Por Que Tu, Traicion & Poder Segundo Libro (1)

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Agradecimiento Primero que nada quiero agradecer a la divina providencia, por hacer ver la escritora que ahí en mí. Y a todos aquellos que me ayudaron, a plasmar esta hermosa historia… Gracias.

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Tú que un día me dijiste. El amor todo lo puede, solo debemos creer en el plenamente. Tú sabes quién eres…

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Índice Sinopsis Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Próximo Libro Sobre La Autora

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Sinopsis Después de haber salido del apartamento de Emma dolida y decepcionada, Emily no quiere saber nada de Emma y hará, todo lo posible de mantenerla alejarla de ella. Pero lo que no conoce Emily es que cuanto más la aleje, sólo estará aumentado el deseo de Emma en tenerla sola para ella… Déjate llevar por tu cuerpo, en la segunda entrega en ¿Por qué tú? Traición & Poder.

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Capítulo 1 De camino en el taxi, no puedo creer todo esto. Es lo mejor. Es cierto, es lo mejor. A partir de hoy alejare a Emma de mí, no pienso ser la causante de una separación. Veo por la ventanilla del taxi y está cayendo el diluvio, demonios me mojare, porque el taxi me dejara al frente de mi apartamento, ya que no dejan parar autos del lado de la será de mi residencia. El auto se detiene, le pago al chofer y me bajo. Salgo corriendo con el dolor en mi columna, dejando que la lluvia me moje por completo. Llego a mi residencia y me monto en el ascensor todo empapada, llego a mi piso y camino hacia mi puerta. Al abrir mi apartamento me recibe tal cual lo había dejado hace dos días. Una pequeña sala al entrar, cocina en frete y mi cuarto al lado de la cocina, nada parecido al lujoso apartamento de Emma. Pero aunque no sea de lujo, me siento muy cómoda en mi apartamento, un escalofrió me recorre el cuerpo y eso me alerta muchísimo. Será mejor que vaya a quitarme esta ropa húmeda. Después de quitarme toda esa humedad, me encuentro sentada en la sala con una taza de té calentita, sin dejar de pensar en todo lo ocurrido hace un momento. Emma me mintió y porque lo hizo. Deja de pensar en eso, es lo mejor. Lo que no entiendo, es porque me tiene que molestar tanto. Porque puede que te gusta lo que Emma te hace sentir. Comenta la voz de mi cuerpo. No eso no puede ser, menos mal que pasó todo esto y me hizo entrar en razón, aceptando que todo esto estaba mal.

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Empiezo a sentir mucho frio, me termino de tomar la taza de té y me arropo con la manta que traje de mi habitación. Seguro descansando un poco se me pasara y luego me voy a mi habitación… ¡Golpes en la puerta me sobresaltan! Carajos me siento de la madre. Es que si esa zorra no me hubiera echado, tal vez no me hubiera mojado y no estaría así de mal. Me coloco de pie y me mareo al instante. Wooow… Pero que coños, en serio estoy así de mal. Al llegar a la puerta, la abro con cierta dificultad. El rostro de Emma aparece en mi campo de visión con el rostro frio y enojado, pero al verme todo eso desaparece. - ¿Demonios Emily te encuentras bien? –Me pregunta. - Emma... Me… –me voy hacia delante y ella me agarra–. Mentiste. – La acuso. Demonios de verdad me encuentro malísimo, no debí haberme mojado. - Emily estás ardiendo en fiebre. –Me avisa Emma al tocar mi frente. Me separo de ella, no quiero tenerla cerca, camino un poco mareada poniendo una distancia entre las dos entrado en mi apartamento. - No me cambies de tema Emma... Me mentiste. –Reitero tratando de no caerme. - Al demonio Emily, te voy a llevar al hospital. - ¡NO!... –levanto mi mano para que se detenga–. Dime la... Verdad – Le pido. Pero ella no se detiene al tomarme del brazo y acercarme a su cuerpo.

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- Eso después te lo puedo explicar, ahora iremos al hospital y no se hable más. –Sentencia muy decidida…

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Capítulo 2 Me despierto en la habitación del hospital. - Estará bien, la fiebre bajara y debe seguir el tratamiento para la neumonía. –Oigo alguien decir. - Así será doctor, ella seguirá el tratamiento. –Le asegura Emma. Escucho como la puerta de la habitación se cierra y veo a Emma sentarse a mi lado. - ¿Cómo te sientes? –Pregunta preocupada. - Mejor. –Le hago saber al apartar la mirada, mirando el techo. - Ella no es mi novia Emily –no la miro porque todo es mentira, pero ella me sorprende al hacer eso, que hizo en el hospital la otra vez y dejarme sin opción a mirarla–. Solo era una amiga de una noche, y se creyó con el derecho de otorgarse el status de novia. –Me explica. - Si supo dónde vivías, es porque la llevaste a tu apartamento. - Jamás la he llevado ni a ella ni a ninguna otra –levanta su mano al rozar mi mejilla–. Solo a ti. –Confiesa. Me sorprendo por su confesión. Es mentira. Me comenta mi razón. - ¿Y entonces como supo donde vivías? –Le pregunto. - Eso es lo que no se, mi equipo de seguridad se está encargando de eso. - ¿Equipo de seguridad? –Pregunto confundida. - Después te lo cuento, ¿ahora solo quiero saber cómo te sientes? – Vuelve a preguntarme. - Mucho mejor, con ciertos malestares en todo el cuerpo, pero mejor. –Le aseguró. Emma me mira con si le hubieran regresado el alma al cuerpo.

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- El doctor fue a buscar los récipes y luego nos iremos a mi apartamento, para… - No Emma, me quedare en mi apartamento. –La interrumpo. - Eso no ocurrirá, no te quedaras en ese cuchitril. –Me advierte. Su forma de dirigirse a mi apartamento me molesta muchísimo, ella no tiene ni idea lo que me ha costado pagar por él. - No es ningún cuchitril, no será un lujoso apartamento, pero en el me siento cómoda –Le digo defendiendo mi hogar. - ¿Entonces en el mío no te sientes cómoda? –Pregunta un poco ofendida. - No es eso, es solo que no puedo pasar más tiempo ahí. - ¿Por qué? Voy aparta la mira pero Emma no me lo permite, al acerca su rostro un poco más cerca del mío. - Porque estoy empezando a desearte Emma –Le confieso. Su sorpresa me deja ver, que eso no se lo esperaba. - Emily yo… La puerta de la habitación se abre, y el doctor entrar rompiendo el momento. - Esto son lo récipes nuevos –Emma los toma y coloca toda su atención, en lo que el doctor le está diciendo–. Pueden irse. – Sentencia el doctor, al salí de la habitación. Emma se gira hacia mí, al mirarme muy decidida. - Nos iremos a mi apartamento, fin de la discusión. –Termina por sentado, al ayudarme a levantarme...

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Capítulo 3 Al estar de vuelta en el apartamento de Emma, recuerdos de lo que ocurrió hace momentos llenan mis pensamientos. - ¿Y qué hiciste al llegar al apartamento y verla a ella? –Pido que me explique. Emma me ayuda a sentarme en el mueble con cuidado. - La mande a sacra con seguridad, después te empecé a buscar – Emma toma asiento a mi lado, muy cerca–. Y al no encontrarte, mis mayores miedos se hacían realidad, al ver el gran diluvio que caía a fuera. –Me confiesa al rozar mi mejilla. Cierro los ojos al sentir sus rose. - ¿Por qué te fuiste? –Me pregunta. - No porque ella me lo pidiera, es solo la manera en cómo dijo que tú la harías suya al verla, sonó convincente y… Me detengo al mirarla a los ojos, y ver que me está mirando con cierto brillo en sus ojos. - Emily no he estado con ninguna mujer, desde hace más de seis meses –mis ojos se agranda por la sorpresa–. Y a la única mujer que quiero hacer mía después de ese tiempo, es a ti. –Me asegura. Dejo de respira al ver como Emma cierra la poco distancia que nos separaba, al colocar su frente en la mía. - Sé que esto es nuevo para ti –empezamos a respirar entrecortadamente por nuestra cercanía–. Pero al mirar en tus ojos y sentir en tu cuerpo que deseas lo mismo que yo, me hacen querer cada vez más atraerte a mi mundo. Dile que tu no la deseas Emily. Me comenta mi razón.

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Déjate llevar por lo que sientes. Comenta la voz de mi cuerpo. - Emma… De repente mi teléfono empieza a sonar, sacándonos de la burbuja que habíamos creado. Emma lo busca en mi bolso que pasamos a buscar a mi apartamento, lo encuentra y al mirar en la pantalla su rostro se endurece con enojo. - Es tu ex. –Me informa al entregármelo y alejarse. Que actitud, porque no puedo solo entender que a Ethan lo veo como un amigo. - Hola Ethan. –Lo saludo al contestar. - Hola hermosa, ¿cómo sigues? –Me pregunta. ¿Cómo se enteró Ethan de que estoy enferma? Chloe. Decimos al unánime mi razón y yo. - Más o menos, gracia por preguntar. - ¿Quieres que vaya y te cuide? –Pregunta. Eso es una gran idea. Comenta mi razón. No, para nada es una buena idea, porque entonces él creerá que quiero volverlo a intentarlo y eso no pasara. - Estoy bien Ethan, te agradezco tu gesto –veo a Emma tomar asiento al frente de mí, con cara de pocos amigos–. Pero me estoy quedando en casa de una amiga, ella me está cuidando. - Bueno está bien, pero cualquier cosas me avisas. –Me pide. - Tranquilo así lo hare, adiós. –Me despido al colgar. Miro la pantalla de mi teléfono, sin mirarla a ella. - Vamos a llevarte a la habitación, debes descansar. –Me recuerda al colocarse de pie y ayudarme a levantar.

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Al llegar a la habitación, está justo como la había dejado. Ella me ayuda a recostarme. - ¿Cómoda? –Me pregunta al colocarme la sabana arropándome. - Sí, solo necesito descansar. –La tranquilizo sintiéndome cansada, por los medicamentos. Pero Emma me sorprende al cerrar la distancia que nos separaban, y mirarme con mucha decisión. - Te voy a dejar descansa –ella coloca su frente en la mía–. No vuelvas hacer algo así, Emily por favor. –Me pide con mucho dolor. Y al escuchar su dolor, me hace olvidar todo y solo pensar en ella. - No lo volveré…. Hacer. –Aseguro con cierta dificultad por su cercanía. Separa su frente de la mía y me mira con ese brillo, que no logro descifrar. - Revisare unas cosas que Chloe me envió por correo, para la reunión de mañana –se levanta y se dirige a la salida–. Descansa. –Sentencia al salir. Cierro los ojos por un momento y sin darme cuenta, me dejo arrastrar por el sueño….

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Capítulo 4 Al despertar me encuentro sola en la habitación, me levanto y el cuerpo me duele menos, necesito hacer pis y asearme un poco. Al salir me dirijo hacia la sala, en busca de Emma - Quiero que te mantengas alejada de ella –escucho que Emma le dice a alguien, me acerco al barandal de las escaleras para ver con quien está hablando– Lo nuestro fue una error de una noche, no me llame, no me busque y no te vuelvas acercar a ella, ¿te quedo claro Rachel? –Le pregunta. Está hablando con la zorra de anoche. Bajo las escaleras con cuidado sintiendo el dolor en mi costilla, pero el saber que más le dice Emma a esa zorra me puede más, llego a la sala y está hablando con ella por teléfono. - Te lo deje muy claro cuando abrirte las piernas para mí –solo imagíname a ella y Emma juntas me molesta muchísimo–. Que esto solo sería una follada de una noche. –Le recuerda Emma. En serio te molesta. Comenta mi razón. Puede que sí, no lo sé. Si lo sabes, solo no lo admites. Comenta la voz de mi cuerpo. Ignoro esos comentarios y centro toda mi atención en Emma - Ya te lo advertir Rachel, no te acerque a ella o me conocerás de verdad. –Sentencia Emma al finalizar la llamada. Se gira hacia mí y se sorprende al verme de pie en la sala, descubriendo que escuche todo. - ¿Escuchaste todo? –Me pregunta enojada. - Sí, lo siento yo…

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- Veo que los señores Ross, no te enseñaron a no escuchar las conversaciones privadas. –Me suelta de repente. Su comentario me molesta muchísimo. - No lo hice intencionalmente si es lo que piensas –me cruzo de brazos, al imaginarme que ella esté pensando eso–. Me levante y te vine a buscar. –Le explico. Emma se acerca y no dice nada. - Emma… - Daría todo lo que tengo, porque no hubieras escuchado esa conversación. –Dice. - ¿Ahora vendrá detrás de mí, a hacerme daño? –Le pregunto un poco preocupada. - No, tú tranquila que de eso me encargo yo. –Me asegura. Sonrió al escucharle decir eso, que justamente me dijo cuándo nos conocimos por primera vez. - Vamos a desayunar. –Invita con alegría. Haciendo que el tema de la zorra, quede para después o para nunca más hablar. Habiendo transcurrido un rato nos encontramos en la sala, Emma haciendo cosas de la empresa en su Laptop (ya que no quiso ir a trabajar, y hacerlo desde aquí para quedarse conmigo) y yo leyendo por primera vez una novela erótica lésbica, que encontré en la biblioteca de Emma. El libro es de una autora muy famosa al escribir este tipo de libro Karin KallmaRer Pintando la Luna. Jamás pensé en leer este tipo de libro, más bien cuando los veía no me llamaban la atención, hasta que todo esto con Emma regreso a mi vida y despertó esta curiosidad, por saber más de ese mundo.

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- ¿Qué lees? –Me pregunta Emma, sacándome de mis pensamientos. - Un libro que encontré en tú biblioteca. –Le respondo evadiendo su pregunta. Ella sonríe y se acerca dejando a un lado su trabajo. - Me refería al nombre del libro. –Se explica. - Ehhhh... –aparto la mirada, sin salida–. Un libro lésbico. –Respondo. - ¿Y lo estás leyendo por? –Me pregunta al levantarme el mentón, para que la mire. - Porque quiero... Entender lo que me está ocurriendo contigo. –Le explico con cierta dificultad por su cercanía. Ella sonríe al rozar mi mejilla. - Eso no te lo enseñara un libro –se acerca más, cerrando toda la distancia entre las dos–. Eso lo entenderás, al dejarte llevar. Trago en seco al escucharla decir eso. -

¿Dejarme… Llevar? –Le pregunto. Sí, dejarte llevar. –Me responde con cierta diversión. No sé cómo hacerlo Emma –Le confieso. Déjame enseñarte. –Me pide. Y como lo harás. –Le pido que me explique. Así…

Y sus labios están junto a los míos, Emma empieza a besarme colocando su mano en mi nuca para sobrellevar el beso. Introduzco mi lengua esta vez en su boca y Emma intensifica el beso. ¿Qué demonios estás haciendo? Me reprende mi razón. Déjate llevar, Emily. Contrataca la voz de mi cuerpo. Ignoro sus comentarios y me centro en lo que Emma me está haciendo, que me sorprendo al sentir que me gusta mucho.

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- Debo detenerme Emily, todavía no… Pero no la dejo terminar, al ser yo quien la bese a ella atrayéndola hacia mí, dejando que se cierne encima de mí. Emma empieza abajar su manos por mi cuerpo provocando ese cosquilleo que siento cuando ella me toca, mi caderas empieza a volverse por sí sola y ella hace lo mismo sin dejarme de besar. Debes detenerte ahora. Me exige mi razón. Pero he perdido toda razón, al empezar a sentir como mi orgasmo empieza a formarse en mi vientre, Emma toca mi centro por encima de mis bragas haciendo círculos y si más, me tenso al dejarme llevar por el clímax. Emma se estruja dos veces más encima de mí, y siento como también se deja ir. - Justo así… Emily. –Explica ella con cierta dificultada por lo ocurrido. - Ayyyyy. –Me quejo al moverme un poco. - ¿Estás bien? –Me pregunta preocupada, al levantarse de encima de mí. - Estoy bien solo…

- No debimos hacer esto, todavía esta adolorida. –me reprende o se reprende a ella misma–. Seguiré trabajando en mi despacho. – Sentencia al irse sin nada más por decir…

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Capítulo 5 Después de ese increíble orgasmo, y de la rabieta de Emma, decidí quedarme y seguir leyendo. Pero de repente mi teléfono suena con la alarma de un mensaje. Desconocido: no cantes victoria tan rápido mugrienta, Emma es mía. << Que >> Es la zorra, como demonios consiguió mi número telefónico. ¿Qué debo hacer? Responderle y decirle que tú no tienes nada con ella. Comenta la voz de mi razón. No lo hagas, déjala que se ahogue en su propia mentira. Comenta la voz de mi cuerpo. Creo que es mejor, no responderle. Ignoro su mensaje y me regreso a mi lectura, pero por más que trate de concentrarme no puedo, al tener su mensaje en mis pensamientos. Deja de pensar en eso. Me digo a mi misma. Cierro el libro y recuesto mi cabeza en el mueble, cerrando los ojos por un momento. Siento caricias en mi rostro, abro los ojos y me encuentro con el rostro de Emma arrodillada junto al mueble. - Te quedaste dormida. –Dice Emma rosándome nuevamente la mejilla. - Veo que si –me acomodo en el mueble, pero me detengo al ver en su mirada, una emoción que desconozco–. ¿Emma por qué me miras así? –Le pregunta con cierta curiosidad. - Siento mucho como te trate hace un rato. –Se disculpa.

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Y al recordad ese momento me ruborizo por completo, apartando la mirada y centrarla en el libro. - Tranquila está bien. - Emily mírame. –lo hago sin dudar y ella se acerca más–. Me gustaría repetir lo que ocurrió hace un rato. –me sorprendo al escucharla–. Pero debes recuperarte primero, antes de que eso vuelva a ocurrir. Dile que eso no volverá a pasar. Comenta la voz de mi razón. - Emma yo no creo que… - Sé que todo esto es nuevo para ti –me acalla ella colocando un dedo en mis labios–. Pero no puedes negar, que lo deseas tanto como yo. –Me asegura. Empiezo acercarme para besarla, pero ella se coloca de pie. - Haré algo de comer. –Sentencia al alejarse. Dejándome con el deseo de besarla. ¿En serio Emily? Totalmente segura. Emma no tarda mucho en regresar y traer en una bandeja, lo que me hizo para comer. - Espero te guste. –Anuncia al colocar la bandeja delante de mí. Me sorprendo y se me hace agua la boca, al ver frutas picaditas, dos panquecas, un jugo de naranja y un pequeño dulce de chocolate. ¡Estoy en el cielo!... - Emma se ve riquísimo. –Le aseguro al empezar a degustarlo. Ella sonríe y solo se me queda mirando. Al terminar con las frutas y las panquecas, notó que Emma está embelesada viéndome. 19

- ¿Tengo algo en la cara? –Pregunto al tocármela. - No, solo que verte comer es alucinante. –Me confiesa al tomar el pequeño dulce y empezar a dármelo. Al comer la primera cucharada, me transporta al cielo. - Mmmmm, delicioso Emma –Le aseguro. - Ya veo –ella me sorprende al tomar un poco de mi labio y llevárselo a la boca–. Pero de tus labios sabe mejor. Dejo de respirar al verla hacer eso. Emma quita la bandeja delante de mí y la coloca en el suelo, se acerca con el dulce en sus manos y me da otra cucharada. - Deja de mirarme así Emma –Le pido. - No lo puedo evitar –ella me sorprende al untar, un poco de crema de chocolate en mis labios–. Quiero probarlo de tus labios. –Me anticipa al besarme. Me quedo inerte al sentir sus labios, Emma me quita la crema del dulce al besarme y sentir el sabor del dulce con sus labios, me enciende de una manera que jamás había sentido. - Emma... –Susurro su nombre al colocar mi frente en la suya, deteniendo el beso. - Quisiera untar está crema en todo tu cuerpo Emily. –Me dice mirándome con absoluto deseo en su mirada. Y ahora entiendo lo que me dijo, al entender las cosas si me dejo llevar y eso es justo lo que quiero, dejarme llevar por todo esto. - ¿Y que te lo... Impide? –Le pregunto con dificultad. Emma quita de sus labios un poco de crema, con su lengua. - Tú salud –se colca de pie llevándose la bandeja–. Todavía no estás del todo bien. –Me responde al irse en dirección a la cocina.

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Dejándome perturbada y muy excitada. - Toma debes tomar está pastilla. –Me recuerda sacándome de mis pensamientos. Tomó la pastilla de sus manos y la introduzcan en mi boca. - Voy a salir por un momento. –Me informa al tomar el vaso de mis manos. - Pensé que te quedarías conmigo ¿A dónde vas? –Le pregunto con cierta confusión. - Voy hacer unas cosas, no me tardare. –Sentencia. Al irse, sin decir nada más…

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Capítulo 6 Habiendo caído gran parte de la noche, estoy empezando a preocuparme de que Emma no allá llegado. Ella dijo que no tardaría, pero cuando envío a la amable señora para que hiciera la cena para mí, empecé a dudar de que llegara pronto. ¿Dónde podrá estar? Las puerta del ascenso se abren y me giro para ver a Emma entrar, pero no es la que entra en su apartamento, si no su hermana Vanessa West. - No lo puedo creer ¿Emily? –Me pregunta. ¿Qué hace aquí? Está justo como la recuerdo casi no ha cambiado en nada, cabello rubio, ojos verde, baja, blanca y con ese estilo por la moda como siempre. - Sí Vanessa, soy yo. –Le aclaro. Ella salta de emoción y se acerca abrazándome. - Ayyyyy. –Me quejo por su abrazo. Vanessa me suelta y me mira confundida. - Es que estoy un poco dolorida, por la neumonía que tengo. –Le explico. Ella me toma las manos y nos hace sentarnos. - Cuéntame todo. –Me pide. - Bueno por cosas del destino, Emma compro la empresa donde trabajo –ella me mira sorprendida–. Siendo ahora mi nueva jefa. –Le cuento. - Me imagino como de contenta debe estar Emma –yo diría más que contenta–. Lo que no entiendo ¿Por qué estás en su apartamento? –Pregunta.

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Cuéntale, dile la verdad. Comenta mi razón. - Como te dije tengo un poco de neumonía, y sabes cómo es Emma de sobreprotectora. –Le recuerdo. Ella sonríe entendiéndome por completo. - Te logro entender, pero lo que me preocupa es esa tal Rachel. –Me comenta. << La zorra >> Tal vez Vanessa me diga más de esa zorra. - ¿Quién es ella? –Le pregunto como si no supiera nada. - Una zorra que mi hermana conoció una noche –la escuchó atentamente–. Después mi hermana no la volvió a ver, y ahora regresa después de un año diciendo que es la novia de mi hermana ¿Lo puedes creer? –Me explica. La miro sorprendida, Vanessa sabe sobre la inclinación de Emma por las mujeres. -

Vanessa tu sabes… Sí, sé que Emma es Lesbiana, y veo que tu también. Sí, también estoy enterada. ¿Y fue por eso que te alejaste de ella? –Me pregunta.

Su pregunta me toma por sorpresa. - No fue por eso que me aleje, no somos quien para juzgar la manera de amar de los demás. - Entonces porque te alejaste de ella. –Me pide que le explique. ¡Demonios! Como le explico que me aleje, porque su hermana me beso y me asuste como nunca.

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- Eso ya no importa –Vanessa y yo nos sobresaltamos al escuchar la voz de Emma–. Lo que importa es que está devuelta en mi vida, y no pienso dejarla ir de nuevo. –Le explica Emma a su hermana. Como demonios entro, sin sonar la puerta del ascensor. - Como entraste? –Le preguntamos al unánime Vanessa y yo. - Por el ascensor. –Nos responde señalando el ascensor. - Y como hiciste para que no sonara al cerrar las puertas. –Le pido que me explique. Emma sonríe con complicidad. - Tengo mi truco con el ascensor –ella empieza acercase a mí, dejando el mueble entre las dos– ¿Cómo te sientes? –Me pregunta, mirándome concierto brillo en sus ojos. - Mejor Emma –Le aseguro. Ella se me queda viendo y yo aparto la mirada, para que Vanessa no se dé cuenta de nada. - ¿Qué hace aquí Vanessa? –Le pregunta Emma - Vine para invitarte a mi desfile de modas –Vanessa se cruza de brazos–. ¿Por qué no me dijiste que tú y Emily se había rencontrado? - No tengo porque darte explicaciones, y no puedo ir. - ¿Por qué? - Porque debo cuidar a Emily y… - Ya estoy mejor. –Aseguro. - No lo estas Emily. La miro con el ceño fruncido, por ser tan terca. - No dejaras de ir al desfile de tu hermana, por mi culpa. - No pienso dejarte sola y fin de la discusión. - No Emma, nada de fin de la discusión.

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De repente Vanessa estalla en risa y Emma y yo la miramos confundidas. - ¡Esto en ustedes!… No cambia. –nos hace ver ella–. Hagamos algo, ¿Emily podrías acompañar a Emma al desfile? –Me pregunta Vanessa. - Ella no puede salir, Vanessa. - Claro que puedo salir, ya no quiero estar más tiempo encerrada. –Le digo muy molesta. - Si no te hubiera mojado, todo sería diferente. –Me acusa. La miro sorprendida, que descarada. - Si la zorra de tu novia no me hubiera corrido, no me hubiera mojada. –Le aseguro. - Ella no es mi novia ya te… - ¿Rachel estuvo aquí? –Le pregunta Vanessa muy preocupada a su hermana. Emma deja de mirarme y mira a su hermana. - Sí, pero ya mi equipo de seguridad se está encargando de eso. –Le responde Emma - Tienes que hacer algo, esa mujer está loca. –Asegura Vanessa. - Eso ya lo tengo resuelto. - Eso he escuchado desde hace un año, y ella sigue tras de ti. Emma me mirar y se da cuenta que me acabo de enterar, de lo que no me dijo. El teléfono de Vanessa empieza a sonar. - Debo irme –ella se coloca de pie y empieza a dirigirse al ascensor–. Las espero en mi desfile mañana en la noche –las puertas se abren y ella entrar–. Y Emma resuelve todo con esa loca. –Sentencia Vanessa al cerrarse las puertas. Miro a Emma por una explicación, pero nunca llegar. - ¿Ya cenaste? –Pregunta cambiando de tema, al dirigirse a la cocina.

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Me levanto y empiezo a seguirla. - Sí y no me cambies de tema –me siento en el taburete–. ¿Por qué no la has denunciado con la policía? –Le pregunto. - Porque no es necesario, mi quipo de seguridad ya se encargó –ella se sienta a mi lado con su cena–. Podemos cambiar de tema. –Me pide. - Me preocupa que te haga daño. –Le confieso con mucho temor. Ella abre sus piernas y acerca mi taburete, cerrando todas las distancias que nos separaban. - Eso no ocurrirá –rosa mi mejilla tranquilizándome–. Y tampoco dejare que se acerque nuevamente. –Me asegura. Nos miramos por un momento y aunque no me lo diga, sé que se muere por besarme. - Emma… - Te traje algo. –Me anticipa. Colocándose de pie y buscar en su bolso, lo que me trajo. - Cierra los ojos. –Me pide regresando y tomar asiento en el taburete. - Emma sabes que no… - Ciérralos. –Vuelve a pedirme. Lo hago resinada. Emma coloca dos cosas en mis manos. - Ábrelos. Lo hago y me sorprendo al ver mi Tablet e iPod. - Me imagine que querías leer lo que te gusta, y escuchar lo que te apasiona. –Comenta. Sonrió por su ocurrencia.

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- Gracias Emma –Le agradezco emociona. Ella me mirar por un momento, como queriendo preguntarme algo. - ¿Emily desde cuando estás viviendo, es eso que tu llamas apartamento? –Me pregunta. Y de inmediato me empiezo a molestar, por cómo se está refiriendo a mi apartamento. - Desde que me mude a Portland y es un gran apartamento. –Le aseguro. - Eso no es un apartamento, es un cuchitril. - Para mis ojos no lo es –me levanto para tomar un poco de jugó–. Sabe muy bien que los lujos, no son lo mío. –Le recuerdo. - No quiero que sigas viviendo ahí. –Suelta sin más. La miro sorprendida al detener el vaso de jugó, en camino de mi boca. - Es el lugar que estoy pagando, no tengo otro lugar donde vivir. –Le hago saber muy molesta. - Vente a vivir conmigo. –Me pide. - No estás hablando en serio. –Le digo dirigiéndome hacia el mueble y tomar asiento. Eso no ocurrirá, no pienso venirme a vivir con Emma. Ella toma asiento y me mirar muy molesta. - ¿Qué tiene mi apartamento, para que no quieras mudarte? –Me pregunta. - Nada, no es eso. - Entonces que es. –Me pide que le explique. Aparto la mirada y la centro en el vaso de jugó. - Emily… - Tu ere la razón. - ¿Yo? –Me pregunta confundida. 27

Me coloco de pie y me giro hacia el ventanal. - Sí Emma, tú –siento como se acerca a mí y yo me giro hacia ella–. Lo que está pasando entre las dos me asusta –levanto mi mano y rozo su mejilla–. Pero también lo deseo a la vez. –Me oigo confesándole. - No tiene idea, de cuantas veces soñé que me decías eso. Ahora es ella quien roza mi mejilla y al hacerlo cierros los ojos, al sentir su contacto. - Emma… - Lo se Emily también te deseo –abro los ojos, al sentir que da un paso atrás–. Pero no estás recuperada del todo. - Estoy bien Emma –Le aseguro acercándome. - No lo estás –levanta su mano para que me detenga–. No pienso arriesgarme. –Sentencia al alejarse de mí. Suelto el aire que había retenido por su cercanía, al tomar asiento nuevamente. Que rayos me está ocurriendo. Eso mismo te pregunto Emily. Comenta la voz de mi razón. Déjate llevar. Comenta la voz de mi cuerpo. Al llegar a la habitación no encuentro a Emma, de seguro está en su despacho. Así que decido no dormir esta noche aquí, agarro una almohada y una cobija y me dirijo hacia el mueble de la sala. Al estar cómoda y bien arropada, cierro los ojos por un momento y debe ser por los medicamento, pero me dejo arrastrar por el sueño…

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Capítulo 7 Entro en una habitación oscura. << Donde Estoy >> - Veo que llegaste. –Oigo que me dice, una voz que conozco bien. Las luces se encienden y me encuentro con Emma, en una silla atada y la zorra apuntándole con un arma. - Emma… - Te acercas un paso más y le disparo. –Me advierte. No puede ser. - Hare lo que sea, solo déjala ir. –Le pido. Ella sonríe y se acerca en mi dirección. - Está es la única manera en que entiendas, que es mía. –Me asegura al apuntarle a Emma y disparar. Mi mundo se derrumba al ver a Emma tirada en el piso. - ¡Emma!... Alguien empieza a zarandearme, para que despierte. - Emily despierta, estás soñando. - ¡Emma!... –La llamo entre gritos. - Emily debes despertar. –Oigo que me dicen. Salgo de ese sueño y me encuentro con el rostro de Emma, y sin pensarlo la abrazo. - ¿Estás bien Emma? –la suelto y empieza a tocarle el abdomen–. No estás sangrando. –Le digo viéndola preocupada.

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Ella me mira y toma mi rostro en sus manos. - Emily tuviste un sueño. –Me hace entender. Coloco mi frente en la de ella, todavía aturdida por ese horrible sueño. - Lo sentí tan real. - ¿Y qué fue lo que soñaste? –Me pregunta alejándose un poco, para que la vea. - Que ella te… Disparaba. –Respondo con lágrimas en los ojos. Emma toma mi rostro nuevamente en sus manos, y me mira con seguridad y decisión. - Eso no ocurrirá. –Me asegura besándome. Me sorprendo por su beso, pero al instante me dejo llevar, colocando mi mano en su nuca haciéndola cernirse sobre mí. Emma lo hace sin dudar subiendo de tono el beso y besarme con delicadeza y pasión. - No puedo más Emily –Emma detiene el beso colocando su frente en la mía–. Quiero hacerte mía, ahora mismo. –Me asegura. - Emma… Pero me detengo al sentir sus manos subir por mis piernas, arrastrando la prenda a su paso. Comienzo a sentirme muy nerviosa, que al instante detengo sus manos. - ¿Qué ocurre? –Me pregunta mirándome con confusión. Ahora soy yo quien coloca mi frente, en la de ella. - Emma nunca he… Estado con una mujer. –la miro a los ojos, mostrándole toda mi sinceridad y nerviosismo–. No sé cómo... Hacerlo. Ella me besa y al hacerlo me hace olvidar todo, aumentando este deseo de que me haga suya.

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- Lo sé, déjame hacer todo –vuelve a besarme–. Confía en mí. –Me pide. Y lo hago al dejarla quitarme la prenda, por completo. Emma se coloca a un lado quitándose de encima de mí, mirando mi cuerpo con absoluta fascinación. - Justo como lo había imaginado, todo este tiempo. –Me confiesa. Trago en seco por esa confesión. Comienza a besarme el cuello bajando hasta detenerse en el centro de mis pechos, introduciéndose un de mis pezones en su boca. Me arqueo al sentir como devora mi peso, haciendo con una de sus manos, el camino hacia mí centro y comenzar hacer círculos alrededor de mi clítoris, excitándome cada vez más. - Emma… Emma deja de devorar mi pezón y besarme introduciendo su lengua en mi boca, con absoluta perfección. Me tenso de sorpresa al sentir, como Emma me penetra con dos dedos sin detenerse, haciéndome perder más la razón y llevarme a un increíble orgasmo sin regreso. Emma coloca su frente en la mía, con la respiración entrecortada, como lo está la mía. - A sido el espectáculo más fascínate… Que he visto. –oigo decirle a Emma, al mirarla a los ojos y notar que todavía tiene ese brillo en su mirada–. Voy a preparar el desayuno, te espero abajo. –Sentencia al alejarse de mí y salir de la habitación. Trato de recuperarme de ese fascinante clímax, sin poder creer lo que acabamos de hacer. Todo esto no terminara bien. Comenta mi razón.

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No piense en eso ahora, solo déjate llevar. Contrataca mi cuerpo. Ignoro esos pensamientos y me levanto para asearme un poco, e ir a buscar a Emma. Al bajar las escaleras encuentro a Emma terminando el desayuno, me detengo para admirarla por un momento. Será posible que Emma este comenzando a gustarme, más de lo que me había imaginado. - Has agarrado ese desconcertante hábito, de mirarme en silencio. – Oigo que me dice sacándome de mis pensamientos. Sonrió por escucharla decir eso, acercándome a la encimera. - Veo que ya tienes todo listo. - Sí, vamos a comer. Tomamos asiento, y comenzamos a degustar este riquísimo desayuno. Comienza hacerse un incómodo silencio entre las dos, después de lo que hicimos en la habitación, no sé qué decirle. Veo de reojo como Emma acaba de terminar y de repente, acerca mi taburete hacia ella cerrando toda la distancia que nos separaban. - Mírame Emily. –Me pide, levantando mí mentó para que la mire. Nuestros ojos se encuentran y sigue habiendo, ese brillo en su mirada. - Me gustaría volver a repetir lo de hace un momento. Mis mejillas se tiñen de color rojo, al escucharla decir eso. - Pero tú no te pudiste correr. –Le recuerdo. - Mi placer es; solo verte tener placer a ti –Emma comienza a rosar mis labios con su dedo, excitándome al ínstate–. Y ser yo quien te lo propensiones, me basta. –Me explica.

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- Emma… - No tiene idea cuantas veces imagine y soñé, que te tenía así conmigo. –Me confiesa al besarme. La dejo besarme como solo ella sabe hacerlo, y del cual está empezando a gustarme. - Te llevare de compras hoy. –Me hace saber al detener el beso. - Salir… ¿Adónde? –Pregunto con cierta dificultad por su beso. Emma se levanta del taburete, alejándose de mí. - Tú le dijiste a mi hermana que estarías en su desfile. –Me recuerda. Es cierto, le prometí a Vanessa ir a su desfile. Creo que es lo mejor, necesito salir y distraerme un poco, replanteándome todo esto con Emma Todo esto terminara mal. Comenta mi razón. Ignoro ese comentario y me voy con Emma de compras… Habiendo caminado por casi diez tiendas y echarnos todo la tarde, estamos en una cafetería degustado unos aperitivos. Mientras Emma compro nuestros aperitivos, me dejo llevar por mis pensamientos al mirar por la ventana, recreando lo de esta mañana en su habitación. Como sus manos recorrieron cada parte de mi cuerpo, sus besos, sus palabras y sobre todo, ese increíble orgasmo que me proporciono al llegar al clímax. - Sin leerte el pensamiento, sé que está recreando lo de está mañana. –Oigo que Emma me dice. ¡Doy un respingo al escucharla! Me encuentro con su mirada, y la encuentro sentada como si llevara rato ahí viéndome, y al instante me ruborizo al darme cuenta de eso.

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- ¿Cómo te diste cuenta de eso? –Pregunto al tomar mi café y tomar un poco. Emma sonríe mordiéndose el labio inferior, y eso es todo para que mi atención este en ese labio. - Por el rubor que tienes en las mejillas –Emma raparte nuestros pedidos entre las dos–. Entonces acerté, en que sí estabas pensando en lo de esta mañana. –Me pregunta. Me ruborizo todavía mas, apartando la mirada y posarla en mi taza de café. - Emma necesitamos hablar de esto… Yo no… - Emily mírame –lo hago sin dudarlo–. Lo vamos hablar, pero no aquí, sino después del desfile de mi hermana a una cena a la que te llevare. –Anuncia comenzando a degustar nuestros aperitivos. Dando el tema por terminado… Después de haberme dado una ducha, maquillarme y peinarme. Estoy de pie junto a la cama mirando el vestido que Emma compro para mí (después de convencerme de que ella lo pagaría y no yo) es negro aperlado, espalda descubierta, largo, con una forma en V en mis pechos, con una sandalias doradas con piedras brillantes. Sé que no me visto así a menudo, pero es por una buena causa. Me digo a mi misma. Tomó el vestido y me dirijo al vestidor de Emma. Al salir para verme en el espejo del baño, me detengo al encontrarme a Emma en la habitación ya lista. Y ver su vestimenta me desarma por completo, trae puesto un vestido color gris aperlado, largo, con una V en su pecho (que hacen resaltar sus pecho) y accesorios muy hermosos, que la hacen ver todavía más bella.

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- Te ves hermosa Emily. –Oigo que me dice Emma, sacándome de mis pensamientos. - También te ves hermosa Emma –Le devuelvo el alago. Emma comienza acercarse y me tenso de inmediato. - Te traje esto –me señala unos accesorios muy bonito–. Sé que combinaran con tu vestido. –Asegura. - Son hermosos Emma –pero como los saco de su vestidor si yo he estado ahí, y no la vi–. ¿Cómo los sacaste del vestidor? –Le pregunto confundida. Emma sonríe al colocarme la pulsera. - No lo hice, te los compre para ti. - ¿Cómo lo hiciste? - Tengo mis trucos. Pero no puedo aceptarlos, son muy caros. - Emma no puedo aceptarlos. –Le hago saber, al dar un paso atrás. Mi distancia la sorprende y molesta a la vez. - ¿Por qué? –Pregunta. - Porque es demasiado, sabes que no soy mujer de lujo. –Le recuerdo. - Lo sé –comienza acercarse, deteniéndose a pocos pasos de mi–. Pero lo compre pensando en ti. –Me dice al hacer una señal, para que me levante el cabello. Lo hago resinada y Emma se acerca más, para colocarme el collar. Al terminar suelta mi cabello de mis manos, y con sus dedos rosa mis brazos. Me tenso de excitación al sentir ese roce. - No veo la hora, de quitarte este vestido muy lentamente.

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Trago en seco al escucharla decir eso. Dile que eso no ocurrirá. Comenta mi razón. Déjate llevar. Contrataca mi cuerpo. Ignoro esos comentarios. - Emma yo… - Lo sé –me acalla con su dedo–. Lo hablaremos después del desfile. – Me recuerda al comenzar a salir de la habitación. ¡Demonios que voy hacer! Dejarle todo claro. Comenta mi razón. Hacer lo que tu cuerpo, te pide a gritos. Contrataca mi cuerpo. Ignoro esos comentarios, siguiendo a Emma al desfile de su hermana…

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Capítulo 8 Al llegar al desfile, no se puede negar que Vanessa es muy buena en lo que hace. Salón decorado en blanco, pasarela en gris brillantes, asiento en todas partes, meseros muy bien arreglados y personas de alta sociedad presentes. - ¡Sí, vinieron! –Oímos que nos dice Vanessa, al vernos llegar. Nos giramos hacia ella y Woow, se ve muy hermosa. Trae puesto un vestido de encaje azulada, en forma de tubo, con V en sus pechos. - Se ven hermosas. –Nos alaga. - Gracias. Vanessa mira a Emma con alegría, y la abraza de sorpresa. - Me alegra que este aquí. –Le confiesa Vanessa. - Lo que sea por apoyarte. - Bueno en unos momentos empezara todo, tomen asiento. –Nos invita al retirarse. Emma coloca su mano al final de mi espalda y de inmediato, me tenso por completo. Comenzamos a caminar y encontramos un lugar donde todo se puede ver, tomamos asiento, al darse inicio a este desfile… Habiendo finalizado todo, me muero por ir al baño. - Emma necesito ir al tocador. –Le hago saber al levantarme e ir a buscar uno. Veo a un mesero y me acerco a él. - ¿Disculpe donde puedo encontrar un tocador? –Le pregunto. - Detrás del escenario, a mano derecha. –Me informa. - Gracias. Voy donde me dijo el mesero y al pasar detrás del escenario, me encuentro con un pequeño pasillo, y al finalizarlo encuentro el tocador. Entro y me voy directo al cubículo.

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Al terminar salgo del cubículo y voy a asearme un poco, cuando la puerta se abre. - Pero mira a quien tenemos aquí, a la mugrienta. Me tenso al escuchar esa voz. Me giro hacia Rachel y veo que trae esa mirada de desagrado y maldad. - No soy ninguna mugrienta –me cruzo de brazo–. Mi nombre es Emily. –Le hago saber. - Me da igual cómo te llames –se acerca y yo doy un paso atrás–. Solo te advierto que si no te alejas de Emma, lo lamentaras. –Amenaza. Comienzo a sentir muchos nervios, por lo que está diciendo. Pero a la vez mucho enojo, al ver que ella se creer dueña de Emma. - Emma no es de tu propiedad, ¿quién te has creído para venir y amenazarme? –Le pregunto. Ella comienza acercase nuevamente y yo doy pasos atrás, pero no llego muy lejos al sentir la pared del cubículo detenerme. - Con el derecho de ser su novia. –Asegura deteniéndose cerca de mí. - Emma no es tu novia. –Le aclaro con enojo. Me sobre salto, cuando ella le da un golpe a la pared del cubículo, cerca de mi cara. - ¡Claro que lo es y tú me las quieres quitar! Esta mujer está más que obsesionada de Emma De repente la puerta del baño se abre de un portazo, y Emma y Vanessa entran. - Rachel sepárate de Emily. –Le pide Emma en tono frío a Rachel. Pero Rachel no lo hace, al mirarme con enojo e ira. - Ella nos quiere separar y… Pero Emma no la deja terminar, al quitarla cerca de mí y ponerse delante de mí, protegiéndome.

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- Rachel lo nuestro fue un error. –Le asegura Emma - No lo fue bebe, solo es que… - No la oíste Rachel, mi hermana te está diciendo que fue un error. – Le recalca Vanessa. Rachel se gira hacia Vanessa. - Tú no intervengas cuñada. Vanessa le suelta una bofetada a Rachel, sin titubear. - No soy ni tu cuñada, ni mi hermana es nada tuyo –Vanessa se acerca, con enojo hacia Rachel–. Y si no quieres que te saca con seguridad, será mejor que te vayas. Rachel mira a Emma, pero ella no hace nada. Ella comienza a alejarse. - Esto no ha terminado mugrienta. –Sentencia al salir. Dejando esa amenaza flotando entre nosotras. - No le hagas caso Emily, iré haber que la hayan sacado. –Nos hace saber Vanessa al salir del baño. Emma se gira hacia mí y me mira con enojo y preocupación. - Emma… Pero no me deja terminar, al estrellar su boca con la mía. Me tenso al sentir este beso tan violento, pero a la vez no sé cómo comienza a excítame. - Te juro que cuando no regresabas, comencé a preocuparme –me explica deteniendo el beso, colocando su frente en la mía–. Y entonces te viene a buscar, porque algo me decía que ella estaría aquí. Su miedo y preocupación, me llenan de miedos también. - Estoy bien Emma –le rozo la mejilla, para tranquilizarla–. Solo sácame de aquí. –Le pido. Ella lo entiende, y lo hace sin dudarlo, sacándonos del tocador…

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Capítulo 9 Habiendo llegado al apartamento de Emma, no he podido dejar de pensar en la amenaza de Rachel. Eso te buscas, por no aclarar las cosas. Comenta mi razón. Eso no ocurrirá. Contrataca la voz de mi cuerpo. Dejo las cosas en el mueble y me acerco al ventanal. - Ella no hará nada Emily. –Asegura Emma - Y si lo hace –me giro hacia ella–. No podría soportar que te hiciera daño. –Le confieso. Emma se acerca cerrando, toda la distancia que nos separan. - La que no pudiera soporta que te pase algo –rosa mi mejilla–. Soy yo Emily. Cierro los ojos al sentir ese roce. - ¿Qué me está haciendo Emma? –Le pregunto embriagada por su cercanía. - ¿A qué te refieres? –Me devuelve la pregunta, sin responderme. - A esto Emma –paso por su lado, tomando distancia para poder hablar–. Yo jamás he deseado a una mujer. –Le explicó. Emma comienza acercase. - ¿Entonces me deseas? –Me pregunta seductoramente. Empiezo a respirar entrecortadamente, por esa manera de hablar. - Emma no estoy… Jugando. - Yo tampoco Emily –se detiene cerca de mí, levantado su mano y rosar mi brazo–. También te deseo Emily, y te quiero arrancar ese vestido. –Asegura eróticamente. Me quedo sin palabras, al escucharla decir eso. Pero necesitamos seguir hablando de esto.

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- Emma necesitamos comer algo –me escabullo de ella, en dirección a la cocina–. ¿Qué te parece pizza o comida casera? –Le pregunto. La veo acercase muy lentamente a mí, con esa mirada llena de deseo. - Lo que tú pidas, está bien. –Dice acercándose a la encimera de la cocina. - Pizza será. –Le digo con alegría. - Déjame pedirla. –Exclama al alejarse en busca de su teléfono. De repente mi teléfono comienza a sonar y lo voy a buscar. Al tenerlo veo que es Ethan. ! Demonios es Ethan! Si no le respondo no dejara de llamar, y si le contesto Emma se molestara. Bueno Emma tiene que entender que él, es solo un amigo. - ¿Quién es? –Pregunta detrás de mí. Me giro hacia ella. - Ethan. A Emma se le endurece el rostro con enojo, acercándose muy cerca de mí. -

Emily no quiero a ese tipo cerca de ti. Él es solo un amigo. Él no te ve como una amiga, sus intenciones son otras. –Asegura. ¿Cómo está tan segura de ello? –Le pregunto. Porque te ha ido a buscar todos estos días, con la esperanza en sus ojos de verte –Emma toma mi rostro en sus manos–. Y solo pensar en el hecho de que él, te vuelva a tocar me molesta mucho. –Me confiesa.

Emma esta celosa. Justo eso siento yo, cuando pienso en Emma con otras mujeres. Coloco mis manos encima de las de ella.

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- Pero yo ya no siento nada por él –la miro embriagada por su cercanía–. Toda mi atención la tienes tu Emma –Le hago saber con la mejilla ruborizadas. Y está vez soy yo quien la besa. Emma me devuelve el beso de esa manera tan exquisita, bajando sus manos hasta detenerse en mis manos, y quitarme el teléfono aun sanado por la quita llamada y arrojarlo al mueble. Emma detiene el beso al empezar a besarme el cuello muy lentamente, haciendo excitarme de inmediato como jamás lo había sentido. - Emma… –Susurro su nombre. Emma me toma de la mano y nos dirige la habitación, sí más que decir. Al llegar comienzo a sentirme muy nerviosa, al ser consciente de lo que ocurrirá. Debes para todo esto. Comenta mi razón. No lo pienses y hazlo. Contrataca la voz de mi cuerpo. Me tenso al sentir a Emma detrás de mí, respirándome en el oído. - Sé que todo esto es nuevo para ti y estás nerviosa –solo asiento y ella continúa–. Déjame hacer todo a mí. –Me pide al girarme hacia ella, besándome nuevamente. Hago lo que me dice, dejándola hacerme suya. Ella comienza por mi cuello, bajando lentamente hasta llegar al centro de mis pechos, haciendo su regreso subiendo las manos y dejarlas en la cremallera del vestido. Siento como la cremallera del vestido empieza a bajar, y la mirada de Emma oscurecerse todavía más. El vestido cae y me quedo delante de ella, solo en ropa interior. Bajo la mirada ruborizándome. Pero Emma me hace mirarla, al levantarme el mentón. - No dejes de mirarme, a los ojos. –Dice al hacerme salir del vestido.

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Pero aunque este nerviosa, también quiero darle el placer que ella me está dado. Al colocar mi mano en su nuca y acerca sus labios besándola, muevo mis manos por su cintura recorriendo su espalada hasta detenerme en la cremallera de su vestido. Comienzo a bajarlo y logro sentir a Emma tensarse, cuando con mi mamo libre rozo su piel desnuda, comprobando que no trae sujetador. Su vestido cae y la tengo delante de mí, sin sujetador y solo en bragas. << Joder >> Tiene unos pechos perfectos, nada en comparación con los míos. Emma se acerca y me besa nuevamente, haciendo su camino hacia mi sujetador, lo desabrocha y se desase de el dando un paso atrás admirándolos. - Justo como me lo había imagino, todo este tiempo. –Confiesa al tomarlos en sus manos y masajéalos deliciosamente. Cierro los ojos por lo que me está haciendo, y Emma me sorprende al besarme moviéndonos en dirección a la cama. Me recuesto y ella se cierne encima de mí sin dejarme de besar, y no sé cómo mis manos crean vida propia y comienza a subir por sus mulos, recorriendo su espalda hasta enredarlas en su cabello y besarla con pasión y erotismo. - Emma… Pero me detengo al sentir la mano de Emma, hace su camino hacia mi centro por dentro de mis bragas, palpando la húmeda que me ha provocado. Mi cuerpo se arquea al sentir como hace circulo en mi clítoris, comenzando a formase mi orgasmo sin poder evítalo. - Emma… Voy… Pero no me deja terminar al besarme, adsorbiendo mis gemidos de placer, al dejarme ir en un increíble orgasmo. - Verte córrete, es el espectáculo más fascínate que he presenciado. –Oigo que me dice, saliendo de la neblina del orgasmo. Siento que se va a quitar de encima de mí, y sin pensarlo me giro y la tengo de bajo de mí.

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- Esta vez no seré la única que obtenga placer. –Le digo al besarla sorprendiéndola. Sentir su cuerpo debajo del mío, se siente también. Comienzo bajando mis manos muy lentamente por su cuerpo, excitándome nuevamente. Llego a sus bragas y hago mi camino hacia su centro y al sentir su húmeda, me sorprendo al sentir lo húmeda que esta, pero no me detengo y empiezo hacer esos círculos que ella hizo conmigo, y veo como Emma se arquea de placer, por lo que le estoy haciendo. - Emily no te… Detengas. –Me pide Emma con dificultad. Verla así me enciende cada vez más, que sin pensarlo la penetro con un dedo, como ella lo hizo está mañana. - ¡Ahhhh!... Emily. –Exclama ella en gemidos de excitación. La sigo penetrando con mi dedo, al besarla adsorbiendo su gemido. De repente siento como se tensa y se deja ir al correrse. Coloco mi frente en la de ella, con nuestras respiraciones entrecortadas. - Woow… Para no haber estado con una mujer… Sabes cómo darle un orgasmo. –Me apremia Emma con cierta diversión. Me da un ataque de risa y Emma se sorprende al verme así. - ¿Qué ocurre, por qué… Me mirar así? –Le pregunto entre risas. - Porque te vez aún más hermosa, cuando sonríes. De repente Emma me sorprende al estar nuevamente encima de mí. - Emma… - Solo déjate llevar. –Me dice acallándome, al colocar un dedo en mis labios. Emma empieza nuevamente a besarme el cuello, bajando por mis senos, abdomen y detenerse en mis bragas, quitándolas y arrojarlas al suelo. Y al instante comprendo lo que hará. - Emma… Yo… - Emily deseo probarte y no me podrás detener. –Asegura al colocarse entre mis piernas y devorar mi centro.

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Cierro los ojos arqueándome al sentir su boca, devorar mi clítoris con agilidad. << Joder, se siente también >> Aprieto mis manos en puño al sentir tanto placer, como jamás lo había sentido con nadie. Comienzo a sentir como nuevamente mi orgasmo se empieza a forma en mi vientre, pero Emma se detiene y abro lo ojos de golpe, al verla quitándose sus bragas y cernirse sobre mi besándome. Pruebo mi sabor en sus labios, pero me distrae los movimientos de su pelvis chocando con la mía, pidiéndome que también lo haga y sin dudarlo también lo hago. Comienzo a mover mi pelvis buscando esa fricción, que Emma también busca, Emma me besa con más intensidad introduciendo su lengua en mi boca, al sentir que también está a punto de venirse. Dos movimientos de pelvi y las dos nos dejamos ir, en un increíble y destructor orgasmo. Emma se hace un lado y me atrae a su cuerpo, recuesto mi cabeza en sus pecho y cierro los ojos por un momento. Pero no sé cómo me dejo arrastrar por el sueño…

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Capítulo 10 Al despertar me encuentro con Emma totalmente dormida y relajada, deseando saber que estará soñando. Pero comienza a sonarme el estomago con hambre y me levanto con cuidado para no despertarla, dirigiéndome al baño antes de bajar. Habiendo llegado a la cocina y tener en mente un desayuno riquísimo, decido colocar un poco de música antes de sumergirme en la cocina. Me acerco a un pequeño estante con un reproductor y busco una canción relajante, y la primera en la lista me gusta mucho. “Camila Bésame.” La dejo sonar en los altavoces y me dirijo a la cocina. Siénteme, en el viento. Mientras yo muero lento. Bésame, sin motivos y esta vez siempre contigo.

Y al instante lo ocurrido con Emma anoche llenas mis pensamientos, y con esa canción me dejo llevar haciendo este riquísimo desayuno. Bésame, como si el mundo se acabara después. Bésame, y beso a beso pon el cielo al revés. Bésame sin razón, porque quiere el corazón. Bésame…

Al finalizar la canción ya teniendo todo listo, me giro para colocar el desayuno en los platos, pero me detengo en seco al ver a Emma sentada en el taburete. - Buenos días. –Dice con alegría. - Buenos días. –Le digo al colocar el desayuno, girándome para que no vea que estoy ruborizada. De repente siento sus brazos a mí alrededor, y me tenso al instante. - Deja de ruborizarte –me gira hacia ella, pegándome a su cuerpo–. Esa canción es excitante. –Me dice al besarme. Me quedo quieta por un momento, pero después le devuelvo el beso, de la misma manera en que ella lo está haciendo.

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- Emma… –Susurro su nombre, al colocar mi frente en la de ella. - Vamos a desayunar. –Me pide al alejarse y tomar asiento, dejándome con ganas de más. Sonrió por esa táctica de distracción, al tomar asiento. - ¿Cómo te has sentido? –Pregunta al comenzar a comer. - Bueno yo… –me detengo sin saber que decirle–. Emma tu sabes que… - Me refería a tu neumonía. –Se explica. Al verme un poco atareada, por no poder responderle. - Bastante mejor. Aparto la mirada al ver como su mirada, está llena de deseo. - Aunque no me gusta la idea, puedes volver a trabajar. –Me informa. La miro entre sorprendida y muy emocionada, al saber que volveré a trabajar. Y sin pensarlo me levanto y la abrazo. - ¡Muchas gracias Emma! –Le agradezco con alegría. - No hay nada que agradecer –me separo de ella, pero Emma me mantiene cerca al envolver nuevamente sus brazos a mi alrededor–. Pero al momento que vea que te sientes mal, te traeré de vuelta al apartamento. –Asegura al cercarme un poco más a su cuerpo. Comienzo a sentirme nerviosa por tener su cuerpo muy cerca del mío, que sin pensarlo rozo su mejilla mirándola justo como ella lo está haciendo. - Emily lo de anoche fue fascinante –siento como una de sus manos comienza a subir por mi espalda, muy lentamente–. Y me muero por volverlo hacer –la miro sorprendida y muy nerviosa, sin saber que decirle–. Pero soy cociente de que esto es nuevo para ti, y lo haremos de nuevo cuando tú así lo quieras. –Asegura. Su manera de pensar en mí antes de ella, me está haciendo enamorarme sin poder evitarlo.

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Eso ni lo pienses. Comenta mi razón. Solo sigue a tu corazón. Comenta la voz de mi cuerpo. Tomó el rostro de Emma en mis manos y la beso, dejándome llevar al sentir como me devuelve el beso. Introduzco mi lengua en su boca, intensificando el beso. - Emily… Pero eso no quiere decir que me provoques. –Suplica con dificultad al detener el beso. Es cierto, ella está haciendo su mayor esfuerzo por dejarme decidir. Pero necesito procesar todo esto, antes de que se repita lo de anoche. - Lo sé, perdona –me separo, al empezar a dirigirme hacia la habitación para tomar una ducha–. Me iré a… - Estaré en la biblioteca –Me interrumpe al levantarse e irse. Sonrió para mis adentros, al ver como sabía lo que le diría. Al entrar al baño, comienzo a desvestirme y entro a la ducha. Me tenso al sentir como el agua medio fría recorre todo mi cuerpo, e imágenes de anoche viene a mis pensamientos. Sus besos, sus manos recorrer todo mi cuerpo, sus palabras, mis manos en su cuerpo. - Emma… - Estoy aquí. –Oigo que me dice detrás de mí. Doy un respingo de sorpresa, al saber que está detrás de mí. Me giro hacia ella totalmente desnuda, y veo a Emma tragar en seco al ver mi desnudes. - Demonios Emily… Se me hará difícil no perder la razón. –Me hace saber con dificultad. Pero aunque sé que necesito pensar todo esto, no puedo negar que también la deseo. Me acerco a Emma tomando el cinturón de su bata y soltarlo. - Emily…

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- Shhhhh… –la acallo colocando un dedo en sus labios–. Aunque mi razón me dice que todo esto está mal –hago su bata resbalar y caer al piso, dejándola totalmente desnuda delante de mí–. Mi cuerpo no deja de pedirme agritos, sentir tu piel nuevamente. –Le confieso besándola. Emma se tensa al sentir mi beso, pero después me devuelve el beso al empezar a entrar conmigo en la ducha. Mi espalda chocha con el azulejo de la pared, mientras el agua nos cae a las dos, sin dejar de besarnos. - Emily podemos parar… Sí, así lo quieres. –Me dice colocando su frente en la mía. Sé que es lo que debería hacer, pero siendo sinceras no quiero parar. Comienzo a subir mis manos por sus muslos, recociendo su cintura, espalda y detenerla detrás de su nuca. - Lo menos que quiero, es detenerme. –Le hago saber al besarla. Y es como si le acabara de dar el permiso, para hacerme lo que se, ella muere por hacerme. Emma comienza a bajar sus labios por mi cuello muy lentamente, haciéndome perderme más en ella, al llegar a mis pechos y devorarlos por completo, al introducirse un pezón en su boca. Me arqueo de placer al sentir lo que me está haciendo. - Emma… Se siente… Increíble. –Le confieso embriagada. Comienzo a sentir una de las manos de Emma, hacer su camino hacia mi centro. Ella detiene lo que está haciendo al estar de nuevo cerca de mi rostro, mirándome con tanto deseo en su mirada. - Abre las piernas… Para mí. –Me pide con cierta dificultad. Esas palabras jamás me habían parecido tan eróticas, hasta que ella me las acaba de decir, que sin pensarlo hago lo que me está pidiendo. Emma comienza a estimular mi clítoris, haciendo esos círculos que tanto me enloquecen. - Emma… –Digo su nombre en gemidos.

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Pero ella me sorprende al besarme y adsorber mi gemido sin detenerse, hasta que empiezo a sentir como mi orgasmo se aproxima con total rapidez, haciéndome estallar en un fascinante y alucinador orgasmo. Comienzo a caerme y Emma me toma de la cintura, impidiendo mi caída. Emma coloca su frente en la mía con la respiración igual que la mía, dejándome disfrutar las secuelas del orgasmo. - Emily… Te dejare pensar todo esto entre las dos, para que tome tu decisión –toma mi rostro en sus manos, con una mirada llena de decisión–. Porque la próxima vez que esto suceda, ya serias totalmente mía. –Me anticipa. Trato de recuperarme de lo que acaba de ocurrir. - ¿A qué te… Refieres? –Le pregunto aun abrumada. Emma da un paso atrás y comienza asearse sin responderme. Al terminar me mirar, con esa mirada que conozco muy bien. - Que a partir de entonces será mi mujer. –Sentencia al salir de la ducha. Dejándome sin nada por decir…

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Capítulo 11 Al salir de la ducha, comienzo a buscar a Emma y no la encuentro en ningún lugar. Solo me falta buscar en la biblioteca. Al entrar en la biblioteca, la encuentro sentada en el mueble leyendo. - Aquí estas. –Le digo muy nerviosa. - Sí, aquí estoy. –Dice sin dejar de leer. Vamos Emily debes decirle que saldrás, necesitas pensar todo esto. Me digo a mi misma. - Emma voy a salir por un momento. –Le informo. Ella deja de leer y me mira confundida. - ¿Adónde vas? –Pregunta. - No lo sé, a caminar –miro mis manos, nerviosa–. Necesito pensar y tomar una decisión. - Está bien. –Le parece al volver a su lectura. Salgo de la biblioteca en dirección a la puerta… Habiendo caído gran parte de la tarde, no he podido tomar una decisión. Jamás me han gustado las mujeres, mis relaciones con los hombres han ido bien, pero nada se compara con lo que siento cunado estoy delante de Emma. Tú no sientes nada por ella, recapacita. Comenta mi razón. Lo que sientes con Emma es especial y único, elígela a ella. Contrataca la voz de mi cuerpo. Ignoro esos pensamientos, sin tener una decisión todavía. - Emily. –Oigo la voz de Ethan. Dejo de mirar por la ventana de la cafetería, en la que me encuentro y ver como Ethan se aproxima a mi mesa. - Hola Ethan. –Le saludo al verlo tomar asiento. - Hola hermosa, veo que ya estás mejor. - Si ya estoy mucho mejor.

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De repente Ethan toma mis manos, y no sé cómo ni porque me provoca mucha incomodidad. - Emily quiero decirte algo –su mirada me trasmite, ese brillo que Emma me había comentado y no puede ser–. Quiero que volvamos a ser una pareja. –Suelta sin más. Esa es la oportunidad que necesitas. Comenta mi razón. Pero no quiero, y de inmediato entiendo que no fue necesario pensarlo, ya había elegido a Emma justo cuando me entregue a ella anoche. Retiro mis manos. - Lo siento Ethan, pero no puedo. –Le hago saber. - ¿Por qué, ahí alguien más? –Pregunta con desilusión. No puedo decirle que es Emma, pero tampoco puedo darle esperanza. - Ethan no quiero ser grosera, pero eso no te incumbe. –Le digo en tono serio. - Tienes razón, lo siento. –Se disculpa. Comienza hacerse un incómodo silencio y creo que es mejor que me vaya, ya es tarde y Emma de seguro debe estar preocupada, por que no he vuelto al apartamento. - Bueno debo irme –me coloco de pie y él me mirar, con tristeza–. Me agrado verte. –Le aseguro. - A mi también. –Me dice en tono triste. - Adiós Ethan. –Me despido al retírame y salir de la cafetería… Al llegar al apartamento de Emma, no la veo en la sala, pero escucho voces en su despacho. Me acerco a la puerta y escucho. - Bebe ella no podrá darte el placer, que yo te puedo dar y lo sabes. – Oigo que le asegura la zorra. Ella está aquí, es imposible. - A ti no te interesa, lo que ella me dé o no. –Le suelta Emma en tono frío.

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- Estás tan cegada, que no te das cuenta que te está traicionando. –Le miente. Pero qué demonios está diciendo, esa zorra. - ¿A qué te refieres? –Le pregunta Emma, dejando que la duda entre. - Pregúntale cuando regrese a tu apartamento. –Sentencia al colgar la llamada. ¿Cómo sabe que estuve fuera del apartamento de Emma? ¿Sera que me estuvo siguiendo? Es lo más probable. Comenta mi razón. De repente la puerta del despacho se abre y Emma se sorprende, al verme parada en la entrada. - Veo que llegaste. –Dice. - Sí, llegue. Me giro y me camino en dirección a la cocina, por algo de tomar, esperando a que me haga esa pregunta. - ¿Y cómo te fue? –Pregunta al llegar a la encimera de la cocina. La hogo esperar, por mi respuesta al servirme un poco de agua. - Muy bien. –Le respondo al girarme hacia ella. - Y… - Emma la dos sabemos que escuche la conversación, que tuviste con la loca de tu ex novia. –veo que se sorprende y continúo–. Y como creas lo que ella te dijo, tomó mis cosas y me voy a mi apartamento. –Le suelto tajante. - Sí, veo que has tomado esa mala costumbre, de escuchar conversaciones ajenas. –Me reprocha. - Esta vez sí admito que escuche esa conversación –me dirijo hacia la sala, y me giro hacia ella–. Para aclararte lo que ella dijo, y aunque no me lo hayas preguntado, sé que lo piensas. –Le aseguro. El rostro de Emma cambia, al tornarse serio. - ¿Dónde estuviste? –Pregunto finalmente.

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Me sorprendo y enojo a la vez, ver como Emma dejo que ella la hiciera dudar de mí. - Estaba en una cafetería, después llego Ethan y hablamos un poco – me levanto y me acerco mirándola, muy seriamente–. Y si crees que tuve algo con Ethan, entonces la decisión que tome, fue la equivocada. –Le hago saber, al dirigirme en busca de mis cosas. Al llegar a la habitación, busco mi bolso en el vestidor de Emma. Cuando salgo del vestido me detengo, al ver a Emma en la habitación. - No te iras a ningún lado. –Asegura. - No me quedare, sí desconfías de mi Emma - No desconfió de ti Emily. –Me dice al acercarse a mí. Pero levanto mi mano, para que se detenga. - ¿Entonces esa pregunta que significo? –Pregunto. - No fue por dudar. –Me responde. - Y que fue. –Pido que me explique. Emma aparta la mirada, y eso termina de aclararme todo. Comienzo a recoger todo lo mío, pero Emma me lo impide al tomar mi mano y hacerme parar. - Fue por celos. –Me confiesa. La miro sorprendida. - ¿Celos Emma? –Le pregunto. - Sí, –me acerca a su cuerpo, tomando mi rostro en sus manos–. Solo de pensar que él y tú... Me molesta muchísimo. –Me confiesa muy dolida. Y de inmediato me doy cuenta, de que es lo mismo que sentí cuando Rachel dijo que Emma la haría suya. Coloco mi frente en la de ella. - Eso no ocurrirá Emma –Le aseguro. Ella oye mi seguridad y sonríe con alivio al besarme. Siento los brazos de Emma rodearme, acercándome todavía más a su cuerpo. Sentir su cuerpo cerca del mío, aumenta mi deseo por ella.

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- ¿Has comido algo hoy? –Me pregunta al detener el beso. - No, solo unos aperitivos en la cafetería. –Le respondo colocando mi frente en la suya. - Vamos a preparar algo de cenar. –Sentencia al sacarnos de la habitación. Convenciéndome de no irme…

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Capítulo 12 Al terminar de cenar me encuentro recostada en el mueble de la sala, dejándome llevar por mis pensamientos mientras Emma responde a unos correos de emergencia. Saber que Emma siente celos por mí, me deja ver que también está sintiendo lo mismo que yo y desde hace mucho tiempo. - Emma… –Me oigo decir su nombre en susurro. - Pensando en mí –Adivina al tomar asiento junto a mí, sacándome de mis pensamientos. Me ruborizo por haber sido descubierta. - ¿Terminaste con los correos? –Le pregunto apartando la mirada. - Sí, ya termine –Emma me hace mirarla, levantando mi mentón–. Soy toda tuya. –Asegura con deseo en la mirada. Pero necesitamos hablar, tengo que decirle que la elegí a ella. - Emma… Pero no me deja terminar, al cerrar la distancia besándome. Pierdo toda razón al sentir sus labios junto a los míos, haciéndome perder más en ella. Comienzo a oír el teléfono de Emma sonar. - Emma el teléfono está… Sonando. –Le digo deteniendo el beso. Ella se levanta y va a contestarlo. - Buenas noches –de repente el rostro de Emma, cambia tornándose con preocupación–. Que, ¿dónde? Voy en seguida. –Sentencia al colgar la llamada. Saliendo disparada a la habitación. ¿Pero qué está ocurriendo? Llego la habitación y veo a Emma vestirse. - ¿Emma que está ocurriendo? –Le pregunto. - Vanessa tuvo un accidente y está en el hospital. –Me explica.

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- Oh por Dios… iré contigo. –Le hago saber al irme a vestir también. Sintiendo que ese accidente, tiene algo que ver con Rachel… Al llegar nos informan que Vanessa tuvo un accidente de tránsito, con unas cuantas contusiones y dos costillas rotas. - Vanessa ¿Cómo estás? –Le pregunta Emma al entrar en la habitación, donde se encuentra su hermana. Woow… Tiene hasta contusiones, en el rostro. En su mejilla izquierda, labio inferior y en la frente. - Estoy bien Emma –La tranquiliza. - A esto le llamas bien Vanessa, ¿cómo ocurrió? –Le pregunta Emma. - No lo sé Emma, alguien le corto los frenos a mi auto. –Le explica. Emma y yo la miramos sorprendida. -

¿Cortar los frenos del auto? –Le pregunto. Sí, creí que moriría. –Nos explica con temor. Gracias a Dios eso no ocurrió. –Le digo. Vanessa, tú crees que alguien trato… Sí, y me hago una ideal, de quien fue. –Aclara Vanessa, sin dejarla terminar. - ¿Y quién es? –Le preguntamos Emma y yo al unánime. - Rachel. –Responde Vanessa muy segura. Emma mira a Vanessa, desconcertada. - Vanessa, Rachel podrá ser lo que sea pero no… - Ella está loca Emma, y sospecho que fue ella, porque estuvo en el evento de moda al que fui esta noche. –Asegura. De repente Emma se aleja sacando su teléfono, para hacer una llamada. - Quiero que la investigue, y si tuvo algo que ver me lo hacen saber. – Oigo que Emma le dice a alguien, terminando la llamada. Vanessa y yo la miramos por una explicación. - Si ella intento hacerte daño, lo lamentara. –Nos explica Emma.

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La puerta de la habitación se abre, y la doctora entrar. - ¿Cómo se siente, señorita West? –Le pregunta la doctora a Vanessa. - Con un poco de dolor, pero mejor. –Responde Vanessa. - Bueno aunque sus contusiones son muchas, con este tratamiento se mejorara en unas semanas. –Le informa la doctora. - Así será doctora. –Le asegura Vanessa. - ¿Cuándo le pueden dar de alta? –Pregunta Emma. - Sí tiene a alguien que la cuide y esté atento de que cumpla el tratamiento, se le puede dar ahora mismo. –Responde la doctora. - Así será, ella hará su tratamiento. –Le hace saber Emma Y de inmediato, se lo que hará. - De inmediato le daré el alta. –Sentencia la doctora, al retirarse de la habitación. - Emma puedo quedarme más tiempo en el hospital, aquí me atenderán… - Te vendrás conmigo y no se hable más. –La corta Emma Sin nada más que decir… Al llegar al apartamento de Emma, no sé cómo lo hizo pero la habitación de huéspedes esta lista para Vanessa. - Gracias Emma, pero no quiero incomodar. –Le dice Vanessa, a su hermana. - No me incomodas, eres mi hermana y aquí estoy para ti. –Asegura Emma, arropándola con una sábana. - Y te quiero por eso, haz estado siempre y aun más, desde la muerte de nuestros padres. –Dice Vanessa. ¿Los padres de Emma están muertos? Pero ella me dijo que estaban separados. Tal vez te mintió. Comenta mi razón. O tal vez no se lo dijo, porque aun su muerte está fresca. Contrataca la voz de mi cuerpo. - Las voy a dejar a solas. –Les hago saber al salir de la habitación.

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Al llegar a la sala, no puedo creer que Emma no me haya dicho lo de sus padres, no se sintió con la confianza de contármelo. Escucho sus pasos, acercándose a mí. - Por qué no me dijiste lo de tus padres. –Le pido que me explique. - No me gusta hablar de ese tema Emily. –Me corta sin nada más, al acercarse a mí. Me giro hacia ella, y la miro muy molesta. - ¿Entonces decidiste mentirme? –Pregunto. - Han pasado dos años desde sus muertes… –Emma se aleja tomando asiento–. Fue justo en un accidente de tránsito. –Me cuenta. Ahora entiendo porque se asustó tanto, cuando le informaron del accidente de Vanessa. Me acerco a ella, tomando asiento a su lado. - Lo siento mucho Emma. –Le digo haciéndola mirarme, al tomar su rostro en mis manos. Su mirada me dice todo lo que sus labios se mueren por decirme, y lo hago. La beso como sé que ella quiero que lo hago, para hacerla olvidar esos recuerdos dolorosos, pero Emma me sorprende al colocarme a horcajadas encima de ella, aumentando el beso, haciéndome perder la razón por completo. Sus manos hacen su camino debajo de mi blusa, recorriendo lentamente mi piel dejando esa sensación, de lo que vendrá. Pero recuerdo que no estamos solas, y detengo sus manos en camino hacia mi sujetador. - Emma… No estamos… Solas. –Le recuerdo con dificultad, al colocar mi frente en la de ella. - Lo sé, y tampoco me has dicho lo que desiste. –Me pide que le diga mi elección. - Yo… Pero soy interrumpida, al escuchar el teléfono de Emma sonar. - Dame un minuto –me hace levantar de encima de ella–. Necesito contestar esa llamada. –Sentencia al irse a su despacho. ¿Por qué necesita irse al despacho, para contestar esa llamada?

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Tal vez no quiere que tú escuches. Comenta mi razón. Ignoro ese comentario. Emma regresa y en su rostro, se ve lo molesta que está. - ¿estás bien? –Le pregunto. - Sí, voy a salir. –Responde al dirigirse al ascensor. Me acerco a ella para detenerla, tomándola por el brazo y girarla hacia mí. - ¿Adónde vas? –Pido que me explique. - Sí Vanessa necesita algo, me lo haces saber. –Sentencia al soltarse de mi agarre y subirse al ascensor. Al irse, sin darme una explicación…

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Capítulo 13 Me despierto sobresaltada en el mueble de la sala, y noto que ya amaneció. Vanessa. Salgo disparada hacia su habitación, y la encuentro dormida todavía. Me relajo por completo y me voy a buscar a Emma. Habiendo recorrido toda la casa en su búsqueda, me hacer ver que ella no paso la noche aquí. ¿Adónde pudo haber ido? ¿Y por qué se fue así? No lo entiendo. Fue esa llamada que recibió anoche, ¿pero quién pudo haber sido? Bueno será mejor que prepare el desayuno, antes de que Vanessa se despierte… Habiendo terminado todo, es hora de que me vaya a la oficina, pero no puedo dejar a Vanessa sola. Comienzo a preocuparme de que Emma no haya vuelto, la puerta del ascenso de abren y salgo dispara para ver a Emma, pero no es ella sino la amable señora que me atendió cuando llegue aquí, por primera vez. - Hola Emily. –Me saluda Margaret. - Hola Margaret, ¿qué haces aquí? –Le pregunto. Ella llegar a la encimera de la cocina y coloca todo lo que trajo, mirándome confundida. - La señorita Emma no te lo dijo. - Decirme que. –Le pido que me explique. - Me envió para atender a su hermana. –explica Margaret. No estoy entendiendo absolutamente nada, como Emma sí llama a Margaret, pero mis llamadas no las responde. - ¿Cuándo te llamo Emma? –Le pregunto. - Esta mañana Emily, ¿Por qué? –Me pregunta. Algo muy raro está ocurriendo, y lo voy averiguar. - No es nada Margaret, cualquier cosa me avisas voy a salir. –Le hago saber, al dirigirme hacia la habitación. 61

Me iré a la oficina, de seguro ella estará ahí y me explicara todo… Al llegar a la oficina todos me saludan y me pregunta como sigo, y les digo que muy bien. - Buenos días Chloe. –La saluda. - Buenos días Emily. –Oigo que me devuelve el saludo. Llego a mi escritora, y está justo como o deje. - No puedo creer que ya este de vuelta. –Me dice Chloe con alegría al abrazarme. - Ni yo, ¿Emma… La señoría West se encuentra en su oficina? –Le Pregunto. - Sí, llego mucho antes que todos nosotros. –Responde Chloe. << Que extraño >> - ire a verla… - iEspera! –me detiene Chloe–. Te informo que está de un humor de perros. –Me advierte. - Gracias por la información. –Le agradezco al dirigirme a su oficina. Al llegar toco. - Adelante. –La oigo hablar y me ralajo por completo. Al entrar la encuentro sentada en su escritorio, pero no sé porque algo me dice que no me debo acercar. - Emma, ¿estás bien? Porque no has contestado a mis llamadas, estaba preocupada. –Le pido que me explique. Pero no me responde, ni siquiera me mira. - Emma… - Para ti soy la señorita West –ahora si me mira y en su mirada veo enojo y desprecio, que no entiendo–. Cuando te necesite te haré llamar, ahora fuera. –Me pide que salga. - Pero Emma… - ¡Dije que fuera! –Su grito me hace dar un respigón. Al girarme y salir de su oficina, en dirección a mi escritorio.

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Pero que demonios le pasa a Emma, no entiendo porque se está comportando así. Jamás había visto ese odio y desprecio en su mirada, será mejor dejarla por un rato sola, para ver si ese enojo se disipa y me permita hablar con ella… Habiendo caído gran parte de la tarde no concigo centrarme en ponerme al dia con el trabajop, emma no me ha llamado para hacer nada, ya que soy su accistente. Y tampoco me ha permitido ni hablar con ella, ni estar cerca, en la renuiones de hoy se menatuvo alejada de mi, y evadiendo mi miradad. Quisa ya no le sirve para nada. Comenta mi razón. Eso no es posible, ella siente tantas cosas por ti. Contartaca la voz de mi cuerpo. Ignoro esos comentarios. El teléfono suena y me sobresalto, es ella. - Diga… - Ven a mi oficina. –Me corta y cuelga sin mas. Me levanto tomado mi blog y lápiz, en direciona su oficna. Al entrar nuevamente camino para tomar asiento. - No lo hagas –me detengo detrás de la silla–. No tardare, quiero una reservación para dos en un restáurate. –Me pide. La miro sorprendida. Será que ya no está molesta, y vamos a cenar. Mi corazón se llena de alegría. - Creí que ese blog lo traías para anotar, lo que te pidiera –abro el blog y comienzo a escribir–. Y antes de que me preguntes, la reservación la harás a nombre de Emma West y Rachel O’ shea. – Informa. Al instante mi mundo se detiene por completo. La miro y ella me está mirando.

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- Emma que significa esto. –Le pido que me explique. - Lo que oíste –aparta la mirada hacia su computadora–. Puedes retirarte. –Dice fríamente. - No Emma, me explicar que está ocurriendo. –Le suelto muy molesta. Emma me mira con ese odio y desprecio, mientras se levanta y se inclina en la mesa, colocando sus dos manos encima de la mesa. - Será la última vez que te lo vuelva a repetir, para ti soy la señorita West –se inclina un poco más, como para que la entienda–. Ahora fuera de mi oficina, sino quieres que te despida. –me ordena, señalándome la puerta. Su manera de hablarme y con ese odio, me producen enojo y una inmensas ganas de llorar, pero no se las hago ver. Me giro y salgo de su oficina. Al llegar nuevamente a mi escritorio no puedo más y rompo a llorar, no puedo creer que Emma me esté tratando así, y se ira a cenar con esa zorra, no puede ser. Veo a chloe acercase y me levanto para ir al tocador. Al llegar me acerco al lavabo y mojo mi cara un poco, todo esto debe tener una explicación, porque solo de pensar que Emma este con esa Rachel, me duele mucho. Pero está decidido necesito averiguar lo que esta pasando y no sé, porque presiento que no será nada bueno, lo que encontrare…

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Capítulo 14 Habiendo terminado todo, y siendo la hora de irme, decido esperar un poco más, hasta que Emma salga de su oficina a la cena que le reserve en el restaurante (que siendo honesta me dolió en el alma hacerla) pero esta es mi oportunidad, de buscar algo que me dé una pista, del comportamiento de Emma Escucho su puerta abrirse y yo hago como si estuviera concentrada, en algún trabajo en mi computadora. Pero de reojo veo que se detiene y me mira sin decir nada, luego se va sin decir nada más. Espero por un momento y salgo disparada hacia su oficina. Al entrar me dirijo hacia su escritorio buscando entre sus papeles, busco y busco, pero nada. Tomo asiento en su silla, tomando mi rostro en mis manos, pero de repente un sobre en su papelera me llama la atención, lo tomo y no tiene remitente. Lo abro y encuentro unas fotos en la que yo aparezco saliendo de un hotel, junto con Ethan tomados de las manos. << Que demonios es esto >> Yo jamás he estado en un hotel con Ethan, la última vez que lo vi fue en una cafetería, esto es un montaje, y de inmediato lo entiendo todo. Emma cree que yo… Una ira y enojo se apoderan de mí, ella prefiere creer en unas fotos que en mi palabra, pue lo va a lamentar. Salgo de su oficina con una decisión tomada… Al rato de haber recogido todo lo que es mío, con un profundo dolor en el corazón, estoy sentada en el mueble de la sala en espera de que Emma llegue. - Emily. –Oigo que Vanessa me llama. - Vanessa –me levanto, para ayudarla a sentarse–. ¿Por qué no me dijiste que te ayudara a bajar las escaleras? –Le pregunto al sentarme. - Estoy bien, es fácil bajarlas. –responde mirando mi maleta–. ¿Te vas? –Pregunta confundida.

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- Sí, ya me siento mucho mejor y es hora, de que regrese a mi apartamento. –Le miento. - Pero Emma me dijo; que te viniste a vivir con ella. –Comenta Vanessa. Haciéndome romper más el corazón, al punto de sentir como mis ojos se llenan de lágrimas. - No sé qué le hizo pensar eso, pero debo irme. - Algo está pasando entre tú y Emma, ¿se van a separar nuevamente? –Me pregunta. - ¿Por qué lo dice? –Evado su pregunta. - Al llamarla está mañana le pregunte por ti, y no me respondió. De repente la puerta del ascensor se abren y Emma entrar. Se detiene al ver a Vanessa y a mí hablando. - ¿Por qué no estás en tu habitación descansando? –Le pide que le explique Emma - Estoy cansada de estar acostada y estoy hablando con Emily. –Le explica Vanessa. Emma se dirige a la cocina ignorándome. - Veo que sigue aquí, pensé que al llegar ya no te vería en mi apartamento. –Me suelta fríamente. - ¿Emma por qué le estás hablando así, a Emily? –Le pregunta Vanessa. - Tú no intervengas Vanessa. –Le pide su hermana en tono frio. Me levanto y miro a Vanessa para que no siga. - Es por esto que estas así conmigo. –Le digo lanzando las fotos, encima de la encimera. - Veo que ya la viste y… - Si crees en estas mentiras, me decepcionas. –la corto sin dejarla terminar. - ¿Decepciona? Aquí la decepciona y traiciona soy yo. –Me exclama con enojo.

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Es cucharla decir eso, me ofende mucho, pero necesito saber si fue capaz de eso. - ¿Te acostaste con ella? –Le pregunto, rogando que me diga que no. - Hice lo mismo que tú me hiciste. –Responde. Y esa respuesta me rompe por completo. - Pues te equivoca, no hice tal cosa –comienzo a sentir como mi enojo, se mezcla con este odio que va creciendo en mi interior–. Y sabes sí esto es lo que tú quieres creer, pues créelo, porque no pienso gastar mi tiempo en hacerte creer lo contrario –una lagrima resbala por mi mejilla–. Fue un error haberte escogido a… –ella se sorprende, pero no le pienso decir esto–. Al final la dejaste ganar a ella. –Sentencio al caminar hacia el ascensor. Me detengo al ver como las puerta se abren, y me giro para verla por última vez. - Y cuando sepas la verdad no vengas a buscarme, todo entre las dos se termina aquí y ahora –aparto la mirada y veo a Vanessa desconcertada–. Espero te mejores y tal vez algún día nos volvamos a ver, adiós Vanessa. –Me despido al montarme en el ascensor. Las puertas se cierran y rompo en llanto, sin poder evitarlo… Al llegar a mi apartamento, dejo las cosas y me acuesto en mi mueble, llorando sin parar. Emma se acostó con esa zorra, la beso, acaricio su cuerpo y la hizo suya. Te dije que esto terminaría mal. Comenta mi razón. Eso es imposible, ella no pudo hacer tal cosa. Contrataca la voz de mi cuerpo. ¿No la escuchaste? Ella misma lo admitió. Comenta mi razón. ¡Basta ya! No pienso echarme a morir, yo no soy así. Escucho mi teléfono sonar y doy un respingo, al pensar que es ella. Lo busco y me desilusiono al ver que es mi madre.

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- Hola mama. –Le digo al contestar. - Hola cariño, ¿cómo estás? –Oigo que me pregunta. No puedo decirle nada de esto, o se desilusionaría mucho. - Muy bien mama, ¿cómo están todo por la pastelería? –Le pregunto. - En la pastelería todo va bien, solo no te vayas a preocupar por lo que te voy a decir. –Me pide en tono preocupado. - Que ocurre mama, ¿ustedes están bien? Demora en responder y eso me está asustando. -

Tu padre tuvo un accidente, pero está bien. –Me informa. Como que papa tuvo un accidente. –Le pido que me explique. Fue ayer, en la pastelería. –Me explica. Mamá voy para allá. -Le digo muy decidida. Cariño no es necesario, tú papa ya está mejor y… Iré mamá y no se hable más. –Le hago saber al terminar la llamada.

Necesito alejarme de todo esto, solo quiero olvidar todo y ver si más adelante regreso. Y lo primero; es envíale mi carta de renuncia a Emma, después comprar un bolete de regreso a casa y por último y lo mas difícil, centrar toda mi atención en otras cosas y olvidarme de Emma West, para siempre. Mi teléfono suena con un big, de mensaje y leo Desconocido: te lo dije, Emma es mía. Y leer su mensaje me destroza todavía más, pero decido no responderle. Recostándome nuevamente y dejarme llevar por este dolor, que aunque no se lo dijera, me enamore de Emma West sin poder evitarlo. Continuara…

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Próximo Libro

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Sobre la autora Z.G. Es una escritora venezolana, apasionada por las historias románticas y eróticas… Decidiendo así escribir sus propias historias, cómo está que le inspiro su mejor amiga. En sus días libres cuando no está escribiendo, se dedica a escuchar música o ha devorar historia que la desconecten del mundo.

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