2017-10-01 National Geographic En Espanol

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NÉNETS: MIGRANTES DEL ÁRTICO

COLIBRÍES: EL ARTE DE DETENER EL TIEMPO

¿ L A C A C E R Í A R E S U E LV E LA EXTINCIÓN?

DUBÁI

La metrópoli del desierto que quiere ser verde

OCTUBRE DE 2017 N G E N E S PA N O L .CO M DESCARGA NATIONAL GEOGRAPHIC EN ESPAÑOL

en App Store y Google Play 271017

$ 60.00

Costa Rica 1,995.00 C. Salvador $3.75 Guatemala 33.75 QTZ Nicaragua 64.00 Cord Panamá 3.75 Bal

I   CO N T E N I D O octubre de

2017 •

vo l . 41 • NÚM. 4 • r e v i s ta o f i c i a l d e N at i o N a l g eo g r a p h i c s o c i e t y

SECCIONES IMÁGENES

ARTÍCULOS

104

LA V IDA E N LA CU E RDA FLOJA

Los nénets realizan migraciones anuales de más de 1 200 kilómetros hacia el Ártico ruso. El cambio climático y los yacimientos de gas natural podrían acabar con ese modo de vida. Por Gleb Raygorodetsky Fotografías de Evgenia Arbugaeva

EXPLORA Animales: los secretos de perros, gatos y abejas, además, criaturas silvestres son víctimas del tráfico ilegal de mascotas como el loris perezoso (arriba).

NGLA 20 ANIVERSARIO Investigadores mexicanos buscan conseguir que el veneno de los alacranes sea un aliado y no un enemigo.

En portada La vista desde el Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo con 828 metros, revela el gran reto de Dubái: conseguir ser verde en un entorno adverso, como el desierto, sin frenar su expansión ni sacrificar comodidad ni tecnología de avanzada. Fotografía de Luca Locatelli

36 | LA META AUDAZ DE DUBÁI

54 | TROFEOS A DEBATE

84 | ESCUELA DE VUELO

Esta ciudad de alto consumo energético busca volverse mucho más verde.

¿Ayuda la caza deportiva a la conservación, como afirman algunos?

Cámaras de alta velocidad congelan a los colibríes y revelan sus secretos.

Por Robert Kunzig Fotografías de Luca Locatelli

Por Michael Paterniti Fotografías de David Chancellor

Por Brendan Borrell Fotografías de Anand Varma

FOTOS: EVGENIA ARBUGAEVA (NÉNETS); JOEL SARTORE, NATIONAL GEOGRAPHIC PHOTO ARK (LORIS PEREZOSO)

| CONTENIDO

EN L A RED

V ID EO

V I DEO

COLIBRÍES: EL ARTE DE VOLAR

Acompaña y escucha a estos pastores de renos en su travesía anual hacia el ártico, la cual es una resistencia frente a la modernidad que los alcanza.

Se mueven tan rápido que el ojo humano solo alcanza a percibir una mancha de color que planea. Pero cuando cámaras de alta velocidad los congelan en el tiempo, los colibríes nos regalan sus secretos. Tienen la tasa metabólica más rápida de cualquier vertebrado y son las únicas aves que que pueden permanecer suspendidas en el aire durante 30 segundos o más, o incluso ir en reversa.

FOTO DEL LEC TOR

LO M Á S V I STO

EL ORGULLO DE TU PAÍS VIRGILIO VALDÉS

10 FOTOGRAFÍAS ICÓNICAS DE LA PRINCESA DIANA

NÉNETS

Biblioteca Vasconcelos, Ciudad de México

Celebramos nuestro 20 aniversario con lo mejor de América Latina. La misión de este mes: queremos celebrar lo que nos enorgullece de nuestros países. Envía tu foto a [email protected] en alta resolución (menor a 10 MB, sin marca de agua). Incluye el título, el lugar donde fue tomada, la descripción de la escena y tu nombre. Al participar aceptas que tu fotografía se utilice para promocionar la sección en plataformas electrónicas e impresas. Consulta nuestro aviso de privacidad en bases.editorialtelevisa.com.mx/national-geographic/fotodellector/#aviso. FOTOS: EVGENIA ARBUGAEVA (SUP. IZQ.); ANAND VARMA (SUP. DER.)

La influencia de la princesa Diana fue tan fuerte que, a 20 años de su fallecimiento, aún atrae a mucha gente en todo el mundo. En esta fotogalería podemos ver imágenes poco conocidas desde su infancia hasta sus últimos años en los que se abocó a combatir las minas antipersonas.

Inspiración para cuidar el planeta National Geographic Society es una organización mundial sin fines de lucro comprometida con la exploración y protección de nuestro planeta.

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Ariel Deiaco-Lohr, Gordon Fournier, Kelly Hoover, Jennifer Jones, Jennifer Liu, Rossana Stella Copyright © 2016 National Geographic Society All rights reserved. National Geographic and Yellow Border: Registered Trademarks ® Marcas Registradas. National Geographic declina toda responsabilidad sobre materiales no solicitados.

© NATIONAL GEOGRAPHIC. Marca Registrada. Vol. 41, núm. 04. Fecha de publicación: octubre de 2017. Revista mensual, editada y publicada por EDITORIAL TELEVISA, S.A. DE C.V., Av. Vasco de Quiroga N° 2000, Edificio E, Col. Santa Fe, Del. Alvaro Obregón, C.P. 01210, Ciudad de México tel. 52-61-26-00, por contrato de licencia celebrado con NATIONAL GEOGRAPHIC SOCIETY, Washington, D.C. Editor responsable: Porfirio Sánchez Galindo. Número de Certificado de Reserva de derechos al uso exclusivo del Título NATIONAL GEOGRAPHIC: 04-1979-000000000213102 de fecha 08 de junio de 2017 ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título N° 1833, de fecha 5 de marzo de 1999; Certificado de Licitud de Contenido N° 1087, de fecha 5 de marzo de 1999, ambos con expediente N° 1/432”78”/409, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Distribuidor exclusivo en México: Distribuidora Intermex S.A. de C.V., Lucio Blanco N° 435, Azcapotzalco, C.P. 02400, Ciudad de México. Tel. 52-30-95-00. Distribución en zona metropolitana: Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México A.C., Barcelona N° 25, Col. Juárez, Ciudad de México. Tel. 55-91-14-00. Impresa en: Offset Multicolor, S.A., Calzada de la Viga N° 1332, C.P. 09430, Ciudad de México. Tel. 56-33-11-82. El material editorial que aparece en esta edición es propiedad registrada de NATIONAL GEOGRAPHIC SOCIETY. EDITORIAL TELEVISA S.A. DE C.V. investiga sobre la seriedad de sus anunciantes, pero no se responsabiliza con las ofertas relacionadas por los mismos. ATENCIÓN A CLIENTES: a toda la Republica Mexicana tel. 01 800 REVISTA (7384782). Exportada por Editorial Televisa, S.A. de C.V. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial del contenido e imágenes de la publicación sin previa autorización de Editorial Televisa, S.A. de C.V. IMPRESA EN MEXICO – PRINTED IN MEXICO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. ALL RIGHTS RESERVED. © Copyright 2017. ISSN 1665-7764 www.ngenespanol.com [email protected]

“Distribución en Voceadores del D.F. y área Metropolitana a través de la Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, A.C.”

national geographic magazine editor in chief

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“ Todo lo que alguien pueda imaginar, otros lo harán realidad” Julio Verne

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Ahora puedes volver a disfrutar de sus emocionantes novelas, a través de una edición irrepetible inspirada en las estampaciones e ilustraciones originales.

| N G L A 2 0 A N I V E R S A R I O  | LO M E J O R D E A M É R I C A L AT I N A

Venenos medicinales Por Erick Pinedo Fotografías de Sergio Izquierdo

En México, el alacrán ronda desiertos y zonas tropicales bajo la seguridad del sigilo. Su picadura es capaz de causar la muerte en algunos casos; no obstante, el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, en Cuernavaca, Morelos, estudia su veneno para elaborar antídotos e incluso medicamentos contra algunos padecimientos humanos. Era de noche, la lluvia no cesaba y me dispuse a apagar las luces para ir a dormir. Al hacerlo y dirigirme a la cama, un dolor agudo en la planta de mi pie descalzo me hizo caer sin poder completar el paso. “Pisé una tachuela –pensé–. Me la enterré hasta el fondo…”. Como pude desde el suelo, logré alcanzar de nuevo el interruptor para ver el origen de tan fuerte punzada. Fue en aquel momento que el dolor pasó a un segundo plano, frente a un temor que lo superaba incluso en intensidad: un alacrán en posición de ataque se hallaba en medio de la habitación, con el aguijón erguido y las pinzas abiertas. Con el nerviosismo a flor de piel, me dirigí de inmediato al hospital más cercano. ¿Fiebre, taquicardia, hipertensión, lengua inflamada, molestia en la faringe, convulsiones? No. Afortunadamente, aquel escorpión –conocido en México como alacrán– no era peligroso para el ser humano. Sin embargo, al menos 14 especies de las más de 286 que habitan el país –existen más de 2 000 en el mundo– ocasionan unos 300 000 casos que requieren tratamiento médico por picaduras cada año. Aun así, al estimar la cifra negra

En el sentido de las manecillas del reloj: Hadrurus aztecus (Guerrero), Vaejovis mexicanus (Chiapas), Hadrurus hirsutus (Baja California Sur), Mesomexovis subscriptatus (Puebla), Centruroides limpidus (Morelos).

–casos no tratados–, el número podría incrementarse. Según números oficiales, unos 35 casos al año resultan fatales. El equipo de investigadores del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) –ubicado en la capital del estado de Morelos, Cuernavaca– ha dedicado más de 40 años al análisis y la experimentación con el veneno de los alacranes, para producir y mejorar antídotos de última generación que puedan ser útiles al presentarse estas emergencias. “Hace algún tiempo no se sabía mucho sobre el veneno del alacrán. Con nuestras investigaciones hemos logrado aislar y caracterizar los elementos que lo componen bioquímica y funcionalmente para desarrollar mejorías en los antivenenos y salvar vidas”, señala el doctor Lourival Domingos Possani, biofísico brasileño naturalizado mexicano e investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores, así como dos veces Premio Nacional de Ciencias y Artes, en 1995 y 2016. En el veneno del alacrán hay más de 100 componentes, entre los que se encuentran péptidos tóxicos (toxinas) que afectan el funcionamiento de los receptores de las membranas celulares denominados canales iónicos –moléculas relacionadas con la comunicación celular–, lo que afecta principalmente el sistema nervioso y muscular; con ello, estos arácnidos pueden inmovilizar a sus presas y defenderse de sus agresores. Sin embargo, veneno s medi ci nale s

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| N G L A 2 0 A N I V E R S A R I O  | LO M E J O R D E A M É R I C A L AT I N A

El equipo del Instituto de Biotecnología de la UNAM utiliza la estimulación eléctrica para obtener el veneno de los alacranes y realizar estudios para caracterizar sus componentes.

son estas mismas toxinas las que se utilizan para elaborar el antídoto contra los efectos de su aguijonazo devastador. Históricamente, los antídotos disponibles son antisueros que se generan al inmunizar caballos, ovejas, conejos u otros animales mediante la inoculación de cantidades pequeñas de veneno, para estimular respuestas inmunológicas que producen anticuerpos capaces de reconocer y neutralizar las toxinas. “Gracias a la ingeniería genética nos dimos cuenta de que no era necesario utilizar todos los componentes del veneno. Ahora podemos usar únicamente las toxinas que resultan importantes para la producción de antivenenos específicos”, comenta el doctor Possani. Al usar de muestras de fragmentos de inmunoglobulina humana (anticuerpos), en sustitución de las producidas en equinos, los estudios del doctor en bioquímica Baltazar Becerril Luján –también de este instituto de la UNAM– resultaron fundamentales para el éxito logrado en la construcción y tamizado de los bancos de este tipo de fragmentos que, en la actualidad, facilitan la identificación y el aislamiento de aquellos anticuerpos 8

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de origen humano que pueden contrarrestar los péptidos tóxicos presentes en el veneno de los alacranes ponzoñosos que habitan dentro del territorio mexicano. “De los millones de anticuerpos en el organismo humano que son capaces de sintetizarse, encontramos algunos que tienen la capacidad para reconocer dichas toxinas. Descubrimos que algunos de los fragmentos derivados de esas inmunoglobulinas son capaces de neutralizar el efecto del veneno”, afirma. El procedimiento conlleva tomar algunos linfocitos presentes en una muestra de sangre humana, clonar el material genético que se codifica para los anticuerpos y elaborar un banco de genes a fin de seleccionar aquellos capaces de neutralizar los efectos tóxicos del veneno. Por otro lado, en el laboratorio también se realizan pruebas con mutaciones inducidas en la inmunoglobulina humana, por medio de una evolución in vitro (cultivo de bacterias con las versiones mutadas de los fragmentos de anticuerpos), con la finalidad de mejorar su afinidad para contrarrestar los efectos dañinos de la picadura.

| N G L A 2 0 A N I V E R S A R I O  | LO M E J O R D E A M É R I C A L AT I N A

El Dr. Baltazar Becerril analiza una muestra de veneno. Los resultados de los estudios han permitido mejorar los antivenenos y patentarlos en el mercado.

Como resultado, la metodología mencionada ha marcado el camino para la producción de la quinta generación de antivenenos, que se desarrolla con miras a controlar y revertir, de una manera más rápida y efectiva, la sintomatología que padecen las personas luego de sufrir la picadura. El Instituto de Biotecnología de la UNAM ya cuenta con patentes de invención en Estados Unidos y México, y las investigaciones continúan aislando y caracterizando los nuevos componentes del veneno de alacranes de lugares distantes como Brasil y el norte de África, además de algunas arañas, caracoles marinos y ciempiés. El poderoso armamento con el que se encuentran equipados los alacranes ha proporcionado tal cantidad de información a la ciencia que, hoy día, ya se desarrollan estudios con el veneno de estos arácnidos internacionalmente, relacionados con el tratamiento de una serie de enfermedades autoinmunes, malaria, dengue, epilepsia, diabetes mellitus y artritis, así como con la fabricación de analgésicos, antibióticos y algunos bactericidas a partir de las toxinas que reaccionan contra ciertas plagas. 10

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Debido poca disponibilidad de antivenenos y el difícil acceso a clínicas y hospitales en las zonas más apartadas del país –donde habita una gran cantidad de alacranes ponzoñosos–, la aplicación de remedios caseros puede llegar a representar un factor de riesgo a la hora de tratar cada caso, pues ninguno de estos sustituye al antiveneno; además, el éxito de la recuperación depende en gran medida del tiempo que el paciente demore en atenderse con el antídoto indicado desde que ocurre el incidente. Por lo general, los más afectados son los infantes y los adultos de la tercera edad. Mientras la tecnología continúa desarrollándose, la información básica es elemental si se ha tenido un encuentro no deseado con estos pequeños tanques de guerra: no intentar succionar el veneno, ya que cualquier herida intrabucal se puede infectar; evitar remedios caseros que podrían agravar el problema; colocar hielo para limitar la absorción del veneno; no automedicarse y recibir tratamiento tan pronto sea posible. De esa forma, entre más información se divulgue, menor será el peligro de caminar descalzo. Eso sí, del terrible dolor, nadie se salva. j

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I  I M ÁG EN E S

Estados Unidos Los mapaches se agrupan cerca de un sendero en Central Park, Nueva York, a la espera de la caridad de los visitantes nocturnos. Las autoridades de la ciudad dicen que alimentar estos mamíferos omnívoros es riesgoso –los mapaches pueden portar rabia– e innecesario, dado lo ingeniosos que son. Además, es ilegal. FOTO: HILARY SWIFT

|   I M Á G E N E S   |   M O S A I C O N AT U R A

TERCER CONCURSO NACIONAL DE FOTOGRAFÍA DE NATURALEZA La fotografía de naturaleza nos revela información acerca de la situación y la conducta de una especie, su interacción con otras y con su entorno. Siempre ilumina un punto ciego en el entendimiento de lo que nos rodea. Este año se recibieron 18 441 imágenes de las cuales, en esta edición, presentamos las que obtuvieron el primer lugar en cada categoría.

Categoría: Fauna Lugar: Baja California Sur Autor: Jesús Erick Higuera Rivas

Categoría: Plantas y hongos Lugar: Chiapas Autor: Jorge Alexis Figueroa Hernández

Esta imagen, ganadora también del Premio Mosaico Natura México, muestra una cría de ballena jorobada con su madre, un momento excepcional en la interacción de esta especie.

Esta fotografía no solo logra poner frente a los ojos del espectador el pequeño mundo que solemos pasar por alto sino que congela el tiempo y lo integra a la imagen.

|   I M Á G E N E S   |   M O S A I C O N AT U R A

Categoría: Paisajes y ecosistemas Lugar: Quintana Roo Autor: Erik Ruiz Mora

Categoría: Naturaleza y ser humano Lugar: Jalisco Autor: Marco Antonio López Rosas

Con una gran técnica, el fotógrafo consigue capturar una tormenta eléctrica bajo la Vía Láctea, la fugacidad de un rayo frente a la impasibilidad del universo.

La bruma y la luz oblicua del amanecer perfilan a estos pescadores quienes, como desde hace siglos, buscan un equilibrio con su medio ambiente para ganarse la vida.

|   I M Á G E N E S   |   M O S A I C O N AT U R A

Categoría: Solo un mundo Lugar: Veracruz Autor: David Yahir Ceballos Espinoza

Categoría: Jóvenes Lugar: Puebla Autor: Andrés Moreno Toscano

Con una aproximación fotoperiodística de denuncia, esta imagen muestra la cultura de sobreexplotación en muchas de las costas mexicanas y que suele adelantarse a la autoridad.

La ausencia de color acentúa las texturas en esta panorámica del volcán Popocatépetl, al tiempo que los planos de la imagen nos permiten apreciar lo transparente del aire.

E X P LO R A ANIMALES

¿CONOCES A TU G AT O R E A L M E N T E ? Por Nina Strochlic

Para aquellos que se preguntan si sus gatos los ven como meros dispensadores de croquetas, un informe en la revista Behavioural Processes podría tranquilizarlos. En un estudio que expuso a gatos adultos ante cuatro categorías de estímulo –comida, juguetes, olores e interacción social humana–, la mayoría prefirió la interacción humana a todas las otras opciones. Este tipo de investigación “se hizo con perros en los años noventa del siglo xx”, pero no con gatos, hasta ahora, según Kristyn Vitale Shreve, de la Universidad Estatal de Oregón y coautora del estudio. Los felinos están estereotipados en Estados Unidos como no adiestrables y antisociales, añade, pero se les puede enseñar con el uso de los mismos principios generales que a los perros, siempre y cuando los incentivos sean los correctos. ¿Qué más no sabemos de los felinos? Por ejemplo, ¿el gatito en esta fotografía está asustado o jugando? (Respuesta: está saltando hacia un juguete). Las emociones felinas son más difíciles de descifrar: un nuevo estudio de científicos veterinarios en Italia encontró que la mayoría de los dueños no reconoce el rango de señales que usan los gatos para mostrar estrés. “Los dueños de perros saben más sobre comportamiento canino”, asegura la autora Chiara Mariti. En contraste, los dueños de gatos suelen interpretar la conducta de sus mascotas como normal en la especie, en vez de una señal sobre cómo la están pasando. Los científicos trabajan duro para resolver tales misterios felinos. El año pasado, una universidad sueca comenzó un estudio de cinco años sobre comunicación humano-felina. El objetivo: ver si los gatos reaccionan a las diferentes maneras en que los humanos les hablan y traducir los maullidos en emociones y deseos.

LA CIENCIA D E L O S G AT O S Rasgos independientes: cuando perros y gatos fueron puestos a resolver un acertijo, según encontró un estudio publicado en el Journal of Comparative Psychology, los perros miraban a los humanos para pedir ayuda con una tarea imposible, mientras que los gatos trataban por su cuenta. Tránsito felino: al analizar el ADN mitocondrial en los restos de unos 200 gatos de la antigüedad, investigadores en Francia encontraron que los felinos se dispersaron por todo el mundo primero con granjeros del Creciente Fértil y luego con navegantes que comerciaban a lo largo del planeta.

FOTO: SETH CASTEEL

|   E X P LO R A   |   A N I M A L E S

ENTR AR EN L A MENTE DE FIDO Por Nina Strochlic

En 2011, cuando un perro saltó de un helicóptero de Estados Unidos para acompañar al equipo SEAL en la redada al complejo de Osama bin Laden, Gregory Berns se inspiró. “Pensé, si los canes pueden brincar de los helicópteros, podemos entrenarlos para tomarles una imagen de resonancia magnética”, recuerda. Al año siguiente, el neurocientífico lanzó el Proyecto Perro, en la Universidad Emory, el primero en enseñarles a echarse quietos –sin sedarlos– en un escáner de IRM para estudiar sus cerebros. Al asomarse dentro del cerebro de un perro, los investigadores son capaces de ver cómo reacciona a estímulos como

señales con la mano, sonidos y aromas. La actividad en el sistema de recompensa puede mostrar si prefieren el afecto humano a la comida (a la mayoría le gustan ambos por igual) y cuáles pueden no ser adecuados como perros de servicio. Ahora, Berns quiere saber cómo los canes aprenden el lenguaje humano: “Cuando un perro oye una palabra, ¿es solo un estímulo auditivo o va más profundo, hasta tener alguna clase de significado?”. Para averiguarlo, pasó un año observando la actividad cerebral de estos animales mientras escuchaban palabras familiares y en otro idioma. Ya que las estructuras y los procesos cerebrales caninos son en potencia tan únicos y complejos como los nuestros, se requerirán años de pruebas para descifrar cómo trabajan. “Cuando hablamos de ‘perros’ es casi tan descriptivo como hablar de ‘personas’”, comenta Berns.

LA CIENCIA CANINA Hablar como bebé Como los infantes humanos, los cachorros responden mejor al habla humana aguda. Investigadores de Nueva York y Francia encontraron que el tono podría en realidad ayudar a los cachorros a aprender palabras, pero, en la madurez, los perros ya no responden a la octava más alta. En la onda Los humanos y sus acompañantes caninos encuentran su solaz en la música. Investigadores de la Universidad de Glasgow pusieron cinco listas de reproducción diferentes a perros de una perrera. Aunque las reacciones fueron diferentes, la música tuvo un efecto relajante, en particular el rock suave y el reggae. Cachorros de probeta Investigadores del Instituto Smithsoniano y de la Universidad Cornell produjeron una camada de cachorros con el uso de fertilización in vitro. Los científicos esperan aplicar la técnica para enfrentar las enfermedades genéticas que comparten perros y humanos. En la familia Cuando se trata de inteligencia, los niños muestran patrones más similares a los de los perros que a los de los chimpancés, aunque los simios se relacionan más con los humanos. FOTO: ELKE VOGELSANG

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¿ ABEJA S DE R E S E R VA ? Por Catherine Zuckerman

Una abeja reina, cuando todo va bien en su mundo, vive de dos a tres años. Pero, en Estados Unidos, los apicultores han visto caer ese lapso en más de la mitad durante la década pasada y los investigadores intentan determinar por qué. Es una de muchas preguntas que rodean el misterio de la mortalidad de las abejas, fenómeno perturbador ligado a una mezcla de factores, que incluyen parásitos, pesticidas y pérdida de hábitat. Además de hacer endulzante, las abejas –que no son nativas de este país– proveen un servicio crucial para la agricultura: la polinización. Y mientras que 90 % de los apicultores en este país son aficionados, la mayoría de las colmenas pertenecen a operadores a gran escala, de acuerdo con David Tarpy, entomólogo de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

Un colapso de las colonias en general podría ser devastador para la producción de alimentos, así que los científicos buscan opciones. La mayoría de las abejas en Estados Unidos hoy tiene herencia italiana y es vulnerable a una plaga llamada ácaro varroa. Pero las abejas rusas son más resistentes y los apicultores aficionados han tenido éxito con ellas. El problema, comenta Tarpy, es que las abejas rusas no hacen tanta miel y “no son tan proclives” a la naturaleza migratoria, que implica polinizar granjas a gran escala. Otra opción, según Sam Droege, biólogo de vida silvestre del Servicio Geológico de Estados Unidos, es adoptar las miles de especies norteamericanas de abejas silvestres, que son excelentes polinizadoras, pican raras veces y por lo general tienen el tamaño de un grano de arroz. La desventaja para algunas personas es que ninguna de estas especies de abejas silvestres produce miel. Pero, añade Droege, “siempre podemos obtener miel de otros países”.

La abeja Apis mellifera (arriba) es nativa de Europa, el Medio Oriente y África. Ahora es una de las abejas de más alto perfil en América del Norte, por su producción de miel. El estado de salud de A. mellifera es incierto.

INVENTARIO DE ABEJAS Y LABORATORIO DE MONITOREO DEL SERVICIO GEOLÓGICO DE ESTADOS UNIDOS

QUERÉTARO, QTO.

01 (442) 242-3041

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N ACI DO LI B R E Por Jani Actman

Luego de que internet se llenó con videos de loris perezosos (abajo) en cautiverio, a los que les hacían cosquillas y alimentaban con bolas de arroz, los animales de ojos grandes alcanzaron la fama viral. Los videos de YouTube provocaron miles de comentarios sobre la apariencia adorable del primate, pero también destacaron una amenaza grave que enfrenta: su demanda como mascota. Se supone que todas las especies de loris perezosos están protegidas. Aun así, incontables loris perezosos son capturados cada año en su hábitat y vendidos en línea, a través de las fronteras o en los mercados locales de vida silvestre. Los compradores los encuentran irresistibles, pero a estos primates no les va bien como mascotas. Antes de ser vendidos, la mayoría sufre un proceso doloroso para removerles los dientes afilados. En un estudio de 2016, investigadores de la Universidad Oxford Brookes examinaron 100 videos en línea de loris perezosos mascotas y concluyeron que todos los animales estaban angustiados,

enfermos o expuestos a condiciones no naturales. “Son muy sensibles”, comenta Christine Rattel, de International Animal Rescue, quien maneja un programa de rescate del loris perezoso en Indonesia. “Son animales nocturnos y pequeños a los que no les gusta ser manipulados”. Es incierto cuántos de ellos aún permanecen en libertad, pero los conservacionistas dicen que las poblaciones han menguado porque el tráfico de mascotas es desenfrenado. La pérdida del hábitat también cobró su factura, así como la caza furtiva para la medicina asiática tradicional, que les atribuye propiedades terapéuticas a partes de los animales. Un comercio de mascotas continuo “en verdad llevará a los loris perezosos al borde de la extinción”, asegura Rattel. De ninguna manera son la única fauna que enfrenta esta amenaza. Guepardos, leones y otras especies famosas terminan en sótanos y patios traseros, así como criaturas menos conocidas como la pitón real y el macaco cangrejero. “El tráfico de mascotas es, con probabilidad, una de las partes más devastadoras del comercio de vida silvestre”, asegura Chris Shepherd, experto en tráfico de vida silvestre. Sin embargo, “obtiene la menor cantidad de atención”.

R E S C ATA R A L LO R I S P E R E ZOSO Esta hembra de Nycticebus bengalensis fue fotografiada en 2014 en el Centro de Rescate de Primates en Peligro, localizado en un parque nacional al norte de Vietnam. El centro rescata y rehabilita animales heridos y traficados de forma ilegal. Cuando es posible, libera a los loris perezosos en el parque, algunos con collares de rastreo para monitorear su reinserción. Sonya Prosser, directora del centro, comenta que esta hembra fue liberada en 2015 y, “hasta donde sabemos, sigue allí”.

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CON R A ZÓN ESA CAR A L ARGA Por Jeremy Berlin

Recientemente se encontró que los caballos usan 17 movimientos faciales discretos para comunicarse. Diez menos que los humanos, pero uno más que los perros y cuatro más que los chimpancés. Investigadores de la Universidad de Sussex lo descubrieron al estudiar los músculos bajo los rasgos faciales de un caballo. Luego estudiaron 15 horas de video que mostraban 86 individuos machos y hembras, de distintas razas, y edades desde cuatro semanas hasta 27 años. El último paso fue usar una herramienta llamada EquiFACS (Sistema de Codificación de Acciones Faciales Equinas) para catalogar los movimientos observados en ojos, belfos, ollares y mentón. El resultado: un mapa gestual que

sugiere paralelismos evolutivos entre especies distintas. Jennifer Wathan, autora principal del estudio, afirma que las similitudes entre los movimientos equinos y humanos incluyen elevar la parte interna de las cejas para mostrar temor, sorpresa o tristeza; retraer la comisura de la boca (sonreír) como saludo o sumisión, y abrir mucho los ojos para indicar alarma. Wathan comenta que estos hallazgos pueden ayudarnos a comprender mejor las relaciones entre especies. Sistemas como EquiFACS “crean un lenguaje común para hacer comparaciones objetivas entre especies, incluso entre aquellas con rostros de forma por completo diferente”. La investigación, que ya ayuda a veterinarios y entrenadores, también podría conectar expresiones con estados emocionales. “No sabemos mucho sobre las vidas emocionales de los animales . ¿Cómo se ve una emoción positiva? Esta herramienta nos puede ayudar a saberlo”, dice.

Un caballo árabe contempla su establo en Emiratos Árabes Unidos. Los caballos son animales visuales –ven mejor que los gatos y los perros–, con habilidades de comunicación que evolucionaron para mantener unidos los grupos familiares. FOTO: TIM FLACH

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NO TODO ES BL ANCO Y NEGRO R ES PEC TO A PU NTOS Y R AYA S Por Natasha Daly

Piensa en la extravagancia del reino animal y un bestiario colorido viene a la mente: el plumaje de arcoíris de un papagayo o las escamas iridiscentes de un pez tropical. Los mamíferos tienden a ser menos vistosos que otros grupos de animales, pero algunos tienen un atuendo llamativo en blanco y negro. ¿Qué propósito tienen tales patrones de alto contraste? La utilidad del esquema de color no siempre resulta aparente. Descifrar lo que obtienen las cebras al ser rayadas ha intrigado a los científicos por más de un siglo. Para intentar resolver el misterio, Tim Caro, biólogo de vida silvestre de la Universidad de California en Davis, pasó más de una

década estudiando las cebras en Tanzania. Desechó teoría tras teoría –las rayas no las mantienen frescas ni confunden a los depredadores–, antes de encontrar una respuesta. En 2013, en la sabana, dispuso trampas para moscas cubiertas con piel de cebra y, para comparar, puso otras envueltas con piel de ñu. Vio que a las moscas no parecía gustarles aterrizar en las rayas. Luego de investigar más, concluyó que las rayas pueden, de manera literal, salvar el pellejo de la cebra de plagas portadoras de enfermedades. El blanco y negro puede no ser tan sorprendente como las escamas fluorescentes, pero puede resultar benéfico para los mamíferos que lo portan.

PANDA GIGANTE

Parches comunicativos Una investigación reciente sobre la coloración del panda estudió por separado cada parte del cuerpo. Las orejas negras indican ferocidad y los parches oculares distintos ayudan al reconocimiento individual. El cuerpo blanco del panda lo camufla en la nieve, mientras que sus extremidades negras lo ayudan a esconderse en los bosques, una condición derivada de su dieta pobre de bambú, la cual no le permite almacenar suficiente grasa para hibernar, lo que lo obliga a pasar los inviernos en la nieve.

¿Por qué blanco y negro? Advertencia Comunicación (entre la misma especie) Encubrimiento Identificación

DAISY CHUNG (NGM); KELSEY NOWAKOWSKI FUENTE: TIM CARO, UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA EN DAVIS

TLALCOYOTE

Máscara feroz Aun cuando un tlalcoyote está en su madriguera, sus rayas faciales son visibles. Los zoólogos dicen que la coloración ayuda al pequeño mamífero a disuadir a los depredadores.

CEBRA

Rayas, no piquetes

ANTÍLOPE NEGRO (MACHO)

Se esconde en su propia sombra Bajo el sol brillante, el estómago blanco del macho contrarresta la sombra que proyecta su espalda, lo cual permite que el animal parezca de un solo color y bidimensional.

ZORRILLO

Blanco, negro y apestoso De acuerdo con la especie, los zorrillos negros pueden llevar manchas blancas que actúan como camuflaje o rayas blancas que les indican a los enemigos que tengan cuidado con su rocío pestilente.

El pelaje delgado de las cebras las hace más vulnerables que los animales de pelo largo contra las picaduras de moscas portadoras de enfermedades. Pero las rayas disuaden a las moscas de aterrizar sobre las cebras, por razones que aún se investigan.

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CÓ M O O B T U V I ERO N S U A B R I G O LO S V E R T E B R A D O S Por Michael Greshko

De escamas a plumas y a piel, los vertebrados se visten a sí mismos con una variedad enorme de texturas y tonalidades. Sin embargo, los científicos demostraron que muchas de esas coberturas emergen del mismo hardware anatómico. Los biólogos saben que las plumas y los pelos comienzan como estructuras llamadas placodas. En los reptiles, sin embargo, los biólogos encontraron distintas zonas de piel con escamas, pero sin placodas. Su ausencia resultó desconcertante, ya que las aves tienen una relación más cercana con los reptiles. ¿Las aves y los mamíferos evolucionaron placodas de manera independiente? ¿O los reptiles de hoy las descartaron? Michel Milinkovitch, biólogo de la Universidad de Ginebra, visitó una feria de

animales y encontró dragones barbudos “desnudos” de escamas y surgió un tercer escenario. Cuando comparó los lagartos desnudos con sus parientes escamosos, vio protuberancias parecidas a placodas que moteaban la piel de los embriones con escamas. Los embriones desnudos, sin embargo, se mantuvieron lisos. En 2016, Milinkovitch anunció que las protuberancias eran placodas, lo que ubicó las estructuras en los ancestros comunes de reptiles, aves y mamíferos en hace más de 300 millones de años. Y como estas se relacionan también con los genes que esculpen los dientes y las escamas de los peces, algunos científicos piensan que estas surgieron en los primeros vertebrados: un “conservadurismo remarcable”, argumenta Danielle Dhouailly –bióloga de la Universidad Grenoble Alpes–, que se remonta a 420 millones de años. Milinkovitch también encontró que los dragones barbudos desnudos carecen de escamas porque les faltan copias funcionales de un gen crucial para la formación de placodas.

Lo que usan los vertebrados a la moda, desde la izq.: la piel de un leopardo, las plumas de un faisán de Amherst macho y las escamas de una pitón de Seba.

FOTOS: DAVID LIITTSCHWAGER

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E S TAT U S D E C E L E B R I DA D Por Catherine Zuckerman

De las casi 18 000 especies nuevas que se descubren cada año, algunas tienen madera de estrellas. En 2008, cuando en Malasia se encontró una araña de vello naranja con patrones ornamentales, fue nombrada Heteropoda davidbowie. En 2010, un fósil de ballena atrajo la atención cuando fue denominado Leviathan melvillei y hay una rana arborícola de Ecuador llamada Hyloscirtus princecharlesi. Los científicos han dado nombre formal a las especies desde mediados del siglo xviii, cuando el biólogo sueco Carlos Linneo pavimentó el camino de la taxonomía. Su sistema de nomenclatura

binomial –aún en uso– identifica cada organismo distinto con el uso de un mote con dos partes: su nombre de género o grupo, seguido por su nombre específico o de especie. Piensa en el Homo sapiens. Hoy, los nombres de las especies animales siguen lineamientos de organismo rector, la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica. Quien encuentre una especie nueva es libre de nombrarla y algunos se inspiran en figuras famosas. Asociar el nombre de una celebridad puede llamar la atención sobre una especie o hábitat en riesgo. Las designaciones también pueden ser solo una forma científica ñoña de adulación. El aracnólogo alemán Peter Jäger dice que nombró a su araña H. davidbowie por ambos propósitos. “Por supuesto –añade sobre el cantautor–, soy un gran fan”.

RAREZAS

David Bowie llamaba a los miembros de su banda The Spiders of Mars [las Arañas de Marte], pero la verdadera araña, Heteropoda davidbowie (arriba), procede del sureste de Asia. El científico que la encontró la nombró en 2008 en honor de Bowie (quien murió en 2016) y su alter ego pelianaranjado, Ziggy Stardust.

ILUSTRACIÓN: HANOCH PIVEN FOTO: MARIANNE BROUWER, NATURE IN STOCK

D I A R I O D E L E X P LO R A D O R   |   A N A N D VA R M A

ENTRE CIENCIA Y ARTE Por David Braun

Desde una enfermedad que afecta a los anfibios hasta la biomecánica de un colibrí, las fotografías visual y tecnológicamente innovadoras de Anand Varma despiertan el interés en la ciencia, al iluminar los detalles que suelen pasarse por alto en el mundo natural. ¿Cuándo te diste cuenta de que tenías una pasión por la fotografía? La primera fotografía de la que me siento orgulloso la tomé al final de la preparatoria. Fue una culebra a la que pude acercarme y, por alguna razón, no se asustó; fui capaz de llegar hasta unos centímetros de ella. Le tomé una foto en un punto soleado sobre las hojas. Fue una bonita imagen, pero la parte memorable fue la gran impresión que causó en mi amigo Gene, quien me acompañaba. Estoy muy seguro de que él estaba más

emocionado por la foto que yo. Fue la primera vez que constaté que la fotografía podía ser una manera de conectar con las personas. Es gratificante tomar una imagen que emocione a alguien más. ¿Cómo ha evolucionado tu estética? Trato de reinventar mi fotografía para cada historia. No sé con exactitud lo que voy a hacer hasta que llega una misión, pero hay algunos temas recurrentes. Por ejemplo, uso mucha iluminación de alto contraste y, generalmente, una paleta oscura. En conjunto, quiero recrear mi experiencia cuando veo imágenes emocionantes. La mejor manera de describir esto es como cuando tus ojos se secan por no parpadear, ya que hay mucho que ver y no quieres perderte nada. ¿Qué quieres hacer a continuación? Ir más allá de cómo tomar una fotografía o un video interesante a idear cómo compartir ideas con las personas de maneras más efectivas, para llegar al objetivo final de elevar el perfil de la ciencia en la sociedad.

Con una misión en Cuba, Anand Varma prepara un estudio de campo para fotografiar un colibrí zunzuncito en una jaula. El ave cautiva se usa para provocar el cortejo de un colibrí macho cercano, para que los investigadores puedan estudiar su comportamiento único.

National Geographic financia a científicos, narradores y aventureros, quienes hacen contribuciones significativas al mundo del conocimiento mientras inician sus carreras. Los exploradores emergentes reciben 10 000 dólares de recompensa por su investigación. FOTO: ANAND VARMA

P U L SO G LO BA L E V E N TOS Y O P O RT U N I DA D E S, A N U N C I OS Y P RO M O C I O N E S

TEOTIH UAC A N EN SA N FR A NCI SCO

3 0 D E S E P T I E M B R E D E 2017 – 11 D E F E B R E R O D E 2018

Los Museos de Bellas Artes de San Francisco (FAMSF) inauguraron Teotihuacán: ciudad de agua, ciudad de fuego, la primera exhibición importante de artefactos

de Teotihuacan en Estados Unidos en más de 20 años, la cual reúne más de 200 piezas y obras de arte de la zona, y ofrece la oportunidad de ver una selección de objetos de las principales colecciones en México, algunos de ellos recientemente excavados y muchos mostrados por primera vez en Estados Unidos. La exposición, que luego viajará al Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (Los Angeles County Museum of Art, LACMA), reunirá también impresionantes fragmentos de murales de la colección de FAMSF con otros del mismo complejo residencial de Teotihuacan. A estos se suman monumentos y objetos rituales de las tres pirámides, así como utensilios de cerámica y esculturas de piedra de los complejos habitacionales de la ciudad, donde vivían diversos grupos étnico-culturales de todo México.

EL N U E VO CLIM A

B A L A N C E PA R A E L LO S

Nadie mejor para explicarnos causas, efectos y soluciones del cambio climático que Mario Molina, José Sarukhán y Julia Carabias. Este libro es una herramienta fundamental para desmenuzar las grandes cuestiones ambientales así como los componentes principales que subyacen al problema que enfrentamos en la actualidad y que deben ser El cambio climático, abordados de manera inde Mario Molina, José tegral. En El cambio cliSarukhán y Julia Carabias. FCE, 2017. mático encontraremos un recuento científico, minucioso y multidisciplinario que nos permitirá entender el fenómeno, sus repercusiones medioambientales, económicas, sociales, legales y éticas, en especial en lo que a México se refiere.

La piel masculina tiene características diferentes de la femenina, como el grosor, la producción de grasa y de colágeno, así como la cantidad e intensidad del sudor, por lo que se necesitan productos especiales para su cuidado. Palmolive Neutro Balance Men ofrece una línea especializada de productos que incluye jabones, en barra y líquido, que garantizan una piel saludable, sin impurezas ni sensación reseca, así como un desodorante antitranspirante en aerosol que, al no contener alcohol, es suave con la piel pero ofrece protección durante 48 horas.

FOTOS: CORTESÍA

El objetivo audaz de

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Dubái

Hace una década, la capital del emirato tenía una de las mayores huellas ecológicas de todas las ciudades del mundo. Para 2050 quiere tener la menor. ¿Puede lograrlo?

Dubái pregona sus superlativos. En el Planeta Verde, los visitantes rodean un árbol artificial de 25 metros –del cual se afirma que es el más grande del mundo–, en un hábitat de selva tropical que alberga 3 000 especies de plantas y animales. El biodomo es uno de los numerosos “edificios verdes” de la ciudad que satisfacen un estándar elevado de eficiencia energética. Páginas anteriores: los turistas acuden en tropel a Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo, con 828 metros, para esta vista aérea. Algunos planos urbanos requieren una reducción de escala; la sede de la Ópera (centro, abajo) forma parte de un nuevo distrito de una sola planta diseñado para alentar los paseos y que se enlaza con el transporte público de la ciudad, la cual hoy depende del automóvil.

POR ROBERT KUNZIG FOTOGRAFÍAS DE LUCA LOCATELLI

P

ara zambullirte de cabeza en la audacia de Dubái –la extensa eflorescencia de concreto, cristal y acero que ha surgido a lo largo de las últimas tres décadas en las calcinadas arenas de Arabia– podrías empezar por ir a esquiar. Desde afuera del Mall de los Emiratos, la pista se ve como una nave espacial plateada incrustada en la planta baja. Adentro hay escaparates de Prada, Dior y Alexander McQueen, antes de atravesar las puertas de cristal de Ski Dubai. La camiseta de recuerdo que compré tiene una caricatura de un termómetro en grados Celsius. “Pasé de +50 a -8”, anuncia. No se siente ese frío cuando estás en la pista, sin embargo, la temperatura exterior en Dubái puede llegar a cerca de los 50 °C en verano. La humedad es sofocante debido a la proximidad del mar. Sin embargo, rara vez llueve; Dubái recibe menos de 100 mm de precipitación al año. No hay ríos permanentes. Casi no hay suelos adecuados para la agricultura. ¿Qué tipo de asentamiento tiene sentido en un lugar así? Durante siglos, Dubái fue un pueblo de pescadores y un puerto mercante, pequeño y pobre. Entonces, el petróleo y un auge salvaje de los bienes raíces lo transformaron en una ciudad que ostenta un horizonte lleno de maravillas arquitectónicas y el tercer aeropuerto de mayor actividad en el mundo. “Desde el punto de vista de la sostenibilidad, usted probablemente no la habría hecho aquí”, dice Janus Rostock, arquitecto prominente trasplantado de Copenhague. Y, sin embargo, es precisamente una ciudad sostenible lo que el gobierno de Dubái ahora pretende crear. ¿Sostenible? ¿Dubái? Los años del auge convirtieron la ciudad en un modelo del exceso que resulta cuando la energía barata se encuentra con la indiferencia ambiental. El esquí en interiores es n Este artículo forma parte de nuestra serie Expediciones Urbanas, iniciativa posible gracias a una donación de United Technologies a National Geographic Society. 40

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solo un símbolo: Dubái quema mucho más combustible fósil para tener aire acondicionado en sus torres de cristal. Para mantener funcionando los grifos de todos esos edificios, esencialmente hierve al día el equivalente a cientos de albercas olímpicas llenas de agua de mar. Y, para crear más playas para más hoteles y villas de lujo, ha enterrado arrecifes de coral bajo inmensas islas artificiales. En 2006, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) declaró a los Emiratos Árabes Unidos como el país con la mayor huella ecológica per cápita, en particular debido a sus emisiones de carbono. Sin duda, el saco le quedaba a Dubái. Tras una década,

Ski Dubai, hazaña del aire acondicionado, es el primer parque de esquí interior de Medio Oriente, en el que los emiratíes aprenden este deporte antes de ir al extranjero. Pronto habrá una pista sin precedentes, parte de un auge inmobiliario estimulado por la Expo 2020, exhibición de seis meses que se espera atraiga a 25 millones de visitantes.

la población de la ciudad se ha duplicado a más de 2.8 millones. Y, sin embargo, algo más ha pasado desde 2006. Dubái ha empezado a cambiar. Los relucientes trenes sin conductor del metro corren ahora a lo largo de la autopista Jeque Zayed. Un desarrollo habitacional nuevo, llamado The Sustainable City [Ciudad Sostenible], recicla su agua y desechos, y produce más energía que la que consume. Afuera, en el desierto, Dubái construye una gigantesca planta de energía solar. “La dirigencia ha reconocido que el crecimiento de la economía no es sostenible si no se toman medidas sobre las emisiones”, señala Tanzeed Alam,

director de clima y energía de la Sociedad de Vida Silvestre de los Emiratos, socio local de WWF. En Dubái, “la dirigencia” es Su Alteza, el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktoum, el emir hereditario de 68 años, también conocido como el Soberano. El jeque Mohamed entró en funciones en 2006. Ha decretado que su ciudad reciba 75 % de su energía de fuentes limpias para 2050. Quiere tener la menor huella de carbono del mundo. Muchas de las personas que conocí en una visita reciente, entre ellas Rostock y Alam, creen que la ciudad realmente podría conseguirlo. Y si ocurre aquí, dicen, puede ocurrir en cualquier parte. EL OBJ ET I VO AU DAZ DE DU BÁI

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Arenas movedizas En una sola generación, Dubái se expandió de un asentamiento humilde con reservas modestas de petróleo a una metrópoli en rápido crecimiento, dependiente del automóvil e impulsada por el turismo, los bienes raíces y la aviación (tiene el tercer aeropuerto de mayor actividad en el mundo y hay otro en construcción). Para un futuro sostenible más seguro, invierte en energía solar, edificación ecológica y transporte público.

La Palma Jebel Ali

Islas El Mundo

La Palma Jumeirah Autoridad de Electricidad y Agua de Dubái Estación M

PUERTO DE JEBEL ALI

MARINA DE DUBÁI

EMIRATES HILLS

JEBEL ALI

4

Jumeirah Central

3

JUMEIRAH

ro de Dubái Roja del Met E ZAYED A JEQU A

Linea

Mall de los Emiratos

Al Barsha Pond Park

AL BARSHA

A Ciudad Masdar 71 km (44 mi); Abu Dabi 85 km (53 mi)

UTOPIST

DUBAI

INVESTMENTS PARK

NAD AL SHEBA

CIUDAD DEPORTIVA DE DUBÁI ARABIAN RANCHES CITY OF ARABIA

THE SUSTAINABLE CITY

N

DUBAI SILICON OASIS

4 4

0 km

EUROPA

Ópera de Dubái 6

AL QUOZ

Aeropuerto internacional Al Maktoum

0 mi

Parque Safa

JUMEIRAH VILLAGE CIRCLE

Sede de la Expo 2020

DUBAI SOUTH

7

The Green Planet

Canal de Agua

Playa de Dubái Jumeirah

ASIA EAU

ÁFRICA OCÉANO ÍNDICO

Golfo OMÁN Pérsico Dubái Abu Dabi EMIRATOS ÁRABES OMÁN UNIDOS

Al parque solar Mohamed bin Rashid Al Maktoum 31 km (19 mi)

ARABIA SAUDÍ

CREAR UN PERFIL ICÓNICO Dubái, centro de arquitectura audaz, será la sede de una feria mundial, la Expo 2020, lo cual detonó su más reciente auge de construcción.

1787 Fuerte Al Fahidi

1979 Torre Jeque Rashid

1997 Hotel Jumeirah Beach

1999 Burj Al Arab

El edificio más antiguo de la ciudad.

Primer rascacielos de Dubái

El famoso diseño imita una ola que rompe.

El emblemático hotel tiene forma de vela.

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EXPANSIÓN URBANA Antes de 1985 El petróleo empieza a fluir en los sesenta del siglo xx y, con él, llegan la electricidad, caminos pavimentados, un aeropuerto y el edificio más alto de Medio Oriente.

EXPANSIÓN COSTERA La conclusión de las islas artificiales con forma de palmera –Palma Jumeirah, Palma Jebel Ali y Deira– podría incrementar el litoral de Dubái en más de 500 kilómetros. El proyecto de las Islas del Mundo está detenido.

1985-1999

Go lfo PUERTO RASHID

2000-2016

Se erigen los primeros edificios icónicos de Dubái y su huella ecológica aumenta cuando la población, el territorio y el tráfico de la ciudad crecen.

A pesar de una pausa durante la crisis de 2008-2009, el auge de la propiedad continúa cuando se les permite a los extranjeros ser propietarios e invertir.

Pérsico

Islas Deira

1

DEIRA

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DUBÁI 8

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Campo de golf Dubai Creek

Ría de Dubái

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ZONA INDUSTRIAL SHARJAH

SHARJAH

AL JURF

Aeropuerto Internacional de Dubái

CIUDAD UNIVERSITARIA INTERNATIONAL CITY

AJMAN

AL WARQAA

Aeropuerto Internacional Sharjah

AL MIZHAR Parque Mushrif

AL QARRAYEN

AL KHAWANEEJ

DAMIEN SAUNDER, DAISY CHUNG E IRENE BERMAN-VAPORIS ( NGM); ED MERRIT. FUENTE: © OPENSTREETMAP CONTRIBUTORS, DISPONIBLE CON LICENCIA DE BASE DE DATOS ABIERTA: OPENSTREETMAP.ORG/COPYRIGHT * PROYECTOS FUTUROS Y EN PROCESO, CON FECHAS DE CONCLUSIÓN PROPUESTAS A JULIO DE 2017

2000 Torres de los Emiratos

2010 Burj Khalifa

2013 Torre Cayan

2017* Dubai Frame

2020* Torre Dinámica

La torre mayor era la más alta de Medio Oriente cuando se construyó.

La estructura más alta del mundo con 828 m.

Un rascacielos construido con un giro de 90 °.

La estructura encuadra vistas tanto del Dubái antiguo como del actual.

Cada piso de esta torre giratoria se moverá por separado.

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* Ubicación por determinar

En las calles compactas de The Sustainable City (centro), sus 500 villas se dan sombra entre sí, lo que reduce las necesidades de aire acondicionado, en contraste con los caminos, lotes y casas más grandes de sus vecinos. Cada villa cuenta con paneles solares; la comunidad de “energía neta nula” genera su propia electricidad y cultiva hortalizas en 11 invernaderos abovedados.

el jeqUe mohameD creció en una casa iluminada por lámparas de aceite, donde el agua era traída desde el pozo del pueblo en una carreta tirada por un burro. La casa pertenecía a su abuelo, el emir; la familia Al Maktoum ha gobernado Dubái desde 1833. La casa todavía se encuentra cerca de la boca de la ría de Dubái, un puerto natural que es la razón de que exista la ciudad. El padre del jeque Mohamed, el jeque Rashid bin Said Al Maktoum, creció en la misma casa y, cuando era joven, soportó años en los que la gente de Dubái padecía hambre; la Gran Depresión y las perlas cultivadas habían acabado con el mercado del buceo de perlas, la principal empresa de la ciudad. El jeque Rashid empezó a modernizar Dubái después de asumir el gobierno en 1958 y, en particular, después de que el petróleo comenzara a fluir a finales de los años sesenta. Rápidamente trajo electricidad, agua corriente y caminos pavimentados. Construyó escuelas, un aeropuerto y, en 1979, el World Trade Centre de 39 pisos (hoy Torre Jeque Rashid), en esa época el edificio más alto de Medio Oriente. El negocio de las perlas no habría durado para siempre y el jeque Rashid sabía que el petróleo tampoco lo haría. Dubái cuenta con solo una parte del petróleo de los Emiratos Árabes Unidos (EAU); Abu Dabi tiene la mayor parte. Así, aunque Dubái no era un centro de comercio mundial en 1979, cuando el jeque Rashid construyó el centro de comercio, decidió convertir a Dubái en uno de ellos. Ese mismo año abrió un segundo puerto más grande en Jebel Ali, a 40 kilómetros de la Ría, como se le conoce. Su hijo Mohamed llenó el espacio vacío entre ambos y convirtió a Dubái en un centro no solo de comercio y finanzas, sino también, improbablemente, de desarrollo turístico e inmobiliario. Cada emiratí ha sido durante mucho tiempo dueño de una parcela para su propia villa. Pero, a principios de los años dos mil, cuando Dubái empezó a permitir que extranjeros fueran dueños de propiedades –casi todos atraídos por la falta de impuestos sobre la renta–, fluyó el efectivo. Cuatro grandes desarrolladores se repartieron la tierra. Los trabajadores llegaron desde el sur de Asia para construir villas y rascacielos revestidos de cristal, que no es 46

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el material ideal en una tierra de sol implacable, pero era lo que exigía el mercado. Los trabajadores vivían en campos, con frecuencia miserables, en condiciones que algunos decían que recordaban la esclavitud. La ciudad se expandió rápidamente hacia la costa. Se extendió al golfo Pérsico en penínsulas artificiales construidas sobre cantidades titánicas de arena dragada; se extendió al desierto de Arabia. “Cuando examinas cómo ha crecido Dubái, solo hay esta obsesión por expandirse hacia el desierto –afirma Yasser Elsheshtawy, arquitecto egipcio-estadounidense que ha dado clases en la Universidad de los EAU en Al Ain durante 20 años–. La energía era barata. Tenías automóviles. Así que, ¿por qué no?” La aspiración del jeque Mohamed era la misma que la de su padre, solo que más grande: quería que Dubái superara al mundo, para demostrarle a este que los árabes podían ser pioneros otra vez, como lo fueron en la Edad Media. Su estrategia ha sido atraer el mundo a Dubái. Aproximadamente, 90% de los 2.8 millones de residentes son expatriados que viven en un lugar donde, hasta no hace mucho, unos cuantos miles de árabes luchaban por sobrevivir. Pero toda esa gente tiene que mantenerse viva en el desierto. En estos días, Dubái consume gran cantidad de electricidad y agua corriente. La mayoría proviene de una sola planta industrial de cuatro kilómetros de longitud en Jebel Ali. Ahí, la Autoridad de Electricidad y Agua de Dubái (DEWA) quema gas natural para generar 10 gigavatios de electricidad. El calor sobrante se utiliza para desalinizar agua de mar (más de 2000 millones de litros diarios). El gas llega por un gaseoducto desde Catar, con quien EAU rompió relaciones diplomáticas en junio, y en buques cisterna desde lugares tan lejanos como Estados Unidos. Dubái, un diminuto emirato que suponemos rico en petróleo, depende de combustibles fósiles importados para su soporte vital. Un funcionario de DEWA, para tratar de transmitirme cómo se sentía al respecto, apretó fuertemente su garganta con una mano. Pero hay un aspecto positivo en esa sensación de ahogo: puede motivarte a cambiar tus circunstancias.

LA crIsIs fInAncIErA mUnDIAL de 2008 y 2009 llevó a un alto el auge de Dubái. El turismo se desplomó, así como los precios de los bienes raíces. Dubái tuvo que ser rescatado de la deuda por Abu Dabi. “La crisis fue probablemente lo mejor que nos pasó, una bendición disfrazada –dice Habiba Al Marashi, cofundadora de Emirates Environmental Group, organización de reciclaje y educación–. Frenó el ritmo loco de construcciones”. Cuando la ciudad se tomó un respiro, tenía varias razones para reconsiderar su camino. En Dubai Holding, la empresa de desarrollo propiedad del jeque Mohamed, “uno de los problemas

incrementado de manera sustancial (aunque aún están subsidiados) y los nuevos edificios ya no se construyen como si la energía y el agua fueran ilimitadas, dice Saeed Al Abbar, quien encabeza el Emirates Green Building Council. Todavía pueden tener fachadas de cristal, pero deben contar con calentadores de agua solares, por ejemplo, y sistemas que bajan automáticamente las luces y el aire acondicionado cuando las personas están ausentes. “Lo que he visto es un cambio enorme”, afirma Al Abbar. Está ayudando a diseñar el primer edificio de oficinas de “energía neta nula”, el cual producirá tanta energía como la que consuma.

“La crisis económica fue lo mejor que nos pasó”. Habiba Al Marashi, activista ambiental

era cómo iba Dubái a suministrar energía a todos esos enormes desarrollos inmobiliarios”, expone el consultor en energía Robin Mills, quien trabajaba allí en esa época. Las opciones verdes estaban en el aire: Masdar City, diseñada por la empresa del arquitecto estrella Norman Foster y proyectada como la primera ciudad del mundo con cero emisiones de carbono, sin automóviles y accionada por energía solar, apenas empezaba a surgir de las arenas de Abu Dabi. Lo más importante era que el precio de la energía solar se desplomaba y la tendencia a la baja ha seguido. En febrero pasado, cuando visité el Parque Solar Mohamed bin Rashid Al Maktoum, a 50 kilómetros del centro de la ciudad, DEWA completaba la instalación de paneles solares con una potencia solar de 200 megavatios y había firmado un contrato para los siguientes 800 megavatios, a 2.99 centavos el kilovatio-hora. Se planea tener 5 000 megavatios en el sitio para 2030. “El potencial solar es tan grande aquí –señala Mills–. Millones de hectáreas de desierto vacío y mucho espacio en los techos. La generación de electricidad, para mí, es prácticamente un ‘problema resuelto’”. Después de los años despilfarradores del auge, Dubái también está tratando de restringir la demanda de electricidad y agua. Los precios se han

El primer desarrollo habitacional de energía neta nula se abrió al sur de la ciudad. El secreto de The Sustainable City, indica su desarrollador Faris Saeed, constructor reformado de torres de cristal, no consta solo de los paneles solares que dan sombra a todo el espacio de estacionamiento y a la terraza del techo, ni de los calentadores de agua solares que abastecen cada hogar. Radica en opciones sencillas, como agrupar las 500 casas en forma de L, lo suficientemente juntas y en calles estrechas para que se den sombra entre sí, como las casas antiguas cerca de la Ría. Todos estos esfuerzos han empezado a valer la pena. El consumo per cápita de electricidad y agua disminuye y, dice el gobierno, también las emisiones per cápita de carbono, el principal motor de la enorme huella de carbono de Dubái. El residente promedio de Dubái “emite” ahora menos de 18 toneladas al año, apenas un poco más que el estadounidense promedio. Pero el consumo y las emisiones totales siguen aumentando, porque la población lo hace. Y un residente de Dubái todavía emite tres veces más que uno de la ciudad de Nueva York, en parte porque Dubái creció, igual que muchas ciudades estadounidenses, en torno al automóvil. Los residentes del desarrollo que da prioridad a los peatones construido por Saeed pueden caminar a restaurantes, a una tienda de EL OBJ ETI VO AU DAZ DE DU BÁI

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Activada por el sol, una “palmera inteligente” de seis metros en la playa Jumeirah, cerca del hotel Burj Al Arab, proporciona sombra y algo más: acceso wifi, cargador telefónico, poste de luz, tablero de anuncios, cámara de seguridad y botón de emergencia. Se instalarán más de 100 en las playas y los parques de la ciudad.

La docena de campos de golf de Dubái atrae a muchos de sus 15 millones de turistas anuales y depende de recursos acuíferos preciados. Para que sus fairways –y prácticas– se mantengan verdes, el Dubai Creek Golf & Yacht Club, que tiene un green en una isla, empezó a irrigar con aguas residuales tratadas en 2010.

Abierto en 2016, el Canal de Agua de Dubái conecta el golfo Pérsico y el puerto natural de la ciudad: la culminación de un plan concebido en 1959 por el gobernante modernizador de la ciudad. El proyecto aumenta el precio de los predios costeros, programados para viviendas, parques y senderos públicos, marinas y un transbordador.

abarrotes, a una mezquita y a una escuela en el camino, pero todavía se encuentran a entre 16 y 25 kilómetros de cualquiera de los múltiples centros comerciales de Dubái. El metro, con lo valioso que es, no llega a The Sustainable City. Los planificadores reconsideran cómo se mueve la gente alrededor de los propios centros. Janus Rostock, arquitecto en jefe de Atkins, la firma que diseñó el metro, el hotel en forma de vela Burj Al Arab y la Ópera de Dubái, dirige un esfuerzo para transformar la zona alrededor de Burj Khalifa en un distrito de tiendas y restaurantes de planta baja que inviten a la gente a pasear. Cerca del Mall de 52

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los Emiratos, la misma Dubai Holding, del jeque Mohamed, ha planificado un desarrollo de usos mixtos a 1.5 kilómetros, llamado Jumeirah Central, donde cientos de edificios se dispondrán en manzanas peatonales. Todas las discusiones sobre el futuro de Dubái llevan de vuelta al Soberano y, tanto por parte de los emiratíes como de los expatriados, escuché testimonios acerca del decisivo liderazgo del jeque Mohamed. “No tenemos muchas formalidades –dice Hussain Lootah, director general del gobierno municipal–. Aquí, los proyectos toman días para hacerse; en otras partes, años”. No es solo la

falta de trámites burocráticos; sin prensa libre, partidos políticos o elecciones libres, hay poca oposición a los proyectos avalados por el Soberano. Durante los años del auge, este sistema produjo una expansión precipitada y proyectos descabellados, como Islas del Mundo, un archipiélago de 300 islas artificiales (con forma de países) que permanece en su mayoría deshabitado. Pero también produjo el metro de Dubái, un éxito estupendo construido en menos de una década y abierto durante el punto álgido de la crisis financiera. Proyectos como ese dan esperanza a los expertos de la sostenibilidad.

Quizá la principal razón para la esperanza es que los imperativos ambientales de Dubái se alinean con los económicos. No es solo que la energía solar sea barata. Dubái se transforma ahora, dice Rostock, porque tiene que hacerlo, porque está compitiendo con otras ciudades por negocios y gente, y la sostenibilidad está ahí. “Lo que tenemos es voluntad y un impulso para cambiar Dubái y cómo se percibe”, añade Rostock. Pero esta ciudad no tiene intención de ralentizar. En una pared de la oficina de Lootah, una serie enmarcada de imágenes aéreas muestra cómo ha evolucionado Dubái desde 1935, cuando era un pueblo pobre de pescadores. En el centro se encuentra una visualización del futuro: muestra una costa aún más atestada de islas artificiales de lo que está hoy. La población de Dubái está en vías de duplicarse a más de cinco millones para 2030. El cuello de botella, si sobreviene, será el agua más que la energía. Un mar cerrado y poco profundo, el golfo Pérsico, ya es 20 % más salado que el océano y se sala todavía más: diques en Turquía e Irak desvían el agua potable, el cambio climático incrementa la evaporación –lo que calienta aún más a Dubái– y las plantas de desalinización descargan salmuera caliente. Llegará el momento en que el agua sea más difícil de desalinizar y quizá resulte demasiado salada para sostener la gran cantidad de vida marina que alguna vez sostuvo a Dubái. “Aún sentimos que podemos enfrentarlo”, revela Lootah. Con tecnología, “todo es posible”. Con suficiente energía solar, incluso es posible esquiar sin culpa en interiores y, con el cambio climático, Dubái puede necesitar el respiro. En verano, la gente ya sale lo menos posible. Es probable que para 2100 haya días tan calientes y húmedos que salir podría matarte. ¿Debería esta ciudad incluso estar aquí? Le planteo la pregunta a Alam. “Es la pregunta equivocada –dice–. Se trata más de aceptar dónde estamos hoy y cómo lo haremos mejor. Es una pregunta sobre el derecho al desarrollo y el derecho de los seres humanos a un mejor futuro. ¿Cómo hacemos ciudades mejores?”. j El editor ambiental senior Robert Kunzig y el fotógrafo Luca Locatelli cubrieron la revolución de energía renovable de Alemania en nuestra edición de mayo de 2016. EL OBJ ET I VO AU DAZ DE DU BÁI

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¿Debemos matar animales para salvarlos? La cacería deportiva contribuye a financiar la protección de especies. Pero muchos críticos afirman que los beneficios no compensan la mala publicidad y que, actualmente, la matanza de grandes presas es antiética.

Una estadounidense de 13 años transporta el cadáver de un bontebok a su campamento en Cabo Oriental, Sudáfrica. Mató el antílope en 2010 y conservó la piel y los cuernos. 54

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Las personas en este artículo accedieron a dejarse retratar con la condición de no divulgar sus nombres.

Rodeado de más de 100 trofeos de caza africanos, en su hogar de Wilmington, Delaware, este cazador afirma que la persecución le ha apasionado desde que tenía 12 años. La cacería “se me metió en la sangre” y añade que “me gustaría pensar que soy un conservacionista y un coleccionista”.

Un cazador de Texas usó un dardo tranquilizante para derribar este rinoceronte en 2010, en una granja de animales de presa de Cabo Norte, Sudáfrica. Poco después, un veterinario revisó al animal sedado y con los ojos cubiertos para mantenerlos húmedos. Este tipo de cacería ofrece la emoción de la persecución sin la matanza. A partir de 2012, un cambio de legislación estableció que solo los veterinarios pueden disparar dardos tranquilizantes; los cazadores usan dardos que contienen vitaminas.

Por Michael Paterniti Fotografías de David Chancellor

Los elefantes aparecían en manadas, vagando en cuencas polvorientas en busca de agua. Las temperaturas septembrinas se aproximaban a los 40 °C al mediodía y los paquidermos se desplazaban por el borde del desierto del Kalahari, Namibia, dentro de los límites de Nyae Nyae, reserva de fauna gestionada por una comunidad de unas 2 800 personas de la etnia san, quienes viven en condiciones implacables. A su paso, los elefantes dejaban ramas partidas y excremento tibio. Al captar nuestro olor, nuestro sudor mezclado con la hierba requemada por el sol, se alejaban al trote y barritando, hasta perderse de vista. Poco después, otros más se dibujaron en el horizonte, a la sombra de unos árboles conocidos como espina de camello; sombras ocultas en la sombra. Pese a su enormidad, aquellos animales eran casi imperceptibles, excepto para los ojos más penetrantes. Y ese día, dichos ojos pertenecían a Dam, un rastreador de la etnia local san, quien estaba parado en la parte trasera del Land Cruiser. “Oliphant!”, exclamó, inclinándose hacia el lado derecho del vehículo para señalar las huellas en la arena. Golpeó la puerta y nos detuvimos bruscamente. Dam bajó de un salto y revisó una huella de bordes altos, con impresiones más 60

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someras en el interior, como burbujas. Hizo un ademán y Felix Marnewecke, el cazador y guía profesional de nuestra expedición, se apeó por la puerta del conductor. El cuarentón robusto, sonrosado y rubio reunía todos los requisitos para el papel, incluidos el sombrero de tela y los pantalones cortos. Con expresión inquisitiva, se paró sobre aquella impronta para estudiarla un momento y, luego, asintió con la cabeza. La maleza desértica de Nyae Nyae es hogar de las familias san, pero también refugio de algunos de los últimos elefantes silvestres más grandes del mundo. Y la huella era prueba de ello. Los demás bajamos del vehículo, seguidos por el rastreador, a quien solo llamaban “El Viejo”, un rastreador en entrenamiento y otro san, quien actuaba como “guardia de caza”, para garantizar que la cacería cumpliera con las cuotas y las reglas

Preparadas para exhibirse, en un negocio de taxidermia sudafricano, la piel y la cabeza de un león están empaquetadas para enviarlas al estadounidense que mató el animal en 2010. Desde entonces, en respuesta a la menguante población de leones salvajes y al cuestionamiento sobre el valor de la caza para la conservación, Estados Unidos ha puesto obstáculos para que los cazadores importen este tipo de trofeos.

de la conservación. El último en aparecer bajo aquel calor sofocante fue el propio cliente, un empresario estadounidense, quien abrió la puerta del pasajero y, alargando las manos, tomó su arma de la repisa: un rifle doble .470 Nitro Express de cinco kilos y medio, hecho a la medida. Esas armas, que pueden costar hasta 200 000 dólares, son las favoritas para la caza mayor debido a su poder de parada; por supuesto, para eso estaba allí, para obtener un trofeo. De hecho, había dos de ellos. Cazador entusiasta, cuyas aventuras le habían conducido a Asia central para abatir argalíes a 4 500 metros de altitud y también al Continente Negro para cazar leopardos, estaba de vuelta en África en busca de elefantes. Según Marnewecke, la tarifa actual de un solo elefante durante una cacería de 14 días es de unos 80 000 dólares. Y en Nyae Nyae, el límite anual de

cinco elefantes como trofeos de caza representa una buena suma para los san, ya que parte de la tarifa se entrega directamente a los miembros de la comunidad y a un fondo para proyectos de conservación, que protegen la fauna de la región. Por lo que respeta a los trofeos elefantinos, el cliente puede volver a casa con los colmillos, mientras que los san se quedan con la carne. Marnewecke y su cliente –quien solicitó el anonimato, dada la controversia por la caza de elefantes– cargaron con sus rifles al hombro y emprendieron la marcha detrás de Dam, quien empezó a seguir el rastro con la celeridad de una liebre. Marnewecke se volvió hacia mí y me dijo, mientras yo daba traspiés tratando de seguirles el paso: “Te juro que no hay mejor rastreador en África. Jamás se da por vencido, aunque deba recorrer 48 kilómetros”. ¿ DEBEMO S MATAR ANI MALE S PARA SALVARLO S?

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Este kudú proporcionó abundante carne a los niños que viven en la Reserva Nyae Nyae de Namibia. Luego de que un cazador alemán matara el enorme macho, en 2016, los ancianos de la aldea se reunieron para bailar celebrando la captura. En el caso de las especies trofeo, la reserva cobra una tarifa total a la empresa organizadora de la cacería y parte del dinero beneficia a los aldeanos, quienes también conservan la carne. Por su parte, los clientes vuelven a casa con las partes reservadas como trofeos.

desde charles darwin y John James Audubon hasta Theodore Roosevelt y Ernest Hemingway, los cazadores más ilustres siempre se han considerado naturalistas y conservacionistas, comprometidos con la sostenibilidad de las poblaciones animales y la preservación de las zonas silvestres donde acechan a sus presas. Y ese nexo se ha vuelto inextricable. Cada año, solo en Estados Unidos, los cazadores pagan cientos de millones de dólares en impuestos federales, que van directamente a la gestión de vida silvestre y otras actividades relacionadas. Y cualquiera que tenga un frigorífico repleto de carne de venado te dirá que el acto de capturar tu cena directamente en la naturaleza es mucho más humanitario que comprar carne de ganado industrializada envuelta en plástico. No obstante, la cacería deportiva moderna, sobre todo de los llamados “cinco grandes” de África 64

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(elefante, león, leopardo, rinoceronte y búfalo de El Cabo), supone una gran cantidad de interrogantes morales y financieras. El deporte de matar animales amenazados en la naturaleza puede provocar una oposición feroz. Los biólogos calcularon que, entre 1970 y 2005, la pérdida total de grandes mamíferos en zonas protegidas del continente ascendió a 60 %. Y conforme las poblaciones de grandes presas siguen menguando frente a la presión de la mancha humana, las normas climáticas cambiantes y la diseminada caza ilegal, algunos cazadores (como el cliente estadounidense de Nyae Nyae) argumentan que la caza de elefantes machos añosos –costosa y cuidadosamente regulada– ofrece un medio sostenible para proteger tanto la especie como su hábitat. Seguimos avanzando, siguiendo las huellas. Por fin los avistamos, desde lo alto de una loma:

El cazador alemán (arriba) que mató al kudú en Nyae Nyae, en 2016 (páginas 48-49), afina su puntería. Poco después mató un elefante macho viejo (izq.). Los cazadores argumentan que la cacería de machos añosos causa menos daños a la especie, pero la bióloga Joyce Poole insiste en que “Son modelos para los machos más jóvenes y las parejas preferidas de las hembras”.

Loxodonta africana; parecían tres machos que rumiaban hojas y hierba. Marnewecke tomó sus binoculares y el cliente estadounidense empuñó su rifle. Todo confluyó en un punto de tensión. Los elefantes africanos viven 60 o 70 años y los de colmillos más grandes suelen contar con más de 45. Los colmillos se miden por su peso y, para los cazadores, cualquiera de más de 23 kilogramos se considera un “buen blanco”. El cliente buscaba algo en el rango de los 32 kilogramos, así que, al final, los colmillos de aquellos elefantes resultaron demasiado pequeños. Marnewecke tomó una decisión, dio la vuelta y emprendió el camino de regreso al Land Cruiser. Con todo, nadie parecía decepcionado: casi bastó haber estado unos momentos cerca de aquellos animales majestuosos. “Abatir representa el 5 % final de una cacería de elefantes –informó Marnewecke–. Me siento muy

mal cuando muere un elefante, pero esos animales pagan por la conservación de los 2 500 que deambulan por aquí. La cacería deportiva es el mejor modelo económico que tenemos en África actualmente”. Fue un argumento que muy pronto escucharía de otros cazadores y que infinidad de activistas y biólogos hacen trizas. “A la larga, podría salvar este lugar. Y también a los elefantes”. Aquel día soleado, parado en el calor y el polvo del Kalahari, con los paquidermos a nuestras espaldas, no pude evitar cuestionarme ¿así funciona realmente? ¿En verdad es posible matar cinco elefantes para salvar a 2 500? O, visto desde la perspectiva contraria, ¿por qué matar siquiera uno? ÁfRIcA ES cOMO uN espejismo de ricas mesetas e impresionantes barrancos, vastos desiertos y ríos portentosos, inmensas extensiones en apariencia ¿ D EBEMO S MATAR ANI MALE S PARA SALVARLO S?

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Aldeanos de Zimbabue compartieron la carne de este elefante, cazado en 2009 por un estadounidense. Eran participantes de CAMPFIRE, programa de larga trayectoria en el que grupos rurales venden el acceso a su fauna a cambio de parte de las utilidades. Antaño un modelo único en su tipo, CAMPFIRE es ahora objeto de opiniones encontradas: muy a menudo, el dinero reservado a los aldeanos no llega a las comunidades o no se gasta en mejoras locales.

Una jirafa yace sin vida en una rancho cinegético de Cabo Oriental, abatida por un cazador en 2010. La pérdida de hábitat y la caza ilegal han vuelto esta especie vulnerable a la extinción, pero su caza es legal en Sudáfrica, donde sus poblaciones aumentan. Algunos cazadores buscan una piel de jirafa para exhibirla en el suelo; otros quieren obtener un animal para disecarlo y exhibirlo erguido en un salón con techo alto.

salvajes y despobladas, visiblemente olvidadas por el tiempo y la gente. A simple vista, podría ser el depósito de todas nuestras ideas sobre la espesura en su manifestación más brutal. Y, sin embargo, no hay rincón que no haya sido reclamado, bien sea marcado, monetizado o disputado. Los animales que merodean por sus tierras se han vuelto mercancías, parte de un nuevo consumismo; comercializados y vendidos; marcas que compiten entre sí, y, ahora, su existencia es una cuestión de demanda, capricho y cálculo humano. Las presas salvajes son la versión continental del petróleo; algún día, también se agotarán. La cacería deportiva –abatir grandes animales por un par de cuernos o colmillos, una piel o un cuerpo disecado– ha florecido en una industria multimillonaria impulsada por las utilidades, a veces supervisada por gobiernos corruptos. Muchos 70

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países subsaharianos permiten la caza deportiva con diversos grados de transparencia y control, fijando cuotas anuales que pretenden reflejar el estado de las especies silvestres y creando exclusiones para poblaciones muy vulnerables. Por ejemplo, Sudáfrica ya no permite la caza de leopardos. Kenia prohibió toda cacería deportiva desde 1977 y Botsuana, una nación comparativamente rica en fauna, emitió una prohibición temporal en zonas controladas por el gobierno, la cual entró en vigor en 2014. Hubo una época en que África pareció tener “un suministro inagotable de naturaleza”, dice Craig Packer, biólogo estadounidense especializado en leones, quien ha vivido y trabajado en el continente desde hace más de 40 años. No obstante, agrega, a 10 000 metros podrías ver que los hábitats se están reduciendo. “Los leones empiezan

Peleteros namibios (izq.) sostienen la piel de un leopardo que cazó un estadounidense en 2011. Se usaron perros para rastrear este ejemplar. Tiempo después, Namibia prohibió el uso de perros, porque la cifra de leopardos menguaba peligrosamente. Otro estadounidense (arriba, centro) contrató un camarógrafo para filmar su cacería de leopardos en Namibia, en 2016.

a volverse una especie en peligro de extinción y los cazadores no deberían matar esos animales por deporte, a menos que puedan proporcionar evidencia contundente de que ello tiene un efecto saludable en la conservación de los leones”. Los biólogos utilizan ese mismo argumento contra la caza de otras grandes presas, incluidos los elefantes, cuyas cifras continentales se han desplomado de manera drástica en los últimos años. La demanda de cuerno de rinoceronte, marfil de elefante y huesos de león, sobre todo en Asia, ha desencadenado una plaga de cazadores furtivos. Pero este es un problema muy complejo, pues muchas poblaciones animales de lugares específicos prosperan con la cacería deportiva, como los elefantes de Nyae Nyae. “Si eliminas todas las reservas de Namibia –señala Packer–, es posible que acabes con toda la

fauna salvaje y te quedes solo con el ganado”. Él y otros biólogos “están preocupados por las poblaciones, y eso es una abstracción. En ello estriba el conflicto de las organizaciones pro derechos de los animales, pues, en su opinión, Fifi nunca debe morir. Es entonces cuando los biólogos pueden parecer muy crueles y calculadores”. Para Packer, el objetivo no es salvar un individuo; lo crucial es proteger las poblaciones genéticamente viables. “No me opongo a la caza, pero debe haber un término medio”, insiste. Con todo, considera que ese término medio no está justamente en el punto medio; opina que la cacería deportiva tiene apenas valor marginal como herramienta para la conservación a gran escala en África. Por otra parte, cazadores y funcionarios gubernamentales suelen citar un cálculo muy disputado de la Fundación Internacional Safari Club, un ¿ DEBEMO S MATAR ANI MALE S PARA SALVARLO S?

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EL PRECIO POR SUS CABEZAS El costo de las cacerías deportivas en África varía por país y animal. Además de la tarifa diaria del organizador, el costo puede incluir gastos administrativos para gobiernos y terratenientes, y dinero para apoyar desarrollos comunitarios y medidas contra la caza furtiva.

Precio mínimo en dólares de los paquetes de caza deportiva en 2011 Mozambique Namibia Tanzania Zambia Zimbabue

76 116

73 228

55 530

45 686 39 101 24 113

19 772 12 893

Búfalo del cabo

Leopardo Elefante africano

León

grupo pro caza cuya finalidad es promover la conservación y la educación, según el cual cerca de 18 000 cazadores deportivos que viajan anualmente al sur y oriente de África contribuyen con 436 millones de dólares al PIB de la región. En contraste, la Sociedad Humanitaria Internacional afirma que el monto para esa región es de casi 132 millones de dólares, lo que equivale a 0.03 % del PIB. En 2013, en un editorial publicado en The New York Times, en el que se argumenta en contra de la propuesta del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos para incluir los leones en la lista de especies en peligro de extinción, a fin de dificultar que los estadounidenses los cacen, el director de fauna de Tanzania, Alexander Songorwa, afirmó que, entre 2008 y 2011, los cazadores que participaron en safaris de 21 días pagaron cuotas gubernamentales de hasta 10 000 dólares MONICA SERRANO (NGM); MEG ROOSEVELT FUENTE: PETER A. LINDSEY, VERNON BOOTH Y OTROS, PLOS ONE, 2012

e inyectaron 75 millones de dólares a la economía de su país. Sin embargo, Packer señala que los 300 000 kilómetros cuadrados de áreas de caza de Tanzania requieren una inversión anual de 600 millones de dólares “y no vas a conseguir esa cantidad cazando leones por 10000 dólares”. Para algunos, el debate “caza/anticaza” se reduce a los ambientalistas occidentales que intentan imponer su agenda en África; una forma de neocolonialismo, en palabras de Marnewecke: “¿Quién le da a nadie, sentado en otro continente, el derecho de predicar cómo debemos gestionar nuestra fauna?”. Los cazadores enfatizan que, con todos los proveedores que pagan para operar en reservas y con los cazadores deportivos que cubren el precio de las presas que capturan, la caza ha hecho contribuciones financieras significativas al continente y a la protección del hábitat, mientras que lo único que han logrado las fuerzas anticaza es hacer ruido. Respecto al destino de los fondos que aportan los cazadores, es algo en extremo difícil de establecer, e imposible de determinar en las cleptocracias. Y, en cualquier caso, comenta Packer, en cuanto se refiere a financiar la conservación del león, “la cantidad que aporta la cacería deportiva es tan insignificante que, pese a los años que esos países han permitido la caza de leones, no sorprende que la población se haya desplomado”. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, organismo que supervisa las poblaciones animales, informa que la cifra de leones en cinco poblaciones de Tanzania se redujo dos tercios entre 1993 y 2014. Con todo, los cazadores aseguran que han contribuido a financiar de todo, desde clínicas de salud hasta escuelas, pozos de agua y los sueldos de los oficiales para combatir la caza furtiva, siempre dejando en la tierra un efecto negativo mucho menor que la multicitada opción a la caza: la observación de la vida silvestre en la forma de safaris fotográficos. La Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas calculó que 35.4 millones de turistas internacionales visitaron África subsahariana en 2015 y gastaron 24 500 millones de dólares. Y las instalaciones ideadas para atraer a una clientela de nivel superior, anhelante de

duchas calientes, comidas abundantes y bebidas frías al final del día, requieren infraestructura y equipos, incluyendo, posiblemente, una flotilla de vehículos. Algunos cazadores apuntan al riesgo de que muchos turistas arruinen la experiencia misma que están buscando. “El Serengueti es increíble”, dice la sueca Natasha Illum-Berg, cazadora profesional de búfalos radicada en Tanzania, quien, como Marnewecke, guía a sus clientes por la espesura para brindarles “experiencias de caza” y trofeos. “El cráter de Ngorongoro es una maravilla. Todos estos parques nacionales están llenos de minibuses de turistas fotográficos; es fantástico –prosigue, advirtiendo que los minibuses también ejercen presión en esas tierras selváticas emblemáticas–. Pero, ¿qué hay de las otras zonas? ¿Cuántas personas han estado en el área donde trabajo, que abarca 1 300 kilómetros cuadrados? Tal vez unas 20 personas este año”. Illum-Berg sostiene que, sin la cacería deportiva, no habría medidas contra la caza furtiva en la región, no habría gestión. “Siempre digo: ‘Hazme una propuesta mejor que la caza, con la condición de que sea sostenible’. Porque, al final, la gran interrogante es: ¿quién pagará por toda la diversión?”. LA EVIDENcIA MáS ANTIguA de un elefante abatido por humanos data de hace casi 14 000 años y proviene de un pantano de barro azul de Siberia. Hallada en la confluencia de los ríos Ob e Irtish, la columna vertebral de un mamut lanudo parece haber sido penetrada por un arma de factura humana que dejó rastros de piedra. Sin embargo, la cacería es más que un intercambio para el sustento. En algún momento de nuestra conciencia naciente, la caza llegó a equipararse con el estatus, la virilidad y el poder. Tallas asirias de 650 a. C. muestran leones liberados de jaulas para servir de presas a un rey que monta un carro. Y, desde hace mucho, los masáis han matado leones como un rito de iniciación. Con el advenimiento de armas mejoradas, la cacería evolucionó también como un deporte con estratificaciones de clase, microculturas y ocasionales ejemplos de flagrante desperdicio. En el condado de Snyder, Pensilvania, los registros de

1760 asientan que dos cazadores mataron más de 1 000 animales. Los teólogos fueron de los primeros en criticar esa carnicería inútil. A finales del siglo xVIII, un cazador británico anónimo escribió The Sportsman’s Companion o An Essay on Shooting, en el que abogaba por la cacería justa y asentaba “instrucciones para caballeros” en el campo y en el bosque, incluyendo un límite a la cantidad de presas. Dichas reglas fueron ampliadas y refinadas durante el siguiente siglo. En 1887, Teddy Roosevelt fundó Boone and Crockett Club, un grupo de influyentes cazadores estadounidenses que intentaba preservar extensiones de naturaleza del país y que fue determinante para construir el Sistema de Parques Nacionales de Estados Unidos. En 1934, unos cazadores blancos establecieron la Asociación de Cazadores Profesionales de África Oriental, en el Hotel Norfolk de Nairobi, Kenia, promulgaron una suerte de código de honor y pugnaron por leyes y reglamentos. Aun cuando los miembros pretendían proteger los terrenos de caza, acabaron con enormes cantidades de presas del continente. La tecnología actual ha dado un salto cuántico con drones, videos de cacerías y rifles de alta potencia equipados con telémetros láser. Mientras tanto, los kill shots –imágenes de cazadores que posan con sus presas muertas– han causado sensación viral y desatado la repugnancia de activistas pro derechos animales y entre el público general. En junio de 2015, la gente se enfureció cuando el dentista de Minneapolis, Walter Palmer, mató a Cecil, el popular león de Zimbabue. Y la controversia repuntó en julio de 2017 cuando Xanda, el hijo de Cecil, fue abatido durante una cacería deportiva legal. Con más de la mitad de la población del planeta asentada en ciudades, nuestra relación con la naturaleza se divorcia cada vez más de nuestra realidad cotidiana. Hemos dejado de formar parte del mundo silvestre –desde la selva tropical hasta la meseta esteparia africana– para volvernos sus consumidores. Y, no obstante, en tanto comamos carne o vistamos y usemos productos de cuero, también seremos alguna suerte de cazadores. Dentro de la comunidad de cazadores, nuestra apremiante mentalidad de tenerlo todo –el ¿ DEBEMO S MATAR ANI MALE S PARA SALVARLO S?

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Un cazador carga la piel del puma que mató, este año, en el sur de Utah. El invierno es la temporada de caza óptima, porque es fácil rastrear estos felinos en el terreno nevado. El estado fija una cuota de caza cada temporada, con base en la cantidad de ganado que los felinos mataron el año anterior. En 2016 mataron 416 ovejas y otros animales de granja, y, durante la temporada 2016-2017, los cazadores abatieron 399 pumas.

privilegio de un consumo incesante– ha comenzado a manifestarse de maneras inquietantes. Algunos cazadores, ahorrándose el tiempo y los costos de una cacería deportiva africana, que implica una persecución justa, han abrazado la caza en cercados –la matanza de animales, a menudo habituados a ello, que viven en zonas cercadas–, recurriendo a cebos, pastoreo con helicópteros o disparando a las presas desde la parte trasera de un Land Cruiser. Tanzania ha notificado casos de cazadores extranjeros que matan animales con rifles AK-47, incluyendo hembras gestantes. En un artículo reciente, publicado en la revista Biology Letters, científicos sociales describen a una generación de cazadores que “mata y publica”, quienes muestran una “conducta exhibicionista” al propagar sus kill shots en las redes sociales, a veces en poses que socavan la dignidad del animal cuya vida acaban de tomar. En Sudáfrica, donde hay unos 2 000 leones silvestres, la caza en recintos ha crecido hasta convertirse en una industria de más de 100 millones de dólares, con más de 200 instalaciones que crían alrededor de 6 000 grandes felinos para matarlos con facilidad. Según Ian Michler, fotógrafo y operador de safaris sudafricanos que investigó la industria de la caza de leones en recintos para el documental de 2015 Blood Lions, los animales viven enjaulados, a veces criados en condiciones terribles. Cuando los machos alcanzan la adultez, muchos son abatidos por tarifas de “caza” mucho más bajas que el precio de un león silvestre en una cacería estándar de 21 días (5 000 a 15 000 dólares contra 50 000 dólares o más). Y el trofeo está prácticamente garantizado. “Es espantoso –protesta Michler–. Es una conducta perversa”. La caza en recintos tiene otra consecuencia funesta. Mientras que los cazadores toman, la piel y la cabeza, en tanto que garras y dientes se venden en las tiendas turísticas de Nairobi, los huesos hoy tienen gran demanda y se envían a Asia para producir medicinas tradicionales. Este año, Sudáfrica autorizó la exportación de hasta 800 esqueletos de león y la inquietud de biólogos, grupos de conservación y activistas pro derechos de los animales es que, al legitimar y permitir este comercio, el país fomenta una mayor demanda de huesos de león y 76

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propicia la matanza de los cerca de 20 000 leones silvestres que aún quedan en el continente. No obstante, resulta que algunos de los críticos más vociferantes de estas prácticas de caza son los propios cazadores. “Si no podemos convencer a la mayoría de que la cacería es moralmente aceptable –dice KaiUwe Denker, renombrado cazador profesional de Namibia–, no habrá futuro para nosotros”. Ante la mala publicidad y una mala conducta, algunos cazadores han recurrido al argumento económico: su presencia en África proporciona empleos, una estrategia viable para aliviar la pobreza. Sin embargo, Denker no está de acuerdo: “Me parece muy peligroso promover solamente el aspecto financiero. Subsistencia, generación de ingresos, creación de empleos. Esto es algo adicional. No puedes justificar actos inmorales con dinero”. Cuando conocí a Denker en su casa, en un valle entre las montañas Erongo, a 40 kilómetros de la civilización, lamentó la intrusión del hombre en el paisaje africano. En su opinión, cuando la cacería se practica correctamente, conduce a “una conversación con tu propia muerte”. También se rige por un conjunto de principios estrictos, que incluyen cazar presas que merodean territorios sin cercados en hábitats históricos, como elefantes y kudús, y disparar solo contra animales viejos en edad no reproductiva, sin predilección por los grandes trofeos. “Muchos anticazadores critican la caza como una perversión –indica Denker–. Como tal, la cacería no es una perversión. La llevamos en los genes. Si cazar fuera inmoral –añade–, dejaría de hacerlo de inmediato. Pero eso sería el fin de la naturaleza”. si reditúa, se queda. Escuché ese argumento muchas veces, en incontables debates sobre la conservación africana, en parte para explicar que el dinero ha modificado la mentalidad de las poblaciones rurales en cuanto al valor de las grandes presas. Aquí no hay mitos ni fetiches, ni recaudaciones de fondos en torno de una carita tierna: el leopardo es un asesino, el rinoceronte es un destructor. Para protegerse del enemigo, los aldeanos disparan y envenenan a los intrusos sin el menor sentimentalismo. Y, sin embargo, la premisa es

Los criadores de presas de Estados Unidos ofrecen docenas de especies exóticas, desde cebras y yaks hasta órices de cuernos como cimitarras, los cuales se han extinguido en estado silvestre. Un novato de 15 años recibe entrenamiento de campo en el Rancho FTW de Barksdale, Texas, en 2016. Más tarde, el muchacho mató un arruí o carnero de Berbería, al cual despellejó, limpió y preparó para procesar la carne.

que, si esos animales representan dinero para una comunidad local, esta se esforzará en conservar y proteger sus activos. Fui testigo presencial de ello. Mi estancia en el Kalahari coincidió con el censo anual de presas en Nyae Nyae, para lo cual unos 50 sans acamparon durante tres noches en diversos abrevaderos, tratando de cuantificar la cantidad de animales en una extensión de 9 000 kilómetros cuadrados de arena, maleza y baobabs. Podría decirse que, pese a su fragilidad, Nyae Nyae es una historia de éxito condicionado, debido, en parte, a que con los años se han monitoreado e incrementado las cuotas de caza metódicamente. La variedad de animales en el menú ofrecido a los cazadores incluye leopardo, kudú y ñu, con precios que fija un comité gestor integrado por cinco miembros de la reserva. La comunidad de

Nyae Nyae comparte las ganancias: el año pasado, cada adulto mayor de 18 años recibió unos 70 dólares. “Tenemos suficiente”, me dijo el jefe Bobo Tsamkxao, sentado en el patio de una casa a punto de desintegrarse, con sus esposas sentadas en fila, entre niños y basura. Dicho acuerdo requiere también que los cazadores profesionales contraten y entrenen a lugareños, y que contribuyan al desarrollo de proyectos sociales como escuelas y clínicas de salud. En 1998, Nyae Nyae se convirtió en la primera reserva de Namibia bajo propiedad y operación locales. La concesión se licita cada cinco años, lo que permite que los cazadores profesionales oferten a los san para adquirir el derecho a establecer una instalación en el lugar. El año pasado, la oferta ganadora ascendió a más de 400 000 dólares, una cantidad muy generosa, en buena parte porque los ¿ D EBEMO S MATAR ANI MALE S PARA SALVARLO S?

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Una pareja de cazadores pesa un oso negro abatido en Maine, en 2016. Cazaron el plantígrado con cebos, práctica que implica colocar alijos de alimento para atraer a los animales a un lugar específico del bosque antes de que comience la temporada de caza. La población de osos de Maine, donde no se consideran en peligro, ha ido en aumento. Hace poco, los residentes del estado rechazaron una propuesta para prohibir la cacería con cebo y con perros.

Unos cazadores llevan los primeros ciervos de cola blanca de la temporada regular a un mercado en Jerome, Míchigan. Antes de destazar los animales, colgarán algunos en una larga viga, llamada buck pole, para ver quién mató el animal más grande. A diferencia de la cacería deportiva en África, donde las expediciones cuestan decenas de miles de dólares, la cacería de ciervos en Estados Unidos es una práctica muy generalizada. Solo en Míchigan, 600 000 personas cazan ciervos.

E L R E S U RG I M I E N TO D E LOS RINOCERONTES BLANCOS Casi extintos en Sudáfrica hace un siglo, los rinocerontes blancos del sur se recuperaron gracias a esfuerzos de conservación, limitaciones a la cacería deportiva y la cosecha de cuernos, los cuales vuelven a crecer.

Número estimado de rinocerontes blancos en Sudáfrica Los rinocerontes blancos se consideran “casi amenazados” y podrían enfrentar un riesgo de extinción mayor si se interrumpen los esfuerzos de conservación.

18 613 6 141 Rinocerontes blancos bajo administración privada

La gran escalada en la caza furtiva empezó en 2008

12 472 Rinocerontes blancos bajo administración de reservas estatales Comienzo de la caza deportiva regulada 1 800 Menos de 50 0

1895

1968

2015

elefantes se han vuelto muy grandes y valiosos. Para recuperar la cantidad ofertada, cubrir sus gastos y obtener utilidades, los profesionales venden paquetes de cacería a los clientes. Y muchos operan en más de una reserva; algunos lo hacen en suficientes de ellas para crear pequeños feudos propios. Cuando estuve allá, en septiembre de 2016, Marnewecke acababa de enterarse de que habían mejorado su oferta y que, al final de la temporada, perdería su operación en Nyae Nyae. “Echaré de menos a los san”, comentó, aunque tenía otra reserva al norte, la cual lo mantendría ocupado. Lo que más le preocupaba era la extrema fragilidad de Nyae Nyae y que pudieran llegar personas irresponsables con intenciones egoístas, surcando la reserva con caminos nuevos y perturbando el equilibrio.

Los gobiernos de lugares como Tanzania han adoptado la estrategia opuesta, adquiriendo la propiedad y arrendando terrenos de caza. Los críticos afirman que ningún país debe participar en el negocio de vender y beneficiarse con la muerte de los animales. Cuando las arcas menguan y hacen falta fondos, reúnen cuotas de caza sin considerar las cifras poblacionales de los animales. Y en las zonas de caza donde no reinvierten los fondos no queda fauna para cazar. Eso explicaría por qué 40 % de las zonas de caza designadas de Tanzania se han quedado sin animales de presa en las últimas décadas. En el ecosistema Selous Game Reserve, cotizado destino para cazadores deportivos, las inspecciones aéreas han revelado que la población de elefantes suma unos 15 000 individuos, respecto de casi 50 000 contabilizados apenas en 2009. “¿Por qué Selous se ha convertido en un campo de matanza? –cuestiona Katarzyna Nowak, científica de la conservación asociada con la Universidad del Estado Libre en Qwaqwa, Sudáfrica–. Si llegan cazadores de todo el mundo y el dinero de los trofeos lo inyectas en Selous para esfuerzos de conservación y contra la caza furtiva, ¿adónde han ido a parar todos los elefantes?”. Craig Packer percibe la conservación de la fauna africana en términos prácticos: si los cazadores mataran leones “por un millón de dólares y devolvieran un millón por león directamente a la gestión, estarían pisando en firme. Pero matan los leones por decenas de miles de dólares y muy poco de ese dinero se destina a la conservación”. Con 2 000 millones de dólares anuales podríamos salvar y proteger la vida silvestre de los parques nacionales de África, asegura Packer. Pero eso tendría que salir de socios internacionales como el Banco Mundial, ecofilántropos y organizaciones no gubernamentales. Algunos cazadores deportivos dicen que no es justo adjudicarles la responsabilidad. Piensa lo que quieras de su deporte, pero no son ellos quienes fijan las tarifas ni determinan las cuotas. Y ellos no pueden controlar la corrupción endémica de algunos países, aunque la fomenten de manera indirecta. Algunos afirman que comparten las inquietudes de los ambientalistas que ven colapsar

MÓNICA SERRANO (NGM); MEG ROOSEVELT FUENTE: MICHAEL KNIGHT Y RICHARD EMSLIE, GRUPO DE ESPECIALISTAS EN RINOCERONTES AFRICANOS UICN/CSE

hábitats y menguar las poblaciones. Kevin Reid, propietario de un rancho de grandes presas en Texas, dice que cría especies africanas en peligro de extinción no solo para el deporte, sino para crear una “bóveda de semillas de animales”, incluidos el oryx y el rinoceronte blanco, a fin de repoblar África una vez que haya resuelto sus problemas. “Estamos tratando de revertir la extinción”, asegura Reid. Así pues, todo podría reducirse a otro conjunto de interrogantes: a la luz de lo que nos hemos convertido como especie, ¿cuál es la nueva forma que ha adquirido la naturaleza y cuáles son las reglas nuevas que podrían aplicarse? Después de arruinarlo de manera tan terrible, ¿debemos cambiar nuestro proceder frente al mundo natural al ser menos adquisitivos, más generosos? ¿Es tiempo de dejar de matar manadas menguantes por deporte y exhibición? O, quizá algo más difícil de contemplar, ¿serán estos trofeos todo lo que nos quede algún día, simples recuerdos de la naturaleza salvaje que conocimos alguna vez? EL 12º DíA DE LA cAcERíA de elefantes en Nyae Nyae, con el creciente calor del día, Dam, el rastreador, halló las huellas de tres machos que se desplazaban juntos. Una vez que Marnewecke y su cliente vieron a los paquidermos a más de un kilómetro de distancia, supieron que eran grandes y se aproximaron con el viento en contra para que no los detectaran. El más grande y viejo se había separado y estaba detrás. Así que rodearon a los otros y se acercaron al tercero cuando empezaba a caminar hacia un matorral. El cliente se acuclilló mientras el viejo macho comía despreocupado. ¿Matar un macho viejo como ese serviría para salvar a todos los otros elefantes de Nyae Nyae? Caitlin O’Connell, bióloga e investigadora de elefantes, especialista en comunicación animal, afirma que los machos viejos son fuente de sabiduría, pues deciden cuándo y adónde se desplaza la manada en busca de agua, e imponen el orden en la sociedad de los paquidermos. “Pese a lo que afirma el mito, los elefantes machos son animales muy sociales –explica–. Se mueven en grupos de hasta 15 individuos y mantienen una jerarquía muy estricta. Los machos más viejos ejercen un

papel regulador muy importante en la manada y tienen influencia emocional y social en los machos más jóvenes”. Los machos jóvenes en musth, un estado de agresión acentuado, en el cual los niveles de testosterona son 10 veces más elevados de lo normal, tienen mayor probabilidad de pelear entre sí en ausencia de un macho viejo. A 15 metros de distancia, el cliente podía ver cada arruga que surcaba al elefante. Apuntó su rifle doble de 5.5 kilogramos, con empuñadura de plata grabada a mano, y disparó directo al corazón. El elefante dio la vuelta y echó a correr, 30 metros antes de colapsar. El cliente disparó otra bala en el cerebro y fue todo. Los colmillos pesaron más de 32 kilogramos cada uno. En cuestión de seis horas, el cadáver fue destazado por los san, quienes cargaron con tres toneladas de carne para sus familias. Pensé en aquellos colmillos las siguientes semanas, convertidos en posesiones, tótems de un logro perturbador. Eran todo lo que quedaba de dos seres sintientes de 7000 kilogramos, lo cual me hizo acordarme de Bobo Tsamkxao, el jefe san, y sus esposas e hijos, y de que ahora ellos y los otros miembros de su comunidad comerían de aquellos animales. Y también obtendrían dinero de ellos, al menos indirectamente. Con todo, algo aún parecía fuera de lugar: un cliente que pagaba para matar un animal vulnerable a fin de alimentar a los san o para proteger las tierras de Nyae Nyae. Aunque lleváramos la caza en los genes, como dijo Denker, persistía una interrogante esencial: ¿es moral matar un ser amenazado en este momento de nuestra historia? Después de que los cazadores recogieron sus pertrechos, las manadas buscaron agua durante una paz temporal, inconscientes de que una nueva temporada de caza atraería otro grupo de cazadores. Podemos imaginarlo: manadas de elefantes deambulando en ese espacio disputado, algunos ya con un precio por sus cabezas. Seres que deberían maravillarnos. j Michael Paterniti es colaborador de The New York Times Magazine, corresponsal de la revista GQ y está escribiendo un libro sobre el Polo Norte. David Chancellor ha dedicado años a documentar la compleja relación entre los cazadores y sus presas. Esta es su primera colaboración para National Geographic. ¿ D EBEMO S MATAR ANI MALE S PARA SALVARLO S?

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En un experimento que ilustra cuánto depende el vuelo de los colibríes de sus percepciones visuales, un colibrí cabeza roja (Calypte anna) cautivo se alimenta suspendido en el aire frente a una ilusión óptica. Cuando la espiral gira, creando la ilusión de que avanza, el ave mete “reversa” y el pico resbala fuera del alimentador. FUENTES: BENNY GOLLER Y DOUG ALTSHULER, UNIVERSIDAD DE COLUMBIA BRITÁNICA EN VANCOUVER

Escuela de vuelo

Se mueven tan rápido que el ojo humano solo percibe un punto de color suspendido en el aire, unas alas borrosas. Pero cuando las cámaras de alta velocidad los congelan en el tiempo, los colibríes entregan sus secretos. 85

Visión para volar Al rastrear la trayectoria y velocidad de este colibrí cabeza roja, cuando vuela frente a fondos con distintos patrones y colores proyectados en este túnel, investigadores de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver intentan conocer más sobre cómo los colibríes procesan el mundo que pasa rápidamente frente a ellos. Se cree que las aves, en general, monitorean la altura de los objetos que se aproximan a su campo visual –como estas barras horizontales– para evitar colisiones durante el vuelo. FUENTES: ROSLYN DAKIN Y DOUG ALTSHULER

Por Brendan Borrell Fotografías de Anand Varma

Una

mañana de mayo nos encontramos en el patio trasero de una casa de color rosa flamenco, en Palpite, Cuba, adonde vinimos en busca del ave más pequeña del mundo. El ornitólogo Christopher Clark descarga el equipo que atiborró en el auto: cámaras, aparatos de sonido, una jaula con forma de cubo. Pocos minutos después de llegar, Clark empieza a caminar en círculos. Intenta seguir la trayectoria de una bala con alas que zumba de un ramito de flores de coralillo anaranjadas al siguiente. Mientras el colibrí se detiene para extraer el dulce combustible de las flores, sus alas siguen agitándose, como una mancha grisácea que el ojo humano es incapaz de discernir. Incluso para los estándares liliputienses de los colibríes, el zunzuncito de Cuba (Mellisuga helenae) es un pigmeo; el ave más pequeña del mundo, literalmente. Su cuerpo verde iridiscente pesa poco más que una almendra promedio. Debe su nombre al zumbido que produce cuando vuela y es incluso más pequeño que su primo, el zunzún (Chlorostilbon ricordii). Sin embargo, lo que al ave le falta en tamaño lo compensa con entusiasmo cuando detecta una visitante en su territorio. Se trata de una hembra atractiva, dentro de la jaula que Clark trajo consigo y que ha colocado sobre un techo de metal corrugado. Si el macho ha notado el recinto en el que se encuentra la hembra, eso no parece afectar su brío. Abandona la rama en la que se ha posado y, suspendido en el aire, lanza un trino en su dirección. Se eleva hasta convertirse en un punto contra el cielo nublado. Y entonces, como un carro de montaña rusa que ha llegado a la cima, se lanza en picada hacia el suelo. En un instante, el temerario zunzuncito repite la maniobra: sube, cae en picada y vuelve a elevarse. Estas acrobacias duran apenas un segundo. Luego, desaparece y el único rastro de su presencia son las hojas que tiemblan a su paso.

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Para estudiar las exhibiciones de cortejo de los zunzuncitos machos, científicos cubanos capturaron algunos para determinar su peso y envergadura (arriba). Este permaneció inmóvil en la báscula, porque los colibríes se desorientan al colocarlos sobre sus espaldas, pero volvieron a zumbar en cuanto quedaron sobre sus patas. Ningún ave resultó dañada. FUENTE: CHRISTOPHER CLARK, UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA EN RIVERSID

VIDEO Mira el video de estos colibríes en movimiento en ngenespanol.com

Aunque observé atentamente aquella exhibición de cortejo, no logré verla. Y Clark tampoco, pero hizo algo mejor. Filmó el despliegue con una cámara de alta velocidad que fragmenta cada segundo en 500 cuadros. Después de que descarga el video del cortejo –el primero de esta especie que se haya grabado con una cámara de alta velocidad–, me muestra las escenas en su laptop, haciendo clic en cada cuadro arduamente obtenido. Solo entonces vemos las impresionantes maniobras que ha ocultado la velocidad del colibrí. Desde hace ocho años, Clark ha viajado del desierto de Arizona al bosque tropical de Ecuador y la región rural de Cuba para registrar de las

exhibiciones de cortejo de los colibríes. Cuando regresa a su laboratorio en la Universidad de California en Riverside, el profesor estudia los videos para descubrir qué revelan sobre el vuelo de los picaflores. Sus hallazgos podrían contribuir a nuestra comprensión del vuelo animal, en general, y de los métodos de apareamiento de los colibríes, en particular. Con sus movimientos vertiginosos y plumajes fulgurantes, los colibríes son como híbridos de carne, plumas y fuegos artificiales. Las alas de algunas especies se agitan hasta 100 veces por segundo; su frecuencia cardiaca puede exceder los 1 000 latidos por minuto, y beben néctar con lengüetazos casi invisibles. Son la definición de la e scu ela de vu elo

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A golpe de ala Solo con el movimiento descendente de sus alas, casi todas las aves producen una fuerza ascendente sustancial, llamada fuerza de elevación. El secreto del colibrí para permanecer suspendido en el aire estriba en la simetría casi perfecta del aleteo, que le permite elevarse con el movimiento ascendente y descendente de las alas. Los investigadores usaron un nebulizador ultrasónico para llenar el aire con una bruma fina y observar los vórtices que produce este colibrí cabeza roja al final de cada medio aleteo, cuando las alas giran más de 90 ° e invierten su curso. FUENTES: VÍCTOR ORTEGA-JIMÉNEZ Y ROBERT DUDLEY, UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA EN BERKELEY; DOUG ALTSHULER, UNIVERSIDAD DE COLUMBIA BRITÁNICA EN VANCOUVER

Adelante a toda velocidad Soltar colibríes en túneles de viento permite que los investigadores estudien la mecánica del vuelo a velocidades de hasta 56 kilómetros por hora. Este colibrí barba negra (Archilochus alexandri) es parte de un experimento en la Universidad de California en Riverside para determinar si las acrobacias de apareamiento son una buena representación de las destrezas físicas del ave. Para esta fotografía se añadió una bruma de vapor de agua que vuelve visible el movimiento del viento. FUENTES: SEAN WILCOX Y CHRISTOPHER CLARK

Trabalenguas belleza efímera en jardines o comederos de patios. Así que, ¿quién podría resistirse a la tentación de ralentizar su vuelo, de diseccionar sus movimientos, de habitar –aunque sea brevemente– el mundo de los colibríes? los colibríes viven, exclusivamente, en América. Hay unas 340 especies reconocidas distribuidas desde el sur de Alaska hasta Tierra del Fuego. El centro de mayor biodiversidad yace en los Andes septentrionales, donde 290 especies habitan los bosques lluviosos de las tierras bajas, los bosques nubosos de montaña y todos los ecosistemas intermedios. El más pequeño pesa menos de dos gramos, mientras que el mayor, endémico de Perú y Chile, conocido como picaflor gigante (Patagona gigas), puede alcanzar un peso de unos 20 gramos. “Las aves más pequeñas del mundo” es uno de los numerosos distintivos que reciben los colibríes. Son las únicas aves que pueden permanecer 30 segundos o más suspendidas en el aire. También son las únicas con “reversa”; es decir, pueden volar hacia atrás. Y, encima, tienen el récord de la tasa metabólica más rápida de cualquier vertebrado del planeta: la Universidad de Toronto hizo un estudio en 2013 y concluyó que, si los colibríes fueran del tamaño de un humano promedio, tendrían que beber más de una lata de refresco de 330 mililitros por cada minuto que permanecen suspendidos en el aire, debido a la rapidez con que metabolizan el azúcar. Por ello, no es de extrañar que estas aves combatan para controlar los mejores sectores con flores cargadas de néctar. La lengua que sorbe ese néctar es un órgano especializado, casi transparente y compuesto de dos tubos. Mientras el pájaro bebe, la lengua se mueve. Cuando Alejandro Rico-Guevara, investigador posdoctoral de la Universidad de California en Berkeley, tomó videos de alta velocidad de colibríes que bebían en comederos y flores, descubrió que cada tubo de la lengua se desenrolla en una centésima de segundo para atrapar el néctar y, luego, el ave lo aprieta para bombear el líquido hacia el esófago. n Beca de la Sociedad Tu suscripción ayudó a financiar este reportaje fotográfico. 94

La lengua bifurcada de este colibrí cabeza roja es visible en el recipiente de vidrio de donde bebe néctar artificial. Para energizar su vigoroso vuelo, los colibríes pueden consumir, diariamente, más néctar que el equivalente a su peso corporal, utilizando una lengua que hace hasta 15 movimientos por segundo. A fin de mantener sanas las aves cautivas, el néctar artificial contiene un polvo proteico. FUENTE: ALEJANDRO RICO-GUEVARA, UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA EN BERKELEY

se cree que el primer intento de analizar el vuelo del colibrí ocurrió a fines de la década de los treinta del siglo xx, en la Alemania nazi. Con el apoyo de la Oficina para Películas Educativas del Reich, dos ornitólogos alemanes consiguieron una cámara capaz de grabar 1 500 cuadros por segundo, la cual se encontraba en un instituto de investigación militar. Con ella filmaron dos especies de colibríes sudamericanos en el Zoológico de Berlín. “El régimen estaba desarrollando los primeros helicópteros –explica Karl Schuchmann, ex curador de aves del Museo de Investigación Zoológica Alexander Koenig, en Bonn–. Querían averiguar cómo permanecían las aves suspendidas en el mismo lugar”. Las imágenes revelaron que los colibríes se parecían más a las abejas o las moscas que a otras aves, ya que se elevan tanto con los aleteos descendentes como con los ascendentes. Cuando los ornitólogos publicaron su artículo, en 1939, compararon los colibríes con el helicóptero alemán Focke-Wulf. En Estados Unidos, Crawford Greenewalt había prestado sus servicios a la ciencia en el bando contrario del esfuerzo bélico: fue un ingeniero del Proyecto Manhattan, programa estadounidense que produjo las primeras armas nucleares. Una docena de años después de que los ornitólogos alemanes publicaran sus hallazgos, Greenewalt retomó su investigación. Sus fotografías de picaflores fueron publicadas por primera vez en la edición de noviembre de 1960 de National Geographic. Inconforme con las cámaras cinematográficas de alta velocidad que había en aquellos días, Greenewalt decidió construir la suya para filmar el FUENTE: ALEJANDRO RICO-GUEVARA, UC BERKELEY

e scu ela de vu elo

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Majestuosidad en miniatura vuelo de los colibríes dentro de un túnel de viento casero, a velocidades de hasta 43 kilómetros por hora. Greenewalt documentó que, cuando las aves aceleraban después de permanecer suspendidas en el aire, el plano de las alas cambiaba de horizontal a vertical para redirigir el impulso. Las nuevas imágenes fueron revolucionarias, pero no resolvieron el misterio de cómo los colibríes pueden batir las alas con tanta rapidez. En condiciones normales, cuanto más rápido se contrae un músculo, menos fuerza genera. De modo que, ¿cómo producen los colibríes suficiente fuerza para mantenerse en el aire? En 2011, Tyson Hedrick y sus colegas idearon un experimento para responder esta pregunta. Hedrick, investigador de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, se especializa en biomecánica animal y sabía que las alas de los picaflores eran distintas de las de sus parientes más cercanos, los vencejos (familia Apodidae). Los huesos de los brazos de los colibríes son relativamente más pequeños y la mayor parte del ala está compuesta por el equivalente a huesos de las manos. Para estudiar el ala con toda precisión, mientras se movía a máxima velocidad, Hedrick acopló una cámara que disparaba 1 000 cuadros por segundo con un sistema de imágenes radiográficas. Cuando Hedrick vio las imágenes en secuencia, los movimientos infinitesimales de los huesos del ala se fusionaron en patrones; luego, en un movimiento continuo. Y, así, pudo ver el funcionamiento del ala. En vez de batirlas con un movimiento ascendente y descendente del hombro, Hedrick descubrió que los colibríes aletean en giros. Esta modificación les confiere el equivalente de una “marcha alta”, de suerte que basta un movimiento muscular milimétrico para que las alas se desplacen en un arco amplio. Antaño, las cámaras de alta velocidad eran dispositivos complicados, difíciles de operar y de transportar al campo. Hoy caben en un bolsillo amplio y, para los biólogos que estudian colibríes, son tan esenciales como los binoculares. al ralentizar el movimiento, los científicos pueden averiguar más sobre lo que ocurre cuando la biología desafía las leyes de la física. 96

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A diferencia de otras aves, como las palomas, un colibrí puede volar en múltiples direcciones, incluyendo hacia atrás y de lado. Baten sus alas hasta 100 veces por segundo. Su cerebro, que representa 4.2 % del peso corporal, es uno de los más grandes del reino animal, proporcionalmente.

Zuncito 4.3 cm de largo

Paloma común 28-36 cm de largo

Colibríes y vuelo suspendido Los colibríes se elevan por medio de aleteos ascendentes y descendentes, creando vórtices que los ayudan a permanecer suspendidos en el aire y maniobrar. Sustentación

Flujo del aire Aleteo descendente 75 % de la sustentación

Aleteo ascendente 25 % de la sustentación

Palomas y vuelo de avance Las aves más grandes, como las palomas, utilizan aleteos descendentes para empujar las corrientes de aire por debajo y detrás de sus cuerpos, impulsándose hacia delante.

Aleteo descendente 100 % de la sustentación

Aleteo ascendente 0 % de la sustentación

Detección de movimiento

Memoria aguzada

Muñecas poderosas

Responsable de detectar el movimiento, el núcleo lentiformis mesencephali (LM) es más grande que en otras especies y se cree que contribuye a la estabilización.

Gracias a su voluminoso hipocampo, el colibrí recuerda la localización de las flores de su territorio y sabe cuándo se rellenarán con néctar.

Los brazos cortos de las alas del colibrí permiten que los movimientos de las muñecas controlen un área mayor de las alas, lo que resulta en aleteos ascendentes poderosos.

Parte del cerebro Porcentaje del volumen total del cerebro

Mesencéfalo lentiforme .25 %

Hipocampo 7%

Man B ra Hombro

el zo d

od

el a

la

ala

La mano del ala es casi 75 % del área total del ala

Muñeca Codo

vista superior

Suspendido en el aire, el colibrí rota sus alas entre movimientos ascendentes y descendentes, en un movimiento con forma de ocho. Punta del ala

El tamaño mayor de su LM permite que los colibríes respondan con más sensibilidad a los movimientos que proceden de todas direcciones.

Tamaño real

Mesencéfalo lentiforme .07%

Hipocampo 4%

Brazo del ala

Mano del ala

Muñeca Hombro

vista superior

La mano del ala es casi 50 % del área total del ala

Codo

MÓNICA SERRANO (NGM); MESA SCHUMACHER

Como en la mayoría de los vertebrados, los LM de las palomas responden al movimiento que proviene de atrás, ya que podría ser una amenaza.

ILUSTRACIÓN: VLAD RODRÍGUEZ FUENTES: CHRISTOPHER CLARK, UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA EN RIVERSIDE; DOUG ALTSHULER, UNIVERSIDAD DE COLUMBIA BRITÁNICA; ANDREW IWANIUK, UNIVERSIDAD DE LETHBRIDGE, ALBERTA, CANADÁ

Sacudirse la lluvia Los colibríes suelen enfrentar fuertes lluvias a fin de obtener el néctar que requieren para no morir de hambre. Este colibrí cabeza roja se sacude la lluvia como lo hace un perro mojado, oscilando la cabeza y el cuerpo. Según investigadores de la Universidad de California en Berkeley, cada oscilación dura cuatro centésimas de segundo y somete la cabeza del ave a 34 veces la fuerza de gravedad. Algo aún más asombroso: los colibríes pueden hacer esto posados o en pleno vuelo. FUENTES: VÍCTOR ORTEGA-JIMÉNEZ Y ROBERT DUDLEY

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Pista de obstáculos aérea Los colibríes tienen que esquivar y volar entre ramas. Marc Badger, de la Universidad de California en Berkeley, reproduce esas acrobacias en el laboratorio al hacer que las aves vuelen por pequeñas aberturas, situación que el fotógrafo ha recreado aquí. Para pasar por un orificio ovalado, este colibrí cabeza roja hace una contorsión lateral, modificando su aleteo para evitar el contacto con el elemento divisor. Para captar la acción en un solo cuadro, una lámpara estroboscópica se activó tres veces durante la exposición de 0.4 segundos. FUENTE: ROBERT DUDLEY

La fuerza de las alas “Hay cosas que es imposible observar a simple vista –asegura Clark–. Pero grábalas con una cámara de alta velocidad y dices: ‘¡Por Dios! ¿Qué está haciendo ese pájaro?’”. Añade que puedes escuchar un gorjeo cuando algunas especies extienden sus colas durante caídas en picada a 97 kilómetros por hora. Pero el sonido no proviene de sus cuerdas vocales, sino del revoloteo de las plumas de la cola, cuando el viento pasa entre ellas. En las exhibiciones de cortejo, algunas especies de colibríes casi duplican la frecuencia del aleteo; otras usan una sola ala. Y cuando el colibrí cabeza roja (Calypte anna) se eleva después de lanzarse en picada, experimenta casi nueve veces la fuerza de gravedad, suficiente para que un piloto de combate humano pierda el sentido, incluso con un traje antigravedad especializado. “Los colibríes pueden hacer cosas extraordinarias con los mismos elementos que encontramos en las aves ordinarias”, asegura Doug Altshuler, fisiólogo comparativo de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver. De modo que estudiar sus vidas puede revelarnos mucho sobre los principios generales de la biología. Una mañana de verano, un fulgor rojizo escapa por el umbral de una habitación que Altshuler ha llamado el Infierno. Roslyn Dakin, su colega de investigación posdoctoral, nos recibe con la frente perlada de sudor. El ambiente parecido a un sauna se debe a seis proyectores LCD que irradian franjas verticales en las paredes de un túnel a todo lo largo de la habitación. Dentro de este se encuentra un colibrí cabeza roja macho, vigilado desde arriba por ocho cámaras. Dakin intenta averiguar cómo controlan su vuelo las aves. Investigadores anteriores aventuraron la teoría de que el cerebro de los animales voladores tiene un circuito de control de crucero que equilibra el movimiento en todo su campo visual. Eso hacen las abejas. Nosotros también. Cuando conduces por una autopista amplia y despejada, es natural que aceleres a 115 kilómetros por hora, pero, si transitas por un camino rural bordeado de árboles, lo más probable es que vayas pisando el freno. En cambio, parece que los colibríes se rigen por reglas distintas. En uno de sus experimentos, 102

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En la Universidad de Stanford, un colibrí cabeza roja vuela dentro de una cámara especial que registra, al instante, la minúscula onda de presión que genera con cada aleteo. Antes que Rivers Ingersoll y David Lentink diseñaran este dispositivo, los investigadores tenían que recurrir a teorías de aerodinámica para calcular las fuerzas que producen los animales.

Dakin los ha visto volar por lo que, en esencia, es una banda sinfín visual. Y lo sorprendente es que vuelan igual de rápido cuando las franjas verticales se desplazan siguiendo la dirección de su movimiento que cuando van en contra. Mientras observamos, un punto verde se agita en la pantalla, lo que indica que el colibrí está sentado en la oscuridad, prácticamente sin hacer nada. De manera periódica, se lanza a medio camino por el túnel, pero después regresa a su percha. “Es muy frustrante que no hagan exactamente lo que quieres –confiesa Dakin–, lo cual sucede prácticamente todo el tiempo”. Dakin está convencida de que los colibríes tienen un recelo instintivo hacia las siluetas grandes, lo cual los ayuda a evitar colisiones. Este día experimenta proyectando patrones más complejos. Para la prueba necesita que el colibrí vuele por todo el túnel, algo que se niega a hacer el pájaro testarudo. De pronto, el colibrí suelta un trino y veo cómo el punto verde revolotea por el túnel, hace una pausa en el comedero y regresa. Dakin se entusiasma; después de todo, el día no será una pérdida. Escribe un código para esta entrada de datos en el indicador de comandos de su computadora y presiona la tecla Intro. En la pantalla, miles de coordenadas se fusionan en un fragmento de oropel con los colores del arcoíris: un resumen tridimensional, de 15 segundos de duración, de la rápida vida de un colibrí. j

Antaño aspirante a biólogo de campo, Brendan Borrell es escritor independiente y corresponsal de Outside Magazine. Anand Varma es un fotógrafo galardonado y becario de Jóvenes Exploradores, de National Geographic.

Nyadma Judi, pastor nénet, guía a los renos bajo una tubería en el campo de gas de Bovanénkovo, en la península de Yamal en Siberia. Cuando las tuberías de gas eran nuevas, los animales les tenían miedo. Hoy siguen a Judi sin dudar, pues deben llegar a los pastizales veraniegos en el norte. 104

La vida al límite Los nénets, pastores de renos indígenas de la Rusia ártica, enfrentan dos obstáculos modernos en su larga migración anual: el cambio climático y un yacimiento de gas natural gigante.

Pavlik Judi, de cinco años, nieto de Nyadma, le pide a su madre, Edaine que vaya más rápido. Vive todo el año con sus padres y realiza la migración anual de 1 200 kilómetros, pero, cuando cumpla siete, entrará a un internado estatal, igual que otros niños nénets, y pasará la mayor parte del año lejos de su familia.

Nyadma inmoviliza un reno para que su hijo Gosha pueda cortar las astas aterciopeladas. Los comerciantes pagarán cerca de cinco dólares el kilogramo; el tejido vivo y la sangre en su interior son muy apreciados en la medicina tradicional china. El proceso es doloroso para el animal.

Por Gleb Raygorodetsky Fotografías de Evgenia Arbugaeva

Y

uri Judi se acuclilla frente al fuego dentro de su chum. En el exterior, otras siete de estas tiendas similares a tipis se agrupan en un semicírculo. La tundra siberiana se extiende hacia el norte, hacia el océano Ártico; una manada de renos pasta en una colina distante. Estamos a mediados de julio y un grupo de pastores nénets, encabezados por Yuri, está a la mitad de un viaje anual que los lleva 600 kilómetros al norte, en la península de Yamal, hacia la costa ártica…, eso en años normales. “Han pasado tres años desde que logramos recorrer todo el camino hasta nuestros pastizales de verano en el mar de Kara –explica Yuri, mientras su esposa, Katya, le sirve una taza de té–. Nuestros renos estaban demasiado débiles para un viaje tan largo”. En el invierno de 2013-2014, una onda cálida poco común provocó lluvias en el sur de Yamal; el congelamiento profundo que siguió cubrió con una gruesa capa de hielo la mayor parte de los pastizales de invierno. Los renos, acostumbrados a escarbar en la nieve para encontrar liquen, su principal alimento invernal, no pudieron hacerlo. En esta y otras manadas, decenas de miles padecieron hambre extrema. Hoy día, en el verano de 2016, los sobrevivientes todavía se están recuperando. La lona de la entrada de su chum se agita y se abre; un reno, con las astas por delante, irrumpe en el interior. Hace una pausa frente al fuego, se sacude con vigor y se deja caer para rumiar meditativamente. “Esta hembra perdió a su madre, así que la criamos nosotros dentro de la tienda. Con suerte, para el año próximo tendrá su propia cría. Actualmente tenemos 3 000 renos, la mitad de nuestra manada habitual”.

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Los Puiko, una familia de pastores nénets, disfrutan un almuerzo de sopa de bacalao en su chum, o tienda de campaña. En el verano, los nénets dependen del pescado que puedan atrapar en lagos y ríos a lo largo de su viaje por la península de Yamal. En el invierno comen más carne de reno.

Los nénets han realizado esta migración anual durante siglos, la cual, con 1 200 kilómetros en un viaje redondo, es una de las más largas del mundo. El grupo de Yuri, llamado Brigada 4, es una reliquia de un colectivo soviético: durante el gobierno de la Unión Soviética, los nénets soportaron décadas de colectivización forzada y persecución religiosa. Sobrevivieron a siglos de dominio ruso antes de eso. A pesar de todo, han logrado mantener su lengua, su visión animista del mundo y sus tradiciones nómadas. “Los nénets son uno de los grupos indígenas más resilientes del Ártico”, me dice el geógrafo Bruce Forbes, de la Universidad de Laponia en Finlandia, quien ha estudiado este grupo durante décadas. Sin embargo, hoy esa resiliencia se pone a prueba en formas nuevas. Los científicos del clima afirman que el tipo de evento de “lluvia sobre nieve” que mermó las manadas hace tres años se volverá cada vez más frecuente e intenso en el Ártico a

medida que el clima se caliente. Mientras platico con Yuri, la región padece otro verano cálido con temperaturas récord: el termómetro llegó a los 34 °C. No ha llovido en semanas y a los renos les resulta difícil tirar de los trineos y su carga a través de la tundra seca. Antes de que el verano termine, un niño y más de 2 300 renos morirán por ántrax en el sur de Yamal como resultado del deshielo del permafrost, lo que permitió que resurgieran los cadáveres de animales enterrados durante una epidemia en la década de los años cuarenta del sigo xx, todavía con microbios infecciosos. Sin embargo, la mayor amenaza para los nénets no es el cambio climático, es el desarrollo. La búsqueda de Rusia por encontrar fuentes nuevas de hidrocarburos ha invadido tierras de pastoreo que ya eran escasas para los 255 000 renos y los 6 000 pastores nómadas que, se calcula, viven en Yamal. También ha restringido la migración esencial de algunas de las manadas. El campo de gas

Bovanénkovo, el mayor de Yamal, se encuentra directamente en el camino de la Brigada 4. La manada debe cruzar el campo, con sus caminos y sus tuberías, para llegar a los pastizales de verano. Los nénets siempre han vivido rozando los confines; en su lengua, Yamal significa “al borde del mundo”, pero estos días algunos de ellos están muy cerca de caer. sEnTADo En EL LADo izquierdo del trineo, con las piernas firmemente plantadas en uno de los rieles, Nyadma Judi golpea las ancas de su reno con un tyur, una vara larga de madera pulida que remata en una agarradera hecha de asta. Con gruñidos suaves, hace que los cuatro renos avancen entre sauces arbusto y nubes de mosquitos. Nyadma es el hermano mayor de Yuri y fue jefe de la brigada. Como señal de respeto, su caravana de varios trineos se coloca al frente mientras la Brigada 4 avanza hacia Bovanénkovo. LA VI DA AL LÍ MI T E

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Bien protegidas contra los mosquitos del verano, las primas Kristina (izq.) y Vera (der.) Judi se montan sobre el “dragón plateado”, una tubería que recoge gas natural de los cabezales de pozo en Bovanénkovo. Los pastores se encuentran con muchas secciones de tubería en su migración anual.

Después de casi una hora, Nyadma se detiene repentinamente. “Vamos a hacer una pausa por un momento, para que todos nos alcancen”, avisa, mientras saca un teléfono celular de su espaciosa chaqueta de piel de reno. Otro trineo se detiene detrás de nosotros. La armonía del golpeteo de los cascos de los renos cede el lugar a una cacofonía de tonos de teléfono y la plática entre humanos, a medida que los nénets disfrutan uno de los pocos beneficios: estamos dentro del alcance de la torre de telefonía celular de Bovanénkovo. Me separo de los trineos para estirar las piernas. El sol de medianoche llena los lagos y los ríos de un resplandor ambarino. Un zumbido distante me llama la atención; viene del campo de gas, todavía a muchos kilómetros de distancia. El gas natural de Yamal es la piedra angular de la estrategia energética de Rusia –la fuente nueva que reemplazará los campos que se agotan en el sur y en el este– y Bovanénkovo es la piedra angular de Yamal. Está operado por Gazprom, la compañía estatal que produce la mayor parte del gas natural de Rusia y suministra más de un tercio de las importaciones de la Unión Europea. De acuerdo con Alexéi Miller, director ejecutivo de Gazprom, Yamal podría producir hasta 360 000 millones de metros cúbicos de gas al año para 2030, más de un tercio del total proyectado en Rusia. Tan solo en Bovanénkovo se han confirmado reservas de casi cinco billones de metros cúbicos. Unida a la masa continental por su propio aeropuerto y una red ferroviaria de 572 kilómetros, y a la red de gas de Rusia por tuberías de 1 200 kilómetros, Bovanénkovo también es la plataforma de lanzamiento para la futura expansión de Gazprom en el Ártico ruso. El calentamiento global es el obstáculo más grande de ese plan ambicioso. Alexéi Osokin es el subdirector del centro de ingeniería de Gazprom, que ha recolectado y analizado 25 años de datos sobre el clima y el permafrost de las estaciones meteorológicas y los pozos de gas alrededor de la península de Yamal. “Uno no puede alegar con los datos –dice–. No hay duda de que el clima se está calentando”. En el verano, el deshielo del permafrost disminuye la estabilidad de las estructuras de Gazprom.

Los caminos de la resiliencia Durante siglos, los pastores de renos nénets han migrado hacia los pastizales de verano en la península de Yamal y regresan al sur en invierno. El cambio climático, con sus sequías en verano y sus lluvias invernales, desafía su forma de vida, al igual que el desarrollo del gas natural en Yamal, Rusia. TIERRAS LUCRATIVAS La escasamente poblada península de Yamal contiene más de una quinta parte de las reservas de gas natural de Rusia y casi tanto como en todo Estados Unidos.

Reservas probadas de gas natural en 2017

Billones de metros cúbicos Rusia

Península de Yamal, 10.4 33.5 Catar 24.3 EUA

10.4

EL BOOM EN BOVANÉNKOVO La compañía rusa Gazprom ha construido caminos, plataformas de pozos y tuberías que interfieren con las rutas de migración de los renos.

1987

Río

0 mi 0 km

2

Lago

2

2016

Desarrollo en anaranjado

DERIVADO DE UNA IMÁGEN SATELITAL

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50.2

Irán

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Isla de Bely

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Bovanénkovo YACIMIENTO DE GAS BOVANÉNKOVO

Exportaciones por mar A finales de 2017 se espera que se abran instalaciones nuevas en Sabetta, las cuales exporten el gas desde la península de Yamal.

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(Zona ampliada a la izq.)

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ÁRTICO CÍRCULO POLAR

LAUREN C. TIERNEY, THEODORE A. SICKLEY Y RYAN T. WILLIAMS (NGM) FUENTES: BRUCE FORBES, CENTRO ÁRTICO, UNIVERSIDAD DE LAPONIA; GAS INFRASTRUCTURE EUROPE; RED EUROPEA DE OPERADORES DE SISTEMAS DE TRANSMISIÓN PARA GAS; ANNA DEGTEVA Y OTROS, PASTORALISM: RESEARCH, POLICY AND PRACTICE, 2013; ALVARO IVANOFF, CENTRO GODDARD DE VUELOS ESPACIALES DE NASA; CONCEJO ÁRTICO; ADMINISTRACIÓN DE INFORMACIÓN ENERGÉTICA; MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENERGÍA, RUSIA; MINISTERIO DE RECURSOS NATURALES Y MEDIO AMBIENTE, RUSIA

PA

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DE IN VIERNO

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Salejard

Existencia nómada Una quinta parte de los 30 000 nénets son pastores. Tienen pocos asentamientos fijos; uno de esos está en Yar Sale.

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Suelo de deshielo En 2016, una onda cálida liberó ántrax del permafrost deshelado, lo que dio como resultado la muerte de un niño y de cerca de 2 300 renos.

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Rutas de los renos Diferentes grupos de pastores siguen rutas distintas. Mueven sus renos cada cinco días en el invierno y diario en el verano.

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Sabetta

Instalaciones para la licuefacción de gas natural

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Desarrollo Vía ferroviaria Vía ferroviaria propuesta Tubería Tubería propuesta Yacimiento de gas natural

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Pastoreo de renos Ruta principal de pastoreo

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YACIMIENTO DE GAS KRUZENSHTERNSKOYE

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Territorio de pastoreo de renos

Nina Judi, de 80 años, se para fuera de la chum familiar (arriba). Cubierta con pieles de reno en el invierno, esta tienda de campaña, parecida a un tipi, protege a la familia del viento, la nieve y el frío extremo. Pedava Puiko (abajo) arroja un lazo, hecho de tiras de piel de reno curada, sobre los renos que corren.

En primavera, cuando la nieve y los ríos congelados todavía favorecen los trineos, las manadas pueden avanzar rápidamente hacia el norte (arriba). En 2014, cerca de 61 000 renos murieron (abajo) cuando una lluvia fuera de temporada formó una gruesa capa de hielo que impidió que los animales pastaran.

Las hermanas Vera y Sophia Judi (a pie) reciben el tratamiento de “alfombra blanca” de parte de Gazprom, la compañía que opera Bovanénkovo, cuando la manada cruza el campo de gas. Se supone que el geotextil facilitará que los renos tiren del trineo para cruzar el camino.

Osokin explica que es difícil estar preparado para algunos de los efectos del deshielo del permafrost. En el verano de 2014, un cráter enorme, de 40 metros de ancho por 35 de profundidad, se formó de repente en la tundra, 30 kilómetros al sureste de Bovanénkovo. Los expertos culpan a una explosión del gas metano que quedó bajo el suelo congelado. Les preocupa que ocurra una erupción similar bajo el mismísimo campo de gas, lo que podría causar un daño considerable. En el verano de 2017 se reportaron dos erupciones más en la península. Una ocurrió cerca del campamento de un pastor. la BrigaDa 4 tiene una fecha límite: un día y una hora en que, en una cita con Gazprom, debe cruzar el camino más transitado de Bovanénkovo. Finalmente llegamos al lugar del cruce. Grandes camiones pasan a cada minuto. El cruce es traicionero, tanto para los renos como para los pastores. Galina Mataras, directora de una organización no gubernamental que representa a los pastores nénets explica: se necesitó mucho tiempo y esfuerzo para asegurar que el cruce fuera rápido y seguro”. A la hora señalada, el tránsito se detiene y una franja grande de tela geotextil se desenrolla en el camino, la cual facilita el movimiento de los trineos sobre las losas de concreto. Para Gazprom, la “alfombra blanca” es una oportunidad fotográfica anual. Un helicóptero vuela desde Salejard. Al tiempo que la caravana de renos empieza a cruzar, Gazprom y la prensa lo documentan. Los trabajadores hacen fila para tomar fotos y selfies con la manada. “¡Eso es todo! –anuncia Nyadma, después de que por fin cruzamos el camino–. No más caminos o tuberías. Ya no tenemos que apresurarnos ni deshacer el campamento cada noche. Podemos tomarnos un tiempo para pescar”. “No fue fácil cuando llegó Gazprom”, continúa. En los primeros años en Bovanénkovo, después de que la construcción se iniciara en la década de los ochenta del siglo xx, vías férreas, tuberías, caminos, fosas de arena y edificios empezaron a surgir por todos lados. “Nos sentíamos atrapados, como si no hubiera lugar para nosotros en nuestra tierra ancestral –refiere Nyadma–. Comprendemos que 120

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A medida que la Brigada 4 se prepara para levantar el campamento y moverse a un nuevo pastizal, Natalia Puiko, de 18 años, sostiene una cuerda con otra mujer para acorralar a los renos. Los hombres escogerán a los machos de la manada que tirarán del trineo.

el país necesita gas natural y, ya que la construcción se detuvo, nos las ingeniamos para sortear el desorden. Podemos lidiar con ello”. Hace una pausa. “Siempre y cuando no construyan más caminos o tuberías”. Una hora después nos detenemos en una loma y Nyadma observa con sus binoculares; examina el paso que se avecina. A la distancia, un camino de terracería nuevo abre una cicatriz en la tundra. Más tarde descubrimos una tubería de alimentación paralela al camino; conecta un pozo de gas con un compresor y atraviesa el sitio de nuestro próximo campamento. No se les avisó de su construcción. No deberían estar ahí, dice Nyadma. en el campamento, entre el camino y la tubería, descubro el origen del zumbido distante que había escuchado hacía unos días. Apenas a unos cientos de metros de distancia, se trata de una bola de fuego carmesí que sale de una tubería

llena de hollín, una antorcha de gas que sirve para liberar el exceso de presión de la tubería. En el aire arremolinado alrededor de las flamas, tundra, agua y cielo se mezclan en un espejismo de marrón, verde y azul. El zumbido se convirtió en un potente rugido que ahoga casi todos los otros sonidos. Desde este punto de vista, la noción de que los pastores de renos nénets puedan coexistir en una forma “equilibrada” con el desarrollo de gas y petróleo –una idea que he oído consistentemente de labios de las autoridades de Gazprom, el gobierno regional, ONG y los pastores mismos– parece una ilusión. Nuevas instalaciones de procesamiento de gas están programadas para empezar su construcción en Bovanénkovo en un par de años. Se construyen dos ramas nuevas del ferrocarril. Esas vías ferroviarias cruzarán las rutas de migración de la mayoría de las manadas de los nénets. Incluso, algo más problemático para la Brigada 4, se proyecta la construcción de un nuevo campo de

gas, llamado Kruzenshtérnskoye, en la costa del mar de Kara para 2020. Cubrirá pastizales excepcionalmente ricos. Mientras pienso en todo esto, la rugiente antorcha de gas se apaga de forma abrupta. A mi alrededor, la próxima generación de pastores nénets practica sus habilidades con el lazo sobre trineos, perros e incluso ellos mismos, en tanto que la próxima generación de madres nénets alimenta a sus muñecas en chums de juguete improvisadas. En el silencio, los sonidos familiares regresan: las voces suaves de los pastores, los ruidos de niños y perros, el golpeteo de los cascos de los renos. Por un momento, todo parece estar bien en los confines del mundo. j

Evgenia Arbugaeva fotografió el auge de recursos árticos para la edición de marzo de 2016. Archipelago of Hope, el libro de Gleb Raygorodetsky sobre pueblos indígenas y cambio climático, se publicará en noviembre. LA VI DA AL LÍ MI T E

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La carne de reno es una fuente rica de micronutrimentos, minerales y vitaminas, y es un alimento básico de la dieta nénet. Cuando matan al animal, les gusta comer la carne cruda, mientras todavía está caliente. Sin embargo, en 2016, durante una epidemia de ántrax en el sur de Yamal, suspendieron esa práctica.

Con una cortina y una corona de cartón, Kristina Judi se convierte en la “princesa de la tundra” en el campamento nénet cerca del mar de Kara. La niña de ocho años dice que su estación más feliz es el verano, cuando un helicóptero enviado por Gazprom y el gobierno regional la lleva a ella y a otros niños de la escuela de vuelta con sus familias migrantes. En el otoño, cuando el helicóptero regresa, algunos niños se esconden en la tundra.

MÁS ALLÁ

U N V I S TA Z O A L O N U E V O Y P O R V E N I R

BAJO LAS OLAS ¿Qué tan cerca puedes estar en realidad de dos calamares monstruosos cuando estos pelean? Resulta ser que bastante. Este mes, la más nueva experiencia de National Geographic, Ocean Odyssey, abre en Times Square, en la ciudad de Nueva York, para llevar a los visitantes cara a cara con grandes tiburones blancos, ballenas jorobadas, y un par de calamares de Humboldt atrapados en una batalla feroz. La experiencia se basa en la última investigación del biólogo marino David

Gruber, explorador emergente de National Geographic, quien se especializa en bioluminiscencia, biofluorescencia y otros fenómenos subacuáticos que los humanos rara vez ven. Recorrer el encuentro interactivo es mejor, en muchas maneras, que la realidad. Un equipo ganador de un Premio de la Academia usa animación fotográfica de muy alta resolución, mapeo en video y paredes y pisos que responden a la audiencia para proveer más vistas y sonidos que si estuvieras nadando en el Pacífico. A partir del 6 de octubre, puedes visitar la experiencia inmersiva y salir completamente seco. IMAGEN: RENDER POR NATIONAL GEOGRAPHIC ENCOUNTER: OCEAN ODYSSEY

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