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Formación Astrología Psicológica: “Entendiendo y sanando el Mundo Emocional”

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Módulo XV: Acuario, Urano, Luna y Sol en Acuario, Instrucción Luna - Urano

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Acuario Es importante aclarar que empezaremos hablando del signo del zodíaco Acuario propiamente tal, no de la persona que tiene el Sol en Acuario. La primera parte del módulo se centrará en los signos como el segundo engranaje de la Carta Astral; luego iremos viendo qué ocurre cuando el Sol o la Luna de una persona están por ejemplo en este signo o en los siguientes.

El signo de Acuario es el undécimo del zodíaco. Con Capricornio aprendimos a madurar y a crecer y nos encontramos con nuestra sabiduría interior. Logramos concretar en la realidad nuestro propósito vital, el cual fue descubierto en Sagitario. Ahora la energía comienza centrarse en lo colectivo, pues hay sueños e ideales mayores que podemos lograr solo en equipo y trabajando reunidos con otras personas. Acuario es un signo colectivo, donde el Yo individual parece perder fuerza. Este signo nos habla de que el Yo egocéntrico debe ponerse a disposición del grupo, de la humanidad. La capacidad creativa y de liderazgo personal están al servicio del bienestar colectivo. Este signo está muy ligado al concepto de humanidad, pero desde un ideal muy alto. Nos pide que dejemos nuestros conflictos, la naturaleza salvaje y egocéntrica, para construir un nuevo ideal de humanidad. Libertad, igualdad y fraternidad son las palabras que parecen acompañar a Acuario. No sorprende que su regente, Urano, fuera descubierto justo unos años antes de la Revolución Francesa, trayendo a la Tierra el mensaje de una visión más alta de civilización: donde hay justicia, hay libertad para ser quienes somos, donde nadie es superior a otro y todos formamos parte de una hermandad humana. Este signo nos llama a agruparnos y a unirnos por un ideal común. El ideal que nos inspira fue descubierto en Sagitario, pero es en Acuario donde nos reunimos con otros que también lo comparten, pues juntos abrimos la posibilidad de lograr un aporte real a la humanidad. Acuario tiene la capacidad de mirar cómo deberían ser las cosas. Percibir una humanidad más evolucionada, justa, donde todos tienen los mismos derechos, donde las

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oportunidades son iguales en salud, educación, etc., pero donde no perdemos nuestra propia libertad individual. Acuario es un signo de Aire, representa la mente superior que puede “bajar” ideas, información y conceptos elevados y vanguardistas. Si examinamos el símbolo de Acuario, vamos a ver a una mujer vertiendo agua que cae desde un jarro. Esta mujer es una diosa, que está arriba, en el mundo de los dioses. El agua que cae es la sabiduría del mundo superior, que baja para poder satisfacer la sed de conocimientos de los mortales. Sin esta “agua que cae,” la humanidad no evolucionaría, no se descubrirían cosas nuevas y no podríamos romper con las viejas estructuras. Acuario quiere provocar cambios en la realidad. Es la energía de la revolución, de la vanguardia que llega al mundo a desarmar el orden antiguo, pues ve que este ya no sirve y que limita la expresión de la nueva energía que tiene que surgir. Este signo nos habla de una sabiduría muy conectada con el futuro y con “cómo deben ser las cosas” desde una visión “elevada”. El problema es que esta visión está muchas veces adelantada a su tiempo y es muy difícil hacerla calzar con la realidad. Hay una diferencia de tiempo entre lo que la visión acuariana ve y la manifestación de esta en la realidad. No obstante, la energía “futurista” e idealizada de Acuario tiene que ajustarse al instante de tiempo en el que está viviendo. Justamente ahí está el dolor de este signo: se siente muchas veces incomprendido, frustrado, loco y diferente porque los demás no logran ver ni entender su visión de las cosas. La mente de Acuario sostiene toda una idealización de cómo debería ser la realidad, proyectando sus ideales y visiones futuristas acerca de cómo deberían ser las cosas, pero Saturno (la realidad) no tiene por qué aceptar los cambios y el apuro que tiene Acuario. Para que la energía de este signo pueda manifestarse de forma equilibrada es fundamental aprender a conciliar esta visión personal con la realidad. Esto porque los cambios se tienen que hacer acá en la Tierra, donde existe una estructura, forma y tiempo. Aprender a entender eso va a ser clave en la evolución de este signo. Si rechaza la forma en la que funcionan las cosas en la Tierra, entonces pierde justamente la posibilidad de hacer cambios profundos en el sistema. Que es lo que la energía de Acuario realmente desea. Si llega con mucha energía revolucionaria y rupturista, la estructura se va a defender, tildando de “loca” a la energía acuariana y no permitiendo que esta se manifieste. Acuario es un signo que debe aprender a calzar su visión vanguardista con la realidad. Para hacerlo tiene que dejar de rechazar al sistema, debe abrirse a entenderlo y desde ahí llevar adelante los cambios. Por eso este signo tiene dificultades de maduración, ya que debe “chocar” con la realidad tantas veces, hasta que aprenda a comprenderla y a ubicarse en el contexto en el que está. Este signo muchas veces lleva una carga de soledad porque se siente diferente. Se da cuenta de que no calza en la familia o en el grupo que lo rodea. Pero a pesar de lo doloroso que es sentirse solo, no puede detener su búsqueda de libertad: ese es su

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tesoro más preciado. La energía del “loco” que sigue su propio camino, atreviéndose a ser diferente en pos de su propia individualidad. Acuario también nos habla del proceso de descubrir nuestro propio Yo, revisando aquello que nos hace distintos. Nos pide liberarnos de los miedos, estructuras y limitaciones que no nos permiten ser quienes realmente somos. Para lograr esto, necesitamos utilizar dos potentes cualidades del elemento Aire: el desapego y la objetividad. El desapego le permite a Acuario no mezclar las emociones con su propia visión personal. La necesidad de amor, nutrición, aceptación y pertenencia nublan el deseo individual. Muchas veces nuestras emociones no nos dejan atrevernos a ser quienes realmente somos, por miedo a sentirnos solos o a que nos dejen de querer. El desapego característico de este signo permite “liberarse” de esas necesidades emocionales, permitiendo que el Yo auténtico pueda surgir y se atreva a realizar el camino propio. Sin embargo, la energía de Acuario puede irse a un extremo y confundir desapego con no conectarse nunca con las emociones o, peor aún, confundiendo desapego con no pertenecer, no echar raíces, hacer cambios constantes o no vincularse emocionalmente. Esta trampa es muy potente dentro de la energía de Acuario, que busca “libertad” por sobre todas las cosas, libertad que ha perdido porque se encuentra atrapada en su propio apego a ella. Su necesidad de separación para poder moverse limita la expresión espontánea de ser quien es, aquí y ahora en este momento, pues, ¿qué pasa si su Yo interno quiere estabilidad y conexión emocional? Acuario como energía nos pide liberarnos de todos los apegos, incluso del de ser libre. Recién al despojarnos de todos ellos, podremos manifestar el Yo auténtico que quiere expresarse en este mundo, libre de condicionamientos. La objetividad es otra característica. Para poder realizar cambios en los sistemas es necesario poder verlos tal como son, sin que nuestras emociones nublen la visión de lo que está ocurriendo realmente. Es muy difícil manifestar esta objetividad en un mundo donde cada uno construye su propia visión desde su experimentación y experiencia emocional. Esta objetividad acuariana es muy útil para lograr cambios, pero en un extremo anula la empatía, ya sea consigo mismo o con otros. El signo que predica una visión elevada de humanidad no es capaz de empatizar con las emociones del humano que tiene a su lado y con el que habita dentro de sí, volviéndose un signo muy frío y racional. ¿Cómo se puede hacer un cambio real en el sistema si no nos permitimos entender las emociones humanas que lo gobiernan? Desde una objetividad extrema, Acuario pierde su Fuego, su pasión y la energía que lo mueve. El exceso de objetividad lo lleva hacia un Yo mental que no siente y que, por lo tanto, no puede vivir realmente. La energía de Acuario es muy eléctrica, acelerada, espontánea e impulsiva. Se adelanta o se apresura en actuar o dar opiniones. Las personas con planetas personales en este signo, tienden a sobrecargar su sistema nervioso central, haciendo que tiendan a acelerarse o ponerse nerviosas.

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Una forma de entender a los signos del zodíaco es pensar en que cada signo tiene una intención fundamental. Si logramos comprender “qué” es lo que quiere un signo, vamos a descubrir las cualidades fundamentales que lo describen. El signo Acuario tiene la siguiente intención fundamental: Liberarse de todos los apegos y limitaciones que no permiten la expresión auténtica del Yo interior. Así como unirse con otros que compartan un mismo ideal, de manera de conseguir hacer un cambio colectivo en la realidad. Para que un signo logre su equilibrio y evolución, es necesario que integre al signo que representa su opuesto. Leo y Acuario son una polaridad de signos, que representan el proceso de construir y manifestar la propia individualidad, así como también la capacidad de liderazgo. Leo siente que pertenece al grupo, pero que tiene algo especial dentro de sí que se quiere manifestar. Su necesidad de expresión lo lleva a mostrar su propia luz individual y eso hace que se destaque. Acuario siente que no pertenece al grupo, siente que no calza, pues observa las diferencias que tiene con los demás. Separarse y distanciarse de ellos es lo que hace que Acuario llame la atención, lo que lo hace destacarse. Si todos tienen el pelo negro y Acuario no se identifica con ese color, entonces se lo pintará morado y así llamará la atención del grupo. Leo en un extremo se ve atrapado en su necesidad de reconocimiento, vendiéndose al aplauso y al rating. Deja de ser libre y auténtico, pues su imagen se vuelve más importante que mostrar quien realmente es. El miedo está en arriesgarse a ser realmente original y a perder el apoyo de los demás. Desde este extremo, el líder Leo ha dejado que su ego y pasión lo dominen, pierde objetividad y esto limita la expresión de un liderazgo que realmente ayude y beneficie a todos, debido a está centrado en sus propias necesidades, visiones y en sentir que tiene la razón. Acuario en un extremo se ve atrapado en su necesidad de diferenciarse y se vuelve reactivo. “Si todos doblan para la derecha, entonces doblo para la izquierda”. Actúa de forma contraria a lo que hacen los otros, pues está atrapado en ser distinto. El problema es que desde este extremo tan mental y desapegado, Acuario se ha olvidado de conectarse con su corazón y preguntarse qué es lo que quiere independiente de lo que quieran los demás. Ha olvidado el Yo que habita dentro de sí, ignora su propio Sol y Fuego interno. “¿Qué es lo que Yo quiero, independiente de lo que haga el resto?” Desde este extremo el líder Acuario está completamente fundido en los otros, pensando que es lo que es mejor para el colectivo. Desapegado de escucharse a sí mismo y olvidando sus propias necesidades. Lo lleva todo a un plano mental, perdiendo su intuición y pasión interna. Esto lo desequilibra en su liderazgo, ya que olvida la “humanidad” que habita dentro de él y los demás.

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Equilibrar esta polaridad de signos permite que ambos funcionen de forma balanceada. Cuando Leo integra a Acuario, entonces el Yo se atreve a ser libre, auténtico y original; corre riesgos, aunque el aplauso sea menor. Esto permitirá que la luz del Yo salga con más autenticidad y fuerza. El líder Leo logra ponerse en el lugar de otros, ser más objetivo y tomar decisiones que vayan más allá de lo que su ego dicta. Cuando Acuario integra a Leo, entonces se da permiso para ser humano, sentir y conectarse con la pasión. Esto permite que muestre su propia luz interna, única y original. El líder Acuario logra ser más empático con otros y entiende mejor a los demás. Toma decisiones más acertadas, que se basan en las verdaderas necesidades de los otros y no lo que su acuarianismo idealista quiere. Además, logra un equilibrio entre el colectivo y su vida personal, lo que permite que se sienta menos solo y consiga tener un sentido de pertenencia.

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Palabras asociadas a la energía del signo Acuario ·

Libertad

·

Individualidad

·

Diferenciación

·

Cambio

·

Humanidad

·

Colectivo

·

Grupos

·

Vanguardia

·

Idealización

·

Rebeldía

·

Locura

·

Desapego

·

Objetividad

·

Frialdad

·

Soledad

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Urano Urano es un planeta que nos propone evolucionar, invitándonos a sacar lo original, auténtico y único que existe en cada uno de nosotros, aquello que nos hace diferenciemos del resto y rescatar nuestra la individualidad. Es un planeta transpersonal que nos llama a cambiar y a liberarnos de todas las limitaciones que no nos permiten ser quienes realmente somos. Propone sacar el “loco” que habita dentro de nosotros, que no teme al ridículo ni a ser diferente o rechazado por los demás. Su llamado a la libertad rompe con la estructura de Saturno, pues nos invita a ver algo que trasciende lo conocido, establecido y seguro de la realidad. Para producir los cambios, Urano cuenta con una energía eléctrica y potente. Esta es como un rayo que baja y rompe lo que toca. Es como una gran descarga energética que empuja un cambio hacia adelante, que nos lleva a vivir experiencias nuevas y diferentes. Su fuerza nos invita a salir de la inercia y de la estructura saturnina, generando un impulso hacia la libertad que no se puede contener: así el Yo real puede surgir y avanzar en su evolución. Su energía es colectiva, pues Urano No nos dice que solo tú eres único y especial. Nos dice que todos tenemos algo que nos hace diferentes y especiales. · Descubre tu propia huella, pero no te olvides que los demás también tienen la propia. No le quites al otro el derecho a tenerla. La libertad que quieres para ti, es para todos. · Mi huella digital es única, nadie tiene una como la mía, pero todos tenemos una huella digital, por lo tanto, todos somos únicos. Urano nos dice que tenemos mucho potencial, pero que nos limitamos a la hora de descubrirlo y manifestarlo. La raíz de esto son las estructuras de nuestra personalidad que hemos levantado por seguridad, por miedo al rechazo, al fracaso, a perder la estabilidad construida o por miedo a lo que dirán los demás. Esto ocurre porque nos identificamos demasiado con estas estructuras que armamos (o heredamos) y ya no sabemos vivir sin ellas. Las partes nuestras que más niegan la energía de Urano son aquellas que quieren pertenecer, ser aceptadas y apreciadas por

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el medioambiente social. Este planeta dice que nos atrevamos a mostrarnos tal como somos, que tomemos nuestro propio camino. También quiere que cambiemos situaciones externas, que muchas veces fueron necesarias, pero que hoy solo nos limitan. Urano quiere que seamos libres y probemos hacer cambios, que no nos apeguemos. Por ejemplo, que nos atrevamos a cambiar de trabajo y nos dediquemos a algo que realmente nos gusta y que esté más relacionado con nuestra vocación personal. Este es un planeta vinculado con la rebeldía y con salir de lo convencional. Sin embargo, esto no es tan fácil, pues como ya vimos en el módulo anterior, también existe Saturno. Saturno está asociado con la necesidad de dar forma, construir estabilidad y seguridad en esta realidad. Todas las personas tienen este “baile” entre Saturno y Urano. Hay veces en nuestra vida, donde es necesario construir y echar raíces, como con un proyecto personal, un trabajo, una relación, una casa, etc. En otras épocas, vamos a querer renovarnos y experimentar nuevas cosas. Urano representa el principio del cambio y de lo novedoso, por lo tanto, las formas que construimos también tienen que ir variando con el tiempo, porque ya no somos los mismos de antes y lo que necesitamos en un minuto de nuestra vida, no es lo que necesariamente vamos a requerir ahora o en el futuro. ¿Estabilidad o libertad? Esto es transversal para todos los seres humanos y es claramente un dilema uraniano, pero lo vivimos todos. Las personas con mayor predominancia de la energía de Saturno tienden a ser más conservadoras, estables, menos fluctuantes y más “maduras”. Mientras que las personas con predominancia de la energía de Urano tienden a ser más libres, impredecibles, más cambiantes e “inmaduras”. De hecho, muchas veces pasa que no quieren crecer y asumir responsabilidades: todo por el miedo a perder la propia libertad o porque no están dispuestas a transar con el sistema. Hay que aprender a llegar a un equilibrio entre ambos planetas y la vida nos va a empujar a hacerlo. Las personas con una fuerte presencia de Urano en su carta natal tienen tendencia a sentirse solas y distintas. Están demasiado conectadas con el principio de la diferenciación, por lo tanto, sienten que no calzan, ya sea en su familia, en la escuela, el trabajo o en el planeta. La rebeldía que manifiestan puede ser muy alta y chocan con las normas y estructuras. Urano generalmente lleva a las personas a ser catalogadas de locas. Si esta energía está en exceso, la esta tendrá dificultades para hacer calzar sus visiones de mundo con lo que los demás ven. Su energía está conectada con el concepto de humanidad evolucionada que no soporta las injusticias ni que las cosas funcionen de una forma que considera “tonta” y que solo se sostienen en la realidad por tradición. La energía de este planeta aporta un fuerte desapego emocional, haciendo que muchas veces la persona se desconecte de sus emociones y las lleve a un plano mental de ideales.

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Urano también es un planeta que habla de la inteligencia superior. Una que va más adelante que la realidad en la que estamos viviendo. Representa el campo de información que rodea a la Tierra, desde donde se descargan las nuevas visiones e ideas. De hecho, el rayo uraniano descarga nuevas ideas y conceptos a las personas que tienen una influencia poderosa de este planeta.

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Sol en Acuario Cuando el Sol está en el signo de Acuario, el sentido de identidad que la persona viene a desarrollar es la de alguien libre y desapegado, que no teme seguir su propio camino en esta vida. Sin miedo a diferenciarse ni a construir su propia individualidad. Un Yo conectado con una energía vanguardista, de ideas nuevas y gran ingenio, que incluso puede ser visto como un loco o un innovador. En este signo, el Sol tiene que ser libre para poder cambiar y vivir experiencias nuevas. La identidad debe poder cambiar de forma constante. Un Yo que no se puede predecir y que actúa de manera espontánea. Esa libertad requiere no apegarse a emociones ni estructuras que buscan estabilidad. Si la Luna está en signos de Tierra o de Agua, la persona tendrá dificultades para manifestar esa visión espontánea del ser, ya que estos elementos buscan seguridad, tienen temor al cambio y quieren encontrar un lugar estable y no moverse de ahí. Las personas que tengan este tipo de Luna y un Sol en Acuario, van a vivir un conflicto entre su deseo de seguridad y la de ser libres. La vida los va a llevar a que tengan que soltar sus apegos y necesidad de pertenencia. “Soy hijo del mundo” debería decir este Sol y cultivar para ello un sentido de seguridad emocional potente, que le permita moverse por las experiencias con libertad, sin temor a no ser amado o a quedarse solo. Para hacer esto, se vuelve fundamental sanar la Luna y aprender a sostener las propias emociones. Este es un proceso que todos soles deberían hacer en términos generales, no importando en qué signo estén, pero para el Sol en Acuario esto cobra una importancia aún mayor. Pues el sentido de identidad va a tener que ver con la libertad de soltar los apegos y anhelos de seguridad, para descubrir que el hogar está en todo el planeta y así aprender que su familia es la humanidad en su globalidad. El Sol en Acuario debe aprender a tolerar las visiones de otros, pues muchas veces se queda atrapado en la idea de que su visión es la correcta y no escucha a los demás. Se apega a ella y se vuelve intolerante, por lo que pierde la capacidad de ser libre y de modificarse a sí mismo. No es capaz de contemplar la belleza en la diversidad de visiones y creencias existentes en la humanidad.

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Acuario es un signo que está regido por dos planetas: Urano y Saturno. ¡Vaya desafío! Pues estos dos planetas son a simple vista, completamente contradictorios. Uno es liberal, el otro conservador. Uno quiere cambios, el otro preservar la estructura. Podemos encontrar dos tipos de Sol en Acuario, uno más conectado con la energía saturnina y otro más conectado con la energía acuariana. El acuariano saturnino tiende a ser más conservador y a buscar seguridad. Le teme al cambio y muchas veces critica a los diferentes. No ve que él mismo es alguien cargado de individualidad y originalidad. Este acuariano evoluciona cuando reconoce dentro de sí a alguien que quiere manifestar conceptos nuevos y originales, que no teme a la innovación en la vida. El acuariano uraniano tiende a ser el loco frustrado, enojado con la realidad y con el sistema, se la pasa sintiendo que las cosas no funcionan como a él le gustaría. Le cuesta mucho dar forma a sus ideas, porque reniega de Saturno y, por lo tanto, de la forma de estructurar las cosas acá en la Tierra. No le gusta cómo actúa la realidad, con tiempos lentos, burocracia y procesos naturales. Vive en su mente e imaginación. La clave está en que entienda que no es un error estar encarnado en este planeta y que puede llevar su mente ingeniosa hacia la comprensión de la realidad, de modo de aprender a darle forma a sus visiones, domesticando al mismo tiempo al rebelde interno que se niega a madurar. Este matrimonio de planetas funciona cuando el Sol en Acuario aprende a dar forma a sus ideas y visiones en la realidad y se transforma en alguien que realmente cambia el sistema. No sirve de nada tener ideas vanguardistas si estas se quedan en el plano mental y no pueden nunca tomar forma en la realidad. El agua con la sabiduría de los dioses tiene que ser vertida en esta Tierra. Si el Sol en Acuario realmente quiere hacer un cambio en el sistema o busca dar forma a sus ideas originales, tiene que aprender a entender la realidad y el contexto en el que se encuentra. Todo lo innovador termina volviéndose parte del sistema con el tiempo. Así nuevas ideas tendrán que surgir, las que a su vez también serán integradas a Saturno.

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Luna en Acuario Para facilitar la comprensión de estos contenidos y con fines estrictamente metodológicos, revisaremos la Luna en Acuario, cómo si no tuviese ninguna otra instrucción asociada en el Mecanismo Lunar de una persona. Así podemos entender a esta Luna en su caso “puro” y sin contradicciones. Esto no ocurre con frecuencia en la mayoría de las Cartas Astrales, ya que suelen existir otras instrucciones que cambian la expresión de la Luna, no obstante, a continuación estudiaremos el caso “puro”.

Muchas de estas características también valen para la instrucción Luna - Urano La sensación de protección, afecto y de seguridad emocional (Luna) está asociada con la libertad, el desapego, el cambio y con el hecho de sentirse diferentes. Estas cualidades acuarianas chocan con la necesidad natural de seguridad, estabilidad y contención de la Luna, durante el periodo de crecimiento en la infancia temprana. Sin darse cuenta, este bebé va a necesitar que no haya estabilidad para sentirse seguro. Va a ser muy sensible a cualquier variación en el ambiente. Necesita sentir cambios, pero estos duelen porque le quitan seguridad. Lo que la Luna en Acuario quiere, contradice el principio lunar. Esto va a dejar una fuerte huella en su mundo emocional, pues quedará la herida de no haber podido experimentar contención afectiva segura. Los adultos con esta Luna tienen una muy fuerte sensación de soledad interna, así como una potente falta de arraigo y sentido pertenencia al mundo y a su familia. Esta sensación de soledad es muy poderosa dentro de la persona, por ello es usual que la trate de ocultar para que lo demás no la vean o bien que busque escapar de ella desconectándose. Esta es una Luna en Aire, por lo tanto, detesta sentir emociones desagradables y la sensación de abandono y soledad es la emoción a la que más teme.

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Para estos niños la sensación principal que se experimentó en la infancia y adolescencia fue la de inestabilidad y cambio. Haberse sentido seguro, contenido, querido y valorado, pero que de repente esa estabilidad y seguridad desaparecieron de golpe. Acá no se puede generalizar, pero voy a tratar de plantear diversos casos o escenarios que se pudieron vivir. Por ejemplo: cambios de casa, colegio o ciudad. Quizás ciertas experiencias de cambio muy puntuales, que dejaron una huella traumática potente, como una separación, una estructura familiar que se rompió o la sensación de que uno de los padres lo abandonó. Tal vez uno o dos cambios durante la primera parte de la vida, que se vivieron como un terremoto y que arrasaron con la solidez con la que se vivía antes. Ese niño estaba ahí, tranquilo, establecido y sucedió algo que produjo un cambio que dolió mucho. Puede ocurrir que no hayan sido sucesos puntuales, sino simplemente el haber experimentado un estado de cambio constante. Por ejemplo, una gran oscilación en el hogar, donde los estados de calma y tranquilidad no se lograban sostener en el tiempo. Otro factor puede estar asociado al haber percibido a la madre como figura muy inconsistente e inestable, la que no logra proveer de la seguridad que todos los niños necesitan durante su infancia. Acá podemos ver todo tipo de casos, por ejemplo, una madre que se percibe como que aparece y desaparece; que aporta un estado de nutrición intermitente. O una que cambia mucho a nivel emocional, a veces está de una forma, otras veces de otra y no se puede predecir. Lo que queda dentro del niño es que cuando estaba bien, calientito y cómodo, algo sucedía y eso le quitaba solidez, protección y seguridad, algo que le hacía vivir mini terremotos emocionales. Eso hizo que este sintiera que no tenía una base emocional sólida en la cual confiar y se instaló dentro de sí una sensación de abandono, lo cual tiene un tremendo efecto en las raíces emocionales de los niños. Raíces sanas implican una mayor estabilidad, seguridad y pertenencia en el mundo, lo que permite construir un Yo saludable y estable, pero con estos niños, eso no ocurrió del todo. La analogía sería que cada vez que sus raíces estaban empezando a afirmarse, ocurría algo que las sacaba de la “tierra”. En casi todos los niños con Luna en Acuario o que tienen a Urano asociado al mundo emocional lunar, se ve que el primer chakra1 está cerrado o bloqueado. Este chakra está conectado con el sentido de pertenencia al mundo, de seguridad y confianza en la vida. A esto hay que agregar que Urano también provoca la sensación de ser diferente y de no calzar con la familia, percibiéndose de cierta forma “fuera” de su hogar. Esto no permite que el niño pueda sentirse contenido y protegido. El primer chakra tiene que ver con la pertenencia a este planeta, a esta realidad, a sentir que estoy en una tribu. Debido a esa inestabilidad emocional constante, es que no se logra enraizar ni percibir todo el amor que puede estar a su disposición en su entorno. Esto hace que surja una gran y dolorosa sensación de soledad.

Los chakras son centros de energía situados en el cuerpo humano, siete son los principales.

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La sensación de ser diferente pudo haber provocado dificultades para vincularse con otras personas, especialmente de niño o adolescente. La madre también pudo ser percibida como alguien muy mental, que tendía a intelectualizar las emociones. Una madre más bien fría y estaba preocupada de otras cosas, más que de contener emocionalmente a su hijo. El niño puede sentir que la “libertad” de mamá, le quitaba atención y cuidados a él. El niño aprenderá a desconectarse de sus emociones, pues asoció el sentir con el dolor del abandono… con el tiempo se convirtió en un adulto más bien mental y desapegado emocionalmente. Como dijimos, Acuario está regido por Saturno y Urano, lo que nos habla de una Luna que tiene la barrera de desconexión que vimos en la Luna-Saturno, pero que además tiene el factor mental de ponerse a pensar e intelectualizar lo que le pasa. Por lo tanto, le es muy fácil desvincularse de lo que siente y ocultarlo en construcciones e ideales mentales. Esto genera una falta de empatía con su “niño interno”, y la persona se vuelve muy fría con sus emociones, lo cual genera también una falta de empatía con los demás. La necesidad acuariana de objetividad se convierte en un apego lunar. Prefiere ser objetivo en vez de empático y por lo mismo, tendrá problemas de conexión con otros, tendiendo a herirlos sin darse cuenta. Dice lo que cree que pasa de forma impulsiva y eléctrica, sin darse cuenta cómo sus comentarios afectan al otro. Esta Luna tiende a negar sus emociones más profundas. No le gusta ver su parte más “animal” y descontrolada, porque su energía acuariana le dice que esos comportamientos no son evolucionados. Puede tender a proyectar su vulnerabilidad, necesidad de apego, rabia y agresividad, atrayendo a parejas que manifiesten estas cualidades por ellos. Hay mucho miedo a perder el control. Cuando algo afecta fuertemente a una Luna en Acuario, la persona suele sentir que se está volviendo loca, pues su sistema nervioso se descompensa tratando de contener la intensidad de sus emociones. Otra característica de esta Luna es la tendencia a escaparse a su mente fantástica y futurista para sentirse segura. En la mente y la imaginación se siente cómoda. Cuando algo les afecta, se inventan verdaderas historias mentales o futuros agradables y así se sienten seguras. El problema está en que el problema original sigue ahí. Esta Luna necesita sentirse distinta. Nace buscando diferencias con el entorno y sus cercanos. Lo que contribuye a su sensación de falta de arraigo, pertenencia y de sentirse solo. En los grupos o con su familia se sentirá raro, marginado, distinto o fuera de lugar. Pueden tender a aislarse de los demás, sumergiéndose en su mundo interior, que es bastante mental e intelectual, para quedarse más bien solos. Esto es algo común de ver en los niños con Luna en Acuario o con un aspecto disarmónico entre la Luna y Urano. Esta soledad duele mucho, pero el niño o la niña tenderá a desconectarse de lo que siente, llevando su sensación de ser diferente al plano mental. Así justificará el ser distinto, debido a su superioridad intelectual o simplemente porque es un ser más evolucionado.

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Otras Lunas en Acuario tienden a ser muy sociales y se relacionan con mucha gente. Sin embargo, casi no tienen vínculos cercanos o de intimidad. Así se mantienen libres, desapegadas y dispersas, sin arriesgarse a volver a sufrir por apegarse a otro.

El miedo al apego y la dificultad para tener estabilidad De adultos, para no correr el riesgo de volver a sufrir, van a comenzar a rehuir de situaciones donde haya mucha conexión, intensidad o estabilidad emocional. Sin darse cuenta, van a evitar compromisos o a involucrarse profundamente con personas que les gusten o les atraigan. También tendrán tendencia a boicotearse cuando se estén sintiendo estables en una situación. Ya sea en un trabajo, casa o grupo de gente. Esto varía de persona en persona y no en todos los casos se llega a situaciones tan extremas. Esto ocurre porque han desarrollado una potente forma de autodefensa inconsciente. La cual los protege de volver a vivir la experiencia de apego y la posterior pérdida dolorosa. Todo esto tendrá un fuerte efecto en su vida: sin darse cuenta, han generado un sistema de protección que les prohíbe tener mucha estabilidad. Además de negarles la capacidad de relacionarse de forma profunda e íntima por un periodo prolongado. Quizás las barreras para vincularse no eran tan rígidas en la adolescencia o en las primeras relaciones importantes, por lo que muchos se entregaron y se conectaron fuertemente con su pareja. Sin embargo, al igual que cuando eran niños, muchas Luna en Acuario volvieron a vivir dolorosas situaciones de desapego forzado. Es decir, estaban estables y contentas en la relación, pero algo pasó y esta se acabó, y con ello se reeditó la sensación de abandono nuevamente y el estado de soledad. El efecto de esto para el futuro es que van a tener mucho miedo a la hora de involucrarse y abrirse con alguien. El miedo al abandono es tan grande, que es preferible no exponerse a vivirlo. Se crea entonces un sistema defensivo emocional que los aleja o los desconecta, sobre todo si se está produciendo mucha intimidad o vinculación afectiva. Como dice el astrólogo argentino Eugenio Carutti:2 “Se establece un circuito en el que cada vez que surge la emoción, el contacto y la intimidad, al mismo tiempo, aparece la angustia provocada por la certeza del corte inminente”. Conocen a alguien, comienzan a relacionarse, puede haber profundidad, conexión sexual y felicidad. No hay ningún indicio de que algo malo vaya a pasar, pero de igual forma se activa el miedo, uno que se percibe como una sensación de angustia. Inmediatamente dan ganas de poner un límite, de distanciarse o en algunos casos más extremos, salir corriendo y alejarse de esa persona “que me hace sentir tanto”.

Capítulo: Luna en Acuario en el libro Las lunas, el refugio de la memoria de Eugenio Carutti.

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No son conscientes de este mecanismo defensivo, porque este es inconsciente y automático, se activa cuando son expuestos a vínculos más profundos. No tienen idea de que esta angustia e incomodidad está asociada con sus antiguas heridas de abandono. De pequeños aprendieron a desconectarse de sus emociones y a bloquearlas, lo que hace que pierdan la capacidad de comprender por qué sienten lo que sienten. Esta fue su forma de sobrevivir al dolor que les provocó la sensación de abandono y soledad. Urano es un planeta de Aire, cuya principal característica es el desapego emocional y la objetividad mental. Esto significa que cuando sienten algo incómodo, se quieren escapar de esa emoción, llevándola al plano mental y justificándola de cualquier forma que le parezca racional. También son expertos en inventarse escenarios futuros de pérdida de libertad e independencia como excusa para alejarse y no comprometerse del todo. Surge la angustia por la cercanía emocional e inmediatamente se disparan las ideas de ahogo y pérdida de libertad. Por lo tanto, su principal excusa para terminar las relaciones o para querer rehuir de la estabilidad que construyeron, va a tener que ver con la idea de que en un futuro van a perder su independencia y la capacidad de hacer cambios en la vida. No se dan cuenta de que el miedo al abandono es el factor que los obliga a alejarse y cambiar. Muchas veces terminan las relaciones o hacen cambios en su vida con total tranquilidad y sin mayor dolor, pues su desconexión emocional les bloquea incluso el darse cuenta de qué es lo que realmente sienten por el otro o qué es lo que quieren para ellos. Muchas veces, este mecanismo ha hecho que hayan terminado relaciones que quizás los hubiesen hecho felices. No se dan cuenta porque se produce una desconexión total con lo que sienten y simplemente salen corriendo. A algunos les puede costar ceder en lo que ellos consideran su libertad, siendo muy centrados en sí mismos y en su propia individualidad. Demasiado libres, por lo que pueden caer en ser egoístas y no ver las necesidades del otro o de su pareja. Forman vínculos donde constantemente están defendiendo su propio espacio. Además, pueden estar con un pie afuera y otro adentro de la relación. Fácilmente se pueden sentir invadidos, por lo tanto, marcan los límites y ponen distancia, así no se genera la capacidad de formar una relación de pareja sana, donde ambos tienen que ceder y aprender a convivir.

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Sanando esta Luna En la última parte del módulo se dará un especial énfasis al trabajo de sanación de la Luna en Acuario y la Luna aspectada con Urano. Por mientras, podemos adelantar que la sanación de esta Luna está en aprender a mirar, conectarse, aceptar y sentir las emociones que siente. Para lograr esto, tendrá que darse cuenta de su tendencia a intelectualizar, racionalizar, buscar explicaciones, escaparse al “futuro” y a desconectarse de sus emociones. La meditación se vuelve clave, de manera de aprender a tomar conciencia de cuándo sus mecanismos lunares defensivos y de desconexión se han activado. También es fundamental tomar conciencia de la tremenda habilidad que tienen de disociarse de sus emociones. Especialmente cuando están empezando a “apegarse” o a sentir estabilidad. Lo natural, instintivo y automático va a ser “apagar” lo que están sintiendo. De manera de poder distanciarse a nivel emocional y así poder alejarse sin sentir dolor. La Luna en Acuario es una Luna bastante inteligente, capaz de dar respuestas coherentes a las acciones y decisiones que toma cuando se desapega y decide salir de una situación. Sin embargo, estas son realmente excusas para justificar las decisiones que toma de forma inconsciente, por miedo de sentirse abandonado. Esta Luna quiere ser la que toma la decisión de cambio y no sentir que la vida o una persona se la impone. Como su mecanismo automático es desconectarse y creer que no siente nada con respecto a una pareja o una situación, la forma de desarmar la instrucción lunar va a estar en dejar de actuar según lo que piensa y empezar a actuar según lo que siente. Aprender a conectarse con las emociones a nivel sensorial y físico, se vuelve clave para realmente poder unirse con la parte interna que sí quiere seguir en una situación o relación y que no tiene miedo a vivir un abandono forzado. Por ejemplo, cada vez que le den ganas de salir o escaparse de una situación, porque la mente le dice que “va a perder libertad” o “no me veo con esta persona o trabajo en el futuro”, se le debería prender una luz roja que le dijera: “instrucción lunar activada”. En ese instante, la persona debería ser capaz de conectarse con su cuerpo a nivel emocional y así realmente ver qué es lo que realmente quiere y siente dentro de sí. El aceptar la potente sensación de soledad y abandono que habita en su interior se vuelve fundamental. Lo debe hacer con un trabajo de aceptación de las emociones y de aprender a contener al “niño interno” que sufrió tantas inestabilidades. Esto irá permitiendo que el miedo al abandono que lleva al desapego emocional vaya disminuyendo. Cuando la Luna en Acuario aprende a sentir, logra tomar gran conciencia de cómo funcionan sus emociones y mecanismos automáticos y con ello surge el don de dejar atrás sus apegos lunares, de manera de realmente ser libre a nivel emocional.

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Otro punto clave será aceptar que tiene emociones “humanas”, al igual que el resto de los habitantes de este planeta. Recordemos que esta Luna tiende a ponerse “arriba” de los demás, negando su parte instintiva, sexual, violenta y manipuladora. Entre más niega su humanidad, más aislada y sola se siente, pues no se halla en el mundo. El integrar sus emociones “sombra” es clave, ya sea con terapia o con trabajo floral de conexión con las emociones reprimidas.

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Instrucción Luna-Urano Acá se une la seguridad emocional con el desapego, el cambio, el ser diferente y preferir estar solo. Si la Luna tiene un aspecto armónico con Urano el sentirse diferente y experimentar cambios no fue vivido como algo doloroso. De hecho, a la persona le gustó y le dio seguridad emocional. Hay libertad y desapego con las emociones y en las relaciones, pero de alguna forma esto no se siente como un conflicto ni genera una sensación de soledad. Si la Luna tiene un aspecto disarmónico con Urano, entonces ser diferente y la persona experimentó cambios que se vivieron como algo muy doloroso. Lo descrito en la Luna en Acuario se hace patente en este caso. La sensación de inestabilidad infantil, el sentirse abandonado, rechazado y solo. El no tener pertenencia. Así como el miedo a los vínculos, a la intimidad y a tener estabilidad en la vida. Son personas que están apegadas a la necesidad de cambio constante, que impide que se sientan estables internamente y que consigan la estabilidad externa en su vida. En este caso, el ser diferente y mantenerse independiente tuvo el costo de perder la seguridad emocional y el sentido pertenencia. Suele haber una sensación de haber sido rechazado por otros por no calzar, así como una fuerte desconexión con la energía nutritiva de mamá. Todo esto hace que la sensación de soledad interior sea muy grande y duela mucho. Claro que se preocuparán de que no se note o la ocultarán detrás de máscaras frías o mentales, ya que las personas con contactos disarmónicos entre ambos planetas tienen una potente capacidad de desapego mental, lo que hace que se desconecten de lo que sienten y lo intelectualicen, sumado a una tendencia a estar centrados en sí mismos, marcando con fuerza su necesidad de libertad y espacio propio. Hay un fuerte apego a ser diferentes y a tener comportamientos que muchas veces pueden chocar con el entorno.

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Todo esto se potencia más si la Luna está en un signo de Aire o Fuego, porque estas Lunas tienen tendencia a ser más bien libres y a sentirse cómodas con el cambio. Si la Luna está en un signo de Agua o Tierra esta instrucción puede llegar a manifestarse de forma completamente diferente. Muchas veces haciendo que la persona niegue por completo su necesidad de libertad, cambio, independencia y originalidad. Tener la Luna en estos elementos nos habla de una necesidad de nutrición afectiva primordial asociada con la estabilidad, el no cambio, la continuidad y el apego. Sin embargo, estas necesidades están conviviendo con una fuerte instrucción de Urano, que nos muestra una tremenda búsqueda de cambio y libertad. Necesidades opuestas habitan dentro de la persona, pero las que más se buscan satisfacer son las de compromiso y seguridad, ya que están asociadas al signo lunar. Esta contradicción se vivió en la infancia. El niño lo que más quería era seguridad, pero al tener Urano muy activo, vivió fuertes experiencias de cambios y abandono. Por la naturaleza de su signo lunar, estos cambios dolieron de forma extremadamente potente. Estos, además, le hicieron experimentar una pérdida total de su tan anhelada seguridad. Por lo tanto, en su inconsciente se quedó con la idea de que lo nuevo, libre o independiente puede significar perder la estabilidad. Hay personas con estas características que cuando pequeños sintieron que su propio deseo de ser libres les podía significar ser rechazados por mamá y quedarse solos. Quizás su madre les reprimió esos impulsos de libertad o quizás en su medioambiente afectivo había personas que marcaban la estabilidad, así como otros “uranianos” que creaban inestabilidad. En este caso, la persona va a tender a prohibir su propia necesidad de libertad, así como también a prohibir esos comportamientos en su pareja, porque los va a vivir como amenazantes. Una persona que tiene estas características tenderá a relaciones estáticas, monótonas y estables. Cualquier cosa que huela a libertad y a independencia será rechazada. Quizás no le dé a su pareja espacio personal o libertad para salir con sus amigos. Sin embargo, Urano sigue estando presente dentro de su mundo interno, pero como no lo quiere vivir, lo más seguro es que será proyectado, y se relacionará con personas que se le escapan, porque se sienten aburridas y encerradas. O personas estables, pero que después de un tiempo (quizás años de relación) pueden terminar activando su propia necesidad de libertad mediante cambios abruptos.

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Características Luna en Acuario y Luna – Urano en niños (y muchas veces en adultos) ·

Parece de fuera de este mundo. Con intereses extraños y diferentes a los de los demás.

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Necesitan libertad y movimiento.

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Expresan emociones de forma radical y poco convencional.

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Los amigos son muy importantes, pueden ser más apegados a ellos que a sus familias.

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Pueden mantenerse más bien en soledad, pues se sienten diferentes a los demás, debido a ello pueden mostrar cierta actitud de superioridad o arrogancia.

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Sentirá a su madre siempre diferente, distante y cercana, ausente y presente, inmensa y vacía.

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Establece un circuito en el que cada vez que surja la emoción, el contacto, la intimidad, al mismo tiempo aparecerá la angustia provocada por la certeza del corte inminente. “Cuando hay afecto, este súbitamente desaparece”.

Consejos para el desarrollo sano en niños (y muchas veces en adultos) con Luna en Acuario o Luna – Urano: ·

Darle espacio para ser diferentes.

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Enseñarles a ponerse en contacto con las emociones, pues le temen mucho. Que aprendan a sentirlas en el cuerpo, que las experimenten y no las analicen.

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Que les expliquen que sentir es algo natural.

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Invitarles a que exterioricen sus pensamientos, emociones y sentimientos con libertad y sin miedos, por ejemplo, mediante dibujos o escribiendo de lo que les ocurra.

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Animarles para que vivan sus emociones desde la curiosidad y la apertura, no desde la inhibición y la represión.

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Afirmarles que se puede ser único y diferente sin la necesidad de aislarse del entorno.

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Enseñarles a aceptar lo diferente a ellos, de manera de desarrollar la tolerancia.

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Talentos Luna en Acuario · La capacidad de tener un mundo emocional estable y libre al mismo tiempo, donde se pueden vivir vínculos y relaciones de forma desapegada, pero cercanas a la vez. · Espontaneidad afectiva y la capacidad de reaccionar de forma original y libre en sus vínculos. · Pueden entender cómo funcionan sus emociones y así lograr gran empatía con los demás. · Da libertad a los que quiere, permitiendo que sean quienes realmente son.

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· Cuando aprende a conocer su “humanidad” emocional, se vuelve bastante tolerante y comprensivo con los demás. · Capacidad de sostener a otros, sin verse afectado por las emociones de los demás.

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Esencias florales recomendadas para el signo de Acuario y Urano activo en el mundo emocional:

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Star of Bethlehem de Bach y Sturt Desert Pea de Bush: para reparar la herida de la soledad y la tristeza de sentirse abandonado en la infancia.

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Shooting Star de California y Tall Yellow Top de Bush: para el arraigo emocional, la sensación de pertenencia al mundo y la conexión con la vida. Ambas flores maravillosas para ayudar al primer chakra a abrirse y a enraizarse con la tierra. Esto ayuda a la sensación de soledad. Muy útil para los niños y adultos que no se sienten cómodos encarnados en la Tierra.

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Mariposa Lily de California y Clematis de Bach: ayuda a conectarse con la energía de nutrición de mamá, lo que permite disminuir la sensación de abandono vivida en la infancia.

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Pink Mulla Mulla de Bush: está especialmente hecha para las almas que traen y vivieron en la infancia fuertes experiencias de abandono. Esto ha generado una gran herida que no les permite vincularse afectivamente y emocionalmente con otros hoy en día.

Water Violet de Bach: una excelente esencia para aquellas personas con miedo al apego, al compromiso, a perder la libertad y que tienden a ahogarse en las relaciones, por lo que se mantienen muchas veces alejados de los otros. También para los niños y adultos más bien solitarios y con dificultad para relacionarse con otros, pues sienten que no calzan o que son diferentes de los demás. Muchas veces este dolor de no calzar se esconde en una soberbia y orgullo intelectual.

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Fuchsia de Fes: ayuda a conectarse con las emociones profundas guardadas y a poder liberarlas. Estas, muchas veces, se manifiestan en somatización física o en una angustia interna tremenda.

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Bush Fuchsia de Bush: refuerza la intuición, permite conectar la mente con el corazón.

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Nasturtium de California: es muy buena si hay un comportamiento excesivamente mental, muy desconectado de sus emociones.

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Dog Rose of the Wild Forces del sistema floral Bush y/o Cherry Plum del sistema Bach: estas flores permiten que la persona se conecte con lo que siente, sin sentir que descontrola o que es superado por sus emociones. Especialmente para las personas que creen que si se conectan con sus emociones se van a desbordar. Algo muy común en Lunas en Acuario o Luna-Urano.

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