Solo Para Valientes (cuadernillo).docx

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SAGRADOS CORAZONES - 2017

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INTRODUCCIÓN 1. HACEN FALTA VALIENTES No quisiera que este librito pasara por tus manos como uno más. Está escrito con mucha ilusión. Con la seguridad de encontrar un grupito de niños y niñas valientes. Más que palabras bonitas, quisiera que encontraras en él una ayuda para vivir tu vida de niño cristiano. Por eso todo lo que vas a leer quiere ayudarte a "vivir con perfección la vida cristiana..." Y eso sólo pueden lograrlo los que quieren, ¡os que se esfuerzan, los que luchan, LOS VALIENTES. Por ello el título del libro: SOLO PARA VALIENTES. Hoy hacen falta VALIENTES. En la Iglesia, en cada parroquia, en tu pueblo... hacen falta urgentemente un grupo de valientes que tomen en serio, de verdad, su vida cristiana... ¿Quieres ser tú uno de ellos? ¿Sí? Pues para ti está escrito este librito. 2. VOY A ENSEÑARTE A LEER No te enfades. Ya sé que sabes leer. Pero quisiera enseñarte a leer con provecho. Y esto es diferente. Lo que voy a decirte puede servir para leer este libro o cualquier otro que ayude a pensar. Es muy sencillo... Debes hacer cuatro cosas: 1. Escoge el momento y el lugar. Si estás muerto de sueño... será difícil leer con provecho. Y si vas a leer delante de la tele, lo harás todo menos leer. Escoge el momento y el lugar apropiado, ¿está claro?

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2. Lee cada día. No debes pasar ni un día sin leer; como tampoco pasas ni un día sin comer. Aunque estés cansado... Aunque sean días de vacaciones. Aunque mañana tengas examen... No pases ni un día sin leer. Es tu alimento. Y esos días... lo necesitas más. 3. Lee poco. No tengas prisa. Unas líneas bastan. Y enseguida a pensar qué quiere decirte Jesús con aquella lectura. Y a pedirle fuerza para que te ayude a cumplir lo que te ha dicho. 4. Practica lo que has leído. Y esto es trabajo de todo el día. Para ello debes terminar con un propósito concreto. Y al día siguiente, ver si lo has cumplido. Si lo haces así... aprenderás a leer... con provecho.

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Primera Parte: LA VIDA CRISTIANA I. LA META 1. LA FUENTE DE LA FELICIDAD Empezaré por contarte una historia. Eran unos cuantos amigos. Roberto era el jefe: un buen muchacho. Y decidieron un día ir a buscar, entre las montañas, la famosa fuente de la felicidad. El que de ella bebía se sentía plenamente feliz. Pero estaba lejos... No importa. Ellos eran valientes. El camino era difícil y empinado... Mejor; así sería más bonita la aventura. Cuando partieron, algunos compañeros se les reían. Pero los diez amigos, sin hacer caso, emprendieron la marcha en busca de la fuente de la felicidad. Roberto iba delante cantando y animando a los demás. A ratos descansaban. Comían un poco. Y vuelta a andar. Así un día entero. Pasaron la noche en dos tiendas de campaña. Estaban cansados. Al día siguiente surgió la primera dificultad. Luis y Antonio no querían seguir. Están rendidos. Roberto les habla aparte. Pero no logra convencerlos. No quieren dar un paso más. El jefe da la orden y ocho muchachos reemprenden la subida. ¿Qué dificultades tendrán hoy? Son valientes y no encuentran obstáculos. A veces pasa el camino entre zarzas. Algún rasguño, pero nada. Alguna caída... pero tampoco es dificultad. Roberto sigue adelante. ¡Si él pudiera dirigir la expedición por otro lado! No es posible. El camino pasa por allí. No puede evitar el paso junto a las cuevas. Las siete célebres cuevas.

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- ¡Sigamos. No os detengáis! -suena la voz de Roberto-, no tenemos tiempo. Hemos de llegar a la fuente de la felicidad. Pero las cuevas atraen a los muchachos. -Sólo un poco. Son muy bonitas –dicen unos- y se meten dentro a inspeccionarlas. Roberto, con otros cuatro, no entran. Descansan un rato. Esperan. Pasa el tiempo y nadie sale. Sólo al cabo de dos horas aparecen los de las cuevas. Parecen contentos; pero están agotados. Tampoco ellos quieren seguir. -¡Se está muy bien en las cuevas dicen- y todavía nos han quedado cosas por ver! -Lo siento por vosotros -dice el jefe-. Pero hemos dado palabra de llegar a la fuente. Nosotros seguimos. Y parten los cinco. Son menos. Pero se sienten más unidos. Conforme van subiendo, el camino se estrecha, se esconde. Hay pocas huellas. Se nota que han pasado pocos por allí. Dudan. Se pierden a veces. Pero son cinco amigos valientes y están empeñados en encontrar la fuente. A ratos se dispersan para buscar entre todos el camino. Luego se reúnen. Comentan las pistas que han visto. Por fin, Roberto da un grito: -¡Por aquí! Ha visto un sendero. Están cerca de la cima. Arriba, arriba... un sprint final... y... -¡la fuente!-, gritan una tras otra cinco gargantas. Y las montañas repiten el eco: ¡La fuente! ¡la fuente!... Han llegado. Sudan. Están rendidos. Pero gozan. Miran el cielo, las montañas, el agua. Se contemplan unos a otros y gozan. Y todos, en silencio, beben de la fuente. Se levantan. Vuelven a mirarse y sonríen. Ahora lo entienden todo. La fuente de la felicidad.

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El agua es limpia y fresca. Pero es agua como las demás. Sin embargo, se sienten felices, enormemente felices. Roberto explica: -Amigos, es el esfuerzo, el sacrificio que nos ha costado, lo que nos produce la felicidad. No hemos hecho caso de los que se reían de nosotros. No hemos cedido al cansancio. Hemos renunciado a las cuevas, que también a nosotros nos atraían. Hemos sido valientes. Por esto somos felices. Los cinco amigos se abrazan. Cantan. Y, antes de bajar, juran solemnemente que llevarán a otros amigos, para que puedan, como ellos, gozar de la alegría del esfuerzo, del gozo de haber llegado a la meta. Mira bien este dibujo. ¿Sabes tú cuál es la meta a donde debes llegar? ¿Dónde está la fuente de la felicidad? La meta de todo cristiano es la santidad. Desde el día que nos bautizaron, allí está nuestra meta. Y allí encontraremos la felicidad. Ser santo es difícil, naturalmente. Es sólo para valientes. Sólo los esforzados conquistan la meta. ¿Quieres tú llegar a la santidad? ¿Y quieres ayudar a otros a que lleguen contigo? Este librito te enseñará cuál es el camino, qué dificultades vas a encontrar y cómo debes vencerlas. Y te mostrará también cuáles son tus compañeros de ruta. Léelo atentamente. Diariamente. Y empieza a recorrer este sendero que te llevará a la más grande aventura... a la fuente de la felicidad. 2. EL GRAN DÍA DE TU BAUTISMO Cuando naciste, hubo en tu casa una gran alegría. ¡Ha nacido un niño! decían todos. Tus padres te habían dado la vida.

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Y ellos, que te querían mucho, quisieron darte algo mucho más grande. Te llevaron a bautizar. Y en el bautismo te convertiste en hijo de Dios. Fue el gran día de tu bautismo. Tu alma quedó limpia del pecado original. Desde aquel día Dios vive en tu corazón. Eres como la casa de Dios. Conocí a una madre que cuando le traían a su hijo de bautizar lo tomó en sus brazos y, llena de respeto, le dio un beso. En el corazón de mi hijo vive Dios, pensaba ella. Desde aquel día Dios es tu padre. Por eso tus papas te han enseñado el "Padre nuestro". Desde aquel día perteneces al ejército de Jesús. El es tu capitán. Y tú has de ser valiente soldado. Desde aquel día, además de la vida natural, tienes la vida cristiana, es decir, la misma vida de Jesús en ti: la Gracia. Y al mismo tiempo que tu cuerpo se alimenta y crece y vas a la escuela y aprendes muchas cosas, también debe crecer tu vida cristiana. No olvides nunca el día de tu bautismo. Desde aquel día estás llamado a la santidad, a la "fuente de la felicidad". 3. LA VIDA CRISTIANA Pero tú quieres ya empezar la escalada, ¿verdad? ¿Cómo crecer? ¿Cómo subir a la célebre "fuente"? Atiende: Habrás visto muchas veces a un niño pequeño en la cuna: mueve los brazos, ríe, llora, patalea. Su madre le da leche y lo alimenta. Y el niño, poco a poco, va creciendo. Ya comienza a andar..., cae muchas veces; pero con la ayuda de mamá se levanta. Además de leche, empieza a tomar ya otros alimentos. Se va haciendo fuerte. Juega, estudia..., y así llegará a ser un hombre.

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Esta es la vida natural que nos han regalado nuestros padres. Y por eso les queremos tanto. Y esta vida crece con el alimento, el ejercicio y los años... Pero tú ya sabes que nosotros, los cristianos, tenemos además otra vida: LA VIDA CRISTIANA. La recibimos el día que nos bautizaron. Nos la dio Dios. Por eso nosotros somos hijos de Dios. Por eso nos quiere tanto Dios. Y por eso podemos llamar a Dios: PADRE. Para que esta vida cristiana crezca, también necesita alimento, ejercicio y años. En la VIDA CRISTIANA - el alimento es la REFLEXIÓN (para descubrir tus faltas de cada día), la ORACIÓN (para hablar con nuestro Padre Dios), la COMUNIÓN y demás sacramentos (Dios viene a nosotros para ayudarnos). - el ejercicio quiere decir ir quitando vicios y hacer crecer las virtudes (obedeciendo a los padres y maestros, comiendo lo que no nos gusta, levantándonos de la cama enseguida, etc.). - los años también son necesarios. No se puede llegar a ser cristianos perfectos en un día. Hay que dejar pasar el tiempo. Y así, con estas tres cosas, llegaremos a la fuente, a ser unos hombres en la Vida Cristiana, y viviremos siempre como hijos de Dios. ¡Qué grande es ser hijo de Dios! 4. SED SANTOS Esa es la meta. Ahí está la fuente de la felicidad. No. No creas que estoy en la luna, si te digo que estás llamado a la santidad. Aunque sólo tengas 10 años. No hace falta esperar a ser mayor para ser santo. En toda la historia de la Iglesia ha habido niños de tu edad que han llegado a ser santos. Niños y niñas de carne y hueso como tú..., con tus mismos problemas y

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dificultades... ¿Por qué tú no? Además, el Concilio y el Papa nos lo están pidiendo a gritos. Escucha: "Todos en la Iglesia están llamados a la santidad. ¿Habéis sido bautizados? Sí. Por tanto, sois cristianos. Un cristiano ¿debe ser un buen cristiano o un mal cristiano? Es cierto que debe ser un buen cristiano. ¿Hasta qué edad? ¿Hasta los diez años? No. Siempre. ¿También cuando se convierte en joven? ¿ Cuando se va al servicio militar?. ¿Cuándo va a trabajar? ¿Cuando se casa? Sí. Es evidente, un cristiano debe ser siempre un buen cristiano. Un cristiano debe ser sincero, perfecto, fuerte, bueno, verdaderamente bueno. Así debe ser. Por ello todo cristiano DEBE SER SANTO". Ya ves que esto de ser santo no es un cuento chino que me invento yo ahora. El Papa Pío XII decía ya: "No debéis creer que el ser pequeño sea un obstáculo en el camino hacia la perfección, hacia la santidad. EXISTIRÁN SANTOS ENTRE LOS NIÑOS". Como ves, el Papa está seguro de que también de entre los niños saldrán santos. Yo también estoy seguro. ¿Quién no lo está con un valiente como tú? Porque la santidad es de valientes, no lo olvides. Y valientes son los niños y niñas que cada día luchan y se esfuerzan por ser mejores... Hace un tiempo el Papa lloró en público... Y lloró porque con su corazón de padre ve todo el mal que hay en el mundo. Y lo que más le hace sufrir es ver que los cristianos no le hacemos caso y preferimos vivir como paganos. Y ha dicho que pone su confianza en el grupito de valientes que quieren vivir en cristiano y aspiran con todas sus fuerzas a ser santos. Estos son los únicos que pueden salvar a la Iglesia y al mundo. Hace muy poco tiempo el mismo Papa nos decía:

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"SED SANTOS: ésta es la consigna que os comunicamos. La Iglesia tiene hoy sobre todo necesidad de SANTOS...". ¿Quieres darle al Papa esta alegría? ¿Te decides a ser santo? ¿Sí? En las páginas de este libro encontrarás un camino. Si lo sigues fielmente llegarás a SANTO. Llegarás a la fuente de la felicidad. Pero ¡no lo olvides! Es un camino... SOLO PARA VALIENTES. 5. LOS DOS EJÉRCITOS Pero esto no podrás lograrlo sin lucha. Quiero decírtelo desde el comienzo. Has de luchar. Y luchar como un valiente. El mundo está dividido en dos bandos, en dos ejércitos, enemigos eternos. El capitán del primer bando. Es el demonio. Tiene un ejército muy grande. Son muchos los que le siguen. Y es muy fácil pertenecer a este bando. De este bando son:  los perezosos: se levantan tarde, llegan tarde a todas partes, pierden ratos de estudio, trabajan con desgana y malhumor...  los caprichosos: siempre quieren salir con la suya. "Cómprame esto, cómprame aquello". Hacen lo que les viene en gana. Como los animalitos...  los desobedientes: "no quiero ir". Todo lo tiene que hacer su mamá o los demás hermanos...  los que riñen: con sus hermanos, con sus amigos. Los que insultan a los demás, les pegan, tiran piedras...  los cobardes: que cuando una cosa les cuesta, ya no lo hacen...  los golosos: siempre están comiendo y bebiendo

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a deshora...  y muchos otros... ¡Es tan fácil pertenecer a ese bando! Sólo hace falta dejarse llevar. Jesús es el capitán del segundo bando. Son poquitos los que le siguen. Pero muy valientes. Porque Jesús sólo quiere a los valientes. Son aquellos chicos y chicas que:  ...llegan puntuales a casa, al colegio...  ...gozan haciendo bien a los compañeros, dejándoles las cosas, centrándoles cuando juegan al fútbol...  ...hacen siempre todos los deberes del colegio...  ...ayudan a sus padres en todo lo que pueden...  ...cuando han hecho una falta, saben pedir perdón... Y ahora, ¿qué te parece? ¿A qué bando perteneces tú? ¿A qué bando quieres pertenecer? ¿Qué ejército crees que vencerá? ¿Por qué? Jesús te mira, te ama y espera tu respuesta valiente y generosa... ¿Te apuntas en el bando de los valientes que siguen sin miedo a Jesús? ¿Sí? Pues sigue leyendo y comienza ya a esforzarte en alguna cosa. No olvides que con este esfuerzo estás en la verdadera pista de la fuente de la felicidad. II. LA RUTA 6. HAGO SIEMPRE LO QUE AGRADA A MI PADRE ¿Has oído hablar de los mandamientos de la ley de Dios? ¿Sí, verdad? Incluso te los sabes de memoria.

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Pues mira. Estos mandamientos nos marcan la ruta. Este es el camino que nos ha trazado Jesús para llegar a la fuente de la felicidad, es decir, a la santidad. Si los cumples todos fielmente, llegarás con rapidez y seguridad. Es un camino estrecho. Es empinado. Por esto hay pocos que suben por este camino. Pocos que lleguen a la meta. Pero tú has nacido para cosas grandes. Desde ahora has de ser valiente. Y los valientes no temen el cansancio, el sacrificio, el esfuerzo, la lucha, el sudor... Empieza a caminar con decisión por el camino de los mandamientos. Todo se resume en el amor. Sería bueno ahora explicarte cada uno de los mandamientos. Pero ya los sabes, aunque no siempre los cumples bien... Pero sí quiero decirte que todos los mandamientos se resumen en amar. Si amas a Dios, hablarás con El, apreciarás su amistad por encima de todo, no se te ocurrirá blasfemar contra El. Si le amas, gozarás de encontrarte con El todos los domingos en la Misa y Comunión. Y estarás siempre atento a cumplir su voluntad y agradarle en todo. Si amas a tus padres, les obedecerás y respetarás, y procurarás complacerles. Si amas a tus hermanos y compañeros, no les dirás insultos, ni les causarás molestias, ni harás cosas feas, ni les quitarás las cosas, ni les tendrás envidia, ni les mentirás, ni hablarás mal de ellos. Eso has de procurar con toda el alma: amar. Si amas, habrás cumplido todos los mandamientos.

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¿Qué he de hacer para amar? Te lo va a explicar el mismo Jesús. Un día les dijo a sus apóstoles: "Yo hago siempre lo que agrada a mi padre". Eso es amar. ¿Ves qué sencillo? En lugar de hacer lo que te agrada a ti, haz siempre lo que agrada a tu padre Dios. Esa ha de ser tu única ocupación. Cuando estudias, cuando comes, juegas, hablas... debes hacerlo siempre porque Dios lo quiere y como El quiere. Todo para agradarle a El. No pienses nunca si una cosa te gusta o no te gusta. Piensa siempre: ¿Le gustará a mi Padre? Eso es amar. Así obraba Jesús. Si tú haces esto, irás con rapidez hacia la fuente de la felicidad. Esa es la ruta que El nos ha marcado. ¿Quieres caminar por aquí? Pues, sigue leyendo. 7. CUATRO CONSIGNAS PARA VALIENTES Como veo que tienes ganas de esforzarte y llegar a santo..., como veo que quieres ser amigo de Jesús y pertenecer al bando de los valientes... te voy a dar las CUATRO CONSIGNAS que usan los de este bando. Si estas CUATRO CONSIGNAS las pones en práctica, tus enemigos no podrán nada contra ti. Y llegará un día en que estos enemigos (que son tu egoísmo, tu pereza, tu ira... y todos tus vicios y pecados capitales), caerán muertos ante un valiente como tú. Serás invencible y tu vida cristiana irá creciendo... y serás santo. Habrás llegado a la fuente de la felicidad. Y ahora... mucha atención a las consignas:

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1.a Lo mejor y lo primero para los demás, lo peor y lo último para mí. Esta es la primera consigna de los del bando de Jesús. Es el LEMA. El siempre lo hizo así. Has de aprenderte esta consigna de memoria. Pero, sobre todo, cumplirla. Cuesta... pero verás qué alegría más grande sentirás, si te lo propones en serio. Así lo hacia Nando..., que quería siempre el postre más pequeño. Y Paco..., que siempre se prestaba a hacer lo que los demás no querían. Y Maribel..., que pedía como un favor que le dejasen lavar los platos. Y María Rosa..., que, en lugar de ir al cine, se quedaba a jugar con su hermanito pequeño. También Juanito..., que dejaba escoger a sus amigos la forma de pasar el domingo. Y Carolina..., que del dinero que le daban sus padres el domingo compraba helados para sus hermanitos. Y Miguel..., que dejaba pasar delante a los demás y escogía el sitio que los otros no querían... Y así tantos otros niños y niñas. ¿Cumples tú esta consigna? 2.a Obediencia pronta y alegre a los padres y maestros. Es la segunda consigna que aprenderás de memoria. Es fácil ¿verdad? De aprenderla, sí. Pero... ponte a cumplirla..., te costará; caerás muchas veces; pero no te desanimes. Poco a poco, si eres valiente, si te esfuerzas de verdad, lo conseguirás. La obediencia ha de ser pronta. No a la tercera, ni a la segunda..., sino a la primera, enseguida. Has de llegar a adivinar el pensamiento de tu madre y hacerlo al punto, sin necesidad de que te lo mande. ¿Lo haces así? ¿O te haces repetir las cosas muchas veces? ¿Tiene que gritarte tu madre? ¿Te castigan muchas veces en clase?...

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Y hemos dicho también obediencia alegre. Lo que te manden has de hacerlo con alegría, sin malas caras, aunque quisieras entonces ir a jugar. Sin quejarte, sin poner excusas. Obedecer siempre y con alegría. Quizás te preguntas por qué tienes que obedecer. No olvides que Dios ha enviado a tu padre y a tu madre para que cuiden de ti. Representan a Dios. Tus padres saben lo que es bueno y malo para ti. Por eso te mandan. Por eso debes obedecerles. Tú no desobedecerías a Dios, ¿verdad? ¡Claro que no! Pues bien, Dios te habla por medio de tus padres. Cuando les desobedeces a ellos, desobedeces a Dios, nuestro Padre. ¿Te imaginas cómo obedecería Jesús cuando sus padres, José y María, le mandaban hacer encargos? Iba corriendo y con alegría. Por eso Jesús quiere así a los de su bando. Y hay muchos valientes que lo van consiguiendo. ¿Quieres ser uno de ellos? ¡Animo, muchacho! Aprende a obedecer. Tus padres estarán contentos de ti. Jesús tendrá un soldado estupendo en su bando. Y tú serás feliz. 3 ' Rendimiento máximo en el trabajo y estudio. Es la tercera consigna. Y eso, ¿qué significa? Los del bando de Jesús hacen todas las cosas lo mejor que saben y pueden. Cuando juegan al fútbol lo hacen con todo entusiasmo. Cuando están comiendo no se levantan de la mesa ni se quejan de la comida... Cuando estudian no miran a los demás, ni hablan, ni los estorban, tanto si les mira el maestro como si no. Todas sus cosas están siempre en orden. Van limpios y arreglados en todo momento. Aunque les gusta la "tele", se acuestan pronto, para poderse levantar a tiempo y trabajar bien despiertos.

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Sus padres y maestros les pueden encomendar cualquier trabajo, porque lo van a hacer lo mejor que sepan. En la Iglesia no hablan ni juegan con sus compañeros. Lo que hacen es hablar a Jesús como a un amigo y le piden fuerza para ser cada día más valientes..., porque a veces les cuesta. Pero Jesús, que es un buen capitán, está siempre a su lado; les ayuda a obedecer, a estudiar, a comer lo que no les gusta..., les ayuda siempre y en todo. Por eso los de su bando no tienen miedo a nada ni a nadie. El estudio es de valientes ¡Qué pocos son los niños y niñas que estudian con toda el alma! Algunos no estudian nada. Muchos estudian sólo lo justo para aprobar. ¡Cuánta pereza y cuánta cobardía! ¿Sabes por qué? Porque estudiar cuesta. Prefieren jugar, molestar, hablar..., eso es más fácil. ¡Cuan necesario es que haya niños y niñas que se entreguen con toda el alma al estudio! ¿Quieres ser tú de los que estudian de verdad? Así agradarás a Dios. Pondrás contentos a tus padres. Darás ejemplo a tus compañeros. Y el día de mañana serás un hombre de provecho. ¿Y el tiempo libre? ¿Y en vacaciones? Si estudias, necesitas descansar, claro que sí. También el descanso lo quiere Jesús. Pero también en el descanso debes cumplir la tercera consigna: rendimiento máximo. En los juegos, pon todo el interés. En casa, puedes ayudar en muchas cosas a tu padre o a tu madre, a tus hermanos pequeños.

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Busca siempre algo que hacer. Así nunca estarás aburrido. Y el demonio no tendrá ocasión de tentarte. Diez consejos para tus vacaciones 1. Debes prepararlas muy bien. Hacerte un plan detallado y consultarlo con el guía. 2. Ponte a disposición de tus padres. Pregúntales muchas veces si puedes ayudarles en algo. 3. Aquello que te encomienden realízalo lo mejor que sepas. 4. No olvides ningún día tu rato de reflexión y tu visita al sagrario. 5. Prepara bien las asignaturas que no has aprobado. Si has sacado buenas notas, podrías dedicar una hora a la lectura formativa. 6. Sé siempre puntual a las comidas. 7. Duerme las horas que necesites. Pero levántate pronto. Para ello acuéstate también pronto. 8. Cultiva mucho el deporte. Es preferible el deporte a la televisión. 9. Campamentos, excursiones, marchas... Todo esto te ayudará mucho. Lo que exige esfuerzo forjará tu carácter. 10. No olvides ningún día una buena obra en favor de los demás: una carta, ofrecerte para hacer un encargo, divertir a tus hermanos, etc. Tus vacaciones así serán llenas. No serán una parada, sino un estímulo para caminar con mayor entusiasmo hacia la "fuente", hacia la santidad. 4.a No me quejaré nunca de nada ni nadie ¿Recuerdas la vida y la muerte de Jesús?... Cuando le dieron bofetadas y le pegaban con látigos y le ponían espinas en la cabeza y le daban puntapiés y puñetazos;

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cuando le insultaban y se burlaban de El..., ni una sola queja se escapó de sus labios... ¿Cuesta mucho, verdad? Pues mira, también tú puedes llegar a ser así. Sólo hace falta que empieces con las cosas pequeñas. Empieza a no quejarte: - cuando hace frío o calor... - cuando te castiguen, aunque sea sin culpa... - cuando algún compañero te insulte... - cuando te quiten el sitio... - cuando la comida no te guste... - cuando te mande una cosa tu madre... - cuando tu hermanito toque cosas tuyas... Y tantos otros ejemplos que tú mismo encontrarás, si te paras a pensar un poco. Si eres así de valiente, estoy viendo que no sólo serás un buen soldado, sino que te van a nombrar capitán en el ejército de Jesús... Ya sabes las cuatro consignas. Fáciles no lo son, pero difíciles tampoco para los valientes. Y como tú no quieres ser cobarde, las vas a tomar en serio a partir de este momento, ¿no? Animo pues, valiente. Esa es la ruta que lleva a la fuente. El camino seguro. Los mandamientos de la Ley de Dios. Hacer siempre su voluntad. Cumplir las cuatro consignas. Todo viene a ser lo mismo. Todo se resume en amar, vencer mi egoísmo, dar mi vida, gota a gota, en este esfuerzo constante por cumplir con mi deber. Sigue con decisión por este camino. No te canses ni te detengas. "Sigue subiendo siempre hasta el fin, porque allí te espera Dios, el Señor".

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III. DIFICULTADES EN EL CAMINO ¿Recuerdas la historia de la fuente de la felicidad? Mira de nuevo el gráfico de la página 16. Hay dificultades en el camino, naturalmente. A veces los amigotes se reirán de ti y querrán apartarte de tu propósito. A veces sentirás cansancio. Habrá cosas fuera del camino -las célebres siete cuevas- que atraerán tu atención; y si te detienes en ellas, corres el peligro de quedarte y desistir de tu propósito de llegar a la meta. Puede suceder, incluso, que la niebla -las dudas- te escondan el camino. Quiero hablarte ahora de todas estas dificultades. Pero antes decirte que para los valientes no hay dificultades que no se puedan vencer. No olvides que Jesús está contigo. Y Jesús lo puede todo. Junto a Él has de caminar sin miedo. 8 HEMOS NACIDO PRISIONEROS A ti te gusta ser libre, ¿verdad? Como los pajarillos. ¿No te gustaría volar? ¡Qué divertido! Pero no todos los pájaros pueden volar. Hay muchos que están en la jaula. Su canto no es tan alegre. Es que son prisioneros. Escucha. Todos hemos nacido prisioneros, atados por cuerdecillas. Cuerdecillas que se pueden romper... mientras somos pequeños. Pero al crecer nosotros, también las cuerdecillas se hacen más recias y fuertes. Como barrotes de una jaula. ¡Qué difícil es romperlos! Las cuerdas son nuestros vicios ¿Has visto a Juanita? Por cualquier cosa se enfada, se pelea, tira piedras. No es dueño de si, está atado... por la ira.

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La pereza, otra cuerdecilla que impide a Pepito estudiar... La gula, el orgullo, la envidia, la avaricia, la impureza... Son los siete vicios capitales. Como siete cuerdas que tienen prisioneros a casi todos los niños y niñas; y a muchas personas mayores que, de niños, no las rompieron con valentía. Son las siete cuevas de la historia. El que en ellas se entretiene pierde tiempo, pierde el paso y pierde las ganas de subir hacia arriba. Sé valiente..., y desde ahora aprende a cortar las cuerdas de tus vicios. No esperes a cuando seas mayor. Entonces serán muy tuertes y no podrás... No podrás volar... a la santidad. Y ¿cómo voy a romperlas? Primero has de verlas. Para esto es la reflexión de cada día. ¿Ya sabes cuál es tu cuerdecilla? Y luego... tirar con decisión y con fuerza. Andrés me decía: "Yo, de pequeño, tenía la mala costumbre de decir palabrotas. Pero con la ayuda de Jesús y la reparación me la quité. Cuando se me escapaba una... me quedaba sin televisión o sin revistas todo el día... Ahora ya no las digo". Andrés era un valiente. Y... ya no es prisionero. Porque Jesús ayuda a los valientes. 9 EL DEFECTO MAS REPUGNANTE ¿Quieres saber cuál es, entre todos los defectos, el peor? La soberbia. No hay nada que te haga tan desagradable a los ojos de Dios y a los ojos de los demás como la soberbia. Si no la arrancas de tu corazón, causará destrozos en tu vida. Hará crecer en ti todos los demás vicios. Y

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cada vez te resultará más difícil la amistad con Dios, porque los soberbios llegan a no querer reconocer sus pecados y a no querer arrepentirse, ni pedir perdón. El soberbio siempre quiere tener la razón. Siempre quiere ganar; y si pierde, insulta y echa las culpas a otros. Quiere que todos le aplaudan y desprecia a los demás. Si sus padres o maestros le advierten de una falta, se enfada y contesta. Se enorgullece cuando una cosa le ha salido bien. En todo quiere ser el primero y figurar. Siempre habla de sí mismo y de sus cosas. A veces, en la confesión, calla pecados por vergüenza. No sabe pedir perdón a sus padres y compañeros. Dice mentiras para hacerse el interesante. Si no le salen bien las cosas se desanima enseguida. Cree que no necesita de nadie, ni de Dios. Por esto no reza. Tú no seas así. Lucha contra la soberbia. No quieras parecerte a los demonios. Dile a Jesús muchas veces esta sencilla oración: "Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo", o esta otra: "Perdóname, Jesús; soy un pecador". 10. LO MEJOR... PARA MI Esta es la consigna de los avariciosos. Todo lo contrario de la consigna de Jesús: "Lo mejor y lo primero para los demás, lo peor y lo último para mí". La avaricia es otra cuerda que retiene a los niños y no les deja volar. Los avariciosos siempre quieren salir con la suya. Siempre quieren la mejor parte, el mejor sitio.

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Todo lo que les dan sus padres lo gastan para sus propios gustos. No son capaces de hacer un servicio a los demás, y si lo hacen, exigen la paga. Son egoístas. No les importa que otros pasen hambre, con tal ellos estén bien hartos. Les cuesta dar sus ahorros a las Misiones, o a otros niños más pobres. Siempre quieren recompensas. -Si estudio, ¿qué me comprarás? Si voy a este encargo, ¿cuánto me darás?. Así hablan a sus padres. No saben lo que es ser generoso. ¡Pobres niños! De mayores, sólo pensarán en ganar dinero, sea como sea, aunque sea con estafas y mentiras... No seas avaricioso. Busca siempre hacer el bien. Sacrifícate para que los demás sean felices. Sal de la cueva de la avaricia. No te dejes amarrar por esta cuerda. 11 . LA SERPIENTE INFERNAL La lujuria o impureza es otra cuerda que tiene prisioneros a muchos niños y niñas. El Papa, el amigo de los niños, llamaba a este vicio "serpiente infernal", que mancha con su baba la inocencia de los niños y envenena sus almas. Has de estar alerta y no dejarte morder. Si apartas con valentía tu mirada de las revistas o carteles indecentes; si sabes renunciar a las películas para mayores; si evitas la compañía de aquellos amigos o amigas que te llevan al mal (éstos casi siempre dicen palabrotas y hablan a escondidas...); no es fácil que te muerda la serpiente infernal.

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Si luchas por apartar enseguida un mal pensamiento que viene a tu mente, o un mal deseo que nace en tu corazón; si cultivas cada día tu amor a la Virgen María, tu Madre, y la invocas con frecuencia, sobre todo en tus tentaciones; si confiesas sinceramente tus caídas y comulgas con frecuencia; si eres estudioso y trabajador; si eres generoso con Jesús, y, por amor a El, luchas contra todo pecado... jamás la serpiente podrá empañar la blancura de tu alma. Defiéndete con valentía de la serpiente infernal. 12. LLEVAMOS DENTRO UNA FIERA Cuando tu madre te contradice o no quiere hacer tu gusto, te enfadas, ¿verdad? Hasta a veces lloras y gritas... Cuando un amigo te insulta o te pone la zancadilla, respondes con otro insulto o dices: "Me la pagarás", ¿no es así? Y cuando no puedes salir de excursión porque llueve o te has puesto enfermo, estás de mal humor. Y cuando te riñen, pones mala cara y contestas y descargas tu mal humor sobre los que te rodean. ¿Por qué sucede todo esto? Es que dentro llevamos como una fiera, que es la ira. En cuanto nos molestan, saltamos. Y poco a poco hemos de domar esta fiera. De lo contrario, la ira cada vez iría creciendo. Y nos llevaría a enemistades, riñas, venganzas... Por no haber domado esta fiera vienen todas las guerras. La ira es otra de aquellas cuevas que impiden llegar a la meta.

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"Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón" Así habla Jesús. Y así lo hacía El. ¡Cuántos desprecios e insultos aguantó sin quejarse, sin perder la serenidad! Y mientras era pequeño como tú, ¡con qué respeto y dulzura hablaría a sus padres y compañeros! Toma a Jesús por modelo. Y con su ayuda ve domando esa fierecilla que anida en ti. 13. ¡QUE GOLOSO ERES! Ahí tienes una cueva que atrae y aparta del camino a casi todos los niños. ¡Y qué feo es el vicio de la gula! Siempre estarían comiendo golosinas..., caramelos, chicles. Y en todas partes..., a veces hasta en la iglesia y en la escuela. Todo el dinero que les dan sus padres el domingo es para caramelos y cosas así. Y si no tienen dinero... lo quitan a sus papas. Y así van rodando de pecado en pecado. Se vuelven desobedientes. Se enfadan, si su madre no les da lo que ellos quieren. "Porque me gusta" Este es el gran motivo del goloso. ¿Por qué comes tantos dulces? Porque me gustan. ¿Por qué bebes, por qué fumas... por qué...? Porque me gusta. ¿Por qué no te comes esta comida? Porque no me gusta. El gusto le tiene prisionero. ¡Qué lástima! "Porque agrada a Jesús" Así contestan los niños valientes que quieren ser santos. Todas las cosas las hacen... porque agrada a Jesús. Ante cualquier cosa que van a hacer, se preguntan: ¿Agradará esto a Jesús? Si ven que sí... se lanzan de cabeza. Si ven que no agrada a Jesús... no lo

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hacen, aunque les maten. Como hizo Tarsicio. Más adelante te contaré su historia. Aprende ya ahora a luchar contra la gula. ...no comas más de este plato, porque "te gusta"... ...ni nada de aquel otro, porque "no te gusta"... ...bebe... sólo lo necesario... ...prívate de vez en cuando de algo que te guste mucho... ...evita los caprichos que te quieren dar tus padres... ...nunca por un gusto faltes a tu deber. 14. CUIDADO CON LA ENVIDIA Es otro vicio muy frecuente entre los niños. Hay niños que se ponen tristes cuando premian a sus compañeros o les dan una buena nota. Son niños envidiosos. Y en cambio sienten una alegría interior y se ríen cuando un compañero se cae, o le castigan en clase. ¿Verdad que es fea la envidia? El niño que tiene envidia en su corazón, fastidia a los compañeros, siempre les está acusando. ¡Qué cosa más repugnante el acusar a los demás! Tú no debes ser así. Jesús no era envidioso. El debe ser tu modelo. Cuando un niño tenga mejor nota que tú, o meta más goles... debes felicitarle. Así lo haría Jesús. Y si tu compañero es menos capaz o le castigan muchas veces... no te burles de él. Ayúdale con tu oración, con tu ejemplo y tus consejos a cumplir mejor con su deber. Piensa ahora un momento por dónde has de empezar a arrancar este vicio tan feo de la ENVIDIA. Quizás habrás de empezar por la escuela..., con Mari Luz o Ignacio, que te caen mal. O tal vez por tu casa..., con tu hermanita pequeña, de la que tienes celos

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porque mamá le da más caprichos que a ti y siempre estrena más zapatos que tú... Empieza por donde quieras, pero decídete de una vez a echar lejos de ti este vicio y poner en su lugar la hermosa virtud de la caridad. Aquí puedes demostrar que eres un chico valiente y que Jesús puede contar contigo... 15. DOÑA PEREZA, UNA VIEJA MALVADA ¡Qué pocos son los que no conocen a esta vieja señora llamada pereza! ¡Cuántas vidas destroza la pereza! Para que se levante de la cama, tiene que enfadarse su mamá. Para que se lave, para que se vista, para que se coma la comida... para todo tiene que enfadarse su mamá. Y llega tarde al colegio. Le cuesta ponerse a estudiar. Se distrae con cualquier cosa. Huye de todo lo que signifique trabajo y esfuerzo. Deja las cosas de cualquier manera. Espera que los demás hagan las cosas que podría hacer él... Sufren sus padres... sufren sus profesores... y acaba sufriendo él mismo, porque le riñen, le ponen mala nota, le castigan. No va a servir para nada cuando sea mayor. Pero tú... manda a paseo a la PEREZA ¿Verdad que no quieres ser amigo de esta vieja malvada? - Que tu mamá no te tenga que llamar dos veces... - No te laves nunca "como los gatos"... - Sé siempre muy puntual a clase... - Salta disparado a cualquier orden de tus padres y superiores... - Ve siempre a clase con los deberes hechos... - No estés nunca sin hacer nada...

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Y ya verás cómo, si te esfuerzas, poco a poco irá desapareciendo de ti la pereza y sabrás huir de la ociosidad como de tu mayor enemigo. 16. LOSAMIGOTES Dicen que un amigo es el mejor tesoro. Yo añado que un "amigote" es la peor desgracia. Muchos niños y niñas han perdido la Gracia y la amistad de Jesús por juntarse con malos amigos o "amigotes". Debes huir de ellos... aunque sean muy graciosos y cuenten muchos chistes y sean buenos futbolistas... Dicen palabrotas, se esconden de padres y maestros para hacer sus travesuras, son malos estudiantes, enseñan revistas malas. Y así terminan muchas veces los que se juntan con ellos. Como el demonio, el amigote atrae a otros chicos, engañándoles, diciéndoles que se van a divertir mucho. Es como una serpiente. Huye de ellos. Te voy a contar un ejemplo para que veas hasta dónde llegó un muchacho por ir con malos amigos: Era un pintor que quería pintar un cuadro en el que se viese la Cena de Jesús con sus Apóstoles. Para pintar al Apóstol San Juan, buscó un muchacho puro, obediente, trabajador... Se llamaba Luis. Y al pintor le salió un San Juan perfecto. Pasaba el tiempo, y el cuadro cada día era más bonito. Un día salió a la calle a buscar su último modelo: un Judas. Buscó un muchacho feo, ladrón, impuro, orgulloso, lleno de pecado; le preguntó su nombre. Se llamaba... Luis. Y era el mismo Luis que había hecho de San Juan. Pero... ¡qué diferencia! ¿Sabes por qué? Ya lo adivinas: durante todo ese

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tiempo se había juntado con malos amigos. Y al pintor le salió también un Judas perfecto. ¡Cuánto mal hacen los amigotes! Huye de ellos como de una víbora. Abel -dice la Biblia- le siguió. Entonces Caín se lanzó sobre él y lo mató. Es la triste historia de muchos niños y niñas que viven en pecado. ¡Atento! Amigos, pocos y buenos. ¿Te invitan al mal? Diles que no. "Me llamarán beato", dirás. Puede ser; pero en su interior admirarán la fuerza de tu personalidad y pensarán: "¡qué valiente!". Un muchacho me escribía: "Desde que he comenzado a tomarme la vida en serio me siento más fuerte. El otro día me encontré con mis compañeros de antes y se me reían diciéndome: - Mirad al beato. Siempre con los curas. - Sospecho que ya debes ir a misa cada día. - ¿Qué has aprendido de bueno en esas reuniones que hacéis cada semana "los valientes"? - "Los valientes", ¡ja, ja, ja! Por primera vez he visto que tengo personalidad. Me dieron lástima. Les dije que había aprendido a pensar con mi propia cabeza, que pensaba ser un muchacho honrado, y que me estaba preparando para ser el día de mañana un hombre de provecho. Más no les podía decir. No me hubieran entendido". ¡Vigila! ¡No te acobardes! Vence todo respeto humano y aléjate de los amigotes. Aunque te llamen beato. ¿Qué más da? Para Jesús serás uno de los valientes que necesita... Aunque se rían de ti. También se reían de Roberto y sus amigos de la historia aquella. Pero éstos llegaron a la meta. Los amigotes, en cambio, se quedaron aburridos y cobardes en el llano.

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No les temas. Pero no te juntes con ellos. Amarles y rezar por ellos, sí. Pero juntarte con ellos, no. Ya llegará un día en que podrás hacerles un gran bien con tus palabras. Hoy has de hacérselo con el ejemplo y la oración. 17. EL CANSANCIO Hay muchos que empezaron a subir una montaña. Pocos coronaron la cima. Las carreras ciclistas también las comienzan muchos. Pero cada día hay algunos que abandonan, o quedan descalificados. ¿Qué sucede? Sencillamente, se cansan. Empezaron, quizás incluso con ilusión; pero... no estaban acostumbrados al sacrificio. Al ver que cuesta, se cansan, lo dejan cobardemente. También en la vida cristiana conozco muchos niños y niñas que empezaron. Decían que querían ser mejores, más obedientes, más estudiosos, menos caprichosos... Pero, al ver que costaba, se cansaron. Empezaron haciendo la reflexión, pero... al cabo de unos días la fueron dejando. Les costaba. Para que tú no te canses 1. No quieras hacerlo todo de vez. Ve subiendo poco a poco. Tienes muchas faltas, ya lo sé. Toma una de ellas, la que sea más frecuente, y lucha contra ella. Poco a poco lo irás venciendo. Y luego otra, y otra... 2. Repara siempre tus caídas. Las caídas reparadas, más que un obstáculo, son la ocasión para subir más alto. Y no descuides la confesión frecuente. 3. Mira siempre hacia arriba. María, tu Madre, te está llamando y esperando. Invócala en los momentos de peligro y de cansancio. Sentirás enseguida su protección.

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4. Aliméntate bien. La Comunión es el Pan de los fuertes y de los que quieren serlo. 5. Entrénate cada día. Con "pequeños y frecuentes sacrificios" irás fortaleciendo tu voluntad y la prepararás para vencer las mayores dificultades. 18. LA NIEBLA - LAS DUDAS En el camino hacia la santidad, la "fuente de la felicidad", las dificultades nos asaltan en cualquier momento. Hay niños, niñas y jóvenes que están ya muy arriba en la vida cristiana. También ellos tienen dificultades. Y han de estar vigilantes para vencerlas. ¿No estaré equivocado? Como ven que hay tan pocos que les sigan, que piensen como ellos; tan pocos que estudien, que se esfuercen... Como ven que un cristiano ha de ser tan diferente de los demás... llegan a pensar: ¿No estaré equivocado? El camino que llevo, ¿será el de la fuente de la felicidad? Vienen las dudas, como nieblas que oscurecen el camino. No hagas caso de estas dudas. Apártalas. Es el mismo demonio que tiene envidia de que estés llegando a la felicidad. Y quiere hacerte retroceder. A veces el demonio habla por boca de algunos compañeros que te invitan a ser como ellos. A veces son personas mayores, que, en lugar de darte ejemplo de vida cristiana, más bien te escandalizan con sus palabras y acciones. Pero tú ¡sigue adelante! No temas a nada ni a nadie. Jesús va contigo. Aunque todos te quisieran apartar..., agárrate fuerte al Señor, y sigue subiendo.

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¿Qué has de hacer con estos compañeros y personas mayores que querrían apartarte? Rezar por ellos..., pero seguir subiendo. Con el tiempo, también ellos te darán la razón. Y algunos se animarán a seguirte. Les habrás dado un ejemplo. Podrás ayudarles a ellos a subir a la fuente de la felicidad. Y tu gozo será todavía más grande. IV. MEDIOS PARA VENCER LAS DIFICULTADES 19 ESFUERZO CONSTANTE Pertenecer al grupo de los valientes no se consigue sin un esfuerzo constante. Todo lo bueno cuesta. Subir al Aneto con helicóptero no tiene gracia. Sin embargo, llegar arriba pasito a paso, sorteando dificultades, sudando "como un negro"... esto tiene un gran valor. Cansados... pero contentos y ¡qué bonito el panorama! Lo mismo ocurre en la vida cristiana. Y aquí no existen los helicópteros. Si quieres llegar arriba debes luchar continuamente. Sin un esfuerzo constante despídete de todo. Que no conseguirás nada. No llegarás nunca a la "fuente de la felicidad". Rita y Helen eran dos ranas que vivían juntas en una gran laguna. Saltaban, croaban, se perseguían... gozaban de la vida y eran muy felices. Pero un día decidieron irse a ver una granja que había por allí cerca, se metieron en el granero y lo curiosearon todo y nadie las molestó. Vieron un cubo... Miraron... ¡Qué sorpresa! - ¡Hay nata en el cubo! -dijo Rita a su amiga-. ¡Vaya festín que nos vamos a dar! Rita saltó al cubo de nata y Helen la siguió. Comieron hasta hartarse. Después nadaron, se

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salpicaron y se hicieron cantidad de bromas. Pero cuando la diversión terminó, Rita y Helen notaron que las paredes del cubo eran muy altas y resbaladizas. Repetidas veces intentaron salir, pero cada vez que lo intentaban, caían dentro de la rica crema. Helen no pudo resistir más -¡Me rindo!-, gritó, mientras se iba al fondo del cubo y se ahogaba. Rita, sin embargo, no cedió. Luchó con energía, nadó y chapoteó. Y ¿qué creéis que ocurrió? De repente, se encontró sobre una masa endurecida. Se sentó unos minutos y descansó. Después saltó todo lo que pudo y logró salir. Sin perder un segundo volvió a su casa de la laguna. Rita se había salvado porque se esforzó constantemente y no quiso rendirse. ¿Tiene alguna lección este cuento? Yo creo que sí. Ser cristiano de verdad cuesta un poquito, y para conseguirlo tenemos que trabajar cada día con empeño. Sin embargo, demasiados niños y niñas se portan como Helen. Cuando las cosas van mal y fallan cada día, gritan "¡Me rindo!". Y entonces lo dejan estar todo y se pasan al bando de los cobardes. Pero el niño o la niña que no se rinde y pone ese esfuerzo constante, va en camino de ser santo y se puede incluir en el bando de los valientes. Yo quisiera que tú fueses de estos últimos, que hicieses como Rita. ESFUERZO CONSTANTE. ¿En qué? En todo. - En ese ratito de reflexión diario, qué M muy importante si quieres llegar a santo...  En estas cuatro consignas, que ya conoces, pero que no acabas de cumplir...  En esa reparación, que es vital si quieres que desaparezcan tus vicios...  En esos puntos concretos, que tú ya conoces...

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¡Animo, valiente! A mí me gustan los niños y niñas que hacen como Rita. No dejes de esforzarte cada día y te aseguro que llegarás lejos. Y Jesús, tu Amigo, estará muy contento de ti... 20. LA REFLEXIÓN Leí una vez en un libro estas frases: "En los cruces peligrosos hay siempre un STOP grande, llamativo. Es un aviso al conductor: debes parar". Niño, tú también eres conductor. Conductor de ti mismo. Tú llevas el volante de tu vida. Tus padres, tus superiores... podrán orientarte, indicarte el camino; pero el que lleva el volante eres tú. La vida es una larga carretera, peligrosa, llena de curvas... Hace falta ir con los ojos muy abiertos, alerta siempre... Y sobre todo, STOP en los cruces. Cada día en el momento que mejor te vaya, un STOP para reflexionar un poco, examinar tu camino, arreglar pequeñas o grandes averías... ¿Cómo ha ido hoy el día? ¿He atropellado a otros con mis rabietas, mi egoísmo, mi mal ejemplo? ¿He sido tan tonto que me he dejado atropellar por aquel vicio? ¿No he sabido evitar aquella falta, aquel bache en el camino...? Para esto es el STOP." ¿Lo has entendido? No vivas a lo loco, a lo que salga, porque nunca conseguirás nada. Reflexiona. Cada día STOP: diez minutos de reflexión, con un libro que te ayude a pensar. - ¿Cómo se hacen esos diez minutos de reflexión? Lee poco y despacio para enterarte de lo que allí se dice, y después, pensar si tú lo haces igual o al revés.

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Y si ves que lo haces al revés, le dices al Señor: "ayúdame, que quiero ser como Tú; yo me esforzaré, pero Tú, Señor, ven en mi ayuda, que yo solo no puedo". Es sencillo, ¿verdad?... ¡Pues a hacerlo así! ALTO-STOP. Sin la reflexión, es imposible que puedas llegar a ser ese muchacho valiente, cristiano cien por cien. Esos diez minutos son vitales... para reparar el farol, reponer un tornillo, arreglar un pinchazo... El Papa Juan XXIII decía que no se puede llegar a ser santo sino con "...un prolongado esfuerzo personal de reflexión y oración": - "...un prolongado...: no de una temporada más o menos larga, sino de toda la vida. - ...esfuerzo personal...: no te lo pueden hacer tus padres, ni el sacerdote, ni los amigos. Ha de ser algo tuyo. El volante lo llevas tú. - ...de REFLEXIÓN...: para descubrir las averías que puedas tener y repararlas. - ...y de oración": necesitas la luz y la fuerza de Jesús y se la has de pedir. Tú quieres ser valiente. ¿Por qué no empiezas a demostrarlo por aquí? ¿Haces ya esos diez minutos diarios de reflexión? Si no empiezas hoy mismo, tu coche se estrellará. Pero si ya has empezado, sigue adelante, que pronto serás el soldado más valiente del ejército de Jesús. 21. LA REPARACIÓN En las páginas anteriores has aprendido muchas cosas buenas; incluso te las has comenzado a tomar en serio... Recuerdas las cuatro consignas, ¿no?... Esto me demuestra que quieres ser del bando de los valientes. Pero, atención: el valiente no es el que no cae ni falla nunca, sino el que cae y se levanta...; por eso no me

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extraña que hayas fallado muchísimas veces, y que continúes fallando. Escúchame bien: yo te aseguro que muchas veces serás egoísta, perezoso, desobediente y muchas cosas más... -Entonces, ¿ya no puedo ser santo?-. -Sí, hombre, sí-. -¿Cómo?—Reparando tus faltas-. También tu madre repara tu vestido cuando se te rompe. Y el mecánico repara el vehículo averiado. Y el vestido y el vehículo quedan como nuevos, ¿no es verdad? Pues lo mismo debes hacer tú. Reparar tus faltas. Y Jesús te amará como antes de la falta o más todavía, porque habrás tenido la valentía de levantarte y castigarte a ti mismo. Te voy a explicar cómo lo debes hacer. Tú repasas el día y ves que... ...Has contestado mal a tu madre... le das un beso y le pides perdón. Es fácil, ¿verdad?; pero a veces cuesta. ...Has perdido un rato de estudio... dejas la película de la "tele" y te pones a estudiar. ¡Es de valientes! ...Elegiste el postre mejor... te quedas un día sin comer postre. ...Has dicho una mentira... te humillas y dices luego la verdad, aunque te cueste. ...Te has quedado un ratito de más en la cama... mañana te levantas antes. ...Te quejaste de una comida que no te gustaba... mañana doble ración. ...Y así con todas tus faltas. A veces cuesta, pero hay muchachos que lo hacen, porque son valientes. Y aunque caen muchas veces, reparan siempre sus faltas. Se castigan a sí mismos. Y con el tiempo llegarán a corregirse y a ser santos. ¿Quieres tú llegar a ser santo?...

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REPARA SIEMPRE TUS FALTAS CON VALENTÍA. ¿Y la confesión? Luego viene la confesión de tus faltas al sacerdote. ¡Claro que sí! Porque tus faltas han ofendido al Señor y El quiere perdonarte y volver a ser tu amigo. La confesión es el abrazo de Jesús. 22. LA ORACIÓN "Sin Mi nada podéis hacer" ¿Sabes lo que es una vid y unos sarmientos? Cuando los sarmientos están unidos a la vid, producen hermosos racimos. Si se separan, se secan y no sirven más que para echarlos al fuego. Pues mira, así somos nosotros cuando nos separamos de Jesús; como sarmientos secos, que no pueden dar fruto. Porque en la vida cristiana no podemos hacer nada sin Jesús; no podemos dar un paso, no podemos crecer. Sin El no podemos ser ni vivir como hijos de Dios. "Orad sin cansaros" Esta ha de ser nuestra ocupación constante. Tener nuestro corazón siempre unido al Señor. En medio de nuestros trabajos, en la escuela, en el recreo, en casa, pensar siempre en el Señor, mirar de agradarle en todo. Y no creas que esto te va a estorbar para hacer el problema de matemáticas o estudiar la lección de Ciencias Sociales. Al contrario; si piensas en Jesús, si diriges tu mirada hacia El, tendrás más fuerza para estudiar, lo cumplirás todo mejor. Pero eso sí. Un ratito cada día has de dedicarlo SOLO PARA JESÚS. Conversa con El. Esto es orar. Hablarle

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como a un amigo... de lo que quieras... de tus éxitos y fracasos... de lo que te alegra y de lo que te entristece. No pases ningún día sin este ratito dedicado sólo al Señor. Verás qué fruto. Puedes hacerlo a cualquier hora y en cualquier sitio. Porque Dios te escucha siempre. Pero te irá bien hacer todos los días unos minutos de visita al sagrario. Allí te resultará fácil mirar a Jesús, amarle y decírselo todo. También en la reflexión debes orar. No te conformes con leer; ni sólo con pensar. Habla a Jesús de lo que la lectura te dice y de los defectos que has descubierto en ti. Y pídele su fuerza para adelantar en la virtud. Y... con el mazo dando Si un amigo te pide que le ayudes a un trabajo costoso y él se cruza de brazos, ¿le ayudarás? Claro que no. Pues lo mismo Jesús. Está dispuesto a ayudarnos, tiene muchas ganas. Nos ayudará en este trabajo de nuestra vida cristiana a vencer todos nuestros defectos... Pero, vamos a poner nosotros todo el esfuerzo. Sería muy feo pedirle ayuda y cruzarnos de brazos. Con El... todo lo podemos "Sin Mí, nada" -dice Jesús-. Pero con El, todo. No hay nada ni nadie en el mundo que pueda contra nosotros, si estamos unidos a Jesús. Este era el grito de San Pablo: "Todo lo puedo con Jesús que me ayuda". Que éste sea también tu grito... tu confianza, tu alegría.

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23. UNOS CANALES DE GRACIA -LOS SACRAMENTOSQuizás estés extrañado de que te cueste tanto ser bueno, habiéndotelo propuesto tantas veces. Será que no bastan tus fuerzas. ¿No has oído a Jesús: "Sin Mí no podéis hacer nada"? Es que las virtudes son un regalo de Jesús. El las sembró en ti -con la gracia- el día de tu bautismo. El las ha de hacer crecer con su gracia también. La gracia la alcanzas mediante la oración y, de una manera particular, en los sacramentos. Los sacramentos son un invento y un regalo de Jesús, para darte su gracia, su fuerza, sus virtudes. Los dos sacramentos que van a ayudarte especialmente a vivir la vida cristiana son la Confesión y la Comunión. Y una ayuda particularmente eficaz recibirás en la Confirmación. El Sacramento de la Penitencia -la confesiónUn día se acercó a Jesús un leproso, que, viéndose enfermo de pies a cabeza, le dijo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme". Y Jesús le respondió. "Quiero, queda limpio". ¡Qué suerte! ¿verdad? Eso es la confesión. Si reflexionas bien, verás tu alma muy manchada. Acude a Jesús en la confesión. Te dejará nuevo, limpio y fuerte. Tendrás su vida. Debes preparar tu confesión. La preparación más importante es tu reflexión diaria y tu lucha diaria también para vencer y reparar tus faltas. Si estás en este plan sincero de mejorarte, ¡cuánto bien te hará la confesión!

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Antes de acercarte al sacerdote, que representa a Jesús, has de recordar tus faltas, en especial las que te parezcan más importantes o más frecuentes. Y dile a Jesús que las aborreces y que lucharás contra ellas con todas tus fuerzas, que apartarás las ocasiones de repetirlas y que te castigarás por ellas. Haz con el pensamiento tres viajes: uno al cielo; y verás lo que has perdido con tus pecados; otro al infierno, y verás lo que tus pecados han merecido; y otro, el más importante, al Calvario, y verás cómo le han puesto a Jesús tus pecados. En tu confesión sé humilde y sincero y no olvides que es Jesús quien te recibe y te abraza. Comienza con tus pecados principales y al terminar, escoge uno de ellos con propósito especial de luchar contra él hasta la próxima confesión. Díselo al sacerdote. Y en la confesión siguiente di cómo lo has cumplido. El sacerdote te escuchará y orientará. Y luego -es lo más importante- pronunciará sobre ti, con el poder de Jesús, estas palabras: "Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". Responde AMEN con agradecimiento y con alegría. Algo grande acaba de hacer Dios en tu alma. Estás perdonado. Tienes su gracia, su amistad. Le tienes a Él. Después de confesarte detente un momento a darle gracias a Dios porque te ha curado. Un día se quejó Jesús de que, habiendo curado a diez leprosos, sólo uno volvió a darle gracias. Pídele fuerza para cumplir tu propósito. Y haz la penitencia que te ha mandado el confesor. Hasta puedes por tu cuenta hacer algo más para mostrar a Jesús cómo te duelen tus pecados y cómo quieres acabar con ellos.

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El Sacramento de la Eucaristía -la Comunión¿Habría fuerza en ti si estuvieras mal alimentado o no hicieras bien la digestión del alimento que tomas? No ¿verdad? Te quedarías débil. No podrías correr y saltar. El más pequeño esfuerzo te cansaría. Tu vida se iría apagando. Desaparecería tu buen aspecto. Y, al no tener reservas, cualquier corriente de aire te pondría enfermo. Lo mismo ocurre con tu vida cristiana. La vida del bautismo es la vida de Jesús en ti. Hay que alimentarla. De lo contrario serás débil. Cualquier esfuerzo pequeño te parecerá grande y te cansarás. Los vicios te podrán con facilidad... Jesús te ha preparado el alimento. Tu alimento será El mismo. Se ha quedado en la Eucaristía para eso. ¡Qué necesaria es la comunión bien recibida para la vida cristiana! Has de acercarte a Jesús con mucho amor a El, con un corazón muy limpio y con ganas de ser como El. Antes de comulgar entra en tu corazón a ver si hay en ti ese amor, esa limpieza y esas ganas. Has de poner tu corazón a punto. Dedica al menos un momento a darte cuenta de lo que vas a hacer y prepara tu corazón. Pídele a la Santísima Virgen que te ayude a prepararlo. Y después de comulgar no pierdas el tiempo. Háblale a Jesús de tus ganas de parecerte a El. Dile el propósito en el que estás esforzándote y en el que pondrás más empeño todavía. Háblale de tu debilidad y pídele fuerza. Dile que le amas y que por amor a El vas a vencerte y sacrificarte. Y pídele también por los demás; por tus padres, hermanos y amigos; por los sacerdotes, por los misioneros, por el Papa; por los pecadores, por los enfermos...

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Esa conversación íntima con Jesús la has de continuar luego muchas veces durante el día. Si tú no cometes la locura de echarle de ti por un pecado grave, El vive siempre en tu corazón por la gracia. En El tienes el Amigo verdadero. En El tienes todo lo que en cada momento necesitas para ser santo. El Sacramento de la Confirmación. Para que seas un cristiano perfecto, lleno de valentía y entusiasmo, santo y apóstol, Jesús te ha dado o te dará pronto un gran regalo: su mismo Espíritu, el Espíritu Santo. Los apóstoles cambiaron completamente el día que lo recibieron. Antes no entendían a Jesús y eran débiles y cobardes. Desde que recibieron al Espíritu Santo fueron generosos y valientes. Nada ni nadie pudo detenerlos. Fueron apóstoles de Jesús. Hasta supieron dar la vida por El. Ese mismo don, que recibieron ellos, te ha dado a ti o te dará el Sacramento de la Confirmación. Acuérdate muchas veces de ese Huésped del alma y cuenta con El para todo. Cuando hagas tu reflexión, pídele al Espíritu Santo que te enseñe todas las cosas y que te ayude a conocerte. En medio de tus dificultades para ser bueno, pídele que El te guíe y te haga fuerte. Pídele que encienda en tu corazón el fuego del amor a Jesús y a la Iglesia. Y pídele que te haga apóstol. El ha de dirigir toda tu conducta.

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V. COMPANEROS DE RUTA 24. EL MEJOR DE LOS AMIGOS Estoy seguro de que tú quieres llegar a la meta que te he propuesto: Ser santo. Llegar a la fuente de la felicidad. Pero escucha...: Para subir al Aneto... además del esfuerzo se necesitan unos amigos, compañeros de escalada. Porque a veces las dificultades son muy grandes... y un desmayo lo tiene cualquiera. Ir solo... es muy peligroso. Pero, mira. Te voy a decir lo que es un amigo. Atención. Amigo es aquél que con su oración, con su palabra y con su ejemplo me ayuda a olvidarme de mí y entregarme a Dios y a los demás. Y voy a decirte también quién es tu mejor amigo: Es JESÚS. Lo ha demostrado... ...con su oración: "Padre, te pido por ellos... para que los guardes limpios de pecado...". Toda su vida pensó y rezó por ti. Y ahora, junto al Padre, está siempre pensando en ti. ...con su palabra: El Evangelio es la palabra de Jesús. Cuando lees el Evangelio o un libro bueno, es Jesús quien te habla. Si estás atento y en silencio... escucharás su voz claramente. El tiene muchas ganas de hablarte. ...con su ejemplo: ¿Has leído la vida de Jesús? El era obediente, alegre, estudioso, trabajador, educado, limpio, valiente... Siempre te ha dado ejemplo. Jesús acariciaba a los niños. Jesús ha dado su vida por ti. Jesús te ha dado su propia Madre: la Virgen. Jesús se ha quedado en el Sagrario para estar siempre contigo. ¿Quieres más pruebas de amor? Jesús es tu mejor amigo. Y ahora, piensa... ¿eres tú el mejor amigo de Jesús? ¿Quieres serlo?

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A tus 9, 10 ó 12 años puedes ser un amigo íntimo de Jesús. Te sentirás feliz y con la fuerza que necesitas para tu lucha de cada día... Tendrás aún que luchar, tendrás que hacer sacrificios y renuncias, pero en tu corazón bullirá una alegría explosiva, esa gran felicidad que estás deseando. Y sentirás una necesidad incontenible de hacerlo amar, amar, amar, por tantos, por todos... 25. TIENES UNA MADRE La mayor desgracia terrena que nos puede ocurrir es perder a nuestra madre. ¡Cuánto la queremos! ¡Y cuánto nos quiere ella a nosotros! Pero en el Cielo tenemos otra Madre. Es la Madre de Jesús. Y nos quiere muchísimo más que nuestra madre de la tierra. Ella también nos acompaña en el camino. ¿Sabes tú corresponder a ese amor que Ella te tiene?... ¿Tu conducta de hoy haría sonreír a la Virgen? Debes amar e imitar a María Sin amor a tu Madre, tu vida cristiana será una vida fría. Debes amarla como Jesús la amaba, y, sobre todo, imitarla... Su vida es un ejemplo. La Virgen pasó la mayor parte de su vida haciendo cosas pequeñas y corrientes que no tienen historia. Lo que hacia Ella es lo que haces tú. La mayor parte de los días de la Virgen no tuvieron nada de particular. La vida de María es la vida de una mujer que siempre dijo SI a Dios. ¡Cuántas veces nosotros hemos dicho NO! La Virgen siempre fue generosa con el Señor. En aquel pueblo pequeño de Nazaret, su ocupación habitual fue el trabajo. Un trabajo muy vulgar; el de una mujer sencilla, pobre, que se ocupa de la casa.

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La Virgen muy de mañana iba por agua... como todas las mujeres. Hacía falta guardar cola con el cántaro bajo el brazo. Y una mujer del pueblo le diría: - María, tienes un chico precioso. ¡Cómo se parece a ti! Y la Virgen sonreía al piropo. Mientras María lavaba la ropa, entraba una mujer en su casa. - María, ¿le dirás a José que pase por casa al terminar su trabajo? Tengo una puerta que no cierra bien y me está poniendo nervio- Ya se lo diré, mujer. Rezaba, cosía, cantaba, fregaba platos... y jugaba con su Niño Dios. El la acariciaba y Ella sonreía. Sonreía mucho María. Sí, la vida de María era un conjunto de pequeñeces. Convéncete de que la santidad no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino hacer extraordinariamente bien las cosas ordinarias de cada día: obedecer, hacer los deberes, ser puntual, ayudar a tus padres, amar a tus hermanos y amigos, dominar tu genio... Cumplir, como María, la voluntad de Dios en las cosas pequeñas de cada día. Esto debes imitar de tu Madre, la Virgen. Y si te esfuerzas por lograrlo, Ella se pondrá muy contenta. El niño pequeño necesita de su madre En nuestra vida cristiana somos todavía muy pequeñitos y necesitamos de la Madre. Jesús sabía esto y por eso nos dio a su Madre. No despreciemos este regalo de Jesús, y acudamos a Ella. Lo está esperando. María es. tu Madre. Está muy cerca de ti. Conoce todas tus infidelidades, todas tus caídas y tus pequeños progresos. Sabe mucho de tus dudas, de tus retrocesos. Y sigue siendo misericordiosa. Acude a Ella. Échale un piropo: ¡Madre buena! ¡Madre guapa!

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¡Madre cariñosa! ¡Mamá querida! Llámala fuerte: ¡Madre! Y Ella te ayudará y te dará las gracias que necesitas. ¿Te pareces a tu Madre? Cuando a una madre le dicen: "Tu hijo se parece a ti, tiene la misma cara que tú", hay que ver lo contenta que se pone. Igualmente la Virgen María, cuando ve que un niño o niña se parece a Ella e intenta imitar todas sus virtudes. ¿Quieres tener contenta a tu Madre del Cielo? Intenta parecerte a Ella. Compórtate con Ella como lo haría Jesús cuando era como tú en Nazaret. Ella lo está esperando, y tú lo necesitas para caminar seguro por la vida y crecer en tu vida cristiana. No lo olvides nunca: tienes una Madre. 26. AMIGOS VERDADEROS En solitario... imposible. ¿No recuerdas? Te he dicho que es peligroso subir solo al Aneto. Ahora te digo más. Llegar a la cumbre en solitario... es imposible. Santa Teresa era muy santa, muy valiente. Escucha lo que decía: "Gran mal es un alma sola entre tantos peligros; es necesario ayudarnos para seguir adelante". Si ella necesitaba amigos para llegar a la santidad... ¿no los vas a necesitar tú? Los amigos son necesarios Aunque pongas todo tu esfuerzo... aunque cuentes con la ayuda de Dios, necesitas amigos. Amigos que vivan a tu lado, que jueguen contigo, que conozcan tus rabietas, que vean cómo copias en los exámenes... y que sepan decirte que obras mal. Pero amigos... verdaderos Un amigo que rece por ti... La oración lo puede todo.

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Un amigo que te dé ejemplo. Si él no quiere subir hasta arriba, es imposible que te ayude a subir. Un amigo que te diga la verdad... sin miedo. Que te llame cobarde cuando sea preciso. Aunque te vayas a enfadar. Y has de quererlos... de verdad Son compañeros de escalada. Y quererlos de verdad es una cosa muy seria. No sé si me vas a entender. Quererlos quiere decir... ...buscar lo mejor para ellos y para ti lo peor. ...decirles la verdad, aunque les pique. Si son malos, los perderás. Mejor para ti. Pero si son buenos, se harán más amigos tuyos. ...separarlos de ti, si son cobardes y no quieren subir. 27. HACE FALTA UN GUIA La montaña es muy alta... a veces el camino no se ve... hay muchas sendas falsas... hay pasos difíciles, peligrosos... es fácil perderse. Es necesario un guía. La santidad es una cumbre maravillosa. Muy alta. También es fácil perderse. La senda es estrecha. Hay poco tránsito. Hay señales de pista mal puestas. Hace falta un guía. Sin él nos perderíamos... daríamos muchos rodeos... nos cansaríamos inútilmente... y nos desanimaríamos. Hace falta un guía. Pero... ¡atención! Hay muchos guías... falsos Dicen lo que no saben. Enseñan un camino que ellos no han recorrido. Ponen sobre los demás una carga que ellos no tocan ni con el dedo. Es necesario descubrir estos guías falsos. De lo contrario no llegarías nunca a la santidad. Y yo sé que tú quieres llegar. Por eso mereces que te diga cuál es el verdadero guía.

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Ya te he hablado de Jesús. Te hablaré después del Papa, que representa a Jesús. Estos son los verdaderos guías. Pero es necesario que haya a tu lado uno que te enseñe a escuchar a Jesús, a seguir las enseñanzas del Papa y te lleve de la mano por este camino de la santidad. Voy a decirte cómo debe ser este guía... para que los falsos guías no te engañen. Escucha bien. El guía debe ir delante. No te fíes de los que dicen "por aquí se sube"... pero ellos se quedan quietos. Jesús los llamó sepulcros blanqueados, muy blancos por fuera, pero por dentro... gusanos. Debe ser un amigo de Dios: acostumbrado a hablar con El, que busque siempre agradarle en todo, que no esté apegado a ninguna cosa de la tierra, que viva contento de ser hijo de Dios. Porque, no lo olvides, el gula debe conducirte hacia Dios. Debe ser un hombre entregado: dispuesto a sacrificar sus comodidades, su tiempo, su interés, su dinero, por los demás. Un guía que se busca a sí mismo no tiene de guía más que el nombre. Así debe ser el guía que tienes que buscarte. No te dejes engañar. El Señor no va a dejarte sin guía -aunque sean pocos- si tú quieres de verdad subir hasta arriba, y haces todo lo que puedes de tu parte. No lo dudes... encontrarás al guía. Dios ha puesto ya a tu lado quienes, en su nombre, pueden ayudarte a ir por su camino. Tienes, en primer lugar, a tus padres. Serán de ordinario tus principales guías. Atiende a sus consejos y, sobre todo, a sus mandatos. ¿Recuerdas? "Obediencia pronta y alegre". Tendrás además a los sacerdotes. Por medio de ellos -sobre todo en los sacramentos- te encuentras

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con Jesús. Escucha lo que Jesús te diga a través de ellos. Y tendrás también a tus maestros y educadores, que con sus advertencias y orientaciones te ayudarán a formarte. ¡Qué suerte el que tenga unos padres, sacerdotes y maestros santos! ¡Qué regalo tan extraordinario de Dios! Pero ¡qué desgracia el que encuentre obstáculos para ser santo precisamente en los mismos que deberían ayudarle a serlo! Pide a Dios que ilumine a tus padres, sacerdotes y educadores para que te ayuden a descubrir y seguir su voluntad. VI. TÚ HAS NACIDO PARA GUÍA 28. DIOS CUENTA CONTIGO ¿Recuerdas lo que hicieron Roberto y sus amigos? En cuanto bebieron del agua de la "fuente" y se sintieron felices, juraron solemnemente llevar a todos sus amigos a la fuente de la felicidad. Cada uno de ellos se convirtió en "guía" de otros muchos niños y niñas. Gracias a estos guías, muchos otros valientes pudieron llegar a la fuente. Tú también has nacido para "guía". DIOS CUENTA CONTIGO. Dios tiene necesidad de ti. Aunque para otros seas muy poco o nada, para El eres una persona importante, muy importante. Tan importante que no puede prescindir de ti. Te necesita nada menos que para salvar el mundo. Para acompañar a otros a la fuente. La manera es muy sencilla: vivir las páginas anteriores, comenzando por esos "pequeños mundos" que te rodean...

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- El "mundo" de tu propia casa, siendo obediente, respetuoso, trabajador... ¡el hijo modelo...! ¡el hermano mejor de todos...! - El "mundo" de tu clase, siendo e' más estudioso, el más puntual, el más atento... ¡el alumno modelo! - El "mundo" de tus compañeros, siendo el más sacrificado, el más alegre, el más servicial, el más humilde... ¡el mejor de todos! ¿Qué te parece la idea? Empezando por esos "pequeños mundos" que te rodean estás ayudando a Jesús en esa gran tarea de salvar el mundo. DIOS CUENTA CONTIGO. El te dice que debes ser sal, luz, levadura... Y si Dios te dice que debes ser sal, será porque a tu alrededor debe haber algo que se está corrompiendo..., algo a lo que tú has de dar sabor. Si te dice que has de ser luz, es porque hay muchas tinieblas que debes iluminar... Si te dice que debes ser levadura, es porque existe una masa a la que debes transformar. En cualquier sitio que te encuentres, si quieres ser cristiano de verdad, si quieres pertenecer al grupo de los valientes, debes ser luz, sal y levadura. En casa, en el colegio, entre los amigos de tu pueblo... Es Dios quien te confía esta misión. O tú o nadie. Si te acobardas y te retiras, esos "pequeños mundos" quedarán corrompidos y en tinieblas. Y la culpa... será tuya, que no has querido ayudar a Jesús haciendo lo que El te pide, siendo luz, sal y levadura-Piénsalo bien, amiguito: DIOS CUENTA CONTIGO, Dios te necesita. Para El, eres... ¡muy importante! ¿Le dirás que no? ¿Vas a traicionar la confianza que ha depositado en ti?...

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29. ¿YO APÓSTOL? Me llegó una carta de un muchacho como tú Pocos días antes le había escrito lo que te he dicho a ti en el capítulo anterior. Y él me contestó: "Supongo que no pretendes tomarme el pelo. ¿Yo "importante"? ¿Yo debo ser "luz, sal y levadura"? ¿Yo debo cambiar el ambiente de la escuela y mejorar a mis compañeros? ¿Cómo se te puede ocurrir decirme que he de ser apóstol? Métete en mi lugar y sabrás lo que es bueno... En clase no soy ningún genio; en el fútbol ningún equipo se mata por ficharme. No tengo prestigio entre mis compañeros. Entonces, ¿cómo me las arreglo para ser apóstol?..." Quizás tú también estás pensando lo mismo que me escribió Josemari. Si tuviese un 9 ó 10 en las calificaciones... si fuese un goleador...entonces podría hacer bien a mis compañeros. No amiguito, cierto que debes esforzarte por tener mejor nota, y por meter todos los goles que puedas. Pero... si con tu esfuerzo sacas sólo un cinco "pelao"... y aunque falles un gol a dos metros de la puerta... puedes y debes ser apóstol. ¿Qué has de hacer? Ya te lo he dicho. Basta que tomes en serio luchar contra tus defectos, cumplir las cuatro consignas... y pedir ayuda al Señor. ¿Conoces a los Apóstoles? Jesús eligió doce hombres para que le ayudasen a extender su doctrina. Tú quizás hubieras escogido hombres sabios... poderosos... ricos... ¿Qué hizo Jesús? Escogió unos hombres sencillos... pobres... ignorantes... pescadores. ¡Qué cosas tiene Jesús! Y les dijo que debían ir por todo el mundo. A Jesús le encantan los hombres sencillos, humildes, le encantan los niños. Y con esos quiere dar la batalla... y vencer. Tú también debes ser apóstol

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Y voy a decirte algo más. Apréndelo de memoria: Para llegar a ser santo, después de la oración, no hay otro medio más eficaz que el apostolado. Esa preocupación por los demás te hará ser más fiel a Jesús, rezarás con más fervor, serás más humilde, confiarás más en El... en una palabra, crecerás mucho en tu vida cristiana, serás santo más pronto. ¡Vamos, pues! A ser un gran apóstol. 30. EL DÍA DE MAÑANA... PADRE O MADRE Un día Dios te hará guía de unos niños que te llamarán papá o mamá. ¿Lo has pensado? Dios te pedirá que le ayudes a crearlos y a educarlos. ¡Qué misión! ¡Qué grande es el matrimonio! Has de prepararte para ser esposo o esposa, padre o madre. Y no estarás preparado si no eres santo. Este ha de ser tu programa: arrancar vicios y plantar virtudes. Y necesitas todo el tiempo que va desde ahora hasta entonces. Si no te dedicas a esto, ¡qué desgraciado serás tú y tu hogar! Por desgracia casi ningún chico ni chica piensa en esto, ni se esfuerza. Sólo piensan en jugar y divertirse. Es como si quisieran edificar una casa sin poner los fundamentos. Después no sabrán amar, porque estarán llenos de egoísmo; y no sabrán educar, porque habrán de enseñar un camino que ellos no han recorrido. Has de prepararte. El matrimonio será seguramente tu gran vocación. Pero para el matrimonio no vale cualquiera. Sólo el que ahora, a tu edad, luche y se esfuerce de verdad, encontrará luego una muchacha o un muchacho valiente y de corazón limpio. ¿No vale la pena que empieces a prepararte para ella o para él y para los hijos que Dios os dará? No pienses que aún falta mucho. Debieras haber empezado aún

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más pequeño. Pero ahora, especialmente cuando veas que las muchachas o los muchachos te gustan, es que Dios te advierte que es urgente tu preparación, que es urgente hacerte santo, que no tienes tiempo que perder. Entrégate de verdad a tus padres y hermanos, tu familia de hoy, y así preparas muy bien tu familia de mañana. 31. EL SACERDOTE, PADRE Y GUIA DE MUCHOS A algunos de vosotros sin duda se os acercará Jesús y os dirá: "Luis, Antonio, Juan... ¿No te gustaría ser como Yo y dedicarte por entero a ser padre y guía de todos los hijos de Dios? Necesito tus manos para seguir bendiciendo y perdonando, necesito tus labios para seguir consolando y enseñando, necesito tu corazón para seguir llegando a todos. ¿Quieres ser "otro Yo"? Tendrás los mismos poderes que Yo. Cuando tú digas: "Esto es mi Cuerpo", será como si lo dijera Yo. Cuando digas a un pecador: "Yo te absuelvo de tus pecados...", Yo mismo lo estaré diciendo. Quien a ti te escuche, me escuchará a Mí. Quien a ti desprecie, me despreciará a Mí; porque tú y Yo seremos uno. ¿Quieres? Yo te haré pescador de hombres. Serás mi amigo íntimo. Serás guía de mi Pueblo y todos te llamarán Padre. Sí; para eso habrás de renunciar a tener una esposa, unos hijos y un hogar propios. Tu esposa será mi Esposa: la Iglesia. Tus hijos serán mis hijos: los hijos de Dios. Tu hogar será universal.

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Para eso te daré un corazón como el mío, con dimensiones muy grandes. Y Yo estaré contigo. Por medio de ti podré seguir llegando a los niños, a los jóvenes, a los matrimonios, a los ancianos, a los enfermos, a los pobres, a los pecadores, a todos... ¿Quieres?" ¡Qué grande es ser sacerdote! También tu preparación habrá de ser: arrancar vicios y plantar virtudes. Aplícate a las cuatro consignas y estarás preparado para lo que Dios quiera de ti. 32. VIRGEN Y MADRE Gema, Mari, Conchita... tú conoces y amas a Jesús. ¿Has pensado lo grande que sería si un día El quisiera hacerte su esposa, completamente suya? A otras muchas como tú Él las ha llamado. Y ellas han sabido darle todo su corazón, y han sabido dedicar toda su vida a los intereses de Jesús. Unas han sido religiosas consagradas a la oración, o a los enfermos, o a los ancianos, o a la educación de las niñas, o a otras maneras de servir a la Iglesia. Otras se han dedicado al apostolado y a ser como madrecitas espirituales de muchas niñas y jóvenes, en medio del mundo. Otras han sido misioneras en pueblos o países lejanos del suyo. ¡Qué corazones tan hermosos y tan generosos! ¡Qué capacidad de amor y de sacrificio! ¡Cuánto gozo y cuánto fruto! ¿Con qué amor se entregará Jesús a una muchacha que se le entrega a El del todo? Son muchas. Muy parecidas a la Virgen María, y se les puede dar el mismo título que a Ella: Virgen y Madre. Virgen, por ser -como Ella- completamente de Dios.

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Madre, por ser -como Ella- las que siguen haciendo nacer a Jesús en los corazones de los hombres. ¿No te gustaría ser virgen y madre? Comienza a limpiar tu corazón y a no negarle nada a Jesús.

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SEGUNDA PARTE Páginas para tu reflexión 1. QUEREMOS VER A JESÚS Jesús quiere hoy santos entre los niños... Debéis mirarle no sólo como amigo predilecto, sino también como a modelo de todas las virtudes. -Pío XIIQUEREMOS VER A JESÚS Un día se acercaron a Felipe Apóstol unos extranjeros. Le dijeron: -"Queremos ver a Jesús". Felipe los llevó a Jesús. Lo conocieron... y se enamoraron de El. Porque has de saber que todo aquél que conoce de verdad a Jesús queda enamorado de El. Es tan cariñoso, tan valiente, tan humilde, tan bueno, tan alegre... ¿Conoces bien a Jesús? ¿Te gustaría escuchar sus palabras, mirar cómo juega, cómo estudia, cómo se porta con su madre, qué les dice a sus amigos...? Conocer a Jesús. Déjame que haga de Felipe... y te lleve a Jesús. Las páginas que siguen son trocitos del evangelio, que es la vida y las palabras de Jesús. Debes leer muy despacio... pensar... y hablar con Jesús... pasar un rato con El. Como aquellos extranjeros. Quedarás encantado con El. Y luego... llevar otros niños y niñas para que conozcan también a Jesús. Hacer como Felipe. Esto es ser apóstol.

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UN GRAN NOTICIA: TENEMOS UN SALVADOR Jesús nació en Belén. María lo reclinó en un pesebre... Había por allí unos pastores. Se les presentó el ángel del Señor y les dijo: "No temáis. Os anuncio una gran alegría a todo el pueblo. Os ha nacido hoy un Salvador". Fueron rápidos y encontraron a José, a María y al niño". Un niño se ahoga... ¡socorro!... Pide a alguien que le saque de la corriente. Espera un salvador. Los hombres son arrastrados por la corriente del pecado... Olvidan y ofenden a Dios. ¿Hay alguien que les pueda ayudar? Sí; Jesús. "Vino a salvar lo que estaba perdido". ¡Qué gran alegría! A pesar de los pecados... ¡Tenemos un Salvador! ¡Qué gran noticia! UN ANCIANO FELIZ Después de nacer Jesús, su madre lo presentó al Templo. Había un anciano muy bueno, Simeón, que subía todos los días al Templo. Aquel día se encontró con Jesús... lo tomó en brazos... y rezó a Dios diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejarme morir, porque ya he visto al Salvador, que será como una LUZ que iluminará a todos los hombres". ¡Qué contento estaba este viejecito con Jesús en sus brazos! Sus ojos vieron al Salvador. Tú, si eres bueno, lo tienes en tu corazón. ¿No has de estar más contento? ¿Es posible un cristiano triste? Tienes luz. Jesús es la luz. Jesús te ayudará a ver claro. De cara a El sabrás siempre qué has de hacer. Mira con su luz tu conducta y verás enseguida lo que has de corregir.

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¿QUE HACIA JESÚS A TU EDAD? Jesús subía todos los años al Templo de Jerusalén... A los doce años subió con sus padres... quedóse tres días en Jerusalén sin que ellos lo supieran... Al tercer día lo encontraron y bajó con ellos a Nazaret... Les obedecía. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres. ¿Cuántas veces te han dicho que debías ser como Jesús? ¿No te has preguntado cómo era Jesús a tu edad? El evangelio te lo ha dicho arriba: obedecía... se hacía mayorcito... estudiaba mucho... agradaba a Dios y a los hombres. ¿Qué tal? ¿Cómo va tu copia de Jesús? ¿Eres obediente, como El? Recuerda que tu obediencia ha de ser a la primera y con buena cara. ¿Es así? UNOS "QUIJOTES" DE ORIENTE Unos magos de Oriente llegaron a Jerusalén... Dijeron a Herodes: "¿Dónde está el recién nacido rey de los judíos? Vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle...". Después de la visita al rey y a su corte, volvieron a ver la estrella y les llevó donde estaba Jesús. Al ver al niño le ofrecieron tesoros: mirra, incienso y oro. A Jesús sólo le buscaron los valientes y los sencillos. En cambio, los orgullosos, los sabihondos, los poderosos, le persiguieron, no le querían. Los Reyes Magos fueron valientes. Vieron la estrella... la siguieron siempre y encontraron a Jesús. Si eres valiente -cumples las cuatro consignasencontrarás a Jesús. ¿No te parece que vale la pena?

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Puede que en el camino encuentres dificultades, por ejemplo, los amigotes. Pero tú sigue tu camino. JESÚS, ¿DONDE VIVES? A los treinta años, Jesús salió de su casa y se fue a predicar su doctrina. Un día, cerca del Jordán, fue descubierto por Juan Bautista, el cual comunicó el secreto a dos de sus amigos con estas palabras: "Mirad al cordero de Dios". Los dos discípulos fueron corriendo a Jesús y le preguntaron: "Maestro, ¿dónde vives? Jesús les respondió: "Venid y veréis". Fueron y se quedaron con El. ¿Dónde está Jesús? Suena a pregunta de catecismo, ¿no? - Jesús está en el Cielo, en el Sagrario y... en tu corazón, si estás en gracia de Dios. Buscas a Jesús por fuera y está llamando a la puerta de tu corazón. ¿Cuándo le abrirás? ¿Cuándo le darás un ratito para contarle tus cosas y escucharle? ¿Por qué no le hablas ahora de lo que has hecho hoy? ILUSIÓN DE JESÚS: AGRADAR A SU PADRE Un día de calor, al mediodía, Jesús estaba sentado junto al pozo de Jacob. Los apóstoles venían de comprar comida y le dijeron: "Jesús, come". El les respondió: "Yo tengo una comida que vosotros no conocéis". Los apóstoles comentaban entre ellos: "¿Le habrá traído alguien de comer?" Jesús les dijo: "Mi comida es hacer la voluntad de mi Padre". Tu sueñas en... una bici, una muñeca, un balón... ¡Qué corto te quedas!

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Jesús soñaba siempre en su Padre. Vivía preocupado por agradar en todo a su Padre, que también es tu Padre, ¿lo sabías? ¡Qué malos hijos somos! . ¿Qué puedes hacer hoy para agradar a tu Padre Dios? COMO LA LUZ Y LA SAL A sus amigos Jesús les dio un día un encargo muy importante. Les dijo: "Vosotros sois la sal de la tierra; si la sal se hace mala, ¿con qué se la salará? Para nada vale. Vosotros sois la luz del mundo... Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre del Cielo". ¡Qué triste es una noche sin luna, un piso sin luz...! ¡Qué mala la comida sin sal! El cristiano es como la luz y como la sal. Como la luz que alegra e ilumina; y como la sal, que sin notarse, da sabor. ¿Eres tú luz y sal en tu casa, en la escuela y en el juego? Tus amigos, ¿se encuentran bien a tu lado? ¿Y tus padres? Si tú cumplieras el encargo de Jesús, su luz y su sabor llegarían a los que te rodean. ¡Qué suerte para ti y para ellos! Y DE LAS PEQUEÑECES, ¿QUE? Viendo Jesús que algunos no daban importancia a los pequeños esfuerzos de cada día, dijo: "Si alguno desprecia los mandamientos pequeños y enseña a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. Pero el que los

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cumpla y enseñe a otros a cumplirlos será muy grande en el Reino de los Cielos". Muchas veces has pensado dar la vida por Jesús, como tantos niños mártires... Y, ¿ya sufres esas pequeñas molestias de la vida de cada día? Sólo si eres fiel en los detalles pequeños, serás grande para Jesús. ¿Por qué detalle empezarás hoy? Puedes: Hacer algún trabajo a mamá. Dejar tu balón, tu bici o revistas a tus hermanos o a otros compañeros. Hacer los deberes más despacio y mejor. No quejarte del calor ni del frío. Irte a la cama temprano... EL MANDAMIENTO NUEVO Jesús, cuando quiso resumir toda su enseñanza, dio un solo mandamiento. Dijo: "Este es mi mandamiento: Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. Nadie tiene amor mayor que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando". ¿Quieres a tus compañeros? ¿A todos? ¿Haces distinciones? ¿Te has fijado?: "COMO YO OS HE AMADO". Esto significa que has de amarles hasta dar la vida por ellos. ¿Recuerdas la primera consigna? Lo mejor, lo primero para los demás; lo peor, lo último para mí. Pregúntate muchas veces: ¿Qué puedo hacer yo para que los que me rodean sean más felices? A ver si sabes olvidarte de tus gustos, de tus caprichos... y piensas en lo que agrada a los demás. ¿Y HASTA A LOS ENEMIGOS? Los que escuchaban a Jesús no sabían perdonar a los que les ofendían. Jesús les enseñó: "Antes se

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decía: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre del Cielo que hace salir el sol sobre buenos y malos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa merecéis? ¿No hacen eso mismo los malos?". ¿Será un exagerado Jesús? ¡Tener que amar al que me ha hecho "una"... muy gorda! Sí, también a éstos has de amar y perdonar. ¿Por qué? Porque Dios es el Padre de todos y no quiere hijos reñidos o que no se hablen. ¿Qué dirías de un niño cristiano que habla, deja sus cosas, juega... sólo con sus amiguitos? Esto lo hacen los que no han conocido a Jesús. LO QUE VALEN SON LAS OBRAS Vio Jesús que algunos escuchaban y rezaban, pero luego hacían lo que les daba la gana. Dijo: "No todo el que dice Señor, Señor, entrará en mi reino, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial. Quien escucha mis palabras y las cumple es como un hombre que edifica su casa sobre una roca. El que las escucha y no las cumple es como el que edifica su casa sobre la arena". ¿Qué dirías de un niño que siempre dice: "Papá, te quiero mucho, qué bueno eres..." y nunca hace caso de sus mandatos? Yo le llamaría un "cuentista". ¡Qué cuentistas somos con Jesús! Muchas oraciones, misas, comuniones... y después en el colegio, en casa, hago lo que me da la gana y no lo que le gusta a El. SI DIOS ES MI PADRE ¿POR QUE TEMER? Jesús, reunido con sus discípulos, les hablaba de su Padre que se preocupaba de todos nosotros, y les

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decía: "No os preocupéis, diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿qué beberemos? o ¿con qué nos vestiremos? Mirad los pájaros del cielo... Mirad los lirios del campo... Si Dios cuida de estas cosas, ¿no lo hará con vosotros, hombres de poca fe? Buscad primero agradar a Dios y no os faltará nada". Los hombres que te rodean y viven preocupados por atesorar... por comer y beber..., por disfrutar... ¡Qué poco les importa Dios! Nuestro Padre del Cielo vive preocupado por vosotros. ¿Habías pensado que estás en sus brazos? Confía en El. El cuida mucho de tus cosas y te dará siempre lo que te convenga, si tú buscas agradarle en todas las cosas. ¡Dios es mi Padre! ¿QUIEN ES MI PRÓJIMO? Bajaba un hombre hacia Jericó y los ladrones lo dejaron medio muerto. Pasó un sacerdote y dio un rodeo para no molestarse en ayudarlo. Bajó también un ayudante del Templo, lo vio y lo dejó. Un samaritano, al verle, se llenó de compasión, le curó las heridas con vino y aceite y lo llevó al médico. ¿Vas por el mundo con los ojos abiertos? ¡Cuántos problemas tienen las personas que están a tu lado! Suspensos..., castigos..., enfermedad..., aburrimiento..., odio..., pecados... Observa..., acércate y... derrama en su problema el aceite de tu amor. ¿Tienes presente ahora a alguien que está triste? "Anda y haz tú igual que el samaritano". Hay momentos en que alguien te necesita: tu madre, tu hermano, tu amigo...

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¿Prefieres no hacer caso para seguir tranquilamente con lo que a ti te agrada? SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR... Jesús quiso explicar por qué oyendo sus enseñanzas no daban todos frutos buenos. Dijo: "Y parte cayó junto al camino. Se la comieron las aves. Parte cayó en las piedras. Salió el sol y se secó. Parte cayó entre zarzas. Estas crecieron y la ahogaron. Y parte cayó en tierra buena y dio mucho fruto". ¿Cómo está tu corazón? ¿Qué tienes en él? - ¿Pajaritos...? ¿No te paras a pensar? No harás propósitos buenos. - ¿Buenos deseos, pero poca voluntad? Serás cobarde. Te cansarás enseguida. - ¿Pasiones? ¿Pecados capitales? Queda sin espiga. Si no los cortas con la reparación, estás perdido. - ¿Reflexionas...? ¿escuchas lo que quiere Jesús...? ¿luchas por cumplirlo...? DARÁS MUCHO FRUTO. ¿Reparas tus faltas todos los días? - 133TU GRAN EXPERIENCIA Jesús les propuso a sus discípulos hacer una gran experiencia. Les dijo: "Os digo de verdad que si el grano de trigo no cae en tierra, y se pudre y muere, queda él solo. Pero si se pudre y muere, nace una espiga y produce mucho fruto. El que se ama a si mismo perderá su alma; pero el que se sacrifica, guardará su alma para la vida eterna". Hoy todo el mundo quiere hacer experiencias. Jesús también hizo una en su tiempo. Fue la del granito de trigo. Con su muerte se produjo una espiga

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que va dando miles y millones de granos: son los cristianos. ¿Quieres tú hacer esta experiencia? ¿Sí? Has de morir a tus pecados, a tus gustos, a tu egoísmo... Si te decides a empezar, tu espiga será grande. ¿Por qué no empiezas hoy mismo? SORPRESA: ¡UN TESORO! ¡Vale la pena esforzarse! Así lo dice el Evangelio. El Reino de Jesús se parece a un tesoro escondido que, encontrándolo un hombre, va y vende lo que tiene para comprar aquel campo. También se parece a un mercader que busca perlas preciosas. Encontrando una de gran valor, vende lo que tiene para comprarla. Un grupo de niños han salido al campo... juegan... siguen unas flechas y señales. Van en busca de un tesoro. ¿Qué tesoro? Una bolsa de caramelos, quizás... Los cristianos tenemos un gran tesoro y una gran joya. ¿Sabes cuál?: Jesús. ¿No te parece que vale la pena dejar nuestros gustos, para ir en busca de este "tesoro"? Pero preferimos los caramelos a Jesús. Perdónanos, Jesús. Ayúdanos a dejarlo todo por Ti. ME LEVANTARE... IRÉ A MI PADRE Un padre tenía dos hijos... El menor marchó lejos y gastó todo el dinero, y comenzó a pasar hambre. Un día, parándose a pensar, dijo: "¡Cuántos obreros en la casa de mi padre tienen pan de sobra... y yo me muero de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le diré: "Padre, he pecado mucho contra el cielo y contra ti". Se levantó y fue a su padre. Al verlo, el padre corrió y le abrazó.

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Piensa un momento. ¿Cuántos pecados has hecho hoy? ¿Los mismos que ayer? ¿Siempre los mismos? Y te pones triste... Mira. Si luchas, no te desanimes. Repara tus faltas y ve a colgarte al cuello de tu Padre Dios, que siempre espera con los brazos abiertos. Acércate a Jesús, besa su Cruz y pídele perdón. Prométele que vas a reparar tu falta y que no quieres volver a cometerla, y pídele fuerza. REVELACIÓN EN LA CUMBRE Un día subió Jesús a un monte alto, con tres de sus apóstoles. Mientras estaba con ellos, su cara se volvió como un sol y sus vestidos blancos como la luz. San Pedro, entusiasmado, exclamó: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres haremos tres tiendas". Aún estaba hablando, cuando se oyó la voz del Padre del cielo que decía: "Este es mi hijo muy querido; escuchadle". Al oír esta voz, quedaron como espantados. Como un sol... como la luz... Así era Jesús. Bueno, cariñoso, alegre, fiel... Iba sembrando luz y alegría a su alrededor. Mira a Jesús. Mírate a ti... ¿no te gustaría ser como El?... ¿No sería estupendo que los demás al mirarte pudieran decir: así era Jesús? ¿No te gustaría que nuestro Padre del Cielo pudiera mirarte a ti y toda tu conducta con el mismo agrado que a Jesús? ¿Qué has hecho hoy que no le haya agradado? NO TEMÁIS, MI PEQUEÑO REBAÑO Jesús enviaba muchas veces a sus apóstoles a predicar. Pero a veces volvían desanimados: no les

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hacían caso... se sentían sin fuerzas... Otras veces tenían miedo... Un día les dijo Jesús: "No temáis, mi pequeño rebaño, porque vuestro PADRE tiene ilusión en daros su reino..." Jesús, buen Pastor, va silbando e invitándonos a formar parte de su rebaño. Son pocos los que le hacen caso. ¿No quieres ser de su pequeño rebaño? ¿Sí? ¿Eres valiente? Pues a este grupito de niños valientes (que luchan contra sus defectos) Jesús ha prometido darles su reino: es decir, conquistar los niños y niñas del pueblo... y de todo el mundo. Y... no temáis. Con Jesús... ¡qué revolución vais a armar! UN JOVEN... COBARDE En una ocasión llego un joven corriendo y preguntó a Jesús: "Maestro ¿qué he de hacer para entrar en el cielo?". Jesús le respondió: "Cumple los mandamientos". "Siempre los he cumplido", le contestó. Jesús le miró muy contento, y le dijo: "Si quieres ser más valiente, vende lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro muy grande en el cielo". El joven se puso triste... bajó la cabeza... y se marchó. ¿No te da pena este joven? No supo ser valiente. Jesús lo hubiera hecho un gran apóstol... pero fue cobarde. Prefirió las riquezas a la amistad de Jesús. Era bueno... es cierto. Pero no quiso ser santo. Se volvió triste... muy triste. La tristeza es el castigo de los cobardes.

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Tú también eres bueno, ya lo sé. Pero no te contentes con eso. Debes ser santo. Sólo los santos son verdaderamente felices. CON JUDAS EMPEZARON LOS TRAIDORES Uno de los doce amigos de Jesús, Judas, fue a los grandes del Pueblo y les dijo: "Según lo que me deis, yo os lo entrego". Le dieron treinta monedas de plata. Desde entonces estaba buscando el momento para denunciarlo. Lo encontraron en el Huerto de los Olivos. Para descubrirlo les dio esta señal: "Aquél a quien diere un beso, cogedlo; Es Jesús". Judas conocía a Jesús... Sabía cómo era... HABÍA HABLADO CON EL... Y eran muy amigos. Pero en su corazón crecía el amor al dinero hasta tal punto que lo prefirió al mismo Jesús. Por un puñado de monedas perdió la amistad de Jesús. El corazón de Judas ya no estuvo más alegre. Cuando pecas y no quieres reparar, eres también un traidor. No te apures. Pide perdón y repara. Eso no supo hacerlo Judas. ¿Sabrás tú? OS HE LAVADO LOS PIES La noche antes de morir, Jesús se reunió con sus apóstoles para cenar con ellos. Al empezar la cena, se levantó de la mesa, tomó la toalla y les fue lavando los pies. Al acabar les dijo: "Si Yo os he lavado los pies vosotros debéis hacer lo mismo. Os he dado ejemplo, para que vosotros hagáis lo mismo. El siervo no es mayor que su señor". Muchos chicos toman como consigna para su vida la siguiente: "VALE QUIEN SIRVE"

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Los que seguimos a Jesús, nos distinguimos por el amor, por el servicio: "Si Yo... haced vosotros lo mismo". Serás buen discípulo de Jesús si sirves... si pasas la vida haciendo el bien... si buscas lo peor para ti y lo mejor para tus hermanos... si estudias como el que más para ser útil a los hombres cuando seas mayor... si sabes ayudar a tus padres. TOMAD Y COMED... ¡Y QUE COMIDA! Mientras cenaban... habiendo amado mucho a sus discípulos, los amó hasta el colmo. Jesús tomó un pan, lo bendijo y se lo dio diciendo: "Tomad y comed todos. Esto es mi cuerpo". Cuentan de un niño de ocho años que pasaba muchos ratos ante el sagrario y que comulgaba todos los días. Le preguntaron: ¿Qué quieres ser? ¿Un ángel? ¿Un San Luis Gonzaga? Mirando al Sagrario contestó: "Volverme Jesús". La comunión bien recibida es el alimento que te transforma en otro Jesús. Acércate a comulgar con deseos de ser como El. Háblale de lo que has de cambiar para eso. Comprueba tu propósito y dile: "Ven a luchar conmigo contra mí". ¿TAMBIÉN TU PREFIERES A BARRABAS...? Barrabás era un asesino y un ladrón. Pilatos lo había puesto en la cárcel. Cuando los judíos prendieron a Jesús y le acusaron ante Pilatos, éste les dijo: "¿A quién queréis que suelte, a Jesús o a Barrabás". Los judíos gritaron: "Preferimos a Barrabás; suéltanos a Barrabás". Pilatos les contestó: "Y qué voy a hacer con Jesús?". Y ellos gritaron más fuerte: "Crucifícalo, crucifícalo".

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Tú no hubieras dicho esto, ¿verdad? Hubieras escogido mejor. Pero, mira. Cada vez que cometes una falta, un pecado, estás escogiendo mal. Haces como ellos. Rechazas a Jesús. En cada momento puedes hacer dos cosas: lo que a ti te gusta... o lo que agrada a Jesús. ¿Sabes quién es el santo? El que siempre escoge lo que agrada a Jesús. ¿Lo haces así? ¿O también prefieres a Barrabás...? PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN Jesús estaba en la cruz. Clavado cruelmente. Sufría mucho. Los azotes... los clavos... la corona de espinas... la sed... Los fariseos se reían y le insultaban. Jesús, levantando los ojos al Cielo, dijo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Así murió Jesús. Perdonando. Cuesta mucho perdonar al compañero que te insulta o te tira una piedra... o te quita un lápiz... o te pega. Cuesta, ¿verdad? Cuando tengas ganas de volverte contra el compañero... una mirada a la cruz... una mirada a Jesús. Pídele ayuda y verás cómo también tú sabes perdonar. Porque el cristiano ha de perdonar como Jesús... y tú quieres ser cristiano... como Jesús. SERÉIS MIS TESTIGOS Era la última vez que Jesús hablaba con sus apóstoles. Se despedían. Ellos estaban tristes. Jesús les dijo: "No temáis, no quiero dejaros

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huérfanos. Os enviaré al Espíritu Santo. El os enseñará todo lo que os he dicho y que ahora no podéis comprender. Y vosotros vais a ir por todo el mundo... y Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos". Y diciendo esto subió al cielo. El Espíritu Santo vive dentro de nosotros. Es el último regalo de Jesús. El Espíritu Santo nos da la luz para comprender lo que Jesús quiere de nosotros. Nos da la fuerza para ser fieles a Jesús. Enciende en nuestro corazón el deseo de ser apóstoles. Con la luz, con la fuerza, con el fuego del Espíritu Santo... vamos a caminar por el mundo siendo... los testigos de Jesús. _-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-__-_-_-_-_ 2. EL PAPA HABLA A LOS NIÑOS Por los mismos niños, Cristo quiere comunicar la gozosa nueva del Evangelio a todos los niños que la ignoran. -Pablo VI— ¿CONOCES AL PAPA? Ya sé que le conoces. Le has visto en las revistas. En la "tele". Va vestido de blanco. Vive en Roma. Veo que sabes muchas cosas. Pero voy a decirte una que no sabes. El Papa es un verdadero amigo. El Papa es un verdadero guía. Porque el Papa es el que representa a Jesús. Santa Catalina llamaba al Papa "el dulce Cristo en la tierra". ¿Te gusta este piropo?

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El Papa, como Jesús, no se puede engañar cuando nos enseña el camino hacia la santidad. Por eso el que sigue al Papa va directo hacia Dios. Por eso debes apartarte y no hacer caso de todos aquéllos que critican al Papa, que no le quieren, que no siguen sus enseñanzas. Son falsos amigos y falsos guías. Nosotros, en cambio, debemos... ...conocer al Papa. Debemos saber lo que el Papa dice a los niños y niñas. Es Jesús quien nos habla. Por eso, en las páginas que siguen, voy a escribirte unos discursos del Papa. Léelos con interés. ...amar al Papa, igual que a Jesús. ¿Cómo? Cumpliendo lo que nos dice. "Si alguno me ama -decía Jesús- cumplirá mis palabras". Así debemos amar al Papa. ...rezar por el Papa. ¿Sabes que a Jesús le dejaron solo hasta sus mismos apóstoles? Pues, mira; eso está sucediendo con el Papa. Los que más deberían amarle, le critican, le desprecian; lo ha dicho el mismo Papa; y esto le hace llorar. Vamos a formar un grupo de niños y niñas valientes que recen por el Papa, que consuelen al Papa, que sigan al Papa... Voy a enseñarte una oración por el Papa. Rézala muchas veces. Dice así: "Señor, ilumina al Papa, fortalece al Papa, consuela al Papa y a todos los que le siguen". Y ahora escucha y cumple sus palabras. JESÚS ES VUESTRO MEJOR AMIGO ¡No lo olvides jamás! Jesús quiere ser nuestro amigo más íntimo, nuestro compañero de camino. Ciertamente tenéis muchos amigos; pero no podéis estar siempre con ellos, y ellos no pueden ayudaros siempre, escucharos, consolaros.

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En cambio, Jesús es el amigo que nunca os abandona; Jesús os conoce uno por uno, personalmente; sabe vuestro nombre, os sigue, os acompaña, camina con vosotros cada día; participa de vuestras alegrías y os consuela en los momentos de dolor y de tristeza. Jesús es el amigo del que no se puede prescindir ya más cuando se le ha encontrado y se ha comprendido que nos ama y quiere nuestro amor. Con El podéis hablar, hacerle confidencias; podéis dirigiros a El con afecto y confianza. ¡Jesús murió incluso en una cruz por nuestro amor! ¡Haced un pacto de amistad con Jesús y no lo rompáis jamás! Juan Pablo II, a los niños en San Pedro de Roma 24-junio-1979 LA PRIMERA COMUNIÓN ¡Jesús ha querido permanecer con nosotros para siempre! Jesús ha querido unirse íntimamente a nosotros en la santa comunión para demostrarnos su amor directa y personalmente. Cada uno puede decir: "Uesús me ama! ¡Yo amo a Jesús!". Santa Teresa del Niño Jesús, recordando el día de su primera comunión escribía: "¡Oh, qué dulce fue el primer beso que Jesús dio a mi alma!... Fue un beso de amor; me entrego a Vos para siempre... Teresa había desaparecido como la gota de agua que se pierde en el seno del océano. Quedaba sólo Jesús: el Maestro, el Rey". Queridos niños: Recibid frecuentemente a Jesús! ¡Permaneced en El: dejaos transformar por El! Juan Pablo II, a los niños en San Pedro de Roma 24-junio-1979

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PROPÓSITOS DE UN NIÑO Domingo Savio, a los 7 años, tuvo permiso para recibir la primera comunión, y ese día escribió sus propósitos: Primero: me confesaré muy frecuentemente y haré la comunión todas las veces que me dé permiso el confesor. Segundo: quiero santificar los días festivos. Tercero: mis amigos serán Jesús y María. Cuarto: Antes morir que pecar. Esto que el pequeño Domingo escribía hace tantos años, vale todavía ahora y valdrá para siempre. Queridísimos, termino bendiciéndoos, niños y niñas; ¡manteneos dignos de Jesús a quien recibís! ¡Sed inocentes y generosos! ¡Comprometeos para hacer hermosa la vida a todos con la obediencia, con la amabilidad, con la buena educación! ¡El secreto de la alegría es la bondad! Juan Pablo II a los niños en San Pedro de Roma 24-junio-1979

CONOCER Y AMAR A JESÚS Queridos niños y niñas: El Papa quiere deciros que os tiene muy presentes en su mente y en su corazón; y desea recomendaros que toméis con mucho empeño vuestra formación en la catequesis, tanto en la parroquia como en la escuela o colegio y en la instrucción religiosa recibida de vuestros padres. Así, poco a poco, aprenderéis a conocer y amar a Jesús, a dirigiros cada día a El con las oraciones, a invocar a nuestra Madre del cielo, la Virgen María, a comportaros bien en cada momento y agradar a Dios, que nos contempla siempre con mirada de Padre. Yo rezo por vosotros, os mando un abrazo y bendición como amigo de los niños, y os pido que recéis también por mí. ¿Verdad que lo haréis? Juan Pablo II, a los niños en Granada (España) 5-noviembre1982

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3. ¡QUE VALIENTES FUERON LOS SANTOS! Sentimos gozo pensando que entre los pequeños... hallará el Señor un grupo de almas dispuestas a cualquier heroísmo. -Pío XII— ¡QUE VALIENTES FUERON LOS SANTOS! Jesús es muy bueno, cierto... pero muy exigente. La meta que nos propone es muy alta: ser como El, ser santos. Y para ello hay que ser muy valiente. Pero... ¿sabes? ¡Qué valientes fueron los santos! Para que te animes, te voy a decir una cosa. Ha habido santos en todos los tiempos. En todas las naciones. De todas las edades. ¿También niños? También. Niños y niñas como tú, de tu misma edad, que lucharon contra los mismos defectos que tú. Te presento algunos de ellos. ¿Por qué no intentas imitarles? Si ellos han sido santos, ¿por qué tú no? ¡Qué valientes fueron los santos! ¡Imítales! ¡Animo! Que siga la lista de los valientes. EL PRIMER VALIENTE QUE MURIÓ PERDONANDO (San Esteban) Esteban era un muchacho muy valiente. Después que Jesús subió al cielo, él se dedicó a predicar su doctrina por todas partes. Un día, unos hombres que no eran cristianos y que les molestaba la valentía con que hablaba Esteban, lo agarraron y lo mataron a pedradas. Pero él les perdonó. ¿Eres tú tan valiente como San Esteban? ¿Eres capaz de perdonar a los que te molestan, te insultan o le pegan?

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SUPO REPARAR SU CAÍDA (San Pedro) Pedro, el apóstol que estaba dispuesto a morir por Cristo, a la hora de la verdad falló. Por tres veces negó ser discípulo de Jesús. Fue cobarde. Pero luego supo reparar su caída. Y tres veces repitió que amaba a Jesús. Fue valiente. Tú también negarás muchas veces a Jesús, preferirás hacer tus gustos antes que cumplir su voluntad. Pero esto no debe desanimarte. Puedes reparar. ¿Reparas ya todas tus faltas? EL APÓSTOL QUE RECORRIÓ EL MUNDO (San Pablo) Pablo, muchacho judío, perseguía duramente a los cristianos creyendo que hacía un bien. Pero se le apareció Jesús y le hizo ver que estaba equivocado. Fue entonces cuando se convirtió en el apóstol más grande de la Iglesia. Y toda su vida la dedicó a vivir la doctrina de Jesús y a hacerla vivir a los demás. Así recorrió el mundo entonces conocido. Tú también estás llamado a ser apóstol como San Pablo. Es todo el mundo el que te está esperando. Pero... ¿podrás encender el mundo, si no eres capaz de encender a tus hermanitos, a tus amigos o a los niños de tu pueblo? Empieza por ahí. EL "ENCHUFADO" DE JESÚS (San Juan) El joven Juan, valiente, puro, sencillo... mereció ser el apóstol "enchufado" de Jesús. Sólo él se atrevió a apoyar su cabeza en el pecho del Señor durante la última cena. Tú también puedes ser un "enchufado" de Jesús. ¿Qué te lo impide? ¿Eres valiente, puro y sencillo como

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San Juan? ¿Trabajas en serio por serlo? Sólo limpiando tu corazón podrás llegar a ser un amigo íntimo de Jesús, uno de sus "enchufados". EL NIÑO DE LA CAJITA DE ORO (San Tarsicio) Cuando Tarsicio, pequeñito aún, llevaba en una cajita de oro la Eucaristía a los cristianos encarcelados, unos malos compañeros le querían robar aquel tesoro. Pero él se resistía diciendo: "Antes morir que dejármelo arrebatar". Y sus compañeros lo mataron a pedradas. Tú también llevas a Jesús en tu interior. Pero hay unos ladrones que te lo quieren robar: el demonio, los amigotes, los pecados capitales, etc. ¡Vigila! No te dejes arrebatar este valioso tesoro. Jesús vale más que todas las cosas de este mundo. Vale más que la misma vida. Así lo entendió Tarsicio. ¿Sabrás ser tú tan valiente como él? UNA BUENA DECISIÓN (San Francisco de Borja) El marqués de Lombay, Francisco de Borja, recibió la orden de acompañar el cadáver de la emperatriz Isabel desde Toledo a Granada. Después del largo camino abrieron la caja de la bella emperatriz. Al ver su cuerpo tan desfigurado y descompuesto, Francisco hizo este propósito: "Nunca más serviré a señor que pueda morir". Una buena decisión, ¿verdad? Se había dado cuenta que todo lo que hay en la tierra se acaba enseguida, por fuerte y bello que sea. ¿A qué "señor" estás sirviendo tú? ¿Es de los que se acaban enseguida?

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DE NIÑA QUERÍA SER MÁRTIR (Santa Teresa) ¡Qué niña más traviesa esta Teresa! Se marchó de casa con su hermanito Rodrigo porque quería ser mártir y dar la vida por Jesús. Esta valentía que manifestó de niña es la que tuvo durante toda su vida. Por eso fue Santa Teresa. ¿Eres tú valiente y decidido como Teresa? ¿Estás dispuesto a todo por Jesús? Hoy no te pide que seas mártir, pero te pide esa cosa tan concreta que quizás no le quieres dar. ¿Qué te está pidiendo hoy? IÑIGO, CAPITÁN VALIENTE (San Ignacio de Loyola) Gracias a su valentía, Iñigo fue nombrado capitán del rey y puesto al frente de la ciudad. Durante la batalla fue herido en una pierna y trasladado a un hospital. Mientras se restablecía se dedicó a leer vidas de santos. Y un día se dijo: "¿Por qué no yo?", y se pasó al ejército de Jesús. Tú también puedes ser como él y como los demás santos. Lo que han logrado otros, ¿por qué no puedes lograrlo tú? SOÑADOR DE COSAS GRANDES (San Francisco Javier) En grandes cosas soñaba Javier cuando estaba estudiando en París: ganar mucho dinero, tener un gran cargo en la sociedad... Pero se encontró con San Ignacio y sus sueños se hicieron mayores: ser apóstol de Jesús, llegar hasta el Japón y la China, ganar almas para Cristo... Y estos sueños se hicieron realidad. ¿En qué sueñas tú? ¿Te conformas con ideales pequeños o aspiras a algo grande?

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¿Quieres un ideal grande para tu vida? Jesús necesita un ejército de niños y niñas valientes para salvar el mundo. Tú podrías ser uno de ellos. Prepárate. UNA NIÑA DE CORAZÓN LIMPIO (Santa Bernardette) Hace unos años vivía en Lourdes (Francia) una humilde pastora, pobre, ignorante, débil... pero con una gran limpieza de corazón: Bernardette Soubirous. Y la Virgen no dudó en aparecérsele para que dijese a todo el mundo que Ella era la Inmaculada Concepción. Dios siempre hace igual. Escoge a los sencillos y limpios de corazón y deja de lado a los orgullosos. ¿Tienes tú esta sencillez y limpieza de corazón? ¿Te podría escoger la Virgen como el mejor niño o niña de tu pueblo? TODO LO HIZO BIEN (San Juan Berchmans) Muy poco tiempo vivió Berchmans aquí en la tierra, pero el suficiente como para hacerse santo. Cosas extraordinarias no hizo ninguna. Su santidad consistió en hacer bien las cosas ordinarias de cada día. Todo procuraba hacerlo lo mejor posible. Tú también puedes ser santo. No has de hacer nada raro, sino, lo mismo que haces, hacerlo bien. SIEMPRE ALEGRE (San Juan Bosco) La verdadera alegría está en darse a los demás. Lo sabía bien Juanito Bosco cuando era muchacho como tú. Siempre estaba alegre. Y su ilusión era que todos los muchachos estuviesen siempre contentos como él. Por eso consagró toda su vida a los muchachos abandonados.

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¿Estás tú siempre alegre? ¿Siembras alegría a tu alrededor? Yo no concibo a un cristiano triste. Si no estás siempre alegre, piensa que algo está fallando en ti. ANTES MORIR QUE PECAR (Santo Domingo Savio) Cuando a sus siete años Domingo Savio recibió la primera comunión, hizo este propósito: "Antes morir que pecar". Y lo cumplió durante los quince años que vivió. ¿Por qué no haces tú un propósito parecido? Si Domingo Savio lo logró, también tú puedes lograrlo. ¿Por qué no lo intentas? Animo, pues, valiente. A tu edad puedes ser santo. Es más, debes ser santo. PEQUEÑO, PERO VALIENTE (San Kitzito) Un misionero francés llegó a Uganda, nación situada en el centro de África. Al cabo de tres años, había ya formado un grupo de jóvenes cristianos, que murieron mártires por defender su fe. Kitzito fue el más pequeño de ellos. Su padre le prometió muchas cosas si dejaba de ser amigo de Jesús. Pero él fue valiente y prefirió ir a la hoguera con sus compañeros, antes que renegar de su fe. ¿Sabrías tú ser tan valiente como Kitzito? ¿En qué lo vas a demostrar? TODO LO HIZO CON AMOR (Santa Teresita del Niño Jesús) "¡Dios mío, te amo!", fueron las últimas palabras de Teresita de Lisieux. Era el resumen de toda su vida: el amor.

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Ella no había sido "nadie", no había hecho "nada"... ¡Pero en el amor lo había hecho todo! El amor con que hacía todas las cosas la llevó a la santidad. No creas que para ser santo haya que hacer cosas extraordinarias. No. Se trata de hacer con amor las cosas ordinarias de cada día: estudiar, jugar, rezar, etc. ¿Lo haces así? FRAY ESCOBA (San Martín de Porres) Ha nacido un niño pobre en un barrio pobre también. Nadie se ha preocupado de ello. Pero de ese pequeñuelo hablará todo Lima (Perú) dentro de unos años, siendo un simple hermano lego dominico. Se trata de Martín de Porres, que, con su escoba, su sencillez, ¡y su caridad desbordante! escaló la cumbre de la santidad. Tú también estás llamado a revolucionar tu pueblo. ¿Cómo? Siendo cristiano de verdad, valiente, humilde, sencillo, caritativo... ¡igual que San Martín de Porres! Caritativo también con ese compañero antipático al que no puedes ni ver. UNA NINA HERMOSA Y VALIENTE (Santa María Goretti) María tenía doce años y era muy hermosa. Pero todavía era más hermoso, puro y limpio su corazón. Un día se le acercó un muchacho y quiso hacerla pecar. Ella se resistió. Entonces, el amigóte, furioso, sacó un cuchillo y la mató. Fue mártir de su pureza y su hermosura. Tenía doce años. ¡Qué pena dan esos niños y niñas que por un placer venden la hermosura de su alma! Hemos de decirlo muy fuerte: También hoy es posible ser puro. Posible y hermoso.

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Pero hay que querer. Hay que ser firme. Y defenderse. Como María Goretti. Hay que saber decir un NO muy fuerte. Y dar una bofetada, si es preciso. Ser limpio de corazón supone ser muy valiente. ¿Lo eres? No olvides que Jesús está contigo. Y eres hijo de la Virgen. UN SANTO DESCONOCIDO (¿¿¿ ???) Hay otros muchos valientes que son santos. No son conocidos por nosotros, pero sí por Dios. El Papa nos lo recuerda muchas veces cuando dice que pone toda su confianza en ellos. Tampoco los conoce, pero sabe que existen. En aquel pueblecito del Pirineo..., en aquel hospital..., en aquella escuela..., en aquella fábrica..., en aquel convento..., en aquella gran ciudad... Aquella madre de familia pelando patatas en la cocina..., aquel enfermo feliz en su lecho..., aquella monjita..., aquella niña..., aquel hombre de negocios..., aquel viejecito olvidado... ¡Tú mismo puedes ser ese santo desconocido! Vamos, muchacho. ¡Que siga la lista de los valientes!

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EPILOGO El grito de los valientes ¡A POR UN FUTURO MEJOR! ¿Recuerdas los dos ejércitos en que se divide el mundo? Sus capitanes son el demonio y Jesús. Muchos siguen al demonio; son los cobardes. A Jesús sólo le siguen los valientes. ¿Sabes cuáles son sus armas? Son tres: la oración, el ejemplo y la palabra. Y van a vencer porque son valientes y Jesús está con ellos. Su grito es ¡A POR UN FUTURO MEJOR! ¿Y qué he de hacer para formar parte de este ejército de valientes? Es muy sencillo, tal vez ya lo sabes. Pero te lo voy a resumir en pocas palabras: 1. Diez minutos diarios de reflexión: lees unas líneas de un librito que te enseñe a pensar, luego piensas qué quiere decir Jesús con aquella lectura, y enseguida miras a ver si tú cumples lo que Jesús te dice. 2. Reparar alguna falta cada día. Si has hecho bien la reflexión, siempre encontrarás alguna falta que reparar. 3. Pedir mucha ayuda a Jesús. No olvides que sin El no vamos a conseguir nada. 4. Cumplir las cuatro consignas. Este será el termómetro que marcará tu valentía. 5. Reunión semanal con un grupo de amigos que quieran ser valientes como tú, y que estén empeñados en conseguir ese futuro mejor. Si vas cumpliendo todo esto, ya te puedes incluir entre los valientes del ejército de Jesús. Ya puedes gritar a todo el mundo que se aproxima un futuro feliz.

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Muchacho, muchacha. Las cumbres te esperan. Tu meta: la santidad, la "fuente de la felicidad". ¿Es posible? Cierto. ¿Es difícil? No importa. ¡ES... SOLO PARA VALIENTES!

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1. HACEN FALTA VALIENTES ........................................................... 3 2. VOY A ENSEÑARTE A LEER ................................................................. 3 PRIMERA PARTE: LA VIDA CRISTIANA ........................................... 5 I. LA META ............................................................................................. 5 1. LA FUENTE DE LA FELICIDAD ............................................................ 5 2. EL GRAN DÍA DE TU BAUTISMO ....................................................... 7 3. LA VIDA CRISTIANA ................................................................................ 8 4. SED SANTOS ............................................................................................. 9 5. LOS DOS EJÉRCITOS .......................................................................... 11 II. LA RUTA .............................................................................................. 12 6. HAGO SIEMPRE LO QUE AGRADA A MI PADRE........................ 12 7. CUATRO CONSIGNAS PARA VALIENTES ........................................ 14 III. DIFICULTADES EN EL CAMINO ................................................. 20 8 HEMOS NACIDO PRISIONEROS....................................................... 20 9 EL DEFECTO MAS REPUGNANTE ................................................... 21 10. LO MEJOR... PARA MI ....................................................................... 22 11 . LA SERPIENTE INFERNAL ............................................................... 23 12. LLEVAMOS DENTRO UNA FIERA .................................................. 24 13. ¡QUE GOLOSO ERES! ........................................................................ 25 14. CUIDADO CON LA ENVIDIA ............................................................ 26 15. DOÑA PEREZA, UNA VIEJA MALVADA ....................................... 27 16. LOSAMIGOTES .................................................................................... 28 17. EL CANSANCIO ................................................................................... 30 18. LA NIEBLA - LAS DUDAS................................................................... 31 IV. MEDIOS PARA VENCER LAS DIFICULTADES ....................... 32 19 ESFUERZO CONSTANTE ................................................................. 32 20. LA REFLEXIÓN ..................................................................................... 34 21. LA REPARACIÓN .................................................................................. 35 22. LA ORACIÓN ......................................................................................... 37 23. UNOS CANALES DE GRACIA -LOS SACRAMENTOS-.................... 39 V. COMPANEROS DE RUTA ................................................................ 43 24. EL MEJOR DE LOS AMIGOS ........................................................... 43 25. TIENES UNA MADRE .......................................................................... 44 26. AMIGOS VERDADEROS .................................................................... 46 27. HACE FALTA UN GUIA ...................................................................... 47 VI. TÚ HAS NACIDO PARA GUÍA ....................................................... 49 28. DIOS CUENTA CONTIGO ................................................................. 49 29. ¿YO APÓSTOL? ..................................................................................... 51 30. EL DÍA DE MAÑANA... PADRE O MADRE ..................................... 52

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31. EL SACERDOTE, PADRE Y GUIA DE MUCHOS .......................... 53 32. VIRGEN Y MADRE ................................................................................ 54 SEGUNDA PARTE ...................................................................................57 PÁGINAS PARA TU REFLEXIÓN ........................................................57 1. QUEREMOS VER A JESÚS ................................................................. 57 QUEREMOS VER A JESÚS ..................................................................... 57 UN GRAN NOTICIA: TENEMOS UN SALVADOR.............................. 58 UN ANCIANO FELIZ ................................................................................... 58 ¿QUE HACIA JESÚS A TU EDAD? ....................................................... 59 UNOS "QUIJOTES" DE ORIENTE ......................................................... 59 JESÚS, ¿DONDE VIVES? ........................................................................ 60 ILUSIÓN DE JESÚS: AGRADAR A SU PADRE ................................. 60 COMO LA LUZ Y LA SAL .......................................................................... 61 Y DE LAS PEQUEÑECES, ¿QUE? ......................................................... 61 EL MANDAMIENTO NUEVO.................................................................... 62 ¿Y HASTA A LOS ENEMIGOS? ............................................................. 62 LO QUE VALEN SON LAS OBRAS ........................................................ 63 SI DIOS ES MI PADRE ¿POR QUE TEMER? ................................... 63 ¿QUIEN ES MI PRÓJIMO?...................................................................... 64 SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR... ............................................ 65 TU GRAN EXPERIENCIA ......................................................................... 65 SORPRESA: ¡UN TESORO!...................................................................... 66 ME LEVANTARE... IRÉ A MI PADRE .................................................. 66 REVELACIÓN EN LA CUMBRE .............................................................. 67 NO TEMÁIS, MI PEQUEÑO REBAÑO .................................................. 67 UN JOVEN... COBARDE ........................................................................... 68 CON JUDAS EMPEZARON LOS TRAIDORES................................... 69 OS HE LAVADO LOS PIES ...................................................................... 69 TOMAD Y COMED... ¡Y QUE COMIDA! .............................................. 70 ¿TAMBIÉN TU PREFIERES A BARRABAS...? ................................. 70 PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN ................. 71 SERÉIS MIS TESTIGOS ........................................................................... 71 2. EL PAPA HABLA A LOS NIÑOS .......................................................... 72 ¿CONOCES AL PAPA? .............................................................................. 72 3. ¡QUE VALIENTES FUERON LOS SANTOS! ...................................... 76 EPILOGO ...................................................................................................84

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