Manual De Entrenamiento De Equipo Ministerial - Randy Clark

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Introducción El Propósito de este manual de entrenamiento. Este manual fue escrito para aquellos que tienen un llamado y deseo dado por Dios de involucrarse en un ministerio a personas necesitadas que sufren – ya sea en una cruzada, en una iglesia local o sentado a la mesa de su cocina. Este manual tiene como propósito dar algunas instrucciones básicas y prácticas de cómo orar por las necesidades de otros en maneras específicas. Contiene algunas instrucciones generales de cómo ministrar, una sección de cómo orar para la salvación, secciones de cómo orar por los enfermos, y secciones acerca de la liberación de maldiciones y de la opresión demoníaca. Este manual fue diseñado para el uso, tanto como una ayuda en un salón de clases como para aquél que desea estudiar solo, para empezar a ayudar a otros comenzando por uno mismo, sin asistir a clases. Hay diferentes maneras de orar por necesidades específicas y no se intenta sugerir que los métodos descritos en este manual sean necesariamente los mejores. Estos son, sin embargo, métodos sanos. El principiante que use los métodos aquí sugeridos no se equivocará facilmente en su ministerio. Él tendrá éxito y descubrirá que el Espíritu Santo lo usará en su ministerio a medida que él ora por las personas y ellas son sanadas o muestran mejoría. Él tampoco causará daño emocional ni de ningún otro tipo a las personas por las que ora. No hay sustituto que la experiencia en cuanto a la oración para sanidad y liberación. Si se puede asistir a una clase donde se ofrezcan “clínicas” o experiencia práctica, se deberían aprovechar tales oportunidades. Sin embargo, el Espíritu Santo mismo es un maravilloso maestro que desea ayudar a cualquier persona que no pueda ganar experiencia de otra manera que lanzándose a orar. Aun los que tienen mucha experiencia deben depender grandemente en sus ministerios de la mano guiadora del Espíritu Santo. Este manual fue escrito en particular para aquellos que se involucrarán en oración directa y personal por la persona necesitada y no para la oración en grupos. Se da por entendido que si hay dos o tres personas orando por una persona, estos seguirán un poco de estructura, con una persona orando en voz alta mientras los demás interceden y no todos orando a la misma vez en voz alta. Aunque no se especifica aquí, los que oran también deben prestar atención a las oraciones de los demás, según ellos oran por sanidad física y emocional, liberación, etc. Ellos quizás noten formas de orar que parezcan más efectivas que las suyas. Cuando esto sucede, el principiante no debe temer emular a los otros. Nadie es dueño de ninguna forma de oración y es bueno que cada miembro del Cuerpo de Cristo aprenda de otros, constantemente buscando maneras mas efectivas de ministrar y de ayudar a aquellos con menos experiencia. A-1

Introducción No es el propósito de este manual el considerar un ministerio que contenga reprensión, acusación, el dar dirección ni profecía personal. Este manual no incluye el dar consejería, consejos médicos ni algún otro tipo de ministerio profundo. Si la persona que ministra nota que se necesita un regaño o corrección, o que se necesita consejería o ayuda médica, éste debe referir a la persona que está recibiendo ministración a otra persona con el entrenamiento necesario para que le brinde la ayuda que necesita. El ministerio más importante que alguien puede brindar es el ser un canal para que el amor de Dios fluya hacia la persona por la que se ora. El segundo, es ser un canal para que el Espíritu y Vida de Jesús sean derramados en la persona por la que se ora.

… como dice la Escritura, del corazón que cree en mí brotarán ríos de agua viva. (Juan 7:38.) 1 … si te alimentas con las palabras de fe y de la buena enseñanza que has seguido, serás un buen siervo de Jesucristo. (1 Timoteo 4:6.) Ejercítate en la devoción a Dios (mantén un espíritu fuerte). (1 Timoteo 4:7.) Pero que todo sea para su crecimiento espiritual. (1 Corintios 14:26.) Pero háganlo todo decentemente y con orden. (1 Corintios 14:40.)

Es nuestro deseo que este manual sea un trampolín del cual usted sea lanzado hacia una vida con un ministerio eficaz y poderoso y que pueda descubrir los maravillosos recursos que Dios nos ha dado a través de su Santo Espíritu. Deseo expresar mi agradecimiento personal a John y Melly Mackenzie, asociados de Global Awakening, por sus sustanciosas colaboraciones en la escritura y redacción de este manual, y a Cynthia Gebhardt por su labor de traducir este manual al español. Randy Clark Harrisburg, Pa. 2 de diciembre del 2001. 1

A menos que se indique de otra manera, todas las referencias bíblicas en este manual son sacadas de la versión Dios Habla Hoy.

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Cualidades Personales Ser parte de un Equipo de Ministración Entre los objetivos de la persona que es parte de un equipo de ministración, ya sea en una iglesia, en una situación como lo es una “clínica” o “cuarto” de sanidad, en una campaña, o como miembro de un equipo visitante de otra iglesia, se deben incluir los siguientes: • • • • •

El facilitar el movimiento del Espíritu Santo bajo la dirección de un pastor o de otro liderazgo designado del equipo. Dar dirección al ministerio con madurez, a través del orden, la seguridad y la cooperación. Evitar la confusión, la ofensa y el daño. El ministerio de un miembro individual del equipo debe: Desatar el amor de Dios, la sanidad, poder y liberación hacia aquellos que sienten el deseo de recibir oración. Edificar, exhortar y dar consuelo.

No es el propósito de un equipo de ministerio (ni de ningún miembro de equipo), desatar reprensión, corrección ni dar dirección. Tampoco es su propósito dar consejería ni algún otro tipo de ministración profunda. Este manual contiene direcciones sencillas, basadas en principios bíblicos para traer mayor fruto a la ministración.

Cualidades del miembro del equipo de ministración Las cualidades para un miembro del equipo serán determinadas por las personas responsables por el culto, reunión, o cualquier otro lugar donde la ministración se efectúe. Puede haber requisitos especiales para determinada organización o lugar. Generalmente, todo miembro del equipo de ministración tiene que haber nacido de nuevo (Juan 3:3, Romanos 6:23) y ser miembro de una iglesia local, sujeto al liderazgo de su iglesia. Dependiendo de las circunstancias, tal como para una conferencia, se le puede requerir un permiso escrito de su pastor y también se le podría pedir que llene una solicitud para servir en un equipo ministerial. Si se requiere un entrenamiento, la persona debe asistir a todas las clases a menos que haya sido excusado.

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Como servir como miembro del equipo en una conferencia o en reuniones organizadas La unidad entre los miembros de equipo y el liderazgo del equipo es un factor crítico para la eficacia de cualquier equipo ministerial. Se esperará de cada miembro que: •

Ministre de acuerdo con las normas establecidas por el liderazgo pastoral de la reunión.



Que se someta con gusto y le sea fiel al liderazgo pastoral de la reunión.



Que ponga a un lado su propia forma de ministrar y que siga el patrón establecido para la reunión.



Que ore con regularidad por las reuniones planificadas.



Que asista a las reuniones en las que se ora por las reuniones planificadas. Que interceda por: La unción de Dios sobre el equipo de alabanza. La unción de Dios sobre el predicador. La manifestación del amor de Dios en él y en otros. La presencia del Espíritu Santo. Un espíritu abierto para reconocer palabras de sabiduría, palabras de conocimiento y discernimiento.



Que se retire del equipo si uno de los líderes se lo pide.

Cualidades deseadas en un miembro del equipo de ministración Ninguno de nosotros es perfecto, pero el Señor nos ordena que nos esforcemos por obtener la perfección. (Mateo 5: 48.) Por consiguiente, el miembro de un equipo ministerial debe estar progresando en cuanto al desarrollo de cualidades deseables en su vida personal. En otras palabras, éste debe estar dejando que Dios lo cambie y mejore su carácter. Algunas de estas cualidades deseadas son:

Un espíritu educable mostrado por • •

Estar dispuesto a recibir ministración tanto como a darla. Estar dispuesto a aceptar corrección.

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Un corazón de siervo • • • • •

Humildad. (Proverbios 3:34, Santiago 4:6, 1 Pedro 5:5.) Obediencia. (Juan 14:23, 15:10.) Libertad del deseo de reconocimiento. Fidelidad. (1 Timoteo 1:12-14.) Estar dispuesto a continuar ministrando al final de una reunión o culto largo.

Demostrar ciertas características a través de su estilo de vida El elemento más importante en el ministerio es nuestra relación con Dios. A menos que su relación con Dios esté libre de rebeldía, rabia y desobediencia intencional, debería corregir su propio estilo de vida antes de tratar de ministrar a otros. Algunas de las características de una persona con una relación íntima con Dios son las siguientes: • • • • •

Pasar tiempo con Dios todos los días en alabanza y adoración. Leer y estudiar las Escrituras con regularidad. Caminar en el perdón como estilo de vida. (Mateo 6:14-15, 18:21-22; 2 Corintios 2:10-11.) Caminar en el arrepentimiento como forma de vida. (Mateo 3:2, Lucas 13:3, Apocalipsis 3:19.) Buscar que el Espíritu Santo lo llene y lo vuelva a llenar continuamente. (Hechos 4:31, 13:9, Efesios 5:18.)



Crecer en la demostración del fruto del Espíritu Santo en su vida. (Vea Gálatas 5:22.) Amor Paciencia Amabilidad Alegría Bondad Fidelidad Paz Humildad Dominio propio

• • • • • •

Practicar la obediencia a la dirección del Espíritu Santo. (Romanos 8:14.) Fidelidad en llevar a cabo cualquier ministerio que el Señor le halla asignado. Reconocimiento por los demás como persona consagrada. Esforzarse mucho para evitar el pecado. Neutralidad racial y denominacional al ministrar. Un llamado de Dios para servir en esta capacidad.

Nadie más que usted podrá saber si usted tiene todas estas características. Pero esto se puede notar, y las personas que lo conocen bien, podrían hacer algunas observaciones acerca de algunas de estas características. La revisión periódica de esta lista, podrá ayudarle a desarrollar una mejor relación con Dios.

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Otros elementos de carácter deseables: • • • • • • •

Conocimiento razonable de las Escrituras. (1 Timoteo 4:6-7, 2 Timoteo 2 3:16.) Ser una persona de oración. (Efesios 6:18.) Ser una persona estable y juiciosa. Estar libre de pánico, miedos y preocupaciones. (2 Timoteo 1:7; Filipenses 4: 67.) Saber manejar sus finanzas personales. Poder resistir ataques espirituales que pudieran surgir después del servicio al Señor. Estar tan seguro del amor que el Señor tiene por él, que puede asegurar a otros del amor del Señor por ellos.

Pero Dios nos ayuda más con su bondad, pues la Escritura dice: “Dios se opone a los orgullosos pero trata con bondad a los humildes.” (Santiago 4:6.) Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que Él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad. (Hebreos 4:16.) Un miembro de equipo debe reconocer que el tipo de persona que él es –lo que él hace en su manera de vivir es más importante que lo que él dice y hace en su ministerio.

Direcciones y Normas Las siguientes son algunas direcciones y normas generales asociadas con el servicio en un equipo ministerial. Por favor léalas con cuidado.

Administración Siempre siga las instrucciones dadas por los que están en posiciones de autoridad para la reunión o el lugar donde el ministerio se llevará a cabo. Normalmente estos serán el pastor de la iglesia donde se está ministrando o el líder de la reunión en la que está sirviendo o sus representantes. Puede que se le pida llevar una etiqueta con su nombre, que lo identifica como miembro del equipo ministerial.

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Puede ser que se le pida que no ministre sin otro miembro del equipo y/o un “sostenedor”, “atajador”.

Los “Sostenedores” o “Atajadores”. El sostener o atajar es un aspecto importante de la renovación del Espíritu Santo. Esto permite que las personas puedan recibir libremente y descansen en la unción sin el miedo de hacerse daño. También ayuda a mantener el tiempo de ministración “decente y con órden” (1Corintios 14:40). Además es una gran oportunidad de entrenamiento para aquellos que quieran unirse al equipo de ministerial o expandir sus destrezas en el ministerio de oración. Como “sostenedor” mantenga en mente lo siguiente: •

Cuando se prepare para sostener a alguien, mantenga sus codos cerca de su cuerpo y suavemente ponga sus manos en la base de la espina dorsal de la persona. Esto le da confianza a la persona de que usted está detrás pero tampoco interfiere con el proceso de oración. Mantenga un pie un poco más adelante del otro para mantener el balance. Trate de retroceder con la persona, permitiendo que sus manos se deslicen hacia arriba sobre la espalda de la persona según esta cae, en lugar de tratar de aguantar el peso completo de la persona con sus manos.



Tenga cuidado de protegerse de lesiones. Mantenga el balance, esté alerta y conciente del espacio que hay en el piso en su alrededor.



Busque ayuda si la persona es de un tamaño o peso mayor del que usted pueda aguantar.



Esté alerta y vigilante según las personas empiezan a “mecerse” bajo la unción y tenga cuidado de los que están alrededor pero no están recibiendo oración.



De vez en cuando, toque a la persona que piensa sostener en el centro de la espalda o en el hombro, para asegurarla de que usted está todavía ahí en caso de que se caiga.



Préstele atención a lo que está haciendo para estar listo cuando sea necesario. La persona que está orando se siente desalentada si se da cuenta de que usted no está ahí en el momento crítico. Si se siente cansado o si es su momento para ministrar, avísele a la persona que ora y reclute a otra persona.



Si ud. tiene una lesión o impedimento físico, por favor no se preste como sostenedor.



Si están disponibles, use paños de tela para cubrir las áreas expuestas como piernas o barrigas.

Cosas que se deben evitar: •

Empujar o halar hacia abajo a una persona; esto reduce la confianza en la ministración u ministerio de parte de los que reciben ministración. A-7



Halar a la persona hacia arriba por los hombros o por la parte superior de la espalda.



Sobar o tocar en maneras que sean molestosas o que se puedan malinterpretar.

Pauta para la oración por una persona del mismo sexo En cuanto a la ministración a personas del sexo opuesto, favor de seguir las instrucciones del liderazgo de la reunión. Trate de asignar mujeres a las mujeres y hombres a los hombres. De ninguna manera ministre solo (solo en un cuarto o en un salón grande, tan lejos de otros que nadie lo pueda oír) a un miembro del sexo opuesto. Para ministrar en el área de liberación, el equipo debe tener por lo menos una persona del mismo sexo de la persona que está recibiendo ministración.

La imposición de manos Los lugares apropiados para poner las manos durante una oración general son la frente o las manos. Toque levemente teniendo cuidado de no ofender. Cuando ore para sanidad, el miembro de equipo puede tocar la parte del cuerpo afectada, únicamente si no es una parte sensible por ejemplo, si es el pie, el codo, la rodilla, la espalda, el cuello, los ojos, etc., estas sí se pueden tocar. Esto tiende a traer el poder del Espíritu Santo en usted, más cercano al lugar que necesita sanidad. Si la parte del cuerpo es un área más sensible como por ejemplo el abdómen, el miembro del equipo puede pedirle a la persona misma que coloque su mano sobre el área afectada y entonces el miembro del equipo podría poner su mano sobre la mano de la persona que recibe ministración. Si esto tampoco le parece apropiado, entonces toque levemente la mano o la frente de la persona.

Higiene La ministración al frente es trabajo fuerte y muchas veces debilita físicamente. Empiece refrescado, aplique desodorante antes de comenzar y tenga consigo suficientes pastillas para el buen aliento.

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Lesiones Si una persona se lastima de cualquier manera, deje de ministrar y atienda la necesidad física de la persona. Avise a un pastor o supervisor lo más pronto posible.

Quejas Recuerde que trabajamos como equipo. El liderazgo pastoral maneja las quejas en cuanto a su forma de ministrar de la siguiente manera: Uno de los líderes se comunicará con usted. El líder le explicará la queja a usted según se la explicaron a él. Usted podrá explicar su lado del caso. Juntos buscarán posible soluciones. Si es necesario, el líder le pedirá a usted que se retire del equipo de ministerio.

Silencio en el área de la ministración Siempre hable en voz baja en el área de ministración. Cuando termine de orar, considere que el compañerismo y las conversaciones no relacionadas con la ministración, pueden causar distracción para los que no han terminado de ministrar. Si es posible, sugiera que la música durante la ministración, sea suave y de adoración.

La meta La meta de la ministración no es ver manifestaciones de cualquier clase. Aunque esto pasa, esta no es nuestra meta. La meta es una impartición del amor de Dios a través de usted y desatar el poder del Espíritu Santo en el nombre de Jesús.

Necesidad de oración del equipo de ministerio Ore diariamente por usted y por los otros miembros del equipo según el Espíritu Santo lo dirija. Entre las cosas que debe incluir en sus oraciones están las siguientes: 1. Toda la armadura de Dios según Efesios 6:12-17. 2. La cobertura de la sangre de Jesucristo sobre su familia, hogar y propiedad. 3. Un cerco de protección que cierre todo hueco. A-9

4.

Que todas las cosas se sometan bajo la autoridad y obediencia como en 2 Corintios 10:4-5.

5. Discernimiento para reconocer a nuestro enemigo, el diablo, que viene a acusar, a traer condenación y culpa, no como en Juan 3:17. 6. El favor y las bendiciones de Dios, como en Lucas 2:5. 7. Unidad en las relaciones humanas en todas las esferas de la vida, sin darle lugar diablo para traer división y no tomar sobre sí las ofensas de los demás, como en el Salmo 133. 8. Un espíritu que fluye libremente en el perdón. 9. Regar palabras que den vida como semillas de justicia y comunicación clara. 10. Corazones agradecidos y humildes hacia Dios y hacia los demás. 11. Espíritus enseñables, cooperativos y flexibles. 12. La gracia de Dios para la labor y para los demás. 13. Paz que todos encuentren diariamente su lugar a los pies de Jesús. 14. Una unción fresca que fluya durante el día y a través de las reuniones mientras se hacen las labores. 15. La obra personal de Dios en cada persona a través de su ministerio para que él o ella sean más como Jesús. 16. Que Dios sea exaltado, que Su reino venga, Su voluntad sea hecha y Su gloria llene a cada uno. 17. Que el gozo del Señor sea su fuerza para sobreponerse al cansancio físico y al insomnio. 18. Sabiduría de lo alto con pensamientos inspirados por Dios, según Santiago 1: 5. 19. Amor como se describe en 1 Corintios 13: 2-3 y Romanos 5: 5.

Lema para el equipo: ¡Sea simpático! ¡Sea flexible! ¡Ore mucho! ¡Tenga buen aliento!

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Estilo de Vida Personal y Preparación Sea un canal para el amor de Dios y para el consuelo y poder del Espíritu Santo Sin el amor de Dios y sin la ayuda del Espíritu Santo, usted no podrá hacer nada para ayudar a la persona que está recibiendo ministración. Si su relación con Dios es de alguna manera confrontativa, no ministre hasta que usted haya cambiado. Dios contesta nuestras oraciones. Ore diariamente para que pueda recibir más del amor de Dios, la habilidad de ser un canal de su amor para los demás, y por la dirección de Dios y por la obediencia al Espíritu Santo.

Oración y Alabanza Uno se tiene que preparar contínuamente para ser usado en el ministerio. Más adelante hay sugerencias y referencias bíblicas que ayudan a aumentar la “unción” en su vida y su ministerio. Usted no siempre sentirá la unción, pero ésta está con usted y crecerá si lo pide. Espere en el Señor Sólo en Dios encuentro paz; pues mi esperanza viene de El. (Salmos 62:5.) Pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas. (Isaías 40:31.) Así, pues, Israel, vuélvete A tu Dios; (Oseas 12:6.) Pídale al Espíritu Santo que examine su corazón frecuentemente. Oh Dios, examíname, reconoce mi corazón; ponme a prueba, reconoce mis pensamientos; mira si voy por el camino del mal,y guíame por el camino eterno. (Salmos 139:23-24.) Oh Dios, !pon en mí un corazón limpio! (Salmos 51:10.) Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede permanecer en su santo templo? El que tiene las manos y la mente limpia de todo pecado; el que no adora ídolos ni hace falsos juramentos. (Salmos 24:3-4.) No haga nada para para apagar (extinguir o ahogar) el Espíritu Santo, lo que sucede cuando se violan los principios de su conciencia. (1Tesalonicenses 5:19.) A-11

Válgase de la presencia de Dios y siga recibiendo más unción “llénense del Espíritu Santo.” (Efesios 5:18.) Renueve su mente (obtenga una actitud nueva) con la Palabra. “Ustedes deben renovarse en su mente y en su Espíritu.” (Efesios 4:23.) Entre en la alabanza de todo corazón, concentrándose en Jesús y no en usted mismo. Alaben el glorioso nombre del Señor, adoren al Señor en su glorioso santuario. (Salmos 29:2.) Porque los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que adoramos á Dios movidos por su Espíritu, y nos alegramos de ser de Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en las cosa externas. (Filipenses 3:3.) Y toda altanería que pretenda impedir que se conozca á Dios. Todo pensamiento humano lo sometemos á Cristo, para que le obedezcan a él. (2 Corintios 10:5.) Busque oración de parte de otros. Oren también por mi, para que Dios me dé las palabras que debo decir, y para que pueda hablar con valor y dar así a conocer el secreto del mensaje de salvación. (Efesios 6:19.) Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos. (2 Timoteo 1:6.) Tenga cuidado de no ponerse celoso de otra persona que parezca tener mayor unción o que es buscada por otros para que ore por ellos y por la que hacen filas.

Ataque Espiritual Cuando usted empieza a orar por otros de maneras especificas, usted empieza a entrar en guerra espiritual. Usted se convierte en un “libertador” para los perdidos, los enfermos y los oprimidos. Al enemigo no le gusta esa invasión de su “territorio” y trata de vengarse- no se sorprenda de sus contraataques. Por lo tanto, esté alerta. Aprenda a descansar en Dios cuando se encuentre bajo un ataque. Regocíjese en Su cuidado y Su habilidad para protegerlo. Deje que la batalla sea del Señor. El descanso y la paz son armas diseñadas para proteger su corazón (emociones) y su mente (el pricipal campo de batalla) en Cristo Jesús. Vea Filipenses 4:6-7. Si empieza a enfermarse, a tener dificultades en el trabajo o en la casa,si se deprime, A-12

por ejemplo, no tiene que soportar esto solo. Llame a un compañero de oración en el que confie y pidále oracion-¡todos estamos juntos en esto!

Algunas Sugerencias Generales de Cómo Orar Estilo Las iglesias, conferencias, líderes e individuos tienen muchas maneras de orar durante el tiempo de ministración. Su técnica y personalidad serán diferentes de las de los demás. Mientras no debería imitar el estilo de otra persona, las siguientes direcciones han mostrado ser seguras y efectivas.

¡Ame, consuele y exhorte! Recuerde que sus principales direcciones son, en primer lugar, el mostrar amor y , en segundo lugar, dar consuelo, exhortar y edificar. Aplique estos pricipios al seleccionar sus palabras. Por ejemplo, si una persona pide oración para tener mas confianza en el Señor, es mejor decir, “Padre, por favor aumenta la fé de este hermano”, en vez de decir, “Por favor trabaja en ese corazón lleno de incredulidad”. El amor y la aceptación son cosas claves.

Tome tiempo para ministrar No apresure la obra del Espíritu Santo. Si alguien se cae, usted puede seguir ministrándole en el piso o quizás sea guiadoa dejarlo solo con el Espíritu Santo. Si usted le habla antes de irse, explíquele que puede seguir en el piso recibiendo más. Muy comúnmente las personas se levantan demasiado rápido y se pierden algo de lo que Dios tenía para ellos.

Sea discreto No ore por una persona que no quiera oración o que no haya pedido ministración. Deje que Dios haga la obra en el corazón de la persona y que en su tiempo, Él atraiga a la persona.

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A veces, cuando una persona se encuentra bajo la influencia del Espíritu Santo, puede ser que ésta revele cosas de índole muy personal. Como ministro de sanidad, mantenga estas cosas sumamente confidenciales. Cuando ore acerca de cosas íntimas o personales, ore en voz muy baja para que nadie lo escuche.

Espere en el Señor No “fuerce” la obra del Espíritu Santo. Si la persona por la cual ora no está de acuerdo, pare de orar y cambie la dirección. Si el Espíritu Santo está tratando directamente con la persona, déjelo que siga Él y no usted.

Asesore la situación Según ore por una persona, preste atención a lo que el Espíritu Santo está haciendo. Ore con los ojos abiertos. Si usted observa la reacción de la persona al Espíritu Santo, usted puede tener una idea de lo que Dios está haciendo en el corazón de la persona. Por ejemplo, si la persona está temblando, usted debe continuar orando acerca de lo que oraba cuando la persona empezó a temblar. O, si la persona comienza a llorar, no ore, “Señor, llena su boca de risa.”

Ore de acuerdo con la Biblia Usted muy raramente se equivocará si ora de manera siguiente: “Ven Espíritu Santo.” Para recibir el bautismo del Espíritu Santo “Más.” (“Cuanto más el Padre les dará el Espíritu Santo a los que se lo piden.”) Mayor revelación del amor de Dios en Cristo. Unción para servir y /o desatar los dones y llamados. Justicia, paz y gozo. Desatar el Reino de Dios en mayor medida. Por un espíritu de amor, paz, etc. sobre la persona.

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“Ver”en el espíritu Ore con sus ojos físicos y espirituales abiertos. Haga lo que vea al Padre hacer. Si recibe palabras de conocimiento, ore de manera bíblica por esas revelaciones. Cualquier cosa que no sea para edificación, exhortación o consuelo, compártalo con el supervisor de equipo de ministerio o pastor. Tampoco profetice nada a un joven menor de escuela secundaria, sin estar presente un padre o pastor.

Evite movimientos que distraen Use discreción con oraciones muy intensas o en voz muy alta. En algunas circunstancias esto puede distraer al que recibe la oración, de lo que el Espíritu Santo está tratando de hacer. Esto también puede causar distracción para otros que reciben oración cerca de usted. Puede orar en lenguas en voz bajita; pero también acuérdese de orar en español para que la persona sea edificada.

También evite lo siguiente: • Atraer atención hacia usted al gritar, empujar o mover demasiado sus manos. • Empujar o mover a la persona de manera que distraiga la atención de lo que el Señor está haciendo. Deje que sea Dios el que toque.

• Obligar a alguien a agarrar un pañuelo o servilleta. Tenga discernimiento y sea sensible.

• Hacer demasiadas preguntas. Usted no es un consejero, sino un facilitador para el Espíritu Santo. Deje que Él ministre.

• Proyectar hacia otra persona lo que Dios está haciendo en usted. Por ejemplo, si usted se está riendo, no haga que el otro se ría también. Averigüe lo que Dios está haciendo en él y bendiga eso.

• Conversar cerca de los que están recibiendo oración.

Ponga a la prueba sus impresiones Cuando no esté seguro de algo, pare y pregunte. Si siente una impresión en su espíritu, pero quiere estar seguro de que es del Señor, pregúntele a la persona si esa impresión significa algo para ella. Si la persona dice que sí, entonces la fe de ambos va a crecer. Si la persona dice que no, usted ha sido prudente. No ministre profecías direccionales ni correccionales. En su lugar, ministre palabras positivas como lo son por ejemplo, estimular a recibir el bautismo del Espíritu Santo y poder para sanidad.

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Cuando dejar de orar Un factor importante es cuántas personas piden oración en relación al tamaño del equipo de ministerio. La primera hora es normalmente la más difícil. Así es que si hay mucha gente pidiendo oración, es sabio usar cinco o seis minutos por persona, especialmente si no hay mucha evidencia del movimiento el Espíritu Santo (ejemplo: lágrimas, temblor o dirección de la oración.) Usted podría sugerirle a la persona que continúe empapándose con el Espíritu Santo y que usted volverá un poco más tarde. Sin embargo, si el Espíritu Santo está moviéndose con mucho poder, continúe orando por la persona aunque haya mucha gente esperando. Siempre tómese su tiempo y tenga paciencia. La meta es calidad, no cantidad. Si nadie lo está esperando, usted puede continuar las oraciones por la persona aunque no haya una manifestación muy fuerte del Espíritu Santo. Si usted dice que volverá mas tarde, por favor hágalo. Si la persona por la que está orando se cae, siga orando por ella hasta que el Espíritu Santo le permita irse. Dios sigue obrando aunque la persona siga en el piso. A veces esa obra es evidente y a veces ésta es interna y no se nota de afuera. Si se obliga a la persona a pararse demasiado rápido, se puede interrumpir lo que el Señor está haciendo.

Como ayudar a los que tienen dificultad en recibir A algunas personas se les hace difícil pasar al frente para recibir oración. De hecho, algunos quizás solamente hayan pasado al frente una o dos veces en toda su vida. Es natural que se sientan tímidos e inseguros. Estos sentimientos pueden empeorar si no sienten un toque inmediato del Espíritu Santo cuando empiezan a recibir la oración. Esto puede causar que la persona se retire del altar confundido y abatido en vez de edificado. Trate de ayudarlas a que se relajen. Relájese usted también. Para esto se presta conversar un poco de manera amigable con la persona antes de empezar a orar. Le puede preguntar si ha recibido oración de renovación antes y cómo le fue. Esto le da la oportunidad a usted a calmar los temores de la persona. En cuanto a recibir oración, lo siguiente podría ayudarle a los que tienen dificultad en recibir:

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-Si después de pocos minutos de oración usted nota que la persona no está recibiendo nada, pregúntele: “Está hablándole el Señor?” o ¿Siente que el Espíritu Santo está haciendo algo?” Si dice que no, quizás él o ella necesiten más instrucción y edificación. -Quizás pueda usted decirle algo edificante o algo que calme su temor. Como por ejemplo: •

Dígale que se relaje y reciba. No deje que ore ni en voz alta, ni en voz baja, ni en lenguas. Hágalo que ponga su mente en neutro y que solamente reciba. “La mayor parte de nuestras vidas la pasamos trabajando y dando; este momento es solamente para recibir. De camino a su casa puede orar todo lo que quiera.”



“Es una buena idea empaparse. Piense que usted es una esponja y el Espíritu Santo, es la lluvia. Manténgase bajo su presencia durante la alabanza y la oración y deje que Él lo sature.”



“No preste atención a las manifestaciones. Esto es para acercarse más al Señor y refrescar su espíritu. Si siente que se va a caer, está bien, alguien está detrás para aguantarlo. Pero esto no es necesario. Abra su espíritu al Espíritu Santo y espere a ver qué pasa.”



Tranquilice el temor que tiene la persona de perder el control al decirle qué es lo que le puede pasar. “Su mente siempre estará clara. Aunque el Espíritu Santo obre de manera inesperada, usted siempre puede parar el proceso cuando quiera.”



“Fluya. Si siente que quiere llorar, sonreír, reírse, o hasta temblar, déjese hacerlo. Usted está en un lugar seguro aquí.



Asegúrele a la persona que no está mal. Es natural que la persona piense: “Todos los demás están siendo bendecidos; tiene que ser que yo estoy mal.” Seguramente eso no es cierto. “Tenga paciencia consigo mismo y con el Señor. Si realmente piensa que hay un obstáculo entre usted y el Señor, entonces pregúnteselo al Señor -- Él le mostrará lo que sea.”



Ayude a la persona con las tendencias de racionalización, temores, pérdida del control. “Experiméntelo antes de analizarlo. Es como adorar al Señor, que no tiene explicación racional.”



Algunas personas tienen miedo de caerse. Si la persona tiene problemas de la espalda, está embarazada, es anciana, es obesa, débil o tiene miedo de caerse, usted podría pedirle que se siente para recibir la oración. Si ésta desea quedarse parada, busque suficiente ayuda para ayudar a aguantarla o sugetarla bien.

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Estimule a la persona a enfocarse en el Señor y no en caerse. “Déle al Espíritu Santo permiso para hacer lo que Él quiera.”



“Siempre es aceptable recibir más oración. No es egoísmo querer más de Dios. De hecho, es una señal de sanidad espiritual. Reciba oración lo más que pueda.”

Lo más importante es no forzar el tiempo de la ministracion. Si el Espíritu Santo no está haciendo algo, usted debe relajarse y pensar que habrá otras oportunidades

Oraciones de bendición Dios es la fuente de toda bendición. En su bondad, Él nos permite a nosotros, sus hijos, comunicar sus palabras, sus bendiciones y sus hechos. La diferencia entre las bendiciones y los buenos deseos comunes, es que los primeros tienen su origen en Dios y los segundos en el hombre. Para que las palabras de bendición tengan poder y autoridad, éstas tienen que estar de acuerdo con las Escrituras y con el propósito de Dios en la vida del que las recibe. El elemento clave para orar por una bendición sobre otros es el saber que lo que usted está orando representa el corazón de Dios para esa persona. Empiece a orar con su oído abierto hacia Dios, esperando que Él le revele algo de su propósito para la vida de la persona. El podrá hacer esto con una Escritura en particular, una palabra visual, impresión espiritual, o recordándole algo que usted ya sabía de la persona. Revise el párrafo anterior de cómo orar oraciones bíblicas.

Una oración ejemplar Lo siguiente es una oración ejemplar del proceso. Ésta empieza por pedirle Su bendición mientras se espera que Él revele áreas de necesidad más específicas: 1. Empiece con la simple frase: “Te bendigo (nombre de la persona), en el nombre de Jesucristo.” 2. Continúe con oraciones generales de bendición sacadas de las Escrituras; como por ejemplo: “Señor, te pido que derrames tus bendiciones sobre (nombre de la persona) y sanes sus enfermedades, sana todas sus heridas o cicatrices del corazón, bendice a su familia, bendícelo con provisión financiera, y protégelo del enemigo.”

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3. Haga oraciones con bendiciones específicas como, “Padre, bendice a (nombre de la persona) y restaura la relación rota que tiene con su hija adolescente. Tumba las paredes de rebeldía y separación que se han construido entre ellos. Pon entre ellos un gran amor. Ayúdalos a respetarse y a sentirse confiados el uno con el otro…” “Padre, tócalo con tu amor. Revélale cuan precioso él es en tus ojos. Quítale todos los miedos y ansiedad que tiene hacia Tí. Deja fluir tus bendiciones sobre él.

Como ministrarle a personas en grupo Puede haber ocasiones, como en la de un llamado al frente, para un propósito mencionado por el predicador, cuando usted ministrará a personas que forman parte de un grupo grande. Las siguientes son sugerencias de cómo usted podrá escoger por quién orar y algunas ideas para su ministerio:

Evaluar disposición Empiece con aquellos que parecen estar abiertos al Espíritu Santo. Por ejemplo, alguien que tiene los ojos cerrados y que está perdido en la adoración probablemente está más abierto a la obra del Espíritu Santo que alguien que tiene sus manos en los bolsillos y cuyos ojos se mueven de un lado para el otro. Así ud empieza de una manera edificante y aquéllos que todavía están distraídos tienen unos minutos para “empaparse” (pasar tiempo en la presencia de Dios).

Administrar Protección Esté conciente de las personas que se hayan caído y protéjalas de ser golpeadas, pisadas o de que alguien les caiga encima. Tenga la delicadeza de cubrir a una persona para proteger su dignidad o de ajustar su posición si es necesario.

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Refiérase al Mensaje Si durante el culto hay un llamado específico, asegúrese de referirse al tema del llamado o al mensaje del predicador en su oración. Fue el Espíritu Santo que logró, que la persona respondiese al llamado en primer lugar. Nuestra responsabilidad es cooperar con Él. Ore de acuerdo con el llamado. Si es para sanidad, averigüe qué clase de sanidad es necesaria y ore por eso. Si es para rededicación, estimule a la persona a rededicarse ahora, mientras usted escucha. Si es para impartición, ore por la impartición que el predicador ha llamado a la gente a recibir. Si el llamado es para romper ataduras, ore para romper las ataduras que mencionó el predicador o que la persona misma le mencione a usted. En casos de liberación, si hay manifestaciones, se debe callar al espíritu y la persona debe ser llevada a otro lugar para recibir ministración extensa. Si no hay una indicación clara de la naturaleza del llamado al altar, como por ejemplo frecuentemente sucede al final de un culto, pregúntele a la persona cuál es su petición. Si usted duda de que la persona sea salva, pregúntele si lo es y si no lo es, trate de llevarlo al Señor.

¡Amor, Amor, Amor! Si usted es un canal para el amor de Dios, la gente por la que ora recibirá ministración genuina y bendición, aunque no reciba aquello por lo que oró. Dios es amor, y si ministramos en su Espíritu, le vamos a impartir a aquellos por los que oramos, algo de su amor. Sea usted una bendición!

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“Sozo” La palabra “sozo” se usa más de 110 veces en el Nuevo Testamento. Es un verbo griego que significa la acción de ser salvo o rescatado de bajo el poder de Satanás y restaurado a la sanidad, y al orden divino. Se usa para decir “salvo” en el sentido de ser salvo del castigo eterno del pecado. Se usa para significar “sanado” de enfermedad. Se usa para significar libertado de opresión demoníaca. De hecho, puede significar todo esto a la misma vez. También se usa como verbo cuando alguien es levantado de los muertos. El ser “sozo” es ser salvo completamente. La palabra también se usa para significar el devolver a la vida después de la muerte.”

Salvación Pedro, predicándoles a los ancianos y gobernadores de Jerusalén dijo: En ningún otro hay salvación porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos ser salvos (sozo). (Hechos 4:12.)

Pablo les escribió á los cristianos en Roma: … si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación (sozo). (Romanos 10:9.) Y a la iglesia en Efeso: Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación (sozo), por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino les ha sido dado por Dios. (Efesios 2:8.)

Sanidad Pero Jesús se dio la vuelta, vio a la mujer y le dijo: “Ánimo, hija, por tu fe has sido sanada (sozo).” Y desde aquel momento quedó sanada (sozo). (Mateo 9:22.)

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Y dondequiera que Él entraba, ya fuera en las aldeas, en los pueblos, o en los campos, ponían a los enfermos en las calles y le rogaban que los dejara tocar siquiera el borde de su capa; y todos los que la tocaban quedaban sanos (sozo). (Marcos 6:56.) Jesús le dijo: - Puedes irte; por tu fe has sido sanado (sozo). En aquel instante el ciego recobró la vista y siguió a Jesús por el camino. (Marcos 10:52.)

Liberación Y los que habían visto lo sucedido, les contaron como había sido sanado (sozo) aquél endemoniado. (Lucas 8:36.) Y me librará (sozo) de todo mal y me guardará para su reino celestial. ¡Gloria a El para siempre! Así sea. (2 Timoteo 4:18.) Aunque ustedes ya lo saben, quiero recordarles que el Señor, después que sacó (sozo) de Egipto al pueblo de Israel, destruyó a los que no creyeron. (Judas 1:5.)

Salvación, Sanidad y Liberación “Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar (sozo) lo que se había perdido.” (Lucas 19:10.) “! Paz con ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.” (Juan 20:21.) Cuando ministre salvación, sanidad o liberación a una persona necesitada, usted la ha rescatado del poder de Satanás en esa área. Usted ha debilitado el reino de Satanás y ha fortalecido el reino de Dios.

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Cambio Algunas definiciones. “Pecador” significa una persona que ha violado una o más de las leyes de Dios. Esto incluye a todo el mundo. “Muerte”, “tinieblas”, “infierno”, “perdición” y otras palabras parecidas se refieren al destino de las personas que no están salvas después de su muerte. Esto es lo que todos los pecadores merecen. Vea Romanos 3:23 y Romanos 6:23. “Cielo”, “vida eterna” y otras palabras parecidas se refieren al destino de las personas salvas después de su muerte. Es la vida eterna dada por Dios a todos los que creen en Jesús. “La Cruz” significa la cruz en la cual Jesús fue crucificado para pagar el costo de nuestro pecado- para salvarnos de pagar ese castigo nosotros mismos. “Cristiano” y “creyente” se refiere a la persona que cree que Jesús murió en la cruz para salvarla de sus pecados y que cree que Él fue levantado de los muertos. Esta persona ha decidido seguir a Jesús como Señor de su vida. “Incrédulo”se refiere a alguien que no ha confiado que Jesús murió en la cruz para salvarlo de sus pecados y quien no ha recibido a Jesús como Señor de su vida. “Converso” significa que ha cambiado de incrédulo en Jesús a creyente en Jesús. “Arrepentimiento” significa estar convencido de que el pecado es malo y desear darle la espalda al pecado. Ser “salvo” o ser “converso” quiere decir hacerse creyente, ser rescatado de un destino de muerte y tinieblas a un destino en el cielo. “Salvación” se refiere al proceso o al resultado de ser “converso” o “salvo.” Este proceso normalmente incluye los pasos siguientes: • Creer que Jesús es el Hijo de Dios. • Creer que Jesús murió en la cruz para tomar el castigo del pecado que merecemos nosotros y así salvarnos de nuestros pecados. • Arrepentirnos de nuestros pecados, y • Confesar a Jesús como Señor de nuestras vidas. “Hijo del hombre” es un título que Jesús frecuentemente usaba para referirse a sí mismo. “Expiación” se refiere a la obra de Jesús de traer a pecadores enajenados de Dios por su pecado, a una relación correcta con Dios. Se refiere generalmente al castigo que Él sufrió en el lugar del castigo que los hombres merecían por sus pecados; Su arresto, Su sufrimiento bajo Pilatos, Su muerte en la cruz.

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La conversión es una experiencia renovadora. “Los que de verdad se han convertido, son hombres nuevos; criaturas nuevas; no solamente por dentro sino también por fuera…tienen nuevos corazones, nuevos ojos, nuevos oídos, nuevas lenguas, nuevas manos, nuevos pies” -- Jonathan Edwards. Por lo tanto, el que está unido a Cristo, es una nueva persona. Las cosa viejas pasaron; lo que ahora hay es nuevo. (2 Corintios 2:17.) El cambio espiritual- la conversión- requiere cuatro cosas: •

Convicción del pecado, dada por el Espíritu Santo.



El arrepentimiento o el apartarse del pecado. El deseo de arrepentirse también es dado por el Espíritu Santo.



El pedir perdón por nuestros pecados.



La decisión de recibir a Jesús como Señor de nuestras vidas, lo que requiere la gracia del Espíritu Santo que nos lo permite.

Por la gracia de Dios somos cambiados El cielo es un regalo- no se puede ganar, ni tampoco se puede merecer. La salvación es un regalo- no se puede pagar ni tampoco merecer. Estas son algunas verdades acerca de la gracia: •

El hombre es pecador. Pues todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios. (Romanos 3:23.)



La consecuencia del pecado es la muerte. El pago que da el pecado es la muerte… (Romanos 6:23.)



El hombre no se puede salvar a si mismo. El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor. (Romanos 6:23.)

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Pues por la bondad (gracia) de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe – no es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que les ha sido dado por Dios. No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede jactarse de nada. (Efesios 2:8-9.) •

Jesús es el Hijo de Dios y miembro de la Santísima Trinidad. En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. (Juan1:1.) Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de amor y verdad. Y hemos visto su gloria, la gloria que como Hijo único recibió del Padre. (Juan 1:14.)



Jesús vino al mundo a salvarnos de las consecuencias del pecado. Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en Él, no muera, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16.) Pues el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido. (Lucas 19:10.) Esto es muy cierto, y todos deben creerlo; que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. (1Timoteo 1:15.)



Jesús pago el castigo de nuestros pecados. En la cruz, Dios trató a Jesús como si Él hubiese cometido nuestros pecados. Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. (1 Pedro 2:24.)



Si queremos saber lo que Dios piensa de nuestra desobediencia y pecado, consideren lo que la cruz significó para Jesús. Se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y se puso de rodillas para orar. Dijo, “Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.” En esto se le apareció un ángel del cielo, para darle fuerzas. En medio de su gran sufrimiento, Jesús oraba aun más intensamente y el sudor le caía a tierra como grandes gotas de sangre. (Lucas 22:41-44.)

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Esto nos dará una pequeña idea de la incomparable medida de la salvación. No es que el Señor se tarde en cumplir su promesa, como algunos suponen, sino que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a Dios. (2 Pedro 3:9.)



Somos salvos solamente por la fe en Jesucristo. Cristo pagó por nuestros pecados y nos compró un lugar en el cielo, el cual nos otorga como regalo. Solo esto es nuestra salvación. La fe en Cristo no es solamente un acuerdo mental, es confiar solamente en Él para nuestra salvación, y proponernos en nuestros corazones hacerlo el Señor de nuestras vidas. Pues por la bondad (gracia) han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. (Efesios 2:8.) …si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón reconoces que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación. (Romanos 10:9.) En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos ser salvos. (Hechos 4:12.)

Un modelo para ministrar salvación Este modelo para ministrar salvación en un proceso de cuatro pasos.

1. Preparación La entrevista. El que ministra salvación debe hablar y orar con la persona que busca ser salvo para asegurarse de que la persona reconoce su condición y que está tomando una decisión conciente de arrepentirse y acercarse al Señor para la salvación y señorío de Cristo. Sería útil revisar los puntos mencionados arriba junto a las referencias bíblicas. El que ministra debe estar seguro de que: •

La persona que busca la salvación está bajo la convicción del Espíritu Santo y que comprende que es pecador.



Entiende la culpa del pecado y que es por ese pecado que se merece la muerte eterna o el infierno. A-26



Quiere ser salvo.



Entiende que Jesús fue un hombre sin pecado, que es el Hijo de Dios, y que Él pago la pena que él de otra manera tendría que pagar. Solamente Jesús pudo pagar esta pena porque solo Él es libre de pecado.



El entiende que solamente el confiar en Jesús puede asegurar la salvación. (Esto es, que la salvación no se puede ganar, por ejemplo, cuando se hacen más obras buenas que malas en esta vida.)



Quiere vivir bajo la autoridad - bajo el señorío – de Jesucristo de ahora en adelante. Hay varias cosas que el que ministra debe mencionarle al que va a recibir:



Recuérdele que Dios escucha su corazón. Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. (Jeremías 29:13.)



Recuérdele que Dios está presente ahora mismo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. (Mateo 18:20.)



Recuérdele que Dios lo ama y quiere salvarlo. Porque de tal manera amó Dios al mundo… (Juan 3:16.) No es que el Señor se tarde en cumplir su promesa, como algunos suponen, sino que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a Dios. (2 Pedro 3:9.)



Reacuérdele que el Espíritu Santo lo ayudará.



Dígale que la vida del cristiano no es necesariamente fácil pero que ofrece paz.



Sugiera una oración sencilla que la persona pueda repetir con usted. Tal oración podría ser así: “Señor Jesús, quiero que Tú vengas y te apoderes de mi vida ahora mismo. Soy pecador. Yo he confiado en mi mismo y en mis propias obras para llegar al cielo. Pero ahora confío en Ti. Creo que Tú eres Dios y que Tú pagaste el precio por el castigo que merezco yo por lo que he hecho. Te pido que me perdones por las cosas malas que he hecho y que he querido hacer.” A-27

2. Confesión y Arrepentimiento Pídale a la persona que haga una confesión específica de sus pecados, indicando que se arrepiente por cada uno de ellos y pidiéndole a Dios perdón por cada uno. • En esta etapa, pídale a la persona que le confiese a Dios, de forma audible y en su presencia, cada uno de los pecados específicos que el Espíritu Santo le traiga a la mente. Tal confesión requiere que la persona sea honesta con sí misma y traiga cada pecado a la luz. La persona debe decirle a Dios que ella se arrepiente de cada pecado mencionado y se propone en su corazón apartarse de él. Después ella debe pedirle perdón a Dios por cada uno de estos pecados. Mientras más específica sea esta confesión, lo mejor. No se debe apresurar. Déle tiempo al Espíritu Santo a hablarle a la mente de la persona. Algunas maneras como la persona podría orar: “Padre amado, confieso que he pecado contra Ti al sentir resentimiento, rabia y amargura hacia mi padre. Me arrepiento por el resentimiento, rabia y amargura contra él y me aparto de estas cosas. Me propongo de ahora en adelante a amarlo en mi corazón según Tú me dés la gracia para hacerlo. Por favor perdóname por estos pecados.” “Señor, confieso que me he rebelado contra mis padres y contra Ti. Me arrepiento de mi rebeldía. Quiero honrar a mis padres. Por favor perdona mi rebeldía.” “Querido Dios, confieso que he abusado mi cuerpo con marihuana, anfetaminas, cocaína y alcohol. No quiero tener nada más con esas cosas. Por favor perdóname por abusar mi cuerpo con esas drogas.” “Querido Dios, confieso que he pecado contra Tu palabra al leer horóscopos, y buscar adivinas. Me arrepiento de haber leído horóscopos y visitar adivinas. Intento nunca más hacer esas cosas. Por favor perdóname por esos pecados.” “Querido Dios, confieso que he criticado y he chismeado de Joe y de Edna (mencionando a cada persona contra la que se ha pecado), y que he deseado que ellos no prosperaran en su trabajo y que he deseado tener su posición para mi. Me arrepiento de estos pecados y te pido perdón por ellos. Te pido que los bendigas y que los recompenses. Intentaré orar por Joe y Edna de ahora en adelante, por su éxito y por su bienestar. Me arrepiento de mis celos, orgullo y ambición y te pido que me perdones. !Ten misericordia de mí, te pido!”

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“Querido Dios, confieso que he compartido mi cuerpo fuera del matrimonio con Tomás, Enrique y Guillermo. (Nombrar a cada persona por su nombre) Me doy cuenta de que cada una de estas relaciones fue pecaminosa. Me arrepiento de estos pecados y me propongo en mi corazón a apartarme de la fornicación de ahora en adelante. Por favor perdona cada una de las veces que pequé con estas personas.” •

Tome unos minutos en silencio para que el Espíritu Santo traiga a la mente de la persona otro pecado que Él quiera traer para confesión y arrepentimiento.

Algunas sugerencias para oír la confesión: •

No se espante por nada de lo que oiga.



Recuerde que toda confesión es absolutamente confidencial. Las únicas excepción son si la persona que hace la confesión le pide que consulte algo con otra persona o si la ley requiere que se informe (como el abuso a los niños, la violación o el asesinato).



Recuerde que la confesión específica es mejor que la confesión general.



No intente hacer investigaciones en la carne. La dirección en el arrepentimiento es la obra del Espíritu Santo. Sencillamente estimúlelo a que confiese lo que el Espíritu Santo ponga en su corazón. Dígale que el Espíritu Santo puede traerle a la mente otros pecados después. El o ella debe confesarlos, arrepentirse y pedir perdón cuando esto suceda.



Tenga cuidado de que usted no se sienta atraído hacia ningún pecado que se le haya sido confesado.

Hermanos, si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes, que son espirituales, deben ayudarlo a corregirse. Pero hágalo amablemente; y que cada cual tenga mucho cuidado, no sea que también él sea puesto a prueba. (Gálatas 6:1.) •

No interrumpa la confesión para dar consejos o enseñanzas. Lo más importante en esos momentos es que la persona que está ayudando haga su trato con Dios tal como el Espíritu Santo lo dirige. Los consejos o enseñanzas pueden interrumpir el proceso de confesión. Más tarde habrá tiempo para consejos y enseñanzas.

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3. Dedicación Después que la persona haya hecho una confesión completa y arrepentimiento según el Espíritu Santo lo haya dirigido, usted puede concluir las oraciones pidiéndole a la persona que reciba a Jesús como Señor. Puede sugerir que ore: “Señor, te pido que vengas y tomes control de mi vida. Haré lo que me pidas que haga. Ayúdame a apartarme de mi pecado para seguirte a Ti. Acepto tu don de vida eterna. Se que no soy digno de ella pero te doy las gracias por ella. Por favor lléname con el Espíritu Santo ahora y dame la gracia para poder guardar estas promesas. Amen.”

4. Agradecimiento Dele gracias a Dios por la confesión del que busca oración y pídale al Espíritu Santo que lo llene. Entonces usted pone sus manos sobre la cabeza de la persona, le da gracias a Dios por su confesión y arrepentimiento y ora para que la persona sea llena del Espíritu Santo. “Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡Cuánto más el Padre, que está en el cielo, dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!” (Luke 11.13.) El buscador mismo querrá darle gracias a Dios por sí mismo. Éste debe ser animado a que haga esto. De vez en cuando, el buscador cae al piso cuando usted ora por él; en ese caso, si él lo puede escuchar, usted debe animarlo a que descanse allí por un tiempo, hasta que el Espíritu Santo lo mueva a levantarse.

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La Autoridad para Perdonar Según Jesús nos permite participar en los ministerios de salvación, sanidad y liberación, así también Él nos permite participar en el ministerio del perdón. Usted puede mirar a la persona en los ojos y decirle “Estás perdonado (-a) en el nombre de Jesús.” Si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios hará lo que es justo: nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. (1 Juan 1:9.) A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar. (Juan 20:23.) Así que aquel a quien ustedes perdonen algo, también yo se lo perdono. Y se lo perdono, si es que había algo que perdonar, por consideración a ustedes y en presencia de Cristo así Satanás no se aprovechará de nosotros, pues conocemos muy bien sus mañas. (2 Corintios 2: 10-11.)

Algunas notas: No deje que la persona se vaya hasta que ella y usted están seguros de que es verdaderamente salva. Ore por sanidad si es necesario. •

Pídale que lea Juan 6:4: “Ciertamente les digo, que el que cree en mi tiene vida eterna.”



Déle los materiales que tenga su iglesia para los nuevos conversos.

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Dígale que se deshaga de cualquier cosa que lo asocie o ate a los pecados que confesó, tales como drogas, agujas, revistas pornográficas, horóscopos, libros o símbolos de la “Nueva Era” símbolos o amuletos de masonería, etc. Tales artículos deben ser destruidos. No se le deben dar a otros.



Ore sin prisa por cualquier otra necesidad que tenga y por la bendición de Dios sobre él o ella.



La confesión, el arrepentimiento y el pedir perdón tienen que convertirse en formas de vida.



La confesión y el perdón seguramente no se terminarán en el momento de la conversión. El Espíritu Santo llevará a la persona solamente tan lejos como ella pueda ir en ese momento. Ésta recordará otros pecados que tienen que ser confesados y de los cuales hay que arrepentirse y ser perdonado. Se le debe estimular a completar el proceso con cada uno según el Espíritu Santo se los recuerda. Es mejor si esto lo hace con un amigo (-a) de confianza y de manera audible.



El Espíritu Santo también le recordará a la persona cosas que se le dijeron o hicieron que le causaron dolor o angustia – cosas que ella no recordaba en el momento de la conversión – y tendrá que perdonar a alguna persona en particular más de una vez. Tendrá que perdonar a la misma persona por la misma acción más de una vez. Usted quizás tenga que mencionar esto, para que estas cosas no le causen desánimo.



El Espíritu Santo también le recordará al buscador otras maldades por las que tiene que pedir perdón – maldades que no recordó en el momento de la confesión original. El tendrá que confesarlas, arrepentirse de ellas, y pedir perdón. Tales acontecimientos son normales. El buscador no se debe desanimar por eso. Usted debe mencionarle ésto.



El Espíritu Santo quizás lo mueva a mantenerse en contacto con el recién convertido. Si es así, ! asegúrese de obedecerlo! Esto podría salvar al nuevo de volver a su vieja vida.

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Una Base Bíblica para el Ministerio a los Enfermos Resumen El sanar a los enfermos es un ministerio espiritual significativo. El sanar a los enfermos es la liberación para hombres necesitados 2 de una de las mayores bendiciones de la expiación. -Dios libera las bendiciones de la expiación a través de los ministerios del hombre. Jesús veía la sanidad de los enfermos como: -Prueba de que Él era el esperado Mesías. - Prueba de que Él tenía autoridad en la tierra para perdonar pecados. - Evidencia de que el reino de los cielos está aquí. - Evidencia del amor de Dios. - Evidencia del poder de Dios. - Una de las principales herramientas utilizadas por los discípulos para evangelizar. El sanar a los enfermos era una comisión para los discípulos de Jesús mientras Él estaba en la tierra. El sanar a los enfermos es una comisión de Jesús para sus discípulos hoy en día. Nota: Los comentarios en esta sección le brindan una base bíblica para el ministerio de liberación tanto como para el ministerio de sanidad. 3 2

En todo este manual, a menos que se indique de otra manera, los nombres y pronombres masculinos incluyen también los femeninos. 3 LA APLICACIÓN DE ESTA SECCIÓN AL MINISTERIO DE LIBERACIÓN. La base bíblica para este ministerio a los enfermos es a la misma vez y de la misma forma una base bíblica para el ministerio de liberación. Entre las razones para esto están las siguientes: -A través de los evangelios, las referencias al ministerio de Jesús usualmente incluyen tanto la sanidad de los enfermos como el echar fuera demonios. La mayoría de los comentarios del Señor acerca de ambos ministerios parecen aplicarse a ambos. -Er varios casos, la palabra “sanidad” o sus equivalentes parecen también incluir la liberación de la opresión demoníaca. Un ejemplo de esto es el comentario de Lucas acerca del ministerio de Jesús, cuando los discípulos de Juan vinieron a Él. Lucas dice: “En aquel mismo momento Jesús curó a muchas personas de sus enfermedades y sufrimientos, y de los espíritus malignos, y dio la vista a muchos ciegos.” (Lucas 7:21) Otro ejemplo es la descripción de Lucas del ministerio de los doce apóstoles después de haber sido mandados por Jesús: “Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades… Salieron ellos, pues, y fueron por todas las aldeas, anunciando el mensaje de salvación y sanando enfermos.” (Lucas 9:1-6) -Que los ministerios de sanidad y liberación deben ser considerados de forma similar en la comisión a los discípulos que se menciona arriba, y también la gran comisión que Jesús da en Marcos 16: “Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán.” (Marcos 16:17-18)

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¿Cual es la provisión divina para la “sanidad divina”? En nuestro mundo caído, abundan todas clases de enfermedades, daños y disfunciones emocionales. La ayuda médica les beneficia a muchos. Pero a veces la mejoría con todo y ayuda médica es lenta. A veces es ineficaz. Para algunos, la ayuda médica no es posible o deseada. Por estas y otras razones, mucha gente está interesada en la sanidad divina. ¿Qué provisión ha hecho Dios para la sanidad eficaz a través de la oración? La respuesta es, La sanidad, tanto como la salvación se ha provisto en la expiación. 4 Es familiar la teoría que Jesús, al dar su vida en la cruz, pagó el precio de la salvación – que Jesús tomó sobre sí mismo el pago de nuestros pecados, y que a través de la fe en Él podemos ser salvos de nuestros pecados y trasladados de la muerte eterna a la vida eterna. “Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en Él, no muera sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.” (Juan 3: 16-17.) 5 “Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8.) “¿No saben ustedes que su cuerpo es el templo de Espíritu Santo, que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado con un precio. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo.” (1 Corintios 6: 19-20.) Es un poco menos familiar la teoría que Jesús, en su expiación, también pagó el precio de las enfermedades físicas y emocionales. Pero sin embargo, la Biblia lo indica así. Isaías profetizó: “Y sin embargo Él estaba cargado con nuestros sufrimientos 6, estaba soportando nuestros propios dolores“6”. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado. Pero fue traspasado por causa de nuestra rebeldía, fue atormentado por causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo paz, por sus heridas alcanzamos la salud. (Isaías 53: 4-5.)

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La palabra “expiación” según se usa aquí significa “hacer uno”,…un proceso que trae a esos que están lejos a formar parte de una unidad. The New Bible Dictionary, Eerdmans, 1962, p. 107. Aquí se refiere al sufrimiento de Jesús en las manos de Pilatos y a su crucifixión. 5 Si no se indica de otra manera, las citas bíblicas son de la versión Dios Habla Hoy. 6 En hebreo, esta palabra significa “enfermedades” 6 En hebreo, esta palabra significa ”dolores”

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Mateo cita en este pasaje: Al anochecer llevaron a Jesús muchas personas endemoniadas; y con una sola palabra expulsó a los espíritus malos, y también sanó a todos los enfermos. Esto sucedió para que se cumpliera lo que anunció el profeta Isaías, cuando dijo: “El tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.” (Mateo 18: 16-17.) Pedro comentó acerca del sufrimiento del Señor: Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados. (1 Pedro 2:24.) En la expiación de Cristo, Dios incluyó muchas bendiciones para el mundo que Él ama. La muerte y resurrección de Jesús fue un triunfo completo sobre Satanás y su reino. La expiación nos brinda libertad de toda atadura al pecado; libertad de ataduras a la culpa y vergüenza; ataduras a la opresión demoníaca, a cualquiera y todas las maldiciones, a cualquiera y toda actividad satánica; libertad del poder de las enfermedades, malestares y males emocionales. Sin embargo, las bendiciones de la expiación no son automáticas. Según se explica mas abajo, la sanidad, como la mayoría de las bendiciones de la expiación, son usualmente liberadas a las personas, a través de los agentes que son las oraciones y acciones de otros. En el caso de la sanidad, esto significa, orar por los enfermos. 7

¿Por qué Jesús sanaba a los enfermos? Sin duda, la sanidad de los enfermos era una parte central del ministerio de Jesús. Cuando Él se refirió a la profecía acerca de Sí mismo en Isaías 61, Él mencionó específicamente el sanar a los afligidos, libertar a los presos, dar vista a los ciegos y poner en libertad a los oprimidos. (Lucas 4:18) En los evangelios, la mayoría de las referencias a Su ministerio dicen que junto a sus ministerios de enseñar y predicar, Él sanaba a los enfermos y expulsaba demonios. ¿Por qué hizo de la sanidad una parte tan central de su ministerio? Él no lo dijo específicamente, pero varias conclusiones se pueden sacar de las Escrituras:

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En el caso de la opresión demoníaca, esto significa, por supuesto, el echar afuera demonios.

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a.

Jesús veía su vida y su ministerio como el cumplimiento de las Escritura, incluyendo, entre otras cosas, profecías de que Él sanaría a los enfermos… Jesús sabía que había sido mandado por Su Padre para una misión en la tierra. Muchas veces comentó que Su Padre lo “había” mandado. Por ejemplo: “Pero tengo a mi favor una prueba mejor que la dada por Juan. Lo que yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, comprueba que de veras el Padre me ha enviado.” (Juan 5:36.) “Todos los que el Padre me da, vienen a mi; y a los que vienen a mi, no los echaré afuera. Porque yo no he venido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado.” (Juan 6:37-38.) “Voy a estar con ustedes solamente un poco de tiempo, y después regresaré al que me ha enviado.” (Juan 7:33.)

Casi una docena de veces, como en Juan 6:38 y 7:33, mostrados arriba, Jesús se refirió a su Padre como “El que me envió.” El profeta Isaías expresó que Él era un “enviado”. Más tarde, en Nazaret, Jesús mismo citó esas mismas palabras del profeta y se identifica a Sí mismo como el que vino a cumplir la profecía de Isaías 61:1-2. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.” Luego dijo: “Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes.” (Lucas 4:18-19, 21.) El hecho de que Jesús sabía que estaba cumpliendo la profecía se expresa en un comentario anotado por Mateo: “No crean ustedes que yo he venido a poner fin a la ley ni a las enseñanzas de los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su verdadero significado. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que suceda todo lo que tiene que suceder.” (Mateo 5:17-18.) Según se nota en Juan 7:33, presentado arriba, Jesús sabía que cuando su misión en la tierra terminara, El regresaría a su Padre celestial.

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b. En los casos que han sido documentados, Jesús sanaba porque alguien iba donde Él y se lo pedía, o porque los enfermos iban a Él mientras enseñaba o predicaba. En cuanto a los que nos muestran las Escrituras, Jesús sanaba como resultado de las peticiones de los que estaban enfermos o las de los amigos o familiares de los enfermos. Los ejemplos documentados son demasiados para enumerar. Cuatro casos lo son: la sanidad del sirviente del centurión (Mateo 8: 5-13); de la hija de Jairo (Marcos 5:2224 35-43); de un leproso (Mateo 8 2-3); y todos los que vinieron a Él durante sus prédicas. (Lucas 4:40.) c. Jesús sanaba porque siempre hacía lo que el Padre le decía. La sanidad está en el corazón de Dios. Esto se observa en Su revelación a Moisés después de que los israelitas salieron de Egipto: Dios dijo, “Si ponen ustedes toda su atención a lo que Yo, el Señor su Dios les digo, y hacen lo que a mí me agrada, obedeciendo mis mandamientos y cumpliendo mis leyes, no les enviaré ninguna de las plagas que envié sobre los egipcios, pues yo soy el Señor que los sana a ustedes.” (Éxodo 15:26.) La magnitud de la merced sanadora de Dios se sugiere en el pasaje de Éxodo y también en el Salmo 103 donde David escribe: Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser Su santo nombre. Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades… (Salmos 103:1-3.) Jesús mismo sanaba constantemente y decía de todas sus obras: “Porque yo no he venido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre que me ha enviado.” (Juan 6:38.) “Porque yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y enseñar. Y sé que el mandato de mi Padre es para vida eterna. Así, pues, lo que yo digo, lo digo como mi Padre me ha ordenado.” (Juan 12: 4950.) Como Jesús siempre hacía lo que el Padre le mandaba, y como Él siempre sanaba a todos los que venían a Él para ser sanados, Su Padre debe haberlo mandado a que lo hiciera así. ¡Es evidente con esto que sanar es el corazón de Dios! d. Jesús consideaba su poder para sanar a los enfermos como prueba de que Él era el Mesías. A-37

Las escrituras no solamente enseñan que la sanidad está en la expiación, sino también que la sanidad fue usada por el Señor Jesús para probar que Él era el Mesías. Desde el principio de Su ministerio, Jesús anunció en la sinagoga en Nazaret que Él vino a completar la profecía en Isaías 61 acerca del Mesías que iba a venir. La profecía incluía sanar a los quebrantados, darles vista a los ciegos, libertar a los oprimidos. El esperado Mesías tenía que tener un ministerio de sanidad. Vea los comentarios de Jesús en Lucas 4:18. Después de leer la Escritura en voz alta, Jesús dijo, “Hoy mismo se ha cumplido esa Escritura delante de ustedes.” (Lucas 4:21.) Juan el Bautista, aunque anteriormente estaba convencido de que Jesús era el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, más tarde, desde la cárcel, mandó a dos de sus discípulos a preguntarle: ¿“Eres El que habría de venir o debemos buscar a otro?” Los que preguntaron llegaron a Jesús mientras Él le predicaba a una multitud y sanaba a los enfermos. Lucas escribió acerca de este encuentro: En aquél mismo momento Jesús curó a muchas personas de sus enfermedades y sufrimientos, y de los espíritus malignos, y dio la vista a muchos ciegos. Luego les contestó: “Vayan y díganle a Juan lo que han visto y oído. Cuéntenle que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de su enfermedad, los sordos oyen, los muertos vuelven a la vida y a los pobres se les anuncia el mensaje de salvación. ¡Y dichoso aquél que no pierda su confianza en MI!” (Lucas 7:1823.) e. Jesús sanó a un enfermo como prueba de su autoridad para perdonar pecados. Un incidente familiar documentado en Lucas: Jesús enseñaba en un cuarto lleno de gente, y algunos hombres trajeron a un paralítico en una camilla a la casa, creyendo que Jesús lo sanaría. Como no pudieron entrar a la casa por el gentío, los hombres quitaron parte del techo y bajaron al paralítico con sogas delante de Jesús. Lucas nos cuenta este encuentro: Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: “Amigo, tus pecados quedan perdonados.” Entonces los maestros de la ley y los fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es éste que se atreve a decir palabras ofensivas contra Dios? Sólo Dios puede perdonar pecados.” Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó: “¿Por qué piensan ustedes así? ¿Qué es mas fácil, decir: ‘Tus pecados quedan perdonados,’ o decir: ‘ Levántate y anda?’ Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados,” entonces le dijo al paralítico: “A ti te digo, Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.” Al momento, el paralítico se levantó delante de todos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios. Todos se quedaron admirados y alabaron a Dios, y llenos de miedo dijeron: “ ¡Hoy hemos visto cosas maravillosas!” (Lucas 5:20-26.)

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f. Jesús sanaba a los enfermos como prueba de que el reino de los cielos estaba cerca, en la tierra entre los hombres. Jesús creía que había dos reinos en la tierra luchando entre sí- el reino de Dios y el reino de Satanás. Él se refería a Satanás como “el enemigo.” En la parábola del trigo y la mala hierba, dice del que la sembró: “Un enemigo hizo esto.” (Mateo 13:28.) Él veía la enfermedad como una obra de Satanás. Cuando lo criticaron por sanar a una mujer lisiada durante el sábado dijo: “Pues a esta mujer, que es descendiente de Abraham y que Satanás tenía atada con esta enfermedad desde hace dieciocho años, ¿acaso no se la debía desatar en el día del reposo?” (Lucas 13:16.) Pedro expresó este punto de vista, el cual seguramente aprendió de Jesús, en su discurso a la gente reunida en casa de Cornelio. Pedro comentó acerca de la palabra enviada: “Dios habló a los descendientes de Israel, anunciando el mensaje de paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. Ustedes bien saben lo que pasó en toda la tierra de los judíos, comenzando en Galilea, después que Juan proclamó que era necesario bautizarse. Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con Él,” (Hechos 10:3638. El énfasis fue añadido.) Juan escribió acerca de la misión de Jesús en la tierra. Para esto ha venido el Hijo de Dios; para deshacer lo hecho por el diablo. (1 Juan 3:8 b.) Jesús veía este conflicto como uno activo, y Él se veía a si mismo como el que llevaba el mensaje de que el reino de Dios estaba cerca. Él predicaba diciendo, “Arrepiéntanse, porque el reino de Dios está cerca.” (Mateo 4:17. Enfasis añadido) Entonces Él demostró, que el reino estaba cerca al curar enfermos y echar afuera demonios. De la misma manera, Jesús les dijo a los fariseos, quienes sugerían que Él echaba afuera demonios por el poder de Belcebú: “Porque si yo expulso los demonios precisamente por el poder de Dios, eso significa” que el reino de Dios ya ha llegado a ustedes.” (Lucas 11:20.) A-39

¿Por

qué los creyentes deben orar por los enfermos?

a. Jesús es nuestro modelo. Les aseguro que el que cree en mi hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre. (Juan 14:12.)

b. Dios generalmente usa a los hombres para desatar las bendiciones de la expiación. Dios usa a los hombres para predicar la salvación Dios usa a los hombres para enseñar la santificación. Dios usa a los hombres para ejercer los dones espirituales para la edificación del cuerpo de Cristo. Dios usa al hombre para la liberación de opresión demoníaca. Dios usa al hombre para romper las maldiciones de pobreza y desamparo. Dios puede hacer todas estas cosas con su poder sobrenatural, y en algunas ocasiones lo hace así, pero por la mayor parte, Él usa a los seres humanos para llevar a cabo Sus asignaciones de llevar salvación, crecimiento espiritual, liberación, ayuda al pobre y esperanza al desamparado. c. Específicamente, Dios usa al hombre para desatar la bendición de las sanidades. En el Antiguo Testamento, la mayoría de las sanidades documentadas vinieron a través de acciones físicas de un profeta o líder. Algunos de los muchos ejemplos de esto lo son: Moisés oró por Miriam para que se sanara de lepra. (Números 12:13.) Eliseo oró para resucitar al hijo de la viuda. (2 Reyes 4: 18-37.) Eliseo mandó a Naamán a bañarse en el Jordán para que se sanara. (2 Reyes 5:1-19.) Isaías ordenó una cataplasma para la sanidad de Ezequías. (2 Reyes 20:1-11.) En el Nuevo Testamento hay muchas historias de como el Señor sanó a través de los hombres. Los evangelios están llenos de de situaciones en las que el Señor sana, normalmente a través del toque de Su mano o de otra acción física. Como se nota arriba, el Señor mandó a sus discípulos a predicar y sanar. Vea Mateo 10; Marcos 6; Lucas 9; Lucas 10. Sanidades por creyentes después de la ascensión del Señor incluyen: Felipe sanó a muchos en Samaria. (Hechos 8: 5-7.) A-40

Ananías sanó los ojos de Pablo. (Hechos 9:10-18.) Pedro sanó al cojo en el templo. (Hechos 3:1-8.) Pablo levantó a Dorcas de los muertos en Jope. (Hechos 9: 36-42.) Pablo levantó a Eutico de los muertos. (Hechos 20:12.) Muchos milagros fueron hechos por Pablo en Efeso. (Hechos 19:11-12.) Hay pocos, si algunos, casos anotados en los cuales Dios haya sanado por Su intervención soberana sin agente humano. Pablo escribe que los dones del Espíritu Santo, específicamente, incluso los dones de sanidad (V. 9), son dados al hombre para la edificación de la iglesia. (1 Corintios 12: 1-11.) ¡Ciertamente estos dones fueron dados a los hombres porque Dios espera que ellos los usen! De la misma manera, si las bendiciones de las sanidades que han sido proporcionadas por los sufrimientos expiatorios de Jesús, han de ser liberadas entre el pueblo de Dios y los incrédulos, los que creen en Jesús tienen que involucrarse en la oración por los enfermos. d. El ministerio a los enfermos es una demostración del amor de Dios—del corazón de Dios para sanar. Dios mostró su corazón de sanidad a través de la vida del Señor Jesucristo. Su corazón de sanidad es revelado en Isaías 61:1-4, el cual se refiere al Señor en Lucas 4: 18-21 de la manera siguiente y mostrada anteriormente en la página 3 de esta sección: “El Espíritu del Señor está sobre Mi, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a los que están en la cárcel; a anunciar el año favorable del Señor… Hoy mismo esa Escritura se ha cumplido ante ustedes. (Lucas 4:18-21. Énfasis añadido) Jesús repetidamente indicó que Él solamente decía lo que el Padre le decía que dijera y que solamente hacía lo que veía al Padre hacer. Como referencias vea el párrafo empezando en la pagina F-5. Jesús sanaba a todos los que le pedían sanidad. ¡No hay excepciones! No hay récord de nadie que le haya pedido sanidad a Jesús y que Él se la haya negado aun cuando grandes multitudes lo rodeaba. Al anochecer llevaron a Jesús muchas personas endemoniadas; y con una sola palabra expulsó a los espíritus malos y también sanó a todos lo enfermos. (Mateo 8:16. Énfasis se añadió.)

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La misma ocasión es descrita por Lucas de la siguiente manera: Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diferentes enfermedades los llevaron a Jesús; y Él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. (Lucas 4:40. Énfasis añadido.) Claramente el corazón de Dios era sanar a todos los que venían a Jesús buscando sanidad. Los salmos están llenos de comentarios por sus escritores de que ellos clamaron al Señor y Él les contesto. Él los libró de diferentes dificultades. En el salmo 103 David comenta que Dios “sana todas tus enfermedades.” (Salmos 103:3.) David debió haber visto todo tipo de sanidades a través del poder de Dios. e. La sanidad de los enfermos es una demostración del poder de Dios. Jesús tenía autoridad, dada por su Padre, sobre la enfermedad y la opresión demoníaca. De hecho, Él tenía y todavía tiene autoridad sobre el mundo entero. La Biblia dice esto de varias maneras. Dos ejemplos lo son: Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es Su Hijo primero, anterior a todo lo creado. Por medio de Él, Dios creó todo lo que hay en el cielo y la tierra, tanto lo visible como lo invisible, así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder. Todo fue creado por medio de Él para Él. Cristo existe antes de todas las cosas, y por Él se mantiene todo en orden. (Colosenses 1:15-18.) Y “Dios me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra.” (Mateo 18:28.) Jesús también podía impartir su poder sobre la enfermedad y opresión demoníaca a sus discípulos. Lucas, en el capitulo 9, versos 1-6, dice: Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades… Salieron ellos, pues, y fueron por todas las aldeas, anunciando el mensaje de salvación y sanando enfermos. Mateo 10:1-14 dice en parte: Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dió autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.

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Pedro ministró sanidad en Lida a Eneas, quien había estado en cama por ocho años y paralítico, diciendo: “Eneas, Jesucristo te sana. Levántate y arregla tu cama.” Eneas se levantó al momento. (Hechos 9:34.) Después que Pedro y Juan sanaron a un cojo en el templo, el sumo sacerdote le preguntó a Pedro: “¿Con qué autoridad o en nombre de quién hacen ustedes estas cosas?” (Hechos 4:7.) Pedro, lleno del Espíritu Santo, respondió: “Pues bien, declaramos ante ustedes, para que lo sepa todo el pueblo de Israel, que este hombre que esta aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret, el mismo a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó, por Él este hombre está en vuestra presencia sano.” (Hechos 4:9-10. Trad. Version.) f. Sanar a los enfermos es una ayuda para el evangelismo. Las sanidades atraen la atención a la prédica del evangelista y tienden a atraer a la gente a ir a escucharlo. Sanidades y liberaciones son evidencias a los no creyentes del poder y la misericirdia de Dios, guiando al arrepentimiento. Si se le da el crédito que Jesús merece en cuanto a la sanidad, esto puede hacer nacer la fe en Jesús como sanador, así abriendo el camino al evangelismo- a la fe en Jesús como salvador y Señor. (1) La sanidad y el evangelismo en el tiempo del Nuevo Testamento. En el ministerio de Jesús, muchos iban a Él a escuchar sus prédicas y enseñanzas, y porque sanaba a los enfermos. Entre los muchos ejemplos, Juan escribe de la ocasión precisamente antes de Jesús alimentar a las 5,000 personas: Después de esto, Jesús se fue al otro lado del lago de Galilea, que es el mismo lago de Tiberias. Mucha gente lo seguía, porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. (Juan 6:1-2.) Muchos de esos que venían a oír a Jesús predicar y enseñar, creían en Él por sus palabras. Esto era así hasta entre los samaritanos: Muchos de los habitantes de aquel pueblo de Samaria creyeron en Jesús por lo que les había asegurado la mujer: “Me ha dicho todo lo que he hecho.”… y muchos mas creyeron al oír lo que Él mismo decía. Y dijeron a la mujer: “Ahora creemos, no solamente por lo que tú nos dijiste, sino también porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que de veras es el Salvador del mundo.” (Juan 4:39, 4142.)

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Además, Jesús mismo decía que los que lo escuchaban deberían creer en Él por las señales y milagros que acompañaban su ministerio. “Si no hago las obras de mi Padre, no me crean: pero si las hago, aunque no crean en Mi, crean en las obras, para que puedan creer que el Padre esta en Mí y Yo en Él.” (Juan 10:37-38.) El efecto de las sanidades en el ministerio evangelístico, se encuentra también en Hechos. Después de que Jesús subió al cielo. En Hechos 3, leemos del cojo que Pedro sanó en la puerta del templo llamada Hermosa, al cual se refiere arriba. El verso 11 dice: El cojo que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan. Toda la gente, admirada, corrió a la parte del templo, que se llama Pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Y Pedro les predicó del arrepentimiento de los pecados. En Hechos 9, leemos de cómo Pedro sanó a Eneas en Lida, que se menciona arriba. Este había pasado ocho años en cama y era paralítico. El verso 35 dice: Todos los que vivían en Lida y Sharon lo vieron y se volvieron al Señor. (Hechos 9:35.) En Jope Pedro levantó a Dorcas de los muertos. Hechos 9:42 dice: Esto se supo en toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor. Así, pues, las sanidades en Lida y Jope resultaron en muchas salvaciones. Pablo hace una declaración general acerca de las señales y milagros en Corintios. Después de predicarles sin éxito a los intelectuales en Atenas, Pablo se fue a Corinto donde el tuve éxito de plantar una iglesia vital. Más tarde les escribió a los corintios: Pero hermanos, cuando yo fui a hablarles de de la verdad secreta de Dios, lo hice sin usar palabras sabias ni elevadas. Y, estando entre ustedes, no quise saber otra cosa, sino de Jesucristo y, más estrictamente, de Jesucristo crucificado. Me presenté ante ustedes, débil, y temblando de miedo, y cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de hombres. (1 Corintios 2:15.)

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(2) La sanidad y el evangelismo en el día de hoy. C. Peter Wagner, un profesor de crecimiento de iglesias en el Seminario Teológico Fuller, comenta acerca de la conexión entre el crecimiento de las iglesias y la sanidad por el poder divino en su libro, Como Tener un Ministerio de Sanidad en Cualquier Iglesia .8 Wagner comenta que, por regla general, el crecimiento mas rápido de las iglesias en los Estados Unidos, ocurre en las que la sanidad forma parte regular de su ministerio. También comenta que el crecimiento de iglesias más rápido del mundo ocurre en países en los cuales la sanidad, regularmente forma parte del ministerio de sus iglesias. Él dice que los presentes y largos avivamientos en China y Argentina se sostienen en gran medida por iglesias en las que la sanidad es una parte regular de sus ministerios. 8 A los visitantes en el año 2001, a una provincia en China donde en el espacio de pocos años ha habido un crecimiento en el número de creyentes de unos cuantos miles a 500,000, se les dijo por los pastores locales que el 80 al 90 por ciento de los nuevos creyentes vinieron al Señor debido al haber recibido sanidad o haber visto a otros recibir sanidad.10 9 Se debe concluir que no solo Jesús veía la sanidad como parte central de Su ministerio en la tierra, sino que también es parte central de lo que Él está haciendo a través de Su Espíritu Santo en el día de hoy. g. El orar por los enfermos es una comisión del Señor. Jesús mandó a sus discípulos a hacer lo mismo que Él hacia- a predicar la noticia que el reino de los cielos estaba cerca y a probar la verdad de su prédica al sanar a los enfermos. Esta comisión es descrita por Mateo de la siguiente manera: Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. … Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: “Vayan y anuncien que el reino de Dios se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos, y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder, no cobren tampoco por emplearlo.”(Mateo 10:1, 5, 7-8.) 8 Regal Books, Una división de Gospel Light; Ventura, California, 1988. 9 Vea el capitulo 3, llamado “Power Evangelism Today”, del libro de Wagner, empezando en la pagina 65: seccion Where God is Moving, p. 70; descripción del evangelismo en China, p. 78; descripción del evangelismo en Argentina, p.81. 10 Informe por Rex Burgher a Global Awakening en su lista de envíos, 15 de enero de 2001.

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Lucas dice: Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Salieron ellos, pues, y fueron por todas las aldeas, anunciando el mensaje de salvación y sanando enfermos. (Lucas 9:1, 2, 6.) De manera similar, Él mandó a los setenta a predicar el mismo mensaje en los pueblos a donde Él iba a ir. Él les dijo: Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí y díganles: “El reino de Dios está cerca de ustedes.” (Lucas 10:8-9.). Estas comisiones eran para los discípulos que caminaban con Jesús, pero está claro que los que siguen a Jesús en el día de hoy están bajo la misma comisión. En la última cena, Jesús les dijo muchas cosas a sus discípulos que generalmente se aplican a sus discípulos de hoy. Entre otras cosas, les dijo: “Créanme que yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí; si no, crean al menos por lo que hago. Les aseguro que el que cree en Mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre. Todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes pidan.” (Juan 14:11-14.) La gran comisión, expuesta en Mateo 28:19-20, originalmente puesta sobre los once discípulos, se acepta en todo el mundo como la comisión a todos los creyentes. En la comisión Jesús dice: “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos, bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.” (Mateo 28:19-20.) Ya que Jesús mandó a sus discípulos a sanar a los enfermos, a expulsar demonios, y a predicar el arrepentimiento, diciendo: “El reino de Dios está cerca.”, Sus palabras en Mateo 28 parecen ser una comisión a todos los creyentes. Que esta comisión es realmente para todos los creyentes, se aclara en Marcos 16, donde Jesús dice:

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“Vayan por todo el mundo y anuncien a todos este mensaje de salvación. Y estas señales acompañarán a los que creen; en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán serpientes; y si beben algo venenoso no les hará daño; además pondrán sus manos sobre los enfermos y estos sanarán.” (Mateo 16:15,17-18.) Noten que las señales seguirán “a los que creen”. Esto incluye, no solamente a esos que creían en los días de los primeros apóstoles, sino que si la comisión de predicar el evangelio sigue en pie para los creyentes de hoy, la señal de que cuando pongan las manos sobre los enfermos y estos se sanarán, también tiene que ser válida para los creyentes de hoy.

Algunas advertencias El Nuevo Testamento da algunas advertencias en cuanto a los dones de sanidades. a. Ministrar sin ser guiado por el Espíritu Santo En Mateo 7:21-23 el Señor dice lo siguiente: “No todos los que me dicen: ‘Señor, Señor’ entrarán en el reino de Dios, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: ‘Señor, Señor, nosotros hablamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros.’ Pero entonces les contestaré: ‘¡Nunca los conocí; aléjense de mí, malhechores!’” El Señor parece decir que el ejercitar gran poder espiritual, hasta en su propio nombre, no está necesariamente de acuerdo con la voluntad de Dios. Si éste es el caso, Dios lo ve como un acto malo. La obediencia al Espíritu Santo es esencial en este ministerio. b. Tomar la gloria por las sanidades. Pedro, a veces llamado “el discípulo de teflón”, debe ser nuestro ejemplo. Después de que él y Juan sanaron a un cojo en el templo, muchas personas impresionadas por el milagro del que se enteraron, se acercaron a ellos.

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Pedro dijo: “¿Por qué se asombran ustedes, israelitas? ¿Por qué nos miran como si nosotros mismos hubiéramos sanado a este hombre y lo hubiéramos hecho andar por medio de algún poder nuestro o por nuestra devoción a Dios?... Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que ustedes ven y conocen, es la fe en el nombre de Jesús” (Hechos 3:1-16.) Pedro más tarde repitió estas palabras al sumo sacerdote, los gobernantes, ancianos y escribas que le preguntaron con por qué autoridad o en nombre de quién él y Juan habían sanado al cojo. “Ustedes nos preguntan acerca del bien hecho a un enfermo, para saber de qué manera ha sido sanado. Pues, bien, declaramos ante ustedes, para que lo sepa todo el pueblo de Israel, que este hombre que está aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret, el mismo a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó.” (Hechos 4:9-10.) c. No debemos desanimarnos si no todos por los que oramos se sanan. Pablo le escribió a Timoteo: A Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. (2 Timoteo 4:20.) Seguramente Pablo y otros habían orado por Trófimo, pero no fue sanado. Lo más probable será que no todos por los que usted ore se sanen. No debemos tomar el crédito por la sanidad del Señor, y aunque oremos por una unción mayor para la sanidad, no nos debemos sentir culpables cuando Él no decide sanar a través de nuestras oraciones en cualquier momento en particular. d. Ministrar sin amor. En 1 Corintios 13, Pablo lo pone muy claro que ni el ejercer dones espirituales, ni el tener fe que mueve montañas, ni una vida sacrificada, nos beneficia nada, a menos que tengamos amor. Vea versos 1-3. Este pasaje parece clarificar que el elemento más importante en cualquier ministerio, inclusive un ministerio de sanidad, es el amor. El sanar enfermos puede parecer una actividad de compasión por su naturaleza, pero puede ser practicado con varias motivaciones. El creyente que se involucra en cualquier ministerio debe orar por la habilidad de recibir el amor de Dios y por convertirse en un canal del amor de Dios para aquellos a los cuales el ministra.

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Un Modelo de Cinco Pasos para Ministrar a los Enfermos La Comisión La sanidad era una parte central del ministerio de Jesús. El sanar a los enfermos era una parte integral del ministerio de Jesús. En casi todos los lugares donde el evangelio habla en general acerca de su ministerio, se menciona la sanidad. Aquí tenemos un ejemplo en Mateo 4:23: Jesús recorría toda Galilea, enseñando en la sinagoga de cada lugar. Anunciaba la buena nueva del reino de Dios y curaba a la gente de todas sus enfermedades y dolencias. (Mateo 4:23.) La sanidad también era parte del mandato de Jesús a sus doce discípulos. Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. … Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: ... “ Vayan y anuncien que el reino de Dios se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder, no cobren tampoco por emplearlo.” (Mateo 10:1, 5, 7-8.) a los setenta: Después de esto, el Señor también escogió a otros setenta y dos y los mandó de dos en dos delante de Él, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir. “ …sanen a los enfermos, que halla allí y díganles: ‘El reino de Dios ya esta cerca de ustedes.’” (Lucas 10:1-2, 9.)

La sanidad parte de la gran comisión asignada ahora a todos los creyentes: Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos este mensaje de salvación. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado. Y estas señales acompañarán a los que creen; en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán. (Marcos 16:15-18. Énfasis fue añadido.) Por lo tanto, el ministrarle a los enfermos, con imposición de manos en el nombre de Jesús, es “para los que creen”. ¡Esto, por supuesto, incluye a todos en el cuerpo de Cristo!

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Su preparación: La preparación para el ministerio de sanar a otros es muy importante. Trate de ser un canal limpio, claro, para que Dios lo pueda usar. ¡Esté bien lleno de oración! Ore mucho en lenguas tanto antes como después de ministrar. Si no ora en lenguas, pídale a Dios específicamente y con fervor que esté con usted y lo ayude. Él es el sanador. Si Él no viene, la persona por la que ora no se sanará. Tome un momento para preguntarle al Espíritu Santo si hay alguien al que usted debe perdonar. Si lo hay, perdónelo enseguida, de todo corazón. Vea Mt 6:14-15. Sea “claro”. Pídale al Espíritu Santo que le muestre si hay algún pecado no confesado en su vida. Si lo hay, arrepiéntase enseguida y pídale perdón a Dios por él. Pídale a Dios que le de amor por cada persona por la que ora. Un ministerio de amor impactará al enfermo para bien, aunque su cuerpo no se sane. Quizás no sepa que Dios lo ama. Quizás esta sea su primera experiencia del amor de Dios. Esté consciente de que la sanidad física puede tomar diferentes rutas. Podría ser instantánea. Puede ser que ocurra gradualmente en etapas según usted ora. Puede ser que ocurra después de muchas veces de recibir oración. O, puede ser que no venga. Dios es soberano. Él sana cuándo, cómo y a quién El escoge en su sabiduría. No se preocupe si Dios no sana a una persona por la que ha orado. Nuestra obra es orar. Dios responde por lo que pase o no pase. No se preocupe si el enfermo no parece tener fe para su sanidad. La fe ayuda. Pero Dios a veces sana a personas enfermas que no creen que Él puede o quiere sanarlas. (¡También a veces, cuando el que ora tampoco tiene fe!) Sea flexible. No hay una regla universal de cómo orar que se pueda aplicar a todos los casos. No hay nada especial en ciertas palabras. El Espíritu Santo es el único guía seguro. Y Él lo dirigirá de maneras diferentes de vez en cuando. Practique el escucharlo y seguir Su dirección. Puede ser que el Espíritu Santo lo guíe a orar por algo que la persona no haya mencionado. Si ese es el caso, inclúyalo en su oración, pero, !tenga cuidado y tacto! Revise el Protocolo de Ministerio y las Direcciones para la Oración al principio de este manual.

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Un modelo de cinco pasos para la Sanidad Hay diferentes formas de orar por los enfermos. El modelo de cinco pasos que sigue, no es la única. Si usted ha encontrado una que sea eficaz para usted, úsela en su ministerio personal. El modelo de cinco pasos es usado por los equipos de ministerio de Randy Clark o las campañas de Global Awakening. Es simple, en amor y efectivo. Puede ser usada por todos. Los cinco pasos son: 1. La entrevista inicial. : 2. El diagnóstico. 3. La selección del ministerio. 4. El ministerio. 5 . Las direcciones post ministeriales.

Pasos Preliminares. Primer paso. La entrevista inicial. Haga una corta entrevista de la persona por la que va a orar. Sea atento y gentil. Una actitud de amor de su parte le asegurará a la persona de que está en buenas manos. Pregúntele cuál es su necesidad física pero no entre en muchos detalles. Por ejemplo: “¿Cúal es su nombre?” (Una o dos preguntas para poner cómoda a la persona.) “¿Para qué quieres oración?” “¿Hace cuanto que tiene este problema?” “¿Sabes cuál es la razón del problema?” “¿Has ido al doctor?” “¿Qué dijo él Dr. que tenías?” “¿Se acuerda si algo especial pasó en su vida cuando empezó este problema?” “¿Le paso algo traumático alrededor del tiempo cuando empezó la condición o pocos meses antes o algo fuera de lo normal?” (Quizás tenga que explicar el porqué de las dos últimas preguntas.) Esto es casi siempre suficiente para la entrevista inicial. Quizás sepa la naturaleza y causa de la condición. En algunos casos no lo sabrá y tendrá que hacer mas preguntas o pedirle dirección al Espíritu Santo. Si su dirección no le parece lo suficiente clara, tendrá que atreverse a deducir de lo que sabe, la naturaleza y causa de la condición.

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Paso Dos. El diagnóstico. Si usted sabe la causa de la condición, vaya inmediatamente al paso de seleccionar el tipo de ministración (paso tres). Por ejemplo: Quizás hubo un accidente, lo que sugeriría una causa natural. (Pero quizás la persona tenga que perdonar al que causó el accidente. Esto podría significar él mismo, si él lo causó.) Quizás nació con la condición, lo que podría sugerir una causa natural o posiblemente, una maldición generacional. La condición pudo haber sido causada en parte o totalmente por estrés emocional. Quizás la persona ha tenido dolores de cabeza desde que perdió su trabajo. Quizás le duela la espalda desde que alguien lo engañó. Quizás el cáncer haya sido descubierto pocos meses después de un divorcio o después de la muerte de un padre o de un hijo. La causa podría ser espiritual. Quizás la persona ha tenido pesadillas después de una experiencia de ocultismo que tuvo. Quizás la condición sea el resultado de un pecado habitual o quizás el efecto de alguna maldición. Como se nota arriba, si no se conoce la causa, pregúntele al Espíritu Santo por su dirección acerca de la naturaleza y posible causa de la condición. Sin embargo, durante la oración para sanidad, debería considerar otras posibles causas de la condición, diferentes de la que consideró al principio, o quizás quiera considerar volver a la etapa de la entrevista y hacer más preguntas. (Vea los comentarios bajo el paso cuatro acerca de la re-entrevista.)

Paso tres. Seleccionar el tipo de ministración; decidir el tipo de enfoque al ministrar. Tipos de ministración: Peticion: Un pedido para sanar dirigido a Dios, A Jesús, o al Espíritu Santo. “Padre, en el nombre de Jesús te pido que le devuelvas la vista a este ojo.” “Padre, te pido en el nombre de Jesús, ven y endereza esta espina dorsal.” “Padre, derrama Tu poder para sanar en el cuerpo de Juan, en el nombre de Jesús.” “Ven, Espíritu Santo. Suelta Tu poder. Toca la espalda de Juan, en el nombre de Jesús. Mandato: Una orden dirigida a una condición del cuerpo, o a una parte del cuerpo o a espíritu que molesta, cómo lo son un espíritu de dolor, de enfermedad o de aflicción. “!En el nombre de Jesús, le ordeno a este tumor que se marchite y se disuelva!” “¡En el nombre de Jesús, espina dorsal, enderézate! ¡Se sanada!” “En el nombre de Jesús, le ordeno a todo dolor e hinchazón que deje su tobillo.” A-52

Un mandato es lo apropiado • Como su paso inicial, a menos que el Espíritu Santo lo dirija de otra manera. • Cuando hubo una palabra de conocimiento para sanidad, u otra indicación de que Dios desea sanar a esa persona en este momento. • Cuando se han hecho oraciones de petición y el progreso ha parado. • Cuando se expulsa a un espíritu de aflicción u otro espíritu. • Cuando se rompe una maldición o juramento. • Cuando el Espíritu Santo así lo dirija.

Preliminares para orar por sanidad en si: 1. El perdón de la conducta de otro. Si parece que otro causó la condición, o que alguien le hizo daño a la persona durante el tiempo que la condición o problema surgió, descubra si el enfermo ha perdonado a la otra persona. Si no lo ha hecho, el perdón debe ocurrir antes de la oración de sanidad. El no perdonar puede ser un gran obstáculo para la sanidad. Dígale al enfermo que perdone, aunque éste no esté conciente de su resentimiento por la otra persona. Ejemplos: Una mujer ha tenido artritis en la columna vertebral por cinco años. Hace cinco años su esposo se fue con otra mujer. ¿Ha perdonado al esposo y a la otra mujer? Jesús dijo que hay que perdonar y no que deberíamos perdonar. El estrés emocional puede causar enfermedad y bloquear la sanidad. A veces la persona tiene rencor contra Dios y tiene que perdonarlo. Un pastor ha tenido dolor de espalda por diez años. Hace diez años hubo una ruptura en la iglesia y algunos de sus mejores amigos se volvieron en su contra. ¿Ha perdonado a los que fueron responsables por la división, a sus ex amigos y a todos los demás que estaban involucrados? El fue sanado cuando perdonó a los que lo habían herido, sin que se haya hecho ninguna oración por él. (Nota: A veces una persona se sana antes de que usted empiece a orar por su sanidad, simplemente con perdonar a la persona que causó el estrés o al arrepentirse y pedirle perdón a Dios por su propio pecado, resentimiento o rabia.) 2. El arrepentimiento por su propia conducta y el pedir perdón por ésta. Si parece ser que la condición fue causada por el pecado, con mucha delicadeza pregúntele a la persona si eso podría ser. Si lo acepta así, dígale que se arrepienta y le pida perdón a Dios. Esto debe ocurrir antes de su oración para la sanidad. El pecado sin arrepentimiento puede impedir la sanidad. La rabia A-53

puede causar dolor de espalda y algunas depresiones. El SIDA puede venir de formas de vida equivocadas. El cáncer de los pulmones puede ser causado por el fumar. Pero, sea delicado. Pregúntele si su condición podría estar relacionada con su forma de vida o quizás diga: “Me pregunto si esta condición podrá tener algo que ver con algo que haya hecho en el pasado.” Nunca acuse a la persona de causar su propia enfermedad por su pecado. Esto no es beneficioso y usted podría estar equivocado. Una advertencia: Si esta dirección es del Espíritu Santo, el Espíritu Santo indicará un pecado en particular y no el pecado en general. Las acusaciones de pecado generales no ayudan y son probable-mente del enemigo. 3. Una actitud de recibir. Pídale a la persona que no ore mientras usted ora por ella. Aquí también sea gentil y cariñoso. Diga algo como: “Se que esto significa mucho para ud, y me imagino que ha orado mucho por esta condición. Pero por ahora quisiera que te enfocaras en tu cuerpo. Relájate y dime si algo empieza a suceder en tu cuerpo, como calor, cosquillas, electricidad, un cambio en la cantidad o el lugar del dolor, etc. Si estás orando en español o en lenguas o dándole gracias a Dios o diciendo: “!Si, Si!” Es más difícil prestar atención a tu propio cuerpo y es mas difícil recibir la sanidad.” A veces a una persona se le hace difícil el no orar. No deje que esto lo impida, ore de todas maneras.

Pasos para Ministrar Paso 4. La Ministración. 1. Primero, pídale al Espíritu Santo que venga. Puede decir simplemente “Ven, Espíritu Santo!” O, “Ven Espíritu Santo con tu poder para sanar.” O, quizás usted prefiera una oración mas larga. Entonces espérelo por un minuto o dos. Dígale a la persona que recibe la ministración que se calle por unos minutos para que esta no se sienta confundida por su silencio. Si la presencia del Espíritu Santo se empieza a notar, como cuando la persona siente calor, cosquillas, u otra manifestación, continúe esperando en Él hasta que Él termine de hacer lo que desee hacer en esos momentos. Cuando la manifestación haya menguado, mire a ver si se ha completado la sanidad. Si no se ha completado, continúe su ministración. A-54

2. Recuerde: ¡siempre ore en el nombre de Jesús! “En mi nombre…pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán.” (Marcos 16:17-18.) Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre de Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de Él. (Colosenses 3:17.) ¡Nunca podrá usar el nombre de Jesús demasiado! El poder está en Su nombre. Algunas personas con ministerios de sanidad muy ungidos, solamente repiten “En el nombre de Jesús”, muchas veces como su oración para sanidad. 3. Déle gracias a Dios por lo que Él haga. !Nunca podrá agradecerle a Dios lo suficiente! 4. Cuando ministre sanidad, trate de bregar con la causa de la condición, si sabe la causa, y no solo con los síntomas. Por ejemplo: “Padre, en el nombre de Jesús, te pido que sanes los conos y varillas en la retina de este ojo. Padre, en el nombre de Jesús, haz que el tejido cicatrizado se disuelva y salga del ojo. O, Dios, devuelve la vista a este ojo en el nombre de Jesús.” ”En el nombre de Jesús le ordeno a esta vértebra rota que se llene de líquido y se sane. Que cualquier nervio pillado se suelte y se alivie. En el nombre de Jesús, le ordeno a este dolor que salga de la espalda de José.” “En el nombre de Jesús, querido Dios, te pido que sanes este páncreas. Padre en el nombre de Jesús te pido que toques su páncreas con tu poder de sanidad y que hagas que éste funcione normalmente, haz que produzca insulina según sea necesaria, y cura la diabetes y restaura su sanidad completamente.” “¡En el nombre de Jesús, todo espíritu de enfermedad y todo espíritu de aflicción, sal del cuerpo de José ahora mismo!” “En el nombre de Jesús, le ordeno al entumecimiento que salga de esta coyuntura, que todo dolor salga, y toda hinchazón disminuya. Le ordeno a los depósitos de calcio y a los tejidos cicatrizados que se disuelvan en el nombre de Jesús.” “ En el nombre de Jesús les ordeno a todos los desbalances químicos en el cuerpo de

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José que sean sanados. Les ordeno a todos los órganos que llevan productos químicos y les manda señales a otros órganos que funcionen normalmente, en el nombre de Jesús.”

Algunas sugerencias practicas de cómo ministrar. Oraciones cortas u órdenes. Si se pueden notar fácilmente cambios en la condición del que recibe las oraciones, se deben hacer oraciones cortas o mandatos breves, entrelazados con más entrevistas en intervalos frecuentes para ver si hay algún progreso. “¿Qué le paso al dolor ahora?” “Mire a ver si puede leer el rótulo ahora.” “¿Todavía siente calor en su estomago?” “Trate de mover su rodilla ahora.” (Es posible que una persona sea sanada parcial o completamente sin que ésta sienta nada. Quizás no se de cuenta de que ha sido sanada hasta que trate de usar la parte afectada. Si puede hacer algo que no podía hacer antes, o que le dolía hacerlo, puede ver si la oración ha ayudado en algo.) Cuando una oración o mandato produce una sanidad parcial, continúe usándola hasta que esta no cause más sanidad. Dos ejemplos de oraciones cortas con entrevistas frecuentes, se presentan en los apéndices A y B de esta sección. Note que muchas de las oraciones u órdenes para sanidad mencionadas en las Escrituras, son muy cortas. “Quiero. ¡Queda limpio!” (Marcos 1:41.) “ Muchacha, a ti te digo, levántate.” (Marcos 5:41.) “!Oh Dios, ten compasión de mi, que soy pecador!” (Lucas 18:13.) “Por favor, Oh Dios, te ruego que la sanes.” (Números 12:13.) “En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.” (Hechos 3:6.) “Jesucristo te sana. Levántate y arregla tu cama.” (Hechos 9:34.) “Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres tu vista y quedes lleno del Espíritu Santo.” (Hechos 9:17.) Si una oración larga es seguida por sanidad parcial será difícil saber qué parte de la oración u orden fue efectiva. Si se tiene que volver a repetir, habrá que repetir la oración entera. A veces, sin embargo, las oraciones cortas no se prestan. Si no se puede determinar el progreso fácilmente, como lo sería por ejemplo, en el caso de la diabetes, las entrevistas frecuentes no se prestan a menos que haya manifestaciones que ayuden a A-56

descifrar lo que está pasando. Si hay calor, por ejemplo, y ese calor se intensifica con ciertas oraciones, entonces las oraciones cortas con entrevistas frecuentes serían apropiadas. Aunque las oraciones cortas sean apropiadas, la sanidad puede que no llegue después de éstas, sino después de un tiempo largo de oración.

Sea persistente. Si intenta un tipo de oración o mandato, y obtiene resultados pero no la sanidad completa, continúe. Explíquele a la persona por qué continua , si no, ésta se preguntará por qué usted sigue repitiendo lo mismo. !Sea persistente! Si intenta una oración o mandato y no tiene resultados después de unas veces, ¡trate otra diferente! ¡Sea persistente! A veces una persona espera que se ore sólo una vez por su condición y no más. Si no se sana rápido, ella esperará que usted deje de orar para irse. Invítela a que se quede y siga usted orando. Continúe orando mientras Dios esté cambiando su condición o mientras le siga dando más formas de orar por ella. ¡Sea persistente! Si la sanidad parcial ha venido y parece detenerse, espere un poco. Siga orando para ver si viene otra ola de sanidad ¡Sea persistente!

Su manera. Usted no siempre tendrá que orar en voz alta. Si desea, le puede decir a la persona que a veces usted orará en voz baja y que mientras usted tenga su mano sobre su brazo, estará orando, aunque no se oiga. Sí, ore silenciosamente. Escuche al Espíritu Santo. Él puede darle dirección que de otra manera podría perder. A veces es bueno orar con los ojos abiertos y observar a la persona por la que ora. Busque señales de que Dios está obrando en su cuerpo; párpados que se mueven, temblor, sudor. Si ve que algo está pasando, o si la persona dice que ha cambiado el dolor, mejorado la visión, o algún otro progreso, déle gracias a Dios por lo que está haciendo, bendígalo, y continúe orando de la misma manera que causó el progreso. Si no está acostumbrado a orar con los ojos abiertos, ¡esto va a requerir práctica! Use su tono de voz normal. El gritar u orar en lenguas en voz muy alta, no va a aumentar los resultados. No predique, no dé consejos, no profetice. Vea los ejemplos mencionados arriba.

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Considere si más entrevistas pueden revelar obstáculos para la sanidad. Si después de algún tiempo no ha progresado, considere entrevistar más a la persona. Algunas preguntas podrían ser: “Trate de recordar si algo importante pasó seis meses antes o después del comienzo de su condición.” (Algunos sucesos quizás requieran perdonar, algo que quizás olvidó o que no quería revelar.) “¿Hay alguien en su familia que es masón o que pertenece a la ‘estrella oriental’?” (Cualquier asociación con los masones o con cualquier organización ocultista puede seguramente impedir la sanidad.) “¿Ha habido alguna maldición pronunciada sobre usted o sobre su familia, que usted sepa?” “¿Ha tenido más accidentes?” (Si la persona tiende a tener accidentes, puede ser que esté bajo una maldición.) “¿Hay otros miembros de su familia con la misma condición?” (Si los hay, puede haber un espíritu generacional que esté afectando a varios miembros de la familia.) “¿Tiene algún temor fuerte?” (El miedo puede ser la causa de de muchos problemas físicos y espirituales.) “¿Has participado alguna vez en algún juego o práctica de ocultismo?” Vea Sección Kde este manual titulada: “Obstáculos para la Sanidad.”

Considere la posibilidad de un mal espíritu esté presente. Si la persona le informa que el dolor se ha movido o aumentado, esto señala la posible presencia de un espíritu de aflicción. Simplemente ordénele al espíritu de aflicción que se vaya, en el nombre de Jesús. Puede orar con más intensidad pero no en volumen más alto. “En el nombre de Jesús, rompo el poder de este espíritu de aflicción y le ordeno que salga del cuerpo de José!” Puede también usar una oración equivalente. Si la condición ha existido por mucho tiempo, o si es una condición que resiste el tratamiento médico como lo son el cáncer, la diabetes, el Parkinson, el SIDA, o algo parecido, considere que la causa podría ser un espíritu que resiste la sanidad y ordénele que se vaya. “¡En el nombre de Jesús, le ordeno a todo espíritu de artritis que salga de esta mujer!”

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(Cuando expulse un espíritu de aflicción, de enfermedad o de cualquier condición especifica, una simple oración quizás no sea suficiente. Vea la sección de “Liberación” para aquellos casos en los que se hace difícil expulsar un espíritu.)

Sanidad Interior. Muchas veces la persona que pide sanidad para un problema físico, también necesita sanarse emocionalmente – sanarse de heridas causadas por trauma, abuso emocional o físico, rechazo real o imaginario, desilusiones, miedos, insuficiencias reales o imaginarias, etc. Estas heridas pueden haberse acumulado durante muchos años. A veces la sanidad física de una persona no puede realizarse hasta que las heridas internas se hayan sanado, o hasta que se haya iniciado un proceso de sanidad. A veces la persona piensa que tiene un problema físico o a veces podría pensar que necesita liberación, cuando realmente lo que le hace falta es sanarse emocionalmente. A veces, aunque alguien haya recibido sanidad física, se puede notar que todavía necesita sanarse emocionalmente. En tales casos, usted debe tomar tiempo para orar por la sanidad interior de la persona. Siga la dirección del Espíritu Santo. Ore por la sanidad de las heridas internas que se han podido notar a través de su conversación con el enfermo. Si siente que Dios lo está guiando a preguntarle por la causa de esas heridas, hágalo de manera sutil. Si las circun-stancias lo permiten, tome tiempo para entender las situaciones aunque solamente sea de manera general. Si el tiempo no es suficiente, considere volver a hacer otra cita para orar con la persona. Ore por la sanidad de cada herida en particular, igual como lo haría por una dolencia física. La oración especifica es especialmente importante cuando se ora por la sanidad interior. De vez en cuando se le debe preguntar a la persona si el Espíritu Santo ha puesto en la mente de la persona otras necesidades por las cuales usted podría orar. Deje que la persona por la que ora llore; si ve que empieza a llorar estimúlela a continuar. Deje que el amor de Dios conforte y consuele a la persona a través de usted.

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La ministración a la persona que está bajo cuidado médico. Usted tendrá la oportunidad de ministrarles a personas que están bajo el cuidado de un consejero o psiquiatra. Esto no será problemático si el ministerio es para una dolencia física como lo son una pierna rota un dolor de espalda. Sin embargo, si necesita sanidad emocional, debería sugerirle a la persona que busque la aprobación de su consejero o médico antes de recibir las oraciones. Esto es importante si la persona está tomando medicamentos. Algunas veces una persona que está tomando medicamentos para algo como la diabetes, el asma, la artritis, una enfermedad del corazón, etc., puede creer que ha sido sanada durante sus oraciones. Ella querrá dejar de tomarse las medicinas. Usted deberá instruirle que siga tomando los medicamentos después la ministración, aun cuando ella y usted crean que ha sido sanada. Ella deberá volver a su médico y dejar que sea él el que le cambie sus medicamentos si él considera que esto es necesario.

El ministerio para enfermedades específicas. Algunas sugerencias para pasos específicos que a veces ayudan en el ministerio para enfermedades específicas, se presentan en Sección J del manual.

El ministerio a personas con problemas múltiples. Como regla general, es mejor dejar de orar por una condición antes de empezar a orar por otra, a menos que el Espíritu Santo lo dirija de otra manera. El saltar de una cosa a otra causa distracción; además, la fe de la persona para recibir mayor sanidad crece si ya ha sido sanada de algo. El enfermo puede pedirle que ore por otra condición después de usted haber empezado a orar por la primera. Puede que él no entienda que usted seguirá orando por la primera condición. Digale suavemente que usted orará por la segunda condición, pero que primero desea terminar de orar por la primera condición. Pero, ¡siga la dirección del Espíritu Santo! Si usted ora por una sinusitis y el pie enfermo empieza a sentir comezón, deje de orar por la sinusitis y ore por el pie. Bendiga lo que Dios está haciendo en ese momento y coopere con eso. Vuelva a la sinusitis solo cuando haya terminado de orar por el pie o cuando la sinusitis empiece a manifestar la presencia de Dios obrando allí.

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Otras cosas. Pídale al Espíritu Santo que lo dirija y espere recibir Su dirección. No cause culpabilidad en la persona por la que ora. No lo haga sentirse culpable si no se sana. Si piensa que ha cometido un error, no se preocupe. ¡El Espíritu Santo es más grande que sus errores! Si es posible, use un sostenedor o atajador. Puede ser que la persona se caiga mientras usted ora para que se sane. Si no tiene un sostenedor, haga que se siente o que se recueste de una pared o se pare frente a una silla para que se caiga en ella. Si el que recibe oración se cae, siga orando por el un ratito más y entonces vea si ha sido sanado. ( “¿Como está el dolor ahora?” “Trate de mover el cuello ahora.” etc.) o pregúntele si todavía siente el toque del Espíritu Santo. Si él siente que Dios está obrando, siga orando por él. Si nada parece acontecer, pídale al Espíritu Santo que le diga si ya debe terminar de orar. Ore mientras Él quiera que lo haga.

Paso Cinco. Cuando parar. Sugerencias para después de la oración. Deje de orar cuando: La persona esté completamente sana. La persona quiera que usted pare. Puede ser que esté cansada o sienta que debe parar. El Espíritu Santo le diga que es el momento de parar. Usted no recibe mas información de cómo orar y no está ganando campo.

Sugerencias para después de la oración. Después de orar, considere lo siguiente: Aliente a la persona a seguir su camino con el Señor.

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Usted podría compartir un verso bíblico. Para algunas personas, los pasajes de las Escrituras son tremendamente significativos y alentadores. Si una condición resultó de una experiencia ocultista o de un pecado habitual, considere sugerir que un cambio en su forma de vida podría ser necesario para que la condición no siga volviendo. Si la persona no se sana, o no se sana completamente, no la acuse de no tener suficiente fe ni de tener pecado en su vida. Estimule a la persona a recibir oración de otras personas si hay poca o ninguna evidencia de que se ha sanado completamente. Estimúlela a que vuelva a pedir oración en la próxima reunión, etc. A veces la sanidad ocurre de manera progresiva, y a veces solo ocurre después de que se ha orado muchas veces. Dígale a la persona que no se sorprenda si experimenta un ataque espiritual después de la sanidad, y ayúdela a prepararse para resistirlo. Si un síntoma empieza a volver, ella puede mandarlo a que se vaya, en el nombre de Jesús. Si cede, debe arrepentirse rápido y pedirle a Dios que la ayude.

¡Amor! ¡Amor! ¡Amor! Como ministro de sanidad, hágalo todo con amor.

Y todo lo que hagan, háganlo con amor. (1 Corintios 16:14.) Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia… ni grosero ni egoísta. (1Corintios 13:4.) Es no enojarse… no es presumido. (1 Corintios 13:4-5.)

Observación: ¡Si ora por muchas personas, verá que muchas se sanarán!

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Apéndice A Dolor de espalda [Ejemplo de una entrevista y de un intercambio de oración entre la persona (P) y alguien con un dolor de espalda severo (A). Este ilustra el uso de oraciones cortas entremezclados con entre-vistas. Es un relato aproximado de un caso real.]

La situación: A va donde P con un amigo en busca de ayuda para un dolor de espalda. La espalda de A le duele tanto que tiene que deslizarse lentamente en la silla cuando se va a sentar y tiene que luchar para volver a levantarse.

Los pasos preliminares. P: “¿Qué parte de la espalda te duele?” A: (Señalando) “Por toda esta parte de la espalda” P: “¿Cuándo empezó el dolor?” A: “Hace como tres meses.” P: “¿Sabes cual fue la causa?” A: “Me lastimé la espalda moviendo muebles.” P: “¿Has ido al médico para eso?” A: “Un quiropráctico me está tratando una vértebra que se dislocó.” P: “¿Eso te ha ayudado en algo?” A: “Si, solo cada vez que lo voy a ver, pero después me vuelve el dolor y va está empeorando.”

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P: “¿Necesitabas ayuda para mover los muebles?” A: (Amargura) “Le pedí a mi marido que me ayudara pero no quiso. Él nunca me ayuda con los trabajos de la casa.” P: “¿Lo puedes perdonar?” A: “Supongo que sí.” P guía a A en una oración para perdonar a su esposo por no haberle ayudado a mover los muebles, entregándoselo a Dios. No trata de cambiarlo ella misma y le da su bendición. Nota: P pudo haber guiado a A a orar para perdonar a su esposo por todo el dolor que él le ha causado. Esto se debe hacer pronto. Si no se hace ahora, P debería sugerirle a A que lo haga en algún momento cercano. P: “Ahora, vamos a ver como sigue la espalda. Trata de moverla. Como esta el dolor ahora?” A: A mueve su espalda. (sorprendida.) “!Está mucho mejor!” P: “Se fue completamente el dolor?” Nota: La ira es frecuentemente la causa o contribuye al dolor de espalda. A veces la persona se sana completamente, sencillamente al perdonar al que causó el dolor. A: “No, pero es mucho menos.” P: “Entonces vamos a orar por eso. Déjame examinar tus piernas primero.”

La ministración: P examina las piernas de A y encuentra que una es más larga que la otra. P ora para que la pierna mas corta se alargue, lo cual sucede. P le pide a A que se pare para ver si el dolor de espalda ha cambiado. A: “Bueno, está todavía mejor. Pero a veces siento una punzada aquí.” (A se toca la espalda.)

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P: P pone su mano sobre el sitio que duele. “En el nombre de Jesús, le ordeno a todo dolor que se vaya de la espalda de A. Ahora prueba tu espalda otra vez.” A: “Está bien. Muy bien.” P: “¿Se fue todo el dolor?” A: “Yo diría que casi todo. Está un poco entumecido y adolorido.” P: P pone su mano sobre la espalda de A otra vez. “En el nombre de Jesús, le ordeno a todo espíritu de dolor, irritación o entumecimiento que salga de la espalda de A. Ahora vamos a examinarte otra vez.” En este caso, el dolor se fue completamente y la oración se termino. P le pide a A que le de las gracias a Jesús por sanarla. Notas: Si el dolor no se hubiese ido completamente, P podría haber dado una de las siguientes ordenes, hasta que el dolor se haya ido completamente o hasta que no haya más progreso: - “que todas las vértebras de la espalda de A se alineen perfectamente, una sobre la otra.” - “ que todos los discos de la espalda de A tomen su forma, tamaño y lugar adecuados.” - “que todo nervio que esté pinchado se suelte y todo nervio atrofiado se sane.” - “ que cualquier depósito de calcio en exceso o tumor se disuelva y desaparezca.” Si A también tiene un dolor que corre a lo largo de una pierna, esto puede ser un daño al nervio ciática, que puede haberse pinchado. P puede orar de la manera siguiente, como sea apropiado: “ En el nombre de Jesús, le ordeno al nervio ciática de A que se sane.” o, “En el nombre de Jesús, le ordeno al espíritu de ciática que salga del cuerpo de A.” (Examine a ver si hay un cambio en el dolor.) A-65

En el caso real, P le pidió a A que orara para dar gracias a Dios, pidiéndole al Espíritu Santo que llenara a A.

Notas Adicionales: En este caso se le recomendó a A que siga continuamente practicando el perdón hacia su esposo. Su espalda continuó bien después de 8 meses, así que parece que su sanidad es permanente. Este ejemplo no intenta ser un comentario acerca de otros tipos de oración para sanidad. Dios usa todo tipo de oración. Como ejemplo, Dios muchas veces sana con la sencilla oración: “Dios, por favor sana a Sara.” O, “ ¡Espalda, sánate en el nombre de Jesús!” Vean la oración de Moisés por Miriam: “Por favor, Oh Dios, te ruego que la sanes.” (Números 12:13.) De manera similar, no se intenta comentar acerca de las oraciones largas. En algunos casos, aunque las oraciones cortas se presten para ciertas situaciones, si la sanidad no llega pronto, puede ser que si se ora por más tiempo la sanidad llegue después. El punto del ejemplo mencionado arriba, es sencillamente que las oraciones cortas con entrevistas frecuentes son una manera eficaz de orar y muchas veces resultan en sanidad dentro de un corto tiempo.

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Apéndice B [Ejemplo de un intercambio entre una persona con dolor en una parte del brazo izquierdo y los músculos del pecho, que no puede levantar el brazo a la altura del hombro, (A), y la persona que ora por él, (P). Esta es una situación real con una conclusión exitosa.]

La entrevista. P: (Después de que A le ha explicado su condición.) “¿Cómo pasó todo esto? ¿Tuviste un accidente?” A: “Soy mozo de reparto y cuando estaba llevando un paquete me achoqué con una puerta de cristal muy gruesa que yo creía que estaba abierta. Me golpeé el hombro y me doblé el brazo. Fui muy necio. Todo fue mi propia culpa. Yo estaba medio borracho. Ahora no puedo levantar paquetes pesados ni usar la bicicleta. No puedo levantar el brazo más que así (demostrando). Ahora no debo conseguir trabajo que requiera el uso de este brazo.” P: “¿Cuando ocurrió eso? A: “Hace como siete años.” P: “¿Te has perdonado por haberte emborrachado y por chocar contra la puerta?” A: “No, nunca se me había ocurrido que tenía que perdonarme a mí mismo.”

La ministración. P: “Pues vamos a hacerlo de todos modos.” P dirige a A en oración de arrepentimiento por tomar alco-hol y le pide perdón a Dios por haberse emborrachado, por ser un repartidor irresponsable, y pidiéndole perdón a Dios y perdonándose a si mismo por todo lo ocurrido.

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P: “Ahora mira a ver como están los músculos del pecho y si puedes levantar más el brazo.” A: “¡El dolor del brazo se ha ido casi completamente! El pecho me duele todavía. Creo que puedo levantar mas el brazo.” A trata de levantar el brazo. Lo puede levantar un poco más, pero no mucho. P: “!Está bien así! Ahora vamos a orar por sanidad . Primero, vamos a pedirle al Espíritu Santo que venga. Mantendremos silencio por unos minutos. Tu no tienes que orar. Relájate y deja que el Espíritu Santo haga lo que Él quiera ahora. Espíritu Santo, ven con tu poder para sanar.” Todos se callan por un minuto o dos. A siente calor en el pecho. P le da gracias a Dios por lo que está haciendo. Cuando el calor disminuye, A siente dolor en el pecho y un poco de dolor en el brazo, pero todavía no puede levantar al brazo más de lo que hizo la última vez. P: “Vamos a orar por el dolor en los músculos del pecho. (P pone ligeramente su mano sobre el pecho de A.) En el nombre de Jesús, le ordeno a los músculos del pecho de A que se sanen. Le ordeno a la contusión que salga y que todos los efectos de ésta se sanen en el nombre de Jesús! Ahora vea si algo mas ha ocurrido con el dolor, ya sea para peor o para mejor.” A: “¡El dolor del pecho se fue completamente!” P: “Tratá de empujar mi mano a ver si te duele el pecho o el brazo.” A empuja la mano de P y dice que no le duelen ni el brazo ni el pecho. P le dice que empuje más. A empuja la mano de P lo más que puede y no siente dolor. P: “¡Pues dale las gracias a Jesús por sanar tu brazo y pecho! Tú sabes que El es el que sana.” A: “Si lo voy a hacer.” P: “Vamos a hacerlo ahora.” A: “Gracias, Jesús por sanar mi pecho y mi brazo.”

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P: “Ahora vamos a orar por el movimiento del brazo.” P pone su mano sobre el hombro de A. “ En el nombre de Jesús le ordeno al brazo de A que se sane. En el nombre de Jesús les ordeno a los músculos y ligamentos en su brazo que funcionen normalmente, para que él pueda levantar el brazo normalmente. Ahora trata de levantar el brazo.” A trata de levantar el brazo. Tiene un poco de mejoría pero no mucho. P repite las oraciones hasta que no hay mas mejoría. P: “Ahora voy a levantar tu brazo con mi mano pero no quiero hacerte daño. Dime enseguida si te empieza a doler.” P: P levanta el brazo de A un poco.) “¿Te duele?” (A dice que no, así es que P lo levanta más.) “¿Te duele?” (P vuelve a repetir eso y A dice que le duele un poco. P le levanta el brazo y le ordena al dolor que se vaya.) P: “Bien. Vamos a ver si puedes levantar más el brazo.” A: “Pues lo puedo levantar más que antes, pero no tanto como lo levantaste tú,.” P vuelve a levantarle el brazo a A hasta que siente un poco de dolor. Y le ordena al dolor que se vaya. A sigue levantando el brazo cada vez un poco más. P: “Por si acaso hay un espíritu presente, voy a echar fuera un espíritu de enfermedad. En el nombre de Jesús, ahora echo fuera cualquier espíritu de enfermedad que esté en A o en su brazo. En el nombre de Jesús le ordeno a cualquier espíritu de aflicción que salga de él ahora! Tu asignación se ha terminado! Ahora mueve el brazo.” A: “¡Esto es asombroso! No lo puedo levantar completamente, pero casi. No me duele en absoluto.” P ora tres o cuatro veces más por la sanidad de los músculos y ligamentos en el hombro de A. Levanta el brazo de A hasta que A siente dolor y luego le ordena a los músculos y nervios que se sanen y al dolor que se vaya. Eventualmente, A vuelve a recuperar el movimiento completo del brazo, sin dolor. Al parecer, se sanó por completo. P le dice a A que le dé las gra-cias a Jesús por sanarlo y ora para que A se llene del Espíritu Santo y por una bendición general para A. A-69

Notas: Después de ocho o nueve meses el brazo de A todavía tiene el movimiento completo y su fuerza vuelve. La sanidad parece ser permanente. Vea las notas para el apéndice A.

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¿Qué es una palabra de conocimiento? Una palabra de conocimiento es una revelación sobrenatural de información por el Espíritu Santo. Pablo recibía muchas de sus revelaciones a través de palabras de conocimiento. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que viene de Dios, para que entendamos las cosas que Dios en su bondad nos ha dado. Hablamos de estas cosas con palabras que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, y no con palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabiduría. Así explicamos las cosas espirituales a los que son espirituales… (1 Corintios 2:1213.)

Palabras de conocimiento para sanidad. El Espíritu Santo muchas veces da una palabra de conocimiento para revelar la necesidad de la persona (o personas) para sanidad. Esto indica que Dios desea sanar a la persona o personas con la condición revelada por la palabra de conocimiento y que Él desea sanarlos en el momento que la palabra ha sido dada. Cuando se entiende de esta manera, la palabra de conocimiento edifica la fe de la persona que necesita sanarse y también la de la persona que recibe la palabra de conocimiento. Por eso, la persona que recibe la palabra normalmente debe expresarla en ese momento o en el próximo momento propicio. Se debe ver si es para una persona que está presente y si lo es, se debe orar enseguida por la sanidad de la persona o personas.

La especificación de las palabras de conocimiento para sanidad Mientras más especificas sean las palabras de conocimiento, más fe crearán en la personas que involucra. Si la palabra llega a través de una sensación de dolor, sería bueno especificar el tipo de dolor y donde se encuentra. Por ejemplo: Es mejor decir, “Un dolor agudo en el lado izquierdo del cuello, debajo de la oreja, que: “Un dolor de cuello”, o “¿Le duele el cuello a alguien?” Es mejor decir: “Un dolor en la tercera vértebra lumbar”, o mostrar el lugar exacto, que decir: “Un dolor de espalda.”

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Es mejor decir: “Sonido en el oído izquierdo”, que: “Un problema en el oído.” La persona que recibe la palabra de conocimiento debe de tener cuidado de no cambiarla y de no añadirle nada. No debe exagerar ni debe dejar fuera ningún detalle que no le parece importante. Cambios y añadiduras causan confusión. Por ejemplo: Una persona tiene una imagen mental de alguien que se hizo daño tropezando con una manguera verde. El único tipo de manguera verde que ha visto son las mangueras de jardín. Así es que dijo que la persona tropezó con una manguera de jardín. En la reunión había alguien que había tropezado en su trabajo con una manguera verde de presión. Al principio no respondió a la palabra, porque la manguera no era de jardín. El habría respondido mas rápidamente si la persona que dio la palabra no le hubiese añadido algo.

El momento propicio para dar una palabra de conocimiento Una palabra de conocimiento le puede venir en cualquier momento y en cualquier lugar. Se puede recibir una palabra durante una reunión de oración, una reunión de célula, al pasar por el lado de alguien en el mercado, o mientras lava los platos en su casa. Puede ser que usted sepa o no sepa para quien la revelación fue dada. Casi siempre la palabra de conocimiento es para alguien que está presente. Sin embargo, podría ser para alguien que no está presente, pero que otra persona presente conoce. También podría ser para alguien que usted verá en los próximos días

Cómo hablar cuando piensa que ha recibido una palabra de conocimiento para sanidad Generalmente, por lo menos al principio, es sabio ser tentativo al hablar de la palabra de conocimiento que ha recibido. En una reunión pequeña podría decir: “¿Alguien aquí tiene en este momento un dolor punzante en el codo izquierdo?” Si nadie responde, no se alarme. Si alguien responde, podría decir: “Bueno, yo sentí un dolor punzante en el codo izquierdo, lo que podría ser una palabra de conocimiento indicando que Dios lo quiere sanar ahora, ya que usted tiene esa condición. ¿Quiere que ore ( u oremos) por usted? A-72

Si la persona se abre a recibir oración, ore por ella. Si prefiere recibir oración más tarde, espere hasta más tarde. Si no quiere recibir oración porque siente vergüenza, reestimúlelo de manera cariñosa a que reciba. Pero si rehúsa, de ninguna manera lo presione. Si piensa que ha recibido una palabra de conocimiento para sanidad en una reunión grande, usted no la podrá dar a menos que haya un momento apropiado e indicado por el líder. Pero, si mantiene sus “antenas” afuera, puede ser que encuentre a alguna persona más tarde con la condición que se le reveló anteriormente. Si esto sucede, usted puede confiar en que Dios desea hacer una obra de sanidad en esa persona.

Como Dios da palabras de conocimiento para sanidad Dios da Sus revelaciones en diferentes maneras y esto es tan cierto para las palabras de conocimiento, como para otras clases de revelaciones. Algunas de las maneras más comunes que nos da palabras de conocimiento son: 1. SENSACIÓN. Usted podría tener Un dolor agudo en alguna parte de su cuerpo. Una sensación palpitante. Alguna otra sensación. Una emoción fuerte como miedo o pánico. Tenga cuidado que la sensación no sea causada por alguna condición en su propio cuerpo. Por ejemplo, si a veces tiene dolor en el oído izquierdo, usted no daría eso como palabra de conocimiento aunque el dolor le venga durante la reunión. 2. VISIÓN. Usted podría tener una imagen mental como: Una parte del cuerpo—como corazón, pie, ojo, cabeza. Una persona con una condición como un cojo. Una persona aguantándose el brazo. Una muleta, lentes, una persona caminando con un bastón. Una botella de agua, una cerca de alambre de púas, un accidente de tránsito.

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3. LECTURA. Usted podría ver en su mente Una persona con una palabra escrita en la frente, la espalda o sobre su cabeza.

Una palabra escrita en una pared o alfombra. Algo como un titular de periódico o letrero. 4. UNA IMPRESIÓN. (“Pensar” la palabra.) Usted podría detectar en su mente que alguien tiene cierta condición o que el Espíritu Santo le ha hablado la palabra a usted. Es una impresión mental. 5. HABLAR. Mientras usted habla, ora, o esta parado con alguien, algunas palabras que no son premeditadas salen de su boca en cuanto a una condición física de la cual usted no estaba informado. 6. UN SUEÑO O VISIÓN. Usted podría tener un sueno vivido o visión en la que usted tiene un problema de salud nuevo. usted ve a alguien con un problema de salud. usted oye a alguien hablar de un problema de salud.

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Algunas ideas practicas para ayudarle a crecer en el uso de las palabras de Conocimiento. 1. Una palabra de conocimiento puede venir de repente volando por su mente como un pájaro o como una mariposa, en vez de fija, como un rótulo. 2. Puede ser leve, de manera que usted la podría fácilmente descartar o ignorar. Practique “ponerse en onda” con estas revelaciones y háblelas. Si es tentativo y humilde, no arrogante ni presumido, nadie se ofenderá si usted se equivoca. 3. Resista el pensamiento que la palabra que usted recibe no es importante o que es “solo usted”. Recuerde que la fe de la otra persona crece cuando sabe que Dios le ha revelado su condición a usted. ¡Lo que para usted es una leve impresión, podría ser un grito para la otra persona! 4. Sin embargo, no sea presumido. No diga: “Dios me dijo que tu tienes un dolor de oído..” En su lugar diga: -- “¿Te molesta el oído izquierdo de vez en cuando?” -- “Tengo una impresión de un problema en el oído izquierdo. ¿Significa esto algo para ti?” Other examples: -- “¿Significa algo para ti un cuadro de un florero? -- “Creo que veo una imágen de vacas en un campo. Significa esto algo para ti? 5. Sea tan específico como la palabra que se le reveló. Mientras más específico sea, más crecerá la fe en usted y en la otra persona. 6. ¡La honestidad no pretenciosa es la mejor norma! Es perfectamente aceptable --admitir que está nervioso. --decir que usten solo tiene una leve impresión. --decir que usted nunca ha tenido una palabra de conocimiento anteriormente. --decir que orar por los enfermos es algo nuevo para usted. 7. No tenga miedo. No deje que el temor le roben a usted y a la persona que podría ser sanada. Alguien dijo que fe se escribe así: “r-i-e-s-g-o”. ¡Sea paciente, pero tome el paso! ¡Sea humilde, pero tome el paso! Sea tentativo, pero ¡TOME EL PASO! ¡Dios le da palabras de conocimiento porque quiere que las use! Él quiere que las use sabiamente, prudentemente y con humildad, pero quiere que las use. A-75

Las palabras de conocimiento para sanidad como ayuda para evangelizar. Muchas personas están acostumbradas a la idea de orar por sanidad en el sentido en que un grupo de personas en una iglesia o círculo de oración oran por la sanidad de alguien que está enfermo en el hospital o en su casa. Muchas veces ni hay una expectativa de orar en la presencia del enfermo, ni de sanidad inmediata para el enfermo. Lo más que se espera es que el enfermo se recupere un poco. Aunque éste se recupere un poco, este tipo de experiencia no impresiona a los incrédulos. La sanidad en el momento, en el nombre de Jesús, sin embargo, puede tener un impacto mayor. Podría resultar en que algunas personas respondan a Jesús, que quizás nunca lo hubieran hecho. Es una demostración del poder de Dios que hay en el nombre de Jesús. Demuestra que Jesús se preocupa por la gente y sus enfermedades. Podría ser una avenida de esperanza para una persona que ha perdido las esperanzas. Es una prueba de que el nombre de Jesús es más poderoso que la obra de Satanás. Las palabras de conocimiento para la sanidad pueden ser una ayuda efectiva para evangelizar. Parecen ser claramente mandadas por Dios para la sanidad inmediata. Para la persona que no ha nacido de nuevo, el experimentar una sanidad inmediata como resultado de una palabra dada por Dios para él, o que ve que alguien se sana de esa manera, puede ser una evidencia chocante del poder y amor de Dios. Si usted está presente en un momento así, no descarte la posibilidad de que alguien podría ser edificado por la sanidad de tal manera que logre entregarse a Jesús por primera vez o que tome un compromiso más profundo con Él.

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Sugerencias Para Orar por Condiciones Específicas Obstáculos para la sanidad. Esta sección asume que los obstáculos para la sanidad que están ligados al origen de la enfermedad, serán tratados durante los pasos preliminares del ministerio. De manera típica estos serán, el perdón a los demás, el arrepentimiento y el pedir perdón por el pecado propio. Con respecto a otros obstáculos e impedimentos, vea la sección de este manual llamada: Obstáculos para la Sanidad. Si su ministerio no resulta en sanidad, considere entrevistar al que recibe oración con el propósito de determinar, si es posible, identificar otros obstáculos adicionales y ser tratados como se sugiere en la siguiente sección. El propósito de esta sección es sugerir maneras específicas de ministración para enfermedades específicas.

Parte 1. Condiciones físicas en las que se puede determinar la mejoría inmediatamente En algunas condiciones, la mejoría o cambio se pueden notar fácilmente. Estas incluyen muchas condiciones de dolor como el dolor en el tobillo, pierna, o brazo; dolor de espalda, o cuello; dolor en una coyuntura, como la artritis; etc. Estas también incluyen coyunturas tiesas, la falta de movimiento al doblarse y enderezarse, ceguera y sordera. En el caso de tales condiciones, las oraciones muy cortas son apropiadas, cada una seguida por una pregunta para ver si la oración ha traído algún cambio en el dolor, movimiento del dolor, o más o menos intensidad, o cualquier otro cambio. Como se nota en la sección general sobre la sanidad, si una oración parece efectiva, bendiga lo que Dios está haciendo y repita la oración hasta que el progreso cese. La persona que ministra puede empezar con tales oraciones o puede comenzar con una oración general para sanidad y proceder a una o más oraciones específicas si la oración general no resulta en sanidad completa. Dos ejemplos de oraciones cortas con entrevistas frecuentes se presentan en los Apéndices A y B en la sección de sanidad.

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El método seguido en estos ejemplos puede ser usado en cualquier situación en la que la mejoría o el cambio en la condición del enfermo se puedan notar fácilmente por observador o por el que recibe oración. Varias situaciones como esas se enumeran en las siguientes páginas, con los pasos que la persona que ministra podría seguir según usa este método. Preliminares para el ministerio específico. En la mayoría de los casos siguientes la persona que ministra debe entrevistar a la persona que quiere sanarse, pidiéndole al Espíritu Santo que esté presente. Esto se puede hacer de la siguiente manera: La entrevista. Pregúntele cuando comenzó la condición. Averigüe la causa, si A (la persona que pide oración) sabe cual es. Pregúntele si ha ido al médico y si el médico le dijo cual es la causa. Pregúntele si algo significativo ocurrió alrededor del tiempo cuando empezó el dolor. Si ese es el caso, haga que A confronte con la necesidad de perdón o de arrepentimiento que sea necesaria. Pídale al Espíritu Santo que esté presente. Entonces diga algo como: “Ahora vamos a pedirle al Espíritu Santo que venga con su poder de sanidad y estaremos en silencio por un minuto o dos para ver si el Espíritu Santo te toca de alguna manera. Tú no debes de orar, solamente relájate y recibe. Espíritu Santo, por favor ven y toca a A con tu poder sanador.” Deje que el Espíritu Santo haga lo que Él quiera. Ahora puede pedirle que haga silencio por un minuto o dos, y luego preguntarle a A si siente algo en alguna parte de su cuerpo. Podría ser que A empiece a sentir comezón, o que empiece a temblar o a sudar. Esto podría ser en la parte del cuerpo por la que pidió oración o podría ser en alguna otra parte. Si hay alguna manifestación de la obra del Espíritu Santo, simplemente debe continuar en silencio y dejar que sea el Espíritu Santo el que complete lo que Él quiera hacer. Usted quizás quiera hablarle al que esta recibiendo oración de vez en cuando para asegurarle de que la ministración continua. Podría ser que A sea sanado completamente cuando los pasos mencionados arriba (los llamados “preliminares” en las secciones siguientes.) se hayan completado. Si no se ha sanado completamente, el ministerio puede continuar de acuerdo con las pautas mencionadas más abajo para los diferentes tipos de enfermedades. En las sugerencias hechas en las secciones siguientes, cada oración y mandato sugerido debe ser hecho “en el nombre de Jesús”. Recuerde que el poder para sanar está en Su nombre.

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Dolor de espalda. Vea el Apéndice A en la sección anterior para un ejemplo detallado del ministerio para un dolor de espalda. Si el que ora (P), ha examinado la talla de las piernas de A, A seguramente se encuentra sentado. P le podría pedir a A que se quede sentado. P podría poner sus manos sobre los pies de A o atajarlos mientras ora. O, también podría pedirle a A que se ponga de pie y examinarlo para ver si hay algún cambio en el dolor de espalda y orar mientras pone sus manos sobre la espalda de A. Dolor de cuello. Los pasos son los mismos para el dolor de espalda. Vea el Apéndice A en la sección: La Sanidad de este manual. P podría pararse al frente de A con sus manos en los lados de la cara de A, pasando sus dedos por la espina dorsal en el cuello de A. O, P podría pararse al lado de A con su mano en el cuello de A. Dolor sin causa explicable en cualquier parte del cuerpo. Después de los preliminares: Mandato: Sanidad de la causa específica de la condición. Que el dolor se vaya. Que cualquier espíritu se vaya. Que cualquier espíritu de dolor se vaya. Que cualquier espíritu de aflicción se vaya. Que cualquier hueso, músculo, ligamento o cualquier otro tejido inflamado o roto sea sanado. Que cualquier nervio dañado se sane. Que cualquier calcio, cartílago o tejido anormal se sane. Podría ser un hueso, un músculo, un nervio, un tendón, arteria de sangre, etc. Dolor causado por una contusión, fractura, o torcedura. Lo mismo que arriba, para el dolor. Otros pasos para la oración: Que se sane la contusión. Que baje la hinchazón. Que los vasos sanguineos sea sanados. Que la fractura sea sanada. Que los diferentes tipos de daños causados por la tensión sean sanados. Rigidez en una coyuntura o la falta de movimiento en una coyuntura. Vea el Apéndice B de la sección del manual: La Sanidad. A-79

Dolor de cabeza (no migraña). Después de los preliminares: Ordénele al dolor de cabeza que se vaya. Ordénele a cualquier espíritu de dolor de cabeza que se vaya. Ordénele a las vías sanguíneas detrás de la cabeza que se relajen y suelten la presión en la cabeza de A. Pídale al Padre que sane cualquier daño, y libere a A del miedo que esté causando el dolor de cabeza. Pierna corta o brazo corto. Cuando las piernas no son iguales de largas, normalmente esta relacionado con problemas en la espalda. Cuando los brazos no son iguales de largos, puede estar relacionada con problemas de la espalda y/o problemas respiratorios. La diferencia de la longitud de los brazos se puede determinar pidiéndole a A que se pare derecho con los pies apuntando hacia el frente. Usted atagando los brazos con los codos fijos, extendidos hacia el frente lo más posible, las manos como a media pulgada la una de la otra. Ahora el podrá ver, en las puntas de los dedos, si un brazo es más largo que el otro. La diferencia de la longitud de las piernas se puede determinar pidiéndole a A que se siente en una silla de espaldar derecho, con sus caderas lo más atrás que se pueda poner con las piernas derechas. Entonces, usted le levanta las piernas y examina los tacos de los zapatos. Los tacos revelan si hay diferencia de longitud en las piernas. Debe tener cuidado al levantar los pies de A del piso. A veces, si la persona tiene un problema de la espalda, el levantarle los pies a A puede causarle dolor. No se las levante tanto que le duelan. Otra manera de comparar la diferencia en longitud de las piernas es poniendo en pulgar en cada hueso de la rodilla, atajando los brazos y los pulgares en una línea recta, y comparando si los pulgares están parejos. Si las piernas son de diferentes tamaños, esto podría ser la causa, o, la aparente diferencia puede ser causada por la inclinación del pelvis. En ambos casos, usted debería orar de la misma manera. La corrección puede venir cuando la pierna corta se alargue o cuando el pelvis se enderece.

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La ministración: Ordénele al brazo corto o a la pierna corta que crezcan. Si el brazo o la pierna no responden enseguida, haga que A mueva el brazo o la pierna y verifique otra vez. Nota: Normalmente los pasos preliminares se eliminan en los casos de piernas o brazos más cortos. Sin embargo, si la diferencia en longitud fue causada por un accidente, podría ser que A tenga que perdonar a alguien que participó en el accidente. . Sordera. Después de los preliminares. Ordene la sanidad de las causas específicas de la condición. Eche afuera el espíritu de sordera. Eche afuera cualquier espíritu sordo mudo. Ordene: Sanidad al nervio auditivo. Reemplazo de los vellos/nervios perdidos o atrofiados del oído. Suelte los huesos del oído interior que se hayan unido. La sanidad de cualquier hueso atrofiado del oído interior. Ojos- ceguera. Después de los preliminares, Ordene la sanidad de la causa específica de la ceguera. Ordénele a los ojos que se abran y vean. Eche afuera el espíritu de ceguera. Ordene: Sanidad a la retina, conos, varillas, nervios. Sanidad al nervio óptico. Sanidad a la inflamación del centro óptico (para la degeneración macular). Ojos – cataratas. (Condición causada por la sequedad del líquido entre las capas del lente, en la que éstas no se pueden deslizar la una sobre la otra.) Después de los preliminares, Ordene la sanidad de la causa específica de esta condición. Ordene que la sangre y otros líquidos fluyan entre las capas del lente. Ordene que la circulación se normalice. Eche afuera cualquier espíritu de ceguera y de cataratas. Ojos – glaucoma. A-81

(Condición causada por demasiada presión en el interior del ojo, que destruye células de los nervios) Después de los preliminares, Ordene: Que la presión del ojo vuelva a la normalidad. Que los órganos que controlan la presión del ojo vuelvan a funcionar normalmente. Que las células de los nervios que se hayan dañado por la alta presión sean sanadas. Eche afuera cualquier espíritu de glaucoma. Eche afuera cualquier espíritu de ceguera. Eche afuera cualquier espíritu de enfermedad o espíritu de aflicción. Ojos – cruzados. Después de los preliminares, Ordene la sanidad de la causa específica de la condición. Ordénele a los ojos que se enderecen. Ordénele a los músculos débiles de los ojos que se fortalezcan Eche afuera cualquier espíritu de ceguera, bizquera, de enfermedad. Ordénele a los ojos que se enfoquen de manera correcta. Ojos – astigmatismo, miopía, ver de lejos. Después de los preliminares, Ordene la sanidad de la causa específica de la condición. Eche afuera todo espíritu de astigmatismo ( miopía o clarividencia). Ordénele al lente que se sane y suavice. Ordénele a los músculos y nervios que se enfoquen y funcionen correctamente. Ordénele flexibilidad al lente. Ordénele a los líquidos que lubriquen las capas del lente para que se puedan deslizar la una sobre la otra. Artritis Nota: La cólera, el rencor y falta de perdón, y especialmente la amargura parecen jugar un papel importante en muchos casos de la artritis. Puede ser cólera, rencor, amargura hacia si mismo como hacia otros. Si el que recibe la oración no recuerda ningún evento que requiera perdonar, ni ninguna persona que tiene que perdonar( incluyéndose a si mismo), haga que ore una oración general de perdón a otros y a si mismo. Entonces haga que renuncie a los espíritus de cólera, resentimiento, y amargura, rompa su poder sobre él, y échelos fuera. Ordene la sanidad de cualquier causa específica de la artritis. A-82

Eche fuera: Cualquier espíritu de artritis. Cualquier espíritu de inflamación. El espíritu de dolor. Ordene: Todo dolor que se vaya. Toda inflamación se sane. Toda hinchazón que se vaya. Asma. Después de los preliminares, Ordene: Sanidad para cualquier causa específica conocida del asma. Cualquier espíritu de asma que se vaya. Cualquier espíritu de miedo o ansiedad, y cualquier espíritu generacional que se vaya. Cualquier espíritu de alergia que se vaya. Que se abran los tubos, pulmones y pasajes de aire. Que el sistema de inmunidad funcione con fuerza. Síndrome túnel carpal Después de los preliminares, Ordene: Sanidad de cualquier causa original conocida de la condición. Que el túnel se abra y suelte la presión sobre los nervios y tendones. Que baje la hinchazón del tejido del canal. Que la hinchazón de los tendones baje. Cualquier inflamación de tendones, nervios, y vasos baje. Que todo espíritu de inflamación se vaya. Que todo espíritu de dolor se vaya. Que el dolor se vaya. Que se disuelva todo el tejido de las cicatrices. Ciática. Después de los preliminares: Ore como para el dolor de espalada. Vea el apéndice A en la sección anterior. Ordene la sanidad de cualquier causa conocida de la ciática. Eche fuera el espíritu de ciática. Piernas arqueadas. Después de los preliminares, Verifique el tamaño de las piernas, ore para si hay una pierna más corta, que ésta se alargue. Ordénele a las piernas que se enderezcan. A-83

Ordénele a los músculos de los lados exteriores de las piernas que funcionen normalmente. Ordénele a los tendones de los lados exteriores de las piernas que se aprieten. Fiebre. Después de los preliminares, Ordene: La sanidad de cualquier causa conocida de la fiebre. Que la fiebre se vaya. Que cualquier espíritu de fiebre se vaya. Que los mecanismos del cuerpo que controlan la temperatura funcionen normalmente. Que toda infección sea sanada. Que el sistema de inmunidad funcione con vigor contra la infección. Cola de la espina dorsal quebrada. La causa es usualmente una caída. Si otra persona causó la caída, quizás ésta tenga que ser perdonada. Si A causó la caída, pude que tenga que perdonarse a si mismo. Después de los preliminares, Ordene: La sanidad de cualquier causa conocida de la fractura, si no fue causada por una caída. Que el dolor se vaya. Que cualquier espíritu de dolor se vaya. Que las partes fracturadas se junten de la manera correcta. Que todo tejido dañado se sane. Venas varicosas. Después de los preliminares, Ordénele sanidad a cualquier causa conocida de la condición. Eche fuera cualquier espíritu heredado de venas varicosas, de enfermedad. Ordénele a cualquier obstrucción del flujo de sangre en las venas se quite. Ordénele a las paredes de las venas que se fortalezcan y funcionen normalmente. Ordene el flujo normal de sangre hacia el corazón.

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Parte II. Condiciones que no fácilmente admiten la determinación inmediata de sanidad o mejoría. Hay una gran cantidad de enfermedades del que recibe oración no sabrá del cambio de los síntomas en el momento en que recibe la oración, si o no ha sido sanado o ayudado. En estas enfermedades, el dolor puede que no esté presente cuando se ora. Si el dolor no está presente, A no podrá reconocer si hay cambio en su condi-ción. Por esa razón, el método de orar oraciones cortas con frecuentes entrevistas, normalmente no es beneficiosa. Con esto no se quiere decir que no puede haber una indicación de que la sanidad está ocurriendo. A veces la oración para sanidad puede resultar en manifestaciones que tanto el que recibe como el que ora pueden reconocer, tales como temblor, párpados que revolotean, calor, sudor, comezón, electricidad. De vez en cuando el que ora (P), puede preguntarle al que recibe (A), si hay manifestaciones en el cuerpo de A. Si están ocurriendo manifestaciones, éstas animan a A y a P a darle gracias a Dios por lo que esté haciendo y a seguir orando. Sin embargo, las ausencia de manifestaciones no siempre significa que nada está pasando. A veces la sanidad ocurre sin manifestaciones, y el que recibe puede que no se de cuenta por un tiempo de que ha sido sanado. Por ejemplo, quizás se necesite una radiografía para comprobar la sanidad, o quizás el que recibe oración pase varios días sin el dolor intermitente que tenía antes de recibir la oración. Como el que ora procede sin las señales de que está ocurriendo una sanidad, éste debe orar de una manera bien detallada y compresiva. Éste debe “cubrir todas las bases”. También debe pasar algún tiempo “empapando” a la persona con amor y oración. También debería orar en lenguas. También debería pasar algún tiempo escuchando en silencio al Espíritu Santo por cualquier dirección que Él le quiera dar. El debe obedecer lo que el Espíritu Santo le diga. Por ejemplo, si recibe una impresión de que ha habido algún evento en la vida de A, como un accidente, la muerte de un ser querido, o alguna experiencia de ocultismo, se le debe preguntar a A si un tal evento ha ocurrido. Bajo tales circunstancias, si un tal evento ha ocurrido, P puede estar seguro de que el Espíritu Santo, le está diciendo que ese evento es importante en relación a la enfermedad de A. Además, a veces hay condiciones en la vida del que recibe, que quizás él mismo no considere importantes para su enfermedad, pero de hecho lo son. (Puede ser que éstos no se hayan mencionado en la entrevista inicial.) Por ejemplo: La cólera, el resentimiento y el rencor se asocian a veces con el dolor de espalda. El rencor y la amargura a veces se asocian con la artritis. A-85

El estrés y la tensión contribuyen a muchas enfermedades. El temor contribuye y hasta puede causar muchas enfermedades. El no perdonar puede obstruir la sanidad. Experiencias de ocultismo que no se han renunciado a veces obstruyen la sanidad. Una maldición esperada o inesperada, puede obstruir la sanidad. Tendencias hereditarias pueden causar o contribuir a enfermedad. Algunos creen que la ansiedad, el odio a si mismo, el auto rechazo, la vergüenza, la culpa y la baja auto estima pueden contribuir o causar enfermedades. Cuando se ora por una enfermedad o condición que no permite examinar la presencia o la ausencia de la sanidad, el que ora debe considerar cuidadosamente lo mencionado arriba y quizás otros factores adicionales. Él debe usar una lista para revisar o quizás él oiga claramente que el Espíritu Santo le indique si o no hay tales influencias en la situación. Otras sugerencias para enfermedades especificas son las siguientes: Cáncer. Después de los preliminares, Ordene la sanidad de todas las causas del cáncer. Eche fuera todo espíritu de cáncer. Eche fuera todo espíritu de enfermedad y aflicción. Maldiga las células del cáncer, la raíz, semilla y célula. Ordéneles que se marchiten y mueran. Ordene Al sistema de inmunidad que funcione fuertemente contra las células del cáncer. La sanidad de partes del cuerpo dañadas por el cáncer. Que la medula ósea produzca células de sangre saludables. La diabetes. Después de los preliminares, Pregúntele a A si ha tenido sentimientos de auto rechazo, odio a sí mismo, culpabilidad. Si dice que si, busque la raíz de tales sentimientos, guíelo en oración de arrepentimiento y perdón a sí mismo y a otros, haga que renuncie cualquier espíritu relacionado con esto, rompa su poder y échelos fuera. Ordene la sanidad a la causa conocida de la diabetes. Eche fuera los espíritus de diabetes y enfermedad. Si se indica, eche fuera el espíritu de heredad. Ordene un páncreas nuevo en el cuerpo de A. Ordene que cualquier parte u órgano dañado por la di

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Resumen A veces cuando la sanidad no ocurre, puede haber obstáculos que se pueden descubrir y tratar para que la sanidad ocurra. Muchos de estos posibles obstáculos para la sanidad no se podrán descubrir en la corta entrevista inicial que ocurre al principio cuando la persona pide oración. Si un obstáculo está presente, pero no se descubre en la entrevista inicial, éste todavía se puede encontrar. Puede ser que un padre, hermano o amigo que acompaña a la persona hable de esto. El que ora también puede hacer preguntas durante el tiempo de ministración. El enfermo también puede ofrecer información voluntariamente. El Espíritu Santo lo puede ayudar: preguntas que han sido inspiradas por el Espíritu Santo, pueden llevar a la eliminación de obstáculos que quizás no se hubiesen descubierto. Algunas de los estorbos más comunes se enumeran abajo y se discuten en las páginas que siguen: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17.

Falta de perdón. Resentimiento, rabia, amargura. Falta de sanidad interior necesaria. Una maldición. Problemas generacionales. El haberse inmiscuido en ocultismo. Falta de interés en la sanidad. Masonería. Dificultad en creer que Dios sana hoy. Temor. Culpabilidad que no se ha resuelto. Desobediencia. Votos interiores que no se han roto. Ataduras negativas con otras personas. Creer que Dios le dio la enfermedad para desarrollar el carácter de la persona. Pecado en la vida del enfermo. Presencia de un espíritu de aflicción o de enfermedad.

Nota acerca de la expulsión de demonios cuando se ora por una persona. Normalmente es un proceso fácil y corto echar fuera un demonio relacionado con una enfermedad en el nombre de Jesús. A veces, el espíritu es terco y no quiere salir rápido o empieza a manifestarse, hablándole al que ora o haciendo que la persona se adormezca o de otras maneras explicadas en la sección de liberación de este manual. Para sugerencias de cómo manejar situaciones más difíciles, vea la sección de liberación.

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Discusión 1. La falta de perdón. La falta de perdón es, comúnmente, un estorbo eficaz para la sanidad. En la entrevista inicial, cuando se le pregunta al enfermo cuando empezó la condición y si hubo algún suceso significativo alrededor del tiempo en que surgió la condición, puede ser que se revele algo por lo que el enfermo le echa la culpa a otra persona por lo sucedido y a quien todavía no ha perdonado. Puede ser que haya otras personas - padres, familiares, amigos, otros – que han ofendido herido, o hecho algún daño al que recibe la oración y a quienes él no ha perdonado. No siempre el enfermo relaciona esa ofensa con su condición. Si el enfermo no está dispuesto o no puede perdonar a alguien, usted le debe explicar que la falta de perdón puede impedir su sanidad. (Pero tenga cuidado de no prometerle la sanidad si logra perdonar.) Se le debe explicar que el perdón es un acto de la voluntad – una decisión – no necesariamente un sentimiento. Él puede perdonar a otro sin tener un sentimiento cálido hacia la otra persona. Se le debe explicar que si él no perdona al prójimo, Dios no lo perdonará a él de sus pecados.

“Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre, que está en el cielo, los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre los perdonará a ustedes sus pecados.” (Mateo 6: 14-15.) “Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.” (Mateo 18:35.) A veces hay un espíritu no perdonador que se puede expulsar, y así el que recibe, puede perdonar. El perdón puede ser importante aunque el enfermo no esté consciente de una actitud equivocada. Por ejemplo, una persona recibe un daño al cuello porque alguien le golpeó por detrás a su vehículo en un pare. No se le ha ocurrido que debe perdonar a la persona que manejaba el otro automóvil. Sin embargo, él fue sanado solamente con perdonar a la otra persona, sin necesidad de más oraciones. El perdón debe ser acompañado por una decisión de dejar el cambio de la otra persona en las manos de Dios. Es decir, la persona debe dejar de tratar, hasta en sus pensamientos y actitudes, de cambiar a la otra persona, (si ella está haciendo esto). También debe ser acompañado de la oración de bendición para esa otra persona. El perdón verdadero se ha logrado cuando la persona herida genuinamente desea la bendición de Dios sobre la otra persona.

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2. El resentimiento, el rencor, la amargura y la rabia. El resentimiento, la rabia, y la amargura son muchas veces el resultado de heridas profundas, reales o imaginarias. Será necesario renunciar al resentimiento, la rabia y la amargura y el perdonar a la persona que causó el daño. También puede ser necesario el echar fuera los espíritus de resentimiento, rabia y amargura.

3. La falta de sanidad interior. Muchas veces el resentimiento, la rabia y la amargura son el fruto de heridas severas, reales o imaginarias. El abandonar el resentimiento, la rabia y la amargura y perdonar a la persona que causó el daño quizás no sean lo suficiente como para traerle la sanidad a un corazón roto o un espíritu machacado. Siempre considere primero si el Espíritu Santo desea que usted ore primero por esas heridas antes de orar por la condición física. El dolor, el sufrimiento, la desesperación y la falta de esperanza pueden impedir la sanidad y se pueden resolver con la amorosa oración para sanidad interior.

4. Una maldición. Una maldición es una invocación de un mal sobre una persona a través de palabras escritas o habladas. Una maldición es pronunciada durante una rabieta o durante una larga pelea, o impuesta por las encantaciones de un brujo o a través de rituales satánicos como lo son el vudú. Una maldición puede ser impuesta sin intención de hacer daño a través de palabras dichas sobre una persona que recibe ministración, sobre su familia por la persona misma, o por una tercera persona. Por ejemplo, si la persona tuvo una infancia enfermiza, es posible que un padre frustrado le haya dicho algo como que tiene una constitución débil y que siempre estará enfermo. O, si varias personas en la familia han tenido cáncer, la persona enferma puede haberse dicho a si misma : “Todas las mujeres de mi familia han tenido cáncer y yo seguramente lo tendré también” Si una maldición específica se identifica, ésta se debe romper. Por ejemplo, “En el nombre de Jesús, rompo toda palabra hablada a Juan por su padre, que ______________(mencione las palabras que su padre usó), y cancelo el efecto que esas palabras puedan haber tenido sobre la salud de Juan.”

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Si una maldición específica no se puede identificar, pero parece haber una o más de ellas presentes, se deben romper todas las maldiciones en una oración general. Favor de leer la siguiente sección de este manual titulada “Maldiciones”. Cualquier objeto, íconos o símbolos de masonería que la persona haya comprado o heredado deben ser destruidos.

5. Tendencias generacionales. Se puede preguntar si otros miembros de la misma familia han tenido la misma enfermedad y, si algún antepasado en particular la ha tenido. Si es así, expulse todos los espíritus relacionados con la enfermedad heredada, corte a la persona de la tendencia heredada a la enfermedad y ore por su sanidad. Por ejemplo: “En el nombre de Jesús, le ordeno a todo espíritu de diabetes que salga de Juan y rompo el poder de cualquier espíritu de diabetes heredado de sus antepasados. En el nombre de Jesús corto a Juan de sus antepasados de toda atadura que no sea del Señor Jesús. En el nombre de Jesús le ordeno al páncreas de Juan que sea sanado y le ordeno al páncreas que funcione normalmente.”

6. Relación con el ocultismo en su pasado. La relación con actividades ocultas siempre, de alguna manera, abre la puerta a opresión demoníaca. Es la opinión de personas de mucha experiencia en estas cosas que el envolverse en actividades ocultas siempre obstaculiza o evita la sanidad. Hay que arrepentirse de tal envolvimiento, pedir perdón por él, y hay que renunciar. Expulsar los espiritus que estaban involucrados o asociados con él. 7. Falta demotivación en la sanidad. En algunos casos el enfermo piensa que el estar enfermo tiene ciertas ventajas que para él son preferibles a la sanidad. Hay ventajas económicas, como la compensación para impedidos, lo que quizás le parece mas atractivo que el tener que salir a trabajar todos los días, lo que tendría que hacer si estuviera saludable. También puede haber ventajas relacionales, como la simpatía, el consuelo y los mimos de amigos o familiares. Puede haber una ventaja emocional, como la excusa para el fracaso en el trabajo o de una relación. Estas consideraciones son a veces, inconscientes, y pueden persuadir al enfermo de que está mejor enfermo que saludable y de esa manera impidiendo la sanidad. En algunos casos, aunque la persona no quiere la sanidad, a veces pide oración, ya sea porque no reconoce sus verdaderos deseos, o, quizás, para ganar atención y simpatía aunque en realidad no desea ayuda.

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Quizás los verdaderos sentimientos del enfermo no salgan a la luz inmediatamente. Si el Espíritu Santo sugiere que existe este problema, la persona que ministra podría explorar la situación de manera suave, preguntando acerca de las circunstancias. El remedio es la intercesión. El que ora podría orar en voz alta que Dios sane las emociones del enfermo y le muestre la perspectiva divina en esa situación. 8. La masonería. La masonería es una religión que compite con el cristianismo. Su dios es una combinación de Jehová, Baal y Osiris. De tal manera que es idolatría y una religión oculta. Además, la masonería requiere que sus miembros hagan juramentos de silencio, cada uno acompañado de horribles maldiciones por las violaciones de los juramentos. La participación en la masonería muchas veces resulta en maldiciones de diferentes tipos, no solamente sobre el individuo, sino que también se riegan por toda la familia en todas las direcciones. La enfermedad de una persona puede ser el resultado de la masonería de un pariente. Si la masonería está presente en la familia de una persona cuya sanidad es difícil, la masonería tiene que ser renunciada y todas las maldiciones que resulten de ella, tienen que ser rotas. Vea los comentarios acerca de la masonería en la siguiente sección de este manual titulada: “Maldiciones”. Cualquier objeto, iconos o símbolos de la masonería que la persona haya comprado o heredado, tienen que ser destruidos. 9. Dificultad en creer que Dios sana hoy. En algunos sistemas religiosos, se le enseña a la gente que Dios no sana hoy que la sanidad estaba presente en la iglesia primitiva por diferentes razones pero que hoy no lo está. Tales personas no tienen problema en aceptar que Dios sana si es su voluntad y que Dios de hecho ha sanado a algunas personas, pero ellas consideran que esas sanidades son algo excepcional, y ellos tienen duda de que ellas mismas puedan ser sanadas. Muchas de estas personas son cristianos sinceros que creen que la Biblia es la palabra de Dios. En tales caso, el que ora puede impartir fe para sanidad al enfermo refiriéndose a los pasajes básicos sobre la sanidad y mostrándoles que Jesús es el mismo ayer, hoy y para siempre. El puede mencionar que la sanidad es parte de la expiación como lo es la salvación, de acuerdo con las escrituras.

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10. El temor El temor puede causar muchos problemas físicos y emocionales. Puede causar tormento, desesperación, falta de esperanza y otras condiciones adicionales a los problemas físicos. Frecuentemente hay un espíritu de temor que ha entrado en la niñez a través de un trauma o experiencia en la niñez. El temor puede ser un estorbo para la sanidad. Donde hay temores fuertes, usualmente hay opresión por un espíritu de temor. Vea la sección de liberación para sugerencias de cómo luchar contra un espíritu de temor.

11. Culpabilidad no resuelta. El enfermo puede pensar que no es digno de ser sanado. Esto es cierto en realidad, la sanidad es dada por la gracia de Dios y no es merecida. Pero el sentimiento de no ser digno indica la falta de entendimiento del perdón que nos es dado en la expiación. La explicación de la obra de Jesús en la expiación, la discusión de algunas escrituras sobre la sanidad, y la oración por la seguridad del perdón y de la salvación podrían ayudar al que recibe oración a librarse de ese sentimiento de no ser digno. 12. La desobediencia. La sanidad puede impedirse si el enfermo desobedece tercamente las direcciones que Dios le ha dado. En ese caso, el remedio es el arrepentimiento, el pedir perdón, y el luchar contra un espíritu de desobediencia en la persona. La sanidad siempre ha sido una influencia poderosa en la evangelización a través de la sanidad de los creyentes y de los incrédulos por igual. Algunos de los que oran mucho por creyentes tanto como por incrédulos, sienten tener mas éxito con los incrédulos que con los creyentes. 13. Juramentos interiores que no se han roto. El enfermo puede haber hecho un juramento en su interior que no se ha roto. Por ejemplo, puede que él haya tenido un padre enfermizo y que por eso haya jurado dentro de si que nunca admitiría su condición. O quizás el descubrió en su niñez que el estar enfermo era una buena excusa para no hacer sus tareas y así se enfermaba cada vez que la vida le presentaba tareas indeseables.

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14. Ataduras impías con otras personas. El enfermo puede estar bajo la influencia de un amigo cercano o de un pariente que piensa que el enfermo nunca mejorará, o que quizás no quiera que el enfermo se mejore. Este tipo de ataduras se tienen que renunciar y romper. 15. La presencia de un espíritu de enfermedad o de aflicción. Una enfermedad larga o incurable a veces se acompaña de espíritus de enfermedad o de aflicción que tratan de impedir la sanidad. Estos tienen que ser expulsados.

16. La creencia de que Dios ha causado la enfermedad para desarrollar el carácter de la persona. Dios por supuesto puede utilizar la enfermedad para desarrollar el carácter de la persona o para otros propósitos, pero el Señor siempre ha visto la enfermedad como obra del diablo y nunca ha tratado de evadir la sanidad. Si se le enseña a la persona algunas de estas escrituras, esto podría ayudar a eliminar este problema. 17. El pecado. Algunas enfermedades resultan del abuso del cuerpo o de otro pecado. En tales casos, la oración de sanidad debe ser precedida por la confesión, el arrepentimiento y el pedir perdón. Algunos ejemplos son el cáncer de los pulmones, si fue causado por el fumar, o, una enfer-medad venérea adquirida por conducta inmoral. La persona con un cáncer causado por el fumar debe confesar el pecado del abuso de su propio cuerpo con el vicio de fumar, arrepentirse de ello, pedirle perdón a Dios y renunciar al fumar en el futuro. “Entonces le seguiría el ministerio de oración de sanidad”. Si una enfermedad venérea fue adquirida por relaciones sexuales inmoral, la persona con la enfermedad debe confesar esos pecados, arrepentirse de ellos, pedir perdón, y abandonar la forma de vida errónea. A esto le seguiría la oración para que se sane. La conducta errónea que contribuye a una enfermedad puede ser el afirmativamente cometer un pecado conocido, el fallar en obedecer un mandamiento o una instrucción clara del Señor, o, las actitudes o emociones equivocadas.

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¿Qué es una maldición? Definición. Una definición en el diccionario de “maldición” es: una oración o invocación para hacer daño o para perjudicar a una persona; una imprecación; un maleficio. Podría ser una declaración de juicio o de un destino malo. Las personas que ministran a los que se encuen-tran bajo una maldición le añaden a esto, que una maldición tiene poder espiritual demonía-co para hacer daño. Una maldición, en el lenguaje común, es algo que una persona intencionalmente hace para causarle un daño significativo a otra persona. Una maldición puede, sin embargo, ser no intencional. Una maldición puede también ser auto infligida. El término “maldición”, a veces no se usa para significar la imprecación específica, sino para el daño o injuria que resulta de una imprecación, o para el estado de la persona a la cual ocurre una serie de circunstancias negativas o desastrosas; ésta tiene “una maldición”. Una maldición puede ser también un malestar general en una casa u otro lugar, induci-dos por un icono demoníaco. Algunos iconos son ídolos; símbolos demoníacos en tapices, vasijas u otras decoraciones; efigies indígenas; estatuas feas; imágenes distorsionadas; cosas que se hayan adorado.

Tipos de maldiciones a. Generales o específicas. Una maldición puede ser general, o puede ser intencionada para que resulte especí-ficamente en una o más de una gran lista de condiciones desafortunadas o desastres, in-clusive, entre otras cosas, la enfermedad, la esterilidad, varias desgracias sociales o económicas, la predisposición a accidentes, miedos, tormentos, y muerte. b. Condicionales o incondicionales. Una maldición puede ser condicional o incondicional. Una maldición condicional se intenciona solamente cuando ocurre la condición mencionada. Un ejemplo de una maldición condicional lo son la invocación de un daño físico terrible sobre sí mismo por los miembros de una legión masónica o de una secta satánica, si se rompen sus reglas de guardar sus se-cretos. Los que hacen tales juramentos de silencio presumen que si ellos tienen cuidado de guardar esos secretos, las maldiciones no caerán sobre ellos.

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Muchos ejemplos de maldiciones condicionales se encuentran en el Antiguo Testamento. Un ejemplo lo son las maldiciones que el Señor indicó que Él impondría sobre los israelitas por su desobediencia a sus mandamientos. Vea: Deuteronomio 28. “Pero si no obedeces al Señor tu Dios, ni pones en práctica todos sus mandamientos y leyes que yo te he ordenado hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán estas maldiciones:…” (Deut. 28:15.) Para un ejemplo de una maldición condicional, considere las duras palabras del Señor: “Cuando el Hijo del Hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de El. Y El separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda… “Luego el Rey dirá a los que estén a su izquierda: ‘Apártense de mi, ustedes que están bajo maldición; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, pues tuve hambre , y ustedes no me dieron de comer; tuve sed y ustedes no me dieron de beber; anduve como forastero y ustedes no me dieron alojamiento. Me faltó ropa y ustedes no me la dieron; estuve enfermo y en la cárcel y no vinieron a visitarme…’ El Rey les contestará: ‘Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas per-sonas más humildes, tampoco por mi lo hicieron.’ Esos irán al castigo eterno…” (Mateo 25:31-33, 41-43, 45-46.) Ejemplos de maldiciones incondicionales son las impuestas por un brujo o hechicero, con la intención de causar enfermedad, desastre, muerte u otro daño a un enemigo del brujo o al cliente de un hechicero. Estas se suponen que funcionen sin importar las circunstan-cias. Un ejemplo en el Nuevo Testamento de una maldición incondicional – una impuesta sobre si – es la de la multitud que llenó la plazoleta de Pilatos con voces pidiendo la crucifixión de Jesús. Cuando Pilatos se lavó las manos y declaró que era inocente de la sangre de Jesús, aquellos presentes que clamaban para que Jesús fuera crucificado, dijeron: “! Nosotros y nuestros hijos nos hacemos responsables de su muerte!” (Mateo 27:25.) c. Intencional o no intencional Los ejemplos mencionados arriba son de maldiciones intencionales, en las que la per-sona que invoca la maldición sabe lo que hace e intenta poner una maldición a su víctima. Una maldición también puede ser no intencional. Vea, por ejemplo, en los apuntes sobre maldiciones que resultan de meras declaraciones descuidadas, en la sección más adelante, acerca de cómo se generan las maldiciones.

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d. Auto-impuestas o impuestas por otros. La mayoría de las maldiciones son, probablemente, impuestas por otros; por enemigos de la persona maldita o por un agente de un enemigo, como un brujo o hechicero. Sin embargo, una maldición también puede ser auto-impuesta, como lo es la maldición que se impuso la gente que estuvo presente en el juicio de Jesús ante Pilatos: “Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos.” (Mateo 27:25.) Una persona también puede ponerse una maldición cuando usa palabras descuidadas. Vea el párrafo c, que se refiere al tema: “Como se generan las maldiciones” en la página 4. e.

Maldiciones generacionales.

Una maldición puede ser pasada de una generación a otra. Note la maldición impuesta “sobre nosotros y nuestros hijos.” por la multitud presente en el juicio de Jesús. La maldición de lepra que Eliseo puso sobre Giezi por su avaricia y falta de honradez en su trato con él y con Naamán, (a quien Eliseo sanó de lepra), fue: “Por lo tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre.” ( 2 Reyes 5:27.) Las maldiciones que resultan de prácticas ocultas tienden a ser generacionales. Algunas enfermedades y algunas adicciones tienden a correr en familias y pueden ser causadas por una maldición. Vea específicamente los comentarios acerca de las sectas satánicas y de la masonería en las siguientes secciones.

El efecto de una maldición Según se nota arriba, una maldición, generalmente tiene poder espiritual. Puede, y frecuentemente tiene el efecto intencionado por la persona que la invoca, y también puede tener otros efectos más. Esto puede causar cualquiera o más de de una de las condiciones enumeradas arriba u otros males. El poder espiritual no se deriva de Dios sino de Satanás. Peter Horrobin define una maldición como: “algo dicho o hecho en contra nuestra u otros que le da poder a los demonios a ejercer poder sobre las personas.” 10 (Énfasis añadido.) 10

Horrobin, Healing Through Deliverance, the Practical Ministry. Sovereign World Ltd, Tonbridge, Kent, England. 1996, p. 44. -Para una discusión extensa de los orígines y otros aspectos acerca de las maldi-ciones, vea pp. 176-197

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Además del efecto intencionado, sin embargo, las maldiciones que no se han roto pueden tener otros efectos como el impedir o evitar la sanidad o la liberación. También pueden causar un malestar general que resulta en problemas de salud, falta de éxito en el trabajo, problemas financieros, problemas familiares, etc. Una maldición condicional puede tener efectos negativos que no tienen relación a la condición mencionada en la maldición. El ser miembro de una sociedad secreta o de una secta satánica, puede en si traer una maldición sobre la persona envuelta o sobre su familia, aunque la persona envuelta cumpla todas las obligaciones que prometió. Usualmente, por supuesto, si la persona envuelta está tratando de librarse de una maldición; ésta ya ha aban-donado la sociedad u organización. Por lo tanto, las condiciones de por lo menos algunas de estas maldiciones que él mismo se ha impuesto, ya se han cumplido. Aunque un miembro de una tal organización cumpla sus votos, la naturaleza demoníaca de sus actividades puede causar una maldición, y frecuentemente lo hace. Frecuentemente se observa que el ser miembro de una organización masónica, puede traer el mal no solo sobre la persona, sino también sobre toda su familia. Si una familia muestra una multitud de dificultades, como lo son muchas enfermedades, muertes prematuras, divorcios, adicciones y accidentes, siempre es apropiado y se recomienda entrevistar a la persona acerca de la posibilidad de la membresía – la suya propia o la de un antepasado u otro familiar – en una or-ganización satánica; particularmente en una organización masónica. Debido a que tiene poder demoníaco, la atadura de una maldición dura indefinidamente hasta que se haya roto. Si existe una maldición, ésta se tiene que romper antes de que la sanidad o la liberación ocurran. Esto no es una regla estricta.

Cómo se genera una maldición Sabremos como lidiar con maldiciones si entendemos como éstas se generan. Entre las maneras más comunes están estas cuatro: imprecaciones intencionales o maldiciones, orales o escritas; pronunciamientos descuidados que no se intencionan como maldiciones pero sin embargo tienen poder espiritual para causar daño a la persona a la que se dirigen; envolvimiento con una sociedad secreta o actividad u organización ocultista; conducta que ocasiona una maldición sobre la persona que la practica. Además, hay otros fenómenos que operan como maldiciones, tales como las iniquidades de los antepasados que se le pasan a los descendientes.

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a. Maldiciones intencionales impuestas por otros. Algunas maldiciones son generadas intencionalmente por enemigos de la persona que la recibe. -Una persona con una querella contra otra, puede maldecir o contratar a un brujo o hechicero para que le ponga un hechizo, encanto o imprecación sobre el otro. En otras culturas se acostumbra pedirle a un hechicero que le ponga una maldición a un enemigo. -Alguien puede maldecir a otro en un momento de rabia u odio. -Personas o familiares envueltas en peleas violentas, especialmente si son prolongadas, pueden maldecirse los unos a los otros. Algunas culturas se conocen por la costumbre de poner maldiciones intencionales sobre familias o clanes. Los clanes escoceses y las familias árabes, por ejemplo, y familias en ciertas partes de los EE.UU., se han envuelto durante su historia, en círculos viciosos de ataques y venganzas, frecuentemente invocando maldiciones los unos contra los otros. -La propagación de actividades satánicas en Norteamérica ha traído mayor conciencia de las prácticas de sus seguidores de imponer maldiciones sobre cristianos y otros. Tales organizaciones utilizan prácticas que pueden resultar en maldiciones, como lo son diferentes tipos de promesas, contratos con Satanás y otros miembros, el matrimonio con Satanás, etc. -Arriba se menciona la maldición que el Señor Jesús coloca sobre los que ignoran las necesidades de los pobres. b. Maldiciones intencionales auto-impuestas. Dos ejemplos de maldiciones intencionales auto-impuestas, son las de la multitud presente en el juicio de Jesús ante Pilatos y las de los miembros de sociedades secretas a las que se refiere arriba. Las organizaciones masónicas se conocen por sus maldiciones macabras y virulentas del tipo mencionado. Además, los miembros de sociedades secretas también pueden haber hecho otros tipos de juramentos que producen maldiciones. Algunos de nosotros continuamos en la auto- condenación por acciones o palabras que Dios ya ha perdonado. A veces esto puede resultar en ataduras demoníacas. c. Declaraciones descuidadas que no se intencionan como maldiciones. Una maldición también puede ser no-intencional. Una maldición puede resultar, por ejemplo, de palabras descuidadas pronunciadas por un padre desesperado y frustrado por la inhabilidad de su niño de entender algo o de ejecutar un acto de manera satisfactoria A-98

para el padre. Tales palabras descuidadas pueden, en realidad, convertirse en maldiciones que afectan el futuro de un niño. Algunas ejemplos: “Tú no puedes hacer nada bien.” “Tú eres simplemente estúpido.” “Tú nunca serás nada.” “Tú nunca podrás mantener un trabajo.” “Probablemente estarás enfermo toda tu vida.” “¿Por qué no puedes cocinar como mi madre?” “Nunca te casarás. Nadie se casaria contigo.” “¡Eres igualito a tu padre!”

Tales pronunciamientos pueden penetrar en la mente de un niño y convertirse en ata-duras espirituales – en ataduras demoníacas – que resultan exactamente en la condición descrita por el padre. Este tipo de maldición se le puede poner a una persona por cualquiera en autoridad sobre ella, cómo por un maestro, un oficial de ejercito, o un jefe al igual que por un padre. El poder de tales pronunciamientos se reconoce en Proverbios. La lengua amable es un árbol de vida; la lengua perversa hace daño al espíritu. (Proverbios 15:4.) La vida y la muerte dependen de la lengua… (Proverbios 18:21.) Las maldiciones no-intencionales también se pueden auto-imponer por palabras descuidadas. Algunos ejemplos son: “Ella me vuelve loca.” “Me enfermo cada vez que pienso en eso.” “Quisiera morirme.” “Me aterra de muerte…” “ Me muero de vergüenza…” “Lo juro y que me muera si no es verdad…” “Nadie me ama.”

d. Juramentos interiores. Otro tipo de maldición se puede auto-imponer por una persona que está tan profunda-mente ofendida por la conducta de otra persona, que se jura a si misma que nunca se com-portará como esa persona. Un niño puede estar tan ofendido por la conducta de un padre – como por ejemplo el controlar a toda la familia con rabietas por cosas pequeñas – que el niño se promete a si mismo que nunca se comportará de esa manera ofensiva. A veces, tales juramentos pueden crear una atadura demoníaca que el niño no puede superar, de tal manera que termina repitiendo la misma conducta que tanto le ofendía en su padre.

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e. Participación en sociedades secretas. La mera participación en algunas actividades puede tener efectos adversos significativos sobre la persona misma y sobre su familia. Arriba se han mencionado las sectas satánicas y la masonería. Por ejemplo, los parientes de los masones, frecuentemente exhiben lo que parece ser los efectos de una maldición, tales como un número grande de divorcios, enfer-medades incurables, adicciones, accidentes, y muertes prematuras. 11 A veces una actividad de un masón tiene un efecto correspondiente sobre un familiar. Por ejemplo, un ritual masónico en particular envuelve el poner un lazo alrededor del cuello de un miembro. Un familiar de ese miembro tuvo dificultades de respiración hasta que una maldición, aparentemente relacionada con el lazo, se rompió. Un ministerio con extensa experiencia en la sanidad encontró que la masonería en la familia se descubre cuando un familiar tiene una o mas condiciones o enfermedades que resisten la oración de sanidad o liberación. 12 f. Conducta que trae maldición. La conducta que trae maldición, tiene, muchas veces, una dimensión espiritual, como lo es la participación en prácticas ocultas o sectas satánicas o la desobediencia a un manda-miento de Dios. Hay un número de pasajes bíblicos que tienen que ver con maldiciones que caen sobre una persona o grupos de personas por la conducta de la persona o del grupo. Ejemplos del Viejo y Nuevo Testamento se dan en la página 1 de esta sección. Note que en Deuteronomio 27 y 28 se detallan un gran numero de tipos de conducta que podrían resultar en maldiciones, tanto para un individuo como para un grupo. g. Iniquidades de los antepasados. Cuando un antepasado ha pecado de manera habitual o escandalosa, los esfuerzos por sanar a una persona tienen, a veces, las mismas dificultades como si hubiera una maldición. Estos podrían ser casos como los que Dios le describió a Moisés cuando le dio el segundo grupo de los diez mandamientos en el Monte Sinaí.

(El Señor) pasó delante de Moisés, diciendo en voz alta: “¡El Señor!, ¡El Señor! ¡Dios tierno y compasivo, paciente y grande en amor y verdad! Por mil generaciones se mantiene fiel en amor y perdona la maldad, la rebeldía y el pecado; pero no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, en los bisnietos y en los tataranietos.” ( Éxodo 34:6-7.) 11

Para un número de ejemplos especificos, vea Cassada, Unto Death. Freemasonry – Freedom in Christ or Bondage to Lucifer?, Mays Landing, NJ, 1998. Ordene en www.thelionheart.org. 12 Cassada, op. cit., p. 47. Aquí se enumeran aproximadamente dos docenas de tales enfermedades y condiciones.

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¿Cómo se puede reconocer si una persona está bajo una maldición? a. El proceso de la entrevista. La probable existencia de una maldición, con frecuencia se puede reconocer cuando la persona está siendo entrevistada durante la preparación para la oración de sanidad o para el ministerio de liberación. Por ejemplo: -A veces la persona que recibe ministración sabe que ha sido maldita y puede iden-tificar a la persona que le puso la maldición, y cúando ésta sucedió y la maldición misma. Por ejemplo, si la maldición fue invocada durante una pelea violenta la per-sona quizás la recuerde. -A veces la persona que puso la maldición, se lo dice a la persona maldita para atormentarla. -La entrevista podría revelar que la persona o un familiar suyo ha estado envuelto en prácticas o rituales ocultos, en una organización oculta, en una sociedad secreta o ha hecho un contrato satánico. Tal envolvimiento es un punto de origen común de maldiciones. -La membresía en una sociedad secreta como lo es una organización masónica, en si, es una indicación de que una maldición podría estar presente. -La entrevista podría revelar que la persona que recibe la ministración ha tenido relaciones difíciles con varias figuras de autoridad en su vida: padres, maestros, oficiales militares, policías, patrones, etc. Podría revelar que algunas de esas figuras de autoridad hayan pronunciado maldiciones no- intencionales a través de declaraciones despectivas. También podría revelar que la persona que recibe la ministración se ha impuesto alguna imprecación a si misma. b. Observación. Algunas veces una maldición se pude reconocer por la existencia de ciertas condici-ones, aparte de cualquier pronunciación específica que se pueda identificar. Derek Prince enumera las siguientes condiciones, las cuales, cuando dos o más están presentes, son una probable indicación de una maldición. 13 : Colapso mental o emocional. Enfermedades crónicas repetidas, especialmente las hereditarias. 13

Prince, Blessing or Curse. You can Choose! Chosen Books, Fleming Revell Co., Old Tappan, NJ, 1990. p. 45.

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Esterilidad; la tendencia a abortar; problemas menstruales. Colapso del matrimonio y enajenación familiar. Insuficiencia financiera continua. Propensión a los accidentes. Historial de suicidios, muertes prematuras, muertes no naturales en la familia. Una combinación de tales condiciones deben llevar al ministro a sospechar que una maldición está presente, aunque la persona que recibe la ministración no recuerde el haber recibido una maldición. La dificultad en recibir oración cuando la presencia del Espíritu Santo es una indicación cierta de de la presencia de una maldición o de un espíritu demoníaco. La falta de progreso al orar por la sanidad es una indicación de que se debe hacer una investigación acerca de la posible existencia de una maldición. Nota: Siempre se debe considerar que la persona que está bajo una maldición también podría haber caído bajo la opresión de un espíritu demoníaco. Esto es especialmente importante si la persona misma ha sido miembro de una sociedad secreta, de una organización masónica, o de una secta satánica. En tales casos, la persona necesitará liberación al igual que el rompimiento de una o más maldiciones.

¿Cómo se puede romper una maldición? El poder y la autoridad para romper maldiciones proviene de la cruz y del nombre de Jesús. La sangre de Jesús, derramada en la cruz, es eficaz para mucho más que el perdón de los pecados. También en la expiación hay poder para sanidad, poder para liberación, santificación, poder para romper maldiciones. En su epístola a los Gálatas, Pablo observa: Cristo nos libró de la maldición de la ley, pues Él fue hecho objeto de maldición por causa nuestra, pues la Escritura dice: “Maldito todo el que muere colgado de un madero.” Esto sucedió para que la bendición de Abraham alcance también, por medio de Cristo Jesús, a los no judíos; para que por medio de la fe recibamos todos el Espíritu que Dios nos ha prometido. (Gálatas 3:13-14.) Como la salvación, la sanidad, la liberación, también el romper la atadura de una mal-dición, muchas veces envuelve el ministerio de una tercera persona. Una maldición, A-102

sin embargo, como en las otras situaciones mencionadas, puede ser rota por la persona que está bajo ella. La persona maldita podrá, con más probabilidad, obtener alivio si se limpia espiritual-mente antes de pedir libertad. Ella debe: Arrepentirse de toda rebelión y pecado en su vida. Pedir y reclamar el perdón de todos sus pecados Perdonar a todos los que la hayan herido en su vida; Renunciar todo contacto con cualquier cosa oculta o satánica. Entonces, se puede orar para romper todas las maldiciones y para sanarse de heridas inter-nas que fueron causadas por las maldiciones, tanto como para poder recibir con fe lo que pidió. 14 a. El rompimiento de una maldición específica. Puede estar claro, ya sea por las circunstancias o por los recuerdos de la persona, que una declaración específica del padre o de otra figura de autoridad ha infectado la mente y el espíritu del hijo, como por ejemplo la pronunciación del padre, de que el hijo “nunca llegará a ser nada.” Tal maldición se puede romper con una oración específica, refiriéndose a ella así: “En el nombre de Jesús, rompo la maldición sobre la vida de Joe como resultado de los juicios emitidos por su padre que nunca llegará a ser nada. Rompo el poder de esas palabras sobre la vida de Joe en el nombre de Jesús. En el nombre de Jesús rompo cualquier atadura en la vida de Joe causada por esas palabras.” Esto debe ser seguido por oración para sanar el espíritu y las emociones de Joe de cualquier daño causado por las palabras despectivas habladas sobre él. Una oración similar se puede hacer en el caso de un encanto de un brujo (o bruja) o de cualquier otra imprecación, mencionando específicamente cada maldición en particular que se haya hecho. b. Una oración general para romper varias maldiciones. Un padre u otra persona de autoridad quizás algunas veces haya dado lugar a la deses-peración o a la exageración, haciendo muchas declaraciones despectivas acerca de la per-sona que recibe la ministración tantas que quizás ni se puedan recordar. En casos en los que no se recuerden los detalles de tales declaraciones, una oración general es más apropiada, tal como: “En el nombre de Jesús, rompo toda maldición sobre Joe que haya resul-tado de los juicios emitidos por su padre sobre su falta de habilidad, su falta de inteligencia, sus posibilidades limitadas para el futuro. Rompo el poder que estas ejercen sobre Joe, en el nombre de Jesús. En el nombre 14

Prince, op. cit. capitulo 18.

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de Jesús, oro por la sanidad de todas las heridas en Joe que resultaron de esas maldiciones.” Si otras personas en la vida de Joe han hecho tales declaraciones, como un maestro, un oficial militar, un amigo cercano, etc.; el poder de tales declaraciones también se deben romper en el nombre de Jesús. c. Como romper una maldición auto impuesta o una que resultó de la conducta propia. En los casos que envuelven la conducta propia, como lo son el hacer un comentario descuidado o el hacer un contrato satánico, la persona debe pasar por los pasos preparatorios mencionados arriba por Derek Prince. Después de eso, se debe tratar con lo siguiente: La declaración descuidada se debe renunciar. Cualquier juramento de no participar en cierta conducta se debe renunciar. Cualquier juramento a la sociedad secreta o satánica se debe renunciar. La membresía en la sociedad secreta u organización oculta se debe renunciar. La maldición pronunciada sobre si mismo se debe renunciar. El juramento y/o contrato satánico se debe renunciar. Si hay una iniquidad ancestral presente, se tiene que arrepentir de ella. Cada paso se tiene que tomar en el nombre de Jesús. Después, la persona que está bajo la maldición se debe arrepentir de su propia conducta y pedir y recibir el perdón de Dios. Después de eso, el ministro puede romper el poder de la maldición en el nombre de Jesús. La persona que se ha librado de una maldición debe destruir cualquier recuerdo o símbolo en su posesión de la sociedad secreta o actividad oculta que causó la maldición, como prendas (anillos, pantallas, gemelos, brazaletes, etc.), pisapapeles, placas, certificados, uniformes, camisetas, etc. Las prendas o símbolos de la actividad oculta, si se retienen, pueden continuar teniendo un poder demoníaco opresivo sobre la persona y hasta sobre otros que viven o trabajan en el mismo ambiente. Vea la “Nota especial sobre la masonería” al final de esta sección, en la página 13.

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d. Familiares. Las actividades ocultas y la membresía en organizaciones ocultas como los masones, pueden afectar a los familiares que no han tenido ningún contacto con la organización ellos mismos. Tales familiares deben renunciar la organización, renunciar cualquier juramento o contratos hechos por el antepasado o familiar; entonces la maldición se debe romper en el nombre de Jesús. Para los familiares de un masón, una oración de renunciación siguiendo las siguientes líneas podría ser suficiente: “En el nombre de Jesús, renuncio a cualquier juramento hecho y a las maldiciones y castigos relacionados, que hayan sido pronunciados por cualquier antepasado u otro familiar mío en cualquier ritual de masonería. Yo renuncio a todo dios honrado y a toda palabra clave usada en cada grado, y a todo espíritu que causa enfermedad o males, en el nombre de Jesús. Yo renuncio a todo deseo de muerte y a todo ritual simbólico como el entierro y la resurrección, en el nombre de Jesús. Padre, te pido que me laves y me limpies de toda inmundicia conectada con la masonería y que me libres de toda atadura al temor y de toda influencia emocional u oculta de la masonería. En el nombre de Jesús rompo el poder sobre mi de todo espíritu inmundo relacionado con la masonería.” Si la persona que recibe ministración recuerda juramentos o maldiciones que parecen tener un efecto adverso sobre él, estos se deben añadir a la lista de los que se tienen que renunciar y romper. f. Como romper maldiciones generacionales. Como se menciona arriba, algunas maldiciones fluyen de una generación a la próxima. Frecuentemente, los familiares sufren de los mismos problemas que sus antepasados, como lo son la propensión a enfermedades, la propensión a accidentes, la pobreza, la adicción. Estas ataduras generacionales pueden ser rotas por la persona que ministra o por la persona que recibe la ministración, a través de una oración en el nombre de Jesús, como se sugiere arriba.

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¿Y qué de las maldiciones que yo mismo pronuncio? Debe estar claro a base de la discusión anterior, que el pronunciamiento de maldiciones sobre cualquier persona es pecado. Si alguien lo duda, las palabras del Señor son claras: Amen a sus enemigos , hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los Maldicen, oren por quienes los insultan. (Lucas 6:27-28.) Bendigan a quienes los persiguen. Bendíganlos y no los maldigan. (Romanos 12:14.) Si alguna maldición ha sido pronunciada por un creyente, éste se debe arrepentir de su conducta y pedirle perdón a Dios, como por cualquier otro pecado. Además, él debe pronunciar una bendición sobre el otro para reemplazar la maldición y orar por la sanidad necesaria y por la restauración del maldito. El creyente también debe tener cuidado de no causar maldiciones no- intencionales con sus comentarios descuidados acerca de otros. El se debe de arrepentir de esas cosas y sustituirlas con bendiciones. Si alguien piensa que esas maldiciones no-intencionales no son importantes, él debe considerar estas palabras del Señor: “ De lo que abunda en el corazón, habla la boca. El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en él, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en él. Y yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de cualquier palabra inútil que hayan pronunciado. Pues por tus propias palabras serás juzgado y declarado inocente o culpable.” (Mateo 12: 35-37.) Para algunos es fácil caer en el habito de hacer comentarios despectivos acerca de otros y así caer en el error de ponerle maldiciones no- intencionales a otros. La sabiduría sugiere que se debe hacer esfuerzos especiales para romper tales hábitos tan peligrosos.

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Una nota especial acerca de la masonería. La masonería que se practica en los Estados Unidos es una sociedad secreta que tiene sus orígenes en un esfuerzo que empezó en Inglaterra para formar una religión universal – una en la que los miembros de cualquier creencia se pudieran sentir cómodos en la alabanza y en la compañía mutua.

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La masonería no solamente empezó como una religión, sino que todavía se practica como religión. Entre otra cosas, sus edificios se llaman “templos”; contienen muchos objetos y símbolos religiosos, inclusive tronos, libros sagrados, altares. Sus rituales combinan elementos de varias religiones, de las que todas se consideran igualmente sagradas. El “dios” de los masones es una combinación de Jehová, Baal y Osiris, aunque esto no se le revela a sus miembros hasta que hayan avanzado bastante en la organización. Hay objetos en la masonería diseñados para hacer que los rituales masónicos parezcan cristianos. La Biblia se acepta cómo un libro sa-grado-- pero sólo uno de varios. Muchas oraciones parecidas a las del Nuevo Testamento se usan en los rituales, aunque el nombre de Jesús se excluye de todas ellas. Algunos rituales usan simbolismo del Nuevo Testamento, cómo lo son la muerte simbólica, el entierro y la resurrec-ción. Pero las nociones cristianas de la expiación se niegan. Se niega la divinidad de Jesús. Cómo el verdadero Dios no se alaba ni se honra, estas prácticas son engañosas. La visión masónica de Dios y de Satanás es más que engañosa. Se recononce en los grados masónicos avanzados que hay una Guerra entre Lucifer y el Dios hebreo, pero hay una seria torcedura del concepto cristiano de ese conflicto: A Lucifer se le considera benéfico, y al Dios hebreo malo. Por lo tanto, la masonería es claramente ocultista, blasfemia y diabólica. Un masón progresa en esa sociedad cuando toma el ritual y los jura-mentos para “grados” sucesivos. Cada grado tiene su ritual propio, y el masón tiene que hacer un juramento de secreto en cada grado – un jura mento de que no revelará ninguno de los pasos del ritual ni de los juramentos que los acompañan. Él se impone sobre si mismo, maldi-ciones de castigos virulentos que incluyen la muerte y la destrucción de su cuerpo de diferentes maneras horribles, si él llega a romper su jura-mento de secreto. La masonería perdió su reputación en los Estados Unidos en los 1800’s por causa de la muerte de un popular oficial militar que renunció a la masonería y que se cree haber sido asesinado por sus compañeros masones por haber roto sus juramentos secretos. La mala fama eventualmente fue seguida por los esfuerzos de la sociedad de rehacer su imagen pública de diferentes maneras, quizás la más notable de las cuales es el establecimiento de los hospitales Shriners, en los que niños necesitados reciben tratamiento médico gratis.

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Como resultado de estos esfuerzos, la masonería a veces se ve cómo una sociedad benévola cívica y social, en parte por el compañerismo organizado y el cuidado mutuo, y grandemente, por los hospitales Shriners, donde niños necesitados pueden obtener cuidado médico gratuito. Sin embargo, esto es una organización religiosa engañosa. El cristiano probablemente debería evitar todas las sociedades secretas. Sin embargo, la masonería parece ser particularmente maligna al afectar las vidas emocionales y físicas de los miembros de sus familias. Las maldiciones que los miembros tienen que pronunciar sobre si mismos, parecen afectar tanto a los masones como a los miembros de las familias extendidas de manera fuerte y adversa, aun cuando el masón cumpla sus juramentos . Vea los comentarios en la páginas L-4 y L-6 acerca de los efectos de la masonería sobre los miembros de sus familias. Frecuentemente la sanidad no llega, ni la liberación, ni el bautismo del Espíritu Santo, para los miembros ni para sus familias y familiares hasta que los juramentos y maldiciones y rituales demoníacos de la masonería se hayan renunciado y las maldiciones hayan sido rotas. Algunos ministerios de mucha experiencia prefieren romper las maldiciones de los diferentes grados masónicos que caen sobre los antiguos miembros, usando renunciaciones y oraciones específicamente diseñadas para cada grado en particular. 15 Cualquiera que les ministra a ex masones debería considerar el obtener una de estas fuentes para usar las en la renunciación de dioses, votos, maldiciones, castigos, palabras clave, señales secretas, rituales y símbolos de la masonería.

15

Vea Cassada, op. cit. capitulo 6, pp. 49-63. Para renunciaciones aun mas detalladas, vea Wagner, How to Cast Out Demons, Renew Books, Ventura, CA, 2000, Apendice 5, pp. 209-230.

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Un modelo a diez pasos para orar por liberación -Basado en el modelo de Pablo Bottari (1) Liberación Lo que es la “liberación”. “Liberación” es el libertar a una persona de la opresión de un espíritu demoníaco. Los demonios son espíritus malos sin cuerpo, que están bajo la autoridad de Satanás y que tratan de molestar a la gente y si es posible, tratan de entrar dentro de ellos. Ellos no tienen descanso si no pueden entrar dentro de un ser humano. (Vea Mateo 12: 43-45) Cuando se le da esa oportunidad, el espíritu demoníaco atormenta o manipula a la persona que lo alberga de diferentes maneras. El tener conocimiento sobre los espíritus demoníacos y sobre la liberación, tiene una gran importancia para la iglesia por el efecto negativo que esos espíritus pueden tener sobre los creyentes, sobre la unidad de la iglesia y sobre la evangelización. El término”opresión” se usa en este manual en el lugar de “posesión”. “Posesión” implica propiedad y control completo. Como el creyente ha sido comprado por el Señor Jesucristo, este no puede ser poseído por Satanás ni por sus emisarios. Sin embargo, muchos creyentes han albergado presencias demoníacas en los años anteriores a su conversión y estos espíritus malos no siempre se marchan cuando su hospedero se convierte. El efecto de la opresión demoníaca. Un demonio puede atormentar a la persona que lo alberga con problemas como pesadillas, temor desproporcionado, acusaciones generales de indignidad, culpa, vergüenza, dolor, enfermedad, depresión, conducta irracional y cosas por el estilo. (2) Le puede dar a su hospedero deseos indeseados y a veces incontrolables de pecar de alguna manera en particular, como lo son por ejemplo los espíritus de adulterio, de pornografía, de rabia y de adicción.

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1 Por años, Pablo Bottari ha supervisado la carpa de liberación en las campañas de Carlos Anacondia en Argentina. Allí el supervisaba el ministerio de liberación a miles de personas y participó personalmente en la liberación de cientos de personas, la mayoría de ellos, creyentes. El sintió que la liberación que el vio al principio era

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ruidosa , difícil, prolongada y muchas veces humillante para la persona a la que se le ministraba. 2 El desarrolló un modelo a diez pasos para la sanidad que es tranquilamente eficaz. El modelo que se discute en el memorando se basa en el suyo. Algunos sintomas mencionados aqui y en los siguientes parrafos pueden, por supuesto tener causas nodemoníacas. Frecuentemente, sin embargo, éstas son causadas o aumentadas por la opresión demoniaca

Vea Hechos 5:3 donde Pedro le pregunta a Ananías, un creyente; ¿Por qué entro Satanás en tu corazón para hacerte mentir al Espíritu Santo…?” Y Lucas relata un evento en la Última Cena: Entonces Satanás entró en Judas, uno de los doce discípulos, al que llamaban Iscariote. Éste fue a ver a los jefes de los sacerdotes y a los oficiales del templo, y habló con ellos sobre cómo entregarles a Jesús. (Lucas 22: 3, 4) Un demonio puede empujar a la persona que lo alberga a cometer repetidamente, pecados y hábitos que la persona trata de resistir y de los cuales desea librarse; de manera que resulta en desafecto y reincidencia. Después de muchos ciclos de cometer un pecado en particular, arrepentirse, ser perdonado, resistir, pecar otra vez, arrepentirse, ser perdonado, resistir, y pecar otra vez, el creyente puede sentirse desanimado y deja la iglesia, o quizás viva una vida de desesperación secreta en la iglesia, sin darse cuenta de que es posible ser libre de tal opresión.

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La opresión demoníaca es un gran enemigo de la evangelizacion porque no permite que el cristiano obtenga la victoria sobre ciertos pecados, hábitos o problemas, así impidiendo su testimonio acerca del poder de Jesús para cambiar las vidas. Los espíritus demoníacos también pueden causar enfermedad y a veces impiden o evitan la sanidad de heridas o de enfermedades. Jesús echo fuera espíritus de sordera, mudez, epilepsia, entre otros. Los espíritus demoníacos pueden cargar un peso de opresión emocional y espiritual que embotan la percepción espiritual y que, en casos severos, pueden causar depresión. Vea la referencia en Isaías 61:3 al “espíritu de desesperación”. Un demonio puede trabajar seguidamente en la persona que lo hospeda, o puede permanecer callado, quizás por años, y después trabajar fuertemente en él más tarde, quizás después de que la persona huésped haya obtenido una posición de responsabilidad espiritual y estatus. El remedio para la opresión demoníaca es la liberación. La liberación siempre ha sido una señal para los incrédulos del poder de Dios sobre Satanás. En contraste a la oración para la sanidad física, que algunas veces no resulta en sanidad inmediata, el ministerio de liberación es casi siempre eficaz cuando la persona que recibe el ministerio es nacida de nuevo y verdaderamente desea ser libertada

La liberación en las iglesias norteamericanas. La opresión demoníaca ha sido mayormente ignorada en las iglesias de América del Norte. En cuanto a los incrédulos, esto se debe parcialmente a la convicción de que el creer en demonios es mera superstición y parcialmente a que los incrédulos no tienden a buscar liberación o no son aceptados para recibir ese ministerio si tratan de buscar ayuda. La iglesia ha ignorado grandemente la opresión demoníaca de entre sus miembros, parcialmente debido a a la teología de algunos de que un verdadero creyente no puede ser oprimido por espíritus demoníacos y que por lo tanto todos los espíritus demoníacos dejan al nuevo creyente en el momento de su conversión y en parte debido al método de liberación ruidoso, desagradable y muchas veces humillante que era común hasta los años recientes. La indiferencia que existe desde hace mucho tiempo en la iglesia occidental a la opresión demoníaca o “endemonización”, está cambiando. La teología de que un demonio no puede residir en un creyente verdadero, está cediendo como resultado de la experiencia y la enseñanza. Mas libros sobre el sujeto de la liberación están apareciendo en las librerías cristianas y el número de conferencias dedicadas al sujeto y la asistencia a tales conferencias está creciendo. Por ejemplo, una conferencia de liberación A-112

celebrada en el 2000, atrajo una audiencia de la capacidad de varios miles de participantes. Las iglesias están descubriendo que la liberación puede ser eficaz en ayudar a los nuevos creyentes a alcanzar un estilo de vida maduro y a restaurar a los creyentes al servicio útil o a soltarlos para un servicio aun mas útil. Como una persona que había sido un fiel siervo en la iglesia por muchos años lo puso, “Yo no tenía ni idea de que uno podía ser tan libre en este lado del cielo.” En cuanto al método de liberación, como se nota en la nota 1, un método a diez pasos, parecido al de Pablo Bottari, se recomienda en estas notas. Es callado, pastoral, amoroso, no-humillante y muy eficaz. Es seguido en todas las cruzadas de Randy Clark y en muchas iglesias. La liberación era central en el ministerio de Jesús. En muchos lugares donde los evangelios hablan del ministerio de Jesús, se menciona la liberación. El primer capítulo de Marcos es un ejemplo. Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron a Jesús todos los enfermos y endemoniados, y el pueblo enfermo se reunió en la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente, y expulsó a muchos demonios;… (Marcos 1:32-33) Él andaba por toda Galilea , anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios. (Marcos 1:39)

La liberación también fue parte de la asignación de Jesús a los doce y a los setenta que Él envió. En Mateo 10, hablando a los doce, Jesús dijo: Vayan y anuncien que el reino de Dios se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos, y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis, este poder; no cobren tampoco por emplearlo. (Mateo 10:7-8)

En Lucas 10, hablando de los setenta, Lucas documenta: Los setenta y dos regresaron muy contentos diciendo: “Señor, hasta los demonios nos obedecen en tu nombre!” (Lucas 10:17) La liberación es parte de la gran comisión asignada a todos los creyentes: A-113

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos este mensaje de salvación. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado. Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios…” (Marcos 16: 15-17) El expulsar demonios en el nombre de Jesús es para “los que creen”; esto incluye a todos los creyentes!

Ocasiones para ministrar liberación. a. En cruzadas. En una cruzada, el que habla o predica podría predicar acerca de la libertad de ataduras y podría orar fuertemente para que la gente en la audiencia sea soltada de ataduras. Durante tales oraciones los demonios dentro de algunos grupos de los que se reciben oración podrían manifestarse, causando que tiemblen o se sacudan, que suden, que se caigan, o quizás que griten. Estas personas tienen que ser calladas si es necesario y ser acompañadas a un cuarto de oración silencioso para recibir ministración. b. En medio de la alabanza. La alabanza poderosa puede excitar a los demonios. Las manifestaciones pueden ser provocadas en un individuo durante la oración o la alabanza en una iglesia o grupo pequeño

c. Alrededores privados. Quizás, más a menudo, un cristiano puede buscar ayuda en un lugar privado sin ninguna manifestación externa, pero con un problema espiritual o emocional como la depresión, el miedo irracional, la inabilidad de romper un hábito no deseado y embarazoso, o cualquier otro síntoma. d. Cuando se les ministra a los enfermos. Frecuentemente sucede que se enfrentan barreras espirituales durante el ministerio a un enfermo. Es común encontrarse con un espíritu de aflicción, un espíritu de dolor, o un un espíritu de una enfermedad en particular, como lo es el cáncer.

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De igual manera, usted podría tener la oportunidad de ministrar liberación a alguien que exhibe manifestaciones visibles , y, probablemente más frecuentemente, a individuos en los que no ocurre ninguna manifestación demoníaca cuando empieza la ministración. A menudo, en el caso del último tipo, ningún tipo de manifestación externa ocurre durante la ministración.

Como distinguir lo demoníaco de las manifestaciones del Espíritu Santo Si una manifestación empieza cuando uno que habla o un miembro de equipo de ministerio está orando con poder en contra de la opresión demoníaca, se puede asumir que la manifestación se debe a una presencia demoníaca. De igual manera, si una manifestación empieza cuando el que habla o un miembro del equipo de ministración ora por una bendición , para dirección, o para la impartición de un don espiritual, se debe probablemente a la obra del Espíritu Santo. Podría haber ocasiones en la ministración personal donde las circunstancias no indican si la manifestación es el efecto del Espíritu Santo o si un demonio se está manifestando. Algunos indicios son: •

Si la persona se hace daño a sí misma o a otros, muerde, araña, etc., indica una manifestación demoníaca.



La apariencia física del que recibe oración podría delatar una presencia demoníaca. Tales señales pueden ser contorsiones severas del cuerpo, contorsiones faciales, cambios de voz repentinos o raros, negarse dejarse mirar en los ojos, virar los ojos hacia atrás dejando ver solo lo blanco, gritar o comportamiento o aspecto hostil… M-5



Otras señales que sugieren una presencia demoníaca son: Dolor de cabeza repentino Náusea Acciones violentas repentinas Acciones destructivas como patear o romper muebles Silbar Movimientos que parecen desgarrar Lenguaje atípicamente inmundo

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De otra manera, si una manifestación empieza cuando se está ministrando a una persona oprimida, esto puede ser una señal de que el Espíritu Santo está obrando en el cuerpo de la persona . Tales manifestaciones son, usualmente menores (aunque no siempre), como sensaciones de calor, o comezón, electricidad en alguna parte del cuerpo, parpadear, temblar o sacudirse, caer al piso y quedarse quieto allí, o, a veces, risa. En situaciones dudosas, se le puede preguntar a la persona cómo se siente, si se siente bien o mal. Si se siente en paz o si el Señor le está hablando, el Espíritu Santo está probablemente obrando. Si se siente aterrado o sin esperanzas o bajo un ataque espiritual, o si no contesta con su propia voz, es probablemente una manifestación demoníaca. El don de discernimiento de espíritus, y la dirección del Espíritu Santo, son ayudas valiosas en momentos como esos. Ore por el don y siempre pídale al Espíritu Santo que esté presente y por su dirección.

Su preparación personal Pablo Bottari enfatiza varias cosas para los que se envuelvan en el ministerio de liberación. El comenta: Sobre todo, este ministerio debe ser uno de amor. Detrás de toda liberación debe estar el corazón amoroso de Dios por el alma que sufre. Ore por la gracia de recibir más del amor de Dios y para ser un canal de Su amor hacia otros. Cuando es tiempo de ministración, ore especialmente por Su amor hacia aquellos a los que usted ministra. El propósito principal del ministerio no es castigar a un demonio, sino para ayudar a una persona que Dios ama. El orden es importante. Los demonios respetan la autoridad. Si otro diluye la autoridad de la persona que dirige el ministerio, al asumir él mismo alguna de la autoridad, esto le hace dificil al líder bregar con el demonio de manera exitosa. Los que ministran deben reconocer algunas limitaciones de un ministerio de liberación. Es inútil expulsar a un demonio • en contra de la voluntad de una persona oprimida; • si la persona no quiere cambiar el estilo de vida que causó la opresión; • de manera contraria a un contrato que la persona haya hecho con Satanás, a menos que ella renuncie el contrato de manera específica y audible. Bajo tales circunstancias el demonio volverá, quizás trayendo a otros con él. Vea Mateo 12:43-45, donde Jesús expresamente habla de que los demonios que vuelven a vivir en la persona de la cual se han expulsado. A-116

Falta de perdón

Inmoralidad

Quejas Miedo

Actividades Ocultas Rechazo

Odio

Los pecados y miedos pueden abrir la puerta a la opresión demoníaca.

El ministro (3 ) debe tener en cuenta que un demonio no puede oprimir a una persona a menos que alguna avenida de acceso se le haya abierto a través del no perdonar, el odio, abuso, pecado, sexo impuro, enfermedad, trauma u otra circunstancia. A tales circunstancias se les llama”puertas abiertas”. ____________________________ 3 En estas notas, el termino “ministro” se refiere a la persona que le ayuda al que recibe oracion a ser libertado

Los demonios son muy legalistas, que de manera típica rehúsan salir a menos que sus avenidas de entrada sean renunciadas por la persona que habitan. El objetivo de un ministerio de liberación es doble: 1) expulsar o ahuyentar a cualquier demonio; y 2) cerrar su avenida de acceso y permitirle a la persona a mantener su avenida de acceso cerrada en el futuro para prevenir la vuelta del demonio. Además de lo anterior, el ministro debe de revisar las sugerencias para la preparación personal presentadas en las secciones de Protocolo, Instrucciones para A-117

la Oración y Sanidad de este manual. Estas se aplican igualmente para la preparación para ministrar liberación. Cuando comience a ministrar: Asegúrese de pedirle al Espíritu Santo que esté presente para ayudarle antes de comenzar el ministerio. El Espíritu Santo desea ayudarle grandemente a ministrar a las personas. Pídale Su ayuda y espere Su dirección cada paso del camino. !El le ayudará! Recuerde, el que recibe oración es una persona que está doliente. El quizas haya pasado abusos verbales o físicos severos, trauma, desilusión, pena, rituales satánicos, o una enfermedad larga. Puede que usted vea mucho o poco llanto. No tema interrumpir el modelo a diez pasos para orar por la sanidad de sus heridas y penas. Debe hacer esto más de una vez durante el ministerio. Comunmente es más eficaz trabajar en un equipo de dos o tres, con una persona tomando el mando y los demás apoyándola en oración, discernimiento, tomar notas, etc. Sin embargo, para no diluir la autoridad del líder, los apoyadores generalmente no deberan hablarle directamente al que recibe ministración, ni tocarlo, sino deben comunicarse con el líder con una nota o en voz baja. El líder toma la decisión de qué hacer con la sugerencia o el discernimiento del apoyador. Cuando el tiempo de ministración es largo, los miembros del equipo pueden cambiar lugares, pasándose el liderazgo de uno al otro. La precaución de no más de una persona tocar al que recibe no se aplica a los momentos en que se ora por la sanidad de heridas y penas. En esos momentos, la posible dilución de la autoridad del líder no es un problema. Ahora, los pasos de Pablo: Los diez pasos siguientes se siguen en una sesión en la que el ministro no conoce bien a la persona huésped, como lo es el caso en una cruzada u otra reunión pública. En algunos lugares, se pueden omitir algunos de estos pasos. Por ejemplo, donde el ministro sabe que el que recibe es creyente y verdaderamente quiere ser libre, los pasos 4 y 5 se omitirían. Si no hay una manifestación durante el ministerio, el paso 2 y probablemente el 3 se omitirían.

Pasos de preparación Paso 1. Déle prioridad al individuo Mantenga una actitud amorosa, no una militante. La firmeza es necesaria para expulsar a un demonio, pero mientras tanto, el que recibe debe sentirse amado y aceptado. A-118

Sea estimulador. Levante esperanzas. Enfatícele al que recibe que Jesús lo puede libertar. No enfatice el poder del demonio; éste está sujeto a usted en el nombre de Jesús. Recuerde que el que recibe puede haber estado atado por años y que quizás haya recibido muchas oraciones que no han sido completamente efectivas. Puede que ya haya perdido la esperanza de ser libertado. El levantar sus esperanzas le ayudará en el ministerio. Paso 2. Si un espíritu se está manifestando o si uno se manifiesta durante la ministración, hágalo callar y sujételo a usted en el nombre de Jesús. Tome la autoridad sobre el espíritu. Dígale, “!Sujétate en el nombre de Jesús!”, o “!Cállate en el nombre de Jesús!” Etc. Repita esos mandatos hasta que el espíritu se calle. Si usted piensa que el que recibe se da cuenta de lo que está pasando, dígale que usted le está hablando al espíritu que se está manifestando y no a él. -No se sorprenda si esto toma tiempo. Sea persistente. Puede que tenga que ordenarle al espíritu varias veces-o aun muchas veces- que se sujete. Sin embargo, este se va a sujetar. _Si otros se reúnen mientras usted calla al espíritu, pídales que no toquen al que recibe y que no oren en voz alta. El tocar o hablarle al que recibe o el orar en voz alta tiende a mantener al espíritu excitado. Su objetivo no es mantener al espíritu excitado. Es que el espíritu se calle para que usted pueda hablarle al que recibe.(5) Paso 3. Establezca y mantenga la comunicación con el que recibe oración. Usted tiene que poder hablar con la persona que recibe ministración porque usted necesita su cooperación si la liberación ha de tener éxito. Ella no puede cooperar mientras el espíritu se está manifestando. Si ella no puede cooperar o no quiere, él pronto volverá a ser oprimido auque la liberación parezca tener éxito. Si no está seguro que lo pueden oír, pregúntele si puede, aunque sus ojos estén o no cerrados. Si usted no está en un sitio callado, dígale al que recibe, cuando pueda escucharle, que usted quiere ir a un lugar callado.. _____________________________ (5) Pablo Bottari menciona un caso revelador: Su esposa había callado a un espíritu que se manifestaba en unas joven cuando un pastor muy amoroso paso por allí para contribuir a la situación. Con sus mejores intenciones tocó a la joven y le dijo: “Cálmate, todo estará bien.” Inmediatamente, el espíritu en ella empezó a gritar otra vez.

Si él está acostado o sentado en el piso, dígale que tome control sobre su cuerpo y se levante. Simplemente diga, “Toma control sobre tu cuerpo ahora y ponte de pie A-119

Te llevaré a un lugar más tranquilo donde podamos orar.” O un equivalente. El se podrá parar y caminar aunque necesite ayuda. Los espíritus quizás se vuelvan a manifestar por el camino al cuarto de oración, y tendrán que volverse a sujetar. No comience a ministrar hasta que se haya instalado en el cuarto de oración. Si trata de ministrar por el camino, el espíritu probablemente volverá a manifestarse. Háblele suavemente al que recibe, estimúlelo, dígale que lo está haciendo muy bien. Manténgase tranquilo y cariñoso. Para mantener la comunicación, puede que sea necesario darle mandatos adicionales al espíritu para que se sujete durante la ministración. Puede ser que el que recibe baje la cabeza, cierre los ojos, o distraiga la mirada. Pídale que levante la cabeza, abra los ojos y lo mire a usted. Si tiene duda de que el lo pueda oír, pregúntele si puede. Si no puede hacer estas cosas, hay un espíritu envuelto y usted tiene que ordenarle que se someta. Si el que recibe se levanta y se mueve, tome autoridad sobre el espíritu en voz alta y dígale al que recibe que vuelva y se siente. Puede ser un espíritu podrá hablarle a usted, gruñir, o quejarse. Puede también amenazarlo, discutir con usted, darle órdenes, hacerle preguntas. Puede hacer que la persona le haga muecas o movimientos como garras con las manos. No le hable nada más que para decirle que se calle en el nombre de Jesús. El mantener la comunicación puede consumir mucho tiempo, si hay que repetir las cosas. Sin embargo, esto es absolutamente necesario. Si usted no se está comunicando con la persona, no tendrá su cooperación y la ministración no tendrá éxito. Algunas dificultades se encontrarán si el espíritu le habla en la voz de la persona. Usted tendrá que determinar si es la persona o el espíritu el que habla por la naturaleza de lo que se dice. Si arguye, cuestiona, no coopera, se puede asumir que es un espíritu. Trate de estar en un ambiente sin ruido ni otras distracciones. Si los observadores o co-ministros oran en lenguas en voz alta o le dan órdenes independientes al espíritu o le hablan al que recibe, esto hará el ministerio más difícil. Esto tiende a erosionar su autoridad y hace que el espíritu o los espíritus se manifiesten o hacen que el que recibe resista la ministración. La ministración es más fácil si solamente una persona toca o le habla a la persona, con excepción de cuando se ora por la sanidad. Paso 4. Pregúntele al que recibe de qué quiere librarse y trate de asegurarse de que verdaderamente quiere ser libre. En una cruzada o campaña, pregúntele a la persona que recibe ministración de qué quiere ser libre. Si no esta seguro, pregúntele de que hablaba el predicador o ministro A-120

cuando el espíritu dentro de él empezó a manifestarse. Otras preguntas iniciales útiles son si él está tratando de romper algún habito sin éxito, y si tiene alguna conducta que considera rara o extraña. Durante el ministerio privado, el que recibe probablemente sabrá de qué tipos de ataduras desear ser libertado. Esto puede incluir dos o mas ataduras en particular, o puede incluir un ministerio mas amplio – una limpieza de casa completa. Puede ser que el que recibe le haya comunicado esta información por adelantado a la persona que ora por él. Si el que recibe indica que no desea ministración, aunque un espíritu se haya manifestado, respete su decisión. Si desea marcharse después de una ministración parcial, permítale que se marche. También puede ser que se encuentre con actitudes que indiquen una falta de deseo de libertad completa. No trate de detener a uno que recibe o de ministrarle en contra de su voluntad. - Algunos desean ser libres del elemento compulsivo de un mal hábito, como lo son el fumar, la rabia o la pornografía, pero no quieren dejar la actividad. Metiéndose con la conducta que le abrió la puerta, se la volverá a abrir y el elemento compulsivo- la atadura- volverá. - Algunos no creen que los espíritus malos existen, pero quieren “una ayuda.” O quizás piden liberación “por si acaso” hay algún espíritu presente, pero sin la convicción de que necesitan ayuda ni tienen intención de cambiar su estilo de vida. Quizás quieren ser libres de una atadura pero no de otras.. - Algunos que exhiben lo que parece una manifestación demoníaca insisten que es del Espíritu Santo. - Algunos piden ministración principalmente para recibir atención y lástima. A menos que Dios no intervenga de manera soberana, probablemente no será posible librar permanentemente a una persona de una atadura a menos que esta reconozca que es causada por un espíritu y genuinamente desee ser libre. El arrepentimiento sincero y la renunciación de la conducta o actitud y del espíritu envuelto son esenciales. Sin esto, el que recibe volverá a estar atado otra vez aunque la liberación parezca haber tenido éxito. Si después de la discusión usted piensa que el que recibe no sea liberación, o que quiere continuar en su forma de vida presente, o no es un candidato para liberación por cualquier otra razón, ore por él y bendígalo pero no ore por liberación. Estimúlelo a que vuelva más adelante para obtener ayuda de liberación si lo desea. No se ofenda. Sea amable y gentil. A-121

Paso 5. Asegúrese de que el que recibe ha aceptado a Jesús como Salvador y Señor El que recibe el ministración va a necesitar la ayuda del Espíritu Santo para mantenerse libre . Si no es cristiano, probablemente volverá a estar atado dentro de poco tiempo, aunque haya sido liberado. Esto se le debe explicar. No es sabio tratar de libertarlo con la esperanza de que se convierta como resultado de la liberación. •



Quizás usted pueda llevarlo a Cristo. Si no puede orar por él, bendígalo. Ore para que se sane de sus heridas y penas. Déjele saber por su actitud que usted no esta ofendido. Sea amoroso. Pero no expulse espíritus. Explíquele por qué no lo hace - porque no podrá mantenerse libre. Estimúlelo a tomar el paso de aceptar a Jesús como su Señor para después volver a pedir liberación. Si la persona es un cristiano nuevo, es de suma importancia para ella, el estar o meterse a un grupo de apoyo como lo es una célula o grupo casero, o que tenga a una persona fuerte apoyándola y que tome la responsabilidad de ayudarla.

Pasos para la ministración Ahora, los pasos de la liberación actual: pasos 6 al 10 Vaya a donde estos pasos solamente si usted siente que el que recibe verdaderamente quiere ser libre y solamente si es creyente. Paso 6. Entreviste al que recibe oración para descubrir el evento o eventos en su vida, la situación de relación, que ha llevado a causar su atadura o ataduras. En la entrevista busque las “puertas abiertas” que le han dado entrada al espíritu o espíritus . Busque las causas. Empiece con las posibles causas de la atadura de la cual la persona desea librarse. Si no hay otro lugar obvio por donde empezar, empiece con la relación con su padre y su madre, después continúe con sus otras relaciones y en otras áreas. El empezar con los padres es adecuado porque nadie tiene padres perfectos y los problemas en esta área son a veces muy severos, el sentirse libre en esta área edificará al que recibe, y a veces la discusión de esta área revela otras áreas en las que se necesita ayuda, tales como la ruptura de maldiciones, el romper votos interiores, etc..

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Arriba se mencionan las “áreas”. Algunas áreas mayores y los espíritus asociados que pueden haber entrado se enumeran en el Apéndice 1, página 27 de esta sección. Otra manera de ver las áreas aparece en el Apéndice 2, pagina 28.

El propósito de la entrevista es el exponer los lugares donde se requiere perdón, donde se necesita sanidad, y donde se necesita arrepentimiento y la ruptura de ataduras. Estos lugares son puertas abiertas Para una explicación de cómo cerrar esas puertas, vea el Paso 7. En las áreas relacionales, busque los lugares en los que el que recibe oración ha sido herido por otros, y donde hay pecado o ha aceptado espíritus a través de emociones que no son de Dios. Además del resentimiento, la rabia, etc., puede haber tomado el temor, la desesperación, el rechazo, la autocompasión, y cosas por el estilo y puede haber hecho votos interiores acerca de su conducta futura que ahora lo mantienen atado. Las relaciones más importantes son probablemente las del que recibe el ministerio con sus padres. Estas relaciones -o la falta de ellas- han sido prolongadas, y tienden a ocurrir durante los años tempranos formativos. Las preguntas que se deben hacer son las que tocan puntos delicados. Algunos ejemplos son: “¿Cómo era tu padre?” “¿Estabas cerca de él?” “¿Era abiertamente cariñoso? Te abrazaba y te decía que se alegraba de que estuvieras en la familia?” “¿Te criticaba? ¿Cómo lo demostraba? ¿Te hacía comentarios críticos o acerca de ti? ¿Como te hacía sentir eso?” “¿Te castigaba de forma injusta? ¿Le tenías miedo?” “¿Te apoyaba en la escuela y en tus actividades?” “¿Estaba mucho afuera?” “¿Te prefería sobre otros hijos o vise versa?” “¿Peleaba con tu madre en tu presencia? ¿Acerca de qué peleaban?” “¿Se divorciaron tus padres? ¿Te echaron la culpa por el divorcio?” Preguntas similares se deben hacer acerca de la relación de la persona con su madre. Después de esto se le debe hacer preguntas acerca de otras relaciones significantes, relacionadas a los hermanos, maestros, compañeros de escuela, jefes de trabajo, esposo o esposa. En las áreas de las relaciones, el ministro busca heridas y las reacciones emocionales a las heridas. Estos son lugares donde se abrieron puertas que hayan dejado entrar a espíritus malos. Esos que han causado las heridas tienen que ser perdonados. (vea el Paso 7). A-123

Las reacciones emocionales a las heridas y desencantos (como el resentimiento, la rabia, el rechazo, la autocompasión y hasta la depresión y otras cosas por el estilo), pactos interiores, (como,”!Nunca seré como mi padre!”, o “!Nunca le volveré a hablar!”)se pueden comprender, pero estas emociones y votos no son de Dios y hay que arrepentirse, pedir perdón por ellos; hay que romper esos votos y cerrar esas puertas.

Después de entrevistar a la persona acerca de las relaciones, el ministro puede proceder a cerrar las puertas en esas áreas antes de continuar. Vea el Paso 7. También puede ir a otras áreas y esperar para cerrar todas las puertas de una vez. Después de tratar con el área de relaciones con personas significativas en la vida del que recibe oración, el ministro se mueve hacia otras áreas, como lo son el ocultismo, el sexo fuera del matrimonio, el pecado persistente en alguna área en particular, una enfermedad larga, las drogas, y cosas por el estilo, en las cuales se busca simplemente la participación, (no necesariamente lugares donde él o ella hayan sido heridos como en las áreas relacionales). En estas áreas la simple participación, a veces solo la participación de alguien en su familia, podría ser una puerta abierta para la opresión por espíritus malos. En una cruzada, el área importante generalmente será el área por la que ora el predicador cuando empieza la manifestación. En un lugar privado el que recibe ya tendrá en su mente el tipo de atadura o ataduras que le molestan (aunque quizás no se les atribuyan a opresión demoníaca). La posibilidad de una maldición debe ser considerada si el que recibe tiene dificultades persistentes en algún aspecto de su vida, como lo son la inhabilidad de retener un trabajo, tener muchos accidentes, la esterilidad, el sentirse sin valor, las enfermedades repetidas, etc. Las maldiciones pueden surgir de las prácticas ocultas como los rituales satánicos o pactos con Satanás, la membresía de algún familiar en la masonería u otra religión falsa, las palabras descuidadas habladas por alguien en autoridad sobre él, (como, “Tú nunca haces nada bien”, “Nunca tendrás éxito.”, “Eres igualita a tu madre.”) o por él mismo (“Me quisiera morir.”, “Me sentí tan avergonzado.”) Mientras más completo sea el proceso de la entrevista, (Mientras más detallados sean el perdón y el arrepentimiento en el Paso 7), mejor. Esto es especialmente importante donde existan la depresión, la autocompasión, el rechazo, la vergüenza, la auto-condenación, la soledad, etc.

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Una estructura alternativa para conducir una entrevista usando las áreas de “cuerpo”, “alma”, y “espíritu”, se presentan en el Apéndice 2. El proceso de preguntar de cada enfoque es casi el mismo. Algunas ideas para la entrevista. •

Para refrescar la memoria del que recibe, es mejor preguntarle acerca de sus heridas que hablarle acerca de la necesidad del perdón. “¿Acaso tu padre hirió tus sentimientos de alguna manera?” va a traer una respuesta más significativa que: “¿Acaso tienes que perdonar a tu padre por algo?”



La masonería y las actividades ocultas pueden afectar al que recibe oración, ya sea que él mismo haya estado envuelto o cualquier otro miembro de su familia, aunque esa actividad solo haya sido por corto tiempo o solamente para diversión.



El temor es un punto de entrada para diferentes espíritus y un problema para muchas enfermedades.



Si hay muchos espíritus, sería bueno si uno de los miembros del equipo de ministración hiciera una lista de ellos según progresa la entrevista, para que el que recibe los pueda renunciar uno por uno por su nombre.



No tenga prisa. Es mejor tener dos sesiones relajadas que una sesión con prisa.



No trate de excitar, intimidar, atormentar a los demonios ni hacerlos que digan su nombre. Estas acciones podrían hacerle daño al que recibe y tampoco servirán de ayuda. Con excepción de callar a los demonios, ignórelos hasta que se hayan renunciado y sean expulsados.



En algunos casos, la persona que recibe la ayuda no puede recordar algo que usted considera importante. Por ejemplo, quizás no recuerde nada de su vida entre los ocho y catorce años de edad. En tales casos se puede interrumpir la ministración si el tiempo lo permite, para que la persona se vaya a su casa y le pida al Espíritu Santo que la ayude a recordar algo importante de ese periodo de su vida ,y que vuelva después para continuar la ministracion. El Espíritu Santo va a traer a su mente lo más importante (en este caso, la razón por la cual se bloqueó de la memoria.)



En los pasos, 7 y 8, al igual que en el Paso 2, es más efectivo si solo una persona habla con y toca a la persona que recibe ayuda. Si otros le hablan o la tocan, eso parece erosionar la autoridad del líder, causa confusión y les permite a los espíritus que se manifiesten y causan al que recibe que deje de cooperar o hasta resista al que A-125

dirige. Si otros tienen algunos pensamientos, se los deben decir calladamente al que dirige la ministracion, para que éste se los comunique al que recibe, cuando el líder decida. Vea la nota 5 en la página 9. Paso 7. Guíe al que recibe a “cerrar” esas “puertas” a la admisión de espíritus. “Guiar”, en este caso, usualmente significa hacer al que recibe repetir oraciones después de usted. Después de varias repeticiones, él probablemente podrá tomar los pasos solo. “Cerrar una puerta” envuelve tres o cuatro pasos, dependiendo de la situación. Si hay que perdonar a alguien, esto envuelve los pasos (a) a (d) que siguen. Si no hay que perdonar a nadie en las circunstancias, solo hay que seguir los pasos (b) al (d).

a. Perdonar al que causó la herida o al que lo llevó a la conducta errónea. • •



El perdón debe ser específico, caso por caso. Mientras más específico, mejor. El perdón específico trae mayor libertad que el perdón general. Haga que el que recibe perdone específicamente cada herida que haya mencionado en la entrevista y cada herida que el Espíritu Santo traiga a su mente. El Espíritu Santo a menudo recuerda las cosas que no se mencionaron en la entrevista. El perdón debe ser seguido por entregar al Señor a la persona que causó la herida- dejándola ser tal como es, bendiciéndola. El soltar a la persona que hirió al que recibe debe incluir una dedicación a quitar las manos de esa persona y dejar de tratar de cambiarla dejar los cambios en las manos de Dios. Esto es muy importante. ¡A veces esto es muy difícil cuando se trata de un cónyuge! El soltar y bendecir a la persona hará que el perdón sea mas fuerte.

Nota: A veces el que recibe ha sido herido tan profundamente que siente que no podrá perdonar a la persona que lo hirió. Trate de llevarlo a que perdone. Explíquele que el perdón es en primer lugar una decisión que debe tomar y no un sentimiento. Explíquele que si no perdona, no será perdonado. Usando la frase “Escojo perdonar”… quizás ayude al que recibe a empezar a perdonar. Por ejemplo, podría guiarlo con una semejante oración: “Escojo perdonar a Juan por echarme la culpa por el accidente en el que se rompió el brazo.” Si el que recibe aun no puede perdonar, pregúntele si quiere que usted ore por él y si dice que sí, calladamente ate el espíritu no perdonador que está en él y expúlselo. Entonces vea si puede perdonar. A veces esto rompe el tapón.

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De otra manera, si el que recibe no llega a perdonar, usted debe parar el ministerio de liberación. Ore por él, por sus heridas, para que se sanen, (especialmente por la que lo está atando), pídale a Dios que lo bendiga grandemente, pero no siga tratando de traerle liberación. No lo juzgue; sea amoroso. Explíquele que usted no podrá ayudarlo a ser libre de su atadura hasta que él esté listo para perdonar a la persona que le hizo daño. b.

El arrepentimiento del que recibe de sus propios pecados en la situación, específicamente y pidiéndole perdón a Dios por ellos.

El que recibe quizás se haya unido a una conducta errónea y quizás tenga que arrepentirse y pedir perdón por ella. La situación o las acciones de otra persona, pueden haber causado emociones negativas que parecen normales desde el punto de vista humano, tales como: el resentimiento, la ira, el odio, el asesinato, la ansiedad, el orgullo, el rechazo, etc. Estas reacciones son muy comprensibles y parecen ser excusables. Sin embargo, no son de Dios sino del enemigo y le abren las puertas a la opresión. Si la persona ha adquirido espíritus de odio y de amargura, por ejemplo, ella no podrá obtener descanso de ellos hasta que se arrepienta de haberlos dejado entrar y le pida perdón a Dios por haberlo permitido. Una posible oración de arrepentimiento sería: “Padre, me arrepiento del resentimiento, la ira y la amargura que he sentido hacia mi amiga Amalia (o mi padre, mi jefe, etc.), y me arrepiento de haber aceptado sentimientos de rechazo, soledad y desesperación en cuanto a la situación. Intento apartarme de esos sentimientos y te pido perdón por ellos. Otra sería: “Padre amado, me arrepiento de haber compartido mi cuerpo con_____________ (mencionando a cada persona). Me aparto de toda fornicación y de toda actividad sexual impura. Me propongo seguir tu plan para mi vida . Perdóname por haber tenido sexo impuro con esa personas. Les devuelvo cualquier parte de su persona que le he quitado en esos actos y recupero cualquier parte de mi persona que les haya entregado.” c. Renunciar a los espíritus que estén presentes. La renunciación siempre tiene que ser audible y con firmeza. La renunciación no es una oración a Dios. Se le habla al espíritu envuelto, el cual es un enemigo. Debe ser hablada como un mandato al enemigo y no como una petición a Dios. La renunciación de espíritus debe incluir a los espíritus que se han adquirido aunque éstos no hayan entrado debido al pecado del que recibe. Por ejemplo, si un niño es testigo de peleas entre sus padres (verbales o físicas), él probablemente tome A-127

espíritus de confusión, ansiedad, temor, inseguridad, y otros. Los espíritus que se hayan adquirido sin el pecado de la persona, tienen que ser renunciados de la misma manera que aquellos que entraron como resultado de sus actitudes erróneas u otras faltas. En el caso del sexo fuera del matrimonio, el que recibe ha adquirido, en la mayoría de los casos , espíritus inmundos de sexualidad, de su compañero o compañeros, y los tiene que renunciar. Si el que recibe ha hecho algún pacto con Satanás, o si ha hecho algún tipo de juramento en su interior, o si usted piensa que está bajo alguna maldición, tales pactos tienen que renunciarse y las maldiciones hay que romperlas, en el nombre de Jesús. Algunos ejemplos de renunciaciones serían: “En el nombre de Jesús, renuncio a los espíritus de rechazo, soledad, desesperación y desesperanza.” “En el nombre de Jesús renuncio al juramento que hice de nunca perdonar a ( Juan).” d. Romper la atadura causada por el pecado, la conducta, la actitud, el espíritu, el juramento, la maldición, en el nombre de Jesús. Usualmente usted hará esto (con firmeza, vigorosamente), por la persona, manteniendo contacto visual con ella. Si ella está participando y es fuerte, lo podrá hacer por si misma. Podría ser que el que recibe tenga dificultad en mantener el contacto visual con usted. Si no se le hace posible esto, no expulse a los espíritus inmediatamente. Espere hasta que el que recibe haya renunciado a los demás espíritus y luego vuelva a este paso. Le podría servir de ayuda al que recibe, el mencionar que la puerta se le ha cerrado a los espíritus renunciados, para que estos no puedan volver a menos que él los acepte otra vez. Pablo Bottari sugiere una proclamación como esta: “En el nombre de Jesús, Tomás, rompo el poder de los espíritus de (ira, odio, fornicación, depresión) de sobre ti, María, para que cuando se hayan expulsado, no puedan volver mas.” Para romper una maldición, su ministro podría decir con firmeza: “En el nombre de Jesús, Tomas, rompo el poder de cualquier maldición sobre ti causada por las palabras descuidadas de tu padre, específicamente e inclusive el A-128

comentario de tu padre, de que nunca harías nada bien y de que nunca llegarías a ser nada.” O: “En el nombre de Jesús, rompo toda maldición puesta sobre ti debido a la masonería (6) de tu padre y rompo toda maldición generacional que haya caído sobre ti de tus antepasados.” La oración de sanidad. El proceso de la entrevista, (paso 6), y el proceso de cerrar puertas (paso 7), pueden ser sumamente dolorosos mientras el que recibe vuelve a vivir heridas profundas. Usted verá lagrimas, y tristeza. Quizás sufrimiento profundo y muchas lágrimas. Quizás quiera detenerse de cuando en cuando para pedirle a Dios que sane sus heridas y su corazón roto, etc. No tema echarle el brazo y sostenerlo (hombre a hombre y mujer a mujer) si llora o muestra otras señales de angustia. El que recibe, a menudo necesita ser confortado, recibir esperanzas, sentirse amado, protegido, tiene que sentir que puede llorar y que esto es parte del proceso de sanarse.

El paso 7 se puede interrumpir. Si el que recibe no puede identificar la causa de algunos de sus sentimientos, tales como el temor, sería mejor parar la ministración, si el tiempo lo permite, y pedirle que le pregunte al Espíritu Santo que le muestre la causa de su temor. El Espíritu Santo lo hará, entonces el ministerio se podrá continuar, tratando específicamente con la causa que se haya revelado. Paso 8. Expulse al espíritu inmundo o (usualmente) espíritus, en el nombre de Jesús. Simplemente expúlselos. No es necesario mandarlos a ningún sitio. Si las puertas han sido cerradas de manera efectiva, los espíritus se irán de manera callada y silenciosa. Uno o dos mandatos serán suficientes para echarlos fuera. Si encuentra que: • • • •

Se necesitan más de dos o tres mandatos, o, Un espíritu se “atora en la garganta” del que recibe, o El que recibe empieza a gemir, a sudar o a esforzarse, o Empieza a sentir náuseas o dolor de cabeza,

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Esto es una señal de que no todas las puertas se han cerrado. ¡Vuelva al proceso de la entrevista! Encuentre y cierre la puertas que siguen abiertas. A menudo, el que recibe sabrá que puertas no se han cerrado. Lo podrá descubrir simplemente preguntándoselo. El que recibe podrá o no demostrar alguna manifestación cuando se marchen los espíritus. Quizás tosa, bostece, eructe, se encoja, o salte, etc. A menudo, los espíritus parecen irse según se van renunciando, y puede haber poca o ninguna manifestación, durante el paso de la expulsión. Sin embargo, el que recibe usualmente se siente libre o más liviano, o siente deseos de reírse o se siente una profunda paz. Si nada de esto ocurre, usted quizás no sepa por un día o dos si la liberación a tenido éxito o no

(6) Para más detalles sobre la masonería, vea la nota especial sobre la masonería que empieza en la pág. 13 de la sección sobre maldiciones. Si después del paso 8 el que recibe parece angustiado, hosco, etc. Y si siente náuseas o dolor de cabeza, probablemente no ha sido libertado y usted tendrá que buscar otras puertas que hay que cerrar. Comentario: Algo de juicio se puede ejercer cuando se hagan los pasos 6, 7, y 8 en cuanto a si se cierran todas las puertas abiertas antes de expulsar a los espíritus, o si hay que cerrar puertas y expulsarlos de grupo en grupo. Probablemente el método ideal es cerrar todas las puertas antes de expulsar a los demonios. Esto lo recomienda Pablo Bottari. Su razón para cerrar todas las puertas antes de comenzar la expulsión, es que a veces los espíritus que se están expulsando se pegan a otro demonio que todavía tiene derecho de estar allí. Esto puede traer las dificultades mencionadas arriba, y es una señal de que hay que cerrar más puertas. Algunos con experiencia en el misterio de liberación creen que es eficaz expulsar a los demonios en grupos. Eso es, los relacionados con la falta de perdón, resentimiento, ira, etc., pueden echarse fuera antes de tratar con los relacionados por ejemplo, con el sexo impuro o el trauma. Donde hay numerosos espíritus en muchas categorías, el ministro podría escoger esta ruta simplemente por la dificultad de mantener cuenta de todo. Si A-130

parece funcionar bien, bien. Si no funciona, vuelva otra vez al método de Pablo Bottari. Cuando piense haber terminado el paso 8.. Pregúntele al que recibe si hay otros espíritus que confrontar. A veces, el sabrási hay otro u otros. A éstas alturas, ya él será lo suficientemente libre como para participar efectivamente en su propio alivio. Si algo se presenta, confrontelo de acuerdo con los pasos 6-8. Después, pídale al Espíritu Santo que le muestre a uno de uds ( usted, el intercesor, el que recibe, y cualquier amigo, esposo, o padre presente) si hay espíritus adicionales que necesiten desenmascararse y expulsarse. Espere unos instantes para ver s el Espíritu Santo le muestra algo a alguien. Si lo hace, pregúntele al que recibe si tien una necesidad en el área que el Espíritu Santo le haya mostrado. Recuerde que es posible equivocarse, así es que no hable con demasiadas fuerzas para no sonar acusante. De nuevo, si algo sale a la luz, confróntelo de la manera que se explica en los pasos 6 al 8. Paso 9. Pídale al que recibe que le de las gracias a Jesús por su liberación. Si el que recibe no puede darle las gracias a Jesús, o si hay mas manifestaciones cuando lo hace, es una señal de que hay más puertas que cerrar y más espíritus que expulsar. Pídale ayuda al Espíritu Santo. Vuelva al paso 7 como se indica.

Paso 10. Pídale al que recibe que ore para que el Espíritu Santo lo llene, que llene todos los lugares que ocupaban los espíritus. Si el que recibe no puede hacer esta oración, o si hay más manifestaciones demoníacas cuando lo hace, esto también es una señal de que hay más puertas que cerrar y más espíritus que expulsar. Otra vez, pídale al Espíritu Santo Su ayuda. Vuelva al paso 6 o 7 como se indica.

Mini-liberaciones a. Tratar con una o dos áreas Si el tiempo lo permite, para alguien que entra de la calle, o para alguien que quiere una “limpieza de casa total”, o para nuevos creyentes, o para alguien A-131

que sufre de depresión, es bueno considerar todas las áreas que se enumeran en el Apéndice I. Sin embargo, a veces el tiempo no permite una limpieza total de casa, en ese caso usted trataría solamente las áreas de ataduras que se indican por la manifestación o que le preocupan al que recibe. En tal caso, se le debe decir al que recibe que una liberación más completa es deseable. b. Cuando se ora por los enfermos A veces, cuando se ora por los enfermos, será evidente que el que recibe tiene áreas de falta de perdón que necesitan atención. En tales casos, parece apropiado guiar al que recibe en un corto tiempo de perdonar a la persona o personas envueltas, guiarlo hacia el arrepentimiento por su propia falta de perdón y pedir perdón por su pecado propio, hacer que renuncie a los espíritus de ira y falta de perdón, y luego usted, el ministro, rompa el poder del espíritu de la falta de perdón y expúlselo. Todo esto se hace calladamente y sin mucha entrevista. Frecuentemente una persona enferma tiene un espíritu de aflicción, un espíritu de dolor, un espíritu de enfermedad o de entumecimiento, o algo por el estilo. Estos espíritus usualmente se pueden expulsar con una palabra. En el caso de algunas enfermedades como la diabetes, el cáncer, etc., está presente un fuerte espíritu de enfermedad. Donde esto se reconoce, el espíritu quizás tenga que ser expulsado en una sesión mucho más larga, encontrándose la puerta abierta y cerrándola.

Uso de un cuestionario Donde sea practicable el uso del cuestionario, este podrá reducir grandemente el tiempo que de otra manera se usaría entrevistando al que recibe para encontrar las áreas que necesitan liberación y para encontrar las puertas abiertas. ( Paso 6 del modelo a 10 pasos) El cuestionario puede ser tan comprensivo como se desee. Por suppuesto, el uso de un cuestionario no sería posible en un lugar público, pero se puede usar en una reunión privada, en las cuales un cuestionario comprensivo sería apropiado y deseable. El cuestionario dede ser contestado por el que recibe, y las respuestas se le deben dar al que ministra antes de la ministración, para que el ministro pueda A-132

considerar la dirección que desea tomar en su ministerio, y si necesita información adicional. Como ejemplo de un cuestionario comprensivo se presenta el apéndice 4. Un cuestionario más detallado y exhaustivo se puede encontrar en Como echar afuera demonios de Doris Wagner, mencionando en la nota 6 en la pág. L-13.

Ministerio de post-liberación. Su ministerio no se termina después de ministrar liberación con éxito a una persona necesitada. Sus ataduras pueden haber sido rotas, pero él necesitará sanidad para sus emociones, sanidad en sus relaciones, descanso, sugerencias para mantenerse libre de ataduras en el futuro, consejería u otros tipos de ayuda. Como miembro de un equipo de ministración o como ministro laico, usted quizás no esté calificado para darle consejería al que recibe, pero en otras áreas todos nosotros debemos estar preparados para darle una ayuda significativa. Esta ayuda siempre debe incluir la oración. Esta ayuda siempre debe incluir la advertencia que la libertad contínua del que recibe no es automática, sino que hay tomar pasos para preservarla. Ayúdelo con sugerencias para mantenerse libre. Anime al que recibe a mantener las prácticas normales para una vida espiritual saludable: -tiempo a solas con Dios todos los días. -lectura bíblica diaria. -meterse en una comunidad cristiana avivada. -participar en la comunión. Anime al que recibe a que considere si tiene patrones de conducta que tenga que cambiar. Quizás el que recibe tenga un hábito que tenga que cambiar, y este no va a cambiar automáticamente simplemente porque se libró de los demonios que lo estaban empujando a hacerlo. Muéstrele la importancia de cambiar sus patrones de conducta. Cada vez que se encuentre cayendo en un habito erróneo, él debe de manera consciente, darle la espalda a ese hábito. El puede recordarse de que el espíritu que lo atormentaba se marchó. El puede pedirle a Dios que lo ayude a cambiar ese hábito. Quizás tenga que re-educar su mente. Podría ayudarle el pedirle a Dios la mente de Cristo- y no darle lugar al diablo. El que recibe tendrá quizás que trabajar de una manera consciente para cambiar sus hábitos, por días, A-133

semanas o meses. Puede necesitar la ayuda de un grupo o de un amigo. Hable con él acerca de esto. Anime al que recibe a caminar en el perdón como forma de vida. •

Explíquele que el perdón es una decisión, no un sentimiento y que él puede perdonar a una persona aunque no le guste hacerlo. Él puede escoger el perdón. Su espíritu puede gobernar sobre sus emociones, y es importante que perdone, para su bien propio.



Explique que el perdón inmediato para las heridas del momento es importante.



Explíquele quizás que el perdón de las heridas del pasado es como una cebolla que viene en capas. Puede ser que hoy perdone a su padre por todo lo que el Espíritu Santo le haya mostrado. Después de algunos días o semanas Él piensa en otra cosa que su padre dijo que le molestó y siente deseos de venganza, o piensa en algún comentario cortante que pudo haber hecho, o algo por el estilo. Estas son señales de que tiene que perdonar a su padre por esta otra cosa. El proceso puede continuar por mucho tiempo. El que recibe debe saber que este proceso de perdón- de tener que perdonar a la misma persona más de una vez ( a menudo, muchas veces)- es normal y no es una señal de que el ministerio de liberación haya fracasado.

Anime al que recibe a meterse en un grupo de apoyo, si todavía no forma parte de uno. Este es uno de los pasos más importantes que el que recibe puede tomar. Un grupo de apoyo (quizás un grupo de célula o grupo de cuidado) o una persona, es de importancia vital.

Discuta con él el tipo de ayuda que hay disponible en un grupo de apoyo. Dígale como usted se ha beneficiado de ello. Sugiérale donde el podría encontrar un grupo de ese tipo si todavía no pertenece a uno. Quizás el pueda preguntarle a su pastor donde encontrar un buen grupo de apoyo. Anime al que recibe a llevarle a Dios enseguida todas sus heridas presentes para que El las sane. Es seguro que en esta vida vendrán heridas. No hay que caminar atados a ellas. Anímelo a que le pida a Dios inmediatamente por su sanidad, cad vez que A-134

se de cuenta de que alguna palabra o incidente lo haya herido a él o sus sentimientos. Esta es una gran parte de mantenerse libre. Sugiérale que tiene que resistir el deeo de revolcarse en su dolor. Tendrá que resistir la autolástima Anime al que recibe a hacer restitución si es necesario y si puede hacerlo. Anime al que recibe a hacerle restitución a cualquier persona que haya defraudado y a pedirle perdón a quien haya ofendido. Esta es una parte importante de mantenerse libre. Si no hace restitución ni pide perdón cuando sea necesario, estos sucesos serán para él un peso espiritual que lo podría hacer alejarse de su camino íntimo con el Señor Considere otras sugerencias de cómo mantenerse libre. Usted le puede recordar que Satanás no está contento de que el haya sido liberado, y va tratar especialmente de tentarlo a volver a su pecado pasado, para que se vuelva a abrir la puerta. Anímelo a resistir la tentación y sugiérale maneras de cómo el podría resistir. Algunas posibilidades son: - alabar a Dios, cantando o escuchando canciones de alabanza, leyendo salmos. - orar en su lengua. - tomar autoridad en el nombre de Jesús, sobre espíritus que tientan y mandarlos a que se vayan. - darle gracias a Dios por hacerlo libre. - si cae, se puede arrepentir enseguida y volver a cerrar la puerta. - si Satanás lo vuelve a acusar de ser un pecador , puede decir: “Tienes razón, Satanás. ¡ Mira todo lo que Jesús me ha perdonado! - puede buscar maneras de recordarse que Jesús es su Señor. Le puede decir que la prioridad número uno tiene que ser el hacer a Jesús el Señor de cada área de su vida. - pedir diariamente la plenitud del Espíritu Santo. Le puede sugerir pasajes bíblicos que le ayudarían. Como Gálatas 5:1; 1 Corintios 10:13; Filipense 4:6-7. Use pasajes bíblicos que le hayan ayudado a usted.

Algunas cosas por las que podría orar como parte de la sesión de ministración. •

Déle gracias a Dios por libertar al que recibe y pida por - su contínuo caminar en el arrepentimiento y en el perdón. - que el pueda romper con éxito cualquier habito equivocado que haya formado. - que aprenda a mantenerse libre.

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Considere orar de nuevo por la sanidad de las heridas de la persona, por sus penas, soledad, confusión, depresión, o por cualquier otra necesidad emocional que se hagan aparentes durante su ministerio. No apresure este tiempo de oración. Deje que el Espíritu Santo lo dirija.



Sea amoroso. Si hay sufrimiento o llanto, consuele al que recibe. Échele el brazo si usted y él son hombres. Abrácela si ambas son mujeres. Puede ser que esté ocurriendo una sanidad profunda, así es que no la apresure y muestre su amor de cualquier manera que sea apropiada. No tema repetir algunas oraciones que ya haya hecho durante el tiempo de ministracion, dejándose guiar por el Espíritu Santo. Ore por cada necesidad de manera individual si tiene tiempo. Recuerde que su principal preocupación tiene que ser la persona, y esta probablemente está sufriendo de manera profunda.



Considere orar por las relaciones que necesitan sanidad, como lo son la de un matrimonio, padre, hijo, jefe. Ore para que el Señor lo guíe en estas relaciones, que le de Su gracia, paciencia, perdón, etc.

Cuando ore por la persona, no hay necesidad de que un intercesor, ni otros, dejen de tocar o de hablarle a la persona. Ella puede recibir más consuelo y sanidad si otros participan en estas oraciones. Puede que en esta parte aparezcan espíritus adicionales. Por ejemplo, si la persona se disuelve en llanto cuando usted empieza a orar por sanidad, y al preguntar, quizás encuentre un fuerte espíritu de sufrimiento, temor o alguna otra cosa. Se puede tratar con estos de la misma manera que se hizo con los otros durante el ministerio previo.

Considere mantenerse en contacto con la persona usted mismo, para ver como sigue y para ofrecerle edificación y oración. Quizás el que recibe sea tocado profundamente por su cuidado continuo y esto en si puede ser una gran consuelo para él.

Considere darle al que recibe una corta lista de sugerencias por escrito de como mantener su liberación. El que recibe puede ser ayudado si se estipulan algunas sugerencias por escrito y se le entregan para que le ayuden a recordar. Usted podría preparar una lista de las recomendaciones más comunes. Se deben incluir cosas que le hayan ayudado a usted personalmente, y quizás podría cambiar la lista de vez en cuando, según descubra otras ayudas que usted considere lo suficientemente importantes para incluirse. A-136

Un formulario llamado “Como mantener su liberación” se sugiere en el Apéndice 3 de esta sección. Considere si otras cosas que hayan surgido durante la ministración se deben añadir a esta lista para cada recibidor en particular. O

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Notas para la persona que ministra: Si el que recibe es un creyente maduro, usted podría darle mucha ayuda además de orar por él. Si no es un creyente maduro, debe tener cuidado de no sobrecargarlo de consejos y sugerencias. Si usted tiene muchas oportunidades de ayudar a la gente con liberación, quizás desee considerar apuntar sus propias sugerencias para mantenerse libre en una o dos hojas de papel, para dárselas a aquellos por los que ora. Un ejemplo del material que le puede dar a la persona, se presenta en el apéndice 3 de esta sección. Una manera útil de discutir pasos que ayudan, es el repasar estas páginas con él o ella. Siempre trate de tener un compañero o compañera de oración con usted. Usted se beneficiará de su intercesión. Él o ella le puede ayudar a escuchar la dirección del Espíritu Santo. Sería bueno tener a una segunda persona en caso de que surjan preguntas serias acerca de lo que sucedió durante el ministerio. El que recibe debería tener a un amigo o familiar que lo llevó a la reunión o quizás desee traer a un amigo o familiar a la sesión privada de liberación. Muchas veces es útil tener a una persona como esa presente durante la ministración. Normalmente un amigo o familiar añora ayudar al que recibe a ser libre y lo puede estimular a que coopere. Él o ella también podrían ser personas clave para ayudar al que recibe a mantenerse libre después de la liberación. Además, el amigo o familiar también podría ayudar a identificar áreas de problemas que el que recibe haya olvidado de mencionar. Sea un maestro. Ayude al que recibe a ver lo que usted está haciendo- cómo usted encuentra las “puertas abiertas”, cómo las puede cerrar, cómo romper el poder de los espíritus, cómo los echa afuera. Dígale al que recibe que en el futuro él se puede ayudar a si mismo si es necesario. (¡Probablemente será necesario!) Mantenga en mente que él quizás se convierta en ministro para otros en el futuro, poniendo en práctica lo que aprenda de usted. Recuerde que usted, como siervo del Señor, porque le ha ayudado a otra persona a ser libre, podría ser atacado por Satanás. Podría enfrentar A-137

enfermedad, desánimo, dificultades en el hogar y en el trabajo, confusión, cansancio. Usted puede echar afuera esos espíritus que lo atacan. Si no puede obtener la victoria solo, llame a un amigo de confianza y pídale oración. Estos sentimientos también pueden ser, por supuesto, de intercesión. Si tiene alguna duda, pregúntele al Espíritu Santo. Si de hecho son de intercesión, use esta ocasión para orar por la persona por la que piensa que está intercediendo. Mantenga sus defensas en alto: Tenga cuidado de mantener sus actividades espirituales normales. Ore mucho en lenguas. Camine en el perdón. ¡ Como forma de vida! ¡Camine en amor, paz y gozo! Mantenga cuentas cortas con el Señor. ¡Mantenga cuentas cortas con su cónyuge, familiares, y asociados! ¡Considere todo ataque de Satanás como una oportunidad de demostrar el mayor poder de Dios! Vea Santiago 1:2. Descanse en Dios. Pregúntele como debe responder al ataque. Santiago 1:5. Pídale al Él que luche contra Satanás por usted. El es su fuerza y libertador! Salmos 18:1, 2, 48. Manténgase vigilante por su familia. Si Satanás no logra atacarlo a usted tratará de atacar a su familia.

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Apéndice 1 Algunos ejemplos de áreas en las que se hayan abierto “ puertas”. Relaciones

Emociones , espíritus

Padre Madre Hermano Esposo Hijo Maestro Jefe Etc.

Resentimiento, amargura Ira, odio, asesinato Falta de perdón Rechazo, soledad Desesperación, auto-lástima Pérdida de esperanzas Depresión Etc.

Trauma Muerte Fuego Ataque Divorcio Divorcio de los padres Etc.

Emociones, espíritus Soledad, miedo Pánico, terror Vergüenza, depresión Rechazo Parálisis Etc.

Adicciones Drogas (lista) Fumar Alcohol Comida

Enfermedades largas

Rituales satánicos Masonería (Uno mismo o en su familia) U otras sociedades secretas Ocultismo Adivinación Ouija Horóscopos Cartas Tarot Leer las manos Etc. Pecados habituales Criticar, juzgar Orgullo, arrogancia Egoísmo, codicia Santurronería

Ira Aplazar Pornografía Chismear Etc.

Sexo extramarital Antes del matrimonio

Ira, chismes Mentiras, trampas

Después del matrimonio Lujuria, fantasías Con el mismo sexo Pornografía, masturbación Bestialidad

Manipulación Control Etc. Otros Vergüenza, remordimiento Humillación Fracaso, suicidio Desesperación, depresión A-139

Maldiciones Intencionales No- intencionales Comentarios descuidados

Perdida de esperanzas Auto-condenación Martirio, Auto-lástima

Apéndice 2 Otra manera de ver las “áreas” Una manera alterna de ver las “áreas” es el considerarlas desde el punto de vista del cuerpo, alma y espíritu. Cuerpo Pecado sexual de cualquier tipo sus Adulterio Fornicación Pornografía, fantasía, masturbación, Cualquier forma de relación homosexual Bestialidad Relación sexual no-invitada Incesto Violación Abusar Debilidad generacional Adicciones Alcohol Gula

Espíritu Cualquier experiencia oculta Ouija, horóscopos, adivinación, etc. Brujería Manipulación, control Satanismo de cualquier forma Cualquier pacto con Satanás A-140

Alma Resentimiento, ira en todas formas Odio en todas sus formas Miedo en todas sus formas Envidia en todas sus formas Falta de perdón, amargura Rechazo, soledad Desesperanza, Desesperación. Orgullo, arrogancia Rebelión Venganza Trauma y sus efectos Complejos Miedos Obsesiones Avaricia Críticas Chismes

Masonería Masonería en la familia Maldiciones Votos interiores Debilidades generacionales

Apéndice 3 Como mantener su liberación Es importante entender que el mantenerse libre de ataduras satánicas no es algo automático. Requiere vigilancia y un sentido de propósito de su parte. Estas son algunas cosas que puede hacer para mantener su libertad: 1. De manera consciente, permítale a Jesús que sea Señor (¡al que obedece!) en todas las áreas de su vida. 2. Mantenga practicas normales para una vida espiritual saludable. Mantenga un tiempo de silencio diario. Es útil apuntar sus pensamientos. Lea la Biblia diariamente. Si es posible, entre en una comunidad cristiana viva. Llénese continuamente del Espíritu Santo. (Efesios 5:18) 3. Tome responsabilidad de sus pensamientos. No espere que otros batallen por usted. No sea pasivo. No vuelva a recaer en los patrones viejos que le causaron problemas antes. 4. Camine en el perdón como estilo de vida. Recuerde que el perdón es una decisión que usted hace y no un sentimiento. El perdón inmediato es importante. No importa lo herido que se sienta. Quizás tenga que perdonar a alguien varias veces por la misma ofensa o por otras ofensas. 5. Haga restitución si es necesario. Si defraudó a alguien , páguele. Si tiene que pedirle perdón a alguien, hágalo. ( Es mejor hacerlo oralmente.) Si tiene que pedir perdón, ¡hágalo!

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6. Cambie su forma de vida si tiene que hacerlo. Si la televisión es un problema, deje de verla. Si un amigo trata de llevarlo hacia el pecado, deje de juntarse con el (o ella). Trate de manera conciente de cambiar malos hábitos que tenga. Chismear, criticar, comer demasiado, leer literatura inadecuada, mentir….(complete su lista) 7. Aprenda a combatir la tentación. Cante himnos, lea salmos. Ore vigorosamente en su lengua. Tome autoridad sobre espíritus molestosos y échelos afuera en el nombre de Jesús. Cuando se sienta vulnerable, pídale a otros que oren por usted. 8. Si cae, arrepiéntase rápido y cierre la puerta otra vez. 9. Haga “mini-liberaciones” para usted mismo. Si nota que está teniendo problemas otra vez, o si está siendo molestado o tentado, usted se puede hacer una “mini-liberación”. Mire a ver qué puerta lo llevó al problema; ciérrela (perdone, arrepiéntase, firmemente renuncie la acción ,actitud o espíritu presente); firmemente rompa el poder de cualquier espíritu presente, en el nombre de Jesús; eche afuera cualquier espíritu presente en el nombre de Jesús. La siguiente ilustración fue tomada de una publicación de Neil Anderson: Una víctima de un abuso increíble compartió esta ilustración:” Es como ser obligado a jugar un juego con un feo forastero en mi propia casa. Seguía perdiendo y quería dejar de jugar pero el feo forastero no me dejaba. Finalmente llamé a la policía (una autoridad más alta) y ellos vinieron y escoltaron al forastero hacia afuera. Él tocaba a la puerta tratando de volver a entrar, pero esta vez reconocí su voz y no lo dejé entrar.”

A-142

Apéndice 4 Cuestionario Nombre:_______________________________________________________________ __ Dirección:______________________________________________________________ __ Teléfono:_________________________ _______________________

E-mail:

¿Has nacido de nuevo? Si No Si lo has hecho, describe brevemente cómo y cúando te hiciste cristiano(a): ________________________________________________________ ______________________________________________________________________ __ Ud: ¿Asistes a la iglesia regularmente? ¿Tienes un ministerio? ¿Enseñas/predicas a menudo? ¿Cantas en un coro? ¿Eres intercesor?

Si Si Si Si Si

No No No No No

¿Asistes a un grupo pequeño? ¿Diriges un estudio bíblico? ¿Oras por los enfermos? ¿Sirves en la iglesia? ¿Eres líder de alabanzas?

Si Si Si Si Si

No No No No No

Por favor contesta las siguientes preguntas. Donde se da a escoger, marca la respuesta(s) correcta(s): Área I. Relaciones familiares 1. Tu padre Describe brevemente la relación con tu padre:____________________________ ¿Eran amigos? Si No ¿Era el: calido afectuoso apoyador estimulador distante ausente mucho castigador verbalmente abusivo injusto restrictivo rabioso peleador enfermizo se quejaba honesto manipulador

interesado en tus actividades pasaba tiempo contigo superficial físicamente abusivo prefería a tus hermanos (as) peleaba con tu madre demasiado permisivo controlador

¿Se sentía orgulloso de ti? Si No Explica:______________________________

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______________________________________________________________________ ¿Se sentía decepcionado contigo? Si No ¿ Cómo lo demostraba? ______________________________________________________________________ ___ ¿Se sentía avergonzado de ti? Si No Explica_____________________________ ______________________________________________________________________ ___ ¿Te disciplinaba? Si No ¿Cómo lo hacía?____________________ ______________________________________________________________________ ___ ¿Tenía hijos favoritos? Si No Si los tenía, quienes eran? ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ?Hacía comentarios menospreciantes de ti, de tu actitud o de tu habilidad? Si No Si los hacia, que comentarios recuerdas? _____________________________________________ ______________________________________________________________________ ¿Te hirió de alguna otra manera no mencionada arriba? Si No Explica:________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ¿Tenía tu padre hábitos o cualidades que te propusiste a nunca tener? Si No. Si las tenía, explica:________________________________________________________________ ¿Las tienes tú? Si No 2. Tu Madre. Describe en breve la relación con tu madre:______________________________________ ______________________________________________________________________ Eran amigos (as)? Si No Era ella calida afectuosa interesada en tus actividades apoyadora estimuladora pasaba tiempo contigo distante ausente mucho superficial castigadora oralmente abusiva físicamente abusiva injusta restrictiva favorecía a tus hermanos(as) rabiosa peleadora peleaba con tu padre enfermiza se quejaba demasiado permisiva honesta manipuladora controladora ¿Sentías que ella generalmente estaba contenta contigo? Si No ¿Cómo lo demostraba?_______________________________________________________

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¿Se sentía orgullosa de ti? Si No Explica:_________________________ ______________________________________________________________________ ¿Se sentía decepcionada por ti? Si No ¿Cómo lo demostraba? ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ¿Se avergonzaba de ti? Si No ¿Por qué?___________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ¿Te disciplinaba? Si No Cómo?_________________________ ______________________________________________________________________ ¿Hacía comentarios despectivos acerca de tu actitud o de tu habilidad? Si No Si los hacia, ¿qué comentarios recuerdas? ________________________________________ ______________________________________________________________________ ¿Te hirió de alguna otra manera no mencionada arriba? Si No Explica:________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ¿Tenía tu madre cualidades o hábitos que te propusiste nunca tener? Si No Si los tenía, explica:_________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ¿Los tienes tú? Si No 3. El matrimonio de tus padres. ¿Cómo describirías las relación entre tus padres?__________________________________ ______________________________________________________________________ ___ ¿Eran afectuosos el uno con el otro? Si No ¿Se apoyaban mutuamente? Si No ¿Se criticaban el uno al otro? Si No ¿Peleaban en tu presencia? Si No ¿Se divorciaron? Si No ¿Se culpaban el uno al otro por sus dificultades? Si No Si se divorciaron, ¿se volvieron a casar? Padre Si No Madre Si No Si lo hicieron, describe tu relación con tus padrastros:______________________________ ______________________________________________________________________ ¿Tienes hermanastros(as)?

Si

No A-145

Si los tienes, describe tu relacion con ellos:_______________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 4. Tus hermanos(as). Describe en breve la relación con tus hermanos(as):________________________________ _____________________________________________________________________ Se llevaban bien? Si No Si no, describe:________________________ ______________________________________________________________________ ?Te sentías orgulloso(sa) de ellos(as)? Si No Avergonzado(a)? Si No ¿Se sentían orgullosos(as) de ti? Si No Avergonzados(as) Si No ¿Tuvieron mas éxito que tu en algunas cosa? Si No Explica:_________________ ______________________________________________________________________ ___ ¿Sentías (sientes)celos de alguno de ellos Si No ¿Por qué?:_________________ ______________________________________________________________________ Alguno(a) de ellos te hirió de alguna manera no mencionada arriba? Si lo hicieron, explica: ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______ Área II Otras relaciones. 1. Tu escuela. Describe tu relación con tus compañeros de clases:______________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ¿Tenías problemas con algunos de tus compañeros? Explica: ___________________________________________________________________ Describe tu relación con tus maestros:________________________________________ Tenías problemas con algunos de tus maestros? Explica:____________________________________________________________ 2. Servicio militar ¿Te trataban justamente tus oficiales? Si No Si no, explica: ___________________________________________________________________ ¿Te hirieron de alguna manera tus oficiales? Si No Si lo hicieron, explica:_____________________________________________________________ A-146

¿Te llevabas bien con otros militares? Si No Si no, explica:______________________________________________________ 3. Empleo: ¿Te trataban tus jefes de manera justa? Si No Si no, explica:______________________________________________________ ?Te hieren o hirieron tus jefes de alguna manera? Si No Si lo hacen o lo hacían, explica:_______________________________________________ ¿Te llevabas o llevas bien con los otros empleados? Si No Si no, explica:_________________________________________________ 4. Tu matrimonio (Completa esta parte si estas o estuviste casado(a). ¿Dirías que tu esposo(a) es(era): Calido(a) afectuoso(a) apoyador(a) Amoroso(a) Estimulador(a) Leal Distante crítico(a) no comunicativo(a) Injusto(a) peleador(a) desagradado contigo Rabioso(a) oralmente abusivo(a) físicamente abusivo(a) Enfermizo(a) temeroso(a) preocupado(a) Perezoso(a) alcohólico(a) abandonado(a) de sus deberes Manipulador(a) controlador(a) deshonesto(a)

Discutían o todavía lo hacen? Pelean Se tratan con silencio? Se critican?:_____________________________________________________ ¿Cúales eran(son) las áreas de tensión en la relación? Dinero tareas sexo criar a los hijos Entretenimiento recreación ropa familiares Su trabajo su actitud La de su esposo(a) Pelean o peleaban delante de sus hijos? Si No Te hiere o ha herido tu esposo(a) por lo que ha dicho o hecho? Si No Si lo ha hecho, explica:_________________________________________________

_____________________________________________ __ ¿Hace o hacía tu esposo(a) su parte en las responsabilidades de la casa y familia? Si No Si no, explica:_______________________________________________________

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Área III. Envolvimiento el lo oculto. 1. Alguna vez has probado esto ya sea en serio o como diversión? ouija adivinación horóscopos hojas de te cartas tarot leer las manos levitación espiritismo otras cosa ocultas 2. Alguna vez has visitado a Un médium un espiritista un adivino Un templo pagano clases de yoga

artes marciales

3. ¿Alguna vez has pertenecido a una sociedad secreta? A cuales? ___________________________________________________________________ 4. ¿Perteneces ahora? A cuales?____________________________ ______________________________________________________ 5. ¿Has pertenecido a una secta satánica? ¿A cuales?__________________ 6. ¿Perteneces ahora? ¿A cuales?_______________________________ ¿Alguna vez has hecho votos a Satanás o a una sociedad secreta?. Explica:___________________________________________________ 7. ¿ Has participado en la brujería? Explica:_____________________________________ __________________________________________________ 8. ¿Algún miembro de tu familia ha participado en la brujería? Explica:_______________________________________________ _________________________________________________________ 10. ¿Alguna vez has pertenecido a una sociedad masónica? DeMolía, Mujeres del arcoiris, Estrella del oriente, logia masonica? Perteneces? A cuales?________________________________________ 10. Tienes algunos objetos indios, africanos u orientales feos o grotescos? Si No Has tenido alguna vez un objeto que ha sido adorado? Si No Área IV. Sexo afuera del matrimonio 1. ¿Alguna vez has cometido fornicación (sexo fuera del matrimonio)? Si No ¿Si lo has hecho, con pocos o muchos?______________________________________ ¿Fue iniciativa tuya? Si No 2. ¿ Has cometido adulterio(tu o tu pareja después de casados)? Si No Con pocos o con muchos?______________________________ Tus parejas:_________________________________________ ¿Fue tu iniciativa? Si No 3. ¿Has tenido relaciones homosexuales? Si No Con pocos o con muchos ¿Fue tu iniciativa? Si No 4.Tienes una relación adúltera, de fornicación u homosexual? Si No Estas dispuesto(a) a romper tales relaciones? Si No A-148

5. Has participado en la pornografía? Si No participas ahora en la pornografía? Si No ¿Como te envolviste en ella?:________________________ ¿Estás dispuesto(a) a dejarla completamente? Si No 6. ¿Te masturbas con frecuencia? Si ¿Has tratado de dejarlo? Si No ¿Lo consideras un hábito compulsivo?

No

7. ¿Tienes fantasías sexuales?

No

Si

Si

No

8. ¿.Has abusado sexualmente, violado, o seducido a alguien? Si

No

9. ¿Has sido abusado(a) sexualmente, violado(a), o seducido(a)?

Si

10. ¿Has tenido contacto sexual con un animal? Si 11. ¿Tienes un problema de lujuria?

Si

12. ¿Te has hecho un aborto?

No

Si

13. ¿Has sido padre de una criatura abortada?

No

No

No

Si

No

AreaVI. Trauma 1. ¿Has tenido experiencias traumáticas? (Muerte en la familia, divorcio, expulsión de un trabajo, divorcio de padres, accidente de automóvil, fuego, casi-muerte, violación, muerte de un hijo, humillación extrema, trato extremadamente injusto, etc? Si No Explica:_____________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ 2. ¿Tienes pesadillas u oyes voces? Si No Si los tienes, cuando empezaron?____________________________________________ 3. Temes: La oscuridad estar solo(a) los gentíos los espacios pequeños Las alturas la enfermedad la muerte la pérdida del trabajo Volar los ruidos la pobreza el matrimonio Cambios de trabajo hablar en publico socializar fracaso en el trabajo Fracaso en relaciones sociales fracaso en el matrimonio ¿Cuando empezaste a tener esos temores? A-149

4. ¿Temes otras cosas? Si No Explica:_______________________________ __________________________________________________ ¿Cuando empezaron esos temores?___________________________________________

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