Quien Dice Que Dios Es Bueno

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¿Quién Dice que Dios es Bueno? Gregory Koukl A veces, las preguntas más simples—preguntas que parecen tan básicas que nunca esperamos que se hagan—pueden detenernos en nuestro camino si no estamos equipados para involucrarlas. Por ejemplo, central al Evangelio es la noción de la bondad. Dios es bueno, nosotros no somos buenos. La bondad de Dios le pide a El rescatarnos de nuestra falta de bondad, de nuestro pecado. Parece suficientemente claro. Para algunas personas, sin embargo, no está claro en absoluto. Para ellos, algo tan fundamental para el cristianismo es irremediablemente vago: preguntan "¿Qué es 'bueno'?". "Bueno, eso es simple", tu puedes estar tentado a decir. "'Bueno' es todo lo que Dios dice que es." Esa respuesta—aunque cierto en lo que va—en mi opinión, sólo magnifica el problema en la mente de los escépticos. Puede quizás explicar lo que queremos decir cuando decimos que ciertas acciones son buenas (es decir, son coherentes con lo que Dios quiere que hagamos o seamos), pero es imposible decir siempre que Dios mismo es bueno ("¿Dios siempre hace lo que El mismo se dice hacer"?). Y si no podemos darle sentido a la afirmación de que Dios es bueno, entonces un evangelio basado en la bondad de Dios pierde sus piernas. Quiero explicar cómo definiendo la bondad mediante una apelación a los mandamientos divinos de Dios, puede hacernos vulnerables a un reto antiguo—uno que frecuentemente se hace hoy en día. Entonces quiero mostrarte cómo responder a la objeción y como aclarar lo que entendemos por el bien. El Desafío Este problema es antiguo, por lo menos hasta el cuarto siglo antes de Cristo. El famoso dilema de Platón sobre la índole de la bondad todavía hoy en día se plantea como un desafío serio para el cristianismo. ¿Un hecho es correcto porque Dios dice que es así, o Dios dice que es así porque es lo correcto? La cuestión primero aparece en el diálogo de Platón, Euthyphro. En esta conversación entre Sócrates y Euthyphro, Sócrates está tratando de comprender la esencia de la piedad y la santidad: Sócrates: ¿Y qué dices de la piedad, Euthyphro? ¿No es la piedad, de acuerdo a tu definición, amada por todos los dioses? Euthyphro: Por supuesto. Sócrates: ¿Porque es piadoso o santo, o por alguna otra razón? Eutifrón: No, esa es la razón. Sócrates: ¿Es amado porque es santo, no es santo porque es amado? i

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2 El dilema que enfrento Euthyphro es la siguiente: ¿Una cosa es buena, simplemente porque los dioses dicen que es? ¿O los dioses dicen que algo es bueno, porque lo bueno tiene alguna otra cualidad? Si es así, ¿Qué es la cualidad? El problema lo perplejo a Euthyphro. En tiempos más recientes, el enfoque de Platón se ha utilizado como un asalto sobre la coherencia del cristianismo. El gran filósofo y ateo británico del siglo veinte, Bertrand Russell, formuló el problema de esta manera en su polémica contra la fe, Por Qué No Soy Cristiano: Si usted está muy seguro de que hay una diferencia entre el bien y el mal, entonces usted está en esta situación: ¿Esa diferencia es debido al Fiat de Dios o no lo es? Si es debido al Fiat de Dios, entonces para Dios mismo no hay ninguna diferencia entre el bien y el mal, y ya no es una declaración importante decir que Dios es bueno. Si usted va a decir, como hacen los teólogos, que Dios es bueno, entonces usted tiene que decir que el bien y el mal tienen algún significado que es independiente del Fiat de Dios, porque los decretos de Dios son buenos y no buenos independientemente del mero hecho de que él los hizo. Si usted va a decir eso, a continuación, tendrá que decir que no es sólo a través de Dios que el bien y el mal fueron criados, sino que son en su esencia, lógicamente anteriores a Dios. ii El Problema La versión de Russell es un intento de mostrar un error interno en la noción cristiana de Dios y la bondad. ¿Una cosa es correcta simplemente porque Dios lo declara así, o Dios dice que algo es bueno porque El reconoce un código moral que aun es superior incluso a El? Este problema presenta un dilema porque uno está obligado a elegir entre dos opciones, ambas al final hostiles al teísmo cristiano. El creyente está entre la espada y la pared. Por un lado, Dios reina y Su Ley es suprema. Ya como el sumo Soberano, El establece las reglas morales del universo. Sus mandamientos son absolutos. Tenemos que obedecer. El especialista en ética, Scott Rae describe el punto de vista: "La teoría de ‘mandato divino’ de la ética es aquella en la que el fundamento último de la moralidad es la voluntad revelada de Dios, o los mandamientos de Dios que se encuentran en las Escrituras." iii Este punto de vista se conoce como voluntarismo ético. A primera vista esto parece correcto, hasta que nos damos cuenta de las desventajas presentadas si no son propiamente calificadas. El contenido de la moralidad parece ser arbitraria, dependiente sobre el capricho de Dios. A pesar de que Dios ha declarado el homicidio, el robo, y el libertinaje malo, podría ser de otra manera si Dios lo hubiera querido. Cualquier acto "inmoral" de pronto podría convertirse en "moral" mediante una simple declaración (Fiat) por Dios. Este es el punto de Russell. Además, reduce a la bondad de Dios a su poder. Decir que Dios es "bueno" significa simplemente que Él es capaz de hacer y asegurar que sus mandamientos se cumplan. Como Russell lo puso, "Porque para Dios mismo no hay diferencia entre el bien y el mal." “¿Quién Dice que Dios es Bueno?” ©2012 Gregory Koukl Stand to Reason, 1-800-2-REASON or www.str.org

3 Esta es la posición del Islam, pero es inaceptable para el cristiano. La moral no es arbitraria. Dios no es libre de llamar a lo que es bueno malo, y lo que es malo bueno. El texto es claro: "Es imposible que Dios mienta" (Hebreos 6:18). El salmista escribe: "el mal no mora contigo” (Sal 5:4). Dios no puede pecar. Pero la alternativa no parece ser mejor. Si el cristiano afirma que la moralidad no es arbitraria, está atrapado en el segundo cuerno del dilema. ¿Si la norma es absoluta que ni siquiera Dios puede violarla, no lo pone en deuda al Todopoderoso mismo a una ley superior? El soberano se convierte al subordinado. En cada caso, el cristianismo pierde. O Dios no es bueno (en cualquier sentido significativo), o Él no es soberano. Ese es el dilema. Fundamento El desafío de Platón nos obliga a considerar un detalle importante en cualquier discusión sobre la naturaleza de la moralidad: fundamento. La palabra "fundamento" originalmente significaba "la parte más baja, la base o parte inferior de cualquier cosa." iv En la filosofía se refiere a la fundación o base lógica de una reclamación. La tarea de Euthyphro consistía en identificar el fundamento lógico de la piedad y la virtud. ¿Sobre que base se “sostiene” la moral? Frank Beckwith y yo elegimos un título para nuestro libro sobre el relativismo que pinta un retrato de palabras: Relativismo: Los Pies Firmemente Plantados en El Aire. Nuestro punto: Los relativistas que hacen cualquier reclamo a la moral no tienen ninguna base para su afirmación. Ellos no están de pie sobre tierra firme, pero sobre el aire. La legitimidad de una ley se basa en la autoridad sobre la que descansa. El gobierno de EE.UU. no puede aprobar leyes que gobiernan a los canadienses. Nuestras leyes federales se aplican sólo a los habitantes de este país. Los ciudadanos no pueden fabricar las leyes que regulan a sus vecinos. Ellos no tienen esa autoridad. Los fundadores de nuestro país sostuvieron que incluso los gobiernos están sujetos a una ley superior. Observaron que ciertas verdades son trascendentes, basadas no en las instituciones humanas, sino en Dios mismo. Esta apelación a la Ley superior fue su justificación moral para la Revolución Americana. El problema del fundamento de la moralidad es difícil para los ateos que afirman que pueden ser buenos sin Dios. Sin duda, un ateo puede actuar de una manera que algunos consideran "moral", pero es difícil saber lo que en final, a que se refiere el término. Generalmente, significa cumplir con un criterio objetivo del bien, una Ley dada por una autoridad legítima. Sin embargo, sin un legislador trascendente (Dios), no puede haber ninguna ley trascendente, y por lo tanto no establece ninguna obligación de ser bueno. Thomas Merton puso el reto de esta manera: ¿En nombre de quién o de qué me preguntas que me comporte bien? ¿Por qué debo molestarme con negarme las satisfacciones que deseo en el nombre de una norma que sólo existe en tu imaginación? ¿Por qué debo adorar a las ficciones que tú me has impuesto en el nombre de nada? v Como escribí en el Relativismo, " un ateo ‘moral’ es como sentarse a la mesa con un hombre, que no cree en los agricultores, ganaderos, pescadores, o cocineros. Él cree “¿Quién Dice que Dios es Bueno?” ©2012 Gregory Koukl Stand to Reason, 1-800-2-REASON or www.str.org

4 que la comida sólo aparece, sin ninguna explicación y sin causa suficiente." vi La moralidad del ateo no tiene ningún fundamento. Sin embargo, ¿El cristiano está en una mejor posición? Ese es el reto del dilema de Euthyphro. La Solución La estrategia general que se utiliza para derrotar a un dilema consiste en demostrar que es falso. No hay dos opciones sino tres. El cristiano rechaza la primera opción, que la moral es una función arbitraria del poder de Dios. También rechaza la segunda opción, que Dios es responsable a una ley superior. No hay ninguna ley superior a Dios. La tercera opción es que existe una norma objetiva (esto evita el primer cuerno del dilema). Sin embargo, la norma no es externa a Dios, sino interna para él (evitando el segundo cuerno). La moralidad se funda en el carácter inmutable de Dios, que es perfectamente bueno. Sus mandamientos no son caprichosos, sino basados en Su santidad. ¿Podría Dios simplemente dar el decreto que torturar a los bebés fuese moral? "No", el cristiano responde, "Dios nunca haría eso." No es una cuestión de orden externa. Es una cuestión de carácter interno. Así que la respuesta cristiana enteramente evita el dilema. La moralidad no es anterior a Dios—lógicamente anterior a El—como Bertrand Russell sugiere, sino está arraigada en Su índole. Como Scott Rae dice, "La moralidad no se basa en última instancia en los mandamientos de Dios, sino en Su carácter, que a continuación se expresa en sus mandamientos." vii En otras palabras, cualquier cosa que un Dios bueno manda siempre será bueno. Un Segundo Problema Sin embargo, La tarea del cristiano no se termina porque la observación de Bertrand Russell sugiere un segundo problema. El desafío de Sócrates a Euthyphro no ha recibido enteramente una respuesta satisfecha. ¿Qué es "bueno"? No ayuda decir que Dios es bueno a menos que sepamos a lo que el término se refiere. Si la palabra "bueno" significa "de acuerdo con la índole y el carácter de Dios," tenemos un problema. Cuando la Biblia dice "Dios es bueno", simplemente significa que "Dios tiene la naturaleza y el carácter que Dios tiene." Si Dios y la bondad son la misma cosa, entonces la afirmación "Dios es bueno" no significa nada más que "Dios es Dios ", una tautología inútil. La respuesta a este problema depende de la noción filosófica de la identidad, expresada simbólicamente como A = A. Cuando una cosa es idéntica a otra (en la forma en que estoy usando el término), no hay dos cosas, pero una. viii Por ejemplo, el presidente de Stand to Reason (Gregorio Koukl) es idéntico al autor de este artículo. Todo lo que es verdad de una es verdad de la otra. El autor y el presidente son los mismos. ix No son dos sino solo una. De acuerdo con la doctrina cristiana, Dios no es bueno en la misma forma que un hombre no casado es un hombre soltero. Cuando decimos que Dios es bueno, estamos dando información adicional, a saber, que Dios tiene una cierta cualidad. Dios no es la misma cosa que la bondad (idéntica a Él). Más bien, es una característica esencial de Dios, por lo que no es una tautología. x “¿Quién Dice que Dios es Bueno?” ©2012 Gregory Koukl Stand to Reason, 1-800-2-REASON or www.str.org

5 Conociendo la Bondad Entonces, ¿qué es "bueno"? ¿Cómo podemos saber la bondad si en primer lugar no la definimos? La forma en que Abraham respondió cuando se enteró de la intención de Dios para destruir a Sodoma y Gomorra nos da una pista sobre la respuesta: Lejos de ti hacer tal cosa: matar al justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean tratados de la misma manera. ¡Lejos de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no hará justicia? (Gen.18:25) Aquí está la pregunta: ¿Cómo supo Abraham que la justicia de Dios no requería el tratamiento de los impíos y los justos por igual? Hasta el momento, ningunos mandamientos fueron formalmente dictados. Abraham no conoció la bondad por una previa definición, ni por un decreto de Dios, sino a través de la intuición moral. Él supo lo que era la justicia de una manera similar a nuestros propios pensamientos: Él experimentó directamente. No necesitaba que Dios le diera una definición de la justicia (mandato divino). Su capacidad para reconocer lo bueno (y lo malo) era una parte integral de su ser. xi Un ejemplo aquí puede ayudar. ¿Cómo responderías si alguien te preguntaría si tú crees en los colores? Simplemente dirías: "Porque los puedo ver. También tú puedes hacerlo. Mira, ahí están." Tenemos un sistema perceptivo incorporado en la capacidad de reconocer colores y cuando la facultad está trabajando como debería, xii los colores, simplemente se nos presentan. En este caso, viendo es creyendo. No es necesario otro recurso. Uno no necesita definir el color para que pueda ver el color. De la misma manera, tenemos una capacidad innata de percepción para "ver" las cualidades morales, y cuando la facultad está trabajando como debería, xiii la virtud y el vicio se presentan obvios para nosotros. Una vez más, este tipo de "ver" es creer. Las definiciones formales no son necesarias. Incluso el ateo comprende lo que significan términos morales. Él puede "ver" el bien y el mal suficiente bien. Por su propia admisión él no necesita a Dios a fin de poder reconocer la moralidad. Sin embargo, lo que el ateo no ve es que necesita a Dios para dar sentido a lo que él reconoce. Por eso en mi opinión, usar el argumento moral para la existencia de Dios es tan bueno. La conciencia de la moral conduce a Dios tanto como la conciencia de las manzanas cayéndose conduce a la gravedad. Nuestras intuiciones morales reconocen el efecto, pero ¿cuál es la causa adecuada? Si Dios no existe, entonces los términos morales se reducen a meras preferencias relativistas o exclamaciones emocionales ("El homicidio¡uf!"). En última instancia, no hay nada en ellas. Los cristianos no deben temer el famoso dilema de Platón. Cuando el problema de Euthyphro se aplica al cristianismo, erróneamente describe el punto de vista bíblico de Dios. La bondad no supera a Dios, ni es meramente deseada por Dios. En cambio, la ética se basa en su santo carácter. Nociones morales no son arbitrarias ni caprichosas. Son objetivas y decididas, basadas en la índole inmutable de Dios. Además, no es necesaria una definición de la piedad porque la moral se conoce directamente a través de la facultad de la intuición moral. Las leyes de Dios expresan su carácter y—si nuestras intuiciones morales no han sido corrompidas—reconocemos de inmediato esas leyes como buenas. “¿Quién Dice que Dios es Bueno?” ©2012 Gregory Koukl Stand to Reason, 1-800-2-REASON or www.str.org

6 Esto no significa que todo nuestro punto de vista es verdad (yo no he hecho ese caso aquí, aunque creo que se puede hacer). Sólo significa que no estamos discapacitados por el desafío de Platón a Euthyphro—un reto contra el cristianismo que todavía se usa hoy en día.

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Plato, The Dialogues of Plato, translated by J. Harward, Robert Maynard Hutchins, ed., vol. 7 of Great Books of the Western World (Chicago: Encyclopedia Britannica, Inc., 1952), 195. No seguro si este recurso está disponible en español. ii Bertrand Russell, Why I Am Not a Christian (New York: Touchstone, Simon & Schuster, 1957), 12. No seguro si este recurso está disponible en español. iii Scott Rae, Moral Choices—An Introduction to Ethics (Grand Rapids: Zondervan, 1995), 31. No seguro si este recurso está disponible en español iv Webster’s New World Dictionary, Second College Edition. No seguro si este recurso está disponible en español. v Quoted in Phillip Yancy, “The Other Great Commission,” Christianity Today, October 7, 1996, 136. No seguro si este recurso está disponible en español. vi Frank Beckwith and Gregory Koukl, Relativism—Feet Firmly Planted in Mid-Air (Grand Rapids: Baker, 1998), 169. No seguro si este recurso está disponible en español vii Rae, 32. viii El término "gemelos" es, estrictamente hablando, un nombre inapropiado. Mellizos no son idénticos el uno al otro. Cada gemelo es idéntico a sí misma y sólo similar al otro. ix Los filósofos conocen esto como la ley de Leibniz de la indiscernibilidad de los idénticos. x Esto hace la distinción entre el "ser" de la predicación esencial y el "ser" de la identidad mencionado anteriormente. La palabra "ser" puede significar por lo menos cinco cosas. xi Algo así tiene que ser el caso. Independientemente de cómo uno base el concepto de la bondad, otro siempre puede preguntar: "Pero ¿qué es lo que hace esa noción buena?" Para evitar una regresión viciosa, uno finalmente debe apelar a un concepto primitivo irreducible que se conoce por la intuición. xii No obstante las personas ciegas o daltónicas. xiii No obstante los psicópatas.

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