Resumen Libro Ladaria - Completo

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“DIOS VIVO Y VERDADERO” CUESTIONES PRELIMINARES I Introducción al tratado     

Dios se revela como objeto primario de la teología Originalidad de la noción cristiana de Dios El carácter central de la fe en el Dios uno y trino El “olvido” de la Trinidad Sobre la estructura del tratado

II La relación entre la Trinidad “económica” y la trinidad “inmanente” 

De la Trinidad económica a la Trinidad inmanente o o

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Sólo con la revelación acaecida en Cristo tenemos acceso al conocimiento del Dios uno y trino. K.Rahner: “axioma fundamental” de la teología trinitaria: “la Trinidad económica es la Trinidad inmanente, y viceversa”. Dios uno y trino se revela en la economía tal como es en su vida inmanente, por lo cual podemos afirmar que a través de la revelación de Cristo tenemos un verdadero acceso a la “teología”. La trinidad es una verdad de fe indeducible de cualquier conocimiento que podamos adquirir a partir de las cosas creadas. Sin embargo se puede mostrar a la luz de la fe en Jesús, que el Dios uno y trino no está lejos de nosotros (vestigia). Permaneciendo el principio de indeducibilidad de la Trinidad a partir de la creación, podemos encontrar en nuestra experiencia humana elementos que, al ser iluminados por la fe, nos abren al menos inicialmente hacia el sentido profundo de lo que somos. Pero sólo por la fe en que él es el Hijo podemos ver en él al Padre (Jn 14,9) En Jesús, Dios mismo se revela, si no, no habría revelación verdadera. La revelación de Dios en cuanto revelación salvífica en sí misma, acontece en la realización misma de nuestra salvación por obra de Cristo. El modo como la Trinidad se presenta a nosotros en la economía de la salvación, ha de reflejar por tanto cómo es en sí misma. Parece que esta reflexión se impone. El principio de acción unitaria de Dios ha de ser mantenido. No tendría sentido que las diversas personas actuasen “separadamente”. Dios es un solo principio de la creación y de la historia de la salvación. Pero este principio de acción unitaria no puede excluir toda intervención de las personas en cuanto tales. (La encarnación se muestra como ejemplo paradigmático de la actuación diferenciada de las personas divinas). Es precisamente esta diferenciación lo que nos permite conocer a cada una de las personas. (Cuestiones anticipadas: el término persona no significa exactamente lo mismo aplicado al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; la tesis de Rahner posee repercusiones para la antropología) A partir del modo concreto como Dios, dándose a nosotros en la vida entera, muerte y resurrección de su Hijo y en la efusión del don de su Espíritu, se nos ha dado a conocer, podemos pensar que en esta manera de actuar se nos muestra algo de su ser íntimo. Tener presente la salvación concreta que el Hijo de Dios nos ha traído con su encarnación: nosotros en el Espíritu Santo, nos convertimos en hijos de Dios. (Entre la filiación de Jesús y la nuestra hay una relación intrínseca, pues la gracia no es un don de Dios, sino primariamente el don de Dios mismo, el don del Espíritu Santo). Es Dios quien se nos da a sí mismo, no nos da simplemente dones. El amor de Dios se manifiesta en que nos ha dado a su Hijo para la salvación del mundo (Jn 3, 16; 1Jn 4; Gal 4,4; Rom 8,3)

De la Trinidad a la economía. La “identidad” entre la Trinidad inmanente y la económica

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Esta segunda parte del axioma de Rahner ha sido puesto rápidamente en cuestión. (Si es claro que la revelación de la Trinidad en la economía salvífica se funda en la Trinidad inmanente, esta última podría existir sin su manifestación económica). Lo que el axioma no quiere decir  La identidad no significa que la Trinidad inmanente no exista más que en la económica (Hay que acentuar que la comunicación económica de la Trinidad inmanente es libre y gratuita. La Trinidad inmanente no se disuelve ni se realiza en la economía. Tiene en sí misma la plenitud, independientemente de la creación y de la obra salvífica. Si no fuera así, la misma historia de la salvación quedaría comprometida. Dios no nos podría salvar, porque debería también llegar a su plenitud)  La “identidad” entre la Trinidad inmanente y la económica no puede por tanto explicarse en términos de una realización de Dios en la economía, o que lleve a la confusión entre la doctrina de la Trinidad y la cristología. Y tampoco se “agota” en la dispensación salvadora en la que libre y gratuitamente se comunica. Sólo en la consumación escatológica Dios se dará a conocer plenamente en su autodonación total. La autocomunicación que se realiza en la historia comporta un elemento d kénosis y de cruz, de vaciamiento, que nos obliga a suponer una distinción entre la Trinidad económica y la inmnente. La identidad entre la económica y la inmanente se ha de entender por consiguiente en el sentido de que por una parte Dios se nos da y se nos revela tal como es en sí mismo, pero que lo hace libremente, es decir, que su ser no se realiza ni perfecciona en esta autocomunicación; y que por otra parte en esta revelación Dios mantiene su misterio, su mayor cercanía significa la manifestación más directa de su mayor grandeza. Documento de la Comisión Teologíca Internacional: “Teología. Cristología. Antropología”  Ilegitimidad de la separación entre la doctrina trinitaria y la cristológica.  Evitar toda confusión entre el acontecimiento de Jesucristo y la Trinidad  No hay dos trinidades: la condición de posibilidad de la economía salvadora está en la Trinidad inmanente. El documento señala que el aspecto kenótico de la encarnación y muerte es asumido por el Hijo, y estos acontecimiento afectan al ser del Padre, que no puede no vivir como propios, con el mismo Hijo y el Espíritu Santo, los acontecimientos de la vida temporal del Hijo encarnado.  Aunque no cabe la categoría necesidad en la trinidad inmanente, la trinidad económica muestra que Dios no ha querido ser sin nosotros.  La novedad está en que en las relaciones constitutivas de la Trinidad ha entrado el Hijo en cuanto hombre. Dios vive los misterios salvíficos como propios, no como ajenos.  La Trinidad inmanente, en la soberana libertad de su amor, es el fundamento de la historia de la salvación, pero a su vez ésta tiene una cierta “repercusión” en el ser divino.

PARTE PRIMERA: LA MIRADA A LA HISTORIA LA REVELACIÓN DE DIOS EN CRISTO Y SU PREPARACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO III. La revelación de Dios en la vida de Jesús. Estudio bíblico-teológico.   

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La formulación del axioma de identidad por el documento referido: “la Trinidad que se manifiesta en la economía de la salvación es la Trinidad inmanente”. De modo que sólo tenemos acceso a ella por medio de la revelación. No hay otro camino para ir al Padre si no es Jesús. Gal 4,4-6: “Cuando llegó la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre!”

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Por el hecho de haber enviado al mundo a Jesús su Hijo, y haber enviado también a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, Dios nos ha hecho hijos suyos, nos ha hecho partícipes de su vida; con ello se nos ha abierto el misterio del Dios uno y trino. Tanto el Hijo como el Espíritu han sido enviados por Dios. (El texto muestra las dos misiones paralelamente; se usa el mismo término en griego –exapesteilen-). La misión de Jesús coincide con su encarnación. La misión del Espíritu tiene un cierto carácter de continuidad respecto de la anterior. Las dos misiones están íntimamente relacionadas.

DIOS ENVIÓ A SU HIJO  

Dios Padre toma la iniciativa. El amor de Dios por los hombres es la única razón motivadora. (1 Jn 4,9; Jn 3,16: textos que manifiestan el conocimiento de toda la vida de Jesús, y son cercanos a textos de preexistencia).



1. Dios, el Padre de Jesús o

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El NT presupone el AT  El Dios que envía a Jesús se identifica con el Dios único de Israel.  Jesús anuncia su proximidad al proclamar la inminencia de la llegada del Reino, ligada a su persona  El AT utiliza relativamente poco la idea de la paternidad de Dios para referirse a Dios.  Ligada a la creación: Mal 1,6, 2,10; Is 45,10s; Sal 29,1; 89,7.  Relacionado con la elección el pueblo, con una predilección de Dios que descarta una propuesta universalista. (Ex 4,22:; Dt 14,1; 32,5)  Expresiones próximas a la invocación Is 63, 16; 64, 7; Jer 3,4.  Poniendo énfasis en el amor de YHWH para con su pueblo aparece reflejado con entrañas de madre Is 49,15; 66,13; Nm 11, 12-13; Sal 27,10; Jer 31,15-20; Dt 32,18; Job 38,8; 66,8  Miembros del pueblo aparecen destacadamente referidos a Dios con afirmaciones de ser hijos. En estos casos el amor es el rasgo predominante de Dios para con sus siervos (2 Sam 7,14; 1 Cr 22,10; Sal 2,7)  En la literatura sapiencial la paternidad de Dios se relaciona con los justos.  Invocación a YHWH como Padre: Eclo 23,1.4, Sap 14,3.  Con todo: el AT evita concepciones demasiado literales o materiales de la paternidad divina. En todo momento se tiene presente la transcendencia de Dios y la inadecuación de los conceptos humanos. La revelación de la paternidad divina es punto fundamental del mensaje cristiano. Ligada a Jesús: invocación y cercanía e Dios, familiaridad e inmediatez con él. Esto nos aproxima al centro del misterio de su persona y de su obra: nos revela una profundidad antes insospechada, una relación original y única. Su expresión es el Abbá. (Mc 14,36; Rom 8,15; Gal 4,6). En toda ocación en que Jesús tiene como interlocutor a Dios le llama Padre (exceptuando cuando el uso del salmo 22,2). Entre todas las invocaciones destaca Mt 11,25-27: pone de relieve la función reveladora de Jesús, fundada en el conocimiento recíproco. En el evangelio de Juan se pone de manifiesto.  Ha enviado a Jesús al mundo. De él viene Jesús, de él ha salido. Padre que conoce a Jesús, y a quien Jesús conoce y da a conocer. Por quien Jesús vive y hace partícipes a los demás. Da testimonio a favor de Jesús. Le ama. El que ha de glorificar a Jesús.  Constante punto de referencia para Jesús. Ningún aspecto de su vida o de su acción se explican sin él. Jesús está totalmente referido a Jesús.  La iniciativa de Dios Padre en la creación nos coloca, por una parte, en continuidad con el AT, pero muestra una novedad: el Dios creador es el Padre de Jesús, que todo lo realiza mediante el Hijo (Col. 1,15).

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2. Jesús, el Hijo de Dios o o o o o o o o o



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La paternidad de Dios se nos muestra en la misión de Jesús, el Hijo, al mundo. En Gal 4,4-6 la finalidad es que nosotros recibamos la filiación. Entre la paternidad de Dios sobre Jesús y la filiación de éste por una parte, y la de los discípulos por otra hay una innegable relación. Aunque la filiación de Jesús y la de los discípulos nunca se equipara (nunca aparece en NT “nuestro Padre”). Es la originalidad de la filiación de Jesús la que fundamenta la nuestra. Para Pablo, el Espíritu Santo es el que relaciona la filiación de Jesús y la nuestra. (Gal 4,4-6; Rom 8,15). Un aspecto importante de la predestinación de todos los hombres en Cristo desde antes de la creación es también la filiación divina (Ef 1,15) Para Juan de manera especial los creyentes han nacido de Dios o han sido engendrados por él. Nuevo engendramiento en la fe, que llegará a su plenitud en el don escatológico. A partir de la paternidad de Jesús se abren nuevas perspectivas:  Respecto del creyente  Pero también con una dimensión universal.

4. Jesús concebido por obra del Espíritu Santo. o o o o o

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Cuando Jesús vive a Jesús como Padre, se revela a sí mismo como Hijo de Dios. No parece que Jesús se haya llamado con frecuencia a sí mismo “Hijo” (Mt 11,27, Lc 10,22; Mc 13,32), a diferencia del frecuente uso de Padre. Nunca Hijo de Dios. Jesús no se predica a sí mismo sino a Dios Padre. El título “Hijo de Dios” está presente en la confesión de Pedro (Mt 16,16) Este título indica mejor que ningún otro la identidad última de Jesús, ya que pone de relieve su relación única con Dios Padre. “Señor”. Lo fundamental es que se emplea este título cuando se habla de la relación de Jesucristo con Dios, refiriéndose fundamentalmente a la función de mediador de la salvación. Jesús en Juan es el Hijo por antonomasia (uios) frente al resto de los hijos (tekna). Es el Hijo unigénito. La plena filiación divina se ve en la resurrección, con la definitiva entronación de Jesús como Señor (Rom 1,3; Fip 2,11; Hch 2,14; 13,32-34) En resumen:  Jesús, desde siempre el Hijo de Dios, vive de algún modo en cuanto hombre la historia de su filiación (en la Resurrección, el que es Hijo de Dios desde siempre, es constituido Hijo de Dios en poder).  La historia de filiación de Jesús está ligada en cuanto hombre a la actuación del Espíritu en Jesús, el Cristo.

3. Dios, Padre de los hombres o



La relación con el Padre se manifiesta de un modo especial en el caso de la Resurrección. Es el momento especial de la revelación de Dios como Padre. También desde el primer momento nos encontramos con la acción del Espíritu Santo. La revelación de las tres personas acontece de modo simultáneo. Que Dios es amor es la revelación más profunda de la actuación divina en el mundo ( 1 Jn 4,7-10.16). Se manifiesta una relación íntima entre el amor y la filiación divina. Es este amor lo que constituye su esencia.

Actuación del Espíritu en el momento en el que Jesús entra en el mundo enviado por el Padre. Desciende sobre María, no sobre Jesús. (Lc 1,35) La santidad, efecto de la acción divina, se atribuye directamente a Jesús desde el primer momento (idem) La acción creadora del Espíritu tiene aquí su punto más alto. Su acción precede a la del Hijo.

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Por otra parte todo parece indicar que el Espíritu está presente en la humanidad de Jesús, creada por el hecho mismo de la asunción por el Hijo en la unión hipostática. La actuación pública de Jesús movido por el Espíritu y la donación del Espíritu no se pone en relación con la Encarnación, sino con el Bautismo.

5. El bautismo y la unción de Jesús. o

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El NT y los Padres  Además de ser Hijo, Jesús es el Ungido, el portador del Espíritu.  Según el NT en el momento del bautismo Jesús es ungido con el Espíritu Santo de cara a la misión, que contínua y lleva a plenitud la misión de los profetas.  En el NT se diferencia cronológicamente entre la Encarnación por el Espíritu desde la que es santo y la unción por el Espíritu con la que es proclamado también Hijo de Dios  Esta unción significa que Jesús recibe sobre sí el Espíritu que tiene que donar a la Iglesia  Jesús ha de recibir la unción para poder cumplir su misión, para evangelizar a los pobres.  La rica teología del NT sobre la unción desaparece pronto en la reflexión teológica, pues se reduce al momento de la Encarnación (debido sobre todo a las tendencias adopcionistas, arrianas y de extrema teología antioquena). Se pierde de vista al tiempo que desaparece la visión de la unción trinitariamente. De modo que no aparece la reflexión de la unción del Espíritu Santo sobre Jesús, sino de la divinidad sobre la humanidad de Jesús. Planteamientos recientes  Mühlen: desde la preocupación eclesiológica (la Iglesia es la continuación de la encarnación del Logos) afirma la necesidad de afirmación de la separación de ambos momentos, y también su articulación. Considera la sucesión temporal como una mera sucesión lógica: hay razones dogmáticas para situar en el momento mismo de la Encarnación, la unción de la humanidad de Cristo. Se da continuidad porque la unción presupone la encarnación. El Espíritu que viene sobre Jesús en el momento de la encarnación es el Espíritu Santo del cual el Hijo es el origen. Jesús como hombre recibe su propio espíritu. Jesús es el Hijo de Dios encarnado, y a la vez es Cristo.  Von Balthasar: para que el Hijo no fuera considerado un simple profeta en su actuación, se retrotrae la actuación del Espíritu al momento de la concepción. Si después de la resurrección Cristo envía al Espíritu Santo, de algún modo ha sido enviado antes por él. El Espíritu de este modo precede al Hijo en la economía de la salvación. El Espíritu que está sobre Jesús y que lo impulsa muestra el momento inmanente del Espíritu que viene del Padre. La unción y la encarnación vienen a coincidir en el tiempo. La actuación del Espíritu y del Hijo es siempre diferenciada pero conjunta.  Congar: subraya la historicidad de los acontecimientos temporales. Dos momentos de actuación nueva del Espíritu en Jesús: primero en el bautismo es Dios MesíasSalvador, y luego en la resurrección-exaltación es constituido Señor.  Bordoni: el don que Jesús recibe en el bautismo es para la Iglesia.  La teología católica en general ha recuperado la distinción y profunda relación entre Encarnación y Unción en la humanidad del Hijo. Pero siguen siendo cuestiones abiertas: el momento de la unción y el sujeto activo de ella. El momento de la unción, la constitución de Jesús como Mesías.  En el Jordán, aunque es desde su santificación Mesías (en la Encarnación). Sólo después de la nueva efusión es cuando empieza a actuar como Mesías.  El bautismo tiene significación para Jesús, no únicamente es una manifestación para los demás. Evitando el adopcionismo podemos constatar que es un momento de novedad para el camino del Jesús histórico, el Hijo que va hacia el Padre y que culminará con la pasión y resurrección.  El Espíritu Santo es el único mediador de la voluntad el Padre para Jesús. En el espíritu Jesús obedece, en libertad, a los designios paternos (son numerosas las constataciones de esta presencia del Espíritu en la vida misma del Jesús histórico).

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6. La Trinidad y la cruz de Jesús. o o

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“El plan de salvación para los hombres… ¿quién puede dudar que se cumple con la gracia del Espíritu Santo?”  Jesús Ungido puede empezar su vida pública y su misión. El sujeto de la unción, ¿es el Padre o el propio Hijo que unge su humanidad?  Es ante todo el Padre quien unge  La identidad de Jesús como Hijo se pone de manifiesto, y el descenso del Espíritu no puede separarse de la realización de la obra que Jesús, como Hijo de Dios, ha de llevar a cabo por encargo del Padre. El problema de la identidad del Espíritu que desciende sobre Jesús. Visto en relación con lo anterior.  Sobre Jesús desciende el Espíritu Santo, el Espíritu del Padre y del Hijo.  Pero no se manifiesta todavía plenamente como Espíritu del Hijo. Tendrá su momento en la Resurrección.  En la vida de Jesús se revela también que el Espíritu es Espíritu del Hijo: Jesús posee el Espíritu como algo propio, no sólo como algo recibido desde fuera.  En cuanto Espíritu del Padre es el que impulsa la misión.  En cuanto Espíritu del Hijo se hace obediente al Padre en libertad interna. En el momento del bautismo de Jesús, de algún modo, todos los hombres recibimos el Espíritu, pues lo recibe la cabeza. Pero lo recibimos como don todavía no efectivo. La transfiguración es nueva proclamación del Hijo como el amado del Padre.

La entrega de Jesús a la muerte que nos purifica del pecado se realiza en virtud del Espíritu eterno (Hb 9,14). Es momento fundamental de revelación del Dios Trino en Jesucristo. La revelación de la Trinidad en la cruz en la teología contemporánea  Von Balthasar: Jesús se entrega a la muerte por nosotros, en obediencia y acuerdo perfecto en “se entregado”. Pero también del Padre se dice que entrega a Jesús su Hijo, y con esto se muestra que nos ama. El que Dios “entregue” a su Hijo se ha de entender en su sentido fuerte, no es un simple envío o don. La iniciativa es del Padre y el Hijo se hace acogida de esta voluntad. En esta kénosis total aparece la gloria de Dios, sin eliminar por ello el realismo de la pasión, la experiencia real de abandono. Ha llegado a experimentar la vivencia del condenado. “Ahora pertenece Cristo a los refaim, a los impotentes. Pero su extrema debilidad puede y debe coincidir con el objeto de su visión de la segunda muerte, que a su vez coincide con el puro pecado en cuanto tal”. Se hace patente la oposición económica entre las personas divinas, pero esta misma oposición es la manifestación última de toda la acción unitaria de Dios. Es el Hijo quien se siente abandonado y no sólo su “humanidad”. Las afirmaciones de Jesús hecho pecado por nosotros no deben ser minimizadas. Todo el amor del Padre que entrega a los hombres al Hijo de su amor y del Hijo que se entrega en la obediencia, aun en la angustia y la oscuridad, en la solidaridad con los pecadores alejado de Dios, se pone aquí de manifiesto.  La teología de la cruz de Lucero ha sido estudiada por Moltmann y Jüngel.  Moltmann. Quiere salid del esquema de la teología de las dos naturalezas de Cristo y poner de relieve la insuficiencia del teísmo para dar razón de Dios trino y del misterio pascual. Su punto de partida son las fórmulas de la entrega del NT, junto con la definición de Dios como Amor. En la Cruz el Padre y el Hiio están separados y, al mismo tiempo, unido en lo más profundo. Lo que en la cruz acontece acaece entre Dios y Dios. El Espíritu ha de ser entendido como el Espíritu de la entrega del Padre y del Hijo, a la vez que suscita el amor para los hombres abandonados y que da vida a los muertos. La doctrina trinitaria es resumen de la historia de la pasión de Cristo. La Trinidad no puede vivir al margen de la cruz de Cristo. Dios es así un acontecimiento, el del Gólgota, amor del Hijo y dolor del Padre, desde el que brota el Espíritu que abre al futuro y crea la vida. Dios plenifica su amor incondicional y lleno de esperanza. Así la Trinidad no es algo cerrado, sino proceso escatológico. El Espíritu Santo es vínculo de unión en esta separación. (Queda abierta la cuestión de si realmente encuentra justificación en el NT)  Jüngel. El Crucificado es definición de lo que la palabra “Dios” quiere decir. Dios es visto desde la muerte en el Crucificado, pero la última palabra no aparece

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referida a la muerte, sino a la luz. El que Dios haya sido afectado en lo más íntimo muestra que el dolor y la muerte han sido vencidos en su raíz. Se inaugura de este modo una nueva relación el hombre con Dios porque el ser de Dios se revela en toda la profundidad de su vid sólo con la muerte de Cristo. El Crucificado muestra la posibilidad de la identificación en la distinción, pues si no se diera esta diferenciación Dios quedaría atrapado en su propia muerte. El Dios cristiano es capaz de exponerse a la nada, y así muestra y se define como amor en la cruz de Jesús. Júnqel habla de la historia de Dios, pues en la historia del amor de Cristo se revela Dios mismo. Dios se tiene a sí mismo regalándose, su autoposesión es el evento de su donación, la historia de regalarse a sí mismo. La obra de identificación de Dios con el hombre Jesús es obra conjunta del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La muerte de Jesús es así acontecimiento entre Dios y Dios, su obra más originaria. El abandono aparece así como parte integrante de la revelación. La cruz es manifestación del “desbordamiento” del ser divino, cuando en la muerte de Jesús Dios se entrega por todos los hombres. El ser de Dios como trinidad de personas está constituido por las relaciones. Se alude por tanto al axioma fundamental de Rahner, pues Dios acaece en el puro sentido de la palabra. Jüngel piensa que ha destruido, mediante la distinción entre Dios y Dios fundada en la cruz de Jesucristo, las ideas de absolutez, de la impasibilidad, de la inmutabilidad de Dios que han llevado al ateísmo contemporáneo.  Documento “Cuestiones selectas de cristología” (1979).  Se recoge el tema del abandono de Jesús por parte de Dios en la muerte.  Alusión a la manifestación económica e la distinción inmanente de las personas. Distinción siempre en la unidad. Reflexión conclusiva.  La Cruz como el momento en el que se muestra en su grado máximo el amor de Dios para con nosotros no puede ser indiferente a la revelación de quién es Dios.  El Amor se muestra en la capacidad que Dios tiene de ponerse en el lugar del pecador (2 Cor 5,21) Sólo el Hijo que experimenta hasta el extremo el amor del Padre, puede experimentar hasta el extremo la oscuridad que le produce la dificultad de aceptar los designios del Padre sobre él. En él el Padre puede reconciliar consigo al mundo. El pecador se aleja de Dios en la desobediencia, Jesús acepta sobre sí las consecuencias de este pecado en la obediencia al designio del Padre. La relación de Jesús con el Padre está siempre envuelta en el misterio, y el momento de la muerte es mayor.  El abandono no se puede explicar como sólo de la humanidad. Como en todos los demás acontecimientos es su relación con el Padre lo que está en primer plano.  El Padre no entrega a la muerte como entregan los demás hombres. El Padre acepta la muerte del Hijo en manos de los hombres, porque respeta nuestra libertad y así nos ofrece la demostración más grande de su amor.  Esta entrega a la muerte entra en el designio de Dios, encuentra en Jesús la plena correspondencia. Jesús también se entrega por amor. 1  No se puede hablar de conflicto intradivino al modo como lo plantea Moltmann  La unión en el Espíritu en el momento de mayor separación entre el Padre y el Hijo.(Hb 9,14)  Sólo adquiere su verdadero sentido a la luz de la resurrección. Jesús resucitado aparece con los signos de la pasión.  Al mismo tiempo abre la posibilidad de que el hombre viva hasta el fin su entrega.

7. La resurrección de Jesús, revelación del Dios uno y trino. o o o o o

La iniciativa según la mayoría de los textos del NT es de Dios Padre. Dios se manifiesta así en su poder: la fe en Jesús resucitado no es un añadido a la e en Dios, es su expresión cristiana. La paternidad de Dios se identifica con el resurrección del Hijo. La resurrección viene interpretada en términos de generación. Es la exaltación de a filiación del hombre Jesús. Paternidad y filiación aparecen correlativamente. Es la plena condición de Hijo la que se relaciona con la exaltación de Jesús y su entronización como Señor.

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La filiación de Jesús posibilita la nuestra, y por otra parte su relación filial con el Padre es el fundamento del señorío de Jesús sobre todo. En algunos pasajes del Evangelio de Juan parece atribuirse a Jesús mismo la iniciativa de la resurrección (Jn 10,17; 2, 19-21) Para el Evangelio de Juan, la resurrección es la ida de Jesús al Padre, que ha puesto todo en sus manos. La paternidad y la filiación en la resurrección son revelación de la Trinidad inmanente, a través de la afirmación de la preexistencia de Jesús a su encarnación, aludiendo a su vida divina en el seno del Padre independientemente de la economía de la salvación. Sólo con la afirmación de la preexistencia eterna de Jesús tiene fundamento la historia de la salvación. La asunción de la humanidad por parte del Hijo es irrevocable, por lo que pasa a formar parte de la vida intratrinitaria. La unidad del Padre y del Hijo se manifiesta en la resurrección y exaltación de Jesús, de la que no puede separarse el Espíritu (Rom 1,4) Este Espíritu de Dios, que en el AT es fuerza creadora y robustece al hombre, es ahora fuerza de resurrección. (Rom 8,11; 1 tim 3,16; 1 Pe 3,18; Rom 1, 3-4; 1 Cor 15,45). Jesús ha sido lleno del Espíritu Santo y se convierte por la resurrección en fuente de vida para los que en él creen. Jesús resucitado se coloca por tanto de la parte del Creador, da la vida. La humanidad de Jesús se muestra así divinizada, llevando a plenitud la efusión de Espíritu Santo producida en el Jordán. La plena posesión del Espíritu por Jesús Resucitado es la primera manifestación de la plena comunión de Jesús con el Padre, de su filiación, y por consiguiente de la paternidad divina.

DIOS ENVIÓ A NUESTROS CORAZONES EL ESPÍRITU DE SU HIJO. 

1. El Espíritu don del Padre y de Jesús Resucitado o o o o o o o o o



2. El don del Espíritu y sus efectos después de la resurrección de Jesús. o o

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El envío del Espíritu Santo no se produce sin la glorificación del Hijo. Jesús en su Resurrección recibe el Espíritu Santo en plenitud, hasta el punto de que se puede decir que se ha “hecho espíritu”. La relación entre ambas misiones es intrínseca. La acción del Espíritu en los primeros capítulos del Evangelio de Lucas está posibilitada por la venida al mundo de Jesús, aunque tiene características distintas de las de Pentecostés. Jesús habla del Espíritu sobre todo en el discurso de la cena, en la proximidad de su muerte y resurrección, a la que está ligada su efusión. El don del Espíritu por Jesús presupone la ida al Padre de Jesús, su glorificación. En Pablo no se observa esta sucesión cronológica, pero muchos de los términos hacen relación al Hijo (Rom 8,15; Rom 8,9; 1 Pe 1,11; Fil 1,19; 2 Cor 3,17; Rom 8,2; 2 Cor 3, 1618) Con el don del Espíritu Santo se da una “novedad” en la acción del Espíritu: la novedad de Jesús Resucitado que en el Espíritu es comunicada a los hombres. En el don del Espíritu de parte del Padre por Jesús resucitado aparece plenamente la “identidad” del Espíritu a la vez que la riqueza y variedad de sus efectos. Si en la actuación del Espíritu sobre Jesús durante su vida mortal se pone de relieve sobre todo su condición de Espíritu del Padre, ahora aparece con claridad que es al mismo tiempo el Espíritu del Hijo.

La denominación del Espíritu Santo es prácticamente una novedad del NT (tres veces en la Hebrea y dos en los LXX) Sinópticos y Hechos  Se habla del Espíritu sobre todo a partir de sus efectos.  Inspirador de profetas en el AT, esta actuación se lleva a plenitud en Jesús. De aquí que su función en relación a los discípulos sea de asistencia en la persecución. (Mc 13,11; Mt 10, 19-20).  En Hechos es el don prometido por Dios para los últimos tiempos, don que habilitará para el testimonio a favor de Jesús, “constituido por Dios Seño y Cristo”.  El bautismo del Espíritu para quienes escuchan a Jesús.  Agente de todo testimonio valeroso.

Hace universal la predicación de los apóstoles. Guía a la Iglesia fuera de sus fronteras primeras. Lucas ve sobre todo al Espíritu en esta acción “exterior” de la Iglesia.  En la proclamación de las maravillas de Dios. El “corpus paulinum”  No es posible llevar una vida filial sin la acción del Espíritu en nosotros. (Gal 4,6; Rom 8,14-17)  El Espíritu de Jesús crea en nosotros su actitud de filiación, hijos de adopción, frente a la actitud del esclavo.  Nuestra filiación es participación en la filiación del Espíritu.  Sellados con el Espíritu Santo, agente de nuestra futura resurrección a imagen de Cristo (Rom 8,9-11)  El Espíritu se adquiere por la fe, no por las obras de la ley. Y este mismo Espíritu es el que nos permite confesar a Jesús Señor ( 1 Cor 12,2)  Garantía de la recta comprensión de la palabra de Dios  Las expresiones “en el Espíritu” y “en Cristo” son equivalentes en Pablo (Rom 8,14; 8,9; 1Cor 6,11; Ef 2,21-22; Gal 2,17 comparado con 1 Cor 6,11; 2 Cor 2,17 y 1 Cor 12,3; Filp 3,1 con Rom 14,17).  Obra en el creyente desde el interior.  En 1 Tes 4,8 aparece por vez primera la idea: Dios nos ha dado su Espíritu Santo.  En 1 Cor 6,19 nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Ser templos del Espíritu Santo y ser miembros de Cristo es una misma situación.  Esta presencia tiene también una dimensión eclesial: el Espíritu es quien reparte los bienes y los carismas. La acción del Espíritu se encamina hacia la unidad de la Iglesia en la que está presente Cristo. Los escritos de Juan  Dos denominaciones características: “Paráclito” y “Espíritu de la verdad”.  Paráclito: está siempre con los discípulos, les asiste en el testimonio de Cristo, y da testimonio interior en los creyentes.  Espíritu de la verdad: recuerda las palabras y las acciones de Jesús. Mantiene viva la palabra de Jesús y su misma presencia en el interior de los discípulos.  1 Jn : introduce el verdadero conocimiento de Dios y de Cristo que el mundo no puede alcanzar Conclusión: la relación del Espíritu con Jesús.  El Espíritu nos es dado como Espíritu de Cristo, a la vez que de Dios Padre.  Jesús ha realizado todas sus obras con la presencia del Espíritu Santo, y la salvación que nos trae no llega a los hombres más que por la acción del mismo Espíritu cuyos efectos acabamos de enumerar. El Espíritu Santo universaliza, actualiza, e interioriza la palabra de Jesús, como Palabra de Dios. 

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3. El carácter personal del Espíritu Santo según el NT o o o

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El Espíritu Santo nunca dice “yo”. Luego su ser personal es de diferente modo que el Padre y el Hijo. En el NT aparece de algún modo como sujeto y no como una fuerza impersonal.  Hch 16,6.7; 13,2; 20,23; 10,19; 15,28; 20,28  En los escritos de Pablo 2 Cor 2,11; Rom 8,26; Ef 4,30; Fal 4,6.  En Juan: 14,16-17; 17,26; 15,26; 16,7-11.13-14  Apocalipsis: 2,7.11; 14,13; 22,17) Tanto en Pablo como en Juan hay un gran paralelismo entre las acciones que se atribuyen a Jesús y las que corresponden al Espíritu Santo.

EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO EN RELACIÓN CON EL ÚNICO DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO. 

La cristología y la pneumatología no son un obstáculos para el monoteísmo del NT: Dios uno y único se nos revela en NT como el Padre.

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El Padre es el Dios verdadero pero también lo es el Hijo, título que encontramos unido al de Dios y que explica con más profundidad la verdadera identidad de Jesús. (También se encuentra en labios de Jesús la expresión “Yo soy”). Jesús está en relación única e irrepetible con el Padre, lleva a cabo el misterio de salvación que Dios ha pensado desde la eternidad, después de su resurrección es sentado a la derecha del Padre, desde antes de la creación existe en la gloria del Padre. Lo mismo podemos decir del Espíritu, que escruta las profundidades de Dios (1 Cor 2,10-12). En la asociación a la acción del Padre y del Hijo se sitúa con más claridad como Dios y no como criatura. La obra de salvación que Cristo ha realizado de una vez para siempre no alcanza sus frutos en los hombres si no es por la acción del Espíritu Santo. Sin la intervención conjunta de los tres y a la vez específica, ni el mundo ni cada hombre en particular puede alcanzar la salvación. A esta línea descendente (Padre-Hijo-Espíritu Santo) corresponde en el NT otra línea ascendente: el donde del Espíritu enviado a nuestros corazones nos une a Jesús y por éste tenemos acceso al Padre. 1. Algunos textos triádicos o o o o o

Confesiones de fe cristológicas: Filp 2,11; Rom 10,9; 1 Cor 15,3-5) Pasajes de estructura triádica: Mt 28,19; 2 Cor 13,13; 1 Cor 12,4-7; Gal 4,4-6 Pasajes de ritmo trinitario: Rom 8,14-17; 1 Cor 6,11; Ef 2,18; 4,4-6; 2 Tes 2,13-14; Tit 3,47; 1 Pe 1,2 No han de verse estos textos como el único punto de partida de la doctrina trinitaria de la Iglesia. Sólo tienen sentido a la luz de la historia de la salvación que Dios revelado como Padre lleva a cabo mediante la acción del éste y del Espíritu. La fe en Jesús no puede expresarse por tanto en todas sus dimensiones si no es en la asociación de Padre, Hijo y Espíritu Santo.

REFLEXIONES CONCLUSIVAS       

La revelación del Dios trino no acontece sólo con palabras, sino con el envío al mundo por parte del Padre de su Hijo y del Espíritu. Estas dos misiones están íntimamente relacionadas Jesús no es sólo el Hijo de Dios encarnado, sino también el portador del Espíritu. De ahí brota la teología de la unción. El misterio pascual de muerte y resurrección de Jesús es un momento especialmente importante de la revelación del misterio de Dios. El Padre, con la intervención del Espíritu Santo, es el agente principal de la resurrección de Jesús. En ésta se manifiesta la unidad del Padre y el Hijo. A la resurrección y exaltación de Jesús sigue la efusión del Espíritu Santo. El Espíritu es enviado por el Padre y por el Hijo. La presencia del Espíritu en Jesús tiene un carácter dinámico. El Espíritu que Jesús da es el suyo. El que puede hacer en los hombres lo que ha obrado en la humanidad de Cristo. Jesús es el hombre perfecto. La salvación que el Padre quiere otorgar a los hombres se ha realizado y se realiza mediante Cristo y por la acción del Espíritu Santo.

IV. La preparación de la revelación del Dios Trino en el Antiguo Testamento.    

Mantener la originalidad del mensaje NT y la permanente validez del AT. El AT y NT en su unidad profunda nos ha dado a conocer progresivamente la revelación de Dios, dirigida primeramente a su pueblo elegido, y después en Jesús a todos los hombres y mujeres. Las promesas de presencia de Dios en medio de su pueblo, su cercanía a los hombre y especialmente a los pobres y desamparados, preparan ciertamente la revelación de la presencia de su Hijo en medio de nosotros compartiendo nuestra condición. El AT al preparar la venida del Hijo, prepara la revelación definitiva del Dios uno y trino.

LA REVELACIÓN DEL NOMBRE DE DIOS 

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Ex 3, 14-15. Con la denominación YHWH se ha dado a conocer Dios mismo. Pero el nombre no se ha de separar de los sucesos que acompañan a su revelación.

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Quién es Dios en sí mismo se manifestará en la “existencia relativa y eficaz, “yo estaré ahí para vosotros”. El hombre de YHWH indica la orientación futura de la actuación de Dios que estará con su pueblo. Este nombre equivale a “yo soy el que existo”, en la línea de un monoteísmo práctico: Ex 3,9-11. Lo que Dios es en sí mismo se conocerá a partir de lo que será para su pueblo, en la historia sucesiva. Se establece así una alianza solemne.

LAS FIGURAS DE MEDIACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO  La transcendencia de Dios es constante en el AT, conjugada con su central actuación y su presencia.  Se mantiene esa tensión a partir de figuras “cuasidivinas” especialmente (que sin forzar los textos se muestran como momentos de preparación explícita hacia la revelación del Dios trino en el NT) o Ángel de YHWH. Si no se identifica del todo con Dios, al menos no puede distinguirse adecuadamente. Es una presencia incomprensible. o Palabra de Dios. En relación con la profecía. Es enseñanza y revelación, mandato del Señor. Ejecutora de la voluntad de Dios en la creación, pero también es guía del pueblo. La Palabra anticipa el poder divino. Se hace una magnitud viva y presente, que Dios envía para librar a los que le suplican auxilio, en la que el justo puede confiar. o Sabiduría divina. Se refiere primariamente al ámbito del recto obrar humano, posible sólo si Dios se la concede. Pero encuentra su comienzo en el temor de Dios. o El espíritu es la última figura de mediación. Es lo que no puede ser controlado por el hombre. En relación con la fuerza creadora de Dios. En los libros históricos aparece fundamentalmente como la fuerza que irrumpe en determinadas personas para la realización de una salvación concreta y un servicio al pueblo. Obra también en los profetas, sobre todo a partir del exilio, y llega a plenitud en Jesús. Es comienzo de la vida nueva, y renovación moral para el pueblo y cada individuo. La presencia del Espíritu se atestigua en el interior del hombre, que queda así internamente transformado, aunque siempre en continua dependencia de esta presencia divina. También en el AT se da un proceso de personificación del Espíritu, que manteniendo su transcendencia se hace interior al hombre y puede renovarlos y hacer posible una vida según Dios y según su alianza.

LA HISTORIA DE LA TEOLOGÍA Y EL DOGMA TRINITARIO EN LA IGLESIA ANTIGUA V. Los padres apostólicos y apologetas. LOS PADRES APOSTÓLICOS  

La unicidad de Dios es una constante fundamental del NT, pero junto con esta afirmación nos presenta unidos al Padre en la obra salvífica y en la fórmula bautismal al Hijo y al Espíritu Santo. Encontramos fórmulas triádicas pero no una teología elaborada. Algo más desarrollada está la relación entre el Padre y el Hijo. Se afirma la preexistencia de Cristo, e incluso es llamado Dios. El Espíritu se relaciona con la inspiración profética, con la encarnación y con el bautismo.



1. Clemente Romano o o o o o o o o

Carta a los Corintios del obispo de Roma (+100) Existen ya en él fórmulas trinitarias, más que teología trinitaria No se subraya la unidad de los tres, como tal vez sería de esperar, sino que cada uno de ellos es “único”. Conoce el Dios único, el Padre, junto al cual coloca al Señor Jesucristo, invocado también con el Padre. Se afianza en la tradición de juntar los tres nombres, con lo que se muestra que están unidos en la conciencia del creyente. La paternidad divina se refiere con frecuencia a la creación (theos, despotes). Sólo una vez en relación con Cristo. Cristo preexiste a la encarnación El Espíritu Santo ha sido derramado sobre los cristianos y hablado en el AT.

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2. Ignacio de Antioquia o o o

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3. Epístola del Pseudobernabé o o o o



Finales del s. I y principios del II Conoce la preexistencia de Cristo a la encarnación. (a partir de Gn 1,26) Jesús es Kupios, que soportó entregar su carne a la destrucción El Espíritu derramado sobre nosotros proviene de la abundante fuente del Señor.

4. Didaché o o o



+110 Relaciona de algún modo la unidad de la Iglesia y la “Trinidad”. Los tres intervienen en la edificación de la Iglesia y en la salvación de los fieles. Jesucristo es llamado directamente Dios, y también “el conocimiento de Dios”. Algunos pasajes dejan entrever la problemática de la procesión del hijo: “Jesucristo salió de un solo Padre”, y a continuación se especifica que Dios se h manifestado por medio de Jesucristo, que es su Palabra salida del silencio. El Espíritu que actúa sobre Jesús y que se comunica a la Iglesia “es de Dios”.

Finales del s. I. Encontramos la fórmula bautismal de Mt 28,19. (sin ninguna otra mención del Espíritu) Cristología de rasgos arcaicos, donde Jesús se presenta como el “siervo”.

5. El “Pastor” de Hermas o o o

Primera mitad del II. Una cristología adopcionista. Las interpretaciones tradicionales, que tendían a descubrir en este texto una reflexión trinitaria y cristológica todavía insuficiente, han sido puestas en discusión recientemente.  No se trataría para nada del Hijo de Dios, que no se menciona en todo el pasaje, sino del Espíritu Santo que se une a los hombres.  El Hijo de Dios es transcendente, glorioso, aunque no se le da nunca el título de Señor, para no comprometer un riguroso monoteísmo.

LOS PADRES APOLOGETAS  



Con ellos comienza la reflexión trinitaria propiamente dicha. Esto obliga a iniciar un esfuerzo especulativo que ya no es simple repetición de las fórmulas tradicionales ni un mero anuncio de la salvación de Jesús. Son quienes van a posibilitar dar razón de la verdadera filiación divina de Jesús, sin que su “generación” se explique según los modelos humanos y animales. La generación del Verbo se contempla así como un proceso acorde con la naturaleza espiritual divina. Su límite es la falta de claridad sobre la eternidad de la generación del Logos.



1. Justino



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Filósofo y mártir en Roma (+165) Punto de partida en el monoteísmo. Dios es siempre el mismo, invariable y causa de todo lo que existe. Y padre del universo, ingénito (agennetos). Todo nombre dado a Dios es simple denominación. Pero la mención de Padre es acompañada por la de Hijo. Con lo cual se abre la idea de “generación” como metáfora. Puede pensarse que la “generación” está ligada a la de creación, pues Dios crea todo por su medio. El Verbo es afirmado como primogénito y fuerza de Dios (prototokos kai dunamis). Esta generación es intelectual, no física; y por tanto viene del querer del Padre. (todavía no se concluyen en que la generación del Hijo pertenece al ser mismo de Dios, no es fruto de una decisión contingente, sin que por ello deje de ser libre).

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2. Taciano o o o o o o



(+después del 172) Su preocupación fundamental es afirmar que la generación no significa una separación en Dios, y por lo tanto se mantiene el riguroso monoteísmo. Recoge la metáfora del fuego Elemento fundamental: definición de Dios como espíritu (Jn 4,24). Pero se precisa que es el Espíritu creador de los espíritus materiales y de las formas de la materia misma. La condición espiritual de Dios es participada por el Verbo que posee así la misma naturaleza de Dios. Esta condición espiritual hace que se entienda la generación en términos no materiales. Pero, además, del “Dios espíritu”, se habla del “Espíritu de Dios”. Junto al Padre está el Logos, pero no aparece una afirmación clara respecto de la presencia del Espíritu Santo.

3. Atenágoras o o o o o



Esta generación no produce escisión material en Dios, no disminuye el ser del Padre (metáfora del fuego). El Hijo es realmente distinto del Padre, no hay confusión entre ambos. Esta distinción es afirmada realmente por Justino. Y al tiempo se excluye que sea otro Dios. El Espíritu Santo aparece sólo en relación a la economía de la salvación. Algunas fórmulas triádicas se encuentran en contextos doxológicos y litúrgicos. Pero la unidad de los tres no se ha afirmado todavía teológicamente.

Segunda mitad del II. La unidd del Padre y el hijo se halla fuertemente subrayada; parece fundarse en la inhabitación mutua y en la comunidad de Espíritu. El verbo no es creado, porque Dios es siempre racional. Hay una alusión por tanto al logos inmanente, que existe en Dios antes de la generación. El Espíritu Santo no es llamado directamente Dios. Punto importante: el intento de distinguir el plano en que se ha de buscar la unidad divina y aquel que se ha de considerar la distinción de los tres; la unidad se ve en la potencia y la distinción en el orden que se da entre los tres que muestra que no son intercambiables totalmente, y por tanto hay en ellos distinción.

4. Teófilo de Antioquia o o o

(+186) El primero en utilizar el término “trias”, trinidad (“la Trinidad de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría”) La doctrina de los dos estadios del Verbo: el Logos inmanente (endiathetos) y el Logos proferido (proforikos). Se salva la eternidad del Logos y se elimina la dificultad que supone afirmar que el Padre antes de la creación estuviera sin razón y sin sabiduría.

VI. La teología del final del siglo II y el siglo III  

El significado de la unidad y de la distinción en Dios, que eran ya objeto de reflexión incipiente en Atenágoras, será estudiado con más profundidad. Además se impulsa la teología del Espíritu Santo.

IRENEO DE LIÓN  (+202-203)  Se preocupa de la amenaza interna que para la fe supone la gnosis. Frente a la doctrina complicada y reservada a selectos de ésta, acentúa que el mensaje cristiano es para todos.  Está presente una estructura trinitaria de la salvación, con formulaciones que con frecuencia parten del Espíritu Santo, que conduce al Hijo, que a su vez le da acceso al Padre.  El Hijo y el Espíritu Santo intervienen ya en la obra creadora del Padre. Todo viene de un solo dios (contra la tesis de Marción), que todo lo realiza con el Hijo (Verbo) y su Espíritu (Sabiduría).

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Es sobrio al hablar de la generación del Logos. Rehúye las analogías de la psicología humana y se escuda en Is 53,8. Esta generación es “desde siempre”, porque “siempre” es decir, al menos que desde que hay creación. El Hijo de Dios participa de la divinidad, pero establece una cierta subordinación respecto del Padre, para quien reserva el término “el Dios” (ho Theos). No ha llegado afirmar totalmente la consubstancialidad entre el Padre y el Hijo. No es partidario de homoousios, pues le resulta materialista y gnóstico. El Hijo es el único que nos da conocimiento del Padre. Dios es Padre en virtud de la creación misma (a la que parece ligar la generación). La paternidad de Dios en relación con su amor a nosotros , porque nos ordena en Jesús su Hijo a su conocimiento. El Espíritu Santo se encuentra unido al Padre y al Hijo en la profesión de fe, y su función es capital en la creación y en la salvación del hombre. Es “sempiterno”. Propio del Espíritu es la asimilación a Dios Padre, pero todavía no se afirma su vida intradivina. No tiene forma ninguna, posee como esencia divina el dinamismo para vivificar la obra del Hijo. La Sabiduría creador de Prov 8,22 es el Espíritu y no el Hijo. El Espíritu asistiría no al Padre sino al Hijo. Siempre está asociado a la obra del Hijo, a la mediación creadora. Lleva a perfección al hombre creado a imagen del Hijo. “Mientras el Padre lleva por sí el peso de la creación y de su Verbo, el Verbo, sostenido por el Padre, otorga el Espíritu a todos los seres, conforme a la voluntad del Padre: a unos por creación… a otros por adopción”. Desde la diferenciación en la economía salvífica parece acercarse a la trinidad inmanente.

TERTULIANO   

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(+220) El gran creador del vocabulario trinitario. Recoge la problemática de los apologetas. En el “Adversus Praxean” (contra el patripasianismo), escribe: “Nosotros creemos en un so dios, pero con esta dispensación que llamamos “economía”, es decir, que el único Dios tiene también un Hijo, (…) y que después envió según su promesa al Espíritu Santo.” Afirma la unidad divina, pero que no significa que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean lo mismo. La unidad divina se desarrolla en la economía. “Porque uno solo es Dios del cual estos grados, formas y manifestaciones se distribuyen en los hombres del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. o Se hace una reflexión explícita sobre los planos en que se mueven la unidad y la diversidad en Dios. La unidad es el punto de partida, garantizada por el Padre del cual todo procede. o Unidad que se funda en la sustancia de lo que son los tres, frente al misterio de la economía. o La distinción se da en el plano del gradus, de la forma y de la species. o La trinidad que se despliega a partir de la unidad no supone la destrucción de la primera, sino la manera como ésta se constituye. o Dios no sufre dispersión por el hecho de que el Hijo y el Espíritu Santo ocupen el segundo y tercer puesto, partícipes de la sustancia del Padre. La monarquía no se destruye, pero el Padre y el Hijo (y el Espíritu) queda claro que no son lo mismo. o Unidos pero no identificados. Para hacer ver este dato, Tertuliano usa con frecuencia el término “personas”. En Jn 10,30 Jesús no se refiere a la identidad personal, sino a la unidad en la diversidad. Los tres, unidos en la substancia y con todo distintos, son “cohaerentes” En este sentido es fundamental el capítulo 8 de “Adversus Praxean”: “Nada se aparta del origen del que tiene sus propiedades. Así la Trinidad, derivada del Padre a través de los grados enlaados y conexos, no es obstáculo a la monarquía y protege el status de la economía”. o La unidad de los tres se expresa en el término trinitas. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son diversos uno de otro y a la vez que inseparables; no hay entre ellos división, aunque sí distinción, de modo que cada uno de ellos es realmento otro. La distinción entre Padre e Hijo se manifiesta en sus diversas funciones de creación y en la salvación del hombre. Esto lleva a la diferencia intratrinitaria entre el que engendra y el engendrado, que participa de la plenitud del Padre. La psiche humana se hace modelo a partir del cual comprender la procesión del Hijo. o En una fase eterna el intelecto divino se contempla a sí mismo. Dios esta solo.

Antes del tiempo, en la preparación de la economía salvífica, pasa a contemplar la economía y deja de contemplarse a sí mismo. o Antes del tiempo, señala el comienzo: la concepción interior de Dios de la palabra. (logos endiáthetos, sophia) o En el Día primero nace perfectamente la palabra proferida, engendrada. En el momento en que sale de Dios, hace de éste su Padre y así se convierte en Hijo, primogénito, engendrado antes de todas las cosas y unigénito. Esta palabra tiene una consistencia propia, distinta del Padre. El Verbo es espíritu, es decir, participa del sustrato común de la divinidad, de la naturaleza del Padre. Este Hijo es cognoscible, con una cognoscibilidad previa a la Encarnación. Esta visibilidad, frente a la invisibilidad del Padre, parece fundarse en una cierta inferioridad del Hijo. El Espíritu Santo es enviado por el Hijo Resucitado. o “Jesús derramó el don recibido del Padre, el Espíritu Santo, tercer nombre de la divinidad y el tercer nombre de la majestad, predicador de una única monarquía e intérprete de la economía”. o Viene del Padre por el Hijo. Dios Padre actúa, como principio remoto, y también como agente principal, en la procesión del Espíritu “ex Filio”. o La diferencia entre el Hijo y el Espíritu Santo se puede ver reflejada en la diferencia que existe entre la imagen y la semejanza divinas en el hombre. o Hace al hombre en su dinamismo y vida semejante a Dios. Por la obra del Espíritu se llega a la perfecta semejanza del Verbo encarnado, primer modelo de hombre. o



HIPOLITO DE ROMA     

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Obra fundamental de teología trinitaria: “Contra Noetum”. El hijo es “logos, espíritu y fuerza”. En un primer momento el Logos viven en el corazón del Padre; hay una unidad de Dios y en Dios. Una distinción todavía indivisa en Dios. El acto creador es el primer paso de la distinción entre Dios y el Logos. Hay por tanto relación entre el Logos, que es fruto de la voluntad del Padre, y el universo creado, resultado del mismo querer divino. Dios emite, como señor de la creación, el propio intelecto, para que con su manifestación pueda el mundo salvarse. Hay relación por tanto entre la emisión del Logos para la creación y su envío al mundo para la salvación, entre la procesión eterna y la generación humana. La generación de Dios hace al Logos “espíritu”, en distinción, no en separación respecto del Padre. El “espíritu” indica la naturaleza, el Logos es nombre personal. “Hijo” es el nombre del Encarnado. La unidad de dumanis garantiza la unidad de Dios. Así Dios y el Logos no son dos dioses, sino que se distinguen como la luz de la luz. La referencia al Espíritu Santo está poco desarrollada en sus escritos, aunque emplea algunas fórmulas triádicas.

ORÍGENES  (+254)  Del comentario al Evangelio de Juan: o “El Dios es Dios en sí (…) Todo aquello que, con la excepción de Dios en sí es deificado por participación de su divinidad, sería más usto no llamarlo el Dios, sino Dios. (…) Dios es por tanto el Dios verdadero” o Posición relevante del Padre, el único que es “Dios en sí”. El Hijo en otro lugares es llamado el reino, la justicia, la sabiduría, la razón en sí pero nunca “autotheos”. El Hijo es “segundo Dios”. o Sólo Dios Padre es principio; es superior al Hijo y al Espíritu Santo. Parece que es comparada incluso la distancia que separa a estos dos respecto del Padre, con la distancia que los separa del hombre.  Encontramos la primera afirmación clara de la generación coeterna con el ser del Padre. El Logos es desde el primer instante el Hijo y tiene una subsistencia propia, aunque incorporal. Dios desde siempre ha engendrado al Hijo, ha querido ser y ha sido Padre. Tampoco ha empezado a ser Creador, pues hay una coeternidad de las criaturas en la intencionalidad.  El Logos engendrado desde la eternidad es desde siempre Hijo. (Desarrolla la idea de la luz)

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El Hijo manifiesta a Dios a los hombres, es el esplendor que lo da a conocer hacia fuera. Las expresiones referidas al Padre muestran la transcendencia de éste. Las expresiones referidas al Hijo indicación mediación, posibilidad de conocimiento por el hombre. El Logos es Dios por generación. Hay una diferencia esencial entre su participación en la divinidad y la que se concede a las criaturas. La individualidad del hijo, su idiotes, es distinta de la del Padre. Es resplandor de la luz, pero posee una subsistencia personal. Por una parte, el Hijo es natural, no es adoptivo. Pero por otro, hemos señalado la libertad de su generación. En cuanto Dios el Hijo procede de la mente paterna, en cuanto persona, de su voluntad. La personalidad del Hijo está orientada a la economía. Todo el ser del Hijo se orienta hacia los hombres, es el Amor del Padre. Por esta razón el querer divino viene a ser el manjar propio del mismo Hijo, por el cual es lo que es. o Se plantea el problema de si el Logos en estos términos es realmente Dios. o Responde Orígenes: hay una primera fase de formación personal, y otra de formación divina. En la primera Dios proyecta en la persona del Hijo las perfecciones que lo componen. En la segunda el Hijo vuelve hacia Dios su vista para recibir la comunicación de vida con él, la deificación. Está orientado para la creación y para la economía. Para la creación no necesita ser Dios, pero sí para la salvación. Entre el Padre y el Hijo no se da una identificación de sujeto. ¿Hay distinción en esencia? Hay que distinguir entre la esencia imparticipada y la participada. El Hijo tiene una esencia participada de la del Padre; con ella tiene la Vida; pero en el Padre hay simplicidad, mientras que en el Hijo hay multiplicidad. La unidad entre el Padre y el Hijo es de índole dinámica: unidad de querer y de actuar más que en categorías de esencia. Sobre el Espíritu Santo dice que no es engendrado, pero tampoco ingenerado, ya que el Padre sólo es sin principio. Viene del Padre mediante el Hijo, pero desde la eternidad. Es el primero de los seres hechos mediante el Verbo, pero radicalmente distinto de toda criatura porque no ha pasado de la nada al ser. Al lado del Hijo en la mediación Dios-mundo (aunque propiamente parece que el Hijo agota la mediación). Siguiendo la tradición le corresponde la santificación y la inspiración. Si el Verbo adquiere consistencia por voluntad del Padre, el Espíritu la adquiere por el Verbo. Tenemos así una línea trinitaria descendiente: Padre-Hijo-Espíritu. Junto con esta línea también se manifiesta una cierta subordinación. La articulación de los tres aparece en la confesión de fe y en la obra de salvación. Padre, Hijo y Espíritu Santo aparecen mencionados como tres hipostasis, tres subsistentes distintos en el seno de la trinidad. La afirmación de la procesión eterna del Hijo, y que por tanto el Padre no se hace Padre sino que lo es desde la eternidad, es de capital importancia.

NOVACIANO  

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(+257) Escribe su De Trinitate estando todavía en situación regular dentro de la Iglesia La paternidad de Dios se relaciona con la creación, pero también se toma en cuenta la generación del Hijo: “El que procede de aquel por cuya voluntad han sido hechas todas las cosas, es sin duda Dios que procede de Dios, y constituye en cuanto Hijo la segunda persona después del Padre, sin quitarle al Padre el ser el único Dios”. Todo lo que el Hijo es lo recibe del Padre. De la generación proviene la diferencia y la subordinación. El Verbo existe desde siempre, como engendrado está siempre en el Padre, porque si no éste no sería siempre Padre. Pero a la vez parece que sigue la tradición de la decisión libre de la voluntad del Padre en la generación. Los dos son una sola cosa, por la semejanza, la conjunción, el amor del Padre que ama al Hijo, la concordia y la caridad. La unión no se expresa en términos de substancia. Del Espíritu Santo no dice ni que sea persona ni que sea Dios, pero por sus efectos es claro su carácter divino. Se subraya que es el mismo en el AT y en el NT, pero a la donación parcial de los tiempos antiguos sucede después de Cristo la efusión plena, hecha posible porque en Jesús habita todo y plenamente. Nada explica propiamente sobre la Trinidad.

DIONISIO DE ALEJANDRÍA Y DIONISIO DE ROMA

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Ambos muestran la continua confrontación de Oriente (subraya la distinción de las hipostasis) y Occidente (pone énfasis en la unidad divina). Dionisio de Alejandría o Separa al Hijo del Padre. o Niega la eternidad del Hijo, Dios no es siempre Padre. o Los nombra por separado o El Hijo no es consubstancial al Padre. o El Hijo es criatura del Padre. Dionisio Romano o Pone mayor énfasis en la monarquía divina, como monoteísmo, frente a quienes afirman las tres hipostasis, las tres potencias o incluso las tres divinidades. o Es necesario que el Logos esté unido al Padre, y que el Espíritu Santo permanezca y habite en Dios. Unidad del Hijo y del Espíritu con Dios Padre. o El Dios de todas las cosas es el Padre. o El Hijo no es una criatura, y su generación no es creación. o Rechaza cualquier división de la tríada. Dionisio de Alejandría o Se defiende de las afirmaciones del Romano, negando que separe al Padre y al Hijo. La relación Padre-Hijo muestra que siempre están el uno y el otro. Eternidad de la generación. Dios es siempre Padre. o El Hijo es resplandor del Padre. Luz de Luz. Pero el Hijo debe al Padre su existencia. o Habla de obra, pero no de criatura. o No usa el término homoousios porque no se encuentra en la Escritura.

VII. La crisis arriana y el Concilio de Nicea. La lucha antiarriana en el siglo IV. 

Dará lugar a la primera definición solemne de la Iglesia. El punto central de la fe: la identidad última de Jesús salvador, y con ello el sentido del monoteísmo. Indirectamente se pone también el problema de la divinidad del Espíritu Santo.

LA DOCTRINA DE ARRIO               

Considera a Cristo una criatura privilegiada. Niega claramente su condición divina. Se preocupa por la afirmación de la unicidad de Dios, comprometida si se acepta la divinidad del Hijo. El concepto de generación le parece demasiado material, e implica pérdida o disminución en el Padre. Al Padre nadie puede ser consubstancial. Sólo el Padre es sin principio. El Hijo tiene principio, aunque es creado pro el Padre antes de todos los siglos ha empezado a existir. El Padre entonces ha empezado a ser Padre. El Hijo viene de la nada. Y su generación está en función de la creación misma. El Hijo es llamado “Dios”, pero de modo inferior a como se dice del Padre, sólo en sentido traslaticio. Tienen importancia especial 1 Tim 2,4-5; Jn 17,3; mc 10,18; Jn 3,35; 5,22; Col 1,15; Prov 8,22. De forma especial los textos que muestran el sufrimiento del Hijo. En el fondo esta doctrina significa interpretar el cristianismo a la luz del platonismo medio. Arrio niega toda relación directa entre Dios y el mundo. La creación ha sido llevada a cabo por el Hijo, que no es Dios. El mismo Hijo y el Espíritu Santo, en cuanto criaturas, no pueden causar ningún acceso directo del hombre a Dios. Es posible que sea la preocupación por garantizar el verdadero sufrimiento de Jesús, la realidad de su cuerpo como el nuestro, la que lleva a los arrianos a negar su divinidad por los presupuestos platónicos de la impasibilidad divina. El sujeto de estos dolores no puede ser el Hijo de Dios. El problema trinitario de la divinidad del Hijo se halla por tanto en estrecha ligazón con la cuestión cristológica de la integridad de la naturaleza humana asumida por el Logos. Si se niega la divinidad del Hijo, a fortiori se ha de negar la del Espíritu.

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UNA PRIMERA RESPUESTA A ARRIO. ALEJANDRO DE ALEJANDRÍA     

Insiste en la eternidad de la generación del Hijo, real aunque inefable. El Padre es siempre Padre. El Hijo es imagen del Padre, su única diferencia está en que el Padre engendra y el Hijo es engendrado. El Padre es ciertamente mayor, pero el solo hecho de que la comparación pueda establecerse indica que son de la misma naturaleza. Por tanto el Hijo es Dios. El Padre y el Hijo son dos hipostasis todavía.

EUSEBIO DE CESAREA     

Se diferencia de Arrio en la afirmación de la divinidad del Hijo, pero su preocupación es mantener la posición única del Padre, el solo que detenta la “monarquía”. Distingue las tres hipostasis junto con Orígenes en orden descendiente. El Padre es primer Dios primeramente transcendente. El Hijo es segundo Dios por participación, no por división de la esencia paterna, creador que todo y su salvador. Pero la generación no se afirma de manera eterna. Imagen del Padre. Inferior al Padre. El Espíritu es creado por el Padre mediante el Hijo. Parece negarle así su condición divina. No logra una clara formulación trinitaria, sino que se mantiene en el binitarismo.

MARCELO DE ANCYRA       



Acentúa la unidad en Dios, lo que le lleva a desdibujar de algún modo la trinidad. El problema: hasta qué punto el Hijo posee subsistencia personal propia. El Logos estaba junto al Padre antes de que el mundo existiera como fuerza. Es uno con el Padre en ousía e hipostasis. El Logos es mediador en la creación, pero más bien como potencia del Padre, no como hipostasis divesas. El Hijo es uno (no sólo una sola cosa) con el Padre, y por tanto no hay más que un solo Dios. Prov 8,22 se refiere a la generación humana de Jesús: Jesús se ha llamado a sí miso el “hijo el hombre”, y por ello su humanidad, y no a su divinidad. En el momento de la Encarnación la mónada se ha dilatado en díada, y después en Tríada con la efusión del Espíritu. Desde la exégesis de 1 Cor 15, 24-28, el Hijo después de entregar el Reino al Padre vuelve a él como la energía que era antes de la encarnación. (La oposición a la doctrina de Marcelo referida a la suerte final de la humanidad del Logos terminada su misión salvadora, el símbolo de Constantinopla incluye el inciso “y su Reino no tendrá fir”. Sufre el fuerte influjo de la línea origeniana de las tres hipostasis, y al acentuar la unidad divina Marcelo crea probleas sobre el modo de existencia eterna de la Trinidad misma.

EL SÍMBOLO DE NICEA (325) 



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El primer artículo se refiere sólo a Dios Padre Todopoderoso. o Ha sido en el NT el Padre de Jesús, pero luego se relacionó con la creación de todo. o Las ideas de único Dios Padre. o Es quien mantiene y rige en su poder transcendente, afirmando su ejercicio real. o Se afirma sobre todo la paternidad en relación al Hijo. Artículo dedicado al Hijo. o Punto de partida en la Encarnación: un solo Señor, Hijo de Dios. o Origen eterno, engendrado del Padre, como único e irrepetible, unigénito. o De la esencia del Padre. o Hijo en sentido estricto, no creado. Distingue así dos modos de venir a la existencia o Consubstancial al Padre.  Fórmula antiarriana.  Al tiempo que se garantiza la integridad de la esencia o de la potencia del Padre.

La ambigüedad del homoousios viene del término ousía que podría indicar la esencia individual o la esencia común a todos los seres de un mismo género.  Es más importante lo que niega que lo que afirma: el Hijo no es un segundo Dios, sino que es igual que el Padre. o La generación no se pone en relación directa con la creación. o La generación humana de Jesús  No es una reduplicación “se encarnó, se hizo hombre”.  Subraya la humanidad junto con la divinidad.  Tiene lugar por nosotros y por nuestra salvación.  Reproduce el kerigma. Breve mención del Espíritu Santo. o Unido en la confesión cristiana al Padre y al Hijo, pero no añade nada más. Anatematismos o Se condenan las expresiones de los arrianos radicales. o Las afirmaciones de Marcelo que distinguen entre una generación en potencia y otra en acto. o Se condena a quien dice que el Hijo es mutable o alterable. o Lo interesante de los anatematismos: pone en equivalencia los términos “ousía” e “hipostasis”.  Va a dar lugar a imprecisiones, pues si se considera la ousía en términos de hipostasis, personal, entonces puede dar la impresión de que se trata de ella y que el Hijo entonces no tiene una individualidad personal. 

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VICISITUDES DESPUÉS DEL CONCILIO DE NICEA 

Numerosos sínodos, donde surgen grande figuras del pensamiento teológico.

ATANASIO DE ALEJANDRÍA               

+373 Recoge las grandes metáforas de la tradición de Orígenes de Alejandría. La Trinidad no depende de la creación del mundo. Existe, en su plenitud de vida, con independiencia e ella. Además desarrolla la tesis del Hijo mediador, pero este mediador es desde la eternidad Dios como el Padre, no es engendrado para este fin. No depende de la creación. Hay una directa relación Dios-mundo, no como piensan los arrianos. El Hijo es la imagen perfectísima del Padre. La generación del Hijo por el Padre no es escisión. A la coeternidad del Hijo corresponde su perfecta divinidad por naturaleza y verdad, no por gracia, como ocurre en la divinización de los hombres. En Prov 8,22: la creación de la sabiduría para sus obras indica su nacimiento corporal, no la sustancia del Hijo. Así la creación de la humanidad del Hijo tiene lugar para completar su obra. La Encarnación es necesaria para que el hombre pueda ser divinizado y pueda tener acceso al Padre. La diferencia con los arrianos está en la naturaleza que da origen a la generación. Nada es involuntario en Dios, necesidad y voluntad no se relacionan en él como en nosotros. La voluntad con la que el Padre quiere al Hijo es la misma por la que se quiere a sí mismo. Sin la divinidad del Hijo no puede haber verdadera salvación de las criaturas. El homoousios significa que el Hijo es Dios, que procede del Padre, y por ello tienen los dos la misma esencia. Hay una sustancia paterna de la que procede el Hijo como imagen perfecta; la unidad de los dos viene así explicada en términos de la unidad de la luz y su reflejo. La única sustancia de la Trinidad que Atanasio defiende es la sustancia del Padre. El Espíritu es Dios y no criatura. Pertenece a la Trinidad. Destaca la pertenencia al Hijo del Espíritu Santo. Es del Hijo como el Hijo es de Dios. Es consubstancial al Padre y al Verbo, aunque nunca se afirma que es Dios.

HILARIO DE POITIERS  

(+367) Punto de partida en la fórmula bautismal de Mt 28,19

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o El Padre es ante todo el autor, del cual todo proviene. o El Hijo es imagen, revelación perfecta el Padre. o El Espíritu Santo es don. El Hijo, Palabra del Padre, es el verbo consistente. No usa por defender esta verdadera consistencia, las metáforas de la tradición. Frente a los arrianos habla de Padre e Hijo porque reflejan la realidad de Dios. El Padre es Padre y el Hijo es Hijo pero de modo no humano. Unidad de naturaleza fundada en que el Padre ha engendrado al Hijo. La distinción está en su función diversa en la economía de la salvación, aunque destaca la unidad en la actuación. La generación no significa ruptura. Dios, sumamente simple, se puede dar enteramente, más aún, no puede darse al Hijo sino enteramente. “El que procede del perfecto es perfecto, porque el que lo tiene todo se lo ha dado todo”. “Dios en todo momento sabe ser sólo Amor, sólo Padre (…) Dio a este Hijo nacido de él, por medio de su amor y de su potencia, todo lo que es Dios” o Aparecen juntamente referencias al amor y a la autocomunicación que el Padre hace al Hijo de su ser divino. o El Padre es así capacidad infinita de comunicación, capacidad infinita de amor. Por ello el Hijo ha de ser Dios enteramente, en todo igual al Padre en la naturaleza divina, excepto en la paternidad. o El Padre es mayor en cuanto que da, en cuanto principio. El Hijo en cuanto recibe todo, no es menor. o Dado que la divinidad que el Hijo recibe es sólo la del Padre, no es un segundo Dios junto a él. El Padre y el Hijo son una sola cosa porque el uno viene del otro, pero todavía no encontramos una explicación técnica del “homoousios”. La concepción de la paternidad de Dios que hemos expuesto lleva consigo que la generación del Hijo es eterna. Dado que la generación es eterna, Dios no es ni ha sido nunca solitario. Aunque la teología de Hilario acerca del Espíritu Santo es muy rica en el aspecto histórico salvífico, es poco clara en lo trinitario. Queda bien establecido de todas maneras que el Espíritu está unido al Padre y al Hijo en la confesión y que es Dios y no criatura. El Espíritu es caracterizado sobre todo como don. Es el don de la vida misma de Cristo resucitado comunicado a los hombres.

LOS ACONTECIMIENTOS PRINCIPALES DESDE EL 361 AL 381       

En el concilio de Paris en 361 se habla de la legitimidad del uso del homoousios, eliminando el sentido de Sabelio. La carta sinodal “Tomos ad Antiochenos” aclara que tres hipóstasis no es necesariamente ni arrianismo ni triteísmo, y que decir ousía no es sabelianismo. Las tres hipostasis no significan tres dioses, sino que en la trinidad no hay solamente tres nombres, sino “tres” realmente existentes y subsistentes. Carta al emperador de 363: explican que el término homoousios refiere que el Hijo es engendrado de la ousía del Padre y es semejante a él por la sustancia. Es una explicación homoiousiana. El emperador Valente fuerza la interpretación homoousiana. Papa Dámaso: la Trinidad posee una ousía, pero a la vez se afirman las tres personas que siempre permanecen, no disminuyendo ni reintegrando una unidad. La cuestión del Espíritu Santo comienza a plantearse a partir de 360

VIII. LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIÓN DEL DOGMA TRINITARIO EN LOS CONCILIOS I Y II DE CONSTANTINOPLA  

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Ni Atanasio ni Hilario han profundizado la significación del homoousios, ni han dado una respuesta satisfactoria al problema de la unidad y de la distinción personal en Dios. El desarrollo de las doctrinas arrianas en Eunomio: la definición de Dios como ingenerado como lo propio de su substancia, y desde este punto de partida insistir en la generación el Hijo por el Padre, una vez que la teología ha afirmado su generación eterna. El Hijo es menor que el Padre en tanto que



es generado, y no puede afirmarse así la comunión de sustancia entre los dos. Según él, es irracional negar que el Hijo sea criatura, aunque no sea como las demás creadas por su medio. Los capadocios van a insistir en la plena divinidad del Hijo y del Espíritu, sin subordinacionismos. La generación del Hijo no depende de la creación. Se alejan en cierto modo en sus especulaciones de la Economía salvífica, pero la salvación de la humanidad sólo puede afirmarse desde la plena comprensión del Misterio de la Trinidad. Reflexionan sobre la unidad en las diferencias propias de cada una de las personas.

BASILIO DE CESAREA    

Parte del arcano de la divinidad, y por tanto de la imposibilidad de definir la sustancia divina, como pretende Eunomio. Dios es sólo conocido por el Hijo y por el Espíritu. La palabra ingenerado no lo dice así todo, sino que sólo dice “cómo” es Dios, no “qué”. Además, los nombres que encontramos en la Escritura no son generado e ingenerado, sino Padre e Hijo. Si Dios no tiene forma y figura, debido a su simplicidad, tampoco el Hijo. Si la sustancia no tiene ni forma ni figura, la semejanza no está ni en la forma ni en la figura, no puede estar más que en la sustancia misma. En la igualdad del poder se manifiesta la identidad de la sustancia. Pero además emprende otra argumentación especulativa. o Distingue dos tipos de nombres: absolutos y relativos. o Los nombres del Padre y del Hijo son relativos, no indican lo que son a quienes se refieren, sino la relación misma. No indican una sustancia sino una relación. o De este modo, no destruye la postura de Eunomio sino que pone las bases para una nueva teología trinitaria como combinación de la unidad de la substancia y la pluralidad de las personas. o Padre e Hijo son dos nombres relativos que se dicen mutuamente. Por lo que si el Padre es eterno, también lo es el Hijo. o No tiene sentido considerar al ingenerado y al generado como de naturalezas diversas. o La actividad del Hijo corresponde a la naturaleza de Dios, el Unigénito es la imagen de la sustancia del Padre. No es una criatura, ni tampoco el Espíritu Santo. o Las tres personas tienen una sola naturaleza, son un solo Dios. Los tres increados. o No hay tres principios, sino uno único que es el Padre, y que crea mediante el Hijo y perfecciona mediante el Espíritu Santo. o La unidad en la sustancia tiene propiedades diversas que no rompen la unidad. o Pero no ha aparecido el término ousía como opuesto a hipostasis. o “Si no consideramos los caracteres definidos para cada uno, la paternidad, la filiación y la santificación, y si no confesamos a Dios según la idea común del ser, nos es imposible dar razón de nuestra fe como se debe” o En el NT las preposicones “de”, “por” y “en” se aplican de manera indiferenciada a cada una de las personas divinas, de modo que ninguna le es exclusiva. o La unión en la actuación exterior muestra que tampoco son criaturas. o El Espíritu Santo igualmente aparece ligado a la creación y a la salvación. Es principalmente capaz de divinizar, y actúa en Jesús mismo. Aunque no le llama directamente Dios, ni homoousios con el Padre y el Hijo. o Habla de Trinidad consustancial en un caso. o La inseparabilidad de los tres se muestra con el término koinonia. Entre ellos no hay diferencia de grado.

GREGORIO NACIANCENO   

(+389/390) El Padre es sin principio, no engendrado. El Hijo es engendrado sin principio. El Espíritu Santo procede sin sen engendrado. Algo notable es que fundándose en Jn 15,26 habla de “procesión” del Espíritu Santo del Padre para indicar el origen de la tercera persona. Esta noción bíblica se convierte desde este momento en un concepto teológico técnico. Es la propiedad básica del Espíritu Santo, referida en su actuación ad intra. Y procede pero no como engendrado.

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Las tres personas son eternas. Aunque el único sin principio es el Padre. Ser engendrado y existir desde el principio no es contradictorio. Entre el que engendra y el engendrado hay identidad en cuanto a la naturaleza, no hay diferencia de ousía. No hay diferencia de honor. La unidad de naturaleza se funda en la relación El Hijo es unigénito porque es la única generación, ya que en Dios nada se repite. El Espíritu Santo es homoousios con el Padre (aplica este término). o “El Hijo no es el Padre, pues el Padre es uno solo, pero es la misma cosa que el Padre; ni el Espíritu es el Hijo por el hecho de provenir de Dios, porque uno solo es el Unigénito, pero es la misma cosa que el Hijo. Los tres son un solo ser en cuanto a la divinidad y el único ser son tres en cuanto a las propiedades. Tres diversas propiedades, una sola divinidad no dividida en la gloria, el honor, la esencia y la realeza”. No falta tampoco la preocupación por evitar la confusión de las hipóstasis, por lo que no usa las metáforas tradicionales.

GREGORIO DE NISA     

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La generación divina es siempre un acto eterno, no hay en Dios antes ni después. (Jn 1,1-2: los imperfectos indican la continuidad, muestran que el Logos no ha comenzado a estar junto a Dios y por tanto que no ha comenzado a existir) El ser increado es común, es la única naturaleza divina la que posee esta característica. Los propios de las personas son, para el Padre, el no ser generado, para el Hijo unigénito, ser generado. El Espíritu Santo tiene comunión de naturaleza con el Padre y el Hijo, y su signo distintivo es no ser ni generado ni ingeniado. No tiene la subsistencia del Padre como el unigénito. Se ha manifestado por medio del Hijo. Compara la unidad en la diversidad con la esencia humana. Entender las tres personas en Dios: la ousía es una en las características propias de cada una de las personas. La esencia divina es incognoscible. Por lo que conocemos a Dios a partir de su actividad. Lo que abre un problema: la unidad de los tres también se ve en la común actuación. La actuación común de Dios no es como la humana, sino que ésta es iniciada por el Padre, realizada por el Hijo y perfeccionada por el Espíritu en total unidad de voluntad y acción. Los tres quieren y realizan lo mismo. Hay un orden de las personas. Pero este orden no afecta a la igualdad de la divinidad. No aparece con claridad la distinción entre generación y procesión. El Espíritu procede del Padre y es recibido del Hijo. El Espíritu Santo tiene su causa en el Padre a través y con el Hijo. La vida divina se transmite al Hijo por generación, al Espíritu Santo mediante el Hijo por procesión

EL PRIMER CONCILIO DE CONSTANTINOPLA (381)   



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Completa Nicea en cuanto al Espíritu Santo afirmando su divinidad y su unidad con el Padre y el Hijo en adoración y honor. Artículo del Padre. o Se subraya la universalidad de su poder (“del cielo y la tierra” ). Artículo del Hijo o Se añade que la generación es “antes de todos los siglos” (se recogía en los anatematismos de Nicea que ahora desaparecen). o Se eliminan las palabras “es decir, de la esencia del Padre”, como aclaración al “nacido del Padre”, pues crea confusión con la distinción entre hipostasis y Rusia. o Se elimina “lo que hay en el cielo y en la tierra” después de la mención de la mediación universal. o Se enriquecen las referencias a la vida histórica de Jesús. o La encarnación “del Espíritu Santo y de María la Virgen”. o Pasión “según las Escrituras”. o Segunda venida “con gloria”. o “Su reino no tendrá fin”. Frente a la interpretación de Marcelo de Ancyra. Artículo del Espíritu Santo o Novedades importantes. o To pneuma to agion (Espíritu en cuanto Santo)

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No se dice “un solo Espíritu Santo”, como ocurre con el Padre y el Hijo. Afirmaciones de inspiración bíblica. El Espíritu es Señor, es dador de vida (afirmando la unidad de la divinidad). Se resalta su actividad santificadora y comunicadora de la vida misma de Dios (no sólo de creación). Cambia la preposición “para” por “ek”. Subraya el paralelismo de la procedencia del Padre como la generación del Hijo es del Padre. Se muestra así que es divino y no criatura. “Que con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado”. Equivale a consustancialidad. “Habló por los profetas”, luego no se subraya la novedad del Espíritu como don de Jesús. No se le llama homoousios ni directamente Dios, aunque las afirmaciones del Concilio reflejan la firme convicción de su divinidad.

DEL PRIMERO AL SEGUNDO CONCILIO DE CONSTANTINOPLA  

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Carta de los obispos de Oriente al Papa Dámaso y a obispos occidentales reunidos en Roma en 382. o Afirma la unidad de la ousía en la distinción de las hipostasis o personas, que subsisten realmente. Tomus Damasi o El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo constituyen una sola divinidad, potestad, majestad, potencia. Son a la vez verdaderas, iguales, siempre vivientes, que todo lo contienen, todo lo hacer.. todo lo salvan. Concilio de Calcedonia. o Distingue las dos generaciones del Hijo. Concilio segundo de Constantinopla. o “Si alguno no confiesa una sola naturaleza o sustancia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, una sola potencia y poder, una trinidad consustancial, una sola divinidad adorada en tres hipostasis o personas, sea anatema. Pues hay un solo Dios y Padre del cual provienen todas las cosas, un solo Hijo por medio del cual son todas las cosas, y un solo Espíritu Santo en el que son todas las cosas.”

LOS CONCILIOS MEDIEVALES 



Concilio Lateranense IV (1215) o “Existe un solo Dios verdadero, eterno, inmenso, inmutable, incomprensible, omnipotente e infable, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; tres personas pero una esencia, substancia o naturaleza completamente simple; el Padre no proviene de ninguno, el Hijo únicamente del Padre, el Espíritu Santo de los dos a la vez; sin comienzo, existe siempre y sin fin; el Padre engendra, el Hijo nace, el Espíritu Santo procede; son consubstanciales e iguales entre sí, conjuntamente omnipotentes y eternos”.  Fuerte acentuación de la unidad y de la divinidad de cada una de las personas.  Se opone a las enseñanzas de Joaquín de Fiore que afirmaba al Padre, Hijo y Espíritu Santo y además la esencia común. Segundo concilio de Lión y el de Ferrara-Florencia (intentan la unión de las iglesias con el Filioque) o Lion (1274)  Creemos en la Santa Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un Dios omnipotente, y en la completa divinidad en la Trinidad, coesencial y consustancial, coeterna y coomnipotente, de una sola voluntad, potestad y majestad, creador de todas las criaturas, del cual procede todo, mediante el cual todo fue hecho, en el que todo existe… Creemos que cada una de las personas en la Trinidad es el único Dios verdadero pleno y perfecto. o Florencia (1439-1444)  La Iglesia católica… cree en un solo Dios verdadero, omnipotente… Padre, Hijo y Espíritu Santo, uno en la esencia, trino en las personas. El Padre ingénito, el Hijo engendrado del Padre, el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo… Estas tres personas son un solo Dios y no tres dioses, porque es una sola la sustancia de los tres, una la esencia, una la naturaleza, una la divinidad, una la inmensidad y una la eternidad; en todo son una sola cosa donde no se opone la oposición de la relación.

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PARTE SEGUNDA: DE LA ECONOMÍA A LA TEOLOGÍA LA REFLEXIÓN SISTEMÁTICA SOBRE EL DIOS UNO Y TRINO IX. “Trinitas in úntate”. La vida interna de Dios: las procesiones, las relaciones, las personas divinas. DE LAS MISIONES A LAS “PROCESIONES”  

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Dios envió a su Hijo y al Espíritu Santo, que en NT aparecen ya ambos como preexistentes a su misión en este mundo por parte de Dios Padre. ¿Cómo pueden ser enviados a un lugar en el que ya están presentes, pues Dios es omnisciente? o Agustín opina que se trata de un nuevo tipo de presencia, de características distintas de las que son propias de la omnipresencia de Dios. o Son visibilización o manifestación, por lo que tienen lugar en el tiempo. Entrada de las distintas personas en el mundo para la salvación. Presencia cualificada, libre y personal. Dan a conocer la unidad y la distinción en Dios, a Dios mismo.

LAS “PROCESIONES” DIVINAS: LA GENERACIÓN DEL HIJO Y LA ESPIRACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO  

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Toda procesión supone una acción. Al aplicar a Dios esta noción hay que considerar que no toda acción divina tiene su manifestación exterior. Hay algunas que permanecen en Dios. Distintos paradigmas teológicos: o La teología latina ha englobado en el término procesión tanto la generación del Hijo como la procesión o espiración del Espíritu Santo. o La teología oriental ha preferido distinguir entre generación y procesión, sin un concepto global genérico. o Según la tradición cristiana el Hijo y el Espíritu tienen en común no tener en sí mismos la fuente de su ser, a diferencia del Padre. El término genérico de “procesión” da razón de esto. La generación del Hijo y la procesión del Espíritu Santo, a las que se tiene acceso desde las misiones, son expresión de la vida y la fecundidad internas del Dios uno y trino. 1. Las procesiones divinas y la analogía de la mente humana. Agustín y Santo Tomás o

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Agustín.  Usa comparaciones sacadas de la mente humana. No intenta llegar a dios desde el hombre, sino penetrar en la imagen divina que el Creador ha impreso en el alma humana.  En el alma humana encuentra la tríada: mente, amor y conocimiento; la memoria, la inteligencia y voluntad.  La mente humana ha sido creada de tal manera que recuerda, entiende y ama; pero el alma llegará a ser imagen verdadera de Dios en cuanto deje de amarse a sí misma y ame a Dios.  El Hijo se relaciona con el entendimiento: en el conocimiento de las cosas tenemos un verbo dentro de nosotros.  El Espíritu Santo se pondrá en relación con la voluntad. Con Santo Tomás se desarrolla la teología de la procesión por vía intelectual.  En las procesiones divinas se da una acción que no tiene un objeto exterior, sino que permanece en el propio agente.  La procesión del Verbo es generación porque se hace al modo de una acción inteligible; en cuanto que el generante genera a su semejante.  En cambio la que es por vía de la voluntad no genera lo semejante. Así se reserva para el Espíritu Santo.

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Agustín unió ya a la voluntad y al amor la persona del Espíritu. Es el amor en la relación entre el amante y el amado. Santo Tomás señala los actos de la voluntad, que no es en Dios algo distinto del intelecto, no obstante, como pertenece al modo de ser del amor que no proceda más que de la concepción del intelecto, la procesión del amor se distingue en Dios de la procesión del Verbo.  “La semejanza pertenece de una manera al verbo y de otra manera al amor”.  La procesión del Espíritu Santo está unida a la del Verbo, pero es diferente.

2. Las procesiones divinas y el amor interpersonal. Ricardo de San Víctor o o o o o o

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La analogía del amor interpersonal. Su punto de partida en la explicación racional del Misterio es que en Dios todo es uno. La diversidad en Dios se funda en la perfección de la caridad, que tiende esencialmente a Otro. Luego tiene que haber pluralidad de personas. Si Dios (Padre) no quisiera comunicar a otro su amor y su felicidad sería “defectos benevolentiae”. Si no pudiera no sería omnipotente. La pluralidad de personas es pide que sean coeternas, y por tanto iguales, por no ser triteísta. ¿Por qué no bastan dos?  La caridad perfecta pide que el otro sea amado como cada uno ama. Tiene que haber “consortium amoris”.  No soportar el que es amado juntamente con uno mismo sería un signo debilidad; y no sólo se soporta este amor sino que se desea.  Sólo con dos no habría quien comunicara las delicias de la caridad.  El amor conjunto tiene lugar cuando un tercero es amado con concordia por dos.  Para que este amor tenga lugar los tres tienen que ser iguales, coeternos. Y sumamente simples. ¿Por qué sólo tres?  El Padre da el ser y el amor y no los recibe (amor gratuito); el Hijo los recibe y los da (por una parte amor gratuito y por otra amor debido); el Espíritu Santo sólo los recibe (amor debido).  Si hubiera más personas habría confusión, porque cada una de ellas es su amor.  La diferencia en el amor no lleva a la diferencia en los grados del amor. En la procesión del Hijo se da comunión del honor, y en la del Espíritu Santo comunión del amor. En la fundamental inadecuación de toda explicación posible, debemos afirmar que la fecundidad ad intra del amor divino es un dato esencial de la concepción cristiana de Dios.

LAS RELACIONES DIVINAS   

Las relaciones en dios derivan de las procesiones, del hecho de que en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se da un orden en el proceder El hecho de la generación del Hijo y la espiración del Espíritu Santo determinan la existencia de las relaciones en Dios 1. Las relaciones en Dios según San Agustín. o o o o

En el “De Trinitate” no se usa el término “relatio”, sino “relativum”, “relative”, “ad aliquid”, “ad aliud”. Se parte de la idea de la simplicidad de Dios, pero con el problema de que de cada una de las personas se predican cosas diversas. No ve en la teología aristotélica la respuesta en la división sustancia o accidente. Introduce la división entre lo que es “ad se” y lo que se dice “ad aliquid”.  El Padre y el Hijo son siempre tales, no hay en ellos cambio.  En la suma simplicidad del ser divino no hay que mantener la distinción entre lo que se dice de Dios en sí mismo y lo que se dice en relación a otro.  Se habla de Dios Padre e Hijo en términos relativos, no en términos absolutos, y por tanto nada impide que la sustancia sea la misma, que no haya diversidad sustancial, aunque los dos no sean lo mismo.

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¿Cómo tratar el Espíritu Santo?  No es un término relativo, y por otra parte, no parece ningún nombre propio.  Su carácter propio aparece cuando se le denomina como “don” (Hilario de Poitiers ya veía en el don el nombre personal del Espíritu Santo).  Aparece como dado por el Padre y por el Hijo que juntos constituyen el solo principio de la tercera persona. De sus textos se deriva que la generación eterna del Hijo y la procesión del Espíritu son el origen de estas relaciones.  El Hijo origina la filiación-paternidad  El Espíritu aparece en la relación económica-inmanente como don que procede de quien lo da. Como Dios es inmutable, de las relaciones mutuas se deduce la eternidad de las personas.  En la generación es clara esta afirmación  Para explicarla desde el Espíritu Santo se requiere la división entre “don” (ab eterno) y “dado” (en la economía de la salvación). Además: las afirmaciones absolutas que se hacen de cada una de las personas, se hacen de igual modo de las demás, por la simplicidad divina de la que parte la reflexión de Agustín. En todo lo que se dice de Dios ad se, se excluye el plural, pues indica la esencia divina.

2. Tomás de Aquino. Las relaciones reales en Dios. o o o o

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Todo lo que hay en Dios o es absoluto o es relativo, y las relaciones en Dios son reales. Las procesiones en dio se dan en la identidad de la naturaleza. La relación y la esencia en Dios es lo mismo. Las relaciones se distinguen a su vez entre sí, con distinción real pero no según la esencia.  Es la distinción entre las personas la que obliga las precisiones.  Estas relaciones reales y distintas en Dios se fundan en su acción: la procesión según el intelecto (Verbo) y según la voluntad (Espíritu Santo)  En cada una de estas relaciones hallamos dos relaciones opuestas: o La del que procede del principio (filiación, espiración pasiva o procesión) o El mismo principio (paternidad, espiración)  Luego hay cuatro relaciones reales en Dios. Nos muestra que hay plenitud de vida y de comunión. Dios no es una mónada cerrada sobre sí misma. No contradicen la unidad divina, sino que ésta se da precisamente en las relaciones, y la oposición de las relaciones sólo encuentra sentido en la unidad. Las relaciones se identifican con la misma esencia de Dios.

LAS PERSONAS DIVINAS 

1. La noción de “persona” en Agustín o

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Antes de Agustín:  Término introducido por Tertuliano.  En la teología griega, “tres hipostasis”.  Nicea no distingue entre hipostasis y ousía. Agustín prefiere el latín persona, porque el griego substancia equivale etimológicamente a hipostasis. Padre, Hijo y Don están en relación. El término persona no se precida en relación a otro, sino “ad se”. La pluralidad sin embargo según él proviene de las relaciones, y que no cabe el plural en lo “ad se”. Pero: los tres están en relación en cuanto Padre, Hijo y Don, no en cuanto personas. No puede avanzar.

2. De Boecio a Tomás de Aquino

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3. Tomás de Aquino: la persona como relación subsistente o

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Boecio (+524)  “persona es naturae rationalis individua substancia”.  La sustancia debe ser individualizada, no intercambiable.  La racionalidad precisa la individualidad, una naturaleza incomunicable. Ricardo de San Víctor  “naturae rationalis incomunicabilis existencia”  Elimina la sustancia por sustancia (eliminando el riesgo de triteísmo, e indicando que la esencia está en la relación, el “ex” de cada uno) y acentúa el elemento racional.  En Dios hay unidad según el modo de ser, pero la pluralidad según el modo de existir. La diferencia están el origen.  La propiedad personal es aquello por lo que cada uno es lo que es, y por ello hay en Dios tantas personas existencias incomunicables.  En la pluralidad de personas divinas se da una “concordia diferente” y una “diferencia concorde”.  Cada persona es lo mismo que su amor.

Acepta sustancialmente la definición boeciana. Pero no lo aplica a Dios como a las criaturas.  La naturaleza racional significa en Dios simplemente naturaleza intelectual, ya que en él la razón no implica un discurso. El principio de individuación en Dios no puede ser la materia; por ello “individuo” en Dios quiere decir incomunicable. La substancia conviene a Dios en cuanto significa existir por sí mismo. Pero el nombre de persona significa relación.  El individuo es aquello que es indistinto en sí, distinto de otros. En cualquier naturaleza, personas es lo que es distinto de aquella naturaleza.  En Dios la distinción es según la relación. (“la distinción se hace sólo según las relaciones de origen”)  La relación subsistente define la persona divina, pero no la humana; en lo divino más que en lo humano el concepto de persona significa autodonación, apertura; la unidad divina es comunión perfecta.  Parece que hay que pensar que las relaciones se establecen porque hay personas. Afirmar tres personas en Dios no es dividir o multiplicar la esencia divina. Lo único que se distingue en Dios es lo que se contrapone “ad invicem”. Siendo cuatro las relaciones, son tres las personas porque la espiración (activa) no es una propiedad, al no convenir a una sola persona. Sólo hay pues tres relaciones subsistentes. Por la relación de personas, Dios no es solitario. La soledad no se elimina por la asociación a alguien de una naturaleza extraña. Luego se afirma la divinidad e igualdad de cada una de las tres personas de la Trinidad. La idea de comunión interpersonal en Dios parece estar aquí presente. Las personas se identifican con la relación, y por eso hay diferencia: mejor según el origen. Pero al tiempo que las diferencia las une en su origen, de modo que oposición se entiende como reciprocidad.

4. Personas, propiedades, apropiaciones o o

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La noción es el modo de conocer la persona divina. Hay propiedades y nociones abstractas en tanto que nos referimos a la simplicidad de Dios que no se puede conocer, sino a partir de lo aprehendido sensiblemente. Las propiedades concretas de las personas se deducen de las relaciones de origen.  Tenemos de este modo cinco nociones: innascibilidad, paternidad, espiración (activa), filiación, y procesión. Corresponden a las propiedades de la vida intradivina. Las apropiaciones: propiedades esenciales de toda la Trinidad, pero que se aplican a una determinada persona debido al modo como se manifiesta. (por ejemplo: omnipotente o creador)

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El principio según el cual todas las actuaciones divinas hacia el mundo son comunes a toda la Trinidad no puede hacer olvidar que es un principio que contiene en sí mismo la distinción. Por tanto, la actuación diferenciada de las personas es un reflejo de la distinción intradivina, y que en ella se está ya de algún modo prefigurando la intervención propia de cada una de las personas en la historia de la salvación que en la misión por parte del Padre, del Hijo y del Espíritu alcanzará su máxima expresión.

5. La mutua inhabitación de las personas o o o o o o

Perichoresis o circumincessio: las personas divinas no son sólo relación con las otras, sino también que están en las otras, que no se d entre ellas solamente un “esse ad”, sino también un “esse in”. (Jn 14,10) El primero que habla de ella es Juan Damasceno. El concilio de Florencia que es consecuencia de la unidad de la esencia divina. Esta inhabitación respeta a su vez la taxis, el orden de las procesiones, pero a su vez muestra la igualdad radical entre ellas, la comunión perfecta en la que cabe la distinción más que la diferencia. Un elemento esencial de la unidad, constituida por la interacción dinámica de las tres personas. Se muestra en la economía: el Hijo y el Espíritu en el cumplimiento del designio del Padre en profunda unidad

LA PROBLEMÁTICA MODERNA DE LA PERSONA EN DIOS. LAS “TRES PERSONAS” EN LA UNIDAD DIVINA 

Dos aspectos relevantes en la reflexión: la persona es sujeto y a la vez es relación.



1. ¿Unidad de sujeto en Dios? Propuestas alternativas al término “persona”. Barth y Rahner. o o

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El concepto de persona evoluciona hasta señalar un ser que se posee a sí mismo en la autoconciencia y la libertad. Barth (+1968)  Aplicando este uso, encuentra en Dios tres conciencias.  Ante esto propone que debería sustituirse por “modos de ser”, partiendo del hecho mismo de la revelación, en la que Dios se manifiesta como uno, “en indestructible unidad el mismo, pero a la vez, en indestructible unidad, tres veces el mismo de manera diversa”  Dios es un solo “Yo” que se repite tres veces.  Insiste en la personalidad de Dios. De su “El” no se puede hacer nunca un neutro “Ello”.  La pluralidad no indica aumento de cantidad. Dios supera a la vez las limitaciones de soledad y aislamiento que se atribuyen a la unidad.  No hay propiedad o acción que no sea de cada uno de los tres, pero hay diferencias entre ellos irreductibles.  Utiliza el término “Triunidad”.  Se le ha considerado por esto modalista; pero hay que tener en cuenta que él afirma claramente la diferencia en Dios mismo. Rahner  En el caso en que Dios quiera comunicarse a los hombres, es el Hijo el que ha de aparecer históricamente en la carne como hombre, y tiene que ser el Espíritu el que opere la aceptación de dicha comunicación en fe esperanza y amor por parte el mundo  En la autocomunicación se tiene en cuenta al oyente, y por tanto los dobles aspectos: origen-furturo; historia-transcendencia; oferta-aceptación; conocimientoamor.  Origen-historia-oferta manifiestan la iniciativa divina; mientras que futurotranscendencia-aceptación refieren la posibilidad en el oyente.

Verdad y amor las modalidades de la comunicación divina: aparición de la verdad de Dios que pide ser aceptada en el amor. Este doble modo hacia fuera tiene que convenir a Dios mismo, porque de lo contraio no se habría comunicado verdaderamente.  Dios único en cuanto que es el que es pronunciado para sí con verdad, y el que es recibido y aceptado en el amor; sólo así se puede comunicar con libertad. La relación distingue en Dios, pero la relación no es la menos real de las realidades por las que la Trinidad es lo más real que existe: Rahner llega así a la aporía del concepto de persona en la teología trinitaria  La subsistencia como tal no es por sí misma personal, no sería centro de actividad.  La autocomunicación se produce en tres modos distintos en los que se da Dios mismo.  La divinidad existe en estas tres formas de subsistencia: fórmula que gana al término persona la multiplicación de la esencia y de la subjetividad.  Los modos de comunicarse Dios hacia fuera corresponden con la Trinidad inmanente. Con las fórmulas tres modos de subsistir o tres modos de ser no se expresa la dimensión de misterio, más bien se niega. La tradición cristiana habla de unidad de esencia, pero no de la unidad de sujeto. Si ciertamente no podemos pensar que hay en Dios tres autoconciencias diversas, de ahí no se sigue necesariamente que haya que negar tres centros de conciencia y de acción, tres sujetos. 

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2. Las personas se realizan en su mutuo amor. El modelo social de la Trinidad. o o o o o o

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Moltmann: su teología de la Trinidad a partir de la comunión de las personas (extremo opuesto de Barth y Rahner) Personalidad y sociabilidad no existen inseparadamente. No se puede partir de la idea de la subjetividad absoluta en Dios, porque a partir de ella se alcanza un simple monoteísmo. Dificultad en el uso de substancia en la Trinidad. Sólo desde la perichoresis podemos llegar a la verdadera unión en Dios (sólo el concepto de la unión es el concepto de una unidad mediata y abieta) El concepto de persona ve la relación en segundo término. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no sólo son distintos por su personalidad, sino que a la vez por esta misma razón están cada uno de ellos con y en el otro. Extrae consecuencias políticas del modelo trinitario para la teología política: autoridad o dominio a partir del misterio pascual como comunión y libertad. Quiere eliminar así la distinción entre económico e inmanente, que se revela inoperante cuando se parte de la idea de que en Dios libertad y necesidad no se oponen, sino que coinciden en el amor. Habla de la “constitución” de la Trinidad y de una vida trinitaria. Pero a la vez Dios está abierto a la historia, lo que revela el problema de la unidad en la consumación de la historia trinitaria en Dios mismo. Este planteamiento sugiere numerosas preguntas, pues no admite que la relación sea o constituya la persona. No abandona el concepto de unidad de la naturaleza en Dios, pero se hace difícil evitar la impresión de que esta naturaleza es poseída por los tres que en un segundo momento entran en relación.

3. Autoconciencia y alteridad en las personas divinas o

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Si la unidad de la esencia divina excluye en Dios tres autoconciencias, no por ello hay que excluir tres agentes, tres “sujetos”, ni renunciar, ciertamente con las debidas cautelas, a una iluminación del misterio de la unidad divina que tenga en cuenta la alteridad y la intersubjetividad. Diversos autores:  Lonergan: tres sujetos recíprocamente conscientes por medio de una sola conciencia que es poseída de modo diverso por cada uno de los tres”  Kasper: el diálogo caracteriza las tres personsa divinas

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Bouassa: lo que individúa las personas distintas es el carácter mutuo de las relaciones, total comunicación recíproca en la plenitud de la sustancia divina.  H. Mülhlen: el Padre es caracterizado como el “Yo”, el Hijo como el “Tú”, y el Espíritu Santo como el “Nosotros”.  Ratzinger: metáfora parecida, introduciendo la idea de la pluralidad de sujetos y el diálogo en Dios.  Von Balthasar: el Espíritu Santo como el “Nosotros” en diálogo constante con el Padre y el Hijo, fruto de la unidad del Padre y el Hijo. Con diferentes matices se trata de iluminar este Misterio.  La autoposesión en la conciencia de sí, la condición de sujeto, son reconocidas como elementos integrantes de la noción de persona divina. (Rahner)  Hay que subrayar que los tres sujetos tienen una sola autoconciencia, una sola libertad, un solo amor y conocimiento.  En las personas divinas coincide el ser de cada una de ellas con la relación con las demás en la comunión perfecta del único amor. La autoposesión se identifica con la autodonación.  Unidad no sólo como estar con, sino estar en. (diferencia radical respecto de la persona humana)  Las relaciones no sólo distinguen sino que unen en un amor infinito y en la compenetración mutua. Unidad y distinción no se oponen en Dios.  En Dios no se da ninguna repetición, luego Padre, Hijo y Espíritu Santo no sólo son distintos, sino que son persona de manera distinta.  Cada persona no es sin las otras, pero esto no quiere decir que necesite ser completada porque algo le falte. Cada persona es Dios enteramente. 

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X. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. EL PADRE, ORIGEN SIN PRINCIPIO     

Desde los Padres de la Iglesia es quien asegura la unidad de la Trinidad al ser la fuente única de la divinidad. La única naturaleza existente en Dios es poseída por el Padre de manera fontal, originaria, dándola y nunca recibiéndola, aunque siempre relativamente al Hijo y al Espíritu Santo. Se habla sobre todo de él cuando se habla del Dios infinito, eterno, omnipotente, pero no existe nunca sin el Hijo y el Espíritu. No es principio de cuanto existe con independencia de la mediación del Hijo y de la perfección que a todo concede el Espíritu Santo. 1. Algunos elementos de la tradición. o o o

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En un segundo momento de la reflexión Dios es Padre de Jesús como analogía “princeps” de toda paternidad, superando analogía inversa. Sólo él merece propiamente el nombre de Padre. Tiene un papel principal en la Trinidad y en la economía, pero desde la crisis arriana y subordinacionista hay que afirmar la igualdad esencial en la Trinidad. Gregorio Nacianceno: Es “arge” en plenitud en cuanto lo es “de la divinidad y de la bondad que se adora en el Hijo y el Espíritu Santo. El Padre es principio, y por ello no puede ser mayor que las otras dos personas. La monarquía es considerada desde la igualdad de la naturaleza, no por una sola persona. Gregorio de Nisa: la distinción entre la causa y el modo de existir no es distinción de esencia. El magisterio de los diversos concilios de Toledo mantiene la originalidad del Padre al tiempo que defiende la igualdad entre las personas divinas. Al tiempo que afirma que el Padre es ingénito, sin principio. Los Padres consideran que se principio y fuente es su característica personal. Su ser inasible, para Buenaventura, es la causa de su fontalidad. Para Tomás es sin embargo una propiedad negativa, pues dice que el Padre no es Hijo.

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2. El Padre principio del Hijo y del Espíritu Santo. o o o o



El Padre engendra de su substancia. (afirmación desde Nicea). El Padre es principio y no la naturaleza de la divinidad. Así engendra como Padre y no como naturaleza. Padre es relativo a Hijo, pero también a Espíritu Santo de manera tan propia como al Hijo. A partir de Orígenes se afirma la eternidad de la paternidad, luego el Logos es siempre Hijo. La eternidad del Hijo está fundada por el ser siempre Dios Padre, que afirma al tiempo por la igualad en la divinidad la eternidad del Hijo.

3. El Padre, ¿persona absoluta? o o o



Santo Tomás: siendo ingenerado es quien engendra al Hijo, y es, con él, principio del Espíritu Santo. Dios puede crear porque es Padre, en su relación con el Hijo (las procesiones divinas son causa de la creación; clara preferencia de la relación sobre el origen). La paternidad es relación subsistente en el Padre: el Padre es en canto es Padre, y no hay un ser previo a su ser Padre. El “ser” y el “ser Padre”, pura donación y apertura, coinciden. Hilario: si esta total donación no se diera sería o falta de capacidad o de voluntad. Máximo el Confesor: Dios Padre, movido por el amor eterno, procedió a la distinción de las hipóstasis.

Como no procede de ninguna otra persona, tiene que estar fundado en sí mismo y no en una relación. De ahí que se pueda entender que es Dios antes que ningún otro. Pero no se trata de hablar del Padre como persona absoluta a diferencia del Hijo y el Espíritu Santo, sino llegar a un concepto de persona que no sea cerrado, pero sí abierto, en relación como la más alta expresión del ser. Desde este concepto conciliar su ser principio con la existencia ab eterno de los tres. Teniendo en cuenta que si es persona absoluta, es anterior a la relación.

4. Las procesiones divinas en cuestión. o

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Pannenberg:  Se opone a la diferenciación de las personas en Dios según las relaciones de origen, pues llevan a subordinacionalismos. Y además la generación no diría todo lo que es Jesús en relación a Dios. Se basa en la paternidad condicionada al Hijo.  Las relaciones en Dios son recíprocas, y, por consiguiente, si no puede subsistir el Hijo sin el Padre, tampoco puede subsistir éste sin aquél y sin el Espíritu Santo. Las tres personas existen sólo en relación. Según Pannenberg, no sólo respecto a la identidad personal, sino respecto a su divinidad misma.  La unidad del Dios trinitario no se puede establecer sin relación a la economía de la salvación. Aunque, el Dios trino es perfecto en sí mismo ya antes de la creación. Hay siempre un significativo paralelismo entre economía e inmanencia en Dios. Greshake:  Considera también la doctrina de las procesiones como un obstáculo a la consideración de la Trinidad inmanente como comunión.  No hay en la Trinidad una línea unilateralmente descendente: porque el Padre recibe del Hijo el ser Padre, ninguno de los dos existe sin el Espíritu, que se recibe a sí mismo como relación del Padre y del Hijo glorificado.  Pero al mismo tiempo ve en el Padre el don original, como quien da a la comunión trinitaria su fundamento. Los teólogos occidentales recientes tienden a reducir el valor de las procesiones.  Bulgakov señala que no se pueden entender las procesiones como producciones. Plantear la cuestión del origen es no tener en cuenta la eternidad de las personas. El Padre no es causa, sino que cada persona se produce a sí misma. Los nombres designan las correlaciones, y la paternidad no es exclusivamente generación originante. Pero al mismo tiempo insiste en la primacía del Padre como centro

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ontológico y lógico de la unión que forman las hipóstasis. (El Filioque le privaría de esta situación). 

5. El Padre principio relativo o o o o o o

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Hemos visto dos corrientes contrapuestas: la posición relevante del Padre y otra que defiende una unidad como comunión perfecta. Hay que evitar la afirmación del Padre como persona absoluta. El Padre es única fuente y principio de la divinidad y no existe ni puede existir sin el Hijo y el Espíritu, por lo que está referido a ellos. Es fuente en cuanto que está referido, pura donación original de sí mismo. El amor fontal del Padre es el que entrega todo al Hijo. Y si en la economía es el amor lo que lo mueve todo, también lo es en la Trinidad inmanente: radical gratuidad del amor en el constante intercambio divino, que se refleja en la creación y la redención. No es un ser absoluto del Padre anterior a esta paternidad fontal, sino que su persona es relación que implica necesariamente la reciprocidad de las otras dos personas; pero al mismo tiempo no parece que pueda dejar de decirse que el Hijo y el Espíritu Santo reciben de él su ser. El Padre lo es en cuanto da todo.  Un principio no puede ser perfecto más que si lo es de una realidad que lo iguala. (…) Dios no puede producir efectos inferiores (…) El Padre no sería realmente persona si no fuese realmente hacia, pos. Principio sin principio y amor originario a partir de la misión de Jesús al mundo.

EL HIJO, LA PERFECTA RESPUESTA AL AMOR DEL PADRE  

La referencia del Hijo al Padre es total. Jesús en su revelación del Padre se revela como Hijo, en una relación peculiar. Expresa lo más profundo del ser de Jesús.



1. El Hijo, el Amado del Padre que corresponde a este amor. o o o o o o o o



2. El Hijo como Logos e imagen de Dios o

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Es ante todo el objeto primario del amor del Padre. La proclamación de Jesús como Hijo y como amado van juntas. No sólo en la economía de la salvación. (Jn 17,24) Desde la reflexión de Orígenes la procesión del amor del Padre y del Hijo es ab eterno. El Padre da al Hijo por amor todo lo que es, todo lo que tiene, su ser divino, que si en el Padre se manifiesta como donación y entrega en el Hijo es aceptación y correspondencia. Paternidad y filiación aparecen en su implicación mutua. La correspondencia del Hijo al amor del Padre se manifiesta, en la economía de la salvación, en el cumplimiento total de la voluntad del Padre, obediencia hasta el más alto vaciamiento. Von Balthasar llega a hablar de una “kenosis” original de las personas divinas en su donación mutua. (kenosis primordial del Padre y kenosis histórico-salvífica del Hijo). La iniciativa es del Padre pero con la total coincidencia de las otras dos personas. Pannenberg se refiere a la autodistinción del Hijo respecto del Padre, que llegará hasta sus máximas consecuencias en la cruz, contrariamente a Adan. La consecuencia intratrinitaria es la sumisión al Padre. Moltmann ve la obediencia eterna del Hijo al Padre en la cruz. La vida inmanente se ve reflejada en la economía, donde la obediencia de Jesús hasta la muerte y muerte de cruz es también en este sentido muestra de su perfecta acogida del Padre, de su ser en total gratitud y correspondencia.

Logos.  Novedad radical del prólogo de Jn: el Logos estrictamente personal, el Hijo de Dios encarnado. Afinidad con la filosofía helenista: el Logos nos muestra el sentido del mundo, la revelación del ser en el pensamiento y la palabra.

Agustín tematiza las relaciones entre palabra interior y exterior del hombre (signo de la interior)  Tomás: el Verbo es término relativo, como lo es el Hijo, pero no sólo respecto a Dios sino respecto a las criaturas. En su Verbo sustancial, en el que se conoce a sí mismo, conoce Dios a la vez todas las cosas, pues en él las criaturas son constituidas y conocidad. Imagen de Dios.  Jesús como revelador del Padre (Col 1,15; 2 Cor 4,4; Heb 1,3).  Primero se consideraba en cuanto Encarnado, en función con la revelación; pero pronto se pasa a considerarla en cuanto es igual al Padre en la divinidad. El Hijo puede, sin dejar de ser Dios, salir de sí y hacerse criatura. Jesús como único mediador entre Dios y los hombres. Sólo a la vez de la palabra (escucha) e imagen (visibilidad). Jesús no proclama así su Reino sino el del Padre, que volverá a Él al final de los tiempos cuando todo sea sometido enteramente a él. Si el Padre es Dios en cuanto da, el Hijo lo es en cuanto lo recibe y lo da, amado que es amante. La salvación se garantiza por el homoousios con el Padre, al tiempo que la verdadera revelación y unión a Dios. Pero Jesús no es sólo consustancial con el Padre, sino también con nosotros: hombre perfecto, quien cumple enteramente el designio del Padre. 

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EL ESPÍRITU SANTO, COMUNIÓN DE AMOR 

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Aparece en el NT como sujeto y centro de actividad. Pero esto no elimina el problema de su carácter personal o Hilario de Poitiers no afirmaba más allá de su existencia y divinidad o Gregorio Nacianceno: sólo en el tiempo de la Iglesia se encuentra su revelación o Basilio: el modo de ser del Espíritu es inefable. Este problema ya llevado a su olvido, aunque su función es irremplazable en nuestra salvación. Sin Él no se realizan los efectos en nosotros de la salvación que Cristo nos ha traído. Es el don de Dios, que es Dios mismo, el don por excelencia a los hombres. De alguna manera la persona divina más cercana a nosotros. 1. Espíritu Santo como Don. o o o

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Ha sido enviado, dado. Es un don constante; expresión de la perennidad de la acción salvadora de Dios cumplida de una vez para siempre en Cristo, pero que el Espíritu Santo constantemente universaliza, actualiza e interioriza. Dios nos ama y este amor es realidad en nosotros por el don del Espíritu en el interior de nuestros corazones. Por esto en las primeras fórmulas trinitarias, el Espíritu Santo aparece sobre todo en su dimensión histórico-salvífica más que en la Trinidad inmanente: el Espíritu Santo está en nosotros. (de manera especial en quienes creen en Jesús). San Agustín hace del don el nombre personal del Espíritu Santo. Si el término “don” es relativo es don de alguien: Padre e Hijo, lo que muestra la unidad en la Trinidad inmanente en la unidad de la economía salvífica. La relación con Cristo resucitado es especial (manifiesta la unidad entre el Padre y el Hijo). Aparece unido a Cristo y a su obra, que hace presentes en la Iglesia y en cada uno de los cristianos. No es dado sino cuando Cristo es Señor. Porque el Espíritu ha estado y está en Jesús puede habitar en los hombres. Jesús es el Ungido de Dios. El Espíritu que Jesús posee en plenitud es el que nos ha sido dado y habita en nosotros. Capaz de suscitar en el creyente la respuesta adecuada a la Palabra que es el Hijo por el que el Padre se dirige a nosotros. Don, nombre personal del Espíritu Santo  Agustín afirma que desde siempre es “donabile”, es decir, la propiedad don pertenece a su ser divino.

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Tomás dice que es don en cuanto tiene actitud para ser dado. Don se refiere a quien y a aquel a quien es dado. Por esto es desde siempre don de Dios aunque no hubiera sido dado al hombre. El cuanto origen, es don del Padre y del Hijo, y así se distingue personalmente de ellos desde la eternidad. Y se distingue del hombre que lo recibe.  Tomás: pero no sólo es don del Padre y del Hijo, sino que se da a sí mismo en cuanto que es dueño de sí y poderoso para usar y gozar de sí mismo.  El NT nos habla de que es el que distribuye los dones que son manifestaciones suyas (1 Cor 12,7-11)  Para Agustín el nombre don le conviene porque está en relación con su procesión del Padre y del Hijo, e implica donación irreversible y gratuita.  Pero el amor es el don primero y original porque sólo mediante él se pueden dar todos los dones gratuitos. Es amor mismo.  Tomás: la capacidad específica de ser dado que es propia del Espíritu Santo viene de su condición de Amor. El don del Espíritu y el amor de Dios se ponen en relación en Rm 5,5.  El ser derramado es algo propio del Espíritu Santo, aunque comporte la presencia del Padre y del Hijo, que nos lo dan y nos lo envían.  La “fecundidad” que comporta es inmanente y económica. El Espíritu como don en el creyente y en la Iglesia  La gracia de Dios se pone en especial relación con el Espíritu Santo: don mismo de Dios, en virtud del cual por la mediación de Cristo se tiene acceso al Padre.  Presente en la creación es desbordamiento del amor de Dios hacia fuera que concede la participación en el ser y la vida de Dios.  Creación nueva llevando a plenitud la creación entera y especialmente al ser humano. Despliega el Espíritu Santo todas sus virtualidades. Se efunde fuera de Dios para introducir en la vida misma de Dios a los hombres.  Es primacía del don increado sobre el resto de los dones.  La Iglesia es lugar natural del Espíritu, como lo fue la humanidad de Jesús. “Donde está la Iglesia allá está el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios allí está la Iglesia y toda gracia, pues el Espíritu es la verdad” (Ireneo)  Lleva asociado el gozo y la fruición (Gal 5,22): es don del Dios en persona en tanto que por él gozamos de Dios. 

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2. El Espíritu Santo como amor del Padre y del Hijo. o o o o o

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En el NT el Espíritu Santo es el Espíritu del Padre y del Hijo, y relación explícita al amor. Factor esencial de unidad entre los cristianos, comunión entre sí y con Dios. Hace presente la voluntad de Dios Padre al Hijo en su camino histórico; activo en la resurrección. Ad intra es unión entre Padre e Hijo. El Espíritu Santo como amor en la tradición  Mario Victorino: “Patris et Filii copula”  Hilario de Poitiers: el Espíritu Santo recibe del Padre y del Hijo, luego son uno.  Ambrosio de Milán: “indiduae copula trinitatis”  Agustín: la unión entre el Padre y el Hijo se produce mediante el don de ellos mismos; el Espíritu Santo es don mismo ad intra, don de amor. Luego don y amor es el nombre propio del Espíritu Santo.  Ricardo de San Víctor: amor interpersonal; el condilectus, amor en que los dos participan.  Buenaventura: producido por modo de “liberalidad” de concordia del Padre e Hijo. El don es consecuencia del amor.  Tomás: amor (modo de comportarse) y don son los dos nombres del Espíritu Santo (nombre personal). El magisterio y la reflexión teológica contemporánea.  Correspondencia en la tradición entre amor y entrega mutua ad intra y don los hombre, el vínculo de unión en Dios y de los hombres en la Iglesia.  Juan Pablo II: “Dominum et Vivificantem”

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Condición de persona-amor, persona-don en el seno de la vida divina. Posibilita el amor a los hombres. En él se expresa la vida divina en su mayor intimidad; núcleo más profundo de la vida trinitaria; máxima expresión de la comunicación divina hacia la criatura como don del Padre y del Hijo capaz de introducir a la criatura en la vida misma de Dios.  Vida hacia dentro que posibilita el desbordamiento.  Consumación de la obra salvadora. Une al Padre y al Hijo en tanto que es distinto de ellos, en cuanto el amor de los dos produce el “fruto” del Espíritu Santo. (En la vida económica: es dado en plenitud en la ida de Jesús al Padre) Sólo en la relación con el Espíritu Santo son plenamente personas.

3. La procesión del Espíritu Santo. o

La procesión del Espíritu en Oriente y Occidente  Jn 15,26: El Espíritu Santo procede del Padre; pero Jesús también participa en su misión (16,7) y el Espíritu recibe de él, de lo que es suyo (6,14)  En conjunto: la fórmula “a Patre per Filium” es la línea de pensamiento griega. La ekporeuesis se afirma exclusivamente del Padre, al ser fuente última de la Trinidad.  Orígenes: siendo divino es el primero de los seres que vienen a la existencia por la acción del Padre mediante el Hijo.  Tertuliano: a Patre per Filium. Toma de Jesús como Jesús del Padre.  Atanasio: ver la participación inmediata de la vida divina del Espíritu. Procede del Padre pero es enviado por el Hijo.  Basilio: nos hace partícipes de la vida divina.  Gregorio Nacianceno: término técnico de procesión aplicado al Espíritu Santo; procede del Padre.  Gregorio Niseno: intervención del Hijo en la procesión del Espíritu Santo, que tiene en el Padre su principio. Relaciona generación y procesión en que ambos tiene su origen en el Padre.  Cirilo de Alejandría: Espíritu como propio del Hijo, pero los verbos más fuertes se usan en la relación al Padre que indican la relación al principio sin principio.  Máximo Confesor: el Espíritu Santo, por su naturaleza, tiene su origen del Padre por medio del Hijo engendrado.  Juan Damasceno: subraya la unidad divina en la monarquía del Dios Padre, para lo cual afirma el único origen del Espíritu en el Padre; el Hijo no es causa aunque es Espíritu del Hijo porque viene por él y participa en su misión.  La teología occidental ha seguido otros caminos (aunque Hilario recoge la fórmula de Tertuliano).  Ambrosio ha sido el primero en afirmar que procede del Padre y del Hijo, aunque no se distingue claramente si económica o inmanentemente.  Agustín: don del Padre y del Hijo, aunque proviene “principaliter” del Padre, porque si procede del Hijo es porque el Padre le ha dado la posibilidad.  Carácter antiarriano del Filioque: consubstancialidad  Tomás: “Es necesario decir que el Espíritu Santo procede del Hijo. Pues si no viniese de él, no se podría distinguir personalmente de él de ningún modo… Las personas sólo se distinguen entre sí por las relaciones. Ahora bien, las relaciones no pueden distinguir a las personas sino en cuanto son opuestas…” El amor procede del Verbo, porque no podemos amar una cosa si no en cuanto la aprehendemos por la concepción de la mente. Acepta el esquema griego, pero con Agustín añade el “principaliter”. El Espíritu procede del Padre por una parte inmediatamente, porque el Padre es principio inmediato, pero por otra parte procede de él a la vez “mediatamente” por el Hijo.

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El Filioque en los símbolos y en el magisterio.  La doctrina de Agustín encuentra eco en el Quicumque.  El Filioque se encuentra ya en el credo de Victricio de Rouen (IV) y en diferentes concilios españoles del V como afirmación antiarriana.  Maximo distingue entre poreuesthai y proienai.  Focio insiste en la monarquía del Padre (desde 867): la intervención del Hijo en la misión del Espíritu Santo en la economía salvífica viene completamente privada de toda posible correspondencia intratrinitaria.  En el concilio de Florencia (1493) se entiende “a Patre per Filium” en el sentido del Filioque; pero faltó el reconocimiento opuesto: que el Filioque equivale al “a Patre per Filium”. Se reconoce el “principaliter” de Agustín en la argumentación. La cuestión en la actualidad  Hay quienes no consideran que el Filioque sea cuestión de separación; más bien son perspectivas complementarias y enriquecedoras mutuamente.

XI. “Unitas in Trinitate”. Dios Uno en la Trinidad. Sus propiedades y modos de actuación. LA UNIDAD DE LA ESENCIA DIVINA    

1. La unidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. 2. El primado de lo personal. 3. La esencia divina 4. La unidad de Dios y la unidad de los hombres

LOS MODOS DE ACTUAR Y LAS PROPIEDADES (ATRIBUTOS) DE DIOS   

1. Algunas nociones bíblicas 2. Propiedades divinas en la tradición 3. Algunos problemas actuales.

XII. El conocimiento “natural” de Dios y el lenguaje de la analogía. EL CONOCIMIENTO DE DIOS A PARTIR DE LA CREACIÓN  

1. El conocimiento de Dios a partir de la creación en la Escritura. 2. El Vaticano I y el Vaticano II.

LA CUESTIÓN DE LA ANALOGÍA    

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1. Algunas nociones bíblicas 2. La crítica de Kart Barth y la reacción católica: la “analogía Christi”. 3. La “mayor semejanza” según E. Jüngel. 4. Conclusión: “mayor dissimilitudo” en la mayor cercanía.

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