Antuoc Definitivo

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LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Una aproximación simétrica a las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad Miquel Domènech y Francisco Tirado Nombre de crèdits: 1 Número de codi

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Índex

Introducció Objectius 1. Ciencia en acción 1.1. Seguir a los científicos arriba y abajo 1.1.1. El laboratorio 1.1.2 Salir del laboratorio 1.2 Sociología de la traducción 2. La tecnología es la sociedad hecha para que dure 2.1 Las innovaciones técnicas 2.2 La esencia de la técnica 3. Lo social no es lo que nos mantiene unidos 3.1 La sociología de lo social y la sociología de las asociaciones 4. Ciencia, tecnología y sociedad: un tejido sin costuras

Resum ..................................................................................................................... Activitats.................................................................................................................. Exercicis d’autoavaluació ........................................................................................ Solucionari............................................................................................................... Glossari.................................................................................................................... Bibliografia..............................................................................................................

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Introducció

“Teoría del actor-red” es una etiqueta que designa un conjunto de principios metodológicos, epistémicos y trabajos de campo que desde hace más de dos décadas conmocionan la tradición del pensamiento social. Sus propuestas, a pesar de circunscribirse, en buena medida, al campo de lo que se denomina sociología del conocimiento científico o estudios sociales de la ciencia y la tecnología, van más allá de una mera reflexión sobre la ciencia y la tecnología y se enfrentan al problema más general de la producción y estabilización del orden social. En ese sentido, como habéis visto anteriormente, la teoría del actor-red se caracteriza por realizar un minucioso y persistente trabajo de demolición de las dicotomías que tradicionalmente articulan los análisis sociológicos: naturaleza-sociedad, sujeto-objeto, macromicro, humano-no humano, etc. Sus análisis apuestan por una forma de explicación monista en la que los protagonistas se caracterizan por su heterogeneidad material. Es decir, se plantea la disolución de las fronteras entre el dominio de lo social y el dominio

Teoría del actor-red es la traducción de la expresión inglesa “actor-network theory”. En castellano, tal expresión ha sido erróneamente traducida, en alguna ocasión, como teoría de las redes de actores.

natural; las características que tradicionalmente se imputan a actores humanos aparecen ahora relacionadas con elementos no humanos; y la diferenciación entre niveles de explicación se torna inservible. Desde su aparición en la escena intelectual, los teóricos del actor-red se han caracterizado por acuñar y desarrollar un vocabulario alternativo al utilizado por el pensamiento social. Nociones como enrolamiento, traducción, simetría generalizada, dispositivo de inscripción o actante son algunos de los términos habituales en sus textos y un sello que identifica rápidamente los trabajos producidos desde este enfoque. De entre todos ellos, la noción de simetría generalizada es, quizás, uno de los más esenciales en el conjunto de sus propuestas puesto que permite trazar la trayectoria que relaciona directamente la teoría del actor-red con la corriente de pensamiento construccionista que se ha desarrollado en las ciencias sociales y humanas. No obstante, la herencia del construccionismo se plantea en términos de insatisfacción: la teoría del actor-red denuncia un efecto reificador en los planteamientos del construccionismo social que afecta especialmente al papel privilegiado que juega lo social en sus explicaciones. Los teóricos del actor-red reconocen que el construccionismo social ha realizado una gran labor al poner de manifiesto las prácticas objetivadotas que se realizan en los dominios tecnocientíficos para presentar como naturales diferentes objetos de conocimiento. Mas, en sus análisis, tal desvelamiento pivota siempre sobre la misma constatación: la composición eminentemente social y cultural de tales objetos. Por el contrario, la teoría del actor-red intenta superar esa inclinación hacia el polo de lo social mostrando que las prácticas tecnocientíficas, al igual que sucede con cualquier tipo de práctica de nuestra vida cotidiana, producen objetos híbridos, que pertenecen al mismo tiempo al reino de lo social y al de lo natural, que son siempre políticos, culturales y

En el Programa Fuerte el dominio de lo social es siempre el recurso explicativo, mientras que el dominio de la naturaleza, lo científico o tecnológico es lo que requiere de la intervención explicativa de lo social. Tal cosa evidencia, en realidad, una asimetría: mientras que somos constructivistas con la naturaleza, somos realistas con la sociedad. El principio de simetría generalizada reivindica un construccionismo tan efectivo en el momento de explicar lo natural o tecnológico como en el de explicar la formación de lo social.

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naturales; es decir, que son simplemente entramados relacionales de entidades que adquieren su significado individual en las totalidades con sentido que conforman. A pesar de la dificultad que a veces encierran sus textos y el vocabulario empleado, y las vivas controversias que suscitan, se puede afirmar con poco margen de error que muchas de sus intuiciones y procedimientos se emplean actualmente en terrenos concretos como el de la sociología de la ciencia, pero también en ámbitos más amplios como la antropología, la geografía, la psicología social o el mundo de las organizaciones. En las páginas que siguen os proporcionaremos las principales claves que os permitirán situar y comprender el origen, el contenido, el desarrollo y las críticas que ha recibido la teoría del actor-red.

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Objectius

En este módulo presentamos el origen, el desarrollo y el principal vocabulario de trabajo que caracteriza a la teoría del actor-red. Se persiguen los siguientes objetivos didácticos: 1. Conocer el origen de la teoría del actor-red. 2. Comprender el método de análisis y trabajo que guía a los teóricos del actor-red. 3. Analizar la actividad científica y la tecnología desde un punto de vista simétrico. 4. Analizar las implicaciones que tiene el planteamiento de la teoría del actor-red para la comprensión de la “sociedad”. 5. Sintetizar la relación co-sustancial y co-definitoria que existe entre ciencia, tecnología y sociedad. 6. Adquirir las herramientas conceptuales y la capacidad de enfoque de la teoría del actor-red para realizar estudios empíricos.

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1. Ciencia en acción

La Teoría del actor-red parte de una evidencia: cuando se trata de estudiar la ciencia, los sociólogos acostumbran a llegar tarde. Con eso se quiere decir, ni más ni menos, que la sociología tradicional ha enfocado el estudio de la ciencia como producto, una vez ya está hecha. Ello ha llevado a que sea sólo el contexto de producción lo que los sociólogos hayan tomado en consideración y hayan renunciado a tomar los contenidos a su cargo. Sin embargo, para este enfoque, lo interesante es estudiarla mientras se está haciendo. Para ello, dos son los recursos que los sociólogos pueden utilizar: los estudios de laboratorio y los estudios de controversias. Esto implica, por un lado, desplazarse allí donde el conocimiento científico se está produciendo. Por otro, estudiar el desarrollo de teorías científicas en aquellos estadios en los cuales aún no son tenidas como conocimiento cierto, es decir, en un momento en el que nada tiene el grado de certeza y de facticidad que toma posteriormente. En el fragor de la controversia, lo que precisamente se dirime es qué es lo que debe ser considerado un hecho científico. Se trata, efectivamente, de dos estrategias que no pueden considerarse una contribución original de la Teoría del actor-red. Hay una cierta tradición al respecto que habéis podido ver en módulos anteriores. Sin embargo, sí podemos afirmar que la Teoría del actor-red ha dado esas actividades un sello especial al concebir unos procedimientos y un vocabulario particulares. Veamos cómo. 1.1. Seguir a los científicos arriba y abajo Latour (1987) plantea la necesidad de seguir a los científicos allí por donde van para comprender los procesos de elaboración y difusión de la ciencia. Sin embargo, el propio Latour nos advierte que uno de los principales interrogantes que plantea tal necesidad radica, precisamente, en la dificultad de elegir a quién seguir: ¿cómo saber quién es un científico? ¿Por qué tendríamos que centrarnos en los científicos? ¿Es indiferente a qué científico escojamos? Tal y como afirma Latour (1987), la elección es clave, distintas posibilidades arrojan resultados diametralmente opuestos: según a qué científico se siga, surgirán imágenes de la ciencia enteramente distintas. Seguir al jefe, por ejemplo, se torna una tarea agotadora. Viaja mucho, se reúne constantemente con gente de diversa índole (académicos como él, pero también abogados, empresarios o políticos), da conferencias y, fundamentalmente, consigue los recursos necesarios para que sus colaboradores no tengan que salir del laboratorio y puedan hacer ciencia “de verdad”. Tenemos, pues, una visión del científico como hombre de negocios (científico-empresario). Seguir, por otro lado, a sus colaboradores no representa muchos problemas y lo que vemos que hacen se ajusta bastante a la imagen que casi todos tenemos de los científicos enfundados en sus batas blancas trabajando de pie frente a su poyata. Sin embargo, como veréis,

Si deseamos analizar la ciencia en el momento mismo de su realización, resulta del todo punto imprescindible seguir a los científicos en sus múltiples viajes y desplazamientos.

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tanto el trabajo que se hace dentro del laboratorio, como aquel que se lleva a cabo fuera, son imprescindibles para poder hablar de ciencia.

1.1.1. El laboratorio El laboratorio es, dicho en pocas palabras, el lugar donde se fabrican los hechos científicos. El uso común que damos al concepto de “hecho científico” lo asimila a aquello que no podemos poner en duda. Sin embargo, el uso de la palabra “hecho” en la expresión “hecho científico” nos indica que el conocimiento científico no es una constatación, un simple testimonio. La ciencia para ser elaborada necesita de multitud de operaciones, aparatos, mediaciones, representaciones la mayoría de los cuales se llevan a cabo en un laboratorio. Callon (1988) Ha agrupado en cuatro categorías los diferentes elementos heterogéneos que encontramos en un laboratorio: - Fuerza de trabajo: científicos, becarios, técnicos, administrativos… Se trata de actores que se caracterizan por lo que saben.

Un laboratorio es un centro de cálculo o centro de traducción. Más adelante explicaremos con detalle el significado del término “traducción”

- Instrumentos. Indispensables para montar sus experimentos , los científicos, la mayoría de las veces, los utilizan para hacer hablar a la naturaleza - Documentos. Todo el trabajo de laboratorio puede decirse que está contextualizado por una amalgama de documentos que dan sentido a lo que se hace allí. Nos referimos a los artículos científicos propiamente dichos, pero también a los informes, las notas de trabajo, las memorias o las tesis. Son fundamentales para saber qué investigar uno mismo, qué investigan los otros, cómo lo hacen, etc. - Crédito. Para poner en marcha un laboratorio hace falta, generalmente, mucho dinero. Los científicos invierten mucho tiempo en pedirlo a las administraciones, las fundaciones o a la industria misma. Con lo que obtienen, pueden reclutar personal, comprar aparatos u obtener los documentos que necesiten. Es por tanto, lo que hace que todo funcione. Ahora bien, a pesar de que, sin duda, sea posible hacer una lista de entidades diferenciadas como la que acabamos de presentar, lo que caracteriza al laboratorio, por el contrario, es la dificultad que existe para determinar la identidad de las diferentes entidades que encontramos. Lo que hace del laboratorio un lugar especialmente poderoso es, precisamente, que reúne en un todo un conjunto de entidades heterogéneas de tal manera que fuera de ese todo pierden su identidad. Así por ejemplo, decimos que en el laboratorio encontramos científicos. Bien, ¿cómo sabemos que son científicos? La presencia de los documentos, instrumentos y crédito de los que hemos hablado no son ajenos a la respuesta. Efectivamente, sabemos que lo son porque manipulan y producen esos documentos, utilizan instrumentos, piden dinero y lo gastan, etc. Si le quitas los contactos con otros profesionales, si les sustraes el respaldo de los organismos que les subvencionan, si les quitas las pipetas o los aceleradores de partículas o los telescopios, los becarios que producen los datos y artículos, si le quitas las teorías en las que se apoyan, ¿qué queda de ellos o ellas como científicos?

Fotografía de un laboratorio

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Ese todo que conforman las entidades que se encuentran en un laboratorio recibe un nombre específico que da nombre a esta perspectiva: actor-red. Un actor-red es un objeto híbrido que es a la vez natural, social y discursivo. No tiene una naturaleza intrínseca, sino que, materialmente heterogéneo, sólo toma una identidad determinada como producto resultante de controversias y luchas, una vez ha sido purificado. Un objeto, pues, que no es un objeto aislado, sino diversos objetos en relación. Un ensamblaje de diferentes elementos en el que son más importantes la fuerza de sus asociaciones o relaciones que la naturaleza de sus componentes. Una vez tomamos el laboratorio, como objeto de estudio y en términos de actor-red (Callon, 1988; Law, 1994), la distinción entre contexto y contenido, tan grata a la sociología tradicional, se vuelve inservible ya que uno y otro no son discernibles entre sí. Se impone, por el contrario, un seguimiento exhaustivo de todas las movilizaciones y negociaciones, definiciones y redifiniciones que los diferentes actantes implicados ponen en funcionamiento continuamente a lo largo de redes interconectadas.

Un actor-red no es reducible ni a un actor ni a una red: - Como las redes, se compone de una serie de elementos heterogéneos vinculados entre sí durante un cierto período de tiempo. - A diferencia de las redes sociales clásicas, no está formado únicamente por entidades sociales: también encontramos entidades no humanas. - A diferencia de los actores que encontramos en los textos sociológicos, un actor-red no es una entidad estable per se, sus componentes (sean éstos sociales o técnicos) pueden redefinirse y cambiar su identidad en cualquier momento

Es evidente que una representación del laboratorio en términos de actor-red parece mucho más compleja que la habitual. Pensemos en una afirmación que todos daríamos por buena: el agua hierve a cien grados. Tendemos a pensar en ella como una constatación, algo que ha sido descubierto a través de algún proceso científico. Tendemos a pensar en ella como un hecho simple. Pues bien la simplicidad que creemos apreciar como consustancial a los hechos científicos es algo fundamental para el funcionamiento de la ciencia. Si en lugar de esa simplicidad apreciáramos la complejidad del entramado que acabamos de denominar como actor-red, la ciencia no tendría la fuerza que tiene. ¿Qué hacen los científicos para conseguir simplicidad? Sin duda, el recurso más efectivo del que disponen es la construcción de cajas negras. La expresión caja negra proviene de la cibernética. Los cibernéticos la usan cuando una parte de un artefacto, proceso o conjunto de órdenes que es demasiado complejo para estar siempre mencionándolo o refiriéndolo. En su lugar dibujan una cajita, acerca de la cual no necesitan conocer más que las entradas (inputs) y salidas (outputs). Es decir, cuándo usarlo o aplicarlo y qué efecto provoca. Así, cuando decimos que el agua hierve a cien grados es una caja negra, queremos decir que no hace falta comprobarlo cada vez que lo afirmamos, que lo tomamos como un hecho cierto y simple que responde a cómo son las cosas, sin tener que reparar en todo el trabajo que los científicos han tenido que llevar a cabo para que se sostenga. Por eso, para

"[un actor-red es simultaneamente un actor cuya actividad consiste en interconectar elementos heterogéneos y una red que es capaz de redefinir y transformar aquello de lo que está hecha" (Callon, 1987, p.93)

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entender un hecho científico no basta con conocer su uso y aplicaciones, su historia oficial o la fecha de su descubrimiento. Se requiere abrir la caja negra, lo cual implica volver trasparentes todos esos procesos que han conducido a su éxito e implantación social. Procesos que siempre muestran la mezcla de prácticas culturales, simbólicas, económicas, políticas... En definitiva, muestran que un hecho científico es el producto de una práctica colectiva. Mientras funciona, el interior de la caja negra permanece oculto, indiscutido. Eso es lo que hace útil su uso. Pero, por supuesto, una caja negra no lo es para siempre. Las cosas pueden ir mal, un nuevo acontecimiento, una nueva perspectiva con la que mirar los mismos hechos, y lo que antes parecía incontrovertible puede fácilmente volverse mera apariencia. Esa red de elementos interconectados que estaba cajanegrizado se pone en cuestión al empezar a flaquear alguna de sus asociaciones. Si se debilita demasiado, puede pasar de ser un hecho descubierto, sólido, incontrovertible, una realidad pura y dura, a un simple artefacto de laboratorio. Alterando la solidez de las redes, la fuerza de las conexiones de los elementos de éstas, nos deslizamos de los hechos corroborados a las simples conjeturas.

1.1.2. Salir del laboratorio Las fronteras entre un laboratorio y otro, a primera vista, parecen nítidas y muy precisas. De hecho, cuando uno se adentra en un establecimiento de este tipo, uno de los primeros elementos que se evidencia es la existencia de cierto secretismo ante algunas cuestiones. Las buenas ideas, algunos detalles de procedimientos técnicos, resultados, etc., son controlados y vigilados de cerca para evitar que se difundan en un momento inadecuado, para evitar su difusión incontrolada, para que no abandonen la fortaleza que puede parecer un laboratorio.

Sin embargo, si nos dejáramos llevar por esta impresión cometeríamos un error. Cuanto más se cierra un laboratorio, más rápidamente muere. Para existir, sencillamente debe abrirse, acabar con sus fronteras, extender sus contactos, ofrecerse para que los demás lo utilicen, lo transiten... De hecho, si la ciencia ha alcanzado un papel tan preponderante en nuestras sociedades no ha sido sólo gracias al trabajo de los científicos en sus laboratorios, ha hecho falta también un complejo ejercicio de relaciones que aquéllos deben tejer tanto para llevar sus productos más allá de las paredes de éstos como para hacer que lleguen a ellos las más diversas entidades.

“…para construir una caja negra: en primer lugar, es preciso enrolar a los demás para que crean en ella, la compren y la difundan en el tiempo y el espacio; en segundo término, es necesario controlarlos para que lo que adoptan y difunden siga siendo, más o menos, lo mismo” (Latour, 1987: 118)

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Una vez más, la noción de actor-red, será muy útil para entender cómo la actividad local del laboratorio se conecta con otros y alcanza dimensiones globales. Efectivamente, al entender un laboratorio como un actor-red, hay que asumir, a su vez, que los propios elementos que lo configuran son, a su vez, actores-red, conectados con otros elementos, muchos de los cuales no están circunscritos a las paredes del laboratorio. Así, pues, al entender un laboratorio como un actor-red estamos concibiéndolo como un entramado de relaciones que van más allá de sus presuntos límites. En este sentido, un laboratorio no es más que otro elemento más de un actor-red mayor que enlazaría a diversos laboratorios, diferentes máquinas, becarios, científicos, gobiernos e instituciones. No encontramos elementos puros que se combinen entre sí para crear realidades. Por mucho esfuerzo que hagamos en intentar descomponer una entidad en los elementos que la componen, nunca encontraremos elementos únicos, indistintos, puros o básicos, sino siempre híbridos e hibridaciones.

Así, generalizando el argumento, para la teoría del actor-red, la realidad se configura a partir de redes, y éstas dependen de la fuerza con que se asocian sus elementos; y, a su vez, la propia existencia de los elementos puede ponerse en peligro si las relaciones que configuran la red se desintegran. Por todo esto, no podemos obviar el análisis del trabajo que deben desempeñar las redes para fortalecerse, crecer y ampliarse, extenderse, competir con otras redes. Los elementos de una red fortalecen las asociaciones existentes, crean nuevas asociaciones, van incorporando nuevos recursos, enrolando nuevos aliados que les permitan superar todos los envites que pongan en duda su existencia.

De este modo, a partir de enrolamientos y alianzas, la red de relaciones de un laboratorio se va extendiendo y fortaleciendo. Cuando esto ocurre, es cuando más claramente se ve la falsa oposición que encubre la dicotomía local/global. Si una red es un conjunto de nodos que se extienden en el tiempo y en el espacio, no tiene sentido preguntarnos si un nodo es local o global. Es ambas cosas al mismo tiempo: es local porque está en un punto determinado del espacio-tiempo, pero al mismo tiempo es global porque está conectado con otros nodos que lo extienden más allá de su situación particular. Lo micro y lo macro, lo local y lo global están hechos de la misma naturaleza híbrida y mezclada. No cabe hacer distinciones entre estos niveles porque perdemos capacidad explicativa. La extensión y fortalecimiento de una red, es pues, una actividad fundamental. El proceso básico por el cual se tejen las asociaciones que la componen recibe un nombre específico: 'traducción' (Latour, 1992 y 1993). Lo que veremos en el siguiente apartado es, precisamente, en qué consiste.

1.2. Sociología de la traducción La entidad que busca extender sus asociaciones debe ofrecer interpretaciones de los intereses propios y de los intereses de los demás, en un intento de canalizar y dirigir las asociaciones y movimientos de otras entidades. Al hacerlo los intereses que había en juego ya no son

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Bruno Latour y Steve Woolgar publicaron en 1979 un libro titulado La vida en el laboratorio. La construcción de los hechos científicos. (La versión castellana se encuentra en Alianza Editorial). En esta obra definieron la noción de instrumento de inscripción como elemento de un aparato o configuración de esos elementos que puede transformar una sustancia material en una figura o diagrama directamente utilizable por uno de los miembros del área de despachos. Por ejemplo, un mapa genético es una inscripción, generada por todo el aparataje técnico que permite su definición. La actividad de los mecanismos de inscripción es fundamental en el establecimiento de los actores-red que definen la ciencia.

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idénticos a como eran al principio, han sido traducidos. Callon (1986) y Latour (1987) entienden por traducción todas las negociaciones, intrigas, actos de persuasión o violencia, gracias a los cuales un actor consigue la adhesión de otros actores. El acto de traducción reorganiza las entidades y sus relaciones, prefigura, configura un entramado, una red. Ahora bien, la traducción está condenada a no durar. Todo efecto es incierto, inacabado, esta condenado a volver a ser traducido y modificado. Por tanto, la traducción es un continuo movimiento de recomposición sin final.

La traducción es: -un proceso agónico -sin final -exige un esfuerzo continuo -sus resultados no perduran en el tiempo

“Llamaré traducción a la interpretación que los constructores de hechos hacen de sus intereses y de los intereses de la gente que reclutan” (Latour, 1987: 106) "La traducción es el mecanismo por el que los mundos social y natural toman forma progresivamente. El resultado es una situación en la que ciertas entidades controlan a otras. Comprender lo que los sociólogos por lo general llaman relaciones de poder significa describir la manera cómo se define a los actores, cómo se les asocia y simultáneamente se les obliga a permanecer fieles a sus alianzas. El repertorio de la traducción no sólo está concebido para dar una descripción simétrica y tolerante de un proceso complejo que mezcla constantemente una variedad de entidades sociales y naturales. También permite una explicación de cómo unos pocos obtienen el derecho de expresar y representar a los numerosos actores silenciosos de los mundos natural y social que han movilizado"(Callon, 1986: 278)

Latour (1987) habla de cinco modalidades de traducción de intereses. Este proceso de traducción, consiste, fundamentalmente en alistar a otros para que participen en la construcción de un hecho. 1) Quiero lo que tu quieres Es la manera más fácil de encontrar alguien que te respalde, adaptar tus intereses a los suyos. Es decir, en el proceso de construcción de hechos, lo más fácil para reclutar es dejarse reclutar. Sin embargo, presenta serios inconvenientes: al estar en una posición de debilidad, se corre el riesgo de ser considerado marginal y se tiene muy poco control de lo que los otros harán con tus aportaciones. 2) Yo lo quiero, ¿por qué no tú? Es mucho mejor que la gente te siga que seguirles tú a ellos. Eso, sin embargo, no es fácil si eres débil y los otros fuertes. Es cuando esos otros fuertes tienen su camino obstruido que tienes la oportunidad de convencerles de que se desvíen para seguir el tuyo. 3) Si sólo dieras un corto rodeo… Aún y la obstrucción en su camino, no es seguro que el poderoso tome el tuyo. Para ello es preciso convencerle de que tú les ofreces un atajo. Una vez más, sin embargo, es preciso tener en cuenta los inconvenientes: te pueden acusar de desviación si el rodeo resulta

Las propuestas de Bruno Latour y otros autores fundadores de la teoría del actor-red han recibido diversas denominaciones. Entre las más conocidas destacan la de “sociología de la traducción” o “asociología”. No obstante, en su último libro: Reassembling the Social, este autor defiende que “sociología de las asociaciones” recoge con mayor precisión la sensibilidad, el alcance, el método de trabajo y las explicaciones-comprensiones ofrecidas por el corpus de trabajos que se han desarrollado desde esta teoría. Es más, arguye que la etiqueta “teoría del actorred” debería dejar paso a la anterior puesto que es más amplia y genérica.

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demasiado largo y, en el caso de tener éxito, puede que tengas dificultades para atribuírtelo. 4) Reorganiizar los intereses y los objetivos Este es un momento importante, pues si se lleva a cabo con éxito permite superar los defectos de la estrategia anterior. Para ello, disponemos de cinco tácticas básicas, que mostraremos en el ejemplo siguiente. 5) Volverse indispensable Esta traducción resume las anteriores y supone el éxito del proceso traductor. En este estadio ya no se necesitan negociaciones ni desplazamientos pues son los demás los que ahora se movilizarán.

A volverse indispensable se le llama también, en el marco de la teoría del actor-red, convertirse en un punto de paso obligado.

Para ejemplificar un proceso de traducción, veamos cómo podemos explicar el auge de los estudios genéticos en el campo de la biología y la medicina. Las enfermedades hereditarias bien pueden considerarse, para la medicina, un verdadero camino bloqueado. Por ello, la genética desde hace un tiempo viene postulándose como un atajo para la obtención de una terapia eficaz y preconiza que la curación de tales enfermedades es sólo cuestión de tiempo y de confianza. El rodeo que ofrece a la medicina se articula a partir de las cinco tácticas que mencionábamos más arriba. Veámoslas con un poco de detalle, puesto que suponen la esencia de la traducción. 1) Primera táctica: desplazamiento de los objetivos. Consiste en una movilización progresiva de los objetivos y de los intereses del grupo al que se pretende enrolar. De esta forma se consigue canalizarlo e incorporarlo en la red. A pesar de lo significativo que resultaría un avance hacia la curación de enfermedades hereditarias, es evidente que el limitado porcentaje de la población a la que afectan no llegaría a considerarse como suficiente para justificar el altísimo nivel de inversión que se está realizando en el campo de la genética. Es por ello, que la captación de aliados ha ido más allá de este tipo de disfunciones. En este sentido, el desarrollo de la genética ha sido contemplado también como beneficioso para la curación de enfermedades de tanta relevancia social como el cáncer o el sida. Ahora bien, la práctica médica tiene que realizar un pequeño desvío que conduzca a la incorporación de sus propios intereses en el conjunto de objetivos de la genética. Es decir, se plantea como paso previo para la obtención de las técnicas y métodos genéticos de curación, el cartografiado inmediato del genoma, que constituye el objetivo prioritario del más importante proyecto de esta disciplina: el Proyecto Genoma Humano. De esta forma, la genética consigue que también para la medicina sea importante el desarrollo de este proyecto. Fijaos en este texto aparecido en una revista especializada: "'... Estas proteínas interaccionan con áreas específicas del ADN y controlan la expresión de los genes. El estudio de estos factores y su modo de acción nos permitirá entender el desarrollo del cáncer, la inmunidad y el envejecimiento... ¿Cuáles son las aplicaciones prácticas obtenidas del estudio de las factores de transcripición? Lógicamente, el conocer

Convencer a alguien de que su camino está bloqueado es una tarea fundamental para el enrolamiento. Sin ese convencimiento es mut difícil que alguien acepte un desplazamiento respecto de sus objetivos iniciales.

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el mecanismo de transcripción de los genes nos permitirá modular su expresión..." (Celada, 1991:42.). En este fragmento, el entendimiento de los procesos cancerígenos, de la inmunidad y del envejecimiento quedan irremediablemente vinculados al estudio de las proteínas que

Fotografía de una cadena de ADN

controlan la expresión génica. El proceso de traducción de objetivos es muy claro: 1er objetivo: control de los procesos cancerígenos, 2º objetivo: control de la expresión génica, 3er objetivo: control de los factores de transcripción 4º objetivo: identificación de los factores de transcripción. A través de este juego de traducciones, el primer objetivo queda estrechamente vinculado a la consecución del cuarto. Algo, aparentemente, tan alejado de cuestiones de aplicación práctica para la curación de enfermedades, como la identificación de los factores de transcripción, se convierte en algo determinante para el control del cáncer y su posterior curación. 2) Segunda táctica: inventar nuevos objetivos. Desplazar los objetivos e intereses de ciertos grupos para enrolarlos en la red es una táctica muy eficaz, como hemos podido comprobar anteriormente, pero puede resultar insuficiente si lo que se pretende es crear una maquinaria que funcione a la perfección y que sea cada vez más sólida y resistente. Llegados a este punto Latour (1987) nos propo-

Al idear nuevas metas, los científicos consiguen nuevas alianzas y la consolidación de un actor-red más estable.

ne que para incrementar la consistencia, lo que los científicos hacen es idear nuevas metas. Las nuevas metas que la genética plantea para la medicina a partir del desarrollo del PGH y su más inmediato objetivo de cartografiar el genoma son p.ej: establecer la probabilidad o la predisposición a manifestar determinada enfermedad, comprender el significado de la vida, curar enfermedades hasta entonces irreversibles... En el ejemplo que señalamos a continuación, una de estas nuevas metas consiste en la creación de una nueva disciplina sobre la que trabajar: la paleogenética de poblaciones. Este nuevo ámbito científico es creado en base a la consecución de un objetivo tan ambicioso como la dilucidación del origen humano. El planteamiento de este objetivo constituye una estrategia magnífica para la justificación del desarrollo de tal disciplina y para asegurarse su legitimación desde el punto de vista científico. "... la diversidad de tipos hísticos humanos se generó mucho antes de que apareciese Homo sapiens...Estos descubrimientos, tan similares a los que relacionan los alelos MHC humanos y de chimpancé con un antepasado común, ponen de manifiesto las posibilidades de los estudios comparativos de la diversidad alélica...todas estas investigaciones deberían sentar las bases de un nuevo campo: la paleogenética de poblaciones..."(Investigación y Ciencia,1994,nº:215.)

Fotografía de un hospital

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La ambición que persigue todo trabajo de traducción se pone de manifiesto en la siguiente cita. Como puede verse, finalmente, el aliado captado ha sido transformado y se convierte en algo diferente a partir de haber hecho suyos unos objetivos que, originalmente, le eran ajenos. La medicina, aliado captado para la justificación del desarrollo de la investigación sobre el Genoma acaba por dar lugar a una nueva medicina: "...los nuevos conocimientos genéticos nos llevarán a una nueva Medicina, en la que las medidas preventivas rivalizarían con los avances del último siglo que proporcionaron los antibióticos, la cirugía y las vacunas." (J.E.Bishop y M.Waldholz, 1994: 338) 3) Tercera táctica: inventar nuevos grupos. Al hablar de ésta, Latour (1987) explica que la capacidad de inventar nuevos objetivos está limitada por la existencia de grupos ya definidos. Así, los científicos tratan de definir nuevos grupos que puedan ser dotados de nuevos objetivos, objetivos que podrían alcan-

La invención de nuevos grupos está ligada a la construcción de nuevos objetivos.

zarse sólo si se ayuda a los posibles aliados a construir sus hechos. No sería de extrañar, que en años venideros aparecieran nuevas tipologías de personas cuyo rasgo definitorio principal consistiera en algún tipo de malformación o defecto genético: "Uno de cada 100 niños nace con algún defecto genético grave. Los daños suelen manifestarse en la infancia y, con mucha frecuencia, producen taras físicas o mentales, dolores y muerte prematura. Se conocen más de 4000 trastornos hereditarios, que, en su inmensa mayoría, carecen de una terapia del todo eficaz...No debe sorprender que los científicos sueñen desde hace tiempo con introducir genes sanos en los pacientes para curar enfermedades hereditarias... Los glóbulos rojos de los pacientes afectados de betatalasemia son deficientes en globina beta...los afectados acaban sucumbiendo a la enfermedad antes de los 20 años, tras varios años de dolor y sufrimiento" (Verma 1991:24). 4) Cuarta táctica: hacer invisible el rodeo. Latour (1987) aclara, al hablar sobre estas tácticas, que mientras un grupo pueda detectar una brecha entre sus objetivos y los de los grupos reclutadores, el margen de negociación de los últimos estará muy restringido. Es quizás por ello, que puede advertirse, por parte de estos últimos, un cuarto movimiento que convierta al rodeo en un desvío progresivo, de manera que el grupo enrolado aún piense que está yendo a lo largo de una línea continua sin abandonar en ningún momento sus propios intereses. En esto consiste la cuarta estrategia que nos apunta el autor, y que si nos remitimos a los ejemplos mencionados en los apartados anteriores podemos observar con toda claridad. En el ejemplo que nos ocupa hemos identificado, entre otras muchas, las siguientes traducciones: Bienestar humano = prevención y diagnóstico de enfermedades = curación de enfermedades = Terapia genética = manipulación del genoma = Secuenciación del ADN = Cartografiado del genoma = Técnicas de recombinación del ADN = Aislamiento de muchos genes = Conocimiento de la regulación génica = Control de la expresión genética…

Para invisibilizar los rodeos, los científicos construyen, a posteriori, relatos idealizados de la práctica científica.

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La traducción de intereses significa ofrecer nuevas interpretaciones de esos intereses y canalizar a las personas en distintas direcciones, dando lugar a un lento movimiento de un sitio a otro. La principal ventaja de una movilización tan lenta es que ciertas cuestiones particulares aparecen firmemente enlazadas a otras mucho más amplias, tan bien enlazadas, que amenazar la primera equivale a amenazar la última. En el ejemplo expuesto puede comprobarse cómo una cuestión tan particular como es la creación de moléculas sintéticas autorreplicnates, se encuentra sólidamente vinculada con una cuestión tan amplia y general como es el bienestar de la humanidad. 5) Quinta táctica: ganar los juicios de atribución. El proceso de enrolamiento, por más hábil que haya sido, puede arruinarse por completo si otros se quedan con todo el mérito. Latour (1987) nos propone que debemos distinguir el reclutamiento de aliados, con el objeto de construir colectivamente un hecho o una máquina, de las atribuciones de responsabilidad a aquéllos que hicieron la mayor parte del trabajo.

La ciencia es, en gran medida, una lucha constante por atribuirse el mérito de los descubrimientos e invenciones. Eso es comprensible si tenemos en cuenta que el crédito que ello proporciona es lo que posibilita seguir investigando.

"... hay que distinguir entre el mecanismo primario, que alista gente, y el secundario, que atribuye la causa del movimiento general a unos pocos elementos entre los aliados alistados. El resultado de los juicios de responsabilidad permite que la descripción de la tecnociencia se revierta por completo. De los millones de personas alistadas por los científicos, o que los alistan, y de los cientos de científicos que hacen investigación y desarrollo aplicados para la defensa y la industria, se tienen en cuenta sólo unos pocos cientos, y únicamente a ellos se atribuye el poder que hace que todos los demás les crean y sigan... (Latour, 1987:167)

La táctica que nos señala Latour en este apartado es tan importante, o más, que las anteriores. En el ejemplo que estamos utilizando, la genética se encarga y asegura de aparecer y ser considerada como la fuente principal de los objetivos que se plantea y de los avances producidos hacia su consecución.

Para profundizar en la visión de la ciencia desde la teoría del actor-red, podéis consultar el texto de Bruno Latour Ciencia en acción, publicado en Barcelona por la editorial Labor.

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2. La tecnología es la sociedad hecha para que dure

La teoría del actor-red genera, en el estudio de la tecnología, unos efectos muy parecidos a los que tiene para el estudio de la ciencia: rechazo de los dualismos modernos, en este caso aquel que opera a partir de la distinción entre tecnología y sociedad, rechazo de las distinciones a priori entre humanos y no-humanos y énfasis en la heterogeneidad material de las entidades bajo estudio. Para aclarar la relevancia que lo no-humano tiene en nuestras relaciones cotidianas, la teoría del actor-red muestra cómo los artefactos están implicados en la práctica totalidad de las relaciones entre humanos. De hecho, desde el punto de vista de esta aproximación, los aparatos, lo tecnológico, tiene un papel decisivo en el proceso de estabilizar lo social. Sin ellos, se apunta, sería imposible comprender como es posible construir la sociedad a gran escala y conseguir, además, que perdure en el tiempo. Su imbricación con los humanos es tan notoria que, como señala Latour (1992), cuando estudiamos la tecnología, nunca nos encontramos con gente por un lado y con cosas por otro. Más bien debemos tratar con programas de acción, secciones de los cuales puede que sean encargadas a partes de humanos, mientras que otras secciones podrán estar confiadas a partes de no-humanos. Sin embargo, globalmente, conforman un mismo actor-red. La teoría del actor-red participa, juntamente con la teoría de sistemas y el modelo socioconstruccionista de la tecnología, de lo que se ha dado en llamar el postulado de la heterogeneidad. Este postulado cuestiona la dicotomía sociedad-tecnología y plantea que los límites que suelen establecerse entre ambas esferas son borrosos y cambiantes, por lo que no es fácil esclarecer el principio de una y el final de la otra. De hecho, se nos propone que obviemos esa enojosa cuestión y operemos con unidades de análisis novedosas que eviten la diferenciación entre tecnología y sociedad. Con ese objetivo se formulan las nociones de sistema sociotécnico, flexibilidad interpretativa o actor-red.

2.1. Las innovaciones técnicas Se trata ésta de una temática que ha sido ampliamente estudiada desde el paradigma de la teoría del actor-red. De hecho, puede decirse que constituye un ejemplo privilegiado para desarrollar una explicación que supere el dualismo entre técnica y sociedad del que acabamos de hablar. Efectivamente, cuando estamos ante una innovación, tal dualismo suele expresarse a través de la pregunta acerca de lo que la ha originado. Fácilmente se cae en una especie de duda Hamletiana: ¿Se trata de la respuesta técnica a una necesidad social o más bien estamos ante un desarrollo técnico en busca de una utilidad social? ¿Qué prima, lo social o lo tecnológico? Veamos con un poco de detalle como aborda la teoría del actor-red esta cuestión.

“Este es, pues, el postulado de heterogeneidad –un postulado que sugiere que tanto el determinismo social como su imagen especular, el determinismo tecnológico, son imperfectos. Y esto es así porque ni lo (puramente) social ni lo (exclusivamente) técnico es determinante en última instancia. Efectivamente, lo que llamamos lo social está constituido tanto por lo técnico como por lo social. Donde había pureza, ahora hay heterogeneidad” (Law and Bijker, 1992: 290).

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Para empezar, diremos que la teoría del actor-red cuestiona que sea posible distinguir, durante el proceso innovador, entre unas fases que sean claramente técnicas o científicas

Fotografía de u coche eléctrico

y otras que respondan a una lógica económica o social. Para ello mostraremos el minucioso análisis que Callon lleva a cabo a propósito de una innovación que finalmente no vio la luz: la introducción a gran escala en Francia del coche eléctrico (VEL). Se trataba de un proyecto inicialmente presentado por un grupo de ingenieros que trabajaban para EDF (Electricité de France) a principios de los años setenta. Lo interesante de tal proyecto era que, por supuesto, implicaba la superación de una serie de problemas técnicos, pero, también, suponía una transformación radical de las estructuras sociales francesas, hasta tal punto que Callon califica a los miembros del grupo promotor de ingenierossociólogos: “Los ingenieros de EDF presentaron un plan para el VEL que determinaba no sólo las características precisas del vehículo que deseaban promocionar, sino también el universo social en el que éste debería funcionar” (Callon, 1987:145)

El planteamiento de los ingenieros-sociólogos era poco más o menos el siguiente: - El motor de combustión interna era un exponente del pasado, producto de una civilización industrial en decadencia y causante de graves problemas como la polución ambiental o la contaminación acústica. Además, el automóvil, estaba fuertemente asociado a una sociedad de consumo en la que a operaba como símbolo de estatus. - El motor eléctrico convertiría al automóvil en algo corriente, con menos prestaciones, sin connotaciones de estatus. Simplemente sería un objeto útil, del agrado de los nuevos grupos sociales que procuraban mejorar la sociedad.

Pero para que el motor eléctrico llegara a ser una realidad, hacía falta ensamblar en un todo una considerable cantidad de componentes heterogéneos. Era preciso diseñar una nueva generación de pilas y acumuladores, para lo cual se contaba con CGE (Compagnie Générale d’Electricité), y conseguir que Renault aceptara un papel secundario consistente en ensamblar el chasis y hacer la carrocería. Además, se contaba con que el gobierno subvencionaría a aquellos ayuntamientos que veían en la tracción eléctrica una solución a sus problemas de tráfico y que los grupos ecologistas apoyarían el proyecto por los efectos beneficiosos que tendría sobre el entorno: “Los ingredientes del VEL son los electrones que saltan sin esfuerzo entre los electrodos; los consumidores que rechazan el símbolo del automóvil y que están listos para invertir en el transporte público, el Ministerio para la Calidad de Vida, que impone regulaciones en el nivel aceptable de polución acústica; Renault que acepta su conversión en fabricante de carrocerías para coches; los acumuladores de plomo, cuyo rendimiento se ha mejorado; y una sociedad post-industrial todavía por llegar. Ninguno de estos ingredientes puede situarse en una jerarquía o distinguirse según su naturaleza. El activista a favor del transporte público es tan importante como el acumulador de plomo que puede recargarse centenares de veces” (Callon, 1987: 147)

El caso es que durante tres años los ingenieros-sociólogos creyeron poder domesticar tal cantidad de elementos y nadie se atrevió a contradecirlos. Su posición parecía muy sólida: los electroquímicos confirmaron que las pilas necesarias para hacer realidad el motor eléctrico eran factibles, los fabricantes de coches se pusieron a investigar en la línea que

Hablar de ingenieros-sociólogos es una manera de hacer patente la interrelación entre ciencia, tecnología y sociedad

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marcaban sus predicciones y, por si fuera poco, los precios del petróleo sufrieron un alza repentina. Sin embargo, los problemas acabaron por aparecer: los catalizadores tendían a contaminarse rápidamente y Renault empezó a cuestionar los generadores de EDF por poco realistas. Fueron, entonces, los ingenieros-sociólogos de Renault los que hicieron una nueva lectura de la situación y rehabilitaron al automóvil tradicional, aunque con algunas transformaciones: contaminaba menos, utilizaba menos petróleo, era más barato… ¿Qué pasó pues con el proyecto de los ingenieros sociólogos de EDF? Pues, simplemente, que no consiguieron asociar de manera estable los diferentes elementos heterogéneos que habían movilizado. No consiguieron un actor-red sólido y duradero. Para que ello se dé, son precisos dos procesos complementarios: simplificación y yuxtaposición. La simplificación se produce al reducir una realidad compleja a una serie limitada de entidades concretas cuyas características aparecen claras y bien definidas. Así, en el caso del VEL, los ingenieros de EDF simplificaron la complejidad de las ciudades francesas a las necesidades de sus ayuntamientos centradas en los problemas del transporte urbano y el vehículo eléctrico a la posibilidad de una pila fiable y barata. Ahora bien, una simplificación nunca está garantizada, sino que está expuesta a controversias que la cuestionen y la vuelvan obsoleta. Dicho en palabras de Callon: “…tales simplificaciones pueden mantenerse en la medida en que no aparezcan otras entidades que conviertan el mundo en algo más complejo al calificar de revelación agotada la realidad propuesta por aquéllas” (Callon, 1987: 156-157)

Una simplificación, en definitiva, es lo que en el apartado de ciencia llamamos caja negra: un conjunto de asociaciones que han sido reducidas a unos pocos y bien definidos parámetros. Mientras la simplificación funciona, sólo vemos unos pocos elementos; ahora bien, cuando algo va mal, empieza a hacerse evidente la cantidad de otras entidades que se ocultaban detrás de cada entidad asociada. Así, para el caso que nos ocupa, el ayuntamiento de la ciudad dejó de ser representativo, las condiciones de vida de los ciudadanos dejaron de ser reducibles a los parámetros de la gente que vive en el centro y el transporte quedó en sólo un aspecto de los muchos problemas propios de una urbe. Por lo que respecta a los motores eléctricos, la pila que parecía una solución se convirtió en algo complejo debido a que los catalizadores y electrolitos al no comportarse como se esperaba de ellos dejaron a la luz todos los elementos a los que estaban asociados. Las entidades simplificadas sólo existen de manera contextualizada, es decir, yuxtapuestas a otras entidades. Las pilas, los ayuntamientos, Renault reducido a fabricante de carrocerías, los futuros usuarios, son simplificaciones interrelacionadas. Si uno de esos elementos cambia o desaparece, todos los otros se verán afectados: “El conjunto de las asociaciones postuladas es el contexto que da a cada entidad su significado y define sus limitaciones. Y hace esto asociando la entidad con otras que existen en una red. Hay, por tanto, un doble proceso: simplificación y yuxtaposición. Las simplificaciones son sólo posibles si los elementos se yuxtaponen en una red de relaciones, pero, a la inversa, la yuxtaposición de elementos requiere que sean simplificados” (Callon, 1987: 158)

Lógicamente, no sólo son heterogéneas las asociaciones resultantes de tales yuxtaposiciones, también lo son las relaciones que se dan entre ellas. Por ello resulta insuficiente un análisis sociológico tradicional, centrado en unas pocas categorías. Pilas, ayuntamientos, fabricantes de coches, usuarios, ingenieros… todos ellos conforman una amalgama

Una asociación heterogénea no sólo está compuesta de materiales heterogéneos, sino que las relaciones mismas que se establecen entre estos tienen esa misma cualidad

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compleja de relaciones que va más allá de lo que en la sociología convencional constituye el foco de todos los análisis: los actores humanos y sus relaciones. Éstos, como pone en evidencia el caso relatado, están constantemente asociados con elementos no-humanos conformando actores-red. No tiene sentido, pues, intentar aislar los elementos sociales y analizarlos como algo ajeno a los tecnológicos si, como hemos visto un actor-red puede ligar el movimientos de los electrones con la satisfacción de los usuarios en una relación precaria que puede cambiar con cada nueva asociación.

Así pues, en lo que respecta a las innovaciones, éstas sólo tienen éxito en la medida en que los actores-red que construyen los innovadores se vuelvan estables y consistentes y resistan las diferentes pruebas de fuerza a la que se verán sometidas. Si además, la innovación consigue redefinir a otros actores-red con los que está relacionada y se convierte en un punto de paso obligado para la consecución de los fines de éstos, su estabilidad estará asegurada por un tiempo.

2.2 La esencia de la técnica Para Latour, la esencia de la técnica es la mediación. Ahora bien, está no es un afirmación tan sencilla como parece. Para entenderla bien es preciso atender a los diferentes significados de mediación. Latour utiliza, para ilustrarlos, la polémica en torno a la prohibición de las armas de fuego. Al calor de la discusión sobre si debería estar o no más restringido el acceso a las armas de fuego, siempre se acaba planteando una pregunta que atañe a la cuestión de la agencia: “¿Quién mata; las armas o las personas?”. Para los miembros de la NRA (National Rifle Association), que defienden la libre compra-venta de armas, la respuesta no tiene duda: son las personas las que matan, no las armas. Sin embargo, los que están a favor de la prohibición de la venta libre de armas no dudan en afirmar que “las armas matan a la gente”. Latour (1994,1999), califica la primera postura como sociológica y la segunda como materialista, aunque ninguna de las dos se libra de su crítica. A pesar de que se tienda a reducir el problema a esas dos posturas posibles --la materialista, que consiste en mantener que cualquier tecnología no sirve para cualquier cosa y que, por tanto, las armas sólo sirven para matar, y la sociológica, que cuestiona la autonomía de la tecnología y subraya la necesidad de atender a los factores sociales que explican el uso de armas-- es posible también argumentar que el uso de armas es tanto un proceso social como tecnológico. Para ello, tal y como señala Latour (1999), es preciso descartar tanto que sea el arma el actor protagonista como que lo sea una persona. Y aquí tenemos el primer significado de mediación: traducción. En el momento en que un ciudadano empuña una pistola aparece otro tipo de entidad, un ciudadano-pistola o una pistola-ciudadano. Las personas cambian con una pistola en la mano, a la vez que las pistolas son diferentes cuando alguien las sostiene. El idéntico error de las dos posturas anteriores consiste en partir de esencias, bien las de los sujetos, bien las de los objetos. Por ello, para escapar de ellas, los teóricos del Actor-red prefieren hablar de actantes, una palabra simétrica que no distingue entre humanos y no humanos.

Fotografía de un rifle o de un cartel de la RNA

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Para aquéllos que objetarían que la simetría entre humanos y no-humanos tiene un límite –un humano puede fabricar un arma, pero un arma no puede fabricar un humano- Latour tiene también una respuesta que tiene que ver con el segundo significado de mediación: composición. Efectivamente, Al decir que un humano puede fabricar una pistola y no a la inversa, volvemos a simplificar demasiado las cosas. La propiedad de actuar, de llevar a cabo una acción, no reside en único agente. Más bien, “la acción es una propiedad de entidades asociadas”, de una composición de diferentes agentes. Podemos atribuir un protagonismo especial a uno de ellos, señalarlo como motor principal de la acción, pero desprovisto de los otros no alcanzaría sus metas.

Latour se pregunta, ¿por qué es tan difícil medir el papel mediador de las técnicas? Según él porque la acción que intentamos calificar está cajanegrizada. Todos los actantes implicados, las composiciones llevadas a cabo, los alineamientos realizados se vuelven opacos al ser cajanegrizados. Como veíamos a propósito del VEL, sólo salen a la luz cuando las cosas van mal. Ese es el tercer significado de mediación, la reversibilidad de

"Los actantes son los seres o las cosas que, por cualquier razón y de una manera u otra -incluso a título de simples figurantes y del modo más pasivo- participan en el proceso" (Greimas & Courtès, 1973:23)

la cajanegrización. El cuarto significado de mediación es la delegación, entendiendo por ésta el proceso por el que las técnicas modifican el contenido de lo que expresamos, no sólo su forma. Para este significado, Latour nos propone otro ejemplo, las bandas rugosas que encontramos, a veces, en las calles o carreteras. Los ingenieros que pretenden hacer que los conductores aminoren su velocidad delegan en el cemento para conseguir tal fin. Al hacerlo, sin embargo, no sólo traducen las metas de los conductores -que ya no circularán despacio para evitar atropellar a alguien sino que lo harán para evitar romper las suspensiones de su coche. También ha habido un cambio en la materialidad misma: un objeto sustituye a un actor: “las técnicas actúan como modificadoras de formas, transformando en policía lo que no es más que un montón de cemento fresco, confiriendo al agente de tráfico la permanencia y la obstinación de la piedra”

Así pues, la mediación se expresa en ese punto ciego en el que sociedad y materia intercambian propiedades, en este caso, en ese punto en que policías y hormigón se entrecruzan en un mismo actante: las bandas rugosas. Ya no hace falta hacer coincidir en el mismo espacio-tiempo a los policías y los posibles infractores, basta con delegar en un artefacto.

Las bandas rugosas o bandas sonoras son un buen ejemplo de delegación. En apartados siguientes volveremos a este ejemplo para analizarlo con más detalle.

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A través de estos significados de la palabra mediación, Latour teje un relato, un nuevo mito, como le gusta a él decir, en el que la acción no es una propiedad atribuible a los humanos, sino a asociaciones de actantes ¿Qué resulta de ello? Contrariamente a lo que algunos creen, nada que tenga que ver con extender la subjetividad a las cosas ni con tratar a los humanos como objetos ni, por supuesto, con confundir las máquinas con los agentes sociales. No, se trata de algo menos radical, pero que la asimetría humanista impedía: evitar por completo el uso de la distinción entre el sujeto y el objeto con el fin de poder hablar del pliegue que implica mutuamente a humanos y no humanos (Latour, 1999b) “’Es evidente’, podríamos decir, ‘que un objeto tecnológico debe estar en manos de un sujeto humano, de un agente capaz de concebir propósitos, y que es él quien debe ponerlo en marcha’. Pero el argumento que estoy planteando es simétrico: lo que es cierto del ‘objeto’ es aún más cierto si lo aplicamos al ‘sujeto’. No hay ningún sentido en el que pueda decirse que los humanos existen sin necesidad de entrar en relación con aquello que les autoriza a existir y les permite hacerlo (es decir, les capacita para actuar). Una pistola olvidada es un simple trozo de materia, pero, ¿qué sería un pistolero abandonado? Un humano, sí (una pistola es sólo un artefacto entre otros muchos), pero no un soldado, y desde luego no uno de esos legalistas estadounidenses de la NRA. Es posible que la acción propositiva y la intencionalidad no sean propiedades de los objetos, pero tampoco son propiedades de los humanos. Son propiedades de las instituciones, de los aparatos, de lo que Foucault llamaba dispositivos. (...)Los Boeing 747 no vuelan, son las compañías aéreas las que vuelan” (Latour, 1999b: 230).

Michael (2000) propone la noción de co-agencia para referirse al tipo de agencia que surge de esas imbricaciones entre humanos y no-humanos. Hablar de co-agencia implica dejar de buscar “intenciones” o cualesquiera otros rasgos propios de agentes singulares. La coagencia refiere a entidades híbridas, es decir, a agencias distribuidas, pluralizadas, contingentes:“Así, todos los componentes de un híbrido contribuyen a su agencia, al igual que otras entidades más o menos asociadas con el híbrido” (Michael, 2000: 42).

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3 Lo social no es lo que nos mantiene unidos

El pensamiento social ha recurrido a menudo a la comparación entre las comunidades de animales y las humanas para discernir la cualidad esencial de éstas últimas. Así, nuestras sociedades han sido comparadas con las de abejas, hormigas, babuinos o chimpancés. De este contraste han surgido diferencias que hacen referencia a la utilización de lenguajes altamente sofisticados, la producción de significados o la existencia de una comunicación basada en la dimensión reflexiva. Tales elementos nos permiten afirmar que nuestras sociedades son infinitamente más complejas que las que aparecen en el reino animal. La teoría del actor-red, de manera provocativa y contra-intuitiva, insiste en que las comunidades de animales detentan una socialidad terriblemente compleja. Si atendemos a los criterios que Goffman recoge al referirse a la interacción social: copresencia de al menos dos actores, una relación comunicativa, y la emergencia de cualidades no esperadas que se suman a las competencias que tenían los actores antes de su interacción, las mencionadas comunidades de babuinos y chimpancés los cumplen perfectamente. Por tanto, la diferencia entre la socialidad animal y la humana debe buscarse en otro lugar:

Fotografía de un grupo de babuinos

concretamente en la materialidad. “Mas lo que está ausente en las interacciones de los primates y completamente presente en las nuestras son ciertos medios prácticos extra-somáticos que enmarcan y puntúan la interacción: textos, productos tecnológicos, arquitectura, instrumentos de medición, banderas…” (Tirado, 2001).

Las comunidades de primates sólo cuentan con su cuerpo desnudo para construir estabilidad y orden social. En ese tipo de socializad cada nuevo acontecimiento es una prueba para todo el conjunto del colectivo y obliga a reconsiderar desde el principio toda la ordenación jerárquica. La muerte del macho alfa, la de la hembra más vieja, el no nacimiento de nuevos miembros, etc., constituyen verdaderas conmociones para el clan que exigen la reorganización estructural de éste. Por tanto, la extrema complejidad que muestran estas comunidades en su interacción social viene acompañada de la imposibilidad permanente de transformar esa riqueza en lazos sociales estables, que perduren en el tiempo y en el espacio. Las comunidades humanas, no obstante, se sostienen gracias a elementos no humanos. Además, aunque parezca paradójico, lo que define la interacción humana no es tanto su complejidad o sofisticación como el esfuerzo permanente por reducirla o simplificarla. Efectivamente, nuestra interacción suele está enmarcada, guiada o ritualizada, en definitiva, contextualizada por elementos extrasomáticos que tienen la propiedad de tornarla repetitiva. Por ejemplo, un semáforo permite que tres normas de comportamiento (la luz roja ordena parar, la ámbar disminuir la velocidad y la verde circular) se repitan continuamente sin necesidad de que ningún ser humano se dedique a aplicarlas y recordarlas. O una bata blanca en un hospital nos inclina a prestar más atención y sentir más respeto, y menos ánimo de crítica, hacia la opinión de la persona que la lleva.

La realidad social se desvanece cada vez que el macho más fuerte se gira y da la espalda al grupo, se torna a constituir cuando lo vuelve a mirar.

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Es decir, lo que nos mantiene unidos, lo que permite que vivamos en comunidades, la esencia de nuestro-vivir-en-común, reside precisamente en lo que está más allá de nuestra carne. Nuestros marcos de interacción están preñados de datos, lugares, artefactos, símbolos, personas ausentes pero presentes simbólicamente… Los elementos que componen lo social son de una gran variedad y el lazo social se caracteriza por detentar propiedades extra-sociales y completamente heterogéneas. Nuestras comunidades no son exactamente colectivos de seres humanos cuya acción asegura la pervivencia de ésta. Todo lo contrario, junto a ellos encontramos ordenadores, móviles, automóviles, códigos, signos, normas, rituales… que, precisamente, intervienen directamente en esa acción y al facilitar la repetición de la relación social permiten su pervivencia.

“Lo social no es algún tipo de cemento que puede fijar cualquier cosa, incluyendo lo que no pueden unir otros cementos, simplemente es la resultante de lo que unen otros tipos de conectores” (Latour, 2005: 10).

En otras palabras, lo social no es lo que nos sostiene juntos o mantiene unidos, sino todo lo contrario: lo que es sostenido, lo que debe ser mantenido.

El análisis de los mecanismos, estrategias y operadores que permiten que se produzca y mantenga en el tiempo y en el espacio la socialidad constituye uno de los principales objetivos de trabajo de la teoría del actor-red. 3.1 La sociología de lo social y la sociología de las asociaciones Cuando los científicos sociales utilizan los sustantivos “sociedad”, “socialidad”, “societal”, “lo social”, etc., apelan normalmente a una dimensión, situación o estado de cosas homogéneo y estable. Hacen referencia a una sustancia intangible que tiene la propiedad de ser movilizada para explicar otro tipo de fenómenos. Por ejemplo, las diferentes leyes que rigen en distintos países o contextos, y su variación a lo largo de la historia, es explicada gracias a la intervención de una “estructura social”. El uso inadecuado que se realiza de ciertas innovaciones tecnológicas y científicas se explica recurriendo a los “marcos y fuerzas sociales” en que están inmersos científicos y tecnólogos. La emergencia de la religión es analizada en función de movimientos y conflictos sociales. Las organizaciones se comprenden en amplios marcos sociales y el funcionamiento de los pequeños grupos que pueblan nuestra cotidianidad apelando a una identidad grupal o social. Leyes, ciencia, religión, organizaciones, pequeños grupos… constituyen dominios analizados y comprendidos gracias a esa sustancia o dimensión denominada “lo social”, que está más allá de ellos y tiene la propiedad de conferirles forma e inteligibilidad. Esta manera de entender la práctica de las ciencias sociales es denominada sociología de lo social y constituye la aproximación mayoritaria en la tradición del pensamiento social. Frente a la anterior práctica, la teoría del actor-red propone una sociología de las asociaciones. Tal propuesta encierra dos implicaciones. La primera consiste en rescatar algunos fundadores de las ciencias sociales cuya línea de pensamiento ha sido soslayada por la tradición mayoritaria del pensamiento social y, la segunda, en redefinir completamente la propia noción de “lo social”.

La teoría del actor-red distingue entre una sociología de lo social y una sociología de las asociaciones.

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Efectivamente, “la sociología de las asociaciones” está ya presente en la obra de autores como George Simmel o Gabriel Tarde. El primero planteó que el interés sui generis del pensamiento social consistía en indagar permanentemente cómo es posible la sociedad, qué elementos la facilitan, qué estrategias la conforman y qué dimensiones la sostienen. La sociología, a diferencia de otras ciencias humanas como la filosofía, es una reflexión concreta y precisa que debe esclarecer los elementos que permiten que se constituyan nuestros colectivos. El segundo, claramente prácticamente de este tipo de sociología, defendió frente a Emile Durkheim que la sociología no podía olvidar la tarea de explicar la sociedad confundiendo causa y efecto y reemplazando la comprensión del lazo social por un proyecto político que aspira a crear una ingeniería social. Tarde sostuvo que “lo social” no era un dominio especial de la realidad, sino simplemente un principio de conexión. En ese sentido, la sociología se enfrenta a la tarea de discer-

Las propuestas de Bruno Latour y otros autores fundadores de la teoría del actor-red han recibido diversas denominaciones. Entre las más conocidas destacan la de “sociología de la traducción” o “asociología”. No obstante, en su último libro: Reassembling the Social, este autor defiende que “sociología de las asociaciones” recoge con mayor precisión la sensibilidad, el alcance, el método de trabajo y las explicaciones-comprensiones ofrecidas por el corpus de trabajos que se han desarrollado desde esta teoría. Es más, arguye que la etiqueta “teoría del actorred” debería dejar paso a la anterior puesto que es más amplia y genérica.

nir qué operadores o mecanismos establecen tal principio. Contrariamente a las propuestas en boga en su momento, Tarde no explica los fenómenos más cotidianos y más pequeños gracias a un todo ya postulado o formulado a priori, como podría ser el caso de la noción de “moral” manejada por Durkheim, sino que los parecidos observados en el todo los deriva de una unión masiva de actos elementales y minúsculos.

“Esta concepción se encuentra, en realidad, en el extremo opuesto de la noción unilineal y evolucionista del señor Durkheim. En lugar de explicarlo todo por la supuesta supremacía de una ley de la evolución, que impele a los fenómenos colectivos a reproducirse y repetirse por sí mismos indefinidamente y en cierto orden –en lugar de explicar, así, los hechos más pequeños por los más grandes y la parte por el todo- explico los parecidos colectivos del todo a partir de la masa de actos elementales minúsculos –lo más grande por lo más pequeño, el todo por la parte. Esta manera de entender los fenómenos está destinada a operar una transformación en la sociología similar a la que implicó en matemáticas la introducción del cálculo infinitesimal” Tarde (1898: 48).

Si “lo social” o “la sociedad” no hacen referencia a un dominio homogéneo de la realidad: ¿de qué hablamos cuando pronunciamos esas palabras? Para la teoría del actor-red, “lo social” designa la relación que se establece entre un conjunto de elementos heterogéneos. Es decir, las asociaciones que elementos muy diversos establecen entre sí en un momento determinado. Entre tales elementos figuran, por supuesto, los seres humanos, los significados que producimos, símbolos, discursos, pero también elementos materiales, objetos, artefactos técnicos, artilugios, etc. Cuando hablamos de un grupo social hacemos referencia a personas, pero no debemos olvidar que el grupo existe en y gracias a elementos materiales: su manera de vestir, la tecnología que utilizan para comunicarse, rituales de aceptación, etc. Lo mismo sucede con la expresión “organización”, otro tanto con la idea de “nación”, “comunidad”…

Gabriel Tarde es reconocido por los historiadores de las ciencias sociales como uno de los fundadores de la llamada “microsociología”, cuyo principal impulsor ha sido Harold Garfinkel.

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Semejante redefinición de “lo social” significa que: 1) Como ya hemos mencionado, los no-humanos juegan un papel activo en la definición y mantenimiento de nuestras sociedades y relaciones sociales. Ellos son actores, y no simples portadores de significado, en el establecimiento de asociaciones. 2) La sociología deja de ser la ciencia de lo social para convertirse en la ciencia que rastrea y analiza los modos en que se producen las asociaciones en las que nos vemos implicados en nuestra vida cotidiana. 3) El resultado de los mencionados conjuntos heterogéneos de asociaciones recibe la denominación de “colectivo” frente a la clásica etiqueta de “sociedad”.

Sobre los objetos y su papel en el pensamiento social escribe Latour (1994:300): “Merecen algo mejor. Merecen ser alojados en Títol del mòdul nuestra cultura intelectual como actores sociales hechos y derechos. ¿Median nuestras acciones? No, ellos son nosotros”

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4 Ciencia, tecnología y sociedad: un tejido sin costuras

Leamos atentamente la siguiente carta: “Albert Einstein Old Grove Road Nassau Point Peconic, Long Island August 2nd, 1939 F.D. Roosevelt President of the United States, White House Washington, D.C. Señor: Recientes trabajos de E.Fermi y L.Szilard, que me han sido comunicados en un manuscrito, me llevan a esperar que el elemento ‘uranio’ puede convertirse en una nueva e importante fuente de energía en un futuro inmediato. Ciertos aspectos de esta situación creada parecen reclamar la vigilancia y, si es necesario, una acción rápida por parte de la Administración. Considero, por tanto, que es mi deber poner a su disposición los siguientes hechos y recomendaciones: En el curso de los últimos cuatro meses se ha vuelto probable –gracias al trabajo de Joliot en Francia así como el de Fermi y Szilard en América- establecer una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio que generaría enormes cantidades de poder y largas cantidades de nuevos elementos como el radium. Parece, actualmente, bastante cierto que esto puede lograrse en un futuro inmediato. Este nuevo fenómeno podría conducir a la construcción de bombas, y es concebible –aunque mucho menos cierto- que bombas extremadamente poderosas de un nuevo tipo pueden construirse. Una simple bomba de este tipo, transportada por barco y detonada en un puerto, podría perfectamente destruir todo el puerto junto con parte del territorio circundante. No obstante, tales bombas podrían ser perfectamente demasiado pesadas para ser transportadas en avión. Los Estados Unidos tienen el mineral de uranio en cantidades moderadas. Hay buen mineral en Canadá y en la primera Checoslovaquia, aunque la fuente más importante de uranio es el Congo Belga. Dada esta situación, usted podría estimar deseable tener un contacto permanente entre la administración y el grupo de físicos que trabajan en las reacciones en cadena en América. Una posible manera de lograr esto sería que usted destinase una persona, de su confianza y que podría quizás actuar de manera oficiosa, a esta tarea. Su tarea debería contemplar lo siguiente: a) aproximar Departamentos Gubernamentales, mantenerlos informados del anterior desarrollo y plantear recomendaciones para la acción del Gobierno, prestando especial atención al problema de asegurar un suplemento de uranio para los Estados Unidos; b) acelerar el trabajo experimental que actualmente se realiza con un presupuesto limitado en los laboratorios universitarios, dotándolos con más fondos, si es necesario, a través de su contacto con particulares que tienen la voluntad de contribuir a la causa, y quizás también obteniendo la cooperación de laboratorios industriales que poseen el equipamiento necesario. Entiendo que Alemania ha detenido recientemente la venta del uranio proveniente de las minas que ha tomado en Checoslovaquia. Que haya tomado tal temprana acción podría quizás comprenderse sobre la base de que el hijo del Subsecretario de Estado Alemán, von Weizsacher, está unido al Kaiser-Wilhelm-Institute en Berlín, lugar en el que se está repitiendo actualmente parte del trabajo americano con uranio. Su sincero servidor, [firma de Einstein]

La carta de Einstein glosa una serie de acontecimientos susceptibles de ser interpretados de dos maneras diametralmente opuestas. Una interpretación tradicional dividiría el relato en varias secciones. En una tendríamos personajes como el propio Einstein, Roosevelt, E. Fermi, L. Szilard o Joliot. En otra elementos como el uranio, las fuentes de

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energía, la reacción nuclear, el radium. En una tercera los laboratorios, el proceso de construcción de bombas, el transporte en barco o avión. Y en una cuarta países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Congo Belga o Checoslovaquia. Se podría añadir una última recogiendo el contexto que circunscribe todo esto: una situación de práctica guerra declarada entre países europeos y una competencia abierta entre científicos para definir y controlar la fisión nuclear. Las distintas ciencias sociales y humanas se repartirían el análisis de cada columna: un politólogo o sociólogo trabajaría con la sección de los países y algo del contexto histórico. Un historiador de la ciencia con los personajes de la primera sección y uno de la

Fotografía de una explosión nuclear

tecnología con la tercera. Algún filósofo buscaría un metacontexto que relacionase sin recurrir a la historia la primera y la segunda, y un psicólogo social intentaría analizar la relación entre la primera y la última. Cada sección tendría una explicación de su propia dinámica y de la relación entre sus entidades. No obstante, realizada esta separación nos enfrentamos a un doble problema. En primer lugar tenemos una especie de resto o sobrante compuesto por la propia carta que escribe Einstein, su motivación para enviarla a Roosevelt, la relación entre el uranio y la guerra, la vigilancia atenta que se reclama al gobierno de Estados Unidos, la descripción de los efectos que puede provocar la explosión de una bomba sobre un puerto, etc. En definitiva, elementos que sólo adquieren una plena definición cuando se mezclan todas las columnas mencionadas. La ausencia de interacción entre ellas deja en una especie de limbo todos estos elementos. Estaríamos ante una serie de entidades híbridas, que desbordan y desdibujan las fronteras que traza la perspectiva tradicional. Por tanto, parece lógico preguntarse, en este punto: ¿qué hacemos con tales actores híbridos? ¿Cómo nos enfrentamos a su análisis y conceptualización? ¿Debemos prescindir de ellos? El segundo problema ya se apunta en los breves ejemplos de tipos de explicaciones para nuestras secciones. El lector habrá notado que ninguna de ellas se sostiene por sí misma, siempre necesita como mínimo la referencia a una segunda para adquirir cierto sentido y relevancia. En realidad, cuando se despliega una de esas explicaciones inmediatamente nos deslizamos de una columna a otra, lo intentemos remediar o no. Un análisis de la constitución o desarrollo de ciertas tecnologías (la bomba atómica sería un buen ejemplo) nos exige un análisis de los actores humanos implicados en su investigación, de sus motivaciones políticas, del contexto histórico en que se relacionan tales personajes, de las agencias estatales que les dan cobertura, de elementos naturales como el radium, etc. O dicho de otro modo, una comprensión rigurosa de la realidad social que se vive en ese momento y de las relaciones entre los actores humanos implicados inmediatamente nos empuja hacia una comprensión de los desarrollos tecnológicos que hay en juego en ese momento histórico, de las acciones políticas que se realizan y del estado de la ciencia como institución.

Bruno Latour, en una obra titulada Nunca hemos sido modernos (1993), editada por Debate, arguye, precisamente, que la estrategia que caracteriza al proceder moderno en la producción de conocimiento consiste en la eliminación de las entidades híbridas que desbordan las fronteras del árbol de las ciencias y tecnologías que rige en nuestro mundo académico. A esta estrategia la denomina “efecto de purificación”

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En suma: ciencia, tecnología y sociedad constituyen, en realidad, un tejido sin costuras.

Hablar de dimensión social, técnica o científica significa establecer una frontera artificial que nuestra comprensión y explicación del fenómeno en cuestión dinamitará en cuanto adquiera cierta profundidad; y condensar o cristalizar momentos que forman parte de un entramado mucho más complejo y denso. La carta de Einstein muestra una realidad que es un tejido sin costuras, lo que implica que no puede separarse en tres ámbitos que intenten dar cuenta de qué o cómo es la sociedad en ese momento, cómo está el estado de la tecnología o qué situación vive la ciencia. Y, precisamente, las entidades que dotan de sentido y animan este tejido son los actores híbridos que hemos mencionado hace un momento. ¿Podemos entender la advertencia de Einstein sin la relación entre el uranio y la guerra? ¿Se comprende el interés que la misiva despierta en el gobierno Norteamericano sin atender al alcance destructivo que tendría la bomba sobre un puerto? ¿Sería lícito prescindir en esta trama de acontecimientos de la amenaza que supone el régimen nazi para los judíos?

Ciencia, tecnología y sociedad son tres etiquetas diferentes aplicadas a un único y mismo problema: el establecimiento y mantenimiento de entramados de relaciones entre entidades heterogéneas.

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Resum

En las páginas de este módulo hemos revisado las principales propuestas y conceptos de la teoría del actor-red. La teoría del actor-red cuestiona seriamente las dicotomías tradicionales que sirven para explicar las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad, tomándose un punto de vista eminentemente estratégico dónde los terrenos de lo político, lo social, lo científico, lo tecnológico, etc se confunden y pierden las claras fronteras que anteriormente los caracterizaban. Para llevar a cabo un estudio en profundidad de la ciencia y el conocimiento científico, lo que hay que hacer es seguir a los científicos en sus prácticas cotidianas en lugar de referirse a los textos de metodología y/o epistemología como ha sido práctica habitual hasta hace bien poco. Y al hacer esto, lo que se comprueba es que los científicos deben poseer cierta práctica política, herramientas sociales y económicas. Así, ellos son vistos como aquéllos que clasifican un conjunto de materiales y de técnicas para extender su influencia más allá del laboratorio, para hacer esto, los científicos deben enrolar a otros. Una gran variedad de estrategias y mecanismos son desplegados por un actor científico (singular o colectivo) con el objetivo de enrolar otras entidades, tales como científicos, público, instituciones. Las relaciones sociales se mantienen a partir de elementos no propios del pensamiento social tradicional: los artefactos técnicos. Éstos son operadores, traducen nuestras intenciones y acciones generando nuevos efectos y posibles interpretaciones. Modifican la materia y forma de nuestra expresión. Tienen significado, pero producen ese significado mediante un tipo especial de articulación que cruza los límites que el sentido común establece entre los signos y las cosas . Los artefactos técnicos aseguran ciertas relaciones y presunciones, vinculan actores con ontologías diferentes, los redistribuyen en cadenas de connexiones y causalidades. Esta consideración de los artefactos técnicos abre una línea de argumentación que contempla en éstos el mecanismo para hacer duraderas y sólidas tales connexiones. Para constituirse, en definitiva, en el verdadero hilo de lo social. Es decir, lo que nos mantiene unidos, lo que permite que vivamos en comu-nidades reside precisamente en lo que está más allá de nuestra carne. Los contextos de nuestra interacción están constituidos por lugares, artefactos, símbolos, personas ausentes pero presentes simbólicamente… Los elementos que componen lo social son heterogéneos. Nuestras comunidades aseguran su pervivencia gracias a esos elementos. En otras palabras, lo social no es lo que nos sostiene juntos: lo que debe ser mantenido. El análisis de los mecanismos que producen y mantienen la socialidad constituye uno de los objetivos de trabajo de la teoría del actor-red.

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Ciencia, tecnología y sociedad constituyen para la teoría del actor-red un tejido sin costuras. Nunca nos enfrentamos con algo llamado ciencia, tecnología o sociedad, sino con gamas de asociaciones con mayor o menor resistencia.

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Activitats

1. Recuerda que para ser estudiante de la UOC necesitas un equipo informático, conexión a la red, unos materiales, etc. Pues bien, haz una lista de todos los objetos, instrumentos y elementos materiales sin los cuales sería difícil explicar y comprender vuestra actividad laboral o vida cotidiana. 2.Imaginad que os habéis comprado una bicicleta, último modelo, que permite ser plegada en tres secciones. Esto facilita su traslado, manejo y almacenamiento. La podéis llevar a todas partes: en el metro, en el autobús, y entrar en cualquier establecimiento con ella. En términos de la teoría del actor-red se acaba de establecer una nueva asociación. -¿Se ha transformado vuestra vida?, ¿y vosotros mismos? -Explica esa asociación utilizando el concepto de traducción. 3. Busca un ejemplo de algo que tú creas que puede ser considerado un actante. Razona el porqué. 4. Imagina que de repente deja de funcionar tu teléfono móvil. Explica que asociaciones se ponen de manifiesto al abrir esa caja negra. 5. La película de Michael Moore Bowling for Columbine analiza el problema de la violencia en los Estados Unidos. Para ello se centra en el papel que detentan las armas en ese fenómeno. Visiona la película y razona en qué medida sus argumentos son compatibles y coherentes con la teoría del actor-red.

Fotografía de una bicicleta Brompton: desplegada y plegada

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Exercicis d’autoavaluació

1. Selecciona la palabra que también designaría un actor-red: a) Actor b) Actante c) Agente d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta 2. ¿Cuál es la diferencia entre un mediador y un intermediario? a) Ninguna b) El estatus ontológico c) Su carácter material d) Todas las anteriores respuestas son correctas 3. Escoge el término que no se ajusta a los significados de mediación propuestos por Latour: a) Traducción b) Composición c) Delegación d) Asimilación 4. Los Boeings 747 no vuelan, son... a) los humanos los que vuelan b) las compañías aéreas las que vuelan c) los aviones los que vuelan d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta 5. Lo social no es un recurso que movilizamos para ..., sino lo que debe ... a) explicar, ser explicado b) ser explicado, explicar c) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta d) La respuesta a) y b) son correctas 6. Cuando afirmamos que ciencia, tecnología y sociedad conforman un tejido sin costura, queremos decir que: a) Las transformaciones sociales se explican por las innovaciones técnicas b) Las innovaciones técnicas son respuestas a necesidades sociales c) Forman un mismo entramado de relaciones heterogéneas d) A pesar de ser ámbitos distintos presentas estrechas relaciones 7. La generalización del principio de simetría supone: a) Una recuperación de la objetividad de la naturaleza b) Una apuesta por el construccionismo social

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c) Una defensa del valor de la ciencia d) Una ampliación del principio metodológico de simetría formulado por D. Bloor 8. Gabriel Tarde es considerado por la teoría del actor-red como uno de sus precursores. Esto es así porque: a) Este autor no consideraba lo social como un dominio específico de la realidad b) Analizó la relación entre ciencia y tecnología c) Analizó las relaciones de poder que establecía la ciencia en el tejido social d) Sostuvo que la sociología debía examinar prioritariamente la constitución de nuestras instituciones 9. Una caja negra es: a) Una entidad sociotécnica por donde todos tienen que pasar b) Un proceso que al ser simplificado permanece oculto c) Un producto tecnológico descontextualizado d) Un aparato tecnocientífico que no se sabe por qué ha dejado de funcionar

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Solucionari

1) b) Actante 2) b) El estatus ontológico 3) d) Asimilación 4) b) las compañías aéreas las que vuelan 5) a) explicar, ser explicado 6) c) Forman un mismo entramado de relaciones heterogéneas 7) d) Una ampliación del principio metodológico de simetría formulado por D. Bloor 8) Este autor no consideraba lo social como un dominio específico de la realidad 9) b) Un proceso que al ser simplificado permanece oculto

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Glossari

Acción: Ejercicio de establecer relaciones, por tanto de mediar. En la teoría del actor-red toda acción es siempre mediación. Actante: Término tomado prestado de la semiótica, se utiliza como elemento lingüístico que permite incluir a los no humanos en los análisis sociales en igualdad de condiciones en relación con los humanos. Se define por lo que hace en las relaciones en que está inmerso y no a partir de esencias previamente establecidas. Acor-red: Es una entidad que no es reductible ni a un actor ni a una red. Como las redes, se compone de muchos elementos distintos y, como cualquier actor, incorpora actividad y acción. Articulación: Para la teoría del actor-red, este concepto no designa una propiedad del habla humana sino un rasgo ontológico fundamental del universo. Asociación: Las asociaciones constituyen el fundamento y objetivo del análisis social. El término sustituye al de “lo social”. Caja negra: Resultado del trabajo de los científicos y técnicos que vuelve opaco un procedimiento para que pueda usarse más cómodamente. Colectivo: Término que refiere las asociaciones entre humanos y no humanos. Inscripción: Concepto general que hace referencia a todo tipo de transformaciones a través de las cuales una entidad se materializa en un signo, en un archivo, en un documento, en un trozo de papel, etc. Traducción: Operaciones que realizan los actantes para modificar, desplazar y trasladar sus intereses, enrolar a otros actantes en un proyecto común, alterar una relación o, sencillamente, establecerla.

Bibliografia

Bibliografía básica Doménech, M. y Tirado, F.J. (1998) Sociología simétrica. Ensayos sobre ciencia, tecnología y sociedad. Barcelona: Gedisa.

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