2002-2 Laminas De Hormigon En La Arquitectura

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LAS LAMINAS DE HORMIGON EN LA ARQUITECTURA. Por Félix Escrig. Catedrático de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla.

Fig. 1. Composición de las principales láminas antiguas.

LAS LAMINAS DE HORMIGON EN LA ARQUITECTURA. Por Félix Escrig. Catedrático de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla.

Hay un concepto que he defendido en muchas ocasiones que clasifica la arquitectura en dos grandes apartados: El que corresponde a las formas obtenidas por superficies continuas, de la cual es heredera toda la arquitectura culta que arranca en Oriente Próximo y culmina en el Imperio Romano. Y el que corresponde a las formas obtenidas por líneas, sin duda las más antiguas, a partir de la arquitectura vegetal y que tiene su culminación a partir de las propuestas islámicas y góticas. [Fig. 2 y 3]

Fig. 2. Cúpulas islámicas de la Mezquita de Córdoba.

Fig. 3. Bóveda de Santiago en Lieja y de Annaberg en Sajonia.

El Siglo XIX, con la revolución producida por los nuevos materiales, tuvo en sus manos la posibilidad de revolucionar este planteamiento. Pero la excesiva dependencia del historicismo retrasó esta posibilidad. Fue la Ingeniería quien dio los pasos decisivos y quien lideró los avances. La arquitectura del hierro y del acero mimetizó el gótico con un descaro que vino a convertirse en la moda del mal gusto, en manos además de diseñadores mediocres. [Fig. 4]

Fig. 4. Royal Pavilion en Brighton por John Nash.

Los nuevos métodos de cálculo, que permitieron grandes hitos en la ingeniería fueron una limitación en la arquitectura ligada al espíritu de las Bellas Artes , lejos de los conceptos de las politécnicas e ignorante de los conceptos de la Elasticidad y la Resistencia de Materiales. La irrupción del Hormigón Armado, siempre ligado a periodos de entre guerra o de economía deprimida, no supuso tampoco un cambio. Un material tan propenso a ser utilizado masivamente también se trató como nervaduras y tendones. [Fig. 5] Un gran constructor como Hennebique, para los arquitectos utilizaba la más pura ortodoxia gótica.

Fig. 5. Anatol de Baudot. San Juan en Montmatre.

La falta de conocimiento del comportamiento de este material dio lugar a grandes catástrofes que, lejos de ser ocultadas, sirvieron para espolear los estudios sobre el mismo. No obstante la mayor estructura de Hormigón Armado construida hasta ese momento alcanzó los 65 m. de diámetro en Breslau y tenía 95x95 m2 en planta. Sin embargo seguía resuelta con nervaduras como si se tratara de un cimborrio gótico. [Fig. 6]

Fue Alemania quien a través de los arquitectos expresionistas encontró en el nuevo material el ideal para construir sus formas torturadas e imaginativas. Max Steiner en sus dos auditorios dedicados a Goethe, utilizó el hormigón colado de una forma total. No fue el más original pero sí el que vio construidos sus proyectos; Luckard por ejemplo no pasó de la maqueta. [Fig. 7 y 8]

Fig. 6. Cúpula del Centenario en Breslau.

Los franceses, más pragmáticos, jugaron con geometrías simples que, por primera vez, aprovechaban la forma para desarrollar tensiones fáciles de obtener. Gustavo Perret fue el pionero en ello y un ejemplo para el más grande de los arquitectos contemporáneos: Le Corbusier. [Fig. 9] A Freissynet es tal vez a quien más debe el hormigón armado en la arquitectura. [Fig. 10]

Fig. 7. Goetheanum I y II por Max Steiner.

Los alemanes hicieron su evolución a través del análisis matemático. Resulta por tanto lógico que comenzaran con las formas más sencillas, la esfera y el cilindro. Los Planetarios propor-

Fig. 8. Auditorio por Luchkard.

Fig. 9. Notre Dame de Rancy por Perret.

cionaron campo para las esferas, mientras que los mercados, con su combinación de cilindros, eran la oportunidad para el lucimiento en los vastos espacios. El de Liepzig por Dischinguer y Ritter, con sus tres cúpulas de planta cuadrada de 76 m. de lado y 17.500 m2 de superficie era algo impensable hasta ese momento. Era el resultado lógico de saber construir y calcular simultáneamente. [Fig. 11]

Fig. 10. Mercado de Reims por Freissynet.

La década de los 30, en que todos los paises occidentales estaban dedicando sus acererías a la fabricación de armamento, el hormigón sufrió también una transformación. El armado debía ser bastante estricto y por ello primarían las formas exclusivamente en compresión. El diseñador más sorprendente fue Aimond, que aprovecho la versatilidad de las geometrías alabeadas para construir cubiertas espectaculares. [Fig. 12] En este momento no se tenían herramientas para ese análisis y por tanto confió bastante en un predimensionado intuitivo. Paradógicamente fue en una España agobiada políticamente, pero en la que se producía un

Fig. 11. Mercado de Leipzig por Dischinguer y Ritter.

gran intercambio intelectual, en donde Eduardo Torroja fundió la tradición formalista francesa y el rigor matemático alemán. El Mercado de Algeciras es la pieza más rotunda construida en la primera mitad del siglo. Nada en él es superfluo y sin embargo está lleno de estudiadísimos detalles. La combinación de la esfera y los cilindros, su corte en pico,el lucernario integrado, el zuncho perimetral que equilibra los empujes y que hace de dintel y la precisa disposición del armado, hacen de este octógono de 47 m. de diámetro y 9 cm. de espesor la estructura más optimizada hasta ese momento. [Fig. 13]

Fig. 12. Hangares de Cuers y Lanveoc por Aimond.

Fig. 13. Mercado de Algeciras por E. Torroja.

En cuanto a la combinación de cilindros que hace en Recoletos hubiera sido imposible sin un detallado análisis numérico. La precisión del cálculo junto a los ensayos en modelo reducido, hacen coincidir los resultados con los más sofisticados cálculos realizados con las herramientas actuales. [Fig. 14] El Hipódromo de la Zarzuela es una compleja combinación de formas libres que van desde los hiperboloides de la cubierta a las formas oníricas de la sala de apuestas. [Fig. 15]

Fig. 14. Frontón de Recoletos por E. Torroja.

Fig. 15. Hipódromo de la Zarzuela por E. Torroja.

La arquitectura italiana tiene en Nervi una figura compleja heredera de un diseño sofisticado y una inventiva propia de los mejores arquitectos renacentistas. Si el Hangar de Orvieto recupera la Basílica de Vicenza de Palladio [Fig. 16] el Palacio de exposiciones de Turín recoge la arquitectura de la Escuela de Atenas de Rafael [Fig. 17]. Los Palacios de Deportes de Roma, con su luz cenital nos recuerdan al Panteón de Agripa. En toda la obra de Nervi hay una referencia al clasicismo que resulta patente. [Fig.18]

Fig. 16. Hangar de Orneto por P.L.Nervi.

Fig. 17. Palacio de Exposiciones de Turín por P.L. Nervi.

Fig. 18. Pequeño Palacio de los Deportes en Roma por P.E. Nervi.

Desde este momento las grandes figuras del movimiento moderno incluyen en su repertorio formas laminares al mismo tiempo que trabajan otros sistemas. Lubetkin, Niemeyer Jacobsen o Le Corbusier hacen que las vanguardias ya no vean las láminas como objetos de ingeniería. [Fig. 19 y 20]

Otro español como Candela consiguió con propuestas modestas formas de una belleza insuperable a partir de superficies alabeadas. Era el momento álgido que dividía el siglo y representaba la madurez. [Fig. 21, 22 y 23].

Fig. 19. Iglesia en Belo horizonte por O. Niemeyer.

Fig. 20. Notre Dame de Rouchams por Le Corbusier.

Saarinen pudo permitirse el lujo en Estados Unidos de construir láminas con un gran despliegue de medios y consagrar así una arquitectura de imagen para el gran público. [Fig. 24]

Fig. 21. Pabellón de Rayos Cósmicos por F. Candela

Fig. 22. Capilla de las Lomas en Cuernavaca por F. Candela

Fig. 23. Restaurante de Xochimilco por F. Candela.

Kenzo Tange y Louis Kahn son los arquitectos de la segunda generación más celebrados internacionalmente por sus espectaculares espacios, algunos de ellos conseguidos con láminas.

Fig. 24. Terminal del aeropuerto de Dulles por Saarinen.

Las láminas se sumieron en un general descrédito cuando se convirtieron en pura forma ocultando su falsedad estructural. Utzon o Calatrava son los máximos exponentes de este hecho sumandose a la denominada arquitectura espectáculo basada en el “star system”, en donde el cliente compra una marca. [Fig. 25 y 26] No obstante todavía queda mucho camino por explorar y proyectistas imaginativos como Heinz Isler o Luís López han demostrado estar en la mejor vena creativa. [Fig. 27 y 28]

Fig. 25. Propuesta ganadora del concurso de la Ópera de Sydney por Utzon.

Fig. 26. Esquema transversal de la Ciudad de las Ciencias en Valencia por S. Calatrava.

Fig. 27. Cubierta de un pequeño auditorio por Isler.

Fig. 28. Cubierta en Maspalomas (Tenerife) por L. López.

Los grandes creadores han desaparecido o tienen pequeñas oficinas en que desarrollan otro tipo de proyectos. Nunca hubo tantas herramientas de cálculo como ahora y nunca las técnicas constructivas fueron tan perfectas. Tampoco hubo nunca tantas oportunidades para construir láminas. Quizás es que pasó el tiempo del hormigón en la arquitectura y los Corbusier, Kahn o Kenzo Tange, creadores de una filosofía de los estable, perfecto y bello han sido sustituidos por los artistas del diseño adaptable, caligráfico y elegante. Piano, Foster o Calatrava son los nuevos símbolos de grandes estructuras que reniegan de serlo y se construyen por tanto con telas de araña perforadas por el viento. Pero eso ya lo hemos vivido. Fue la segunda mitad del siglo XIX quien desplazó la construcción de las grandes superficies y las sustituyó por retículas de acero. Luego vinieron cincuenta años en que Perret, Freissynet o Maillart convirtieron el hormigón en el nuevo mármol pentélico con que construir las acrópolis europeas. Mientas, la semilla de Mies o Gropius estaba vaciando esa filosofía y durante otros cincuenta años hemos vivido en un Mundo Feliz que Otto , Fuller y Le Ricolais disfrazaron de religión.

Si analizamos lo sucedido caeremos en la cuenta de que era un enfrentamiento ideológico. Los partidarios del Hormigón se habían situado en un clasicismo demasiado rígido para la evolución que necesitaba la humanidad y el mismo Candela, para su Palacio de los Deportes de Mexico en 1968 diseñó una tortuga hecha de acero, aluminio y cobre. ¡Qué mejor símbolo de reconocimiento de que el cambio que se había impuesto era un retroceso! Pero las estructuras laminares no están agotadas. Son una reserva que tarde o temprano volverá a florecer, quien sabe de qué modo y en qué imágenes.

BIBLIOGRAFÍA DEL AUTOR SOBRE LÁMINAS ESCRIG, F. «La Cúpula y la Torre». Fundación Centro de Fomento de Actividades Arquitectónicas. ISBN 84-88988-01-X (1994) 225 pp. ESCRIG, F. «Las Grandes Estructuras de los Edificios Históricos, desde la Antigüedad hasta el Gótico». Instituto Universitario de Ciencias de la Construcción. ISBN: 84-88988-17-6 (1997) 137 pp. ESCRIG, F. «Towers & Domes». Advances in Architecture. Computational Mechanics Publications. ISBN 1-85312-437-0 81998) 100 pp. ESCRIG, F. Editor. «Cubiertas Laminares». Revista STAR, Structural Architecture, nº 4. ISSN 1137-207X (1999) 92 pp.

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