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Formación Astrología Psicológica: “Entendiendo y sanando el Mundo Emocional”

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Módulo XII: Escorpio, Plutón, Luna y Sol en Escorpio, Instrucción Luna - Plutón

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Escorpio Es importante aclarar que empezaremos hablando del signo del zodíaco Escorpio propiamente tal, no de la persona que tiene el Sol en Escorpio. La primera parte del módulo se centrará en los signos como el segundo engranaje de la Carta Astral; luego iremos viendo qué ocurre cuando el Sol o la Luna de una persona están por ejemplo en este signo o en los siguientes. El signo de Escorpio es el octavo del zodíaco. Con Libra aprendimos a encontrarnos con un otro y a buscar el equilibrio en la relación, a fin de evitar el conflicto y la confrontación. Libra quiere armonía y equilibrar los polos opuestos, desea que dos energías distintas logren llevarse bien. Sin embargo, la confrontación muchas veces no se puede evitar y, de hecho, es necesaria. En Escorpio, el tema de los opuestos se va a vivir de forma muy diferente. Este signo quiere que las dos energías opuestas se fusionen, que dejen de ser partes separadas, de manera que puedan transformarse en algo nuevo y más grande. Para lograr esto, la energía de Escorpio va a ser una muy intensa, emocional, pasional e irracional. Cargada de mucho deseo sexual y necesidad de fusión con otro, pues en la conexión e intimidad máxima con otro, busca detener la sensación de separación y vacío que solemos sentir internamente. La atracción intensa entre los opuestos llevará a una fricción que provocará la confrontación. Cuando tenemos vínculos íntimos y cercanos, vamos descubriendo y mostrando partes de nuestro ser que normalmente no mostramos y que las más de las veces tendemos a esconder. El otro hace de espejo: lo que no soportamos o no nos gusta es un reflejo de aquellos aspectos propios que no miramos porque no queremos. ¿Cómo reaccionamos cuando no toleramos algo de nuestra pareja? ¿Cómo reaccionamos cuando nuestra pareja se queja de lo que no le gusta de nosotros?

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Normalmente tendemos a culpar al otro de nuestros comportamientos y de las emociones desagradables que nos produce el vínculo tan cercano. Sin embargo, la interacción profunda con otros nos va a ir obligando a descubrir aspectos de nuestra personalidad que normalmente no conocemos. Si evitamos conectarnos con ese nivel de intimidad e intensidad emocional, nos negamos a la posibilidad de conocernos a nosotros mismos como verdaderamente somos, no como nos idealizamos. Revelar nuestras partes “prohibidas” y negadas nos llevará a un proceso de confrontación interna, donde el antiguo Yo con el cual nos sentíamos identificados, tendrá que morir para que surja uno nuevo más real y verdadero: un Yo que integre las partes de nosotros que nos gustan con aquellas que no nos gustan. Este es un signo de Agua, por lo tanto, se encuentra asociado con la capa que construimos para protegernos de la vulnerabilidad y fragilidad que descubrimos y sentimos en Cáncer. La energía de Escorpio es emocional, muy intensa, irracional, está gobernada por sensaciones profundas y cargadas muchas veces de deseo, control, rabia, egoísmo y manipulación. Escorpio quiere controlar las situaciones para sentirse seguro y no experimentar la vulnerabilidad de la vida. Quiere poder, en el sentido, de cumplir el deseo para sentirse seguro y satisfecho; y para ello está dispuesto a manipular o destruir cuando se siente herido. Esta energía fundamental existe en todos los seres humanos. Algunos están mucho más conectados e influenciados por ella; mientras otros la niegan y reprimen. Estos últimos suelen verla afuera, en otras personas que encarnan la maldad humana, el egoísmo, el desborde sexual, etc. De ahí viene a mala fama de este signo. Apuntamos con el dedo a otros que muestran las características que no nos gustan y que consideramos malas. No nos damos cuenta de que la energía de Escorpio también vive dentro de nosotros. Queremos ser “buenos” y negamos nuestra propia parte intensa, oscura, sexual, dispuesta a hacer lo que sea con tal de tener control. Escorpio representa a esa parte nuestra que consideramos “mala” y que es más conocida en términos psicológicos como sombra personal. Como no la soportamos ni aceptamos dentro de nosotros, entonces apuntamos a los que la manifiestan, creemos que al hacerla desaparecer afuera, va a dejar de vivir dentro de nosotros mismos. ¡Cuán equivocados estamos!, pues en algún momento de nuestras vidas, la intensidad emocional de Escorpio nos va a llevar a fusionarnos con ese deseo atrapante, esa necesidad vital de obtener lo que queremos y, justamente, mostrar nuestra peor cara. Hay personas que vivirán constantemente la energía de Escorpio a lo largo de su vida. Buscarán obtener de los demás aquello que necesitan, mediante el control y la manipulación. Se sentirán atrapados en sus emociones y deseos, cautivos de sus miedos y sufrimientos porque no son conscientes de su propio poder personal y de su capacidad de regeneración, de que no es necesario depender de los demás. Vivir en la sombra los hará sufrir porque la vida siempre los llevará a soltar y enfrentar sus miedos, de manera que puedan evolucionar y transformarse.

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Como contrapartida, habrá otras personas que reprimirán esta energía gran parte de su vida. Hasta que una experiencia intensa las lleve a confrontarse consigo mismas y con su propia sombra para que puedan descubrir sus apegos y sus miedos, y así entrar en una etapa de transformación personal y de muerte del antiguo Yo. Pues Escorpio nos invita a descubrir que no somos quien creemos ser, que hay mucho más dentro de nosotros que la imagen que construimos y con la que nos identificamos. Este proceso de mirarnos es doloroso, cuesta aceptar esos aspectos de uno mismo; pero verlos y reconocerlos nos permite descubrirnos y cambiar, para que surja un nuevo ser, un nuevo Yo. Un Yo que no es ni tan bueno ni tan malo: es Yo integrado. Profundizar en la energía de Escorpio permite comprender desde dónde surge la sombra, qué experiencias dolorosas de la vida son las causantes de su aparición. De esta forma, podemos observar que esa parte “terrible” dentro de nosotros surge como una respuesta al dolor, a la impotencia y a la fragilidad que hemos sentido en nuestra vida. Como un perro que se vuelve agresivo cuando ha sido maltratado. Si nos abrimos a aceptar la sombra que existe dentro de nosotros, tenemos la posibilidad de mirarla con entendimiento. Y así podemos ver el dolor que se esconde debajo de la rabia, el odio, la codicia y la necesidad de control. Y esto nos lleva a la compasión, que direcciona a su vez al perdón y luego al amor hacia uno mismo. Este proceso de muerte y transformación del Yo es Escorpio. Esta vibración implica la transformación personal que surge de la integración de nuestro lado luminoso y oscuro para llegar a ser lo que realmente somos. La separación entre lo bueno y lo malo solo genera más polarización y, por ende, más caos. Cuando se fusionan los polos, surge un nuevo Yo.

Una forma de entender a los signos del zodíaco es pensar en que cada signo tiene una intención fundamental. Si logramos comprender “qué” es lo que quiere un signo, vamos a descubrir

El signo Escorpio tiene la siguiente intención fundamental: Vivir la vida con intensidad y pasión extrema, y sentirnos atrapados en un deseo irresistible que nos llevará a confrontarnos con nosotros mismos. Es una energía que permite que las emociones que surgen de la intensidad de la experiencia misma nos transformen y nos hagan descubrir quiénes somos realmente.

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Escorpio, la muerte y transformación en el mundo Los seres humanos le tenemos miedo a la energía de Escorpio. Creemos que la vida es básicamente encontrar un punto de comodidad y no movernos de ahí. No entendemos que todo cambia, todo se transforma, nada permanece estático en nuestra realidad. Para que un signo logre su equilibrio y evolución es necesario que integre al signo que representa su propio opuesto o polaridad. Escorpio es el opuesto complementario de Tauro que representa las energías propias de la vida en su esplendor. En Tauro queremos gozar, disfrutar, florecer de manera estable e indefinida. Nos apegamos a que todo tiene que ser placentero y sin dolor. En cambio, Escorpio es la energía que destruye las formas fijas que se presentan extremadamente estables. Es una fuerza que también es parte de la vida y que se lleva aquello que ya no sirve, para que algo nuevo pueda surgir. Escorpio es cambio y regeneración. Nada en la Tierra permanece estable, todo debe morir en algún minuto, para que surja algo nuevo. Lo que en un instante se ve como una tragedia, en el futuro permitirá que nuevas formas de vida puedan surgir… o si no, ¡pregúntenle a los dinosaurios! Como ya se dijo, hay personas que viven constantemente esta energía escorpiana. Muchas veces llevando las experiencias a tal extremo de intensidad que se terminan destruyendo a sí mismas y a lo que aman o desean, sintiendo mucha inestabilidad y dolor. Si nos la pasamos en constantes crisis internas, no encontramos la calma, ni podemos gozar establemente de las situaciones: entonces la energía de Escorpio se desbalanceó. Es importante aprender cuándo soltar, cuándo gozar, de manera que la vida pueda surgir nuevamente. Esto se hace integrando a Tauro, que es calma, estabilidad y disfrute. El estado de intensidad constante no nos permite disfrutar en paz de lo concreto que hay en nuestras vidas. En cambio, si es la energía de Tauro la que está polarizada, entonces no querremos saber del cambio, ni menos del sufrimiento. Corremos el riesgo de volvernos rígidos y estáticos, no podemos soltar las cosas, aunque haya pasado el tiempo. Las formas tienen que morir, pues algo nuevo tiene que surgir, no obstante, es importante saber que ese dolor no tiene por qué ser permanente. La vida es un ciclo constante de nacimiento y muerte. Las cuatro estaciones nos reflejan esto, la danza entre Tauro y Escorpio.

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Escorpio y lo oculto El signo de Escorpio está asociado a los temas esotéricos, de ocultismo y tabús. Se encuentra especialmente fascinado por toda la simbología mágica y mística vinculada con el poder y muchas veces con lo prohibido. Las potentes habilidades psíquicas del Agua de Escorpio permiten que intuitivamente se conecte con aquello que es invisible a los ojos, pero que existe como una fuente de poder y energía extra para los seres humanos. Estos temas le fascinan a Escorpio, primero porque están representando a la sombra a nivel colectivo de la sociedad. Segundo, porque todos los elementos esotéricos (magia, terapias energéticas, yoga, astrología, etc.) son fuerzas externas que amplifican y aumentan el poder personal y la sensación de control que se puede tener sobre la realidad. El poder que prometen los elementos esotéricos puede ser extremadamente tentador para las personas con planetas en el signo de Escorpio (o con una fuerte presencia de Plutón en sus cartas natales), ya que pueden ser percibidos como medios para obtener lo que desean y así calmar su necesidad de control. La clave evolutiva está en aprender a usar estos símbolos esotéricos como medios de transformación y alquimia personal. No para obtener poder y control o cualquier cosa que se desee, sino como una herramienta, un agente que permite el cambio personal, el crecimiento y así, la evolución. Demos un ejemplo de esto con la astrología para que les quede claro: La carta natal se puede usar para adelantarse a todos los sucesos, de manera de tener control y que así evitar que nos pasen cosas malas o dolorosas. Se puede utilizar como una herramienta para obtener lo que se desea en este mundo, sabiendo en qué momento es más conveniente actuar o en qué momento es mejor no hacerlo. También podría usarse para conocer a los demás y así poder manipularlos fácilmente, pues con esta herramienta es posible entender la forma cómo funciona el otro y conocer sus miedos y deseos más profundos. Todas estas formas de usar la astrología tienen una característica en común: están basadas en el miedo. Es decir, el símbolo mágico se usa para evitar el sufrimiento y el miedo que se tiene al dolor, creyendo ilusoriamente que se puede tener control sobre la vida y sobre los demás. En cambio, el símbolo de poder que representa la carta astral se puede usar de una forma totalmente diferente. Como una guía que nos permite conocer nuestros miedos, deseos, inseguridades y heridas más grandes. Al ser una guía nos muestra justamente qué es lo que tenemos que soltar en esta vida. La carta también nos puede orientar hacia nuestra propia evolución y transformación, invitándonos justamente a soltar el control y mostrándonos el sentido de esos procesos dolorosos o de cambio que vivimos.

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Desde este nivel de conciencia, dejamos de hacer cosas para evitar los procesos de cambio o de impotencia. Nos entregamos al fluir de la vida y de nuestro corazón. Aunque estos nos cambien profundamente (lo que suele aterrarnos). Desde este nivel, la astrología se utilizaría como un agente alquímico para morir y transformarnos, permitiendo que vayamos soltando nuestro Ego, nuestros apegos y que nos vayamos conectando con nuestra esencia fundamental.

¿Y tú te has preguntado alguna vez para qué usas los objetos de poder?

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Palabras asociadas a la energía del signo Escorpio: ·

Muerte

·

Transformación

·

Sombra

·

Deseo

·

Control

·

Apegos

·

Intensidad

·

Manipulación

·

Sexualidad

·

Poder

·

Control

·

Sufrimiento

·

Destrucción

·

Regeneración

·

Renacimiento

·

Ave Fénix

·

Renacer

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Plutón Plutón, el regente principal del signo de Escorpio, está asociado en la Carta Astral con la sombra personal. La sombra es lo peor que creemos que está dentro de nosotros mismos; aquello que más rechazamos y negamos dentro de nuestro interior. Nuestro lado celoso, agresivo, violento, intensamente sexual, posesivo o manipulador. Ese lado que no queremos que los demás vean y que muchas veces nos avergüenza. Esta sombra se puede vivir en diferentes áreas, por ejemplo en el trabajo, con respecto al dinero, la familia, las relaciones, etc. Plutón en la Carta Astral nos muestra en que área de la vida se vive con mayor fuerza esa sombra. Sin embargo, es interesante saber que donde está Plutón en la Carta Astral también está la luz de nuestra esencia, nuestro mayor potencial y lo mejor que podemos alcanzar dentro de nosotros. Pero, ¿cómo es posible que el planeta que nos muestra lo peor, también nos esté mostrando la promesa de lo mejor? Para entender esto, tendremos que sumergirnos en la visión de la astrología moderna que se centra en entender la psicología del ser humano, a fin de comprender su proceso de evolución como alma. Desde esta visión, Plutón no es visto como un planeta maléfico, sino como un gran maestro. Uno que en la Carta Astral personal representa cuáles son los mayores apegos que traemos a esta vida; los mayores, no hay apegos más grandes que los que refleja este planeta. Plutón pide que soltemos, pues estos apegos están bloqueando nuestro flujo evolutivo personal, impiden vivir experiencias nuevas y de evolución. En nuestro experimentar como alma nos hemos ido alejando de la conexión con la fuente primordial, desconectándonos de nuestra conexión espiritual. De ahí nace nuestra profunda sensación de separación y vacío. Nuestra alma no llega virgen a esta Tierra, sino que trae una historia, una profunda huella que proviene de un pasado que desconocemos. Vida tras vida fuimos descubriendo distintos caminos de experimentación. Una consecuencia fue alejarnos de nuestra esencia primordial. Existe un tipo de astrología llamada Astrología Plutoniana, desarrollada por el norteamericano Jeff Green,1 donde se trabaja profundamente este tema asociado con Plutón. Entre más pasos dimos, más nos alejamos de la fuente y más separados nos fuimos sintiendo de la conexión espiritual interior. Esto se debe a que la realidad que se vive en nuestro planeta es muchas veces dura. Todos hemos sufrido fuertemente y nos

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hemos ido desconectando de nuestra propia sensibilidad para poder sobrevivir. Nos alejamos del amor que habita dentro de nosotros, de la compasión, de nuestra conexión espiritual, del ser que realmente somos. De ahí nace nuestra profunda sensación de separación y vacío. Algunos rasgos importantes de nuestra personalidad provienen del pasado de nuestra alma. Antiguos mecanismos que ella conoce y ha utilizado para protegernos del potente dolor que genera la sensación de separación. Esta protección radica en apegarnos a ciertas cosas, estructuras o personas, las que obviamente no queremos soltar, porque mientras las tengamos y nadie nos las quite, la sensación de separación va a ser menos dolorosa. El mecanismo principal de protección que ha utilizado nuestra alma en el pasado es el de Plutón. Es decir, los apegos que creemos que necesitamos para poder sobrevivir y que si no los tenemos, sentimos que morimos, cayendo en el vacío del descontrol. En los niños pequeños, los apegos plutonianos se expresan a muy temprana edad, pues van a ser básicos para la sobrevivencia en este plano. Esos apegos hacen que el niño pueda manejar su sensación de impotencia, dolor y fragilidad en la realidad. Existen diversos tipos de apegos: algunos son a ser amados, no sentirse solos, ser escuchados o ser centro de atención, de que se haga todo el tiempo lo que ellos quieren, ser libres, etc. Estos apegos se fueron acrecentando sin que nos diéramos cuenta en un punto fundamental de nuestras vidas. De hecho, desarrollamos un ego, construimos una forma de ser que va a evolucionar completamente para poder satisfacer dichos apegos. En un adulto, estos apegos infantiles de fondo se van a expresar de diversas maneras: control en las relaciones, dependencia afectiva, apego a un cierto estatus o situación económica, poder para hacer lo que siempre se quiere, etc. Sin embargo, la vida tiende a la evolución y quiere que nosotros vayamos cambiando. En este caso, implica soltar estos apegos, de manera de acercarnos a los propósitos evolutivos de la encarnación presente, pues si sigo atrapado en lo viejo y conocido, no voy a poder vivir las nuevas experiencias que me piden actuar más libre. Las experiencias de la vida me empujan a soltar los apegos, es un paso necesario en el proceso evolutivo. El antiguo Yo tiene que morir para que surja uno nuevo. Eso implica soltar el control sobre la vida y aprender a lanzarnos a nuevas experiencias… aunque nos dé pánico dejar atrás lo que creíamos más importante.

Jeff Green, creador de la escuela de Astrología Evolutiva y autor del libro Plutón: el camino evolutivo del alma. Nos dice que, esencialmente, el alma que todos nosotros tenemos tiene dos deseos básicos. El primero, es alejarse lo más posible de la esencia, del espíritu, de Dios o como se le quiera llamar. Este es un deseo del alma que busca experimentar y descubrirse a sí misma y en ese proceso se aleja de nuestro origen. El segundo deseo del alma es volver a la fuente, es decir, regresar, volver a fundirse e incorporarse a Dios o al espíritu. 1

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Plutón en la Carta Astral representa el punto de transición evolutiva que tenemos en esta vida. Es donde está el conflicto entre seguir alejándonos de nuestra esencia o volver a conectarnos con la fuente espiritual que habita dentro de nosotros. Plutón estaría indicando los mayores apegos que nuestra alma tiene y que conformaron la defensa más potente a la soledad, el descontrol, la vulnerabilidad, la impotencia y el vacío. Plutón en tu Carta Astral está señalando las áreas de tu personalidad que ya no sirven tal como están, pero que tú por el miedo a perder el control, a soltar este apego, no quieres dejar atrás por ningún motivo, razón o circunstancia. Pero, ¿qué es lo que pasa cuando entro en un proceso de evolución y la vida me quiere quitar mis apegos plutonianos? El ego que se construyó en esta vida para protegernos del descontrol no querrá soltar, pues sin dichos apegos siente que no puede sobrevivir. Miedo, terror, rabia, resistencia, sufrimiento… pero llegará un minuto en que por más que me resista, la vida me los quitará igual. Eso puede ser en un suceso externo muy fuerte o puede ser un proceso interno de quiebre total dentro de uno mismo. La muerte de un área de la personalidad. Mientras me resista voy a sentir el fuerte dolor de la resistencia, además de perder una enorme cantidad de energía, sosteniendo ese apego. Ese esfuerzo no es recompensado por la vida, pues se está tratando de frenar un proceso evolutivo que no puede ser detenido. Al hablar de Plutón, hablamos del juego del “no poder” versus “poder y control”. Cuando sentimos que la vida nos obliga a soltar algo fundamental para nosotros, la sensación es parecida a la de caer en un abismo. Sentimos que no tenemos ningún poder y ningún control sobre la situación. Esto es muchas veces infinitamente doloroso, pues lo que más valoran los plutonianos es su capacidad de controlar. La psiquis no puede aguantar no tener el control, necesitan controlar constantemente todo. Por lo tanto, la energía de Plutón indica lo que estamos dispuestos a hacer para no perder ese control y evitar la muerte que significa el descontrol. Todos sabemos que hemos hecho cosas de las cuales no estamos orgullosos, aunque no sepamos por qué las hicimos. En una película muy mala sobre un terremoto en Estados Unidos, hay una excelente escena, muy plutoniana. En esta película, un actor secundario se nos presenta inicialmente como una persona muy buena, pero en la medida en que comienzan a producirse los desastres, este personaje deja de a poco de ser tan bueno. Se empieza a poner cada vez más egoísta y manipulador, ya que surge en él un miedo a la muerte, miedo a ser destruido (Plutón). Hay un minuto donde muestra su peor cara, cuando un edificio se derrumba y cae una nube de escombros que de seguro va a matar a todos los que encuentre en su camino. Él está en la calle y no tiene dónde esconderse. Repentinamente, mira hacia al lado y ve que detrás de un pedazo de pared está escondida una persona. La agarra, tirándola a la calle y rápidamente toma su lugar para protegerse. Eso es Plutón, lo que estamos dispuestos a hacer con tal de no sentir que perdemos el control. La muerte es la pérdida de control máxima que podemos llegar a vivir. Es por esto que Plutón se asocia con nuestra sombra, la que rechazamos y negamos dentro de nosotros mismos, pues esa sombra representa nuestro protector, el guardaespaldas que está dispuesto a cualquier cosa con tal de no hacernos sentir impo-

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tentes. Por eso nos da miedo o nos avergonzamos de ella, incluso la negamos, aunque todos sabemos que existe. Si ustedes observan la estructura de la Carta Astral, el octavo paso es el Plutoniano (Escorpiano). Este es el proceso de morir, ver lo que no nos gusta de nosotros mismos y así enfrentarnos a nuestros demonios protectores. Lo interesante es que Plutón no nos hace vivir estos procesos por maldad ni para castigarnos. El proceso evolutivo tiene un propósito. Plutón nos dice:

“Si sueltas tu apego, si tienes el valor para soltar aquello que tanto crees necesitar. Descubrirás dentro de ti un tesoro”. Nuestro apego nace de la creencia de que estamos solos y separados, de que solo sobreviviremos si nos aferramos, pues tenemos la sensación de que algo ha desaparecido dentro de nosotros. Pero cuando soltamos ese apego, con conciencia, se descubre justamente lo contrario. Que eso que dimos por perdido, siempre ha estado y nunca se fue. Por ejemplo, si tu apego es que te amen y no te dejen solo; el tesoro que encontrarás si lo sueltas y aprendes a consolar a esa parte interna, será un gran amor dentro de ti. Esa experiencia te transformará por completo. Este camino de transformación no es fácil. De hecho, lo queremos evitar a toda costa. Pero mientras nos atrevemos a vivirlo, Plutón nos pregunta lo siguiente: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar con tal de protegernos de algo a lo que le tenemos terror?

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Plutón y la regeneración Plutón nos invita a soltar nuestros apegos más profundos, a liberarnos de una capa de protección y una forma de ser que sentimos que es vital, pero que ya está obsoleta y que solo implica sufrimiento. Eso simboliza vivir un proceso de muerte, pues soltar ese apego realmente significa que una parte de nuestra psiquis y personalidad tiene que morir. Ese proceso de muerte contiene una regeneración personal enorme, una transformación de dimensiones gigantescas y un nuevo nacimiento personal. Es por eso que Plutón se asocia al ave fénix, un renacer personal después de las cenizas que quedan del antiguo Yo que ha muerto. El soltar el apego de Plutón implica una liberación de una enorme cantidad de energía, que antes era usada en sostener esa forma de ser. Toda ella queda a disposición de la persona, para ser usada desde el Yo interno, dando vida a un gran poder personal. Plutón nos invita a transformarnos y a descubrir el verdadero poder dentro de nosotros. Uno que con el tiempo (y sucesivas muertes internas) se va a ir usando para darnos la fuerza para vivir nuestra vida sin miedo, capaces de ir hacia donde nuestro Yo interno nos indica.

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Sol en Escorpio Cuando el Sol está en el signo de Escorpio, el sentido de identidad que la persona viene a desarrollar es de alguien intenso y apasionado, que se deja llevar por sus emociones para llegar al fondo de la experiencia. Alguien que no teme sentir y vivir la vida con intensidad, que busca experiencias profundas con otros, para llegar a una fuerte fusión. La intensidad con la que vive la vida, lo lleva a desear con fuerza y muchas veces obsesionarse con aquello que quiere. Esto hace que sea fundamental para este Sol tener el control de las situaciones, pues la sensación de impotencia los hace sentir terror. Este es un Yo magnético y atractivo, que suele tener grandes habilidades psíquicas e intuitivas. Esto les permite entender y conocer a las personas que tienen a su alrededor, sin embargo, muchos pueden usar sus habilidades para manipular y controlar a los demás, de manera de poder obtener lo que tanto desean. Las personas con el Sol en Escorpio suelen sentirse atraídas por los temas de ocultismo o de esoterismo. Es decir, por distintas fuentes de poder que existen en el mundo y que les pueden permitir satisfacer sus deseos. Su Yo está muy conectado con su sombra y con las fuertes emociones que habitan ahí. Puede sentir emociones muy potentes y violentas dentro de sí, especialmente cuando los demás no actúan como desea, o cuando se siente frustrado. Si la persona tiene una estructura lunar muy racional o mental, entonces va a vivir un fuerte conflicto, pues le puede costar aceptar las intensas y fuertes emociones que su Yo tiene. Probablemente le va a tener miedo al descontrol y a dejar salir su sombra, negando la posibilidad de descubrirse a sí misma y confrontarse, para así llegar a la transformación. También le puede tener miedo a conectarse en una intimidad profunda con su pareja o seres más cercanos; incluso temer a su propia intensidad sexual. Que el Sol esté en Escorpio nos dice que en esta vida se viene a vivir un proceso continuo de muerte y transformación del Yo. Cambiar la piel como una serpiente, de manera de regenerarse y renacer. En su camino de vida, se vuelve fundamental descubrir el nuevo Yo que surge cada vez que muere la antigua visión personal.

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Desde un sentido evolutivo, se puede decir que este es un Yo que tiene un gran poder personal y una gran necesidad de que se cumplan y satisfagan sus deseos. Nos habla de un alma que trae grandes apegos a su identidad, quiere verse como poderoso, especial y sentir que tiene el control de las situaciones. Es fundamental que con el tiempo vaya soltando estos apegos, la necesidad de que se cumpla lo que su ego demanda y exige. Para hacerlo, lo más seguro es que la vida le haga sentir impotencia y descontrol, de esta forma, lo obliga a soltar aquello que tanto desea. “Ese no es el camino para ti”, le dice la vida. Este Sol se puede resistir a este mandato evolutivo, por lo que puede terminar sufriendo y viviendo con intensidad desde su sombra. Entre más pueda soltar su necesidad de control y más pueda ver desde dónde surgen aquellos deseos, más va a ir entendiendo por qué su sombra actúa de la forma en que lo hace. Irá descubriendo una potente libertad personal y podrá alinearse con su Yo interno, llevando ese poder personal a un proceso de búsqueda y transformación.

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Luna en Escorpio Para facilitar la comprensión de estos contenidos y con fines estrictamente metodológicos, revisaremos la Luna en Escorpio, cómo si no tuviese ninguna otra instrucción asociada en el Mecanismo Lunar de una persona. Así podemos entender a esta Luna en su caso “puro” y sin contradicciones. Esto no ocurre con frecuencia en la mayoría de las Cartas Astrales, ya que suelen existir otras instrucciones que cambian la expresión de la Luna, no obstante, a continuación estudiaremos el caso “puro”.

Estas características también valen para la instrucción Luna - Plutón La sensación de protección, afecto y de seguridad emocional (Luna) está asociada con vivir las relaciones y experiencias con total intensidad, se buscará sentir y amar con tal pasión, que muchas veces este deseo terminará en sufrimiento y en la destrucción de lo que más se ama. Esta Luna en Agua siente con tal intensidad que todo se va a negro. La emoción se apodera de la persona, y esta queda atrapada en deseos frente a los cuales no tiene manera de poner límites ni se puede escapar. La Luna en Escorpión pide mucho apego e intensidad en los vínculos, lo que deviene en drama en las relaciones. Esto debido al gran nivel de demanda afectiva que tiene. Tiene tal necesidad de ser amada, que se apega excesivamente a los que quiere. Buscando un amor que termina ahogando y causando daño, sin darse cuenta de asocia nutrición afectiva con dolor. No logra separar ambos conceptos y los va a llevar unidos en su vida de adulto. La madre puede ser sobreprotectora, cree saber lo que el niño o niña necesita, anticipándose todo el tiempo, sofocándole. Una madre que ama con tanta intensidad que llega a herir, pues su necesidad de hacerlo no le permite ver al niño que tiene

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delante de sí. No puede visualizar lo que este realmente necesita. Está muy encima del pequeño, no permite que este descubra qué es lo que quiere por él mismo y cría así a alguien que tiene dificultades con su propia autonomía. Las personas con Luna en Escorpio vienen a esta vida con el aprendizaje evolutivo de descubrir cómo a amarse y nutrirse a sí mismas, sin depender de un otro. Tienen que aprender a autonutrirse. Para que puedan cumplir con su camino evolutivo, su medio ambiente emocional en la infancia no será capaz de entregarles todo lo que necesitan, pues si así lo hiciera, no podrían aprender la lección de amarse a sí mismas, ya que no tendrían la necesidad. Nada pasa por accidente y la familia en la que nacemos calza de forma perfecta con las necesidades de evolución de nuestra alma. Estas personas probablemente experimentarán en la infancia fuertes dolores emocionales, afectivos y nutritivos; y nacerán en ellas emociones como el resentimiento, el odio, la culpa, la vergüenza, el abandono, entre otras. La necesidad emocional y la intensidad de sus demandas afectivas hacen que los niños plutonianos sufran, pues siempre van a querer más de su sistema familiar. Incluso si nacen en una familia “maravillosa” va a haber sufrimiento, pues el sistema no va a poder sostener todas sus necesidades. Con frecuencia hay una sensación de traición y abandono de parte de los más queridos que dejan una herida traumática. En otros casos, hay una fuerte sensación de carencia afectiva por la ausencia de uno de los padres por alguna muerte o un divorcio. Además de ambientes y experiencias cargadas de manipulación, agresividad, secretos, sexo, muerte o venganzas. También vieron la manipulación en el ambiente familiar, ya sea por parte de uno de los padres o ambos. De esta manera fueron aprendiendo a manipular a otros.

La madre que ahoga El niño con Luna en Escorpio siente que su madre lo ahoga. Es una madre que se percibe como muy poderosa y controladora, que no ve sus necesidades, sino que le impone lo que ella cree que el niño requiere. Esa madre intensa que entrega un amor que asfixia y que termina causando dolor, de esta forma el niño siente que aquella persona que tanto ama lo hiere profundamente. Esta relación con esa madre poderosa crea una asociación bastante confusa en el amor. En algunos minutos, estos niños sienten que la aman con todo su corazón, pero luego, cuando la mamá los abandona, traiciona, los hiere o no les da lo que quieren se sienten terriblemente heridos y la odian. Así se comienza a sentir una mezcla de amor y odio en los vínculos. Debemos recordar que Escorpio está asociado con la sombra, y el odio es una emoción tabú, que muy pocos son capaces de reconocer abiertamente.

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Algunas veces estas madres se vuelven seres muy dominantes y con un gran control sobre sus hijos, incluso de adultos. El niño interno la necesita con tal intensidad, que no se atreve a soltarla y acepta todas las demandas que ella tiene. Otros tratan de mantenerse lo más alejados de sus madres, pues sienten que estas los quieren dominar y controlar constantemente. Si estas experiencias con uno o con ambos padres se repitieron de forma constante durante la infancia, lo que va a quedar dentro de la persona es la creencia de que el amor va unido con el dolor. Ese fue el concepto de amor que se aprendió en la infancia y que de adulto se tenderá a repetir, buscando relaciones donde el amor y el dolor cohabiten. Esta combinación va generando un apego inconsciente a sufrir en sus relaciones y vínculos más cercanos. Esto lo hace porque fue lo que se aprendió en la infancia y le resulta conocido. Otra consecuencia de esto es la enorme carga de resentimiento hacia el progenitor causante de los ataques, heridas, traiciones o abandono (a ojos de la persona con Luna en Escorpio). Ese resentimiento acumulado se va a proyectar hacia la pareja de adulto, cuando sienta que justamente lo hieren de la misma forma que cuando era pequeño. Todas estas experiencias de la infancia no son un accidente ni un castigo de la vida, son un paso necesario en el proceso de poder amarse a uno mismo. Si la vida me entrega todo lo que necesito y a lo que estoy apegado, entonces no habría evolución. La vida nos empuja a soltar nuestros apegos y a dar el salto al vacío. Además, cabe explicar, que muchas veces la necesidad de apego plutoniano que el alma del niño trae son tan intensas, que esta decide nacer en familias donde los vínculos serán vividos con tremenda profundidad. Justamente un espacio donde el amor y el dolor se fusionen. Esto se puede ver trabajando con niños y sus madres en la consulta. Muchas madres de niños con Luna en Escorpio o Luna-Plutón, no eran inicialmente madres sobreprotectoras o controladoras, sino que al ver a su pequeño o pequeña tan dependiente, necesitado o exigente, se terminan concentrando cada vez más en este. En un intento de proteger a sus niños, terminan volviéndose sobreprotectoras y absorbentes al extremo. Otra cosa curiosa que se ve en consulta es lo que expresa la madre. Ella suele decir que su hijo es demasiado absorbente y demandante, y que se siente ahogada por él o ella. Lo interesante es que cuando vemos a un adulto con estas características lunares, este suele decir que su madre lo trata de controlar en exceso, que se mete demasiado en su vida y que lo ahoga. Simplemente lo que vemos acá es la necesidad plutoniana de apego, intensidad excesiva y de amor-odio que buscan de pequeños en sus vínculos y de la que no se quieren hacer cargo. Si esa madre los dejara realmente tranquilos de adultos, sufrirían mucho, pues sin darse cuenta una parte de ellos necesita ese apego intenso con la madre. La pasión, intensidad extrema, la necesidad de drama y sufrimiento en su vida y sus relaciones Esta Luna cuando se “enamora” siente una pasión y una intensidad gigantesca dentro de su ser. Se quiere conectar lo antes posible con la otra persona, no puede aguantarse, por lo que tiene una gran energía sexual, mucha intensidad y amor.

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Cuando sienten algo, sienten demasiado. Puede ser la persona más racional y lógica del mundo, pero cuando algo se desea o la afecta, lo experimenta con total intensidad. Lo mismo ocurre cuando tiene conflictos, cuando se enoja y toda la lógica desaparece. Es una intensidad sin control, frente a la que no han aprendido a poner límites. Esta Luna pide intensidad en las emociones, todo se siente con más fuerza y de forma más descontrolada. Esto las lleva a sufrir mucho internamente. Muchas Lunas en Escorpio logran controlar estos comportamientos con personas que no son de confianza, mostrándose para afuera de manera más tranquila y controlada. Sin embargo, entre más confianza tengan con las personas, más se atreverán a expresarse y a exponer sus verdaderas emociones. La intensidad en el vínculo es directamente proporcional al vacío interno y al dolor que tienen. Es un indicador de cuán solos se sienten, por lo tanto, con esa misma intensidad se sumergen en una relación. Muchas veces ahogándola, porque no logran separarse ni distanciarse. Esto se debe a su vez al hecho que se han hechos adictos al drama y al sufrimiento. Cuando no los tienen en sus vínculos sienten un gran vacío. Una parte de ellos rechaza los estados de paz y tranquilidad en las relaciones. Su anhelo de fusión con otro es enorme, pero cuando se está produciendo con tanta intensidad, no lo pueden soportar y rechazan a lo amado. Esto causa destrucción en sus vínculos. Sin embargo, no se dan cuenta de esto. No ven cómo su propia intensidad destruye lo que se ama. Esto no ocurre solo en las relaciones, también en la vida normal pueden llegar a sentir angustia cuando todo se encuentra bien por mucho tiempo. Por lo que se boicotean, provocando conflicto. No se dan cuenta de que necesitan el drama y lo buscan inconscientemente. Recordemos que en la infancia se asoció el dolor con el amor, y eso es lo que da seguridad. También es común que se vean atraídas por personas que les pueden causar dolor. Esto se explica por el hecho que sin darse cuenta, quieren repetir las mismas dinámicas de amor que vivieron con sus padres. Por lo que suelen buscar justamente parejas que se parezcan a ellos. Les suelen atraer personas profundas, complejas, apasionadas y dramáticas. Incluso que puedan tener un fuerte impulso autodestructivo, es decir, les atrae un Escorpiano-Plutoniano igual que ellos. La necesidad de tener el control en las relaciones Las experiencias de dolor en los vínculos familiares de la infancia generan en el adulto una fuerte necesidad de control en las relaciones. Necesitan sentirse seguros, necesitan sentir que no va a pasar algo que les duela o que el amor les va a llegar tal como lo esperan. Por lo que tienden a manipular para obtener lo que quieren o bien volverse intolerantes. En terapia floral, esto asociado con la esencia de flores de Bach llamada Chicory.

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Para entender lo que representa esta esencia floral, debemos recordar que el adulto de niño sufrió, sintió abandono y dolor. Arrastra una herida emocional, que no quiere sentir. Es la sensación de no haber sido amado como necesitaba. Esta persona no quiere sufrir más en sus vínculos, desea recibir el amor que tanto necesita. Por lo tanto, en la medida en que busca no ser herido y espera recibir lo que necesita, tiende a controlar al otro. Siente que entre más dominio posea sobre lo que pasa en la relación, más seguro se va a sentir, pues van a existir menos posibilidades de ser herido. Una forma de controlar en la relación es dando en extremo. Entregando amor, pasión, intensidad, cuidados infinitos, sin que el otro se lo pida. Pero toda esa entrega no es gratuita, pues sin darse cuenta todo eso que dan es para exigir al otro algo a cambio. “¿Cómo es posible que después de todo lo que te he dado, no actúes como yo quiero?” Esa entrega de amor viene con intereses y con condiciones, las cuales probablemente nunca fueron explicadas a la pareja y esta desconoce. Pueden ser exigencias, requisitos, entrega total o la esperanza de que el otro cambie. · Pues hay algo en tu forma de ser que no me gusta y necesito que la cambies para que te adaptes a lo que yo quiero. Ahora, la pregunta interesante es ¿qué ocurre cuando el otro no cumple con las expectativas y exigencias? Sobre todo, después de haber entregado tanto a la relación. En ese instante siente que está cayendo al abismo del dolor y el abandono. Por lo que su sombra protectora saldrá a defenderlo: los celos, la rabia y el drama lo poseerán. Muchas veces esta saldrá atacando al otro y disparándole donde más le duele. El problema es que desde un comienzo estas Lunas no son abiertas de sus verdaderas necesidades emocionales o en lo que esperan del otro, no se lo informan; pero se enojan rápidamente si el otro no cumple con sus expectativas o no hace las cosas como ellos quieren. Muchos se asustan después de sus reacciones explosivas y culpan al otro de sus desbordes. · Pues es solo contigo que me pongo así, yo en realidad no soy de esta forma, tú sacas lo peor. Al final el exceso de entrega y control va a terminar provocando conflictos, pues es imposible que el otro se amolde por completo a las necesidades de su pareja; o que dé ese amor incondicional y absoluto que necesita. Miren lo curioso que es esto, controlar para no sufrir, pero luego sufrir porque no se produce lo que tanto controlo. Esta es una de las mayores paradojas, porque por más que la persona busque evitar el sufrimiento a través del control, mientras sea adicta al drama estará buscando cualquier excusa para sufrir. Muchas veces es doloroso para estas Lunas darse cuenta de esto, pues implica aprender a ver la propia sombra. Pero no nos confundamos, la capacidad de amar y de entrega de ellos es real. Lo que pasa es que está demasiado cargada de energía de dolor y, por lo tanto, de necesidad de control.

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El problema es que está tan atrapada en lo que cree necesitar de la relación o del otro que no es capaz de ver lo que esa persona le está dando. No puede ver realmente a quién tiene al frente, por lo que no puede ver la expresión de amor que la otra persona le está entregando. Puede ser que la pareja le esté brindando una cantidad de amor enorme, pero no lo verá porque no es lo que quiere.

Sanando esta Luna En la última parte de la formación se dará un especial énfasis al trabajo de sanación de la Luna en Escorpio y la Luna aspectada a Plutón. Por mientras, podemos adelantar que gran parte del proceso de sanación va a estar relacionado con aprender a liberar el enojo y el resentimiento contenido desde la infancia. Comprender que este es el combustible principal para la intolerancia, la necesidad de control y la falta de fluidez con la vida. Para lograrlo, las terapias de descarga emocional, así como flores de liberación de resentimiento son fundamentales. Estas personas deben responsabilizarse de la intensidad de las propias emociones y la necesidad de drama y dejar de culpar a los demás por las experiencias dolorosas vividas en la infancia o en las relaciones, pues esta Luna se puede quedar mucho tiempo “atrapada” en rencores debido a las experiencias de dolor sufridas en el pasado. Hay que aprender a soltar y para hacerlo es necesario ponerse límites. Ver y reconocer la parte intensa que habita dentro. Es muy importante para estas personas ser capaces de mirar la “sombra emocional” que demanda, manipula y controla. Limitar los celos, la agresividad y la tendencia a quedarse atrapada en relaciones o situaciones que solo provocan dolor. El autoobservarse, mediante ejercicios de visualización, se vuelve fundamental. Repasar las situaciones vividas, mirándolas desde afuera y examinando así el contexto en el que están. Esta Luna pierde la percepción de objetividad del contexto, pues sus intensas emociones la nublan. Debe aprender a ser objetivas con lo que están viviendo, mirar en este sentido las verdaderas motivaciones detrás de sus acciones. De esta forma, serán capaces de darse cuenta cuando dan algo esperando controlar y obtener cosas a cambio. Para aprender a autogestionar sus emociones y ponerse límites, va a ser fundamental aprender a cuidar y a contener al intenso “niño interno” que vive en su interior. Ser al mismo tiempo amorosas y nutritivas con este, pero también firmes, de manera de regularlo.

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Instrucción Luna-Plutón Acá se une la seguridad emocional, con la intensidad, la pasión, la sombra y la necesidad de control. El planeta que representa seguridad afectiva, se conecta con el de la muerte y transformación. No nos sorprenda entonces que las personas que tienen esta instrucción suelan sufrir o sentir emociones con una intensidad que les puede llegar a angustiar. Instrucciones armónicas entre la Luna y Plutón: No significan que no haya habido dolor e intensidad en la infancia. Sino más bien que esa intensidad no afectó tanto o que simplemente la persona está acostumbra a vivir en un estado de sufrimiento, intensidad y demanda, sin que esto genere un gran conflicto interno. Instrucciones disarmónicas entre la Luna y Plutón: nos hablan de casos extremos donde podemos ver todo lo planteado para la Luna en Escorpio. Las personas que poseen esta instrucción lunar, nacen con la tarea de aprender a manejar las intensas emociones y necesidades que las invaden. Así como a no depender emocionalmente para sentirse tranquilas y seguras. Deben nutrirse emocionalmente y no esperar que otro se haga cargo de su mundo emocional. Para hacerlo tienen que aprender a sostener sus emociones, saber manejarlas y expresarlas de forma sana. Conteniendo “maternalmente” a los potentes sentimientos que surgen desde lo profundo del ser, amando a la parte interna que se siente vulnerable y que exige que la cuiden y protejan. Por lo tanto, el apego de ellas es a que las nutran. Que aquellos con los que se relacionen íntimamente, les entreguen todo lo que creen que necesitar, las protejan, las cuiden y no las abandonen. Tienen que aprender a dejar de depender de otros para sentirse tranquilos a nivel emocional. Es importante tener claro que está instrucción va a actuar de forma diferente dependiendo de en qué elemento se encuentra la Luna.

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1) Luna en Agua con instrucción Plutón: esta combinación intensifica las características emocionales e irracionales de las Lunas en Agua. Lleva a sentir con mayor intensidad y realmente a ahogarse en las emociones que se experimentan. Puede hacer a la persona más dependiente de otros. 2) Luna en Fuego con instrucción Plutón: esta combinación potencia la expresión de emociones intensas como la rabia, agresividad e impulsividad que las Lunas en Fuego suelen tener. Si la Luna está en Sagitario, esta instrucción genera gran ansiedad en la persona, pues debajo de la sonrisa Sagitariana, están escondidas todas las emociones de Plutón. 3) Luna en Tierra con instrucción Plutón: esta combinación suele provocar gran nivel de somatización físico. Las Lunas en Tierra tienden a reprimir y bloquear sus emociones. El problema es que están reprimiendo un volcán en erupción, lo que va a terminar saliendo por alguna parte. Estas Lunas tienen terror a sentir descontrol y Plutón es descontrol en sí. En Luna en Tauro suele generar mayor tendencia al apego y posesividad. En Luna en Virgo a dar en exceso y a desvivirse por otros, pues ahora esa entrega se ve teñida por la necesidad de amor que Plutón le da a la Luna. 4) Luna en Aire con instrucción Plutón: esta combinación suele provocar un gran nivel de angustia y de estrés del sistema nervioso. Recordemos que la Luna en Aire no quiere sentir y que las emociones las lleva al plano mental. El problema es que la instrucción de Plutón es una fábrica de emociones intensas, que terminan sobrecargando la mente. La persona suele sentir que de repente se activan erupciones internas, que provocan mucha angustia y la sensación de volverse locas. La clave para resolver esto está en el atreverse a sentir y profundizar en lo que sienten. Independiente del elemento de la Luna, esta instrucción suele generar una necesidad de drama, posesividad y control en las relaciones. Además de un lado muy celoso y enojado. Algunas personas con esta instrucción se pueden negar a reconocer esto dentro de sí, por lo que terminan proyectándolo y atrayendo a parejas o relaciones plutonianas a su vida. Plutón le otorga a la Luna una enorme capacidad de transformación y regeneración. Si la persona es capaz de entrar y mirar lo que ocurre, se abre la posibilidad de conectarse con un poder emocional gigantesco, ya que es capaz de transformar la forma de manejar sus propias intensidades. Con ello mata la antigua estructura emocional y permite que una más autosuficiente surja, se da cuenta de que cuenta con un gran poder para autosostenerse.

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Características Luna en Escorpio y Luna – Plutón en niños (y muchas veces en adultos) · Difíciles de entender, porque emociones fluyen profundas y silenciosas. · Se les hace difícil confiar y abrirse con los demás. · Es muy atento y cariñoso con los demás (familia). Este exceso de atención oculta el deseo de recibir de los demás amor y atenciones. · Si no lo consigue se frustra cayendo en: manipulación, agresividad, llanto.

Consejos para el desarrollo sano en niños (y muchas veces en adultos) con Luna en Escorpio o Luna – Plutón: · El padre tiene que lograr equilibrar la intensidad de amor y preocupación que la madre tiene hacia el hijo o hija, de manera de ponerle límites a la intensidad afectiva de mamá. Generalmente con Luna en Escorpio, solemos ver a un papá que no se involucra en regular la intensidad de la relación entre madre e hijo. · Educarle en autonomía y autoestima, no hacerle imprescindible la presencia de los padres para desenvolverse en la vida. · Hacerle comprender que tiene el amor incondicional de los padres, no importa lo que haga o dé. · No utilizar con él, ni permitirle utilizar el chantaje emocional como estrategia para conseguir cariño o para cualquier otra finalidad. · Debe entender que el amor no se compra ni se vende, que cuando se da amor no es con la condición de pedir algo a cambio. · Necesitan amor y comprensión. Los padres deben estar atentos a cambios emocionales, pues a estos niños les cuesta expresarlos. · Como no les resulta fácil revelar sus “secretos”, si se les apura, o se burlan de ellos o no se lo toma en cuenta se va a cerrar emocionalmente. · Practicar actividades de grupo en las que sea uno más y en las que la relación sea entre iguales. · No crear en los niños miedos para tenerlos controlados y crearle preocupación y sentimiento de culpabilidad, como por ejemplo: “Si sales a la calle seguro te pasará algo” o “con el miedo que le tengo al agua y tú nadando hacia lo hondo, ¡no ves que te puedes ahogar!” · Si son muy intolerantes, enseñarles a escuchar con respeto a los demás y a valorar sus opiniones antes de negarlas. Educarlos en la tolerancia hacia lo diferente.

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Talentos Luna en Escorpio ·

Una enorme capacidad de amar y de entregarse al otro, incluso sacrificándose a sí mismo por amor.

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El poder sostener emociones muy intensas y dolorosas, pudiendo acompañar y ayudar a otros en momentos de mucha dificultad. Tienen una gran capacidad empatizar y de ayudar a aquellos que sufren.

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Un gran potencial de transformación de su mundo emocional. Tiene en sus manos la llave para transformar sus deseos, apegos y necesidades afectivas, descubriendo un gran poder dentro de sí, para amarse a sí misma y para amar a otros desinteresadamente.

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Una capacidad de investigar y profundizar en las diversas experiencias y situaciones de la vida, descubriendo aquello que no se ve a simple vista.

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· Una enorme intuición para descubrir las motivaciones ocultas y deseos de las personas que tiene al frente. Talento natural como terapeutas.

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Esencias florales recomendadas para el signo de Escorpio y Plutón activo en el mundo emocional ·

Chicory de Bach: para las personas que dan con intensidad en las relaciones, pero que terminan “cobrando” si el otro no actúa como desean. Sin darse cuenta, su entrega de amor busca control en el vínculo. Estas personas se vuelven demasiado apegadas a los que quieren, cayendo en la manipulación y el drama, si el otro no les da en el gusto. Permite mirar las emociones de la sombra detrás de la entrega.

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Willow del sistema Bach y Mountain Devil de Bush: ambas son excelentes esencias florales para ayudar a liberar y transmutar el exceso de resentimiento acumulado desde la infancia y que se filtra en las relaciones de pareja de adultos. De hecho, Mountain Devil, es una esencia que le suelo dar a los niños plutonianos que están con mucha rabia, berrinches y enojo con uno o ambos padres, niños que suelen ser demandantes. El efecto es casi mágico, ver cómo se comienzan a calmar; el resentimiento, el enojo y el drama van desapareciendo. Por lo tanto, su capacidad de amar y fluir también.

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Dagger Hakea de Bush: una esencia muy útil también para para la rabia y el enojo acumulado con los seres más queridos.

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Scarlet Monkey Flower de Fes: es una esencia que permite conocer la sombra, especialmente en aquellos que no la pueden ver dentro de sí. Es importante aclarar que no es recomendable tomar esta esencia por cuenta propia. Lo ideal es tomarla dentro de un marco terapéutico, con alguien que pueda escuchar, contener y guiar.

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Rough Bluebell de Bush: es una muy buena esencia para ayudar a ver y soltar el lado manipulador y sombra. Que intenta mover todos los hilos necesarios para que el otro actué y haga lo que uno quiere.

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Black Cohosh de Fes: sirve para ayudar a las personas atrapadas en relaciones muy intensas y dramáticas, que incluso llegan a violencia verbal o física. Ayuda a soltar y dejar el vínculo.

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Bleeding Heart de Fes: ayuda con el dolor emocional del abandono, del quiebre de una relación o de no sentirse amado por los que uno más quiere.

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Beech de Bach: una esencia ideal para trabajar para la intolerancia hacia los demás o con la propia vida.

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Dog Rose of the Wild Forces de Bush: ayuda en el proceso de liberación de las emociones sombra, pues permite que las emociones salgan sin que la persona sienta que se va a perder en control.

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Golden Ear Drops y Echinacea, ambas de Fes: ayudan a sanar y a liberar las experiencias traumáticas y los dolores emocionales que se sintieron en la infancia.

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Crowea de Bush: una flor que ayuda en los estados de angustia emocional o de sentirse sobrepasado por las emociones. Ayuda a calmar el Agua.

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