Teatros De La Mente [joyce Mcdougall]

  • Uploaded by: Davis Vi P
  • 0
  • 0
  • February 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Teatros De La Mente [joyce Mcdougall] as PDF for free.

More details

  • Words: 121,654
  • Pages: 140
Loading documents preview...
1

'ilil i

1 1!' 1

1

',I

Colecció

!i,



1

.

. 1

{ci:D

!1

1

Continente/Contenido

DIRIGIDA PbR IU\ DRk MERCEDES VELO

;

l

·l 'I

. d !

1

!

1

:

1

1

1

11

1.

.

1 . i

1

1 . .

.

I·'

1: 1 1,

1 , •

1

1

1111

1

T :, Otros

·'.de 1j<1 u'm ente.. 1

1

l

·1

.

1

,i

1

1

11

1'

I

!

11

.

'1

I_

!

1

siori ;v erdad · en ~l ,éSCenario F' psi~~d~alílico · :¡ 1

1



,, ,

1 1 .

1

,l

1

!i

.I

1

1

1

.

i •

1

• .1 1

'

11! 1

1

"' ' · 1.

,

1

¡. 1

JÜo --.

-flílm:_ IJ#Si? .

.

1

111! IM\I y¡::nr-t-Jr:l; <; A

----

... ··-·---

li

-- · --

1

1 1

["

.

.

1

1

i1ll

1· 1; 1 • •.•

¡·

lil

11

~

1 1

-

· · l en f-rances: .·, 1·,1eatres il d.11 1e. Ed.1tona . ·1, Gª¡¡'¡·1mard . C ol ecc1v1 ) . 1tu , . t.o ongma 1 , T de J.-Bf Po!Aalis, París; Este hbro ha sido de la ed1c1on lleva por Theaters of the Mmd, Baste Books, Inc., Pubhshers_, ! New York,

Co~naissanc: l'inco~sóent, 1dirig~d'.1,po~ ~
1

1.~i'it· t1tu~;.

'

A Daniel, Joshua y Oliver

L9\í~

.111

Traducción: Mercedes López Ballesteros 1

'

. Supervisión: Mercedes Velo

1

1

•. ¿~¡ ·~~

f

1ª Eelici6n 1.981 · 2ª Edición 1.994

11

ediCIL

t~p~­os

Derechos exclusivos de en español pJ. los países de habla castellana y su área idiomátich y piedad de la traducción. Ni la ni parte de libro pueden reproducirse o transmitirse pbr ningún· proc&ii. 1· 11 miento clectrórúco o mecánico, incluyendo fotocopia, 'grabación magnética o cualquier ora almacenanúento d~1 in.: formación y sistema de recupe1!lción, sin pem1iso es'crito

to~idad, 1

1

~te

1

i e

r.

¡ 1

de JULIAN YEBENES. S.A.

!· t f,

' ¡'! . !"'.

¡•i !.

© JULIANYEBENES, S.t ·JEDITORES Colección Continente I o ntenido 1

Dirigida ppr la Dra. Me c1des Velo '

1

'

1

1: -

... •

"" '

I'\ A

l"l

¡

8 11

1 '

~

1

siempre puede el analista permanecer como espectador pasivo imperturbable: a mcnud.o se siente arrastrado por el clima cmocio nal que emana de tales dramatizaci1)nes y expuesto a actuar lo papeles que se le atribuyen (en lugar de contenerlos y tratarle analíticamente), o a experimentar -a veces- que sus propios dr< mas se reactivan y,. sus ·p ersonajes internos cobran vida, como 1 senala la autora acertadamente. Llegaríamos ·a la conclusión, er tonces, que en este «Teatro» singular el analizando de~empeüa di: tin!..Lllparecet1lñ--predoiñrm

f;

l

1111



11 ¡¡,

t .

t 11

1

'

INTRODúJCCIÓN A LA EDI~Iów¡· ./ ESPAÑOLA 1

1

1

q

'

l:

.

.

1

11 1

1

.

1 1

1

1i

t

!I,, 11

Joyce McDougall ha ten.ido u ~ a feliz inspiración al ytilizar como título de esta excelente obr" 1a metáfora de «Tea¡tros de la r~er~te» . Lógra sinte,tiz~r y * ~cri 9ir, 1 a~í, d_e un mod~ elo?uente, las drstrntas escenas ps1qu1cas y persomqes mternos que rnpresentan los pacientes en el escenario ps~coanalítico. 1 'I Se ha dicho, con ra~ón, que ]¡1 experiencia anal(tica inefable y, por tanto, difíci 1 de transri/t ir ~. ll!rceros. Pero Mf:Oc¡tlgall consigue aproximarse al máximo a dic\10 objetivo, al ot<¡>rgar¡ a la experiencia dramatizada un,a cualipa~ j«yisual» que nos pern~ite contactar con los personajes de la l «o ~ra» de una manera nf,ás «real y concreta» que ra que podríamos lograr con el mero rela o verbal o su descripción más abstracta. En lqs «Teatros.~.» que n s muestra en los distintos capítulos del ~ ibr9 1
fS

~ ":~~]:'.~~;'~~; ;,~e it~:~!i~-1~1,:l ;j,~11~~ ~;;~;~·d_a_s~ .: °.~1-~~)r:.1.1~.i01l~: ~ :::::: ts;

1

1

; I

y

~'

l'

r

, ~\:,iÍ ~e~e~íi.~_!?.~-~~a~tornos neu~~~:~-~-- rel~~L°.D.~_c_l_q~--~~~--!~~EiS"ifüC ¡¡· d~_l_ _C(?f.l,l:l?.!_t_;.j_c;>.. E~~J~.9ipo y sus correspondientes fantasías ·sexua

J~t !\J

! f>'~~"/ ·~~;.i~~í~~~;ti~1~1~11~~~w~~fiii ¡sJ ~J.1Ú'-~ ~en~rio que se ~pcuenti:a..cutce...e..L~ d~-i~:ern~x~~~e ~ da externa: es el «Teatro Trans1c1ona » o~ fos adictos, que bus1 compulsivamente sus 1tutosoe"IO=guesíen-te·n--qúe....ies. Iaffa-eñ mundo i~te~no. -· -- -----· ·-··-··---~---- ···------·-- ---·:···---- ·----- - "-

.•

1

'

)

.

'. /

. ,1

.

INTRO DU CC l<J N A LA ED I CIÓN ES PA ÑOL.1'

,~..

Por otra parle, la autora se refiere también a dos enticla psicopatológicas a las que ojO.i:ga....par.ti lar importancia: las alté e.iones .psic~_J)~-a-en rmedad psicosomútic: p·rodu-ce unaOisocttréloñ·rádical entre el psiquismo y lo somát T f\<: nl'r<:nn:-oiF><: rlr>l uT1~Mro Psi cosomátÍCO» son «Seres anón in

-(,-(,

(1 -· (1 -rl -11-fl -(l -(I

....... :...n•.·• ·'···.

. ·- · .. .

1 •

10

9

INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

'



•.

1 :,



!

capaces de reconocer slls emociones ni._ dejnvestir a sus pensamien}~~-~~ un i nt_~-~~~1iJús1i..onl; .c..m:~.c..~o. 9.~fu.~,i(_~~K2~~4~"i-:ij§~_.Y.L.?. menudo, de la capacidad efe soñar . Se caractenzan por fm1ciunar' ~-~~ ~1 «-pe;1'san'l'í~;¡t~'Oñe;;;tpr;o»~des~or _Martí y De M'Uzan, con una caída del tono vital a nivel de las hiñcloncs~psíquicas-ypor un estado desprovisto de afectos denominado «alexitimia» (que signi ficaífoTenef·-para-5"fa~spara" exrires'ií:rTas· ·;müélüi1es- ·oser incapaces de ci'lstln'güir i:i'i1á 'é'iiioci(fo 'dé 'ófra) ~ -· -- --

¡: 1 ,: 1 l

.

1

1

(.

(.

1



'

1

.... ...

INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN ES PA ÑO LA

~



1

1

1



1 •

a •

1

• -

-

-

..... _ _ . . . . . . _ _ __

_

...... _ _ .......___ .. _ _ _

_

__ _ _ , _ _ _ _ _ _ _ ___

..... .. . - - . _ _ . _ . , . . . .....

¡1.-I

¡¡

1

;¡1·)"·

1

-~l1.--~~<;..e_ll_ª_ci.9¡-H~.~5~~-!l'!!.íJ.i CQ.d!.RÜS:.~l.!l.9.fl. .~x it C!§füD.~D!~-~i,u;_Qntrntrn.rr§;;,_ _fe_r~1_1-~i~ . Y..J..Y.~., ~ f.~_qg§_ ..S..t!J:>lÜlW.f) 9.~ · 1

1

¡l

1

i

i

!

León Grinberg

1

discurs_o_ asoc!ativ_o que el ~nalizando_ .desa. rrolla e_n .el e_sc~nario psi- ,!¡'•._:· coanaht1co solo tiene senlldo, es decir, ue ad uiere s1 cado-en ·,, la medida engu~2t~__si.l!iámicam«;P._~__i_!flpregnad~' _e [~· stoy '11 totalmente de acuerdo con esa apreciación, ya que pienso que los r afectos operan descle los . comienzos de la vida como elementos · constitutivos básicos de las pulsiories y funcionan como generadores de significado y vehiculizadores de las motivaciones que se encuentran en la base de Ja búsque_d a de objeto. Revelar significados a través de los afectos en las relaciones objetales que hacen que la ~' toñélücfülru1füi'füt'resülre-cofüj?fefist15lé"-esu'ñi5'oelós of)jeilvos tuñ- l 1! _i_,_.

eni-1iriüc'ios·o--es~fo-:q.1t- . ace la autora de la patología del afecto,

¡I .

ll'

!1

en particular la"f1lexitimia n _Q!!_cient_~-~~~-~~~-~!:~~ y ~n los· 1 1 que presentan alteraciones psicóticas. Con todo acierto afirma que .¡

:~i~~i~i~;~fJt!7~1tl!~~~::~~:~r,:i~~: t~: :f 1

if~-~~~: ·1 persona1es in ternos, p~ ~ d~.Q ..)l~gi:!r. a...s.Y.r ''"PJ~~l~MYJ!.ment er.: &SA~ .... __ " "'" -:~ .• :1:r ..,1,. ''" "" " 1,... c; 11r>l ~ n ~e r loa ·1
. . . . _ _ _ , _____.,,.__,

1

Uno de los capítulos que, a mi juicio, adquiere especial importancia es el que se refiere a las reflexiones sobre el afecto y sy [J patología. McDougall enfatiza que el psicoanálisis es una ciencia l_J que está centrada en el valor que otorga al ·significado, y que el


. . . . . . . ..

··

.:f}~!fl!q~~~~~~~P~~~~s~~~~~r~~!f~:~;~:~~:~;et~~~~~~ff~ªJl·::~~: ji· pulsión. Su tema central es Ja castración, pero el «éxito» consiste . en transformar la castración en una experiencia de juego cuidadosame~Ü;froi~"cTa~Lo-s.. actos-d-~~fl~g~(a~fóíi;--h~-~;ú1;~¡Ó~-: ;1~-,-~011 ádos·- sústiü.ifívos .con los que se inte-ñia.' dóffiln·a:r-Ta·--a¡1gustia de ··· · ·· ·· ·---.. - .. · -·--- ·-·-·-~~ castr~~i§ñ·:-· ··--- ..._. .... ...."'. .. ...,,_ ....... ·· · ··· - · · · -

1

la medida en 9ue el anali.sta ayude a sus r.nalizandos a rcconectarse con sus afectos escindidos, a poder expresar los en palabras y a -r-;--·- - - - otor•>ar su¡s r'lllCllfOS Ohjeta les un sent1do reafY ITIÚS cercano a fo ~ ----·~h~_., "--veílfadero ., ~ 1 ·• 1 . , · q!Teir~:;~-1f~-;;-1-;-;;1e -~~. pues, un libro sumamente rico por la for1ña idcid!l'"z or(gT~aT~n que Joyce McDougall presenta sus ideas teóricas, iJubradas por experiencias c línicas claras y convincentes. Desde esta lsu perspec'iiva hace una muy logracl¡¡ revisión de las 1 principale!l bmidades psicopatológicas, con un e!ltilo muy personal e integrandd> 1a teoría clásic~ de Freud ~()11 sus propias hipótesis y con conceptos teóricos de esquemas referenciales j:listintos. , Por últin/. o~ deseo_ de~tacar_que la parre clínica muestra, una vez mas, como ,erl ·traba JOS antenores, qu~ Joyce McPougall es una analista expbimen,tada, sensata y humana, que ~E!?~~~~uch~LX­ --~om prender/*Qi_<Jj~_ti ntQ.iJ?.~r§.QD...l:li~§...flil.SU.~g;_,!1!l!li~~}lQ.QL~E?-~!L'L •

''' McD'oúgalr'pr.éfiEre ·aeñól111ni(·~~~~'G'~Ti
1

:,, 1

:!

¡:

-~

.....-1....-1----........ __..., .... t. ( 1 ;·,¡· ¡

!·( ;' (

.

¡I

/:

1

12 "

PRÓLOGO

~\'-..¡t~so)

1

11

1

1

\

EL TEATRO .PSÍQUICO Y EL ESCENARIO PSICOANALfTICO

part~ d.~ nosotros mismos, que a menudo f}ctúan_en...co.mille.!.a....cQJ..~-

~ófJ~) tp1d1~C:JQU...l.!D.Q¡,f.,_<;mv·.a...o:Lr.o.s..:..pr..QY.Q.C.íl.Jl.<.IO c9nJ!i<;to~.,Y,QQIQJ.!11Cnt~1l

t-1· ( €:.fl-N e} .A?.N.a..-~m~st~{)·~&(tlf..,.,c,cl.o~¡;_¡t.e.o.te~ ya que, ~; ILP.ªr.te. ,..J.~.scp 119_¡;e mo.s a

¡

1

1

:,

,

••

1

1

'

no, nuestros ~ersonajes inte.rn9s están constan~ement~;n bus~ {1~'.';~f· 0. :.~~--9.: ~n __~;cen~n~ ..9.9.D~e representar su~ _tragedias y comedias. , :.•; Aunque raramente asui:n1mos la respon~;ab1hdad de nuestras obras de teatro secretas, el d!fectbr de escena está instalado en nuestra ·UN!)t\ ir·rC pro pi~. ment_e. A_demás, es este . flU!ll.UO....int.ir.n.o...con..s.u.....re _ Lt~rio

1

1

1

11

¡

1

0

.

·'

i

11

1

1

c~m•ertirse

,~,~~ft.k.;- i:fp~U!tYS.l~,&l;Je'"deterrn.i.n~J~.~~.Y~~alt~"'-f~-~0.:fll!.~:'.".EE~7
f".'-;1l"'; ->lc'¡'iJ~i~~~s'iiTu~ l~s"~~~:;:;"~;lqf")~~¡-¡tl:!~~ll~~-~~gf~~~~~¡;~~~ Dó d

,: U110_ siempre es) era en alg111e11 solo para acalfo r desc11· brie11do que 11110 es vario}

!

esto~J1Jt~rn.r.~.1~SJ)!;.UJtus.._y..IOq1a.p,eles..gue...r.e.pres.e11tap. Querámos-

,

;< , !)~o~;; ., lo

EL TEATRO PSÍQUICO , Y EL ESCENARIO PSICOANALÍTICO 1

_

.r

.

?

¡,

.

n e se representan. ¡: 1 ~· ~l lenguaje nos informa que el dramaturgo se lla1~) . El ps1coana que los dramas fueron ·~ escritos años .. :x RAYMOND I EVOS (*) ~(J~~'S~Ñ. "' ·1·1s1s . nos ha ensenado 1 (_~ 0' • . . ¡ kt--'.~ W l' a tras por UQ yo mg@JJ.~:f);f;ln!JLque luchaba P.Qf SQ.º1:~yivi.!:..~i:!.S! l --- ·i ---------·-·i'"-:~_:.>:...- •. ..•:.:.-~""''"'-""""'""" :u, -, flt. _Jllllndo..adulto, cuy.as.:.re.g.la.s~del - dr-ama-eran..m,l,\y distintas de las del · SI k munao. entero -~~~-:::~~"'·es un escenano\'> ~y.. ...to-. ~~, C 1 ~ 1 niño • Estas ob ras QS1qu1cas · · ·~----'"" . , . , pue d en representarse en el teatro de Al 1d ectr rn espeare@e uos los hombres y mujeres que. lo. pueblan s01..n . «meros acnrrep ~'it\<1R ffiiestra prop·ia d .--~ ... ,, .._., ..~-· 1, ........ -... , ' - _ en e 1 e nuestr cuer o ue d--en -tener 1 expresaba su profundo convenc1m1{lnlo ele que no nos escapamos ' lugar e11 el l 'undo ex t e~~ ·1 · d · p . el • . 1 • 1 1 o, ut1 izan o a veces como escenano · · · facilmente de los papeles que son esencialmente nuestros. Todos ~ cuerpo y la 1~11 n v,,,_ - ",,__,.,t u ras personas o ·me 1uso 1as mst1tuc1ones soue va desarrollandose a lo 1· r· , ,' ~· · · . -----·---·-·---·-·---··--hos vemos envueltos en un draorn . ~-----""~¡~~~~·~~--~~·"·--"'-'"·-':""';~ ·-..,._,,,.,º,·~~ · ·r r··-'' -~1ªl~s. famb1en somos capaces de 1r trasladando nuestros dramas go de nuestra vida y_ en el cual la trama se muestra s1111es ramente . oe~u, ., ~.) . • · d · .. . -... : ... -:-' - -----,...- •.- ...-- -~··'~"--~"'.n""~-"-""-~="'""í--'"'""·"·~'"-~"~·-~-""<'· ·.:~ . ·~'·'"·: .,,,,.... ,.~, : {,,tf , \) ps1qmcos e un escena no a 9tro en momentos de tens1on abruma.J'~l?:'~-WJ..V,él,,, ._. . .. . , . l.'...' v'Z'.S /~r/'?,.<. dor~s, ya que )s uri::--Pé{inuaje: polifacé.tiii). Escuchemos a un Tomando el__t~atrp_ SI ,.u1ca,,,espaciente ' Juan ' m·ent · b. l,CQnJQ . m_~t.l:J.fpr" ·f· · .•d,e.J!l· __Jetlhdad ·. · I' '-' c. \J>. -:>de "-, ,,,· " 1 ras cuenta toe1o 1o que se 1e ocurre ta 1 como 1 1~~-'E~~:'.·)~~~~-~~;~~:~~·~}~~.J.--l~:~1-«;.g.i!p.~}- .. 1 . }'i/ :\e " ~($U analista le ha pedido e1ue ha a~ero e~1-~a~).~:-:1Jfl __1~~ .~s -~~~s1 ' __ se . g · tnas, ;1_o__a-:-l<).~-~erso1'..ªs : .}2_S,s~~~ar 9 ª~?~1~e_f!:E.~~~~~·1f!:.ir/í ~) ~\:lG ~.J . . -No estoy seguro de P?der expresar,, exactamente, lo_ que un ~~P:!-\S,9J!~~>1r:_un ~~~-v_:_~_s>;~¿'Q:1un «Q.J:..!.SE.I~J,12~~1,:~B!~~no su¡pone ma\w91J~ --~ siento.-. (Este es Juan, el analizando, preparandose para la sesión.) que una· simple denomii1ación inadecti'áda para describir¡' algo tan 1ri::-J>-º ~ , -Una_ ~osa es segura, estoy absolutamente harto de mi mujer y co1~pl~~o y sutil com~ una perspna,idad humana. No sólo ?limen ta , de su f:.1r~1li~. ¡Me gusta:ía echarles a la calle a todos! (Éste es Juan la ilus_ion de haber dicho alg~ adecuado _sobre alguien, . 1110 que, Q los /te.\ anos, en una epoca en que su familia le parecía insopor· udemas, supone que los
'

,

'

r· ·

l.



1

1

,

l

e -- )

·

ef Yo

-~!~~~_5le l_<~_i:.~~-'.~.~~.L~!!~~!.s:'.~~~sos1 tenn~nos ap!1~~!U.•_!9-~:r~~~~~.:_ y~IJ' t"ao tK\~ • 1

t~s ;~'.~!~'i~;;,·7~ "::C1~~:':.º ,<;;~~"~~;~: :;,~·;~~;~:,,~;6~,";07:.'

.J'~j:§:'::;~"~ x'."'en J&"~nuryi~"=º' 9))e ~sfoj'. .l'iiñf!l!ls d

·~,

-

.• ·



pensatona pasando ¡Jor 'lt I ·.. · t ¡ ¡. d . • . .. ·'. o, a m1.•mo tiempo, e iec 10 e qw parece haber elegido wu!:e5posa que e·ncarna todos los aspectos pro

,

\'?~d os,).~1},~!}J:?.;5:·:~?:~~~:~1!~s:.co:~11.:.:~:~~~~:~1~~1:r-~t1~osr~11~~S1.:rfs:-:~~·g.u~- .1.fa -~ areas de Iocur_<J._p.nv.ada (esperem_Q.~}Q.,,:_aLm,e,J,J.Q.iJ;.. sometidos..<11O Jl-1ll .es.ú_E;-iü
_ ,

·has

.~-~!!. m~H~~s.__g~ --~·t.'..1!!.C!.Pfii..7ii~!!-~lj_q .r---·--------------- - - --- ------------,------C---e -~ ~ 11 emba~g~, realmente la quiero; me se~t~ría perdido si1

lnte:no un detenrnnado numern ,e «Pe<'.ona1es» que nr so.n .smo

~.

Actor . polilace11co el cual, ac111a11do • solo en un csccn;mo, d1s. .( ) . _ • . _rb1 . 1,m_:sent.1 _ , t111tus pc:r,on;IJCS y J1sl1111os gcncn.is teatra les . (De la Comed ia F11ahcc,;1.)

1·i·

1

1

.1

' !

1

1

lla. Solo he, sabido lo que es la verdadera fehc1?ad desde que estoy con el!.. (El gue habla ohom es luan, mando y amonte ..

(•)

,-

: ...•..

o: ,

.

. .

A e1oprnmos cscn•1m• ·o · ·e · . , · · · -• ·• . . . . . · -> (J ) lormal, d1stin1o de. Yo (mo1), suslant1\0, co1rn 111s1ancn ps1qu1ca. .

EL TEATRO PSÍQUICO Y EL ESCENARIO PSICOANALÍTICO

'

~•J.

u

14

-Pero sigo pensando que debería· hacer las maletas e irme a Borneo durante un par de mese~ con Andrés; siempre nos hemos llevado muy bien, y él también está l~ar~o ~e todo. (~q1~I_~~~J_f ~· ado.le.sc~11J~. y /10111osp:.ual de Juan esta anad1e11do unos parrafos.) ¡,.::••1.1'¡ · -¡Odio a mi cu!lado, se cree alguien simplemente porque gana · ·, tanto al mes! (Éste también es el self homosexual inconscientr de :l . Juan, pero un self competf.dor que durante la infancia siempre había j estad~ l~e110 de a~miración y _de e1111id~a hacia s11 liermano mayor. .k;.! ' Este ultimo, el :mno de mama, era qwen llevaba fa 1•oz cantante.z ~¡ -¿Dios míü, dónde sitúo mi yo en todo esto.? (El analiza11do ha vuelto al escenario psicoa11alítico y empieza a reunir a sus distintos i11térp1~etes.) ~. / l~i,

1

~L 1jEAmd

PSIQUJCO y EL

ESCENA~JO

PS!CO,\NALinco

~~ . analista d\cb1 qJe es di / fíe~! predecirlo, ya que 110 pode.,mos saber . 11 dó d . . . 1

a n e n?s va11 a ev'ar nuestros pensamientos, cuenta· a reganadientes q1'ie ' esraba saliendo a toda prisa d
-

1

_:¡Jorke:, por Dios ,' ho vuelvas a c.lvidartc pasar ¡)gr el tinte! -¡~ajdt··ia_ sea! ¿~o puedes ir tú? Mi oficjna ·queda muy lejos j . . . de la tintp ena . -Ere~ ioual que mi mhdre . Siempre estabA muy lejos de la tintorería ic da ~vez qJe Ja necesitábamos, . -¡Y t1:1 f res exactah1ente igual qu_e la mía! ~iempr~ pidiénd?me que tk!ese algo que era de su mcun-1benc1a. -¡Porjlo menos tu '1'n adre no trabajaba todo el día en un despacho de ados y lu:ego volvía a casa ~ara coi::inar y¡ limpiar! ·

j

·.

ech~r

ªºt.ºf

Es evidente que el Juan que quiere a la calle a su mujer y l¡; Jorge r9sigue diciendo lo mucho que l1a admirado siempre las a la familia de és.ta no es e.1 m.. ismo que quiere a su esposa tierna- 11 aptitudes )rbfesional 'es 1de Susana, tan distintas de las de su madre, mente, n_i el Juan . q.u::~!!1~9tn._9_uiere a Andrés y que odia a su I , l .: una orgu 1osa ama de 11casa. pero, por primera· vez, se pregunta s1. cuñado. ¿fuá!_ de ...~JJ.q~*';s X~ , ..< \':,';:,, 1;':> Las asoc1ac1ones llores ffo'tantes, esenciale~ para el trabajo ana-/D~, · ~~~ yo -~-~J~_!!~3.:~t~Üp.g_jfJº~~\l.gurnLmala... pasa_da. Se_J.e....ocurre.-ailora .. ~~ \o\ lítico, nos permiten descubrir ~ántas izers_onas _di_ferentes den1rtj F · \ )\.;•\J!)) . . . . . . , . ' 1!)• \!~ \º\,' de r1p,s.0J.,i;q,s..•.Q~cilu4u1,¡.e.q!o........A1 mismo tiempo, es d1f1c1l 01r Jo que\ h 1 ''ciü~ po.rquf á'effa-;e..Í~· c.:G;~ ·-;~;·uy mal las tarea~ (11! la casa . Confordiciendo _las distintas personas, si todas ellas hablan a la vez. \~i. 1~~y~-~-están me avanza la sesión, la persona que dentro de Jorge suspira por _,Y E.n realidad, como de hecho sucede en nuestra mente inconsciente, 11 una maclrb ~ustituta que sea, ama de casa y le or~anice la vida a la 1 J_~-~~- .~-~-E.~~9-~-~. . l2.~i~!0l~Y.2.L9.~ ..§.l!_.ln.en1e. . .c.i11c.o_d_e,..los. ~..dr.amas perfecció1~ sale ¿na y otra vez al escenario. Pero ~e trata de alguien foyqr.,itQ.s._cl.ei.(lbi~~?f.u rnnJ~J.os. .p.i:i meros..minutos ..d e.J.a.sesió n , como ,¡ a quien Jórge no desea conocer, hast~! que cae en la cuenta, con hacen--'~~~-~~ da_de ~?.~. ~~~-~-i-~-~!~9.-~.5.. ..E.~-~-11.9.9.J)~-~st~.~-R~!!!!.lifL!.L~.us ··. ~'! las escenas caseras son cada vei más frecuentes y sorpresa, de que e.:~~!~~~~-i- ~~~.~~~~f~-~~:_-;f.}.\g~!2.~!!~~~~..Jip~e nie 11 te. i amargas. ~s.tá dato ¡que ahora ha de enfrentarse ~º!:....estas dos pQr. Aunque tener permiso para asociar libremente sólo se da en tes conflictiJas de IJí mismo y conse¡~uir 9ue estén en buenos térmi-ra_ras ocasiones y e~ algo impe~sable en ~na situación social co- ,zi1 . ~-g cóñ" Otra:xa]füfCadauñacfo"eíiaS°ti~!le ÍÜg_O ifnQOrtañte mente' nn1chos 12ac1e~te§ se resisten «decirlo 1º..d.O»-..C.ua.n.d.o...se..les 'J ' _gu~_.decir.I invitLa.J:w.fedo_Jl,e.o,tr.Q.,,JJ.t:..L_mq.1,g,Q.rs,r12sic,0,a,1,1.alLtic9. Algunos paPoca cosa se' abandona al azar en los drama!\_ que componen la cientes tratan la relación analítica corno si fuera una t·elación social vida humana. Si¡n embargo, a menUdo p¿:eferimos creer QUe somQf y se vuelven recelosos en lo que respecta a las ideas y opiniones del analista. Eri otras ocasiones temen encontrarse con sus pensamien-. ~ 6*-. . ~~S.~.7:: .4~J:.g~~tinQ. ,y•.qu~s.taJllQsmq.QJi.gfü1.p.~,.'ª~XsL)t_~¡ü~Q..J.!!ES.,. tos y sentimientos cuando se ven frente a aspectos poco con_~c;i_g~ · ~ )~es .ü1g~!~Lqi¿~_ se:. _, p.J~.SJ&!ltM~ª···~i:::c!ll~mi!§~%llJ1~Q..§.~~D.«(J,9J,~§..J'.~ o inaceptables de sí mis1i10s. '\demás, c.tlgunos analizando(,t~ , · "'""'~ §elli.~:~!DQ[]°.Y.§~2§.~~,JlRJ~.f2J.12f.~rng~~9JJJR"D,~i;,~JJ.9~~.~!1...ºrantes de las verida.deras"mot.i.v.aci0n@s-f¡-ae-dü=i-gen--Hu~st.i:as..d.ec.iS.Lolag~rd ida de con_!:~,.S~~~!E~S9.!:.:>igo~J.~ecl~~-5le J:~.~!~i!iLSll.f!...§..US ,t p~nsamientos sáfgan a la luz d~_l_-9..í.a; t1e~!:.~~-,rlJ_l.~.M -~ie~ .se.nJir.se .,co.n-.. !~- . ~ ,,n:<:s,_ra~v.:~ solllo_:~herentes c~a11dc'....i.~~~~s--~~~~<J.!~E.~~i~§~~°--~~~~'?~~¡:~-~:!~~~~I!.~r~~?~.lt~;:~~..!sfs>s ,..E~ta~=t~e ~:.!é1~·- se C) cono~en cori ¡el úombre de r4iJÁ~:f.ill~a~.J~rpceso...~o.aJ~~~ i 1 1 1 tJI u ~~ tr~: se~fs ~nconsc1entes pretenden qt:e .representemos, .ª rn~nudo pf~~tJ~.S!LLb.~_y _q_u..~.!.~-~P.~.!~~.!.~~-!l~~.g~.LnlQ.m~.n!S?..~n. . ~J.9,~.-~! -~- ~.'.~'!.~~ . clo···se--sicnta capaz de asumir los contlictos y las paradojas · que i:~c·~·' ~v-'> utilizan( o ,a las : ersonas e nue trn v1du ...atlWl.L.co...11w...s.us~? -Ea ~sá n 'résisfcn Ci:·1 ~,.,.. ...... _. .~ ·..··---- . - . ., · ·--- . ..,......--·-w···-·. ·~---· ....,.......". ¡~i'\~ (i/~\ :q_u~.n 1e ' "'W.S.,.JM...~.l~S..~W,~fil!O. Sol amen t~ cua¡1 cl_o_ m ten. .. -~~Ot~~; -p;~~-i~1~(,~~empieza la sesión dicie_ndo ~1ue sus pcns;1tamos recledr l.as escenas dwua¡ po· -~4 .-. ~ • ,....HP'Qr•~n l'lP lflt,.,.rt><.'. r11andn ( ~ 1 ¡~r~ 0 r·\, . d~rnq_~_descubnr, pnra nuestra gra1-U:J.1.Il.\iJ~LJU1,c,i,oJ;i.,..q.u.c..eµ.a.nws en

~U.~·J¡:~~.~ ~riít~~10·~t:u~ ~·:k~~~.~E~~~~~~;!~~~¡~-~º1i~·~;~¡~:;ª;~~e~~~~~

!

1

ª

1

1





!

· 't · 1

.

·esa·



·

~-L

1

1 1(''.\~..'





...

,.. . ,,...



ijf~{¡~t~¡:~~~r;:y~~1~~~i;:~ti~~~t-~p~~~f~~f~~;s~

~i;·el-eseett"''tfi1)S'<<e1l•ak1Jco.

,• • .• • . • . . . . . rl .1 1 · 1 __ . _ \ ,!""'" - - . , . - .... .: . ,¡ . ,~- .. . 16 . 1

.

EL TEATRO PSIQUICO Y EL ESCl.: NiARIO PSICOANr\UI ICO

.

)

., .

.

.

EL TEATRO PSÍQUICO Y EL ECENARIO PSICOANALfTICO . . .

1 ' . 1 1 .. .~!:ª<~•~ k' solucione~; que puedan satisfacer las exigencias de nuestros deseos tol'1lmcntc s1u.J.:.1nJ1: 1 rno_....l.¡U..~1es · •'<:;\ :1' \"· - -· plena rcpr~ll.Jmon, · ·, ~- ~ -. · ~ ... · · ~i·H\':l . libidinales rohibidos y nuestros anhelüs narcisistas imposibles . l"'rcr1n ·u~dc._ct.illf..Jr 1\tcl l.1 h1sto11,1 . · ~·. . Prnl11b1do . . .. .. , es 1101encwlmente . . .. , , · l·"l''..,QS son los. \et.t (.1-"-"'-'-' ~-n/.....,.....,.,..,... · • . ,. , · ~ . Lo por dd1111c1on realizable. r~. s ·; , · ; ·· o· c nndo empezamos aquella ,1bsun1a pe 1ec1 -.: J -=-1l":o--='-"-'-'=::.::..:.;c:..::.:.:..:.::c..:..:::..::.:.:=:..:::.:: ¿ Q u1encs ci .un s L • · • d.. - . 1V1<:.ú teóricamente 12.Q§ible por ejemplo cometer incesto o parricidio. , -· )·) I·Icmos estado tan ocupados preguntan onos .· 11 .~·-, ., -·- • • . con e l nuevo \ectnc · ' · • .. 11'-'\1(\lv , El que estos actos puedan considerarse imposibles suroe de la ba. · ¡· l I ·, ·" .. · e 'S é/ ¡Jara a¡Jarcar SU crchc ¡aht, donde -'·· . o quien t 1a ) os se et cet ,\ qu e .rrera de la represión que hace que estos deseos caroª.d.Q. de cu!¡Ja , . . "bl que ood·1mos pasar no ·otror por el ca, 1 ' . • sean impensables. Por otra parte, s verdadero lm osibles están, es pract1camcnle 1111pos1 ¡e mino de entrada 1a I~ caSíl, .q pe !~.emos omitid~ n~iest~o' :i.~~;~~t~d~ ljgados a las inevitable.s herid~-~~~~~is~~-t!!-_~~~-~co_~. ~ú-ªIfüiJoilespcl en la correspondiente thscuswn, que no acabo ,Pr P1 . de el momento de su nacimiento, comenzando con la herida que ·;;1:i-¡)o~-e· c¡·ue.Te -· sepii'1:eñ-ae la unidad fusiona! con la madre. Éstos más que una tótal insatisfacción ba ra todo el 111 u.n9o. ~a~uralmente , el intruso se parece ex-traordirlariamen~e al primo ~ 4vid, que se . son mucho menos accesibles al pensamiento verbal y requieren unas contrainvestiduras y compensaciones de otro orden. vino a vivir a casa cuando tení~ ocho anos, ªl~~derandose de la mitad de nuestro «Camino» de cuando éramos nrnos. ¡Con sus co>1<. , ,\ Elr@,J!.rtoÚQ.psíguico de lo..Emhibüfo comprende, en el teatro checitos y sus sol~ados de juguete ?esparramados por 10 das r art~!~ .• t · Ir/ '.~€urótic~ unas infinitas variaciones deJ. t~E~~ e~.íP}5J..:. tai}t~ en su ya ni siquiera temamos la sala dy J~egos ~ara nos?tros _sol~s. : es 4;_, p i\:·1¡' · onenración hQ.m.~e~~~~P._,2,J1eteros1!xuaL En lugar de disfrutar · ·r ; 1. ·) '· ¡ del derecho adulto a unas relaciones sexuales y amorosas y a un de que esto haya ocurrido hace treinta anos, pero1Da V¡id sig~. tando ahí, entre nuestlros pe ~son ¡ijes internos, Y n~sotrfs seguunos tOj~~ \~ · v placer narcisista normal proporcionado por el ·trabajo y las activi'.f , ) dades sublitnatorias, ~\..!'.º se e1lfi~lií!.~:»,,,~Lm~m\?.,.<:-! !}.. !!!l.t[l~.~l}~t2,,~ intentando conseguirle J n esc~nario prometedor J buspando ~du~; 11 per~onaje ade.cuado para que rnterprete su papel¡; de P ~- i~<:;,\ ~?n.~:_~~-~r ~.QE~~~'2L~~s~os. -~ntre tanto, el niño a_ngust!~do, decirle, por fm, exactamente l<J ,que pensamos d:_e\. . . ~t0~ ~sconChdo dentro del adulto, sacnf1ca el placer y la sat1sfacc1on a 1 11 Ca.d<.L i:so.n.a.'.e__d.e.I teatro se creto se iSm rop1\'!~ ).~P:ºf-.lUD.W~;ª ~ ~V cambio de unas soluciones de compromiso que- desé·m~Q~~ªIL~!!.Ja i 111 ; r re.t nd~!jn.idt.l.m.e.11te.J_os.~ Jl .e.l.e.s._d_ ~:_.Lf ~ :[ :Jtt1liw.o.9~ ~ 'c- '1\ ~: \ ~e~~!! d~~lii]Q!fül§_Q~»r.Ql1~0I:.~J.!.1J!ll5J.9Q!tes JEsTas..sofücfriñ'es qe ~~~;j~c.iLbj.er.t;;~,~wi.in.u¡~_lª_i11(!Ht~ii!.,.Y4~R.LQJ),!!~ie1&w..~~~~, 1 compromi·Só··;-eonfüüicrá-s- para fil.9té:Ji~x.l.ª-..sú.ualid.a.d..o..sa!isfal:.e.r'a 10 ~Úél - recisió1JJ.~1~,rn.i.s.u1íl.s Jr~. ·~-~H:ª~" . c;9_i:rte.dlii~-c;;p~n ~ 11m.1.s.w .J~·eo~.l '~;~_.' l ·.....~~:.O.~)%!:~~-. ~~:~~-,-~~..1..~~:!!!~~!.,P,.2E~.!:.~2HJJ,§JJ~,\.ª .?e -~)tac!s¿s... con.,idéotic. c n.t.1d d..~;,,ecQ}.o.i:.,. er. l,:@:f! e en,to~~~ 6 \ ic. '.. -~9..!.!!~JJ.,811_ ~·}~~~ha_ . f~!. ª. eJ n1nn <:..1C'ON:l 1 d~i '(" 1\ e i c>ll>..O 1o . é'ran inteJ]..l.os....de...autoc.iu::ar,ió,n •.a 1te el dolo~ y el confli[ lº psiquico, -:~,i . "rohi - . Je[ r > tal como dice su etimología, está re~~mtvwn·r~~~9-4~P!;'~§:.>IB:¿}2fM.º· sigu_ir1~0 ~on la~/D '-~~ [- · lacionadocon lo que al niño le l}~\I)jJici\O. Su repe\torio se compo1ñíSiñá"s s&Geiones oJyj(Ja . · ant1les:I:~jfram~~ SJ . uu:.:.0 g:~1 ' ~-ne, por tanto, de unos textos verbales suma¡nente .C.:.QHQ~,nsados tan tes pueden-1 ~n;~~~J~~·~ ~(?·-~_e.rturoi<:l~~-~-~::~;ár}s_i~--~~...a41C- ; ·~~~ que n·a~-ran las tormentas y ob~tácul~s. ~e~dise~ . del d:iiij. Las ....ciones º-J]~rve.rs1ones.,.Q,§.l~.Q.S•.S. o _us1cos.omato.~'.=R.~-\:..<1.S.l\S ongene~ ,, 1 .~;~ t~n~er~s..~~~-~?~~.~~. . .á!;:.,la .:'~~±fl,l!l~·f!-ue.:~·e.J!XP.Q.ll~~ el se -eñc..u entran en 1a 41e.cJ;ai.d.ad.d.e...i,1,ue.s,\#.9...JUi.,,U;J.f<~~!ii;sRWÁe.&e.r.se 'VJ .• ~ · ~E•.11,1.Jo l 1, 1!\J~!~J as fue!:~~~I!_<:.E:'-~~9~ ~~.í.?.C:.C:_i.Q._I}..Y.J.~P-.YlS1ºJL.9 e ·::~· ~-P.-~'?.-!~i-~~~o. Con~ervan, en forma petrificada, el fruto de las teoa sí mismo del sufrirn.i;nJQ,.~p.síg_uic
• •

·1 •~,ll.Pr
·

$(





.

.

.



,

1

1

,

1



¡'



1

'{l

ª !l

';

ru



s·':1.·.

1

J/t..

?i" · :

1

1.

.

.. . . .

t..........d.-,-.«

'"'''f t:l

1'11COl1ll,ll

·

;tk.1.-·...: ·

· ·

·¡-/· .f..'.·)·.···-.t" .

!

...·-. w ·.• ••

...,_, 1 -

...,

-~··

,- •

Y.ELESCE~AJ
~;

.

, y~, j:,~.J~L~l~:\'.~!~~~~~J-~~M;~:~:~~'q;v:r.:te!:Lª.

m~yo_n_a _d_c ft\N. ~:f~~~ ~~ill9J_1:~-lf'·1E~te «e~1~-~~:22oc~~.ci~J es, segiín Wjnnfeoi1·~:*~~;··-

tf~t~~ , '_11'.e~_Q.!~9_1-~~- -~~~l--~-'-~'.~~-~:::..~:.~1~:~.;'_:.. ~-~--~~~~- 1 1~ 1;~.1) 1 __:_1 ~-~1:~.. !~t_ foD.~~!:~.Í.~- .Y la . j ,(l)J(ú 'L1e.'.;\li_d_ad. ~n/cl¡u. ye. , ..entre ~t~¡;os muchos tenomei~P~.' el IU&J.lJ:Jlc..,La .·,~\ ~~,;t; r1.I ex.pen~ºC.( a-.C,.~l~t,uL.a.~~ela[_ea.rleJn,J;J~l<Í.Y,.if!illl \~Qg de_n' l 9 8 sli En , _i:::?E~a..!~§· . . ,-~~~'-,[l(lrlJ.: el ~or'. 1111111 t 111empo-espacw de este <Íre.a social, tal como' señalaba P@{l.:c\J(j:··s¡--no logramos crear ~10dos a~J)tables d,J;_transf9rmar loLQ.e- ~ ff\~.··.,(.)í' 'i Winmcott, "'r~n ~arte de ro ;que es esencjal para lll vida humana se ~c...(Lc seos ir_n p9_s,,L\?..IS:.!LHJJ..S.9.tisfac.ciones~_sJJs.titutill.'!S, la es,l.LU,S.~!1..rn. R~iq':l.Lca ~1 Pf'~~ ~ ),. \ . repr~senta ~ll~: s.in ~'.11bar~d, para mucha~; perso11as· este área in ter- ~)-~:~~ - ~~.~~~,.gE~Y.~.!!:~~n!J~-é!f~~J.a{la.. ,..lo...qJJ.e~d~-~µ,-gac.1\~•·.11. 1l .. me~ia de vt~nc_ia_c10~. esta rdol,,01:0-~_me1~~-r~E~J.!!Jll.9.~iJ?.ue_~~~r. p~rturba.c1ón narcm:;t_a. El fragmento del anahs_1s de. Ja ~ac1ent~ lla- .(\U ;t . d .E~-~~.P.~~- ;t.-"ª~L.. di!.Q~at.?.·.L~&1:_c¿as, tales como la.. búsqu~da cons)¡X("--/ tante de <~1ccwne~ e todo tipo. Los dramas que pertenecen al mada Angela, con la que nos encontraremos en el capitulo X, nos proporciona un vislumbre de este aspecto de perturbación psíqui-. ~;L . Teatrq_Tra s • J.O, 1 s~_"d,.~~~t.!.~-~~.~~~-~~I capírul<,? UI. ca. ~def~.!1?.M-.>'...!&.~~~~~fiS.Ci.'.ilR~~:iJ;~A,...exis.te~e.L.rJ~o D~ ~;'':. l. . . Existe Y~ª f r~~ ~~pe~ial d~, rep~esentada d.!t@ _tjn,ª··--? -esc.o,mp~P.liiJffJ.Pll....p.fil.~ª· . ' . f1~tl por aquellls _,que IJ..~ ·atra,s pgso.n.a~m~_I4114ir.og.as, lo Un ejemplo de esta gr.<J.v..e....co. ecuenc1a es la peculiar desQigª- \)~ ,¡r r"IG.f\~ que supon · na explotaf 1on mas que uli intercambio. Tal~~ pacienn_ización de la tes,ª men 1 dan de _1'.ágica ....~ll}Q, ...q.~1e se relata en el capitulo lI, es una clara 1lustrac1on de la a su de~ech9 a subhmhc16nes nams1stas y libiqjnales _in,dire~tas, tragedia inherente de esta particular expré"sión del Teatro de lo · pr?porcio9ac,las por el ffeatro :~ransicional. Al ignorar ' ,que están lmpo,si_ble >Ya no est<~mos presenda.~cJ.o Jas escenas de la lu~ha ¡~ilizando ~Jos__.Q!.ro~ c~.!ll~. sus~tos q_e aquell~s, ~bje_t~~ Hb!f.Jltl'l..e_urot1ca l~~rmal, destinada a proteger_ l~s derechos adult_os, ni la . en __su_f.1:1..n-.ciQ~QSlglÓl11f.9-:_¡D!~rn_Q., fe¡~~en_l~-..~~~~-~~-Ci01! _9ue_po0 5 !ucha narc1s1sta para mantener el senum1ento de autoestima y ~ ~1 . -/-~-E~ d..:l:!E e _l_~~~~~s _T\~--~~~~J.?~~--c~:! __!__~....9.~:.-~~-~~.E~E~~ de identidad pc;rsonal. La_tra!11~·.,psicó.t.ig~giG!...~!lJ.QU.!.Q..!Je.J.~~~?~: 1 .}~~~-~- ~us ~rama no sor m~r~ac1ones_n_turótj_{;~_ru;icQ,tjcas, sino ..,._~'!E!~.~--R~E. ~! 9~.:~. ~~~.?.~,~~-~,~~~~~~!. .~~p:,r~..~-\ ..2:.2.f.t!!l~~·S,2!?.te.&9.p:W~-.U to ' 9.U,;/!!-~~_JU.t:i.5.o 1!13HLQrestad ~:Yº-~~-- r_no.d os....Q e. E.Jm~-ªl:__X4J
..

J.

r~alidadJ.~T2;.1~ c~__.-t §.L~!E.~!~,,'t~~_I__;;~~P.~_~,~~~~-~e-

."e!

rtt:

~o,

1~ues~ras un~

incri.;dulida~·· respect(l)

crr

..

.J ''1 ~')<

1

1

.

- ~;~_ii~=~~-;~~9:J!!1-ª.."1~!9J!.,JJ),9.~!1$!.D9.t¡;.n,ttm,Q~!.nS.Jl.~-º~.-~.J3},,~~!~1WSJª . .1.Jr.. "'~-·C.g::~~ii~i;~:~;~~Y.~:..~cipa,~i~c:¿r~~rt~a~·(;qP~~;j~;¡~~t~f-;;~·~·fl§~~

é;1ánd-;,:;-~

~,l',~'. "2.!lb~~~~Q,~w¡¡~~~~:ü!Q"[ifr~~A,s",¡e.c.~os

:_alza el _telón en el ,escenac;b psk61;co lenemos la ' 1mpres1ón de que el director de escena ha destruido el decorado, ~~·~~ '' · S.~l!dJ!.º1.ill:L!llªJt.!J-..J!J~~~:9.~.l?:~~~~J!!..~l.9.~:E:~d~:J.~~po.:;iJ;le, es decir, per~_:iitienclo ~sí que -~l_J?_yl?J.j_~Q.J2!&~~~~j-~.!i_defor,den que hay ~ntre -~~'-' ' ·¡· · . ~.J2L;U'9:ll..f~~~S2:;~,~~4?JJ!!~~:o..1f:::F~:~.f:§~:d!!JA.i.llos. Al ·-~-~.9._or~s. Srn los d~alogos coherentes de, l?s interpretes, med1~nte ~:é~ ;;;::mo ti~f Tiº"~-C!Ir~ct~El}!~-~~S.~~~1 d.~P.:<:.~9~~~~~ . !.~~~e0~!.:,: y los cuales se cornumcan los dramas neurot1cos, a menudo la h1sto· , :~:~ ~ -~--.:?.~,,~~...?.,!.?1, Y e.~~-~--2.!?JJ_g,e_9..2.1...Eºf tanto, a someterse¡ a las exiria que se nos presenta acaba desconcertándonos. J,as tramas psi- ''~t ' _g~f.l9.~~Q.~~,~fü1~i.~,. tél_}1istoriá de~füá-;i~a~·--;;·;¡¡.-¡.-a·Cia~~·~~~-c~pftucóticas, al igual que las de las creaciones neuróticas, están hechas ~;~;, ·· 10 I~!.'. ..~~--~~-~1emplo_ de una de la.L!.LUL.~§"l.!!E.9"ªllll.Q.J..e.-U.tiliz.ad~bras y _r-epresentaciones, pe~I si.gnificado de: la~ p~labras ~~=~; . ~·~~~~~) sut1s:ª,R~rl2&..P-el~~·~!~fr~.~!~~tS,g!3..,~,;.i:.~!!31ientos se ha reorgamzado de un mod.o tan part1cula( que ~~s d1f1c~I coITI- . ~~· . ---...~~~=¡--......+;Las expre 1sion~s de od io, ira, culpa y v1lezf,, se buscan 1 pf~~~cler_ su-~-~J~.':.~~~ado suby~ce!1~e_. ~. d_;fuL~iE!l!iliUJlílQU.Q- ~:~ ; ¿~ en ~ l~~rJ' /!_! cual ~s _cast1gado. ad~cua?amenle: '· , . a 11 ntes ~1n ~ _,;. •.;., . ·J . g 1 rnos, por, \lltuno, al.diam<1 mas sombno del teatro .fil.l· '110 suenos, son, no obstante, v1v¡dos P.~ G'.\()tiAN _gu1co· uná t ' · I' ' · · · , in'Sent~-~~!JJ.Q.,Jl!l.E•...rm,d~~L~~J.2iaca~~- ,· . .. ·. ·! ~i;: ·! · · .;....·¡J:í;lm~--1l.~ª-:-5~.!L.~~~9~~Jes l~s.1~ . . _.~... o\\J. .\ · palabns :· ·-·····-·····: :·· ···-······-···-·····. . \ IJLQ.P.-. ~~12es;'. !flS.lJ, o ...,.c.dr.en·t. e de ·· Es m po t· 1· t ··~""~~ Q.1 · · · 1 mu_chos de los deseos iin¡¿osibles_,__y..J2Iohibigos ..Q~~<;_f!s:.._~ar / -~)te: .: ' ' · _ . r an, e ~S.I.J!"\Sl!~LJe<¡JJ.Q..R,~J!i.Q.S91U.ílücP""ºJl:.Jo~ eiJ.:fr¿io~~~_§~~J.!Tv}Tvas_:....Este ~en~·io, que.~s-<1-:-hafüLe.o.Lre_eLuni- ¡ ,,~;1 :' -~ril~!:i. .n ~~-fOJJQ.QS,fl~mM-Y.Wl~aJ1lilér!f~UJ.~,.~-~!W.~l-h!JJ,~'. H~~~~j~,b§· ' .,. n:n in 1r· r na i 1i111 i lado v_c.Lmw1~J,0_(.i:~r.ri.c.ü.v.o_c.k;_J.a_,n::.<.düla.c.Lc:~1c.r.- ' ~... ;,: ¡; ~~j(·~· el c'~ p.a ·fS-1~~~~-~!.!!)~lro. ·c9n2<m1

.

u--



· ·· ·

·

alí r;

..... 1 J\ . 1

1

,

.I! ; !

--'

EL '!E.~!lzO-PSÍQU.K'.b \ E~E~A-Rl¿-;SIC~;~-,~LÍTICO

'

. ./

\

.

. .

.

,

-~" .

..

·¡

!

l

,'.

,

:, 20

~ '- \(\( [2SicQ.ti.0_9 en el que l~li,~~E25..8.,.~!:'ut1~~~!2.!~ 1~\ .; . ! · "'. '... .. ... ..· .'"A-di·fc· re.ncia ·. :.j•. ~('.~ - nl· mas¡2;i_icosomáti::~~.~.:!.!.2.~..~!!.~nt;111 _l~1ston~ .. Y1.::§__.0lh~~ira~-~ÜJ~.C~d~ · ~ '.!1< ~" " '11. · ~~ l~~!J~_Ll?,~,..:l>::~!f~a~~3:-~l.~:.if-:il-P.t~S~~IJ~JX..#lt-%<:i~ft;Pro~~~o .in ~1 - ~, :~~fº

h\~-v '".Jt ~~.1.: ~.~.i~f;P.9 ~'.~Pr~Ji.
,

_ I

.

_

·

1

r

"

.

_

.' ~·

·_- .

··--- -· ·

-··-. .

1

··-· ·

1

c:L TE:A1 :RO PSIQUICO Y EL l:SCENARIO PSICOANALITICO , ': 1 ~ ·

~'~.-.-~).:!.~ ~.;RtJ:H~l-\Ü:i\ª. lgu·dese~ n· a · re~o1mpos_1ble1de .n~p~nS;.J ~)o·: r:,.1q_u. ~ H.o . qu.e: se ,ha. r··c.s ign.!1do. La rénun~cia ~ f~tá.!k*c@!11r_~nipotcn11:~;.fil:l:~ce,.Jo - ¡#¡ ji

, ~o

ti:o (*). Dt()JV'\0 T\v1J/)y-r10l! !() ~.\() uJ.I/ .• ( "''",1Jt..l ·· .;, . . ,..o·\ ~;-Q~-~m~.s.,""' tanto, tener en cuenta la nat~1raleza .~e estas ·;ü~ t t< sto.r.~s. . sJJL ?!!1 ~1 ~~ > '··-____ _:~:.: ·~- • • _c1 t ro cor-

•·~:o~;;,) ~~~~~¡ 1~;~~~;~;,'r;-:~~1~1fz:~~~c~~1 ~~u:t::~n~~~:~i~'.

nes neuróticas, sus actividades ad1ct1vas y perversas, e 111cluso sus producciones psicóticas, contienen un significado oc~lt? y., por tanto, tes pertenecen, deseá1id~las en secreto o neces1tandolas para capear las tormentas de la vida. Cuando nos con ,estas producciones psicosomáticas ,de_ la psique, q~e a pnmc~a vista parecen no estar de parte de la vida,· esta cert1dum.bre tiende a desaparecer. ~j;\fle l~s razone: Ü&=fS.lUS..Le.pq;seniaciones no v~rbalizadas~.ili~Uúi.fila...p.sJ.c.QS.Q.lll.áJ.1.m,_ dado que rara vez se nos avisa de Ja. dramática enfermedad f~~ica,. re.si?e en el hecho .de Jl~

: ~·

11j

.

.· ; ·

·

¡ .

. '

.1

aj

_Q{r.?. • 1 idü:xl , (~s.to actua a meriuaq ~omo)5'aluart~ con tra los gt[\[c·s-brore'!ifpsi- v''\l' jl 1 <:_ot1cos_() . 1 mJ?Q_s .~~IQ.~:fD:~-P.9.S;~e;r:.e.!Ro_s_,.a";l,ll ngun!Ld.eJo.s..pa.Q.r.e.s.;_~X.l\alm~.n te ";p~l'.\ • 5

11

\"

... ····-l- ' "+;.___, ' "·-·· ~-...

h . "'\

[ -~J-~.,I\~

,~ ~ j

ª

-1I ~~~~S:9~.1::;,~:'.:~:~::e&~:1t:n~-~:.-~~t isJ.¡~~dD.~~i,v

-:_~~

r.ia~c~~l~U Si~nps ~º~-~µ~~-rn ct5_9_1~_t .L~!~~itt~!!5IE.921os, ~\_1~ 1

,' l ,:ü·_~{i~Jt~&i~~~~b~·'fü~~-~F.,~~kg~~~:~i-ªrktr~fi:ia~a~:~~\;!Y' conven~uni~rto. se1 .ex;pone ª·; ~na se:ne de problenu)s neuróticos o' '

a la obhgaci<m11de tR n~r. q1,1e 1 escoger 1 un~s solucionei¡ hü"mo'.s exua1dl1 J a fin de ~alvar la p~opia se- y xualtdad .) la J?psi?1hdad de uníi_soJución 12,sifillica JI: p~ra resolve~. la ~.'.~ctl: ~céptaf:ión :de.~ gé~~ro biologj~o, como, por ~ó\i , e1em~~o, la ~.1 1cc10~ ?;e)~ " transexualt~<1c10I). del pro¡:i10 cuerpo 0 la l.\)·· cre~c1on de ~un d~mo E~recip? ~I , de SC:hre~er_ff!:.~.l!..<:!!_ 191 la)"-\ . . segun ~l cual ,ha . sid9QliQs pien }rn cafT!.biado · !iu.e.s.trn..sb:;ü~-i::a ,,~ , acepta~ión deIA~~~~·-;inaJ_..de,Ja~.~~ proporcio11a un . 'sentida'..\ \ :· ;u:it'l~\ QU;,ULe....n.o.-se-ha:JM-1fL;en.Ladg....c.on..e..saJJ~B:J.da.d..~n;epciones.i..~en- ~) 1 I para n1uc.has personas desemboca en ,'el de• ¡ aprem1an~e ~e¡ v1v1 f' Y 1 '1 í)\Z-~';'t:\ sa.ci.o.n~~bY""'3fa..G.!PJ>-il;l;l:J~:;.{l:QJ;.~ualme11:te.,Qill.na.da11.12.or Jln' s s _ or ano~ 1·~:l! t~ d~~-y~ln.er~btl ~a . s1cosomatic~.) .....-....-__,____ '-\) 1 I' fülé_s,,.,pill9:$W~J!.1f!~e.to,tiza ·, que rqn..Qan com~ monstruos 1rnste- ;, : ~) .. ~· . . ª. ca ac1dad ~e llegar a. un acuerdo co~~~y lo ··¡ r'iQSos por entr~ los bastidores d.,eLJ.Q.i!tro. de 1~ ?!ente.. Este ab1~~- , C•~.J>";"?~~bl J~ued~...1.-:ª M!~t!.1,!1~2 · deb~,,)LJQ:u~fef,f~ar1i._~afcange " ;'.! ,rrado reparto tiene B9cas Jlillahras__a su d1~~1on..,,J},Jp~J.lLQ~.s.!!._a~ fA l'-~ ~·---~-@~P~!~~,,as,.,¡_o~Q~§f.l~P.,te.:s"'..de..1~3. s... R4~r~ as1 com~ a la inhe- , , ~ J.&s ac;.toJ:sLbu~~-ª.íl..J!JI.a<:;I-=.-J~-~a.t~JbáQilM;~..:t:m.:1sm;os-me- 9~ ~i 1 . .. !:(!,DJLJra~1lliia~_de:...?%e~:11lJ~~~s- 11_10.Q.~: ~1. los dr~m~~ mternos de . i\ . \ : ~1ants,g~S......Q.,J;..!;IJ!Jb.1.as..b.r.uscos.-fi.slc.os~..J:~,,,Q(JJ!~U!fil.fil9~...~.J.~JU: ; ~f 1 . los padre~ lle~~n ª.1st<;>s,a 1.19}1~ar ~ · SU!: htJOS -bien sus cuerpos o blqr_~~; ~-~!iligru1111ª..b.rn.s.,.,4s~'.'_oti&~~~~a.J~§;-n~.:1daE:p- .. ,ir,~·.. · s~s ~ent<:s- ¡ pa~a ~~¡~st~r .cu71?t.as co~ d pas.ª~º. Xreparar sus pfode la desear l:J_e.ller. 'ti.e.a_ u a la d '..k,QJ11!1IllCa~Qri§,Jlli::..."';. ,J.¡:·;; ptas imáf,end narc1s:is;~~s o s;us relaciones hb1d10ales dañadas ~

~» [e~plt~~os xt_r~~l),

enco[ltran~os

Ex1~te _ta,i~p1en.

1

1

_u

~

1

1

f

1

1

,. 11,

:1. '\.·.

·!::

In ~! 1

¡' ~

.

~~,~=~~~~=:~~~~~ ;~), Tos cuales intentan salir a escena en los momentos en que el reslo 1l)~~· del repertorio psíquico está fuera de servicio. Los capítulos del IV \'.'fr' al VIII tratan de conceptualizar e:;tas extrailas producciones teatra- ~ les que están desconectadas ele las palabras de los pacientes. 1 Para ~legar a un acuerdo con los deseos imposibles y prohib~dos) ~ ;, se necesita, en cada caso, un proceso de d1,1el
e•)

Ya se ha hablado detenidamente de ios distintos tipos de 1c a11:os corporales en otras obras. Ver Joycc McDougall ( 1'l78}, Alegato pur 1111a cierta a11ónllalitl"'I Warct:lona, Ed. Pe1rel, 1982). ·

1

;:;:~~~~~lii.~l~~!&~i·i~§ff;;~-Ti~;~

h~~-1..~-~~~~Q.IiJs:>S ;. Qi.íl.QJ.~S,JJWeüi::s da!_!,~ ~Y.~JiJjS?s··~Jse[füio ,-~opia ~fi.dr~l:: I?Jacer,.deJa.ii1di~jdu.alid.iHl.. la _rnª.§~.!!lini-

da . Y la fe~u.dad,"'.'y" "'l'e.l ~..dei:echo.-a_Jisfr.u.t-ar-r·lo..--P...l~J!iilI'~e'lte P-~-~?J~-5!!~ ~oqos 11.Q.~_::.ªW~S!Q.~....9~:.J.~...X~-9-~.-?.~!~J.~-~;. . .. Los c~nfh~~os ·Y_ ~ets01~aje·: s'. d.el pasado, así como_puestrq~. pr;::: pios Y vanad~~ selb mfa?t1le.§_ Y-ª.~ult~z_son los elementos e~encia~es q~e comp~nen,¿1:1~-~rrg~ dra.mas secretos. Podemos fácil'p)ente 1magmar.n~s l~ laboi:..Q~.LXQ .• qµf ha de satisfacer las ¡!xigen~i,as ele las confltct1vas voces interirns .que da'nian por que se fijen e11 e,i1as. El !'º lu~1a constant.e.mente po{c\J!TSC!g'íflrYl11anterieruna wCierta · ' sat1sfacc1ón libidinal v narcisista en las n~laciones v ac¡ivirl:1~i;·<: ''"~ 1

q

···· ·· ··• 1

EL ,.. ,, it!'

I •

1 ··· ··

TEATRO PSÍQ\jlCO Y EL ESC¡r

ARI J PSICOANALIT!CO



11

J1

2;1

~

22

i

EL TEATRO PSÍQUICO Y EL ESCENARIO PSICOANALÍTICO

los objetivos personales de su vida y las razones ele sus pasados lernus, intentando, al mismo \icmpo. Jar sen tido a sus produccio·~·y ,, fracasos ·cuando intentaron alcanzarlos. i1.1tomátic.as )'. así ascg•. ura< una..cohmncia y una f··. ~~,\ Durante la experiencia psicoanalí1ic21 los pacientes ~~n Sl~S Dicho de otro ·. modq, . · .. , _. ll.l.':i...tll! n de 111antc11:cr. 11? 1lus101 ~'r':},. ::: 9e ..9!J..LS;!.bemoSa.r.eahru· ·1u1enes somos cuand dec111 ~ ·q. Pa u'~~'\i, . . \l \\'V·_,,\ propias_a s°.~~0.?~s li b i:::,_ ~-~~~~L-~ ~ ~9-C:.~.S....~ÜY.LQJl.~Ül~..9.~. Lpasa\:l\~'l:rif'.• _9.2...Y.J.9i..g__ r.n.9~. LYJ!UlJ.a.s.1as.~per.did.QS....d.e..J.a,. inia.JlC~ a. Se ere~ así, il1\ ;nc_ión e i'J1~ · pues, un.m~yo escen~üQ en el cAALt:eJn:e.s:e.o1a.r. ~tslr.amª..q~Jª v.i.9~ s . O/ . ~ que va desarrollándose ante nosotros. Esta incipiente experiencia bcuatro ñoras al d1a! ~ j ' per:!!lite...aLaaal:i#.aado-.d.Ul!ítltll:tr::ltJ:i:1itiÍlQ. g>LCQuJas..fi.gur.as.,.~e;Jlt?M?,a­ ·~~~SoiJre if~~~-~!~~§~~~~1,~~~e~ su variado re!ert~fiº y sus .do,.,, El hilo de ese habla, interrumpido de manera: precipitada dud1fe1:entes persona1es van s~r¡g1end p~co ~ poco. C?1 1forme el - i-á"ñte I~ infancia, puede volver de nuevo a reanudarse, cont_inuáilanahzai1do va tomando confiarza d mteres del a 1 alis a y en .su dose a~í su elaboración en el present1~ y el futuro. capacidad para contener las s9nflictir as emociones de a 1or, odio, S~gún avanza la aventura ,psicoanalítica, todos los personajes temor, ira, angusti~ ¡Y ~epr.h i ón qu e van apareciendo, : en especlásicos de la comedia humana van ocupando su lugar en e¡I escenacial cuando _se des~~rº\'ªnJ)~~ fonL~ías sobre la rel,ació entre el rio analítico . Las múlti~ facetas del padre, en un dete'rmínado analizando y el airn);ista, l [}ro emtF:.~-~ ...~<2:'-~!.3.EJ19..s ~t\f!!r~.n.t~s mo.mento idealizado y en otro denigrado, seductor en una escena y t~~tro~síqui~~:_enM~~--Q~-~~~~f.~.?.~~~:i~~.!!fVrt2:.; !También: castrador en la siguiente' en un principio. se contradicen .en una permite que tanto el an ~hsta CQl1)0=el[gac1e.nte..adm.1~an~a ,l.os..p..e.r~Qconfus4 serie de recuerdos y fantasías conflictivos: Sobre este mis~~~-ºs· . Entrela multitüd aphrecen muchos de 19f distintos mo esce_nario las complejas imágenes de la madre vuelveri a revj.: aspectos de un.o mismo, algullos de [ellos ' dealizados y .1tros repu-. ..Y.ir,' Cª-.1"11ºÁ.fü)J~~~--ªlig1rn.ls1Y~.~LP-AQre, eQ_yari~~..!!!~dres c:Eferentes: diados por el yo c;onscicnte adulto. ~as dirtiensiones jgua tnente amadorante y devoradora, omnisciente y . omnipotente, seductora y bivalentes de las personas del 1pasad© también ocupa,n su Jugar en el rechaz~nte, qu_e concede y niega ·regalos milagrosos. Por la misma habla analítico, pudién~os~ ¡ ~precia[ así su signific~do s , byac.e~te. as_ €-~cono.c.id.as._d.e.....ll..1.uism_g..:..Jlll razón, cad~r o rev . · C.Qnfori11e va ayan~_c1u.ruHLafü'\li~.~..J.9_s_.~~p_ectos_i_trj~t ...~-~.!:l..!!!en­ p~queño Edipo n~~-~~.e:t:YJ~r --~:-~, eq g~e e}. ~m~n.9.~1&.s...ªimz~Cj,~[ª!}~~ ' n.~­ aspectos de amor como en los de odio, ya que los analistas también , d~~tN.!lf!!~~~.P:~~~.misr~~-mb:i:é.n::.C;§~~} ~._J¿Q l están expuestos al riesgo de que sus propios personajes internos y pa~~-~-~--~QIJ.~1la.~ lf¡gµxas~.e.le.nc.1;_~~~~º-~-,.L~..AJ}L~ ~;a: l.os paMes, con sus dim~ nsi1nes amorosds y amadas, así com sus unágcsus dramas secretos puedan ser llevados, por inadvertencia, a innes temidas y odiadasf TtimJJien a a~cen los hern1ano .' como parterpretar algún papel en la aventura que se desarrolla ante el analizando, desviando así el discurso analítico. tes bie nv enid'as y no deseadas de la composiCioTí.Tiüñili r. Otros de los pe-rso~affflñn1ilírrfes·;· · su-rgidosj de anteriores gene aciones, l~e­ Bajo condiciones óptimas, la¿.ventura psicoanalítica pe.rmite ga n para interpretar sus pa¡:>el):.S.f·teLdi:a.m · humano e cada su1e~ (1ue cada .yo saque a la 1u~-~P..!.:~io_Je~.Y!LLij,y9~_y_g1.. ;. .J2[Q¡lli) to. L..Q.:i..]WOoes de est2~.~f2!Ú1jes intemaliza se recuerdan o "--" Fausto y Mefistófeles, partes escindidas y, sin ~mbfl:rgQ._..Y.i.talme.nte se reco nstru wl..sl\l!l!.Dl.~3-~. :~:;::.. , ha_durado largos años. y que, de otro llh.)(lo, habría lle~ado al aT5o-

n~s ·s·

!~ ~ !

rJ ! ¡ ·· ,

wnun~oi
ta _~-~v-ª.Lª--<,;<}QQ_-~~Ú.!1J2.roe~n ;sc . necesi;la

i~m1~i:1ación: Ys~~Ji' . ~. u~~ . ªdo r~.~.:~.J~t.,e -~[¡J.J: J~~. ~f,2J2,~13~Já=E_~~lll~1b1r·_.to_¿~- < 1

e~

1

1

1'-Y. .. ~

;1

,.1M\ ~\l

"1A .h

1-'"~'

, .~l..

'1· i; '.i

·ª·

.

..,.?~~- ,.,.

'

. ·

· /

, 1

. '

·r

'. ... • l," "'! '"' r!I C:llS 0:1 -

.

1

.

.

.

.

,

.

. .--·· -···· --:

EL TE1\TRO PSÍQUICO Y EL ESCENARIO PS ICO,\ NALÍTICO

~

23

I

presarse verbalmente, los múltiples yo dentro del yo oficial de cada suje to se escuchan unos a otros . Al descubrir sus paradojas y contradicciones pued e n asumi r, a partir de ese 11101.nento, su identidad cohesiva y su empresa mutu a . ~urso analíti~Q_, "_!ll :fl~~u ' do ,.. pe r.JJ}Jl~, . ª,JlH!,G..1JOS~ .ª~-1..~,¡._1Jes_l.QIIJ .-l(,.P.OS~. .\:\'1~) r)~- l1 tte.v.o__sen.ti"d. ü .. a 1--p.tsa ~\lJ. -\) · , d . . · r 1 d b· d ct · r 1 , · · ~' "'\s., s10.o ___e_.~.JJ_s ..p.0J~.!l~1a.J.L.9. ... ~s....éL,.1l!L ... oD .<:!S ,,?l se han construido, de manera dialéctica, a partir de los recue-i:cfó~ y de .la fanTii-síá-; ·y próporcio nan u·n- n1tli1Cio

ª··

~:

...,__,....... ,_,,,,,..,,,.~ ._

ESTADOS ESTÁTICO Y EX ESTÁTICO :: REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO

.,.._~, -- -

PSICOANALÍTICO

~~1tj~ Jft~i~~~~e-~x{~-~:tf~~1~:~~/~~\}(_~~f~~· ~e9~~j~~~-~{~::_~~;º~~~~~~~ 11

Líberados del papel de víctima desventurada del presente iricon~ trol able y del pasado qu e es imposible cambiar, el analizando ya no se encuentra condenado ind efinidamente a repet ir los antiguos dramas, a sufrir los fr acasos de siempre, y a encarar cada nuevo ; ··desafío con la vieja angustia y la desesperación que ya le son famiCr -~.,_ ·liar es .. L,~;;;<'.~~E.d a_d;>~ ..-~s. . .J'"<.1~-..µJionació1L det~m.~~,e.nt~,~Y···~l,,,i;eJ;;Q,I;\;Qf.i­ \ .0°·· P:Ü~XWLQt...Q.1!.~.~lt~:LW!l?~J~e,n..e.LQr,.Q,G.n:,lJA!Dlil.:RQ,,.,.~\!J,ªLY"soeci~b::~!a . , d ~,•.P.k!~~~t~e§:;;•:kt~rt9§,;:f¿y, f f1 , 1 d 1 \):·'-'"' ...~S~P~ªS!.Q}),,~''"" a,g,pr,ka,,§..,.=/~fü....S.Q.IU.Q"'"·'~"'·::·,, ••X,~//S . -0'Sf'o t_ros, Jas ge.!:§.~.D.~tL~~~?.,.Q..9".,~.Ji1~~JSPQQ.q.~,. g~t!!lt;.~ Para .,;.J~'.:-ñ1üC1'i"os' la éxperi~ia psicoterapéutica es el único med io de escapar h d e 1.-c_a ra_ct.e.i:..C.Qfilllfil&l, , l .v"0"'"d. fL LOS::il:OJ:IB:J}QS:-_::r-(!:!JJfüi. . d d \\):;·,'\\. · · ...~5:' ~ gu:~::n.Q:' P::hl~~.:.e~!l.QfO . }.;;'.""e (r:o:_ p_q.[Sj9_na ~1:nAH¡y.~.QQ~;;)J,J;,l~s;,~p.~ió.1Le.u.ca\l.~~ll,,9S~,}'.g,J~Pl:~~&t~E!9-n. ;\"\l "' A los seres humanos les ha tocado estar e nzarzados en un cons- ~ tante conflicto con Ja natu raleza instinti va, esforzándose, al mismo tiempo, por tener en cuenta los deseos y conflictos de los demás. O e e s te rn ocio , mu f)JiU~.S'...DJS'.J.!1~.H~DJI
.9.~. ."~:!l:&I,~ºL\,ii)~,,Jdá~Ji~ui.;;,~~~~~fr~i~R"~f!MÍ~.9.§..,~~,l\l1.;;!J19-d.2;;;9;~~.P;;,t;r:.-

\0~. i~~~~~t~1~~~t:f~~~i~~i~~~~~,:~~:;~~¡R~:¡iJ.~~~;~~~~~~~~~

~}_

_ce n,.~.Pe!1.,~¡.~~.-~~~ . ,i,n.......º_,.[.-..,J.D.J,<":JJ.'~'º'·'_y,_,_""..J.tr.».9.!'JP,,x.
J

~1::~.'.;;;9. ~,.!?.;JZE2J.'~.SLSi~D3l.lJ.::p.J ;. s,r~,~r;!gc,µnRJü~grü~..tg_1!.~ .L~ 1 ~ ~d,~,.,¡¡11gMst

(•· -4-Jr~:~~:~-¡~ri~~~~~i-;1 ~!~ª~~;fJf;ºc~;~iiTf-~%~'~tNfu:~~~I?:~~~r~~if~ "''~'"-""''";"'"'''''"~···~•··~····••"-'·~···•'•~·.,•·-""·"'-~"'"-''~"'""· "'"'•-~-··J.Qr.Q,~.,.~,.,.

9{í\

·

.-

-,-...-,.__' _.,.,,..._ __

rl ·'Y,~~~~9{§.~Ai.itíellos que, por el contrario,Jrnp inmovilizado ysi_l.~n·1 : "c;·~{!r'1~T~??.. 11.1 ucha·s ··a e· í«ísfra_ín.~s- ·Y.•~_. 111 úJ ti Ples i~i_~i 1~r~f~.~ -.¿(.~'.: s ~-1sJ¿ iJ.\.rps }), rnternos, no pennitiéndol eso tra cicc iónque ng J~.1t~1~<;1 µ_n _cc)r)~_tQ.~He llúirtilleó en los "muros de la mente , deb erían aprender a valorar las filllabras de Sart. r.~ (1965)": l/Si quieres · ~ue tLls l)~-rs·0;:;;;~-p ·~- ~;¡~;~;·;;· ·:... _·

: ~.-

.... .. !··~·=~~

";·. ~ ·:-: ··· ·· · .

....

···· --· ..

Teatros de la mente, escenas psíquicas, ré pli cas inintelig}~les, inaudibles, personajes internos, dramas psíquicos e n un esce'~.ario psicoanalítico. . ¡. ~I~¡, Estas son las metáforas que se me ocurren para definir, j~~ /h la mayor precisión posible, la naturaleza del -~~1b<~o psicoa_i:ijglí_1i_~9 · Viaje compartido, a la búsqueda de la realidad psíquica , vi ~l · sin mapas, en el cual cada uno se esfuerza en seguir un camino \ i~cie r­ to, con la esperanza de descubrir dicha realidad psíquica . Cb)'iforme e l analizando lo e mprende y va adquiriendo cierta confianza e n la re lación que va estableciéndose - incluso qu edándose a lá 1,d efensiva-, se irá desvelando, en el espacio que dej a entre sus pala, bras, un mundo aún por descubrir: el s uyo. Es te mundo, su mondo interno, está extraña y contradictoriament e poblado. Las escenas y los personajes p síquicos se irán descubriendo, a veces, en una asociación extraña, una fantasía, un lapsus, un sueü o, poniénd ose así de relieve lo que e l analizando, inconscientemente , intenta situar en el escenario psicoanalítico . Tal como aquella paciente qu e hablando en la sesión de una amiga que acaba de perder a st1 ún ico hijo, de repente, entre lágrimas, se acuerda de su hermano pequeño, "ª quien tanto quiere». E n ese morúento se pre0cupa muc;h o por su sa lud, «los trastornos digestivos que él tiene ... », «¡esp~ ro que no se muera de un cáncer, como papá!» . He ahí la prueba el e que le quiere. , En este momento hay do s pe rso na s en mi paci ente tratand o de salir a escena:_@~<~)la nL_~'1_J2~9~~.!.t!~~-an!~1{19 , aquella qu e e r,i e l desamparo mas absoluto hnb1a deseado la mu e rt e de es te 1ntrllsn 1-=-- n

l •"l f ,. , , ... :1 :..

T

..

..



(

REFLEXIONES S08RE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

27

"\

'

26

1\,.

do por los demás, para ella no solamente había atacado su senti-' miento ele si110 también la ck y pertado serias dudas acerca de su fem1rndad. La ~es ~~~J.~.r que sinceramente quiere y admira a su hermano. Esta es la única persona qi.1e, hasta ahora, ha hablado. La niña pequeila que hay en ella está suplicando que \e dejen recitar su pape\ y expresar qu._e sus sentimientos. haya de odio hacl_a_su que aún ' no se ha dado cuenta que, incluso en \a infancia, su amor había triunfado sobre su odio. E l único destello de\ drama insospechado, por inconfesable, que se est á desvelando es la exg_e-' r~-~~r ii1 va d id a re p~~).!_~n a~!~!_.e__P-9.'..-~.r.i ?.~.r.i~i. f!1.~~r.i.t.Q_9_~_'l~ gusti3'- Se pregunta por qué razón no ha escrito hace meses a este hermano querido. El en di está todavía lejo2. Sólo el analista sabe de ese odio de ella, de la mujer de hoy, hacia la niñ a que fue, a la que todavía no sab1

r

REFLEXIONES SOBRE E L PROCESO PSICOANALÍTICO

í~entidad,

t'

c~r~cza

ra la idea de que el análisis con niríos podía llevarse a cabo mediante ~~s, los cual,~s n:.2I_cscntarían_~1.Jg~.2..~.~~~j_~~--~I-~ _S_!l l]}.~.~!.1.<Jg..i.~~~0..!!º· Vio que esta modalidad de juego podía t"evclar la estrnctura de la mente inconsciente del niño. Kkin afi.rmó que el jue!.!.O «libr~» (no más libre que las asociaciones del mismo nombre en el élnálisis de los adultos) desempeiiaría la misma función que la comunicación verbal en e.l trabajp psicoanalítico del adulto. Todavía está fresca en mi memoria la escena del juego ele Pcter: «Tornó un carro y un caballo y los golpeó uno contra otro y dijo: "Tengo un nuevo hermanito, que se llama Fritz." Le pregunté qué estaban haciendo el carro y el caballo dijo "que eso no estabú bien" . Dejó de golpearlos, aunque come.nzó a hacerlo de nuevo . Luego golpeó dos caballos del mismo modo y yo le dije: "Mira los caballos, son dos personas golpeándose." Volvió a contestar que eso no estaba bien, pero aceptó luego que eran dos personas golpeándose, y agregó: "Los caballos también han chocado y ahora se van a dormir." Luego los cubrió con unos ladrillos y elijo: "Ahora están muertos, ' yo los he enterrado"» (pág. 148). Este juego era una solución aceptable de lo que indudablemente eran unos sentimientos abrumadores e intolerables y una mortificación narcisista. . '\'. ·. tam b'' El ps1coana 1s1s e1e (os nmos gran d es que somos 1en cuando nó-s ' ffilñl"añ1üs"[\duTtosrevcla-:-asrmtsmo~u n_~~~~~_tg_@:ili~~~j~ria úímensión de «Como si ... », de «Ímaginem9~---~~-:.:.:!~--º---~'t:::S.t_o_y juEste trabajo psicoanalítico va a desarrollarse en un escenario en el que todos los pei·so11ajes y obras teatrales psíquicas internas que hace tiempo fueron borrados del consciente cobren vida de nuevo. En este primer capítulo espero dar una visión general de l2. _ _g_ue ocl!rr~_ en Junente__~-~L?_i:i.a.!ls..t~1__~i-~l}Jra.~ ..e~f.uchª ll!.s

sc~erida cl~s-,

~ul_!_a,

~g~~rnscie:1_!.S acl~t2_?..-~.E~~
a\b~ad~_.?!.'].0E!~ie}~.2.~

her..!_~!2.i...Yª

y

im¡:g~siQJu\~

~~nto

'··'

9.':~~~~~-~l~--Y~~-E~-12.E.ª

ac_!JJ~ ~~-ª-'~-~:?.~!~~--g_u,_t~J:.~~9..~.t-~_e:1~-~~ _1~11:1!.!9.9-.!.~~l.l}fj

comprender y perdona r . -n-i; P,\I'º A El teatro como metáfo ra de la realidad psíquica debe sus co ""'"') mienzos a la célebre cuyo tratamieo to condujo a F reud a sus pr ime ras y brillantes conclusiones sob1 el funcionamiento inco nscien te de la mente. Afortunadainente pa ra la ciencia, Ana O. n o respondió bien a la hipnosis, método ca; el que en principio B reue r intentó tratarla. En realidad, fue el\ quien enseñó a su psi q uiat ra cómo llevar a cabo su Cuando hablaba con Breu er de sus continuas ensoñaciones cliurrn y otras asociaciones se refería.ª estas comunicaciones como a «O teatro privado». Con el de scubrimiento de que muchos de sus gra ves síntomas histéricos - sordera, trastornos · visuales y parálisi

P"'éi<:!~ Bret>e!~~'-º··

gandO"a::»>.

tratamicnt~

a~~~-i~c;_i~~-~!:!letáfora~i silenci_q~.i..~~_nti_f.!9....LY_1ªpsu_LQ~ .liº~-- -P-ª­

ciente_:;.L al_ mismo tien!e.2._~~e ide!!!lÜE..~.-~9.!!JQ_S_~~-~-i._19_
muscnlü°res=·-¡-~~~ii:~.i?.~eciendo_.~~fo~~ib~
través de esta «talking c ur e » sentimiento2 solía ll amarla «limpieza de chimeneas

P~-~~~i:!l-~~:D-!.2.L~
\/...,\_(:; I'\

(.Breuer y Freud, \895). El uso que hago d el mente a \a

t~!Q_~Q.!}l_O~_táfor~

no se refiere solí proceso anal

~ali01~_g:~!:!~ª' :;ino ~~l

~~Aquí

estoy en deuda con

M'~nie_lS\~

y su ge•

~

clínico. Recuerdo el horizonte que :;e abrió ante mí cuando primera vez leí su trabaj o fundamental: El psicoanálisis de ni1i1 {1932). Fue ella el el significado simbólico del iuego de los niños (que no es en sí 1 ·. · · - ·- •- ·~1 .. ,. :..-.. ,,., tnf.';n,· dtr·hn .ll'.

P~-~--p~1li~ue recoi1oc_~ó prof~i

----·- ------- -L----· ---------- ·

. TfZ/>.r;';.l\JI

PE?_c:,~so _de elaboración y perlabor!_~\~~--m.1_~--~-ªQ-ªJ:>.ª<:.i.~1!~~ ~!.~-~ª-.IJ.9- ?«o ~" º !la_en_:;~s as_?:;,~~~9!i~~tan t~@!.E!.i~.n. En mi q tr,abajo analítico sé que mi hipóte~-~--~<.lL~.f-~-~-[lg_tante,_s», nacidas no solo ~e mi propia _rei (A que ca d~!....A..r:iJ!.lif.L!J1_c;i_q___~.Hi.1.J2!.~.~~-<;:Q.!l!nigQ_y___ yg__c;Q.IJ_~ l. Así, trato el e a_n ti~~P_;~r.r,n~_.'\...lQ~_sljfar..~f.1!_~2-B~R~<::!.C?~- -~l-~ _ C_él.~~- relaci?n, sabiendo que . l<.!_~_J!!_O_q_lfic_
··--·· . ·····) REFLEXIONES SODRE EL PROCESG PS!COAN1\LÍTI CO

28

REFL EXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

1110 tiempo que trata de icknrificars~ tan profundaménle como k sea posible ~011 los conflictos int ernos ..S~~--~L~S an
distintos padres y mucho s otros personaics «escindidos» en el pasado cle l univ e rso int e rno ll e cada un o. Conforme p;:1sa el tiempo, ll ego también a representar los así como la ó 1el!_o__c1u'J"'.\'.U..i '."J?.e2j
idea~s personal_~~C?-0.ºª pa~n­ ~!~ '!.~l."J'9.'

~-'

El «trabajo» analítico

~~~S.~~ -~.lql...9.fil.!rr-ª.LP.5.ill!:!Í~.ill

Este lento proceso de . encerrados en \os archivos secretos de. la m ente y este reconoci-

"!i~!llO .. t;•!
··· ¡'



quico o d ÚJ!!}¡gjo de elaboraciÓri) f.-ei1d hablaba frecuentemente

El analista y su doble elahoraci6n

del 1rabajo (Arbeit) realizado por la mente; del trabajo del sueiio

(Traomarbeit); del trabajo del duelo (Trautrarbeit); e.si<Ji;\Ca (ps ych ische V e rarbe ito ng) y de p!'JEbo

~aboracióa

rae~!'

(traba jo

conceptos. ~ en su Dicóonario de psicoanMisii (1967) han separado cuidadosamente la distinción hecha por f reud para las elaboración psíquica y perla· boración. refiere al de o ico. a ~ se refiere más específic<~mente .al trabaj9__ p_~Jg1~~C:-9 ._ q.1:1.~ .. ie ,iectúa durante el proceso_Qsicg!l'ffi!lfu!!i<'Ll'-• las minuciosas que se hacen durante el tratamiento psicoanalítico. Lrn

elaborativo) (Durcharbeitung). Nos interesan a quí los dos últimos

dojJormas.duJ~\lgracióno E_l;>born,¡j0!._E!;Í!l~l~ a~Y-~ E'!~E.epto ~nciQJ!J!!.IÚll'.ill ~rl b~­ constroccion~

citados autores resaltan \a evidente a nalogía entre ambos concep· tos, en cuanto a la aplicación de \a metáfora de «trabajo». A ésU

eomei~rio,.Y.E 1" e\aboració~~~ ~~raJlill) daeñla~afGi:I analis]l'~_l.én é_s_~.I?.~•

me gustaria ai\adir otro oe quica y la perlabocación e ue'liace el >aciente

do, elaborando en sli propia mente to do lo que esta pasando entn

él y sus pacient<'-

@

- - - ----

...

...

-

·-

alizan§está comprometido en una exigente tarea, se \1 invita a todQ» lo que se le ocurra y al mismo tiempo hacer nada>>, es decir, a las asociaciones y emociones qu! se despiertan, sino trabajar sobre ellas como pensa mientas que tienen qué ser explorados . Dich o trabajo se concebir como impuesto po r \as demandas que hace el inconscien te, su se!f pulsional , a su aparato psíquico. Es tas pulsiones y su conflictos inevitables se ven forzados a e nco ntrar una expresió, . • ,_,___ _ _ ; , " .. en n<11w l Una vez comunicado, éste ti. ..

~g~ir

~··

n~2X L~aborarl25,

29

«~

pue~.

---·-"

¡¡

'~

,1

El trabajo analítico no acaba cuando la sesión termina, cuanbb ·IÍ"Z/\\)f\.:>G 1 . . . . . . . . .. ::' :l. /\Nf,.1..,~-v: t el analizan_?o se va . En m1 propia expen~nc1a el~1ble.s1gntf1ca,U? .. . ,., c~i-1·J , 1 de un sueno, de una enfermedad extrana o . u n mexplicable acc1 - co., ,, . < . , dente de mis pacientes a veces n:~e as.altade pronto, cuan~o _menos \"'\Ji\, lo espero, cu-ª!:!slo ~!~C!..E..~-~-~!.r.-~.~~p_~d_9.»- Este descubnm1ento 'a menudo revela mis propias incongruencias, mis sentimientos insos-: pechados y mis asociaciones singulares para las palabras de mí ~ 1 pacientes . Pen sar sobre estas revelaciones norma liile nte plante a más preguritas que proporciona respuestas y difiere de lo que comparten los analistas cuando intercambian librem e nte sus pensamientos y afectos con los de sus analizandos_ Sus reflexiones hechas fuera de la consulta· tr
REfLEX!ON ES SODRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO REFLEXIONES SOBRE EL I•\;>.OCESO PSICOANALÍTICO

30

Desde una determinada perspectiva, estas dos actividades - la 1 ~ elaboración clínica y \a elaboración teórica- pueden considerarse incompatibles. La elaboración entraüa una mod alidad espe- (JJ tífica de e-scucha y trata de integrar las vivencias de los pacientes. El analista tiene libertad para pensar y fantasear sob re lo qüe dicen . sus analiwndos . Una preocupación por la teoría sólo ensombrece- -1¡ ría lo que el analista 'trata de descubrir, la comunicación latente que hay detrás del discurso analítico de' cada paciente. Aunque es verdad que nuestra escucha está considerablemente ampliada por todo lo que hemos aprendido, y todavía podemos aprender, de las diferentes teorías, t~.,.Ll!Q.f..~I!.c:!~~!Ü~L~.O...Üq~-~~~J:Lll-ll.~.s.Jr_Q__ !rnQ.ªj() c;!0:i..~o 0J2 en 1~.~9.~~-~~.s;.?.1ª.Ll-~~gllii~J.!MJl~ª-º..9-ª-fQ.UlH!J pa1.J~ [email protected].\2...-~?.<-.P..~S.!.r;:!}t;iª--'!!!ªl.i!is.~, no sólo por la experiencia del análisis personal y la confirmación que nos brinda la práctica clínica , sino también por el cóntinuo autoanálisis con el que todo analista tiene que comprometerse. Sin el enriquecimiento de nuestros propios conocimientos, la teorí a es. más un Í1!.1J2edin]~J1to que una ayuda para Jo que escuchamos . Puede qlill\uear. la aparición de nuevas hipótesis sob re la realidad psíquica de nuestros pacientes y nuestras reaccióries específicas con cada uno de ellos. Si así ocurriera, los dos teatros psíquicos, tanto el del analista coel del analizando, pueden entrar en conflicto más que comple-

clíni~a

~

mo

mentarse. Muchos clínicos excelentes que piensan profundamente sobre· sus pacientes no tienen un especial déseo de «escribir psicoanálisis» (Smirnoff, 1977) . Para aquellos de· nosotros que sí lo hacernos la actividad de poner por escrito lo que pensamos y sentimos sobre nuestro trabajo puede ser también un escape a la soledad compar· tida por la pareja analítica, encerrada entre las paredes de la con· sulta. Más aún, esta forma particular de escribir nos ayuda a rna· nejarnos con las tensiones específicas del trabajo analítico. Dichas tensiones. emergen de todo lo que es desconocido, quizás incognos· cible, acerca de la psique humana, así corno de las inevitables limi· taciones ele\ psicoanálisis, para hacer algo más que mitigar algunm formas de sufrimiento humano y los frecuentes fracasos que todo' quehacer como éste supone. Para resaltar las notables Qlkrenciªs, así como los ).-ª_:z,9s.. d1 elaQ_9_!_?-~0!1.- P.~~ql1~Sª' revisaré brevemente el con cepto inicial d1 Freu_d de tr3!22.i.2...~ig~ico y daré un ejemplo sacado de mi práctic1 el í ni e a par a i1us t ra r e1 11109_
sL~--~Q.iónsn.!..~~__lasJ2!m<~-~-icas _y__!.~óric;_~

psicoanalítico. ' ·- ·'·-• -~

,1°1

,-nnr~ntn

cfr. elaboración psíquica, bien exprl'

31

de labor: la ineludible . obligación ele trabajar que la naturaleza hu mana ins tintiva impone y la demanda igualm ente implícita de la situación cinalítica para trabajar con los pensamientos y fantasías movilizados por las mociones ¡misionales. c;;.~~-9.L<J~§fl}.1>.!.Íxo.i..~JJ19 .ana lítico inevitablemente se enfrenta connuevas r~s ist ~ n.cia~ ..q!-ole reg:üe ~en: a sÜ···~~~-~"t~C6Ji}'.Qi}:S.füú.iQ:.·_~!~ .fri~~~jQ.P?J9!1 ~~º, cuando este descubritniento sup0ne nuevos conocimientos sobre aspectos de la vida propia. En este capítulo utilizaré el término de elaboración, en su sentido más amplio, para incluir tanto el funcion amiento espontáneo de la mente como la repeti ción y el trabajo elaborativo de los hallazgos analíticos. Mi principal preocupación es examinar la .n..~s_esida
Estados psíquicos estático y ex estático

En la concepción de Q e 1 trab3.Uo ment_
siel}}J2U~

~~~-~g___ ~___ !!l. E.9.~Lc?E-~~---~-~~er, dolor mental y lo que él denominó ~.;,b_\., e~tasis /ibi~~~!..=~~ -~~-~1_c~?.~~~~t_i~9_g_ ~~ ~S~(lf!C~Die.11Jo-, era lo q u e~s-(.t\i·-KI\ creía ser responsab le de la formación de síntomas neuróticos o filÍ· ,\..

fQÜ~9-~ .. No mantenía que esiaes~1slsft;erala-;:¡·¡;·¡ ca·~;.~;sa-del~~fri- r"'J . .miento psíquico ni tampoco creía que la estasis mental no tuviera más efectos que los patógenos. De hecho, en Ja teoría libidinal freudiana la tensión podía también e_nc_9_1l~E(}Td~!l.Ji<:iP9ffÍ()na r;1_n ~Misf;-wció.n a aquellas personas cuya estructura psíquica le permitiera tales desarrollos. Es decir, puesto que hay infinitos modos a través ele los cuales las personas pueden resolver, evitar, transformar u otros modos de manejar las tensiones y el dolor mental, el alivio del estado_~.ltÁ!icQJl_g_¡gin_ªLyJ.ª-..1e.?;;!1?!:•_ri5;:_~9_r1. _~Le.L~iita.~!9. _Qj_sp1ace n te ro _<:!_e.Q~.D.9~...sl~J.Lc;,li re qjQ!J...it!J.~_JQ.m~J.ª-P.~.!mi..~.. ~.lU IJ5 ..s.sJu e.r?:Q~ . PQ.L .. ~!:!Pe.r.ª.!1.Q~ En un intento de retener este a1 oma de Ja metáfora original de Freud de estasis, he elegido los términos está tico y ex estático para cle sc rib_i~ Jos es~ados de la mente en l?,s que, su~edc el trabajo de la .z·,·.-l;,\)\\, formac1011 de smtornas y su elabornc1on ps1qu1ca. El estad..Q_ex_f2._S- "2."f. "=.su\·\ ~~!.i<;g_ es lo que Ro ne fin a los anteriores o de ec, ..·b , . ------·-----· ----·--·---.. . . -.estados . ....-........ ._..,. . de .. . . . . estasis ._,,_...... . . .. --.-, f-\'°'" ~!Qm1~.9. cl .~..<;J9JQU!IS.lltal. La natura!eza de la «es tas is » puede ir des- ~· . ~""('q·~ 2 de la esfera física a la mental y desde lo patológico a lo sublime. La ~ principal m_<::_ta del trab~o cle_Lf.!._~-~!!~~-s, por supuesto, ~!1ª!:.!J_t.:!~r la homeostasis libidinal tanto en SLt dimensión orientada n sus obje iO:~=~~c)i~i(}~en _la orie;·¡;da hacia sT;1-;i.srnn i~1-;;~-;:¡~-¡~-¡~--¡------··-·-·--···-· -·

32

REFLEXIONES SOBRE ·EL PROCESO PSICOANALÍTICO

Fue(C:h.arc~Í)(J 888) q~1ieI"!_EE_irner9__.:-!.~iliz.2.._t;.l térQl!.no~le _
1:!.1.(J
HEFLEXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTI CO

33 damentalmcnte, psicológicos . (Los aspec;tos psicosom:íticos sa{1n más ampliamente estudiados en los capítulos cid IV al Vil!.) La estasis p~~uceder tanto en el analista corno en el anali_zando. Siempre que los analistas sean incapaces de comprender el 1rabajo psíquico que ha dado lugar a los s_íntornas neuróticos, borderline, perversos o narcisistas o a una extraña falta de elaboración psíquica capaz de prod(ícir sínromas psicosomáticos, la mayoría de ellos llegan a tomar conciencia de que existe en sí mismos un bloqueo de la investidura lihidinal y narcisista que proporcione indE.... !erés y placer a su trabajo. La persistente proi:s:_~~lít!.c.?.. e_st~-~~.!Et~~-~~_()__ g__~'!.Jlegaq()a p~~a¡-se __Qt?.Lt_o__g_o _!)' f f<.vq p1:9q~1s:. ~ _11!.! . ~~.nti_1!!i.~ntg __Q_~-~~s. El senrimiento de no estar funcionando analíticamente es displacentero y a menudo empuja a los analistas a reflexiones de tipo teórico. A su vez, esto conduce, frecuentemente, a una solución de ex estasis en forma de coloqufos con colegas, conferencias, simposios o a escribir !rabajos analíticos. En este campo especial de actividad analítica se pueden observar Jos mismos factores de elaboración y perlaboración. ·

cionamiento de la mente . Pero, en contraste con Charc~t, quien sostenía ( ue el tra.~j_2_I]_'.~_f1.~~.1 -.~-~_c1__~~ ..~c.1.1gq, _Q_~_ l.<2?.§.(1Hs?.I:i.El_S.J~icoJ,<.'>1 . gicos ~~~_ud_..,Y Breu~O propusieron c!ue la persistencia de_ los sínto1 1\\.,,•i' ~ .\. 1:i::~~ se debía a u~1a_JE.~--s!~ . l?..9.2LP.?.!.CH\l~9"- Estas dos pos_1c1~nes_ no .A\<''><::<1.. '-\{(\r~~-~- -P.'1~:.<::~~-- 9.~~-~-~-~~-S:.!.~.Y..~ll_mutuamente. El t@!?.~..12.?.!9-!:'.~~-S» en la concepción de Charcot, <1.!:!~~s!_e (en la terminología actual) daJJ.'::!.&~.~... .'~ _sí1_1tg11,~~S. !l~~r§ticos o psicóticos, . o C\.. peryersiones_ o trastornos_ d~!..5._!;l~~á-~t~r, es una CI._~aci~~E~.\D~'.l:~ia o trabajo de la P..?i9~~-i~![a nt i l, en su i!l~Dl.~-~~~E~l~~':'.l..c:l.~!.?.!. ...~~~!.1.!~l__Y/?. ..sl~r sentido a las incoherentes comunicaciones de los padres. Tale@ -veñC-i'óñes- iiifanTiie~)precoces tienden a impedir, de una vez por to-da·;,·;·cu'aTqÜie·;·-p;sterior elaboración de estos intentos de autocuración, y así llegan en la edad adulta a manifestarse corno neurosis o psicosi:;. Esta conclusión prematura de la infancia también irn12ide al individuo Fiallar rñedTosln~E-·a-cfe(::li·acfos._paii vérselas con l;i c9~i?IeTí.~í;í]~~ª(f~\;fü~~~~-ª~if.~-;::A_~:r· 1:ille:i·~· 1a· e:0·r1·ce·¡:;c:¡:¿¡1.·ae l?íei:íci~v 6 ~.i:_<;:_l!_er expresa la es~ra1~de_.9.\:!.~ _}'.'. LY?~.Ü9.... E~.i.c9t_~rapéu!i.~o · ,. 1'!10vl!l!~-~~--l!r.!.~ --~~~Y~. ~_l(lbgr_a.~ic) 1l psíq~ic.a qlJe. c~nguzca_ al aii.':'.jo La historia de Karen d.e..Jg_~_sínto~-~-1'...~.L~Le.~~~.b.E~1.!.1_\.e.1~-~2...<.!~---~-c_ü".Lc:l.~9.e.~... 1iJ?i9i1~<1l~~ -J sublimatorias más satisfacto rias. Pienso qu¡losesta-éTü~--;stá-iicos de la mente, que dan lugar a la El siguiente fragmento de un anMisis ilustrad mejor esta situación. · neurosis o a la psicosis, pueden tener otra alternativa. Así, un blo· t queo puede muy bien estar presente, au1Jque no deje ninguna hue- f Esta paciente me proporcionó mucho material pará trabajar, ya K_fI2-~ N 1'i:-lla mental de su existencia, si a causa de una radical escisión entrd que sus diversas e intensas formas de elaboración mental desembo·~)c.~ ~ ''. p_s_im!.~ .. Y. ..?-9..1!!.ª 1~J?~.~q~!!". ..!1-0. ..r.~_gig~-~--9_0J9L_11J.~L~l.Q.. con f!i~~Q._ajgu·l caron no sólo en la creación de sublimnciones satisfactorias, sino '-\)~~ '•/ no. Cu ª!!do ~~to--~~-!!.[.~~-'-· ~1.•. !.!.!.9..Í.Y.~~~~-1~·.. .E?Ee.~.e. . Ae... E.e.P~e..s.~1:1..t~c..i_Qn [ también en inhibiciones en su trabajo, complicaciones en su vida 5 'Q\--V-\ rn e:_n tL·ri1ncntado un F.c;r:irln r1., ;,,,,~ .~ ...., , .1.; ·

o_QseI.Yi~J2.n

CV-2.~--~I Es·;~~\i\Jc¡

1

deter~

"'

, 1 .1 1 1 1 1 1 1 1 .---- r .- .-- .- -..-..-..-.-.-.--.--. • • •

.... .

-·· ·····



,,

.;

,, 1

l~EFLE X !ONES SOBR E EL PRO CESO p ' 1(' 0 ~

REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

34

· · · ps1co · logica ' · 1Hl t'·Ja 11 ega d. o casi· a prira l.izar. a lterac1on · E sta re¡x~nt1na . . . · · 1 su act1v1drid profesional. Se. la s arre!!,laba para segun· actuan<1o ce . .. empezaba . vez en cuando, pero la calidad de su trab:110 . _ a rescntn. tellla un desmanado aire masse . . Karen era sumamente delgada, . . , · cuhno y era un tanto descuidada en su modo de vestir. Sus mooa. les eran también Sin embargo, cuando hablaba . . un tanto . agresivos. . . . . ., su cara se 1lummaba e1e tal torma que parec1a bo111ta. Transm1t1a un sentimiento de tragedia mezclado con un apasionado apego a la . · · vida. · · . . . . Karen, espontaneamente , me aporto los s1gu1entes detalles so· · . bre su vida. Sus padres eran personas cultas, habiendo logrado un · · · d · · ¡ (K d. . considerable exlto desde el punto e vista socia. aren !JO estas cosas con un tono de burla en su voz.) Su madre estaba totalmente .. · ·· ·· b entregada a sus h!Jos; su padre , .•un ctruJano panstno, , esta a· constantemente ocupado en su traba¡o. «Nosotros no vetamos mucho a , ; . . , ( papa, pero no I . aren te, · . pod1amos . · quitarnos . , . · de encima .a mama.» . , . ma una hermana gemela 1dent1ca a ella (a la cual yo llamare Kat1) · y dos hermanas mas pequ aparta-. . e nas. V1v1a sola en un pequeno . mento y tenía pocos a1mgos .. La mayor pílrte de su tiempo lo ded1. caba . · a su profesión .· · · .. . De · acuerdo con las no tas que tomé despues ·· · b' de · esta prnnera . 11 entrevista, · · hice solo , · un a pregunta .d1re 1~ _ta:. ·¿sad. 1a. si. esta .d tem). .e expenenc1a de pan1co 1e ocur n a en otro s1t10 1stmto e 1 escena- · · · · , d . no? M1 paciente contesto que a 1gunas veces se sent1a pre!'¡a epa- . . 1 . d ,: 111co cuando esta ha en la ca le, pero que era mea paz e pensar que i . . ., era, exactamente, lo que le . causaba este m1euo. Anad10 que, a , . . , . . menudo, tenia eczemas. M1 pnmer~J.~~-~Ll-1.2..'..~.-fl.9_tank.f!le , que Ka~~~n p~~n!._~~~--l_:l-~~!~-~-9.!_:1]_~_.f~~..!S:g_1~!°:.Cl.Y.e, probablemente de- , bido al fracaso de su vida profesional, lo que representaba.la pérdi- ; da de una importante activida d sublimatoria . Supuse que este epi- ; . po d'ia ser, muy b'1en , e 1 resu1ta d o d· e unos deseos 111consc1en· · ·" so d 10 . . . . .· ., -·· t~-~ -~~l1~b1c1_()ntstas, c¡u~ _ 1r1te 11 ~a~_a_1\. ~.?.~~2.?.~.... S~~...E.P..I.0l9l1. Me : pregunté, vagamente, si su ecze ma 110 contendría también algún significado exhibicionista escondido. u1úlo a unos deseos sexuales infantiles prohibidos. pe ro en aquel momento no fui capaz de con· ceptualizar la relación complej a entre las construcciones histerofó· • · . · . (I· , . b1cas y 1os s1ntomas ps1coso mat1cos. ::ara n:u sor· . ana 1s1s. . . presa, literalmente se anopb a- - desde eterta distancia- de un · · . , salto, ~n el centro d_el d1van . Esta foJ:!.}1'.l el~ entrar ~.D.J-ª·-~-~~~~.!J.ª
º

,

---w w

.. . ANAL! l ICO

3S

rompió por el i1111)·1ct Q. · · I~ · 1 a oartir · de entonces . . 1 ..·---~----. rntentos de inte. c.!....•___ . . 1-ue· so...o -~·-· --~--· cu,11H o mis · · · · -· · ····----~~~~!.'..1.!.. e s1g:nJf1cado de est·i curil~-:.-;t . , .• · 1 empezaronat, 1·. f' E. . ·' :;, <«le uac1on» -:--d --·----~!-~.! ~ 1e1ose . 1anza o como una b...~ ..~Eiº· b· .1, ·n esta primera .ocasión , hab1 ' ·e1 S us so ozos . . con ' . tium . ªe e dmano sobre m1 div<1n em¡)ezo' . 11 . ' a 01.ar. 11 11 1 11 11 · . , uaron urante los siguientes ct • .,~ t.1 · mmutos !\1e ·se 1lt' · , ' v ' y c111co '. . ta rncomod~, Y al no ser ca1)az más que ele · ·. unos sonH1os rnterrog· t'1 . · , ' em1111 · , d ~os, opte por permanecer en silencio. bKaren ei~lpezo la sesión del día siguiente diciéndome· 0 b . · . · « e ena 1ia er escogido 1, un psicoanalista hombre tocio hubier·i i·do n . no tenc n·1 esta .· . · ' 1 eJor ' · t angustia d'e - · estar O..!_~t_~~ había de comnartir -¿c;-·----:--··-·-· ' 1 rupt . - - - - --- .... ..r:___ ___ __ _ n una 1errnana 1 .' ' ---. --l:!.!...~~xpresión sublinntoria .. ~:---¡··--:--·-, 1 neurótica mamfesta 1· 1 . _..____ --- --- ' .. - ,.........L!l_Omato ogia d __ d _ _ _ ! ... _ ' . . . . --:·· .~ ? le_s _ ps1_cosomáticas y trastornos d:-1-;-··-1-- -. a sexual 1 a pn · e d 1c enti.._. · · ·. ·- · mera pregunta que se me ocurrió f · •· · ·nenc1a de ser ge111 1 Jue s1 1a ~e-·;--.-·- · ......__ .. _ ---~1L12oc na ser en sí misma potenc·· ¡ · - <.::'.l'~.;i;A{\ mat1ca ·Se 11-'a ·hl ' 1<1 mente trau .. . post e que esto entrañara el riesgo el · ¿ c1 6 n del sentido d 1 ·u . e una a 1terasub'etiva? , e a i ent1?ad sexual, así como de la identid·ld Ka/en od}up.use que. al m1rars~ por primera vez en un es e'·0 nua p ia haber.se dicho: «¡Mira, ésa es Kati!» . Yo creía ¡~ J ningmente'. que Ka ti también debía ser homosexual. Pero n~ te g~.prneba de ello ya q ¡ · .ni<1 v"-u"renunana i bl · aba muy ' el ue en os pnmeros meses de aiia'' l's I IS hablaba mu ,1 m poco e su hermana gemela. Sin embargo que cada euudo de sus numerosas anrnntes y del modo e1~ desarnp«. re acion acababa rnal, dejándola en un estado de total 11

r'_.,

º·

!También pasó muchas sesiones hablando ele su .111011 <:( . nac a con sus r·e . ' ~ ia re 1ac10·--: Qresentac1011.es ante el Qúblico Este--, t --¡··--···-· 11 p_o rcionaba tantos sufrimientos -;~-;~~~--1~-;-~~-n~tantess~ne pro1 amorosa B vica . ' r<1casos en su f uentes de el' · 1 usque "" t re estas. d os LJ b'en vano algún lazo de uniór1 ...r1 or. r: a ia, por su¡)ucsto un stif1-1 · · .1ente 111 causado 1 l· 1 . 1·e n to ev1c . . ' se ne .1or dS 1 ~!.!~~f!1!.!:9~stas involucradas en cada caso 1)ero t.. .E.!.&2-______ mas .i.:T)fOfundo · ·co111p 1·enclei· el e 'lf 'IC - te r' re pell 1vo cesitaba 1 l _ _ __.._ ¡)<1·1.-a . . e e a falta ele realización ¡)crsonal ci1 sti \'l·c·f·i · ·c,l' '· . . " ' , .. ,¡ ~ ..... : . . • ,. ' pi ) CSIO!l(I 1 V en

º'. ª

°

~

,

36

,.

REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

oportunidad para la interpretación. ya que ella mantenía una i_~!1g~n._.P._~9.f~1!1.9~irne!~_t_~_~eali_za(~'.--~L~_t2}_Í, y no estuvo en situación ele acéptar una interpretación en tal sentido hasta \°~.~ .. 9.9.ic:> .?.l!Q.Yfl.C.:~.nt~... JJ.~~~.sitó , !i~r.!:1.P.9..J>.~E.'l...~.3-.r!_Íf.<::Yarse, y esto me capacitó para comprender, de forma retrospectiva, mis primeras renuencias a hacer interpretaciones transferenciales directas de la profunda ambivalencia que escondí a K ar en. Os cu r_?_'::l~ n ~~-~~~P.'.':~-~ a b._'.!_u ~-~J
REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

37

c~ prn~)!'.d.O\d. Sín cniba•goL.'!!!iliLci!'..lo e u do , Ka re n había ha blaclo de uné)jQea_Qfil_~si~i que a \'eccs la poseía, en la .cual se veía fantnsia para

· e¡ u e el ~-Úm o ~LY_~;lJ-1.D.~_i:g_~-z1.f_¡;;L~L~EI.!_{1_L A

l1l 11

!Lll9L!..~9.!CO..S,Q.!] ~-~!-~

es U:.Qn gu I a¡_J_cJ..Q.JL.Y.. .. ... R.!:.9.P.i.i.l?_Jl}[l1)9s. Sus asoci ;1cio nes a este compulsivo pensamiento no dejaron la menor ducl<,t qu e

~0 Q'1;1re,_e _q_u_ie n__se. ''f.e.r ia.J.n~:aúa. n~nJ~.. -~.9!11.Q_..n1a..!'S'l...Sll..P.fQpi;i_ .«.QflJJQ>>., __ IJ .ycerdo» .Y.. .u.na .. «111_ier~_la».

1 ble

U)J._

Ll

Las manos contraídas de Karen rne liicieron de nuevo rec9rdar que su ¿tk!-.,g@_S!,táne? había aparecido en sus manos La visión de los dedos ele Karen crispados como en un espasmo empezaban a ser para mí la: VÍ\'él imagen de ver las mismas contracciones espasmódicas varios años más tarde, cuando tenfa en análisis a dos pacientes, los cuales sufrían de tetania. {¿Sería una coincidencia que ambos tuvieran una madre psicótica?) Observé un ataque de tetania · durante una sesión de uno de estos pacientes en el momento en que estaba hablando de su extrema dependencia hacia su mujer. Enfrentada con el espectáculo de __ _estJJ "JJJ.Jli f ta_ci ón fisLc.a tªD.. Le dije que en ese preciso instante era agarrar el pecho de su madre con sus manos, pero que ni siquiera se permitía pensarlo, porque temía, al mismo tiempo, estrangular, daiiar y destrozar a la aóorada. y frustrante madre-pecho, y, de

c!es..e_~1!.~.º-~-~u

P~¿_:~~P~.f.Í_0_1)s;i~¡__.J~
la(@iii~)'ude

su~!JJ~2ecLíc".l'.ad2s._sentia

Í'!..L"ll'!'.'i<>2..D.ec~~j9.'!d Q,_~,éc~LJJ~dJIJJ~. P.~!_l_Q~a.

~.s

~Y-2~~9

~1'1W!i[W\IQ.J/QLe;¡gs.A2s.so.n

hecho, tr.a.<Ji,1ori.Qs .dese_Q;. Conforme iba hablando, sus músculos tetanizados poco a poco empezaron a relajarse. Comprendí que, en realidad, fue Karen Ja primera qüe me ayudó a imaginar y comprender el combate expresado en esta ¡escena psicosomática. Lo que ella me había en-' señado continuó elaborándose en mi mente posteriormente. Por supuesto, la exactitud de ial interpretación se presta a discusiones y es, además, bastante dudosa. Todo lo que se podía asegurar era que se había convenido en ... __

primari~

~l.@Q_t_~ill..9.~-.t.!.E!..~ ~~<:;.~f!.ª .§_~~l!!:ll -~-~~~~~~-ª..J'.'.._CJ.µ~-~91!19..t.
~ ie@J•~gl:!1.!SJll•JLJle!!SJJ.~"-"2!?,1s.n>Q1ifQ. "l.le~ lll'-J_ep s.,.v.idLde. Jen<~sía· ,j~!~Qstra_b_a

Esto fue importante, ya que

g~~lL.!;.flQ.fü:j_qi-!_Q_J?fü::.
es cuando nos vemos impulsados a fantasear para nuestros zandos y cuando, a veces, recordarnos con gratitud a nuestros antiguos pacientes. Auni:1ue yo había aprendido una lección importnnce sobre las fantasías primarías cleJ salto ele Karen, en el segundo ar1o de anülisis era,'' .,entonces, . «OÍr» fo ni1i> " ' -' -· ' 'l'Xnr,~" · 1 - ·



i.!]5~..Qs:_ ·

'""'"--~

2

:tEFLEXlONES SOBRE EL PRO CESO PSICOA NAlÍTICO REFLEX1ü0ES SOURE E L PlWCESO PSICOANALÍTICO

38 dentro de ella estaba busca ndo un ainor fusiona\'" al misino ticm...... -.---· ·· ........ ...... ········-··-· ···· ···-·· ·· ·-· ······· · · . .......... ·-···· ····· ········-····--- -· , po, . que. mente, había co ntribuido a la eclosión de su ccz.e.rna. La pregunta de qué era lo que 1.o provocaba sig,uió preocupándome, ve ro no encontré ninguna explicación teórica satisfactoria hasta aúo s mús tarde, cuando tuve otra sufcia de eczema. Hoy fü diría que confact.O. .. __ . __ rjos .~0111_(). p<1ra scr _~-l~.~()r.<:ido~ .P.~íq':!i~~\!~\f,'~t:.t~..Y .q\I~ ....?.~ ..S:t.1~_Q!), por .. a _<;_le u11ª-.~:.~Rill.\..Ql1. ..E~.i Ql9_g,j_s:~. El an51ísjs de Karen me capacitó, posteriormente, para comprender y ela borar la fantasía de una relación arcaica parental contenida dentro del «pecho" materno. Mi estudio so bre investigaci ones psicosomáticas me ayudó más tarde a· daborar, de sde un punto ele vista ana lítico, muchas de mis obscrv<1ciones ' (ver capítulo Vll). Logré un conocimiento sobre el modo e n que la mente, privada de su saber consciente sobre lo que le está sucediendo a su cuerpo instintivo y cargado de afectos, puede ex-

lkn51l9o~t2,~ .ll..Q_~0,~.!.2.i.~ -_c.-~[>L
.

39

.

podían aplicarse a Kati . Un dfa , conforme escu chaba el rnodo -.inccro y afectuoso en que Karen expresaba su car ii1 o por su hcrm;ina y su f'arnilia, de pron1q,:.~~~i_<::.~l!Drn tl~_ _qt!e.J~~ -yj_~)A. l::Qrn.9 _ nwjci_E!~ K~~L~~~-~L!:1.~~-1~_2__!j_~!.12l~-'--"'.'l~.~1~_c_i'.! ~L<1___pQ1:__ r~,l1~1.! _.f.Qrn.o WJJropia sexualidad l femin ici:td. Anoté al respecto: <L~_::i...!.~e:..1!.!P ?.. i 1~,~1.~__u r!.i t~?__<1..!'~.ª c:e 1: .~1 ~o de .e:l..la ? --~~1.r.i.~JL!_('! __s._§_l o f t!fU1_~_1.1J51J].!_t?.l.~~:~.f.
· iÍD

indud~iblc

pacient~uue ta<~ién .!:.~~.E. ~~~·º 2.~J~'.~~~.!. l c_9.!.1,Yf2.'.'. . n~-~1j~ ~J1a\?ͪ d~_~Q.~rt<~_?_t:.~~- -e..1.!~s..e. ~ ~.!i~~~i.~:-~.?.S..~.~.'!!~.?.i!:\_q?._.~:i,~l<:.!~Q?_.Y ~g_1~t_E.'i.sl.L~~1t~~1t~l,..)1a.Q.0_!~.12!9_2. 9.':1.~.-l1..~.1}~1~~--\l~\ª .resput:~ta adeS:Y
poner al cuerpo ;\ una ex plosión

.

p.i_c_rg_~n.

Aunque gracias al análisis de Karen fui capaz de utilizar estos conocimi.e ntos para comprender que \ª-.!.ucl1_~..E!:~1étiC
~~¡~ ~ ~(\L:l~~ ~ t¿~*;~~;-~~f~~Y;~-~~-~-~·;~;~-r:;-~~l~~-;~;;~·~r~.~i?~.~.•~~-~g~~;

som~11ica.

~-~í -~~_p~t.t:~~···'-~~:G.ii~-g~}~§a.0.~:ªii::~-~-j-~~~P.~~:PJiú).~.i~Ú!i~(.c:!~~g¿!_Llr a ..

\

l

Un sexo para dos

bajo con Karen parecía haberse estancado. Hicimos un pequ eño adelanto cuando pudimos analizar la fantasía de que sólo Kati encarnaba los aspectos más amo(osos· y amados de su madre. Es te paso nos !levó a la recon strucción la creencia infantil de Karen de que no estaba a sa lvo en los brazos de su madre, mi e ntras que ~u hermana sí lo estaba. Explorando en mi propia fantasía y usando los síntomas de Karen para guiarme, logré ir más allá en mis suposiciones. Sus problemas cutáneos, sus vivencias ocasionales de despersonalización en la calle y otros síntomas esclarecieron la imagen imprecisa y arcaica .que Karen te nía de su cuerpo. Su y o (lí.IJ_:.:cía _i_L!!9.. ~9Jq _ e,ri .9.L~?CLt.1_~9!1.. ~IC: . ~.1:I s~x ua.lida~ 1.. ~ Í_'.1(~ . t.:~!11bi~r.1 __ª-~ l?s lí rr~i tes (~~-~~--~?._g~-~~!.lil_..C:_2_12Q~-~ l.

de

El análisis de Kare n también me proporcionó mis primeros co- \ nocimie nt os sobre. el_~g!:\_~!ic..~9.9._I?_~g~~. i.~9.2-Q_~,_\g~ ..cl_l:'.§_e_osJ...~-°-~1_f.ILc- ·. .(;?_, que e ran el resultado de mi errónea creencia de ; que la hermana gemela de Karen debía ser también homosexual. ~ Cuando Kari:.D.. pgr \ap_érdida de sus amantes y h_a- t biaba de su creciente ge_'.f'tla», aiiorada constantemenle, yo creia que a quien ella buscaba era a su herman a gemela. Aun que hasta cierto punto era . verdad que ansiaba encontrar una idealizada y e n cierto modo imagen especular de sí misma, este no era el papel otorgado a su her- t< mana gemela en el mundo interno de Karen . Un día le hice obser- f va r a.__ (\!_Í . En tonces que .su her- {. U mana estaba casada, era muy feliz y tenía dos hl)OS, volv1endo a l n cuerpo para dos repetirme cuánto quería a esta familia . En resumen, Kati represen- \. . taba en ta mente de su hermana ta imagen de una muja feliz y 1 1-bcia e l final de nue t ~----,---- ,·:--··----«realizada». La idea de Karen sobre. la familia ele Ka ti y los mo- t·.n o c?noce los límites des ;o ano ele «Karen mentas felices qu e pasaba con ellos eran, en efecto. una especie de 00 t>ene». Esta idea me mente o su cuerpo. Nada los 11 ·oasis .en mcclio del desierto de sus snfrimie ntos y soiedatL Espe<é f aeego a su hem) . po•coono un mayor conocimiento de su . en vano que apareciera al gún ind icio de su ambinlencia, su odio de Fundamentalmente, en la fon. 1·1a l 1es trucuva. . l'·e.ro \ a exces. .iva 'd ca ¡·1z.ac1on , ,mw·t n'l!" I 1 d. . .1 .. . , ei e 1as el ernas r., , ,ios •1 sus conílíctos 1,1 en sus rehct·)t'ec . un . cueroo =.i-:--1"'t-·_, _fü_¡_·_Qs. Le, ntamenl e ' su e nv1c . . . . . . . - -.... ,, 1• ·'!' '1 .... '· ' .. 0 • . ' ' ' -' con w. dcnrns se hicie-

_tq~ J19i:r:i()~<:;J<:.~.~l

n;~-

.S.~_l~~~ntab;1

~.9~ón_Q_t;._9~~r1u_1.1~-ª-~co11!I.-ªLÍ-ª-5.!!-~~;J)- ~

Í

t

_g~!_S.~-~i..E..9_!11.!2!2.C..i.2~.~-~-íl. - l~

;~jo

~egunclo

;,~sexo.' s~ "~nso y l~1 <1sía Kare-;;--~Ólo· · ¡~-aG~'.~!.~ l~!ª: ~ ~e ¡'

~!.!.~.!l.?.i~/.-111oté:

\

*

40

REFLEXIONES SOBRE EL PIWCESO PSICOANALÍTICO

REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

ti l

seLl.Í.Y en c ~1 dg_y_y_~_Ü?.ªJi.?_a._qg_~~J~L~Q. ':!.i<:?.LQ!l..!fü.1.f.b.Q..~__ fi! IJ) l}iQ.s , tan t:<-! en los aspectos de su vida profesional como personal.

te que el cuerpo se había \'isto forzado a encontrar sus propias soluciones.

A pesar ele la aparente sencillez de esL1 interpretación, se necesitaron muchos meses de enorme esfuerzo por mi parte y una considerable elaboración personal, así como un trabajo elaborativo, para integrar en mi pensamiento todo lo que el análisis de Karen

:~~~ b~~l~~~-~~~~-r~-~;;_r.~1-~~~s.~~~-i~~ª~S.. i~1~~~.~t;;;;.'._\.~~á;~~l~~~~::: 1:~. *¡ 1

·~~~t!~t.~~¿~~~ii;~~~WI%};-~·~;~¡;-!.~¿~~~~~~~~u.ª:~~=~~i:K~=-:.ii~ü:_-~~

.1

contención a conflictos psíq~ic~.s.-~E~-~. &~~~-'~s. L~dea d~ no poseer ~·ealmente su propio cuerp9J_~~l~~_?_Q._l_~..Q~.~-&~J~!~ ..9..~--~.9..ll.!~11_l!_erte­ nece es!~ cuerpo, tuvo que esperar has.ta mucho _s!_~-~?.1!~~~_1-~_"!lar- . cb_~-~~-i.5~E~~~E~-~~J'..9..-~~!l?~.~~.Eé!_~_
En cuanto a Karen, se hizo patente cjue cada mujer .l~Q.1::._9.'::!L~n ¡¡ "\.~~OJ~ s~. inJ~r~?.ªQq _ ~rn •.ª.!.r.r!\?.1)1g__ .tj_t':1.np2,__~~1....!!!.adre'-Con relación a los aspectos amados e idealizados de su madre interna, Karen se ena- 1 moraba y deseaba madres sustitutas c.on la fa_ntasía reprimida _sle f · q~.así p_gdría l.\:C\!IJ~.rn.UQ.Q.QJ.9. ...9.~~--!~9.,bí:i.\?.í..~.J20d iqg_9 bt~ner...de , SJLl}EQI~_._c:g_mg_r..nu jer. Y respecto a los ª~-P.-~CtQL.QSJ.iados ...Q.~- ~u ~nad:e interna, cada nueva compañera se convertía en un enemigo r que había que destruir, así corno en una amenaza para su senti- i miento de identidad individual debido.a su miedo y anhelo de un.a lt fusión total con la otra mujer. Estos factores psíquicos contribuyeron a la ruptura de caq2-!~!.<;1_c:iQ.11. Puesto 9ue en el mundo interno ¡ de Karen suq:~ct~~)era v1v,1do como_ ~111 objeto aus:nte y desvalon- ¡ zado, no podia hallar en el protecc1on ante el peligro de una rela- t ción demasiado íntima cmi su madre. Sus an tigu as añoranzas in- f fantiles hacia su madre, así como la fantasía pi·oyectada de que f ésta quería tragársela, librándose así de ella y quedá ndose sólo con ! Ka ti , .!!2-~~QE!~.!!~. . .bar r~.E~.l..~.~!!_q~.i.!.1.~~?.Q
En contraste con estos probkmas, no encontré graneles dificultades para comprender el significado inconsciente del .rniedQ...ile · KQ_ren al escenario, y quizá debido a esta comprensión, sus inhibiciones profesionales fueron los primeros problemas en resolverse. La elaboración de este aspec~o de la estructura psíquica de Karen y su inconsciente vida de fa1Hasía siguió los ~~mi_~_J:Q~Q?__Qg_r los ---·.que . -· . ... . -.discurren . . . . . .... . . -... . ·. ~·-· · ""'··los ~ · ·· . ...síntomas .,... .-·--·· -.. . .. .. ..neuróticos . .·-·-·---:-.::::..__J_________________ " liis inhibiciones. _ A rra. vé·s de sus suei1os, ensoñaciones, recuerdos y asociaciones, Karen brindó a nuestro trabajo todos los elementos necesarios que nos - \ . . permitieron ver, en primer lugar, su !. ~_1To! 9e se!.:_E.
El siguiente acto ele! drama interno de Karen nos llevó a la siguiente escena : «El público verá que todo lo que yo he representado es un montón de excrementos. Más aún, descubrirá que yo misma no soy más que eso». En sus primeras ses iones a menudo había dicho cuando hablaba de sí ri1isma como ente físico: «Soy: un rnontón de mierda». Fuimos capaces de dar vida y revalorizar estos guiones de los amores pregenitales olvidados, fundados en las teo-· rías sex uales infantiles en las que .. .. .. Y amado se confunden con las heces como arma letal. Reparar los la acti0daCi-proieSionalsu-blirnada de Karen y sus raíces pulsionales se hizo fácilmente y con buenos resultndos. Karen pronto llegó a comprender que había proyectado sobre el público sus objetos castrad()res y persecutorios que poblaban su universo psíguicO interno . Tras su miedo a parecer riclícula, sin sexualidad y desvalori za dci yacía un deseo infantil y arcaico de asfixiar a todo el mundo con sus amores y producciones infanti les. El cuidadoso análisis de todo es te material, hasta entonces inco nsci en te , QQ t r a ng,gili~.Q.._c)s¿!J Q~f.9..:.iU5:.~!.!::~..!L.~l;i_r_~_.r;,.Lp.~Jj_g1:g_ g. L! e e_nc~U!Q
t

l

Hoy vería en . este drama interno muchas otras ramificaciones f subyacentes; por ej~mpIO.-i~-·~ci~cTón f.Q.Qi~é!_d~__!~E.E.~!.?. . E9}.~. ~.!_!.1.~~-~- . _do físico. La fantasía de t¿na mad_~~_Q.m1}j~~e;_nte dio lugar a mo·r·· mentas de t~rrór casi r.sicóticos. Sus al~:r.gias _9:1_t_ánea§ eran proba· .· bl,em_ente una f~r11~.~.12rotecció.!lJ2.ci.ml.ti.~.ª·--·Y-..QL~YS'.LQªLc;:9n_!rnJa .· perdida de los hm1tes de su cuerpo, así como una resnuesta a sus : . ------..-----~-... - ............................... ··~·- ....~- -· ····-~······"'"'"""" ~·····"·""'. ..-.~-~.......r:..... •..._,.~........... ~ .-· ... -1n t e!_l~le~2.L9SJ'~~l9.!~.-\.9_1_:¡_J~1j!.:r:i.~1.g_~ILD.~ª-t<;.!:D.':l.•<.!.~~.?i~iL~L~LP.!.1 ~ª· ·· · · · ·"· :_. ·' "''"" 1""'"' inlPrn;i. de suer·lf

vfñc~--;ñ~JCSe;)tre

s~!!_ecló

!-ª-~J.l~-c~I'-E.Sl ':1~2....!~.&!.0...~ ~~li_osC?

cerc¿!_Q_~Jl!2'.~D.l?.J:!.!1·

... ,,,

,

1-\
1 flkHI\

i\~:t\ 1k

1/

42

~\-~-~~-:

Esta representación, que me conmo,·ió casi hasta las lágrimas por su belleza y talento, duró tod:1 la sesión. Tuve que sacarla de tal estado. Sólo intercambiarnos en aquel momento una pala- ¡ bra. Cuando se marchó Karen dijo «gracias», y yo repliqué, a mi \ vez, (>. Algunos meses más tarde Karen me envió dos en-\ tradas para una representación en la que ella tenía el papel princi-\ pal, su primera aparición en público después de cuatro años. movimiento estático que hizó posible el desbloqueo __ estátÍCO S_ll si\io , aunque ¡ todavla tüv1mos que tra~-~~~1c~~s-~~!'.~i\11i~nt.2_S su_?f¡ tiv_9s .... · \

ex

lioícfiñaréle_s.Üs.~i~~\)'~::.~0~~~~-en

Etl -~c_:l ~_s_t_~~ol


1

i

La experiencia estática y ex estática del analista

Rememorando mi elaboración ment al de to do _lo qüe sucedió: en e\ análisis de Karen, creo que sabía, sin saberlo, muchas cosa1' que podría conceptualizar hoy día . Los cambios psíguiS2.§ que se¡ produjeron -el cese de \os síntomas psicosomáticos, \a recupera·' ción de sus aptitudes artísticas y profesionales y la capacidad para establecer relaciones más estables y más amorosas-- p1l9e obser{ v2_r\os pero fui concebir teórica _pjlra Me era difícil formular todo lo ·que habí\ aprendido acerca de la ho mosex ual idad femenina . El hecho de qu\1 tuviera otras dos mujeres homosexuales en tratamiento, casi porl¡ misma época, enriqueció algunas de mis co ncepciones básicas, pe. ro también confundió mis ideas , ya que las tres -cada una con s( estructura de person al idad única- habían llegado al análisis diferentesj_o._QI\as de sufrimiento. Po r ejemplo, la paciente a yo llamé \Qliy~(McDougall, 1964), aunque tenía un conjunto « dramas edípicos internos muy similares a los de Karen, .. Esta di(¡ cultad. pudo haber contribuido al hecho de que mientras Kan: necesitaba mantener su identidad homosexual, Olivia se casó y 1\

co_n._s;.¡_tex_Q_li~,ar}QS. !.s.~ón,

i~~~

un~~~

p~ quie~

que~1frenta_I;;~<2..~-!!:1.2E1.~-~1~~!.9~ .P~(qt~_iE<:"JS _ t~1:~~-~EE!ci.Qres.

n_Q_J~J

vo niños. 1 D e las muchas preguntas que ronclaban por mi mente, algun; de ellas me llevaron a descu brir que era un tanto reaciapar·a \le¡j a nuevas concepciones ana líticas. Ha y un s.~ntirnit-n!_2 de transl\!l· acto_de deS!!{ . al~?-~!2-9.~ había_s..L~g_g~-~l_~~?· De no haber sido invitadif. colaborar en un libro sobre sex ualidad femenina, hubiera · de jar que mis investigaciones teóricas descansaran tranquilame'

~~~~ad~~?

, en .mi

~~~~..Q.~~.J...9uizj

pod~i

n~e~tc . .La emitmit1_.d,.~," e este p
"""

f' ntri>.

43

REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO PSICOANALÍTICO

como yo la conocía en mi prúctica clínica. documentada en cientos de notas ilegibles, pertenecientes a mis hipótesis libres flotantes, y el esfuerzo totalmente diferente ele intentar elaborar concepciones teóricas para su presentación ante un público psicoanalista se lec-. to. Más aún, la necesidad de integrar lo que aparecía como nuevo en mi mente dentro del cuerpo clásico de la metapsicología psicoanalí ti ca me proporcionó" un mayor conocimiento sobre el significado libidinal subyacente del aspecto padre-hijo en la investigación científica. Uno podría crear su propio hijo-prodigio o dejar est a actividad a los «padres espirituales». Este fragmento de trabajo analítico con Karen y su resultado "' en la publicación de un trabajo teórico ilustra los diferentes I!.L~e..!.e._s de trabajo psíquico que ti_~~-~'}L~!~ ..~.LE.!.!.~.h.~1~- Conectado con el deseo-de-comr;re·;1c:fei:-con reacciones afectivas -contriltransfe-

reñclf\ies=Yí1acie;~-éfo·-~y-ñ~-o -~~Ü.-s~-~J?~i.lfü~_~ef~----~;il};_~~:ii.~fri_i-i11-

ternos -el del analista y el d~l analiz~nd.. qll~Jp.~Jªnt.í:\~Í<~S., 1~1J~.L~_\[o­ ra ~ significa 0os, sí m ~2.~..C?~ ..Y...~l?.!!.f!.i.~.tg_?. .9.~Lª-~!:!.!.i?:~!l}~~.9..U.t;_gA~--ªJ.9 r ma~ parle del rnundo incerng__ _c.l_~L'.1.~-ªJJ§.!~L A este intercambio se añade el esfuerzo consciente de hacer {ra ó~ñ1is"íSTe -to-d§' .F?:::·:ci~~~--~.1 '.1.1'.~.!.i~Ta''h~:e:i1.-te;1:z1 i Ciü'"de 'Ta--reaTI a¡\_(¡ ~!.9-1:1.!Ea.....~!~Le.~lente. Estos conocimientos y sus correspondi ~ nte s interpretaciones !legan_j~.J:l.!Llr.lºc!2_imP.!..~Xi~.i~!e. C_Q!!.Q.f.~m.º9L1_nu­ c~~-~cto~~J~~--!~-~-~..r.~.s. . i_~!~-~!1-retaciones. Sin embargo, este callado trabajo _elaborativo está siempre progresando. La interpretación, cuando finalmente surge, a veces para sorpresa del analis ta y del analizando, suele tener efectos de largo alcance. De este modo!.~¡ _?naU~~ª-- ~¡<':'Y_lJ._~lve al paciente las representaciones , afectos y fantasías que han supuesto 1m1chas Se!:!].an.~1.?.___g_~-~9.-~.~-~~1_1~_i_<;_a.~!9Q~_S._- - · .. -

...

--

1

-

'



44

~

l

REFLEXIONES

SOBÍ~E EL PROCESO PSICOANALÍTIC(f

só.lo en forma de activi~!~~~-.i_~:_t.<:_~J?.!:1:_~~~~ª· La tensió.n que nos! utiliza de esta forma tiene que encontrar expresión fuera de la relai ción analít~~ a1qs..Ecie11t~}se l~ invita a «decirlo tocio y no hacej nada», el~~~11 puede «hacer» ni puede «decir todo» lo que s\ le ocurra. I:.!~~.!:.~~?1~.e deman~~~-~te_s!~J-~~~alj_~~-~~~~ PªE3l gl~e -~l a~~~~-~-.-~E.pdü_D_~-~~-22.~i~.i~Sn: constantemente s~ pro!; ducen mutaciones de tipo heterosexual, homosexual, agres1vast .narcisistas, siendo tarea del analista contenerlas y elaborarlas tat profundamente corno sea posible, en términos de significado iw consciente, para que el proceso analítico pueda continuar. Cual1, quier otra respuesta tendería a detener ulteriores avances. A esta forma de restricción; implícita en la práctica del psicoa se le a1íadc una frustración adicional, que también pued! llevar al analista a reflexiones teóricas, especialmente al deseo_~! satisfecho de saber lllás, de profundizar n1ús en el teatro interno dt. cTéñ'i'e.· En cada-anúlisis los descubrimientos revelan aúrl. otros misterios que permanecerán, para siempre, fuera de nuestr~ alca rice. A pesar de nuestro ávido deseo de descubrir, de entende1Í y de comunicar lo que hemos comprendido, siempre seguiremQ\1 ignorantes no sólo de todo lo que aún 1\0 se ha dicho, sino tambiér~ de gran parte de lo que realmente ha ,ocurrido en los cambios psí1 quicos forjados en la aventura psicoanalítica. Est'a continuada laf_ bor mental de elaboración psíquica por parte deL analista y anali}: zando -esta potencial exploración sin fin del espacio que separ~ dos realidades psíquicas individuales, dos teatros internos, igualv mente complejos, igualmente imprecisos- es lo que da a la aven,, tura psicoanaUtica su renovada dimensión. . Estos mundos psíquicos, quizá para siempre incognoscibles e 1 su totalidad, siguen siendo creativos para el analista y analizand1 mucho tiempo después de que se hayan separado . . , Esperamos que este capítulo haya transmitido algo de los prot cesos de elaboración y perlaboración que impulsan al analista J crear nuevas teorías, las cuales, a su vez, hacen más profundos suf, coi;iocirnientos clínicos.

II

. ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

n~lisis,

cadapa.

"

¡·

¡, ~

f,

El repertorio clásico: el Teatro de lo Prohibido .

'

Los síntomas fóbicos, histéricos y obsesivos están todos ellos cread.o s por el yo. Sin embargo, este yo no es sólo un yo, sino '/arios. · 1 La estructura así coinpuesta llamada yo no puede llegar a esos intentos de autocuración que llamamos síntomas más que a costa de un considerable esfuerzo creativo, en el que las renunc iacio nes , la ansiedad y el sufrimiento, todos ellos, desempeñan un pape l. Estas obras maestras del .teatro interno, creadas por el yo infan til con los medios psíquicos primarios a su alcance, tienden a tomar forma durante la adolescencia y así a presentarse ante el yo adulto como hechos ineludibles de la vida, irilpuestos por una fuerza externa de origen desconocido. Las palabras fatídicas y los episodios aterradores que el ni11o del pasado interpretó -unas veces correctamente y otras ele manera errónea- como terribles avisos han desaparecido de la memoria consciente del adulto, pero al hacerlo se han llevado con ellos fantasías, sueüos y deseos entremezclados de magia y misterio, ligados a sentimientos ele amor y a sensaciones de excitación erótica que cada niño vive. El objetivo de es tos curiosos compromisos psíquicos conseguidos por el niño peque,ño es doble: cumplir con las prohibiciones del mundo adulto que intentan restringir la indomable expresión sexual y al mismo tiempo salvaguardar las . metas posesivas e incestuosas del amor de la infancia. Los adultos que borraron largos años atrás de la memoria consciente las portentosas decisiones infantiles , muestran a ho ra al ., , • . , 1 : , .4 ,..

.. (1 (J (.-- (, - (, - (. (' ' (. ·'--· _____ _,, ___

46

__,_,, ___ _

ESCE'AS DE LA VIDA

''-1

PSÍOUI~

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

pecie de estenografía psíquica, bajo la forma de un síntoml La creación de un síntoma es a la vez UL)\orosa e incon1pre111\. ble para el pa_cicnte. Aunque el paciente que inicia un anúlisis eslr convencido de que el psicoanalista conoce ya de antemano la re puesta al. enigma de sus sufrimientos , en realidad la distancia q1: hay entre los orígeoes desconocidos e.je estos dramas perdidos Y!' forma final es un espacio de tiempo que abarca numerosos a1iJ. Una multitud de incidentes olvidados y de sueños abandonados , alterado la perspectiva y borrado las pistas de la creación delco \ promiso original. Y, sin emb argo, los dramaturgos de estas ob : originales admiten, generalmente, que son responsables de ella i que el secreto de significado permanece oculto dentro de sí ru i mos, aun cuando intente n culpabilizar a otros de sus sufrimiento! pidan t1l analista que abra Ja puerta de la cual sólo ellos poseen 0

ri

su

llave.

El drama fóbico y fetichista

Para ilustrar la naturaleza elíptica de estos dramas he esca¡ '¡ dos ejemplos dentro de lo que podríá considerarse .el reperttI" «clásico» del escenario psicoanalítico: uno, un dr~ma ~eu~ótic1~ otro, uno perverso . Son comparables en su func1on ps1qu1ca, a: que los síhton\as exte rno s sean diferentes . En ambos casos los<~ lizandos habían inten tado dejar una parte de su vida sexual li~ de conflictos debido a una o rganización edípica complicada una imagen matern a interna abrumadora. Cada uno de ello1 encontrado «SOiucio nes» totalmente diferentes, pero a ambrnt

s ~~() \Lf~ A

-

ha dejado igualmente co nfusos. .----~~ . . . La <2.._enqra ~)habla de su cita de ayer con el peluquero, hecho que la llena de inquietud dado el recorrido en coche qui;_ tiene más remedio q ue h ace r . D esde que era adolescente el la calle provoca en ell a un a angu!;tia intensa. Durante Jos mos años su marido de se m peña, mejor o peor, el papel. de oo~ contrafóbico, ya que su prese ncia calma sus miedos. Se las arrf también asegurándose sutilmente la ayuda de su madre o de •· ' _na amiga. Cuando quie re ir a la peluquería por lo general lo o..,. gue utilizando oscuros pretextos, persuadiendo a alguna amiga la acompañe, y así ele paso la peinan también a ella. Pero sill: que ir sola se siente compelida a aparcar el coche a unos dosif' tos metros del salón de belleza, de tal modo que pueda verlod la ventana. Además, debe llevar un bolso de bandolera cor

sat

-'

·--- ~ -~·•• ,.. ... ~ I"'

,,, ("\

11'"''~'c

nrir

tl ~lr'..-i<::rl 'intifiL"

-n

cundo pára aparcarlo, pero la calle estaba completamente vacía. No había allí ni11gú11 amigo dotado de las cualidades protectoras que pudiera ayudarla en esta :;ituación catastrófica. Muy decidida salió sola del coche, pero, de repente, en mitad de la calle se sintió presa de pánico. El corazón le empezó a latir con fuerza. Miró a su alrededor y, no viendo a nadie, salió disparada hacia su automóvil; saltó dentro y corrió a·· toda velocidad hacia su casa. ¿Qué es lo que aquí está pasando? ¿De qué trata esta obra? Desde el punto de vista del espectador toda la escena recuerda a. una película policiaca; pero se han perdido demasiados elementos para que comprendamos su sentido. En verdad, es una historia infantil compuesta hace muchos ai1os, cuando las fantasías que están detrás de ella se creían reales. El(5eí'f~)habiendo recordado durante la sesión un penoso ..;Q -------fracaso profesional, de repente vuelve a contar una escena imaginada. «Veo a la niña otra vez; lleva un impermeable. Hay algunas 1jersonas a su alrededor mirándola. Una mujer de más edad, que parece su madre, la hace arrodillarse. Bruscamente levanta el impermeable; la niña está desnuda. La mujer va a pegarla en el trasero con uh látigo ... >; De repente se para, diciendo que estas fantasías le traen loco. Quiere contármelas para que las pueda entender mejor, pero si sigue con la historia, teme eyacular. He aquí, una vez más, un drama extrai'iari1ente incoherente e incompleto. Los actores son imprecisos, sus actuaciones incomprensibles y e l efecto que este denso pequeño dr.ama tiene sobre su autor es algo desconcertante para un observado.r. Sin embargo, esta escena con pequeñas variaciones ha ocupado la mente de este . l10mbre durante treinta años. Se le apareció como una «revelación» por primera ve-; cuando tenía ocho años y su tremendo impacto físico y emocional le llenó de vergüenza e incredulidad. De nuevo es una historia imaginada por un niño y destinada a convertirse en un guión psí· quico que domina la mente del adulto. En este momento muy bien podríamos preguntarnos cuál eL@. NBJ(lr; i:.<:_lación ~)1tre una co~~gr_~_cj_Q.!!_J_Q_bic~_~)-~_..f~~icl~ist_ll__t._Y~.il~la (J;;;
-ra

r

;.l f"l

"~

,..,

~· .~ ~ L .

~

;

48

ES:C:ENAS DE LA VIDA PSÍQU!C'

que avanzan los análisis se hace patente que estas historias, imbui das ele L.i magia terrorífica de la infancia, lrnn sido i~n\i'.éif@~füiJiJl,, d~~~-<:itii·~_Ja··-c-orltlnu_idad .~:'..!..~leseg_~~ial, . evi t~ndo al_!_nisn1 t~e1~~Eº _'.?.! drástico temor a la c;;istpición, ~l_l:l_e no era sino .la inter . pr~t~~i~:!_inf~ntil de_l_~2!.:~.!!_~bici_~~..:?_~~en1"..!!E.s. Pero en este tex 1 to inmutable nada puede ser puesto en tela de juicio. Las cosas so~ como son y hace ya mucho tiempo que se silenció a los actores qu faltan y que hubieran podido dar alguna pista sobre el significad1• inconsciente de la trama. Cada paciente ha seguido interpretando. durante años, estas escenas condensadas y repetitivas, en un escel nario impreciso, ante un espectador anónimo. LlJI"\~\} U'1 La compul_sión de repetición de e:;tas escenas. S!:!.~.. ~.O.Q_l!IOtiv1 /);., l..' vtt\-.;'(i<'.'.,;:-d~~evelan T.i-ara-dO-jic~_;., ~Í~n~.~~'~JJ!:!:'2.e.o _y~1 las--fülic1ones fundamentales <;le\ _xQ, __ dado g ue demu es tran, . por s · iríex6rabilidad misma, la desesperada nece~idad de mantener, 1i

i ih..t-~{,~~)~I) preci8"~suej,eá~J sentirnient9 9e .identidad 0 1 ~¡,;;,

Jt)JQ. .M1 5 .• ..b 1 C.í!i

s

!

Í\ t) \". \ (_¡'~

del

y <2.:

.f:.,as _s;orisfrus

ci~!!._~_2~ntomáticas, como 1
I'

J;c__. (\. -:

0

L

. maciones, reflejan los dramas básicos que componen el repertori psíquico de cada sujeto y que son pane integrante de la economí\ narcisista y libidinal de cada persona. Como tales, son parte di[ .:?ist~ma de super::J~~ncia. p~~9.~~!~a , Sobrevivir en este contexto si¡' nifica que el mantenimiento tanto del propio sentido de autoes\~ ma como el ele la propia Cé~J2aciclad para querer a 12§_ demás y preol cu12~-~!:...I?._ü.I_~_llos, no se tambalea. A menudo, sólo podemos man . tener este delicado equilibrio al precio ele los síntomas. Por ello} nuestros analizandos, cuya sinlomatología provoca dolor mental · una restricción de su libertad para vivir y amar, luchan de un mod. implacable Rara mante/ler sus síntomas, incluso cuando piden ~ analista que elimine esas fuerzas obstaculizadoras de sus mund~I internos_ El teatro de la neurosis o, mejor dicho, la .12.~..!..<; neurótica.~: repertorio del yp, se i1:!S~<;..?n la crisis edípica.l....~2!...9I.amil..J!9.2l con una trama tanto homosexual como heterosexual. Cada niño en s~"'-¡jI:~exualidad psíquica, desea ardil':ntement~ Í~--total posesiól;· de los padres para él sólo. El deseo de ser ague! gue tiene nuestr • mismo sexo y poseer al otro ·se complementa con igual intensidá ' con el deseo de ser el del sexo opuesto y poseer al del mismo sexo Este car;ícter po~~sivo ~el_!~.0.2 busca alcanzar los poderes ~e . gio~ de ambos miembros de la pareja paren_t~I. En los dramas incoml cientes de cada uno estas personas especialmente queridas y deset '.· das están represe ntadas simbólicamente por su sexo . , .91 el falo -'-Corno di sti nto del pene en lo que tiene de símbolr .

cl~ _ u'!~d'.1cl y fer:ili dacl ~ue.pert1~nec1e ~1"'.rn~b1 os _ ::~~S_): ~~s·-·l-~~:~- ·, 1

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

49

9os su lugar y~y identidad genérica. ~i, por el contrario, el per~~~-e desliga de su significado simbó!ic_o, püeden sur~~1rn amJ~_os -~e­ xos numeros::is esccuas dramáticas. El pene paterno, un objeto codiciado e idealizado por todo niiio, desempei1a un papel diferente, que depende no sólo del sexo anatómico de cada analizando, sino también de hasta qué punto se ha convertido o no en el sím. bolo de la compleción séxual. Este significa-nte fundan~~n-ii~i-(I=a­ can, 1966ftam5Téndete~-;.;¡1~a el modo en el que los genitales femeninos están representados en el inconsciente.

~~--~:~ZJ.12ª~ al_~? .~er visible,J?..l :rntea problemas pil.i:.~.;_~!~?-?__~e­ x~s. M1en rras-que-su-represen tac1on-n0~ce-eE_~l~_2!:!~~1 nac10_1~_ de su significación fálica _:_es decir, que el pene es un órgano genital que requiere ui:i genital femenino para completarlo y darle su significación sexüal y viceversa-, no sólo corre el ries_go ele convertirse en. una · ·r~I~.fenJicio~-aislig_a_-?-;;-i110.. ta!TiGTél1. e';;'~~;1;-;~ 1~.re~~!:!·t-aª~:1 sin límites y ~ote1~ci<.!._lrne~~!.~.&!:..()_sa.-.cofücf-e·iúidifrr iiú.rifrcisa · y no visible, rep1~~t:.'.i!.!ªf@_n sexual puede, de ahor.~'leff 'adelfü1te, desplazarsé'de-for~~a interminableSobre'clúirquier"e·spació ü- objeto externos imaginal)les:-¡·¡_;1fiéTe:r esti·echos, ventiii1as abiercas, catres desiertas, agua proft1nuú ,- iierra, aire, alturas o l)rofundidades. ¡La elección, como la representación, es ilimitada! Cuando no hay una trama psíquica capaz de unir los dos sexos( en un acto ele amor, en el cual cada sexo se convierte en la··-¡:jzón de existir del otro, entonces el «pene autónomo» corre el rie~º- d.e _. Eer, en el repertorio psíquico, u-;:;··c:;GTeú)' Cji:1e desgarra i:JJ~-~.~~
esta

l)Prv¡:--.r<:iA.n

l='I

nh;~tn

L'd"\;,...n

1,,,..,,),. '"' ,.,,,.,.,... ,,,_,

.- .. t, ...

., 50

ESCEN;\S DE LA VIDA PSÍQUICA

ESCENAS DE LA VIDAi PSÍQUICA

5 L'

en~unciona­

mos, un objeto que provoca n"iiedo y !error y pone miento acciones muy poderosas para evitarlo. Por el contrario, el fctict1e -que tan;bién puede ser un ILig.ar o una situación- es un objeto de adoración y suscita una intensa actividad e n su búsqueda . EnJJ...!!:!.'larnie1i~9 psicoanalíti~o ~e necesita algún tiempo ~:11~1

1

~~{a~;~ t~~~~;?fó~:;: ~~~ t~f~1f.Js~~~~~~~.~-~~~~~8ke,i~~a~li~~ ¡ rencias, o_?servan a sus objetos con igual intensidad. L9s actores de . los dram as fóbicos, .inevitablemente, llegan a descubrir que están fascina~foij~sei~~d~or su~.§~1et6's de_!:!~~.~()_r; ' los fetichistas aprenden qÜe s.1!.E..5l~~ri~~s objetos_)'. ~~c~ na s.t desinvestidos , de Sll eoder erótico cuando ya han cumplido ~~!~1e~-~-~~!!-~}~..~e .asco y horr..9!:· Por tanto, la a1nbivale0ci~_de_!_x9 respecto a sus objetos importantes se va esclareciendo a medida qu<~ los analizandos van descubriendo, gradualmente, las razones de sus creaciones psíquicas. La ( ambivalencia de . t.a les creaciones refleja los s~~iento~e amO_!J · odio ligados a los objetos parentales originales. Su inte1'p retación de-las exhortaciones, prohibiciones e i11coh é~e ncia s de los padres han provocado en ellos U_!!.._C._9nf~_icto ...L~~jo lor__~~~~a l .~e les c~.:1· dujo a la creación de los síntomas fetichistas, fóbico s y demás, a·fin de prote1iér;; -a~r;e"tü;;~nsúJ.~U.o...'lsst~dós-e~~ücionales y dolo· 1 rosos. S...!~~~~!2...2.~l9s~~~..,n01rútico~~g_t_:stia s,;.. ~e,~E)a· za sobre una nueva situac_0n u (~_to, y en el caso de lacQesv1aCl7ii1,

~iIT@L!~.2l!~-~~~~E2:'..?.5:~ .~]gt,J_5-~!.~1-~<:~~-s_e!~~~~~..:;~~~-~~.x ual, y de esle modo I~ ª!1gustia~J_IJ!.!_1sf~..!l..!ili!S:er erótico. Cuando

los personajes internos comprometidos en estas piezas del teatro psí-' quico sumamente condensadas cobran de nuevo vida en Ja: situa· ción analítica, el poder de los objetos fóbicos o fetichistas dismi·, nuye. Los analizandos están, entonces , libres de utili zar de un mo· do diferente sus poderosas pulsiones libidinales y agresivas, las cuales estaban, en cierta rnedida, paralizadas por la sinlomatolo· gía. Tal cambio psíquico permite una redistribución de Ja invcsti-' dura pulsional, permiti endo no sólo una vida sexual más plena, sino también una actividad más creadora y unas relaciones más,. enriquecedoras.

Un drama obsesivo

¡ ['

Antes de hablar del acto final de e::>tas intrigantes obras dramál ticas. presentaré un tercer guión, tan cl;ísico como los dos que aca bo de comparar y contrasta r . También es ta obra psíquica cslí 1 rnn.;;trnirh rnn f' lenwntn <; f'rCltirn<; drs ·~)laz::idn.~. ne ro. en este caso.

el objeto de fas_cinación v de dolor 111~~~~2.-~Lp~s1~'-'!{~'.!t{o: .:::; decir, el drama ele la neurusis ub~esiva. . (Erncsci1"0Juna 1nujer de cuarenta aiios, había ido a Fruncía por motivos profesionales de. su marido. Pensaba que era e l hombre adecuado para ella, a pesar ele que él siempre había nwnifcstaclo que no quería tener hijos. Profundamente convencida de que ella sí los deseaba, había renunciado a su deseo para complacer a su compañero, aunque estabú totalmence ajena a esa parte de sí misma que, al igual que su marido, r:o quería hijos. Este perso naje ele! tea tro psíquico de Ernestina. que odiaba a los nii'ios, tenía dificultades para apa·r ccer sobre el escenario y -como mu chos otros de su 'mundo interno- pedía airadamente su derech o a la palabra. Pero el yo de Ernestina no podía permitirlo má s qu e bajo la forma de dudas obsesivas y actos cornpul sivos. A pesar de seis años de análisis. mi paciente seguía ·padeciendo unos síntomas torturnntes, tales como contar escalones una y otra vez, ser incapaz de salir de su casa y de la ele otros sin hab er hecho antes unas comp li cadas comprobaciones. Sin embargo, se permitió a sí misma un cierto éxito profesiorial y un placer sexual que antes no había conocido. La image n ideal de sí misma, para su yo, era la de una santa que trataba a todo el inundo con amor y generosidad. Al mismo tiempo, otro personaje profundamente negado, para gran sorpresa ele Ernest ina, lan zaba insultos, obscenidacks y cánticos de odio. Para combatir a este habitante indese ado de su teatro psíquico Ernestina recurría a actos mágicos, gestos, palabras rituales y números simbólicos, con la esperanza de ·conjurar a la Ernestina odiada e indómita. Esta es una sesión típica del análisis de Ernestina: E.: En su .sa la de espera estuve mirando esas preciosas flores . Esta afirmación va seguida de comentarios halagadores y afectuosos sobre el analista, y luego, sil encio . J. M.: ¿Puede usted saber qué es lo que le ha hecho callarse?

E.: Me da .. . vergí.ie'nza ... una idea absurda, quiz ás un poco ridícula ... ¡Bien! Se ine ha ocurrido que a lo mejor usted no podía tener hijos o que quizás era demnsiado mayor para tenerlos y por eso cu ltiv aba flores . ¡Ya ve por qué tuve qi.1e callarme! J. M .: Bueno, no del todo. ¿No me permite conocer a esa per:;o na en u~h' ri' 1111,.. 1;,,,,," ~''"~ ...... " .. "·- ' -· · '· · ·"

E.: Lo que elije puclo herirla y quió lo vuelva co ntra mí. J. M.: ¿Es posible que me esté adjudicando un pensamiento suyo? ¿Puede que tenga algo contra mí? E.: Sólo estaba pensando e n rni madre con sus tres hijos. Ernestina piensa, entonces, por em;~irna vez, en tocios.aquellos gestos y rituales que.tenía que usar en su infancia para prevenir el peligro o para curar a las personas. E.: Siempre tenía que estar protegiendo de la muerte a los miembros de mi familia. J. M.: ¿A quiénes?

,.

En mi mente hay una hipótesis flotante que aparece de vez en l cuando: de tos tres niños, Erncstina era la benjamina y nació mu· cho después que los dos mayores . Quizá se sien te responsa ble de ~ que no hubiera habido ninguno más después de ella . Dijo que l siempre se referían a ella como a la «pequeña». ¿Era esta una •. .si tuación muy apreciada? ¿No se había, en cierto sentido, desem· barazado de todos mis hijos durante la primera parte de la sesión? ~. ¿Qué decir de su deseo insatisfecho de tener hijos? ¿Sus rituales y1 conjuros no estarían quizá destinados a proteger a los ni11os de su ' deseo de eliminarles? E.: Oh, está bastante claro. Tenía que proteger a mis pa· , drcs y a mis hermanos mayores. [ J. M.: ¿La «pequeña»·) ¿Por qué ella tenía que hacer to· do eso? E.: Me sentía siempre tan sola ... ; cuando era todavía um niña dedicaba mi tiempo. libre
:le

1

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQLJ!CA

53

cicndo que sus sentimientos de odio son peligrosos, l1l) sólo porque la megalomanía infantil les invcs1ía de un poder absoluto, sino : también porque existía el riesgo de que matase todo lo que había en ella de cariñoso y protector. Esto último constituye, de hec ho, las cualidades genuinas de Ernestim. J. M.: En otras palabras, en realidad sus poderes mágicos agresivos no valen gran cosa. Nadie se muere. Incluso los bebés que tiró al suelo por deis veces ni siquiera se hirieron . E.: Tanta angustia para nada. Hasta casi tiene gracia, ¿no es verdad? (Se ríe.) ·. J. M.: La impote ncia de todos aquellos pensamientos 'm ágicos, el hecho de que no valgan nácla, quizá sea una bofetada, aún más dolorosl'i para la image n de usted misma. E.: Sí, es cierto. Después de todo, si los malos pensamientos que salen de mí tan a menudo ni siquiera hieren a nadie, entonces ¿de qué sirven?

Así pues, la pequeña Ernestina, llena de sentimientos agresivos, subió tímidamente al escenario analítico. ¿Era ésta una nueva Ernestina, la que había sacado ella misma del vientre materno a todos aquellos niños que podían haber «florecido» después ele ella? En cualquier caso, es la primera vez en seis a11os que esta especial Ernestina ha tenido la oponunidad ele recitar su papel y pedir ser comprei1clic.la.

. Detrás de las tramas cdípicas: el drama de la muerte Si pro fu nd izamos en 1os o ~_!Q~.111 b ig UQ~-~jll~J_i_f"._ne!~!!..EAP~ 1 pr9_t_~g2.!1.i~il..-~!L~Lte~.!LC?.._J?.~~c111,lc;g. .. .s!.~Ll'.o ~et o_2j_eto .f~_!_i_c_l~~' la situación. fóbica o los pensarnie!~~os _º!?-~~.S..Í'.'(?S--·, la_ambivaj_enci_a de cada creador hacia estas invenciones se ha~~_p~1!-~.!.1le. Más allá de su poder ele pro_!~ger al yo infantil ~.~-}_~-~.!~~E.~~~e Ja am_~-~3!ª de castra0ón, en la cual la prohibis:_LQ.i:!.__de _!Qd~_PJ.5!~~L~~_:":~i1L~e

vivi::..!_1ci_a corno rnerecid?J?_Qr los deseos incestuosos infan._t_i)_~s, éstos transmiten, en el último acto de esta obra, un mensaje sucint ó:' el objeto en cuestión actúa siempre como un vínculo entre el sujeto y el otro. ¿Pero quién es ese Otrn? Y ¿por qué el yo tiene que: dar ese largo rodeo que supone el acto o el pensamiento si ntomático para poder cleclicarse a la tarea de vivir? No es mi intención estudiar las múltiples complejíclades contenidas en estos clrarnas psíquicos individuales, sino simplemente mostrar el lance final de c¡1da historia.

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

ESC"ENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

54

El~ que permite cierta forma de pl;icer se:rn_'..il, al mism'.i

tiempo prote~e ~1 su creador de dos cosas: n~tra_)a v~.n~~1nza ed1· r_ica y tambi¿n cO.!_'.l!:3!.1~fa~.!D..~~cjón de l.:~..::.~~J.~.~~_tu s101~ s~~-al . que evoca la muerte psicológica, dado que s~~ es fundirse con la madre ele la infancia, pero ~.9:~~~J2~Q.~I..!~2E.9Pia identidad ~orno individuo. La vuelta al vientre 1i:aterno es el deseo de retor-.. nar a la nada , al nirvana. En este sent ido, el fetiche cumple la función de objeto co11trafóbico que preserva. mágicamente, al indi-' viduo no sólo de la castración, sino tambi é n de ceder ante el tq rror-y-deseo de s~r devorado para fundirse con la madre-universo primaria. ·-·EIG5.\)ft9 üibi~y ~!.~que inspira so n el _precio que ti<::_1c q~~ar~_por determinadas sa tisfaccion~s. Su construcción ;ictúa también como una barrera contra idénticos deseos arcaicos. Mediante esta creación, ;;-ry;s~1 ee de un espacio dentro del, c~~-al puede circular sano y salvo, protegido dciobjetÜola situación nuerep;esenta la fascinación por e"C-éüei:po-cféla· macfre~L~1S... aTtü· ~~;;~10s·a-cañi:i1a-C!os-:Tase-spa·c:10sat1íe-rt0s-·ó-cerra·d0·s · ¡)uedeñ-: iüCios e1¡·¿;·s·,- seív{¡:· sie··¡jíüj)ósTt_o_,-sre·i11¡;-íe··y-zua n a0-s·11~1boJ · ~~-~-_sú~ll) t fl. nea m eñte-a--ia-rñ~-r-e-e:~T~ci.~-~i" -~1· -.l~ iiifri.Jii_c:ii9.~_ ªria. 1 •

a·e

-----

·::m

é_¡ó1

También elcar;;;·~ o~:i"~ir.S:91 busca, en sus primeras actuacionesr sobre el escenario analítico, resol ver las dificultades edípicas. Susl múltiple~; disfraces difieren de los utilizados en los síntomas fóbi· cos -q ue requieren una huida-- en que las fantasías ele la escena· primaria están muy a menudo marcada~: portemassádícos y anales que o GT[ganaTosaterroi·liáCfosñlflüsaT!1 te ríüif"u"Saí!am a gia para . sus y _corporal es, sus cos tum br~~--Y~.'l~,2)2_?.~~~~.S.l1.~J?.IJ..~Q~¿~.r. _yi v~n­ i;:iado como sucio o pelig!_oso . En este compromiso con el drama edípico la muerte_&~m12rus.tJí_rondanclo . El actor tiene que estar" continuamente en guardia para mantener la distanci-ªJ!.ºecua~la an· t te cualquier objeto de deseo, por miedo a destruirlo o a ser des· l t~ui~_Q_-2.2!_.él. Este continuo movimiento de vaivén puede durar toda una vida. Intenta ev itar el castigo fantaseado por los deseos infantiles, así como la desintegración qúe puede resultar -co1iio terne el actor- Pº!-~~cl~~de identificarse con la im~~~ons· . ciente
ljprar~~-ª-~ su~ pens~~12ien~os,

n~~nos su~.i.~}~.~~u,_s_:~~~.~-~ú~0:ásL

55

bras, el peligro de no poder seguir existiendo como una entidad se¡)arada con · la propia identidad subjetiva de uno mismo.

El Teatro de lo Imposible



De este m o do llegamos al umbral de lo «Imposible», es decir, el anhelo de ser «uno», el embeleso narcisista, en el que la separación, la sexualidad y la muerte son negadas como realidades externas . Este repertorio es parte del teatro psíquico de todo el mundo, y su tema básico es la necesidad de_crear a!g_o, lo que sea, con tal de llenar el vacío producido por la inconcebible existencia· de la· alteridad. La primera respuesta por parte del nii'lo es un intento por derri~ar las fronteras gue S•~paran, para sier~r_:e, a u1!__:>_~~-E'!· ,,_:JM\JIA mano de otrOi...J.necliante lo que Freut!__JJ,911) !Jamó el «Cu~2li- \)"\)':2'i~ miento alucinatorio de dese_o». ¿ C9JI12-!le ga_'I!Q~!_ ª!:'..~.Q~_ar _g_l_l_~_~s imp_c:_~~J-~--~~!ª'~~-~E.. esta_~~rera_0visib~J_.gue ~-~-1c~__ p_odi:_1:i:_i_'?5.~ntra~ en_Ji~-1.l]_ente~J_gtro 2.J2_0seer_:;us J.!.~ás Í!~_i_i:_i_:iS?~ --~~.S:.!'~~-ºs? ¿ Cómo aprendemos a r~nunciar a este imQ.~ÜQ~Q_.Q.~?.~Qj_g_f~_~QJjld~jnvadir _?l otro, o.!lg_inalrnente la madre, y por la fuerza de nuestros propios deseos, controlar el 9es~E~..s!.~__gy_o? En realidad, algunas1 personas jamás renuncian a intentarlo.

Y, una vez más, ¿có~~~~~i:i_c?s__~!._~l_e?c_u_b,ri­ miento perturbador de la diferencia entre los sexos? Nuestra anatomfr\sexÜales tan inéV!lci.ble ·con~ü-1;~est;'"E1-;;-1·ue1:t~. Aquí también encontramos ~g_':1_!:1.s_>~_ indi'.'..!_~~~9-~_g_~_~_Jep_r~?.e:nta_n, en sus teatros internos ,_..!.-!~!-~!:_~m a e~J_sua l Ji~_i:1_e._1Lq~IS:~l1-QJL~§f.Qg~~-~-L.~,~,>;o. En ·cierto modo, estos creadores son unos optimistas incurables. Sus dramas pertenecen al terreno de las invencion!:s, a las que denorni- ÑZ-Q...,,~'1-. né neosexualidades (capítulos XI y XII), y que llegan , en algunos casos, a la.solución extrema del transcxu_?I. El desafío, nacido de las primeras elecciones de la infancia, que conduce a estas invenciones que llamo neosexualidades, no es difícil de entender. ¿~ómo consiguen lo s demás aceptar, sin pesar o sin rebeldía, su ine\,udible monosexualidad? Cada uno ele nosotros debe encontrar su propia solución a este dilema narcisista, pero algunos no se verán ayudados a afrontar las consiguientes renuncias ,_ill_Q§__de~~o~y_JJ!S ~·¿_\!.:\\J tt fantasías _i!1-<::9.r:1.s_c:.ie.n!.~~-~~J~~~-p?gf_e.~_s~_(erentes a st~pia~uali- .:0' '--' ~,~ dad y sus sentimientos de identidad sexual se hallan _Q_er t1J_rbados L<'IS .) en extremo. El acto final de la comedia humana, l~_so1~!_l?ría_I_eali~!.!_~!._9.~a muerte, usa ele pocas palabras y 1<~_!1)~1)~9.~ Í_<1.. ~l~_J~1_ ge:_M~ . §_é! _ e:nfr~DJª a él por medio de b negación más absnl11t:1 n n11i7,1c '"' 1·' ,_.Q,,.... :,.

·! .

56

ESCENAS DE LA. VIDA PSÍQUICA' .

ESCENAS DE

LA VIDA PSÍQUICA

57

camente, determina el carácter del juego esc¿nico que aparect:n't aparece reeresentada como en blanco. Hay exc~eciones neuróti· aquí . r ued~-·¡:¡¡1· t";;-~;¡·;~0--c:0·¡.¡;o;:iirí1e--tifó-il'c-o-·o- -t·111·--1eai--ro--co.rj)o.¿'! 1 ~as~ con1olas subrayadas.-po·r-f::reu-~f: en la~iJ~~J_9_p_0oclfPl~~l~n psicócico. O puede ser una representación sin palabras en la que se por la muerte es un desplazamiento de la an~stia de casfración, que da lu~r a lo que podríamos llamar «hipocondría de<'; castra· .~ convierte la prod~1cción psic~~omá_!i-ºª· ~l ~onocimie.!!_~2-9..':.l.~_tie.I]e ,. el yo de sus creaciones neurot1cas y clesviac1ones sexuales o 111cluso ción» e incluso desembocar en unas invenciones psicóticas e1i lmt de sus invenciones psicóticas está toté_l_!J:!J.ente a,!:_1s en_!~-~.[l_...!;_~to~. mis~algunas p~rtes dE.__c:~~.2_J>e laLvi':'._~_..S.Q.1.'02.....~n::,~~~~· Sin em teriosos dramas somá ti cos: Cuando hay una se2~~~ió1.~-ra~jcal ~-~1-·s~MZ-l bargo, hay dos casos· notables en los que el individuo puede escri·, t_re psique y soma, los que la padecen no saben c~us....manif~fil_a- iy~·~ bir su propio guión de muerte: la «cita en Samarra» puede ~dela~·~ tarse cuando, enfrentado a su sufrimiento agresivo o libi~nal ; ~ ci~nes_J~_ica~e.stán _relacLo..!!~<:l.ª.~-- c:ºn ...sy ___11:iqcjo c:l.~ .§~L . P~i.~91.9-g!.~9, yo decíde ser d~e1}g__ del d-~~ino y_s__i;._ suicida o cuando estos mismm1 daJ.g_cil!.~!~o~-~E-~J.11ec!:~~~_l~~--.!}}en_~~~ª-3i_<:!_~__ _9__~-~gj~~-~ --de ;li los mensajes de su propio cuerpo. El yo, sin saberlo, ha renunciaelementcis precipitan la muerte psico~OI!!~tic?_. .... __ _ í do a su funcionamiento creativo y ha permitido al soma que se Lós e,l{:inentcis qÜe ..contribuyen a la muerte psicosomática reve~ convierta en el teatro mímico de Ja mente, enviáriclole mensajes Jan una t;uriosa abdicación por parte del yo cuando se halla ante ei~; mudos, aunque viol entos en su expresión, como pseuclosoluciones estrés ps(quico nacido ele tensiones internas o externas . El esceÓa· a la tensión 1~1ental. Esto significa que eLcu.ernQ Jia:::dtil_$Oifr!:H:io-~l ·· .. rio psíquico está, entonces, aparentemente vacío: ni trama, ni ac· conflicto erróneamente, como una an1,tÚ;;iz.u.Ji..s:iol_cJ&1f. ft._Jncluso si tares. Apenas un reconocimiento del peligro inminente frente a la~ en estos momentos se baja el telón en el teatro psíquico de la pérdida libidinal, las heridas narcisista:;; los anhelos insospechadm mente, su yo,.· siempre creativo, sigue intentando todavía ciar sentio el odie). No cabe duda de que éstos han sido expulsados de Ji do asus catástrofes fisiológicas y «explicar» el inexplicable sorna. psique sin, compensación alguna. Cu anclo el teatro psíquico se cie· . La enfermedad psicosomática se convierte ento11ces en un objeto rra de este modo, el drama corre el ri·esgo de ser representado en~ de interés para la psique, y, como tal, se convierte en parte del el .fun.do'ñan11ent0lJlOióg;codeíCÜerpo-~Ef i11~ividÜ.?.? .3J?.~.u!:11_ª9.ot · discurso analirico, utilizándose incluso, a veces, para esconder po~~~'?.!:m~ntas afectivas de las gue_!l~i~-~-~~.9...1.~
ser

1

§9...r..

p_?recen dotadas con vida propia. Esto~~--E~!~~~es só~~1 e~~.!!__S~¡.· sentidos, olidos~ados o expulsados fuera del cuerpo;~~! . anónimos, invisibles y místicos, a vec~)arecen funcionar como un; «sexo-cuerpo» global. ¿cómo podemos comunicarnos con IO! rnonstruos de los abismos? A lo mejor debemos intentar «eSCU·' ' char» al rinencéfalo, la parte más antigua del cerebro humano, utilizando recursos arcaicos ele conocimiento para llevarnos hastJl aquello que nos aguarda. Las manifestaciones psicos?máti~lk.~l~.s.!.J2.2.der ele ~9Jifil1~ a] Y?_~ ~~~~?~~?~_e!_gue su cuerpo es otra «perso~?~>_. El cuerpo habli 1 en un lenguaje desconocido, aunque sirve, de vez en cuando, dt marco para comunicnr las escenas psíqi.licas de.l teatro interno. El' .... - .......J ....

- -

• .. -

.

.

dad . P ~iliJUlll.~~~~~ o el i a ~~iic:.2_ _~!~~ 1a__c¿~~~.<~J.L!_1.1..9_~_1]_l_~.r)_t_~~l -d e sus problemas actuale$. Pero si le enviaron a un centro psicosomútico fue porque s u medico tenía la ccinvicción de que su estado físico estaba exacerbado, si no causado, por problemas psicológicos de los que e l paciente estaba totalmente njeno. En la primera consulta el señor C. habló largamente de su vida profesional, sus amigos y su familia, pero siempre en términos ·de <:antes» y «después»¿L~nque incapaz de decir antes o después 'de qué acontecimientos. Cuando hablaba de «antes» era en especial.la adm iración hacia las mujer~~ 10· que parecía in:1porrante. Desde el inicio del deterioro físico que cu lrn_L1~ó en los sentimi~ntos cle_!_~n­ fusión su vida ent~ra se le había «escapado de las ~~~~!__C?S». Todo

:ello

110 lFnÍ~l <:Pnt;rf" .,¡,,,,,," .. .. --

-- .. "'

.

(.59

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICf\

'."ill

ESCENAS DE LA YlDA PSÍQUlCA

una función ele descarga que parecía servir de pantalla protectora IH'I \10

psicológico. «¡Es to es así ; no hay que darle más vueltas!

Esl

__

l' 11 " 1ue soy diabético.» . \'ara esclarecer e\ m o d o ~n el que .e\ yo del s61or C. intentaba dar sentido a su s vivencias en la realidad externa, r echazando, al mi!-!llO tiempo, cualquier exploración .d e su rea lid ad psíquica, pre·

scnlO un fragmento de su pr im era consulta . E ntr evistador: Y este ma l humor e irritabilidad de \o:,, que h abla ¿cuándo empezaron? C.: Sin ningún motivo ... , ¡absolutamente ninguno!

E.: ¿Sí? C.: Mi familia ... , bueno, si usted prefiere, existen variat ciones e n la diabetes , ¿sabe? Depende del nivel d e azúcar enton ces uno está más o men os irritable o nervioso. ··

E.: Sí.

. C.: Cuando

e ll os están hipo ... , bueno, e ntonc es es cun11

db h ay p eligro. E.: ¿De quién habla cuando dice «e llo s»? C.: Bueno, claro, me refiero ... a los diabéticos ... , diabét: co.~. ¿comprende? E s que formo par te de un grupo d.e diabi ticos. ; E.: Sí, eso lo he entendido. · C.: Bueno .. . , me refiero a mí mismo, si ust e d prefiere t r:'.>igamos al hech o de ser diabl~tico; hay una cie rta variacii~; en el estado de ánimo de uno que es muy . .. variable. E. : Pero ¿es esto lo que le hizo tener la necesidad .lli, consultar a su médico? O ¿fue esa dificultad para recor
d~

paf~

exactamente en esas ocasiones? C.: ¡Ah! Verá. Un día rne encontré e n pl e na calle y ~~ s.a bía siq ui era adón_de iba. qu é es lo que te • que hacer. No sabia muy bien donde estaba. Bueno, de ~. pente m e preocupé porque .. . era d iabét ico o algo así. No

~o re~ordaba

F ui a comer a lgo. Es todo cuanto sé. E.: Pero ¿usted ya sabía que era diabético? C.: Bueno, sí. ¡Lo sé desde hace veinte aúos! La analista Brahmy comenta cómo e l sei1or C. fue adquirien:,,.

le ntam e nte la capacida~ra recordar la_ e n ?_~ ause ncia~~ i1ada de _ sus trastornos . Observó que en numerosas ocasio ne s pareció ul!

can:_~-~2,? _:>~ti~~_.!~~1-'.9-clo j~_J~_!]_~~E. a~_::r.~~ ~<:-~~-~.:_i~!~'

~.í1r_~1_1.~___1:i;g_~5?...9.e....P.e..1~?~E-~~1_!:!~<1!:11~-~~~--l~_g_i~_
•• •

'

1

1

c~~\~~~~~~--~s-~~~9.'?.~--~~-~~~~9-!)._(_!~,--~-u__ !'~úic:ig .1.;-~füi:il"~ü-;~·~¿ Es t ül)ae 1 se ñor C. empezando, por fin, a hablar en un lenguaje que no fuera · e l «diabético», g racias a la labciriosa tarea d e s u tera peuta? Sin e mbargo, ella habla en su trabajo de un enorme des<~~~Ho l~ .la falta d e reconocimiento por parte de su pacie~~el valoL_g~_su labor....0?.!l.Í.11.!!Lª: sólo ella-observa los cambios que están produciéndose . El qu e la situación analítica pueda o no proporcionar un e ncuadre capaz de despertar
.

60

ESCENA.S DE LA VIDA PSÍQÚICA

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

61

son capaces de representar, en la fantasía, ideas cliferentes:.c..k lo entre una superficie agitada y un cuerpo sin órganos refleja . ·sin -qt-ie va n'i"iiréñ'Sü's vidas. -·----.,,.~:-::· lu¡:o:ar a duda, el modo en que este paciente psicosorn{1tico se ve ~·1 sí Durante la terapia est'cis prisio~~?_e.0~os parecen seí'fo talmisrno, al mismo tiempo que refleja sus síntomas» (Cazas, comuni mente- incapaces--drterrei--st.-re·rrm-dim'mSs--elnclusci";-¡\ mei\ií1!-0, de cación personal, 1977) . ~""" soiiar. A pesar·de··esta··difiCll ltad ;·· a ·veces ..es·posibk .e.íifrú ~i1; con· En el relato que hace el paciente de l~l_ relaci_.~1 con su~<~) tacto con la corriente subterrán ea de la vida incon sciente cfe t:estos esta última parecía corresponder punto por punto con el típico .· pacientes. Los espacios psíquicos vacíos. se llenan entonces/~J~ una . «double.:.~i.~d» . (*); por ej'emplo, la madre que dice a su hijo adomultitud de personas y recuerdos y de un desbordamiento'1 ~:é\1fec.!':, lescente: «Por favor, vete de casa si quieres, pero si lo haces, m e tos que a menudo aterrorizan al paciente. Si el paciente p~tótico •·· matarás». !ale2_E~-~.5'.,~_e_roy_~~'.lll a menudo en su ~ hijos una total huye a un mundo de delirios para que su abrumador dolofmental ::. ·· parálisis p_~j~iE_a. Me parecía que el paciente estaba intentando hacer. una representación conc1:eta de una in'!.!~~~Ql~--~~E.!..~~!.,~ ­ sea tolera.ble, el • paciente psico~~~~i~~~~!~-~~g-~~--t.:~1-!..~I~.a'iidad ]j' lengúa»; en la que uno no podríc1_Q~_JJ§tr~r, pero, al mismo tie1i1po, ~xte~_na . Cuando esto ocurre ~l .i;:_u~_r.pg_ ·~11i ~O.:~Q -e:.!1!.PX~?-ª . ª - ac_tl13J__d.e ;:, ~n modo" delirante. Pero si se crea un «espacio psíquico para el. '. de la, nue' uno 'n,o :nodría tener es1)eranzas de se¡Jararse. • ___ ,.,,Ái~~;-n-:;s "se-ma·~ ·--¿¡-e; ~¡;~és:e:¡-·p·a~~~ ;~¡·~flg~il_~) ; j< un juego», la~fant~sía~~surgen 0.i.fie_i:_en, por lo general, de. las de ··un «neurótico normal», en c¡uc tic~n~iU!.!l.~nte!_'!j_q_Q_t;2]2ecífica_1I1en· ' m~-~~~-~-o pre.his~!ic~_dividido_ en tre~_p_~rtes:__cal~~za, c~~~-IJ?.9_yJ2_.~r­ te trasera». :La cabeza, que se sostenía sobre varios pies, tenía dos . te concreto, mostrando hasta qué punto el mundo de la realidad : <)jos saltones y una boca muy abierta de la que sobresalía una macorpórea sigue invadiendo el reino de las fontasías. Durante casi . no . A un lado de la boca estaban los dos agujeros de una nari z, de dos aíios examiné el caso qu e veremos a co ntinuación con un joven · uno de los cuales pendía un ojo y del otro una garra. La parte y competente analista que a menudo utilizaba una técnica de juego : trasera estaba «armada con un cuchillo muy afilado y un sacaco ren la que sus pacientes modelaban figura s de arcilla para intentar. chos ... , el cuerpo era sólo una conexión tubular cubierta de escadescubrir sus capacidades imaginativa s y emprender una explora· mas entre la cabeza y la· parte trasera». Estos elementos, en forma ción de su propia realidad psíquica (Catear. Mi madre manda a mi padre q ue nervioso y describió <~t2_~-~non'.1 e ..!~12_g_ua L-~ diez metros de lar'g:&;; que :. qué estoy hacieitdo entre bastidores_ El regido r, al ve r averigüe rl}_üvía reptando como 11.n_a s~_g>ie[!.te» . Animado a que siga:i'era de . llegar a mi padre, le corta la nariz con ün cuchillo afilado y me la cribiéndola, detalló que c~1sgu_t:!52?ª y_lle~?_~orgu~{¡jas». Te. entrega. Me la pongo sin darme cuenta de_que no es la verdadera nÍa «U!1a boc_~~-~.~ueñita, qu e no SerVÍa_p_~~nada, 'Í, rnás atr¡ l nariz postiza _ Cuando vuelvo a escena todo el mundo empieza a . h~bía .u,11os di,entec!_tos gu e tan_:p___Qco se.rvfon para nada,' g_~I ¡ chillar al ver la sangre que corre por mi cara . lvle quito la nari z d ~~.?..~!.2IU~.!lJ.Q..l!!g_~~!29..2 ~-~~2.':1~~fl0.~.:..:.i.Y_il_d 1e_.J~-q~.~~ ' . ·~ ~ ·. 11~d postiza y ¡reconozco fo nariz de mi padr{:! Corro ·hacia los basticloq~~1tra esa lengua» . Luego aiiadió qu e «ha§@.~i9__<;!.!:!~.h~~L~PL!.~. d~~ -~i_)?!:,~r,~~..-9.~. ~;.~_~\.i_. t3_!}ll22~QJ_l_ª-'L.!.I_l_C2_<J_9_g..~_J~~~-~~~.3.E~~~~<[..lla». . •

, -1'

-t;;foa?.!:t':l. .•

1

.

~

0

l. p.

- •







1

1

,.

- - .. · - : .. ~



r. .... .. ... . . :. ·.... "'~; ... ;,

(')

Doble vínculo.

62

ESCENAS DE LA VIDA l'SÍQU!Ct\

res y agarro al regidor . .. » (aquí el seiior D. se siente violento 1' encuentra dificultades para cont;ir el final de su suc11o diurno, per' se esfuerza por continuar), «bueno, cojo el cuchillo afilado y 1 corto el pene y luego le golpeo la cabeza contra la pared has! hacerle estallar los sesos ... ». Para D. el pod~.r c~0..~1:_1~..i:1~J~.!l_t_así~l_ era un acontecimiento sif precedent~ e indicaba que ah~1«1 er21 ca~~~-~-~-~rar en contai;! con _?_l}.~.J_emor~_~seos i!_új1ntiles y darles una forma metafórici aunque fuera de un modo disimulado. (En francé s hay incluso 11 juego de palabras: «le faux-nez qui e!;t le nez qu'il me faut».) Est nariz postiza, metáfora del pene paterno en la mente del pacient~ 1 tiene que ser _recupnada en la carne. f'.!gJ.1.Q.t.rnPifSÍ_Ó!l y 1.!.i.1.Y_f!!_U~. pocos mecanismos m~_1i,t~l_~Q!.2.!~cto_Ies en este. drama. En esl~ recuerda a las fantasías psicóticas que revelan tan a rnenudo un. ruptura en el proceso simbólico. Aquí· nos encontramos con el mi1 mo proceso, pero a la inversa. La~ f~~1_t~1.sí~s.. E.'..~. d.~.? _!:!_s de ri~1itis. Quizá sea esta u_na forma ~~ cornu111cac1on ps1cosomát1ca arcaica que emplea el antiguo cereb · visceral o rinencéfalo, que significa literalmente el «cerebro-nariz: El cerebro arcaico se asociaba con el poder olfativo y el pa fundamental de oler para relacio na rse con los demás, dando ai~ una especial importancia al significante nariz y a su relación pri111, ria con las más tempranas huellas mn émicas del cuerpo matern buscado en un primer momento a través del sentido olfativo dfi bebé . No es imposible que los problemas edípicos de D. y su angus(º de castración se construyan, y se movilicen en él, a partir de 11 reacciones nacidas de los prototipos ele la angustia de castraci·· que tienen lugar en la primera infancia, durante las primeras'"' vencías de separación y, por último, de individuación. En-el rna11; ria! de este paci ente hay atisbos de una in1agen internalizacla de s'' n_:iadre, que s ugi~~en~e és ta_Q.udíera haber re~ondido con exom si "'.3'-;~Lo ~e ri:c_i ~--':1.~12 . 9.~~~--~-~~f,~.ÍE1...t~1:¡~1~~.~~~~~--~_2m o_l_'.1 s n ~c~~ id a~i e~~ bebe . E:I mno D. E~~~-~~-1~ __1:_9___habe_!:.._E22!.c:l_o «asimilar», es den i ~ t ro_y~c l?_U22. í g u i ca__!_!!_~r:_~~-~ 1a _'..'.1::!!~.s!E~~~~1 ()_>~.. ~()}2. ~-~ ~<}~.S.!-!.~Ji_9_i~~ tr·1nn11ili-,.,"l"r"~ n11P nPrmitPn ;ti h f' hr' rf'snirar tranouila v olacc

!I,

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

63 del cuerpo con un sentimiento libidinal. Sin esta introyección esencial, existe el riesgo siempre constante de que no se desarrolle ningún tipo de vida fantaseada, dado que toda actividad libidinal está excluida entonces automáticamente de la cadena Je representaciones simbólicas. Lo único que nos resta «Oír» es el asma y la rinitis. La aventura analítica pei;:mite .veces que estos pacientes utilicen el escenario analítico como el primer encuadre en el que pueden representarse las escenas psíquicas primarias de es¡e tipo, permitiendo que se verbalicen las mociones pulsionales y que, por primera vez en la vi.da del analizando, accedan así al pensamiento. El actor era capaz de usar el escenario psicoanalítico, no así el señor C.

a

Mientras el soma sea el lÍnico teatro en el que pueda expresarse el conflicto men"tal, la organización defensiva del Yo será frágil y nos enfrentamos con · tragedias que, potencialmente, están más relacionadas con la muerte que las construcciones netiróticas, perversas o psicóticas. Por el contrario, cuando la psique creadora cumple su función construyendo una fortaleza psicológica para el se/f amenazado, sirve para proteger no sólo la vida psicosexual y narcisista del sujeto, sino también la vida biológica. Los «delirios» del soma, debidos en parte a una participación inadecuada de la mente, conducen a la producción de una actuación sin escenario, una narración sin palabras, un esfuerzo sin significado, que acaba en una enfermedad biológicamente sin sentido. Carente de una preciosa información de orden afectivo y sensorial, el yo permanece ajeno a los peligros futuros de origen externo o interno. (Estos ternas se estudiarán más detenidamente en los capítulos del IV al VIII.) En cierto modo, puede decirse que el único dolor reconocible es el dolor psíquico, ya que a falta de cualquier representación 11u?111a/ de Jas reacciones afectivas y de las sensaciones corporales c¡ue el cuerpo transmite, estas partes de la vivencia humana carecen de existencia psíquica para el individuo. Por tanto, estos estados somáticos graves, que son el resultado ele la total ignorancia del dolor psicológico, pueden llevar fácilmente a la muerte biológica como opuesto a la muerte psíquica que se vivencia en los esta-· dos psicóticos. El teatro del delirio

Mucho menos frecuente que la somatización como respuesta al desconocido estrés psíquico, encontramos lo que puede co11Sider<1rsc como un equivalente psíquico: la solución de la psicosis. (La relación entre los estados nsicosom::í1ir·n<; v n,¡,.,~,¡,.,..,, c.~ ,,,.,,m;.,.,,,~

ESCENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

64

ES¿ENAS DE LA VIDA PSÍQUICA

H :1cer justicia al Teatro de lo Imposíble en su versión psicóticaf requeriría un libro entero y una experiencia en el psicoanálisis de · Ja psicosis que no poseo. Me limitaré aquí a exponer brevemente

u na e-~~~!3~J~~L9~~~.0.~~gl:!i~~~.J?
3

' :·

¡. !

tierra podría quitárm elo». Según otras personas -su padre, así corno algunos de .los te!il' gos en el juicio-, era un joven amable, tímido y reservado . Sie . pre había profosado una especial ternura úl hermano qtic le segl! y los dos eraú íntimos amigos. A los dieciocho años Diego se fue a París a seguir unos estu para los que se le consideraba capacitado. Allí le presentaro Luis3, una mujer mayor que él que había sido compaóer.a de e: gio de su madre. Se «enamoró locamente» de esta mujer' y al pi... tiempo se hicieron amantes. Diego se mudó a su apartamento según la opinión de ambos, eran extraordinariamente felicesj tos. Sin embargo, el joven convenció a su amiga de q,l-1~ acepl como huésped a un compañero de estudios más joven· con el había trabado amistad . Empezó poco a poco.a sospecluir, yac finalmente convencido ele que su amigo y su amante cst.<Íban mt teniendo relaciones en secreto . A pesar de que ella negase roif - 11 ·- .. J......... : .. 1: ,:...,~ t"\01\irlri

65

amigo que dejase el apartamento, cosa que éste hizo. Pero el joven amante, celoso y pet:·.;eguidor, no se había calmado en absoluto y prep:1raba secretamente su venganza. Decidió que debía matar a su amante por haberle tracionado . Ciravémente herida por numerosas puñaladas, gritó lo bastante fuerte i::omo para atrae¡; la aten. ción de un vendedor ambulante que en1ró en la casa, ya que la puerta no estaba cerrada .con ll ave, y pudo sorprender al jo,:en y desarmarle. El hecho de ~1ue Diego no opusiera resistencia sei presentó como una circunstancia atenuante, dado que no había una prueba irrdut<1ble de que intentara llegar lo bastante lejos como para matar a su víctima. A diferencia de las personas co n trastornos neuróticos caracteriales (que trataremos en el próximo capítulo), aquellos que, corno Diego, tienen perturbaciones psicóticas no escogen necesariamente a una pareja que, de acuerdo con sus propias escenas internas, está deseando representar un papel e11 sus dramas psíquicos. Con frecuencia, los que son escogidos son incapaces de reconocerse a sí mismos en la trama final. En · el caso de Diego es probable que mientras su escena psíquica estuviera dominada por el amor más que por el odio, su amante, sustituta de la madre, fuera· su cómplice, en la medida en que ella también quisiese un hijo-amame_ Realmente, podía haber deseado, inconscientemente, vivenciar ciertos deseos o conflictos homosexuales con respeeto a su compa!lera de colegio teniendo una relación con su hijo. Pero cuando el guión paranoide tomó plena posesión de la mente del joven es poco probable que ella buscase morir a manos de su amante. A diferencia ele las producciones que transcurren en el es~ena­ rio transicional (capítulo III), que han de tener en cuenta la reali- · dad existente_ el yo psicótico crea un a 11 eorrea/idad qu e está por encima de la realidad social normal. Dicta que lo que el psicótico desea creer es una verdad universal. Con la invención de una nu e va realidad, los conflictos intolerables encuentran, mágicamente. una explicación más satisfactoria que puede ayudar a reparar la grave herida narcisista que sufre .e l sujeto. Desde este punto de visea, el delirio también es un inteiHo de autócuración, dado que capacita a su autor para vivir con una auroimagen narcisista en la que la identidad subjetiva y la auwestima no esrán en co11star\te riesgo de destrucción . Lo que una vez pareció intolerable y care1.1te de sentido con relación al lugar y al valor ele uno dentro del conjunto familiar, ahora tiene «Se ntido », en términos de la rcalid;1d autocreada. Pero esta nueva so lución psíquica envía a su creaU\)f en busca de certidumbres. Cualquier amenaza posible, colno en clcaso de Diego, puede utilizarse para crear, ele arriba ablijü ,' la Prueba ele lo imposible, un intento por dar marcha atrás en e l ti cíÚ-

66

J:SCENAS DE LA VIDA PSÍQCIC._

. fll

po y borrar el pasado, acompañado del deseo de ajustar. cuen1 . con dicho pasado y reescribir una historia más acorde con las rnl tas megatornaníacas del yo infantil. Al representar su espcc t{1cul en et escenario de~ mundo , nuestro joven paciente no pudo ver 111 realidad que ta suya, la violencia ele un niño furioso cuyo odio encontró más solución que el camino a la locura.

EL TEATRO TRANSICIONAL Y LA BÚSQUEDA DE INTÉRPRETES

L os dramas b ás icos de Ra h11manid[!d

Fundamentalmente , los temas cid teatro psíquico varían por: Según las posibilidades creadoras, innatas o adquiridas del ninL los hechos traumáticos qu e han moldeado cada psique individ · conducen a una infinidad de invenciones psíquicas, todas ellase camin<1das a luch ar contra las calamidades de la separación y de ~ alteridad, de las diferencias sexú ales y generacionales)', por úl~: mo, del envejecimiento y la muerte . Cada yo debe construir nas capaces de contener estas situaciones dramáticas para pülltl lograr la supervivenCia psíqu ica. E Los dramas psíquicos aquí presentados están todos el los Yin lados al descubrimiento de los padres como pareja sexual, al de1~ de ser el único hijo y al deseo de poseer a la madre sólo para u mismo, en una fusión narcisista. Estos deseos y su no satisfacci forman parte de la vivencia de cada niño. ¿Qué diferencia las so'"' ciones al dolor psíquico y al conflicto mental encontrados por señora A., los señores B ., C. y D ., Ernestina y Diego? En se refiere a Ja exposición fundamental de los traumas universa · nada, excepto la forma de autocuración que creó cada niño-arti . ¿Por qué una solución mejor que otra? Es demasiado fácil dt, · que tod_o es «culpa» de los 12adres. Esta pregunta nunca obten una respuesta satisfactori a , a pesar de que cada nueva avenf1 psicoanalítica intente reconstruir una hipótesis coherente para plicarla, tal como veremos en los siguientes capítulos.

es!

'º1



.

-

---

.

.

fi\ii

No todos los dramas psíquicos tienen lugar en el teatro interno, donde se representan las neurosis y las tramas delirantes de la psicosis. Existe otro te<1cro cuyas representaciones se desarrollan en el escenario del mundo . Aquí los propios autores intentan exteriorizar las intolerables tragedias internas que no desean reivindicar. A veces, et deseo que se esconde tras estos complicados drn111as, comúnmente denominados neurosis de carácter, consiste en dar sentido a lo que el ni11o pequeño del pasado -que todavía sigue escribien_clo los argumentos- encontraba demasiado confuso de entendeL Las construcciones que utilizan a otros para interpretar importantes papeles de uno mismo o de nuestro mundo interno no son creaciones psicóticas ni neuróticas, sino que toman ¡:>restados técnicas y modos de pensamiento que pertenecen a ambas. El escenario social en el que se presentan tales producciones psíquicas y la natu raleza del vínculo con los personajes que se manipulan para representar determinados papeles caracteriza lo que he dado en llamar el Teatro Transic!2rn1I.

Este modo particular de escindir el dofor y el conflicto mental,

e_~~~f~~~]~!s>_:; (fe-Ia ~~Cleñcii~i?aia.iiii~J;-~~üi~];:~~:;;-ª-~~-!!D.11.~ ióiu-

ción en otr_p. parte, no se cifle a lo que en Ja bibliografía analítica se , conoce-por exff:.!l1-!!.!i..z__ació_11. T~!.!!:!..~9..
:1~-· -----------,-·-·· ~ed;~~fu-'l'~;iº~}¡~~7~;¡~~~';~~ii~;~¿¿¡o~n~:Jl;:¡~¡~f;~¿~~j~ r.r-fl1 0~~~ ··.'.Y..• _____ L. ______···-··-·--·-·---~-·---. .._P_. ·-·:··------.......... ______________ ___________·;· ··, --

personalidad». (Trataremos mas detenidamente de esto ultHno en los capítulos IX y X.) En el Teatro Trausicional se incluyen todas aq ue 11 as a ~E_i_2!~":~_'?.1:1Y9-.!iD_.Qr!J15'..!R<:iL!':~.. ~ti;5_<;_ªg~r...l!!.~~-r.!~i.c?.1\ __clplgrpsa -----------a través de una actividad consurnte ~-· - -- .........._ ___ ____ . En e~te teatro la econornía

t-l O_q t5.•

EL TEATRO Tfl.ANSIClONAL Y LA BLJSQUEDA DE INTÉll.PR ETES

68

EL TEATRO TRANSICIONAL Y LA FJÜSQUEDA DE INTl~RPRETES

psíqui (·;1 est<í dominada por co.!2.P.L
1\14. e<.~

,

1

Intirnamente ligada a los dramas del escenario lransicional se

halla la ~J?end_~~~!~.~U.~j-~_cla~5:-~-~-.:>-l!~ªn~-~~.s. Aquí los actores se reducen a objetos inanimados que sustituyen a aquellos valiosos objetos parciales, en muchos casos la madre-pecho de la temprana infancia~ -~-~sta madre~.fbo s~_lª sigue__!21~~.S!.DQ9_!QQªYÍ
ll

ll

tabaC<;-;-aicohof:". . productos-for-;11acéutic·0;~-opiá~eos' e1.~-~~-C!.....P2:"!_1!~r

l_!lomento, y a pesar de sus consect.icncias a veces nefastas, ~-~le inviste como «bueno». En muchos casos su búsqueda es vivida con;o vital para el bienestar del sujeto o incluso como algo que da __senlido a la vida. ll.!.!..'!.. veuº§_2.rbida l~.2_1._!~t.!;IJJSla aQjctiva,)!_Q!mal· mente es vivenciada como «mala». -- Otro -aspecto--c]"ú~-;,-e· -¡;;·-~~)-a
de

r,:i-1-nn dt->I

C't\;t>tA

CH"

........

~,..

....... ... ..

n

__ .... _

__

J•':_rio que como la causa de 1:1 aJic~ióo, ya qüc el yo. que e~c¡\ dirigiendo la acción, ha scncido en ;1lgún momento la necesidad de ser castigado por haber osado poseer, como si de una adicción se tr~1tarn, a la anhelada rnaclre-pecho . Esto vie1ie a decié que el individuo ha desligado el objeto que representa inconscicntbnente el pecho -de un modo imaginario, lo «l1a robado»-,- •) puede ahora usarlo impuóeménre para sus exclusivas necesidades. Sin embargo, en ral fantasía oral primaria está incluida una figura paterna punitiva, buscada, a menudo, en el mundo exterior t:n forn1a de ley, médico o cura de desintoxicación, que se utiliza también inconscientemente, para impedir que el nii'ío voraz consi.tma , incesantemente, el cuerpo de la madre .. En la medida en que los objetos adictivos cumplen en parte con la función de verdaderos objetos transicionales -es decir, objetos creados por el nii'ío pe·queóo como en nn escenario a medio camino entre la madre interna y la externa-, podrían ser considerados como objetos transicionn/es patológicos. Mientras que los auténticos objetos transiciona les representan la magia y la fuen.a trnnquilizaclora de la presencia de la madre en vías de ser introyectada, los objetos adiclivos no crean un cambio duradero en la estructura psíquica y, por ello , deben buscarse incesanremente en el mundo exterior, como sustitutos simbólicos de la madre de la infancia. Desde este p unto de vista, sería más adecuado llamarles objetos transitorios que 1rt111sicionales: · Las representaciones teatrales adictivas no necesit an ser desc ri-

La representación teatral adicliva

'I)\ Cl·:-

69

r . .. __ : - - -

tas; tocios conocemos sus tramas reiterativas. En el primer acto la sustancia adictiva es buscada como una «madre» o «pecho » bueno_ En el segundo acto, y tn:i.s la absorción, se convierte en una «madre» mala y persecutoria (u objeto parcial). Y lo que podríamos denominar tercer acto, descrito anteriormente como un interca mbio con el representante ¡~unitivo del padre, co¡1siste en promete rse a uno mismo -o a a·lgún objeto importante externo u objeto interno fantaseado- 110 volver a empezar nunca más. Todos nosotros huimós, a veces, del dolor psíquico despertado por las decepciones y sinsabores ele la vida, buscando un momentáneo olvido comiendo, bebiendo, fumando o durmiendo en exceso. Algunas personas esperan que estas sencillas acciones resuelvan cualq !1ier tensión imaginable de la vida. ·· Cuando se. utiliza a otras personas como sustancias adictivás, éstas funcionan unas veces como cranquilizantes y otras como continentes de todo lo que el individuo proclive a las relaciones tie¡lictivas considera clemasiado arduo de asumir como parte de su pf'opio teatro psíquico . . La escenificación de tales dra.mas requie re, necesariamente, la cooperación del yo ele otras personas. Esros o tro s a

70

EL TEATRO TRANSICIÓN AL Y LA BÚSOUEDA DE JNTÉl\PRETES .

~

menudo ignoran que estún representando los papeles de aquellos ,., aspectos de los analizandos, o de otros habitantes del mundo interno de éstos , que han sido expulsados proyectivamente sobre ellos. De igual modo, dichos adictos ignoran que, mediante sus palabras y sus actos, han galvanizado " los otros púa que representen los papeks que ellos han rechazado . . A menudo son nuestros seres más queridos y más allegados los designados para representar estos pape.les 1iuestros . Tenemos que admi ti r que si esto sucede es debido a :;us ¡:iropios conflictos psíquicos, que ks hau~ aptos parn tales identificaciones. Los adictos que logran esta proeza rara vez se dan cuenta que son ellos los dra.maturgos de sus obras, y con frecuencia se quejan amargamente del modo en que actúan los otros. Blanca, a quien veremos más adelante en este mismo capítulo, estaba firmemente convencida de que su marido era el artífice de todas sus tragedias familiares. Sin embargo, e:;tas personas están consta·ntementc al acecho ,ele intérpretes adecuados para representar los pa-

1

peles de los habitantes de sus mundos internos . Los intérpretes externos también han estado esperando irrumpir en esos escenarios y representar las tensiones de sus relaciones y los papeles inconscientes de los qtl.e no tienen los diálogos, como los farnosos Seis personajes en b11sc11 de autor, de Luigi Pirandello. Ocun'e a veces que estos actores maleables descubren durante el análisis su tendencia a verse involucrados en los dramas de "otras personas y se dan cuenta que Ja tentación que les empuja a ello tiene una .cualidad compulsiva. Un gesto o una palabra de otra persona, con frecuencia, les basta para reconocer sus réplicas. Son necesarios la fuerza y el valor de su parte más adulta para impedir que el niño impaciente, ansioso o enfadado que hay en ellos irrum. pa en el drama oportuno. Las escenas familiares de este tipo, cons'. tantes en algunas parejas, hacen ciue nos preguntemos si no se habrán escogido, en parle, porque desencadenan invariablemente en cada uno de ellos los dramas que están buscando para descargar las tensiones inconscientes mediante las. peleas, fos «accidentes» predestinados, etc. La paciente a quien )1e llamado Blanca pertenece: a esta categoría. .Así pues, los intérpre tes del 'Teatro Transicional no resuelven los conflictos a través del compromiso neurótico y la formación de síntomas o mediante la creación de una neorrea\idacl que la socie- lil\. dad calificaría de insensata. En cierto modo, estas personas se lanzan a una empresa más peligrosa que la de los pacientes psicóticos o neuróticos, ya que dependen con:;tantemente de la buena volu n· tac\
~--:~ ..• : ..........

EL TEATilü Tn.ANSICIÜNAL Y LA BÚSQUEDA DE INTl~ llPllETES

71

Las producciones del Teatro Transicional se asemejan a los dramas perversos de los creadores de la neosexualidad (McDougall, 1978), pero la escenificación de la trama y el 11so de los demás como personajes es más intrincado. Estas piezas teatrales psíquicas no están conscientemente erotizadas y requieren un resultado más complejo que la respuesta orgásmica del desviado sexual como prueba de las certidunibres que piden que se les reconozcan. Sin embargo, sucede con frecuencia que aquellos que escenifican sus obras en el escenario social son considerados como perversos, no en el sentido de u1ü1 sexualidad perversa, sino de poversidad, es . decir, una perversión del «carácter» (Arlow, ·1971). Se les acusa de sentir placer cuando atacan, molestan o causan, por cualquier otro medio, un sufrimiento a los que les rodean. Dado que estos dramas requieren una cierta manipulación del mundo externo y de las personas que se hallan en éste,· el adicto supone, inconscientemente, que los dem~s son simples partes de sí mismo, negando así el principio básico de la alteridad. Cuando ésta es denegada por la psique nos encontramos verdaderamente en el Teatro de lo Imposible, pero dacio que la obra no puede representarse sin la complicidad y la credulidad de los demás, que no son una simple invención de la imaginación del sujeto -aun cuando sean tratados como tales-, la representación entera está también bajo el imperio de la realidad externa y, por ello, sometida a las limitaciones de lo Posible.

El caso de Blanca

. Parn ilustrar lo que entiendo por Teatro Transicional, presento un fragmento de un largo análisis. Blanca llevaba ya doce años casada cuando buscó ayuda, por primera vez, debido a sentimien. tos depresivos que no acertab su piel con agujas y a quemarla con alcohol para combatir la reacción alérgica . Este tratamiento requería, a su vez, largas horas de observación ante el espejo mientras se aplicaba cremas y ungüentos qu_e repararan el clailo. Sin embargo, durante el análisis habló poco de esos dramas psico. somáticos en potencia y no se ie ocurrió tampoco echar un vistazo a los dramas. escondidos tras sus «vacíos». En vez de esto, utilizaba l:;) e:

("p

,~:"

.............

-- ..

72



:1

EL TEATRO TRANSICIONAL Y L/>. r3(JSQUEDA DE INTÉRPRETES

frente a sus compaiieros de trab<1jo, su llli'lfre y stis. ·hi jos, 'sino también, y por encima de todo: en las continuas peleas con su marido. Había elegido a este 1Úarido ,con sumo cu idado . Como recordaba con frecuencia, con una amargura inconfund ible en su voz, «correspondía punto por punto . con lo que esperaba de ·un hombre». Le había llevado mucho tiempo encontrar un compañero a s u medida, y habíá. rechazado, a favor de él, tentadoras ofertas.· ¡Menudo chasco! Después de haberle estudiado microscópicamente durante doce años, podía ahora afirmar que su marido era un · tremendo egoísta, un padre ridículamente indulgente, d.escuidado en su trabajo y con su persona, desordenado y distraído. Se comportaba de un modo estúpido durante los viajes y era torpe en casa e incluso en la cama, donde se mostraba inhábil y desatento a sus deseos. De vez en cuando designaba claramente. el papel de su marido en su teatro interno con las palabras: «!Vfi marido es una. mierda» (en francés, une vraie merde, lo que significa literalmente una verdadera mierda). Durante los dos primeros años de análisis los comentarios de Blanca estuvieron salpicados de afirmaciones igual de e nfáticas, tales como: «Ya lo ve, ¡está clarísimo! Es evidente, ¿no?». Sentía que estaba intentando abrirme los o.ios a la fuerza para que viera las escenas entre ella y su marido exactamente como ella las. veía. Otras veces era como si intentara. presentar ante mí las pruebas legales de las fechorías de su marido: me daba cuarenta y cinco minutos para juzgar y declarar culpable al acusado. Durante una de esa~; parrafadas se hartó de mi silencio y dijo con una firme vocecita: «Quiero que sepa que estoy esperando una respuesta». «Una respuesta ¿a qué?», pregunté. Tras unos momentos de estupor, dijo en un tono incrédulo : «Pero me está escuchando, ¿no?». Para su gran sorpresa, contesté detalladamente: «Sí, claro que había oído todo cuanto había estado diciendo». Entonces enumeré todas las malas acciones cometidas p(Jr su marido e11 los dos últi: mos días y ailadí que me parecía que estaba esperando una respuesta a una pregtinta que nunca había formulado. Aunque irritada, Blanca intentó, sin embargo, ser más explícita sobre lo que esperaba de mí. Pensaba que tenía derecho a algún comentario ... , algo que le confinnara la opinión que re nía de su marido ... , quiza yo pudiera ver algunos aspectos del problema que· a ella se le hubiesen escapado .. . , y después de todo, ¡si se estaba analizai1clo era por culpa de su marido! Viendo eri este. último l:ornentario que est aba rápidamente re nunciando a cualquier intento de ponerse a sí misma en tela d~ juicio _y que una vez m<.Ís se veía atraída a escenificar la continua serie de tragedias familiares, le interrumpí para decir: «Est{1 bus·

EL TEATRO TRANSICIONAL Y LA BÚSQUEDA

Dl~

INTtRPRETES ,

73

cando en mí una re s pu esta preconcebida. He observado .que su marido responde siempre de un inoclo to.talmente predecible con lo que usted espera». Yo misrna 1ne había dado cuenta claramente, por primera vez, que este «marido-mierda» siempre había reaccionado exactamente como ella esperaba de él y, ele hec¿ho, corresponllía con <
"' '"

: .1

• • • & 74

EL TEATRO TRANSICIONAL Y LA BÜSQUEDA DE INTÉRPRETES]'} '>:

exen;J*~

na de ser estimada y tenida en cuenta era y que estaba ta de culpa, no teniendo por qué tener vergüenza alguna . Estás. eran los aspectos esenciales de la imagen narcisista de sí mis·'1· · ma. Y yo estaba aqui para confirmar que ella había alct1nzadd•:.>· e l alto ideal imposible que sentía debía conseguir. No hacía falta;\ " ningún esfuerzo de imaginación para adivinar c¡ue nos queda~a· •.~ una tarea sumamente penosa por delante en nuestro empeno :. analítico. ¿Podría Blanca se r capaz de aceptar que, a pesar de la realidad de los hechos que contaba, ella misma era coautora de' este serial int erminable y que la guerra de guerrillas que, caracteri· •· zaban sus escenas conyugales era lo más importante de su vidaJl Su trabajo profesional --que se redujo al mínimo y en .e l que .no utilizaba más que una pequeña parte de sus más genuinas capaci' dades-, su vida como madre y como mujer habían sido todos ellos sacrificados a es.t a pieza teatral reiterativa que parecía hecb'il.· a su medida, el único pape l que podía proporcionarle satisfac~ ción y mantener su sentim iento de identidad sin romperse en pe'

1

dazos. Poco a poco llegué a da rme cuenta de que el marid-0 de Blanea, a quien ella estaba constante mente agrediendo y quien siempre~ había respondido tal y como se esperaba de él, era, pese a toda · apariencia, no sólo un objeto esencial, ~ino también un objeto bel néfico en su vida. Es decir, él ocupaba el lugar de un objeto adiqti·¡ vo. Al igual que un adicto a la heroína, Blanca sentía que su aM · ción es taba destruyéndola , pero la necesitaba y la perseguía .cm , una determinación inquebrantable. Al menos desde el punto 01l vista de su economía narcisista, su «verdadera mierda» de mariol desempeüaba el papel de un objeto transicional, sin el cual se hú biera sentido vacía, asust ada y desvaloriz~tla. ¿Cómo vamos tender Ja trama y Jos pe rsonajes que constituyen Ja mayor parte drama psíquico de mi paci e nte si ella misma ignoraba que estuvii: ra escenificando esta obra en un escenario transicional, en el mu~ do exterior? ¿Por qué medios podría llegar e lla a e ntender que «verdadera mierda », quien tenía el papel principal y a quien:. consideraba tan dai1ina, e ra ;un ob jeto necesario y de incalculab¡ : valor? Nos encontramos aqu í con una pequeña B.lanca a la edad ' que las nif1as juegan con m uñ ecas y les adjud ican papeles impo· . tan tes en la externali z.ación de sus temores, tensiones y anhel. ·· internos. Cuando vemos a una niñita dar unos az.otes · a su muñe~' porque .:;e ha portado mal e n el colegio, no ha querido comerse q_ue había en. el piato o ha:contestado a m.a
aJf · ful'

:u

EL TEATRO TRANSICIÓNAL Y LA BÚSQUEDA DE

INTÉRl'l~ETES

75

que sufrir, sino tarnbi~n para invesrirla de lodos los rasgos no tkseados que ella misma 110 desea reco nocer como suyos por micclü a perder el amor de sus padres. El juego le sirve para :1segurarle que es una nii'la irreprochable, una niila ideal quiz:í, que trata de alcanzar lo que pu e de haber interpretado corno unas dcmanda1s parentales ele perfección . De heého, ·a Blanca 1e habían pedido de niiia que mantuviera ciertos niveles de conducta y que aceptara situaciones emocionales pci10sas que no e5tán al alrnnce de las capacidades de cualquier niiio . Tuvo que elegir ele un modo absoluto entre sus padres cuando és tos se divorciaron, pero no quisiera detenerme aquí en la realidad histórica de Blanca . Me preocupa mucho más ilustrar un aspecfo de los procesos mentales de 131anca mediante el cual fue capaz de crear y mantener una identidad ilusoria, aspecto que le ·pa reció ser el único medio de satisfacer a las exigencias sinsentido. Para sentirse querida tenía que renunciar a muchos de sus deseos pulsionales y se había convertido en una especie de inválido psíquico. Así pues, fue toda una proeza descubrir un marido capaz de expresar y llevar a cabo todos aquellos aspectos de sus necesidades y deseos que había tenido que rechazar. A fin de preservar una imagen narcisista tolerable frente a sus perseguidores internos, Blanca vivía, a través de su marido, todo lo que para ella era, en el más amplio sentido de la palabra, impensable. Él podía ser sexual, torpe, sucio, descuidado y desali11aclo, así como indulgente en exceso con sus hijos, de un modo que ella jamás había conocido durante su infancia, y ella estaba ahí para comprobar que se le castigaba debidamente por ello. É l encarnaba todo aquello de lo que se le había acusado en su infancia, capacitándola así para mantener intacta Ja creencia de una imagen ideal cJe sí misma . Para existir tenía que ser perfecta . Es te método primario para tratar con el intolerable dolor ps íquico por supuestó no es más que una de las múltiples manifestaciones posibles de esta difícil situación. La mayor parte de la energía psíquica ele Blanca estaba dirigida a buscar la prueba ele que, realmente, poseía las valiosas cualidades que creía necesarias para ser estimada y querida o para que se le permitiese existir. En muchos aspectos usaba a su marido de espejo, como si buscase su propia imagen invertida: «Él es la imagen misma ele la maldad , ¡no yo!». A fin de mantener esta constante producción psíquica, se había visto obligada a renunciar a casi todas las satisfacciones pulsionales; encontraba placer en muy pocas cosns, y sus relaciones con los demás eran conflictivas o carecían de sentido. Incapaz de . observarse a sí misma o a los otros, se hallaba desprovista de los

o

76

EL TEATRO TRANSIC!ONAL Y L\ BÚSQUEDA DE INTÉRPllETES'

1

11

períodos ele vacío en su vida. En cieno modo. no tenía pensamicn· · . tos rnús que para su rn;1rido. C't1<1nto peor se comportase él, rnús se 1 convencía ell;i de su propia bondad. Sin ella saberlo, su marido era J el recipiente imaginario de su propia vida pulsional. Todo lo que le . 1 estaba prol~ibido lo disfrut<.1ba en lu~~H suyo, como el predicad.or " 1 compromet1clo en·una apasionante busqueda de pecadores a qu1e· · nes espera redirnif° de los muchos pecados que él es incapaz de cometer. Pero su marido no siempre cumplía el papel designado. A veces se revolvía contra ella coléricamente, y en "una ocasión vino abajo y lloró diciendo que riunca entendería qué era lo que · ella quería ele él. En esos momentos, o durante la ausencia de su marido, su pesadilla viviente cesaba y era sustituida por sentirnien· · tos de vacío y muerte interna. El teatro interno ele Blanca evolucionaba le ntamente, penni· tiéndose reflexionar sobre sus frnstraciones y descontento, en \'.ezl de lanzarse a una acción batalladora en un intento de huir delco lf· nacimiento ele los sentimientos penosos sobre sí misma. En espe· cial. los espacios v<1cíos empezaron a llenarse . Se enriqueció psí:" quicarnente conforme pudo llegar a aceptar los múltipies y valiosm impulsos llamados «malos» que nec~sitaba poseer para sentirse,. realmente viva. La «nii1a-miercla», torpe y mezquina, se convirtió ·. en un personaje importante en el esc;enario analítico, y fue capaz, · al fin, de serle reconocido su derecho a existir y tener algo impor· !ante que decir. La pequeila miercfa pudo ahora hablar con lm objetos parentales a quienes había tan brutalmente introyectadol.'·. ' en su estructura psíquica durante su infancia, y pudo descubrir:. ; ahora en qué medida su yo consciente se había identificado con lm; i exigencias aparentemente crueles e .imposibles. Conforme empezo a permitir hablar en primera persona a la niila malvada que habí11 en su interior, la rep.resentación de su identidad, hasta ahora mur'· lit~i~ada, e1m'.11chó sus conf'.nes, permitiendo que las escenas dra 1: mat1cas que siempre se hab1an representado en el mundo extern-0 , se elaborasen internamente . ., !

sel

.. i

Las relaciones adictiv2s y los fenómenos transicionnlcs

I' :

Este tortuoso modo de situar las tragedias internas en el tealrf: del mundo es más complicado de mantener que la creación de u1. ; deli río o la construcción ele un síntoma neurótico,· aunque sólo sei ! · por su inherente fragilidad. Aquellos dramas en los que el indivi· ·,. duo es el autor desconocido requieren también una determinadi ·. mnnipulación cie otras personas, y tienen que buscar implacable·.' ¡ mente lac; necesidades \' clchilidadr~' de lo~ otros nara descubrir ·.

EL TEATRO TRANSlc:tONi\L Y L:\ G(;SQUEDA DE INTI~ RPRET[S

7

quienes repr~'se ntadn los p;1peles predeterrninad .. •s. Todo lo qu(· 110 se ajuste al marco de la cscena preconcebida nu rc:cibe ninguna

investidura libidinal y muchas veces ni siquiera se lo percibe . El autor est
'' r~f\n1· i .~ r·1::.

t.·,

; ,y,.,, •.·:. ..

, f ....

J,..,

....... .... ,. .. ¡ _ _.,

··

1

·--......__

.)

_,G)'

78

EL TEATRO

Tl~ANSICJONAL

Y LA U.ÜSQUEDA DE

INTÉRPlffl~:I! ..

1

'

todo el entorno materno. Es un objeto en vías de ser intcn~~1liza(io, ;,_, aur~que está todavía _Iejo: de ser el fundam~~llo de lo_ que un di'. f'· sera una estructura s11nbol1ca interna . Un n1110 pcqucno no es ca J paz aún de identificarse con un objeto interno ele este tipo y, po '..l tanto, de utilizarlo, ya que la posibilidad de ser una buena madre. j asumir la función materna para uno mismo es algo que pertenc :¡ al futuro. El objeto o la actividad transicional representa rn1 . ; .• . . .t un1on con la madre que ayuda al nil1o a tolerar su ausencia, a 'I como la capacidad para usar la palabra .«rnarná» permitirá m' ·¡ adelante al nil1o pensar en ella en su ausencia e imaginar q;t está ahí. ;I De acuerdo con la concepción de \Vinnicott, si este proce~o ;¡ ve obstaculizado por factores ambientales o por los problem ·1 conscientes o inconscientes ele los padres, al niño sólo le c¡ued~1 u j salida, escindir la imagen de sí mismo en dos: una parte encierra ¡i mundo secreto y subjetivo del nii'io, mientras que la otra se ¡)lie¡ ~1 a las exigencias del mundo externo. Este segundo self es un falso aunque vital, sel[; es decir, una adaptación al mundo exterior, peri;, separado de la íntima realidad psíquica del nil1o. Posteriormenlt ! · tales niños pueden vivir como si no fueran «enteramente rea les• ·. Pueden sentir entonces que no entienden el mundo que les rodea, ;, se separan de los demás sin haber obtenido nada, es decir, «VI ':cíos». . Este tipo de escisión en la realidad psíquica puede predispo,n11· a las personas a que manejen los sentimientos de irrealidad y v ' ciedad de un modo adictivo. En lugar del objeto transicional de" · infancia, con su capacida d pa ra tranquilizarles, el niño que hay ' estos adultos pUede segui r buscando objetos transitorios, droga!- ' rituales sexuale;;, otras per~onas en una interminable búsqu compulsiva que sólo proporciona un alivio temporal. . Cuando se escoge a otras per"sonas para un papel adictivo para que hagan las veces de droga, consecuentemente se cspe que cumplan una de las funciones normales del objeto tra1~sicion tranquiliz_ad_or del self de la infancia, e~ decir, propo~cio_n~r al sujl to el sent1m1ento de que es real y que llene un valor 111d1v1dual. ' · . pues, no sólo se las necesit a para consolar al sujeto y mantener , hortleo·stasis narcisista, sino también para llenár los huecos del se. timiento de identidad del )'Oi huecos cr.eados por el discurso paml~-· tal que parecía nega r al niño un lugar en el marco familiar y esl. ¡ blecer un ideal imposible con1o medida de valor personal. En ,:, fantasía del sujeto, la persona escogida es totalmente resporm~: de todo lo que ocurra; la felicidad no es considerada como un seo, sino como un dcbi;:r que tiene que cumplir la persona tran~: cional o sustituta de la droga. Inevitablemente, este otro especi 'i

J

il

l il :

EL TEATRO TRJ\NSIC!ONAL Y LA B(JSQUEDA DE INT É RPR ET ES

79

se muestra, tarde o tern pra no, inadecuado para el cum pli111ien to de . estas expectativas, y entonces puede ser acusado de indiferencia o de falta de percepción de las necesidades urgentes del sujeto. ColllO los niilos peque1·ws bajo el dominio de la megalolllan[a infantil, las personas que utilizan a otros de este modo tienden a pensar que el fracaso del otro· como droga, para cargar con Ja total ~esponsabi­ lidad de su felicidad, es la prueba de que no se ha preocupado ele sus deseos y anhelos personales, y ni siquiera de su existencia. Estas proyecciones persecutorias revelan Jos patéticos esfuerzos del ni(lo por dar sentido a los pensamientos y sentimie11tos que eran incom.prensibles durante la infancia.· El papel de los mecanismos de defensa primados en las relaciones adictivas

Aunque esta solución psíquica al dolor mental no es calificada coino una formación delirante, se requiere que actúen mecanismos primarios ele escisión e identific::ición proyectiva, tal como los des_cribicron Klein (1957), Sega! (1964) y Grotstein (1981); y el proceso de pensamiento secundario, a partir del cual se construye el pensamiento verbal, está contaminado por elementos del proceso de pensamiento primario, es ckcir, modos de razonarniento parecidos al sueño (Freud, 1900). Desde el punto de vista de la economíi1 psíquica, es patente la fragilidad ele tales relaciones cuando desemL peñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio psíquico. Tales relaciones pueden considerarse adictivas, en el amplio sentido de la palabra, ya que la dependencia respecto al otro es extrema, aunque el otro sea tratado corno una sustancia más que como una persona. El creador ignora por completo que él es quien escribe los guiones y dirige todo cuanto ocurre en la relación. En la fantasía inconsciente tales modos de mili zar los objetos externos como si fueran inanimados forma parte de la creencia infantil de que uno ha creado por sí solo todo cuanto existe. Pero los desdichados creadores ele estos dramas han ele sufrir también el dolor incomprensible del niño pequeño, cuyo cumplimento alucinatorio de deseo fracasa y vivencia todo lo que ocurre corno el efecto de la capacidad omnipotente del otro -interpretada como un deseo- para hacer sufrir al niño. En este estadio del desarrollo psíquico del niño la omnipotencia ha cambiado de sirio, señaland o que el proceso primario de pensamiento está empezando a coexistir con modos ele pensar del proceso secundario . En la terminología ele Bion ( l 962b) la función «alfa», que supone la capacidad para pensar sin distorsión psicótica, está intacta, pero todavía persiste una visión fusiona! de la relación con los otros.

.-

1~ 80 . 1·

EL TEATRO TRANS!CIONAL Y LA BÚSQUEDA DE INTÉRPREI;

EL 'l'EATRO TRAt'1SlCION1\L Y LA BÚSQUEDA DE INTÉRPRETES

Volvamos, pues, al esp;1cio transi.cional que e n tantos aspelll recae en dos mundos y dos modos de vivcnc i hacen necesarias las dotan ele una fuerza tan resistente, Ja posibilidad de modificación mediante el análisis es a veces du · sa. Como en la drogadicción, ex iste una profunda ambivale hacia el objeto de necesidad, así con1o un se ntimiento de incar• · dad para tolerar, elaborar y, finalmente, resol.ver las tensi emocionales. La ambivalencia fundamental ligada a la -o las- persona•' cogida en la edad adulta para desempcúar funciones transicion• está destinada a desplegar su fuerza tamb ién en la relación ana~, ca. El analista, como objeto externo privilegiado, será tarn vivenciado como una madre primaria, la cual es, alternativame excesivamente «buena» y excesivamente «mala». Al mismo¡¡, po, el objeto o el compai1ero escogido en la relación adidivi- · considerado también como una ;,co!;a» muy parecida S un ob1 transicional auténtico y, como tal, se espera que pueda ser n . pulado a voluntad del sujeto. Tratar a los objetos humanos col~' fueran objetos inanimados e:; una forma arcaica de amar. Per ;: cualidad evasiva del objeto vitalmente necesitado da lugar a -' doble deseo: ser uno con él en sus aspectos ideales, y al 11i · tiempo desconfiar ele él y proregei'se de sus supuestas malévll< ~nfluen~ías. En la. relación analític'.l la intensidad de la demal 111consc1ente -fusionarse con el objeto y recobrnr todas las dun·· siones idealizadas de uno mismo que han sido proyectadas subr1tl', representación- es claramente imposible de sat isfacer. 1\ l mi tiempo, la ~·abia ilimitada que esta .situ3ción estR destinadn a et'·. busca cont1nua111entc ser external1zada en la transferencia. ' Con tales analizandos, dcsgarradós entre la creencia en k1s · ·•·

1 1

1

~

(!Cl't~'.

hrnr:.fic·n,

d1 "l

~l 11 :'1lii...: i .:.: "

~

l'.1

r'r1::-· ...-·11r';~1

;1 .11 ..:01r i :t

,.¡f'l l""<.'t~H

Pn

·

81

garras de un mago capaz de hace rles sufrir por puro placer, el anúlisis de la rel<1ción transfcrenciai se hace más difícil que nunca, ya que los puntos de referencia ickntificatorios es tán tan confusos corno lo están las relaciones externas. El paciente sentirá con frecuencia que el analista es el responsable de la confusión resultante. En esta atormentadora situación transferencia!, impregnada de hostilidad y de una ex"trema dependencia, estos pacientes no despliegan fácilmente en el escenario analítico las escenas ele amor y odio que necesitarían ser verbalizaclas, adquiriendo pleno ~ igi1ific a­ do quizá por primera vez. Sin embargo, si se establece en la relación un sentimiento de confianzá en el analista y en su capacidacl para aceptar y comprender los se ntimientos de amür y odio --·lo que no siempre ocurre-, entonces el analista, objeto transicional sustituto, puede ser vivenciado como un objeto tánto real como imaginario en el espacio de sus dos subjetividades, de modo que entre el yo del analista y el del nnal;zando pueda tener h1gar un auténtico encuentro.

, ____J 84

IV ¡·

LA INTERPRETACIÓN DE LO IRREPRESENTABLE: COMEN A UN NIÑO i 1

1

i l

:¡ 1

1 i !

1

! ¡ i

C uando Isaac vino a verme por primera vez aseguró que jamás había padecido ningún problema psicológico hasta que, a los cuarenta años, le picó una avispa. A partir de ese momento empezó a padecer ·unos ataques de ansiedad ,insoportables, una neurosis de angustia Je tal intensidad que ninguna dosis de lllellicallle ntos psiquiátricos conseguí;:i aliviar sus síntomas más que por un corlo período de tiempo : Cuatro aiios despt;és reconoció que había liegado a ele pender de los fármacos ele un modo alarmante y, como consecuencia de ello, su trabajo se resentía. Siguiendo el consejo de un amigo consulta con un· analista, pero sin la más míni ma esperanza ele que el psicoanálisis pudiera hacer algo por él. El principal interés de un caso clínico determinado radica·en los problemas teóricos que plantea y las dlldas a que da lugür, ·y que m) pueden resolverse. Y puesto que estos factores a menudo nos motivan a escoger un paciente en vez de otro. tenemos que tomarlos en cuenta. ¿Por qué acepté tratar a Isaac, aun sabie ndo que ya tenía demasiados pacientes en aq uell a época? Y ¿por qué tomé tantas notas durante su análisis? Esto último requiere unas poderosas motivaciones, mas allá del interés en nuestro trabajo clínico y nu es tro paciente. En es te caso, la historia de Isaac prometía proporcionarme una intelección sobre a lgunos interrogantes teóricos que rne habían estado inquietando durante varios años, tales como la relación y sus diferencia s entre los estados histéricos y los psicosomáticos, tema que ya hab ía intentado resolver en una publicación anterior (McDougall , 1978). A pesar de la intrigant e pregL'nta de por qué un hombre habría esperado cuar en ta años -y Ja picadura de una avispa- parn des-

LA lNTERPRETACIÓN DE LO IRREPRESENTAl3LE

arrollar una neurosis ele angustia podría no haber aceptado a anali zar a Isaac, de no habcrllle revelado en nuestras dos primeras entrevistas qu e durante esos cuarenta ai1o::;, supuestamente libres de trastornos, había padecido una serie de enfermedades psicosomá ticas: úlceras gástricas, ataques de tetania y asma y unos síntomas cardíacos mal definidos. Durante algún tiempo yo h[1bía abrigado . la idea ele q~e el eslaGón que faltaba entre las formaciones psicoso_máticas y las histéricas podría rnanifest<1rse, en parte, en esas formaciones intermedias que he denominado manife stacio nes de acting Ollf y que, a menudo, se presentan bajo e l aspecto de una neurosis actual, una clasificación clínica freucliana (1898) poco uti·· 1izada . iY aquí estaba Isaac, con una neuros is de angustia en pleno apogeo, un historial psicosomático en su haber y un a aparente aú sencia ele histeria o de. cualquier otro slntoma neurótico definido! Además, encontré que era atractivo, inteligente y un poco «loco», de un modo que suele atraerme (aunque antes ele que e mpezara su análisis, Isaac se considerase como la persona más sa na qu e jam ás hubiera conocido). Con toda franqueza, debo señalar que me ofrecí a buscarle otro analista, ya qu e yo no podía tratarle por el momento y sus sí ntomas y sufrimientos eran considerables. Sin embargo, Isaac rechazó firmemente mi ofrecimiento. Estaba dispuesto a esperar un año, siempre que pudiera verme de vez en cuando . Estuve de acuerdo. Se diría que no s habíamos escogido el uno al otro, para bien o para mal.

¿,

. Isaac y la avispa

Expondré brevemente la historia de Isaac tal y como la expuso en nuestro primer encuentro. Cuarenta años, casado con una mujer diez años mayor que él, a la que quiere tiernamente y con quien tiene varios hijos, ya adolescentes. Me ha pedido ayuda a causa de Jos frecuentes ataques incontrolables de angustia inmotivada. Le suceden en la calle, e11 el trabajo, cuando está solo, cuando está lejos de casa. Empieza a sudar y a temblar repentinamente, tiene dificultades para respirar, y también unas terribles taqu icardias que llegan a 120 pulsaciones por minuto. En esos momentos siente que la muerte es inminente. Los ataqu.es ele angustia empezaron hace cuatro años, despué s de que le picara la avispa. A partir de este momento ha consultado a varios médicos y psiquiatras; los ataques se c·ontrolan durante algún tiempo gracias a una intensa medicación, pero los efectos calmantes acaban por disminuir y de nuevo hay que cambiarla. Isaac tiene mi edo a la dependen,~~~ . .

rlP !" . .:- 1n P tl; r•l').r~ÍnnF-•<'

nc.•;r111;fih-;r>".' '-'

f #1nt·p(·

n11nf"''l

) ':)C'

h -:1hf·;1

t1"1-

86 L\ INTERPl~ETACIÓN DE LO IRREPR ESENTr\B LE .1

li

1

1

1 1

!

,. .o)

rnnclo), e igunl111e11tc k pcrtul"lia que sus sí11to111as v·ayan a empCl)rnr. Siempre le h:-i gustado estar so lo , pcr\) ahor>. Vo lve ré más adel3nte, en este capítulo, sobre este importante tema . Las circunstancias del primer ataq ue de ang ustia son las siguientes: l s
f, \ l ' 1"1 "'1

'"I

f

I,"'

1, ' ' , ..,

' ' 1 ,.., , • • • , , ,. J .... •• ,.

L. , . . • • ...

.

~

..

• . . •

1 -

Lr\ INTERPRETA C I ÓN DE L O rn.Il E !'l~E SENTABLE


El psicosoma )' la madre

Encuentro que esta des preocupación es un rasgo común en aquellas personas en las que prolifera n los síntomas ps,icosomáticos, como si una divina providen cia velara por ellos: la mad re siempre amorosa ele la primera infancia. Sin e mbargo, una vez que su enfermedad ha sido diagnosticada, muchas de ell as se convierte n en madres excesivamente atentas consigo mismas. Se preocupan por la parte enferma de su cuerpo co mo si de un niño se tratara. Esta observación plantea la pregunta de si el estallido psicosomático puede o no provocar una re organización del funcionamiento del Yo en un sentid.o positivo. A menudo se ha suger,ido en los esc ritos analíticos que es ta reorganización pudiera ser la meta secreta de la enfermedad, pero considero qüe constituye un beneficio secundario y no un fac tor causal de la enfermedad psicosomática : Sea lo que fuere, la de spreocupación 'se convierte, con frecuencia, en un a preocupación hipOcondríac a, Este cambio indica, por lo menos, que las fuerzas de vida se han movilizado para combatir a la muerte insospechada, buscando recursos en el inconsciente. También dan lugar al miedo a la mu erte psíquic a en forma de frag mentación del Yo y temores de casfración nrcai cos expresados en las fantasías de desintegración corporal y muei·te biológica. Predomina más la ansiedad psicótica que la úeurótica, ya que en pacien tes como Isaac no se han creado defe nsas: co ntra ella . Es interesan te recordar qu e a los co mponentes de las ne ui·osis ac tual es Freud (1914) ai'íadió posteriorm ente la hip ocondría, a la que co ns iderab a co mo una investidura de la libido narci sista en el self somático. El indudabl e es tímulo para las preocupaciones hipoc ondríacas -en las que a la enfermedad se la Lrata co mo a un bebé enfe rmo- puede ser necesario y válido para instaurar un os cuidados y u n a preocupación por el cuerpo y su funcionamir:nto, a veces por primera vez en la vida del paciente.

. Pero volvamos a Isaac y a nuestra primera entrev ist a. iI~aac insist~ en que no cree en el anülisis, .<11 menos para é l. Su mujer babia seguido un psicoanálisis que le fue muy beneficioso, «pero ella tenía pro blemas y yo no ». En segundo lu gar, le asu stan much o

L/\ lNTERPRETAC:lÓ 1'1 DELO lRREPRESENTAJ3LE

87 los efectos que el análisis pueda tener sobre é l. Le pregunto que qué es lo que podría ocurrir y co 11tes t<1 CJlH: puede dcst1'uir su creatividad. Isaac ti e ne una teoría personal, según la cu;tl las enfermeclades psicológicas l1acen que b gente sea más creativa, «con tal que no se investigue sobre ellas». Una curiosa forma de angustia de castración, común a muchas personas crea tiva s. Sin embrngo, en vista de su sufrimiento, está dispuesto a arriesgarse, con la condición de que le prorneU1 que no voy a hacerle un «anúlísis completo» (¿sólo una castración parcial?). Su siguiente objeción fue que él no es un «caso analítico típico» . Le pregunto qué es lo que quiere 9ccir, y contesta que nunca ha tenido problemas sexua les. E l es absolutamente «normal» . No queri endo parecer socrática o persecutoria, renuncio a preguntarle qué es lo que entiende por «normal». Sü última reserva respecto al; análisis se refiere a Jo que ha oído sobre l_él t_rnnsferencia y a la observación del profundo apego ele su mujer a s u terapeuta masculino. No quiere com prometerse e;nOcionalmente de este modo con nadie; es un hombre independi6ite.. y-seúliííámüchó t én~r -un sentimien to ele dependencia hacia aigúieii~ ·. ·

1

88

1

....

··- Eh realidad, sin darse cuent::i , Isa_a.c tenía un miedo horrible. a modo que, · durante su infancia, fl!e el· i!1strumento de su· madre,·.···

SLl!_~~~.Lln:i~ntUb.a-Y- c9ntro l-a bac:ir~x:ct'.'sD~~ñli\Ci'1:es __u_tiTIZ.~1: m Eií U.~~--~--~Q_Ulij.o.s...co m0--par-l~&-.de-sí--rn.isma s.. o-de__stL pr.o p io_c~ '

1

terna (u objeto inanimado, en el cJso de las adicciones a ciertas sustancias). En los pacientes psicoson1áticos la tendencia a las relaciones ;1dicrivas se polariza, ;¡· n-iemiclo, sobre e! médico qu~ les está tratando, formándose así un triángulo edípico compuesto po_r .. el métlico, el paciente y el «niño», representado por el órgano qu,e . sufre una repentina y evidente clishnción somática.· Al igual que eri la primera infancia, el cuerpo es vivenciado: inconscientemente, como un objeto e.xternopara.. Ta - r;~tq~~ .' A pesar de su miedo a h;ic,erse adiéto al análisis, y así pas;-ir a depender desesperadamente de él, Isaac fue capaz de venir a verme porque sµbía , por la primera co nversación telefónica que ma_p tuvimos, que no tenía sitio para él. El compromiso ele que le vería ocasionalmente, hasta que pudiera ofrecerle cuatro sesiones semanales en diván, le pareció perfecto. El tiempo de espera acabó siendo de dieciod10._i11e·s-es, con un Isaac que pedía, cada vez con mayor frecuencia, más sesion es extras. Cuando esto no era posi ble, grababa sus asociaciones libres en una cinta y me la traía. Durante este intervalo me enteré de hechos importantes sobre el inicio de los trastornos gástricos de Isaac, qu e me proporcionaron un valioso «insighc;; sobre los «ÚO representables» que con¡ribuyeron a la creáción de sus trastornos P?icosqmáticos y su net1ro-sisº de angusÚa. La historia de su úlcera surgió a raíz ~le dos importantes acontecimientos que sucedieron cuando tenía diecinueve ai'los: su fracaso en un importante examen ele acceso a la universidad, a pesar de ser un buen estudiante, y sus primeras experiencias sexuales. Pensó que, a diferencia dtl examen, estas últimas . las había pasado con éxito. Pero esta entrada, aparentemente llena de felicidad, en su vida sexual adulta movilizó unas fonrn)s primarias y muy profundas de angustia, de las que estaba totalmente ajeno. · A lo largo ele los c!ie.c::JgchO primeros meses de contacto esporáclico Isaac reconstruyó también el clima emocional en el cuallc picó la famosa avispa . Para su gran sorpresa; descubrió que estaba muy ce··ioso' Cfé'su.; rnigo Pedro: la mujer de Isaac y Pedro no sólo habían estado hablando de sus p~icoaq~lisis, haciendo que Isaac se si.!1tiese excluido, sino que tanÍbién sintió que Pedro se dejaba influir .clei11ásiác.lo p(;¡: su_pr9¡)ia mujer, lo que le irritaba extr~1ordinari;~men­ fé''.- "(Kli'"primera «hipótesis libre- flotant e» fue que elaguij ón de la Svispa podía representar, incons.cientem.e nte, una penetraciónhoinosex[1al deseada y' temida, en . la que el de seo inconsci~nte de Tsiúic e r·a ¿cupar el lugar las dos mujeres en n::lación con Peclro . Es fo i)afecía -e;1lazar con unit ictentificación hist érica , en su fanta sía, con el infarto de su pad;·e, así como con su irritación con su

-· - - - -, - --- · -

co1~yerfüse en el instrumento de la voluntad de otro, delmismo

!

1.

LA INTERPRETACIÓN DE LO IRREPR ESE NTABL E

po : Pue~ie~l_~illLruS..L ni¡}~Líllgunos._de_s.us_.conflictos_e_intm:_ , tar-!Uegocontrolarlos a trav.é_s_J1.eUunci.onamientu..s.Q!11ático de éste ,_~As(,.,..~11_a.. n1adr~ - podría, por ejemplo, aplicar ene~~~~ cuencia a su hijo para 1.i brarse de un sen timi ento de angustia.o de la fantasía inconsc iente de estar sucia. Estos nifios S'é·'c;.onvierten en adultos aterrorizados ante la idea de sefcolom'.fiiTlos ,por personas-:. corno sus madre_s. Prote~ ardientemente sus-líi11ite~ y sus fronteraS':l\TITilsmo tie!T\p~jrnede~~ie crezcañ-el1esteárea protegida, perosin estar plenamente convencidos de poseer su propio cuerpo o sus funciones y, por tanto, de ser responsables de ellos. Esto puede convertirse, más adelante. en el punto nodal de la formación de síntomas psicosornáticos. Las consecuencias alternativas pueden ser la construcción de creencias psicóticas o perversiones '.. , sex uales. ·c0s·-¡:;·i1cie nt es como Isaac nos revelan, durante el análisis, que han tenido una relación adictiva con sus madres, yhe a_quí <1. Is¡iac ¡ya aterrorizado por -la · idea de hacerse adicto· a su analista! En lugar éfe identificarse con una madre interna «Suficientemente bue-· na» (Winnicott, 1%0), ex iste, en estos pacientes, una «!.~e:1 .ti.{~c~­ ción adhesiva» (1Víeltzer y colaboradores, 1975) con una figura ex-

de

maclr•::.)

LA INTERPRETACIÓN DE LO IRREPRESENTABLE

s-·

El !cITor y el anior asfixiante 1

J~esumiré en este punto los primeros afios dd intenso trab•j . analítico de Isaac. A peS\lr de su determinación de <~no tener nau"''· que ver con la transferencia», Isaac se sintió en segu id a muy ligad~ a s u análisis, y no s internamos en la luna de miel habitual de 1 prc)ycccfrines edíp icas: estaba ce losamente al acecho de. cualqui sig'fio de la ex'.stenci.a d~ otros pac!entes; especulúba ª!ll!)_lianientel ' sobre las demas habita c10nes de mi apartamen10 y dec1d10 -a pe 1 sar ele las pruebas que clcmos!raban lo contrario- que «a llí no! ha,~í~ ~-i·1~~. ú1_1 _ h?mbre". ~ntre sus asociaciones Isaac irnagiiío l l!I {· caso de incesto y comento que no acertaba a comprender por qm ,t tenía que estar prohibido. Todo esto condujo, finalmente, a su : redescubrimiento del importante papel que siempre había desem· peñaclo en la vida de su madre. Hijo único, había siclo para elln «su., hombrecito», y duran!e muchos a1ios le llamó «mon petit soleil• (rni pequeiio so l) . ~!:ID.11~1() g~:'_ padres. se pele~ban, su madre se iball! a dcfráíir con Isaac. Sostenía que sus padres tenían relacio11e1 t sexuaies, ,:;éro estos recuerdos le llevaron a aceptar que, a pesar de l ~t?9?.! _compartían la misma cama la mayor parte del tiempo. Di todos modos, el contacto entre Isaac y su madre parece haber sido "11 inusitadamente íntimo, y se diría que su padre no tomó ninguna medida en los primeros ai1os para separarles, como si hubiera en·

no

1 1 1

tregado el nii'io a su madre para que se convirtiera en su co. m.ple· 1i... mento fálico. Al meno s, así lo había interpretado Isaac. Parecía ~· coincidir en todo con la hipótesis freudiana de que el principal ~. deseo de la mujer era ser poseída por un lliii o varón. Conforme . rivúnzabá el anMisis lsaac empezó a preguntarse, por primera l'CZ, si su padre no estaría celoso y enfadado con él:. ·sentía realmente qué había os:_upaclo el sitio de su padre respecto a su madr~. Algunos recuerdos inolvidÚbles ele la i11l'ancia, así como los detalks históri cos, eran también un importante anteceden te: Isaac pertenecía a una familia judía no practicante que huyó de París durante la ocupación alemana. Tiene un recuerdo recurren le en el que su méldre, durante un bombardeo, se arrojó sob re el pequelio Isaac, por detrás, cubriéndole con su propio cuerpo ¡)ara protc· gcrle. Los diferentes co nt extos en los que vuelve este recuerdo. a pesar de los sentirnicntos tiernos y conmo,·edores qu e despiertan en l sa ac, me lle va ron a pregunta rmc a mí misma ~L!_aJ.~1·1 t{!~Íi! ,tl,ql '.~~!.~U0.11_cL~_ J<1 _ ayispa>~ .no s.e hubiern podido ckslizar .en el.i.ut;ous· ciente ·-,rrrns·.....de -....Isaac, como · la avispa que le cogió por sorpresa,.dc~d~ 'bur:1nte esta misma época Isaac fue envi;1do a un co legio cató· licn , por lllO(Í\'OS e.le: Scgurid;ttf. r\ccuerda.h;1bcr<;t> <; e11 1irln tlif,.,...,.,,,

..

90

LA INTERPRETACIÓN DE LO IRR E PfU:O SE N'l'Al1 LE

ele los otros. A pesar ck la realidad Lk la situación y de saber que el peligro era verdadero, llegamos a C•!rnprenckr que la «d iferencia» incluía el sentimiento de tener una r:~ Iación con su madre diferente y más peligrosa que la de tos otros. La realidad histórica acentuó, sin duda alguna, la actitud intensamente protectora ele la madre, pero esta explicación no bastaba. Desde que era pequei'io Isaac tenía una pesadilla recurrente en la que un gato se le"enroscaba en d cuello y amenazaba con estfan. guiade. E11 sus ' asoCíaciol)es a este SUe'.i'tci repetitivo el «;tmor a$'fi'xiái1te» de la madre amorosa en excesó se puso claram~nte de ma' úifiestci y pudo ser conec tado .c on su frecuente !emor recurren!e a que yo y el análisis «asfix iáramos» su creatividad. · La palabra pussy (*) en inglés y en francés tiene un mismo significado en el lenguaje vulgar (sexo d.e la mujer), y las asociaciones con es ta representación-palabra trajeron a Isaac otro recuerdo: solía meterse debajo de la falda ele la joven que le cuidaba pc,ira ,allí ser1tii'se «asfixiado» .. entre. risas· y·L oÍ .ir1meríso deleite, . . Isaac tuvo una serie 'de . ataques asmáticos durante. este período del aháli~is, pero negaba qúe ·difí'cuftadé'.s ·respiratorias tuvieran algo . ql.1e ver con 19~. re.c;qergQ$ ..«S()f9can t<;s». y «asfix iant ~.s » i111í:ircg;1·a·d()s de una ~ii.·iezcla de excitación y terror. No me quedó duela alguna de que estos aterradores afectos estaban, inconscientemente, ligados a las fantasías de los órganos sexua les femeninos y al cuerpo de la mujer, pero para Isaac, que no podía aceptar ninguna conexión de este tipo, eran inaccesibles. Reiteraba,, como si anticipase estas in!erpretaciones, que, afortu11aciamente, 110 le¡¡ía «L:ll absoJµto ning_~~l.~..._e!).g\~§~.i,a_ ,~ex ual» '. ?o.r aqu.eJ.. ~n!PJK~s..,i;:pntó en varias ocasiocrueldad a su gato,\y se sorprendió de su nes que había tratado ~on •,., . . . .. ..,.,,.,.. .,, ... '·' maldad hacia este animal;ü cjliien quería tiernamente. La clave ele esta pelea con el gato se hizo más clara, gracias a una asociación en la que contó que s_<:; s9b.res_a ltabacadayez que su mujer se le acercaba por detrás. La.,.s~(l~11_a el~ ~ig~ ific.a.nte sc¡u e incluían ~u. espalda rcl'dea'da "j:ior e l cuerpo de su madre, la picadura de Ja dvispa por clefr'á's',-Ti:>"s· i'úúéhos terrores despertados por el gato cfo s¿s sueño,s, efexcifoiúe 'juegq .~~IH!il.L ~~asfixiante)) con la joven que 1.e c;uidaba y; ·poii:i;t'íii'.io,·el temor que le producía el qu~ ,su mujer se le acc:i:" taYaT>üfcktfás, mostq1ban claramen!e una angustia total, y de UQ3 calidad abru11yµdora reh1cionacla con el sexo y el .c uerpo dG su nv1 dre (**),'que Isaac aún no era capaz de comprender. "

-sus

_., . '

'

,

(') · N. dd T.-La palabra pussy puede 1raducirsc por ga to, minino; en argot , por liebre, con lo cual se podría parecc:r
·• • 1 LA lNTERPRETi\ClÓN DELO JRREl'l~ESENT ..\BLE

1

')\

El c1..rnsta 11te !error a
El primer vislumbre de síntomas neuróticos

Mediante este material Isaac tomó conciencia, en primer lugar, de una serie de síntomas neuróticos y de las inhibiciones no reconocidas hasta entonces referentes a las mujeres. Anteriormente los sentimientos respecto a la sexualidé!d de la mujer, que podrían haberse hecho co nscientes, habían sido o bien evitados por medio de recursos contrafóbicos o desca rga dos mediante una acc ión inmediata de cualquier tipo. Por ejemplo, Isaac se dio ele bruces con la asociación de no hab er sido nunca e<1paz de mirar a una mujer clcsnuda y apartar rápidamente la mirada si veía ropa interior fe~ meni na en alguna parte. Llego a darse cuenta que el pár1ico y,cl asco se apoderaban de él cuando veía ropa interior feme~ina, e_n ¡i~H ticu+m \;l "de su rnuj e r y la de su madre. Finalmente, la e labo_raciÓn 'i:lé .. estos sentimientos le condujo a la aterradora fantasía ~el. sc.\o de lu n1ujer como u11 gato i1a111briento que podría asfixiarle

é

92

L/\ JNTERPlUO:T!\CiÓN DE LO lRR[J'RESENTA.BL E

con Slt deseo: cuanto 111üs bonita y excitante L'ra la ropa inlL'rior femenina. rnús se convertía en la prueba de la scxualicLld devüraclora de la mujer. (Sería intercs:1¡;·te.. c(i;npMar la inhibició11 de -- ¡;;¡;,;c con su contrapartida perversa. tal corno se ve e n las iormaciones fetichistas, en las que estos mismos elementos peligrosos han s~do erotizados_?• por tarúo 1 si;_.,;~n,- p.a:·a tri~rn.far s~bre la angustia de ca.strac1011 y los temores arcaicos subyacentes al cuerpo de la madre como un objeto con intencio nes canibali stas .) · Durante ese tiempo hice la s siguientes anotaciones: Isaac ti ene también muchas otras inhibiciones «de la mirada»; le asustan los espejos, sob re todo el sorprender en ellos la mirada de otro y, en general, el mirar o ser mirado . También teme determinadas escenas. Por ejemplo, no puede mirar a una pareja besándose o paseando de la mano sin sentir un fuerte sentimiento de
e

. l":•li:•c.;,

tPrn('lrf'"

vnlví~'n

'"..11c:

~1t:\n1 11:"1<:

rlr:.l.

n<::rn~·,

f lr. . c1111;;

~

r•nnc;,1,)>r~i.-

-- - ---=•w.•

w

.-:.-r-.--.-.- .-- .--·,---.--·· 1

• . - -•

LA INTERPRETAC:ICÍ:--.1 DE LO IR REP l{ESEN TABLE

1

93

esos ataques c~>rno un;-i comunicación muda de las mismas angustias. Debido al intenso de seo inco nsc iente de recibir ele su padre este pene m;igico, Isaac forj ó la cree ncia de que hallaba ante .e l pe ligro inminente de ser pen e trado por un hombre. Añoraba esta fanta sía, aún sin descubrir, no .só lo para reforzar la representación fálica el e sí mismo (entre· otros muchos temores neLiróticos, le haGlú preócupado toda la vicia el tener un pene «demasiado peque110))), sino, so bre todo, prirn limitar la peligrosa repres e ntación del sexo y del cuerpo de la n~llj er·. Para Isaac este e ra un abismo vacío y corría e l riesgo ele ser aspir ado, ap la stado y tragado por él. Al no tener ninguna inrngen de un pene paterno que dese mp e ñara un pape l sex ual en la vida de su madre, lareprese ntación me ntal del sexo de es ta última llegó a no tener límites: un abismo que le lle:varía <1 su muerte.

se

Los diferentes es tratos el e rant
o

1

1 1

1 1 1 1 94

Lr\ INTERP H. ET ACIÓN DE LO IRREPRESENTABLE

díacos de Isaac y sus ataques el e an gustia di~minuyeron notable. mente. La única medi cac ión psiquiátri ca qu e seguía tomando en grandes dosis era Valium, principalmente cuando se in,terru mpío por un tiempo nuestro traba jo analítico y entonces resurgí'.lll S l\S síntomas son1g ticos. ·Is aac descubrió qu e tras sus se ntim¡cntos de irrita ción y su conducta agresiva hacia su madre había L!n profundo carii1o por ella y que, . de pequeño, la había qu erido ardiéí1t ement e. E l tierno recuerdo -de su madre echándose sobre él para protege rl e le llevó a forjar la idea de que esto ocurrió para que una figura paterna se desli zara e ntre ellos y le castigai-a desdé atrá s. Así púes; ·e1·aguijón de la avispa adquirió su primer significado simbólico: un ataque castrador del padre edípico, debido a su interés en el sexo de su madre y su deseo de ocupar el lugar del padre. · ' · ·· . . Por aquel tiempo Isaac es taba me nos ¡)reocupaclo por la salud de su padre y dejó de ser desag radable con s.u madre . En lugar de es to , empezó a interesarle el ex plorar las fantasías relat ivas a sus padres como objetos «internos». De jó de so bresa lt arse y ele tener ataques de angustia cuando su muj e¡· se le ;:icercaba por detrás («d <:spu és de todo, ella no es mi padre» ), y también empezó de nu evo a encontrarla ;i°[·i-acti-va sex ual.m.e nt e («después de todo, ell a no es __r1),i rn t1(j_re »). Sin e mba rgo, estos ca mbi os sin tom'áticos no esta bai1 relacionados con los nivel es ~;ubyacentes de terror inconsciente; es decir, la imagen arcaica de la madre-asfi xiante y la búsqueda de apoyo homosexual por parte del padre . Ni hubo ningún ca~11"bi'8 . eh e rmodelo J e funcionami ento psíquico de Isaac, concretamente en la somatización y los ataques de angustia cuando estos estratos pregenitales y homosexuales ~e manifestaban inconsciente1

me'iüe~ ,.--

E l na cimiento de una fobia

Quiero remitirme ahora a la primera sesión de anállsis .sle J s.aac _que · anot~ detalladamente. Nos hall<~bam_Q~--~!Llé.l.._D.:\Ü.ª9._.4~12.~&~i_ii~-::?. ( ~d.~) nuestro trabajo . LasesÍÓn ~s.un ejemR.l O interesariTe'CleT '"in0·c,!0:en corrió_S'e_CüñSfruyen las .ffibias pregenitale~ y también de los diferentesl'necaniSi'ifüs-de-prnyecci'off"e"í·nirnye·cción iilvolucrados en tales construcciones. Isaac había tenido una experiencia dramática re lacionada con e l hecho de estar hambri e nto . Aunque Isaac no lo supi era, e l hambre era para él un constantl'.C~. tn:tLUJl!J~~'~ª<;:~ ual ;;)doncle qüiera q ue oc urri ese . Siempre tenía qu e come r inn;ecr!alal11entc; \.1º .pod í::l en0

Célfar 0SÍ<Jlli(':1nH~nfP l•l Ír11r•~·rt"\ A ;r,.-.

-C.' .. ~

~ -~'"--- ·

96

LA INTERPRETACIÓN DE LO IRREPRESENT J\ 13LE

95 hambricntü despertaba en él irnpubos sexuales inconscientes, de tipo p r irn ario y~crecai~ac:~-¡:~?íclTc"() -o riif lsiln-c:···¡;·¡:~ú~ ió~ ~-~~~ _i_12iÚ_t.!J Sll i11fo111iJ.J1_i::i.!Q_rg_s.9___ y___s;ídico-Ol·ar··entíi1sup~r1n~rcado _abarrotado .de _gente, en cuyo inte~:l"oi.- -t1"cne qu e _:
~---Isaac está púliclo y tiembla, reacio;

J. rv1.: ¿Como de la tienda'? I.: Algo así .. .

l.: Ayer. .. tuve una .experiencia terroríf!c:a ... nunca había estado t;11'i~e rc~lcle:fa~rril:lerfé_e_ii.tü·aa·111rv~(fo. Inclusó ahora me sigue latiendo el corazón con fuerza; me cuest.a. respir_;1r. Estaba hambriento .. . fui a comprar galletas en <{f sótano c!tl superme~cado. Estaba tai1 angustiado, que tuve-~irfcllrsu-·éí.ue fumarme un cigarrillo mientras bajaba en el ascensor. Me puse en La c_ola y de repente me entraron ganas de irme, ya sabe, hay que pasar por uno_ de esos tornos metálicos-que hace clic-clac (Isaac lo imita con sus dedos, como si fueran dientes o mandíbulas que se abren y se cierran). Y después ya no puedes salir. Intenté retroceder, pero la ge1~eñl-" p"L;")aEa-·..¡;~"¿·¡~ - ·;~¡~-,a nt ~·_- ·y;;:1~T ·¡;c;;~-er11ie ·~¡---gi'ffii'r: --rlvr·:··-¿:yá '1iü'el-'a, ptles·;-· ·ü"i1a-;~-ffer1d_a_ ae·--¡i1 imen tación» donde está entrando? I.: ¡Desde luego que no! Cuando oí el chasquido detrás de mí, me dije : «¡Ésta es mi tumba!». (Se calla y le pido que me diga en qué pieñSa_ o_ qtle""síeri"te .) I.: Es grncioso. l-l_c__ts_!2i ~L(~ -~1!UJ.~D~-ª-1_r.i_ie11_tg__<:'.E.Q_~i.~_<2._'!l conturlc esto, la idea de ser aspirado dentro de la tienda para morir. ¿Por ~ reía-cTon-~fta-·erse.xo --éoii - iá --njú_eúe?~- -·

Isaac cuenta esto con un tono de voz acusador que suele utilizar a menudo. Dicho de otro modo, el aná lisis está interfiriendo en su

vida sexual operatoria, que hast a entonces se había desarrollado sin pn)~s.·--

n

sTd<) -regl:eslvameiúe-ae·.

--.-.·- - ·· ··· --.--- ·~-· ·- · ·· · ····---·--

-~

r- - ·--.:~ - ------· · '" - ···~·

desea

-:=T--M:-:.J~ntonces:·¿-e-;;13;;fi¡¡115·3~;-5e- asücla-~~~~~~ -.~uerp;-- de·~) •1. ·-- ·--·----•0 '·--- ---------- -"-~ - "i":":I:;;fGltima vez que Ana y yo hicimos el amor de repente me sentí angustiado; nunca me había pasado.

Podríamos decir que e ~~n a__ ~_g~_1!_1_~~·~~L~~1 n~y-~-~!_i~a ___l_~1_J
a tumbarse en el diván.

~la !l1Ujer)

LA INTERPIU: T,\CIÓN DE LO IIHZEPRE SENT.-\BL[

Di

ad _

J. M.: ¿Angustiado por la idea de verse «encerrado»?

I.: (Isaac responde a esta pregunta con una rápida negación.) No, en absÓlu tO. Me en can ta todo to que se refiere al sexo, las diferentes posturas y todo .eso.- No tengo ni"iedo a quedar atrapado ahí dentro .. ., pero ... , ¡uf! .. ., bueno, a ,, ,...,..,... ,..

: •• ,. ,. ,, . .

,.... ,_

t.,

-·-:'~ ~ I

~ - · ~ - - -·-

· ·- ·· : .1- ...

··-· ' - "-'.:···

r"' ......... , ..

,..;

~

~

!

~-·--··-..J

LA JNTE!{l'!{ETA CIÓN DE LO IRREPl~ESENTABLE

98

97

me nt al hi zo c;1sq orniso el e ese dile111;1 (es dec ir, ama r es igual j i des truir) . Podrí (Frcud, 1926) 11i j;i rnás i1i\:·e ntó n1c'élltnrlgffill.'i '[);frii 'J(),ni;i;ir la cx~ it ;t·ciÓ 1~ .. P.01: co1isiguientc, 'sc. habíii'-·;,~1~;-io··"ii' r1:ó ila c!o' por:. completo. .. ·



...

~·-. - ,,..~ : .--- - -,-

"~

[

¡ '

i 1

l ¡ r

.....~........,.., .., . ,.,.

···- ' ..

.J. M .: (.Co n\l) si la ti e nda le deseara? I. :. ¡Uf!, ¡ ni~J~0x~1~~I~~-~Ll::~:J1]U~-;1~!j~~~~-~~ ,~~. <1 l?S..2XL!.i_~IQ _ ~1h í de ntro' · Si cleb ido a una org~1nización edípica precoz perturbada, transmitida por el inconsciente de los padres, l..!_1_.1:.~E~~~ntacióncl e l sexo de la mujer se reduce a un abi smo sin límites , e11tol1cis"i)'() se' jó·n~-e-~e'lie_deJJ no;-~~-~~-TYel1ecT)-c;~- cx is-te. ~¡ · ~¡e-sgo- ·¡;sí~l~; ico de una continua proyección por parte ele] ni1'io qu e co nclu ce a represe nt aciones persecutorias respec to a Ja relación co n la madre y su . cuerpo. Un tra bajo muy inte resa nt e de Noel Montgrain (1983) sobre la representación -o el frac aso para crear una representa- . .ción- del sexo femenino y su funcionJn1iento sex ual (b ;!saclo en · ' los análisis y fan!asías de numerosas pacie nte s) corrobora' much~1s de mis propias observaciones. Ivfis hallazgos similares es tán basados en su mayor parte en paci e ntes ma sc ulinos, lo que no carece de int erés . No hay duda c¡11 e es tas do s vías de inv es ti gación dan a e nt e nd er qu·e, más allá de los posibles aspectos eon traira nsfe¡,re nci ales, se tra ta de una fantasía co mún a lós dos sexos. Todos hemos tenido qu e pactar con la madre abisal y su cue rpo femenino ~bn lími tes». En su trabajo, Montgr:·1in expo ne que «(l:J representac ión de la vagina) puede seg uir siendo co rn o un ins<Íciabl e agu jero¡ que ab so rbe, tra ga y consum e, y, por tanto, funciona según un modelo de eco no mía puramente pul sional » (p<'ig. 171). (Podría haber a11<1cJido la «\ioraciclad», voracidad .que e l nií)o proyecta en el cuerpo y e n los ojos de li1 madre car~'.ai.:ios el e deseo.) Añade que «es ta fantasía podría se r muy bien un(J de los motivos fundamentales ele! miedo inmanente del hombre CU> ' (pág. 172).

.

sabe

l.: (Co ntinúa.) ~í , la ti enda ele alimentación y la muj er. T e nía qu e sa lir de allí cuanto antes. Me es toy empeza ndo a pregunta r si no tendré algún problema con mis deseos sex ua les. Pero la verdad es que siempre he esta do libre de co nflictos sex uales. ¿Habrá algo en mí que sea hostil a mi deseo? ¿Qué es lo que falla en todo es to? He dejado de pensar qu e '• 111i__ pacj_re 1~1~_ a.c:e_c}.! .Q.S9B?_t_~~DJ.t:!r.1. e:_,i:iJe~~y-:y·; -;;c;··~·~c; n-Aí1:í' cü11ioa·--¡1;T--;·1;acife·.-ü~cemos . el amor _1ú'ejo·r-éíiic·· 1F111·ú1·;·: y-_,--re - g1Jsf'a'"Te';f1Tí'feüte: De tocios 11-iodos, ¿qué hay de _m alo e 1~ el deseo séxli~i1 ~; - · · ' . .. . '' ' ' ,

J . K1.~

(Pe nsa ndo en la tienda de alimentac ión devora do ra .) ¿Algo malo t:: n lqs dcs~ os sexuales de la 1,11uj er?

l.: ¡Ah, eso sí que es nu evo! S~i.1~:.!Úi l_~:i. .q~'.~.E.~~2. Sl~!~,J~i~ muj e res~;~}.~.~~i~~S.0.Eil_n . Es del hombre de quien sie mpre he _. fei1'iCJ0~;;1iedo. Bueno ... , al menos eso creo. Sabe .. . , e l ogro

q u,'.:. . "a º"'.!•.~;,~..~::~~~~~.~-;:;~:1_1_?_~.1~~~.'. o.

f

'

~. ·~---~---·",. . .. ., ........,...,~,..,-~ .

Por tanto, Isaac se ha rnnveriido en Pu lga rcito y ha.proy cc tacfo en el hombre su deseo oral de ogro , sin duda alguna para.proteger el apasionado vínculo infantil con su mad re . Dec ido, de un modo basta nt e precipitado, desenrnascarnr esta maniobr a defe nsiva. ¡··

1

,. , .,_ ~ · ~ ' "' ···· , '>:".

.J . M .: $in ..e.1i1bargo, al e ntrar en la tienda ; e ra usted '!; quien ,ren·í~ ha1~ll;1:e :---(;cur1 ogro un 1a11to reacio·;r··--.,,"~'.'.·:;.~~-'.::~,,.,,. ·

_

.........,......,...,...~.;..,,...,,..~:-·..r..........--.....7.::·_¿-:~.

. ..

.~ ·-t>·v.:-......·:":'->''°l"~.~--=-:.•!to':':.:~~-:::i.·i"~
1

-~

'i

~

Entre los n1c cani smos d ~ introyccción y de proyección, tengo un Isaac bas tante e mbarullad o.

~

~

1 l

"f

I.: ¡Mi e rda 1 ¡Estút ~ld() del revés! Era yo quien estaba. .cn peligro y era la tienda la que iba a devorarme a mí. Iba é} iioso-1Ticrílie···e·1·1,. s·ü·:; · entra11as, y eso iba a ser mi _muerte,...

;E-s·0·..e-si··- ··· ...,.....

· ··

··

y

{

Las fre cue nt es inte rj ecc iones ck Isaac es taban destinadas a po~ ncr . punto final al problema de tener que seg uir pensa nd o; son 111oc!~1s ele utili zar las r,~_~1_b!as como si fucran_ ,~st_l~S_,__L!!11n eq ni s 1110 de d ~s<::;¡¡:g:l:-Uej<.;--·¿¡c; lad () Tci's.cie·s-eos. cfo-'Ts-,1·ac y vue lvo a sus prp~ c~s-.

.- -- >

. • · ·· ··

••

. • .



········' ·

' ....

'

LA INTEIU'fU:::TAC fÓN DE LO !H.REl'fUoSE NTABLE

~:

Lo qu e quisiera resa ltar e.<¡._~¡~saac_.!.:1_1:.1!:!.l'.~U~~-~.i~-.~~~1-~-~-g ~:~0º relacionar esta a ngustia con Jos órga nos ge nit ales. E ntre las mucl1;,1s colisec ue ncíaSCJe- esTrr-incapaeidad·· es taba· el··hec ho ele que la dif~.L~.1}~i_<~-- ~~~ t_1·.e. . !9~ .~~~<.l.5..Y su papel complementario nun ca1 había recibido un ve rdadero sigríilii:iidi:Y ..s'iíúbólico: · ·.· · · ··· estaba .sÓ·¡·;-~·~·¡;e~;~;Jc;"';¡.. ~,~ ;:¡~-i1"iiz-ar su fantasía de la ma_cl_re abisal Y. a relá'i:'ió'iúfffa- ·cüiY' ifflá-rt.:¡:irese~1 ta ció 11 ri-ier1 t:il··ae · ·su se-:m·:-·1\f-¡¡;1-~T-de .. 1~1· se.s'íó i.i.. .ffice:-- ..,. ~" - '·" · - ·· ·· ·· .... ...... ... . -..:..._

--·1s-a·ac

I.: Hoy, cuando en tré, pe nsé qu e estaba muy airactiva con ese !raje rosa, pero me ak rrorizaba mirarla. J. l'vf.: A lo mejor, se trata del mi smo dr;11na. ;.Quién est¡\ devo rando a qui(.~ 11? ·'-

~

1

1•

www rw t

L--~111"""""'...--. -

.



,:

LA 1NTERJ>RETACIÓN DELO Il{REl'HESENTAELE

99 Al sa lir me mira directo a los ojos y dice': «Pues bien, ¡no tengo problemas en mirarla cuando salgo! ¡Sól,) es terrorífico cuando

1

.¡·

'

E.!Jimb .

'

'

f

l

¡

·~~IITut;~~;~g~,~TI'~',i!~~~~,~~~~~~~~~~~~~~~~ºJ~:~~;1:~;:~;_ q~~i.c.'! Li.~.fl.~. 8.~l":.!.:!~'?-5.lE~!.J(l~Q~~r?.\l~§,.

i

t ~ .

f

·.t

j !'

1

'

.. Por e:. jemplo, aqllella noche lsa-ac soñó que tenía que protegerse de una ogresa con ojos de espejo. Era una imagen oníricr, del mito de Narciso. Narciso no podía encontrúr su propio reflejo en los ojos de su adorada y posesiva madre, Liriope, si_n() ~l}!q_el .c.fes.\:'.Q _d.e.__eJla_p.or_la. p.osesió1u~>-;;., elusiva de su hijo. Ninfa de las aguas, se convirtió en la tumba de 's1 s..... ó rv·eiTii·-¿¡-··-;¡

L.-\ lNTERl'fU:TACI(lN DE LO IRREPH.ESENTAílLE

contiene el peligroso objeto parcial. Lis asl)ciacioncs de Isaac le lk\'aron a pensar en su terrnr cuando nadaba. Cuan<.Jn podía ver el fondo del 111ar a tran::s del agua clara, :;in ningún obst<1culo, entonces tenía «miedo de que algo surgiese .de las profundidades». Sin embargo, añade que no le asusta zambullirse en el agua profunda. Le pregunto cuál es la diferencia, y contesta: «Bueno, cuando me riro al agua siempre cierro los ojos. Si 110. me moriría ele miedo». El paralelismo con el modelo sexual de Isaac es asombroso ..

X.º

1 ¡

--·-----··-------·-··-··---·--·-··~

.

' No resisto fa tentación de decirle: «Es tfn alivio salir de la tien--~~'---~-~1_0?!~ ·-·_ !.\_1~~.QQ_s. __1.°!g§_.r.~ünos. ----·-·---·--··-···· ---··· · ·- --······----···· ---···---Debería añadir que, con frecuencia, tengo que tener cuidado de no hacer comentarios seductores con aque:I19s p~¿ie11te·;;-:~·q"líe

?

100



:\

l~~ ~-&;··:i1~!~1.:0C:_i1_:~ ~.

i'iJ a~~~a~r:··T;~-~;~¡i~;;~¡;~-----··· ·-·· •.. . ·---

La madre abisal y el niüo lapón

Conforme iban pasando las S1~manas Isaac aportaba más é.tsociaciones a la fantasía de la representación de la madre interna como un «abiSíllO», una «Sima», Un «Vac_ÍQ~>_, íl(:Ompa.nada Je fa ·represe.1)::-· t ;i'ciüff·cre··t:¡-ü·e·

~tffpafiel ·co ni_o_!1Ú~?,.~?.!1.sfs.~.~~.,~. '2 ..:~E-~.i.~. ,0.~...t'l12.?.11•..9..~. ~

la «mantuviera colmada» . El s1gu1cnre fragmento pertenece a una sesi'ó ii··c-¡ü-eTü'v'ó-Tuga'f']usto antes de la interrupción de las vacaciones de verano. Cuando se acercaba una separación a menudo ocurría que los síntomas cardíacos y asmáticos se recruc..lecían violentamente, incluso a veces durante las sesiones. Con la amenaza de la separación, Isaac también empeza ba a perder la imagen transferencial Je su annlista corno un pa<.Jre -madre protector. Mc_yQ_J.yüu1..._ .co nvertir en la madre abisal, pero en una madre que esconde en sus profuúcfüli\Cíes·1.1·11--c;1r
suelo, como sí tuviera que •i ngnncharla con mi pene y volver a salir volando. Cuando me acerqué a ella me di cuenta de

qu ,.: era una bruja. Estaba excitado y aterrorizado tiempo .

;11

mismo

La imagen del pene cc»mo un in strnrnenlo ganch1ido y stíclico se proyec tar:t posteriormente en el cue rpo de la nrni.·r ,.,,,/> .. i .. -...•

J. M .: ¿Como si de otra forma pudiese perder el control, se r tragado en el <-Vacío>»? l.: iExacro! . .. (Tras una pausa.) Eso me hace pensar en la masturbación. Mi padre decía que perdería la memoria y la capacidad para pensar. Estaba muy asustado, pero ele todos modos seguía haciéndolo. J. tv!.: ¿Tenía que hacer un «Vacío» c:n sus pensamientos? ¿Cerrar los ojos? l.: Sí ... , tenía que su me rgirme sin pensar demasiado.

Me parecía que Isaac había estado_J1ru;iend.0~1Jn,pl~1.e.m.e_e_s_9 durante toda su vida .' Hay una climep.::;ióoJ;o_IHHtfQ!?ic;i\ h esa manera de ser 11 amada opera rü'¡:¡3·_·-·rs- ' posible'''-qne-·~ngf(~·;;5 · ¡;e"rs() 1úls' que dan l~i -- ii1i!5re·sT611'cle···s·e'f' <<Super-normales» o «super-estables» hayan desarrollado unas defensas de este tipo contr.a las angustias priinarias que jamás se han eiaborado verbalmente. Las fantasías que desarrolló más adelante indicaban que Isaac habría, por así decir lo, vaciado el cuerpo ele su madre de todos sus con tenidos para evitar encontrarse con un pene, no protector, si no peligroso y persecutorio, dentro del cuerpo femenino. «Cerrar los ojos», como hacía Isaac cada vez que veía parejas en la calle y en la pantalla, para eliminar la fuente clel peligro es, cierto modo, una defensa claramente psicosomática contra las fantasías y los sentimientos amenazadores: podríamos denominarla un mecanismo «montai1a rusa». Aunque el hecho de cerrar los ojos parezca eliminar ele momento la necesidad de enfrentarse cc)n situaciones que provocan angustia, no podemos consider~ula en absoluto como equivalente de la represión . Es más afín al 1·epudio por la psique, es decir, más afín a la defensa psicótica ligada a la negación de la realidad externa percibida. Estos mismos mecanismos contrafóbicos pueden encontrarse en la sintomarología adictiva y otras manifestaciones de .«ac ting out». En los trastornos del carácter basados en la exteriorización dei conflicto inrf'rnn . 1111n 1'if'1..-:i In~ nin'·,, h ,.,,.,, 1;r1 ... 1 '"';, ., , ;

en

1

1

1



···------ -.1

1

LA JNTERPRETAC!ÓN DE LO IRREí'RESENTABL E 1

·~· ·

1 1 ' 1

' _.

1 1 ·· ---- · -· -· - · ~

102

J

LA INTEJl.PH.ETACIÓN DE 1.0 IRREPRESENTABLE

lOl

ca ele otras personas .. La histiJri·1 de Blanct en el rnpítuln lll iluslr;1ha csk modo di.'. luch.:1r contra el dolor mc11tal. Isaac estuvo hahlanclo larga111e11te de sus fontasías masturbatorias durante nuestro prilllcr a11o de trabajo, y poco a poco ac;1hó contúndome que seguía rnasturb~ín~lose con mucha frecuencia, sin saber muy bien por qué, y que esto no sustituía en modo alguno a léis relaciones sexu;tles con su mujer. Siempre me han intei'csaclo las fantasías masturbatorias, dado que contienen de un modo condensado una gran parte ele Ja sexualidad infantil de nuestros analizandos y muestran dónde se concentra la mayor angustia (McDougall, 1978). El drama erótico de Jsaac es el siguiente: «Me eng<\; cha una joven prostituta y me lleva a su casa. Su madre está esperándola, y es ella quien me ordena que 'haga el amor con su hija. CuancJo sea lo suficientemente experto estaré obligado a hacer el amor con la madre. Este es el clímax de mi excitación». · En un nivel edípico clásico, la fantasía es transparente y vernos que la culpa del deseo sexual se atribuye (como ocurre desde Adán y Eva) a la mujer y, a menudo, a la misma madre. Así pues, Isaac es «forzado» en su acto amoroso. Pero se hace entonces evidente que, corno en muchas fantasías rnasturbatorias y rituales sexuales, éstas también est{1n destinadas a contener y afro.ntar Jos aspectos m<)s intensos que provocan angustia, erotizanclo estos mismos elementos. Aquí el terror i11consci~.!l!~~_d_~_J.s_a.ui:_2nt~d_9es~o sexual de la madre se tra~iSfürina-en la parte más excitante de la font;;ía. ----------------·-·-- -·--·---------------·--------· -------- - ---- - -- -

I.: Sigo preg~mtándorne por _qué eDj_si__P_!:.9_~~i-~t_1t~~~- para mis sueños sexuales~ 'Ni:lí1ca1íe-Teniclo nada que ver con prostitutas. ¿Por qué es una fantasía tan erótica?

J. M.: ¿La prostituta puede ser tranqt1ilizadora

.1 ·

> ¿Uno no se sumerge en el vacío, dado que muchos hombres han estado allí antes que usted? l.: ¡Ah, sí ! Las mujeres que más miedo me dan son las jóvenes vírgenes. J. M.: ¿Deshabitadas? ¿El modo en que usted clesqibe a su Ínadre? (E1} francés bite significa pene, en argot; inhahité, en el proceso primario de pensamiento, tiene, por tanto, un doble sentido.) l.: ¿Mi madre? ¡Sigue siendo virgen! La ide a de que haya tenido alguna vez un pene dentro de ella es impensable. Ese es el vacío. No .. _, no puedo respirar no1~malrnente. (Efectivamente, Isaac empieza a jadear.) J. M.:. ¿Se suá1erge usted en este abismo sin líniites? l.: Sí. .. ¡Con los ojos cerrados! •

f&'

1

Los síntomas somáticos dan lu'gar a síntomas psicológicos

Este material se desarroMó durante varios meses. Presento. aquí un fragmento posterior que pertenece a nuestro tercer año ele análisis, en el que Isaac describe los síntomas fóbicos que están e mpezando a aparecer sustituyendo a los fe1iómenos somáticos, en pa rticular su asma y su cardiopatía_ ;;¡~

~

Aunque la fantasía de las prostitutas con frecL!<:.1!~_¡_,1..c.~DJrnüa una excitación holllosexual, dado éji.ie · erhoi11\J-i:-e ·_C._5_'~~-J~n i~nllº--~e­ laci6ñes-sexuaTcs 'col1-i:iñ~a-mujer que ha tenido relaciones con muchos hombres, n1_e_ parete--c!Lie-Eii-~c es-ta·m-~s-C-e-í:ca·--Jepercatars-e desu-necesidau de asegúrarse que la mujer no es un abismo insondable cuya vagina nunca ha sido representada como limitada o definida poi- un pene (Iv1ontgrain, 1983). El rival edípico se convierte entonces, en e~5_e niv~ narc:_t:;_igª- _ má~__ p_[jmari9_,__~!l__~_f!~l__f!g_L1~~-p_~o­ tectora muy necesitada. Solamente esta convicción puede ciar sentido_a_T~s--éilié-re11c-i-ií-s genitales y proporcionar al niiio un lugar reconocido en la estruct ura familiar y una identidad sexual. Sin e;to existe el continuo riesgo ele «sumergirse en el vacío», el irrepresentable y sin límites sexo lllaterno. Reanudo la con\'crs~1ció11 con

1

<:

"

'ii

;~~

•llfl '''

JE'

..

·~-

L: Ha sido un descubrimiento horrible darme cuenta que mi madre me deseaba sexualmente_ Esa mirada en sus ojos ... ; la cabeza me da vueltas cuando pienso en ello. Siempre quise encontrar esa mirada en los ojos de las mujeres, pero no soporto la idea de que también quería verla en los . ojos de mi madre. Sea como fuere - - tanto si encuentro esa mirada como si no- ; significa mi 1nuerte_ (Después de u n silencio.) ¿Ha visto usted Ja película interiores, de Woody Allen? ¿Qué le pareció? (No espera resp uesta. Las preguntas directas en Isaac ------como ocurre con la mayoría de los pacientes- son siempre un signo de angustia.) J. M.: ¿Quiere saber cómo veo las cosas? ¿Con qué ojos miro a la gente? l.: De repente ine siento aterrorizado ... Quiero gustarle , que le guste lo que hay dentro de mí. .. , pero es cómo si tu viese miedo de verme absorbido por esa idea. J. M_: Sería como su madre. Usted dijo que le «devo raba» con su amor.

w



•w .-.--.--a-~.-.-.-.- ·r

r

C

..-- ·.---

LA INTERPRETACIÓN DE LO IRREPRESENTt\13LE

.¡·

103

104

rní, haciendo un ruido con la _garganta, y eso me cncantt1ba. Er:1 uno de nuestros juegos f;ivoritos. ¿Tt:ngo miedo ele que me corn;111? Siento ese púnico en este mismo momento, pero ¿por qué? Ivfe _encamaba ese juego. · . J. M.: Quidís estaba pregu11tándosc si usted era lo único que ella tcníapara comer. ¿Y qué pasaría si ella tuviera realmente hambre?·

l ._ ~

-..-.-1 LA. INTElH'RETACIÓN DE LO IRl~EPRESENTA!JLE

los que no hay aire. He ckj ;1do de ir en metro y, cvitl> los pasillos estrechos y las 9allejuclas. Tengo miedo a sentirme encerrado, asfixiado. Antes del análisis nunca tuve ese tipo de problemas. Estoy seguro que el responsable es el "1I1LÍ!isis. J. M.: Es posible. Imagina cosns que anteriormente nunca se permitiq_ imaginar, como d tipo de sitios que considera responsables de ese sentimiento ele «ahogo». ¿.Pero cómo es e:>e sentimienio, se parece a· esos ataques de asma?

I.: ¡Dios mío! Siempre 111e llamaba su pecjuc11o sol. Peqúeiio, entiende. Y era verdad que era pequeño y no había otros a quienes ella pudiera tragarse ... Ahora puedo soportar que haya deseado a mi padre. Pero ;i mí, no, gracias .. ¡Me hubiera comido vivo! Mi madre mata a todo el mundo con su amabilidad y los de\·ora a tocios. J. M.: Por tanto, cuanto más amable y amorosa era, ¿más .asustado se sentía usted?.

Para mi sorpresa, contesta :

I.: Bueno, no . Ahora respiro bien. ¿No se lo he dicho? No he tenido asma durante meses. Pero estas fobias no son poca cosa.

L: .Sí. Y, sin _embargo, tenía t;mta necesidad de su presencia ... No podía resolver nada por mí mismo. Corría a sus brazos, y al mismo tiempo estaba corriendo hacia rni propia muerte . Ella sólo estaba esperándome para comerme. ¿Cómo he llegado a pensar todti eso?

Los analizandos a menudo : «olvidan» contarnos los cambios, como por ejemplo la desaparición de los síntomas soináticos o psicológicos que padecían desde hacía niucho tiempo. Se preocupan menos de tranquilizar al analista, que de mantener la proyección transferencia! de la madre angustiada y el niño enfermo. Mi hipótesis referente a esta sesión consiste en que Isaac está aprendiendo a encontrar, en forma de objetos fóbicos, las representaciones· psíquicas para los terrores arcaicos ligados a su rela ción de amor y odio con su madre, es decir, las fantasías y terrores primarios de verse encerrado, asfixiado, comido o ahogado. Anteriormente, en situaciones que suscitaban el cleseo y temor hacia Ja madre devoradora, Isaac ig110raba su pánico y en su lugar tenía ataques de asma. Sus respuestas somáticas de tocia la vida se están convirtiendo en verbales y metafóricas, E.:.9e.~ci_~~-~~~-~~- . .uróticos es obvio; pero pueden tener también funciones biológ.icas que preserven Ja vida. Isaac echa un vistazo· a mi pequei1o consultorio y ve e ncim a de mi mesa un gran jarrón con unas frnnús que están echando brotes nuevos al calor ele la habitación.

Podemos observar que de niño Isaac fue incapaz de utilizar una imagen interna de su madre. Necesitaba su cuerpo real y su presencia, a la que me he referido en otra ocasión como a la «madreclroga» (McDougall, 1978). En una ocasión sugerí que era como si pensase que ella quisiera «respirar por los dos». A Isaac le impre-· sionó mucho esta intervención, y durante algunos meses desarrolló la idea de la «relación respirat oria». Hace referencia brevemente a esta interve1ición y luego repite la pregunta. l.: ¿Cómo hemos llegado a pensar todo eso?

J. M.: Woody Allen e interiores. interiores trata de una mad re que ahoga a su marido y a sus hijos co11 sus propios anhelos y deseos. A Isaac le interesa mucho Woody Allen, no sólo porque es director de cine, sino IMnbién porque ha sabido hace poco que \Voody Allen lleva veinte años analizándose, iY eso no ha destruido su creatividad! Este hecho le tranquiliza, ya que yo, como una madre-analista devoradora, iba a comerme toda su creatividad y a dejarle sin qué crear historias y películas . l.: ¡Ah, sí! ¡lnteriores y el interior! Sabe, últim:.1menle tengo miedo a quedarme encerrado en r.;;n;1ri()~ ni•n111'ñnc '"'

1 1 .1 ._ l .

I.: ¡Dios mío, mire cuántas hojitas 1 ¿Se abrieron aquí') ¿En el interior? :~·

.J. ivt.: ¿Qué esperaba, que S•:. ahogasen en mi «interior»? (En Franci
~~~~~~-·~~~c~r~~1111111 ·- . .... .. . -- ·· ·-~··-- J

···- ...... . . .1

LA INTERPRETACIÓN DELO IRREPRESENTABLE 1

ll'

105

1

\!

I.: ¡Ah , lo que se abre aquí son rnis fobi
I.: Pero hasta· que no me picó la avispa era inmortal. Ahora sé que durante tocia mi vida he tenido miedo a ser devorado por tni madre . Siempre esperándome.. como una araña hambrienta. Estoy continuamente esperando mi muerte .

ESTADOS PSICOSOMÁTICOS, NEUROSIS DE ANGUSTIA E HISTERIA

Algunas hipótesis sob1·e los estados psicosomáticos

Los fragmentos del análisis de Isaac de scri to s en el capítulo anterior nos scrvir<1n para ilustrar el e~tudio de algunas hipót esis · sobre la regresión psicosomútica que pueden contribuir al entendimiento del tipo de funcionamiento mental y organización dinámica Esto no es una angustia de castración f¡ílica, sino un miedo más primario a ser poseído o devorado, que podríamos denominar casde la personalidad que tiene más probabilidades de incrementar la tración narcisista o miedo a la aniquilación. Al mismo tiempo, vulnerabilidad psicosomática. Mi primera propuesta se refiere a la Isaac está proyectando en la representación mental de :>u madre ,_ posible relación entre los síntomas psicosornáticos y los síntomas ' histéricos, tal como puede observarse en el transcurso· del tratasus propios deseos sexuales primarios, porque es él, el niño devomiento psicoanalítico. En un estudio anterior (McDougüll, 1978), rador, quien desea comerse a su madre (la proyección sobre la tiencla-alimen tación). en el que· examinaba detalladamente la's diferencias entre los dos tipos de sintom~1tología, propuse que el fenómeno psicosomático, a Así pues, el ag~~ón d<: la~L~2-0...E_~;.~1uirid~~~~.2-~i_g_~i.[.icaclo diferencia Lle las manifestaciones histéricas, estaba desprovi sto efe simbólico: ahora representa la imagen ele la madre devoradora e intrusiva de la primera-mtañe:1·a·~5· -éiC.cTG··r;¡·-ñ1aéii·e-(jlie . mira ·a-·-su un contenido de fantasía reprimido, capaz ele ser verbalizado, carepor tanto, de un significado simbólico directo tal como lo ciendo, hijocon deseoen sus ºJos.-Este pe11samie1iTo·-ne·v·aaTs-:ú1C:;i-acorencontramos en la estructura inconsciente de los síntomas neuróti recuerdo de su madre, echándose sobre é1 -cos. He acabado por dudar de esca falta total de significado simbóP'"'ª prntegerle. ~ lico al ir descubriendo los intensos mecanismos de defensa que algunos pacientes utilizan para que su dolor psíquico sea inoperante I .: ¡Dios mío, qué difícil es llevar el peso de uoa madre.-:--" Yque incluyen la eli111inación radical de cualquier representación ·de ideas intensamente cargadas de afecto. (En el capítulo VIII se estudia más c!eteniclarnenle este tema .) Para empezar, era incapaz de apreciar el significado arcaico subyacente de las reacciones psicosomúticas ante el conflicto psíquico; es decir, hasta qué punto dependían de fantasías corporales extremadamente primarias. Em-

dam-~t:l'ñ'aVez-i'ñas,ue1

.___,

l

1!•

f1 1

l:STA DOS PSfCO SOi\1..\.TI COS, NEUROSIS DE ANGUSTIA E HISTEIU .· \

108

109

E$TMlOS PSICOSOMÁTICOS. NEURO:)JS DE ANGUSTIA E IIISTERIA

La c<.:onümía psíquica C0 111llllÍCación y 'a interesar m e por e l p ap e l CCO rlÓ!1li CO ele Ja ·sornati· zación en la es tru c tura psíquica. Quizá se podría abog:H· por la no ción de «S imb o li smo preverbal» separado d e c ua lqui er lazo ver· ,

bal con e l fun cionamient o preconsciente (Freud, 1915b), qu e pu· . diera dar lu gar, posteriormente, a una forma arcaica de hi steriJ. Es ta es mi prim era l?,ropos ición .

La estructura edípica Una seg unda proposición es Ja de una estructura específica de personalidad en la que las representaciones y los con flicto s edípi. cos están infiltrados por una fantasía subyace nt e primari a d e tipo preverbal, y en la que e l cuerpo del niüo está poco diferenciado del cuerpo d e la madre. Por tanto, cualquier contacto eró tico íntimo: se vive, incon scie ntemen te, como un pe li gro de cng11ff111 e111 (*) ~ mu e rt e. En un a fase posterior el pape l esti·uctur ante ele la imagen del padre sirve para borrar e l hecho de que la organ ización ed ípica está co nstruid a sobre una relación arcaica fantaseada, a la cual me referí e l capítulo anterior como «la madre abisa l y e l niño tapón ». (El análisis de Isaac y el de Pa blo , cuyo historial comtituye , la base del cap ítulo VIII, ilustran este fenómeno. A mbos· padecían ~ úlceras gú:; trica s y otras enfe rm edades psicosomúticas, y aunque en mu chos aspectos su funcionamiento psíquico era muy distinto, sus hist oria le s se parecían de un modo asombroso en aquellos ciernen· ., tos que contribuían a Organiz;ición edípica .) A mi modo de ver; este tipo d e es tructura edípic a predispone al sujeto a una· futura regresión psicoso mática, especialmente en aque ll as si tuacion es de 1 tensión ex terna o interna que no percibe y ele una acción continua· da. Sumadas a las fantasías inconscientes corpora les, a menudo, la economía psíquica se caracteriza por una forma de funcionamienlo .a~ m e ntal e n la que las representaciones per t urbadoras y los afecto1 doloro sos corren el riesgo de ser expulsados y repüdiados de la ¡ psique, más que reprimidos o contrai nv estidos med iante la utiliza· ción de mecanismos de defensa neuróticos. 1

en

su

,'

(*) N. del T.-E11g11/ji11e111 (
Una tcrcc ra co nsideración es la ,k un rn;xlo específico el e descargar la tensión, en el que la acción y rcacción tienen prioridad sobre la elaboración mental. La aniviJad psíquica, que e n otros casos llevaría a la construcción de pensa miento s o a expresiones sublimadas -o a la formación d e síntomas psicóticos y neuróti cos--, en su lugar se cortocircuita y d esca rga m ed iante acciones inmediatas o repetitivas. Tales actos, a lo s que me he referido como actos sintomMicos, no son, en modo alguno, una solución para resolver los conflictos ele la realidad pul sional o d e la realidacl externa agobiaclora con la que el su je t0 se e nfrenta. Son simplemen te una huida o una re tirada de la s si tuacion es dol oros as y qu e provocan ansiedad (En gel, 1962), acompai'tada por la d es trucc ión psíquica (más que por una negación) de las repre se ntacione s no de se ada s y, consiguientemente, por la e vacuación s(1bita de los afee·· tos li g ado s a e lla s. A~;í pues, !sane se limitó durant e tod a s u vici a a cerrar los ojos, fumar un cigar.rillo o cecler a la irresistible neces idad ele ma sturbarse cu a ndo se pro ducí a en é l un se ntimi e nto de anp.. us ti a, culpa u hos tilidad; por e jemplo, cu¡1ndo veía p arejas enarnciradas, entierros b ropa inte rior expuesta e n alguna tienda. S in embargo, tenemq$ . que admitir qúc los actos sintomáticos de este tipo fo1 man parte, de vez en cuai1do , de la coraza psíquica de cada individuo. Beber para ahogar uoa pena pasajera; fumar o comer .e n exceso piiri sor tear las iruscracioncs diarias d e la vida; tornar una píldora para calmar la angustia o asegurar el s ue 11o; robar co mpul sivam e nte objetos insignificantes O destruir «<1CCiclen . talmente» objetos valiosos bajo el dominio de d e terminadas tension es eró tica s y agresivas; utiliza r a veces a las personas de un modo adictivo en circunstancias de gran te nsión so n hech os re la ti vam e nte corrientes entre gente s que . e n su mayor part e, no está n consideradas psicológicamente enfermas . Todo el mundo tiende a veces a dominar las tensione s y el dolor psíquico mediant e acciones inadecuadas o la dependencia de agentes externos, en situaciones e n las qu e es taría más indicado contener los pensamien tos y las emociones, e incluso se ría necesa rio p::ira conseguir una solu ció n má s estable. Desde el punto de vista ele la economía psíquica, e l elemento importante respecto a los acto s sintomáticos es que re .. quieren una elaboración psíquica mínima, e incluso, a m e nudo, la sust ituyen por e nt ero. En alguno s analizanclos podemos observar que este tipo de funcionamiento mental es el método predominante para mantener la homeos tasi s psíquica , siempre que la economía libidinal , bien in-

~

1, 1

EST1\DOS PSICOSOl\!.\TICOS. NEUROSIS DE ANGUSTIA El \ISTERI:\

110 ESTADOS PS!COSOMÁTICOS, NEUROSIS DE ANGUSTIA E lllSTERIA vcmQs claramente en algunas ent iuac! es clínicas, tal es como las perversiones orga11izadas, la conducta 2.dictiva, determi1iadas for· mas de patología del carácter, y eri todas aquellas situaciones en \ las que la tensión psíquica precipita un;~ disfunción somática o faci· r: lita una infección u otras formas de enfermedad fisiológica. Los f síntomas psicosomáticos de esta naturúleza surgen al final de la' serie de los actos sin~.om~ticos que estoy proponiendo aquí, en lm '., que la elaboración psíquica en este sector está al mínimo, o incluso'., totalmente ausente. Las raíces de tal esquema de funcionamiento mental se encuentran en el inicio de la vida psíquica (McDougall, 1 1982a), y la prueba de su efecto perturbador puede observarse cla:j ramente en los niños pequeños. Dado que el bebé psicológicamen·! te no puede elaborar situaciones de tensión, de dolor mental o de3 una ·estimulación excesiva, las manifestaciones patológicas son, in· variablemente, de naturaleza psicosomál'ica, como el insomnio in· :1~· fántil, el continuo regurgitar y volver a tragar el contenido estoma·' i cal conocido como mericismo, el vómito cíclico y las reacciones: . espasmódicas de diversa índole . Tales. observaciones plantean al psicoanálisis unos problemas de investigación muy desafiantes, i tanto en el campo teórico como en el clínico.

i

·El acting out y los fenómenos psicosomáticos En el trabajo psicoanalítico con adultos este fenómeno de ac· ción y reacción tiende a sustraerse al proceso ana lítico, obstaculi· ' zando su progreso. El concepto freudümo de acting out merece. · una reflexión en este contexto. Originalmente, este concepto se . aplicaba a la situación psicoanalítica para describir etapas en las·.¡ que los conflictos movilizados por la relación de transferencia se I dispersaban mediante algún tipo de acción -normalmente fuera ' :~ del encuadre analítico-, en lugar de verbalizarse y elaborarse du· . rante las sesiones. No obstante, a pesar de esta limitada connota·1 ·.: ción clínica, el acting out es, en teoría, un concepto económico en . ·. la medida que supone una inmediata transformación en acción de '. '. las mociones pulsionales, fantasías y deseos, a fin de evitar deter· : ~­ minadas representaciones o emociones dolorosas, demasiado exci· tantes o conflictivas. Todo esto también se incluye en la categoría de repudio psíquico o desestimación (*).

'I'J

( ') Freud utiliza a menudo el término Ve1werf1111g, repudit1 y expulsión fuera de la p~ique, por ejemplo, en su trabajo El hombre de los lobos (1918), para desig· '. ". nar un mecanismo especialmente psicótico di$linto del de la represió n Verdran· '. ·

111

El US\) de la palabi·a out en la traducción inglesa ck Agicn:u como ocling 0111 s ugiere uni1 doble noción [)L'rtcnecientc a la eco110111ía psíquica: en primer lugar, algo que hubiera debido mantenerse dentro y ser manejado psicológicamente es puesto fuera ele uno mismo o de la situación analítica. En segundo lugar, la tensión estú siendo drenada, de suerte que no quede ninguna huella del conflicto interno. Ésta es una.. noción fundamental en lo s escritos de Freud (Freud, 1938b). Así. los afectos depresivos o de ansiedad con los que el sujeto no es capaz de enfrentai"se no adquieren representación·mental. El mecanismo psicológico de repudio va un ido a la tendencia económica al nC1ing 0111 y a la descarga de tensión. El aplicar el concepto de repudio más que el de represión a los fenómenos psicosomúticos nos lleva a la suposición ele que el confli cto mental es desaprobado y expulsado de la psique, para ser, en su lugar, descargado a travé s del cuerpo y su funcionamiento somático. En los inicios de la vithi psíquica el cuerpo se vive corno un objeto que pertenece al munclo externo. Esta forma de percepción sigue ex istiendo en la vida onírica y en determinados estados psicó-· . ticos y místicos; es decir, que el cuerpo mistno o determinadas zonas o fLuiciones son tratados como entidades inrofuridarnente con la estructura psíquica que sustenta la conversión histérica, en la que los procesos primarios de pensamiento dan a cien as. zonas y funciones corporales uri significado simbólico de tipo pulsional. 'Tal corno se puso de manifiesto en el capítulo ll, los síntomas psicóticos y neuróticos son, ante todo, un esfueho para lograr la .autocuracíón mediante algún tipo de actividad psíquica que conduce a la creación del síntoma como un intento de so lución al conflicto mental. Por otra parte, los síntomas psicosomáticos, aunque puedan adquirir un significado simbólico securidario e incluso proporcionar beneficios secundarios -un entorno que se preocupa por ellos~, son, ante tocio, el resultado de mecanismos de eví¡ación que no están compen- · (') I•.\

,,..,,.,: ~ •. ,

Krystal (1977) propuso una hipótesis similar rcference a la predisposición a •.•. , _

f-



..i..d



' . .J '-- ·~--ESTADOS PSICOSOMATICOS . NEUROSIS DE ANGUSTIA E HISTERIA

112 ESTADOS PSICOSOMÁTICOS, NEUROSIS DE A0:GUS1'It\ E HISTERI:\

sados por la creaciól) de síntomas psicológicos. Naturalmen-te, estos mecanismos de evitación pueden también considerarse · como intentos rudimentarios de curarse a sí mismo, expulsando del conocimiento psíquico cualquier forma de dolor mental. Los individuos que utilizan estos recursos de escape de un modo exagerado tienden a dar una apariencia de 11onnalíclad en la med ida en qu e están libres de síntomas y, a 1i1enudo, dado el ahogo de sus afectos, parecen c<Jpaces de enfren tarse con la adversidad en cualquier circunstancia. Es precisamente este último aspecto del fenómeno del acting out --·--sobre todo, _cuando este fenómeno adquiere un cariz psicosomático- el que hace a estas manifestaciones tan desesperantes en la práctica psicoanalítica. El analista oye un habla asociativo que, aunq ue es eminentemente coherente, parece no conducir a ninguna parte. En esos momentos sentimos que falta algo, una dimensión a menudo de carácter afectivn; es como oír Ja letra de una canción sin la música. Esta forma de hablar difiere en gran parte de aquella en la que los pensamientos reprimidos, l<Js fantasías y los sentiinientos negados, aunque inconscientes para el analizando, tratan por tocios los medios de proporcionar pistas ele sú eX:ist enciá, no só lo a través de los síntonias propiamente dichos, sino también trav1~s de sueños , asociaciones repentinas, actos fallidos y demás. Cuando la comunicación t'io es de este tipo, sino qu e se reduce a acciones y reacciones. como nos ocurre a tocios ele vez en cuando, sabemus entonces que el teatro interno no se está elaborando internamente, ni. siquiera bajo la forma ele una sintomatología neurótica o psicótica, sino que más bien se está externalizando en el escenario del mundo o está descargándose somáticamente.

113

precisos, que se acompañan i11variabkmentc de síntomas físicos . como cansancio, sudores, temblores y apatía. A este abanico de fenómenos psicosom:nicos cabría a1-1adir la propensión a los accidentes y la creciente susceptibilidad;\ las infecciones en épocas de tensión. El psicoanalista tiene múltiples oportunidades de observar a dichos fenómenos y se halla en situación de formular hipótesis distinras de las de los psicosoínaticisras, que, aun viendo a muchos más pacientes , no tienen tantas posibilidades de seguirles a través de la intensa experiencia de un psicoanálisis o durante el transcurso de una psic9terapia. Aunque todos tenemos un determinado umbral para la tensión psíquica más allá del cual nuestras capacidades para afrontarla mentalmente pueden fracasar, mis observaciones clínicas me han llevado a soste-ner que la vulnerabilid~d psicosomática aumenta notable~ mente a raíz de cualquier perturbaciónen nuestra economía narcisista (McDougall, 1978). Cuanto más frágil es nuestro equilibrio narcisista, más fácilmente tendemos a acabar con la tensión externa e interna mediante algún tipo de conducta acting out o un acto sintomárico de somatización. En caso de somatización, el sujeto suele pernl.anecer ajeno a sus conflictos mentales y a su dolor psíquico. ))e heeho, rara · es Ja persona que piensa que sus enfe1:medades f:, fisiológicas son también enfermedades psicológicas. Recordemos que durante cuarenta años Isaac vivió ajeno a cualquier tipo de · problema psicológico . Aunque padeciera úlceras gástricas, asma, !rastornos cardíacos y tetania, jamás sospechó que este conjunto de enfermedades tuviera una dimensión psicológica. Su estructura ~ 1' defensiva era tal que ni sabía del alcance de su fragilidad narcisista ni de su terror subyacente a todas aquellas situaciones de relación investidas· libidinahnente. Las perso nas como Isaac, que forman legión, son capaces de sumergirse en sus relaciones profesionales o amorosas sin el menor conocimiento del estrés psíquico continuo Factores externos que p1·ecipitan el fenomeno psicosomático &f -es decir, actual- al que están sometidas día tras día. La falta de conocimiento que sigue cuando la mente evacua rápidamente cual~ El cambio desde la elaboración mental a la descarga por medio irrupción emocional precipita, en su lugar, una grave disfunquier de la acción podría producirse, principalmente, cuando estamos ción somática. sometidos a repentinas heridas narcisista~ o a inesperadas pérdidas A mi modo ele ver, en tales situaciones el cuerpo está defende objetos. Con frecuencia tales hechos producen una condu~ta . diéndose a sí mismo como si estuviera amenazado por una enferdesusada, o provocan manifestaciones psicosomáticas leves o gramedad biológica y, por tanto, despliega ünas técnicas de supervives. Utilizo aquí ehtérmino psicosomático en un sentido amplío, . ll'i en una situación equivocada. (Esta noción está desarrollada ' vencia pero únicamente desde el punto de vista psicoanalítico. Es decir, más detenidamente en McDougall, 1978.) Es quizás esta total igque me refiero i1l cuerpo y a su scff somático tal como se manifiesnorancia ele los afectos excesivamente dolorosos o excitantes, con tan en el transcurso de la experiencia analítica. Por tanto, no me su consiguiente conflicto mental, lo que contribuye a la ahora ya estoy refiriendo solamente a las enfermedades psicosomáticas reclásica descripción ele una estructura ele personalidad supuesta; conocidas, tales como úlceras gástricas, asma bronqu'ial y colitis .. ; ...... . -. 11 ,, ... . r J,

a

{

1~ ,

1'\I.'

.. ___ • .,. .• J

ESTADOS PS!COSOP,1.-\TICOS, NEUROSIS DE ANGUSTIA E HISTERIA 115

[ 14 ESTADOS PSICOSOMAT!COS, NEUROSIS DE ANGUSTIA E HISTERL\

1

catastróficos que pudieran causí1r un consickrable dolor psíquicu en la mayor parte ele la gente sori con siderados con aparente calma y un est<:iclo inusitado Je falta de afectos, conocido como nlcxi· timia (•). Mis observaciones durante largos ai1os de trabajo con, pacientes analíticos me inducen a recalcar que esta co.ndición no se' debe, necesariamente, a una falla tanto en las estructuras psíquicas 1 como en las biológicas.neuronales. Los hechos traumáticos que tan frecuentemente preceden al brote de graves afecciones psicosomá· ticas -pérdida de seguridad, abandoi10 por pane de los objetos amados, pérdida repentina de autoestima- podrían ser considera· ·' dos, por el contrario, como causante ~ de un dolor y una perturba· ción demasiado profundos como para: que el su jeto pueda sopor· tarlos o que des1jiertan una angustia de dimensiones psicóticas. Es•• decir, los modos de relación de tipo operatorio y la expulsión del afecto pueden ser unas defensas mentales extremadamente prim.a· a 1: rias. El miedo concomitante, pero no reconocido, de verse arrolla· do por afectos incontenibles y empujado a acciones insensatas, a., «romperse en pedazos» o a perder el propio sentido de identidad y. la capacidad de funcionamiento, emergen a menudo en el análisis. Las ideas úo deseadas y los afectos dolorosos han sido a tal punto tan rápidamente eliminados, que al sujeto no le queda ningún co· nocimiento ni siquiera de qu e hayan existido . (En el capítulo Vlll I se describe. un ejemplo de un caso ele ,este tipo.) Podría añadirse que cuando se reacciona ante cualquier tipó de tensión como ante una amenaza narcisista, en un nivel de narcisismo infantil (en el que el cuerpo del niño apenas está diferenciado del cuerpo de la madre), entonces Ja respuesta somática a la tensión pulsional y al 1·· estrés del entorno constituye una acusación contra ·aquella parte -· ~ del propio sel/ corporal que es vivida como perteneciente a Jama· ;, dre o ser ella. En otras palab ras, la enfermedad se convierte en otro vínculo inconsciente con la madre, cuyo cuerpo también es atacado. ';, Basándose en largos años de experiencia como psiquiatra y psicoanalista adscrito a una unidad psicosomática, Lefebvre (1980) observó que la «vulnerabilidad psicosomática auil1enta notable· ;9',_ mente en aquellos pacientes que se vieron expuestos durante su infancia a hechos traurntíticos en la fa:ie de separación-individua· ción descrita por Mahler». Propone que «el paciente que somatiza parece revelar durante la somatización un modo de relación que , cuando es crónico, es característico de Ja llamada personalidad

I'

(') Alexitimia (Sifneos. 1973; Ne mi;ih, 197 E:} significa no te ner palabras para las emociones. o un estado de incapacidad para distinguir una emoción de otrn. En ' · el capítulo VII ~e trata am¡iliaméntc de este concql!o.

narcisi~ta ... La confrolllación con semejnnres diferencias rntre 11110 111is1110 y el otro proi·oc(I 1111 ca/lejó11 sin salida relocio11al y eco11ó111ico que conduce al "doblegarnienro" de los afectos y a una desorganización regresiva expresada somática mente» (págs . 5-11; Ja cursiva es mía). Pienso que muchas personas se han creado una armadura psíquica que tiene como restiltado el que, en algunas circunstancias, ni piensan ni sienten clemilsiaclo intensamente. Estas circunstancias pueden consistir en hechos catastróficos, como hemos sugerido anteriormente, pero pudieran ser también hechos cotidianos tales como situaciones en el trabajo, en la vida sexual o simplemente el conocer gente, que contienen un potencial traumático oculto . Por ejemplo, los hechos que provocaron una patología gástrica grave a Isaac fueron su fracaso en pasar un importante examen y el inicio de su vida sexual adulta. Isaac se daba cuenta ele que se sentía derrotildo y .narcisistamente herido por el fracaso, pero permanecía ajeno a los elementos traumáticos soterrados que estaban siendo constantememe reactivados por sus experiencias sexuales, aunque conscientemente las veía como algo satisfactorio.

Una reconsideración de las neurosis actuales Isaac estaba destinado a verse aquejado por un nuevo trastorno psicológico, también de carácter psicosomático: una grave neurosis de angustia. Las neurosis actuales son aquellas en las que el afecto intenso es vivenciado conscientemente, aunque sea de un modo difuso y desligado de representacioúes mentales claramente definidas, en contraste con la sintomatología neurótica. Los primeros textos freudianos (1898, 1914, 1916-1917) que tratan de este concepto son, en cierto modo, los primeros escritos psicoanalíticos sobre fenómenos psicosomáticos. El cérmino neurosis ac111al, ahora anticuado, incluía dos categorías: Ja 11e11raste11ia y la neurosis de angustia, a .las que Freucl a11adiría posteriorn1ente la hipocondría. Los· rasgos de la neurastenia induían cansanciC-i físico ele origen «nervioso», dolores de cabeza, trastornos digestivos, estrei'iimienlo, actividad sexual disminuida, etc .. La neurosis de angustia tál como se manifestaba en Isa~c se caracterizaba por sudores, temblores, palpitaciones y dificultades respiratorias. Muchos de los analizandos siguen hoy día describiendo estos mismos síntomas tan · vívidarnente corno en la: época ele Freucl. En efecto, en los anúlisis de hoy, mucho más largos que los de antes, a menudo encontra- · . mosque, seguido a la desaparición de los síntomas ·neuróticos que · trajeron al paciente ~I ;in;íli<:ic ,;..,.,., " ~···-· ~ c..-· · ··· - '

\, . i 16

1 1 . . 1 1 .. 1

.. JI

(1:. . .

\1

ESTADOS PSICOSOMATICOS , NEUfl.OSIS DE ANGUSTIA E HISTERIA

1

corren el riesgo de convertirse en otro obstáculo con el que trope· zará más de un aná li sis. Los síntomas han desaparecido y se han producido muchos cambios psíquicos internos, pero el analizando sigue encontrándose vacío, ansioso, desgraciado e- insatisfecho. ¡Y qué decir del analista! (McDougall, 1?84). 1 Por súpuesto, Freud atribuía el origen de las neurosis actuales al bloqueo de los afeélos libidinales debido a la falta de satisfacción sexual o a la masturbación. Tales explicaciones parecen hoy día ~ 1 inadecuadas, y quizás esta dudosa etiología hizo mucho por des· i; acreditar el concepto. Me gustaría ampliar las hipótesis causales de. i: Freu<;i en varias direcciones. Al igual que él, considero que los ¡ estados depresivos apáticos y las neurosis de angustia están real· : mente movilizados y puestos en escena por tensiones «actuales•: f -es decir, diarias-, pero atribuyo esta activación a una modali· · ~ dad específica de funcionamiento mental: la descarga-en-actos que. " acaba de ser descrita . Este modo de funcionamiento está estrecha·I: mente vinculado con la naturaleza de las fantasías primarias que se¡ esconden tras la necesidad apremia nte de actuar más que de refle· :· xionar, y la necesidad de ahoga r las emociones más que de conte· : nerlas . Sin embargo, los orígenes ele estos cuadros psíquicos se ' pueden rastrear en los más precoces intercambios físicos y emocio- 1~ nales entre la madre y el niño. Ei1 los estados graves psicosomáti· ;' cos y de ansiedad encontramos una organización edípica primaria,' ~ en la que la madre, sin repu diar<1J· padre, se relaciona con su hijn 1 i como si éste fuera un comple mento sexual o una prolongación nar· ¡ cisista de su propio self, estableciendo así una forma específica de i relación con el sel/ corporal de su hijo. Esta organiza<;:ión está fre:, ~¡ . cuente.mente unida a una imagen de la pareja edípica que ocupaun { segundo lugar en Ja importante unidad madre-hijo. La situación: .1 parecería requerir también un padre de algún modo complacienl( ~: que, en concordancia con sus propios problemas. inconscientes,'. , . permite que prosiga Ja relación incestuosa y mantiene su exclusión:· ; de este círcülo mágico y gratificante. El niño corre entonces cl· riesgo ele sentirse seducido, en peligro de ser invadido y presa dl~ '' terrores arcaicos y anhelos libid in ales. A veces estos. niños pueden' .! llegar al convencimiento de que tienen una existencia real para sus madr.es. · Dada su incapacidad para manejarse a tan temprana, edad con una estimlllación excesiva, su imagen de la escena prima· ria tiende también a condensarse y a ser sád ica. Por consiguiente, sugiero que así como las manifestaciones psi· cosomáticas de las neurosis actuales suelen tener su origen en ten· siones Jibidinales no reconocidas --como sugería Freucl-, éstas se¡ activan por bloqueos libidinales del momento sólo cuando el bl0:

no

CHJe·n ·rlr. . riv~ r1P

tJ:"nr;r1o ............

...

'~·~-- · - -

- -

I'

ESTADOS PSICOSOMAT!COS, NEUROSIS DE .·\NGUSTIA E lllSTERl:\ 117

precoces. Si la teoría freudiana de lü:; efectos patógenos ele la frustración sexual y de la masturbación sigue gozando de créd it o. e~ tan sólo por el hecho de que los conflictos sexuales inconscientes y las insatisfacciones de los padres pueden crear elcmenros perturbadores en la estructura psicosexual del niño. El self y el cuerpo ele\ niño pueden convertirse, en este caso, en un objeto de investidura inadecuada y aterrador y eJ conflicto puede transformarse en un conflicto en el que Jos deseos y temores primarios -deseo de fusión, temor a la desintegración y a Ja pérdida de identidadse anteponen a las luchas y angustias fálico-edípicas. La salida no es, por supuesto, necesariamente psicosomática; puede dar Jugar a la . creación de perversiones sexuales corno un medio para cortocircuitar las angustias y los deseos, tanto en un nivel edípico como en un nivel sexual más primario. (Estos temas se estudian más detalladamente en los capítulos XI y XII.) Además del _conflicto libiclinal, también hoy día resaltamos la importancia de las tensiones agresivas como un e!Cmento que contribuye a la aparición de fenómenos psicosomáticos, en especial el papel del sadismo primario, el cual no ha logrado integrarse en la relación idealizada madre-hijo (ver capítulo VIII). Ai.in cuando el sadismo oral bien pudiera ser el efecto secundario de la proyección de envidia y voracidad del nii'lo, también puede incluir la ambivalencia desconocida de la madre y la envidia de ésta hacia su hijo . A este respecto cabe sei'ialar que Freud no dejó mucho espacio para que pudiera desarrollarse la idea de que las cosas podrían ir mal entre la madre y su hijo, convencido corno estaba de que el período de la infancja constituía la base nostálgica para la creencia en el Paraíso. De hecho, una relación exclusiva madre-hijo de este tipo, en Ja que se requiere que el hijo, \'arón o hembra, sustituya al padre como objeto ele deseo y de anhelo libidinal, en potencia, es patológica incluso durante la lactancia. E.n este caso el nifio representa para la madre un objeto de necesidad vital más que de deseo. El objeto de deseo es un niño nacido de un amor adulto mu·tuo y encarna el deseo de que él también llegue a convertirse en un padre y un adulto que ame y desee. El niño que es objeto de necesidad más que de deseo refleja los conflictos sádicos y sexuales sin r~solver de los padres, así como sus vivencias sexuales y narcisistas insatisfactorias. Con pacientes de este tipo uno tiene a menudo la impresión de que en la mente de los padres no existía ningún proyecto relacionado con la independencia futura del nir10 y su vida sexual adulta. Por el contrario, se diría que tal posibil id ad hubiera sido negada o temida . Son madres a menudo excesivamente «maternales», no «sufi(' l (~ ri t· ~ '!' P

n .f ~ l·u, 1.'.:I. n " ,... ,

,..,. ......

.-. 1 ,. ,.. __ .a.: .J -

..J . 1

... :!

-

~

...,.

.,...

... ...

.._,.

-

._... .

118 ESTADOS PSICOSOMATICOS, NEUROSIS DE ANGUSTIA E HISTERIA

ESTADOS PSJCOSOM;\ TJCOS, NEUROSIS DE ANGUSTl1\ E HISTERIA

«buenas en exceso»; aman a sus hijos en exceso, les cuidan y alimentan en exceso y se preocupan por ellos también en exceso. Es posible que los nif1os vivan este trato como un abandono psíquico, ya que son cuidados por madres que pai·ccen totalmente indiferentes a sus necesidades psicológicas y a sus estados afectivos. A muchas de estas madres se las recuerda posteriormente como no ha· · biéndose interesado por el dolor mental de sus hijos, volcándose, sin embargo, de inmediato ante cualquier dolor corporal o síntoma físico. Además del evidente peligro de crear en la mente de estos ! niños la convicción de que existen solamente como seres humanos ·¡ en sí y personas interesantes cuando están enfermos, los aspectos i gratificantes de la relación corren el riesgo de dar la impresión de .t, que 1.os niiios son la prolongación narcisista y sexual de la madre y ~ , que nada de lo que pudieran hacer podría satisfacerla: o repararla: ' •· es el abismo que espera ser llenado; las necesidad.es y los deseos; del niño no cuentan. Al mismo tiempo, tales niños no podrían abandonarla sin estrés psíquico. Este es el dilema del niño-tapón necesitado para que la madre mantenga su integridad'. Uno podría preguntarse por qué estos niños no se convierten en psicóticos o en desviados sexuales. Tan sólo puedo ofrecer un intento de explicación extraído de rn.i experiencia clínica con pacientes cuya principal reacción ante la tensión psíquiq era la somatización, y que en otros aspectos no eran ni particularmente neuróticos , ni perversos, ni ostensiblemente psicóticos. I·

Organiza.dones psico.somáticas frente a organ'.zaciones .p.ervcrsas .I·.

~.:.{.

Aunque el estucho completo de las seme1anzas y d1ferenc1as '· f entre el estado psicótico y el psicosomático requiere una i~vestiga- ; ción más amplia que se aleja de los objetivos de este capítulo (ver ) capítulos VII y Vlll), hablaré brevemente de Ja estructura perversa y cie su relación con la estructura psíquica psicosomática. Según mi experiencia, los problemas de los padres y las posteriores con- , versaciones acerca de la sexualidad y la identidad sexual del niño · que va creciendo constituyen un factor diferenciador fundamental. : En aquellos adultos cuyas vidas se ha n visto ampliamente condicio- . nadas por una búsqueda sexua l compulsiva o desviada, casi inva- ' ·; riablemente encontramos en la historia de su infancia que la acti- ' tud de la madre tendía a rechazar totalmente la importancia de la sexualidad del nif10, actitud que se acompar1aba de_ frecuentes se·. f duccion~s sexuales de tipo pregenital, t<íles como el. ritual de apli· cación de enemas, la exploració n de los genitales del niño, etc.

l

JI

( ) 1· !"()

P J PT"r\P

11

tr.

f ro/'"'11 a. • .,. f-""' ~~... ,..... --

1. . -

-

.. . . -

.-'

--

11 l)

grante o terrorífica de los padres sobre el sexo opuesto (en lo's capítulos XI y XII se tratan m:'ls clerenidarnente estas características). En la mayoría de los analizandos que somatizan no he cncorrtraclo este tipo de comunicación. La madre, aunque a menudo r'e'cordada corno seductora o clem.:isindo preocupada por el cuerpo y la salud de su hijo, no se la vive como denigrando la sexualidacPWt crean.do· reacciones· fóbicas contra 'el sexo opuesto. La madre de Isaac, por ejemplo, que le llamaba «mi sol» y le decía que siempre sería su «pequeño novio)), no transmitió a su hijo la idea ele que h\S mujeres o la sexualidad fuesen repugnantes o desagradables. Por lo que se refiere al papel del padre en la estructura psicos~­ xual del niño, es un hecho clínico notable el que las madres de los nioos que se convierten en desviados sexuales presentan a menudo al padre como un objeto de poca estima que el nifio puede ignorar . o no querer impunemente .. Esta denigración del padre persiste a menudo en lá mente del niño durante la adolescencia y la edad adulta. A este rechazo del papel del padre se añade una imagen distorsionada de la escena prím:uia y de la estructura eclípica con una debilitación inevitable del papel simbólico del padre como detentador de la ley y del orden. Existe también una sospecha de la complicidad del padre en mantener una distancia respec to a su prole acerca de Jos asuntos sexuales y la identidad sexual en ge7 neral. Por otra parte, en los pacientes con graves tendencias a la so~ matización he encontrado más a menudo que se conserva una imagen del padre mucho más activa durante el período ele latencia y la adolescencia, pese a que aparentemente desempeñara un papel distante en la primera infancia. Se les recuerda también corno que hablaban sobre la sexualidad de un modo normal, quizás incluso con un matiz en exceso enfático en el futuro papel sexual del joven adolescente. Po¡- ejemplo, el padre de Isaac, aun cuando aparentemente desempeñara un papel mínimo en los inicios de su educación, insistía con especial énfasis en la importancia de un comportamiento .«viril» y de las experiencias sexuales cuando su hijo se hallaba todavía en la pubertad. (Pablo, cuyo análisis ilustra el capítulo VIII, presentó un retrato paterno idéntico.) El padre de Isaac también permitió que su hijo supiera de sus relaciones sexuales fuera del matrimonio. Aunque tal discurso paterno puede deselúpeñar un papel «norrnalizante» en cuanto a la actividad sexual como tal y puede implicar que el nii1o tiene derecho a una futura vida sexual adulta, los problemas surgen si este tipo ele incitación se . •. • . . . '!: ll1Jerta en la terrorífica fantasía sexual infantil de ser devorado por la madre, . en la que el papel fálico estructurante del padre, es d'er.ír <:11 f1inri1"11i r•nml'\ fio111'!1 m1P nr.ntror•1·:'i :d niñn rlP. hd rwlíurn

P~

,,"

\

110 ESTADOS PSICOSOMÁTICOS. NEUIWSIS DE .-\NGUSTIA E 1-!ISTERIA

ESTADOS l'SlCOSOi\!..\TJCOS, NEUROSIS DE ANGUSTI:\ E HISTERIA

12 l

11

1

. 111íni1110. Tras la focliada deun~ organización cdípica normal: pue· I·: de esta; acechando una angustia arrollador2 respecto al vaCio se- ' xual sin límites de la madre y la representación de un falo paterno .desligado , vengativo y persecu torio . Esta combinación puede des- :¡ embocar en una sexualidad adulta que parece normal, pero que e1 de tipo pragmático~ en la que al compañero se le ve como una ;¡ función o una cosa mús que con1o una persona emocionalmente 1· viva. Esta defensa ¡;rimaria cont ra los sen ti mien tos tiene un poten· ·:J cial de consecuencias patológicas de tipo p5icosomático, más que :! de carácter neurótico-histérico, tal como puede ocurrir cuando ha¡ ,i una regresión desde la situación edípica. Este movimiento progre· sivo de:;de el registro psicosomático al psiconeurótico bajo el iin· pacto del proceso analítico se il ustró en el C
!

con patología psicosomática que h•1n pouido obtener ayuda mediante mecanismos de biofeedbacl:.. incrementando su control sqbre algunas zonas Je! sistema ner\'ioso autónomo. Los pacientes a menudo dierori 1riuestras de «Culpa y angustia cuando conseguían _algún control sobre las funciones \'italcs y partes de sí mismos que consideraban fuera de su control. .. Los primeros cuidados maternos son vivenciados como . un permiso para vivir. .. Algunos (pacientes) tienen miedo dé que hácerse cargo de tales prerrogativas maternas puede llevarles a destruirse a sí mismos» (pág. 217). A la teoría de Krystal ailadiría el imporranle papel desempeñado por las fantasías arcaicas Je la escena· primaria, en las que los niilos de uno y otro sexo viven sus cuerpos como el complemenro sexual de la madre. Para estos pacientes tomar posesión psíquica de sus propias funciones vitales y de las partes de su cuerpo es equivalente a destruir a Ja madre, mientras que mantener un funcionamiento patológíco representa, inconscientemente, ser uno con ella, causando al mismo tiempo sádicos estragos en el cuerpo de la madre mediante la propia disfunción de sí mismos. Por ello, la representación ele la escena primaria ha hecho una regresión desde una relación tricorporal, a través de una relación bicorporal, a una lucha a muerte erótica unicorporal eil Ja que no existe identificación interna con un objeto materno solícito . (En algunas de las sesiones citadas en los capítulos IV y VI Isaac expresó ideas similares ele un modo sobrecogedor.) Si se reconoce la dcpenclencia psicológica hacia la madre, los pacientes a 1Úenudo pueden descubrir su relación profundamente adictiva· con todos aquellos objetos sig.nificativos del momento actual. Acaban por darse cuenta ele que éstos actúan como «sustancias» externas a las que se necesita acceder para sobrevivir. En el contexto de esta relación narcisista podemos comprender fácilmente la perturbación en la economía psíquica causada por Ja pérdida de esre objero que precede tan a menudo al brote de graves trastornos psicosomáticos . No se puede hacer el duelo por la pérdida del objeto desde el momento en que no se ha podido renunciar a él; una parte del sujeto muere psíquicamente en su lugar y esta muerte psíquica puede poner en peligro la supervivencia biológica~ ·

Escisión entre psique y soma Es evidente que en el escenario analítico estos analizanúos van a luchar ferozmente contra la relación de transferencia, si tienen una mínima sospecha de que esta vivencia puede despertar sentimientos de dependencia narcisista o libidinal. Esta obst~ rv:ici<'>n nH'

1 1 1 122 . 1·

--1% . ~~·

ESTADOS PSJCOS0;>.1..\Tr cos, NEUROSIS DE ANGUSTIA El l!STERtA .

1

LSL\DOS l'StCOSOt-.IATICOS, NEUROSIS DE ANGUSTIA E 11\STER\r\ ; 123

\'llelvc a ll ev ar una vez lll<Ís a.I problema de la repre se n1abilid;1d µs íquica y L1 toma de conc ie ncia de la irrupción akc1iva. Si las ansiedades psi<-'Óticas no k111 ciad o lt1g<1r' a la creación ele síntomas 11• psicóticos -es decir, si e l nii1o asustado ha tenido 4uc hacer frente a una fantasía dolorosa, a una exc itación arrolladora o al terror, creando un espacio estéril c111re el sezl y el \'acío absorbente que los otros representan- se cread, al mismo tiempo, un espacio 11; entre la experiencia áfcctiva del nii1o y su representación i11cntaL En otras palabras, tendrá lugar una escisión radical entre psique y soma. :1

Por tanto, no debería extraiiarnos descubrir que todo lo que nos es dado ver; desde el mundo exterior, de la lucha de toda una vida por la supervivencia psíquica es la impenetrable coraza contrn cualquier.representación de fa irrupción emocional o del dolor psíquico. Todo lo que se ofrece en el comu ltorio analítico es un discurso de tipo pragm~ítico u operatorio y una imagen alexitímica no reflectante (ve r capítulo VII). Este habla puede incluso contener palabras y frases emocionales, exp resiones de alegría, odio, amor, cólera y, sin embargo, es tar vacío ele todo sentim iento. No encontramos cosas tales corno una representaeión que sea dolorosa, temida o excitante en sí, a no ser que la representación se acomparie del conocimiento consciente ele la emoción. Dichas personas dcsnfectadas (McDougall. 1984) hall creado una defensa primaria contra todo peligro de intru sión violenta, protegiéndose así del riesgo de verse convertidos en vasallos de la voluntad de o tro . Con una estructura defensiva de tal envergadura, el individuo que vive ,entre estos muros fortificados ya no necesita cortar los lazos con ios objetos importa1Ú es o rom per el contacto con la realidad externa. Pero el mantenimiento de tales vínculos contrainvesti dos o de falso sel/ se consigue a costa de una profunda ruptura con parte _de la realidad interna del individuo y la consiguiente distorsión en lo que Freticl (l915b) llamó funcionamiento precons· ciente. Podemos imaginar que así fue como se protegió Isaac ele este terror psíquico durante esos cuarenta y tantos años. No sabría decir si antes de la aparición de la enfermepad psicológica ls
1 • 1

~.

" '1

'

I~

~ ~-

El anúlisis de Isaa.c nn empieza. por tanto, en el punto en que se inician sus trastornos psico ~o rn ~íticos, sino en el momt:nto etl que su propia coraza, construid:¡ con sumo cuidado contra las in\'asiones afeclivas y las temidas ra11tasias, se rajó de parte a parte, dejúnclolc en un estado de ansiedad más allá de su control O de su comprensión. La tranquilidad operatoria y carente de afectos ele su vida pasada se reveló bn_¡talmente como una fortaleza contra una ansiedad ele proporcione's abismales. Esra ansiedad podía no haberse llegado a representar jamás en su psique de no haber sido por una avispa que se ofreció a sí misma, de un modo fortuito, como representación psíquica de un terro r literalmente indecible y un miedo sin nombre. De no haber siclo por la repentina movilización de una neurosis de angustia invalidante, Isaac probablemente jamás habría soñado con' comprometerse en la experiencia de un an
,•; ..~

..,,

,. .\

'

' 1

,I i 1

1 1

11

••

1

l 26

VI



id

4 ,g¡¡,.

ELABORACIÓ N Y TRANSFORMACIÓ N DEL REPERTOR IO PSÍQUICO

t?i:L ti!'

~.¡:¡_

La compulsión de repetición y la fuerza anti -vida Para ampliar este aspecto del trabajo ele la mente al que me referí en el prime r capítulo como elaboración psíquica (p.or parte del analista y analizando), vol veré a u tilizar pasajes del análisis de. Isaac. Los frngmenlos clínicos del trabajo analítico no suelen proporcionar mós que una escasa idea de la laboriosa lucha de la pareja psicoanalítica por saca r a la luz nue vos elementos y la constante necesidad de elaborar material ya recopi lado e interpre.tado, que se repite en otras <'íreas de la vida de l paciente. L a desaparición de los síntomas, que puede considerarse como un beneficio secundario en el sendero hacia e l conoc imiento de un o mismo , a n1enudo nos hace creer que la p ieza d e l trabajo constructivo que nos llevarfa a un profundo co nocim iento de los conflictos subyacentes , la hemos conseguiclo de un a vez por todas. Sin emlYit rgo, tocio analista sabe, y todo analizando acaba descubriendo, que las dimensiones del intrincado laberin to qu e han con tribuido al mantenimiento de las estructuras in co nsc ientes y la fuerza dinámica que emana de éste son infinit as . Así plles, los mismos dram as , los mismos deseos negados, los mismos conflictos que dieron lugar a soluciones inadecuadas, pueden volve r a surgir en cualquier momento, en un nuevo contexto. La inexorable pulsión que inten ta mantener la identidad bt1sica del sujeto (Lichtenstein, 1977, p ágs . 23- 122) c¡ue se revela en t.~sta tendencia nos J.levaría a preguntarnos si e ste impul so a la continuidad psíc¡uica podría no se r eguiparndo en fortaleza a la fuerza ele J;1 pulsión de \'ida, en sus aspectos biológicos. Podernos a11;1rJir otr;1

., ,,, .-'.I'.

~>

' ~~·~

~J

'i!:.

,:r

ELABORACl(JN Y TRANSFOfU..-!ACIÓN DLL REPERTORIO ...

consicler:1ció11 a esta cuestión: la pulsión vital para sobrcvÍ\ ir tit~11L' una contrapartida que consiste en una ;ucha paralela pur la e.ni11ciú11 de las fuerzas de vida con su incesante l>úsqued:1 por salisf;¡c,~r los deseos, es decir, el deseo de verse libre ele todo cleseo . Todos y cada uno de los miembros de la raza humana tienen que pactar tanto con la atracción por el deseo de vivir como con la atr;1cción por el deseo de nirvana. Este último no implica necesariamente un deseo de morir, pero, ele hecho, cuando su fortaleza excede a las fuerzas de vida, el deseo conduce a que algunos individuos abandonen la lucha por la supervivencia, en cuyo caso la ornerte puede adelantarse. Freud descubrió esta contrapartida de la ¡misión de supervivencia en el curso de su experiencia clínica y trató de conceptualizar lo que había observado en su paradójico trabajo titulado Más nllú del principio de placer (1920). No es mi intención discutir aquí acerca de la tercera, y Ja· más controvertida teoría freudiana ele las pulsiones, la célebre «vuelta» de los arios veinte. Deseo sencillamente mostrar cómo esta dualidad pulsional puede dejar sus huellas en el trabajo continuo del proceso psicoanalítico. Este ir y \'enir por los senderos sinuosos ele la aventura ana líti ca, el descubrimiento de nuevos brotes ele antiguas angustias y el retorno del dolor psíquico asombran y,, a menudo, decepcionan a nuestros analizandos, como decepcionaron a Freucl y como han venido decepcionando, desde entonces, a todos los analistas. Mós allá de léts consideraciones terapéu ticas existe el deseo ele comprender este fenómeno humano. ¿Cómo podemos aceptar que somos nosotros los responsables ele que volvamos a representar nuestros antiguos dramas -los que ya escenificamos en el escenario de · nuéstra vída, así como en nuestros teatros internos-, las antigu as angustias bajo un nuevo disfraz, los antiguos fracasos en un nuevo terreno? O ¿cómo coi1tribuimos a resucitar el drama sombrío de la depresión; cuando ya hemos aprendido que somos nosotros quienes tenemos que dar sentido a nuestra propia vicia, que somos los únicos responsables de romper las amarras que impiden que la vida sea una aventura creadora? El hecho ele que el escenario, con sus luces y telón de fondo, así como sus personajes, pueda cambiar cuando una vez más se vuelven a ensayar las viejas obr as, nos permite considerar a estas aparentemente nuevas creaciones p síquicas como el resultado de las circunstancias_ Los seres huma n os no quiere11 reconocer que existe dentro de ellos u na fuerza que les impulsa hacia la anti-vida, igual o a menudo tan fuerte co mo la de su contrapartida: el deseo consciente de una existencia fe liz y Ja voluntad de triunfar sobre la adversidad. N ~rlir~- Íl1P inr n111..:. p 1 •.) n •:11 ;(';- ,H, ]..., ,).· ,.....-. A,.. .-.1 .1 'I

t ......



t": I . 1

'1 ,1

EL/\ BORACIÓN Y TRANSFORP.lr\CIÓ'\ DEL REPERTORIO

.1 ·

..• . rl 128

127

sufrir acontecimientos _c atastróficos en \:'! mundo externo y se r, al 111isrno tic111po, víctima ck un teatro psíquico interno en el que siempre hay función. Aunque los <111alistas están normalmente atentos a que surjan estos factores en las realidades externas o internas de sus analizandos, por lo general éstos culpan al analista de_! retorno a las antiguas producciones psíquicas que creían desaparecidas para siempre. ,Para dar un ejemplo corriente, el ·dere-· cho a disfrutar del placer sexual se muestra, a menudo, como una adquisición de frágil equilibrio. La impotencia sexua l puede abandonar el terreno ele las relaciones amorosas para reaparecer como un fracaso en un logro profesional. Enfrentado a los inesperados reveses libidinales o narci sistas, pueden fácilmente volver a reincidir en la vicia erótica del sujeto, dado que el yo ha decidido desempolvar algún viejo guión de sus archivos psíquicos, como solución al conflicto presente.

·~{

El mantenimiento del sentimiento de identidad

Por tanto, todo analizando tiene que llegar a reconocer la posibilidad, casi permanente, de revivir las .obras olvidadas de la mente y que esta tenden cia subraya la necesidad del hombre de aferrarse a modelos y fórmulas de identidad que mantengan la homeostasis libidinal y narcisi sta . El valor fundamental de la experie ncia psicoanalítica coi1siste en que el analizando se hace consciente de la compulsión de repetición y, también, de que posee Jos medios de analizar lo que está ocurriendo y por qué está ocurriendo en ese preciso instante. El proceso psicoanalítico en sí nunca se acaba, y aquellos que se han comprometido en esta aventura so bre sus mundos internos poseen el conocimiento que combilte el impulso a repetir soluciones aritigi:as y en absoluto creadoras . Pueden rechazar el papel ele simple intérprete en el escenario del mundo; manipulado por un destino incontrolable. Si .el yo admite libremente que no puede controlar los deseos y decisiones de aquellos que pueblan el mundo externo, com o tampoco puede controlar y reescribir los acontecimientos del pasado, al menos puede ahora ·aceptar la total responsabilidad de su mundo interno y el modo en que mantiene vivas tanto las reiaciones dolorosas como las placenteras con cada uno ele los personajes de su teatro psíquico. Ahora el yo está también mejor equipado para detectar aquellos momentos en los que se identifica en su mundo psíquico interno con personas crueles, traumatizadas o perturbadas, tratando así a su propio se/f-ni11o, todavía deseoso de crecer, con la misma sevP.r·irhd (") inenhPrf•nri:-1 nll<' In~ ;id 11ltns del nasado siente oue hicie-

mi 1

;111

• ;¡r

f:f~

,.,.

ELA80R.-\Cll);--; Y TRA:\Sl"OR>,1.-\CIÓ:\ DEL i~l:.Plt< rüi{IO ..

ron con l"·I. Ya no ba~ta co11 mantener que· \i)S responsables de nucstrns dificultadl':s para vivir son la madi·c inconsecuente, mciicu losa o insensata. o el padre ausent.c, ckbil. ~c1crn o muerlu. o los hermanos envidiosos, o la raza y la religión familiar es, o lu s acontecimientos de la vida diaria. Cada uno . ele nosotros debe escoger lo que desea hacer con todo lo que ha '.; ucedido ei1 nuestra vid<1 y si utilizarla creativa o des\ructivamcntc. Ésta es, pues, la cosec ha cid campo psicoanalítico. Ño a tocios les viene bien. !\lucha gente prefiere cm:gar la responsabilidad de su · infelicidad o de sus fracasos sobre las figuras del pasado o sobre aquellos que ks rodean acrualmente y preservar así estos modelos cfr: identidad de siempre al servicio de la supervivencia psíquica. Volvamos, pues, al caso ele lsaac y 'a dentrémonos en su fÚscinante teatro psíquico y en algunas de las representaciones reperidas que su yo tuvo ocasión de escenificar. Dejarnos la histuri
,_, •·.

U. ·\b(l ;Z.\(: l(1:-\ \ \ R.-\:-\Si'OS:.\\-\( l\):-\ Dl~ L \ZEt'C.RT1) R \l) ..

~· '

1 ~'J

s intunL1ti c a protcct1:ira Je tip1) nc urot1co (\er . capitulo IV). E.lit'" también p
ra una amenaza !'ísica, dado que el so ma no pu ede pcns~ir, sino solamente actuar siguie ndo las pautas dictadas por sus .Propias leyes biológicas . En \a s enfermedades psicoso múticas el cuerpo moviliza sus fuerzas en lo qu e parece una actividad incoherente qu e no satisface ningún propósito fi sioló gi co conocido. No obstante , en algún sitio debía ten er se ntido, y co n es ta convicción me se ntí animada a ll ev ar las tra ged ia s corporales inconscientes de Isaac·( y las de aqu ellos otros con estos mi smo s síntomas misteriosos del cuerpo y la mente) hasta lo :> límit es ele lo analizable. Podemos observar e n los siguientes fragmentos que Isaac ahor;i se está haciendo consciente de sus estados e mocional es y sus idea s imaginativas rn ;1s focilment e qu e antes, porque es tá al acecho de que aparezcan. Estos sentimientos y fantasías suele n aflorar primero como se nsaciones somúticas. A su vez, se van transform:•ndo lentament e en experiencias afectivas y representaciones psíqui_cas

ele ideas.

Ca <
na un mayor conocimiento sob re Jos procesos mediante los CLiales se crean los síntomas ne uróticos . En este caso, las defen sas neuróticas se desarrollaron para co nt ener la angustia asociada a los conflictos homosex ual es , hasta eñtonces desco nocidos , y sus luchas li· · bidinales nsociadas. Es ta sesión tuvo Jugar después de un fin ele ·semana. El viernes ant e rior Isaac había traído una serie de asociaciones qu e relacionaban la famosa picadüra ele la avispa con ideas de un pe ligro homosexual. considerado por Isaac como una penetración anal. Interpreté aquella fantasía como un temor a ser «picado por detrás» y, luego, añadí que todo cuanto había dicho en l<J citada sesión parecía apuntar a ese en'tremezclado d eseo- y-temor referente al «aguijón » del pe ne paterno (*). Isaac entra en un terribl e estado:

l.: ¡Dios mío!, ll e vo si n poder respirar desde el viernes. No es exactamente ·asma, per.o podría serlo en cualquier mo· (") Hrcn c. 1 rel="nofollow">.

.

___ _

N. del A,-La palnbra [rancesa para «nguijón», le dard, en a.rgnt si!;nific:1

EL:\ El ORACIÓN YTRANSFOR,\L\CIÓ.\/ DEL REPERTül~IO ..

130

mcnro. Es comü si mi esófago se hubiera retorcido. Corno si pudiera cerrarse por complctt). Y tengo la sensación como si mis pulmones se fueran a dar la \'11L'll<1 corno un gua1itc. Cualquiera diría que estoy compktanwnrc loco; sólo aquí me siento lo suficientemente trnnquilo p::tr:.l preguntarme por qué sucedió todo esto durante el fin de se rnan.-i . Ahora Isaac pasa ~ exponer las circunstancias que propiciaron el terreno .

I.: Mi mujer estuvo fuera durante tres días; no tenía miedo. Estaba encantado, porque necesitaba tiempo para trabajar. El sábado por Ja noche fui al teatro solo ... El tema era -más o menos- homosex ual. Y, de repente, me di cue nta de que el público estaba compuesto casi t:xclusivamenle por hombres. Empecé a temblar; dentro ele mí tocio se movía. Salí: corriendo hacia casa y me fui directo ha cia el Valium. El Y alium se había vuelto a convertir en el «pecho bue no» necesario para calmar y proteger a Isaac ele cualquier peligro imagi nabl e .

J. M .: Entonces ¿i1itentó calmar el temor -o el deseoser picado? . l.: ¡Dios mío, no sabe .usted qué verdad es eso ! Sólo me permití pensar una cosa: «¿Dónde está la homosexualidad en todo esto?» ¿Por qué ahora ni siquiera puedo pensar acerca del sexo entre hombres? Después de todo, a mí qué mús me da. J. M .: ¿Se Je retuerce el esófago? l.: ¡Cielo santo!, es tan claro, ¿no? ¡En mi boca! Ni siqüiera lo podía pensar. Cierro y tapo todo contra ideas como ésa.

ª

He aquí, una vez más, Ja respuesta <;montaña rnsa)>, un intento psicosomático para controlar el afecto. El cuerpo entero, en vez de la mente, se tensa contra las ideas dolorosas, co mo si qui siera evacuarlas o mantenedas apartadas; un modo som;itico, y no psíqui co, de manejar los aterradores afectos. Sin embargo, Isaac elabora su vivencia durante esta sesión.

l.: Hago todo lo que pu edo para impedir esa penetración . · ..(Isanc cuenta entonces una historia qu e trata de un hombre que es tá e n la c{1rcel y es sodomi?.
.11

.1

·l

-• ••

l:Li\L)()Ri\ClÓ:'\ Y TR.-\NSI tiR\ !.-\CIÓ\ DLL REl'l.'.R l\Jl.'. IU ...

._,,;.,.,

l3 \

132

hombres. ls:1ac crnpieza cnto11ccs a temblar y a jadear.) l.: El cor:u1'i11 se me sale del pecho. l\k cuesta rcspir;n. ¡fvl:ildicitín, tcn~;o que l''~ns:H rnbre esto' i\le cicrrn contra tales id eas .. ., mi garganta, mis pulmones, mis arterias.

.1

1

. 1• · ¡

I.: ¿Se acue1Ja de la idea disparatada que se me ocurrió hace dos semanas de que cada vez que veía excrementos de perro en la calk pensaba, ele repente, que podría comérmelos?

.......

.._

ELABORACIÓN y·r¡.(ANSFORMAC!ÓN DELREPERTOk!O .. .

Me tranquiliza volver a los elementos de la teoría sexual infantil y la materia prima de las fantasías neuróticas .

J. M .: ¿Hay que ser mujer para disfrutar con la viola-

. , ') C!Oll.

Debemos observar que el «esófago retorcido» está prt'í\imo a ser un síntoma de conversión histérica.

,_

l.: Usted dijo que yo quería absorber algo, pero todavía no sabemos en qué consistía y que tuviera que adoptar esa forma inaceptable . J. M.: ¿Quizás el excremento tci1ga algo que ver con Ja idea de las heces poderosas de su padre?

I.: La idea ele una violación homosexual representa para mí una humillación y un horror al mismo tiempo. Es gracioso, no siento lo mismo respecto a la violación de una mujer. Me parece, en cierto modo, bastante excitante .. ., como si la chica disfrutara también o algo así.

J.: ¡Uf!. . ., me parece c¡uc se está volviendo más <:!aro. ¿Quiero ser una chica? A mamá le gusta ser «picada» por papá y una nii'ia pequcii;: puede esperar que eso también le ocurra a ella. ¿Pero qué puede hacer l!n niño? Esto me recuerda lo que usted dijo la semana pasada: «¿Cómo puede un niiío sentirse fuerte si su padre no está a su lado para ayudarle?» . Tengo que conseguir este pene fuerte sea como sea. El mío siempre me pareció demasiado pcqlle!'ío. J. M.: ¿Demasiado pequerío con relación a qué? l.: f\fas pequeiio que el de mi padre, por supuesto; pero esto no podía haberlo sabido . Sé c¡ue parece una estupidez, pero en realidad no sabía que él tuYiera uno. Tiene gracia, no me extraúa que siempre me haya sentido tan pequeiío frente al amor devorador de mi madre . Su inmenso abismo, simplemente, me habría devorado. J. M.: Ahora parece como si quisiera comerse la fuerza ele su padre, su pene. para poder convertirse en un hombre fuerte como él.

,

Isnac ha sufrido mucho por culpa ele es\) y por la idea,
Encontramos aquí la fantasía condensada de Un falo paterno sodomizador y un «pene-pecl10» asfixiante . Están sólo empezando a separarse en dos representaciones fantaseadas distintas, aunque. todavía manteniéndose una cierta confusión entre self y objeto.· I·

... ..._...



~

-

L: Ya, esto podría hacer que se me cierre el esófago, ¿no? Me recuerda aquella época e.n la que no podía parar de comer. Se me ha ocurrido otra idea disparatada que jamás he mencionado: cuando miro a algunos hombres tengo miedo de lanzarme sobre ellos de repente y besarles en la boca. No tiene nada que ver con el de:;eo de besar a una mujer, esto es excitante y maravilloso, pero eso otro es horri .b le. Corno si quisiera atacar al hombre. Exactamente como la bulimia. Oiga, esas ideas me dan ganas de vornitar. La confusión de zonas y el papel de la conducta adictiva cotidiana -fumar y beber en exceso, etc.~ son modos ele descargqr, y .asfevitar, las ideas inaceptables y los afectos dolorosos. L a fantasía «bulímica» de Isaac de devorar al hombJ·c, o su pene, le hacen «vomitar».

:S¡;,

L: No soy homosexual, ¿verdad? J. M.: No quiere tener en cuenta al n1ilo pequeiío que hay en usted, que admiraba a su padre y se preguntaba cóm o hacer suyas su fuerza y su virilidad, ¿Comiéndose sus hece's ? ¿Mordiéndole en la boca? ¿Tragándoselo? ¿Algo así co ino los pueblos primitivos que se comían el corazón ele! leon, quiz;.ís? ·

l.: Se me acaba de ocurrir otra idea disparatada: ¿qui ~<'í quiera comerme el órgano sexual de un hombre? ¿Se acuetda del aí1o pasado cuando me excitaba tanto pensar en 'el Sexo de mi 111:H-fr,=. "p1P.tP.rn,.;"), ,l,..., ,,....,. ,_,.,J) 0 .. · ·-- 1 -

!•

134 l:LABOR/\CJÓN Y TF:1\NSl:ORiv1/\ClÓN DEL IU:l'ERTURIO ...

133

qué es lo qw: esperaba encontrar (yo esperaba que ib11 a contestar «bdiés»), dije, bueno, que se lratab:i de cncoíltr<11 excrementos alif dentro. Pero no sé cómo.relacionar esas dos ideas.

,.

La fantasía básica parece co nsistir aquí eu el problema de cómo · unir los excrementos del padre y de ·J a madre (corno una su'.;titución regresiva de los genitales). De hecho, a Isaac le sigue costando imaginar juntos a los padres en cua lqui er nivel, pero especialmente en es te nivel de las fantasías prcgcnitalcs de tipo inf.antiL-La importancia de este progrtso consiste, sin embargo, en que la confusión de antes, arcaica e irrepresentable de la relación entre los dos cuerpos, está ahora ligada y conten ida en estas representacio-· nes d<': objetos parciales. Isaac es capaz ahora de distinguir el temor a asfixiarse dentro del cuerpo materno, del temor de ser penetrado por e l .s exo paterrio. Lo que Bion (1962b) describía corno «elementos beta» se ha convertido, en este momento, en «elementos alfa», los elementos del proceso de pensamiento verbal, y esto permite a Isaac perseguir lo que cada niño, desde la primera infancia en adelante, busca descubrir: las fuentes del placer y cómo controlarlas. Así pues, Isaac está empezando a reconstruir sus olvidadas teorías sexuales infantiles.

J. M.: ¿Sería como si fortalec ido por las heces-y-pene de su padre pudiese ahora acercarse sin peligro al interior de su madre y su materia fecal? I.: Esto parece ele repente una idea erótica. Vaya, vaya .. . , vuelvo a tener esa sensación de no ser capaz de respirar. Es como si me fo era a asfixiar, absorbido todo yo dentro de mi madre. ¡Qué sesión tan espantosa! ¿Qué significa todo esto? J. M.; El nii'io pequeño que hay dentro de usted, que quería hacer el amor con su madre - quería meterse dentro de ella, tal corno usted comentó- y en ese aspecto quería· ser como un hombre, pero parece haberse aterrorizado porque pensaba que no había ningún hombre a su alrededor. No· había ningún pene bueno dentro de ella, el abismo sin límites. Podría haberse ahogado en sus heces. Podemos observar que en este instante cons.idera que las heces que hay dentro <..Id cllerpo de su maure son, al mismo tiempo, buenas y peligrosas, mi entr;.is que, anteriormente_ las do<: f:1nt:1<:í:1'

il'

· ~· ·

·er1~

.

ELABOl~ACl(lN YTRANSFORMACI()'-; DEL REPERTORIO ...

f.. (Ouc está respirando y jackando cun gran clificult;1d): Quererla era corno carni11ar hacia mi ~)ropia rnucnc. J. M.: Buc·no, querer el penc-aguij,'tn de su padre. ind11 so si le daba miedo, podría h<1bnle ayudado :i cnfrent;11se con esas cosas peligrosas que había dentro ele su madre y evitar ahogarse. L: ¡Qué sesión tan espantosa,!

Aunque para Isaac esta fase del análisis er<1 dolorosa, durante las sesiones que siguieron empezó a desear una imagen de sus padres como pareja sexual y complernenlaria . Dejo de imaginarse a su padre como un castrado y a su madre como un abismo sin límites, para quien tenía que clesempeiiar la función de nii'lo-1:1pón . .Los significantes erótico-anales empezaron a adquirir cualidades fillícas y tranquilizadoras y, a_l mismo tiempo , eran tGrnbién consi.d erados como una materia fecal peligrosa, que ponía en peligro la . vida que podía encontrarse dentro del cuerpo de la madre, donde se· conducirían corno un falo vengativo. Podemos, sin embargo, dejar de lado por el momento la elaboración de estas fantasías primarias y su temprano significado edípico para centrar nuestra atención en el importante problema del . funcionamiento psíquico ele Isaac. Un fragmento posterior ele! an:'ilisis ilustrará este aspecto. Está extraído de un par ele sesiones consecutivas que tuvieron lugar tres o cuatro meses más tarde. Muestran claramente la continua oscilación entre los fenómenos ac1i11g ouc y la elaboración psíquica.

El retorno de la neurosis de angustia ¡

, .~

Isaac faltó a las sesiones durante varias semanas porque estuvo fuera filmando exteriores, y volvió al análisis en un estado psicológico muy perturbado. Como en los inicios del tratamiento, está pálido, suda, su corazón «galopa día y noche», y ai'íade: «Naturalmente, con el corazón a esas velocidades uno piensa que la muerte ·es inminente». La neurosis de angu~;ti1 ha vuelto con más fuerza que nunca . Le pregunto qué cree que podría haber causado el retorno de estos síntomas, e imagino que va a achacarlo ·a circunstancias tales como su ausencia del análisis, el hecho de haber estado sumido en múltiples situaciones fóbicas durante S'J viaje y el haber trabajado en una nueva película con un equipo masculino. Este último factor podría haber reactivado el material homosexual que habíamos est:-ldn tr:::lt~n,tlr. ~:\ntPC' rh") nnr...:.

C'P.

Fnr-i- ... ...,,

·\).:;.,."

· r-.11 ...í. ,~r ... ..-.t.-.r-tA'> f:\ ..... . ........ .

ti

1

l.

1

ELABORr\CIÓN Y TRANSFOR:-..li\CIÓ~ DEL REPERTORIO...

• l 36

l 35

do era debido ;:ll car.?!». No le gusta el cak, pero no había lllra cos:1 para bc:ber. Por L1nl1-•. estu,·n ingiriendo cantidaclc.s inusil~1d;1s de café el licrn¡.Hl que dur1í :'u rr;1bajo. E::n cierto modo, esto es un síntnma cul!L;ral. En Francia· s~ considera una aulé11tica locura tornar café úcspués de cierta hora. No niego que haya gente que tenga un comportamiento fisiológico específico, pero aquellos ..quc, como yo, se tornan dos tazas Je café antes ele dormir son tachados ele locos, en lugar de considerar que tienen un metabolismo diferente. Esto podría ser un interesante ejemplo ele «pensamiento operatorio» a escala social. Son las costumbres sociales las que en Liltirno término delcrminan, haciendo caso omiso de ]as cliferenci
A fuerza de animarle a que~elabore esta teoría inadect;<\cla del café como fuente de la neurosis de a1igustia, Isaac, por fin, acaba explorando las condiciones que provocaron la angustia con las cuales su psique ha estado enfren1ándose, o no, durante las últimas semanas. Hacia el final ele Ja sesión le pregunto también sobre lo que piensa del síntoma del corazón que galopa como un ineludible precursor
l.: Pero cuando el corazón galopa como un loco,· ¿qué otra cosa podría ser? J. M.: ¿Podría haber alguna otra circunstancia placentera que hiciera que su corazón galopara y se acelerara su respiración? Éste es un problema alexitímico: Isaac no distingue entre una excitación placentera y la muerte. En cierto modo, es un problema de metáforas también y refleja el impacto histórico que produjeron las palabras de la madre sobre el sentido de realidad del nüio. (¿Cómo decía mamá que se llamaba esto?) Quizá los problcnüs de los padres, que imponen sus admoniciones y explicaciones, nos proporcionan otro de los vínculos que falta entre las formaciones psicosomáticas y las histéricas.

l. : ¡Pues claro! La excitaci ó n sexual. Y también cuando el trabajo va bien me siento excitado y el corazón me late más de prisa. Es gracioso, no se me había ocurrido antes. ¿Por qué cosas agradables como e l sexo y el trabajo están relacio-·

-

. .J .

l

......

!•

ELABORACIÓN YTRANSFCJl(Mi\Cft)\ Df'.L REPf:kTOJUO ...

El Sag:-:ido Con:zón ~:

·1;·

La siguiente sesión coincidió rn;1 el día del Sagrado Corazón en el calendario de la Iglesia católica. Aunque Isaac no clio muestra de acordarse ele ello, su psique, como ocurre tan a menudo en estos casos, llevaba Ui1 calendario secreto. Pese a que el Isaac adulto no cayese en la cuenta, Jos pensamientos y metáforas de esa sesión sugirieron que .el nirío, que iba a Ja escuela católica, SÍ se acordaba de ello_ Nos enteramos, por primera vez, c~e cómo había interpretado las enseíianzas religiosas según su propio mundo fantaseado y sus conflictos se>;uales referentes a su madre. Isaac empieza diciendo que sus síntomas han disminu.ido notablemente desde ayer. Sigue asustado, pero le alivia haberse dado cuenta que la reaparición de sus síntomas cardíacos podría tener un significado psicológico_ Le viene entonces a la memoria un vago recuerdo· e.le lo~ tiempos que pasó de nií1o en la escuela católica. Sin embargo, antes de continuar, de repente, grita, como si le doliera algo,, y dice que siente «una pünzada», una brural «puñalada» (coup de co11teau) en Ct corazón (en francés la palabra coup, en argot, significa una rápida relación sexual). Estas metáforas ¡son unos valiosos signos de Ja formación de fantasías p1~ econsciente's y, por tanto, de la posibilidad de sacar a la IÚz, mediante lazos verbales, expresiones sintomática~ ele carácter psiconeurótico más qu e psicosomático_

L: Ya lo ve, no debería pensar en esas cosas. Debería olvidarme de mi corazón: hace que me ponga enfern1o. Como si mi corazón estuviera part,i do en dos. J_ M_: ¿En qué estaba pensando cuando sintió la «puña·lada»? l.: Estábamos todos en la iglesia durante la misa y alzaban algo, creo que era el corazón de Cristo lo que se ofrecía. Y así podía uno salvarse o resucitar o algo así. Eso era Jo que estaba pensando cuando sentí la puñalada en mi corazón. (Pausa_) ¿Por qué yo mato mi co,·azón? ¿Qué fue lo que dijo aye.r acerca del corazón? Se me ha olvidado (!). . J. lvL: Estuvimos hablando de que los trastornos del «Corazón» no estaban solamente relacionados con Ja muerte, sino también con el placer, la excitación, el amor y el trabajo _ L: ¡Ah, sí! Es interesante que lo haya olvidado . No teiiía por qué saber esas cosas cuan.Jo era un crío. Entonces , ¿quién entraba en el corazón de Cristo? J_ M _: ¿Usted qué cree? T • . r1:~º

,_ 1,. __ ,

1

.... ELABORACIÓN Y TRi\NSFO!Zt\1/\ClÓ~ DEL REl'ERTO\UO...

137

A partir de aquí Isaac pas;:i :i explorar sus temores homosexuaks y se pregunta, por primera Vt?:é. si la puñ~ilada no tendría al¡;o que ver co n el terror a «algo (ksliz;ínJosc por tktd1 s». «Podtí:in pegarle a uno una puñalada por detrás, en el corazón», dice. _(Is aac sie mpre es tá disculpándose p1)r sus fantasías, corno si utili:Lar su imaginación fuese una actividad digna de culpa o un signo de locura.) Pienso para mí que, en rea lidad , esto es otra versión de la picadura de la avispa y 'iodo lo que ha llegado a significar. Isaac recuerda entonces cuánto hablamos sobre su incesante búsqueda ele un pen e ideal como el representante de un padre ideal:"

lf

1

.

LM.: ¿Y usted también le entregó su corazón? I.: ¡Yo diría qu e sí 1 Totalmente. Lé prometí que sería su «pequeño novio» para siempre. Incluso hoy en día se me sallan las lágrimas al. oír esa c a nción. Pero ¿por qué eso me parte el corazón en dos? J. M.: Quizá lo vive de dos maneras distintas: parece como si necesitara tener el corazón libre al mismo tiempo. L: Por s upuesto. Y mi padre nunca me dio esa «puñalada» tan vitalmente necesa ri a para ayudarme a escapar de las garras de mi madre; ¡:iara separarme de su cuerpo y de · su mente. Ésta es otra versión del material homosexual que estábamos analizando justo antes de la reciente ausencia de Isaac. El «Sagra11 do Corazón» es el corazón de su madre, así como el suyo propio ' que él Je ha ofrecido. Ella fue para él la imagen de la Virgén María, y él, el Niño Jesús. Pero entonces empieza a darse cuenta de su necesidad de que el Dios Padre desempeñe un papel más activo en su teatro interno. Tras una la rga pausa; Isaac concluye:_

l.: ¿Sabe?, ¡el café podria incluso acabar gustándome! Fin de la sesión.

ELABORACIÓN YTRANSFORM/\CIÓ'\ DEL REPERTORIO.

La ralJia )' ·el psicosoma

l.: Pero ¿por qué necesito que él me clave su cuchillo para hacer que mi corazón palpite con fuerza? (Larga pausa.) Estoy pensando en una canción que mi madre solía cantarme cuando era pequeño. (Le pido que intente acordarse de la letra y le viene de pronto a la memoria.) Solía cantar: «Te e ntrego mi corazón»; es una canción folklórica muy conocida. (Dice esto un poco a la defensiva.) .

133

El objetivo de este capítulo es rnostr:1r la tbboración y la continua transformación de los clernentos confücti\·o:; de la mente que afectan a la realidad psíquica y a la realidad externa. Daré algunas indicaciones del modo en que Isaac consiguió. por fin, relacionar algunas manifestaciones pe su cardiopatía y las repentinas crisis asmáticas con la movilización dentro ele él de unas vivencias de rabia, insospechadas hasta entonces, con las que se creía incapaz de.enfrentarse o para las cuales nopodía encontrar ninguna expresión satisfactoria. Cuando volvió de unas vacaciones que había pasado en casa de sus padres con su mujer y sus hijos, Isaac se dio cuenta de que pese a sus actuales senlimie"ntos tiernos y afectuosos hacia su madre, encontraba extremadamente irritante su excesiva preocupación por su bienestar físico. («Me (lijo por lo menos veinte veces durante el fin de semana que me pusiera un jersey antes de salir, incluso cuando protestaba que no tenía nada de frío y no necesitaba un jersey>:•. Solamente al cabo de una cierta elaboración de sus sentimientos acerca de ese tipo de incidentes pudo conseguir algún insight: «¡Ya sé lo que es tan horrible en este tipo de luc ha con mi madre! ¡Es como si yo realmente no existiera! Se lan za sobre rní con sus deseos e intenta tomar posesión ele mi cuerpo y de mimente. Supongo que siempre fue así, y simplemence yo lo daba por sentado». A fin de analizar más a fondo esa parte de Isaac que quería mantener e_ste tipo ele relación con su madre (es decir, .con la repre.sentación de la madre inlcrna que quería controlar su mente y stis movimiencos); nos. dispusimos a «escuchar» con atención ·1os gritos de su soma, especialmente los ataques de asma y el modo en que surgían durante las sesiones. (Con el paso de los años he aprendido, con todos mis pacientes, a tratar estos incidentes como parte de las «asociaciones libres».) En lugar de un asma explosiva y ele una secreción gástrica excesiva, Isaac trajo, en primer lugar, una serie de fantasías consistentes en una repentina acción violenta, por ejemplo: «¡De pronto me entran ganas de destrozar un cristal!». Estiró una pierna en dirección a las ventanas de mi consultorio : «Me gustaría romperlo todo a patadas, es un deseo realmente intemo ... ». Pudimos relacionar este impulso con el hecho de que yo no pudiera cambiar la hora de una de las sesiones. Más adelante, en esa misma sesión, Isaac contó por primera vez una serie de actos inesperados de violencia física que en verdad había cometido en el pasado y que extrañaron a todo el mundo, dado que normalmente era un chico muy tranc¡ui•

- 1 -

.• -

... : .• •~.•. • ~

1 .... 1 ,.,



1: LAHOIZ.\ C IÓN Y TlZANSFOlU1lACiÓ:-: DF.L REl'IO:RTORIO ...

de 1i be rada rncn le

•••••

•· [31¡

pesa el o objeto mct<'ll ico q l!(; pasó roz{i ndok 1,1· cabeza. El compai1cro en cucstit)n habí:1 cntradu i11cspe1-i1damc 1 ~tc _en el Cll
140

ELABORACIÓN YTRAl'1SFORl\!ACIÓ.\ DEL REPL:RTOR!O ...

llll

11ó ele una repentina rnbia incontrolable. Tt'as estos incidentes. lsa
;.,, .i. :.

'~

1

-;.r ')~~-·

~~-

i& i,

funcionamiento psíquico capaz de incre'n1e1llar Ja vuJncrabiliclacl · psicosornática. Engel (1962) observó, hace algunos ai'íos, que la tendencia a las manifestaciones psicosomáticas graves en adultos pueden estar precedidas por una actitud ele <
',\ ~_2:,_,,_

-

~ -- - ·

--.-

--

...



ELAllOR:\CIÓN Y TRANSFOR'.\lr\C!Ó:\ Dt:.L RFPERTORIO ...

. ELABORACIÓN y·rr~AN.SFORivtACIÓN DEL REPERTORIO ...

142 1-11

l.: De pronto me dije a mí rnismo que estaba escribiendo codo un guión y que eso cr~1 una ridiculez. Se me pasó y me quedé dormido. Luego, dcspu¿s de h<1bcr hcclw el ·amor otrn vez, empecé a despertarme cada tres horas, obsesiomiclo por nlgo que había leído ncerca ele los hombres que tienen sin querer orgasmos espontáneos y no pueden hacer nada por evitarlq.. Estaba convencido de que eso es lo que iba a ocurrirme y que después me moriría de un infarto.

La iucha contra el nirnrna

Al cabo de dos años Isaac ernpezó a ir a las sesiones naua· m~s que dos veces por semana. Está reuucción de las sesiones hizo a Isaac mucho más consciente de la angustia de separación y pudo reaccionar contra ella, lo que nos permitió estt1diar más a fondo no sólo la fantasía de que la 'separación es el equivalente de la muerte, sino también su contrario, es decir, que el deseo de fusionarse con el otro y formar parte de él es, asimismo, una forma de muerte psíquica. Algunos de sus síntomas también reapareciero~ durante su ausencia del análisis. En los fragmentos de las sesiones que presentamos a continuación se expone la fantasía de ser capaz de alcanzar un estado de . nirvana, el deseo de un estado ele no-deseo, que atraía a Isaac tanto como le asustaba . Pero la elaboración de su teatro psíquico continuó y surgió un nuevo tema. Tras tres sernanas de ausencia en las que se encontraba rodando unas secuencias para una nueva película, Isaac empieza lliciendo que sentía «nostalgia» de sus sesiones analíticas cuando se veía obligado a perderlas por culpa de su trabajo. Se queja de que «tiene un montón de problemas y sufrimientos», y de que su análisis está lejos de acabarse. El temor a que quizá su aventura analítica · ,té tOcando a su fin aumenta su sentimiento de inseguridad y la necesidad ele insistir sobre síntomas aún no resueltos.

I.: Estas interrupciones en n-uestro trabajo me son muy penosas. Aunque debo admitir que la vida es mucho más llevadera que antes. Pero las enfermedades de la mente son como u1i cáncer, vuelven a ref)foducirse cuando uno menos· lo espera, surgen donde menos podías imaginártelo. La enfermedad central desaparece, pero hay metástasis. Ya ve, ¡sigo pensando en la muerte! ¡Este análisis no está, en absoluto, terminado! La otra noche, cuando volví, hice el amor con mi mujer. Fue maravilloso, pero unos minutos después estaba seguro de que iba a ahogarme. Es increíble, ¿no? Durante cerca de diez minutos estuve aterrorizado, lo mismo que antes. Un sentimiento de que algo horrible iba a sucederme, como si tuviera la cabeza debajo del agua. Ya lo ve, ¡sigo teniendo problemas sexuales! Isaac ya no se acuerda de que antes de empezar el análisis jamás asoció, en ningún momento, sus ataques de angustia con su vida sexual. No atribuía ningún significado psicológico a sus trastornos cardíacos o a su asma. Su capacidad para vincular pcnsainientos v Sf'. nlimi,,,,t~~ "' ~~·-· - · - •

Por tanto, Isaac revela brevemente una nueva fantasía corporal re!adonada con la pérdida de las sustancias ele su cuerpo, i,un castigo neurótico más por su deseo sexual?

l.: Sabe, me ha vuelto ese miedo que siento cuando veo · parejas. En mi nueva película hay algunas escenas amorosas cortas. ¡Eso sí que es un éxito! Pero durante el rodaje me puse terriblemente angustiado. Al menos, me he quitado un problema de encima, el tema homosexual. Ya no hay angustia en ese terreno. Me llevo muy bien con todo el equipo. Pero ese miedo a ser matado por un orgasmo es una locura. Tengo que descubrir cómo puede uno llegar a sentirse asqueado por la sexualidad. . Hago observar a Isaac la ambigüedad de esta última afirmación, ya que esta frase puede ser comprendida tanto como una necesidad por entender su asco, como una necesidad ele asquearse.

l.: ¡Claro! Vuelvo a lo misino, como si nunca estuviera seguro de mis deseos sexuales, ya que el amor y la muerte están tan mezclados en mi rnelltc. ¿Ve usted?, el análisis no le ayuda a uno mucho. Después de todo, quise analizarme

·debido a mis problemas sexuales. (!) Apenas he hablado de otra ·cosa, ¿no?

·

'.9!(

No puedo resistir el hacerle observar que no era eso lo que yo recordaba; que . yo ·creía que estaba convencido de que no tenía problemas sexuales de ningún tipo y que jamás se había preguntado si a este respecto podía ser considerado como un auténtico paciente analítico .

I.: ¡Vaya! ¡Me había olvidado de eso por completo! Claro que tenía todo tipo de males, pero todo el resto iba como una seda. Ahora me encuentro muy bien fisicarnente. Pero .

. .

.

.

l

-·-··--··-'

ELAL\01~;\ClÓN Y TRANSFORc.1.-\CH) rel="nofollow">; DEL IZEl'L:RTORIO ...

1..\3

144

cks'?-- algo neurótie<1, ¿no? De todos rnod\)S, he Clrnscguido librarme de tsl: prnbkn1a en mi trab:1_jl). En mi nuc\':l pclícu1~1 lit..: filmado a los amanks en primer plano y se ¡rncdcn \·1.::r

Esta última frase me chocó, pues había algo extrúll) en c:lla, algo así corno una devoración mutua. ¿,Estaba proyectando una de sus fantasías inconscientes ·en los personajes de su película? Le pregunto si tiene algo 1i1<'is que decir sobre esta parte.de 1<1 película .

Tras un largo silencio Isaac continua diciendo que el pensamiento compulsivo de comer excrementos ha. vuelto. Le picio que · me diga más cosas sobre eso y explica que su horror a esa idea es peor que antes, porque ya no se trata de excrementos de perro, sino humanos. Siente angústia cuando entra en algún lavabo público, porque e:;to estimula si.t pensarniento obsesivo.

L: ¿Estoy tan loco como para que se me ocurran e<:as cosas?

,._:

a

.1

1;-,,"'"

ELABORACIÓN Y TRANSFOR!vfACIÓ~ DEL REPERTORIO.

J. Ivl.: Efectivamente, esto suen
sus bocas unidas.

l.: Bueno, ~;icnto como si no debiera mirar cosas C\1mo ésas, como si pudieran hacer cla1i.o o como si estuviera prohibido. Nunca he observado escenas así en ninguna parte ... , bueno ... , mis padres... La verdad es que no sé ... J. 1vL: ¿Qué es lo que no sabe? J.: Siempre estaban besanclosc, pero nunca lo vi porque siempre cerraba los ojos. ¿Por qué eso n1e da ele repente una punzada en el corazón? J. M.: Esto es un antiguo drama, ¿no? «0 reconozco que mi padre y mi madre se completan sexualmente y que yo tengo mi propia vida sexual, o si no, cierro los ojos porque de otro modo podría querer matar a mi padre de un infarto y entregar mi corazón a mi madre. Entonces, en lugar de todo eso, tengo una punzada en el corazón ... ». ¿Quizás está cerrando los ojos a tocio esto? Y, entre tanto, tiene ataques de pánico cuando hace el
~·..,.. .._

;e.

·

.

J. M.: A lo mejor, el niilo pequeño que hay en usted podría encontrar perfectamente normal la fascinación por los excrementos humanos. Quizás eso estuviera menos prohibido que sentirse fascinado por lo que los adultos hacían juntos · genitalmente. ¡ l.: Bueno, cuando era pequeño, tiene gracia, pero siempre creí que el sexo tenía algo que ver con las heces y el ano ... ; sí, una fantasía de crío ... , pero ahora, no sé por qué, estoy pensando en mi trabajo. No avanza y nunca acaba. Y, a menudo, cuando va especialmente: bien, tengo que parar, como si no tuviera más remedio que hacer el amor, o que cagar. J. 1\1.: Cagar. .. , trabajar. . ., hacer el amor. ¿Existe alguna relación entre los tres? l.: Por supuesto. En cierto modo, hay tres versiones diferentes del mismo sentimiento. ¡Dios mío!, ¿cómo no se rb:cr ' ocurrió antes? Cagar está permitido. Pero veo ahora por que a veces me cuesta tanto ponerme a trabajar, está prohibido, proporciona demasiado placer. Sí la sexualidad no existiera, la vida sería mucho más sencilla, ¿no? J. M.: ¿Se acaban los problemas una vez castrado? l.: jMierda! Vuelvo otra vez sobre la muerte . ¡Menuda solución! Estoy harto de vivir todos los aspecto:; ele mi vida como un castrado. El otro día una de mis compañeras de trabajo me dijo que parecía un sol radiante. El pequeii.o sol de mamá. Ardí en deseo de estar deiítro de ella y, al mismo . tiempo, sentí pánico por culpa de esa misma idea. No se trataba de que la deseara sexualmente, sino de estar verdaderamente dentro de ella. ¡Dio.s mío! Es cierto, ese es mi deseo ........

~

... ...... .. ~.C .. - •

..J ~

.)

A •.

.. .........~'." •

-·--·J

'•

,. ,.

'W

....,......

......... ...~

:• T·'• ''!!

VII

REFLEXIONES SOBRE EL AFECTO: UNA CONCEPCIÓN PSICOANALÍTICA DE. LA ALEXITIMIA

.' 146

R EF Lt~ X

l ONES SOl3RE EL AF ECT O,.,

son, sin lugar ú duda, una amalgama del pasado person;il del individuo y de los esfuerzos creativos hechos por el niiio para llegar a un acuerdo con las restricciones de la realidad, las actitudes parentales y las prohibiciones sociales. No es mi intención rccilpitular aqui los conceptos fundamentales de Freud referentes a l<1s palabras; las leyes del funcio1w111iento mental inconsciente que combinan representaciones-cosa y representaciones-palabra, y que confieren especificidad a las funciones psíquicils conscientes y preconscientes, no necesitan de una elaboración más amplia. En este capítulo ,quiero centrarme principalmente en los a~pect~,Pª~.2.!~&<:9s ~-!.! ec_:Q..i:i-º!l!la ele! afect~~u;I estudio de las representacion~s y e!~ las__pill
·¡;ere)

El papel del afecto en la eco nomía psíquica

Vayamos más allá de donde se representan las tragedias de la vjda psíquica, con sus tram;is inconscientes y sus intérpretes inteí-· nos, y echemos un vistazo a lo que es tá ocurriendo entre bastidores y a la labor constante de tra moyistas y electricistas, sin la cual ninguna obra podría ser puesta e n escen a. Quizá nos dé la.oportunidad de observar la construcción del decorado psíquico con su capacidad para crear ilusión e iluminar nad a más que a determina,das escenas y acciones y a detennina clos actores, manteniendo a otros en la sombra. Por supuesto, el y o responsable de la luminotecnia y de los efectos calcidoscópicos que se producen en el escenario analítico actúa como si ignorara por completo todo cuanto ocurre e11tre bastidores. Todo lo más, afirma que los movimientos de las milnos invisibles que cambia n las tramoyas y mueven los decorados le resultan incomprensibles y que los electricistas no parecen estar en su sano juicio. E n o tras palabras, las fantasías dinámicas son inconscientes, corno lo son también los modos de funcionamiento mental que crean y mantie nen la fo rmación de síntomas. Las comunicaciones de nuest ros analizandos acerca de sus teattos psíquicos no hacen referencia más que a las producciones acabadas, sin prestar gran atenció n a los elementos fundarnenta]~s q~~ coml?one_~~---~--e_:;_!!~l_l.0.~!~.J?.S_Í_<J.!:'._~~a; esto es, las ¡~alab.!.·_qs y los qf_ectos. La economía jJSíquica ha de unir estos elemenlSJ2~1~~e canalizar las¡;c)(;on-és__J:ntlsional~s y Ji~o_p~-;:~Tona ri~~~;_-sig_r_i_ifi~;_i_~o si m b~11 ico:~s tru-ct~a n u0-·~·;T;i-··;·~·ie~1:;;~-cl~ ~:e¡,;¿¿;;·ae·1: .i·nc1 ¡vid uo y

-~-:.••L _____________ ,_··-·~-.,.· - ·~·-"-"''•~··· · · · · '" · ·- ·· · - ···

Jx

na~

Es bien sabido que en determinados estados psicóticos las personas pi·~rden el deseo de comunicarse verbalmente. Lo que no es tan evidente es el hecho de que muct~~_g_~n~e ~-~i_!i.?-i~-~9_I]Stantem_~!1te _!L lengt:~.e si~l_ ningún cl~~eo !l~9JllllI1ÍCé:!.L!.Ul9_'l.iU.!..QI!je. Pueden hablar e insistir para que les escuchen por razones ocultas, tales como la necesidad de demostrar qué existen. En este caso, los otros, al escuchar y contestar verbalrúente, actúan como espejos reflectantes. Los hay que conversa·n sin placer alguno, simplemente porque han comprendido que los humanos hablan entre ellos y se esfuerzan entonces por comportárse tal y como el mundo espera de ellos. Este modo de comunicación corresponde al concepto de ----------·-<, _~!-~:__:'..Vir~!liCOt!_D_96Q). ivluest rn, invariablernen te, un inten.to desesperado por sobreviví r psíquicamente e 11 el rn u nJo de los otros, pero sin el suficicrite entendimiento de los lazos emocion
............... RE FLE X IONES SOBRE EL AFECTO ...

. i-n

n

.

rn

ciTvUfuü-:..-cx.·¡;Eca-íwr

~

:·:

-.....

fun_dice en e l entendimiento del tea tro privado del analizando y s us temas psíqui cos personal es. Incluso cuando el anali sta se sie nte prepar:1do para comunicar este desc ubrimiento, primero d e be d e ter minar si el pa c ie nt e está o no preparado· para recibir la citada inte rpretación; o sea, r¡_~~Íj_tt ?.e encuentra e n el consult?rio e~s a ~es ión ~f!__l?arliS:~.l_'.:11'. E fcic ti vam ente , 61 se ñor X está ahí, visiblem en te tumbado en e l diván, pero de las mu cha s personas· qu e se expresan des de s u inte rior c uan do dice «yo» («yo c reo, sienro, te rn o ... esto o aquello »), es impp rtan te sa ber distinguir cuál d e lo s yo esrá hab lando . ¿Un niño e nfa dado? ¿ Un niño inces tuoso? ¿Un amante excitado o as us tad o? ¿Un padre que condena o una madre que sed uc e? Este tipo d ~ esc uc;_!:!_a, qu e intenta id entificar los di s tint os per:>011ajes que habitan e n cada i n.. q u
Los afectos y el escenario psicoanalítico E n arníli sis los pncient es que in consc ientemente utili zan e l le ng u a je co mo un a pantalla e ntre e ll os y los otros_,__1!.~§..-9~~~-º'1:1~~-~ l n-iC<:r10··póre~~-c-ele n c ia -d e interca mbi ¡ir id eas Y.. comunicar la cxpcr~ n Gc1eo~al,7o p;;.j.~ e-L~~Ü~~~~;1-~l~~,;[i~- ~~l;~¿;·;¡T -La re lac ió n y e l proc eso a nalítico descansan por e nt ero sob re-Ta creac ió n d e lazos verbales vivos; es to es, pen samientos que es t á n carga dos. ele afectos de di s tint o tipo. Ya que, en realidad, ningún· otro tip o de acc ión tiene luoar en el esce nari o ¡)sicoanalítico , un· discurso ~1nalítico qu e actúa co mo una pantalla [\in afectos en tr e el analista Y e l analizando d o ta a los tema s psíquicos tratados durant e la s sesiones de una tonalidad sin mati ces, de sco lo ricla y que a menudo ca nsa (McDo uga ll, 1978; McDoug
.... ...

RElºL EX IONE S son RG: L:L A FECTO.

148

.dad e ru sel(» lk las pe rsona s qu e actúan así y qué factores so n los que les han obligado a apri sionarse a sí mi smos d e ese m odo, man teniendo, al mi s m o tiempo, una nparit:ncia s upe rfi cial de re laciones norn1alcs.

- -

~.¡

J... ~

Sin embargo, los pacient es d e lo s c¡ue quisiera ha blar en este capítulo rara ve z 11os da~~~asi ó_B~_y__~lJ? lac_~.!:_ anatgi5o ..5l~_..Q'.!r tales interpre taciones. Ante la pregunta tá cita de «¿c u á l de lo s perso na jes de l tea tro psíqui co de mi paciente es tá hablan do e-n. este mom e nto?», a menudo ten emos la inqu~e taD~JJ:i:ipr esJ§!!~fJ~ ...S-J.lLe allí no h~nadie_ en absoluto. Si algL1ien está presen te , es posible que ese alguien se esconda cuidadosamente tras las palabras que re ll e n a n el silencio ele la ses ió n . Es ta rnaner'.I el e .~s tar -_9_.Q.2.S-,St_~ r·- e n rel ació n al otro sin duda representa un a fonn~_g~cífica ~e transfe ren cia, e n la me dida e n que ~?i~~~s: i e nt ~_.?_Ji_~~h1-f.~On!~l con el analista d e l mi s mo modo e n que se re lacionan co n la s personas fu e ra deTisítuaC!ón aña1{hl.a-y, ade~i'1-Ks:~::z~;ct"i;~~·~~t~-·;g!LÜ.11 comolZsenseñaron a relacionarse e n...,....su infancia co n los más a ll e... ,____·-----· . ... .... .. gados a ellos. ~!...~.fecto tra~~~f~.!:..'=.~c i aJJ,?_~~!:l_J?.9..!?L~.~'? __Q..2_'!_.~gat~~~J., está no toriam e nte au se nte. Quiz'1 deb eríamos mencionar que incluso un paciente totalm e nt e callado, a diferencia d e l q ue verbaliza de una man e ra muy normal y, sin emba rgo , care nt e de afectos, pu ede estar rea lmente prese nt e, y su sil e ncio, dot ado d e un' rico contenido e mocional, contribuye así a la vivencia psicoanalítica. E n res umid as cuentas, es te co ntinu o e ntre mezc larse del afecto y la representación psíquica es ese ncial para que el p roceso an'alítico siga adelante. ~-

--~-~-·'·-'"- ----~·---

- ____ _________

,~---·----· ----------

"

1 a ....

~---·"'

1 1._.

"""""

149

REFLEXIONES S0l1I{1 : EL A!TCrü.

150

'

La conceptualizació11 frei.idii11rn de los destinos del afecto ·

:1

/\unque algunos escritos d.:(f.;;~dan la ·impresión de que el elemento funda1~11cntal que produce el cambio psíquico es la recuperación de las representaciones mentales gracias al efecto liberador de las palabras, deberíamos sin embargó _resaltar que Frend intentó continuamente q.escubrir los lazos· que unían la e:Xpresión verbal y Ja experiencia emocional. Afirmaba no sólo que la técnica anaHlica era eficaz desde el punto ele vista terapéutico, dado que los acontecimientos olvidados volvían a unirse con sus correspondientes estados afectivos, sino que incluso la verbalización misma proporcionaba una forma de descarga de Ja tensión emocional . Querer profundizar en la conceptualización de Ja mctapsicología del afecto supone, por Jo general, adentrarse en un terreno minado, una exploración considerada peligrosa desde el inicio del psicoanálisis. Bástenos recordar el dilema de Freud al intentar hacer una distinción clara entre representación psíquica de las ideas (palabras y cosas) y representación psíquica de los afectos. En su trabajo sobre La represión (Freud, 1915a), utilizando su modelo económico, Freud hace refere ncia al «monto de afecto» (que) «COnesponde a la pulsión en la medida en que ésta se ha desasido de Ja representación y ha encontrado una expresión proporcionada a su cantidad en procesos que devien e n registrablcs para la sensa-. ción como afectos» (pág. 147). Sin embargo, desde Ja época d e sus primeras investigaciones sobre la histeria Frcud se sentía p reocupado po r el tema del destili no del afecto cuando se ha d esasido ele su representación mental. ,...3 Esto nos lleva al tema espinoso, qu e tampoco dejaba de preocuparle, de si un afecto podría o no ser inconsciente. El término !I\ afecto i11co11sciente parecería e ntrai'lar un a contradicción. Cualquiera que tenga un mínimo de sentido común refutaría Ja sugerencia de que uno está realmente sintiendo una emoción que 110 está sin-· 'I'. tiendo. Sin embargo, los af~al. igual qu~ las i-eprcsentacion._~s. .tf' son muy capaces de mantenerse~~e r~e la_<;_Q!~!.Y.D.º-~;:l - («Es que, -¡' al ITí!SiñO- tierñpcí:-Tgnof"aí.)a-10"-terriblemente asustado, enfadado, 1' nervioso ... que estaba.») La pregunta de cuál yo estaba viviendo la ¡temoción y cuál de ellos la ignoraba e s difícil d e contestar y da lugar a otra serie de preguntas: ¿cómo se manti e ne el afecto fuera del conocimiento ele Ja conciencia'> , ¿co qué ma nera su estado de in-conciencia difie re de Jo que se conoce po r representación inconsciente? En un intento por desen re dar est a complicada maraiia, Freud aca~<:Lpor referirse a la reercsión si_~ las reprc:;ei1tacion~ l.'._! supresión de los afectos. fatas m e táforas sugieren dos_Rr<2~-~~2s ~~

. . -

1 .. . .

-- - . , •· ,.. ,-.. .- . ,..,

f. ,, ,,.. ;,...,,.,,.::• í'

Cf"'\1)



.1

!"

1lr. l'-

·. ,

IU:l'LEXfONES SOGR[ EL AFECTO ...

alojadas de l<\ conciencia, 111 ien tra s q uc los afectl!~-~-!:.~.'.1!.!.!.!E!!.'.~~~­ fucra de la psique. ¿Dónde va el afecto cuandl) es rechazado de la conciencia en la persona que se había movilizado, aunque sólo fuera morncnt;íneamente? Frcud proporcionó una ¡.iista ¡x1rcial sobre el destino de los nfectos no disponibks. En Es111dios sobre la !Jis1eria (Fre ud y Breuer, 1895), así cQmo en los escritos sobre La represión (1915a) y Lo inwnciente (1915b), habla del c-ªEfl.~l~l. aL!_\Q_!}_QmQ_<J.~.J.2.~ af~c­ tos __y_J:le su~. subsig~1ientes «tr.ª-!!Sforrn_<~~jQ.!~~S». Estas últimas se dividen cn t1:.~_s categorías:(_ia )conversión de los afectos en síntomas histéricos; 'el)1esplazamieriTC:.) de un afecto de su representación original hacia.otra representación o conjunto ele representaciones, como sucede en _las neurosis obsesivas, @transformación expresada en las neurosis actuales, es clecii:, la neurosis de angustia, la neurastenia y Ja hipocondría. Por lo que se refiere a esra última categoría; tal como vimos en los anteriores capítulos, estos estados están inteúsamente impregnados de emoción, aunque tales afectos sean intensos y anónimos y estén desligados de cualquier representación espetífica de ideas. Dichos afectos se manifiestan somáticamente más que psíquicamente. ,-- - Según la teoría económica

ddl._i:Eeu~l-~!.. af~_9.Q_g_g_~__?-~.§,.i:~prJ.!!}e

d~l~~2 ncie.!.~0~<:~ in v~~~~9-~--~~-t9.!~E~~--C9.!~es~~.:&~S.~'?11'._~füifüi1~·

-í1{~rótico~)_>_~.!.~.ta~os clepre~i.Y..9..~...Y_cl.~~lK~.1stia de Ja~ ncu_1:95is

. ,., ·· - actuales. A mi modo de ver, podríamos proponer también_QU.9S t"k~ ti2os ele transfo-rr:_rnciones en el destino de Ja_experie!1CÍ
..-.. • •

,~

_,

.~

._

L

- ·

·• •

\

'

J•

t .

.1

__,,, RffU': X!Oi\'ES SOl3 IZE EL ,\FECTO ..

15 l

sofocido, sino que también se h;i \·isto escindido en su prol.!.L~~.s­ Cr~tu rn e~pccífic;1 , al li ;1 be rsc ~f.l~~~<.!_c._!Q_,~_1_~.!.'::.!!l~!l!Q..J?.0.!] uicQ._Q.e su ;_.i_~j_K:cto som;'1tico. Tras esta escisión 110 encontrarnos_ _-'?.!.~~t~o,__i~~siucié ncln,! nc:í PI '.tf.:lr•tn. .... ~. ·~ ....... ; ___ .

1.:

11'.'.~,

.1r '''

r., 'I?

1

f

3.

1 •

-

• ..

,..





-



REFLEXIONES SO GR E EL !\FECTO ..

el sujeto se mantiene ajenoa los c1rnllios que se l'.St<.111 da!2..0.Y.._~_1]___sl fu nci-011a1nie 11 tü" corl)º r:iCE'.il··;:;;;¡;::-c-;¡·;;~;:-Tac~noció 1;-~;-ü-1)~1ed...: n tí li --------------·--·-·····.... --·za rsc como una s~ñal p.:_~·-;i_J~1 rnc:1~te .1'..L.2.'.:~:_t.~-'2-'-~~~'.!;_~~~aj~ ..D.º puede ser uti l i~ado ni por el pcnsamie:nto ni po.!:J~_il.S:'.::i.0..I2, ....~?'P0nier\do así al sujeto al peligro de ~~~ el so~urj~~?-~..!.~~.'~L>~ su propia rnlución para este acontecimiento . -----·--------~-···------ ~ -·-·

1

\

152

·~ '

~

La patología del afecto

Mi interés por la patología del afecto, más que por las clásicas «transformaciones» descritas por Fre11d, surgió por primera vez -.-D durante el análisis de aquellos p.!!_cicntes e!.1_ los.sl!.~º-~.L12rocJ:;§.Q_Q.§i ­ coanalítico, de vez en cuando, _lleg~!:":!:!.~~rali_~~!-~e ; en algunos casos parecí<\ )~Abe~~-~!~1?2..~..!~~(_)_.S:!.~_!j_~!i!iX-ª.Il!C::!)_!e. Estos analizandos tenían problemas clínicos diferentes, aunque tenían en común lo siguiente: todos mostraban una pertL_1-!:_Q.~l.S:iQ!l_!.!.!l~'i.. J:~~~!!!.~.<~QfL~!! .~u econom_ía ~guica - cu~_!ldo_...S.~-~..!F-~nt~~gan s;9_r.i___':!_!} ___c_¡_fec;_!_o_Jn_~~-t~º· ~~_lugar -~~!~bo~_P._r mentalmente sus estados emocionales; teo d í a n a desea r~s u s-~-~~!i..!Il ie 1_}!.2..S....f.llt;,l(L. de ..lLsJlu a~-i~>JlJ!..!1!.!li!.ü: a , con frecuencia s!_e un __modo inadt:S:_uado, me_d ian~~-.12.ele,~§.L..flecisjg ­ ~~toma~~--~E...Ji.~a o una serie ele accident~s. ·El res,u ltado podía consistir en un (,!:.!:t~.'.!~5U5'.E'~P-~-~!~.!~.9 o, peor aún, en la inquietante experiencia de un '..!D.~)isi~. -~inl~-~:l)~i.D _<:1)2J_e». Llegué a darme cuer\ta de qlle estos analizandos, debido a su fragUi9.ad)1He~.B.1 eran incapac~~~-contener y_~l~bo~~El..os _inlen. so~!_stados __ afe.~tivos despe~los ¡:i_s>.r acontecin~ien!.Q~..!..:~~~z.os. Preferían lanzarse a algún tipo de acción o, mejor aún, pensar que no les quedaba otra elección. Algunos intentaban ahogar su~_ti­ m_~~D.!.bjeto querido o de un importante trabajo, así co,110 otras l?:.~EJ.~.~s narcisistas y libidinales similares eran, con frecuencii1, causw 'de esta movilización. En el caso de Isaac (capítulo IV), los confiTctos libidinales y narcisistas parecían haber abonado el terreno para la , J,,r-r .. ..- ..... . \ .....

:r-. ....... ;,.{.,.. ....... ,.:,.. .. "'\.~1-.

....

:i.1 :/'•••

(•; ,...,, •• r ; ,..J•..,, •••. ,_.")')r'\•....

,··l r~ ('/I, ..)

PI

l "\ llJ"lf"{)

rlr}

\' JI

~'1 R1::r: 1.i:x10N't::s sori 1u, L'L 1\F[CTo ..

153

vist;t de la t?conomí<1 psíqu1c1, que las perversiones sex uales Y del ca r:1ct er y los distintos tipos de co mpo rtami en to adictivo suponen un modu compulsivo de cvit_g~1.as -~~~-~Jyii:.__0-2._Cl~~- dejaran el ~~~~i~.is. Para mi gran consternación, pese a la ausencia manífi e~ta de af~-~~a n sf~~:s'._I].~ia l y su__Í~]Cal2.
. 154

REI-'LEXIO:\ES

son¡·

{E EL A í-'ECTO ...

pe ración ant e el fraca so analítico. Y <1iiadirí;1 que, . , mu chos problemas psicológicos, pad1.:cían de una ¡:,
11

La investigación de Krystal sobre la naturaleza d

~I afecto

Henry Krystal (1 977 , 1978a, 1978b), que ha ele . . ar)os a la investigación . el~ la patología del. afecto e n~licado '.:1u:ho~ del holocau sto, los tox 1comanos y los pacientes psiQ te l a~ : 1ct1mas hecho hincapié en la limitada capa:::id ad de estos \)somat 1cos, ha de se n.1pe11ar un papel parental prote~tor para consitaci~~tes para mo s1 esperaran que otra persona fu era a hacers~ 0 mismos, conecesidades emocion ales e incluso físicas. K.rysta l h. cargo. de sus concepto de «deterioro de la capaci dad del cuidad '1 amplia do su 1 incluir también los fun cionami e ntos neurobíolóuic' propi o» para Escribe: "" \'is autónomos.

«Gl estado habirual del hombre. respec to a \. . _. . , , cu~ rpo controL1da de manera
. IU:. t ' LEX ! ú~

ES S OBRE EL ,\Fl'".C TO.

~

-

- -

1 l 55

156

li :is histérica . .. (L'.sla inhibi ción) e n el ejercicio de la rnlición sobre e l aspecto ;1kc1i,·o o autónomü de sí mi smo es, al igual que cu;ilquicr p<1rúli sis de co nY c rsión, la representación sim bólica de una fantasía ... (pero ésta, perteneciendo) a la s fun , c ioncs \'itales» (l 97Sb, pú g. 22 l ). 1

\

\ ri i

1 1

Krystal prosigu e dici endo que. en algu11os individuos , interiorizar el objeto mat e rno «cefo el propósito de adquirir las funciones protectoras, tranquili zadoras y reconfortantes supon e un acto de transgresión ... (ya que és tas so n e nt o nces vi vida s co rn o ) algo prohibido y susceptible de castigo» (p ág. 222). A mi mod o de ver, este importante co nocimi e nto esclarece el fenómeno que descr ibí anteriormente como ves ti gios , en el comportam ient o adulto, de la «madre-droga» de la primera infancia. E n su d esa r ro llo de un a teoría genét ic a de los afectos Krystal (1978a) propone una regresió n en la expres ión de los afectos debida a hechos traumáticos en la eda d adulta. Respec to al nii'lo, deduce que el continuo fracaso por parte de uno de los padres que hace la fun ción de madre «e n imped¡r que el afec to del nii'lo akancc una intensidad intol erable que le sobrqlase puede desembocar e n un es tado de trauma psí qui co ... (y) puede causar un a detención en la organización de la exper ienci a afectiva y sus ví ncu los con la represe ntación» (pág . 96), «dando por resultado una falla e n el desarrollo afectivo». Aunque reconozco la validez de esta hipóte sis, s ugi ero qu e lo que parece ser una falla o detención en e l desarrollo pu e d e, en much os casos, esconder u na defensa preneurótica arrolladora, aunque muy tempran a, con tra la vi talidad afectiva . Se podría apelar, por tanto, a l concepto de '
Investigación psicosomútica y patológica del afecto Muchos ele los invest igadores en el campo psicoso mático han ave nturado una teoría segú n J;i cual la incapacidad para reconocer o expresar los estad os afec ti vos no es una forma de defensa en la estructura psíquica, sino que es debida a tina carencia vital. En mi primer intento por co ncept ualizar e l tipo de frac.aso en e l proceso psi coa nalítico que se da e n los pac ientes que actúan y normópatas, o b se rvé qu e ex ist ía un <1so mbroso parecido con e l «model o de pcr_;o naliclad psicosomática» d escrita por aque llo s ele mis co legas paris in os que trabaj an en la in vestigación psicosom ittica. Esta organi-

:.~~

, h• :.1

::i•• ,,

JU'.FLEX JONC:S SOBRE EL AFECTO.

zación de personalidad se ca rac teri za por el pen sa miento operatorio (Marty y De M'Uza n, 1963) y po r un modo pra gm á tico de relacionarse con otras person as y tratar lo s ncontccimientos diarios (Marty, 1976). Aµnc¡ue es evicleule que este tipo de funcionamiento me ntal no atañe sólo a los paciente-~; psicosomáticos, la s investigaciones de los psicosomaticistas d e muestran qu e tales estructuras de personalidad . tiend e n a incre m e nt ar la vulnerabilidad psicosomática, en parti cular cuando e l m o do ope ratorio de ex ist encia -básicame nte, un mod o des libidini zado de relación con uho m ismo y con los demás- es e l único medio de l que dispone e'I su jeto par a tratar con los acontecimientos diario s. Sigúiendo adelante e n mi interés por el bloqueo del afecto, últimamente llegué a conocer lo s trabajos psicoanalíti cos de mis colegas de Boston, los cuales estaban rea lizand o un a investigación simil ar. S u co nce pto de alexitimia atnjo mi a tención rápidamente (Sifneos, 1973, 1974, 1975; Nemiah ySifneos, 1970). Este concep to clínico es taba directamente inspirado e n las publicaciones de la Escuela de París de analistas psicosornaticistas, pero la investigación que estaban llevando a cabo los analistas bostoniano's · me llevó . a otros campos diferent es , especialrnence a la ne urobi o logía . Los es tudio s más recientes de es to s investigadores plantea lpn, por eje mplo , e l funcionamiento deficiente de lo s sistemas dopaminérgicos. E l concepto psicoa nalítico. d e a lexit irni a pu ede considerarse comp lem en ta rio del concepto neurobio ló gico. Alexitimia (del grie go a: «Sin», lexis: «palabra», thumus: «án imo » o «afec tiviclacl») significa, según Sifneos, no tener pal::1bras para las emociones (*) . Este concepto remite a una serie de fe nóm e nos es tudi ados extensivamente. por los psicosomaticistas bostonianos. No sólo incluye las dificultades que pued e n tener esos pacientes cuando intentan des·cribir sus es tados afectivos, sino también la in capacid ad para distinguir un afecto ele otro. Debe señalarse qu e la aparen te negación de la afectividad no se limita a lo s afectos doloro sos. Es tos pacientes tienen tambi é n ún a profunda incap ac id ad para experim entar satisfacción y placer. Krystal ( 198 1, 1982), refiriéndose a esto como a «afectos de bien es tar», .de nomin ó a este fenóme no mzhe-

donia. Lo~; autores d,e l concepto d e al ex itirnia no contemplan SLi extensión más allá de la propia psique del paciente (salvo, indirectamente , cuando se h ab la de las reaccione:; co nrratran sferenciales cornu-

(' )

A lguno s es pec ialistas de gr i<:gü me ·s ugiri t: ro n que quiz;í fues e

m{IS ad cc li;1-

dn rdacionar esa palabra con el prdijo 11!1:.ri. que quiere di:cir «contra» ,)

«Vcnc.: -

clor de» el afeclo, si rni tesis sub re las 01h:1:ac io ncs dcíen-; iv:.is fuera ;úc~ptatb.



REFLEXIONES SOBRE EL AFl:CTO ...



1

1

1

j

nes a es to s pacientes). Sin cmb<1rgt), es ev id ente que la incapacidad para captar y lle g<1r a se r consciente de la experiencia emocional de uno mi smo ha ele verse acompañada por una dificultad igua l cuando se trata de comprcr)dcr lo s estados emociunaks y los deseos de otras personas. Atrapados en es te callejón sin salida psíquico, los individuos expe rim e'ntan enormes dificultades cuando quieren sab er si mpl e ment e qué significa la gente p;1rn ellos y qué sign ifican ellos para los de má s. Tada relación o intercambio con los otros tiende, -p or tant o, a ser pragmática; es decir, operatoria. Por es te motivo, en la relación analítica los afectos de la contratra nsfere ncia proporcionan, normalment e, e l primer aviso de que los analizandos están dominados por un pensam ie nto operatorio o padecen defectos alexitírnicos. No obstante, debemos reit e ra r que todo el mundo de vez en cuando pu ede actuar de modo op e ratorio o alexilímico. F rente a lo s aco nt eci mi en to s que nos arrollan, a menudo nos enco ntramos temporalmente desconectados con algunas áreas de nuestra realidad psíquica . En esas ocas iones somos incapaces de conte ner las vivencias que nos asedian y de refle xio nar sobre ellas. E n lugar de es to , es posible que, mediante la acción, ci em os sal ida a los afectos qu e se h<1n mo vili zado, o que inclu so caigamos enfermos.

1

i 1

1 1 1

1

--

157

Teorías psicoanalíticas y neurobiológicas sobre la patología del afecto Aun cuando mi inv es tiga ción sobre los diversos fenómenos de la alexitimia parezca, en cierto modo, oponerse a las conc lu siones d e los psicosomaticistas, debemos, sin embargo, subrayar qu e las opciones científicas , áunque se fundamenten en elementos in co ns~ cientes, tambi é n es tán determinadas por circunstancias profesionales que no s llevan a concentrarnos e n los problemas co n .que nos enfrentarnos a diario . Es tos pueden referirse a los pacientes en el diván, a los de las consulta s en un servicio de psicosomá tica o al trabajo e n un departamento de psiquiatría. En cada uno de estos casos nos e ncontram os frente a paci e ntes a lex itírnicos que ti ende n a revelar diferentes aspectos de su personalidad a cada uno de los especialistas y, ademas, lo que c;1da uno de nosot ros intenta descubrir sobre e llos también varía. La investi gación neurobiológica, por e jemplo, se preocupa s ie mpre má s por los fenómenos intracerebralcs, mientras que la inv es tiga ción · psicoanalíticé1, obscr\':1ndo los mismos fenómenos. busc.1 siempre e ncontra r la prueba de un temprano trauma psíqui co e intenta esp ig;1r :; n el pasz1<Jo infantil olvicbdo (Day
""

158

R EFLEX !Oi'!ES SOl3R E EL AFECTO ...

Yo mi sma leo artículos que trata1i de lo s mi sterios del sistema lim bico y las probabilicfacfes del hemisferio dominant e con la fa sci nación de un terrestre deambulando pGr t\larte. Tales incursiones en el campo de la p::itología del afecto me han llevado, sin embargo, a profundi;:ar en los conceptos teóricos de causas psíquicas corno contraposición a causas ne11robio!ógicas. Un ciego se ayuda ele un bastón para que le comunique lo que ·21 no pued e vei-. ¿Qué bastón utiliza el neurobiólogo? _Y ¿cuál es el bastón del analista? Porque so mo s como el ciego que describe un elefante . Ambos tratarnos de descubrir y comprender la naturaleza multídirnensional del paciente psicosomático, y ambos estamos. limitados por nuestras disciplinas específicas y nuestras creenchls científicas. ¿Cuáles son las diferencias? ¿Y dónde coinciden? ¿Qué vínculos pueden establecerse entre la específica hiperactividad o hipoactividad de algunos mediadores químicos en la transmisión sinápt ica del sistenrn neuroanarórnico de un determinado paciente y el sistema psicológico específico desa rrollado por este mismo paciente para man e jarse con los pensamientos, los afectos, las fantasías y los deseos? ¡Se necesitaría una si napsis científica para relacionar todos nue stros diferentes hallazgos! Volviendo a nuestros pacientes alexitímicos desafectados, haríamos bien en recordar que el bebé, incapaz de hablar o ele organizar sus experiencias emocionales, es por definición, y a causa de su inmadurez, inevitablemente alexitímico. El infant e (d el latín in, fans: «que no plicde hablar aún») depende de otra persona para que máneje por él sus estados emocionales y, por último, le dé un nombre. ¿No cabría suponer que la parte alexitímica de la personalidad adulta es una estructura psíquica infantil notablem ente parada en su desarrollo? Ahora bien, un adulto tiene pleno acceso al lenguaje . Podemos; por tanto, suponer que está actuando algún · potente .proceso mental, un proceso que propicia a las personas aquejadas de alexitimia para escindir las representaciones-palabra de su traducción representaciones-cosa, al menos las qu e se relacionan con las representaciones cai'gadas de afecto, las distintas vivencias y los mensajes somáticos. Si esta tendencia dominara po r entero el funcionamiento mental de una persona, es taríamos tra tando con procesos de pensamiento psicóticos. Por el momento, lo . que estoy sugiriendo es que, cuando se trata de personas gravemente alexitímicas, nos enfrentamos con adultos no psicóticos que en algunos aspectos actúan como niños «no verbales» y desamparados; que dependen de otros para que interpreten y afronten sus experiencias emocionales. Creo que ha tenido que ocurrir algo más que u.na detención o inhibición del desarrollo o un defecto neuro h; , . " ,.;n· i,,r-.

\1

f'\11(.\ i'.)(•t· •.l

1·nd ' 1HÍ"l '.1f'•ti\Ji\

rvJÍ tr :1h :1in

rnn f :·\lp ' n ::¡ f'Íf'n t1:•"

• ,_.1.. 1..... . 1. ,..., i{

.1 ·

'r· ~:{ ' ,.·, ~:

f

1i

¡t!¡. ti!

¡;¡

¡;1

f[i r:I ;

¡ .1

[FLl:: X 101\ ES

son RE EL,\ FECTO ...

159

rne h;1 lln ;1d\ l ;1 r.._·L'\)fltH:<.:r que han ex istido durante la primera infancia y nii'íez unas formas traurn<1licas de relación (ilustradas clínicamente en los capítulos IV a Vlll) que parecen haber contribuido a este tipo de funcionamiento psíquico y que se esconde !ras los síntomas alexitímicos y las tendencias psicosomáticas. La mús temprana realidad externa del bebé es, por supuesto, la presencia física de la madre y, sobre todo, la invasión del inconsciente materno. Esto últirnÓ 110 sólo incluye el mundo interno de la madre y la naturale za de su relación con sus propios padres, sino lambién la investidura sexual y narcisista del p<.idre de su hijo . El vínculo de Ja madre con su compañero es crucial, no só lo al influir en la es tructura edípica que va a tener Jugar, sino también al determinar Jos papeles narcisistas y libidinales que encomendará inconscientemente a su hijo para cumplirlos por ella . Por consiguiente, existen modos específicos en Jos que la madre se relaciona (o intenta limitar o controlar) con el cuerpo de su hijo, no sólo con su funcionamiento somático, sino también con su afectividad y su vitalidad. Como ya seña lé anteriormente, muchos Je los pacientes alexitímicos y psicosornáticos.hablan de su cuerpo como si fuera un objeto extraño, perteneciente al mundo externo o corno sí no poseyeran algunas de sus zonas o fu1~cione s corpora les, corno si, de hecho, rucran vívidas inconscienlcmenlc corno algo que sigu iera perteneciendo a la madre. Aquí el quid consiste en que los niños pueden también concebir sus emociones como algo que no es realmente de su propiedad. En este caso la responsabilidad de las emociones no pertenece al niño, pudiendo incluso consickrarsc que sólo existen en tanto en cuanto la madre las reco noce como tales, corno si los citados sentimientos fueran más la vivencia de ella que la del niño. Si el modo de relacionarse Ja madre con las funciones corporales del nii1o «no verbal», sus gestos, sus tormentas afectivas son de una importan cia capital en la organización de los inicios de la vida psíquica, tenernos que volver a poner de manifiesto que, así como la comunicación corporal directa da lugar a la comunicación simbólica y a la adquisición del lenguaje, también es Ja madre la primera en nombrar los afectos del niilo, proporcionándole así la potencialidad para pensar -o no pensar·- sobre sus sentimientos. Durante el análisis los analizandos a menudo describen a sus padres como seres idealizados y extrema damente importantes sobre los que descansa toda seguridad y que, al mismo tiempo, no tieúen Un · gran contacto con la realidad psíquica delniño. Por ejemplo, pue.. de recordarse que Jos padres prestaban una gran atenció n al dolor físico, pero totalmente desintere sa dos, o incluso condenaba n cualquier expresión de dolor me ntal. A veces esta forma ele discurso double -/;ind parece haber atacado los aspectos afectivos ele la reali-

160

¡:. ,

imi'.

.,_.,

..._,

, _' RffL.FXIO;~ES

"l'W'

'IOll

SOB!<.E [L 1\ITC r o ...

ciad psíquica del ni1'io: «¡Oc..lio quedarme en casa de la lía Lul;11,, «¡No diga s bobadas! ¡Sabes que te e nca nta ir allí')" Sí Jos padres insistentemente rechazan lo que ICi s ni1ios esrún rralando de cap tar y'comunicar ~frerca de sus estados de ánimo, y en su lugar les dicen qué es lo que deben sentir o dejar ck sentir y qué es lci que les gusta y qué no, el niilo puede acabar totalmente confundi e ndo lo que es amor y lo que es odio, cuándo están tristes y cuándo a legres y, sobre todo, cuáles ..sentimientos están permitidos y cuáles no, si no han sido dictados antes por los padres. Conforme va pasando el tiempo, el discurso familiar sigue transmitiendo al nii1o aquellas experiencias afecti vas que tien e n que ser consideradas ·como genuinas y aquellas que se desaprueban o a las que se niega incluso ('! ! acceso a un reconocimiento consciente . Un analiza ndo psicosomático y alexitírníco muy e nfermo me comentó recientemente: «E n nuestra familia estaba prp hibiclo estar triste o enfadado o estar necesitado de cualquier cosa. Sigo sintiéndome confuso cuando usted me pregunta qué es lo que estoy sintiendo, como si fuese una níñi~ría tener sentimientos)). E l , medio familiar que sostiene que expresar emocione s es un signo el e debilidad y algo insensato e incluso peligroso, y que condena tanto los aspectos psicológicos como los físicos de los estado~; afectivos, pueden estar propiciando el terreno para un ideal del Yo patológico respecto a la experiencia afectiva (McDougnll, 1984) . Cualquier expresión o incluso conocimiento ele las reacciones emocionales tiende entonces a hacer que di sminuyan los sentimi e ntos ck autoestima . Como ocurre con el cuerpo y sus diferentes zonas y funciones, es la nrndre, una vez más, quien decide cómo van éstas a llamarse y qué grado ele investidura libidínal 0 contrainvestidura tienen que recibir. Cuando a Ja ausencia grave de investidura libiclínal relacionada con algunas zonas corporales o co n el self som á tico en s u totalidad, se acompaña una alexi rimi a in c ulcad a por lo ~ padres , corremos el riesgo no sólo de que se c!aííe e l funcionami ento somútico y algunas de sus zonas, sino también estamos permiti e ndo qu e el dolor mental y el dolor cOfporal se repudien del conocimiento consciec.te. Este mecanismo recuerda a uno de los mecanismos fundamentales que contribuyen a algunos estados místicos, así co mo a.I mantenimiento de algunos estados psicóticos como la catatonía y la autornutilacíón. En Jos casos de graves perturbaciO!les a!Úitímícas la vitálidad afectiva, ya sea esümulada por las mociones pulsionalc s o por los requerimientos exteri1ós, se pai-aliza de inmediato, y las pe' rb::pciones que' pudieran proporcionar un conocimiento ele nu es tro propio cuerpo o unas poderosas reacciones afectivas se cvit
·lií'

,. , . 1 ····1 REFLEX!üNESSOBREELAFECfO ...



161

mente se expulsan de la conciencia. En d an;"1lisis de estos pacicn· tes podernos a menudo observar qué ocurre cuando empiezan a reconocer sus estados afectivos en lugar ck expulsarlos de inmediato. La inundación afectiva púede prnvocar episodios transitorios de despersonalización o fenómenos pseudoperccptivos, en un intento por manejarse con la irrupción emocional. (En el próximo. capítulo daremos una ilustración clínica de este proceso.) Por su' puesto, tales epi~oclios co1imocionan la aventura analítica, hasta el momento en que aumente la tolerancia a los afectos y el analizan.,~' do haya creado representaciones verbales y fantasías capaces de contener las tormentas emocionales y la libre circulación de una afectividad primaria mediante el ienguaje. En este punto el trabajo analítico adquiere una doble vertiente: en primer lugar existe el problema económico de retener y vivenciar el intenso afecto, sin «actuarlo», y luego está la dimensión simbólica que consiste en descubrir o crear fantasías y rnctMoras cargadas de afe'cto movilizadas en el individuo, en ocasiones por primera vez en el conocimiento consciente, por percepciones fugaces de acontecimientos. externos e internos. La escisión radical entre psique y soma empieza a remediarse, decreciendo as í la amenaza de la desorganización psicosomática.

La psicosomatosis

1

Cuando los pacientes se enfrentan al conflicto interno o al estrés exterior, sin rnás mecanismos mentales ~.1ª cxpulsió11_Qsíquica de cada representación o ~rcepci§..!'.. cargadé!_~_e afect9 (corno ocurre en el caso de Isaac en los capítulos IV y VI, y en el de Pablo en el capítulo VIII), y cuando, además, 12i1.g_~c;en_!_1~fer_r:!:l~.9_a­ des psicosomúticas graves o -~-ón~~~~~.!~E~~-~~c_::_e_~~i~iJ.!.!~~_p_s_~g~li­ co . a~i._ man ~ni d º-~~-~-~_om i_r]_~-E.~J~g~Q.'.1!.l7!()§ is. Esta moda 1idad de funcionamiento mental no depende , en principio, ni de la negación ni de la represión. Además del fenómeno psicosomático, ~.?....s.ig_f!..QS funda~_ental!::.s conl}sten ~_!1 mp.nU:~stacio_ne_:;___<~l-~xi tí micas _u_g_adas _a modo~ de pensar concretos o 12!.~máti~~s y modos operatorios de relación con otras personas. Con frecuencia a estos signos se airncle un ernrobrecimiento de la vida de fantasía y una escasez de sucfios. A mi modo d'~er ,-aTa- persona atrapada ·e-;;··-~~~--¡-¡~;~ -de dilema el único recurso que le qu ed a frente a las situaciones de estrés es atacar toda percepción que pueda origin ar emoción. El abismo así crc
162

ti

{ft

;Í¡J¡

'fl.· :ti:

1\' .,~

REFLEXIONES SOBRE EL A.FCCTO ...

para ellos, y estos pacientes intentan. por tanto. responder lo nd1 s concretamente posible a lo que se les pide. Y con igual frecuencia intentan evitar las relaciones ernoci~rnal~_:;, como si esto supusiera admitir la puerilidad. Así pues, el mundo y las personas que hay en él se desvitalizan y el intercambio C()rt los otros deja de tener sentido. El sentimiento ya no e_~negEdo:_b_a_ dej_~do _9_e exj_0Jr. En uno de sus principales escritos sobre el tema de la alexitirnia Sifneos (1974) hizo una .observación similar, pero adujo razones diferentes para explicarla. Señaló qlle lo -~
(J e

La alcxitirilia como defensa contra temores psicóticos

!I ~~i

~-4

Todos los síntomas psicológicos son intentos de autocura, y la alexitimia no es una excepción. A1111que, como be sugerido, son los padres los que a menudo enseñan realmente a sus hijos a ser alexitímicos, seguimos necesitando :;aber de qué peligros fantaseados se están inconscientemente protegiendo los pacientes alexitírnicos, al seguir manteniendo con el mundo estas relaciones desvitalizadas. El trabajo de Krystal con las víctimas del holocausto (1978a) muestra claramente que la manifestaci0n tarclía de graves síntomas alexitímicos sirve para impedir el retorno de un estado traumático. Mi experiencia con pacientes que, en cierto modo, han siclo alexitírnicos desde la primera infancia me ha llevado a darme cuen!i1 que los temores inconscientes referentes al contacto y al intercambio con los otros, junto con los temores al claiío que los estados emocionales pueden caus;1r, están rnás emparentados con ai~ustias psicóticas que con angustias neuróticas. Losl'f.2D'ffis_t_füi ).l{;.llr..QlLc~] están ligados al derecho adulto a una vida amorosa y al pl:tcer sexual, así corno al placer en r:I rrabajo, las situacil.'!les de

11 1,1

IU7:t-'Lt::X 10 NES SO BRE: EL AFECTO .. .

163

rivaliLbd y l
164

i:..

psicológicas, mediante la s cuales se crean significados . y el pensamiento para pensar sobre ellos . .. El esquizofrénico' ataca in consciente mente sus pensamientos, sen timi entos y percepciones, los cuales son vividos corno un a fuente incesante de dolor.»

1 ·~· ~·:

Psicosomatosis y psicosis Mi propuesta consiste en que la psicosomatosis y la psicosis presentan estructuras psíquic3s similares y que esta similitud no se limita a la intensidad dinámica de las ansied
"'

.~~

:¡ ·;iai-

:!I\ --~

'l

j..

'.;f l

{S

El conl"licto en la esfera de rcprcscntac1on (entre los deseos ele mantt:ner un es t
1

REFLEXJOJ\iES SOBRE EL :\FECTO ...

Encuentro que su~ede algo semejante en las psicosomatosis alexitírnicas (*) .En ambo~ estados el análisis muestra que la vivencia psíqui.ca precoz· ha conducido a una confusión en lo que se refiere a su cuerpo, su mente y sus límites, así como a una serle de dudas sobre el derecho a poseer un cu-~rpo individual y una existencia psíquica individual. Esta última comprende una vida interna y un conocimiento de nuestros estados internos emocionales e,n el que Jos afectos y las fantasías cargadas ele afectividad permiten al niño poseer un mundo privado que no necesita ser compartido con los adultos significativos del mundo externo. No obstante, este placer -y las palabras para pensar los pensamientos- puede haber sido interpretado por el niño como totalmente prohibido; entonces no puede haber secretos, ni individualid ad, ni la posesión íntima del self corporal. Los psicóticos atribllyen a los de1rnís su dolor afectivo arroll ador y su angustia intolerable y pasan entoi1ces a crear una neorrealidad que les permita conseguir que !&. ex istencia sea tolerable y comprensible. Con esa misma meta e-n mente, los a lcxitímicos atacan su capacidad psicológica para capté.ir el afecto y pónerlo a disposición del pensamiento o utilizarlo corno seii.al para sí mismos. Pero, en lugar de crear una neorrealiclad, simplemente vacían ja realidad externa y las relaciones de objeto de todo significadó. Dos ejemplos clínicos ilustran estos dos mecanismos psíquicos. El primero es un paciente psicótico en terapia psicoana!ítica, en una etap:'I en que se sentía poseído por e l pánico ante cualquier forma de exci tación sexual y que escribió la siguient e nota: «Doctor, creo que debería comunicarle que están poniendo hormonas sexua les en mi comida». El segundo es un paciente alexitírnico que, además, padecía escleroderrnatitis, quien durante el <.1m1lisis pregunta: «¿Cómo puedo saber si tengo o no algún deseo hacia esa chica? Todo cuanto sé es que tengo una erección cuando estoy con (*) Existe otra forma más. de psicosornatosis (no 1rn1ada en es te libro), •e'n la que abunda la emoción y la vida de fantasía es muy ac1i\·a; pero no es1á contenida en estruc1uras neuróticas normale s. En lugar de es to, clan lu gnr a cnkrmedacles crónicas psicosomáticas graves. Los es tados de angustia y los episodios ckpresi\'OS están relacionado s con los sentimien tos ck ser inopaccs ck lidi ar con l;1s siluacion es <.k la vida diariJ. Ver Mi:Dougall, «Un corps pour dottX», i:n Corp et !f¡_,:toirt'. París, L..:,; Be lk s Lct 1rcs (1986). .'!;:f

.,, iU! FLloX IONE S son RE EL ;-\ FECTO ...

166

165

e l1 ;1». Las erecciones alexitímicas era n para él tan mi steriosa s --y tan carentes de sentido- como lo eran la s suyas para el paciente psi c.ó tico . Pese a las diferentes cldcnsas utiliz::1 das , puede d e tectarse , en ambos, un mati z de la fanu:da sex ual psicótica de la «rnúquina ¡de influir » (Tau sk, 1919). En otras situa cion es el estado carente de se ntimientos de los pacientes gravemente alexitfmico s se acerca al estado de apatía esquizofrénica, pe ro a hí donde e l psicótico se retira de la realidad y de las relaci o nes ex ternas,. el alexitírnico hace un pscudoajuste con ellas, qu e a m e nudo le.ob liga á verse im¡:>licado de u n modo hip e ractivo con los otros y qu e sirve para enmascarar la catatonía psí- · quica. Tanto el retraimiento como el pseudoajuste son técnicas de · supervivencia psíquica. Pero mi ent r as el pensamiento delirante y el retraimiento del paciente esquizofrénico son evidentes para e l observador, todo lo que puede verse de la intensa lucha inte rna escondida tras la psicosomatosis (apa rte de la alexit irn ia y de los síntomas psicosomáticos) es quizá la observación frecuente del «e nvaramiento ele la postura» y la «r igid ez,, de las expres iones faciales o de «inexpres ividacl» («Cara ele palo»). He observado que algunos d e mi s analizandos qu e so mati zan aluden a sus intentos por «po ner las cosas e n su sitio »; co ntraye ndo su muscu la tur a y su cuer po, corno si estuvieran utiliza ndo el cuerpo de un modo envarado y poco expresivo para dominar la erne1~gencia de u n afecto inten so o terrorífico. Cabría recordar que cuando Isaac (capítulo VI) descubrió, en su tercer afio de anúlisis, que la taquicRrdia y los at aques de asma ocurrían cuando aparecía Una exci tación (de car6cter h omosexual), resumió este de scubrimiento diciendo: «Pero cierro todo contra ideas como ésas , mi garganta, mis pulmones, mis arterias». Estos esfuerzos por.co nseguir que, má gicamente, el cuerpo imponga orden en el desorden psicológico y las ame nazantes tormentas del afecto so n totalmente inefica ces mús a ll ú de un det errn iirnclo punto. Dichas medidas d e fe n sivas somáti cas han de rdorza rse e ntonces con vigorosos mecanismo s psicológicos, ta les como la expulsión violenta de la psiqu e , tanto de l afecto cómo de su representación mental. Esta forma de funcion a mi en to psíquico contribuye, a mi modo de ver, a lo s factores clínicos tan frecuen temente observados por los difere nt es investigadores: insistencia en lo concreto, te ndencia a un co mpor tamiento adi cti vo y exte rnali zació n del conflicto intern o, h;:i cie ndo que otras pe rso nas reacc ion en emocionalmente por e l pac iente. Tocios e ll os son modos eficaces de d esca rgar o dispe rsai" la emo ció n. De este mi smo me ca ni sm o psíquico deriva otro de los rasgos comunes: los reoen tin os cst;dlidos afecti\'OS. mani fes tados nor mu:

.

REFLEXIONES SOBRE EL AFECTO ...

chas pa cie nte s mediante gritos o ataques de ira. A quí la defen sa alexitímica se viene abajo y sugeriría qu e lo que estamos prese nciando es una repetición inconsciente de un modelo del pasado . Algunos. de mis pacientes han sido capaces de recordar que es ta s tormentas emocionales eran consideradas co mo el único medio por el cual esperaban comunicar a la familia parte de su desesp eración interna y su realidad psíquica, pese \ti idea l alexitímico qu e había sido promulgado. Tales expresiones de afecto están fijadas en un nivel infantil y, por tanto, relativamente indiferenciadas, de m odo que no es fácil di sponer de ellas para pensa r sobfe uno mismo.

La parquedad de sucüos y ensoñaciones diurnas

'I

Podríamos suponer que el .~ontintio esfuerzo por ro!!!J?er_!.Q.s lazos e f!)OCi.Q.nale~ - ya sean de natural eza placentera o doloro sa y estén o no ligados al apronte pulsional, a fantasías y represe nt ac io nes cargadas de afecto o a las relaciones co n otras personas- constituye la l~~ncipal a~.!i:'..id~__p~íguica__enJos ~.?_!.?_Q.9~_alexi!Jrnj.~g_s y p_sicoso máticos . Esta capacidad para atacar y expulsar rápidamente de la p sique a l polo psíquico y al polo somático del afecto doloroso, acompañada muy a menudo por una lucha igualmente violenta contra los afectos placenteros, también nos proporciona una ~li­ cación para otro~nómeno clínico relél_~lonadQ._50~ la_2sic_9.~g ma(o -· sJ~.:_~-~anifie~!~..P?.E!~.~~-Q__inclus~J_~~.~_l__aus.5:!1C~~1.._0U~.~~.2~__9__de ensofiacíones diurnas (Warnes, 1982). E n un funcionamient o neurótico normal los fenómenos pe rce ptivos o Jos restos diurnos descargan las mociones pulsionales y se vinculan entonces a objetos significativos del mundo interno . Es u.na observación diaria en la práctica ·a nalítica el que estas percepciones se repriman y almace. nen para convertirse en los puntos nod a les e n torno a los cua les se cristalizan Jos pensamientos oníricos y bu sca n , por último, una representación en la escena onírica para sus temas. Sin embargo, cuando las rep resentaciones se eliminan rápidamente de la psique debido a su carga afectiva, estos pot e nciales elementos oníricos de jan de estar disponibles para un uso posterior, dacio que han sido repudiados. Ya no queda nada con que fabricar sueí'los . En el fragmento analítico qu e c itar·~mos e n el pr óx imo capítu lo se mue stran algunas de las razo nes subya ce nt es de la expulsión de _las re prese ntacionc-s significativas desck e l punto de visea de la pcrccpci-ón . Al carecer ele una capacidad para rep rimirl:t s, e l paciente se ve invadido por tal cantidad de vi ve ncias alu cina tor ias parec id as a la s. d e l nir1o pcqu610 qu e aún no h aci~ una di stinci ó n clara entre

.1

., _ IH.:T LEXIONES SOBRE EL AFECTO ...

168

167 realidad interna y realidact"cxterna. Las percepciones diarias puede ser que contengan, para todo el mundo, una cualidad alucinatoria potencial, pero se evita este resultado seleccionando y reprimiendo' estas asociaciones o eliminándolas, corno ocúrre en los estados de psicosomatosis.

Modos de relación alexitímicos y operatorios

.,

«A menudo uno los e ncuentra (a los individuos alexiiímicos) inexpresivos, envmad1)S. rígidos y ca si desprovistos de ~

..• , ...

~.~

.l . . ·- - · - .

···

-

---

....

. REFLEX[O'.\ES SOBRE EL :\FEcrti ...

sencia de colorido emocioncil en ~u di~curso y 1:1 p1«.: o e¡u'i)ación por los pequel\os detalles de la \·ida cotidiana, les h'¡1ce parecer insulsos y aburridos para el e ntrcvist ;1clor .. . Es ta reacción no debe ser entendida como una crítica, sind c¡ue debería considerarse como un criterio que diagnostica la pre sencia . de síntomas alexitímicos.» :1

La misma modalidad de funcionamiento psíquico nos aclara también el modo sumamente específico en que los pacientes alexitímicos y psicosomáticos se relacionan con los demás. Aquí, una vez más, cualquier relación susceptible ele tener un contenido emocional con los demás se ataca y destruye, de suerte que la relación corre el riesgo de verse desprovista de significado. El caso del sefior C. (capítulo II), que hablaba en «diabético», es un claro ejemplo de este tipo de relación con los demás. Los fragmentos de los análisis de Isaac y Pablo muestran la recuperación de los vínculos afectivos c~m las personas significativas durante el proceso analítico. Esto nos lleva al importante problema ele la relación terapéutica y a la cuestión de si tales pacientes pueden o no acceder al psicoanálisis o a la terapia analítica . Los investigadores en este campo han elaborado una cuidadosa documentación .sobre .las reacciones contratransferenciales con los pacientes aquejados de psicosomatosis. Yo ya me había dado cuenta de que muchos de estos pacientes -los míos propios, así como los ele ana.lis_tas má~. jóvenes y candidatos-, pese a que ahogaran cualquier percepción de sus propios estados afectivos ,· lograban, sin embargo, con frecuencia despertar en las personas que les rodeaban, inclusive en el analista, unas fuertes reacciones emocionales. En otro de mis escritos (McDougall, 1978) me referí a este tipo de reacción interpersonal como a una com1111icació11 primaria -una forma ele conÚlllicación en la que se utilizan las palabras como si fueran gritos o gestos-, corno un acto destinado a afectar a otro ser humano más que a comunicar algo. Los psicosomaticistas parisinos han descrito la «pobreza» del discurso de los pacientes y el sentimiento de «inercia» que impregna las sesiones en los centros de tratamiento psicosomático; Nemiah (1978) hace un breve retrato de un paciente psicosomático :

°""'L-

,.,

¡.,

-~¡

~

Michael. von Rae! (1977, 1979) ha publicado los resultadQs de una investigación ele varios ai'ios sobie la comparación de las lpúlabras utilizadas por los pacientes psicoso1náricos y las ernpleddas por los pacientes psiconeuróticos, y proporciona una prueba e1~ pí­ r.ica de Ja presencia de fenómenos alexitímicos en el primer grupo. También los analistas llegan a descubrir que las palabras de:i us analizandos alexitímicos y operatorios --muchos de los cuales, 'di- · cho sea de paso, no~ padecen síntomas psicosomáticos- provocan en ellos la misma dificultad en concentrarse sobre las asociaciones ele los pacientes. El analista acaba por si:ntirse fru strado, para M ado interiormente e incapaz de actuar analíticamente, llegando a poner en duda el valor de la experiencia analítica en dichos pa'd entes. Lo curioso del resultado final de este tipo de relación es q.ue, ¡1. en muchos casos, los terapeutas y los analistas corren el riesg7 de hacerse ellos mismos alexitírnicos ante _los citados paciente ~ , Algunos terapeutas han incluso recomendado que se evite~1 frases y preguntas que puedan hacer aparecer chispas de afedtÓ1en estos pacientes, un procedimiento que me parece más peli~'i-oso que permitir, cuando esto fuera posible, la lenta recuperación de los lazos afectivos dentro de la siiuación terapéutica. ¿Por qué las palabras de nuestros pacientes tiei1en ese peculiar efecto sobre nosotros? ¿Qué está ocurriendo realmente en ese tipo de relació_n? Estos son problemas contratransferenciales y necesitan ser cornpreádidos si queremos evitar ll egar a un punto mu,e rto en el análisis. Graeme Taylor expresa algunas ideas similares a las mías acerca de la contratransferencia y las comunicaciones primarias (McDougall, 1978). Escribí que no.> enfrentábamos a utl «discurso-encubridor impregnado ele mensajes que jamás se han elabo. rado verbalmente, y que· en un primer momento sólo podía ser captado mediante la aparición del afecto contrarransferencia1>1. En un. trabajo sobre las dificultades en el análisis ele pacientes al'exitímicos, Taylor (1977) escribe: «A mi modo de ,;er; uno puede i)cercarse a la vida interna del paciente, considerando los se1itimie'ntos de tedio, frustraCión y aburrimiento como vivencias contratransferenciales» (pág . 145).

'

,1.;.,..,_

'"

"'

l .

~

,,

~ 1

1

REFLEXIONES SOBRE EL AFECTO.

170

169

·· ,t

L\1,

alexililllia y la idenlif"irncilin proytctiva

I~

, La naturaleza de este tipo de relació11 de transfercncia-contratr,,1r;isfercncia se esclarece gracias a lo s conceptos psicoana líticos de escisión e idenr1ficació11 proyecrii·a (Klein, 1946, 1955; Ogclen, 19Sp) . La identificación proyectiva es un fenómeno intrapersonal e ióierpersona l. Entraña Ja capacidéid d e l individuo para escindir del c9nsciente extensas áreas de lo qu e se ha registrado psíquicamente, 'y un proceso ps icológico según e l cual la persona introduce, inconscientemente - como presionando- en otro, en un intento de descarga, las fantasías y problemas personales que han sido escindidos de la consciencia. James Grotstein, en su libro magistral tit¡*~ ~do Splilling and Projecrive Jde111ifica1ion (1981), escribe: «La identificación proyectivá es una amalgama de conceptos que pueden resultar confusos. Cuando su intención es defensiva, la identificación proyectiva pretende realmente negar la identificación, y quizá fuese mejor entonces denominarla desidentificación proyectiva; el Yo desea escindir algún contenido mental, proyectarlo dentro del objeto y así romper cualquier conexión con ello. Además, al igual que la escisión, la identificación proyectiva es una defensa benigna que simplemente desea aplazar la confrontación con la vivencia que aún no pUede tolerarse; pero es tambiér1 una defensa que puede negar, destruir y literalmente borrar el sentido de realidad» (pág . 131). Como sei'lala Grotstein muy adecuadamente, aunque clínicamente parezca que una persona «proyecta . parte de su Yo en la representación de un objeto externo con vistas a una manipulación transaccional o bipersonal, a decir verdad no nos proyectamos en objetos del mundo externo; nos proyectamos en las representaciones que tenernos de ellos» (pág. 133). No obstante, durante eJ análisis a menudo podemos observar el modo en que algunos analizandos, bajo el dominio de los mecanismos de escisión y proyección, tras ladan la presión a la que est~n sometidos a otros significativos, de spe rtando e n ellos un intenso afecto u otras reacciones psicológicas. Al escindir una parte de lo que están sintiendo, estos pacientes buscan así inconscientemente controlar o reanudar el contacto con la parte perdida, viviéndola corno un atributo del otro. En muchos casos el otro responde de bÚ'.~n grado, irrumpiendo en el esce nario del que proyecta para · representar el papel proyectado . ( En e l capítulo III e l análisis de l>, I ..

i•··

REFLEXI00:ES SOBRE EL AFECTO ...

puesta puede surgir también corno \'1\·e11cia contratr;1nsrercncial. A mi modo de ver, los pacientes alcxitímicns graves utilizan los mecanismos de identificación proyectiva y de escisión ele este modo defensivo, pero ignoran totalmente que han escindido de la conciencia amplios segmentos de su realidad psíquica, expulsando de ésta nna serie ele fantasías y sentimientos a fin de no sentirlos. Los terapeutas, en la~ entrevistas cara a cara, están en mejor posición para estudiar los modos eI'.l que !
.1

REFLE:'\ IONES SO!:lRE EL AFECTO ..

172 17 ,l

El entrc.vistador cstú i11tc11t;111du encontrar qué tipo de pensamientos tiene el p;icicnte cuando esiú enfadado. Paciente: Tengo pensamientos malos. Doctor: ¿Por e jernplo? P.: Estoy muy ... en tac.lado. Muy resentido. D. : ¿Pero qué t-ipo ele pensamientos se le ocurren cuan.do está enfadado?

;t:

P.: ¿Pensamientos? S implement e .. ., simplemente ... estoy muy enfadado. Estoy intentando saber qué quiere usted decir con «pensamientos». D .: ¿Cómo puede usted decir que está enfadado?

P.: Oh, lo sé. Puedo saberlo porque ... las personas con las que voy puedo ver lo preocupadas que están por mi culpa (pág. 29). . Nemiah señala que el paciente apenas entiende lo que significan los pensamientos y las fantasías, y está obligado entonces a confiar en estímulos externos tales corno la reacción ele los otros. No obstante, se debe poner de manifiesto que el mismo paciente es quien ha escrito todo el guión y quien más o. menos ha puesto en escena el espectáculo: es el único modo que conoce de reaccionar con los demás . Después de mu chas ev(lsivas y reiterar que simplemente está «enfadado», acaba por int e lec tualizar, en un intento típicamente alexitírnico de ganar tiempo y evitar o paralizar cualquier pensamiento que pudiera , potencialmente, provocar emoción. Con toda probabilidad, e l paciente está tratando inconscientemente de paralizar la mente del terapeuta, así como la s.uya propia. Por último, nos muestra que, desligando del consciente lo que piensa y siente cuando esta «enfodaclo», expulsa esta parte de su rea lid ad psíquica, de tal suCl-te que las personas «con las que se relaciona» se la reflejan a su vez. E lla s son su espejo. Sin duela, este modo de afectar a los demás es una forma de comunicación que el paci e nte aprendió dui·ante su infancia. En aquel momento quizás éra la única vía disponible para ~ra nsmitir lo que estaba vivenciando, pero hoy día se consigue al precio de la pérdida de contacto con una parte importante de su propia experiencia psíquica, así como de un e mpobrec imiento en el uso y significación del lengu;¡je, por· no m e ncionar su grave enferrnedud física. ¿Qué significa para el pacient e estar c11fadado? La palabra ha s iclo vaciada de s u significado, dcsvitalizada y desangrada. Quizá só lo el cuerpo del paciente, cru e lm e nte atacado por i
RffLE XlO:-\ ES so irnc l: L. ;\ I ~ E c ro .. .

enfado, gracias a este limitado modo ~;omático; es un e1Ú~L~~. r~ c ha ­ zado por la mente, fuera del alcance del pensamiento. La a11gustia es la madre ele la invención en el teatro psíquico, y sin ella,,el paciente es incapaz de inventar nada. Cuando la angustia mis(111a está ausente, como ocurre tan a menudo, el terapeuta puede Jlegar a pensar que el paciente está amenazado por pulsiones similares a las de muerte, que parecen tan fuertes corno las que esUín ~¡~favor de la vicia. . i'r~r El modo característico de reacció ~1ar y relacionarse c¡ut; 'éjerce un efecto tan poderoso sobre los otros puede aclarar al analJsta lo que está siendo expulsado de Ja psique del paciente. ¿No podríamos suponer que, en la entrevista o durante el tratari1iento, estos pacien.t es sin contacto con una importante dimens ión de su . realidad psíquica consiguen transmitirnos sus ignorados sent imie ~JOS de desamparo y de muerte interna? Nos disponemos a vivir ilo que ellos tuvieron antaño que aprender: que su sl.1pervivencia ¡)~íquica qependía de su capacidad para convertir la vitalidad interna en algo inerte . Una madre que se siente amenazada por la vivacidad de su hijo o arrollada por sus arranques de rabia o los es tado s de aflicción fracasa en comunicar a su hijo cuáles gestos y gritos van a recibir atención adecuada y cuáles no . Los nii'los, ávidos por descu.. brir y controlar. las fuentes de placer y seguridad, aprenden
La alexitimia. y la escisión entre psique y soma

,..

i!

Así pues, llegamos a la conclusión d e que la alexitirnia constituye una defensa extraordinariamente eficaz contra la vitalidad interna. Los afectos son uno de los bzos más excepcionales ~Útre psique y soma, entre las pulsioncs fuente ele vicia y la mente que han de organiza r estas fuerzas de vida. El hecho de qu e los afectos, destinados a ll e var mensajes desd e e l cuerpo o d esde el. ni und o exteriÓr hasta Ja mente, vean cómo ~;e rompe o se paraliza .~tdun­ ción vinculante, así como su s ignificación lingüísti :.:a, es un · triLrn fo de la mente sobre el cuerpo pul sional y afeclivo. La crt:ac i óil~J'e tal estructura, aunque ten ga SUS raíces t? ll !ns n: {1s te 1npran as lranS ~\C-

1· 1 1

·1

REf'LEXIO~ES SOBRE EL AfECT0. ..

enfado,.gracias a.este limitado modo ~;omático; es un enú.1Jo recha- ;: zado por la mente, fuera del alcance del pensamiento. La angustia ' . es la madre ele la invención en el teatro psíquico, y sin ella el pa· ¡ ciente es it1capaz de inventar nada. Cuando la a11gustia misnia está' '. ausente, como ocurre tan a menudo , el terapeuta puede llegar a: .• pensar que el paciente está amenazado por pulsiones similares a!1 •• las de muerte, que parecen tan fuertes como las que están a favor , de la vida . · · El modo característico de reaccio!lar y relacionarse que ejerce '' Un efecto tan poderoso sobre los otros· puede aclarar al analista lo ,. que está siendo expulsado de l_a psique del paciente. ¿_No podría·L i mos suponer que, en la entrevista o durante el tratamiento, estos ~ pacíen.tes sin contacto con una importante dimensión de su reali? dad psíquica consiguen transmitirnos sus ignorados sentimientos dé , . desamparo y de muerte interna? Nos disponemos a vivir lo que, ~! ellos tu;ieron antaño que aprender: que _su sup_erv!venc'.a ps(quica!'. ! dependia de su capacidad para convertir la vrta!Idad interna en,. : algo inerte. Una madre que se siente amenazada por la vivacidadi. , de su hijo o arrollada por sus arranques de rabia o los estados de ., aflicción fracasa en comunicar a su hijo cuáles gestos y gritos van a:· recibir atención a'decuada y cuáles no. Los niños, ávidos por descu- ' brir y controlar las fuentes de placer y seguridad, aprenden a refre·; nar sus movimientos espontáneos o, en los estados de rabia o te-i•. mor que no han sido mitigados, a caer en un sueño exhaustivo~ caracterizado por la ausencia d_e vid a onírica y la búsque:la exclusi:I:.... va de la nada. En algunos pacientes llegamos a descubnr que esta¡ : parálisis interna está destinada a evitar las fantasías primarias de, : intrusión o abandono, o el re torno de un estado traumático de'.~ desvalimiento o desesperanza en el que la existencia psíquica, incluso Ja vida misma, es se n tida como algo amenazador. "

¡

-::\,,."

~l=i;! : ,

i !'.~ ~

el

La alexitimia. y la escisión entre psique y soma .

Así pues, llegamos a la conclusión de que la alexitimia consti-e.l '" tuye una defensa extraordinariamente eficaz_ contra la. vitalidad in·:1: ;;_ terna. Los afectos son uno ele los bzos mas excepc1onalcs entre¡ , psique y soma, entre las pulsiones fuente de vida y la mente quei han de organizar estas fuerzas de vida. E l hecho de que los afectos:I' ~ destinados a llevar mensajes desd e el cuerpo o desde el munM' '. e~_teri~ir hasta la m:nte, vean cóm? ~;e_ ~ornpe º,se paraliza su funJ. : c1on vinculante, as1 como su s1gn1f1cac1on lingi.J1slh:a, es un triunfo, '. ele la mente sobre el cuerpo pulsional y afectivo. La crc;1ción det~

' .. -

-- -

REr:l.EXIONES SOBRE EL AFECTO ...

173

ciones humanas. es labor ck toda una vida. Es evidente que cuanto más frágil sea el 'individuo, menos posibilidades hay de que el muro defensivo se venga abajo. Aunque el mantenimiento ele esta fortaleza puede ser muy costoso desde el punto de vista ele la desorganización física y psíquica, el paciente puede seguir luchando ferozmente contra cualquier amenaza de incursión en esta estructura ele personalidad sólidamente defendida. En tales circunstancias debemos tratar con'" mucho cuidado estas potentes constn.icciones. Sería rnás que temerario decidirse a echar sus puertas abajo o suprimirlas cueste lo que cueste. Necesitamos primero estar segu.ros ele que estos pacientes están firmemente determinados a aprender más acerca de sí mismos; y aun así se requiere mucha precaución. Puede ser necesario un gran trabajo preliminar antes ele que estos pacientes sean capaces de percibir la naturaleza de su prisión defensiva y el alcance de su incapacidad para vivcnciar y expresar sus afectos. Sin ningún insight sobre estos graves síntomas, el prisionero, repentinamente liberado, puede ser incapaz de reunir las palabras fragmentadas, de contener y usar esas emociones anteriormente ahogadas, sin dolor y sin miedo a que puedan causar excesivos trastornos en la economía psíquica . ¿Puede la situación analítica proporcionar un entorno y un holding lo bastante fuerte para que las palabras que se perdieron o silenciaron puedan volver a revivir? Al hablar de la gravedad de los síntomas alexitímicos Sifneos (1973), una vez más, seiialó que los sentimientos son los rasgos más típicamente humanos de la vida psíquica y que haber perdido el contacto con ellos supone un factor deshumanizador. Yo ampliaría esta afirmación para añadir que el elemento típicamente humano, el que más cla.ramente distingue a los seres humanos de los demás animales, es el uso clei Ienguüje y la comunicación simbólica de sus necesidades, anhelos y deseos. A través de las palabras es cuando los afectos acaban, por fin, vinculándose finnemente con las representaciones mentales; son las palabr.as las que ligan la libre circulación de la afectividad primaria y las ponen a disposición del pensamiento, un pensamiento verdadero, no operatorio. Nuestra identidad subjetiva, sexual y social están todas almacenadas en forma de palabras impregnadas de emoción que han sido recopiladas a lo largo de toda una vida. Primero, las palabras de los p;:idres, ricas en afectos de admonición o de estímulo, y por último, las palabras ele la sociedad a la que pertenecemos. Sin las palabras ni podemos pensar --salvo de un modo bastante primario-, ni pensar sobre lo que sentimos. Nuestras vivencias corren el riesgo de permanecer corno elementos beta (13ion, 196:2a, 1970). Y entonces otros deben ele «pensar» por nosotros, o será nuestro

:1

.......·

. _..,

. ........~-·"' _

174

RI O. FLEXIONES SOBREELAFECTO... ·

cuerpo el que «piense» en nu estro lugar. La representación p·;íquica del cuerpo está coi11puesta de pa.!abra y clomi11ada por las pala-. bras. Lo que hemos hechc> con las palabras, y el modo en que las utilizarnos para comunicarnos con nosotros mismos y con los otros, I, .1 es lo qt~e cleterm!na_ la clase de seres ht~manos_~n que nos hemo~ •. .j convertido y que tipo de vivencia~; psicoanaltt1cas nos· esperan. · :¡' Los niños aprenden muy pronto en la vida a temer la dinamita ;· emocional contenida en las palabras. Como los adultos, se echan a,:, l temblar ante la amenaza de humillación o abandono, y temen las palabras que expresan una potencial pérdida de amor o que ata- ! quen su sentido de realidad o de identidad personal. Aprenden ;~ rápidamente a utiliz.ar las palabras como si fueran armas, y a prote- ~ gerse a sí mismos de las palabras hirientes de los demás. Todo niño ;! escolar anglosajón conoce esta peq ueña rim a: ~

vnr

·i

¡,

DE LA PSICOSOMATOSIS A LA PSICONEUROSIS

11

1

Sticks and stones may break my bones But words'll never hurt me!



(¡Puede que palos y piedras me rompan los huesos , pero las palabras no me herirán jari1ás!)

~

I

.

L as notas cI'1nicas . . . , estan , extra1'd '\S' que presento a cont1nuac1on

del largo a1.1áli.sis de

¡Qué muestra tan monum ental ele negación! El poeta americano Ogden Nash, con esta intuitiva percepción de la flaqueza humana que caracteriza a todo humorista, ha parafraseado esta rima, expresando lo que tocio alexitírnico «sabe»: Sticks a/1(! stones may break · your bones But words can danrn near kit! you!

(¡Puede que palos y piedras te ro mpan los huesos, pero como le descuides, las palabras te matan!)

u~ P·.a.cient.e de. c~a.renta_ años(~'):

En, n_rnchos

aspectos)~?..!?!q.Z. t.~1}.~~.. !1J.1fl_ gq~~QJUllidad..p,:;1cosomat.ica_t¡pKíl,...ya que . tendía a desconectarse de la realiq~~cJ.J?.sJq!:1)C:i:l ,_ .~~pe.cial~p~1~t~,· eú.'süf íúií).cctüs....aíéc.iTv·o·s:."A:'Li. 1;-é].tle .. desde la adolescencia padecía' ófCer[~s· gás'tri.cas . y' Cíi~~_1:s_a~ ~l~i:gias _~utá_~-~-~~ 1 _1_19 tl1i:: est9J9 gt1.<:J.e

·

trlí]'oál"~úí)?iíis.J"s-. 'E'i! 'i-'ealidad

y·dc hecho, en los inicios de nuestro

'iíiiba}ü'"a·;~·~·iílico no prestó gran atención a Ia idea de que estas

enfermedades pudieran tener una significación psicológica. Si pidió ayuda analítica fue debido a uqa sei1sación de fracaso en su vida r:it-; profesional, así como en sus relaciones personales. Este fragmento · la analítica de Pablo es.tá 1-

)'~,\~~";,{de avent~~a

destinad(:~ ilu~x~:l<.t_J
k~,,~' ~~91,:i_11ac1on_ ~~~-- L.!_!L~S..tfül.9..Y. \UUtpQ.,,_ gg_Jun99unrn1GntQ1n<::í\J~I

f.''. ~,:;::~psicosornªJi~-Q.s . e.n e.t2&~2"&,gª'p:Y:~1r.;igE~d:1~(Q!.!.i~f},Ji,~_qrz9tis:a. Espei1\ }5. ro, asimismo, qu~~--~y~de_.i\....C::..~E~-~E~<::.~LL~!.s__y_ fl__~.9.!:1.2.~ülas ' ,.\) ;·· .9}fi~_1:1J!~!-~~-q ~~!L!l~J!.~!.1....~~!.9?_. l~ª-<:.j_f: _~.L~LP.\!.f.A.R.Q.(l<;L . !!ÜLl?:~~-Jg~- -~V e-.

tl'frios y las J_a1~!..~!2i~~""'.CQ_1!10 vimos en el capfrulo anterior, los llama-' I-~ ·-cros.slntoma~s y el:_~-~í~~-º~--~J.~.<:.i_<2_~!.Y.J?.~-~__s-~'.!.:1!_~~-~<:?- ope- · h~' rátorio pueden -servir como defensasi_ntensas contra . los esu1dos ·~~:s' CiüOC!ónales primarios, prcivoc"ilciüs-..p~)·¡:--t1::ú1·~¡.¡-a;;- ·¡;5y(ji.il.cos___ó're- · t'.\t -coces· ~ ----- --.-

. . . . . ______________._____. _________ , _ _ ____ -----·-. ·-···· ·----------.. . ·--····- - .··--·-. --··---

'

-~-· . -·Tas siguientes

sesiones tuvinon lugar durante el sexto año ele' p!:Scú¿¡~· n uest::9__ _t!:_~!..l?..!~Í9.. ~n_.sg._mún. Desde hacía dos
r !11

f.-·1" ""·"' ' ' '

1 .1

.

r •••

DE LA PSICOSOMATOSIS A LA PS ICONE UROSIS

176

nuevos brotes de sus diversas alergias cu tán eas. Gr::1n parte de la atenci ó n inte rpre tati va se había centrado e_~i la alteración del func i()_11 <1_~1_1_i_~_n.t 9_.r~Lc¡lJ! rn _ d.G_f.;;ibJQ ,..d\:.sde. . .el.p.lutlo~J.i~Y.];jii::~:~.9iú?.~~bo ,~' (Fre ud, 19.l5a), capacitánd ole de este modo para obs_~_~:!'_fü,:,_)}J_ás de \},U'.~·: ce rc_~~---s lI__ .~.<~D.Q~J.1 .GÜLª-·b.oXGlLJOs..sCJlÜOJ.ÍJ~ltQ~.-Y- ..P..~r.~.s:.PSÍ o !.1_~..S..J?Y­ .~~(, : :\:_t~:f·b_a.9.oras s~g_ú_r1_Jli.11D.2..tJ.rgi_~ndo__ t:.tLs.us..i:c.L1.doncs_üiaüas ...con_s.us ;j'.:~ ;'l' c:g_I~gél~ . Y <:,1JJª.rel
J. l\·L: Usted ine ve «agotada », igl.1al que ti otro día cuando le pareció que tenía la cara «descncüjada ». ¿No será que todas ~..? imR.f-~~iQD.~.~,.;}[?_~lrecc_!l~en luga(j_LlffiÜ.Lil.J.1'.n.agi1~~jlJge:¿~l~19:e-0+.~º--:i;;Q_Jlfil~o? P.: A vece s::~Y~9» ]losas extrai1as, justo antes de qu edarme dormido, y es'o-~e aterroriza. (Pablo rara vez recuerda haber soñado.) J. M.: ¿Como si también en este caso pudiese evitar tene_r fantasías, imaginando cualquier cosa, corno en un suei1o? ¿A lo mejor, si usted se niega a reconocer esos pensamientos, acaban apareciéndosele corno percepciones reales?

•._ :

Los ojos que a tacan ctianto ven

r,_,:

f)

Físicamente Pablo está visiblemente

~~-~~1_.~J:ll?.-:-fill}s rclaj a~9_que lo

e,.~~~Q.?.3.0Jes. Solía deslizarse como un"::t;,g&hLi:; llin~ en mi consulto-

~/ rio, manteniéndose ª-""~~1!.~-~.i ~_t_~!!~i~_ P:.1:15:i~.1~_!t':.)',. evitando. que cualc¡ui ~r. _mirada se cruzara ~J_re nOS()lros. Sin embargo, ª bqra !fil " :11-.i~a ,_y_ au. nque .sigue la~-~~~1.~i,os_
!

-~-

P. (Tumbándose en .eldi_'iáJ1 ): ¿Est_~u:;_g)lsad a? ¡Si supierá lo que eso me angustia! 'sT~~T;pre t~.LÚ~~L!.i.!1.JD)ggg_JJ.Q. f.ÜJ:üf.ile_ encontrarla ca nsada; no sé po r qué. (Larga pausa.) ... ,. .•...,,, ............, ... ....,,_ .. ... ... .. ... .. ~

~,..

·-· · ·•>·-~ - ~,,,.,

;.

., ' P•'•.l"''"¡c

J. M.: Quizú ·recuerde que la sem.ana pasada se imaginaba ust ed a sí mismo cavando cráteres negros en los pechos de las muj eres. ¿P udi era se r que este tipo de act ivid ad__ !.lª-g-ª-~m1e la muj er p:úezca «cansad_;_~::. . )'._~~:;i_ gQ!_<JUa»? · -:-::---v ·: -Tó~do--esto--n-Íe --!)o~e nervi<)so porque no tiene nad a que ver con la rea lidad. ¡Las fantasías no rne interesan lo más mínimo! _;¡' r,or-sc,·; r'.':¡E:c.

Tener acceso n tales fant'1sía s y verse~ obligado, al ú1i srno tiempo, a contenerlas y a claborarlns mcntal111cntc si_~~~a rl 0~-~J?.2.~~~ n ~ r:1 l·.1

1111 · 1

fn1 <:: 1'1 · ·"1(~il,n "

11n •:)

l\1'.\.r;,-1.)

"r, r, ...

;,.;rf•"

Pablo se,,9,i~gfl .il.L~.rnnq_cer JQ.~ ~-~DJL!11Í~!1tQ.~_Y,, Ü1!l!fl.$,Ül~J.klacio1}~1c:l9s co 1tleJ19,sJ.iJi9 füL~Ja ..d.~ .s.Lw.c.ció.n~hi!_ciaJ~!P-·~lÜ;;.Le_s ; no sólo porque siente que ~~tle.-5.. Jepre.s.~n.t.a&Í.QH S:U>P.n s:,9 n_trn,xin~l-.s,~L..i.~Llf.é_1.l sino también porque si permite que lleguen a la conciencia, habría de afrontar el hecho de.J~.n~r...q1\~SQU.l~,D.~X. l'JJ..S.....C.QI1:.e.s,pu~­ .<:l.i. ~U,
.

y\~,U

·

Se ill'e ocurrió que podía haber tenido algu na fantasía sobre el hecho d~JJAP.~rm.~ ,nt.n!;;f.ld9 Y-Yc.<Jnsado>!. aLe.n.trai:.e nJ.aJ1ab.itad.6J1.

/.

177

DE LA l'S!COSOtvlATOS!S A LA PSlCONEUROSl S

.

'¿s

'-i

1,n

P.: Sin embargo, tengo buenos motivos para sofocar esas ideas descabelladas. Me .causan un pánico mucho mayor que las cosas que «veo ». Mis _i!Jeas _s,Qn y~..rda_Q~~· arnen~__<::_spanto_:>i~- De todos modos, ha habido u1i cambio importante.- 1\hor a pµ.~ c:Jq n:ij_r.ª_L<.!.Jíl... g~D.te.....~1..J os _o.jos ..y ..11.o...me....as.t1sta_q_u~.,n1 e ·miren . Todavía me preocupa porque la mayor parte de las ·~-;;-¿·;;5 li::_s veo destrozados, aunque me preocupa mucho menos que antes. ¡Así que ellos son así! O ¿soy yo quien les hace parece r de ese. modo? . · J. M .: ¿D el mismo modo a cómo, a veces, ust ed me ve ' •) . .. .. J. a rn1. ~;,,re\" _ P. (Larga pausa): ¡Sí, exactamente igual! '[e11go 11na .l!J.i\j~~'lJ:l r(]_da d_
.......-

178

i\

\~

¡;

~~

¡r f¡ ~

~'

DE LA PS !COSOMATOS IS A LA PSICONEUROSIS

--- --17 9

DE LA PSICOS0tv[AT0$1S A LA PS!CONEURO SIS

: ·:~~~tb.:t~~1-~ri.:~~d~;;irq;~'. .~~ci~f~~~;~-~~~~~~~t~~ r~ ·f;~!~i-~;;J.:~~:t~·) 1

sus interpretaciones. ¡Las odio !, especialm ente si siento que , ~on ~mportant es para mí o me s ~n útile~. No se imagina lo . mqu1eto que puedo llegar a se ntmne . Real mente no puedo . 1 soportar que usted piense las cosas antes que yo. (Es decir, ; i no tolera el dolor narcisista que eso le causa.) ;., ', J. M.: ¿~10 si t e mi.~~L~P~..!!.~~-E--~~...!E.~' qu e yo poseyera algo que usted pudiera necesitar? P.: ¡Exacto! Especialmente si se trata de algo que yo hubi e ra podido pensar por mí mism o. En_~.S_C!:~. )!1~9.!l!.~!l.!.9§_}]].e .J~~.~S..~.~E Í_é\.. b. ~~~Il,~P..~.9..~<~os . J. M.: ¿Como un bebé hambriento que podría sen tirse furioso por ten er qu e depender de su madre y depender de l

sus pechos para alimentarse? ¿Le haría eso (¡uerer «hacerlos .,_ pedazos»? ( if.'(' '·' i' '<.;,,. ,_.,.,, ,._.;,,,,u &\(1.· 1· 1

[.· ,

___....--

\

Las fantasías de Pablo , en las que cavaba «Crá teres negros» en los pechos de las mujeres, se prestaron a esta interpretación sim· bólica . Cabría mencionar que Pa blo fue amamantado por su madre durante más de tres años . Quizás es te tipo de vivencia de la lactan-. . ., cia haga a esta fantasía más concret<1 que la de aquellos que no 1• ti enen un recuerdo consciente de la situación de amaman tami ento.

P. : Sabe, creo que eso es muy cierto . Y la od io por eso. ¡Vaya! ¿Por qué tendría que necesitarla?

que Freud denomin ó la sa ti ~f.~~.cci~?D...!.01!.~Íllil.tJlJÜL.nOJ:maL.d\.':.Lbcbé 1 9

Freud fue tamb1en el pnmero en se úalar que, e n este estado, los anrerniante de librarse de esta :t orlactantes tienen una necesidad __..,,~-~~-·-,.·-~-L................. ,..•. ~~....·-·~----¡··-..-·~·.w--·· ······..... ~~....... ~~ -~~1!.~1s)gr~J~}2.~}.ge.E. . . f.!.SJ.i~. ~~.~E~,J~.~~.ho a la que ta es se ntimie ntos se _yinculan de inmediato. J.;,~~ - p~cb Q A.!1ll~Jfü..!.P (y todo lo que cdn1="} prende )..se convierte u~r1 ()bjetc.~ ~l~u_horror cuya ~1~.L~$.Hti.\Ció11,,.c_~(

I

b~~~~:~tt~~if!t;1~~~~~~:~~t~{~~~6~·~¿~~:t~f:·~i-~~¡~~g~e.¿~~e d~~ tr~é~? 1

parte del conocimiento de las zonas erógenas des pertadas por esta necesidad. Las obse rvaciones sobre nii'los muy pequeiíos 1nuest;·an que el bebé que ha esperaclo_Q_~!llª_s iado. ü~mn.9.-ª-.1.!U!EL<JXt: .!1.~~trien­ te se ve.D:rrollado por la rabia y la desesperació n y tiende a rec)rnÚ1r el pe~ i;o; _-~l L.lnCj1~ e· ten·g·a · fi-Úin.bÍ:e·~· · vei11os",'"poi: fiit1tO-: éj'u·e'"ii1\fha .. CJre 'ffeñe 'qúe' ºife'sciñ~'íai:~ú'í1a cl elicada tarea en la co muni cabó n

_¡mm_arL1=ffifCS~o. NOSóíüiiC-~~ c¡G";-17¡;;;~e~w ~~~7iíios7is

cualidádes--(ierpccho-univcrso -alimento, calor, ternura, vitalidad y demás-:-- , sino que, almismo tiempo, tit;1J,~ .- ~lh!S~Lfil.Ú~l.Lfil'..!ti~--a, ~!h-l)~.,gJil!!ª-fJ!~,,_~~~J~~!~,2,,AJ,f.ti.~~-9~~::P~~rs..~~µ.q1.:i.cü111r;,,,~JJú.óQ,Jli.t.f s ~f! p¡iz _de ex pu lsact?.gJ:;:§J. 1ni.smo.,~.ÍJ:.:U..u.1 .g.r.a ~d~É-~~::I~.~i9l\l.~Q.., P () r .t::JLQ, ~}, ... R~s11 º· . ?..~ . ~en nv.i.e.1:t.e,,.,J>imul.11ü1~fü.ne.o..tJ':..,~,.e n ..-1J.n.;:Lx.G pr.~ss~.nJ.n~ ip n j ~---de a1iZª.,da ·~Y.:.:::P.------8-i<secuto ria :·-¡-:-·-;-:; . --v..·~ ;·.~·:, --~; ;--~:¡,;l'·;.·1 ~:~·~¡ ;·. ;.~: ;·~ ·r:;~·:;.;·,1:.-rp ,•-t.."1i1 . V!~ -'- Xr , · \, u ~',, ·_v,_, ,,,, \1_. . .. ..

1

;!

La fragilidad narcisista de Pablo es aquí patente, co mo lo es su relación con el problema de la envidia,_~L~S'..9..!.i.9.2._lde ipiang_ del . término (Klein, 1957}:_ el trau m_LQ.~.J.ª:._ªltG.ÜQ-ª1_,.. la d~enclencia r.: :,pec -~~J:?~~-~~-~~y t C!;>_de G."Ii2::~1.~~:ü!i~9.=iiQ._:P.9j~~-= Lg ciil~rrn~É 9'.

KM)()~

Sueúos y visiones

t .·

0-U. l fJf C ~\l• ( ' 1\fr'.i \(1:' (1 )( \;(ff{l)'( Y /\C\ r¡u ~V\ pe 1·'.HºO¡i.,tA [))( ""-;" ¡Zfr\/\OCO o..U j}PI! , H: ;1• IN" --\:e_,<./\1.t 'I (1C) ln(Vv'' ;:·f\7.: . ~ f t clAaro c.J-.1 \u .•

\Víl n¡,.1ero 1- 'o f'«':O

En el siguiente fragmento clínico Pablo revela que algunos de ; 1~ s fa et o r ~ s 11 a cielos d ~.lU!JJm.u.s qJLe.-fil1rgieJ.O.Rcfh\=1·r~u.1u.eJ.1Llü~ ti\ nMc La PD.ffi}.tL\é!,,.,tJ,1tr~ _gg~ -~-\;!.~9~:J=~l"'R-1I?,,':?.!J;;i,_n_¡.i=g~,_,§J.LV1\Y""U~A~Jlfilli1..~Df.l ª }¡ ·· ·~ ~ 1 ~_o.e 1 ~ act 1YQ1_y,_pu ~!~..r~tn.~hl.~'i:;;t:!,D2Si!E\L~ll!.l.~.¡ .J?J~.r.spn~:&sJµ ,es más gl ~ ~z~L.Y:-~-LUÜD.iLJ.ma .ru1gLJs.tia . .n1ás-ln.\~as.o~~:-·que, J.i:uuJg.u.s.tia q~~.S~~i ~- n rn. ,~.YR~!~ltf . Est ~,,Jrn~.s...c~nlÜ11JtY.C..!~.Jil.!JJl)Ü~J}1ª ~[} \ ._\, .. ~~a_s!~~.c1~r!~--~~~~C:~ c?..1;_ .~.~,,!.~:.t.~-~.t;:,~.1;}.~ .•~~.~J?,~,.~1..~~-~~,S!~'!,,!~~~-~~-~--~~l?.~.S!º .~.Y 1.t!H.JR.rm1U1~1<_!: u~o qu e . ~~ t9~.-~ !,<:'.JI1.~DJQ?.LJ1 g~- Este fcn~meno puede, .no obs:an te, ?~·oporc1ona rnos u:ia ~.idad se convierten, in~viU1..\lL.SII!~.l.1_~g , __ ffiLª;..~.L.J:i.~..b.é .eu . obJ:etos... de A h1potes1s que ex pliqu e l<~..fül5.~JtGJ+1, •.ded1,1~~, ,kOl11J.l.CL.l mani festada tan q~li~SQ;°nó:::cte..:amor. E l «pecho » (utilizo el término p echo co mo'~ " a menudo en los pacientes c¡ue so mati za n. Según Freud, los suei)o:s empiezan a cristalizarse cuando estamos despi er tos, ante las pe.1'concepto, no co rno objeto parcial co ncreto) es, desde el primer mornento, y desde es te punto de vist a , un objeto mal o y odiado. ce pcion es , pen sa mi entos, acontecimientos y los se ntimi entos que Co mo tal, no puede evitar despe rt ar el rnieclo angustioso de que és tos originan . Los restos dium os, como los llamó Freud, en el uno mismo pudier:i destruir esa fuente de ,·ida. c:iso de paci eriTl2s-cü;;;-0 'f>_;i blo , pu eden lkQar n ser r<íoidé1rn,•nf'.· T

r'~

1-,µ \, ;;.(. . ".,.. :·.:-.

l ....... \1 ... :..

'- ~ -

· ·-

,

1 -.

t

---J80

DE LA PS!COSOMATOS!S A LA PSICONEUROSIS )

nas l~D1ilillC.JJ.iD..s_alltci.Ji.:;itorios 12asajeros en lugar de sueños~) Los si[i'L1¡·~~-tes frag111e1ltos ele! ai1ái~;; d~ rGb!o ilustr; n esos 1110-~' mentos en los que las2ercepciones del mundo exterior se ven iJll.c- J .L~~~~S.2...~.!,S~esta ·a -lo.~~.!im1los pulsionales, pero sin .l_legar a>

obtener . u.n.ª. rf:~S.. . . Q!l§.t~. ~~ü2.l.Lm.~.c.:~.!l~3.-~S_l~;L_ _;~~~~!!~ca d ~ p ~.~,--~-~f!~car-¡\11 ios, o _una construcc1011 neu1:ot1c_<1_ __J?.[:;,ir_ectora. wgar de esto,

rn

..·3p~ re~e~~1" 'una·s-~ma!iJ'~iij;a&·;:3p:~JÜStiii§~:s:~~;.Jgf,9,E~t2'coct.L&fS,kto_i~i-,

·I

pi en ~e _ y _pulyeriza.!})fl~,J~.pr.ese.n. ta c,í,ones.J1.0...d. ~s.~. ª.Qas, que son en\,, Se ha dei difere nciar esta forma de expulsión psíquica de la n~_gació!!.Y de la desmentida, que son defensas co11fra ·¡a a;1lm?.Ji.LOJ:.l1-CÓ.Üca. La ex- . Pu 1si ó n ..~1 q~.L9.~.~ci:_í t .;:,.qfie~!f:J:.a...tpJJ.,f!2.0J<J~,1,tl,s.ill11~s e.LóJ.i.rn.s ~~~dica~_J2.rimaria s , de modo que ~-\.L.,Q~J;s;JLC:ÍP~--d_e....J.os c!!:E!l..ás¿_~~~nsecuente~~~da. De pronto, y por prime~(\\)\2.€ ra vez, asoció con su infancia recuerdos de su padre en sus aspee. tos más neuróticos y en especial su rígido control de las mociones pulsionales. El padre de Pablo era considei·ado como un hombre «fuerte y tranquilo»; prestabá una «especial atención a la limpieza» . Es probable que Pablo se estuviera aferrando en ese momento a la imagen de su padre «fuerte y tranquilo», para protegerle así del peligro fantaseado de que pudiera perpetrar un ataque sádico en el cue.rpo de su madre. Pa blo prosiguió describiendo la preocu- 1 pación de su padre por Ja limpieza en todo lo tocante a la comida y la mesa, y -lo que a él más le había impresionado-'- una serie de rituales obsesivos sobre la defecación y todo lo relacionado con ésta. Esto parecía mostrar la an gusti a del E.'..1-.9..t~e y, en consecuencia, Ja de su hijo relacionada con cualg_uier representación anal.

róñc~s··-;¿Qü'cii"á'
..- ... ....

- - - - -•

,,



.......

DE LA PS!COS0i\1r\TOS!S AL\ PSICONEURO SIS·

i01

Este retrato del padre de Pablo, que en ciertos aspectos recuerda a uno de los padres internos del teatro psíquico de Isaac descrito. en _el capítulo IV, más bien sugiere que este padre puede haber ~.9.2__ g~~~.J!iio tu V ie uu.!~!i~9...~.-b:eJe.ms.e.x1utl.c.:} etLJUg.!lLS1.l yo, ...P-ª!:ª ..~1,?,í ... l?.9.S.l~.L.I:!J.r.üü1nt.e..Ja...i.d.e.n.tif ic.a.ció.u.,_.1i.a.r.t.idp..aLh.Q.1:nP~.Y..KlJ.il l,,..!~~.1.~.~-~.. Estas hipótesis no contradecíiin los signos aparente~ ..<:Je la neurosis del padre y la imagen ele falsa virilidad que emanaba de las descripciones de Pablo. Cualquiera que hubiera sido la realidad externa,_b1blo se senJ.i.a..cmp.ujado...a....tmer. J~lLRilii}_,,~qmpJa,c.er M~LQ.illi):.e

r~_li\QQ.O.e.s...hs;.t~f.Q?.~.?Htª­

y, al "mii>m.o~tiernpo ;a-l-b
-~iDE~!lS..~i~J}.~..~!l?2..~~gres p,r9fi¿.nf!I1m~nJ~"''.nrc.aú:;QML¡;u.ex1?P.~}l.....ª1 ,.,$;e:x0Je.rq.e11in.o"s.• ,J.1J1.U,"j111t.ig.&_.q..Ji
L1.na...re.pr.GseJJJJ1.~jQJ1=.0.:n.~. .J.~L.E.~!!~ .1'.~~l~.rng_ ,.QW~.. .~Jc;;.s_cmpe.ñ.ar.íL,wJ Vim.~U~~!}:~..g!_¿1gL.!.2.~..2. ,~l!D.~ll~o. Es posible que la sexua lidad aparentemente «normal» de Pablo despertara uno~...GQnJlic.t..Q.S.Aue,, no:QQ_~ J)JgLL.S,er.,i:~1;,QgQ,C.,i~\Q~, ...~l;..E""''\.~f:~f;_(~f:Í~l.:1:~Jl?· Cuando estos conflictos no se vivenciaban de un modo alienado tendían a impregnarse de virulentos elementos sádicos tales como la fantasía de que su pene era un «pico al rojo vivo» (McDougall, 1978) y que su mujer se empalaba· en él (*). l"vfientras Pablo estaba tratando de aceptar la idea ele que sus padres habían compartido, sin Jugar a dudas, una vida sexual, ciado que nacieron otros niños y que oía ruidos extrañ.os procedentes del dormitorio, le recordé que a menudo había hablado de las expl~!-~ig_~1.~.<1-~l!ªn..t.2._~~-~~t'.:!._é)_~_'.e y que eso siempre le había parecido misterioso . Me pareció evidente que la r~Q.LS!.~Hl~l.~,~~le la t;'S&l--11\ ~.s.ce.na..v. ri}:ggµ:~1.,•..rgf&.ridJJ~a.áJJ.1>~"11í.QP.LQS_,pnJ.lrc.s.,...,in.cü1ia~ l.a::f.±~lf~~s í a W-\ "'~\4 J.ie. un ataque sádicp; Mientras reflexionaba sobre esto, me incliné hacia adelante para preguntar a Pablo cuál era su opinión. P.: ¿Qué le ocurre? ¿Dios mío, qué Ita

~E~.1~t~..,. ~.~"" lE'. }.~12 Vid o . '

pasado'~

_De re-

--~~-~·"

J. . M.:. (,·Qué es Jo gue habría de nas ar? •.• ,.., ...,,. .........- ..,,.,. ' .........~.,. ..., .. ·~.,·-·-·"'""" '"~-l~-... .

P.: .¡Lo primero que pensé --así ele repente- fue qu e habfo .tenido. una ...he.1110.rrag.ia ..cer.ebral ! La vi claramente ante

P.: Mi padre estaba tan preocupado por todo Jo referente 1 /al cuerpo y a la suciedad, que jamás podría imaginarme có~)r '~mo mis padres pudieron hace r el amor. Mi padre siempre j 'OOs aéivcrtía--,11uy eí1seiTóCTe los-í)eligros de.iainastí:nL)acTón, :~ ai:iri-t] tle.. c.lí'r'íosal11c'i1Te· -·rñe···eiú[)üj~1trir--curmnnteme·nte·-¡¡ ser «viril». -NLlíl·e:-a· ·cieb1a--0·1vTaa·1~lúe"'\'.iue· ·¿¡:a: --üíi '";;i1üñ11;·;:;;;·;:¡~'7i ía -;:¡·¡:¡·;;·'~11ostrar un inte rés por las chicas; vamos, ¡cómo tenía que tirármelas! Un ideal m'1sr111ino 1111P. •'.<: 1~1h:i f11i>1·~1 ,¡,, 111i

1

mí, su cara descentrada, desencajada. Paralizada para siempre . Era verdaderamente espantoso. J. M.: ¿Si usJi;.~Ls~..,rnmp.QJJí1..S::.QmQ...Jl.U.J:i..o mb rc... viri l.,.~tí.l 1 S?..~1_<:,._~-~1. ,I?.~9 r.~. . J~. . .b!.ii.Q.$1.!J.~~-~.L~R~I.Í,ª -·S.~,L.....~m i:i;_rJ1LyQ_.~.Lü~2g o ele ser ..,..destruida físicamente? · · ·<"--.....-... ,...•.• ,... .;.,...,.., •...,,.,...,........,..,,,.;::..,....·... ~---

( *)

:¡_, .. ,~ .....·:~·>'

Un ar'io después Pab lo estaba torturado por el pensa111icnto nbsesi,·o de

podi:r llegar a atacar a su mujer «con e l pico para d hielo» . Había reprimido tOt
rná :~ tl:.rnnraníl s. fr1~·1twdac;::

v

dt~ <:. :lrro ll c) ,~ n ...;1 1 l11P:lr 1111 ~ ín1orn:1 rH~ 11nüi c()

_

1

DE LA PSICOSOl\1ATOS!S A LA PSTCONEUROSIS .;¡,

182

1

P.: Dios mío, si usted supiera ... ; lo peor es que realmente llego a creérmelo. Me asusta verdaderamente poder destruir- .l ' la y destrozada. Usted es frágil y tengo que tener mucho cuidado con mis pensamientos sobre usted. (Larga pausa.) Me pregunto si se da cuenta de Jo tremendo que es mi :· pánico.

1

Pablo cree firmemente en la (2!_'.~~~1tencia de sus pensamiento_s )'._Q~seg_:;. Aún no es capaz de permi'.irse a sí mismo ese espacio transicional de juego en el que uno puede jugar sano·y salvo con las ideas y las fantasías y explorar sin peligró-Tos sentimientos más il1tens.os-:-:S-íg"lietélñleñd0ñ-ó""j)odc_r (olñcluso no desear) contener

-~

,~ '

.

i

y~La bo1~_!31 l<:~E_~ns~~~~~~os y_~2.1.!i.'.~~~~1-~0-~-~..0._-~~~~_l_El~~. J. M.: ¿Qué pódría ocurrirme? P.: Me da miedo decírselo . .. es por culpa del cartel -la chica con los pechos desnudos tan bonitos, y yo estaba tan asustado porque cavaba aquello:; cráteres negros-, sabe, ¡se . hizo realidad! Volví a ver el cartel ayer y · l'Í los crá1eres. Cuando me acerqué vi que había unas moscas enormes en , , 1 los pechos, y juro que estaban haciendo cráteres justo en los '. ' pezones. Por poco me desmayo . . . todo me daba vueltas. To· l das mis antiguas ideas volvieron a aparecer. Era imposible ~ detenerlas. (Vemos aquí la ?.ifictilt~~I de Pablo para reerimir i:J los pensamientos que d_eberían convertirse -~':!...parte de los 1:_eslos diurnos y quizás en material de los S!:!~~9s.) Empecé a· morder esos pechos, a despedazarlos con los dientes, se lle· , naron de sangre y se quedaron huecos, con grandes cráteres ' negros en ellos.

l

Pablo mueve la cabeza de un lado a otro, como si quisiese librar a ia mente de esas imágenes. L!~.!.!.~ simp_~p_ercepc ión ~:>;.~r~.a ·1· i ha venido, de pronto, a confirmar un tenor internoy le ]_131 a~·ca· · .; do peligrosamente a ü'ñ' mornento.ri§!";~ól!C~1~--M~-~-;~-~~:a~ «¡Los vi; : ;'. los -VIT~-.- - --------·-··-·-,--·--- - ---·. ;n /'~'

lí'

·\ \:e

'\

L<~__f antasl
~!~~a~~~~~:~~:~~:~r~~~,~~~I ciendo el amor -y al pensar entonces en las exhortaciones paternas ~ para que tuviese relaciones sexuales-- vuelve rápidamente a los ~~~~JJ.<;_gLQ.~•. gJ1JQ.?_12,\'(~QD,~S . Nos atrevemos a suponer que Pa·

_

j

1

'

1

.

-

L - ' ·· ..~

---- - - .....



.,. ..

~ ..-..

L-,, ,..,....,. . . ,.~-:..-·l,,.,.rl ,L.-.

l"'\t'\rlPr

lSJ

vivencia de la lactancia pudiera ser buena y amorosa para ambos. Se diría c¡ue se imaginaba a sí mi smo ll e no de odio s;\dico y a la madre atacada y llorando. ~~~-ni~.c.ié:_~--~'.l.[P:ir.a=~JJL.U.Q..~S­ tl~~s,t-M[,.S\Q.ª-.;,J~L\l.S: n ~~!JJ.~iillb~!,,R~LJ1¡~~UlW.~.W....n..QSltn!lLhW..l u g_<:! r jIQlliiJJ;mt~. pese a que sus atributos fülicos se expresen, fundamentalmente, mediante metáforas orales y anales. Hace dos arios Pablo fantaseaba que su- pene podía hacer que aparecie;;sen en mi pecho un .a s sombras de color marrón oscuro (McDougall, 1978). _ Los anteriores intentos de análisis de estas fantasías pregenitates primarias no proporcionaron mucho material nuevo, pero ahora contamos con las moscas y la conciencia de un páni~o · tren1~9:~.l_Q:o Así pues, le pregunto, como lo hubiera hed;·a "'iJe··füíl5erse--t-ratado de una escena onírica: « \~l.'.!~,,. !~~.9.2E~§,. .LS:!.~.,,.~ÚD.\ol.~ .- s~\!J;~Jl ?». 1

\jf :I ')I:

•!J,

~~~:ge''

DE LA PS!COSOt\!ATOS!S AL:\ PSICONEUROSIS

')h'."'l i ~n-

1

P.: Son esas moscas que se posan en la mierda. Dios rhío -Jos cráteres negros-. ¿~Q . ~?1ª-f:Í,,'-J,!,~Jl~,!JP~~cLir~J.!}L\..1-~Q<),1 ¿I:Iabré sido yo quien les ha echado toda e§
En este momento siento que es más prudente dar una interp[.e" tacíón transferencia! que relacionar esta fantasía primaria con una co~;-éer:lcróí1-eciTpica muy precoz. E~ro también poder l~_g~l_i.__C}l tema ele la envidia y ver si el «pecho nutriente» es fantaseado como estando dentro de mi cabeza, =de_~liL9~i-~:J~~-rc;.--q~f.~}~i~-:~~~~;·~~ez má~_y_9Jy_~_i!._ a l.:~:::1rn~e c_!_~_l:>_i_c_!_<;:>_ 9.-___ !1~i. _c.9r1~¡::in1it".nl() psic;oar.1 al¡tico q.~i_eJ~.2-º ~-~--~~?..-~~~~E.~ ..?.~.-~!.:_.f.~.1.:~-~~-~ -~·~pr_~ 11sJt;_E_?_11_ ..2~.r-~1. _c:l.i. n.1c;n si ó n 9.~.-~!!...f<.~9..!.~_sía. ·

P.: Sí, tiene usted tocia la razón. Sé exactamente lo que significa la hemorragia cerebral: es el orgasmo. Los orgasmos de la mujer me producen verdadero horror. Siempre la misma imagen ele su interior, en un estado de licuefacción .. . , todo negro e informe y flotando.

Los elementos cclípicos arcaicos ·hallan su primera expresión

Es interesante recordar en este momento una sest0n que tu'v o lugar hace dos años, en la que· Pablo t~I~ó. 5Jy-'~<íde~or.c!e.n()l1~'"!!.IÍ ca be~-~ L.~l!Ld ~.9:_cdtE-::::~?c·~~~~::fl.~:.'.~~E1::'~.1.'0.~g~1~~·:: c! ~:":S:L!::_:Er9pi~"''~f1B~ ~-ª '~ ll~HJi~l
-184

DE L1\ PSICOS O MATOS!S A LA PSICONEUROSIS

.1

·rerror.,sin ..noo1bse con una (apt <15í[1 i .r1Jt;f.Pél .S9h~.t~DJ.S: .. Q, .. ~9.Q, .~lJlª ]í representación scxllal c¡ue no fucrn11 )~:sjm,<'1g_s;Q. G~JJL1idé\S,. (~1~i~2J}a- '.~ les y des.bo~ ~(E;$"'Ci c ~i-tíüs ' 'C)'hje"i·ó;;- --~~~~·; ~ i ~t! ~s- , en aterradoras .as~cia- í ciones. En este -i11ol-i1'Ei1fo.. clii· í~óg1:c·:fo..(!s_ _cü;ísTCí' ~·;. ;·sy~·:·;;;:; --é¡~~~- -.~¡;~. [ ra iiei1~ a su di sposición una cadena de representa ciones sexuales pregenitales, como se deduce d e los fragmentos que acabamos de ; citar. Tener acceso a 9stas fantasías y poder verbali zarlas le ayuda a frenar el curso de sus rnociqnes puls ionales y a otorgarles un incipiente significado qu e pu ede ser anali zado. El «desorden en la ' cabeza» es una representación prevía a sus imágenes sexuales ar- f caicas que aún no han llegado a la conciencia y permiten vislum- ' · brar el primer esbozo de una temp ra na estructura edípica. Gracias a las imágenes de «licuefacción » y Jos ·
DE LA PStCOSOMA.TOSIS A LA PS!CONELJROStS

¡·

·'·

185

acto cause licuefacción y destrucción, el «()rga.smo~.t:~tta,c,l_i.st1}Sl.'~ -"c~~ .. '.'\~ .. ~!~ ~1-ª .c.1~ .,~1_?,!:.r.?.!", _ E!\Y.~.!A•1.~1, .. _~~J
~i:G~ t!c!I_eí?i1"~'.·c ~·t;[1!I~:1~fE~'>. x:·~J?1~~E:~t:s.:~'.~:'I~~:·.~~P..~~~-~.~~~i.~i~: ~!~J,eo..S-~1.s •;;~{.2. ,.\··;(.\tF· ti neuróticas en lugar
sll

(*) E s bastante tentador especul:i r sobre 1<1 posibilidad de que los pacientes aqucj¡1dos de probkrn requi e ren Ja asi slcncia de ta madre para llegar a ser irn'<~Stitl;1s por el bebé como ¡.>locenreru.1'. El hc1: iw de q11c'. sean ncccs<1ri:1s p:1ra . .. '-

.

..t

- Así pues, Pa'b16-"é sd abanclói1ar1'(1ü "ertéire~1'0 el que las tela ciones amorosas son fu sionales y carentes de límites por otro en el que el objeto _está diferenciado y puede ser poseído, pero para su destrucción. Esta es la contrapartida de la vivencia de la identidad primaria en la que uno es una pequei'ta parte, aunque esencial, del gran todo (Lichtenstein, 1961). Pablo está saliendo trabajosamente ele este atolladero, ya que ahora puede poseer algunos objetos de intercambio, aunque se;!n parciales y se limiten a elementos tales como «tomar» mediante la mirada y «cfai-» mediante las heces. Para protegerse del temor a la retaliación que Csta naciente fantasía engendra en la vivencia corporal Pablo consiguió expulsar de la conciencia tales representaciones, estableciendo en su lugar un espacio psíquico vacío, estéril y carente de sentimientos, lo que le capacitó para mante ner relaciones con los demás, sin demasiado temor, pero con una sensación indecible de tristeza y ¡je estar desconectado de ellos . Para Pablo la organización edípica, reducida en gran parte a la imagen ele la madre escindida en dos, mediante la proyección de sentimientos alternos de rabia y amor, era imposible de contener y de pen sar. En el silencio psíquico que siguió tocia esta {trea de vivencia no tuvo acceso al pensamiento verbal. Solamente de un tiempo a esta parte es capaz ele tolerar las «visiones» provocadas por el proceso primario de pensamie1_1!C?... 9~;~~}~~~~L.i.fr:in del dilema de Sll doloroso c~rlflic{o': "t:ils ·¡)seÚJo ~i)ercepciones que ~i?~~~:_t!~i~-ó:.i?:~fr·:~.~" ~~ e,;1 iTs~? ::~ ·:'.~' ~.?.. _'.1.~. r .'§<~:~i§:_ I~!:~il?~Js~x~!!C'~~~:Y se ,. asemejan quizás a lo qú é -· ~1 .. ~~.~~-.. Y.!Y.~_l}_~ ia . "Ti1c<1ptrz -¿¡é ·1 :ec_:oi-íoC'é·;: sus emociones, ·tan pode rosas y llenas de uolor, a menudo decía que veía mi cara como «desencajada» y ··~ota en diferentes planos». Esto Je llena de horror, ya que no • liofüa'ietTexioiúir sob1:e 'ellas . Viví en gran parte su «Visión» del r mismo modo e n que reaccioné ante el famoso retríúü "Je""Pi'cisso J «La mujer que llora», cuyo rostro está desencajado y separado en J diversos planos, como si estuviera clivicliclo por sus emociones conílictivas de amor y odio. En este caso es el ojo del artista el que -percibe así su cara y nos comunica su visión. No hay duela de que una de las funciones funclamentaks del artista consiste en comuni car estas vi siones dolorosas y este sentimiento nmbivalente y violento, y hacerlos tolerables. Por otra parte, Pablo no sólo no cr;t .rapaz de contener la violencia confli1·1i1·'.1 ci.~';, · ,:: .. , -.: : ' ,._, .

'en

.

1

~

'

~, ·

:1

DE LA PS!COSOM/\ TOS!S A LA PS!CONElJn.OS!S 'J

186

porque na<1ie le ayudó en esta tare.a cuando era cruc ial para él. Porque, en realidad, ' es. 1(1 1rn1dre ha.................... Je Ji;¡c~_r. i .. . . . ' quien . ............. ....,...... .... . _tol.~.r~!liJ.eJ~ .. . . .. vivenci
saaisái6

f '

'

•'



• •'

.

' . .,, .•••

·;··-·~· ....

,,., - . ., -; .- ....

. , · ·· · .-···'·

'

. .



•.

·•· .. .

. . ., .. ........... ,~ . . • , •••.. ,.,, ........ ~

.·-·· ...

, .,,. ......

- · ~·· ··---'"

i

P.e r ty_ ~-~-~~! o.r.a.~ ' }
es:

·~~- . -"Un \)~ci~i_4g,1t.P.l~~Q/!1d puede hacer que el niño encubra un es· ] trato fundamental de angustia de muerte, que no puede en tonces '~ obtener ninguna representación mental. Podríamos res umir el dile-, ma incqnsciente ele Pablo (y -~~ <,1 ~_11~.~,,~_l_'.~?~_.Q.~~-q~, qu~ . ~.~J~ p,¡_ 1rCcen)fl en estos términos: · - ··· · ¡~ ........... ,., ..... ...: ~ .... ."" . .

' .... .... -·.~- .. .·

...

. ':.

. _, ,;,

\; '\

.... ,,.\ .

,,

<.. \..

l.

' '!

t_e~~:~5:·1:~r.;,'.~.~~~~~·-~-~i~~l.)'.;~·{~-~~}fü~~~d:t~~f~~i~:Í:~~~fi)~:ij~·~.~~- 1

q~s ~r~1_1,rl
\ '

~

'\:

, ~.)

: do: .c~XP.J~DJQ.qi:gp, , .•mi . p<\Q.U~ .. mt. J~.rn.p..t.¡Jft. ª .Sl~!.~~,~~.~- -l.l.!:.i..-~0J9m;,; ·¡ ' .. ~re.>;.1_!.1~~-..~.~!1-P~Ü~.,,-~.. RH.~.,.f.11iJJ.~. ª ·J:IJÍ..mª~lc~, .Y. m.eJ~mpujaJ.am·:' bién hacia n1i P.UlPia.,.n1.\.lf:'. .cte (una muerte a Ja quequizás él\ ; ..'l.~_íii0..:~:1Ti.ii~:ü .; .'..y q.uc.... de.sea .. .~¡uc .. y~o ~.s.h;:fríl~. ~~;1 ,.~·~,. )~i·gar)".'.. ~ ';.: ,:

..

Estos son los térrnino_s del mensaje double-/Jii1d. El padre, en vista ~le sus p_r_opios temores sexuales neun\tirn_s' I ;; puede que haya ofrecido el hiJO a la madre corno compensac1on ;. fúlica, para c¡ue desempeñe el papel de re]Yén, a fin de garantizar su propia integridad . En cualquier oso, es evidente. que Pablo no'.:.. creó unas defensas sólidas contra la angustia de castración L'llica, sino oue s ufría tcrrl)i'cs inenarrabl es en sus relaciones sexuilles y

DE LA PSICOSOt,!ATOS!S A LA l'StCONElJH.OS!S

1g /

amorosas, que con.stituían traumas repetitivos de tipo «actual», en el sentido freudiano del krmino. La angustia de castración ele Pablo, de 11atur,·1kza global y primaria, es vivida c.omo un pdi!'TO poco ddi11ido y «Ca taclísmi co»: la licuefa cc ión del interior del n~erpo, ~1.e . l<1:.n.1 ujcr, N¿·c.ra·zre ·e;:;·¡¡:;;x;;;. que · taies preocli.paciones v()Í\;ier<111 a _cl~spertar ~11, _Pablo terno~e,~ sobre su propia integridad corporal, represe ntada a menudo en t~r~ minos tales como .«'í.üfüpe rse· eh'..'-iieü~iiéi·s ;,. , .. ;~esÚ1llar.;< ); ~;d i ~oh;er~: .. se». Empezaron entonces a aflorar unas preocupaciones hipocondrÚ1cas que tenían un carácter claramente diferente del de la preocupación por sus enfermedades psicosom{1ticas. Durante varias sesiones teriüó coger una gripe. Estaba convencido de ser víctima de un cáncer de piel, y, por último, empezó a preocuparse por problemas oculares. Esto último acabó por prevalecer y despertó una angustia tal que terriünó desa;·rollando ·unos auté11ti.C:l1~...~ígJgx:1_i_a.s histéricos. Volveré más adelante sobre esle "ií'i1i:lo!~forite episodio. . Ei1 'Ht . sesión sigúienfo Pábfo .éil\j).ez'ó' ºJúi'bfriñcfo"({e ··;¡·í;·¡1''¡)ili:efa que le habían presentado y de su se nsación de que la mujer parecía «hecha añicos», y añadió c¡ue la «Sola visión de esa parej~1 me produjo una jaqueca espantosa». Prosiguió observando que yo tampoco ¡'.larecí.a gozar de rni.ty buena sa lud . Creye ndo que podrb estar preparado para aunar estas fantasías hipocondríacas a sus deseosy-temores de atacar a las mujeres, llamé su atención sobre e l hecho ele qu e su cuerpo o el de la mujer estaban expuestos a un ataque. P.: ¡Vaya! ¡Ahora es usted quien ha acertado! Pero no tengo IiÍ que pensa r en esas CClSHS, O si nO podría realmente caer enfermo. Esas ideas me asustan terriblemente. (De una· manera bastante optimista sigue siendo omnipotente, pero, si n embargo, está descubriendo su odio hacia esa parte destructora el e sí mi smo. ) J. M.: ¿Le asusta que se vuelvan mágic~1s y se cumplan? P.: ¡Otra vez con lo mismo! Está bien, volvamos sobre ello. Además, ¿por qué es tan terrible imaginarla a usted con crúteres negros en los pezones? (Vuelve a mover la cabeza de un lado a otro.) ¡Pero sé por qué! Es.porq.ue,.para mí, los pechos son la parte más bg_11ita,, n1ú,s." ~µ _ave y _mt-ls. se11?u0) . ll.~L éue·r¡:>o Cle.'fá . il1.lije·r: · simplementc, no puedo soportar verme á 111í mis1ÚÓ alac~\ndof(_;s. (Le tiembla la ~~~· y pa;~~,~~ -é$(;~;--- ;1 ptiiúo (Je ·cchars.e ~1 -Ii'o~·ar. Esto podría considerarse coino un acercamiento a la posición depresi\'a (*).) f\ fe sie nto co nw si (*) Este conccplo remite a llllil forma de rdaci<í 11 de ulljt:t•) que se in s1: da iras decl inar !;, «posición csquiznparanoiJc:». Entre otros rasgos. ~;e carac1eriza por et

:1

188

DE LA PS ICOSOf\l/'..TO SIS A LA í'SICONEUROSIS

des tro zase a todo el nlll11do. l\'at;ll ia, 111i rn ad rc, la s miro y la s veo grotcsc;1s, c!do rmc s, a\·ejcnL1das. Pero co n usted es mucho peor. A usted puedo déirle mu e rte. Es ''erdaclcrn1m::ntc espa nto so. Cada vez qu e P ---es decir, muriéndome-- tem e qu é;. de una extr;~tia n.i011.t:'ra.. ~Lsta eL~m1;;\m tc.

P.: Realmente, ya no e nti end o nada de nada .. ¿Por qué para mí tod o lo erótico está inva riabl emen te ll eno de horror? Quiero ha cer e l amor y me imagino esce nas de tortura . ¡Oh, me es tá empeza ndo a dar un dolor de estó ma go espantoso'

DE LA l'SICOS01vl ,\TOS !S .-\ LA l'SICO?\EURO Srs

189

cu111pa1'icra ck trnbajt) , dice: «~fr revucl\'e las tripas», y al1ade: «Pero encuentro excitan.te deshncenne de ella, alejarla ele mi entorno de este modo violento». Se diría qu e Pablo (como l.~aac en el c apítul o VI) siempre ha trat:iclo de usar su cuerpo y sus funciones para contrnlar o ex peler los pensarnientos inaceptables y la emoción arrolladora , e n lu gar de permitirse a sí rni smCYser «penetrad o» psíqui c;tment e por sus emociones y s us corres pondientes represent¡iciones pulsional es . Sig ue te mi endo lo que pudiera pa '.; ar s i tiene libre acces o i1 tal es pensamientos. Durante esta misma fase el e su an«ílisis anoté la s iguiente «visión»:

'

P.: Hay uii conejo salU1ndo delante ele mí y algunos hom Volvemos, pues, a un terreno qu e nos es familiar, e n el cual ta.nto e l cuerpo de Pablo co mo el del otro so n un o y e J mismo. Que é l tenga un cáncer de piel y yo una he mo rrag ia cere bral es un { hec ho idéntico. Así pues , se cierra el círculo y Pablo vuelve a ata- ·~ c;,n, una vez má s, el inter io r de su pro pi o cuerpo. Pero ~ l largo rodeo no s ha pen11itido e labora r , cons iderab leme nte, las círeas inte rmedia s de fantasías sep ult adas. Es ta reciente e laborac ión ha permitido, de hecho, a íi ad ir una nueva significación a su enfe rmedad gástrica. Al menos, ahora es capaz de reconocer el afecto doloroso junto con su correspondiente fantasía, y parece más se.guro de su capacidad para contener esta vivencia psíquica sin lan zarse a una acción inmed iata. En realidad , en esta ocasión e l mismo Pablo proporcic;·na ·u na «interpretación» de sus espas mo s gás tricos.

P.: Endurezco mi cuerpo y contraigo mi in ter ior, como si qui siera irnpedir estos horribles pensamientos; si estoy lo su. ~

,~:. _\

- fi ci.:: ntem ente te nso, quizá no se me ocurran. Pero es to es locura; ahora, veamos, ¿qué hay de malo e n es to s pensa. '? . ... .. ... "" .... ..... .. ,., . .......... ........ . m1 entos.

·· · · un a

Mientras es tá reflexion ando sobre esa idea, de pronto cae en la cue nta de que su agudo dolor gástrico ha dc sa parecicJQ.,. Este «milag ro» le deja atónito, yempieza a dudar de este modo d ~ Üs~¡·¡:·e¡ _c uerpo para ev it ~rse p e !1sar. Cuerúá, ¡)ói" ej_el~·15_1~;,. -~1u~_) l!fü.tiii5' mújeres . ly pon ~¡\)1eryios.Q . pocq.ne ..s,e..;üe 1~.t Y.... '.' Pen.~tr.___p_qrJa . _in.a nera e.n que le. inir~!1, , ~9.111,?,. si .
. - -·

.


nuestro,; instinto' sú di c\ls

bres esl<1n intentando meterle a la fu erza al go en el ano. Parece aterroriz<1clo, pero no !rata de escapar. ¡Mire, el conejo ll eva gafas!

I Iabi é ndol e instado a que proporcione una s asociaciones a esta fantasía, Pablo me dic e que el conejo lleva sus gafas y que sabe · que los hombr es, en rea lidad, estc'tn haci e ndo algo qu e es bueno para é l. En ese punto se angustia e inte rrumpe para deci r: P ,: Sin embargo, supondría una total confusión permitir que cualquier pensamiento se apoderase de mí. Desorganizació n, enfermedad. No podría soportarlo. Me volvería loco .

E:~!~ . . ~~sl,~s.wggní zd<;:Ü1Jl!.L ,~DJhl ..n1~.n.t.c. J!~, . J~.
Jo

em-pezó·a·

ci a. ]>¡1blo ahor~1 { ~'-; fJ,-"r~l (Jllf~

e"sas··;:epresen

1-l f

~n ·.) li <·i.::• nrAr"'\í'\ ..- .-~;,-.,..,~ n.

•• ,-.¿;

....

~ ··

,,

.190

DE LA PSlCOSOlv!ATOS\S A LA l'SlCONEUtWSIS

DE LA l'SJCOSOMt\TOSlS A LA PSICONEUROSIS

191

· Se dir[a q.ue el yo de Pablo 110 poseía o reconocía corno suyos su propio cucrpL). y sus funcione•.; anales y urctrale-s. Bien pertene cí'rn a otra p~' rsona o bien carcc í,111 de e;.; istencia psíquica. EsL\ Esta viver1.cii1"ci1 éf'crc cirnicnto psíquico ha el e utilizar, íncvita- : \·ivc ncia era casi del ira 11 te. tvledia n te la len ta construcción de ltis blcmente, a otra persona, del mismei.m5)~,lg_ ~n. .~rn~J.ns..bcbés. .ncce, ', dramas del cuerpo y el descubrimiento de sus zonas, las perdidas sita n q u e a 1g u ien 1~? 11 ~? r.e. .~:tl~s-·.:[email protected].~'...~Ú!.9~.igD.'.~],~~.j~)2.~J?,Q.!Jg<J•.\Le nfantasías infantiles de PHblo pud.ieron reconstruirse. En especial, 9 0 9 en este momento era importante pod~r relacionar el producto anal como un valioso regalo dé amor, con su contrapartida, las heces - .dig~1· a·s'u hT}o:· «Estás t1~iste .. ., qúizá sea porque ... », cuando pcrci- . como ~frma sádica que pudiera causar estragos en el cuerpo de uno be que el niño está luchando con la e.moción y que no es capaz rn:is mismo o de otro. Se hizo visible que el regalo erótico-anal era un que de actuarla, al no tener aún ningún recurso psíquico para reíle· · vínculo en sumo grado prohibido con su madre, y que el arma xionar sobre ella y contenerla. ¡Las palabras son continentes de sádico-anal, en otro nivel de fantas[a, se utilizaba contra ella con el valor incalculable! Si, por el contrario, la madre negase la emoción ~ temor de que ella pudiera vaciarle (revolverle las tripas) y llenarle de manifiesta de sus hijos e insistiera sobre unos estados afectivos qud vergüenza. Para Pablo también fue una revelación darse cuenta de deberían estar sintiendo en lugar de lo que verdaderamente vivcn-1 que esta intrincada serie ele fantasías fecales encontraron un eco en cian, existe el peligro, puesto de manifiesto en los capítulos ante- ¡ la irnúensa importancia que su padre concedía al funcionamiento riores, de que los niños crezcan negando sus vidas afectivas y man· anal. Pudimos, por tanto, explorar el complicado mosaico de su teniéndose desconectados de importantes sectores de su realida
~? i. ,.., : "-

f · ar~.·~:r1~~n~.7~n~f¿:t E;· ~·~t~¿¡~\-t~¡~~ed·f~:-~~;~-~~i~~;~~~;- s~LJ~ér~~~~~~'. J,.



ele su pareja o absorber sus fluidos corporales de un modo tierno):I ; misterioso. A veces decía que estas imaginaciones eróticas le esla- , ban volviendo loco, pero nos permitieron ver al niño peq11eí10 que¡: había en su interior, el cual se sentía fascinado por todas las zonas; ¡ y contenidos corporales, los suyos propios y los de sus padres. P.: Ha ocurrido un a cusa curiosa. Es toy empezando a clt·· Cl1 lllÍ vida . P,calmentc es U!J::I JlllCl'aJ experiencia. Antes nunca había tenido conciencia ele dck:, -"

fecar por primera vez

~TI\1P·~:'fN~:~~l~t1~1~r~t1~~·e~~1t~.. 1~1~i~!.;,~~~2~1~~~t~f~~~~~~~1~t~1~i(~~\~~.c:.! 1yi s!~~E!.YJ! .Ü:i.t~l.~.<:::.t1:1.!:~l~ L~E~.~\ÜY..ªS El factor más importante fue que la representación de objeto parcial anal tenía ahora una existencia psíquica para Pablo. Dado que para todo niiio las heces son la representación inconsciente fundamental de objetos de i111ercr11nbiu en el espacio psíquico que separa un individuo de otro, nuestra lé\l)or analítica contribuyó, sin duela alguna, al hecho de que Pablo se encontrara más a gusto con sus compni1eros de tr:1baio . :ilnion<; v L1rnili :1 ven 1r1'1Wr:ll m;"i~ ;¡ 1)11sl:o en s u cucrJ)O.

~ ~'

192

- - ....

~ ...

"-•M•O .. ~

-·-·~-·-· .....

....

DE LA PSrCOSO!v!ATOSIS A LA PSICONEUROSrs

Acabó, por fin, relacio,1ando esta exploración erótico-anal con su el cuerpo de ellct.

méldre y

P.: No dejo de pensar en ella y en mi enorme curiosidad,

de cuando era niño, especialmente mi deseo de verla ir al cuarto de baí\o. Ahora puedo imaginarla, como si estuviera defecando y es una 1mageñlterna:---se la-ve=["co mo-·o.füa -·:y·;5;-;¡=·m·i1·_y¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡-(¡_-[Ye-¡:i·¡:o·¡,t-os.t1 cu e~:~Q~Yiii.9: ~~~ .-~llsJ.:o. ····--··-·~·-·-

..···----··-···--·--·-··-··--·-·-···-

.

..

~ ~···-- ....... , ······- -·--·~ ··••""'"'"" '' '""-

Pablo es capaz de aceptar los genitales femeninos, pero siem. ............_,,, ..,.___ ,.__ ........ ....= ...-.,,,.. pre y cuando les añada el producto ana . .:>lll embargo, ahora se permite imaginar es.as··c:05·3·s.--p-l:e¡-;~1·¡á-ñcfo"a·sí el terreno para pensm acerca de ías relaciones genitales. ---·---~··-" ·~~,

=,,-···- ~~·- ·-1""·~···{'\''~·--.----~·- ··

P.: Estoy pensando en una foto de mi madre. El otro día me pasé una hora buscándola. ¡Di()s mío, qué bonita era! Joven, sonriente, es como si me hubiera olvidado de aquella madre. ¡Dios santo, puedo ver la foto delante de mí, pero ha ocutriclo algo terrible, !.!.qx..}.!:!l_PJ.S.Q.f.C.CJLSLLC.CILO.J

La función protectora que normalmente bloquearía el ¡Jroceso ·•• ""

. .. _...,. ···-·""'""'"'"" """"•""•• "•••···•.,••.,...•·•

• ·•· · -·~··-'•'·'••·•""'"• •'w• •

......... w.,-~.-., •~•~· .....•.,..,,_.. __ L ,, ft

. -c}i' .prim-arlo-depeñ-sai11íé1ito está de nuevo en suspenso; una acti.':'.i.9ad . (¡ . -·········-·--.. -·····--.........._ ...... _... ....... , .. _........... _.,_.... __ .____ ...... ..... ............. . .... . ...... ..... ...... .... .. .... .......................... .. ...... .

. r~ -,. '\. parecida al ............ sueí'io ocupa de pronto el lugar del pensamiento. Esta \\,_;\,··· ...... . .. ............. ..........-.- ....... __.............. ·-· ............. ........ .. ... , .....- ...._........ . ,.,. ...................._.~ '

(\.f'.:;}' ~'::/ vez.· vémos que tanto el- desplazamiento como la condensación es1 ······-···· ..··--.-........... ._.. _._,,.... -._......- ....... ., ...,._ .................. _. . . - .. , ., . .. '• ... ')\'1.. r' ..~_án _ f_~1~-~~~!'.-~-~~.9.: el ~l-~~J'..l?.~ª 1.~1i~_n~o so\1r:~P-~~a11~lg __~l 0..\Ü~f§I@s,:_o­ c:~\.~·-'"' ~!~''.~L.!. <1 .•.~:?.~1:9..e..11Sél_C..~Q_fl ..9~ . ?.1gn1f1 e ad.os ..qt1.~ P
'•' •••·- ·~.: ,.; .'~'" '""''- ,. , ... ,•u""''"-" '"·~ '~~ '< •-••."• ·"'-• " """'•'••º ' • ,.• -. ···•· •••••·-' • •"• • • • • ••"•. "" . ..,, ,,,, ..... ,.,..,, , .., .• .,.,. .,.,~ ...... ...,..•••. .__ •.,.-, ·- ·-···--•·•• •,. ••·• ·-· --

cü"I_C~~p§~·~::~s~~--~i(l"<~~X .·é.~tq : ··-·· ·-"

·-----·-·-···-·. --··--·-·· · -·· ______. _. ___

P.: ¡Oh, pot-ire mélmál ¿Por qué te he desfigurado así? La he puesto incluso todo el pelo rizado y revuelto.

J. M.: ¿Le recuerda eso a algo? P.: ¡Sí! A un juego al qu e solía jugar con mi hermana, h1 ponía un bigote tipo Hitler en la cara. Pero no es el bigote de 1

-~~~~~~~L/if-e~·f-~~;-~;~~- ~~i~~-e. -~? ?.L~ .- 1~ '.~~:..~~..J:.R?T . 9~f 9.~:::r~i¿n!e T "!\iL:·¿ C6.i1-í6 $(su m.aclre se volviera «fe él>) cuando in ter~ viene una irnagen de su padre? · Las secuencias que siguieron a esta ~~s i ón onírica nos perrnitic: ron entender qge.,..~!esdc su perspectiva i11Í:1~-.;tff~Fi1b.Ío- imaginaba a <;11 m;icire · {«:ilcian - v .~Ié'cliil oor lél s relaciones sexu;1lcs con su padre.

-

........

_~M~··-

..•

.... _.. __,,. ....,,.,.,

DE LA PS!COSOl,iATOSlS A LA PSICONEUROSIS

.. ,,. 19~\

su 1nadre (su «piel secrt>) con «granos infectados» y demás) estaban engcndradas · por una fant:isía en b que su ITiauíe"csú'\fü\ colmada · por el padre fá \ i CO- fe ca Cfüc'¡"'tle (ff()fügfff".á S~!)ui11tetH óSJecxtf"~ ñ e>

za-y de ·as"i.'ó y ··m·ck·seo"'"ffe' ié.cfü1'ZCú--TüciO--co.i1i7\éEi]Is.Ié..ó_J,;.o.1t..cll a.

(llefft1"ñ·cr0ro·:·--¡¡y-;;1-;-s·;:;:;ütié~11[1-or . raG"io--·ñ0-·¡~~~;¡ a sido car az de construir una situación edípica que pudiera ser representada y sobre la que pudiera pensar y 5.1ue fuese, por último, reprimida. Esto podría lü1berle llevado a reconocer sus celos de la pareja parental, lo cual, a su vez, le hubiera permitido crear una identificación secumiaria con su padre y renunci:u a la realización de su amor incestuoso hacia su madre. Sin embargo, nada ele esto sucedió. Por el contrario, estaba poseído por el deseo envidioso de destruir los objetos ele deseo que poseía. En lugar ele crear construcciones neuróticas para protegerse del infortunio edípico, Pablo se convirtió en el juguete de las pulsiones primarias que su Yo no controlaba.· Reaccionó ante las percepciones y situaciones pasajeras aptas para d_e.spertar sus deseos envidiosos y si.i terror a un justo castigo, co1no alguien qtie. reacció.na ante las l{uninas de Rorscliach, con Un shock afectivo: el negro representa ele inmediato las heces y la muerte, el rojo se. convierte en sangre o asesinato, etc. Es posible que tal funcionamiento psíquico esté estrechan1ente ligado, tanto a la ,.¡ _ vencía arcaica como a los fenómenos de las neurosis actuales, con sus inexplicables estallidos de angustia incontrolable, o con una depresión repentina, rnovili z.a dos por percepciones y acontecimientos diarios que el individuo ignora porque han sido repudiados de \a conciencia. Se hizo visible que Pablo, antes de su análisis, siempre se las había arreglado para privar ele significado a cualquier percepcióril - - - - - -·-··---·-..- ...·-·--···- -----····-"'-····-·--.·--·,, . . ' ~ 9.t,1~. m~ 91.~D1- ~ ~?.R~.1J;n..una. :inte.us.a.. e1nQc ió n . .Por cqn síiüi ie]1Te~~::s_ól o ! s~ sdf somático fue llamado a reaccionar ante la peligrosa situa- ! eiól1:--E.Ts!~$.~!.t~fü:foi!'6:iiio:.~ae-:e-sii;::~defe::ri'sa:..S.O' r11.iU:i:c:,1~.J tl c.:.:úii{l·.: de-.: ro s \ .f!:t~i<:1~ .... ~.1.~....~-~!.....~?'E~~!!=11E.~i:l ....LIE1.5~Jf~ica. En determinadas sesiones sus ¡l . . .... . . ·. . . brotes de emoc1on arrqJ!.a.<:'°"Eí_l .. Y... t~_r_t:_Qf J!.?l~~~-t1_c:;9,___~Sl~1y_él)_ ~!~tes a ¡ ~11.~ .D~ L1 ro..si?.. ~~ angt~~-~i_a_... P.Q.~.U~~1.. t.~.1~!~j-~ _Q __~,9.~!?_Ld0~!..
·Los ojos se atacan a sí mismos Un fragmento adicional del análisis de Pablo ilustra la «netiroti zac ión» <..k sus conflictos. Siguió teniendo repenti11as «V ision es» y pseudo-percepciones, pero en las semanas siguientes a las scsitrncs "

'

;J

....

·- ·194

;·'

t r

••. \

,_

-..i...

,_

- ········

DE LA PSICOSOMATOSIS A LA PSJCONEUROSIS

mente y con menos miedo de volverse loco. Por esa misma época encontró el valor para contarme algunos de sus pcn:;amientos. los cuales tenían un claro tono psicótico. Por ejemplo, observó qu,: de repente ~;u relÜJ adelantaba~·ye.staba co~-~9~.J.c g~!~~1...gcbi­ do a la inten~_1_ª~<.f]~. sus-f.~n..ffñii~nJ9.§-:-La idea de que sus pcnsa. ··m iel1fos···-y··sen ti míen tos fueran _''.~~!~.J2.:~~~.~-~~-~-~~?.'.......l.~ -~~~orizaba. Fue esta también la época en la que advirtió uno~...~'J?.L!~_t9.~•.S~,~1?J" en su campo visual. Su preocupación por este fenómeno, al que se refería como a su «escotoma», alcanzó PrnRºLQQ...Q~§~.b.i.R.Qf_Qll.<;!ría­ cas, y estaba seguro .cfe.-qu·e-!rndecía alguna enfermécla cosas que no tenían realidad externa, sino que correspondían _a un estrés interno y a momentos de angustia .. ;"

195

DE LA PSfCOSOtvlATOSiS A LA l'S!CONEUROSIS

Pablo sigue hablando d~~.!!:-~-~-- :~.~j~EE:~ ...~.l.G. ..S\LQÜcin.a, en espc.:cial de una · que le parece exccpcionalrnente atractiva. Tiene un nirío pequeño y siempre se refiere a c.:lla como a Ja «joven que es madre», como si este hecho tuviera una importancia específica en sus sentimientos hacia ella . P . : Ah, eso me recuerda a la joven esa que es madre, aquella a la que deseo sexualmente. No puedo dejar de pensar e n sus pechos y en su fragilidad.

Estas frases también fueron utilizada s ¡)ara describir las preocupaciones de Pablo sobre la transferencia, y es probable que su interés por la joven madre incluy'l_~H~.LÍQ.l!füLd~ -ªcJing .a.1.1Lqne .p_Q!;.lría­ ., mos"C\cñol11llí~i-r·-¡¡:¡¡¡¡5¡-erenei~ F~~.C~!.~ -~. !Ll~~- . q~~ . ~_l __ P~E~-~-f)~-~- .PL9.Y.e c ta P.: Tuve un rriornento de locura nada más entrar. Una ,a . sg[í¡~·:\.í_ff[~:r:~:f~91i.ij;:=J«~L!ll~l.lgQ . tXt.~.f.i.9.LJ.Q.~...-?.~.n.tjr1.1 i~nc9,?g~~J1a 11 . vez más, ':'ºlví a ver s~-- ~.5~!:.'~J..Q.~_a.s..!..UI.~_s__ 2l~-~Q:S._~-S.~i_1_1!_~~J.. ~n st~r.~i9
.

-- .. · - · -- ....

· --~·-·

,

·~· ·

~-,.,._· .

••• ••• • •••• u•••- "•• •·- • • ••••O ••• •• • •• •

,

_,_

"í)r. .

-~ -

·· ~

196

DEL\ l'StCOSO:-.. !ATüS !S ..\LA PSICONEURO S!S

DE LA PS ICOSürv!ATOSIS A LA PSICO NEUROSIS

L~aéaz

de aunar s11s t>St:td.os afel'l~'Lliulmosos con r~.\2L~~~cllL~o­ 'lS-~JlJ.&'.l1J.üks..;. éstas empiezan a reflejar todo lo que es común :1 l::s frorías sex uales infantiles y su s co1Te:;pondientcs puLion~s ;'.>1c ge nitaks.

descubre el deseo de comerse sus pechos y sus heces . Enfrentado a esta clifi c1dtad en mant e ner es ta s fanta sías ;ncaicas fttt~ra el. la conciencia, cl cs arrolla un sí ntom<1 hi stér ic o: «Ve» puntos negr os
La ses ión siguiente con Pablo confirmó aún más la hipótes is aquí plantcacla respecto a su escotoma .

...

La histe ria arcaica y sus transformaciones Quizá fu ese má s exac to describir t&les sí ntomas co mo un a for· ma pr:imaria ele histe ri a, un a defe nsa contra los deseos libidinalcs p~ege nitalcs ijU;·~1 ma nte1:~fcí~_l;Jlo~~~-~.!~~- y-~!~~sulados, c.n lugar de haberse elaborado como fantasías para ser posteriormente

'i!

r~~[iií°idoiJ~s-ios c1eseosnac~<:!~Ié=:P.~Tu~i.1~-~~P.:a1:~IaI~~~J??I.~~e-

rían no haberse «genitalizado», sin o mús bien hab er permanecido e_ile-~_ta_~g. ~-~ l:J~i 9.!:~'~:~C? _Y.1...E~.1~_t_3,ú~~(>_·~~~~~ces!~i_~-~~f 111; t~r i;{ 1··$¡-;~~~Ól i co almacenado. El he cho de que Pablo no deseara ve r una parte d e su realidad p s í~~a y e l correspondiente !!?.~~~D.!?~ar~_e~'.i · tarla - lg_ produccip n de Ql!.)}1~~'-C::]!_.g_gh-~f.}.3.:~¿!,IJ:.!.~2-~~!.~ ~'-~L;;;..I:C-¡Jre­ se n ta un ' e a m b io n:_t! y s i~-º i ~.¡ c~i v o e n__<:l_L~D.Si2c!J~.JlirJJ.lgJ;z,~mij~o: t.ll . er·ara-' ü'i'.:· ~,,.-;....:.r.1~:Jo·i;-.~;.;:;:'-'-'="-°"-""Y.". !2.U•.R~i:u9s i:i.~,gs2,~,)9s:.~üi:rn.9g~""~1L~,v,,§,.J?,!.S:J?J.S~ . .2.i2~1.-
menudo é~~~~i a~_?-~<2.!:'...~l.!!~:11 ac~~_!:~~.9 n~li?.?..SL~_iS:~.Q~D~!ica 110' es necesa riam e nte .una anornalia o un a falta de capacidad l?_~_!_g~1i ca; es má s bien una in~.!,~~-~ defensa co ntra los te mo res narci- · i: sj3tas o psicóticos. E nfren tad o a lo qw~ J2 io12 (1970) describe como «!.error sin nQnli¡_re», se puede construir un y.ae.Lo. .en .el C]J.JC ~s· QQ2i:_ bj~J'fi'fü:f~i}ú .al_ejad.o a l t e.rr51r . Presa de fanJ_a.~ ías, _aqgg~üosas. tales co mo las descritas por Pab lo , en las que no só lo te ní a qu e aceptar su Í!}.fª-12.0.~ id_~ ar'!..cpro~~a s us ob je tos,.ínterpo..s.;:S!i:=J
-·--

---- ..--..... , ....... ~--· ..- - - - - - - · - - - - - · - · - · · - - · - · - - -



j'

~~~! ~•.~~:)¡1:.1~~11 ·~-~~-.1:~~.~ i~~;,~H~f~:~~1~~I~~~1{~~-)~rt~~~~~1tr~:~l~~ 1 parecerse a la locura. Pablo y muchos pacientes co mo él temen verclacleramcnte pe rd er contacto con la real idad o volverse locos si permiten que la fanta sía y e l scn lirni c nt o invad a n !;us mentes . 7'lr, nhd'.l11tio P ll f:1 <; e<:in n (lll< ' ;1r.;1h<1!110S de de'.)Cíibir SC J)l!Ccle

l 9 '/

P . : Últimam e nte ~ Natalía está tremendamente agresiva conmigo. No hace más . que reprocharme toc!Ús las cosas que d e jo sin . hace r. Es verdaclernmente agobiante. Reconozco ·que nunca llevo a cabo ni la mirad de mis proyectos y que siempre estoy incurnplierido mi s promesa s. Pero cuando me lo hace ver, con ese tono inflexible que suele utili za r, dentro ·el e mí todo se viene abajo . Ayer se pu so a ... (Aquí det a lla s us últimos fracasos .) y traté de no escuchar, intentando al mi smo tiempo hacer como que la es taba es cuchanclo . ¡Y de repente el escotoma volvió a aparecer! Un enorme punto ciego en el ojo derecho. Me di cuenta ele que esto ocurre a menudo cuando estoy con ella. Pero esa vez J!.1e oQ.ligll~-ª ¡~en_ e 11 o, _,..J!:::!Je.&ué-..a-~~:~~~:0:.~:~:!:2:~~J&¡~.QL--.JlJ,J=1I)~_WJ>. Supe inm e diatament e lo que es taba sintiendo, que qu ería romperla en mil pedazos porque estaba harto de s us quejas. ¡Y el escotoma desapareció inmediatamente! Nos encontramos aquí ante una sitllíl<:;it)OJi. rnítJ..Q.fe entre una

J~Se~~.J_o-1?._~ES~Si9...n.,. 9g=l._.?J~.2~,,.P~.~t~9Ji. c<.~-l=Ll11 . p roces'.~ . cJ_e.~.~..J.·51lL~t~ 1:i-

~~:~~~-l9-~0..~.... r1~.V!:Q.il\:¿Q~_,_JJ1~..W.S..~!~,2,!2.:-.B.~01~S.~8!~~'~>.,.J?..QQ[.!illl ~-~TJ~~~.l~-~L.~~~1QA.iSL~lt..."Y.!liLin.~.t;,1;1c.i.;L.S1!P~L}'.QÍ.C..iL,Í.JJJ.¡2Jp.,f,~\QJLJ_ill -

ca i ca que no tol e rase la menor herida narcisista y las creaciones

~~-~_,.....,,,..,._,u>#wl.''"' .,..._.,,.:.~"'"'""'~· ...,""............ _....""',,;.·..v.-•M,......,,..,,,......,,...,•..,,~~·,.,,.,,~·.-<;....,.,...,._..,.,......,..,.....,,..,_~ .. -.·,,..,.,,.,.,..... ...,.,~,"!"".. 'I..~~~~

(tl,~,~,~~.~~)--tl é\M.iA.~ .,. ?.~!,Lfi1Í~.~,s.jns;.~,$,J,~tRW~".Y.-?.~•..~?iP.L~.?. i ,9JL. RELQl~lJÜl;se atnüu.ii-ían al compromiso entre lo s de seos sexuales infantil es y sus prohibiciones. Ahora Pablo se pe rmite lll1 con.t.ac.tQ....1+1ás-es.tr.4!.~o <;:.Qn:..~ !J.,r,~aJidaQ,. p~ íq,uip, inclu so a p esar de qi:1 e esto le lleve a encontrarse frente a frente co11 ,;iterradores Í!!1.J?,,Ylsos y fanta sías , Tiifescori1oTils"'fiififa's!~iS"'cfev 0¡:;:iCTü";-";;7~ es p'"e7co;1 laj() Ve~;d~:c;- y las fantitsía s sádicas hacia su mujer. Los puntos ciegos en su campo visual son corno una última línea defe nsiva contra el re co nocimi ento de s us pulsion es primarias , tanto e.n s u oricnc:ición narcisista co rno objeta! y contra lo s afecto s doloro sos a lo s que és to s estún as ociados. S in embargo, durante esos n1omento s se e ncu e ntra confuso sobre lo que es real y sobre lo que no lo es. C: u:iqdoss~_qg_e . ~;¡;;} r la pe ~ce pci ó n de su s..,,C,~LLS..i9llS.~.,Ü!1~.SD. H:?.,t..~!LLt_~gi'.E_ ~Is~~icej)::Cn r 11 1~I res )) u . S!ÜJ.Üi~~l~L(ls,¿1!.2.AIMJ~2ll~1JiJüfrliJ.1,z0~~--YJ!.?S.~ÜliJ>5., 2'...)~)~J..~1lii -

'.;.~-~.!:..· ~j~:~~··:~·~7~~:~.~\~g'..~!>_,,i~~:. , J~;:s ~.' ~~~~-J:;. ~:s~J2,~,!2n~.:,,;;_.:.' ~:';;;s.11 _. 'l

......... ··- ·'

19~

DE LA PSICOSO!\lAWSIS /\LA PSICONEUROSI

!)[L..·\

PSICOSOl-.!r\TOSIS A

1. . •-\

PSICONEUROSIS

1

199

1

P.: Pero, sabe usted, cuando mi mujer me persigue de; esa manera, la obscn·o dcte11idarnc11re y su cara ca111i1i;i d~ verdad, simplemente no es la misma persona, y eso asusta.

de una capacidad para soú~l!: o poseer una vida de L111tasía íntima 1w está en absoluto i·cscrvada a los pacientes psicosornúticos, esta dimensión ausente en la vida psíquica de aquellas personas que

En ese momento le recordé 11u1~stras últimas sesiones, en la que logró un claro i11sig!i1 respecto <JI hecho de que lo que ca111biac,i ba no era el mundo"extcrno y las personas que hay en él, sino lal propia concepción de él mismo. Cuando era presa de sentimientos! inaceptables ele odio, rabia y destrucciónsi:~y_Q.~~:~-CJ~~rÚ~~}~~~~·;_:

~~.

.,, :~¡·

Hr "'l' •

"

l

le

é~~~_fso~-~_12_tln1ie1Úc)sc:Oo1o-parles sÜ_y_as.~-:~~~~-~--~~--':i~911_1~~t_o~~- q~~l

no_~-~_.r:i1~_?!é\_l:J~i:i..~.?.':1.J2E0.Pi


\f . ¡:

¡; ~:

La vivencia alucinatoria y el fracaso del Yo

;;

~t ~-

" l"

..~¡_... ·

;-

La fragilidad narcisista de Pablo, común a mu chos olros cuando se ven frente a afectos indómito s y a fantasías inaceptables, plantea muchos problemas teóricos. ¿Por medio de qué mecanismos ~

económicos y dinámicos pu ede Ja psique rnanipular la percepción '; de la realidad externa?¿ Qué es lo qui~ capacita al yo para someterse a la vivencia alucinatoria? ¿Por qué la represión no ha funciona- ,¡ do respecto a los conflictos con los que todo bebé ha de enfrentar- ; . se, aprendiendo a oponerse a la tendencia al cumplimiento alucinatorio del deseo en momentos de frustración? Después de todo, tt una de las tareas fundamentale s del Yo consiste en prevenir la alu· .~ cinación como solución al conflicto interno. ¿Cuáles son las fuerzas i que permiten mantener la confusión entre realidad internú y cxter-'. na en aquellos individuos que no estan dominados por procesos


(") También es intcres;;ntc es pc culai' st,bre qué cst<1dio del desarrollo, en l;1 infancia, permite distinguir entre n~;ilid.ad interna y externa. Recuerdo un incidrn1~ que tuvo l11gar cuando mi nieto Joshua, q11c lení'' cerca de tre s a1ios, vino a visitarnos· con sus pndrcs. Mi hija s<: quejaba de que Joshua les h'1bía tenido en vela durante s•:manas porque «Sll habitaci ó n t:staba llena de monstrnw:". \\k cnc;Hg11¿ ' de in1c111ar ap<1cigu;:ir tos kn ~o rc s de J1y-:\ni<1. di ciéndok uuc ¡,,,, ,,,,,,,..,, ...,.. '-· .. ... · ll1•1 · i·11 ·1

•.• ;

1. ..

·· ··· ·· '

tienen una considerable vulnerabilidad -psicosonütica merece también una reflexión. Como ya sabernos, los restos diurnos a los que no se ha pres tado ningqna atención en el momento en que aparecen, son posterionnente clasific.omha r.cl.e,o...de~.p-e.n:c~~!!,!1i<';!H92_,,,Y llt~ ~.:J.Q::> ••,\:119XiUz.aQ~.9.~d~?~~".'{>_f:J_l'.§~~-p~ig_i:i:~:~:J?.E:<.:l~:~ºJf:!:!:!tS ...,d~.! ..rn .~! n QQ,,~X. .t.t.r!9.r. 9. 9~ .J.~1.."'~"~.fi:.GL.pJüsjg11~üjnlt'..±Eª · Sin una recuperación del material perdido, en forma ele sue1 1os, ensoñaciones diurnas, actividades sublimatorias o delirios, la consciencia se ve privada de un enrie¡ ueci miento potencial. Entre los posibles clcmcn tos que conducen a esta especie de fracaso encontranios la falta ele dlliJjl1S.\B!2 tt.DJL~,~-e..a.J~Lél.4)áLex.11a,,,y. ~;:; t~nrn.•sJ.tQ~~-;.;.,J~\, s:o 0 ti n u a c r i;e ne i_a .~ !.1 1a ornillJ2Pl~. D ~ iíl..9.~Jos,.pen.san~ú~ntos,.,Y:..ÚC....).QS,J(G...§,.ftS.l.S~ Cuando los pa.:-ientes creen que basta imaginar algo para que ocurra, las do s realidades se confunden ele inmediato. Frente a este dilema, los indi viduos h''" de evitar ' ·en lo suce sivo tener. sei1tirnientos y funta sías', . 7

)

11w11 s1 ru 1.)~ CS\Úi ll ' sali~ndu pe.: 111i·s orc·jJs!1>. L\·)dla sc :~u ir ,·it:nduh'" ( 'r,•v,.,, tl. , ,., ...... ... . · ; i..'.

... •.

.------.-¿QO

;' i

~;\

'

t. r

D E LA PSICOS OMATOSIS A LA PSICONEUROSIS

a fin ele protegerse a sí mismos y a sus objetos internos y externos ele todo cuanto pudiera ocurrirles. Esto i1os vuelve a llevar, una vez mús, a la vivencia ck la prime~: ra infancia, en Ja que el padre que cliida y que provoca que el ni1ío , sienta rabia, frustración y odio, es también quien proporciona ni ,, · bebé satisfacción, placer y _sosiego . En la implacable búsqueda de·· 11 comodidad y de placer el bebé acaba creando una imagen unificada de la madre, lo que supone, al mismo tiempo, la adquisición de una irn.pgar a larr1ujer ·~~
l>C LA PS[COSOM.-\ TOSIS A LA PS!CO?XEU!ZOSIS

,

2Ll l

Pablo ha estado reflexionando mucho acerca de su escotoma y ha tenido por fin la certeza de que só lo él es responsable de la

creación de sus diversos fenómenos pseudo-perceptivos. En esta sesión trata d~ descubrir e 1i qué consiste lo que tanto le angusti3 del cuerpo de \:i mujer. P.: Cuando hagp el amor es cuando más fr.ágil me siento; la mujer en esos momentos se vuelve tremendamente peligrosa, y sólo abura estoy empezando a darme plena cuenta ele ello. Entonces estoy muy atento .. . Me he quedado en blanco. Ni siquiera sé lo que iba a clecir. ¡Ah~, sí, la mujer. ¡Dios mío!, hablar de eso es como resbalar por una pendiente peligrosa. Debo realmente intentar no pensar en ello. J. M .: Vuelve ele nuevo a recurrir a su escotoma, ¿no es así? Cada vez que se encuentra ante una idea o un sentimiento aterrador los cubre con un espacio en blanco. ¿Corno si el sexo de la mujer fuera una pendiente peligrosa? P.: ¡Eso es! Pero va mucho más le.jos que todo eso. El escotoma ya me angustia lo suficiente, y estoy seguro de que es una manera de no ver, es decir, ck no e111ernrme de algo . Pero el problema es que no sé de qué . En esos momentos me invade una angustia espantosa, como un terror primario fre . nético. J. M.: ¿Frente al cuerpo de la mujer cuando hace el amor? P.: Sí, sí, claro, pero especialmente j ustci después de hacer e l amor; simplemente no puedo mirar a la muj er; se convierte en w1 vampiro. (Larga pausa.) Estoy pensando en aquella pe lícula de Polanski sobre los vampiros asesinos. Estuvo semanas preocupándome. La mujer me da verdadero m_íedo cuando se transforma en vampiro. · J. M.: Sin embargo, ern ttsted quien tenía ensoiiacioncs en las que se comía a las mujeres que le atraían scxúalmcnte, como la joven-madre, ¿se actiercla'I Quería comer.Se sus pechos y sus excrementos. ¿Cree usted que el lado aterrador y destructivo ele sus propias fantasías podría hacerle temer que la mujer fuera a vampiriz11r/e? P.: ¡Oh, eso sí que no lo sé! Dios mío. tengo palpitaciones sólo de pensarlo. exactamente las mismas palpitaciones que me dan ahora cuando hago el amor, o incluso cuando pienso que mi:: gustaría hacerlo. Eso ocurrió durnnte la pclícub Lk Po l ~1n s ki, cuando el \'arnpiro se lleva a 1<1 chica. ¡Anda! ¡El '' c1111p1ro cm

1111

/1on1IHcl

·J

• • • • • • • • • 202

DE LA PSICOSOt\ (¡\TOSl S A LA PSICONEUROSIS

P. (Riéndose de asombro y dekite a nt e tal descubrimiento): ¡Claro, soy yo ! ¿Cómo no se me había ocurrid o ant es? Estoy seguro de que todo esto \i cne algo que ver con mi sex ua lid ad.

En la fantasía de Pablo h~ic er el amor equivale a destruir a su pareja. En la película ele Polanski el vampirismo se representa como un acto e rótico ; e l vampiro desea ard ie nt emente vampirizar· a la chica guapa que le a tra e y e l vampiro homosexual desea vampirizar a un chi co joven. P.: Sabe, e l vampiro atract i'IO que persigue a la chica guapa se parece extrao rdin ariamente a mi padre. Me impresionó mu cho en ese momento, y seguí todos sus movimientos con el mayor interés. J. M.: ¿Los movimientos de la pare ja? P.: Sí , especialment e eso. Exactamen te igual a esa pareja imaginé yo sie mpre a mis padres. Ni siquiera podía so portar la idea ele que hiciesen el amor. Es1aba seguro de que eso destruiría a mi madre; que él la heriría si le hacía el amor. Sabe , mi padre estaba un poco perturbado mentalmente, un vampiro siemp re chupand o a la gente. ¿Pero qué hago yo en tod o esto? Pensando e n sus múltiples fantasías erótico-o rJ les y ·sá~lico­ orales respecto a las muj e re s, le animo a que vea dónde se si túa en relación a su padre.

P.: Es demasiado horrible. Me veo vampiriza ndo el pene de mi padre; tie ne un glande y un aspec to ll eno de vida . No puedo sopo rt arlo (se tapa los ojos co n las manos); esa image n me prod uce vértigo y tengo que bajar los ojos. Hay un chorro de esperma; no puedo parar esas imágenes. ¿Q ué es lo que me es tá pasando? J . tv1.: E l otro día describió a su padre co rn o a lgui en sexualmente muerto y se imaginaba su sexo totalmente carente de vida . Ahora parece que le pec mitc vivir y echar espe rm a.

203

DE L A PS! COSO M;\TOS IS .-\LA PS!CONEUROSIS

sc xu<des y a su pape:! destrnctor re spec to a l0 11 dol.1krn c nt e aterradores para Pabk), desde el punto de vista de la s pulsion es homosexuales: po r una parte, si el pc.ne el e su pad re es tá «vivo»_, lo desearía libiclinalm e nte, y por otra, desearía des truirlo por celos y env idia.

Qti·¡·z:~·5 ··;;s t 6 cae\;) vez !l:J\~. ,SS,fC:\t..Q~ ... JlP.!:\S:J. Í,!,l1.~!gLIJ.'\Lll'l..Ct: 11 e S~lp_;i z ,.1,.,, .... 1: .......... ~d·u· 11 t"/'HY'ln l. -..f'1 1' ._, 1 ~, Tl111it .. r l'll 111 0;1r de uno (ltlC t;Hl só h)

,,

i:;."-·:t•

P.: ¿Por qu é veo ...e l pe1ie el e mi padre como algo tan nocivo? ¿Po r qué todo placer se me conv ie rt e en veneno? Puedo ver esos agu jero s negros en los pechos otra vez, igual que agujeros muertos, co mo si ks hubie ra ¡) icado un av ispón. Sí, eso es lo que so n , picaduras enve ne nada s en los pezones. (Larga pausa.) Cr.eo que siempre he asociado el _erot ismo con la mu erte . Ultírnamente, a veces, da mi edo ha cerle el amor a Natalia - me vi ene la im agen ele los agujeros de las avispas-- , y de pronto pierdo la erección. ¡Si no estaría hacie ndo e l amor e n ese aguj ero sin fo ndo!

me

Vemos aquí wda la co ndensa ción que, al igua l que en Lln sueño, ha te nido lugar e n esas imágenes. Los cní teres negros en los pechos son e n sí mismos un a fantasía co nd e nsada y me tafór ica de la esce na primaria e n términos arcaicos . E l «ag uj ero si n fondo» es ahora lí\ vagina, qu e é l fantasea ha sid o abier to por el pe ne en e l cuerpo .de la mujer. Las ímúgenes psíquicas de Pablo se es tún orgilnizan do de un modo típicam e nte hi sté ri co.

:1

J . M .: ¿Cómo si quisiera evitar ser e l avispón qu e ataca los pechos o qu e se introdu ce e n el agu je ro sin fondo? P .: ¡Exacto ! ¡Soy e l avispón! Soy yo e l que es peligroso para e lla, incluso mi s o jos pueden cl cs truirl ú. E l vampiro, ¡el vampiro masc ulino! Ésa es una part e de rní mismo. Sí, es cie rto , quería ser aq ue l va mpiro impl aca bl e ele la película. J. M.: ¿El hombre que le recordaba a su padre'! P.: Sí, sí. ¿Ta mbi é n ten go deseos des tru ctores respecto a mi padre? Nunca había se ntido nada igL1al, ¡ni l1abía deseado ser como é l! Est a rivalid ad co n su padre es llll elemen to qu e ha estado particu larmente ausente etc la es tructura e díp ica ele Pablo.

E n las asociaciones y fantasía s de Pab lo la eg uivalencj
pe :1.~- . .~~i~~~!?.?.L~ .~'!~\.<:.. rg_g_u~!;'.--L~.1,'.!~.~9'.:.'..1..~,.f?.~J?~jl:l~E~~---~~~L~D, . ~J ..~.U ú1¡- . s is' las exc,_i~'!-~-~"~_sjm_0g~~!-~ -~-.<J-~J~!.~ .J"!S.~.!~.0~.S.QD.~<;_Lp§L)Q. ~k~S.~l-P.~J.SI IC.

;!I

P .: Nunca he tenido miecln de mi pndre; en verdad, no era rnú s que un ti gre ele papel. Pero ese rni stc rioso espe rm a sa li en do de él crea un inlé:nso scntirnie11to de tics.:: o y. ;l] mi smo tiempo, me produce mucho miedo. (L11-.•;1 n;111~;1 ) .C:.::1hr'



204

DE l_ A PSJCÓSOMA TOS IS,.\ LA PSI CON EUROS IS

despu és el e mi visita al oc uli sta so i1 é que 111e pe rse guía la policía y tenía que quitarme las ga fas para que no me nxonoci era n. Se di rí a que, por fi~.J2.~~:i'...~9.~t:..e 1~t re__~~-2..2. \icí ~~ rn cl.~~~~1 P. ~ ~~:_~~E..~l.s,~-~-P.~'P-~.~J?.~!.t;.~1:,~.1...\~g-~~.!.'.~d o_r . Se__~_?__~-~~l~~~~!~...Sl 1.1 e tiene algo c1ue esco nd e r:' a lo me jo r , debe guitarse las gafas , ya nue .,..,.~,.-,..,. . . , ,..~,~ ~ ,..,..u •...,..... ...~-·--...,,. ••__ ..,._..,~,, ..,.....,..- ,_,.,,,...,,, _ _.,, ,,...•.• •,•· ,.,,,~,..,~,..,,.,;.. .,.~.~ ..,...,. .... , •.,. ,_..,_ .......,,..._:..::.....:J., ._s_~~ "PESÜJ.hanªs....Qf::lJ.l.~J§.?...~.§.~ª.r.1__1\~~tÜE\.QQ.'.;dLj.111n~st\r.lf.!. . R~I.~.~l~S) ó n ~de sus deseos sex ual es y agresi\'OS arcaicos. Est{1 empeza nd o, no obs' fai1te·:""a-se~·c-apaz- cre··e-í1Ti:-e·n·ta·¡:5t;-·aEo'ra · con esas_R ul siones_!2ÚJllari as, en \a Meclida nu e ti e nen relación con su padre. .. , - º·"'"" '•"" '·•·-.·.. ··•·• ··...-...,"

...

IX

.. ....

EL TEATRO EN CÍRCULO: REFLEXIONES SOBRE LA ECONOMÍA DEL NARCISISMO

···~~--·-- ~--~~·------·~~---:::L.::----------.~-·---··-----..----

P.: Esas ca ra s cambia ntes ele las mujeres so n dos partes de mí mismo que crnnbia n ·rea lme nt e, pero p::irece qu e no soy capaz de_ juntarl as. ¿Oc ur re c¡uizó. lo mi smo co n mi padre7 Sab e que ya no tengo miedo a la gente, ni a los hombres ni a las muj ~r~§- .fle dej!.!__C.lo -~~e esiar ciego:··-Q:¿_füi·:¡;;·Q.f.í..er - -~- ~ r9·:~·6 .: ~_1ª:¡::9;~-fit?úÍ~ i:_~~Y.1.~.!k~!X.SL.S1"i,~i~~.JI~J2~ 511;~~-~L-~º 11 mí esco tom a.

.

.

~sic~:!~~~;{:~~~~i~J~~~;j i ~~~~~~~r~i~~~~1;1~ .

. E~E,9_,~,_,P.,?.S.C?. ~~.~YJ.n!.<"..!J.QQ_J~D-.VDª--· n?J.<::QJ}t:?_~IIQ.~\§}::_~R.?.? ..Q~.,,~~L.fül_g;, lí zada.

.. .......,.~.

-~·~.,. ,,.,.,

Acabamos de dejar e l teatro e n el qu e el afecto inaseq uible buscaba esce nifi ca rse en forma de enfermedades psicosornáti cas . Los ca pítul os anteriores trataron principalmente ele la pen urb ación en la eco no mía psíquica cid afec to. Los dos s ig ui en tes se ce ntrnrún e n la economía narc isista. Las perturbacion es e n la autoestima y en la propia im agen de uno mi smo pued e n provocar un co nflicto doloro so e n un intento ele proteger una imagen esta ble y tra nquili zadora el e sí mismo y el e ese modo manteiier la horn eost asis psíqui ca en s us dim ens ion es libidinales orienladas narcisis tarn ent c, así co rno e n sus · dim ens iones libidinaks o i:ie ntaclas hac ia el objeto. Ambas investiduras son, por supue s to, neces aria s para la salud psíquica . Es importante resaltar que las personas que ti e ne n una llamada «patol_ogío. narcisista», aun cuando no parezcan preocuparse más que po r e llos y el e su image n es pec ular , e n ve rclad padecen ele un grave agota miento de sus rese n· as na rci sistas. S u image n propende a estar gra vem e nte dañada o a se r e fím era y e n pe li gro ele desaparecer. Así pues, ta mbi én e l yo refleja tanto una imagen persec utoria co mo una image n borrosa, turbia. Esta penosa situaci ón lleva a algunos indi viduos a aferrélrse a sí lllismos ·y a sus nwndos internos en un int ento de mejorar esa ima ge n o protegerla para que no acabe perdiéndose de l todo. Otras perso nas que. padecen estas mismas incertidumbres. utili zan a los de más co mo espe jos, co n metas similares en su me nt e. Las.tragedias fund::im en tale s de aquellos que sufre n de es te modo se ex presan mediante un a obra dramática, en la que sus dife-

·!

1:w._,..

206

rada sus creaciones psíquicas con u11 teatro en círculo clondc siempre hay una salida mientras se cksarrolla la c~bra, aunque ni los actores ni el público parecen darse cuenta de ello.

El escenario analítico cambiante

:

w ''i

·- ···-···-·"

REFLEXIONES SOBRE LA ECONO.\!ÍA DEL NARCISISMO

En los últimos quince años se ha llevado a cabo una considerable labor de investigación dedicada no sólo a los problemas clínicos de la perturbación narcisista, sino t;:unbién al concepto teórico de libido narcisista y a los complejos interrogantes a los que da lugar. El intento de conceptualizar los problem;-is clínicos ha llevado a la. creación de una irneva categoría clínica: la perturbaci.ón narcisista de la personalidad. No hay duda ele que nuestras c!ifCrencias clínicas y nuestras disensiones teóricas se incrementan en aquellos períodos ele la historia y del desarrollo del pensamiento psicoanalítico en los que ía observación clínica parece estar en desacuerdo con la teoría psicoanalítica establecida o estar tratando con fenómenos con los que hasta entonces no se había encontrado . La abundante bibliografía sobre problemas narcisistas, al tiempo que revela interpretaciones sumamente divergent es, parece estar de acuerdo en que los analizandos de hoy día presentan una forma de padecimiento o incluso una estructura psíquica diferente de los estudia dos en los primeros cincuenta ai1os de investigación psicoanalítica. Los pacientes de hoy, con sus «parte:; psicóticas», «sus escudos narcisistas>>, sus «selfs grandiosos», su «:pensamiento operatorio» y sus «defe.::tos alexitímicos», parecen muy diferentes de los «clásicos neuróticos» ele la Bel/e Epoq11e. ¿Existe, en realidad, un analizando {
RE1;·u:.xl01'!ES SOBRE LA ECONOJ\IÍ:\ DEL NARCISISMO

207

tros p;1cientes se quejan de su incapacidad para amar. de su se11-;ación de profunda insatisfacción e11 d trabajo y en las relaciones sociales, de su sensación de alicn~1ción respecto a la sociedad y ele sus estados imprcci;;os de vacío, depresión y angustia. Es quizú's importante para ui1a futura Íll\'CStig~ición sobre los problemas narcisistas poner ele manifiesto las diversas y contradictorias hipótesis que pudieran aducirse para· explicar estos fenómenos. El intento de desarrollar unas explicaciones teóricas que engloben estos fenómenos complejos y en constante evolución puede correr el riesgo de sufrir una excesiva simplificación. Incluso factores ajenos a la estructura psíquica personal proporcio;1an unas explicaciones parciales para esros síntomas aparentemente riuevos. La larg~i duración de los tratamientos analíticos de la práctica actual no es sino un· ejemplo. En marcaclo contraste con los pacientes de la época de Frcud, cuyos nnúlisis eran relativamente cortos, los analizanclos de hoy, así corno sus analistas, tienden a prolongar el análisis personal durante afios. Este hecho no sólo ha cambiado el modo de escuchar el analista a sus p;icientes y las expectativas d.e la vi~vencia analítica, sino lJmbién la naturaleza del discurso del paciente. Un período de tiempo más largo permite que se nrnnifiesren insospechadas angustias narcisistas y psicóticas escondidas tras las estructuras neuróticas. En los análisis largos los brotes caracteriales, neuróticos y psicóticos, la conducta adictiva , las manifestaciones psicosomáticas y las pulsiones sexuales aberrantes tienen bastantes posibilidades Je manifestarse, quizá sólo temporalmente, cuando el analizando se enfrenta con un estrés inusitado. El potencial para el desbordamiento afectivo y la consiguiente perturbación de la economía narcisista no es!á limitada a !as perturbaciones n:ucisistas de la personalidad. Todos los pacien·tes pueden, de manera esporádica, desplegar cualquiera de las conductas que acabarnos de mencionar, incluso aquellos que no tienen trastornos crónicos en su relación narcisista consigo mismos y con los demás. Naturalmente, algunos pacientes viven en un estado casi constante de inquietud psíquica, ya que vivencian las de .mandas de la realidad externa y la existencia rnisrna de otras personas como una amenaza continua y potencialmente lraurnatizanté para su equilibrio psíquico. (Tal es el caso de Angcla, de cuyo análisis se presentará un fragmento en el próximo capí1ulo.) La vulnerabilidad de la psique humana es tal que todos podemos püclecer, de vez en cuando, perturbaciones narcisist;1s de la personali~ dad, e inCluso graves· hemorragias n<ücisistas en la autoesli1na cuando nos vernos enfrentados a insospechadas cat{\strofes intern<\ s o externas. Sostengo que las personas han de rnantenn su lwmeos-

208

REfLEXIONES SOBRE L;\ EC:ONO\!ÍA DEL NARC!SlSMO

ncs internas y externas, y que su cap;1cidad para conseguirlo está determinada, en gran parte. por la natL1ralez;1 de los objetos inwstídos libidinalmcnte (¡uc han conser\'aclo en su mundo psíquico interno. ¿Perturbaciones narcisi·stas. frente a perturbaciones neuróticas'?

Cuando la fragilidad narcisista y los síntomas a que da lugar son rasgos dominantes de la estructura psíquica, el hecho de que m1estra concepción clínica y teórica de las perturbaciones narcisistas se plantee oponiéndolas a las perturbaciones neuróticas es una cuestión discutible. Desde un punto de vista teórico, el concepto ele dos libidos de carácter diferente y que evolucionan por separado plantea muchas dificultades ri1etapsicológicas. M is propias ideas están más cerca de las de Ofto Kernberg que de las concepciones teóricas de Helnz Kohut, en que Kernberg no acepta la noción del narcisismo como una pulsión libidinal desligada de los objetos internalizados y de la libido objeta! y reconoce la importancia de las tempranas vivencias traumáticas que pueden movilizar rabia y odio con las cuales el niño pequeño es incapaz ele enfrentarse (Kernberg, 1975, 1976). Y desde un punto de vista clínico, dudo igualmente del valor ele una neta delimitación entre personalidades narcisistas y personalidades neuróticas. Siempre que designamos a las perturbaciones de la personalidad como obsesivas, masoquistas, esc¡uizoides o narcisis tas, en realidad no nos estamos refiriendo más que a un rasgo o a un· elemento defensivo dominan te en la to talidad de la estructura de la personalidad. En realidad, los analistas rara vez piensan en un analizando corno una estructura de personalidad. Cada paciente tiene una personalidad compleja , caracterizada por una composición única de objetos internos y externos y una economía psíquica específica que ha desarrolbdo para tratar con su propio sistema de relacione~; e identificaciones intern as. Nuestra esperanza es comprender este mosaico mental, aun cuando (o incluso debido a que)· nuestro entendimiento pasa, ne cesa riamente, a través ele nucsrra propia intrincada red de inves tidura s libidinales y dcfens«S narcisistas. Incluso si cleterminados rasgos ele carácter esuín considerablemente más acentuados en algunos p~ 1cientes que en otros, nuestro interés esencial está menos encarn.inado a aligerar este muro defensivo excesivamente c
!ZEFI.E:\IONES SOBRE L\ ECO~O~IÍ.-\ DEL NARCISISMO

209

¿Mediante qué sistemas tk pesas y medidas, de esenciales creencias e identiricaciones protege el analizando esta homeostasi\ libidinal, orientada hacia sí mis1l1l) o hacia el objeto? La economía narcisista, a fin Je mantener el sentido de identidad personal y regular la autoestima, tiene que tratar con una fantasía constantemente fluctuante del self, un proceso que incluye un intercambio con los objetos internos y externos, así como una continua relación íntima con este sel{ interno. i.A través de c¡ué senderos podernos Ja rastrear e_n ·el tra11scurso de un análisis la constante oscilación ínv_estidura libiclin¡tl narcisistit y objeta!? ¿Qué medios específicos utiliza cada analizando para proteger el vínculo entre su se!f interior y el mundo exterior? Í'inalmente, ¿qué fuerzas amenazan este vínculo esencial, cuyos oscuros orígenes están ocultos en la prehistoria de cada persona? En mi intento ele contestar a estas preguntas se ver<'í que rni interés por los frnórnenos narcisistas úo reside en su clasificación, sino en un estudio más profundo ele la doble función de la libido narcisista al presei-var el senti111iento de identidad y de autoestima, ambos en relación con el mundo externo, y corno defensa contra la pérdida de investidura del objeto i111erno. La observación clí1~ica nos debe capacitar para proseguir la continua oscilación entre la representación del self y la representación de objeto, y así comprender más claramente su mutua interdependencia y su importan cia para mantener la estabilidad psíquica. Desde esta posición puede que estemos mejor capacitados para comprender el dolor ment::il y Ja angustia que sobreviene cuando este constante movimiento se bloquea o se trastoca el frúgil equilibrio de In psique.

de

Reflexiones sobre la postura teórica de Kohut Las anteriores reflexiones me llevaron a unn consideración crítica de la labor de investigación ele Kohut sobre las perturbaciones narcisisps de la personalidad. No niego el valor de la investigación nosológica. D.efinir una entidad o describir fenómenos clínicos mediante el uso ingenioso de una metáfora nos hace a menudo rnús sensibles ante determinados datos clínicos importantes. Puede incluso revelar toda una dimensión de la vida psíquica que previamente había pasado desapercibida. Tales descubrimientos se vuelven evidentes para cualquier observador atento. ¿Ouién antes de Freud era consciente de la sexualidad infantil? Y ¿qui,:n, a partir de entonces, podría negarla? Se podría decir CO!l justicia

1

210

REFLEXIONES SOBRE LA ECONO\IÍA DEL NARCISIS~IO

te este serv1c10 a la observación de las perturbaciones narcisistas. Estemos o no de acuerdo con sm: deducciones teóricas, su agudeza clínica pone de relievt~ unos denornin;1clorcs comunes entre las innumerables manifest.aciones de la perturbación narcisista. Construir una teoría requiere la creación de metMoras capaces de comunicar el descubrimiento esencial que se esconde tras esos hallazgos. El Ello, el Yo y el Superyó son la poesía personal de Freud; los objetos internos son una brillante e:xpresión que transmite la percepción intuitiva de la realidad psíquica de Ivlelanie Klein. En esta misma línea podemos admirar lo acertado de Ja referencia de Kohut a los self-objeccs (*), la grandiosidad y la 1ra11sferencia especular. Comunican mediante imágenes condensadas unos fenómenos clínicos complejos que hasta entonces habíamos pasado por alto o para Jos cuales carecíamos de un~1s expresiones válidas que nos permitieran, posteriormente, reflexionar sobre ellos. Naturalmente, existe el constante peligro ele que estas acerta,das rnc,táforas puedan parecer tan satisfactorias que se convíertan en ·objetos con: cretas. Si son tratadas como designando cosas reales 'dejan de sernos útiles. Una teoría es, por definición, un sistema ele suposiciones que aún no ha sido demostrado. Nos sirven en cuanto que nos capacitan para pensar con mayor claridad y concisión sobre los problemas clínicos y las dificultades teóricas insuperables con las que nos enfrentamos. Sin embargo, es import~1nte en cualquier campo de investigación articular nuestros descubrimientos con la doctrina teórica básica de la disciplina a la que uno pretende contribuir. Aunque Kohut, al igual que los demás investigadores en ese campo, está más volcado en el entendimiento de los misterios ele la psique humana, da a entender que sus hipótesis explicativas son superiores a las contenidas en lo que él lla1,11a «psicoanúlisis tradicional» . Aun cuando esta estimación de sus conceptos no las invalide, puede limitar su utilidad en el progreso de Ja investigación psicoanalítica. Si Jos modelos de Koh ut ele 1 self y de la «salud narcisist ª" anuncian la constitución de un nuevo paradigma (Kuho, 1962), esto parece haberse adquirido a expensas de muchos de los paracligmas fretidianos clásicos. No reconsideraré aquí las serlas críticas que se hi· cieron del modo, más bien desenfadado, con que Kohut trata los principios básicos de nuestra metapsicología, a. Ja que,. sin embar, go. declara adherirse (Stolorow, 1975; Hanly y Masson, 1976; Stein, M., 197()); pe.ro pondrí<1 e n duda una concepción que minimiza el valor de Ja teoría ele la libido, el papel de Ja organización

REFLEXIONES SOBIZE U\ ECONOMÍA DEL NARC! S!Si\10

2 11

edípica y los efectos de largo alcance de: la snualidad infantil. y que, no obstante, pretcncle estar ampliando conceptos bSsicos y clesarrollado cambios fundamen1ales ck paradigmas. El renórneno clínico que resulta de la perturbación en la investidura narcisista del .self dan lugar a un amplio espectro de enfermedades psíquicas, y podríamos entonces preguntarnos si existen tratamientos analíti cos en los que los factorés nat·cisistas no desempeñen un papel importante. Además, el deseo de Kohut ele descart
:1

2J.

RErLEX IÓN ES sotJ i~ELA ECONO .\!ÍA DEL NARCfSlSMO

como i'oevitables, aunque su exprl'sión varíe de u11a suciedad y de una época a otra .

El trauma de la a lteri dad y su potencial patógeno La patología narci sista también tiene sus raíces en el trauma inevitable d e la alteridad y la obligación de asumir una identidad separada. Sugiero qúe ·cuando la im agen de uno mismo tiene un marcado carácter patológico n os encontramos ante una angustia de tipo global que precede y qu e quizás es un prototipo d e la posterior angustia de castración. Este conflicto está, e n un principio, íntimamente ligado a la difere ncia e ntre dos cuerpos y, posteriormente, a la diferencia anatómica entre dos sexos. Ambos descubrimientos ocasionan una considerable herida narcisis ta; pero el primero de los traumas entraña unas tensiones respecto a los deseos se nsuales primarios qu e el bebé es incap az de elaborar y resolver por s í solo. Ante la falta d e una di stinció n clara entre interior y exterior, y e ntre un cuerpo y otro, las metas narci sistas y sexuales se fusionan. . Quizá sea oportuno se ñal ar, un a vez más, que los síntomas narcisistas pu e den asumir dos formas de expres ión di s tintas y, en apariencia, sumamente difere nt es. En su intento de co mbatir los te- · mores primarios de castración , de cartícter narcisista, algunas personas tratan de crear una serie continua u e relaciones de objeto narcisistas, con la esp eranza de reparar la imagen daúada de sí mismos y refrenar la oleada de pánico siempre que se ven amena~ zados por se paraciones u otra s situaciones que provocan angustia. Este sistema d e re laci ones i11 cluye Jo que Kohut denominó muy adecuadamente relación con objetos-self, una relación con otro, el cual es considerado y tratado como parte de uno mismo. No hay duda de que esta forma de relación se ase meja a la unión primaria con el Otro, la que el bebé vivencia en su re lación con el universo maternal, la necesidad de otro para que se responsabilice plenam e nte con el m a nejo de la tensión y co n todo lo que el bebé considera demasiado doloroso o excitante para ser retenido y elaborado p síquicam e nte. Esta acumulación de afecto se descarga por el mero hecho de Ja presencia de l otro y, en la te rminología de Bion, de la capacidad d e l otro para «Contenerlo» (Bion, 1957). E n contra ste con aquellos que creen que só lo pu e den actuar bajo esas circunstancias, hay otros que con esa rnism a necesidad bá s ica de ev it a r la pérdida d e l sentido de sí mi smo se ven compelido s a defender se ardientemente contrn el peligro fusiona! que las ··• ' ·· -= ·-··- - __ ,. _, _: .. : - L.. - - - - ·-- · · - ··

..,-·: " ..

.-1 ., .-

••

••· · - " • • • • •- ""•

.-. 1 ,... 1-.., .. ,,, -1 ... ,.,... ,. ; ,.

REFLEXIONES SOBRE LA ECONOl'v!ÍA DEL N.-\RCISISl\10

213

de defonsas narcisistas y a mantener una distancia con el resto del mundo;· por miedo a perder sus propios límites y su sentimiento de identidad (*). Estas personas muestran una tendc1icia a la autosuficiencia y a la negación de casi tod as las necesidades de d e pend e ncia. Tienden también a tratar superficialmente sus de seos, ya sea n de natural eza sexual o nmcisis ta, y a negar su intensidad. Tales personas a menudo entab.lan unas relaciones amorosas que son transitorias o que están profundamente deslibidinizadas si son estables . Una vez m ás , bajo la apariencia de normalidad, el individúo puede estar comprometido en una lucha contra los deseo s libidinales o en una huida de ellos, corno si estuvieran impregnados de una amenaza ele destrucción o una esclavitücl semejante a la muerte. El hecho de evitar un contacto estrecho con Jos demás, bajo la apariencia de una conformidad superficial con las pautas sociales, pued e que también incluya una huida de lo que Kohut denomin ó las demanda s del «Self grandioso», las exigencias de un ideal del Yo y un ~uperyó de tales características, a las que jamás podrían responder en forma adecuada. A diferencia de Kohut, sugiero que esta batería defensiva se ha venido construyendo desd e Ja infancia para proteger al individuo de las metas y fanta sías libidin a les y extremadamente primarias orientadas hacia d objeto, de las qu e el sujeto es inconsciente. En el an á li sis revelan estar ligados a Jos objetos arcaicos de ta primera infancia, así como a los objetos parciales de una sexualidad concebida pregenitalmente, incrustada y confundida con el. propio sel( y el cuei·po del individuo. El fragm e nro analítico e n el c apítulo siguiente es un ejemplo relevante ele Jo ·que he llamado sexualidad arcoica y del modo en qu e s u s te rrore s se mantienen controlados mediante defensas de carácter narci si s ta .

Dos soluciones al conflicto fu11damental El terror de los pacientes que se protege n a sí mismos, narci sistamente, de un compromiso con los demás demasiado estrecho, se expresa a menudo como un temor a ser hechizados o volverse irremisiblemente adictos a los objetos ele amor de uno mismo . Es t a descripción recuerda, de modo asombroso, a las relaciones sexuale s y amorosas ele los pácientes que buscan activanwnte satisfacer las apremiantes necesidades nar.cisistas d e su sexualidad. La búsqueda del otro . no tiene tanto qu e ver c.:on el d eseo como con la ( * ) Este Lt:ma ha sido desarrollado en profundidad por la autora en Aleg (//o por J111a cicrtn n11omw/idad, en el capíllllo VI!, titulado «N;,rciso c>.n busca ti c: un:1

W

w - _.-w w w w ._-._,~..,

214

¡1

W

W

W

W

.-.-...

W

.,,,,-w ,,... .., .., -

REFLEXIONES SOBRE LA ECONOMÍA DEL NARCISISMO

economía psíquica Je Ja necesidad sob re la que se asicntri la conducta adicliva y las organizaciones de sexualidad perversa, en las que la sc.;.;ualiclad se utiliza como una droga. iv!ientr~1s que un tipo de pacientes con problemas narcisistas busca constantemente estas relacione:;, otro refuerza continuamente las barricadas contra tal so juzgamie nto. Estas dos estructur:as de personalicl;>d tienen sus raíces en ta sexualidad narcisista de Ja infancia, y cada una de ellas trata ele mantener o recrear, de un modo oculto, el vínculo primario con la madre. P:ira los buscadores de objero-self este objeto tiene que se r buscado en el mundo externo. Aquello; que se defienden del peligro del des.eo de un objeto-sel/fusiona\ viven, por el contrario, esta fusión sóio en la fantasía . El compromiso -ya sea desinvestido o compulsivo-- de tales pacientes con sus objetos sexuales o amorosos puede dar la impresión de que no tienen ninguna dificultad en su capacidad para amar o tener relaciones sexuales satisfactorias. Desde un punto de vista normativo, puede parecer que no tienen problemas neuróticos; y por ello justifican la opinión de que la libido objeta! y la libido narcisista so n capaces de tener existencias independientes y separadas. Solamente la intensa iluminación dada por la experiencia analítica puede resaltar el empobrecimiento psicológico que yace, tan a menud o, bajo l
---

-

.REFLEXIONE S SOl3 1U:O: LA ECONOt\ IÍ.\ DL~ L ~ ..\ RCI S IS M

_15

indiferencia -a menudo· escondid:1, a rnenudci orgullosamente aireada- hacia todas las relaciones amorosas y a\·cntui·as sexuales. Su vida sexual clcsvitalizada rara YCZ es¡;\ compensada por síntomas neuróticos, sino que se expresa en rasgo s caracrcriaks y marca tod;:ts sus relaciones. El papel del sujeto en el mantenimiento de' este mundo desinvestido y la velada satisfacción c¡ue les produce se mantiene impalpable. Esta rna!iclad fugaz tambi~n cala en la relación analítica, expresándose como una falta, una aparente carencia de afecto transferencia!, como si el analista fuei-a parte del analizando o el analizando una extensión del analista, el tipo de rela ción de transferencia descrita detalladamente por Kohut (1971).

Las raíces sexuales arcaicas de las perturbaciones n::n·cisistas

Mi propia observación clínica me lkva al convencimiento ele que la relación de transferencia narcisista es más plenamente accesible al análisis, una vez c¡ue se hacen visibles las raíces pulsionalcs que han hecho que estas defensas tan intensas fueran necesarias. Los objetos signific.ativos de la estrudura libidinal arcaica están desperdigados a Jo largo de la vida de estos pacientes, como lo están a lo largo de su discurso analítico. Estos objetos están tan fragmentados, condensados o desvitalizados que a menudo se ha. llan sepultados dentro de objetos inanimados; tales fragmentos investidos libidinalmente son, por tanto, invisibles en la vicia de los pacient.es e inaudibles en sus asociaciones. La sexualidad arcaica ·profundamente reprimida remite a un «Cuerpo-sexo>>; la angustia de castración ligada a esta representación puede ser consideradá amenazadora para el cuerpo en totalidad o para la integridad psíquica del self. Debemos reiterar que la huella psíquica más temprana del re . conocimiento de la diferencia entre los dos sexos se origina en el descubrimiento de la diferencia entre dos cuerpos, y esto contri buye, en un esradi.o post~rior, a las manifestaciones.de angustia de castración fálico-eclípica en ambos sexos. La estrecha relación sensual de la madre con el lactante encierra una paradoja: el cuerpo materno, gracias a su investidura libiclinal, est<\ mejor armado que el clel bebé contra la fuerza de L.!s pulsiones ele muerte, ya se conciban éstas mediante expresiones de agresión y de rabia o corno el arrastre magnético hacia la inercÍ•l y el nirvana. La función ma-· terna de la madre ha de incluir su de seo de movilizar eú su beb¿ la voluntad de vivir, pro1egiéndole del peligro de retornar a la inercia marasmútica. Al mismo tiempo, en rnorn e111os ele separación en los que la madre no aeltÍH corno balu'1rle prorcc1or y extensión rná.'!ica .

su

216

REFLEXIONES SOBRE LA ECONQi\!ÍA DEL NARCIS ISMO

del propio niüo, es cuando se pon en en funcionamiento los primeros esbozos de actividad psíqui ca independiente . Si esta re la ción sensual primaria puede consid era rse co rno la condició n fundamental de la supervivencia psíquica, tan1bién ha de ser reco no cid a como el prototipo más precoz de la vida sexual venid era, así como de la imagen narcis ista de uno mismo. Durante es ta fase primordial de estructuración psíqu ica, la única instancia existe nte es la misma madre y su inconsciente - su int erpretación de las necesid ades de su hijo --, qu e pued e convert ir el pequeiio cuerpo biológico en uno e rógeno. Si esta co muni cació n primaria fracasara (Castodadis -Au lagnier, 1975; McDougall, 1978), y si ella se mostrara incapaz, dada su propia angustia, de cump lir con su _ papel de escudo protector contra la excitación --dando muestras,· " por ejemplo, ele un a in vestidura excesiva o in sufic ie nte ele su hijo '1 y e l cuerpo el e éste (Fa in, 1971) - hay un rie sgo ele fragilidad en la es tru ctura psíquica con la que e l bebé habrá de enfrenta rse a los trauma s univ ersales ele la vicla psíqui ca humana: el desc ubrimi ento de la alteridad, la diferencia entr e los sexos y el carácter ineludible de la muerte. Esta fragilidad, al tiempo que puede increme ntar la vulnerabilidad psicoso m;íti ca o la pOl ;~ ncialidad psicót ica, puede tambié n movilizar un as defensas narci::-.istas capaces de proteger al futu ro ser adulto ele la s ps icornatosis y las psicosis. En el último caso esta fragilidad su byacente da lugar a unas defensas caracteriales que, lejos de ser débiles o inestab les, so n a menudo inquebrantables. La autarquía narcisista encierra dentro de sus límites unos obj etos internos irE:stimables, pero su es tado ! ·de condensación y fragmentación, impregnados de pulsiones arca icas, requieren una cierta vigilancia respecto a los contactos en el mundo externo .. Este valioso capital psíqu ico ha de ser protegido, y se ha ele evitar el peli gro de encontrar gente que pueda ser percibida como objetos compulsivos ele necesidad, ya qu e éstos so n, al mismo tiempo, los o bj e tos potenciales ele! od io primario. Aquellos que han logrado construir un a fortaleza narcisista ent re ellos y los otros no sólo protegen a sus propios self\· y su universo interno, sino también a los demás, quienes sin ellos saberlo Jo s arrastra~ h acia una relación que se considera, potencialmente, mortífera para am bos. E n el inconsciente esta relac ión ll eva e l se llo de la violencia e lemental que co mpone Ja estructura básica sexual arcaica del ser humano. E n el capít ulo siguiente proporciono una ilustración clínica Je es tos temas. Al mi smo tiempo, ese fragmento analí ti co puede demostrar mi divergencia respecto ~;¡ ¡rnnto de vista t'c:ó ri co de •

1"

-

..

:.i. ..

, I ·~

__ ,....,,...:,..,., ...... · ......... ,...,,..º""~nh.-,

(":n1· r'\n1~'lc:

<..: lon n~

\1 íílSOOS C(l-

REFLEXIONES SOBRE LA ECO>:"O!\!Í.-\ DEL N.\RCI Sl Si\ 10

2l

dc:ra paradigmática de la perlurb~ición narcisista de la pe rsonali dad. Ella no creía ten e r probl( rna s sex liaks ni era consc;ient-: de padecer los síntomas neurótico s que observaba en sus amigos. Su sufrimi e nto era de otro tipo: con frecuencia se sen tía v::icía y clescsperada res pec to a su vida y ponía e n duela e l valor ele seguir viviendo . Al mismo tiempo, gas taba una energía frenética en protegerse de un contacto es t1·echo cf co ntinuo con otras perso nas . E n su introducci ó n a Tli e Anolysis o/ 1/ie Sl'lf ( 1971) Kohut escribe: «Estas ¡k rsona s han aprendid o, po r ta nto. a distanciarse el e la s demás a fin el e evitare! peligro específico de expo nerse n un;1 he rida narcisi sta» (pág. 12). La única crí1ica que haría a esta en un c iac ión es s u insuficiente referencia a los c o nflictos pul sionaks qu e yacen tra s es ta s proyecc iones. Según ·mi ex pe1:iencia clínica, el mundo externo, potencialmente hiri ent e y pe rse c:utoriü qu e rod ea la fdgil ima ge n ele! se/f11arcisisra, ex tra e s u fuer za proyectiva del núcl eo de los objeros sex uale s prirnnrios fragmentados y de las fantasía s primordial es qu e yacen prnfundarnente se pulcados dentro del Sl'lf ::u nu rallaclo.

: 1

, ,•. 1

1

2 2()

X

se sentía presa de pánico . Su _angu~a era tan grande, que tenía la impresión: de no estar ni siquiera entendiendo Jo que Ja gente le



EL ESCENARIO NARCISISTA Y EL PAPEL . DE LA SEXUALIDAD ARCAIC/\

~~l.tna

gua~a d~

c~atro

mujer \reinta y ai1os, vivía sola con su hIJO, aunque manterna un co ntacto amistoso con el padre ele éste. P sicológica mente se aislaba e n lo qu e podríamos denominar un retiro narcisi sta. Necesitaba esta r so la la mayor parte del ti e m po, pues la gente la «dejaba hed1a trizQ.S» ~sab3..Q__Q_~..!.1:1.~sia~io t..~en2E.9...:.<;.2.!1_~Jlª · No obstante, sentía un inmenso placer ~-!!.~.~1_p~~-J!_ ~!.~:>_-~eJ:.. J.r:i.g~~!l1__ y haber tenicfó32.rJ.f!_L~v~nturaLf.QD_d ifg..r.~mes __;;i r11ígqs. --Es t~·-acti-tud no encubría serios conflictos homosex uales. En d transcurso de su an:'ilisis sus preon~_paciones ho1'n osexuales latent es se revelaron similares a las de ¡;~1i~y~~-{"; -(f¡;·¡;·~··p~~-¡~;[·es .. ne~~Óti~ · , · ·-·-···:-· ·· cos norni'ales. Para ser mas exa_ctos, Ang e la hablaba de sus an.:!_!K
,.,..'"";._.,.,,.... ......

...........

1..... -a.

......

1,...,-; ,..,

l·n . .....

l·:t. F:SCE\ ..\RIO N .'\f~CISIST/\ Y E.L PAPEL DE. LA SEXUALIDAD.

~,....

, ....

,.... ,, ,..,.

l ... ,. 1. . . 1 .......

1"\

. rl ..... ... : ........ ;ro ........ ,..

decía. En circunstancias similares, a veces se olvidaba de la existencia de los demás y sus pensamientos se hallaban a miles de kilómetros . ~ ·~ i::.En esos momentos una súbita interru1)ción no sólo ¡Jodía aterroriI~r.~.lf (" . ,. - - --· --·, zarla, sine> que Je hacía sentir que la habían invadido _y_~!~.1:.~clo dolorosamente. «Pierd r specto a Jos otros seres humanos no contribuiría a sus extraordiv.:ic,-\J\'M \J f'\{\. narias dotes ele observación y a su intensa percepción de las manías y flaque 2.as humanas . Veía a través de las propias decepciones y mu Ho 14éU tuas ilu siones de la gente con una sorprendente agudeza. Para algui en que parecía vivir en el aire enrarecido de otro plan eta sus re flexio nes sobr·~ Jos personajes públicos má s conocidos -pensadores, políticos, artistas- no dejaban de sorprenderme por su perspicaci a. \-\Oi,.i\\))~, 1.,¡y<~-~: Confo;·rne -el análisis avanzaba fu~J~_c:~~!1S!.<:2:>..~ ... <::.~Q~l~--c.J5'...~9}.Y~~~-~a NGV ~~\) ~ · N()(I..<\,( P~.1!.~.t:!~.!~~~--.!~:1!!.ª.9~_11.~-~-i.a.:_.~i_!~]~~~~a: «Me es penoso sentirme tan separada del resto del mundo y tan inaccesible a la pasión» . A pesar de sus asociaciones analíticas a veces tan inu sitadas y fascinantes, el análisis de Ángela 11l~--q_~~.2~ rrofund3_mf;!!.~~~- insatisfecha. Estaba ahí, y sin embargo auseng:, dando una impresión de impalpabil.idad que se incrementaba por ese mg_s~Q. e~~~.1-.Í!_U..!Jl~~:i­ . t~.!!..~~!~e habJ.ar __~~b!:_~_..?..1:1. ..~f..!L.~2.i.J:('..~Eªl; co1no si viviera 'e n la ~'~ \J~V\ ·· ~" :,,,.¡~ ,.. ¡ r l <> ~" r-r.hPrtl\r·... fí~ir-<1 P f) !110;·1 r rk, en su int er ior-. ' Era <::Li "~' 1

; 1

221

EL ESCENARIO NARCISISTA Y EL PAPEL DE L.~ SEXUALIDAD ..

')')/

co·rnentario que me hi zo una \ ' CZ. 1<1 madre de un nii\o ps1cot1co: «Sarn my no para de hablar y, sin emba rgo, jarn{1s habla de algo ¡·cal». Tal tipo de rnrnunicación está en franco contraste o, en cierto sentido, en contrapunto con el modo alexitímico y operario de h'ablar o relacionarse tratado en el capítulo VII. Este modo de hablar y relacionarse parece estm des\'italizado emocio nalment e, ci1.1~ ':~~t~0.~~~~J:0~· 1:~;ify:_e·;_~J~sTied1(;;; ~·);·¡;1~~-~~- -~ ~ r ~.::1.~l a a una serie ele acontecimientos externos. Sin embargo, curiosa~nente, en pacientes con~~gcl<;-¡¡· aparente inexisten_c.üul_e los dem<'1s es similar a lo que revelan las personalidades6íJ_0~_i!_~~-i5_=,~ operari<1s. Corno en anteriores capítu los he sugerido, estamos pre>-~ sencianclo aquí \Jria .. . tNCI\ V;\<->-{>AI) Q\ l()$.N'L1 ¡-:_¡c_.M ('!)QI)~~ M -:;>~_p..·c .-__;;::e /'\ ?'; J

iJ ¿liJi·¡;

defensU2!i'.!0Ii~~-~2D.~~-~-~1-;_Q.
Las primeras asociaciones «encarnadas»

Los siguientes fragmentos pertenecen a las primeras sesiones en las que se hi zo posible, después .:le tres añ~~-~-e análi_sJ_s, vislumbrar, en las asoci;_icioncs ele J\~1-g·¿-¡;1~~-1~~-;;-y~~g~:z._ _1~t=.Lt:L.e_i_1_~i_;~--'~~-~~-~_ll-~rpo corno . obj_cto ~le in~estidt11«l_l_ibj_~!i_1i0t. Y con esta referencia logramos un prin1er atisbo sobre la or¡;ani zacióu de sus fantasL1s se: u ales in fan ti 1es)1- sÜs tempranas i 11~~-¡n~s-~ií:Pi-¿;·~~;;t~~~--~ 1 i1-CiC:1e-ü-~ei1--;.ies"'ii!:;:c;ü(J"d"e-s"lis.chf ici.iTi ;:¡¿fe s~1 e.;:¡ ;:6-i ie-as ;; n c o 11 trap os iJ<<:I~~~~~~~~_s_0~~:~~~~~fiJZtü·s-~~~\~faiiúi"s o;;~an te -e~üs ·rri n~eros añ~·s · 1~~ is versas intervencl~1-;1-e·s destinad;1s a arrojar alguna luz sobre esta dimensión ausente ele su vicia psíquica habían tenido escasa respuesta . M~oz la «trastornaba» porque decía que eso «le iiacía darse cuenta, de pronto, que éramos dos personas distintas»; mis pal~bra!!la «penetraban como cuerpos extraños y necesitaba tiempo para digerirla s>), una ima gen, clara como el agua, ele la transferencia especular tal co rno la describió Ko hut ( 1971 ). Naturalmente , había forjado un determinad o nú;~-;-;;~ro de hipótesi s flotantes libres sobre su estructura psíquica y su economía libidinal y, en especial, un::i idea ele lo que podrían ser sus failtasías sexuales. Por eje mp1o, su « 1"!.QtroL~LL!.l1 lÍ siU.1..2?.S:~Q~..0..\;i.Q..~.1 :~l..S e n_~j~~-~.S:1E'-~' b.0e i a _!.~1__.~9x._;d sJ~_l]__l~-~0.E~.Y....L:'....'.:;?S..C:.I}_é~ .. p_ri 1_i_1a~i a, ah c:ra el es p \a za el as sobre, la. .111us1.ca_y .lo·s· 1.·1 tmos afric.anos. Pude, ¡.)0·1···. l·111· ', c_:orn¡:n~. ndcr que f\1_:_g~ _l-~~.'\:'~Y.~.<~ 1_1~i _"'.~1.z..~..<2.T!.!2 l.\ 1_1...IO:.Sll!1_v
""'



1

...... ,. .... i,,.. ...... ... -. r ...., .... , ......

n

.....

. ,

,.,,

,-.,.... .... , . ,.,,.,,. ,..,

,.., .~

. ..

1.-. ...:.. . . . 1;,..1.,,.1

r..

')

.r,,,,,-i;r (.,::.

¡·

EL ESCENAR IO NARCISISTA Y EL PAPEL DE LA SEXUALID.'\D ..

en otrns personas, hicieron aparecer la imagen de una nifl<0.@gi.~ y todavía p(~CO segura de la C<~pacidad cLe s_~L~ll__C_!]?O pa~«COnlt!}<;r1_<~» (Bick, 1968): una imagen del cuerpo que era permeable, inestable y, quizá, por último, incognoscible. Ángela aseguraba que ͪ!:!2~....~.C.._E."!.!Lª-~-ª ~--e~ps_io, y si por ca•~('.' {) i sualidad veía en él ~u reflejo, rar~-~í.;JQ.....1~e._~_C?__n.2S.Í..~\E
ª

!_

Las prendas de vestir de t\ngela se convierten en objetos libidínales

_

1 ·1

Curiosamente, este modo eté reo y ele otro mundo en que se veía a sí misma no encajaba con la manifiesta investidura corporal a la que nunca hacía referencia. Ángela siempre vestía con sumo cuidado y elegancia. En verano a rnenudo iba ataviada toda de blanco, pantalones bien cortados, trajes, faldas largas con blusas bordadas, camisas ele seda hechas a medida con pañuelos a juego nun ca di scordan tes y, sin embargo, a menudo sorprendentemente diferentes ele la moda del momento . A1111que de_ajgún 111Q.QgjJl~>r ­ póre~, ap_~ente.menre deseaba ~~_11rrni:.!J_ya. atraer la atención sobre su cuerpo con"io objeto de interé s libidinal. Pero ¿para quién? ·/,Sería posible que fuera simplem ente un «cuerno-obieto» ele con -

; 1

EL ESCENARIO NARC!SIST.-\ Y EL PAPEL DEL:\ SEX UALID AD ...

223

224

mi s ma? Se podría sos ten er que est;1 preocupación por e l vestir era ,, parre integranre de su estructura co rporal narcisi sta. Pero ¿qu é podría es to s ig nifi ca r s i es taba cl e:;; li gado ele una represen ta ción de objeto intern o? ¿Era es ta investidura en aparie ncia física co nce bible sin nin gún vínculo libidin al de obj eto, aunque Ánge la lo nega se vehemen te me nt e o fuese a todas luces inconsciente? Un día, para mi gran sorpresa, Ángela dice CjUC _QQI_J2..Q~Q_go 1 ! 1. }_a__ . q o a ten . a r s~a - En mitad de sus e tc reas asoc1ac1ones, esta r~fg~..!.}. <;:I,e..J~u - ~:' <JlD gaz a su cueD_:>_Q_ físico, aun limif áodose a la ropa que lo tocaba, produce un efecto ta n sorp rend en te como un pensamiento delirante e n una disertación bien co nst ruida .

~~~~

~C.~?.~.> .l'..~- L~~.!2 l~

~~~0-~f!ll? c:>._s_1:1t~i~i
Animo a Ángela a qu e rne cuente algo más acerca del hecho de lavar la ropa. Parece sorpre ndid a por esta pregu nt a; pero contesta . .. __?_va o - E l( a, dici end o e¡ u e que deja e n manos de un a mu chacha todas las demás labores de la casa, ni se le ocurriría enco mendarl e es ta delicada tarea. Co me rito que lav ar la ropa pare~~~-~Ll]!_~f.!1..C.!.l~J!!.!P.
~?-~_!:1-.~Í.él_J?.~.~~---cL~ -':!D!~

!.h'!~Jl_Q!:!}JJ:i.~fi2~~9_Ql

A.: ¡No! No tengo ning(1ri especial interés en ello; ¡ah!, ¿cómo le diría?, el caso es que no pued o ilevar la misma ropa dos días seguidos. No me siento a gusto.

.

¡

~~~

ELESCENARIONARCIS!STA Y ELPAPC:LDELA SEXUA LIDAD ...

Sorprendida por su insi>tencia, le digo qu e parece poner demasiado énfasis en este piacer diario y le preg unto si de alguna man era le disg ustaría no poder llevar a ca bo esta co ntinua tarea. (Yo estaba claramente ~-siguiencl~.~st~.J>.i.&!:L~ic:at~Q_ ~agQ2ento _Q_e_!~ali_d ª-~.-~? rpó!:..~.J-~!~-s~~~..9~~-~E~.0-~-~~~c!_~J.~0-~~~~~.9-'2... '.:~P!.i.f,11 i_c.lo.)

A: ¡Oh, claro, qlie sí! Eso me trn swmaría enorm ement e; de hec ho, me cla pánico siempre qu e es to ocurre. Prosigue detallando las n1eiUE..f..l~_1?.reY~!H.LV.?_s que torna cada vez que va a qued arse en casa de amigos o a empre nd er largos viajes en barco . Con sólo unX egu eño balde ~~~~1 se las arregla para _lava rlo rodo cada día . ngela entonces se calla, como si le molestaran mis preguntas, pero sigo co n estas prometedoras ind agaciones.

J. M .: ~~~ se ntirni en_~--~~ pánico c u ~ n q~ -- ~~~~A_s_~~L~~s pr_~cau c ion es, -~~gún usted ,__j,~CJ.!:.!~~.9-~_9.~)?~-~~~? ¿Q ué imagina en esos momentos? A.: B ueno .. . , nunca había pensado en ello .. . ¡Vaya! Se me acaba de ocurrir algo de lo que no me hab ía acordado en años. Cuando tenía unos tres años tuv e lom bri ces. Me ense - tio;.J1'5~ ñaroi1 el orinal lleno de ell as . ¡Pequeilitas, blancas, horribles! ¡Y pensar que todas esas cosas habían estado viviendo dentro de mí y yo sin saberlo siqu iera!

Tras un a larga pausa prosigue: A: Sabe, disfruto realm ente lavando mi ropa; no me supone ningún problema, realmente es un p lacer. ¡De verdad! Dado que nunca habíamos es tndo tan cerca de la rea li clacl corpo ral de Ángela y ciado que su discurso tiene un toque ele intensidad neuróti ca , le pregunto si puede decirme algo más sobre esa idea, y e mpi ezo a torn ar notas. A.: Bueno, es coh10 si tuviera células muertas en la pieL .. (Án gela e mpi eza a hablar entre dientes, como ha venido ha ciendo, a veces, cuand o le parece que sus sen timi entos son incomunicables. ) ... p~r qu..~E~}Ci~_
de"

1\

. (',... 1., .....

- - ·-

1

• •

-



Sus palabras m c_f_~~S?..0..~!-~.~~:rn las incü ntabl es ocasiones e n las que me había hab íado de Sl!. terr 9ry_s~!:.-~'.i.1_!.YAdida» por otros, su te:i:!}_C2r a gue e;.llº2. L-2 yo rnis m~JJI.9.L~XP.B:~
1~-s~E~-r~9_f!.'!~J'J.~E.J9.!~RE!.~~.?..Jl~T~. ~-~~-~..!2.1.~1!.. E'?~-~-S.i..~E~.-9~~l.!!:1__c!~ _ 1:i_1 a nera idé ntica . ¿Hay algún lazo inconsciente e ntre las personas y las lombrices ? · Después de un mom en to ele silencio prosigue: A.: ¡Sí, la ropa usada ! Eso es. Igual que gusanos. ¡Horribl e ! Mis propias asoc iaciones emp ezaro n a desencadenars e . J:n espe.cial , mé sorp rendü1 la tra n ~JlQ2.i~9J~_~iyJ.f\_~~c:..e.n._,_1Q.~_J~9_r. rgr ---:!_<:> · q_':!!_~abj~~_i_Sl_9~Ji~E. :=:~li.!~~er i or_02_s g u $_'.!~_osL
li '

-

.._,- .-.. .......

........

-,.,-

...... ...... ""<el --- - - - ~····

""""·

- - ---.-

....,,

¡,

EL ESCENARIO NARCISISTA Y EL PAPEL DE LA SEXUALIDAD ...

225

guieo que pudiera toc3r su piel? ¿La ensuciaría'> ¿La cubriría de «Células muertas»? ¿Tendría quiz;\s algo que ver con sus padres, los cuales rn.t,J.~).S:IQll..~..l-1..!l!!.9.Q ex_~_jQ_'l'_~n '? Ella'· de hecho, si~:!}.~~-ql1_e están llenos de vidi!_i...5J~ntro d~ ella, «corno .si estuvieran soldados el uno con el otro», decía; imúgcn es maravillosas y preciadas, su~ mamente iclealiz.aclas, «grandiOS3S». Habíamos elaborado que ~na parte im_portal}~Q~ su necesidad 9e soledad se __~l~bía~'!....L
1

~~·~

22(¡

i ;¡

ti!\

1-
P.,\)

A.: Es realmente extraiio . !vie he pasado horas pensando

EL ESCENARIO Nr\RCJSISTAY El.. PAPEL DE LA SEXUALIDAD.

de esas. personas que se pasan (;: día cogiendo a sus hijos en brazos . La sola idea de que sus brazo:; rne envolvieran me producía una sensación de asco. J. M.: ¿Como si estuviera !;ucia? A.: ¡Justo! ¡Como la · ropa! J. M.: Nuestra ropa _t;_~--~!~ ..P.9.~~~~9-~~Y?..!.~-~i_1~~tl~~~ -S~~-n~~-s- ~ _tra infancia_ Nuestras madres eligen nuestra ropa, nos la ponen cuando somos pequeiíos, y de algUna manera, se mantiene asocíada a ella . A.:. I~QP...~J_1:!_na__y~z u,s.f!.da, <~stá toda redond_eada y tiene un :~-~!.9_9..~.~1-!i.i!:!:l..do. (Angela traza en el aire una figura que se parece más a una jarra que a una prenda de vestir.) ¡Uf! ~~~l.9.:!~~d\~E.~0~~!1?.2...~~t:_!E!LI_l)_~~g~~e. (Vuelve a dibujar la figura redondeada en el aire, recordúnclorne esta vez a un vientre y el eslórnago lleno ele gusanos de la pequeiia Ángela.)

en la sesión de ayer. Lavar la !~~l no e~ u_n simp~e- placer. . J. M.: E~.!~ ..f.':1.~!:l~~__i:~-~-º-0.~~~~~l'.~--9..~~-- -~-r3~~-~-- -~~..~!. .'~.i~<=: . ~~P!1- '\t' He lavado cosas frenéticam~-1~~~ toda m1 vida. M1 rnfancia {-0(;\"-.~ ~ ú;;j t\N_a_da. Algo asi \Z<:z(.v·~ ; ~\-\tf·)~~ A.: ¡Uf! La idea de u1~~ rúuj~_!.nh_ara~~~~-~--~~~e a~gu~a. como ~.!_g~~-~edond_~A_c_la. Me recuer9_~E___vez_~~~~ me ·b Odio verlas y la idea ele tocar el estómago de una mujer ro~_P-Í el br_az.o Cl~~90 _~..!:.~J?~.~~~g_. N~ me mol~s~u. has:a i1+t(o!L\{~.\.f:'. e111baraz~da .. . Bueno, _de tocl_os modos es algo que jamás me . que me quitaron la escayola, Y entonces el honor al . ver ha ocurrido. ¿Por que habna de pensar en ello? 1 aq_uello, la escayola toda redo'.1de,ac.la, ~reí que iba a vomita_r. J. M.: Su mad~~~~-gueqó emQJ!sJl.zaclil_ vaüª-.LY..~G.~S cuélnM1cn.~i:_~~~-n.º--.JQ.....Y_~Q__k__c:!_,.!.2....!::.~.~Dtd. . . do usted era pequena. ·-·-T M.: ¿No se da cuenta de cjué? A.: (En un susurro casi inaudible.) Todo eso ... ~~~~.i~A.: Bueno, la ropa. Se está \)ien dentro de ella, es como do horrible ... (Vuelve a gesticular en el aire, pero esta vez si se fundiera en tu cuerpo, te envolviera . Pero una vez t!ue · <.)~" (\1.~~.q como si quisiera borrar un pensamiento doloroso.) Y pensar te Ja qu'.tas, en especial _l1, ,_~'.'. D.:1.'~~~11~~~igt!j_~;~lt~L-~-~- como si Ja ¡..;_~ < <:'..J~.,'14 que jamás q!:!_ise guedarme ernbara'.?_ª-.fJ.a; me llevó añQ_~ __<1s~~-ph u !1iei~.l.! .. ~.~111.Qi~cl9_Q_l~~!l~~-.!.~ Jl_()_<'.11 e · i U t! l ~!!_g_<,>__ g~-~...l~\~.'1 rl ª '· ~-~Ne J ta !:l!:!_Lq~-~-~~--<j~!_~e s9__>:_~:.:~~J_e ra ~\~~~ro .s!.~f!1Í. Exactamente Í_l!}!l~l~L~~-l.'.:1.ITl.e:nte. lª__!Xú.~mª __?~n~<.~C:.L21) .. -9.':l~.. C:~!~-1.<:1.~__I.Q1!1.~!:iC:.es. ¡Uf! Creciendo dentro ele mí. Teoía que hacer. todo lo posibk para asegurarSe me vuelve a ocurrir la fontasía que tuve durante la sesión me de c1ue «eso» no ............ se...:.........-...metiera dentro de mi cuerQ_o. . (Larga .... ..................--...... anterior: la ropa qus,9s:u2a - el- lu~e las P~!l2.1ill~:.~~SJ~<;...1C fund<>: .. pausa.) ¿Es mi madre embarazada lo que no puedo soporen tu cuerpo». Pero estas «ropaS:J~~l~ «ha1!.._S~1:1Jbiaclg_s!.!_:!L'!.ll­ tar? ¿Como si tuviera que lavar todo aquello? Sí, todas esas tc.. l?i ñücht>>. -¿-Són ellas-·la madre , manchada y caníl)J;¡-¿¡3-·p-oYsu- · que se retuercen ahí dentro. ¡Porquerías! C~iaudo era_ cosas !·elación con- el padre? Y ¿qué decir del comentario de Ángela: ' ~i--w:_i;.._: · pequ~.ñ.0.;::creú~s._~ían «e~-~,,,..~~i:i1er alg9_ «mientras no lo ves, no te das cu entan'! R epetí estas últimas palau~..:ici que~-~.§J¡l_\2.a_~~~~eí~..Jº _q__~~~_'.~~-~2. ~ .~r!._~~}!. r_~~s-~ (l.~uga pa u1 bras y añadí: «¿La ropa que ...'..:~~~.<:_uerpcllJns..s.'.nY.uelve_, 1 .,. • ~"). ~ GM~hl sa ·) . ~-~~E~5) di~-G~~E~-~~-~~~.L-~~-~~::.:.~.~~~~ .~~1:1.~!~- '~. ~~?s pero gue des~ésl1-ª_camfüado?». Como si también Angela estuf ~~\l ...L¡.IU!_) gus_~-~9.-~S.~:.- C~!!~~!J..-~:~~.0Y~~~s. Eso es algo d!lerentc. vT;;.; ¡::Íensa~{doenii1etiiforas ~,:;~;t e mas , conte sta enérgicamente: . q;t.t. :?!, J. M.: ¿Cómo son?------A · Fsn mr' rf'r11f'nl:1 ;1 J;i nie.I die mi m:1rire . T.a odiaba. ..n 1

d

1 1

1

''E.)

1 !· ¡

1

1

1

1

~----·--

~

·---'-~ ......._- -·-·· ---·

EL ESCENARIO NARCISISTA Y EL P.-\PCL DE LA SEXUAUD.~!).

ELESCENARIONARCISISTA YELPAPELDELASEXUALIDAD.

22(1

"2!.7

e:

de esas personas que se pasan día cogiendo a sus hijos en ) padres muertos ele Arn!e_la. lvk pregunté por primera vez si su.D.U_obrazos . La sola idea de que sus brazos me envolvieran 111e rexia de la infancia y su asco d~ a2_1._!_~~~-l.'.~--~-º-~~1j.s_l_~!S..!..1...R.~.i:t~!.!1l 111i producía una sensación de asco. . (1.f\ col.1le11~rEii1TiTa~_tasía de haber ingericlo_~-~~-\?.J?~l<Jx.~-~.!:1.1_~1_.t;_~~)s o el 1 J. M.: ¿Como si estuviera sucia'? · ·\A contenido del abdomen de su madre, los btJ?.~S, claramente ligados ---.,-·- -------- """'-~ A.: ¡Justo! ¡Corno la ropa! en la presente sesión con las lombrices. ¿Habria también un padre J. M. : NJ:l.es t ra !:..<2.P.~_<:::..S..J:l.!U29'.:.~~E9}_~1g_ l_'!.,s__0,)<~~~-~~~~~!~-!~.':!~.s-. ~· .gusano en el horizonte? J_as asociaciones Je Angda con las lom trti infancia . Nuestras madres eligen nuestra rüpa, nos lapobrices y otros gusanos que comen cadáveres podríün apuntar en nen cuando somos pequ e1íos, y de alguna manera, se mantieesta dirección. ne asociada a ella. A.: La r22E)J_~na~~~!~_ada, ~Bfl toda redondeada y tiene A.: Siempre me imagin¿ a aquellos gusanos como lombri un ·~~P-~~g--~~~~~~-~-~?º· (Angela traza en el aire una figura ces de tierra. Me solía encantar observarles saliendo del_...sue......... ............ ......._................................... _.,._........... _ _ ,..,._ .... _._._________ . ··que se parece más a una jarra que a una prenda de vestir.) lo, ele color (psa. jl\focho menos asciuero_:;ou~!~-.A~E!~l!~\S_~s­ p ~\!liosas 'io.rnb~ic.cs!No--e~~tK;\·-¡¡¡-¿;c ¡-¿~ ci o se por t2_cl_<1 ~-- Pª r ¡Uf! ~S.~~-.9~~~~-~\~~~--3~e_~J?.2...~!~_!!~_ I]]_i_~c_IL~' (Vuelve a dibujar la figura redondeada en el aire, record<'ínclomc esta vez . te~=Y.=E'ª"~"ie!: eef..@XCs'i..'5.~L~,!]0_?iíi.!~e._··_s_Q{~7iáºs~----··· a_ un vientre y el estómago lleno de gusanos de la peque1ía j

.w.r

¿c~f\. }.A.y

~~.o....z=·

-~"' ~l)

e

Angcla.) l J. M.: Esta forma redondeada gue traza en el aire se pa- \i e< e,,_~¡ l\N()J rece más a ~·¡1·-c~;e;:·:·0-c:·~1-e ¡\. 'li~~a·-·;;:e·~;cj'~ ·ac .ves.tlr: · ·:Tfri" C:~;er- ¡j P2 . ;:, 2Ñ 'éJ.. <.:_\ \i l1P ge 1a?... Q. .. l..S~~~?__)?.~_l:~-~ --~l~-~-l_:;~.t:'._~122 _ ~ e_ l:'?:. .. !:1~~-9.!: e? t-A) ~\...\\Jf'>~~ A.: ¡Uf! La idea de ll!._'.~L1úuj_~~_!:ll b0_!'~~~-~-~ ...1.'!.~e a~~a .~ Odio verlas y la idea ele tocar el estóri1agci de una mujer . \.µ,(ul'ú.€i\.t embarazada ... Bueno, de tocios modos es algo que jamás me ha ocurrido. ¿Por qué habrí a de pe nsa r en ello? . J. M . : Su madre se __ gue~_Q_.frnlLi!sazat:J.;LY.iHÍ0.S v.~ces cuando usted era pequelrn. A.: (En un susllno casi inaudible.) Todo eso . .. demasiado horrible ... (Vuelve a gesticular en el aire, pero esta vez ,\ '-' :¿'fü.... (.~«_,q como si quisiera borrar un pensamiento doloroso.) Y pensar ~ µ.~ ( <.:_J':.>~ que j <:~.:!_ás quise 9...~!~dar~~- embara zada ; me licvó año_L~~~y­ t a ~J.~-~~~~--~-~-q~1 e~~.2~'--~.!:<::.~i~:~~~~-~-~!.Q.5!.~ f!1 í. Exactamente <..~':·A>fvCJ

~~' ~~Ñ ·;u,~

lleMd-¡-g~·5-;;~;~·-¿~9;~·~~~~i~tÓ~~-~;-~~- ~lil_~.j?~;~;~~; ,~l1· ~

l
me de que .:.'._~S0»_1:1.2.~~ ..~~Ug_rajentrq_Q.L'!li_~J:!S:...!]2.0- (Larga pausa .) ¿Es mi madre embarazada lo que no puedo soportar? ¿Como si tuviera que lavar todo aquello? Sí, todas esas Xc.~ ¿J¡¡H:U'i.U':t..J \J~v.:'.l 1

cosas que se retuercen ahí dentro.. ¡Po rquerías! CyarnJo era pequ~ñ.a....cre.Í1:1-::fl_~1s nrni~res ~an «eso» E_~-~S.!:ncr algo

q~ esJ~.b~d~~eí?..J~-q~~~-~=-~;_;~~an_~~~-~lL~rga pau· ;.,\.}~~... ) ~ '6)Mt?'.f\)Sa.) ~~~~5!:?~go_s~!_!q!._~~~.2.~~-~~~1-.!~i~~~~~~.,.~1!.~~-~ ~~?S <·~\) ~ \l~)

<-'.,. ~



gus_a_no~.~~,--~9.!~.~~,,.'.l::_~~~~~y~~~s . Eso es algo d tlere n te . J. M.: ¿Comci son? _ ____ ...._

Dacia la particular resonancia ele esta palabra, le pregunto:

J. M.: ¿Una solit:1ria, entonces? A.: ¡Dios sa nto, sí! Una vez nue s tra cocinera me dijo que le salieron lombrices por sn boca, y que en una ocasión puso un plato de leche para coger una y cuando sa lió le cortó la cabeza. ¡Oh!, sí, ahora me acuerdo que icnía tanto miedo de tener la solitaria como de te11er · lombrices. Me mantenía alejada de todo el mundo por miedo a cogerlas. Era peligroso incluso tocar a la gente. ¡Uf!, me acuerdo de una vez en que tuve que lavarle el pelo a mi hermana. Iv1e pidió que lo hiciera y fue una auténtica tortura. Me pregunté, aunque 110 dije nada al respecto, si su hermana pequeña 110 se igualaría inconscientemente a una «lombriz» del · cuerpo de la madre.

A .: Es el mismo horror que a las mujeres embarazadas. La sola idea de que pudieran rodearme con sus brazos me hace echarme a temblar. Pero mi madre nunca hubiera hecho tal cosa. Sólo oír hablar a las mujeres ele sus embarazos me pone enferma. (Larga pausa.) De alguna manera, es una vergüenza esa sensualidad. Horrible. Hace que se te pongan los pelos de punta . (Empieza a murmurar.) ¡Qué angustia .. . ! No puedo pensar en ello .. ., rne siento perdida ... A 1 •. ..,. •. ,. .• , ......... l .... ",. ,.,, .... , l.·, ,.., ........ ,,,.,. ..... ,.,.. ,,.. ,,r,-...,..,

r •• •a. .: • .-.fA.

I·."',-..; "-.,.,.,.¡"

l.:•

,; r, r""\.

l ..

:?.~S

U. lSCEN,\fUO i'\ ...\RCISIST,\ Y EL P.-\PEL DE L.\ SEXU.-\LlD.·\D ...

EL ESCTN:\RIO N.-\RCJSlSTA Y EL PAPEL DE L.-\ SEXUALlDAD ...

participación, sus ojos buscan esas formas redondeadas, sus captan las palabras de esas nrnjercs con singuL,r

I\.: Cllando c~tás obligada a participar de esa manera ... entonces te conviertes en <•C'.;O» . Te ves mezclada en su historia.

oído~;

;1gudcza. .

-f>

·

-

A.: No puedo soportar la autosatisfocción de bs mujeres embarazadas ni su increíble falta de delicadeza respecto a Jos sentimientos de otras personas. Cuando estaba embarazada jamás hice Ja más mí11ima alusión a este hecho, en especial . delante de mujeres que no tenían hijos. Claro, ¡es esta forzada participacióú en el placer de la mujer embarazada lo que es insoportable! (Ángela da muestras de sorpresa ante este descubrimiento.) J. M.: ¿Cree qu e :.ambié n se podría usted estar refiriendo a su propia madre y a sus sentimientos de cuando era pe- ? quena. . A.: ¡Por supuesto que no'! Nunca envidié a mi madre y, adem6.s, ¿,por qué habría de pensar qt.ie--icñllff;rque-panicipar? 1\fo pregunto por qué l
.

~

. A.: Sí. .. , es cierto que. me sient~ como ... ~<:ina~;l\ . Pero bien es verdad que me siento fascrnada por cuaf(¡\1ier cosa q11e observe, siem_pre y cuando no me vea mezclada en ello. J. M.: ,~ Y cc;n las mu je res con las e¡ ue se relaciona') A.: Cuando me pongo a pensar en ello, ele ;ilguna manera me siento desposdda . . . , corno si poseyeran :tlgo ... , quizá camhién cümo si fuese mantenithi a distancia ... Recuerdo lo tíiste que solía sentirme cuando a mi hermana le clab;rn algo y a mí no . Siempre tengo mucho cuidado de no hacerle algo así a nadie, en especial de no hablar de mi hijo a algnien que no tiene niüos .

La organización edípíca em pieza a anorar

Angela me ilrnestra, una vez más, lo difícil que es para ella mantenerse di stinta de los otros, en especial cuando hablan de temas que la trastornan o la afecran muy de cerca. En esos momentOS sus palabras la penetran ele un moclo que atacan su sentimiento de identidad. Esto supone una clara amenaza para su econonüa narcisista, pero, tal como veremos, representa , al mismo tiempo, una ;:imenaza de 5er invadida por fant;isf:ls sexuales prirn~1rias. Est5 empezando a aflorar una oi·ganiz<1ción edípica arcaica, con la escena prin1aria aú!l encapsulada en el cucrp,) de la madre. En su fantasía, Ange!a está "encade nada» a su rnpa, tell como expn.:só en un~ ocasión . AliorJ parece factibl e qu e esté «encad cn::ida» al cuerpo de su madre, que contiene el «gusano solitario;>, el «padregusano» y su fruto ~ornún, las rninúscul::ls <:lombric es ». Solamente cuando Angela esta separada de e:;tc sustituto materno en iorma de ropa es cuando percibe que el cuerpo de la 1rnidrc-prcnda de vestir, abultado por el embarazo, ya no es parte de sí misrna, y siente a'.;co hacia todó aquello a lo que esperaba unirse, como si hubiera .una fantasía inconsciente de haber incorporado todos los preciados contenidos maternos. Odia ah_QLlLtQd.0-.lo-E¡·t1·e..etntañ0-envidiaba y deseaba. ·- -

:: ~ l)

J

·I

1

j

Yerno~ aqt:í, -en la referencia a su hijo. as[ como a su propio .embarazo, que Ángela se torn~1 nrnclrns molestias para no despertar envidia en los demás, lo c¡ut: es. sin duda alguna, un modo ele dominar lo que pudiera haber sido una strie de hechos traumatizantes y causantes de tnvidia durante su propia infancia. Actualmente se cree estar m:í.s allá de toda envidia, de todo deseo e inclu ~-­ so de toda necesidad.

1

l 1

1.

J. M.: Podríamos p1egunlarnos si usted no se sentía «eles- ----poseída» y «mantenida a distancia» por su propia madre con sus bebés creciendo deutro de ella ... , su vientre reclondeado, : como es&s prendas ele vestir redondeadas. ¿Podría relacionarse esto con la idea de que no tenía nada que usted pudiera envidiar, salvo esos gusanos? ---~ A.: ¡Qué asco! Bueno, en cualquier caso, procuraba mantenerme alejada de ello . Siempre creí que era la preferida de mi padre. Teníamos nuestro propio mundo, é l y yo . En su despacho me ensei'iaba monrones de cosas. Lo carnal, cuerpos y sus entraflas, pertenecían al otro lado, a la zona ele las cocina~: . En las habitaciones de él todo estaba en calma. Sólo contaban las cosas intelectuales. Yo era el mi e mbro de la familia 'más favorecido. J. M.: Sin embargo, no era a usted a quien su padre daba esa•: «solitarias>;; y todos esos «bebés-gusanos)) crecían en el estómago de su madre y no en el suyo. A .: ¡Pero mi padre no tenía nada que ver en todo eso! ... ¡Diús mío! , ¿qué es lo que he dicho? Nunca lo pensé ... me

,\

230

"· .

EL ESCENARIO NARC ISISTA Y EL PAPEL DELA SEXU.ALIDAD ...

Á11gela hace vagos gestos e n el aire, y su voz se vuelve c asi i11audible. Pic11so para mí que el intento d e imaginar la relación sexual entre lo s propios padre s se :icompañaba, a menudo, e n !;is sesiones analíticas, de una sensación de aturdimiento o confusión, como si el niño pequeño del pasado e-; !uviera luchando e ntre el deseo de participar en esa escena y al mismo tiempo el intento de · observarla o d e hac er q(1e concluya, una an s ieclücl compleja constituida por la e nvidia, la mortifica c ió n narcisista y el temor a perder la propia id e ntidad . A.: - Los cuatro niños, mí madre los hizo e lla sola. Si no .. . , bu e'~o ... , es sencillamente irnpensable. Eso m e recuerda que hay algo peor c¡ue las mujeres embarazadas; son aquellas que hablan de sus aman les y su vida sexual. Co mo personas poseídas. La idea de ser devorada por tales se nti mientos me horrorizaría. Se diría que v'ive n únicamente para el otro, como si estuvieran colm adas por ese ser. Tiene que ser horroroso . Nunca seré poseída por una persona de ese tipo.

·-17

Una vez nüí s, vemos que Angcla sólo puede id e ntifi carse con la madre genital en un c lima d e horro r. Las mujeres «rcclondcadas», volcadas .sobre sí mismas, que e nci erran·csos «bebés-gusanos» qu e uno «coge» por la boca - y qu e sale n por e l a no-, y o tros e le me ntos de la s teorías sexuales i nfantil es ele Ánge la se es tán hac ie ndo vi s ibles y ca p aces el e verbali zarse. Ahora se añade un nu evo elem e nto a es tas madres ya ll enas, las mujeres «poseída s ... , colma das » por s u pareja se xual. Oculto den tro el e la redo nd ez de lamadre, s igue habi endo siti.o para un so litario padre-gusano qu e Loma posesión de e lla. Este gusano, según la cocinera, entra por la boca, pero tambi é n sa le por el mismo s itio, momento e n e l cual se le co rtará la cabeza. /-·-- ~--------.... '). ¡La pareja edípica es una fantasí;~erniifonne!') .

i \

¡ \ '\

---~

Los dos gusanos Para hacer frente a esta escena pl-imaria condens ada y arcaica Ángela construyó unas defensas igualmente arcaicas . No es de extra1iar que fuese una niiía anoréxica grave. Al intentar 1nanejarse con sus temores primarios encontró, como la mayoría de los humanos, que la realidad externa un buen día confirmó de manera fortuita su fantasía y le proporcionó una representació n mental para

EL ESCENARIO ~.-\RCISISTA Y EL P.-\1, EL DL: LA SEXUA LlD:\ D ...

23 l ,,,

lagrosamente como el fruto escondido de su propio cuerpo, a lo que se aüadió las historias de la cocine,ra, que prnporcionaron la ' ,' faritasía para negar los deseos sexuales hacia un padre genital. Sus fantasías sobre el deseo sexual, así corno s u deseo de tener niño s fueron contrainvesticlos en forma de objetos fóbicos. A partir el e entonces Ángela «s upo» a qué tenía mi edo y de qué enemigo te nía que dcf~1H.ierse . Un conocimiento reprimido, mantenido sobre la "' base de una fal sa escisión (Mcltzc r, 1967) e n objetos bueno y ma- ,.: ' lo: los dos gusano.s. El padre-gusano te nía a lgunas posibilidades ' : más de ser idealizado que las numerosas p eq ue 1ias lombrices. Por ;' · . ' .. . . . el <
'"' ' ~'~· ·· ·;; q

.~.,,,

.... 11 .. , ¡,, ,-.,,, ...... . ........................

("',-..,, . ..... ,.,,,. , , ¡

232

l'l . l-.s
EL ESCENARIO NARCISISTA Y EL PAPEL DE U\ SEXUALIDAD ...

ro siguió siendo una niüa distante y la historia familiar la presentaba como muy precoz en su desarrollo y muy independiente
si::-:uAt.!~)..\ll .. .

,,~

.:._.)_,

rio», metáfora dd falo de sn padre, y las «lombrices», mctoninua

del poder de la madre-, la niña escondida en la mujer adulta, en lo más hondo de su ser.. desea a ambos y ha de estar continuarnen-· te protegiéndose del (kseo devorador de tomar posesión de ellos. A fin ele defenderse de este peligro mortal para su integridad narcisista, ha de lavar su ropa sin descanso, la ropa que tanto le gusta y que sustituye a un self físico con deseos libidinales . Además, esta actividad también le proporciona un sentimiento de «realidad». · Encapsulado en su ropa encontrarnos el vínculo entre la organización sex ual arcaica ele Angei:1 y su estrnctura de personalidad narcisista. Tiene quizás un interés anecdótico añadir que unas semanas después del análisis ele! material que salió a la luz por primer~ vez en esas sesiones, AngcJa encontró al hombre que se co1ívinió en su amante, Jo que indicaba un cambio considernble en su economía psíquica y en Ja estructura subyacente de su «perturbación narcisista». Tengo la esperanza que este fragme1110 analítico demuestre hasta· qué punto la s murallas narci s istas de Ja personalidad y lo s sín10111as a los que da lugar est~"tn fundamentalmente li gados a la . fantasía .incon~cicnte de la escena primaria en su forma más primitiva )1 condensada. Y, asimisrrio, deseo transmitir también hasta qué punto cualquier bloqueo de la permanente oscilación entre lo s dos polos de la investidura libidinal, el constante balanceo ernre Ja libido objeta! y la libido narcisista, dará por resultado la perturbación narcisista . El análisis de Ja sintomatología narcisista a menudo nos llevad a la sexualidad fragmentada y arcaica de la primera infancia . Si menospreciamos este vínculo primordial entre las dos expresiones Iibídinales, corremos el peligro de encontrarnos en un callejón sin sa lida tanto teórico como clínico.

l l

evt1·.. rnn

'11

'

! l i

XI

LAS NEOSEXUALIDADES

1 l

1

·l Más all{1 de las fantasías sexuales arcaicas y apenas verbalizables del capítulo anterior, nos encontramos ahora con otras c~­ :-"-\ . _ciones, en comparación más sofisticada_s , conocidas corno perver'~() siones sexu<1ks. Al igual que las fantasías sexuales, la~.-12~[\'ersio­ -~ ne:?_..ti.~~l~n un significado arcaico su_bya~lll.e, PY..9-ª.SSl_~s_e_ _l_<;.:_J1a a i1~_1_i el o un el ra rn a g~LU.!.!!!l~!..~m!.c¿_~g_1_1.J.ºÜ}.?.1I}JLC:J1.ét~..!.Et::J_,1§_.)'. _tgm as ~ p ~~c:gJ..<:~gi_~g_s_ .e..r? .1:1_'~-..t.Q2_9__~_\:I_l).]_'!_fl}Q.JJ.! e ~Q-~1-d.t.11s a.Y.9. En este c<1 p í tul o y en el siguiente trataré Je las I!l~~.!.i.J?le§... L\.1.!~:io!.l_~§__g_~_!g1i._!J..~ose..i_::liª-ZibA!> dades - porque son realmente una s nuevas versiones de Ja scx uali d~9_:fü~!!_anp.- y el modo en que par~· - c-ti·;,-:;·¡:;¡-¡~co_n __;~sf~-~~¡¿;~~·;;·º sólo han de habérselas con las conocidas angustias neuróticas, sino que, además, han de mantener alejados los temores y fantasías que podríamos denominar psicóticos. · ¿Qué es la perversión'? Antes de pasar a estudiar la estructura y la economía psíquica de las perversiones debemos primero iclentificnr los objetos de nuestra investigación, y esto no es tarea fácil. ¿Q\:1é actos clesignam~~~~s»? ¿Qu~~n «P(:'.E.~ertí0g»? Se podría contestar que todo el mundo conoce la respuesta: un pervertido es aquel que no hace el amor como los dem[is. lndepenclicnterncnte de la compleja cuestión de cómo hac en el amor los ckm;'ís, la paln bra penerrido entraiía, sin duda, una alus!_Q..r.LfilYOrativa a oue snhrP. h nPr~'""'

236

LAS NEO SEX UALI DADES

i

uso sexual ele ciertos objetos (espejos, látigos. rnatei'ia fecal) o ele ' personas (alguien del mismo sexo) que parecen inadecuados par3 . el o_b servador no pervertido, el hecho _de_et[.g_ueta!:.J.!.Ules~~do..~~- ' ' x u ~!.L.?.2J.~~1:i:i_~f:!-~~.!....!~!!}.~i_2_~__sl_<;:_2.l}.~ác tic a se x u a 1, ~s el iJj_c;_i 1m~\~ te j t.!El~fu:a b1e , a u ~u a 12_~9._-~S te a_C_!Q_~~--~S>D.~~~~::~.~1._11__?_[~~!2.~~ . ¿Diríarn ci s ele alguien que es jncapaz de dormir como el re sto de Ja gente: «jBah!, es un insomne, ¿sabes?»? Sin embargo, la perso na cuya sexualidad es diferente puede, de alguna manera, perturbarnos o amenazarnos, y por ello YJ. anall;>ta__5i_~.~-~ que_ien er bi._e_i_i..E_re~5:.'.~!~· qu~entr~:.se_ únicamen!e en la sex u~l_j_~Q.~L.~l~L.0!..~.i~-~1-~Ji!!.1101~_._g11 enfoque artificial que hace caso O]Di?~-c~l .I~§lQ_Q.~)0..1)_'='.X:.~-9.1]_é~dad. . El objetivo de este capítulo es ex.arninú el ~pel~L1:.1~ dese2~peña Ja sexualidad perversa en la -----·----· estructura ·total la 1)ersonalidad y su ·\ -·----· --·--·de ... --·-----· .... _., ........... ..... .. p a pe:_~_,E.ara _m a~ ten e1~l~q uj)_~~Ei.9..J~_~j_Cj_1:.1. ~_<:_<:?__f ~~~~~~-- -'l_-':~.r~~ -~~-cl_0_~~;>_in - ~ conscientes. -··-------Si exceptuamos el término pervertido, que propoi'ciona una in f orm~ción parcial y tei1denciosa ·respecto a otro ser humano, ten?..1:~m_Q~~ a pesar de todo, que definir lo que entendemos por1jiÚ~ ve1t?!'})si .querernos. escudia~· su papel en la economía psíquica~de · .·. ~ . .lfn determrnado paciente. S111 embargo, el s 1gmf1 cadQ.~Y.9-U~!.!_y_o .SH•. · persiste . Etimológicamente, per-vertere (*)no significa más que un f~i01 1 movimientadeÍJÍverSTón_Ó_r_c::_c rsiÓ~ Cualquier diccionario nos informará, no obstante, que e~te movimi~~1l
·*

--~---·

~

, ~-· · ·····-· · · ·· ·-···-·--· -

a1~!_9-_~~=cü~I~i~f~E~?.:i.~-~-~:fo:~.~~::ª~]~t?.~í~~=i.~:x.1;ar;-~s~iííYº-~Pº-~'.:_e1

heclw.-ilL~~gJÜL\1-J!... f.f!.miD.Q_ .D!.A~ .C::().1yip\ic::a.sig, ):.ri ...ese ... c:a.s(), .. 1.1<~9_a

d ~~¡..!~ gu iría a~~-~..Q_1:E~E~i.9E~~-S.n.S.~:J<:.L!'.l.l<;'.S. clt;)().S. __ j u.~ g¡:)_S _
••

,. /'

-·-·--·--· ¡

LAS :SEOSEXUALIDADES

238

237

caciones del modelo estr.uctural conduj~ron al i:_onE_~to d~;~~ como herederodclcomplejo ·de Edipo y enriguecieron considerablemente la compr~-ñsiÓn-de·-¡,,1-···est;;:-1-Ctur-~...,....¡;;;·~~~rsa en té-m1i-

~1-~n: i::: s t ~ i o :i_e.~-~~~-~!! co lllJ?.!~j-~)--~~-~ ~-~-9-.P~!qt_1_i_cg__ ~!~--~-! _9..l!.~J.~1 a 1~i e- -«' dad. la depresión, las inhibiciünes y la s perturbaciones narcisistas, eic:._"· t o~~~~~fI~i~~-ªª-;~ñl¡)~a·í1-tii1. pilJ_cT~:·B_~.".~_s_~~_6-~f1~~r}~· c1~$~T~~-~_;~--~ n •l-'~LH.~9~1 camino hacia la satisfacción sexual, sino más bien una organiza-

c_~§rl~~~.~l~eail~.ii~-;~···(í_~-éi·e·s_;;i"Iit~~L.óii~iifu.!.r;i• ú~s~~I.~1.ª-.éi~§_,_ _~1.riin! º

\1

así a las neosexualidades una dimensión de carácter particularmente--coñ1puTST\;o:-··--···· ··-·-·-· -·······--·-· -············· ·-··· · ····· ·· · ---····-······ ···· ······

\!;' ·1¡

·¿ct"ij·¡-e~.;·-·;;ón esas necesidades? ¿Cuál es el significado del acto

1

· ""-~----,.-- - -

sexual en el que la ::insiedad y el sufrimiento rara vez están ausentes? ¿Qué es lo que podría predisponer a una persona a este tipo ele iiwención? ¿Cuál es, finalment e, el papel de la invención neosexual en la economía nnrcisista y libidinal de su autor? Para estudiar toda::; estas preguntas tomaré como punto de partida algunos de los · conceptos fundamentales ele Freud respecto a las aberraciones sexuales.

Par;(¡;-:-ud)~isl ~~s í~.'~E.r.~:..9.~~--~~-~i-~-~~-~.!!:~ª
0_ó n de 1 ~~j~!_<~.Jl1 o rn ose~_l1-_'.1_~~-~-~-?.. ..IJ.~~~gfiJ!_~L .9.~~~-~-~.L!~~~l_i_o

ele evitar los órganos genitales) o de metas (b_~-~~--es!_~--~1~L9QlQ.r), así coiTiocuakiuiersTtl:ía-ck>11e~-i -Ta ·-(}-~le .eT"-l)~gasmo se subordina a in eTücfíb!esCOñ·cncl'6·;:¡c;s·-··exTeril-as···cfo i ídi í5ri1 o,. ~rl sn1 ü)'_·- Estas aescrlpc!onc"ssuponen, natui-almcí1te-;--ií'íl"'co""i"1cept~ª-SD ~ sbual definida por Freud (1905, pág. 136) como «la~~.!1l9n..s.l~Jgs g-enitales en un acto que se designa como coito». En ese mismo !...IW~f.Jf\ e ns.a yo -eseriGíó···c¡·Lie ·;<-~I~i~á-ciei_:E_~~-~2:iifso-:sf~)a E~!:Ye.r_s_\.Qr_1___~i_º·- ~e 1.:ictL1-111\ L manifiesta por el contenido d~ la 11\iev.a meta sexual 1 sino _.P.Or su • l tv'.ÑC ~ -1 m:tJ.porgQ])re-sj)ecto.cTe.. IO.- ñ(;)-í:;¡1~¡;;- Ú;~g." . 1"46) .-I~i¡:;-;x:iÓ~-~- ~
\,oye

"t°'

·ac1u1tá~rv1eiiZ'er[3"<:i.iie-zr;;·r--;;Tfev.e ·ec·h ~di~1 ·· ae; · Cji.i"e--e~-¡·~-e

i0:s···aJüftüs

¡;--s-exualidad no neurótica y no-perversa adopta mud1as formas. Aunque pareciera suscribir una noción de «concl ucta _sexual nor~ mativa», Freud también escribió que la propensión a la perversión no era nada extraño ni particular, sino simplemente una parte de Ja llamada constitución normal (l 91 :~..L~..... , . . Las primeras e nunciaciones ú~e.1,glja11á.s' tienden a considerar a J,.... ,...

~,...

••• • .... -• •:

n0s-edf~~9S.PerofueC:}'lllzfs-ercaso-(°Jr~

ET71o/ñi.m{Ie fós tob0s-io

que obligó a FreuFl a estudiar en rr_iayor r.rofundi~~1d e_~~~
Los conceptos freudianos de perversión 1·c.;\le;

LAS NEOSEXUALID ADES

r~

- -

-

~

'

1

f

1



"

Para Freud estaba suficientemente claro que 1<1.:'>..i!_ifif.l!ll_ad~~~-n ~illD la .!:es~~ución del compJ~de _~dip_~e.!..~.1.~.-~L9-E_i.g~-~:i.._~~~1_!_<:?_<:!_~- las dúi~.~~1fírrnó este hallazgo . Podríamos decir\.)\. f' que la(inve!lfl2.~.Jl~2.~~!.0.I!§§)son, en determinado nivel, u~.J!:itento de cortocircuitar los múltiples efectos de la angustia de cast~a e [9 n y. in a ii!~er-~~~rn_f! ados !!_ei1ti"9~T~T;jiL~~11 ~]i:~~:!_1_a_ se~~~T!:?s ocultos vj ne u l~~!~~s t ug~-~~j~~!g__~.J-~--~~~~9.~-~~~-~-l__'.~!.~~--0 fa!l_!_í_l~s (M_c:Qoug~~.!_,__ l?.2.8). La estructura edípica cstú, naturalmente, centrada en el papel privi legiado de la figura del padre. La imagen de la madre, en su aspecto primario de madre-pecho o de entorno primordial, no forma parte de esta estructura en la teoría freudiana clásica. Aunque la teoría de la libido concede una importancia considerable a la más temprana relación madre e hijo, Freud no ahondó. en las problemáticas cuestiones de las vivencias y fantasías sexuales arcaicas del niúo y su efecto potencial sobre la posterior estructUra edípica . Asimismo, tendía a idealizar las primeras relaciones del niño que mama, en especial la de la madre con su hijo. Según Freud, el objeto de deseo del hombre era la mujer, mientras que el objeto de deseo de la mujer era un niño varón . Fre~~~.2-?.!.:_e­ c.!!uocg__s!lQuegg_ a concebir una rela<.;ióri._..~~~-_0_m~~!J.:~c­ t~_nte q~1e no fuera buena y se preguntaba si este período no consti tuiría la base del mito del Paraíso. Aunque reconocía que el «objeto» nace en momentos de odio, no dejó espacio para la idea de una madre «no suficientemente buena», ya fuera en la mente del ni11o o en la realidad histórica de b psíqu(; materna. Si la f;11.1qsía Qfl l(..araí50 encuentra sus orígenes en la vivencia nostálgica del níi1o

-... LAS NEOSEXUALIDADES

sus raíces también é\quí. La idealización ele la maternidad en lo> trabajos de freud tiende a vc::lar en. exceso la importancia de la mujer genital cuyos deseos no se reducen a su hijo, ya sea varóo o hembra. La idealización de la rnaternidac! sirve a menüdo para enmasca-

L~r-~<_1 _~n_v_i~ii.~,~~~T~~~tJ.2'í'.,__Y.__~T~0.~i-~q0
d!L~ge_z._~~evitablemente,-· hacia ~~....!.1_1_aJ_~--~_:J)_~_cho. LaQ5í'iñ\cra-íiTl"ageii maferña)désernpeiia un papel contit~uo y escnc:_~l__~_n el incons~i~n­

t_e de todos los creadores neosexuale~.L_a imagen materna iq_~~fü:a­ da no sólo su&~ere que la mad~~ está libre cle._~~seos sexuales,_~~º que también c~ntiene una neg~ción_j_~::iP..l_í~i--~~-~~~-!~ __i_~i:.E? r~-~~ia de ~~_ dif~rencias genitales. L_~~--.S:.!:~-~}_l__C_~a.__ de q~J_a distinción entEe lo2__~c~s 1:0 dcsern1~~~~-~~E~L~~Lg~1-~?-~ . -~-~? .l~... 3..l?..~E_i~i~1~---~~L~!s_~o sexual subyace tras cada uno de los dramas neosexrndes (McDow ga!T,--197

sr__________________ _ _ _____, _ _____,____, _ _ _ _ _______. _ _ _ _

LA S NLc'OS t: X U /\ Ll DA l ) l ~ S

240

2.39

! ~ 1

es el f~arn~}.!52....~!2. sexualidad hum~~~c.--P~.~ede ~-~~--i-~-~l-~~la por la(ac:t1tud de la ma~1ac1a la Q!écoz act1v1dad autoerotica de . s Llbe-bé, e~J?E_~.!-~L~.e n ~~..2.~'--~!.!:ji!1 ~S.~ (lic~_ j_)o~ioJ;:=0.i"iJ.~-1:1~~i~~~ acio oados con el hecho de orinar y defecar se ven despo jaclos de su

potencjaTíTGidin~LY_ au-toe;:ót~co~-ESiaTciea-¡;-;::;p·Oi~e--~íºna-·Tínear;·ó-

tencial de investigación que me parece especialmente pertinente para cualquier estudió sobre las bases primarias de las perversiones ¡ y su relación con el autoerotisrno genital. La observación clínica me ha llevado a la concl~_i_sión de que l~-~--'-'·~~~_y_i:~~l.<_l~'.'__ .~l~--~~1~-~~-t a ge ~:i_i.!__~!-~1~.'..~~.? l. .



e--slíe-rte-qt;

' \ 1L

~) Q;l'\0

El autoerotismo infantil La postura de freud en cuanto at@m9·~- ~~~~i~también merece atención. Mis reflexiones sobre este aspe--~io. cieT1 teoría freudiana están inspiradas e n la opinión de Laplanche y Pontalis (1967), según la cual el concepto freudiano ele sexualidad humana entraña la «perversión» de las pulsiones sexuales desde el comienzo mismo de la vida. En la teoría freudiana de la sexualidad el concepto cie ...-···················. •·····--·--··-----·-····--········-····· -·-·····-··- · <~l_!_ac~j_js, que remite a la dependencia psicológica vital respecto dd otro, tiene una importancia cardinal. En este concepto se mantiene que la~___Eu~siones libiclinales est{~~~-~~9~.~-~E~~~-~t_i_ntQ___de_auto-' c_~ó 1o -~~~~!:1.9.~.'.:L<.1!:1.~_<:.i::i.~-~- ~DE.':1.~.1~ tx~~_.§.1_1-_prop_LLaj_i__~1portancia que concede la teoría freudiana al 011toero1ismo como p t i po de la sex ü-afüL~(FL~i].0_~~=~~~~-;:ii~:ri(~ª~Q:~:~~=P.:~sa-!)ü r ~fü. Para Freud el modelo ~mi de la futura relación sexual no se halla en el acto ele mamar, c~1va ~ficta·\ii~-sri;it;:C:\ es la--;-~1tl)conserva­ ci6n, sino en la actividad auto,eróÚc'ii-del chupete~) del P!:l_!g~r, cuya (rñe!!Dinstintiva es el Q!!.!.~-~E)ibi~lj__!lf_ll. Al ace ntuar este hecho se iecálca la@oí1oi1iía (Te! [email protected] só_lo __9..~ ___becl1Q.__<1_~-~1i_1_~~-r~<~!~~. sino, sobre tocloL de su 'objeto scxt~aj original. El pech~~J_~__!:__:_a­ dre es recreado en la fantasía rnediant_e la activida~~J_ chupe~~º del pulgar, que o:::s ~~1anifiestarnentc una _búscws~da de_pla_c;_t;r y ~g ------···--·~-·-·"···- -

~~'l!~s:.iacJ_é~imo.:_dial dc:_~~~~~.0~~rnie.D.!.~-t~0_.C'._ia el_~_l_1_~!I.?e -. !~~.-
.il.!..1..~.~l a re ~::.s!_e la e~ ru ce ~1r·~~3-~!.'..~! __l~~'.~~1_'.::_PY~-~l-~-~'...e._1~s-~A)1 oque ac[i) c)_esde e\_J~j_nci0o en determinados nii)os, que se verán eI~~~l'._~_0~s a~~-~~ÍJ~º de neos~xu:ili_9.~~\._a f!.!2 __9~__1.~1ar~~!~'~E.-~~~1a i!:l}_¡~g_e:n corp_~~~l y una in~~:-~g~-~'.J~~~-~~'ts. Puede que los bebés tarn bié n 1~S.-~..l'i.!.~!:!_es t ~.Sr e_a e ion e_?---~-~~c!i!.!iS.~. J~~-~~'....~.:' L~~~1: _q~-~--~-l--~-ª di s !:!].2.J?! i rn ~L\ o se v u e h'.A2. obre s Í_.!J.!.i.:~~n.O ,___l-_0:~.i:i..~.(?, 1·:;i¿_~~ .~;-~.l,()~ e -~ s,_í,~l autoerotismo en autoagrcsión. Uno de los(ffiijí1Tos de la sex~f(lacr -.B:.IT"7e7s~~eside en l~rotii.«1ción _9.e t:s_!_~.J~trti<:_l:~0_r m~mifr~i~lS'...~2.n de las pulsiones destruc~iva~Stoller.J-2:US) . ·

roto

u1~~~ctiv~dnd bi~gicarnent~_i_~e_s:~sa'.:_ia.

El drama neosexual

o/

~n,tenr>o r111e l:1s neosexu;1\idad es J i:::bcn rr:Har c·on u11 conju nl ü

242 LAS NEOSEXUALIDADE S 241 \-l·c,G) 4 doble de problemas, no sólo co11 aquellos que es t~u1 relaciona(los un homosexual , «pero no tienen el valor de admitirlo». De hecho, los autores de los dramas neosexualcs e\;tán constantemente al ace~~2:_:_2.@ll~~S ~?~.~)~¡.D.Q ~ambién ~on \os c~ue pertenecen. al cho de una confirmación externa de universalidad. Es quizás ~?9 oz:t_Q__j~'illí\IU-Ja.Q pnnhl,~S decir, la~ pnm~ras concepc10nes mfantil es del mundo sensual, con sus est1mulac1ones y frustraesta misma .vigilancia lo que permite a la gente encontrar con tan ciones internas y externas arcaicas. E::_J~~~res~-~!.?.9ón nel~~-~_al as,9.~~.~2.~2,,~~~Jil.~~t~~{ a un~-~!:S.<:!~~i~-~-~-~~a a re¡;;~-~~ta7-;Ip~pel los conflictos de uno y otro nivel tienen que ser hábilmente n~a- t-l:tj_~ ti v0~-.-9.~~~l~-~~ e r~!~~Y-'.\' S.~.>< tado la sexualidad humana en s us aspectos gc11italcs y heterosexua tem!?~~ a ~~E_':'. as t ~_'.lj_2___~~-!~~se_r_~~~~_Í!.!.~.l!.2J.i_~':lE!:1.~l1..r~p_tu:__~t::.i:.12QnU1 r ~e la castración no dapa; lejos de ser uno castrado, se ve compleIJ.,...J-1 '/\ ~-V. lcs-:-A1 cañ~ibiar las ri1etas y los objetos ;cr_ca___ ~_i_r.i_a n_l_l~-~'--~sc_e.!~ª-J~.r_imaria (McDougall, 1978). Esta realiclacl sexual inventada no se ·¡)ñ..)\)Íf\Y tado. Podríamos añadir que si esta no_fuera la J.anta_§_í]__ dQJIÜ~~~Je, 1~ c0!1Slgü~ g!~__12agar un precio-_-- ET.iici-0:-süG~e--· ª1)~a-~~ 1,6 no _no2 encontrar~~~E__~J__!_l_:iu~do d~~ SCXJ:!illiQ.?cl_Q_esv_iª_g_a, .~~f)~ ·'' ' {)'1_~(_~ o: ·i \i) s~~o en el de _l~ psicos\s. Que el ?rama requie:a un acto de ílill1..~lª n u e va teoría s C.·rn a 1 \le ~1:!.E!~~-iEl_l_E~J!~t-~~~!\~Ú~iwJ..e= a!:!~ i e.~kcJ.Ji .. ~s ' A'f......, c1q__'l_i_J.ecE_~}~L<J~Lplac<~_Ls_~·g¡_;:d y que los < xual que el niño pudo encontrar para manejarse con los conflictos , . otros, que carecen del valcir suficiente para intentarlo, envidian su ' \.~OLA;Garrolladores y las contradicciones. El ~EL~_g.Q__ea!:_ental..!:~Lª_tiv.o a la -~\~ solución perfecta. L'!- «perfección_:~ re~5_le, naturalmente, en el he- -· sexlli~idad, junto con el mod._~1.2..!!..e pa1~~-ª-~xual~~.l.~.aclre s cho de gue el cr~ad<;:>r ele la invención neosexual IJ..?L.S:1f.Ü~q-~Q~l-~s C_.2nstituyen a los gjos~9~L!::iño, tie1ie una importanc¿Íi!_~tJ.9Jógi~!'l ~ las reglas y dictado, asimismo, el P-_;_i__[J~l_~lg_~!:!.J2.ª-Lt:üi. Nada es dejafundamental. Muchos ele los extraños detalles de estas escenas eródo al azar. Las reglas son férreas y el menor cambio en la situación o en la res¡)-uesta~-cTefa-·j)aícTa--p-¡:;eCTe-va unida a la tendencia a .~g!"!J?.~1Í.L_
..

su

- - - - - - ,· - .~····----------~··----~·---·:.'.~ .........'JiZ;;::;;;;-~·:;:;._~!;lli'11=:-:;;.·,.::.i:.;i./.

_

'\ta

e_(sill"¿=;;·e-

-~ ~...-- ·-----. ·---··-.-.·-- -..-~~----------·· · - ...... - ..;..._.._....:;;::r~;::..-::'=......,;;;-......-::.,·,;;;,1 ...... -..... -.- ~ · -···-- ...-,-1~.

j

¡

c,QílCet:UWt~=--=~=-~~·-----··--~---.._

tl

..,

~

'

. .

.

.

.

.

l

. 1 1

! j

1

¡ L ! f.· ¡::~'

¡..,. '.. l :·~· r,·: .

(~·

' ¡·:·.

,,l



1

i'

L.

244

243

LAS NEOSEXUAUDADES

l.

va pareja homosexual sólo se veía cróticarnente satisfecho cuando lograba hallar en su pene algún rastro de la materia fecai ele.su compai1ero. Otro analizando se azotaba a sí ff\ismo ante ei .es pejo, logrando el culmen de su excitación sexual al entrever his marcas del látigo en sus nalgas. ¿Qué representan estos dramas y cuál es el origen ele su poder erótico? Existen nl!:!chas lagun~~ en estos argumentos eróticos teatrales, lle los cuales incluso el autor ha perdido las pistas. En cada uno de estos casos se pudó reconstruir parcialmente el sig_~ificado oculto durante el análisis. E~~.U~)que necesitaba ver ri1stroL<J.~--.ll]3.1tei:!~...!f_c¿_al para alcanzar el apogeo de su excitación sexual proporcionó unos.J~­ cuerdos infantiles muy oportunos. Cuando era pequeüo su madre Je obligaba a salir al parque, donde otros niños estaban jugando, con sus calzoncillos sucios enrollados en la cabeza. La niñera, una de sus primas y los demás niilos s~;-;;T;;;;-~tre j_i~~-~_!_;_1.. humillación sufrida 12or el niúo. Además, su rnadre._k_<;l_J2Ji~~!Q_<;~_<.:_!.l.~D-~S frecuentemente_ En su recuerdo esto adquirió un to'l~-~~<)ti~·º' en contraste eón el dr-ªiitjs~2_c_r~~!.ig_º·-~-~--~~-~.9P.~ __i~_te_i:i_9E_~U.~.ia. No obstan te, este c.:Q.!1!~'1_~~.2.___Í.!~i!!.~2-.S:Q!~__s_l.~.!!:.~~t\~~-J!~.e.-~iar.1~e. C.} , ~nem_a era vivenciado por el ni1ío como una forma de castración fálico-anal. Un~ de.. I~s só1~cio1~es er;1 ens~dar To§ cajz.·¿;~iSflE~~~<ji.- ;.i:i1\.e.1n~~~i?, · para no tener que someterse a esta castración materna. La mortificación narcisista engendrada por este hecho se consil.leraba un castigo justo, aunque intolerable, debido al.a relación anal, iri.conscienterncnte erotizada, con su madre. Eú el_~ego sexual de ac!0_!o esta misma humillación dolorosa se convirtió en el objeto de su c1e5éü...sex'G";J}; en-13-'Ccills a c1e--;~·-~~sÉ_~esia-ü~~·s~1~-¡~-i~ ~--L~ ·q~~-;~ig-ial mente era un objeto_
n

l

!

c;.¡<;tr~rión '1

h11mill f1rión

f)p PCTP mndn

tri11nf~h;1 <;ohrt~ r•I

s11rnws-

·

LAS NEOSEXUA U l);\D t::S

castración la cond!-.::ión fundamental de su exc itación erót ica .y el logro del orgasmo_ Naturalmente," terminaron por afiadirse otros temas a estos argumentos infantiles eróticos que sirvieron a su vez para contener la angustia, no sólo b. angustia de castración y el dolor narcisista, sino también la rabia insondable clel ... .nJüg_ __ ~i.QmiD.ili.!9.L~E~i!:SlSLQ __ y humillado por la inrngen controladora de la I~)adre . Era esencial q u en el munclo interno de las representaciones psíquicas. Estos fragmentos tienden a aparecer en el discurso analítico disfrazados por e l proceso primario de pensamiento, como en un sueño. Se representan en ui1 drama neosexual de un modo que encubran su significado. ~J. .Pl!R.<:L~~-J.~J~!.!:.~_ia ~-act_Q_~exual -un papel que naturalmente la pareja está deseando representar y con el que está quizás e n connivencia inconscientemente- es, por tanto, bastante compl~Ü9·

La pareja A la pareja sexual seta requiere no sólo para encarnar la irnage_n i_dé,1Ji~~da que::_ el su1eto"'des~~~9~!~!'iili~.éii2.~E-~l1..~E.0.~lir~-~ r loTilenffiifü.S~uraoleflfüe -~-1 sujeto no desea re~2i:i.9s:~r. Así, e~aüñaae las procluccTunes ~1eosexualesias'i:>~irtes-wlríéisas de uno mismo, así corno las pe!_igr~isas, se recupera_ñ_."~se_cforr1fii_ali o ~-e vuelven ii:.ocu_?_;;. De este modo lograrnos ente nd er que el individuo busque un int.tnJ() de"".rn.!ución ~f:'. l J.l!.\.lnclo eJ;Je rno _<.!._fir1Ae -invertir un confliwi intrapsíguico . La pareja, al participar y disfrutar en este acto, pmporciona las pruebas ele que la tensión intrapsíquica no tiene por qué existir, la castración no es dañina, la diferencia genital entr::: los sexos no es la fuente del d eseo sexual y Ja verdadera escena plímaria es la representada en este drama neosexual. Est~~~~}.9.E.21_1{1gica _~~1__-~~-1!.?..~~~!D.~.l~~!...!.ºªle;;!ar_¡~Jg'!i­ co es Ja que Pr'?P.9;.::jon.a a esta b~~2Cll1.C_Qíl_CQ!~~P1:11-si~'.ª.. 9~. P.l!.~:~j~s y a la escenificación G.: este drama un carácter ele uro ente necesidad . -······ ·-·--···---····-- ---------·-···-···-----···-----------·--~--·-J2......-----------~ · La sexualidad ad:.~·~i::re, por tanto, un carácter adictivo, como si desempeúara la f 1..:.-~ción de una droga . .§1 ¡;;lj1el. del-Citffi --_:-o de los objetos ~~e repre:;:;-itan al otro-- consiste en facilitar 'G"i1egacioh y

.

-

.

----

--

----~.·-~~-~-· ~

'' '·

245

• LAS NEOSEXUALIDADES

•1

1

ción, sino también unas ansiedades más primarias, las fantasías de

'

11:15ercreSifU1cr0··Y=;rac:;~1üS~)GfetOSíi1t-emos·."ra -11'eces·1·craJ1iil1-·

tas6füliLde_TastraI~aLñlf_~_ de ~_0111 ókt~cii~-iüJ1:n1·i-SIFo...:.~¡-@~i1 ~­ sas del otro- exige consiauientemente de reparaci.ón-: .,!?._____ ._ __ ... __ .... __ ...... _...una ___ _. - ---meta - .... _.. _______ .._ ___ ·--· una reparación iluso-riacl~-1us::-.illljI:.to.s:Q.Ügj,n.l.tk~- v_2!na·expresión de .. N.~,,_...,., .T,••·•V••f' <"l·"·..-~~ -.~
•. - .. - ·

?"

'='-"'"'"'7'"""'"T"'"·º•.,...,....,..,..,_,. ••

·- ._ .... _ .. _ ______

....

..

___ _ _

..

..

• --•·•-

- •·••· •

fri.tfi'call1l5ITín1:6h~-¡n;1J¡ef7'l?;-¡¿i2filª úcfres·~- --···--·

E11fre fas-1rn'ilii¡.1Tes- exigen<.:ias de este acto neosexual. tenemos-

LAS NEOSEXUALIDADES

246

a resurgir, pero se expresaban mediante sueños en lugar de actuarse. Este sueño nos permite ver gran parte del significado inconsciente anteriormente disimulado en el acto. Tuvo lugar justo antes de mis vacaciones y en una época en la que los periódicos se hallaban repletos de reportajes sobre las lh.)Stilidades entre árabes e israelíes. El paciente, que es judío, había tenido varios sueños y ensoñaciones diurnas en los que figurnba un árabe como padre castrador.

c¡ue tener en.cuenta Otra dimensión de suma iinportancia. _J;.J_p~li­

&,'.?__~
1

l 11 1

\

\ 1

1

1

i

1

1

li

tá a menudo contrarrestado por el mantenimiento de un ~~~-º-º~.e parálisis o muerte interna, como un mecanismo mágico para pro_teJier a uno mismo y a los objetos internos de ser dai'íados. Este ~~!.~~2-iD.~~.[io~_!tt?..:..!.!!~1-~~-te crea una sen2{!.ci
\;-

---------·----·------- ·-~·

«Soñé que estaba tratando de aparcar mi coche; encontré un sitio estupendo del tamaño adecuado. En ese momento llegó, r1o se. sabe de dónde, un conductor árabe y me quitó el

sitio. Furioso corrí tras él, pero me arrojó una navaja. Estaba a1errorizado cuando, de repente, me di cuenta que la navaja era preciosa_ Su forma desp,~rtó mi curiosidad. Le dije . lo rúucho que me gustaba y empecé a acariciarla suavernen. te. El árabe sonrió y rne ofreció la navaja. La agarr¿ ávidarneme y le pregunté si podía darme también 1:1 bolsita que llevaba atada al cinturón. También me \a dio. Estaba dividida en dos panes, igual que el monedero que lleva mi novia . De pronto el árabe gritó muy fuerte y se cayó en un canal lleno de fango. Le arrastró la corriente. Escuché sus gritos con desprecio y me elije a mí mismo: Bueno, ya sabía que de iodos modos tenía que morir. Ahora soy rico y puedo irme de vacaciones cuando quiera, sin sentirme asustado. Como si con la navaja y la bolsa ya no necesitara nada mús.»

Es.!sU:~.~j}Q_~_QJ)_t_i~1}~_)9 d º2-.!.95~~ rn en tos ~~~'!...\!~~ le~--9~.!2.S. _c¿c~ n flic;tQ~___s;.Q_üúf9~..l}~,U_fQ_t!c;g_s.__ 9j?.i,1,~1.~1J<:1sL9.S..~J1 . ~!.s!r~Dl.'1...l!C?n12s.~x.:qI1l. El significado latente de este sueño es evidente: el hijo incestuoso intenta ocupar el lugar del padre-árabe. Se disputan el derecho a este espacio materno. Sin embargo, el padre, corno cabe imaginar , está mejor armado que el hijo. En su infancia real, el paciente creía que su padre era débil y estaba desarmado ante la vida. Amenaza al hijo con su poderoso falo, que al mismo tiempo representa el in~rrumento que habrá de castrarle_ Frente a este padre que prohíbe, el hijo encuentra una sollición niágica, hoy día una solu__:1____ _

cer tn momentos de ex1rema tensión o ct1ando 1iene lugar una vive ncia e111ocional dolorosa, revelando el poder de algunas representaciones para desviar la atención del .dolor mental y ele 'los conflictos sin resoh;cr. La cadena de elementos sería la _siguiente: crisis afectiva dolorosa, incapacidad p<1ra encontrar una solución, repentino llrama semejante a un sueño, dispersión de la tensión mediante alguna forma de ,.1, ,,0:f' '!lr.1)'.1 n.:.íi111i1·~ 11 nror1,mir¡t 1.:-" 'º' el1" rr1r·. nto~ i-nconcxos se ff\l:l.ntendrían li .!"!ndns

LAS NEOSEXUALIDADES

247

ción onírica y en el pasado había sido su solución erótica a la amenaza fantaseada. Abandona el sitio deseado y su, nuevo deseo se centra en hf belleza de la navaja de su padre, que le prohíbe el acceso a este «_sitio estupendo». Acariciándola, consigue seducir al padre-árabe y así desvía su atención de la situación amenazadora. El padre sonríe, grita y es arrastrado por la corriente sexual sucia y peligrosa. Cae en el fango, donde habrá de morir. , . Así pues, el hijo vence, eróticamcnte, a su perseguidor interno, tal como hizo en su drama homosexual en el que la figura del perseguidor se proyectaba sobre Ja pareja. B ajo el disfraz de «re- · parar» al otro -de hecho, este paciente a menudo declaraba que sus actos de fellatio eran beneficiosos- el paciente se repara a sí mismo beneficiándose de la pérdida del otro, tal corno revela el sueño . Se ve también libre del analista --es ella quien se va de vacaciones y no el paciente-:-;i-;11is;;;0 tiempo que _§_~J.i .~ ~!:~.t:l~S..Ll dc~.~~ncJ~..2.~_1.il_magre guu'ª-~l.@J:'.__'!,l?.,~l}g_
go~-c}Üe~ffgijú1:~~ú\fü;JI~~¿I~--Q~~~-'!rn'1. grg~.s1_n!s:1_d.~.J
1

¡ l 1

'i 1

1 ¡

1

ficaba la castración simbólica de otro, cuyo acto le satisfacía durante,--;:i1br-evem-sta-~(e;iTprol.;orciÓ~~·~1rle ta sensación de una mayor virilidad. La secuencia del sueño en la que da por sentado con tranquilidad que la pareja habrá ele morir despertaba unú conside~ rabie ansiedad en sus asociaciones y la sospecha de que sus aventuras sexuales siempre habían escondido un deseo mortal. Este .insight úesempeñó un importante papel en su anúlisis durante ·muchos meses y, al mismo tiempo, le permitió reconstruir algunas de sus teorías sexuales infantiles reprimidas. Las metáforas expresadas en el sueño son muy ricas en significado. El padre-árabe mucre por e xpulsión anal. Su caída en el fango, por una parte, significa, a su vez, caer víctima del deseo sexual, Jo que equivale a ser arrastrado po r un «ano-vagina» en un acto sucio y vergonzoso. Esta fantasía estaba ligadn al excitante tema de Ja humillación que desempeñaba un papel igualmente importante en el drama scxual. J.-a m11gnit~~~-c!e la hu111iJlació~~~1_1 fr e <;;,~.~.Q1~ ...gj=J.L~,\;_e o~Y..il!i~!llll~h.~<:.2~9l[~l_ cii]iii nva!.~~'.!_~~:,i.::::_~te-' rnn .r.:T f'rntismn ;m;il V el dominio de las funciones corporales. Es-

248

LAS NEOSEX UA LI D A DES :·1

sistas, y a los senturnentos de castrac1on en cada nivel. En este paciente la exploración de estos elementos, junto con et descubrí- , miento esencial de la agresión mortal disimulada en las relaciones a'fectivas con su pareja -así como con Jas . imagos parentalesprodujo un cambio radical en su economía libidinal. Tras una larga elabornción de su odio hacia Jos hombres y, concomitante, a taimagen odiada de sí misrño, acabó siendo capaz de comprender y aceptar su sadismo infantil y considerarl•1 como parte de la sexuali- , dad primaria que nunca se había integrado en su vida amorosa aclu.lta, En su lugar desarrolló un tipo de culpa, igual ele feroz y arcaica, que le obligó a buscar compulsivamente el castigo. (Todo esto forma parte del concepto kleiniano de elaboracióndc Ja posición depresiva.) Tras esta f:;ise de su .análisis, el elemento compul- . sivo de la homosexualidad del paciente empezó a debilitarse, hasta que por fin su actividad homosexual acabó carecie ndo totalmente , , de interés para él. Su imagen fálica se convirtió en una imagen!, internalizada y la necesidad de buscarla en el mundo externo dejó de existir. El segundo sueño trata más directamente de la importante ~ cuestión de la necesidad de reparar al otro, negando al mismo tiempo el estado interno de muerte, una especie de catatonía psíquica que está menos elaborada que la verdadera depre sión y más próxima a los temores narcisistas y a las fantasías psicóticas asocia~ , das a las tempranas relaciones de objeto que a las ansiedades neuróticas relacionadas con la situación edípica. Sofía, una mujer joven homosexual, tras siete años de análisis pudo resolver et aspect9, persecutorio de su carácter y modificar algunas repre sentacione,~ , virtualmente psicóticas relacionadas con la imagen de su cuerpo : Este cambio psíquico trajo como consecuencia una mayor estabili~ dad. en su trabajo, así corno en sus relaciones amorosas. Condenad~: en et pasado a una búsqueda incansable de nuevas parejas, consiguió al fin mantener una relación rclativmrn':nte estable . con una mi smr compañera . Al igual que muchos homosexuales de uno u otro sexo, no estaba en absoluto interesada en el placer orgásmico personal. Tal como lo explicó, su solo placei' erótico consistía en proporcionar placer a su pareja; encontramos una más la fantasía de. Karen relatada en el capítulo 1: que no hay más que un sexo para dos. El sueño tuvo lugar en el momento de la ruptura definitiva de la relación que Sofía habla mantenido con su arnig:1 durante dos 1

vez

ai'los. «Estoy en la ladera ele un valle totalm e nte asolado y yo léünbién estoy abrasada y sedienta. Al otro lado ele! vall·c veo r . ... : ,.... r•,,

.-. r, ,..

r.>1' t•\f"

LAS NEOSEXUAUDADES

249

tan lejos, corro valle abajo. Tropiezo por todas partes con excrementos. de perro, pero según voy avanzando_ el va He se vuelve fresco y verde, crc·ce n las plantas y corre el agua. :t-.-1e encuentro ele repente en el sótano de la casa de Beatriz, y allí también crecen árboles, flores y frutas. Extiendo la mano para coger una fruta, pero se desliia hacia un. sitio .en el que no puedo alcanzarfo y empiezo a llorar de rabia.» Vemos en estas imágenes oníricas la necesidad de Sofía de proporcionar a su pareja agua fresca, verdo r y vida, no pudiendo ella probar siquiera Jos frutos de su amor erótico . Ella es quien está sedienta, pero es a la otra a quien se darán aquellas cosas de las que ella está desprovista. Todos estos elemen tos de la fantasía se disimulaban en sus actos amorosos. Sus amantes eran todas ellas «personas rotas», tal como ella las ll
LAS NJ.::OS l!X UAUllAl ) J•S

250

objeto de vital necesidad. Esta fanta~;ía se mantiene alejada co n éxito gracias al estado interno de muerte . Enfrenraclo al horror ante el consiguiente sentimiento ele vado que se desprende de esto último, el paciente escoge cualquier vía de escape. I,as consecuencias pató_g_enas del fracaso en la separación e indivic!uac1on constituyeunj)fototipo ele lo que se convert1rá-ñ1TIS a1-ielilliT-CeTC\á'";.iíigustia Cle casfrac1on rat1ea:-J\tffeñüs-q'üe-ers-u1eto -escofa-111afáf''[il obje~ie- desesperada riecesidad, que controla y despoja ~-es de~ cir, que mate a la pareja que da algún sentido a la vida (un acto psicótico que es una solución poco corriente)- a menudo escogerú el suicidio. (*) cuando el dolor de ser abandonados~151Tirri"Xéfoi.

-----·---

Erotismo y muerte 1

Alg!l.119~jnnQYHQ.Q!..<:S sexuales prefieren ser los únicos actores

·varías·-ra::z0¡1·es

en su teatro erótico. ExTs-te;1 p~1·r;1· e-~;¡:-;;; ··e-1eC'éi.on. Puede ser que nadie quiera represei1tar. el papel que satisfaga las demandas exigidas o que el sujeto, ~)or razones megalómanas, desee interpretar todos los papeles, alcanza~C1al0Ta1-libertad frente a los peligros de la dependencia. Otros, con iguales necesidades narcisistas, no pueden tolerar la menor desviación de su trama prefabricad a , e u 1 re ¡,-ci-a-·efl t·re- tos--d·ese o s·-del--guio nis-"·t a y el aeseooe-t;:i:.-p·arejase-ViVe-'Cóñio-una· arrieñaZacasTrador:f o in c1~;'Süi)oriaooT;n:le!litrene,-rci1ieriC.íO~-TiOrt an:ro-;-·q lle actu ar·soIos. Puede que exista tambi¿n un temor mortal al intercambio e rótico que implica una angustia nacida del polo psicótico(**) más que del polo neurótic_o de las estructuras neosexuales. Lo que se teme es nuestra propia destrúctividad, junto con el terror a la muerte interna que el otro puede f5Cilmente oc:1sio1rnr al negarse a representar el papel designado. A menudo existe también el temor igual de intenso d_e que el comprometerse en este escenario erótico co·n el otro desemboque en la muerte o en la pérdida de la identidad ·del Yo, ~e es un equivalente psíquico de la muerre.---·---·---·~ ..__ _,.,...-- ..

a q.tli-er.cffre

_

------

(*) Cii1co arios más tarde Sofía puso, de hecho, un Lr{1gico fin a su vida. Dejó el análisis dos años antes porque Beatri·z volvió <1 vivir con ella y se marcharon de París. Una posterior separación llevó a Sofía a suicidarse. En un intento de luchar contra el dolor y la incomprensión que se nli con 1i10tivo de la muerte de Sofía, decidí pr<:scntar este material en el VI Congr·~so Internacional de Psiquiatría, de 1983 [«Developmental Aspee! Pathology», Psychiatry, vol. 4 (New York: Plenurn, 1985), págs. 369-374]. ( .. ) No me estoy refiriendo aquí al uso psicótico de la rdRción sexual que lleva a al;~unas personas. a huscar y a aceptar cuulquier forma de contacto sexual a fin de encontrar sus límites corporales y conseguir una sens~1ció11 de espacio psíqui1'

---_.,.

... ______,

-·--·--·----~

- -·--.. -...-.J-

..-----J-

LAS NEOSEXUALIDADES

'"""~···~····

..._,,___vr

que una mujer administraba a la fuerza a una joven un enema hirviendo. Con algunos ;:iccesorios, el paciente lngr;:ib;:i aplicarse ;:i sí mismo este doloroso e nema, pero siempre insistía en que era un sá dico, ya que en su fantasía representaba el papel ele la mujer sádica. Un día decidió ll ev ar a cabo con una pareja real el drama erótico que estaba veintidós ai1os representando so lo. En un sex shop e ncontró un anuncio provocativo con una dirección y un número de te léfono . Marcó el número , y al describ.ir tímidamente cuáles eran sus deseos, una mujer con una voz muy profunda le aseguró que le «administraría meticulosamente y con severidad el requ e rido castigo». El paeiente reaccionó ante estas palabras con una pérdida de memoria qu e duró aproximadamente una hora. Cuando se recobró vio que estaba a varios kilómetros del lugar donde había hecho la llamada y se sin ti ó como si despertara de una pesadilla. Tod o cuanto podía recordar era la voz y las palabras de la mujer, y el balanceo d e l auricular que había dejado dcsc;olgado . Sirnpleirn~nte dijo: «Tengo una cita con la muerte». Algunas obras literarias han evocado e l tema del flirteo con la muert e, que tan a menudo forma p arte de la fantasía neosex ual. De repenle, el úl1imo verano, de Tennessee Wil liams , recrea esta atmósfera en la historia de un homosexual que es arras trado, por su atracción hacia una banda de jóvenes bil!nbrientos, a una muerte terrorífica pero inevitable. Otras voces, otros ámbitos, de Truman Capote, trata fund a mentalment e del mismo tema. A lo largo de la obra de Sade la muerte siempre está en el horizo nt e del clímax sexual. Se diría qu e en todos estos casos el su jeto sólo espera ser reconocido como objeto de deseo mediante ;,-¿;;net~m iento a algilna-ley inex-orab'fe ..::=-Tarc·ó.~1~Ü.~f~e:!~-it~Úiretadi:i :_en. fa -¡!ifo~1Cia=--· qt.ie"'fequíere~~~sie:.p'Fl.ViJegio .. hay a- de pag;;irse co11Ja._entrega ele la vl(ia. . - . -"

1

l i 1

1 1 í

l. \

i

'1

¡ 1 1 1 1 1

el

1 1

l

1 11

'\

!'1 '

\

¡ '

"

)

.,_,,,.

_.-..

,;

t'

'

251

XLI

Un paciente fetichista, cuyo caso se publicó en otro escrito (Stewart, 1972), rep resentaba en estricta soledad un drama en el \

...

ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y MUERT'E

Las · imágeries. parc1ltales y las neosexualidadcs ·· Nut'nerosos textos psicoanalfticos han

d e ~;crito

las

c.~ás icas

in!Jl/"

~ n es parentales prese nladns por aquel!~?- anali z ando~____g_~ h;~n

creado nu e vas formas de sexualidad. Estos retratos familiares sorY ta~-pa;·~cid(~S- q~~-¿~-p;;ci1i71-Üe-g~~;- --ücilmente a creer que los paci ~I\. tes so n todos ellos mie mbros de una mismá f¡imilia (IvlcDougall, 1978). I~1 (r!.;l~I W~~o.r<~r-~~ -.LI!.E~\<:fil.g_a, es una imagen sunrn111c.9 te idealizada, a m e nudo d escrita como có n'tQ.li ce e n l::i exclusión ele! i~dre de ~u rela_t:,~E~D--~J.l1U.9 a vec~s, inclu;;-~~lmo-fg!_!~~~g;­

y-:-

ctor.~~9-~ .l~~s~i.~~-c?.~~-~.!:!~L.sl-~.Lhi.i-9_ ~ u r:.~~!.!~~-12~.!:_ÍO c!.Q.de .la ten_<::j_a

adolescencia. Al~se le recuerda c!~IIilLtot~!.!!!lentcJ!.l~~~r~­ te, dominado por la 1riadre o _poseedor~_ _g~_Q!.1.Q_~....I-ª:?.gQ.~-~l.~__G!EÍ..\;J~r qt1ek-hace n-p:i-recer1 ndi~~ o -~ -~le~pr.eciab. le ...Co_1}S~i~_nt ~.'Tlente., ni e l.jú{~~::!_i:Q~~ii1b~~:cfo--s~~-~~-J~!-0~tifi ca·rse . con ~J g __ ~E~~--é~ ~<:;__ !~~- -911._it:_i·h . Sin embargo, estos retratos netamente dibujados reve lan durante el análisis sus contr~?..'.:~rtidEs . Las irn ag~s es tán toralmente escindidas . T.'.rf!_s_l'ª'~i4~1Urncla descubrin~,os a la mujer-br~a cl~~.&~E.Q.E!l.X_C:~.~,~!l.19~d~.?s~et - p_~_J...:...~!?-12.~0.a~J e ~~~()-~C-~ __l_üf:P~-ª~¡--e-­ st1me jante. a U[l di°O·S-, C{l!.1....bl.!.1Íf.1 Q W~Jl0ld().. ~jr,r_1po~_il)f~·-¿re~(a-sfrifr::La evitación del conflicto ~ dípic_o, la Ci\..:'i_tración sin2_~ilad_a, el r~~nsar a dar un significado sinlJ:ióliE,2_.~_ _!as__ _s!}i.0.~.~~!:~-~~'.~ ....~E..~E~~.1,?.s sexos y las genen~~i2nt:s, el r2.c h~t.?;.Q..Q.!J.~Jg _sQ.rn9., ~Jg~ pglg _c.~c.l ~ .~~~º p~~.~1._~ID?l?. n ­ i'licto ~ntr~~L~s, y que yac~~ oculto en el inconsciente.

y_Ta

' SC l, N.'\ S D E l ' A N' l' /\ SI A , l) l2 !. !H. 10 Y f\1U l! lll'I ~



dre despi·eciable no es; por supuesto,. patrimonio :::xclusivo de aquellos que han reinventado la sexualidac!" 11L1mana. La nueva ·escena primaria 'la neoscxwtlidad n~.J2.~.!L'..S.L~.~~-i::~P...~i.c:_ar~~~]amente por las frustraciones ed1 Jtcas y la~}clad .9..;:J?2·oteg~,r ~.inve~:~~­ Qüi-:¡J"[íoi anmi--z·
ol~~osii~IT'sTl-tU-ye

un

e]~ii~SE'iü-~}jji'()r.~-~2!.té'6"1~~!-~fosITúíe~·ó-

rpsas y heterosexuales satisfactorias . En las personas (Leurot1c~es­ te mismo elemento es una fuente fértil de síntomas. En relación a ~~---- ---·- -- - - -..-· losjnnovadores neosexual~sería más exacto decir que esta \.21.Q..olaridad en la identifi~ación_~~-~~~§léLPJ.:.~2.bl12.ida y se. convierte en el origen de una profunda ansiedad. H an sido incapaces de identi::__.. fi~~~~2E.!nteroy_so~_!!.ll0 u otro se~_"b_an de_s-

~iE?.~~~~l!~~-[Identificación~ar}J_ficial qu~~J~arecernas a~~ifn._?_~ftí=

caluTa -i.íút~
·41 _ll!~as _y~os~-~uaLi
\ 1 1

1

!

\

1 1

\

ESC l.:'. N AS DC F.·\NTAS IA , l)J.2 LllU O Y f\1U ~ ll'l'l~

" ') '"

Aquellos que ha1t llegado ;:i ser homosexuales también parecen haber sido adoctrinados por las <~~~~t:-~!~S._!_1.~g_~~y~~---~!~ ..!.
~

~~',~f~':~~i~~~~:~~~~~:::~,~~;~~~:~~j~~~f~Kf!~:~~~~.:: \ -~ ma neosexual. . .. ·---i=a- é-sJ.E.!:~~t~_ra ~díJ.?ica es el mqllelo de - ~9da concepción infantil

de la sexualidad adulta de cada niño y su s prolongacio11' ~ simbólicas de la concepción de la sociedad en general. Así pues, el modelo no sólo afecta al futuro esquema sexual del niño, sino también a los f11t11ros intercambi()S sociales de tocio tipo. En los niííos que son objeto de este estudio tal estructura edípica está claramente distorsionada, en parte corno consecuencia de las . opiniones y afirmaciones de los padres sobre los sexos y la sexualidad. Desde el momento en que estas informaciones difieren de las informaciones culturales normales sobre la sexualidad, dichos niños corren el riesgo de que exista una confusión en su sentido de identidad sexual, así como del lugar que ocupan en el conjunto familiar. Es entonces cuando se sienten impelidos a inventar una teoría a fin de canse-· guir que su lugar y su papel sean coherentes. Podríamos decir que estos ~ü~o~ se han convertido en p_i:!~_ig12e ­ ~º-S. -ºe. _los t~1219_r.~:_s.__y__9_~~(_;.2~.)!~~-°-nS..C.i_e._1_1t.~_s__t!~ _ lgs..J?~1drcs. Pero no todos los prisioneros tratan de escapar. LC?.?.. <:!.~~ .Q~_j_1_:i_~-~:?.~~1g~~!-~ _5Lc lo s~~~:1..~ÜQL!~L!!~~é!!LÚÍf_\}J!l~J.ll~--L~I.~5:..LCJ1.1_t;...~.9il...~_Q.Qj_t_:_~Q---~-~ .x u al p~i_vil_~1?,i_~??..d-~...!.'~..1_1_:~c1r~_1_q_u_c:;_ de~!lno~~~ati:>f_':lc~!:J..9~.-~C.~.eo s ele ésta . Al mismo tiempo, lo~o~..Y~l _ni~.g_~.!!nh_el~!..!_-~~t:_~_r~.9-~~-~-~ ' les apoya en su deseo envidioso de castrar al f!adre y tomar posesión, má__gica;;¡-ente, de su roderfülico.1~-p·é~·Clícla=ác"'"i~~T~1Tus:io:i1cs· s-e=tó'"'i'i'"~:~;:tee';"~ces-~1;-~r~t~-r;ó"c1eros"a fuerza destinada a construir

su

,,·-

- .... _ ........ ._... ....---.,J.J

· ---~ ·

256

ESCENAS DE FANTASÍA, DELUUO y rvfUERTE.

.. .. --·•N./

ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y f\IUEl<.TE

'· 257

valor edípico simbólico, se divide en un pene sádico y J20:Sec;-utorio_ y--urr pene 1(ieal1zado 1natcar1zaole-:-Eqmw1e.r0Tíene-c1~~_l-~~ons- . t~~~!21e~~~-~-v~l~.Ü~&_1:1nct?f~~~~-~l':l~__s_e_f.fü1.~c:;ac]g __si~ _ t_regua 1 ' n~~.9.0~~~~~J~a de las formas imagi~~ª-~~~~-cE~<:_~.!~uj~~QJ!!~Y9 sido capaz de arbitraf:La fanTasTaoeser un hombre castrado - invarial5lemerileashnfürda a una represeriTaCion- ifiCOrfSCTente· de la feminidad- puede fácilínente observarse en el anál.isis de pacientes de uno u otro sexo. Esta fantasía -asimismo común a muchos pacientes neuróticos-- es utilizada en la sexualidad desviada por ambos sexos para escor{élerotra fantasía mas pe!igi·osa, ladeser , \~\\\ . 1-iué_:>Q~g~g11 PGDe. .. '1~füH!Etff(.2}>.?!~..1.!éíalrnente· ,;énen-o_sü.. Esta-~ 1 ~e ser vivida=cüíño-una amenaza para la integridad ' c~·o '('/\....r c. \.'vt El falo ~el\groso personal de uno mismo o de los demás. Es importante reconocer el i poderoso efecto de esta representación inconsciente. Una de sus i La solución personal descubierta por el creador neosexual se raíces se encuentra en la imagen daiüida del padre, pero, en el caso ' vive siempre corno u11 tr.iunf2_.~g)2..1:~J~1-~_padr~L):'..~~--.!!]-~n.~1-~q_~ y del hombre, acaba consicleránclose como una amenaza para el procontradicciones, así como una confirmación del derecho del sujeto pio sujeto y le lleva a buscar un «pene bueno>' compensatorio en el a alguna forma de vida sexual. El inventor sigue, no obstante, sin mundo externó~tlCTeotTIJtmmbre-;-01111(cpene::frri"ch·en1ue · püedá verse libre de las contradictorias imágenes internalizadas al tiempo a1~!@fr _fü~yg _j)ro1;·ío-a"fo1'Cletritú'sfo'rmáilo "en un peri'é capaz de ;. que persiste el conflicto interno, a menudo a expensas del equilirealizar el acto -;¡ex;:¡¡¡r · · !. . brio psíquico. 1=:~ imag_~!_!_cl~l_~-~Q~1..s!.el fa_Lº--.0mJ2.91ico _t:.ª-1=!..?-ª contiEs!.~_f~!:!_tas@~~-m:tlo» intcrnalizado puede dar lugar < nuos estragos. Para que los adultos disfruten de un;:\ vida sexual ~;in · también a una serie de temores Iüeocondríacos. Dñ--ffagrnentü··c1C1 1!f una culpa o una angustia excesivas, el falo, símbolo ele poder, fertianá"iisis de l;n paciente neurótico que tenl'aunas.fantasías hornose- i lidad y vida, debe representar también, para uno y otro sexo, la xuales obsesivas ilustrará este tipo ele problemas. El paciente sufría · imagen de la compleción narcisista y del deseo sexual. Los analidesde hacía largo tiempo dolores ele espalda ele origen somático y ' zandos a los que aquí nos referimos albergan dentro de sus realidapsicológico . Un día contó en el análisis un suer10 en el que u n 1 des psíquicas una i~-~~E fálica J!.~J~.~~-~E!iª' c~~yos di!~ren'.7s cirujano 1c abrió la espalda para encontrar la causa de un dolor · fr.a._g111.e.11.~os ~s_t~[l_. ~o_tados ra la pareja durante el acto se xual. abismo :)i~-·Húí~it~~f_l;'ú'lusenda d el pene p_atern~ en la _fantasía de la · Un paciente fetichista pegaba a sus amigas de manera violenta a fin escena pnmana da lugar a unas proyecciones rntermrnables y ate- i ele excitarse sexualmente , Siempre conseguía encontrar una pareja rradora~: sobre la representación inconsciente del cuerpo de la ma- ' que deseara ser tratada de ese modo, en concordancia con sus pro. dre. Su cuerpo se convierte en un objeto omnipotente y malévolo pias fantasías eróticas, pero él se sentía invariablemente poseído que puede constituir el punto de partida de unas creencias sexuales por el pánico en el momento de In penetración porque temía herirdelirank~., o en algunos casos - -como ocurría con Isaac en los calas con su pene. El análisis reveló que su pene se transformaba en pítulos lV y VI y con Pablo en el capítulo VIII- de la vulnerabiliese momento, en la fantasía, en un obje10 sádico Jotado ele cuali

ya

tos y las metas desviados del deseo sexual se encuentran en el mundo interno, extraídos de las primeras fijaciones y ayudados por las informaciones desviadas parentales. I:;~.\.9..Lriiños r~~~ to edípico, con su status univer~al basado--éíilas(fi"fer_~íl.fÜl~.sexqa­ lest-en-l·a-s-leyes-_~trso::tif~LcLla_g\HLlL~~~!lG.~n:·· Escapa1{-así dél laberinto en el que se encuentran al crear una mitología priva~eservada para su úso exdüsívo y eri la cual sólo-·eiTos.estabTecerán las leyes que la mantienen . Frente a estos pensamientos aparentemente sin sentido acerca de su sexualidad, tratan de encontrar su propio significado.

--

rlad

nsi1~nsnm:í 1 ic:i

_

-...

- ·- · -258

'

....,,. 1

ESCENAS DE FANTASf..\, DELIRIO Y lvlUERTE'. ·

Tanto en las mujeres corno en Jos hombres, la misma fantasí; inconsciente de un pene de características fecales y sádico-anale: sale con frecuencia a la luz, pero con la siguiente diferencia: tantc el aspecto como el funcionamiento somático de todo el cuerpo esi tán sometidos a una ansiedad hipocondríaca. Este tipo ele fantasí <¡ a veces e.stá pel'.grosam.ente próxim a a adquirir proporciones deli1 rantes (McDoÜgail--, 1964). La única vía _de escape de este callejón si n salida, para aquella~ personas que albergan esta represen tación en sus mundos internos, es transformar las cualidades clafünas y aterradoras de este pene fantaseado en un objeto externo poseedor de cualidades valiosas y, reparadoras, momento en el cual puede convertirse en una fuentd de excitación erótica. La reparación fantaseada puede estar ligada a la propia imagen o a la de la pareja , pero en ambos casos se trata de un
o

La fantasfa de la madre envenenada Cabría det e nerse también en otra impor tan te fantasía común a estos pacientes, la e.le la madre envene nada por el pene del padre debido a sus supuestas cualídades1eciifr~~-_y-·lli!i!anaS:-Coi1'TrecoerF-· cia esta fantasía se ai15aeala'"i·áúfasíade-rn·-m a·ct¡:e-craüada durante la relación sexual. De ahí que cua lquier brote de deseo hacia su , cuerpo o sus genitales provoqu e una reacción catastrófica en los \ pacientes masc ulino s. En las muj eres estas mismas fantasías de s- , embocan en unas creencias casi-delirantes respecto a sus propios · cuerpos, y en el instinto compulsivo de repa rar sus propios cuerpos o los de sus parejas. La creencia de que a la madre". la dañaba se · ve acen tu;:tda por la proyección de los niños de sus ¡. ropias pulsiones arcaicas sádico-anales y S<1d ico-orales haci a ella. Por varias ra. , .. , ., n...-

.-.. t •.1-,...,r

,.., , ,1 ,.;r.. ..... ,.,.,...

"'•ron;,.,, ,..

,, , , ..,

,:,.,,..,

f,....,, .... +r.r :n ,...

,.,,,. : ·.. ..,..,.,.,,.;,...,r

1! 0

1•11·

ESCENAS DE FANTASÍA, DEURIO Y MUERTE

259

creativa en las primeras relaciones maternas . Como dijo Bion (1970), este fracaso puede deberse a la incapacidad de la madre de reverie, es deeir, su incapacidad para identificarse con lo que su bebé está vivenciando y contener los feroces afectos dd bebé hasta el momento en que ella misma pueda transfonnarlos en sentimientos y fantasías consfructivas, evitando así que el niüo se vea arrollado por la rabia y la~ desesperación. Sea corno fuere, los pacil:ntes a los que nos referimos aquí estaban a menudo obligados, cuando eran niños o incluso siendo ya adultos, a mantenerse cerca ele la madre real, a protegerla ele la menor crítica o ataque y a mostrarse fieles no sólo a su persona, sino también en lo relativo a sus opiniones, sus gustos, sus idenles y sus prejui cios . La única vía de escape de este callejón sin salida es, con fr ecuencia, la creación neosexual, y e n es te caso solamente COll la condición de que esta invención sea capaz de contener y c!ram a~izar toe.los los conflictos internos qu e están en juego, de satisfacer. las ex i g t~ ncias ele reparación y de mantene r reprimido el verdadero significado del acto neosexual y la verdadera relación con la pareja . .Gracias a estas consideraciones pod ernos entender el pod er dinámi co del que esi(ln dotados es to s mod elos heterodoxos el e relación sex ual. Al mi smo tiempo, la invención sex ual ha de ser capaz de alzarse contra e l peso ele la realidad externa y la opinión social que se opone a ella. La creencia en la invención, junto con las fantasías relativas al cuerpo sexual y a los objetos y actos consiclerados como causa del deseo sexual, han de estar dotados de un sentimiento ele certidumbre. El concepto freudian.o de escisión del Yo proporciona una explicación teórica del modo en que se puede mantener una psicosis focalizada en alguien que, por lo demás, no es psicótico, pero sigue dejando sin respuesta a muchas preglintas relativas a las neosexu alidlldes y su economía psíquica.

Los orígenes de las construcciones neosexuales

. Si desearnos lograr un mejor entendimiento de los orígenes ck: las neosexualidad es, tendremos que mirar TT};'\,<; allft...deJiurn~saQs­ miten Jos pa~s, falso o fragmentario, sobre la id~!:!_!~~!..~-~:'.~l~_'.1 1 y las re laciones sexuales e intentar reconstruir las 111{1s tem~anas coiTÍunicaciones corporales entre la madre i-el l)eb'¡-L[;-primc r;i ci'iferencia ele la "efbebé se~i1:1ce-co1)sc~-;_.:-~1te~\()-·es la diferencia entre los sexos, sino entre dos entidades corporales, y las primeras an sie dades implican, por tanto, un dar1o corporal total. El sonido de L1 yo z de la madre nrcccdc a s 11s n;1l ;1hrn <: \11 rnorlo de arnil11rn11iarl.c .

ciue

..

,,.......

,...,.

'" 260

""

ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y MU ERTE

___,,,..,--

......... llOI

~ ,)1 '

ESCENAS. DE FANTA SÍA, DEL!RlO Y t>tUER-(E

tempranas huellas de experiencia erógena. En este primer intercambio sensual entre dos cuerpos las reacciones inconscientes de la madre ante el despertar sensual ya han sido transmitidas y el bebé está empezando a formarse una id entidad sexual (Lichtenstein, 1961). Las representaciones psíquicas de las zonas erógenas y las funciones corporales se adquieren en la relación directa con el cuerpo de la madre; poco a poco el cuerpo biológico va convirtiéndose en un cuerpo psicológico. y erógeno. En. los comienzos de la vida del bebé la psiqtie, de un moclo alucinatorio, trata ·a los obje-· tos de necesidad y de p lacer como si fueran engendrados por él mismo. Esta megalomanía primaria da lugar poco después. al reconocimiento de un «afuera» responsable ele la producción de vivencias satisfactorias y gratificantes. Desde ese momento el bebé se convierte en un científico infatigable entregado a Ja búsqueda de la.s fuentes de placer y ·a evitar el displacer. En adelante la psique actuará bajo el dominio del proceso primario de pensamiento; las fuentes de placer y de dolor ya no e:;tán enge ndrad as por él mismo, sino que se considera que están enteramente en poder del Otro. Este Otro puede decidir si el sujeto va a experimentar placer y satisfacción o dolor y displacer. Todo cuanto le ocurre al bebé es comprendido como un hecho que se' halla eii.-concord.ili1CiiCcoii lOsdeseos· de la 111adre~PodC:i'úó_s_detecta·~- ··3·c¡liiTas _r_a-íces pi:ii1úiiii1s de lo que pí.iede se.rTransfonnado por el pensamiento psicótico en la fantasía de una «máquina de influir», ele excitación sexual (Tausk, 1919), ese misterioso aparato , fuera del control del sujeto, que proporciona sensaciones sexuales o sensaciones cruelmente dolorosas. --~IBenciª-~.tl.J~Qde:Lo:8g!i:_(2___9eL Ü!.J:2-.!:~0-~s~~~-~ .. c.n. muchos de los creadores neosexuales, aunque una parte más sana delaps-ique ponga en duda tal'es·-¿~·ee:nc ias . Así pues, el analista a menudei puede oír cómo sus analizandos, al hablar de las invenciones ego-sintónicas, afirman: «~~-~f~:tima -º.~hec hi zo» , o «no soy yo el que se compromete a perpetrar este acto , soy como un robot previamente programad o, sin poder para hacer nada»,- El responsable es el Otro, y el sujeto está libre de cualquier senti- .·· . rriiento ele culpa personal o de responsabilidad. En los primeros estadios de la vida psíquica cadá bebé responde a lo que la madre desea para él consciente o inconscientemente. Castoriadis-Aulagnier (1975) , en su interesante libro sobre las raíces de la psicosis, hace referencia a la continua «sombra que habla» que toda madre proyecta sobre ese pequeüo se r físico que es

ma y alimenta, que trnte de someterse a la so111 b1:a fantasea da que e lla proyecta sobre él. Esta "sombra", que no es sino , una parte de s u comunicación co n su bebé , representa para su Yo consciente lo que el cuerpo del niúo representa para e ll a. incon scienteme nte; inconscient emente , se desea para este ni i1o una cierta m anera de ser, determinadas cualidades y u1:i futuro ... Así pues, lo que cada madre desea para su hij o $e conver tirá i.n evitablemente en lo que el nii'io pide y espera c!y e lla» (pág. 136). · :·' ¡)'1

Una .n rndre puede ex igirl e al cuerpo y a la mente de! .niüo una se ri e de clemanclas inadecuadas e injustificables, sin e ll a ser consciente de este li eclio. Una de mi s pacientes, ya citada anteriormente, aplicaba frecuentemente enemas a sus tres hijos, no porc¡L\~ fueran fisiológicamente necesario s, sino para librars e de una . inso portable sensación ele estar «Sucia». Asimismo, e l bebé puede coq -1 venirse en un ob je to coi1trafóbico para proteger a la madre de l ~)s estados d epresivos o de angustia. Robert Swll er (1968), en su ~~.~ haustiva investigación sobre lo s problemas de la identidad sexua\i. y genérica, propuso la hipótesis d e que las madres de lo s desviad~11 sex ual es pueden haber utilizado a sus hijos como objetos transici9,-. nal es_. Las comun icac iones de la madre est<\n impregnadas de s¡u propio punto de . vista psicológico, e l c ua l es así transmitido a s~t· hijo, dacio que es ella quien es responsable de proporcionar al niiíb las palabras para las zonas y funciones corporales, del mismo rnw; do en que sólo e lla puede ensei'iar a su hijo a nombrar y reconocy:ri los distintos estados afectivos. E lla es el árbitro decisivo de aquy ~ llo s pensamientos que serán aceptados .co ir10 permisibles y de esos otros que son «impensables». De es te modo, uria madre puede fácilmente transmitir a su hijo la representación de un cue1vo que es frágil, desprovisto de erotismo, a li enado o mutilado. La observación clínica confirma que aque ll os níi'ios que se convierten en desviados sexuales en la edad adLt lh lrnn-aefíílourrre-a·t i-o erotico--que-si rve~de-bai'rel'il '-¡Jr'o coi) rnn:rn~ilúf~fg·e n·-co r . porahfañatia-·y-wntra-la--p1údida de fa ~reprcsefrfiicíóú del -~!:!_eq~t? co rriü-ürf:'Ce11tü.i~rd-y,-ctffn~11a-;-1 ;:cpérdi"da--d e-Ja·· se ri~fo~ci"ó ii de co hesú5ñ--ueTf!cle nTiO.i'il"é!erYo~-E\i; ia~-:-lsTeJ ~ii~Jllii.() el -~; ¡·Vi~ - e 1 e u e rp6 y su sexualidad de una m¡inda fislc·otíét\, es dec1r:-Col11.oliii o·bjeto ' so bre _~e l-c_~1 lnoej ere en ~º[~Tg·u nopBrquces-~1--eil'póuern e Otr.o . Las cr~icioiú:~Tffeosexua l es plai1te
tect-oºiá

e

su hijo·. ¡

«La madre pide a este pequeilo cuerpo, al que cuida, mi·

-

...._,...

j

., '

.. ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y MUERTE

262

mente ausente o, al menos, es negada por otra parte de la personalidad. Ligado a la temprana organización edípica y a las comunicaciones verbales de la madre, encontramos el desarrollo de las actividades autoeróticas del niño, a las cuales ya hicimos alusión e n el capítulo XL Su evolución depende por entero del consentimiento de Ja madre en permi-tir a su bebé desligarse de ella al recrear psíquicamente alguna huella mnémica de ella, unido a un acto autoerÓtico 'tal como el chupeteo del pulgar. Esta forma precoz de intcrnalizac ión permite al niño rnante:ner alguna indep e nd encia respeqo al cuerpo y la presencia de Ja madre. Algun as madres se oponen, sin embargo, violentamente a estas invenciones infantiles.

Ei primer acto verdaderamente autoerótico es el chupeteo de una parte del cuerpo o de cualquier otro objeto disponible que proporcione al bebé un pecho «al ucinatorio » . .tv1elanie Klein ( 1945) afirmó que este fenómeno alucinatorio só lo puede ten e r lugar si ya existe una investidura libidinal li gada a uq objeto interno. Este concepto parece satisfactorio, no sól.o en lo que respecta a la coherencia teórica, sino también a la vista de lo s h ec hos clínicos, aunque el «obje to » internalizado no sea más que un a huella mn émica fragmentada del Otro y la vivencia co1i1partida de satlsfocción asociacla con ello. Las inv estigaciones de René Spitz. ( 1949, 1962), así corno Ja inves tigación de algunos psicosornacicistas (Faín, 1974) confirman, en parte, la teoría de Klein. Estas observaciones demuestrnn, evidentemente, que ~g~~~ madres, aun no si~ndo..ronscientes__d.c.Lb.ed10,_nQ__[2UCdén_¡?~:!J.nitir -·-·--· nin-gt!!_i_D~rnprana_ introyección de--stLimagen ni p_u~gen tolerar nirÍgfu1 objeto que pueda ser utilizado por el bebé como U Il s-Üstitu- . to ·aeeHiúi: üffeceri s-ü-s--~:J'ropios cúerpos en hi.gar de dejar algún es"pfú':ícn'.in:~l-cüaleroebé pue(Ía-encoi1frar'los- ¡:fr'imei'ns-objetos y adív1aaaessüsfifotivos--\el ·fo-ñüli1elió ti-ai1slcio11~1T -de h teoría d-e Wi1mít,'D1l'fy-crmsttn1ir así un cap ital psíquico personal, autoerótico ------------------ - -- -----:--- ··-- ---y narcisi~ta . tJna relación madre e hijo que prohíbe-esa--aci ivídad fomenta Taéreac101n:teenfermedmleq}Srcosomá11cas en la. prli'iTera infancia, ele tas cu-a~:; -u~i~mphre.~~ns9§1_1fió 1i1fantiL ··fatos bebés-sólo\)üeclen dorm.ir_enjbrazos de sus madres; a nl.Cñudo son necesarias la separación de la madre y la hospitalización para salvaguardar sus vidas. Algunas madres utilizan con frecuencia unos mecanismos físicos , a veces violentos, para restringir las manifestaciones autoeróticas normales de sus hijos, debido quizás a tina seria ansiedad re lativa a sus propias pulsiones sexuales. Las reacciones excesivas o violentas ante cualqui·::r forma de invención autoerótica pueden poner en funcionamiento Ja grave enfermedad psi-

-----

~ -?·

.. / ). e__....

\..._

(.;

0

.

.

· . -- -

/T\.f,..T""\r.1111"•lll

ESCENAS DE F:\NTASÍA , DELIRIO Y l'-IU E RTE

"63

1978, cap. IX), que también pone en peligro la vida de.l ni11o. Pueck considerarse que los bebés que padecen esta enfermedad han creado una perversión autoerótica sumamente precoz. Mi ~-12!22- i a i___Q~L)la.t:io.t1cs_~J..9].S~_uie_h.an_Jle.Y.illi9--':'1.... darme cuenta d~_!~.~J_r~.<;_1_!.~1cia con que aparecen las enfermedades psicosomátícii-s en aquellos ~;-;\cíer1tesc!l1e I-G:í): cóT1stl~úié:fo-illf<'is··ireosexua­ lídacles -o rgimiZ.-,fa;rs-:~Erf· e1 -uij5itü1Cnv--se··fü1ce·-¡:r1elYcifüf·ae los ele111eT1Tos -Oíferenc1ñctores que pueden provocar un resultado psicosomiítico má s que uno neo sex u2I. Los pacient es psic(lsornfüicos que no han creado una sexualidad desviada a menudo describen una idéntica perturbación en el autoerocisrno infonlil, en especial una falta ele act.ividad rnasturbatoria manual, normal durante la infancia y adolescencia. Es posible que la relación ele la madre con el lactante esté marcada por un contücto corporal y un ·interca mbio afec1ivo similares. Tanto los pacientes neosexuales como Jos psicosom<'ílicos tuvieron insomnio infantil y la costumbre de balancear su propio cuerpo con una frecuencia superior a la media, junto con problemas cutáneos y respiratorios. Estos fenómenos parecen surgir ele una temprana perturbación en la investidura del cuerpo y en la construcción de·vínculos narci s istas entre psique y soma, así como de una ruptura prematura en la importante conexión mano sexo que cOnduce, e n Ja infancia, a Jo qu e Spitz (1949) denominó «juego genital». El.niño j)e(Lueño q~~~j)ersigue enérgicamente las ..... _ _ --o:----. ... satisfacciones autoerótica~, __a __pe~_.Y__K~D_LU~Jes,_ se_yer~ obl igaclo a inv-emar0Trasactiy1dadess~xuales y otras zonas de exsiJ.~1ció!1. La retefíClol1-deTa-órma;·- ras--juegos leCales, el golpe-ai:se el cuei'j5o--·-~------------·- ·-- · · ·

inces~rnte-ñrei11:e-buscando

sensacione-s"Ciüioro-sasyaarsec"atrt.7:m:l-as,

así·como-ó"fros-actossimllareS,SOOtoaos un mtento -ae"Fiacerqrrc-eJ cue-r-po-se·· v02=Y~·¿a:¡;az ue_.~ presenractó-pstquicamen te -coma·--¡J'ná.-e-nt~-d·ad con límites, así como con poslbilíclaaeS-pla~ cen te ras. -· ·-·· · ---··--------··"··----··-·--····----·---------··-··--

s1e11 ta-

. ---cs-ras·-¡lé:Úvidades cumplen enionces con una de las funciones p rÜ!..~ a u roe mrrs-rrrólTifünnt-;-esc!-e-cir~-:;c;-convierteiren un a

c
que acompanan.esTi-pérdida. No cabe duda de que en aquellas personas que se convierten en innovadores eróticos, el antoerotismo infantil normal se ha desviado mucho.antes de la crisis edípica, y que los elementos de la futura creación n-eosexu al existen ya eú ese momento. La distancia que separa la mano del sujeto de los órganos sexuales es, en cierto modo, la medida ele la distancia que existe entre la representación narcisista ele sí mismo y la rcpresent;1ción. de · la identidad sexual. La búsqueda autoerótica del bebé nara hac(: r oue su cuerno seii eróe.eno no sólo sirve para satisfacer

-

~

264

. ...... ,. . ...

ESCENAS DE FJ\NTASÍA, DELIRIO Y MUERTE ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y MU ERTE

las necesidades pulsionales y del objeto, sino que, además, constituye una búsqueda de la prueba de su existencia psíquica y de su capacidad para mantener un sentimiento de identidad personal, pese a estar separado del Otro. Las expresiones utilizadas por los analizandos al hablar de sus actos perversos son un ejemplo de es ta meta. «Es el único momento en que tengo la prueba de que verdaderamente existo y de que mi vida tiene algún sentido», decía un fetichista cuando hablaba de sus prácticas sexuales. Un ex hibicionista comentó: «Mientras dura me siento real, y después me siento tranquilo durante un largo tiempo». Sofía (citada en el cap ítulo anterior) a menudo decía: «Beatriz me hace sufrir, pero se trata de la vida con ella o de la muerte que me espera a mí sola». Así pues, por camii10s diferentes estos pacientes buscan cornpulsivarnente en el mundo externo un objeto, acto o persona capaces ele ayudarles a evadirse de las dl)das existenciales y del vacío o la muerte, en su mundo . psíquico interno. E l ac_to neosexual ha de encarnar una representación fálico -narcisista que combata la angustia de castración edípica y narcisista. Al mismo tiempo, e l fetiche, el compañero o el objeto parcial rcpreser1tah un objeto materno primario que combate el estado de muerte interna y la consiguiente aparición de las pulsiones destructivas y de las pulsiones de muerte.

265

presión sexual y la posibilidad de un futuro intercambio erótico con otros. Con el paso del tiempo, esto:> actos sexuales acaban siendo llamados a desempeñar otras funciones. Además de desviar la angustia de c:istración y neutrúlízar la angústia que nace de las pulsiones s{1dicas arcaicas, poseen un valor como mecanismo de descarRa de las tensim1es acumuladas, movilizadas por todas las heridas narcisistas y la s frustraciones de la realidad que sufren to dos los seres humanos. Es evidente que una invención capaz ele desempeilar tan diversas funciones ha tenido que venir construyéndose sólidamente desde Ja infancia y que tal estructura apenas se modificará en los próximos arios, a menos que fa experiencia de un análisis conduzca a una vicia erótica más rica. El juego erótico se creto ele la infancia se convierte para el adolescente en su vida sex ual adulta. Al mismo tiempo, el sujeto descubre que su expre· sión sexual, aunque parezca se( la única verdadera, no se asemeja a las soluciones de los clcmás. Empieza entonces la incesante bús. queda ele una pareja capaz de represe ntar d papel requerido en el teatro erótico. Algunos de los creadores neosexua les descübren que están condenados a la autarquía eró tica y han ele asumir e n tonces la so ledad impu esta que esto supone.

·Las funciones básicas d(~ la 11eosexualidad La creación del teatro erótico ncoscxua l

\

Como ya hemos visto, la llamada sexualidad perversa no puede entenderse satisfactoriamente ni corno una mera regresión ni como una simple desviación de las pulsiones sexuales. Es Una neorrealidad creada por el trabajo psíquico ele.! niño, a fin de llegar a un acuerdo con los problemas inconscientes de los padres. Los problemas parentales son de dos tipos: los conflictos sex uale s no resueltos, que a menudo están reflejados en Jos recuerdos del niño sobre las comunicaciones parentales, y las profundas ansieda des narcisistas que obligan a los padres a intentar reparar sus heridas narcisistas o a controlar sus temores narcisistas , limitando y controlando la sexualidad e n desarrollo de s us hijos. Los mismos descubrimientos infan tiles de los juegos eróticos que se sustraen a la vigilancia parental son un desafío para las dos imágenes internalizad;is y supone una cierta libertad respecto a sus prohibiciones introyectadas. Al encontrar una solución a este rompecabezas proporcionado por las tortuosas comunicaciones de los padres sobre cuestiones sexuales y corporales , los niños consiguen ,..J .... ,... ......,. ...... 4": - ~ ~--

~1

- -· =- ·-

.1

f

¿Cuúl es la mejor manera de resumir las dimensiones clin{Jrni cas ·Y económicas de esta compleja organización, a fin de comprender s u función vital a los ojos del sujeto que la ha creado? Si en la metáfora freudiana Ja sexualidad perve rsa pued e considerarse e l «positivo" de la organización neurótica, también puede describirse como el «negativo» de la organización psicótica . Tal estructura comparte las características y defensas, tanto de la neurosis corno d e la psicosis. El acto se p8rece a una ensoi'iación erótica, pero es un suei1o, llevado a cabo en la rea!idacl_ Su realización entraña una manipula ción de la verdad sexual y de la realidad ex terna como una maniobra defensiva para reparar la imagen de sí mismo y, en este aspecto, se parece a una construcción psicótica, si bien sumamente focalizada. Se puede distinguir un síntoma sexwd desviado de un síntoma neur6tiéo o psicótico de varias maneras . Eñprimer-li.íg;:ir, e-1--ac-t-uar s tistlfüyea--fr;---eTi5ürilei ó11 ···;:iie-ñ}}!I_:~J;~[l:1.~ g i:ffi
. ••... ·-· _

266

ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y MUERTE

' m~ltiples

/

~

funciones . Esquemáticamente, podríamos decir que la neurosis indica una defensa que ha frac asado respecto a las pulsiones libidinales, mientras que la psicosis indica una defensa que ha fracaso respectó a las pulsiones sádica5. ·La primera es una lucha para salvaguardar la propia sexualidad; Ja seg unda, una lucha por l~ vida. La ~~ on_st rucció1~~xual r<';:QE::~D..l:il .. ~.r.!J:lol?.Lej_¡~_!_en~_?_e_~ fonsivo: pór una parte~ encontrar una so lución_ de. . comprnmi~o a 1Qs.J'._~lill:e:s-dccastración_2'.~_l~!_óticcfs;·y-r:,or· ?fra 1_ a __las ansiedades psicóticas relacionadas con la pf.~9.i~UflfüJq~"f¡tidad del Yo y el riesg~- de vec;e-ar'Tasffaé.fo-úoi- .j)u-lsiones _y_iDknJªL¿;_;¡c;¡a.3s~·-E1 ·teri1or ·
ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y t-!UERTE .

Como vimos en los capítulos anteriores: la exteriorización del conflicto .i nterno no se liinita a las neosexualidades. Encontrarnos, p0r ejemplo, los mismos medios para_mantener la homeostasis psíquica en las neurosis ele carácter, algunas de las cuales también pueden describirse como perversiones del c.1rlzcter (Arlow, 1954, 1963, 1971). Las personas que tienen sílltom:1s ele car{1cter «perverso» también se encuentran compelidas a repc.·tir interminablemente las tragedias y las desilusiones en las que utilizan a otros para que representen sus dramas internos. Dado que los autores normalmente ignoran esta tragedia prefabricada, a menudo atribuyen a otros el sufrimiento que ele esto se desprende. La erotización sigue escando presente, pero es totalmente inconsciente.

El concepto de sexualidad adicti\'a Relacionada con esta misma organización económica destinada

a manejarse con los conflictos libidinales y narcisistás están las adicciones. En los capítulos anteriores propusimos que las personas . que padecen r1eurosis ele carácter utilizan a otros como una droga y que muchos desviados sexuales utili-i.:1n su sexualidad -sus propias proezas orgásmicas, así como las de otras personas- como un opiáceo. Desde este punto de vista, me atrevería a hablar de sexualidad adictiva y a poner de manifiesto no sólo la negación de la pareja como individuo separado, sino también los aspectos arcaicos, compulsivos y contrafóbicos de las creaciones neosexuales. El análisis de estos pacientes revela que la dimensión contrafóbica compulsiva del acto sexual se modifica considerablemente a medi da que avanza el trabajo analítico, al tiempo que surgen, por primera vez, unas reacciones y síntomas fóbicos en los recuerdos del analizando. Cuando esto ocurre nos encontramos en un momento muy delicado y decis ivo que requiere una cuidadosa interpretación. El estudio detallado de estos aspectos clinicos está, sin embargo, más allá _d e los objetivos de este c;1pítulo. Es· preciso seiialar que la sexualidad no (lesviacla puede tam. bién hacer gala de cualidades adictivas y compulsivas cuando la relación sexual se utiliza, principalmente, para dispersar los esta. dos· psíquicos dolorosos o se lleva a _cabo con una pareja que no existe como objeto separado e investido libidinalmente. El Otro, una vez más, hace las veces de droga o se convierte en continente Je !?.s partes peligrosas del individuo , que pueden ser clorninacla s obteniendo un control erótico sobre la pareja. Tras t2d•fil\~s_qrn~!1!.!.:.~ciC?~1~s adictivas (Krystal, 1977) se _~n­ de la---;na(lre -oecho arcaíc:-i. es d~(:¡r· : "ú.1ú1 · ¡.:»;i-i· 1r· r1,, h ,.,.,,";~"' """º "" --~

l .. · ···· ~---· - '

268

•••

·L--···-··-·-·

ESCENAS PE FANTASÍA, DELIRIO Y MUERTE

eudo Ser in_~rpaJizada; SU función Se VU1~Jve c::_n_lQ.!l_~~~. t;t:n!iv_alen!e il la de una susta~kflva:Ta--;ñ1adre~(Jíog~». Esta debilidad fundafi1eí1taJ ei1Taestrüct;:;-¡:3·-·p·síqt.1lc~1~ 'iai ~orno hemos visto en los diferentes teatros psíquicos ele los c¡uC hemos hablado en este libro, es capaz de producir una serie de desastres psicológicos.__E.1 suj.et0-e0ff-e-.e1_~8!º de~i::_§y__cor1st.aut~men1~_Q.bÜg-ª~lQ.._?. hacer que l!!!..._Ql¿j~!_o del mundo ~_xterior <;t.grm!a con las funciones ~le! ob)cto que estácfoiiado_o_s.imbÓÚ~~mente ;~sen-te-eii la estructura. ps"íqülcau1ferna-;-eJ1TelusO"-ert ei-¡-n-lindo de la imaginación. La incapa«:'.iaaapiffa·des.arí.-olfar f¡:úHasías coristn.ictivas o disponer de una reserva de fantasías reprimidas supone una profunda prohibición de la libertad de fantasear. La dependencia mágica de los objetos externos para reparar el daiio fantaseado tiende a perpetuar el temor a los pensamientos y deseos omnipotentes e impedir que Ja psique actúe de un modo más creativo . ~fo! como indicamos en el capítulo Irl, este hecho sugiere que se ha interrumpido la maduración de los fenómenos transicionales y se han creado objetos patológicos o transitorios en lugar de verdaderos objetos y actividades transicionales. Por consiguiente, existe una incapacidad para jugar coi1 los pensamientos y las fantasías de uno mismo, y se hace más difícil la autorregulación de la tensión psíquica y de los estados afectivos dolorosos. El camino que conduce al significado de lo que falta o está ausente ha sido obstruido. Sólo persiste una fantasía rígida que dirige la búsqueda de la situación adictiva. Este modo de funcionamiento mental, compuesto de defe.nsas neurótica~; y psicóticas, oscila también entre Ja fantasía y el delirio. Las fantasías originales que dan paso a Ja creadón de los actos neosexuales son el resultado de una creatividad infantil precoz. La teoría sexual específica del niilo ha surgido como respuesta a dos metas fundamentales: evitar las prohibiciones edípicas con su exigencia de que'se respete Ja difereiici a entre los sexos y las generaciones, y evitar la angustia arcaica ligada a las pulsiones destructivas y al temido estado de muerte interna. Es ta creación fantaseada, que casi logra desviar las diversas amenazas, se mantiene petrificada de por vida o ¿habríamos de decir muerte? Cuando la dimensión adictiva es prominente, el dram a neosexual -y la búsqueda ele algunos heterosexuales no desviados- busca de inmediato un escenario siempre que las presiones internas y externas amenacen con atacar el equilibrio psíquico del sujeto . Dado que no hay libertad para fantasear, se requiere una cierta manipulación de la realidad externa, para eviiar la pérdida drástica del equilibrio narcisista . El delirio consiste en creer en la realidad objetiva de las fantasías de uno mismo. Pero, corno demost ró Freu d (1911a) e n su ti-abajo sobre r-.1 nrP.<:irlPnt... ~,;L.-~1-. .. _. : __ - ' • ·

. ,. _____._J_..

• • • • • • • • • -• •·- • ~-· --·-·--··- _;

ESCENAS DE FANTASÍA, DELIRIO Y :-.tUERTE

,.

,., ,.. _

269

lirio es un intento de autocurnción. Satisfaced deseo de recrear un mundo en el que uno puede seguir viviendo y una neorrea lidad en -_;; Ja que uno puede creer, a pesar del derrumbamiento del mundo 1 interno. 1

Sin embargo, desde el punto de vista económico los delirios no desempei'ian las mis1m~s funciones que las fantasías. La persona que imagina escenas perversas durante el acto sexual o la masturbación no está sometida a la misma vivencia de aquel que está representando unos dramas adictivos o neosexuales organizados. Las fantasías que son suficientes en sí mismas desempci'ian un importante papel eri la economía narcisista, mientras que los delirios siempre entrañan una cierta manipulación de la representación del . mundo externo ele uno mismo y sus objetos . En la fantasía no se toca directamente el objeto y, por ello, no puede ser dai'iado en modo alguno, ni se puede reducir su fuerza. Por otra parte, el delirio sufre una constante destrucción por el impacto de la prueba de realidad y ha de repetirse con igual constancia. El aspecto repe- , titivo y compulsivo se aplica a todas las sexualidades adictivas. La persona atrapada en estas redes de la ilusión escogerá siempre el acto mágico y su cualidad dolorosamente compulsiva, en lugar de encarar.se con su angustia y sus perseguidores internos. En resumen, las neosexualidades, así como las sexualidades adictivas no desviadas, se crean . como respuesta a una situación psíquica complejü. Desde el punto. ele vista dinámico, necesitan dramas secretos para co~batir los conflictos edípicos y los que pertene"Cc;~-aTca-mpoaeTasexúalidad·-,i'fcai'c'á ~- La úri'i'tustia ele castracíói1 liii"'de . s. e·r--dóii1i'ñ11dai'i1eolanfesü__ nsformación .en un juego sexual con mecas y objetos inventados, mientras que el sadismo primario ha de ser compensado por Ja ilusión de la reparación de uno mismo o ele la pareja. Desde el punto de vista eco11órnU;.Q.._J~.!.~oría de las cre;1cionesneo_~3Cu a ~nen. Jrn . c~:A~:!_~__!).s¿_0.1_~ j ~E te aI!-cfroga ll ( i i .. . zan pa-ra huir de los estados_E?i~ll:~i~S~-~19.loro-sos·); ·re-¡'iarar-tas fisuras en el sentimiento de identidad, así ·cüiño··r>ffra siúisface( las n1óC'iol1Es-pu!SToñales. ASíp\Je-s,-se i·equieren -cOiístaí'iternente estas obtas-i:lereaTí'cn~1ó-ric·as para mantener canto la homeostasis libidinal como la narcisista . Este intento de autocuración permite que ·estos creadores mantengan un contacto erótico consigo mismos y con los otros, evitando, al mismo tiempo, un estado de inundación· · emocional que ele otro modo provocaría actos de autodestrucción 6 de violencia hacia los demás. Aunque las neo sex ualidades a menudo puedan considerarse co rno una forma ele aclicción, los aspe ctos inventivos y reatrales que

,ira.

res::u

;·se

I

. ..--

.--..

;

-~;: .

270



ESCCN.\:; llI: F.-\~Tr\Si..\ . DELIRIO Y ~IL'ElnE

enigmas del deseo y ;il probl1:n1;1 Lk L1 alt c rid <1d pueden considerarse como un proceso c rcati\'n . Lksd0 d momento en que se mantiene la dimensión de rcparaci~·in, L1 scxualid:1d desviada es capaz de impedir una solución psicLítiL-;, a los conflictos, y Ero.s. triunfa sobre la muerte.

EPÍLOGO .:¡:_ :.

ILUSIÓN Y VERDAD Y11 no me desco11cierra comportarme conmigo mismo como una madre mala y wi padre c11fpal>le .. _ ni saber que e11 mí habitan un loco, 1111 1irn110, 1111 sar110 y 1111 11111níaco sexual.

(P¡¡ci~nte en su tercer aiio de análisis .)

El psicoanálisis es un teatro en Cll)'O escenario puede representarse todo nuestro repertorio psíquico. En estos· dramas los rasgos de los personajes internos sufren múltiples cambios, los diálogos se reescriben y se vuelven a repartir los papeles. El trabajo de elaboración lleva a los analizandos a descubrir su realidad y verdad interna, una vez que todos los diferentes personajes que hay dentro de sí mismo y todas aquellas personas que han desempeñado importantes papeles en sus vidas han tenido la oportunidad de recitar •sus diálogos_ Se ajustan cuentas con las figuras odj¡:1das y amadas del pasado; los analizandos las poseen ahora en tocios sus aspectos, buenos y malos, en lugar ele ser poseídos por ellas, y están ahora · preparados para hacer balance .de tollo aquello que recibieron de hts personas que les educaron y de cuanto hicieron con esa herencia. Cualesquiera que sean las conclusiones, reconocen el lugar que les corresponde en este universo interno y reclaman lo que les pertenece_

El análisis parece terminado cuando el analista y el analizando deciden, de mutuo acuerdo, dejar de verse, pero el analizando debe tener bien presente que el trabajo que emprendieron juntos, dada su naturaleza; es algo que no tiene fin_ Tanto el analista corno el analizando saben que algunos de los personajes internos se han mantenido en el anonimato y que aquellos otros con los que se mantuvo un importante diálogo pueden volver a saltar fuera ele los bastidores e irrumpir de nuevo en el escenario de la mente_ Respecto a todas aquellas voces au e oermrintecif,rnn "" c;1.~ .. .,, ;,,

W'

W ._. '· ---·

W' -

·-----~

W

W

'-·~-··- ·-· ·- -

W' W '--···--·-----'"

9 ~~- 9



~ w .,----, w

W W ._.__________ _, -

W "---~

W . . . -.-

W L.----.... -.../

W

-w~

W

·W

.W

Wn _W

U

U

E ,

-

-------····.....

272

EPÍLOGO: ILUSIÓN Y VERDAD 1

cuando clamaron para que se fijar:in en ellos· Siempre estuviertH1 ahí, susuáando entre bastidores, en la merite precon sc iente. ¿Pecó el analista de negligencia, se hallaba distraído o hablaban ellos un lenguaje que el analista no entendía? ¿Estuvieron quizá hablando efl rinencéfalo, en asmático, en diabético o en cardíaco? En otras palabras, ¿cómo podernos evalua r los diferentes elementos que contribuyen al resultado del psicoanálisis? ¿Las deficiencias en el tratamiento analítico se deben quizás a disimulaciones inconscientes, a la fragilidad de nuestras teorías o a las vicisitudes ele la interferencia de la contratransferencia? Este último elemento constituye, sin lugar a duda, uno de nue stros mayores obstáculos: todo analista es profundamente consciente del peligro que supone escuchar con demasiada atención las propias expectat ivas y creencias internas, pues sabe que éstas pueden desviar el discurso analítico y transmitir al paciente unos problemas que pertenecen al analista. El trabajo psicoanalítico que descifra los clrarnas internos llega, sin embargo, a un fin. Los actores se quitan sus ropajes y vuelven a sus camerinos. Se nos permite esperar , de ahora en adelante, que nuestros pacientes hayan logrado el su fici ente conocimiento de los temas fundamentales que componen su repertorio psíquico para poder reconocerlos cuando las nuevas. Circu nstancias de la vida vuelvan a movilizarlos. Se espera que los pacientes sean entonces capaces ele continuar el trabjo ele e laboración iniciado en el consultorio y hablar con estos personaj es .internos, pero utilizando ahora sus propias palabras y movidos por sus reacciones afectivas, ya que el final formal ele un análisis desem boca en el inicio de un autoanálisis . Debería permitir que aquellos personajes internos que han permanecido en el limbo suban al escenario y que los pacientes redescubran en sí mismos la estrecha ide ntificación que su yo ha establecido con cada uno de los objetos internos, tanto en sus aspectos buenos como malos. Es impor tan te que reconozcamos que dentro de uno mismo conviven Edipo y Yocasta, L aio, Ant_ígona, Narciso y Hermafrodita e incluso a lgunas de las sin ie_stras Erinias. Pero las adquisiciones del yo no se limitan, sin embargo, a mitos y. sueños. No debemos perder de vista el hecho de que nuestra realidad psíquica interna se asienta sobre la roca de las realidades anatómicas y externas y en la verdad de los deseos infantiles. La aventura psicoanalítica se vet'á parü siem pre dividida entre estos dos polos, una mezcla de realidad e ilusión . ¿Entonces, quién es yo? ¿Y quién habla dentro de nosotros cada vez que decirnos «pienso esto», «creo esto otro» , «te mo, deseo u od.io esto, aquello o lo de más allá»? ¿Cómo podemos determin;1r la nMtf': n11f': c.nrrF.snnnde a \;¡ ilnsión en los redcscubrímien-·

- -

·

· ·

• • ..-~- . . . . .,, ..

'"

¡ J .l 1n

-n ur111(11y .\·1s .

l .. nnnrc::s;

1·1o!H1f'f r1

l'n.:: s .~.

198 1.

EPÍLOGO : ILU S IÓN Y VERD.-\D

273

yo de dos personas, es decir, creados por una instancia llamada Yo que está compuesta ele palabras, y un escenarin psíquico que cobra existencia a trav és del diálogo? El analista podría compararse al director ele .escena de los famosos Seis personajes en b11sca de a11tor, de Luigi Pirandello, en la medida en que busca m_(rntener un espacio preparado para acoger a todos los habitantes internos del teatro secreto de cada analizan. do, intentando, al mismo tiempo, atraer a los personajes errantes y perdidos que represe ntan papeles · en el mundo ex terno y que el y o no reconoce como parte ele su propio re part o perso nal. El yo neces ita sus creaciones, así corno sus ilusiones, y en esto nos recuerda al entrañable personaje d e l padre en la obra de Pirandello, que clama por la realidad de su personaje, después de que el director escénico le recordase, severamente, que no era sino una criatura de la ilusión.

El padre: Sólo quería saber, caballero, si usted ta l corno

es ahora podía verse, por ejemplo ... , a distancia, en el pasa do: como fue usted un día, con todas aquellas ilusiones que a usted le parecía n realidades ... ; ¿no sielHe usted que se le hunde el terreno donde pisa al p e nsa r que, del mismo modo , «esto» que siente usted ahora, toda su realidad actu al, está destinada a parecerle mañana otra ilu sión desvanecida'> El yo que se presenta ante cada individuo, corno el verdade ro

sel[, con sus alegrías y s us penas, su fu e rza y su flaqueza, su capacidad para amar y odiar, para trabajar y disfrutar, su de recho al · éxito -y también al fracaso--- en sus muchos proyectos, su posesión y aceptación del yo infantil dentro ele s u recinto, con tribuye con todos estos factores a la formación de este yo que se manifiesta en el escenario . analítico. Realmente, este yo se parece más a un retrato que a una fotografía. ¿Cuál es el resultado que espera el analista ele ca da aventura psicoanalítica? Quizás algo parecido al famoso comentario que hizo Gertrude Stein al ver el retrato que Picasso le había hecho . Se quejó de qu e no guardaba ningún parecido con el retrato en sus estadios inicial es, y Picasso replicó que acabaría pareciéndosele. Cuando se vio frente al cuadro acabado exclamó: «Pour moi, c'est je!» («¡para mí, soy yo!»).

1

w

------w -

.• · ·-

~..--..-.-.-..---w::-::w-.-

1.-----~..--· ·

.H _ _ •--·· ·,. _ ,.,

276

BIBLIOGRAFÍA

....... 8 l l3 LI OG R.-\ FÍ ..\

1915a. La rcprc sso n. A. E., \"OI. XJV. Buenos ..\i r,~s. 191 5b. Lo in co ncient c. A. E., vol. XlV. Bui:no; .-\ ires. 191.'ic. l'ubi o nes y destino de pul sión. A. E .. n1i. X I V. Bu e nos A ires. 1916 -17. E l es tado· ne uró tico comli11. XX!\' Co nfe re ncia de Introducción al Psicoanálisis. A. E., vol. XVI. Buenos Aires. 1918. De la hi sto ria de una neurosis infan1il. A. E.. rnl. XVII. Buenos A ires: -·- . 1919. Pegan a un niño. A. E., vol. XVII. Buenos Aires. - - . 1920. Más allá del principio de pl;¡c er. A. E., \ "O !. X\'l[f: Buenos Aires. - -. 1924. El problema eco1Íóinico del ma so qui smo. A. E .. vol. XIX. Buenos Aires . 1926 . Inhibi ció n, sí111oma y angustia . A. E., vol. XX. }~uenos A ire s . ---. J9D. Feiichismo. A. E .. vol. XXI. Buenos Aires.

-.. J 938a. La escisión del '{o en d proceso ddensirn. A. E., vol. XXII!. B ue nos Aires . - - . 1938ti. Constr u"ccio nes en e l aná li sis. A. E., vol. XX III. Buenos A ires. Galenson, E., y Roiphe, H . 1981. lnfantile origins of sex11al idmtit_1·. Nueva York; lntcrnation a l Universities Press. Green, A. l'J73 . Lt! discuurs 1·i1-'1111t. París : Prcs$cs Uniwrs it aires de Frnnce. Gro1s1ein, J. ·1 981. Sp li11i11g anti projecli1•e ide11t1ficatiu11 . Nueva York: Ja son Aronson. Arlow, J. J954. Pcrve rsit>ns: T heore1ic and the r:1pcu1 íc aspccts. P;rnel repon. luur-· 1101 o( rh e Americo11 f'sn"/10011alrtic A.1.>oci11tia11 2: JJ6--15. -- - . 1963. Co nflict, reg r,~ss i on :111 d sy1nptorn formation. lnternational lounw/ o/ f'syclw-A1111/ysis 44: 12-:!2. · - - . 1971. C har acter .perversion. En Currents in ps1·cliow1nlysis, ed. l. 1\1. Marcus: Nueva York: lnt erna ti o n ;tl Uni,er sitics l're o.s . Bici;, E. 19ó8. The cxpa icnce of thc sk in in early objec1 rc lat io ns . ln tematio1111I Jouma / of f'sy clio-r111alvsis 49 : 4S-1 -S6. Bion, W. 1957. D iferenc iac ión de las persona li da
Han!\·. C. , v Ma sso n , J. 1976. A c:ri1ic;il ex ami11u1io11 of th c: ne \\' n~1rcissism. 111tema ti~11CJ! J~11mal of Psyclw-Analysis 57: 49-66. ,

Kernberg, O. 1975. Bordelint' condiiions CJnd pathulogical narcisism. Nueva York : Jaso n Aronson. · · --- .. 1976 . Objt'<'i relutions thcory Aronso1L

1/1/{I

clinic11! ¡;sychoana/_1·.,is. Nuev~1 York: Jason

Klein, M. 1927 . The impo n ance o f words in early analy,;is : E n \\'rit i11gs of i\frlonie Klein, ·vol. 3: 2 15 -26. Londres. H ogan h Prcss, 1975. . --·. 1929 .. La ·personifiea.c ión en el juego de los niñ os . E n Contribuciones al psi· coal/{ílisis, vol. Il. Paidós. Buenos Aires. - - . 1932. Relato del psicoanálisis de w1 11i1ic, vol. V. Paidós. B ue nos A ires. - -. 1935 . Una con1ribución a la psicogé ne s is de los estados maníaco-depresivos . E n Co111ribucio11es al psicoanálisis, vol. Il. Paidós. Buenos Aires. - - . 19~5. El complejo de Edipo a la luz de la s an siedades kmpranas. en Con tribuciones al psicoamílisis, vol. TI. Paidós. Bu e nos Aires. - -..l 9•16. Nol ils sob re algunos mecani smos e~:qui zo ides. En Desarrollos en psicowuílisis, vo l. III. Paidós. Buenos Aires. - - . 1955 . Sobre la id e ntifi cación. En N11e1·as dirt'cciones m psicoanálisis, vol. IV . Paidós . Bue nos A íres. - - . 1957. Envidia y gra 1i11ul. \'OI. VI. Paidós. B ue nos Ai res. Kohut. H . 1971. Th e 11nalysis of 1/ie self Nueva York: Inrerna ti ona. I Universi1ies Press. - - . 1977. The rcs1oratio11 of tlie self Nueva York: lnr e rnari o nal Univ e rsiti es Press. Krystal. H. l 9T7. Aspee Is. of affcct thcory. B11llcti11 of th e /llrnninga C/inic .¡ 1: 1-26.

- -. JtJ7g a. Tr::iuma and a ffec1s. Psyc/wa11aly1ic S111dy o/ 1/ie Child 36: Sl-116. ---. !978 b. Self·re prescn rati on and 1he capaciry for se lf-care. En An111111/ of Ps:\"clio111wlrsis .6: 206-46. Nu eva York: Internati o n~I Uni"crsitics Press. ---. 1981 : Th1: hc-d·)nie (·leme111 in affectivity. E n An1111al of Psrchoa1111/rsis 9: 93-113.· ·Nu e~·a Yo rk : fo1crnational U11ivcrs i1i,~ s Pr<'.SS. · . ---,--_. 1982 .· Alex i1hymi :1 and th e dkcli\'e ness of psvchoanalitic 11 cat111c 11t. lu11rno/ of Psyclw11naly tic !':, _\·clwteropy 9: 353 -78. Kuhn. T.

1 96:~. T il .::.srru c tur e o:· scie nrific rcvolu 1ion . En l11t~ma1io1111I EmTc/opcdia

of Unijled Sci1·1 1ce. ,·ol 11

n "

~

1 0 ·11:

.,

•.. . . .. .. ... -

_ ""'

, ..... ....

1

277

lJIULI OG R:\FÍA

Lacan. J. 196(1. Escritos. Siglo \.\.1, l'ISP. Laplanchc. J. 1970. Vic <' I 111or1 c11 ps»clwa11t1lrsis. l'a ris : Fl;11nmarion. Laplanchc, J .. y l'omalis, J. 13. 1967. Diccit>nurio de p.1ico11111ílisis. Ed. L1bor. Barcclcrna, 1974. L;;x, R. 1976. Sume commenls on !h~ n;ircisi:aic a>pects of sc lf-rightcousness. !111crna1io11al Joumal of Psychoa11alysis 56 : 283-92. Lcfcbvrc, P. 1980. Thc narcissistic impas$c as a detcrmin;rnl of psychosomatic di~ sordcr. f'sychia1ric Jo1m111j of Unii·crsi1v of 0111111·11 5: 5-i l. · Lichlcnstein, 1-l. 1961. Idrn1i1y nnd scxuality. Jo11rnal of 1/ie American Psydw1111alyJic Associa1io11 9: 179 <~ 60. - - . 1977. Tire dilc111111a of /1111111m ide111i1.1>. Nue,·a York: J a~on Arnnson. · McDougall, J. 1964. De l'homoscx ualit¿ km enin c. La sc.\·11a/i1é f emc11i11e, ouvragc collectif, J. Chassegucl (ed), París, Payot. - - . 1972. El antianalizando en análisis. En Alt-ga10 por una cicria norma/dad. Ed. Petrel, 19~2. - - . 19~:2.. ,"1/c.~ato ¡>or 11110 cierta a11om1.1/id11J. EJ. Petrel. Barcelona, 1982. - -. 1982a. t\Je.~i1llymia: A psychoanalytic \'icwpoinl. l'syclwtl'rapy anti l'syclrosomatics 38: 81 -90. - - . 19:321>. /\le~ithy111ia, psychoso111a1osi:; ;1ml psycho:;is. /111,•n1111io1wl Ju11mal of Psyclwwwlysis 1111d psyclrotcropy. 9: 379-88. - - . 198,l. The dis-af(cctcd' paticnt: Rdk ctil>ns tln afft:ct pathology. f'syc/10111111l_r· lic Q1111r1erly 53: 386--109. Mah\er, M., !3crgrn;m, A., y Pinc. F. 1975. 7he fHT clrological hirllr of tire hw111111 · i11Ja111. Nueva York: Basic 13ooks. tvfarty, P. 1976. Les 1110111•c111en1s i11di1·id11ds de i·il' <'I de mort. París: l';1yol. l\,fartin, P., y l'v1 ' Uzan. M. de . 1963. La pcn séc op¿ratoire. /?e1•11 e Fro11r11isc de Psych11na11alvse 27: 345-56. lvbrty, P.; M'Uz;in, !vi. de, y David, C. 1%3. L:i11 1'l'S ligatio11 ¡>syclt0so111a1iq11c. París: Pn:sscs Univcrsitaires de fr;mcc. Mel!zer, D. 1967. El proceso psicoa1111/i1ico. Hormé-l'aidós. Buenos Aires. 1968. ·--. 1977. Los es1ados sexuales de 111 111c111e. Ed. Kargicman. Uucnos Aires. l'vkltzcr, D., 13rcmncr, J ., Hoxler, S., \Veddcll , D., \Viuenbcrg. i. 1975. Exploración del awismo. 1979. Paidós. Buenos Aires. . J\.foddl, A. 1969. Objec1 /ove 11r1d re11li1y. Londres: 1-lot!ar!h Prcss. - - . 1971. Thc origin of cerwin forms of prc -ocdipal guilt and 1he implications for a psychoanaly1ic thcory of affccts. !111ern111i<>1wl Jo11mal of l 'syclroo1111/ysis 52: 337-42. . . - - . 1973. ;\ífccts ami psychoanalytic k1H.>wlt:d gc . Ell , \11111wl o{ f'syclwonttlrsis. vol. l: 117 -2..t. Nu~va York: Quadran~k. lvlontgrain, N. 1983. On thc vicissiiudcs oi· ícn1a k scx uality . !111emalio11ol Jo11mal of l'sychoa1uilysis 64: Jti9 -S6. Ncmiah. J. C. 1975. Dcnial rcvisitcd: Rdkc1ion s un psychosomatic thcory. l'src:lw1herapy anti l's_l'clwso111alics 26: l·IO. - - . 1978. Alcxythimia ~nd psychosomalic illncss . .lo1mwl of Co111i1111i11g Ed11c111io11 in Psvchiatrv. 1978: 25-37. Ncmi;ih, J . C~. y Sifneos, P. 1970. Affccl and f¡111t;i>y in paticnts with psychosomaLo ndres: !Juucrlic disorders . /liludcm 1rcnds in psyc/wsáma1ic. medicine, •col. wonh. Ogdt:n, T . 1980. Thc nalure oí schizophrcnic conflicl. En f'rojt'ctive idrn1ifica1.iu". and ¡>syclio1herapc111ic 1cc/111iq11e, I.>5-71. Nueva Yo rk : J ;l';on Aron son, l %2. - -. 1985. On potcntial spacc. fnltrn1J1io11al Jo11mal of f'sychoa11a/r.l'is ·(rn prensa). 1'01\lulis , .1 . 13. 1977. Fro11ticrs in p.r;1·choa11alysis. Londres: Ho¿!arl h Pr.::ss . 19~ l.

IJ.

....

·· ··· ·- ~~~

---~-

.....

'...,_..._,_ , _ _

~-- .. -

•-.J

~,_ .... ~~ . ..... ...}~

"~ 278

.

BIBLIOGRA f¡J.,.:>.; 1. . .

rative úudy of verbal hclwvior in psychosomatic and · P"'clH>nc:uroiic patiéi A15.! En The comem 1uwlrsis o{ i ·u/nil /Jd11Jl'io11r. Ed. L. Ciousch:dk. Nueva Yór'.IJ k: • ' Spcctrum f'ublicaiion>. 1! · · Rad, !vi. von, Lolucal, L., y Lolas, F. l9T/ . Differences of verbal bchaviours ' in psychowm;.11ic and psychoneuro1ic palicnls. Psycho1eropy ami psyclwsom1uics 28: 83-97. . ·Rycroít, Ch. Diccionario de psicoanálisis. Paidós. 13uenos Aires. ~ ~ Sartre, J. P. 1965. Sinuui~m 011e. París: Gallimard . Sega!. H . 1964. !111rod11cción a la ol>m de Me/11nie Kli'i11, vol. I. Paidós. ButllÓ~ l ;: Aires. Sifneos, P . E. 1973 . The prcvalcnce of "alc::xithvmic .. ch¡ir:1c1eris1ics in psyc hosO r(1,<j o tic paiients. Psychotlrcmpy allll Psyclwsom<11ics ~2: 255-62. - -. 1974 . Reconsideration of psychodynarnic mc:c hanisms in psyclrnso matic symplom formation in view of recenl clinical observations. Psycho1hernpy 1111d Psychosom{/(ics 24: 151-55. 1' - - . 1975 . Problems of psychothcrapy in patierliS with alcxithymic characteristics and physical disease . Psych0thcrnpy and Psyclrosomatics 26: 65-70. Smirnoff, V, 1977 . Epreuve. No111•e/le Re1•ie de Psyrlroww/1•se 16: 195-~02. Spi1z, R. 1949. Autocrotism: Some cmpirica\ finding s ;ind hyp.oihcses . Psychoa111di '. ric S111tly of 1/ze Clrild 3- 4:· 85-120. Nu eva York: lntcrn ational U11i,·crsities Prtss. - -. 1962 . A uloeroti srn re-examined. En Psyclroanalylic Sllldy of the Child 117: · 283-315. Nueva York: ln1erna1ional Univcrsitic:s Press. Siein, M . 1979 . Revicw of Tire rcJtort11io11 of the sdf, by Hcinz Kohu1. Psyc/111a111tl.1;Iic Qwmerly <19: 665-80. · · ' Siewarc. S. 1972. Ouclques aspects théoriqu es du .íétichi srne. E n La se.rn11/i1é perc i•erse, 159-92. París: Payot. Stollcr, R. 1968. Sex and gentlu. New York : Scicnce House. 1 - - . 1975. Perversión: Tlie crolic form of lw1red. Ncw York: Pan1heon. -.- . 1979. Thc gender disordcrs. En Sexu11/ 1/e1,it11ions, vol. 11, ed. l. Hosen, pp .. 109-38. Oxford: Oxford Universiiy Pr<:ss. Storo\ow, R. 1975. Toward a [unctional definition of narciss isrn. flllem111io1111/ Jo w ' . . . I nlll of Psycho11n_alysis 56: 179-86. Strachey, .l. 1934. 1 he nature of thc thernpcul1 c ac uon oí psychoanalyois. Jn1erm1 1 , . 1iona/ Joumal of Psvclzoana/)'sis 15: 127-59. Tausk, V . 1919. On thc -origin of the «inlluencing .rna chine» in schi zo phrenia . l's);.:.' choana/y:ic Qucmerly .2: 519-66, 1933. ' '' Taylor, G. 1977. Alexithymia ami thc counier-trnnsk re nc e. P.1Tclw1ha11py allll Psychosom(lfics 28 : 141-47. \\'arncs, H. 1982 . The dream spccimen in psychosomatic med icine in light of c\in¡, , cal observations. Psychotlrerapy and Psychosomatics 38. Winnicotc, D. 1951. Transitional objec1s and 1ransitional phcnorncna. En Col/eueti' papers, 229-42. New York: Basic Books. 1958. . - - . 1960. True and false se\f. En The mm11r(l{iona/ proce.1·s all(/ 1he /ocilita1i1 ~g ' e111•iro11m e111. Londres: Ho!!arlh Press, 1965. ·' ' - - . 1960. Deformación del ego en términos dé: ser verdadero y folso. (Tru'e and false sclf). En El proceso de nwd11rnción c11 el nitlos. Ed. Laila. Barctl,O'na. 1975. '' - - . 19 '1 \. )?e11/id11tl y juego. Ed . Granica . . Buenos Aire5, 1972..

....

.r--···

".. ~ •. -w;

280

ÍNDICE DE PALABR AS

i.'-:DICE DE PALABRAS

Arlow, Jacob, 71 , 267. asociaciones «libres-flotantes», 22, 27. autoerotismo infantil, 239-240. Bid:, Es ther, 222. · Bion, Wilfred, R., 79, 133, 173, 196, 212, 259. bisexuales, deseos, 254:·psíquica, 48; ver también : sexua lid ad arcaica; homosexualidad; neosexualidades; sexualidad . Brahmy, Vera, 57, 58. Breuer,Joseph,26 .

ac1i11g out, fenóm enos psicoso rnáticos y, li ü-112; elaboración psíquica y, 28, 32, 134. actos-s i1110111á1icos, 68, 266. adicción, natural eza de la. 68-69. adictiva , Ja representación tcatra!, 68-71. afee/os i11co11scie11res, 149 . agresivas, te nsion es, 117. «a lfo », función, 79. Alegato por 1111a cierta a11omw/idad, 1911, l 75n, 2 l 3n . alexitimia, 114, 11.:ln, 135, 145-147, 156; afectos (los) y el escenario psicoanalítico de la, 147-148; conceptualización freud i:~na de los destinos del afecto en l<.1, 149-152; defensa contra temores psicóticos en la, 162-163; escisión entre ps.ique y sorna en la, 172-174; identificación proyectiva . y, 169-172; inve stigación de.Krysial sobre la naturakza del afeclo, 154155; investigación psicoso mática y patológica del
Capote, Trumao , 25 1. Castoriadis-Auliignier, Pi era. 27, 2 16, 260. cascració11, 242, 244, 247, 266; angustia t.le, 187, 2-1-1. «castración hipocondríaca», 56. Caza·s, Alain, 60, 61. · . cerebro, rinencéfalo, 56, 62 . compulsión de repetición, 48, 125, JJ.7. co11111nicación primaria, 167; psicosomática, 62. conflicto libidinal, 115-118. contrafóbico objeto, 54. conversión histérica , 111. cuerpo(s), 60 ; de los pacientes alcxitímicos, 159; ropas y, 222-223 . «contenerla», 222; en la relación madre -lactante, 224-226. «cosas-cuerpo», 19. · cuerpo-imagen (La consolidación de la imagen tiel cuerpo y sus funciones sexuales), 191-193; zonas crógenas y, 1:34. cuerpo-mente, escisión, 19. chupeteo t.lel pulgar y autoerotisrno, 239, 240. Charco t,J. M., 32. Dayan, Maurice , 157. De repe111e, el último verano (Williams, T.) , 251. delirio(s), 17; VS. fantasÍÜS , 268; teatro deJ, 63-66; Ver ta111bié11 neosex uali dades . · desafecladas, perso nas, J 22. desviación, concepto de, 236. Diccionario de Psicoanálisis (Laplanche y Ponta lis). 28. «doub le-bínd» (dobl e vínculo), 61, 159, 186. dramas psíquicos clásicos, 45-53; fetic hi sta y fríbico, 46-50; obsesivo, so . 53. . dramas básicos de la humanidad, 66 . eclípica, e~trnctura, 108; elementos eclípicos arca icos en psicosomatosispsíconc:urosis ; 183-19 1; estruciura de la sex.ualídad y, 225; y mu ert e, 53-.))· nrirn~11·;~\

"r

r..·.~ ·\•··=··..-..~ :

..: -

1 ·~··

·,

ÍNDICE DE PALABRAS

281

elaboración teórica por el analista, 29, 30. e111ociones, en la relación madre-beb¿, 159. «encarnadas», asociaciones en l
282

Í~DfCE DE PALAI3RAS

síntomas neuróticos, primer vislumbre, 91-94: síntomas som;üicos dan lugar a síntomas psicológicos, 102-105 . - · \

«j ucgo ge ni tal», 263.

'

Kernberg, Otto, 2.08. KJein, Melaine, 26, 79, 169, 178, 188n, 1%, 210, 262. Kohut, Heinz, 208-213, ...215-217, 221; postura teórica sobre el narcisismo ele, 209-212. · Krystal, Henry, 111, 120, 111, 154, 155, IS6, 162, 267; investigación sobre la naturaleza del afcc10, 154-155. Kuhn, Thomas, 210. Lacan, Jacques, 49. Laplanche, Jean, 21, 239. Lax; Rmh, 7311 . Lefebvrc 1 Paul, 114 . lenguaje, psicoanálisis y, 14 7. Lichtcnstein, H., 125, 185, 260. madre: aíexitimia y, 159; abisal y niiio tapón, 99-102; cuerpo del bebé y la , 215-217; fantasía de la madre envenenada, 257-258; como origen de las n.eosexu
identificación proyectiva y akxitimia, .169-172. ilusión y verdad, 27l-273. Imposible, noción de lo, 15-18, 20; te;itro de lo, 55-56.

narcisismo: .alteridad, tr:1umade la, 212-213; economía del, 113; e:.cerli.lrio analítico cambiante, 206-208; fragilidad del sel/ narcisista, 216-217; Freud Y el. 207; Kohut y el, 209-212; perturbaciones narcisist as 1•s.

i11co11ciente, Lo, .150. lnteriores (Woody All e n), 102, 103. interpretación «mutativonp y rn¡1ciw k6-füi·

perturbacion es neuróticas . .".JOS-209; raíces sexu::Jies arcaicas ele las perturbaciones narcisistas, 215-217; soluciones al conflicto del, 21J-215. narcisisw, perturbación de In perso1wlidad, 206. Narciso, mito de, 96, 99.

·~-

_.

ia 1 111.1 11~ 1 !

-83

111 1 l',\I 1\ 11 \! ,,,, /

l'-11 11, h, Ug1\\:11 , 1·1,1.. Nc 11)_iph, .l u hn , 11-ln , 156 . 167 . 170. ncorrea lidad de l y o psicó tico, 65. neosc;xua lidades, 9, 20, 55; autoero1ismo infan t il, 239 -2-10, 263; concepto de perversión en Freud, 237-239; concepto de la sex ualidad ndictiva. 267,271; drama de las. 240-2cl-I; erotismo y muerte, 25 0-251; falo peli groso, 256-258; fanta sía de la madre envenenada, 258-25 9; función básica de las, 265-267 ; i1;1ágenes parentales y, 253-25.:\; orígenes de las construcciones neose xu a les, 259-264; pareja, papel de la, 2-14-250; perversiones y, 235-236; teatro erótico e n las, 264-265; ver ra111bié11 homosexualidad; sex ualidad ; sex ualidad arcai ca. 11c11raste11ia, 11 5. neurobiología · de la patología del afecto, 157-161 . neurosis, 47, 48; actuales, reconsideración de las, 115-118; angustia, 83, 115, 134-135; obsesiva, 50; teo ría clásica a n alít ica ele las , 47-48; de stino del afecto en las, 149-150. neurosis de caráct e r, 67. neuróticas, perturbacion es , l'S . perturbacion es narcis is tas, 203-209. nii1o tapón y madre abis
284

ÍNDI CE DE PALABRAS

Pirandello, Luigi, 70 . Polansky, Roman, 201, 202. Pontalis, J. B. , 21, 239. preconsciente, funcionamiento, _108, 122. «preverbal, simbolismo», 108. Prohibido, noción, 15, 16, 45-46. psicoanálisis de 1ii11os, EL (Klein), 26. psicoanalítica, teoría, ele la patología clel afecto, 157-161. .psicoanalítito, escenario, 26-27; en el análisis de nii'l os (Kl e in); 27; teoriza. CÍOnes y asociaciones «libres flot;rnteS», 27 . psiconeurosis, d e la psicoso matosis a la, 175-204; cuerpo e imagen, consolidación y sus fun ciones sexuales, 191-193; elementos e dípicos arcaicos, · 183-191; histeria arcaica, transformación de la, 196-198; ojos, papel en la, 176-179, 193-196 ; organización edípica primaria, se convierte e n una organización fálico-genital, 200-204; suei'ios y visiones, 179-183; Yo, fracaso del, vive ncia alucinatoria, 198-200. psicosomatosis, 161.. psicoma y madre, 36-88. rabia y psicosoma, 138. · Rad, Michael von, 168 . relaciones adictivas , 76-79; escisión en la realidad psíquica e n las, 78; m e canismos de d e fens a primitivos en, 79 -81. re ligiosa, enseñanza en el repertorio psíquico, l3ó. representación (la), teatral adictiva, 68-71. represión, La (Fre ud), 149, 150. represión/wprcsión de afec tos (Freud), 149. resistencia, 13 . rinencéfalo, cerebro, 56, 62. Rycroft, Cli. (Diccionari o), !08n. Sade, Marat ! .25 1. sadismo oral, 117. Sartre, J. P. , 23. Schrebcr, de lirio -tipo, 20, 268 . Sega!, Hannah, 79. Seis personajes en b11sc11 de al//or (Pirandello ), 70 . se!J-falso, adaptación del, 149, 163; concepto de, 146.

self-objec1s, 210-214 . sexo-cuerpo, 56. sexual nc.rmal (Freud), . 23 7-239 . sexual funcione s, consolidación ele la imagen del cuerpo, 191-193. sexualidad adi cti va , concepto ele, 280-283; es tructura e dípica de la, 255; identidad y sexualidad, 55; en psiconeurosis y psicosoma tosis, 161-162; ver wmbién, sexualidad arcaica; homo;;e x ualidad; y ncosex ualidades. sex ualidad arcaica, narcisismo y, 213; en el caso de Angela, 226-228; la organización cclípica empieza a aflorar. 228 -230; la s pre ndas de ve sti r de Angela se convienen en objetos libidinales, 222-228; las prim eras ........... .. ..................

.

..

\

ÍNDICE DE Pr\L.-\BRAS

285

ciones narcisistas, 2 15-217; ver ta111bié11, homosexualidad. neoscxualidades, sexualidad. Shakespea re , 11. Sifneos, P. E., 11411 . 156, 162, 173 . sí ntomas, creac ión, 45, 46. Smirn off, Víctor, 30. solitaria, 227. so ma/psique , 121-123. Sp itz, René, 240, 262, 263. Stein , <;:ie rtrud e, 273. Stei n, M .. 2 10. Stewart, Sidn ey, 251. Stoll er, Robert, 236, 240, 261. Stolo row , Robert, 2 10. Strachey, James, 1·18.

\

\

ÍNDICE

Tausk, Victor, 93 , 165, 260. Taylor, Graeme, 168. teatro corporal, 18. teorizaciones flotantes-libres, 27. terror y el amor asfixia nt e, 89-91. trabajo, concepto de, en psicoanálisis . 28. transferencia especu lar, 210, 216. 221. transferencia lateral, 195. tran sex uali smo, 20, Fer 1mnbié11: neosexualidad. «transform ac io nes» (Freud), 150. tran sicio nal, espacio, 18. tra nsicional, objeto patológico, 69. tran sicional, teatro, represen tación en el, 67-Sl; y mecanismos Je defensa primitivos e n la s relaciones aclicti\'as, 79-81; relaciones adictivas y fenómenos tra nsiciona les, 76-79 ; represe nt ación adictiva, 68-71.

Págs.

yo: co mposición del, 45; compulsión de l, repetición del, 125, 127; concepto del, 12, 13, 16, 18; es paci o, 60; drama del psicosoma y el, 50; infantil. 45: ju ego y, 59; muerte y, 50: parte neurótica del, 48; patología narcis is ta y, 205; psicótico, neorrealidad del, 65; separac ión entre psiqu eíso rn a y, 57; supervivencia psíq ui ca y, 65. 66. yo-mundo, relación, 77. Yo: fracaso del, en la vivencia alu cinmori a y, 198-200 ; iclentid<1d del, 48. zonas eróge na s, 184 .

...,

PRÓLOGO: E l teatro psíquico y el escenario ps icoanalítico . ............. .. ... . ........... . .. .

11

I. . Reflexiones sobre e l proceso psicoanalítico .... . . .

25

- --b

11. lll.

vagin a, 49, SO. vi sio nes, psico ne uros 1s y, 179-183 . Warnes, Hector, 166, 198. Williams, Tennessee, 25 1. Winnicott, Dona!J, R., 18 , 59, 77, 78, 87, 146, 262.

Introducción a la ed ició n españo la .... . ...... . ....

- -·o;;>

Esce na s de la vida psíquica ...... . ... .. ....... . El tea tro cransicional y la bú squ eda de int érpretes IV . La int erpreta ción de lo irre presen tabl e . . ... .... . V. Es tad os ps icosom á t icos. ne u ros is de angustia e histe ria ..... . ........... . . .... ... .. ........... . VI. ·Elaboración y tran s formación del repertorio psíquico .................. .... ...... ... . . ..... . VII. Reflexiones sobre e l afec to : un a concepción psicoanalítica el e la alex irimia . ............. . . .. .. . VIII. De la psicosomatosis a la psi coneurosis ......... . IX. E l teatro en cí rcul o: reflexiones sobre la economía del narc isis mo .................. ... ..... . .... . X . El escenario n arc isisrn y el papel de la sex.u<.llidacJ a rca1ca ........... .. . . . ............... . ... . . . . XL Las neosex ualidad es .... .. ... . .. ........... . . . XII. Escenas de fantasía, delirio y muerte

1

45 67 83 107 125

J,¡5 175

205 219

?, .. -.JJ

253

EPÍLOGO

Ilusión y verdad .... .. ....... . ... . . . ........ . .

271

BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

275

ÍNDICE DE PALABRAS .. . .......... . . ; .....

279

,: l

Related Documents


More Documents from "jlaviada"