Sabbats_imbolc

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Imbolc

Imbolc es uno de los cuatro Festivales de Fuego de la rueda sagrada anual, y se celebra tradicionalmente el 1-2 de febrero en el Hemisferio Norte (julio 31-agosto 1 en el Hemisferio Sur), aunque desde el punto de vista astronómico y astrológico lo correcto es celebrarlo el día en que el Sol alcanza respectivamente los 15° de Acuario o de Leo, que es el punto exacto de equidistancia entre el Solsticio de Invierno (Yule) y el Equinoccio de Primavera (Ostara). Esto provoca que a veces la fecha

astronómicamente determinada difiera hasta en dos semanas de la tradicional. La importancia de Imbolc para los antiguos se puede apreciar en varios sitios megalíticos y neolíticos, como los túmulos funerarios de Loughcrew y el Mound of the Hostages en Tara, Irlanda. Aquí, los pasajes de la cámara interior de las tumbas están perfectamente alineados con el sol naciente de Imbolc y Samhain. En forma similar, en Newgrange, el sol naciente de Imbolc brilla por el largo pasillo e ilumina la cámara interior de la tumba. El nombre de este día festivo -también llamado Oimelctiene varias pronunciaciones y significaría “dentro del vientre”, o bien “leche de oveja”. Sus orígenes se remontan a las tierras de nuestros antepasados celtas; en Inglaterra, Gales, Irlanda y algunas otras partes de Europa indica el comienzo de la temporada de corderos, cuando la primera oveja da a luz y se obtiene la primera leche fresca de la temporada. Pero además de ser un importante marcador en la rueda pagana del año, Imbolc es también la fiesta de la diosa BRIGHID: esta deidad encarna todas las fases de lo femenino, y en este momento celebra su renacimiento en forma de Doncella, cuando la oscuridad y la decadencia del invierno dan paso a los incipientes brotes frescos de la primavera. Dado que Brighid representa el poder que conduciría a la gente desde la estación oscura hacia la mitad luminosa del año, su presencia era muy importante en esta época, y se creía que en Imbolc la diosa se paseaba por la Tierra y visitaba los hogares trayendo sus bendiciones. Los agricultores consagraban sus herramientas de cultivo, derramando whisky en el filo del arado; las mujeres elaboraban muñequitas de paja representando a Brighid, que colocaban en un lugar de honor junto al fuego, por lo general acomodadas en cunas llamadas “Bride´s Beds”, y

arrojaban nueces a su alrededor como símbolos de fertilidad masculina. En la noche de Imbolc, las hogueras iluminaban las colinas a modo de bienvenida al regreso del calor y el fuego; y era costumbre que la gente saltara sobre ellas para curarse de sus resfriados y enfermedades invernales. Asimismo en Europa la jornada se dedicaba a fabricar velas para todo el año, ya que las velas confeccionadas ese día se consideraban afortunadas. Otras costumbres incluían encender velas en cada ventana de la casa para invitar a Brighid a entrar en el hogar. Enero era un mes largo y muy duro en tiempos de los celtas; pero Imbolc representaba los incipientes signos de esperanza de que la luz y el calor regresarían, ofreciendo la oportunidad para celebrar el haber sobrevivido a una de las épocas más difíciles del año. El período invernal sigue siendo sombrío hoy en día; incluso con todos nuestros recursos modernos, no resulta fácil de sobrellevar. Sin embargo, reconectarnos con nuestras raíces ancestrales (ya sea que tengamos ascendencia celta o no) es una forma poderosa de elevar nuestra conciencia, inyectarnos algo de calidez y entusiasmo, y devolver el sentido de lo sagrado a nuestra vida cotidiana. A pesar de que todavía puede haber nieve, heladas o hacer mucho frío afuera, estamos comenzando a percibir los primeros indicios de la primavera; dependiendo de dónde nos encontremos, es posible incluso que ya logremos ver algunas flores abiertas. Tras meses de mirar hacia dentro, de hibernación y de descanso, la vida empieza a agitarse de nuevo bajo la tierra; y al igual que la naturaleza despierta lentamente tras su período de inactividad, nosotras despertamos a nuevos sueños y nuevos planes.

Nuestros espíritus se sacuden la depresión del invierno, y con este despertar viene una limpieza muy necesaria. Cuando las flores tornan a brotar sobre la tierra, surge el deseo de despejar el terreno de todo aquello que ha muerto. Necesitamos salir y rastrillar las hojas viejas y húmedas que están allí desde el otoño, podar esas plantas perennes que nunca acondicionamos, y limpiar a conciencia antes de que empiecen a asomar los brotes nuevos entre las ramas viejas y retorcidas. Pero Imbolc también trae limpieza a nuestros espíritus: es momento de arreglar el desorden y deshacernos de lo que ya no nos sirve (hábitos nocivos, creencias limitantes), a fin de prepararnos para el nuevo y emocionante período de crecimiento por venir. A menudo, eso significa que Imbolc es un tiempo de verdadera transición y cambio, de dejar atrás nuestra zona de confort para permitirnos crecer más plenamente y ser nosotras mismas. Pero la realidad es que el cambio no es fácil: somos criaturas de costumbres, nos gustan las cosas que son familiares y cómodas. Sin embargo, un cambio real requiere que olvidemos todo eso; tenemos que hacer a un lado lo que sabemos y dar un paso hacia una nueva forma de ser. Y eso puede resultar muy incómodo. Imbolc nos invita a enfrentar tales desafíos. Es un período de prueba. ¿Tenemos la fuerza necesaria para hacer un cambio real y duradero? ¿Podemos dejar lo que es seguro, cómodo y familiar para crecer más plenamente como personas? Porque este es también el momento en que nuestros sueños de invierno comienzan a agitarse con nueva vida. En los últimos dos meses, hemos estado envisionando planes e ideas novedosas para nuestro futuro. Estas visiones esperanzadoras han encendido los fuegos de la creatividad y

la inspiración dentro de nosotras; y ese fuego es el que nos dará la fuerza para enfrentar el desafío del cambio. Como la marmota (protagonista de la temporada en Norteamérica), también nosotras nos vemos impulsadas a sacar la cabeza de nuestro universo interior. Este es el momento de brillar, de mostrar al mundo todos esos sueños de cambio que hemos estado soñando; y el paulatino renacer de la naturaleza nos apoya con su energía en ese poderoso trabajo de crecimiento y autorrealización.

15 actividades para celebrar Imbolc 1. Encender un fuego Una de las tradiciones de Imbolc más antiguas y poderosas es encender un fuego, como una ofrenda a Brighid y una celebración del Sol emergente. Podemos reunirnos con amigos y disfrutar juntos de una clásica fogata invernal, o elegir la opción más simple y encender velas (particularmente velas blancas, como símbolo de purificación). Apaguemos las luces eléctricas de nuestro hogar y bañémonos en el cálido resplandor de esta energía suave y elemental que nos rodea, sintiéndola como la presencia pura y femenina de la propia Brighid. Un sencillo ritual con velas diseñado para esta festividad es el siguiente, para el cual sólo necesitaremos cuatro velitas de té y algo con qué encenderlas. ✧ Encendemos la primera vela y decimos: “Aunque ahora está oscuro, vengo buscando luz. En el frío del invierno, vengo buscando vida.”

✧ Encendemos la segunda vela y decimos: “Invoco al fuego, que derrite la nieve y calienta el hogar. Invoco al fuego, que trae la luz y crea nueva vida. Invoco al fuego para purificarme con sus llamas.” ✧ Encendemos la tercera vela y decimos: “Como el fuego, la luz y el amor siempre crecerán. Como el fuego, la sabiduría y la inspiración siempre crecerán.” ✧ Finalmente, encenderemos la última vela. Mientras lo hacemos, visualizaremos las cuatro llamas uniéndose. A medida que la luz se acumula, veremos la energía creciendo en un brillo purificador, mientras decimos: “Fuego del hogar, resplandor del sol, cúbreme con tu luz. Tu brillo me envuelve y me purifica”. ✧ Nos tomaremos unos minutos para meditar a la luz de las velas. Pensemos en este día sagrado como un tiempo de curación, inspiración y purificación. ¿Tenemos alguna herida que necesita ser sanada? ¿Nos sentimos estancadas por falta de inspiración? ¿Hay alguna parte de nuestra vida que se sienta tóxica o contaminada? Visualicemos la luz como una energía cálida y envolvente que se cierne a nuestro alrededor, cura nuestras dolencias, enciende la chispa de la creatividad y purifica lo que está dañado. 2. Hornear pan o tortas de semillas Al crear conscientemente a nivel micro (mezclando ingredientes y revolviendo o sobando la masa), también estaremos catalizando esta fuerza creativa a un nivel macro, e invitando a un cambio positivo en nuestra vida. Los panes artesanales en forma de trenza o espiga y espolvoreados con semillas de lino, girasol, sésamo, etc. son muy apropiados para el simbolismo de la festividad. Después de utilizar el calor del horno como fuerza alquímica y trasmutadora (nuevamente, la energía del

fuego), disfrutemos de nuestras creaciones aún tibias y sabrosas, acompañadas de manteca fresca o mermelada de moras, mientras somos conscientes de estar reabasteciéndonos de combustible y alimentándonos en todos los niveles, a medida que cambian las estaciones. Crear algo nuevo a partir de ingredientes simples es otra forma de encarnar la poderosa fuerza vital de Brighid, en cuanto diosa de la fertilidad. 3. Hacer una profunda limpieza en el hogar Brighid es la guardiana del hogar y de todas las tareas diarias necesarias para mantener una casa en funcionamiento. Honrémosla (¡y a nosotras mismas!) haciendo que este trabajo sea más fácil. Deshagámonos de todo aquello que ya no necesitamos y de las cosas que han dejado de ser útiles. Este es un buen momento para hacer la transición desde las profundidades del invierno hacia el comienzo de la primavera, por lo que es recomendable despejar las habitaciones, abrir las ventanas y permitir que el aire circule y refresque los espacios interiores. 4. Confeccionar una muñeca de Imbolc Los celtas eran animistas, es decir, creían que todo lo que existe tiene un alma o espíritu, incluyendo los granos que cultivaban. Por esa razón en la época de la siega, a fin de que el espíritu del cereal no quedara “sin hogar”, confeccionaban para alojarlo pequeñas muñecas con gavillas secas de la cosecha anterior, las cuales guardaban y cuidaban amorosamente hasta la próxima siembra, cuando el espíritu era llevado nuevamente a los campos. Las muñequitas tradicionales -llamadas “corn dollies”- se realizaban con chala de maíz, paja o espigas que se ataban, plegaban y entretejían hasta lograr una forma humana

básica, la cual luego era engalanada con telas, cintas y abalorios. Hoy en día, algunas personas prefieren reemplazar las “corn dollies” con muñecas de trapo vestidas a imagen de la diosa Brighid, que son colocadas en pequeñas camas junto al fuego del hogar, 5. Armar una “cruz de Brighid” Una variante de lo anterior es la famosa “cruz de Brighid”, una artesanía elaborada indistintamente por paganos y cristianos, consistente en una cruz de cuatro brazos iguales que rememora el símbolo de la rueda solar celta. Las personas acostumbran colgar estas cruces sobre las puertas de sus casas para asegurarse prosperidad y protección contra incendios y ladrones, o bien colocarlas en un altar junto a una vela perpetuamente encendida en honor a la diosa/santa. Tradicionalmente, la cruz se hace de varas, juncos, tallos de trigo, hojas de palma u otras fibras naturales. La cruz que se muestra a continuación está hecha con mimbre de 1/4 de pulgada de ancho. Se ha empapado en agua tibia durante aproximadamente dos horas a fin de que sea lo suficientemente flexible para trabajar. Las hierbas secas también deberán ser remojadas (se puede hacer una versión para niños con limpiapipas o pajillas de refresco).

Los materiales exactos utilizados para la cruz representada son:  14 cañas de mimbre cortadas a 12 pulgadas de largo y remojadas durante 2 horas  Cuatro largos de 6 pulgadas de hilo de algodón  1 cucharada de té instantáneo para teñir (opcional - se usó debido a que se trabajaba con caña blanqueada) Instrucciones: Tomar dos cañas y colocarlas juntas en un patrón cruzado. Tomar otra caña y doblar por la mitad sobre la mitad derecha de la caña horizontal. Mantener la caña ajustada a la cruz central. Girar toda la pieza 90 grados hacia la izquierda. Doblar otra caña de la misma manera sobre la mitad derecha de la caña horizontal actual. Continuar de esta manera hasta que quede una sola caña para usar. Comenzar doblando esta caña de la manera descrita anteriormente, sólo que los extremos deben introducirse en la parte delantera y trasera de la caña de base para fijar la pieza. Atar una cuerda alrededor de los cuatro brazos de la cruz para asegurar. Mezclar 1 cucharada de té instantáneo con 1/2 taza de agua y pintar la cruz. Dejar secar y aplicar una segunda capa, o las que sean necesarias para lograr el tono deseado. Agregar

adornos a gusto, incluyendo pintura o cintas decorativas en los extremos. Es conveniente planificar con anticipación y cosechar nuestras propias fibras naturales para el proyecto, aunque también podemos adquirirlas en casas de cestería, en una gran variedad de tamaños, tipos y colores. Asimismo, resulta apropiado bendecir con plegarias, canciones o mantras los materiales que vamos a utilizar, ya que se trata de un trabajo manual devocional. 6. Caminar en la naturaleza Aunque es probable que todavía soportemos temperaturas muy frías, es recomendable salir a dar un paseo por el bosque, el campo o algún entorno natural que tengamos cerca. Prestaremos especial atención a cada señal que nos indique la proximidad de la primavera: pimpollos de flores, árboles con brotes nuevos, manantiales que se deshielan, ardillas asomando fuera de sus madrigueras, bandadas de pájaros que regresan, corderos recién nacidos, mariposas o cualquier otra manifestación de vida nueva que empiece a revelarse, y meditaremos sobre ello, sintiendo cómo el calor y la esperanza renacen también en nuestro interior. 7. Escribir un poema Brighid es también la patrona de los poetas. Es una diosa invocada a menudo para pedirle inspiración, así que intentemos escribir algunas palabras sobre ella, o para ella, hoy. Si no se nos da bien la poesía, probemos con alguna otra forma de arte: un dibujo, una canción, una pequeña escultura. Incluso podríamos crear un sencillo ritual, rindiéndonos a la creatividad para ver qué se mueve a través de nosotras; nunca se sabe, pero lo que se revela bajo su mirada puede ser exactamente lo que más necesitamos escuchar.

8. Hacer un ritual de auto purificación A través del fuego, Brighid tiene el inmenso poder de ayudarnos a limpiar y purificar nuestro cuerpo, mente y espíritu, en preparación para una nueva vida. Esto hace que su fiesta sea ideal para un ritual de auto purificación, y el uso de cada uno de los elementos amplificará su poder. Los pasos a seguir son los siguientes:  Primero, crear un espacio sagrado, y luego invitar a la diosa a entrar en él con nosotras y ofrecernos su poder y protección.  Tomar un poco de sal para representar la Tierra y espolvorearla sobre nuestra piel, pidiéndole a Brighid que limpie nuestro cuerpo.  Encender incienso para representar el Aire, y pedirle a Brighid que limpie nuestra mente.  Encender una vela para representar el fuego y pedirle a Brighid que purifique nuestra voluntad y fuerza vital.  Finalmente, tomar un pequeño recipiente con agua, espolvorear gotas alrededor de nuestro cuerpo y pedirle a Brighid que limpie y purifique nuestras emociones.  Cerrar el ritual agradeciendo a la diosa por sus bendiciones. 9. Tomar un baño relajante Creemos el ambiente adecuado encendiendo velas y apagando la luz cenital. Encendamos un poco de incienso o un difusor de aceites esenciales con un aroma que nos resulte agradable o inspirador. Pongamos algo de música, si eso nos ayuda a relajarnos. Mientras dejamos correr el agua, añadiremos un poco de sal de epsom y cualquier hierba de nuestra preferencia. La mejor manera de hacer esto es introducir las hierbas en

una tela o bolsa de muselina y colgarla en el grifo, para que el agua tibia pase a través de ella hacia la bañera. Las hierbas asociadas con la limpieza energética incluyen: salvia, manzanilla, canela, melisa, sándalo, lavanda, romero, menta. Una vez que hayamos llenado el baño con agua tibia, nos sumergiremos en la bañera y dedicaremos varios minutos a relajarnos completamente. Dejaremos que nuestra mente se aclare, y nos concentraremos en la calidez que nos envuelve, cerrando los ojos y sintonizándonos con nuestro cuerpo. Durante varios minutos, visualizaremos toda la energía negativa que se almacena en nuestro cuerpo; y a medida que nos enfocamos, imaginaremos que toda esa negatividad es transpirada hacia afuera, una partícula a la vez, a través de nuestros poros. Veamos cómo se libera cualquier negatividad de nuestro cuerpo; pensemos en lo rejuvenecedor que es el baño, y sintamos cómo nuestro cuerpo, nuestro espíritu y nuestra alma se limpian y purifican con las hierbas y el agua. Cuando estemos listas, nos levantaremos y saldremos de la bañera. Después de salir del agua, soltaremos el tapón para que toda la negatividad absorbida por el agua se pueda drenar. 10. Fabricar velas Cada bruja debería saber lo básico para hacer sus propias velas; esto permite, entre otras ventajas, personalizar nuestras velas rituales con los colores y los aceites esenciales adecuados. Procuraremos reemplazar la parafina derivada del petróleo por ingredientes más naturales (cera de abejas o de soja, aceite de coco); también podemos enriquecerlas con hierbas perfumadas afines a la festividad -como lavanda o manzanilla- y pequeños cristales.

Una buena práctica sería dedicar el mes anterior a fabricar suficientes velas para todo el año, y consagrarlas en Imbolc. 11. Bendecir las semillas Es un buen momento para elegir las semillas que plantaremos en nuestro jardín o huerto mágico durante las semanas siguientes (o comprar las que necesitemos, si no tenemos nuestro propio banco de semillas) y colocarlas en el altar para que la diosa Brighid las bendiga con su luz. Luego las plantaremos en almácigo, mientras visualizamos en ellas las intenciones que queremos “sembrar” para el futuro próximo; las regaremos -de preferencia con agua de luna o de nieve-, y acompañaremos amorosamente el proceso de su germinación en los días sucesivos. 12.- Confeccionar una vara de poder Como en esta época hay muchos árboles secos, es fácil recoger madera para obtener una varita a semejanza de la vara de Brighid. El sauce y el manzano son opciones especialmente agradables, pero la elección final quedará a criterio de cada una. En nuestras caminatas por el bosque, busquemos alguna rama extraña o única que nos hable (los tallos duros de árboles que crecen unidos o entrelazados entre sí son particularmente hermosos). Cuando encontremos la adecuada, podemos adornarla a gusto colocándole una punta de cristal, símbolos rituales de nuestra preferencia -pentáculo, trisquel, runas- o cintas de colores. 13. Hacer un manto de Brighid Un símbolo común de Brighid es su manto o capa verde (según otras fuentes, azul o púrpura) que en gaélico se conoce como el “brat Bhride”. Leyendas cristianas cuentan que la niña que más tarde se convertiría en Santa

Brighid fue donde el Rey de Leinster y le solicitó tierras para poder construir una abadía, enfatizando que estaría feliz de recibir apenas la superficie que pudiera cubrir con su capa. Con aire burlón, el monarca accedió; entonces, algunas de las mujeres que acompañaban a Brighid tomaron los cuatro extremos de su capa y comenzaron a correr velozmente en distintas direcciones, mientras la capa crecía y crecía milagrosamente hasta cubrir tanto terreno como se necesitaba para edificar el monasterio. No obstante, desde mucho antes de la llegada del cristianismo el manto de Brighid era ya reverenciado entre los celtas, por llevar consigo bendiciones y poderes curativos. Tradicionalmente se ponía un paño fuera de la casa en la noche previa a Imbolc, para que el rocío derramado sobre él lo consagrara; y se creía que si se usaba la misma tela cada año, ganaría fuerza y poder cada vez que Brighid pasara por allí. Estos mantos se usaban para consolar y curar a una persona enferma, proporcionar protección a las mujeres en trabajo de parto y ayudar a los niños a dormir sin sobresaltos. Si deseamos hacer nuestro propio manto de Brighid, buscaremos un trozo de tela verde lo suficientemente largo como para rodear cómodamente nuestros hombros. Lo dejaremos cerca de la puerta en la noche de Imbolc, y pediremos humildemente a Brighid que lo bendiga para nosotras. En la mañana, podremos envolvernos en su energía curativa y agradecer a la diosa por su generosidad. 14. Practicar artes adivinatorias Dado que una de las características atribuidas a Brighid es el don de la profecía, es este un momento muy apropiado para consultar los oráculos de nuestra preferencia (tarot, runas, péndulo, scrying) sobre los desafíos que se nos presentarán en los días venideros. En algunas tradiciones neopaganas se acostumbra efectuar consultas que

abarquen desde el Sabbat actual hasta el siguiente, a fin de evaluar la evolución de los acontecimientos a medida que gira la rueda del año. 15. Meditar por escrito Aun cuando no hayamos logrado realizar ninguna de las actividades anteriores, siempre podremos hacer una pequeña pausa en nuestra rutina cotidiana para prepararnos una infusión caliente y energética (puede ser té negro con canela, jengibre, vainilla, manzana y almendras), respirar lenta y profundamente unas cuantas veces a efectos de relajarnos y conectar con nuestro Ser Esencial, y luego sentarnos a escribir en nuestro diario personal respondiendo a las siguientes preguntas:  Mientras estuve encerrada durante el invierno, ¿qué ha estado creciendo y agitándose dentro de mí?  ¿Qué pequeños brotes de vida nueva comienzan a aparecer a partir de esos sueños de invierno? ¿Qué nuevo comienzo estoy experimentando?  ¿Cuáles son los proyectos y planes que me gustaría llevar a la práctica en los próximos meses?  ¿Hay cambios actualmente en mi vida o transiciones que estoy experimentando y que me hacen sentir desequilibrada o incómoda? Procuraremos escribir sin restricciones todo aquello que venga a nuestra mente, recordando que muchas veces las respuestas que buscamos nos llegan de forma automática, sin pasar por la censura de la mente consciente. Una vez terminada la tarea, daremos gracias por la inspiración recibida y por la bendición de haber podido disfrutar de ese espacio y tiempo sagrados.

CORRESPONDENCIAS DE IMBOLC Deidades: Brighid, Hestia, Vesta, Flora, Laia. Símbolos y decoraciones para el altar: cruz de Brighid, círculos de velas, follaje perene, muñecas de paja, arados, ruedas solares, flores blancas, plumas de cisne. Animales: zorro, oso, ciervo, vaca, cordero, serpiente, marmota, ave fénix, cisne. Colores: verde, blanco (representa la pureza y los nuevos comienzos), rojo, naranja y amarillo (simbolizan el fuego). Cristales y piedras: amatista, piedra de sangre, amazonita, ónix, aguamarina, turquesa, citrino, heliolita (piedra sol). Hierbas y flores: tusílago, mora, angélica, albahaca, laurel, jengibre, manzanilla, semillas de azafrán, lavanda, romero, diente de león, brezo, salvia blanca, caléndula. Inciensos y Aceites: incienso, mirra, jazmín, sándalo. Árboles: abedul, árboles de hoja perenne, olivo, sauce, serbal (rowan).

Comidas: leche y todos sus derivados, verduras de hoja verde, pan de semillas, moras

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