Roberto Giobbi - Recuerda Y Olvida.doc

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RECUERDA Y OLVIDA El tema y la premisa de este maravilloso juego provienen del genial Hofzinser. Desde la publicación de su libro en 1910, se han desarrollado muchas variantes del efecto, casi siempre con la finalidad de prescindir de las cartas trucadas. Para la siguiente versión he empleado la solución de mi talentoso amigo Christoph Borer. He conservado partes de la charla de Hofzinser y he añadido algunas partes yo mismo; sería factible presentar este juego con la charla original en una actuación nostálgica.

EFECTO Dos espectadores eligen dos cartas cada uno. Cada uno recuerda una carta y olvida la otra. El mago encuentra las dos cartas recordadas. Al recordar a los espectadores cuáles eran las cartas olvidadas, las recordadas se convierten en las olvidadas.

CONSTRUCCIÓN, MANEJO Y CHARLA 1. Recibe la baraja mezclada de manos de un espectador: Dribla las cartas sobre la mano izquierda y pide a un espectador que diga «alto». En cuanto lo haga, habrá de elegir dos cartas, que podrán ser las dos superiores de la porción de la mano izquierda, las dos inferiores de la porción de la mano derecha, o bien una combinación de ambas. En todo caso, deja las dos cartas cara abajo sobre la mesa ante el espectador. Cuadra la baraja y dirígete a un segundo espectador, dándole a elegir igualmente dos cartas por el mismo procedimiento. 2. Dirígete ahora a ambos espectadores: Quiero pedir a cada uno de vosotros que mire bien una de las cartas...y que la olvide. Si, olviden bien esa carta y fíjense en la otra. (Humor de situación). Continúa: Entonces, acordaros de olvidar la otra carta y sobre todo no olvidéis de recordar la que hay que recordar. Ambos espectadores mezclan sus dos cartas hasta que no sepan cuál es cuál. Mientras tanto, dribla la mitad de la baraja sobre la mano izquierda y pide al espectador de tu izquierda que ponga sus dos cartas encima. Dribla el resto de la baraja encima y obtén una separación entre las porciones con el meñique izquierdo (ver «Obtención de la separación al driblar»). Cuadra la baraja en las puntas de los dedos y dribla de nuevo hasta la separación. El espectador a tu derecha coloca sus dos cartas encima de las del otro espectador. Dribla el resto de las cartas encima, obteniendo de nuevo una separación con el meñique izquierdo, y cuadra la baraja en las puntas de los dedos. Para estas devoluciones de cartas a la baraja se puede también comenzar a driblar y pedir al espectador que diga «alto» en el lugar en que quiera colocar sus cartas. En tal caso ha de

emplearse la mecánica del forzaje drible para el segundo espectador. Transfiere las parejas secretamente arriba por medio de un corte de transferencia, una mezcla en las manos, o bien un salto con drible, que es particularmente apropiado para este contexto. Charla: Olvidar es fácil. Recordar es difícil. Y lo que uno olvida, ya no lo sabe. 3. Las dos cartas del espectador de la derecha están ahora encima de la baraja seguidas de las del espectador de la izquierda. Da un vistazo secreto, al cuadrar, a la segunda carta por arriba y obtén una separación bajo ella. En tales casos suelo recurrir al «Vistazo con hojeo - carta superior» (GEC 342). Pide al espectador de la derecha que nombre la carta que ha recordado. Si nombra la que has visto ya sabes que es la segunda por arriba. Si nombra otra, tiene que ser la carta superior (una tercera posibilidad es que hayas cometido un error, pero supongo que no será el caso). En cuanto el espectador revele la identidad de su carta, explica: No es humanamente imposible manipular el pensamiento de una persona, ¿verdad? ¡Pues sí! Si yo lanzo el aura de mi mano sobre la baraja a través de tu pensamiento, la carta que has recordado sube a la posición superior. Pasa la mano derecha sobre la baraja y voltea la carta superior, o las dos primeras como una, según el caso. Ese es el primer efecto. Voltea la(s) carta(s) de nuevo cara abajo y, si has hecho el doble volteo, coloca la carta superior sobre la mesa. Si has mostrado la carta superior, coloca la segunda sobre la mesa por medio de la «Dada en segunda». En este caso es muy, muy fácil, aun si sólo dominas la técnica a nivel elemental, puesto que el efecto parece haber acabado y nadie mirará hacia la baraja. Puedes hacer la dada en segunda con toda tranquilidad, incluso a cámara lenta. Te aseguro que si no te muestras preocupado nadie sospechará la acción secreta. Has dejado, pues, la carta olvidada delante del espectador. La recordada queda sobre la baraja. Pierde dicha carta por el centro de la baraja por medio de «El corte deslizante en posición de dar» (Gran Escuela Cartomágica, pág. 208). 4. Repite el procedimiento con el segundo espectador hasta encontrar su carta recordada y colocar la olvidada sobre la mesa, ante él. 5. Los espectadores darán el juego por terminado puesto que has encontrado las dos cartas recordadas por ellos, lo cual de por sí no está nada mal. Pero tú continúas: Si les parece imposible encontrar las cartas recordadas, imagínense lo difícil que será encontrar las olvidadas. Pero eso es exactamente lo que hubiera tenido que hacer si en vez de estas cartas hubierais elegido recordar las otras. ¿Qué cartas habríais recordado si no las hubieseis olvidado? Dirígete a ambos espectadores. Lo más probable es que recuerden las cartas supuestamente olvidadas y las nombren (de no ser así, ver «Casi me olvido»), lo cual resulta muy divertido. Tu reacción: ¿Cómo podéis saberlo si la habíais olvidado? Tras una breve pausa para que los espectadores asimilen la pequeña broma, continúa: Entonces, si ahora recuerdan las cartas olvidadas, quiere decir que se convierten en... Señala hacia la baraja, donde tienen que estar las cartas olvidadas, ...¡recordadas! Señala hacia las dos cartas de la mesa y vuélvelas lentamente para mostrar las olvidadas y concluir así un juego de gran efecto y encanto.

CASI ME OLVIDO ...pero luego he recordado que...

1.

2.

Si el espectador olvida realmente la carta que tiene que olvidar, reconoce su esfuerzo. Es probable que no haya olvidado la carta y que haya decidido seguir el juego. Después de tu reconocimiento, en la mayoría de los casos, el espectador nombrará la carta olvidada. Si decides utilizar la charla original de Hofzinser, lo cual te aconsejo sin reservas, te recomiendo utilizar la de la segunda versión, que está en la página 134 de la traducción española del libro de Fischer, «La Cartomagia de Hofzinser». 1

1. "Recuerde y Olvide", La Cartomagia de Hofzinser, de Ottokar Fischer, pág.112. Editorial Páginas, 1992

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