvidarse que el cuerpo que está en la mesa de autopsias era un paciente vivo y que se tiene que tratar con suavidad y respeto, en un ambiente de estudio científico y eficacia silenciosa. No se debe permitir la entrada a la sala de personal que no vaya a trabajar con el cadáver. Existen varias técnicas de autopsia, pero sus variaciones radican en el orden y forma de disección: a) Técnica de Virchow: consiste en la disección de los órganos por separado, comenzando por la cavidad craneal, y siguiendo por el cuello, cavidad torácica y abdomen. Es la más frecuente, realizada en los hospitales.

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b) Técnica de Ghon: consiste en extraer los órganos en tres bloques, cuello y tórax, abdomen y retroperitoneo, realizándose la disección separada de cada bloque. c) Técnica de Letulle: se trata de la extracción en un solo bloque de todas las vísceras. La disección se realiza fuera del cadáver.

3.1.5. Requisitos administrativos para realizar la autopsia clínica La Administración en la normalización de los documentos básicos de la Historia Clínica y su conservación, señalan los documentos mínimos necesarios para la realización del estudio postmortem: – Datos de identificación y ubicación o procedencia del paciente. – Resumen de la Historia Clínica especificando los tratamientos y/o técnicas quirúrgicas realizadas al paciente y diagnóstico clínico. – Anotaciones sobre la posible causa de la muerte. – Riesgos especiales que obliguen al patólogo a tomar medidas de autoprotección. – Certificado de muerte cierta: emitido por el médico que solicita la autopsia. – Certificado de autorización de estudio necrópsico, según modelo normalizado, que incluye el consentimiento informado.

3.1.6. Proceso general para realizar la autopsia clínica El responsable de la autopsia clínica debe ser un patólogo (prosector), pero puede ser realizada por un Médico Residente en Anatomía Patológica bajo la supervisión del patólogo. En la realización del procedimiento tendremos en cuenta: – Permiso o autorización para efectuar la autopsia. Debe constar el nombre del fallecido, fecha y lugar. El permiso lo dan los parientes más próximos (primera línea de consanguinidad), cónyuge, padre o madre, hijo o hija. Si no existen parientes directos la autorización la efectuará la persona que se hace cargo del funeral. Esta autorización se da por escrito. – Resumen de datos clínicos. En el informe del paciente, constará su nombre, edad, sexo, nombre del hospital, número de la Seguridad Social, de la Historia Clínica y la fecha y hora de la muerte. Además se acompañará de un resumen de su patología actual, antecedentes, examen físico, datos de laboratorio, estudios complementarios, y del curso clínico de su enfermedad, diagnóstico final y nombre y firma del médico responsable; este resumen irá acompañado de la Historia clínica. – Comprobar la identidad del cuerpo.

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– Revisión de Instrumentos. Antes de proceder a la realización de la autopsia deberán estar dispuestos todos los instrumentos y materiales que se vayan a utilizar. Estos instrumentos y materiales estarán en una mesa auxiliar o en el extremo de la mesa de autopsias. El técnico con la ayuda del Celador es el responsable de que todo esté correctamente preparado. La falta de material o equipo necesario se considera una negligencia grave.

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

– Registro de datos. Se realizará a medida que avanza la procesión. Las descripciones más exactas son las efectuadas a medida que se diseca. – Indumentaria apropiada. La indumentaria será cómoda y consta de delantal de material plástico debajo de la bata de operaciones, mascarilla y gafas para evitar enfermedades infecciosas, los guantes de goma tendrán el tamaño adecuado al prosector. Los zapatos serán especiales y en el caso de que no se tengan, deberán usarse calzas de un solo uso. Después de realizada la necropsia se recomienda la ducha del personal que intervenga. – Planificación de la autopsia. Los materiales a utilizar y sobre todo en el caso en el que se crea que se deban tomar cultivos o muestras para técnicas especiales deberán tenerse preparados los recipientes adecuados. – Cuidado del cadáver. Se deben tener las mismas consideraciones que con el cuerpo vivo. Se creará un ambiente de respeto e intimidad. No se permitirá la entrada a personas ajenas a la realización de autopsia. – Fases de la autopsia clínica: *

Examen externo: datos de identidad (peso, talla, color de la piel y ojos), datos sobre los datos de la muerte (fenómenos cadavéricos) y datos sobre la causa de la muerte.

*

Examen interno: existen varias técnicas para la apertura de las cavidades corporales, pero la más utilizada es la de Virchow.

3.2. Autopsia médico legal Se denomina también judicial, forense, médico forenses u obducción. Se define como “la que realizan por disposición de un magistrado, médicos oficialmente designados, con el fin de establecer la causa y mecanismo de la muerte, de un adulto, de un niño, recién nacido, de un feto o de restos humanos”. De acuerdo con las normas internacionales y lo establecido en nuestra legislación, son causas de Autopsia Médico Legal obligatoria las siguientes: – Muertes violentas: homicidios, suicidios y accidentes (tráfico, laborales y domésticos). – Muertes no violentas: muerte súbita (brusca o inesperada), muerte natural sin tratamiento médico reciente, muerte natural con tratamiento médico pero ocurrida en circunstancias sospechosas, muertes pos-aborto provocado, productos de aborto con muerte sospechosa y muerte por infanticidio.

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– Muertes misceláneas: *

Muerte de personas detenidas en centros de detención carcelaria, centros de menores, prisiones, etc.

*

Muertes sospechosas de personas que mantienen litigios.

*

Muerte de pacientes por procedimientos clínico-quirúrgicos.

*

Cadáveres no identificados.

3.3. La actuación del Celador en las autopsias Tomado como referencia el Estatuto de Personal no sanitario se le atribuye a los Celadores la siguiente función en relación a la autopsia: “Ayudarán a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que no requieran por su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el cadáver. Limpiarán la mesa de autopsias y la propia sala” No obstante la Dirección General del extinto INSALUD (actualmente denominado INGESA), por resolución de 22 de mayo de 1981, debido al carácter especial de las funciones realizadas por los Celadores en las salas de autopsias, decidió crear un puesto de trabajo específico denominado “Celador Auxiliar de Autopsias”, retribuido por encima del resto de puestos de trabajo de su misma categoría, tal y como recogen las distintas ordenes de confección de nóminas. Teniendo en cuenta esta resolución en la práctica hospitalaria las funciones que realiza el Celador Auxiliar de Autopsias se pueden concretar entre otras en: – Transporte del cadáver desde el depósito hasta la mesa de autopsias. – Colocar el cadáver en la mesa donde se haya de practicar la autopsia, desamortajándolo si fuera necesario. – Preparar el cadáver para realizar la autopsia, así como efectuar los movimientos del mismo que fueran necesarios para su práctica. – Auxiliar al médico durante la autopsia en aquellas prácticas instrumentales no específicas de profesionales titulados. – Cualquier otra misión de carácter auxiliar que le fuere encomendada por el personal médico en relación con la práctica de autopsias y las actividades habituales de anatomía patológica (pesaje de órganos, anotaciones, almacenamiento de órganos, etc.). 284

– Limpieza externa e interna del cadáver, rellenando los huecos viscerales (generalmente con papel de celulosa).

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

– Recomponer y asear el cadáver una vez efectuada la autopsia. – Volver a amortajar y colocar el cadáver en el mortuorio, cuidando del aspecto externo del difunto. – Limpiar la mesa, la sala y el material de autopsias. – Vigilar que no acceda a estas dependencias más que el personal autorizado para ello. – Introducir en cubos herméticos restos humanos para su traslado e incineración por una empresa autorizada. – Entregar las muestras orgánicas (las biopsias serán trasladadas al laboratorio de Anatomía Patológica donde serán procesadas y archivadas por un Técnico Superior en Anatomía Patológica y Citología) o de otro material en los servicios correspondientes. – Además le corresponde el traslado de comunicaciones verbales, documentos y objetos, que le sean confiados por sus superiores.

3.4. Equipos, instrumental y material de autopsias Una sala de autopsias estará equipada con los siguientes medios: – Mesa de operaciones o mesa de autopsias. Presentará las siguientes características: a) Deben ser de diseño sencillo, de acero inoxidable, con bordes sobreelevados o de piedra. b) Debe contar con un sistema de drenaje, manguera con rociador y estar provista de un reservorio para el agua y un lugar destinado al instrumental.

c) La mesa deberá estar diseñada con unos parámetros determinados: 2,10 m de longitud por 0,75 m de anchura para que pueda albergar cadáveres de todas las tallas. Uno de sus lados puede estar graduado en centímetros para facilitar la lectura de la talla. d) Constará de: conexión eléctrica, lavabo ahondado para la apertura intestinal, conexión para aspirador, destinado a la extracción de líquidos y limpieza de cavidades del cuerpo, sistema de balanza ubicado en una mesa contigua, para la pesada de vísceras… 285

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e) Mesita anexa para colocar los distintos objetos que se van a necesitar en el curso de la autopsia, cuyo tablero sea de metal o de cristal para facilitar su limpieza. También es aconsejable disponer de otra para practicar los cortes de las vísceras. – Equipo de dictado accionado por pedal. – Equipo fotográfico. – Equipo de rayos X. – Campana extractora para eliminación de olores desagradables. – Congelador. – Sierra. – Balanza. – Microscopio de disección. – Depósito de formol. – Caja de instrumental. – Pila con agua. – Estantes.

3.4.1. Material e instrumental indispensable en una sala de autopsia El material requerido para llevar a cabo una autopsia completa es muy variado. Nos limitaremos a una enumeración del material básico. Dentro del material inicial de una autopsia común, debemos disponer de: 1. Instrumentos para seccionar partes blandas y cartílagos: – Cuchillos: grandes y pequeños, condrótomos, cerebrótomos, mielótomos, escalpelos, etc. – Tijeras: grandes y pequeñas, para bronquios, vasos y conductos, abotonados, especiales para corazón, intestinos (enterótomo), etc. 2. Instrumentos necesarios para la sección de huesos: costótomo, legras, sierras (de arco, de hilo, de cadena, eléctrica), escoplos (recto, en T, en bayoneta), martillos, pinzas de huesos, etc.

Sierra para material óseo

3. Instrumentos de prensa: pinzas de disección, de dientes de ratón, de forcipresión, clamps o enteróstatos, erinas, etc.

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4. Instrumentos de medición: regla graduada, doble decímetro, compás de espesor, cono para la medición de los orificios valvulares cardíacos, cucharones, copas graduadas, balanza.

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

5. Medios de sutura: agujas rectas y curvas, hilo. 6. Instrumentos accesorios: navaja barbera, sonda acanalada, estilete, lente de aumentos, zócalos de madera, bocales y frascos para recoger vísceras, portaobjetos, asas de platino, tubos de ensayo estériles, medios de cultivo. 7. Medios de reproducción gráfica: equipo fotográfico y de vídeo. 8. Bisturí o un cuchillo corto; utilizado para la incisión de la piel y apertura de cavidades.

9. Tijeras de disección: – Con las dos puntas romas que permitirán hacer disecciones sin dañar ningún órgano. – Con una punta roma y una aguda. 10. Enterótomo: tijera especial que se utiliza para apertura de intestinos, estómago o tráquea. Para cortar con el enterótomo, se mete por el orificio por el que salga luz la punta redondeada y con el filo de la punta aguda corta. Este instrumento se utiliza para no dañar las paredes de los órganos. 11. Sonda metálica: su diámetro oscila entre 1 y 4 mm de diámetro. Sirve para explorar el conducto de la uretra, el conducto cístico, las arterias coronarias y el útero. 12. Costótomo: es una especie de tijera muy grande que corta los cartílagos costales. Sus dos puntas son agudas. 13. Sistema de aumento (lupas estáticas, lentes de dentista, microscopio de disección, etc.). A todos estos materiales imprescindibles deben añadirse utensilios de limpieza (gasas, esponjas, etc.), jeringas y agujas estériles para extracción de líquidos para cultivo, material portaagujas de sutura, recipientes de distintos tamaño para depositar los órganos y diferentes líquidos de fijación según las necesidades.

3.4.2. Ropa protectora – Gorro que cubra completamente el pelo. – Gafas protectoras con visor. – Mascarilla quirúrgica.

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– Camisa o bata quirúrgica. – Pantalones de quirófano. – Botas de agua o zuecos de goma. – Protectores de plástico para los brazos. – Bata larga. – Delantal impermeable largo. – Guantes de látex, con buen refuerzo en la mano no dominante (izquierda o derecha; zurda). Todo, salvo botas y gafas, debe desecharse o lavarse adecuadamente después de la autopsia. Botas: se introducen en baño desinfectante al acabar la autopsia en recipiente situado entre los baños y la zona de disección.

4. Medidas de prevención en la sala de autopsias y tanatorios El trabajo del Celador en la sala de autopsias conlleva una serie de actuaciones y trabajos con diferente instrumentación cortante, lo que hace que sea necesario el conocimiento preciso de las medidas profilácticas a llevar a cabo. 1. Guantes – Se recomienda el uso de guantes de látex y desechables. – Éstos son la protección de barrera más importante en este servicio. – Los guantes se deben usar siempre que: *

Se vaya a tocar directamente sangre y fluidos corporales así como en el manejo o limpieza de los instrumentos.

*

Manipulen objetos que se retiren del cuerpo catéteres, sondas, etc., es decir, cualquier objeto utilizado en procedimientos invasivos.

*

Cuando el Celador tenga heridas o cortes en las manos, ya que constituirían una puerta de entrada de gérmenes.

Si durante el trabajo los guantes se deterioran o se rompen el Celador se lavará inmediatamente las manos y se colocará un par nuevo. 2. Batas

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Las batas que se suelen usar son desechables, es decir, de un solo uso. Con la correcta colocación de las batas se impide que existan salpicaduras de sangre que alcancen al tronco o a las extremidades.

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

Las batas actuales son perfectamente impermeables por lo que la seguridad es mucho mayor. 3. Mascarillas y gafas Las mascarillas y las gafas, al igual que las batas, se utilizan para prevenir las salpicaduras de los fluidos corporales. Asimismo existen enfermedades que se transmiten por las vías respiratorias (tuberculosis, etc.). Ante estas situaciones se recomienda el uso de mascarillas de alta resolución para evitar el contagio. 4. Lavado de manos El procedimiento del lavado ordinario de manos es uno de los pilares básicos para evitar la contaminación a través de microorganismos.

5. Pasos a seguir ante una exposición accidental con fluidos corporales Aunque se utilicen perfectamente los medios de protección pueden existir situaciones en las cuales exista una exposición accidental con sangre u otros líquidos corporales. En estos casos la manera de proceder es: – En caso de pinchazo o cortes: *

Retirar el objeto punzante.

*

Limpiar la herida con abundante agua y dejar que la sangre fluya durante 2 o 3 minutos.

*

Utilizar algún antiséptico y cubrir con un apósito.

*

Comunicación del incidente al Servicio de Medicina Preventiva del hospital.

– Si la piel no ha sufrido ninguna lesión o herida en la solución de continuidad, se procederá al lavado de manos con agua y jabón. Si la sangre entra en contacto con las mucosas se lavará inmediatamente con agua. 6. Actuación sobre las instalaciones y limpieza de grandes superficies Entre los desinfectantes más comúnmente utilizados se encuentran: – Agua oxigenada o peróxido de hidrógeno. Se trata de un antiséptico catalogado como débil. Su mecanismo de acción consiste en aportar oxígeno a los tejidos. Es empleada para la limpieza de heridas y para facilitar la retirada de apósitos. – Yodo. Este sí está catalogado como un desinfectante potente (el que más sobre piel no lesionada) y de acción rápida, pero presenta el inconveniente de que es muy neutralizable.

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– Fenoles. El fenol puro no se usa ya como antiséptico, lo que se emplean son sus derivados. El más utilizado de todos ellos es el hexaclorofeno. Se emplea sobre todo en el lavado quirúrgico. – Biguanidas. La forma de utilización más conocida es la Clorhexidina (Hibitane®, AlcoAloe©). Esta última se puede emplear en solución acuosa o en solución alcohólica al 0,5-1-2%. Se usa para el lavado quirúrgico y para la desinfección de objetos pequeños, sobre todo de caucho y polietileno.

– Compuestos clorados. Dichos compuestos presentan la propiedad de que, cuando son disueltos en agua, ejercen sobre el lugar donde han sido empleados una triple acción: desinfectante, decolorante y desodorante. En la actualidad son los más empleados para la desinfección de suelos y superficies en la sala de autopsias. Un referente claro de este grupo lo componen las lejías (hipoclorito sódico). – Detergentes. Son utilizados para la limpieza de superficies y de instrumental quirúrgico, pero como desinfectantes son unas sustancias débiles, por lo que generalmente van asociados a otro tipo de sustancia para así poseer una mayor capacidad como desinfectante. Además de desinfectar ejercen también un efecto desodorante sobre la piel. – Formol. Empleado en la desinfección de instrumentos y excretas y como preservador para el mantenimiento de cadáveres o restos de los mismos. Las piezas extraídas durante una necropsia se guardarán en recipientes con formol. Presenta como gran inconveniente que es cancerígeno. – Alcoholes. Están catalogados dentro del grupo de los desinfectantes de bajo poder. Están en desuso, aunque todavía se siguen empleando para la desinfección de pequeñas zonas cutáneas, como ocurre cuando se va administrar una inyección por vía intramuscular o endovenosa, cuando se va a extraer sangre, etc. Es también utilizado en el laboratorio por su capacidad de fijación. A su vez es muy importante la utilización de correctos sistemas de iluminación, ventilación y tomas de agua corriente. La mesa de autopsia debe ser de acero inoxidable para poder llevar a cabo una buena desinfección. 7. Instrumental El instrumental, siempre que se pueda, será desechable y, en caso de que no lo sea, se procederá de la siguiente forma: – Utilizar guantes para su limpieza. 290

– El material se lavará previamente antes de enviarlo al departamento de esterilización.

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

– Aclarar con abundante agua corriente. – Envío al departamento de esterilización.

8. Levantamiento de carga Las lumbalgias suelen ser problemas habituales en personas que levantan cargas. El trabajo en los servicios de tanatorios y autopsia se desarrolla en parte manipulando cadáveres, por lo que las técnicas correctas de manipulación deben ser conocidas.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Funciones del Celador en la sala de autopsias, funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, limpieza de la mesa de autopsias, funciones del jefe de personal subalterno en relación a los pacientes fallecidos (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Funciones del Celador en la sala de autopsias, traslado del cadáver al mortuorio, información de la autopsia a familiares, concepto de tanatopsia, riesgos en las autopsias, indicaciones de la autopsia, limpieza de la sala de autopsias (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2 Funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, traslado de un enfermo fallecido, limpieza de la sala de autopsias y de la mesa, funciones del Celador en las autopsias (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Concepto de autopsia clínica, traslado del cadáver al mortuorio, funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, funciones del jefe de personal subalterno en relación a los pacientes fallecidos (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Concepto de autopsia medico-forense, características del formol, riesgos de la sala de autopsias (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Dimensiones de la sala de autopsias, funciones del Celador en la sala de autopsias, traslado de un enfermo fallecido (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Información a los familiares sobre las autopsias, archivo de las biopsias, funciones del Celador en las autopsias, funciones del Celador después de las autopsias (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Funciones del Celador en las autopsias, funciones del Celador después de las autopsias, concepto de cuidados postmortem, medidas preventivas en la sala de autopsias, posición de la persona fallecida (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Tiempo mínimo para introducir al fallecido en una cámara frigorífica, material de relleno de huecos después de una autopsia, funciones del Celador en las autopsias, posición de la persona fallecida, funciones del Celador en las autopsias, concepto de amortajamiento (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, concepto de tanatopraxia, concepto de livor mortis, prevención de riesgo en la sala de autopsias, concepto de autopsia medico-forense, traslado del cadáver al mortuorio (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).

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2 Concepto de mortaja, información a la familia del fallecido, posición de la persona fallecida, concepto de livor mortis, desinfectante más común utilizado en las autopsias, concepto de autopsias, cerramiento del cadáver después de una autopsia, certificación de la muerte, preparación del cadáver, funciones del Celador en las autopsias, conservación de las piezas anatómicas, indicaciones de la autopsia, concepto de tanatopraxia, funciones del Celador en las autopsias (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).

CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\

2 Funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, responsable del traslado del cadáver al mortuorio, funciones del Celador después de las autopsias (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, concepto etimológico de necropsia, posición del cadáver en una autopsia raquídea, concepto de enterótomo (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 2Funciones de los Celadores con los pacientes fallecidos (4), control sanitario de los cementerios y la sanidad mortuoria, funciones del Jefe de Personal Subalterno con los familiares de los pacientes fallecidos, funciones del Celador de autopsias (2) (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. Actuación del Celador en el servicio de farmacia hospitalaria 2. Actuación del Celador en el almacén

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Actuación del Celador en el servicio de farmacia y almacén

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1. Actuación del Celador en el servicio de farmacia hospitalaria 1.1. El servicio de farmacia hospitalaria La custodia, conservación y dispensación de medicamentos de uso humano corresponderá exclusivamente: a) A las oficinas de farmacia abiertas al público, legalmente autorizadas. b) A los servicios de farmacia de los hospitales, de los centros de salud y de las estructuras de Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud para su aplicación dentro de dichas instituciones o para los medicamentos que exijan una particular vigilancia, supervisión y control del equipo multidisciplinar de atención a la salud. En la mayoría de los Hospitales existe un Servicio de Farmacia que dependerá de la Dirección Médica. En un Hospital la farmacia es un servicio centralizado (servicio central) al que tienen acceso todas las unidades hospitalarias. En un Servicio de farmacia hospitalario prestan servicio los siguientes profesionales: farmacéuticos, FIR (Farmacéutico Interno Residente), DUE, auxiliares de enfermería, auxiliares administrativos, y Celadores. El servicio estará bajo la dirección de un farmacéutico. La Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios establece que la administración sanitaria del Estado es el organismo competente para valorar la idoneidad sanitaria de los medicamentos y demás productos y artículos sanitarios y que los hospitales deberán disponer de servicios o unidades de farmacia hospitalaria con arreglo a las condiciones mínimas establecidas por esta Ley. Los hospitales del más alto nivel y aquellos otros que se determinen deberán disponer de servicios o unidades de Farmacología Clínica. – Los servicios de farmacia hospitalaria estarán bajo la titularidad y responsabilidad de un farmacéutico especialista en farmacia hospitalaria. – Las Administraciones sanitarias con competencias en ordenación farmacéutica realizarán tal función en la farmacia hospitalaria manteniendo los siguientes criterios: a) Fijación de requerimientos para su buen funcionamiento, acorde con las funciones establecidas. b) Que las actuaciones se presten con la presencia y actuación profesional del o de los farmacéuticos necesarios para una correcta asistencia. c) Los farmacéuticos de las farmacias hospitalarias deberán haber cursado los estudios de la especialidad correspondiente. 296

CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\

– Los hospitales que no cuenten con servicios farmacéuticos deberán solicitar de las Comunidades Autónomas autorización para, en su caso, mantener un depósito de medicamentos bajo la supervisión y control de un farmacéutico. Las condiciones, requisitos y normas de funcionamiento de tales depósitos serán determinados por la autoridad sanitaria competente.

1.2. Definiciones – Medicamento de uso humano: toda sustancia o combinación de sustancias que se presente como poseedora de propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades en seres humanos o que pueda usarse en seres humanos o administrarse a seres humanos con el fin de restaurar, corregir o modificar las funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica, inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico médico. – Medicamento de uso veterinario: toda sustancia o combinación de sustancias que se presente como poseedora de propiedades curativas o preventivas con respecto a las enfermedades animales o que pueda administrarse al animal con el fin de restablecer, corregir o modificar sus funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica, inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico veterinario. También se considerarán «medicamentos veterinarios» las «premezclas para piensos medicamentosos» elaboradas para ser incorporadas a un pienso. – Medicamentos de origen humano: se considerarán medicamentos los derivados de la sangre, del plasma y el resto de sustancias de origen humano (fluidos, glándulas, excreciones, secreciones, tejidos y cualesquiera otras sustancias), así como sus correspondientes derivados, cuando se utilicen con finalidad terapéutica.

– Medicamento de terapia génica, el producto obtenido mediante un conjunto de procesos de fabricación destinados a transferir, in vivo o ex vivo, un gen profiláctico, de diagnóstico o terapéutico, tal como un fragmento de ácido nucleico, a células humanas/animales y su posterior expresión in vivo. – Principio activo: toda materia, cualquiera que sea su origen (humano, animal, vegetal, químico o de otro tipo) a la que se atribuye una actividad apropiada para constituir un medicamento. – Excipiente: aquella materia que, incluida en las formas galénicas, se añade a los principios activos o a sus asociaciones para servirles de vehículo, posibilitar su preparación y estabilidad, modificar sus propiedades organolépticas o determinar las propiedades físico-químicas del medicamento y su biodisponibilidad.

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– Materia prima: toda sustancia (activa o inactiva) empleada en la fabricación de un medicamento, ya permanezca inalterada, se modifique o desaparezca en el transcurso del proceso. – Forma galénica o forma farmacéutica: la disposición a que se adaptan los principios activos y excipientes para constituir un medicamento. Se define por la combinación de la forma en la que el producto farmacéutico es presentado por el fabricante y la forma en la que es administrada (jarabes, supositorios, comprimidos, inyectables, pomadas, etc.). – Medicamento genérico: todo medicamento que tenga la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos y la misma forma farmacéutica, y cuya bioequivalencia con el medicamento de referencia haya sido demostrada por estudios adecuados de biodisponibilidad. – Producto intermedio: el destinado a una posterior transformación industrial por un fabricante autorizado. – Fórmula magistral: el medicamento destinado a un paciente individualizado, preparado por un farmacéutico, o bajo su dirección, para cumplimentar expresamente una prescripción facultativa detallada de los principios activos que incluye, según las normas de correcta elaboración y control de calidad establecidas al efecto, dispensado en oficina de farmacia o servicio farmacéutico. – Medicamento en investigación: forma farmacéutica de un principio activo o placebo, que se investiga o se utiliza como referencia en un ensayo clínico. – Medicamento homeopático, de uso humano o veterinario, es el obtenido a partir de sustancias denominadas cepas homeopáticas con arreglo a un procedimiento de fabricación homeopático descrito en la Farmacopea Europea o en la Real Farmacopea Española o, en su defecto, en una farmacopea utilizada de forma oficial en un país de la Unión Europea. – Medicamentos biológicos, llamados así porque son sustancias producidas por un organismo vivo mediante técnicas de biotecnología. Ejemplos de estos compuestos son las vacunas, inmunosueros, antígenos, etc. – Producto de higiene personal: sustancias o preparados que, sin tener la consideración legal de medicamentos, productos sanitarios, cosméticos o biocidas, están destinados a ser aplicados sobre la piel, dientes o mucosas del cuerpo humano con finalidad de higiene o de estética, o para neutralizar o eliminar ectoparásitos. – Radiofármaco: cualquier producto que, cuando esté preparado para su uso con finalidad terapéutica o diagnóstica, contenga uno o más radionucleidos (isótopos radiactivos). – Farmacovigilancia: es la actividad de salud pública que tiene por objetivo la identificación, cuantificación, evaluación y prevención de los riesgos del uso de los medicamentos una vez comercializados, permitiendo así el seguimiento de los posibles efectos adversos de los medicamentos. 298

CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\

– La Real Farmacopea Española: es el código que establece la calidad que deben cumplir los principios activos y excipientes que entran en la composición de los medicamentos de uso humano y veterinario. Se actualizará y publicará periódicamente. – Preparado o fórmula oficinal: es aquel medicamento elaborado y garantizado por un farmacéutico o bajo su dirección, dispensado en una oficina de farmacia o servicio farmacéutico, enumerado y descrito por el Formulario.

1.3. Objetivos y actividades en el servicio de farmacia Los objetivos que debe cumplir el servicio de farmacia son: – Conseguir que cada paciente reciba la terapéutica medicamentosa adecuada a sus necesidades, para ello debe aconsejar en la elección de la dosis apropiada, frecuencia de administración, duración del tratamiento, etc. – Control mediante la Farmacovigilancia (estudio de los efectos beneficiosos y nocivos por el uso de medicamentos). Estos estudios permiten prevenir o disminuir las reacciones adversas que pueden ser producidas por una selección equivocada del medicamento prescrito, utilización de dosis inadecuadas, sobredosificación, etc. – La coordinación con otros profesionales implicados en la asistencia sanitaria. El farmacéutico debe tener relación con otros profesionales como: dietistas, personal de radiología, personal de los distintos laboratorios, etc. – Informar permanentemente sobre los avances farmacéuticos y sobre los medicamentos para mejorar la práctica profesional. – Realizar investigación para mejorar la terapéutica medicamentosa y evaluar los resultados para corregir posibles deficiencias. Las actividades que se realizan en un servicio de farmacia son: – Control y dispensación de estupefacientes y psicotropos. – Preparación y dispensación de: fórmulas magistrales, soluciones desinfectantes y antisépticas, nutriciones enterales, nutriciones parenterales, citostáticos, etc. – Control y dispensación de medicamentos extranjeros. – Control de los botiquines existentes en las Unidades de hospitalización y demás Servicios del Hospital.

Botiquín existente en una unidad de hospitalización

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– Propuesta de adquisición de determinados medicamentos, material de curas o productos. – Envasados y reenvasados en dosis individuales de los medicamentos sólidos y líquidos orales. – Establecimiento de sistemas de información para control de consumos, gastos y costos. – En general, adquisición, clasificación, conservación, control y dispensación de medicamentos y demás productos de uso farmacológico.

1.4. Áreas que forman el servicio de farmacia El servicio de farmacia consta de las siguientes áreas: 1. Área de almacenamiento y conservación de medicamentos En ella se almacenan y conservan los medicamentos según sus características para cubrir las demandas del centro. En esta área podemos distinguir entre la zona de estanterías donde los medicamentos suelen estar ordenados por orden alfabético o grupos terapéuticos y la zona donde permanecen determinados medicamentos como los sueros (empleados en fluidoterapia) que por sus características especiales (peso, volumen, etc.) requieren de lugares específicos adecuados para su almacenaje y conservación.

Hay determinados medicamentos que precisan unas condiciones de almacenamiento especiales como son: – Los termolábiles (sensibles al calor) se guardan en camas frigoríficas. – Los estupefacientes y psicotrópicos se guardan en armarios de seguridad, al que sólo los farmacéuticos tienen acceso. – Los fotosensibles se guardan en lugares específicos para ellos. 2. Área de dispensación farmacológica

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Es la zona donde se dispensan los medicamentos solicitados en los formularios. Es frecuente que en las diferentes unidades de los centros sanitarios existan pequeños almacenes de fármacos para atender las situaciones imprevistas. En esta área el personal de enfermería dispensa los medicamentos una vez que ha sido autorizado por el médico.

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Los pedidos de estupefacientes (regulados internacionalmente por la Convención Única de 1961 de la ONU, sobre Estupefacientes, enmendada por protocolo de 25 de mayo de 1972) y psicotrópicos (regulados internacionalmente por el Convenio Internacional sobre sustancias psicotrópicas de Viena de 1971), se efectúan en impresos o recetas especiales (vales de estupefacientes) la dispensación y retirada de esta medicación suele estar controlada. Los pedidos deben ser revisados antes de su entrega, comprobando los medicamentos servidos, la dosis y sus formas de presentación. 3. Área de farmacotecnia En esta zona se preparan dosis especiales de ciertos medicamentos según las pautas establecidas por la comisión de farmacia. La preparación y manipulación de estos fármacos ha de realizarse en condiciones de higiene y asepsia para evitar riesgos sanitarios. En esta zona también se preparan fórmulas magistrales, para lo cual el servicio de farmacia cuenta con un laboratorio equipado con el material preciso. Las fórmulas magistrales son preparados no normalizados que un médico solicita para una circunstancia especial que sufre el paciente. 4. Área de nutrición artificial Es la zona destinada a la preparación de las soluciones de nutrición artificial enteral o parenteral, para cubrir el aporte de nutrientes en aquellos pacientes que por su patología lo requieran. Nutrición enteral: es la administración de sustancias nutritivas a través de una sonda que estará alojada en el tubo digestivo. Normalmente se aplica a través de una sonda nasogástrica. Nutrición parenteral: es una técnica que se realiza cuando no es posible una adecuada alimentación por vía oral o por sonda. Consiste en aportar por vía endovenosa todos los constituyentes de una dieta completa como son agua, hidratos de carbono, líquidos, electrolitos, vitaminas, aminoácidos y oligoelementos. La preparación de la nutrición parenteral se realiza en una zona estéril bajo cabinas de flujo laminar garantizando la composición, esterilidad y la estabilidad del preparado.

Cabina de flujo laminar

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5. Áreas de citostáticos Los citostáticos son sustancias farmacológicas que impiden o retardan la división celular. Se utilizan en el tratamiento contra el cáncer. En el área de preparación de medicamentos citostáticos se preparan medicamentos cuya manipulación inadecuada puede ser peligrosa para la salud. El manejo de este tipo de preparados debe garantizar su composición, estabilidad y la seguridad del manipulador y del medio ambiente. Esta área dispone de una zona estéril donde existe una campana de flujo laminar vertical de alta seguridad biológica con salida de aire filtrado al exterior. En ella se realiza la dosificación y preparación de medicamentos citostáticos. Esta zona debe reunir una serie de características mínimas, tales como: – Área o zona aislada físicamente del resto del servicio en la que no se realicen otras operaciones. – Sin recirculación de aire ni aire acondicionado ambiental. – Habitación separada con presión negativa. – Campana de flujo laminar vertical. – Acceso limitado solamente al personal autorizado. – El suelo del recinto donde se encuentra ubicada la cabina no se barrerá y se limpiará con una fregona de uso exclusivo y lejía. Protección del manipulador. El personal responsable de la preparación de mezclas de citostáticos deberá usar el siguiente equipo de protección individual: guantes, bata, mascarilla, gafas y gorro. Transporte de productos citostáticos en el hospital. Los Celadores efectúan el traslado de los citostáticos desde el Servicio de Farmacia hasta la unidad peticionaria (normalmente Hospital de Día o Plantas de Oncología). Para dicho traslado se deben usar contenedores específicos que deben reunir las siguientes características: – Resistencia al transporte. – Contener exclusivamente productos citostáticos. – Etiquetado adecuado. En el exterior del paquete se debe hacer constar la naturaleza del contenido y paciente destinatario. – Aislante térmico para el necesario mantenimiento de la temperatura. Tratamiento de contaminaciones accidentales. En las zonas donde se manipulen este tipo de medicamentos deben existir procedimientos escritos de actuación para saber en todo momento cómo se debe actuar ante una contaminación accidental. Si el agente citostático contacta directamente con la piel de la persona que lo manipula, se lavará inmediatamente la zona afectada con agua y jabón, durante unos 10 minutos. Si la piel se encontrara irritada, deberá ser examinada por un especialista.

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Si el agente citostático salpica los ojos se enjuagará el ojo afectado con agua o solución isotónica durante al menos 15 minutos y luego acudir al especialista (oftalmólogo).

CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\

Se debe aplicar el antídoto específico según el agente citostático. Los derrames accidentales se pueden producir en cualquier proceso en que esté presente un medicamento citostático (almacenamiento, preparación, transporte y/o administración), por lo que deberán estar previstos los procedimientos y materiales necesarios para realizar la recogida.

1.5. Métodos de distribución y control de medicamentos: método tradicional de distribución y unidosis La dispensación de los medicamentos y demás productos de la farmacia se hará: – Por el método tradicional (por stocks), a las unidades de hospitalización y demás servicios. – Por el método de unidosis (dispensación de medicamentos en dosis única).

1.5.1. Método tradicional de distribución Es el método por el cual se distribuyen cierta clase de medicamentos (sueros, u otros medicamentos, según las necesidades de cada servicio) por stocks que se guardan en los almacenes de farmacia que existen en los distintos servicios o unidades del centro. Los pedidos son realizados por la supervisora de planta y el almacenaje se debe realizar en condiciones óptimas de limpieza y conservación, donde se debe tener en cuenta la fecha de caducidad de cada producto almacenado. Es un método en desuso porque conlleva una serie de inconvenientes entre los que podemos mencionar: – Existe un mayor riesgo de contaminación e invalidez del medicamento provocado por una manipulación inadecuada o por las malas condiciones ambientales. – Exigen más tiempo por parte del personal de enfermería en la preparación de las dosis.

1.5.2. La unidosis En la actualidad en los hospitales el suministro de medicamentos desde el Servicio de Farmacia se realiza mediante la fórmula o método de “unidosis” o dosis única, es decir, en envases individualizados por paciente (dispensación individualizada de medicamentos). Los medicamentos que han de ser administrados a éstos son solicitados desde las diferentes unidades hospitalarias por los supervisores o por los enfermeros a la Farmacia, mediante el correspondiente documento (orden médica) firmada por el médico correspondiente especificando la medicación diaria por paciente que se ha de suministrar. En el Servicio de Farmacia se prepara la medicación individual en su correspondiente bolsa o envase que será trasladada por el Celador hasta el Servicio peticionario.

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Es un sistema más racional en cuanto a la preparación y distribución de los medicamentos. Entre las ventajas de este método para el Sistema Sanitario están: – Conservación del medicamento en mejores condiciones higiénicas. – Las soluciones orales e inyectables se dosifican con mayor precisión logrando un mayor aprovechamiento del medicamento. – La distribución individual por paciente y día aumenta la seguridad y la calidad terapéutica. – Se reduce el tiempo empleado por el personal de enfermería en la preparación de la medicación. – Se evita así la existencia de pequeños almacenes de medicamentos en todas las unidades de hospitalización. – Se controla mejor el gasto farmacéutico. Los envases de las unidosis se identifican con los datos de cada paciente y se trasladan desde la Farmacia hasta cada unidad en un «carro de unidosis» por un Celador. Cada carro contiene los fármacos necesarios para la tarde, noche y mañana del día siguiente, separados mediante unos compartimentos o sistemas de cajetines. El Celador entregará el carro al personal de enfermería que tenga asignados a esos pacientes.

1.6. Funciones del Celador en el almacén de farmacia – Recepción de material: el Celador es el encargado de recepcionar los paquetes, bultos y envases que los proveedores suministran a la farmacia. Para ello debe comprobar mediante cotejo que el material servido coincide con el que figura en los «albaranes de entrega», posteriormente en el caso de que sea correcto lo firma y le da una copia al transportista. En caso de error o no coincidencia no debe recepcionar el material o, en su caso, lo pondrá en conocimiento del responsable de la Farmacia. – Acondicionamiento del material: una vez recepcionado el material el Celador lo entregará al personal sanitario, junto con la copia de albarán para que los servicios administrativos contabilicen la entrada del mismo, al objeto de que lo clasifiquen, ordenen y coloquen en estantes. 304

– Determinados productos, distintos de los medicamentos, son acondicionados directamente por el Celador. Por ejemplo, las garrafas de alcohol, los botes de suero fisiológico, etc.

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– Transporte de material dentro de la farmacia: aparte de entregar los bultos, paquetes y envases de medicamentos y otros productos farmacológicos hasta la zona de clasificación del personal sanitario y de transportar el material que él mismo clasifica y acondiciona, el Celador se encarga del movimiento de los bultos y cajas de gran volumen o peso dentro de la farmacia, cuando así se le requiera. – Distribución de medicación y demás productos galénicos a las unidades del hospital: esta tarea de llevar los pedidos a las unidades destinatarias corresponde en unos Hospitales al Celador de la farmacia y en otros a los Celadores de las distintas unidades (las plantas de hospitalización, las Consultas) que solicitan los medicamentos y otros productos a la farmacia. En todo caso la tarea del Celador consiste en transportar carros con medicamentos o con otros productos (sueros, nutriciones enterales o parenterales, etc.) o carritos de unidosis de medicación, desde la farmacia hasta los puestos de enfermería de las Plantas o de otras unidades, entregando a y recogiendo del personal autorizado (enfermeros/as supervisores) los documentos de comprobación de suministro y entrega de los pedidos. A la vuelta deberá entregar al servicio administrativo de la farmacia dichos documentos debidamente firmados para su control y tramitación.

Envases individuales de un carro unidosis

– Transporte de productos desde otras unidades del hospital hasta la farmacia: determinados productos que puedan recepcionarse en el Almacén General del Hospital, deberán ser transportados hasta la farmacia por el Celador. Igualmente, en el caso de haber más de una farmacia (en los complejos hospitalarios compuestos por varios Hospitales) se desplazará y se encargará del traslado de material entre las mismas. – Dispensación de determinado material: aunque la labor de dispensación corresponde a otro personal, el Celador de la farmacia se encarga, normalmente, de dispensar determinado material que él mismo ha ordenado o acondicionado (botes de suero, alcohol). En caso de que alguien con competencia (por ejemplo un médico de Urgencias) se dirija al Celador solicitándole la entrega de algún medicamento, el Celador se limitará a pasar la comunicación al farmacéutico responsable. Cuando un paciente o un familiar solicite algún medicamento debemos recordar que el Celador no esta autorizado para dárselos ni para administrarlos. – Preparación de alcohol: el alcohol que se utiliza en las unidades del Hospital está «rebajado» porque se mezcla con agua destilada, por ser más conveniente en el uso terapéutico, suministrándose a 70 grados. La tarea de mezclar el alcohol con el agua

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destilada se le suele encomendar al Celador y consiste en verter en un depósito de gran contenido un recipiente de alcohol y otro de agua destilada, siempre del mismo contenido y volumen para que se mantenga la correcta proporción. Ese depósito cuenta con un grifo por el que mana el alcohol rebajado, siendo el mismo Celador de la Farmacia quien se encarga de reponer los recipientes vacíos (garrafas) que llegan desde las unidades del hospital para que se las llenen de alcohol. Igualmente le corresponden las tareas de traslado interno de las garrafas, así como llevar hasta la farmacia (habitualmente desde el laboratorio) los recipientes con agua destilada. – Controles e inventarios: el Celador de farmacia debe realizar los recuentos periódicos del material del que sea responsable al objeto de comprobar las existencias reales de los productos almacenados en la farmacia. Igualmente colaborará en el recuento que se lleve a cabo con ocasión del Inventario general que anualmente o con otra periodicidad se realice en la farmacia con el mismo objeto de conocer la existencia real del material almacenado.

2. Actuación del Celador en el almacén 2.1. Los suministros La actividad de suministro hace referencia al conjunto de tareas que tienen como finalidad aprovisionar de materiales al almacén y servicios sanitarios. Esta adscrita a la Dirección de Gestión y Servicios Generales del hospital.

2.1.1. Suministros internos y externos Se conoce como suministro interno aquella tarea encaminada a proveer desde el almacén, a los diversos Servicios o Unidades, del material necesario para poder llevar a cabo la actividad asistencial encomendada. Y el suministro externo tiene como finalidad la de abastecer al almacén, desde los distintos proveedores, de la mercancía destinada al suministro interno y que previamente ha sido solicitada.

2.1.2. El Celador encargado de almacén Su figura viene contemplada en el Acuerdo del Consejo de Ministros de 29/6/90 (aprobado por Resolución de 17 de julio de 1990), que modifica el Real Decreto-Ley 3/87, sobre régimen retributivo del personal estatutario. Las funciones que desarrolla un Celador en el Almacén General del Hospital son: – Recepcionar el suministro mediante cotejo del albaran de entrega. – Cargar y descargar los productos del almacén. Una vez que el transportista ha depositado el material en el muelle de carga, el Celador revisará el albarán comprobando el número de bultos (constituyendo la tarea más importante en esta área del almacén). Posteriormente cargará el material para depositarlo donde proceda. – Informar al responsable del almacén de las entradas diarias de material. 306

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– Vigilar las entradas y salidas del almacén, así como el cierre de puertas de la zona de almacenaje. No permitirá el acceso al almacén a personas no autorizadas. – Dispensar el material que le sea solicitado mediante un vale firmado debidamente por un superior responsable. Es importante comprobar que los vales de pedido están cumplimentados correctamente. – Distribuir los productos en las estanterías. – Distribuir o trasladar desde el almacén a las distintas unidades el mobiliario y aparatos. Tanto las jaulas de transporte como las plataformas para mercancias se enpujará desde atras para movilizarlas, salvo en los casos donde se sale de un ascensor que se procede tirando de ellas y caminando hacia atras.

2.2. Recepción y almacenamiento de mercancías. Organización del almacén 2.2.1. Concepto de almacén El almacén es el lugar físico donde se efectúa la función de almacenaje (estancia provisional de las mercancías en el almacén, implicando colocación, conservación y control de las existencias); este lugar debe ser suficiente y tener sus correspondientes zonas de recepción y control de entradas, de maniobra, de preparación y de salida de artículos.

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La finalidad del almacén es garantizar, mediante la distribución de pedidos, el aprovisionamiento de las distintas Unidades y Servicios en todo momento y a un coste razonable. El objetivo principal del almacenaje es convertir en hábito la organización, el orden y la limpieza en el puesto de trabajo y para conseguir una mayor eficacia. Para que ello sea posible ha de contar con una adecuada estructura y responsabilizar a una persona de garantizar el control y organización de dicho almacén, ésta ha de tener en cuenta el volumen máximo a ocupar por el stock para obtener el módulo de almacenaje adecuado a cada producto, las características de éstos y el movimiento de entradas y salidas para evitar que los artículos queden obsoletos.

2.2.2. Importancia del control de almacenes Uno de los elementos principales para el óptimo funcionamiento de un almacén es el establecimiento de un buen sistema de control. El almacén es un elemento vivo e influyente en la actividad de un centro sanitario, por ello, el lograr un control preciso del mismo, se hace una tarea importantísima para el desarrollo de toda actividad. Para poder controlar las existencias de un almacén, de una forma precisa, se necesita conocer no sólo el número de entradas y salidas de las mercancías, sino también y muy importante, desde el punto de vista logístico, de la ubicación de las mercancías en el interior del almacén y de la disponibilidad de espacios en el mismo.

2.2.3. Criterios de ordenación Los criterios de ordenación del material serán los más convenientes a los flujos de entradas y salidas, tamaño de los productos, accesibilidad, caducidad, uso clínico, etc. La clasificación de Pareto ordena los artículos en clases “A”, “B” y “C”. Los artículos del tipo “A” serían aquellos que más se utilizan y, por tanto, se guardarán en los lugares más próximos y de fácil acceso, los de clase “B” tendrían un consumo intermedio y los de clase “C” serían aquellos que se consumen menos y, como es lógico, tendrían una sustitución o rotación más lenta y se almacenarían en los lugares menos accesibles del almacén. El control de las existencias en el almacén se realiza a través de inventarios. Por inventario se entiende el conjunto de operaciones que se llevan a cabo para conocer las cantidades existentes en el almacén de cada producto en un momento determinado. En su elaboración se tendrán en cuenta únicamente los artículos en stock. Podemos distinguir varios tipos de inventarios: – El inventario tradicional consiste en el recuento de los artículos del almacén, para lo cual éste debe estar cerrado y todas las operaciones de entrada y salida de artículos debidamente interrumpidas. Normalmente se realiza una vez al año, generalmente al final del año natural. – El inventario rotativo requiere un recuento sistemático de las existencias durante todo el ejercicio con el fin de determinar el número de veces que se consume y se repone la mercancía a lo largo del año (rotación). Es de utilidad en este tipo de inventario la clasificación “A”, “B”, “C”, pues el recuento sistemático se puede hacer por grupos. 308

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Las diferencias de inventario son las que se producen entre los stocks teórico y real. El control de las entradas y salidas permite determinar el stock teórico de un artículo, cuando éste no coincide con el recuento de dichos artículos se produce la diferencia. Estas diferencias reflejan las pérdidas que se producen a consecuencia de errores administrativos, roturas o robos. Tiene gran importancia para medir la eficacia en el control del almacén. Una vez realizado el recuento físico de existencias es necesario proceder a su valoración económica, para ello se utilizan distintos criterios de valoración. El criterio de valoración de mercancías FIFO (first in, first out) considera que las unidades que salen del almacén son las más antiguas, según el criterio de renovación de artículos “primero en entrar, primero en salir”. Por el contrario el método LIFO, contempla que la valoración de las salidas del almacén se hace teniendo en cuenta que la primera unidad que sale es la que entró la última.

2.2.4. Fases en la tarea de suministro La tarea de suministro consta, a nivel general, de las siguientes fases: previsión de aprovisionamientos, planificación de adquisiciones, procedimiento administrativo de contratación, petición de material, recepción/revisión de mercancías, guardado de la mercancía, mapa de almacén, gestión de stock, reaprovisionamiento y control económico.

2.2.4.1. Previsión de aprovisionamientos Como su nombre indica, consiste en prever las necesidades de materiales de todo tipo que tenga la Institución Sanitaria. Es el necesario primer paso en el proceso de adquisición de los suministros. Esta actividad, al igual que las demás, está directamente relacionada con las prestaciones de la institución de que se trate y está encaminada a que éstas sean posibles mediante el estudio de los medios necesarios para ello.

2.2.4.2. Planificación de adquisiciones Como tarea intermedia, entre la previsión de aprovisionamientos y el procedimiento administrativo de contratación, está la planificación de adquisiciones, la cual hace referencia a una necesaria adecuación, de los medios con que es posible contar, a los servicios que han de prestar las Instituciones.

2.2.4.3. Procedimiento administrativo de contratación Es el procedimiento mediante el cual se adquieren determinados productos o servicios. Dicho procedimiento ha de respetar las normas de contratación administrativa establecidas en la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público. 309

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2.2.4.4. Petición de Material Una vez gestionada la compra, se procede a la petición del material por la sección administrativa de suministros.

2.2.4.5. Recepción/revisión de mercancías La primera tarea de la unidad de suministros, nada más recibir un pedido, es registrarlo. La recepción de las mercancías se divide en tres apartados básicos: 1.º Recepción simple de la mercancía. 2.º Revisión de la mercancía. 3.º Control de calidad. Cada una de estas fases ha de estar debidamente controlada, incluyendo la posibilidad de toma de los siguientes datos: 1.º A la recepción de la mercancía: – Control de pedidos: número de pedido, nombre y/o código del proveedor, pedidos pendientes, cantidades entregadas, precio unitario de la mercancía, número de albarán, importe total del albarán, etc. – Control de bultos: datos relativos al número de bultos, cantidad de bultos, número de unidades por bulto, peso del mismo, etc. – Transportista: indicación del nombre del transportista, matrícula del camión en el caso de cargas completas, nombre del conductor si fuera preciso, etc. 2.º Para la revisión de la mercancía: – Control por unidades: cuenteo de unidades. – Control de lotes: recuento del número de lotes, número de unidades por lote. 310

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– Devolución al proveedor: incluyendo la confección del albarán de los productos rechazados. – Etiquetado de mercancía: incluyendo referencia, precio unitario, si es el caso, etc. 3.º Para el control de calidad – Dictamen: informe emitido por el recepcionista sobre el estado de la mercancía a su recepción. – Devolución al proveedor: entrada del dato referente a la cantidad y referencia de los materiales devueltos por defectuosos y/o no correspondientes. – Entrada a rotos: dato referente a aquellos artículos que se admiten temporal o definitivamente bajo la indicación de rotos y que serán repuestos o reparados por el proveedor. Finalmente, el Celador almacenero notificará la recepción a la unidad administrativa correspondiente.

2.2.4.6. Guardado de la mercancía Con posterioridad a la recepción ha de procederse al almacenamiento de la mercancía. Éste ha de llevarse a cabo siguiendo criterios de clasificación que faciliten la localización cuando los productos sean solicitados, los flujos de entradas y salidas, que vengan ordenados por el tamaño de los productos, accesibilidad, caducidad, uso clínico, etc. Normalmente a todos los productos se les asigna un código que servirá para facilitar esta labor. Dicha disposición debe evitar la acumulación innecesaria de éstos, para una mejor racionalización del gasto. Dependiendo de las dimensiones del almacén y del volumen y peso de las mercancías, el guardado de las mismas deberá reunir una serie de características propias, tales como: – Posibilidad de formar palets de manera automática o manual. – Debe permitir el uso de diferentes tecnologías. – Debe permitir la posibilidad de mezclar la mercancía procedente de distintos albaranes en un mismo palet. – Control de artículos de peso variable. – Posibilidad de guardado parcial. – Control de palets creados en el almacén o procedentes del exterior. – Búsqueda de huecos en distintos momentos y de manera automática y/o manual. – Búsqueda de huecos por referencia o por palet. – Posibilidad de mezcla de artículos en un hueco. – Asignación de distintas técnicas de guardado, por zonas, por grupos, por palet, por proximidad a un pasillo, etc. – Información en tiempo real de palets pendientes de guardar y estado de la mercancía disponible.

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2.2.4.7. Mapa de almacén La definición del mapa del almacén pasa por una necesaria clasificación de zonas, a saber: – Recepción/revisión. – Pulmón de entrada. – Zona de estanterías de almacenaje/preparación. – Zona de apilado en bloque. – Zona de preparación exclusiva. – Zona de «drive-in». – Zona de rotos. – Zona de expediciones. – Pulmón de salida.

2.2.4.8. Gestión de stock La gestión de stock, es, quizás, la labor más importante de todo el sistema, ya que el buen o mal funcionamiento del mismo significará o no la disponibilidad de un stock físico fiable y de los controles que lo garanticen. Deberá garantizar la plena integridad referencial, es decir, la posibilidad de comunicación de cualquier actualización del stock en tiempo real. Al mismo tiempo, deberá disponer de la posibilidad de efectuar un cierre de inventario a voluntad del usuario y de obtener históricos de movimiento del stock. Es básico este control de las existencias de cada artículo para evitar situaciones de desabastecimiento que darían lugar al incumplimiento de la labor asistencial encomendada a la Institución. Para evitar esto se debe tener siempre un determinado stock de cada artículo que variará en función del uso de éstos. Así, las existencias de jeringuillas desechables, por ejemplo, será siempre mayor que la de sondas nasogástricas. Asimismo se debe llevar un control de los artículos que consume cada servicio o unidad para evitar consumos indebidos.

2.2.4.9. Reaprovisionamiento y movimientos internos El control del almacén debe de incluir, lógicamente, no solamente el control de los movimientos de entrada y/o salida, («movimientos externos»), sino también el de los movimientos de reaprovisionamiento y/o colocación/descolocación («movimientos internos»). 312

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2.2.4.10. Control económico Esta función corresponde a la Unidad de Intervención, que puede existir en cada hospital, y su objetivo es cuidar de que se cumplen las previsiones establecidas en los Presupuestos y las normas de contratación establecidas en la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas.

2.3. Tipos de almacenes Según el tipo de Institución de que se trate, pueden existir almacenes generales para todos los centros integrantes de un hospital, área hospitalaria o zona básica de salud, o un almacén por cada edificio. También puede haber almacenes según el tipo de material de que se trate. Según este último criterio se originarían tres tipos de almacenes: – Almacenes de materiales de uso relacionado directamente con los enfermos: *

Almacén de farmacia.

*

Almacén de material clínico fungible. En el almacén hospitalario se pueden clasificar los materiales utilizados en clínica, según la las características y duración de los mismos en fungibles (aquel que se deteriora con el uso, es frágil en algunos casos y tiene una vida corta) e inventariables (material que tiene una vida larga y por tanto un carácter más definitivo).

*

Almacén de material quirúrgico y aparataje.

– Almacenes de materiales para el funcionamiento del centro sanitario: *

Almacén de papelería.

*

Almacén de mantenimiento.

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– Almacén de lencería: *

En este se dan conjuntamente los dos usos anteriores, pues su finalidad es tanto la provisión de ropa personal y de cama a los enfermos, como el dotar del vestuario reglamentario al personal.

2.4. Distribución de Pedidos La finalidad, razón de ser y objetivo último de los almacenes es la distribución de pedidos. Para ello, los distintos servicios o unidades de la Institución presentan sus pedidos en un impreso normalizado que recibe distintas denominaciones (vale de almacén, hoja de pedido, etc.), para que los Celadores almaceneros preparen los mismos. Una vez preparado, según la periodicidad previamente determinada (diaria, semanal, etc.), el personal auxiliar de cada servicio o unidad retirará el material. Como casos excepcionales se pueden dar situaciones imprevistas de desabastecimiento, situaciones de urgencia, o los servicios que requieren del almacén materiales de entrega inmediata, como es el caso de los servicios de mantenimiento. En estos supuestos, como es lógico, no hay días fijados para entrega del material. La petición del material debe hacerse, como dijimos anteriormente, en impreso normalizado, debiendo ir firmada por la persona responsable del servicio (Supervisores de Planta, Jefe de Unidad, etc.) indicando: – Denominación del material. – Código. – Cantidad solicitada. – Identificación del servicio, fecha y firma. La mercancía será retirada junto con una copia de la hoja de pedido, en la cual el personal del almacén habrá consignado previamente la cantidad realmente servida, junto a la que se solicitó.

2.5. El Código de barras Un código de barras es sencillamente una etiqueta con un número determinado de barras negras inscritas en ella. Cada barra tiene la posibilidad de representar un dígito particular de acuerdo con su posición en el código total. Si el dígito está representado la barra es ancha; si el dígito no está presente la barra es fina. Los códigos de barras representan datos en una forma legible por las máquinas, y son uno de los medios más eficientes para la captación automática de datos.

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Además, pueden contener una gran cantidad de información para un operador adecuadamente equipado y ofrecen el beneficio adicional de suministrar la misma muy rápidamente.

CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\

La primera patente para un código de barras, que tenía forma circular, fue solicitada en 1949 en Estados Unidos por N.J. Woodland; los códigos de barras se emplearon por primera vez a principios de la década de 1960 para identificar material rodante ferroviario. En las distintas industrias y aplicaciones se emplean varias «simbologías» (convenciones de codificación) diferentes para los códigos de barras. Una de las más utilizadas es el símbolo internacional de número de artículo, llamado símbolo EAN por las siglas en inglés de la Asociación Europea para la Numeración de Artículos. Este símbolo se emplea en el comercio abierto para identificar los productos al pasar del fabricante a los mayoristas, distribuidores minoristas, y de ahí al cliente final. La principal razón para la introducción de códigos de barras en un sistema de almacenamiento, es el adelanto que supone para la identificación de los productos en stock. La disponibilidad del equipo necesitado para operar con ellos, puede justificar también el uso de estos códigos de barras para una buena identificación de las ubicaciones. Los códigos de barras utilizados como identificadores para las operaciones de almacenaje tienen que ser frecuentemente leídos por aparatos manuales. Estos aparatos iluminan la etiqueta por medio de una luz emitida por diodos y leen la luz reflejada mediante un receptor comparador electro-óptico. Aparte del equipo de lectura, se requerirá, además, un decodificador para interpretar las lecturas en caracteres alfabéticos y números decimales y también para realizar los chequeos.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Notificación de órdenes en el almacén de farmacia, funciones del Celador en el almacén de farmacia, funciones del Celador en el almacén hospitalario (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador de almacén, funciones del Celador en el servicio de farmacia, concepto de unidosis, control de existencias de un almacén, concepto de criterio FIFO en el almacén, concepto de código de barras, concepto de rotación en un almacén, concepto de inventario, concepto de albarán de entrega (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Repercusión de la unidosis, finalidad del almacén hospitalario, fase más importante del suministro, funciones del Celador en el almacén hospitalario (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Concepto de medicamento biológico, concepto de inventario (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Material fungible, funciones del Celador en el almacén (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Funciones del Celador de almacén, áreas del servicio de farmacia, método de unidosis, Dirección responsable de la actividad de suministros (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Suministro de medicamentos, comprobación de los albaranes de entrega, preparación de alcohol en farmacia, funciones del Celador de almacén (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Finalidad de un almacén, concepto de suministro externo, trasporte de material dentro de la farmacia (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Concepto de inventario, funciones del Celador en el almacén de farmacia, responsable de pedidos a farmacia desde planta, objetivo último de los almacenes, trasporte de material dentro de la farmacia, material inventariable, dispensación de alcohol, preparados de farmacia, material fungible, recepción de suministros, dispensación de sueros, periodicidad del inventario general, tipos de almacenes (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones del Celador en el almacén general (Agencia valenciana de Salud –A.V.S–, convocatoria 2009). 2 Concepto de almacenaje, funciones del Celador en el almacén, finalidad del almacén, comprobación de albaranes, norma que regula al Celador de almacén, concepto de suministros internos (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4. 5.

Conceptos generales Condiciones generales de alojamiento y manejo Identificación y registro Los procedimientos Funciones de los celadores en el animalario

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Cuidado de los animales utilizados para experimentación y otros fines científicos

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1. Conceptos generales A los efectos del Real Decreto 1201/2005, de 10 de octubre, sobre protección de los animales utilizados para experimentación y otros fines científicos se entenderá por: a) Animal: cualquier ser vivo vertebrado no humano, incluidas las crías de vida propia o las formas de cría en reproducción, excluidas las formas fetales o embrionarias. b) Animales de cría: los animales especialmente criados para su utilización en los procedimientos en establecimientos aprobados o registrados por la autoridad competente.

c) Animales de experimentación: los animales utilizados o destinados a ser utilizados en los procedimientos. d) Animales de experimentación adecuadamente anestesiados: los animales privados de sensaciones mediante el empleo de métodos efectivos de anestesia, local o general. e) Centro o establecimiento: toda instalación, edificio, grupo de edificios u otros locales, incluidos aquellos no totalmente cerrados o cubiertos, así como las instalaciones móviles y todo el conjunto de medios personales y materiales organizados por su titular para la cría, el suministro o la utilización de animales de experimentación. Se distinguen: 1. Centro de cría: cualquier establecimiento donde se crían animales de experimentación. 2. Centro suministrador: cualquier establecimiento que suministra y mantiene animales de experimentación, no nacidos en el mismo centro. 3. Centro usuario: cualquier establecimiento en el que se utilicen animales de experimentación. f) Cercado: zona cerrada con paredes, barrotes o tela metálica, donde se mantienen uno o más animales, y en el que la libertad de movimiento de estos depende del tamaño del recinto y del grado de ocupación, y que normalmente resulta menos limitada que en una jaula. g) Compartimento: pequeño recinto de tres lados, generalmente con un comedero y bebedero con separaciones laterales, donde pueden mantenerse atados uno o más animales.

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h) Corral: zona cerrada con cercas, paredes, barrotes o tela metálica situada habitualmente en el exterior de los edificios, donde los animales alojados en jaulas o cercados pueden moverse libremente durante determinados periodos de tiempo según sus necesidades fisiológicas y etológicas.

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i) Eutanasia o sacrificio por métodos humanitarios: el sacrificio de un animal con el menor sufrimiento físico y mental posible, de acuerdo con su especie y estado. j) Jaula: receptáculo fijo o móvil cerrado por paredes sólidas y, al menos por un lado, con barrotes o tela metálica o, en su caso, redes, donde se alojan o transportan uno o más animales.

k) Locales de alojamiento: locales donde se aloja normalmente a los animales, bien para cría y mantenimiento, bien durante la realización de un procedimiento. l) Persona competente: cualquier persona que, en función de su formación, se encuentre capacitada legalmente, al amparo de este Real Decreto, para realizar las funciones previstas en el Real Decreto 1201/2005. m) Procedimiento: toda utilización de un animal para los fines establecidos que pueda causarle dolor, sufrimiento, angustia o daño prolongados, incluida toda actuación que de manera intencionada o casual pueda dar lugar al nacimiento de un animal en las condiciones anteriormente mencionadas. Se considera, asimismo, procedimiento la utilización de los animales, aun cuando se eliminen el dolor, el sufrimiento, la lesión, la angustia o el daño prolongados, mediante el empleo de anestesia, analgesia u otros métodos. Quedan excluidos los métodos admitidos en la práctica moderna (métodos humanitarios) para el sacrificio y para la identificación de los animales. Se entiende que un procedimiento comienza en el momento en que se inicia la preparación de un animal para su utilización y termina cuando ya no se va a hacer ninguna observación ulterior para dicho procedimiento. n) Transportista: cualquier persona física o jurídica que proceda al transporte de animales de experimentación por cuenta propia, por cuenta de un tercero o mediante la puesta a disposición de un tercero de un medio de transporte destinado al transporte de animales de experimentación, transporte que deberá tener carácter comercial y efectuarse con fines lucrativos. ñ) Autoridad competente: los órganos competentes de las Comunidades Autónomas y los órganos competentes de la Administración General del Estado en sus respectivos ámbitos. o) Métodos alternativos: aquellas técnicas o estrategias experimentales que cumplen con el principio de las tres erres (reducción, refinamiento y reemplazo): 1. Reducción: estrategia encaminada a utilizar el mínimo número de animales necesario para alcanzar el objetivo propuesto en el procedimiento. 2. Refinamiento: incluye la mayoría de aquellos procedimientos que afectan a la vida del animal de experimentación y permiten aliviar o reducir el posible dolor o malestar.

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3. Reemplazo: utilización de técnicas alternativas que puedan aportar el mismo nivel de información que el obtenido en procedimientos con animales y que no impliquen la utilización de estos. La utilización de animales en los procedimientos, docencia u otros fines científicos sólo podrá tener lugar cuando esta persiga los siguientes fines: a) La investigación científica, incluyendo aspectos como la prevención de enfermedades, alteraciones de la salud y otras anomalías o sus efectos, así como su diagnóstico y tratamiento en el hombre, los animales o las plantas; el desarrollo y la fabricación de productos farmacéuticos y alimenticios y otras sustancias o productos, así como la realización de pruebas para verificar su calidad, eficacia y seguridad. b) La valoración, detección, regulación o modificación de las condiciones fisiológicas en el hombre, en los animales o en las plantas. c) La protección del medio ambiente natural, en interés de la salud o del bienestar del hombre o los animales y mantenimiento de la biodiversidad. d) La educación y la formación. e) La investigación médico-legal. La dependencia del hospital en donde se realizan experimentos con animales se denomina Animalario. Los animales que más frecuentemente se utilizan para experimentación en los Animalarios de los hospitales son: ratones, ratas de laboratorio (ratas albinas manipuladas genéticamente), cobayas, gatos, perros, hámster, conejos (sobre todo para cirugía general) e incluso ovejas.

Cobayas

2. Condiciones generales de alojamiento y manejo Los centros o establecimientos deberán cumplir los siguientes requisitos en relación con el cuidado general y alojamiento de los animales de experimentación:

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a) Que a los animales se les proporcionen unas condiciones adecuadas de alojamiento, medio ambiente, cierto grado de libertad de movimientos, alimentación, bebida y cuidados que aseguren su salud y bienestar.

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b) Que se limite al mínimo imprescindible cualquier restricción que les impida satisfacer sus necesidades fisiológicas y etológicas. c) Que las instalaciones y las condiciones ambientales en las que se críen, mantengan, custodien o se utilicen los animales de experimentación les garanticen un adecuado nivel de bienestar y que ello se verifique diariamente. d) Que se disponga de medidas, medios e instalaciones que garanticen la eliminación, en el plazo más breve posible, de cualquier deficiencia que provoque alteraciones en el estado de salud o bienestar de los animales, con las alarmas necesarias. e) Que las normas de trabajo e instrucciones de uso de todos los elementos consten por escrito. f ) Que tengan previsto por escrito un plan de actuación en caso de emergencia o catástrofe. g) Que se evite el acceso al interior de las instalaciones de personal no autorizado. h) Que el bienestar y la salud de los animales sean supervisados por el personal competente, para prevenir el dolor, así como el sufrimiento, la angustia o el daño duraderos.

2.1. Personal competente para trabajar en los centros Se definen cuatro categorías profesionales, que se clasifican de la siguiente forma: – Personal de la categoría A: personal para el cuidado de los animales. Los programas de enseñanza para esta categoría incluirán, como mínimo: 1. Conceptos básicos relativos a los aspectos éticos y normativos de los cuidados proporcionados a los animales de experimentación. 2. Manipulación y mantenimiento de los animales: a) Medio ambiente, equipos, jaulas y accesorios en las instalaciones para los animales: descripción, utilización y mantenimiento. b) Manipulación y contención de los animales. c) Conocimientos básicos sobre los métodos de eutanasia humanitaria de las especies afectadas. d) Elementos generales de fisiología y de comportamiento de las especies animales utilizadas con fines experimentales. e) Mantenimiento de los animales y, en caso necesario, cría de éstos. f ) Verificación de las condiciones medioambientales en los animalarios. 3. Reconocimiento del estado de salud y de las enfermedades: a) Higiene y control de las enfermedades. b) Elementos de fisiología general y de comportamiento de las especies animales utilizadas con fines experimentales. 4. Reconocimiento del dolor, el sufrimiento y la angustia. 5. Normativa referente a la seguridad, la administración, el transporte, la recepción, el aprovisionamiento de animales y la eliminación de los cadáveres.

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6. Formación específica, en caso necesario, para todo trabajo de asistencia durante los procedimientos. – Personal de la categoría B: personal que lleva a cabo los procedimientos. Los programas de enseñanza para esta categoría incluirán, como mínimo: 1. Conocimientos básicos apropiados sobre el mantenimiento de los animales y acerca de la normativa sobre la seguridad, la administración, el transporte, la recepción y el aprovisionamiento de animales y la eliminación de los cadáveres. 2. Conceptos básicos relativos a los aspectos éticos y normativos de los cuidados proporcionados a los animales de experimentación. 3. Manipulación y principios básicos del mantenimiento de los animales: a) Características biológicas, en particular, fisiológicas y del comportamiento, de las especies, razas y líneas de los animales, de acuerdo con las tareas que se vayan a cumplir. b) Manipulación y contención de los animales. c) Métodos de eutanasia humanitaria de las especies afectadas. 4. Reconocimiento del estado de salud y de las enfermedades: aspectos prácticos del seguimiento del estado de salud y de las enfermedades. 5. Implicaciones del estatus microbiológico de los animales. 6. Reconocimiento del dolor, el sufrimiento y la angustia. 7. Formación apropiada para la realización de los procedimientos. En la medida en que sea necesario para las tareas que se vayan a realizar: a) Apreciación de los elementos que se deben tener en cuenta desde la concepción de un procedimiento, incluyendo el refinamiento, la reducción y el reemplazo. b) Importancia del sistema de alojamiento y del ambiente inmediato de los animales para los procedimientos. c) Anatomía de los animales utilizados para fines experimentales. d) Anestesia, analgesia y apreciación de la necesidad de poner fin al procedimiento para reducir lo más posible los sufrimientos del animal. e) Técnicas apropiadas e intervenciones quirúrgicas. El programa de formación del personal de categoría B debe tener un importante componente práctico, aspecto este último que se llevará a cabo bajo la supervisión de una persona con amplia experiencia en los aspectos estudiados. – Personal de la categoría C: personal responsable para dirigir o diseñar los procedimientos. Se considerará que los científicos responsables del diseño y de la dirección de procedimientos son competentes cuando:

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1. Sean titulados superiores con nivel equivalente a una licenciatura en una disciplina como la Biología (animal), la Medicina, la Veterinaria u otra disciplina con formación adecuada en zoología, anatomía y fisiología.

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2. Hayan participado en un curso básico sobre la ciencia de los animales de laboratorio, con el fin de desarrollar un nivel de responsabilidad apropiado para un uso de los animales de acuerdo con las normas científicas de alto nivel, cuyo programa incluya como mínimo: a) Aspectos éticos y legislación. b) Biología y mantenimiento de los animales de experimentación. c) Microbiología y enfermedades. d) Diseño de procedimientos con animales. e) Anestesia, analgesia y procedimientos experimentales.

f ) Alternativas al uso de animales. g) Análisis de la literatura científica apropiada. – Personal de la categoría D: personal especialista en ciencias del animal de experimentación con funciones de asesoramiento sobre el bienestar de los animales. 1. Personal especialista en bienestar animal: persona con titulación universitaria superior en el área de Ciencias de la Salud, encargada de supervisar y asesorar todos los aspectos relacionados con el bienestar de los animales. 2. Personal especialista en salud animal: persona licenciada en Veterinaria con formación complementaria especializada en animales de experimentación, encargada de supervisar y asesorar todos los aspectos relacionados con la salud de los animales.

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Los Celadores con titulación homologada con los programas de formación propuestos pueden pertenecer a las categorías A y B. – Personal asesor: Los centros dispondrán de personal especialista en bienestar animal y en salud animal. El responsable de la salud de los animales será un veterinario con formación complementaria especializada en animales de experimentación. Las siguientes funciones podrán ser asumidas tanto por el responsable en salud animal como por el responsable en bienestar animal: a) Supervisar las instalaciones, el bienestar, el manejo y el cuidado de los animales, con el fin de detectar cualquier deficiencia existente. b) Si decide al final de un procedimiento que el animal no se sacrifica, supervisar que reciba los cuidados adecuados a su estado de salud bajo control de un especialista en salud animal. c) En general, de todas las tareas de asesoramiento en materia de bienestar animal, con el fin de prevenir en todo momento el dolor, el sufrimiento, la angustia o daños perdurables a los animales.

2.2. Líneas directrices relativas al alojamiento de los animales 2.2.1. Instalaciones Funciones y proyecto general – Las instalaciones se construirán de forma que suministren un ambiente adecuado para las especies alojadas en ellas y se diseñarán para evitar el acceso de personas no autorizadas. – Las instalaciones que formen parte de un edificio mayor se protegerán mediante normas de construcción y disposiciones que limiten el número de accesos e impidan la circulación de personas no autorizadas. 324

– Se recomienda la existencia de un programa de mantenimiento de las instalaciones para evitar cualquier fallo de su equipamiento.

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Locales de alojamiento – Se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar la limpieza regular y eficaz de los locales, así como el mantenimiento de un nivel higiénico satisfactorio. Los techos y paredes serán resistentes, con superficies lisas, impermeables y fácilmente lavables. Se prestará especial atención a las juntas con puertas, conductos, tubos y cables. Las puertas y ventanas, en su caso, estarán construidas o protegidas de forma que eviten el acceso de animales ajenos al establecimiento. Los suelos serán lisos, impermeables, no deslizantes y fácilmente lavables y soportarán el peso de las estanterías u otros materiales pesados. En el caso de que haya sumideros, estarán cubiertos adecuadamente y dispondrán de una barrera que evite el acceso de animales ajenos al centro. – Las zonas donde los animales se mueven libremente tendrán paredes y suelos con un revestimiento especialmente resistente para soportar el gran desgaste causado por éstos y las operaciones de limpieza. Dicho material no será perjudicial para la salud de los animales ni que pueda causar heridas a estos. En esas zonas son aconsejables los sumideros. Los equipos y accesorios deberán protegerse, especialmente para evitar que los animales los estropeen o se hieran con ellos. – Los locales destinados al alojamiento de animales de experimentación de granja (vacuno, ovino, caprino, porcino, equino, aves de corral, etc.) cumplirán la normativa vigente referente a los animales de granja.

– No se alojarán juntas especies incompatibles. – Los locales de alojamiento podrán disponer de instalaciones para realizar procedimientos o manipulaciones menores, en su caso. Laboratorios y locales de experimentación con fines generales y especiales – Los establecimientos de cría o suministradores dispondrán de instalaciones adecuadas para preparar la expedición de animales. – Todos los establecimientos dispondrán, al menos, de instalaciones para realizar pruebas sencillas de diagnóstico, necropsias y/o recogida de muestras para investigaciones más amplias. – Deberán tomarse medidas a la recepción de los animales para el establecimiento de cuarentenas. – Se dispondrá de locales de experimentación con fines generales y especiales, siempre que no sea conveniente realizar los procedimientos u observaciones en el local de alojamiento. – Se dispondrá de locales para alojar por separado a los animales enfermos o heridos.

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– Se dispondrá, en su caso, de una o más salas convenientemente equipadas para la realización de experimentos quirúrgicos en condiciones asépticas. También es conveniente disponer de instalaciones para el período postoperatorio cuando sea necesario. /RFDOHVGHVHUYLFLR – Los locales para el almacenamiento de los alimentos y/o camas deberán ser frescos, secos y a prueba de parásitos e insectos. Otros materiales que pudieran estar contaminados o presentar peligro se almacenarán en un local diferente. – Se dispondrá de locales para almacenamiento de jaulas, instrumentos y cualquier otro material limpio. – Los locales de limpieza y lavado serán lo bastante amplios como para alojar las instalaciones necesarias para descontaminar y limpiar el material usado. El proceso de limpieza debería organizarse de forma que quede separado el circuito de material limpio del de material sucio, para evitar la contaminación del material recién limpiado. Las paredes y los suelos deberían estar recubiertos con un material resistente adecuado y el sistema de ventilación debería tener suficiente capacidad para eliminar el exceso de calor y de humedad. – Se adoptarán disposiciones para el almacenamiento y la eliminación de los cadáveres y residuos de los animales en condiciones higiénicas satisfactorias. Se tomarán medidas para la eliminación de dichos restos con garantías de seguridad y atendiendo a la normativa vigente. Se adoptarán precauciones especiales con los residuos muy tóxicos o radiactivos. – El proyecto y construcción de las zonas de circulación se adecuará a las normas establecidas para los locales de alojamiento. Se aconseja que los pasillos sean bastante anchos para permitir la fácil circulación del material móvil.

2.2.2. Condiciones ambientales en los locales de alojamiento y su control Ventilación – Los locales de alojamiento tendrán un sistema adecuado de ventilación que satisfaga las exigencias de las especies alojadas. El objeto del sistema de ventilación es suministrar aire limpio y mantener bajo el nivel de olores, gases nocivos, polvo y agentes infecciosos de cualquier tipo. También eliminará el exceso de calor y de humedad. – El aire en el local se renovará con intervalos frecuentes. En condiciones normales el régimen de ventilación debería ser de 15 a 20 renovaciones de aire por hora. – El sistema de ventilación se proyectará de forma que se eviten las corrientes de aire. Temperatura – En el Real Decreto 1201/2005, de 10 de octubre, se recogen tablas que muestran los márgenes de temperatura recomendados. Las cifras se refieren sólo a animales adultos normales. Se ajustará la temperatura de los locales de acuerdo con los cambios eventuales en la regulación térmica de los animales, que puedan deberse a condiciones fisiológicas especiales o a los efectos del procedimiento. 326

CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\

– Se dispondrá de un sistema de climatización que sea capaz tanto de calentar como de enfriar el aire que suministra.

– En los establecimientos usuarios es necesario el control preciso de la temperatura de los locales de alojamiento, ya que la temperatura del ambiente es un factor físico que afecta profundamente al metabolismo de todos los animales. Humedad La humedad relativa óptima en los locales de alojamiento será de 55% r10%. Deberían evitarse los índices inferiores al 40% y superiores al 70% de humedad relativa durante periodos prolongados. Iluminación En los locales que carezcan de ventanas, es necesario disponer de un sistema de iluminación controlada tanto para satisfacer las necesidades biológicas de los animales como para proporcionar un ambiente de trabajo satisfactorio. También es necesario controlar la intensidad y el ciclo de luz-oscuridad. Ruidos Los ruidos pueden constituir una importante causa de molestias para los animales. Los locales de alojamiento y de experimentación deberán aislarse de focos de ruidos fuertes de frecuencias audibles y más altas, con el fin de evitar trastornos en la conducta y en la fisiología de los animales. Sistemas de alarma – Cuando la salud y el bienestar de los animales dependan de un sistema artificial, deberán preverse sistemas de emergencia apropiados que garanticen el mantenimiento de las condiciones ambientales adecuadas, y deberá contarse con sistemas de alarma que adviertan en caso de avería. – Tanto los sistemas de alarma como de emergencia deberán revisarse con regularidad, y se mantendrá un registro de dichas revisiones. – Se dispondrá de instrucciones claras, expuestas en lugar bien visible, sobre los procedimientos de emergencia y alarma. – Se velará por que el funcionamiento de los sistemas perturbe lo menos posible a los animales.

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2.2.3. Enjaulado – Las jaulas y cercados deben ser de materiales no perjudiciales para la salud de los animales. – Se proyectarán de forma que los animales no puedan lesionarse y, a menos que sean desechables, de material resistente a la limpieza y la descontaminación. – Los suelos de jaulas y cercados serán apropiados a la especie y edad de los animales y se proyectarán de forma que facilite la eliminación de los excrementos.

Especie

Superficie mínima del suelo de la jaula en cm2

Altura mínima de la jaula en cm

Ratón

180

12

Rata

350

14

Hámster sirio

180

12

Cobaya

600

18

Conejo 1 kg

1.400

30

Conejo 2 kg

2.000

30

Conejo 3 kg

2.500

35

Conejo 4 kg

3.000

40

Conejo 5 kg

3.600

40

NOTA: por «altura de la jaula» se entenderá la distancia vertical entre el suelo de la jaula y la parte horizontal superior de la tapa o de la jaula.

– Se diseñarán los cercados teniendo presente el bienestar de los animales. Conviene que permitan la satisfacción de determinadas necesidades etológicas (por ejemplo, la necesidad de trepar, esconderse o resguardarse temporalmente) y que faciliten su limpieza, evitando, asimismo, el contacto con otros animales cuando se estime necesario.

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CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\

2.3. Líneas directrices relativas al cuidado de los animales A continuación pasamos a desarrollar lo reglamentado en relación con el cuidado de los animales: A) Captura Los animales salvajes se capturarán solamente mediante métodos humanitarios y con la intervención de expertos que posean un profundo conocimiento de las costumbres y el hábitat de los animales que interesa atrapar. Si hubiera que utilizar algún anestésico u otro fármaco en la operación de captura, lo administrará un veterinario. Cualquier animal que fuera herido gravemente debe ser sometido lo antes posible a los cuidados de un veterinario. Si, en opinión del veterinario, el animal sólo puede seguir viviendo con sufrimiento o lesiones, conviene sacrificarlo inmediatamente por un método humanitario. En ausencia de veterinario, a todo animal que sufra heridas graves es conveniente sacrificarlo inmediatamente por un método humanitario. B) Recepción y desembalaje – Se recibirán y desembalarán los envíos de animales evitando cualquier retraso. – Después de inspeccionarlos, se alojará a los animales en jaulas o cercados limpios y se les dará alimentos y agua en función de sus necesidades. – Se mantendrá a los animales que estén enfermos o se encuentren mal por cualquier otra causa en observación y aparte de los otros. – Un veterinario los examinará lo antes posible y, en caso necesario, los tratará. – Los animales que no tengan ninguna posibilidad de recuperación serán sacrificados inmediatamente mediante un método humanitario. – Todos los animales recibidos se identificarán y registrarán de acuerdo con la normativa vigente. – Las cajas utilizadas para el transporte, si no se pueden descontaminar de forma adecuada, se destruirán inmediatamente. C) Cuarentena, aislamiento y aclimatación Se dispondrá de instalaciones separadas para aislar a los animales que, por presentar síntomas o ser sospechosos de mala salud, puedan representar un peligro para el hombre o los otros animales. Incluso cuando los animales presenten buena salud, es conveniente someterlos a un período de aclimatación antes de utilizarlos en un procedimiento (ver tabla). El tiempo necesario depende de diversos factores, como el estrés al que se haya sometido al animal, que a su vez depende de otras causas, tales como la duración del transporte y la edad del animal. Una persona competente decidirá la duración de dicho período. Especie

Días

Ratón

5-15

Rata

5-15

Jerbo

5-15

.../...

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.../... Cobaya

5-15

Hámster sirio

5-15

Conejo

20-30

Gato

20-30

Perro

20-30

Primates no humanos

40-60

D) Alimentación La elaboración de alimentos se atendrá a la normativa vigente. Los comederos, bebederos y demás utensilios utilizados para la alimentación se limpiarán de forma regular y, en su caso, se esterilizarán. Si se utilizan alimentos húmedos o que se contaminen fácilmente con agua, orina, etc., será necesaria su limpieza diaria. Aunque el proceso de distribución de comida puede variar según la especie, debe realizarse de forma que satisfaga las necesidades fisiológicas del animal. Todos los animales podrán acceder al alimento. E) Agua Todos los animales dispondrán siempre de agua potable no contaminada. Los biberones serán de material transparente para permitir el control de su contenido. Conviene que sean de boca ancha para facilitar su limpieza y, si se utiliza material plástico, no liberarán sustancias solubles. Tapas, tapones y tubos serán esterilizables y de fácil limpieza. Los biberones y accesorios serán desmontables y se limpiarán y esterilizarán a intervalos regulares. Los sistemas automáticos de bebida se controlarán, revisarán y limpiarán regularmente para evitar accidentes y la propagación de infecciones. Si se utilizan jaulas de suelo liso, conviene tomar medidas a fin de reducir el riesgo de inundaciones. También es necesario el control bacteriológico periódico del sistema para garantizar la calidad del agua. El agua procedente de la red pública contiene microorganismos que generalmente se consideran inocuos, a menos que se trabaje con animales de definición microbiológica. En estos casos habría que tratar el agua. El agua de suministro público suele estar clorada para reducir el crecimiento de microorganismos. Dicha cloración no siempre basta para impedir el crecimiento de algunos gérmenes patógenos potenciales, como, por ejemplo, las Pseudomonas spp. Como medida complementaria, cabe elevar el nivel de cloro del agua o acidificarla para conseguir el efecto deseado. En los peces, anfibios y reptiles la tolerancia a la acidez, al cloro y a muchas otras sustancias químicas varía ampliamente según las especies. Por lo tanto, es necesario tomar las medidas necesarias para adaptar el suministro de agua de los acuarios y viveros a las necesidades y límites de tolerancia de cada especie. F) Cama

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La cama será absorbente, sin polvo, no tóxica y libre de agentes infecciosos, parásitos o cualquier otra forma de contaminación. Se pondrá especial cuidado en evitar la utilización de serrín u otro material de cama derivado de madera tratada químicamente.

CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\

G) Ejercicio y manipulación – Se aprovechará cualquier oportunidad para que los animales hagan ejercicio. – El comportamiento de un animal durante un procedimiento depende en gran medida de su confianza en las personas que lo van a desarrollar. Se recomienda mantener contactos frecuentes para que los animales se acostumbren a la presencia y actividad humana. H) Limpieza – La calidad de una instalación depende en gran medida de una buena higiene. Se darán instrucciones claras para cambiar la cama de las jaulas y cercados. – Se establecerá un programa adecuado para la limpieza, el lavado, la descontaminación y, cuando sea necesario, la esterilización de las jaulas, accesorios, biberones y cualquier otro material. También conviene mantener un alto grado de limpieza y orden en los locales de alojamiento, lavado y almacenamiento. – El material que recubre el suelo de las jaulas, cercados y corrales se renovará periódicamente para evitar que se conviertan en un foco de infección o de infestación por parásitos. I) Sacrificio con métodos humanitarios de los animales – Todo método humano de sacrificio de los animales exige conocimientos que sólo pueden adquirirse mediante una formación adecuada. – No debe permitirse la eliminación de los cadáveres antes de que sobrevenga el rigor mortis.

3. Identificación y registro El método de identificación estará concebido de manera que no se pueda falsificar, que sea inviolable, fácilmente legible a lo largo de toda la vida del animal, que no pueda volver a utilizarse y no afecte a su bienestar. Concretamente, los perros, gatos y primates no humanos deberán ser identificados individualmente, preferiblemente antes de su destete, con un sistema permanente realizado de forma que se les cause el menor dolor posible. Cuando un perro, gato o primate no humano sea trasladado de un centro o establecimiento a otro antes de su destete y no sea posible identificarlo previamente, el centro o establecimiento receptor conservará un registro documental completo, en particular, de los datos de la madre, y se procederá a su identificación lo más pronto posible. Cuando el sistema de identificación utilizado pueda producir dolor al animal, se le proporcionará la anestesia o analgesia adecuada. Todas las jaulas o sistemas de confinamiento de animales deberán estar etiquetados y en la etiqueta se consignarán los datos de identificación de los animales allí alojados. En los centros usuarios, esta etiqueta debe, además, en su caso, permitir su relación con el procedimiento en el que el animal esté siendo utilizado.

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Los centros deben llevar un libro de registro aprobado por la autoridad competente. La autoridad competente determinará el formato de dicho libro de registro, que podrá ser llevado de forma manual o informatizada. El libro de registro debe encontrarse permanentemente en el centro y a disposición de la autoridad competente. El centro deberá conservar este libro de registro durante, al menos, 3 años a partir de la fecha de la última inscripción.

4. Los procedimientos No deberá realizarse un procedimiento, si se dispone de otro método científicamente satisfactorio y contrastado, que permita obtener el resultado perseguido sin implicar la utilización de animales, excepto cuando la normativa de aplicación lo requiera. Los procedimientos deberán realizarse de forma que eviten la angustia y el dolor o el sufrimiento innecesario a los animales de experimentación. Para evitar duplicaciones innecesarias de procedimientos que tengan como fin cumplir las disposiciones de las legislaciones nacionales o comunitarias en materia de salud y seguridad, las autoridades competentes deberán reconocer, en la medida de lo posible, la validez de los datos obtenidos mediante los procedimientos llevados a cabo en el territorio comunitario, a no ser que alguna prueba posterior sea necesaria para la protección de la salud pública y la seguridad. Las autoridades competentes deben fomentar la investigación sobre el desarrollo y la confirmación de técnicas alternativas que puedan aportar el mismo nivel de información que el obtenido en procedimientos con animales, que supongan el uso de menos animales o que impliquen procedimientos menos dolorosos. Ante la elección entre diversos procedimientos, se seleccionará aquel que permita obtener los resultados más satisfactorios y que: a) Utilice el menor número de animales. b) Se realice en animales pertenecientes a especies cuya elección haya sido cuidadosamente valorada y cuyo grado de sensibilidad neurofisiológica sea el menor posible. c) Cause el menor dolor, sufrimiento, angustia o lesión a los animales. Los procedimientos sólo podrán ser realizados por personas competentes o bajo la responsabilidad directa de ellas, o cuando se autoricen con arreglo a las disposiciones de la Normativa Nacional. Quedan prohibidos los procedimientos: – En los que se utilicen los animales considerados en peligro de extinción a menos que se ajusten a la normativa y que los objetivos del procedimiento sean la investigación tendente a la protección de las especies de que se trate o fines biomédicos esenciales, cuando se compruebe que tales especies son excepcionalmente las únicas adecuadas para tales fines, y previa autorización de la autoridad competente. 332

Están prohibidos los procedimientos que utilicen los animales considerados en peligro de extinción, salvo que los objetivos del procedimiento sean la investigación tendente a la protección de las especies

CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\

– Con animales capturados en la naturaleza o vagabundos, a menos que los realizados con otros animales no permitan alcanzar los objetivos perseguidos por el procedimiento, y previa autorización de la autoridad competente. En ningún caso podrán utilizarse perros o gatos vagabundos. – Con fines de formación y educación realizados en centros de enseñanza no superior, a menos que sea imprescindible según el programa de la formación de que se trate, y previa autorización de la autoridad competente.

4.1. Lugar de realización de los procedimientos Los procedimientos se realizarán en centros registrados como centros usuarios. Podrán llevarse a cabo procedimientos fuera de estos centros cuando sus características justifiquen esta circunstancia, y previa autorización de la autoridad competente. Cuando se haga necesario para los fines legítimos del procedimiento, se podrá permitir que el animal afectado sea puesto en libertad, siempre que se hayan adoptado las medidas adecuadas para salvaguardar el bienestar del animal, en la medida en que su estado de salud lo permita, que no haya peligro para la sanidad animal, la salud pública o el medio ambiente, y previa autorización de la autoridad competente. En cualquier caso, cuando el procedimiento en el que se utilizan tenga exclusivamente fines docentes o de formación, no podrán liberarse los animales utilizados.

4.2. Anestesia y analgesia durante el procedimiento Los procedimientos deberán llevarse a cabo con anestesia general o local, salvo que se considere que esta: a) Es más traumática para el animal que el procedimiento en sí. b) Es incompatible con los fines del procedimiento; en este caso, será preceptiva la autorización previa de la autoridad competente. Si la anestesia no fuera posible, deberán utilizarse analgésicos u otros métodos idóneos para garantizar, en la medida de lo posible, que el dolor, el sufrimiento, la angustia o la lesión sean mínimos, y, en cualquier caso, que el animal no padezca dolor, angustia o sufrimiento intenso. Siempre que sea compatible con los fines del procedimiento, cuando se prevea que un animal va a sufrir dolor intenso o prolongado después de haberse recuperado de la anestesia, se dispondrá de lo necesario para que sea tratado con la antelación suficiente, con medios adecuados para minimizar el dolor, o, cuando esto no sea posible, deberá ser sacrificado inmediatamente por métodos humanitarios. 333

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En cualquier caso, y siempre que se prevea que el animal puede sufrir un dolor grave o prolongado, será necesaria la autorización previa del procedimiento por la autoridad competente. En ningún caso podrá utilizarse un animal más de una vez en procedimientos que conlleven dolor intenso, angustia o sufrimiento equivalente.

4.3. Fin del procedimiento Al término de todo procedimiento, se decidirá si el animal debe mantenerse con vida o debe ser sacrificado mediante un método humanitario. En todo caso, no se conservará con vida a un animal si, a pesar de haber recuperado la salud en todos los demás aspectos, es probable que padezca un dolor o sufrimiento duraderos. A este respecto, tales decisiones serán adoptadas por el veterinario responsable de la salud de los animales. Cuando al término de un procedimiento: a) Se vaya a conservar con vida a un animal, este deberá recibir el cuidado adecuado a su estado de salud, ser sometido a la vigilancia de un veterinario y mantenido en condiciones. La vigilancia del veterinario podrá suspenderse cuando, en su opinión, el animal no vaya a sufrir como consecuencia de tal suspensión. b) Sea necesario para los fines del procedimiento, sin perjuicio de las demás disposiciones de este real decreto, la autoridad competente podrá autorizar que un animal utilizado en un procedimiento sea devuelto a su medio habitual, y se adoptarán las medidas adecuadas para salvaguardar su bienestar, en la medida en que su estado de salud lo permita y no entrañe peligro ni para la sanidad animal, ni para la salud pública, ni para el medio ambiente. c) Se decida no conservar con vida a un animal, o este no pueda beneficiarse de las condiciones establecidas relativas a su bienestar, este deberá ser sacrificado lo antes posible, mediante un método humanitario. La eliminación de los cadáveres y de los subproductos, si los hubiera, se realizará conforme a la legislación vigente. En el caso de los animales de especies silvestres y, en particular, las especies amenazadas, se tendrán en cuenta los criterios relativos a la disposición de los animales establecidos en las resoluciones derivadas de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres respecto a la toma de decisiones sobre el mantenimiento en cautividad, reintroducción en el medio natural o la aplicación de la eutanasia a los animales al fin de los procedimientos.

5. Funciones de los Celadores en el animalario Los Celadores tendrán a su cargo los animales utilizados en los quirófanos experimentales y laboratorios, a los que cuidarán, alimentándolos, manteniendo limpias las jaulas y aseándolos, tanto antes de ser sometidos a las pruebas experimentales como después de aquellas y siempre bajos las indicaciones que reciban de los Médicos, Supervisoras o enfermeras que les sustituyan en sus ausencias. 334

De ello se deducen las siguientes funciones:

CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\

5.1. Cuidados Como cuidadores se encargarán del adecuado manejo de cada uno de los animales según sus características.

5.2. Alimentación – Los Celadores suministrarán al animal los alimentos que precise, en las cantidades adecuadas a sus características y necesidades. La ración suministrada ha de ser sabrosa, económica y bien equilibrada. Una vez mezclado el alimento, este será administrado al animal por varios sistemas: cilindros, comprimidos (pellet), gránulos, galletas, etc.

– En algunos casos se utilizarán preparados industriales que, aunque suponen un mayor costo, tienen una mayor calidad nutritiva y sanitaria. – Se encargarán de que los bebederos estén siempre suficientemente abastecidos de agua.

5.3. Limpieza ² /RV&HODGRUHVGHEHUiQODYDUODVFXEHWDV\MDXODVGHORVDQLPDOHVFRQODSHULRGL FLGDGQHFHVDULDVHJ~QODVFDUDFWHUtVWLFDVVDQLWDULDVGHFDGDDQLPDO ² 7DPELpQUHQRYDUiQ\OLPSLDUiQORVOHFKRVFRPHGHURV\EHEHGHURVGHODVMDXODV VHJ~QODSHULRGLFLGDGLQGLFDGD ² 5HWLUDUiQHQWRGRPRPHQWRORVHOHPHQWRVTXHSURYRTXHQPDORVRORUHVRFRQ WDPLQDFLyQH[FUHPHQWRVFDGiYHUHV ² /DV EDQGHMDV GHVWLQDGDV D UHFRJHU H[FUHPHQWRV VH OLPSLDUiQ \ HVWHULOL]DUiQ DO PHQRVYDULDVYHFHVDODVHPDQD XQDVWUHVYHFHV  ² $VHDUiQDORVDQLPDOHVDQWHV\GHVSXpVGHVHUVRPHWLGRVDODVSUXHEDV /RV&HODGRUHVDGVFULWRVDO$QLPDODULRWLHQHQUHFRQRFLGRDHIHFWRVUHWULEXWLYRVXQ FRPSOHPHQWRHVSHFtILFRGLIHUHQFLDGRUHVSHFWRGHORVGHPiV&HODGRUHV 335

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Responsable del aseo de los animales en experimentación (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Categorías del personal competente para trabajar en los centros de experimentación con animales, periodo de cuarentena de los conejos, renovación del aire de los locales de alojamiento, altura mínima de las jaulas para ratas (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario, alimentación de los animales (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Condiciones ambientales del animalario, funciones de los Celadores destinados en el animalario (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario, renovación del aire de los locales de alojamiento, concepto de animales de experimentación (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario, responsable del aseo de los animales en experimentación (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 2Funciones de los Celadores con los animales de experimentación (2) (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. Actuación del Celador en la UCI/UVI 2. Cuidados generales a los pacientes

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Actuación en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI/UVI)

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1. Actuación del Celador en la UCI/UVI La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), también conocida por Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI), es un servicio altamente especializado en la asistencia, vigilancia y control de los pacientes en estado crítico. En algunos hospitales las UCI son pequeñas unidades hospitalarias totalmente equipadas dentro del mismo, disponiendo de servicio propio y exclusivo de Laboratorio, Radiología, Esterilización, etc. Se ocupa de pacientes con una patología que haya alcanzado un nivel de gravedad tal que suponga un peligro vital actual o potencial, susceptible de recuperabilidad.

Área de intercambio o Box

Por todo ello, se puede definir como un área específica del hospital en la que, de una manera adecuada, se puede monitorizar, realizar los procedimientos diagnósticos, ayudar de forma controlada al mantenimiento de las funciones vitales, y administrar el tratamiento definitivo a aquellos pacientes cuya vida se encuentra en peligro a causa de enfermedades potencialmente reversibles.

1.1. Características de una UVI/UCI La ubicación de la unidad ha de ser dentro o muy próxima de la zona más técnico-asistencial del centro. Tradicionalmente se elige como lugar más idóneo el continuo al bloque quirúrgico, posiblemente como una ampliación de la reanimación. Debe tener fácil acceso desde la sección de urgencias, ya que este es el punto de entrada normal para un enfermo grave. Sin olvidar lo anterior, hemos de considerar también que la unidad es un lugar de hospitalización, que requiere otras asistencias, como pueden ser el aseo del enfermo, comidas, visitas de familiares, etc., por lo cual hay razones importantes para que, sin perder su buena comunicación interior, tenga también accesos fáciles para cubrir todos los demás aspectos.

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En la UCI existen varias unidades especializadas identificadas según las patologías que presentan los pacientes; dentro de estas unidades están las áreas de internamiento que reciben el nombre de Box o Boxes. En cada una de estas unidades existe un control de enfermería ubicado de tal manera que permita la visualización de todos los pacientes sin necesidad de movilizarse (normalmente esta en el centro y las camas alrededor con el cabecero hacia la pared).

CAPÍTULO 15. ACTUACIÓN EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS (UCI/UVI) [[[[\

UCI/UVI

Hay unidades de internamiento dentro de la UCI/UVI para: ± Cardiología. ± Cirugía cardiovascular. ± Sépticos (infecciosos). ± Trasplantes. ± Neonatos.

UCI/UVI neonatal

± Cirugía general. ± Politraumatizados. ± Grandes quemados, etc. ± Además de estas zonas de hospitalización poseen un almacén de farmacia, almacén de lencería, vestuarios, despachos de administrativos y médicos, almacén de aparatos, etc.

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Son salas muy especializadas donde existen gran cantidad de aparatos, muchos de los cuales no se encuentran en otros servicios del hospital, entre los que se pueden citar: desfibriladores, caudalímetros, respiradores automáticos, aparatos de radiología portátil, autoanalizadores, bombas de infusión de medicamentos y sueroterapia, monitores de frecuencia cardíaca, marcapasos, etc. Los tipos de pacientes que nos podemos encontrar en estas unidades son: pacientes con infartos, con arritmias inestables, pancreatitis, shock séptico, trasplantados hepáticos, pacientes sometidos a cirugía cardiovascular, recién nacidos con patologías varias que entrañen riesgo vital, traumatismos craneoencefálicos, tetrapléjicos, etc.

1.2. Funciones del Celador Los Celadores destinados en esta unidad, por las características de los enfermos continuamente encamados, deben estar muy bien preparados en la movilización y cambios posturales de los mismos. Como particularidad, el trabajo de movilización del Celador será requerido con mayor frecuencia e incluso el transporte de los pacientes requiere aún mayores cuidados, si cabe. Los cambios posturales se llevarán a cabo con la misma frecuencia que en las plantas de hospitalización (cada 2-3 horas) para evitar la aparición de las temidas úlceras por presión y siempre que estén prescritas por el Facultativo responsable del paciente. “Ayudarán a las enfermeras y ayudantes de plantas (auxiliares de enfermería) al movimiento y traslado a los enfermos encamados que requieran un trato especial en razón de sus dolencias para hacerles las camas”. Al ser pacientes con tendencia a la inestabilidad, una actuación rápida es vital para su integridad, por ello los Celadores estarán pendientes de colaborar en todo lo que le ordenen (dentro de sus funciones) la supervisora de la UCI, los médicos y los enfermeros de la unidad. Cuando movilizamos a un paciente asistido por ventilación artificial, siempre debe estar presente un/a enfermero/a que vigile los sistemas y conexiones del respirador, tubos y cánulas para evitar que en ningún momento se interrumpa o altere la ventilación. Los Celadores deben tener toda la indumentaria que se requiere en estas unidades y que estará compuesta por: el uniforme reglamentario, calzas, mascarilla, guantes, bata y gorro. No siempre lo llevarán todo puesto, pues hay unidades dentro de la UCI que no precisan de todos estos medios de barrera. Sin embargo hay otras unidades que sí, como son las de trasplantes, sépticos, etc. que necesitan de una normas asépticas definidas. 340

CAPÍTULO 15. ACTUACIÓN EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS (UCI/UVI) [[[[\

Es importante que cuando abandonen la UCI para algún traslado de personas y objetos dejen la bata dentro de la UCI para ponérsela cuando regresen o bien utilicen una nueva al entrar otra vez. Otras de sus funciones es controlar la entrada de visitas así como su salida y que los visitantes estén debidamente autorizados. Asimismo, cuidarán de que durante los horarios de visita de familiares a pacientes (en las Unidades de Cuidados Intensivos no se permite la permanencia de ningún familiar acompañando al enfermo) estos vistan correctamente las batas, gorros y calzas para acceder a la unidad, número de visitantes por paciente, etc. La visita de familiares se ajustará al horario establecido en la Unidad, generalmente coincidiendo en las comidas y cenas o después de las mismas, por tanto vigilarán que se cumplan las debidas normas higiénicas e impidiendo a los mismos el acceso fuera del horario establecido, orientándolos hacia dichas bandas horarias. Proveerán que el material limpio (gorros, batas, calzas y mascarillas si fuesen necesarias) no falte en la habitación habilitada, para que los familiares de pacientes ingresados en UCI puedan proveerse de las mismas.

Grúa para movilización de pacientes

Trasladará a los pacientes, acompañado de médico y personal de enfermería, para la realización de pruebas diagnósticas que no puedan llevarse a efecto en la Unidad de Cuidados Intensivos (TAC, ecografías, etc.). En algunas pruebas (endoscopias, toracocentesis, punción lumbar, etc.) pueden requerirle que sujete al paciente para evitar daños con sus movimientos.

Aparato de rayos X portátil

Generalmente las radiografías se harán programadas diariamente mediante aparato portátil de Rx, el Celador tomará las medidas de protección correspondientes, ayudará al técnico de Rx en la movilización de los pacientes que lo requieran (no manejará el aparato ni colocará el chasis bajo el paciente pues esta es una función específica del técnico en imagen para el radiodiagnóstico) y trasladando el aparato portátil a los diversos boxes.

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Serán igualmente aplicables el resto de funciones de Celadores reguladas en el artículo 14.2 de la Orden de 5 de julio de 1971, reguladora del Estatuto de Personal no Sanitario de Instituciones Sanitarias.

1.3. Traslado de un paciente a la UCI/UVI Consistirá en el transporte de un paciente en situación crítica desde cualquier unidad a UCI, en el menor tiempo posible y con las mayores medidas de efectividad en el transporte. El Celador llamará al ascensor y bloqueará la puerta para evitar las esperas innecesarias. Avisada la UCI, y colocado en la camilla la bala de oxígeno, desfibrilador, ambú y medicación necesaria, se procederá al traslado con Celador, enfermera y facultativo. El cambio de cama en UCI se hará con mucho cuidado, pues una precipitada o mala acción puede desconectar cualquier catéter, vía u otra circunstancia que complique aún más la situación del enfermo. Efectuado el cambio, el Celador de UCI se encargará de las tareas propias de su servicio. Posteriormente recogeremos el aparataje necesario en el traslado (desfibrilador, ambú, botella de oxígeno, etc.) y los devolveremos a la unidad de procedencia.

Insuflación con ambú

En los supuestos de traslado del paciente de UCI a servicios de diagnóstico (TAC, Ecografía, etc.), el Celador que acompañe al mismo permanecerá constantemente junto al equipo de dicho traslado hasta la finalización del mismo.

2. Cuidados a los pacientes En las enfermedades críticas surgen una serie de problemas que el profesional de la UVI debe disminuir o paliar. Esto se lleva a cabo mediante la puesta en marcha de una serie de cuidados en función del tipo de problema que esté experimentando el paciente crítico. Los problemas más comunes que pueden surgir en una Unidad de Críticos son: 342

– Desequilibrios hídricos.

CAPÍTULO 15. ACTUACIÓN EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS (UCI/UVI) [[[[\

– Infección nosocomial. – Problemas nutricionales. – Dolor. – Problemas psicológicos. – Alteración de los patrones de sueño. – Problemas en el autocuidado.

2.1. Cuidados en los desequilibrios hídricos (hipo e hipervolemia) 2.1.1. Hipovolemia – Pesar al paciente. Es importante describir los cambios que puede sufrir en el peso. – Valorar el estado de piel y mucosas (color, signos de deshidratación, etc.). – Realizar frecuentemente una higiene bucal adecuada utilizando también enjuagues bucales con algún colutorio si el estado del paciente lo permite.

Jeringas de perfusión continua

2.1.2. Hipervolemia – Restringir los líquidos y el sodio. – Valorar la presencia de edema periférico, sistémico o pulmonar. – Pesar al paciente. En una hipervolemia suele aparecer un aumento agudo de peso.

2.2. Cuidados para la prevención de la infección nosocomial La infección nosocomial u hospitalaria es una complicación frecuente de los pacientes ingresados en la Unidad de Críticos. Esto se debe a varias causas, como, por ejemplo, la gravedad de los pacientes, el empleo de numerosas técnicas invasivas y una falta de atención en la realización de técnicas asépticas por parte del personal de la Unidad de Críticos. 343

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Para evitar la aparición de infección nosocomial en estas Unidades se llevan a cabo una serie de técnicas y cuidados: – El Celador debe familiarizarse y conocer los gérmenes más frecuentes en la unidad. – Lavarse las manos tras el contacto con cada paciente. – Emplear guantes limpios para manipular líquidos corporales. – Si el paciente presenta infección respiratoria, se mantendrá aislado en una habitación individual con presión negativa.

Producto ubicado en el piecero de la cama de UCI para desinfección de las manos por fricción sin necesidad de aclarado

– Cada vez que se abandone la UCI para traslado de pacientes se debe desechar la bata (o en su defecto dejarla dentro para que cuando vuelva la utilice otra vez), desechar papis, gorro, guantes, etc. – Si existe posibilidad de que los líquidos orgánicos del paciente pueden salpicar al personal, se utilizarán gafas protectoras y mascarilla.

2.3. Cuidados en caso de problemas nutricionales Debido a la falta de alimentos el paciente crítico se desnutre. Una intervención nutricional a tiempo puede influir positivamente en la evolución de la enfermedad. El Celador ayudará al personal sanitario a pesar al paciente para que estos puedan valorar la perdida de peso con el paso del tiempo.

2.4. Cuidados ante el dolor Gran cantidad de los pacientes ingresados en la Unidad de Críticos experimentan dolor debido a su enfermedad, técnicas empleadas, tratamientos, etc. Por ello este es uno de los aspectos más importantes a tratar: – Observar el estado del paciente, si está inquieto, si está ansioso, irritable, si llora, etc.

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– Si el paciente tiene un dolor postoperatorio enseñarle a sujetarse la incisión para minimizar el dolor durante la respiración profunda, la tos y la deambulación.

CAPÍTULO 15. ACTUACIÓN EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS (UCI/UVI) [[[[\

– Ayudar al paciente a mantener una buena alineación corporal y a realizar cambios frecuentes de postura, ya que esto ayuda a prevenir contracturas y espasmos musculares. – Facilitar al paciente medidas de distracción como son revistas, periódicos, radio, etc. – Pedir al paciente que nos avise cuando aparezca el dolor.

2.5. Cuidados en caso de problemas psicológicos – Vigilar diariamente el estado mental que manifiesta el paciente. – Dedicar un tiempo a la comunicación con el paciente. – Establecer horas de visita que favorezcan al paciente. – Facilitar (por parte del médico responsable) a la familia una información clara y verdadera acerca del estado del paciente. – Preparar al paciente y a la familia para un posible traslado de la unidad de forma que su recuperación pueda entenderla como algo real. – Orientar al paciente en el tiempo y en el espacio si fuera necesario, proporcionándole calendarios, reloj, objetos propios, etc., para mejorar su estado de ánimo. – Reducir en la medida de lo posible los ruidos y conversaciones en tonos altos de voz.

2.6. Cuidados en pacientes que presentan alteraciones de los patrones del sueño – Informar al paciente de la importancia del sueño para la recuperación de su patología. – Mantener un entorno tranquilo y sin ruidos. – Informar al paciente de que la mayor parte del sueño debe realizarlo a la misma hora que lo hacía en su domicilio. – Informar al paciente de que los ejercicios y la música son productores de sueño. – Apagar las luces por la noche y durante los períodos de reposo. – Limitar el horario de las visitas a las necesidades específicas de cada paciente. – Colocar al paciente de la forma que se encuentre más cómodo para dormir.

2.7. Cuidados en la rehabilitación y conocimientos del autocuidado – Demostrar repetitivamente las tareas para fomentar el mejor aprendizaje del paciente. – Identificar los posibles obstáculos que puedan entorpecer el aprendizaje y desarrollar estrategias para vencerlos. – Incidir sobre factores ambientales (luminosidad, comodidad, etc.) y personas que rodean el ambiente para mejorar el aprendizaje.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Concepto de Unidad de Vigilancia Intensiva y Unidad de Cuidados Intensivos (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008). 2 Traslados de pacientes a la UCI (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Movilización de pacientes graves (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Colocación de las camas en UCI, frecuencia de visitas en la UCI, manejo del portátil en UCI, horario de visitas (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Funciones de los Celadores en la UCI (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Indicaciones de trabajo dentro de la UCI, movilización de pacientes graves (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Realización de la cama de los enfermos graves, sujeción de pacientes (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Traslado de aparato de Rx, indumentaria del Celador, manejo del aparato de Rx, tipos de pacientes atendidos en las UCI, cambios posturales, funciones de los Celadores en la UCI, movilización de pacientes graves, traslado de enfermos desde la UCI (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Ayuda al facultativo en la movilización de pacientes (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010). 2Funciones de ayuda de los Celadores a las enfermeras en la U.V.I. (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4. 5.

Concepto de enfermedad terminal Los derechos de las personas en situación terminal La comunicación en una unidad de cuidados paliativos: aspectos psicológicos Apoyo a los familiares frente al dolor y la muerte Etapas de aceptación de la muerte. Duelo

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Actuación del Celador en relación con el enfermo terminal

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1. Concepto de enfermedad terminal Según la SECPAL (Sociedad Española de Cuidados Paliativos) la «enfermedad terminal» queda definida por los siguientes elementos: 1. Presencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable. 2. Falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento específico. 3. Presencia de numerosos problemas de síntomas intensos, múltiples, multifactoriales y cambiantes. 4. Gran impacto emocional en paciente, familia y equipo terapéutico muy relacionado con la presencia, explícita o no, de la muerte. 5. Pronóstico de vida inferior a seis meses. Estos factores generan una situación en la cual se demandan grandes dosis de atención y apoyo emocional, tanto por parte del paciente y sus familiares como de los miembros del equipo cuidador.

Principios básicos El confort y la calidad de vida de los enfermos terminales deben ser alcanzados utilizando de forma correcta los instrumentos básicos de los que disponen los cuidados paliativos: 1. Control de síntomas. Es necesario saber reconocerlos, evaluarlos y tratarlos de la forma más adecuada. Mientras algunos podrán ser controlados, como por ejemplo el dolor, otros deberán ser asumidos por el paciente, de modo que sea capaz de adaptarse a ellos, por ejemplo la debilidad. 2. Apoyo emocional y comunicación con el enfermo, la familia y el equipo terapéutico. 3. Cambios en la organización que permitan el mejor desempeño del equipo de profesionales encargados del cuidado del enfermo, y que a su vez, faciliten la adaptación a los objetivos cambiantes en la fase terminal. 348

CAPÍTULO 16. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO TERMINAL [[[[\

4. Equipo interdisciplinar. Este equipo estará formado por distintos profesionales, cada uno de los cuales darán su propia visión a las diferentes necesidades que demanden el enfermo y/o su familia en esta etapa de la enfermedad.

5. La asistencia debe ser realizada según unos principios básicos que resulten aceptables de modo universal, sea cual sea la referencia cultural, moral o ética de cada individuo.

2. Los derechos de las personas en situación terminal Son derechos fundamentales del ser humano, los mismos derechos que tienen los demás pacientes. En la fase final de la vida adquieren un especial significado, convirtiéndose en necesidades a las que debemos dar una respuesta adecuada para proporcionar una atención integral. Esos derechos fundamentales se pueden resumir en los siguientes: el de recibir atención médica, el derecho a la dignidad humana, a un soporte personal, al alivio del dolor y a una disminución del sufrimiento, a la información, a la autodeterminación y, finalmente, el derecho de rechazar un tratamiento: – Derecho a recibir atención médica y soporte personal (por ejemplo, permitiendo a un familiar permanecer a su lado). – Derecho a ser tratados con la mayor dignidad y a ver su dolor aliviado y su sufrimiento reducido de la mejor forma posible. – Derecho a recibir información detallada sobre: *

Su estado de salud, incluyendo los resultados de cualquier exploración médica, los exámenes e intervenciones previsibles.

*

Los riesgos y los beneficios potenciales de efectuar o no esos exámenes e intervenciones así como la posibilidad de decidir someterse a ellos o no. La fecha prevista para realizarlos y los procedimientos alternativos posibles.

*

El desarrollo del tratamiento y los resultados esperables. 349

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– Derecho a participar en la toma de decisiones relativas a las pruebas complementarias y al tratamiento. El consentimiento informado del paciente es un requisito previo a toda intervención sanitaria. – Derecho a rechazar un tratamiento, que debe ser garantizado especialmente cuando un tratamiento médico apropiado no sea eficaz para prevenir o evitar la muerte. La negativa al tratamiento no debe de ninguna forma influir en la calidad de los Cuidados Paliativos. – Derecho a rechazar las intervenciones de reanimación o de soporte vital, permitiendo así a la enfermedad seguir su curso natural: *

Una persona capacitada, en previsión de un posterior estado de incapacidad, puede rechazar, mediante documento público (instrucciones previas , voluntad vital anticipada o testamento vital), la aplicación de tratamientos de reanimación o de soporte vital, en caso de padecer una enfermedad incurable, de serle insoportable psicológicamente las consecuencias de la enfermedad, o de que su dolor no pueda ser aliviado por ningún tratamiento. Cuando se nos presente algún caso en nuestra unidad lo pondremos en conocimiento del Servicio de Atención/información de los usuarios para gestionar su voluntad.

*

El paciente puede nombrar a otra persona para ejercer este derecho en el caso de ser él mismo incapaz. Podrá anular su declaración en cualquier momento.

*

Los pacientes que rechazan el tratamiento tienen pleno derecho al alivio de su dolor y a la atenuación del sufrimiento.

3. La comunicación en una unidad de cuidados paliativos: aspectos psicológicos Es imprescindible un buen grado de comunicación entre el personal terapéutico y el paciente y su familia. Para ello existen una serie de requisitos fundamentales que deben saber manejarse para conseguir una buena comunicación con el enfermo terminal. 1. Tener resuelta la actitud ante la propia muerte El acercarse a un enfermo terminal plantea en las personas el reflejo de la propia figura, de su propia muerte. Este acercamiento pone en juego una serie de representaciones dotadas de una intensa carga emocional. Debido a ello, suelen producirse dos tipos de conducta entre los familiares y amigos del enfermo: a) Negación de la realidad, evitando acudir a ver al paciente para eludir la confrontación con la muerte y tratando de justificarse por la falta de medios o de tiempo o diciendo frases tan típicas como «prefiero recordarlo tal como era cuando estaba sano».

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b) Resolución del conflicto, tomando conciencia de la propia mortalidad. Esto es signo de una parte importante del proceso de maduración del ser humano.

CAPÍTULO 16. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO TERMINAL [[[[\

2. Saber escuchar El acto de escuchar requiere de una buena actitud, disponibilidad y tiempo. Al igual que cualquier otra habilidad puede ser aprendida y perfeccionada. Es importante saber escuchar todo lo que el paciente dice e incluso lo que no dice o dice entre líneas. Asimismo es importante saber manejar los silencios e identificar si son silencios de elaboración (el paciente está siguiendo una cadena de pensamientos) o silencios de bloqueo (porque algo que va a decir le produce tanta angustia que le reprime). 3. Empatía Es la capacidad para comprender, aceptar y compartir los sentimientos del paciente. Es importante que éste reconozca a alguien a quien le importa lo que siente: temores, alegrías, etc. Esto favorecerá el diálogo y creará una relación basada en la confianza que favorecerá la apertura de sus sentimientos.

4. Uso de un lenguaje adecuado El lenguaje dirigido al paciente ha de ser llano, sencillo y de fácil comprensión, ya que de esta forma se sentirá partícipe de su enfermedad y del tratamiento de la misma. No debemos emplear ningún tipo de tecnicismo debido a que esto facilitaría que el sujeto se volviese más pasivo, creyendo que todo está fuera de su control, que su salud está sólo en manos de los médicos y enfermeras/os. 5. Comunicación no verbal Las emociones, actitudes y personalidad del enfermo quedan reflejadas en la comunicación no verbal de forma complementaria, y en ocasiones más explícita, que a través de la verbal. Hay pacientes que hablan de su futuro con un tono de voz y unos gestos que delatan su conciencia de la proximidad de la muerte. A veces esta comunicación no verbal anticipa ideas que ni el propio paciente es capaz aún de asumir conscientemente. También la actitud del personal sanitario y la familia influye en el paciente a través del lenguaje no verbal y verbal de los mismos. Debido a la situación en la que se encuentran, ajenos a muchos estímulos externos, estos pacientes tienen toda su atención puesta en el equipo terapéutico y en su familia, por eso son muy sensibles ante cualquier bajada de mirada, cualquier movimiento, gesto de preocupación, susurro, etc. Su estado les hace más receptivos a cualquier mensaje de las personas que le rodean, por ello éstas deben cuidar bien lo que quieren decir y lo que no quieren transmitir.

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6. Respeto a los juicios, confidencias y creencias del paciente y familiares. 7. Flexibilidad en el trato El trato del enfermo terminal debe ser personalizado y cálido adaptándose en cada caso particular atendiendo a sus necesidades de cariño y comprensión. No olvidar el establecer contacto físico con el paciente (cogerle la mano, darle un abrazo, etc.), incluso debemos animar a la familia para que ellos también lo hagan, ya que de lo contrario el paciente puede sentirse solo, aislado y más hundido en su tristeza y malestar. 8. Control de la implicación emocional Es necesario mantener una cierta distancia que se consigue creando defensas. Para ello hay que tener claro que se está ayudando al paciente a morir, cuidándolo y apoyándolo pero no debemos pensar que estamos ahí para morir con él o salvarlo de lo inevitable. En caso de reconocer algún signo de sobreimplicación emocional, como por ejemplo preguntarse por qué esa persona tiene que morir, se debe poner en comunicación al resto de los miembros del equipo terapéutico y buscar defensas para poder manejarlo. La sobreimplicación sin defensas y con un aumento de las demandas por parte del paciente y la familia, puede llegar a producir el temido Síndrome de Burnout y desatar la ira contra el paciente y su familia o producir un abandono de la situación con la consiguiente culpa.

9. Adecuado control del estrés

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En una unidad de cuidados paliativos existe un constante e inevitable estrés, producido por las situaciones que el personal tiene que vivir sobre todo aquellas situaciones que son de incertidumbre, cambios bruscos que obligan al equipo sanitario a adaptarse a una nueva situación para la cual no se tienen recursos adecuados, también aquellas situaciones en las que existe una carencia de información, etc. Este estrés puede acabar perjudicando tanto al enfermo como a su familia, por ello es necesario disponer de recursos que permitan afrontarlo y controlar sus efectos, por ejemplo con técnicas de relajación, expresión de sentimientos, etc.

CAPÍTULO 16. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO TERMINAL [[[[\

4. Apoyo a los familiares frente al dolor y la muerte Las familias necesitan atención al mismo tiempo que el paciente terminal. Los familiares deben ser partícipes del plan de cuidados del paciente. Es conveniente instruir a los familiares en los cuidados necesarios para el paciente. A veces el enfermo se va de alta a casa y son ellos los que tienen que continuar con el tratamiento y los cuidados diarios.

Cuidados a administrar El apoyo a la familia del paciente terminal incluye la realización de una serie de cuidados, como son: – Facilitar por parte del médico a la familia la mayor cantidad de información posible sobre el estado del paciente. Proporcionar información sobre lo que ha ocurrido, lo que está ocurriendo y, según los casos, lo que se espera que suceda. La falta de información y la no participación en los cuidados por parte de la familia hace que ésta genere miedos y ansiedades. – El personal de enfermería explicará a todos los miembros de la familia que es beneficioso para el paciente la participación de ellos en los cuidados. Repartir el trabajo entre todos para que no existan sobrecargas. – Si existe un familiar al cual el enfermo no desea ver o experimenta sentimientos negativos hacia él, debemos evitar en la medida de lo posible que visite al paciente. – Estimular a la familia a que pase el mayor tiempo posible con el paciente, ya que la presencia de seres queridos hace que se sienta más tranquilo y además se favorece la interrelación paciente-familia. – Aconsejar a la familia que exprese sus sentimientos y hable sobre la persona perdida. – Facilitar a la familia un ambiente tranquilo y agradable para que puedan desahogarse hablando sobre sus temores y esperanzas para el futuro. – Proporcionar a la familia apoyos religiosos y consejos espirituales, poniéndola en contacto con el sacerdote. – Informar a la familia de la existencia de grupos de apoyo que pueden ser de gran ayuda.

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– Ayudar a la familia a tomar decisiones sobre la compañía funeraria, recogida de pertenencias y traslado de familiares. – El médico responsable debe informar de la muerte del paciente cuando la familia esté reunida. De esta forma podrán ayudarse unos a otros. – Si la familia no está presente en el momento de la muerte los médicos responsables informaran con tacto de los últimos momentos del paciente, evitando los detalles dolorosos, precisando la hora del fallecimiento. También deben repetir las últimas palabras del difunto si han sido mensajes de afecto o recomendaciones.

5. Etapas de aceptación de la muerte. Duelo La doctora Kübler-Ross identifica y describe cinco etapas por las cuales pasan la mayoría de los pacientes en la aceptación de la muerte. El tiempo de duración de cada etapa puede ir desde algunos segundos hasta varios meses, y varía de un paciente a otro. Algunos se mantienen en el primero o segundo estadio hasta que está muy próximo el momento del deceso. Además, el tipo de enfermedad que padece el paciente puede determinar en gran medida el tiempo de que dispone para la reflexión antes de morir.

5.1. Negación y aislamiento «No puede ser cierto», «se han equivocado». Frente al conocimiento de que su enfermedad es fatal, la mayoría de los pacientes reaccionan rechazando el diagnóstico. A menudo buscan el veredicto diferente de otro médico, y a veces deambulan por muchas instituciones hasta que aceptan la realidad.

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El aspecto positivo de esta incredulidad inicial es que da tiempo al paciente para movilizar otras defensas menos radicales.

CAPÍTULO 16. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO TERMINAL [[[[\

5.2. Rebeldía, ira «¿Por qué yo?», quejas dirigidas hacia sus familiares y al personal sanitario. El paciente se rebela contra la repentina sensación de impotencia para controlar su destino. En este periodo es importante que los miembros del personal recuerden que la ira del paciente no está dirigida, en realidad, contra ellos. Si el paciente se muestra poco razonable en sus exigencias y a veces algo arrogante, hay que tratar de recordar que se siente enfurecido contra el mundo. Si el paciente se siente comprendido y respetado, pronto bajará la voz y reducirá sus exigencias.

5.3. Negociación Esta fase no siempre es detectable, suele asociarse de forma alternante, con los periodos de rebeldía y depresión. El enfermo trata de negociar la situación que lo amenaza con la expectativa próxima de muerte, lanzándose a conseguir, a pactar con cualquier medio una solución desesperada que le permita un indulto o el cambio de su destino. En la práctica ésta negociación se puede llevar directamente con la divinidad o bien para obtener la mejor atención posible a través de nuevos tratamientos, intervención quirúrgica, etc.

5.4. Depresión A medida que el paciente toma conciencia gradual de que va a morir y no puede hacer nada para evitarlo, aparece un estado de depresión. A menudo, un factor externo que complica las cosas, es el hecho de reconocer que los últimos días en el hospital contribuirán a las dificultades económicas de la familia, lo que aumenta el estado depresivo del enfermo. La Dra. Kübler-Ross identifica dos periodos de depresión: – El primero lo denomina depresión reactiva. Durante esta etapa el paciente se concentra en cosas del pasado que ha perdido. Se preocupa por su familia, cómo se las arreglará sin él, quién lo reemplazará, etc. En estos momentos es probable que el enfermo exprese verbalmente sus sentimientos, y el personal sanitario puede ayudarlo convirtiéndose en un atento interlocutor. También puede solicitar los servicios de una trabajadora social para tomar medidas prácticas de ayuda, como lograr que alguien preste atención a los hijos pequeños, etc.

355

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– La segunda etapa se llama depresión preparatoria. Señala la transición entre la lucha por la vida y la aceptación de la muerte. El paciente se muestra más tranquilo y habla poco. En esta fase, el contacto de una mano o una caricia en los cabellos significan mucho más que el intento del personal sanitario de mostrarse jovial.

5.5. Aceptación y paz Desprovista de sentimientos y de interés por el entorno. En general, los pacientes más ancianos alcanzan esta etapa más pronto, porque sienten que ya han vivido una existencia plena. Los más jóvenes requieren más tiempo para llegar a este punto, y a menudo necesitan ayuda para pasar por las diferentes etapas. Durante este proceso, tiene lugar a menudo una separación gradual del paciente del mundo. Esto recibe el nombre de decatexis. Los familiares no comprenden a veces este proceso y lo consideran un rechazo hacia ellos. Es el momento en que el paciente necesita mayor atención por parte del personal sanitario.

Aun cuando el paciente no manifieste deseos de comunicarse, conviene que el personal sanitario pase algunos momentos a su lado, aunque no le hable, sobre todo al terminar el día. Este simple acto le demostrará que existe preocupación por él y que no se le ha abandonado a su suerte.

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Etapas de aceptación de la muerte (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Últimas voluntades del enfermo terminal (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009). 356

17

1. 2. 3. 4.

Epidemiología de las enfermedades transmisibles Infección nosocomial Barreras higiénicas Aislamiento hospitalario

17

Actuación del Celador en relación con el enfermo contagioso

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1. Epidemiología de las enfermedades transmisibles 1.1. Definiciones – Enfermedad infecciosa: es la enfermedad que precisa la participación de un agente causal vivo y exógeno, con una respuesta orgánica y que se pueda transmitir. Habría que recordar que existen agentes que se transmiten pero no son infecciosos (sarna), y otros que se transmiten, pero que no producen enfermedad en el receptor (infección sin clínica) o dan una enfermedad diferente a la de la fuente; en estos casos el epidemiólogo tendría que conocer la proporción de asintomáticos de cada enfermedad.

Virus

* Es importante recordar que no todas las enfermedades infecciosas son bacterianas. *

La transmisión puede ocurrir desde otro hombre (enfermedad contagiosa) o desde animales.

– Enfermedad transmisible: cumple una serie de características básicas, ya que precisa de un agente causal, que suele ser único, exógeno, capaz de reproducirse. – Epidemiología de las enfermedades transmisibles: estudia los factores que van a relacionar el agente causal con el sujeto o huésped susceptible. – No confundir el término infección (generados por agentes infecciosos) con el término inflamación donde existe una respuesta inespecífica frente a las agresiones del medio, y está generada por los agentes inflamatorios.

1.2. Agente causal Es un organismo vivo, que requiere unos mecanismos de transmisión y un sujeto o huésped susceptible. Cada agente es responsable de una o varias enfermedades. Los agentes causales pueden ser artrópodos (pediculus), metazoos, protozoos, algas, hongos, bacterias, micoplasmas,rikettsias, bedsonias, virus o priones (ej. enfermedad de las vacas locas). En muchas ocasiones pueden existir varios agentes causales, a la vez o secuencialmente, potenciándose. 358

Protozoos

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

1.2.1. Tipos de interacción agente/huésped a) Simbiosis: asociación con beneficios para agente y huésped. b) Comensalismo: aquí existe beneficio para el agente o el huésped, pero sin perjuicio para el otro. c) Parasitismo: el agente (parásito) obtiene beneficios a partir del huésped, perjudicándolo. Estas situaciones se pueden intercambiar entre sí.

1.2.2. Características de los agentes causales/etiológicos El agente etiológico depende de varios factores para tener capacidad de producir enfermedad en el ser humano: la contagiosidad, la infectividad, la patogenicidad y la virulencia. a) Contagiosidad: se refiere a la capacidad del agente para extenderse. b) Infectividad: capacidad para multiplicarse el agente causal en los tejidos, dando o no lugar enfermedad. c) Patogenicidad: una vez infectado un huésped, la patogenicidad es la capacidad para dar lugar a una enfermedad. Esto depende de la virulencia del agente y de las defensas del huésped. Esta patogenicidad es función de la variable especie, tipo de huésped y tejido. Se mide por la tasa de patogenicidad. d) Virulencia: grado o cantidad de enfermedad que puede producir el agente causal. Hay que diferenciar infectividad de virulencia: algunos agentes son muy virulentos, pero apenas penetran (tétanos) y otros son más infectivos, pero menos virulentos, como por ejemplo Brucella. e) Antigenicidad o inmunogenicidad: se define como la habilidad de un agente causal para producir reacción inmunológica local o general. Esto afecta a la patogenicidad y a la virulencia.

1.3. La cadena epidemiológica Es el conjunto de elementos (eslabones) que se precisan para que ocurra una enfermedad transmisible. Estos eslabones son: – Agente causal (ya visto en el anterior punto). –

Reservorio.



Fuente (suele ser la misma que el reservorio).



Mecanismo de transmisión.



Huésped susceptible.

Un elemento que actúa en la cadena epidemiológica como fuente puede ser en otro caso reservorio o mecanismo de transmisión (el suelo puede ser reservorio o mecanismo de transmisión).

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Existen una serie de factores epidemiológicos secundarios, que modifican los elementos de la cadena epidemiológica (sexo, edad, clima, hábitos de la población, condiciones socioeconómicas, etc.).

1.3.1. Reservorio Es todo ser animado o inanimado, en los que el agente etiológico se reproduce y se perpetúa en un ambiente natural (vive y se desarrolla), del que depende para su supervivencia. Si se hace referencia al suelo, se habla de reservorio adicional o de depósito. Cuando el agente pasa desde el reservorio al hombre susceptible, éste (reservorio) actúa como fuente, por lo que pueden ser o no coincidentes. Otras veces es necesario un ciclo intermedio en animales domésticos, roedores o parásitos (garrapatas, etc.). Los agentes pueden transmitirse desde otro ser humano, animal o del medio ambiente.

1.3.2. Fuente de infección Es el ser animado, hombre (homóloga), animales (heteróloga) o inanimado, suelo (heteróloga), desde donde puede pasar la infección directa o indirectamente al huésped susceptible. En la fuente el microorganismo debe poder reproducirse. Para el hombre la fuente de infección más importante es él mismo, existiendo enfermedades que sólo causan alteraciones en el hombre (meningococemias). Las infecciones autógenas son aquellas que ocurren por microorganismos que están de forma habitual en el hombre y que o son saprofitos o no son patógenos en buenas condiciones de inmunidad (de interés en hospitales).

1.3.2.1. Características de los tipos de reservorios más frecuentes Reservorio humano enfermo a) El foco enfermo debe eliminar microorganismos. Como ejemplo contrario tendríamos el caso de la osteomielitis, en la que la infección es cerrada. b) Cada enfermedad tiene sus períodos patocrónicos y su contagiosidad: fase prodrómica, período clínico, convalecencia, fases crónicas. c) Las características clínicas de la enfermedad afectan a la contagiosidad: – Por la forma clínica de una misma enfermedad, ésta será más o menos contagiosa (lepra lepromatosa o tuberculosa). – Por la gravedad de la enfermedad: mientras más graves, suelen ser más contagiosas. – Por las formas atípicas: puede pasar desapercibida. – Por las formas abortivas: no expresan toda su clínica, pero son contagiosas. – Por las formas subclínicas: clínica poco aparente. Suele requerirse su confirmación microbiológica.

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– Formas inaparentes: sin síntomas, suelen tener un número escaso de agentes y suelen ser menos contagiosas. No hay que confundir con el estado de portador. Las formas de larga duración se denominan infección latente. La tasa de evidencia es la relación entre las formas típicas de la enfermedad y las formas no evidentes.

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

d) La duración de la contagiosidad variará en función de los tratamientos recibidos. El tratamiento puede reducir el período de contagiosidad. Aunque en ocasiones lo puede alargar. e) La vía de salida puede ser la misma puerta de entrada u otra. Puede ser única o múltiple. Podemos diferenciar varias vías de eliminación: – Vía respiratoria: gotas de Flügger y núcleos goticulares de Wells, esputo, secreción nasal, secreciones faríngeas (catarro, TBC, estreptococias), etc. – Vía digestiva: heces y vómitos (disentería). – Vía conjuntival (tracoma). – Vía genitourinaria (gonococo). – Sanguínea (hepatitis). – Cutánea (pitiriasis). Referente a la eliminación existen una serie de consideraciones a realizar: la eliminación del agente puede preceder a la aparición de los síntomas, y se puede prolongar hasta después de la curación, se puede aislar el germen en la secreciones y no ser contagioso. Reservorio humano portador Es el individuo que, sin presentar signos o síntomas de infección, tiene un agente que puede ser eliminado por sus secreciones y ser transmitido a otros individuos. Es un problema sanitario en aquellas personas que están en contacto con alimentos, niños en colegios, sanitarios, etc. Se pueden diferenciar los siguientes tipos de portador: a) Portador paradójico o pseudoportador: aquel que elimina gérmenes no patógenos. b) Portador precoz: es un portador que elimina el microorganismo antes de que aparezca la enfermedad que suele estar incubando (hepatitis, sarampión). c) Portador convaleciente: se trata de un sujeto que ha padecido una enfermedad contagiosa de la que se ha curado completamente (fiebre tifoidea), pero elimina gérmenes durante los tres meses siguientes; si dura entre tres meses y dos años, se denomina portador crónico (salmonelosis, hepatitis). d) Portador sano: son personas colonizadas, pero no infectadas (poliovirus, neisseria meningitidis). Existe cierta semejanza con el portador convaleciente o crónico con enfermedad subclínica. e) Portador pasivo o contacto: se trata de una persona, o animal susceptible, que ha estado en contacto con un caso o un portador, y que al final del período de incubación puede enfermar. Las personas o animales que se relacionan con un contacto primario, se denominan contactos secundarios. Esto se elimina con el aislamiento de los casos. Se suele estimar por las tasas de supervivencia la duración en cada enfermedad del estado de portador. Siempre que se produce una epidemia hay que vigilar a los portadores, con controles frecuentes, que suelen ser cada mes, hallándose la duración del estado de portador dividiendo la tasa de prevalencia (nº de casos positivos/nº de análisis realizados) por la de incidencia (nº de personas portadoras en un período/nº de personas observadas en el período x meses de observación).

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Reservorio animal Son enfermedades transmisibles que el hombre adquiere desde un animal (zoonosis), excluyéndose las agresiones y las toxinas. Se incluyen las infecciones y las infestaciones. En la transmisión se pueden implicar uno o más huéspedes intermediarios. Sus características son: a) En la mayoría de los casos la transmisión se termina en el hombre, no se transmite a otros hombres. b) Los casos son esporádicos o agrupados en pequeños brotes, pero algunas zoonosis producen epidemias (fiebre Q). c) La enfermedad se suele presentar en personas que están en contacto con animales y sus productos, suele tener un carácter profesional: – Relacionadas con el trabajo agrario: fiebre Q, brucelosis, leptospirosis, etc. – Relacionado de forma ocasional con el trabajo agrario: rabia, tuberculosis aviar, dermatofitosis, etc. – Raramente relacionado con el trabajo agrario: coccidiomicosis, dermatofitosis. – Relacionados con los trabajos de investigación con animales. d) La incidencia que aparece en los hombres es similar a la que se encuentra en los animales. e) Las lesiones y síntomas son similares en hombres que en animales. La transmisión de la zoonosis puede ser directa o indirecta. Reservorio telúrico (suelo, agua y fomites) Tiene importancia por una serie de consideraciones: a) Los microorganismos deben poder presentar formas especiales de resistencia para ser viables (tétanos). b) Precisa condiciones ambientales de humedad, temperatura, etc., adecuadas para desarrollarse (leptospirosis). c) Una parte de su ciclo evolutivo se produce en este medio. d) Suelen ser gérmenes oportunistas, con facilidad de producir infección cuando disminuyen las defensas.

1.3.3. Mecanismo de transmisión Es el conjunto de mecanismos que utiliza el germen para ponerse en contacto (transmisión) con el huésped. Los mecanismos de transmisión pueden ser únicos o variados, y éstos a su vez pueden ser sucesivos (es más fácil que un mecanismo variado tenga más éxitos que uno único o uno sucesivo). 362

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

Transmisión directa Se produce el paso de la enfermedad desde la fuente de infección al sujeto sano susceptible, sin intermediarios. Suele producirse por microorganismo con poca resistencia al medio externo (enfermedad de transmisión sexual, gérmenes piógenos, etc.), por lo que ocurre en un período muy corto de tiempo, en el que los gérmenes apenas experimentan modificaciones. Tipos de transmisión directa: 1. Por contacto: – Transmisión sexual: enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, sida, candidiasis, gonorrea, etc. – Transmisión por mucosas: mononucleosis infecciosa, difteria. – Transmisión por las manos: impétigo, erisipela. Contaminación por heces, orina, mucosas nasales (salmonella, coli, shigella, pseudomona, acinetobacter). En uñas, huevos y quistes de protozoos (oxiuros, toxoplasma). Toxiinfecciones alimentarias. – Transmisión intrapartum: oftalmía neonatorum. 2. Por mordeduras: rabia. 3. Transplacentaria. 4. Arañazo. 5. Transmisión aérea: se caracteriza por no existir contacto directo, pero sí requiere una distancia mínima, que clásicamente se define como 1 metro (sobre todo si son agentes de escasa resistencia), salvo en los agentes que se transmiten por el polvo que no requieren esta cercanía. Se transmite por gotitas de Flügger y gotas de Wells, ambas se transmiten al hablar, toser, estornudar. Es la vía de transmisión más frecuente. Transmisión indirecta El contagio se produce con separación en el tiempo y el espacio entre la fuente y el huésped y actúa a través de seres animados (animales o artrópodos) o inanimados (alimentos, agua, fomites). Se suele relacionar con condiciones higiénicas deficientes. Hay que diferenciar un mecanismo de transmisión homólogo (cólera) y otro heterólogo con dos (brucelosis) o tres eslabones (peste). Mecanismos de transmisión indirecta: a) Por el aire. b) Por vehículos de transmisión; agua, alimentos, fomites, etc. c) Desde el suelo: necesita agentes resistentes como son los esporulados (tétanos, gangrena gaseosa, botulismo), existiendo ciertos parásitos que precisan pasar por el suelo para completar su ciclo (áscaris, anquilostomas, etc.). d) Baños (leptospirosis), aerosoles. 363

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e) Artrópodos: actúan como vectores, transportando gérmenes desde la fuente de infección al huésped, tanto de forma pasiva o mecánica (insectos, animales) como de forma activa o biológica cuando el artrópodo hematófago ingiere el microorganismo infectante por picadura, el cual es capaz de sufrir en el organismo del artrópodo cierta multiplicación, cumplir una fase de su ciclo evolutivo o ambas cosas a la vez.

1.3.4. Sujeto sano susceptible Es todo sujeto sano y capaz de enfermar, es el último eslabón de la cadena epidemiológica. El grado de susceptibilidad está influido por una serie de factores, como son: edad, sexo, raza, profesión, lugar de residencia. La edad tiene gran importancia debido a: los distintos niveles de inmunidad según la que se tenga, la distinta posibilidad de exposición o aislamiento, las distintas formas de las enfermedades y ciertos factores relacionados con las prácticas sociales según la edad (escolaridad). En el sujeto susceptible existen distintos elementos que juegan un papel importante en el contagio: 1. La puerta de entrada: punto por donde penetra el agente causal. Esta puerta de entrada puede servir para la multiplicación del germen o su llegada a otros órganos y puede ser específica para algunos agentes y no para otros. Las distintas puertas de entrada pueden ser: piel, genitales, vías urinarias, conjuntiva, aparato digestivo, faringe, inoculación por instrumentos. 2. La inmunidad: humoral y celular. Existen muchas enfermedades que disminuyen esta inmunidad (sida, neoplasias, etc.). Así como ciertas condiciones socioeconómicas y nutricionales.

2. Infección nosocomial

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La historia de las infecciones nosocomiales (hospitalarias) es tan antigua como la del hospital; existen infecciones hospitalarias desde el momento en que se agrupan los enfermos para su cuidado. Las infecciones nosocomiales son un importante problema de Salud Pública ya que producen una morbilidad y mortalidad destacadas, dando lugar a elevados costes sociales y económicos. Se estima que en nuestro medio, del 6 al 10% (prevalencia media del 7,10% en España en el año 2010) de los enfermos ingresados en un hospital de agudos adquieren una infección nosocomial. La estimación de la mortalidad podría situar el problema dentro de las diez primeras causas de muerte, lo que ha hecho que el conocimiento de las tasas de infección se considere necesario para las estadísticas vitales.

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

Por lo que respecta a los costes, la prolongación de las estancias se ha estimado en 5-7 días, lo que, unido a los costes indirectos, permite intuir la magnitud real del problema.

2.1. Consideraciones generales La infección nosocomial o adquirida en el hospital es aquella que aparece durante la hospitalización del paciente y que no se hallaba presente, o en periodo de incubación en el momento de admisión del enfermo en el centro, independientemente de que se manifieste o no durante su estancia en el hospital. La OMS la define como cualquier enfermedad microbiana, reconocible clínicamente, que afecta a los pacientes como consecuencia de ser admitidos en un hospital o atendidos para tratamiento, y al personal sanitario como consecuencia de su trabajo.

Fuentes de infección y mecanismos de transmisión Las infecciones nosocomiales de origen endógeno se extienden principalmente por contacto y vehículos contaminados, por contacto directo a través de las manos de enfermeras, auxiliares de enfermería, Celadores o medios auxiliares... El lavado cuidadoso de las manos en cada contacto con los pacientes es la principal medida para prevenir la transmisión de infecciones por contacto directo. El segundo mecanismo de transmisión son los vehículos contaminados del tipo de medicaciones, alimentos e instrumentos médicos. La transmisión aérea en el hospital es difícil de demostrar, pero este mecanismo puede intervenir en enfermedades como las infecciones víricas, respiratorias o tuberculosis abiertas. Los pocos gérmenes que se aíslan en un quirófano no presentan prácticamente ningún riesgo.

2.2. Principales tipos de infección hospitalaria En el medio hospitalario, las infecciones urinarias, de heridas quirúrgicas, bacteriemias y enfermedades respiratorias representan el 80% de las infecciones nosocomiales.

365

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A raíz de los estudios publicados del proyecto EPINE en el año 2002, las enfermedades respiratorias (neumonías, vías respiratorias bajas, tuberculosis, etc.) desbancaron por primera vez a las infecciones urinarias consideradas como la infección nosocomial más frecuente. En el último informe publicado perteneciente al año 2009-2010 las infecciones urinarias retornan el primer lugar. Localizaciones de la infecciones nosocomiales Urinarias

22,12%

Respiratorias

20,93%

Quirúrgicas

20,16%

Bacteriemias

14,02%

Resto

20,73%

Resultados EPINE año 2009

La frecuencia de las infecciones nosocomiales varían de un hospital a otro, siendo los hospitales universitarios y aquellos con mayor número de camas los que presentan más frecuencia. Con respecto a las unidades de hospitalización la Unidad de Cuidados Intensivos es la que ostenta mayor prevalencia.

2.2.1. Infecciones urinarias En el último informe EPINE del año 2010-2011 ocupan el primer lugar de las infecciones nosocomiales. El 90% está asociada a manipulaciones instrumentales de las vías urinarias (sondaje vesical) y el microorganismo más veces aislado es el E. coli. En muchos casos pasan inadvertidas. La incidencia de bacteriurias después de la cateterización depende de varios factores, siendo uno de los más importantes su duración (más de 48 horas). Otros factores son la edad y sexo.

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Material necesario para sondaje vesical

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

2.2.2. Enfermedades respiratorias (neumonías, vías respiratorias bajas, tuberculosis, etc.) El principal mecanismo patogénico lo constituye la aspiración de secreciones gástricas y orofaríngeas en pacientes con alteración de sus sistemas defensivos. Los factores que predisponen a la infección respiratoria son la traqueotomía, los equipos de respiración asistida, los equipos de anestesia, los tubos endotraqueales, la broncoscopia, etc.

2.2.3. Infecciones de heridas quirúrgicas Ocupan el tercer lugar de las infecciones nosocomiales. Es importante conocer el tipo de cirugía según el grado de contaminación: 1. Limpia: Son las heridas que cicatrizan por primera intención. El riesgo de contaminación es exógeno.

2. Limpia-contaminada: cuando se penetra en cavidades comunicadas con el exterior. 3. Contaminada: son las heridas abiertas recientes (menos de 4 horas), operaciones con alteraciones de la técnica estéril. 4. Sucia o infectada: cuando se trata de heridas traumáticas no recientes (más de 8 horas) con tejido desvitalizado. Las tasas esperables de infección de herida sin profilaxis se muestran en la siguiente tabla: Cirugía Limpia

1 al 5%

Cirugía Limpia-contaminada

5-15%

Cirugía Contaminada Cirugía Sucia

15-30% 40 al 60%

Existen cuatro factores de riesgo que son los de mayor influencia: – Intervención abdominal. – Duración de la intervención. – Cirugía contaminada o infectada. – Existencia de tres o más enfermedades subyacentes.

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2.2.4. Bacteriemias La mayoría son secundarias a un foco infeccioso de otra localización, principalmente del tracto urinario, neumonía o herida quirúrgica. La bacteriemias primarias están en relación con la instrumentalización intravascular y, aunque no se han descrito brotes debidos a la contaminación de líquidos de perfusión, son los catéteres intravenosos la principal fuente de patógenos.

2.3. Prevención y control de la infección nosocomial Los hospitales con programas activos de vigilancia y control tienen un número significativamente menor de infecciones que aquellos que no los poseen. Los elementos esenciales para un programa de control efectivo son: – Un sistema de vigilancia activa de la infección, con información periódica de los resultados al personal hospitalario. – Medidas de control rigurosas, destinadas a eliminar los factores de riesgo reconocidos. – Una enfermera para control de la infección nosocomial. – Epidemiólogos con conocimientos sobre la infección nosocomial que tengan parte activa en los programas de control.

2.4. Medidas generales en la prevención y control de la infección hospitalaria 2.4.1. Normas generales de actuación – Normas de higiene para el personal sanitario que son básicas y obligatorias para todos. La principal es el lavado de las manos. La técnica depende del tipo de maniobra que se vaya a realizar. En la mayoría de los casos es el lavado de manos higiénico (agua y jabón). En el caso de realizarse un lavado quirúrgico de manos es necesario la utilización de un jabón antiséptico y prolongar el tiempo de lavado durante 5 minutos. – Normas en instrumentación: todas las maniobras con capacidad contaminante deben restringirse al máximo. Cuando se tengan que realizar deben hacerse en condiciones de asepsia y manteniéndose el menor tiempo posible. – Medidas de aislamiento. Tiene dos indicaciones:

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La incorrecta manipulación de la sonda vesical provoca numerosas infecciones nosocomiales

*

Prevenir que los pacientes infectados transmitan la infección a los demás.

*

Proteger a los pacientes con riesgo elevado.

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

2.4.2. Grados de eficacia de las medidas de prevención de las infecciones nosocomiales Estas medidas se han agrupado por su eficacia en tres categorías: 1. Grado I, eficacia probada: esterilización, lavado de manos, drenaje urinario cerrado, vigilancia de catéteres intravenosos, no tocar las heridas, quimioprofilaxis en cirugía contaminada, vigilancia de los respiradores, empleo de guantes y vacunación del personal sanitario (hepatitis B, gripe, etc.). 2. Grado II, eficacia lógica: procedimientos de aislamiento, educación e información y sistemas de vigilancia epidemiológica. 3. Grado III, eficacia dudosa o desconocida: desinfección del suelo, paredes y pilas, luz ultravioleta, nebulizadores, flujo laminar, quimioprofilaxis en cirugía limpia, control rutinario bacteriológico del ambiente, filtros intravenosos terminales y medios de barrera (calzas, batas, mascarilla), y de forma sistemática en todos los familiares de pacientes de UCI o reanimación.

3. Barreras higiénicas Constituyen junto con la vacunación (inmunización activa), normas de higiene personal, cuidado con los objetos cortante y esterilización y desinfección, las denominadas “precauciones universales”. Definimos las barreras higiénicas como aquellos mecanismos físicos, químicos o mecánicos que actúan como barrera previniendo la transferencia de contaminantes o fuentes potenciales de contaminación. Dicho de otro modo, son los mecanismos que van a impedir que los microorganismos patógenos entren en contacto con un sujeto sano. Estas barreras físicas van desde el lavado de manos como la principal barrera hasta el uso de prendas de aislamiento como las mascarillas, bata, guantes, etc. Otras barreras serían las de tipo químico donde se incluyen los desinfectantes y los antisépticos. También existen barreras estructurales como son los box de aislamiento, los círculos de aire de presión positivo o negativo (según se pretenda que no entre aire del exterior o salga del interior), filtros de los dispositivos de ventilación y aire acondicionado. La propia anatomía de la persona está preparada para evitar la penetración de microorganismos basándose en estructuras de barrera como es la piel, saliva, moco digestivo, cerumen, cilios y vellosidades nasales, etc. 369

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4. Aislamiento hospitalario 4.1. Introducción Se conoce como aislamiento hospitalario, al conjunto de normas que hay que tomar en el hospital para evitar la propagación de las enfermedades infecciosas dentro de las distintas estancias y servicios hospitalarios. Mediante el aislamiento se pretende evitar la propagación de microorganismos entre los pacientes, interrumpiendo la cadena epidemiológica en la vía de transmisión sobre todo. Cabe señalar que en muchas ocasiones es difícil conseguir el aislamiento completo, pero cuando a la propagación de los gérmenes se le ponen barreras es siempre más difícil que la infección y/o enfermedad infecciosa se extienda.

4.2. Normas generales a seguir por el personal hospitalario Con la finalidad de evitar la propagación de infecciones en el hospital, el personal debe extremar la profilaxis (medidas preventivas) y seguir las recomendaciones generales que a tal fin se han establecido y que son las siguientes: – Vacunarse contra la hepatitis B al comenzar a trabajar en un centro sanitario. – Evitar la formación de heridas por accidente laboral y de manera especial con objetos o instrumental contaminado. Agujas, bisturíes, cuchillas y otros materiales de filo que sean desechables deben eliminarse con cautela y siempre en recipiente rígido. – Es necesario evitar el contacto de heridas, úlceras, sobre todo de las manos con sangre, líquidos o secreciones de los pacientes, máxime si éstos son pacientes de riesgo. – Utilizar recipientes herméticos e irrompibles para el traslado de muestras. – Las superficies o zonas manchadas de sangre deben limpiarse con lejía u otros antisépticos. – Existe una técnica muy efectiva denominada de la doble bolsa; consiste en introducir en la habitación del aislamiento una bolsa y dejar en el exterior otra, de modo que cuando la bolsa del interior esté llena (ropa, lencería, etc.) se cerrará y se introducirá en la bolsa del exterior. – En el curso de las intervenciones quirúrgicas y en la realización de autopsias, deben evitarse los instrumentos que producen aerosoles o salpicaduras. En casos de riesgo deben usarse: doble guante, gafas protectoras y ropas impermeables y desechables. – Los instrumentos ópticos deben someterse a esterilización siempre que sea posible. El instrumental quirúrgico debe esterilizarse adecuadamente siempre después de ser utilizado en cada paciente. – En el laboratorio deben utilizarse pipetas mecánicas (nunca pipetear con la boca) y se debe evitar la producción de aerosoles. 370

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

– Como medida profiláctica (preventiva) es necesario el uso de bata, mascarilla y guantes para trabajar en unidades que exigen un aislamiento riguroso. El orden a seguir en la colocación de estas prendas es: lavado de manos, calzas, gorro, mascarilla, gafas protectoras, bata y por último guantes. Al salir del aislamiento lo primero en quitarnos serán los guantes. – El método que se utiliza para impedir la propagación de las enfermedades infecciosas transmisibles es el aislamiento del enfermo cuando se trate de un problema o enfermedad infecciosa que suponga riesgo importante. El objetivo principal del aislamiento en sus diferentes formas (hospitalario, domiciliario, etc.) es evitar el contagio de enfermedades infecciosas transmisibles, ya sean los pacientes los portadores de dichas enfermedades o susceptibles de padecerlas. Existen situaciones clínicas en las cuales el paciente puede encontrarse inmunodeprimido (sida, cáncer, quimioterapia), que hacen necesaria la utilización de este método para evitar que infecciones procedentes del exterior pongan en peligro su vida. Para que su aislamiento sea eficaz ningún objeto contaminado debe salir de la habitación o box del enfermo sin ser sometido a desinfección.

Personal sanitario preparándose para entrar en un Box de aislamiento

4.3. Técnica de aislamiento La práctica hospitalaria de la técnica de aislamiento se basa en: a) Desinfección continúa durante la enfermedad Debe realizarse de la siguiente manera: – Desinfección de la habitación del enfermo (suelo, paredes, mobiliario). – Desinfección de los utensilios para comer: después de ser usados deberán lavarse a ebullición. Actualmente se utilizan utensilios desechables. – La ropa se colocará en sacos de plástico cerrados con la etiqueta de enfermo infectocontagioso y se enviará así al servicio de lavandería. – La eliminación de deyecciones no debe hacerse directamente a través de la taza del water sino que deben dejarse durante el tiempo necesario en contacto con un desinfectante para destruir los gérmenes. b) Desinfección final Se realizará cuando el paciente se ha marchado de la habitación. Debe hacerse sobre: – Superficies: incluye la desinfección de paredes, suelos, superficies del mobiliario, etc.

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– Desinfección profunda: corresponde al tratamiento de la ropa blanca de la cama así como de todos los objetos existentes en la habitación que posiblemente pudieran estar contaminados.

4.4. Tipos de aislamientos: clasificación clásica 4.4.1. Aislamiento estricto Tiene por objeto prevenir la transmisión de infecciones muy contagiosas o virulentas que pueden propagarse fácilmente por la vía aérea a través de gotitas y por contacto directo. – Especificaciones: *

Habitación privada, con puerta cerrada, si es necesario. El paciente puede compartir el cuarto con otra persona con el mismo diagnóstico.

*

Es esencial el uso de mascarillas, batas y guantes para todos los que entran en la habitación.

*

Se requiere lavado de manos después de tocar al paciente o artículos potencialmente contaminados y antes de cuidar a otra persona.

*

Los artículos contaminados con material infeccioso deben desecharse o embolsarse y rotularse antes de enviar a descontaminación y reprocesamiento.

– Enfermedades que requieren aislamiento estricto:

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*

Difteria faríngea.

*

Fiebre de Lassa y otras fiebres hemorrágicas.

*

Peste neumónica.

*

Herpes Zoster localizado en un paciente inmunodeprimido.

*

Varicela.

*

Rabia.

*

Neumonía por estreptococo.

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

*

Neumonía estafilocócica.

*

Rubéola congénita.

*

Herpes simple neonatal.

– Material contaminante en el aislamiento estricto: *

Secreciones rinofaríngeas o bronquiales.

*

Exudados cutáneos.

*

Gotas de saliva.

4.4.2. Aislamiento respiratorio Son varias las enfermedades y los agentes infecciosos que debido a que la vía de eliminación de los gérmenes y la vía de entrada en el receptor (sujeto susceptible) es respiratoria, precisan en algún momento de su tratamiento el llamado aislamiento respiratorio. Enfermedades

Duración del aislamiento

Tuberculosis pulmonar

Hasta 15 días después del comienzo del tratamiento.

Meningitis meningocócica

Hasta 24 días después del comienzo del tratamiento.

Sepsis meningocócica

Hasta 24 días después del comienzo del tratamiento.

Sarampión

Hasta 4 días después del comienzo del rash.

Parotiditis (paperas)

Hasta 9 días después del comienzo de la inflamación.

Tos ferina

Hasta 7 días después del comienzo del tratamiento.

Rubéola

Hasta 7 días después del comienzo del rash.

Material contaminante – Secreciones respiratorias. – Gotas de Flügge (saliva en forma de aerosol). Normas de aislamiento – Habitación: individual (mantener la puerta cerrada). – Bata: no es necesaria. – Mascarilla: debe usarla toda persona que entre en la habitación. Si se permanece más de 10 minutos dentro debe usarse una mascarilla tipo quirúrgico (alta resolución). – Manos: siempre se deben lavar al salir de la habitación. – Guantes: no son necesarios. Sólo deben usarse si se manipulan pañuelos u otros objetos contaminados por secreciones respiratorias. – Pañuelos y sondas de aspiración: deben ser desechables. Envolverlos en material impermeable antes de tirarlos.

373

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

Sondas de aspiración

– Otros artículos: no suelen precisar cuidados especiales salvo que estén contaminados por secreciones respiratorias en cuyo caso deben ser desinfectados. – Traslados: si el paciente sale de la habitación debe hacerlo con mascarilla. – Visitas: solamente los familiares más próximos. Usarán mascarilla tipo quirúrgico. Aislamiento contra tuberculosis Aislamiento contra bacilos acidorresistentes, categoría de personas con tuberculosis pulmonar TBC, con frotis de esputo o radiografía torácica positivos que sugieren TBC activa. Especificaciones a) Es necesario una habitación privada con ventilación especial. La puerta debe mantenerse cerrada. El enfermo puede compartir con otro paciente que tenga igual diagnóstico. b) Están indicadas las mascarillas si el paciente tose y no se cubre la boca. c) Están indicadas las batas para prevenir la contaminación burda de la ropa. d) No están indicados los guantes. e) Lavado de manos (igual que en el aislamiento estricto). f ) Los artículos rara vez participan en la transmisión de la tuberculosis, sin embargo, los que estén contaminados deben limpiarse y desinfectarse a conciencia o desecharse.

4.4.3. Aislamiento entérico Son varias las enfermedades infecciosas que se transmiten y contagian por vía digestiva y de ahí el término de entérico. Se aplica en las gastroenteritis causadas por: escherichia coli, campilobacter, salmonella, shigella, yersinia, y se realiza mientras dure la enfermedad o hasta que el coprocultivo se haga negativo (3 cultivos negativos después de suprimido el tratamiento). 374

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

Enfermedades

Duración del aislamiento

Cólera

Mientras dure la enfermedad.

Gastroenteritis (Diarreas)

Mientras dure la enfermedad o pueda excluirse la naturaleza infecciosa.

Hepatitis A

Mientras dure la hospitalización.

Fiebre tifoidea

Hasta que el coprocultivo se negativice.

Material contaminante – Productos de excreción: heces. – Vómitos. Normas de aislamiento – Habitación: es aconsejable que sea individual. – Bata: es necesaria si se va a tener contacto con el paciente (hacer la cama, movilizar al enfermo, poner la cuña). – Mascarilla: no es necesaria. – Manos: lavado con un jabón antiséptico al salir de la habitación. – Guantes: son necesarios si se va a tener contacto directo con el enfermo y se van a manipular objetos o enseres contaminados.

Recipientes rígidos donde se desechan las agujas utilizadas

– Cuñas y orinales: serán de uso exclusivo mientras dure el aislamiento. Una vez finalizado deberán ser desinfectados con lejía. – Agujas y hojas de bisturí: hay que introducirlas en recipientes rígidos para ser desechadas. – Otros artículos: no es preciso tomar precauciones especiales, salvo si están contaminados por heces, orina, sangre o contenido gastrointestinal. – Traslados: avisar del riesgo, especialmente si hay incontinencia. – Visitas: advertirles de que no presten al paciente servicios especiales (poner la cuña, orinal, etc.) – Limpieza de la habitación: no es necesario tomar precauciones especiales, salvo si se mancha el suelo con heces, sangre, orina, etc., en cuyo caso hay que realizar la desinfección con lejía durante 5 minutos y limpiar después según el sistema habitual.

4.4.4. Aislamiento de piel y heridas (cutáneo) Son varias las situaciones relacionadas con las heridas en la piel las que precisan del correspondiente aislamiento.

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Enfermedades

Duración del aislamiento

Quemaduras infectadas

Hasta que se produzca la curación

Gangrena gaseosa

Hasta que se produzca la curación

Impétigo vulgaris

Mientras dure la enfermedad

Sepsis puerperal

Mientras dure la enfermedad

Herpes Zoster local

Mientras dure la enfermedad

Dermatitis extensas Infectadas

Mientras dure la enfermedad

Heridas infectadas extensas

Mientras dure la enfermedad

Material contaminante – Exudado de las heridas. – Secreciones vaginales en las sepsis puerperales. Normas de aislamiento – Habitación: es aconsejable que sea individual. – Bata: es necesario su uso por toda persona que tenga contacto directo con el paciente. – Mascarilla: sólo cuando se haga una cura. – Manos: hacer un lavado riguroso con jabón antiséptico al entrar y al salir de la habitación. – Guantes: cuando se manipula o realizan curas de las heridas. – Ropa de la cama: no sacudir nunca las sábanas y manipular la ropa manchada de exudados de heridas con cuidado y guantes. Es necesario proteger el colchón con hule impermeable para evitar que sea manchado y contaminado. – Otros artículos: no es necesario tomar medidas especiales. – Traslados: para cualquier traslado, las lesiones (quemaduras, heridas, etc.) deben cubrirse con apósitos limpios, envolver la zona en paños estériles y avisar al nuevo servicio del riesgo de infección. – Visitas: no es necesario tomar precauciones especiales, salvo advertir de que no manipulen ni toquen los apósitos o las lesiones descubiertas.

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– Limpieza de la habitación: tampoco se precisan precauciones especiales, salvo si se mancha el suelo o paredes con material contaminado en cuyo caso debe procederse como en el caso anterior.

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

4.4.5. Aislamiento protector/inverso Se trata de una variante de aislamiento en la que el paciente no es contagioso, sino que el medio que le rodea es altamente peligroso para él, con elevado riesgo de adquirir infecciones procedentes del ecosistema que lo rodea (ej: pacientes inmunodeprimidos, quemados, procesos cancerígenos, etc.). Las normas de aislamientos son básicamente igual que en el aislamiento estricto. Enfermedades

Duración del aislamiento

Pacientes inmunodeprimidos: – Aplasia medular. – Agranulocitosis.

Mientras dure la inmunosupresión

– Tratamiento con citostáticos. – Tratamiento con inmunosupresores. Dermatitis externas no infectadas

Hasta la curación

Quemaduras externas no infectadas

Hasta la curación

Normas de aislamiento – Habitación: precisa habitación individual. – Bata: siempre debe hacerse uso de la bata limpia para entrar en la habitación del paciente y debe ser estéril para realizar cualquier tipo de cura, maniobra o contacto. – Mascarilla: obligatorio su uso. – Lavado de manos: obligatorio al entrar y salir de la habitación. – Guantes: deben usarse siempre que se tenga contacto directo con el paciente. – Cuñas y orinales: deben estar desinfectadas y ser de uso exclusivo. – Tensiómetro: destinarlo para uso exclusivo mientras dura el aislamiento. – Termómetro: de uso exclusivo. Desinfectarlo después de cada uso introduciéndolo en alcohol. – Traslados: se harán sólo aquellos que resulten imprescindibles y se realizarán lo más rápido posible. El paciente debe llevar mascarilla tipo quirúrgica. La ropa de cama y otros materiales que entren en contacto con el paciente estarán esterilizados.

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Aislamiento en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (hemático) Se trata de una infección de origen vírico que cursa con una inmunodeficiencia importante. Material contaminante – Sangre. – Semen. – Secreciones vaginales. Normas de aislamiento – Habitación: es aconsejable que sea individual pero no es imprescindible. Si el paciente no esta inmunodeprimido no es necesario la utilización de presión negativa en el interior e incluso la puerta puede permanecer abierta. – Bata: siempre que se realicen técnicas traumáticas (punciones, aspiraciones). – Mascarilla: no es necesario su uso. – Manos: lavarse con jabón antiséptico antes de entrar en la habitación y después de salir. – Guantes: deben usarse siempre que se tenga que realizar alguna técnica de punción. – Cuñas y orinales: de uso exclusivo. Esterilizarlas.

– Afeitado: maquinillas de uso exclusivo. – Apósitos: retirarlos para incineración. – Traslados: se harán sólo aquellos que resulten necesarios. – Vajilla y ropa de cama: no precisan medidas especiales. – Limpieza de la habitación: no precisa precauciones especiales.

4.5. Tipos de aislamientos: clasificación actual Con el propósito de simplificar los aislamientos y de no “catalogar” a los pacientes pudiéndose estos sentirse discriminados el CDC (Center for Disease Control and Prevention) modificó los tipos de aislamientos en dos categorías: – Precauciones estándar o universales. 378

– Precauciones según el mecanismo de transmisión (respiratoria -aérea y gotitas- y de contacto).

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

4.5.1. Precauciones estándar Se trata de procedimientos sencillos que disminuirán la incidencia de infecciones mediante la evitación de entrar en contacto con determinados fluidos corporales (sangre, secreciones vaginales, líquido amniótico, leche materna, semen, líquido cefalorraquídeo, líquido sinovial, líquido peritoneal, líquido pleural, líquido pericárdico, exudados, y otros líquidos contaminados visiblemente con sangre). – Lavado de manos: de manera inmediata cuando por accidente se entre en contacto con estos fluidos. Debemos lavarnos las manos siempre, antes y después de entrar en contacto con cada paciente. – Empleo de mediadas de barrera: guantes, batas, protectores oculares, etc. – Limpieza de superficies: limpieza con agua y jabón, y desinfección con desinfectante de superficies o lejía diluida 1/10, excepto en superficies metálicas. – Habitación: es aconsejable que sea individual pero no es imprescindible.

4.5.2. Precauciones según el mecanismo de transmisión (respiratoria –aérea y gotitas– y de contacto) 4.5.2.1. Precauciones para la transmisión aérea – Es importante tener siempre la puerta cerrada (se intentará una aireación máxima sin abrir la puerta). Cuando estemos ante un aislamiento de un paciente con tuberculosis pulmonar o laríngea utilizaremos una lámpara ultravioleta (efectiva contra la tuberculosis). Tanto las visitas como la entrada de personal sanitario se harán con restricciones. – Mascarilla antes de entrar en la habitación en los casos de tuberculosis, si es otra enfermedad de la cual estemos inmunizadas (varicela) no hará falta. Infecciones englobadas en esta categoría: tuberculosis pulmonar y laríngea, meningitis meningocócica, sarampión, varicela, rubéola y tos ferina.

4.5.2.2. Precauciones para la transmisión por gotas – Es una modalidad en la cual no se necesitan sistemas de ventilación e incluso la puerta podemos dejarla abierta.

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– Cuando nos aproximemos al paciente concretamente a menos de un metro de él debemos usar mascarillas. Infecciones englobadas en esta categoría: infección invasiva por H. influenzae tipo B o neisseria meningitidis, infecciones respiratorias víricas (adenovirus, rubéola, influenza, parotiditis, parvovirus B-19) o bacterianas (C. diphteriae, B. pertusis, M. pneumoniae, Y. pestis, estreptococo productor de faringoamigdalitis, neumonía y escarlatina en niños).

4.5.2.3. Precauciones de contacto – Como requisito más importante esta el no tocar a los pacientes sin protección. – No es necesario que sea habitación individual. Existe casos de patologías muy resistentes a antibióticos en los cuales si es necesario (S. aureus meticilin resistente y streptococcus del grupo A. – Medios de barrera: lavado de manos al salir de la habitación, guantes y batas si se va a entrar en contacto directo con el paciente. – Visitas: tanto las visitas como la entrada de personal sanitaria se harán con restricciones.

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CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2 Concepto de profilaxis (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, parte 2 convocatoria 2006). 2 Características del aislamiento invertido (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2 Medidas profilácticas para prevenir infecciones (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2 Características del aislamiento de protección inversa, aislamiento entérico, porcentaje de infecciones urinarias (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Características del aislamiento hemático, orden de retirada de prendas de protección al salir de un aislamiento, característica del aislamiento respiratorio (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Concepto de infección nosocomial (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Característica del aislamiento respiratorio, uso de contenedores rígidos (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2 Orden de retirada de prendas de protección al salir de un aislamiento, tipos de barrera contra la infección (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Eslabones de la cadena epidemiológica, concepto de reservorio, tipos de cirugía según el grado de contaminación, concepto de infección nosocomial, precauciones en el control de infecciones (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Tipos de barrera contra la infección, concepto de reservorio (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Concepto de reservorio, orden de retirada de prendas de protección al salir de un aislamiento, concepto de infección, tipos de infecciones nosocomiales, enfermedades trasmitidas por la sangre (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010).

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18

1. 2. 3. 4. 5. 6.

La organización de las urgencias La actuación del Celador en la entrada de Urgencias El transporte de enfermos en ambulancias Transporte sanitario en situaciones especiales Posiciones del transporte Funciones del Celador en ambulancias

18

Actuación del Celador en unidades de urgencias y ambulancias

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1. La organización de las urgencias 1.1. Concepto Los dispositivos de urgencias sanitarias tienen como finalidad garantizar a los usuarios del Sistema Sanitario Público una atención sanitaria durante las 24 horas del día, para tratar los procesos que no admiten demora y que, por tanto, no son susceptibles de someterse a los tiempos de espera de la asistencia ambulatoria y de internamiento ordinarios o programados. Urgencia médica es toda situación que lleva al paciente, testigo o familiares, a solicitar asistencia médica inmediata. Emergencia médica real es un tipo agravado de urgencia en la que existe «un peligro inmediato, real o potencial, para la vida del paciente, o riesgo de secuelas graves permanentes, si no recibe atención sanitaria cualificada sin demora».

1.2. Dispositivos de urgencias a) Como antecedentes tenemos: – El Servicio Nocturno de Urgencias, creado en 1948 por el Instituto Nacional de Previsión. – Los Servicios de Urgencia de la Seguridad Social, creados en 1964. – Los Equipos de Cirugía de Urgencia. – Las Casas de Socorro municipales. b) Actualmente distinguimos: – Unidades de Urgencias hospitalarias. – Unidades de Urgencias extra–hospitalarias: *

Servicios Normales de Urgencias.

*

Servicios Especiales de Urgencias.

*

Servicios de Urgencias de los Centros de Salud o Puntos de Atención Continuada (PAC).

*

Servicios de Urgencias y Emergencias Sanitarias «061» «112», SAMU, SOS emergencias, etc.

1.2.1. Unidades de Urgencias hospitalarias

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Son los Servicios de Urgencias de los hospitales generales y de especialidades. Orgánicamente pertenecen al Servicio especializado de Cuidados Críticos y Medicina Intensiva del hospital (también denominado Cuidados Críticos y Urgencias) en el que se ubican. Prestan asistencia sanitaria especializada las 24 horas. Ello quiere decir que el paciente será atendido en urgencias, en su caso, por el médico especialista en la patología que presenta.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

1.2.1.1. Descripción Todo hospital debe garantizar la asistencia en todo momento a cualquier tipo de urgencia médica, tanto interna como externa, bien de forma completa o bien parcial, para, una vez asistida, poder remitirla a otro centro de nivel superior. Según los servicios que sea capaz de ofertar el Servicio de Urgencias de un hospital, podemos distinguir hospitales de: – Nivel 1. Es el de menor especialización. – Nivel 2. Aumenta el número de especialidades médicas con respecto al anterior. – Nivel 3. hospitales de referencia en los que se atienden urgencias de todas las especialidades médicas.

1.2.1.2. Plan de Urgencias Los fines y objetivos de la unidad de Urgencias se plasmarán en el Plan de Urgencias, en el que se tendrán en cuenta los fines y objetivos generales del hospital, según el nivel que este ocupe en la estructura sanitaria de la Comunidad Autónoma. El Plan de Urgencias del hospital se integrará en el Plan General hospitalario, e incorporará las propuestas del Servicio de Medicina Intensiva y de Urgencias, al que se adscribe el Área de Urgencias, y de las demás unidades médicas y de enfermería. En cuanto a la organización, el Plan de Urgencias deberá incluir una descripción detallada de la unidad. Contemplará, al menos, los siguientes apartados: – Organigrama, personal de la unidad y recursos materiales. – Funciones, competencias y responsabilidades del personal. – Programas sobre procedimientos y cuidados a realizar, así como sus responsabilidades y limitaciones. – Protocolo de asistencia sanitaria de urgencias.

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– Circuito administrativo. – Circuito asistencial. – Historia Clínica. – Programa de formación continuada del personal. – Sistemas de control y evaluación de resultados.

1.2.1.3. Zonas diferenciadas En la unidad de Urgencias se distinguen las siguientes zonas y áreas de trabajo: – Área de admisión de enfermos.

– Área de espera de pacientes y acompañantes. – Área de boxes: son cuartos o habitaciones de reconocimiento de pacientes, dotados con el instrumental suficiente para la práctica de la medicina de urgencias. – Área de observación: es la zona en que los enfermos quedan encamados para observación clínica de su proceso, antes de decidirse su ingreso en planta de hospitalización o el alta. – Área de SVB (Soporte Vital Básico). – Área de emergencias. – Área de asistencia específica de algunas especialidades. – Despachos de responsables médicos y de enfermería.

1.2.1.4. Equipamiento Los medios técnicos asistenciales con que se cuenta en urgencias son: – Oxígeno y medios para su administración. 386

– Equipo de ventilación mecánica asistida.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

– Desfibrilizador cardíaco con sincronizador. – Equipo de monitorización cardio-respiratoria. – Laringoscopio y tubos endotraqueales. – Equipos de aspiración gástrica y traqueobronquial. – Equipos de traqueotomía y toracocentesis. – Equipos para drenaje pleural y pericárdico. – Equipos para cateterización uretral. – Torniquetes y material para clampajes vasculares. – Instrumental de cirugía menor. – Equipos de atención obstétrica urgente. – Medicamentos. – Equipos para infusión parenteral y administración de sangre y hemoderivados.

1.2.1.5. Asistencia Todas las especialidades médicas con que cuente el hospital son susceptibles de ser atendidas por el Servicio de Urgencias, al menos integradas en otras especialidades más generales (por ejemplo, el médico internista de urgencias atenderá las urgencias de reumatología, dermatología, endocrinología, etc.). La asistencia sanitaria prestada por la Unidad de Urgencias del hospital comprende: – Régimen ambulatorio: asistencia en urgencias y alta al domicilio. – Régimen de observación: permanencia en cama en sala de observación durante un máximo de 24 horas, para ser dado de alta a domicilio o pasar a ingresar en planta de hospitalización.

Sala de observación

No se incluye, por tanto, la asistencia urgente domiciliaria.

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1.2.1.6. Dependencia La unidad de Urgencias hospitalaria depende del Servicio de Cuidados Críticos y Medicina Intensiva del hospital (también denominado cuidados críticos y urgencias en otras Comunidades Autónomas).

1.2.1.7. Personal a) Responsables: – Un coordinador médico de urgencias. – Una supervisora de enfermería. – Un jefe de personal subalterno. b) Personal facultativo: – Facultativos no especialistas: *

Médicos de urgencias hospitalarias.

*

Médicos generales/de familia de hospital.

Son los llamados «médicos de puerta». Prestan sus servicios exclusivamente en el Servicio de Urgencias del hospital. Su tarea fundamental es prestar a los pacientes la primera asistencia médica y derivarlos, en su caso, al médico especialista que corresponda. Tratan y resuelven la mayoría de las urgencias. – Facultativos en formación: Son los llamados MIR (médicos internos residentes) que están recibiendo formación de especialistas en el hospital durante varios años. Entre los distintos servicios en que se han de formar se encuentra urgencias. – Facultativos especialistas del hospital: Son los facultativos especialistas de área y médicos adjuntos que realizan guardias médicas (de presencia física o localizadas) en la unidad de urgencias del hospital y en otras unidades hospitalarias. Atienden las urgencias que les remiten los médicos de puerta. c) Personal sanitario no facultativo: – Enfermeros (ATS/DUE). – Técnicos especialistas. – Auxiliares de enfermería. – Como responsable de enfermería habrá un enfermera Supervisora de Urgencias. d) Personal administrativo: En admisión de urgencias. e) Otro personal no sanitario: 388

Celadores de urgencias.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

f ) Personal del Servicio de Atención al Paciente. El personal facultativo presta servicios en urgencias en régimen de guardias médicas, por módulos de 17 o 24 horas, en tanto que el resto del personal sanitario y no sanitario prestas sus servicios en urgencias del hospital en turnos rotatorios de mañanas, tardes o noches.

1.2.2. Unidades de Urgencias extrahospitalarias 1.2.2.1. Servicios Normales de Urgencias y Servicios Especiales de Urgencias A) Descripción Son los dispositivos que prestan asistencia sanitaria de urgencias no especializada entre las 17 h y las 9 h del día siguiente, así como 24 horas los domingos y festivos, hasta las 9 h del día siguiente. Se ubican en instalaciones propias o en los Centros de Salud y Centros de Especialidades (Ambulatorios) a partir de las 17 horas. 1. Los servicios Especiales de Urgencia cubren la asistencia de las poblaciones más importantes (capitales de provincia y grandes núcleos de población) contando con mayores recursos humanos y materiales. 2. Los Servicios Normales de Urgencias cubren la asistencia de las poblaciones que cuentan con ambulatorios y otras que, con un alto volumen de población, cuentan sólo con consultorios. Con la integración de los servicios sanitarios de las Corporaciones Locales en el Sistema Nacional de Salud, operada por la Ley General de Sanidad a partir de 1986, muchas de las «Casas de Socorro» de los Ayuntamientos se convirtieron en Servicios Normales de Urgencias. En las poblaciones de ámbito rural sin cobertura de urgencias por los SNU/SEU (ni por los nuevos Centros de Salud) son los propios Médicos Generales de los consultorios los que se encargan también de la asistencia sanitaria urgente, ambulatoria y domiciliaria, entre las 17 y las 9 h, mediante rotación por turnos. En su momento llegó a haber en España varios SEU y hasta 227 SNU. No obstante hoy se pueden considerar como un dispositivo sanitario a extinguir al incluirse la asistencia sanitaria de urgencias en los Centros de Salud, y ante la creación de nuevos dispositivos de urgencias como los Servicios de Urgencias y Emergencias del 061/112/SAMU. B) Asistencia La asistencia de los SNU y de los SEU comprende: – Asistencia ambulatoria, en el propio centro sanitario. – Asistencia domiciliaria, en el domicilio del paciente. No incluye, pues, asistencia en régimen de internamiento, que sólo se presta en los hospitales. Para la asistencia a domicilio los SNU/SEU cuentan con su propia flota de transporte: ambulancias de distintas características o vehículos no ambulancias conducidos por Celadores–conductores.

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C) Personal Aparte de la estructura directiva y administrativa, el personal de los SNU y los SEU lo conforman: – Médicos generales/de familia. – Enfermeros (ATS/DUE). – Celadores, conductores o Celadores–conductores. El personal de los SNU/SEU pertenece a un dispositivo sanitario propio y no al ambulatorio o consultorio en donde pueden desarrollar su labor. De este modo, la población protegida por dichos centros sanitarios es atendida tanto en la asistencia ambulatoria ordinaria como en la domiciliaria y la urgente por el médico general y resto del personal de dicho centro, hasta las 17 horas. Pero a partir de las 17 horas, y hasta las 9 del día siguiente se garantiza la asistencia sanitaria permanente por el personal del SNU/SEU. El régimen horario es muy peculiar: realizan una jornada de 16 horas (de 17 a 9 h) cada cuatro días.

1.2.2.2. Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) o Puntos de Atención Continuada (PAC) A) Descripción Los Centros de Salud estarán abiertos al público como mínimo de 9 a 17 horas e incluyen su prestación de urgencias. Prestarán además el resto de las horas atención continuada o de urgencias en coordinación con otros Centros o Servicios de la Zona de Salud o Sectorial correspondiente. La asistencia continuada de urgencias se prestará por el personal de los Equipos de Atención Primaria de la Zona de Salud, del Centro de Salud, en turnos rotativos.

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CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

B) Asistencia La asistencia de urgencias comprende tanto la que se presta en el propio centro como la domiciliaria. Como Centros de Atención Primaria que son, las urgencias de los Centros de Salud no incluyen régimen de internamiento, sino sólo ambulatorio y domiciliario. C) Personal El personal que presta servicios en urgencias de los Centros de Salud es el propio personal del Equipo de Atención Primaria de la Zona de Salud: – Médicos generales/de familia. – Enfermeros y otro personal de enfermería. – Personal no sanitario (Celadores, entre ellos). Los servicios prestados fuera de la jornada establecida para la atención de las urgencias en los Centros de Salud, se retribuyen como complemento de atención continuada. Como se observa, la organización de las urgencias de los Centros de Salud es análoga a la de los SNU/SEU. La progresiva implantación de Centros de Atención Primaria con Puntos de Atención Continuada y la cobertura por éstos de las urgencias, implica la desaparición de los SNU/SEU, por lo que ya hoy se consideran un dispositivo a extinguir que permanece como dispositivo sanitario no reconvertido (en la nueva organización de la Atención Primaria).

1.2.2.3. Funciones de los Celadores en las Unidades de Urgencias Extrahospitalarias Además de las funciones generales de los Celadores, en las unidades de urgencias extrahospitalarias se encargan de funciones administrativas (dado que no existe este personal en los SUAP/APC). Dentro de estas funciones están: – Tomar los datos del paciente, así como reflejar el motivo de la consulta. – Verificar los datos de la tarjeta sanitaria. – Recogerá vía telefónica los avisos que se producen para atención médica domiciliaria. – Velará por el buen funcionamiento del servicio. – Hablará con los pacientes explicando la situación del equipo sanitario (si están atendiendo a un paciente de gravedad los demás pacientes deben esperar). – Facilitará la hoja de reclamaciones a usuarios que no estén de acuerdo con la atención recibida. – No abandonará su puesto cuando esté solo en el servicio por ausencia del equipo sanitario (bien por atención de urgencia vital o por aviso domiciliario). – Podrá derivar urgencias a otros dispositivos sanitarios (061/112) en situaciones de máxima emergencia.

1.2.3. Servicios de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061/112/SAMU El Plan Director de Urgencias Sanitarias publicado en noviembre de 1988 por el Ministerio responsable de Sanidad, se propuso como objetivo la coordinación de todos los dispositivos de urgencias de todos los niveles asistenciales del extinto INSALUD, para obtener la optimización de los recursos existentes.

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Un instrumento de dicho Plan ha sido la creación del Servicio de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061/112/SAMU, que garantiza la asistencia sanitaria de emergencia en cualquier punto del territorio cubierto por el mismo, disponiendo, para ello, de unidades móviles de cuidados intensivos, terrestres y aéreas (helicópteros) que prestan atención médica intensiva desde el momento mismo en que se recoge al paciente. En concreto, el Servicio 061 «presta asistencia sanitaria a las personas con urgencias médicas cuyo diagnóstico o tratamiento requieren asistencia inmediata y de alta complejidad, a la vez que comportan un riesgo grave para la vida o pueden producir secuelas graves y permanentes en el individuo». El envío de unidades móviles lo determina un coordinador médico según un test de valoración que cumplimenta mientras atiende la llamada telefónica de la persona que ha comunicado.

Los pacientes son trasladados a las unidades de urgencias hospitalarias. El personal del Servicio 061/112/SAMU lo conforman: médicos, diplomados en enfermería (ATS/DUE) y técnicos en urgencias y emergencias (conductores).

2. La actuación del Celador en la entrada de Urgencias Nos vamos a referir a las funciones que corresponde realizar al Celador de una unidad de Urgencias de hospital, ya que es aquí donde existen más dispositivos sanitarios y por tanto donde mejor se puede observar la totalidad de tareas que puede desempeñar este personal. Un Celador en la puerta de urgencias debe tener flexibilidad y adaptabilidad en las situaciones potencialmente cambiantes. Sus funciones son:

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– Recibir a los pacientes que lleguen a la puerta de urgencias, saliendo a su encuentro, acompañándolos cuando puedan deambular por su propio pie o acomodándolos en una silla de ruedas o camilla, según requiera su estado. Por ejemplo, a un paciente que llega con una fractura en la rodilla le colocará en una silla de ruedas con soporte adecuado para inmovilizar la pierna afectada.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

– Trasladar al paciente al mostrador de admisión de urgencias para que el personal administrativo le tome sus datos personales y de derecho a la asistencia sanitaria. En caso de que su estado de salud no le permita esperar y cumplimentar este trámite administrativo, lo pasará directamente a la zona de triaje o a la consulta del médico de puerta que proceda. Triage es una palabra francesa que se escribe triaje que significa clasificación o elección y con ella denominamos al conjunto de procedimientos sencillos ejecutados sobre una víctima que orientan en sus posibilidades de supervivencia inmediata y determinan un tiempo límite asistencial para salvaguardar su vida. Nivel de gravedad

Nivel de urgencia

Tiempo de atención

Color

Nivel 1

Emergencia

Inmediata

Rojo

Nivel 2

Muy urgente

15 minutos

Naranja

Nivel 3

Urgente

30 minutos

Amarillo

Nivel 4

Menor urgente

60 minutos

Verde

Nivel 5

No urgente

120 minutos

Azul

Nivel de triaje y tiempo de atención médica recomendada

– Mantener la entrada de urgencias convenientemente surtida de carros y camillas, así como cubrir éstas con una sábana (estas sabanillas serán proporcionadas por los auxiliares de enfermería), retirándola una vez que ha sido usada. – Cuidar de que el paciente acuda a la zona de boxes o consulta de urgencias acompañado sólo por el número de personas que esté permitido (normalmente un familiar o ninguno). – Permitir el acceso sólo a las personas autorizadas para ello. – Controlar que los acompañantes autorizados a permanecer dentro de la zona de boxes o consultas con el familiar asistido, no accedan a otras zonas no autorizadas. Orientar al familiar que solicite información hacia el control o hacia el médico responsable. – Cuidar de que los pasillos y zonas de circulación permanezcan despejados de público. – Indicar a los acompañantes que pasen a la sala de espera en donde serán informados por megafonía o directamente de las vicisitudes de la asistencia que recibe el paciente. – Traslado de los pacientes a: *

Sala de espera de pacientes.

*

Sala de yesos.

*

Sala de observación.

*

Radiología.

*

Consultas externas.

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*

Servicios diagnósticos.

*

Cualquier unidad del hospital a la que haya que remitir al enfermo para la realización de pruebas.

Los pacientes serán trasladados a pie, en camilla o en silla de ruedas, según lo requiera su estado. – Traslado de parturientas a Paritorio o zona de Urgencias de Tocoginecología. – Traslado de pacientes encamados para ingreso en Planta de hospitalización llevando la documentación del ingreso que realiza admisión. – Traslado de pacientes a quirófano de urgencias, así como la Historia Clínica del mismo. – Revisar las balas de oxígeno que se emplean en los traslado para que estén en perfecto estado cuando vayan a ser utilizadas. – En caso de no haber cama para un paciente que deba ingresar, el Celador deberá traer una desde la unidad del hospital en que se localice. – Avisar a los allegados de los pacientes que ingresan en Planta para que los acompañen. – Traslado de documentos: *

Hojas de interconsulta.

*

Cursar analíticas, mediante traslado de petición.

*

Pedidos de almacén, fungibles, lencería, farmacia, etcétera.

*

Partes de mantenimiento.

– Trasladar a Urgencias determinado material desde el Servicio de Lencería (almohadas, mantas). – Trasladar al Servicio de Mantenimiento Electromédico la instrumentación médica averiada, y traslado a Urgencia de la instrumentación médica ya reparada. – Colaborar en la inmovilización y sujeción mecánica de los enfermos mentales agitados. – Sujeción de pacientes a los que se les realiza lavado gástrico o cosido de suturas (en especial niños). – Ayudar al personal sanitario en la colocación de férulas de yeso y yesos en general a los pacientes, cuando por alguna circunstancia se les requiera. – Ayudar al personal sanitario en el lavado de pacientes (en Sala de Observación) y en la realización de determinadas pruebas (por ejemplo, las punciones lumbares que se realizan a los pacientes encamados en Observación). – Ayudar al personal sanitario en la realización de placas radiográficas, bien portátiles en Sala de Observación, bien normales en el Servicio de Radiología. – Ayudar al personal sanitario de Observación a la preparación de los cadáveres. – Traslado de fallecidos (exitus) desde Urgencia hasta el Tanatorio del hospital, y colocación de los cadáveres en las cámaras frigoríficas.

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– Hay ocasiones en los que se notifica al Celador que en las afueras del hospital hay algún individuo que, aquejado por alguna patología, puede necesitar ayuda urgente (por pérdidas de consciencia, desmayo, parada cardiorrespiratoria, etc.), en este caso el Celador se cerciorará de los hechos e informará de inmediato al personal sanitario, siguiendo sus instrucciones para movilizar al paciente.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

3. El transporte de enfermos en ambulancias 3.1. El transporte sanitario El transporte sanitario es una de las prestaciones complementarias del Sistema Nacional de Salud. Se denomina transporte sanitario a aquel que se realiza para el desplazamiento de personas enfermas, accidentadas o por otra razón clínica, en vehículos especialmente acondicionados al efecto. El transporte de enfermos, ya sea desde el lugar donde ocurra el siniestro hasta el hospital, entre hospitales o bien incluso dentro del propio hospital, representa una tarea permanente dentro de cualquier sistema sanitario que requiere, no sólo de la dotación de medios adecuados y la cualificación de los profesionales, sino, además, de una adecuada coordinación. Sea cual fuere el carácter del traslado, hay que tener presente que de las condiciones en las que éste se realice, dependerá en gran medida el pronóstico del enfermo. Es por esto, por lo que cada día más, se están protocolizando las actuaciones, unificando los documentos de entrega y recepción de enfermos y cualificando a los profesionales que se encargan de esta tarea específica.

Documento de prescripción de transporte en ambulancia

Podemos hacer una primera clasificación de los tipos de transporte, dependiendo de: – El carácter del transporte: primario, secundario o terciario. – La urgencia vital: emergente, urgente o demorable. – Según el medio de transporte: terrestre aéreo o marítimo.

3.1.1. Tipos de transporte dependiendo del carácter del transporte Según el carácter del transporte podemos diferenciar transporte primario, secundario o terciario.

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3.1.1.1. Transporte primario Es el que se realiza desde el lugar donde se produce la emergencia, ya sea en el domicilio, en el lugar de trabajo, en lugares de publica concurrencia, en la carretera… hasta el hospital o centro sanitario de referencia del enfermo. El carácter de primario se lo da el hecho de que el paciente toma por primera vez contacto con los equipos sanitarios y no el medio de transporte que se emplee (terrestre, aéreo…) o la gravedad del accidente (tanto el traslado de un paciente crítico tras un accidente de tráfico, como el de un señor que se fracture un tobillo caminando por la calle, tienen el carácter de primario).

3.1.1.2. Transporte secundario Es el que se realiza entre dos centros sanitarios. Admite muchas variantes y por lo tanto los medios empleados también pueden cambiar mucho. – El enfermo puede dirigirse desde el centro donde se encuentre a otro, para recibir un tratamiento o cuidados específicos, o bien para realizarle una prueba diagnóstica de la que carezca el centro emisor. – Puede trasladarse al centro sanitario de la zona geográfica que le corresponda. Un señor que tenga un accidente en Barcelona mientras está de vacaciones, pero que habitualmente vive en Almería, probablemente una vez estabilizado querrá estar en la ciudad donde reside. – Puede trasladarse a otro centro, concertado o privado, en el que por cualquier motivo, considere que se encontrará mejor.

3.1.1.3. Transporte terciario El que se lleva a cabo dentro del propio centro hospitalario. Por ejemplo, desde una planta de medicina interna hasta la sala de ecografías. Es, sin duda, el más habitual, pues se realiza miles de veces al día, dentro de cada centro sanitario, pero sin embargo, probablemente, es el que esté aún menos protocolarizado y requiera de un personal menos específico, aunque debe hacerse con profesionalidad, proporcionando a la persona seguridad y bienestar. Ya existen sin embargo en algunos centros, equipos destinados únicamente, a la tarea de mover enfermos dentro de sus propias instalaciones, sobre todo teniendo en cuenta, las dimensiones de algunos macrohospitales.

3.1.2. Tipos de transporte según la urgencia vital Según la urgencia vital distinguimos tres tipos de transportes:

3.1.2.1. Transporte emergente 396

El transporte de emergencia se realiza con pacientes que necesitan atención sanitaria inmediata, por encontrarse en situación de riesgo vital inminente, por lo tanto, se ponen en marcha sin demora y con prioridad absoluta, en el momento en que se da el aviso.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

3.1.2.2. Transporte urgente Se realiza con pacientes con patologías que pueden entrañar riesgo vital o disfunción orgánica grave, pero en los que en principio no se supone que de forma inmediata esté en peligro la vida, o la aparición de secuelas invalidantes. El traslado debe realizarse con prontitud, pero puede demorarse unas horas pues se realiza tras el establecimiento de una indicación diagnóstica o terapéutica precisa y una vez estabilizadas las funciones vitales del enfermo.

3.1.2.3. Transporte demorable En general se denomina transporte demorable a todos aquellos que no precisan una activación inmediata de los sistemas de transporte. A su vez se subdividen en no urgentes y programados: – Transportes no urgentes son todos aquellos que se realizan con pacientes en situación clínica estable: los que se trasladan a otros centros a recibir un tratamiento o realizarse una prueba diagnóstica, los que ya retornan a su centro de origen, los que se trasladan a centros de otros puntos geográficos por razones sociales o familiares, los que han sido dados de alta pero necesitan ser trasladados hasta su domicilio… – Los transportes programados son aquellos que se realizan a centros sanitarios de una manera periódica: hemodiálisis, radioterapia, rehabilitación…

3.1.3. Tipos de transporte según el medio empleado Para transportar a un enfermo se pueden utilizar diferentes medios: terrestre (ambulancia o tren), aéreo (helicóptero o avión), o marítimo. Si es un transporte primario, se primará la velocidad con las suficientes condiciones de cuidados sanitarios; si el traslado es secundario, tendremos que asegurar que el medio elegido disponga de la infraestructura necesaria para mantener el nivel de cuidados que ya se ha establecido. La elección de uno u otro medio de transporte se realiza sobre la base de diferentes factores como el lugar donde se encuentre el enfermo y la gravedad de su patología, la distancia hasta el lugar de destino, los recursos disponibles, el costo… No existen criterios rígidos por la cantidad de variables que pueden presentarse en cada caso, pero en general, las distancias menores de 150 km se suelen cubrir en ambulancia, entre 150 y 300 km en helicóptero, y a partir de 300 km en avión. Aunque como prueba de lo variables que pueden llegar a ser estos criterios, tenemos la gran cantidad de traslados internacionales (larga distancia) que se suelen realizar en ambulancia. Los medios como el barco o el ferrocarril son menos frecuentes y se suelen reservar para situaciones especiales.

3.1.3.1. Transporte aéreo Los medios aéreos que pueden emplearse son el helicóptero, el avión sanitario, o bien el avión de línea regular adaptado para alojar al enfermo.

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El transporte en helicóptero es más costoso que en ambulancia e implica unas buenas condiciones climáticas y de visibilidad para su uso. Se suele emplear en emergencias primarias en las que el centro de destino esté a más de 150 km.

La dotación de personal es de un piloto, un mecánico, un médico con experiencia en valoración, tratamiento y transporte de enfermos críticos y un ATS/DUE con experiencia en cuidados y transporte de enfermos críticos. El equipamiento sanitario es el mismo que el de las ambulancias asistenciales para soporte vital avanzado: esfigmomanómetro, fonendoscopio, material de inmovilización, recipiente frigorífico o isotérmico, instalación fija de oxígeno, respirador, balón de resucitación, equipo de aspiración eléctrico, monitor-desfibrilador, maletín de resucitación cardiopulmonar (con material de intubación endotraqueal y medicación), soluciones de perfusión intravenosa, material fungible (mascarillas de oxigenoterapia, jeringuillas, agujas, material para punciones percutáneas, sondas uretrales y de aspiración, guantes, gasas, material de curas…). Características generales del transporte en helicóptero La mayoría de los helicópteros de asistencia sanitaria, son aparatos ligeros y de dimensiones reducidas que aprovechan el espacio del copiloto y uno de tripulación para ubicar la camilla, que se sitúa paralela al eje longitudinal del aparato, por lo que la asistencia en ruta presenta dificultades que deben estar previstas. El espacio reducido es el principal problema con que nos encontraremos, por lo que es imprescindible estabilizar al enfermo antes de emprender el vuelo. Como paso previo al embarque del paciente, el equipo sanitario realizará el control de la vía aérea, drenaje de neumotórax, la canalización de vías venosas, la colocación de sonda nasogástrica y/o vesical y la inmovilización de las posibles fracturas. Una vez iniciado el traslado, con el paciente adecuadamente inmovilizado en un colchón de vacío, se deberá continuar con los cuidados sanitarios, monitorizando las constantes vitales (frecuencia y ritmo cardiaco, presión arterial, saturación de oxígeno…), el electrocardiograma y el resto de los parámetros específicos.

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El vuelo en helicóptero presenta en sí mismo determinadas características que pueden afectar al paciente, a los equipos sanitarios e incluso al propio personal que realiza el traslado.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

Son especialmente importante los efectos de los ruidos (en torno a los 100 dB), que impedirán una auscultación correcta o detectar las alarmas sonoras de los equipos. Las turbulencias durante el vuelo y las vibraciones, provocan sacudidas bruscas, que obligarán a fijar al enfermo, personal y equipo con cinturones de seguridad. Es por esto que los fluidos a administrar deben estar contenidos en envases de plástico, empleando para su perfusión bombas de infusión alimentadas con baterías, ya que el conteo de gotas se hace imposible. Los efectos de la altura pueden provocar la disminución parcial de oxígeno, pero pueden ser minimizados si se vuela por debajo de los 1000 metros. Puede ser conveniente la reducción del volumen a administrar en los pacientes conectados a ventilación asistida debido a la expansión de los gases con la altura. A pesar de la creencia generalizada, no se ha demostrado que existan interferencias reales entre el uso del desfibrilador y el instrumental de vuelo, por lo que la desfibrilación cardiaca debe realizarse siempre que sea necesaria con la única precaución de avisar al piloto del momento en que se realice.

3.1.3.2. Transporte marítimo El transporte por mar se puede realizar en barco-hospital, o bien en embarcación rápida en las ocasiones en las que el accidente ocurra en el mar y no puedan emplearse los medios aéreos (helicóptero).

Barco-hospital

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Son los menos habituales porque, por un lado, el número de accidentes en el mar es mucho menor que en tierra firme y, por otro, en numerosas ocasiones, aun ocurriendo el accidente en el mar, se emplean transportes aéreos para trasladar a los enfermos. En el transporte marítimo con embarcación rápida, que sólo se emplea para cubrir cortas distancias, hay que hacer referencia a la importancia de la fijación del paciente y del material a la estructura de la embarcación para evitar accidentes.

3.1.3.3.Transporte terrestre El transporte terrestre se realiza en vehículos especialmente acondicionados al efecto, denominados ambulancias. Este tipo de transporte viene regulado en los artículos 133 a 138 del ROTT (Reglamento de la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre) y en el Real Decreto 836/2012, de 25 de mayo, en el que se establecen las características técnicas, el equipamiento sanitario y la dotación de personal de los vehículos de transporte sanitario por carretera.

3.2. Clases de vehículos de transporte sanitario por carretera Los tipos de vehículos con los que puede realizarse transporte sanitario por carretera, vienen determinados en el Real Decreto 836/2012, de 25 de mayo. En esta Norma se establecen las características técnicas, el equipamiento sanitario y la dotación de personal de los vehículos de transporte sanitario por carretera. El transporte sanitario por carretera podrá ser realizado por las siguientes categorías de vehículos de transporte sanitario: – Ambulancias no asistenciales, que no están acondicionadas para la asistencia sanitaria en ruta. Esta categoría de ambulancias comprende las dos siguientes clases: * Ambulancias de clase A1, o convencionales, destinadas al transporte de pacientes en camilla. * Ambulancias de clase A2, o de transporte colectivo, acondicionadas para el transporte conjunto de enfermos cuyo traslado no revista carácter de urgencia, ni estén aquejados de enfermedades infecto-contagiosas. – Ambulancias asistenciales, acondicionadas para permitir asistencia técnico-sanitaria en ruta. Esta categoría de ambulancias comprende las dos siguientes clases: * Ambulancias de clase B, destinadas a proporcionar soporte vital básico y atención sanitaria inicial. * Ambulancias de clase C, destinadas a proporcionar soporte vital avanzado.

3.2.1. Características de los vehículos

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Todos los vehículos de transporte sanitario, sea cual fuere su clase, deberán cumplir las siguientes exigencias, sin perjuicio de lo establecido por la legislación de tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial: – Identificación y señalización: * Identificación exterior que permita distinguir claramente que se trata de una ambulancia, mediante la inscripción de la palabra Ambulancia detrás y delante. La inscripción delantera se realizará en sentido inverso para que pueda ser leído por reflexión.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

*

Señalización luminosa y acústica de preferencia de paso ajustada a lo dispuesto en la reglamentación vigente.

– Documentos obligatorios: *

Registro de desinfecciones del habitáculo y del equipamiento.

*

Libro de reclamaciones.

– Vehículo: *

Vehículo con potencia fiscal, suspensión y sistemas de freno adaptados a la reglamentación vigente para el transporte de personas.

*

Faros antiniebla anteriores y posteriores.

*

Indicadores intermitentes de parada.

*

Extintor de incendios, con arreglo a lo dispuesto en la reglamentación vigente.

*

Neumáticos de invierno, o en su defecto cadenas para hielo y nieve, al menos para el periodo comprendido entre noviembre y marzo, ambos incluidos.

*

Herramientas para la atención del vehículo.

*

Señales triangulares de peligro.

– Célula sanitaria: a. Lunas translúcidas. En el caso de los vehículos de transporte colectivo podrán optar por otro dispositivo que asegure eventualmente la intimidad del paciente. b. Climatización e iluminación independientes de las del habitáculo del conductor. c. Medidas de isotermia e insonorización aplicadas a la carrocería. d. Revestimientos interiores de las paredes lisos y sin elementos cortantes y suelo antideslizante, todos ellos impermeables, autoextinguibles, lavables y resistentes a los desinfectantes habituales. e. Puerta lateral derecha y puerta trasera con apertura suficiente para permitir el fácil acceso del paciente. f. Armarios para material, instrumental y lencería. g. Cuña y botella irrompibles. Junto a las anteriores exigencias, cada una de las distintas clases de ambulancia deberá cumplir las condiciones que específicamente se señalan en la norma UNE-EN 1789:2007 + A1: 2010 (esta norma especifica que todas las ambulancias serán pintados de color amarillo, con estándares específicos de color, como el color del cuerpo principal. El color amarillo fue escogido principalmente porque sigue siendo visible en casi todas las personas en todas las condiciones de iluminación, incluida la mayoría de las personas con daltonismo). Las ambulancias asistenciales deberán contar, además, con dispositivos de transmisión de datos y localización GPS con su Centro de Coordinación de Urgencias (CCU). Deberá garantizarse en todo momento la comunicación de la localización del vehículo con el Centro de Gestión del Tráfico correspondiente, bien por comunicación directa desde el vehículo o bien desde el citado centro.

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La disposición de camilla será opcional en las ambulancias de clase A2. Sin perjuicio de lo establecido en los apartados anteriores, los vehículos de transporte sanitario deberán cumplir con las exigencias en materia de homologación de vehículos establecidas conforme a la Directiva 2007/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de septiembre de 2007, por la que se crea un marco para la homologación de los vehículos a motor y de los remolques, sistemas, componentes y unidades técnicas independientes destinados a dichos vehículos, así como la normativa nacional dictada en España para su transposición.

3.2.2. Dotación de personal 3.2.2.1. Dotación mínima de los vehículos Los vehículos destinados a la prestación de los servicios de transporte sanitario deberán contar durante su realización con la siguiente dotación de personal: a. Las ambulancias no asistenciales de clases A1 y A2, deberán contar, al menos, con un conductor que ostente, como mínimo, el certificado de profesionalidad de transporte sanitario y, cuando el tipo de servicio lo requiera, otro en funciones de ayudante con la misma cualificación. b. Las ambulancias asistenciales de clase B, deberán contar, al menos, con un conductor que esté en posesión del título de formación profesional de técnico en emergencias sanitarias o correspondiente título extranjero homologado o reconocido y otro en funciones de ayudante que ostente, como mínimo, la misma titulación. c. Las ambulancias asistenciales de clase C, deberán contar, al menos, con un conductor que esté en posesión del título de formación profesional de técnico en emergencias sanitarias o correspondiente título extranjero homologado o reconocido, con un enfermero que ostente el título universitario de Diplomado en Enfermería o título de Grado que habilite para el ejercicio de la profesión regulada de enfermería, o correspondiente título extranjero homologado o reconocido. Asimismo, cuando la asistencia a prestar lo requiera deberá contar con un médico que esté en posesión del título universitario de Licenciado en Medicina o título de Grado que habilite para el ejercicio de la profesión regulada de médico, o correspondiente título extranjero homologado o reconocido.

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3.2.2.2. Dotación de personal en las empresas La dotación mínima de personal con que deberá contar en todo caso la empresa o entidad, de conformidad con lo que, a tal efecto, determinen conjuntamente los Ministros de Fomento y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, pertenecerá a la plantilla de la empresa o entidad titular de la autorización de transporte sanitario que deberá acreditar encontrarse en situación de alta y al corriente de pago en las cuotas del régimen que corresponda de la Seguridad Social.

3.3. Documentación legal del vehículo Además del permiso de conducción con la autorización BTP del Técnico que conduce la ambulancia, hace falta poseer una serie de documentos legales referentes al vehículo. Esta documentación está regulada en el Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Vehículos (concretamente en su artículo 26): El conductor de un vehículo queda obligado a estar en posesión y llevar consigo, así como a exhibir ante los agentes de la autoridad que se lo soliciten, los siguientes documentos: – El permiso de circulación. Aquí figurarán datos como la matrícula, fecha de la primera matriculación, marca y modelo, datos del titular, masa máxima autorizada (MMA), servicio a que va destinado. – La tarjeta de inspección técnica del vehículo (ITV). La tarjeta ITV es el documento regulado en el artículo 13 del Real Decreto 750/2010, de 4 de junio, por el que se dictan normas sobre homologación de tipos de vehículos, remolques, semirremolques, así como de partes y piezas de dichos vehículos, que se emite por los fabricantes de vehículos automóviles o los importadores o sus representantes legales, o por las autoridades competentes en inspección técnica de vehículos en las Comunidades Autónomas, y que acredita las características técnicas de los automóviles fabricados, así como el historial de sus inspecciones técnicas o de sus modificaciones introducidas a lo largo de su vida útil. – En los conjuntos de vehículos formados por automóviles que arrastran remolques o semirremolques cuya masa máxima autorizada sea inferior o igual a 750 kilogramos, la tarjeta de inspección técnica del remolque o semirremolque y en el reverso de la tarjeta de inspección técnica del automóvil figurará que lleva instalado un sistema de acoplamiento compatible con el del remolque, de acuerdo con la legislación vigente. A esta documentación hay que añadir el seguro del vehículo en vigor, el cual es obligatorio como se plasma en el Real Decreto 1507/2008, de 12 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento del seguro obligatorio de Responsabilidad Civil en la circulación de vehículos a motor y en algunos casos de tarjeta de transporte: la realización de actividades de transporte sanitario público o privado complementario por carretera requerirá la obtención, para cada vehículo dedicado a la misma, de una autorización administrativa que habilite para su prestación, de conformidad con lo dispuesto en el art. 135 del Reglamento de la Ley 16/1987, de 30 de julio, de Ordenación de los Transportes Terrestres, aprobado por el Real Decreto 1211/1990, de 28 de septiembre.

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No será, por el contrario, precisa la obtención de dicha autorización para la realización de transporte sanitario oficial por los órganos de las Administraciones públicas con vehículos de su titularidad. También la mayoría de las Comunidades Autónomas solicitan una certificación técnicosanitaria acreditativa que ellos mismos facilitan (se otorgará por un plazo de dos años para vehículos nuevos y de un año a partir del segundo año de antigüedad, hasta el cumplimiento de los ocho años de antigüedad máxima establecida). Esta certificación está regulada en la Orden de 3 de septiembre de 1998, por la que se desarrolla el reglamento de la Ley de ordenación de los transportes terrestres, aprobado por el Real Decreto 1211/1990, de 28 de septiembre, en materia de transporte sanitario por carretera.

3.4. Documentos de objetos personales, hoja de reclamaciones y negación al traslado Una situación que se repite en el tiempo, es la guardia y custodia de los bienes de valor y los objetos personales del paciente transportado. Habitualmente esta situación se solventa mediante la utilización de unos recipientes especiales en los que firmarán el que recibe y el que hace entrega de los bienes. Estos recipientes suelen ir acompañados de un documento tipo en el que se hace referencia a cada uno de los objetos.

En cuanto a las hojas de reclamaciones, estas son el principal instrumento que tiene el paciente para dejar constancia ante la Administración de su disconformidad con el servicio prestado y reclamar su restitución o una indemnización por el daño causado.

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Todos los establecimientos de las empresas están obligados a facilitarlas a los usuarios cuando éstos la soliciten, incluido las ambulancias. Es un documento con tres copias: una para el establecimiento, otra para el consumidor y una para la Administración.

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En la hoja de reclamaciones hay que expresar: – Los hechos reclamados que, de forma sencilla y clara, expongan de manera concisa la razón que ha provocado su insatisfacción, y cuál es la solución que desea obtener. – Indicar la fecha y la hora en la que sucedieron los hechos. – Sus datos personales, en concreto su domicilio, a efectos de recibir la contestación por escrito de la empresa. – Los datos de la empresa o establecimiento; no se pueden negar a facilitárselos. – Firmar la hoja de reclamación. La negación al traslado es un derecho que tienen los pacientes; para poderse llevar a cabo es el mismo paciente el que tiene que firmarlo. Es parecido a una alta voluntaria. Cuando se atiende a un enfermo y se necesita el traslado, éste tiene que dar su conformidad, en caso contrario debe firmar ese documento. Por cuestiones prácticas suele ser un apartado de la hoja de registros.

3.5. Seguridad activa y pasiva en las intervenciones 3.5.1. Señales acústicas y luminosas Es preciso hacer uso de las señales luminosas y acústicas en todos aquellos casos en que la ambulancia se encuentre activada y prestar una especial atención a: – Circulación colapsada. – Circulación fluida, pero densa. – Adelantamientos en vías de un solo carril por sentido. – Cruces con semáforos en rojo o en ámbar, haciendo uso de las mismas por lo menos cincuenta metros antes. – Cruces sin semáforo, con independencia de la preferencia. – Calles con gran afluencia de gente o pasos de peatones. – Circulando por el carril contrario. – En cambios de rasante, curvas y lugares con visibilidad limitada. – En maniobras especialmente peligrosas. Por otra parte, podemos decidir no emplear la señal acústica cuando hay circulación fluida sin densidad de tráfico, cuando se adelante en vías de más de un carril por sentido sin densidad de tráfico, cruzando semáforos en verde, en la cercanía de hospitales y cuando la patología del paciente no lo haga aconsejable.

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Las señales luminosas deben ser perfectamente vistas tanto desde la parte anterior del vehículo como de la posterior. Hay que tener presente que el uso de señales acústicas o luminosas no exime al conductor de responsabilidad en caso de colisión o accidente.

3.5.2. Empleo de la calzada Hay que mantener una separación con los vehículos que nos precedan, equiparable a la distancia de seguridad en la conducción de turismos; al mismo tiempo, es necesario circular, como norma general, por el carril izquierdo, evitando el cambio repetitivo a otros carriles y teniendo presente que todos estos movimientos afectan negativamente al paciente. En situaciones de colapso de la circulación, se puede circular sobre las líneas separadoras de los carriles de ambos sentidos. Cuando el colapso de la circulación sea total, se puede emplear el carril del sentido opuesto, siempre y cuando la visibilidad sea absoluta y moderando la velocidad. Si empleamos el arcén, debemos tener la certeza de que es transitable y que no conllevará riesgo para el paciente. En todas estas maniobras habrá que extremar las precauciones y no olvidar que el conductor es responsable de los accidentes que de ellas pudieran derivarse.

3.5.3. Estacionamiento de la ambulancia Es preciso detener la ambulancia en un lugar que permita la adecuada realización de las tareas asistenciales y que posibilite, del mismo modo, el normal funcionamiento de la circulación, desconectando las señales acústicas. En casos de accidentes, es preceptivo señalizar y establecer la zona de peligro, deteniendo la ambulancia allí donde pueda servir de barrera física entre el lugar donde va a desarrollarse la actuación y los vehículos que circulen en el sentido del tráfico en el que nos encontremos.

4. Transporte sanitario en situaciones especiales Antes de detenernos en algunas consideraciones sobre las condiciones especiales de traslado de determinado tipo de pacientes, es necesario que recordemos una serie de recomendaciones que nos permitirán un traslado más cómodo y seguro para el paciente. Entre estas recomendaciones, hay que destacar: – Fijar vías venosas y sondas. – Evitar cambios innecesarios de camillas. – Inmovilizar, si procede, columna vertebral y miembros.

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– Colocar adecuadamente al paciente según la patología y con la cabeza en el sentido de la marcha.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

Tipo de instalación

Indicaciones

Contraindicaciones

Control y precauciones

Decúbito supino Piernas extendidas

Víctimas graves Algunos heridos leves

Inconscientes Algunos heridos en tórax

Nivel de consciencia

Decúbito supino Piernas flexionadas

Heridas en abdomen

Inconscientes

Estabilidad de miembros inferiores

Decúbito supino Piernas elevadas

Hipovolemia Shock

Inconscientes

Estabilidad del paciente en la camilla

Alteraciones del nivel de consciencia Heridos en tórax, conscientes Semisedestación Trastornos de la ventilación (cabeza elevada 30º) Traumatismos craneoencefálicos Heridos muy leves Sedestación Edema Agudo de Pulmón

Posición lateral

Algunos heridos en tórax Trastornos de consciencia Shock

Estabilidad del paciente en la camilla Estabilidad del paciente en la camilla Nivel de consciencia Control global para ver empeoramiento

Posiciones especiales de transporte

4.1. Neonatos Posiblemente el traslado más diferenciado sea el traslado de niños recién nacidos, para los que se hace preciso el empleo de una incubadora. Las características que diferencian la estabilización del neonato durante su traslado comprenden los siguientes aspectos: – Ruido excesivo. Un sonido permanente superior a 80 dB puede incrementar espectacularmente la desaturación de oxígeno en la sangre arterial del neonato. – Vibración. La vibración durante el transporte del neonato tiene un efecto incierto sobre él, pero puede dificultar en gran medida su observación. – Temperatura ambiental variable. Las condiciones ambientales pueden influir, notablemente, en la temperatura de los neonatos, haciendo indispensable el control riguroso de un ambiente térmico neutro. Conocidos los inconvenientes que subyacen al transporte del neonato en situación crítica, se impone el empleo de estrategias que reduzcan al mínimo el impacto de estas dificultades: – Estabilizar cuidadosamente al neonato antes de transportarlo, empleando para ello el tiempo y los medios necesarios. – Anticiparse al agravamiento, preparando al paciente no sólo para solucionar problemas ya instaurados, sino para prevenir dificultades y complicaciones que puedan surgir durante el transporte. – Preparar minuciosamente el vehículo con los medios necesarios para prestar un adecuado cuidado al recién nacido. – Vigilar electrónicamente el mayor número posible de parámetros fisiológicos.

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4.2. Pacientes psiquiátricos Son pacientes que presentan especiales dificultades en el manejo previo y durante el traslado. En los casos de agitación psicomotriz será preciso la contención física y, en muchos casos, la administración de fármacos que procuren la sedación suficiente, sin olvidar, en ningún momento, la utilización de habilidades comunicativas y otro tipo de intervenciones de tipo psicológico. No debería, en ningún caso, iniciarse el traslado de un paciente agitado hasta que se ofrezcan las garantías de seguridad imprescindibles para su realización.

4.3. Embarazadas En el caso de mujeres gestantes, lo importante en el traslado es asegurar la comodidad de la paciente; para traslados por patologías de carácter general, se atenderá, de forma general a instalarla en función de su patología, pero si el traslado sobreviene como consecuencia de su embarazo, la colocación de la gestante en la camilla seguirá las recomendaciones expresadas en la siguiente tabla: Enfermedad - situación Hemorragia vaginal.

Posición Descenso de la cabeza (Trendelenburg).

Síndrome de compresión de la vena Tronco elevado. cava inferior. Decúbito lateral izquierdo. Edema, proteinuria, hipertensión arterial (eclampsia).

Elevación de la cabeza. Decúbito lateral izquierdo.

Parto inminente.

Decúbito dorsal plano o sobre el lado izquierdo.

Prolapso del cordón umbilical.

Descenso de la cabeza (Trendelenburg).

Parto inminente.

Elevación de la cabeza. Flexión máxima de las piernas.

5. Posiciones del transporte Cualquier movilización que se realice con un enfermo para trasladarlo, independientemente del medio de transporte que se utilice, debe ser realizada de forma planificada y meticulosa, extremando los cuidados de inmovilización de columna y miembros en el caso de enfermos que hayan sufrido traumatismos de cualquier índole.

5.1. El uso de la camilla de cuchara y el traslado a la ambulancia 408

El empleo de las llamadas camillas de “cuchara” o “tijera” se limita al traslado del enfermo politraumatizado hasta su lugar de transporte: ambulancia, helicóptero… para posteriormente depositarlo sobre el medio de transporte elegido.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

La primera maniobra a realizar es medir la camilla de tijeras, la colocaremos sin desmontar, junto al paciente, y la alargaremos hasta conseguir la medida más oportuna, que debería ser en todo caso, que sobresalga del paciente, no que el paciente sobresalga de la camilla. La segunda maniobra a realizar será desarmar en dos la camilla situando cada parte a un lado del paciente. La parte más estrecha se reservará para los miembros y la más ancha para el tronco. En un primer momento habrá que girar al enfermo hasta la posición de decúbito supino, para lo cual necesitaremos, al menos, tres personas. El primer operador, que suele ser el de más experiencia, se encargará por un lado de dirigir la maniobra y por otro de abrir la vía aérea. Será el responsable de traccionar y controlar la columna cervical durante la maniobra. Manteniendo inmovilizada la cabeza mediante una ligera tracción.

El segundo operador colocará el collarín cervical (en caso de traumatismo). Alineará los miembros superiores e inferiores y se situará de rodillas junto al enfermo en el lado hacia el que se vaya a realizar el giro. Siempre bajo la dirección del primer operador que estará permanentemente al cuidado de la columna, el segundo y tercer operador introducirán sus manos por el lado del paciente opuesto al que se vaya a realizar el giro, el segundo sujetará a la altura de los hombros y cadera, el tercero a la altura de las caderas, haciendo un cruce de brazos con el segundo y sujetando a la altura de la espinilla, para poder rotar el tronco hacia sí mismo. Con el cuerpo semirrotado, se introducirá la primera mitad de la camilla, dejando nuevamente al enfermo en la posición original. A continuación se realiza la misma operación pero desde el lado opuesto, con lo que tendremos situado al enfermo sobre la camilla. En la última parte de la operación, cerraremos los anclajes superiores e inferiores de la camilla y sujetaremos al enfermo a ella al menos con tres correas (existen muchos modelos en el mercado con diferente número de correas de afloje rápido, siendo los modelos con 4 correas los más utilizados).

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Ayudándonos por las asas de la camilla trasladaremos al enfermo hasta la ambulancia y, una vez allí, el enfermo será colocado en sentido longitudinal a la marcha (con la cabeza en el sentido de ésta en las ambulancias o indistintamente en los helicópteros) y a su vez lo sujetaremos con las correas de la camilla de la ambulancia, proporcionando así un mínimo movimiento del paciente en la camilla y logrando a su vez que la columna vertebral esté completamente derecha.

5.2. Posiciones básicas de traslado Las posiciones básicas en las que se puede trasladar el enfermo son las siguientes:

a) Tronco semiincorporado Es como la posición de Fowler o semifowler (dependiendo de los grados de inclinación) y se utiliza sobre todo para trasladar enfermos con patologías respiratorias (asma, enfisema, bronquitis crónica, edemas de pulmón, etc.), y para los que han sufrido un traumatismo craneoencefálico.

b) Decúbito supino Sobre todo se emplea para trasladar a enfermos en los que se sospeche un posible traumatismo medular.

c) Decúbito supino con piernas flexionadas Se emplea para trasladar a enfermos con dolor o traumatismos abdominales.

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CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

d) Posición antishock Pacientes con hipoglucemia. Hipotensión. Cumple la misma función que la posición de Trendelenburg, pero es más cómoda para el traslado. Se emplea, al igual que esta, para los pacientes que han sufrido un síncope o puedan realizar un shock hipovolémico por pérdidas hemáticas, a fin de intentar restablecer y salvaguardar el riego cerebral.

e) Posición antitrendelenburg Esta posición requiere sujeción axilar y pélvica y se emplea en posibles TCE y fracturas de columna.

f) Posición lateral de seguridad (SIM) Se emplea en paciente con bajo nivel de consciencia, para mantener despejada la vía aérea y prevenir la aparición y posible aspiración de vómitos

g) Decúbito lateral izquierdo Se emplea en pacientes embarazadas a partir de los 6 meses, en las que el tamaño del útero pueda comprimir la vena cava inferior provocando el “síndrome de hipotensión en decúbito supino”.

5.3. Consideraciones generales del traslado Independientemente del medio y la posición elegida para el traslado, un miembro del equipo debe permanecer en todo momento en el compartimento asistencial junto al enfermo. En las trasmisiones de información hay que cuidar la confidencialidad y la intimidad del paciente, poniendo atención en los comentarios que pudieran afectar al enfermo. Durante el trayecto debemos garantizar en todo momento la monitorización de las funciones vitales del enfermo a fin de prevenir posibles alteraciones: frecuencia y ritmo cardiaco, control de la tensión arterial, pulsioximetría.

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6. Funciones del Celador en ambulancias En el antiguo Estatuto de Personal no Sanitario se establecía que los Celadores «tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución como en el servicio de ambulancias». Las concretas tareas que debe realizar el Celador en relación con las ambulancias son: – Trasladar a los pacientes en camilla o silla de ruedas desde el centro sanitario hasta la puerta de acceso de la ambulancia y viceversa. – Pasar al paciente desde la camilla del hospital hasta la camilla de la ambulancia cuando se vaya a trasladar. Esta es una maniobra que se ha de realizar simultáneamente entre varios profesionales (sanitarios y personal de la ambulancia): se colocan ambas camillas juntas, se sujeta la sábana sobre la que descansa el paciente por varios puntos alrededor del mismo y todos a la vez alzan la sábana con el paciente, pasándolo en un instante a la otra camilla. – En sentido inverso, pasar al paciente desde la camilla de la ambulancia hasta la camilla del hospital. El momento de este traspaso va a depender de la urgencia de la atención, si es de trato inmediato se introducirá la camilla de la ambulancia hasta triaje o hasta la consulta médica. La documentación clínica que portan los miembros de la ambulancia en relación con el paciente será entregado por el Celador al médico de guardia. Así mismo no bajaremos a una persona de la camilla de la ambulancia (bien a una silla de ruedas o a una camilla del hospital) hasta que haya sido valorado por personal sanitario.

– Ayudar al paciente a introducirse en la ambulancia, en caso de que éste no vaya en camilla, sino en silla de ruedas o por sus propios medios.

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– Ayudar al conductor o conductor–Celador de la ambulancia, en caso de dificultad en la maniobra de introducción o salida de la camilla en la ambulancia. Hoy día las ambulancias tienen incorporados sistemas automáticos de entrada–salida de las camillas con patas plegables y desplegables automáticas.

CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\

– Acompañar al paciente durante el traslado en la ambulancia si es ordenado por la supervisora de urgencias. El Celador irá sentado en el asiento existente al efecto junto al enfermo. Al llegar al destino preparará todo lo necesario para bajarlo. Como ya se ha dicho, la mayoría de las ambulancias son concertadas, con su propia tripulación, por lo que esta función rara vez se ejerce. Dentro de la ambulancia ayudará al personal sanitario en las mismas tareas que le corresponde respecto de los pacientes encamados del hospital; por ejemplo, mover a los que lo necesiten: ayudando en el movimiento y traslado de los enfermos encamados que requieran un trato especial.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2Funciones del Celador de ambulancia (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha – SESCAM– convocatoria 2008). 2Actuación del Celador de urgencias ante una fractura de fémur, actuación del Celador de urgencias ante un traumatismo craneal, actuación del Celador de urgencias ante una fractura de húmero, actuación del Celador de urgencias ante un paciente con dolor en el pecho (precordial), traslado de pacientes a quirófano, custodia y traslado de la documentación clínica, actuación del Celador de urgencias ante una fractura de rodilla, concepto de triaje, concepto de SUAP, tipos de ambulancias, funciones generales del Celador de puerta, atención primaria de urgencias (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2Vehículo de transporte sanitario colectivo, concepto de transporte sanitario, concepto de triaje, ambulancias de traslado de pacientes, actuación del Celador de urgencias (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2Funciones del Celador de urgencias, funciones del Celador en la ambulancia, formas de realizar el traslado en urgencias, procedimiento de llegada de una ambulancia, tipos de traslados, funciones de vigilancia, actuación del Celador de urgencias ante una fractura de rodilla (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Funciones del Celador en los puntos de atención continuada, información a pacientes en los PAC, hojas de reclamaciones, actuación del Celador ante una urgencia, actuación del Celador de puerta al llegar una ambulancia, traslado de pacientes a urgencias (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2 Números de correas en la camilla de rescate, certificaciones técnico–sanitarias, concepto de emergencia médica, tipos de ambulancias, funciones del Celador, funciones del auxiliar de enfermería en urgencias, funcione del Celador de puerta, funciones del Celador del PAC, funciones del Celador de ambulancia (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2Funciones del Celador de puerta (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2 Tipos de ambulancias (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008). 2Funciones del Celador de ambulancia, funciones de los Celadores de urgencias (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2Tipos de ambulancia, clasificación en urgencias, áreas de urgencias, concepto de urgencia médica, tiempo máximo en observación, traslado de pacientes en urgencias, tipos de ambulancias, Real Decreto que regula las ambulancias, funciones del Celador, características del transporte sanitario en ambulancias, funciones del Celador en puerta de urgencias, ambulancia medicalizada, vehículos de trasporte sanitario, profesionales de los equipos de emergencia, Real Decreto que regula el transporte en ambulancias, tipos de urgencias,, funciones del conductor–camillero, dónde está adscrita la unidad de urgencias, tipos de ambulancias, transporte individual de enfermos, responsable de la unidad de urgencias (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2Concepto de camilla de tijera, funciones del Celador en el servicio de urgencias, comunicación a los familiares, traslado en puerta de urgencia (Servicio Aragonés de Salud–SALUD– convocatoria 2010). 2Funciones del Celador de urgencias (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM– convocatoria 2010). 414

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1. Conceptos y desarrollo de Soporte Vital Básico 2. Soporte Vital Básico en pediatría

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Soporte Vital Básico

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1. Conceptos y desarrollo de Soporte Vital Básico Este manual recoge las recomendaciones actualizadas en 2010 por la ERC (European Resuscitation Council) que han sido validadas y asumidas por la práctica totalidad de los profesionales de la emergencia sanitaria. En la actualidad existe un organismo internacional denominado ILCOR (International Liasion Committee on Resuscitation), integrado por la AHA, el ERC, el Australian Resuscitation Council, la Heart and Stroke Foundation of Canada, el Resuscitation Council of Southern África y el Consejo Latino Americano de Resucitación que “proporciona un mecanismo de consenso mediante el cual la ciencia y el conocimiento relevante internacional en emergencias cardiacas puedan ser identificados y revisados”. Las primeras recomendaciones del ILCOR fueron elaboradas a modo de declaración de consejos, en el año 1997 y partiendo de ellas cada una de las organizaciones ya existentes ha ido adaptando sus guías de actuación. La enseñanza de RCP básica, tiende a convertirse en muchos países en una prioridad de salud pública, por el número de fallecimientos y lesiones irreversibles que podía evitar su conocimiento generalizado. El ERC ha dado las siguientes recomendaciones para la enseñanza de la RCP Básica: – Idealmente, las técnicas completas de RCP (compresiones y respiraciones utilizando una relación de 30:2) deberían ser enseñadas a todos los ciudadanos. – La formación en RCP basada exclusivamente en compresiones torácicas, puede utilizarse en en situaciones especiales: falta de tiempo, instrucciones telefónicas, campañas publicitarias. – La enseñanza del SVB debería ser obligatoria en todas las escuelas de Odontología y de Enfermería. – Los hospitales europeos han de asegurar un programa de formación continuada en RCP para todo el personal médico. – Los hospitales europeos han de tener programas para asegurar que todo el personal en contacto directo con la atención al paciente recibe enseñanza y reciclaje en RCP. – Todo el personal de los servicios de emergencia debería recibir enseñanza y reciclaje en SVB. – Todos los conductores de los servicios públicos deberían estar entrenados en SVB. – Todas las escuelas europeas habrían de incluir en sus currículos docentes la enseñanza de SVB.

1.1. Conceptos fundamentales Durante mucho tiempo, al intentar analizar los resultados de situaciones que habían cursado con paradas cardiorrespiratorias, se detectaba una enorme diversidad y falta de precisión de los términos empleados. Esta falta de homogeneidad, hacía imposible los estudios comparativos y dificultaba enormemente la elaboración de recomendaciones comunes, donde pudiesen traducirse los avances científicos. 416

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

En junio de 1990 en la abadía de Utstein en Noruega, representantes de diversas organizaciones internacionales, se dieron a la tarea de unificar conceptos y nomenclatura. De esta forma nació el conocido como “Estilo Utstein” que básicamente consiste en la elaboración de un glosario de los términos fundamentales en la RCP y que es considerado como una de las iniciativas con mayores y mejores resultados de la colaboración internacional en el campo de la resucitación cardiopulmonar (RCP). Desde ese momento, en la práctica totalidad de los países del mundo se consensuaron las siguientes definiciones: – Parada cardiaca: cese de la actividad mecánica cardíaca, confirmado por la ausencia de pulso detectable, inconsciencia y apnea (o respiración agónica, entrecortada). – Parada cardíaca presenciada: cuando la PC es vista, oída, o se produce en una persona monitorizada. – Parada cardíaca no presenciada: no hay certeza del momento de inicio. – Parada respiratoria (PR): ausencia de la respiración (apnea) con presencia de actividad cardíaca. – Etiología de la parada cardíaca: una parada se considerará de origen cardíaco excepto en caso de traumatismo, ahogamiento, asfixia, sobredosis, exanguinación o cualquier otra causa no cardíaca determinada por el reanimador. – RCP: es un término muy amplio que significa el acto de intentar lograr la restauración de circulación espontánea. La RCP es un acto: puede ser básica o avanzada. – Reanimación Cardiopulmonar básica (RCP- B): es el intento de restaurar circulación eficaz usando compresiones torácicas externas e insuflación de los pulmones con aire espirado. Los reanimadores pueden facilitar la ventilación a través de dispositivos para la vía aérea y protectores faciales apropiados para su uso por inexpertos. Esta definición excluye la bolsa con válvula-mascarilla, técnicas invasivas de mantenimiento de vía aérea, como la intubación y cualquier otro dispositivo para la vía aérea que sobrepase la faringe. – Reanimación Cardiopulmonar avanzada (RCP-A): realización de maniobras invasivas para restablecer la ventilación y circulación efectivas. El manejo de la vía aérea en RCP-A incluye la ventilación con bolsa-mascarilla, la intubación endotraqueal (IET), la punción cricotiroidea, etc. La ayuda circulatoria en RCP-A incluye la administración de medicación por vía traqueal o venosa, el uso de desfibriladores, etc. – Soporte Vital: es un concepto más amplio que el de RCP, al integrar, junto a las maniobras clásicas, contenidos referidos a la prevención de las PCR y la difusión a toda la población de estos conocimientos. El reconocimiento de la situación, la alerta a los servicios de emergencia, la intervención precoz o los programas de difusión de estos conocimientos, son contenidos propios del Soporte Vital. Se habla además de SV básico o SV Avanzado, dependiendo del material que empleemos y de los conocimientos de los que lo ejecuten. – Masaje cardíaco externo (MCE): son las compresiones torácicas realizadas por un reanimador o mediante dispositivos mecánicos durante la RCP para intentar restablecer la circulación espontánea. – RCP por espectadores o primeros intervinientes: cuando la RCP se inicia por personas que no forman parte del sistema sanitario de emergencias. En general, será la

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persona que presenció el paro. En algunas ocasiones, pueden ser personal sanitario, pero que no forman parte del sistema sanitario de emergencia. – Personal de emergencias: son individuos que responden a una emergencia sanitaria, de manera oficial, formando parte de un sistema de respuesta organizado. Según esta definición, médicos, enfermeras o técnicos que presencian un paro cardíaco en un lugar público e inician RCP, pero que no han respondido al suceso como parte de un sistema organizado de respuesta, no son personal de emergencia. – Ritmo desfibrilable o no: se refiere al ritmo inicial monitorizado; que cuando requiere choque eléctrico se subdivide en fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricular sin pulso (TVSP); y cuando no lo requiere se subdivide en asistolia y disociación electromecánica. – Desfibriladores externos automáticos o semiautomáticos (DEA / DESA):este término, genérico, se refiere a desfibriladores que analizan el ritmo en el electrocardiograma de superficie del paciente, para detectar fibrilación ventricular o taquicardia ventricular rápida. Los automáticos (poco frecuentes) producen la descarga al detectar la alteración, mientras que los DESA avisan de la alteración pero requieren de la intervención del operador para efectuar su descarga. – Recuperación de la circulación espontánea (RECE): recuperación de la circulación espontánea, comprobada por la existencia de respiración, tos o movimientos. Para el personal sanitario la RECE puede incluir la palpación de un pulso central espontáneo, usualmente carotídeo en niños mayores y braquial o femoral en niños pequeños o lactantes, o la toma de la presión arterial. – RECE mantenida: cuando no se requiere MCE durante 20 min consecutivos, persistiendo los signos de circulación. – Recuperación de la ventilación espontánea (REVE): consiste en la reaparición de la respiración espontánea en un niño previamente apneico. La respiración agónica no es una REVE. – Fármacos: se refiere a la administración de cualquier medicación durante la RCP, independientemente de la vía de elección (intravenosa, intraósea, intratraqueal). – Finalización del suceso: una resucitación finaliza cuando se determina la muerte, o se restablece la circulación espontánea de manera sostenida más de 20 min consecutivos. La unificación de la terminología mediante el estilo Utstein, supuso un incuestionable avance al propiciar que todos los profesionales “hablasen el mismo idioma”. Esto ha contribuido enormemente en la protocolización de las recomendaciones, facilitando los estudios comparativos y los análisis pormenorizados de las intervenciones. Desde el punto de vista de la práctica diaria, el avance ha sido también muy notable al permitir una comunicación precisa, entre los diferentes grupos de profesionales.

1.2. La cadena de supervivencia Si queremos aumentar la supervivencia de los afectados por una PCR, deberemos no sólo realizar correctamente un tipo de maniobras sino que, además, estas deberán seguir un orden preciso. Es lo que se conoce como “Cadena de Supervivencia”. De los cuatro “eslabones”, que componen la “Cadena de Supervivencia”: 418

1. Activación precoz de los servicios de emergencia sanitaria.

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

2. RCP básica. 3. Desfibrilación precoz. 4. Soporte vital avanzado. Los dos primeros corresponderían con SVB (Soporte Vital Básico) y los dos últimos con lo que genéricamente se conoce como SVA – Soporte Vital Avanzado. Los cuatro eslabones de esta cadena imaginaria, se enlazan secuencialmente y los buenos resultados que obtengamos dependerán directamente de lo rápido que se activen y de lo correctamente que se realice cada uno de ellos.

Activar servicios de emergencia. Pedir Ayuda

Maniobras de RCP- Básica

Desfibrilación precoz

Maniobras de RCP Avanzada. Estabilización y Traslado

1.2.1. Activación precoz de los servicios de emergencia sanitaria Una vez identificada la situación de parada cardiorrespiratoria, la primera medida a realizar es la activación de los servicios de emergencias sanitarios. Para que este eslabón funcione adecuadamente, son necesarios dos requisitos: por un lado la correcta formación de amplios sectores de la población, para que cualquier ciudadano pueda identificar el estado de PCR y, por otro, la unificación y difusión masiva de los números de teléfono de las emergencias sanitarias para que la cadena pueda ser activada de inmediato. En este eslabón, se incluye el reconocimiento de las personas en riesgo inminente de sufrir una parada cardiaca. La llamada, podría conseguir que se instaurase un tratamiento precoz, que previniese la parada.

1.2.2. La RCP básica La iniciación de medidas de RCP debe comenzar lo antes posible. La probabilidad de que una víctima sobreviva tras una PCR está en relación directa con la precocidad con la que comiencen las maniobras de RCP, una intervención inmediata podría doblar o triplicar la supervivencia de las paradas cardio-respiratorias por fibrilación ventricular. La RCP básica sustituye de forma precaria las funciones vitales por lo que, si se realiza adecuadamente, nos permite ganar algunos minutos hasta que lleguen los equipos de emergencia con personal y material especializados. Incluso realizando las maniobras sólo con compresiones torácicas, conseguiríamos mejores resultados que esperando sin hacer nada. Hay que tener presente que el cerebro humano comienza a deteriorarse aproximadamente a partir de los 4 minutos de no recibir oxígeno, por lo que únicamente la precocidad de las maniobras, nos podrá asegurar que el individuo recupere sus funciones cerebrales satisfactoriamente.

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Peter Safar, uno de los pioneros en la enseñanza de RCP, dice al respecto que “la enseñanza de algo de RCP a todas las personas, probablemente salve más vidas, que la perfección obtenida por unos pocos”.

1.2.3. La desfibrilación precoz Las causas más frecuentes de PCR son la fibrilación ventricular (FV) y la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP), alteraciones, ambas, que tienen una buena respuesta a la desfibrilación precoz, por lo que se prioriza su aplicación, por delante de la administración de fármacos. El buen pronóstico de la desfibrilación precoz decrece, según el tiempo que se tarde en desfibrilar. Cada minuto de retraso en la desfibrilación, reduce la probabilidad de supervivencia en un 10%-12% y a los diez minutos estas posibilidades llegan a cero. Se estima que hasta un 30 por ciento de las muertes por infarto podrían evitarse si el enfermo fuese tratado con un desfibrilador durante los primeros minutos, cruciales para la supervivencia. Es tan clara la evidencia, que en muchos Estados se ha regulado la instalación de desfibriladores externos automáticos (DEA) en lugares públicos (aeropuertos, campos deportivos...), y se está formando a personal no sanitario (bomberos, policías, profesores, azafatas...) para que puedan hacer uso de estos dispositivos.

1.2.4. El Soporte Vital Avanzado / Cuidados postresucitación El último eslabón de la cadena, indica la necesidad de completar la estabilización de las funciones vitales, el traslado del paciente y la aplicación de cuidados postresucitación. En el SVA se asegurará la vía aérea, se establecerá ventilación mecánica si fuese necesaria y se administrarán los líquidos y drogas que requiera cada caso. Los resultados logrados con carácter inmediato con la desfibrilación precoz se consolidan cuando se asocia antes de 10 minutos el conjunto de técnicas de Soporte Vital Avanzado (SVA). Únicamente cuando se han estabilizado las funciones vitales del enfermo, se procederá a su traslado hacia el centro sanitario de elección, según el caso. Preste atención a este aspecto: únicamente cuando se han estabilizado las funciones vitales del enfermo, se procederá a su traslado hacia el centro sanitario de elección. Con la creación de los equipos de emergencia prehospitalaria en la década de los 90 y la implantación de la “cadena de supervivencia” se produjo un cambio notable en los procedimientos. Ya no se trata de “correr” para llegar lo antes posible al hospital, el enfermo se estabiliza en el lugar donde ocurra el accidente y el traslado, se realiza posteriormente. Esta es la mejor manera de aumentar la supervivencia y minimizar los efectos secundarios al accidente. Los cuidados post – parada cardiaca, cobran cada vez más importancia, como parte de la cadena de supervivencia y si se realizan de forma adecuada, podría mejorar notablemente el pronóstico del paciente.

1.3. Secuencia del Soporte Vital Básico 420

La expresión “Soporte Vital Básico” hace referencia a una amplia variedad de contenidos que tienen que ver con la prevención, el reconocimiento y las intervenciones adecuadas, ante una supuesta parada cardiorrespiratoria.

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

Son actuaciones sencillas que la población general debería conocer, siendo especialmente importante el adiestramiento del personal de los servicios públicos, de aquellos que trabajen en lugares donde se produzcan grandes concentraciones humanas y del personal sanitario, para que puedan intervenir, aun sin contar con equipos o material específico alguno. Ante una supuesta situación de PCR, lo primero será identificar la situación. Antes que pedir ayuda o realizar ninguna actividad, tenemos que saber qué está pasando. La estrategia para que cualquier ciudadano pueda identificar y valorar a una víctima con una aparente PCR es muy simple y consiste en observar, de una manera secuencial, únicamente dos aspectos clínicos: consciencia y respiración. Según la valoración que realicemos de cada uno de estos aspectos, corresponderá realizar una u otra intervención.

1.3.1. Valorar la consciencia Lo primero que debemos hacer para valorar una posible parada cardiorrespiratoria (PCR) es comprobar el estado de consciencia del individuo. Examinar a la víctima estimulándola auditiva y sensitivamente. Se debe mover al paciente suavemente por los hombros, gritándole en voz alta: oiga, ¿qué le pasa? En caso de sospecha de traumatismo cervical evitaremos mover el cuello.

1.3.1.1. Intervenciones según el estado de consciencia Si la víctima contesta a nuestro estímulo (habla, se mueve…) tendremos la seguridad de que se mantienen la funciones cardiorrespiratorias (respira y tiene pulso), pero esto de ninguna manera nos asegura que estas no puedan estar amenazadas. Déjelo como está (si la posición no supone peligro), pida ayuda y vuelva junto a él. Deberemos permanecer junto al sujeto y evaluarlo periódicamente, hasta la llegada de los equipos especializados. Al permanecer junto a la víctima podremos observar otras alteraciones como hemorragias u obstrucciones, que quizás requieran de nuestra intervención inmediata por el problema potencial que suponen. Si la víctima está inconsciente, no responderá a estímulos auditivos ni sensitivos, por lo que deberemos pedir ayuda y comprobar de forma inmediata la ventilación, para descartar que se encuentre en PCR. En cualquier caso, en toda persona inconsciente deberemos despejar la vía aérea mediante “la maniobra frente - mentón” o la tracción mandibular. Maniobra Frente - Mentón Tráquea Tráquea

Esófago

Obstrucción

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Responde (Contesta o se mueve) (Consciente)

COMPROBACIÓN DE LA CONSCIENCIA Oiga ¿qué le pasa?

• Dejar como está • Pedir ayuda • Evaluar periódicamente

No responde (Inconsciente)

COMPROBACIÓN DE LA RESPIRACIÓN

1.3.1.2. Apertura de la vía aérea. Maniobra Frente - Mentón Al perderse la consciencia, la lengua pierde su tono cayendo hacia atrás obstruyendo la entrada de la tráquea, lo que puede provocar la asfixia del accidentado. La forma de evitar que esto suceda es mediante la denominada maniobra frente-mentón que consiste en, con la víctima en decúbito supino, colocar una mano en la frente y la punta de los dedos de la otra en el vértice de la barbilla, empujando hacia arriba; de esta manera conseguimos despejar la vía aérea.

Maniobra de Tracción Mandibular

Maniobra Frente -Mentón

En los traumatizados la posible presencia de lesiones en la columna cervical aconseja emplear la maniobra denominada “tracción o elevación mandibular”, que consiste en traccionar de la mandíbula introduciendo en ella el dedo pulgar en forma de gancho, mientras que con la otra mano sujetamos con fuerza la frente del accidentado. De esta forma evitamos movilizar la columna cervical, por las consecuencias fatales que pudieran derivarse de esta acción, en unas estructuras óseas dañadas por el traumatismo.

1.3.2. Valorar la ventilación Si nos encontramos con un individuo inconsciente, debemos comprobar de forma inmediata la respiración, para lo que será imprescindible abrir previamente la vía aérea.

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CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

Para valorar la ventilación del paciente, se debe colocar a la víctima en decúbito supino y realizar la apertura de la vía aérea (maniobra frente-mentón), acercando a continuación la mejilla a la boca-nariz de la víctima, para de esta forma oír y sentir la respiración del paciente, así como ver los movimientos ventilatorios de la caja torácica. VER, OÍR y SENTIR durante 5 a 10 segundos (máximo de 10 segundos), es la manera de comprobar si el paciente está respirando con normalidad.

1.3.2.1. Intervenciones si el paciente respira Si el paciente está inconsciente pero respira normalmente, lo colocaremos en la denominada posición “lateral de seguridad” y buscaremos ayuda. Si se trata de un traumatismo, como norma y por precaución, no movilizaremos al paciente, a menos que sea absolutamente necesario para el mantenimiento de sus funciones vitales. La posición lateral de seguridad La posición lateral de seguridad (PLS) o posición de recuperación, se emplea para prevenir la obstrucción de la vía aérea por la caída de la lengua hacia la faringe, o la aspiración de contenido gástrico por el árbol traqueobronquial, en el caso de que se produzca un vómito. La posición debe ser estable, cercana a una posición lateral real con la cabeza en declive y sin presión en el pecho que perjudique la respiración. Para colocar al paciente en PLS, lo haremos rodar hacia el reanimador siguiendo los siguientes pasos:

n

− Arrodillarse junto a la víctima manteniendo sus piernas estiradas. − Realizar la abducción del brazo del paciente que tengamos más cercano, hasta ponerlo en ángulo recto con el cuerpo. Doblar el codo, y poner la palma de la mano hacia arriba (foto 2).

o

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− Traccionar del brazo del paciente más alejado a nosotros, cruzándolo sobre su tórax y colocando la palma de la mano sobre el hombro contrario (foto 3).

p

− Levantar la pierna del paciente más alejada a nuestra posición, dejándola con la rodilla levantada y el pie apoyado en el suelo (foto 4).

q

− Con una mano en la rodilla levantada y la otra en el hombro del mismo lado, tirar con fuerza para girar a la víctima sobre su costado (foto 4). − Colocar la pierna que ha quedado encima, de forma que la cadera y la rodilla estén dobladas en ángulo recto (foto 5).

r

424

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

− Inclinar la cabeza asegurándose de que la vía aérea permanezca abierta (foto 6).

s

− Ajustar la mano bajo la mejilla para mantener la cabeza inclinada (foto 6). − Retirar cualquier objeto que pueda molestar al paciente. Una vez el paciente se encuentra en PLS, se debe pedir ayuda si aún no se ha hecho y regresar a su lado, para comprobar periódicamente que mantiene sus funciones vitales.

1.3.2.2. Intervenciones si el paciente no respira Si la víctima está inconsciente y carece de ventilación espontánea, pediremos ayuda (para llamar a los servicios de emergencia y buscar un DEA) e iniciaremos las maniobras de RCP (30 compresiones torácicas y 2 ventilaciónes). En los primeros segundos tras una parada cardiaca, podría ocurrir que el paciente presente alguna respiración, ocasional o bien “boqueadas”, lentas y ruidosas. Es lo que se conoce como respiración agónica o gasping. Ponga atención en no confundir esto con la respiración normal. En todo caso, si tiene dudas acerca de si hay o no respiración normal, actúe como si no la hubiese. COMPROBACIÓN DE LA RESPIRACIÓN • Abrir vía aérea (maniobra frente mentón)

Respira • Poner en posición lateral de seguridad • Buscar ayuda

• Retirar objetos extraños • Ver, oír y sentir

No respira • Pedir ayuda • Comenzar maniobras de RCP (Dependiendo del caso se hará antes una cosa u otra)

1.3.3. Maniobras de Soporte Vital Básico Si hemos confirmado el diagnóstico de PCR (ausencia de consciencia y respiración) procederemos a realizar las maniobras de RCP Básicas que pretenden mantener y restaurar la circu425

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lación efectiva usando compresiones torácicas externas (“masaje cardiaco”) y ventilación de los pulmones con aire espirado (respiración boca-boca). Estas intervenciones no requieren ningún tipo de equipo o instrumento, si bien se incluyen dentro de esta definición el uso de los denominados dispositivos de barrera: protectores faciales y mascarillas o dispositivos simples para la vía aérea.

ALGORITMO DEL SOPORTE VITAL BÁSICO EN ADULTOS Oiga, ¿Qué le pasa?

COMPROBAR LA CONCIENCIA

Responde (Contesta o se mueve) – Dejar como está (Consciente)

– Pedir ayuda – Evaluar periódicamente

No responde (Inconsciente)

En traumatismos cervicales, abrir la vía aérea, mediante la maniobra de tracción mandibular

– Pedir ayuda – Abrir la vía aérea Maniobra Frente-Mentón

Ver Oír Sentir

COMPROBAR LA RESPIRACIÓN Ver, oír y sentir (No emplear más de 10 segundos) NO Respira

– Pedir ayuda – INICIAR LAS MANIOBRAS DE RCP-BÁSICA 30 Compresiones/ 2 Ventilaciones En PCR secundaria a hipoxia daremos 5 ventilaciones y 1 mt, de maniobras antes de pedir ayuda 426

Respira

– Poner en posición lateral de seguridad – Buscar ayuda Respiración boca-boca Inspirar normalmente y ventilar durante 1 segundo, comprobando que el tórax se eleve

Masaje cardiaco externo Colocar las manos en el centro del pecho Dar 100 compresiones mt

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

Con estas maniobras pretendemos mantener un mínimo de oxigenación y circulación, que evite el daño irreparable que puede provocar en el cerebro la falta de oxígeno. Realizaremos 30 compresiones torácicas, seguidas de 2 insuflaciones. Los reanimadores no entrenados, pueden realizar la reanimación cardiopulmonar sólo con compresiones torácicas, guiada por los operadores de los teléfonos de emergencia.

Algoritmo de RCP Básica del adulto

1.3.3.1. Masaje cardiaco externo El masaje cardiaco externo se realiza apoyando el talón de una mano en el centro del pecho (mitad inferior del esternón) y el talón de la otra sobre la primera. Es conveniente entrelazar los dedos asegurándonos que la presión no se ejerce sobre las costillas. El enfermo deberá permanecer en decúbito supino, con las extremidades superiores a lo largo del cuerpo. El reanimador se sitúa preferentemente arrodillado, a un lado de la víctima y, una vez localizado el punto de compresión, coloca los brazos extendidos y perpendiculares al esternón. Con el cuerpo erguido, se carga el peso sobre ellos sin doblarlos en ningún momento, para conseguir con el menor esfuerzo físico, la mayor eficacia posible.

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Para evitar el excesivo cansancio del reanimador será importante la altura desde la que realicemos el masaje, siendo en ocasiones conveniente ayudarnos de un taburete o similar. El objetivo debería ser, comprimir hasta una profundidad de al menos 5 cm (pero no más de 6 cm) y a una frecuencia de al menos 100 compresiones/min (pero no más de 120 compresiones/min), permitiendo el retroceso completo del tórax, y reduciendo al máximo las interrupciones de las compresiones torácicas. Se seguirá la secuencia de 30 compresiones / 2 ventilaciones, independientemente del número de reanimadores. Se desaconseja buscar el punto de compresión mediante el método de “seguir el borde de las costillas”, por emplear demasiado tiempo. Las manos se colocan directamente en el centro del pecho. ADULTOS 30 compresiones torácicas / 2 ventilaciones

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CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

Con el masaje cardiaco externo se consigue un suficiente soporte circulatorio, tanto por la presión ejercida directamente sobre el corazón (Bomba Cardíaca), como por la realizada sobre el tórax (Bomba Torácica). A modo de esponja, durante las compresiones se expulsa sangre del corazón y los pulmones hacia los diferentes órganos, que volverá en el momento de la descompresión.

1.3.3.2. Respiración boca-boca Tras realizar las 30 compresiones torácicas, daremos dos ventilaciones de rescate. Despejaremos la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón y comprobaremos que no hay ningún cuerpo extraño que pueda obstruir la vía aérea (alimentos, prótesis dentales...). Si hay algún objeto extraño que veamos, lo retiramos con nuestros dedos, pero no es oportuno realizar barrido digital a ciegas. Con la vía aérea despejada, taponaremos los orificios nasales, con los dedos pulgar e índice de la mano colocada en la frente, mientras sellamos con nuestra boca la de la víctima, e insuflamos aire. Haremos una inspiración normal (no profunda) y durante aproximadamente 1 segundo insuflaremos aire, comprobando cómo se eleva el tórax. Debe ser aire suficiente para hacer que el pecho de la víctima se eleve, pero evitando respiraciones rápidas o enérgicas. Al retirarnos para que el accidentado pueda espirar, comprobaremos con nuestra mirada el movimiento de descenso de la caja torácica. El tiempo total empleado en dar las dos respiraciones no debiera exceder de 5 segundos. En caso necesario se puede insuflar el aire a través de la nariz o del estoma de traqueotomía, tapando siempre el orificio por el que no se insufla. Debe evitarse insuflar muy rápidamente o con mucha cantidad de aire, para evitar que se desvíe hacia la cavidad gástrica, lo que por una parte no tendría ninguna utilidad, y por otra, facilitaría la aparición de vómitos, aumentando el riesgo de broncoaspiración. El aire ambiente tiene una concentración de oxígeno de aproximadamente el 21%, mientras que el aire que expiramos no sobrepasa el 16%, pero aun así, esta concentración es suficiente para conseguir una cantidad de oxígeno en la sangre del paciente, que evite dañar las células cerebrales, en espera de la llegada de los equipos de emergencia. Los reanimadores no entrenados, pueden optar por realizar la reanimación cardiopulmonar sin respiración boca a boca, realizando sólo compresiones torácicas. Al comprimir/descomprimir el tórax, además del soporte circulatorio, se consigue un mínimo soporte ventilatorio. Las maniobras de reanimación deben continuar con la misma cadencia, hasta que el enfermo se recupere, llegue ayuda con equipo especializado o se produzca el agotamiento de los reanimadores. 429

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1.4. Técnicas del Soporte Vital Básico 1.4.1. Desobstrucción de la vía aérea La obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE) o atragantamiento, puede producir la muerte en pocos minutos, pero puede tratarse con buenos resultados, si se actúa con rapidez y decisión.

5 palmadas interescapulares

5 compresiones abdominales

La obstrucción parcial o completa de la vía aérea por un cuerpo extraño provoca un cuadro repentino de asfixia que, en el peor de los casos, si no se resuelve, desemboca en hipoxia, inconsciencia, apnea, paro cardiaco y muerte. Si la obstrucción es parcial, el paciente mostrará una gran agitación, con una ventilación más o menos dificultosa, tos y/o estridor (pitos). El gesto de llevarse las manos a la garganta, es reflejo y prácticamente universal. El estado de consciencia no suele estar alterado en un primer momento y, en esta situación, el reanimador debe alentar al individuo para que tosa si le es posible, por ser esta la mejor y menos traumática forma de expulsar el cuerpo extraño. Ante la OVACE parcial, nos limitamos a animar al afectado para que tosa una y otra vez. Reevaluamos y estamos alerta por si empeora la situación. Cuando la obstrucción es completa, el paciente no puede hablar ni toser y en poco tiempo puede sobrevenir la insconsciencia.

Paciente consciente Mientras el paciente está consciente, daremos 5 golpes interescapulares con el sujeto ligeramente inclinado hacia adelante, para que, si conseguimos movilizar el cuerpo extraño, salga hacia el exterior. Es posible que esta maniobra resuelva la situación pero, si no es así, continuaremos realizando 5 compresiones abdominales (Maniobra de Heimlich).

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El reanimador se sitúa por detrás de la víctima, rodeando con sus brazos el abdomen de ésta. Una de las manos, cerrada y con el pulgar hacia dentro, se sitúa en el epigastrio, alejado de la apófisis xifoides y del reborde costal. La otra mano agarra a la primera, para realizar de esta forma una fuerza mayor. Se realizan compresiones enérgicas del abdomen hacia arriba y hacia adentro. En embarazadas y en pacientes muy obesos se puede realizar la maniobra de modo similar, pero abrazando el tórax del paciente (tercio inferior torácico, alejado de la apófisis xifoides, coincidiendo con el área de masaje cardiaco) en lugar del abdomen.

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

Estas maniobras se repetirán hasta la expulsión del cuerpo extraño o hasta la inconsciencia del paciente, alternando 5 palmadas interescapulares y 5 compresiones abdominales.

Paciente inconsciente Si la obstrucción no se resuelve en poco tiempo, el paciente perderá la consciencia. En este caso, trataremos de que no sufra daño en la caída y con el paciente en posición de decúbito supino, comenzaremos las maniobras de RCPb. Procederemos exactamente igual que en los casos de paciente inconsciente sin respiración, repitiendo la secuencia de 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones. Algoritmo de actuación en adultos, en los casos de asfixia por obstrucción de vía aérea, por un cuerpo extraño EVALUAR LA OBSTRUCCIÓN ¿Oiga qué le pasa ? Contesta Habla, tose, respira OBSTRUCCIÓN LEVE

NO Contesta OBSTRUCCIÓN GRAVE

– Animar a toser – Reevaluar

CONSCIENTE

INCONSCIENTE

– 5 Palmadas interescapulares – 5 compresiones abdominales – Reevaluar

– Maniobras RCP b

1.4.2. Control de las hemorragias El control de las posibles hemorragias forma parte del SVB. Las hemorragias se detienen comprimiendo con un apósito limpio (compresa, gasa, pañuelo, paño...) sobre el lugar del sangrado y, en el caso de que se produzcan en las extremidades, elevando estas por encima del nivel del corazón. Se aplicarán cuantos apósitos sean necesarios y se realizará un vendaje compresivo.

Aplíquese presión directa sobre la herida con uno o varios apósitos

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Si puede, levante el miembro herido

El uso de torniquetes está contraindicado y sólo se utilizarán en caso de producirse la amputación traumática de un miembro, pues no podríamos detener la hemorragia de otra manera. La parte amputada se introduce dentro de una bolsa de plástico y esta, una vez sellada, se trasladará con el enfermo hasta el hospital, dentro de otra bolsa que contendrá hielo o nieve y agua. La temperatura ideal para trasladar la parte amputada es de unos 4.º y es importante evitar que el hielo entre en contacto directo con la parte amputada, para evitar lesiones que dificulten su posterior reimplante. Se colocará el torniquete (vendas, cuerda, etc.) próximo a la parte amputada presionando hasta detener la hemorragia pero sin apretar en exceso. Si hubiese que apretar mucho, tendremos que aflojar cada 10 segundos (durante al menos 2 o 3 minutos) para asegurar la correcta perfusión al miembro. Si la amputación fuese incompleta, inmovilizaremos las partes con una férula en la posición más anatómica y menos dolorosa posible y lo trasladaremos al hospital, evitando realizar exploraciones de ningún tipo hasta llegar allí. En cualquier caso no facilite líquidos ni alimentos al enfermo y acuda de inmediato a un hospital.

1.4.3. Colocación de cánulas orofaríngeas. Cánula de Guedel Entre las cánulas orofaríngeas, la más conocida y usada es la cánula de Guedel. Esta se usa para mantener la vía aérea abierta evitando, a su vez, que la caida de la lengua la obstruya.

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Cánulas de Guedel

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

Dependiendo del fabricante, existen diversos modelos, pero todos están construidos en PVC semirrígido (o material similar) y poseen un refuerzo al principio de la misma, para evitar que, una vez colocada, se obstruya al morderla el enfermo. Tienen un tamaño que oscila entre 5 y 12 centímetros y que se identifica por una numeración y, en algunos modelos, también por un color diferente. Dependiendo del paciente al que se destine, se seleccionará la longitud adecuada, que debe ser igual a la distancia que existe entre la comisura de los labios y el lóbulo del pabellón auricular. Lo correcto, antes de colocarla, es medir la cánula adecuada a cada paciente. La cánula de Guedel se coloca introduciéndola en la boca del afectado, con la concavidad hacia el paladar para, una vez metida hasta aproximadamente la mitad, rotarla 180º, mientras se termina de introducir hasta la faringe. Una vez colocada, la parte más dura de la cánula debe quedar entre los dientes del paciente, de esta manera, evitaremos posibles obstrucciones si la mordiese.

Medir la cánula antes de colocarla

Se comienza a introducir con la concavidad hacia el paladar y posteriormente se rota 180º

El refuerzo de la cánula debe quedar entre los dientes del paciente

1.4.4. Desfibrilador externo automático (DEA) Las causas más frecuentes de parada cardiorrespiratoria (PCR) son la fibrilación ventricular (FV) y la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP). Estas alteraciones del ritmo, deben ser tratadas de forma prioritaria, mediante desfibrilación externa, entendiendo como tal la

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transmisión de corriente eléctrica, medida en julios, al músculo cardíaco a través de la pared torácica, con el objeto de poner fin a la FV o la TVSP. Esta acción se conoce entre los profesionales sanitarios como descarga o choque, y de esta manera la denominaremos en adelante.

Desfibrilador manual

Numerosos estudios demuestran que el uso precoz de desfibriladores externos puede aumentar considerablemente la supervivencia de los individuos que sufren una PCR. En varios países entre los que se encuentra España (Real Decreto 365/2009, de 20 de marzo.BOE 80, Jueves 2 de abril de 2009), ya está legislada la colocación y utilización de Desfibriladores Externos Automáticos (DEA), en los lugares de pública concurrencia. La mayor parte de las comunidades autónomas, con las competencias sanitarias transferidas, han regulado el uso de desfibriladores externos automatizados fuera del ámbito sanitario. (Andalucía, Decreto 22/2012, de 14 de febrero; Aragón, Decreto 229/2006, de 21 noviembre; Asturias, Decreto 24/2006, de 15 marzo; Baleares, Decreto 2/2005, de 14 enero; Canarias, Decreto 225/2005, de 13 diciembre; Cataluña, Decreto 355/2002, de 24 diciembre; Galicia, Decreto 99/2005, de 21 abril; Navarra, Decreto Foral 105/2002, de 20 mayo; País Vasco, Decreto 8/2007, de 23 enero…). Los denominados DEA son desfibriladores externos automáticos o semiautomáticos (ambos se conocen con el mismo nombre), que incorporan un sistema de análisis del ritmo. Cuando un dispositivo automático detecta un ritmo que requiere choque, se carga y suministra el choque, mientras que el semiautomático, aconseja al reanimador cuándo suministrar el choque y éste, una vez tomadas las debidas precauciones (al igual que con el desfibrilador manual, no se debe tocar al paciente en el momento de la descarga), será el que realice la acción última (oprimir el botón de descarga) para administrarlo. Los DEA no disponen de las palas que tienen los desfibriladores manuales y se conectan al paciente mediante dos electrodos adhesivos de gran tamaño, que sirven al mismo tiempo para registrar la señal del ECG analizando el ritmo cardíaco, y para transmitir la energía de la descarga, en el caso de que fuese necesaria. Estos dispositivos, han demostrado ser sumamente precisos y seguros para el paciente y para el reanimador, tanto si son usados por personas legas como por personal sanitario. Están indicados en niños mayores de 1 año. Se puede considerar efectuar compresiones torácicas antes de la desfibrilación cuando la llegada del SEM a la escena sea después de 4-5 minutos de la llamada. 434

DEA

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

1.4.4.1. Procedimiento para el empleo de los DEA Ante una posible PCR, comience a aplicar el algoritmo correspondiente. Si al valorar la respiración comprueba que el individuo no respira, consiga un DEA. Si tiene un DEA disponible úselo de inmediato, si no, comience con las maniobras de RCP hasta su llegada. − Coloque a la víctima en decúbito supino y colóquese en su lado izquierdo. − Coloque los electrodos sobre el pecho del paciente, en posición antero-lateral (posición esternón-ápex). La placa adhesiva del esternón se coloca en la parte superior derecha del tórax del paciente, a la derecha del esternón debajo de la clavícula. La placa del ápex se coloca en la parte inferior izquierda del pecho sobre el ápex del corazón, a la izquierda del pezón en la mitad de la línea axilar. − Encienda el dispositivo y siga las indicaciones auditivas/visuales. Para realizar el análisis del ritmo con las máximas garantías, debe evitarse el movimiento de la víctima y el contacto físico con ella, por lo que en este momento y durante el menor tiempo posible, deberá detener las maniobras de RCP.

1.4.4.2. Si está indicado el choque − Asegúrese de que todo el mundo se aparta de la víctima. − Pulse el botón de choque. − Realice las maniobras de RCP (30 compresiones torácicas-2 ventilaciones) durante 5 ciclos (aproximadamente 2 minutos). − Repita el análisis o el choque como se indique. − Si en algún momento apareciera una condición de “choque no indicado” pase al siguiente apartado.

Imagen característica de una fibrilación ventricular

1.4.4.3. Si el choque no está indicado − Busque signos de que hay circulación. − Si no hubiera signos de circulación, lleve a cabo las maniobras de RCP (30 compresiones torácicas – 2 ventilaciones) durante 2 minutos y repita el análisis. − Seguir las instrucciones del DEA hasta que esté disponible el Soporte Vital Avanzado.

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Tenga presente que cuanto más se demore en realizar la desfibrilación, menor es la probabilidad de éxito. Si no dispone de un DEA, comience con las maniobras de RCP hasta disponer de uno de estos dispositivos o hasta la llegada de los equipos especializados.

1.4.5. Uso del resucitador manual Es un dispositivo con un balón autoinflable y una válvula que evita la reinspiración, recibe el nombre coloquial de ambú, en referencia a la casa comercial que los popularizo. Se utiliza para realizar la respiración artificial de forma manual.

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CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

El de los adultos, suele tener un volumen aproximado de 1.600 ml, siendo menor en el pediátrico, al objeto de evitar barotraumas. Pueden emplearse con mascarilla o directamente sobre el tubo endotraqueal (u otro de los dispositivos para aislar la vía aérea). Poseen una toma de oxígeno y como accesorio se suele acompañar de un reservorio con el que se pueden alcanzar concentraciones de oxígeno cercanas al 100%. Hay que prestar especial atención a la limpieza y correcta colocación de la válvula. Un error en esa comprobación, puede anular la funcionalidad del dispositivo. A pesar de su aparente sencillez, es un dispositivo difícil de usar correctamente. Es necesario sellar la mascarilla sobre la cara y presionar el balón al mismo tiempo, lo que exige cierto entrenamiento.

El reanimador se coloca por detrás de la cabeza del paciente, la extiende hacia atrás, coloca una cánula orofaríngea (Guedel) y aplica la máscara sobre el rostro con la mano izquierda colocando los 2-3 últimos dedos sobre la mandíbula y los demás sobre la mascarilla. Se exprime la bolsa con la mano derecha y se observa el tórax para comprobar cómo tiene lugar la ventilación pulmonar. Si hay dos reanimadores, uno puede realizar las 30 compresiones y el otro las 2 insuflaciones mediante el resucitador manual.

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1.5. ¿Cuándo debe suspenderse la RCP Básica? Las maniobras de RCP deben mantenerse en principio hasta la llegada de los equipos especializados, excepto en las siguientes situaciones: – Cuando el paciente recupere circulación espontánea. Nos mantendremos alerta junto al accidentado comprobando sus funciones vitales periódicamente. – Cuando habiéndose iniciado la RCP se comprueba fehacientemente la voluntad previa del afectado de no recibir las maniobras de RCP (testamento vital). – Cuando se confirma documentalmente de forma inequívoca que la parada cardíaca se ha producido como consecuencia de la evolución terminal e irreversible de una enfermedad incurable. – Cuando habiéndose iniciado sin éxito la RCP se confirma de forma indiscutible que estas maniobras se instauraron con un retraso superior a 10 minutos con respecto a la iniciación de la parada cardíaca (excepto situaciones como el ahogamiento, la hipotermia accidental o la intoxicación con barbitúricos). – Cuando después de un tiempo prudencial nunca inferior a 30 minutos continúa la ausencia de cualquier tipo de actividad eléctrica cardíaca (excepto en situaciones de hipotermia o ahogamiento), evidenciándose signos de hipoxia generalizada (livideces, midriasis...). – Cuando el reanimador está exhausto, lo cual puede producirse cuando un único reanimador realiza una RCP prolongada.

1.6. Actuación del Celador La actuación de un Celador ante una parada cardiorrespiratoria va a ser muy diferente según el lugar donde trabaje y según el momento en el que suceda. Si ocurre en un hospital, el personal sanitario llevará el peso de las maniobras quedando el Celador para ayudar en lo que se le requiera. Traer el carro de paradas, colocar al paciente en decúbito supino y poner la tabla corta o de SVB bajo la espalda del mismo son funciones habituales de los Celadores. Aquí es importante adelantarse a los acontecimientos, se puede ir retirando el cabecero de la cama por si es necesario intubar (si se decide llevar a cabo este procedimiento hay que colocar a la víctima en posición de Roser). En el Centro de Salud es prácticamente igual, sustituyendo la cama por la camilla y en ambulancias de traslado o cuando el Celador está solo o fuera del trabajo realizará todas las técnicas que se han explicado a lo largo del tema.

2. Soporte Vital Básico en pediatría 2.1. Introducción 438

En el niño, a diferencia de lo que ocurre en el adulto, la parada cardiorrespiratoria (PCR) de origen cardiaco es poco frecuente, siendo el principal motivo las disfunciones respiratorias

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

(obstrucciones agudas, neumonías, depresión respiratoria...) seguido del fallo circulatorio por sepsis o hemorragias. La PCR también puede afectar a niños sanos por los accidentes (sobre todo domésticos) o por muerte súbita. Cuando el pronóstico se compara con el del adulto, suele ser peor, debido a que en la mayoría de los casos el niño lleva en hipoxemia un periodo prolongado de tiempo, antes de producirse la PCR, con la consecuente lesión de diversos órganos, en tanto que en el adulto la PCR se suele producir de forma brusca sin hipoxia previa. En los niños, es preferible modificar la secuencia de RCP que se emplea en el adulto. Por un lado, una vez diagnosticada la situación de PCR se realizaran 5 ventilaciones de rescate y un minuto de masaje cardiaco, antes de buscar ayuda. Por otro lado, la relación más correcta entre compresiones y ventilaciones es de 15 compresiones y 2 ventilaciones, aunque los reanimadores legos, podrían utilizar la misma relación que en el adulto (30:2).

2.2. Comprobación del nivel de consciencia Para determinar el nivel de consciencia del niño, se le debe gritar mientras se le sacude suavemente por los hombros. Si existe sospecha de que pueda tener alguna lesión en la cabeza o en el cuello por las alteraciones que presenta o por el mecanismo de la lesión no se debe agitar, moviéndolo lo menos posible. Si el niño está inconsciente pediremos ayuda y comprobaremos de inmediato la respiración.

2.3. Posición de RCP Al niño se le debe colocar en decúbito supino sobre una superficie dura y lisa. En los lactantes también puede utilizarse la palma de la mano o el antebrazo del reanimador en caso de reanimarle en brazos. En los niños pequeños, al apoyar su espalda sobre la palma de la mano del reanimador, los hombros se elevan, permitiendo que la cabeza se extienda ligeramente hacia atrás abriendo la vía aérea de forma adecuada.

2.4. Vía aérea Las maniobras de apertura de la vía aérea es necesarias para poder comprobar si el niño respira, el objetivo es conseguir que la vía aérea sea permeable. La maniobra de elección es, como en el adulto, “la maniobra frente – mentón” (extender la cabeza y elevar la mandíbula) y solo cuando esta no funciona, se puede probar con la maniobra de elevación mandibular (con los dedos pulgar e índice de cada mano, detrás de cada lado de la mandíbula del niño y empújela hacia delante). Después de abierta la vía aérea se debe comprobar si el niño respira, observando si existen movimientos respiratorios, escuchando su ventilación y, con la mejilla del reanimador junto a la boca del niño, sintiendo la salida del aire (ver, oír, sentir) durante un máximo de 10 segundos.

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Si el niño respira, se le coloca en posición lateral de seguridad y se pide ayuda. Si el niño tiene dificultad respiratoria suele adoptar unas posturas determinadas que le facilitan la respiración y no se deben modificar, limitándose el reanimador a pedir ayuda. Si el niño no respira hay que pedir ayuda e iniciar la ventilación manteniendo abierta la vía aérea. Si es un lactante, la boca del reanimador se debe aplicar abarcando la boca y la nariz del niño. Si se trata de un niño mayor de un año se puede utilizar la técnica boca a boca de forma similar a como se hace en los adultos. La técnica dependerá no tanto de la edad, como del tamaño del niño.

Se realizan 5 ventilaciones de rescate. Insuflaciones lentas de 1 segundo por ventilación, tomando aire entre una ventilación y otra. El volumen correcto de aire en cada ventilación será aquel que haga que el tórax se eleve. Es importante insuflar aire solamente hasta que empiece a subir el pecho para evitar una dilatación gástrica que podría provocar regurgitación del contenido del estómago. También podríamos provocar barotrauma.

2.5. Circulación Una vez abierta la vía aérea y realizadas las 5 insuflaciones, el reanimador debe comprobar si el niño permanece arreactivo o si aparecen signos de que hay circulación, para valorar la necesidad de iniciar las compresiones cardiacas. Hay que buscar durante un máximo de 10 segundos signos de vida: movimientos, tos… incluso si se está cualificado, se puede comprobar el pulso (el femoral en todos los caos, o el braquial en los lactantes o en los niños mayores de un año el carotideo). Si el niño continúa arreactivo y sin signos de circulación, tras las 5 insuflaciones comenzaremos con las compresiones cardiacas con una cadencia de 15 compresiones y 2 ventilaciones. El área de compresión en la RCP pediátrica se localiza en la mitad inferior del esternón, un dedo por encima del apéndice xifoides.

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La técnica de compresión dependerá de la edad del niño o, especialmente de su corpulencia. En los lactantes comprimiremos con la punta de los dedos medio y anular o con la

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técnica “del abrazo” (rodeando el tórax con las dos manos y con ambos pulgares sobre el esternón). En los niños más mayores o corpulentos, se puede emplear el talón de una sola mano. Las compresiones se realizan siguiendo un eje perpendicular y con la fuerza suficiente para comprimir el tórax al menos un tercio de su diámetro.

En los niños, al igual que en los adultos, las compresiones deben durar el 50% del ciclo, permitiendo en la segunda parte de éste, la relajación del tórax. La frecuencia de las compresiones debe ser de al menos 100 por minuto (sin pasar de 120).

2.6. Algoritmo Soporte Vital básico en pediatría ALGORITMO DEL SOPORTE VIT AL BÁSICO EN PEDIA TRÍA COMPROBACIÓN DEL NIVEL DE CONSCIENCIA No responde (Inconsciente)

Ve r Oi r Sentir

– Pedir ayuda – Abri r la vía aérea Respira COMPROBACIÓN DE LA RESPIRACIÓN

P. Lateral Seguridad Reevaluar

NO Respira

5 Ventilaciones de rescate No reacciona No signos de circulación

MANIOBRAS RCP b 15 compresiones / 2 ventilaciones

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2.7. Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño En el niño, al igual que en el adulto, la secuencia de actuación ante la obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño dependerá fundamentalmente de si esa obstrucción es total o parcial. Si la obstrucción es parcial, el niño podrá toser por lo que habrá que animarlo a que lo siga haciendo por ser esta la manera más eficaz de expulsar el cuerpo extraño. Si la obstrucción es total, el niño no podrá toser, por lo que seguiremos el siguiente procedimiento: – 5 golpes interescapulares con el talón de nuestra mano. Si el niño es suficientemente pequeño, se puede sostener en decúbito prono sobre el antebrazo del reanimador, con la cabeza más baja que el tronco y aplicar los golpes con la otra mano. – 5 compresiones directamente sobre el tórax, al objeto de aumentar la presión intratorácica y ayudar a la expulsión del cuerpo extraño de la vía aérea. Este procedimiento se seguirá repitiendo una y otra vez, hasta que el niño pierda la consciencia. En este momento, actuaremos como ya hemos descrito para los casos de inconsciencia y ausencia de respiración, intentaremos ventilar 5 veces y, si no hay respuesta, comenzaremos con el masaje cardiaco. Continuaremos repitiendo las maniobras de RCP b hasta la desobstrucción de la vía aérea. Si se visualiza el cuerpo extraño, se debe intentar su extracción manual con el dedo índice en forma de gancho, pero no realizar un barrido digital a ciegas, ya que el cuerpo extraño puede ser empujado involuntariamente hacia la vía aérea agravando aún más la obstrucción.

Desobstrucción de la vía aérea en lactante. Golpes en la espalda

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Desobstrucción de la vía aérea en lactante. Compresiones torácicas

CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2Concepto de parada cardiorrespiratoria, concepto de maniobra de Heimlich, secuencia del SVB, secuencia de masajes con un solo reanimador (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 1999). 2Indicaciones de la maniobra de Heimlich, ausencia de pulso (Agencia Valenciana de Salud, convocatoria 1999). 2Desobstrucción de vías respiratorias en niños, actuación del auxiliar de enfermería en SVB, actuación del auxiliar de enfermería ante una parada cardiorrespiratoria, concepto de maniobra de Heimlich (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006). 2Concepto de reanimación cardiopulmonar, concepto de maniobra de Heimlich, actuación del auxiliar de enfermería ante una parada cardiorrespiratoria, indicaciones de la cánula Guedel (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2007). 2Tipos de maniobras de apertura de la vía aérea, secuencia de masajes con dos reanimadores, concepto de combitubo, concepto de triple maniobra, actuación ante un niño inconsciente (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2008). 2Materiales del carro de paradas (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM–, convocatoria 2008). 2Tipo de energía que emplea un desfibrilador (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2008). 2Diferencia entre RCP y SVB, colocación del paciente para RCP, concepto de maniobra de Heimlich, definición de parada cardiorrespiratoria, revisión del carro de parada (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Pinzas de Maguill, orden del SVB, indicaciones del balón de resucitación, indicaciones de la maniobra de Heimlich, lugar del masaje cardiaco (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2009). 2Síntomas de parada respiratoria (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2Secuencia del SVB, material imprescindible de un carro de parada (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2009). 2Valoración de la consciencia, indicaciones de la pinza de Maguill, fármacos del carro de paradas (Servicio Cántabro de Salud –SCS–, convocatoria 2010). 2Lesiones cerebrales en una PCR, zona anatómica del masaje cardiaco, secuencia de masaje y ventilaciones, indicaciones de la maniobra de Heimlich (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM–, convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4. 5.

Introducción Insuficiencia respiratoria aguda Asma agudo Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Oxigenoterapia

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Actuación del Celador en las urgencias respiratorias. Oxigenoterapia

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1. Introducción Los trastornos respiratorios constituyen un conjunto de emergencias muy habituales especialmente durante determinadas épocas del año. Es imprescindible que nos familiaricemos con determinadas patologías, técnicas y procedimientos que vamos a necesitar conocer a la hora de enfrentarnos a una urgencia respiratoria. Aunque todos estos trastornos suelen ir acompañados de una importante carga de ansiedad, la actitud de calma que con nuestro comportamiento podamos transmitir al enfermo es probablemente, en estos casos, más importante que en ningún otro.

2. Insuficiencia respiratoria aguda La principal función del sistema respiratorio es asegurar su intercambio adecuado de oxígeno y anhídrido carbónico. En condiciones normales se transfiere suficiente oxígeno y se elimina una cantidad adecuada de anhídrido carbónico.

Cuando uno o más componentes del sistema respiratorio fracasan en el logro de estos objetivos del intercambio se produce la insuficiencia respiratoria. La insuficiencia respiratoria (IR) se define como todo cuadro pulmonar que da lugar a una disminución de la PO2 (hipoxemia) en sangre arterial, con o sin aumento de la PCO2 (hipercapnia). Más que una enfermedad en sí misma, es la consecuencia final común de gran variedad de procesos específicos, respiratorios en su mayoría, pero también cardiológicos, neurológicos, tóxicos, traumáticos, etc. Existen diferentes tipos de IR según el mecanismo por el que se produzca: – Anomalías que causan hipoventilación alveolar. – Alteración en la relación ventilación/perfusión. – Shunt. 446

– Anomalías de la difusión.

CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\

2.1. Valoración inicial La clínica de la insuficiencia respiratoria es bastante inespecífica dependiendo de la hipoxemia, hipercapnia, acidosis y de la enfermedad de base que la provoque. La disnea (sensación de falta de aire que se manifiesta a menudo con jadeo) es el síntoma más frecuente, aunque en los casos más graves pueden aparecer síntomas neurológicos como incoordinación motora e incluso alteración del nivel de consciencia. Normalmente predominan los síntomas de la enfermedad causal: fiebre, sibilancias, tos y expectoración, hemoptisis, dolor torácico, etc.

2.2. Estabilización y transporte El diagnóstico de IR es sencillo ya que se deriva del análisis directo de la gasometría arterial, pero como ocurre que en el ámbito prehospitalario raramente dispondremos de medios para realizar esta prueba, será la intensidad de la clínica (disnea, taquicardia, taquipnea, sudoración…) y la saturación de O2, junto con los antecedentes personales del enfermo, los indicadores que tendremos que utilizar para decidir en qué momento podemos trasladar al enfermo. En cualquier caso, a la hora del transporte deberemos mantener la calma tratando de disminuir la ansiedad del paciente, lo que probablemente le ayude a ventilar mejor. El traslado se realizará en posición de Fowler o Fowler alta, según la gravedad del cuadro, con oxigenoterapia desde el primer momento y con monitorización permanente de la saturación de O2, la frecuencia y ritmo cardiacos y la tensión arterial. Se debe favorecer la eliminación de secreciones mediante fisioterapia respiratoria, aerosolterapia e hidratación adecuada. Los enfermeros canalizarán una vía venosa periférica para, según cada caso, administrar antibióticos, broncodilatadores, diurético…

3. Asma agudo El asma es un síndrome de hiperactividad bronquial desencadenado por múltiples causas, que produce estrechamiento de la vía aérea de severidad variable, que puede mejorar de forma espontánea o con tratamiento y que desde el punto de vista clínico se caracteriza generalmente por disnea, tos y sibilancias de curso paroxístico. Los ataques pueden durar de minutos a horas, y en un pequeño grupo de pacientes pueden ser de mucha gravedad.

3.1. Valoración inicial El asma agudo puede presentarse como una crisis de broncoespasmo que por su severidad requiere el inicio inmediato de una terapéutica enérgica.

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La broncoconstricción y la acumulación de secreciones provocan unos síntomas de: disnea paroxística, tos, sibilancias (sonidos continuos de tonalidad alta, como pitidos o chirridos provocados por el paso del aire en vías estrechadas) y secreciones bronquiales.

3.2. Estabilización y transporte El paciente debe ser trasladado en posición de Fowler, con oxigenoterapia de forma permanente a concentraciones elevadas. Nuestra actitud debe procurar disminuir la ansiedad del enfermo. En casos extremos en los que el cuadro se descompense, podría ser necesario realizar la intubación orotraqueal del enfermo, por lo que debemos ayudar al facultativo a tener preparado el material para intubación (laringoscopio, tubos, vendas, respirador automático…).

4. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una alteración respiratoria crónica que cursa con la obstrucción del aire que entra y sale de los pulmones. Constituye un problema sanitario de primera magnitud con una amplia demanda de los servicios de neumología. Se debe tener en cuenta que en la reagudización de un cuadro pulmonar crónico siempre hay un aumento de acumulación de secreciones, congestión y edema de mucosa con lesiones inflamatorias de la pared bronquial por irritación física (frío, resecamiento, polvo), química (tabaco, gases, etc.) o biológicas (virus, bacterias) y finalmente disminución de la luz bronquial por contracción de la musculatura lisa.

4.1. Valoración inicial Una EPOC reagudizada se caracteriza por el empeoramiento de la disnea, con aumento de la tos, y habitualmente también de las expectoraciones. Encontraremos un enfermo con un alto grado de ansiedad y un nivel de consciencia disminuido que puede llegar hasta el estupor, sudoración profusa y mala perfusión. Es muy frecuente que el cuadro debute con fiebre y secreciones espesas de aspecto purulento. En la exploración se evidenciará el aumento del trabajo respiratorio, serán audibles los roncus (sonidos crepitantes fuertes, al final de la inspiración y durante la espiración producidos por paso del aire a través de líquido en bronquiolos, bronquios y tráquea) y sibilantes (sonidos continuos de tonalidad alta, como pitidos o chirridos producidos por el paso del aire en vías estenosadas).

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El diagnóstico, a falta de las pruebas complementarias que se realizarán a la llegada al centro de atención especializada, se hará basándose en la historia previa del enfermo. El agravamiento de los síntomas se produce por factores fisicoquímicos: frío, polvo, tabaco... o factores biológicos: virus, bacterias, que ocurre principalmente en los meses fríos del año.

CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\

4.2. Estabilización y transporte Lo trasladaremos con urgencia a un centro de atención especializada en posición de Fowler, evitando los cambios bruscos de temperatura y con la administración de oxígeno humidificado a moderada concentración. Nuestra actitud debe procurar en todo momento disminuir la ansiedad del enfermo. Monitorización permanente de la saturación de O2, la frecuencia y ritmo cardiaco y la tensión arterial.

5. Oxigenoterapia El oxígeno (O2) es un gas incoloro, inodoro, explosivo y altamente inflamable, por lo que su manejo en oxigenoterapia requiere importantes medidas de seguridad. La oxigenoterapia consiste en la administración de oxígeno gaseoso (mezcla de aire enriquecida con oxígeno) a un paciente, con la finalidad de establecer la tasa normal de oxígeno en sangre. La administración de oxígeno se realiza en situaciones de hipoxia. La administración de oxígeno puro mantenida por periodos prolongados, es peligrosa puesto que produce lesiones en el pulmón y cerebro además de ser un irritante de las mucosas. Su uso en estado puro está desaconsejado y muy restringido. La oxigenoterapia está indicada en todas aquellas personas que sufren hipoxia, acompañada o no de hipercapnia (asfixia, elevaciones a grandes alturas donde desciende la Pp de O2, intoxicaciones por gases que bloquean la hematosis normal, insuficiencia respiratoria, lesiones del Sistema Nervioso Central que afectan al centro regulador de la respiración y alteraciones del transporte de oxígeno en sangre como en grandes hemorragias, intoxicaciones por monóxido de carbono etc.). La importancia de este tema para el Celador es máxima; a menudo realizan traslados de pacientes que estén sometidos a esta técnica y deben conocer todo el sistema para actuar ante cualquier incidencia. Es importante durante el traslado valorar el aspecto y el estado del paciente para detectar situaciones de hipoxia que indicarían, o bien, un empeoramiento del cuadro o un mal funcionamiento de los sistemas de administración de oxigenoterapia.

5.1. Métodos de administración de oxígeno 5.1.1. Equipos de oxigenoterapia La administración de oxígeno tanto en el hospital como en los centros de salud procede de la central de oxígeno o bien de balas, bombonas o tanques de oxígeno. En la mayoría de hospitales existe central de oxígeno. El oxígeno se encuentra almacenado en la Central, situada fuera del edificio general del hospital, y llega a las habitaciones de los enfermos/as a través de tuberías.

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A continuación pasamos a describir los diferentes componentes de los equipos de oxigenoterapia: – Balas de oxígeno. Las balas de oxígeno son cilindros de acero que contienen oxígeno a una presión superior a la atmosférica y a temperatura de 21 ºC. Hay diferentes tamaños de balas, las mayores contienen 6.000 l, mientras que las pequeñas son de 350, 175 y 150 l. Este sistema se usa en el transporte de enfermos a los que hay que administrarles oxígeno y en pacientes a los que se suministra oxígeno a domicilio. Las unidades en que se expresa la capacidad de una bala puede ser: litros (l), atmósferas de P, mm de Hg o kg/cm3.

Bala de oxígeno

– Manómetro. Todo tanque está provisto de un manómetro que mide la presión de oxígeno en el interior de la bala. El manómetro consta de un reloj con una circunferencia graduada expresada en l, mm de Hg, atmósferas, etc. y una aguja que expresa en cada momento la presión existente en la bala.

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Manómetro, vaso y caudalímetro

CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\

– Caudalímetro, manorreductor o flujómetro. En cualquiera de los casos, tanto si el oxígeno se toma de la llave de paso existente en la habitación como si se toma de una bala, es necesario para poder aplicarlo al paciente un caudalímetro o flujómetro. Este permite controlar la cantidad de oxígeno que sale de la toma por minuto. Se expresa en l/minuto. Consta de una válvula para regular el flujo de salida de oxígeno. – Sistema de humidificación. Para administrar el oxígeno a los pacientes hay que proveerlo del grado de humedad adecuado para que las mucosas del enfermo no se sequen y mantengan la humedad adecuada tratando de evitar su irritación. Para ello se hace pasar el gas por un frasco humidificador que contiene agua destilada. Se llena de agua destilada hasta el nivel indicado. Debe vigilarse que el frasco siempre contenga agua a 37 ºC. La tapa del frasco está perforada por dos tubos. Uno de ellos se introduce por uno de sus extremos en el agua, unos 7-10 cm. aproximadamente y por el otro extremo se conecta con la toma de oxígeno. El otro tubo, se introduce por uno de sus extremos en el frasco humidificador quedando 2-3 cm. por encima del agua y se conecta al dispositivo del paciente (cánula, mascarilla, etc.).

Vaso y caudalímetro

5.1.2. Dispositivos para la administración de oxígeno En la actualidad existen varios métodos para la administración de oxígeno, con características propias y distintas aplicaciones. Se pueden clasificar en dos grupos: – Sistemas de circuito abierto: *

Mascarillas: gafas nasales, mascarillas oronasales.

*

Sonda o catéter nasal.

– Sistemas de circuito cerrado: *

Tienda de oxígeno.

*

Campana de oxígeno.

Cuando el paciente está en coma o inconsciente y tiene dificultades para respirar por sí solo, debe hacerse una intubación endotraqueal que facilita la administración de oxígeno. Si está lúcido y colabora deben utilizarse los otros métodos (sonda o catéter nasal, gafas nasales, etc.).

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5.1.2.1. Métodos para la administración de oxígeno al paciente por el sistema de circuito abierto a) Sonda o catéter nasal Es un tubo de grosor variable y 25 cm de longitud aproximadamente, de goma o plástico flexible y transparente. Su extremo o punta es roma y presenta uno o varios orificios en los 3 últimos cm del tubo. Se introduce por la fosa nasal hasta la orofaringe. Se fija exteriormente con esparadrapo hipoalérgico. Hay que vigilar su correcta posición y debe cambiarse cada 48 h. En cada cambio se alterna la fosa en que se coloca el catéter ya que puede irritar la mucosa nasal y de la orofaringe. b) Mascarillas Las mascarillas pueden ser nasales o gafas nasales y oronasales. 1. Gafas nasales Son tubos similares a las sondas, pero se adaptan a las dos fosas nasales simultáneamente. El oxígeno se administra al interior de las dos fosas nasales y no a una sola. Tienen el inconveniente de que no llevan dispositivo para regular la concentración de oxígeno y resecan mucho las mucosas. Su ventaja es que el enfermo puede hablar, comer, beber, etc.

Gafas nasales

2. Mascarillas oronasales tipo Venturi o Ventimask. Son dispositivos de plástico transparente que cubren nariz y boca. Pueden tener varios orificios laterales con la finalidad de que el oxígeno que fluye se mezcle con el aire ambiental que respira el paciente. Cada mascarilla está preparada para administrar una concentración de oxígeno determinada que puede oscilar entre el 24% y 40%. Las más usadas son las que permiten administrar una concentración del 24% y 28%. También permite regular el flujo de oxígeno por minuto. Se expresa mediante un número (2, 4, 6, etc.), e indica los litros por minuto que hay que administrar. 452

Cada mascarilla presenta una numeración: Ej: 24/2. Esto significa que para conseguir una concentración de oxígeno del 24% hay que administrar un flujo de 2 litros por minuto.

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Las concentraciones de oxígeno que se alcanzan son superiores a las conseguidas con la sonda nasal pero, al igual que la anterior, se usan cuando se requiere administrar concentraciones bajas de oxígeno.

Mascarilla oronasal

Además del anterior hay varios modelos en el mercado, con características peculiares: – Mascarilla con bolsa reservorio, para administrar concentraciones superiores; 60% de oxígeno. – Mascarilla de traqueotomía. – Mascarilla oronasal de no reinhalación, la que produce una concentración de oxígeno más alta (90-95%).

5.1.2.2. Métodos para la administración de oxígeno al paciente por el sistema de circuito cerrado a) Tienda de oxígeno Son tiendas de plástico transparente tendido de un soporte metálico. El paciente respira dentro de un ambiente aislado. Se usa especialmente en niños/as, a los que resulta incómodo y difícil colocarles una mascarilla de oxígeno y cuando se requiere administrar concentraciones de oxígeno elevadas. Para mantener las condiciones óptimas de temperatura, la tienda está provista de un dispositivo refrigerador con ventilador incorporado que regula la temperatura. También existe sistema de control de la humedad y concentración de oxígeno. b) Campana de oxígeno Es parecida a la tienda de oxígeno. Se pone a la cabecera de la cama y se limita a la cabeza y cuello, dejando libre el resto del cuerpo.

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Procedimiento para instalar una sonda o catéter nasal – Material necesario: * Sonda de calibre adecuado. * Esparadrapo hipoalérgico. * Lubricante. * Gas y cremas para el cuidado de la nariz. * Sistema completo de administración de oxígeno. * Guantes estériles. * Material para la higiene bucal. – Técnica para instalarlo: * Hay que calcular los cm de sonda que hay que introducir. Para ello se mide la distancia narizoreja-cuello. * Colocarse guantes estériles. * Lubricar la sonda en su extremo distal. * Colocar al paciente con la cabeza en hiperextensión (Roser). * Introducir la sonda despacio, sin forzar, hasta que llegue a la altura de la úvula. * Fijar la sonda con el esparadrapo, a un lado de la cara, procurando que quede fijada a la altura de la oreja. * Conectar la sonda al sistema de administración de oxígeno. * Calibrar el flujo de salida de oxígeno. * Cambiar la sonda de fosa nasal cada 48 h aproximadamente. A veces es necesario hacerlo antes. * Hacer la higiene bucal. * Cuidados de las fosas nasales (limpieza y aplicación de cremas). * Vigilar su funcionamiento.

Procedimiento para instalar mascarillas

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– Material: * Mascarilla nasal u oronasal, del calibre adecuado, y con la concentración y flujo de oxígeno adecuado (24/2, 28/4, 35/6, etc.). * Gasas. * Sistema de administración de oxígeno. * Material para la higiene de la boca y nariz. – Técnica para instalarla: * Colocar la mascarilla sujetándola con la goma por detrás de las orejas. * Hay que tener la precaución de que al instalarla el oxígeno no llegue a los ojos para evitar irritaciones. * Regular el flujo de oxígeno que hay que administrar. * Conectar la mascarilla con el sistema de administración. * Abrir la llave de paso. * Vigilar su funcionamiento.

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5.2. Ventilación mecánica Se denomina ventilación mecánica (VM) a todo procedimiento respiratorio que emplee un aparato, denominado genéricamente respirador, para introducir aire en los pulmones del paciente. Los procedimientos para incrementar la ventilación alveolar se dividen en dos grandes grupos, dependiendo de cómo se acceda a la vía aérea. Se habla de Ventilación mecánica invasiva (VMI), para referirse a aquellos casos en los que se accede al interior de la vía aérea de forma artificial, por medio de la intubación endotraqueal, y de Ventilación mecánica no invasiva (VMNI), para referirse a aquellos otros en los que se emplean mascarillas nasales o faciales, en lugar de tubo endotraqueal.

5.2.1. Ventilación mecánica invasiva (VMI) La asfixia se produce como consecuencia de la falta de aire (oxígeno) en los pulmones o bien por la imposibilidad de que el aire llegue a los alveolos pulmonares (obstrucción de las vías respiratorias; falta de los movimientos respiratorios de la caja torácica). El respirador sustituye en estos casos a las funciones que en condiciones normales realizaría la caja torácica (costillas, músculos respiratorios, etc.) y el diafragma. Hay dos tipos básicos de respiradores, a saber: – Respiradores de presión. Estos aparatos permiten regular solamente la presión de insuflación y exigen una estrecha vigilancia del paciente. Se usan por lo general por periodos de tiempo cortos y rara vez para la reanimación.

Respirador de presión

– Respiradores de volumen. Estos aparatos permiten la regulación de la presión de insuflación, la frecuencia respiratoria por minuto, el volumen corriente, el porcentaje de oxígeno y la relación inspiración-espiración. Son fáciles de regular y no exigen una vigilancia tan estrecha como en el caso anterior. Se utilizan principalmente en la reanimación respiratoria. Atención a los cuidados del paciente intubado: * Facilitar la higiene bucal y nasal del paciente frecuentemente debido a que la cavidad bucal es una fuente primaria de infección para los enfermos. *

Cambios de los sistemas según protocolo de la unidad. Generalmente los humificadores se cambian cada 24 horas y los tubos corrugados cada 48 horas.

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5.2.2. Ventilación mecánica no invasiva La Ventilación mecánica no invasiva (VMNI) se usa regularmente desde mediados del siglo XX, pero fue en la década de los 80 cuando se popularizó definitivamente su uso, especialmente en los tratamientos domiciliarios y en las emergencias prehospitalarias y hospitalarias. El aumento en la utilización de este procedimiento terapéutico se debe, por un lado, a la mejora en la fabricación de las mascarillas de silicona y, por otro, a la disminución de las complicaciones en relación con la VMI. Ventajas de la VMNI: – Suele ser mejor tolerada por el paciente. – No suele requerir sedación. – Su uso es más rápido y seguro y menos traumático. – El destete suele ser igualmente más rápido y seguro. – Permite la tos y eliminación de secreciones. – Permite que el afectado siga usando su propia musculatura respiratoria. – Evita las complicaciones que supone la intubación traqueal: lesiones, neumonías nosocomiales, barotraumatismos. Contraindicaciones de la VMNI: – Coma. – PCR. – Vómitos. – Alteración hemodinámica grave.

5.2.2.1. Presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) El paciente respira espontáneamente (tanto en la inspiración como en la espiración) un flujo de aire a una presión por encima de la atmosférica. Al administrar un nivel de presión constante en la vía aérea, se consigue reclutar los alveolos colapsados. La presión durante la inspiración (IPAP), es igual a la presión durante la espiración (EPAP), consiguiéndose una presión positiva al final de la espiración (PEEP). La CPAP permite mejorar la oxigenación durante los primeros minutos del tratamiento, siendo considerada como la forma de ventilación más fisiológica y menos traumática. El sistema más usado es el de flujo libre mediante el denominado Método CPAP Boussignac.

5.2.2.2. La ventilación con presión de soporte (PSV)

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En este caso el respirador administra una presión inspiratoria que se programa a un determinado valor, mientras que la espiración se realiza a presión atmosférica. Dentro de los sistemas de PSV, el más conocido y usado es la Presión de soporte binivel (BIPAP). En esta situación, se le añade una presión al final de la espiración (PEEP).

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BIPAP

Al utilizar la BIPAP, aplicamos un nivel de presión durante la inspiración (IPAP) y un nivel menor durante la espiración (EPAP). La VMNI, en cualquiera de sus variantes, se está demostrando como una alternativa válida en el tratamiento de muchos trastornos respiratorios, que hasta ahora estaban abocados a la intubación orotraqueal y la conexión a ventilación mecánica, con todos los efectos secundarios que esto producía. En la actualidad sus principales indicaciones son: – Insuficiencia respiratoria aguda (IRA) hipercápnica y/o hipoxémica: EPOC reagudizado, edema pulmonar cardiogénico, crisis asmática, bronquiectasias, síndrome de distrés respiratorio agudo, deformidades de la caja torácica, trastornos neuromusculares (miastenia grave, distrofias…). – Insuficiencia respiratoria crónica hipercápnica. EPOC, asma, fibrosis quística. – Síndrome de las apneas obstructivas del sueño. – Síndromes de hipoventilación alveolar por afectación de SNC. – Apoyo para el destete del respirador tras ser sometido a VMI.

5.3. Aerosolterapia La aerosolterapia es un tratamiento habitual en los servicios de ORL, pediatría, neumología y alergología, aunque también se vienen utilizando en Atención Primaria. La aerosolterapia es la forma de tratamiento que utiliza aerosoles de manera que éstos son pulverizados para ser empleado por inhalación. El fármaco más utilizado es el salbutamol, que es un agonista beta-adrenérgico de los receptores E2. Este fármaco en aerosol es utilizado en el tratamiento del asma bronquial y del broncoespasmo asociado a EPOC, bronquiectasia o infecciones pulmonares. Como reacciones adversas del salbutamol destacan la taquicardia, palpitaciones, temblor, ansiedad y cefaleas.

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5.4. Vías aéreas artificiales: intubación endotraqueal y traqueostomías La actuación de los Celadores en relación con estas vías artificiales de oxigenación se limita a conocer los procedimientos y los sistemas para que, cuando sea necesaria una movilización de los pacientes, se haga con las máximas garantías. También en los procedimientos, el Celador puede ser requerido para que ayude al facultativo. Esta ayuda consistirá en colocar al paciente en la posición de Roser (con el objetivo de mantener el cuello en hiperextensión) para llevar a cabo la intubación, controlar la seguridad del paciente y facilitarle al médico la ayuda que necesite dentro de sus funciones.

5.4.1. Intubación endotraqueal La Intubación endotraqueal es la mejor manera de aislar una vía aérea comprometida, siendo la técnica de elección en los casos que peligre la vida del paciente. En la práctica hay tres tipos de intubación: – Intubación orotraqueal. Es la más empleada. Se realizará con la ayuda de un laringoscopio, precisando un tubo endotraqueal con neumotaponamiento del tamaño adecuado (n.º 8 en mujeres y n.º 8,5 en hombres). – Intubación nasotraqueal. Se puede realizar en pacientes en los que se sospecha lesión de columna cervical, fractura mandibular, o en los que la intubación orotraqueal no sea posible. Los tubos serán de menor diámetro (n.º 7 o 7,5) y la mucosa nasal debe ser irrigada previamente con una solución anestésica y vasoconstrictora para evitar epistaxis.

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– Intubación con transiluminación. Cuando una luz brillante se introduce en la vía aérea superior, puede ser percibida a través de los tejidos del cuello cuando se encuentra en el interior de la laringe o tráquea. Esto permite guiar la punta del tubo a través de la glotis sin visualizar directamente las cuerdas. Se denomina «método visual indirecto».

CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\

Material necesario para una intubación

Cuando no es posible la intubación se utilizan otras técnicas: – Punción cricotiroidea. Para ello se punciona con un angiocatéter del número 14 a través de la membrana cricotiroidea. Esta técnica precisa de conexiones especiales para asegurar una oxigenación de alta presión. – Cricotiroidotomía. Existen sistemas preparados para esta técnica. En toda caso, y en situaciones extremas, se puede realizar una incisión de 1 cm sobre el cartílago cricoides, introduciendo el mando del bisturí girándolo posteriormente 90º para introducir la cánula de traqueotomía.

5.4.2. Traqueostomía Denominamos la traqueostomía como técnica quirúrgica mediante la cual se abre un orificio entre el segundo o tercer anillo traqueal, cuyo objetivo es el paso de aire entre la tráquea y el exterior, para permitir la respiración, por medio de una cánula. La traqueostomía se practica en los casos de perturbación grave de la función ventilatoria, de forma que asegure la entrada de aire en el árbol traqueobronquial. Dichas perturbaciones pueden ser debidas a: – Obstrucción respiratoria a nivel de orofaringe, laringe o tráquea, secundaria a: edema local (infección, alergia o reacción a tóxicos), traumatismos, tumores, malformaciones, disfunciones neurológicas o cuerpos extraños. – Intubación prolongada. – Retención de secreciones con aspiraciones frecuentes y neumonía de repetición. – Reducción del espacio muerto en la insuficiencia respiratoria crónica. Se puede dar el caso de que ante una disnea severa, en la que no sea posible la intubación y se prevea una parada cardiorrespiratoria, haya que realizar una traqueotomía de urgencia.

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Además de la traqueotomía reglada o la urgente, existen otras formas para permitir la entrada de aire por la tráquea: – Traqueotomía percutánea, menos cruenta, reduciendo el riesgo de estenosis traqueal y disminuyendo la incidencia de infecciones, pudiéndose además realizar en la cama del paciente. – Traqueotomía translaríngea, aunque al igual que la anterior también puede realizarse en la cama del paciente, tiene un menor uso por su complejidad, riesgos y medio de abordaje (desde el interior de la tráquea).

5.5. Precauciones en la oxigenoterapia Es necesario un comportamiento técnico correcto para evitar los accidentes. Con el fin de evitar toda clase de errores es necesario lo siguiente: – Prohibir fumar, así como el manejo de llamas, cerca de la instalación y del paciente. – Las botellas se colocan verticalmente y siempre sobre un portabotellas. – Comprobar la presión de oxígeno en las balas y tomas de la habitación, etc. – Comprobar que el frasco humidificador contiene agua destilada hasta la señal indicada. – Comprobar que no existan fugas en las tomas de las habitaciones. – Controlar la temperatura de la habitación. Las temperaturas elevadas pueden aumentar la presión. – Al instalarlo verificar que la concentración de oxígeno, humedad y flujo son adecuados a lo prescrito. – Comprobar la instalación a menudo. – Comprobar que el paciente se coloca en posición de Fowler (si no tiene contraindicación) ya que esta es la posición ideal para realizar este procedimiento. – Comprobar el estado de la piel del paciente. – Humedecer la cavidad oral del paciente para evitar resecaciones. – Comprobar el estado de las fosas nasales. – Administrar líquidos según prescripción médica. – Especial vigilancia a los recién nacidos y prematuros. Comprobar frecuentemente el estado de las tiendas y campanas de oxígeno.

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CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son2: 2Traslado de enfermos con oxígeno (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha – SESCAM–convocatoria 2008). 2Posición para una intubación endotraqueal (Servicio de Salud Castilla y León – SACYL–, convocatoria 2006). 2Colocar pacientes con EPOC (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2Colocar pacientes con patología respiratoria, concepto de manómetro (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Posición para una intubación endotraqueal, EPOC como patología respiratoria, concepto de hipoxia, colocar pacientes con insuficiencia respiratoria (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2Posición para una intubación endotraqueal (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Relación del trastorno respiratorio con la ansiedad, concepto de disnea, colocar pacientes con insuficiencia respiratoria, colocar pacientes con EPOC, tratamiento para pacientes con insuficiencia respiratoria, indicaciones de la oxigenoterapia, toma de oxígeno hospitalario, sistemas para la administración de oxígeno, características de la sondas nasales (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2Síntomas respiratorios, traslado de enfermos con oxígeno (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2 Colocación de la cabeza en la posición de Roser (Servicio Aragonés de Salud–SALUD– convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

Traumatismos: introducción Fases del decálogo prehospitalario Hemorragias Heridas Las fracturas Gran quemado Alteración de la consciencia Esguinces Luxaciones

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Traumatismos, heridas y quemaduras

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1. Traumatismos: introducción Se ha estimado que entre el 15 y el 20% de las muertes en politraumatizados devienen como consecuencia de un rescate defectuoso y un inadecuado transporte, por lo que es necesario contar con personal cualificado que acuda al lugar del siniestro y que emprenda inmediatamente la evaluación, estabilización y transporte de las posibles víctimas. La complejidad de las situaciones que se presentan y su diversidad justifican que seamos meticulosos en cada uno de los pasos a dar, de manera que cada uno lleve al siguiente. La intervención prehospitalaria debe establecerse mediante una serie de pautas estandarizadas, basadas en experiencias amplias y contrastadas, que minimicen la necesidad de decidir ante los problemas que se presenten y permitan dar una respuesta óptima. Con fines prácticos se ha desarrollado un decálogo de acciones, que contiene la estructura táctica de intervención ante cualquier situación crítica y da las claves para la asistencia prehospitalaria en todo tipo de emergencia, tanto individual como colectiva, consiguiendo así los criterios de seguridad y eficiencia que exige nuestra intervención.

2. Fases del decálogo prehospitalario 2.1. Primera fase: Alerta La alerta es una actitud de “espera y listos” que permite una participación positivamente activa y adaptada ante un problema, de modo que pueda resolverse la situación determinada. La fase de alerta incluye: – Posibilidad de acceso al sistema por parte del usuario mediante una línea telefónica directa de fácil memorización (3 cifras). – Recepción asegurada del mensaje, activado las 24 horas del día. – Análisis de la demanda por el operador, seleccionando, confirmando y desglosando el máximo de datos sobre la situación, para adaptar la respuesta. – Disponibilidad del material (sanitario y no sanitario) necesario para el desarrollo de una misión determinada con todas las garantías de seguridad y eficiencia. – Disponibilidad de profesionales con los conocimientos y habilidades adecuados. – Protocolización de procedimientos operativos. – Existencia de planes preestablecidos ante diferentes situaciones de emergencia. – Adiestramiento continuado y periódico.

2.2. Segunda fase: Alarma 464

Es el paso, sin solución de continuidad, de la fase de espera a la acción propiamente dicha. Esta fase implica la puesta en marcha del Sistema de Emergencias. Recibida una información valorable, los dispositivos se activan de forma automática.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

La fase de alarma incluye dos aspectos: – Análisis y tratamiento de la llamada, mediante un interrogatorio dirigido a determinar el lugar y el motivo del siniestro, número y condiciones de los accidentados, así como localización y distribución de los recursos más próximos y orden de intervención. – Salida inmediata del equipo de intervención y activación de los servicios de apoyo necesarios.

2.3. Tercera fase: Aproximación Esta fase consiste en el acceso al lugar del siniestro por el camino más seguro, rápido y más corto (por este orden). La llegada al punto de asistencia debe cumplir unas normas básicas de seguridad para prevenir la aparición de nuevos riesgos y en las mejores condiciones de protección del personal, equipos y lesionados. La protección en estos casos incluye medidas pasivas (alarmas acústicas y visuales, elementos reflectantes en la uniformidad, cascos...) y activas (mantener la distancia de seguridad, desconexión de equipos eléctricos, prevención de incendios, explosiones o derrumbes...). Es importante realizar una primera evaluación de riesgos sobreañadidos y la determinación de las rutas y accesos preferentes para posteriores apoyos.

2.4. Cuarta fase: Aislamiento y Control Para prevenir nuevos accidentes sobreañadidos al siniestro, impedir el acceso de curiosos y espectadores y evitar la difusión, se acotará el lugar del evento, procediendo a balizar la zona. Incluimos igualmente el obtener una valoración global de la situación así como la evaluación de nuestras posibilidades asistenciales. Una segunda inspección se hace precisa para dimensionar el alcance real del siniestro y hacer una estimación de las necesidades de apoyo sanitario o de otro tipo. Una vez obtenida toda la información será transmitida al Centro Coordinador.

2.5. Quinta fase: Triaje El triaje es la clasificación de los pacientes en el lugar del siniestro. Su objetivo es adecuar las posibilidades asistenciales surgidas, priorizar la actuación, determinar las técnicas de transporte necesarias así como el momento y el medio más idóneo de transporte de cada víctima.

En el triaje se organizará la atención de los pacientes según su gravedad

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Esta clasificación se realiza en función del número de lesionados, edad, gravedad, distancia y nivel de los hospitales, recursos sanitarios de la zona y medios de transporte disponibles. Tras realizar el triaje, todas y cada de las víctimas tendrán asignada una categoría en función de su criterio diagnóstico y riesgo terapéutico, del mismo modo, se le habrá colocado una etiqueta identificativa.

2.6. Sexta fase: Soporte Vital (básico y avanzado) Calificamos como Soporte Vital al conjunto de maniobras de reanimación indispensables que hacen posible la supervivencia de un paciente, evitando añadir nuevas lesiones. Las medidas inminentes irán encaminadas al control de una respiración y circulación efectivas.

2.7. Séptima fase: Estabilización Al conjunto protocolizado de actuaciones dirigidas a conseguir que las funciones ventilatorias y hemodinámicas de un individuo críticamente lesionado están aseguradas durante el tiempo de su traslado a un Centro Útil, lo denominamos estabilización.

Concluida la fase de Soporte Vital Avanzado, la víctima puede encontrarse estabilizada o requerir medidas adicionales (monitorización, tratamiento de posibles arritmias, drogas vasoactivas, sondaje gástrico y/o vesical...) antes o durante el transporte sanitario. En determinadas ocasiones la estabilización prehospitalaria es imposible dadas las características de las lesiones, por lo que se efectuará el transporte inmediatamente al Centro Útil más próximo tras las maniobras de Soporte Vital.

2.8. Octava fase: Transporte

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El traslado del paciente lo efectuaremos en el medio más adecuado, con personal cualificado y manteniendo ininterrumpidamente los cuidados que el paciente requiere. La camilla de tijeras es el medio adecuado de transporte para paciente politraumatizados con sospecha de lesión raquídea. En esos casos el Celador será ayudado y asesorado por el personal médico y de enfermería.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

No se debe iniciar un traslado sin haber contestado correcta y racionalmente las siguientes preguntas: – ¿A dónde? El centro de destino será el Centro Útil para esa víctima según su patrón lesional, es decir, aquel que garantice su asistencia completa. – ¿Por dónde? Por la ruta más accesible, segura y confortable, que no siempre es la más corta. – ¿Cómo? Con las mejores garantías y soporte asistencial posible. – ¿Cuándo? Una vez resueltas racionalmente las anteriores cuestiones. Iniciaremos el transporte cuando el paciente se encuentre estabilizado, siempre que sea posible. El medio de transporte seleccionado entre los disponibles será aquel que asegure la continuidad de los cuidados para el nivel de gravedad de la víctima.

2.9. Novena fase: Transferencia Una vez llegados al Centro Útil, se hace necesaria e indispensable la entrega física, oral y documentada del paciente al médico receptor. La transferencia del paciente supone el solapamiento de la asistencia prehospitalaria y hospitalaria sin fisuras ni interrupciones. La transferencia debe quedar registrada en una ficha básica de Emergencia que contenga: filiación del paciente, historia y patología que presenta, asistencia realizada, controles, incidencias, centro y facultativo receptor, equipo asistencial, fecha y hora. La trasferencia puede verse facilitada por la alerta efectuada con anterioridad a la llegada del paciente al centro receptor por el centro coordinador.

2.10. Décima fase: Reactivación del sistema Tras dejar al paciente bajo cuidados asistenciales hospitalarios, se deben reintegrar al sistema todos los medios empleados en la intervención, revisando los equipos y reponiendo el material gastado para quedarnos nuevamente en situación de alerta.

3. Hemorragias La hemorragia se define como la salida masiva de sangre de los vasos sanguíneos, por la rotura de los mismos. La rotura de un vaso sanguíneo puede ser debida a causas mecánicas (heridas, desgarros, cortes, etc.) o bien hemorragias patológicas sin trauma aparente alguno. Una hemorragia es tanto más grave cuanto más cantidad de sangre sale y con mayor rapidez. Si hay una pérdida de más de un litro de sangre en una persona adulta o más de medio litro en un niño, puede considerarse una hemorragia grave y puede dar lugar a un shock hipovolémico.

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Amputación de la última falange del dedo meñique

Las pérdidas de sangre que tienen lugar en un corto periodo de tiempo son más peligrosas que las que se producen en un tiempo mayor. Para controlar las hemorragias se produce la unión de plaquetas alrededor del vaso sangrante para formar un coágulo que impida que siga saliendo sangre fuera del mismo. Por todo ello, una atención urgente de la hemorragia puede resultar muy efectiva para evitar consecuencias más graves. Las hemorragias pueden ser: – Internas: la hemorragia interna es aquella en la cual la sangre no sale al exterior del cuerpo, sino que se queda acumulada debajo de la piel o en una cavidad del organismo. – Externas: la hemorragia externa es aquella en la cual la sangre sale hacia el exterior del organismo. Según sea el tipo de vaso sanguíneo que sangra, se habla de: – Hemorragia arterial: la sangre es de color rojo intenso y sale a presión, siendo más acentuada la salida con la sístole cardiaca. – Hemorragias venosas: la sangre que brota lo hace de forma continua y babeante. Es de color rojo menos intenso que la sangre arterial (color rojo azulado). – Hemorragias capilares: brota de múltiples puntos en forma de sábana (como si de manantiales de agua se tratara). Es de color intermedio entre los dos anteriores. Según la procedencia de la hemorragia se habla de: – Hematemesis: sangre procedente del aparato digestivo que es expulsada con el vómito. Generalmente del tracto superior. La sangre puede ir desde un color rojo hasta el negro, propio de la sangre ya digerida. Puede presentarse en forma de vómitos con grumos que recuerdan a los posos del café, de ahí su nombre; «vómitos en poso de café». – Melenas: sangre procedente del aparato digestivo que es expulsada con las heces. Generalmente procede del tracto digestivo inferior. 468

– Gingivorragia: hemorragia de las encías.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

– Otorragia: hemorragia a través del oído (conducto auditivo externo). – Epistaxis: hemorragia que se produce a través de la nariz. – Hemoptisis: sangre procedente del aparato respiratorio que es expulsada por la boca a través de la tos o el vómito. Es característico en la tuberculosis, cáncer de pulmón, etc. – Víbices: hemorragias pequeñas de la piel que se producen por rotura de diminutos vasos sanguíneos. La sangre queda acumulada debajo de la epidermis y origina imágenes pequeñas en forma de llama. – Petequias: hemorragias cutáneas puntiformes, rojizas y múltiples. Se localiza en la dermis. – Equimosis: son acumulaciones de sangre de la piel más extensas que las anteriores. También se llaman cardenales. – Púrpura: hemorragia de piel y mucosas que no desaparecen con la presión. Es una mácula. – Hematuria: hemorragia del aparato urinario que cursa con eliminación de sangre en la orina. – Hemotórax: derrame sanguíneo en la cavidad pleural. – Menorragia: hemorragia de la menstruación. – Metrorragia: hemorragia del aparato genital femenino de carácter patológico. – Hemartros: derrame de sangre en una cavidad articular.

3.1. Actitud ante las hemorragias 3.1.1. Actitud ante una hemorragia externa Lo más importante es controlar la hemorragia. Para ello se debe: a) Tumbar al paciente y colocarse guantes. b) Retirar la ropa que cubre la zona que sangra y aplicar presión sobre la zona que sangre: Utilizando una gasa, compresa o toalla limpia se presionará fuertemente sobre la zona, y si no disponemos de material se apretará con la misma mano, previa colocación de guantes. En caso de que las heridas sean muy extensas se colocará un vendaje compresivo. c) Elevación: Para reducir la presión de la sangre en la zona afectada y controlar la hemorragia se elevará dicha zona. Si la zona afecta está situada en algún miembro, habrá que elevarlo de forma que quede en posición superior al corazón. d) Aplicar presión sobre la arteria. Esta técnica se utiliza cuando han fracasado los procedimientos anteriores. Se trata de hacer compresión con los dedos sobre la arteria y hacia el hueso, con el fin de minimizar el flujo de sangre en el miembro.

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Se hará al mismo tiempo compresión en la zona sangrante y elevación. – Si la hemorragia es en el miembro superior: Colocar la palma de la mano bajo el brazo del paciente y presionar la arteria braquial contra el hueso. – Si la hemorragia es en el miembro inferior: Colocar la palma de la mano sobre la ingle del paciente y presionar la arteria femoral. e) Aplicación de un torniquete. El torniquete sólo se usará en caso de que los métodos descritos anteriormente hayan fracasado, debido a las consecuencias tan graves que acarrea su uso. Actuación: – Para que no salga sangre de una arteria, el torniquete se dispondrá entre la herida y el corazón. – Lo mejor es utilizar una venda colocándola unos cuatro-cinco dedos por encima de la herida y dando dos vueltas alrededor del miembro sujetándola con un nudo. – Aplicar algún objeto duro (una vara por ejemplo) dentro del nudo y hacer dos nudos más sobre dicho objeto. – Girar el objeto poco a poco hasta que no fluya sangre. – Aflojar el torniquete cada 5 minutos para evitar una isquemia irreversible y trasladar al paciente urgentemente al hospital.

3.1.2. Actitud ante una hemorragia interna – Tumbar al paciente en posición de decúbito supino con la cabeza hacia un lateral y los pies por encima de la cabeza. – Controlar la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y el nivel de consciencia constantemente. – Tapar al paciente para que no pierda calor. – En las hemorragias internas, amputaciones, politraumatismos no se debe administrar nada por vía oral. – Trasladar al paciente a un hospital.

3.1.3. Actitud ante otros tipos de hemorragias 3.1.3.1. Hemorragia de nariz (epistaxis) – Sentar al paciente, colocándole la cabeza un poco hacia delante para que no ingiera sangre. 470

– Informar al paciente de la necesidad de respirar por la boca y de evitar toser o realizar movimientos bruscos para que no se deshaga el coágulo que se forma.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

– Comprimir sobre la ventana que sangra con los dedos índice y pulgar unos minutos. – Si habiendo aplicado estas medidas el paciente sigue sangrando, se le colocará un tapón de gasa humedecido en agua destilada. – Si no se controla el sangrado trasladar a un hospital.

3.1.3.2. Hemorragia dental – Informar al paciente de que no debe hacer enjuagues con ningún producto, ni siquiera agua. – Colocar un tapón de gasa humedecido en agua oxigenada en el lugar de la hemorragia e informar al paciente que debe aprisionarlo fuertemente. – Derivar al paciente al dentista.

3.1.3.3. Hemorragia de oído (otorragia) – Colocar al paciente en decúbito lateral izquierdo o derecho según el oído afectado. Si está afectado el oído izquierdo se colocará en posición de decúbito lateral izquierdo y a la inversa. – No colocar gasas ni cualquier otro apósito en el oído, para facilitar la salida de sangre. – Trasladar al paciente al hospital.

3.1.3.4. Hemorragia genital femenina – Colocar a la paciente en posición de decúbito supino. – Tapar a la paciente con una manta para evitar pérdidas de calor. – Tomar las constantes vitales de forma continua. – Administrar suero oral. – Trasladar al hospital en la posición de decúbito supino.

3.2. Signos y síntomas de hemorragias Las hemorragias producen diferentes síntomas: a) Los síntomas locales se producen por la extravasación de sangre en una zona, cavidad, o al exterior. Pueden variar desde un cuadro totalmente asintomático (petequias, etc.) a un dolor localizado por compresión de la sangre extravasada a una cavidad (hemartros). b) Los síntomas generales dependen de la cantidad de sangre extravasada. La gravedad de la hemorragia depende de: – La cantidad de sangre perdida. – La velocidad o ritmo de la pérdida sanguínea. – Localización de la misma, etcétera.

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Una pérdida de sangre del 10-30% de la volemia (500-1.500 cc) crea problemas al organismo que deben solucionarse reponiendo el volumen de líquido perdido. Una pérdida entre 30-60% (1.500-3.000 cc) es muy grave y exige una transfusión inmediata. Si la pérdida es superior al 60% es mortal. Los signos y síntomas más frecuentes en todas las hemorragias son: palidez, sudoración fría, pulso rápido y débil, alteración del nivel de consciencia, evolución a shock hipovolémico. Signos y síntomas más frecuentes en hemorragias internas: presencia de sangre en el vómito, por vagina o recto, hematomas en distintas zonas del cuerpo, abdomen duro o muy sensible y signos y síntomas de shock.

4. Heridas Las heridas son lesiones que producen rotura (pérdida de la continuidad) de la piel, con peligro de que surjan infecciones por contaminación microbiana. Las heridas se manifiestan clínicamente por: dolor, hemorragia, separación de los bordes de la herida.

Tipos de heridas. Clasificación 1. Según la intencionalidad del agente causante: – Heridas intencionadas. Son las producidas por un tratamiento, tal como una operación, venoclisis o una radiación. – Heridas no intencionadas. Se originan de forma accidental. 2. Según el grado de integridad de la piel: – Heridas abiertas. Se producen cuando la piel o superficie de la membrana mucosa están rotas. – Heridas cerradas. Cuando los tejidos están dañados sin que haya habido rotura de la piel. 3. Según el grado de contaminación: – Heridas limpias. – Heridas sucias. – Heridas contaminadas. 4. Según la naturaleza del agente agresor: – Heridas incisas. Están producidas por elementos cortantes. Pueden ser intencionadas (cirugía), o accidentales. Se caracterizan por ser heridas con bordes limpios y tendentes a la hemorragia.

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– Heridas contusas abiertas. Están originadas por el choque violento sobre la piel de objetos romos, como, por ejemplo, una piedra. La piel aparece equimótica, dado que la sangre de los tejidos dañados se libera entre los propios tejidos y pueden dar lugar a la aparición de tejidos desvitalizados e isquémicos con tendencia a la necrosis. Sus bordes son irregulares. Son normalmente no intencionadas aunque pueden ser resultado de intervenciones quirúrgicas.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

Herida contusa abierta en el maxilar inferior

– Heridas contusas cerradas. Se producen cuando, a pesar del golpe, se conserva la integridad de la piel. – Heridas abrasivas. Son heridas abiertas que se han originado como resultado de una fricción. Solamente afectan a la piel. Son muy tetanígenas. Pueden ser también intencionadas, por ejemplo, cuando se extraen las capas superficiales de la piel para preparar una cicatriz. – Heridas punzantes. Herida abierta realizada por un instrumento cortante que penetra en la piel y los tejidos internos. Las heridas punzantes pueden ser accidentales (pinchazos) o intencionadas (colocación de drenaje). El dolor y el orificio pueden ser mínimos y la hemorragia pequeña, pero sin embargo puede haber lesiones importantes. Son las que tienen mayor riesgo de infección por tétanos. Si el agente vulnerante atraviesa la piel y luego sale, la herida recibe el nombre de herida transfixiante. – Heridas mixtas o complejas. Son aquellas en las que intervienen varios agentes causales a la vez: *

Por arrancamiento: herida compleja en la que interviene un factor de tracción y/o rotación sobre los tejidos. No suelen sangrar demasiado, ya que al estirarse los vasos se produce una hemostasia. Son muy dolorosas, llegándose incluso a producir la muerte por shock neurogénico. La lesión típica de estas heridas es el scalp o arrancamiento del cuero cabelludo.

*

Por asta de toro: son heridas graves, complejas, con grandes desgarros tisulares y que pueden originar la muerte no sólo por la lesión principal, sino por las asociadas. Tienen alta susceptibilidad de infección. Aunque el orificio de entrada sea pequeño, puede haber grandes lesiones internas porque el asta sigue diferentes trayectorias.

*

Por armas de fuego: son heridas que ocasionan grandes destrozos, ya que, aunque los proyectiles sean pequeños, poseen una gran energía por la gran velocidad que alcanzan. Las lesiones que produce dependerán de la distancia a la que se encuentre el objeto: a gran distancia la bala entra y sale siendo el orificio de entrada y de salida iguales y las lesiones originadas mínimas; si es a menor distancia el orificio de salida es mucho mayor, ya que el avance de la lesión es en forma de cono. En heridas por metralla intervienen desgarros, arrancamientos, son anfractuosas en profundidad e isquémicas, lo cual favorece el riesgo de infección.

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*

Heridas por mordeduras: son heridas contaminadas por flora anaerobia bucal (perros, gatos, humanos, etc.); las más graves son las humanas, debido a la diversidad de la flora bacteriana de la boca. Pueden ser incisas o punzantes, interviniendo a veces el factor arrancamiento. Estas heridas nunca deben suturarse porque son heridas altamente contaminadas y con gran riesgo de infección.

*

Heridas por aplastamiento: las lesiones por compresión pueden ocasionar desgarros y necrosis de la zona implicada.

5. Las fracturas La fractura es una interrupción de la continuidad de un hueso y se define según su tipo y magnitud. Estas lesiones tienen lugar cuando el hueso se ve sometido a esfuerzos mayores de los que pueda soportar. Debemos diferenciarlas de las fisuras, que son fracturas longitudinales de un hueso (no llega a romperse por completo). Las fracturas pueden depender de golpes directos, fuerzas aplastantes, movimientos repentinos de torsión, contracciones musculares muy fuertes y por patología propia del hueso (gran debilitamiento por descalcificación o por un tumor óseo).

Fractura del radio

Aunque el hueso es el que sufre la rotura, las estructuras adyacentes también se ven afectadas, ocasionando edemas en tejidos blandos, hemorragia muscular y articular, luxación, rotura de tendones, rotura de nervios y lesiones vasculares. Las vísceras también pueden verse afectadas por la fuerza que origina la fractura o por fragmentos de la misma. Los huesos tienen cierta elasticidad, lo que les permite absorber presiones potentes hasta un punto dado sin romperse. Las fuerzas que ocasionan las fracturas se clasifican en: – Fuerza directa. Una fuerza violenta de alta energía con potencia suficiente para ocasionar fracturas graves. Incluye: 474

*

Fuerza en cuña, que fractura el hueso e impulsa un fragmento dentro de otro o dentro de la articulación.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

*

Fuerza de compresión, que impulsa los huesos y los introduce mutuamente, con lo cual se produce una fractura incompleta, de manera que la corteza se rompe en un lado y hay sección en el lado contrario.

*

Fuerza de aplastamiento, que rompe los huesos en fragmentos.

– Fuerza indirecta. Una fuerza menos violenta con poca energía que fractura los huesos a cierta distancia en el sitio en que se aplicó. Incluye: *

Fuerza de torsión, que es aquella que gira al hueso con potencia suficiente para romperlo.

*

Fuerza de cizallamiento tangencial, que es la que se ejerce cuando parte de un hueso queda fijo y hay una fractura de la zona por arriba o por debajo.

*

Fuerza de anulación, que es la que se ejerce con un ángulo tal que en él precisamente se fractura el hueso.

5.1. Tipos de fracturas Una fractura completa consiste en la interrupción de la continuidad total del hueso en sentido transverso y es frecuente que se acompañe de desplazamiento del hueso con respecto a su posición normal. En una fractura incompleta la rotura abarca sólo una parte del corte transverso del hueso. Dependiendo de la afectación que sufra la piel, podremos hablar de fractura cerrada (fractura simple), que no perfora la piel, en tanto que la fractura abierta se acompaña de salida del hueso por piel o mucosa. Las fracturas abiertas se clasifican en grados: la de grado I es una herida abierta de menos de 1 cm de longitud; la de grado II es de mayor diámetro sin lesión extensa de los tejidos blandos y la de grado III es más grave, con lesión amplia de tejidos blandos y alto grado de contaminación.

Fractura abierta de la tibia

Las fracturas también se describen, según la posición anatómica de los fragmentos, como fracturas desplazadas y no desplazadas. En los niños suele aparecer un tipo de fractura denominada en tallo verde, consistente en una rotura en donde las partes no pierden el contacto.

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Transversal

Espiroidea

En «ala de mariposa»

Oblicua Corta

En «tallo verde»

Oblicua Larga

Por compresión longitudinal

Longitudinal

Conminuta

6. Gran quemado 6.1. Concepto. Generalidades La quemadura es definida como la destrucción de los tegumentos, incluso de los tejidos subyacentes, bajo el efecto de un agente térmico, eléctrico, químico o radiactivo. El traumatismo producido no sólo destruye la capa protectora cutánea, sino que, además, causa alteraciones fisiopatológicas en otros órganos y sistemas, las cuales vendrán relacionadas con el grado y extensión de las quemaduras. Como consecuencia de ello, se producen grandes pérdidas de líquidos (fluidos) y electrolitos originados por la masiva destrucción de los tejidos, que determinan la utilización de medidas urgentes y agresivas de tratamiento. Las infecciones, las complicaciones gastrointestinales, la desnutrición y la pérdida de masa muscular son las causas tardías determinantes de la supervivencia y calidad final del gran quemado. Es de suma importancia el estudio de la atención prehospitalaria al gran quemado, puesto que después de los accidentes de tráfico son los segundos causantes de mayor mortalidad en los grupos jóvenes de la población. Con el nombre genérico de quemado encuadramos cuatro etiologías: – El quemado térmico. – El quemado eléctrico. – El quemado químico. – El quemado por radiaciones.

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Consideramos al gran quemado como un poliagredido y se presenta en el medio prehospitalario como quemado politraumatizado o quemado intoxicado por humo. La tríada quemado-politraumatizado-intoxicado por humo, presente en un 10% de los casos, supone un riesgo pronóstico en estos sujetos.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

Clásicamente se distinguen tres grados en las quemaduras: – Primer grado. Se afecta exclusivamente la epidermis y viene caracterizada clínicamente por eritema y dolor. – Segundo grado: *

*

Cabeza: 7%

Superficiales: se afecta toda la epidermis y parte de la dermis. Aparece enrojecimiento y flictenas o ampollas muy dolorosas. Bajo las ampollas podemos observar una piel sonrosada e hiperémica.

Cuello: 2%

Brazo: 4%

Profundas: se lesiona la dermis y clínicamente es igual a la anterior, pero manteniendo un tono más pálido. Su signo patognomónico es que, si conserva algún folículo piloso, la mínima tracción lo despega con facilidad.

Antebrazo: 3%

Mano: 2%

– Tercer grado. Se produce una destrucción total de la piel y de los elementos dérmicos, incluidas las terminaciones nociceptivas, por lo que el dolor es escaso. Su aspecto es de un nacarado variable que puede llegar al negro.

Muslo: 9%

Pierna: 6,5

El cálculo de la extensión de las quemaduras se realiza exclusivamente en las quemaduras de segundo y tercer grado, siendo el sistema más empleado el denominado “Regla de los 9”.

Pie: 2,5 %

Las quemaduras inferiores al 10-15% las consideramos benignas desde el punto de vista vital, entre el 15 y el 30% serán entendidas y tratadas como graves, mientras que en el momento que superan el 30% de extensión corporal quemada se califican como muy graves. Cálculo extensión de las quemaduras Localización

Extensión

Cabeza y cuello

9%

Tronco anterior

18%

Tronco posterior

18%

Extremidad superior

9%

Extremidad inferior

18%

Genitales

1%

Regla de los 9 para el cálculo de extensión de las quemaduras

6.2. Valoración clínica Atendiendo al pronóstico vital podemos valorar tres cuadros clínicos genéricos y un caso especial, el de las quemaduras inhalatorias.

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6.2.1. Cuadro clínico con pronóstico vital La gravedad viene dada por alteración pulmonar, por shock hipovolémico o por ambos, correspondiéndose este cuadro con quemados en más del 50% de la superficie corporal. La primera fase postquemadura se caracteriza por un aumento de las resistencias sistémicas y, más aún, de las resistencias pulmonares. Las alteraciones fisiopatológicas conducen a trastornos de la ventilación por asfixia (obstrucción debida a edema) o broncoespasmo.

6.2.2. Cuadro clínico sin pronóstico vital inmediato En estos casos en los que no existe un compromiso vital es preciso contemplar la aparición de complicaciones a causa de: – Dolor y agresión neuroendocrina. – Hipovolemia progresiva. – Riesgo de hipotermia e infección. Las principales causas de muerte en el gran quemado son la infección y el fallo pulmonar.

6.2.3. Cuadro clínico sin gravedad Se trata de aquellos individuos que sufren quemaduras de segundo grado con una extensión menor al quince por ciento de superficie corporal quemada y sin lesiones asociadas.

6.2.4. Consideraciones específicas de las quemaduras inhalatorias La quemadura inhalatoria representa un daño severo y significativo para el paciente que la sufre. Su presencia incrementa la mortalidad de quien la padece en un 20-35%. Sospecharemos la presencia de quemadura inhalatoria cuando el quemado ha estado confinado en un espacio cerrado, tenga pérdida de vello nasal, quemaduras faciales, faringe eritematosa, disfagia, esputos carbonáceos y signos de obstrucción de la vía aérea superior. Pero muchos de estos signos indirectos no son necesariamente diagnósticos, de todos ellos, el signo de más alta sospecha es que el paciente haya sido encontrado en un espacio o ambiente cerrado y que se encuentre inconsciente o estuporoso.

6.3. Cuidados al paciente Tras la valoración inicial, en la que se someterá al sujeto afecto de una quemadura a todas aquellas medidas terapéuticas que sean necesarias para mantener la vida (permeabilidad de vía aérea, intubación orotraqueal si fuese necesario; asegurar una correcta ventilación/oxigenación y canalizar al menos una vía venosa de grueso calibre), procederemos a valorar la gravedad de la quemadura atendiendo a los siguientes criterios: Criterios de gravedad – Extensión. – Edad. – Profundidad. 478

– Patología previa. – Lesiones asociadas. – Localización.

Criterios de gravedad en las quemaduras

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

Las medidas de cuidados generales que se aplicarán serán las siguientes: 1. Continuar manteniendo permanentemente la vía aérea permeable, favoreciendo con oxígeno adicional una buena ventilación. 2. Controlar las constantes vitales, instaurando sondas nasogástrica y vesical para medir la diuresis. 3. Las medidas locales a aplicar consisten en: – Retirar ropas y cubrir con sábana estéril o limpia. – Baño/lavado aséptico con agua a chorro. – No aplicar pomadas sobre la zona quemada. – Colocar un apósito estéril con un tul graso y un vendaje funcional, si fuese preciso.

7. Alteración de la consciencia Son varias las causas que pueden llevar a una persona a la pérdida de conocimiento o de su estado de vigilia: síncope, traumatismo craneoencefálico, epilepsia, accidente cerebrovascular, coma hipoglucémico e hiperglucémico, uremia, etc. – Se llama síncope, desmayo o lipotimia a la pérdida brusca y transitoria del conocimiento. La pérdida brusca del conocimiento se debe a la disminución del aporte de sangre al cerebro, que da lugar a una isquemia cerebral que lleva a un estado de anoxia. Las aglomeraciones, el calor, las emociones y el ayuno son, entre otras, causas frecuente de la aparición de lipotimias. Es posible que la aparición de un desmayo se acompañe previamente de la sensación de mareo. Para evitar la pérdida de la consciencia es necesario en ese caso tumbarse en posición horizontal, boca arriba (decúbito supino), procurando elevar las piernas. Si esto no es posible hay que procurar sentarse y agachar la cabeza entre las piernas. A su vez hay que indicarle que respire de forma tranquila y profunda. – Si la pérdida de consciencia se ha producido como consecuencia de un accidente, traumatismo craneoencefálico, u otro tipo de lesión orgánica, hay que manipularlo con mucho cuidado ya que el movimiento incorrecto puede dar lugar a la aparición de otro tipo de lesiones.

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Si el accidentado presenta una lesión determinada hay que atenderle teniendo en cuenta el tipo de lesión. En cualquier caso hay que desabrochar la ropa para favorecer la respiración, no darle nada de beber y trasladarlo con la mayor rapidez a un hospital. Si es preciso realizar la respiración artificial. – La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso caracterizada por episodios repentinos de pérdida de consciencia que constituyen los ataques. Existen dos variantes de epilepsia, a saber: *

Gran mal o epilepsia mayor: cuando la pérdida de consciencia va acompañada de convulsiones.

*

Pequeño mal o epilepsia menor: en la que no hay convulsiones.

Las fases en que se produce el ataque epiléptico son: *

El paciente epiléptico que está a punto de sufrir un ataque de epilepsia (gran mal) presenta una especie de premonición sensorial subjetiva denominada aura (mareo, entumecimiento, olores) que le advierte que va a sufrir un ataque.

*

Al poco rato cae al suelo, por pérdida de consciencia, y entra en una primera fase llamada fase tónica (de rigidez). Al poco rato pasa a la fase clónica (contracciones musculares generalizadas).

*

En la fase tónica el socorrista debe procurar dejar tendido al enfermo, retirar objetos de su alrededor, aflojarle la ropa y si es posible acostarlo sobre su propio costado para favorecer la respiración. En esta fase es difícil colocar una mordaza entre maxilares para evitar que se muerda.

*

Al pasar a la fase de contracciones clónicas hay que aprovechar cualquier instante de relajación muscular para colocar la mordaza protectora entre los dientes. Hay que sujetarle la cabeza para evitar que se autolesione.

– Los accidentes cerebrovasculares (ACV) que causan apoplejía suelen deberse a hemorragias cerebrales o a la formación de un coágulo intravascular en uno de los vasos cerebrales (trombosis cerebral) o de un embolismo cerebral, que es un coágulo formado a distancia y que se ha desprendido de la pared del vaso donde se formó y ha llegado al cerebro causando el taponamiento de un vaso cerebral (isquemia). Ocurren sobre todo en personas mayores. – La apoplejía se presenta con signos y síntomas diversos. Aparece de forma repentina, mareo a veces, dolor intenso de cabeza, la respiración se acompaña de ronquidos, pulso lento y fuerte, pupilas desiguales, parálisis de una hemicara o hemicuerpo, etc. El socorrista debe evitar al máximo la manipulación del paciente, intentará moverlo lo menos posible, vigilará que no se produzca una obstrucción de las vías respiratorias y lo evacuará rápidamente al hospital. – El coma hipoglucémico es otra causa de pérdida de consciencia. Si la cantidad de glucosa en sangre es muy baja se produce sudoración profusa, palidez de la piel, respiración superficial, y pulso rápido que evoluciona a pulso débil cuando se pierde la consciencia.

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Si la persona está consciente y puede ingerir se le da agua azucarada y se mantiene acostada, recuperándose en este caso rápidamente. Si ha perdido la consciencia la administración de líquidos debe hacerse por vía intravenosa y hay que evacuarlo lo antes posible al hospital.

CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

– El coma hiperglucémico, debido a un exceso de azúcares en la sangre, se da en enfermos diabéticos por falta de insulina en un momento dado. La piel del afectado está seca, se queja de sed, dolor de cabeza, y se produce una somnolencia progresiva que hasta le puede hacer entrar en coma. La respiración es entrecortada. El aliento huele a acetona. Hay que realizar el traslado urgente al hospital. – La uremia es una complicación grave de las enfermedades del riñón debida a la acumulación progresiva de metabolitos tóxicos en la sangre, como consecuencia de las dificultades que el riñón tiene para eliminarlos. La urea elevada puede provocar un estado de somnolencia capaz de llevar al coma. Es una urgencia que precisa de la evacuación inmediata al hospital.

8. Esguinces Se trata de una lesión de las estructuras ligamentosas periarticulares a causa de torsión; hay estiramiento o desgarro de los ligamentos de la articulación afectada. Las superficies articulares permanecen en contacto. Como consecuencia del desgarro, se rompen vasos sanguíneos y surge equimosis e inflamación. La articulación aparece dolorida a la palpación y sus movimientos también provocan dolor. El grado de incapacidad funcional y dolor aumentan durante las primeras horas (dos o tres horas después de ocurrida la lesión), en virtud de la hinchazón y hemorragia consecuentes. Cuando se produce un esguince, las primeras medidas a poner en marcha son: – Venda de sostén y hielo alrededor de la articulación lesionada. – Elevación de la articulación, si es posible, para disminuir la hinchazón y el dolor. Evitar la posición colgante de la articulación lesionada. – Colocar un cabestrillo si la articulación afectada es de la extremidad superior. Por contra, si se trata de una articulación del miembro inferior, se procederá a mantener elevado dicho miembro, evitando apoyar peso en ella. Las muletas sólo se usan bajo prescripción médica.

Férula posterior en esguince de tobillo

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9. Luxaciones Para que exista una luxación los ligamentos deben encontrarse desgarrados y las superficies articulares desplazadas. Las luxaciones pueden ser: a) Congénitas. b) Espontáneas o patológicas. c) Traumáticas.

Luxación subastragalina en el tobillo

Los signos y síntomas de una luxación traumática son: dolor, deformación de la articulación, cambios de la longitud de la extremidad, pérdida de movilidad normal y movimientos muy dolorosos. Cuando se produce una luxación de hombro (generalmente es la más frecuente), se debe proceder a la inmovilización de la articulación en la posición en que se encuentre, colocando para ello una almohadilla grande en la axila y procediendo a inmovilizar el codo y la almohadilla con un cabestrillo oblicuo.

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CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\

Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2Actuación ante una lipotimia (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2Actuación ante un paciente desorientado y que presenta vómitos (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2Camilla de tijera para traslado de un politraumatizado (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Control de las hemorragias, administración de bebidas en una urgencia (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2Actuación del Celador ante un politraumatizado (Servicio Aragonés de Salud–SALUD– convocatoria 2010).

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1. 2. 3. 4. 5.

Introducción Exposición laboral a los patógenos transmitidos por la sangre Riesgos laborales consecuencia del tratamiento de residuos sanitarios Riesgos derivados de la manipulación manual de cargas La gestión de equipos de protección individual (EPIS) en centros sanitarios

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Estudio de los riesgos laborales más importantes en el puesto de trabajo de Celador

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1. Introducción Antes de proceder al estudio específico y más amplio de riesgos laborales más importantes que el puesto de trabajo de Celador conlleva según las diferentes disciplinas preventivas (seguridad, higiene, ergonomía y psicosociología aplicada), conviene realizar una sencilla exposición del catálogo de riesgos y medidas preventivas más comunes y que pueden ser de aplicación a todos los centros sanitarios donde se desenvuelve el desempeño de las tareas inherentes a esta ocupación.

1.1. Catálogo de riesgos – Riesgos de seguridad: lesiones, quemaduras, heridas en los dedos, golpes, choques contra objetos móviles e inmóviles, cortes, atrapamientos, caídas al mismo y distinto nivel, accidentes con vehículos, sobreesfuerzos, contactos eléctricos, etc. – Riesgos de higiene: ruido, iluminación, temperatura y humedad, exposición a gases, radiaciones, exposición a enfermedades infecciosas y contaminantes biológicos, etc. – Riesgos de ergonomía y psicosociología: fatiga, estrés, carga mental, trabajo a turnos, nocturnidad, etc. Según sea el campo de actuación de la Ergonomía se puede clasificar en: 1. Ergonomía geométrica: se ocupa del estudio de la relación entre el ser humano y las condiciones métricas de su puesto de trabajo en lo relativo a su comodidad y confort estático, tanto en posiciones de pie como sentado, pie-sentado, etc. Su finalidad es conseguir que las dependencias, despachos, habitaciones, mesas y sillas, mandos para la manipulación de instrumentos, etc., tengan un diseño y disposición que garanticen la seguridad del trabajador, eviten esfuerzos superfluos, eviten la fatiga muscular, psicológica, etc. 2. Ergonomía ambiental: establece la relación entre la persona (trabajador) y las condiciones medioambientales. Se trata de prevenir la aparición de enfermedades profesionales y conseguir el máximo bienestar posible para el trabajador. Se cuidan de manera especial las condiciones del medio donde se trabaja para garantizar el mayor confort posible y sensación de bienestar. Es necesario para ello cuidar la temperatura, grado de humedad, sonoridad del ambiente, luz, presión atmosférica en caso de aire acondicionado, característica de la pintura existente en paredes, decoración, etc. 3. Ergonomía temporal: se ocupa sobre todo de estudiar la relación entre la fatiga producida en el trabajo y el tiempo dedicado al descanso. Tiene importancia para facilitar el descanso y evitar la fatiga física y psicológica, una distribución de las horas laborales semanales en jornadas con horarios limitados y descansos intermedios que eviten la fatiga. Surge así la necesidad de estudiar, en función de las características del trabajo desarrollado (físico, intelectual, intensidad, biorritmos, etc.), el tipo de jornada laboral: jornada partida, continua, a turnos, etc.

1.2. Medidas preventivas – Utilización de medios mecánicos y/o auxiliares para la manipulación y/o transporte de cargas. 486

– Solicitar ayuda de otro compañero siempre que sea necesario.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

– Evitar doblar la espalda y adoptar posturas forzadas efectuando cambios periódicos y paradas breves. – Transporte de muestras biológicas en soportes adecuados destinados para tal fin. – Acogerse a campañas de inmunización establecidas para el personal sometido a riesgo. – Evitar las prisas durante el manejo de las sillas de ruedas, camillas, etc., con el fin de evitar los golpes y atrapamientos. – Utilizar la técnica correcta para movilización de enfermos y manipulación manual de cargas. – Medios organizativos adecuados que minimicen los riesgos psicosociales.

1.3. Equipos de protección individual (EPIs) Estos son: ropa de trabajo, guantes, mascarillas y calzado antideslizante.

1.4. Normas de protección ante exposiciones casuales de sangre o fluidos corporales Se debe utilizar de forma rutinaria las medidas de protección adecuadas para prevenir el contacto de piel y mucosas con sangre y/o fluidos corporales de cualquier paciente. Las medidas de protección individual son las siguientes: guantes (ya sean estériles o no), mascarillas, protecciones oculares, batas o delantales.

Las medidas de protección individual indicadas se utilizarán tanto para realizar cualquier técnica como en la manipulación, el transporte y la limpieza de objetos posiblemente contaminados por sangre y/o fluidos corporales. Antes de comenzar la tarea, se protegerá convenientemente cualquier erosión o herida para evitar cualquier posible contacto. Se deberá actuar con precaución al manipular objetos punzantes o cortantes para evitar sufrir heridas. No se deberán enfundar de nuevo las agujas ya utilizadas en el capuchón protector, ni se doblarán ni se separarán manualmente de las jeringas. Las agujas ya utilizadas, así como los objetos punzantes o cortantes de un solo uso, se depositarán en los correspondientes contenedores de seguridad para la eliminación de residuos de grupo III.

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Siempre deberán desecharse los guantes utilizados después de cada contacto y siempre que se rompan o perforen. Cualquier zona corporal que haya estado en contacto con sangre y/o fluidos corporales deberá lavarse inmediatamente a fondo, utilizando la técnica necesaria. Se comunicará el accidente siguiendo los cauces establecidos. En el caso de derrames o vertidos, deberá ponerse en contacto con el responsable quien le indicará los medios de protección necesarios y las pautas de actuación.

1.5. Condiciones de higiene Por otra parte resulta necesario recordar la importancia de las normas generales de higiene para el desempeño de las tareas del Celador. Podemos definir la higiene como el conjunto de acciones encaminadas para conseguir y conservar la salud. Podemos ver en ella dos vertientes: la higiene individual y la higiene social. La higiene individual se refiere al individuo como ser independiente y aislado, mientras que la higiene social trata de la salud pública o colectiva. Realmente es muy difícil la separación entre la higiene individual y la social pues no puede concebirse una sociedad higiénica si no lo son los individuos que la integran. En una Institución Hospitalaria o Ambulatoria, donde el contacto con los enfermos es constante, directa o indirectamente, la higiene es el punto clave que hay que cuidar hasta el más mínimo detalle. Recordemos que los microbios (seres microscópicos) son productores de muchas y graves enfermedades, y se multiplican con increíble rapidez en cuanto las condiciones ambientales lo permiten. Los microbios malignos o patógenos, por contagio (directo o indirecto) pueden llegar a instalarse en nuestro organismo en número suficiente para producir una infección. Las toxinas (sustancias venenosas producidas por los microbios patógenos) se extienden con la sangre, atacan y destruyen las células del organismo. Es conocido que el organismo reacciona contra la invasión de microbios patógenos (los glóbulos blancos son las defensas naturales que atacan a los microbios patógenos y elaboran además antitoxinas, pero en muchas ocasiones esa reacción no es suficiente para vencer la enfermedad y es necesario recurrir a las defensas artificiales: sueros, antibióticos, etc.). El aseo personal y la limpieza en los trabajadores sanitarios es de tal importancia que su descuido puede conllevar la transmisión de gérmenes patógenos. Los trabajadores en Instituciones Sanitarias, transportan papeles, materiales, objetos, camas, enfermos, que tal vez sean portadores de microbios que, a su vez, pueden transmitir a otros pacientes o a su misma familia, por lo que la higiene y la desinfección debe presidir todos sus actos. A la entrada al trabajo debe quitarse la ropa de calle y vestirse con el uniforme reglamentario, cuidando lavarse bien las manos con agua y jabón, empleando cepillo de uñas para comenzar su labor. 488

Las prendas de uniforme deben conservarlas siempre limpias cambiándose las mismas en caso de ensuciarlas por alguna circunstancia fortuita.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

Siempre que tenga que manipular cualquier objeto o material que haya estado en contacto con un enfermo, se lavará o desinfectará en su casa, a fin de evitar contagio. Cuidará en extremo su aseo personal, pues, aparte de la mala impresión que causa una persona desarreglada o sucia, es un descrédito para la Institución, que está tipificado como falta en el Estatuto Marco del personal estatutario de los Servicios de Salud. Por último, al concluir su trabajo es deseable y aconsejable la ducha previa a vestirse con el traje de calle para eliminar cualquier posible contaminación.

2. Exposición laboral a los patógenos transmitidos por la sangre La Nota Técnica de Prevención NTP 398, (actualizado en el NTP 838) editada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, sobre el riesgo laboral que suponen los patógenos transmitidos por sangre, describe las principales medidas de prevención para proteger a los trabajadores frente a la exposición de microorganismos patógenos transmitidos por la sangre. La exposición laboral a los patógenos transmitidos por la sangre (transmisión hemática) puede ocurrir de diversas formas. El mecanismo de transmisión más frecuente es la inoculación accidental por pinchazos con agujas o bisturíes contaminados con sangre de pacientes infectados, pero ésta no es la única forma de transmisión, ya que también puede efectuarse mediante salpicaduras de sangre a los ojos, en partes de la piel donde existan pequeños cortes o abrasiones y por contacto con las prendas o equipos contaminados con sangre fresca.

El riesgo de transmisión profesional durante el cuidado de personas con una afección muy grave pero poco frecuente como la infección por VIH (virus de la inmunodeficiencia humana, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, SIDA), ha comportado una movilización más importante que la que habían suscitado los riesgos ligados al virus de la hepatitis B (VHB), mucho más frecuentes y colectivamente más graves en términos de morbilidad y de mortalidad para las profesiones dedicadas al cuidado de enfermos. Actualmente existe también mucha preocupación en el ámbito sanitario para la protección frente al virus de la hepatitis C (VHC). Entre los colectivos laborales de riesgo que señala la Nota Técnica de Prevención, se encuentra el de Celadores por estar dentro de los profesionales y trabajadores que realizan su actividad laboral en las instituciones de la red sanitaria.

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2.1. Principios para prevenir la exposición a infecciones de transmisión hemática En EEUU, la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA), que es la agencia federal encargada de asuntos de seguridad y salud, ha elaborado un reglamento que prescribe las medidas de seguridad para prevenir la exposición frente a estos patógenos y reducir el riesgo de la exposición ocupacional. Este reglamento, que fue publicado en el “Federal Register” el 6 de diciembre de 1991, define claramente la exposición profesional y clasifica en dos grupos a los trabajadores; en el primer grupo se incluyen colectivos de riesgo donde todos los trabajadores sufren exposición y en el segundo grupo se incluyen colectivos donde sólo determinados trabajadores sufren exposición. El reglamento también especifica que es el empresario quien debe proporcionar, a los trabajadores con riesgo, la vacunación y posterior seguimiento médico de forma gratuita, equipos de protección e información y formación sobre las medidas a adoptar para una protección adecuada. Por otro lado, en Europa, un grupo de expertos internacionales que constituyen el Viral Hepatitis Prevention Board (VHPB), ha identificado cinco principios esenciales para cualquier programa destinado a prevenir la exposición a infecciones de transmisión hemática. Estos principios se exponen a continuación en forma detallada, ya que coinciden con todos los programas existentes sobre este tema y están en línea con la legislación en materia de salud y seguridad laboral en la mayoría de países europeos.

1. Identificar el riesgo Las actividades de riesgo laboral son aquellas que comportan la exposición a sangre y otros fluidos corporales potencialmente infecciosos. Las empresas tienen la obligación de valorar la situación de riesgo de todos los trabajadores.

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El VHPB señala, por otro lado, que el riesgo debería basarse no en la cualificación profesional o la ubicación del puesto de trabajo sino directamente en el grado de exposición física a los fluidos biológicos reflejados en la siguiente tabla. Ello implica que deben considerarse como factores de riesgo los diferentes fluidos mencionados y no solamente la sangre.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

Fluidos biológicos que deben considerarse en su conjunto como factores de riesgo – Sangre y componentes de la misma como las plaquetas, eritrocitos, etc. y hemoderivados. – Semen. – Líquidos biológicos, como líquido cefalorraquídeo, secreciones vaginales, líquido sinovial, pleural, pericárdico, peritoneal y amniótico. – Fluidos contaminados con sangre.

2. Mejorar los procedimientos de trabajo Implantar métodos de trabajo seguros, formar a los trabajadores sobre los mismos y notificar las exposiciones accidentales, son medidas que pueden contribuir sustancialmente a reducir el riesgo de exposición a estos patógenos.

3. Aislar el material potencialmente infectado El material potencialmente infectado, debe ser siempre identificado, manipulado y eliminado adecuadamente.

4. Proteger a las personas Las prendas y los equipos de protección en general son elementos indispensables para prevenir de la exposición frente a estos patógenos de transmisión hemática. La vacunación es también esencial para proteger a los trabajadores en aquellos casos en que está disponible, como por ejemplo, frente al virus de la hepatitis B.

5. Supervisar el cumplimiento Es indispensable la existencia de una persona competente que sea responsable de garantizar técnicamente la puesta en práctica de las políticas de prevención de la exposición. Las empresas deben facilitar los recursos necesarios para permitir una supervisión adecuada, por ejemplo mediante la instauración de un inspector de bioseguridad integrado en el Servicio de Prevención.

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2.2. Profilaxis preexposición Como ejemplo de medidas de profilaxis se referencian a continuación las recomendaciones de los Centers for Disease Control (CDC) de los EE UU. Su filosofía de actuación se basa en que todo paciente que está siendo tratado es potencialmente infeccioso hasta que no se demuestre lo contrario. Estas medidas son aplicables para cualquiera de los patógenos transmisibles a través de la sangre. Las medidas propuestas son las siguientes: 1. Todos los trabajadores sanitarios deben utilizar medios de protección en forma de barrera para evitar la exposición de la piel y de las mucosas a la sangre y a los distintos fluidos corporales de los pacientes. Deben usarse guantes para tocar cualquier fluido corporal, para tocar cualquier instrumental manchado o para efectuar cualquier tipo de punción. Si hay peligro de salpicadura de sangre o de algún fluido biológico, se utilizará protector facial, o mascarilla y gafas protectoras y delantal o bata. 2. Hay que tomar las precauciones necesarias para evitar lesiones provocadas por agujas, bisturíes y objetos cortantes. Nunca se deben reencapuchar las agujas ni retirarlas de las jeringas desechables. Los objetos cortantes y punzantes, una vez utilizados, deben colocarse en un envase resistente a los pinchazos, próximo al área de trabajo, para posteriormente ser eliminados. 3. Aunque no se ha comprobado que la saliva sea una vía de transmisión de ciertos virus, se dispondrá, en las zonas de posible uso, de los elementos necesarios para proteger del contagio por si hubiera que realizar una reanimación boca a boca.

Nunca se deben reencapuchar las agujas ni retirarlas de las jeringas desechables

4. Los sanitarios que tengan lesiones cutáneas exudativas o serosas, deben evitar cualquier contacto directo con el paciente hasta que las heridas estén completamente curadas. La adopción de estas precauciones universales, permite minimizar los riesgos de exposición de los trabajadores sanitarios a los líquidos biológicos.

2.3. Conducta a seguir ante un accidente laboral con exposición a sangre y fluidos corporales contaminados Ante un accidente laboral con riesgo de exposición a sangre o fluidos corporales contaminados deberán aplicarse una serie de acciones con el orden siguiente: 1. Limpieza de la herida

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Inmediatamente después de producirse el contacto accidental con sangre u otros fluidos hay que quitarse los guantes y lavarse cuidadosamente la herida con antisépticos como los iodóforos (p. ej., Povidona iodada) que son activos frente a bacterias, micobacterias, virus lipídicos y no lipídicos, así como frente a esporas. En personas alérgicas al iodo se puede emplear la cloramina.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

2. Comunicación al Servicio de Prevención (Medicina Preventiva) Además de comunicarlo inmediatamente como incidencia al responsable de la planta de hospitalización (supervisora de enfermería), todo accidente relacionado con sangre y sus derivados debe ser comunicado al Servicio de Prevención e inmediatamente se realizará una ficha epidemiológica para conocer los datos relacionados con el accidente (nombre, edad, sexo, categoría profesional, lugar del accidente, hora en que ocurrió, mecanismo de producción, localización y naturaleza de la lesión, etc.). 3. Estado inmunológico del individuo accidentado Cuando pueda identificarse la fuente, previo consentimiento y tras haber sido informado, se procederá a extracción sanguínea para determinar los anticuerpos frente al antígeno del núcleo o core (AntiHB-core) total, frente al VHC y los anticuerpos frente al VIH. Según sea la naturaleza de la “fuente” se procederá a la quimioprofilaxis y seguimiento adecuado a cada caso según la siguiente figura:

Accidentado Parte accidente Encuesta vacunal

VHB

Petición Estucio Serológico VHB (Completa) VHC VIH

No vacunados desconocidos o vac. incompleta Vacunados Positivo

VHC

Gammaglobulina antihepatitis B (tras extracción) Ver esquema control vacunación Seguimiento y estudio Fuente positiva o desconocida

Seguimiento 0-1,5-3-6-12 meses

Fuente negativa

Suspender seguimiento

Negativo

Positivo

Accidentado

Seguimiento y estudio

VIH Fuente positiva Negativo Fuente negativa o Fuente desconocida

– Quimioterapia – Seguimiento 0-1,5-3-6-12 meses Seguimiento 0-1,5-3-6-12 meses

Procedimiento a seguir en caso de exposición accidental VHB, VHC y VIH (Tomado del “Manual de protección frente a Riesgos Biológicos”)

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3. Recogida selectiva de los residuos generados específicos de la actividad, biosanitarios y peligrosos 3.1. Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados Esta Ley tiene por objeto regular la gestión de los residuos impulsando medidas que prevengan su generación y mitiguen los impactos adversos sobre la salud humana y el medio ambiente asociados a su generación y gestión, mejorando la eficiencia en el uso de los recursos. Tiene asimismo como objeto regular el régimen jurídico de los suelos contaminados.

3.1.1. Ámbito de aplicación Esta Ley es de aplicación a todo tipo de residuos, con las siguientes exclusiones: a) Las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, así como el dióxido de carbono capturado y transportado con fines de almacenamiento geológico y efectivamente almacenado en formaciones geológicas de conformidad con la Ley 40/2010, de 29 de diciembre, de almacenamiento geológico de dióxido de carbono. Tampoco se aplicará al almacenamiento geológico de dióxido de carbono realizado con fines de investigación, desarrollo o experimentación de nuevos productos y procesos siempre que la capacidad prevista de almacenamiento sea inferior a 100 kilotoneladas. b) Los suelos no contaminados excavados y otros materiales naturales excavados durante las actividades de construcción, cuando se tenga la certeza de que estos materiales se utilizarán con fines de construcción en su estado natural en el lugar u obra donde fueron extraídos. c) Los residuos radiactivos. d) Los explosivos desclasificados. e) Las materias fecales, si no están contempladas en el apartado 2.b), paja y otro material natural, agrícola o silvícola, no peligroso, utilizado en explotaciones agrícolas y ganaderas, en la silvicultura o en la producción de energía a base de esta biomasa, mediante procedimientos o métodos que no pongan en peligro la salud humana o dañen el medio ambiente. Esta Ley no será de aplicación a los residuos que se citan a continuación, en los aspectos ya regulados por otra norma comunitaria o nacional que incorpore a nuestro ordenamiento normas comunitarias: a) Las aguas residuales. b) Los subproductos animales cubiertos por el Reglamento (CE) n.º 1069/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, por el que se establecen las normas sanitarias aplicables a los subproductos animales y los productos derivados no destinados al consumo humano y por el que se deroga el Reglamento (CE) n.º 1774/2002.

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No se incluyen en esta excepción, y por tanto se regularán por esta Ley, los subproductos animales y sus productos derivados, cuando se destinen a la incineración, a los vertederos o sean utilizados en una planta de biogás o de compostaje.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

c) Los cadáveres de animales que hayan muerto de forma diferente al sacrificio, incluidos los que han sido muertos con el fin de erradicar epizootias, y que son eliminados con arreglo al Reglamento (CE) n.º 1069/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009. d) Los residuos resultantes de la prospección, de la extracción, del tratamiento o del almacenamiento de recursos minerales, así como de la explotación de canteras cubiertos por el Real Decreto 975/2009, de 12 de junio, sobre gestión de los residuos de industrias extractivas y de protección y rehabilitación del espacio afectado por actividades mineras. Sin perjuicio de las obligaciones impuestas en virtud de la normativa específica aplicable, se excluirán del ámbito de aplicación de esta Ley los sedimentos reubicados en el interior de las aguas superficiales a efectos de gestión de las aguas y de las vías navegables, de prevención de las inundaciones o de mitigación de los efectos de las inundaciones y de las sequías, o de creación de nuevas superficies de terreno, si se demuestra que dichos sedimentos son no peligrosos.

3.1.2. Definiciones A los efectos de esta Ley se entenderá por: a) Residuo: cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar. b) Residuos domésticos: residuos generados en los hogares como consecuencia de las actividades domésticas. Se consideran también residuos domésticos los similares a los anteriores generados en servicios e industrias. Se incluyen también en esta categoría los residuos que se generan en los hogares de aparatos eléctricos y electrónicos, ropa, pilas, acumuladores, muebles y enseres así como los residuos y escombros procedentes de obras menores de construcción y reparación domiciliaria. Tendrán la consideración de residuos domésticos los residuos procedentes de limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas y playas, los animales domésticos muertos y los vehículos abandonados. c) Residuos comerciales: residuos generados por la actividad propia del comercio, al por mayor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, de las oficinas y de los mercados, así como del resto del sector servicios. d) Residuos industriales: residuos resultantes de los procesos de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la actividad industrial, excluidas las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre. e) Residuo peligroso: residuo que presenta una o varias de las características peligrosas enumeradas en el apartado 2.1.5., y aquel que pueda aprobar el Gobierno de conformidad con lo establecido en la normativa europea o en los convenios internacionales de los que España sea parte, así como los recipientes y envases que los hayan contenido.

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f ) Aceites usados: todos los aceites minerales o sintéticos, industriales o de lubricación, que hayan dejado de ser aptos para el uso originalmente previsto, como los aceites usados de motores de combustión y los aceites de cajas de cambios, los aceites lubricantes, los aceites para turbinas y los aceites hidráulicos. g) Biorresiduo: residuo biodegradable de jardines y parques, residuos alimenticios y de cocina procedentes de hogares, restaurantes, servicios de restauración colectiva y establecimientos de venta al por menor; así como residuos comparables procedentes de plantas de procesado de alimentos. h) Prevención: conjunto de medidas adoptadas en la fase de concepción y diseño, de producción, de distribución y de consumo de una sustancia, material o producto, para reducir: 1. La cantidad de residuo, incluso mediante la reutilización de los productos o el alargamiento de la vida útil de los productos. 2. Los impactos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana de los residuos generados, incluyendo el ahorro en el uso de materiales o energía. 3. El contenido de sustancias nocivas en materiales y productos. i) Productor de residuos: cualquier persona física o jurídica cuya actividad produzca residuos (productor inicial de residuos) o cualquier persona que efectúe operaciones de tratamiento previo, de mezcla o de otro tipo, que ocasionen un cambio de naturaleza o de composición de esos residuos. En el caso de las mercancías retiradas por los servicios de control e inspección en las instalaciones fronterizas se considerará productor de residuos al representante de la mercancía, o bien al importador o exportador de la misma. j) Poseedor de residuos: el productor de residuos u otra persona física o jurídica que esté en posesión de residuos. k) Negociante: toda persona física o jurídica que actúe por cuenta propia en la compra y posterior venta de residuos, incluidos los negociantes que no tomen posesión física de los residuos. l) Agente: toda persona física o jurídica que organiza la valorización o la eliminación de residuos por encargo de terceros, incluidos los agentes que no tomen posesión física de los residuos. m) Gestión de residuos: la recogida, el transporte y tratamiento de los residuos, incluida la vigilancia de estas operaciones, así como el mantenimiento posterior al cierre de los vertederos, incluidas las actuaciones realizadas en calidad de negociante o agente. n) Gestor de residuos: la persona o entidad, pública o privada, registrada mediante autorización o comunicación que realice cualquiera de las operaciones que componen la gestión de los residuos, sea o no el productor de los mismos. ñ) Recogida: operación consistente en el acopio de residuos, incluida la clasificación y almacenamiento iniciales para su transporte a una instalación de tratamiento. 496

o) Recogida separada: la recogida en la que un flujo de residuos se mantiene por separado, según su tipo y naturaleza, para facilitar un tratamiento específico.

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p) Reutilización: cualquier operación mediante la cual productos o componentes de productos que no sean residuos se utilizan de nuevo con la misma finalidad para la que fueron concebidos. q) Tratamiento: las operaciones de valorización o eliminación, incluida la preparación anterior a la valorización o eliminación. r) Valorización: cualquier operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una finalidad útil al sustituir a otros materiales, que de otro modo se habrían utilizado para cumplir una función particular, o que el residuo sea preparado para cumplir esa función en la instalación o en la economía en general. En el anexo II se recoge una lista no exhaustiva de operaciones de valorización. s) Preparación para la reutilización: la operación de valorización consistente en la comprobación, limpieza o reparación, mediante la cual productos o componentes de productos que se hayan convertido en residuos se preparan para que puedan reutilizarse sin ninguna otra transformación previa. t) Reciclado: toda operación de valorización mediante la cual los materiales de residuos son transformados de nuevo en productos, materiales o sustancias, tanto si es con la finalidad original como con cualquier otra finalidad. Incluye la transformación del material orgánico, pero no la valorización energética ni la transformación en materiales que se vayan a usar como combustibles o para operaciones de relleno. u) Regeneración de aceites usados: cualquier operación de reciclado que permita producir aceites de base mediante el refinado de aceites usados, en particular mediante la retirada de los contaminantes, los productos de la oxidación y los aditivos que contengan dichos aceites. v) Eliminación: cualquier operación que no sea la valorización, incluso cuando la operación tenga como consecuencia secundaria el aprovechamiento de sustancias o energía. En el anexo I se recoge una lista no exhaustiva de operaciones de eliminación. w) Suelo contaminado: aquel cuyas características han sido alteradas negativamente por la presencia de componentes químicos de carácter peligroso procedentes de la actividad humana, en concentración tal que comporte un riesgo inaceptable para la salud humana o el medio ambiente, de acuerdo con los criterios y estándares que se determinen por el Gobierno, y así se haya declarado mediante resolución expresa. x) Compost: enmienda orgánica obtenida a partir del tratamiento biológico aerobio y termófilo de residuos biodegradables recogidos separadamente. No se considerará compost el material orgánico obtenido de las plantas de tratamiento mecánico biológico de residuos mezclados, que se denominará material bioestabilizado.

3.1.3. Subproductos Una sustancia u objeto, resultante de un proceso de producción, cuya finalidad primaria no sea la producción de esa sustancia u objeto, puede ser considerada como subproducto y no como residuo, cuando se cumplan las siguientes condiciones: a) Que se tenga la seguridad de que la sustancia u objeto va a ser utilizado ulteriormente. b) Que la sustancia u objeto se pueda utilizar directamente sin tener que someterse a una transformación ulterior distinta de la práctica industrial habitual.

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c) Que la sustancia u objeto se produzca como parte integrante de un proceso de producción. d) Que el uso ulterior cumpla todos los requisitos pertinentes relativos a los productos así como a la protección de la salud humana y del medio ambiente, sin que produzca impactos generales adversos para la salud humana o el medio ambiente. La Comisión de coordinación en materia de residuos evaluará la consideración de estas sustancias u objetos como subproductos, teniendo en cuenta lo establecido en su caso al respecto para el ámbito de la Unión Europea, y propondrá su aprobación al Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino que dictará la orden ministerial correspondiente.

3.1.4. Fin de la condición de residuo Por orden del Ministro de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino se podrán establecer los criterios específicos que determinados tipos de residuos, que hayan sido sometidos a una operación de valorización, incluido el reciclado, deberán cumplir para que puedan dejar de ser considerados como tales, a los efectos de lo dispuesto en esta Ley y siempre que se cumplan las siguientes condiciones: a) Que las sustancias u objetos resultantes se usen habitualmente para finalidades específicas. b) Que exista un mercado o una demanda para dichas sustancias u objetos. c) Que las sustancias u objetos resultantes cumplan los requisitos técnicos para finalidades específicas, la legislación existente y las normas aplicables a los productos. d) Que el uso de la sustancia u objeto resultante no genere impactos adversos para el medio ambiente o la salud. En la elaboración de esta orden se tendrá en cuenta el estudio previo que realizará la Comisión de coordinación en materia de residuos, que analizará lo establecido en su caso por la Unión Europea, la jurisprudencia aplicable, los principios de precaución y prevención, los eventuales impactos nocivos del material resultante y, cuando sea necesario, la procedencia de incluir valores límite para las sustancias contaminantes. Las sustancias u objetos afectados por los apartados anteriores y por sus normas de desarrollo, serán computados como residuos reciclados y valorizados a los efectos del cumplimiento de los objetivos en materia de reciclado y valorización cuando se cumplan los criterios de valorización y reciclado previstos en dichas normas.

3.1.5. Características de los residuos que permiten calificarlos como peligrosos H 1 Explosivo: se aplica a las sustancias y los preparados que pueden explosionar bajo el efecto de la llama o que son más sensibles a los choques o las fricciones que el dinitrobenceno. H 2 Oxidante: se aplica a las sustancias y los preparados que presentan reacciones altamente exotérmicas al entrar en contacto con otras sustancias, en particular sustancias inflamables. H 3-A Fácilmente inflamable se aplica a: 498

– Las sustancias y los preparados líquidos que tienen un punto de inflamación inferior a 21 ºC (incluidos los líquidos extremadamente inflamables).

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– Las sustancias y los preparados que pueden calentarse y finalmente inflamarse en contacto con el aire a temperatura ambiente sin aporte de energía. – Las sustancias y los preparados sólidos que pueden inflamarse fácilmente tras un breve contacto con una fuente de ignición y que continúan ardiendo o consumiéndose después del alejamiento de la fuente de ignición. – Las sustancias y los preparados gaseosos que son inflamables en el aire a presión normal. – Las sustancias y los preparados que, en contacto con el agua o el aire húmedo, desprenden gases fácilmente inflamables en cantidades peligrosas. H 3-B Inflamable: se aplica a las sustancias y los preparados líquidos que tienen un punto de inflamación superior o igual a 21 ºC e inferior o igual a 55 ºC. H 4 Irritante: se aplica a las sustancias y los preparados no corrosivos que pueden causar una reacción inflamatoria por contacto inmediato, prolongado o repetido con la piel o las mucosas. H 5 Nocivo: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden entrañar riesgos de gravedad limitada para la salud. H 6 Tóxico: se aplica a las sustancias y los preparados (incluidos las sustancias y los preparados muy tóxicos) que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden entrañar riesgos graves, agudos o crónicos e incluso la muerte. H 7 Cancerígeno: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden producir cáncer o aumentar su frecuencia. H 8 Corrosivo: se aplica a las sustancias y los preparados que pueden destruir tejidos vivos al entrar en contacto con ellos. H 9 Infeccioso: se aplica a las sustancias y los preparados que contienen microorganismos viables, o sus toxinas, de los que se sabe o existen razones fundadas para creer que causan enfermedades en el ser humano o en otros organismos vivos. H 10 Tóxico para la reproducción: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden producir malformaciones congénitas no hereditarias o aumentar su frecuencia. H 11 Mutagénico: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden producir defectos genéticos hereditarios o aumentar su frecuencia. H 12: residuos que emiten gases tóxicos o muy tóxicos al entrar en contacto con el aire, con el agua o con un ácido. H 13* Sensibilizante: se aplica a las sustancias y los preparados que, por inhalación o penetración cutánea, pueden ocasionar una reacción de hipersensibilización, de forma que una exposición posterior a esa sustancia o preparado dé lugar a efectos nocivos característicos. H 14 Ecotóxico: se aplica a los residuos que presentan o pueden presentar riesgos inmediatos o diferidos para uno o más compartimentos del medio ambiente. H 15: residuos susceptibles, después de su eliminación, de dar lugar a otra sustancia por un medio cualquiera, por ejemplo, un lixiviado que posee alguna de las características antes enumeradas.

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3.2. Tratamiento de residuos sanitarios 3.2.1. Planteamiento del problema La Notas Técnicas de Prevención del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo NTP 372, actualizada por la NTP 838 y complementada por la NTP 853, tienen como finalidad la exposición de los métodos para el tratamiento de los residuos sanitarios producto de la actividad sanitaria. La correcta ordenación y normalización de los residuos sanitarios permite disminuir el posible riesgo hacia la salud y el medio ambiente derivado de una deficiente gestión intracentro a la vez que minimiza los costes de la gestión global de residuos sanitarios. En los últimos años se ha hecho un uso abusivo del material desechable, tanto en el empleo doméstico como en el sanitario y, en consecuencia, ha aumentado considerablemente la cantidad de residuos. En el campo que nos ocupa, pues, se ha de intentar limitar el uso de material desechable sólo a los trabajos que entrañen un peligro de infección. Por otro lado, la descontaminación y la eliminación de residuos son operaciones íntimamente relacionadas, ya que la desinfección o la esterilización constituyen la primera fase de la eliminación. Todos los materiales y elementos de un equipo han de eliminarse con el tiempo; sin embargo, en el trabajo cotidiano sólo es necesario eliminar o destruir cierta proporción de aquellos. El resto se aprovecha para volver a utilizarlo, como ocurre con el material de vidrio, el instrumental y la ropa de trabajo. Por esta razón, el concepto de eliminación puede interpretarse en el sentido más amplio, en vez de hacerlo restrictivamente como proceso destructivo. La razón de que la gestión de los residuos sanitarios merezca una especial atención estriba en su potencial peligrosidad. Esta gestión puede abordarse mediante los siguientes aspectos o fases: a) Minimizar los residuos por el centro productor. b) Separación eficaz de los residuos por clases o grupos. c) Realización conveniente de su envasado. d) Transporte seguro por el centro productor y habilitación de almacenes para los diferentes residuos. e) Gestión externa: un gestor externo se encargará de la adecuada recogida, transporte, tratamiento y eliminación de estos residuos sanitarios. Hay que tener en cuenta que la gestión de los residuos sanitarios afecta principalmente a tres ámbitos: – A la salud pública, dado que una mala gestión interna del centro puede afectar a pacientes y al público, así como una inadecuada gestión externa puede afectar a la población general. – Al medio ambiente, cuando se realiza un tratamiento y eliminación ineficaz de los residuos dando lugar a emisiones contaminantes. 500

– A los trabajadores, tanto los que realizan su actividad laboral en el centro productor como aquellos que trabajan en la gestión externa de los residuos.

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3.2.2. Concepto de riesgo sanitario. Clasificación Los residuos sanitarios son aquellos que se generan en los considerados centros sanitarios1. Entre ellos se incluyen: – Residuos urbanos generados en estos centros. – Residuos sanitarios asimilables a urbanos. – Residuos específicos de riesgo (peligrosos). – Residuos humanos: cadáveres y restos humanos con entidad, procedentes de abortos, operaciones quirúrgicas, autopsias, etc. Su gestión está regulada por el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria (Decreto 2263/74, M. Gob., BOE de 17.8.1974.). – Residuos radiactivos: residuos contaminados con sustancias radiactivas. Su recogida y eliminación es competencia exclusiva de ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A.). – Residuos químicos: residuos contaminados con productos químicos que les dan el carácter de residuo peligroso. Se trata de materiales muy diversos, como pilas, termómetros, disolventes, reactivos químicos, baños de revelado de radiografías, medicamentos caducados o no, lubricantes, aceites minerales y sintéticos, residuos con metales, etc. todos ellos regula- dos por la Ley 10/1998, de residuos y el RD 952/1997, que desarrolla el Reglamento de Residuos Tóxicos y Peligrosos. – Residuos citostáticos, regulados por la Ley 10/1998, de residuos y contemplados en el ámbito de aplicación de la normativa de gestión de residuos sanitarios. Aunque todos estos residuos se consideran sanitarios, no todos están incluidos en el ámbito de aplicación de la normativa autonómica correspondiente disponiendo de legislación propia que regula su gestión, como por ejemplo ocurre con los residuos radiactivos. En función de la Comunidad Autónoma el ámbito de aplicación varía, como es el caso de Navarra, que excluye

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Se consideran centros sanitarios aquellos que desarrollan actividades de atención humana o veterinaria, de forma temporal o permanente, como son los siguientes: – Clínicas, sanatorios y centros hospitalarios – Centros de salud – Consultas de profesionales sanitarios – Promoción de la salud y atención sociosanitaria – Centros de planificación familiar – Laboratorios de análisis clínicos, de salud pública o investigación médica – Docencia – Obtención o manipulación de productos biológicos – Medicina preventiva – Centros y servicios veterinarios asistenciales – Centros de experimentación animal Además, determinadas comunidades añaden otros centros: – Centros de tratamiento y rehabilitación de drogodependientes (Baleares) – Centros o unidades sanitarias de los servicios de prevención (País Vasco) – Servicios funerarios y forenses y tanatología humana de carácter clínico o médico legal (Baleares, Madrid).

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a los residuos citostáticos o el caso del País Vasco, Extremadura y Castilla y León, que incluyen los medicamentos caducados, determinados residuos químicos, etc., que en otras zonas están explícitamente excluidos, como es el caso de los medicamentos caducados en la Comunidad Autónoma de Baleares.

3.2.3. Residuos sanitarios asimilables a urbanos En este tipo de residuos se incluyen el material de enfermería, quirúrgico y en general todo material desechable en contacto con pacientes, fluidos corporales, muestras biológicas, animales y otros, cuyo riesgo de infección está limitado al interior de los centros sanitarios y que no están incluidos en el grupo de residuos específicos de riesgo. Entre ellos se encuentran los siguientes: – – – – – – – –

Material de cura desechable. Gasas con restos de fluidos corporales. Sondas y tubuladuras. Yesos y vendajes. Bolsas vacías de sangre, orina, etc. Guantes y otros desechables quirúrgicos. Ropa desechable. Material de laboratorio desechable.

En algunas CCAA este grupo se divide en dos subgrupos atendiendo al riesgo percibido.

3.2.4. Residuos sanitarios específicos Son residuos que debido al riesgo de provocar una infección requieren una gestión diferenciada tanto a nivel interior como exterior de los centros productores. Dicha gestión contempla la adopción de medidas de prevención en la manipulación, la recogida, el almacenamiento, el transporte, el tratamiento y la eliminación de estos residuos, ya que pueden representar un riesgo para la salud laboral, la salud pública y el medio ambiente. Dentro de los residuos sanitarios específicos de riesgo se pueden distinguir los siguientes: (quedan recogidos en la tabla 1 expuesta al final de este epígrafe): A) Residuos sanitarios infecciosos: son aquellos que han estado en contacto con pacientes afectados por alguna de las enfermedades infecciosas que figuran en la tabla 2 (también expuesta al final de este epígrafe) y que por lo tanto pueden ser capaces de transmitirlas. Puede observarse que hay un grupo de enfermedades que es común a las diferentes CCAA, mientras que el resto varía de unas comunidades a otras. Ello puede ser debido a los distintos años de desarrollo normativo y a las características específicas de cada Comunidad Autónoma. Según se desprende de lo observado en la tabla 1, algunos de estos residuos sólo están contemplados en algunas CCAA, como son: 1. Fluidos corporales: recipientes que contengan dichos residuos en cantidades superiores a 100 ml. En algunas comunidades no son considerados como infecciosos pudiéndose eliminar mediante vertido a la red de saneamiento del centro sanitario.

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2. Material contaminado procedente de hemodiálisis: filtros de diálisis de máquinas reservadas a pacientes portadores de enfermedades de transmisión sanguínea como la hepatitis B, hepatitis C, otras hepatitis de transmisión sanguínea y sida.

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3. Vacunas vivas y atenuadas. 4. Cultivos y reservas de agentes infecciosos: residuos de actividades de análisis o experimentación micro- biológicas, contaminados con agentes infecciosos y material de desecho en contacto con ellos, como placas petri, hemocultivos, extractos líquidos, caldos, instrumental contaminado, etc. 5. Resto de animales de centros de experimentación y de investigación: cadáveres, partes del cuerpo y otros residuos anatómicos de animales de experimentación que hayan sido inoculados con los agentes infecciosos de la tabla 2, así como los residuos procedentes de los lechos de estabulación de tales animales. 6. Productos utilizados para diagnóstico o trabajos experimentales. 7. Residuos procedentes de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob: residuos procedentes de la actividad sanitaria de pacientes afectados por dicha enfermedad o de sus variantes, así como los residuos anatómicos de pequeña entidad procedentes de estos pacientes. En Galicia se hace especial mención a estos residuos como peligrosos (tabla 1), aunque, al igual que otras comunidades, también están incluidos como residuos de pacientes infecciosos (tabla 2). B) Residuos anatómicos humanos: tejidos o partes de pequeña entidad (se exceptúan, por ejemplo, piezas dentales) que no sean reguladas por el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria. C) Sangre y hemoderivados en forma líquida: recipientes que contengan sangre o hemoderivados. En algunas CCAA se fija un volumen mínimo de 100 ml de estos líquidos (Madrid, País Vasco, Aragón, Navarra y Galicia) a partir del cual son considerados residuos sanitarios específicos de riesgo. D) Agujas y material cortante y punzante: cualquier objeto punzante o cortante utilizado en la actividad sanitaria. Se trata fundamentalmente de agujas, hojas de bisturí, portaobjetos, cubreobjetos, capilares y tubos y pipetas de vidrio. E) Las listas de las distintas CCAA están sometidas a revisiones periódicas de acuerdo con la evolución de los conocimientos epidemiológicos y de los avances técnicos. En la práctica, el riesgo potencial más eleva- do se centra en enfermedades de escasa frecuencia entre nuestra población. Entre éstas cabe destacar: el ántrax, el muermo, las producidas por virus del grupo de las fiebres hemorrágicas africanas (Enfermedad de Marburg, la fiebre hemorrágica de Ébola y la fiebre de Lassa), y las enfermedades lentas producidas por agentes no convencionales (Creutzfeld-Jacob).

3.2.5. Residuos sanitarios citotóxicos Son los residuos compuestos por medicamentos citotóxicos (que inhiben o destruyen el desarrollo y multiplicación de una célula) y todo el material que haya estado en contacto con ellos, que presenten riesgos carcinogénicos, mutagénicos y teratogénicos. Son considerados como medicamentos citotóxicos los compuestos citostáticos utilizados en los tratamientos de los procesos cancerosos (quimioterapia). Debido a sus propiedades cancerígenas y mutagénicas resulta de aplicación las exigencias del Real Decreto 665/1997, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos y mutágenos durante el trabajo.

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3.2.6. Gestión de los residuos intracentro Es la gestión de los residuos sanitarios que se realiza en el interior del centro productor. Esta gestión incluye todo lo referente a la recogida de los residuos, a los tipos de recipientes utilizados para contenerlos, a las características del transporte intracentro, así como el tipo de almacenamiento de los residuos, tanto intermedio como final en el centro productor. La recogida, transporte y almacenamiento de los residuos sanitarios se abordan en la NTP 853 del INSHT.

Recogida El primer paso a seguir en la gestión de los residuos sanitarios es su clasificación y su posterior recogida. Para ello se recomienda adoptar los siguientes criterios: – La recogida de residuos sanitarios deberá atender a criterios de segregación, asepsia e inocuidad, al objeto de no trasladar la posible contaminación a otro medio receptor. – Determinadas Comunidades Autónomas permiten el depósito mezclado de los residuos siempre que se identifique el contenido, como ocurre en las comunidades autónomas de Extremadura y Aragón. Sin embargo, se recomienda no mezclar en un mismo recipiente residuos sanitarios de tipos diferentes, según se indica de forma explícita en algunas normativas (Madrid, Castilla y León, Canarias y Galicia), con la finalidad de que no supongan un aumento de su peligrosidad o su posible reciclado, ni trasvasarlos de unos recipientes a otros. – La recolección de residuos sanitarios debe llevarse a cabo lo antes posible, especialmente con los residuos punzantes y cortantes, cuya acumulación debe ser inmediata. Por eso es aconsejable colocar los envases de los distintos tipos de residuos en las zonas de su generación. Una vez los envases han sido cerrados se almacenarán en los lugares previstos para ello. – Todos los residuos sanitarios se deben almacenar en envases de un solo uso. – Los envases de los residuos sanitarios no deberán compactarse hasta el momento de su eliminación. Sin embargo, si se recurre a la normativa autonómica, se observa que algunas comunidades permiten la pretrituración y/o compactación de los residuos asimilables a urbanos (Cataluña y Baleares). – Los envases deben trasladarse herméticamente cerrados, no pudiéndose volver a abrir. Los envases que estén rotos deberán ser reenvasados. – En el caso de la Comunidad Gallega, se hace una especial mención a la recogida y eliminación de los residuos procedentes de la enfermedad de Creutzfel-dt-Jakob, cuya eliminación sólo puede realizarse por incineración. Los residuos sanitarios se recogerán en bolsas y recipientes con las siguientes características técnicas comunes: – – – – 506

Impermeables. Opacos. Resistentes a la humedad. No generarán emisiones tóxicas por combustión y reducirán la contaminación en su eliminación.

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Asepsia total en su exterior. Sin elementos sólidos, punzantes y cortantes en el exterior. Resistentes a la rotura. De un solo uso. Identificados de acuerdo con el tipo de residuo que contiene. Fabricados con materiales homologados.

La mayoría de la legislación existente indica que la recogida de los residuos sanitarios asimilables a urbanos debe realizarse en bolsas y los residuos específicos en bolsas especiales (más resistentes que las anteriores) o en contenedores rígidos, a excepción de las CCAA de Extremadura, Galicia y Navarra, en las que se permite eliminar los residuos asimilables a urbanos en bolsas o en contenedores rígidos, de acuerdo con la cantidad de residuos de uno u otro tipo. Debe evitarse toda manipulación que pueda implicar la rotura de los envases, que han de estar homologados y autorizados, especial- mente los destinados a residuos específicos de riesgo y a citotóxicos. En la tabla 1 (expuesta al final del epígrafe) se relacionan las características de los envases comunes a las diferentes normativas de acuerdo con el tipo de residuo, indicando con un asterisco aquellos puntos que deben confirmarse con la legislación aplicable, como es el color, las galgas de las bolsas y el volumen de los envases.

A) Envases de residuos asimilables a urbanos Deben utilizarse bolsas con las siguientes características: – De plástico, de polietileno. – De galga mínima de 200, 300 o 400 (según normativa). Se considera como galga, a la fortaleza de la bolsa, por lo tanto cuanto mayor sea este valor más fuerte será la bolsa. Debido a esto, es aconsejable el uso de bolsas con galgas de valor elevado para evitar su rotura en la recogida de los residuos, el transporte y la eliminación. – De volumen inferior a 60, 70, 90 o 100 l (según normativa). Este valor está relacionado con la galga. Es lógico pensar que cuanto mayor sea el volumen de la bolsa, mayor resistencia y fortaleza se requerirá para que no se rompa y por ello, mayor debería de ser la galga. En algunas normativas se utilizan bolsas con características específicas: – De color verde (Madrid, La Rioja, Castilla y León, Canarias, Aragón, Galicia), excepto en el País Vasco que han de ser de color negro, porque no se distingue entre residuos urbanos y asimilables a urbanos incluyéndolos en el mismo grupo. – De material reciclable (Cataluña). – Resistente a la carga estática (Canarias). – Con identificación externa del fabricante específica para las bolsas utilizadas en los centros sanitarios (Cataluña) o según tipo de residuos: “Residuos sanitarios no específicos” (Valencia).

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– Con cierre hermético (Baleares, Valencia y Extremadura) y que impida la apertura accidental (Castilla y León, Valencia, País Vasco y Galicia). – Sin posibilidad de apertura una vez cerradas (Extremadura). Las bolsas deben colocarse directamente en contenedores para realizar su posterior traslado hasta el lugar de almacenamiento. Los medios de transporte han de cumplir una serie de características, como ser exclusivos para el traslado, estar situados en las zonas de producción de los residuos, permitir su fácil limpieza y desinfección (en algunos casos, como es el de las CCAA de Valencia, Extremadura, Aragón y Navarra, los medios de transporte se deben desinfectar después de cada operación), ser resistentes a la corrosión, no contener elementos cortantes y punzantes, debiendo estar diseñados de tal manera que impidan la caída de las bolsas al suelo o sobre el trabajador, durante el transporte, siendo aconsejable no llenarlos en toda su capacidad. Además, se deben llevar a cabo revisiones periódicas de los mismos (ruedas, integridad del carro, etc.) sustituyendo aquellos que estén defectuosos. Desde el punto de vista de preventivo deben elegirse medios de transporte ergonómicos. B) Envases de residuos sanitarios específicos de riesgo Los residuos sanitarios específicos de riesgo se han de recoger en bolsas o en envases semirrígidos o rígidos. La elección de unos u otros dependerá del tipo de residuo. Por ejemplo, se pueden elegir bolsas para aquellos residuos que no puedan perforarlas o romperlas, aunque en algunas comunidades sólo se permite el uso de contenedores rígidos, como en el caso de Cataluña, Extremadura y Cantabria. a) Características de las bolsas: – De polietileno o polipropileno. – De galga mínima de 200, 300, 400 o 500 (según normativa). En algunos decretos se especifica el tipo de galga en relación con el volumen. En otros casos, como en la comunidad de La Rioja, las bolsas una vez llenas deben depositarse en recipientes rígidos. – Volumen inferior a 60, 70, 80, 90 litros (según normativa). – De color rojo (Madrid, País Vasco, La Rioja, Castilla y León, Aragón, Galicia), o de color amarillo (Baleares, Canarias). – De material reciclable (Cataluña). – Resistente a la carga estática (Aragón). – Estancas (Canarias). – El llenado permitirá su cierre correcto (Canarias) mediante anudado o soldado de la parte superior (Navarra). Con esta medida se minimizan los riesgos por exposición de los trabajadores que recogen y transportan estos envases. – Provistas de etiquetas con pictograma de riesgo biológico (Canarias, Aragón), identificación del productor, fecha de apertura y cierre del recipiente y normativa de aplicación (Canarias).

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– De manera similar al caso de las bolsas de residuos asimilables a urbanos, han de colocarse en un soporte características semejantes, que permitan su transporte al almacén final. Sin embargo, en algunas comunidades se exigen determinadas características para estos soportes como en Baleares, donde el contenedor debe disponer de tapa de acción no manual.

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– En función de cada normativa, las bolsas estarán identificadas como “residuos de riesgo” (Cataluña) o “residuos sanitarios específicos” (Valencia) o “residuos biocontaminados” (País Vasco). b) Características de los recipientes rígidos y semirrígidos: – Libre sustentación. – Resistentes a la perforación interna, externa y a la rotura. – Estancos y con cierre hermético. En algunas comunidades (Cataluña y Valencia) el cierre debe ser de fácil apertura, pero, a la vez, no debe poder abrirse de forma accidental. En otros casos, como en la Comunidad Autónoma de Extremadura, el cierre no puede tener posibilidad de apertura una vez cerrado. – Con identificación de peligro biológico y señalización como: “residuos de riesgo”, “residuos biocontaminados” o “residuos infecciosos de riesgo”. – Provistos de etiquetas con identificación del productor, fecha de apertura y cierre del recipiente y normativa de aplicación (Canarias). – De color amarillo (Canarias) o rojo (Aragón). En otros casos sólo indican que las bolsas y recipientes utilizados en el mismo centro deben ser del mismo color para evitar errores en la gestión (Navarra). – Resistentes a la carga estática (Aragón). – De volumen inferior a 60 l, 70 l o 90 l. En algunas comunidades se especifican los lugares donde se encuentran estos recipientes rígidos: salas de operaciones, servicios ginecológicos, anatomía patológica, laboratorios sexológicos y/o, bancos de sangre.

C) Envases de residuos cortantes y punzantes Los residuos cortantes y punzantes se acumularán en envases rígidos para evitar el corte o pinzamiento accidental. Estos envases además de cumplir con las características citadas anteriormente, deben estar diseñados específicamente para este tipo de residuos. Es aconsejable disponer de contenedores con volúmenes apropiados a la cantidad de residuos generados, permitiendo su renovación periódica. Es decir, es mejor disponer de un contenedor pequeño y sustituirlo cada 2 o 3 meses que tener uno más grande y cambiarlo cada año.

D) Envases para residuos líquidos (sangre, hemoderivados y fluidos corporales) En determinadas legislaciones autonómicas se especifica la eliminación de los fluidos corporales, sangre y hemoderivados como residuos específicos de riesgo, en la mayoría de los casos deben utilizarse contenedores rígidos, a excepción de las comunidades de Madrid y Galicia, en las que se permite la eliminación en bolsas o en recipientes rígidos. En algunas normativas se indica explícitamente el volumen a partir del cual debe ser gestionados como tales. Por ejemplo en las comunidades de Madrid, Navarra y Galicia, a partir de 100 ml., el residuo se considera como específico de riesgo y por debajo de este volumen es considerado residuo asimilable a urbano. A pesar de lo indicado en los diferentes normativas autonómicas, debe indicarse que la opinión predominante en el ámbito internacional (Centers for Disease Control, Ministerio de Sanidad del Canadá, Ministerio de Medio Ambiente de Holanda, OMS, etc.), es la de que el método más ade-

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cuado para la eliminación de sangre y sus derivados, así como de secreciones orgánicas, es el de verterlos por el desagüe conectado a la red de sanea- miento del centro sanitario. Ha de tenerse en cuenta que las redes de alcantarillado están concebidas para recibir grandes cantidades de materias orgánicas infecciosas. Debe tenerse en cuenta que los residuos biológicos sanitarios líquidos representan un volumen ínfimo en comparación con las materias orgánicas fecales que se eliminan normalmente para la red de saneamiento. La única excepción a esta práctica la constituyen los residuos sanitarios específicos líquidos procedentes de pacientes con infecciones no endémicas en España (por ejemplo, las fiebres hemorrágicas víricas) y los cultivos líquidos de microbiología, que han de gestionarse y tratarse como a residuos sanitarios específicos sólidos. En este punto, hay que valorar que la eliminación por el desagüe de un volumen considerable de fluidos corporales genera exposición a agentes biológicos de los trabajadores que realizan esta tarea. Por ello, es aconsejable la eliminación de estos residuos líquidos (por ejemplo, de más de 100 ml., que es la cantidad fijada en algunas normativas) como si fueran residuos específicos de riesgo. Si se opta por su eliminación por el desagüe, porque así lo permite la legislación aplicable, es importante realizar el vertido con especial precaución, evitando al máximo posibles salpicaduras y la formación de aerosoles, dotando a los trabajadores que los manipulan de los medios de protección individual adecuados (guantes, mascarillas y ropa de protección), de manera que la eliminación por el desagüe resulte una práctica segura.

E) Envases para residuos citotóxicos Se recogerán en contenedores rígidos con iguales características a la de los de residuos específicos de riesgo, debiendo ser resistentes a los agentes químicos. Algunas comunidades, incluso establecen un color para el recipiente. Por ejemplo, en la comunidad de Madrid, los recipientes deben ser azules y en Canarias han de ser rojos. En otras CCAA, estos recipientes deben ser de polietileno, poliestireno o polipropileno y que permitan la incineración completa (Cataluña), siendo aconsejable que dispongan de cierre hermético especial (Valencia). Sin embargo, en otras CCAA se permite el uso de bolsas (La Rioja). Estos envases deben estar claramente identificados y/o señalizados. Por ejemplo, en algunas comunidades autónomas, como el País Vasco, se especifica que estos recipientes han estar claramente señalizados con los códigos de clasificación y etiquetado de la UE (cancerígeno, mutágeno o tóxico para la reproducción). Si los residuos son específicos y citotóxicos a la vez, se deben identificar con la señalización de ambos grupos. Los residuos cortantes y punzantes contaminados con productos citotóxicos se recogerán en contenedores rígidos para citotóxicos y no en los específicos para material cortante y punzante (considerados como residuos específicos de riesgo).

Transporte intracentro El transporte interno se debe realizarse siguiendo criterios de responsabilidad, agilidad, rapidez, asepsia, inocuidad y seguridad, evitando riesgos de infección a pacientes, personal y visitantes del centro sanitario.

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Es recomendable que los residuos sanitarios recogidos en las diferentes zonas del centro sean transportados al almacén final con una periodicidad máxima de 12 horas, aunque en algunas CCAA, este tiempo puede ser mayor.

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No se debe arrastrar ningún envase por el suelo, ni deben utilizarse trampillas, ni bajantes que puedan afectar su integridad. Los envases han de trasladarse perfectamente cerrados. Para su transporte se deben utilizar los carros o contenedores con las características definidas anteriormente para residuos sanitarios asimilables a urbanos. En las distintas CCAA se especifican las condiciones en las que debe realizarse el transporte interno, siendo mucho más exigentes en algunas comunidades que en otras.

Almacenamiento A) Almacenamiento intermedio En centros sanitarios grandes, como puede ser un hospital, o en centros que por su actividad así lo requieran se pueden habilitar almacenes intermedios. Éstos sirven para depositar temporalmente los residuos sanitarios debidamente segregados hasta su transporte y depósito en el almacén final. Las características exigibles a un almacén intermedio de residuos sanitarios difieren en gran medida entre las diferentes CCAA. En algunas se indican claramente los requisitos que deben reunir estos almacenes y en otras no son nombrados o sólo se señala la posibilidad de su existencia. En general, se contemplan los siguientes condicionantes: – Está prohibido el almacenamiento intermedio en pasillos, zonas de paso, ascensores, etc. Deben ser zonas delimitadas, definidas y señalizadas. Estarán situados cerca de las zonas de producción. – Los almacenes intermedios deben ser zonas exclusivas para almacenaje de residuos, excepto para residuos cortantes y punzantes, vacunas, residuos urbanos, restos de medicamentos y en los centros sanitarios sin bloque quirúrgico y que no generen más de 100 kg/mes del resto de los residuos especiales. En estos últimos casos se pueden utilizar también los almacenes intermedios para almacenar productos y medios de limpieza. – Los envases de residuos se deben almacenar, en estas zonas intermedias, en soportes o carros para su posterior traslado al almacén final. – La evacuación del depósito intermedio debe ser al menos cada 12 horas o diaria. – Los depósitos intermedios deben ser locales ventilados, de fácil limpieza, con medios para realizar la limpieza y desinfección, cerrados, y con suelos sin ángulos. Se limpiarán y desinfectarán periódicamente. No deberán disponer de conexión directa con la red de saneamiento, pero pueden tener un sumidero que recoja los restos líquidos de forma sectorizada. – Deben estar señalizados con: “Área de depósitos de residuos. Prohibida la entrada a toda persona no autorizada”.

B) Almacenamiento final Los residuos sanitarios pueden almacenarse en el mismo edificio (en el denominado “almacén final”) durante un período máximo de 72 horas, que puede ampliarse a una semana (15 días en Galicia) si el almacén de residuos dispone de un sistema de refrigeración (temperatura máxima de: 4º C). Sin embargo, en el caso de Baleares, el periodo máximo de recogida del almacén final es de 24 horas y si está refrigerado puede llegar a ser de 5 días. En el País Vasco,

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la frecuencia de recogida está relacionada con el tipo de residuos generado, como se indica en la tabla 2 (expuesta al final del epígrafe). Además, en algunas CCAA como Canarias y Madrid la frecuencia de recogida de los residuos especiales y citotóxicos, está ligada a la cantidad que se genera, tal y como se indica en las tablas 3 y 4 (expuestas al final del epígrafe). Como norma general, se aconseja que el almacén final tenga las siguientes características: – Será un local separado de la actividad sanitaria y de uso exclusivo para los residuos sanitarios. Si dispone de zona refrigerada, sólo se utilizará para almacenar residuos y deberá estar señalizada. – Deberá estar ventilado, será espacioso, bien iluminado, señalizado y protegido de la intemperie (cubierto), de elevadas temperaturas y de animales (insectos, roe- dores y animales domésticos). – Estará acondicionado para poder realizar la limpieza y desinfección. Se realizará la limpieza diaria y se desinsectará y desratizará periódicamente. – El suelo y las paredes deberán ser de materiales que permitan una fácil limpieza. Dispondrán de puntos de agua y tomas de desagüe, sistemas de limpieza y desinfección de soportes y lavamanos con accionamiento no manual. – Estará situado de manera que no pueda afectar a espacios vecinos y alejado de entradas de aire (ventanas y rejillas del sistema de ventilación). – Se evitará la entrada de suministros por el depósito final. – Contará con fácil acceso desde el exterior, con vías de acceso sin escalones, con pendiente inferior al 5% y de fácil utilización por los medios de transporte. – La entrada estará permitida sólo a personal autorizado. Deberá mantenerse cerrado. – Los envases se almacenarán en los soportes y nunca en el suelo. – Estará dotado de sistemas de detección y medios de extinción de incendios y dispondrá de alumbrado de señalización y emergencia. De todas formas han de tenerse en cuenta determinados requisitos que son específicos, según la Comunidad Autónoma de que se trate.

Señalización En función de la normativa autonómica, los envases utilizados para la recogida de los residuos de los diferentes grupos, deben estar adecuadamente señalizados. En algunos casos, con el pictograma de riesgo biológico o de citotóxico y en otros, además, se incluye la indicación del tipo de residuo que contiene. Aunque el pictograma es el mismo (figura 1), el color del símbolo y el color del fondo cambia en las diferentes legislaciones.

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7.2.7. Responsabilidades en la gestión de residuos sanitarios La responsabilidad de hacer cumplir la normativa referente a la clasificación, la recogida, el almacenamiento y la entrega a un gestor autorizado y si procede, la referente al tratamiento y eliminación de los mismos, corresponde al director o al gerente del centro sanitario productor. Una vez que han sido transferidos los residuos del productor al gestor, es éste último el máximo responsable del transporte, tratamiento y eliminación de los mismos. Por otro lado, si el gestor no está autorizado, responde solidariamente junto con el productor frente a un suceso ocurrido. Además, existe una obligación de restaurar la realidad física dañada y de indemnizar a los lesionados. Los productores y los gestores de residuos sanitarios específicos y citotóxicos llevarán al día el Libro Oficial de Control indicando: el origen, la cantidad, el destino, el transporte, el tratamiento, etc., de los residuos. Tanto el gestor como el productor deben presentar un informe anual a la autoridad competente en la materia de cada Comunidad Autónoma. Por último, los productores, entre otras responsabilidades, deben tener actualizado el libro de registro de incidentes y accidentes. Además, deben elaborar el Plan de Gestión de Residuos, con un contenido mínimo, indicando: – El responsable del plan. – Los equipos y métodos utilizados en la gestión intracentro. – Las cantidades generadas de residuos y los métodos utilizados para reducir estas cantidades. – La frecuencia de evacuación a los almacenes. – Las medidas de prevención utilizadas. – La gestión extracentro.

7.2.8. Gestión extracentro Esta gestión comprende las diferentes operaciones que se desarrollan en el exterior de los centros sanitarios que incluye la recogida, transporte, almacenamiento, tratamiento y eliminación de los residuos, así como la vigilancia de todas estas operaciones. Los residuos sanitarios se gestionan dentro del centro productor de forma diferenciada, en función de su peligrosidad. Sin embargo, cuando se realiza la gestión externa, los residuos asimilables a urbanos son gestionados como municipales y los residuos específicos de riesgo y citotóxicos como peligrosos.

Recogida y transporte La recogida y transporte de los residuos específicos de riesgo y citotóxicos se debe realizar a través de un transportista autorizado, no debiéndose aceptar residuos mal envasados o mal etiquetados. La entrega de los mismos debe ir acompañada de los preceptivos documentos de seguimiento y control. El responsable de residuos debe comunicar a la autoridad competente cualquier incidente que ocurra. 514

Entre la retirada de los residuos del centro productor hasta la entrega al gestor autorizado no debe transcurrir más de 72 horas y si se excede de este tiempo (hasta 5 días en el País

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

Vasco), el transporte debe ser refrigerado (Cataluña). En Madrid y en Canarias se limita este tiempo máximo de transporte a 24 horas. En Baleares sólo se puede realizar el transporte refrigerado (<7º C). El transporte de estos residuos ha de cumplir con los siguientes requisitos: – Los vehículos utilizados estarán dotados de caja cerrada con seguridad, las superficies internas deberán ser lisas y fáciles de limpiar, dispondrán de sistemas para contener derrames líquidos y para realizar su retirada y limpieza, se desinfectarán periódicamente, estarán correctamente señalizados y dispondrán de la ropa de trabajo y equipos de protección individual (EPI) necesarios. – Cumplimiento de la normativa vigente relativa a mercancías peligrosas. – Los envases no rígidos deben introducirse en contenedores rígidos de alta resistencia previamente a su transporte – Los envases y contenedores ha de estar correctamente etiquetados, incluyendo los datos del productor.

Tratamiento y eliminación La eliminación de los residuos sanitarios asimilables a urbanos, ya sea por separado o conjuntamente con los residuos generales, deberá respetar como mínimo, los mismos requerimientos técnicos, operativos y de seguridad, que la normativa vigente exija con carácter general para los residuos urbanos. Los residuos sanitarios específicos de riesgo y citotóxicos deberán ser tratados y eliminados atendiendo a criterios de inocuidad, asepsia y salubridad con el fin de garantizar la eliminación de los gérmenes patógenos y la protección del medio ambiente. El gestor de estos residuos debe estar autorizado para realizar el tratamiento y eliminación de estos residuos. En general, las dos opciones que se indican en las distintas normativas autonómicas son las siguientes: – Residuos específicos de riesgo: *

Incineración, en hornos preparados para esta finalidad y construidos con unas características técnicas definidas.

*

Desinfección mediante esterilización por vapor caliente a presión por la técnica de autoclave. Posteriormente, los residuos desinfectados podrán ser eliminados como residuos urbanos. Este método puede realizarse en el propio centro productor. Los residuos cortantes y punzantes deben ser desinfectados o esterilizados, eliminándose como residuos urbanos, aunque pueden ser reutilizados ya que no existe contaminación biológica.

– Residuos citotóxicos: *

Incineración a una temperatura que pueda garantizar su destrucción.

*

Neutralización química.

En la mayoría de las CCAA se contemplan todas estas opciones, aunque siempre con alguna excepción, como por ejemplo en Galicia y en Madrid, en las que los residuos citotóxicos sólo pueden ser incinerados. Por el contrario, en Aragón el método de eliminación principal de estos residuos es la neutralización química. Sin embargo en el País Vasco y Galicia la incineración sólo esta permitida en el caso de residuos contaminados por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y otras enfermedades producidas por priones.

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4. Riesgos derivados de la manipulación manual de cargas 4.1. La carga Entenderemos por carga cualquier objeto susceptible de ser movido. Pero también incluimos el traslado de personas (como los pacientes de un hospital) y el transporte de animales (en una granja o similar). Son, además, cargas los materiales que se manejen por medios mecánicos como grúas y similares, y que precisen, durante la operación de manipulación, el esfuerzo humano para su acomodación o colocación.

4.2. Concepto de manipulación manual de cargas Vamos a entender por manipulación manual de cargas cualquier operación de transporte o sujeción de una carga por parte de uno o varios trabajadores, como el levantamiento, la colocación, el empuje, la tracción o el desplazamiento que, por sus características o condiciones ergonómicas inadecuadas, entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores. También es manipulación manual transportar o mantener la carga alzada; la sujeción de ésta con las manos y con otras partes del cuerpo, como la espalda, y lanzar la carga de una persona a otra.

4.3. Evitación de la manipulación manual de cargas 4.3.1. Introducción El empresario o responsable del departamento encargado de estas tareas deberá adoptar las medidas técnicas u organizativas necesarias para evitar la manipulación manual de las cargas, en especial mediante la utilización de equipos para el manejo mecánico de las mismas, sea de forma automática o controlada por el trabajador. Cuando no pueda evitarse la necesidad de manipulación manual de las cargas, el empresario tomará las medidas de organización adecuadas, utilizará los medios apropiados o proporcionará a los trabajadores tales medios para reducir el riesgo que entrañe dicha manipulación.

4.3.2. Automatización y mecanización de los procesos Cuando vienen diseñados los puestos de trabajo es el momento indicado para evitar, lo máximo posible, la manipulación manual, mediante la automatización y mecanización de los procesos productivos, de modo que se minimice la intervención del esfuerzo humano. Entre los principales procesos de automatización se encuentran: a) La paletización. Es un sistema ideal para el transporte de cargas entre lugares diferentes. 516

b) Grúas y carretillas elevadoras. De gran movilidad y con dispositivos adaptados para la manipulación de diferentes tipos de carga, como bidones, cargas paletizadas, etc.

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c) Sistemas transportadores. Permiten que las cargas vengan transportadas a lo largo de todo el área de trabajo, en el mismo nivel e incluso en alturas distintas. d) Grúas pórtico. Son capaces de levantar y suspender automáticamente una carga.

4.3.3. Equipos mecánicos controlados de forma manual Son aparatos más sencillos que no eliminan, generalmente, la manipulación manual aunque sí la reducen considerablemente. Sus características más atractivas son su bajo coste y su versatilidad para adaptarse a las maniobras más complicadas. Pueden ser manejados con esfuerzo manual o ser automáticos, por baterías o motores. Los más conocidos son: – Carretillas y carros: algunos de ellos pueden, incluso, subir y bajar escaleras.

– Mesas elevadoras: como las anteriores, existen numerosas clases, permiten subir y bajar las cargas situándolas a la altura idónea sin necesidad de esfuerzo manual. – Cajas y estanterías rodantes: por su característica de ir sobre ruedas, facilitan el empuje y tracción. – Carros de plataforma elevadora: unen las ventajas de las carretillas y carros con las de las mesas elevadoras.

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4.3.4. Medidas organizativas para evitar la manipulación manual de cargas La organización del trabajo puede facilitar la implantación de equipos mecánicos para la movilización de cargas e incluso si es posible, organizando las distintas fases del proceso productivo de modo que se sitúen unas junto a otras eliminar la necesidad de transportar cargas. En el primer caso haciendo, por ejemplo, que las cargas se muevan en las direcciones y alturas más favorables, usando cintas transportadoras o evitando así que el trabajador manipule la carga desde una posición desfavorable para su seguridad.

4.3.5. Si la manipulación manual no puede ser evitada Una vez comprobada que la manipulación manual no puede ser evitada, se realizará una evaluación de los riesgos que ello conlleva, para determinar si son o no tolerables y, si con medidas correctoras apropiadas, es posible minimizar los daños.

4.4. Posibles lesiones y factores de riesgo 4.4.1. Lesiones que pueden producirse La manipulación manual de cargas es responsable de la aparición de múltiples accidentes laborales que, en muchos casos pueden parecer leves pero que, acumuladas, provocan enfermedades en la columna vertebral y en las articulaciones. Las lesiones más frecuentes son: cortes, contusiones, heridas, fracturas y, especialmente, músculo-esqueléticas, que pueden producirse en cualquier zona del cuerpo, aunque los más frecuentemente dañados son los miembros superiores y la espalda, especialmente en la zona dorsolumbar. Estas últimas pueden ser lumbago, alteraciones de los discos intervertebrales (hernias discales) e incluso fracturas vertebrales por sobreesfuerzo. Las lesiones en los miembros superiores pueden ser quemaduras (por cargas sometidas a altas temperaturas), heridas o arañazos producidos por esquinas afiladas, astillamiento de la carga, superficies peligrosas con clavos, etc., contusiones por caídas de la carga debido a superficies resbaladizas, etc. Estas lesiones, producidas por la manipulación manual de cargas, aunque, generalmente, no son mortales, pueden tener una larga y difícil curación y, en muchos casos, requieren un largo proceso de rehabilitación. El trabajador queda, muchas veces, incapacitado para realizar su trabajo habitual y su calidad de vida, por lo tanto, deteriorada.

4.4.2. Factores de riesgo La manipulación manual de una carga puede presentar un riesgo, en particular dorsolumbar, en los casos siguientes: a) Debido a las características de la carga: – Cuando la carga es demasiado pesada o demasiado grande. 518

– Cuando es voluminosa o difícil de sujetar.

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– Cuando está en equilibrio inestable o su contenido corre el riesgo de desplazarse. – Cuando está colocada de tal modo que debe sostenerse o manipularse a distancia del tronco o con torsión o inclinación del mismo. – Cuando la carga, debido a su aspecto exterior o a su consistencia, puede ocasionar lesiones al trabajador, en particular en caso de golpe. b) Debido a las características del individuo que realiza la acción: – La falta de aptitud física para realizar las tareas en cuestión. – La inadecuación de las ropas, el calzado u otros efectos personales que lleve el trabajador. – La insuficiencia o inadaptación de los conocimientos o de la formación. – La existencia previa de patología dorsolumbar. c) Debido a las características del movimiento que debe ser realizado: – Cuando el esfuerzo sea demasiado importante. – Cuando la acción no pueda realizarse más que por un movimiento de torsión o de flexión del tronco. – Cuando la acción pueda acarrear un movimiento brusco de la carga. – Cuando se realiza mientras el cuerpo está en posición inestable. – Cuando se trate de alzar o descender la carga con necesidad de modificar el agarre. – Esfuerzos físicos demasiado frecuentes o prolongados en los que intervenga en particular la columna vertebral. – Período insuficiente de reposo fisiológico o de recuperación. – Distancias demasiado grandes de elevación, descenso o transporte. – Ritmo impuesto por un proceso que el trabajador no pueda modular. d) Debido a las características del medio de trabajo: Las características del medio de trabajo pueden aumentar el riesgo, en particular dorsolumbar, en los casos siguientes: – Cuando el espacio libre, especialmente vertical, resulta insuficiente para el ejercicio de la actividad de que se trate. – Cuando el suelo es irregular y, por tanto, puede dar lugar a tropiezos o bien es resbaladizo para el calzado que lleve el trabajador. – Cuando la situación o el medio de trabajo no permite al trabajador la manipulación manual de cargas a una altura segura y en una postura correcta. – Cuando el suelo o el plano de trabajo presentan desniveles que implican la manipulación de la carga en niveles diferentes. – Cuando el suelo o el punto de apoyo son inestables. – Cuando la temperatura, humedad o circulación del aire son inadecuadas. – Cuando la iluminación no sea adecuada. – Cuando exista exposición a vibraciones.

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4.5. Formación e información a los trabajadores Los riesgos de lesiones debidas a la manipulación manual de cargas aumentan cuando los trabajadores no tienen la formación e información adecuadas para la realización de estas tareas de forma segura. Por ello, deberá ser garantizado, por parte de los empresarios, que los trabajadores y los representantes de los trabajadores reciban una formación e información adecuadas sobre dichos riesgos, así como sobre las medidas de prevención y protección que hayan de adoptarse para ello. En particular, deberán proporcionar a los trabajadores una formación e información adecuadas sobre el modo correcto de manipular las cargas y sobre los riesgos que corren de no hacerlo de dicha forma. La información suministrada deberá incluir indicaciones generales y las precisiones que sean posibles sobre el peso de las cargas y, otros aspectos como su centro de gravedad o lado más pesado cuando el contenido de un embalaje esté descentrado. Estos programas de formación y entrenamiento deben incluir: – El uso correcto de las ayudas mecánicas: incluyendo la formación acerca de la utilización segura de las mismas, información sobre los riesgos que pueden aparecer debidos a su implantación, y formación que contemple las actuaciones ante una avería del equipo. – Información y formación acerca de los factores que están presentes en la manipulación y de la forma de prevenir los riesgos derivados de ellos. – Uso correcto del equipo de protección individual: si éste es necesario en la actividad determinada. – Entrenamiento en formas seguras de manipulación de las cargas. – Información sobre el peso y el centro de gravedad: debe ir marcado en las cargas, y si no es así, el trabajador debe ser informado de dicho dato. Cuando su actividad habitual suponga una manipulación manual de cargas, y concurran algunos de los elementos o factores de riesgo, el empresario garantizará el derecho de los trabajadores a una vigilancia adecuada de su salud. Tal vigilancia será realizada por personal sanitario competente.

4.6. Indicaciones para la manipulación manual de cargas 4.6.1. En relación con la carga 4.6.1.1. El peso de la carga

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Es uno de los factores más importantes a la hora de evaluar el riesgo en la manipulación manual. A efectos prácticos, se consideran cargas los objetos que pesen más de 3 Kg. El peso máximo que se recomienda no sobrepasar es de 25 Kg, esto en condiciones ideales de manipulación, es decir, en una postura adecuada para el manejo (carga cerca del cuerpo, espalda derecha, sin giros ni inclinaciones), una sujeción firme del objeto con una posición neutral de la muñeca, levantamientos suaves y espaciados y condiciones ambientales favorables.

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No obstante, si la población expuesta son mujeres, trabajadores jóvenes o de edad avanzada, no se deberían manejar cargas superiores a 15 Kg. Peso máximo

Factor corrección

% Población protegida

En general

25 kg

1

85 %

Mayor protección

15 kg

0,6

95 %

Trabajadores entrenados (situaciones aisladas)

40 kg

1,6

Datos no disponibles

Peso máximo recomendado para una carga en condiciones ideales de levantamiento

En circunstancias especiales, trabajadores sanos y bien entrenados físicamente, podrían manipular cargas de hasta 40 Kg, siempre que la tarea se realice de forma esporádica y en condiciones seguras. Los pesos enunciados anteriormente son considerados bajo condiciones ideales, si no fuera así vendrían reducidos según la situación.

4.6.1.2. El tamaño de la carga – Si la carga es demasiado alta puede entorpecer la visibilidad, haciendo tropezar al trabajador con objetos que están en su camino. – Si es demasiado ancha le obligará a mantener posturas forzadas de los brazos, lo que no permitirá un agarre adecuado de la carga. Además no será posible levantarla del suelo en una postura segura, ya que no puede ser acercada al cuerpo y por lo tanto mantener la espalda derecha. – Si la carga es demasiado profunda, aumentará la distancia horizontal, siendo mayor la fuerza compresiva en la columna vertebral. a a o á de una carga

60 cm 50 cm

60 cm

Tamaño máximo recomendable de una carga

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Lo más conveniente es que la anchura de la carga no supere la anchura de los hombros (aproximadamente 60 cm). La profundidad de la carga no debe superar los 50 cm, aunque la dimensión óptima son 35 cm. Si se superan los valores (altura, anchura y profundidad) en más de una dimensión, el riesgo se incrementará. También el riesgo aumentará si el objeto no posee agarres convenientes.

4.6.1.3. La superficie de la carga No debe tener elementos peligrosos que puedan provocar lesiones en quien la transporte. En caso contrario se deberán usar guantes apropiados. Dichos elementos peligrosos pueden ser: bordes cortantes, carga resbaladiza (en sí misma o por algún derrame externo), carga demasiado caliente o demasiado fría, etc.

4.6.1.4. Las indicaciones acerca del peso y centro de gravedad de la carga Deben ir indicadas en el exterior de las mismas, con objeto de tomar precauciones en su manejo, evitando levantamientos peligrosos. Si no es así, el trabajador debe ser informado de estos datos por parte de quien corresponda; así si lleva elementos que puedan moverse, líquidos, o cuando el centro geométrico esté desplazado. Si la empresa no conoce estos datos deberá solicitarse información al fabricante o suministrador de la misma. Si el centro de gravedad de un objeto está desplazado de su centro geométrico, puede suceder que se encuentre muy alejado del centro de gravedad del cuerpo del trabajador, aumentando de este modo las fuerzas compresivas que se van a generar en los músculos y articulaciones (especialmente en la zona lumbar).

Señalización del centro de gravedad de una carga

Las cargas deberán tener el centro de gravedad fijo y centrado, en la medida de lo posible. Si no fuera así, se deberá advertir en una etiqueta o informar de ello al trabajador. Las cargas con el centro de gravedad descentrado se manipularán con el lado más pesado cerca del cuerpo.

522

Siguiendo la norma UNE-EN ISO 780:2000 Envases y embalajes. Símbolos gráficos para la manipulación de mercancías (ISO 780:1997), para indicar el centro de gravedad de la carga –cuando no es idéntico al centro de gravedad sugerido por la forma del embalaje–, se utilizará el símbolo

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

que aparece en la figura anterior, que indica dónde se halla situado el centro de gravedad real, siendo éste el punto de interacción de tres ejes determinados por el emplazamiento de los símbolos. Dichos símbolos deben ir colocados sobra cada una de las caras de la carga.

4.6.1.5. Los movimientos bruscos o inesperados de las cargas Hay cargas que pueden moverse de forma brusca o inesperada, como objetos encajonados o amarrados, los cuales pueden soltarse bruscamente durante su manipulación, dando origen a un riesgo de lesión dorsolumbar. Cuando se movilizan enfermos o se transportan animales vivos pueden existir también estos riesgos, ya que pueden realizar movimientos impredecibles cambiando, de este modo, su centro de gravedad. Si son manipuladas cargas con estas características se deberá: – Acondicionar la carga de modo que impida dichos movimientos del contenido. – Usar grúas mecánicas u otras ayudas similares. Por ejemplo, cuando se transportan enfermos. – Reducción de los pesos de las cargas manipuladas. – Manipular en equipo.

4.6.2. En relación con el movimiento realizado 4.6.2.1. Posición de la carga con respecto al cuerpo Un factor fundamental en la aparición de riesgo por la manipulación manual de las cargas es el alejamiento de los mismos del centro de gravedad del cuerpo del trabajador. En este alejamiento intervienen dos factores: la distancia horizontal (H), es decir, la distancia entre el punto medio de las manos al punto medio de los tobillos mientras se está en posición de levantamiento, y la distancia vertical (V): distancia desde el suelo al punto en que las manos sujetan el objeto. Dichos factores indicarán las «coordenadas» de la situación espacial de la carga. Cuanto más alejada esté la carga del cuerpo, mayores serán las fuerzas compresivas que se generarán en la columna vertebral y, por tanto, el riesgo de lesión será mayor. Altura de la cabeza 13 kg

7 kg

19 kg

11 kg

25 kg

13 kg

20 kg

12 kg

14 kg

8 kg

Altura del hombro Altura del codo

Altura de los nudillos

H V

Altura de media pierna

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\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

Cuando se manipulan cargas en más de una zona se tendrá en cuenta la más desfavorable, para mayor seguridad. El mayor peso teórico recomendado es de 25 Kg, que corresponde a la posición más favorable de la carga, es decir, pegada al cuerpo, a una altura comprendida entre los codos y los nudillos. Por ejemplo, si un trabajador debe manipular una carga que se encuentra en una mesa y la debe colocar en un estante que se encuentra elevado, el peso teórico recomendado sería de 7 Kg, puesto que la zona más desfavorable de manipulación está comprendida entre la altura de la cabeza y la altura del hombro del trabajador, y separada del cuerpo. Para la manipulación de cargas en postura sentada, no deberían manipularse cargas de más de 5 Kg, siempre que sea en una zona próxima al tronco, evitando manipular cargas a nivel del suelo o por encima del nivel de los hombros, o hacer giros e inclinaciones del tronco. Ello es debido a que la capacidad de levantamiento, mientras se está sentado, es menor que cuando se manejan cargas en posición de pie, ya que no pueden ser utilizadas las piernas en el levantamiento, el cuerpo no puede servir de contrapeso y el esfuerzo mayor recae en los músculos, más débiles, de los brazos y tronco. Además la curvatura lumbar está modificada en esta postura y ello aumenta el riesgo de lesiones. Para la manipulación en equipo hay que tener en cuenta que las capacidades individuales disminuyen debido a la dificultad de sincronizar los movimientos y obstaculización de la visión de unos a otros. En general, la capacidad de levantamiento es dos tercios de la suma de las capacidades individuales cuando son dos personas, y la mitad de la suma de las capacidades cuando son tres personas.

4.6.2.2. El desplazamiento vertical de la carga El desplazamiento vertical de una carga es la distancia que recorre la misma desde que se inicia el levantamiento hasta que finaliza la manipulación. Cuando se deben almacenar cargas se producen grandes desplazamientos verticales, sumado al hecho de que frecuentemente ello va unido a la modificación del agarre. El desplazamiento vertical ideal de una carga es de hasta 25 cm, siendo considerados permitidos los comprendidos entre la altura de los hombros y la altura de media pierna. Fuera de estos límites no es recomendada la manipulación. Además no se debe permitir manejar cargas por encima de 175 cm, que es el límite de alcance para muchas personas.

4.6.2.3. Los giros del tronco Viene determinado por el ángulo que forman las líneas que unen los talones con la línea de los hombros. Cuanto más grande sea el ángulo más riesgos de lesiones existirán. 524

Siempre que sea posible los giros no son recomendados; éstos aumentan las fuerzas compresivas en la zona lumbar.

Ho

mb

ros

30º Talones

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4.6.2.4. La inclinación del tronco La manipulación de una carga con el tronco inclinado aumenta el riesgo de lesión en la zona, ya que se generan fuerzas compresivas en la zona lumbar mucho mayores que si el tronco estuviera derecho.

Tronco derecho

Tronco inclinado

Efecto de la carga sobre la columna vertebral

Dicha inclinación puede deberse tanto a una pésima técnica de levantamiento como a una falta de espacio, fundamentalmente vertical. La postura correcta al manejar una carga es con la espalda derecha. SÍ

NO

4.6.2.5. El agarre de la carga Pueden producirse problemas en el agarre de la carga si ésta es redonda, resbaladiza o sus agarres son deficientes. Podemos encontrar tres posibilidades: – Si tienen buenos agarres como asas u otro tipo con formas y tamaños que permitan que la mano se asiente en ellos confortablemente, permaneciendo la muñeca en posición neutral, sin desviaciones ni posturas incómodas.

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\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

– Si sus agarres son mediocres, con asas o hendiduras no tan cómodas como en el caso anterior. O también cargas sin asas que pueden sujetarse flexionando la mano 90º alrededor de la carga.

90º

– Si no tiene agarres claros, la dificultad de manipulación se hace enormemente superior.

4.6.2.6. La frecuencia de la manipulación Si se hace muy frecuente la manipulación manual de cargas nos vamos a encontrar con que el trabajador experimentará una elevada fatiga física y, consecuentemente, una mayor probabilidad de sufrir un accidente ya que los músculos no responderán de modo eficiente al esfuerzo. En estos casos el trabajador deberá ocupar el resto de su tiempo laboral en la realización de actividades que no impliquen la utilización de los mismos grupos musculares.

4.6.2.7. El transporte de la carga En un turno de 8 horas, los límites de carga acumulada diariamente, en función de la distancia de transporte, no deben superar los de la siguiente tabla: Distancia de transporte (en metros)

Kg/día transportados (máximo)

Hasta 10 m

10.000 Kg

Más de 10 m

6.000 Kg

Preventivamente, lo ideal es no transportar una carga a una distancia superior a 1 metro.

4.6.2.8. Las fuerzas de empuje y tracción

526

Aparte de la intensidad de la fuerza empleada, ésta no se aplicará correctamente si se empuja o tracciona una carga con las manos por debajo de la altura de los nudillos o por encima del nivel de los hombros, ya que fuera de estos límites, el punto de aplicación de las fuerzas será excesivamente alto o bajo.

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A modo indicativo, no deben superarse los siguientes valores: – Para poner en movimiento o parar una carga: 25 Kg (aproximadamente 250 N). – Para mantener una carga en movimiento: 10 Kg (aproximadamente 100 N).

4.6.2.9. Las pausas o períodos de recuperación Es conveniente realizar pausas adecuadas, preferiblemente flexibles, ya que las fijas y obligatorias suelen ser menos efectivas para aliviar la fatiga. También es conveniente la rotación de tareas, con cambios en la actividad física que impliquen diferentes grupos musculares.

4.6.2.10. El ritmo impuesto por el proceso Un ritmo de trabajo impuesto hace que el trabajador padezca una fatiga mayor. Lo ideal es que el mismo trabajador pueda regular su ritmo de trabajo cuando realiza tareas de manipulación de cargas.

4.6.2.11. La inestabilidad de la postura Si la tarea es realizada en una postura inestable, nos encontramos con la posibilidad de pérdida de equilibrio, de tensiones en músculos y articulaciones con el consiguiente riesgo para el trabajador.

4.6.3. En relación con las condiciones en las que se desarrolla la manipulación 4.6.3.1. Los suelos resbaladizos o desiguales Pueden aumentar los riesgos de que se produzcan tropiezos o resbalones, impidiendo los movimientos seguros y firmes. Además el pavimento no debe presentar desniveles ni irregularidades que impidan el buen agarre del calzado.

4.6.3.2. El espacio insuficiente Las restricciones de espacio darán lugar a giros e inclinaciones del tronco muy peligrosas por el riesgo de lesión.

4.6.3.3. Los desniveles de los suelos Si se deben subir escalones o cuestas en la manipulación de cargas, el riesgo de lesión aumentará, pues los movimientos se hacen más complicados y se crean fuerzas estáticas en los músculos y articulaciones de la espalda. El RD 486/1997, en su artículo 9.5, prohíbe el transporte y la manipulación de cargas por o desde escaleras de mano cuando su peso o dimensiones puedan poner en peligro la seguridad del trabajador.

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\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

4.6.3.4. Las condiciones termohigrométricas extremas Si la temperatura es demasiado alta, durante la tarea de manipulación el trabajador puede experimentar un estado de fatiga mucho antes de lo normal y, además, con la transpiración de las manos, aumentará el riesgo en el agarre de la carga, con peligro de soltarse y provocar una lesión. En estos casos es necesario un adecuado reposo fisiológico. Si la temperatura es demasiada baja, los músculos se entumecerán, especialmente de brazos y manos, y se dificultarán los movimientos, con el consiguiente peligro de lesión. En estos casos el trabajador estará suficientemente abrigado y procurará no realizar movimientos bruscos o violentos antes de haber calentado los músculos. De cualquier modo, se aconseja, en la medida de lo posible, mantener la temperatura dentro de unos rangos confortables. El citado RD 486/1997, sobre lugares de trabajo recomienda que en locales interiores el rango de temperaturas para trabajos manuales ligeros se encuentre entre 14º y 25 ºC. Si estas temperaturas varían, o las condiciones de la carga son especiales (cargas pesadas, manipulación frecuente u otras dificultades), es conveniente que expertos analicen la situación y valoren el riesgo que pueda producirse. Si los lugares de trabajo son al aire libre o no puedan ser cerrados, deben tomarse medidas para la protección de los trabajadores. La humedad relativa también desempeña un papel importante, y para hacer óptimo el desarrollo del trabajo ésta debe situarse entre el 30 y el 70%.

4.6.3.5. Las ráfagas de viento fuertes Pueden ser peligrosas en dos sentidos. Por un lado, pueden enfriar el cuerpo y entumecerlo rápidamente. Y por otro pueden hacer desequilibrar las cargas, especialmente cuando su forma es laminar o tienen un gran volumen. Normalmente ocurre en exteriores, en las inmediaciones de edificios, ya que éstos pueden cortar el viento.

4.6.3.6. La iluminación deficiente La falta de visibilidad apropiada durante el traslado de material puede aumentar el riesgo de que se produzcan tropiezos o accidentes, al no calcular adecuadamente la posición y distancia debido a deficiente iluminación o posibles deslumbramientos.

4.6.3.7. Las vibraciones Pueden producir molestias, dolores y hasta lesiones en la columna vertebral, fundamentalmente, pero también en otras articulaciones del cuerpo. Si el traslado y manipulación del material se realiza sobre superficies que estén sometidas a vibraciones, el riesgo para la zona dorsolumbar aumenta considerablemente.

4.6.3.8. Los equipos de protección individual 528

No deberán interferir en la capacidad del trabajador para realizar movimientos, ni impedir la visión o dificultarla, ni disminuirán la destreza manual.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

Hablamos de prendas de protección completas, que pueden entorpecer los movimientos; de gafas, máscaras, etc., que si son muy voluminosas pueden afectar la visibilidad; de guantes inapropiados que afecten a la correcta sujeción de la carga; de bolsillos, cinturones u otros elementos fáciles de enganchar, con el riesgo de accidentes.

4.6.3.9. El calzado Debe ser antideslizante, con protección adecuada del pie contra la caída de objetos, estable y no debe provocar caídas.

4.6.4. Tareas peligrosas 4.6.4.1. Tareas peligrosas para personas con problemas de salud Se deberán evaluar los riesgos si el trabajador es especialmente sensible por sus características personales o su estado biológico, tales como molestias o lesiones de espalda.

4.6.4.2. Tareas que requieren capacidades físicas inusuales del trabajador Ya se comentó que las mujeres, en su conjunto, tienen menor capacidad de aplicar fuerza en el levantamiento (aproximadamente 2/3 de la capacidad de los hombres, en conjunto). También los trabajadores jóvenes o mayores de 45 años. Por lo tanto, no deben diseñarse tareas que supongan riesgo para la mayoría de los trabajadores implicados.

4.6.4.3. Tareas peligrosas para mujeres embarazadas Las mujeres que manejan habitualmente cargas en su puesto de trabajo deberán evitarlas durante el embarazo y hasta tres meses posteriores al parto. La espalda de éstas se encuentra dolorida y expuesta a un esfuerzo adicional por la sobrecarga del peso del hijo. Además los cambios hormonales que se producen pueden afectar a ligamentos, aumentando el riesgo de lesión muscular.

4.6.5. La formación e información insuficientes Es también un factor de riesgo considerable al no encontrarse el trabajador capacitado para comprender las situaciones, con riesgo de lesión, en que se puede encontrar.

4.7. Método para el levantamiento manual y traslado de cargas Como regla general es preferible manipular las cargas cerca del cuerpo, a una altura comprendida entre la altura de los codos y los nudillos, ya que de este modo disminuye la tensión en la zona lumbar. Si las cargas que deben ser manipuladas están situadas en el suelo o cerca del mismo, se utilizarán las técnicas de manejo de cargas que permitan utilizar los músculos de las piernas más que los de la espalda.

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A continuación expondremos el procedimiento general para el levantamiento de cargas en situaciones normales; cuando manipulemos objetos especiales como barriles o cuando levantemos enfermos u otro, deberemos desarrollar técnicas específicas.

4.7.1.1. Planificación del levantamiento – Seguir las indicaciones indicadas en el embalaje acerca de los posibles riesgos de la carga, como centro de gravedad inestable, líquidos en su interior o materiales peligrosos. – Si no aparecen indicaciones, observar bien la carga: su tamaño, posible peso, zonas de agarre, puntos peligrosos... probar a alzar un lado para tener una cierta idea de su peso. – Si el peso fuera excesivo buscar ayuda si es que no pueden usarse medios mecánicos. – Usar el equipo y calzado apropiado.

4.7.1.2. Colocación de los pies Separar los pies para adquirir una postura estable y equilibrada para el levantamiento colocando un pie más adelantado que el otro en la dirección del movimiento.

4.7.1.3. Postura de levantamiento – Doblar las piernas manteniendo la espalda recta y el mentón metido. No flexionar demasiado las rodillas. – No girar el tronco ni adoptar posturas forzadas.

4.7.1.4. Agarre firme Sujetar firmemente la carga empleando ambas manos, mantener la carga pegada al cuerpo. El mejor agarre es probablemente el agarre de gancho, aunque esto depende de cada trabajador, lo importante es que sea seguro. Cuando se deba cambiar el agarre, hacerlo suavemente o apoyando la carga en alguna superficie, con mucha atención ya que ello puede crear situaciones de peligro.

4.7.1.5. Levantamiento suave Alzarse con suavidad, por extensión de las piernas, manteniendo la espalda derecha. No dar tirones a la carga ni moverla bruscamente.

4.7.1.6. Evitación de giros No realizar giros, es preferible mover los pies para colocarse en la posición adecuada.

4.7.1.7. Carga pegada al cuerpo 530

Mantenerla pegada al cuerpo durante todo el proceso de levantamiento.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

4.7.1.8. Deposición de la carga – Si el levantamiento es desde el suelo hasta una postura importante de altura, por ejemplo la altura de los hombros o incluso más, apoyar la carga a medio camino para poder cambiar el agarre. – Depositar la carga y después ajustar su posición, si fuera necesario. – Realizar levantamientos con paradas durante el mismo.

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5. La gestión de equipos de protección individual (EPIS) en centros sanitarios El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) en una Nota Técnica de Prevención (NTP 572) ha realizado el estudio de la gestión de los equipos de protección individual (EPI) en los Centros Sanitarios. Tal como se indica en el artículo 17 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cuando los riesgos no se puedan evitar o no puedan limitarse suficientemente por medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas, métodos o procedimientos de organización del trabajo, tal como ocurre con frecuencia en los centros sanitarios frente al riesgo biológico, el empresario deberá proporcionar a sus trabajadores equipos de protección individual adecuados para el desempeño de sus funciones y velar por el uso efectivo de los mismos. Por otro lado, los equipos de protección individual, tal y como establece el RD 773/1997 relativo a su utilización, proporcionarán una protección eficaz frente a los riesgos que motivan su uso, sin suponer por sí mismos u ocasionar riesgos adicionales ni molestias innecesarias. Para ello deben: a) Responder a las condiciones existentes en el lugar de trabajo. b) Tener en cuenta las condiciones anatómicas y fisiológicas y el estado de salud del trabajador. c) Adecuarse al usuario, tras los ajustes necesarios. En el caso de que existan riesgos múltiples que exijan la utilización simultánea de varios equipos de protección individual, éstos deberán ser compatibles entre sí y mantener su eficacia en relación con el riesgo o riesgos correspondientes.

5.1. Gestión de los EPI frente al riesgo biológico Antes de la implantación de una prenda de protección individual frente a una determinada situación de riesgo, debe tenerse en cuenta una serie de aspectos para que la utilización de dicha protección sea lo más acertada posible. Así deberán contemplarse: la necesidad de uso, la elección del equipo adecuado, la adquisición, la normalización interna de uso, la distribución y la supervisión.

5.1.1. Necesidad de uso

532

La necesidad de utilizar equipos de protección individual frente al riesgo biológico en un centro sanitario deriva de la imposibilidad técnica o económica de instalar una protección colectiva eficaz. Por todo ello debe llevarse a cabo la evaluación de riesgos en el conjunto del centro sanitario, de modo que permita identificar los puestos de trabajo o actividades en los que se puede presentar dicho riesgo. En la siguiente tabla expuesta por la Nota Técnica de Prevención se detalla a modo de ejemplo el posible riesgo biológico existente en los diferentes servicios o áreas de un centro hospitalario, indicando las protecciones recomendadas.

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Protecciones recomendadas en función de los servicios o áreas de trabajo y el riesgo biológico existente. Servicio

Riesgo biológico

Protecciones recomendadas

– Manipulación de muestras biológicas contaminadas. – Riesgo de pinchazos o cortes. – Formación de aerosoles y/o salpicaduras.

– Ropa de trabajo. – Utilizar doble guante. – Lentes protectoras y mascarilla quirúrgica. – Si es posible, vestimenta de un solo uso. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: gafas protectoras herméticas y mascarilla, o preferiblemente pantallas de seguridad.

Autopsias

– Manipulación de muestras biológicas contaminadas. – Riesgo de pinchazos o cortes. – Formación de aerosoles y/o salpicaduras.

– Bata quirúrgica de manga larga con puños. – Guantes industriales. – Botas o cubrezapatos desechables. – Delantal ligero de tejido que retenga el agua. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: gafas protectoras herméticas y mascarilla, o preferiblemente pantallas de seguridad.

Banco de Sangre

– Contacto con sangre. – Riesgo de pinchazos o cortes. – Peligro de salpicaduras.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: gafas protectoras herméticas y mascarilla, o pantallas de seguridad.

Hemodiálisis

– Contacto con sangre. – Riesgo de pinchazos o cortes. – Formación de aerosoles y/o salpicaduras.

– Bata cerrada. – Guantes de un solo uso. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: gafas protectoras herméticas y mascarilla, o pantallas de seguridad.

Consultas externas

– Posible manipulación de pacientes o muestras contaminadas.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso cuando sea necesario.

UCI

– Posible manipulación de pacientes o muestras contaminadas. – Contacto con sangre. – Riesgo de pinchazos o cortes. – Peligro de salpicaduras.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: gafas protectoras herméticas y mascarilla, o pantallas de seguridad.

– Manipulación de material posiblemente contaminado. – Riesgo de pinchazos o cortes.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso.

– Posible manipulación de muestras contaminadas. – Contacto con sangre y otros líquidos orgánicos. – Formación de aerosoles y gotículas. – Riesgo de pinchazos o cortes.

– Las batas, pijamas de trabajo, delantales etc. serán de tejido adecuado y su diseño permitirá la máxima protección. Las batas de laboratorio serán cerradas por delante y con puños elásticos. – Guantes de un solo uso. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: gafas protectoras herméticas y mascarilla, o pantallas de seguridad. – Cuando sea necesario, utilización de dispositivos de protección respiratoria. – Cuando exista riesgo de producción de bioaerosoles trabajar en Cabina de Seguridad Biológica. (1)

Anatomía Patológica

Operaciones previas a la esterilización

Laboratorios incluidos los de microbiología

.../...

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\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

.../... – Posible manipulación de pacientes o muestras contaminadas. – Contacto con sangre y otros líquidos orgánicos. – Formación de aerosoles y gotículas. – Riesgo de pinchazos o cortes.

– Mascarilla quirúrgica. – Gorro. – Guantes de un solo uso quirúrgico. – Delantal impermeable, cuando se considere necesario. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: gafas protectoras herméticas y mascarilla, o pantallas de seguridad.

Rehabilitación

– Posible manipulación de pacientes contaminados.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso, cuando sea necesario.

Servicios Hospitalarios

– Posible manipulación de pacientes o muestras contaminadas.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso, cuando sea necesario.

Urgencias

– Posible manipulación de pacientes o muestras contaminadas. – Riesgo de pinchazos o cortes.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso.

Medicina Nuclear

– Posible manipulación de muestras contaminadas.

– Ropa de trabajo. (2) – Guantes de un solo uso.

Oncología

– Posible manipulación de muestras y pacientes contaminados.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso.

Quirófanos

Radiología

– Riesgo de pinchazos o cortes.

– Ropa de trabajo. (2)

– Riesgo de pinchazos o cortes.

– Ropa de trabajo. (2) – Guantes de un solo uso

Mantenimiento

– Antes de efectuar cualquier trabajo de mantenimiento debería hacerse una valoración del riesgo y adoptar la protección adecuada al mismo. (3)

Indumentaria básica: – Ropa de trabajo. – Trabajar con guantes industriales.

Personal de limpieza

– Contacto con muestras contaminadas. – Riesgo de pinchazos o cortes.

– Ropa de trabajo. – Trabajar con guantes industriales.

Diagnóstico por imagen

– Posible manipulación de muestras contaminadas.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso, cuando sea necesario.

– Posible contacto directo con muestras y pacientes contaminados.

– Ropa de trabajo. – Guantes de un solo uso.

Radioterapia

Dermatología Pediatría

– Posible contacto directo con pacientes – Ropa de trabajo. y muestras contaminadas. – Guantes de un solo uso.

Psiquiatría

– Posible contacto directo con pacientes – Ropa de trabajo. contaminados. – Guantes de un solo uso.

Odontología

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– Contacto directo con mucosas, fluidos – Guantes de un solo uso. corporales, secreciones naso-faríngeas – Mascarillas desechables que cubran la y respiratorias. boca y la mucosa nasal. – Formación de aerosoles. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar: – Riesgo de pinchazos o cortes. gafas protectoras herméticas y mascarilla, o pantallas de seguridad. – Ropa de trabajo cómoda y cerrada por delante, que resista lavados a 80 ºC. – Para trabajos con muchas salpicaduras utilizar delantales plásticos desechables.

.../...

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

.../... Manipulación de residuos biosanitarios

Trabajo con animales de experimentación

– Pinchazos o heridas en las manos.

– Ropa y calzado de trabajo. – Guantes industriales.

– Arañazos y mordeduras. – Aspiración de aerosoles. – Proyecciones a las mucosas. – Riesgo de pinchazos o cortes.

– Ropa de trabajo. – Guantes. (4) – Botas de goma. – Mascarilla desechable. – En áreas de cuarentena: guantes gruesos de trabajo y mascarilla de alta eficacia.

(1) Es recomendable también la utilización de vitrinas de extracción adecuadas. (2) Cuando se habla de protecciones barrera en estos casos se sobreentiende que se añaden a la utilización de ropa y protección adecuada frente a las radiaciones. (3) Por ejemplo, en los servicios de fontanería, existe el peligro de un posible contacto con residuos orgánicos vertidos en el desagüe procedentes de todo tipo de enfermos. (4) Cuando sea necesario, para evitar arañazos y mordeduras, se utilizarán guantes gruesos.

5.1.2. Elección del equipo adecuado. Adquisición del EPI Para la elección de los EPI debe comprobarse cuál es el grado necesario de protección que precisan las diferentes situaciones de riesgo y el grado de protección que ofrecen los distintos equipos frente a estas situaciones valorando las disponibilidades que el mercado ofrece con el fin de que se ajusten a las condiciones y prestaciones exigidas. Su idoneidad y eficacia vienen garantizadas por su conformidad con las exigencias contempladas en el Real Decreto 1407/1992 relativo a la comercialización de equipos de protección individual y que le sean aplicables. En él se exige como requisito indispensable para que un EPI pueda comercializarse y ponerse en servicio, que garantice la salud y la seguridad de los usuarios, sin poner en peligro la salud ni la seguridad de las demás personas. Todos los EPI que cumplan estos requisitos y se comercialicen de acuerdo con dicho Real Decreto, irán identificados con el marcado “CE”. En cualquier caso, los trabajadores y sus representantes deben ser consultados al proceder a la adquisición de los EPI. La práctica indica que la aceptación de un modelo determinado por parte del usuario es fundamental para garantizar su uso posterior.

5.1.3. Normalización interna de uso Para la correcta utilización de los EPI adquiridos interesa, además de seguir las instrucciones contenidas en el folleto informativo, establecer un procedimiento normalizado de uso, que informe de manera clara y concreta sobre los siguientes aspectos: – Zonas o tipo de operaciones en que debe utilizarse. – Instrucciones sobre su correcto uso. – Limitaciones de uso, en caso de que las hubiera. – Instrucciones de almacenamiento. – Instrucciones de limpieza. – Instrucciones de conservación.

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\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

– Fecha o plazo de caducidad del EPI o de sus componentes. – Criterios, si los hubiere, de detección del final de su vida útil. Unas normas generales para el uso de los elementos barrera en centros sanitarios se describen en la siguiente tabla expuesta en la Nota Técnica de Prevención, en la que se incluyen equipos clasificables como EPI y otros que no lo son. Funciones

Guantes

Protección de ojos y cara

Ropa de protección

Mascarillas quirúrgicas (1)

Generales

En caso de posible contacto con líquidos biológicos.

En caso de posible contacto con líquidos biológicos.

Uso de delantal en caso de posible contacto con líquidos biológicos.

En caso de posible contacto con líquidos biológicos.

Aislamiento de contacto

Obligatorio siempre.

En caso de posible contacto con líquidos biológicos.

Uso obligatorio de bata.

En caso de posible contacto con líquidos biológicos.

Aislamiento Respiratorio (2)

En caso de posible contacto con líquidos biológicos.

En caso de posible contacto con líquidos biológicos.

Uso de delantal en caso de posible contacto con líquidos biológicos.

Obligatorio siempre antes de entrar en la habitación.

Normas generales de utilización de los elementos barrera en centros sanitarios

(1) La utilización de mascarilla quirúrgica es una acción encaminada exclusivamente a proteger la pieza o muestra manipulada, aunque puede evitar la penetración por vía digestiva y respiratoria de salpicaduras. (2) Aquí sólo se tiene en cuenta el aislamiento respiratorio efectuado para la protección de los pacientes que por el tratamiento recibido están inmunodeprimidos y en consecuencia deben estar aislados de toda contaminación. En el caso de aislamiento de pacientes aquejados de enfermedades infecciosas respiratorias, en lugar de mascarilla quirúrgica, que sólo protege al paciente, el personal sanitario deberá utilizar mascarillas autofiltrantes con válvula.

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Por otro lado, es habitual la utilización de algunos EPI de forma permanente, como es el caso de los guantes cuando existe contacto directo con pacientes, muestras o fluidos biológicos.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

5.1.4. Distribución Los EPI están destinados en principio a un uso personal. Debe tenerse en cuenta que los EPI han de ajustarse a las características anatómicas de cada trabajador, lo que ha de considerarse en el momento de su adquisición. A su vez, cada usuario debe ser responsable del mantenimiento y conservación del equipo que se le entrega y ser informado e instruido sobre las características y uso del mismo. Ello sólo es posible si la asignación de los equipos es personalizada y se establece un mecanismo de seguimiento y control. Sin embargo, en algunas áreas, y considerando sus condiciones específicas de trabajo, los EPI pueden ser utilizados por varios usuarios a la vez (véase la siguiente tabla). En el caso de que esto ocurra deberán tomarse las medidas necesarias para que ello no origine problemas de salud o de higiene a los distintos trabajadores. Cuando ello no pueda garantizarse, se sustituirán aquellas partes del mismo que sean necesarias, como sería el caso del grupo D de la siguiente tabla expuesta en la Nota Técnica de Prevención. La gestión de los EPI utilizados por distintas personas recae en el Servicio de Prevención. Tomando el laboratorio a modo de ejemplo, y en función de los riesgos más frecuentes en el mismo, se indica un posible modelo de distribución: – Equipos de uso general (como los guantes de látex): se distribuirán por todas las unidades del laboratorio, teniendo en cuenta que puede haber personal cuya estancia en el mismo sea eventual (contratos temporales, estudiantes en prácticas o becarios). Una vez se hallen en uso, se considerarán asignados de forma personalizada. Hay que tener en cuenta que algunos de estos equipos son de un solo uso, con lo que el problema de la “personalización” carece de sentido. – Gafas de seguridad: aunque no se establezca su obligatoriedad con carácter general, se recomienda su asignación personalizada a todo el personal del laboratorio, disponiéndose siempre de un excedente para el personal eventual. Es importante que quede claramente establecida la protección que ofrecen. – Viseras, delantales y ropa de protección específica: suelen tener un uso esporádico y puntual. Deberá disponerse de un stock mínimo en un almacén centralizado y su asignación tendrá carácter personal o no, según cada caso. – Equipos de protección respiratoria: tendrán siempre una asignación personalizada. Las mascarillas autofiltrantes desechables se guardarán en un almacén centralizado; pero conforme vayan solicitándose se considerarán de uso personalizado. A

Desechables

Guantes de un solo uso

B

Reutilizables de asignación personal

Gafas, mascarillas autofiltrantes y batas.

C

Reutilizables e intercambiables con control general

Equipos de uso específico y esporádico. Su intercambio no representa un riesgo para la salud: delantales, mandiles, pantallas faciales.

D

Reutilizables e intercambiables con control específico

Equipos de uso específico y esporádico. Su intercambio puede representar un riesgo para la salud: máscaras, equipos autónomos y semiautónomos.

Clasificación de equipos de protección considerando el carácter personalizado o no de su utilización

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5.1.5. Supervisión e implantación Es necesaria la intervención en todo el proceso, desde su elección hasta la correcta utilización y posterior mantenimiento de los EPI, del Servicio de Prevención o de un responsable técnico de la unidad correspondiente. Entre sus funciones deberá estar también la distribución de los distintos equipos y el mantenimiento de un stock suficiente. La implantación satisfactoria de un programa de gestión de equipos de protección individual en un centro sanitario, ha de comprender, entre otros, los siguientes aspectos: – Mantenimiento de un stock mínimo de todos los EPI, ya que cuando se requiere su utilización no se puede recurrir a otro sistema de protección. – Facilitar una formación e información en materia de EPI adecuada a todo el personal con riesgo biológico. Para ello se realizarán actividades formativas e informativas en las que se darán a conocer los diferentes equipos disponibles, tanto de uso personalizado como no, obligatoriedad de utilización, recomendaciones y mantenimiento de los mismos. – Todo el personal deberá conocer y disponer por escrito de un documento en el cual se indique el número y tipo de equipos disponibles, además de los que se entreguen personalmente, las situaciones y operaciones en las que es obligatorio su uso, las condiciones de utilización y mantenimiento, el lugar de almacenamiento y todos aquellos procedimientos necesarios para su gestión. – Los equipos deben entregarse con acuse de recibo, adjuntando por escrito las instrucciones de utilización cuando se considere necesario. A fin de aumentar la eficacia en el uso de estos equipos y, por otro lado, cuando el usuario no es un profesional experto (por ejemplo, personal en prácticas, internos, residentes) es relativamente corriente que en los diferentes servicios haya normas que obliguen al uso permanente de ciertos equipos, principalmente, y por este orden, guantes, gafas o mascarillas autofiltrantes. Aparte, deben considerarse aquellos servicios en los que debido a los riesgos específicos existentes haya una obligatoriedad permanente en el uso de otros equipos. Por otro lado, y en este aspecto es importante la labor de formación e información, el personal expuesto a riesgo biológico debe distinguir claramente entre los equipos de protección individual y los equipos destinados a la protección del producto (paciente o muestra manipulada), ya que su uso puede generar confusión como ocurre con el empleo de mascarillas de tipo quirúrgico, destinadas a evitar contaminaciones de material estéril (protección del producto) y el uso de mascarillas autofiltrantes desechables destinadas a evitar la exposición laboral (protección del trabajador).

5.2. Conclusiones

538

La correcta utilización de los EPI frente al riesgo biológico en el medio laboral sanitario como herramienta de protección complementaria a las medidas generales de tipo higiénico, organizativas, de aislamiento y vacunación, es aun hoy en día una asignatura pendiente. Sin embargo, con el descubrimiento en los años 80 del virus de inmunodeficiencia humana, causante del SIDA, el personal sanitario empezó a tener conciencia del riesgo profesional que supone la exposición a determinados agentes biológicos. Este hecho fue el detonante para que la cultura preventiva frente al riesgo biológico cambiara y en consecuencia se empezaron a utilizar protecciones personales adecuadas.

CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\

A esta situación no son ajenos una serie de aspectos que se enumeran en los siguientes puntos: 1. En el ámbito sanitario existe una marcada tendencia a confundir los equipos destinados a evitar la contaminación del material estéril, de un producto, de una muestra o de un paciente, con los destinados a la protección del trabajador, usándose aquéllos como protecciones personales frente al riesgo biológico, cuando en la mayoría de situaciones no sólo no son eficaces, sino que provocan la sensación de falsa protección frente al riesgo. Un ejemplo típico en este sentido es la utilización de mascarillas quirúrgicas para la protección frente la inhalación de un bioaerosol infeccioso. 2. No existen en el mercado comunitario EPI destinados específicamente a este tipo de protección. En el caso de las protecciones respiratorias, la teórica necesidad de emplear filtros HEPA para filtrar el aire que contenga bioaerosoles parece una medida lógica desde el punto de vista preventivo; sin embargo, ante la falta de este tipo de filtros, se vienen empleando y recomendando filtros o mascarillas autofiltrantes para partículas tipo P3. 3. En la actualidad no existen guantes específicos frente al riesgo biológico. Se cree que los guantes que protegen contra los productos químicos, constituyen una barrera efectiva contra los riesgos microbiológicos. 4. El uso incorrecto de la ropa y uniformes de trabajo, como sucede habitualmente, anula su posible función de protección. 5. Algunas de las actividades que se realizan en la práctica de la asistencia sanitaria se verían seriamente dificultadas, sino impedidas, por la utilización de los EPI adecuados al riesgo de la situación. No sería posible, por ejemplo, el adecuado contacto en una palpación o el diálogo con el paciente infectado. También debe considerarse el impacto que produciría a un paciente infeccioso la aparición de personal sanitario pertrechado con EPI respiratorios técnicamente adecuados. En estos casos debe preverse la utilización de otro tipo de barreras o medidas organizativas que reduzcan en lo posible la exposición. 6. En muchos casos el riesgo no se puede eliminar completamente. La manipulación de una jeringa con aguja es en sí misma una situación peligrosa, ya que aunque se tenga experiencia y se conozca perfectamente el procedimiento y los movimientos a realizar, siempre existirá la posibilidad de un pinchazo o una rozadura con la aguja, situación sólo eliminable mediante la utilización de EPI específicos frente a ello, por otro lado, totalmente fuera de lugar. 7. Deben tenerse en cuenta los aspectos subjetivos relacionados con la edad y aspecto del paciente. Es habitual tomar medidas de protección frente a algunos pacientes (con bajo nivel de aseo, tatuajes o mal aspecto de su vestimenta) y no utilizarlas frente a otros (niños de corta edad o personas educadas con aspecto externo excelente). 8. En el trato con enfermos, deben aplicarse las misma precauciones universales que al manejar muestras biológicas, es decir tratar todos los casos como si fuesen potencialmente infecciosos para los virus de inmunodeficiencia humana, hepatitis B y hepatitis C y otros agentes patógenos transmitidos por sangre. En estos casos la protección frente al riesgo biológico es esencial.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son4: 2Quién designa las medidas de emergencia (Servicio de Salud Castilla y León – SACYL–, convocatoria 2009). 2Evitar accidentes laborales, inclinación del tronco, peso máximo en la manipulación de cargas, eliminación de agujas usadas, recomendaciones del INSHT, altura idónea para la manipulación, pasos para levantar una carga, colocación de los pies para levantar una carga, centro de gravedad, movilizar cargas pesadas, características de los equipos de protección individual, postura correcta de manipular una carga, medios mecánicos (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Principios en la manipulación de la carga, colocación de cargas (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007). 2Concepto de ergonomía geométrica, colocación de cargas, protocolo ante un pinchazo con una aguja hipodérmica, medidas de prevención, ayudas técnicas, peso máximo en la manipulación de cargas, accidentes de riesgo biológico (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2 Postura para levantar una carga (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010). 2 Características de la manipulación manual de cargas, calzado en la manipulación de cargas, exigencias en torno al EPI (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2Concepto de higiene, gestión de residuos, residuos radiactivos, concepto de ergonomía (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009). 2Secuencia correcta a la hora de levantar objetos (Servicio Murciano de Salud –SMS–, convocatoria 2009). 2 Gestión de residuos (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010).

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23

1. 2. 3. 4. 5.

Introducción Los planes de emergencia. Conceptos básicos. Medidas preventivas Medios técnicos de protección Actuaciones a adoptar en caso de incendio Seguridad en los centros sanitarios. Actuación de los Celadores

23

Actuación del Celador en el Plan de Emergencia de una Institución Sanitaria

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1. Introducción Como señala la Nota Técnica de Prevención (NTP) 045 –Plan de Emergencia contra Incendios– del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), se debe partir del hecho de que la multitud de variables que confluyen en un plan de emergencia contra incendios, imposibilita el diseño de un plan tipo que sirva para todas las situaciones y actividades. Sin embargo, se pueden establecer las pautas y principios básicos que deben seguirse en el diseño de cualquier plan, para que tenga posibilidades de éxito. Se exponen a continuación:

1.1. Organización contra incendios Los planes de emergencia son una parte de la gestión empresarial del riesgo de incendio. La organización contra incendios tiene dos objetivos: – Minimizar el número de emergencias contra incendios. – Controlar con rapidez las emergencias para que sus consecuencias sean mínimas. Ante una determinada situación de riesgo, el plan o planes de emergencia contra incendios, pueden ser enunciados como la planificación y organización humana para la utilización óptima de los medios técnicos previstos, con la finalidad de reducir al máximo las posibles consecuencias económicas y humanas de la emergencia.

1.2. Tiempo de actuación En caso de emergencia se realizan toda una serie de acciones para limitar sus consecuencias: evacuar, intentar la extinción con medios propios, avisar a bomberos, etc. Una de las claves en el éxito de dichas acciones es tener presente que cualquier acción que vaya a tomar, implica un tiempo de retardo, durante el cual la emergencia se ha desarrollado y su control se hace cada vez más difícil. Los tiempos de detección, alarma y evacuación forman eslabones de una cadena. La cadena puede romperse por el eslabón más débil y en ese caso el plan fallará. Antes de alcanzar el punto de intervención transcurrirá un tiempo invertido en detectar el incendio, alarmar a las personas que vayan a intervenir y en que dichas personas se preparen y preparen los medios apropiados.

1.3. Funciones o acciones y variables Dependiendo de las variables que confluyan en el riesgo, existe toda una gama de acciones que se pueden adoptar. Para su mejor compresión se relacionan de forma no exhaustiva, conforme las expone la NTP 045 mencionada: Posibles variables: 1. Gravedad de la emergencia: – Falsa alarma. – Conato de incendio. – Incendio grave. 542

– Gran emergencia.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

2. Efectivos propios disponibles: – A turno completo. – Turno limitado. – Por la noche. – Periodos especiales: festivos, vacaciones, etc. 3. Ayudas exteriores (Bomberos o empresas vecinas): – Dotación. – Calidad. – Tiempo de intervención.

4. El coste económico de las posibles pérdidas. 5. Tipo de ocupación. – Numerosa (por ejemplo, oficinas). – Inorganizable (por ejemplo, grandes almacenes, y salas de espectáculos). – Inevacuable (por ejemplo, hospitales y cárceles). 6. Medios técnicos de que se dispone: extintores, equipos de manguera, detección automática, alarmas, extinción fija, etc. 7. Ubicación de la emergencia: – Zona sectorizada. – Lugar de difícil acceso (por ejemplo, sótanos o plantas en altura). – Instalaciones peligrosas alrededor. – Vecinos a los que hay que avisar (por ejemplo, industrias, en edificios de viviendas). – Etc.

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Posibles acciones a desarrollar: 1. Valorar la gravedad de la emergencia. 2. Luchar contra el fuego con extintores. 3. Luchar contra el fuego con equipos de manguera. 4. Avisar a ayudas externas. 5. Recibir ayudas externas e informarles. 6. Evacuar. 7. Asistir a heridos. 8. Bajar ascensores a planta baja. 9. Avisar a cierto personal de la empresa (por la noche). 10. Reaprovisionamiento de material contra incendios. 11. Impedir la entrada a curiosos. 12. Contactos con la prensa, etc. Dependiendo de las variables del riesgo, deben decidirse las acciones a emprender en cada caso. Es lógico que en una empresa pequeña que se vacíe por la noche, protegida por extintores, el plan de emergencia quede reducido a pocas funciones: de día, intentar extinguir y si no evacuar, avisar a bomberos, recibirlos e informarlos y en todo caso avisar a los posibles vecinos. De cualquier forma, en todos los casos puede establecerse una cadena lógica que permita el diseño de la emergencia: 1. Establecimientos de las variables temporales (día, noche, festivos, etc.) y de los medios humanos disponibles en cada caso. 2. Establecimiento de las funciones o acciones prioritarias a cubrir en cada caso en función de las variables: riesgo, ocupación, etc. 3. Inventario de los medios técnicos disponibles.

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CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

4. Diseño del proceso temporal a seguir para cada acción: quién lo va a hacer, cómo se le avisará, cómo y con qué lo hará. 5. Ordenación de las acciones, cuáles se ejecutarán simultáneamente, con qué prioridad. 6. Crítica de los medios técnicos y humanos disponibles. ¿Es posible llevar a cabo las acciones planeadas con garantías de éxito? 7. Establecer la estructura orgánica y decisoria de los servicios de intervención. Líneas jerárquicas y de responsabilidad. 8. Selección del personal, formación y adiestramiento del mismo. 9. Programa de simulacros. 10. Previsión de posibles adaptaciones por evolución del riesgo, variaciones del personal y experiencias adquiridas en simulacros o emergencias reales.

1.4. Funciones a cubrir prioritariamente por la organización contra incendios Se debe tener en cuenta que la seguridad contra incendios debe gestionarse como cualquier otra actividad de la empresa. Es lógico que legalmente sea exigible un plan de emergencia que incluya, como mínimas funciones organizadas: 1. La extinción de conatos de incendio al menos a nivel de extintores. 2. El aviso a bomberos y evacuación de personas que puedan resultar afectadas, en caso de que el conato no se controle.

3. La recepción e información a bomberos. Para ello deberá disponerse como mínimo de: 1. Una cadena detección-alarma de inicio del incendio. 2. Extintores en número, tipo y ubicación adecuados, correctamente mantenidos y personal formado y adiestrado en su manejo, que sepan qué se puede hacer con un extintor y qué no se puede hacer.

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3. Posible alerta a la persona encargada de avisar a los bomberos, informada de las condiciones en que debe dar el aviso.

4. Alarma general de evacuación. 5. Información previa a las personas que deben evacuar de cómo, cuándo y por dónde deben hacerlo. 6. Señalización, acceso despejado a los caminos y caminos de evacuación suficientes, racionales y estancos a humo y llamas durante el tiempo suficiente. Señalización de seguridad y de salud Señales de advertencia (materiales inflamables, materias radiactivas, etc.); forma triangular. Pictograma negro sobre fondo amarillo, bordes negros. Señales de prohibición (entrada prohibida a personas no autorizadas. Prohibido pasar a los peatones, etc.); forma redonda. Pictograma negro sobre fondo blanco, bordes y banda rojos. Señales de obligación (protección obligatoria de la cabeza, protección obligatoria de las manos, etc.); forma redonda. Pictograma blanco sobre fondo azul. Señales de relativas a los equipos de lucha contra incendios (manguera para incendios, extintor, etc.); forma rectangular o cuadrada. Pictograma blanco sobre fondo rojo. Señales de salvamento o socorro (vía-salida de socorro, primeros auxilios, camilla, etc.): forma rectangular o cuadrada. Pictograma blanco sobre fondo verde.

7. Recepción e información a bomberos por persona conocedora de la instalación, con planos apropiados.

546

Ineludiblemente, toda persona que pueda verse involucrada en una emergencia, debe ser avisada con antelación de qué debe hacer y cómo realizarlo. La realización de simulacros periódicos permitirá probar la fiabilidad del sistema, entrenar a las personas y corregir posibles deficiencias.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

2. Los planes de emergencia. Conceptos básicos. Medidas preventivas El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), en su Nota Técnica de Prevención NTP 361, dedicada a los planes de emergencia en lugares de pública concurrencia, introduce su exposición contemplando que la sociedad actual posibilita, e incluso convierte en habituales, situaciones que comportan grandes concentraciones de personas en distintas facetas y actividades de nuestro quehacer cotidiano: edificios administrativos, grandes superficies comerciales, centros hospitalarios, recintos deportivos, etc. La aparición de una situación de emergencia en este tipo de edificios e instalaciones podría dar lugar a consecuencias graves o incluso catastróficas si previamente no se ha previsto tal evento y se han diseñado medidas de prevención tendentes a evitar la aparición de siniestros y medidas de protección complementarias encaminadas a minimizar las consecuencias humanas y materiales que éstos pudieran provocar. El conjunto de medidas de prevención-protección previstas y/o implantadas, así como la secuencia de actuaciones a realizar ante la aparición de un siniestro deben estar normalizadas por escrito y ser conocidas por todas aquellas personas que puedan verse afectadas. Al documento que compila todo ello lo denominamos “PLAN DE EMERGENCIA”.

2.1. Qué es un plan de emergencia “El plan de emergencia es la planificación y organización humana para la utilización óptima de los medios técnicos previstos con la finalidad de reducir al mínimo las posibles consecuencias humanas y/o económicas que pudieran derivarse de la situación de emergencia”. De la definición se desprende que el plan de emergencia persigue optimizar los recursos disponibles, por lo que su implantación implica haber dotado previamente al edificio de la infraestructura de medios materiales o técnicos necesarios en función de las características propias del edificio y de la actividad que en el mismo se realiza. Ello a su vez comporta haber, previamente, realizado una identificación y análisis de los riesgos o deficiencias del edificio, imprescindible para conocer la dotación de medios de prevención-protección que se precisan en el mismo. Sólo en este momento, cuando el edificio está correctamente equipado, cabe hablar de la implantación de un plan de emergencia si queremos tener la certeza de que éste será operativo y eficaz. En caso contrario, dispondremos de un documento más o menos correcto, pero ineficaz en su puesta en práctica.

2.2. Dónde se debe implantar un plan de emergencia A tal pregunta responde en parte la legislación vigente que, a nivel estatal, exige a determinado tipo de edificios o actividades a implantar plan de emergencia. Es el caso de hospitales, hoteles, locales de espectáculos, recintos deportivos, etc. Y qué debe tenerse en cuenta en aquellos edificios o actividades para los que no existe reglamentación que les obligue: en tales supuestos, la implantación de un plan de emergencia es siempre exigible técnicamente cuando se trate de instalaciones en que se dé una grave situación de riesgo o bien en instalaciones en que aun no siendo elevado el nivel de riesgo, sí podrían serlo las consecuencias humanas o materiales que se producirían.

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2.3. Factores de riesgo que justifican la implantación de planes de emergencia en edificios y espacios de pública concurrencia Junto a factores de riesgo comunes a otras actividades e instalaciones, en estos edificios y/o espacios concurren factores de riesgo propios y, en cierto modo, presentes en todos ellos. De entre ellos, cabe destacar por su incidencia e importancia: – Densidad de ocupación: dificulta el movimiento físico y la correcta percepción de las señales existentes, modificando la conducta de los ocupantes. A su vez, condiciona el método idóneo para alertar a los ocupantes en caso de emergencia, ya que si la notificación de la emergencia comportara reacciones de pánico agravaría el problema. – Características de los ocupantes: en general, estos edificios están ocupados y en ellos coexisten personas con enorme variedad entre ellas (edad, movilidad, percepción, conocimiento, disciplina, etc.). – Existencia de personal foráneo: son edificios ocupados en la casi totalidad de su aforo por personas que no los usan con asiduidad y, consiguientemente, no están familiarizadas con los mismos. Ello dificulta la localización de salidas, de pasillos o vías que conducen a ellas o de cualquier otra instalación de seguridad que se encuentre en dichos locales. – Limitaciones lumínicas: se usan frecuentemente en oscuridad o con niveles de iluminación baja. Da lugar a dificultades en la percepción e identificación de señales, accesos a vías, etc. y a su vez incrementa el riesgo de atropellos, caídas, empujones. La existencia de alguno de estos factores o la conjunción de todos ellos junto a otros que puedan existir, previsiblemente darían lugar a consecuencias graves o incluso catastróficas ante la aparición de una situación de emergencia, si previamente no se ha previsto tal evento y se han tomado medidas para su control.

2.4. Redacción e implantación de un plan de emergencia Si bien la propia legislación que obliga a elaborar e implantar un plan de emergencia, acostumbra a dar unas directrices sobre cómo hacerlo y fija unos mínimos sobre sus características y contenido, estas son generalmente insuficientes para su implantación con garantías de eficacia. Para dar respuesta a la cuestión de cómo elaborar un plan de emergencia, se acudía normalmente a la Orden de 29.11.1984 del Ministerio del Interior. Protección Civil. “Manual de Autoprotección. Guía para el desarrollo del plan de emergencia contra incendios y de evacuación de locales y edificios”. Sin embargo, esta Orden ha sido derogada por el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, que aprueba la Norma Básica de Autoprotección. El manual de autoprotección se estructuraba en la Orden de 29 de noviembre de 1984 en cuatro documentos que cubren cuatro fases para su correcta aplicación: – Documento 1: evaluación del riesgo. – Documento 2: medios de protección. 548

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

– Documento 3: plan de emergencia. – Documento 4: implantación. En el Documento 1, sobre la evaluación del riesgo, se perseguía, mediante la cumplimentación de tres bloques predeterminados, identificar el riesgo potencial de incendio, su valoración y su localización en el edificio. En el Documento 2, sobre los medios de protección, se debían relacionar en este documento los medios tanto técnicos como humanos necesarios o disponibles para la autoprotección, de la forma siguiente: inventario de medios técnicos (instalaciones de detección, alarma y equipos de extinción incendios, alumbrados especiales, medios de socorro y rescate, etc.), inventario de medios humanos necesarios y disponibles para participar en acciones de autoprotección y los planos del edificio por plantas. En el Documento 3, sobre los planes de emergencia, se elaboraba el esquema de actuaciones a realizar en caso de emergencia, exponiendo: ¿qué se hará?, ¿quién lo hará?, ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿dónde se hará?, planificando la organización humana con los medios necesarios que la posibilite. En este documento se contemplarán e incluirán los siguientes aspectos: clasificación de emergencias (conato de emergencia, emergencia parcial y emergencia general), las acciones a llevar a cabo (alerta, alarma de evacuación, intervención para el control de la emergencia, apoyo a la recepción e información de servicios de ayuda exterior), los equipos de emergencia (personas especialmente entrenadas y organizadas para la prevención y actuación: Equipo de Alarma y Evacuación (EAE), Equipos de Primeros Auxilios (EPA), Equipos de Primera Intervención (EPI), Equipos de Segunda Intervención (ESI), Jefe de Intervención y Jefe de Emergencia), y los esquemas operacionales para el desarrollo del plan. Se exponen a continuación las funciones y cometidos de los Equipos de Primera y Segunda Intervención. Los Equipos de Primera Intervención (EPI), con los siguientes cometidos: a) Importante labor preventiva, ya que conocerán las normas fundamentales de la prevención de incendios. b) Combatir conatos de incendio con extintores portátiles (medios de primera intervención) en su zona de actuación (planta, sector, etc.). Fuera de su zona de actuación los componentes del EPI serán un ocupante más del establecimiento, a no ser que sea necesaria su intervención en otras zonas (en casos excepcionales). c) Apoyar a los componentes del Equipo de Segunda Intervención cuando les sea requerido (tendido de mangueras, etc.). El número de componentes del EPI será orientativamente similar al número de unidades extintoras colocadas. La actuación de los miembros de este equipo será siempre por parejas. En caso de necesitar ayuda de otros EPI, estos serán siempre de plantas inferiores al incendio. Si existiesen sistemas fijos de extinción en alguna zona, el EPI de esta conocerá su operación. Los componentes del EPI tendrán además formación en los siguientes temas: conocimiento del fuego, métodos de extinción, agentes extintores, extintores portátiles, prácticas de extinción con extintores portátiles, operaciones en sistemas fijos de extinción (en su caso) y plan de emergencia.

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Equipo de Segunda Intervención (ESI): este equipo representa la máxima capacidad extintora del establecimiento. Su ámbito de actuación será cualquier punto del establecimiento donde se pueda producir una emergencia de incendio. Deben ser personas localizables permanentemente durante la jornada laboral mediante algún medio de transmisión fiable (llamada colectiva, buscapersonas, radio. etc.)., Deberán tener formación y adiestramiento adecuados en el combate del tipo de fuegos que puedan encontrar en establecimiento con medios de primera intervención (extintores portátiles), de segunda intervención (mangueras) y, en su caso, equipos especiales (sistemas fijos de extinción, equipos de respiración autónoma, etc.). Deben asimismo conocer exhaustivamente el plan de emergencia. La composición mínima del ESI debe ser de tres personas, pudiendo formar más de un equipo cuando las circunstancias de amplitud del establecimiento lo requieran (tiempos de intervención demasiado dilatados, etc.). El Documento 4, para la implantación del Plan de Emergencia, con el conjunto de medidas a tomar o secuencia de acciones a realizar para asegurar la eficacia operativa del mismo (responsabilidad, organización, medios técnicos, medios humanos, simulacros, programa de implantación, programa de mantenimiento e investigación de siniestros). Actualmente, tras la entrada en vigor de la Norma Básica de Autoprotección, aprobada mediante el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, con alcance para todas aquellas actividades, centros, establecimientos, espacios, instalaciones y dependencias recogidas en su Anexo I, se regulan los Planes de Autoprotección como documento que establece el marco orgánico y funcional previsto para un centro, establecimiento, espacio, instalación o dependencia, con el objeto de prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia, en la zona bajo responsabilidad del titular de la actividad, garantizando la integración de estas actuaciones con el sistema público de protección civil. Esta Norma Básica de Autoprotección, como señala el artículo 3.1 del Real Decreto 393/2007, recoge las obligaciones de autoprotección que serán exigidas como norma mínima o supletoria. La elaboración de los planes de autoprotección previstos en la Norma Básica de Autoprotección se sujetarán a las siguientes condiciones: a) Elaborar el Plan de Autoprotección correspondiente a su actividad, de acuerdo con el contenido mínimo definido en el anexo II y los criterios establecidos en el apartado 3.3 de esta Norma. b) Presentar el Plan de Autoprotección al órgano de la Administración Pública competente para otorgar la licencia o permiso determinante para la explotación o inicio de la actividad. c) Desarrollar las actuaciones para la implantación y el mantenimiento de la eficacia del Plan de Autoprotección, de acuerdo con el contenido definido en el Anexo II y los criterios establecidos en esta Norma Básica de Autoprotección. d) Remitir al registro correspondiente los datos previstos en el anexo IV de esta Norma Básica de Autoprotección. 550

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

e) En los centros, establecimientos, espacios, instalaciones y dependencias del apartado anterior se podrá admitir un plan de autoprotección integral único, siempre que se contemplen todos los riesgos particulares de cada una de las actividades que contengan. f ) Los titulares de las distintas actividades, en régimen de arrendamiento, concesión o contrata, que se encuentren físicamente en los centros, establecimientos, espacios, instalaciones y dependencias que deban disponer de plan de autoprotección, de acuerdo con lo establecido en el anexo I, deberán elaborar, implantar e integrar sus planes, con sus propios medios y recursos. La Norma Básica de Autoprotección nos da el siguiente concepto de autoprotección: se entiende como autoprotección al sistema de acciones y medidas encaminado a prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes, a dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia y a garantizar la integración de estas actuaciones con el sistema público de protección civil. Estas acciones y medidas deben ser adoptadas por los titulares de las actividades, públicas o privadas, con sus propios medios y recursos, dentro de su ámbito de competencia. La Norma Básica de Autoprotección que comentamos, contempla las siguientes obligaciones de los titulares de las actividades: a) Elaborar el Plan de Autoprotección correspondiente a su actividad. b) Presentar el Plan de Autoprotección al órgano de la Administración Pública competente para otorgar la licencia o permiso determinante para la explotación o inicio de la actividad. c) Desarrollar las actuaciones para la implantación y el mantenimiento de la eficacia del Plan de Autoprotección. d) Remitir al registro correspondiente los datos necesarios. e) Informar y formar al personal a su servicio en los contenidos del Plan de Autoprotección. f ) Facilitar la información necesaria para, en su caso, posibilitar la integración del Plan de Autoprotección en otros Planes de Autoprotección de ámbito superior y en los planes de Protección Civil. g) Informar al órgano que otorga la licencia o permiso determinante para la explotación o inicio de la actividad acerca de cualquier modificación o cambio sustancial en la actividad o en las instalaciones, en aquello que afecte a la autoprotección. h) Colaborar con las autoridades competentes de las Administraciones Públicas, en el marco de las normas de protección civil que le sean de aplicación. i) Informar con la antelación suficiente a los órganos competentes en materia de Protección Civil de las Administraciones Públicas de la realización de los simulacros previstos en el Plan de Autoprotección. Asimismo, contempla también las obligaciones del personal de las actividades: el personal a tendrá la obligación de participar, en la medida de sus capacidades, en el Plan de Autoprotección y asumir las funciones que les sean asignadas en dicho Plan. 551

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2.5. El Plan de autoprotección A) Concepto y objeto. El Plan de Autoprotección es el documento que establece el marco orgánico y funcional previsto para un centro, establecimiento, espacio, instalación o dependencia, con el objeto de prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia, en la zona bajo responsabilidad del titular de la actividad, garantizando la integración de estas actuaciones con el sistema público de protección civil. El Plan de Autoprotección aborda la identificación y evaluación de los riesgos, las acciones y medidas necesarias para la prevención y control de riesgos, así como las medidas de protección y otras actuaciones a adoptar en caso de emergencia. B) Contenido. El Plan de Autoprotección se recogerá en un documento único cuya estructura es la siguiente: 1. La identificación de los titulares y del emplazamiento de la actividad. 2. La descripción detallada de la actividad y del medio físico en que se desarrolla. 3. El inventario, análisis y evaluación de riesgos. 4. El inventario y descripción de las medidas y medios de autoprotección. 5. El programa de mantenimiento de instalaciones. 6. El Plan de actuación ante emergencias: – Identificación y clasificación de las emergencias. – Procedimientos de actuación ante emergencias: *

Detección y alerta.

*

Mecanismos de alarma: a) Identificación de la persona que dará los avisos. b) Identificación del Centro de Coordinación de Atención de Emergencias de Protección Civil.

– Mecanismos de respuesta frente a la emergencia. – Evacuación y/o confinamiento. – Prestación de las primeras ayudas. – Modos de recepción de las ayudas externas. – Identificación y funciones de las personas y equipos que llevarán a cabo los procedimientos de actuación en emergencias. – Identificación del Responsable de la puesta en marcha del Plan de Actuación ante Emergencias. 7. Integración del plan de autoprotección en otros de ámbito superior. 8. Implantación del Plan de Autoprotección. 552

9. Mantenimiento de la eficacia y actualización del Plan de Autoprotección.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

10. Anexos: – Anexo I: Directorio de comunicación: *

Teléfonos del Personal de emergencias.

*

Teléfonos de ayuda exterior.

*

Otras formas de comunicación.

– Anexo II: Formularios para la gestión de emergencias. – Anexo II. Planos. El documento del Plan de Autoprotección incluirá todos los procedimientos y protocolos necesarios para reflejar las actuaciones preventivas y de respuesta a la emergencia. C) Criterios para la elaboración del plan de autoprotección. Los criterios mínimos que deben observarse en la elaboración del Plan de Autoprotección son los siguientes: 1. El Plan de Autoprotección habrá de estar redactado y firmado por técnico competente capacitado para dictaminar sobre aquellos aspectos relacionados con la autoprotección frente a los riesgos a los que esté sujeta la actividad, y suscrito igualmente por el titular de la actividad, si es una persona física, o por persona que le represente si es una persona jurídica. 2. Se designará, por parte del titular de la actividad, una persona como responsable única para la gestión de las actuaciones encaminadas a la prevención y el control de riesgos. 3. Los procedimientos preventivos y de control de riesgos que se establezcan, tendrán en cuenta, al menos, los siguientes aspectos: – Precauciones, actitudes y códigos de buenas prácticas a adoptar para evitar las causas que puedan originar accidentes o sucesos graves. – Permisos especiales de trabajo para la realización de operaciones o tareas que generen riesgos. – Comunicación de anomalías o incidencias al titular de la actividad. – Programa de las operaciones preventivas o de mantenimiento de las instalaciones, equipos, sistemas y otros elementos de riesgo, definidos en el capítulo 5 del anexo II, que garantice su control. – Programa de mantenimiento de las instalaciones, equipos, sistemas y elementos necesarios para la protección y seguridad, definidos en el capítulo 5 del Anexo II, que garantice la operatividad de los mismos. 4. Se establecerá una estructura organizativa y jerarquizada, dentro de la organización y personal existente, fijando las funciones y responsabilidades de todos sus miembros en situaciones de emergencia. 5. Se designará, por parte del titular de la actividad, una persona responsable única, con autoridad y capacidad de gestión, que será el director del Plan de Actuación en Emergencias. 6. El director del Plan de Actuación en Emergencias será responsable de activar dicho plan de acuerdo con lo establecido en el mismo, declarando la correspondiente situación de

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\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

emergencia, notificando a las autoridades competentes de Protección Civil, informando al personal, y adoptando las acciones inmediatas para reducir las consecuencias del accidente o suceso. 7. El Plan de Actuación en Emergencias debe detallar los posibles accidentes o sucesos que pudieran dar lugar a una emergencia y los relacionará con las correspondientes situaciones de emergencia establecidas en el mismo, así como los procedimientos de actuación a aplicar en cada caso. 8. Los procedimientos de actuación en emergencia deberán garantizar, al menos: – La detección y alerta. – La alarma. – La intervención coordinada. – El refugio, evacuación y socorro. – La información en emergencia a todas aquellas personas que pudieran estar expuestas al riesgo. – La solicitud y recepción de ayuda externa de los servicios de emergencia. D) Coordinación y actuación operativa. Los órganos competentes en materia de protección civil velarán porque los Planes de Autoprotección tengan la adecuada capacidad operativa, en los distintos supuestos de riesgo que puedan presentarse, y quede asegurada la necesaria coordinación entre dichos Planes y los de Protección Civil que resulten aplicables, así como la unidad de mando externa, en los casos que lo requieran. Con esa finalidad, por dichos órganos, se establecerán los protocolos que garanticen, por un lado, la comunicación inmediata de los incidentes que se produzcan y tengan o puedan tener repercusiones sobre la autoprotección y, por otro, la movilización de los servicios de emergencia que, en su caso, deban actuar. Asimismo establecerán los procedimientos de coordinación de tales servicios de emergencia con los propios del Plan de Autoprotección y los requisitos organizativos que permitan el ejercicio del mando por las autoridades competentes en materia de protección civil. E) Criterios para la implantación del plan de autoprotección. La implantación del plan de autoprotección comprenderá, al menos, la formación y capacitación del personal, el establecimiento de mecanismos de información al público y la provisión de los medios y recursos precisa para la aplicabilidad del plan. A tal fin, el plan de autoprotección atenderá a los siguientes criterios: – Información previa. Se establecerán mecanismos de información de los riesgos de la actividad para el personal y el público, así como del Plan de Autoprotección para el personal de la actividad. – Formación teórica y práctica del personal asignado al Plan de Autoprotección, estableciendo un adecuado programa de actividades formativas. – Definición, provisión y gestión de los medios y recursos económicos necesarios. 554

– De dicha implantación se emitirá una certificación en la forma y contenido que establezcan los órganos competentes de las Administraciones Públicas.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

F) Criterios para el mantenimiento de la eficacia del plan de autoprotección: 1. Las actividades de mantenimiento de la eficacia del Plan de Autoprotección deben formar parte de un proceso de preparación continuo, sucesivo e iterativo que, incorporando la experiencia adquirida, permita alcanzar y mantener un adecuado nivel de operatividad y eficacia. 2. Se establecerá un adecuado programa de actividades formativas periódicas para asegurar el mantenimiento de la formación teórica y práctica del personal asignado al Plan de Autoprotección, estableciendo sistemas o formas de comprobación de que dichos conocimientos han sido adquiridos. 3. Se preverá un programa de mantenimiento de los medios y recursos materiales y económicos necesarios. 4. Para evaluar los planes de autoprotección y asegurar la eficacia y operatividad de los planes de actuación en emergencias se realizarán simulacros de emergencia, con la periodicidad mínima que fije el propio plan, y, en todo caso, al menos una vez al año evaluando sus resultados. 5. La realización de simulacros tendrá como objetivos la verificación y comprobación de: – La eficacia de la organización de respuesta ante una emergencia. – La capacitación del personal adscrito a la organización de respuesta. – El entrenamiento de todo el personal de la actividad en la respuesta frente a una emergencia. – La suficiencia e idoneidad de los medios y recursos asignados. – La adecuación de los procedimientos de actuación. 6. Los simulacros implicarán la activación total o parcial de las acciones contenidas en el Plan de Actuación en Emergencias. 7. De las actividades de mantenimiento de la eficacia del Plan se conservará por parte de la empresa a disposición de las Administraciones Públicas, información sobre las mismas, así como de los informes de evaluación realizados debidamente firmados por el responsable del Plan. G) Vigencia del plan de autoprotección y criterios para su actualización y revisión. El Plan de Autoprotección tendrá vigencia indeterminada; se mantendrá adecuadamente actualizado, y se revisará, al menos, con una periodicidad no superior a tres años.

Conceptos y definiciones Los conceptos y términos fundamentales utilizados en la Norma Básica de Autoprotección de los centros, establecimientos y dependencias, dedicados a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia, deben entenderse así definidos: – Actividad: conjunto de operaciones o tareas que puedan dar origen a accidentes o sucesos que generen situaciones de emergencia. – Aforo: capacidad total de público en un recinto o edificio destinado a espectáculos públicos o actividades recreativas.

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– Alarma: aviso o señal por la que se informa a las personas para que sigan instrucciones específicas ante una situación de emergencia. – Alerta: situación declarada con el fin de tomar precauciones específicas debido a la probable y cercana ocurrencia de un suceso o accidente. – Altura de evacuación: la diferencia de cota entre el nivel de un origen de evacuación y el del espacio exterior seguro. – Autoprotección: sistema de acciones y medidas, adoptado por los titulares de las actividades, públicas o privadas, con sus propios medios y recursos, dentro de su ámbito de competencias, encaminadas a prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes, a dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia y a garantizar la integración de estas actuaciones en el sistema público de protección civil. – Centro, establecimiento, espacio, dependencia o instalación: la totalidad de la zona, bajo control de un titular, donde se desarrolle una actividad. – Confinamiento: medida de protección de las personas, tras un accidente, que consiste en permanecer dentro de un espacio interior protegido y aislado del exterior. – Efecto dominó: la concatenación de efectos causantes de riesgo que multiplican las consecuencias, debido a que los fenómenos peligrosos pueden afectar, además de los elementos vulnerables exteriores, otros recipientes, tuberías, equipos o instalaciones del mismo establecimiento o de otros próximos, de tal manera que a su vez provoquen nuevos fenómenos peligrosos. – Evacuación: acción de traslado planificado de las personas, afectadas por una emergencia, de un lugar a otro provisional seguro. – Intervención: consiste en la respuesta a la emergencia, para proteger y socorrer a las personas y los bienes. – Medios: conjunto de personas, máquinas, equipos y sistemas que sirven para reducir o eliminar riesgos y controlar las emergencias que se puedan generar. – Ocupación: máximo número de personas que puede contener un edificio, espacio, establecimiento, recinto, instalación o dependencia, en función de la actividad o uso que en él se desarrolle. El cálculo de la ocupación se realiza atendiendo a las densidades de ocupación indicadas en la normativa vigente. No obstante, de preverse una ocupación real mayor a la resultante de dicho cálculo, se tomará esta como valor de referencia. E igualmente, si legalmente fuera exigible una ocupación menor a la resultante de aquel cálculo, se tomará esta como valor de referencia. – Órgano competente para el otorgamiento de licencia o permiso para la explotación o inicio de actividad: el Órgano de la Administración Pública que, conforme a la legislación aplicable a la materia a que se refiere la actividad, haya de conceder el título para su realización. – Peligro: probabilidad de que se produzca un efecto dañino específico en un período de tiempo determinado o en circunstancias determinadas.

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– Plan de Autoprotección: marco orgánico y funcional previsto para una actividad, centro, establecimiento, espacio, instalación o dependencia, con el objeto de prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencias, en la zona bajo responsabilidad del titular, garantizando la integración de estas actuaciones en el sistema público de protección civil.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

– Plan de actuación en emergencias: documento perteneciente al plan de autoprotección en el que se prevé la organización de la respuesta ante situaciones de emergencias clasificadas, las medidas de protección e intervención a adoptar, y los procedimientos y secuencia de actuación para dar respuesta a las posibles emergencias. – Planificación: es la preparación de las líneas de actuación para hacer frente a las situaciones de emergencia. – Prevención y control de riesgos: es el estudio e implantación de las medidas necesarias y convenientes para mantener bajo observación, evitar o reducir las situaciones de riesgo potencial y daños que pudieran derivarse. Las acciones preventivas deben establecerse antes de que se produzca la incidencia, emergencia, accidente o como consecuencia de la experiencia adquirida tras el análisis de las mismas. – Puertos comerciales: los que en razón a las características de su tráfico reúnen condiciones técnicas, de seguridad y de control administrativo para que en ellos se realicen actividades comerciales portuarias, entendiendo por tales las operaciones de estiba, desestiba, carga, descarga, transbordo y almacenamiento de mercancías de cualquier tipo, en volumen o forma de presentación que justifiquen la utilización de medios mecánicos o instalaciones especializadas. – Recursos: elementos naturales o técnicos cuya función habitual no está asociada a las tareas de autoprotección y cuya disponibilidad hace posible o mejora las labores de prevención y actuación ante emergencias. – Rehabilitación: es la vuelta a la normalidad y reanudación de la actividad. – Riesgo: grado de pérdida o daño esperado sobre las personas y los bienes y su consiguiente alteración de la actividad socioeconómica, debido a la ocurrencia de un efecto dañino específico. – Titular de la actividad: la persona física o jurídica que explote o posea el centro, establecimiento, espacio, dependencia o instalación donde se desarrollen las actividades.

3. Medios técnicos de protección Los medios técnicos de protección se clasifican básicamente en dos tipos: las denominadas medidas pasivas que constituyen la estructura de los edificios (pasillos y escaleras que faciliten la evacuación y que enlentezcan el avance del fuego, luces de alumbrado de emergencia, etc.) y las medidas activas que constituyen las instalaciones de protección contra incendios. El Real Decreto 1942/1993, de 5 de noviembre, aprueba el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios. Los aparatos, equipos y sistemas empleados en la protección contra incendios se caracterizan porque su instalación se hace con la expectativa de que no han de ser necesariamente utilizados y, por otra parte, los ensayos efectuados para contrastar su eficacia difícilmente pueden realizarse en las mismas condiciones en que van a ser utilizados. 557

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Por ello, si las características de estos aparatos, equipos y sistemas, así como su instalación y mantenimiento, no satisfacen los requisitos necesarios para que sean eficaces durante su empleo, además de no ser útiles para el fin para el que han sido destinados, crean una situación de falta de seguridad, peligrosa para personas y bienes. En el caso de aparatos, equipos o componentes de las instalaciones de protección contra incendios procedentes de los Estados miembros de la Comunidad Económica Europea, se considerará que satisfacen las especificaciones técnicas de seguridad exigidas en este Reglamento si cumplen las disposiciones nacionales vigentes en sus países respectivos, siempre que éstas supongan un nivel de seguridad para las personas y los bienes, reconocido como equivalente por el Ministerio de Industria y Energía (actualmente Ministerio de Industria, Turismo y Comercio). Cuando se compruebe que la utilización de un producto con marca de conformidad resulta manifiestamente peligrosa, los servicios competentes en materia de industria de la Comunidad Autónoma podrán ordenar, cautelarmente, la puesta fuera de servicio del aparato, equipo o sistema en que se haya puesto de manifiesto la situación peligrosa y, en su caso, tramitará la cancelación de dicha marca. El artículo 10 del Reglamento dispone que la instalación de aparatos, equipos, sistemas y sus componentes, a que se refiere este Reglamento, con excepción de los extintores portátiles, se realizará por instaladoras debidamente habilitadas. La Comunidad Autónoma correspondiente, llevará un libro Registro en el que figurarán los instaladores autorizados. Con independencia de las obligaciones derivadas del cumplimiento de las prescripciones establecidas en este Reglamento, relacionadas con la instalación y montaje de equipos, aparatos y sistemas de protección contra incendios que ejecuten los instaladores autorizados, éstos deberán abstenerse de instalar los equipos, aparatos u otros componentes de los sistemas de protección contra incendios que no cumplan las disposiciones vigentes que le son aplicables, poniendo los hechos en conocimiento del comprador o usuario de los mismos. No serán reanudados los trabajos hasta que no sean corregidas las deficiencias advertidas.

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Una vez concluida la instalación, el instalador facilitará al comprador o usuario de la misma la documentación técnica e instrucciones de mantenimiento peculiares de la instalación, necesarias para su buen uso y conservación.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

El mantenimiento y reparación de aparatos, equipos y sistemas y sus componentes, empleados en la protección contra incendios, deben ser realizados por mantenedores autorizados (artículo 13 del Reglamento). La Comunidad Autónoma correspondiente llevará un Libro Registro en el que figurarán los mantenedores autorizados.

Según el artículo 15 del Reglamento, los mantenedores autorizados adquirirán las siguientes obligaciones en relación con los aparatos, equipos o sistemas cuyo mantenimiento o reparación les sea encomendado: a) Revisar, mantener y comprobar los aparatos, equipos o instalaciones de acuerdo con los plazos reglamentarios, utilizando recambios y piezas originales. b) Facilitar personal competente y suficiente cuando sea requerido para corregir las deficiencias o averías que se produzcan en los aparatos, equipos o sistemas cuyo mantenimiento tiene encomendado. c) Informar por escrito al titular de los aparatos, equipos o sistemas que no ofrezcan garantía de correcto funcionamiento, presenten deficiencias que no puedan ser corregidas durante el mantenimiento o no cumplan las disposiciones vigentes que les sean aplicables. Dicho informe será razonado técnicamente. d) Conservar la documentación justificativa de las operaciones de mantenimiento que realicen, sus fechas de ejecución, resultados e incidencias, elementos sustituidos y cuanto se considere digno de mención para conocer el estado de operatividad del aparato, equipo o sistema cuya conservación se realice. Una copia de dicha documentación se entregará al titular de los aparatos, equipos o sistemas. e) Comunicar al titular de los aparatos, equipos o sistemas, las fechas en que corresponde efectuar las operaciones de mantenimiento periódicas. Los aparatos, equipos, sistemas y sus componentes sujetos a este Reglamento se someterán a las revisiones de conservación que se establecen, en el cual se determina, en cada caso, el tiempo máximo que podrá transcurrir entre dos revisiones o inspecciones consecutivas. Las actas de estas revisiones, firmadas por el técnico que ha procedido a las mismas, estarán a disposición de los servicios competentes en materia de industria de la Comunidad Autónoma al menos durante cinco años a partir de la fecha de su expedición. 1. Los medios materiales de protección contra incendios se someterán al programa mínimo de mantenimiento.

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2. Las operaciones de mantenimiento recogidas en la tabla I serán efectuadas por personal de un instalador o un empresa mantenedora, o por el personal del usuario o titular de la instalación. TABLA I. Programa de mantenimiento de los medios materiales de lucha contra incendios Operaciones a realizar por el personal del titular de la instalación del equipo o sistema Equipo o sistema

Cada Tres meses

Cada Seis meses

Comprobación de funcionamiento de las instalaciones (con cada fuente de suministro). Sustitución de pilotos, fusibles, etc., defecSistemas automáticos de detección y tuosos. alarma de incendios Mantenimiento de acumuladores (limpieza de bornas, reposición de agua destilada, etc.). Comprobación de funcionamiento de la instalación (con cada fuente de suministro).

Sistema manual de alarma de incendios Mantenimiento de acumuladores (limpieza de bornas, reposición de agua destilada, etc.).



Comprobación de la accesibilidad, señalización, buen estado aparente de conservación. Extintores de incendio

Inspección ocular de seguros, precintos, inscripciones, etc. Comprobación del peso y presión, en su caso. Inspección ocular del estado externo de las partes mecánicas (boquilla, válvula, manguera, etc.). Comprobar la accesibilidad a su entorno y Engrasar la tuerca de accionamiento o la señalización en los hidrantes enterrados. rellenar la cámara de aceite del mismo.

Hidrantes

Inspección visual comprobando la estan- Abrir y cerrar el hidrante, comprobando el funcionamiento correcto de la válvula queidad del conjunto. Quitar las tapas de las salidas, engrasar las principal y del sistema de drenaje. roscas y comprobar el estado de las juntas de los racores.

Columnas secas



Comprobación de la accesibilidad de la entrada de la calle y tomas de piso. Comprobación de la señalización. Comprobación de las tapas y correcto funcionamiento de sus cierres (engrase si es necesario). Comprobar que las llaves de las conexiones siamesas están cerradas. Comprobar que las llaves de seccionamiento están abiertas. Comprobar que todas las tapas de racores están bien colocadas y ajustadas.

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.../...

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

.../... Comprobación de que las boquillas del agente extintor o rociadores están en buen estado y libres de obstáculos para su funcionamiento correcto. Comprobación del buen estado de los componentes del sistema, especialmente de la válvula de prueba en los sistemas Sistemas fijos de de rociadores, o los mandos manuales de extinción: rociadores de agua. Agua la instalación de los sistemas de polvo, o agentes extintores gaseosos. pulverizada. Polvo. Comprobación del estado de carga de la insEspuma. Agentes extintores gaseosos talación de los sistemas de polvo, anhídrido carbónico, o hidrocarburos halogenados y de las botellas de gas impulsor, cuando existan.



Comprobación de los circuitos de señalización, pilotos, etc., en los sistemas con indicaciones de control. Limpieza general de todos los componentes. Verificación por inspección de todos los elementos, depósitos, válvulas, mandos, alarmas motobombas, accesorios, señales, etc. Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios

Comprobación de funcionamiento automático y manual de la instalación de acuerdo con las instrucciones del fabricante o instalador. Mantenimiento de acumuladores, limpieza de bornas (reposición de agua destilada, etc.). Verificación de niveles (combustible, agua, aceite, etcétera).

Accionamiento y engrase de válvulas. Verificación y ajuste de prensaestopas. Verificación de velocidad de motores con diferentes cargas. Comprobación de alimentación eléctrica, líneas y protecciones.

Verificación de accesibilidad a elementos, limpieza general, ventilación de salas de bombas, etc. Comprobación de la buena accesibilidad y señalización de los equipos.

Bocas de incendio equipadas (BIE)

Comprobación por inspección de todos los componentes, procediendo a desenrollar la manguera en toda su extensión y accionamiento   de la boquilla caso de ser de varias posiciones. Comprobación, por lectura del manómetro, de la presión de servicio. Limpieza del conjunto y engrase de cierres y bisagras en puertas del armario.

3. Las operaciones de mantenimiento recogidas en la tabla II serán efectuadas por personal del fabricante, instalador o empresa mantenedora para los tipos de aparatos, equipos o sistemas de que se trate, o bien por personal del usuario, si ha adquirido la condición de mantenedor por disponer de medios técnicos adecuados, a juicio de los servicios competentes en materia de industria de la Comunidad Autónoma.

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TABLA II. Programa de mantenimiento de los medios materiales de lucha contra incendios Operaciones a realizar por el personal especializado del fabricante o instalador del equipo o sistema

Equipo o sistema

Cada año

Cada cinco años

Sistemas automáticos de detección y alarma de incendios

Verificación integral de la instalación. Limpieza del equipo de centrales y accesorios. Verificación de uniones roscadas o soldadas. Limpieza y reglaje de relés. Regulación de tensiones e intensidades. Verificación de los equipos de transmisión de alarma. Prueba final de la instalación con cada fuente de suministro eléctrico

Sistema manual de alarma de incendios

Verificación integral de la instalación. Limpieza de sus componentes. Verificación de uniones roscadas   o soldadas. Prueba final de la instalación con cada fuente de suministro eléctrico

Extintores de incendio (*)

Comprobación del peso y presión en su caso En el caso de extintores de polvo con botellín de gas de impulsión se comprobará el buen estado del agente extintor y el peso y aspecto externo del botellín Inspección ocular del estado de la manguera, boquilla o lanza, válvulas y partes mecánicas (**)

A partir de la fecha de timbrado del extintor (y por tres veces) se procederá al retimbrado del mismo de acuerdo con la ITC-MIE AP.5 del Reglamento de aparatos a presión sobre extintores de incendios

Bocas de incendio equipadas (BIE)

Desmontaje de la manguera y ensayo de ésta en lugar adecuado Comprobación del correcto funcionamiento de la boquilla en sus distintas posiciones y del sistema de cierre. Comprobación de la estanqueidad de los racores y manguera y estado de las juntas. Comprobación de la indicación del manómetro con otro de referencia (patrón) acoplado en el racor de conexión de la manguera

La manguera debe ser sometida a una presión de prueba de 15 kg/cm.

 

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CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

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Sistemas fijos de extinción: – Rociadores de agua – Agua pulverizada – Polvo – Espuma – Anhídrido carbónico

Comprobación integral, de acuerdo con las instrucciones del fabricante o instalador, incluyendo en todo caso: Verificación de los componentes del sistema, especialmente los dispositivos de disparo y alarma. Comprobación de la carga de agente extintor y del indicador de la misma (medida alternativa del peso o presión). Comprobación del estado del agente extintor. Prueba de la instalación en las condiciones de su recepción

Sistema de abastecimiento de agua contra incendios

Gama de mantenimiento anual de motores y bombas de acuerdo con las instrucciones del fabricante Limpieza de filtros y elementos de retención de suciedad en alimentación de agua Prueba del estado de carga de baterías y electrolito de acuerdo con las instrucciones del fabricante Prueba, en las condiciones de su recepción, con realización de curvas del abastecimiento con cada fuente de agua y de energía

(*) Rechazo: Se rechazarán aquellos extintores que, a juicio de la empresa mantenedora presenten defectos que pongan en duda el correcto funcionamiento y la seguridad del extintor o bien aquellos para los que no existan piezas originales que garanticen el mantenimiento de las condiciones de fabricación. (**) Nota: En esta revisión anual no será necesaria la apertura de los extintores portátiles de polvo con presión permanente, salvo que en las comprobaciones que se citan se hayan observado anomalías que lo justifique. En el caso de apertura del extintor, la empresa mantenedora situará en el exterior del mismo un sistema indicativo que acredite que se ha realizado la revisión interior del aparato. Como ejemplo de sistema indicativo de que se ha realizado la apertura y revisión interior del extintor, se puede utilizar una etiqueta indeleble, en forma de anillo, que se coloca en el cuello de la botella antes del cierre del extintor y que no pueda ser retirada sin que se produzca la destrucción o deterioro de la misma.

4. En todos los casos, tanto el mantenedor como el usuario o titular de la instalación, conservarán constancia documental del cumplimiento del programa de mantenimiento preventivo, indicando, como mínimo: las operaciones efectuadas, el resultado de las verificaciones y pruebas y la sustitución de elementos defectuosos que se hayan realizado. Las anotaciones deberán llevarse al día y estarán a disposición de los servicios de inspección de la Comunidad Autónoma correspondiente. 563

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Características e instalación de los aparatos, equipos y sistemas de protección contra incendios Los aparatos, equipos y sistemas, así como sus partes o componentes, y la instalación de los mismos, deben reunir las características que se especifican a continuación: 1. Sistemas automáticos de detección de incendios – Los sistemas automáticos de detección de incendio y sus características y especificaciones se ajustarán a la norma UNE 23.007. – Los detectores de incendio necesitarán, antes de su fabricación o importación, ser aprobados de acuerdo con lo indicado en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose el cumplimiento de lo establecido en la norma UNE 23.007. Detectores térmicos

Detectores de humo – Fotoeléctricos u ópticos (de haz de rayos proyectados y de haz de rayos reflejados).

– Temperatura fija o termoestáticos – Termovelocímetros – Combinados. – Compensados

– Iónicos (de partículas alfa o de partículas beta). – De puente de resistencia. – De análisis de muestra. – Combinados. – Taguchi con semiconductor.

Detectores de incendio

2. Sistemas manuales de alarma de incendios Los sistemas manuales de alarma de incendio estarán constituidos por un conjunto de pulsadores que permitirán provocar voluntariamente y transmitir una señal a una central de control y señalización permanentemente vigilada, de tal forma que sea fácilmente identificable la zona en que ha sido activado el pulsador. Las fuentes de alimentación del sistema manual de pulsadores de alarma, sus características y especificaciones, deberán cumplir idénticos requisitos que las fuentes de alimentación de los sistemas automáticos de detección, pudiendo ser la fuente secundaria común a ambos sistemas.

Los pulsadores de alarma se situarán de modo que la distancia máxima a recorrer, desde cualquier punto hasta alcanzar un pulsador, no supere los 25 metros. 3. Sistemas de comunicación de alarma

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El sistema de comunicación de la alarma permitirá transmitir una señal diferenciada, generada voluntariamente desde un puesto de control. La señal será, en todo caso, audible, debiendo ser, además, visible cuando el nivel de ruido donde deba ser percibida supere los 60 dB (A).

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

El nivel sonoro de la señal y el óptico, en su caso, permitirán que sea percibida en el ámbito de cada sector de incendio donde esté instalada. El sistema de comunicación de la alarma dispondrá de dos fuentes de alimentación, con las mismas condiciones que las establecidas para los sistemas manuales de alarma, pudiendo ser la fuente secundaria común con la del sistema automático de detección y del sistema manual de alarma o de ambos. 4. Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios Cuando se exija sistema de abastecimiento de agua contra incendios, sus características y especificaciones se ajustarán a lo establecido en la norma UNE 23.500. El abastecimiento de agua podrá alimentar a varios sistemas de protección si es capaz de asegurar, en el caso más desfavorable de utilización simultánea, los caudales y previsiones de cada uno. 5. Sistemas de hidrantes exteriores – Definimos hidrante como una conducción de agua de gran sección, que está alimentada por la red de abastecimiento público, para uso exclusivo de equipos contra incendios. Los sistemas de hidrantes exteriores estarán compuestos por una fuente de abastecimiento de agua, una red de tuberías para agua de alimentación y los hidrantes exteriores necesarios. Los hidrantes exteriores serán del tipo de columna hidrante al exterior (CHE) o hidrante en arqueta (boca hidrante).

Columna hidrante al exterior (CHE)

– Las CHE se ajustarán a lo establecido en las normas UNE 23.405 y UNE 23.406. Cuando se prevean riesgos de heladas, las columnas hidrantes serán del tipo de columna seca. Los racores y mangueras utilizados en las CHE necesitarán, antes de su fabricación o importación, ser aprobados de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose el cumplimiento de lo establecido en las normas UNE 23.400 y UNE 23.091.

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– Los hidrantes de arqueta se ajustarán a lo establecido en la norma UNE 23.407, salvo, que existan especificaciones particulares de los servicios de extinción de incendios de los municipios en donde se instalen. A (Sólidos)

B (Líquidos)

C (Gases)

D (Metales especiales)

2 xxx

x





2xx







Polvo BC (convencional)



xxx

xx



Polvo ABC (polivalente)

xx

xx

xx



Polvo específico metales







xx

Espuma física

2xx

xx





Anhídrido carbónico

1x

x





Hidrocarburos halogenados

1x

xx





Agente extintor Agua pulverizada Agua a chorro

Siendo: xxx Muy adecuado. xx Adecuado. x Aceptable. (1) En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse xx. (2) En presencia de tensión eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni la espuma; el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos extintores que superen el ensayo dieléctrico normalizado en UNE 23.110. Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego (UNE 23.010). 6. Extintores de incendio – Los extintores de incendio, sus características y especificaciones se ajustarán al «Reglamento de aparatos a presión» y a su Instrucción técnica complementaria MIE-AP5. – Los extintores de incendio necesitarán, antes de su fabricación o importación, con independencia de lo establecido por la ITC-MIE-AP5, ser aprobados de acuerdo con lo establecido en el artículo 2 de este Reglamento a efectos de justificar el cumplimiento de lo dispuesto en la norma UNE 23.110. – El emplazamiento de los extintores permitirá que sean fácilmente visibles y accesibles, estarán situados próximos a los puntos donde se estime mayor probabilidad de iniciarse el incendio, a ser posible próximos a las salidas de evacuación y preferentemente sobre soportes fijados a paramentos verticales, de modo que la parte superior del extintor quede, como máximo, a 1,70 metros sobre el suelo.

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– Se considerarán adecuados, para cada una de las clases de fuego (según UNE 23.010), los agentes extintores, utilizados en extintores, que figuran en la tabla que aparece en la siguiente página.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

7. Sistemas de bocas de incendio equipadas – Los sistemas de bocas de incendio equipadas estarán compuestos por una fuente de abastecimiento de agua, una red de tuberías para la alimentación de agua y las bocas de incendio equipadas (BIE) necesarias. Las bocas de incendio equipadas (BIE) pueden ser de los tipos BIE de 45 mm y BIE de 25 mm. – Las bocas de incendio equipadas deberán, antes de su fabricación o importación, ser aprobadas de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose el cumplimiento de lo establecido en las normas UNE-EN 671-1 y UNE-EN 671-2. – Las BIE deberán montarse sobre un soporte rígido de forma que la altura de su centro quede como máximo a 1,50 m sobre el nivel del suelo o a más altura si se trata de BIE de 25 mm, siempre que la boquilla y la válvula de apertura manual si existen, estén situadas a la altura citada. Las BIE se situarán, siempre que sea posible, a una distancia máxima de 5 m de las salidas de cada sector de incendio, sin que constituyan obstáculo para su utilización. El número y distribución de las BIE en un sector de incendio, en espacio diáfano, será tal que la totalidad de la superficie del sector de incendio en que estén instaladas quede cubierta por una BIE, considerando como radio de acción de esta la longitud de su manguera incrementada en 5 m. La separación máxima entre cada BIE y su más cercana será de 50 m. La distancia desde cualquier punto del local protegido hasta la BIE más próxima no deberá exceder de 25 m. Se deberá mantener alrededor de cada BIE una zona libre de obstáculos que permita el acceso a ella y su maniobra sin dificultad. La red de tuberías deberá proporcionar, durante una hora, como mínimo, en la hipótesis de funcionamiento simultáneo de las dos BIE hidráulicamente más desfavorables, una presión dinámica mínima de 2 bar en el orificio de salida de cualquier BIE. Las condiciones establecidas de presión, caudal y reserva de agua deberán estar adecuadamente garantizadas. El sistema de BIE se someterá, antes de su puesta en servicio, a una prueba de estanqueidad y resistencia mecánica, sometiendo a la red a una presión estática igual a la máxima de servicio y como mínimo a 980 kPa (10 kg/cm2), manteniendo dicha presión de prueba durante dos horas, como mínimo, no debiendo aparecer fugas en ningún punto de la instalación. 8. Sistemas de columna seca El sistema de columna seca estará compuesto por toma de agua en fachada o en zona fácilmente accesible al servicio contra incendios, con la indicación de uso exclusivo de los bomberos, provista de conexión siamesa, con llaves incorporadas y racores de 70 mm con tapa y llave de purga de 25 mm, columna ascendente de tubería de acero galvanizado y diámetro nominal de 80 mm, salidas en las plantas pares hasta la octava y en todas a partir de ésta, provistas de conexión siamesa, con llaves incorporadas y racores de 45 mm con tapa; cada cuatro plantas se instalará una llave de seccionamiento por encima de la salida de planta correspondiente.

567

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

Hidrante de columna seca

La toma de fachada y las salidas en las plantas tendrán el centro de sus bocas a 0,90 m sobre el nivel del suelo. Las llaves serán de bola, con palanca de accionamiento incorporada. El sistema de columna seca se someterá, antes de su puesta en servicio, a una prueba de estanqueidad y resistencia mecánica, sometiéndole a una presión estática de 1.470 kPa (15 kg/cm2) durante dos horas, como mínimo, no debiendo aparecer fugas en ningún punto de la instalación. Los racores antes de su fabricación o importación deberán ser aprobados de acuerdo con este Reglamento, ajustándose a lo establecido en la norma UNE 23.400. 9. Sistemas de extinción por rociadores automáticos de agua Los sistemas de rociadores automáticos de agua, sus características y especificaciones, así como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.590 y UNE 23.595.

568

Rociador automático de agua

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

10. Sistemas de extinción por agua pulverizada Los sistemas de agua pulverizada, sus características y especificaciones, así como las condiciones de su instalación se ajustarán a las normas UNE 23.501, UNE 23.502, UNE 23.503, UNE 23.504, UNE 23.505, UNE 23.506 y UNE 23.507. 11. Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión Los sistemas de espuma física de baja expansión, sus características y especificaciones, así como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.521, UNE 23.522, UNE 23.523, UNE 23.524, UNE 23.525 y UNE 23.526. 12. Sistemas de extinción por polvo Los sistemas de extinción por polvo, sus características y especificaciones, así como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.541, UNE 23.542, UNE 23.543 y UNE 23.544. 13. Sistemas de extinción por agentes extintores gaseosos Los sistemas de extinción por agentes extintores gaseosos estarán compuestos, como mínimo, por los siguientes elementos: a) Mecanismo de disparo. b) Equipos de control de funcionamiento eléctrico o neumático. c) Recipientes para gas a presión. d) Conductos para el agente extintor. e) Difusores de descarga. Los mecanismos de disparo serán por medio de detectores de humo, elementos fusibles, termómetro de contacto o termostatos o disparo manual en lugar accesible. La capacidad de los recipientes de gas a presión deberá ser suficiente para asegurar la extinción del incendio y las concentraciones de aplicación se definirán en función del riesgo, debiendo quedar justificados ambos requisitos. Estos sistemas sólo serán utilizables cuando quede garantizada la seguridad o la evacuación del personal. Además, el mecanismo de disparo incluirá un retardo en su acción y un sistema de prealarma de forma que permita la evacuación de dichos ocupantes antes de la descarga del agente extintor. Relación de normas UNE UNE EN 671-1: 1995.

Instalaciones fijas de extinción de incendios. Sistemas equipados con mangueras. Parte 1: Bocas de incendios equipadas con mangueras semirrígidas.

UNE EN 671-2: 1995.

Instalaciones fijas de extinción de incendios. Sistemas equipados con mangueras. Parte 2: Bocas de incendios equipadas con mangueras planas.

UNE 23.007/1 1996.

Sistemas de detección y alarma de incendio. Parte 1: Introducción.

UNE 23.007/2 1998.

Sistemas de detección y de alarma de incendio. Parte 2: Equipos de control e indicación.

UNE 23.007/4 1998.

Sistemas de detección y de alarma de incendio. Parte 4: Equipos de suministro de alimentación.

UNE 23.007/5 1978.

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 5: Detectores de calor. Detectores puntuales que contienen un elemento estático.

.../...

569

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

.../... UNE 23.007/5 1990. 1ª modificación.

570

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 5: Detectores de calor. Detectores puntuales que contienen un elemento estático.

UNE 23.007/6 1993.

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 6: Detectores térmicos termovelocimétricos puntuales sin elemento estático.

UNE 23.007/7 1993.

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 7: Detectores puntuales de humos. Detectores que funcionan según el principio de difusión o transmisión de la luz o de ionización.

UNE 23.007/8 1993.

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 8: Detectores de calor con umbrales de temperatura elevada.

UNE 23.007/9 1993.

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 9: Ensayos de sensibilidad ante hogares tipo.

UNE 23.007/10 1996.

Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 10: Detectores de llamas.

UNE 23.007/14 1996.

Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 14: Planificación, diseño, instalación, puesta en servicio, uso y mantenimiento.

UNE 23.091/1 1989.

Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 1: Generalidades.

UNE 23.091/2A 1996.

Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 A: Manguera flexible plana para servicio ligero de diámetros 45 milímetros y 70 milímetros.

UNE 23.091/2B 1981.

Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 B: Manguera flexible plana para servicio duro de diámetros 25, 45, 70 y 100 milímetros.

UNE 23.091/3A 1996.

Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 3 A: Manguera semirrígida para servicio normal de 25 milímetros de diámetro.

UNE 23.091/4 1990.

Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.

UNE 23.091/4 1994. 1ª modificación.

Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.

UNE 23091/4 1996. 2ª modificación.

Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.

UNE 23.110/1 1996.

Extintores portátiles de incendios. Parte 1: Designación. Duración de funcionamiento: Hogares tipo de las clases A y B.

UNE 23.110/2 1996.

Extintores portátiles de incendios. Parte 2: Estanqueidad. Ensayo dieléctrico. Ensayo de asentamiento. Disposiciones especiales.

UNE 23.110/31 1994.

Extintores portátiles de incendios. Parte 3: Construcciones, resistencia a la presión y ensayos mecánicos.

UNE 23.110/4 1996.

Extintores portátiles de incendios. Parte 4: Cargas, hogares mínimos exigibles.

UNE 23.110/5 1996.

Extintores portátiles de incendios. Parte 5: Especificaciones y ensayos complementarios.

UNE 23.110/6 1996.

Extintores portátiles de incendios. Parte 6: Procedimientos para la evaluación de la conformidad de los extintores portátiles con la Norma EN 3, partes 1 a 5.

UNE 23.400/1 1998.

Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 25 milímetros.

UNE 23.400/2 1998.

Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 45 milímetros.

UNE 23.400/3 1998.

Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 70 milímetros.

UNE 23.400/4 1998.

Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 100 milímetros.

UNE 23.400/5 1998.

Material de lucha contra incendios. Racores de conexión. Procedimientos de verificación.

UNE 23.405 1990.

Hidrante de columna seca.

.../...

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

.../... UNE 23.406 1990.

Lucha contra incendios. Hidrante de columna húmeda.

UNE 23.407 1990.

Lucha contra incendios. Hidrante bajo nivel de tierra.

UNE 23.500 1990.

Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios.

UNE 23.501 1988.

Sistemas fijos de agua pulverizada. Generalidades.

UNE 23.502 1986.

Sistemas fijos de agua pulverizada. Componentes del sistema.

UNE 23.503 1989.

Sistemas fijos de agua pulverizada. Diseño e instalación.

UNE 23.504 1986.

Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos de recepción.

UNE 23.505 1986.

Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos periódicos y mantenimiento.

UNE 23.506 1989.

Sistemas fijos de agua pulverizada. Planos, especificaciones y cálculos hidráulicos.

UNE 23.507 1989.

Sistemas fijos de agua pulverizada. Equipos de detección automática.

UNE 23.521 1990.

Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Generalidades.

UNE 23.522 1983.

Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para protección de riesgos interiores.

UNE 23.523 1984.

Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para protección de riesgos exteriores. Tanques de almacenamiento de combustibles líquidos.

UNE 23.524 1983.

Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para protección de riesgos exteriores. Espuma pulverizada.

UNE 23.525 1983.

Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas para protección de riesgos exteriores. Monitores lanza y torres de espuma.

UNE 23.526 1984.

Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Ensayos de recepción y mantenimiento.

UNE 23.541 1979.

Sistemas fijos de extinción por polvo. Generalidades.

UNE 23.542 1979.

Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de inundación total.

UNE 23.543 1979.

Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de aplicación local.

UNE 23.544 1979.

Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de mangueras manuales.

UNE 23.590 1998.

Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Diseño e instalación.

UNE 23.595-1: 1995.

Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 1: Rociadores.

UNE 23.595-2: 1995.

Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 2: Puestos de control y cámaras de retardo para sistemas de tubería mojada.

UNE 23.595-3: 1995.

Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 3: Conjuntos de válvula de alarma para sistemas de tubería seca.

3.1. Tipos y manejo de extintores El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) tiene editadas dos Notas Técnicas de Prevención (NTP) básicas en esta materia: la NTP 99, sobre métodos de extinción y agentes extintores –cuyos criterios técnicos siguen vigentes aunque no así los legales– y la NTP 536, relativa a “Extintores de incendio portátiles: utilización”. La exposición del presente epígrafe seguirá, fundamentalmente, las directrices de dichas Notas Técnicas. 571

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

3.1.1. Introducción En la organización de un plan de protección contra incendios en un centro de trabajo merece especial importancia la elección de los elementos materiales más adecuados y eficaces. Si se tiene en cuenta que el extintor es el primer elemento que se usa en los primeros minutos de iniciación de un fuego se puede afirmar que de él depende que la propagación del fuego se aborte o no. Elegir un buen extintor significa conocer qué agente extintor es el más adecuado y qué tipo y eficacia de extintor conviene. Además la efectividad de su uso depende de que se efectúe la actuación según lo recomendado por las entidades de reconocido prestigio en la lucha contra incendios y de que su mantenimiento y ubicación sea el correcto según la reglamentación o normativa correspondiente.

3.1.2. Extintores de incendio portátiles Están concebidos para que puedan ser llevados y utilizados a mano teniendo en condiciones de funcionamiento una masa igual o inferior a 20 kg. Dentro de los tipos más usuales se encuentra el extintor de incendios de presión permanente, que a su vez se presenta en tres modalidades: – La primera corresponde a aquellos en que el agente extintor proporciona su propia presión de impulsión, tal como los de anhídrido carbónico. – La segunda está formada por aquellos en que el agente extintor se encuentra en fase líquida y gaseosa, tal como los hidrocarburos halogenados, y cuya presión de impulsión se consigue mediante su propia tensión de vapor con ayuda de otro gas propelente, tal como nitrógeno, añadido en el recipiente durante la fabricación o recarga del extintor. – La última modalidad es la de aquellos en que el agente extintor es líquido o sólido pulverulento, cuya presión de impulsión se consigue con ayuda de un gas propelente, inerte, tal como el nitrógeno o el anhídrido carbónico, añadido en el recipiente durante la fabricación o recarga del extintor. En la Figura 1 se representa un extintor correspondiente a esta última modalidad. Se reconocen porque en el punto 4 (ver Fig. 1) va roscado un manómetro indicador de la presión del gas impulsor que ocupa la parte superior del recipiente. Para accionar el extintor se quita el pasador 8 tirando de la anilla, desbloqueándose la palanca 6 que se acciona apretando hacia la maneta fija 7 para que así se ponga en comunicación el tubo sonda 5 y la manguera 9. Entonces el gas impulsor empuja a la masa del agente extintor obligándola a salir por el tubo sonda hacia la manguera y su boquilla.

572

Otro tipo de extintor es el de presión no permanente. En ellos el agente extintor puede ser líquido o pulverulento y están sometidos a la presión atmosférica. El agente impulsor suele ser un gas inerte tal como el nitrógeno o el anhídrido carbónico, que va contenido presurizado en un botellín instalado dentro o fuera del extintor. En la Figura 2 se presenta este tipo de extintor con la denominación de sus partes principales. Se puede ver que la parte superior del aparato extintor es idéntica a la representada en la Figura 1 con la

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

excepción de que no lleva el agujero roscado para un manómetro. Este tipo de extintor lleva una válvula de seguridad 6 tarada a 0,8 veces la presión de prueba, porque suponemos que su capacidad es superior a tres litros. Además el botellín, si es de anhídrido carbónico y su capacidad es superior a 0,40 litros, dispone de un disco de seguridad tarado a una presión aproximada de 190 kg/cm2.

Extintor de incendios de presión permanente

573

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

Extintor de incendios de presión no permanente con botellín interior

Para el accionamiento del extintor se comienza por quitar el pasador de seguridad tirando de su anilla, desbloqueándose así la palanca que al apretarla hacia la maneta fija abre la salida del agente impulsor del botellín 2 que, a través del tubo 3, se aloja en la cámara 4. Posteriormente, si se empuña la boquilla de la manguera 7 y se acciona su palanca el agente impulsor que estaba presionando desde su cámara al agente extintor, obligará a este a pasar por el tubo 1 y salir por la boquilla de la manguera. 574

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

En la Figura 3 se presenta un ejemplo de etiqueta a adherir sobre un extintor de incendios de presión permanente. MARCA DEL EXTINTOR EXTINTOR DE INCENDIOS 6 kg Polvo ABC 21 A

113B

C

MODO DE EMPLEO 1. Quitar el pasador de seguridad 2. Apretar la maneta 3. Dirigir el chorro a la base de las llamas PRECAUCIÓN No apto para su uso en presencia de tensiones superiores a 35.000 voltios El polvo ABC no es tóxico ni corrosivo FABRICANTE: MARCA DE LA ENTIDAD AUTORIZADA Agente extintor: 6 kg Polvo ABC Agente propulsor: N2 Contraseña: FAI 1491 Transporte: EX–0291–V–V Homologado según: ITC, MIE AP–5 BOE 20.6.85 Temperatura de servicio: – 20 °C + 60 °C Verificar anualmente Utilizar para la recarga Recambios originales del modelo aprobado DISTRIBUIDOR: MANTENEDOR Y/O RECARGADOR: Etiqueta impresa sobre un extintor de incendios de presión permanente

En la casilla superior se indica la marca comercial del extintor. En la siguiente casilla viene la información sobre el tipo y cantidad de agente extintor y la eficacia del extintor. En el caso de la figura se indica que el extintor es de 6 kg de masa total (suma de las masas de los agentes extintor e impulsor y la del recipiente). El agente extintor es polvo polivalente antibrasa ABC a base de fosfatos que extingue fuegos de las clases A (sólidos), B (líquidos) y C (gases) con las eficacias correspondientes a 21 A, 113 B y C, respectivamente, según la norma UNE–23110 que especifica el tamaño y clase de fuego que es capaz de extinguir considerando unas determinadas condiciones. 575

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

A continuación viene una casilla sobre el modo de empleo del extintor. La casilla que indica PRECAUCIÓN es para advertir sobre los tipos de fuego para los que no debe utilizarse el extintor y además se añade la información de que el agente extintor no es tóxico ni corrosivo. En la siguiente casilla se da la referencia del fabricante que cumple con las exigencias legales. En la próxima casilla se indica la marca de la entidad autorizada que ha intervenido para la homologación del aparato. Conjuntamente a esta marca se da la información sobre las características del continente del extintor y la norma seguida para homologar con los códigos correspondientes al aparato extintor. A continuación viene la casilla con las referencias del distribuidor y otra última con las referencias del mantenedor y/o encargado. Todos ellos deben cumplir con las exigencias legales. En la Figura 4 se presenta un ejemplo de placa de diseño según normas. En ella se puede apreciar el nombre del organismo autonómico como autoridad competente para controlar las pruebas periódicas de presión. La casilla superior esta reservada para el número de registro. En la primera casilla de la izquierda se indica la presión de diseño o de timbre que corresponde a la presión máxima de servicio (en este caso 20 kg/cm2).

Ejemplo de placa de diseño

Las otras cuatro casillas están reservadas para indicar la fecha y marca de quien realiza las pruebas de presión con periodicidad de cinco años. En la placa de la figura se indica la fecha de la primera prueba de presión: 09–97. En este caso la última prueba se realizará en la fecha del mes 09 del año 2012 que dará de validez al extintor cinco años más hasta el mes 09 del año 2017 en que ya habrán pasado 20 años de servicio y por esto el extintor deberá retirarse.

576

En la Figura 5 se presenta una etiqueta correspondiente a un extintor de anhídrido carbónico. Puede comprobarse que la distribución de la información dada es similar a la de la etiqueta de la Figura 3. Este tipo de extintores no lleva placa de diseño, pues por pertenecer al grupo de botellas de gases licuados deberán llevar las inscripciones reglamentarias grabadas directamente sobre la botella. Además dichas botellas disponen de un disco de seguridad tarado a una presión de ~190 kg/cm2. Otra característica peculiar de los extintores de anhídrido carbónico es que la boquilla de la manguera es más grande que la de los otros tipos. Está realizada en material aislante para evitar que la temperatura especialmente baja del gas licuado produzca quemaduras.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

MARCA DEL EXTINTOR EXTINTOR 5 Kg CO2 (Anhídrido carbónico) 34 BC MODO DE EMPLEO 1. Posición vertical 2. Tirar de la anilla 3. Dirigir el chorro a la base de las llamas PRECAUCIÓN No utilizar en fuegos metálicos y productos radioactivos MARCA DE LA ENTIDAD AUTORIZADA Recargar después de utilizar aunque sea parcialmente. Verificar periódicamente. Utilizar para el mantenimiento o la recarga los productos y piezas de recambio conforme al modelo aprobado. NO CONDUCTOR DE LA ELECTRICIDAD Agente extintor: CO2 5 kg Temperaturas límite: –20 °C + 60 °C Aprobación N.º 012 / 485 Tipo: CO2 5 kg Modelo: NM FABRICANTE: DISTRIBUIDOR: MANTENEDOR Y/O RECARGADOR: Etiqueta impresa sobre un extintor de incendios de anhídrido carbónico

3.1.3. Selección de un extintor portátil En principio, se debería tener en cuenta para qué clase de fuego se quiere el extintor. Para ello se considerará lo expuesto en el reglamento de instalaciones de protección contra incendios (ver tabla 1). En la elección del agente extintor se deberá prescindir del halón, para así cumplir con el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono y que está ratificado por el estado español. Se podría elegir algunos de los productos alternativos de los halones que están autorizados.

577

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

Tabla 1. Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego según el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios (RD 1942/1993. BOE de 14.12.1993) CLASE DE FUEGO (UNE–EN2 1994) AGENTE EXTINTOR

A (Sólidos)

B (Líquidos)

Agua pulverizada

000 (2)

x

Agua a chorro

00 (2)

Polvo BC (convencional) Polvo ABC (polivalente)

00

C (Gases)

xxx

xx

xx

xx

Polvo específico metales

D (Metales especiales)

xx

Espuma física

00 (2)

xx

Anhídrido carbónico

0 (1)

x

Hidrocarburos halogenados

0 (1)

xx

Siendo: xxx Muy adecuado/xx Adecuado/x Aceptable Notas: 1. En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse xx. 2. En presencia de corriente eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni la espuma; el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos extintores que superen el ensayo dieléctrico normalizado en UNE–23.110.

Otro parámetro a tener en cuenta sería el tamaño del fuego que viene indicado por la parte numérica del código que nos define la eficacia del extintor. Este código está determinado por la norma correspondiente. Si los recintos que se desean proteger están en edificios habrá que recurrir a lo dispuesto en la Norma Básica de la Edificación que corresponda según la fecha de construcción del inmueble o, en caso que exista, a la ordenanza municipal correspondiente.

3.1.4. Normas de utilización de un extintor portátil El usuario de un extintor de incendios, para conseguir una utilización del mismo mínima eficaz, teniendo en cuenta que su duración es aproximadamente de 8 a 60 segundos según tipo y capacidad del extintor, tendría que haber sido formado previamente sobre los conocimientos básicos del fuego y de forma completa y lo más práctica posible, sobre las instrucciones de funcionamiento, los peligros de utilización y las reglas concretas de uso de cada extintor.

578

Como se ha visto anteriormente, en la etiqueta de cada extintor se especifica su modo de empleo y las precauciones a tomar. Pero se ha de resaltar que en el momento de la emergencia sería muy difícil asimilar todas las reglas prácticas de utilización del aparato.

CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\

Dentro de las precauciones generales se debe tener en cuenta: – La posible toxicidad del agente extintor o de los productos que genera en contacto con el fuego. – La posibilidad de quemaduras y daños en la piel por demasiada proximidad al fuego o por reacciones químicas peligrosas. – Descargas eléctricas o proyecciones inesperadas de fluidos emergentes del extintor a través de su válvula de seguridad. También se debe considerar la posibilidad de mecanismos de accionamiento en malas condiciones de uso.

1. Descolgar el extintor asiéndolo por la maneta o asa fija y dejarlo sobre el suelo en posición vertical.

2. Asir la boquilla de la manguera del extintor y comprobar, en caso que exista, que la válvula o disco de seguridad (V) está en posición sin riesgo para el usuario.

3. Presionar la palanca de la cabeza del extintor y en caso de que exista apretar la palanca de la boquilla realizando una pequeña descarga de comprobación.

Sacar el pasador de seguridad tirando de su anilla.

4. Dirigir el chorro a la base de las llamas con movimiento de barrido. En caso de incendio de líquidos proyectar superficialmente el agente extintor efectuando un barrido evitando que la propia presión de impulsión provoque derrame del líquido incendiado. Aproximarse lentamente al fuego hasta un máximo aproximado de un metro.

Reglas generales de uso de un extintor de incendios portátil

579

\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS

Antes de usar un extintor contra incendios portátil se recomienda realizar un cursillo práctico en el que se podrían incluir las siguientes reglas generales de uso (ver fig. 6): 1. Descolgar el extintor asiéndolo por la maneta o asa fija que disponga y dejarlo sobre el suelo en posición vertical. 2. En caso de que el extintor posea manguera asirla por la boquilla para evitar la salida incontrolada del agente extintor. En caso de que el extintor fuese de CO2 llevar cuidado especial de asir la boquilla por la parte aislada destinada para ello y no dirigirla hacia las personas. 3. Comprobar, en caso de que exista válvula o disco de seguridad, que están en posición sin peligro de proyección de fluido hacia el usuario. 4. Quitar el pasador de seguridad tirando de su anilla. 5. Acercarse al fuego dejando como mínimo un metro de distancia hasta él. En caso de espacios abiertos acercarse en la dirección del viento. 6. Apretar la maneta y, en caso de que exista, apretar la palanca de accionamiento de la boquilla. Realizar una pequeña descarga de comprobación de salida del agente extintor. 7. Dirigir el chorro a la base de las llamas. 8. En el caso de incendios de líquidos proyectar superficialmente el agente extintor efectuando un barrido horizontal y evitando que la propia presión de impulsión pueda provocar el derrame incontrolado del producto en combustión. Avanzar gradualmente desde los extremos.

3.1.5. Mantenimiento de los extintores de incendio portátiles En el plan de prevención y protección contra incendios en un centro de trabajo se incluye todo lo relativo a la cantidad, tipo, ubicación y mantenimiento de los extintores de incendio portátiles. Merece ser destacado que, para que un extintor de incendios sea eficaz en el momento del incendio, debe haber tenido un mantenimiento adecuado con las revisiones periódicas indicadas según el Real Decreto 1942/1993.

4. Actuaciones a adoptar en caso de incendio En el supuesto de producción de un incendio, se deben adoptar las siguientes actuaciones básicas: – Localizar el origen de la incidencia. – Clasificar la magnitud del incendio (conato, emergencia parcial o general). 580

– Comunicar el hecho al Jefe de Emergencia o de Primera Intervención a su sustituto, facilitándole la mayor cantidad de datos posibles del siniestro.

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– Si la magnitud del incendio lo permite, se dispone de conocimientos en lucha contra incendios y sin ponerse en peligro iniciar la extinción con los extintores portátiles de la zona. Apagar un fuego con el extintor inadecuado, puede resultar inútil, e incluso contraproducente. – Si se decide a atacar el fuego con los medios de extinción disponibles, no dejar nunca que el fuego corte las posibles vías de escape. Tampoco girarse ni dar la espalda al fuego. – Actuar siempre por parejas (ante cualquier eventualidad o desarrollo del siniestro, siempre se podrá contar con la ayuda de un compañero). – Si el incendio es controlado comunicarlo al Jefe de Emergencia, pero sin abandonar el lugar, el incendio podría reactivarse. – Si el incendio no se puede controlar, evacuar la zona cerrando las puertas que se vayan dejando a la espalda e indicarlo al Jefe de Emergencia. – Si no se puede salir debido a la gran cantidad de fuego o al humo: *

Mojar la puerta donde uno se encuentre (usar la papelera o los cajones como cubo), con el fin de enfriarla.

*

Mojar toallas o trapos y colócalas en los bajos de la puerta, para evitar la entrada del humo.

– Es muy importante para la seguridad, observar los siguientes aspectos : *

Conocer las vías de evacuación y puertas de salida, así como con la localización de los medios de emergencia (extintores portátiles, pulsadores de alarma, etc.).

*

Recordar que en caso de haber gran cantidad de humo y fuego en los accesos, lo mejor es esperar en el interior de tu local o dependencia. Si se ocurre salir, hacerlo envuelto en una manta o prenda empapada de agua.

4.1. Evacuación en caso de incendios La Nota Técnica de Prevención (NTP) 436 –Cálculo estimativo de vías y tiempo de evacuación– del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo –INSHT–, expone que el plan de emergencia de cualquier centro de trabajo plantea el doble objetivo de proteger a las personas y a las instalaciones ante situaciones críticas, minimizando sus consecuencias. La mejor salvaguarda para los ocupantes ante una emergencia es que puedan trasladarse a un lugar seguro, a través de un itinerario protegido y en un tiempo adecuado, esto es, realizar una evacuación eficiente. La citada Nota Técnica pretende exponer los parámetros a considerar para conseguir con éxito una evacuación. Para ello, aborda el estudio a través de los siguientes aspectos:

Definiciones Si se plantea un itinerario cualquiera de evacuación, antes del estudio de optimización se debería poner atención en los siguientes conceptos generales extractados de la Norma Básica de la Edificación NBE-CPI/96.

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Origen de evacuación: Cualquier punto ocupable. Excepción de los recintos de densidad de ocupación baja y superficie menor de 50 m2, cuyo origen de evacuación es su puerta. Recorridos de evacuación: Longitud real sobre el eje de pasillos, escaleras y rampas. Altura de evacuación: Diferencia de cotas de evacuación entre la del origen y la de salida del edificio. Para evacuación no se consideran las escaleras mecánicas, rampas móviles y aparatos elevadores, excepto las rampas móviles con dispositivo de parada automática por sistema de detección y alarma. Rampas: Son consideradas como los pasillos con una pendiente que no deberá ser mayor que el 12% cuando su longitud sea menor que 3 m, que el 10% cuando su longitud sea menor que 10 m o que el 8% en el resto de los casos. Recinto: Espacio cerrado y formado por elementos constructivos separadores. Puede abarcar diversas plantas pero constituye un sector de incendio. Establecimiento: Concesión de dominio sobre la utilización de un inmueble. Todo él dentro de un edificio será un sector de incendio diferenciado. Espacio exterior seguro: Es el lugar de la vía pública dentro de una zona delimitada con un radio de distancia de la salida de edificio de 0,1 P metros, siendo P el número de ocupantes. Si el espacio exterior no está comunicado con la red viaria o con otros espacios abiertos no será preciso computar la superficie necesaria dentro del radio de distancia antes citado pero habrá que excluir una franja de quince metros desde la fachada. Este espacio se determina a razón de 0,5 m2/ persona como mínimo. Ver también salida de edificio. Salida de recinto: Es una puerta o un paso que conducen directamente o no a la salida de planta y del edificio. Un recinto puede disponer de una única salida, si su ocupación es menor de 100 personas, no existen recorridos para más de 50 personas que precisen salvar en sentido ascendente una altura de evacuación de más de dos metros y ningún recorrido hasta la salida debe ser mayor de 25 m en general. Una planta puede disponer de una única salida si además de cumplir las condiciones anteriores, su altura de evacuación no es mayor que 28 m. Si un recinto o planta deben tener varias salidas se verifica que: Desde cualquier origen hasta alguna salida el recorrido es menor de 50 m y desde todo origen de evacuación hasta algún punto con al menos dos recorridos alternativos no tenga más de 25 m. Salida de planta: Puede ser el arranque de una escalera que conduce a una planta de salida del edificio, siempre que ésta no tenga un ojo o hueco central con un área en planta mayor que 1,3 m2 y no comunique con otras inferiores a través de huecos verticales además de las normales de las escaleras. Es también una puerta de acceso a una escalera o a su vestíbulo previo, a un pasillo protegido, siempre que cumpla con la normativa específica y que conduzcan a una salida de edificio.

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Es la puerta de acceso a otro sector, con las condiciones de que el primer sector tenga otra salida de planta o una puerta de acceso a un tercer sector y finalmente a una salida de edificio. Las dos salidas del primer sector no conducirán a un sector común para los dos recorridos optativos. Los espacios a los que se accede, dentro de 30 m de recorrido de evacuación desde la puerta considerada disponen como mínimo de 0,5 m2 por persona asignada a dicho recorrido.

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Salida de edificio: Puerta o hueco utilizable como paso a un espacio exterior seguro. Si el espacio exterior seguro no tiene capacidad para todos los ocupantes se podrá buscar otro espacio adicional capaz con la condición que el recorrido sea menor que 50 m y cumpla con la normativa específica. Además, la NTP comentada contempla los Tiempos de evacuación, el Cálculo de vías de evacuación y su aplicación práctica y el Cálculo de los tiempos de evacuación. En general, se pueden indicar como normas a tener en cuenta en una evacuación en caso de incendio las siguientes: – Al activarse la señal de evacuación, comprobar que las vías de evacuación se encuentran practicables, en caso contrario notificarlo el hecho al Jefe de Emergencia. – Mantener la calma. Indicar al personal de la zona la necesidad de evacuar el centro, por las salidas definidas (siempre que estas estén practicables). – Guiar a los ocupantes hacia las vías de evacuación. – Tranquilizar a las personas durante la evacuación, pero actuando con firmeza para conseguir una evacuación rápida y ordenada. – Ayudar a las personas impedidas, disminuidas o heridas. – No permitir la recogida de objetos personales. – No permitir el uso de los ascensores. – Siempre que sea posible verificar que los distintos lugares asignados han sido evacuados correctamente. – Una vez en el exterior, dirigirse al Jefe de Emergencia, indicándole la completa evacuación de la zona o, en caso contrario, las incidencias producidas en la misma (heridos, lugares que no se pudieron comprobar, etc.).

4.2. Evacuación de enfermos En la literatura especializada suele señalarse que un hospital no es evacuable y, aunque esto es defendido por la mayoría de los expertos, lo cierto es que puede llegar a necesitarse, aunque sea como última medida. Precisamente por la dificultad que comporta, es por lo que se hace más necesario tener preestablecida una posible evacuación. La razón argumentada a veces de la no posibilidad de evacuación de un Hospital no debe ser utilizada para no planificar la misma, por cuanto, pese a su dificultad y a sus consecuencias, puede evitarse que la catástrofe sea mayor. La evacuación total de un Hospital es, además de difícil, improbable, pero no las evacuaciones parciales o traslados a otras zonas no afectadas, por lo que cada área del Hospital deberá contar con su propia sistemática de evacuación. Naturalmente dicha sistemática será diferente en algunas áreas del Hospital, como las Unidades de Cuidados Intensivos, Neonatología, Hospitalización de Traumatología, etc. Al menos las Unidades de pacientes críticos y los bloques quirúrgicos deberán disponer de sus sistemáticas especiales de evacuación. Si se desea que la evacuación sea verdaderamente eficaz, hay que partir de dos premisas fundamentales: que sea ordenada y que se sigan vías preestablecidas. Ello viene determina-

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do, en principio, por el escaso o limitado tiempo con el que se cuenta, y por la necesidad de solventar las reacciones de pánico que suelen provocar los siniestros. Como norma general de actuación debe recordarse, una vez más, el principio básico de la Medicina de Catástrofes, en el sentido de primar el interés colectivo frente al individual. En toda sistemática de evacuación han de constar, al menos: – Unas normas generales para el personal. – Una definición de prioridades igualmente en función del área a evacuar, tipo de enfermos y disponibilidad de personal. – Una metodología del traslado de enfermos, en virtud del tipo de Unidad a evacuar.

4.2.1. Normas generales de evacuación Las personas responsables de la evacuación serán el personal de cada Unidad y el de otras áreas que designe el Comité de Catástrofes. Este personal estará perfectamente identificado mediante tarjeta. El personal permanecerá en su puesto de trabajo hasta recibir órdenes de la persona que dirija la evacuación y sólo de ésta. Para realizar una adecuada evacuación deberán seguirse las siguientes recomendaciones: – Mantener la calma y no fomentar situaciones alarmistas. – Eliminar obstáculos en puertas y rutas de evacuación. – Emprender la evacuación con rapidez, sin gritos ni aglomeraciones. – No intentar llevar consigo los objetos personales. – No intentar recuperar ningún objeto que se caiga. – Promover la ayuda mutua (controlar reacciones nerviosas). – No volver a entrar en el área después de evacuada. – Mantener el orden y la tranquilidad en las áreas de seguridad. – Cerrar puertas y ventanas. – Desconectar enchufes. – Mantener libre la línea telefónica o interfono.

4.2.2. Prioridades en la evacuación Se evacuarán siempre primero los enfermos, y luego los bienes materiales, comenzando por la documentación y siguiendo por los que puedan contribuir a agravar el siniestro y por los que puedan ser necesarios para la asistencia a los afectados. Como criterio general en la evacuación de los enfermos se define el siguiente orden: 1. Enfermos que puedan desplazarse por sí mismos. 2. Enfermos encamados que no pueden moverse por sí mismos, que estén más alejados de la zona de salida. 584

3. Enfermos impedidos más próximos a la zona de salida.

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4.2.3. Metodología de evacuación Dependiendo del lugar en que se produzca el siniestro se establecerá la preparación de los enfermos, el personal interviniente, la forma de traslado de los enfermos, la ruta de evacuación, la recepción de los evacuados y el control del proceso de evacuación. a) Preparación de los pacientes para la evacuación Hay que partir del hecho de que el paciente evacuado debe de poder ser identificado posteriormente para proseguir cuidados y atención médica en la zona de seguridad o en otro Hospital. Conviene tener en cuenta, igualmente, que el paciente puede no estar en condiciones de ofrecer su filiación, por lo que ha de procederse a otorgar a los pacientes algún dato para su identificación. La identificación de los pacientes dependerá fundamentalmente del tiempo de que se disponga para la evacuación. No obstante debe de estar prevista de antemano, sin que pueda dejarse a la improvisación. Como recomendación, se aconseja disponer de una pegatina, brazalete o pulsera en la que se identifique, al menos: – Número de cama que ocupe. – Unidad de origen y, si es posible, sector al que va dirigido. – Filiación. – Diagnóstico y tratamiento. La consignación de estos datos será realizada por el Personal de Enfermería y, por supuesto, dependerá del tiempo de que se disponga, por lo que puede ir desde consignar simplemente el número de cama a preparar toda la historia clínica completa. b) Personal que participará en la evacuación El personal obligado a participar en la evacuación es en principio el de la propia Unidad que se evacue. Además, todo el personal del centro podrá ser designado por el Comité de Catástrofes, aunque no dependa de la Unidad que se evacue. Es recomendable que el personal que participe en la evacuación esté identificado; para ello se sugiere el portar un brazalete con distintivos. Sus funciones serán trasladar enfermos hasta la zona de seguridad señalada. c) Técnicas de traslado La elección del método de traslado de enfermos estará en función del estado y patología del paciente, edad, etc. Los traslados de enfermos pueden realizarse en horizontal o en vertical. Toda evacuación supone, en principio, un traslado en horizontal, y puede ser realizada en la propia cama del enfermo. Si se trata de una evacuación mediante traslado en vertical, la utilización de camas o sillas queda descartada. La elección del método de traslado será realizada por el Facultativo responsable de la Unidad y en su ausencia por el/la Supervisor/a de la misma.

5. Seguridad en los centros sanitarios. Actuación de los Celadores En los establecimientos sanitarios existen numerosas instalaciones y se desarrollan distintas actividades que pueden ocasionar un incendio o una explosión. A dichos riesgos debe sumarse, como una posibilidad, el que en vecindad, o en el propio edificio estén ubicadas industrias o actividades que pudieran sufrir uno de tales riesgos, y que los mismos pudieran propagarse causando daños al establecimiento sanitario.

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Los planes de emergencia pretenden con su implantación optimizar la utilidad de los recursos técnicos y humanos disponibles, con el objetivo de controlar con rapidez la evolución de la emergencia y minimizar sus consecuencias. En un plan de autoprotección se pretenden los mismos objetivos pero además se incluye el de implantación de medidas de prevención que reduzcan la probabilidad de inicio de emergencias. Los conceptos de accidente y emergencia están muy ligados entre sí, pudiendo definirse como sucesos inesperados y no deseados que interrumpen el desarrollo normal de una actividad. En algunos casos sólo entrañan consecuencias económicas pero en otros pueden ocasionar daños a personas. Algunos son de evolución rápida, como puede ser la muerte de alguien por electrocución o explosión. Otros pueden ser de evolución más lenta como un incendio o sequía. El desarrollo de actividades lleva implícito una serie de riesgos que con el paso del tiempo pueden dar lugar a accidentes que ocasionarán situaciones de emergencia. Las medidas contra los accidentes-emergencias son: la prevención, la protección y la reparación. Podemos definir la prevención como el conjunto de medidas tendentes a que no se produzcan situaciones no deseadas, la protección como el conjunto de medidas que intentan neutralizar la emergencia producida y la reparación como el conjunto de medidas tendentes a reparar los daños ocasionados por un accidente. En un establecimiento sanitario las emergencias pueden ser muy variadas pudiendo ir desde una situación de catástrofe externa que pueda ocasionar la llegada de numerosos enfermos o heridos, pasando por situaciones potenciales de emergencia interna como una alarma de bomba o también los posibles accidentes que puedan originarse por las instalaciones o actividades que se desarrollan en el propio establecimiento.

5.1. Inventario de recursos Son todos los recursos técnicos y humanos del establecimiento, así como la cantidad y calidad de tiempo de intervención de las ayudas externas para la actuación en una situación de emergencia. Los recursos técnicos internos para la lucha contra incendio y evacuación se pueden concretar en: – Sistemas de detección, sistemas para detectar el humo, ya sea humano o automático. – Alarma, sistemas de emergencia para informar de la existencia de incidentes, como pulsadores, sirenas, megafonía, etc. – Medios de extinción, que son los medios de que dispone un establecimiento para la lucha contra el fuego, como extintores, bocas de incendio, sistemas fijos de extinción, etc. – Medios de evacuación, sistemas para poder evacuar a las personas, como escaleras, pasillos especiales señalizados, etc.

5.2. Clasificación de las emergencias Según el factor de gravedad de las mismas se pueden subdividir en:

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– Conato de emergencia, es el accidente que puede ser controlado y dominado de forma sencilla y rápida por el personal y medios de protección del local, dependencia o sector.

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– Emergencia parcial, es el accidente que para ser dominado requiere la actuación de los equipos especiales de emergencia del sector. Los efectos de la emergencia parcial quedarán limitados a un sector y no afectarán a otros sectores colindantes ni a terceras personas. – Emergencia general, es el accidente que precisa de la actuación de todos los equipos y medios de protección del establecimiento y la ayuda de medios de socorro y salvamento exteriores. La emergencia general comportará la evacuación de las personas de determinados sectores.

5.3. Actitudes a adoptar Las distintas emergencias requerirán la intervención de personas y medios para garantizar en todo momento: – La cadena detección-alarma. Cualquier persona que detecte una emergencia debe poder transmitir por teléfono interior (línea especial) o pulsadores la alarma a un centro permanente ocupado (centralita, recepción, etc.). – La valoración de la gravedad y movilización de equipos internos. Debe asegurarse la alerta a una persona formada que pueda evaluar la emergencia y movilizar a los equipos necesarios para la intervención según la gravedad. – El aviso, recepción e información de las ayudas externas. Debe asegurarse la comunicación de la emergencia a los equipos de ayuda externos así como el envío de una persona al acceso del edificio que reciba, informe y acompañe a los responsables del equipo. – La evacuación. Se le debe dar una relevancia especial por sus especiales connotaciones. En las emergencias parciales se organizará una evacuación parcial del personal del sector hasta una zona segura. Los métodos para el traslado de los enfermos estará en función de su dolencia. Lógicamente lo idóneo sería trasladar a los enfermos en su propia cama o en sillas de ruedas pero normalmente esto no es posible. A continuación pueden observarse algunos métodos para el traslado brevemente comentados: a) Por levantamiento: son los más rápidos, no requieren excesivo esfuerzo y son fáciles de aplicar.

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b) Por arrastre directo: está indicado cuando hay mucho humo, son imposibles de utilizar en evacuación vertical, requieren gran esfuerzo y algunos son lentos y requieren entrenamiento.

c) Por arrastre con silla: son rápidos, son bastante confortables para los pacientes pero no se pueden utilizar, generalmente, para la evacuación vertical.

d) Por arrastre por colchón: son seguros y confortables, son muy lentos y complicados, las vías de evacuación deben ser amplias y se necesita un gran esfuerzo físico.

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5.4. Actuación de los Celadores en un plan de emergencia Las indicaciones que recogemos se refieren a la actuación establecida por un hospital en concreto y por lo tanto deben entenderse como referencia de sus posibles actuaciones en cualquier centro hospitalario. Al recibir la alerta sus misiones serán: a) Celadores componentes del equipo de segunda intervención: – Recoger la máxima información de la emergencia procedente de centralita. – Aprovisionarse del equipo necesario y acudir al lugar de la emergencia y atacar el fuego bajo las órdenes directas del Jefe de Intervención. b) Resto de Celadores. Coordinados por el Jefe de Personal Subalterno, que en el momento de la alerta acudirá al lugar de la emergencia donde recibirá instrucciones claras del Jefe de intervención sobre: – Utilización de ascensores y vías de evacuación. – Personal disponible y distribución de los mismos.

Para atender las siguientes necesidades: – Paralizar montacamas y ascensores en la planta baja. – Convertir en montacamas los ascensores. – Destinar un Celador para cada montacamas para la utilización desde el interior. – Utilizar el montacargas de cocina para el uso exclusivo de los Equipos de Intervención, mientras su uso lo haga posible. – Destinar dos Celadores en urgencias para ayudar el movimiento de pacientes que acudan por las escaleras próximas y sacar los que acudan por el montacamas. – Cerrar las ventanas y puertas, etc. de almacenes y servicios.

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Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposiciones relacionadas con esta unidad didáctica son: 2Detectores de fuego que no se dispara por el humo, agente extintor menos indicado en fuegos de tipo B, método de evacuación de enfermos más aconsejable con humo (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006). 2Concepto de hidrante, utilización de ascensores durante un incendio (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009). 2Concepto EPI, normas básicas de autoprotección en los centros, Ley sobre protección de incendios, medidas preventivas de incendios, agentes extintores, funciones del Equipo de Primera Intervención, evacuación de incendios, misiones del EPI, concepto de BIE, tipos de fuegos, peligro ante los incendios, tipos de agentes extintores, métodos de evacuación, orden de evacuación de pacientes, documentos obligatorios en un plan de emergencia, establecimiento de zonas seguras (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009). 2Atención a una emergencia parcial, medios de protección pasiva, evacuación con humo, responsable ante una emergencia, fines de los planes de emergencia, señalización de seguridad, orden de evacuación, actuación ante un fuego (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009). 2Preparación ante una emergencia, factores de riesgo de las emergencias, estructura y contenido de un Plan de emergencias, concepto de alarma, concepto de evacuación, actuación básica ante un incendio, normas ante una evacuación, vigencia del plan de autoprotección (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009). 2 Señales de salvamento, manipulación de extintor (Servicio Murciano de Salud–SMS–, convocatoria 2009).

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