Artículos Criminología 2

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Resumen: Psic. Juan Carlos Bernal

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Asesinos en serie: los Cachorros del Maligno Por Manuel Carballal

Unos beben la sangre de sus víctimas y otros comen su carne. Algunos asesinan en el nombre de Satán y otros impulsados por unas “voces sobrenaturales”... para la ciencia continúa siendo un misterio la motivación real que lleva a los Serial Killers a cometer los crímenes más crueles, atroces y “diabólicos” a los que han tenido que enfrentarse las policías de todo el planeta. “¡Yo estoy por encima del bien y del mal, y todos ustedes me dan asco!”, gritó Richard Ramírez desde el estrado, al Tribunal que le juzgaba, y agregó “¡Lucifer está dentro de todos nosotros!”. Y mientras era expulsado de la sala, fuertemente encadenado, giró su penetrante mirada hacia los fotógrafos mientras alzaba la mano izquierda, en la cual tenía tatuado un pentagrama satánico, y murmuraba: “El maligno...”. Richard Ramírez, alias “Night Stalker” (“El Merodeador Nocturno”), aterrorizó la ciudad de Los Angeles, a mediados de los ochenta, asesinando a 14 personas, y violando, agrediendo y robando a otras muchas. Ramírez, que decía actuar movido por la voluntad de Satán, se paseaba por la calle escuchando obsesivamente la canción “Night Prowdler” del grupo AC/DC, hasta que seleccionaba a su víctima. Después penetraba en su casa y la asesinaba sin ninguna piedad, dejando en muchas ocasiones símbolos satánicos dibujados en las paredes con la sangre de dichas víctimas. Richard Ramírez, un joven hispano de 29 años, es un psicópata asesino en serie, a pesar de que no presentaba un modus opernadi preciso, ya que utilizaba indistintamente armas de fuego o armas blancas para cometer sus crímenes, y tampoco presentaba un tipo de víctima precisa (asesinó igualmente a personas de dieciséis como de sesenta y tres años). Pero ¿por qué?. No existe una respuesta racional a esa pregunta. EL MISTERIO DE LOS SERIAL KILLERS El pasado mes de noviembre los mejores especialistas en Asesinos en Serie se dieron cita en Valencia para debatir el misterio que supone, tanto para psiquiatras como para policías, el fenómeno de los Serial Killers. Personalidades como el ex–agente del FBI Robert Ressler (asesor de Expediente-X, Copicat y “El Silencio de los Corderos”); el psiquatra Robert Hare (autor del sistema de clasificación de psicópatas más usado del mundo), o la psicóloga forense Candice Skrapec (que en estos momentos dirige algunas tesis sobre asesinatos en serie y creencias religiosas), analizaron en profundidad el mayor enigma de la psicología criminal. Durante su conferencia Steven A.Egger, primer autor de una tesis doctoral sobre Serial Killers y profesor de Justicia Criminal en la Universidad de Illinois definió los asesinatos en serie como: “La obra de uno o más individuos que comenten un segundo y posterior asesinato, sin que haya relación anterior entre victima y agresor. Los asesinatos posteriores ocurren en diferentes momentos y no tienen relación aparente con el asesinato inicial, y suelen ser cometidos en una localización geográfica distinta. Además, el motivo del crimen no es el lucro, sino el deseo de ejercer control o dominación sobre sus victimas”. Sin duda se trata del criminal más temido por las policías de todo el mundo, ya que resulta especialmente difícil investigar este tipo de crímenes en los que no existen relación entre las victimas, ni entre el agresor y ellas. Además, la especial crueldad con que los asesinos comenten estos crímenes aterra y desconcierta a los investigadores. Es como una furia salvaje

desatada de pronto, que arrasa todo lo que encuentra a su paso. Es como la expresión del “Mal” en estado puro ya que ¿existe más maligno que la violación, mutilación y asesinato de docenas de seres humanos sin causa aparente?. Según las escalofriantes estadísticas ofrecidas en este congreso, la mayor parte de los psicópatas que terminan de cumplir su condena y salen de prisión, vuelven a matar. En el citado congreso eran definidos como “adictos al crimen”. Y no se trata del mero acto de robar la vida a otros seres humanos, sino de la brutalidad y crueldad con que esos crímenes son cometidos. Ted Bundy, Arthur Shawcross, John Wayne Gacy, Ed Kemper, Ed Gein… todos ellos se han convertido en personajes populares en los Estados Unidos por haber asesinado a docenas de personas sin un móvil aparente. Mitificados como astros de cine, o ídolos de rock, sus fotos adornan las carpetas y camisetas de miles de adolescentes americanos; reciben centenares de cartas de admiradores e incluso, muchos de ellos –como el mismísimo Ramírezhan llegado a casarse en prisión con alguna de sus fans. ¿Cómo es posible que los peores monstruos de la humanidad despierten esa fascinación? ¿Acaso, como sugieren algunos autores, los Asesinos en Serie son los verdaderos “cachorros” del Maligno? SACRIFICIOS PARA EL DIABLO Según relataba Candice Skraper, recientemente era requerida por la policía mexicana para permanecer tres meses en Ciudad Juárez, intentado elaborar el perfil del Asesino en Serie que ha causado la muerte de docenas de mujeres en los últimos años. Los medios de comunicación mexicanos apodaron a este criminal, que todavía no ha sido capturado, “El depredador de Chihuahua”, y se especula con la teoría de que sea un adorador de Satán. Evidentemente ni Skraper, ni los demás investigadores del caso han podido obviar las similitudes entre estos crímenes, y los que aterrorizaron la también fronteriza ciudad mexicana de Matamoros hace unos años. En aquella ocasión los asesinatos en serie, más de catorce, fueron cometidos por Adolfo de Jesús Costazgo y Sara Aldrete (en la cual se ha inspirado Alex de la Iglesia para su película “Perdita Durango”). Costazgo y Aldrete lideraban un culto satánico en el cual se sacrificaban seres humanos para intentar proteger los turbios negocios de Costazgo de la policía. Iniciado en la Regla de Palo Monte en su Cuba natal, Costazgo consiguió convencer a sus seguidores –una banda de narcotraficantes- de que sus rituales satánicos les protegerían de las balas de la policía. Vana pretensión, ya que, tras ser cercado por los agentes mexicanos, ordenó a uno de sus seguidores que le disparase antes de caer en manos de la policía... Muchos Serial Killers, como el mendigo Eugene Britt, o el famoso Henry Lee Lucas, han atribuido el origen de sus crímenes a un “espíritu diabólico” que se apoderaba de su voluntad y los hacía matar. Unos, como Ramírez, actuarían en solitario, sin embargo, según algunas fuentes, tras algunos de los Asesinos en Serie más famosos de la historia criminal, se ocultarían cultos satánicos organizados. En 1976 comenzaron una serie de brutales crímenes en New York que aterraron a la opinión publica norteamericana. Durante un año un individuo –que aparentemente actuaba sólodisparó a quemarropa contra más de una decena de personas, causando la muerte a más de la mitad, y hiriendo de gravedad a las restantes. Como había ocurrido en el caso de Costazgo, y en tanto otros, fue una casualidad la que llevó a la detención del asesino. Una multa de tráfico puso a la policía en la pista del autor de aquellos crímenes que, en base a algunos anónimos enviados por el asesinos la policía, se bautizaron como los asesinatos de “El Hijo de Sam”. El autor de estos homicidios resultó ser David Berkowitz, un joven de 25 años que afirmaba que una voz le ordenaba matar. Sin embargo, para varios policías de New York que participaron en

el caso, y para varios investigadores civiles, Berkowitz no actuó sólo. En base al relato de varios testigos presenciales de los asesinatos, en base a las descripciones del/los sospechosos, y en base a los anónimos enviados por “El Hijo de Sam” a la policía, se ha especulado con la teoría de que David Berkowitz era sólo un instrumento utilizado por un culto satánico. Esta hipótesis, compartida por varios investigadores del caso, dio lugar al guión de la película “El Salario del Diablo”, en el cual se pretende que tras los crímenes de “El Hijo de Sam” en realidad se ocultaba una secta satánica que grababa en vídeo los asesinatos, para comercializarlos como snuff movies... Otras sectas, como la de Charles Manson, merecerían un capitulo aparte. Pero, si ya la motivación “satánica” resulta insólita como justificación de asesinatos en serie, ¿qué decir de móviles vampíricos o licantrópicos? Y es que, sin duda, pocas cosas pueden sorprender tanto a un policía como tener que buscar a un asesino que mata para beber la sangre de sus víctimas o comer su carne... LOS VERDADEROS VAMPIROS Imagino que los funcionarios de la embajada de Irán se sintieron muy desconcertados cuando acudí a ellos en busca de información sobe un “vampiro”. Sin embargo debo agradecer la amabilidad con que los funcionarios iraníes respondieron a mis demandas, facilitándome datos e incluso fotografías del “Vampiro de Teheran”. Se trataba del taxista de 28 años Gholamreza Khoshrou Kouran Kordieh, más conocido como Ali Reza. Según la información que me facilitó la Embajada de Irán, Ali Reza violó y asesinó al menos a nueve mujeres y niñas para beber su sangre, entre febrero y junio de 1997. Condenado a 214 latigazos proporcionados por los familiares de las víctimas y a la pena capital, “El Vampiro de Teherán” fue colgado de una gran grua, ante miles de testigos, el 13 de agosto de ese mismo año. Inmediatamente algunos “intelectuales” sugirieron que unos crímenes tan delirantes como los de “El Vampiro de Teherán” sólo podían producirse en un país “primitivo” e “inculto” como Irán. Pretensión esta absolutamente ridícula, ya que algunos de los asesinatos “vampíricos” más espeluznantes de la historia criminal se han cometido en países del “primer mundo”, como Estados Unidos. Sin ir más lejos, el Coronel Robert Ressler, tal vez el mayor especialista en Asesinos en Serie del FBI (y quizás del mundo), dedica el primer capítulo de su primer libro: “El que lucha con monstruos”, a otro “Drácula de la vida real”: Richard Chase, alias “El Vampiro de Sacramento”. Richard Trenton Chase asesinó a dos familias enteras, llevado por una delirante creencia; su sangre estaba envenenada y debía conseguir sangre humana para poder mantener su propia vida. En su delirio, Chase hablaba de una conspiración de los OVNIs y de los nuevos movimientos nazis que intentaban matarlo, pero su creencia más importante era la de que tenía que beber sangre humana para poder vivir. Cuando fue detenido se le incautaron recipientes, como una batidora, en la que preparaba la sangre de sus víctimas, y trozos de su carne, como si de un jugoso zumo se tratase. Según consta en los archivos del Centro de Investigación y Análisis de la Criminalidad Violenta y Sexual (CIAC), entre los Serial Killers más importantes de la historia se encuentran numerosos casos en los que la necesidad de beber sangre humana era el principal móvil de los crímenes. Me refiero, por supuesto, a “vampiros” que han asesinado en el presente siglo veinte, ya que la historia antigua no ha ofrecido otros casos no menos inconcebibles, como de Vlad Tepes Draculea, Gilles de Rais o la Condesa Bathory, entre otros. Estos son algunos de los más conocidos “vampiros” del siglo XX: GEORG KARL GROSSMAN: Fue detenido en agosto de 1921, cuando un vecino escuchó los

gritos de una joven y llamó a la policía, siendo Grossman sorprendido mientras se bebía la sangre de su última víctima. Los analistas de la policía identificaron los restos de al menos tres mujeres asesinadas en las tres semanas anteriores a la detención, pero se encontraron docenas de prendas de ropa y efectos femeninos en el apartamento. Es imposible calcular cuantas fueron las víctimas exactas de Grossman. Los cálculos más aceptados por los criminalistas hablan de unas cincuenta. "EL VAMPIRO DE HANNOVER": El caso Haarmann parece una réplica del caso Grossmann, tan cercano en el espacio y en el tiempo. Haarmann elegía a sus víctimas en la estación de ferrocarril de Hannover. Principalmente niños o jóvenes que habían huido de casa, o llegaban a la capital en busca de trabajo. Haarmann fue declarado culpable de 27 asesinatos de muchachos, de entre doce y dieciocho años. Sin embargo Haarmann llegó a decir que "podrían haber sido unos 40". Los mataba, bebía su sangre y comía parte del cuerpo. "EL VAMPIRO DE DÜSSELDORF": Durante el proceso, iniciado el 13 de abril de 1931, los magistrados tuvieron que soportar la gélida descripción que Peter Kürten hizo de sus crímenes: "Necesitaba sangre como ustedes necesitan alcohol". Confesó con todo detalle como asesinaba a sus víctimas, algunas niñas de solo cinco años, usando un martillo, tijeras, etc., y destrozando absolutamente los cadáveres. Decía que Jack el Destripador era su ídolo... ALBERT FISH: Cuando fue detenido, la policía encontró muchos recortes de prensa referentes al caso Haarmann en el apartamento de Albert Fish. Recortes que fueron utilizados como prueba durante el juicio que se inició en el Tribunal de White Plains el 12 de marzo de 1935. Definido por la prensa como "el criminal más repulsivo de todos los tiempo", Fish es un buen ejemplo de "asesino místico". Según sus allegados, se proclamaba la reencarnación de Cristo y "el instrumento de Dios contra la Humanidad", algo que repitió durante el juicio. "Beber su sangre -declaró- me producía verdaderos arrebatos de éxtasis sexual". FLORENCIO FERNANDEZ: El 14 de febrero de 1960, y tras pintoresca operación policial se detuvo al vampiro argentino. Hacía semanas que varias jóvenes estaban siendo atacadas por un individuo que, en la oscuridad nocturna, penetraba en el interior de los domicilios de sus víctimas, aprovechando que se acostaban con las ventanas abiertas a causa del calor reinante en esas fechas. Una vez dentro de la casa, se abalanzaba sobre ellas mientras dormían, sujetándolas a la cama y mordiendo profundamente sus gargantas para beber su sangre. MARCELO DE ANDRADE: El año 1992 entró salpicado de sangre para la prensa del Brasil. "Bebía su sangre para mantenerme joven y guapo"; con tan insólita declaración el brasileño de 25 años Marcelo Costa de Andrade, ex –miembro de la secta Iglesia Universal del Reino de Dios, pretendía justificar sus brutales crímenes. Captaba a los niños en las zonas marginales de Río, y los convencía para que le acompañases ofreciéndoles comida, golosinas o dinero. Los mataba a golpes y los violaba, dejando bandejas con comida al lado de los cadáveres. Después compraba los periódicos para ver si los cuerpos habían sido hallados. FILITA MALISHA: El 23 de marzo de 1995 una anciana de 60 años oriunda de Solwezi (Zambia) se personó por propia voluntad en la comisaría de policía para confesar que había asesinado a siete de sus hijos. Según declaró Filita Malisha, había asesinado a sus hijos a lo largo de varios años, en rituales de magia negra que había aprendido de su madre. Y tras asesinarlos, bebía su sangre y comía parte de los cadáveres. CUANDO EL HOMBRE SE VUELVE BESTIA Entre 1978 y 1990 Andrei Chikatilo, alias “La Bestia de Rostov” asesinó y mutiló a 55 niños, niñas y mujeres, convirtiéndose en el mayor Asesino en Serie de la historia. “La Bestia”

acompañaba a sus víctimas hasta los bosques, donde las atacaba llevado por una “furia animal”, descuartizándolas y llegando a comerse parte de sus cuerpos. Eran tan brutales las mutilaciones que infringía a sus víctimas, que durante la investigación de uno de los últimos crímenes se produjo una anécdota sorprendente. En la Rusia de finales de los ochenta se producía una oleada de OVNIs (recordemos el caso Voronezh) que acaparó la prensa internacional. Al mismo tiempo comenzaban a llegar desde Puerto Rico las primeras noticias sobre el Chupacabras y las mutilaciones de animales asociadas con OVNIs. Pues bien, dos agentes de policía de Rostov protagonizaron un avistamiento OVNI muy cerca del lugar donde se descubrió el cadáver de una de las últimas víctimas de “La Bestia”. Este incidente, unido a la increíble brutalidad de las mutilaciones, hizo correr el rumor entre la policía de que el autor de aquellos crímenes no podía ser un humano... Y es que el caso Chikatilo, que hace palidecer a cualquiera de los relatos medievales sobre licántropos, recuerda poderosísimamente al primer Serial Killer español: Manuel Blanco Romasanta, alias “El Hombre-Lobo de Allariz”. Blanco Romasanta asesinó a 13 personas, mutilándolas y devorándolas, llevado por la creencia en que, víctima de una maldición infantil, en ciertas noches de luna llena perdía su forma humana, convirtiéndose en un lobo sediento de sangre, que mataba sin poder contener sus impulsos asesinos. De entre todos los asesinos en serie españoles, como Manuel Delgado “El Arropiero”, José Rodríguez Vega “el asesino de ancianas”, Juan Luis Larrañaga “Koldo”, o Joaquín Ferrándiz, entre otros, tan solo García Escalero “el mendigo asesino”, ha rozado mínimamente la fiereza y crueldad de Manuel Blanco Romasanta. García Escalero, un mendigo que ya en su infancia visitaba los cementerios y se colaba en las funerarias para acostarse junto a los cadáveres que tanto le atraían, asesinó a más de una docena de personas en Madrid hace pocos años, llegando a decapitar a algunas de sus víctimas y a comerse parte del corazón de otras... Pero ¿hasta que punto las creencias esotéricas pueden suponer un móvil importante en el delirio de los asesinos en serie?. Resulta difícil de calcular. Sin embargo es indudable que dichas creencias han servido para que muchos Serial Killers justificasen sus brutales crímenes... Jeffrey Dahmer, por ejemplo, debió asimilar muy mal sus lecturas sobre vudú haitiano, ya que asesinó y se comió a quince personas, intentando convertirlos en zombies. Dahmer, que al parecer se había aficionado a las lecturas ocultistas, decidió sustituir el polvo zombie que utilizan los bokor haitianos, por una primitiva operación pseudoquirúrgica en la parte trasera del cráneo de sus víctimas... Desgraciadamente Dahmer fue asesinado en la cárcel antes de que pudiese ser objeto de un estudio en profundidad sobre las anomalías que sin duda deberían existir en su cerebro. Pero en otros casos, el psicópata asesino, ni tan siquiera fue capturado. Entre 1968 y 1978 un asesino “astrológico” se confesó autor de 37 crímenes. El “Asesino del Zodiaco”, elegía a sus víctimas en función de su signo astrológico, y nunca pudo ser capturado. En 1990 reapareció, aunque todos los expertos coinciden en afirmar que se trataba de un imitador. Pero lo importante es que ese nuevo criminal “astrológico” continuó sembrando la muerte entre los habitantes de Nueva York, eligiendo a sus víctimas por su “carta astral”. Según los astrólogos que fueron consultados por la policía newyorkina, el nuevo “Asesino del Zodiaco” había superpuesto una carta astrológica de Orión sobre un plano de New York, o eso sugería la situación de sus víctimas en el mapa. Sin embargo, al igual que había hecho Jack el Destripador, “el pistolero astrológico” dejó repentinamente de matar, y desapareció con el mismo misterio con que había surgido. Su identidad continúa hoy siendo un enigma.

Así trabaja la Policía Científica Por Vicente Bobadilla

Nunca se ven cara a cara con el delincuente; por lo general, ni siquiera saben quien es. Lo suyo son las muestras diminutas, los rastros casi invisibles; su cometido es sacarlos a la luz y contribuir a resolver casos, sin moverse de la mesa de laboratorio... "Letras de cambio, cheques y recibos, aquí llegan a manta". Mientras habla, José Manuel Benavides, técnico de la sección de Documentoscopia del Servicio Central de Policía Científica, va mostrando una amplia colección de todo tipo de documentos falsificados o manipulados. "Por ejemplo, aquí tenemos un cheque que se advierte que está repasado. Han raspado el papel, han eliminado la cantidad original... porque claro, aquí de lo que se trata es de aprovechar la firma". El trabajo de falsificador no le sirvió de mucho: los aparatos de la sección sacaron las modificaciones a la luz; mejor dicho, a los diferentes filtros y tipos de luz por los que pasó el cheque, y que hicieron desaparecer la tinta original como por arte de magia, dejando solo visibles las alteraciones. Una vez emitido el dictamen de falsificación y enviado al juzgado, el asunto acabó, al menos para los hombres de Documentoscopia. A fin de cuentas, sólo es uno de los muchos casos de falsificación con los que se enfrentan. Además de talones bancarios, recibos y letras de cambio, también llegan pasaportes, documentos de identidad, testamentos, permisos de conducir, décimos de lotería, cartas manuscritas o mecanografiadas, fichas de casino o entradas de fútbol. Las falsificaciones de papel moneda, que han dado tema en tantas películas, no son tan frecuentes como podría pensarse: "Hay varios tipos, desde la clásica banda organizada, que lo hace bien, hasta fotocopias de billetes coloreados a mano". Documentoscopia cuenta con unas amplias dependencias, pero no siempre ha sido así. Esta sección, como todas las demás que integran el Servicio Central de Policía Científica (antes Gabinete Central de Identificación), ha sufrido un gran cambio en los últimos tiempos; una drástica ampliación de medios que muestra la importancia que ha ido cobrando con los años las técnicas científicas aplicadas a la investigación policial. "No ha cambiado la Policía pero sí su modo de hacer, por que ésta trabaja en función de unas leyes, a medida que esas leyes van estableciendo nuevas exigencias, la Policía tiene que cumplir esas exigencias. En estos momentos, se está yendo a una demostración del hecho mucho más fehaciente. Eso obliga a efectuar una demostración, no puede ser que llegue un policía diciendo lo que piensa o dando su opinión de lo que ha visto; lo que ha visto lo tiene que demostrar, y debe hacerlo técnicamente. Con un informe pericial, con unos análisis, con algo que objetivamente pueda servir como prueba ante un tribunal". ¿Pero en esos casos concretos se aplican estas técnicas de análisis? Prácticamente, casi todos los delitos pueden incluir la intervención de este servicio, aunque solo actúan a requerimiento judicial, aportando los resultados de su análisis. Por lo general no se les suele informar sobre los pormenores del caso en que están trabajando: pueden averiguar que la firma de un cheque es falsa, que unas balas han sido disparadas por cierta pistola en concreto, que varias papelinas de coca han sido cortadas con estricnina; pero no quién falsificó, quien disparó, quien adulteró. Y lo que es más, no quieren saberlo, pues el conocimiento de más detalles podría hacerles perder objetividad en su trabajo. "La siguiente noticia la tenemos cuando se nos cita a juicio oral para prestar declaración sobre el peritaje. El perito llega al juicio, contesta a las preguntas que le hacen y, cuando termina

su declaración se va... y tampoco sabemos qué pasa en el juicio al final". Esta búsqueda de la objetividad en el trabajo de la Policía Científica es compartida por su equivalente en la Guardia civil: el servicio de Policía Judicial. Sus instalaciones son quizá menos vistosas y su volumen de trabajo algo más descansado, pero fundamentalmente se dedican a lo mismo, con idénticos procedimientos y normas de actuación. La base sobre la que estos departamentos trabajan podría definirse así: todo tipo de acción o intervención humana en un objeto o en otra persona deja rastros. Y esos rastros pueden ser encontrados e identificados. La sección de Documentoscopia de la Policía Científica (su equivalente en la Guardia Civil es el departamento de Grafística), es un buen ejemplo. Una falsificación puede pasar por legítima a simple vista para el hombre de la calle, pero años de experiencia y aparatos como el videoespectro de comparación, consiguen maravillas: una simple raspadura, apenas visibles para el ojo humano, resalta como con luz propia. Y si alguien ha tratado de eliminar un texto tachándolo, tampoco presenta mayor problema: al ir sometiéndolo a diferentes tipos de luz, la tachadura desaparece y el texto que había debajo puede leerse con toda claridad. El microscopio de comparación es quizá el arma más utilizada por estos policías de bata blanca; se emplea en prácticamente todas las secciones y permite observar a la vez dos objetos distintos. Documentoscopia lo emplea, por ejemplo, para comparar un documento verdadero con otro dubitado. Lofoscopia, para buscar similitud entre dos huellas digitales. Pero es quizá la sección de Balística la que hace un uso más intenso de ese aparato... y de muchos otros. En este departamento hacen lo que todos vemos salir en las películas, simplemente que es real y el análisis mucho más exhaustivo. Proyectiles, vainas y armas constituyen su material de trabajo, y cuando llegan a la sección son analizados de la manera más completa posible. Las vainas y proyectiles se examinan con el proyector de perfiles o el microscopio de comparación en busca de señales que pueden medir menos de la décima parte de un milímetro, pero que demostrarán concluyentemente, por ejemplo que dos vainas han sido disparadas con la misma pistola. Toda la información que se obtenga queda archivada para futuras referencias, de modo que sea posible reconstruir el historial delictivo de una pistola recién llegada consultando los archivos. En ocasiones el número de serie del arma ha sido borrado, o bien el cañón o la aguja del percutor no son los originales. Estas manipulaciones suponen una mayor dificultad, pero nunca algo imposible de resolver. Lo dice bien claro una máxima expuesta en la pared: "Los laboratorios forenses no existen para una actuación rápida, sino para dar una respuesta plenamente fiable". (O, podría añadirse, lo más fiable posible...) Para que, tanto la Policía como la Guardia Civil, emitan un diagnóstico afirmativo, les es necesaria una certeza total. En ocasiones el trabajo es sencillo, como por ejemplo, si llegan a la sección de Balística de la Policía las fotografías correspondientes a la autopsia de un atracador muerto de un disparo en el corazón. Las imágenes, no muy agradables de contemplar, muestran la herida causada por la bala en el interior del cuerpo, así como los agujeros de entrada y de salida que había dejado en la ropa del cadáver. Con esto, y con el análisis de orificios y proyectiles, los hombres de la sección tienen suficiente para describir las circunstancias en que se produjo el disparo con tanta claridad como si hubieran estado allí. Incluso con más claridad, en aquellos casos en que las declaraciones de los testigos se contradigan entre sí. En alguna ocasión su testimonio ha sido concluyente. Hace poco más de un año, una mujer resultó muerta de un disparo en Madrid cuando paseaba por la calle Arturo Soria. La cercanía de un cuartel de la Marina dirigió hacia allí las investigaciones. "Al examinar la bala, determinamos que era de un cartucho 7,62 y había sido disparada con un Cetme.

Ahora: ¿Qué Cetme era de los veinte mil, treinta mil, cien mil, que se han fabricado? Imposible saberlo. Como había sospechas de que el área de actuación podía ser el Cuartel de Marina de las proximidades, se requirió judicialmente disponer de las armas que ese día pudieron estar disponibles en el armero. Fueron, 34 Cetmes que pasaron por el laboratorio, y se determinó perfectamente cual de ellos había sido". El resto de la investigación corrió a cargo de otros departamentos, pero, al enfrentarse a una prueba irrefutable, el responsable no tardó en confesar. Todos los días se dispara algún arma en los departamentos de Balística: necesitan los proyectiles para poder hacer comparaciones, y para obtenerlos cuentan con una galería de tiro y recogedores especiales. Incluso tienen soportes para disparar un arma a distancia, caso de que parezca no estar en buenas condiciones, para evitar así que le estalle al técnico en la cara. Estas comprobaciones pueden también servir si a la autoridad judicial de turno le interesa saber si esa pistola o esa escopeta pueden dispararse accidentalmente o si funcionan sin complicaciones. Si hay que averiguar la deformación que sufre un proyectil al incrustarse en un cuerpo, recurren a sucedáneos: por ejemplo en la Guardia Civil disparan a cabezas de cerdo para comparar el estado de la bala con otra que se haya encontrado en un cráneo humano. Las huellas que un proyectil pueden dejar en el interior de un cuerpo son ya competencia de los laboratorios de Analítica Forense. A pesar del nombre, no hay cadáveres tendidos sobre las mesas, pero se trabaja con unas muestras diminutas, no solo de cuerpos sino de cualquier sustancia que sea necesario identificar, trátese de un veneno, un explosivo o una droga. "Estamos trabajando a nivel de 120-130 asuntos mensuales, tanto biológicos como de explosivos, drogas o el clásico líquido que se encuentra frente a un fallecido por asesinato o suicidio, y tienes que decir qué tiene o qué no tiene. Hay técnicas básicas que debemos conocer todos y que las conoces de la Universidad... pero si te vas metiendo en absorción anatómica, te vas metiendo en microscopía electrónica, entonces ya necesitas al experto que, a base de años y años, va cogiendo esa técnica. Lo que tienes que tener en este campo es una gran imaginación". Los buenos pero aún escasos resultados que han obtenido los avances en genética muy aplicados a la investigación policial pueden dar mucho que decir a estos departamentos de analítica. A pesar de que el ADN tiene una importancia capital en el campo biológico, para los policías de la sección de Lofoscopia, una huella digital, o un fragmento de la misma, puede ser suficiente para identificar a su propietario sin el menor riesgo de duda. Cada huella tiene una serie de puntos o accidentes característicos, y el número mínimo admitido como prueba por un juzgado depende de la legislación de cada país. En España son doce, en otros países llegan hasta 17, en otros les basta con cuatro. Hay superficies donde las huellas quedan mejor impresionadas que en otras, pero cuando no se ven, hay una serie de productos para hacerlas resaltar. La Policía cuenta con 750.000 fichas con las impresiones digitales de las personas que, en algún momento de su vida han tenido que "tocar el piano", como se llamaba antes a la impresión de los diez dígitos en las comisarías. Cada ficha está clasificada por orden alfabético en un archivo, y según las características de las impresiones, en otro. Pero estos

gigantescos ficheros están destinados a dejar su puesto a modernos terminales de ordenador: "Berta", una base de datos que permite conservar 750.000 tarjetas, unos siete millones y medio de huellas en el ordenador que la Dirección General de la Policía tiene en el Escorial. Localizado en un auténtico búnker, el Berta está informatizando cada día unas mil fichas del archivo de la Policía, para conseguir una identificación de huellas que podrá resolverse en cuestión de segundos desde cualquier punto de España. La Guardia Civil tampoco se ha quedado atrás: su ordenador, "el Duque de Ahumada", situado en la Dirección General de Madrid, opera desde un edificio construido especialmente para albergar dos enormes ordenadores. El "Duque de Ahumada" y el "Berta" están interconectados y pueden colaborar en casos delictivos de especial importancia. En la labor científica de los policías puede encontrarse la policía del futuro, y la mejora de sus instalaciones así parece indicarlo; nuevos departamentos, como Trazas Instrumentales para identificar herramientas, Toxicología o Identificación de Voz, harán aún más eficaz la labor de los sabuesos de laboratorio. Su trabajo no está en la calle, ni suelen conocer jamás el rostro de la persona cuyo diagnóstico acaba de declarar culpable. Desde sus tranquilas mesas llenas de instrumentos de alta tecnología, 24 horas al día y siete días a la semana, se limitan a contar lo que ven y cómo lo han visto. (Revista Muy Interesante nº85)

Como estafan los videntes Por Manuel Carballal

El terror al “mal de ojo” y otros “chantajes esotéricos” suponen una excelente forma de presión psicológica para mentes sugestionables y supersticiosas, hasta extremos increíbles. El pasado martes 1 de agosto la picaresca esotérica asomaba, una vez más, a los titulares españoles. Una vidente viguesa de 23 años, Fátima M. B., era denunciada por la familia de Julia F. V., una disminuida psíquica a quien la “meiga” habría estafado, presuntamente, 2.300.000 pesetas. Según la denuncia cursada por Mª Dolores F. V., hermana de la víctima, Julia habría contactado con la bruja el pasado marzo a través de un anuncio insertado por la vidente en la prensa local. La pitonisa diagnosticó a la incauta un “mal de ojo” para cuya protección la consultante debería someterse a complejos y costosos tratamientos mágicos de “limpieza astral”. A partir de aquella primera consulta siguieron otras, en cada una de las cuales Julia debía desembolsar sumas que oscilaban entre las 20.000 pts y varios cientos de miles. Hasta el extremo de llegar a solicitar un crédito bancario para poder costear los honorarios de la pitonisa. Ante la negativa del banco a sufragar estas consultas esotéricas, pero azuzada por el temor al “mal de ojo” que se cernía sobre ella, Julia decidió pedir dinero a su familia, que durante algunas semanas atendió las minutas de la “meiga”. Pero cuando las sumas entregadas a la vidente superaban los dos millones trescientas mil pesetas, Mª Dolores decidió interponer una denuncia contra la bruja, en la Comisaría de la Policía Nacional de Vigo,

procediéndose inmediatamente a la detención de Fátima M. B. La vidente ha decidido no hacer declaraciones por temor, según ella, a que sus palabras puedan perjudicarla en el juicio por estafa a que deberá enfrentarse en los próximos meses. Pocos días antes de que Fátima M. B. fuese detenida por la policía viguesa, otro supuesto brujo era puesto a disposición judicial en Madrid. Pero su caso presenta tintes todavía más dramáticos. El nigeriano Festus E., de 36 años, lideraba una organización de trata de blancas conocida como “la banda del vudú”. Esta siniestra mafia reclutaba jóvenes en Nigeria, que eran trasladadas hasta nuestro país utilizando la ruta Lagos-Frankfurd-Madrid, atraídas por falsas ofertas de trabajo. Una vez en la capital eran confinadas en varios pisos que la banda poseía en Leganés y Aluche donde, tras retirarles la documentación, eran sometidas a un ritual de brujería africana, durante el cual les era rapado el vello púbico. Ese vello púbico, así como objetos personales de las jóvenes nigerianas, era utilizado por los proxenetas para amenazar a las muchachas con terribles maleficios vudú, y rituales de magia negra, si se negaban a prostituirse o denunciaban a la policía las actividades de la banda. Esta amenaza, que podría parecer infantil a los pragmáticos europeos, pero que resulta terrible en la cultura animista africana, fue suficiente para que hasta 40 nigerianas se viesen obligadas a ejercer la prostitución en la Casa de Campo, la calle Capitán Haya, y varios clubs de carretera de Madrid. Cuando agentes del Grupo III de la Brigada de Extranjería y Documentación procedieron al registros de los pisos utilizados por la “Banda del Vudú”, descubrieron numerosos fetiches y elementos de brujería africana, y hasta tres bolsas de vello púbico... Según fuentes policiales consultadas, aunque han sido detenidos los lugartenientes que se encontraban en España, los cerebros de la banda continúan en Nigeria, desde donde exportan prostitutas bajo la amenaza de la brujería, a otros países europeos. El terror a denunciar El temor a la brujería es utilizado por videntes españoles, con prostitutas provenientes de otros países latinoamericanos, donde las creencias animistas africanas fueron exportadas, a partir de 1501, por los barcos esclavistas. Creencias que una vez en el Nuevo Mundo se sincretizaron con el santoral cristiano de los misioneros blancos, dando lugar a religiones como la Santería, el Candomblé o el Palo Mayombe, profundamente arraigadas en la población de países como Cuba, Brasil, Colombia, etc, y que se han vuelto contra muchas jóvenes que han llegado a España víctimas de las redes de prostitución. Adriana, por ejemplo, es una joven de 21 años, que ejerce la prostitución en un conocido club coruñés. Ganadora de un certamen de miss turismo en su Colombia natal, llegó a España de manos de una red de prostitución de lujo. Tras pasar por un dramático periplo en locales de toda España, acudió a una vidente en busca de una ayuda “mágica” para cambiar su fortuna. La vidente, sabedora de la situación ilegal de la joven, le estafó hasta 400.000 pesetas, facilitándole amuletos y talismanes de supuestos poderes sobrenaturales, que oscilaban entre las 12.000 y 20.000 pesetas, así como velas “magicas”, consultas de tarot o rituales de hasta 160.000 pts. Los supuestos amuletos, que Adriana nos ha facilitado para su análisis, están compuestos por vulgares fotocopias (de libros de magia o La Biblia), y ramitas de supuestas hierbas sobrenaturales, cuyo valor real no supera los veinte duros. Pero Adriana no se atreve a poner su caso en conocimiento de las autoridades debido a su situación ilegal en España, y al terror a posibles represalias esotéricas de la bruja, quien aprovecha esta situación para estafar a las prostitutas. Ese temor a denunciar las estafas parapsicológica es una constante detectada en un

estudio sobre los fraudes paranormales realizado por EL OJO CRITICO (única publicación editada en España sobre los engaños esotéricos) y recogido por la revista oficial de la Policía Nacional, en su número 119. El estudio de EOC consistió en publicar en diferentes revistas y programas de radio un anuncio solicitando las denuncias de los ciudadanos que considerasen haber sido estafados por videntes. Para su sorpresa, la inmensa mayoría de las víctimas de estos falsarios temían poner su denuncia en conocimiento de la policía. En primer lugar por temor al ridículo, en segundo lugar porque las familias de los estafados –mayormente mujeresdesconocen el golpe a la economía familiar que ha supuesto la consulta compulsiva a brujos del estafado, y en tercer lugar por el pánico de estos consultantes –lógicamente hipersugestionables y supersticiosos- a que el brujo se vengue de la denuncia con un maleficio... Otros datos interesante arrojados por este estudio se refieren al motivo de las consultas. Un 27% de los casos recogidos se deben a una consulta a videntes a causa de problemas laborales. El 73& restante se reparte por igual entre consultas por motivos de salud y por problemas sentimentales. En cuanto a los tipos de estafas más habituales, más de un 60% de las denuncias reportadas se refieren al llamado “timo del trabajito”. Este engaño consiste en diagnosticar al consultante que todos sus problemas se deben a un “mal de ojo” que algún amigo, familiar o compañero ha realizado contra él. La única forma de paliar ese maleficio, según el brujo, es a través de un “trabajito” de magia que neutralice sus terribles efectos. El precio de esos “trabajitos” puede oscilar entre las 20.000 pts y varios millones de pesetas. Otros timos frecuentes son “la limpia del dinero” o los “videntes nómadas”. Este último sistema ha sido desarrollado tanto por estafadores independientes como por auténticas bandas organizadas, como la desmantelada por la Policía Nacional de Barcelona, quien detuvo a un grupo de emigrantes sudamericanos que se establecían en una ciudad cualquiera, insertando diferentes anuncios como tarotistas, quiromantes, astrólogos, etc, en la prensa local. Abrían sus consultas en pisos de alquiler u hoteles, y cada vez que un cliente llegaba a una de esas consultas, y tras cobrarle todo lo posible, remitían el caso – por ser muy grabe- a un colega más capacitado que utilizaría otra técnica mágica, por ejemplo la astrología. El astrólogo era otro miembro de la banda, que tras cobrar a precio de oro la carta astral, remitía el caso a un compinche cartomante, y así hasta que el cliente, aterrorizado porque todos los videntes reforzaban su temor diciéndole lo mismo sobre el terrible más que le acechaba, se había desembolsado hasta la última peseta. Después la banda viajaba a otra ciudad y repetía la operación con nuevas victimas. Otros “videntes nómadas”, sin embargo, trabajaban solos. El caso de Antonia Vázquez y el “Papa Mustapha” es sumamente gráfico. Antonia, propietaria de un restaurante que pasaba por una mala racha económica, acudió al brujo africano Mustapha, quien le garantizó solucionar su problema en el transcurso de 15 días o le devolvía el dinero. El brujo reforzaba la convicción de sus clientes asegurando que solo cobraba la mitad de sus honorarios por adelantado, y la otra mitad cuando el cliente hubiese comprobado que su hechizo había resultado totalmente efectivo. ¿Cómo desconfiar ante tantas garantías? “Papa Mustapha” afirmaba que el complejo ritual de brujería implicaba costosas hierbas mágicas que debían enviarle desde Angola, así como el sacrificio de animales, inciensos, talismanes y muchas horas de trabajo. En suma, todo el proceso mágico ascendería a 700.000 pts aunque, eso sí, el vidente garantizaba que en dos semanas los ingresos de Antonia y su restaurante superarían varios millones de pesetas. Si esto no se cumplía, la

cliente no abonaría al brujo la mitad del dinero, y además este se comprometía a devolverle las 350.000 pts adelantadas. Pero cuando, dos semanas después, Antonia regresó a la consulta del brujo –una habitación de alquiler- para reclamar que su restaurante seguía dando perdidas, el vidente se había esfumado con sus 350.000 pts... y con cantidades similares estafadas a docenas de clientes. Y ya se había establecido en otra ciudad española donde realizaba timos similares. Hemos seguido el rastro de este vidente por diferentes ciudades tanto de España como de Portugal, dejando un rastro de estafas similares. La picaresca mágica La imaginación de los estafadores no conoce limites. Uno de los timos más creativos es el consistente en “la limpia del dinero”. En este caso el brujo consigue convencer al incauto cliente de que todos los problemas que sufre se deben a un maleficio que pesa sobre sus bienes materiales, los cuales deben ser sometidos a un ritual de “limpieza astral”. Para ello pide al consultante que saque del banco todo el dinero que posea y lo envuelva, junto con joyas o cualquier otro objeto de valor, en un paquete. Ese paquete es tratado por el vidente con inciensos, ungüentos mágicos, pases magnéticos, etc. Una vez concluido el ritual, el brujo sentencia que el paquete deberá reposar durante unas horas o días, mientras se carga de energía “astral” positiva. Pasado ese plazo el brujo regresará a la casa del consultante para desprecintar juntos el envoltorio y, caso de que el cliente esté satisfecho, obsequie a la pitonisa con “la voluntad”. Pero como las horas pasan y no hay rastro del adivino, el incauto decide abrir el paquete descubriendo que, donde antes había billetes, ahora solo hay recortes de periódico. Este timo ha sido denunciado ya en varias poblaciones de Galicia, Cataluña y Castilla, fundamentalmente en zonas rurales, donde el brujo localiza con facilidad familias con problemas, a los que presentar sus “altruistas” servicios... Los más hábiles deciden reforzar la fe irracional de sus víctimas utilizando sencillos pero espectaculares trucos de ilusionismo. Ricardo Schiaritti, por ejemplo, llegó de su Argentina natal estableciendo su primera consulta en Marbella, donde consiguió hacerse con un programa en la televisión local, y una amplia clientela de la jet-set marbellí. Su éxito malagueño lo catapultaría a la capital, tras pasar por programas de gran audiencia en Tele5, Antena 3 y TVE. No es de extrañar que personajes como Emilio Aragón o Pepe Navarro manifestasen su asombro ante los espectaculares poderes psíquicos del argentino. Schiaritti, cuya fama de adivino y vidente le ha permitido editar libros y hasta CDs con sus consejos mentalistas, llegando a hacer sus pinitos como actor en algún culebrón sudamericano, estableció una lujosa consulta en pleno Paseo de la Castellana. Sin embargo fue desenmascarado por una publicación especializada, que descubrió que sus habilidades extrasensoriales eran viejos trucos de prestidigitación e ilusionismo, utilizados por magos tan conocidos como Juan Tamariz o Anthony Blacke. No es extraño que los ilusionistas sean los grandes detractores de los videntes, al desenmascarar los trucos que muchos de ellos utilizan haciéndolos pasar por supuestos poderes telepáticos, fakiristas o telequinéticos. En la actualidad otros gurús esotéricos, como José González, efectúan trucos de ilusionismo ante los anonadados ojos de sus seguidores, que creen ver en sus falsos poderes paranormales, una prueba de sus capacidades sobrenaturales. Resulta imposible calcular el dinero que anualmente mueven los videntes en España. Sobre todo porque la inmensa mayoría carece de licencia fiscal para ejercer su profesión, y

no declarando a Hacienda sus ingresos. Por otro lado existe también un amplísima variedad de precios y servicios. Mientras los videntes asociados en una insólita federación de adivinos de El Retiro, presidida por el pintoresco Tristan Braker, cobran entre 1000 y 5000 pts; los videntes de la “jet-set” pueden valorar sus consultas en 15.000, 20.000 o más. Personajes como Aramis Fuster, Rappel u Octavio Aceves. A veces, pueden permitirse honorarios millonarios, al contar entre sus clientes con políticos, industriales, famosos, etc. Y todo ello a pesar de que algunos, como Octavio Aceves, acaba de perder un juicio – precisamente con quien esto escribe- a causa de sus fallidas profecías en el caso del secuestro de Anabel Segura. La ilustrísima Sª Magistrada Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 55 de Madrid, Dª Mª del Mar Cabrejas ha considerado que el derecho periodístico a informar sobre los fallos premonitorios de Aceves, está por encima de su derecho a la imagen, aunque ello afecte a su credibilidad como adivino. Sin embargo, según la opinión de conocidos críticos de sociedad, como Jimmy Jiménez Arnau, “el negocio de los videntes no esta en cobrar a los famosos, que no tienen un duro, sino en aprovechar su fama para publicitarse y poder clavar a la gente con dinero, que quiera presumir de tener el mismo vidente que Chabeli o Rocío Jurado...”. No ha de asombrarnos pues que los nombres de conocidas videntes, como Cristina Blanco, aparezca de pronto enzarzado en los devaneos y conflictos de los famosos, como el reciente affair entre Oscar Lozano y la ex de Jesulín de Ubrique... Otros famosos, como el director de cine Paul Naschy, la actriz Tete Delgado o la presentadora de TVE Isabel Borondo, tampoco tienen pudor en reconocer que en su día fueron engañados por falsos videntes. Pero es que ya son legión los actores, cantantes o políticos que consideran a sus adivinos de confianza, como los consejeros más adecuados para sus decisiones laborales o sentimentales. Esto evidentemente adquiere un cariz más preocupante cuando el personaje que acude a la vidente es un jefe de estado cuyas decisiones pueden afectar a todos los ciudadanos. Recordemos el escándalo que envolvió a la Casa Blanca al descubrirse que Ronald Reagan consultaba muchas de sus decisiones políticas con un astrólogo. Y para quien pueda pensar que estas cosas solo pasan en América, les informaremos de que el pasado julio el escándalo se produjo en Francia, cuando la vidente Elizabeth Teissier no tuvo reparos en vender a un canal de televisión las grabaciones magnetofónicas de las consultas que le hacía el presidente Francois Mitterrand, entre 1990 y 1995. La vidente salía así al paso de las declaraciones hechas por la hija de Mitterrand, quien afirmaba que su padre jamás había acudido a una adivina para tomar decisiones de estado. Sin embargo las cintas de la Teissier demuestran su influencia en decisiones como la fecha de celebración del Tratado de Masastrich, o el día en que Francia debería entrar en la guerra del Golfo...

De profesión: Perfilador Por Pili Abeijon

"Si quieres comprender al artista, contempla su obra..." El "perfilado" es lo que en la jerga policial designa la obtención de los retratos psicológicos de los asesinos en serie a partir de detalles aparentemente triviales.

El "perfilador" es un programa informático de la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI basado en reglas procedentes de la experiencia pericial, (por ejemplo, en los casos de homicidio ocurridos en Gran Bretaña cuya víctima es una mujer de menos de 17 años, existe un 83% de posibilidades de que el culpable sea un hombre, y el 62% de posibilidades de que sea soltero). El prototipo inicial empezó operando con 150 parámetros en 1990, pero se han elevado a 270 y siguen creciendo en la actualidad. El perfilado es todavía una ciencia inexacta, regida en una buena parte por la capacidad los psiquiatras. Los perfiladores tratan de relacionar la conducta con las características del crimen. De ahí extraen indicadores de la clase de criminales que suele cometer determinados crímenes, pasando a someter el archivo de sospechosos a un orden preciso de prioridades. Aunque los perfiladores trabajan esencialmente con fotografías de los escenarios del crimen y los dossieres médicos, la mayor parte de las referencias las obtienen de sus colaboraciones con los agentes de policía de los más diversos países. Cada investigador local que se enfrenta a un crimen rellena un cuestionario, que es introducido en una base de datos para comparar los rasgos de éste crimen con los ya existentes en el ordenador. En cada caso, se informa al perfilador de todo cuanto se sabe acerca del crimen, haciendo hincapié en la víctima y en el estado del cadáver. Una de las primeras cosas que se constatan es si el asesino es organizado o desorganizado (*). Lo segundo es el modus operandi, la mejor forma de evaluar la inteligencia del criminal. Luego se interesan por "la firma" en el lugar del crimen, las manías y toques personales que revelan las posibles disfunciones mentales del autor. Entonces, el perfilador elabora una tipología del culpable: su edad, su sexo, raza, estado civil, coeficiente de inteligencia, currículum escolar y laboral, rasgos de personalidad, aficiones, aspecto físico, si podría regresar al lugar del crimen , si vive cerca o lejos de allí, las conexiones con la víctima y el motivo. En términos gráficos, el perfilador ofrece una reconstrucción pormenorizada del asesinato, desde la primera fase (contacto) hasta la cuarta (abandono del cadáver). Luego se procede a contrastar el perfil informático con la opinión del equipo humano. Con estos datos la policía podrá elaborar las estrategias de captura (por ejemplo: en los casos de mutilación post-mortem, se sabe que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen, por lo que la policía no tiene más que vigilar el lugar para poder identificarlo). El VICAP (Violent Criminal Apprehension Program) agrupa la mayoría de los homicidios violentos cometidos en Estados Unidos (23000 crímenes cada año, de los cuales 700 sin móvil aparente). El FBI ha anunciado que los resultados del perfilaje resultan en un 80% de los casos, pero esta técnica sigue siendo en la actualidad controvertida. La policía no terminan de confiar en ella y los jueces de instrucción todavía no la aprueba. (*)NOTA:

Asesino organizado (psicópata): Antecedentes penales frecuentes. Padre ausente, delincuente o violento. No suele tener antecedentes psiquiátricos. Uso de alcohol o estupefacientes. Vive en compañía. Poco sociable. Viaja mucho. Crímenes premeditados. Actúa solo o acompañado de un cómplice. Dialoga con la víctima. Torturas ante-mortem a la víctima. Utiliza el arma que lleva consigo. Dominio de la víctima. Ausencia de producciones mentales patológicas. Abandona el lugar

del crimen. No se suicida. Se esconde de la policía. Deja pasar mucho tiempo entre cada crimen. Penalmente imputable. Asesino desorganizado (psicótico): Antecedentes penales poco frecuentes. Frecuentes antecedentes psiquiátricos. Vive solo o con los padres. Solitario. Viaja poco. Comportamiento peligroso. No hay premeditación. Actúa solo. Poco diálogo con la víctima. No dialoga con la víctima. Actos desorganizados y violentos. Utiliza el primer arma que encuentra. Posible acto sexual. Angustia durante el crimen. Síndrome alucinatorio, delirante o depresivo. Frecuenta el lugar del crimen. Suicidio frecuente después del crimen. Se denuncia a sí mismo o se deja arrestar sin resistencia. Penalmente inimputable.

El Gen Criminal no existe Por J. M. Reverte Coma

Las causas de la conducta criminal han sido siempre motivo de fuertes polémicas, dividiéndose las opiniones en dos grandes grupos: los que consideran que las causas están en el medio ambiente en que se desarrolla el individuo y los que piensan que el sujeto nace con ciertas taras genéticas... EL CRIMINAL LOMBROSIANO La polémica continúa aún en nuestros días, pero ha visto épocas en que se ha reactivado en uno u otro sentido por algún descubrimiento o avance de las ciencias médicas o biológicas, o por la interpretación por parte de algún investigador de hechos más o menos reales y a veces fantásticos. Tales han sido los casos de Lombroso y su escuela, que en el siglo pasado puso un hito con su obra "El hombre criminal" o el criminal nato. Las tesis de Lombroso y los que le siguieron fuéronse apagando con los nuevos descubirnientos de las ciencias médicas y hoy son nada más que un recuerdo histórico. Por su parte, Galí y sus discípulos interpretaron la forma del cráneo y las modificaciones de su superficie como íntimamente relacionadas con los caracteres, tendencias y habilidades del sujeto, pretendiendo predecir cuál iba a ser su futuro simplemente por la exploración y palpación del cráneo. Los descubrimientos de la neurofisiologia desvanecieron toda esperanza de sostener aquellas ideas. Como siempre suele ocurrir, una tendencia distinta surge en determinados momentos de la Historia: a aquéllos para quienes la herencia lo era todo y a aquéllos para los que el ejemplo y la educación son las causas de los problemas, se unieron los eclécticos que consideran que el término medio es siempre el más acertado, por lo que creyeron que ambos factores, el congénito y el adquirido, podrían combinarse y dar lugar a la conducta antisocial o, en último extremo, al crimen. Tal era la opinión del Dr. Court Stern, Profesor de Genética de la Universidad de Berkeley, California, que consideraba como probable respuesta la asociación de una alteración cromosómica con el medio ambiente en que desarrollaba su vida el individuo. La polémica más moderna surge a partir de un pequeno trabajo de Jacobs y col. (Nature, 1965), apoyándose en otro anterior de Court Brown (1962). Jacobs realiza un estudio de 197 pacientes de conducta peligrosa recluidos en el State Hospital de Lanarkshire (Escocia), entre los que encontró 7 varones con un cromosoma XYY. Estos reclusos habían sido convictos en 92

ocasiones, pero sólo ocho por delitos contra las personas. EL PRIMER INFORME SOBRE UNA ANOMALÍA CROMOSÓMICA Es la época en que Barr ha descubierto en el nucleo de las células el cuerpo o concentración cromatínica que lleva su nombre (cuerpo de Barr) y en que los biólogos, genetistas, médicos, histólogos, se interesan por el sexo cromosómico. Proliferan estos estudios de la cromatina, llamada sexual en aquella época. Yo mismo participé en América en esta carrera. El primer informe sobre un sujeto con 47 cromosomas (uno de ellos XYY) en lugar de fos 46 que tienen normalmente las células humanas (23 parejas) es publicado por Sanberg y col. (Lancet, 2: 48,1961), pero no lo relacionan con la conducta, sino que lo toman como una curiosidad biológica. Se trataba de un muchacho de 12 años con ectopia testis y obesidad. Se le trató con gonadotropina coriónica, que le hizo descender el testiculo derecho hasta la bolsa escrotal. Posteriormente, muchos investigadores interesados por los trabajos de Jacobs comienzan a estudiar este tema y hacen encuestas para averiguar el cariotipo de los individuos con conducta agresiva recluidos en cárceles y hospitales de máxima seguridad. En ese cariotipo buscan lá existencia de un doble cromosoma Y, el característico del sexo masculino. Un varón normal tiene un sexo cromosómico XY, donde la X corresponde a la mitad de la cromatina de la célula materna y la Y a la mitad de la cromatina paterna. Pero en ciertas ocasiones y sin saber a ciencia cierta por qué razón, no se produce la disyunción, añadiéndose toda la cromatina sexual paterna YY, sin que ésta se haya dividido en dos mitades durante la fase de meiosis celular. Los estudiosos del tema comienzan a encontrar un elevado número de varones XYY entre los reclusos de penales y manicomios. La mayoría eran violentos, agresivos, peligrosos, de conducta criminal, o sencillamente subnormales. Todo esto condujo a la idea que predomina en los años 60 de que el estudio del cariotipo podría permitir predecir las conductas violentas y el crimen. Y se plantea la gran incógnita y la gran duda: Un criminal con un cromosoma XYY ¿sería responsable de su conducta o bien podría considerarse la existencia de este cromosoma como una condición eximente o, al menos, atenuante de la culpa? Se plantea el problema de la imputabilidad o inimputabilidad en el delito. EL CROMOSOMA XYY Dershowitz (1976) señalaría que si la población de varones en Estados Unidos era de 110 millones, habría aproximadamente unos 200.000 con cromosomas XYY. Basaba sus cálculos en los estudios estadísticos derivados de las encuestas realizadas en diversos estados. Sigue opinando que si hay un millón de américanos varones que en algún momento han cometido un crimen violento, 3.200 de ellos, según las estadísticas, tendrían el cromosoma XYY. Pero predecir que todos los 200.000 llegarían a cometer un crimen violento sería una falsa premisa. Solamente ocurriría en el 1,5% según sus cálculos. Borgaonkar y Shah (1974) en sus investigaciones habían llegado a la conclusión de que "la frecuencia de conducta antisocial de los varones XYY no es probablemente muy diferente de la de las personas no XYY de la misma clase social y antecedentes". Estudios comparativos realizados en negros y blancos (Hook, 1974) demostraron que el porcentaje de XYY en negros era inferior al de los blancos. Hook, que trabajaba en el Departamento de Salud Pública de Nueva York, observó que el cromosoma XYY en recién nacidos se presentaba en el 0,1%, mientras que en reclusos de instituciones penales el porcentaje era del 2%. También observó que las condiciones adversas el medio en que nacieron

los niños no aumentaban el porcentaje de genotipos XYY en recién nacidos. Todos los autores estuvieron de acuérdo en afirmar que el cromosoma XYY no era hereditario, sino que surgía individualmente sin saber la razón de ello. El Dr. Marco Fraccaro de la Unidad Euratom de la Universidad de Pavía, negaba también que la aparición de un cromosoma XYY tuviera un carácter hereditario. De sus estudios, realizados en Suecia en colaboración con el Dr. J. Lindsten, del Karolinska Hospital de Estocolmo, deduce que la combinación anómala se produce durante la fase de meiosis, sin ninguna relación con los antecedentes familiares. Toda la cromatina del espermatozoide se combina con la mitad de la cromatina del óvulo materno. A veces ocurre que tampoco las dos X maternas se separan y entonces se producen embriones con la fórmula genética XXY (síndrome de Klinefelter). En el simposio sobre aberraciones cromosómicas que tuvo lugar durante el XII Congreso Internacional de Genética, señaló Fraccaro que "no se conoce ningún caso de varón XYY que haya transmitido este mismo defecto a un hijo suyo". Como detalle curioso cita la existencia del King Size Club de Estocolmo, organización muy exclusiva que sólo admite en su seno a hombres de excepcional estatura. En un estudio realizado entre estos hombres de elevadas tallas se encontraron sólo dos casos de cariotipo con cromosoma XYY. Ninguno de ellos habla tenido nunca problemas con la Justicia ni antecedentes de historia antisocial alguna. Algunos autores consideraban que los sujetos XYY y otras anormalidades cromosómicas eran más frecuentes en grupos deprimidos socioculturalmente. Algunas de las encuestas permitieron determinar que no todos los casos XYY presentan desviaciones de la conducta, ya que hay muchos que son normales y no han tenido problemas con la Justicia. La incidencia en un grupo de 30.000 niños, estudiados en varias partes del mundo, fue de 27 XYY identificados, lo que supone un 1 por 1.000 de varones XYY. La incidencia en establecimientos penales fue cuatro veces mayor (1: 225) mientras que en establecimientos para enfermos mentales fue mucho mayor (3-4%) (Hook, 1975). LOS FACTORES SOCIOECONÓMICOS NO GENERAN ANOMALÍAS CROMOSÓMICAS Una de las más fuertes polémicas que produjo el tema vino motivada por la encuesta realizada por los Drs. Standley Walzer y Park S. Gerald en el Boston Hospital for Women, dependiente de la Universidad de Harvard (1968). Estos investigadores determinaron el cariotipo y la clase social paterna de 10.348 recién nacidos. No hallaron diferencia significativa en la clase social paterna asociada con la aparición de cariotipo con XYY y XXY. Esto para los autores demostraba que los factores socioeconómicos no afectaban a la frecuencia de las anomalías cromosómicas y lo mismo señalan que ocurrió en las encuestas realizadas en Escocia. Consideran Walzer y Gerald que los sujetos XYY tienen una "enfermedad" y que los niños que la "padecen" deben ser.sometidos a vigilancia y tratamiento médico como se haría en cualquier otra enfermedad. Se presentabá un caso por cada 1.000 nacimientos, tanto como el sindrome de Down (mongolismo). La incidencia de XXY fue tan alta como la de los XYY y creian los autores que ambos grupos podían ser ayudados psicológicamente para orientar su conducta. Casey y Col. (J.Ment. Def. 16:215, 1973) tampoco vieron diferencias en relación con la clase social y la frecuencia de los cariotipos con 47, XXY y 47, XYY. Estudios realizados por Ratcliffe y Evans, del Western General Hospital de Edimburgo, así corno lós de MacLean y col. en 20.725 infantes y posteriormente en otro grupo de 11.680 recién nacidos, encontraron 69 niños con anormalidades cromosómicas sexuales. Tampoco hallaron relación con el factor socioeconómico. Por el contrario, Beckwith y King, del Massachusetts Institute of Technology (New Scientist

64:474, 1974), iniciaron una fuerte campaña contra Walzer y Gerald, insistiendo en qúe el porcentaje de XYY estaba aumentado én los grupos socioeconómicos más bajos, lo que atribuían a hiponutrición. Un grupo de abogados dirigidos por estos autores señaló que el estudio no era ético y que, además, "estigmatizaba" a los niños etiquetados de tener un cariotipo XYY. Se estudió el caso en la Universidad de Harvard y la Facultad de Medicina votó que se aprobara y continuara el estudio por 200 votos contra 30. Sin embargo, Walzer, que venía siguiendo el desarrollo de la conducta de más de 40 niños con cariotipo 47, xxy y 47, XYY entresacados de su estudio, deprimido por los ataques de aquellos grupos, decidió simplemente no seguir adelante al ver que le hacían la vida imposible con diversas acciones legales que pusieron en marcha contra él. Walzer insistía en que hablar de un "cromosoma del crimen", como se había expresado en diversas noticias de Prensa, no tenía sentido, pero pensaba que habla indicios claros de que algunos varones XYY tenían problemas en la lectura y el aprendizaje escolar, así como algunas dificultades en su conducta. El consideraba que siguiendo la evolución de esos niños podrían ser ayudados al identificar tempranamente sus problemas. EL DAÑO PRODUCIDO POR LAS ENCUESTAS Beckwith se hizo muy impopular por la virulencia de sus ataques a estos programas y por los problemas que ocasionó su actitud. Había calificado de "mito peligroso" al llamado síndrome XYY y consideraba.que los problemas que creaban estas encuestas eran mayores que las ventajas que podían reportar. Los problemas surgían, según su criterio, en los padres al saber que tenían un hijo XYY, lo que les traumatizaba y hacia que su conducta con el hijo pudiera ser precisamente la desencadenante del problema que se trataba de prevenir. El Dr. Razavi, en un estudio de cariotipos en muestras de piel y sangre tomadas en 83 varones en el Bridgwater Treatment Center for Sexual Offenders, de Massachusetts, encontró el cromosoma XYY en una proporción 35 veces mayor que en la población general. Por su parte el Dr. Kessler (Arch, of Neurol. 30:1) halló que una proporción considerable de varones XYY hallados en cárceles u hospitales penitenciarios de máxima seguridad, procede de familias con una historia de criminalidad y diferentes problemas psicosociales al mismo tiempo que niveles socioeconómicos muy bajos. En España, la Dra. A. Quintana, realizando cariotipos en el Departamento de Genética de la Fundación Jiménez Díaz y en la población penal de la Prisión de Carabanchel, encuentra tres casos de cariotipo 47, XYY con elevada estatura, retraso psiquico, agresividad (uno de ellos violento) y alteraciones somáticas tales como sindactilia, micrognatia y asimetría facial. En las historias clínicas tenían en común la edad avanzada de los padres en el momento de la procreación, lo que interpreta como causa probable de la no-disyunción del cromosoma, fenómeno que seguramente se produce durante la meiosis en las primeras etapas de la división celular del óvulo fecundado o zigoto. El estudio psicológico y psiquiátrico llevado a cabo por E. Zeuthen y sus colaboradores en el Departamento de Psicología Clínica del Hospital del Estado de Risskov (Dinamarca), en varones XYY hallados en una población no penal, pudo demostrar que estos sujetos presentaban un nivel intelectual dentro de los límites normales, pero con un I.Q. (cociente de inteligencia) y nivel educativo menor del que se podía esperar. Se caracterizaban por inmadurez manifestada en forma de pasividad, irreflexión, labilidad emocional, necesidad de contacto social, identificación varonil insegura y mecanismo de defensa débiles. La presencia y grado de estas características variaba, pero fue evidente que los factores ambientales eran los mismos que actuaban sobre sus hermanos no XYY. Todos aprovechaban

menos en sus tareas escolares que sus hermanos. Dos de los cinco casos estudiados tenían antecedentes penales. ASESINOS CON CROMOSOMAS XYY El año 1968 marcó un hito en los estudios del cromosoma XYY especialmente por su relación con algunos crímenes que se hicieron tristemente famosos. En Australia, un joven obrero de 21 años, Laurence E. Hannel, asesinó a su patrona, Mary Rebfern, una mujer viuda de 77 años, el 27 de marzo de 1967. Su abogado defensor de oficio alegó retraso mental para exculparle, coincidiendo con un genotipo de 47 cromosomas, siendo XYY el cromosoma sexúal. El testigo más importante de la defensa fue el psiquiatra Dr. Alen Bartholomew, quien presentó ante el jurado su peritaje basado en la importancia del cariotipo hallado en el acusado y que coincidía con su conducta agresiva y retraso mental. Afirmó el Dr. Bartholomew que las anomalías cromosómicas como las que padecía el acusado suelen producir alteraciones mentales y retrasos. Hannel presentaba una evidente idiocia. La existencia de un cromosoma Y extra en su genotipo significaba que todas las células de su organismo eran anormales. Además el acusado tenía un EEG (electroencefalograma) anormal, que indicaba un foco epiléptico en el lóbulo temporal derecho del cerebro. El jurado, después de 11 minutos de deliberación, declaró no culpable por razón de su trastorno mental al acusado, que fue internado en un Hospital de alienados de máxima seguridad hasta que se curase, según expresó el Juez. A partir de entonces, la existencia de un cromosoma XYY en el cariotipo fue utilizada por los defensores en su caso para declarar irresponsables a los asesinos por ellos defendidos. Otro caso, también de Australia, fue el de Robert Petar Tait, quien asesinó a garrotazos a una mujer de 81 años. Fue condenado a la horca, pero al comprobar que el cariotipo era 47, XYY, se le conmutó la pena de muerte por la de cadena perpetua. El Dr. Saun Wiener, genético de Melbourne que hizo su cariotipo, también halló en la prisión de Pentridge a otros tres convictos de asesinatos y robos con la misma fórmula genotípica. En un trabajo publicado en la revista médica "The Lancet" señala que esto parece demostrar que el cromosoma extra Y está asociado en alguna forma con conductas criminales y antisociales. Se confirmó así que aproximadamente un 3% dé los reclusos de cárceles y hospitales psiquiátricos de alta seguridad para criminales, son portadores de la alteración cromosómica XYY. Otro caso de Australia es el de Erneet P. Beck, granjero de 20 años, sentenciado a muerte por el asesinato de tres mujeres. Los expertos en Genética informaron a la Corte que el acusado presentaba un cromosoma Y extra, o sea que era un caso de cariotipo 47, XYY, y esto podía ser la causa de su descontrol y su impulsión a cometer crímenes. La Corte, sin embargo, aceptó el argumento de la acusación en el sentido de que Beck era totalmente responsable, aunque no pudiese controlar sus impulsos homicidas, y fue condenado a la última pena. EL CASO HUGON Aquel mismo año de 1968, otro hombre joven, Daniel Hugon, es acusado de asesinar a una prostituta de 62 años. Se le hizo un cariotipo y se halló la fórmula 47, XYY. Su historia clínica y social es característica de muchos de los que tienen esa fórmula genotípica. A los 16 años se le sorprendió robando. Fue a parar a una especie de reformatorio para jóvenes descarriados, donde vivió hasta los 20 años. Intentó suicidarse por primera vez. A los 25 años fue juzgado por alcoholismo. Luego tuvo diversos empleos en los que sus patronos le encontraron dispuesto para el trabajo, pero sufriendo frecuentes choques nerviosos y depresiones.

El 4 de septiembre de 1965, Hugon salió con una prostituta, Marie Louise Olivier, a la que llevó a un hotel de Pigalle, donde al descubrir tras el maquijíaje que se trataba de una mujer de 62 años, la rechazó por su aspecto. Pasaron la noche juntos, sin embargo. Por la mañana ella le pidió 50 francos. Entonces él se abalanzó sobre ella y la estranguló con sus grandes, manos. Luego escapó huyendó a la costa de Bretaña, donde trabajó en la granja del conocido artista de cine Jean Gabin. Pero a los tres meses, según confesó al Juez, devorado por los remordimientos, se entregó a la policía confesando su crimen. "No mé preocupa el veredicto, dijo al Magistrado, lo que quiero es liberarme de esta pesadilla". En la cárcel intentó suicidarse otras dos veces. Los peritos de este caso, que mostró también un cariotipo 47, XYY, fueron el Dr. Leon Desrobert, Profesor de Medicina Legal, y el Prof. Jerome Lejeune, experto en trastornos cromosómicos. Lejeune señaló, que "el criminal nato no existe", así que el acusado no nació para ser fatálmente un asesino, pero que quienes nacen con anormalidades cromosómicas tienen un 30% de probabilidades de llegar a serlo, bastante más que los que nacen con genotipo normal. La afección derivada de su cariotipo 47, XYY impedía a Hugon ejercer normalmente su sentido de la responsabilidad. Le faltaba inteligencia para distinguir entre el bien y el mal, aunque era "un hombre de conciencia..." como lo había demostrado al entregarse voluntariamente por sus remordimientos. Lejeune aconsejó que se internase al acusado en un medio hospitalario donde estuviese protegido contra sus impulsiones. Por su parte el Prof. Desrobert señaló que mientras no exista una forma de curar los trastornos cromosómicos, Hugon podía ser tratado con drogas tranquilizantes, lo que le permitiría llevar una vida productiva normal siempre bajo custodia y control médico. La defensa se centró en dos interrogantes: ¿Nacen algunas personas marcadas para ser un criminal como decía Lombroso? Si esto es ásí, ¿una persona con cariotipo 47, XYY es moral y legalmente responsable de sus actos? El caso despertó un gran interés por parte del público y las noticias de Prensa. El prominente biólogo Jean Rostand sostenía que todos los que presentan alguna alteración cromosómica llevan en sí el germen de su aflicción. Por su parte el periódico "L'Humanité" consideraba que la existencia de miles de personas como criminales en potencia conduciría a una forma de racismo. El Jurado, compuesto en su mayor parte por profesionales de más de 50 años, emitió su veredicto en menos de 40 minutos. Rechazando los consejos de los peritos de declararle irresponsable, tomaron sin embargo su alteración genética como atenuante y le consideraron culpable, siendo sentenciado a 7 años de prisión en lugar de los 15 que se acostumbra en tales casos. La acusación habla pedido de 5 a 10 años. Fue la primera vez que en Francia se utilizó como atenuante una alteración cromosómica, ya que no como eximente. En Estados Unidos, Sean Farley, de 26 años, de Brooklyn, en Nueva York, asesinó en agosto de 1968 a Margaret Burke, de 49 años, cerca de su casa en Sumsyde, Queens. Detenido y juzgado, un examen cromosómico demostró la existencia del cariotipo 47, XYY y una historia clínica y social de tendencias agresivas y antisociales. El Dr. E. Schutta fue el experto genético que presentó la defensa como testigo perito. El Jurado fue convencido y declaró a Farley irresponsable y no culpable, por tanto, del crimen. En 1970 se dio otro caso en California: "El pueblo contra Tanner". Este Tanner fue otro asesino con cariotipo 47, XYY. La defensa se basó en este defecto genético para probar la demencia del acusado según las leyes del estado de California. A pesar de los alegatos de la defensa, se rechazó la prueba del cariotipo 47, XYY por falta de seguridad en la prueba. El mismo año de 1970, en Maryland, Estados Unidos, tuvo lugar el juicio contra otro asesino,

Millard, quien presentó el cromosoma XYY. La prueba fue rechazada como insuficiente para probar su demencia. El Juez señaló que el tener un cariotipo 47,. XYY no era prueba suficiente para catalogar al acusado como irresponsable. EL ASESINO DE ENFERMERAS Pero el caso más famoso de todos fue probablemente el de Richard B. Speck, sentenciado a muerte por los brutales asesinatos de ocho enfermeras en Chicago, estranguladas en su apartamento. Sentenciado a morir en la silla eléctrica, su abogado Gerald W. Gettes, en un esfuerzo final por salvarle de la última pena, logró que su apelación fuese tomada, al menos de momento, en cuenta basándose en que se demostró que tenía un cariotipo 47, XYY. A pesar de todo, sólo obtuvo una dilación o aplazamiento de la pena. En España hubo un caso muy famoso, el del asesino llamado "El Arropiero", que mató a 14 prostitutas. Parece que en Francia había matado también a otro número indeterminado de mujeres de la misma condición. En 1971 se descubrió que su cariotipo, practicado por la Dra. Alicia Quintana, actualmente genetista del Hospital Ramón y Cajal, era 47, XYY. Al practicarla prueba preguntó a la doctora: "A ver si con esta prueba me dicen por qué me da a mí por matar mujeres". Encerrado en el Penal del Puerto de Santa María, permanece allí sin haber sido aún juzgado. La mayoría de estos criminales tenían en común, además del cariotipo 47, XYY, una serie de rasgos que les hacían parecerse unos a otros y que van unidos a esta alteración cromosómica. Tales son: elevada estatura (más de 1.82 metros, hasta 2 metros), acné, retraso mental, que llegaba en algunos casos a la estupidez, conducta agresiva (a veces violenta) o impulsiva, exacerbada por pequeñas frustraciones, historia temprana de conducta antisocial, dificultad para el aprendizaje escolar, I.Q. de 60 a 80, dificultad para distinguir el bien del mal, desvíacionés sexuales (la más frecuente la homosexualidad), historia de agresiones sexuales previas, y manos y píes grandes sin llegar a ser acromegálicas. Si no todos los signos, sin embargo todos ellos presentaban algunos del que se llamó "síndrome del cromosoma XYY", éspecialmente la talla elevada, los retrasos mentales, el acné y la conducta violenta y antisocial que les condujo al crimen. Louis Nizer, autor de la obra "My life in Court", señaló que las leyes anglosajonas nunca consideraron las tendencias agresivas como base para la defensa, por lo que la aparente agresividad de los varones 47, XYY no es motivo para excuiparlos. "Lo importante - señala este autor - es saber si el acusado es capaz de distinguir la diferencia entre el bien y el mal". Considera asimismo que la anormalidad genética sólo puede ser utilizada como defensa cuando sea la base de un caso de demencia evidente. LA PENA DE MUERTE En Inglaterra, cuando se descubría que un acusado tenía un cariotipo 47, XYY, no se mencionaba durante el juicio para no influir sobre los jurados. La Dra. Telfer, bióloga del Instituto Elwyn de Filadelfia, que publicó un estudio realizado en cuatro prisiones y hospitales penales de Pensilvania, encontró 5 casos de cariotipo 47, XYY entre 129 varones reclusos de elevada talla. Se pregunta esta doctora: "¿Tiene la sociedad derecho a condenar a la pena de muerte a un asesino XYY o con otras alteraciones cromosómicas?" F. Lee Bailey, abogado prominente de Boston, declaró en una entrevista que le hizo Richard Lyons del "New York Times": "No creo que un defecto genético pueda ser nunca una defensa completa, sino solamente utilizado como una defensa parcial, en el sentido de capacidad

mental limitada... Nunca puede medir la irresponsabilidad ante un crimen, aunque no hay nada, sin embargo, imposible". Es indudable que existen muchos individuos que no tienen cariotipo 47, XYY y que son sumamente agresivos, por lo que la agresividad no se puede atribuir exclusivamente a una alteración genética como la que estudiamos. Durante la mesa redonda celebrada en Ginebra en 1968, organizada por el Prof. Rentchnik con la participación de citogenetistas, juristas y especialistas en Medicina Legal, para discutir sobre el grado de responsabuldad en los delincuentes que presentan "el síndrome del cromosoma Y supernumerario", se llegó a la conclusión de que "Si la personalidad del individuo portador de esta anomalía genética no está suficientemente estructurada, hay mucha mayor probabilidad de un abocamiento a la conducta antisocial e incluso a la criminalidad". Por todo lo expuesto, no es posible hablar de la existencia de un "cromosoma del crimen". Miller en "The Lancet" (1975) decía: "Mejor que buscar una base genética para los problemas sociales, debemos atacar las condiciones y la estructura socioeconómica responsable de los problemas de conducta y de la mayoría de las dificultades que confronta nuestra sociedad". Sin embargo, en la actualidad se intensifican los estudios sobre el material genético y cada día nuevos descubrimientos se van añadiendo al conocimiento de los cromosomas y sus alteraciones. ¿Qué nos depara el futuro en este campo? Probablemente cúalquier día surgirán nuevas polémicas en tomo a este problema. El caso aun no está totalmente cerrado.

El perfil de los agresores sexuales Por J. A. García Andrade

En más de una ocasión he manifestado que es preferible ver a una mujer viva violada, a la que tuviera que asistir en mi despacho de forense, que estudiarla en la mesa de autopsias por haberse defendido de un violador. En toda violación hay un momento en que la vida de la víctima corre peligro de muerte, pues el violador, en la mayor parte de los casos, cuando actúa lo hace como un perverso sexual que puede ver peligrosamente potenciada su agresividad por la resistencia de la mujer. En él prima más el poder que el sexo, y cualquier resistencia que tenga que vencer le estimula en su patología cada vez más y más, en la búsqueda insaciable de un placer que no llega. De todas las violadas a las que tuve que estudiar en la mesa de autopsias resalta el caso de una mujer de dieciocho años cuyo cadáver fue abandonado a varios metros de la carretera con múltiples lesiones traumáticas que tuvieron que ser minuciosamente estudiadas, ya que, cuando el violador fue detenido, adujo que ella, al asustarse, se tiró del coche en marcha (como años más tarde haría otra muchacha violada, si bien en este caso, afortunadamente, la víctima no murió, aunque resultó con importantes lesiones en las nalgas, que se arrasó al caer aceleradamente sobre el asfalto tras saltar desde el portaequipajes del coche para salvar su vida). La autopsia de la primera víctima puso de relieve que las lesiones no eran por caída, ni por caída acelerada, aún cuando sí hubo arrastre, ya que ella en su resistencia impulsó al agresor a apartarla más de la carretera para que sus voces de auxilio no fueran escuchadas por ningún otro automovilista. Las lesiones perigenitales eran muy explícitas, pero no por penetración ni desfloramiento, sino por vencer la resistencia que con los muslos cerrados ofreció la pobre muchacha. Además, fue golpeada repetidamente con piedras que llegaron a desfigurar su cara, acto cuyo objeto era retrasar o imposibilitar su identificación. Todo ello, junto a la sangre y el destrozo de los

vestidos y la ropa interior, daba al cadáver el aspecto patético de haber mantenido una lucha dramática, que mantuvo no sólo para defender su honestidad, sino también su vida. La diferenciación entre una violación seguida de muerte y un accidente de tráfico no ofreció grandes dudas, aún cuando hubo que afinar en el diagnóstico diferencial. En aquella época no se realizaba aún el análisis de ADN en el semen, lo que ha supuesto un gran avance, hasta el extremo de poder establecerse grupos distintos de semen cuando es más de uno el violador, de manera que es posible adscribir incluso cada ADN a cada sospechoso. Al hablar del perfil psicológico del violador debería más bien decirse de los violadores, ya que no existe un solo tipo de agresor sexual, sino que la figura comprende un amplio espectro de conductas desadaptativas y agresivas ante la mujer. Cuándo ésta agrede al varón, hecho más frecuente delo que podría creerse, forma parte de otro gran capítulo de la psicopatología sexual. Existe un primer tipo de agresor sexual: el violador ocasional, que es una persona convencionalmente normal, pero que en una determinada circunstancia y ante una mujer bien diferenciada, y casi siempre desconocida, bajo los efectos del alcohol en la mayoría de las ocasiones, no pone en marcha sus frenos inhibitorios noéticos y da salida a un acto violento en forma impulsiva e incontrolada que no suele repetir. Estos sujetos se reinsertan con facilidad y no suelen suponer un gran riesgo social, exceptuando el hecho aislado y ocasional a que dieron lugar de forma totalmente imprevisible incluso para ellos. En segundo lugar se encuentra entre los violadores el débil mental u oligofrénico, que, por su situación de hambre sexual, busca a la mujer para dar salida a sus impulsos, no importándole quién ni dónde sea, ni siquiera si la víctima es una menor, lo que facilita las cosas, ya que con la mujer hecha y derecha siempre se encontrará en inferioridad de circunstancias, no físicas, por supuesto, sino en la propia dialéctica de los sexos, en que siempre será vencido. Estos sujetos suelen dotar a sus violaciones de una especial hostilidad ya que en ellos el acto se carga de venganza, pues en no pocas ocasiones la mujer se ha reído de él y le ha llamado tonto, lo que vivencia el débil mental como una espina irritativa, nebulosamente concienciada, que le hace dolerse ante la afrenta de ser despreciado. En íntima relación con el segundo grupo se encuentra el perverso sexual, personalidad psicopática de gran resonancia social y criminal. Hay que distinguir el cuadro puro con los del débil mental disarmónico de carácter psicopático y del psicópata sexual con escasa dotación intelectual, mezcla que, cuando se da, aumenta de forma importante la peligrosidad del violador, ya que el perverso sexual busca encontrar en la fuerza empleada contra la mujer la seguridad de su sexualidad precaria y pobre, ante la que necesita autoafirmarse. Esta es la razón por la que la resistencia de la mujer estimula su agresividad, siendo éste el motivo del alto riesgo del perverso sexual, en el que los elementos sádicos determinantes de sus actos no son superdisponibles, propiamente, a la violencia vindicativa del oligofrénico, aunque en algunos casos puedan darse de forma conjunta y mezclada. Un caso realmente sugerente fue el del "violador del antifaz", un sujeto de veintiocho años de edad, estudiante todavía de tercer curso de Físicas y portador de un estrabismo, circunstancia que le acomplejaba en peculiar manera, aun cuando fue operado en la infancia y sometido a psicoterapia. Esta, ciertamente, no le sirvió de mucho, ya que ocultaba sus auténticos problemas al terapeuta, el cual ponía todo su acento en la separación de los padres como causa de sus alteraciones psicopatológicas. Su ansiedad e inmadurez le llevaban al extremo de asaltar a mujeres con una navaja en búsqueda de un coito rápido, fugaz y temeroso, refugiado tras una máscara hecha con unas bragas y cubriendo sus manos con guantes.

José Luis era básicamente un sujeto que sufría un trastorno histérico de la personalidad constituido por una afectividad superficial e inestable que necesitaba de constante aprecio y notoriedad. Ello aportaba a su conducta un marcado carácter teatral, que le facilitaba la neurotización de su comportamiento al someter su personalidad a tensiones emocionales. La peculiar relación con la figura tutelar femenina impidió la maduración de su sexualidad, fijándola en un estadio infantil en el que vivenciaba el sexo opuesto como algo hostil, castrante y temeroso. Así se entiende el valor simbólico de su antifaz, los guantes y la navaja, y podemos comenzar a entender la dinámica de sus actos, pues sin la interpretación psicodinámica todo resultaría incomprensible y aberrante. El fetichista utiliza objetos que le puedan estimular sexualmente, pero en este caso no sólo le excitaban los fetiches, sino que además, los integraba en sus actos. Nos estamos refiriendo a las bragas que utilizaba en los hechos como antifaz, y que el informado refirió como de una muñeca. Sin embargo, en realidad el uso de esa prenda se correspondía con un travestismo fetichista, pues eran las bragas de la madre, con la que se identificaba hasta esos extremos, de tal manera que solo podía realizar el acto sexual a través de la vagina materna. Por supuesto, esto no suponía que realmente la prenda perteneciera a la madre, bastaba con que José Luis la vivenciara como tal, por supuesto a nivel inconsciente. Ahora bien, todo ello tenía un precio muy alto: no sólo la neurotización de su personalidad alterada, sino también su aversión al sexo, razón por la que utilizaba los guantes, ya que el sexo, en su fuero interno, era algo antiético, lo que explica que su sexualidad fuera pobre y escasa, salvo cuando utilizaba la violencia. No tenía novia, no "conocía" a la mujer en el sentido bíblico y de forma global, y sus masturbaciones eran muy escasas y carentes de orgasmo en muchas ocasiones. Todo ello suponía que, psicopatológicamente, fuera impotente y precisara un falo auxiliar, la navaja, la cual le permitía el acceso rápido, más o menos completo y violento, a la mujer. Sin el arma blanca no hubiera podido mantener una erección suficiente para la sexualidad, que él vivenciaba no como donación y entrega, sino como autoafirmación, para lo que precisaba la vagina de la madre y un falo auxiliar. Y todo ello, por supuesto, con la falta de erección íntima que suponía la práctica de sexo, del que se alejaba con los guantes, pues sin ellos la vivencia sexual hubiera sido muy próxima y contaminante, pero en su caso la más peligrosa de las contaminaciones sexuales: la madre. La caricia de la pareja con las manos había perdido todo significado de aproximación y contacto; la sola idea desencadenaba en él un peculiar rechazo. El perverso transforma la dialéctica sexual (medio para alcanzar el pleno encuentro de la pareja) en un fin, ya que el encuentro para él es la lucha, el dominio y el poder; nunca la entrega ni la donación del amor. De ahí que estos sujetos, al igual que los débiles mentales, sean difícilmente resocializables, y que sólo pongan fin a su carrera de sexo inútil y violento con la edad, la cual, por razones obvias, atempera sus impulsos sexuales, ya de por sí pobres y escasos. Esta es la razón por la que tantas veces precisan el estímulo del alcohol, las drogas o, lo que es más peligroso, el grupo, que potencia el anonimato, la regresión, y por tanto el primitivismo y la barbarie. Últimamente ha hecho su aparición otro tipo de violador que parecía superado en la historia de la humanidad. Ello se debe a que el hombre, a pesar de la cultura y la civilización, no ha terminado de despojarse de sus mitos, del miedo a lo distinto, a lo diferente, a lo nuevo, del misoneísmo de nuestros clásicos y de la xenofobia. Así, ha vuelto a aparecer entre nosotros el violador fanático, esta vez en Bosnia. Y es que el racismo, cuando llega a sus últimas consecuencias, llega también a la violación para lavar la raza y la sangre, cuando puente a lo monolítico, a lo estable, a lo permanente, a través de la idea sobrevalorada de la raza pura, criterio bien alejado, por supuesto, del rapto de las sabinas y del mestizaje como expresión de apertura y progresismo.

Todo lo anterior permite contemplar al violador como negador de la libertad, elemento esencial del encuentro, del trato-con, del contrato sexual y amoroso de la pareja, y en su negación van a influir no sólo factores tóxicos, sino también de inteligencia, de emoción alterada, y socioculturales, de intolerancia y racismo. Se habla últimamente del aumento de las violaciones, hecho que supone una contradicción con la mayor libertad sexual de estos últimos años. Ello me llamó la atención ya en mi época ibicenca; la posibilidad de mantener relaciones amorosas con las turistas no era difícil y, a pesar de ello, una muchacha de la isla fue salvajemente violada por un payés que le puso un saco en la cabeza para que no le reconociera, la ató con cuerdas las extremidades a los arbustos del lugar y, en su precipitación, la hirió en el vientre con la navaja que llevaba al romperle las bragas para penetrarla. Después del forzamiento se fue por el monte, escondiéndose por miedo de haber sido reconocido. De madrugada llegó a la ciudad y esperó, escondido en las escaleras del Juzgado, a que éste abriese para entregarse, huyendo de sus vecinos, que sabía le estaban buscando, y a los que temía con razón, pues el precio de la violación era allí muy alto, como en las prisiones, precio que aumenta en relación directa con los valores de la defensa del honor ultrajado. Es decir, que, a pesar de las grandes posibilidades que ofrecía Ibiza para la relación sexual en cualquiera de sus formas, ello no evitaba la violación; es más, es posible que la incentivara, pues, como he dicho, se trata de una lucha, en la que no hay donación, sino que, en el encuentro sexual, prima el poder y, por tanto, la pérdida de la libertad del otro, de modo que cualquier circunstancia externa que favorezca la libertad de la mujer aumenta el impulso a la agresión. Es estos últimos años se ha producido un hecho de gran trascendencia, que ha tenido su reflejo no sólo en un aumento de la violación, sino en la alteración de las pautas de comportamiento de la pareja, y es que la mujer ha logrado su plena libertad, no por causas políticas, religiosas, económicas o sociales, sino precisamente a través de la medicina; y es que, por primera vez en la historia de la humanidad, la mujer ha podido controlar la natalidad a su antojo, a través de anticonceptivos. Y no me refiero a los preservativos, cuyo uso supone la aceptación voluntaria por parte de los dos componentes de la pareja, sino a los prostágenos, que puede utilizar ella cuando quiera, con conocimiento o no del varón, que ya podrá esforzarse lo que quiera en "preñar" a su compañera, que si ella no lo acepta y no deja de tomar los anticonceptivos todo será inútil. Es decir, actualmente es ella la que aceptará o impedirá su natalidad, que era el gran temor de las mujeres de generaciones anteriores y la amenaza que esgrimía el varón ante las actitudes de la mujer; ello, además, le ha permitido ser igual que el varón, tener o no descendencia a su antojo y desentenderse de las posibles consecuencias de un coito, de la gran amenaza del embarazo que tanto frenó a nuestras abuelas. Al fin, la mujer es libre, pero no gracias a las ideologías, pues son más bien éstas las que han cambiado gracias a la medicina. Y digo gracias porque la libertad siempre debe perseguirse y utilizarse en aras de la autenticidad de la realización del sujeto como persona. Pero esta libertad de la mujer, evidentemente, no es tolerada por el violador, que en el fondo es un machista frustrado, impotente y degradado. Los anticonceptivos han permitido a la mujer ser más activa sexualmente, y por tanto olvidar sus temores a las maternidades no deseadas, pudiendo así dedicarse con más plenitud a un sexo más gratificante para ellas, lo que les estaba vedado. Esta actitud asusta mucho a los hombres, ya que pierden la dirección del encuentro y no aceptan que la verdad del mismo no radica en la imposición machista o hembrista, sino en la unión libre, total e íntima de la pareja, lo que supone, sin duda, el gran hallazgo de estos años. La negación de tal hallazgo lleva a la impotencia y a la frigidez, y ello a la perversión sexual y a la

violación, como acto compulsivo de un poder erotizado sustitutivo del auténtico amor. La perversión sexual, por tanto, es aquella que no sigue los elementos constitutivos formales de la función, en este caso la sexualidad, que no solo es procreativa, sino también de proyección, protectora de la descendencia y de la comunicación interpersonal; debe ser íntima, completa y libremente aceptada por los dos miembros de la pareja. De ahí que la pedofilia (la relación sexual con niños) sea una perversión psicopatológica, pues el impúber no es aún libre para aceptar las maniobras a que, por definición, es forzado, violencia a la que se unen el miedo, el asco y no pocas veces el dolor, por razones obvias. La pedofilia es por tanto uno de los trastornos psicosexuales más profundos y graves, ya que la atracción por los niños suele adoptar un carácter progresivo. La relación con la mujer adulta conlleva un tipo de comunicación dialéctica que el pedofílico es incapaz de sostener y ante la que se siente inferior, inferioridad que se expresa en forma de impotencia. La niña o el niño (pues también se da la pedofilia homosexual), al no "exigir" condiciones completas de virilidad y potencia en la relación, "permiten" al perverso realizar un tipo de acto sexual pobre, vicariante e incompleto, elementos que le autoafirman en una supuesta hipersexualidad que, sin embargo, es primaria, regresiva y de excasa dotación. Es precisamente por esta precariedad por la que el pedófilo adquiere su alta peligrosidad, haciéndole entrar en una trágica escalada en que cada vez busca mayores estímulos para obtener algún tipo de respuesta. Así, no es extraño que inicie su actividad por la más inocente de las sexopatías: la exhibición de los genitales, que se inicia con mujeres para continuar con niñas, pues las primeras terminan por no asombrarse, asustarse o asquearse ante esa exhibición patética, ridícula y decadente del pene. En esta primera fase de auténtico anonimato sexual, en la que incluso la relación es apersonal, pues no existe más contacto que la mirada a la que pretende erotizar el exhibicionista, el riesgo para la víctima es mínimo. Pero como los fines no suelen conseguirse, se suele dar un paso más, que lleva al acoso sexual y a los tocamientos para, mediante esta parodia de propaganda, autoconvencerse de sus grandes dotes sexuales. Ante el fallo de la propaganda, se pasa ya al acto de la fuerza, pues la violación es la erotización del poder, el cual sustituye a un falo y exige el estímulo del dominio ante su escasa respuesta sexual. De la violación de la mujer, cada vez menos asequible a estos sujetos castrados por la imagen de la vagina de la hembra adulta, se pasa a la búsqueda de una nueva víctima sin riesgo de castración y en fase asexuada, como es la niña, con la que se intentan actos más violentos que libidinosos. La muerte de la víctima, cuando surge, no es inicialmente buscada, pero tampoco rechazada. Forma parte de la parafernalia dramática del pedofílico, cuya "conciencia social" no le permite dejar testigos de su precaria actuación, pues en el fondo su pobreza sexual le avergüenza y humilla. La biología, que no la ley, impone su norma a estos sujetos, ya que su escasa dotación sexual acelera precozmente su final en una tragicómica andropausia, y esos embriones sexuales que venían manteniendo desde hacía tiempo acaban en un marasmo sexual que limita su conducta libidinosa. Conviene resaltar, no obstante, que estos pedofílicos no son superponibles al llamado coloquialmente "viejo verde", que es otro personaje, tanto en su origen y motivaciones como en su comportamiento. El último paso que se da en esta escalada de la perversión es la necrofilia, en la que el perverso ya no busca ningún tipo de respuesta, es más, no la desea, se relaciona con el cadáver en un inútil esfuerzo final de convencerse a sí mismo de su gran potencia sexual. Las referencias que me aportó "el Arropiero", uno de los criminales más carismáticos de España, eran alucinantes; en algunas ocasiones afirmó haber mantenido relaciones sexuales con sus víctimas mezclando en un infernal carrusel la homosexualidad de

cualquier tipo, la violación, el sadismo y la necrofilia. VALORACIÓN PENAL DEL VIOLADOR Creo importante que exista la posibilidad de incentivar a los reclusos con la obtención, lo más pronto posible, de su libertad, o incluso que puedan disfrutar, en su auténtico significado, de permisos ocasionales de fin de semana, pero cuando ello sea un beneficio del que haya que hacerse acreedor, no un cumplimiento sistemático de carácter administrativo, y por supuesto en presos comunes, pues, aunque esto parezca un contrasentido, el violador, el pedofílico y el sádico no son nunca presos comunes, aun cuando sean responsables de sus actos. Y no son comunes porque su reclusión debiera considerarse no como una pena, sino como un tratamiento. O, al menos, y cuando ello no sea posible, como una prevención, pues las posibilidades de reincidir son muy elevadas. Según mi experiencia personal con más de ciento noventa sexópatas o sexodependientes delincuentes, reinciden más del 77 por ciento, descendiendo esta posibilidad al aumentar la edad, la cual constituye un importante factor de riesgo en relación inversamente proporcional con la peligrosidad, junto a otros supuestos que hay que valorar: cociente intelectual, valencias psicopáticas, consumo de drogas, familia cohesionada o no, disposición futura de la pareja, etc. Las consideraciones anteriores suponen, en definitiva, que, aunque el delincuente sexual no sea en sentido estricto un enfermo mental, sí precisa ser sometido a tratamiento, al igual que el drogadicto, incluso contra su voluntad, pues su enfermedad es la patología de la libertad. Los Estados parecen no estar por esta labor, y creen que es más económico dejar que los delincuentes evolucionen a su aire o privarles compulsivamente de libertad que tratarles, aunque en la mayoría de los casos sea un intento inútil. Ello quiere decir que los permisos de salida, las libertades, los podrá obtener el sexópata cuando su trastorno lo permita, y no antes, aun cuando conozco la inquietud de los juristas ante la indeterminación de la pena. Y es que precisamente a estos sujetos no se les debe considerar como reclusos comunes. De ahí mi afirmación anterior y, por supuesto, añado que a la patología no se le puede fijar un tiempo; ello es absurdo, como sería absurdo cuantificar el tiempo que debe durar un tifus o una tuberculosis. Sin embargo, la ley cuantifica en tiempo una condena con la que se pretende serenar las conciencias, aunque ello permita dejar en libertad a asesinos que reincidirán en su conducta criminal. Así, es preciso modificar la ley, para que los jueces, los magistrados y la sociedad en general no caigan en la trampa de sus propias normas, viéndose obligados a dejar salir a estos reclusos a la calle de forma prematura y cuando aún no están en condiciones para ello. Esta situación, además, pone de relieve un viejo dicho de la psiquiatría forense, y es el de que en épocas normales el psicópata está controlado por la sociedad, mientras que en épocas de crisis es la sociedad la que se ve manipulada por los psicópatas, siendo tal vez ésta la razón por la que parecen haber aumentado estos delitos en los últimos tiempos, ya que los autores no están suficientemente custodiados y tutelados por la ley, que les concede beneficios que no están en condiciones de disfrutar. Los beneficios penitenciarios no deben darse sistemáticamente, sino de forma estudiada y meditada, particularizando y personificando cada paso a través de un estudio pormenorizado a cargo de un grupo de expertos que, como ya he referido en otras ocasiones, debería estar compuesto de un psiquiatra, un psicólogo, un criminólogo, un sociólogo, un educador y un penalista. Estos emitirían un juicio de valor sobre la peligrosidad psicosocial del interno y lo remitirían al juez, el cual a su vez estaría asesorado por el médico forense de su Juzgado. Este sistema reduciría el riesgo de la reincidencia y evitaría conceder la libertad a todos aquellos sujetos que no han conseguido su propia liberación (aunque, por supuesto, el

acierto o error no llegaría nunca al 100 por ciento), pues, en definitiva, cada hombre debe ser el hacedor de su propia historia, la cual debe enmarcarse en un contexto ético, maduro y libremente aceptado. Los propios gobiernos deben favorecer estos procesos a través de instituciones adecuadas, bien dotadas y gestionadas, sin caer en ese eufemismo estúpido de nuestra actual sociedad que concede la "reducción de penas por el trabajo", cuando no es el sitio más adecuado para el establecimiento del ocio enriquecedor, sino que más bien es allí donde surgen precisamente gran número de las alteraciones conductuales por la patología del ocio, las cuales hacen oscilar a los presos entre la exaltación incontrolada y el tedio desolador cuajado de depresivo aburrimiento. LA VIOLENCIA FEMENINA Es cierto que la violencia de la mujer hacia el hombre es excepcional y jurídicamente indemostrable, como las denuncias en dos ocasiones distintas que sendos padres de muchachos débiles mentales hicieron sobre sus vecinas, a las que acusaron de haber violado a sus hijos, en un auténtico abuso de la libertad sexual, al entender que la condición patológica de sus hijos, con índices intelectuales precarios, no les permitía conocer, discurrir y futurizar el alcance del coito al que les había lanzado esas dos mujeres, ya maduras y no muy agraciadas. La otra violencia, que no violación, de la mujer sobre el varón, es más habitual de lo que podría pensarse, y no me refiero al acoso sexual a que a veces se ven sometidos algunos hombres, sino a la violencia que supone muchas veces el ejercicio de la "vagina dentada", que castra psicológicamente al varón, le maltrata o le hiere, dando lugar a secuelas emocionales difíciles de superar y que a veces se realizan de forma especialmente cruel a través de la ironía, la risa, la humillación o el rechazo, con esa sutileza que tantas veces tiene la agresividad femenina. No en balde las grandes envenenadoras fueron siempre mujeres, conocedoras de los efectos tóxicos delas plantas y los fármacos. Por supuesto "la vagina con dientes" es un término psicodinámico, y es también psicodinámica la interpretación de la castración masculina a manos de la mujer, lo que sólo excepcionalmente trasciende a los tribunales de justicia, salvo en aquellos juzgados de familia en que se tramitan los problemas de la pareja. Aun así, el hombre, avergonzado de su situación, difícilmente denunciará una circunstancia que sólo suele quedar en el secreto del despacho del psiquiatra. La sutileza de este tipo de castraciones es tan inaparente que incluso pasan desapercibidas para las propias mujeres castradoras, desconocedoras tantas veces de sus propios actos, de sus intenciones y, por supuesto, de los resultados. El caso más frecuente es, quizá, el de la castración materna, situación de la que muchos hijos son incapaces de salir, de manera que permanecen castrados incluso en edades avanzadas, llegando así a la Gran Madre, la Tierra, que al final recibe los restos de su hijo inmaduro y dependiente. Nota: José Antonio García Andrade es titulado en Pediatría, Cirugía General, Tisología y Medicina Forense y profesor de Psiquiatría Forense en la Universidad Complutense hasta su jubilación, es el especialista más veterano y reconocido de Medicina Forense en España. Para más información, consultar sus obras: "Lo que me contaron los muertos" y "Crímenes, mentiras y confidencias".

El síndrome de Estocolmo Por Pili Abeijon

En 1973 en la ciudad de Estocolmo, Suecia, tuvo lugar un asalto a un banco en el que los

delincuentes fueron descubiertos por la policía y retuvieron a los empleados y a los clientes que habían sorprendido en el interior como rehenes durante varios días. En el transcurso de ese tiempo de negociaciones, los rehenes se identificaron con los raptores hasta tal punto que colaboraron con ellos protegiéndoles de las acciones policiales. Además, en el momento de la liberación, un periodista fotografió el instante en que una de las rehenes y uno de los captores, antes de ser él detenido, se besaban y se comprometían en matrimonio. Este hecho sirvió para bautizar como "Síndrome de Estocolmo" ciertas conductas insólitas que demuestran afecto entre los captores y sus rehenes. Quizás otro caso igual de sorprendente fue el de Patricia Hearst, hija del magnate de la prensa norteamericana Randolph Hearst, secuestrada a principios de 1974 por el Ejército de Liberación Simbionés. La joven terminó enamorándose de uno de los secuestradores y se unió al grupo de revolucionarios, participando en atracos armados, hasta que fue capturada y sentenciada, aunque el presidente Jimmy Carter la indultó posteriormente. Desde el punto de vista psicológico, las reacciones de este tipo están consideradas como una de las múltiples respuestas emocionales que puede presentar el secuestrado a raíz de la vulnerabilidad y extrema indefensión que produce el cautiverio, y aunque es una respuesta poco usual, es importante entenderla y saber cuándo se presenta y cuándo no, porque el fenómeno ha sido tan tergiversado, que se ha llegado a pensar que es una "enfermedad" que padecen todas las personas que atraviesan por una situación de cautiverio. Además, con frecuencia se convierte en una de las mayores preocupaciones expresadas por los familiares de los secuestrados después de la liberación. Tanto el ex rehén como sus allegados se preguntan con temor si algunos de los sentimientos de gratitud y aprecio hacia sus captores, forman parte de la sintomatología del síndrome y se suele creer, equivocadamente, que la persona lo está padeciendo, considerándola "enferma". En realidad, según los expertos en psiquiatría, "el llamado síndrome de Estocolmo sólo se presenta cuando la persona se identifica inconscientemente con su agresor, ya sea asumiendo la responsabilidad de la agresión de que es objeto, ya sea imitando física o moralmente la persona del agresor, o adoptando ciertos símbolos de poder que lo caracterizan". Cuando alguien es retenido contra su voluntad y permanece por un tiempo en condiciones de aislamiento y sólo se encuentra en compañía de sus captores puede desarrollar, para sobrevivir, una corriente afectiva hacia ellos. Esta corriente se puede establecer, bien como nexo consciente y voluntario por parte de la víctima para obtener cierto dominio de la situación o algunos beneficios de sus captores, o bien como un mecanismo inconsciente que ayuda a la persona a negar y no sentir la amenaza de la situación o la agresión de los secuestradores. En esta última situación se está hablando de Síndrome de Estocolmo. Lo que se observa en la mayoría de los casos es una especie de gratitud consciente hacia los secuestradores, tanto en los familiares como en los individuos. Agradecen el hecho de haberlos dejado salir con vida, sanos y salvos y a veces recuerdan - sobre todo en las primeras semanas posteriores al regreso - a quienes fueron considerados durante ese trance o tuvieron gestos de compasión y ayuda. Es comprensible, bajo estas circunstancias que cualquier acto amable de los captores pueda ser recibido con un componente de gratitud y alivio. El secuestrado vive traumáticamente una situación de impotencia, al no poder responder a la agresión de que es objeto, pues lo más natural en el comportamiento, es que si a uno lo atacan que responda al atacante. Si no se puede, si se está imposibilitado de responder con la agresión mínima indispensable para mantener el equilibrio, y se tiene que suprimir o reprimir esa agresión, ella se acumula y va dirigida contra uno mismo. El síndrome de Estocolmo sería entonces una suerte de mecanismo de defensa

inconsciente del secuestrado, que no puede responder la agresión de los secuestradores y que se defiende también de la posibilidad de sufrir un shock emocional. Así, se produce una identificación con el agresor, un vínculo en el sentido de que el secuestrado empieza a tener sentimientos de identificación, de simpatía, de agrado por su secuestrador. El psicólogo Emilio Meluk presentó a finales de los años noventa los resultados de una investigación sobre los efectos psicológicos del secuestro en sus víctimas, que lleva por título "El Secuestro, una muerte suspendida", en el que se centraba en las experiencias vividas por ochenta ex secuestrados después de su liberación y un número similar de familias. Sus conclusiones revelaron que la expectativa por saber si padecen el Síndrome de Estocolmo, es una de las preocupaciones más expresadas por parte de los ex secuestrados después de la liberación. Se preguntan, reiteradamente, si algunos de sus comportamientos durante el cautiverio, y después de haber sido liberados, corresponden a esta secuela del secuestro. Lo expresan con signos claros de temor y remordimiento, como si de haberse presentado en ellos significara haber sido débiles o deshonestos. Hay que aclarar de nuevo, que el Síndrome de Estocolmo es simplemente algo que la víctima de un secuestro percibe, siente y cree que es razonable que sea de esa manera, sin darle mayor relevancia a la identificación misma ni sentirla como tal. Solamente los que lo ven desde fuera podrían encontrar irracional el que la víctima defienda o adopte actitudes para disculpar a los secuestradores y justificar los motivos que tuvieron para secuestrarlo. Para que se pueda desarrollar el Síndrome de Estocolmo los expertos del tema aseguran que es necesario que el secuestrado no se sienta agredido, violentado ni maltratado. De lo contrario, el trato negativo se transforma en una barrera defensiva contra la posibilidad de identificarse con sus captores y aceptar que hay algo bueno y positivo en ellos y sus propósitos. Si los ex secuestrados califican las condiciones de secuestro y el trato recibido como deleznable, impiden el desarrollo del Síndrome. En un secuestro, los intentos de manipulación son frecuentes, en casi todos los casos los secuestrados fingen para poder sobrevivir. Esto se ve más claramente al comparar la actitud que tienen con sus secuestradores durante el cautiverio y la forma como se refieren a ellos una vez libres. Mientras estaban presos pudieron tener actitudes amigables, sin embargo una vez fuera del riesgo de morir, se refieren a ellos de un modo negativo y con rencor, lo cual señala que lo expresado en cautiverio no es una identificación con los agresores sino un anhelo de sobrevivir. La esperanza de vivir no solamente se expresa en los comportamientos y actitudes condescendientes. Algunos recuren a la simulación de enfermedades o a la dramatización de algunas ya existentes, con el objeto de manipular a sus secuestradores para lograr un trato más considerado, o simplemente para sentir que tienen algún control sobre la situación, y sobre ellos. Fingir un infarto, un ataque epiléptico o exagerar una deformación física es frecuente. En últimas, cuando el secuestrado logra el objetivo de poner en su favor algunos sentimientos de los secuestradores y obtiene respuesta que los benefician de esa manera, conjura la posibilidad de morir durante el cautiverio o aproxima la probabilidad de obtener la liberación. Volviendo al trabajo de Meluk, también señala que ha podido destacar, en las narraciones de algunos ex secuestrados, una especie de gratitud hacia los secuestradores, como si quisieran agradecerles el haberlos colocado en una situación que les permitió reestructurar su personalidad y su sistema de valores, pero ninguna de las víctimas de secuestro analizadas aquí se auto responsabilizan de él, ni justifican los propósitos de la organización que los secuestró, ni los defiende públicamente. El no presentarse el Síndrome de

Estocolmo indica que hay en los ex secuestrados conciencia del daño y de la agresión de que son objeto durante el cautiverio, que lo objetivan en los secuestradores y no e sí mismos y que rechazan asumir como propias las razones que llevan a su secuestro. En definitiva, para detectar y diagnosticar el síndrome de Estocolmo, se hacen necesarias dos condiciones, por un lado, que la persona haya asumido inconscientemente una notable identificación en las actitudes, comportamientos o modos de pensar de los captores, casi como si fueran suyos, y por otro, que las manifestaciones iniciales de agradecimiento y aprecio se prolonguen a lo largo del tiempo, aún cuando la persona ya se encuentra integrada a sus rutinas habituales y haya interiorizado la finalización del cautiverio. SÍNDROME DE ESTOCOLMO EN LAS MUJERES MALTRATADAS Dejando por un momento el tema del secuestro, hay que mencionar una interesante hipótesis que se barajó durante el congreso de la International Society for Research on Aggression celebrado en Valencia en junio del año 2000, tratando el tema de los malos tratos domésticos. Por los estudios que se han estado realizando, los expertos han podido llegar a la conclusión que la mujer que es agredida por su pareja, termina por sufrir una serie de reacciones psicofisiológicas que suponen una variante del Síndrome de Estocolmo clásico, denominado en este caso "síndrome de Estocolmo doméstico". Al tiempo que varios son los factores que han contribuido a que el fenómeno se exponga a la luz pública denunciado por la mujer, diversos son también los elementos que ayudan a que el silencio de la víctima sea un obstáculo en la búsqueda de vías de solución para numerosos casos de violencia contra las mujeres. Entre los elementos que mantienen a la mujer en silencio sobre el maltrato que está sufriendo, se pueden contar diversos procesos paralizantes relacionados y generados por el miedo, la percepción de una ausencia de vías de escape o salida por parte de la víctima, y la carencia de recursos alternativos. Estas mujeres parecen incapaces de denunciar a sus agresores, con quienes siguen conviviendo, y mucho menos de abandonar la relación. Por otra parte, otro tipo de mujeres, de perfil social considerado más independiente, y aquellas otras de dependencia más ligada a un núcleo familiar del tipo que sea, comparten la reacción paradójica de desarrollar un vínculo afectivo todavía más fuerte con sus agresores, defendiendo sus razones, retirando denuncias policiales cuando han tenido un momento de lucidez y las han presentado, o deteniendo procesos judiciales en marcha al declarar a favor de sus agresores antes de que sean condenados. Aquí, el síndrome de Estocolmo doméstico sería descrito como un vínculo interpersonal de protección, construido entre la víctima y su agresor, en el marco de un ambiente traumático. La víctima sometida a maltrato desarrollaría el síndrome para proteger su propia integridad psicológica, en un proceso que abarcaría cuatro fases: desencadenante, reorientación, afrontamiento y adaptación. En la fase desencadenante, las primeras palizas propinadas por el esposo romperían el espacio de seguridad previamente construido por la pareja sobre la base de una relación afectiva, espacio donde la mujer había depositado su confianza y expectativas: esta ruptura desencadenaría en la víctima un patrón general de desorientación, una pérdida de referentes, reacciones de estrés e, incluso, depresión. En la fase de reorientación, la mujer busca nuevos referentes de futuro y trata de efectuar un reordenamiento de sus esquemas mentales para evitar el desacuerdo entre su compromiso con la pareja y la realidad traumática que está viviendo. La mujer se autoinculpa de la situación y entra en un estado de indefensión y resistencia pasiva, llegando así a una fase de afrontamiento, donde asume el modelo mental de su esposo y busca vías de protección de su integridad psicológica, tratando de manejar la situación traumática. En la última fase de adaptación, la mujer

proyecta parte de la culpa al exterior, hacia otros, y el síndrome de Estocolmo doméstico se consolida a través de un proceso de identificación del esposo acerca de la situación vivida en el hogar y sobre las relaciones causales que la han originado. Esta serie de fases serían las responsables del efecto paradójico encontrado en muchas mujeres que sufren maltrato en sus hogares, según el cual las víctimas defenderían a sus agresores como si la conducta agresiva que exhiben hacia ellas fuera el producto de una sociedad injusta, y estos mismos esposos fueran víctimas de un entorno que los empujara irremediablemente a ser violentos. Las mujeres maltratadas retardarían indefinidamente la denuncia de la situación a las autoridades, observándose una gran proporción de casos de agresión en este ámbito que no salen del entorno donde se producen por la incapacidad de la víctima de denunciar los hechos. Incluso en numerosas de estas ocasiones, las denuncias por vía penal presentadas ante la autoridad judicial o policial son retiradas por las propias víctimas antes de que se traduzcan en sanciones efectivas para los agresores, creándose un círculo vicioso que mantiene las agresiones y sume a la víctima en un progresivo estado de deterioro personal. En cualquiera de las variantes del síndrome de Estocolmo, bien sea por secuestro o por padecimiento de violencia doméstica, es muy importante que no sólo la persona agredida sino su familia puedan reconocer lo que les está sucediendo y entiendan tanto emocional como racionalmente cuales son las posibles reacciones, que surgen como respuestas a un evento traumático. Así, una vez que se entiende el porqué de ese comportamiento extraño como algo normal, puede ser comprendido y superado fácilmente con la ayuda de un profesional.

Entrevista a John Douglas Por Amy Goldman

John Douglas. Su nombre es sinónimo de "perfilación criminal". Trabajó durante 25 años para el FBI, de los cuales 15 a la cabeza de la Unidad de Investigación Especial (conocida como Unidad de Ciencias del Comportamiento). Durante todo ese tiempo, junto a Robert Ressler, llevó a cabo estudios sobre los distintos tipos de crímenes sexuales e interrogó a distintos asesinos en serie como John Wayne Gagy, Ed Kemper, Sirhan Sirhan y David Berkowitz, el Hijo de Sam. Desde que se ha retirado del FBI, sigue en activo participando en conferencias y seminarios, además de asesorar sobre este tema en privado. La finalidad de esta entrevista es responder a las preguntas que nos hacemos continuamente, como por ejemplo qué hay que hacer para ser un perfilador criminal, como acceder al FBI, en que academia se puede aprender a perfilar, etc. A pesar de que se le notaba cansado por tanta actividad a la que se ve sometido, Douglas respondió a cada pregunta concienzudamente. Fue amable, atento y de lo más educado. Cuando hablas con él, quiere saber cosas de ti, pero no en el sentido de que te sientes examinado sino que parece sinceramente interesado. Me preguntó cosas como que dónde vivía y me contó casos interesantes que habían ocurrido donde yo vivo. La información de esta entrevista será muy útil a todas aquellas personas que quieran entrar en este campo, porque esta persona que ya ha "caminado el camino" les enseñará los pasos correctos a seguir. Me preguntaron si la entrevista había cumplido con mis expectativas, y mi respuesta fue: más de lo que había esperado, definitivamente. ¿Cuál es su definición de perfilación criminal? Es una reconstrucción del comportamiento de un sujeto desconocido a partir del análisis de

las pruebas de la escena de un crimen, de la autopsia, de las fotografías del lugar del crimen y de los informes preliminares que realiza la policía. También es muy importante el análisis detallado de la víctima. Posteriormente se contrasta toda esa información. De esta manera, yo intento hacer un diagnóstico de cada caso particular: que es lo que motiva al criminal y que persona pudo haber cometido ese tipo de crimen. Un perfilador se basa mucho en su experiencia con los casos en los que ha trabajado y en las entrevistas que ha hecho a lo largo de los años. Y no todos los perfiladores son iguales, no se forman de la misma manera. Los hay buenos y los hay mejores. Para ser perfilador, ¿es necesario acceder al FBI o sirve una educación universitaria? Se precisa algún tipo de formación universitaria porque se va a necesitar mucha claridad en los análisis escritos. También hay que tener cierta habilidad en la palabra, ser convincente, ser persuasivo pero no redundante o exagerado. Es importante la destreza en la escritura porque uno debe ser capaz de redactar análisis y pericias para los juristas, y la redacción de éstos influye en el hecho que puedan ser tenidos en cuenta o no. La educación universitaria en sí -pensando en la gente que trabaja para mí- tienen una mezcla de licenciaturas en psicología, derecho, y algunos gestión empresarial. Hoy, y también cuando estaba en la unidad del FBI, buscaba sobre todo a gente con experiencia en leyes criminales o que hubiesen trabajado en el ámbito criminal. Recomiendo una licenciatura en psicología, pero en el área de psicología forense. Hay varias escuelas que imparten cursos de psicología criminal y en un futuro existirán muchas más. Conozco sobre todo la Universidad John Jay en Nueva York y la George Mason en Virginia. Para un perfilador, en algún momento dado será necesario aplicar un conocimiento avanzado en esta materia. Hay que hurgar en la mente de los criminales e interrogar a violadores, asesinos, pedófilos y demás, para entenderlos y sentir lo que ellos sienten. Mi consejo para la gente que hace esto o para los que quieren entrar en este campo y quieren ser buenos, es que se debe estudiar el crimen previamente. Siempre lo enfatizo en todos los libros: estudiad el crimen. Y si es posible estudiad fotografías de la escena de un crimen, las autopsias. Uno debe ser capaz de entrar en una prisión y encontrarse con los criminales, o ponerse en contacto con la policía para obtener información. Hay que estudiar los informes psiquiátricos para ver como son realmente, su lado oscuro. Porque si uno no va a entrevistarlos de manera fría, como mucha gente en la profesión de la salud mental, te acabarán manipulando. Son maestros manipuladores. Si no aceptan la responsabilidad por el crimen, no la aceptarán de ninguna manera. Echarán la culpa a otras personas o disminuirán su involucramiento en el crimen. No dirán nada acerca de las víctimas, de lo que pasó durante la agresión, qué dijo la víctima o que le dijo él a la víctima. La gente que se dedique a la perfilación ha de tener madera de actor, porque no se puede estar entrevistando a un asesino con la boca abierta y los ojos como platos. Hay que permanecer con una actitud indiferente, atacando sus egos, siendo muy respetuoso con su intelecto. Para entablar la conversación, puedes recordar el caso de una víctima determinada, por ejemplo, pero no se puede hacer una interrogación como si tuvieses que cubrir un cuestionario. Tienes que estar muy atento a todo lo que está pasando en ese momento, sin distracciones, como estar anotando sus respuestas, y siempre mirando a los ojos del interrogado. Luego pregunta cosas específicas de los crímenes, de lo que sucedió antes y después del crimen. Puede que no confiese nada en las primeras entrevistas, pero con el

tiempo lo hará, porque al asesino, el hecho de recordar el momento del crimen le produce un estímulo placentero que querrá revivir. ¿Hay algún requisito físico para ingresar en el FBI? Sí, es muy parecido a hacerte un seguro. Si alguien está interesado debe ponerse en contacto con la oficina del FBI en alguna gran ciudad y pedir que le manden información. La visión debe ser perfecta o corregida con gafas, y tienes que estar en buena condición física porque el entrenamiento al que te van a someter en la academia del FBI va a ser riguroso. Otra cuestión son las armas. Hay gente que no se siente cómoda con la posibilidad de tener que usar un arma, y tendrán que ser capaces de dispararla tanto como diestros, como zurdos, como con ambas manos. No es necesario que sepas al entrar siempre que no te mueras de miedo o estés en contra de la idea de disparar a alguien bajo ningún concepto. De hecho, a veces es mejor entrar sin ninguna experiencia con armas, ellos te enseñarán a usarlas correctamente. Lo que a veces veo en las mujeres que ingresan, es que tienen que trabajar su fuerza en las manos y en los antebrazos para poder utilizar las armas con ambas manos, la fuerte y la débil, así como desarrollar la fuerza de la parte superior del cuerpo haciendo flexiones y dominadas. Y luego las materias académicas se centran en: ciencias del comportamiento, derecho, gestión, antropología forense y comunicaciones. Ahora además tienen un curso de conducción de alta velocidad en la Academia del FBI en el que te entrenan para las persecuciones a gran velocidad, parece interesante. El proceso total de entrenamiento lleva unas 14 o 15 semanas, y después te colocan en una oficina, normalmente en una de las principales ciudades de Estados Unidos. Habitualmente no obtienes un puesto en la oficina de tu elección hasta que no has estado unos cinco años o más. Si tomas el camino administrativo, e incluso el llegar a ser perfilador es una avance administrativo, vas a tener que hacer más mudanzas todavía, probablemente vuelvas a Washington, DC. La edad media de un nuevo agente ronda los 28 o 29 años. No puedes ingresar si has cumplido los 37 y te puedes retirar tras 20 de años de servicio o cuando cumples los 50. Si tenías 25 te puedes retirar a los 50, si entraste con 32 te puedes retirar con 52. Lo que no puedes es superar los 57 años de edad. ¿Cuál es su opinión de la perfilación inductiva frente a la deductiva? En este asunto de la perfilación inductiva frente a la deductiva, tal y como se ha definido, yo diría que practico ambas. Yo no digo: "en el 80% de los casos un tipo determinado de persona conduce un determinado tipo de coche por lo tanto voy a introducir ese tipo de coche en la investigación". No hago eso. Cada caso es diferente. Me apoyo fuertemente en la evidencia forense, no puedo ignorarla. Quiero decir que esta es la base, que el crimen es un reflejo del autor, que el comportamiento refleja la personalidad. Nos apoyamos en la evidencia y solo te puedes afirmar en esa evidencia en la escena del crimen. En consecuencia lo que yo intento es reconstruir el crimen con los datos forenses, apoyándome en los informes de la autopsia (no puedes hacerlo sin esta información). Una vez tienes toda esta información es cuando empiezas de verdad, te apoyas en tu experiencia, y llegas a un diagnóstico. He visto y he oído habar de "perfiles de una página", pero no queremos tanta información en un papel porque no queremos esto danzando por ahí y que acabe en los periódicos. Así

que lo único que los perfiladores pondrán por escrito, que es a lo que en realidad miramos, es el motivo. Realmente las cosas que vienen en el Manual de Clasificación de Crímenes (Crime Classificatión Manual), han sido probadas por los canadienses y las han encontrado muy válidas. Fiscales y abogados defensores lo usan, probablemente más que cualquier otro libro, a la hora de establecer el motivo, la firma o el modus operandi. El Manual de Clasificación de Crímenes fue el fundamento de mi disertación, así que cuando hacemos un perfil buscamos un motivo para reconstruir el crimen. Por ejemplo, cuando yo actuaba como experto, sin remunerar, para la familia de Ron Goldman durante la causa civil, Daniel Petrocelli me pidió que reconstruyese el crimen para saber el motivo. Por eso en la deducción / inducción lo importante es que todo se apoya en la evidencia y todo lo que pondrías por escrito sería eso, no pondrías: hombre blanco, de tal edad, con esta educación ni nada por el estilo. Lo cierto es que lo que verás en papel, si es que alguna vez lo ves, serán informes de una página, pero el resto del informe se hace por teléfono, de forma más personal con la policía. No tendrá cuatro o cinco páginas. ¿Por quién sientes un mayor respeto en este campo? Ha quien realmente respeto en el área del análisis criminal es a Roy Hazelwood y a Ken Lanning. A Roy Hazelwood en el área de la violación interpersonal y a Ken Lanning en el secuestro y abuso de menores. Creo que Keneth sigue en el Bureau, aunque ya puede retirarse. Ellos se han metido a fondo en esta porquería y tú sabes porque también, ambos han enfermado, como yo, en su trabajo. No es que sea un requisito, pero cuando ves gente así entiendes la dedicación y pasión que sienten por esto, por su trabajo, al que dedicaron sus vidas y su salud. A veces sacrifican incluso sus familias por hacer esto y ayudar a otros. Cuando veo otros nombres... no conozco otra gente como esta por ahí, sólo hay un puñado de gente que yo realmente respete. Oímos el término "Ciencias del Comportamiento" ¿Qué es eso? Ciencias del Comportamiento... no me gusta utilizar el término "Ciencias del Comportamiento". Cuando entré en el Bureau se llamaba "Unidad de Ciencias del Comportamiento", entonces se separó, mientras yo hacía el programa de perfilación se llamó "Unidad de Apoyo a la Investigación de Ciencias del Comportamiento" y "Unidad de Instrucción del Estudio de las Ciencias del Comportamiento". Eso duró unos dos años y cuando llegue a ser el jefe de la unidad le cambié el nombre a simplemente "Unidad de Apoyo a la Investigación". Creo que puedes adiestrar a mucha gente para hacer esto sin necesidad de que tengan un doctorado ni nada parecido en Ciencias del Comportamiento. He tenido gente, como te digo, sin títulos de ningún tipo, que eran simplemente brillantes, muy creativos y con la cabeza muy bien amueblada, no había ninguna necesidad de las Ciencias del Comportamiento ahí. Quiero alinearme con la investigación criminal. No quería utilizar términos como esquizofrenia paranoide o psicópata. Acuñé mis propias clasificaciones de organizado, desorganizado y mixto y traté de establecer descripciones de los crímenes. Incluso los libros como el Manual de Clasificación de Crímenes se inclinan más hacía la investigación que hacía las Ciencias del Comportamiento. Cuando comencé con el estudio fue una sorpresa para mí el ver que los estudiosos del comportamiento no tenían las investigaciones sobre los casos. Ni siquiera se interesaban por las historias personales de los criminales, sino que lo que les interesaba era estructurar las subclasificaciones de estos sujetos, así a Charles Manson le llamaban cualquier cosa desde esquizofrénico paranoide a psicópata, lo que a las fuerzas policiales no nos decía nada. Nosotros relacionamos todo con el crimen. Digamos, por ejemplo, que el criminal es muy desorganizado. ¿Por qué una escena del crimen llega a ser organizada? Podría mostrarnos, como en el caso OJ Simpson/ Nicole Brown-Simpson, que la persona puede

haber entrado en ella de forma premeditada. ¿Cómo lo sabemos? Bueno, el cuchillo había sido traído de fuera, estaba el guante, estaba la gorra dejada en la escena. Pero entonces ocurrió algo y es que, en Ron Goldman, se encontró con un adversario que puso una resistencia infernal, tuvo muchos problemas controlándole, él no era un asesino profesional. Eso le dio la apariencia desorganizada a la escena del crimen y, como tal, la describimos. O te puedes encontrar con una escena del crimen muy desorganizada. ¿Por qué? Bueno, la persona puede ser muy joven o estar alterada en ese momento. Las drogas o el alcohol pueden alterar la apariencia de un crimen provocando dejadez. Por lo tanto, ante una escena del crimen como esta te preguntas que aspecto tendrá el tipo de persona que estás buscando. Después describes al autor con esas mismas características, de nuevo el comportamiento refleja la personalidad. El caso de OJ Simpson sería diferente porque él estaba fuera de control, no podía controlar a su víctima, pero una vez salió de allí y se limpió podías ver un individuo muy controlado y rígido en la fase posterior al crimen. La mayoría de las personas que han hecho objeciones a la terminología organizado, desorganizado o mixto no comprenden que cuando haces un perfil no vas a través de una lista, como una columna en un libro. Las características se cruzan durante el crimen. Puede haber características de ambos lados, no es decir: "Vale, saca el perfil de desorganizado y mándalo a San Luis, atrapemos a los desorganizados y mandémosles a Mobile". Así no se hace. Otra cosa que mucha gente no comprende es que hay casos que no son adecuados para a perfilación. Punto. No engañas a nadie, se le dice a la persona que lo solicitó desde el principio. Pero no termina ahí, puedes seguir prestándole ayuda. Una de las cosas que intenté desarrollar fueron instrumentos de investigación desde la escena del crimen a la sala del juzgado. Así que si no puedo hacer un perfil porque hay un tipo en Nueva York disparando a mujeres en el trasero con una pistola de dardos y, si hiciese uno, se ajustaría a cien personas en un radio de dos bloques, en vez de crear el perfil diría: "Mira, quizá podamos poner en práctica unas técnicas proactivas para sacar a este tipo a la luz". Podría hacer eso apoyándome en la experiencia de otros casos. Si ni siquiera pudiera hacer eso podría decirles: "Si cogéis al tipo así es como creo que debéis interrogarle". Si tampoco puedo hacerlo quizás pueda ayudar en una orden de registro por mi experiencia, los cursos que he tomado, las investigaciones que he hecho... esto es lo que deberíais encontrar en el registro. Si no puedo a lo mejor es el fiscal el que te dice: "John, cuando vayamos a juicio ¿puedes ayudarme a analizar o reconstruir el crimen para que la gente y el jurado entiendan cual era su motivación ". O, "John, va a subir al estrado. ¿Cómo crees que deberíamos interrogarle?". Cuando la gente me pregunta cuál es mi porcentaje de acierto o la probabilidad estadística respondo que no lo sé. No sé como se cuantifica este tipo de cosas. Una vez estás entrenado en esto creo que puedes prestar algo de ayuda en casi cualquier crimen, desde la escena del crimen al juzgado. De hecho en muchos casos, creo que la gente se sorprendería, no es un perfil. No llegas a poder meterle mano, pero puedo describir la victimología, si es una víctima de alto riesgo, te puedo decir la movilidad del autor o cosas así... ¿Puedes decirme algunas motivaciones incorrectas a la hora de entrar en la perfilación criminal? Hacer esto por el "glamour" y el brillo, y pensar que es como en los programas "Profiler", "Millenium" o como en "El silencio de los corderos". El stress de hacerlo, el potencial de fallar siempre está ahí. Estás tomando decisiones que

pueden cambiar el curso de una investigación y que pueden provocar, incluso, la perdida de vidas. El caso de un departamento de policía, la perdida de miles de dólares porque tú les dijiste que siguiesen en otra dirección. Hay una cantidad de presión tremenda. Debería ser algo que quieras hacer porque sientas que tienes un talento, una habilidad para ayudar al resto de la humanidad, o ayudar a las fuerzas de seguridad. Pero debes tener ese sentimiento una vez tengas los cimientos porque si te apresuras a ofrecer tus servicios podrías hacer daño a los demás. La policía, en concreto, te rechazará inmediatamente, son un público muy difícil de ganarse y tienes que estar muy bien preparado. De nuevo tengo que poner énfasis en que hagas investigación académica y entrevistas. Para que la policía te permita estar ahí debes prometerles que no vas a salir corriendo y contar el caso a todo el mundo porque va a ser confidencial.

Entrevista a José A. García Andrade Por Virginia Drake

Por las manos de este forense han pasado los más ilustres cadáveres, desde el de Tyrone Power a los de los marqueses de Urquijo. Estos días, su autopsia a Augusto Fonseca, el guineano fallecido en una comisaría de Lanzarote, le ha convertido de pronto en un personaje de actualidad. Algo muy ajeno a su profesión, siempre en los misterios de la vida y la muerte, como demuestra en esta entrevista. La muerte de Fonseca, objeto de una fuerte polémica entre abogados, policías, familiares y forenses, no ofrece dudas para García Andrade, el forense que realizó la segunda autopsia al cadáver, solicitada por la hermana de la víctima: se produjo por un golpe seco en el cuello. Mientras, una tercera forense, casualmente alumna del propio Andrade, asegura tras el estudio de las dos autopsias, que "nunca se sabrá de que murió porque ambas pruebas son incompletas". ¿Qué decía Robayna, autor de la primera autopsia, en sus conclusiones? Que posiblemente su muerte se debía a un accidente y al consumo inmoderado de drogas. Usted, en la autopsia que le realizó al cadáver no halló restos de drogas. Así es. Al menos en los últimos diez días, aquel hombre no había consumido ningún tipo de droga. ¿Y por qué se hizo ese dictamen? Porque Robayna pensaba que habría restos de drogas. Entregó el informe sin esperar el resultado de los análisis. Yo no emití el mío hasta tener el resultado de Toxicología de Tenerife. Los resultados negaron absolutamente toda posibilidad de drogas. ¿En qué otras cosas su autopsia contradice la primera? La primera autopsia es incompleta. El primer forense sólo estudió el cuerpo desde el esternón hasta el pubis. Se olvidó del cuello, que es una de las partes más importantes en la autopsia forense.

¿Y qué vio usted en el cuello? Pues encontré algo que tiene una relevancia extraordinaria. En el cuello había un traumatismo importante. ¿Entonces, ¿cuál es su diagnóstico? Yo no encuentro causa de muerte natural: tenía el corazón sano de un deportista, el organismo de un hombre joven y fuerte, sin patologías de ninguna clase. En este caso hay muchas cosas que no se han querido entender. El cadáver tenía golpes en la cara, en la cabeza, en el hombro... Hay quien dice que alguno de esos golpes pudo producirse en el traslado, después de muerto. Eso es imposible porque los muertos no tienen reacciones vitales, el cuerpo ya no tiene circulación. Un golpe después de muerto no produce hematomas y ese hombre los tenía bien claros. Cuando usted habla del golpe en el cuello, la policía dice que se dio con el retrovisor del coche. No es posible. Yo certifico que el golpe se produce con un objeto contundente y romo, por fuera no había lesión ni corte alguno. ¿Cuál es su probable versión de los hechos? Yo creo que la policía vio salir a un hombre negro, fuerte, inmenso, de la casa de su hermana, por la noche, y, por la razón que fuese, levantó sus sospechas; le debieron de ir a detener y él se asustó y se echó a correr. La policía debió de intentar reducirlo, pero muchas veces sólo se puede reducir a un hombre violentamente, eso está aceptado por todos; le dieron varios golpes y es posible que se les fuese uno de ellos, allí mismo o después, en la comisaría. Luego le intentaron reanimar, pero en vano. María José Melián, la tercera forense que estudió las dos autopsias realizadas, asegura que la suya también es incompleta y que nunca sabremos de qué murió Fonseca. Sí, además se trata de una alumna mía, y lo dice porque no ha mandado analizar el corazón entero, sólo un trozo. Pero si yo veo un corazón sano de deportista y observo que al corte, el miocardio está sano, las válvulas están sanas y las coronarias están abiertas y son permeables, mando sólo un trozo de corazón. Son ya 40 años haciendo autopsias y sé lo que es un corazón son y lo que puedo descartar. Antes hablaba de estrés. ¿El miedo y el estrés antes de la muerte dejan huellas tangibles? Sí, claro, es que la gente no cree en el espíritu. Pero el miedo y la angustia pueden matar. Y aquel hombre tuvo mucho miedo y mucho estrés antes de morir. Su estómago estaba lleno de microhemorragias, de microúlceras, y esa reacción vital es típica del estrés, de la angustia. El miedo que debió pasar este hombre fue terrible, porque en otra de las pruebas que pedí al laboratorio de Tenerife se confirma que padeció una esteatosis, que son unas alteraciones

celulares del hígado consecuencia del estrés que padeció. Franco, por ejemplo, murió de un estómago de estrés. Pero Franco murió después de varias operaciones ¿no? Sí, pero le operaron porque tenía unas hemorragias gástricas muy fuertes y le operaron mal, de forma incompleta, porque le quitaron en una primera operación sólo una parte del estómago cuando se lo tenían que haber quitado entero porque no era una parte la que sangraba, sngraba todo el estómago. Entonces, Franco sigue sangrando y le vuelven a operar. Ya por aquel entonces tenía un estómago de estrés. No me diga que usted participó en la autopsia de Franco. No, pero todos los forenses leímos aquellos informes. No ha habido medidas cautelares contra los policía. ¿Piensa usted que se tiende a defender a la policía por encima de todo? El fiscal está actuando más como defensor de la policía que como fiscal del caso; incluso conmigo fue más incisivo que el propio abogado de la defensa. ¿Es que el Ministerio del Interior no tiene ganas de líos y le está diciendo al fiscal que se esté quieto? No sé. Pero es que en este caso ha tenido lugar algo inconcebible: se ha hecho la investigación corporativa antes de la investigación judicial. El inspector del cuerpo tiene que ir siempre después del juez. ¿Le han reprochado que su informe no vaya acompañado de un estudio fotográfico? Ésta es otra cosa muy curiosa. En esta ocasión, como en tantas otras, tres agentes de policía subieron a ver cómo practicaba la autopsia y les pedí, como hago habitualmente, que fuesen tomando fotografías de distintas partes del cuerpo mientras yo lo estudiaba, a la vez que les iba explicando lo que estaba viendo. Pues bien, ellos enfocaban al principio con la máquina de fotos la parte del cuerpo que yo les indicaba, pero, en el momento de disparar, la cámara se les debía de ir para arriba y para abajo, porque en veintitantas fotos que hicieron, sólo se ve el suelo, la pared y el techo, salvo en dos de ellas que el cuerpo aparece absolutamente desenfocado. ¿Ha sentido algún tipo de presión política, policial o judicial? No. Ésa es la colaboración policial que yo he tenido en este caso pero presión ninguna; ni ahora ni nunca, no sé si es porque sabían que yo nunca me he dejado presionar. ¿Qué habría cambiado si la víctima hubiese sido de raza blanca? Pues muchas cosas, con un blanco el caso no se hubiera enconado tanto. Date cuenta que, a Lanzarote, que es una isla pequeña, llegan todos los días pateras cargadas de inmigrantes. El número de negros es importante allí y el racismo existe y ha existido siempre en nuestro país. A mí me inquietó mucho oír a un negro gritarnos a la salida del juzgado: "¡Asesinos!¡Canallas! Lo que tenemos que hacer es matar a todos los españoles que viven en Guinea, para que aprendan". ¿Ser forense a instancia de parte y cobrar su informe a la hermana de la víctima le

resta alguna credibilidad a su trabajo? Yo creo que lo que de verdad podría levantar sospechas es que yo no cobrase mi trabajo, eso sería lo verdaderamente preocupante. Pero quiero que quede muy clara una cosa: yo cobro mis informes, no los vendo. ¿Cuánto cobró por esa autopsia? Si te digo lo poco que he cobrado ni te lo crees. Esta gente es muy pobre y aún así tuvieron que hacer una colecta entre mucha gente negra para pagarme y lo hicieron en billetes de mil pesetas. Ése fue mi beneficio. Ni siquiera he cobrado algunos billetes de avión a Tenerife... ¡Pero si esa gente no tiene dinero! Yo no soy nada pesetero y menos con personas así. ¿Existe el crimen perfecto desde el punto de vista de un forense? Sí, claro que existe. Es lo que nosotros llamamos muerte blanca. Pero desde luego el caso no es así, hay indicios más que suficientes para asegurar que murió a causa del golpe y no debemos imputarlo a otra cosa. ¿Cómo es una muerte blanca? La más típica y la más dramática es la de los niños lactantes, esos a los que un día, de pronto, la familia se los encuentra en la cuna muertos. ¿La llamada muerte súbita? Sí, y los forenses, al hacerles la autopsia, todavía no hemos encontrado la causa por la cual se produce. La familia muchas veces se culpabiliza, pero es una muerte vengativa inexplicable. A veces, pienso que puede ser por inmadurez del cerebro, que es nuestro director de orquesta, que no ha terminado todavía de controlar bien la respiración, la circulación... Usted es también psiquiatra. ¿De qué se fía más, de lo que cuentan los vivos o de lo que cuentan los muertos? Sin duda de lo que me cuentan los muertos. Siempre. ¿Y qué es lo más íntimo que le ha contado un muerto? Su sexualidad, esa sexualidad que a veces tenemos reprimida, que no queremos que se sepa: lesiones anales, huellas de determinadas prácticas... que, si se supieran, seguro que más de uno no las creería. Ese tipo de cosas no las pones en el informe cuando no son necesarias para certificar las causas de la muerte. ¿Sería capaz de hacer una biografía mucho más exacta a partir de un cadáver, que la que de ella se pudiera conocer normalmente? No sé si tan extensa, pero en algunos casos seguro que más real. Un ejemplo. ¿Cómo se imagina usted que era Fonseca en vida? Debía de ser un hombre peleón, bien dotado de musculatura, deportista; drogadicto, no. No

tenía en su organismo ninguna alteración típica del consumo de drogas; vivía de la compraventa de ropa. Su hermana me dijo cuando hablé con ella, que ella era dentista. A mí la víctima me pareció gente normal. En su cara y en la expresión se podían ver claramente muchas cosas. ¿Y qué vio en su cara? Miedo, angustia y terror. Pero yo recuerdo que la cara de Bin Crosby, que murió de un infarto de miocardio jugando al golf, era de extrema felicidad, de una satisfacción extraordinaria. A mí no se me olvidará nunca aquella expresión. Era como si hubiese conseguido hacer el mejor hoyo de su vida. Por lo que se conoce a través de las Escrituras, ¿se atrevería usted a certificar cómo ocurrió clínicamente la muerte de Cristo? Sí, y fíjate que el primer elemento que veo es el estrés, el sufrimiento del que hablábamos antes. Qué estrés y fatiga no tendría que, cuando estaba en el huerto sudaba sangre. En la partología médica está descrito el sudor sanguinolento. La muerte de Cristo fue muy dolorosa; lo desnudaron para dejarlo más indefenso aún -de esas prácticas sabe mucho la KGB-; el camino con la cruz a cuestas le debió producir una fatiga enorme; después le clavaron en la cruz pero no le pusieron los clavos en la palme de la mano, como muchos creen sino en las muñecas para que el peso no le desgarrase la mano y cayera poco a poco. Pero también le colocaron una especie de reposapiés, ¿no? Sí, eso lo hicieron para que la muerte fuese más lenta al tener cierto apoyo; de lo contrario habría durado muy poco. Pero, después, un soldado romano le dio un golpe en las piernas para que fuese cayendo lentamente su cuerpo. Luego, le clavan la lanza en el pecho, sangra, pero su sangre es muy líquida; eso es porque ya se le ha producido un edema pulmonar como consecuencia de esa situación preagónica. La muerte de Cristo fue muy cruel. ¿Cree usted que todos los asesinos tienen un grado de locura? Unos sí y otros no. Pero todos nosotros tenemos una maldad y una violenta interna que sublimar. Todos somos asesinos en potencia. ¿Y cómo cree que es la psicología de un terrorista? Hay tres tipos de terrorista: el fanático, que es capaz de lo que sea con tal de hacer prevalecer su idea, que es irrebatible a todo argumento lógico y normal; el inmaduro emocional, que es la mayoría y por eso los manejan tan bien sus líderes; y luego está el matón a sueldo. Quizá el que más disculpa tenga sea el fanático porque tiene esa idea sobrevalorada. Usted ha sido durante más de 20 años director de un psiquiátrico penitenciario. ¿Hay muchos delincuentes con trastornos mentales? Sí, y no tendrían que estar en las cárceles sino en centros donde se les pudiera tratar. Una de las más terribles barbaridades que hizo Instituciones Penitenciarias fue la de cerrar, por falta de medios, los psiquiátricos penitenciarios. Hemos dado un salto atrás enorme. Para mí un esquizofrénico, ese chico que ha matado a su madre o a su padre no tiene que estar en la cárcel, tiene que estar en un sitio donde se le trate su enfermedad. Aunque no tenga cura,

hay que tratarle como a un enfermo. ¿Es partidario de subir la edad penal, tal y como está previsto en la nueva Ley del Menor? Sí, y luché hace años por ello; por lo menos, hasta a los 18. Parece que el Gobierno quiere hacer excepciones en la edad para los casos de terrorismo. José María Aznar ha dicho que un terrorista es igual de terrorista con 16 que con 20. No, eso no es así. Un muchacho de 16 años es un inmaduro aún en el caso de terrorismo. A esa edad se suele estar condicionado por el padre, un abuelo, el medio... Es muy fácil manipular a un chico de 16 años. Distinto es que se tomen otras medidas contra él hasta que madure. ¿A qué cree que obedece el aumento de la violencia que estamos padeciendo en la actualidad? Yo no creo que ahora seamos más violentos que antes, lo que ocurre es que ha aumentado mucho la población. Tenemos la misma violencia que teníamos hace 50 años, lo que pasa es que no nos acordamos. Antes jugábamos a tirarnos pedradas unos contra otros, éramos quizá más salvajes que ahora. Yo no creo que la juventud de hoy sea más violenta; al contrario, creo que los jóvenes son menos violentos. Lo que sí es cierto es que ahora se divulga y se denuncia todo mucho más. En su opinión, ¿qué es lo más bonito de su profesión? Aunque parezca un contrasentido, la propia vida. Soy un enamorado de la vida y me doy cuenta de lo frágil que es; de cómo un centímetro más o un segundo después puede ser definitivo. Hay que ser un enamorado de ella para dedicarte a esto. (El Semanal, 8 octubre 2000)

Fraudes y estafas Esotéricas Por Manuel Carballal

El extraordinario interés social que despierta el mundo mágico y esotérico ha posibilitado el creciente número de delitos que se cometen en este contexto. La proliferación de augures, videntes y adivinos, que se anuncian en todos los periódicos del país, ha multiplicado el número de denuncias sobre estafas y fraudes esotéricos. Un nuevo tipo de delitos que, a ojos de expertos criminólogos como el Comisario Honorario Antonio Viqueira Hinojosa, están llamados a acaparar la atención policial.Para el veterano policía y criminólogo, uno de los mayores expertos en el tema, los delitos esotéricos se multiplicarán a medida que se acerque el fin de milenio, y continúe el vacío legal que ampara este tipo de delitos. Hasta junio de 1989, el Código Penal podía perseguir a todos aquellos que "por interés o lucro interpretaren sueños, hiciesen pronósticos o adivinaciones, o abusasen de la credulidad pública

de manera semejante", pero la Ley Orgánica 3/89 derogó dicho artículo. La ley derogada en 1989 jamás fue empleada por iniciativa judicial, ya que la sociedad española acepta estas actividades esotéricas como normales. Por otro lado, si un ciudadano cree que entregando 100.000 pesetas a un adivino va a tener más suerte en la vida, está en su derecho. Eso no es ilegal. Y sólo podría procesarse a ese adivino por delitos fiscales en el caso de defraudar a Hacienda, pero no por recibir ese dinero. Y si en 1989 la "ley de los videntes" era derogada, en 1990 los españoles se gastaban más de dos mil millones de pesetas en adivinos y videntes. Sin embargo esa cifra, basada en el control fiscal, probablemente sea mucho mayor, ya que no todos lo videntes profesionales mantienen una licencia de "trabajadores autónomos" y muchos de ellos forman parte de la economía sumergida que escapa al control de Hacienda. Cierto es que existen, como en toda profesión, creyentes e idealistas sensibilizados por los problemas ajenos que llegan a consultar gratis, o a recibir fuera de consulta, a clientes desesperados que necesitan un poco de consuelo y atención. De hecho, probablemente el trabajo de los consultorios esotéricos tiene más de psicoterapia que de paranormal. Pero también es cierto que se multiplica año tras año el número de "embaucadores del misterio" que, tras leerse dos libros y comprar un juego de tarot en unos grandes almacenes, montan un nuevo chiringuito esotérico. El alucinante incremento del paro es directamente proporcional al número de consultorios ocultistas que se crean en una ciudad. No existe ni una sola ciudad o pueblo en toda nuestra geografía que no cuente con uno o varios adivinos capaces de conocer nuestro futuro y solucionar todos nuestros problemas por un módico - o no tan módico - precio. La ignorancia, la angustia y la credulidad son las herramientas que utilizan numerosos videntes para ejercer su trabajo. "BI-DENTES" Y "PARASITO-LOGOS" En una carta fechada el 15 de diciembre de 1988, y en respuesta a una pregunta efectuada por Federico Sánchez, por entonces presidente de la Agrupación Parapsicológica de la Comunidad de Madrid, la Secretaría General del Consejo de Universidades españolas concluía: "En contestación a su escrito, le significo que entre las propuestas de titulaciones universitarias remitidas a información pública por la Ponencia de Reforma de las Enseñanzas, no figura la relativa a los estudios de parapsicología, sin que tampoco dicha disciplina sea objeto de materia troncal en las diversas titulaciones propias de este campo". Con este escueto pero sustancioso párrafo, la Secretaría del Consejo de Universidades zanjaba una polémica: no existen parapsicólogos en España. Mientras que en otros países como EE.UU o Inglaterra, sí existen universidades que mantienen laboratorios, y hasta alguna cátedra de parapsicología, en España, quien se autotitule "parapsicólogo diplomado", sencillamente está mintiendo. Aún a pesar de que en los años 90 se hayan creado asociaciones comerciales autodenominadas "Facultad de Parapsicología", "Universidad Libre de Parapsicología", "Colegio Profesional de Parapsicólogos", etcétera, ninguna de estas asociaciones cuenta con ningún reconocimiento ni convalidación especial de sus diplomas. De hecho, un análisis legal de esas pretendidas "universidades", invalidaría absolutamente todas sus pretensiones académicas.

Estas asociaciones se dedican a la confección de cursos por correspondencia (o personalmente) de parapsicología, astrología, hipnosis, etcétera. Todos ellos de pobre contenido y a los que suelen acudir videntes y adivinos profesionales ansiosos de un diploma (aún de nulo valor académico) con que justificar sus actividades comerciales. En este sentido, la falta de manifestación por parte de los estamentos académicos pertinentes hace que cualquier individuo pueda autodefinirse como parapsicólogo, ufólogo o astrólogo sin incurrir en ningún delito de intrusismo profesional. La sobresaturación de "parapsicólogos diplomados" que echan las cartas, leen el futuro o ven el aura ha creado una lamentable confusión de términos. El parapsicólogo, tal y como se entiende en los países en que existe esta formación universitaria, no posee ninguna capacidad paranormal, sino que es el científico que estudia dichas capacidades. Igual que el cardiólogo no es el enfermo de corazón, ni un dentista el que padece la caries, sino el que la trata, el parapsicólogo es quien estudia lo paranormal. Lamentablemente, parapsicólogo y vidente son términos que ya se han convertido en sinónimos. Y esto ha hecho que los verdaderos investigadores y científicos que analizan los fenómenos paranormales se hayan visto en la necesidad de renegar del concepto "parapsicólogo" ante el soberano descrédito en que ha caído la definición. Un simple vistazo a cualquier revista especializada o no especializada, nos mostrará anuncios en los cuales "parapsicólogos diplomados" se ofrecen para curar enfermedades, ver el futuro, el presente o el pasado... (y el pluscuamperfecto), limpiar el aura o contactar con guías espirituales. La mayoría de ellos demuestran una incultura científica y esotérica despampanante y solo sirven para demostrar, sin lugar a dudas, que los fantasmas existen... pero no están muertos. Más que parapsicólogos cabría hablar de "parasito-logos". Y más que videntes, podría calificárselos como "bi-dentes", armados de dos dientes - afilados colmillos con los que vampirizan y parasitan a sus clientes... FRAUDES ESOTÉRICOS MÁS HABITUALES El pasado año 1995 se realizó un estudio sobre los fraudes esotéricos coordinado por la publicación gallega "El ojo crítico". Tras publicar una serie de anuncios en revistas y programas esotéricos solicitando la colaboración de ciudadanos que considerasen haber sido víctimas de una estafa esotérica se recibieron docenas de cartas y llamadas telefónicas desde Madrid, Mataró, Almería, Bilbao, Murcia, Santander, Córdoba, Salamanca, Málaga, Tarragona, Barcelona, Zaragoza, toda Galicia e incluso México. Un pequeño e informal estudio estadístico sobre las denuncias recibidas se publicó en el número 9 de "El ojo crítico", y resulta sumamente ilustrativo. Según este informe es sorprendente observar que, a pesar de las sumas de dinero estafadas, un 25% de las cartas recibidas son anónimas. El denunciante se limita a remitir su queja, en muchos casos acompañada de recortes de prensa, o anuncios clasificados de periódicos, sin facilitar su nombre ni dirección. Desde el punto de vista legal estas denuncias carecen de todo valor. Por otro lado, casi la mitad de los denunciantes que facilitan sus datos exigen total anonimato, especificando que no estarían dispuestos a declarar ante un tribunal ni ante medios de comunicación por temor a que el vidente denunciado tomase represalias mágicas, como un hechizo, mal de ojo, etcétera. (Dato este muy interesante). Nos ha sorprendido que en un 15% de los casos el estafado consiguió, por sus propias

presiones al vidente, recuperar el dinero invertido. Las sumas estafadas oscilan entre las 40.000 pesetas (en los "timos menores") aumentando el número de denuncias de timos a partir de 100.000 pesetas. En algunos casos la suma supera el medio millón. Respecto a la causa del timo, problemas de pareja y de salud, se reparten a partes iguales el 73% de los fraudes, en el 27% el cliente acudió a la consulta del vidente por problemas económicos o de trabajo. En cuanto a las técnicas de fraude, el "timo del trabajito" es la estafa esotérica más usada, sumando el 60% de las denuncias recopiladas. Un 15% se quejaba de timos a causa de anuncios de "videntes a distancia", un 5% se refiere a "videntes nómadas" y otro 5% a amenazas directas del vidente, y el 15% restante a otros tipos. También nos ha sorprendido observar que en el 25% de las cartas recibidas el estafado pedía que se les aconsejase "un vidente auténtico" (?), e incluso escribió un profesional "serio y auténtico" ofreciendo sus servicios... TRES TIMOS TÍPICOS La picaresca que rodea el mundo del misterio es muy variada, y muchas son las argucias ideadas por los falsos videntes para estafar a sus víctimas. El "timo del trabajito", los "videntes nómadas" y la "limpia del dinero" son tres ejemplos sumamente gráficos para situarnos ante el problema de las estafas esotéricas. Uno de los timos esotéricos más practicados, y que ha conducido a más videntes antes un Tribunal de Justicia es el "timo del trabajito". La descripción esquemática de este abundante fraude es la siguiente: El cliente acude a la consulta del cartomante, quirólogo o astrólogo, que le cobrará entre 1.000 y 5.000 pesetas. El diagnóstico, entre vagos aciertos debidos a deducciones lógicas (tez pálida = enfermedad; alianza en el dedo = casado, etcétera), será el de un hechizo, mal de ojo o "trabajito", que es el origen de todos los males del consultante. A continuación, se le ofrecerá un pequeño remedio (plantas, amuletos, talismanes, etcétera) por el que pagará de 5.000 a 50.000 pesetas, aunque algunos listillos regalarán este amuleto para ganarse la confianza de la víctima. Como el problema no se soluciona, el vidente le dirá que el "hechizo" es demasiado fuerte, y es necesario un "contra-hechizo" o un "trabajito". Este puede consistir en un ritual mágico en su propia casa, en un bosque o cruce de caminos, etcétera. Esto le costará entre 50.000 pesetas y 1.000.000. Si el cliente pica y paga, este puede ser el inicio de una larga serie de "trabajitos", cada cual más caro porque "hace falta más energía para luchar contra un hechizo que es más poderoso de lo que se creía". Este sangrante proceso durará lo que la paciencia del consultante o su cuenta bancaria. Uno de los procesos más significativos se produjo en Galicia. Hacía años que una mujer mantenía consulta quiromántica en La Coruña. Como buena profesional, contrataba regularmente un anuncio en la prensa regional: "Adivino el futuro; soluciono todos los problemas, magia, sanación, etcétera". En julio de 1989, un vecino de la villa de Cerceda, acudió a una popular vidente - que era de

origen portugués, aunque se hiciese pasar por brasileña por aquello del exotismo macumbero Tras el típico diagnóstico "Veo envidias... ¡A ti te han echado un mal de ojo!", la vidente recetó hierbas mágicas bendecidas por los Exus que le enviaban de Sao Paulo. La verdad es que las compraba en el herbolario de su misma calle por cuatro duros, y luego las revendía a sus clientes por cuatro veces su valor. Como, naturalmente, los problemas no se solucionaban, la avispada adivina aseguró que debía realizar un "trabajito de retroceso". Desplazándose al domicilio de sus víctimas, realizó, como tantas otras veces, un sortilegio en la cocina de la casa. Este consistió en derretir cera y plomo en un cazo para "ahuyentar los malos espíritus". Por tal actividad cobró a la humilde pareja 280.000 pesetas. O pagaban, o los espíritus diabólicos que atormentaban sus vidas multiplicarían su perniciosa influencia. Viendo que los desesperados clientes pagaban sin rechistar, les comunicó que el embrujo era más diabólico y poderoso de lo que imaginaba; por eso, pronto moriría un pariente cercano. La única forma de evitarlo sería realizar un "trabajito" más poderoso. Pero claro, eso costaba más dinero. En compañía de una colaboradora, condujo a su víctima y a su esposa al monte de A Zapateira, en las afueras de La Coruña. Portaba la bruja un saco con un gato. Una vez en el lugar del ritual, la vidente portuguesa se lió, con saña pero escasa habilidad, a hachazos con el saco. Afortunadamente, el inocente animal pudo huir. A pesar del chapucero ritual, la bruja cobraría 440.000 pesetas por el sortilegio. Así, continuó realizando trabajitos y cobrando considerables sumas de dinero, joyas e incluso enseres personales que el desafortunado matrimonio entregaba llevado por el pánico y la ignorancia. Según su declaración, cuando la maga había timado más de 3.800.000 pesetas, y ante la imposibilidad física de pagar más, el matrimonio se decidió a acudir a la Policía. En febrero de 1990, otra persona acudió a la misma vidente a través de su anuncio en la prensa. Sería la nueva víctima de sucesivos engaños aún más crueles que le harían desembolsar casi tres millones de pesetas... La víctima pondría posteriormente una denuncia contra la "meiga". Estas dos denuncias posibilitaron su procesamiento. Gracias a estos desafortunados, la "vidente do Brasil" puede costearse sus operaciones de cirugía estética, liftings y otros negocios. Otro de los timos esotéricos que se han puesto de moda en los años noventa es el de "la limpia del dinero". Uno de los primeros casos denunciados, que ha trascendido a la prensa, fue el de una joven economista madrileña de 27 años que acudió a un "parapsicólogo espiritualista" con la pretensión de encontrar ayuda en el bache económico que estaba sufriendo. El "parapsicólogo" (¿debería decir parasito-logo?) argumentó a la joven que debía "purificar" el dinero de la misma. Ya se sabe que "dinero llama a dinero" y, según el brujo, el problema era que su dinero estaba maldito. Siguiendo las indicaciones del brujo, la incauta consultante acudió a una hora mágica del domingo 4 de octubre a una vivienda alquilada en la calle Fuencarral de Madrid portando todo su dinero: 2.600.000 pesetas que previamente había sacado del banco para que fuese "limpiado de malas vibraciones".

El vidente introdujo el dinero en una bolsa de plástico opaca, que a su vez sumergió en una tinaja preparada con un líquido mágico para "magnetizar positivamente el dinero". Después de unos minutos, extrajo la bolsa y la envolvió en una toallas, indicando a la joven que el dinero debía reposar durante cinco horas para "impregnarse de energías positivas". El "parapsicólogo" pidió a su víctima que vigilase atentamente el paquete del dinero mientras él salía a hacer unas gestiones. Al transcurrir varias horas sin que el brujo volviese, la joven abrió el paquete, descubriendo que los billetes habían sido cambiados por papeles de periódico. El vidente, efectivamente había "limpiado" todo el dinero de la chica antes de darse a la fuga. Este timo ha sido practicado en toda España por videntes y adivinos sin escrúpulos. Por desgracia, sólo unos pocos han sido detenidos y procesados. Más indignante aún es una serie de timos efectuados en humildes poblaciones rurales catalanas por una falsa vidente que, tras averiguar qué familias tenían problemas económicos o de salud, se ofrecía a ayudarlos. Durante varios días visitaba a sus víctimas ganándose su confianza con actitudes amistosas y consultas mánticas gratuitas. Cuando los incautos confiaban en las buenas intenciones de la bruja "que no cobraba nada por las visitas", ésta planteaba que la solución de todos los problemas estaba en "limpiar el dinero, las joyas y todos los objetos de valor" de la familia para purificar las malas vibraciones energéticas de dichas riquezas. Cuando la ingenua familia accedía al ritual, la despiadada estafadora cambiaba el dinero o las joyas por otros previamente preparados, desapareciendo seguidamente para viajar a otro pueblo en busca de nuevos incautos. Otro tipo de estafas, cada vez más numerosas, se deben a los "videntes nómadas". Estos individuos operan de la siguiente manera. Alquilan una habitación de hotel, o una pensión, y establecen allí su consulta. Anuncios en la prensa local atraerán a los incautos clientes. Como prueba de "buena voluntad" el vidente dará total garantía de sus resultados, y sólo cobrará la mitad del importe por adelantado y la otra mitad cuando se verifiquen sus poderes. "En caso de que mi magia no funcione le devolveré el dinero". Ante este planteamiento el cliente no desconfiará de la buena intención del brujo, y con gusto entregará sumas que oscilan entre las 100.000 y las 350.000 pesetas como primer pago por un servicio mágico. Cuando pasa el tiempo, y los servicios contratados no han funcionado (tales servicios pueden ir desde la curación de una enfermedad a la solución de un problema laboral), el cliente decide acudir a reclamar su dinero. El falso vidente habrá abandonado la ciudad, llevándose las "mitades de su minuta" de docenas de personas (lo que suma cifras millonarias) habiéndose emplazado ya en otra ciudad en la que abrirá una nueva consulta, y seguirá cobrando la "mitad por adelantado" de centenares de incautos a los que estafar. Estos tres ejemplos, como en otros muchos tipos de fraude, es posible que el falso brujo utilice técnicas de ilusionismo para encandilar a sus clientes, "demostrando" sus "poderes mágicos". El término "mentalista" se ha utilizado con frecuencia como sinónimo de paragnosta, dotado o sensitivo, sin embargo también se refiere a una especialidad dentro del ilusionismo, la dedicada a reproducir fenómenos parapsicológicos, fundamentalmente telepatía, clarividencia, pre y retrocognicción y psicoquinesis. El mentalismo tiene su origen en aquellos cruzados que a finales del siglo XIX se dedicaron a perseguir a los falsos mediumes que tanto proliferaron en Europa y Estados Unidos a la sombra de las hermanas Fox. Desde el legendario Harry Houdini, al polémico James Randi, pasando por John N. Maskeyne o el español Antony Blake, son numerosos los ilusionistas de prestigio que han dedicado buena parte de su trabajo a

desenmascarar fraudes parapsicológicos, sin embargo es fácil caer en el extremismo, considerando todos los fenómenos paranormales como fraude solo porque pueden ser reproducidos a través de la magia. Y este es un mal abundante en el mundo del ilusionismo. Es cierto, como dicen los escépticos, que todo fenómeno paranormal puede reproducirse a través del ilusionismo. Yo mismo he "doblado" llaves con o sin contacto, he "movido" objetos a distancia, he "leído" el pensamiento, he "pronosticado" hechos futuros, he "materializado y desmaterializado" objetos, he "contactado" con espíritus, etcétera, a través de efectos de mentalismo, pero siempre dentro de un margen. Existen una serie de limitaciones que el ilusionista no puede sortear, y ahí es donde han de demostrarse las facultades de los auténticos paragnostas. Una de las claves de la magia es que no crea fenómenos paranormales, sino ilusiones de estos fenómenos. El empalme, el forzado y el salto, por ejemplo, son tres herramientas básicas con las que cualquier prestidigitador puede hacerse pasar por el más fabuloso sensitivo ante parapsicólogos inexpertos. El "forcing", obligar a elegir al sujeto lo que él cree escoger libremente; el "stealing", técnicas para obtener información del sujeto, que el mago no podría conocer; y el "facting", hacer aparentar predicción algo que ya se conocía antes, son las tres armas del mentalista para convertirse en un perfecto paragnosta. Por eso es importantísimo, a la hora de evaluar un supuesto fenómeno paranormal, que el investigador tenga conocimientos de ilusionismo, o se asesore de mentalistas expertos. Sin embargo el cliente de un vidente no es un experto investigador, sino un sujeto, más o menos angustiado por un problema, que está predispuesto a creer en lo mágico. Y si de pronto el vidente cae en trance y hace levitar un objeto, se "atraviesa" un ojo o "lee" su pensamiento, el desafortunado consultante creerá a pies juntillas en todo lo que afirme el brujo y pagará por ello. COMO EVITAR LAS ESTAFAS La experiencia acumulada en el estudio de este tipo de estafas nos ha permitido formular nueve medidas de precaución para intentar evitar las estafas, en caso de acudir a un vidente. No se trata aquí de enjuiciar las creencias mágicas o esotéricas, amparadas por el artículo 16 de la Constitución Española, sino de proteger al ciudadano creyente, el escéptico obviamente no acude a videntes, de posibles fraudes. Que un vidente sea honesto significa que cree en lo que hace, aunque eso no es garantía de que posea ningún poder extrasensorial, y ningún profesional honesto de la videncia - que los hay - se opondrá a estas medidas de precaución: Desconfíe del vidente que pasa consulta en un hotel o habitación alquilada. Procure siempre que la consulta sea un lugar "controlado". Los precios por una consulta mántica (tarot, lectura de manos, astrología, etcétera) en el mercado esotérico oscilan entre las 3.000 y las 10.000 pesetas. Una tarifa mayor puede indicar un abuso y una intención de estafa. En caso de que le diagnostiquen un "mal de ojo" y le propongan un "trabajito" recuerde que, según la ley, un cobro injustificado de más de cincuenta mil pesetas está contemplado como delito de estafa; si la cifra reclamada es menor solo está tipificado como falta. Desconfíe de aquellos videntes que por iniciativa propia se pongan en contacto con usted para advertirle de terribles desgracias que le esperan, de las que dicen pueden protegerles a cambio de dinero. Jamás someta su dinero en efectivo, o joyas a rituales de purificación mágica, y si tiene el

capricho de hacerlo utilice bolsas transparentes y no pierda el dinero de vista. Siempre que sea posible acuda acompañado de un amigo a la consulta. Además de contar con un testigo presencial - que podría declarar en un juicio -, tendrá el consejo de alguien menos afectado por su problema, y por tanto más objetivo a la hora de detectar un posible timo. Caso de entregar una gran suma de dinero a cambio de un trabajo de magia, exija un recibo o factura. Sólo así podrá demostrar el pago si se trata de una estafa. Si no le pueden expedir un recibo no pague en efectivo, hágalo con un cheque nominativo a nombre del vidente. Esto podría ser utilizado ante un tribunal como prueba. Suponiendo que lo paranormal exista, estos fenómenos son aislados y escurridizos. Desconfíe del profesional que ostente alegremente supuestos poderes sobrenaturales, y si le es posible, consulte a un ilusionista. Y sobre todo, no tema denunciar una estafa. Ningún falso brujo que recurra al fraude tiene poderes mágicos reales para hacerle daño. De tener poderes no necesitarían recurrir al fraude.

La ciencia contra el crimen Por Pili Abeijon

En el pasado, resolver algunos de los peores crímenes llegó a ser un desafío de proporciones colosales, casi como sentarse frente a un puzzle con los ojos vendados. Hoy, el viejo dicho de las películas de gansters "los muertos no hablan" ha pasado a mejor vida víctima de la ciencia y la tecnología. Con los últimos avances de la ciencia forense, siempre hay testigos, animados o inanimados, de todos los crímenes. Hoy la ciencia ve aquello que nadie más ve y que unos pocos no desean que se sepa. La odontología, patología, antropología, y entomología forenses junto con recientes y asombrosos avances en las técnicas de identificación por el ADN, y últimamente por el PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), permiten ya descubrir sutiles y oscuros detalles que desenmascaran a los autores de los crímenes horrendos, de los actos más depravados; aunque los canallas hayan planeado y ejecutado con el mayor esmero y sangre fría sus crímenes. Así es la lucha diaria con la cara más siniestra del alma humana, una labor dura y terrible, en muchas ocasiones macabra, pero absolutamente imprescindible para que nuestra sociedad pueda poner a buen recaudo a los asesinos. Cada uno de los investigadores tiene un papel, y trabajan en equipo para descubrir pistas ocultas en el cadáver: ANTROPOLOGO FORENSE Se ocupa de identificar a la víctima, reconstruir el crimen, analizar fragmentos o evidencias relacionadas con la víctima (como pelo, ropas...), tratar de averiguar en qué momento se enterró el cuerpo, etc. Su trabajo se desarrolla en dos etapas: En primer lugar delimita el lugar del crimen y excava para encontrar evidencias que le ayuden

a reconstruir el asesinato mientras, al mismo tiempo se van tomando fotos de cada paso. Tras la búsqueda de indicios, se dispone a excavar minuciosamente afín de desenterrar el cuerpo. El antropólogo forense no sólo es capaz de reconstruir crímenes recientes, o de identificar a víctimas asesinadas recientemente. Cuando se haya un cadáver del que tan sólo queda el esqueleto, trata de identificar el cuerpo basándose en la forma y el tamaño de los huesos de la víctima y sobre todo en el cráneo, que puede proporcionar pistas muy concretas acerca de la edad y el sexo. ENTOMOLOGO FORENSE Se encarga de estudiar el desarrollo de los huevos y las larvas de los insectos que se encuentran en un cadáver en descomposición, afín de obtener datos muy precisos y poder calcular la hora aproximada de la muerte de la víctima. Cuando un cuerpo muere, al cabo de 10 minutos, moscas azules y verdes depositan sus huevos en la boca, ojos... huevos que se convertirán en larvas, luego crisálidas y finalmente moscas. Según el desarrollo de la larva, o comprobando la edad de los insectos más viejos, el entomólogo puede saber con exactitud cuando y dónde fue asesinada la víctima. Como anécdota curiosa, se comenta que el primer caso de "entomología" se conoce de la China del siglo XIII, en dónde un hombre mató a un vecino con una hoz, y acto seguido, para tratar de ocultar el crimen limpió cuidadosamente toda la sangre que manchaba la hoja. El jefe del poblado, enterándose del crimen y queriendo atrapar al culpable, mandó reunir a todos los vecinos que poseían una hoz y que la depositasen delante de ellos. Al cabo de breves instantes, un grupo de moscas se abalanzaron sobre la hoz que contenía algunos restos de sangre no visibles para el ojo humano, delatando al asesino. ODONTOLOGO FORENSE Se encarga de identificar las marcas de los mordiscos en las víctimas de homicidio o violación para tratar de identificar al posible agresor. Tras tomar la huella del mordisco y hacer un molde, se hace lo mismo con la dentadura del sospechoso, siendo una prueba muy valiosa para inculparlo en caso de que ambas coincidan. Con este método se han atrapado a conocidos asesinos en serie como por ejemplo Ted Bundy. PATOLOGO FORENSE Son los encargados de determinar la causa de la muerte de la víctima, observando el cuerpo y realizando las autopsias. Son capaces de apreciar las heridas que se perciben a simple vista, así como de relacionar los objetos próximos que hayan podido ser armas, y exponer a la policía lo que pudo haber pasado en el lugar del crimen, aún sin haber realizado exámenes exhaustivos. Más tarde diseccionarán el cadáver para tomar muestras que serán observadas al microscopio, para que puedan proporcionar la explicación de la muerte. CIENTIFICO ESPECIALISTA EN GENETICA MOLECULAR Se encargan de la "teoría de evidencias mínimas" o de los "testigos silenciosos", es decir, de las huellas dactilares, el ADN... Estas pruebas se suelen llevar a cabo casi siempre para relacionar al sospechoso de un crimen sexual. En los cromosomas tenemos un código genético compuesto por cadenas de Ácido

Desoxirribonucleico (ADN), que rebelan los caracteres genéticos de cada individuo. No hay dos personas con el mismo código, salvo dos gemelos de un mismo óvulo. Para realizar una muestra de ADN, se procede de la siguiente manera: Se aísla un trozo de ADN, separándolo con una proteína. Una enzima específica separará los trozos, que se esparcirán en una placa magnética, positiva en un extremo y negativa en el otro. Se coloca encima una membrana de nylon radiactiva, y se observa la disposición del ADN con rayos X, comparando dos patrones. En caso que la evidencia sea demasiado pequeña o esté degradada, existe una máquina PCR (Partículas Cadena Polimerasa), que es capaz de "fotocopiar" o duplicar moléculas de ADN a partir de una pequeña muestra. Por ejemplo, la saliva que queda en el micrófono de un teléfono, en un sobre, en un cigarrillo, etc.. A pesar de todo, ninguna de estas pruebas puede presentarse como prueba única para la acusación de una persona, y sólo son válidas si superan el ordenamiento jurídico.

La experiencia religiosa en el delincuente Por J. Carlos Bircann

Es una idea de aceptación general que la religión hace buenos y virtuosos a los hombres. Nadie se atrevería, excepto Bertrand Russell, a contradecir esta afirmación, que, escuchada cientos de veces desde la temprana infancia, ha calado en lo más profundo de nuestra conciencia. Goebbels, el célebre Ministro de Propaganda del Tercer Reich que se encargó de presentar una imagen positiva del régimen nazi a los alemanes, decía que una mentira repetida mil veces se convertía en una verdad. La experiencia es una fuente de conocimiento de primer orden. A través de ella vemos las cosas en su justa dimensión y pisamos el terreno de la realidad. En los 4 años que laboramos en la Procuraduría Fiscal de Santiago tuvimos la oportunidad de aprender cosas que no se enseñan en ninguna Escuela de Derecho ni se presentan en maestrías ni cursos de post-grado. La Fiscalía constituye una verdadera escuela; es un laboratorio criminológico en el que convergen los más variados y disímiles personajes, se plantean infinitud de situaciones y se escuchan los relatos más asombrosos. Una de las cosas que despertó nuestra curiosidad fue el “perfil religioso” de los procesados que a veces salía a flote en el curso de la instrumentación de los expedientes. Frases como “el verdadero juez es ése que está allá arriba” (señalando con el dedo hacia el cielo); “Yo sólo creo en la justicia de Dios” y una que otra cita bíblica alusiva al homicidio o al robo son comunes en los despachos judiciales. A veces se utiliza la religión como medio de defensa. El justiciable alega que no es capaz de cometer un delito porque es un hombre de “fe” o de la “iglesia”; que pertenece a la Junta de Vecinos, etc. La experiencia religiosa en el delincuente es muy rica y variada. En muchos de los allanamientos en que nos tocó participar verificamos que en las puertas de las casas era muy frecuente hallar litografías de santos, algunas veces acompañadas de una penca de sábila o un trozo de pan. El uso de medallas con la figura de San Lázaro es una constante. Dentro de las billeteras comúnmente se encuentran oraciones y postalitas, así como “resguardos”. A propósito del escándalo desatado hace unos meses en Santo Domingo tras la puesta en libertad de la denominada “Reina del Éxtasis”, la misma, tras ser entrevistada en EE.UU. atribuyó su liberación a la influencia de los “espíritus”. Investigaciones posteriores demostraron que los susodichos seres eran de carne y hueso y que

acostumbran a actuar por móviles nada sagrados. Contrario a lo que pudiera esperarse el Hombre Delincuente es profundamente religioso. Leoncio Ramos, nuestro más eminente criminólogo, nos dice al respecto: “Ferri no encontró sino un ateo entre 700 asesinos; Havelock Ellis afirma que en las prisiones es cosa rara entrar librepensadores, y que, según J.W. Horsley, Capellán de prisiones inglesas, sólo encontró 57 ateos entre la cifra de 28,351 delincuentes; Laurent afirma cosa igual; y asimismo Muller y Joli afirman que entre los ejecutados en París, en el curso de veinte años, sólo uno rechazó los auxilios espirituales en los últimos momentos...Por todo lo dicho, no creemos que pueda ponerse en duda que la delincuencia es menos común entre los no religiosos que entre aquellos que profesan un credo” (Notas para una Introducción a la Criminología p. 275-276). Lamentablemente esta obra no ha sido publicada formalmente y de ella sólo existen copias mimeografiadas. Gabriel García Márquez, en Noticia de un Secuestro, libro que narra uno de los episodios de mayor tensión en la narcoguerra que protagonizaron “Los Extraditables” y el Estado colombiano, nos relata la extraña coincidencia de pensamiento que tuvieron el General Miguel Alfredo Maza Márquez, Director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y el Padrino de los narcos, Pablo Escobar Gaviria. El Premio Nóbel de Literatura nos dice: “Para él la guerra contra el narcotráfico era un asunto personal y a muerte con Pablo Escobar. Y estaba bien correspondido. Escobar se gastó dos mil seiscientos kilos de dinamita en dos atentados sucesivos contra él: la más alta distinción que Escobar le rindió jamás a un enemigo. Maza Márquez salió ileso de ambos, y se lo atribuyó a la protección del Divino Niño. El mismo santo, por cierto, al que Pablo Escobar atribuía el milagro de que Maza Márquez no hubiera logrado matarlo”. Finalmente el Divino Niño se quedó con Maza y Escobar fue acribillado por miembros del Cuerpo Elite el 2 de diciembre de 1993, un día después de su cumpleaños, cuando se entretuvo hablando más de la cuenta por el teléfono y su llamada pudo ser triangulada por un GPS. Hace poco, cuando leíamos Mi Confesión nos enteramos que Carlos Castaño, jefe de los Paramilitares, tuvo participación en la producción de “inteligencia” en el operativo en que se le dio de baja al decano de los narcos. Alonso Salazar nos cuenta que cuando “El Patrón” formalizó su entrega ante el sacerdote García Herreros pidió que le bendijera una medallita de la virgen que llevaba puesta; en ese mismo acto los guardaespaldas que le acompañaban, algunos de los cuales tenían en su haber cientos de muertos, se arrodillaron y pidieron al Padre que los confesara y que les diera su bendición. Horas después ingresaban a la cárcel que denominaron “La Catedral”, de donde Escobar terminaría escapando. Una anécdota curiosa es la de un tal Toño Molina, narcotraficante colombiano de la década del 70, quien tras cometer cada nuevo asesinato salía corriendo al confesionario a poner al cura al tanto de sus pecados. Cesare Lombroso nos dice acerca de los reclusos que “la mayor parte de ellos, sobre todo si se trata de campesinos, es creyente, aun cuando se haya formado una religión estrecha y acomodaticia, que hace de Dios una especie de benévolo tutor de los delitos... Tortora, que había dado muerte por su propia mano a doce soldados y también a un sacerdote, se creía invulnerable porque llevaba en el pecho la hostia consagrada... Religiosísimo, y de familia santurrona inclusive, era Verzein, estrangulador de tres mujeres” (Medicina Legal, vol. I. P.130-131). Todo lo cual se explica, según el padre de la Criminología, porque la religión “es la supervivencia de un sentimiento atávico y, salvo en la barbarie absoluta, crece tanto más cuanto más inculto y primitivo es el pueblo; y después, porque, como ha

observado ingeniosamente Ferri, la religión no es por sí misma la moral sino la sanción de la moral” (Lombroso, op. Cit. P.132). Años más tarde Freud daría a conocer ideas similares en El Porvenir de una Ilusión y Moisés y el Monoteísmo, obras que nos abstenemos de comentar por razones de espacio pero que sugerimos leer (recomendamos la edición de las Obras Completas, en tres volúmenes; traducción de Luis López-Ballesteros y prólogo de Ortega y Gasset. Biblioteca Nueva; Madrid, España, 1973). El perfil religioso del criminal se manifiesta además en el uso de tatuajes alusivos a cuestiones de fe. Es frecuente observar cruces, Biblias e imágenes de santos. En cierta ocasión tuvimos la oportunidad de apreciar una auténtica obra de arte tatuada sobre toda el área del tórax de un recluso. Se trataba de la figura de Jesucristo en cuyo centro había un corazón espinado y sangrante. La figura se destacaba aún más por el contraste que hacía con la piel blanca del sujeto, los efectos luminosos que le aplicaron y el hecho de que el artista se cuidó de que el corazón coincidiera con el del individuo. Al tratar este tema no podemos pasar inadvertida la Oración del Santo Juez: “Señor, líbrame de mis enemigos. Si ojos tienen, que no me vean. Si manos tienen, que no me agarren. Si pies tienen, que no me alcancen. No permitas que me sorprendan por la espalda. No permitas que mi muerte sea violenta. No permitas que mi sangre se derrame. Tú que todo lo conoces, sabes mis pecados pero también sabes de mi fe. No me desampares. Amén”. Recientemente conocimos otra versión de esta plegaria en la obra Confesiones de un Delincuente, de la autoría del colombiano José Navia. En familias en que no existe la figura paterna y que por tanto la autoridad y responsabilidad recae sobre la madre se nota una mayor devoción por la Virgen. Así vemos que un recluso del penal de Bellavista (Colombia) expresa: “Nosotros le rezamos a Chuchito y a la Virgen, pero sobre todo a la Virgen porque ella es la Madre de Dios, y la madre es la madre, aquí y en cualquier parte”. Más adelante agrega: “Creo en Dios y en la santísima Virgen y siempre vamos es pa’delante. La Sagrada Escritura prohibe matar, yo entiendo que no se debe matar cristianos. Pero aquí no matamos cristianos sino animales. Porque una persona que tenga inteligencia no mata a un trabajador para robarle el sueldito y dejar aguantando hambre una familia. Ni los animales hacen esas maldades. Como cristianos creyentes nos defendimos y nunca me ha remordido la conciencia, a pesar de tanta sangre”. (Alonso Salazar. No Nacimos P’a Semilla. P.76). En situaciones como estas la religión subsiste con fuerza extraordinaria. Sólo que en esta modalidad Dios ha sido destronado. La Virgen le ha dado golpe de Estado. Esta visión distorsionada de la religión no es exclusiva de los delincuentes. Muchos "criminaloides" que pululan por la calle, gente aparentemente “normal”, tienen ideas parecidas, inculcadas por la educación que reciben. El buen comerciante reza para que le salga bien el negocio en que piensa engañar a alguien y el sicario lo hace para que no le fallen los tiros, para que el “trabajo” le salga bien y no lo descubran. Sobre este particular cabe destacar el uso de balas “rezadas”, las cuales se hierven en agua bendita previo a colocarse en el arma. En La Virgen de los Sicarios (Fernando Vallejo, Alfaguara, 1994) y Rosario Tijeras (Jorge Franco Ramos, Plaza & Janés, 1999) se destaca la práctica de este ritual así como las oraciones a María Auxiliadora, patrona de los sicarios. Quienes leyeron El Padrino y El Siciliano de Mario Puzo recordarán la profunda devoción de la “famiglia” Corleone. Salvatore Giuliano antes de ejecutar al barbero que lo traicionó le

dio un minuto para que hiciera las paces con Dios. En Hannibal Thomas Harris nos describe al Dr. Lecter con los ojos piadosamente cerrados mientras bendice la cena y agrega que el apóstol Pablo no lo hubiera hecho mejor. A la luz del pensamiento criminológico la religiosidad del justiciable más que una atenuante a su favor constituye un estigma, y, en ciertos casos, puede considerarse como un indicio.

La Investigación de un Crimen Por Pili Abeijon

Suena el teléfono en cualquier comisaría española. Una voz temblorosa anuncia que ha descubierto un cadáver: han asesinado a su vecino. Desde ese instante, se pone en marcha una compleja maquinaria de investigación. En ella no sólo participan policías y guardias civiles, también médicos, psiquiatras, forenses, investigadores, especialistas en informática, biólogos y químicos. Todos con el objetivo de explicar el crimen y encontrar al culpable. PRIMEROS PASOS Pocos minutos después de la llamada, un coche policial o miembros de la Benemérita llegarán al lugar del crimen. Examinarán la zona e impedirán que nadie toque nada. Más tarde acudirá el médico forense. Se inicia entonces la inspección ocular, un proceso clave en la investigación que consiste en tomar fotos del lugar, de la posición del cadáver y de cada una de sus heridas. Además se recogen todos los objetos en busca de huellas, pelos, sangre o cualquier otro posible indicio. Un experto español en homicidios subraya que "una inspección mal hecha hace imposible seguir con la investigación". Este experto pone como ejemplo el crimen de los Galindos, un asesinato ocurrido en 1975 y que nunca se resolvió: se había limpiado la habitación y no pudieron tomarse huellas. También señala la investigación del asesinato de los marqueses de Urquijo, en este caso incluso se lavaron los cadáveres y limpiaron las habitaciones antes de que llegaran los agentes de policía. En el lugar del crimen, los miembros del departamento de Lofoscopia de la Policía Científica recogen vasos, ceniceros y toda clase de objetos. Luego, en el laboratorio echan unas sustancias químicas que se adhieren a la parte grasa y dejan ver el dibujo de la huella dactilar impresa. Mientras, en la calle, los policías recogen la información de las salidas y las entradas de la casa. "LO QUE NOS CONTARON LOS MUERTOS" El siguiente paso es la autopsia. En ella, como afirma el psiquiatra forense José Antonio García Andrade, "se revela el cómo y cuándo del asesinato". Pero no siempre es fácil saber quién es la víctima. En estos casos, la necroseña (huellas tomadas del cadáver), la ficha dental y la ficha antropométrica (medida de cráneo, cicatrices, edad aproximada...) son los puntos de partida. Un cráneo (el de cada persona es distinto) sirve para reconstruir en un ordenador el retrato robot aproximado de la persona asesinada. También se inyecta al cadáver una sustancia, la parafina, que recompone las huellas dactilares en caso de que ya esté descompuesto el

cuerpo. Esta información se cruza en el ordenador con el registro de personas desaparecidas, y en caso de que se trate de un extranjero, los datos se mandan a la Interpol. Por increíble que parezca, se puede llegar a identificar a una persona sólo con sus huesos. José Manuel Reverte Coma, antropólogo forense, explica que "los huesos hablan por sí mismos. Reflejan todo lo que ocurrió en la vida de la persona desde antes de nacer hasta después de morir". Una buena autopsia nos indica la causa de la muerte, si fue un suicidio o un asesinato, una pistola o un revólver, a cuánta distancia se produjo la agresión o la trayectoria de una bala. "Incluso nos dice si el asesino es diestro o zurdo, si es muy alto o bajo", añade un investigador español. El arma del crimen, si se encuentra, también aporta mucha información. En los casos de asesinato por un disparo, entra en juego el área de Balística de la Policía Científica. Cada pistola está registrada en la marca del casquillo, la guía del cañón y el percutor. Dos pistolas distintas no pueden disparar casquillos iguales. Por tanto, solo con una bala los investigadores averiguan el tipo, marca, modelo, calibre, número y nacionalidad del arma con que ha sido disparada, que también da pistas sobre el autor. La autopsia también nos indica cómo fue la muerte: si hubo lucha o no, si la víctima intentó defenderse o fue sorprendida: "Así, en caso de que la puerta estuviera forzada, o si encontramos dos vasos y un cenicero con tabaco, indica que la víctima conocía al asesino. Entonces debemos buscar en su entorno". Si se trata de un tiro en la nuca, el estilo es de un profesional, por lo tanto los investigadores sospechan inmediatamente de un ajuste de cuentas, generalmente por cuestiones de droga. Los crímenes pasionales suelen ser con cuchillos y mucha brutalidad, mientras que los crímenes por envenenamiento son más habituales entre las mujeres. En los asesinatos en los que se sospecha que el criminal está es algún familiar o amigo, los investigadores tienen la máxima de: "Seguro que el culpable está en el entierro". ¿CUÁL ES EL MOVIL? Los policías cuentan ya con el cadáver y con la autopsia. Saben cómo ocurrió, cuándo y dónde. La siguiente pregunta debe ser ¿por qué?, es decir, el móvil del asesinato que siempre conduce, tarde o temprano, al asesino. "El único crimen perfecto es el que no tiene móvil", indica un investigador, aunque matiza que "en esos casos siempre suele ser un asesino sistemático, un enfermo mental". Recuerda que uno de los casos más difíciles que ha conocido, el de Rodríguez Vega, un albañil santanderino que asesinó a 16 ancianas entre 1990 y 1992. "No dejaba huellas, creíamos que, como se trataba de mujeres muy viejas eran muertes naturales, que se asfixiaban". En realidad el asesino les tapaba la boca y la nariz hasta que se ahogaban. Sin embargo tantas muertes alertaron a la policía. Hasta que un agente descubrió que todas las ancianas muertas habían contratado al mismo albañil para hacer obras en sus casas pocos días antes. Para encontrar en móvil del crimen, los policías reconstruyen y buscan en la vida de la víctima. Sus amigos, sus costumbres, si tenía deudas, si tenía antecedentes policiales... buscan todo, detalles que ni siquiera sus familiares conocen.

La introducción en España desde 1991 de la huella genética, el famoso ADN, la secuencia genética de cada persona ha sido un avance sustancial en este aspecto. Es único, algo así como nuestro carné de identidad interior, el que no puede falsificarse de ningún modo. De ahí que los responsables del área Físico-Químico-Biológica busquen fibras, huesos, manchas de sangre y esperma, secreciones, uñas y hasta colillas de cigarrillos. Cualquier resto sirve para obtener en el laboratorio el ADN del asesino. Por tanto, si ya existe un sospechoso, basta con comparar el ADN encontrado en el lugar del crimen con el suyo. Si coincide, el caso está cerrado; si no, hay que empezar de nuevo. En caso de que ya exista un posible asesino pero no haya pruebas contra él, comienza una nueva fase. Se comparan las huellas con las que están en los archivos policiales y el ordenador del SAID (Sistema Automático de Identificación Dactilar). En él están almacenadas las huellas de delincuentes y otras anónimas encontradas en otros delitos sin esclarecer. Siempre que se detiene a alguien en cualquier punto de España se le crea una reseña biográfica, con fotografías y huellas dactilares. Esta información se compara con el banco de datos para determinar si esa persona ya ha sido detenida anteriormente. Se rastrea en el ordenador y también sobre el terreno. El objetivo es amarrar bien al asesino. Evitar que el juez pueda ponerle en libertad por falta de pruebas. El mayor fracaso para un policía es saber quién es el asesino y no poder cogerlo; pues no olvidemos que el asesinato prescribe a los veinte años (es decir, si ahora detuvieran a un asesino que mató a alguien en 1975, ya no podría juzgarse porque el delito ha caducado). La investigación de un crimen es una tarea delicada y compleja en la que intervienen la ciencia y la técnica, pero también el olfato policial, la intuición y el azar. Pese a todo, en la inmensa mayoría de las ocasiones todo termina con la detención del asesino. CLASES DE ASESINOS José Antonio García Andrade, uno de los psiquiatras más prestigiosos de nuestro país, considera que cada delincuente tiene un perfil distinto, pero cree que pueden agruparse en cuatro grandes grupos. Delincuentes habituales (psicópatas). Hacen de su vida una carrera delictiva. Conocen los valores sociales, pero no los sienten. Suelen ser fríos, carentes de arrepentimiento. Pueden cometer cualquier tipo de delito, aunque sea para obtener un beneficio mínimo a cambio. La intensa mayoría de ellos están en la cárcel o fichados. Por conflicto. Personas normales que explotan ante situaciones concretas. Presiones económicas y sobre todo cuestiones de celos. Suelen cometer crímenes pasionales y son fáciles de detener. Incluso, algunos se entregan poco después de cometer el asesinato. De cuello blanco. Son banqueros, directores generales o políticos. Personas muy frías, desalmadas, capaces de cometer enormes delitos económicos o fraudes a gente humilde. Son muy difíciles de descubrir al tratarse de gente con medios económicos y unos delitos nuevos, poco regulados y complicados de perseguir y demostrar. Asesinos múltiples. Los más peligrosos. El psiquiatra explica que matan sin motivo. Son imprevisibles porque son esquizofrénicos o paranoicos, en los que el delito es un síntoma de su enfermedad. Pueden ser asesinatos en masa, como el crimen de Puerto Hurraco, o bien en serie, como El Asesino de Mendigos en Madrid. Los paranoicos no sólo se arrepienten, sino que son narcisistas. El criminal conocido como El Arropiero, acusado de una decena de asesinatos, llegó a atribuirse 50 crímenes que no había cometido, en un delirio de notoriedad. (Reproducido de la revista Conocer)

La perfilación criminal Por Pili Abeijon

"Si quieres comprender al artista, contempla su obra" En el año 1956, un terrorista apodado "Mad Bomber" (el Dinamitero Loco) mantenía aterrorizada la ciudad de Nueva York tras haber colocado un total de treinta y dos paquetes con explosivos. Habían pasado ocho años desde la primera explosión y las fuerzas de seguridad no tenían claros indicios sobre el autor de los atentados, hasta que un psiquiatra de barrio llamado James A. Brussel les puso sobre la pista. El experto, tras revisar minuciosamente las fotos de los lugares afectados y las cartas que el terrorista enviaba a los periódicos observó unas pautas de conducta determinadas que le permitieron concluir, entre otras cosas, que el criminal era un inmigrante de la Europa Oriental, de unos cuarenta años, que posiblemente vivía con su madre en una ciudad de Connecticut. El psiquiatra aclaró que el hombre era muy pulcro, y dedujo, por la escritura de los anónimos manuscritos, que debía tratarse de un paranoico que adoraba de manera obsesiva a su madre y que odiaba a su padre. Al final de la descripción, Brussel recomendaba: "Busquen a un hombre de complexión mediana y edad madura, nacido en el extranjero. Es católico y soltero, y vive con su madre." Ciertas alusiones de las cartas hacían suponer que el dinamitero podía ser un empleado o ex empleado descontento de la compañía que suministraba energía eléctrica a la ciudad. Al comparar la descripción preparada por Brussel con los archivos de personal de la empresa, la policía dio con el nombre de George Metesky, quien había trabajado allí antes de los atentados y luego se había ido a Waterbury, Connecticut. Cuando fueron a hacer la detención, los agentes se encontraron ante un individuo de edad madura, nacido en el extranjero, católico y soltero. La única discrepancia con respecto a la descripción era que vivía con dos hermanas solteras. El doctor Brussel explicó, que el trabajo normal de un psiquiatra consiste en examinar a un individuo y, partiendo del examen, inferir cómo se comportará en determinadas situaciones. Para poder llegar a sus sorprendentes conclusiones simplemente siguió el proceso inverso: deducir la personalidad del individuo partiendo de sus actos. Se puede decir que estos fueron los inicios de lo que hoy se conoce como perfilación criminal, un arte que más adelante permitiría establecer los retratos psicológicos de distintos tipos de criminales: asesinos, secuestradores, terroristas, violadores, pedófilos y pirómanos, a partir de detalles aparentemente triviales. En realidad, no fue hasta principios de los años 80 cuando esta técnica empezó a ser utilizada en los Estados Unidos como una eficaz ayuda en la investigación criminal. Por aquel entonces no se hacía una clara distinción entre los distintos tipos de criminales, y mucho menos desde un punto de vista psicológico. La mayoría de los cuerpos de seguridad dejaban ese papel a otros profesionales como sociólogos o trabajadores sociales, sirviéndose como disculpa que la única misión de la policía era únicamente detener al delincuente y no estudiar su personalidad. Un pequeño grupo de agentes del FBI que más tarde fundarían la famosa Unidad de Ciencias del Comportamiento (hoy llamada Unidad de Apoyo a la Investigación), les demostrarían con hechos lo equivocados que estaban. La curiosidad de estos agentes les llevó a la Asociación Psiquiátrica Americana y a la Academia

Americana de Ciencias Forenses, entre otras, considerando que expertos ajenos al mundo de la policía podían enseñarles cosas que no sabían. Al mismo tiempo se pusieron en contacto con departamentos de policía locales y les pidieron copias de sus casos archivados sobre los criminales violentos con el fin de estudiar casos individuales y establecer alguna similitud entre ellos. Así, analizando detenidamente ese material, comenzaron a ver las posibilidades de realizar una investigación en profundidad que condujera a una mayor comprensión de los criminales violentos. Al final, llegaron a un punto en el que desearon charlar con las personas que sabían más que nadie sobre este tipo de crímenes y que mejor les podían enseñar, los propios criminales. Querían saber más sobre la persona del asesino, sobre qué factores de su entorno, de su infancia y de sus antecedentes les hacían desear cometer tales crímenes. Consiguiendo suficiente información de bastantes entrevistados podrían confeccionar más adelante listas útiles y comprobar si ciertos tópicos eran o no reales, por ejemplo, si el asesino realmente volvía a la escena del crimen. Así, en las entrevistas descubrieron cosas tan sorprendentes como que Charles Manson, el inductor de los crímenes de Sharon Tate y de una serie de personas más, había suscitado en sus adeptos de La Familia las ganas de cometer la masacre para ganar popularidad cuando comenzó a perder el control sobre ellos, y no porque se creyese la versión particular del Apocalipsis que predicaba, como se pensó durante mucho tiempo. O como que David Berkowitz, el asesino de media docena de personas en Nueva York que había engañado a varios psiquiatras alegando que había asesinado por órdenes de un perro poseído por un demonio, mentía simplemente para hacer creer a las autoridades que estaba loco, pero la verdadera razón de que matase a mujeres era su resentimiento hacia su madre y la incapacidad de establecer relaciones satisfactorias con ellas. Mientras acechaba a las víctimas y disparaba sobre ellas se excitaba, y después de los disparos, se masturbaba. Finalmente, estos pioneros en psicología criminal lograron que se crease el VICAP (Violent Criminal Apprehension Program), una gigantesca base de datos que agrupa la mayoría de los homicidios violentos cometidos en los Estados Unidos (unos 23000 crímenes cada año, de los cuales 700 sin móvil aparente) y que permite establecer similitudes entre diferentes crímenes para buscar un agresor común. Por ejemplo, si un policía de una localidad introduce en la base de datos un homicidio que acaba de ser cometido y describe que la víctima ha sufrido agresión sexual y mutilación de algún miembro, automáticamente verá en pantalla todos los crímenes cometidos bajo esas circunstancias. Con esto el agente podrá determinar si se trata de un caso aislado o si es obra de un mismo asesino. La perfilación criminal no es algo general, sino un proceso que trata de reconstruir un comportamiento individual. Tampoco pretende poder dar el nombre y la identidad de un delincuente, sino que es una ayuda en la orientación de la investigación, en el interrogatorio de sospechosos, en el juicio para comprender la motivación del asesino y para la prevención de otros crímenes tras un primero, tanto en secuestros, como en homicidios, en terrorismo, en violaciones, etc. Un perfilador no puede más que describir el tipo de individuo susceptible de haber cometido el asesinato en cuestión y el comportamiento que podría haber tenido antes y después del crimen. Con esto, lo que se espera es reducir la lista de sospechosos de los investigadores y acelerar su detención. En sus inicios en Estados Unidos se ha promovido mayoritariamente el método inductivo para establecer el perfil psicológico. Esto consiste en una generalización a un criminal determinado a partir de las características comportamentales compartidas por otros criminales que han sido

estudiados en el pasado. Sin embargo, la nueva generación de perfiladores, en su mayoría europeos, utilizan el método deductivo, que se apoya en la interpretación de pruebas legales, incluyendo las fotografías de la escena del crimen, los resultados de la autopsia, un estudio profundizado sobre la posible relación entre la víctima y el agresor, con el fin de reconstruir lo más exactamente posible los patrones de la escena del crimen a partir de los patrones del comportamiento del agresor, sus características emocionales y motivacionales. El perfilador europeo rara vez acude a la escena del crimen, sino que trabaja a partir de un dossier que recibe con las primeras constataciones por parte de la policía de la escena del crimen, las disposiciones de los testigos, los interrogatorios del vecindario, las fotos y los planos de la escena del crimen, el dossier médico legal y las fotos de la autopsia, el análisis balístico… ¿De qué se compone un perfil criminal? 1. Evaluación de la escena del crimen Una vez que tenemos el dossier con los datos del caso, y tras una ligera evaluación de los hechos, empezamos estudiando en primer lugar la escena del crimen. Recordemos que cada dato, por elemental que nos parezca, nos puede proporcionar un indicio sobre la persona que estamos buscando. La puesta en escena de un crimen es muy importante, consiste en la modificación voluntaria del lugar de los hechos para dejar falsas pistas a la policía o dejar los menos indicios posibles. Nos permite de determinar si el asesino es organizado o desorganizado. (No sirve de mucho decirle a un agente que anda detrás de una personalidad psicótica si el policía no tiene preparación en psicología. Necesitamos hablar en términos que se puedan entender. En vez de decir que una escena de un crimen presenta señales de una personalidad psicopática, decimos que aquel crimen en particular era organizado y desorganizado.) La distinción entre organizado y desorganizado es una forma fundamental de separar dos tipos completamente diferentes de personalidades. La característica fundamental del asesino organizado es su capacidad de planear el delito. Sus crímenes derivan de unas fantasías premeditadas, y normalmente escoge a sus víctimas, lleva consigo el arma del crimen y procura no dejar pistas una vez que comete el homicidio. De este tipo de personas podemos deducir en términos generales que no suelen tener antecedentes psiquiátricos pero sí antecedentes penales, que pueden mantener una vida social perfectamente normal, que suelen tomar alcohol o estupefacientes y que actúan solos o en raras ocasiones acompañados de un cómplice. Lo que caracteriza al asesino desorganizado es todo lo contrario que en el caso anterior. Éste no escoge a las víctimas de manera lógica, suele atacar a las llamadas "víctimas de oportunidad", es decir, la primera persona a la que considere una presa fácil. Como arma del crimen utilizan lo primero que tienen a mano, un cuchillo de cocina, una piedra, una cuerda..., no tienen mucho cuidado para ocultar los restos de sangre, semen o el mismo cadáver. Es más fácil determinar el móvil cuando se trata de un asesino organizado porque premedita, planifica y es capaz de llevar a cabo un plan de acción lógico. Por otro lado, el asesino desorganizado comete sus crímenes por motivos derivados, frecuentemente, por una enfermedad mental y los procesos cognitivos que la acompañan, (visiones, alucinaciones auditivas…). Además, sabemos que son personas introvertidas y antisociales, al límite de la marginación, solitarios, raramente tienen un empleo estable, viven solos o con los padres y que su comportamiento generalmente es agresivo. 2. Estudio victimológico

El papel de la víctima es fundamental si queremos comprender la motivación del asesino y su manera de operar. Empezamos calculando el riesgo que corría la víctima, usando factores tales como la edad, profesión y estilo de vida, para establecer si era una persona de riesgo alto, moderado o bajo, ya que el riesgo para la víctima está relacionado directamente con el riesgo para el agresor, por ejemplo, secuestrar a una víctima en la calle al mediodía supone un alto riesgo, y eso indica que el agresor puede estar obrando bajo ciertos tipos de estresantes personales o que necesita excitarse para poder cometer el crimen. Para llegar a conocer la relación entre víctima y agresor debemos conocer un poco más acerca de la personalidad de la persona asesinada, entrevistando a los familiares, por ejemplo. Siempre hay que preguntarse el porqué una víctima a sido elegida y no otra, ¿Por su aspecto físico? ¿Por su entorno social? ¿Sus costumbres? ¿Porqué ha levantado una fantasía en el agresor? Una vez que conocemos un poco más a la víctima, podemos deducir cual pudo haber sido su reacción con el agresor, y llegar a otro tipo de conclusiones respecto a éste: ¿Porqué una víctima que es de naturaleza pasiva ha podido recibir tantos golpes en la cara? ¿Porqué tiene síntomas de tortura cuando sabemos que por su personalidad tuvo que haber cedido a todo lo que le pedía el agresor? Tal vez esto indique que el agresor disfruta torturando a las víctimas, lo importante para él es castigarlas y no violarlas. Eso es lo que se llama la firma del asesino. Saber como la víctima pudo reaccionar nos dice mucho sobre el agresor. El modus operandi es lo que hace el criminal para cometer el crimen, la firma es la razón psicológica por la que lo ha hecho. La firma implica signos identificativos significantes en la personalidad del agresor, por ejemplo, el uso de cierto tipo de cuerdas, el tipo de heridas que inflige, los signos rituales, mutilaciones y torturas, y son hechos estáticos, no varían de un crimen a otro, mientras que el modus operandi es dinámico. Este último evoluciona a medida que el criminal progresa en su carrera y que va acumulando experiencia. Si puede encontrar un medio mejor para transportar los cadáveres, por ejemplo, lo utilizará. Lo que nunca cambiará, es la firma, es decir, el motivo psicológico por el cual comete el crimen. En los crímenes, el análisis de la firma es esencial, porque nos permitirá unir varios crímenes entre ellos. 3. Evaluación de los distintos informes Esta etapa consiste en el análisis de los informes preliminares de la policía, de lo que han constatado los agentes en su prospección en el lugar del crimen, en las interrogaciones a testigos y sospechosos o en los análisis de pruebas y balística, así como los informes realizados en la autopsia. Una vez establecido el perfil se puede describir al agresor por su comportamiento y determinar qué deseo quiso satisfacer con sus actos para predecir sus acciones posteriores. Luego se comunica a los investigadores, con consejos o sugerencias para su uso en el terreno en función del tipo de caso o en el interrogatorio de sospechosos, por ejemplo, las técnicas proactivas. El problema de la perfilación es que el material base proviene del estudio del comportamiento humano, y eso no es una ciencia exacta. Si un perfil está equivocado puede dirigir la investigación en otra dirección, por eso hay que estar completamente seguro de lo que se dice en él. Siempre puede y debe ser afinado en función de los nuevos elementos de la investigación, y eso conducirá sin duda, a la identificación del criminal.

Las Psicopatías. Su revisión conceptual Por A. Bruno,G. Tórtora

Vasta ha sido para la psiquiatría, la consideración, estudio e interpretación en el plano psicopatológico de las denominadas Psicopatías. Desde la distinción de aquellas personas que no encasillaban en los cuadros de enfermedades mentales ya delineadas, las características "específicas" de la anormalidad que aquellas personas exhibían, su diagnóstico, ubicación clínica dentro de la taxonomía psiquiátrica, su tratamiento y sus implicancias psiquiátricas forenses, se han desarrollado múltiples estudios y búsquedas de explicación etiológica y sintomatológica de lo que hoy se denominan "trastornos de la personalidad". Múltiples también han sido las diferenciaciones y cambiantes las posturas de los autores de la especialidad, siempre indudablemente en la búsqueda de su correcta y adecuada categorización, por la variabilidad de sus características y la lógica dificultad que ofrecían y ofrecen, diríamos mejor, tanto para su diagnóstico, cuanto para su tratamiento, así como su conveniente ubicación, claro está por su trascendente repercusión en los distintos aspectos psiquiátricos forenses. Dado todo ese número de inconvenientes que permanentemente ha generado el concepto de psicopatía, a través de la historia del mismo, tal vez, nos lleve a preguntarnos, tal como lo señala Kurt Schneider en su tratado Las Personalidades Psicopáticas, ¿y el problema de los psicópatas, en general, no es sólo todavía historia? Es que en el proceso evolutivo del concepto de psicopatía, ha transcurrido en la bipolaridad orgánico-psicológica, vale decir desde la posición de la ya superada noción de la "degeneración" de Morel a las psicológicas a ultranza que suponen de que no hay psicópatas y que las personalidades anormales no serían nada más que trastornos del desarrollo psíquico. Cualesquiera fuesen las interpretaciones psicogenéticas de este tipo de anormalidades, es indudable que se observan en el ámbito de la clínica psiquiátrica como en el psiquiátrico forense, aquellos sujetos que sin presentar alteraciones del curso del pensamiento, a pesar de poseer muchas veces un nivel intelectual potencialmente normal, con graves desequilibrios caracterológicos por la deficiente integración de su personalidad, que ha despertado el interés de la especialidad desde muy antiguo. Evolución histórica del concepto de psicopatía: los pioneros de la investigación En lo que podríamos llamar un período precientífico de la historia de la psicopatología que abarca desde la antigüedad hasta prácticamente el siglo XV deberíamos citar a Asclepíades (124-56 a.C.), que fuera llamado el "príncipe de los médicos", quien creara el término "alienus" -locura-, señalando con ello "enfermedad" que tornaba "extraño", "otro", "distinto a los demás, al que lo sufría, manifestando que esta enfermedad podía ser aguda o crónica". Por esa época entre las formas de alienación se conocían "insania" y "demencia". Aquella susceptible de curación; la segunda, no; la "fautitas" (debilidad mental), moria (puerilismo) y "mente captus" (excitación maníaca). Prácticamente este período, de ahí que lo denominamos precientífico, no proporciona otros elementos atinentes a la concepción de la psicopatología. Ya en el siglo XVI encontramos a un médico que se desempeñó como profesor de Medicina en la Universidad de Pavia, Girolano Cardamo (1501-1596), que a raíz de que su hijo envenenara a su propia mujer y por ello condenado y decapitado, escribía una obra en 1561, De utilitate de adversis capiendi. En ella describe, esto por primera vez, una forma clínica de enfermedad mental que denomina "improbidad" la que no alcanza a ser insania dice, porque los que la padecen mantienen la aptitud para dirigir su voluntad. Como vemos, pareciera que Cardamo, a través de esta denominación intuyera aquellos cuadros de la psicopatología que sin ser "insanos", "alienados", en fin "psicóticos", padecen

algún trastorno tan propio de los que posteriormente fueran descriptos como "psicopáticos". Gianbatista Dalla Porta (1540-1615) creador de la ciencia fisiognómica en su obra De humana physiognomica, consideraba la posibilidad de establecer una relación entre el rostro y el carácter del individuo. Entrando ya en el siglo XVII no podemos dejar de mencionar la figura de Pablo Zacchia (15841654) fundador diríamos de la Psiquiatría Médico Legal. De su obra máxima Cuestiones Médico Legales, extrapolamos el último de los diez libros de que consta dicha obra que está referida exclusivamente a temas psiquiátrico forenses, donde inicia su exposición sosteniendo que "...para juzgar el estado mental de un individuo, el único capacitado para ello es el médico", y agrega: "...los médicos se aplican a estudiar la fisonomía, las particularidades físicas y las psíquicas representadas especialmente por el modo de pensar y por el modo como se exteriorizan los sentimientos". Por el aporte de carácter científico que hizo Zacchia a la psiquiatría forense que otro gran maestro de la psiquiatría Laignel Lavestine exponiendo en su Cátedra en 1922 expresó: "...la historia de la psiquiatría médico legal he creído poder dividirla de la siguiente manera: antes de Zacchia, después de Zacchia". Pero es entre el siglo XVIII y el XIX cuando comienzan los aportes más notables de la concepción que luego adquiriría significación propia, es decir las "psicopatías" o "trastornos de personalidad". Así Philippe Pinel (1745-1826) quien fuera el primero de los clínicos en merecer el nombre de psiquiatra, en 1809 publica su "Traité de la mente" donde describe una forma clínica novedosa de enfermedad mental que denomina "manía razonante" caracterizada porque el paciente no es un "enfermo de la inteligencia" y sí, de sus "instintos" que lo tornan en su conducta con un accionar maligno respecto de las personas y de los animales. Podríamos decir que con esta denominación Pinel genera el concepto que Pritchard describiera como "locura moral". En efecto James Cowles Pritchard (1786-1861) es el primero que en su obra famosa "Treatise on insanity and other disorders affecting the mind", menciona y describe la famosa "locura moral" (moral insanity), refiriéndose a aquellos sujetos cuya moral o principios de conducta están fuertemente pervertidos o depravados, siendo incapaces de conducirse con decencia y propiedad en los quehaceres de la vida. La locura moral aparece así como una variedad de insania diferente de las otras variedades patológicas, caracterizada fundamentalmente por la "asocialidad". César Lombroso (1836-1909) se afirma en este nuevo concepto psicopatológico para proclamar su teoría criminológica del "hombre delincuente". En 1904 Kraepelin, crea la denominación "personalidad psicopática" y las diferencia de los "estados psicopáticos". Estos últimos comprendían la nerviosidad, la excitación y depresión constitucional, la locura obsesiva y las aberraciones sexuales. Para dicho autor las personalidades psicopáticas son formas frustradas de psicosis y las define siguiendo un criterio fundamentalmente genético, calificándolas como tal cuando sus defectos se limitan esencialmente a la vida afectiva y a la voluntad. Incluye en este grupo al delincuente nato, a los inconstantes, a los mentirosos y farsantes y a los seudoquerellantes. En 1923, Regis en su Precis de Psychiatrie, denomina este grupo de pacientes como "disarmónicos". Las diferentes aproximaciones al concepto actual Durante el período comprendido entre los años 1920 y 1930, la investigación de los orígenes de la psicopatía provoca el enfrentamiento de dos escuelas opuestas, la freudiana y la

constitucionalista, la primera basada en los conflictos internos, afirmaba que la falta de desarrollo del superyó se debía a la presencia de frustraciones en la infancia. La escuela constitucionalista, diferenciaba a estos sujetos diciendo que eran constitucionalmente diferentes a los individuos sanos y que tenía una base orgánica. Paralelamente a estas dos escuelas surge un tercer punto de vista y es la explicación sociológica del fenómeno, que intentaban demostrar que el crimen tenía un origen enteramente social, surgiendo varios autores que se adscribieron en las décadas de 1950 y 1960. El enfoque de Kurt Schneider Toda la conceptualización psiquiátrica alemana ha encontrado un significado específico en los trabajos de este autor, en efecto Kurt Schneider en 1923, define la personalidad psicopática como aquellas personalidades anormales que sufren por su anormalidad o hacen sufrir bajo ella, a la sociedad. Es decir introduce de esta manera un concepto valorativo desde el punto de vista social, y si bien reconoce que dicho criterio es eminentemente subjetivo, sustenta su formulación, en la necesidad de una selección práctica. La clasificación propuesta es quizás el aporte más importante que el autor realiza a la psiquiatría europea. Esta clasificación pretende establecer una tipología asistemática con tipos esenciales incomparables caracterizados y designados sólo por sus rasgos más sobresalientes. Las diez categorías descriptas son: hipertímicos, depresivos, inseguros, fanáticos, necesitados de estima, lábiles de estado de ánimo, explosivos, desalmados, abúlicos y asténicos. El gran aporte de Cleckley H. Cleckley, en su tratado "The mask of sanity"o (en 1941 fue la primer edición) presenta un perfil de la psicopatía, determinando 16 rasgos que consideraba más significativos del trastorno y que son los siguientes: encanto externo y notable inteligencia, ausencia de alucinaciones y de otras alteraciones del pensamiento irracional, ausencia de "nerviosismo" o de reacciones neuróticas, indigno de confianza, mentiras e insinceridad, falta de sentimientos de culpabilidad y de vergüenza, conducta antisocial sin aparente remordimiento, razonamiento insuficientemente y falta de capacidad para aprender de la experiencia, egocentrismo patológico e incapacidad para amar, gran pobreza de reacciones afectivas primordiales, pérdida específica de intuición, irresponsabilidad en las relaciones interpersonales corrientes, comportamiento fantástico y poco recomendable por lo que respecta a la bebida, e incluso enajenado en algunas ocasiones, amenazas de suicidio raramente cumplidas, vida sexual impersonal, trivial y poco integrada e incapacidad para seguir cualquier plan de vida. Algunos conceptos a partir de 1945 Mira y López en su Tratado de Psicología Jurídica en 1945, define a la personalidad psicopática como "...aquella personalidad mal estructurada, predispuesta a la disarmonía intrapsíquica, que tiene menos capacidad que la mayoría de los miembros de su edad, sexo y cultura para adaptarse a las exigencias de la vida social". Considera en su clasificación, 11 tipos anormales y que denomina: asténica, compulsiva, explosiva, inestable, histérica, cicloide, sensitivo-paranoide, esquizoide, perversa, hipocondríaca y... homosexual. Este autor, en su manual de psiquiatría señala que el concepto de "personalidades psicopáticas" ha sustituido al de "constitución psicopática", teniendo en cuenta que tales personalidades no son sólo el producto de propiedades genotípicas, toda vez que existe un gran número de personas, que sin tener un déficit en su desarrollo psíquico viven en un inestable equilibrio intrapsíquico, fácilmente perturbado cuando las circunstancias ambientales

se hacen desfavorables. Así, en nuestra opinión aceptable interpretación etiopatogénica destaca en complejo estructural de actos de tipos de personalidad, los rasgos internos que nos expliquen la anormalidad de sus manifestaciones y su fácil desadaptación social. Entre tales rasgos señala la desproporción o falta de armonía que se observa entre sus distintas partes constituyentes, la inestabilidad de las reacciones afectivas que compromete o dificulta más aun la obtención de la síntesis psíquica; es común a todos los psicópatas la irregularidad de sus estados de ánimo, de sus propósitos y de su actos. Otro rasgo distintivo para este autor es la falta de objetividad en los juicios. Finalmente, señala la excesiva discordancia existente entre el concepto que tienen de sí y de los demás, el que los demás tienen de ella y el "ideal" personal hacia el cual aspiran. En suma, dice, las personalidades psicopáticas ofrecen muchos rasgos de "primitivismo mental" y son desde este punto compatibles a las mentalidades infantiles y salvajes. K. Eissler, en 1949 señalando la diferencia que existía entre los sociópatas -personalidad antisocial de los neuróticos y de los delincuentes- consideraba que aquellos eran portadores de ciertos trastornos que le eran propios. Estos trastornos presentan como características además de la ausencia de sentimiento de culpa y de ansiedad, superficialidad de las metas y orientación egocéntrica. Los hermanos William y Joan Mc Cord, en su libro "Psicopatía y Delincuente", describen lo que dieron en llamar "síndrome psicopático". Describieron en él, las siguientes características: escaso o ningún sentimiento de culpa, perturbada capacidad de amar (cuando tienen alguna relación afectiva, es escasa, de corta duración y tendiente a la satisfacción de sus propios deseos), conducta asocial, necesidad de excitación, impulsividad y agresión. En 1960, Glover, destaca como característica que definen al psicópata, perturbaciones afectivas, perturbaciones del instinto, deficiente estructura yoica, deficiente estructura superyoica, juicio de realidad disminuido, vivir sólo el presente, vale decir ausencia de capacidad de prospección, bajo umbral frente a las frustraciones de origen constitucional, conductas antisociales y ubica a estos enfermos entre las neurosis y las psicosis. Por su parte D. Liberman, en 1962, se ocupa de las psicopatías, considerando que presentan una perturbación pragmática que toma de Morris y la semiótica, subdividida en semántica, sintaxis y pragmática, es decir que ubica en el área de la comunicación dicha perturbación y de la cual se derivan las otras es decir, dificultades en el pensamiento, en su relación con la realidad y en la constitución de una identidad integrada. Esa perturbación pragmática le imposibilita el uso instrumental de los símbolos verbales y es una de las causas que determinan su lenguaje de acción porque reemplaza la palabra por la acción impulsiva. Henri Ey en su "Tratado de Psiquiatría" de 1965 incluye a las personalidades psicopáticas dentro del capítulo de las enfermedades mentales crónicas, que considera como un desequilibrio psíquico destacando en él, las anomalías caracterológicas de la personalidad. Refiere que el denominador común reconocido por la literatura psiquiátrica contemporánea es "la antisociabilidad y su impulsividad", presentando estos sujetos trastornos afectivos y caracteriales diversos y una propensión a las conductas antisociales. Dicho autor señala respecto a las anomalías caracterológicas que la patología del carácter representa un proceso de organización (en el que se combinan y suman los rasgos del carácter y los mecanismos de defensa del Yo) para formar una clase de personalidad anacrónica, regresiva y como encadenada a su fatalidad interna y agrega que ese desequilibrio psíquico afecta a la cohesión y equilibrio emocional y volitivo de la personalidad.

L.C. Kolb, en 1976, en su "Tratado de Psiquiatría Clínica Moderna", señala que en los trastornos de personalidad se dan variantes que van desde la inflexibilidad de la personalidad o su especial vulnerabilidad ante determinadas causas de stress, y las dificultades en la adaptación sexual y social que resultan evidentes y aparecen en forma repetida a lo largo de la vida, a pesar de que el individuo posee una capacidad intelectual adecuada. Este mismo autor refiere que en los trastornos de la personalidad con manifestaciones de tinte paranoide, ciclotímico y esquizoide, el funcionamiento Yoico y la capacidad de valorar la realidad permanecen intactos, permitiendo a la persona adaptarse a la sociedad en forma afectiva. Evolución del concepto de Trastorno Antisocial de la Personalidad En los últimos años se ha ido reemplazando el concepto de "psicopatía" por otro concepto de naturaleza más sociológica, el TAP, "Trastorno Antisocial de la Personalidad" (DSM-III, APA 1980). En la actualidad los sustantivos referidos anteriormente como manía, locura sin delirio, locura de los degenerados, moral insanity, etcétera, han sido reemplazados por el trastorno antisocial de la personalidad en términos de clasificación psiquiátrica alegándose el término psicopatía a la investigación. Existen muchos autores que consideran que a pesar del uso frecuente como sinónimos equivalentes de los términos psicopatía y trastorno antisocial de la personalidad, se trataría de dos conceptos diferentes. Al parecer el concepto responsable de tal confusión sería la conducta antisocial, como dado que es el punto de intersección entre ambos trastornos. Si consideramos la conducta antisocial en sí misma nos encontraríamos con que en ocasiones el factor responsable de su manifestación es la personalidad psicopática, en otras ocasiones sería el trastorno antisocial de la personalidad quedando un área en las que se incluirían diversas causas como el alcoholismo y la drogadicción. La psiquiatría clásica los define como personas inestables que se dan a los placeres inmediatos, parecen carecer de un sentido de responsabilidad y a pesar de humillaciones y castigos repetidos no aprenden a modificar su conducta. El tipo de personalidad más frecuentemente descrito corresponde a la denominada constitución perversa o personalidad desalmada de Schneider. En la tesis de doctorado Personalidad Psicopática Perversa Post-traumática, escrita por el Dr. Antonio Bruno, en el año 1958, el autor siguiendo el criterio de Regis, resume en cinco términos la sintomatología de este cuadro. Ellas son: inafectividad, amoralidad, impulsividad, inadaptabilidad e incorregibilidad. Analizaremos cada una de ellas: 1) Inafectividad: ya desde niño se observa el desapego y el carácter disimulado. No manifiesta inclinación por nadie, permanece indiferente al afecto que se le brinda. Se observa en el perverso una completa pérdida de la afectividad que une a los hijos con los padres y a los hombres con sus semejantes. No comprende el afecto y no sólo es indiferente, sino que se burla cínicamente de ello. No hay en estos enfermos atisbos de reacciones emocionales. La frialdad emocional es su signo. 2) Amoralidad: padecen los perversos una insensibilidad moral más o menos completa, una falta de juicio moral y de noción de ética. Carecen, siguiendo a Schneider, de conciencia moral, ausencia de sentimientos morales, según Mira y López. Cabe mencionar aquí el llamado "síntoma de Lombroso", por De Sanctis, consistente en la relación que habitualmente se encuentra entre la hipoalgesia de los tejidos o escasa sensibilidad al dolor físico y grave insensibilidad moral que llega hasta la inmoralidad. 3) Impulsividad: la pérdida del sentido moral permite comprender fácilmente que los instintos no poseen freno alguno. Además de la ausencia de sentimientos éticos altruistas, se aprecia

como disturbio final afectivo una gran irritabilidad, que unido a la falta de sentimientos morales, lo impulsan a cometer las más grandes brutalidades y crueldades, llegando fácilmente a actos agresivos (homicidios, lesiones). 4) Inadaptabilidad: el perverso muestra ya sus primeros contactos sociales en disciplina, crueldad y manifiesta tendencia a la actividad delictiva. La inadaptabilidad aparece tempranamente en el medio familiar, se sienten, estos enfermos, molestos a la autoridad de sus progenitores. Durante el período escolar es un alumno detestable, incapaz de observar los reglamentos escolares. Por su mentalidad, no tiene estabilidad en un oficio o empleo. Por ello su vida comienza a desenvolverse al margen de la ley y de la sociedad. Detenidos van a la cárcel, puestos en libertad vuelven a lo mismo, es imposible corregirlos. 5) Incorregibilidad: puede desmembrarse de lo indicado como inadaptabilidad. En efecto, el perverso no puede recibir los beneficios de la reeducación, pues son incapaces de alcanzar las posibilidades de una readaptación social siendo insensibles al castigo o al premio. Gisbert Calabuyg y Sánchez Blanque refieren que Birbaun fue el primero que estableció características generales de las personalidades antisociales que serían las siguientes: a) Desproporción entre los estímulos recibidos y las respuestas emitidas, es decir, el sujeto responde en forma exagerada ante un estímulo mínimo, mientras que otras muestran una falta evidente de reacción ante estímulos importantes. b) Disarmonía entre los elementos que integran el carácter; con esto se quiere decir que el sujeto no mantiene un equilibrio entre su inteligencia, su afectividad, su vida pulsional y su voluntad. Así dicen estos autores, las fantasías no resaltan controladas por la crítica racional, la voluntad cede ante la presión impulsiva, la afectividad está unas veces embotada y otras veces exaltada y a menudo es lábil, bruscamente cambiante o inconsistente. c) Intolerancia psicofísica, es decir, son sujetos que se quejan de todo, por incapacidad para soportar desde las pequeñas incomodidades, hasta el dolor, o fenómenos naturales como los cambios climáticos. d) Inadaptabilidad a la vida, ésta es la resultante de las características expuestas y que resulta de extrema importancia. En efecto, el sujeto no se encuentra a gusto en ninguna parte, empezando como lo destacan los autores citados, porque no se sienten bien consigo mismos. O bien se infravaloran o se sobrevaloran, o bien se idealizan a los demás o desean intensamente estar con ellos para que los apoyen o admiren, o bien rechazan bruscamente, los desestiman, los desprecian o los agreden. De allí el permanente malestar, la disforia, las discusiones con los demás, los muy frecuentes cambios de empleo, lugar de residencia, amistades y pareja. e) Conducta antisocial. Aquí Birbaun se refiere a la conducta antisocial de cualquier personalidad psicopática y no a la que se denomina trastorno antisocial de personalidad, es decir al hecho de que el sujeto por su falta de control, su disarmonía personal, su intolerancia psicofísica, su impulsividad, etcétera, entra en frecuentes conflictos con los demás. Conceptos actuales del trastorno antisocial de la personalidad Las personalidades antisociales constituyen el caso más llamativo de anomalías en la adquisición de los aprendizajes normativos y acostumbran a crear trastornos de todo tipo en las personas que los rodean. Además, han suscitado una gran alarma social por los factores de criminalidad que están asociados a ellas. Estas personalidades han sido llamadas por Millon (1981), personalidades agresivas por considerar que el término antisocial incluye una connotación valorativa y que algunas

características de personalidad similares se encuentran también en individuos que no atentan abiertamente contra los usos y las convenciones sociales. No es fácil estudiar este trastorno porque se mezclan los conceptos de criminalidad, sociopatía y trastorno antisocial de la personalidad. Los psicópatas -vieja denominación de este trastornohan sido denominados también sociópatas por dos motivos: el no ser alteraciones de índole congénita y el constituir una personalidad que, precisamente por su modo de ser, deviene en una inadaptación social. Para algunos autores, como la Dra. Paz de Corral, profesora titular de la Cátedra de Terapia de la Conducta de la Universidad de San Sebastián, el término psicópata no resulta en la actualidad una palabra adecuada. Es la denominación de una especie (psicopatías frente a neurosis y psicosis), mediante un nombre (etimológicamente, psicopatía debería incluir todas las presuntas alteraciones de la conducta, como cardiopatías incluye todas la alteraciones cardíacas). Por otra parte, tiene unas connotaciones que no son válidas en la actualidad. De hecho, hace referencia a disposiciones constitucionales incluso hereditarias, a "degeneraciones" biológicas y psicológicas (de tipo moral incluso), que han sido resultado de la especulación positivista del siglo XIX (Castilla del Pino, 1980; Mc Cord, 1982). No es asimismo infrecuente la utilización del término referido impropiamente a las personas agresivas que nos resultan molestas. Por todo ello, el término psicopatía es sustituido en el DSM-III-R, por el de trastorno antisocial de la personalidad, que acentúa los rasgos antisociales de este trastorno. El riesgo de asocialidad se constituye, por lo tanto, en un componente central y sirve para diferenciar a las personas aquejadas de este trastorno del resto de los delincuentes, que al menos poseen una cultura delictiva con la que se pueden identificar y que son capaces de funcionar adecuadamente dentro de su grupo, manifestando lealtad, sentimientos de culpa y afecto (Garrido, 1993). Este trastorno es a menudo extraordinariamente incapacitante porque los primeros síntomas que aparecen en la niñez interfieren con el rendimiento educativo y dificultan la profesionalización ulterior. Después de los 30 años, la conducta antisocial más flagrante puede disminuir sobre todo la promiscuidad sexual, las peleas y la delincuencia, si bien pueden madurar con el paso de los años, son objeto de tantas complicaciones biográficas (manicomios, encarcelamientos, aislamiento familiar y social, etcétera) que es difícil hablar de la normalización de su personalidad en la vida adulta (Valdés, 1991). Los rasgos nucleares del trastorno antisocial de la personalidad son los comportamientos impulsivos, sin reparar en las consecuencias negativas de las conductas, la ausencia de responsabilidades personales y sociales con déficits en la solución de problemas, y la pobreza sentimental, sin sentimientos de amor y culpabilidad. Como consecuencia de todo ello, estas personas carecen de mínimo equipamiento cognitivo y afectivo necesario para asumir los valores y normas morales aceptados socialmente. Desde la perspectiva del DSM-III-R (APA, 1987), las conductas más alteradas del trastorno antisocial de la personalidad están relacionadas con la incapacidad de mantener una conducta laboral consistente, la irresponsabilidad de los deberes familiares, la irritabilidad constante, la ausencia de conductas de temor y de culpa, las dificultades de adaptación a las normas, la promiscuidad sexual, el abuso de las sustancias y la necesidad de acción, son dificultades para soportar el aburrimiento o la vida rutinaria. El abuso de alcohol o de otras sustancias adictivas que facilita la expresión de la conducta antisocial, está presente en más del 60% de los pacientes aquejados de un trastorno antisocial de la personalidad (Lewis y Bucholz, 1991).

Una limitación de este enfoque es que hay una cierta superposición entre las conductas antisociales con las conductas delictivas y que se puede equiparar este trastorno con la delincuencia. Si bien hay una clara relación entre ambos conceptos, no son sinónimos y ninguno de los dos términos es inclusivo del otro (Aluja, 1991). Además, el DSM-III-R excluye o relega a un segundo plano de la conceptualización de este trastorno algunas dimensiones de personalidad o limitaciones cognitivas o afectivas que suelen estar presentes en el mismo, como el egocentrismo patológico, la pobreza de planificación y juicio, la superficialidad de los afectos, la falta de empatía o la tendencia a la manipulación. Es decir, el énfasis de las conductas antisociales se hace a expensas de una minusvaloración de los aspectos cognitivos y afectivos del trastorno. Por ello, basados en los trabajos de Cleckley (1976), Hare, Hart y Harpur, han propuesto diez criterios diagnósticos para el trastorno de la personalidad psicopática, que resultan más amplios e integradores que los del DSM-III-R y que abarcan dos factores diferenciados: el deterioro de la afectividad y de las relaciones interpersonales, por un lado y que corresponden a los cinco primeros ítems y por el otro, el estilo de vida impulsivo, antisocial e inestable que corresponden a los cinco últimos ítems. Criterios para el trastorno psicopático (Hare, Hart y Harpur, 1991) Locuacidad y encanto superficial. Autovaloración exageradamente alta. Arrogancia. Ausencia total de remordimiento. Ausencia de empatía en las relaciones interpersonales. Manipulación ajena y con recurso frecuente de engaño. Problemas de conducta en la infancia. Conducta antisocial en la vida adulta. Impulsividad. Ausencia de autocontrol. Irresponsabilidad. El diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad requiere contar con un mínimo de 18 años y presentar una historia de alteraciones de conducta desde antes de los 15 años. Entre los factores más comunes se encuentran: fracaso escolar, ausentismo, falsificación de notas, expulsión de las escuelas, fugas de casa, comportamientos violentos, actos de vandalismo, crueldad con las personas y animales, mentiras y robos reiterados, promiscuidad sexual precoz, contacto temprano con el alcohol o drogas, etcétera. El denominador común de todos estos factores es la transgresión de las normas de conducta en el hogar y frente a la sociedad. Otras alteraciones presentes en la infancia son las deficiencias académicas, las relaciones interpersonales pobres y los procesos cognitivos y atribucionales alterados, como déficit de solución de problemas, predisposición a atribuir intenciones hostiles a los demás, etcétera. Un aspecto de interés, desde la perspectiva de la prevención primaria es la determinación de la vulnerabilidad psicológica del trastorno antisocial de la personalidad. Si bien quedan muchos interrogantes, algunos de los factores predisponentes son: violencia familiar, vivencia fuera del hogar, el desarrollo sin figura paterna, ausencia de disciplina, etcétera. Características Diagnósticas La característica principal que se valora hoy día, al hablar de trastorno antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y violación por el derecho de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la adolescencia y continúa en la edad adulta. A ese patrón se lo ha denominado: psicopatía, sociopatía, o trastorno disocial de la personalidad, siendo el engaño y la manipulación las características centrales del trastorno. Para establecer dicho diagnóstico será necesario que el sujeto tenga al menos 18 años y tener una historia de algunos síntomas de un trastorno disocial antes de los 15 años. El trastorno disocial implica un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en que se violan los

derechos básicos de los demás o las principales reglas o normas sociales apropiadas para la edad. Los comportamientos característicos del trastorno disocial forman parte de una de las siguientes 4 categorías: agresión a la gente o animales, destrucción de la propiedad, fraudes o hurtos, o violación grave de las normas. El patrón de comportamiento persiste hasta la edad adulta siendo imposible su adaptación a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal. Pueden realizar repetidamente actos que son motivo de detención (que puede o no producirse) como la destrucción de una propiedad, hostigar o robar a otros, o dedicarse a actividades ilegales. Las personas con este trastorno suelen sentir desprecio por los deseos, sentimientos y derechos de los demás; frecuentemente engañan, mienten, manipulan con tal de conseguir provecho o placer personal (por ejemplo, para obtener dinero, sexo o poder). Se puede poner de manifiesto un patrón de impulsividad mediante la incapacidad para planificar el futuro. Toman decisiones sin razonar o medir las consecuencias para uno mismo o para los demás, lo que puede ocasionar cambios repentinos de trabajo, lugar de residencia o amistades. Tienden a ser irritables y agresivos, pudiendo tener peleas físicas repetidas o cometer actos de agresión, como malos tratos al cónyuge o a los niños. También suelen mostrar una despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás. Esto se traduce por ejemplo en su forma de conducir, los excesos de velocidad, o los accidentes que ocasiona o conducir en estado de intoxicación, o involucrarse en conductas sexuales o de abuso de sustancias de alto riesgo, etcétera. Tienden a ser continua y extremadamente irresponsables. El comportamiento irresponsable de estos sujetos se traduce en sus lugares de trabajo, lo que da lugar a cambios constantes de empleos, ausentismo injustificado, períodos frecuentes de desocupación, con la consecuente implicancia económica de la cual termina siendo víctima su familia. Tienen pocos remordimientos por las consecuencias de su actos. Adoptan una postura indiferente o dan justificaciones superficiales a su obrar minimizando los hechos o culpando a los demás por los resultados. Síntomas y trastornos asociados Los sujetos con este tipo de trastorno tienden a ser insensibles, cínicos, arrogantes y engreídos, autosuficientes y fanfarrones. Pueden mostrar labia y encanto superficial y ser muy volubles de verbo fácil. La falta de empatía, el engreimiento y el encanto superficial son características que normalmente han sido incluidas en las concepciones tradicionales de la psicopatía y pueden ser distintivos del trastorno antisocial en el medio carcelario o forense. Estos sujetos también pueden ser irresponsables y explotadores en sus relaciones sexuales, teniendo historias de muchos acompañantes sexuales y no haber tenido nunca una relación monogámica duradera. Pueden ser irresponsables también como padres, como se ve en la malnutrición de un hijo. Una enfermedad de un hijo por falta de higiene mínima, el que la alimentación o amparo dependa de vecinos o familiares, etcétera. En general tienen más probabilidades que la población general de morir prematuramente por causas violentas. Estos individuos también pueden experimentar disforia, incluida quejas de tensión, incapacidad para tolerar el aburrimiento y estado de ánimo depresivo. También suele observarse en forma asociada trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, trastornos relacionados con consumo de sustancias, trastornos de somatización, juego patológico y otros trastornos del control de los impulsos.

Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad frecuentemente presentan rasgos de la personalidad que cumplen con los criterios para otros trastornos de la personalidad, en especial los trastornos límite, histriónico y narcisista. Las probabilidades de desarrollar un trastorno antisocial de la personalidad en la vida adulta aumentan si el sujeto presenta un trastorno temprano disocial (antes de los 10 años) y un trastorno por déficit de atención con hiperactividad asociado. El maltrato o el abandono en la infancia, el comportamiento inestable o variable de los padres o la inconsistencia en la disciplina por parte de los padres, aumentan las probabilidades de que un trastorno disocial evolucione hasta un trastorno antisocial de la personalidad. Al evaluar los rasgos antisociales, al clínico, le será útil tener en cuenta el contexto social y económico en el que ocurren estos comportamientos. Por definición, la personalidad antisocial no se puede diagnosticar antes de los 18 años. Más información en: Asociación Argentina de Psiquiatras

Los Asesinos en Serie Por Andreu Martín

En febrero de 1922, en Versalles, fue ejecutado Henri Desiré Landrú, condenado por haber matado a 11 mujeres a las que engañaba prometiéndoles matrimonio. El 25 de mayo de 1946, Marcel Petiot fue guillotinado, al ser declarado culpable de 25 asesinatos cometidos entre enero de 1942 y mayo de 1943... En Londres, entre marzo de 1943 y el mismo mes de 1953, John Christie asesinó a 8 personas, entre las cuales estaban su propia esposa y una niña de un año. De alguna forma se había conseguido que el padre de la niña declarase su culpabilidad en dos asesinatos y fuera ejecutado por ellos. Cuando José Delgado "El Arropiero", fue detenido en el Puerto de Santa María (Cádiz), se confesó autor del asesinato de 22 personas. En Cantabria, José Antonio Rodríguez Vega, entre los años 1987 y 1988, asesinó a dieciséis ancianas... Para definir a este tipo de criminales, el agente del FBI Robert Ressler, psicólogo y criminólogo, acuñó en los años 70 la denominación "serial killer", que se suele traducir al castellano como asesino en serie o asesino múltiple. Ninguna de las dos traducciones es exacta, porque, cuando Ressler utilizaba la palabra "serial" hacía referencia a "los seriales de aventuras que solíamos ver los sábados en el cine", según dice en su libro El que lucha con monstruos: "Cada semana, te veías obligado a ir a ver otro episodio porque al final del anterior, había un momento de gran suspense, No era un final satisfactorio porque aumentaba la tensión. La misma insatisfacción se produce en los serial killers". Robert K. Ressler fue el hombre que introdujo los estudios de psicología en las dependencias del FBI. Encontró para ello una fuerte resistencia porque sus superiores consideraban que los agentes del FBI no eran sociólogos y su misión consistía únicamente en perseguir a los delincuentes. Él les convenció de la necesidad de comprender las motivaciones psicológicas del criminal. Esto le permitiría prevenir estos crímenes sin motivo, tarea imprescindible en un país donde se dan anualmente 20.000 asesinatos, y la tercera parte de ellos son cometidos por "serial killers".

Robert Ressler profundizó tanto en el tema que, con solo una inspección ocular del lugar de los autos, llegó a ser capaz de saber la edad, el sexo, la raza, la profesión y los estudios del asesino, llegando a aventurar la zona en la que vivía el sospechoso. A él se debe la creación del Proyecto de Investigación de la Personalidad Criminal en el FBI y, en 1982, el Centro Nacional de Análisis Violentos en Cuántico (Virginia). El acto de matar deja al asesino en serie descontento y en tensión porque no es tan perfecto como su fantasía. Después de un homicidio, piensa en como podría haber mejorado el asesinato. Cuando sigue este hilo de pensamiento, su mente se proyecta hacia delante para ver como podría asesinar con mayor perfección la próxima vez; hay un perfeccionamiento continuo. Resulta asombroso que a semejantes monstruos no se les pueda reconocer a simple vista. Da escalofríos pensar que podamos estar codeándonos con ellos en el trabajo o en el metro, deseándoles buenos días o buenas tardes en la panadería. Y sin embargo así es. Cuántas veces hemos leído en los periódicos la sorpresa de los vecinos al descubrir que vivían, pared por medio, con un descuartizador... Nos cuesta otorgarles la categoría de locos después de tanto tiempo de tratarlos con confianza. Nos cuesta porque nuestro sistema judicial relaciona la locura con la irresponsabilidad (lo que es erróneo), y ésta con la inocencia y la ausencia de castigo. Los delitos cometidos por estas personas son tan abominables y provocan tanta rabia que no nos resignamos a aceptar que puedan permanecer sin un castigo ejemplar. John Wayne Gacy era un respetable hombre de negocios, un contratista de obras de Chicago. Amigo del alcalde y de la esposa del presidente Carter, trabajaba como voluntario para el partido demócrata local y hacía muchas obras de caridad. Entre el 3 de enero de 1972 y el 11 de diciembre de 1978, mató a 33 chicos después de mantener relaciones sexuales con ellos y los enterraba debajo del parqué de su casa. Él decía que los crímenes no los cometía él sino otro hombre que había en él llamado "Jack el Malo". Entre enero de 1988 y julio de 1991, en Milwaukee, Jeffrey Dahmer asesinó a quince personas. Conservaba los restos de las víctimas por toda la casa: cráneos, cabezas putrefactas, vísceras en el frigorífico... Arthur Shawcross, que cometió doce asesinatos, a veces daba vueltas con el coche con el cadáver de la víctima a su lado, o iba a ver los cuerpos algunos días después. Llegó a quedarse plácidamente dormido junto a ellos durante horas. ¿Cómo no considerar enfermos mentales a estas personas? Si concluimos que un demente no es dueño de sus actos, tendremos que aceptar que lo son, puesto que está demostrado que el asesino en serie no puede evitar el asesinato. Es un impulso más fuerte que él, constituye una adicción. Dijo Peter Sutcliffe, conocido como el Destripador de Yokshire: "Matar prostitutas se había convertido para mí en una obsesión, era como una droga". Ted Bundy murió en la silla eléctrica el 24 de enero de 1989. Fue considerado culpable de 17 asesinatos, se manifestaba adicto y aunque como hacen los heroinómanos, aseguraba que podría dejar de matar en cuanto se lo propusiese, no dejó de hacerlo hasta su detención. En el caso de John Joseph Joubert, autor de dos asesinatos, el doctor Modlin dijo tras tenerlo bajo observación: "Este hombre parece ignorar lo que son el amor y el afecto. Los homicidios

fueron un intento de experimentar sensaciones fuertes..." Es la definición más perfecta que podía hacer de lo que en psiquiatría se considera como psicópata. Según los doctores William y Joan McCord, "el psicópata es una persona asocial, altamente agresiva e impulsiva, que carece de sentimientos de culpa y que es incapaz de crear lazos duraderos con otros seres humanos". Y según el psiquiatra H. Williams, "el psicópata es capaz de sacrificarlo todo, cualquier cosa, con la excitación". Dice Robert Ressler de los asesinos en serie que estudió: "todos, sin excepción, habían sufrido malos tratos emocionales en su infancia. Y todos evolucionaron hacia la condición que los psiquiatras calificaban como adultos sexualmente disfuncionales, es decir, eran incapaces de mantener relaciones maduras, entre iguales, con otro adulto". Ted Bundy por ejemplo, fue un hijo no aceptado por su madre y se crió en casa del abuelo, hombre violento que con frecuencia pegaba a su esposa. El asesino confesó a su psiquiatra el día antes de la ejecución, que toda la rabia que había desahogado contra las diecisiete mujeres que asesinó, estaba en realidad dirigida contra su madre. La misma psiquiatra cuenta que la madre de otro famoso asesino en serie, Arthur Shawcross, le clavó una vez un mango de escoba en el recto como castigo porque lo sorprendió cometiendo incesto con su hermana. A pesar de lo cual, años después, esa misma madre se asombraba de lo que había hecho su hijo... En este sentido, es paradigmática la historia de Edmund Kemper, el gigantesco asesino de estudiantes con un elevadísimo coeficiente intelectual. Cuando era pequeño su madre lo obligaba a dormir en el sótano y lo encerraba con llave para que se endureciera y se hiciera un hombre. El muchacho fue a pasar el verano de 1964 a casa de sus abuelos. Éstos tenían un temperamento despótico y Ed Kemper que, en aquellos años contaba con 16 años de edad, los mató a tiros con una escopeta. Fue ingresado en un hospital psiquiátrico, del que saldría cinco años después porque los doctores lo consideraban ya curado. ¿Pero qué significa exactamente curado en este caso? ¿Cómo se cura uno de su pasado o de su manera de ser? Al salir del psiquiátrico bajo la custodia de su madre, que vivía sola, Kemper empezó a recorrer carreteras donde recogía a jóvenes autoestopistas y las mataba. Su madre inició una campaña para borrar del historial de su hijo los antecedentes Ed Kemper solía visitar a su madre con el cadáver de la última víctima en el maletero del coche. Llegó a subir el cuerpo hasta la habitación, metiéndolo en el armario, antes de bajar a tomar el té. Su madre, ignorante de los hechos, consiguió que borrasen oficialmente del historial de su hijo los asesinatos que le habían llevado al manicomio. Ese día, Kemper se compró un revólver y devolvió el arma que había utilizado hasta entonces, prestada por un amigo. La compra, no obstante, despertó las sospechas del sheriff y Kemper, cuando intuyó que iba a ser detenido, se apresuró a hacer lo que, inconscientemente siempre quiso hacer. Mató a su madre, para luego confesar que aquello había representado para él un gran alivio. Un psicópata actúa como un niño. Está dispuesto a todo con tal de atraer la atención, no se adviene a razones y estalla. Para evitar el sufrimiento que sus problemas internos le comportarían, cierra las puertas de la introspección y se desahoga en la acción. Pensar en los motivos y consecuencias de sus actos le produce ansiedad, se limita a un tipo de reflexión concreta, práctica, que propicia la acción. No dudará en perjudicar a quien sea con tal de obtener sus objetivos, ya sean económicos o puramente hedonistas. Actúa y, en el fondo de su actuación perversa hay un gran deseo, una gran necesidad, de llamar la atención. Esta necesidad viene recompensada por la resonancia que los crímenes vienen en la prensa diaria. Jack el Destripador, en 1988, jugó con la prensa enviando notas a la policía y a los periódicos para hacerse notar. Igual que en 1976 David Berkowitz, conocido como "El Hijo de Sam",

escribía cartas a la policía para decir "Volveré" o "No puedo dejar de matar". Igual que William Heirens, en 1945 escribió con lápiz de labios en el espejo de uno de los lugares del crimen "¡Por el amor de Dios, detenedme antes de que siga matando!". Se preocupan por ocultar o hacer desaparecer el cuerpo y, se llevan trofeos de su hazaña para mantener viva la excitación. Son los que vuelven al lugar del crimen para controlar de cerca los progresos de la investigación. Son aquellos a quienes la psicosis "ha desbordado", aquellos cuya barrera psicopática ha cedido y toda su vida se ha desorganizado. Fueron taciturnos de pequeños y aún lo son de mayores, no eligen a las víctimas de manera lógica, no ponen ningún cuidado a la hora de cometer sus crímenes y no esconden el cadáver. Sus delitos carecen de móvil y son cometidos contra personas desconocidas y elegidas al azar. La indignación provocada por sus actos agresivos despierta con frecuencia instintos equivalentes que llevan a muchos ciudadanos a exigir la pena de muerte, a que les hagan lo mismo que ellos hicieron, a que les sea aplicado el ojo por ojo. El tema del castigo, la reinserción y la reeducación serían objeto de otro estudio tan amplio como el presente. Bastará, de momento recurrir a las palabras del experto Robert Ressler cuando terminaba su libro diciendo: "Los criminólogos están de acuerdo desde hace mucho tiempo en que la pena de muerte nunca ha disuadido a los criminales violentos. Si podemos asegurar que no se permitirá que tales monstruos cumplan unos años de encarcelamiento y luego vuelvan a nuestra sociedad, si somos capaces de ponernos de acuerdo para mantenerlos bajo custodia el resto de su vida, entonces habremos hecho progresos". O lo que es lo mismo, "es más útil mantenerlos vivos para poder estudiarlos y salir al paso de otros que pudieran ser como ellos. Es más útil y más humano..."

Los Detectives Psíquicos Por Manuel Carballal

Marinus Dykshoorn, Doris Stokes, John Catchings, Beverly Jaegers, Kathlyn Rhea, Bill Ward, Nancy Czetli... todos ellos son, y han sido, videntes que han colaborado en repetidas ocasiones con las Policías de sus respectivos países. Unos, como Janos Kele, trabajaba como "asesor" del Departamento de Desaparecidos de la Brigada de Bucarest. Otros, como la Sra. Morel, aplicaban sus capacidades de psicometría a través de las sesiones hipnóticas del Prof. René Osty, que hacía de intermediario entre la vidente y la policía. Algunos otros, como Christian Drost, comenzaron a colaborar con la Ley tras ser denunciado y juzgado como presunto embaucador, y tener que demostrar ante el Tribunal sus supuestas capacidades de videncia. Tras analizar 45 casos, y tomar declaración a 135 personas, Drost fue absuelto de todos los cargos en sentencia del 17 de octubre de 1952. Desde ese día recibió la visita de agentes de policía que le pedían su colaboración en investigaciones de todo tipo. Algunos audaces policías han reconocido públicamente –lo que los ha desacreditado casi al instante- la colaboración que han recibido de "detectives psíquicos". Robert Dubois, por ejemplo, aceptó participar en un documental televisivo sobre la vidente Greta Alexander, una de las "detectives psíquicos" más conocida. Dubois investigaba la desaparición de Mary Lou Cousett, en Alton (Illinois), en abril de 1983. Tras cinco meses de búsqueda utilizando las técnicas de investigación convencionales, se quedaron sin pistas. Incluso fue necesario dejar en libertad a Stanley Holliday, novio de Mary

Lou, y único sospechoso. No existía cuerpo del delito ni pruebas suficientes para retener a Holliday, que fue puesto en libertad sin cargos. Esto frustró enormemente a la familia de Mary Lou, convencida de la culpabilidad de su novio, que presionó a la policía de Alton, y a Dubois en particular, para que acudiesen a Greta Alexander, quien vive habitualmente en el mismo estado de Illinois, concretamente en Delavan. La "detective psíquico" se deslazó a Alton. Pidió mapas y planos de la zona, dejando correr sus dedos sobre ellos hasta detenerse en un punto. Sugirió a la policía un rastreo en una zona: Tazewell County. Además, con sorprendente seguridad afirmó que "veía" que en una búsqueda anterior un hombre con unas "extrañas botas" había pasado sobre la fosa del cadáver sin verlo; y que el cuerpo sería descubierto por un policía que tenía una "mano lisiada". Dijo también que el cadáver había sido decapitado, y que se encontraba en una intersección múltiple. Al principio la policía se negó a repetir la búsqueda en una zona que ya había sido peinada, sin embargo no había mas pistas que seguir, y el tiempo continuaba transcurriendo, así que, el 14 de noviembre, con tanto escepticismo como desgana, una patrulla se desplazó hasta Tazewell County. Allí, cerca de un cruce de 3 carreteras, y de forma completamente casual, Steve Trew, auxiliar de policía, cuya mano izquierda estaba deformada por un grave accidente, descubrió un hueso sobresaliendo del suelo. Según el examen forense se trataba del cadáver –decapitado- de Mary Lou Cousett, que había sido enterrada a 1 kilómetro de Mackinaw River. Ante estas nuevas pruebas el novio de la joven se derrumbo, confesando su culpabilidad. Según Robert Dubois, 22 de las 24 predicciones aportadas por Greta Alexander habían sido precisas. Como vestía el cadáver, en que dirección estaba orientado el cuerpo, y otros datos aportados por la "detective psíquico" resultaron precisos, por lo que Dubois no siente pudor en confesar que ha acudido en otros casos a Alexander, y que continuará haciéndolo... Dorothy Allison, por otro lado, conserva en su casa, en el norte de Nueva Jersey, los recuerdos y medallas que le han obsequiado los oficiales de policía con los que ha colaborado durante muchos años. Allison, que protagoniza visiones desde su mas tierna infancia, entró en contacto con la investigación policial "a la fuerza". El 3 de diciembre de 1967 se despertó notablemente excitada, con la imagen muy nítida de un niño ahogado en el río Third. Telefoneó a la comisaría de policía de Nutley, donde le informaron de la desaparición del pequeño Michael Kurcsic, e cinco años, presuntamente ahogado en el río Third, pero cuyo cuerpo no había sido recuperado todavía. Allison consiguió vencer el escepticismo inicial –y comprensible- del policía al describir aspectos como la ropa que vestía el niño en el momento de la desaparición, que llevaba los zapatos cambiados de pie, o una medalla religiosa al cuello. Datos que el policía Donald Vicaro, que escuchó la conversación casualmente, al encontrarse en comisaría, pudo contrastar con la familia del pequeño Michael. El agente Vicaro pidió entonces formalmente la colaboración de Allison, invitándola a acompañarlo a la consulta del Dr. Richard Ribner. Este psiquiatra neoyorquino accedió a someter a Allison a hipnosis, obteniéndose de esta forma una ubicación del cadáver del niño, que resultó ser correcta. Desde entonces el agente Vicaro ha acudido en diferentes ocasiones a Dorothy Allison, con la ayuda de las sesiones hipnóticas del Dr. Ribner. Con ese respaldo oficioso –que no oficial- de un Policía, Dorothy Allison inició una prospera carrera como "detective psíquico" que ha llevado, según ella, a participar en cuatro mil investigaciones, aunque ella misma confiesa haber obtenido resultados precisos y

fundamentales para la investigación en solo setenta y seis de esos casos. Con todos su éxitos y fracasos, es innegable que Allison es un excelente ejemplo de "detective psíquico". Y como ella otros muchos dotados han colaborado con la policía en todo el mundo. SPAIN IS NOT DIFERENT En 1948 el Catedrático de Filosofía y profesor de Psicología D. Antonio Alvarez de Linera publicaba un extenso y audaz informe en el Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales. Titulado: "Lo parapsicológico en la investigación criminal" en el cual defendía abiertamente la utilización de "detectives psíquicos". Su opinión ha sido compartida, mas oficiosa que oficialmente, por muchos criminólogos y policías interesados por los fenómenos paranormales. No es extraño por tanto que, cuando en 1977 la familia de Javier Ybarra pidiese la colaboración del Padre Jose Mª Pilón, la policía vasca, que carecía de pistas, no pusiese demasiadas pegas. Esa mañana, toda España amanecía con la ilusión de las primeras Elecciones Generales, convocadas por el presidente Adolfo Suárez, pero el jesuita tenía otras preocupaciones en la cabeza. Mientras todos los españoles visitaban las urnas, el Padre Pilón vestido "de paisano" se ponía al frente de una treintena de policías y guardias civiles, para buscar con su péndulo a la enésima víctima de ETA: "Como te puedes imaginar –declara Pilón - me presenté ante el Capitán de la Guardia Civil diciéndole: "Mi Capitán, soy el Padre Pilón, aunque vengo disfrazado de esta guisa, y me pongo a sus órdenes". A lo que él me respondió: "No Padre, nosotros somos los que estamos a sus órdenes. Vd. es el que manda este destacamento. ¿a dónde tenemos que ir?". Yo extendí un plano sobre al capo de un Jeep y le indiqué los sitios que había marcado y hacia allí nos fuimos". Como se sabría posteriormente el grupo encabezado por el jesuíta llego ha estar muy cerca del lugar donde ETA tenía a Ybarra, aunque lamentablemente no pudieron llegar a él antes de que la banda terrorista lo ejecutase. Otros famosos videntes como Maritxu "la bruja buena de Ulía", o el Marqués Diego de Araciel, participaron en esta desesperada búsqueda. Y es que en todos los casos de desapariciones importantes la policía recibe cientos, a veces miles, de llamadas de videntes que afirman conocer el paradero de los desaparecidos. Por citar un ejemplo diré que conocí a Fernando García y a su esposa, padres de Miriam, en Valencia, justo a los pocos días de haberse producido la desaparición de las niñas de Alcásser, y mucho antes de que fuesen descubiertos los cuerpos de las pequeñas salvajemente mutilados. Ya entonces les profeticé que recibirían cientos de llamadas telefónicas de tarotistas, astrólogos y adivinos de todo tipo, pretendiendo descubrirles el paradero de su hija. Unos les pedirían dinero –en un ejemplo de la sádica crueldad de quienes intentan lucrarse del tormento de una familia-, otros serían visionarios o enajenados, y tal vez uno o dos pudiesen ofrecer alguna pista útil, pero ante la imposibilidad de discernir entre unos y otros, mi consejo fue que derivasen a la policía todas esas llamadas, y no hiciesen el menor caso de ellas. Años después Fernando Garcia, que se ha convertido en un personaje muy popular en España, a través de la cruzada personal que lleva adelante en torno al asesinato de su hija, me daría la razón. La familia de Anabel Segura, por citar otro ejemplo conocido, también fue acosada por más de 1000 llamadas de videntes que decían conocer el paradero de su hija. Algunos, como Octavio Aceves llegaron a aventurar un supuesto emplazamiento concreto de la joven pero, según me confirmó personalmente el Inspector-Jefe responsable del caso, ninguno de ellos aportó nada a la investigación policial. En todas las comisarías y cuarteles de la Guardia Civil se conservan anécdotas en este sentido. Tal es el caso de las dos videntes que se presentaron en un cuartel de la Benemérita valenciana

afirmando que podían encontrar los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée; las "niñas de Alcasser", en una zona de naranjos en la que las habían "visionado". Los agentes las acompañaron hasta el "bosque de naranjos" a que se referían y ellas se internaron entre ellos péndulo en ristre. Los guardias se quedaron fuera esperando que las "psíquicas" realizasen su trabajo. Pero el péndulo debía estar "caducado" o sin "baterías PSI", porque las videntes no solo no encontraron a las niñas de Alcàsser, sino que tampoco hallaron el camino de regreso y tuvieron que ser rescatadas por la Guardia Civil. Lo cierto es que un estudio crítico de los "detectives psíquicos" puede resultar desalentador. Algunos de los experimentos que hemos realizado investigadores españoles resultan sumamente descorazonadores. Sin embargo, y a pesar de las reticencias de los más escépticos, lo cierto es que algunos casos han sido resueltos –casualmente o no- gracias a la participación de videntes. LOS GRANDES ÉXITOS DE LOS "DETECTIVES PSÍQUICOS" ESPAÑOLES María José Bermejo, vidente afincada en Urretxu (Guipúzcoa), ha participado en la investigación de casos tan tristemente célebres como el asesinato de Javier Gastón, ganadero de 29 años en Olejua (Navarra), desaparecido el 20 de octubre de 1997. La Guardia Civil encontró su tractor abandonado y con restos de sangre en el pueblo Piedramillera. Inmediatamente se puso en marcha la operación de búsqueda, peinando la zona con perros y agentes especializados... nada. Ni rastro. 42 días después de la desaparición seguían exactamente igual. Sin una sola pista sobre el paradero de Javier. Y fue su suegra, la que tomó la decisión de telefonear a María José Bermejo para pedirle ayuda. Ya en la primera consulta telefónica María José "diagnosticó" que Javier no se había ido de casa por su propia voluntad, sino que estaba muerto, y con un fuerte golpe en la cabeza. Posteriormente la vidente se unió a las tareas de búsqueda de la Guardia Civil, delimitando un área de acequias de cuatro kilómetros en torno al tractor abandonado. Tanto la Guardia Civil como las familia del desaparecido insistió en que aquella zona ya había sido revisada anteriormente, pero María José continuaba empecinada en su "visión", así que decidieron volver a echar un vistazo. Al día siguiente se descubrió el cadáver de Javier Gascón semi-sumergido en una acequia, con un fuerte golpe en la cabeza... Otro caso sorprendente se produjo en Las Palmas de Gran Canaria, donde cinco niños desaparecieron en el barrio de El Polvorín. Tras dos días de angustia, alguien decidió acudir a Lidia Padrón, una vidente de la isla que, a través del Tarot y la radiestesia, aseguró poder localizar a los niños que , según ella, se encontraban en una de las famosas y peligrosas cuevas que abundan en la isla, concretamente en la cueva de "Pim-Pam", sin embargo nadie hizo caso a aquella premonición. "La pobre –pensaron muchos- no debe saber que la Policía y Protección Civil ya han buscado en esa cueva...". Pero, ante su insistencia varios familiares de los niños improvisaron un equipo de rescate, internándose en dicha cueva donde, siguiendo la indicaciones exactas de la vidente, fueron localizados los cinco desaparecidos. Es difícil enjuiciar, en la distancia y en el tiempo, si realmente Lidia Padrón salvó a los niños con su Percepción Extra-Sensorial. Podríamos atribuirlo a la suerte, a la deducción lógica o a la casualidad... No importa. Lo cierto es que, de no haber sido por su insistencia, probablemente no se habría vuelto a rastrear la cueva que, por otro lado, ya habían "peinado" los efectivos de la Policía y Protección Civil. Y aunque se hubiese hecho, de pasar poco tiempo más lo que se habría descubierto, de encontrar algo, serían 5 pequeños cadáveres. Un caso aún más increíble nos obligó a viajar a Barcelona, Zaragoza y Tarragona para

reconstruirlo, ya que esos tres fueron los escenarios de una de las actuaciones más increíbles de un "detective psíquico" español. La protagonista de esta historia era Antonia Torres Sánchez. Siendo Antonia una niña, toda la familia se había mudado de Baena (Córdoba) a Tortosa, en la provincia de Tarragona. Sexta de once hermanos, Antonia se había colocado como sirvienta en una casa de Zaragoza, lo que la llevó a dejar el domicilio familiar en 1975, con 18 añitos de edad, para establecerse en la capital aragonesa. Precisamente en aquella casa conocería a su futuro novio, Fernando Olmos Irisarri, un joven moreno, de complexión robusta y 1´65 m. de estatura. Antonia medía poco mas de 1’ 50 m. La vida de Antonia Torres transcurría tranquilamente en Zaragoza. Pero un buen día Antonia dejó de escribir y de llamar. Y durante 10 años fue una de las miles de personas que desaparecen en el mundo. De nada sirvieron los anuncios en prensa y radio que su madre puso durante 2 lustros. El martes 15 de julio de 1986 Manuela Sánchez, madre de Antonia, consiguió línea en el programa "El Teléfono del Mas Allá" que emitía Radio Cadena Española en Barcelona. Un programa en el que la vidente Manuela atendía llamadas de oyentes en directo. Aquella noche se dio la "coincidencia" de que la cartomante había invitado al programa a un psicólogo, un abogado, un escritor y un investigador privado". Cuando entró la llamada de Manuela Sanchez en antena preguntando por su hija desaparecida la vidente la interrumpió bruscamente: "Son nueve años, señora, no diez. Yo la veo muerta y, además, la han matado". Ante la angustia de la madre, la vidente le propuso que, fuera de micro, se pusiese en contacto con el detective Jorge Colomer, para que este hiciese alguna indagación sobre la desaparición de su hija y, en lo posible, pudiese desmentir o ratificar la visión del tarot. Y así, una semana después, los padres de Antonia se personaban en la agencia de detectives "INVESTIGATOR", ubicada en la Plaza de Leseps de Barcelona. Haciendo una excepción, sensibilizado por el problema de la familia -de muy pobres recursos económicos-, Jorge Colomer, como Joaquím Goyenechea, decidió hacer algunas pesquisas gratuitamente. Las pesquisas de Colomer y Goyonechea en Zaragoza descubrieron indicios de que la joven desaparecida tal vez hubiese sido asesinada, como sugería la vidente. Redactaron un informe que, entregado a la Policía de Barcelona, motivó una excepcional investigación de la Policía Científica llena de coincidencias extrañas: sueños premonitorios, insólitas "casualidades", etc. A ello se unió una meticulosa investigación policial que terminó descubierto, en una vieja caseta de caza que utilizaba Fernando Olmos con frecuencia, unos cuantos huesos que habían sido quemados, enterrados, sepultados bajo kilos y kilos de cascotes, y arrojados a un vertedero de basura. Ni que decir tiene que fue "milagroso" tal descubrimiento pasados casi 10 años. Y no menos milagroso fue que, entre ese puñado de huesos, se encontrasen las vértebras que permitieron identificar los restos como pertenecientes a Antonia, ya que su historial médico presentaba una lesión en dichas vértebras a causa de utilizar siempre tacones por su baja estatura. Y, lo que es más increíble, entre dichos huesos se rescató un pequeño trozo de cráneo en el que se observaba un agujero de bala. Fue ese trozo de cráneo, y no otro, el que descubrió la policía, suponiendo una prueba irrefutable que condujo a la confesión de Fernando Olmos. Como predijo la vidente, Antonia había sido asesinada. Y de no haber sido por la "casual" intervención de la bruja, jamás se había resuelto este crimen que, durante 10 años, fue un "crimen perfecto"... POLICIAS PSÍQUICOS CONTRA ASESINOS EN SERIE Los serial killers son uno de los mayores retos de la investigación criminal. La falta de pistas, móvil, contactos previos entre víctima y homicida, etc., dificultan muchísimo este tipo de investigaciones. Y ante esa falta de indicios con los que proseguir la investigación, lógicamente,

resulta más razonable seguir cualquier tipo de posible pista, aunque sea psíquica, antes de cerrar el caso. Desde esa perspectiva considero absolutamente lícito que un policía acuda a un sensitivo. Nunca desatendiendo a otras pistas, sino ante la falta de las mismas. Y en los últimos años no han sido pocos los videntes que se han visto involucrados, con mayor o menor fortuna, en la persecución de asesinos en serie. Nella Jones fue una de las videntes que se ofreció a aportar datos a la policía para intentar atrapar al Destripador de Yorkshire, que operó en el norte de Inglaterra entre 1975 y 1980, asesinando brutalmente a 13 personas. Jones afirmó haber tenido una visión muy clara del asesino; se llamaba Peter, conducía un camión de una empresa cuyas iniciales comenzaban por C y T, y vivía en el número 6 de alguna calle de Bradford. Además, ayudó a confeccionar un retrato robot del asesino, al menos el que ella veía en su mente. Por cierto, Gerard Croiset también participó en este caso, describiendo al asesino como un lisiado herido en la rodilla, de cabello largo y domiciliado en Suderland. El 2 de enero de 1980 el sargento de policía Bob Ring localizó un vehículo con matrícula robada y decidió seguirlo. Tras registrar el lugar al que llegó dicho vehículo encontró un cuchillo ensangrentado y un martillo. Inmediatamente el conductor de dicho vehículo fue conducido hasta comisaría donde, con una sangre fría desconcertante, confesó ser el Destripador. Se trataba del camionero Peter Sutcliffe, trabajador de la empresa Clark Transport, y residente en el número 6 de Garden Laque, en Bradford. Sutcliffe era el enésimo homicida múltiple que afirmaba matar "porque Dios le hablaba". A pesar de la coincidencia en el nombre, en el domicilio, iniciales de la empresa y la profesión, el retrato robot de la vidente no guardaba ningún parecido con el asesino y los demás datos provados, tampoco podían calificarse de "exactos", sin embargo Nella Jones alcanzó fama internacional como la "detective psíquico" que capturó al Destripador de Yorkshire. Más interesante resulta el caso de Peter Hurkos y Albert de Salvo "El estrangulador de Boston". Peter Hurkos nació en Holanda en 1911 y, a diferencia de la mayoría de detectives psíquicos y sensitivos en general, no mostró unas especiales capacidades paranormales en su infancia. Solo en 1941, cuando sufre un fuerte traumatismo craneoencefálico al caerse desde un cuarto piso mientras pintaba un edificio de La Haya, comienza a protagonizar extrañas percepciones extrasensoriales. En realidad su cerebro sufrió daños irreparables en algunas áreas, por ejemplo, limitando enormemente su capacidad de concentración. Pero ello no le impide expresar sus capacidades paranormales, que comenzaron a manifestarse sólo cuatro días después del accidente. Hurkos colaboró con las policías de todo el mundo, obteniendo su éxito más notable en 1951, cuando Scotland Yard acude a él para que les ayude a localizar la Piedra de la Coronación escocesa o "Piedra del Destino", que había sido hurtada en la Abadía de Westminster. La Piedra de la coronación es uno de los símbolos fundamentales de la mitología británica, lo que añade un valor intrínseco al que ya tiene como joya. Desde el siglo XIII, la "Piedra del Destino" se coloca bajo el sillón de la Coronación en la citada Abadía, sobre la cual se sentaban los sucesivos reyes de Inglaterra el día que eran nombrados soberanos. Lo sorprendente es que, con su colaboración, la pieza fue recuperada. Los agentes de Scotland Yard descubrieron gracias a Hurkos la palanca que los ladrones habían utilizado para mover una piedra de 250 kilos de peso de su zócalo. Además, y este es el detalle más interesante del caso, Hurkos realizó un retratorobot de los autores del robo, que fue publicado en todos los periódicos británicos. Esto hizo que los ladrones devolviesen la joya, aterrorizados por el presunto parecido de los dibujos con sus rostros reales. En otras palabras, por temor a los presuntos poderes psiquicos del vidente, confesaron. Un dato a tener en cuenta...

En 1958 fue la policía de Miami la que "certificó" la utilidad de Hurkos como "detective psíquico" al informar al Jefe del Departamento de Homicidios de la Policía de Miami, Tom Lipe, sobre el tatuaje, el nombre de pila y el pasado como marino, del autor de un asesinato sobre el que los policias carecían de toda pista. Lipe no tuvo ningún pudor en dedarar: "Supongo que algunos pensarán que estamos locos por aceptar la ayuda de un vidente... No sé como lo hace Hurkos. Solo les puedo contar lo que he visto y es sorprendente..." Con esas referencias no es extraño que el Fiscal General de Boston (USA) acudiese a Peter Hurkos, en 1961, para pedir su colaboración en la búsqueda de uno de los asesinos en serie más célebre de la Historia: El estrangulador de Boston. Para cuando Hurkos se unió a la policía, "el estrangulador" ya se había cobrado 11 de sus 13 víctimas, todas ellas mujeres. La policía entregó al "detective psíquico" las medias y pañuelos -con doble nudo- que "El estrangulador" utilizaba para asesinar a sus víctimas, con las que llegaba a acostarse toda la noche para "impregnarse de su energía". Además facilitaron a Hurkos más de 300 fotografías de las víctimas y el lugar de los crímenes. En honor a la verdad debemos reoonocer que "el hombre del cerebro-radar" consiguó sorprender a los agentes, al facilitar datos concretos sobre algunos de los crímenes, que no se habían filtrado a la prensa ni -teóricamente- Hurkos podía conocer. De hecho Hurkos tocaba las fotografías por el reverso, y era capaz de describir las escenas que recogían sin verlas. Más aún, llegó a identificar una foto que no tenía relación con el caso, y que la policía había colocado entre las demás para sondear la autenticidad o falsedad de sus poderes. Así que, tras ganarse la confianza de los investigadores, no les faltó tiempo para proceder a una detención cuando el vidente apuntó a un fetichista, Thomas O'Brian, como el presunto homicida múltiple... No deja de ser interesante, desde el punto de vista criminológico, que la policía se decida a ejecutar una detención, basada en el testimonio de un vidente... Esto es relativamente compresible si analizamos en detalle el informe de Hurkos sobre O´Brian (en realidad un nombre falso facilitado por la policía para proteger la identidad del detenido). Es cierto que los datos aportados por Hurkos sobre Thomas O’Brian resultaron absolutamente precisos. Lamentablemente no se trataba del asesino. Al menos no para la policía de Boston. Es justo reconocer que las sesiones psíquicas de Hurkos aportaron detalles sumamente precisos sobre las víctimas, y las circunstanclas de sus homicidios, pero no fueron lo suficientemente precisas como para llegar hasta Albert DeSalvo, condenado por todos los asesinatos y que, por cierto, fue condenado a cadena perpetua, a pesar de habérsele diagnosticado oomo un caso ejemplar de "Personalidad Múltiple". Hurkos mantuvo siempre que DeSalvo era inocente, y que el verdadero estrangulador era Thomas O'Brian, que había sido ingresado -voluntariamente- en el mismo hospital psiquiátrico que DeSalvo.

Los violadores en serie Por Pili Abeijon

Resulta curioso que cuando se comparan casos de grandes delincuentes del mismo tipo, se puede observar una gran similitud en sus formas de actuar y en el móvil y las motivaciones para llevar a cabo el delito. En este caso se trata de violadores en serie, que comparándolos entre ellos, vemos que en efecto es casi una misma historia repetida varias veces, pero también se puede observar el enorme parecido que hay entre estos violadores en serie y los asesinos en serie, en los que prácticamente solo se diferencian por el hecho de que unos matan a sus víctimas y los otros no lo hacen a menos que lo vean necesario. Estos son algunos de los violadores en serie españoles más conocidos:

EL VIOLADOR DEL ENSANCHE El pasado jueves 17 de mayo del 2001 fallecía Francisco López Maíllo, más conocido como "el Violador del Ensanche". Tenía 37 años y en enero del año 2000 le diagnosticaron una esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad que progresivamente le causó una inmovilidad y dificultad en el habla que lo obligó a desplazarse en una silla de ruedas. A mediados de los 80 había sido condenado a cadena perpetua por la Audiencia de Barcelona a cumplir 592 años de prisión por haber violado a 29 mujeres, (aunque los cálculos de entonces apuntaron que las mujeres violadas pudieron ser 97, sin embargo sólo 29 denunciaron los hechos), pero sólo cumplió 13 años de cárcel por varias reducciones de la pena y desde hacía dos años y ocho meses aproximadamente se encontraba de nuevo en libertad. Cuando salió de la cárcel, se generó, como era de esperar, una gran alarma social, porque es conocido que los agresores sexuales por norma general siempre reinciden. Por este motivo Maíllo no pudo volver al barrio barcelonés del Barral dónde antiguamente residía y tuvo que trasladarse en tres ocasiones de localidad porque cuando algún vecino lo identificaba volvía a cundir el pánico y las protestas. Como en España no podía asentarse se desplazó hasta Europa, pero también tuvo que huir al ser difundida una fotografía suya por televisión. Finalmente, con la ayuda del Departamento de Justicia de la Generalitat se fue a la República Dominicana con un subsidio de paro de 60.000 pts mensuales donde recibió también ayuda de una congregación religiosa. Allí vivió hasta que se le descubrió la enfermedad y tuvo que regresar a España a tratarla. Su estado de salud nunca había sido bueno. Nacido en 1963, en el seno de una familia muy humilde con domicilio en la calle San Olegario del barrio del Raval, y su adolescencia transcurrió de reformatorio en reformatorio. Se inició en el sexo a edad muy temprana en los brazos de prostitutas de su barrio y ejerció eventualmente de chapero. Fue en 1982 cuando se fechó la primera violación cometida por López Maíllo. Actuaba siempre del mismo modo: escogía a sus víctimas al azar, en plena calle o en algún local nocturno. Cuando la elegida se encontraba sola, se acercaba a ella y la tomaba por el brazo, a la vez que le colocaba disimuladamente la punta de un cuchillo o de un destornillador sobre el costado. La obligaba entonces a caminar junto a él unos metros. Simulando que se trataba del romántico paseo de una pareja de novios en plena noche, Maíllo conducía a sus víctimas hasta algún portal oscuro. Conocía los que estaban abiertos y las introducía en ellos. En otras ocasiones, acompañaba a las víctimas hasta sus domicilios. Allí obligaba a las mujeres a abrir la puerta y las violaba en su propia escalera. La policía distribuyó un retrato robot del agresor sexual, una imagen que guardaba un tal parecido con el original, que hasta su padre empezó a sospechar de él. Fue capturado y la Audiencia de Barcelona le condenó a cadena perpetua, pero se benefició de la entrada en vigor del nuevo Código Penal y de las redenciones de condena que existían por trabajo y buen comportamiento. Los educadores de las cárceles por donde había pasado airearon que López Maíllo no quiso nunca someterse a tratamiento psicológico mientras estuvo preso. Los expertos en psiquiatría aseguraron que no estaba recuperado y que había muchas posibilidades de que reincidiera. Toda esa presión obligó al Departamento de Justicia de la Generalitat a facilitarle una salida discreta de la prisión y medios de vida si se comprometía a seguir un programa fuera de la cárcel. Curiosamente, según los testimonios de los religiosos dominicanos que le alojaron en la República Dominicana, su comportamiento fue bueno, y no reincidió en el ataque a mujeres.

EL VIOLADOR DE PIRÁMIDES Sin duda, el mayor violador en serie que ha tenido España ha sido el Violador de Pirámides, también conocido como Arlindo Carbalho Cordero. Se le acusa de haber cometido 43 violaciones entre 1988 y 1997. Solía abordar a sus víctimas en ascensores, aparcamientos y en salidas de las estaciones de metro, luego las llevaba andando amenazándolas con una navaja hasta llegar a un descampado. Para pasar inadvertido obligaba a sus víctimas a que lo agarrasen como si fuesen novios. Todas tenían entre 23 y 45 años. No solía cubrirse el rostro, lo que ha facilitado su identificación. Pero mientras llevaba a cabo la agresión, no quería que sus víctimas le viesen la cara cuando las violaba, y les tapaba la cara con lo que tenía a mano, jerseys, camisetas o el mismo bolso de la víctima. La acusación particular rechazó los informes psiquiátricos que señalaban una enfermedad mental en el acusado argumentando que tenía una forma premeditada de planear sus asaltos y el hecho de que durante ocho años lograse sortear a la policía demuestra que es una persona hábil e inteligente. Las pruebas de ADN y las ruedas de reconocimiento lo inculparon como el violador en serie, aunque él en un principio negó los cargos. Finalmente fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a una pena de 400 años, aunque lo máximo que cumplirá serán 20, por los delitos de detención ilegal, agresión sexual, allanamiento de morada y lesiones. Aunque fue juzgado por 43 presuntas violaciones terminó autoinculpándose de 140 agresiones sexuales. Esta declaración es frecuente entre los delincuentes múltiples, que tienen un claro narcisismo criminal que compensa sus inferioridades íntimas sentidas a nivel inconsciente. El padre era pastor y la familia vivía en la miseria. Vivían juntos padres, hijos y nietos y el ambiente era dramático y violento. Arlindo se recuerda como "el niño más pobre y más triste". A causa de su extrema pobreza se convirtió en un joven sumiso y depresivo. Tuvo diferentes trabajos, descargando camiones, guarda jurado e instalador de gas. Se casó con una joven con la que tuvo dos hijos, uno de ellos nació cuando ya estaba en la cárcel. Su sexualidad la recuerda como confusa y desordenada, se masturbaba compulsivamente y progresivamente fue buscando estímulos como las películas pornográficas, llamadas obscenas con las que se masturbaba... Finalmente comenzó a seguir a mujeres jóvenes, según él sin intención de hacerles daño ni violarlas, sólo con el ansia de masturbarse observándolas, hasta que fue más lejos y en una ocasión amenazó a una mujer con una navaja y la agredió. Arlindo no buscaba realmente la penetración, sino el simple hecho de eyacular, lo que demuestra una sexualidad primitiva e infantilizada. Esto es una expresión de poder y dominio a la víctima, pero también miedo al sexo. En los análisis psiquiátricos que le realizaron entre otros el médico forense y psiquiatra José A. García Andrade, mostró tener un comportamiento compulsivo y una depresión ansiosa que trataba de controlar con los impulsos sexuales. IGNACIO ORDUÑA En 1979 fue detenido otro hombre por intentar abusar de una niña, su nombre era Ignacio Orduña y tenía 25 años. Confesó tres crímenes y varias violaciones. Fue bautizado como el asesino de Lesseps, y aunque cumplió cadena por agresión sexual a varias ancianas, en cuanto cumplió condena volvió a reincidir. Su obsesión eran las mujeres de avanzada edad a quienes seguía a sus casas, y una vez allí les agredía y las violaba, en algunos casos provocándoles la muerte cuando éstas ofrecían resistencia. El móvil siempre era sexual, aunque en ocasiones aprovechaba para cometer pequeños hurtos

en las casas de las víctimas. La motivación interna del violador venía al parecer de una obsesión que venía arrastrando desde pequeño, cuando vio los genitales de su abuela. También influyó el hecho de que su madre fuese demasiado protectora con él, y su padre muy severo, pues ambas cosas provocaron que Orduña sintiese un complejo de inferioridad muy grande hacia las mujeres que le llevaron a recrearse en un mundo imaginario en el que la única manera de destacar e imponerse era ejerciendo un dominio total en la mujer. El examen psiquiátrico general de estos delincuentes sexuales en serie demuestra que el grupo mayoritario no presentan signos de alineación mental sino sólo algún trastorno de la personalidad y psicopatías leves, por lo tanto son jurídicamente imputables. Es un individuo que a nivel social se comporta de forma cordial, se muestra amable, educado, incluso seductor, suele ser inteligente y astuto por lo que su criminalidad pasa desapercibida a los conocidos. Cuando desarrolla su actividad delictiva es como si desdoblase su personalidad adoptando otra identidad, que en realidad es la auténtica, ya que su comportamiento social es una postura para no llamar la atención. Se ha observado que predominan los solteros, de personalidad inmadura e inestable, dependientes emocionalmente y habitualmente son hijos únicos que conviven con la madre, por general dominante. La agresión es una forma de compensar las dificultades sexuales que saben que presentan cuando intentan una relación convencional. Son personas reprimidas sexuales, muy introvertidos, inmaduros, misóginos, con baja autoestima y dependientes afectivos de la madre o de alguna otra mujer. Como esto impide cualquier acercamiento amoroso que intentan, utilizan la violencia para afirmar su poder en un intento de aumentar su autoestima y son más propensos a llevar a cabo las agresiones cuando sufren algún tipo de rechazo o burla y se cuestiona su masculinidad. Compensan sus traumas con el acto delictivo para recuperar el egocentrismo y vanidad, pues no sólo se siente poderoso dominando a la víctima sino que también se siente inteligente pudiendo escapar de la policía. Es por este motivo que prefiere llamar la atención antes que ser ignorado y pasar a la historia como el criminal más importante de la historia, cosa muy frecuente entre algunos criminales. Es raro que presenten antecedentes delictivos de otra índole, siempre suelen tenerlos por otras agresiones sexuales o intento de agresión. El agresor no suele tener un número límite de agresiones, por lo general el límite lo determina su detención y encarcelamiento. Como hemos visto, es difícil que un agresor sexual se reinserte en la cárcel, por lo que se están buscando soluciones para que puedan salir a la calle sin que sean una amenaza. Las soluciones que nos da la medicina para los violadores es en primer lugar las terapias psicológicas de tipo cognitivo-conductual, es decir, terapias que crean reflejos contra las conductas nocivas. Lo cierto es que ya se han ensayado y tienen mucho éxito, pero son un tanto polémicas. Algunas de ellas consisten en unas filmaciones virtuales, como unas películas que se hacen ver al agresor en las que aparece él como víctima y ve cómo le violan. Las imágenes producen una sensación de rechazo a la violación, eso es evidente, pero hay que valorar también su grado de ética. Otros métodos son propiamente farmacológicos y consisten en aplicar los que llamamos "medicamentos agonistas", que son substancias que inhiben otras. En este caso el medicamento reduciría la secreción de la hormona masculina testosterona. La hormona masculina está vinculada a comportamientos dominantes y competitivos, incluso antisociales en algunas ocasiones. Otra manera de medicar a los agresores sexuales es a base de antidepresivos para mejorar las alteraciones en su estado de ánimo, pues se sabe que éstos sufren cambios continuos de humor y ansiedad, lo que influye a la hora del comportamiento violento.

Y en muy pocas ocasiones, pero las hay y lo demuestra el ejemplo del Violador del Ensanche, es posible que el violador se arrepienta y no vuelva a cometer ningún tipo de delito, adaptándose perfectamente a la sociedad que antes despreciaba en agradecimiento a la oportunidad que le dan de volver a ser libre.

Psicópatas de andar por casa Por Irene H. Velasco

En España, un millón de personas presentan esta patología: 990.000 son jefes, padres, hijos, empresarios... El asesino del juego del rol, el chico que mató a su padre de un disparo de ballesta, el que acabó con sus progenitores y su hermana empuñando una katana... Jóvenes, aparentemente normales, que un día dieron rienda suelta al psicópata que llevaban dentro. I. y R. también parecían dos adolescentes más. Hasta que el pasado viernes, según han confesado ellas mismas, acabaron a puñaladas con la vida de Clara. "Tras cometer el crimen, las chicas se cambiaron de ropa y salieron de copas. Ese comportamiento encaja perfectamente con el del psicópata integrado", opina Vicente Garrido Genovés, psicólogo criminalista, profesor de la Universidad de Valencia, autor de El psicópata. Un camaleón en la sociedad actual (Editorial Algar) y uno de los mayores expertos mundiales en la materia. "Y, desgraciadamente, todo indica que cada vez vamos a ver más actos de este tipo", añade. Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, el 2% de la población padece este trastorno. Dicho de otro modo: en España se cuentan un millón de psicópatas. "Y detectados por la Justicia sólo hay unos 10.000 sujetos", asegura Vicente Garrido. Y si únicamente 10.000 psicópatas están fichados... ¿Dónde están los 990.000 restantes? Por todas partes. Hay padres psicópatas, jefes psicópatas, maridos psicópatas, políticos psicópatas, empresarios psicópatas, compañeros de trabajo psicópatas... La mayoría de ellos jamás pisará una cárcel, jamás cometerá delito alguno. "Pero engañarán, manipularan y arruinarán las finanzas y las vidas de los que tengan la mala suerte o la imprudencia de asociarse personal o profesionalmente con ellos", sostiene Vicente Garrido. No se trata sólo de que anden por ahí, de que haya personas biológicamente predispuestas a desarrollar este tipo de comportamientos. "En la sociedad actual, la psicopatía encuentra un caldo de cultivo favorable", indica Garrido. "En la medida en la que el medio social incluya creencias y valores que contribuyan al desarrollo de comportamientos insolidarios y egocéntricos, la psicopatía se extenderá y afectará cada vez a más sujetos", sentencia el experto. La verdad: todo indica que nuestro mundo es cada vez más psicótico. "En particular, las organizaciones y las empresas constituyen un foro privilegiado para el peculiar modo de actuar que tienen los psicópatas", sostiene Garrido. Alguien con mucha habilidad de manipulación, inteligente y sin ningún reparo en tergiversar los hechos puede subir muy deprisa en el organigrama de una compañía actual. Y la descripción de ese alguien se ajusta como anillo al dedo a la de un psicópata. Por haber, hay hasta niños psicópatas. Luis, por ejemplo, es un mozalbete de 16 años que tiene a sus padres absolutamente aterrorizados. El chico es un pequeño tirano que, en cuanto alguien osa contradecirle, en cuanto alguien se atreve a llevarle la contraria, se desboca fuera

de sí: la emprende a patadas con los muebles, se lía a gritar, lanza objetos contra las paredes... Sus padres, para evitar follones, han ido cediendo a sus exigencias. Pero Luis parece no tener límite: quiere cada vez más dinero, más ropa de marca, más flexibilidad en los horarios... Ha llegado a levantarle la mano a su madre y, por supuesto, se niega en redondo a visitar a un psicólogo. Sus padres sí que han ido. Y están aún más asustados que al principio: les han dicho que Luis podría mostrar rasgos psicopáticos... "Es muy importante que los padres aprendan a detectar este fenómeno, ya que una educación especializada puede, al menos, paliar las manifestaciones más graves de su desarrollo", se puede leer en "El psicópata. Un camaleón en la sociedad actual". "Si el joven cuenta con un ambiente propicio, tendrá más oportunidades para eludir el lado cruel de su psicopatía. Aunque, desde luego, seguirá siendo una persona de trato muy difícil, seguirá abusando de la confianza de los demás y tendrá mil problemas para vincularse afectivamente con alguien". Los pequeños psicópatas se muestran persistentemente egocéntricos, inflexibles ante sus exigencias frente a los padres o a los demás. Y si no se salen con la suya, tienen ataques de rabia. Mienten casi desde el mismo momento en que aprenden a hablar. Alguien les ha robado el dinero del bocadillo, su hermano mayor les ha quitado tal cosa... Y son capaces de chantajear, de robar, de amenazar para lograr ventajas, de enredar a los demás. Son esos niños que, cuando sus padres les recriminan por quitarle el juguete a un compañero de colegio, cuando se les dice: "¿No comprendes que tu amigo se va a poner a llorar? ¿Cómo te sentirías tú si alguien te cogiera tu coche favorito?", no entienden realmente lo que se les quiere decir. ¿Por qué tendría que importarles a ellos lo que sienten los demás? Ellos son psicópatas. ¿Qué hacer para detectar a un pequeño psicópata? Este es un test para saber si un chaval de entre siete y 14 años puede presentar síntomas de psicopatía. Se incluye en el libro El psicópata, de Vicente Garrido. ¿Diría usted que su hijo, habitualmente...? 1 Alardea de modo ostensible de sus logros. 2 Se enoja cuando se le corrige. 3 Piensa que él es más importante que los demás. 4 Actúa sin pensar. 5 Culpa a otros de sus propios errores. 6 Molesta a otras personas o se burla de ellas. 7 Se mete en situaciones de mucho riesgo o peligro. 8 Comete actos ilegales. 9 No mantiene amistades. 10 Se aburre fácilmente. 11 Se despreocupa por su rendimiento en la escuela. 12 No se siente culpable o malo por algo que ha hecho. 13 Tiene emociones superficiales, como forzadas. 14 No muestra emociones. 15 Actúa de forma amable, pero sin que parezca sincero. 16 No se preocupa por los sentimientos de los demás. Los primeros 10 puntos son típicos de chicos que se implican en actos antisociales. La mayoría de estos niños no desarrollarán una psicopatía: dependiendo de su conducta y del apoyo que encuentren en su vida, serán capaces de integrarse en la sociedad o, al contrario, serán clientes habituales.

Pero cuando a esos 10 primeros criterios se unen los seis restantes, hay muchas posibilidades de que podamos identificar al niño como un claro candidato a la psicopatía. Estos seis puntos incluyen lo que podríamos denominar el núcleo de la personalidad psicopática: falta de sentimiento de culpa, insensibilidad emocional y despreocupación por el bienestar de los otros. Los primeros 10 criterios (de impulsividad e irresponsabilidad) no han de ir necesariamente unidos con los segundos (referidos a la dureza emocional) Dicho de otro modo: muchos de los niños que muestran impulsividad e irresponsabilidad no presentan aspectos de dureza emocional (al menos, no de un modo intenso), pero la mayoría de los que presentan dureza emocional muestran también una conducta impulsiva e irresponsable. Si sospecha que su hijo muestra rasgos psicóticos, puede contactar con Vicente Garrido en su e-mail (vicente.garridouv.es) o través de su editorial (Alger. Apartado de correos 225. Alzira, Valencia). No sudan, no parpadean, no se les acelera el corazón. Imagínese el siguiente experimento: usted está cómodamente sentado y tiene instalados en sus dedos dos electrodos. Escucha un sonido cualquiera, neutral, por espacio de 10 segundos. E, inmediatamente después, recibe una descarga eléctrica. La secuencia se repite varias veces. Lógicamente, llegará un momento en el que usted sentirá ansiedad cuando escuche ese sonido neutral. Debido a la acción de las glándulas sudoríparas, la velocidad de la respuesta eléctrica de su piel aumentará a medida que usted sienta miedo. Pues bien, la investigación es concluyente; los psicópatas experimentan mucho menos miedo que el resto de los mortales. Y no es sólo que no suden. También se sabe que ante estímulos amenazantes o dañinos, el ritmo cardiaco aumenta. Tras exponer a psicópatas y no psicópatas a una situación en la que esperaban una descarga eléctrica después de una cuenta atrás (10, 9, 8, 7...) se comprobó lo siguiente: los psicópatas disminuían la tasa cardiaca. Esto es: trataban el estímulo doloroso como si fuera algo simplemente interesante; lo que hacían era protegerse del dolor, desconectar de la ansiedad que se asocia con la amenaza de la descarga. Más pruebas de su dureza. Se coge a un grupo de personas y se les pasa una serie de diapositivas, unas agradables (bonitos amaneceres, verdes prados...) y otras desagradables (personas mostrando dolor, catástrofes). Una persona normal parpadeará mucho ante las imágenes desagradables, y mucho menos ante las agradables. Sin embargo, los psicópatas parpadean lo mismo frente a unas que frente a otras, lo que sugiere que, para ellos, ambas imágenes tienen un valor emocional muy parecido. (Publicado en diario El Mundo el martes 30 mayo 2000)

CRIMINOLOGÍA FORENSE Prof: Santiago Redondo

__________________________________________________________ 1. El papel social del criminólogo: la delincuencia y su control. Ámbitos de desarrollo profesional de la Criminología: fenómeno delictivo, delincuentes, víctimas y sistemas de control. El criminólogo como experto en los Tribunales de Justicia. 2. El informe criminológico. Definiciones. ¿Qué es y qué no es un informe

criminológico? Similitudes y diferencias con otros profesionales que ejercen como peritos ante los tribunales: médicos forenses, psicólogos y trabajadores sociales. 3. Estuctura del informe criminológico: demanda, metodología e intrumentos evaluativos, fuentes consultadas, valoración criminológica y conclusiones. 4. Instituciones peticionarias y tipos de demandas. Especial consideración de las posibles demandas de los diversos órganos judiciales. 5. Sujetos del informe: personas (inculpados, menores, víctimas, testigos, etc.), situaciones y contextos. 6. Finalidades del informe: finalidad explicativa, predictiva, de propuesta de acción y evaluativa. 7. Metodología e instrumentos evaluativos de utilidad para una criminología forense: información documental, entrevistas, cuestionarios y observación directa. 8. Los conocimientos criminológicos al servicio de la criminología forense: hipótesis, principios criminológicos, teorías, investigación empírica. Especial referencia a las teorías generales de la Criminología como base para el análisis criminológico de los casos. 9. Fuentes de conocimiento criminológico especializado. Manuales, obras de referencia, monografías, revistas especializadas y bases de datos. Bibliografía Andrés, A. (1999). Manual de Psicología Diferencial. Madrid: McGraw Hill. Echeburúa, E., y Guerricaechevarría, C. (2000). Abuso sexual en la infancia: víctimas y agresores. Barcelona: Ariel. García-Pablos de Molina, A.. (1999). Tratado de Criminología. Valencia: Tirant lo Blanch. Garrido, V., Stangeland, P., y Redondo, S. (1999). Principios de Criminología. Valencia: Tirant lo Blanch. Garrido, V., y Gómez, A.. (1998). Diccionario de Criminología. Valencia: Tirant lo Blanch. Garrido, V., y Redondo, S. (1997). Manual de Criminología Aplicada. Mendoza (Argentina): Ediciones Jurídicas Cuyo. Howells, K., y Hollin, C.R. (1989). Clinical Approaches to Violence. Chichester (UK): John Wiley & Sons. Redondo, S. (en prensa). Delincuencia sexual. Perspectivas. Barcelona: Ariel. Romero, E., Sobral, J., y Luengo, M. A. (1999). Personalidad y Delincuencia. Entre la biología y la sociedad. Granada: Grupo Editorial Universitario.

por Guillermo Enrique Frielle Fiscal ante los Juzgados Nacionales en lo Correcional de la Capital Federal

LA LIBERTAD ASISTIDA:

"ALGUNAS DERIVACIONES DE SU APLICACIÓN, A LA LUZ DE LA JURISPRUDENCIA EMANADA DE LOS JUZGADOS NACIONALES DE EJECUCIÓN PENAL". Sumario: 1. Introducción. 2. ¿es vinculante, para el juez de ejecución, la oposición del Fiscal para que se conceda la libertad asistida?. 3. ¿son vinculantes, para el Juez, los informes técnico criminológicos y el del Consejo Correccional del Penal en donde se encuentra alojado el peticionante?. 4. Argumentos que se han utilizado para denegar la concesión de la libertad asistida: el grave riesgo derivado de la calificación de "conducta" y "concepto". 5. ¿se puede conceder la libertad asistida a aquel condenado que recién se incorpora al régimen de progresividad?. 6. Conclusiones. 1. INTRODUCCION. El presente trabajo tiene como objeto realizar un análisis pormenorizado de la aplicación, por parte de los Juzgados Nacionales de la Ejecución Penal, del instituto de la "libertad asistida". Por sobre todas las cosas, el mismo se va a centrar en el examen de las siguientes cuestiones: a) ¿es vinculante, para el juez de ejecución, la oposición del Fiscal para que se conceda el instituto?; b) ¿son vinculantes, para el juez, los informes técnico criminológicos y el del Consejo Correccional del Penal en donde se encuentra alojado el peticionante? y, dentro de este mismo planteo, ¿para denegar la libertad asistida constituye un determinante automático la circunstancia de que el peticionante sea objeto de una calificación de concepto "regular" o "malo"?; c) ¿qué argumentos se han utilizado para fundamentar que la soltura anticipada puede "constituir un grave riesgo para el condenado o para la sociedad" (art. 54 "in fine" Ley 24.660), y denegar por esa causa la concesión del instituto?; y d) ¿puede concederse la libertad asistida a aquel condenado que recién se incorpora al régimen de progresividad?. Para tratar de contestar dichos interrogantes, he tomado como base una serie de resoluciones dictadas recientemente por Jueces de Ejecución Penal, cuyas decisiones serán las que motiven las distintas críticas, opiniones y conclusiones a las que vayamos arribando, hasta determinar -en definitiva- sí hoy día dichos operadores del sistema aplican correctamente el novedoso instituto que aquí nos ocupa. Previamente, y en forma somera, quiero delimitar la estructura de la libertad asistida, tal como se encuentra descripta en los arts. 54 y siguientes de la ley de ejecución de la pena privativa de la libertad (ley 24.660). En primer lugar, debemos decir que la ley, mediante este instituto, le otorga el derecho al condenado para egresar anticipadamente del centro de detención en el que se encuentra alojado, y reintegrarse al medio libre, seis meses antes del agotamiento temporal de la pena. Siguiendo los lineamientos del primer párrafo del artículo 54, no todo condenado puede obtener este derecho, puesto que –por de pronto- queda vedado a quien se le haya aplicado, en la sentencia, la accesoria prevista en el artículo 52 del Código Penal. Luego, el artículo 55 fija determinadas pautas o condiciones que necesariamente debe cumplir quien accede al régimen de "libertad asistida" hasta el agotamiento de la condena. Se verá que son similares a las que debe cumplir una persona sometida al régimen de la libertad condicional (tal como lo podemos observar en el artículo 13 del ordenamiento de fondo), o quien está sometido al cumplimiento de una condena de ejecución condicional (ver art. 27 bis del C.P.). Por último, el artículo 56 prevé las sanciones que serán impuestas a aquellos beneficiarios que no cumplieron con las reglas de conducta que le fueran fijadas al concederse la libertad asistida. En efecto: la prerrogativa le será revocada cuando cometiere un nuevo delito o violare la obligación de presentarse al Patronato de Liberados (apartado I del art. 55), como así también cuando incumpliere reiteradamente las reglas de conducta impuestas, o violare la obligación de residir en el domicilio consignado judicialmente, o se mudare sin la autorización del juez de ejecución; o, finalmente, cuando se sustraiga a reparar, "en la medida de sus posibilidades", los daños causados por el delito, dentro de los plazos o condiciones que haya establecido el juez de

ejecución o el juez competente. Respecto a la cuestión de la reparación del daño causado por el delito, quisiera formular algunas consideraciones. En ninguna de las resoluciones, a que haga referencia a lo largo del presente trabajo , se le impone al interno -a quien le es concedida la libertad asistida- la obligación de reparar los daños en la medida de lo posible. Entiendo que dicha solución es la correcta Veamos por qué. Ya se ha escrito mucho sobre esta exigencia, especialmente en cuando a casos en que se aplica dentro del instituto de la suspensión del juicio a prueba, donde el ofrecimiento de la "reparación del daño en la medida de lo posible" constituye un requisito objetivo para su admisibilidad. Básicamente, lo que en realidad se suele objetar es el término "...en la medida de lo posible...", ya que el mismo es muy ambiguo. Algunos sentenciados seguramente podrán reparar el daño sin mayor problema, cuando poseen una solvencia económica que así lo amerita pero, en la mayoría de los casos, los condenados que egresan del establecimiento carcelario en función de acceder a la libertad asistida, luego de haber cumplido una prolongada detención, no tienen la posibilidad de efectuar tal reparación, simplemente por carecer de suficientes medios. De tal manera, estas personas quedarían sujetas a una condición de cumplimiento imposible, factor que sin remedio haría de por sí peligrar la aplicación del instituto, siendo que –por no ser reparado el daño se podría revocar la libertad asistida. Es evidente, por otra parte, que ese efecto no puede ser el deseado por la ley, pues la regla es que esta se conceda en todos los casos y la finalidad es que todos los sujetos incluidos en el régimen puedan cumplir, en libertad, el resto de la condena que oportunamente le fuera impuesta, beneficiando de ese modo el proceso de su reinserción social. Por otra parte, si bien es cierto que se debe resarcir económicamente a la víctima, por los perjuicios que le causó el accionar delictivo que la tuvo como sujeto pasivo (siguiendo las nuevas tendencias según las cuales se otorga cada vez más preponderancia a la víctima, en el marco del proceso penal), no es menos cierto, de acuerdo a mi experiencia, que la víctima casi nunca acepta esa eventual reparación del daño, pues siempre la oferta es considerada insuficiente, y mucho menos si se trata de una libertad asistida donde la reparación del daño, en el mejor de los casos, probablemente vendrá mucho tiempo después de ocurrido el hecho. Es más, creo que -así como acostumbran manejar los medios de comunicación a la opinión pública en cuanto a que la pena privativa de la libertad tiene un carácter eminentemente retributivo (siguiendo el ancestral precepto popular "ojo por ojo, diente por diente")-, a ninguna víctima le importará en realidad demasiado ser indemnizado en términos pecuniarios, pues casi siempre preferirá darse por satisfecho con que el "delincuente" pase unos cuantos años "tras las rejas". Lo arriba expuesto me persuade a sostener que lo dispuesto en el apartado IV, del artículo 55 de la ley 24.660, está de más, no sirve, y no debería sea aplicado por los jueces de la ejecución penal, como una condición a cumplir por el peticionante, cuando resuelvan un pedido de libertad asistida. Ahora bien, en los párrafos precedentes hemos determinado que, según la ley, los condenados -a quienes se haya aplicado la accesoria del artículo 52 del C.P.- no pueden hacer uso de este derecho. Por ello corresponde delimitar con exactitud en esta introducción quiénes, en definitiva, pueden acogerse al instituto que nos ocupa. Es evidente, entonces, que la petición libertad asistida será utilizada, mayoritariamente, a) por los reincidentes que no pueden obtener la libertad condicional, conforme lo establece el artículo 14

del Código Penal, y b) por los condenados a quienes les haya sido denegado dicho beneficio por no haber cumplido con los reglamentos carcelarios, siendo que, por esa vía, sí van a obtener un egreso anticipado de la unidad carcelaria en la que están alojados. Aparte de estos dos supuestos, coincido en que el instituto parecería no tener una aplicación práctica más amplia, ya que la mayoría de los internos estará en condiciones de obtener el egreso con anterioridad, mediante la libertad condicional . Asimismo estoy de acuerdo, ya que así lo indica mi experiencia al actuar ante Juzgados Nacionales en lo Correccional (donde se dictan penas privativas de la libertad de escaso monto), en que también pueden solicitar la libertad asistida aquellos condenados que fueren objeto de penas inferiores al año y dos meses de prisión, visto que el plazo para obtener la libertad asistida se cumple antes que el plazo que faculta a obtener la libertad condicional (ocho meses de prisión), operando de tal manera una suerte de perdida de vigencia de este último plazo, en atención a que la libertad asistida no prevé para su otorgamiento plazos mínimos de cumplimiento para la pena impuesta . Habiendo descripto la estructura básica de la libertad asistida, y cuales son los sujetos que pueden utilizar dicha solución me voy a adentrar en el análisis de las cuestiones planteadas al iniciar este acápite. 5- Inicio

2. ¿ES VINCULANTE, PARA EL JUEZ DE EJECUCION, LA OPOSICION DEL FISCAL PARA QUE SE CONCEDA LA LIBERTAD ASISTIDA?. La jurisprudencia, emanada de los distintos Juzgados Nacionales de Ejecución Penal, determina que de ninguna manera es vinculante para el juez la oposición del Fiscal a la concesión de la libertad asistida. En efecto, si bien es cierto, tal como lo señala Borinsky que el dictamen del Fiscal de Ejecución "...es importante, en el sentido que verifica que se haya cumplido o no con los requisitos del art. 54: el plazo temporal, los informes del organismo técnico criminológico y del consejo correccional del establecimiento; así como también, expedirse sobre el grave riesgo o no que podría constituir para el condenado o para la sociedad, el egreso anticipado del condenado..." los Jueces de la Ejecución efectúan su propio análisis de la situación, prescindiendo o contestando los argumentos expuestos por el Fiscal para oponerse. Así ha sucedido en distintas causas en donde, a pesar de que el Fiscal se opuso por razones tales como: falta de arraigo, o porque el condenado sólo se había incorporado recientemente al régimen de progresividad, el juez interviniente -luego de escuchar a la otra parte- resolvió en auto fundado conceder la libertad asistida entendiendo que los argumentos, esgrimidos por el magistrado del Ministerio Público Fiscal, no encuadraban dentro de la excepcionalidad prevista en el artículo 54, párrafo tercero de la ley 24.660. Distinta es, desde luego, la situación cuando el dictamen del fiscal es favorable, pues entonces allí el juez ya tiene expedita la vía para hacer lugar a la libertad asistida . Planteada así la cuestión, me adhiero a la solución que surge de los antecedentes jurisprudenciales citados pues entiendo que es la correcta. Me baso en que: a) el artículo 54 de la ley 24.660 nada dice respecto de la eventual oposición del fiscal y sólo determina que el juez competente, en forma excepcional y mediante resolución fundada, puede denegar la libertad asistida cuando el egreso anticipado pueda constituir un grave riesgo para el condenado o para la sociedad; b) ese argumento se complementa con el hecho significativo que, al momento de plantearse la cuestión, ya se está transitando otra etapa

procesal totalmente distinta; esto es: en la ejecución de la pena privativa de la libertad. Allí, el fiscal no posee las facultades que tiene en otros estadios procesales, cuando su opinión tiene preponderancia para la aplicación de ciertos institutos, tales como: "la suspensión del juicio a prueba" (arts. 76 bis, ter, y quárter del Código Penal) o el "Juicio Abreviado" (art. 431 bis del ritual); sino que su dictamen se enmarca aquí dentro del legajo que deberá formarse a los efectos de tratar esta cuestión en particular, incidencia que tal como lo prevé el art. 491 del Código Procesal Penal de la Nación, será resuelta por el Juez luego de escuchar a las partes oponentes: Fiscal y Defensor. De esta manera, la norma no otorga tipo alguno de supremacía al dictamen del Fiscal en el que se oponga a la aplicación del instituto. Por ende, el Juez de Ejecución no está obligado a resolver en ese sentido. Ahora bien, siendo ello así, ¿qué importancia se le debe asignar, no obstante, a la actuación del representante del Ministerio Público Fiscal?. Entiendo que una de importancia primordial: el control de la resolución dictada por el juez en dicho incidente. Veamos por qué: Es indudable que la decisión, respecto a la aplicación de un instituto o su rechazo, no puede recaer en cabeza de un único Magistrado (en este caso: el juez de ejecución) pues –como cualquier mortal- éste es falible y, si no se lo controla en forma debida, se podría llegar a legalizar una arbitrariedad manifiesta, que perjudique al que peticiona la puesta en marcha del beneficio. ¿Quiénes deben ejercer dicho control?. Pues bien, creo que indudablemente el Fiscal –por un lado-, y el defensor técnico del peticionante de la libertad asistida –por el otro-, mediante la utilización de los remedios procesales pertinentes. Por ello, resulta indispensable que se cuente con un efectivo sistema de contralor e impugnación, que respete los principios del estado de derecho -pues, como bien sabemos- modernamente se ha impuesto la feliz idea de que las garantías, del derecho penal y procesal penal, deben extenderse a la etapa de la ejecución de la pena, garantizando su control judicial en forma efectiva y amplia. Este precepto no es respetado actualmente por la ley argentina, en el caso concreto de la libertad asistida, ya que -como su otorgamiento se tramita en el marco de un incidente- sólo procederá el recurso de casación, contra la resolución que se dicte a ese respecto (confr. artículo 491 del código de rito) . Esta es una grave falencia de nuestra ley procesal penal, que debe ser subsanada cuanto antes, puesto que la única vía de impugnabilidad que tienen las partes, contra una resolución de este tipo, es un recurso de tipo extraordinario, que sólo es procedente ante 1) la inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva, o 2) ante la inobservancia de las normas que el código prevé bajo pena de inadmisibilidad, caducidad, o nulidad, sin permitir una revisión amplia de los hechos y las pruebas que sustentan la decisión impugnada, al modo del típico recurso de apelación. Este último, justamente, es el recurso que debería tener el interno para un mejor resguardo de su derecho a la doble instancia, consagrada en la Convención Americana de Derechos Humanos (en vigor desde el 18/07/78) y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (en vigor desde el 23/03/76), los que fueran incorporados –ambos- con jerarquía constitucional, por la Convención Constituyente de 1994. Para concluir este capitulo afirmo: a) el dictamen elaborado por el Fiscal de ejecución formulando su oposición a la concesión de la libertad asistida, no es vinculante para el Juez de ejecución penal; y b) atento a las gruesas falencias que se encuentran en la actual ley procesal federal que rige el trámite procesal para estas cuestiones, la misma debe ser modificada, en forma urgente, a los efectos de que se adecue a los preceptos constitucionales derivados de la incorporación, a nuestra Carta Magna (art. 75, inc. 22), de

los distintos instrumentos internacionales que obligan a adoptar un sistema procesal ágil y garantista, para la etapa de ejecución de la pena privativa de libertad; debiendo recaer, desde luego, la función de contralor y puesta en crisis de las decisiones de los jueces no sólo en los defensores técnicos, sino que también –y principalmente- en el Fiscal de ejecución quien –como bien se sabe- debe velar, en todo momento, por la legalidad del proceso. 5- Inicio

3. ¿SON VINCULANTES PARA EL JUEZ LOS INFORMES TECNICO CRIMINOLOGICOS Y DEL CONSEJO CORRECCIONAL DEL PENAL EN DONDE SE ENCUENTRA ALOJADO EL PETICIONANTE?. 3.1. Iniciaré este capitulo, constatando de entrada que no cabe duda alguna de que los informes técnico criminológicos, y del Consejo Correccional de la Unidad Carcelaria en la que se encuentre alojado el interno que solicita la libertad asistida, son vinculantes para el Juez de ejecución penal, a la hora de resolver la incidencia. Basaré dicha afirmación en las conclusiones a las que arribó Borinsky en el trabajo ya citado, luego de efectuar un meduloso análisis de la cuestión. En esa ocasión, el nombrado afirmó "...De lo expuesto se puede concluir que la experiencia jurisprudencial demuestra que los informes del organismo técnico criminológico y del consejo correccional del establecimiento, son vinculantes para el juez a la hora de resolver sobre la concesión o no de la libertad asistida a un individuo, por cuanto significan el único medio con que cuentan los magistrados para determinar si el egreso puede constituir un grave riesgo para el condenado o para la sociedad..." . Planteada la cuestión desde ese punto de vista la respuesta es acertada pero, si profundizamos un poco más el análisis del tema, observaremos que de la práctica jurisprudencial surgen adicionalmente otros elementos de juicio que, a mi entender, harían más perfecta esa definición. Concretamente, a poco de tomar contacto con distintas resoluciones de los jueces de ejecución, el problema que vislumbro tiene que ver con dos puntos: a) que en la mayoría de los casos dichos informes son bastantes precarios, suelen contener significativas contradicciones en cuanto a la calificación de la conducta y/o del concepto del interno, basándose en conceptos "peligrosistas", criterio que contraría los más elementales principios del derecho penal liberal propio de en un estado social de derecho; y b) que en algunas ocasiones los jueces de ejecución penal, tal vez confundidos por esos informes, los interpretan en detrimento del solicitante pues, como se verá, por lo común les es denegada la posibilidad de ingresar a la libertad asistida, por entender que se da la excepcionalidad prevista en el tercer párrafo del art. 54 de la ley 24.660. El paradigma de esta situación se puede apreciar en los antecedentes del fallo "Valdiviezo". Veamos por qué. El Titular del Juzgado de Ejecución Penal nº 1 resolvió no hacer lugar a la libertad asistida peticionada por Omar Nolberto Valdiviezo, sobre la base de los siguientes elementos de juicio: 1) el informe desfavorable emitido por el Servicio Criminológico de la unidad nº 2 del Servicio Penitenciario Federal, 2) la negativa, por unanimidad, del Consejo Correccional, 3) el informe de un miembro del Cuerpo Médico Forense, y 4) "...el hecho de que el interno, al momento de su detención en esta causa, por la que cumple sentencia de condena, se encontraba gozando del beneficio de la libertad condicional por distinto proceso, lo cual lleva al magistrado a considerar que, a través de su permanencia intramuros, se logrará encaminar su conducta para lograr una adecuada reinserción social del nombrado..." . La Sala IV de la Casación Penal, con voto de la Dra. Amelia Lydia Berraz de Vidal, revocó la resolución puesta en crisis, en razón de que ninguna de las cuatro circunstancias mencionadas constituía razón suficiente como para justificar la aplicación del párrafo tercero del art. 54.

Se entendió que los puntos 1, 2, y 4 no eran patrones indicadores de la posible existencia de "grave riesgo para sí o para la sociedad" mediante la liberación anticipada y, en cuanto al punto 3, se afirmó: "...no se comprende de qué manera la caracteropatía que indica la señora perito médico reviste Valdiviezo, puede implicar un pronostico de peligro de la envergadura de los indicados en la ley; máxime cuando también señaló la experta que la dependencia, a que alude, se encuentra en la actualidad dirigida a sus padres que aparecen como contensores, siendo la afirmación de que aquélla podría ser orientada a otro tipo de patrones meramente fortuita..." (el subrayado me pertenece). También, se tuvo en cuenta el muy escaso tiempo que le restaba para cumplir la condena, circunstancia que hacía pensar que su permanencia intramuros no iba a redundar en sustanciales mejoras en su personalidad. Este caso cuenta con todas las aristas mencionadas unos párrafos más arriba: informes criminológicos que no sirven para fundamentar la excepcionalidad del art. 54, tercer párrafo; informes médicos contradictorios; y una evidente interpretación errónea por parte del Juez interviniente, del cuadro fáctico y técnico que debía resolver. La Sala IV de la Casación Penal se encargó de enderezar la cuestión . Sin embargo, y a pese a la saludable doctrina sentada por el fallo "Valdiviezo", los Tribunales de Ejecución Penal, siguen basándose exclusivamente, en los informes negativos de los Consejos Correccionales y de los informes técnicos criminológicos, para rechazar la concesión de la libertad asistida, sin efectuar un análisis global de la situación del peticionante. Algunos casos son patéticos, pues se deniega el instituto hasta a individuos a quienes solo le faltan escasos días para el cumplimiento de la condena , o unos pocos meses , o cuando –a parte de basarse en informes técnicos criminológicos notablemente contradictorios- encima no se toma en cuenta el escaso tiempo faltante para cumplir con la totalidad de la condena . Sólo en una de las resoluciones, que pude acopiar a los efectos de realizar este trabajo, encontré que, a pesar de la oposición del fiscal y de los informes criminológicos que indicaban que el egreso anticipado del peticionante iba a constituir un peligro para sí o para terceros, el Magistrado concedió la libertad asistida . En dicha ocasión se afirmó que, para denegar aquel derecho, no había razón para tener en cuenta el historial delictivo que poseía el condenado y que, además, resultaba "...indudable que los cinco meses y veinte días que restan para el agotamiento de la condena no harán cambiar en su esencia "tratamiento penitenciario mediante", la personalidad del interno...". Para resolver favorablemente la cuestión, pesaron complementariamente otras dos situaciones fácticas: 1ero.) que el peticionante iba a vivir en el hogar materno y, 2do.) la inminente paternidad del interno, situación que permitía "...albergar favorables pronósticos futuristas, en la inteligencia del importante cambio que tal circunstancia provoca en todo hombre...". 3.2. Quiero, en este segundo apartado, dar respuesta a otro interrogante que dejé planteado en la "Introducción", relacionado al tema de los informes criminológicos y su carácter vinculante para el juez. En dicho pasaje, me preguntaba si para denegar la libertad asistida constituía un determinante automático la circunstancia de que el peticionante haya sido objeto de una calificación de concepto como "regular" o "malo". Para responder a la misma, me voy a basar en un fallo en donde se trata correctamente la cuestión . El Fiscal se había opuesto a la concesión por considerar que, por haber surgido del informe el concepto de regular, la ponderación de la futura evolución del interno respecto de su reinserción social era negativa, no encontrándose, por ende, en condiciones de ingresar a la libertad asistida.

La Defensa Oficial respondió que "...los guarismos calificatorios que registra un penado, carecen de relevancia si se observan superficialmente...", estimando que se debe analizar el desempeño real del interno en prisión a efectos de evaluar la procedencia del instituto. El Magistrado zanjó la cuestión de la siguiente manera: después de efectuar distintas consideraciones respecto a qué se debía entender por "calificación de concepto" afirmó, en consonancia con la postura de la defensa, que "...ese guarismo calificatorio no resulta determinante, por sí sólo, para resolver en una u otra forma el beneficio impetrado, sino que la evaluación pertinente, a los efectos de la posible incorporación de un condenado al régimen de libertad asistida, debe ser el producto de un análisis judicial armónico de los aspectos personales y sociales del causante, a la luz de los componentes que gobiernan los dictados de la sana crítica racional, esto es la psicología, la experiencia y el sentido común, teniendo en consideración para ello su actualidad criminológica, psicológica, social, educacional, laboral y de seguridad del causante; presupuestos que permitirán evaluar adecuadamente si el egreso anticipado puede constituí o no un grave riesgo para sí o para terceros...", agregando que "...si bien la calificación del concepto servirá de base para la aplicación del beneficio impetrado, de modo alguno puede ser interpretado como un determinante automático a los efectos señalados, toda vez que interpretarlo de esa forma conllevaría a un distorcionamiento inadmisible del instituto judicial en estudio, transformándolo en mero acto administrativo con la peligrosa posibilidad de afectar invasallables derechos de raigambre constitucional..." (el subrayado me pertenece). Por todo lo cual el juez concedió, al condenado en cuestión, la libertad asistida que había solicitado. 3.3. Había comenzado éste capítulo (ver punto 3.1) con una afirmación en el sentido de que los informes técnico criminológicos y del Consejo Correccional eran por cierto vinculantes para el Juez de Ejecución, a la hora de resolver el incidente de la libertad asistida. Con lo expuesto a lo largo del punto 3.2., dicho aserto debe ser perfeccionado con un condicionamiento limitativo pues -como se ha visto- esa vinculación no es automática. Por tanto, sólo serán vinculantes aquellos informes (completos y autosuficientes) que, interpretados en un contexto global en cuanto a la situación del peticionante, indiquen sin lugar a dudas que el egreso anticipado de éste va a ser riesgoso para sí o para terceros. Cualesquiera informes que carezcan, pues, de los requisitos indispensables para determinar correctamente la situación del interno, -sea por: incompletos, contradictorios, caprichosos, sin fundamentos científicos, basados en criterios peligrosistas, etc.-, y que, por ende, acarreen dudas insalvables, deberán ser desechados por el Juez, el cual resolverá por sí mismo la cuestión sobre la base de la sana crítica racional, teniendo como presupuesto primordial lo que más favorezca a la reinserción social de la persona que solicita la incorporación a la libertad asistida . 5- Inicio

4. ARGUMENTOS QUE SE HAN UTILIZADO PARA DENEGAR LA CONCESION DE LA LIBERTAD ASISTIDA: El GRAVE RIESGO DERIVADO DE LA CALIFICACION DE "CONDUCTA" Y "CONCEPTO". Este tema debe ser concatenado con el tratado en el punto anterior, pues tiene que ver estrechamente con la aplicación de la excepcionalidad prevista en el tercer párrafo del art. 54 de ley 24.660. Como ya puse de manifiesto, dicha excepcionalidad opera cuando el Juez considere que el egreso anticipado pueda constituir un grave riesgo para el propio peticionante o para terceros, y esa presunción de "riesgo" surge de las conclusiones contenidas en los informes técnico criminológicos y la calificación del Consejo Correccional del establecimiento carcelario donde se encuentra alojado el sujeto que peticiona la libertad asistida. En el informe del Consejo Correccional constan las sanciones disciplinarias, siempre y cuando el interno haya sido pasible de alguna, las cuales pueden ser leves, medias, y graves.

En el informe técnico criminológico constan: datos personales, tribunal interviniente, la condena que se impuso al procesado, cuándo opera su vencimiento, la declaración de reincidencia, la fase del régimen de progresividad en la que se encuentra, informes psicológicos, la "conducta" y el "concepto". El nudo central de tales informes está en las calificaciones de "conducta" y "concepto", elementos éstos que voy a tratar de conceptualizar a lo largo de este breve capitulo cuarto. La ley, según el artículo 100, entiende por "conducta" la observancia de las normas reglamentarias que rigen el orden, la disciplina y la convivencia dentro del establecimiento carcelario; a su vez el art. 101 determina que por "concepto" se entiende la ponderación de la evolución personal del interno de la cual, a su vez, pueda deducirse una mayor o menor posibilidad para una adecuada reinserción social del penado. Los arts. 103 y 104 establecen que la calificación de "conducta" tendrá valor y efectos para determinar la frecuencia de las visitas, la participación en actividades recreativas y otras que los reglamentos establezcan; y que la calificación de "concepto" servirá de base para la aplicación de la progresividad del régimen, el otorgamiento de salidas transitorias, semilibertad, libertad condicional, libertad asistida, conmutación de pena, e indulto. A partir de las definiciones de conducta y concepto arribas citadas, y habiéndose delimitado los importantes efectos jurídicos que la ley les otorga, se puede hacer una de las tantas críticas de que es pasible el régimen de progresividad: la evidente ligazón de éste a determinadas arbitrariedades. En efecto, tal como se encuentra regulado el sistema, el único criterio utilizable, para pasar de una fase a otra, es netamente subjetivo (depende de una evolución personal, y de la ponderación que de ella haga un miembro del Servicio Penitenciario Federal), basándose en un sistema de premios y castigos que no es controlado judicialmente. Así es que no he hallado causas en donde un interno haya puesto en crisis una calificación de conducta o concepto; y mucho menos una sanción disciplinaria. Es en el régimen disciplinario donde se vislumbran las mayores violaciones a las garantías procesales de raigambre constitucional, pues los internos no cuentan con un abogado defensor, el trámite administrativo es sumarísimo y el mismo funcionario que instruye es quien decide la sanción (en este caso: la administración penitenciaria). Sería deseable que tales anomalías procesales fueran subsanadas a la brevedad, para que los internos sean de veras "sujetos de derechos", que puedan tener acceso a tales garantías sin ningún tipo de restricción. Ahora bien, qué es lo que dijeron los operadores del sistema sobre estas cuestiones?. En apretada síntesis, de parte de la jurisprudencia pueden ser extraídas las siguientes definiciones: 1) Ponderación de la conducta: se debe realizar a partir de la verificación de la sujeción, por parte del condenado, a las normas de conducta que le son impuestas intramuros, esto es, si ha sido o no pasible de sanciones disciplinarias; o si observa regularmente los reglamentos carcelarios. 2) Ponderación del concepto: la merituación conceptual debe realizarse de manera prácticamente autónoma prescindiendo de las constancias sobre si el interno registra o no sanciones disciplinarias, dependiendo aquélla de la valoración psicológica que se realice acerca del grado de internalización que demuestre el interno con relación a las pautas de fondo que le marca la aplicación del tratamiento de rehabilitación

3) Grave riesgo: se verifica cuando el condenado todavía no esté debidamente preparado para su reinserción social, con el consiguiente peligro de que vuelva a caer en el delito. Simultáneamente, ello también implicará un grave riesgo para la sociedad, ya que el penado puede continuar con su actividad delictiva. 4) Peligro: el legislador, al incluir la "peligrosidad" y, con éstas el deber de ser evaluada por la autoridad penitenciaria, se limita a realizar una observación de carácter técnico-penitenciario: lo peligroso deviene así de la poca aceptación que el interno haya tenido para con el régimen carcelario. Sobre la base de esta conceptualización de los términos reseñados, los Jueces de la Ejecución Penal relacionan la situación de "grave riesgo para sí o para la sociedad" con las calificaciones de "conducta" y "concepto", a los efectos de resolver si un interno es merecedor o no de la libertad asistida. 5- Inicio

5. ¿SE PUEDE CONCEDER LA LIBERTAD ASISTIDA A AQUEL CONDENADO QUE RECIEN SE INCORPORA AL REGIMEN DE PROGRESIVIDAD?. Por cierto que, indudablemente, puede concederse la libertad asistida al condenado que se encuentra en dicha situación. En primer término, porque, tal como ya se había adelantado más arriba, uno de los supuestos -en donde un sujeto quedaba habilitado para solicitar dicho instituto- se verificaba cuando aquél fuera condenado a una pena menor al año y dos meses de prisión o, en su defecto, a una pena menor al año y cuatro meses de reclusión . Y, en segundo lugar, porque -tal como reza el artículo 11 de la ley 24.660- "...Esta ley...es aplicable a los procesados, a condición de que sus normas no contradigan el principio de inocencia y resulten más favorables y útiles para resguardar su personalidad..." lo que permitiría afirmar que el hecho, de no haber tenido todavía un tratamiento penitenciario, no es obstáculo para permitirle el ingreso al instituto en cuestión, pues siempre será más beneficioso y útil -para resguardar su personalidad- la pronta recuperación de su libertad, egresando anticipadamente del establecimiento carcelario. La cuestión fué tratada por la jurisprudencia, resolviéndola en el mismo sentido que el aquí propuesto. Veamos los antecedentes de solo uno de los casos. El peticionante había sido condenado a la pena de un año y dos meses de prisión, de efectivo cumplimiento, más la declaración de reincidencia. Atento al tiempo de detención que llevaba hasta ese momento, cumplía con el requisito temporal del art. 54 de la ley 24.660, por lo que solicitó la "libertad asistida". Al corrérsele vista al Sr. Fiscal, éste se opuso, pues consideró: primero que: "...al encontrarse recientemente incorporado al régimen de condenado, no ha recibido el suficiente tratamiento penitenciario y no se ha cumplido con la finalidad de la pena, esto es de procurar la adecuada reinserción social del condenado, encontrándose entonces el nombrado en iguales condiciones a las evidenciadas al momento de la comisión del hecho..." y, segundo: que al no haber sido calificado en concepto y conducta, se carecía de elementos que permitieran resolver respecto a la viabilidad o no del instituto, pues la calificación de concepto es la base para analizar la libertad asistida. La defensa asumió, como era de prever, la posición contraria, quedando la incidencia en condiciones de ser resuelta.

El magistrado interviniente fundamentó su decisión en varios argumentos, de hecho y de derecho. En primer término manifestó que, si bien el condenado había ingresado recién al régimen, -por lo que evidentemente no se podía contar con la historia criminológica y las calificaciones de conducta y concepto, esa falencia no debía jugar en su contra. Por esa razón, se adentró en el análisis de otros elementos de juicio que permitían determinar si era de aplicación la excepcionalidad prevista en el tercer párrafo del art. 54 (informe psiquiátrico, educacional, laboral, etc.). También hizo mención a la aplicación de las previsiones del artículo 11, en el mismo sentido que el expuesto en párrafos precedentes del presente trabajo. Pero lo más importante del fallo, a mi entender, lo volcó en el siguiente apartado, al que por ello voy a transcribir textualmente: "...La circunstancia de no haber comenzado a transitar el tratamiento de progresividad de la pena y en consecuencia, el no habérsele brindado al condenado la posibilidad de "modificar" las aristas negativas de su conducta, ya sea por una cuestión meramente administrativa o en virtud de habérsele aplicado una pena de escaso monto, estimo que resulta totalmente ajena al mismo; menos aún considero que puede afirmarse en la forma en que lo hace el señor Fiscal de Ejecución, en cuanto a que el condenado se encuentra "...en iguales condiciones que al momento de la comisión del ilícito..." y ello servir de base para la denegación del beneficio, toda vez que estimo que resulta una afirmación sumamente delicada y que podría afectar derechos de jerarquía constitucional...". Creo que éste es el argumento central y que resulta ser la síntesis perfecta de la postura que debe primar, a la hora de resolver un problema de esta naturaleza en el marco del instituto de la "libertad asistida". 5- Inicio

6. CONCLUSIONES. Al encarar este trabajo me propuse, como idea central, efectuar un análisis -a la luz de la jurisprudencia emanada de los Juzgados de Ejecución Penal- de las distintas interpretaciones que éstos utilizan cuando tienen que resolver una solicitud de libertad asistida. En esa inteligencia, es que me adentré en el estudio de las cuestiones que fueran el objeto de cada uno de los capítulos, efectuando una crítica razonada y fundada de algunas decisiones judiciales, aportando algún tipo de solución, para que la aplicación práctica de este novedoso instituto se acerque cada vez más a la intención que tuvo el legislador, al introducirlo en la ley de ejecución de la pena privativa de la libertad: esto es permitir, como regla general, que la mayor cantidad de personas -que se encuentran cumpliendo una condena privativa de la libertad- pueda egresar en forma anticipada del establecimiento carcelario, a fin de favorecer su reinserción social. Espero haber logrado la finalidad buscada, agregando otro punto de vista de esta cuestión a la discusión. Las conclusiones, a las que arribé, son las siguientes:

a. No es vinculante, para el Juez de Ejecución, la opinión en contrario del Fiscal. b. Podrán hacer uso del derecho que otorga el art. 54 de le ley 24.660: 1) los condenados

c.

que no están en condiciones de obtener la libertad condicional, por no haber cumplido con los requisitos del artículo 13 del C.P., 2) los reincidentes, y 3) quienes fueran condenados a penas menores al año y dos meses de prisión, o un año y cuatro meses de reclusión. Los operadores del sistema penal argentino deberán lograr que se abra la posibilidad de poner en crisis, en forma práctica y sencilla, las decisiones adoptadas por los Jueces de

d.

e.

Ejecución Penal, al resolver un incidente de "libertad asistida", o de cualquier otro instituto contemplado en la ley 24.660, para que un tribunal superior pueda revisar las mismas. Ello, a través de una reforma de la ley procesal federal que adapte la normativa a los preceptos establecidos en los distintos instrumentos internacionales de derechos humanos, que han sido incorporadas a nuestra Constitución Nacional a través del artículo 75, inc. 22, y los que se les ha dado rango constitucional. Los informes técnico criminológicos y del Consejo Correccional del Establecimiento Carcelario sólo serán vinculantes para el Juez, cuando tengan un real sustento científico que, interpretado junto con la situación global del sujeto que peticiona la libertad asistida, indique sin lugar a dudas que el egreso anticipado de éste va a ser riesgoso para sí o para terceros. Las calificaciones de "conducta" y "concepto", a pesar de su carácter totalmente subjetivo, arbitrario, y fuera de todo control judicial, son la piedra fundamental que utilizan los jueces para justificar la excepcionalidad prevista en el tercer párrafo del art. 54 de la ley 24.660.

El instituto de la "libertad asistida" puede concederse, sin objeciones, aún a aquel condenado que recién se incorporó al régimen de progresividad.

Historia de la Criminología PLAN DEL TRABAJO Historia De La Criminología. Escuelas Jurídico Penales. -) Escuela Clásica -) Escuela Positiva -) Inteligencia y Delincuencia -) Teoría de la Sexualidad de los niños y psicoanálisis ( SIGMUND FREUD) -) Criminología Clínica -) Teoría del Aprendizaje -) Escuela Ecléctica -) Escuela Social -) Escuela Annommica -) Escuela Ecológica

INTRODUCCION La conducta del hombre como todos sabemos, desde tiempos remotos siempre ha preocupado a los estudiosos y siempre ha sido de estudio y criticas. De ahí es que intervienen las Escuelas Jurídico Penales, según Jimenes de Asua. El termino de causal - explicativas, normativas y aplicativas provienen del estudio de la naturaleza de la conducta humana. El desenvolvimiento humano y el origen del hecho humano son objeto de estudio de la ciencia causal - explicativa y su única limitación radica en su propio radio de estudio. Los comportamientos que están basados o regulados en las normas legales, son los que estudia la ciencia normativa; y su campo de estudio es menos amplio que el de la ciencia causal-explicativa porque no pasan del marco normativo. Por ultimo tenemos las ciencias aplicativas que son un conjunto de técnicas, que utilizan el material científico de que las otras ciencias aportan, para ayudar al desenvolvimiento de las interrogantes que en ellas se podrían plantear. Tenemos que la criminología nos ayuda ha estudiar el delito, sin que esto signifique que este sea de objeto exclusivo de estudio de la criminología. La ciencia causal - explicativa trataría de explicar al delito en sus orígenes y desarrollo dentro de la sociedad que lo produce; La ciencia normativa estudiaría los modelos de comportamiento humano que la ley describe como delito y todas las sanciones que se podrían aplicar para cada comportamiento establecido y la ciencia aplicativa se ocuparía en indagar las circunstancias temporo - espaciales , instrumentales y personales en que se realizo el hecho punible. Así tenemos que la criminología es una ciencia causal - explicativa, el derecho penal es una ciencia normativa y la criminalistica es una ciencia aplicativa. HISTORIA DE LA CRIMINOLOGIA La lucha del delito y la preocupación científica de este fueron objetivos que las ciencias normativas trataron alcanzar y se dio durante la antigüedad y la edad media. Tal fue la importancia que se dio a esos problemas que ilustres filósofos de la época dieron su opinión al respecto del problema de los delincuentes y el castigo que a estos se le debieran de aplicar, para mencionar algunos de los filósofos tenemos por ejemplo a HESIODO, PITAGORAS, HERACLICO, PROTAGORAS, SOCRATES, PLATON Y ARISTOTELES. Lo que si falto en esta época fue el sentido científico realista que es un presupuesto para la investigación criminología, por falta de este sentido científico realista no se pudo coleccionar sistemáticamente las experiencias. Tenemos que las bases de la filosofía del derecho penal dadas por TOMAS DE AQUINO en la escolástica le paso lo mismo que a la anterior, solo que esta se dio en la época mediaval. Damos comienzo en la edad moderna , estimuladas por la ilustración, pero con una verdadera intensidad solo en el siglo XIX, es aquí que los fenómenos reales entran en investigación, estos fenómenos abarcaban tanto el plano físico y psíquico que están en conexión con el delito. En estas ilustraciones tuvo su mejor influencia la obra del jurista milanes CESARE BECCARIA, Trattato dei delitti e delle pene, 1764; En alemán: Uber Verbrechen und strafen, 1870; [ En español hay varias traducciones: la primera de 1774; otras en1820, 1821, 1822, 1851, 1879

( por PASCUAL VICENT, siguiendo la versión de 1862, de CESAR CANTU: De los delitos y de las penas), 1945 ( Buenos Aires )]. La criminología, como podemos observar no se exterioriza de una manera independiente, sistemáticamente cultivada. Sino que se deriva de diversas ramas de la investigación humana, hasta que al final se llega a reunir todas estas piezas dispersas y con ello se desarrolla una disciplina propia, llamada criminología. Ahora como ramas mas importante de la criminología podemos mencionar: Las investigaciones medicas, con importancia en la Medicina Legal; La Antropología, Psiquiatría, Biología hereditaria, de las llamadas Psicología medica y de la caracterologia. Ya en la antigüedad se ocuparon los médicos de cuestiones medicolegales aisladas y fueron llamados n algunos casos como expertos. En 1249 se tomo juramento s H. v. LUCCA en Bolonia para la redacción de dictámenes medicolegales y B. de VARIGNANA (muerto en 1318 ) practico la primera autopsia para la comprobación de un envenenamiento. En su mayoría tenemos que LOMBROSO es siempre o en la mayoría de los casos nombrado como fundador de la criminología científica. Claro esta que al hacerlo no es justo dejar en lo oculto el que antes de el ya habían sido elaborada la materia en los decenios anteriores a el por mucho investigadores de numerosas ramas. Tenemos por ejemplo a MOREL, que con investigaciones propias, hizo reflexiones como las de LOMBROSO pero con la diferencia que se permaneció en la oscuridad. También, llevado por la fuerte intensión político - criminal, JEREMIAS BENTHAN, propuso reformas al sistema legal y penal ingles, mientras su compañero de ciencia, HOWAR con su obra States of Prisons in England and Wales de 1777, impulso a los movimientos de reformas. ( El Estado de las prisiones en Inglaterra y Gales ). Los intentos de implicar al hombre en la criminología científica era la primordial importancia de esta. Como ejemplo de estos intentos tenemos a LAVATER, con sus primeras publicaciones el 1775 de Fisonomía y los trabajos de GALL cuya obra principal apareció en 1882, llamada Les fonctions du cerveau ( Las funciones del cerebro ). GALL es señalado como el verdadero fundador de la antropología criminal, el cual anteriormente se ocupo de la Frenología, a la cual se le aplico el medio de prisiones Lauvergne en 1841. El crimen era una determinada forma de degeneración hereditaria en el individuo o incluso en su familia, esta teoría esta apoyada por MOREL. Los cráneos de los criminales tenían particularidades, y estas fueron halladas por el neurólogo y patólogo BROCA. En 1869 se hizo investigaciones sobre 464 cráneos de criminales las cuales las hizo WILSON, y el medico de prisión escocés THOMSOM en 1870 publico en el Journal of Mental Science el resultado de sus observaciones sobre mas de 5,000 presos. La tesis de la locura moral ( Schwachsinn ) , fue publicada por PRICHARD en 1835. NICOLSON entre 1873 y 1875 publico sus trabajos sobre la vida psíquica del criminal y su tendencia a la locura, imbecilidad y ausencia de sensibilidad. Otros que proporcionaron fundamento para la doctrina de LOMBROSO fueron obras como las de P. J. CABANIS, Ph. PINEL, ESQUIROL, GRIESINGER, J. J. MOREAU de TOUR y sobre todo, MOREL, quienes entre otros se ocuparon de los problemas de la psiquiatría forense.

GUERRY para el estudio de la criminalista partió de unos principios completamente distintos a los conocidos. Fue en 1833 en su obra ESSAI SUR LA STATISTIQUE MORALE DE LA FRANCE y en la principal de QUETELET, SUR L'HOMME ET LE DE VELOPPEMENT DE LA FACULTES OU ESSAI DE PHAYSIQUE SOCIALE, 1836. Por parte de Alemania VON MAYR, fue conocido particularmente con su obra Estadística de la Policía Judicial en el Reino de Baviera, dada esta obra en el ano de 1867, y su posterior obra llamada la regularidad en la vida social, en 1877. Tenemos que las ciencias del espíritu eran las que dominaban las tomas de posición ante hechos criminologicos, aunque también se dio el caso que en los cien anos anteriores a LOMBROSO también se daba una importancia, aunque de una manera menos expresiva de la toma de posición de los hechos criminologicos , pero con aspiraciones por un camino Empírico. Gracias a los investigadores de Antropología Medica, Psiquiatría, como Psicología Temprana y Sociología, se ocuparon de los planteamientos criminologicos. En la sociedad siempre se busca el estudio del crimen y los criminales y esto le concierne a la criminología, buscando la delincuencia juvenil y las causas del delito. Hasta llegar a la teoría de que la interrelaciones de las personas, grupos y la sociedad en la cual viven y funcionan son las principales causas de que se cometa un delito. Como decíamos anteriormente en la antigüedad se pensaba que el delito, se le atribuían a los defectos físicos y mentales y que era l producto de los rasgos hereditarios. Pero no hay de que preocuparse puesto que tales afirmaciones hoy en día no son tomadas como positivas sino mas bien son rechazadas. Llegada a esta conclusión porque el delito, por que el delito se aprende y no se hereda. Las explicaciones sociológicas son las que se oponen a la creencia del delito hereditario. La criminología es una ciencia muy nueva y d la cual podemos ver que se basa en dos áreas de búsquedas, que son distintas pero están relacionadas entre si, la primera esta el estudio de la naturaleza del delito dentro de la sociedad y la segunda es el estudio de los delincuentes desde un punto de vista psicológico. Ambas de estas teorías son mas descriptivas que analíticas. Los eruditos de la materia estudian el comportamiento humano desde una perspectiva clínica y sino desde una perspectiva legalistica por esa razón es una ciencia que no es exacta. La ley utilizando estas perspectiva llegan a la conclusiones que conductas son criminales y cuales no, de allí es que los científicos tratan de formular sus razones de porque ciertas personas violan la ley. De acuerdo con las creencias y sus necesidades, hablando de la sociedad, podríamos decir que es legal o ilegal. Aunque tenemos que el código penal posee nociones firmes del mal y del bien, observando que no todo lo malo en sentido moral es criminal y algunos actos que por lo general no se consideran malos pueden ser penalizados. Se ha llegado ha comparar el estudio d un delito con el de la moda o hasta con algo mucho mas siniestro como por ejemplo el poder económico. Pero hay que tener en cuenta que dependiendo de los diferentes comportamientos, así serán los diferentes causas del delito. En Hispanoamérica, podemos mencionar como gran un gran criminólogo a JOSE INGENIEROS, puesto que fue el primero en Hispanoamérica. También en Cuba se han

impreso libros de criminología, aunque su valor científico sea escaso podemos mencionar a RICARDO A. OXAMENDI y el de J. MORALES COELLO. Bueno, después del congreso de criminología celebrado en París en el ano 1950, proliferan los libros de criminología en estos países con características apuntadas, teniendo en cuenta que son en realidad la transcripción de los libros de otros autores. Pero aun falta para que la verdadera criminología del hombre hispanoamericano se haga, pero tenemos que anunciar a LUIS CARLOS PEREZ, utiliza datos sobre la criminalidad de menores y mujeres en Colombia, de los bolivianos, HUARCAR CAJIAS, que divide su obra en una sección d biología criminal y sociología criminal y HUGO CESAR CADIMA que hasta ahora solo tiene en su primer tomo la introducción y la antropología criminal; y el muy conocido profesor venezolano JOSE RAFAEL MENDOSA, que expuso un libro con gran mérito expositivo. Para una mejor comprensión de la criminología entraremos al estudio de las escuelas jurídico penales, puesto que los conceptos puramente jurídicos van entrelazados con los criminologicos y de allí se parte del análisis de los problemas normativos. Para JIMENES DE ASUA, las escuelas jurídico penales son: " EL CUERPO ORGANICO DE CONCEPCIONES CONTRAPUESTAS SOBRE LA LEGITIMIDAD DEL DERECHO DE PENSAR SOBRE LA NATURALEZA DEL DELITO Y SOBRE EL FIN DE LAS SANCIONES " 1 .

El rápido desarrollo de las escuelas jurídico penales en el siglo XX, se debió a las continuas confrontaciones, algunas de violencia, de las disversas escuelas jurídico penales. Unos delos avances mas importante que se obtuvo de la lucha de las escuelas jurídico -penales consistió en la delimitacion de lo9s campos, en la precisión de métodos y en la colaboración entre profesionales, puesto que anteriormente trabajaban dispersos. SAINZ CANTERO nos define escuela jurídico penales en un sentido mas amplio " LA DIRECCION DE PENSAMIENTO QUE TIENE UNA DETERMINADA DIRECCION, TRABAJA CON UN METODO PECULIAR Y RESPONDE A UNOS DETERMINADOS PRESUPUESTOS FILOSOFICOS-PENALES " 2 .

Una de las corriente que están actualmente en desprestigio son las " juridico-criminologica" que pretende hacer de la criminología una ciencia auxiliar, que se dediquen a estudiar dogmas y códigos penales.

LA ESCUELA CLASICA En los siglos XVII y XVIII surgieron nuevas clases sociales, como por ejemplo los mercaderes, banqueros y los hombres de negocio ( los burgueses ), llamada esta época como la Era de las Luces. El esfuerzo de mucho trabajo, el pensamiento racional fueron causas que hizo que la Etica Protestante despertara para que las personas alcanzaran su éxito personal. Comenzaron a surgir nuevos cambios en la manera de pensar, alcanzando un auge las ciencias en la búsqueda de las normas legales y desplazando los erróneos caminos de Dios. Gracias a esto se dieron cuenta que el hombre atravez de la razón experimento los dolores y placeres, por tal motivo el Estado dejo de ser observado como una entidad divina, que imponía sus castigos y reglas para todos los ciudadanos, sino que se exigió que siguiera los dictados de la razón.

La reforma clásica tuvo sus inicios en la ultima mitad del siglo XVIII en Inglaterra e Italia y se extendió a Europa Occidental y ha EUA de allí en adelante. Teniendo en cuenta que lo mas importante es que la Escuela Clásica no existió como tal desde el punto de vista histórico, sino que gracias a ENRRICO FERRI, que comenzó a llamarle clásicos a los juristas prepositivistas y posteriores a BECCARIA. BECCARIA en 1764 escribió una obra con el nombre de De Delitos y Castigos, esta obra fue escrita tan solo cuando el constaba con 26 anos de edad. El trataba de encontrar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, Escribir las leyes para que pudiera ser comprendida por todos los individuos y no solo por máximos juristas y sobre todo que la interpretación de esta no se pudiera dar de una forma desviada a la moral por los juristas o jueces y por ultimo el de limitar el ámbito de las leyes penales al mínimo necesario para minimizar el delito. Podemos decir que gracias a la Escuela Clásica se dio la terminación de la barbarie y la injusticia que el derecho penal representaba, procuro la humanizaron por medio del respeto a la ley, del reconocimiento a las garantías individuales y de la limitación al poder absoluto del Estado. Al hablar de los representantes de la Escuela Clásica todos estamos de acuerdo con que fue gracias a BECCARIA, sentando los principios de esta gran corriente el " DIVINO MARQUEZ " . BETHAM, aporto con su obra " TEORIA DE LAS PENAS Y DE LAS RECOMPENSAS " escrita en 1840 y ROMAGNOSI, con " GENESIS DEL DIRITTO PENALE " en 1837. El profesor de Bolonia, Ginebra y París que es asesinado por sus pensamiento políticos, fue el que escribió el primer gran clásico reconocido por todos, fue el, profesor PELLEGRINO ROSSI ( 1787 - 1848 ). ROSSI consideraba que existía un orden moral que todos los seres libres e inteligentes debíamos de seguir, pensando así que estos ordenes debían aplicarse en la sociedad, puesto que todos los individuos estamos hechos para vivir en sociedad. Dando así que gracias a esto surja un orden obligatorio para toda una sociedad y del cual se derivarían todos los derechos y obligaciones. Otro ilustre representante tenemos a GIOVANNI CARMIGNANI, que nos trata de explicar que el castigo que se le impone a un criminal por el delito que cometió no se hace con el animo de tomar una venganza sino la de prevenir a que en un futuro no se realice otros delitos semejantes, este ilustre representante fue profesor de Pisa, y en sus Elmenta iuris criminalis hace la necesidad del orden social como la fuente y de la ley moral como el limite. Hay otro autor que piensa que la capacidad de juzgar le pertenece al superior pero no niega que todo hombre al ser tal es inteligente y puede juzgar por igual, para ROSINI el fundamento del derecho de castigar es el eterno principio de la justicia. Y este autor el que sienta bases para la Escuela Clásica, con su obra Filosofía del Diritto escrita en 1839 por ANTONIO ROSINI. Dentro de los escritores clásicos mas destacados tenemos a FRANCISCO CARRARA ( 1805 1888 ), que en 1859 escribió Programa di Diritto Criminale, lo cual llevo a su verdadera esencia jurídica al Derecho Penal y son tan importantes porque cuando se hace referencia a la Escuela Clásica son las doctrinas de CARRARA las que se someten a exámenes. CARRARA, nos confiesa " NO ME OCUPO DE CUESTIONES FILOSOFICAS: PRESUPONGO ACEPTADA LA DOCTRINA DEL LIBRE ARBITRIO Y DE LA IMPUTABILIDAD

MORAL DEL HOMBRE, Y SOBRE ESTA BASE EDIFICADA LA CIENCIA CRIMINAL, QUE MAL SE CONSTRUIRIA SIN AQUELLA " 3 . Según CARRARA delito es " LA INFRACCION DE LA LEY DEL ESTADO, PROMULGADA PARA PROTEGER LA SEGURIDAD DE LOS CIUDADANOS, RESULTANTE DE UN ACTO EXTERNO DEL HOMBRE, POSITIVO O NEGATIVO, MORALMENTE IMPUTABLE O POLITICAMENTE ENGANOSO" No tenemos que olvidar a otros autores que dieron luz y brillo a la Escuela Clásica, que son BRUSA, TOLOMEI, PESSINA, MITTERMAINER, BERNER, HALSCHNER, BIRKMEYER, ORTOLAN Y TYSSOT. Esta Escuela Clásica tiene por postulados : 1. El encontrar sus bases filosóficas en el Derecho Natural. 2. Un respeto absoluto al principio de legalidad. 3. Ver al delito como un ente jurídico y no como un ente filosófico. 4. El libre albedrío 5. La aplicación de las penas a los individuos moralmente responsables. 6. Los que carezcan de libre albedrío como por ejemplo los locos y los niños quedan excluidos del Derecho. 7. La pena es la retribución que se hace al criminal por el mal que hizo en la sociedad. 8. La retribución debe ser exacta. 9.

" LAS PENAS SON SANCIONES AFLICTIVAS DETERMINADAS, CIERTAS, EJEMPLARES, PROPORCIONALES, DEBEN REUNIR LOS REQUISITOS DE PUBLICIDAD, CERTEZA, PRONTITUD, FRACCIONABILIDAD Y REPARABILIDAD, Y EN SU EJECUCION DEBEN SER CORRECTIVAS, INMUTABLE E INPRORROGABLES " 4 . 10. La finalidad de la pena es restablecer el orden social externo que ha sido roto por el delincuente. 11. El Derecho de castigar pertenece al Estado titulo de tutela jurídica. 12. El Derecho Penal es garantía de libertad, ya que asegura la seguridad jurídica ante la autoridad. 13. Se considera que el método debe ser logico-abstracto, silogístico y deductivo.

LA ESCUELA POSITIVA Esta es todo lo contrario a la Escuela Clásica, la Escuela Positiva si tuvo una existencia real, con un grupo de juristas que retaron a otros juristas del campo para poder imponer sus ideas. Una clase de intelectuales que hacen de LOMBROSO un jefe y sus conocimientos una doctrina.

FERRI nos dice que " LA ESCUELA POSITIVA CONSISTE EN LO SIGUIENTE: ESTUDIAR AL DELITO, PRIMERO EN SU GENESIS NATURAL, Y DESPUES EN SUS EFECTOS JURIDICOS, PARA ADAPTAR JURIDICAMENTE A LAS VARIAS CAUSAS QUE LO PRODUCEN LOS DIVERSOS REMEDIOS, QUE POR CONSIGUIENTES SERAN EFICASES " 5 Debido a los excesos de la Escuela Clásica, nace la Escuela Positiva. Todo se debió al abuso de la dogmática, al olvido del hombre delincuente a sus creencias de haber de haber agotado la problemática juridico-penal. El principal medio de difusión de esta escuela fue la revista "Archivi di psichiatria, scienze penali e antropologia criminale". La vida de esta escuela ha sido agitada y fecunda, llena de aciertos y de errores también, así como ha tenido muchos que la apoyan también están los que la contradicen. Otra conocimiento que FERRI nos explica es: " LA ESCUELA CRIMINAL POSITIVANO CONSISTE UNICAMENTE, EN EL ESTUDIO ANTROPOLOGICO DEL CRIMINAL, PUES CONSTITUYE UNA RENOVACION COMPLETA, UN CAMBIO RADICAL DE METODO CIENTIFICOEN EL ESTUDIO DE LA PATOLOGIA SOCIALCRIMINAL, Y DE LOS QUE HAY DE MAS EFICAZ ENTRE LOS REMEDIOS SOIALES Y JURIDICO QUE NOS OFRECE. LA CIENCIA DE LOS DELITOS Y DE LAS PENAS ERA UNA EXPOSICION DOCTRINAL DE SILOGISMOS, DADOS A LUZ POR LA FUERZA EXCLUSIVA DE LA FANTASIA LOGICA; NUESTRA ESCUELA HA HECHO DE ELLO UNA CIENCIA DE OBSERVACION POSITIVA, QUE, FUNDÁNDOSE EN LA ANTROPOLOGIA, LA PSICOLOGIA Y LA ESTADISTICA CRIMINAL, Y ASI DE COMO EL DERECHO PENAL Y LOS ESTUDIOS PENITENSIARIOS, LLEGA HA SER LA CIENCIA SINTETICA QUE YO MISMO LA LLAMO SOCIOLOGIA CRIMINAL, Y ASI ESTA CIENCIA, APLICANDO EL METODO POSITIVO AL ESTUDIO DEL DELITO, DEL DELINCUENTE Y DEL MEDIO, NO HACE OTRA COSA QUE LLEVAR A LA CIENCIA CRIMINAL CLASICA EL SOPLO VIVIFICADOR DE LAS ULTIMAS E IRREFRAGABLES CONQUISTAS HECHAS POR LA CIENCIA DEL HOMBRE Y DE LA SOCIEDAD, RENOVADA POR LAS DOCTRINAS EVOLUCIONISTAS " 6 . Dentro de los representantes e esta escuela, tenemos a LOMBROSO, FERRI Y GAROFALO, esto no quiere decir que sean todos sino que con ellos son con los cuales se marca el principio de una corriente que llegaría con fuerza hasta nuestros días. Los postulados de esta escuela son: - La Escuela Positiva se caracteriza por su método científico. - El delito es un hecho de la naturaleza y debe estudiarse como un ente real, actual y existente. - Su determinismo, es totalmente determinista esta escuela. - Sustituye la responsabilidad moral por la responsabilidad social, puesto que el hombre vive en sociedad y será responsablemente social mientras viva en sociedad. - El hecho de que si no hay responsabilidad moral, no quiere decir que se pueden quedar excluido del derecho. - El concepto de Pena se sustituye por el de sanción. - La sanción va de acuerdo a la peligrosidad del criminal. - Estas deben durar mientras dure la peligrosidad del delincuente, y por eso son de duración indeterminada.

- La ley penal no restablece el orden jurídico, sino que tiene por misión la de combatir la criminalidad considerada como fenómeno social. - El derecho a imponer sanciones pertenece al Estado a titulo de defensa social. - Mas importante que las penas son los substitutivos penales. - Se acepta "tipos" criminales. - La legislación penal debe estar basada en los estudios antropológicos y sociológicos. - El método es inductivo - experimental.

INTELIGENCIA Y DELINCUENCIA HARRY GODLAND, indico que la incapacidad mental es la principal causa única de la criminalidad. GODLAND, realizo un estudio entre los anos 10 y 1914 dentro de los cuales, estudio a 150 mil reclusos condenados. Y encontró que un 50% de estos tenia deficiencia mental. Los postulados de esta Teoría son:

1. El débil mental seria un tipo de delincuente. 2. Las personas nacen débil mental o con una inteligencia normal. 3. En la mayoría de las ocasiones estas personas conocen los delitos peligrosos de asalto y los delitos sexuales. 4. Los débiles mentales cometen estos delitos por la falta de los factores inhibitorios sociales; sobre todo este no puede exteriorizar los que esta descrito como bueno o como malo. 5. No tienen la capacidad de prever la consecuencia de sus actos y por lo tanto la amenaza penal no tiene efecto sobre esta clase de individuo. 6. Son personas muy sugestionables y cualquier criminal mas inteligente que el lo puede llevar a cometer un delito. 7. Por ser débil mental, en los barrios donde existe una criminalidad alta, lo hace por imitación. Los inteligentes tienen la capacidad para ocultar la criminalidad pero los débiles mentales carecen de ella.

TEORIA DE LA SEXUALIDAD DE LOS NINOS Y PSICOANALISIS (SIGMUND FREUD).

La teoría de la sexualidad de los niños fue entendida cuando se desarrollo la teoría de la sexualidad humana. Donde dice que hay un "yo" un "ello" y un "super-ello". El ego viene de la realidad pero se relaciona con el ello y el super-ello. Según esto, muestra nuestra relación infantiles con nuestros padres. Vivimos del pasado, puesto que somos susceptible a este ya que la niñez influye en nuestra vida adulta. Sin embargo ofrece una libertad de esclavitud infantil del pasado pero debemos tratar de salvar el yo individual de nuestras fuerzas salvajes y de la sociedad. --------------------------------------/------------------------------------------\ INCONCIENTE \ PRECONCIENTE \ ELLO ( ID ) \ SUPER EGO \ / (SUPER YO) \ \ \ CONCIENCIA // \ YO ( EGO ) / // \/ -----------------------------------------/------------------------------------- / MUNDO EXTERIOR

La explicación de la teoría: Tenemos que el ser humano en su comienzo fue o era solo instinto, de allí el va creando otros instintos psíquicos; el "ello" ( ID ) lo mas primitivo y el "yo" ( ego ) creado después, sobre la base que primero solo éramos animales y después se desarrollo, pero nunca se dejo de tener instintos solo que lo teníamos en forma inconsciente. Hay otra instancia psíquica que se confunde con el "yo" y el "ahora", que es el punto del momento del "ya" y el "ahora". El "yo" se relaciona con la voluntad pero a lo interno, pero tiene otra instancia psíquica que es el "super yo" que es formado desde que el niño nace y es sometido a la autoridad de sus padres primero, y después por otras personas. Allí podemos encontrar las reglas y pautas de lo bueno, lo que se debe hacer y lo malo, lo que no se debe hacer. En lo interno del "yo" donde esta la memoria y el " super-ego", se puede llegar a la conciencia. Es decir que al preconciente, donde solo se logra llegar con el psicoanálisis u el inconsciente. Tanto los principios que están en el "ello" y las normas el "super-ello" como nuestra conciencia y las exigencias del mundo exterior, se da la influencia en la conducta humana que es la realidad de un proceso complejo. La fuerza que lleva el instinto es el LIBIA, que es placer físico, que FREUD lo llama placer sexual y nos plantea que el ser humano desde el momento que nace tiene experiencia sexual. Las cuales se muestran en tres fases: a) la fase moral, b) la fase de agresión y C) la fase fálica.

Los sueños son el mensaje del subconsciente, este expresa siempre la realización de un deseo, si estos sueños producen angustias las personas se despiertan a manera de protección y estas angustias afectan al desarrollo de las personas. El sueno es el resultante de un compromiso entre las ideas del yo y las ideas latentes que se expresan en el sueno. La explicación de la criminalidad, dice que los delincuentes carecen de "super-ego", pero esto es ilógico ya que si alguien tuviera solo instinto actuaría como animal y seria imposible vivir con el. Mas adelante se realiza otro planteamiento, que dice que el problema de la criminalidad, se da por deficiencia, producto del "super-ego" , la cual se da por una deficiencia educativa. Ese niño al crecer no podrá formar un "super-yo" adecuado y esta instancia no cumplirá su función. Hoy en día es considerada la sexualidad como algo normal gracias a FREUD.

CRIMINOLOGIA CLINICA BENIGNO DI TULLIO la define como la ciencia de las conductas antisociales y criminales basada en la observancia y el análisis profundo de casos individuales, normales, anormales o patológicos. Esta corriente intenta dar una explicación integral a cada caso, considerando al ser humano como una entidad biológica, psicológica, social y moral. Se dice que proviene de LOMBROSO. Sus antecesores son por ejemplo MAUCDESEY, Londres en 1888; FRANCISCO GINER, Madrid en 1899 y DE LOS RIOS, Buenos Aires en 1907. Se le denomina Criminología Clínica porque proviene del griego CLINE: Lecho, cama. El medico clínico tiene como labor la de observar, diagnosticar, pronosticar al paciente en la cama. Estos son los grandes objetivos de la criminología clínica. La premisa es la de que la conducta humana esta condicionada por múltiples factores biológicos, psicológicos y social. Hay que averiguar en cada caso, cuales de estas circunstancias hacen que la persona cometa un delito. Dentro de los métodos tenemos: 1. Entendimiento directo con el delincuente. 2. Examen medico. 3. Examen psicológicos para obtener datos sobre la personalidad del individuo. 4. Encuesta social en donde el trabajador social investiga el medio en que se desarrollo la persona. El trabajo clínico debe ser interdisciplinario, en términos generales se ha vinculado con el funcionamiento de las prisiones. Este trabajo da respuesta al que hacer con el individuo, realizado así el diagnostico pronostico y tratamiento. La peligrosidad es un concepto clave de la escuela clínica, que se basa en el supuesto ( que causa llevar a la persona al delito ) se puede determinar si los va a seguir cometiendo y en que medida. Este concepto tiene dos aspectos : a) La Capacidad Criminal: Que es la cantidad de delito que puede cometer el criminal.

b) Adaptabilidad: La capacidad de adaptación al medio en que vive. La escuela clínica trata de analizar al delito para establecer un diagnostico, pronostico y tratamiento. Este es el central de esta escuela. Un diagnostico se utiliza para determinar el grado de peligrosidad de un individuo, entrando en jugo los dos aspectos antes mencionados. Lo mas importante es el paso al acto y existe 4 fases importante: a) Consentimiento Mitigante: Concibe y no rechaza la posibilidad del delito del delincuente. b) Consentimiento Formulado: Donde la persona decide cometer el delito. c) Estado de Peligro. d) Paso al Acto: La comisión del delito. SUTHRERLAND, elaboro en la criminología clínica, EL DELITO DE CUELLO BLANCO y la definió: " Es un delito cometido por una persona de respetabilidad y estrato social alto en el curso de su ocupación" . Las conclusiones: 1. La delincuencia de las empresas y los ladrones de cuello blanco son reincidentes. 2. Tiene miedo a la denuncia. 3. Los hombres de negocios expresan el mismo despreció a la ley que los otros. 4. Son crímenes bien organizados. A diferencia del ladrón común, el de cuello blanco no se ve como delincuente. 5. Expresa públicamente adehesion a la ley, aunque en privado la viole. 6. Es un delito oculto, Una manera de lograr la imputabilidad es a través de expertos abogados. 7. En términos históricos se dio cuenta que muchas de las grandes fortunas se deben a, la practica ilícita. Esta investigación de SUTHERLAND cambia toda la criminología, ya que como frecuentemente se decía que el delito debía explicarse con los problemas psicológicos y no es así. Además la criminología no se basa, ni en dinero ni en promesa. Concluye señalando que hay que incluir a las clases medias y altas en el fenómeno de la criminología.

LA TEORIA DEL APRENDIZAJE Pasan a un rígido plano, las consecuencias biológicas para centrarse en las experiencias que tiene el individuo y por lo tanto para entender la criminalidad, hay que ver la criminalidad que rodea la persona.

CHRISTIE, realizo un experimento para confirmar una hipótesis que se dio en Noruega a final de la segunda querra mundial. En 1942 se llevan a Noruega prisioneros de distintas nacionalidades y los ponen en cárceles con carceleros noruegos, mas de la mitad murieron por causa del hambre y la tortura en menos de un ano. Los torturaron porque entre el carcelero y los prisioneros no existía una relación afectiva. En 1952 CHRISTIE, hace una investigación sobre estos carceleros para determinar su conducta, encontrando los resultados de : a) En las características personales entre guardia torturador y no torturador no existía gran diferencia. b) Todos los guardias tenían características comunes a toda el resto de la población en Noruega. Las característica del grupo d los prisioneros era: a) El hambre extrema daba por resultado que cualquier cortada o herida despidiera un mal olor. b) Esto causaba alteraciones en la conducta, por lo que hacia que los carceleros vieran a las prisioneros como personas de carácter no humano y por eso los torturaban.

En conclusión tenemos la posibilidad de actuar con crueldad, sin considerarse asesinos. Pero de esta consideración de que no había diferencia entre torturadores y no torturadores se hizo el experimento en donde se intento ver la obediencia a la autoridad bajo la responsabilidad de otra persona, es decir muchas personas son capaces de hacerle daño a otra, siempre y cuando ese daño no se defina como prohibido, perjudicial o dañino.

LA ESCUELA ECLECTICA Esta escuela tiene su fundamento teórico basado en el mismo que el de la Escuela Clásica, que es el contrato social. Esta escuela no es una escuela en si, sino la reunión de varias escuelas reunida en esta corriente. La diferencia entre la escuela Clásica y Positiva esta en que estas tenían una serie de normas que si no estabas de acuerdo con una, rompías todas las demás. Era un esquema casi perfecto y el objetivo de la escuela Ecléctica era la de romper con esas reglas o esquemas monolíticos y crear algo diferente. El presupuesto operante de esta es la igualdad material y como en la Escuela clásica, radica su responsabilidad en lo individual, pero le agrega el concepto de situación, referente al medio físico y social. Como consecuencia de la introducción del concepto situación en la responsabilidad individual, la escuela ecléctica logra la atención punitiva por razones subjetivas, y conserva, dicha disminución por razones objetivas. La integración entre derecho penal y criminología requiere entre todo una gran madurez en ambas disciplinas., se recalca sobre la madurez de estas ciencias, porque el derecho penal en aquella época estaba falto de madurez y la criminología empezaba sus primeros pasos.

ESCUELA SOCIAL

Esta apoyada por el filosofo DURKHEIM, esta escuela no tiene su fundamento en el contrato sino en la dialéctica . Esta escuela tiene antecedentes en la Lyon, en especial en Lacassagne, en la cartográfica y en la de intersicologia con Tarde. Son famosas las sentencias lapidarias de Lacassagne: "Las sociedades tienen los criminales que se merecen y el medio social es el caldo del cultivo de la criminalidad mientras que el microbio es el criminal" 7 . Para la escuela social, el presupuesto operante es el de la desigualdad material y la división del trabajo, y no el de la igualdad del contrato. La responsabilidad penal es individual, pero requiere una depuración de las fuerzas sociales. Su sistema jurídico busca ante todo una justicia social y tiene un criterio político que busca la comprensión y mejoras sociales. Tratándose del delincuente, la escuela social realiza los estudios de estos bajo un enfoque sociológico., la patología se desplaza del campo individual al social. Esta escuela introduce el estudio de la motivación en el delincuente y hace la medición punitiva con base en factores objetivos y subjetivos., desde luego la lista de factores subjetivos la amplia, y a mas de esto, no solo reconoce la atenuación punitiva derivada de ambas factores sino que llega también a admitir la exclusión de responsabilidad. La escuela social fue la primera en hacer la distinción entre lo patológico y lo no patológico, con énfasis en lo no patológico.

La clasificación de delito y delincuente, Esta escuela nos dice que es normal, quedando a salvo la anormalidad biológica y sicología del delincuente. Tiene una interpretación legal sicosociojuridica. Esta escuela permite un fuerte avance de la criminología, y con el favorece la maduración de la misma hacia una ulterior integración, todavía inexistente, con el derecho penal. El mérito principal de la escuela social radica en introducir el concepto de "función social del derecho" , en el cual, la ley aparece como el mejor mecanismo para lograr una justa composición y un equitativo desarrollo de la sociedad. Este concepto de función social a su vez introdujo cambios de la mayor importancia en el derecho privado y en el derecho publico, por ejemplo, con las figuras del abuso del derecho y de la expropiación, respectivamente y dio comienzo a la eliminación de la arraigada separación tajante entre lo privado y lo publico, división sobre la cual se basan todos los sistemas jurídicos.

ESCUELA ANOMMICA Su fundamento teórico esta basado en la anomia, situación en la cual el desarrollo social desborda al control institucional. El presupuesto operandi esta fundamentado en la desigualdad material y una mayor división del trabajo. Sigue la responsabilidad en el campo individual pero aparece la tendencia a socializarla. La finalidad del sistema jurídico esta basado en el hallazgo del nivel natural en la meritocrasia. El enfoque es sociológico y se dirige a la contracultura, pero no a la cultura. Solo el proletario aparece representado en la estadísticas de criminalidad. Desde luego la escuela anomica no hace caso omiso de la motivación en el delincuente, pero, en verdad, tampoco hace de este

aspecto su principal punto de meditación, puesto que la motivación importante no esta en el individuo sino en la sociedad. Al centrar el foco eruptivo de la delincuencia en la sociedad y no en el individuo, la medición punitiva en si pierde importancia pues resulta de poca utilidad en el tratamiento de la delincuencia mantenida erróneamente dentro de rigurosos esquemas individuales. Empieza otro tipo de cuestionamiento en derredor de la facultad punitiva. EL principal aporte fue el punto víctima de las peores criticas y rechazos: interpretación de la delincuencia proletaria, estadísticamente muy representada en las cifras policiales de criminalidad.

ESCUELA ECOLOGICA Su fundamento teórico es el que la formación de la sociedad es orgánica y no contractual. El presupuesto operandi esta basado en la desigualdad material y muy grande división del trabajo. Su responsabilidad deja de ser individual y se convierte en social y grupal. El hallazgo del equilibrio biotico-social es la finalidad del sistema jurídico. El principal aporte de esta Escuela Ecológica, con sede en Chicago y producto de la inmigraciones incontroladas de europeos, es la interpretación de la delincuencia de la mafia.

CONCLUSION Como hemos podido observar, LOMBROSO, padre de la Criminología, tuvo el reconocimiento de que fue el de la idea de sistematizar una serie de conocimientos, teorías e investigaciones, que se encontraban totalmente dispersas. Todos sabemos que LOMBROSO no es original en su teoría, puesto que antes de el ya existían filósofos que mostraban una inquietud, pero eran un poco tímido con sus ideas. Pero en mi opinión nadie es en la criminología, es totalmente original por la novedad, o mejor dicho por el auge que esta teniendo ahora esta ciencia o este futuro derecho penal. De los errores, no se que decir. Pero nadie es perfecto y el que se considera como tal, tenemos que es el mas imperfecto de todos los seres humanos. Pero con todos estos contratiempos, LOMBROSO ha llegado ha surgir de las pelumbras una nueva ciencia. La cual en mi opinión le veo un gran porvenir, por la gran variedad de corrientes que ha tenido en su camino. Así que démosle la bienvenida a la nueva ciencia la cual esperemos en un futuro pueda esta ser mas profundizada, LA CRIMINOLOGIA.

BIBLIOGRAFIA CARRARA, FRANCHESCO. Programa del curso de Derecho Criminal, tomo I. Depalma. Buenos Aires, Argentina. 1944. FERRI, ENRRICO. Los nuevos horizontes del Derecho y del Procedimiento Penal. Centro Editorial de Gongora. Madrid, España. 1887. FERRI, ENRRIQUE. Principio de Derecho Criminal. Editorial Reus. Madrid, España. 1933.

JIMENEZ DE ASUA, LUIS. Tratado de Derecho Penal, tomo II. Buenos Aire, Argentina. 1950. PEREZ, ALVARO. Curso de Criminología. Editorial Temis. Bogotá, Colombia. 1986. PESET, JOSE L. y PESET, MARIANO. Lombroso y la Escuela Positivista Italiana. CSIC. Madrid, España. 1975. SAINZ CANTERO, JOSE. La Ciencia del Derecho Penal y su Evolución. Bosh, S.A.. Barcelona, España. 1975. VILLALOBOS, IGNACIO. La Crisis del Derecho Penal En México. Jus. México. 1948.

"SOBRE LA RELATIVIDAD DE LA IDEA DE DELITO" RELACIONES ENTRE LA ANTROPOLOGÍA Y LA CRIMINOLOGÍA 1-INTRODUCCIÓN: La criminología es una disciplina que posee sus raíces en las concepciones científicofilosóficas del Iluminismo. Fue Cesare Beccaria el pionero que formuló los principios de la denominada Criminología Clásica, cuyos supuestos se basaban en las teorías del control social de Hobbes, Montesquieu y Rousseau. La base de la teoría clásica de la criminología estaba apoyada sobre la teoría del contrato social, que sostenía que los hombres se reunían libremente en sociedad conforme a una serie de acuerdos que garantizaban el orden y la convivencia. Es en relación a este consenso, que se proponía el castigo de aquellas conductas que eran perjudiciales o peligrosas para el cuerpo social, y la recompensa de aquellas que de alguna manera contribuían al mantenimiento del equilibrio del mismo. De esta forma, se establecía una tipología de aquellas conductas consideradas como desviaciones que posibilitaban clasificar a un individuo como delincuente. En base a esto, las penas que la ley imponía aseguraban el buen funcionamiento y la supervivencia de la sociedad, y "toda pena que exceda ese consenso o que tenga fines distintos es ilegítima y contraviene el contrato social" (Taylor, Walton, Young. 1990). Esta criminología clásica -que también podríamos denominar criminología jurídica- se sustentaba básicamente en el derecho, sobre todo aquel de tradición indoeuropea que, según Antonio Beristarain, está basado "en un derecho que controla con rigidez y rectitud la vida del pueblo, y que admite o necesita el Estado como centro de las relaciones comunitarias" (1978). Dado que cada disciplina surge en el marco de un entorno socio-histórico específico que de alguna manera caracteriza los supuestos explícitos e implícitos que le dan sustento, es menester agregar que, para estos tiempos en que surge la criminología, como asevera Foucault, comienza a desarrollarse un discurso que por primera vez "articula una concepción binaria de la sociedad: hay siempre dos grupos, dos categorías de individuos..." . Esta estructura binaria que atraviesa la sociedad, instituye un esquema de explicación marcado por la asimetría, en donde hay "una raza puesta como la verdadera y única (la que detenta el poder y es titular de la norma) y los que constituyen otros tantos peligros para el patrimonio biológico. En ese momento aparecerán todos los discursos biológicos-racistas sobre la degeneración y todas las instituciones que, dentro del cuerpo social, harán funcionar el discurso de la lucha de razas como principio de segregación, de eliminación y de normalización de la sociedad" (Foucault, pag. 56. 1996).

Es justamente a partir de este mismo discurso, que se va a desarrollar la idea de desviación con la que se caracteriza a la conducta del delincuente. El desviado es un ser inferior que presenta una patología, esta debe ser "sanada" a partir de los procesos de normalización vinculados específicamente al encierro institucional. Si bien, a lo largo del desarrollo de la disciplina criminológica se han sucedido una serie de cambios de paradigma en lo que respecta a la concepción del "hombre delincuente", actualmente se siguen sintiendo en nuestras instituciones y prácticas institucionales los efectos de este discurso: el delito es una enfermedad portada por determinados individuos que tuvieron una "mala socialización" y que deben ser excluidos y encerrados para "resocializarlos" e integrarlos como miembros sanos de la sociedad. 2-EL POSITIVISMO: La criminología, como dijimos anteriormente, ha sufrido desde sus inicios una serie de cambios de paradigma vinculados a la concepción que se tenía en cada momento histórico sobre el "delito" y la "conducta delincuente". Básicamente nos interesa recortar, para los fines del presente trabajo, esta sucesión y superposición paradigmática en tres etapas: la Criminología Clásica, el Revisionismo Neoclásico y la Revolución Positivista (Taylor, I.; Walton, P.; Young, J. cap 1). De las tres, sólo nos detendremos con especial detalle en la visión positivista. Respecto de la primera, ya mencionamos algunas características en la introducción de este trabajo. En cuanto a la segunda, sustenta la revisión de algunas de las concepciones clásicas (como por ejemplo la aplicación de medidas penales universales sin tomar en consideración las diferencias individuales entre los delincuentes) y la incorporación al ámbito de la criminología de especialistas de otras disciplinas ajenas al derecho penal como el psiquiatra y posteriormente el trabajador social. En cuanto a lo que concierne al paradigma positivista -el cual actualmente sigue teniendo amplia vigencia en algunos contextos-, este se fundamenta en la aplicación a los fenómenos sociales, en general, y al comportamiento humano, en particular, de los instrumentos y técnicas que se estipulan como fundamentales y eficaces para el estudio del mundo físico. Es así que, los positivistas, impulsan y avalan técnicas para la cuantificación del comportamiento, a partir de las cuales pueden aproximarse a la realidad objetiva (idea de neutralidad del observador) y descubrir las leyes subyacentes de la acción humana que, para el caso particular de la criminología, podían ser descubiertas a partir del análisis de las estadísticas y la posterior generalización de los resultados (lo cuantitativo es más importante y de carácter definitorio respecto de lo cualitativo). Es importante destacar que, como aseveran Taylor, Walton y Young, existen distintas modalidades o formas del positivismo. Para este trabajo, nos interesa referirnos al "positivismo biológico", ya que las premisas de éste, establecieron un modo de ver y concebir el tema de la conducta delincuente, sobre todo a partir del concepto de "desviación", el cual, como vimos en la introducción de este trabajo, estuvo siempre presente (en mayor o menor medida) desde los orígenes de la criminología. 3-LA ANTROPOLOGÍA Y EL POSITIVISMO BIOLÓGICO DE LOMBROSO:

La Teoría de la Evolución sustentada por Darwin, dio pié para el desarrollo del paradigma evolucionista (tanto en su manifestación biológica como social), bajo el cual se desarrollaron disciplinas tales como la antropología y la criminología. La antropología -al igual que la criminología- tiene sus raíces en la filosofía del Iluminismo, cuando gran parte del mundo ya había sido explorado y se habían tenido contacto con otros pueblos de características totalmente diferentes al mundo europeo del momento. Como asevera Paul Mercier: "en esta época aparecen ya diversas orientaciones del pensamiento, que prefiguran los ulteriores debates antropológicos. Pueden distinguirse dos grandes corrientes: la que insiste en el relativismo social y cultural y la que, deseosa de establecer las normas de la sociedad ideal, se refiere al ‘salvaje’ en una interpretación de la evolución humana". Es a partir de este período que, lentamente, esta disciplina comienza a deslizarse desde lo filosófico a lo científico, culminando este proceso con la formación de una antropología científica a mediados del siglo XIX, "cuando un clima general de pensamiento e investigación preparó la revolución darwiniana" (Mercier, Paul. 1969). La primer escuela de esta etapa científica de la antropología es el evolucionismo, tanto en su forma biológica como social. El concepto unificador de la misma es la idea de evolución; idea que estará presente en muchos ámbitos a partir de 1830. Es en este marco que Cesare Lombroso, considerado como el fundador del positivismo biológico, desarrolla desde un poco antes de 1876 su teoría del hombre criminal. Lombroso, quien pertenecía a la llamada escuela de antropología criminal, establece el concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta delincuente por ser innata. Este criminal atávico podía ser reconocido debido a una serie de estigmas físicos o anomalías, como por ejemplo, el excesivo desarrollo del cerebelo, asimetría del rostro, dentición anormal, y lo que se considera como la característica más atávica en los criminales, a saber, el hovuelo en medio del occipital. En base a sus estudios sobre las características físicas del hombre criminal, Lombroso desarrolla la tesis que explicita que éste presenta -en cuanto a su conformación morfológicaciertas similitudes con el hombre salvaje, como por ejemplo senos frontales muy pronunciados, mandíbulas voluminosas, órbitas grandes, etc. En esta tesis se considera al criminal como una subespecie anormal del género humano. Asimismo, esta subespecie estaría compuesta por una serie de tipos criminales, como los asesinos, los ladrones, las prostitutas, etc.; todos con características morfológicas comunes pero también propias que los diferencian del resto. Con anterioridad, y en relación a las distintas fases por las que atravesara la criminología, hicimos referencia al cambio sufrido por la misma desde una concepción unidisciplinar (basada en el derecho) hacia una concepción que integraba perspectivas de carácter social en lo que respecta a la interpretación del delito. Pero, con el advenimiento de la teoría de Lombroso, se inicia una etapa que corre paralela a la anterior -aunque de mucha más importancia-, en donde se deja de lado el problema de las interpretaciones del delito con base en lo social para pasar a considarar los aspectos individuales de la conducta criminal. Como aseveran Taylor, Walton y Young, citando a Lindesmith y Levin: "lo que Lombroso hizo fue invertir el método de explicación habitual desde la época de Guerry y Quetelet, y, en lugar de sostener que las instituciones y las tradiciones determinaban la naturaleza del criminal, sostuvo que la naturaleza del criminal determinaba el carácter de las instituciones y las tradiciones" (pag. 56).

Dado que las explicaciones biológicas de la conducta pasaban por un momento de gran auge, las interpretaciones basadas en lo social pasaron a tener un segundo plano respecto de aquellas de índole genética. Esta importancia de las teorías genéticas de Lombroso se debe al gran impacto que estaba ocasionando el desarrollo de la teoría de la evolución de Darwin, hecho que lleva su paulatino deslizamiento hacia las explicaciones en el campo de las ciencias sociales. Particularmente en el contexto de la criminología, la influencia de Lombroso, ya en el siglo XX, hace que se desplace la importancia de los científicos sociales en el estudio del delito en favor de la participación del médico y del psiquiatra. 4-INTENTOS POR SUPERAR EL INNATISMO: A lo largo de la historia del desarrollo de las ciencias de la conducta, el comportamiento humano se ha intentado explicar a partir de su comparación con el comportamiento de los animales; sobre todo, de aquellos que en la escala filogenética están más próximos al Hombre y que comparten un Orden Biológico con éste: los Primates. Es en este marco que se expresan dos posiciones contrapuestas en lo que respecta al comportamiento y que involucran la consideración, en éste, de factores innatos o de factores adquiridos. La disputa entre ambas tiene ya muy larga data. En un primer momento, las explicaciones de la conducta a partir de los factores innatos adquirieron gran importancia, sobre todo, como mencionamos anteriormente, a partir del desarrollo de la Teoría de la Evolución por Charles Darwin y su aplicación al campo del mundo social humano en forma de lo que se llamó Darwinismo Social; el cual cobra existencia a partir de mediados del Siglo XIX y principios del Siglo XX (aunque sus efectos se siguen sintiendo en la actualidad). La aplicación de las ideas positivistas al campo de la conducta, motivó la búsqueda de leyes generales a las cuales estaba sometido el comportamiento humano. Como consecuencia de esto, se establecía la existencia de un determinismo del mismo. De esta manera, se explicaron "nuestro salvajismo, el comportamiento pecaminoso de los hijos, la delincuencia juvenil, el rapto, el asesinato, el robo y la guerra, por no mencionar todas las formas de violencia. Todo esto se debe a la agresividad innata del hombre" (Montagu, pag. 194). El positivismo biológico ejerció una gran influencia en la criminología, como se desprende de lo dicho por Vera Regina Pereira de Andrade sobre esta disciplina en el marco de dicho paradigma: "teniendo por objeto la criminalidad concebida como un fenómeno natural, causalmente determinado, asume la tarea de explicar sus causas siguiendo el método científico o experimental y el auxilio de las estadísticas criminales oficiales y de prever los remedios para combatirla. Ella indaga, fundamentalemente, lo que el hombre (criminal) hace y por qué lo hace". El antropólogo Ashley Montagu, desarrolla en un pequeño ensayo una crítica al punto de vista innatista, mantenido principalmente por Konrad Lorenz y Robert Ardrey, entre otros. Según la misma, esta posición de la "agresión innata" constituye un leit-motiv que se dirige no a la explicación de ese comportamiento agresivo, sino, principalmente, a sugerir el ejercicio de algún dispositivo de control sobre el ser humano; y agrega, "los puntos de vista de Lorenz y de Ardrey padecen precisamente del mismo defecto, a saber, la atribución de cualidades de otros animales al hombre" (Montagu, pag. 195). Arguye además, en este sentido, la influencia que

pueden tener los prejuicios del hombre en la concepción del mundo y de las problemáticas surgidas en él". Específicamente se refiere a la argumentación que da Ardrey respecto de algunas experiencias de violencia que tuvo durante el transcurso de su vida y que lo llevaron a convencerse de la "naturaleza asesina del hombre". Cuando se refiere a Lorenz y a sus errores de apreciación, cita un párrafo de su libro "Sobre la Agresión...": "innegablemente, deben existir factores muy fuertes capaces de superar la voluntad de la razón individual de manera tan completa que es obvio que son impenetrables de ser experimentados... Todas esas asombrosas paradojas, sin embargo, encuentran una explicación espontánea, que se coloca de por sí como la pieza de un rompecabezas, si se presume que el comportamiento humano, lejos de ser determinado sólo por la razón y la tradición cultural, es todavía objeto de todas las leyes prevalecientes en todo comportamiento instintivo adaptado filogenéticamente. De esas leyes poseemos un buen conocimiento por el estudio de los instintos en los animales" (Montagu, pag. 197). Estas referencias hechas por Montagu, indican la fuerte presencia de las concepciones positivistas en las ideas que se tenían sobre la conducta delincuente a finales del siglo pasado y a principios de este. 5-CRIMINOLOGÍA , ANTROPOLOGÍA Y LA RELATIVIDAD DE LA IDEA DE DELITO: Antes hemos dicho que, bajo la concepción del positivismo biológico, el criminal era considerado en términos absolutos como un ser anormal, una desviación con base biológica que representaba una regresión a estados primitivos del ser humano y que podía catalogarse como una patología. Esta concepción responde a la reproducción de un fuerte paradigma cuyos efectos aún hoy siguen teniendo vigencia en ciertos campos de nuestra cultura occidental contemporánea. Los componentes de este paradigma se articulaban en la secuencia bio-psico-social; en donde el primer componente era el más importante, y el último -lo socialmuy pocas veces se tenía en cuenta. Pero ocurre que, con el correr del tiempo, el surgimiento de nuevas concepciones teóricas y la relación de distintas disciplinas entre sí, se comenzó a prefigurar -sobre todo en la temática del delito- una concepción de carácter relativista basada ya más en lo social que en lo biológico. Tanto la antropología como la criminología, se han desarrollado a partir del estudio de los "otros". En el primero de los casos, el "otro" cultural; en el segundo, el "otro" como individuos o grupos de "desviados". En lo que respecta a la última, esta concepción de carácter sociocéntrica, se fue paulatinamente diluyendo (aunque no de forma total) en favor de una consideración del delito como fenómeno social normal. En contra de todas aquellas posiciones que toman al delincuente como un desviado que de alguna manera manifiesta cierto tipo de patología, se hace imprescindible partir de una cita de Emile Durkheim (esto no implica que se esté completamente de acuerdo con los supuestos -algunos explícitos y otros implícitos- presentes en la misma, aunque sí con la idea de generalidad y relatividad respecto del fenómeno del delito en cuanto situación social): "El delito no se observa solamente en la mayoría de las sociedades de tal o cual especie, sino en las sociedades de todos los tipos. No hay una en la que no haya criminalidad. Ésta cambia de forma, los actos así calificados no son en todas partes los mismos; pero en todos los sitios y

siempre ha habido hombres que se conducían de forma que atraían sobre ellos la represión penal. Si al menos, a medida que las sociedades pasan de los tipos inferiores a los más elevados, el índice de criminalidad, es decir, la relación entre la cifra anual de los delitos y la de la población, tendiese a bajar, se podría creer que, aún siendo todavía un fenómeno normal, el delito tendía, sin embargo, a perder su carácter. Pero no tenemos ningún motivo que nos permita creer en la realidad de esta regresión. Antes bien, muchos hechos parecen demostrar la existencia de un movimiento en sentido inverso. [...] Por tanto, no hay fenómeno que presente de manera más irrecusable todos los síntomas de normalidad, puesto que aparece estrechamente ligado a las condiciones de toda vida colectiva. Hacer del delito una enfermedad social sería admitir que la enfermedad no es una cosa accidental, sino, por el contrario, una cosa derivada en ciertos casos de la constitución fundamental del ser vivo..." (DURKHEIM, E. pag. 92). Profundizando un poco más en los criterios de la cita precedente, podemos decir que cuando una serie de personas se reúnen formando un grupo, siempre existen entre ellas un conjunto de acuerdos explícitos o implícitos en lo referente a la forma de desenvolvimiento del mismo. Estos acuerdos están vinculados a lo que es deseable hacer y esperar de los demás y a lo que no lo es. En este tipo de situación no es importante la extensión de dicho grupo -el cual puede estar constituido por dos o más personas- sino el cumplimiento de los deberes asumidos (aunque sea de manera implícita) para con los demás miembros del mismo en base al código estipulado. El incumplimiento de este código es considerado una transgresión. La transgresión es un fenómeno generalizado en cualquier sociedad. Para que exista transgresión, debe existir también un consenso dentro del grupo que estipule cuáles conductas son deseables y cuáles no lo son. Es así que, en cada escenario social se forma una concepción generalizada respecto de lo que significa la acción de transgredir ciertas normas, ciertas pautas. La acción de delinquir está vinculada básicamente al acto de transgresión. En el marco de la idea del delito como producto social, podemos citar a Montagu, quien explicita que: "Los crímenes y los criminales son producto de la sociedad, y a la vez, instrumentos y víctimas de la misma sociedad. La sociedad criminal y delincuente culpa de sus crímenes y delitos a los criminales y a los delincuentes y luego los castiga por los daños que, en la mayoría de los casos, la misma sociedad los indujo a cometer. Un crimen es lo que la sociedad escoge definir como tal. Algo que puede ser considerado como un crimen en una sociedad puede no serlo en otra. Pero sea lo que sea lo que una sociedad pueda o no considerar como un crimen, todas las sociedades definen al crimen como un acto cometido en violación de una ley prohibitiva o un acto omitido en violación de una ley prescriptiva. De aquí que la sociedad sea la que define al criminal y no el criminal quien se define a sí mismo. Y sugiero aquí que casi invariablemente la sociedad es la que hace al criminal porque los criminales, en realidad, se vuelven tales, no nacen así" (pag. 71. 1970). Todo esto significa una ruptura con el paradigma bio-psico-social y una reformulación de la idea de delito desde una óptica relativista. Además, remarca la concepción que, si bien el delito puede ser una conducta no deseable en el seno de alguna sociedad, es un hecho perfectamente normal en la vida de cualquier grupo. Según este mismo autor, es dable considerar al delito consuetudinario como una forma de buscar seguridad por parte del delincuente. Aclara Montagu que la idea de búsqueda de

seguridad no debe entenderse en términos simplistas, sino que debe contemplarse como una "hipótesis de trabajo que puede ser de utilidad práctica para el entendimiento de algunas de las condiciones y motivaciones que guían al crimen" (pag. 74). En otras palabras, podríamos decir que en algunos casos, el delito debe ser entendido como una estrategia de supervivencia; la cual se desenvuelve porque la sociedad no provee las condiciones necesarias para la seguridad de los individuos. Es importante recalcar que, en nuestra sociedad occidental se han desarrollado una serie de dispositivos -con base en el derecho- que procuran un tratamiento de la persona considerada delincuente que lleva a su "resocialización". En este término existen implícitos aquellos presupuestos vinculados a la posición positivista sobre la desviación patológica de la conducta y la necesidad de su normalización. En nuestra sociedad, el hecho de haber sido delincuente o haber estado preso, es condición suficiente para ser marginado y estigmatizado, sin posibilidad de redención, a pesar de que haya todo un discurso que estipula lo contrario. Si, por el contrario, tomamos en consideración la forma que en otras culturas tratan el tema del delito y el delincuente, es posible que aprendamos algo sobre ciertas alternativas respecto del tratamiento y la redención del sujeto criminal que pueden servir de base para la reconsideración de nuestras prácticas punitivas. Según Malinowski, quien trabajó en uno de sus libros el tema del delito entre los indígenas de las Islas Trobriand, existen entre éstos, una serie de mecanismos que permiten, además de restablecer el orden social, la redención plena -y no de palabra como ocurre en nuestra culturadel sujeto que se sospecha ha transgredido la ley de la comunidad. Uno de estos mecanismos es la hechicería, el otro el suicidio. Respecto del último, si bien es un dispositivo extremo de redención, es muy eficaz en el sentido que permite conservar el buen nombre de la familia del sujeto que se cree ha delinquido. La muerte voluntaria del individuo, producida en una acto ritual público, es considerada como una demostración de inocencia del sujeto. En cuanto a la hechicería, sabemos de la importancia que ésta tiene para las comunidades tribales. Si una persona comete una transgresión a la ley y se demuestra que ha actuado bajo la influencia de un embrujo mágico, este sólo hecho es suficiente para garantizar su inocencia y la no estigmatización del individuo por parte de la comunidad. Con este sucinto ejemplo, queremos dejar en claro que, en otras comunidades no complejas, el fenómeno del delito posee una mayor contención comunitaria, y no ocurre como en nuestra cultura que, a pesar que se juzga y se penaliza al delincuente, una vez cumplida su pena, éste sigue siendo considerado un criminal, tratándoselo de acuerdo a su rótulo permanente de "delincuente". 6- CONCLUSIÓN: Según lo dicho por Antonio Beristarain, la criminología contemporánea a dejado atrás su originaria concepción unidisciplinar para constituirse en una ciencia -aunque este carácter es aún muy discutido- de índole multidisciplinaria, basada principalmente en las ciencias sociales. Su punto de partida no es el derecho sino la sociedad, adoptando de esta manera una inclinación sociológica. Si bien esta última representa una ventaja respecto de la etapa clásica anterior, todavía no es plenamente satisfactoria en tanto y en cuanto hay aún presentes en ella

concepciones que privilegian la posición del Estado y del derecho como rector de las relaciones interpersonales y comunitarias. Beristarain apunta a la formación de una criminología que supere ampliamente estas ideas sociocéntricas (basadas en el estado de derecho sin tomar en cuenta la diversidad cultural), que fomente y admita estudios comparativos de las diferentes tradiciones legales y culturales. Es en este sentido que debemos hablar de una criminología pluralista que integre en su seno las diferentes criminologías particulares "en beneficio de la variedad". Considero que la Antropología, que sustenta en su seno una metodología comparativa, puede aportar un núcleo de fundamentos teóricos que permitan el enriquecimiento de la disciplina de la criminología, además de la contribución al fortalecimiento del paradigma socio-psico-bio de base relativista. 7-BIBLIOGRAFIA: -Beristarain Ipiña, Antonio. "La criminología comparada y su aportación a la política criminal: una reflexión tercermundista". Ponencia presentada en el Coloquio Internacional sobre el tema "La Comparación como Método Científico en el Derecho Penal y el la Criminología", realizado en Friburgo de Brisgovia (Rep. Federal de Alemania) del 23 al 26 de octubre de 1978. -Durkheim, Emile. "Las reglas del método sociológico". Ediciones Morata. Bs. As. 1982. -Foucault, Michel. "Genealogía del racismo". Edit. Altamira. La Plata. 1996. -Malinowski, Bronislaw. "Crimen y costumbre en la sociedad salvaje". Edit. Planeta-Agostini. Barcelona. !985. -Mercier, Paul. "Historia de la Antropología". Edic. Península. Barcelona. 1969.

CRIMINOLOGIA: Por el LIC. BENITO ALMILCAR FLEITA JEFE GABINETE CRIMINOLOGICO (U.15 S.P.F.A.)

El presente, se trata de un breve y sintético trabajo explicativo de aspectos básicos relacionadas a la Criminología, sus principios, evolución y en especial la denominada Criminología Clínica, referente al estudio y tratamiento de delincuentes en las Instituciones carcelarias. Relacionada a otras ciencias, la Criminología junto a la Criminalística es una de las Ciencias más jóvenes, quienes día a día vienen evolucionando junto a la dinámica del estudio del delito, delincuente y conducta humana disvaliosa. Muchos son los precursores tanto Europeos como Americanos quienes dieron origen al nacimiento de esta ciencia los que se puede señalar entre otros a Lombroso, Garofalo, Nicéforo, Ferri, Benigno Di Tullio, Fratelli-boca, Etiemme De Greeff, Hesnard, Stephan Huwitz, Seelig, Jean Pinatel, José Ingenieros, etc quienes supieron con mucho esfuerzo brindar el científico estudio del delincuente y el delito, desarrollando así los primeros tratados, hipótesis y la edición de sus trabajos, a través de

diversos textos en donde explicaban los resultados arribados en cuanto al tratamiento de esta problemática (delito-delincuente). La palabra Criminología deriva del latín criminis y del griego logos, que significa el tratado o estudio del crimen y el delito-delincuente. Las definiciones, incumbencias, divisiones y alcances de esta Ciencia, fueron variando de acuerdo a los distintos autores, Criminólogos y lugar geográfico de nuestra tierra, según los diversos enfoques y encuadres teóricos, como asimismo de acuerdo a la época en las que fueron expresadas. Mencionado termino “Criminología” fue expresada por primera vez por el antropólogo Francés Pablo Topinnard a fines del año 1.883. Según Rafael Garófalo a fines de 1.885 menciona que la Criminología es la ciencia del delito. En cual a su vez edita un primer libro llamado precisamente Criminología. Garófalo la definió como la ciencia general de la criminalidad y de las penas. Vont Lizt como Mezger la definen como la ciencia que tiene por objeto de indagación la etiología criminal. Quintanilla Saldaña en el año 1.929 la define como la ciencia del crimen o estudio científico de la criminalidad, sus causas y medios para combatirla. En 1.940 Abrahansen expresa que la Criminología permite la investigación a través de la etiología del delito, buscando tratar de curar al delincuente y previniendo la conducta criminal. Según Hurwitz en 1.945 señala que la Criminología estudia los factores individuales y sociales que fundamenta la conducta delictual. Rene Resten refiere que la Criminología es la aplicación de la Antropología diferencial al delito de los factores criminógenos de origen biológico, fisiológico, psicológico y sociológico. Para Gunther Kaiser la Criminología es la ciencia que estudia al delito. Hans Goppinger refiere que la Criminología es la ciencia empírica e interdisciplinaria, relacionada con el surgimiento, la comisión y la evitación del crimen. Garcia Pablos de Molina, la define como la ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del crimen, del delincuente, la víctima y del control social del comportamiento desviado. Alfonso Quiroz Cuarón considera a la Criminología como la ciencia sintética, causal explicativa, natural y cultural de las conductas antisociales. Luis Marcos del Pont, señala que la Criminología es un poderoso instrumento para la prevención de los delitos y de las conductas desviadas dentro de un adecuado marco político criminal.

Según José Ingenieros la Criminología es la ciencia multidisciplinaria que estudia la conducta humana peligrosa, constituya delito o no, tanto de los casos en forma individual como de los fenómenos de masa. En la Argentina, los primeros estudios y trabajos en cuanto a la aplicación de la Criminología Clínica fueron desarrollados por José Ingenieros, quien a su vez crea y fue el primer Director del Instituto de Criminología en el año 1.907. Mencionado Instituto funciona hasta la actualidad en la ciudad de Buenos Aires, en donde se desempeñan profesionales con estudios en sociología, psicología, psiquiatría, médicos, criminólogos, abogados, etc. con estudios versados en Criminología, quienes actúan como respaldo y consultoría técnica para el tratamiento de internos alojados en el Servicio Penitenciario Federal Argentino. Personalmente, producto de un enfoque amplio, me permito definir a la Criminología como la ciencia multidisciplinaria que estudia el delito y el delincuente, como la conducta humana desviada tanto de los casos en forma individual como de los fenómenos de masa, a fin de determinar y explicar la génesis del fenómeno, prevenirlos, como a su vez aplicar los tratamiento o remedios necesarios del caso. Se dice interdisciplinaria, debido a que para el desarrollo de su estudio científico, recurre al conocimiento de otras disciplinas y/o ciencias tales como la medicina, psiquiatría, psicología, antropología, sociología, etc, a fin de conocer del caso desde distintas ópticas, llegar a la formulación de sus hipótesis como génesis de la conducta desviada y aplicar los remedios o tratamientos necesarios al caso. De tal manera, la Criminología se encuentra en un estadio superior y abarcativo, en donde mencionadas ciencias dependen de este, en el estudio del delito y del delincuente. Esta Ciencia nace con la necesidad de estudiar, determinar y explicar el fenómeno y estrecha relación existente entre el delito y el delincuente, cuáles son las causas que llevaron al sujeto para caer en la comisión del hecho y aplicarle remedios o tratamientos personalizados en busca de su posible reinserción en la sociedad. Tal vez el error en que cayeron los primeros Criminólogos, fue en centralizar la causa del delito en un elemento a la vez. Dichos estudios dieron origen así a las diversas teorías e hipótesis de trabajo como conclusiones, tales como las teorías biológicas, antropológicas, sociales, psiquiátricas, psicológicas, jurídico legal, etc en forma individual y separadas unas de otras. En la actualidad, se afirma que el delito y el delincuente, no es producto de una causa o elemento en forma independiente, sino que se crea como producto de la sumatoria de diversos factores que inciden y desarrollan a una personalidad potencialmente proclive a las conductas desviadas y/o a la comisión de aquellas conductas calificadas como delito. Tales se tratan de las teorías bio-psico-sociales, largo de desarrollar y no objeto de estudio en esta oportunidad. DIVISIONES:

*-A)-ETIOLOGIA CRIMINAL: Estudia las causas determinantes de los delitos, en donde en lugar de presuponer el libre albedrío del delincuente, busca el determinismo de su acto antisocial, en su constitución orgánica y en las condiciones del ambiente en que vive.

*1)-BIOLOGIA CRIMINAL:

-Antropología Criminal.-Biotipología Criminal.-Endocrinología Criminal.-Psicopatología Criminal.-Psiquiatría Criminal.-Psicoanálisis Criminal.-

*-2)-MESOLOGIA CRIMINAL

*-3)-ESTADISTICA CRIMINAL

-Sociología Criminal.-Geografía Criminal.-Mundo circundante.-Ecología Criminal.-De delitos.-De delincuentes.-

*B)-CLINICA CRIMINOLOGICA: Estudia las múltiples formas en que se manifiestan los actos delictuosos y los caracteres fisiopsíquicos del delincuente. No trata de explicar o establecer el grado de responsabilidad del delincuente, sino de fijar el grado de temibilidad según el peligro que pueda resultar en su convivencia en la sociedad. 1)-En particular, en cuanto al estudio integral del delincuente según su sexo y edad.2)-En general, en cuanto a la clasificación de los delincuentes.*C)- TERAPEUTICA CRIMINAL: Estudia las medidas sociales o individuales de profilaxis o represión del delito, procurando asegurar la defensa social contra su actividad morbosa, mediante instituciones preventivas y por la segregación en establecimientos apropiados a los diversos casos. 1)-Penas.2)-Medidas de seguridad.3)-Métodos de reinserción social.4)-Métodos Clínicos.-

Hasta aquí se ha desarrollado una breve introducción a los conceptos básicos y divisiones de la Criminología. Motivo del presente trabajo es analizar y desarrollar en forma sintética la llamada Criminología Clínica en cuanto al estudio y tratamiento del interno en los establecimientos carcelarios en busca de su progresiva reinserción a la sociedad. CRIMINOLOGÍA CLINICA: Técnicamente se puede definir a la Criminología Clínica como la ciencia multidisciplinaria que estudia al delincuente en forma particular, a fin de conocer la génesis de su conducta delictiva y aplicarle un tratamiento personalizado, procurando su reinserción a la sociedad. Parte del estudio clínico e individual del delincuente, considerándose al delito como una conducta anormal patológica, de una personalidad conflictiva, con una determinada problemática de violencia. Define al delincuente como aquella persona que ha transgredido las normas legales, sociales y culturales, agrediendo a otra persona o a si misma, debiendo ser objeto de estudio, tratamiento y rehabilitación. Según Jean Pinatel, es el estudio del paso al acto, en donde una persona pasa la línea y comete un hecho calificado como delito, mientras que otros individuos en iguales circunstancias se detienen y controlan sus impulsos, lo que implica la consideración de las diferencias entre delincuentes y no delincuentes. DIVISIONES DE LA CRIMINOLOGÍA CLINICA: a)-Diagnóstico Clínico Criminológico.Partiendo de la base que cada delincuente se trata de una individualidad biológica, psicológica y social, en donde cada uno llega de un modo distinto a la comisión de la conducta delictiva y por lo tanto debe ser estudiado, conocido y comprendido desde su historia familiar como el personal y social, lo cual en definitiva nos podrá brindar un diagnóstico criminológico en cuanto al perfil de personalidad criminológica y génesis de la conducta delictiva. b)-Tratamiento individual-familiar.Es bastantemente conocido el viejo concepto de que la familia es la célula primaria y fundamental de la sociedad. Indudablemente, la influencia de las características intimas en la dinámica del grupo familiar primario, como la personalidad de los progenitores, las relaciones vinculares, antecedentes criminógenos, etc marcan hondamente en la formación del ser humano influyendo en el individuo, dando como resultante, o no a un potencial delincuente o un delincuente habitual.

Debido a ello, todo tratamiento de rehabilitación no se debe circunscribir en el tratamiento del delincuente, sino también se deberá extender a su grupo familiar primario según corresponda. c)-Medidas Preventivas.La prevención tiene por objeto tratar de evitar nuevos comportamientos delictivos, la reincidencia delictiva y la persistencia en la violencia. Según Benigno Di Tullio, la Criminología Clínica es la ciencia de las conductas antisociales y criminales, basadas en la observación y el análisis profundo de casos individuales, sean estos normales, anormales o patológicos. Según Hurwitz, el delito es un acontecimiento de la vida individual explicado por la propia individualidad, en donde el delito es el hombre. La Criminología es el estudio empírico de los factores individuales y sociales sobre los que se asienta la conducta criminal. Hurwitz desarrolla un profundo análisis de la base biológica de la criminalidad, de los factores hereditarios en familias de criminales, de los estudios antropológicos, y profundiza la importancia de los factores psíquicos de la criminalidad, describiendo las distintas enfermedades mentales relacionándolas al delito. Las psicosis, neurosis, psicopatías, anormalidades sexuales, etc. Sigmund Freud en el año 1.915 publico el artículo “Los delincuentes por sentimientos de culpa”, explicando que la labor analítica le conduzco al sorprendente resultado de que las conductas delictivas eran cometidas ante todo por que se hallaban prohibidas y por que a su ejecución, se enlazaba para el autor un alivio psíquico. El sujeto sufría un penoso sentimiento de culpabilidad de origen desconocido, donde una vez cometida la falta, sentía mitigada la presión del mismo. Por paradójico que parezca, el sentimiento de culpa existía antes del delito y no procedía de él, al contrario el delito es el que procedía del sentimiento de culpabilidad. Profundizando su análisis llega a la conclusión de que este sentimiento de culpabilidad proviene del complejo de Edipo. Según Freud, los niños cometen travesuras para llamar la atención y atraerse un castigo, luego de este, quedan tranquilos, donde el castigo sirvió para satisfacer sus necesidades de autocastigo, emanados de la sensación de culpabilidad que provocan otras faltas más graves. El delincuente por un lado comete un delito por sentimientos de culpa, y por el otro, el castigo que el delito ocasiona, satisface la necesidad de autocastigo que el sujeto experimenta inconscientemente. Freud también habla de los delincuentes adultos que cometen delitos sin sentimientos de culpa. Señala que estos sujetos no han desarrollado inhibiciones

morales o creen justificada su conducta por su lucha contra la sociedad, refiriéndose así hacia los actualmente denominados personalidades Psicopáticas. Posteriormente, en el año 1.923 edita su artículo “El yo y el ello”, en donde fundamenta su teoría de conformación del aparato psíquico del yo, superyo y el ello, bastantemente conocido por todo aquel que ha desarrollado estudios básicos de la criminología. Por su parte Alfred Adler fundamenta sus teorías en tres postulados principales, el sentimiento de inferioridad, los impulsos de poderío y los sentimientos de comunidad. ASPECTOS CRIMINOLOGICOS DEL DELITO: En todo estudio Criminológico del delito, parte de la base del análisis en función de la personalidad y de su contexto social, debido a que el individuo se adapta al medio social a través de su conducta y la intencionalidad de la misma constituye un todo organizado que se dirige a un fin. Una conducta agresiva, es la propia expresión de la psicopatología particular del delincuente, de su alteración física, emocional y social, en donde el delincuente proyecta sus conflictos a través La conducta delictiva posee una finalidad, que es indudablemente la de liberar tensiones, en donde dicha conducta es siempre la respuesta al estímulo configurado por la situación total, como defensa, en el sentido de que protege al organismo de la desorganización. El delito es una conducta concreta y simbólica, donde uno de los elementos más importantes para el Criminólogo es precisamente su análisis como factor simbólico, en donde el delito se muestra como un síntoma, es decir una forma de exponerse al exterior como una defensa emocional del sujeto, como medio para no caer en disgregación de la personalidad. El detallado estudio y análisis de la conducta delictiva, nos revela muchos aspectos de la personalidad del sujeto, pero no nos explica por qué ese hombre cometió la conducta asocial. Para conocer dicha respuesta, se hace necesario investigar la historia de vida del individuo, sus rasgos de personalidad, perfil criminológico, antecedentes criminológicos individuales y familiares, su ámbito social, geográfico, cultural, etc. es decir, todas las circunstancias de vida del sujeto, su grupo familiar primario y social desde que nació hasta el ahora. Preguntas clásicas tales como: Que sucedió? Que conducta? Que delito? Que víctima? Relación víctima-victimario. Cuándo? Cómo? Donde? Con qué? Por qué? Deben ser investigadas y respondidas.

En el marco de la Psicopatología criminal, la personalidad psicopática es la de mayor significación y la más frecuentemente encontrada en los establecimientos carcelarios. Por supuesto, dentro de la población penal no solamente es posible detectar una personalidad psicopática pura, sino también aquellos que contienen dentro de su personalidad, una conjunción de elementos con rasgos de psicopatía, juntamente con otras destacables características de tinte psiquiátrico y psicológico como perfil criminológico. Sin ahondar mucho en su análisis y descripción, básicamente su conducta se caracteriza por una gran insensibilidad hacia los demás y muchas veces con un tinte del tipo agresivo. Antiguamente estos eran conocidos como locos morales, que se caracterizan por su insensibilidad afectiva y moral, gozando al ocasionar daño al otro. Es una personalidad asocial altamente agresiva e impulsiva, que carece de sentimiento de culpa, incapaz de crear lazos afectivos duraderos. Se muestra frío y carente de compasión, utilizando a las personas como objetos para su placer, terminando en explosiones agresivas. Sin explayarse en demasía en el tema, presenta las siguientes características: Inmadurez de la personalidad. Incapacidad para adaptar su comportamiento a las normas sociales o de grupo. Incapacidad de regir su comportamiento por pautas morales. Conducta agresiva e insensible desde la infancia. Tendencia a la satisfacción inmediata de sus caprichos. Falta de sentimiento de culpa. Incapacidad de afectos duraderos y profundos. Mitomanía y mundo fantástico. Marcada inestabilidad en todas sus conductas con dificultades del pensamiento lógico y enorme facilidad de pasar a la acción (acting-out). Desconexión del juicio de la realidad, facilitando la experimentación de fantasías y ansiedades persecutorias. Su lenguaje es cortado, concreto, autoritario. Fuerte sentimiento interno de minusvalía. Hiperactivo con mucha energía que desea desenfrenadamente liberar. Marca su cuerpo con cortes, autolesiones, lesiones o tatuajes destacados, etc exponiéndolas como signo de identificación e inconscientemente como signo de autodestrucción. Etc. TRATAMIENTO PENITENCIARIO: Básicamente el tratamiento Penitenciario consiste en la aplicación de todos los medios técnicos apropiados que permitan modificar las tendencias antisociales del interno. Como mecanismo de trabajo, en el Servicio Penitenciario Federal Argentino, desde su ingreso el interno es abordado en forma interdisciplinaria por los diversos profesionales y jefes de las distintas áreas o secciones, a fin de conocerlo en todos sus aspectos y desarrollar los informes inherentes a sus funciones.

En toda Unidad carcelaria del S.P.F.A. existe el denominado Gabinete Criminológico, que se trata de un organismo colegiado integrado por Profesionales de las distintas ciencias (Criminólogo, Social, Médico, Psiquiatra, Psicólogo, Educación, Abogado, Trabajo, etc.), que tiene como primera medida, estudiar exhaustivamente al interno desde la óptica de su ciencia en particular y materializar los pertinentes informes de evaluación. Por disposición reglamentaria, como Jefe del Servicio actúa un Profesional Universitario especialista en Criminología (Criminólogo), o bien un especialista Universitario de las ciencias antes mencionadas, pero con estudios versados en Criminología. Mencionados informes forman parte de la denominada Historia Criminológica del interno. La Historia Criminológica, constituye el Legajo Criminológico Personal del interno. Como ya se mencionara, ella contiene los estudios interdisciplinarios de los distintos profesionales divididos en:

Historia Criminológica

a)-Estudio de los Antecedentes Familiares (Padre, Madre y Hermanos).b)-Relaciones con el Mundo Circundante Extrafamiliar.c)-Antecedentes Educacionales e Instrucción.d)-Antecedentes laborales.e)-Pasado Criminológico.f)-Estudio del delito actualmente condenado.g)-Estudio Victimológico.h)-Evaluación Psicológica.i)-Evaluación Psiquiátrica y Médica.j)-Informe Social.k)-Génesis de la Conducta delictiva.l)-Diagnóstico y Pronóstico.ll)-Planilla de Tratamiento.-

Familiar

y

Dichos mecanismos tienen por objeto conocer íntegramente al interno en todos sus aspectos, lo cual permitirá a posteriori al Criminólogo arribar a la Génesis de la Conducta Delictiva y aconsejar un Tratamiento Personalizado, mediante el cumplimiento de determinadas consignas, objetivos, tratamiento médico, psiquiátrico o

psicológico, la formación de grupos en tratamiento acorde a sus problemáticas y características personalísticas, etc, incluso aconsejar el Establecimiento Carcelario en que debe ser internado, como la Fase de la Progresividad de Régimen Carcelario en que debe iniciar su tratamiento, todo en busca de su posible y progresiva reinserción a la sociedad. Los estudios y evaluaciones de evolución son actualizados en forma semestral. La Progresividad del Régimen Carcelario, esta dividido en distintos Periodos y Fases, a los cuales el interno podrá ir accediendo de acuerdo al cumplimiento de objetivos, calificaciones de Conducta y Concepto, como evolución y pronóstico de reinserción social denotado. a)-Periodo de Observación.-

Progresividad del Régimen Penitenciario:

b)-Periodo de Tratamiento: -Fase de Socialización.-Fase de Consolidación.-Fase de Confianza.c)-Periodo de Prueba: -Régimen de Autodisciplina.-Salidas Transitorias. Salidas Extraordinarias.-Régimen de Semilibertad.-

d)-Periodo de Libertad Condicional.En el Periodo de Observación, se materializan todos los estudios necesarios tendientes a conocer al interno, la confección de la historia criminológica, diagnóstico Criminológico y materializar el inicio del tratamiento personalizado. El Periodo de Tratamiento, es dividido en las Fases de Socialización, Consolidación y Confianza. Periodo de Prueba, en donde el interno podrá acceder a un régimen de autodisciplina, a fin de obtener los beneficios de salidas transitorias para afianzar lazos familiares y/o sociales, régimen de similibertad en donde podrá materializar salidas laborales al exterior del Establecimiento, tal cual lo estuviera desarrollando en la vida libre, para reintegrarse a determinada hora al penal y finalmente podrá acceder a las llamadas salidas Extraordinarias. Periodo de Libertad Condicional, en donde el interno egresa definitivamente del Establecimiento carcelario, existiendo por otro lado un control por parte del Juzgado de Ejecución competente a través de su personal, los Patronatos de Liberados, un servicio social calificado o bien a través de los organismos policiales o de seguridad. Similar a los Establecimientos Educacionales, en forma trimestral el interno es calificado por el Consejo Correccional en Conducta y Concepto.

Se entiende por Conducta la observancia de las normas reglamentarias internas que rigen el orden, disciplina, la convivencia en el Establecimiento y durante las salidas transitorias, el régimen de semilibertad o los permisos de salidas. Para la calificación del Concepto se tiene en cuenta la ponderación de la evolución personal de la que sea deducible su mayor o menor posibilidad de su adecuada reinserción social. El Consejo Correccional, es el organismo colegiado presidido por el Director del Establecimiento y en donde actúan como Vocales los Jefes de las Distintas Divisiones o Secciones (Jefe de Seguridad Interna. Jefe de Criminología. Jefe de Educación. Jefe de Asistencia Social. Jefe de Asistencia Médica. Jefe de Trabajo). Juntamente con el Gabinete Criminológico, tiene como función el continuo seguimiento del tratamiento del interno y la evaluación de los resultados, a fin de adoptar decisiones en los casos de su competencia o asesorar a las autoridades competentes de acuerdo a las reglamentaciones reglamentarias en vigencia, confeccionar informes y actas en el trámite de los diversos beneficios, etc. Mencionadas calificaciones juntamente con otros requisitos reglamentarios, son evaluados por el Jefe del Gabinete Criminológico, para proponer al Consejo Correccional, la promoción del interno a las distintas Fases o Periodos, su permanencia en la Fase o su retrotracción a Fases inferiores, como asimismo se tienen en cuenta para la obtención de beneficios de salidas transitorias, salidas extraordinarias, régimen de semilibertad, libertad condicional, indulto, conmutación de pena, etc. Todo tratamiento cuenta con los siguientes objetivos: Que el interno se conozca a sí mismo y comprenda la naturaleza autodestructiva de su conducta delictiva. A través de ello, se busca que modifique su conducta agresiva y antisociales, se haga consciente de su proceso patológico de destrucción de sí mismo y de los demás, adquiriendo conciencia del daño causado. La sensibilización en cuanto a su afectividad. Favoreciendo las relaciones interpersonales sanas y estables. El desarrollo de psicoterapia, laborterapia con el aprendizaje de diferentes oficios, la extensión cultural, la religión, el aprendizaje y materialización de actos relacionados con los valores morales y éticos de la sociedad, son elementos constante de desarrollo y análisis. El desarrollo de diversas actividades pedagógicas, recreativas, deportivas, culturales, el teatro, la música, permite la expresión y proyección del individuo. A través de ello, se busca una transformación de la comunicación del individuo hacia el medio o los demás, en donde ya no debería recurrir a la violencia. Dicho tratamiento se canaliza a través de proyecciones y pronósticos del tipo individual, grupal e institucional, teniéndose en cuenta las características personalísticas específicas del interno, peligrosidad, sexo, edad, el delito cometido y el pronóstico de reinserción denotado. Dentro del tratamiento, el Periodo de Prueba es el de mayor importancia y el que mayor interés despierta al interno.

Como ya se mencionara, en mencionado periodo el interno podrá alcanzar los beneficios de incorporación a un régimen de autodisciplina, salidas transitorias, semilibertad, salida laboral y salida extraordinaria. Desde el enfoque Criminológico, un interno estaría en condiciones de alcanzar dicho periodo no solamente por el cumplimiento de pleno de los objetivos y tratamiento fijados, como el cumplimiento de los requisitos temporales de la pena, sino también cuanto realmente de la evaluación interdisciplinaria final, efectivamente denote avances positivos en su personalidad, relacionado a la conducta desviada, delito cometido y su conflictiva antisocial. En la práctica, es común encontrar internos que acatan plenamente con el tratamiento aplicado por conveniencia personal y no por un convencimiento pleno de autoayuda en la búsqueda de la solución o mejoría de su conflictiva. Indudablemente, dichos internos van avanzando dentro de la Progresividad del régimen carcelario, llegando a un momento tal de estar en condiciones de ser incorporados al Periodo de Prueba y a la obtención de salidas transitorias. La casuística ha demostrado que en un gran porcentaje estos internos en la primer salida cometen nuevos delitos y/o no se reintegran al establecimiento carcelario. Debido a ello, para el enfoque Criminológico a fin de que el interno este en condiciones de ser incorporado al régimen de salidas transitorias y/o semilibertad, no solamente debe reunir las condiciones reglamentarias de calificaciones conducta Ejemplar o grado máximo, como haber cumplimentado con la mitad de la condena para aquellos que no cuentan con las accesorias del art. 52 del C.P. Sino también, debe estar efectivamente incorporado al periodo de prueba, no contar con causa pendiente, y sobre todo debe contar por parte del Gabinete Criminológico y del Consejo Correccional del Establecimiento, con un concepto favorable de evolución y de los efectos beneficiosos de tales beneficios tanto para el interno, su familia y el entorno social. De tal manera, a fin de poder acceder a ello, técnicamente se debe cumplimentar en forma armónica, todos los requisitos antes mencionados. Por lo que contar solamente con uno o dos de los requisitos, no lo avala y no lo faculta para acceder a tal, todo ello en cumplimiento de los arts. 15, 16, 17 de la Ley 24.660 y arts. 26/38 del Dcto. Ley 396/99. Para aquellos internos próximos a egresar en libertad, entre los 60 o 90 días antes de la fecha, son incorporados a determinados grupos de tratamiento intensivo en el denominado Programa de Prelibertad. Dicho programa tiene por objeto brindar una efectiva orientación a fin de fortalecer los logros del tratamiento, relacionarlos con el Patronato de Liberados, su entorno familiar, social, analizando cada caso en particular y su problemática, los tropiezos que deberá afrontar inmediatamente a su egreso, como asimismo prepararlos para una efectiva asistencia post penitenciaria. Como ya se mencionara, el presente se trata de una breve síntesis con respecto a los conceptos básicos de la Criminología, Criminología Clínica y del complejo mundo del Tratamiento Penitenciario, los cuales pienso que le puede servir como punto de partida, en el caso de que a posteriori el lector desee desarrollar estudios más

extensos y específicos del caso en particular consultando diversas bibliografía relacionados a la materia. Bibliografía Consultada: -MANUAL DE CRIMINOLOGÍA APLICADA Vicente Garrido Genoves Santiago Redondo Illescas Ed. Jurídicas de Cuyo -TRATADO DE CRIMINOLOGÍA Osvaldo N. Tieghi Ed. Universidad -ELEMENTOS DE CRIMINOLOGÍA Raúl T. Escobar Ed. Universidad -MANUAL DE CRIMINOLOGÍA Luis Marcó del Pont Ed. Córdoba -CRIMINOLOGIA Alfonso Reyes Echandía Ed. Temis S.A. -EL MUNDO DEL DELINCUENTE Pedro R. David Ed. Zavalia -CRIMINOLOGIA Hilda Marchiori Ed. Córdoba -Ley 24.660. Dcto. Ley 396/99.-Experiencia personal aportada por quince (15) años de servicio como Jefe del Gabinete Criminológico del Servicio Penitenciario Federal Argentino (U. 15), con asiento en la ciudad de Río Gallegos Pcia. Santa Cruz Argentina. RIO GALLEGOS,

MARZO DE 2.002.-

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