Regenesis De Los Unicornios

  • Uploaded by: Damian Adrian Ionut
  • 0
  • 0
  • January 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Regenesis De Los Unicornios as PDF for free.

More details

  • Words: 1,660
  • Pages: 24
Loading documents preview...
REGENESIS DE LOS UNICORNIOS

por Damian Adrian Ionuţ

REGENESIS DE LOS UNICORNIOS

ilustrado por Dan Rebegea Traducido por Cintia Gilibert Rodríguez

Nadie sabe dónde o cuándo el caballo negro llegó mientras cruzaba a través del horizonte bajo la luz del sol con su majestuosa presencia. Él era imperturbable, seguro de sí mismo y libre. Las colinas donde corría se expandían a sus lados, su misterioso galope parecía casi tocar el cielo. A su lado izquierdo sentada en su profundo silencio, estaba un viejo Bosque de Robles. Otros sonidos rodaban hacia él desde allí; como si observara una desconocida felicidad inmersa. A su lado derecho estaba un césped encerrado por una vieja cerca hecha con vigas de madera.

Mientras él corría, vio a una hermosa yegua blanca como la nieve detrás de la cerca, retozando entre el pasto y las mariposas. Al mismo tiempo que se acercaba silenciosamente a la barrera el la observaba por largo tiempo, embargado con un sentimiento de alegría milagrosa y el quedó hipnotizado por ella. Cuando sus ojos se encontraron ella se mantuvo quieta, aunque las mariposas aún la llamaran por su nombre, llamándola para seguir jugando. Ella empezó a sentir como si flotara mientras se acercaba a el, cargada por la suave brisa del viento.

Una vez que estuvieron lo suficientemente cerca para casi tocarse, ella se puso muy triste porque no podía pasar al otro lado de la cerca de madera. El miedo le atenazó el corazón porque sabía que aunque ella pudiera pasarse al otro lado ¡ella sería atrapada por el que la encerró! Pero el caballo negro la observó a sus ojos y la convenció de confiar en él. De repente se giró y en un rápido movimiento sus piernas rompieron la cerca de madera, ¡liberándola!

Alegres, los dos caballos corrieron hacia el viejo Bosque de Robles. Ellos caminaban lado a lado, y rompieron en galope hacia el misterioso bosque. Ellos podían sentir la ligera brisa del viento y la cálida luz amarilla del sol. Eran acompañadas por el sonido de los robles, quienes les susurraban el bello sentimiento de bondad.

De repente, el caballo negro paró bruscamente. Su cuerpo se tensaba mientras escuchaba el sonido del bosque que parecía susurrarle. La yegua blanca juguetona trataba de invitar al caballo negro que jugara con ella, pero el se negaba. El sentía que había algo en el aire que los amenazaba y que estaban en un ¡inminente peligro! Al siguiente momento ellos dos empezaron un galope tormentoso escapando del peligro que se les acercaba.

Mientras continuaban su correr entraron a un claro escondido. ¡Ahí descubrieron el secreto del bosque! Ellos encontraron una piedra rectangular que era del color del cielo y en medio de la piedra fluía un agua cristalina. El agua era fresca y hermosa de ver, que los invitaba a tomar de la piedra. Sin vacilación y liberados del antiguo miedo que habían sentido momentos anteriores, los dos caballos tomaron bastos sorbos del agua milagrosa. Sin notarlo, ¡ellos dos pasaron a través de una maravillosa metamorfosis! Cuando levantaron sus cabezas se volvieron en asombro porque ella era ahora un unicornio, y para él ¡una estrella plateada había aparecido en su frente!

Su alegría sólo duró unos pocos instantes porque fueron interrumpidos por el sonido de ladridos de perros y el estruendoso sonido de caballos y hombres. Como una tormenta, un grupo de cazadores montados, quienes fueron enviados por el dueño del lugar donde la yegua blanca había escapado, estaban a unos pasos de ellos. Los cazadores tenían sus arcos extendidos hacia ellos listos para disparar. Los caballos transformados reasumieron su galope y se asombraron de que no se sentían cansados, sino que estaban energizados, ¡como si ellos flotaran a través del aire sin sonido! Sin embargo, aunque hubiesen encontrado nuevas fuerzas, ellos eran incapaces de escapar de sus perseguidores.

Los cazadores fueron capaces de arrinconarlos a la boca de un profundo abismo. Cuando ellos se dieron cuenta que estaban rodeados por sus perseguidores, el caballo negro con la ayuda de su estrella plateada en su frente, fue capaz de crear un campo de fuerza de una luz verde azul en forma de domo para que evitara que los perros y cazadores se acercaran a ellos. Ganando un poquito más de tiempo, el caballo negro creó un pequeño puente de madera que cruzaba el abismo, mientras que la yegua blanca se abría camino al otro lado.

Cuando los dos caballos se encontraban casi al final del puente, el caballo negro volteó y vio que los cazadores habían conseguido rodear el campo y estaban ahora detrás de ellos en el pequeño puente. Y para detener a los cazadores de alcanzar el otro lado, el caballo negro destruyó el puente; pero también puso sus vidas en peligro. Los cazadores cayeron hacia el desfiladero y los dos caballos también cayeron por unos pocos metros antes de el en la cresta que estaba en el otro lado del barranco.

El peligro parecía lejos pero ahora una distancia intransitable estaba entre él y la unicornio, y ¡ellos estaban separados por una profunda caverna! Sin perder la fe en el poder de su estrella el caballo negro reunió toda la fuerza que poseía para que el pudiera reunirse con la unicornio blanca, que el amaba. Él utilizó toda su energía reunida en un salto extraordinario a través del abismo para estar junto a ella. Desafortunadamente, había ahí una fuerza externa que aun se les oponía, tratando de separarlos. La tierra empezó a derrumbarse bajo los pies del caballo negro y se volvió débil.

Él no tenía la fuerza suficiente para luchar más así que se dejó caerse hacia el fondo del abismo. Antes que tocara fondo, con su última gota de fuerza, el creó una cama hecha de fragmentos de cristal, de fuertes colores, en la que moriría como en los viejos rituales GetoDacio.

En el mismo último segundo el fue rescatado por una nube voladora enviada por la unicornio. Su orgullo se interpuso en el camino y se sintió un poquito tonto por haber sido salvado por la yegua así que trató de saltar fuera de la nube y volver a caer al abismo pero la nube no se lo permitía. Mientras yacía en la nube ¡era llevado al otro lado!

Una vez más, llenos de alegría, los dos continuaron con su destino de amor. De su amor dieron luz a una pequeña unicornio y rápidamente creció en un planeta en que solo el bien reinaba.

Una tarde, después de muchos años, el caballo negro con la estrella en su frente, sintió una inusual ansiedad. Él empezó a preocuparse por su hija. Después de buscarla el encontró que ella se encontraba en terrible peligro. Un fuerte toro rojo trataba de secuestrar a su joven hija. Cuando el toro vio al caballo negro, el salió de los arbustos y los dos empezaron a pelear. Violentamente estrellaron sus frentes, rasgando la noche. La frente del caballo negro se iluminó de una luz verde azul mientras que la frente del toro emitió una intensa luz roja.

La joven unicornio asustada corrió hacia su madre por ayuda. Cuando las unicornios se aproximaron vieron como la luz roja tomaba fuerza y el caballo negro era derrotado.

Llena de tristeza la joven hija fue hacia él. Las lágrimas que cayeron en el cuerpo herido de su padre le dieron a él el poder que necesitaba para sanar. Mientras tanto su madre empezó a pelear con el toro, quien resultó ser el dueño del lugar donde ella había escapado cuando ella era joven.

Cuando el caballo negro se recuperó, entró a la pelea a lado de la unicornio y ella emanaba una luz blanca cristalina. Cuando los dos combinaron sus fuerzas, ellos apuñalaron al toro con su luz, dividiéndolo en dos bolas de acero que empezaron a rodar en diferentes direcciones; una aterrizó en el lago y empezó a descomponerse mientras que la otra aterrizó en el abismo.

Después de que los dos caballos pelearan, quedaron sin poder por haber usado toda su energía, cayeron al abismo pero la pequeña unicornio empezó a llorar y trajo a sus padres en una nube flotante. Los tres de ellos fueron alzados al cielo por la nube y los trajeron en medio de una gran arena. En la arena las dos unicornios fueron recibidas con alegría pero el caballo negro ¡fue rechazado con gritos nada amigables! El no era aceptado por su orgullo y el sintió que todo lo que había hecho era por logro personal. El creía que el también tendía que ser recibido como un héroe.

Sintiéndose rechazado, el dejó la arena para salir a la oscura y vacía naturaleza pero notó que las puertas estaban aún abiertas y vio una luz cerca de allí. El caballo negro empezó a darse cuenta que no podía hacer nada solo y que el estaría perdido sin ayuda y no podría hacer nada por sí mismo.

Una vez que se dio cuenta de que esta equivocado puso a un lado su orgullo. El vio la silueta de alguien en la puerta. La figura era femenina y le invitaba a entrar. La mujer era la dueña de la misteriosa fuente del bosque donde los dos caballos habían obtenido sus poderes.

Después de que entró, el caballo negro fue dirigido a una jaula enrejada de acero donde fue dejado solo. Sabiendo que tenía que empezar una nueva batalla, una batalla consigo mismo. El finalmente logró separas su maligno lado peleador de su lado honesto. Su cuerpo se dividió en dos partes, una apareció como un caballo negro y la otra como un caballo blanco. Los dos empezaron a reñir pero ¡el caballo blanco fue el victorioso!

Éste creció rápido y se transformo en un fuerte y poderoso unicornio. Después de despedirse de los unicornios, el caballo negro regresó a la tierra para mostrarles a ellos y las otras criaturas el camino al misterio del bosque.

Buscando patrocinadores para la animación.

Related Documents


More Documents from "Marlyn Gomez"